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Encuentros de Cambiantes por J.S. Scott Copyright ©2012 de


J.S. Scott
Todos los derechos reservados

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Oli su aroma al instante en que entré en el edificio.

Noah Lancaster inhaló profundamente, dejando que su aroma tentador


rodara sobre sus sentidos. Su almizcle lo llamaba, dulce y embriagador.
Absolutamente irresistible.

¡Mi compañera está aquí!

Después de trescientos años instintivamente conocía la fragancia tentadora


que inequívocamente era la suya. Noah se detuvo después de entrar en el
lujoso hotel, saboreando la seducción erótica que lo tentaba. Su expresión
cambió de una de asombro y admiración, a una de un cazador, de un
depredador. Cerró los ojos, cada músculo en su cuerpo cada vez más tenso,
su polla dura como una roca.

Ella tiene que estar aquí.

Él dejó que sus sentidos olfativos establecieran claramente su ubicación.


Ella tenía que estar en el salón de baile, asistiendo probablemente al mismo 4
Baile de Beneficio, que lo tenía vestido en un smoking y yendo a una
función a la que nunca antes había asistido. Gracias a Dios que había
decidido hacer acto de presencia. Nunca antes asistió a una. Esta era su
primera vez. Un cierto instinto lo había llevado a este lugar, hasta su
compañera.

Noah se estremeció cuando abrió los ojos. Era un cambiaformas, su


compañera designada era solo para él. Sus instintos animales hicieron que
quisiera correr al salón de baile y reclamarla ahora de la manera más
elemental. Ella no era consciente de él, pero lo estaba llamado, atrayéndolo
hacia ella, haciéndolo un maniaco, solamente por inhalar su tentador
aroma.

La inclinación de su lobo luchaba contra su sentido común.

Desafortunadamente, el intelecto tuvo que ganar. De ninguna manera,


pensó que la demanda de su cuerpo, para clavarla en medio del atestado
salón de baile, en el hotel más suntuoso de la ciudad, sería bien recibida.
Casi no le importo una mierda. Su cuerpo le exigía que la reclamara; que la
tomara antes de que escapara. Solamente el instinto de conservación que
su clase había dominado por siglos, le impidió rastrearla, fijar su cuerpo, y
poseerla allí mismo, en el piso del salón de baile. O en una mesa.
Independientemente de si el lugar era conveniente.

¡Cristo! Estaba perdiendo su mente. Noah se obligó a seguir hacia


adelante, para dominar a su lobo gruñendo. Intentó obtener el control de
su cuerpo, mientras subía la escalera de espiral de dos en dos a la vez, hasta
llegar a la cima.

Entró en la gran sala, ricamente decorada, con el pecho agitado, los puños
apretados, intentando hacerse con el control de su bestia. Probablemente
un centenar de cuerpos, bien vestidos, pululaban alrededor de la
habitación, donde había sido colocada unas mesas con abundante buffet y
bebidas. Una gran lámpara de cristal hizo que el cuarto chispeara y brillara.
El sonido de las risas, de las conversaciones, y de la sensual música, que
provenía de una orquesta pequeña que tocaba en vivo; flotó a través de la
habitación y del pasillo.

Noah era consciente todo, pero al mismo tiempo ajeno a su entorno. Él


estaba a la caza. La vio inmediatamente, sus ojos azules buscaban de
izquierda a derecha, deteniéndose bruscamente en la mujer más hermosa 5
que él había visto nunca. Ella era alta, su figura redondeada y generosa. El
negro vestido de cóctel ceñido, cubría sus muslos, coqueteando con sus
rodillas. La boca de Noah se hizo agua mientras que admiraba su figura
curvilínea y sus gráciles piernas largas. Podía imaginarlas envueltas
alrededor de su cintura mientras golpeaba en ella. Gotas del sudor se
formaron en su frente, mientras que casi jadeó por la necesidad de
poseerla.

Intentó calmar sus necesidades bestiales mientras miraba a sus expresivos


ojos color avellana, cuando ella reía con un caballero mayor y elegante.

¡Mía!

Quería alejarla de cualquier hombre que le hablara, que la mirara. Ella era
exquisita… y era suya.

Tenía demasiada piel expuesta – el top de su vestido, tipo halter se cruzaba


detrás de su cuello y cubría sus pechos abundantes, pero dejaba una
cantidad generosa de escote a la vista y sus hombros desnudos. Necesitaba
soltar su pelo largo y oscuro de su confinamiento, de ese estilo elegante,
con clase, envuelto hacia arriba y ver si llegaba a su cintura.
Necesitaba marcarla, hacerla suya para siempre. Noah se preguntó cuánto
tiempo podría esperar. Mientras que el canoso hombre que conversaba con
ella, extendió la mano para tocar su brazo desnudo, sintió que un gruñido
bajo subía a su garganta.

Obviamente… el esperar no era una opción.

***

Grace Marin lo notó al momento en que él, entró en la habitación. Era


increíblemente alto y llevaba un esmoquin como ningún otro hombre en la
habitación, la costosa prenda se ajustaba a su cuerpo musculoso
perfectamente. Tenía un aura peligrosa, que golpeó justo en su estomago,
enviando un escalofrío por su espalda.

Su claro cabello rubio era atractivo, revuelto en un estilo casual, movido


por el viento que envió a sus rizos, que ella deseó cepillar hacia atrás, a caer
sobre su frente. 6

Y la estaba mirando directamente a ella.

Grace se movió incómoda en sus tacones de ocho centímetros. Los zapatos


mataban sus pies y ella los odiaba. Suprimió el deseo de echar un vistazo a
su reloj para ver cuánto tiempo faltaba, para que el evento terminara, y ella
finalmente pudiera quitarse el calzado tortuoso.

Ella era una veterinaria, no un miembro del jet-set. Bebió un sorbo de su


champán e intentó escuchar lo que decía el Sr. Whiting. No teniendo
ninguna opción sino ser atenta, ella sonrió y escuchó mientras que él
parloteaba sin cesar. Cada persona aquí, podría ser un benefactor potencial
para su santuario de vida silvestre. El refugio era todo para ella y subsistía
totalmente de donaciones. Cada año éste era un evento temido por ella,
pero era un acontecimiento necesario y ella tenía que poner un rostro
agradable para atraer cada donación posible. El santuario lo necesitaba.

— Veo que Noah Lancaster está aquí, — el Sr. Whiting mencionó


casualmente, mientras se movía un poco más cerca para mirar sus pechos.
El anciano apenas había apartado su mirada, desde que la había
interceptado, hace algunos minutos, porque estaba completamente
obsesionado con sus tetas.

Grace se sorprendió con su comentario, era la primera cosa interesante que


el hombre había pronunciado, desde que comenzó a hablar. ¿El señor
Lancaster? ¿Está aquí? Nunca aparecía en estos eventos, a pesar de que era
su principal donante. El huraño millonario raramente vez acudía a
cualquier acontecimiento social y ella estaba bastante sorprendida de que
hubiera hecho acto de presencia este año.

— ¿Donde? — le preguntó a Sr. Whiting con curiosidad.

Los ojos del hombre mayor, de mala gana abandonaron sus tetas para
dirigirla hacia él.

¿El Sr. Alto, Rubio y Magnífico era Noah Lancaster?

Nunca había conocido a su mayor benefactor, pero ella siempre, de alguna


manera lo había representado, como hombre dulce, mayor que amaba a los
animales tanto como ella lo hacía.
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Excepto… que él no era mayor, y en este momento no parecía
particularmente dulce. Parecía un depredador en busca de un filete jugoso,
crudo y bastante grande.

Sus ojos nunca se alejaron de ella, mientras que caminaba en su dirección


con un paso grácil, que hizo que su corazón se acelerara mientras se
acercaba. Se sentía atraída hacía él de una manera misteriosa, algo en que
no podría poner absolutamente el dedo, pero la extraña química estaba
definitivamente allí y era bastante inquietante.

Había muy pocos hombres que podrían hacer a Grace Marin sentirse
pequeña… pero este hombre lo hizo. Con su metro ochenta de altura, y
tacones de ocho centímetro, ella todavía tenía que subir la cabeza para
mirarlo. Dios… él era enorme. Completamente sólido y alto. Sus ojos se
encontraron cuando llegó a su lado, sosteniendo su mirada. Ella podría
ahogarse en sus profundos ojos azules. Sabía que debería apartar la
mirada… pero ella no podía. La tenía totalmente cautivada.
— ¿Sra. Marin? Soy Noah Lancaster. Es agradable finalmente conocerla, —
le dijo en una profunda, baja e intima voz. Era como si no hubiera nadie
más en la habitación.

Grace se sacudió fuera su estupor. ¡Por amor a dios! El hombre era su


mayor donante y mantenía funcionando el santuario. Deja de babear y
saluda al hombre. — Sr. Lancaster, — ella reconoció, tendiéndole la mano.
— Me alegro de que haya podido venir. — Su voz era firme, desmintiendo
su temblor interior. Gracias a dios. Sus entrañas se podían estar
derritiendo, pero ella necesitaba mantener una apariencia serena, un
exterior alegre.

Él tomó su mano y en vez de sacudirla… se inclinó, dio vuelta a su mano y


la llevó a su cara. Cerró sus ojos cuando parecía inhalar su olor, pasando su
nariz a lo largo de su muñeca, lamiéndola fugazmente. Sus labios
finalmente aterrizaron en su palma.

Oh. Mierda. Debe haber sido raro, pero Grace estaba prácticamente
temblando, aturdida por la sensación de su lengua en su piel caliente.

Él soltó su mano a regañadientes, cuando ella la jaló. — Necesito hablar 8


con usted sobre mi donación, Sra. Marin. ¿Puedo tener un momento? — le
pidió educadamente pero con firmeza.

— Sí, por supuesto. Si nos excusa Sr. Whiting. — Asintió con su cabeza al
anciano caballero, que nunca notó el extraño comportamiento del Sr.
Lancaster, porque sus ojos todavía estaba pegados a sus pechos. Él parecía
decepcionado, pero no protestó, cuando ella se alejó con el Sr. Lancaster.

— Puede llamarme Noah. Y le llamaré Grace. No seremos desconocidos


por mucho tiempo. — Él le informó en un tono acortado, brusco. — Viejo
pervertido, el bastardo, — masculló mientras le disparó una mirada
cortante al Sr. Whiting. Agarró su mano firmemente y tiró impacientemente
de ella lejos de su compañero, admirador de pechos.

— ¿Usted quería hablar conmigo, Noah? — le preguntó mientras se


tropezaba detrás de él, intentando mantenerse al paso de sus largas
zancadas mientras que sus pies se tambaleaban en sus tacones. Ella
caminaba generalmente con extrema precaución porque no acostumbraba
a utilizar los tacones de aguja, pero su paso la hacía su parecer más bien un
poco torpe.
Se mantuvo en silencio, mientras la empujó a uno de los cuartos de baño
unisex en el vestíbulo, en medio de donde organizaron la cocina y el salón
de baile. Cerró la puerta y la bloqueó detrás de él.

Grace lo miró boquiabierta al darse cuenta de donde estaban. El cuarto de


baño era amplio pero él lo llenaba, haciendo que el espacio pareciera más
pequeño. Dios… él olía tan bien.

— Noah… ¿Que estamos haciendo aquí? — La voz de Grace era suave y


cuestionadora. Estaba aturdida y sus hormonas llameaban. Algo dentro de
su cuerpo llamaba a este hombre. Él era un perfecto extraño… y sin
embargo, no lo era.

— Es tranquilo, así que podemos negociar. Y no puedo esperar más para


hacer esto. — Su voz de barítono vibró a través de su cuerpo, mientras
bajaba su cabeza, su boca descendiendo para cubrir la suya, antes de que
incluso pudiera tomar una respiración.

El poco aliento que tenía fue tomado, cuando sus labios aterrizaron en los
suyos. Su beso no fue gentil o tierno. Él la capturó, tomando su boca 9
posesivamente, mientras que sus manos vagaban ásperas sobre su cuerpo.
Él la apoyó contra el mostrador del tocador y la fijó con su cuerpo, mientras
sus manos se movían sobre ella, moldeando sus curvas, como un amante
que proclamaba su propiedad.

Su lengua estaba mojada, sedosa y caliente a su paso y se enredó con la


suya. Grace sabía que debería estar luchando, pero algo dentro de ella
quería que lo dejara dominarla y poseerla totalmente. Algo salvaje e
indómito se apoderó de ella y sus brazos circundaron su cuello, cada fibra
de su ser enfrentaba a su pasión feroz con necesidad primitiva.

Arrancó su boca de la de ella, jadeando mientras la mantenía fijada en el


lugar, con su gran cuerpo y fuerza. Ella podía sentir su respiración desigual,
caliente contra su oído, mientras jalaba el halter sobre su cabeza y
descubría los pechos, a su mirada hambrienta. Sus manos subieron para
ahuecarlos mientras su boca agarró su pezón derecho, mordiéndolo
ligeramente, lavándolo con su lengua.
Grace gimió cuando su toque fue derecho a su centro, mojando sus bragas
sin incluso moverse debajo de su cintura.

Qué infiernos. No soy una mujer altamente sexual. No reacciono así.

¿Qué le sucedía? Ella estaba dejando que un extraño la sedujera en un


cuarto de baño público, con centenares de gente fuera de la puerta. Ella
intentó… realmente intentó recomponerse, librarse de cualquier encanto
que la mantenía bajo su control, pero su cuerpo ardiente la traicionaba. Ella
nunca había perdido sus sentidos así, totalmente. Era como si estuviera
atrapada en un feroz deseo animal, que no le permitía controlar su cerebro.

Noah levantó su vestido hasta su cintura y la levantó sobre el tocador. Era


espacioso y él la puso sobre el mostrador, extendida como una lasciva
mujer, mientras sus manos recorrían sus muslos. Ella solo llevaba una tanga
y medias negras hasta el muslo.

Separó sus piernas, lamiendo la carne encima de sus medias, azotando la


piel sensible con posesivos golpes. Ella luchó para mantener la cordura,
pero lo único que quería era su boca en su coño dolorido. ¡Ahora!
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Rodeada por los espejos del tocador, ella volteo su cabeza para mirar su
propia cara, no reconociendo su cara sonrojada y los ojos salvajes como
suyos. Sus ojos destellaban con una luz que la asustó, pero ella no podía
luchar contra su necesidad, que la conducía a que él la tomara. — Por favor,
Noah. — La súplica salió como un sollozo ahogado, su deseo la golpeaba,
hasta llevarla casi a la locura.

Ella necesitaba su boca y su lengua en ella. Algo… cualquier cosa… para


llevarse el dolor insoportable.

Vio en el espejo como le arrancaba la tanga, el sudor se vertía en su piel, su


cara torturada. Respiró profundamente y gruñó, — Mía. Tu olor me vuelve
salvaje. Tengo que probarte. Hacer que te vengas. —

Grace se retorcía con impaciencia, amando su intensidad y su tono salvaje,


sus emociones que hacían juego con sus propias emociones. — Sí, Noah.
Por favor. —

Su naturaleza dominante la hizo estremecer, su ferocidad la conducía,


necesitando entregarse a él completamente. Ella gritó como su lengua
resbaló exigente dentro de sus sensibles dobleces, lamiendo sus jugos
mientras atacaba su coño. Él era agresivo y no mostraba ninguna
misericordia, yendo abajo, en ella, con una violencia que sacudió su cuerpo
y satisfizo su anhelo de ser tomada por él, sin restricciones. Su lengua la
saboreo de abajo hacia arriba, como si saboreara cada pedazo de su
esencia. Era intenso… demasiado… pero aún no era suficiente. Los dedos de
una mano buscaron su clítoris, ya que dos de su otra mano, empujaron
dentro de ella.

Se mordió el labio, intentando no gritar, todavía lo suficientemente cuerda


para saber que la gente podría oírla. Pero ella perdía lentamente, cualquier
contacto con la realidad, casi demasiado perdida incluso para igualar su
cuidado.

Mirándolo tomarla con tal abandono, llamado a sus inclinaciones salvajes,


una parte de ella, que nunca había sabido que existía. Podía ver sus dedos
desaparecer, suplicando por que entrara en su vacio canal y sacudiéndola
mientras la llenaba, profundamente y a fondo, rastrillando sobre su punto g
con cada duro empuje. Los dedos en su clítoris abrieron su pequeña
capucha, dejándola en carne viva, para su lengua que la buscaba.
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— Oh, dios. Haz que me venga, Noah. Por favor. — No le importaba quién
pudiera oír su suplica apasionada. Grace le necesitaba para saciar su
cuerpo. Ella no podía permanecer en este estado elevado de deseo
insatisfecho, sin perder su mente totalmente.

Sus dedos comenzaron a follarla mientras que él lamía su clítoris desnudo.


Ella se retorcía, mientras él empujaba incluso más profundamente,
frotándola ligeramente con movimientos rápidos de bombeo, que la tenían
levantando sus caderas para encontrarlo, impacientes por cada posesión,
cada tacto de su lengua caliente.

Su cuerpo entero tembló y ella cerró los ojos. Su cuerpo estaba listo para
venirse y no podía mirarlo más. Era demasiado. Estaba en sobrecarga por
la sensación, lista para entrar en fusión total.

Su lengua y sus dedos la acariciaron, aumentando su velocidad. Su intestino


se apretó, cuando su orgasmo la golpeó con una fuerza asombrosa.
— Noah, Noah, Noah, — ella gritó su nombre cuando él mantuvo su clímax
palpitando en ella, lamiendo la crema que extrajo de su cuerpo, con un
gemido torturado.

Grace recupero la cordura lentamente, su cuerpo tembló cuando Noah


desabrochó los pantalones de su traje. Su rostro seguía serio cuando sus
ojos se encontraron con los suyos. La levantó a una posición sentada sobre
el tocador.

Podía sentir su deseo ardiente y su alma llamando a la de ella, para


satisfacer su necesidad. Era casi como ser controlado por algo no muy
humano… y definitivamente no natural… al menos, no para ella.

Grace se deslizó del mostrador y fue sobre sus rodillas. El cuarto de baño
tenía un piso de mármol y se sentía duro y frío en sus piernas, pero ella no
lo reconoció realmente.

Tenía que liberarlo. Tiró de su cremallera y bajó sus pantalones y


calzoncillos negros. Su magnífica polla saltó libre, hinchada y engrosada.
Hizo que su corazón tronara y la necesidad instintiva se cerró de golpe para
saciarlo. 12

— Chúpame, Grace, — él gruñó mientras atrajo su cabeza más cerca de su


miembro grande y duro.

Se vio obligada a obedecer, necesitando su placer, con una intensidad que


la derribó.

Ella lamió la cabeza de terciopelo de su polla, saboreando el gusto de su


pre-semen en su lengua. Ella podría sentir su urgencia, así que envolvió sus
labios húmedos alrededor de él, tomando tanto de su falo grande como
podía. Su mano se enroscó alrededor de la base cuando su boca lo envolvió.

Él gruñó, un sonido bajo, gutural, mientras lo chupaba duro y áspero, tal y


como ella sabía instintivamente, que él quería. Grace no estaba segura de
cómo lo sabía, solamente que era claro para ella, que Noah lo quería crudo
y salvaje, lo necesitaba exactamente de esta manera.
Asió su cabeza y sus caderas bombearon en su boca mientras lo chupaba. Él
tomó control, mientras que enroscó sus manos a través de su cabello, que
caían hacia abajo y movió su boca ásperamente contra su polla.

— Chúpalo duro, Grace, — su voz era irregular y desigual.

Él era tan grande que su polla golpeaba su garganta y ella no podría


tomarlo todo, pero su mano estaba húmeda y se deslizaba detrás de sus
labios.

Todo el cuerpo de Noah se puso tenso, mientras sus caderas pistoneaban


en su boca. Ella sabía que iba al orgasmo y gimió alrededor de él,
necesitando probarlo. Movió las manos de su cabeza, permitiendo que se
separe, pero ella no se movió. Ella necesitaba saborear su gusto, su esencia.

Noah se vino con un aullido estridente, que envió escalofríos por su espina
dorsal. Su semilla caliente, abrasadora fluyó por su garganta y ella lo tragó,
feliz, disfrutando del calor y del gusto de él. Él era delicioso, degustando el
sexo y el pecado, el poder y la furia.

Grace podía oír a Noah jadear, mientras alejaba su boca de su polla. Ella 13
quería conseguir que sus piernas temblorosas la levantaran y caminaran
hacia una silla, así podría sentarse. Tiró del cuello halter de su vestido
detrás de su cabeza y alisó su falda sobre sus piernas. No sabía qué le
sucedió a sus bragas, pero sabía que él las rasgó de todos modos.

Noah se limpió en el fregadero y subió la cremallera de sus pantalones. Se


acercó a ella con un paño húmedo caliente y ella no protestó, mientras que
él se arrodilló para limpiar suavemente su cara y limpiar con dulzura entre
sus piernas.

