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‫תנ׳׳ך‬

TaNa’’j
Hebreo-Español
Con fonética hebrea

Tomo II
Neviím Rishoním
Editorial Natzratim Chile
Edición 2017
‫תנ׳׳ך‬
TaNa’’j
Hebreo-Español
Con fonética hebrea

Tomo II
Neviím Rishoním
Editorial Natzratim Chile
Edición 2017
Copyright  2017 por Editorial Natzratim Chile
Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o
parcial de este libro, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier
medio ya sea electrónico, mecánico o por fotocopia, sin el permiso escrito
del autor y de la Editorial Natzratim Chile.

Impreso en Temuco Chile.


Publicado y editado por Editorial Natzratim Chile.

Diseño: Mijael Ben Israel.

II
Indice

Prefacio ...…………………………………………………………………… IV-IX

Iehoshúa / Josué ...……………………………………………………... 1-147

Shemuel Alef / I de Samuel .……………………………………….. 148-333

Shemuel Bet / 2 de Samuel ....…………………………………….. 334-486

Melajím Alef / 1 de Reyes ………..………………………………… 487-664

Melajím Bet / 2 de Reyes ..…………………………………………. 665-834

Shofetím / Jueces ………………………………………………………. 835-980

Anexos …………….………………………………………………………… 981-1015

Glosario …………………………………………………………………… 1016 -1439

III
PREFACIO
Y escribirás muy
claramente en las
piedras todas las
palabras de esta Torá.
(Devarím – Deuteronomio 27:8)

La presente obra tiene por objetivo aclarar el texto bíblico a través de


la transmisión oral del pueblo de Israel, de modo de facilitar la
comprensión y divulgación de la palabra de D’s a toda la humanidad
permitiendo el acceso al texto original (entregado en hebreo) y a una
traducción fiel de éste. Para lograr este propósito, la estructura del
texto cuenta con las siguientes características:

1.- Fidelidad de la traducción al texto original

Para lograr una mejor traducción, hemos cotejado en diferentes


versiones de las Escrituras de autores judíos, como por ejemplo la Torá
Emet, traducida por Rabino Reuven Segal, la Torá con Haftarot versión
hebrea - castellana del Rav Mordejai Edery y el Tanaj en castellano y
hebreo de Moshé Katznelson.

2.- Transliteración de los nombres y lugares bíblicos

Hemos transcrito los nombres y lugares bíblicos con su fonética hebrea


para una correcta pronunciación de los nombres personales y lugares
hebreos, juntamente con los nombres traducidos al castellano para que
el lector acostumbrado con los nombres traducidos al castellano
identifique y sepa a qué personaje se refiere en cada historia y
narración mencionada en esta obra.

3.- Texto hebreo con puntuación, cantilación y fonética

La presente edición contiene el texto hebreo original vocalizado y con


cantilación y bajo éste se encuentra la fonética. Para lograr una mayor
comprensión se ha dispuesto el texto hebreo con el texto en español.

IV
4.- Parashiot, aliot, haftarot, Maftir, peraqim y pasuqim.

Hemos incluido las Parashiot (Porciones de la Torá) juntamente con las


Aliot (Lectura de la Torá y los profetas) los Peraqim (capítulos),
Pasuqim (versículos) para facilitar la búsqueda al estudiante y lector.

Parashiot

La Torá se suele dividir en 54 porciones o parashiot, cada porción


(parashá) es leída públicamente durante la semana en la sinagoga (el
segundo día de la semana y el quinto día de la semana por la mañana,
así como los shabatot por la mañana y por la tarde), por eso
también se conoce por “Parashat Hashavua” (la Porción de la Semana).

Como hay 52 semanas en un año, se lee una parashat cada misma


semana, este ciclo de lectura de la Torá – Keriat Hatorá – comienza
en Shabat Bereshit (primer Shabat después de Sucot) y finaliza en la
Festividad de Simjat Torá.

Leer la Torá es un precepto que aparece en la misma Torá (Deut 31:10-


12):

Moshé (Moisés) les ordenó, diciendo: «Al cabo de siete años, en la época
del año de remisión, durante la fiesta de Sucot, cuando todo Israel viene
a presentarse ante El Eterno, tu D´s, en el lugar que El ha de elegir, leerás
esta Torá ante los oídos de todo Israel. Reúne al pueblo, a los hombres,
las mujeres, los niños pequeños y al extranjero que está en tus ciudades,
para que oigan y para que aprendan, y teman a D´s, tu D´s, y sean
precavidos de cumplir con todas las palabras de esta Torá.

Durante la existencia del segundo Templo de Jerusalém, ya era


costumbre leer públicamente la Torá, en shabat y en las festividades. El
Talmud relata asimismo que fue Ezra el Escriba quien estableció la
práctica de leer la Torá el segundo día de la semana y el quinto día de
la semana en mañana y en Shabat por la tarde (Talmud Ierushalmi,
Meguilá 4:1). Los lunes y jueves eran los días de mercado, en que los
campesinos llegaban a las ciudades para vender sus productos y hacer
sus compras (Bava Batra 22a). Estos días brindaban una excelente
oportunidad para reunir al pueblo por unas horas a fin de enseñarle
algo de la Torá. Y dado que los comerciantes urbanos estaban
ocupados estos días y no podían asistir a las reuniones de estudio de

V
la Torá, se estableció para beneficio de ellos la lectura adicional de
la Torá los Shabat por la tarde.

El Talmud brinda también una razón espiritual para las dos lecturas de
los días laborables, e incluso sugiere que esta práctica es anterior a las
disposiciones de Ezra, quien tal vez haya formalizado la costumbre de
leer la Torá los días lunes y jueves, pero no habría sido el autor de la
misma. Los Sabios han considerado siempre el agua como símbolo de
la Torá. Lo que el agua es para el cuerpo: fuente de vida, manantial
refrescante, lo es la Torá para el alma. Tanto es así que al describir el
paso de los israelitas por el desierto, se dice que se pusieron
impacientes porque "anduvieron tres días por el desierto sin hallar
agua" (Exodo 15:22-23):

"Moshé hizo que Israel marchara del Mar Rojo y salieron hacia el
Desierto de Shur; anduvieron durante tres días en el desierto, mas no
hallaron agua. Llegaron a Mará, pero no pudieron beber las aguas de
Mará, pues eran amargas; por eso lo llamaron Mará. El pueblo se quejó
ante Moshé , diciendo: «¿Qué beberemos?».

Los Sabios lo consideran como una lección práctica. Según ellos, el


malestar se produjo a raíz de haber andado tres días sin el sustento
espiritual de la Torá. Esta es, según los Sabios, la razón por la cual ya
mucho antes de Ezra los Profetas hablan establecido que la Torá debe
leerse el segundo día de la semana y el quinto día de la semana además
del Shabat. Esta disposición asegura que no transcurran tres días sin
que el pueblo reciba el sustento espiritual que brinda la lectura de
la Torá en público.

Cada Shabat se leía un pequeño fragmento llamado Sidrá. En total


había 154 Sidrot, lo que significaba que la lectura de la Torá terminaba
cada tres años. A partir de la época Talmúdica de Babilonia se
reglamentó la lectura de la Torá tal como se maneja hoy: su lectura
dura un año dividido en Parashot (porciones): 54 en año bisiesto y 50
o 51 en año no bisiesto. Se cambia de parashá cada Shabat y se
termina de leer y se recomienza en Simjá Torá, dos días después
de Sucot.

Aliot y Maftir.

Aliot es el plural hebreo de Aliá que significa "subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá a leer una Aliá, debe recitar la Brajá, -

VI
Bendición antes de que la persona idónea para leer la Torá, llamada
Baal Koré, comience la Lectura, y al cerrar la misma. Esto se hace cada
vez que un invitado lee la Porción -Parashát- correspondiente.

La figura del Maftir se aplica a la persona llamada a leer la Haftará de la


semana, a quien también se le da el honor de proclamar la última
bendición (brajá) para la lectura de última aliá de la porción de la Torá.
El Maftir también es el responsable de leer la brajá (Bendición) que
abre la Haftará, así como la brajá de cierre de la porción de la Haftará,
que son porciones tomadas de los Profetas.

Un oficial de la sinagoga, llamado Gabbai, llama a varias personas


(hombres en la mayoría comunidades ortodoxas y algunas conservado
ras, hombres y mujeres en otras), para ser honrados con una aliá
(hebreo: ‫ עליות ;עליה‬/ aliot, "ascenso" o "subir"), donde el homenajeado
(o, más generalmente, un lector designado) recita una bendición sobre
la Torá, entre cada porción. Cada uno lee una sección de la porción
de la Torá del día. Siempre hay al menos tres olim (Pueblo llamado
leer la Torá) a menos que un Kohen (Sacerdote) está presente y no esté
presente un Levi, en cuyo caso el Kohen es llamada para la primera y la
segunda lectura.

Los Olim llamados a proclamar las brajot de lectura de la Toráh, deben


ser llamados en órden de: Kohanim, Leviim y los descendientes de las
demás tribus.

5.- Anexos.

En anexos encontraremos una breve reseña histórica de los 24 libros


que componen el Tanaj, los autores de cada libro y sus Respectivas
Épocas, una breve historia del idioma hebreo, el alfabeto hebreo, las
tenuot (vocales hebreas), sílabas hebreas, sustantivos, frases en
hebreo, palabras básicas en hebreo, números en hebreo.

6.- Glosario.

En el glosario el estudiante y lector podrá encontrar significados y


explicaciones de diferentes palabras según el concepto tanajico y
hebreo, para así aclarar de una forma más académica las palabras y
conceptos hebreos plasmados en las Escrituras.

VII
El Tana’’j

El Tanaj es el compendio de los libros consagrados por el judaísmo.

Este nombre (TaNa’’J) en realidad es una sigla, la de las tres


secciones que lo componen:

 Torá
 N- eviím (Profetas)
 J/K- etubim (Escritos consagrados)

Libros que componen cada sección:

Torá / Pentateuco

1. Bereshit/Génesis
2. Shemot/Éxodo
3. Vaiqrá/Levítico
4. Bemidbar/Números
5. Devarim/Deuteronomio

Neviím / Profetas.

1. Iehoshúa/Josué
2. Shoftim/Jueces
3. Shemuel/Samuel
4. Melajim/Reyes

5. Ieshaiahu/Isaías
6. Irmiá/Jeremías
7. Iejezkel/Ezequiel
8. Trei Asar/Los doce

Ketuvim / Escritos

1. Tehilim/Salmos
2. Mishle/Proverbios
3. Iov/Job
4. Shir HaSHirim/Cantar de los Cantares
5. Rut
6. Eijá/Lamentaciones
7. Kohelet/Predicador (Eclesiastés)

VIII
8. Ester
9. Daniel
10. Ezrá-Nejemiá/Esdrás-Nehemías
11. Divre HaIamim/Crónicas

Los libros ocultos

El último de los Neviím se llama "Los doce". Bien, es en realidad el


nombre genérico para los doce profetas menores, que son:

1. Oshea/Oseas
2. Ioel/Joel
3. Amós
4. Ovadiá/Abdías
5. Ioná/Jonás
6. Mijá/Miqueas
7. Najum/Nahum
8. Jabacuc/Habacuc
9. Tzefaniá/Sefonías
10. Jagai/Ageo
11. Zejariá/Zacarías
12.Malají/Malaquías

El penúltimo de los libros de los Ketuvím es Ezrá-Nejemiá, bien, son


dos libros que se han unido porque son vinculados orgánicamente.

En otras palabras los 24 se transformaron en 36 (libros).

La traducción cristiana-evangélica dividió los libros de Shemuel,


Melajim y Divre HaIaimim, cada uno en dos tomos, y así que el
número se incrementa.

La versión católica de la Biblia, añadieron a todo lo anterior libros


que los Sabios de Israel no los consideraron aptos para formar parte
del Tana’j.

IX
1 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬
Iehoshúa – Josué Capítulo 1
(1)
ְ‫יְמֹותְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְעֶ ֻׁ֣בֶ דְיהוָ ָ֑הְו ֹּ֤י ֹאמֶ רְיהוָה֙ ְאֶ ל־יְהֹושֻׁ֣עְבן־נ֔ ּון‬
֥ ‫יְאח ֲֵ֛ר‬
ַֽ ‫וַַֽֽי ִ֗ה‬
:ְ‫מְשָ ֥רתְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְלאמַֹֽ ר‬
váihí ájaréi mót moshéh 'éved Adonai; vaiómer Adonai el-iêhoshú'a bin-nún,
mêsharét moshéh lemór .
Aconteció después de la muerte de Moshé [Moisés], siervo del Eterno, que el
Eterno habló a Iehoshúa [Josué] hijo de Nun, ayudante de Moshé [Moisés],
diciendo:
(2)
ְ‫ְ֩קּוםְע ֹ֜ ֲֹברְאֶ ת־היר ֻׁ֣דןְה ִֶ֗זהְאתָ ה֙ ְוְכְל־הָ עָ ֻׁ֣ם‬֨ ‫יְמתְוְעתָ ה‬ ָ֑ ‫מֹ ֶ ֥שהְעב ֶׁ֖ד‬
:‫רְאנֹ ֵ֛כיְנֹ ֥תןְל ֶָהֶׁ֖םְלבנ֥יְיש ָר ַֽאל‬
ַֽ ָ ‫ה ֶ֔זהְאֶ ל־הָ ָ֕ ָא ֶרץְאֲ ֶ ֶׁ֧ש‬
moshéh 'avdí mét; vê'atah qúm 'avór et-haiardén hazéh atah vêjol-ha'ám
hazéh, el-haáretz ashér ánojí notén lahém livnéi israél.
–Mi siervo Moshé [Moisés] ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con
todo este pueblo, a la tierra que yo doy a los Hijos de Israel.
(3)
ְ‫ֲשרְדבֶׁ֖רתי‬
֥ ֶ ‫יוְכא‬
ַֽ ‫ֵ֛םְבֹוְלָכֶ ֻׁ֣םְנְת ָ֑ת‬
ֶׁ֖ ֶ‫ְךְכף־רגלְכ‬
ַֽ ֹ‫כְל־מָ ִ֗קֹוםְאֲשֶ֨ רְתד ֶׁ֧ר‬
:‫אֶ ל־מֹ ֶ ַֽשה‬
kol-maqóm ashér tidrój káf-raglêjém bó lajém nêtatív; káashér dibárti el-
moshéh.
Yo os he dado, como lo había prometido a Moshé [Moisés], todo lugar que
pise la planta de vuestro pie.
(4)
ְ‫לְא ֶרץ‬
ֻׁ֣ ֶ ֹֹּ֚‫ַֽמהמדבָ רְ֩וְהלְבָ נ֨ ֹוןְה ֶֹ֜זהְוְַֽעד־הנ ָָהֶׁ֧רְהג ָֻׁ֣דֹולְנְהר־פְ ָ ִ֗רתְכ‬
:ְ‫שְיהיֶ ֶׁ֖הְגְ ַֽבּול ֶ ַֽכם‬
ַֽ ֶ‫ַֽהח ֔תיםְוְעד־היָ ֥םְהג ֶָׁ֖דֹולְמְ ֻׁ֣בֹואְה ָ ָ֑שמ‬
méhamidbar vêhalêvanón hazéh vê'ad-hanahár hagadól nêhar-pêrát kól éretz
hájitím, vê'ad-haiám hagadól mêvó hashámesh; íhiéh gêvúljém .
Vuestro territorio será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río
Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se pone el sol.
(5)
ְ ֙‫ָ֑יָךְכאֲשֶ֨ רְהָ יֹּ֤יתיְעם־מֹ שֶ ה‬
ַֽ ֶ‫יָךְכלְיְ ֻׁ֣מיְחי‬ ֹ ֶׁ֖ ‫ַֽל ֹא־יתיצ֥בְאיש֙ ְלְ ָפ ֶ֔נ‬
:ָ‫אְאעֶז ֶ ַֽבך‬
ַֽ ֶ ֹ ‫ֶ ַֽאהְיֶ ֻׁ֣הְע ֔ ָמְךְ ֥ל ֹאְארפְָךֶׁ֖ ְוְ ֥ל‬
1
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 1

ló-itiatzév ish lêfanéja, kól iêméi jaiéja; káashér haíti 'im-mosheh éhêiéh 'imáj,
ló arpêjá vêló é'ezvéka.

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con
Moshé [Moisés], estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.
(6)
‫ץְכיְא ִ֗ ָתהְתנחילְ֙אֶ ת־הָ עָ ֻׁ֣םְה ֶ֔זהְאֶ ת־הָ ָ֕ ָא ֶרץְאֲ שֶ ר־‬ֻׁ֣ ‫ֶׁ֖קְוא ָ ֱָ֑מ‬
ַֽ ֶ ‫חֲז‬
:‫ֲבֹותםְל ָ֥תתְל ֶ ַָֽהם‬
ֶׁ֖ ָ ‫יְלא‬ַֽ ‫נשב֥עת‬
jazáq véemátz; kí atáh tanjil et-ha'ám hazéh, et-haáretz asher-nishbá'ti
láavotám latét lahém.

Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la


tierra que juré a sus padres que les daría.
(7)
ְ‫ֲשרְצּוָך֙ ְמֹ ֶ ֻׁ֣שה‬ ֹּ֤ ֶ ‫תֹורהְא‬
֔ ָ ‫רְלעֲשֹות֙ ְכְכְל־ה‬
ַֽ ֹֹּ֤‫קְוא ֱֹ֜מץְמְ ִ֗ ֹאדְלשמ‬ ַֽ ֶ ‫רקְ֩ח ֲ֨ז‬
ְ‫ֲשר‬֥ ֶ ‫עב ֔דיְאל־תָ ֥סּורְמ ֶ ֶׁ֖מנּוְי ָֻׁ֣מיןְּוש ָ֑מ ֹאולְלְ ֻׁ֣מעןְתש ֔כילְבְ ֶׁ֖ ֹכלְא‬
:‫ת ַֽלְך‬
raq jazáq véemátz mêód lishmór lá'asot kêjol-hatoráh, ashér tziujá moshéh
'avdí, al-tasúr miménu iamín usmóvl; lêmá'an taskíl, bêjól ashér teléj.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la Torá


que mi siervo Moshé [Moisés] te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha
ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas.
(8)
ְ ֙‫ְיֹומםְו ָ֔לילָהְלְ ֨מען‬ ֻׁ֣ ָ ֙‫תֹורהְה ֶֹ֜זהְמ ִ֗פיָךְוְהָ ֹּ֤גיתָ ְבֹו‬
֨ ָ ‫ַֽל ֹא־י ָ֡מּושְס ֶפרְ֩ה‬
ְ‫י־אזְתצ ֥ליחְאֶ ת־דְ ָרכֶ ֶָׁ֖ךְוְ ָ ֥אז‬ ֵ֛ ָ ‫ּובְבֹוְכ‬
ָ֑ ‫רְלע ֲ֔שֹותְכְכְל־הכ ֶָׁ֖ת‬
ַֽ ֹֻׁ֣‫תשמ‬
:‫תש ַֽכיל‬
ló-iamúsh sefer hatoráh hazéh mipíja vêhagíta bó iomám valáilah, lêmá'an
tishmór lá'asót, kêjol-hakatúv bó; ki-áz tatzlíaj et-dêrajéja vêáz taskíl.

Nunca se aparte de tu boca este libro de la Torá; más bien, medita en él de día
y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así
tendrás éxito, y todo te saldrá bien.
(9)
ְ‫ָ֑תְכיְעמְָך֙ ְיהוָ ֻׁ֣ה‬
ֹּ֤ ‫ץְאל־תע ֲֶׁ֖רֹ ץְוְאל־ת ָח‬
ַֽ ‫ֻׁ֣קְוא ֔ ֱָמ‬
ַֽ ֶ ‫יתיָך֙ ְחֲז‬
֨ ‫הֲלֹּ֤ ֹואְצּו‬
‫ פ‬:ְ‫ֲשרְת ַֽלְך‬ ֥ ֶ ‫ֱֹלהיָךְבְ ֶׁ֖ ֹכלְא‬
ֶ֔ ‫א‬
haló tzivitíjá jazáq véemátz, ál-ta'arótz vêal-teját; kí 'imêjá Adonai elohéja,
bêjól ashér teléj .

2
1 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes,


porque el Eterno tu Elohim estará contigo dondequiera que vayas.
(10)
:‫הֹושעְאֶ ת־שַֹֽ טְ ֥ריְהָ עָ ֶׁ֖םְלאמַֹֽ ר‬
֔ ְ‫ויצֻׁ֣וְי‬
vaitzáv iêhoshú'a, et-shótêréi ha'ám lemór.

Entonces Iehoshúa [Josué] mandó a los oficiales del pueblo, diciendo:


(11)
ְ‫הְכי‬
ִּ֞ ‫יד‬
ָ֑ ָ ‫בְהמ ֲח ִֶ֗נהְוְצּוֹּ֤ ּוְאֶ ת־הָ עָם֙ ְלאמֹ֔ רְהָ ֥כינּוְלָכֶ ֶׁ֖םְצ‬ ַֽ ‫עב ֻׁ֣רּוְ׀ְבְ ֶ ֻׁ֣ק ֶר‬
ְ‫ְעבְרים֙ ְאֶ ת־היר ֻׁ֣דןְה ֶ֔זהְלָבֹוא֙ ְל ֶ ָֻׁ֣רשֶ ת‬ ֹ ַֽ ֙‫בְעֻׁ֣ ֹודְ׀ְשְֹלֻׁ֣ שֶ תְי ִָ֗מיםְאתֶ ם‬
‫ פ‬:ְ‫אֶ ת־הָ ֔ ָא ֶרץְאֲשֶ ר֙ ְיהוָ ֻׁ֣הְאֱֹלַֽ הי ֶ֔כםְנֹ ֥תןְלָכֶ ֶׁ֖םְלְרש ָ ַֽתּה‬
'ivrú | bêqérev hámajanéh vêtzaúu et-ha'am lemór, hajínu lajém tzeidáh; kí
bê'ód | shêlóshet iamím atem 'óvêrim et-haiardén hazéh, lavo laréshet et-
haáretz, asher Adonai elóheijém, notén lajém lêrishtáĥ .

–Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo diciendo:


'Preparaos alimentos, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar
a tomar posesión de la tierra que el Eterno vuestro Elohim os da para que la
poseáis.'
(12)
:‫טְהמְנ ֶ ָ֑שהְאָ ֥מרְיְהֹושֶׁ֖עְלאמַֹֽ ר‬
ַֽ ֶ‫יְשב‬
ֻׁ֣ ‫וְל ַָֽראּובני֙ ְוְלג ָ֔דיְוְ ַֽלח ֲֶׁ֖צ‬
vêlaruvení vêlagadí, vêlájatzí shévet hámênashéh; amár iêhoshú'a lemór.

Iehoshúa [Josué] también habló a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu
de Menashé [Manasés], diciendo:
(13)
ְ‫הְעבֶ ד־יהוָ ֶׁ֖הְלאמָֹ֑ רְיהוָ ֹּ֤ה‬
ַֽ ֶ ‫זָכֹור֙ ְאֶ ת־הדָ ֔ ָברְאֲשֶ֨ רְצּוָ ֥הְאֶ תכֶ ֵ֛םְמֹ ֶ ֥ש‬
:ְ‫אֱֹלַֽ היכֶם֙ ְמנֻׁ֣יחְ ָל ֶ֔כםְוְנ ָ֥תןְלָכֶ ֶׁ֖םְאֶ ת־הָ ָ ֥א ֶרץְה ַֽז ֹאת‬
zajor et-hadavár, ashér tziváh etjém moshéh 'éved-Adonai lemór; Adonai
elóheijem meníaj lajém, vênatán lajém et-haáretz hazót .

–Acordaos de lo que os mandó Moshé [Moisés], siervo del Eterno, diciendo:


'el Eterno vuestro Elohim os ha dado reposo y os ha dado esta tierra.
(14)
ְ‫נְשיכֶ ֻׁ֣םְטפְכֶם֮ ְּומקני ֶכםְ֒יַֽשְ ָ֕בּוְבָ ָ֕ ָא ֶרץְאֲשֶ֨ רְנ ָ֥תןְלָכֶ ֵ֛םְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְבְעֻׁ֣בֶ ר‬
ְ‫בֹוריְה ֔חיל‬ֻׁ֣ ‫ְ֩תעב ֨רּוְחֲמ ֹ֜שיםְלפנֻׁ֣יְאֲחי ִֶ֗כםְכֹֹּ֚ לְג‬ ַֽ ‫היר ָ֑דןְוְאתֶ ם‬
:‫םְאֹותם‬
ַֽ ָ ‫ַֽועֲזר ֶ ֶׁ֖ת‬
nêsheijém tapêjem umiqneijem iéshêvú baáretz ashér natán lajém moshéh
bê'éver haiardén; vêatem tá'avrú jamushím lifnéi ajeijém kól giboréi hajáil,

3
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 1

vá'azartém otám.

Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados se quedarán en la tierra


que Moshé [Moisés] os ha dado a este lado del Jordán. Pero vosotros, todos
los guerreros valientes, cruzaréis armados al frente de vuestros hermanos y les
ayudaréis,
(15)
ְ‫ם־המָ הְאֶ ת־הָ ָ֕ ָא ֶרץ‬
֔ ‫ַֽר ֻׁ֣שּוְג‬ְ ‫֥הְ׀ְלאֲחיכֶם֮ ְ ָכ ֶכםְ֒וְ ָ ַֽי‬
ַֽ ָ‫ַ֠עדְאֲשֶ ר־י ָ֨ניחְיהו‬
ְ‫אֲשֶ ר־יהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְנֹ ֻׁ֣תןְל ֶָהָ֑םְוְשב ִּ֞ ֶתםְלְ ֶ ֹּ֤א ֶרץְיְרשתכֶם֙ ְַֽוירש ֶ ֻׁ֣תם‬
ְ‫ֲשרְ׀ְנ ָֻׁ֣תןְ ָל ִֶ֗כםְמֹ שֶ ה֙ ְעֶ ֻׁ֣בֶ דְיה ֔ ָוהְבְע֥בֶ רְהיר ֶׁ֖דןְמז ֥רח‬ ֻׁ֣ ֶ ‫אֹותּהְא‬
ָ֔
:ְ‫ה ָ ַֽשמֶ ש‬
'ád asher-ianíaj Adonai | láajeijem kajem vêiárêshú gam-hémah, et-haáretz
asher-Adonai elóheijém notén lahém; vêshavtém lêéretz iêrushatjem vírishtém
otáĥ, ashér | natán lajém mosheh 'éved Adonai, bê'éver haiardén mizráj
hashámesh .

hasta que el Eterno haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y
ellos también tomen posesión de la tierra que les da el Eterno vuestro Elohim.
Después volveréis a la tierra que tenéis como posesión, que os ha dado Moshé
[Moisés], siervo del Eterno, a este lado del Jordán, donde se levanta el sol.'
(16)
ְ‫ֲשר‬
֥ ֶ ‫יתנּו֙ ְַֽנעֲשֶ֔ הְוְ ֶ ַֽאל־כְל־א‬
ָ ֨ ‫רְכלְאֲשֶ ר־צּו‬
ֹ ֹּ֤ ָֹ֑‫וַַֽֽיעֲנ֔ ּוְאֶ ת־יְהֹושֶׁ֖עְלאמ‬
:‫תשלָחֶׁ֖נּוְנ ַֽלְך‬
váia'anú, et-iêhoshú'a lemór; kól asher-tzivitánú ná'aséh, vêél-kol-ashér
tishlajénu neléj.

Y ellos respondieron a Iehoshúa [Josué] diciendo: –Nosotros haremos todas


las cosas que nos has mandado, e iremos a dondequiera que nos envíes.
(17)
ְ‫קְיה ִֶּ֞יהְיהוָ ֹּ֤ה‬
ַֽ ‫ָ֑יָךְר‬
ַ֠ ֶ‫כְ ֹּ֤ ֹכלְאֲשֶ ר־שָ ֨מענּו֙ ְאֶ ל־מֹ שֶ֔ הְכֶׁ֖ןְנש ֻׁ֣מעְאל‬
:ְ‫ֲשרְהָ יָ ֶׁ֖הְעם־מֹ ֶ ַֽשה‬
֥ ֶ ‫ְךְכא‬
ַֽ ‫ֱֹלהיָך֙ ְע ֔ ָמ‬
ֶ֨ ‫א‬
kêjól asher-shamá'nú el-moshéh, kén nishmá' eléja; ráq íhiéh Adonai elohéjá
'imáj, káashér haiáh 'im-moshéh .

De la manera que hemos obedecido a Moshé [Moisés] en todas las cosas, así
te obedeceremos a ti. Sólo que el Eterno tu Elohim esté contigo, como estuvo
con Moshé [Moisés].

4
1, 2 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(18)
‫ת־פיָךְוְ ַֽל ֹא־יש ֶׁ֧מעְאֶ ת־דְבָ ֶ ֵ֛ריָךְלְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־‬
ִ֗ ֶ‫ל־אישְאֲשֶ ר־ימ ֶ ֻׁ֣רהְא‬ ִּ֞ ְ‫כ‬
‫ פ‬:‫֥קְוא ָ ֱַֽמץ‬
ַֽ ֶ ‫תְרקְחֲז‬
ֶׁ֖ ‫ֶׁ֖נּוְיּומ‬
ָ֑ ָ ֶ‫תְצּו‬
kol-ísh asher-iamréh et-píja vêló-ishmá' et-dêvaréja lêjól asher-têtzavénu
iumát; ráq jazáq véemátz.