Lanzó el paño detrás de él y aterrizó en el tocador sin un sonido.


Permaneció de rodillas y tomó sus manos en las suyas mientras le
preguntó suavemente. — Grace… ¿tiene una idea de lo que eres? —

Su cara ardía, enrojecida y ella estaba mareada y aturdida. — ¿Una


mujerzuela? — ella le preguntó con una voz confusa, perdida. Ella acababa
de tener el sexo más sobresaltado de su vida, en un cuarto de baño público
con un extraño… y él ni siquiera la había penetrado. Las lágrimas se
escaparon de sus ojos, mientras que ella, intentaba darle sentido a su
comportamiento lascivo.

Noah extendió la mano y le limpió las lágrimas, riéndose entre dientes


suavemente. — No, Grace. No eres una mujerzuela. No es culpa tuya. Eres
mi compañera. Te sientes atraída hacia mí, como yo me siento atraído hacia
ti. Mi reacción es más fuerte, pero sientes los instintos de acoplamiento en
menor medida. —

Grace lo lanzó una mirada perpleja cuando le contestó, — no entiendo. —

Él suspiró. — Soy un hombre lobo, Grace. Un lobo cambiaformas. Eres mi


compañera destinada. En alguna parte de tu ascendencia, debe haber
habido un descendiente cambiaformas. Puede ser una raza extinta, pero
tienes cierta sangre de cambiaformas. Es probablemente la razón por la que
te atraen tanto los animales salvajes, sientes afinidad con ellos, aunque no
tienes las habilidades de un cambiaformas. —

Oh. Mi. Dios. El hombre estaba loco. Un loco delirante. Ella extrajo sus
manos de las suyas y las cruzó sobre su pecho. — Soy una veterinaria,
Noah. Amo a todos los animales. Soy un científico. No hay existe tal cosa 14
como un cambiaformas. —

Noah la miró con una expresión resignada. Grace sintió un pulso de


electricidad en el aire. Ella en realidad la reconoció como un toque de
magia, pero rechazó reconocer ese hecho. Soy un científico. Soy un
científico.

Un momento estaba mirando a Noah y al siguiente… a un gran lobo timber1


blanco.

Sus ojos se abrieron tan anchos como los platos y ella retrocedió. Grace
tenía un saludable respeto por los lobos, y éste era un animal hermoso, era
casi totalmente blanco a excepción de un pequeño parche negro bajo su
barbilla. Sus ojos eran los de Noah. Azules profundos, y en ese momento,
muy suplicantes. Se movió más cerca a ella, lentamente, empujando su
suave pelaje contra sus brazos cruzados.

El corazón de Grace golpeaba violentamente en shock, pero no pudo


resistir al amante de los animales, en ella. ¿Cuantas veces tendría la ocasión
de acariciar a un timber tan hermoso como este? Éste no era ningún
híbrido… este era definitivamente todo un lobo, que probablemente
pesaba alrededor de ciento ochenta libras. Enorme… incluso para un lobo.

1-Timber: Lobo ibérico

Pasó sus manos sobre la suave piel de Noah. Lo acarició, amando la


sensación de su piel sedosa. Su cuerpo se retorció de placer por su
atención.

¿Un hombre lobo? ¡Mierda! Ella no podría creer que era verdad, pero no
podía negarlo. Acariciaba la prueba real.

El lobo se transformó al instante, nuevamente en Noah, y sus manos


terminaron arriba de su torso. Ella las apartó, asustada más del hombre que
de la bestia.

— ¿Tienes conciencia cognoscitiva mientras estás en forma de lobo? —ella


preguntó curiosamente. El científico y el veterinario en ella, necesitaban
hacer preguntas.
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— Sí. Mis instintos animales son fuertes, pero puedo pensar exactamente
como lo hago como hombre, aunque tenga un instinto que me conduce a
perseguir conejos a veces. — Él le dio una pequeña sonrisa, torcida. —
Ahora que estoy bajo los efectos de los instintos de apareamiento, me
temo que te veo como a mi presa y tengo el impulso incontrolable de
perseguirte en forma humana. Te necesito para aparearme conmigo, Grace.
No puedo tomarte a menos que estés de acuerdo. —

— Noah… estoy confundida. Esto ha sido demasiado para mí. Ni siquiera te


conozco. — Su voz era suave, su expresión aturdida. Ni siquiera había
conseguido superar el hecho de que existieran los cambiaformas. No es que
ella podría negarlo después de esa demostración, pero necesitaba…
tiempo. Ella acababa de perder una vida de creencias, limpiadas en un
momento.

— Tienes que decidirte, Grace. No será una vida feliz para cualquiera de
nosotros, si no lo haces. Si necesito presionar… presionaré. —

— ¿Qué significa eso? — Sonaba sospechosamente como una amenaza… y


a ella no le gustaban las amenazas.
— Significa que si decides no aparearte conmigo dentro de cinco días…
estaré retirando mi financiación para tu santuario. — Le dijo con una voz
práctica.

— No puedo hacerlo sin tu financiación, Noah. Lo sabes. Ese santuario


significa todo a mí. Pensé que significaba algo para ti también, puesto que
donas una fuerte suma. — Su voz era una mezcla de cólera y de pánico.

— Tú significas más. Tienes una semana a decidir. — La voz dura de Noah


le dijo que él quiso decir lo que dijo. Él lo haría.

Grace se levantó y lo miró a la cara, permaneciendo firme. Estaba enojada


mientras lo miraba. — ¿Me está chantajeando? Me entrego o pierdo mi
santuario. ¿Qué clase de compañero eres? —

— Te necesito y me necesitas. Espero que lo entiendas, una vez que te des


cuenta que es lo mejor. — Él le dijo simplemente.

— Eres un bastardo. — Las lágrimas de cólera fluían por su cara y ella


quería abofetearlo. Apretó sus dedos en puños, para oponerse al impulso. 16
Ella era una sanadora y sabía que lo lamentaría más adelante. No estaba en
su naturaleza.

— Realmente… nací de padres acoplados, pero entiendo porqué piensas


que soy un pendejo. Una semana, Grace. — Su voz se apago cuando él
desapareció, su figura desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Grace, seguía de pie allí, en shock. ¿Qué acababa de suceder? Era como
una pesadilla realmente mala… pero sabía que estaba despierta.

Tenía preguntas, una cantidad infinita de cosas que quería preguntar… y él


solo la había dejado.

No te dejé. Todavía podemos comunicarnos. Somos compañeros


reconocidos. Podemos hablar. Simplemente es mejor si no estoy cerca de ti
físicamente ahora. Tengo que admitir que no está ayudando a mucho. Tu
olor esta incrustado en mi memoria, conmigo a pesar de que no estamos en
la misma habitación.
¡Oh, mierda! ¿Él hablaba con ella mentalmente? ¿Qué demonios más no
conocía? Soy un científico. Soy un científico. — No te estoy hablando. Estoy
cabreada. — Ella oyó su risa ligera antes de que el silencio cayera.

*****

Cinco días, y contando.

Grace maldecía cuando salió de su oficina en la ciudad y caminó a su coche.


Había sido un largo día y estaba exhausta. Tenía una buena práctica en la
ciudad y disfrutaba lo que hacía aquí, pero su corazón estaba siempre con
su santuario, que estaba situado a veinte millas fuera del centro de la
ciudad. Tenía todo tipo de fauna allí, animales que habían sido heridos o
desplazados. Incluso tenía todo el papeleo necesario para admitir a los
gatos grandes que algunos idiotas habían decidido que serían buenos
animales domésticos… hasta que crecían y comenzado a hacer los qué le
venían natural a los gatos grandes, cosas que no eran aceptables para los
seres humanos, como cazar o protegerse a sí mismo.

Ella suspiró, la frustración crecía dentro de ella, como cuando pensaba en


los seres humanos, y la naturaleza egoísta que exhibían, a veces con los 17
animales. ¿Cuándo la gente realmente comprendería que los animales
salvajes nunca serían buenos animales domésticos? Nacieron para ser
salvajes y ser libres. Ella intentaba rehabilitarlos y liberarlos si era posible,
pero no todos podían hacerlos por sí mismo, en la naturaleza. La salud y el
bienestar de esos animales significaban todo para ella.

Tenía empleados bien entrenados que cuidaban a los animales, pero ella
todavía pasaba la mayor parte de su tiempo libre allí y era la fundadora así,
como la veterinaria residente.

Grace condujo la pequeña distancia a su solitario apartamento con el


corazón encogido. Se desvistió inmediatamente cuando entró en el cuarto
de baño y dejó caer su ropa en el cesto. Ella podía amar el trabajar con los
animales, pero necesitaba una ducha inmediatamente después de una
jornada de diez horas.

Sus músculos relajados cuando los chorros de agua caliente le daban


masajes sobre su cuerpo. Se enjabonó, intentando no pensar en Noah.
Había estado en su mente desde que la dejó sola en el cuarto de baño hace
dos noches. Su cuerpo dolía por él y tenía tantas preguntas que quería
hacerle, pero su terquedad no le permitía hablar con él. Él la chantajeaba.
Era un condenado matón. Se negó ceder al chantaje.

Ah… pero una parte de ella quería. Se sentía conectada fundamentalmente


con él. Se había sentido siempre sola, como sí una parte de ella faltaba,
incluso cuando estaba rodeada de gente. Era anticuada, pero nunca nadie
había llenado esas partes vacías… hasta Noah. Nada que lo que jamás había
sentido se comparaba con esta necesidad palpitando por Noah. No tenía
sentido. Ella apenas le conocía.

Su mano acarició su pecho y otra serpenteó por su cuerpo hacia su


necesitado centro. Cada vez que pensaba en Noah, ella se sentía como un
animal en celo.

Puedo ayudarte con eso

¡Noah! Sus manos volaron de su cuerpo en una precipitación culpable y


ella comenzó a enjuagarse. — ¡Sal de mi cabeza! —

Solo intentaba ser útil. Me estabas llamando.


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Su voz tenía un dejo de risa.

— No te estaba llamando. Estaba pensando en algo que se refería a ti. —


Ella le contestó en un pseudo tono digno, sabiendo muy bien que su cuerpo
lo había estado llamando a él.

Sé exactamente lo que estabas pensando, amor. Lo mismo que me persigue


noche y día. Pertenecemos juntos, Grace.

Mierda. Él utilizaba una voz baja, atractiva que la excitó al punto de la


locura.

— No vas a chantajearme con esto. Voy a encontrar un lugar para mis


animales. — Ella mintió mientras que intentaba ser fuerte. Sabía que no
podría colocarlos a todos. Estaba luchando por más fondos… pero fallaba
miserablemente. Incluso si pusiera cada penique que tenía personalmente
en el santuario, no duraría mucho. Después de luchar a través de escuela
por su cuenta, ella todavía pagaba los enormes préstamos estudiantiles. Y
sus ahorros eran patéticos.
Tienes que ser la mujer más terca que he conocido.

Podía sentir su suave suspiro en su mente.

— Y tú eres el varón más arrogante, más despótico que he conocido.— le


dijo firme. — Tienes que ser una alfa, — ella murmuró para sí misma.

Siempre he sido un alfa, amor.

Su tono era casual, como si indicara un simple hecho.

Ella dejó la ducha y se secó, tomando un camisón del cajón y tirando de él


por encima de su cabeza. Mientras que se deslizaba en la cama ella le
preguntó suavemente, — ¿Contestarías a algunas de mis preguntas? — Su
curiosidad superó su cólera. No tenía que ser su compañera para conseguir
respuestas.

Pregúnteme cualquier cosa. Solo tienes que hablar conmigo.

Oyó la soledad y el deseo en su voz, llamándola, obligándola a aliviar su


dolor. Ella comenzó a preguntar… y él contestó sin vacilación, desnudando 19
su alma a su compañera.

*****

¡Día cero, y no había más conteo!

Hoy era su plazo y Grace estaba agitada. Era domingo y ella tenía el día
libre. Quería ir al santuario, pero por primera vez en su vida, algo más tenía
prioridad sobre sus animales queridos.

Su corazón se sentía destrozado. La verdad era… que quería a Noah. Habían


comenzado a hablar hace cinco días y rara vez habían parado. Estaba tan
acostumbrada a tenerlo en su mente como si fueran sus propios
pensamientos.

Había poco que ella no supiera sobre él. Su hombre lobo podía ser un alfa,
pero él no era un bastardo. Tenía un buen corazón. Podría sentirlo. Sabía de
su pasión por los animales que protegía y muchas otras cosas sobre él, que
la intrigaban, que la atraían hacia él. Compartían tantos intereses comunes,
que era casi aterrador.
Porque realmente estamos destinados el uno al otro.

Sabía qué lo que él dijo era verdad. Ningunos de ellos, tendría una vida feliz
sin el otro. Noah era el único que podía llenar todos los agujeros vacantes
en su solitaria vida.

El problema real de Grace era su ultimátum. Odiaba sus tácticas de


chantaje y no quiso ceder. Sucumbir al chantaje no era la manera de
comenzar una larga vida juntos. Una vez que él la marcara, vivirían durante
cientos de años y rallaría en ella, cómo había obtenido su acuerdo, para que
se convirtiera en su compañera. Si lo aceptara, el resentimiento estaría
siempre allí, siempre interponiéndose entre ellos.

Le echó un vistazo al reloj. Las cuatro. Tenía cuatro horas para decidir.

Tiró su ropa al lavadero y limpió su apartamento, pero su obstinado


trasero no fue a él. Simplemente no puedo hacerlo. No puedo.

Las lágrimas fluyeron de sus ojos cuando miraba el reloj, borroso por la
inundación de humedad que no parecía tener fin. Cinco minutos más. 20

No estoy quitando mi financiación, Grace.

Noah. Su corazón le dio un vuelco. Su voz sonaba triste y resignada.

— ¿Por qué? No voy hacia ti, — ella le preguntó curiosamente.

No puedo. Desde que te conozco… no puede hacerlo… y no te quiero de esa


manera. Sé cuánto significa el santuario para ti. No puedo dejarte perderlo.
Rompería tu corazón.

Grace sonrió, su corazón saltaba de alegría. Ella asió sus llaves y su


monedero y corrió a su coche. Tenía toda su información personal y sabía
exactamente dónde vivía.

— Gracias, Noah. Eso significa mucho a mí, — ella le contestó suavemente,


su corazón latía rápidamente.

No hay problema. Solo quería que lo supieras. No quisiera que te


preocuparas por eso. Puedo sentir tu tristeza, y no puedo soportarlo.
Quisiera que fueras feliz. Nunca debí amenazarte. El instinto de
apareamiento tenía el control.

Lo sintió salir de su mente, mientras conducía los diez minutos necesarios


para llegar a su casa, los pedazos dentados de su corazón reparándose.
Noah había puesto sus necesidades antes de las propias, probando que ella
era más importante, que él consiguiera exactamente lo que quería. Ahora…
ella quería darle lo que quería, satisfacer sus necesidades. Todos y cada uno
de los placeres carnales que hubiese.

Sonrió mientras tiraba de su puerta delantera para abrirla. Su casa era


hermosa. La estructura de dos pisos del ladrillo se mezclaba con la
naturaleza. La hiedra subía a los lados y su casa estaba rodeada por una
gran variedad de flores y plantas. Su césped era verde y perfectamente
cuidado.

Una sensación de paz se apoderó de Grace. Respiró en las flores fragantes


cuando salió de su coche, sintiendo como si estuviera finalmente en casa.

Podía oír perros ladrar, mientras se acercaba a la puerta principal y sonrió.


21
Por supuesto que él tenía perros.

Noah abrió la puerta antes de que ella pudiera golpear, y fue casi lanzada
por dos grandes pastores alemanes. Ella rió mientras que se deslizaban
alrededor de su amo y se apresuraron para saludarla. Les murmuró
suavemente mientras les dejaba su esencia, acariciando sus cabezas.

— Vayan a jugar. — Su voz era severa y los perros salieron corriendo al


patio.

— Sabías que estaba aquí. — Ladeó su cabeza y lo miró.

Su cara parecida atormentada y se negó a mirarla. — Podía olerte. Siempre


puedo sentir tu esencia más fuerte, cuando estás más cerca. ¿Por qué estás
aquí? Te di lo que querías. —

Le dio un codazo, entró en la casa y cerró la puerta detrás de ellos. — Sí y


no. No quería ser chantajeada…pero no conseguí lo que realmente quería.

— ¿Qué querías realmente? Si se trata de más fondos… son tuyos. Puede
tener lo que quieras. — Su voz era monótona, pero ella sabía que él era
todo, menos indiferente.

Ella extendió la mano y asió su cabeza, forzándolo a encontrarse con sus


ojos. — Quiero aparearme contigo, Noah. Simplemente no quise ser
chantajeada por ello. Eso nos habría destruido eventualmente. Soy
miserable sin ti. —

Su magnífica cara se transformó mientras la miraba con incredulidad. —


¿Quieres aparearte conmigo? —

— Te amo, Noah. Sé no nos hemos conocido, por mucho tiempo… pero sé


que no puedo ser feliz sin ti. — Ella le dijo con sinceridad.

Gruñó mientras la levantó en sus brazos. Subió las escaleras de tres en tres,
una acción que la tenía en su dormitorio en segundos.

— Trabajas rápidamente. — Ella rió mientras la ponía de pie al lado de su


cama gigante. El dormitorio era elegante - tenues tonos tierra con muebles
clásicos. 22

— No quiero darte una oportunidad de cambiar de opinión. — Su voz era


una mezcla de anhelo y un rastro de miedo.

Grace alcanzo su top sin mangas y tiro de él, sobre su cabeza. Le dio un
tirón a los lazos de sus pantalones cortos y meneando sus caderas, los dejó
caer al suelo. Sus sandalias se deslizaron fácilmente. Se colocó delante él
con un sujetador y una tanga negros antes de contestar.
— No estoy a punto de cambiar de opinión. — Abrió el clip de su pelo y lo
dejó caer al piso. —Fóllame, Noah. Te necesito. No tengo miedo de tu lobo
nunca más. —

La mandíbula de Noah cayó y su rostro enrojeció con deseo. — No voy a


detenerme, Grace. No esta vez. No puedo, — él le advirtió con voz ronca
mientras rasgó sus jeans y se los quitó, sin apartar sus ojos de ella.
Desabrochó su camisa y él la dejó deslizarse al piso.
Estaba gloriosamente desnudo y extremadamente excitado. Su polla se
puso firme y sabía que estaba duro como una roca. Ella también sabía cómo
inflamar el lobo. — Soy toda tuya. Si me puedes atrapar. —

Se arrastró sobre la cama, aterrizando en el otro lado. Noah le dijo una vez,
que en la fase de apareamiento nada ponía a un lobo cambiaformas, más
loco, que la emoción de la caza.

Ella rió mientras que él rodó sobre la cama y ella correteó alejandose al
otro lado.

— No me empujes, mujer. — Su voz era feroz y salvaje y ella tembló


mientras vibraba a través de su cuerpo. Le cogió el gusto a este juego. La
caza estaba en marcha. Sus instintos le dijeron que lo hiciera trabajar por
ella… y ella lo hizo.

Siguió lanzándose lejos de él y él la persiguió caliente y pesado,


acechándola con intensidad y fuego sus ojos. La danza continuó hasta que
sus bragas estuvieron empapadas y ella jadeaba de deseo.

La atrapó cuando no pudo moverse lo suficientemente rápido para rodas 23


sobre la cama al otro lado del cuarto. La llevo abajo, fijándola sobre la cama
mientras le rasgó su sujetador y las bragas. Eran calientitas, pero no las
pudo cuidar. Los dos estaban jadeando, salvajes con necesidad volátil.

Su mano se sumergió entre sus piernas, gimiendo por la humedad que


encontró con sus dedos. Su boca cubrió la suya con desesperación salvaje.

Grace se reunió con su salvajismo, con su propia pasión primitiva. La sintió


alzarse para cumplir con la suya, sabiendo que necesitaba esta unión casi
tanto como él lo hacía. Movió su lengua con una ferocidad que ella no sabía
que era capaz de hacer. Su lengua combatió en duelo con la suya, follando
su boca mientras que ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello
firmemente. Sus dedos acariciaron a través de su humedad, resbalando
sobre su clítoris en un ritmo frenético.

Estaba desesperada por él. Apartó su boca de la suya y agarró su polla dura.

— Fóllame, Noah. Duro. Profundamente. Rápido. Hazme tu compañera, —


ella jadeó.
Él le dio la vuelta. Su cara sobre la almohada, cuando tiró de su culo hacia
él, sus manos acariciaron los globos perfectos. — Tienes un culo delicioso.
Es perfecto para esto, — su mano golpeo sus mejillas con firmeza. Las
nalgadas eran apenas lo suficientemente duras para picar, dejándola
retorciéndose, y aún más excitada.

Grace gemía, conociendo qué venía. Estaba a punto de conseguir su castigo


por hacerlo perseguirla. Los instintos de apareamiento de Noah se
encendieron en necesidad candente, y quería su sumisión. Ella sonrió
cuando sintió la quemadura, ya con su coño inundado. Las sacudidas
eróticas se sentían tan bien.

Ella lo oyó gruñir mientras acariciaba las mejillas ardientes de su culo,


satisfecho al parecer, como la había dominado. Su mano resbaló dentro de
sus pliegues saturados, acariciándola ligeramente, exasperándola,
tomándole el pelo.

— Por favor, Noah. Fóllame. — Ella sabía que botón empujar… y ella los
empujó sin remordimiento. Su necesidad lo volvió loco y su suplica hizo que
se deshiciera. 24

— Mía, — la palabra salvaje rasgó de su garganta mientras agarraba su


polla. Se hundió en su bienvenido canal mojado, con un empuje duro.
Le separó las piernas de par en par y se enterró hasta sus bolas, asiendo
sus caderas para tirarlas hacia arriba, para meterse duro en su entrada.

Grace dejó escapar un grito estrangulado de satisfacción, cuando se


unieron. Noah la llenó por completo. La estiró, forzando su canal a
ampliarse y aceptarlo.

Empezó un ritmo rápido, caliente mientras su polla resbalaba dentro y


fuera de su canal necesitado. Su apareamiento era loco y desesperado,
ambos abandonados totalmente e increíblemente necesitados, saboreando
la naturaleza volátil de su unión.

Los movimientos de Noah eran profundos, reuniéndose con su piel con una
fuerza violenta. Ella lloriqueó su nombre, mientras que cerró de golpe las
caderas detrás, contra las de él. Sus puños apretaron la almohada, su
cuerpo oscilaba con cada potente entrada.
Grace podía sentir su clímax construyéndose. Un grito atrapado en su
garganta, salió como un gemido ronco, cuando su orgasmo la golpeo con
todas sus fuerzas. Las paredes del canal se apretaron cuando inundó la
polla de Noah, con su crema caliente. Podía sentirse contrayéndose y
liberándose, dándole masajes a su polla, que furiosamente bombeaba.

Su cuerpo bajó para cubrir el suyo y repentinamente, impactante, sintió la


fuerte mordedura de sus dientes en su hombro. El dolor fue efímero antes
de que la inundara con un placer erótico que atravesó su ser. Su unión era
erótica y caótica. Ella podría sentirlo vinculándose, convirtiéndose en uno.

Noah aulló y lanzó su cabeza hacia atrás. Su grito era largo y ruidoso,
proclamando su victoria y su entrega. Empujó sus caderas a ras contra la
suya mientras lanzó su semilla caliente profundamente dentro de su matriz
con un gruñido, — Mía. —

Grace se derrumbó en la cama, su cara húmeda por el sudor y su


respiración entrecortada. Noah se dejó caer a su lado y la atrajo con fuerza
contra él. Enterró la cara en su pelo, inhalando y exhalando profundamente
mientras la abrazaba. Permanecieron así, hasta que sus sentidos volvieron 25
y su respiración y ritmos cardíacos se calmaron.

— ¡Mierda santa! — Noah gimió suavemente.

Grace se acurrucó en su calor, sabiendo exactamente lo que estaba en su


cabeza. No podía pensar en las palabras para expresar cómo se sentía, pero
Noah ya lo sabía, ya había intuido sus emociones.

— Te amo, Noah. — Ella coló las palabras que cayeron de su boca sin
pensar.

La abrazó con fuerza, temblando entre sus brazos. — Te amo tanto que
puede ser que me mates, Grace. —

Ella sonrió suavemente y se apartó para mirarlo a los ojos. — Pienso que
no. Te quiero conmigo para siempre. Aunque puede ser que te desafíe de
vez en cuando. —

Él le dio una sonrisa lobuna. — Sabes que me encanta un desafío. —


— Lo sé. Dudo que estés decepcionado. — Le dijo con una sonrisa de
complicidad.

— Mía. — Pasó la mano sobre la marca en su hombro. — Eres un milagro,


Grace. Nunca podrías decepcionarme, — le dijo sinceramente.

Grace lo beso tiernamente. Sabía que él no la vería siempre como un


milagro. Lucharían porque él era un alfa de nacimiento y ella tenía un
carácter obstinado. A veces ella lo haría a su manera porque ella entendía
su naturaleza… y a veces empujaría hacía atrás.

Pero se amarían. Feroz y profundamente. Podía sentir la conexión entre


ellos, los hilos invisibles que nunca les permitirían separarse.

Se acurrucó nuevamente en su cuerpo, más feliz y más completa de que lo


que había estado nunca. Ella tenía a Noah… y ningunos de los dos estaría
nunca solos de nuevo.

Cayeron dormidos con una sonrisa en sus labios y envueltos en los brazos
del otro. El hombre lobo y su compañera, dos mitades de un todo, estaban 26
finalmente completos.

~El Fin~
27
ENCUENTROS CAMBIAFORMAS DE J. S. SCOTT COPYRIGHT
© 2012 POR J. S. SCOTT

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

28
29
Si esto le hubiera sucedido a uno de los hermanos de Rafe Lancaster, supo
que se hubiera partido de la risa por la estupidez de su hermano.

Por desgracia... le estaba pasando a él, y no le encontraba la más mínima


gracia.

Ser atrapado fuera y durante el día fue una estupidez, y él lo sabía. Tenía
trescientos cincuenta años y nunca había sido atrapado
fuera, durante las horas de luz. Fue un estúpido error de joven
cambiaformas, un tabú que le había sido enseñado cuando era niño.

Era un maldito cachorro indefenso ahora. ¡Literalmente! Había cambiado a


la versión más pequeña de su lobo en cuanto le fue posible, intentando
esconderse de los cazadores que estaban demasiado dispuestos a ver su
piel de lobo llena de agujeros de balas.

Con una última ráfaga de energía el pequeño, blanco y esponjoso cachorro


de lobo corrió a un montón de maleza, tratando desesperadamente de
enterrarse en el montón de hojas y ramas que habían caído al suelo de un 30
árbol moribundo. No se pudo escudar
por completo. Su pequeño cuerpo se retorció, pero sus patas traseras
quedaron expuestas, dejándolo vulnerable y no totalmente escondido.

Sal de la luz solar. Sal de la luz solar.

La energía y la magia de Rafe se habían ido. Estaba vacío.

El sol menguo su fuerza y su magia había desaparecido. Apenas era capaz


de funcionar durante el día, incluso cuando estaba fuera del sol. El sol...
simplemente... lo dejaría como una tostada.

Debería haber regresado. Sabía que se estaba presionando demasiado.

Se había esforzado en su carrera nocturna, inquieto y nervioso, necesitaba


el ejercicio y la libertad de correr en su forma de lobo.

Los bosques estaban por lo general silenciosos y deshabitados. Hasta que


los cazadores lo habían visto en la madrugada, le habían perseguido sin
piedad. Esta área no estaba ocupada por lobos y la emoción de encontrar
una presa inusual les había impulsado a perseguirlo en sus ATV's1. Rafe
podría haber huido, y regresado a su casa antes de que lo atraparan... si no
hubiera recibido una bala que rozó su flanco y lo dejó herido.

La herida aún estaba sangrando, pero al reducir el tamaño de su forma


lobuna, había ayudado a reducir los daños.

Aun así, le había ralentizado y lo dejó desesperado por ponerse a cubierto.

Apenas estaba consciente, pero escuchó pisadas que se aproximaban. Eran


ligeras, pero no había dudas por el sonido del aplastamiento de las hojas y
follaje, que eran pisadas a través de la zona boscosa. ¿Los cazadores?
¿Alguien, o algo más?

Oyó un grito, femenino si él no estaba equivocado, de consternación y


horror cuando las hojas y las ramas se levantaron de su cuerpo.

Noooo. No me expongas al sol. Vete.

— Un cachorro— la voz suave, femenina exclamó. 31

¡Ponme donde estaba. Cúbreme!.

— Estás herido,— ella lo arrullo cuando pasó su mano sobre la mancha roja
en su flanco. — Y frío— Él sabía que temblaba de debilidad. Si hubiera
estado en forma humana habría suspirado mientras ella lo metió bajo su
chaqueta abrigada. Su cuerpo era cálido y felizmente estaba a oscuras.
Sintió la forma ágil femenina que le abrazaba bajo su chaqueta moviéndose
rápidamente. Él no estaba seguro de a dónde iba, pero seguro como el
infierno que esperaba que estuviese en un lugar oscuro... o por lo menos
fuera de la luz directa del sol

1 ATV´S:
Ella estaba corriendo. Rafe podía sentir la sacudida de cada paso
retumbando mientras corría rápidamente por los accidentados caminos de
tierra. Su mente estaba confusa, pero sabía que era rápida y cubría el
terreno a un ritmo veloz. .

Se acurruco más cerca de su cuerpo, ocultándose en la oscuridad, en el


interior de su chaqueta forrada de lana. Ella olía tan bien que no estaba
seguro de que a él le importaba adonde le estaba llevando. Con mucho
gusto se recuperaría aquí junto a su cálido y fragante cuerpo. Se sentía
embriagado con su aroma y se retorció de tal modo que pudiera empaparse
de él.

— Está bien, cachorro. Te tengo. Estamos en casa— , oyó a la jadeante


mujer asegurarle cuando una puerta se abrió y se cerró rápidamente detrás
de ella.
Él sintió su mano alcanzarlo bajo su chaqueta y acunar su pequeño cuerpo
contra sus pechos, sus suaves manos sobre su piel.
32
Bueno...Corrección, tal vez yo podría morir feliz aquí. Siendo presionado
contra esta mujer de pechos suaves, era un infierno mejor que freírse a
muerte en el bosque. Sus suaves manos no estaban tan mal.

Rafe abrió lentamente los ojos, al comprender que estaban dentro de una
casa que tenía persianas en las ventanas y en las puertas. Sin luz solar
directa.

Quizás no iba a morir hoy.

Él quería cambiar nuevamente a su forma humana, pero no tenía la fuerza


necesaria todavía. Estaba agotado y aún no había
conseguido la energía suficiente para cambiar.

La mujer compasiva lo puso en el sofá y lo cubrió con una manta suave.

— ¿Y si vamos al veterinario en la ciudad?— ella musito calmadamente.


No ¡Absolutamente no! Ni siquiera lo pienses. Nunca sobreviviría al paseo
en coche. Quédate aquí. Rafe intento de empujar el pensamiento en su
mente. El gimió patéticamente intentando convencerla.

Ella rio, una risa suave femenina que le encanto.

— Oh... no te gusta la idea, ¿no?—

Pues no. Es una muy mala idea. ¡Horrible idea! Que acabaría con un
cachorro de lobo frito.

Rafe sabía que no podía oírlo en realidad, pero esperaba que fuera lo
suficientemente sensible para captar sus señales.
Vio como ella fue a recoger su teléfono y marcar a lo que él suponía era la
oficina del veterinario. Había oído lo suficiente de la conversación para
deducir que el veterinario no estaba en la oficina hoy. ¡Gracias a Dios!

Colgó el teléfono y se volvió hacia él con un suspiro. — Me imagino que


estás atrapado con mis cuidados de enfermería hasta mañana, pequeño. —

Rafe podría vivir con ello. 33

Bueno... al menos pensó que podría... hasta que ella empezó a limpiar la
herida. Mierda... ¿qué estaba haciendo ella... tratando de matarlo? Todo lo
que estaba usando quemaba como el fuego del infierno.

— Shhh... está bien. A mi perro King tampoco le gustaba, pero no quieres


un infección,— le susurró en tono reconfortante mientras ella seguía con la
tortura. — Murió hace dos meses.— Rafe esperaba que no fuera por sus
cuidados de enfermería. Todo lo que ella estaba haciendo dolía como el
mismísimo infierno.

— Él era un pastor alemán y mi mejor compañero durante catorce años.


Tuve que ponerlo a descansar— Su voz era solemne y Rafe creyó ver
lágrimas en sus ojos.

Por supuesto, que no fueron sus cuidados de enfermería. Su perro había


vivido bastante, y llegado a una edad avanzada para un Pastor Alemán.

Ella era bonita, reconoció, mirando su cara ahora, que estaba lo


suficientemente cerca para verla y su mente mucho más despejada. Su
cabello castaño rizado estaba cortado con un estilo corto, que enmarcaba
su rostro en forma de corazón. Grandes y amables ojos marrones,
enmarcados por largas pestañas, que barrían sus mejillas cada vez que
parpadeaba, y que hacían que sus ojos incluso parecieran más grandes, o
así parecían en su rostro en forma de corazón.

— Ahí está. Todo listo, lo hiciste bien— ella comentó mientras que frotaba
ligeramente
su piel, como si ella acariciara a un niño. Él se preguntaba si conseguiría
unas pegatinaso una piruleta por ser un buen muchacho.

— Veamos si eres un niño o una niña.— Ella lo puso sobre su espalda y Rafe
tuvo que sufrir la humillación de que mirara los genitales del ―cachorro‖.
— Oh... tienes un pequeño wee wee. Sin duda un muchacho— ella
comentó cuando lo rodo y lo cubrió con una manta.

Rafe se erizo, insultado por su comentario.

Señorita, mi wee wee definitivamente no es pequeño. Sólo deja que recupere 34


mis fuerzas y cambie a mi forma humana. Te mostraré cuán grande es mi
wee wee.

Él cachorro dejó salir un pequeño quejido de irritación y se acurruco debajo


de la manta, escondiendo su cabeza.

Estaba fuera de combate. Su cerebro funcionaba pero su fuerza y su magia


fueron drenadas. Con un bostezo Rafe cerró sus ojos, se sentía seguro al
cuidado de esta mujer. El debía de estar verdaderamente agotado porque
generalmente no confiaría en nadie aparte de sus hermanos. Deseaba
poder llamarlos, pero no tenía el poder necesario en este momento. Él
tenía tres hermanos, pero Noah había encontrado recientemente a Grace,
su compañera y estaban actualmente de luna de miel en el caribe.

¡El afortunado hijo de puta!


Gemelos, él y Gavin eran los más viejos. Noah era cincuenta años más joven
y había conseguido encontrar a su compañera. Rafe estaba feliz por él, pero
se preguntaba si él encontraría alguna vez, a quien estaba destinada para
él. Desde que Noah había encontrado a su compañera, Rafe había estado
inquieto, al ver lo que se estaba perdiendo por no tener una compañera
propia. Trato de combatir la soledad corriendo salvaje en su forma de lobo.
En su forma humana… él estaba nervioso y agitado. La verdad sea dicha, en
realidad había comenzado mucho antes de que Noah encontrara a Grace,
pero solo se amplifico cuando los vio juntos. Para un lobo cambiaformas
encontrar a su compañera era la felicidad definitiva, el comienzo de una
nueva vida.

Rafe no quería nada más que encontrar esa clase de felicidad.

Se quedó dormido, dejando que la oscuridad lo llevara, mientras esperaba


que la noche cayera.

Zoey Hall ladeó la cabeza mientras miraba hacía la gran manta que cubría al
adorable cachorro blanco. Ella absoluta y positivamente no quería otro
perro. Perder al último casi la había matado.

Pero… era la cosita más linda. Ella seguía tratando de saber su raza, pero no
podía identificarlo con seguridad. Casi parecía un híbrido de lobo. Tenía la
estructura y las características del lobo, pero no había lobos en esta parte
del país. Tal vez alguien criaba cachorros, para después solo deshacerse de
ellos. 35
Iba a ser un hermoso perro cuando fuera adulto con todo ese pelaje blanco
puro, las características imponentes y los ojos azules inteligentes. Si esas
grandes patas eran una indicación, él también iba a ser enorme.

Ni siquiera pienses en eso, Zoey. Te mudaste aquí para escapar de tus


pérdidas.

No necesitas otro perro.

Había perdido a su hermana hace un año y medio en un accidente de


tráfico y a su novio seis meses después porque ella no podía salir de la
depresión - por la súbita desaparición de su hermana- no quiso tener nada
más que ver con ella. Incluso su querido King la había dejado, al morir por
su avanzada edad hace dos meses.

Ella se había trasladado a esta área aislada, hace un mes para huir lejos del
dolor, no para terminar adquiriendo un cachorro que a la larga la dejaría y
rompería su corazón una vez más.
Ella le dio la espalda al cachorro, decidida a trabajar un poco. Se había
levantado temprano para trabajar en sus ilustraciones para una comisión y
necesitaba ponerse a trabajar.

Cogió una taza de café de la cocina y se fue a su estudio, un dormitorio que


había sido convertido en un cuarto de trabajo. Abrió las persianas en el
estudio y dejó que la luz del sol entrara, e iluminar el lugar.

Zoey casi lo resentía .La oscuridad se ajustaba a su sombrío estado de


ánimo, pero ella necesitaba la luz para trabajar. Cogió su tableta y comenzó
a hacer el boceto. Después de diez minutos, miraba su trabajo con
frustración. El libro de niños que ella estaba ilustrando no incluía un
adorable perrito. ¡Mierda! Inconscientemente, había bosquejado el perrito
en su sofá, intrigada por cómo había derribado las defensas de su corazón…

Zoey desecho la página, enojada consigo misma por no concentrarse. Ella


pensó que al mudarse a esta zona tranquila y despoblada le daría una cierta
paz, pero ella estaba tan nerviosa, tan fuera de foco.

Decidida a lograr lo que se había propuesto hacer hoy, Zoey aparto el


dibujo de su tableta y se puso a trabajar en los patitos y los niños. Ella 36
terminaría este libro así la matara.

Tomando un sorbo de su café…ella se puso a trabajar con firme


determinación.

Tenía que salir de su depresión o su carrera y reputación como ilustradora


estaría en ruinas

Trabajó hasta la puesta del sol, sin dejar su silla más que para ir al baño u
obtener más café y de vez en cuando cedió a la tentación de comprobar a
su huésped canino.
Rafe despertó justo cuando el sol descendía, el flameante globo se
encontró con la tierra y desapareció, dejando las tierras boscosas en las
sombras.

Le llevo varios minutos aclimatarse, preguntándose porqué él no estaba en


su cama suave, King size en donde cabía su cuerpo largo y pesadamente
musculoso. Él despertaba generalmente con el culo al aire, desnudo porque
ésa es la manera en que se iba a dormir.
Pero aún estaba vestido con jeans y una camiseta.

Rafe apenas estaba recordando su mañana y su experiencia casi cercana a


la muerte, tomo una respiración profunda y se congelo. Su corazón se
aceleró, el lanzo la manta que lo había abrigado, y calentado su diminuto
cuerpo de cachorro y se levantó. Su lesión se había curado mientras dormía
y recuperó tanto su fuerza como su magia.
La manta, el sofá, cada molécula en el aire olía a ella.

¡Mi compañera!

Él olfateó varias veces, tomando respiraciones más largas, absorbiendo la


fragancia en su cuerpo. Su polla se puso dura como una roca
inmediatamente y su instinto de acoplamiento despertó con fuerza, su
sentido del olfato estaba gritando que al fin la había encontrado. Su
salvadora era también su elegida. Como cachorro el había estado delirante
cuando estuvo envuelto en su aroma, pero en su forma humana él…. la
había reconocido, un aroma tan delicioso e irresistible. La fragancia de la
mujer a la que estaba destinado unirse tenía un dulce bouquet, que era tan
seductor que temió perder la razón. La adrenalina acometió a través de su 37
cuerpo mientras que él saltó del sofá, buscando su ubicación, sus instintos
para conquistarla y dominarla casi nublo su razón.

Piensa, idiota. Ésta es tu oportunidad para una compañera. No para asustar


la mierda de ella.

Rafe intentó desesperadamente calmar sus instintos salvajes. Sabía que no


la ganaría aterrorizándola. Debió cambiar a su forma humana, antes de
despertar. Ella ni siquiera sabía qué o quién él era todavía.
Oyó un grito aterrorizado apenas comenzó a buscarla. La miró, sus ojos
azules se estrecharon, barriendo sobre su cuerpo antes hacer frente a su
mirada marrón asustada.
Él la vio evaluándolo, sabiendo que ella sentía, el tirón del deseo por su
compañero, incluso en su aterrado estado. Sus labios se separaron cuando
luchó por aire, su cuerpo reaccionaba mientras su mente luchaba por
razonar. Ella venía por un vestíbulo que él asumió llevaba a los dormitorios
y al cuarto de baño y su cuerpo comenzó a retroceder por el camino en que
vino.
– No tengas miedo, – tratando que su voz saliera con suavidad, incluso
mientras luchaba con el instinto de saltar sobre ella.
–¡Fuera de mi casa!– su voz temblaba mientras sus ojos se clavaron en el
teléfono, evaluando probablemente lo difícil que sería pedir ayuda.
–No estoy aquí para hacerte daño, – no pudo evitar moverse ligeramente
hacia ella. Su sola presencia lo tentaba de una manera que él no podía
controlar.
Sus ojos se dispararon hacia el sofá. –¿Dónde está mi cachorro?
¿Qué hiciste con él?– su voz era más fuerte mientras ella buscaba
desesperadamente a su forma de lobo su “cachorro”, sus instintos
protectores superando algo de su miedo.