Cualquiera que sea rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras en


todo lo que le mandes, que muera. ¡Solamente esfuérzate y sé valiente!

Iehoshúa – Josué Capítulo 2


(1)
ְ‫ְח ֶֻׁ֣רש‬
ֶ ֙‫ּוןְמן־הש ִּ֞טיםְשְנַַֽֽים־ ֲאנ ָֹּ֤שיםְמְרגְלים‬ַֽ ‫ן־נ‬ ַ֠ ‫הֹושע־ב‬ ַֽ ְ‫וישלֻׁ֣חְי‬
ְ‫ּוְויָבֹ אּוְבית־א ָ ֥שה‬
ַ֠ ֹ֜‫יחֹוְו ֨ילכ‬ ָ֑ ‫ּוְר ֥אּוְאֶ ת־הָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְוְאֶ ת־יְר‬
ְ ֵ֛‫לאמֹ֔ רְלְכ‬
:‫בּו־שמָ ה‬
ַֽ ָ ְ‫ּהְר ָחֶׁ֖בְוישכ‬ ָ ‫זֹונָ ֵ֛הְּוש ָ ֥מ‬
vaishláj iêhoshú'a-bin-nún mín-hashitím shênáim-anashím mêragêlim jéresh
lemór, lêjú rêú et-haáretz vêet-iêrijó; vaiéljú váiavou beit-isháh zonáh ushmáĥ
rajáv vaishkêvu-shámah.

Iehoshúa [Josué] hijo de Nun envió secretamente dos espías desde Sitim,
diciéndoles: –Id y reconoced la tierra y Jericó. Ellos fueron y entraron en la
casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí.
(2)
ְ‫ֻׁ֣אּוְהנָהְהלֵ֛ילָהְמבְנ֥י‬
ֶׁ֧ ‫יםְב‬ ָ ‫יחֹוְלאמָֹ֑ רְהנֻׁ֣הְ ַ֠ ֲאנָש‬ ֶׁ֖ ‫ויֻׁ֣אָ ֔מרְלְ ֶ ֥מלְֶךְיְר‬
:‫יש ָר ֶׁ֖אלְלח ֥ ֹפרְאֶ ת־הָ ָ ַֽא ֶרץ‬
vaiéamár, lêmélej iêrijó lemór; hinéh ánashim báu hénah haláilah mibênéi
israél lajpór et-haáretz.

Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo: –Unos hombres de los Hijos de


Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra.
(3)
ְ‫יְה ֲאנ ָ֨שיםְהבָ ֹּ֤אים‬ ַֽ ָ ‫רְהֹוציא‬
ַ֠ ָֹ֑‫ל־ר ָחֶׁ֖בְלאמ‬
ָ ֶ‫יחֹוְא‬
֔ ‫ְמלְֶךְיְר‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫וישלח‬
:‫ץְבאּו‬
ַֽ ָ ‫ְךְכיְלח ֥ ֹפרְאֶ ת־כְל־הָ ָ ֶׁ֖א ֶר‬ֵ֛ ‫ר־בֻׁ֣אּוְלְב ֔ית‬
ָ ֶ‫א ֨ליְך֙ ְאֲש‬
vaishlaj mélej iêrijó, el-rajáv lemór; hótzi háanashím habaím eláij asher-báu
lêveitéj, kí lajpór et-kol-haáretz báu.

5
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 2

Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: –Saca a los hombres que han
venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el
país.
(4)
ְ ֙‫ןְבֹּ֤אּוְאלי‬
ָ ‫רְ׀ְכ‬
ִ֗ ֶ‫֥יְה ֲאנ ֶָׁ֖שיםְוַֽתצפְנָ֑ ֹוְו ֻׁ֣ת ֹאמ‬
ַֽ ָ ‫חְהא ָ ֵ֛שהְאֶ ת־שְנ‬
ַֽ ָ ‫ות ֶׁ֧ק‬
:‫ןְהמָ ה‬
ַֽ ‫ָ ַֽה ֲאנ ָ֔שיםְוְ ֥ל ֹאְי ֶָׁ֖דעתיְמ ֥אי‬
vatiqáj háisháh et-shênéi háanashím vátitzpênó; vatómer | kén báu elaí
háanashím, vêló iadá'ti meáin hémah.

Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido,
dijo: –Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde
eran.
(5)
ְ‫ָהְהלְכֶׁ֖ ּו‬
ַֽ ָ ‫יְאנ‬
֥ ָ ‫וי ֨היְהשְֹ֜ערְלסגִ֗ ֹורְבחֹ֨ שֶ ְך֙ ְוְ ָ ַֽה ֲאנ ָֻׁ֣שיםְי ֔ ָָצאּוְ ֻׁ֣ל ֹאְי ָ֔דעת‬
:‫ֶׁ֖םְכיְתשיגַֽ ּום‬ ֥ ‫יה‬ ֶ ‫ֵ֛רְאחֲר‬ ַֽ ‫ָ ַֽה ֲאנ ָָ֑שיםְרד ֥פּוְמה‬
vaihí hashá'ar lisgór bajóshej vêháanashím iatzáu, ló iadá'ti, ánah hálêjú
háanashím; ridfú mahér ájareihém kí tasigúm.

Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos


hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los
alcanzaréis.
(6)
:‫יאְהעֱלָ ֻׁ֣תםְהגָ ָ֑ ַֽגָהְוַֽתטמְנם֙ ְבְפש ֻׁ֣תיְהָ ֔עץְ ָ ַֽהעֲרכ֥ ֹותְלָ ֶּׁ֖הְעל־ה ָגַֽג‬
ַֽ ֶ ‫וְ ֶׁ֖ה‬
vêhí hé'elátam hagágah; vátitmênem bêfishtéi ha'étz, há'arujót láĥ 'al-hagág.

Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos
manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea.
(7)
ְ‫ֶׁ֖לְהמעבְ ָ֑רֹותְוְה ֻׁ֣שער‬
ַֽ ‫ְד ֶרְךְהיר ֔דןְע‬ ֻׁ֣ ֶ ֙‫ּוְאחֲריהֶ ם‬
ַֽ ‫יםְרדְ ֹּ֤פ‬
ַֽ ָ ‫וְ ָ ַֽה ֲאנ ִָ֗ש‬
:‫יהם‬ַֽ ֶ ‫יםְאחֲר‬
ַֽ ‫רְיַֽצְ ֥אּוְהָ ַֽרֹ דְ ֶׁ֖פ‬
ָ ‫ֲש‬ ֵ֛ ֶ ‫יְכא‬
ַֽ ‫רּוְאח ֲָ֕ר‬
ַֽ ‫סָ ֔ ָג‬
vêháanashím rádêfú ájareihem dérej haiardén, 'ál háma'bêrót; vêhashá'ar
sagáru, ájaréi káashér iátzêú haródêfím ájareihém.

Entonces los hombres los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los
vados. Y después que salieron los que los perseguían, cerraron las puertas de
la ciudad.
(8)
:‫יהֶׁ֖םְעל־ה ָגַֽג‬
ֶ ‫יאְעלְ ָ ֥תהְעֲל‬
ַֽ ָ ‫הְט ֶרםְישכ ָָ֑בּוןְוְ ֵ֛ה‬
ֻׁ֣ ֶ ָ‫וְהֶׁ֖מ‬
vêhémah térem ishkavún; vêhí 'álêtáh 'aleihém 'al-hagág.

6
2 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Antes de que ellos se acostasen, ella subió a la azotea, donde estaban, y les
dijo:
(9)
‫יְכי־נ ֶָׁ֧תןְיהוָ ֵ֛הְלָכֶ ֶׁ֖םְאֶ ת־הָ ָ ָ֑א ֶרץְוְ ַֽכי־‬
ַֽ ‫ל־ה ֲאנ ָ֔שיםְי ָָ֕דעת‬ ֻׁ֣ ָ ֶ‫ו ֨ת ֹאמֶ ר֙ ְא‬
:ְ‫יכם‬ַֽ ֶ ‫ל־ישְב֥יְהָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְמפְנ‬
ַֹֽ ְ‫ֹּ֤הְאימתכֶם֙ ְע ָ֔לינּוְוְ ֥כיְנָמֵֹ֛ גּוְכ‬
ַֽ ָ‫נְפְל‬
vatómer el-háanashím, iadá'ti kí-natán Adonai lajém et-haáretz; vêjí-nofêláh
éimatjem 'aléinu, vêjí namógu kol-ióshêvéi haáretz mipêneijém .

–Sé que el Eterno os ha dado esta tierra, porque el miedo a vosotros ha caído
sobre nosotros. Todos los habitantes de esta tierra se han desmoralizado a
causa de vosotros.
(10)
ְ‫ת־מיְים־סּוף֙ ְמפְני ֶ֔כם‬ ֹּ֤ ֶ‫ר־הֹובישְיה ֹ֜ ָוהְא‬
֨ ֶ‫נּוְאתְאֲש‬
ַ֠ ‫ֻׁ֣כיְשָ ִ֗מע‬
ְ‫יְהאֱמֹ ֹ֜ריְאֲשֶ֨ ר‬
ַֽ ָ ‫יתםְלשניְ֩מל ֨כ‬ ֶ ֡ ‫ֲשרְעֲש‬ ֻׁ֣ ֶ ‫םְוא‬
ַֽ ‫בְ ַֽצאתְ כֶ ֶׁ֖םְממצ ָ ָ֑רי‬
:ְ‫םְאֹותם‬
ַֽ ָ ‫רְהחֱרמ ֶ ֶׁ֖ת‬
ַֽ ֶ ‫ֲש‬ ֥ ֶ ‫בְעֹּ֤בֶ רְהירדן֙ ְלְסיחֹֻׁ֣ ןְּול ֔עֹוגְא‬
kí shamá'nu ét asher-hovísh Adonai et-méi iam-suf mipêneijém, bêtzétêjém
mimitzráim; váashér 'asitém lishneí maljéi háemorí ashér bê'éver haiarden
lêsijón ul'óg, ashér héjeramtém otám .

Porque hemos oído que el Eterno hizo que las aguas del mar de las Cañas se
secaran delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a
los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán: a Sejón y a Og, a los
cuales habéis destruido por completo.
(11)
ְ‫ָ֑םְכיְיהוָ ֻׁ֣ה‬
ֹּ֚ ֶ‫ֹודְרּוחְבְ ֶׁ֖אישְמפְניכ‬ֵ֛ ֥‫ֹא־קמָ הְע‬
ָ ֨ ‫ונשמע֙ ְוי ֻׁ֣מסְלְבָ ֔בנּוְוְל‬
:ְ‫םְהּואְאֱֹלהים֙ ְבשָ ֻׁ֣מיםְמ ֔מעלְוְעל־הָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְמ ָ ַֽתחת‬ ֹּ֤ ‫אֱֹלַֽ הי ֶ֔כ‬
vanishma' vaimás lêvavénu, vêlo-qámah 'ód rúaj bêísh mipêneijém; kí Adonai
elóheijém, hú elohim bashamáim mimá'al, vê'al-haáretz mitájat .

Al oír esto, nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en


ninguno a causa de vosotros, porque el Eterno vuestro Elohim es Elohim
arriba en los cielos y abajo en la tierra.
(12)
‫יתםְגם־‬
ֶ ֨ ‫דְועֲש‬
ַֽ ֶ‫ֶׁ֖םְחָ֑ס‬
ָ ֶ‫הְכי־ע ָ֥שיתיְעמָ כ‬ ַֽ ‫ְביה ֔ ָו‬
ַֽ ֙‫וְע ִ֗ ָתהְה ָ ַֽשבְעּו־נָ ֥אְלי‬
:ְ‫יְאֹותְא ֶ ֱַֽמת‬
֥ ‫םְל‬
ֶׁ֖ ‫ְחסֶ דְּונת ֶ ֥ת‬
ֶ ֔ ֙‫א ֹ֜ ֶתםְעם־בֹּ֤יתְאָ בי‬
vê'atáh hishávê'u-ná lí báAdonai, kí-'asíti 'imajém jásed; vá'asitém gam-atém
'im-béit aví jésed, untatém lí ót emét .

7
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 2

Y ahora, por favor, juradme por el Eterno que como he mostrado misericordia
para con vosotros, así haréis vosotros con la familia de mi padre, de lo cual
me daréis una señal segura.
(13)
ְ‫יֹותי)ְוְ ֶׁ֖את‬
֔ ‫וְ ַֽהחֲי ִּ֞ ֶתםְאֶ ת־אָ ֻׁ֣ביְוְאֶ ת־א ִ֗מיְוְאֶ ת־אחי֙ ְוְאֶ ת־אחותיְ(אח‬
:‫ֲשרְל ֶָהָ֑םְוְהצל ֶ ֥תםְאֶ ת־נפשֹ ֶׁ֖תינּוְמ ָ ַֽמוֶת‬
ֻׁ֣ ֶ ‫כְל־א‬
vêhájaitém et-aví vêet-imí vêet-ajaí vêet-jvty (ajiotái), vêét kol-ashér lahém;
vêhitzaltém et-nafshotéinu mimávet.

Dejaréis vivir a mi padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis hermanas y a


todos los suyos, y libraréis nuestras vidas de la muerte.
(14)
‫ּותְאםְ ֻׁ֣ל ֹאְת ֔גידּוְאֶ ת־‬
ֹּ֚ ‫ֻּׁ֣הְה ֲאנ ִָ֗שיםְנפ ֹּ֤שנּוְתחתיכֶם֙ ְל ָ֔מ‬ ַֽ ָ ָ‫ו ֶׁ֧י ֹאמרּוְל‬
ְ‫ְךְח֥סֶ ד‬
ֶ ‫דְבָ ֶׁ֖רנּוְזֶ ָ֑הְוְהָ ִָ֗יהְבְתת־יהוָ ֥הְ ָ֨לנּו֙ ְאֶ ת־הָ ֔ ָא ֶרץְוְע ָ֥שינּוְע ָ ֶׁ֖מ‬
:ְ‫ֶ ַֽוא ֶ ֱַֽמת‬
vaiómru láĥ háanashím nafshénu tajteijem lamút, ím ló tagídu, et-dêvarénu
zéh; vêhaiáh bêtet-Adonai lánú et-haáretz, vê'asínu 'imáj jésed véemét .

Los hombres le respondieron: –Nuestra vida sea por la vuestra, hasta la


muerte, si tú no hablas de este asunto nuestro. Entonces, cuando el Eterno nos
haya dado la tierra, mostraremos para contigo misericordia y verdad.
(15)
ְ‫הְהיא‬
֥ ‫חֹומ‬
ֶׁ֖ ָ ‫הְּוב‬
ַֽ ‫חֹומ‬
ָ ֔ ‫ירְה‬
ַֽ ‫ֻׁ֣דְהחלָ֑ ֹוןְ ֹּ֤כיְביתָ ּה֙ ְבְ ֻׁ֣ק‬
ַֽ ‫ו ַֽתֹור ֥דםְב ֶחֶׁ֖בֶ לְבְע‬
:‫יֹושבֶ ת‬
ַֽ ָ
vatóridém bajével bê'ád hájalón; kí veitaĥ bêqír hájomáh, uvájomáh hí
ioshávet.

Luego ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa
estaba sobre la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla.
(16)
ְ‫כּוְפן־יפגְע֥ ּוְבָ כֶ ֶׁ֖םְהָ ַֽרֹ דְ ָ֑פיםְוְנחב ֨ ֶתםְשָֹ֜ מָ ה‬
ַֽ ֶ ‫הְל‬
֔ ‫ו ֹּ֤ת ֹאמֶ רְלָהֶ ם֙ ְהָ ָה ָֻׁ֣ר‬
:‫ֶׁ֖רְתלְכ֥ ּוְלְדרכְ ֶ ַֽכם‬
ַֽ ‫דְשֹובְהָ ַֽרֹ דְ ֔פיםְוְאח‬ֻׁ֣ ‫יםְע‬ ֹּ֚ ‫שְֹלֻׁ֣ שֶ תְי ִָ֗מ‬
vatómer lahem hahárah léju, pén-ifgê'ú vajém haródêfím; vênajbetém shámah
shêlóshet iamím 'ád shóv haródêfím, vêajár télêjú lêdarkêjém.

Luego les dijo: –Marchaos hacia la región montañosa, para que no os


encuentren los que fueron tras vosotros. Escondeos allí tres días, hasta que
hayan regresado los que os persiguen. Después seguiréis vuestro camino.

8
2 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(17)
ְ‫ֲשר‬
֥ ֶ ‫ְה ֲאנ ָָ֑שיםְנְקיֻׁ֣םְא ֲ֔נחנּוְמשְ ַֽבע ָ֥תְךְהזֶ ֶׁ֖הְא‬
ַֽ ָ ָ‫ו ַֽי ֹאמְ ֥רּוְאלֶ ֶׁ֖יה‬
:‫השבע ָ ַֽתנּו‬
vaiómêrú eléiha háanashím; nêqiím anájnu, mishêvú'atéj hazéh ashér
hishba'tánu.

Los hombres le dijeron: –Nosotros quedaremos libres de este juramento que


nos has hecho jurar,
(18)
ְ‫הנֵ֛הְאֲ נ֥חנּוְבָ ֶׁ֖איםְבָ ָ ָ֑א ֶרץְאֶ ת־תק ֡ותְחּוטְ֩השָ ֨ניְה ֶֹ֜זהְתקשְ ִ֗רי‬
ְ ֙‫נּוְבֹוְוְאֶ ת־אָ ֨ביְךְוְאֶ ת־א ֹ֜מְךְוְאֶ ת־א ִ֗חיְךְוְאת‬֔ ‫רְהֹורד ֻׁ֣ת‬
ַֽ ‫ֲש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ַֽבחלֹון֙ ְא‬
:‫יְךְתאס ֥פיְאלֶׁ֖יְךְה ָ ַֽביְתָ ה‬
ַֽ ‫כְל־בֻׁ֣יתְאָ ֔ב‬
hinéh anájnu vaím baáretz; et-tiqvát jut hashaní hazéh tiqshêrí bájalon ashér
hóradténu vó, vêet-avíj vêet-iméj vêet-ajáij vêet kol-béit avíj, táasfí eláij
habáiêtah.

a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón rojo a la ventana
por la cual nos has descolgado. Reunirás junto a ti en la casa a tu padre, a tu
madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
(19)
ְ‫ֹוְואֲנֻׁ֣חנּו‬
ַֽ ‫ֹאש‬ֶׁ֖ ‫יתְךְ׀ְה ֵ֛חּוצָ הְדָ ֥מֹוְבְר‬
ֶׁ֧ ‫הְכלְאֲשֶ ר־יצאְ֩מדל ֨תיְב‬ ֹ ֻׁ֣ ‫וְהָ ָ֡י‬
:ְ‫ֶה־בֹו‬
ַֽ ‫ֶׁ֖דְתהְי‬
ַֽ ָ‫ֹאשנּוְאם־י‬ ֔ ‫רְיהיֶ ֹּ֤הְאתָ ְך֙ ְב ֔ביתְדָ ֻׁ֣מֹוְבְר‬
ַֽ ֶ֨‫נְקיָ֑םְוְַ֠כֹ לְאֲש‬
vêhaiáh kól asher-yetze midaltéi veitéj | hajútzah damó vêroshó váanájnu
nêqiím; vêjol ashér íhiéh itaj babáit, damó vêroshénu, im-iád tíhêieh-bó .

Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su
propia cabeza, y nosotros quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano
sobre cualquiera que esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra
cabeza.
(20)
ְ‫ֲשר‬
֥ ֶ ‫וְאם־תגֶׁ֖ידיְאֶ ת־דְבָ ֻׁ֣רנּוְזֶ ָ֑הְוְהָ יֻׁ֣ינּוְנְק ֔יםְמשְ ַֽבע ֶָׁ֖תְךְא‬
:‫השבע ָ ַֽתנּו‬
vêim-tagídi et-dêvarénu zéh; vêhaínu nêqiím, mishêvú'atéj ashér hishba'tánu.

También si hablas de este asunto nuestro, nosotros quedaremos libres del


juramento que nos has hecho jurar.

9
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 2

(21)
ְ‫ֶן־הּואְוַֽתְשלְחֶׁ֖םְוילָ֑כּוְותקשֵֹ֛ רְאֶ ת־תקו֥ת‬
֔ ‫ו ֨ת ֹאמֶ ר֙ ְכְדבריכֶ ֻׁ֣םְכ‬
:‫השָ נֶׁ֖יְ ַֽבחלַֽ ֹון‬
vatómer kêdivreijém ken-hú, vátêshalêjém vaieléju; vatiqshór et-tiqvát
hashaní bájalón.

Ella respondió: –Como habéis dicho, así sea. Luego los despidió, y se fueron.
Y ella ató el cordón rojo a la ventana.
(22)
ְ‫ד־שבּוְהָ ַֽרֹ דְ ָ֑פים‬
ֶׁ֖ ָ ‫ויַֽלְכּו֙ ְויָבֹֻׁ֣ אּוְהָ ֔ ָה ָרהְויֹּ֤שבּוְשָ ם֙ ְשְֹלֻׁ֣ שֶ תְי ָ֔מיםְע‬
:‫ויבק ֶׁ֧שּוְהָ ַֽרֹ דְ ֵ֛פיםְבְכְל־ה ֶ ֶׁ֖ד ֶרְךְוְ ֥ל ֹאְמָ ָ ַֽצאּו‬
vaiélêjú vaiavóu hahárah, vaiéshvu sham shêlóshet iamím, 'ad-shávu
haródêfím; vaivaqshú haródêfím bêjol-hadérej vêló matzáu.

Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y estuvieron allí tres días,


hasta que los que los perseguían regresaron. Quienes los perseguían los
buscaron por todo el camino, pero no los hallaron.
(23)
‫ּוְמהָ ֔ ָהרְויַֽעברּו֙ ְוי ֔ ָֹבאּוְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְבן־‬
ַֽ ‫ַֽר ֻׁ֣ד‬ְ ‫ֹּ֤יְה ֲאנָשים֙ ְו ַֽי‬
ַֽ ָ ‫וי ָֹ֜שבּוְשְנ‬
:‫ֹותְאֹותם‬
ַֽ ָ ‫ֹוְאתְכְל־המַֹֽ צְ ֶׁ֖א‬ ֥ ‫רּו־ל‬ ֔ ְ‫ּוןְויספ‬
֨ ָ֑‫נ‬
vaiashúvu shênéi háanashim vaiérêdú méhahár, vaiá'avrú vaiavóu, el-
iêhoshú'a bin-nún; váisapêru-ló, ét kol-hamótzêót otám.

Después, los dos hombres se volvieron, descendieron de la región montañosa


y cruzaron el Jordán. Fueron a Iehoshúa [Josué] hijo de Nun y le contaron
todas las cosas que les habían acontecido.
(24)
ְ‫הֹושע ְַֽכי־נ ֶָׁ֧תןְיהוָ ֵ֛הְבְי ֶָׁ֖דנּוְאֶ ת־כְל־הָ ָ ָ֑א ֶרץְוְגם־נָמֵֹ֛ גּו‬
֔ ְ‫ו ַֽי ֹאמְרּו֙ ְאֶ ל־י‬
‫ ס‬:ְ‫ל־ישְב֥יְהָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְמפָנַֽינּו‬
ַֹֽ ְ‫כ‬
vaiómêrú el-iêhoshú'a, kí-natán Adonai bêiadénu et-kol-haáretz; vêgam-
namógu kol-ióshêvéi haáretz mipanéinu .

Ellos dijeron a Iehoshúa [Josué]: – ¡el Eterno ha entregado toda la tierra en


nuestras manos! Todos los habitantes de esta tierra tiemblan ante nosotros.

10
3 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Iehoshúa – Josué Capítulo 3


(1)
‫ןְהּואְוְכְל־‬
ֶׁ֖ ‫ּוְמהש ִ֗טיםְוי ֨ ָֹבאּו֙ ְעד־היר ֔ד‬ ַֽ ֻׁ֣‫הֹושעְב ֹ֜ ֹבקֶ רְויסע‬
֨ ְ‫וישכםְ֩י‬
:‫םְיעֲבַֹֽ רּו‬
ַֽ ‫םְט ֶר‬
֥ ֶ ‫נּוְש‬
ֶׁ֖ ָ ‫בְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְוי ָ֥ל‬
vaiashkem iêhoshú'a babóqer vais'ú méhashitím vaiavóú 'ad-haiardén, hú
vêjol-bênéi israél; vaialínu shám térem iá'avóru.

Iehoshúa [Josué] se levantó muy de mañana y partió de Sitim con todos los
Hijos de Israel. Llegaron hasta el Jordán y pasaron allí la noche antes de
cruzarlo.
(2)
:‫בְהמח ֲֶנַֽה‬
ַֽ ‫וי ָ֕היְמקצֶׁ֖הְשְֹלֻׁ֣ שֶ תְי ָָ֑מיםְויַֽעב ֥רּוְהשַֹֽ טְ ֶׁ֖ריםְבְ ֶ ֥ק ֶר‬
vaihí miqtzéh shêlóshet iamím; vaiá'avrú hashótêrím bêqérev hámajanéh.

Después de tres días, los oficiales pasaron por medio del campamento
(3)
ְ‫םְאתְא ֲֹּ֤רֹוןְבְרית־יהוָה֙ ְאֱֹלֻׁ֣ הי ֶ֔כם‬
ֻׁ֣ ‫ויצּוּו֮ ְאֶ ת־הָ עָ ֻׁ֣םְלאמֹ רְ֒כראַֹֽ תְ ִֶ֗כ‬
ְ‫םְוהֲלכ ֶ ֶׁ֖תם‬
ַֽ ‫םְנשְ ֶׁ֖איםְאֹ ָ֑תֹוְוְא ִ֗ ֶתםְתסעּו֙ ְממְ ֻׁ֣קֹומ ֶ֔כ‬
ֹ ַֽ ‫וְה ַֽ ֹכהֲנים֙ ְהלו ֔י‬
:ְ‫ַֽאח ָ ֲַֽריו‬
vaitzauú et-ha'ám lemor kirótêjém ét arón bêrit-Adonai elóheijém,
vêhakóhanim halviím, nósêím otó; vêatém tis'ú mimêqómjém, váhalajtém
ájaráv .

y mandaron al pueblo diciendo: –Cuando veáis que el arca del pacto del
Eterno vuestro Elohim es llevada por los sacerdotes y levitas, vosotros
partiréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella,
(4)
ְ‫הְאל־תק ְר ֻׁ֣בּו‬ ַֽ ‫הְביניכֶם֙ ְּוב ָ֔ניוְכְאלפ֥יםְא ָ ֶׁ֖מהְבמ ָ ָ֑ד‬ ַֽ ‫ֹוקְיה ִֶ֗י‬
ַֽ ‫ְךְ׀ְר ֻׁ֣ח‬
ָ ‫ֻׁ֣א‬
ְ‫ּהְכיְ ֶׁ֧ל ֹא‬
ֻׁ֣ ‫כּו־ב‬
ָ ֔ ְ‫רְתל‬ ַֽ ‫ר־תדְעּו֙ ְאֶ ת־ה ֨ ֶד ֶרְך֙ ְאֲ ֶ ֻׁ֣ש‬
ַֽ ֶ‫א ִָ֗ליוְלְ ֹּ֤מעןְאֲש‬
‫ פ‬:ְ‫עֲבר ֶ ֵ֛תםְב ֶ ֶׁ֖ד ֶרְךְמתְ ֥מֹולְשל ַֽשֹום‬
áj | rajóq íhiéh béineijem uvenáv, kêalpáim amáh bamidáh; ál-tiqrêvú eláv
lêmá'an asher-tédê'ú et-hadérej ashér télêju-váĥ, kí ló 'avartém badérej
mitêmól shilshóm .

para que sepáis el camino por donde habéis de ir; porque vosotros no habéis
pasado antes por este camino. Pero entre vosotros y el arca habrá una distancia
de 2000 codos. No os acerquéis a ella.

11
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 3

(5)
ְ‫רְיע ֶ ֲֶׁ֧שהְיהוָ ֵ֛הְבְקרבְכֶ ֶׁ֖ם‬
ַֽ ‫שּוְכיְמָ ִ֗ ָח‬
ֻׁ֣ ‫ו ֶׁ֧י ֹאמֶ רְיְ הֹושֵ֛עְאֶ ל־הָ עָ ֶׁ֖םְהתק ָ ָ֑ד‬
:ְ‫נפל ַָֽאֹות‬
vaiómer iêhoshú'a el-ha'ám hitqadáshu; kí majár iá'aséh Adonai bêqirbêjém
niflaót .