¿Cómo podría decirle que él era su cachorro? Que el adorable cachorro de


lobo se había convertido en un lobo feroz en forma humana.

Sus labios se curvaron en una sonrisa, al ver sus instintos protectores


mientras corría alrededor, intentando desesperadamente encontrar al
cachorro indefenso. Ella lo ignoró mientras corría a la cocina y entonces
buscó detrás de las sillas y del sofá. Cuando pasó al alcance de su mano la
asió del brazo, tirando de ella contra él.

Cerró los ojos y gimió cuando la calidez de su cuerpo se filtró en el suyo.


Él fue sorprendido por el anhelo y la agarró por hombros, forzándola a 38
encontrarse con sus ojos.
Ella lo miró con una mezcla de miedo, cólera y un toque de deseo, sus ojos
llenos con emociones tumultuosas.

–¿Cuál es tu nombre?– Él tenía que saberlo.


–Zoey, Zoey Hall– ella contestó mientras que intentaba alejarse de su
cuerpo.
El nombre le pegaba, pensó, mientras le sonrió, intentando calmarla.

–Soy Rafferty Lancaster. Rafe– él tocó sus sedosos y finos rizos, mientras
continuaba. –Soy tu cachorro, Zoey.–

Ella estaba boquiabierta, dándole una mirada atónita, incrédula. –


Esa tiene que ser la cosa más ridícula que he escuchado.– Se burló,
mirándolo como si fuera un desequilibrado mental mientras terminaba.

–¿Y realmente crees que eres uno de los hermanos Lancaster?–


No le sorprendió que ella supiera quienes eran los hermanos Lancaster. La
mayoría de la gente lo hacía. Todos ellos eran multimillonarios y vivían
dentro de la misma área en general.
–Amor…soy uno de los Lancaster y soy tu cachorro.–

Él sabía que ella necesitaría antes pruebas, si es que iban a llegar a alguna
parte… y él necesitaba conseguir llegar a alguna parte y muy pronto.
Retrocedió y cambió a la forma más pequeña de su lobo, el diminuto
cachorro que ella había cuidado la mayor parte del día. Corrió hacia ella y
lamió con delicadeza su tobillo.

Ella se lanzó hacía atrás tan rápidamente que aterrizó sobre su trasero.

Puesto que estaba a salvo en el suelo, se transformó en su forma normal de


lobo…un lobo blanco totalmente crecido.

–Oh, mierda.– ella murmuró, retrocediendo rápidamente sobre su trasero,


su culo revestido de jeans probablemente conseguiría quemaduras por la
fricción, mientras trataba de alejarse de él. 39

Él le dio un momento para que la verdad se hundiera dentro de ella, antes


de cambiar de nuevo a su forma humana.

— Esto. No. Esta. Pasando— Ella sacudió su cabeza como si estuviera en un


mal sueño.

Rafe se agachó junto a ella. — Zoey, soy un cambiaformas.— Él tomó su


pálida cara entre sus manos. — Y tu eres mi compañera.— Las lágrimas
brotaban de sus ojos en un mar de confusión.

El corazón de Rafe clamó por calmarla. Como su compañero... era su


obligación... su necesidad.
Su dolor y confusión eran también las suyas.

Antes de que pudiera contenerse su boca cubrió la suya y su instinto de


apareamiento lo consumió total y completamente.
El corazón le latía con fuerza en su pecho, mientras su boca tomó la de ella.
Ella fue inundada con emociones que abarcaba todo, desde el miedo hasta
el deseo.

¿Un cambiaformas? ¿Un hombre lobo? Son criaturas mitológicas, no es algo


que exista en el mundo real.

Lo real era la pasión y el deseo en su beso. Sus brazos se cerraron en torno


a ella, mientras su boca devoraba la suya con un poder embriagador que
hizo que sus pezones se endurecieran como guijarros y su núcleo se
contrajera.

Ella no entendía lo que le estaba ocurriendo. Rafe le hizo hacer una locura
con una necesidad nunca había experimentado y que era a la vez
aterradora y erótica.

Su lengua se entrelazó con la de ella, cambiaba de posiciones, mientras la


clavaba en el suelo. Ella saboreó su peso, mientras sus brazos se enredaron
en su cuello, sus manos enterradas en su cabello rubio claro.

Él rompió su beso. — ¡Cristo! Zoey, te necesito.— Su voz la haría venirse en 40


sus bragas, su aliento caliente golpeaba su oído, mientras su mano se
deslizó bajo su camiseta para tocar su pecho. No estaba usando un sostén y
la palma de su mano hizo contacto directo con su pecho, bromeando y
pellizcando el pezón rudamente.

Zoey gritó, consumida su voluntad e inflamada por su tacto.


Sacó su camiseta por su cabeza, y ella no le detuvo. Él continuó su asalto a
ambos pechos mientras una mano ahuecó su núcleo, provocando su coño a
través del rudo material de sus jeans. Sus bragas estaban empapadas y ella
no tenía ninguna duda de que podía sentir el calor irradiando a través del
jeans.

— Necesito probarte, amor— dijo con voz áspera, su respiración


entrecortada, mientras desabrochaba sus jeans y bajaba la cremallera. Sus
dedos se deslizaron debajo de sus bragas y le acariciaba su húmeda y
ardiente carne. — Estás tan húmeda, caliente, lista para ser tomada. Ahora
que puedo oler y sentir tu excitación. Tengo que saciarme de ti,– él gemía
mientras jaló sus pantalones vaqueros y su ropa interior por sus piernas,
descartándolos en el suelo.
Zoey perdió todo pensamiento racional. Su cuerpo ya no era suyo.

Fue dominado y todo lo que le importaba era esa inexplicable urgencia de


llegar a su clímax.

Él gruñó cuando le extendió sus piernas y se sumergió entre sus piernas sin
dudarlo.

Zoey gimió con el primer contacto de su lengua húmeda y caliente. Fue


agresivo y salvaje, con su boca enganchada a su coño mientras su lengua
explorara ansiosamente entre sus sensibles pliegues. — Oh, Rafe. Sí— sus
manos estaban aún en su pelo y ella lo levantó contra su palpitante núcleo
con manos temblorosas.

Su cuerpo estaba zumbando con la sensación. Ningún hombre jamás había


sacado esta reacción de ella. Su cuerpo parecía como
si estuviese listo para encenderse cuando su lengua se adentró bajo la
cubierta protectora, exponiendo su vulnerable clítoris. Él lo lamió con
movimientos incontrolados y lo pellizcó, para mantenerlo en su lugar.
Su asalto implacable atrajo sus caderas del suelo, pidiendo la liberación. 41
Sintió a sus dedos deslizarse a través de su húmedo coño, provocando sus
tejidos y deslizando dos de sus grandes dedos dentro de su vacío y
mendigante canal.

— Sí. follame. Tengo que venirme.— Ella no sabía nada, sino el hecho de
que él estaba su interior y su necesidad inmediata de un orgasmo.

Ella gemía cuando oyó la aspiración húmeda de sus dedos trabajando,


jodiéndola más duro y más rápido y golpeando su punto dulce una y otra
vez. Más duro y más rápido. Su espalda se arqueaba, mientras su lengua y
sus dedos le daban tal placer que ella gritaba su nombre.

Espasmo tras espasmo, apretando alrededor de sus dedos, que se inundó


con la humedad que bañó sus dedos y que él lamió como si fuera un gato
lamiendo una sabrosa crema.

Era casi insoportable y se retorció con cada pedacito de placer que tenía en
su cuerpo.
Se deslizó por su cuerpo con la gracia de un bailarín, deteniéndose para que
su lengua atormentara sus pezones duros como guijarros.
— Mía— -gruñó él, hiperventilando en su oído. Él la tomó de sus muñecas,
sacándola de su cabello y anclándolas sobre su cabeza.
La besó, poseyéndola como si le perteneciera, marcándola antes de que
explotara y le dijo en una voz áspera, — formas parte de mí, Zoey.
Emparejate conmigo.— Ella abrió los ojos, que no se había dado cuenta,
que los había cerrado y se reunió con su feroz mirada azul. Estaba
hipnotizada por su mirada. Ella se estaba ahogando y no había nada que
pudiera hacer para salvarse a sí misma.

Apretó el jeans que cubría su polla contra su coño mojado, la fricción


haciéndola gemir. — No,— ella se ahogaba, su cuerpo quemando por la
verdadera penetración. Ella necesitaba su vara enterrada profundamente
dentro de su vientre vacío. Tiró de su camiseta, necesitan sentir su piel
contra la suya.
Se sentó y se quitó la camiseta. Ella lamía sus labios, mientras su gran mano
fue hacia abajo para liberar su polla de su confinamiento. Estaba fuera de
sus pantalones y calzoncillos antes de que pudiera tomar un respiro y ella
se mordió el labio cuando su miembro brotó libre. ¡Caliente. Duro. Enorme!
42
Su rostro estaba enrojecido y sus ojos estaban ardiendo. Zoey podía ver las
gotas de sudor sobre su pecho y en la cara, un testimonio de lo difícil que
había sido para él contenerse y poner sus necesidades primero.

Alargó la mano para tocar su hermosa polla, pasando sus manos sobre la
sedosa superficie. Deslizó un dedo birlando una gota de humedad de la
punta y se la llevó a la boca. Ella saboreó el sabor de su sexo, queriendo
más.

— Quiero probarte— le dijo, dándose cuenta de que en realidad estaba


quejándose.

Agarró sus muñecas de nuevo y la encarceló con su cuerpo.

— No, Zoey. Me voy a venir. No podré contenerme— frotó su cuerpo


ardiendo sobre ella. Podía sentir su eje deslizándose a lo largo de su raja
empapada.
— Tómame, Rafe. Te necesito— Ella levantó las caderas mientras su lengua
se deslizaba a lo largo de su cuello, haciendo que temblara todo su cuerpo.

— ¿Estás de acuerdo en aparearte conmigo, Zoey?— su voz era dura y


exigente.

Zoey sabía que ella estaría de acuerdo con cualquier cosa si él solo la
tomara.

— Sí. Estoy de acuerdo con aparearme contigo. Sólo hazlo—


Rafe agarró su polla y la empujó en su orificio caliente y vacío. Le oyó
respirar fuerte y gemir cuando se enterró en su canal. —Tan caliente y
húmeda. Apretada. Mía. Mía para siempre, Zoey.—

–Sí. Sí. –Su cuerpo se estiró para adaptarse a su tamaño, las paredes de sus
músculos se expandieron. El la llenó con su longitud y circunferencia con
tanta fuerza, tan perfectamente, que casi llegó con su primer golpe.

Quería tocarlo, tan mal, pero sus manos todavía estaban atrapadas por
encima de su cabeza como si tuviera miedo, que ella se fuera. Como si ella
pudiese ir a cualquier parte con su cuerpo en éxtasis por su frenética 43
dominación, la cautivó de tal manera que la dejó sin escapatoria. Sin deseos
de escapar.

Ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura, mientras él la tomaba tan


duro y rápido. Nunca había sentido nada tan bueno o tan correcto. Su polla
bombeaba en ella mientras su cuerpo apretado, rogaba por más.

Bajo su boca, entrelazando su lengua con la de ella, tomando el poco aire


que le quedaba y dejándola sin aliento. La besó hasta dejarla sin sentido,
mientras su polla la jodía sin misericordia, sus caderas trabajaban como un
pistón de movimiento rápido. Apretando contra su clítoris con cada golpe.
Ella separó la boca para tomar una respiración agónica, sintiendo la fuerza
de su potente orgasmo comenzar a golpearla.

Cuando ella se rompió, las olas golpearon su cuerpo, un grito desgarrador


escapó de su boca que se convirtió en un gemido bajo, cuando ella fue
bañada e impregnada con el éxtasis. Los espasmos ordeñaba la polla de
Rafe y lo oyó gemir cuando ella lo lanzó por
el borde, lo que le hizo derramar su flujo caliente muy profundo dentro de
ella. Le mordió el hombro y le dolió, pero era un dolor erótico que elevo su
placer. Los dientes la sostuvieron un momento y, a continuación, la puso en
libertad con un gruñido.

Le soltó sus muñecas y ella envolvió sus brazos alrededor de su gran


cuerpo, sujetándose a él con su vida, mientras sus cuerpos temblaban.
Rodó a un lado, llevándola con él, sosteniéndose firmemente entre sí,
mientras jadeaban por aire.

— Mía,— ella lo oyó rugir, mientras su respiración golpeaba en un lado de


su cara a un ritmo vertiginoso.

Ganó sus sentidos lentamente. Su corazón se calmó y recuperó el


pensamiento racional mientras se retorcía contra él, y se preguntaban por
qué tenía que estar cerca de él, tan mal.
Le tomó varios minutos antes de estrellarse con la realidad. Oh. Mierda.
¿Qué había hecho? Sólo había jodido con un total desconocido y tuvo el
mayor estremecedor orgasmo de su vida con un hombre que ni siquiera era
realmente humano.
44
Ella se retorció en sus brazos, evitando sus ojos. ¿Y ella se había
preocupado por la posibilidad de estar unida a un cachorro? Sus acciones
hasta ahora eran bastante inofensivas.

— Hola— envolvió sus brazos alrededor de su cintura antes de que pudiera


levantarse. — ¿Estás bien, Zoey?— Diablos, no. Ella no estaba bien. El
remordimiento se la estaba comiendo y ella tenía que escapar. — Tengo
que vestirme— Se apartó de él y rápidamente sacó su ropa, sus ojos nunca
se reunieron.

Él se levantó y pudo ver a su glorioso cuerpo desnudo por el rabito de su


ojo. Su estómago se contrajo al observar sus potentes músculos moverse
cuando pasó la camisa por encima de su cabeza y se deslizó en sus
calzoncillos y sus jeans.
Se aclaró la garganta nerviosamente mientras se escondía en su camiseta.
— Esto fue un error— Él se acercó y tomó su rostro, obligándola a mirarlo a
los ojos. — No fue un error, Zoey. Tú y yo somos ahora compañeros.
Estamos hechos el uno para el otro.—
— Oh, por el amor de Dios, ni siquiera nos conocemos mutuamente.— Sus
labios se curvaron en una sonrisa malvada. — Yo diría que nos conocemos
muy íntimamente.— Se le llenaron
los ojos de lágrimas cuando la enormidad de lo que era y lo que había
hecho, todo eso, la golpeó de una vez. Quería estar sola. Necesitaba estar a
solas. Había perdido demasiado. Ella no podía más. Sabía instintivamente
que Rafe volvería su vida al revés. Se había mudado aquí para encontrar la
paz y recuperarse. No necesitaba esto.

— Déjame, por favor— susurró, con el corazón adolorido, incluso cuando ya


había pronunciado las palabras.

— Sé que esto es mucho para manejar, Zoey, pero ahora somos


compañeros. No sobreviviremos el uno sin el otro. Sé que eso me matara—
su voz era sincera y grave por la emoción, cuando la atrajo hacia él y la
estrechó con firmeza. — Por favor. Dale una oportunidad. Dame una
oportunidad—

Sus emociones se levantaron dentro de ella, mientras se ahogaba en un


sollozo. — No puedo. Yo simplemente no puedo— Lloró, liberando toda la
angustia de su pasado, su sufrimiento y dolor. 45
Ella sollozó por su hermana, su compromiso roto, la pérdida de su
compañero. Su hombro fuerte y su fuerte abrazo la obligaron a decir todas
sus razones para mudarme aquí y su necesidad de encontrar un poco de
paz. La escuchó… sin dejarla mover ni un centímetro, ni abandonar su
abrazo consolador.

Ella se echó hacia atrás y se limpió las lágrimas de su rostro, sintiéndose


como una idiota por liberar el último año y la mitad de los incidentes
emocionales en él, en pocos minutos. — Lo siento.— Su cara enrojeció de
vergüenza. — Supongo que sólo necesito estar a solas.—

— No, no, amor. Necesitas a tu compañero. Y estoy aquí ahora.— Él la dejó


alejarse, pero sus ojos estaban llenos de compasión. — Tómate tu tiempo
para entender todo esto. No voy a ir a ninguna parte.—

Ella miró a sus hermosos ojos azules y bebió de su presencia confortable.


Eran desconocidos, pero tan conectados que casi podía creer que
realmente era su compañera. Casi podía aceptar que se pertenecían.
— Se que no me crees en este momento, amor... pero lo harás—su voz era
firme y segura.

No podía imaginar que ella nunca lo comprendería por completo, o lo


aceptara... pero hubo una pequeña parte de ella que quería.

Dos meses más tarde... Zoey lo creyó. Cuando observó a Rafe y a su


hermano Noah pescando en un pequeño río cerca de su casa, se sentó
cómodamente en la hierba con Grace la esposa de Noah, mordisqueando
algunas uvas de su picnic almuerzo que los dos hombres habían consumido
casi por completo.

— Míralos... hinchando el pecho como niños pequeños discutiendo sobre


quién puede atrapar el pez más grande— Grace se rió con suavidad, pero
su voz estaba llena de amor y afecto.

Noah y Rafe se parecían tanto que no había duda de que eran hermanos,
aunque ella pensaba que Rafe era el más guapo de los dos. No tenía la
menor duda de que Grace pensaba exactamente lo mismo de Noah.

En los dos últimos meses Rafe muy lentamente, había neutralizado sus 46
defensas, hasta que no le quedo ninguna. Adoraba al hombre con cada
pedacito de su corazón y su alma. Rara vez se separaban, pasaban todas sus
noches juntos. El horario de sueño de Zoey había cambiado gradualmente
para que coincidiera con el de él, su cuerpo adaptándose a un ritmo
diferente. Ella había aprendido a amar a la noche y todos sus encantos. Uno
de ellos en particular, que estaba a menos de veinte metros e hizo que su
corazón subiera al séptimo cielo cada vez que lo veía.

Rafe la había cortejado con dulzura y románticamente. Su paciencia y


amabilidad había ayudado a curar las heridas del pasado. Ahora había un
montón de risas y felicidad sin fin.

También follaban hasta dejarla sin sentido como si él nunca pudiera tener
suficiente. Su cuerpo se tensó cuando pensaba en la noche anterior...
Pensamientos traviesos, amor. No me pongas duro aquí en frente de mi
hermano. Voy a tener que llevarte al bosque y hacer algo al respecto.

Sus labios se curvaron en una sonrisa. No se había acostumbrado lo


suficiente, al hecho de que podían hablar en sus mentes, o que podía leer X
pensamientos sobre él.

Te amo, Rafe.

Zoey nunca se lo había dicho antes. No había querido decírselo de esa


manera, pero su corazón estaba tan lleno, que necesitaba contárselo o
explotaría de la emoción.

Se dio vuelta y sus ojos azul intenso se reunieron con los suyos. Tiró su caña
de pescar y la sacó del suelo, balanceándola en sus brazos. — Dímelo de
nuevo. Dilo en voz alta.— Su voz era baja y ronca.

— Te amo... hombre exasperante... ahora bájame.— El se rió de ella,


cuando lo pateo, al poner de nuevo sus pies en el piso. Él sólo la levantó y
abrazó con más fuerza.
47
— Ya era hora. Te amo también, Zoey. Tanto que me duele— Cubrió su
boca con la suya, sellando su amor con un profundo beso.

— Hey, ustedes dos. Consigan una habitación.— Noah se rió mientras


echaba a un lado su caña y se dejó caer junto a Grace.

— Estaremos de vuelta en una hora o dos— gruñó Rafe mientras se llevaba


a Zoey hacia el bosque.

— Tómate tu tiempo.— Noah comentó entre risas, mientras besaba a su


esposa Grace suavemente con una perversa mirada en sus ojos.

Rafe nunca miró hacia atrás, mientras llevaba a su amada compañera


profundamente al bosque, y le mostró exactamente cuánto la amaba y la
apreciaba.
Zoey se rió en protesta por su abrupta interrupción del picnic... pero le
encantó cada minuto.

~El Fin~

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Encuentros de Cambiantes por J.S. Scott Copyright ©2012 de
J.S. Scott
Todos los derechos reservados

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51
Después de ser abandonada por su novio, después de que robara
su tesis doctoral y terminara perdiendo el trabajo que tanto había
codiciado, Faith Prescott no parece tener espíritu festivo. Con los
ánimos tan bajo como su saldo en banco, ella va a una venta de
Black Friday para tratar de obtener un equipo que necesita
urgentemente para mejorar su situación. Por desgracia, se entera
de que su suerte no es mejor cuando pierde el último en venta al
precio de ganga... a manos de un inquietante guapo, seductor
hombre. Es grande, es intenso y está totalmente fuera de su liga.
¿Por qué un millonario precioso podría interesarse en una simple
mujer como ella que pasa más tiempo con los animales salvajes
que las personas? Y Faith no estaba realmente interesada. Ella 52

había tomado vacaciones de los hombres después de su última


experiencia con el perdedor de su novio. O por lo menos es lo que
ella piensa, hasta que es secuestrada por el Sr. Alto, rubio y
oscuro intenso de la zona de aparcamiento del centro comercial...
Gavin Lancaster odia Navidad y todo aquello relacionado con la
temporada de vacaciones. Obligado a parar en el centro comercial
para recoger un equipo para su cuñada, todo lo que quiere hacer
es obtener el equipo y alejarse de la ciudad y su masa de locos de
compras de navidad. Gavin no quiere una compañera, pero el
destino no se puede negar.
En un momento de pura desesperación, Faith pide un milagro de
Navidad... y descubre que el viejo San Nickolas a veces concede
deseos en mejores y misteriosas formas.
Gavin Lancaster odiada Navidad.

No era sólo un leve desagrado por la temporada o, incluso, algo similar a la


ambivalencia o desinterés de las festividades de Diciembre. Pues no. Era
una total y completa aversión, repugnancia absoluta de todas las cosas
verdes y rojas, todo aquello relacionado con el período comprendido entre
el Día de Acción de Gracias y Año Nuevo, el momento en el que todo el
mundo estaba lleno de alegría y artificial nauseabunda alegría.

Gracias a Dios, que todo vuelve a la normalidad después del 1 de enero!


Todos volverán a ser avaros, egoístas, calculadores y groseros...
53
Sus dos hermanos lo llamaban Gavin el Grinch. Realmente, no era como
que él estaba tratando de robar la Navidad, sólo quería que terminara!

Por desgracia, sólo es fin de noviembre, el día después del Día de Acción de
Gracias.

Black Friday1, el día en que todas esas personas supuestamente felices


llenos de el espíritu Navideño se pisotean unos a otros sólo para ahorrarse
unos pocos pesos. Qué en el infierno es tan grandioso sobre esta peculiar
costumbre, nunca lo iba a entender.

Merry Fucking Christmas... ahora maldita sea apártense de mi camino


antes de que parta sus dedos por tocar el artículo que quiero que está en
venta. Ho Ho Ho!

Por lo tanto, ¿por qué estaba aquí en el centro comercial, a las ocho de la
noche, en el día más malditamente ajetreado del año? ¡Sin duda no era
porque estaba buscando ofertas o tenía que buscar buenas ofertas.
Maldición! Él es un millonario, capaz de comprar todo lo que deseaba a un
precio regular y razonable. En su opinión, Black Friday es para masoquistas,
personas que disfrutan torturándose a sí mismos.

1 BlackFriday : Viernes Negro es el dia que inaugura la temporada de ofertas navideñas.


Estaba aquí por una razón y sólo por una única razón. Zoey, la compañera
de su hermano gemelo Rafe , le había llamado porque él estaba en la
ciudad esta noche por negocios y ella ha utilizado esa calculadora, dulce voz
suya para manipularlo para que fuera al centro comercial a recoger un
nuevo ordenador portátil para ella.

Por favor, Gavin. Realmente quiero este equipo y se van a quedar sin ellos
si no tengo uno ahora.

Si hubiera sido su hermano Rafe quien se lo solicitara, Gavin no habría


tenido problema en decirle que se fuera directo al infierno. Pero el
bastardo había hecho que Zoey lo llamara y preguntara, y Gavin no había
podido decir que no.

Realmente, él necesitaba ser más duro cuando se trataba de sus


54
cuñadas. Zoey y Grace podían lograr que hiciera cualquier cosa por ellas.
Todo lo que tenían que hacer era llamarlo, preguntar con dulzura y él
saltaría a través de los aros para conseguir todo lo que deseen, haciendo
cualquier cosa que le pidieran, independientemente de cuán inconveniente
podría ser para él.

Sintió lástima de Rafe y Noah. Por lo menos sólo recibía llamadas


ocasionalmente de Grace o Zoey, y por lo general sus solicitudes eran
bastante razonables. Salvo esta noche! Sus dos hermanos tenían que vivir
con Grace y Zoey, estaban apareados con ellas, subyugados a sus llamados
y pedidos cada instante de cada maldito día. Seguro, Rafe y Noah los dos
tienen una pareja sexual, disponible y conveniente, pero ¿a qué costo?

Gavin caminaba a través de las masas de los cuerpos en torno a él,


tratando de hacer su camino a través de la muchedumbre para llegar a los
ordenadores, en la concurrida y popular tienda de electrónica. Él maldijo
mientras un codo se incrustaba en su intestino y se vio impulsado hacia
adelante con un vicioso golpe de un carro de compras a su trasero.
Cristo! ¿Qué demonios estaba haciendo aquí? No era como que Rafe no
podía permitirse el lujo de pagar el precio completo de la maldita
computadora. Sus dos hermanos eran tan ricos como Gavin. Por desgracia,
Zoey sabía exactamente cómo llegar a él, implorando que necesitaba el
equipo inmediatamente, que realmente lo quería, realmente lo necesitaba.

Idiota... es tu propia culpa por responder tu teléfono celular. Podrías


estar en casa ahora mismo, fuera de la ciudad, relajándose con una copa de
vino y reclinado en el jacuzzi.

En vez de eso, estaba rodeado por personas en un frenesí a la caza de


gangas. ¿Qué demonios es lo que tiene un Black Friday para enviar a una
comunidad perfectamente normal a una demencia temporal?

Un gruñido escapó de su garganta, mientras alcanzaba la caja que


contenía el equipo que Zoey había solicitado, su paciencia se estaba
acabando. Su lobo se paseaba, ansioso; odiaba la ciudad y las masas de
gente alrededor de él. Gavin aspira una respiración profunda, tomando
aire por la nariz por primera vez desde su entrada en la tienda. Había
55
tratado de evitar el olor de la gente, su sentido del olfato es delicado, y
algunos de los cuerpos chocando con el suyo evidentemente no había
practicado particularmente una buena higiene.

Una pequeña mano delicada aterrizó en la parte superior de la suya; el


simple toque, haciendo erizar cada uno de los pelos de su cuerpo. Él siseó
mientras inhalaba un olor que pensó que nunca volvería a experimentar.

El perfume de su compañera.

El sentido del olfato de Gavin se puso en marcha y luchó


desesperadamente para evitar absorber su fragancia por cada poro de su
cuerpo, pero fracasó miserablemente, su instinto de apareamiento era
demasiado fuerte. Su dulce aroma lo rodeó, le consumió, en cuestión de
segundos.

Dios mío, no de nuevo.


Su polla se inflamó mientras su esencia lo abrumaba, desgarrando su
sentido común y control, dejando sólo instinto animal. El deseo de reclamar
a su compañera.

Mía!

Arrastró su mirada salvaje hacia arriba mientras su corazón retumbó


contra la pared del pecho. Su mano saltó hacia atrás y él casi gimió con
decepción mientras se le había privado de la sensación de su piel contra la
suya. Agarrando la caja del equipo la levantó y se la puso debajo de su
brazo, barriendo con la mirada cada función, cada detalle de la mujer que
tenía su atención.

Hermosa!

Ella era pequeña, curvilínea, vestía vaqueros y una sudadera que fue
rematada por un chaleco guateado rosa. Gruesas gafas asentadas en el
puente de una adorable, pequeña nariz. Su piel estaba sonrosada, y Gavin
podía sentir su malestar. Ella nerviosamente empujó un mechón lacio, de
sedoso cabello castaño claro detrás de su oreja. Precioso pelo que rozaba 56
sus hombros, que él quería alcanzar y tocar, enterrar su mano en el,
acariciar con la nariz, hasta que todo lo que pudiera sentir fuera a ella.

Mía!

Gavin tuvo que apretar los puños para evitar llegar a ella, tomar lo que
le pertenecía. Su mirada se topó con la suya, fue su expresión aterrorizada
la que lo detuvo. Cristo! La estaba asustando. Sin duda su gruñido y su
expresión posesiva eran un poco demasiado, incluso si era Black Friday.

—Aquí. Toma. Es el último. — Él le ofreció el ordenador como una oferta


de paz, luchando contra cualquier instinto carnal en su cuerpo para tratar
de no asustarla.

—Uh... no, gracias. Consérvalo. Parece que lo quieres más que yo. —

Dios, su voz era dulce, y ronca, seductora. Él deseaba escucharla gritar


su nombre mientras enterraba su palpitante polla en su cuerpo,
reclamándola, satisfaciéndola.
Ella se volvió y comenzó a correr. Maldición! Me tiene miedo! Él la
siguió, haciendo su camino empujando con el codo a través de la multitud,
tratando de no perder de vista su curvilíneo trasero mientras que él siguió
su estela, sudor escurriendo por su frente, su corazón golpeaba
ruidosamente.

No corras. Por el amor de Dios... no corras.

Ella era rápida, esquivando a la muchedumbre, refugiándose debajo de


brazos y cuerpos, empujando su camino fuera de la tienda como si el diablo
lo estuviera siguiendo. Gavin maldijo, tratando de ganar terreno sin
derrumbar personas al piso. Estaba desesperado, y su urgencia aumentó el
doble mientras ella trataba de alejarse de él. El lobo gruñó, entusiasmado
por la persecución, queriendo atrapar a su presa. Gavin, el hombre, estaba
igual de entusiasmado. Él quería atraparla, clavarla a la pared y follarla
hasta que implorara por clemencia.

Para. No corras.

Huyendo de un compañero Cambiaformas sólo aumentó su necesidad de 57


capturar y dominar, inflamó su deseo ya fuera de control.

Gavin la persiguió, su mano apunto de agarrarla por la cintura, cuando


fue capturado por varios guardias de seguridad. Irritantes alarmas sonaron
fuerte mientras él salía de la tienda.

Mierda! Noooo!

Su lobo aulló, el chirrido retumbando dentro de la cabeza de Gavin.


Luchó, tratando de contener su bestia, incapaz de determinar, por un
momento aterrador, si el vencedor sería hombre o canino mientras con
ojos hambrientos veían la espalda de su compañera.

Él dejó de luchar contra los hombres que lo contenían. Él fácilmente


podía haberlos tirado al suelo, inconscientes... o peor. Pero el hombre en él
no lo permitiría, no se trataba de perjudicar a dos hombres que sólo
estaban haciendo su trabajo, sin importar qué tan mal su lobo deseaba que
lo hiciera.

No! Maldita sea. No quiero una compañera. Es malditamente doloroso.

Gavin retrocedió, permitiendo que los dos hombres sujetando sus brazos
lo llevaran de vuelta a la tienda. Tendría que tratar con ellos, y lo haría, tan
pronto como él pudiera apartar su mirada de la imagen desapareciendo de
su compañera, cada vez más pequeña y más pequeña en la medida en que
huía más y más lejos de él.

Tomó todo lo que tenía, cada onza de fuerza en su cuerpo no soltarse y


perseguirla hasta tenerla bien agarrada y totalmente atrapada. Su instinto
de lobo lo exigía, gruñendo y aullando de desesperación mientras Gavin
luchaba, con él mismo. Estando en conflicto, una parte queriendo arrastrar
su trasero tras ella, la otra parte deseando alejarse lo más lejos posible de
ella, él retiró la mirada de su figura alejándose.

No puedo volver a hacerlo. No lo haré.


58
Gavin dio otro paso hacia atrás, intentando deshacerse del temblor que se
movía violentamente a través de su cuerpo, causado por la distancia entre
él y su compañera recién descubierta.

Él tomó una respiración profunda, su olor persistente en la piel,


consumiéndolo a cada segundo que pasaba, sabiendo por experiencia que
la locura no lo abandonaría.

Era peor esta vez, mucho más intensa. Las únicas cosas que lo retenían
eran su ser humano y sus emociones, es decir su miedo. El miedo es un
motivador poderoso, una excelente razón para ignorar a su lobo. El
problema era que no sólo su lobo la deseaba. Era un Cambiaformas , y casi
todas las células de su cuerpo la querían, dolían por ella para que lo
completara, y él no estaba tan seguro que sólo el miedo podría ganar esta
guerra.

Estrechando los ojos, su mirada regresó hacia atrás en el último lugar que
la había visto , necesitando conectar con ella de alguna manera,
desesperado por conseguir algo, lo que sea, que calme la tempestad que se
desarrolla dentro de su cuerpo y su mente.

Pero así de rápido, ella se había ido.

Faith Prescott salió de la tienda de 1 dólar en el mall con rapidez, un


sentido de urgencia apurando sus pasos, no sabía exactamente por qué se
sentía tan al borde.

Ella tembló, y no por el frío, pero por ... anticipación?

Moviendo su cabeza en confusión, tratando de despejar su confuso


cerebro, sus ojos buscando su vehículo en el oscuro estacionamiento,
tratando de no dejar que la imagen de él nublara su visión.

Penetrantes ojos azul zafiro, pelo rubio y sedoso recortado en un estilo


apropiado para su rostro esculpido, y su enorme cuerpo, que fue hecho
para el pecado, eran muy difíciles de ignorar. Vestido con un impecable
traje y corbata azul profundo que hacían juego con sus ojos, había sido... 59
impresionante... y su reacción a él había sido nada menos que una intensa.

Pero no ha sido sólo por su aspecto ultra-caliente que había tenido su


atención. Había algo en él, algo que la llamó, hizo que cada instinto
primitivo en su cuerpo tomara nota.

¿Has olvidado ya que te encuentras en tu situación actual debido a un


hombre?

Realmente, su último novio debería haberla alejado de los hombres de


por vida. Ella era pobre, no tenía trabajo, y nada en vista. Todo por culpa de
un hermoso rostro y una encantadora sonrisa.

Ella se enteró hoy que el muy bastardo de su ex-novio - si ella podía


llamar realmente novio después de un par de semanas juntos- acababa de
tomar el trabajo que ella había estado esperando, luego de robar su tesis
doctoral, convirtiéndolo en suya y asegurándose una posición que ella
había codiciado desde hace mucho.
Lágrimas empañaban sus ojos cuando ella vio su coche, y se acercó al
pequeño vehículo, que apenas funcionaba. Agarró fuertemente la bolsa en
su mano, tratando de no dejarse abrumar por su lamentable situación.

Dos años de mi vida por el desagüe, robados por un pedazo de mierda sin
conciencia.

Ella había pasado los dos últimos años de su vida como una nómada,
estudiando el oso grizzli, grabando su hallazgos, poniendo todos sus
conocimientos en su tesis. Ella conoció a James durante su último viaje a
Alaska hace varios meses. ¿Por qué ella no sospechó, fue desconfiada?
¿Desde cuándo un atractivo chico le prestaba atención? Ella era una ratonil
mujer con características normales, unos pocos kilos de más en su culo y
caderas, gafas que no hacen nada para mejorar su apariencia y los ojos
grises que se añadieron a su exterior gris. Sin embargo, James había llegado
a ella caliente y firme, enganchándola con sus palabras, pretendiendo ser
un profesor de biología de la fauna silvestre. Pasaron varias semanas juntos
en Alaska, James siguiéndola como un cachorro perdido, haciendo que se
fijara en él por su interés en su proyecto y por su sonrisa de buena 60
apariencia.

Entonces, en el último día de su estancia en Alaska, había regresado a su


rústica cabaña para grabar sus hallazgos del día, su tesis terminada, pero el
resto de su investigación había desaparecido. No portátil, ni sus notas
escritas, ni una sola quedaba de los dos últimos años de su investigación.

Todo desapareció, y ni una señal de James. Probablemente porque estaba


demasiado ocupado apresurándose en volver a la ciudad con su tesis
robada para robar su trabajo. Había descubierto que había sido un
estudiante de doctorado, tal como ella era, obviamente, ansioso por su
codiciada posición, y no quería trabajar dos años para conseguirla.

Ella mentalmente se daba de patadas de nuevo a sí misma por no hacer


copias de seguridad de su información, tener la información almacenada en
algún lugar, así podría probar que era el investigador, la autora de la tesis.
Pero ella no lo hizo, y ella estaba pagándolo ahora. Realmente, ¿quién iba a
pensar que una persona puede ser lo suficientemente astuta para robar una
maldita tesis en lo más recóndito de Alaska? Su cuenta bancaria se estaba
agotando rápidamente, ella había planeado tener un trabajo decente para
ahora, había calculado bien sus finanzas para cubrir los dos años que
necesitaría para trabajar en su tesis.

Mierda, tomaría cualquier trabajo en este momento.

Cualquier cosa para detener la rápida desaparición de sus ahorros.


Actualmente, Faith vivía en un gran basurero por apartamento en una
parte peligrosa de la ciudad, tratando desesperadamente de conseguir
cualquier trabajo disponible. Había solicitado por cualquier posición ,
incluso puestos temporales y envolviendo regalos, todos con cero
resultados.

Por favor, Santa, realmente, realmente necesito un milagro de Navidad!

Lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas cuando llegó a su coche y


comenzó a buscar las llaves. Tendría que comenzar todo de nuevo, otra
tesis con la que podría convertirse en la Dra. Faith Prescott. Y ella lo haría.
Después de recoger los trozos de su futuro cuidadosamente planificado.
Ella tendría que hacer otra tesis, otro estudio lo suficientemente bueno 61
como para ganar su doctorado, encontrar un trabajo aún mejor que el que
ella había planeado obtener este año.

Mientras tanto, algún pendejo va a tener el trabajo que quería.

Suspirando, Faith sacó las llaves de su bolsa, buscando en la oscuridad las


llaves de la puerta del coche y el contacto, deseando haber conseguido uno
de los ordenadores del Viernes Negro. Ella no solo quería el ordenador, lo
necesitaba. Si ella iba a presentar más solicitudes de empleo, buscar
trabajo y empezar otra tesis, necesitaba un ordenador. Y la oferta en un
equipo decente se había escurrido entre sus dedos. No es que realmente
podría permitirse el ordenador portátil, pero es una necesidad, y el Viernes
Negro había puesto el precio al equipo a su alcance.

¡Maldita sea! Si sólo el Sr. Alto, Rubio y aterrador no hubiera llegado


primero al equipo. No había manera de que le iba a quitar el último equipo.
Él parecía más desesperado que yo. Y estoy malditamente desesperada!
Desbloqueando la puerta del coche, ella arrojó su bolsa de plástico en el
asiento del pasajero, temblando mientras recordaba la feroz mirada en sus
ojos, el bajo ruido que había pensado haber oído escapar de su garganta. El
hombre tiene que estar desesperado. O psicótico. Ah bueno, por lo menos
ella había recogido algunos de los suministros; una libreta, lápices y
carpetas en la tienda de 1 dólar para comenzar a escribir. Desde que James
había vuelto y se había adjudicado con su tesis, ella realmente tenía que
comenzar de nuevo. Hacer su tesis sobre los osos grizzli ya no era una
opción. Su especialidad era grandes mamíferos y tendría que encontrar otra
especie para estudiar.

Dos años perdidos. Dos años más para escribir otra tesis. En otro tema.
Todo porque un hombre me dio un poco de atención, que puso un mínimo
de interés. ¿Qué patético es eso?

Faith parpadeó varias veces, tratando de no permitirse llorar. Fue su


propia estupidez, su propios errores que la pusieron en esta situación. Ella
tendría de alguna manera calmarse.
62
¿Cómo? No tengo los recursos para dos años más? Apenas lo hice los dos
últimos años.

Ella movió la cabeza lentamente, y negándose a dejase intimidar. Luchar a


través de obstáculos era algo sabía hacer bien, siempre lo ha tenido que
hacer. Derrumbarse no era una opción.

Moviendo su cuerpo para sentarse detrás del volante, Faith estaba a


mitad de camino en el asiento cuando un brazo salió de la oscuridad y la
agarró por la cintura. Un brazo fuerte, masculino, musculoso lo
suficientemente poderoso como para tirar de ella hacia un cuerpo duro.

Faith no tenía que mirar hacia su rostro para saber que era él, el intenso
chico de la tienda de artículos de electrónica. Ella podía tocarlo , sentir las
vibraciones que pulsaban en torno a ella mientras sus cuerpos hacían
contacto. Era la misma sensación que había recorrido, que la mantuvo
momentáneamente cautiva, por el simple toque de su mano sobre la de él.

Escapa.
Acércate más!

Corre!

Lo necesito!

Emociones encontradas atravesaban su mente más rápido de lo que Faith


las podía procesar. ¿Cómo podría ella estar en este peligro, en el medio de
un oscuro estacionamiento, y sentir sus pezones endurecerse, su núcleo
inundado de calor?

Luchó, tratando con su mente liberarse de él, pero él sólo la sujetó más
fuerte, tirando su cuerpo contra el sólido músculo de su pecho y abdomen,
la espalda a su parte delantera, su cálido e irregular aliento acariciando en
su oreja mientras él doblada la cabeza. —No te lastimaré. — Su voz era
dura, pero de alguna manera reconfortante.