Y Iehoshúa [Josué] dijo al pueblo: –Purificaos, porque mañana el Eterno hará


maravillas entre vosotros.
(6)
ְ‫הֹוש ֙עְאֶ ל־ה ַֽ ֹכהֲנֻׁ֣יםְלאמֹ֔ רְשְאּו֙ ְאֶ ת־א ֲֻׁ֣רֹוןְהבְ ֔ריתְוְעב ֶׁ֖רּו‬
֨ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְי‬
‫ ס‬:‫לפנֻׁ֣יְהָ עָ ָ֑םְוישאּו֙ ְאֶ ת־א ֲֻׁ֣רֹוןְהבְ ֔ריתְויַֽלְכֶׁ֖ ּוְלְפנ֥יְהָ ָ ַֽעם‬
vaiómer iêhoshú'á el-hakóhaním lemór, sêú et-arón habêrít, vê'ivrú lifnéi
ha'ám; vaisú et-arón habêrít, vaiélêjú lifnéi ha'ám.

Luego Iehoshúa [Josué] habló a los sacerdotes diciendo: –Tomad el arca del
pacto y pasad delante del pueblo. Entonces tomaron el arca del pacto y fueron
delante del pueblo.
(7)
ְ‫הֹושעְהיֻׁ֣ ֹוםְה ִֶ֗זהְאָ חלְ֙גדֶ ל ָ֔ךְבְעינֶׁ֖יְכְל־ישרְָ ָ֑אל‬
֔ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְיהוָה֙ ְאֶ ל־י‬
:ְ‫הְאהְיֶ ֥הְע ָ ַֽמְך‬
ַֽ ֶ ‫ֲשרְהָ יֵ֛יתיְעם־מֹ ֶ ֶׁ֖ש‬
֥ ֶ ‫יְכא‬
ַֽ ‫ּוןְכ‬
ִ֗ ‫אֲשֶ ר֙ ְַֽיַֽדְ ֔ע‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'a, haióm hazéh ajel gadeljá, bê'einéi kol-israél;
asher iédê'ún, kí káashér haíti 'im-moshéh éhêiéh 'imáj .

Y el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –Desde este día comenzaré a


engrandecerte ante los ojos de todo Israel, para que sepan que como estuve
con Moshé [Moisés], así estaré contigo.
(8)
‫יםְנשְ ֥איְא ֲַֽרֹון־הבְ ֶׁ֖ריתְלאמָֹ֑ רְכְבַֹֽ ֲא ִֶ֗כםְעד־‬
ֹ ַֽ ‫וְא ִ֗ ָתהְתְצּוֶה֙ ְאֶ ת־ה ֻׁ֣ ֹכה ֲ֔נ‬
‫ פ‬:‫ןְתעֲמַֹֽ דּו‬
ַֽ ‫ְמיְהיר ֔דןְביר ֶׁ֖ד‬ ֻׁ֣ ֙‫קְצה‬
vêatáh têtzaveh et-hakóhaním, nósêéi arón-habêrít lemór; kêvóajém 'ad-qêtzeh
méi haiardén, baiardén tá'amódu.

Tú mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: 'Cuando
hayáis llegado hasta la orilla de las aguas del Jordán, os detendréis en el
Jordán.'
(9)
ְ‫שּוְהנָהְוְשמ ָ֕עּוְאֶ ת־דב ֶׁ֖ריְיהוָ ֥ה‬
֔ ‫לְג‬ ֹ ֻׁ֣ ‫ו ֥י ֹאמֶ רְיְהֹושֶׁ֖עְאֶ ל־בְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑א‬
:ְ‫יכם‬ַֽ ֶ ‫אֱֹלַֽ ה‬

12
3 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vaiómer iêhoshú'a el-bênéi israél; góshu hénah, vêshim'ú et-divréi Adonai


elóheijém .

Y Iehoshúa [Josué] dijo a los Hijos de Israel: –Acercaos acá y escuchad las
palabras del Eterno vuestro Elohim.
(10)
ְ‫שְיֹוריש‬
ֻׁ֣ ‫הֹור‬
ֻׁ֣ ְ‫ֶׁ֖יְבקרבְכֶ ָ֑םְו‬
ְ ‫יְאלְח‬֥ ‫ּוןְכ‬
ֵ֛ ‫ְתדְ ֔ע‬ ַֽ ֙‫הֹושעְבְז ֹאת‬
֔ ְ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְי‬
‫ת־הח ִּ֗ויְוְאֶ ת־הפְרזי֙ ְוְאֶ ת־‬
ַֽ ֶ‫ת־הח ֹ֜תיְוְא‬
ַֽ ֶ‫ַ֠מפְניכֶםְאֶ ת־הכְ ַֽנע ֲ֨ניְוְא‬
:‫בּוסי‬
ַֽ ‫הגרג ָ֔שיְוְ ָ ַֽהאֱמֹ ֶׁ֖ריְוְהי‬
vaiómer iêhoshú'a, bêzot tédê'ún, kí él jái bêqirbêjém; vêhorésh iorísh
mípêneijem et-hakêná'aní vêet-hájití vêet-hájiví vêet-hapêrizí vêet-hagirgashí,
vêháemorí vêhaivusí.

–Y añadió Iehoshúa [Josué]–: En esto conoceréis que el Elohim vivo está en


medio de vosotros y que él ciertamente echará de delante de vosotros a los
cananeos, los heteos, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y
los jebuseos:
(11)
:‫הנה֙ ְא ֲֻׁ֣רֹוןְהבְ ֔ריתְא ֲֶׁ֖דֹוןְכְל־הָ ָ ָ֑א ֶרץְעֹ ב֥רְלפניכֶ ֶׁ֖םְביר ַֽדן‬
hineh arón habêrít, adón kol-haáretz; 'ovér lifneijém baiardén.

He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra cruzará el Jordán delante
de vosotros.
(12)
‫רְאישְמשב ֶׁ֖טיְיש ָר ָ֑אלְאיש־אֶ ָח֥דְאיש־‬
֔ ‫ָש‬ֻׁ֣ ָ ‫וְע ִ֗ ָתהְקְ ֹּ֤חּוְ ָלכֶם֙ ְשְנֻׁ֣יְע‬
:‫אֶ ָחֶׁ֖דְל ָ ַֽשבֶ ט‬
vê'atáh qêjú lajem shênéi 'asár ísh, mishivtéi israél; ish-ejád ish-ejád lashávet.

Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu.
(13)
ְ ֙‫יםְנשְאיְ֩א ֲ֨רֹוןְיה ֹ֜ ָוהְא ֲֹּ֤דֹוןְכְל־הָ ֨ ָא ֶרץ‬
ֹ ַֽ ‫וְהָ ָ֡יהְכְנֻׁ֣ ֹוחְכ ֻׁ֣פֹותְרגלֻׁ֣יְה ַֽ ֹכה ֲ֡נ‬
ְ‫ןְמיְהירדן֙ ְיכָ ֻׁ֣ר ֔תּוןְה ֥מיםְה ַֹֽי ְר ֶׁ֖דיםְמל ָ ָ֑מעלָהְוְיַֽעמ ֶׁ֖דּוְנ֥ד‬ ֹּ֤ ‫בְ ֻׁ֣מיְהיר ֔ד‬
:ְ‫אֶ ָ ַֽחד‬
vêhaiáh kênóaj kapót ragléi hakóhaním nósêeí arón Adonai adón kol-haáretz
bêméi haiardén, méi haiarden ikáretún, hamáim haiórêdím milmá'lah;
vêiá'amdú néd ejád .

Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del
Eterno, Señor de toda la tierra, se posen en las aguas del Jordán, las aguas del

13
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 3

Jordán se cortarán, porque las aguas que descienden de arriba se detendrán


como en un embalse.
(14)
ְ‫יםְנש ֵ֛אי‬
ֹ ֥ ‫םְלעֲבֶֹׁ֖ רְאֶ ת־היר ָ֑דןְוְה ַֽ ֹכה ֲִ֗נ‬
ַֽ ‫יה‬
ֶ ֔ ‫וְי ִ֗היְבנסֹֹּ֤ עְהָ עָם֙ ְמ ָ ֻׁ֣אהְל‬
:‫ָ ַֽהאָ ֥רֹוןְהבְ ֶׁ֖ריתְלפנ֥יְהָ ָ ַֽעם‬
vaihí binsó'a ha'am meáholeihém, lá'avór et-haiardén; vêhakóhaním nóséi
háarón habêrít lifnéi ha'ám.

Sucedió que cuando el pueblo partió de sus tiendas para cruzar el Jordán, y los
sacerdotes iban delante del pueblo llevando el arca del pacto;
(15)
ְ‫יְהאָ ֔רֹון‬
ַֽ ָ ‫יְהאָ רֹון֙ ְעד־היר ֔דןְוְרגלֹּ֤יְה ַֽ ֹכהֲנים֙ ַֽ ְֹנשְ ֻׁ֣א‬
ַֽ ָ ‫ֹואְנשְ ֹּ֤א‬
ֹ ַֽ ‫ּוכ ִּ֞ב‬
:‫יוְכלְיְ ֥מיְקָ ַֽציר‬ ֹ ֶׁ֖ ‫דֹות‬
ָ ֔ ְ‫נטבְלֶׁ֖ ּוְבקצֻׁ֣הְה ָ ָ֑מיםְוְהיר ִ֗דןְמָ לא֙ ְעל־כְל־ג‬
ujvó nósêéi háaron 'ad-haiardén, vêragléi hakóhanim nósêéi háarón, nitbêlú
biqtzéh hamáim; vêhaiardén male 'al-kol-gêdotáv, kól iêméi qatzír.

y cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, en cuanto los pies de
los sacerdotes se mojaron en la orilla del agua [el Jordán se llena hasta sus
bordes todo el tiempo de la siega],
(16)
ְ‫ָהְקמּוְנד־אֶ ִ֗ ָחדְהר ֨חקְמְ ֹ֜ ֹאדְבאדם‬ ֻׁ֣ ָ ‫ויַֽעמד֡ ּוְהמיםְ֩ה ַֹֽי ְר ֨דיםְמל ֹ֜מעל‬
‫ֶׁ֧םְהע ֲָר ָבֵ֛הְיָם־‬
ַֽ ָ ָ‫ֻׁ֣דְצ ְר ֔ ָתןְוְה ַֹֽי ְר ִ֗דיםְעֻׁ֣לְי‬
ַֽ ָ ‫(מאָ ָ ֹּ֤דם)ְהָ עיר֙ ְאֲשֶ ר֙ ְמצ‬ ַֽ
:‫יחֹו‬
ַֽ ‫֥םְעבְ ֶׁ֖רּוְנֶ ַֽ֥גֶדְיְר‬ַֽ ָ ָ‫חְתמּוְנכ ָ ָ֑רתּוְוְהָ ע‬
ֻׁ֣ ‫ה ֶ ֶׁ֖מל‬
vaiá'amdú hamaim haiórêdím milmá'lah qámu ned-ejád harjéq mêód vdm
(méadám) ha'ir asher mitzád tzárêtán, vêhaiórêdím 'ál iám há'araváh iam-
hamélaj támu nijrátu; vêha'ám 'ávêrú néged iêrijó.

las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un embalse, muy lejos
de Adam, ciudad contigua a Saretán. Entonces las aguas que descendían al
mar del Arabá, es decir, al mar Salado, se cortaron por completo. De este
modo el pueblo cruzó frente a Jericó.
(17)
ְ‫יְהאָ ֨רֹוןְבְרית־יה ֹ֜ ָוהְבֶ ָ ַֽח ָר ָבֵ֛הְבְ ֥תֹוְךְהיר ֶׁ֖דן‬ ַֽ ָ ‫יםְנשְא‬
ֹ ַֽ ַ֠ ‫ויַֽעמ ֻׁ֣דּוְה ַֽ ֹכה ֲ֡נ‬
ְ‫ֹויְלעֲבֶֹׁ֖ ר‬
ַֽ ֔‫ר־תמּו֙ ְכְל־הג‬ ֨ ֶ‫לְעבְרים֙ ְבֶ ָח ָֻׁ֣ר ֔ ָבהְעֹּ֤דְאֲש‬
ֹ ַֽ ‫הָ כָ֑ןְוְכְל־יש ָר ִ֗א‬
‫ פ‬:ְ‫אֶ ת־היר ַֽדן‬
vaiá'amdú hakóhaním nósêei háarón bêrit-Adonai bejáraváh bêtój haiardén
hajén; vêjol-israél 'óvêrim bejáraváh, 'ád asher-támú kol-hagói, lá'avór et-
haiardén .

14
4 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del Eterno estuvieron en seco,
firmes en medio del Jordán, mientras todo Israel pasaba en seco, y hasta que
todo el pueblo terminó de cruzar el Jordán.

Iehoshúa – Josué Capítulo 4


(1)
ְ‫ֹויְלע ֲֶׁ֖בֹורְאֶ ת־היר ָ֑דןְ{פ}ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְיה ֔ ָוה‬
ַֽ ֔‫ר־תמּוְכְל־הג‬
ֻׁ֣ ֶ‫ְכאֲש‬ַֽ ֙‫וַַֽֽיהי‬
:ְ‫אֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְלאמַֹֽ ר‬
váihí káasher-támu jol-hagói, lá'avór et-haiardén; {f}vaiómer Adonai, el-
iêhoshú'a lemór .

Cuando toda la gente acabó de cruzar el Jordán, el Eterno habló a Iehoshúa


[Josué] diciendo:
(2)
ְ‫ָשרְ ֲאנ ָָ֑שיםְאיש־אֶ ָח֥דְאיש־אֶ ָחֶׁ֖ד‬
ֶׁ֖ ָ ‫קְ ֹּ֤חּוְ ָלכֶם֙ ְמן־הָ ָ֔עםְשְנ֥יםְע‬
:‫מ ָ ַֽשבֶ ט‬
qêjú lajem min-ha'ám, shênéim 'asár anashím; ish-ejád ish-ejád mishávet.

–Toma del pueblo doce hombres, uno de cada tribu,


(3)
ְ‫וְצּוֻׁ֣ ּוְאֹותָ ם֮ ְלאמֹ רְ֒שְ ַֽאּו־ ָל ֶ֨כםְמ ֶֹ֜זהְמ ֻׁ֣תֹוְךְהיר ִ֗דןְממצב֙ ְרגלֻׁ֣י‬
ְ‫ה ַֽ ֹכה ֲ֔ניםְהָ ֶׁ֖כיןְשְתים־עֶש ֻׁ֣רהְאֲבָ נָ֑יםְוְ ַֽהעֲבר ֶ ֹּ֤תםְאֹותָ ם֙ ְעמָ ֶ֔כם‬
‫ ס‬:‫ינּוְבֹוְה ָ ַֽליְלָה‬
ֶׁ֖ ‫םְאֹותםְבמָ ָ֕לֹוןְאֲשֶ ר־תָ ֥ל‬
ָ֔ ‫וְהנח ֶ ֻׁ֣ת‬
vêtzaúu otam lemor sêú-lajém mizéh mitój haiardén mimatzav ragléi
hakóhaním, hajín shêteim-'esréh avaním; vêhá'avartém otam 'imajém,
vêhinajtém otám, bamalón asher-talínu vó haláiêlah.

y mándales diciendo: 'Tomad de en medio del Jordán, del lugar donde están
firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales llevaréis con
vosotros, y las pondréis en el lugar donde habéis de pasar esta noche.'
(4)
ְ‫ֲשרְה ֶׁ֖כיןְמבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אל‬
֥ ֶ ‫ְאישְא‬
֔ ֙‫ֹּ֤יםְהעָשָ ר‬
ַֽ ֶ ‫הֹושעְאֶ ל־שְנ‬ ִ֗ ְ‫ויק ָ ֻׁ֣ראְי‬
:‫איש־אֶ ָח֥דְאיש־אֶ ָחֶׁ֖דְמ ָ ַֽשבֶ ט‬
vaiqrá iêhoshú'a el-shênéim hé'asar ísh, ashér hejín mibênéi israél; ish-ejád
ish-ejád mishávet.

15
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 4

Iehoshúa [Josué] llamó a los doce hombres a quienes había designado de entre
los Hijos de Israel, uno de cada tribu,
(5)
ְ‫ל־תֹוְך‬
ֻׁ֣ ֶ‫הֹושע ְַ֠עברּוְלפ ֨ניְא ֲֶׁ֧רֹוןְיהוָ ֵ֛הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְא‬֔ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְלָהֶ ם֙ ְי‬
ְ‫ישְאבֶ ןְאחת֙ ְעל־שכ ֔מֹוְלְמספֶׁ֖רְשב ֥טי‬ ֹּ֤ ֶ ‫םְא‬
ֻׁ֣ ‫היר ָ֑דןְוְהָ ֨רימּוְ ָל ֶֹ֜כ‬
:ְ‫בְנַֽי־יש ָר ַֽאל‬
vaiómer lahem iêhoshú'a, 'ívru lifnéi arón Adonai elóheijém el-tój haiardén;
vêharímu lajém ísh éven ajat 'al-shijmó, lêmispár shivtéi vênéi-israél .

y les dijo Iehoshúa [Josué]: –Pasad delante del arca del Eterno vuestro Elohim
hasta la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su
hombro, conforme al número de las tribus de los Hijos de Israel,
(6)
ְ‫ָ֑םְכי־ישאָ ֨לּוןְבְניכֶ ֹּ֤םְמָ חָ ר֙ ְלאמֹ֔ ר‬
ַֽ ֶ‫אתְאֹותְבְקרבְכ‬ֶׁ֖ ֹ ‫ןְתהְיֶ ֵ֛הְ ֥ז‬
ַֽ ‫לְ ִ֗מע‬
:‫הְהאֲבָ נ֥יםְהָ ֶׁ֖אלֶהְל ֶ ַָֽכם‬
ַֽ ָ ‫ָ ֵ֛מ‬
lêmá'an tíhêiéh zót ót bêqirbêjém; kí-ishalún bêneijém majar lemór, máh
háavaním haéleh lajém.

para que esto sea señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos os pregunten
en el futuro, diciendo: '¿Qué significan para vosotros estas piedras?',
(7)
ְ‫ימיְהירדן֙ ְמפְני֙ ְא ֲֻׁ֣רֹוןְבְרית־יה ֔ ָוה‬ ֹּ֤ ‫ַֽואֲמר ֶ ֻׁ֣תםְל ִ֗ ֶָהםְאֲשֶ֨ רְנכ ְר ֹ֜תּוְמ‬
ְ‫יּוְהאֲבָ ֨ניםְהָ ֶׁ֧אלֶהְלְזכ ֵָ֛רֹוןְלבנ֥י‬
ַֽ ָ ָ‫בְעְברֹו֙ ְביר ֔דןְנכ ְר ֶׁ֖תּוְ ֻׁ֣מיְהיר ָ֑דןְוְַ֠ה‬
:ְ‫ד־עֹולם‬
ַֽ ָ ‫יש ָר ֶׁ֖אלְע‬
váamartém lahém ashér nijrêtú meiméi haiarden mipêneí arón bêrit-Adonai,
bê'ovró baiardén, nijrêtú méi haiardén; vêhaiu háavaním haéleh lêzikarón
livnéi israél 'ad-'olám .

les responderéis: 'Las aguas del Jordán fueron cortadas ante el arca del pacto
del Eterno. Cuando ésta cruzó el Jordán, las aguas del Jordán fueron cortadas,
por lo cual estas piedras sirven de memorial a los Hijos de Israel, para
siempre.'
(8)
ְ‫ֲשרְצּוָ ֻׁ֣הְיְהֹושעְ֒ויש ֡אּוְשְ ַֽתי־עֶש ֨רה‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ְ֮כא‬
ַֽ ‫ו ַֽיעֲשּו־כֻׁ֣ןְבְנַֽי־יש ָראל‬
ְ‫הֹושעְלְמספֶׁ֖רְשב ֻׁ֣טי‬ ֔ ְ‫ןְכאֲשֶ֨ רְד ֶבֹּ֤רְיהוָה֙ ְאֶ ל־י‬ ַֽ ‫אֲבָ ֹ֜ניםְמ ֻׁ֣תֹוְךְהיר ִ֗ד‬
:ְ‫ּוםְשם‬
ַֽ ָ ‫בְנַֽי־יש ָר ָ֑אלְו ַֽיעֲב ֹּ֤רּוםְעמָ ם֙ ְאֶ ל־המָ ֔לֹוןְוינ ֶׁ֖ח‬
vaiá'asu-jén bênéi-israel káashér tziváh iêhoshu'á vaisú shêtéi-'esréh avaním
mitój haiardén káashér dibér Adonai el-iêhoshú'a, lêmispár shivtéi vênéi-

16
4 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

israél; vaiá'avirúm 'imam el-hamalón, vaianijúm shám .

Los Hijos de Israel hicieron como les mandó Iehoshúa [Josué]: Tomaron doce
piedras de en medio del Jordán, como el Eterno había dicho a Iehoshúa
[Josué], conforme al número de las tribus de los Hijos de Israel. Las llevaron
consigo al lugar donde pasaron la noche y las colocaron allí.
(9)
ְ‫ְ֒תחתְמצב֙ ְרגלֻׁ֣י‬
ִ֗ ‫ּוש ֶׁ֧תיםְעֶש ֻׁ֣רהְאֲבָ ִ֗ניםְה ֻׁ֣קיםְיְהֹוש ֮עְבְ ֻׁ֣תֹוְךְהירדן‬
:ְ‫יםְנשְ ֶׁ֖איְא ֲֻׁ֣רֹוןְהבְ ָ֑ריתְויֻׁ֣היּוְשָ֔ םְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
ֹ ַֽ ְ֔‫ה ַֽ ֹכהֲנ‬
ushtéim 'esréh avaním heqím iêhoshu'á bêtój haiarden tájat matzav ragléi
hakóhaním, nósêéi arón habêrít; vaíhiu shám, 'ád haióm hazéh .

Iehoshúa [Josué] también erigió doce piedras en medio del Jordán, en el lugar
donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Y
están allí hasta el día de hoy.
(10)
ְ‫ל־הדָ בְר‬ַ֠ ‫םְכ‬
ַֽ ָ ֹֻׁ֣‫ֹוןְעמְדים֮ ְבְ ֻׁ֣תֹוְךְהירדְ֒ןְעֻׁ֣דְת‬ ֹ ַֽ ‫יְהאָ ִ֗ר‬
ַֽ ָ ‫יםְנשְ ֻׁ֣א‬
ֹ ַֽ ‫וְה ַֽ ֹכה ֲִּ֞נ‬
ְ‫הֹוש ֙עְלְדבֻׁ֣רְאֶ ל־הָ ָ֔עםְכְ ֵ֛ ֹכלְאֲשֶ ר־צּוָ ֥ה‬ ֨ ְ‫אֲשֶ ר־צ ֨ ָּוהְיהוָ ֹּ֤הְאֶ ת־י‬
:ְ‫מֹ ֶ ֶׁ֖שהְאֶ ת־יְהֹושָ֑עְוי ַֽמה ֲ֥רּוְהָ עָ ֶׁ֖םְוַַֽֽיעֲבַֹֽ רּו‬
vêhakóhaním nósêéi háarón 'ómêdim bêtój haiarden 'ád tóm kál-hádavor
asher-tziváh Adonai et-iêhoshú'á lêdabér el-ha'ám, kêjól asher-tziváh moshéh
et-iêhoshú'a; vaimáharú ha'ám váia'avóru .

Los sacerdotes que llevaban el arca se quedaron de pie en medio del Jordán,
hasta que se cumplió todo lo que el Eterno había mandado a Iehoshúa [Josué]
que hablase al pueblo, conforme a todo lo que Moshé [Moisés] había
mandado a Iehoshúa [Josué]. Y el pueblo se dio prisa y cruzó.
(11)
ְ‫ֶׁ֖םְלע ֲָ֑בֹורְו ַֽיעֲבֶֹׁ֧ רְאֲרֹון־יהוָ ֵ֛הְוְה ַֽ ֹכהֲנֶׁ֖ים‬
ַֽ ָ‫ר־תםְכְל־הָ ע‬
֥ ֶ‫יְכאֲש‬ ַֽ ‫וי ֵ֛ה‬
:ְ‫לפנ֥יְהָ ָ ַֽעם‬
vaihí káasher-tám kol-ha'ám lá'avór; vaiá'avór aron-Adonai vêhakóhaním
lifnéi ha'ám .

Aconteció que cuando todo el pueblo acabó de cruzar, también cruzó el arca
del Eterno con los sacerdotes, en presencia del pueblo.
(12)
ְ‫טְהמְנשֶ ה֙ ְחֲמ ֔שיםְלפנֶׁ֖יְבְנֻׁ֣י‬
ַֽ ֶ‫יְשב‬
ֹּ֤ ‫דְוח ֲ֨צ‬ ַֽ ‫אּובןְּובני־ ֹ֜ ָג‬
֨ ‫ַֽי־ר‬
ְ ‫ַ֠ויַֽעברּוְבְנ‬
:‫יהֶׁ֖םְמֹ ֶ ַֽשה‬ ֶ ‫ֲשרְד ֶב֥רְאֲל‬
ֵ֛ ֶ ‫לְכא‬
ַֽ ‫יש ָר ָ֑א‬

17
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 4

váiá'avru bênéi-rêuvén uvnei-gád vájatzí shévet hámênasheh jamushím, lifnéi


bênéi israél; káashér dibér aleihém moshéh.

También los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Menashé
[Manasés] cruzaron armados al frente de los Hijos de Israel, según Moshé
[Moisés] les había dicho.
(13)
ְ‫ָ֑אְעבְ ִּ֞רּוְלפנֹּ֤יְיהוָה֙ ְלמלחָ ֔ ָמהְ ֶ ֶׁ֖אל‬
ַֽ ָ ‫יםְאלֶףְחֲלּוצֻׁ֣יְהצָ ָב‬
ֶׁ֖ ֶ ‫כְארבָ ֥ע‬
‫ ס‬:ְ‫יחֹו‬ ַֽ ‫ַֽע ְר ֥בֹותְיְר‬
kêarba'ím élef jalutzéi hatzavá; 'ávêrú lifnéi Adonai lamiljamáh, él 'árêvót
iêrijó .

Como 40000 soldados, listos para la guerra, cruzaron delante del Eterno hacia
las llanuras de Jericó, para la batalla.
(14)
ְ‫הֹושעְבְעינֶׁ֖יְכְל־יש ָר ָ֑אלְו ַֽירְ ֻׁ֣אּוְאֹ ֔תֹו‬
֔ ְ‫ביֻׁ֣ ֹוםְה ִ֗הּואְג ֹּ֤דלְיהוָה֙ ְאֶ ת־י‬
‫ פ‬:ְ‫ַֽר ֥אּוְאֶ ת־מֹ ֶ ֶׁ֖שהְכְל־יְ ֥מיְח ָיַֽיו‬
ְ ‫רְי‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
ֵ֛ ֶ ‫ַֽכא‬
baióm hahú gidál Adonai et-iêhoshú'a, bê'einéi kol-israél; vaiírêú otó, káashér
iárêú et-moshéh kol-iêméi jaiáv .

Aquel día el Eterno engrandeció a Iehoshúa [Josué] ante los ojos de todo
Israel, y le temieron, como habían temido a Moshé [Moisés], todos los días de
su vida.
(15)
:ְ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְיה ֔ ָוהְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְלאמַֹֽ ר‬
vaiómer Adonai, el-iêhoshú'a lemór .

El Eterno habló a Iehoshúa [Josué] diciendo:


(16)
:‫ֹוןְהע ָ֑דּותְוְ ַֽיעֲלֶׁ֖ ּוְמן־היר ַֽדן‬
ַֽ ָ ‫יםְנשְ ֶׁ֖איְא ֲֻׁ֣ר‬
ֹ ַֽ ‫צּוה֙ ְאֶ ת־ה ֻׁ֣ ֹכה ֲ֔נ‬
tzaveh et-hakóhaním, nósêéi arón há'edút; vêiá'alú min-haiardén.

–Manda a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio, que salgan del
Jordán.
(17)
:‫הֹושעְאֶ ת־ה ַֽ ֹכהֲנֶׁ֖יםְלאמָֹ֑ רְעֲלֶׁ֖ ּוְמן־היר ַֽדן‬
֔ ְ‫ויצֻׁ֣וְי‬
vaitzáv iêhoshú'a, et-hakóhaním lemór; 'alú min-haiardén.

Y Iehoshúa [Josué] mandó a los sacerdotes diciendo: –Salid del Jordán.

18
4 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(18)
ְ‫יםְנשְ ֨איְא ֲֹּ֤רֹוןְבְרית־יהוָה֙ ְמ ֻׁ֣תֹוְך‬ ֹ ַֽ ‫יְבעלותְ(כע ֲ֨לֹות)ְה ַֽ ֹכה ֲֹ֜נ‬
ַֽ ‫ַ֠ויה‬
ְ ֙‫ֹּ֤בּוְמי־הירדן‬ ַֽ ‫יםְאלְהֶ ָ ַֽח ָר ָבָ֑הְויָש‬
ֶׁ֖ ֶ ‫היר ֔דןְנתְ ִ֗קּוְכפֹות֙ ְרגלֻׁ֣יְה ַֽ ֹכה ֲ֔נ‬
:ְ‫דֹותיו‬
ְַֽ ָ ְ‫קֹומםְויַֽלְכ֥ ּוְכתמֹול־של ֶׁ֖שֹוםְעל־כְל־ג‬ ָ ֔ ‫למ‬
váihi v'lvt (ká'alót) hakóhaním nósêéi arón bêrit-Adonai mitój haiardén, nitêqú
kapot ragléi hakóhaním, él hejáraváh; vaiashúvu méi-haiarden limqomám,
vaiélêjú jitmol-shilshóm 'al-kol-gêdotáv .

Aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del Eterno
salieron de en medio del Jordán, y las plantas de sus pies pasaron a lugar seco,
las aguas del Jordán volvieron a su lugar, desbordando todas sus orillas, como
antes.
(19)
ְ‫אשֹוןְוַַֽֽיחֲנּו֙ ְבגל ֔ ָגלְבקצֶׁ֖ה‬
ָ֑ ‫ןְבע ֶָׁ֖שֹורְלחֹֻׁ֣ דֶ שְ ָ ַֽהר‬
ַֽ ֶ ‫וְהָ ִָ֗עםְעָלּו֙ ְמן־היר ֔ד‬
:‫יחֹו‬
ַֽ ‫מז ֥רחְיְר‬
vêha'ám 'alú min-haiardén, bé'asór lajódesh hárishón; váiajanú bagilgál,
biqtzéh mizráj iêrijó.

El pueblo salió del Jordán el 10 del mes primero, y acamparon en Gilgal al


este de Jericó.
(20)
ְ‫רְלקְ ֶׁ֖חּוְמן־היר ָ֑דןְה ֥קים‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
֥ ֶ ‫הְהאֲבָ נים֙ ְהָ ֔אלֶהְא‬
ַֽ ָ ‫וְאתְ֩שְ ֨תיםְעֶש ֹּ֤ר‬
:‫יְהֹושֶׁ֖עְבגל ָגַֽל‬
vêet shêtéim 'esréh háavanim haéleh, ashér láqêjú min-haiardén; heqím
iêhoshú'a bagilgál.

Iehoshúa [Josué] erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del
Jordán,
(21)
‫ו ֵ֛י ֹאמֶ רְאֶ ל־בְנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְלאמָֹ֑ רְאֲשֶ רְ֩ישאָ ֨לּוןְבְניכֶ ֹּ֤םְמָ חָ ר֙ ְאֶ ת־‬
:‫הְהאֲבָ נ֥יםְהָ ַֽאלֶה‬
ַֽ ָ ‫רְמ‬
ֶׁ֖ ָ ֹ֔‫ֲבֹותםְלאמ‬
ֻׁ֣ ָ ‫א‬
vaiómer el-bênéi israél lemór; asher ishalún bêneijém majar et-avotám lemór,
máh háavaním haéleh.

y habló a los Hijos de Israel, diciendo: –Cuando en el futuro vuestros hijos


pregunten a sus padres diciendo: '¿Qué significan estas piedras?',

19
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 4, 5

(22)
ְ‫וְ ַֽהֹודע ֶ ֶׁ֖תםְאֶ ת־בְניכֶ ֻׁ֣םְלאמָֹ֑ רְביבָ שָ ה֙ ְעָבֻׁ֣רְיש ָר ֔אלְאֶ ת־היר ֶׁ֖דן‬
:‫ה ֶזַֽה‬
vêhóda'tém et-bêneijém lemór; baiabashah 'avár israél, et-haiardén hazéh.

daréis a conocer a vuestros hijos diciendo: 'Israel cruzó en seco este Jordán.'
(23)
ְ‫ֶׁ֖םְעד־עְבְרכֶ ָ֑ם‬
ַֽ ֶ‫ת־מיְהיר ֵ֛דןְמפְניכ‬
ֶׁ֧ ֶ‫אֲשֶ ר־הֹובישְ֩יה ֨ ָוהְאֱֹלַֽ הי ֶֹ֜כםְא‬
‫ר־הֹובישְמפָנֶׁ֖ינּוְעד־‬
֥ ֶ‫ם־סּוףְאֲש‬ֵ֛ ‫ֲשרְעָשָ הְ֩יה ֨ ָוהְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֧םְלְי‬ֻׁ֣ ֶ ‫ַֽכא‬
:ְ‫עְבְ ַֽרנּו‬
asher-hovish Adonai elóheijém et-méi haiardén mipêneijém 'ád-'ovêrjém;
káashér 'asah Adonai elóheijém lêiam-súf asher-hovísh mipanéinu 'ad-
'ovêrénu .

Porque el Eterno vuestro Elohim secó las aguas del Jordán delante de
vosotros, hasta que acabasteis de cruzar, de la manera que el Eterno vuestro
Elohim había hecho con el mar de las Cañas, el cual secó delante de nosotros
hasta que acabamos de cruzar;
(24)
ְ‫הְהיאְלְ ֶׁ֧מען‬
ָ֑ ‫הְכיְ ֲחז ָ ֶָׁ֖ק‬
֥ ‫ןְדעתְכְל־ע ֹּ֤מיְהָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְאֶ ת־יֻׁ֣דְיה ֔ ָו‬
ֹ֜ ‫ַ֠ ְלמע‬
‫ פ‬:ְ‫אתםְאֶ ת־יהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְכְל־הי ַָֽמים‬ ֵ֛ ֶ ‫יְ ָר‬
lêma'an dá'at kol-'améi haáretz et-iád Adonai, kí jazaqáh hí; lêmá'an iêratém
et-Adonai elóheijém kol-haiamím .

para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano del Eterno es
poderosa, y para que temáis al Eterno vuestro Elohim todos los días.

Iehoshúa – Josué Capítulo 5


(1)
ְ‫וי ֻׁ֣היְכשמֹֻׁ֣ עְכְל־מלכֻׁ֣יְ ָ ַֽהאֱמֹ ֡ריְאֲשֶ רְ֩בְ ֨עבֶ רְהיר ֹ֜דןְ ִָ֗ימָ הְוְכְל־מלכֹּ֤י‬
ְ‫ת־מיְהיר ֵ֛דןְמפְנ֥י‬
ֶׁ֧ ֶ‫ר־הֹובישְיה ֹ֜ ָוהְא‬
֨ ֶ‫םְאתְאֲש‬ ַ֠ ‫ֲשרְעל־ה ָ֔י‬ֻׁ֣ ֶ ‫ַֽהכְנעֲני֙ ְא‬
ְ ֙‫ָהְב֥םְעֹוד‬
ָ ‫ֹא־הי‬ ָ ֨ ‫בְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְעד־עברנוְ(עְב ָ ָ֑רם)ְוי ֻׁ֣מסְלְבָ ִ֗ ָבםְוְל‬
‫ פ‬:ְ‫֔רּוחְמפְנֶׁ֖יְבְנ֥יְיש ָר ַֽאל‬
vaihí jishmó'a kol-maljéi háemorí asher bê'éver haiardén iámah vêjol-maljéi
hákêna'aní ashér 'al-haiám, ét asher-hovísh Adonai et-méi haiardén mipênéi
vênéi-israél 'ad-'vrnv ('ovrám); vaimás lêvavám vêlo-háiah vám 'od rúaj,

20
5 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

mipênéi bênéi israél .

Sucedió que cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado
del Jordán, hacia el occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban al
lado del mar oyeron cómo el Eterno había secado las aguas del Jordán delante
de los Hijos de Israel, hasta que habían cruzado, desfalleció su corazón, y no
hubo más ánimo en ellos a causa de los Hijos de Israel.
(2)
ְ‫ְח ְר ֻׁ֣בֹותְצ ָ֑ריםְוְ ֵ֛שּוב‬
ַֽ ֶׁ֖‫הֹושעְע ֲ֥שהְלְָך‬
֔ ְ‫בָ עֻׁ֣תְה ִ֗היאְאָ ֹּ֤מרְיהוָה֙ ְאֶ ל־י‬
:ְ‫מֹ֥ לְאֶ ת־בְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְש ַֽנית‬
ba'ét hahí amár Adonai el-iêhoshú'a, 'aséh lêjá járêvót tzurím; vêshúv mól et-
bênéi-israél shenít .

En aquel tiempo el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: 'Hazte cuchillos de


pedernal y de nuevo vuelve a circuncidar a los Hijos de Israel.'
(3)
ְ‫ְח ְר ֻׁ֣בֹותְצ ָ֑ריםְו ָ֨ימָ לְ֙אֶ ת־בְנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְאֶ ל־גבעֶׁ֖ת‬
ַֽ ‫ויַֽעש־ל֥ ֹוְיְהֹושֶׁ֖ע‬
:‫ָ ַֽהע ֲָרלַֽ ֹות‬
vaiá'as-ló iêhoshú'a járêvót tzurím; vaiámal et-bênéi israél, el-giv'át há'aralót.

Entonces Iehoshúa [Josué] se hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los


Hijos de Israel en Guivat-haaralot.
(4)
ְ‫יםְכל‬
ֹ ֻׁ֣ ‫ר־מלְיְהֹושָ֑עְכְל־הָ עָ ֻׁ֣םְהיֹ צאְ֩ממצ ֨ריםְהזְכ ָֹ֜ר‬ ֻׁ֣ ָ ֶ‫וְזֶ ֥הְהדָ ָבֶׁ֖רְאֲש‬
:‫אתםְממצ ָ ַֽרים‬
ֶׁ֖ ָ ‫הְמתּוְבמדבָ ר֙ ְב ֔ ֶד ֶרְךְבְצ‬
ֹּ֤ ‫׀ְאנ ֻׁ֣שיְהמלחָ ִ֗ ָמ‬
vêzéh hadavár asher-mál iêhoshú'a; kol-ha'ám haiotze mimitzráim hazêjarím
kól | anshéi hamiljamáh métu vamidbar badérej, bêtzetám mimitzráim.

Ésta es la razón por la que Iehoshúa [Josué] los circuncidó: Todos los varones
del pueblo que salieron de Egipto, todos los hombres de guerra, habían muerto
por el camino en el desierto, después que salieron de Egipto.
(5)
ְ‫ֹּלדיםְבמד ָב֥רְב ֶ ֵ֛ד ֶרְך‬
֨ ‫ל־הָ ְעםְהי‬
ַ֠ ְ‫ַֽכי־מ ֻׁ֣ליםְהָ י֔ ּוְכְל־הָ עָ ֶׁ֖םְה ַֹֽיצְ ָ֑איםְוְכ‬
:‫ֹא־מלּו‬
ַֽ ָ ‫אתםְממצ ֶׁ֖ריםְל‬ ֥ ָ ‫בְצ‬
kí-mulím haíu, kol-ha'ám haiótzêím; vêjol-há'om hailodím bamidbár badérej
bêtzetám mimitzráim lo-málu.

Todos los que habían salido habían sido circuncidados; pero los que habían
nacido en el camino, por el desierto, después que salieron de Egipto, no
habían sido circuncidados.

21
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 5

(6)
ְ‫הְהלְכֻׁ֣ ּוְבְנַֽי־יש ָראל ְ֮במדבָ רְ֒עד־תֹ֨ םְכְל־הגֹ֜ ֹוי‬ ַֽ ָ ‫ֻׁ֣כיְ׀ְארבָ ֻׁ֣עיםְשָ ִָ֗נ‬
ְ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־שְמְעֶׁ֖ ּוְבְ ֻׁ֣קֹולְיהוָ ָ֑ה‬ ֥ ֶ ‫אנ ֹּ֤שיְהמלחָ מָ ה֙ ְה ַֹֽיצְ ֻׁ֣איםְממצ ֔ריםְא‬
ְ‫אֹותםְאֶ ת־הָ ִ֗ ָא ֶרץְאֲשֶ רְ֩נש ֨בע‬ ֻׁ֣ ָ ‫אֲשֶ֨ רְנשבֹּ֤עְיהוָהְְ֙ל ֔ ֶָהםְלְבל ִּ֞תיְהר‬
:ְ‫נּוְא ֶרץְזָב֥תְחָ לָ ֶׁ֖בְּוד ָ ַֽבש‬
ֵ֛ ֶ ‫ֹּ֤הְלאֲבֹותָ ם֙ ְלָ ֻׁ֣תֶ תְ ָ֔ל‬
ַֽ ָ‫יהו‬
kí | arba'ím shanáh hálêjú vênéi-israel bamidbar 'ad-tóm kol-hagói anshéi
hamiljamah haiótzêím mimitzráim, ashér ló-shomê'ú bêqól Adonai; ashér
nishbá' Adonai lahém, lêviltí harotám et-haáretz asher nishbá' Adonai
láavotam látet lánu, éretz zavát jaláv udvásh .

Porque los Hijos de Israel caminaron por el desierto cuarenta años, hasta que
murió toda la nación, es decir, los hombres de guerra que salieron de Egipto;
pues no habían obedecido la voz del Eterno. Por eso el Eterno les juró que no
les dejaría ver la tierra que él había jurado a sus padres que nos daría: una
tierra que fluye leche y miel.
(7)
‫ּוְכיְ ַֽל ֹא־‬
ֵ֛ ֔‫ְכי־עֲר ֻׁ֣ליםְהָ י‬
ַֽ ‫םְמלְיְהֹושָ֑ע‬
ֻׁ֣ ָ ‫וְאֶ ת־בְניהֶ ם֙ ְה ֻׁ֣קיםְתח ֔ ָתםְאֹ ָ ֶׁ֖ת‬
:‫לּוְאֹותםְב ָ ַֽד ֶרְך‬
ֶׁ֖ ָ ‫ָ ֥מ‬
vêet-bêneihem heqím tajtám, otám mál iêhoshú'a; kí-'arelím haíu, kí ló-málu
otám badárej.

Y fue a éstos, a los hijos de aquéllos, a quienes el Eterno había levantado en


su lugar, a los que Iehoshúa [Josué] circuncidó. Eran incircuncisos, porque no
habían sido circuncidados en el camino.
(8)
ְ‫םְבמחֲנֶ ֶׁ֖הְע֥ד‬
ַֽ ‫ר־תמּוְכְל־הגֶׁ֖ ֹויְלְה ָ֑מֹולְויַֽשְ ֥בּוְתח ָ ֵ֛ת‬
֥ ֶ‫יְכאֲש‬
ַֽ ‫וי ֵ֛ה‬
‫ פ‬:‫ֲיֹותם‬
ַֽ ָ ‫ח‬
vaihí káasher-támu jol-hagói lêhimól; vaiéshêvú tajtám bámajanéh 'ád
jaiotám.

Cuando habían acabado de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el


campamento en el mismo lugar, hasta que se sanaron.
(9)
ְ‫םְמעֲליכֶ ָ֑ם‬
ַֽ ‫הֹושעְהיִ֗ ֹוםְגלֵ֛ ֹותיְאֶ ת־חֶ רפ֥תְמצ ֶׁ֖רי‬ ֔ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְיהוָה֙ ְאֶ ל־י‬
:ְ‫אְשםְהמָ ֹּ֤קֹוםְההּוא֙ ְגל ֔ ָגלְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
ֻׁ֣ ‫ויק ָ ִּ֞ר‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'a, haióm galóti et-jerpát mitzráim mé'aleijém;
vaiqrá shém hamaqóm hahu gilgál, 'ád haióm hazéh .

22
5 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Entonces el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: 'Hoy he quitado de vosotros la


afrenta de Egipto.' Por eso se llamó el nombre de aquel lugar Gilgal, hasta el
día de hoy.
(10)
ְ‫ו ַֽיחֲנ֥ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְבגלגָ ָ֑לְו ַֽיע ֲֻׁ֣שּוְאֶ ת־ה ֶ֡פסחְבְארבָ ְָעהְ֩עָ שָ֨ רְי֥ ֹום‬
:‫יחֹו‬ ַֽ ‫לחֵֹ֛ דֶ שְבָ עֶ ֶֶׁ֖רבְבְ ַֽע ְר ֥בֹותְיְר‬
vaiájanú vênéi-israél bagilgál; vaiá'asú et-hapésaj bêarba'ah 'asár íom lajódesh
ba'érev bê'árêvót iêrijó.

Los Hijos de Israel acamparon en Gilgal y celebraron Pesaj el día 14 del mes
primero, al atardecer, en las llanuras de Jericó.
(11)
ְ‫ּוְמע ֲ֥בּורְהָ ָ ֵ֛א ֶרץְמ ָ ַֽמחְ ֥רתְהפֶ ֶׁ֖סחְמ ֻׁ֣צֹותְוְקָ לָ֑ ּויְבְעֶ ֶׁ֖צֶ םְהי֥ ֹום‬
ַֽ ‫ו ֨י ֹאכ ֹ֜ל‬
:‫ה ֶזַֽה‬
vaiójlú mé'avúr haáretz mimájorát hapésaj matzót vêqalúy; bê'étzem haióm
hazéh.

Al día siguiente de Pesaj, en ese mismo día, comieron del producto de la


tierra, panes sin levadura y espigas tostadas.
(12)
ְ‫ֹא־היָהְעֵ֛ ֹודְלבנ֥י‬
֥ ָ ‫ְמע ֲֻׁ֣בּורְהָ ֔ ָא ֶרץְוְל‬
ַֽ ֙‫ןְממָ חְ ָ ִ֗רתְבְאְכלָם‬
ַֽ ‫ויש ֨ ֹבתְה ֹ֜ ָמ‬
‫ ס‬:‫לְמןְו ַֽי ֹאכְ ִ֗לּוְמתְבּואתְְ֙ ֶ ֻׁ֣א ֶרץְכְ ֔נעןְבשָ נָ ֶׁ֖הְה ַֽהיא‬
ָ֑ ָ ‫יש ָר ֶׁ֖א‬
vaishbót hamán mímajorát bêojlam mé'avúr haáretz, vêlo-háiah 'ód livnéi
israél mán; vaiójêlú mitêvuat éretz kêná'an, bashanáh hahí.

Y el Man [Maná] cesó al día siguiente, cuando comenzaron a comer del fruto
de la tierra. Los Hijos de Israel nunca más tuvieron Man [Maná]. Más bien,
ese año ya comieron del producto de la tierra de Canaán.
(13)
ְ‫יְבהְיֻׁ֣ ֹותְיְהֹוש ֮ע ְַֽביריחֹוְ֒וי ָ ֹּ֤שאְעינָיו֙ ְו ֔יראְוְהנה־איש֙ ְעֹ ֻׁ֣מד‬ ַֽ ‫וי ִ֗ה‬
ְ‫רְלֹוְהֲלָ ֥נּו‬
֔ ֶ‫לְנֶגד֔ ֹוְוְחר ֥בֹוְשְלּופָ ֶׁ֖הְבְי ָָ֑דֹוְו ֨ילְֶךְיְהֹושֹּ֤עְאלָיו֙ ְו ֻׁ֣י ֹאמ‬
:‫א ָ ֶׁ֖תהְאם־לְצָ ַֽרינּו‬
vaihí bíhêíot iêhoshu'á bírijó vaisá 'einav vaiár, vêhineh-ish 'oméd lênegdó,
vêjarbó shêlufáh bêiadó; vaiélej iêhoshú'a elav vaiómer ló, halánu atáh im-
lêtzaréinu.

Sucedió que estando Iehoshúa [Josué] cerca de Jericó, alzó los ojos y miró; y
he aquí que un hombre estaba delante de él, con su espada desenvainada en su
mano. Iehoshúa [Josué], yendo hacia él, le preguntó: – ¿Eres de los nuestros o
de nuestros enemigos?
23
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 5, 6

(14)
‫הֹושעְאֶ ל־‬
֨ ְ‫הְבָ֑אתיְויפֹ ל ְ֩י‬
ָ ‫אְכיְאֲנ֥יְשר־צְ ָ ַֽבא־יהוָ ֶׁ֖הְע ָ ֻׁ֣ת‬ ֵ֛ ֹ ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְ׀ְ ִ֗ל‬
:ְ‫ֹוְמהְאֲדֹ נֶׁ֖יְמְדב֥רְאֶ ל־עב ַֽדֹו‬
֥ ָ ‫רְל‬
֔ ֶ‫֥יוְארצָ ה֙ ְויש ֔ ָתחּוְו ֻׁ֣י ֹאמ‬
֨ ָ‫פָנ‬
vaiómer | ló kí aní sar-tzêvá-Adonai 'atáh váti; vaipol iêhoshú'a el-panáv
ártzah vaishtáju, vaiómer ló, máh adoní mêdabér el-'avdó .

Él le respondió: –No. Yo soy el Jefe del Ejército del Eterno, que he venido
ahora. Entonces Iehoshúa [Josué], postrándose en tierra sobre su rostro, le
adoró y le preguntó: –¿Qué dice mi Señor a su siervo?
(15)
ְ‫ָךְכי‬
ֻׁ֣ ‫הֹושעְְשל־נַֽעלָך֙ ְמעֻׁ֣לְרג ֶ֔ל‬
ִ֗ ְ‫וי ֹאמֶ רְ֩שר־צְ ֨ ָבאְיה ֹ֜ ָוהְאֶ ל־י‬
:ְ‫ְכן‬
ַֽ ‫שְהּואְוי֥עשְיְהֹושֶׁ֖ע‬
ָ֑ ֶ‫ֲשרְא ָ ֵ֛תהְעֹ ֥מדְעָלָ ֶׁ֖יוְקֹֻׁ֣ ד‬
֥ ֶ ‫המָ ִ֗קֹוםְא‬
vaiomer sar-tzêvá Adonai el-iêhoshú'a shal-ná'aljá me'ál ragléja, kí hamaqóm
ashér atáh 'oméd 'aláv qódesh hú; vaiá'as iêhoshú'a kén .

El Jefe del Ejército del Eterno respondió a Iehoshúa [Josué]: –Quita las
sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú estás santo es. Y Iehoshúa
[Josué] lo hizo así.

Iehoshúa – Josué Capítulo 6


(1)
‫ ס‬:‫יןְבא‬
ַֽ ָ ‫לְאיןְיֹוצֶׁ֖אְוְ ֥א‬
֥ ‫ַֽויריחֹו֙ ְסֹ גֶ ֻׁ֣ ֶַֽרתְּומס ֔ ֶג ֶרתְמפְנֶׁ֖יְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑א‬
vírijó sogéret umsugéret, mipênéi bênéi israél; éin iotzé vêéin bá.

Jericó estaba cerrada y atrancada por causa de los Hijos de Israel. Nadie
entraba ni salía.
(2)
ְ‫יחֹוְוְאֶ ת־מלכָ ָּ֑ה‬
ֶׁ֖ ‫ַֽד ָ֔ךְאֶ ת־יְר‬
ְ ‫הֹושעְְ ְראה֙ ְנ ָֻׁ֣תתיְבְ ָ ַֽי‬
֔ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְיהוָה֙ ְאֶ ל־י‬
:ְ‫בֹוריְהֶ ָ ַֽחיל‬
ֶׁ֖ ‫ג‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'a, rêeh natáti vêiádêjá, et-iêrijó vêet-malkáĥ;
giboréi hejáil .

Pero el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –Mira, yo he entregado en tu mano a


Jericó, a su rey y a sus hombres de guerra.
(3)
ְ‫וְ סבֹ ֶ ֻׁ֣תםְאֶ ת־הָ ִ֗עירְכֹֹּ֚ לְאנ ֻׁ֣שיְהמלחָ ֔ ָמהְה ֥קיףְאֶ ת־הָ ֶׁ֖עירְפֻׁ֣עםְאֶ ָחָ֑ת‬
:‫הְששֶ תְי ַָֽמים‬ ֥ ‫הְתע ֶ ֲֶׁ֖ש‬
ַֽ ‫֥ ֹכ‬
24
6 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêsabotém et-ha'ír kól anshéi hamiljamáh, haqéif et-ha'ír pá'am eját; kóh
tá'aséh shéshet iamím.

Asediaréis la ciudad vosotros, todos los hombres de guerra, yendo alrededor


de la ciudad una vez. Esto haréis durante seis días.
(4)
ְ‫ֻׁ֣יְהאָ ֔רֹון‬
ַֽ ָ ‫ֻׁ֣הְכה ֲ֡ניםְישאּוְ֩שב ָ֨עהְ ַֽשֹופ ֹּ֤רֹותְהיַֽ ֹובלים֙ ְלפנ‬
ֹ ַֽ ָ‫וְשבע‬
ְ‫ירְשבעְפְע ָָ֑מיםְוְה ֻׁ֣ ֹכה ֲ֔ניםְיתקְעֶׁ֖ ּו‬
ֻׁ֣ ֶ ‫יעיְתָ סֹ֥ בּוְאֶ ת־הָ ֶׁ֖ע‬
֔ ‫ּוביֹום֙ ְהשְב‬
:‫ב ַֽשֹופ ַָֽרֹות‬
vêshiv'áh jóhaním isú shiv'áh shófrót haióvlim lifnéi háarón, uvaiom hashêvi'í,
tasóbu et-ha'ír shéva' pê'amím; vêhakóhaním, itqê'ú bashófarót.

Siete sacerdotes llevarán siete cornetas de cuernos de carnero delante del arca.
Al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las
cornetas.
(5)
ְ‫ת־קֹול‬
ֻׁ֣ ֶ‫יֹובלְבשמעכםְ(כְשְמ ֲעכֶם֙ )ְא‬ ִ֗ ‫וְהָ ִָּ֞יהְבמשֹֻׁ֣ ְךְ׀ְבְ ֶ ֻׁ֣ק ֶרןְה‬
ְ ֙‫הְחֹומתְהָ עיר‬
ֹּ֤ ‫ָ֑הְו ָ֨נפ ָֹ֜ל‬
ְ ָ‫השֹו ָ֔פרְי ָ֥ריעּוְכְל־הָ עָ ֶׁ֖םְתְרּועָ ֻׁ֣הְגְדֹול‬
:‫ֶׁ֖םְאישְנֶג ַֽדֹו‬ ֥ ָ‫תח ֔ ֶתיהָ ְוְעָל֥ ּוְהָ ע‬
vêhaiáh bimshój | bêqéren haiovél vsm'jm (kêshom'ajem) et-qól hashofár,
iarí'u jol-ha'ám têru'áh gêdoláh; vênáfláh jomát ha'ir tajtéiha, vê'alú ha'ám ísh
negdó.

Y sucederá que cuando hagan sonar prolongadamente el cuerno de carnero,


cuando oigáis el sonido de el shofar, todo el pueblo gritará a gran voz, y el
muro de la ciudad se derrumbará. Entonces el pueblo subirá, cada uno hacia
adelante.
(6)
ְ‫ויק ָ ִּ֞ראְיְהֹושֹּ֤עְבן־נּון֙ ְאֶ ל־ה ֻׁ֣ ֹכה ֲ֔ניםְו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְאֲל ֔ ֶהםְשְ ֶׁ֖אּוְאֶ ת־א ֲֻׁ֣רֹון‬
ְ‫ֹּ֤הְשֹופרֹות֙ ְיַֽ ֹוב ֔ליםְלפנֶׁ֖יְא ֲ֥רֹון‬
ַֽ ָ‫ֻׁ֣הְכה ֲִ֗ניםְישאּו֙ ְשבע‬ ֹ ַֽ ָ‫הבְ ָ֑ריתְוְשבע‬
:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫י‬
vaiqrá iêhoshú'a bin-nun el-hakóhaním, vaiómer alehém, sêú et-arón habêrít;
vêshiv'áh jóhaním isú shiv'áh shófrot íovlím, lifnéi arón Adonai .

Iehoshúa [Josué] hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les dijo: –Llevad el arca
del pacto, y que siete sacerdotes lleven siete cornetas de cuernos de carnero
delante del arca del Eterno.

25
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 6

(7)
ְ‫ּוץְיע ָ֕ ֲֹבר‬
ַֽ ‫ויאמרוְ(ו ֨י ֹאמֶ ר֙ )ְאֶ ל־הָ ָ֔עםְעב ֶׁ֖רּוְוְסֹֻׁ֣ בּוְאֶ ת־הָ ָ֑עירְוְ ֶהֻׁ֣חָ ֔ל‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫לפנֶׁ֖יְא ֲ֥רֹוןְי‬
vymrv (vaiómer) el-ha'ám, 'ivrú vêsóbu et-ha'ír; vêhéjalútz, iá'avór lifnéi arón
Adonai .

–Dijo, además, al pueblo–: Pasad y rodead la ciudad. Los que están armados
pasen delante del arca del Eterno.
(8)
ְ‫יםְנשְאיםְ֩שב ָ֨עה‬ ֹ ַֽ ‫יְכאֱמֹֻׁ֣ רְיְהֹוש ֮עְאֶ ל־הָ ָעםְ֒וְשבעָ ֻׁ֣הְה ַֽ ֹכה ֲ֡נ‬ ַֽ ֶ ‫וי ִ֗ה‬
ְ ֙‫ֹותְואֲרֹון‬
ַֽ ‫הְעבְ ָ֕רּוְוְ ָ ַֽתקְעֶׁ֖ ּוְב ַֽשֹופ ָָ֑ר‬
ַֽ ָ ‫ַֽשֹופ ֹּ֤רֹותְהיַֽ ֹובלים֙ ְלפנֻׁ֣יְיה ֔ ָו‬
:ְ‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫ְֶׁ֖ךְאחֲר‬
ַֽ ‫בְ ֻׁ֣ריתְיה ֔ ָוהְהֹ ל‬
vaihí kéemór iêhoshu'á el-ha'am vêshiv'áh hakóhaním nósêim shiv'áh shófrót
haióvlim lifnéi Adonai, 'ávêrú vêtáqê'ú bashófarót; váaron bêrít Adonai, holéj
ájareihém .