¿ No era la forma en que los asesinos sociópatas calmaban a sus víctimas?


Tratando de ganar confianza, tratando de dar comodidad... al principio. No
seas estúpida, Faith!
63
Golpeando su codo hacia atrás con tanta fuerza como ella pudo reunir,
Faith le dio un golpe en el estómago, pero ni siquiera gimió, ni se
sobresaltó. Retorciéndose, ella trató de girar, de romper su inquebrantable
agarre a su cintura.

Cuando su culo se puso en contacto con su ingle, ella se detuvo


bruscamente, momentáneamente aturdida mientras su trasero entró en
contacto con la enorme y más dura erección que había encontrado jamás.

Mierda. ¿Es un violador? ¿Esto realmente lo encendía?

Curiosamente, su coño estaba encharcado, su cuerpo se derritió.


Involuntariamente, su culo se desplazó hacia atrás, tratando de hacer
contacto con una y otra vez con su gran polla, que necesitando rozarlo y
hundirse en su cuerpo intensamente caliente.

El pánico se apoderó de ella cuando se dio cuenta de que su cuerpo


estaba respondiendo a él, a pesar de que su mente se rebelaba. Poniendo
cada pequeño esfuerzo en su intento de fuga, se agarró a la puerta abierta
del coche, tratando de utilizarla como palanca, tirando con todas sus
fuerzas para salir de su férreo agarre.

Él estaba jadeando, caliente y exhalando pesadas bocanadas en su oído.


—Para. Te vas a lastimar — , gruñó, mientras Faith continuaba luchando
con él, no iban a ninguna parte.

—Déjame ir. No le diré a nadie. — Ella iría directo a la policía, pero la


mentira merecía una oportunidad.

— ¡Detente! — dijo con autoridad, como si él esperara que ella


obedeciera.

Faith abrió la boca para gritar, buscando frenéticamente alrededor a otra


persona en el estacionamiento, pero ella no vio ni un alma. Aun así, no sería
mala idea tratar de atraer la atención.

El angustioso sonido comenzaba a salir de su garganta cuando una gran


mano tapó su boca, silenciándola de inmediato.

De repente, su cabeza comenzó a girar, girando más y más rápido hasta 64


que se hizo insoportable. Las náuseas subían por su garganta y la oscuridad
amenazada, arrojándola fuera de equilibrio, las piernas negándose a
sostenerla. Ella inhaló profundamente por su nariz, su boca cubierta con su
mano, y el olor rodeándola era increíble. Ella se hundió en su cuerpo,
luchando por recuperar su equilibrio.

Sólo tengo veintisiete años y voy a morir.

Fue el último pensamiento que tuvo antes de que la oscuridad la


consumiera.

Gavin maldijo mientras se materializó en su casa, su mujer segura en sus


brazos. Sus ojos estaban cerrados, evidentemente conmocionada en la
inconsciencia debido al inestable transporte. Él debería haberlo tomado
más despacio, pero el pánico le había hecho acelerar la tarea.

Él se hundió en su sillón de cuero con su preciada cargada tumbada en su


regazo. ¿Y ahora qué? No era como que la iba a conservar. Su polla aun
dura como el granito, a consecuencia de su exuberante trasero, musitó —
Ella no me aceptará como compañero. Y realmente no quiero pasar por el
infierno que pasé hace veinte años. — Lamentablemente, no sería capaz de
evitarlo. Los instintos de apareamiento no eran algo que se podía ignorar
una vez que se encontraba a su compañera.

Hace veinte años, Gavin había encontrado a su compañera. La había


cortejado, le había dado cada cosa material que ella deseara y más. Lena
había sido joven, tímida, y estado totalmente horrorizada cuando le había
revelado lo que él realmente era a ella, queriendo que ella lo aceptara
como su compañero. Ella no lo aceptó. Hasta el día de hoy, Gavin recordaba
la mirada de repulsión en la cara de Lena, una mirada que dejó en claro que
ella lo veía como una completa aberración.

Al igual que la mujer que tenía en sus brazos, Lena había sido humana,
probablemente con un linaje Cambiaformas muy débil. Muchos
compañeros Cambiaformas eran humanos con un Cambiaformas
antepasado en alguna parte de su historia familiar. Pero, aun así, ellos eran
humanos, incapaces de aceptar la existencia de los Cambiaformas . Noah y
Rafe habían tenido suerte, sus mujeres aceptándolos, uniéndose a ellos. 65
Por desgracia, él no había sido tan afortunado, y habían tenido que borrar
de la memoria de Lena su existencia, realizar la ceremonia de romper la
conexión entre él y Lena porque ella lo rechazó. Fue un proceso doloroso, y
uno que no estaba ansioso por repetir pronto. En realidad, él no quería
repetirlo hacerlo - nunca! Había sido muy feliz permaneciendo sin
compañera, habiendo pasado por el dolor del rechazo una vez.

Él nunca les hablo a sus hermanos sobre la humillante experiencia. El


dolor había sido demasiado crudo, demasiado intenso. Más tarde, nunca lo
consideró lo suficientemente importante como para hablar de ello, para no
mencionar el hecho de que había sido malditamente embarazoso. Ningún
Cambiaformas quería confesar que su compañero le había encontrado tan
horrible que se estremeció en horror cuando ella lo miró.

El frunció el ceño mientras miraba a la mujer en sus brazos. Su cuerpo


estaba reaccionando de manera diferente a como reaccionó a Lena. Y así
era su lobo. Su conexión con Lena había sido más sutil, no tan irresistible.
Su lobo ha estado sigilosamente contenido, moderadamente satisfecho,
apenas se quejó cuando Gavin se había visto obligado a romper la conexión
entre él y Lena. Ahora que le pensaba, Gavin, el hombre, había sentido de
la misma manera con relación a Lena. Feliz de haber encontrado a su
pareja, quería unirse porque ella era su pareja elegida. No había reacción
intensa, ni lujuria. La parte dolorosa no había sido realmente desconectarse
de Lena, sino la ceremonia de separación. El dolor del ritual le había puesto
de rodillas, lo que le hizo sentir que había sido arrojado a las llamas del
infierno, que casi deseó la muerte en lugar de sufrir otro momento con su
alma desgarrándose por el procedimiento. Por suerte, Lena había dormido,
no sufrió ningún tipo de dolor. La había dejado en su cama, durmiendo, al
despertar no tendría ningún recuerdo de él o de todo el incidente. Fue sólo
el Cambiaformas , la criatura mágica la que tuvo que soportar la miseria.

¿Por qué? ¿Por qué está pasando de nuevo?

¡Un rechazo, una maldita ceremonia es suficiente!

La mujer se agitó en sus brazos, sus largas pestañas cepillando


suavemente contra su piel impecable. Ella movió la cabeza, como si
66
estuviera luchando por salir de la inconsciencia.

Dios... era hermosa, su cuerpo exuberante y suave, y su piel era perfecta lo


hizo preguntarse si ella era toda suave.

Mía!

Gavin la abrazó automáticamente mientras ella luchaba por salirse de su


regazo. Su lobo aullaba, merodeaba sin descanso, y su cuerpo se
estremecía mientras trataba de controlar su reacción a esta mujer. La
quería con una intensidad que nunca había sentido con Lena. Y sentía un
agarre en sus entrañas, una respuesta tan volátil, una necesidad tan intensa
que sentía un gruñido elevándose por su garganta, amenazando con
sofocarlo.

Mía! Necesito enterrarme dentro de ella, hacerla explotar, escucharla


gritar mi nombre en el éxtasis.

—Joder, ¡no! — susurró con dureza, queriendo alejarla, pero necesitando


tenerla cerca. La acercó más, sintiendo sus abundantes senos rozarse
contra su pecho. No era suficiente. Lo que realmente necesitaba era
frotarse contra ella, piel contra piel, marcándola como suya, de su
propiedad. Necesitaba enterrar su polla profundamente en ella, satisfacerla
completamente, que ella lo buscara constantemente, necesitándolo hasta
que ella sintiera que se volvería loca sino lo tenía.

La forma en que me siento ahora mismo! Como un maldito monstruo


verde de un solo ojo.

—Quítame las malditas manos de encima —, ella insistió mientras


ahuecaba su mano en su trasero, acercándola.

¡Nunca!

¡Mía!

Gavin luchó contra sus instintos, al escuchar la ira, pero también el miedo
en su voz.

No puedo asustarla.
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Protegerla. Velar por su seguridad. Comodidad.

Los instintos de apareamiento eran muy fuertes, forzándolo a soltar su


agarre, sudor bajaba por su rostro debido a la lucha.

Inmediatamente ella se levantó de su regazo, él gimió en voz alta


mientras su cabeza cayó hacia atrás contra el frío cuero del sofá. Tener su
cuerpo arrancado del suyo era como si le arrancaran un pedazo de piel; era
doloroso y lo dejó en carne viva.

Ella le miró con desconfianza, cautela. Y él lo odiaba. Sus ojos grises


encendidos con furia, una emoción, que lo sorprendió y le encantó.

Mi mujer tiene fuego. Pasión.

Sus ojos sobre ella, codiciando cada centímetro de ella, su control en el filo
del cuchillo, balanceándose precariamente.

Ella era perfecta. Él amaba todo de ella, desde su ronca voz a su feroz
mirada echando chispas en su dirección a través de un par de espejuelos
que la hacían ver como una furiosa, pequeña y adorable lechuza. Ella era
inteligente, midiéndolo.

Mía!

El cuerpo de Gavin se apretó, protestando ante la intensidad de la


conexión con ella, a su necesidad de revelar su verdadera naturaleza.
¡Ahora! Era una compulsión imparable y una que no experimentó con Lena.

No dejare ir a esta mujer. No puedo. Ella me pertenece.

El problema era que tenía que estar de acuerdo.

Gavin gruño.

La ceja se levantó desafiante mientras ella le preguntaba ¿Dónde diablos


estoy? ¿Quién eres? ¿Porque estoy aquí?

Ella quería saber sus intenciones, y por el momento, probablemente


ninguna de ellas la dejaría satisfecha, así que solo contesto, —no te hare
daño. —
68
— ¿Me estás haciendo daño, sólo por el secuestro. ¿Me drogaste? Fui
superada por un olor extraño, ella le pregunto tímidamente, como si
estuviera hablando con una persona mentalmente inestable.

—Ese soy yo. Por eso estas aquí. — Porque su seductor, irresistible olor
hace que mi polla se ponga dura, rogando que la entierre profundamente
en tu interior.

Ella movió la cabeza. —No entiendo. ¿Estás tratando de decirme que


ambos fuimos drogados y que de alguna manera terminamos en la casa de
alguien? ¿Juntos? — Su voz era suave, gentil, pero sus ojos estaban en
llamas.

Joder! La necesidad de reconocerla como su compañera estaba


golpeándolo sin descanso. —estas aquí porque soy un lobo Cambiaformas
y eres mi compañera. A ambos nos supera la conexión de acoplamiento, el
olor. Estas en mi hogar, donde perteneces, — gruño, incapaz de contener
sus emociones.
—Oh, Dios. Estás loco. — Ella deslizo su trasero en el sofá, alejándose de él
lo más lejos posible, deteniéndose cuando su espalda choco con el brazo
del sofá.

Gavin suspiró fuertemente... y cambio.

Faith parpadeó...Parpadeó de nuevo...entonces, ella jadeó mientras todo


su cuerpo se estremeció, intentando dar sentido a lo que estaba viendo.

¿Ilusión óptica?

¿Su cordura se fue de vacaciones?

¿O es verdad?

El hombre se transformó en un enorme lobo ibérico, y sucedió tan rápido


que ella no pudo ver la conversión. Un momento era un enorme,
escalofriante extraño a quien ella tenía miedo, que tenía un par de tornillos
sueltos. Ahora exactamente en el mismo lugar, estaba sentado el más
69
hermoso lobo que había visto nunca.

—Esto no es posible. Soy una mujer de ciencia. Los Hombres Lobo no


existen —, susurró, tratando de convencerse que no estaba viendo lo que
obviamente estaba delante de ella.

Ella aguantó la respiración mientras el lobo se acercaba, moviendo la cola,


con ojos implorantes.

¡Sus ojos!

Eran los mismos magníficos ojos azules medianoche del extraño que
estaba sentado en el sofá momentos antes.

Instintivamente, ella tendió la mano, dejando que el lobo la oliera


mientras se acercaba, usando la técnica que usaría con cualquier animal. El
gran canino se acercó a ella sin vacilación, sin miedo impulsando su gran
cabeza contra su rodilla, frotándose contra su pierna juguetonamente.

Su aliento abandonó sus pulmones en un sonoro suspiro mientras ella


enterraba sus manos en su sedoso pelaje blanco, disfrutando la textura,
pura alegría de estar tocando a tan feroz animal. El biólogo de vida salvaje
en ella se estremeció de la emoción, emocionada ante la oportunidad de
pasar su mano sobre el cuerpo musculoso del lobo, sentir el poder del
increíble carnívoro.

Gavin volvió su cabeza, lamiendo la mano que estaba inactiva en su


regazo.

— ¿Cómo es esto posible? — ella susurró, su mano en un pecho peludo. El


científico en ella lo negó, pero su mente y su corazón no le permitirían
negar la verdad.

—Magia. Magia Cambiaformas . — Su baja, voz ronca retumbo bajo la


mano que de pronto, inexplicablemente estaba acariciando un muy
musculoso, muy sólido pecho masculino a través de su camisa de vestir de
algodón. La misma mirada azul miró a su mujer, su cabeza descansando en
su rodilla.

—Dime tu nombre. Por favor. — a pesar de que lo pidió cortésmente, era


una demanda. Su mano se trasladó hasta cubrir la suya, abarcando ésta, 70
manteniéndola firmemente colocada en su pecho.

—Faith. Faith Prescott. — Ella no se atrevió a negarse, y realmente, ¿qué


importa si él sabía su nombre? —Lo que me dices es verdad? ¿Soy
realmente tu compañera? ¿Eres realmente un Cambiaformas ...? —

—Faith — él dijo su nombre suavemente, saboreándolo, y de su boca


salió de forma sexy , con una voz ronca que tenía a su coño inundado, sus
pezones endurecidos. —Es cierto. Creo que en cierta medida, sabes que es
cierto. Tú no sientes la conexión con la misma intensidad, pero debes
sentirla. — El dudo antes de agregar, —Mi nombre es Gavin. —

Gavin. De alguna manera, el nombre adecuado. Y sí, sentía la conexión.


Ahora entendía por qué su cuerpo reaccionó a él, ¿por qué su aroma hizo
cada célula de su cuerpo saltara de emoción y anticipación. Ella estaba
reaccionando como una compañera, que quería a su macho, y deseándolo
realmente mal.
—Lo hago —, admitió, tratando furiosamente de comprender, como
científico, cómo tal especie ha evolucionado.

—No evolucionamos. Siempre hemos existido. — dándose cuenta


inmediatamente de que no había hablado en voz alta, empujo la cabeza de
su pierna y se puso de pie.

—Estás leyendo mi mente? — Su mano serpenteo alrededor de su muñeca


y jalo, haciendo que perdiera el balance, poniéndola de nuevo en su regazo
torpemente.

Gavin cambio de posición más rápido de lo que Faith pudo procesar,


significando que ella terminó debajo de él, su poderoso cuerpo
cubriéndola. Le inmovilizo las muñecas al lado de su cabeza mientras
hablaba con voz áspera, —Para tu conocimiento los compañeros pueden
comunicarse telepáticamente. — Gavin tomó una respiración irregular
antes de continuar, —No corras de mí. Hace que los instintos de
apareamiento sean peores. Hace que quiera perseguir tu precioso culo
hasta tenerlo bajo mi control, jadeando por mi polla, suplicándome por ella.
71
— Faith flexiono las caderas, casi gimiendo cuando sintió su gran erección
dura contra su núcleo. Todo el cuerpo encendido, sólo necesita tener ese
enorme miembro dentro de ella, tomándola. Reaccionando como la
compañera de un alfa, ella gozó de estar bajo su control, queriendo estar
bajo su poder y su fuerza superior.

Sus intensos ojos se redujeron, mirándola con anhelo, con tanta


necesidad, deseándola tanto que la dejo sin aliento. Cuando un hombre la
había deseado con tanta fuerza, tan completamente? Nunca! Y eso es
probablemente lo que lo hacía apasionante, tan irresistible. —Gavin —, su
voz era ronca, infundida con anhelo, un deseo muy profundo en su alma y
desesperado por ser satisfecho.

Le quitó sus gafas, colocándolas con cuidado sobre la mesa de café


enfrente del sofá. Ya no importaba. Ella veía de cerca, lo veía
perfectamente, y su bello rostro y mirada de deseo urgente era bien claro.

Gavin vestía un traje y corbata, vestido como si él acababa de salir de una


reunión de negocios. Soltando el agarre de sus muñecas, se sentó sobre
sus rodillas, quitándose la corbata de su cuello con frenesí, quitándose la
chaqueta y arrancando los botones de su camisa, mientras se la quitaba.
—Tócame. Necesito sentir tus manos sobre mí, —- gruñó él, mientras su
cuerpo bajó de nuevo hacia el de ella.

Tocarlo era un encanto, y agonía. Estaba esculpido todo musculoso piel


lisa y caliente. Las manos de Faith acariciaba sus hombros desnudos, hacia
abajo por su espalda y hacia arriba de nuevo, saboreando cada centímetro
de su poderoso cuerpo, pero con ganas de más, necesitando más.

—Puedo oler tu excitación, tu necesidad. Deseas a tu compañero. — Su


cálido aliento acariciaba su cara mientras le mordisqueaba su labio inferior,
pellizcaba levemente y luego lo calmaba con su lengua.

Sí. Sí. Por el amor de Dios follame. Tómame duro y sin piedad. —Sí. Por
favor, Gavin. — Poso su boca sobre la suya sin vacilar, su lengua
caliente invadiendo su boca, haciéndola suya con fuertes, audaces embates
con el propósito de marcarla, conquistarla.

Faith sintió que su núcleo se cerró con profundos potentes espasmos que 72
la tenía empujando sus caderas hacia arriba, gimiendo en la boca de Gavin
mientras su lengua la reclamaba implacablemente.

El enterró sus manos en su pelo, guiando su cabeza, posicionándola, a


aceptar la penetración profunda de la lengua una y otra vez, hasta que por
fin el separo su boca de la suya, dejándola jadeando.

Gimoteando mientras Gavin se elevó a sus rodillas, Faith obedeció cuando


él la sentó derecha, tirando de su chaleco y quitándole el suéter sobre su
cabeza, dejándola caer silenciosamente al suelo. Le quito el sostén,
desechándolo junto al suéter. Ella tembló cuando él ahueco sus pechos, sus
pulgares se burlaban de sus pezones con diminutos círculos. —Perfecto, —
dijo, su voz con un toque de admiración y roca de deseo. —Eres tan
jodidamente hermosa. —

Faith pensaría que estaba mintiendo si no hubiera escuchado la verdad de


su declaración en su voz. Cuando un hombre había pensado que era bella,
deseable?
Su cabeza cayó hacia atrás cuando su cálida boca reemplazó a su manos,
mordiendo y lamiendo cada seno, adorando cada uno de ellos con sus
dientes y la lengua.

—Gavin. Por favor. — Faith no sabía muy bien lo que ella estaba
pidiendo; sólo sabía que necesitaba... algo. Su polla. Su lengua. Su cuerpo.
Su beso. Algo... más.

Alcanzando el botón de sus pantalones vaqueros, hablo con aspereza, —


Dime lo que quieres, Faith. Que necesitas. —

—A ti. — Malamente. Casi dolorosamente.

Le quito los pantalones vaqueros bajando por las caderas, despojándolos


de su cuerpo, tomando sus bragas empapadas con ellos, enseñando su
necesitado coño. Sus botas salieron, golpeando el suelo, así que él podría
eliminar completamente sus pantalones vaqueros y bragas.

Faith cayó hacia atrás, dejando su cabeza descansar sobre el brazo del
sofá, temblando ligeramente, no de frío, sino de miedo. Estaba desnuda, su
73
cuerpo ante él en todo su esplendor. La habitación estaba bien iluminada,
probablemente mostrando cada fallo evidente. Sus generosas caderas,
vientre suavemente redondeado. Ella estaba en buena forma después de
dos años de interminables caminatas, pero ella tenía un cuerpo , con unos
kilos de más.

—Increíble. Eres toda suave. — Sus manos se deslizaron hacia arriba por
los muslos, la parte de atrás de su mano rozo su montículo, haciendo que
la carne entre las piernas se inundara con su crema, cuando su mano
acarició su vientre. —Tan exuberante, tan suave. Mía. Malditamente mía!
— Él se movió entre sus piernas. —Hueles como el deseo y la pasión, tan
malditamente lista a ser complacida. —

Él extendió sus piernas, una mano grande en cada uno de sus muslos,
mientras el la abría para él. Acarició sus manos hacia arriba y hacia abajo en
la parte interior de los muslos. Él inhaló profundamente, como si estuviera
capturando su aroma, moviendo la cabeza entre sus piernas, bajando a su
coño necesitado.
—No, Gavin. No . No lo he hecho antes–

—Ningún hombre te ha dado placer con su lengua? — le preguntó


ásperamente.

—No. Nunca — sólo ha estado con un hombre, y fue levemente


agradable después de haber perdido su virginidad, pero nunca de esta
forma. Y Gavin apenas había tocado.—Follame. Por favor. —

—Seré el primer hombre que te de placer que esta forma, hacerte gritar
de placer. — Su voz era posesiva, llena de satisfacción masculina.

Todo su cuerpo se estremeció de necesidad, Faith le rogó: —Por favor,


follame. — Su rostro estaba tan cerca de su vulnerable coño que podía
sentir su aliento caliente flotando sobre su delicada carne, haciéndole
cosquillas en sus pulcramente recortados pelos en su montículo. Un poco
ansiosa por lo desconocido, no estaba seguro de si quería esto.

—Tengo que saborearte. No puedo esperar otro segundo. Necesito mi


lengua en ti, satisfaciéndote. —
74
Gavin no espero. Su caliente boca bajo a su temblorosa carne rosada, el
primer contacto de su lengua puro placer carnal. Faith gritó cuando el lamio
primero sus pliegues, gruño en su coño mientras saboreaba su crema, antes
de explorar la oculta carne rosada, explorando profundo y más
profundamente, antes de que finalmente enterrar su rostro por completo.

Sus manos separaron sus pliegues, exponiendo su vulnerable y palpitante


clítoris. Faith se olvidó de todo, incluso su vacilación de permitir a Gavin
realizar este acto, que era de alguna manera más íntimo que sus anteriores
encuentros sexuales. Ella gritó su nombre mientras su lengua expertamente
circulo su pequeño capullo, llevándola a un estado de locura, antes de
finalmente acariciar su clítoris.

—Oh, Dios. Gavin —, ella gimió, todo su cuerpo estremeciéndose con las
sensaciones.

Su lengua entro profundo, moviéndose constantemente en su clítoris.


Faith, podía sentir su cuerpo tensarse, su canal apretando, y su necesidad
de llegar al clímax se estaba convirtiendo en un elemento crucial para su
cordura.

Faith rodo su cabeza de lado a lado, gimiendo impotente. —Gavin,


necesito—

Ella nunca había terminado la oración. Sus dientes suavemente apretaron


su clítoris, asegurándolo, manteniéndolo en cautividad para mover su
lengua y lamer rápidamente, una y otra vez, hasta que explotó. —Oh Dios
— Ella gimió cuando todo su cuerpo exploto en llamas.

Ella arqueo la espalda, clavó los dedos en el pelo de Gavin, tirando su


cabeza contra su coño cuando ella montó en la olas de éxtasis que se
estrellaban sobre ella como un maremoto.

El extendió el punto culminante, tomándose su tiempo beber a


lengüetadas cada gota de crema de su coño. Luego, levanto su flácido y
dócil cuerpo y dentro de sus brazos, acunándola contra su pecho. Gavin,
respiraba rápidamente, jadeando contra su oído, todo su cuerpo temblaba.
75
Instintivamente, ella se acurruco más cerca, sus brazos alrededor de su
cuello, su cabeza apoyada en su hombro fuerte. Tomando una respiración
profunda, ella inhaló su aroma masculino, dejándolo fluir a través de sus
sentidos.

A pesar de que su lengua acababa de darle el más increíble orgasmo que


haya tenido, su cuerpo todavía lo deseaba, necesitaba que la tomara,
aunque estaba somnolienta, saciada.

Gavin se mantuvo con Faith en sus brazos y corrió un tramo de escaleras y


abrió una puerta con el hombro, depositándola suavemente en una cama
enorme. La habitación estaba iluminada solo por la luz de la luna, pero ella
podía ver el contorno de la cama y ella casi ronroneó cuando su piel
desnuda fue envuelta en sábanas de franela suave.

—Duerme —, le dijo, como si con sólo decir la palabra, lo haría.

Confundida, miró a su cara ensombrecida cara. — ¿No quieres... no vas a-


- — —¿Quieres?... Sí. ¿Vamos a?... No. — Su voz sonaba dolida.
Él no iba a aliviarse. ¿Por qué? Había perdido su deseo?

—Infiernos, no...No he perdido mi deseo. Te quiero tan malditamente


mal que mis bolas están azules y mi polla está a punto de explotar. Yo
sólo... no puedo . — Su voz era dura, torturada. Se volvió y salió de la
habitación, murmurando otra maldición cuando salía por la puerta.

Faith se acurruco en las cálidas sábanas y edredón, sintiéndose rechazada,


un dolor en el pecho. No se trataba de una sensación con la que no
estuviera familiarizada, pero con Gavin, el dolor era casi insoportable.

No te estoy rechazando, Faith. Te quiero más que a cualquier cosa que


haya querido en mi vida. Y he vivido en esta tierra por más de trescientos
cincuenta años.

Faith se asombró cuando oyó la voz Gavin... dentro de su cabeza. ¡Santa


mierda! Ella miro alrededor de la oscura habitación, sabiendo que lo estaba
escuchando en su cabeza, pero mirando alrededor de todos modos, aun
algo escéptica. Ella se inclinó hacia atrás, descansando su cabeza sobre la
almohada y suspiró profundamente. Ella podía sentirlo moviéndose dentro 76
de su cabeza, su presencia casi palpable, a pesar de que había abandonado
la sala. —¿Más magia Cambiaformas ? — ella susurró, dejando ir un hecho
científico que ella creía como verdad, abriéndose a la posibilidad a cosas
que no se puede explicar con datos biológicos.

Sí. Eres mi compañera. Podemos leer, hablar con nuestras mentes. Tu ex-
novio era un imbécil.

Ella probablemente debería estar cabreada porque estaba invadiendo su


privacidad, profundizando en cada uno de los detalles de su historia. Por lo
general, ella se enojaría, pero como su esencia flotaba a través de su
cerebro, se sentía... natural.

—Lo sé. Dos años de mi vida perdidos. — Ella hablo en voz alta, todavía no
estaba segura como enviarle mensajes o pensamientos. Ella no podía
leerlo.

Lo siento por tu madre. Y no tienes que tomar otros dos años para escribir
tu tesis. Puedes estudiarme.
Su madre había sido una madre soltera, su padre un perdedor que nunca
había tenido ningún interés en ella. Perder a su madre por cáncer hace
cinco años la había casi destruido. —Gracias. Fue un momento bastante
difícil para mí. —

Fue mucho más que eso y lo sabes. Has sufrido.

Faith sonrió. Gavin sonaba enfadado, como si fuera personalmente


responsable de su dolor. —Lo hice. Pero yo trate de recordar los
momentos felices. ¿Qué es lo que quieres decir con que te puedo estudiar?

Tú necesitas un mamífero de gran tamaño para estudiar. Yo soy un lobo.


Puedes hacer tu tesis sobre la lobos ibéricos2. Puedo proporcionar cualquier
información que necesites, muestras o sangre. Yo incluso te llevaría a
observar los manadas, aunque puedo decirte todo lo que necesitas saber
sobre el comportamiento de los lobos. Yo soy una especie de... experto.

Ella se mordió el labio, tratando de no reírse. No cabe duda de que era un


experto, probablemente la mayor autoridad mundial, porque en realidad 77
era un lobo.

También soy un hombre. Su comentario fue bajo, ronca y un poco


vulnerable.

Sí, y ella lo sabía. Ella se estremeció, recordando la sensación de su


enorme polla erecta en su núcleo. Gavin era todo un macho alfa, y
malditamente caliente que todo lo que tenía que hacer era mirarla con esos
intensos Quiero-joderte-ahora ojos azules y ella se derretía. —Puedo
aceptar tu oferta. Que me ayudes a estudiar los lobos ibericos1. Siempre he
tenido una afinidad por los lobos. Supongo que ahora sé porque. —

Se rió, una risa sexy. Te ayudaré. Ahora duerme.

—Debería ir a casa —, le comentó: quedamente, sus ojos cada vez más


pesado.

Ni siquiera lo pienses. No hay ninguna forma que vayas a regresar a ese


lugar infestado de crimen, esa mierda de apartamento. No es seguro. Te vas
a quedar aquí mismo donde te pueda proteger.
Okaaaay...ese comentario tan mandón debería encabronarla, pero en su
lugar, le hacía sentirse segura. Había estado sola la mayor parte de su vida
adulta, excepto por los amigos, sin nadie que le diga lo que debe hacer, sin
necesidad de buscar la aprobación de nadie, solo de ella misma. Pero el
comportamiento protector y posesivo de Gavin la envolvía, cubriéndola de
calor y refugiándola.

Acostúmbrate. El huraño comentario fue casi un rugido.

—Eres muy mandón. No estoy segura de que me guste. — El problema


era, que a ella le gustaba, especialmente la dominación sexual que había
visto brevemente. Le gustaba Gavin y toda su comportamiento alpha.
Honestamente, la encendió completamente. Afortunadamente, su
comportamiento autoritario en realidad no la molestaba, siempre y cuando
no la tratara de controlar en cada aspecto de su vida. Ella entendía las
características de macho alfa. Era algo con lo que él nació, una parte de su
personalidad. Ella todavía no entendía a los Cambiaformas , pero entendía
sus instintos naturales.
78
Me comprometo. Pero no en las cuestiones de seguridad. Te vas a quedar.

De alguna manera, Faith tenía la sensación de que su idea de compromiso


era dar a conocer a la otra persona a su manera de pensar. Ella estará bien
con la cosa de seguridad, pero si él creía que iba a decirle lo que debe hacer
todo el tiempo, él estaba muy equivocados. Alfa o no, ella no iba a dejar
que la mangoneara por cada cosa.

Yo no siempre me tengo que salir con la mía. Pero quiero que estés
segura.

Faith podía oír la sinceridad en su voz. Su seguridad realmente era su


asunto, y ella suspiró. No cabe duda de que chocarían cabezas, pero el
tiempo dirá si realmente podía comprometerse.

Duerme.

La orden fue brusca y de ninguna forma sutil. Sip. Definitivamente


necesitaba trabajar en su habilidad para limar diferencias amablemente en
lugar de ladrar órdenes.
Por favor, duerme. Necesitas el descanso.

Él murmuró la solicitud, pero es sin duda una mejora. — ¿Y tú? —,


preguntó, cuestionándose si estaba en otra cama.

Soy nocturno. Es la mitad de mi día. Estoy trabajando en mi oficina en la


planta baja.

Bostezando, ella respondió somnolienta: — ¿Qué haces? —

Mi apellido es Lancaster. Yo soy uno de los dueños de Lancaster


Internacional.

Los ojos de la Faith se ampliaron y dejó caer la quijada. Buen Señor, uno
de los hermanos Lancaster? Había vivido en esta zona toda su vida, a pesar
de que había pasado un tiempo fuera por sus estudios, y tendría que ser un
ermitaño para no saber sobre los Lancasters. —Eres muy rico. — La
declaración salió de su boca antes de que ella pudiera pararla.

¿Tienes problemas con eso?


79
Faith podía casi visualizarlo levantando una ceja en cuestión, su bello
rostro con el ceño fruncido. —No. No especialmente. Yo solo estoy
sorprendida de que los Lancasters sean hombres lobo. No aprendes algo así
cada día. —

Soy un Cambiaformas . No un hombre-lobo. Particularmente no estoy muy


2Timber en el original hacer referencia a los lobos blancos ibéricos de Alaska
emocionado de estar asociado con una leyenda urbana de las malas
películas de terror.

Faith se rió disimuladamente, por la arrogancia de Gavin por su especie.


—Está bien. Intentaré abstenerme de utilizar ese apodo. —

Ella dio vueltas en la cama enorme, envolviéndose en la calidez de las


sabanas. Con sus ojos pesados, acurrucándose con la almohada, deseando
que Gavin estuviera con ella para mantenerla caliente. Ella sintió su mente
rozando contra la suya, un suave toque de bienestar, calidez. Ella realmente
no lo conocía, pero lo extrañaba.

También te extraño, Faith. Duerme. Siempre te mantendré a salvo.


Sus palabras se filtraron a través de su mente, extendiendo un agradable
calor por todo su cuerpo, arrullándola en un lugar de seguridad y la paz.

Con una pequeña sonrisa en sus labios, ella se durmió.

*****

Tres semanas más tarde, Gavin se despertó en el ocaso, su polla dura y su


corazón dolorido, apenas conteniendo su urgencia de buscar a su
compañera, de ver a Faith. Sabía que estaba despierta. Podía sentir su
conciencia con su mente, su felicidad. Evidentemente ella estaba haciendo
algo que le brindaba alegría, que no era infrecuente. En las últimas
semanas, se había enterado de que su pareja tenía una terca voluntad de
hacer lo mejor de cualquier situación, una fuerza interior que no dejaba de
ser sorprendente.

Sonriendo, se estiro y saltó de la cama, deseoso de estar con ella,


preguntándose cómo había podido vivir sin su risa, su suavidad, su
presencia.
80
Aún no le he pedido que se una a mí, que sea mi compañera.

La verdad es, no estaba seguro qué pasaría si ella no estaba de acuerdo. Él


no podía acercarse a ella sin la agitación severa de los instintos de
apareamiento, y la frustración hizo mucho más difícil de soportar todos los
momentos que pasó en su compañía. Sin embargo, no podía no estar en su
compañía, no estar cerca de ella. Dolía de cualquier forma, y había decidido
que si iba a sufrir, lo haría rodeado por su esencia, su sexy voz, su risa.

Sentir su necesidad casi llevo a Gavin sobre el borde, su palpitante deseo


de saciarla casi matándolo. Pero él sabía que si cruzaba esa línea una vez
más, como lo había hecho la primera noche, no habría vuelta atrás, no hay
segundas oportunidades. Si la asustaba con la intensidad de su deseo,
tomándola como un animal rabioso, podía perder la oportunidad de tenerla
como su compañera para toda la eternidad.

No me puedo arriesgar. Me mataría.

Sabía que esta vez, estaba doblemente jodido. No sólo fueron sus
instintos de apareamiento tan fuertes que le hicieron dudar de que Lena
nunca había sido verdaderamente la compañera correcta para él, pero él
estaba luchando contra sus sentimientos, el amor por Faith era tan fuerte
que lo tenía todo revuelto dentro de él.

Sacudiendo la cabeza ligeramente, él envió una disculpa silenciosa a sus


dos hermanos por cada vez que se burló de ellos por estar acoplados, por
querer complacer cualquier deseo de sus compañeras. Ahora, él sabía
exactamente por qué lo hicieron, y lo hacían con una sonrisa en sus caras.
Si Faith le concediera el privilegio de ser su pareja, muy feliz la dejaría
llevarlo alrededor agarrándolo por su polla, amando cada momento de
hacer las cosas que la complaciera, que la hiciera feliz. Su felicidad era
también suya, por lo que era su placer, literalmente, para ver por cada
necesidad.

Así es como debería ser, cómo debe ser el acoplamiento. Por último, el
entendía a Rafe y Noah. Entendió el completo éxtasis de tener una
compañera. Sólo podía imaginarse lo que sería si Faith realmente se uniera
a él. Se sentiría como el más afortunado bastardo en el mundo.
81
Gavin se duchó y vistió casual con un par de jeans y una camiseta. Él pasó
la habitación de Faith, en su camino abajo. Al menos tuvo el consuelo de
saber que estaba durmiendo en su habitación, su cama. Su polla vibró
dolorosamente, pensando en ella rodando desnuda en su cama. Bueno, tal
vez no era un consuelo, pero le dio cierta satisfacción masculina.

La oyó antes de verla. Había música en el salón y ella estaba cantando


desentonadamente junto con la música. Realmente, era muy adorable, y
Gavin sonrió ampliamente, hasta que se dio cuenta exactamente de lo que
estaba cantando.

¡Música de Navidad! ¡Maldición! No! ¡Deck the Halls!

Su estómago se revolcó y su rostro se convirtió en piedra cuando sintió el


aroma de pino.

Fa la la la la la la la la.
Gavin caminó inmediatamente al equipo estéreo, golpeando el botón
para detener la molesta canción, golpeando el botón de apagado con más
fuerza de la necesaria.

—¿Gavin? ¿Estás bien? ¿Te desperté? — Su voz era suave y reconfortante.

Él miraba a su compañera, con su suéter festivo y un gorro de Santa. Y


entonces, él vio el árbol. Era un monstruo, por lo menos ocho pies, la mitad
estaba decorado con bolas de colores, casi todas ellas de un horrible rojo y
verde.

—Yo quería sorprenderte. Me encanta la Navidad y noté que no has


tenido tiempo para decorar. — Su voz era vacilante, obviamente no estaba
segura de qué significaba su comportamiento.

Él no podía ayudarse a sí mismo. —Odio la Navidad. Odio el rojo y verde.


No me gusta el olor a pino, los árboles de Navidad y la música navideña. Yo
desprecio el pan de jengibre y las galletas de Navidad. — Él tomó una
respiración profunda, su rostro rojo de furia. —No me gusta como la gente
malintencionada actúan muy alegres durante un mes al año, y vuelven a 82
ser estúpidos después del primero de Enero. — Él dudó antes de añadir con
vehemencia, —Y detesto a Santa Claus. —

Gavin respiraba con dificultad, el pecho lleno de emoción. Levantó la


cabeza, la mirada oblicua sobre su compañera. Podía sentir su horror, verlo
en su rostro, la mirada.

Al igual que Lena. Al igual que Lena. Era la misma expresión que había
visto hace veinte años de su compañera, sólo que esta vez, en lugar de la
punzada de decepción que había experimentado cuando Lena le rechazó,
estaba completamente destruido de ver esa misma mirada en la querida
cara de Faith. Él sacudió la cabeza, incapaz de mirarla.

¡Me odia!

Gavin fue catapultado hacia atrás en el tiempo, veinte años en el pasado,


la habitación de Lena, donde se había roto dolorosamente la conexión de
Lena mientras dormía. Su habitación había sido decorada con todos los
detalles imaginables de decoración navideña y había luchado a través de los
fuegos del infierno, el aroma de pino alrededor de él. Escuchando las
campanas tintinear y la música navideña sonando al dar la hora en su reloj
navideño. No sabía cuán a menudo había escuchado la música, ¿cuántas
horas habían pasado, perdiendo la noción del tiempo mientras fuego
consumía su cuerpo y alma, quemándolo vivo.

Cuando todo acabó, fue moviéndose torpemente por la casa , sabiendo


que tenía que escapar antes de que su presencia fuera descubierta y el sol
comenzara a subir. Pero irse no había sido fácil; había sido incapaz de
utilizar su magia debido a la precaria hora casi al amanecer y a su estado de
agotamiento. Su única opción era salir de la casa a pie, cada paso era
agonía, cada movimiento tortura.

La Navidad era un tormento y odiaba todo lo que le recordaba esa noche


hace veinte años atrás.

—Gavin. ¿Estás bien? — la voz de Faith preocupada. Agitada.

No! Él no estaba jodidamente bien. Él nunca estaría bien. Después de ver


la mirada en la cara de Faith, sabiendo lo que iba a tener que atravesar para 83
romper la conexión con ella, nunca iba a sobrevivir.

—Gavin, me estás asustando. Por favor habla conmigo. —

No podía mirarla, no podía hablar con ella. Gavin sentía como si su


corazón había sido cortado de su pecho y arrancado con fuerza de su
cuerpo, dejándolo a él en carne viva y sangrado. Sus piernas cedieron, lo
que le obligó a sentarse en el sofá. Cerró los ojos y permitió a su cabeza
descansar en la parte trasera del sofá. El olor de los pinos, el árbol, la
música ha provocado tantos dolorosos recuerdos. Pero reviviendo las horas
más penosa de su vida no era nada comparado con ver la cara de Faith, la
certeza de que la iba a perder. Infierno, romper el vínculo con Lena sería
un paseo en el parque en comparación con perder a Faith.

Faith es mi verdadera compañera, la mujer que se ha elegido para mí.


Lena fue un error, la magia Cambiaformas se equivocó.

Su lobo aulló en acuerdo, un irritante aullido de desesperación que se


hizo eco en el alma de Gavin.
*****

Faith se arrodilló a los pies de Gavin, sintiéndose impotente. Su rostro


parecía desolado, y el dolor que vio clavó las garras en ella.

Colocando su mano suavemente sobre su muslo, ella cerró los ojos,


concentrándose en penetrar sus pensamientos. Gavin la había ayudado a
conectar, a compartir pensamientos con ella. Tal vez era inoportuno
cuando era evidente que estaba molesto, pero estaba desesperada para
ayudarle, para aliviar su malestar. Ella no estaba segura de sí era causado
por el instinto de apareamiento o el hecho de que ella había caído
perdidamente enamorada del apuesto hombre lobo, pero eso le importaba
una mierda. Algo estaba mal y necesitaba ayudarlo.