Sucedió, después que Iehoshúa [Josué] había hablado al pueblo, que los siete
sacerdotes, llevando las siete cornetas de cuernos de carnero delante del arca
del Eterno, pasaron y tocaron las cornetas. El arca del pacto del Eterno los
seguía.
(9)
ְ‫וְ ֶ ַֽהחָ לֻׁ֣ ּוץְהֹ ֔לְךְלפני֙ ְה ֻׁ֣ ֹכה ֲ֔ניםְתקעוְ(תַֹֽ קְעֶׁ֖י)ְה ַֽשֹופ ָָ֑רֹותְוְ ַֽהמְא ִ֗סף‬
:‫יְהאָ ֔רֹוןְהָ לֶׁ֖ ֹוְךְוְתָ ֥קֹועְב ַֽשֹופ ַָֽרֹות‬
ַֽ ָ ‫ְאח ֲֻׁ֣ר‬
ַֽ ֙‫הֹ לְך‬
vêhéjalútz holéj, lifneí hakóhaním, tq'v (tóqê'éi) hashófarót; vêhámêaséf holej
ájaréi háarón, halój vêtaqó'a bashófarót.

La vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las cornetas, y la


retaguardia iba detrás del arca, tocando prolongadamente las cornetas.
(10)
‫הֹושעְלאמִֹ֗ רְ ֹּ֤ל ֹאְתָ ֨ריעּו֙ ְוְ ַֽל ֹא־תש ֻׁ֣מיעּוְאֶ ת־‬ ֹ֜ ְ‫וְאֶ ת־הָ ָעםְ֩צ ֨ ָּוהְי‬
ְ‫ָ֑רְעדְיֻׁ֣ ֹוםְאְמ ֶׁ֧ריְאֲליכֶ ֵ֛םְהָ ֶׁ֖ריעּו‬
ַ֠ ‫ַֽקֹול ֶ֔כםְוְ ַֽל ֹא־יצ֥אְמפיכֶ ֶׁ֖םְדָ ָב‬
:‫וה ֲַֽריעֹ ֶ ַֽתם‬
vêet-ha'am tziváh iêhoshú'a lemór ló tarí'ú vêló-tashmí'u et-qóljém, vêló-yetzé
mipijém davár; 'ád íom omrí aleijém harí'u vaharí'otém.

Pero Iehoshúa [Josué] mandó al pueblo diciendo: –Vosotros no gritaréis, ni se


oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca hasta el día que yo diga:
'¡Gritad!' Entonces gritaréis.

26
6 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(11)
ְ‫ְהמ ֲח ֶ֔נהְוי ֶָׁ֖לינּו‬
ַֽ ֙‫וי ֹּ֤סבְאֲרֹון־יהוָה֙ ְאֶ ת־הָ ֔עירְה ֶׁ֖קףְפֻׁ֣עםְאֶ ָחָ֑תְוי ֨ ָֹבאּו‬
‫ פ‬:ְ‫ַֽבמח ֲֶנַֽה‬
vaiasév aron-Adonai et-ha'ír, haqéf pá'am eját; vaiavóú hámajanéh, vaialínu
bámajanéh .

Así él hizo que el arca del Eterno diera una vuelta alrededor de la ciudad; y
regresaron al campamento, donde pasaron la noche.
(12)
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫וישכ֥םְיְהֹושֶׁ֖עְבבָֹ֑ קֶ רְויש ֥אּוְה ַֽ ֹכהֲנֶׁ֖יםְאֶ ת־א ֲ֥רֹוןְי‬
vaiashkém iêhoshú'a babóqer; vaisú hakóhaním et-arón Adonai .

Iehoshúa [Josué] se levantó muy de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca


del Eterno.
(13)
ְ‫הְשֹופ ֹ֜רֹותְה ַֹֽיבְ ִ֗ליםְלפני֙ ְא ֲֻׁ֣רֹון‬ַֽ ‫יםְנשְאיםְ֩שב ָ֨ע‬ ֹ ַֽ ‫וְשבעָ ֻׁ֣הְה ַֽ ֹכה ֲ֡נ‬
ְ‫יהם‬ ֶ ֔ ‫יה ֔ ָוהְהַֹֽ לְ ֻׁ֣כיםְהָ ֔לֹוְךְוְ ָ ַֽתקְעֶׁ֖ ּוְב ַֽשֹופ ָָ֑רֹותְוְ ֶ ַֽהחָ לּוץ֙ ְהֹ לְֻׁ֣ךְלפנ‬
:ְ‫ְאחֲרי֙ ְא ֲֻׁ֣רֹוןְיה ֔ ָוהְהולךְ(הָ לֶׁ֖ ֹוְך)ְוְתָ ֥קֹועְב ַֽשֹופ ַָֽרֹות‬ ַֽ ֙‫וְ ַֽהמְא ִ֗סףְהֹ לְך‬
vêshiv'áh hakóhaním nósêim shiv'áh shófrót haióvêlím lifneí arón Adonai,
hólêjím halój, vêtáqê'ú bashófarót; vêhéjalutz holéj lifneihém, vêhámêaséf
holej ájareí arón Adonai, hvlj (halój) vêtaqó'a bashófarót .

Los siete sacerdotes que llevaban las siete cornetas de cuernos de carnero
caminaron delante del arca del Eterno tocando las cornetas prolongadamente,
mientras caminaban, y la vanguardia iba delante de ellos. La retaguardia iba
detrás del arca del Eterno, mientras tocaban las cornetas prolongadamente.
(14)
ְ‫ָ֑הְכהְע ֶָׁ֖שּו‬
ֹ ֥ ֶ‫ֶׁ֖בּוְהמחֲנ‬
ַֽ ‫ויָסֹ֨ בּוְאֶ ת־הָ ֹ֜עירְביֹּ֤ ֹוםְהשני֙ ְפֻׁ֣עםְא ֔חתְויָש‬
:‫֥ששֶ תְי ַָֽמים‬
vaiasóbu et-ha'ír baióm hashení pá'am aját, vaiashúvu hámajanéh; kóh 'asú
shéshet iamím.

Así dieron una vuelta a la ciudad el segundo día y regresaron al campamento.


De esta manera hicieron durante seis días.
(15)
ְ‫יעיְויש ֨כמּו֙ ְ ַֽכעֲלֻׁ֣ ֹותְה ֔שחרְויָסֶֹׁ֧ בּוְאֶ ת־הָ ֵ֛עיר‬ ִ֗ ‫וי ֻׁ֣היְ׀ְביֻׁ֣ ֹוםְהשְב‬
ְ‫ירְשבע‬
֥ ֶ ‫ּואְסבְ ֥בּוְאֶ ת־הָ ֶׁ֖ע‬
ַֽ ָ ‫יםְרקְביֻׁ֣ ֹוםְה ֔ה‬ ֹּ֚ ‫ֶׁ֖הְשבעְפְע ָָ֑מ‬
ֻׁ֣ ֶ ֶ‫כמשפָ ֥טְהז‬
:‫פְע ַָֽמים‬
27
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 6

vaihí | baióm hashêvi'í vaiashkímú ká'alót hashájar, vaiasóbu et-ha'ír


kamishpát hazéh shéva' pê'amím; ráq baióm hahú, sávêvú et-ha'ír shéva'
pê'amím.

Aconteció que el séptimo día se levantaron al amanecer y fueron alrededor de


la ciudad de la misma manera, siete veces. Solamente ese día dieron vuelta a
la ciudad siete veces.
(16)
ְ‫יתְתקְע֥ ּוְה ַֽ ֹכהֲנֶׁ֖יםְב ַֽשֹופ ָָ֑רֹותְו ֨י ֹאמֶ רְיְהֹושֹּ֤ע‬
ַֽ ָ ‫יע‬
֔ ‫וַַֽֽיהי֙ ְבפֻׁ֣עםְהשְב‬
:ְ‫יעּוְכי־נ ֶָׁ֧תןְיהוָ ֵ֛הְלָכֶ ֶׁ֖םְאֶ ת־הָ ַֽעיר‬
ַֽ ‫אֶ ל־הָ עָם֙ ְהָ ֔ר‬
váihí bapá'am hashêvi'ít, táqê'ú hakóhaním bashófarót; vaiómer iêhoshú'a el-
ha'am harí'u, kí-natán Adonai lajém et-ha'ír .

Y sucedió que a la séptima vez, cuando los sacerdotes habían tocado las
cornetas, Iehoshúa [Josué] dijo al pueblo: – ¡Gritad, porque el Eterno os
entrega la ciudad!
(17)
ְ‫ֶּׁ֖הְליהוָ ָ֑הְרקְ֩ ָר ֨ ָחבְהזֹו ָֹ֜נה‬
ַֽ ‫ר־ב‬ ָ ֶ‫םְהיאְוְכְל־אֲש‬ ֥ ‫וְ ָ ַֽהיְ ֨ ָתהְהָ ֥עירְח ֵֶ֛ר‬
ְ‫תְכיְהֶ חבְ ֔אתָ הְאֶ ת־המלאָ ֶׁ֖כים‬ ֻׁ֣ ‫ֲשרְא ָ ֻׁ֣תּהְב ֔בי‬
ֻׁ֣ ֶ ‫הְהיאְוְכְל־א‬ ֹּ֚ ‫ַֽתחְ ִֶ֗י‬
:ְ‫ֲשרְשָ ָ ַֽלחְנּו‬ ֶ֥ ‫א‬
vêháiêtáh ha'ír jérem hí vêjol-asher-báĥ láAdonai; raq rajáv hazonáh tíjêiéh hí
vêjol-ashér itáĥ babáit, kí hejbêátah, et-hamalajím ashér shalájênu .

Pero la ciudad será anatema al Eterno; ella con todas las cosas que están en
ella. Sólo vivirá la prostituta Rajab, con todos los que estén en su casa con
ella, porque escondió a los mensajeros que enviamos.
(18)
ְ‫םְפן־תח ֲֶׁ֖רימּוְּולקח ֶ ֻׁ֣תםְמן־הח ֶָ֑רם‬ַֽ ֶ ‫וְרק־אתֶ ם֙ ְשמ ֻׁ֣רּוְמן־ה ֔ח ֶר‬
:‫םְאֹותֹו‬
ַֽ ‫םְועֲכר ֶ ֶׁ֖ת‬
ַֽ ‫ת־מחֲנֹּ֤הְיש ָראלְ֙לְ ֔ח ֶר‬ ַֽ ֶ‫וְשמ ִּ֞ ֶתםְא‬
vêraq-atem shimrú min-hajérem, pén-tajarímu ulqajtém min-hajérem;
vêsamtém et-májanéh israel lêjérem, vá'ajartém otó.

Pero vosotros guardaos del anatema. No toquéis ni toméis nada del anatema;
no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y le ocasionéis
destrucción.
(19)
ְ‫ּואְליהוָ ָ֑הְאֹוצ֥רְיהוָ ֶׁ֖ה‬
ַֽ ‫שְה‬ֶׁ֖ ֶ‫וְ ֻׁ֣ ֹכלְ׀ְכֶ ֻׁ֣סֶ ףְוְז ִ֗ ָָהבְּוכלֹּ֤יְנְחֹ֨ שֶ ת֙ ְּובר ֶ֔זלְקֹ֥ ד‬
:ְ‫י ַָֽבֹוא‬

28
6 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêjól | késef vêzaháv ujléi nêjóshet uvarzél, qódesh hú láAdonai; otzár Adonai
iavó .

Pero toda la plata, el oro y los utensilios de bronce y de hierro serán


consagrados al Eterno y formarán parte del tesoro del Eterno.
(20)
ְ‫ת־קֹולְהשֹו ִָ֗פר‬ ֻׁ֣ ֶ‫ויָ ַֻֽׁ֣רעְהָ ָ֔עםְוַַֽֽיתקְעֶׁ֖ ּוְבשַֹֽ פ ָָ֑רֹותְויהיְ֩כשמֹ֨ עְהָ ָֹ֜עםְא‬
ְ‫חֹומהְתח ִ֗ ֶתיהָ ְו ֨יעלְהָ עָ ֹּ֤ם‬
ָ ֹ֜ ‫לְה‬
ַֽ ‫וי ָֹּ֤ריעּוְהָ עָם֙ ְתְרּועָ ֻׁ֣הְגְדֹו ָ֔להְות ֨ ֹפ‬
:‫ְאישְנֶגד֔ ֹוְוַַֽֽילכְ ֶׁ֖דּוְאֶ ת־הָ ַֽעיר‬
ֻׁ֣ ֙‫הָ ֨ע ָירה‬
vaiára' ha'ám, váitqê'ú bashófarót; vaihí jishmó'a ha'ám et-qól hashofár
vaiarí'u ha'am têru'áh gêdoláh, vatipól hájomáh tajtéiha vaiá'al ha'ám ha'írah
ísh negdó, váilkêdú et-ha'ír.

Entonces el pueblo gritó, y tocaron las cornetas. Y sucedió que cuando el


pueblo oyó el sonido de el shofar, gritó con gran estruendo. Y el muro se
derrumbó! Entonces el pueblo subió a la ciudad, cada uno directamente
delante de él; y la tomaron.
(21)
ְ‫ֲשרְבָ ֔עירְמאיש֙ ְוְעד־אשָ֔ הְמנֶׁ֖ערְוְעד־ז ָָ֑קן‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וַַֽֽיח ֲ֨רימּו֙ ְאֶ ת־כְל־א‬
:‫י־ח ֶרב‬
ַֽ ָ ‫הְוח ֲֶׁ֖מֹורְלְפ‬
ַֽ ‫ָש‬
ֵ֛ ֶ ‫דְשֹורְו‬
֥ ‫וְ ֨ע‬
váiajarímú et-kol-ashér ba'ír, meish vê'ad-isháh, miná'ar vê'ad-zaqén; vê'ád
shór vaséh vájamór lêfi-járev.

Destruyeron a filo de espada todo lo que había en la ciudad: hombres y


mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos.
(22)
‫הֹושעְבֶֹׁ֖ אּוְבית־‬
֔ ְ‫יםְהמְרגְ ֹּ֤ליםְאֶ ת־הָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְאָ ֻׁ֣מרְי‬
ַֽ ‫םְה ֲאנ ָֹ֜ש‬ ַֽ ָ ‫וְלש ֨ני‬
ְ‫ת־האשָ ה֙ ְוְאֶ ת־כְל־אֲשֶ ר־ ָ֔לּה‬ ַֽ ָ ֶ‫הֹוציאּוְמ ָ ֹּ֤שםְא‬
֨ ְ‫ָ ַֽהא ָ ֻׁ֣שהְהזֹונָ ָ֑הְו‬
:‫םְלּה‬ַֽ ָ ‫ֲשרְנשבע ֶ ֶׁ֖ת‬ ֥ ֶ ‫ַֽכא‬
vêlishnáim háanashím hámêragêlím et-haáretz amár iêhoshú'a, bóu beit-
háisháh hazonáh; vêhotzíu mishám et-háishah vêet-kol-asher-láĥ, káashér
nishba'tém láĥ.

Iehoshúa [Josué] dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: –
Entrad en la casa de la mujer prostituta, y sacad de allí a ella y todo lo que sea
suyo, como se lo habéis jurado.

29
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 6

(23)
ְ‫ת־רחְבְוְאֶ ת־אָ ֨ביהָ ְוְאֶ ת־א ָ ֹּ֤מּה‬ ַָ֠ ֶ‫יםְהמְרגְ ִ֗ליםְויֹ ֡ציאּוְא‬
ַֽ ‫וי ֹ֜ ָֹבאּוְהנְע ָֻׁ֣ר‬
ְ‫ְהֹוציאּו‬
ָ֑ ָ‫חֹותיה‬ ֶׁ֖ ֶ ְ‫יהְוְאֶ ת־כְל־אֲשֶ ר־ ָ֔לּהְוְ ֥אתְכְל־משפ‬ ָ֙ ‫וְאֶ ת־א ֨ ֶח‬
:‫יחּוםְמ ֶׁ֖חּוץְלְ ַֽמחֲנ֥הְיש ָר ַֽאל‬ ֔ ‫ו ֨ינ‬
vaiavóu hanê'arím hámêragêlím vaiotzíu et-rájov vêet-avíha vêet-imáĥ vêet-
ajéihá vêet-kol-asher-láĥ, vêét kol-mishpêjotéiha hotzíu; vaiánijúm, mijútz
lêmájanéh israél.

Entraron los jóvenes espías y sacaron a Rajab, a su padre, a su madre, a sus


hermanos y todo lo que era suyo. Sacaron a toda su familia, y los pusieron
fuera del campamento de Israel.
(24)
ְ‫ָּ֑הְרקְ׀ְהכֶ ֻׁ֣סֶ ףְוְהז ִ֗ ָָהבְּוכלֹּ֤י‬
ֻׁ֣ ‫ר־ב‬
ָ ֶ‫ירְש ְר ֥פּוְבָ ֶׁ֖אשְוְכְל־אֲש‬
ַֽ ָ ‫וְהָ ֵ֛ע‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫לְנַֽתְנֶׁ֖ ּוְאֹוצ֥רְבית־י‬
ָ ‫הנְחֹ֨ שֶ ת֙ ְוְהבר ֶ֔ז‬
vêha'ír sárêfú vaésh vêjol-asher-báĥ; ráq | hakésef vêhazaháv ujléi hanêjóshet
vêhabarzél, nátênú otzár beit-Adonai .

Y consumieron con fuego la ciudad, junto con todo lo que había en ella.
Solamente pusieron en el tesoro de la casa del Eterno la plata, el oro y los
utensilios de bronce y de hierro.
(25)
ְ‫ְהחֱיָ ֻׁ֣ה‬
ַֽ ֶ ֙‫ת־ביתְאָ ֹּ֤ביהָ ְוְאֶ ת־כְל־אֲשֶ ר־לָּה‬ ֨ ֶ‫ת־ר ָחֻׁ֣בְ ַ֠הזֹונָהְוְא‬ ָ ֶ‫וְַֽא‬
‫ָ֑הְכיְהֶ ח ֨ביאָ ה֙ ְאֶ ת־‬ ֹּ֤ ֶ‫הֹושעְו ֨תשֶ ב֙ ְבְ ֶ ֻׁ֣ק ֶרבְיש ָר ֔אלְעֶׁ֖דְהיֻׁ֣ ֹוםְהז‬
֔ ְ‫י‬
‫ פ‬:‫יחֹו‬
ַֽ ‫המלאָ ֔כיםְאֲשֶ ר־שָ ל֥חְיְהֹושֶׁ֖עְלְרג֥לְאֶ ת־יְר‬
vêet-rajáv házonah vêet-béit avíha vêet-kol-asher-laĥ héjeiáh iêhoshú'a,
vatéshev bêqérev israél, 'ád haióm hazéh; kí hejbíah et-hamalajím, asher-
shaláj iêhoshú'a lêragél et-iêrijó.

Pero Iehoshúa [Josué] preservó la vida a la prostituta Rajab, a la familia de su


padre y todo lo que era suyo. Ella ha habitado entre los israelitas hasta el día
de hoy, porque escondió a los mensajeros que Iehoshúa [Josué] envió para
reconocer Jericó.
(26)
ְ‫ֲשר‬ ֹּ֤ ֶ ‫הֹושעְבָ ע֥תְה ֶׁ֖היאְלאמָֹ֑ רְאָ ֨רּורְהָ ֹ֜אישְלפנֻׁ֣יְיה ִ֗ ָוהְא‬
֔ ְ‫ויש ְֻׁ֣בעְי‬
ְ‫יחֹוְבבכֹ ֻׁ֣רֹוְיְיסְ ֔ ֶדנָהְּובצע ֶׁ֖ירֹו‬֔ ‫יָקּום֙ ְּובָ ִָּ֞נהְאֶ ת־הָ ֹּ֤עירְהז ֹאת֙ ְאֶ ת־יְר‬
‫ ס‬:ְ ָ‫י ֥ציבְדְל ֶ ַָֽתיה‬

30
6, 7 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vaiashbá' iêhoshú'a, ba'ét hahí lemór; arúr haísh lifnéi Adonai ashér iaqum
uvanáh et-ha'ír hazot et-iêrijó, bivjoró iêiasêdénah, uvitz'iró iatzív dêlatéiha .

En aquel tiempo Iehoshúa [Josué] les hizo este juramento diciendo: – ¡Maldito
sea delante del Eterno el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad de
Jericó! A costa de su primogénito colocará sus cimientos, y a costa de su hijo
menor asentará sus puertas.
(27)
:ְ‫וי ֥היְיהוָ ֶׁ֖הְאֶ ת־יְהֹושָ֑עְוי ֥היְשְמעֶׁ֖ ֹוְבְכְל־הָ ָ ַֽא ֶרץ‬
vaihí Adonai et-iêhoshú'a; vaihí shom'ó bêjol-haáretz .

El Eterno estuvo con Iehoshúa [Josué], y su fama se divulgó por toda la tierra.

Iehoshúa – Josué Capítulo 7


(1)
‫לְמעלְבח ֶָ֑רםְוי ֡קחְעָכָ ֻׁ֣ןְבֶ ן־כרמיְ֩בֶ ן־זב ֨דיְבֶ ן־‬
ֶׁ֖ ‫וימעֲלֶׁ֧ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֵ֛א‬
‫ ס‬:ְ‫ר־אףְיהוָ ֶׁ֖הְבבנ֥יְיש ָר ַֽאל‬֥ ‫ֶֹ֜זרחְלְמ ֹּ֤טהְיְהּודָ ה֙ ְמן־ה ֔ח ֶרםְו ַֽיח‬
vaim'alú vênéi-israél má'al bajérem; vaiqáj 'aján ben-karmí ven-zavdí ven-
zéraj lêmatéh iêhudah min-hajérem, vaiíjar-áf Adonai bivnéi israél .

Pero los Hijos de Israel transgredieron con respecto al anatema. Acán hijo de
Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zéraj, de la tribu de Iehudá [Judá], tomó del
anatema; y la ira del Eterno se encendió contra los Hijos de Israel.
(2)
ְ‫֥יתְאוֶן֙ ְמ ֶ ֻׁ֣קדֶ ם‬
ָ ֨ ‫יחֹוְהָ ִּ֞עיְאֲשֶ֨ רְעם־ב‬ ִ֗ ‫יםְמיר‬ ַֽ ‫הֹושעְ ֲאנ ָֹ֜ש‬ ֨ ְ‫וישלחְ֩י‬
ְ ֙‫ית־אלְו ֹּ֤י ֹאמֶ רְאֲליהֶ ם֙ ְלאמֹ֔ רְעֲלֶׁ֖ ּוְוְרגְלֻׁ֣ ּוְאֶ ת־הָ ָ ָ֑א ֶרץְוַַֽֽיעֲלּו‬ ֔ ‫לְ ַֽב‬
:‫ָ ַֽה ֲאנ ָ֔שיםְוַַֽֽירגְלֶׁ֖ ּוְאֶ ת־הָ ָ ַֽעי‬
vaishlaj iêhoshú'a anashím mírijó ha'ái ashér 'im-béit áven miqédem lêvéit-él,
vaiómer aleihem lemór, 'alú vêragêlú et-haáretz; váia'alú háanashím, váiragêlú
et-ha'ái.

Iehoshúa [Josué] envió hombres desde Jericó hasta Hai, que estaba junto a
Bet-avén, hacia el oriente de Betel, y les dijo: –Subid y reconoced la tierra.
Ellos fueron y reconocieron Hai,

31
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 7

(3)
ְ‫םְאיש‬
ִ֗ ‫הֹושעְו ַֽי ֹאמְ ֻׁ֣רּוְאלָיו֮ ְאל־יֻׁ֣עלְכְל־הָ ָעםְ֒כְאלפֻׁ֣י‬ ִ֗ ְ‫ויָשֻׁ֣בּוְאֶ ל־י‬
‫ישְיעֲלֶׁ֖ ּוְוְיכֻׁ֣ ּוְאֶ ת־הָ עָ ָ֑יְאל־תְיגע־שָ֨ מָ ה֙ ְאֶ ת־‬
ַֽ ‫יםְא‬
֔ ‫ֹּ֚אֹוְכשֹלֻׁ֣ שֶ תְ ֲאל ָֻׁ֣פ‬
:‫ֶׁ֖טְהמָ ה‬
ַֽ ‫כְל־הָ ָ֔עםְ ֥כיְמְע‬
vaiashúvu el-iêhoshú'a vaiómêrú elav al-iá'al kol-ha'am kêalpáim ísh ó
kishlóshet alafím ísh, iá'alú vêiakú et-ha'ái; al-têiaga'-shámah et-kol-ha'ám, kí
mê'át hémah.

y volviendo a Iehoshúa [Josué] le dijeron: –No suba todo el pueblo. Suban


sólo unos 2000 o 3000 hombres; ellos tomarán Hai. No fatigues a todo el
pueblo allí, porque ellos son pocos.
(4)
ְ‫יםְאישְוי ָָ֕נסּוְלפנֶׁ֖יְאנ ֥שי‬
ָ֑ ‫ו ַֽיעֲלֹּ֤ ּוְמן־הָ עָם֙ ְשָ֔ מָ הְכשֹל֥ שֶ תְ ֲאל ֶָׁ֖פ‬
:‫הָ ָ ַֽעי‬
vaiá'alú min-ha'am shámah, kishlóshet alafím ísh; vaianúsu lifnéi anshéi ha'ái.

Fueron allá unos 3000 hombres del pueblo, los cuales huyeron delante de los
de Hai.
(5)
ְ ֙‫ְאישְוַַֽֽירדְ ִּ֞פּוםְלפנֹּ֤יְה ֨שער‬ ֔ ֙‫ֹלשיםְוְששָ ה‬
ֹּ֤ ‫ויכ֨ ּוְמ ֹ֜ ֶהםְאנ ֻׁ֣שיְהָ ִ֗עיְכש‬
:‫מֹורדְוי ֥מסְלְבב־הָ עָ ֶׁ֖םְוי ֥היְלְ ָ ַֽמים‬
ָ֑ ָ ‫עד־השְבָ ֔ריםְויכֶׁ֖ ּוםְב‬
vaiakú mehém anshéi ha'ái kishloshím vêshishah ísh, váirdêfúm lifnéi hashá'ar
'ad-hashêvarím, vaiakúm bamorád; vaimás lêvav-ha'ám vaihí lêmáim.

Los hombres de Hai mataron de aquéllos a unos treinta y seis hombres y los
persiguieron desde la puerta de la ciudad hasta Sebarim, donde los derrotaron
en la bajada, de modo que el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como
agua.
(6)
ְ ֙‫יוְארצָ הְלפ ֨ניְא ֲֹּ֤רֹוןְיהוָה‬
ֹ֜ ‫ֹלתיוְויפֹ ל ְ֩על־ ָפ ָ֨נ‬ ָ ִ֗ ‫הֹושעְשמ‬ ֹ֜ ְ‫ויק ֨רעְי‬
:ְ‫ֹאשם‬ ַֽ ָ ‫בְהּואְוְזקנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְו ַֽיעֲל֥ ּוְעָפָ ֶׁ֖רְעל־ר‬
ֶׁ֖ ‫עד־הָ ֶ֔ע ֶר‬
vaiqrá' iêhoshú'a simlotáv vaipol 'al-panáv ártzah lifnéi arón Adonai 'ad-
ha'érev, hú vêziqnéi israél; vaiá'alú 'afár 'al-roshám .

Entonces Iehoshúa [Josué] rasgó su ropa y se postró en tierra sobre su rostro


delante del arca del Eterno hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y
echaron polvo sobre sus cabezas.

32
7 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(7)
ְ‫ְהע ֲֹ֜בירְאֶ ת־הָ עָ ֹּ֤ם‬ַֽ ָ‫הְהע ֲ֨ברת‬ַֽ ָ‫הוהְ ַ֠ ָלמ‬ ִ֗ ‫הֹושעְא ֲָהֻּׁ֣הְ׀ְאֲדֹ נָ ֻׁ֣יְי‬
ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
ְ‫ְהֹואלנּו‬ֻׁ֣ ֙‫ידנּוְוְלּו‬ָ֑ ‫֥דְהאֱמֹ ֶׁ֖ריְלְ ַֽהאֲב‬
ַֽ ָ ‫הזֶה֙ ְאֶ ת־היר ֔דןְל ָ֥תתְאֹ ָ ֵ֛תנּוְבְי‬
:ְ‫ו ֔נשֶ בְבְעֶׁ֖בֶ רְהיר ַֽדן‬
vaiómer iêhoshú'a aháĥ | adonái yhvíh lámah hé'avárta há'avír et-ha'ám hazeh
et-haiardén, latét otánu bêiád háemorí lêháavidénu; vêlú hoálnu vanéshev,
bê'éver haiardén .

Entonces dijo Iehoshúa [Josué]: – ¡Ay, Señor Elohim! ¿Por qué hiciste cruzar
el Jordán a este pueblo, para entregarnos en mano de los amorreos, para que
nos destruyan? ¡Ojalá hubiéramos decidido habitar al otro lado del Jordán!
(8)
:‫לְע ֶרףְלפנ֥יְאַֹֽ יְ ָ ַֽביו‬
ֹ ֶׁ֖ ‫רְאחֲריְאֲשֶ֨ רְהָ פְֶׁ֧ךְיש ָר ֵ֛א‬
ַֽ ַ֠ ‫ָ֑יְמהְאֹ ֔מ‬
ֻׁ֣ ָ ָ‫ֶׁ֖ביְאֲדֹ נ‬
bí adonái; máh omár, ájarei ashér hafáj israél 'óref lifnéi óiêváv.

¡Oh, Señor! ¿Qué diré, puesto que Israel ha vuelto la espalda delante de sus
enemigos?
(9)
‫ּוְהכְנע ֲִ֗ניְוְכֹ ל ְַֹֽ֙ישְבֻׁ֣יְהָ ֔ ָא ֶרץְוְנ ָֻׁ֣סבּוְע ָ֔לינּוְוְהכ ֥ריתּוְאֶ ת־‬
ַֽ ֻׁ֣‫וְישמְע‬
:‫ץְּומה־תע ֲֶׁ֖שהְלְשמָך֥ ְהג ַָֽדֹול‬ ַֽ ‫שְ ֶׁ֖מנּוְמן־הָ ָ ָ֑א ֶר‬
vêishmê'ú hákêna'aní vêjol ióshêvéi haáretz, vênasábu 'aléinu, vêhijrítu et-
shêménu min-haáretz; umáh-ta'aséh lêshimjá hagadól.

Los cananeos y todos los habitantes de la tierra lo oirán, nos rodearán y


borrarán nuestro nombre de la tierra. Entonces, ¿qué harás tú por tu gran
nombre?
(10)
:ְ‫ְקםְלָ ְָ֑ךְלָ ֻׁ֣מָ הְ ֶ֔זהְא ָ ֶׁ֖תהְנֹ פ֥לְעל־פ ֶָנַֽיָך‬
ֻׁ֣ ‫ו ֶׁ֧י ֹאמֶ רְיהוָ ֵ֛הְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖ע‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'a qúm láj; lámah zéh, atáh nofél 'al-panéja .

El Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –Levántate. ¿Por qué te postras así sobre tu
rostro?
(11)
ְ ֙‫ֹּ֤םְלקְחּו‬
ַֽ ָ ‫יְאֹותםְוְג‬
ָ֑ ָ ‫ֲשרְצ ֶּׁ֖וית‬
֥ ֶ ‫יתיְא‬
֔ ‫ְעבְ ֻׁ֣רּוְאֶ ת־בְר‬
ַֽ ָ ֙‫חָ טָ א֙ ְיש ָר ֔אלְוְגם‬
:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫ֶׁ֖םְשמּוְבכל‬ ֥ ָ ‫ֻׁ֣םְכח ֲ֔שּוְוְג‬
ַֽ ‫ֹּ֤םְגַֽנְבּו֙ ְוְג‬
ָ ‫מן־ה ֔ח ֶרםְוְג‬
jata israél, vêgam 'ávêrú et-bêrití, ashér tzivíti otám; vêgám láqêjú min-
hajérem, vêgám gánêvú vêgám kíjashú, vêgám sámu vijleihém.

33
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 7

Israel ha pecado. Han quebrantado mi pacto que yo les había mandado. Han
tomado del anatema, han robado, han mentido y lo han escondido entre sus
enseres.
(12)
ְ‫יהםְעִֹ֗ ֶרףְיפנּו֙ ְלפנֻׁ֣י‬
ֶ ֔ ‫וְ ֨ל ֹאְיַֽכְ ֹ֜לּוְבְנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְלָקּום֙ ְלפנֻׁ֣יְאַֹֽ יְב‬
ְ‫ְלהְיֻׁ֣ ֹותְעמָ ֶ֔כםְאם־ ֥ל ֹאְתש ֵ֛מידּו‬ ַֽ ֙‫םְכיְהָ יֶׁ֖ ּוְלְח ֶָ֑רםְ ֹּ֤ל ֹאְאֹוסיף‬
֥ ‫יה‬ ֶ ֔ ‫אַֹֽ יְב‬
:‫םְמקרבְ ֶ ַֽכם‬ ַֽ ‫הח ֶֶׁ֖ר‬
vêló yújêlú bênéi israél laqum lifnéi óiêveihém, 'óref ifnú lifnéi óiêveihém, kí
haíu lêjérem; ló osif líhêíot 'imajém, im-ló tashmídu hajérem míqirbêjém.

Por esto los Hijos de Israel no podrán prevalecer ante sus enemigos. Más bien,
volverán la espalda ante sus enemigos, porque se han convertido en anatema.
Yo no estaré más con vosotros, si no destruís el anatema de en medio de
vosotros.
(13)
ְ‫ָ֑רְכיְכֹ הְ֩אָ ֨מרְיה ֹ֜ ָוה‬ֻׁ֣ ‫ֹּ֚קםְק ֻׁ֣דשְאֶ ת־הָ ָ֔עםְוְ ָ ַֽאמר ָ ֶׁ֖תְהתקדְ ֻׁ֣שּוְלְמָ ָח‬
ְ‫אְתּוכלְלָקּום֙ ְלפנֻׁ֣יְאַֹֽ יְ ֔ ֶביָך‬
ִ֗ ֹ ‫אֱֹלהֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְח ֶֹּ֤רםְבְקרבְָך֙ ְיש ָר ֔אלְ ֻׁ֣ל‬
:ְ‫ירכֶ ֥םְה ֶׁ֖ח ֶרםְ ַֽמקרבְ ֶ ַֽכם‬
ְ ‫עד־ה ֲַֽס‬
qúm qadésh et-ha'ám, vêámartá hitqadêshú lêmajár; kí joh amár Adonai elohéi
israél jérem bêqirbêjá israél, ló tujál laqum lifnéi óiêvéja, 'ad-hasírêjém
hajérem míqirbêjém .

Levántate, purifica al pueblo y di: 'Purificaos para mañana, porque el Eterno


Elohim de Israel dice así: 'Anatema hay en medio de ti, oh Israel. No podréis
prevalecer delante de vuestros enemigos hasta que hayáis quitado el anatema
de en medio de vosotros. ''
(14)
ְ‫וְנקרב ֶ ֥תםְבבֶֹׁ֖ קֶ רְלְשבטיכֶ ָ֑םְוְהָ ָ֡יהְהשבֶ טְ֩אֲשֶ ר־ילכְ ֨ ֶדנּוְיה ֹ֜ ָוה‬
ְ‫ֲשר־ילכְ ֶ ֹּ֤דנָהְיהוָה֙ ְתק ֻׁ֣רבְלבְ ֔תים‬ַֽ ֶ ‫יק ֻׁ֣רבְלמשפ ִָ֗חֹותְוְהמשפ ִּ֞ ָָחהְא‬
:ְ‫ֲשרְילכְ ֶ ֻׁ֣דנּוְיה ֔ ָוהְיק ֶׁ֖רבְלגְבָ ַֽרים‬
ֻׁ֣ ֶ ‫וְה ֨בית֙ ְא‬
vêniqravtém babóqer lêshivteijém; vêhaiáh hashevet asher-ilkêdénu Adonai
iqráv lamishpajót vêhamishpajáh ashér-ilkêdénah Adonai tiqráv labotím,
vêhabáit ashér ilkêdénu Adonai, iqráv lagêvarím .

Os acercaréis, pues, mañana, por vuestras tribus. La tribu que el Eterno tome
se acercará por sus clanes. El clan que el Eterno tome se acercará por sus
familias. La familia que el Eterno tome se acercará por sus varones.

34
7 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(15)
ְ ֙‫ֹוְכיְעָבר‬
ֹּ֤ ָ֑‫וְהָ יָה֙ ְהנלכָ ֻׁ֣דְב ֔ח ֶרםְישָ ֻׁ֣רףְבָ ֔אשְאֹ ֶׁ֖תֹוְוְאֶ ת־כְל־אֲשֶ ר־ל‬
:ְ‫ָשהְנְבָ לָ ֶׁ֖הְבְיש ָר ַֽאל‬
֥ ָ ‫אֶ ת־בְ ֻׁ֣ריתְיה ֔ ָוהְוְ ַֽכי־ע‬
vêhaiah hanilkád bajérem, isaréf baésh, otó vêet-kol-asher-ló; kí 'avar et-bêrít
Adonai, vêjí-'asáh nêvaláh bêisraél .

El que sea descubierto con el anatema será quemado a fuego, él y todo lo


suyo, porque ha quebrantado el pacto del Eterno y ha cometido una vileza en
Israel.
(16)
ְ‫ֶׁ֖דְשבֶ ט‬
֥ ‫הֹוש ֙עְב ֔ ֹבקֶ רְויק ֥רבְאֶ ת־יש ָר ֶׁ֖אלְלשבָ ָטָ֑יוְוילָכ‬
֨ ְ‫וישכֹּ֤םְי‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְ‫י‬
vaiashkém iêhoshú'á babóqer, vaiaqrév et-israél lishvatáv; vailajéd shévet
iêhudáh.

Al levantarse Iehoshúa [Josué] muy de mañana, hizo que se acercara Israel


por sus tribus, y fue tomada la tribu de Iehudá [Judá].
(17)
ְ‫דְאתְמשפֻׁ֣חתְהזר ָ֑חיְויק ִּ֞רב‬ ֶׁ֖ ‫הּודהְויל ָ֕ ֹכ‬
ָ ֔ ְ‫ויקרב֙ ְאֶ ת־משפֻׁ֣חתְי‬
:‫אֶ ת־משפֹּ֤חתְהזרחי֙ ְלגְבָ ֔ריםְוילָכֶׁ֖דְזב ַֽדי‬
vaiaqrev et-mishpájat iêhudáh, vailkód ét mishpájat hazarjí; vaiaqrév et-
mishpájat hazarjí lagêvarím, vailajéd zavdí.

Al hacer que se acercara la tribu de Iehudá [Judá], fue tomado el clan de los
hijos de Zéraj. Al hacer que se acercara el clan de los hijos de Zéraj, fue
tomado Zabdi.
(18)
ְ‫יתֹוְלגְבָ ָ֑ריםְויל ִָ֗כדְ ָע ִָּ֞כןְבֶ ן־כר ֶׁ֧מיְבֶ ן־זב ֵ֛דיְבֶ ן־זֶ ֶַֽׁ֖רח‬
ֶׁ֖ ‫ויק ֥רבְאֶ ת־ב‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְ‫לְמ ֥טהְי‬
vaiaqrév et-beitó lagêvarím; vailajéd 'aján ben-karmí ven-zavdí ben-zéraj
lêmatéh iêhudáh.

Y al hacer que se acercaran los varones de su familia, fue tomado Acán hijo
de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zéraj, de la tribu de Iehudá [Judá].
(19)
ְ‫ֹודְליהוָ ֵ֛הְאֱֹלה֥יְיש ָר ֶׁ֖אל‬
ַֽ ‫ְשים־נָ ֻׁ֣אְכ ִָ֗ב‬
ַֽ ֙‫הֹושעְאֶ ל־ ָע ִָ֗כןְבְני‬
ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
:ְ‫ְמהְע ָ֔שיתָ ְאל־תְכחֶׁ֖דְמ ֶ ַֽמני‬ ֻׁ֣ ֶ ֙‫ֹוְתֹודהְוְהגֶד־נָ ֥אְלי‬
ָ֑ ָ ֻׁ֣‫וְתֶ ן־ל‬

35
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 7

vaiómer iêhoshú'a el-'aján bêní sím-ná javód láAdonai elohéi israél vêten-ló
todáh; vêhaged-ná lí méh 'asíta, al-têjajéd miméni .

Entonces Iehoshúa [Josué] dijo a Acán: – ¡Hijo mío, por favor, da gloria y
reconocimiento al Eterno Elohim de Israel, y declárame lo que has hecho! ¡No
me lo encubras!
(20)
ְ‫ְליהוָה֙ ְאֱֹלהֻׁ֣י‬
ַֽ ֙‫הְאנֹ ֹּ֤כיְחָ ֨ ָטאתי‬
ַֽ ָ ‫ֹאמרְאְמ ִָ֗נ‬
ָ֑ ‫ויֶׁ֧עןְעָכָ ֵ֛ןְאֶ ת־יְהֹושֶׁ֖עְוי‬
:ְ‫יש ָר ֔אלְוְ ָכ ֥ז ֹאתְוְכ ֶָׁ֖ז ֹאתְע ַָֽשיתי‬
vaiá'an 'aján et-iêhoshú'a vaiomár; omnáh ánojí jatátí láAdonai elohéi israél,
vêjazót vêjazót 'asíti .

Acán respondió a Iehoshúa [Josué] diciendo: –Verdaderamente yo he pecado


contra el Eterno Elohim de Israel, y he hecho así y así:
(21)
ְ‫אתיםְשְקָ ֻׁ֣לים‬ ֶׁ֧ ָ‫תְטֹובהְּומ‬ ָ ֹ֜ ‫ואראהְ(ו ָֻׁ֣א ֶרא)ְבשָ ָ֡ללְא ֶ ֻׁ֣ד ֶרתְשנ ָערְ֩א ֨ח‬
ְ‫םְוַֽאֶ קָ חָ֑ם‬
ָ ‫ֹוְוַֽאֶ חמְ ֶׁ֖ד‬
ָ ‫ִֶ֗כסֶ ףְּול ֨שֹוןְז ָָהֹּ֤בְאֶ חָ ד֙ ְחֲמ ֹּ֤שיםְשְקָ לים֙ ְמשקָ ֔ל‬
: ָ‫וְה ָ֨נםְטְמּונ֥יםְבָ ָ ֵ֛א ֶרץְבְ ֥תֹוְךְהָ ָ ַֽאהְ ֶׁ֖ליְוְהכֶ ֥סֶ ףְתח ֶ ַֽתיה‬
vrh (vaére) vashalál adéret shin'ar aját továh umatáim shêqalím késef ulshón
zaháv ejad jamishím shêqalim mishqaló, váejmêdém váeqajém; vêhinám
têmuním baáretz bêtój haáholí vêhakésef tajtéiha.

Vi entre el botín un manto de Shinar muy bueno, 200 siclos de plata y un


lingote de oro de 50 siclos de peso, lo cual codicié y tomé. Todo ello está
escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero está debajo de ello.
(22)
ְ‫הֹוש ֙עְמלאָ ֔כיםְוי ֶָׁ֖רצּוְהָ אָֹ֑ ֱהלָהְוְהנֶׁ֧הְטְמּונָ ֵ֛הְבְ ָ ַֽאהְלֶׁ֖ ֹו‬
֨ ְ‫וישלֹּ֤חְי‬
: ָ‫וְהכֶ ֥סֶ ףְתח ֶ ַֽתיה‬
vaishláj iêhoshú'á malajím, vaiarútzu haóhelah; vêhinéh têmunáh bêáholó
vêhakésef tajtéiha.

Iehoshúa [Josué] envió mensajeros que fueron corriendo a la tienda. Y he


aquí, aquello estaba escondido allí en su tienda, y el dinero estaba debajo.
(23)
ְ‫הֹושעְוְ ֶ ֶׁ֖אלְכְל־בְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אל‬
֔ ְ‫ויקָ חּום֙ ְמ ֻׁ֣תֹוְךְהָ ֔ ֹאהֶ לְויבאּום֙ ְאֶ ל־י‬
:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫ויצ ֶׁ֖קםְלפנ֥יְי‬
vaiqajum mitój haóhel, vaivium el-iêhoshú'a, vêél kol-bênéi israél; vaiatziqúm
lifnéi Adonai .

36
7 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Lo tomaron de la tienda y lo llevaron a Iehoshúa [Josué] y a todos los Hijos de


Israel, y lo pusieron delante del Eterno.
(24)
‫ת־הא ֶ ֻׁ֣ד ֶרתְוְַֽאֶ ת־‬
ַֽ ָ ֶ‫וי ֻׁ֣קחְיְהֹושֻׁ֣עְאֶ ת־עָכָ ֻׁ֣ןְבֶ ן־ ֶ֡זרחְוְאֶ ת־הכֶ ֻׁ֣סֶ ףְוְא‬
‫לְ ֻׁ֣שֹוןְהז ֡ ָָהבְוְַֽאֶ ת־בָ ָ֡ניוְוְַֽאֶ ת־בְנֹ ֡ ָתיוְוְאֶ ת־שֹורֹוְ֩וְאֶ ת־חֲמֹ ֨רֹוְוְאֶ ת־‬
ְ‫ר־לֹוְוְכְל־יש ָר ֶׁ֖אלְע ָ֑מֹוְו ַֽיעֲל֥ ּוְאֹ ָ ֶׁ֖תם‬
֔ ֶ‫צ ֹאנֹּ֤ ֹוְוְ ֶ ַֽאת־אָ הְלֹו֙ ְוְאֶ ת־כְל־אֲש‬
:‫ע֥מֶ קְעָכַֽ ֹור‬
vaiqáj iêhoshú'a et-'aján ben-zéraj vêet-hakésef vêet-háadéret vêet-lêshón
hazaháv vêet-banáv vêet-bênotáv vêet-shoró vêet-jamoró vêet-tzonó vêét-
aholó vêet-kol-asher-ló, vêjol-israél 'imó; vaiá'alú otám 'émeq 'ajór.

Entonces Iehoshúa [Josué] y todo Israel con él tomaron a Acán hijo de Zéraj,
la plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos,
sus ovejas, su tienda y todo lo que tenían; y los llevaron al valle de Acor.
(25)
ְ‫ְמהְעֲכר ֔ ָתנּוְיעכְ ְרָך֥ ְיהוָ ֶׁ֖הְביֻׁ֣ ֹוםְהזֶ ָ֑הְוירגְ ֨מּוְאֹ ֹּ֤תֹו‬
ֻׁ֣ ֶ ‫הֹוש ֙ע‬
֨ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְי‬
:ְ‫םְבאֲבָ ַֽנים‬
ַֽ ָ ‫ְ֙אבֶ ןְוישרְ ֹּ֤פּוְאֹ תָ ם֙ ְבָ ֔אשְויסקְל֥ ּוְאֹ ָ ֶׁ֖ת‬ ֶ ֔ ‫כְל־יש ָראל‬
vaiómer iêhoshú'á méh 'ajartánu, ia'korêjá Adonai baióm hazéh; vairgêmú otó
jol-israel éven, vaisrêfú otam baésh, vaisqêlú otám báavaním .

Y Iehoshúa [Josué] dijo: – ¿Por qué nos has ocasionado destrucción? ¡el
Eterno te destruya a ti en este día! Todos los israelitas los apedrearon, y
después de apedrearlos, los quemaron a fuego.
(26)
ְ‫ֶׁ֖הְמח ֲֻׁ֣רֹון‬
ַֽ ָ‫ֹולְעדְהיֻׁ֣ ֹוםְה ֶ֔זהְויָ ֥שְבְיהו‬
ֹּ֚ ִ֗‫וי ָ֨קימּוְ ָע ָֹ֜ליוְגל־אֲבָ נֻׁ֣יםְגָד‬
‫ פ‬:ְ‫אְשםְהמָ ֹּ֤קֹוםְההּוא֙ ְעֻׁ֣מֶ קְעָכ֔ ֹורְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬ ֻׁ֣ ‫ל־כןְקָ ָ ִּ֞ר‬
ַ֠ ‫א ָ֑פֹוְע‬
vaiaqímu 'aláv gal-avaním gadól 'ád haióm hazéh, vaiáshov Adonai méjarón
apó; 'al-kén qará shém hamaqóm hahu 'émeq 'ajór, 'ád haióm hazéh .

Después levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta


el día de hoy. Así el Eterno se aplacó del ardor de su ira. Por eso se llama el
nombre de aquel lugar valle de Acor, hasta el día de hoy.

37
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 8

Iehoshúa – Josué Capítulo 8


(1)
‫תְקחְעמְ ִָ֗ך ְֹּ֚אתְכְל־‬ ֻׁ֣ ‫יראְוְאל־ת ֔ ָח‬ ֻׁ֣ ָ ‫הֹוש ֙עְאל־ת‬֨ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְיהוָ ֹּ֤הְאֶ ל־י‬
ְ ֙‫ת־מלְֶךְהָ עי‬
ֹּ֤ ֶ ֶ‫ָ֑יְר ֻׁ֣אהְ׀ְנ ָֻׁ֣תתיְבְ ָ ַֽיַֽדְ ִָ֗ךְא‬
ְ ָ‫עֻׁ֣םְהמלחָ ֔ ָמהְוְ ֶׁ֖קּוםְעֲלֻׁ֣הְהָ ע‬
:ְ‫וְאֶ ת־ע ֔מֹוְוְאֶ ת־ע ֶׁ֖ירֹוְוְאֶ ת־אר ַֽצֹו‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'á al-tirá vêal-teját, qáj 'imêjá ét kol-'ám
hamiljamáh, vêqúm 'aléh ha'ái; rêéh | natáti vêiádêjá et-mélej ha'aí vêet-'amó,
vêet-'iró vêet-artzó .

El Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –No temas ni desmayes. Toma contigo a


toda la gente de guerra, levántate y sube contra Hai. Mira, yo he entregado en
tu mano al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra.
(2)
ְ‫ְליריחֹו֙ ְּולמל ָ֔כּהְרק־שְלָלָ ּ֥ה‬ ַֽ ָ‫ּהְכאֲשֶ֨ רְע ָֹּ֤שית‬
ַֽ ‫וְע ָ֨שיתָ ְל ָֹ֜עיְּולמל ִָ֗כ‬
: ָ‫ּובהֶ מ ָ ֶׁ֖תּהְתָ בֹֻׁ֣ זּוְלָכֶ ָ֑םְשים־לְָך֥ ְאֹ ֵ֛רבְל ֶָׁ֖עירְמ ַֽאח ֶ ֲַֽריה‬
vê'asíta la'ái ulmalkáĥ káashér 'asíta lírijó ulmalkáĥ, raq-shêlaláĥ uvhemtáĥ
tavózu lajém; sim-lêjá orév la'ír meájaréiha.

Harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey. Solamente tomaréis


para vosotros su botín y su ganado. Pon una emboscada en el lado occidental
de la ciudad.
(3)
ְ‫הְלעֲלֻׁ֣ ֹותְהָ עָ ָ֑יְויבחֻׁ֣רְיְַ֠הֹושע‬
ַֽ ‫ויָ ֶַֽׁ֧קְםְיְהֹושֵ֛עְוְכְל־ע֥םְהמלחָ ָ ֶׁ֖מ‬
:‫ֶׁ֖םְליְלָה‬
ַֽ ָ ‫בֹוריְה ֔חילְוישלָח‬ ֻׁ֣ ‫יםְאלֶףְאיש֙ ְג‬
ֹּ֤ ֶ ‫ֹלש‬
֨ ְ‫ש‬
vaiáqom iêhoshú'a vêjol-'ám hamiljamáh lá'alót ha'ái; vaivjár iêhoshu'a
shêloshím élef ish giboréi hajáil, vaishlajém láiêlah.

Iehoshúa [Josué] y toda la gente de guerra se levantaron para subir contra Hai.
Iehoshúa [Josué] escogió 30000 hombres fuertes, a quienes envió de noche,
(4)
‫רְראּוְא ִּ֞ ֶתםְאַֹֽ ְר ֹּ֤ביםְלָעיר֙ ְמ ַֽאח ֲֻׁ֣ריְהָ ֔עירְאל־‬ְ ַ֠ ִֹ֗‫וי ֨צוְאֹ ֹ֜ ָתםְלאמ‬
:‫ֶׁ֖םְנכֹ ַֽנים‬
ְ ֶ‫יתםְכלְכ‬ ֥ ֶ ‫דְוהי‬ ַֽ ָֹ֑‫תר ֥חיקּוְמן־הָ ֶׁ֖עירְמְא‬
vaitzáv otám lemór rêu atém órêvím la'ir meájaréi ha'ír, al-tarjíqu min-ha'ír
mêód; víhitém kulêjém nêjoním.

y les mandó diciendo: –Mirad, pondréis una emboscada detrás de la ciudad.


No os alejéis mucho de la ciudad, y estad todos preparados.

38
8 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(5)
ְ‫הְכי־יצ ֹּ֤אּו‬
ַֽ ‫ֲשרְא ֔תיְנק ֶׁ֖רבְאֶ ל־הָ ָ֑עירְוְהָ ִָ֗י‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ַֽוא ֲִ֗ניְוְכְל־הָ עָם֙ ְא‬
:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫ֲשרְבָ ַֽראשֹ ָ֔נהְוְנֶׁ֖סנּוְלפנ‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ְכא‬
ַֽ ֙‫אתנּו‬
֨ ‫לק ָר‬
váaní vêjol-ha'am ashér ití, niqráv el-ha'ír; vêhaiáh kí-yetzú liqraténú káashér
baríshonáh, vênásnu lifneihém.

Yo y toda la gente que está conmigo nos acercaremos a la ciudad. Y sucederá


que cuando salgan contra nosotros como la primera vez, huiremos delante de
ellos.
(6)
ְ‫ירְכיְ ַֽי ֹאמְ ֔רּוְנ ָֻׁ֣סים‬
ֻׁ֣ ‫יקנּוְאֹותָ ם֙ ְמן־הָ ֔ע‬ ֹּ֤ ‫ּוְאח ֲִ֗רינּוְעֻׁ֣דְהת‬ַֽ ‫וְ ָיַֽצְ ֻׁ֣א‬
:‫יהם‬ַֽ ֶ ‫ֲשרְבָ ַֽראשֹ נָ ָ֑הְוְנֶׁ֖סנּוְלפנ‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ינּוְכא‬
ַֽ ‫לְפ ָ֔נ‬
vêiátzêú ájaréinu 'ád hatiqénu otam min-ha'ír, kí iómêrú, nasím lêfanéinu,
káashér baríshonáh; vênásnu lifneihém.

Saldrán tras nosotros hasta que los hayamos alejado de la ciudad, porque
dirán: 'Huyen de nosotros como la primera vez.' Huiremos, pues, delante de
ellos,
(7)
ְ‫ֻׁ֣אֹורבְוְ ַֽהֹורש ֶ ֶׁ֖תםְאֶ ת־הָ ָ֑עירְּונתָ נָ ֵּ֛הְיהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖ם‬
֔ ‫וְא ִ֗ ֶתםְתָ ֨קמּו֙ ְמ ָה‬
:ְ‫בְיֶד ֶ ַֽכם‬
vêatém taqúmú meháorév, vêhórashtém et-ha'ír; untanáĥ Adonai elóheijém
bêiedjém .

y vosotros os levantaréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues


el Eterno vuestro Elohim la entregará en vuestra mano.
(8)
ְ‫וְהָ ִָּ֞יהְכְתְפשְכֶ ֻׁ֣םְאֶ ת־הָ ִ֗עירְת ֹּ֤ציתּוְאֶ ת־הָ עיר֙ ְבָ ֔אשְכדב֥רְיהוָ ֶׁ֖ה‬
:ְ‫ּוְר ֶׁ֖אּוְצ ּ֥ויתיְאֶ ת ֶ ַֽכם‬
ְ ‫ַֽתע ֲָ֑ש‬
vêhaiáh kêtofsêjém et-ha'ír tatzítu et-ha'ir baésh, kidvár Adonai tá'asú; rêú
tzivíti etjém .

Y sucederá que cuando hayáis tomado la ciudad, le prenderéis fuego. Haréis


conforme a la palabra del Eterno. Mirad que yo os lo he mandado.
(9)
ְ‫ית־אלְּוב֥יןְהָ עֶׁ֖י‬
ֵ֛ ‫ֶׁ֧יןְב‬
ַֽ ‫הֹושעְויַֽלְכּו֙ ְאֶ ל־המא ָ ֔רבְויַֽשְ ִ֗בּוְב‬ ִ֗ ְ‫וישלָחֻׁ֣םְי‬
:‫מיָ ֻׁ֣םְלָעָ ָ֑יְויָ ֶׁ֧לֶןְיְהֹושֵ֛עְבל֥ילָהְה ֶׁ֖הּואְבְ ֥תֹוְךְהָ ָ ַֽעם‬

39
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 8

vaishlajém iêhoshú'a vaiélêjú el-hamaráv, vaiéshêvú béin béit-él uvéin ha'ái


miám la'ái; vaiálen iêhoshú'a baláilah hahú bêtój ha'ám.

Entonces Iehoshúa [Josué] los envió, y ellos se fueron al lugar de la


emboscada y se pusieron entre Betel y Hai, al oeste de Hai. Iehoshúa [Josué]
pasó aquella noche en medio del pueblo,
(10)
ְ‫לְהּואְוְזְקנֶׁ֧יְיש ָר ֵ֛אל‬
ֹ֜ ‫הֹוש ֙עְב ֔ ֹבקֶ רְויפקֶֹׁ֖ דְאֶ ת־הָ עָ ָ֑םְו ֨יע‬ ֨ ְ‫וישכֹּ֤םְי‬
:‫לפנ֥יְהָ עָ ֶׁ֖םְהָ ָ ַֽעי‬
vaiashkém iêhoshú'á babóqer, vaifqód et-ha'ám; vaiá'al hú vêziqnéi israél
lifnéi ha'ám ha'ái.

y levantándose Iehoshúa [Josué] muy de mañana pasó revista al pueblo.