Ella respingo cuando ella atravesó la barrera, profundizando en sus


pensamientos y recuerdos. Bombardeada, ella se centró, filtrando más de
trescientos años de recuerdos, concentrándose únicamente en los últimos
minutos.

Faith se conectó, sobresaltándose y sacudiéndose cuando vio cada 84


recuerdo, cada pensamiento que Gavin experimentó en los últimos minutos
... y entonces ella lloró.

Oh, Dios, cómo su Gavin había sufrido, cómo todavía lo hacía. Todo por
culpa de una perra débil que no había podido manejar lo que era, quien
era.

Quitándose sus lentes, ella los puso en la mesa de café. La frente apoyada
en sus rodillas, lloró abiertamente, sollozando el dolor que ella sabía que
Gavin nunca haría.

Él piensa que lo estoy rechazando. Que tiene que pasar por esa pesadilla
de nuevo.

Sintió la mano grande de Gavin pasar por su cabello, consolándola en


silencio. Consolándola, cuando ella estaba llorando por su dolor.

Ella levantó la cabeza, limpiándose las lágrimas de su cara. Arrastrándose


hacia arriba por su cuerpo, se sentó en su regazo, envolvió sus brazos en
sus hombros y enterró su rostro en el cuello. —Lo siento, Gavin. —
— ¿Por qué? No es tu culpa que la mierda de la Navidad me vuelva loco.
— Su voz era ronca y llena de tristeza. Sus brazos apretados alrededor de su
cintura, tirándola más cerca.

Incapaz de detenerse, ella dijo inesperadamente, —Aparéate conmigo,


Gavin. Únete a mí. —

— ¿Tú me quieres? ¿Incluso después de enloquecer por la Navidad? —,


preguntó con urgencia, tirando su cabeza hacia atrás para mirarla.

Ella descartó sus gafas, pero todavía podía ver la intensidad ardiendo en
los ojos, el anhelo en su preciosa cara.

—Te amo, Gavin. Puedes leerme. ¿Cómo podrías no saber? — ella


respondió honestamente.

—No he tratado de leer tus emociones acerca de mí. Tal vez no quería
saber. — Su voz sonaba ronca. —Supongo que pensé que mientras no
supiera, había esperanza. —

Faith se preguntó cómo pudo pensar Gavin que ella no lo podía amar. 85
Habían pasado muchas horas juntos, su deseo de ayudarla con su tesis era
totalmente genuino. La dejó pinchar, aguijonear, examinar y tomar
muestras de su lobo sin protestar. Ella le había hecho interminables
preguntas, tanto sobre el comportamiento del lobo ibérico y sobre los
Cambiaformas ,a las cuales había respondido con paciencia, renunciando a
su tiempo libre sólo para ayudarla. Gavin era amable, inteligente, sexy,
precioso, y él tenía el cuerpo más caliente en los cincuenta estados. En
resumen... el perfecto modelo de hombría. Una mujer tendría que ser una
loca para no quererlo. Y ella definitivamente no estaba demente.

Su cuerpo comenzó a temblar y descansó su frente contra su hombro. —


El perfecto modelo de hombría? — Él rió burlonamente contra su grueso
jersey. —No crees que estás exagerando un poco, querida? No soy tan
paciente, y te ayudo porque no puedo estar lejos de ti. Fue puro egoísmo.

Ella sonrió, sabía que estaba minimizando sus acciones. —Me di cuenta
de que no protestaste por el pensamiento de cuerpo caliente. —
Levantó la cabeza y encogió los hombros. —Si piensas eso, ¿por qué
tendría que argumentar? — Le disparó una sonrisa lobuna.

—Lo siento por el pasado, Gavin. Siento mucho que hayas perdido tu
compañera — le acarició el cabello de su frente, su corazón todavía
dolorido por lo que había pasado.

—Yo no. La conexión nunca fue correcta. Lo supe tan pronto como te
conocí. Si me aceptas, el dolor de romper la conexión anterior habrá valido
la pena. ¡Tú lo vales! — Él murmuró, sus ojos centelleando fuego.

Faith tembló, la fiereza en su mirada, el calor en sus ojos, haciendo que


todo el cuerpo se sobrecogiera de necesidad. —Aparéate conmigo, Gavin.
Te necesito —

Sus fosas nasales quemaban, y Faith podía sentir su deseo golpeándolo ,


fusionándose con el suyo. Los dos combinados la hubieran puesto de
rodillas si estuviera de pie.

La mano de Gavin rodeó su cuello, tirando su boca para encontrarse con


86
la suya. En el momento en que sus labios se tocaron, Faith fue consumida,
perdida en la ardiente lujuria que ya no podía negar. Agarrando su camisa,
trató de acercarlo, montándolo a horcajadas sin mover la boca de él.

Su boca exigía, su lengua profundizando una y otra vez, y ella le respondió


encontrándose con sus empujes, gimiendo cuando sus dedos atravesaron
su sedoso cabello, la textura suave y estimulante bajo la punta de sus
dedos.

Ella puso su núcleo contra él, sintiendo su excitación dura y caliente,


gimiendo por sentir esa pesada, polla dentro de ella, llenándola. Sus
caderas ondulando, simulando el acto sexual inconscientemente.

Gavin quitó su boca de ella, su pecho jadeante. —Te necesito desnuda,


necesito sentirte sin nada entre nosotros —, gruñó.

Sí. Ah, sí.

Sacó el suéter por su cabeza, enviando su gorro de Santa volando de su


cabeza, rápidamente y hábilmente liberando sus pechos de su sujetador.
Ropa voló cuando ambos se desnudaron uno al otro con frenesí,
poniéndose de pie para poder desnudarse más rápido. Cuando ambos
estaban desnudos, Faith miró a su hombre reverentemente, su mandíbula
caída. Su polla era enorme, más grande y más gruesa de lo que había
imaginado. Gavin fue esculpido músculo, perfectamente formado.

¡Olvida los cincuenta estados! Gavin era el chico más caliente de todo el
planeta.

Ella levantó su mano para tocar su increíble polla, su boca se hacía agua
por probarlo. Envolviendo su mano alrededor de su vara, suavemente
acarició la piel aterciopelada, cayendo a sus rodillas para probar el pre-
semen que cubría la cabeza.

El gusto de él era como un afrodisíaco, aumentando su necesidad. Su


boca cerrada sobre él, saboreando el sabor de él, el aroma de su
desenfrenado deseo.

La mano de Gavin agarró su pelo mientras gemía. —Tu boca en mí me


vuelve loco, pero no puedo aguantarlo. — 87

Se puso de rodillas, lo que hizo que ella protestara por privarla de su


hermosa polla. Él la levantó suavemente, poniéndola suavemente de
espalda, y poniendo su cuerpo caliente masculino sobre ella.

—Esto podría ponerse rudo. Puedo oler tu necesidad y está haciéndome


perder el poco control que tengo. — Él siseo cuando sus cuerpos se
tocaron, rozando su cuerpo posesivamente contra el de ella, marcándola
con su olor. —Tengo que follarte duro, hasta saber que eres mía. — Su voz
era afligida. —Tengo que marcarte, dominarte, ahogarme en tu aroma,
saborearte, y revolcarme en tu olor. ¿Todavía consientes en ser mi
compañera? —

Oh infiernos, sí. Sólo sus palabras hicieron a su coño empaparse, sus


pezones duros y tan sensibles que el roce más leve de su pecho contra ellos
casi la hizo gritar.
—Sí. Por favor. — Sus palabras salieron como un quejido, su cuerpo
golpeaba bajo el suyo. —Puedes hacerlo aquí, con el árbol y el olor a pino?

Por favor, por favor, diga que sí. No me quiero mover.

—No puedo oler nada solo a ti. — Su respuesta fue enronquecida y,


apasionada.

Faith gimió mientras su boca se cerraba sobre la suya, devorándola. La


sensación de su piel desnuda caliente contra la suya, su lengua
conquistando su boca, inclinándola a su voluntad la estaba volviendo loca.
Había dejado que su alfa tomara el control y ella tomaba todo de él.

Gavin agarró sus muñecas firmemente al lado de su cabeza,


conteniéndola. Ella forcejeó contra el agarre, desesperada por tocarlo, pero
él continuaba poseyendo su boca, su poderoso cuerpo manteniéndola
prisionera bajo él.

Él separó su boca de la suya, jadeando, su aliento caliente emergiendo en


88
su oído. El empujó sus manos sobre su cabeza, sosteniendo las muñecas
con una de sus enormes manos. La acción hizo que ella se arqueara
ligeramente, empujando sus pechos hacia arriba, su ultra-sensibles pezones
raspando contra los duros músculos de su pecho. La sensación era parte
agonía, parte éxtasis.

—Tienes que correrte. — -gruñó él, mientras deslizó su mano entre sus
cuerpos, bajando lentamente por su vientre y entre sus muslos. —Ábrete a
mí. — Agarró uno de los muslos, abriendo sus piernas más amplia. Sus
dedos acariciaban mientras se trasladaba su mano a la delicada piel del
interior del muslo, sobre el pelo cortado de su montículo.

Todo el cuerpo de la Faith se estremecía mientras ella se frotaba contra


él, desesperada por sentirlo donde ella lo necesitaba más. —Por favor,
Gavin. Te necesito. —

—Quiero que me necesites. Quiero que te vuelvas loca por tenerme. Tan
enloquecida como estoy yo por follarte. — Sus dedos se burlaron,
sumergiéndose en sus caliente profundidades acariciando su saturada
carne, abriendo sus pliegues, pero sólo circulando su palpitante clítoris.

—Oh, Dios. Gavin. Por favor. — Ella no podía más. Su cuerpo estaba en
llamas, preparado para quemarse.

Su boca mordisqueó su lóbulo de la oreja, su cálido aliento en jadeos


contra el lado de su cuello. —Eres tan caliente, tan húmeda, tan dispuesta
a ser jodida —, susurró en su oído con dureza antes de pasar su lengua por
su cuello, probando la piel suave al lado de su cuello con la lengua
hambrienta.

Dos dedos se lanzaron en su apretado canal, haciéndola gritar de


angustia, —Por favor. Follame. — Su cabeza rodando de lado a lado, todo
en lo único que Faith podía pensar era en tener la dura polla de Gavin
dentro de ella, follándola hasta que todos sus sentidos explotaran.

—Tan malditamente apretado. Tan perfecta —, Gavin gruñó, sus dedos


presionando a su canal una y otra vez, estirándolo.
89
No es suficiente. No es suficiente. Más.

Faith necesitaba llegar al clímax tan mal que sus ojos se nublaron, todo
su cuerpo en agonía. Ella sabía que Gavin necesitaba controlar este
apareamiento, pero ella no estaba segura de que iba sobrevivirlo.

Felizmente, finalmente, sus dedos suavemente dejaron su dolorosa


caverna, deslizándose con facilidad a través de su resbaladiza carne, hasta
que la punta de sus dedos rodaban por su palpitante clítoris. Una vez que
empezó, no mostró ninguna misericordia, sus dedos estimulando,
trabajando furiosamente el brote.

Faith gritó de alivio, la resbaladiza fricción dirigida exactamente donde


ella quería, necesitaba.

—Córrete para mí. Córrete para mi ahora —, Gavin ordenó, su voz


áspera y exigente. —Quiero ver a mi mujer tomando su placer. —

¿Como si tuviera una elección? Cada nervio en su cuerpo estaba


estimulado, agitado. Sus caderas elevadas y su cuello arqueado, mientras
su coño pulsaba. Su clímax se enrollada sobre sus sentidos con una
intensidad que la tuvo gimiendo el nombre de Gavin mientras todo su
cuerpo ardía en llamas.

Ella estaba sin aliento, pero nunca tuvo la oportunidad de recuperarse


antes de Gavin estuviera sobre ella, su enorme polla suspendida en su
apretada entrada. Le soltó las manos y palmeó su polla.

—Mía! — sonaba angustiado, su respiración irregular y trabajosa.

Sí. Tuya. Siempre tuya.

—Dime que me quieres. Que me necesitas. —

Te necesito. Desesperadamente. Locamente. Follame, Gavin. Por favor.

Faith era incapaz de formar las palabras, pero sabía que podía oír sus
pensamientos. Envolviendo sus brazos alrededor de su espalda,
desesperada por su acoplamiento, ella gemía mientras hundió su polla dura
como una roca dentro de ella, llenando su canal, estirando a su capacidad.
90
Salía y la llenaba de nuevo, sus ojos salvajes e indomables.

La tomó con un poder y fuerza que la dejó atolondrada, su polla


bombeándola una y otra vez, una y otra vez. Ella envolvió sus piernas
alrededor de su cintura, encontrándose con sus empujes violentos, su piel
chocando juntos con audible urgencia.

Abrumada por puro instinto carnal, ella hundió sus dientes en su hombro,
clavó sus uñas en su espalda. —Mío —, gritó su mente.

—Oh... joder sí, — él gemía mientras se estrellaba en ella más


completamente, empujando más duro, más rápido. —Tómame como tuyo,
bebe. —

Gavin martilleó en su canal, sin misericordia a Faith, y ella no la quería.


Fue salvaje, desenfrenado y fuera de control, sus emociones
desbordándose en su alma, haciendo que ella experimentara el mismo
maníaco deseo que se mezclaba con los suyos.
Su boca cubriendo la suya, dominándola con frenéticos golpes de su
lengua y empujes de su polla hasta que ella estaba casi convulsionado
debajo de él, temblando por la intensidad de su unión.

Faith sintió su orgasmo construyéndose, apretando desde sus entrañas y


encendiendo su cuerpo en llamas.

Gavin metió sus manos debajo de su cuerpo, palmeando su trasero. La


levantó, arremetiendo contra su coño con cada empuje furioso de su polla.
Elevando sus caderas, se hundió más y más rápido, estimulando su clítoris
con cada azote.

Separó la boca de la suya. —Mía! — Su voz era pura posesividad salvaje.

El orgasmo de Faith desgarró a través de su cuerpo con un poder tal que


gritó, temblando mientras su canal se contraía tan fuerte que sacudió todo
su cuerpo.

Gavin hundió sus dientes en su hombro, liberando otra oleada de éxtasis


erótico. Ella gemía mientras el placer la consumía, sintiendo pequeños hilos
91
vinculándolos mientras él la marcaba como suya, reclamándola.

Quitando su caliente boca de su hombro, él dejo salir un largo y bajo


gemido mientras su canal se flexionaba , provocando su orgasmo. Enterró
su polla profundo dentro de ella, temblando mientras el disparaba su cálida
liberación dentro de su vientre.

Él rodó, cambiando posiciones, su polla aún enterrada dentro de ella. Ella


se tumbó en su pecho , jadeando por aire, su corazón latiendo con rapidez,
latiendo al mismo tiempo que el de Gavin.

—Joder! — dijo con voz áspera, envolviendo sus brazos alrededor de


ella.

Faith sabía exactamente qué él intentaba decir, pero no podía encontrar


las palabras. Ella deslizó sus manos a través de su cabello, la rubia melena
tan mojada con sudor tanto como sus cuerpos. Descansando su cabeza
sobre su hombro, ella suspiró.
¿Será de igual cada vez? Le envió el pensamiento a él, todavía sin
recuperar el aliento.

—Espero que sí. Podría matarme, pero maldita sea me moriré feliz, —
dijo en voz alta, su voz baja y ronca. Le acarició la espalda con una mano y
su cabello con la otra. —Gracias por ser mi compañera. Prometo
asegurarme de que nunca te arrepentirás. Te voy a amar cada día, cada
momento por el resto de mi existencia en la tierra. Nunca desearás otra
cosa. —

Faith sonrió contra su hombro. —Todo lo que quiero es a ti, Gavin. Te


amo. — Tener el amor de su hombre lobo era más que suficiente. Y desde
que era inmortal y ahora, como su compañera, también ella,
probablemente sería un montón de amor.

Ella volvió su cabeza, mirando tristemente a su árbol medio decorado. Ella


amaba la Navidad, pero más le encantaba Gavin. Si tenía que renunciar a
celebrar esta temporada por la cordura de Gavin, lo haría en un abrir y
cerrar de ojos.
92
—Yo te ayudaré a terminar el árbol. Y yo creo que debemos ir de
compras de Navidad.

Hacer galletas de Navidad. Poner música navideña. — Él acarició con su


cara su pelo y suspiró alegremente.

—Gavin ... no. Te molesta. Puedo estar sin eso —, Faith respondió
precipitadamente, con pánico.

Le puso una mano a cada lado de su rostro y la obligó a mirarlo. Faith se


derritió cuando ella se reunió con su mirada, su feroces ojos azules llenos
de amor y adoración. —Tengo mucho que celebrar y bebé... de repente
amo malditamente la Navidad. —

—No más malos recuerdos? — ella le preguntó tímidamente.

Sacudió la cabeza con firmeza. —No ni uno. Tengo la sensación de que a


partir de ahora, el olor a pino va a poner mi polla dura y voy a encontrar los
colores rojo y verde muy excitantes. Has sustituido esos recuerdos con
mejores recuerdos. Recuerdos cachondos. — Él sonrió con malvada, y
socarrona sonrisa provocando que sus pezones se endurecieran y a su
corazón dar saltos.

Faith mordió su labio, tratando de no sonreír. Realmente, su compañero


Cambiaformas era travieso. Muy, muy, pero que muy travieso.

— ¿Esto significa que tendré carbón en mis calcetines de este año? — Él


rió burlonamente, mientras sus se apretaban alrededor de ella, tirándola lo
suficientemente cerca como para sentir su corazón palpitante contra su
pecho. Su polla, aún dentro de su canal, inflamándose a una velocidad
pasmosa.

—Hombre-lobo, puedes tener lo que quieras si haces algunos de esos


pensamientos eróticos que tienes ahora —, le susurró seductoramente
Faith, imágenes sexuales centelleaban en su cabeza. Los pensamientos de
Gavin. Las fantasías de Gavin.

—Prepárate para la acción mujer. — le dijo en una voz ronca.

Ella le había llamado un hombre lobo, pero no la corrigió con su habitual


93
arrogancia. Él rodó, atrapándola debajo de él, tomando su boca con un
impresionante dominio y deseo desenfrenado.

Me puedes llamar lo que desees mientras que yo te puedo llamar mía. El


empujó el pensamiento en su mente mientras su lengua, exploraba
totalmente su boca, arrebatándole sus sentidos.

Él podía llamarla suya, y él siempre seria suyo. El corazón de Faith


explotó de alegría. ¿Quién sabría que una época de Navidad que había
comenzado de manera desesperada terminaría haciéndola la mujer más
feliz del mundo?

Cuando el calor de su abrazo creció, más caliente, más salvaje, Gavin


contestó. Igualmente, mi amor. Todo gracias a ti. Te amo, Faith. Eres mi
milagro de la Navidad.

Faith envolvió sus brazos alrededor de él, poniendo cada onza de amor
que ella sentía por él en su beso, tratando de mostrar exactamente cuánto
su regalo de amor significaba para ella.
Dos personas que estaban destinados a estar juntos, cada uno pensando
en tener una temporada de vacaciones muy deprimente, encontrándose
uno al otro, justo cuando necesitaban desesperadamente amor.

Realmente es un milagro de la Navidad. Faith murmuraba en la mente de


Gavin, cada vez más perdida en su fascinante seducción.

Ho Ho Ho!

La profunda jovial risa sonó fuerte en la cabeza de Faith,


momentáneamente sorprendiéndola.

¿ Santa? ¡Bueno... qué demonios! Ella había aprendido a creer en la magia.


¿Qué era tan diferente de creer en Santa y la magia de Navidad, a la
creencia de que el propio St. Nick había organizado la reunión con Gavin, y
le concedió su desesperado deseo de Navidad?

Gracias, Santa. Esta va a ser la mejor Navidad, ella le susurró en su


mente, casi segura de que ella escuchó a Santa contestar con una risa,
antes de perderse totalmente en Gavin.
94
Y no es de extrañar, que esta Navidad sin duda seria la mejor!

~El Final~
Sobre la autora:

J. S. Scott escribe romances eróticos que han sido


bestseller en Estados Unidos y es una ávida lectora de
todo tipo de libros. Vive con su marido en las
pintorescas Montañas Rocosas de Colorado. 95

Entre sus obras puedes encontrar:


 Vampire Coalition
 La obsesión del millonario
 Encuentros Cambiaformas
http://sanctnoctem.blogspot.in

Gabrielle de Seducción Literaria por el apoyo y su


desinteresada ayuda para difundir nuestros proyectos.
Gracias a Adriana, Rosa y Claribel, que a pesar de 96

todo estais firmes ante los obstaculos!


A Mitica por ser un apoyo incondicional y una gran
amiga.
A mis chicas de Paranormalia.
A Zuni mi complice!
Infinitas Gracias!

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