Luego subió delante del pueblo contra Hai, junto con los ancianos de Israel.
(11)
ְ ֙‫ֲשרְא ִ֗תֹוְעָלּו֙ ְוַַֽֽיגְ ֔שּוְויָבֶֹׁ֖ אּוְנֶ ַֻֽׁ֣גֶדְהָ ָ֑עירְוַַֽֽיחֲנּו‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וְכְל־הָ ָ֨עםְהמלחָ ֹ֜ ָמהְא‬
:‫מצְ ֻׁ֣פֹוןְל ָ֔עיְוְהגֶׁ֖יְבינָ ֥וְּובין־הָ ָ ַֽעי‬
vêjol-ha'ám hamiljamáh ashér itó 'alú váigêshú, vaiavóu néged ha'ír; váiajanú
mitzêfón la'ái, vêhagái beináv uvein-ha'ái.

Toda la gente de guerra que estaba con él subió y se acercó; llegaron frente a
la ciudad y acamparon hacia el norte de Hai, estando el valle entre ellos y Hai.
(12)
ְ‫ית־אלְּוב֥ין‬
ֵ֛ ‫ֶׁ֧יןְב‬
ַֽ ‫םְאֹותםְאֹ ִ֗רבְב‬
ָ ֹ֜ ֶ‫יםְאישְו ָ֨יש‬
ָ֑ ‫חְכח ֲ֥משֶ תְ ֲאל ֶָׁ֖פ‬ַֽ ‫וי ָ֕ק‬
:‫הָ עֶׁ֖יְמיָ ֥םְל ַָֽעיר‬
vaiqáj kájaméshet alafím ísh; vaiásem otám orév béin béit-él uvéin ha'ái miám
la'ír.

Tomó unos 5000 hombres y los puso en emboscada entre Betel y Hai, hacia el
lado oeste de la ciudad.
(13)
ְ‫ל־המ ֲח ִֶ֗נהְאֲשֶ ר֙ ְמצְ ֻׁ֣פֹוןְל ָ֔עירְוְאֶ ת־עֲק ֶׁ֖בֹוְמיָ ֻׁ֣ם‬
ַֽ ְ‫וי ָ֨שימּוְהָ ָֹ֜עםְאֶ ת־כ‬
:‫ל ָָ֑עירְויֶׁ֧לְֶךְיְהֹושֵ֛עְבל֥ילָהְה ֶׁ֖הּואְבְ ֥תֹוְךְהָ ַֽעמֶ ק‬
vaiasímu ha'ám et-kol-hámajanéh asher mitzêfón la'ír, vêet-'aqevó miám la'ír;
vaiélej iêhoshú'a baláilah hahú bêtój ha'émeq.

Así ordenaron a la gente: todo el campamento hacia el lado norte de la ciudad,


y la guardia emboscada hacia el oeste de la ciudad. Y Iehoshúa [Josué] pasó
aquella noche en medio del valle.

40
8 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(14)
ְ‫ֹותְמלְֶך־הָ ִ֗עיְוַַֽֽימה ֲ֡רּוְויש ֡כימּוְויַֽצְ ֻׁ֣אּוְאנ ַֽשי־הָ ֻׁ֣עיר‬
ַֽ ֶ ‫וי ִּ֞היְכר ֻׁ֣א‬
ְ‫ֻׁ֣יְהע ֲָר ָבָ֑ה‬
ַֽ ָ ‫הְהּואְוְכְל־ע ֵ֛מֹוְלמֹועֶׁ֖דְלפנ‬ ֶׁ֧ ‫לְלמלחָ ִּ֞ ָמ‬
ַֽ ‫את־יש ָרא‬ַ֠ ‫לק ַֽר‬
:‫עְכי־אֹ ֥רבְלֶׁ֖ ֹוְמ ַֽאח ֲ֥ריְהָ ַֽעיר‬
ַֽ ‫וְהּוא֙ ְ ֻׁ֣ל ֹאְי ָ֔ד‬
vaihí kirót mélej-ha'ái váimaharú vaiashkímu vaiétzêú anshéi-ha'ír liqrát-ísrael
lámiljamáh hú vêjol-'amó lamo'éd lifnéi há'araváh; vêhu ló iadá', kí-orév ló
meájaréi ha'ír.

Sucedió que cuando el rey de Hai vio esto, los hombres de la ciudad se
apresuraron, se levantaron muy de mañana y salieron al encuentro de Israel,
para combatir él y todo su pueblo frente al Arabá, en el lugar acordado, no
sabiendo que le estaba puesta una emboscada detrás de la ciudad.
(15)
:‫ֶׁ֖סּוְד ֶרְךְהמד ָ ַֽבר‬
֥ ֶ ‫יהָ֑םְויָנ‬
ֶ ‫וינָ ַֽ֥געֵ֛ ּוְיְהֹוש֥עְוְכְל־יש ָר ֶׁ֖אלְלפנ‬
vainág'ú iêhoshú'a vêjol-israél lifneihém; vaianúsu dérej hamidbár.

Iehoshúa [Josué] y todo Israel, fingiéndose vencidos ante ellos, huyeron por el
camino del desierto.
(16)
ְ‫יהָ֑םְוַַֽֽירדְפּוְְ֙ ַֽאח ֲֻׁ֣רי‬
ֶ ‫ףְאחֲר‬
ַֽ ֶֹׁ֖‫ֲשרְבעירְ(בָ ֔עי)ְלרד‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וי ָ ַֽזע ֲִ֗קּוְכְל־הָ עָם֙ ְא‬
:‫הֹושעְוי ָנַֽתְ ֶׁ֖קּוְמן־הָ ַֽעיר‬ ֔ ְ‫י‬
vaizá'aqú kol-ha'am ashér v'yr (ba'ái), lirdóf ájareihém; váirdêfú ájaréi
iêhoshú'a, vainátêqú min-ha'ír.

Todo el pueblo que estaba en Hai se reunió para perseguirlos. Y persiguieron


a Iehoshúa [Josué], siendo así alejados de la ciudad.
(17)
ְ‫ּוְאח ֲֻׁ֣ריְיש ָר ָ֑אל‬
ַֽ ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־יְצְ ֶׁ֖א‬֥ ֶ ‫ֻׁ֣יתְאלְא‬
֔ ‫רְאישְבָ עי֙ ְּוב‬ ִ֗ ‫וְ ַֽל ֹא־נש ֻׁ֣א‬
‫ פ‬:‫ּוְאח ֲ֥ריְיש ָר ַֽאל‬ ַֽ ‫תּוחהְוַַֽֽירדְ ֶׁ֖פ‬
ָ ֔ ְ‫ויַֽעז ֹּ֤בּוְאֶ ת־הָ עיר֙ ְפ‬
vêló-nishár ísh ba'aí uvéit él, ashér ló-iotzêú ájaréi israél; vaiá'azvú et-ha'ir
pêtujáh, váirdêfú ájaréi israél.

No quedó hombre en Hai y en Betel que no saliera tras Israel. Y por perseguir
a Israel, dejaron la ciudad abierta.
(18)
ְ‫יְכי‬
֥ ‫הֹושעְנְַ֠טהְבכ ֹּ֤ידֹוןְאֲשֶ ר־בְ ָ ַֽיַֽדְָך֙ ְאֶ ל־הָ ֔ע‬
ִ֗ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְיה ֹ֜ ָוהְאֶ ל־י‬
:ְ‫בְ ָ ַֽיַֽדְָךֶׁ֖ ְאֶ תְנֶ ָ֑נָהְויֶׁ֧טְיְהֹושֵ֛עְבכ ֥ידֹוןְאֲשֶ ר־בְי ֶָׁ֖דֹוְאֶ ל־הָ ַֽעיר‬

41
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 8

vaiómer Adonai el-iêhoshú'a nêteh bakidón asher-bêiádêjá el-ha'ái, kí vêiádêjá


etênénah; vaiét iêhoshú'a bakidón asher-bêiadó el-ha'ír .

Entonces el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –Extiende la lanza que tienes en tu


mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Iehoshúa [Josué] extendió
hacia la ciudad la lanza que tenía en su mano.
(19)
ְ‫קֹומֹוְוי ָ֨רּוצּו֙ ְכנ ֻׁ֣טֹותְיָד֔ ֹוְויָבֹ֥ אּוְהָ ֶׁ֖עיר‬
ֹּ֤ ְ‫אֹורבְקָ םְ֩מְה ָ ֨רהְממ‬
֡ ‫וְ ָ ַֽה‬
:‫וַַֽֽילכְ ָ֑דּוהָ ְוַַֽֽימה ֲ֔רּוְוי ֥ציתּוְאֶ ת־הָ ֶׁ֖עירְבָ ַֽאש‬
vêháorév qam mêheráh mimêqomó vaiarútzú kintót iadó, vaiavóu ha'ír
váilkêdúha; váimaharú, vaiatzítu et-ha'ír baésh.

Y levantándose rápidamente de su lugar, los hombres que estaban en la


emboscada corrieron cuando él extendió su mano, y entraron en la ciudad. Así
la tomaron y se apresuraron a prender fuego a la ciudad.
(20)
ְ‫יהםְוירְ ִ֗אּוְוְה ֨נהְ ָע ָֹ֜להְע ֲֹּ֤שןְהָ עיר֙ ְהשָ ֔מימָ ה‬
ֶ ֹ֜ ‫יְאחֲר‬ ַֽ ‫ויפנֻׁ֣ ּוְאנשיְ֩הָ ֨ע‬
ְ‫ּוסְהנָהְו ָָ֑הנָהְוְהָ עָם֙ ְהנָ ֻׁ֣סְהמד ֔ ָברְנֶהפְֶׁ֖ך‬
ֻׁ֣ ֶׁ֖‫וְ ַֽל ֹא־הָ ָ֨יהְבָ ֶה֥םְי ֵָ֛דיםְלָנ‬
:‫רֹודף‬
ַֽ ‫ל־ה‬ ַֽ ָ ֶ‫א‬
vaifnú ansheí ha'ái ájareihém vairú vêhinéh 'aláh 'ashán ha'ir hashamáimah,
vêló-haiáh vahém iadáim lanús hénah vahénah; vêha'am hanás hamidbár,
nehpáj el-hárodéf.

Los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la


ciudad subía al cielo. Pero no les fue posible huir ni a un lado ni a otro, porque
el pueblo que iba hacia el desierto se volvió contra los que lo perseguían.
(21)
ְ‫ֹּ֤דְהאֹ רב֙ ְאֶ ת־הָ ֔עירְוְ ֥כיְעָלָ ֶׁ֖הְע ֲֻׁ֣שן‬
ַֽ ָ ‫ּוְכי־לָכ‬ ַֽ ‫לְר ִ֗א‬
ָ ‫יהֹושעְוְכְל־יש ָר ֹ֜א‬֨ ‫ַֽו‬
:‫הָ ָ֑עירְוי ָָ֕שבּוְויכֶׁ֖ ּוְאֶ ת־אנ ֥שיְהָ ָ ַֽעי‬
víhoshú'a vêjol-israél raú kí-lajád háorev et-ha'ír, vêjí 'aláh 'ashán ha'ír;
vaiashúvu vaiakú et-anshéi ha'ái.

Iehoshúa [Josué] y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado
la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y mataron a los
hombres de Hai.
(22)
֥ ‫אתםְו ַֽיהיֹּ֤ ּוְלְיש ָראלְ֙ב ֔ ָתו‬
ְ‫ְֶךְאלֶהְמזֶ ֶׁ֖ה‬ ָ ֔ ‫ֶהְיַֽצְ ֹּ֤אּוְמן־הָ עיר֙ ְלק ָר‬
ָ ‫וְ ֨אל‬
:ְ‫ּוְאֹותםְעד־בל ֥תיְהש ַֽאיר־לֶׁ֖ ֹוְשָ ֥רידְּופ ַָֽליט‬
ָ֔ ֻׁ֣‫וְ ֻׁ֣אלֶהְמזֶ ָ֑הְויכ‬

42
8 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêéleh iátzêú min-ha'ir liqratám, vaiíhíu lêisrael batávej, éleh mizéh vêéleh
mizéh; vaiakú otám, 'ad-biltí hishír-ló saríd ufalít .

Los otros salieron de la ciudad a su encuentro. Así estuvieron en medio de


Israel, los unos por un lado y los otros por el otro. Los mataron hasta que no
quedó ni un sobreviviente ni un fugitivo.
(23)
:‫הֹושע‬
ַֽ ְ‫שּוְחָ֑יְויק ֥רבּוְאֹ ֶׁ֖תֹוְאֶ ל־י‬
ָ ‫ֶׁ֖יְתפ‬
ֻׁ֣ ָ ‫ת־מלְֶךְהָ ע‬
֥ ֶ ֶ‫וְא‬
vêet-mélej ha'ái táfsu jái; vaiaqrívu otó el-iêhoshú'a.

También tomaron vivo al rey de Hai y lo llevaron ante Iehoshúa [Josué].


(24)
ְ ֙‫ל־ישְ ֨ביְהָ ֹ֜עיְבשָ ִ֗ ֶדהְבמדבָ ר‬
ַֹֽ ְ‫וי ֻׁ֣היְכְכלֻׁ֣ ֹותְיש ָר ֡אלְ ַֽלהֲרֹ גְ֩אֶ ת־כ‬
‫י־ח ֶֶׁ֖רבְעד־ת ָ ָ֑מםְויָשֹּ֤בּוְכְל־‬
ֶ ‫ּוםְבֹוְוַַֽֽיפְל֥ ּוְכלָ ֵ֛םְלְפ‬
֔ ‫רְרדָ ֻׁ֣פ‬
ְ ‫ֲש‬ ֻׁ֣ ֶ ‫א‬
:‫י־ח ֶרב‬
ַֽ ָ ‫יש ָראלְ֙הָ ֔עיְויכ֥ ּוְאֹ ָ ֶׁ֖תּהְלְפ‬
vaihí kêjalót israél láharog et-kol-ióshêvéi ha'ái basadéh bamidbar ashér
rêdafúm bó, váipêlú julám lêfi-jérev 'ad-tumám; vaiashúvu jol-israel ha'ái,
vaiakú otáĥ lêfi-járev.

Sucedió que cuando los israelitas acabaron de matar a todos los habitantes de
Hai en el campo, en el desierto donde ellos los habían perseguido, y cuando
todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todos los israelitas
se volvieron a Hai y mataron a todos a espada.
(25)
ְ‫רְאלֶף‬
ָ֑ ָ ‫ויהיְ֩כְל־ה ֹ֨נפ ֹ֜ליםְביֹּ֤ ֹוםְההּוא֙ ְמ ֻׁ֣אישְוְעד־אשָ֔ הְשְנ֥יםְעָ ָ ֶׁ֖ש‬
:‫ֶׁ֖ ֹכלְאנ ֥שיְהָ ָ ַֽעי‬
vaihí jol-hanóflím baióm hahu meísh vê'ad-isháh, shênéim 'asár álef; kól
anshéi ha'ái.

El número de los que cayeron aquel día, entre hombres y mujeres, fue de
12000, todos los de Hai.
(26)
ְ‫יםְאת‬
ֶׁ֖ ‫רְהח ֱ֔ר‬
ַֽ ֶ ‫ֲש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ֹוןְעדְא‬
ֹּ֚ ‫ֲשרְנ ָָטֶׁ֖הְבכ ָ֑יד‬
֥ ֶ ‫יהֹוש ֙עְ ַֽל ֹא־ה ֻׁ֣שיבְיָד֔ ֹוְא‬
֨ ‫ַֽו‬
:‫ל־ישְב֥יְהָ ָ ַֽעי‬
ַֹֽ ְ‫כ‬
víhoshú'á ló-heshív iadó, ashér natáh bakidón; 'ád ashér héjerím, ét kol-
ióshêvéi ha'ái.

Porque Iehoshúa [Josué] no retrajo su mano que había extendido con la lanza,
hasta que destruyó a todos los habitantes de Hai.

43
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 8

(27)
ְ‫יאְבזְז֥ ּוְל ֶָהֶׁ֖םְיש ָר ָ֑אלְכדבֻׁ֣רְיה ֔ ָוה‬
ַֽ ָ ‫ֻׁ֣רקְהבְה ִ֗ ָמהְּושללְ֙הָ ֻׁ֣עירְה ֔ה‬
:ְ‫הֹושע‬ַֽ ְ‫ֲשרְצּוָ ֶׁ֖הְאֶ ת־י‬
ֶ֥ ‫א‬
ráq habêhemáh ushlal ha'ír hahí, bázêzú lahém israél; kidvár Adonai, ashér
tziváh et-iêhoshú'a .

Los israelitas sólo tomaron para sí el ganado y el botín de aquella ciudad,


conforme a la palabra que el Eterno había mandado a Iehoshúa [Josué].
(28)
: ‫ימהָ ְתל־עֹולָם֙ ְשְמָ ֔ ָמהְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
ְ ֹּ֤ ֶ ‫ויש ֥רֹ ףְיְהֹושֶׁ֖עְאֶ ת־הָ עָ ָ֑יְויש‬
vaisróf Iêhoshú'a et-ha'ái; vaisiméha tel-'olam shêmamáh, 'ád haióm hazéh .

Iehoshúa [Josué] incendió Hai y la convirtió en un montículo de ruinas


perpetuas, una desolación hasta el día de hoy.
(29)
ְ‫ת־מלְֶךְהָ עֵ֛יְתָ לָ ֥הְעל־הָ עֶׁ֖ץְעד־עֻׁ֣תְהָ עָ ֶָ֑רבְּוכ ֻׁ֣בֹואְהשֶ מֶ שְ֩צ ֨ ָּוה‬ ֶׁ֧ ֶ ֶ‫וְ א‬
ְ‫ְשער‬
ֻׁ֣ ֙‫הֹושעְויֹ ֶׁ֧רידּוְאֶ ת־נבל ָֻׁ֣תֹוְמן־הָ ִ֗עץְויש ֹּ֤ליכּוְאֹותָ ּה֙ ְאֶ ל־ ֶ֨פתח‬ ֹ֜ ְ‫י‬
‫ פ‬:‫הָ ֔עירְוי ָֹּ֤קימּוְ ָעלָיו֙ ְגל־אֲבָ נֻׁ֣יםְגָד֔ ֹולְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
vêet-mélej ha'ái taláh 'al-ha'étz 'ad-'ét ha'árev; ujvó hashemesh tziváh
iêhoshú'a vaiorídu et-nivlató min-ha'étz vaiashlíju otaĥ el-pétaj shá'ar ha'ír,
vaiaqímu 'alav gal-avaním gadól, 'ád haióm hazéh.

Al rey de Hai lo colgó de un árbol hasta el atardecer. Cuando el sol se ponía,


Iehoshúa [Josué] mandó que quitasen su cuerpo del árbol y lo echasen a la
puerta de la ciudad, donde levantaron sobre él un gran montón de piedras, que
permanece hasta el día de hoy.
(30)
:ְ‫יבל‬
ַֽ ָ ‫ְליהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלהֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְבְהֶׁ֖רְע‬
ַֽ ‫הֹוש ֙עְמז ֔בח‬
֨ ְ‫ָ ֻׁ֣אזְיבנֶ ֹּ֤הְי‬
áz ivnéh iêhoshú'á mizbéaj, láAdonai elohéi israél; bêhár 'eivál .

Entonces Iehoshúa [Josué] edificó en el monte Ebal un altar al Eterno Elohim


de Israel,
(31)
ְ ֙‫הְעבֶ ד־יה ֹ֜ ָוהְאֶ ת־בְנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְככָתּוב֙ ְבְ ֨ספֶר‬ ַֽ ֶ ֶ֨‫ֲשרְצ ָּוהְ֩מֹ ש‬ֻׁ֣ ֶ ‫ַֽכא‬
ְ‫יהֶׁ֖ןְברזֶ ָ֑ל‬ ֶ ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־הנ֥יףְעֲל‬
ֵ֛ ֶ ‫תֹורתְמֹ שֶ֔ הְמזבח֙ ְאֲבָ נֻׁ֣יםְשְל ֔מֹותְא‬ ֻׁ֣
:ְ‫ְליה ֔ ָוהְוַַֽֽיזבְ ֶׁ֖חּוְשְל ַָֽמים‬
ַֽ ֙‫ו ַֽיע ֲ֨לּוְעָלָ ֹּ֤יוְעֹ לֹות‬
káashér tzivah moshéh 'éved-Adonai et-bênéi israél kakatuv bêséfer torát
moshéh, mizbaj avaním shêlemót, ashér ló-heníf 'aleihén barzél; vaiá'alú 'aláv

44
8 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

'olot láAdonai, váizbêjú shêlamím .

como Moshé [Moisés] siervo del Eterno había mandado a los Hijos de Israel y
como está escrito en el libro de la Torá de Moshé [Moisés]: un altar de piedras
sin labrar sobre las cuales nadie había alzado herramientas de hierro. Sobre él
ofrecieron holocaustos al Eterno e hicieron sacrificios de paz.
(32)
ְ‫ֲשרְכ ָ֔תבְלפנֶׁ֖י‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ְתֹורתְמֹ שֶ֔ הְא‬
ֻׁ֣ ֙‫ָ֑יםְאתְמשנה‬
ִ֗ ‫ל־האֲבָ נ‬
ַֽ ָ ‫ב־שםְע‬ֶׁ֖ ָ ְ‫ויכת‬
:‫בְנ֥יְיש ָר ַֽאל‬
vaijtov-shám 'al-háavaním; ét mishneh torát moshéh, ashér katáv, lifnéi bênéi
israél.

También escribió allí sobre las piedras, en presencia de los Hijos de Israel,
una copia de la Torá de Moshé [Moisés], que él había escrito.
(33)
ְ‫יוְעמְ ֻׁ֣דיםְמזֶ ֻׁ֣הְ׀ְּומזֶ ֻׁ֣הְ׀‬
ֹ ַֽ ‫וְכְל־יש ָר ֡אלְּוזק ָ֡ניוְוְשַֹֽ טְ ֻׁ֣ריםְ׀ְוְשַֹֽ פְ ֡ ָט‬
ְ‫ְכאֶ ז ָ ֔רח‬ַֽ ָ ֙‫םְנשְ ֻׁ֣איְ׀ְא ֲֻׁ֣רֹוןְבְרית־יה ִ֗ ָוהְכגר‬ ֹ ַֽ ‫ָ ַֽלאָ ֡רֹוןְ ֶנ ֶגדְ֩ה ַֽ ֹכה ֲ֨ניםְהלו ֹ֜י‬
ְ‫ָ֑לְכאֲשֶ֨ רְצ ֹ֜ ָּוה‬
ַֽ ‫יב‬ ָ ְ‫ל־מּולְהר־ע‬ ֻׁ֣ ֶ‫ל־מּולְהר־גְר ֔זיםְוְ ַֽהחֶ ציֶׁ֖ ֹוְא‬ ֻׁ֣ ֶ‫חֶ ציֹו֙ ְא‬
:ְ‫הְעבֶ ד־יה ִ֗ ָוהְלְבָ ֵ֛רְךְאֶ ת־הָ עָ ֥םְיש ָר ֶׁ֖אלְבָ ַֽראשֹ ָנַֽה‬ ַֽ ֶ ‫מֹ ֶ ֻׁ֣ש‬
vêjol-israél uzqenáv vêshótêrím | vêshófêtáv 'ómêdím mizéh | umizéh | láarón
neged hakóhaním halviím nósêéi | arón bêrit-Adonai kager káezráj, jetzió el-
múl har-gêrizím, vêhájetzío el-múl har-'eivál; káashér tziváh moshéh 'éved-
Adonai lêvaréj et-ha'ám israél baríshonáh .

Y todo Israel, sus ancianos, oficiales y jueces, tanto extranjeros como


naturales, estaban de pie a ambos lados del arca delante de los sacerdotes
levitas que llevaban el arca del pacto del Eterno. La mitad de ellos estaba
hacia el monte Gerizim y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que
Moshé [Moisés] siervo del Eterno lo había mandado, para que bendijesen
primeramente al pueblo de Israel.
(34)
‫תֹורהְהבְ ָרכָ ֶׁ֖הְוְהקְלָלָ ָ֑הְכְכְל־‬
֔ ָ ‫י־כןְקָ ָרא֙ ְאֶ ת־כְל־דב ֻׁ֣ריְה‬
ִ֗ ‫וְ ַֽאחֲר‬
:‫תֹורה‬
ַֽ ָ ‫הכ ֶָׁ֖תּובְבְ ֥ספֶרְה‬
vêájarei-jén qara et-kol-divréi hatoráh, habêrajáh vêhaqêlaláh; kêjol-hakatúv
bêséfer hatoráh.

Después de esto, leyó todas las palabras de la Torá, las bendiciones y las
maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la Torá.

45
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 8, 9

(35)
ְ‫הֹושעְנֶ ַֻֽׁ֣גֶד‬
ִ֗ ְ‫ַֽל ֹא־הָ יָ ֻׁ֣הְדָ ֔ ָברְמ ֶׁ֖ ֹכלְאֲשֶ ר־צּוָ ֻׁ֣הְמֹ ֶ ָ֑שהְאֲשֶ֨ רְ ַֽל ֹא־קָ ָ ֹ֜ראְי‬
:‫ֶׁ֖רְההֹ לְ֥ךְבְקר ָ ַֽבם‬
ַֽ ‫כְל־קְהֹּ֤לְיש ָראלְ֙וְהנ ָֻׁ֣שיםְוְה ֔טףְוְהג‬
ló-haiáh davár, mikól asher-tziváh moshéh; ashér ló-qará iêhoshú'a néged kol-
qêhál israel vêhanashím vêhatáf, vêhagér háholéj bêqirbám.

No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moshé [Moisés], que
Iehoshúa [Josué] no leyera delante de toda la congregación de Israel,
incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.

Iehoshúa – Josué Capítulo 9


(1)
ְ֙‫ְכל־המְל ָ֡כיםְאֲשֶ רְ֩בְ ֨עבֶ רְהיר ֹ֜דןְבָ ָהֻׁ֣רְּובשְפ ִָ֗להְּובכֹ ל‬ַֽ ָ ‫וי ֻׁ֣היְכשמֹֻׁ֣ ע‬
ְ‫יְהכְנעֲני֙ ְהפְר ֔זי‬
ַֽ ‫ֹוןְהחתי֙ ְוְ ָ ֻׁ֣האֱמֹ ֔ר‬
ַֽ ָ֑‫ל־מּולְהלְבָ נ‬
ֶׁ֖ ֶ‫ֹּ֚חֹוףְהיָ ֻׁ֣םְהגָד֔ ֹולְא‬
:ְ‫בּוסי‬ ַֽ ‫ַֽהח ֶּׁ֖ויְוְהי‬
vaihí jishmó'a kál-hamêlajím asher bê'éver haiardén bahár uvashêfeláh uvjol
jóf haiám hagadól, el-múl halêvanón; hájití vêháemorí, hákêna'aní hapêrizí,
hájiví vêhaivusí .

Aconteció que cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este
lado del Jordán, tanto en la región montañosa como en la Sefela y en toda la
costa del mar Grande hasta el Líbano [heteos, amorreos, cananeos, ferezeos,
heveos y jebuseos],
(2)
‫ פ‬:‫ו ַֽיתְקבְ ֻׁ֣צּוְיח ֔ ָדוְלְהלָח֥םְעם־יְהֹושֶׁ֖עְוְעם־יש ָר ָ֑אלְפֶ ֶׁ֖הְאֶ ָ ַֽחד‬
vaiítêqabêtzú iajdáv, lêhilajém 'im-iêhoshú'a vê'im-israél; péh ejád.

se agruparon para combatir de común acuerdo contra Iehoshúa [Josué] e


Israel.
(3)
:‫יחֹוְוְל ָ ַָֽעי‬
ֶׁ֖ ‫ְליר‬
ַֽ ‫ָשהְיְהֹושֵ֛ע‬
ֶׁ֧ ָ ‫ֹוןְשמְ ִ֗עּוְאתְ֩אֲשֶ֨ רְע‬
ַֽ ָ ‫וְ ַֹֽישְ ֨ביְגב ֹ֜ע‬
vêióshêvéi giv'ón shámê'ú et ashér 'asáh iêhoshú'a lírijó vêla'ái.

Pero cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que Iehoshúa [Josué] había
hecho a Jericó y a Hai,

46
9 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(4)
ְ ֙‫ם־המָ ה֙ ְבְעְר ֔ ָמהְויַֽלְכֶׁ֖ ּוְויצטיָ ָ֑רּוְויק ִּ֞חּוְש ֹּ֤קיםְבָ לים‬
֨ ‫ו ַֽיע ֲֹּ֤שּוְג‬
:‫ֹותְיין֙ ְבָ ֔ליםְּומבקָ ֶׁ֖עיםְּומצַֹֽ ָר ַֽרים‬ ֨ ‫ֹאד‬ ֥ ‫יהםְוְנ‬
ֶ ֔ ‫לח ֲֻׁ֣מֹור‬
vaiá'asú gam-hémah bê'ormáh, vaiélêjú vaitztaiáru; vaiqjú saqím balim
lajamóreihém, vênodót iáin balím, umvuqa'ím umtzórarím.

usaron de astucia. Fueron y se proveyeron tomando sobre sus asnos costales


viejos, odres de vino viejos, rotos y remendados,
(5)
ְ֙‫יהָ֑םְוְכֹ ל‬
ֶ ‫יהםְּושל ָ֥מֹותְבָ לֶׁ֖ ֹותְעֲל‬
ֶ ֔ ‫ּונע ָ֨לֹותְבָ לֹּ֤ ֹותְּומטלָאֹות֙ ְבְרגל‬
:‫ידםְיָבֶׁ֖שְהָ יָ ֥הְנק ַֽדים‬
ָ ֔ ‫לֶ ֻׁ֣חֶ םְצ‬
un'alót balót umtulaot bêragleihém, uslamót balót 'aleihém; vêjol léjem
tzeidám, iavésh haiáh niqudím.

sandalias viejas y remendadas en sus pies, y ropa vieja sobre sí. Y todo el pan
de que se habían provisto para el camino estaba seco y mohoso.
(6)
ְ‫ל־איש‬
ֻׁ֣ ֶ‫ל־המחֲנֶ ֶׁ֖הְהגלגָ ָ֑לְו ַֽי ֹאמְ ֨רּוְא ָֹ֜ליוְוְא‬ַֽ ֶ‫ויַֽלְכֶׁ֧ ּוְאֶ ל־יְהֹושֵ֛עְא‬
:‫ְבאנּוְוְע ָ ֶׁ֖תהְכרתּו־לָ ֥נּוְבְ ַֽרית‬ ָ ֔ ֙‫ץְרחֹוקָ ה‬
ְ ‫יש ָר ִ֗אלְמ ֶ ֹּ֤א ֶר‬
vaiélêjú el-iêhoshú'a el-hámajanéh hagilgál; vaiómêrú eláv vêel-ísh israél
meéretz rêjoqah bánu, vê'atáh kirtu-lánu vêrít.

Así fueron a Iehoshúa [Josué], al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a


los hombres de Israel: –Nosotros venimos de una tierra lejana. Haced, pues,
alianza con nosotros.
(7)
ְ‫הְיֹושב‬
֔ ‫יְאּוליְבְקרבי֙ ְא ָ ֻׁ֣ת‬
ִ֗ ‫ל־הח ָּ֑ו‬
ַֽ ֶ‫ר)ְאיש־יש ָר ֶׁ֖אלְא‬ ַֽ ֶ‫ויאמרוְ(ו ֥י ֹאמ‬
:‫יְךְאכרות־ְ(אכְרְת־)ְלְָך֥ ְבְ ַֽרית‬
ַֽ ֶ ‫וְ ֶׁ֖א‬
vymrv (vaiómer) ísh-israél el-hájiví; ulái bêqirbí atáh ioshév, vêéij jrvt-
(éjêrot-) lêjá vêrít.

Los hombres de Israel respondieron a los heveos: –Quizás vosotros habitáis en


medio de nosotros. ¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros?
(8)
ְ‫ְמיְא ֶ ֶׁ֖תם‬
֥ ‫יהֶׁ֧םְיְהֹושֵ֛ע‬
ֶ ‫ו ַֽי ֹאמְ ֥רּוְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְעֲבָ ֶ ֻׁ֣דיָךְאֲנָ ָ֑חנּוְו ֨י ֹאמֶ רְאֲל‬
:‫ּומ ֥איןְתָ בַֹֽ אּו‬
vaiómêrú el-iêhoshú'a 'avadéja anájnu; vaiómer aleihém iêhoshú'a mí atém
umeáin tavóu.

47
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 9

Ellos respondieron a Iehoshúa [Josué]: –Nosotros somos tus siervos. Y


Iehoshúa [Josué] les preguntó: – ¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?
(9)
ְ‫ֱֹלהָ֑יָך‬
ֶ ‫חֹוקהְמְאֹ ד֙ ְָבֻׁ֣אּוְעֲבָ ֔ ֶדיָךְלְ ֶׁ֖שםְיהוָ ֻׁ֣הְא‬
ֹּ֤ ָ ‫ץְר‬
ְ ‫ו ַֽי ֹאמְ ֻׁ֣רּוְא ִָ֗ליוְמ ֨ ֶא ֶר‬
:ְ‫ָשהְבְמצ ָ ַֽרים‬ ֶׁ֖ ָ ‫ֲשרְע‬ ֥ ֶ ‫ַֽכי־שָ ֻׁ֣מענּוְשְמ ֔עֹוְוְ ֵ֛אתְכְל־א‬
vaiómêrú eláv meéretz rêjoqáh mêod báu 'avadéja, lêshém Adonai elohéja; kí-
shamá'nu shom'ó, vêét kol-ashér 'asáh bêmitzráim .

Ellos le respondieron: –Tus siervos hemos venido de tierras muy lejanas, a


causa del renombre del Eterno tu Elohim. Porque hemos oído de su fama y de
todas las cosas que hizo en Egipto,
(10)
ְ‫ֲשרְבְעֻׁ֣בֶ רְהיר ָ֑דן‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ֻׁ֣יְהאֱמֹ ֔ריְא‬ַֽ ָ ‫ֲשרְעָשִָ֗ הְלשני֙ ְמלכ‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וְ ֻׁ֣אתְ׀ְכְל־א‬
:‫ֲשרְבְעשתָ ַֽרֹות‬ ֥ ֶ ‫ֹוגְמלְֶך־הבָ ָ ֶׁ֖שןְא‬
ַֽ ֶ ֥‫ְמלְֶךְחֶ שב֔ ֹוןְּולע‬ ֻׁ֣ ֶ ֙‫לְסיחֹון‬
vêét | kol-ashér 'asáh lishneí maljéi háemorí, ashér bê'éver haiardén; lêsijon
mélej jeshbón, ul'óg mélej-habashán ashér bê'ashtarót.

y de todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado
del Jordán: a Sejón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en
Astarot.
(11)
ְ ֙‫ל־ישְ ֨ביְאר ֹ֜צנּוְלאמִֹ֗ רְקְ ֨חּוְבְיֶדכֶ ֹּ֤םְצידָ ה‬ ַֹֽ ְ‫ו ַֽי ֹאמְ ֻׁ֣רּוְא ֡לינּוְזְַֽקינינּוְ֩וְכ‬
ְ‫םְואֲמר ֶ ֹּ֤תםְאֲליהֶ ם֙ ְעבדיכֶ ֻׁ֣םְא ֲ֔נחנּוְוְע ָ ֶׁ֖תה‬ ַֽ ‫את‬ ָ֑ ָ ‫ל ֔ ֶד ֶרְךְּולכֶׁ֖ ּוְלק ָר‬
:‫כרתּו־לָ ֥נּוְבְ ַֽרית‬
vaiómêrú eléinu zêqeineinú vêjol-ióshêvéi artzénu lemór qêjú vêiedjém
tzeidah ladérej, uljú liqratám; váamartém aleihem 'avdeijém anájnu, vê'atáh
kirtu-lánu vêrít.

Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra nos hablaron
diciendo: 'Tomad en vuestras manos provisión para el camino, id al encuentro
de ellos y decidles: 'Nosotros somos vuestros siervos; por tanto, haced alianza
con nosotros.'
(12)
ְ‫אתנּוְלָלֶ ֻׁ֣ כֶת‬
ֶׁ֖ ‫ְחםְהצטיַֹּֽ֤דנּוְאֹ תֹו֙ ְמ ָב ֻׁ֣֔תינּוְבְי֥ ֹוםְצ‬
ָ ִּ֞ ‫זֶ ֻׁ֣הְ׀ְלח ִ֗מנּו‬
:‫אֲליכֶ ָ֑םְוְעתָ ה֙ ְהנֻׁ֣הְי ָ֔בשְוְהָ יָ ֶׁ֖הְנק ַֽדים‬
zéh | lajménu jám hitztaiádnu otó mibátéinu, bêíom tzeténu laléjet aleijém;
vê'atah hinéh iavésh, vêhaiáh niqudím.

48
9 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Este pan nuestro estaba caliente cuando tomamos provisiones de nuestras


casas para el camino, el día que salimos para venir a vosotros. He aquí que
ahora ya está seco y mohoso.
(13)
ְ‫ֲשרְמלֻׁ֣אנּוְחֲדָ ֔שיםְוְהנֶׁ֖הְהתב ָ ָ֑קעּוְוְ ֹּ֤אלֶה‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ֹאדֹותְה ֨יין֙ ְא‬ֹּ֤ ‫וְ ֨אלֶהְנ‬
:‫מֹותינּו֙ ְּונע ָ֔לינּוְבָ ָ֕לּוְמ ֥רֹ בְה ֶ ֶׁ֖ד ֶרְךְמְאַֹֽ ד‬
֨ ‫של‬
vêéleh nodót haiáin ashér milénu jadashím, vêhinéh hitbaqá'u; vêéleh
salmotéinú un'aléinu, balú meróv hadérej mêód.

También estos odres estaban nuevos cuando los llenamos. He aquí que ahora
ya están rotos. Y esta ropa nuestra y nuestras sandalias están ya viejas a causa
del camino tan largo.
(14)
:ְ‫ת־פיְיהוָ ֶׁ֖הְ ֥ל ֹאְשָ ָ ַֽאלּו‬
֥ ֶ‫ידםְוְא‬
ָ֑ ָ ‫ּוְה ֲאנ ֶָׁ֖שיםְמצ‬
ַֽ ָ ‫ויק ֥ח‬
vaiqjú háanashím mitzeidám; vêet-pí Adonai ló shaálu .

Los hombres de Israel tomaron de sus provisiones, pero no consultaron al


Eterno.
(15)
ְ‫יֹותםְוי ָ ַֽשבְעֻׁ֣ ּו‬
ָ֑ ָ ‫הֹוש ֙עְשָ ֔לֹוםְויכ ֥רֹ תְל ֶָהֵ֛םְבְ ֶׁ֖ריתְלְח‬֨ ְ‫ו ֨יעשְל ֶָהֹּ֤םְי‬
:‫יְהע ָ ַֽדה‬
ַֽ ָ ‫יא‬
ֶׁ֖ ‫ל ֔ ֶָהםְנְש‬
vaiá'as lahém iêhoshú'á shalóm, vaijrót lahém bêrít lêjaiotám; vaishávê'ú
lahém, nêsiéi há'edáh.

Entonces Iehoshúa [Josué] hizo paz con ellos, e hizo una alianza con ellos de
conservarles la vida. Los jefes de la congregación también se lo juraron.
(16)
ְ‫ר־כ ְר ֥תּוְל ֶָהֶׁ֖םְבְ ָ֑ריתְוַַֽֽישמְ ִ֗עּו‬
ַֽ ָ ֶ‫וי ִ֗היְמקצה֙ ְשְֹלֻׁ֣ שֶ תְי ָ֔מיםְ ַֽאח ֲָ֕ריְאֲש‬
:‫֥םְישְ ַֽבים‬
ַֹֽ ‫ַֽכי־קְרֹ ֥ביםְהם֙ ְא ָ֔ליוְּובקר ֶׁ֖בֹוְה‬
vaihí miqtzeh shêlóshet iamím, ájaréi asher-kárêtú lahém bêrít; váishmê'ú kí-
qêrovím hem eláv, uvqirbó hém ióshêvím.

Y sucedió que tres días después de haber hecho alianza con ellos, se enteraron
de que eran sus vecinos y que habitaban en medio de ellos.
(17)
ְ ֙‫ישיְוְ ָ ַֽעריהֶ ם‬
ָ֑ ‫יהֶׁ֖םְביֻׁ֣ ֹוםְהשְל‬
ֶ ‫ל־ער‬
ַֽ ָ ֶ‫ויסעֻׁ֣ ּוְבְנַֽי־יש ָר ִ֗אלְויָבֵֹ֛ אּוְא‬
:‫ירהְּובא ֶׁ֖רֹותְוְקרי֥תְיְע ַָֽרים‬ ֔ ָ ‫גבעֻׁ֣ ֹוןְוְהכְפ‬
vais'ú vênéi-israél vaiavóu el-'áreihém baióm hashêlishí; vê'áreihem giv'ón
vêhakêfiráh, uverót vêqiriát iê'arím.

49
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 9

Entonces los Hijos de Israel partieron, y al tercer día llegaron a las ciudades
de ellos. Sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.
(18)
ְ‫הְביהוָ ֶׁ֖ה‬
ַֽ ‫יְהע ֔ ָד‬
ַֽ ָ ‫יא‬ֻׁ֣ ‫לְכי־נשבְעֹּ֤ ּוְלָהֶ ם֙ ְנְש‬ַֽ ‫וְ ֹּ֤ל ֹאְהכּום֙ ְבְנֻׁ֣יְיש ָר ֔א‬
:ְ‫ל־הע ָ ֶׁ֖דהְעל־הנְש ַֽיאים‬ ַֽ ָ ְ‫אֱֹלהֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְויֹּל֥ נּוְכ‬
vêló hikum bênéi israél, kí-nishbê'ú lahem nêsiéi há'edáh, báAdonai elohéi
israél; vailónu jol-há'edáh 'al-hanêsiím .

Pero los Hijos de Israel no los mataron, porque los jefes de la congregación
les habían jurado por el Eterno Elohim de Israel. Por eso toda la congregación
murmuraba contra los jefes.
(19)
ְ‫םְביהוָ ֶׁ֖ה‬
ַֽ ‫ל־הֻׁ֣ע ֔ ָדהְא ֲ֨נחנּו֙ ְנשבֻׁ֣ענּוְל ֔ ֶָה‬
ָ ְ‫ו ַֽי ֹאמְ ֹּ֤רּוְכְל־הנְשיאים֙ ְאֶ ל־כ‬
:ְ‫אֱֹלהֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְוְע ָ֕ ָתהְ ֥ל ֹאְנּוכֶׁ֖לְלנ ֥ ֹגעְבָ ֶ ַֽהם‬
vaiómêrú jol-hanêsim el-kol-há'edáh, anájnú nishbá'nu lahém, báAdonai
elohéi israél; vê'atáh ló nujál lingó'a bahém .

Y todos los jefes respondieron a toda la congregación: –Nosotros les hemos


jurado por el Eterno Elohim de Israel. Por eso ahora no les podemos tocar.
(20)
‫ְקצֶ ףְעל־‬
ֶ ֔ ֙‫א־יהיֶ ֹּ֤הְע ָ֨לינּו‬
ַֽ ֹ ‫ֻׁ֣הְאֹותםְוְ ַֽל‬
ָ֑ ָ ‫אתְנע ֶ ֲ֥שהְל ֶָהֶׁ֖םְוְ ַֽהחֲי‬
ַֽ ֹ ‫ֵ֛ז‬
:ְ‫השְבּועָ ֶׁ֖הְאֲשֶ ר־נשב֥ענּוְל ֶ ַָֽהם‬
zót ná'aséh lahém vêhájaiéh otám; vêló-íhiéh 'aléinú qétzef, 'al-hashêvu'áh
asher-nishbá'nu lahém .

Esto es lo que haremos con ellos: Los dejaremos que vivan, para que no venga
sobre nosotros la ira a causa del juramento que les hemos hecho.
(21)
֨ ‫ּוְו ַֽיהיּוְחַֹֽ טְ ֨ביְע ֹּ֤ציםְוְשַֹֽ אֲב‬
ְ ֙‫י־מים‬ ַ֠ ָ֑‫יםְיחְי‬
ַֽ ‫יא‬
ֶׁ֖ ‫יהֵ֛םְהנְש‬ ֶ ‫ו ַֽי ֹאמְ ֶׁ֧רּוְאֲל‬
:ְ‫ֲשרְדבְ ֥רּוְל ֶָהֶׁ֖םְהנְש ַֽיאים‬ ֵ֛ ֶ ‫הְכא‬
ַֽ ‫ל־הֻׁ֣ע ֔ ָד‬
ָ ְ‫לְכ‬
vaiómêrú aleihém hanêsiím íjêíu; váíhiu jótêvéi 'etzím vêshóavei-máim lêjol-
há'edáh, káashér dibêrú lahém hanêsiím .

–Además, los jefes les dijeron–: Dejadlos vivir. Así llegaron a ser cortadores
de leña y portadores de agua para toda la congregación, como les habían dicho
los jefes.
(22)
ְ‫יתםְאֹ ֹ֜ ָתנּו‬
ֶ ֨ ‫יהֶׁ֖םְלאמָֹ֑ רְלְמָ הְ֩רמ‬
ֶ ‫הֹושעְוידב֥רְאֲל‬ ֔ ְ‫ויק ָ ֹּ֤ראְלָהֶ ם֙ ְי‬
:‫֥נּוְישְ ַֽבים‬
ַֹֽ ‫חֹוקיםְאֲנֹּ֤חנּוְמכֶם֙ ְמְ ֔ ֹאדְוְא ֶ ֶׁ֖תםְבְקרב‬
֨ ‫רְר‬ ְ ִֹ֗‫לאמ‬
50
9 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vaiqrá lahem iêhoshú'a, vaidabér aleihém lemór; lomah rimitém otánu lemór
rêjoqím anájnu mikem mêód, vêatém bêqirbénu ióshêvím.

Entonces, llamándolos Iehoshúa [Josué], les habló diciendo: – ¿Por qué nos
habéis engañado diciendo: 'Habitamos muy lejos de vosotros', siendo así que
habitáis en medio de nosotros?
(23)
‫ֲרּוריםְא ֶ ָ֑תםְוְ ַֽל ֹא־יכ ָ֨רתְמ ֶֹ֜כםְ ִֶ֗עבֶ דְוְחַֹֽ טְב֥יְע ֵ֛ציםְוְשַֹֽ אֲבי־‬
ֻׁ֣ ‫וְע ָ ֶׁ֖תהְא‬
:‫ֱֹלהי‬
ַֽ ָ ‫ֶׁ֖מיםְלְב֥יתְא‬
vê'atáh arurím atém; vêló-ikarét mikém 'éved vêjótêvéi 'etzím vêshóavei-
máim lêvéit elohái.

Ahora pues, vosotros sois malditos, y no faltarán de entre vosotros siervos, ni


cortadores de leña, ni portadores de agua para la casa de mi Elohim.
(24)
ְ‫ֹּ֤דְלעֲבָ ֨ ֶדיָך֙ ְאתְ֩אֲשֶ֨ רְצ ֹ֜ ָּוה‬
ַֽ ‫הֹושעְו ַֽי ֹאמְ ִ֗רּוְכיְ֩ה ֨גדְהג‬ ֹ֜ ְ‫ו ַֽיעֲנ֨ ּוְאֶ ת־י‬
ְ‫ֱֹלהיָך֙ ְאֶ ת־מֹ ֶ ֻׁ֣שהְעבד֔ ֹוְל ָֹּ֤תתְ ָלכֶם֙ ְאֶ ת־כְל־הָ ֔ ָא ֶרץְּולהש ֵ֛מיד‬ ֶ ֨ ‫יהוָ ֹּ֤הְא‬
ְ‫יראְמְאֹֹּ֤ דְלְנפשֹ ֨תינּו֙ ְמפְני ֶ֔כם‬ ֨ ָ ‫ל־ישְב֥יְהָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְמפְניכֶ ָ֑םְונ‬ַֹֽ ְ‫אֶ ת־כ‬
:ְ‫וַֽנע ֲֶׁ֖שהְאֶ ת־הדָ ָב֥רְה ֶזַֽה‬
vaiá'anú et-iêhoshú'a vaiómêrú kí hugéd hugád lá'avadéjá et ashér tziváh
Adonai elohéjá et-moshéh 'avdó, latét lajem et-kol-haáretz, ulhashmíd et-kol-
ióshêvéi haáretz mipêneijém; vanirá mêód lênafshotéinú mipêneijém,
vána'aséh et-hadavár hazéh .

Ellos respondieron a Iehoshúa [Josué] y dijeron: –Porque tus siervos fueron


bien informados de que el Eterno tu Elohim había mandado a Moshé [Moisés]
su siervo que os había de dar toda la tierra, y que habíais de destruir delante de
vosotros a todos los habitantes del país. Por eso temimos mucho por nuestras
vidas a causa de vosotros, e hicimos esto.
(25)
:‫ֵ֛יָךְלע ֲ֥שֹותְלָ ֶׁ֖נּוְע ֲַֽשה‬
ַֽ ֶ‫וְע ָ ֶׁ֖תהְהנְנֻׁ֣ ּוְבְי ֶ ָָ֑דָךְכ ֨טֹובְוְכי ָ ֶָׁ֧שרְבְעינ‬
vê'atáh hinênú vêiadéja; katóv vêjaiashár bê'einéja lá'asót lánu 'aséh.

Ahora pues, he aquí estamos en tu mano. Haz con nosotros lo que te parezca
bueno y recto.
(26)
:‫֥לְאֹותםְמי֥דְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְוְ ֥ל ֹאְה ֲָרגַֽ ּום‬
ֵ֛ ָ ‫וי֥עשְל ֶָהֶׁ֖םְכָ֑ןְויצ‬
vaiá'as lahém kén; vaiatzél otám miád bênéi-israél vêló haragúm.

51
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 9, 10

Así hizo con ellos Iehoshúa [Josué]: Los libró de la mano de los Hijos de
Israel, y no los mataron.
(27)
ְ‫םְלע ָ ָ֑דה‬
ַֽ ָ ‫יְמי‬
ֶׁ֖ ‫יםְושֹ֥ אֲב‬
ְ ‫הֹושעְביֻׁ֣ ֹוםְה ִ֗הּואְחַֹֽ טְב֥יְע ֵ֛צ‬
ֹ֜ ְ‫ויתְ ֨נםְי‬
‫ פ‬:ְ‫ֲשרְיב ָ ַֽחר‬֥ ֶ ‫ּולמזבֹּ֤חְיהוָה֙ ְעד־היֻׁ֣ ֹוםְה ֶ֔זהְאֶ ל־המָ ֶׁ֖קֹוםְא‬
vaitêném iêhoshú'a baióm hahú jótêvéi 'etzím vêshóavei máim lá'edáh;
ulmizbáj Adonai 'ad-haióm hazéh, el-hamaqóm ashér ivjár .

Pero aquel día los destinó para ser cortadores de leña y portadores de agua
para la congregación y para el altar del Eterno, en el lugar que el Eterno
eligiera, como lo son hasta el día de hoy.

Iehoshúa – Josué Capítulo 10


(1)
ְ ֮‫םְכי־ל ָ֨כדְיְהֹושֻׁ֣עְאֶ ת־הָ עי‬ ַֽ ‫קְמלְֶךְיְ ַֽרּושָ ִ֗ל‬
ֻׁ֣ ֶ ֶ‫י־צד‬ ֶ ֹ֜ ‫ויהיְ֩כשמֹ֨ עְאֲדַֹֽ נ‬
ְ‫ָשהְלָעֶׁ֖יְּולמלכָ ָּ֑הְוְ ֨כי‬
֥ ָ ‫הְליריחֹו֙ ְּולמל ָ֔כּהְכן־ע‬ ַֽ ‫ָש‬
ֹּ֤ ָ ‫ְ֒כאֲשֶ֨ רְע‬ ַֽ ‫ו ַֽיחֲרימָ ּה‬
:ְ‫ימּוְישְבֹּ֤יְגבעֹון֙ ְאֶ ת־יש ָר ֔אלְו ַֽיהיֶׁ֖ ּוְבְקר ָ ַֽבם‬ ַֹֽ ‫הש ֹ֜ל‬
vaihí jishmó'a adóni-tzédeq mélej iêrúshaláim kí-lajád iêhoshú'a et-ha'aí
vaiájarimaĥ káashér 'asáh lírijó ulmalkáĥ, ken-'asáh la'ái ulmalkáĥ; vêjí
hishlímu ióshêvéi giv'on et-israél, vaiíhíu bêqirbám .

Sucedió que cuando Adonisedec, rey de Ierushalaim [Jerusalén], oyó que


Iehoshúa [Josué] había tomado Hai y la había destruido, haciendo con Hai y
su rey lo que había hecho con Jericó y su rey, y que los habitantes de Gabaón
habían hecho la paz con los israelitas y estaban entre ellos,
(2)
ְ‫יְהיא‬
ֹּ֤ ‫יְעירְגְדֹולָה֙ ְגב ֔עֹוןְכְאחֶׁ֖תְע ָֻׁ֣ריְהממלָכָ ָ֑הְוְ ֨כ‬ ֻׁ֣ ‫ו ַֽיירְ ֻׁ֣אּוְמְ ֔ ֹא‬
ֹּ֤ ‫דְכ‬
:‫ָשיהָ ְגבֹ ַֽרים‬
ֶׁ֖ ֶ ‫גְדֹולָה֙ ְמן־הָ ֔עיְוְכְל־ ֲאנ‬
vaiírêú mêód, kí 'ír gêdolah giv'ón, kêaját 'aréi hamamlajáh; vêjí hí gêdolah
min-ha'ái, vêjol-anashéiha giborím.

tuvo gran temor; porque Gabaón era una ciudad grande, como una de las
ciudades reales, mayor que Hai, y porque todos sus hombres eran valientes.
(3)
‫ְֶך־חֶ ברֹוןְוְאֶ ל־‬
ַ֠ ‫ֻׁ֣םְמל‬
ַֽ ֶ ‫ל־הֹוה‬
ָ ֶ‫קְמלְֶךְיְ ַֽרּושָ ִ֗לםְא‬
ֻׁ֣ ֶ ֶ‫י־צד‬
ֶ ֹ֜ ‫ויש ֨לחְאֲדַֹֽ נ‬
ְ‫ירְמלְֶך־עֶגלֶׁ֖ ֹון‬
ַֽ ֶ ‫ְמלְֶך־ל ֵָ֛כישְוְאֶ ל־דְ ֥ב‬
ַֽ ֶ ‫םְמלְֶך־יר ֹ֜מּותְוְאֶ ל־י ֶָׁ֧פיע‬ ַֽ ֶ ‫פר ֨ ָא‬
:‫לאמַֹֽ ר‬
52
10 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vaishláj adóni-tzédeq mélej iêrúshaláim el-hohám mélej-jévron vêel-pirám


mélej-iarmút vêel-iafí'a mélej-lajísh vêel-dêvír mélej-'eglón lemór.

Entonces Adonisedec rey de Ierushalaim [Jerusalén] mandó a decir a Hojam


rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de
Eglón:
(4)
‫ֹוןְכי־הש ֥לימָ הְאֶ ת־יְהֹושֶׁ֖עְוְאֶ ת־‬
ַֽ ָ֑‫עֲלַֽ ּו־אלֻׁ֣יְוְעז ֔רניְוְנכֶ ֶׁ֖הְאֶ ת־גבע‬
:‫בְנ֥יְיש ָר ַֽאל‬
'alú-elái vê'izrúni, vênakéh et-giv'ón; kí-hishlímah et-iêhoshú'a vêet-bênéi
israél.

'Subid y ayudadme a combatir a Gabaón, porque ha hecho la paz con Iehoshúa


[Josué] y con los Hijos de Israel.'
(5)
ְ‫םְמלְֶך־חֶ ב ֹּ֤רֹון‬
ַֽ ֶ ‫יְמלְֶךְיְ ַֽרּושָ ֹ֜ל‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ֻׁ֣יְהאֱמֹ ִ֗ר‬
ַֽ ָ ‫וי ָ ַֽאסְ ֨פּוְוַַֽֽיע ֲֹ֜לּוְח ֲֻׁ֣משֶ תְ׀ְמלכ‬
‫יהָ֑םְוַַֽֽיחֲנּו֙ ְעל־‬
ֶ ‫ל־מחֲנ‬
ַֽ ְ‫ֹוןְהםְוְכ‬ ֶׁ֖ ‫ישְמלְֶך־עֶג ֔ל‬
ַֽ ֶ ‫ְמלְֶך־ל ָֻׁ֣כ‬ַֽ ֶ ֙‫ֶ ַֽמלְֶך־ירמּות‬
: ָ‫גב ֔עֹוןְו ַֽי ָלח ֲֶׁ֖מּוְע ֶ ַָֽליה‬
vaieásêfú váia'alú jaméshet | maljéi háemorí mélej iêrúshaláim mélej-jevrón
mélej-iarmut mélej-lajísh mélej-'eglón, hém vêjol-májaneihém; váiajanú 'al-
giv'ón, vaiílajamú 'aléiha.

Entonces los cinco reyes de los amorreos [el rey de Ierushalaim [Jerusalén], el
rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón] se
reunieron y subieron con todos sus ejércitos. Acamparon frente a Gabaón y
combatieron contra ella.
(6)
‫ל־המ ֲחנֶה֙ ְהגלגָ ֻׁ֣ לָהְלאמֹ֔ רְאל־‬ ַֽ ֶ‫וישלְ ֻׁ֣חּוְאנשיְ֩גב ֨עֹוןְאֶ ל־יְהֹושֹּ֤עְְא‬
ְ‫נּוְכי‬
ֹּ֚ ‫הֹושיעָהְ ָ֨לנּו֙ ְוְעְז ֔ר‬
ֹּ֤ ‫הְו‬ ְ ‫יָךְמעֲבָ ֶ ָ֑דיָךְעֲלֶׁ֧הְאלֻׁ֣ינּוְמְה ָ ִ֗ר‬
ַֽ ‫ֶ ֥ת ֶרףְי ֶ ֶָׁ֖ד‬
:‫יְישְב֥יְהָ ָ ַֽהר‬
ַֹֽ ‫֥יְהאֱמֹ ֶׁ֖ר‬
ַֽ ָ ‫נקבְ ֻׁ֣צּוְא ֔לינּוְכְל־מלכ‬
vaishlêjú ansheí giv'ón el-iêhoshú'a el-hámajaneh hagilgálah lemór, al-téref
iadéja mé'avadéja; 'aléh eléinu mêheráh vêhoshí'ah lánú vê'ozrénu, kí niqbêtzú
eléinu, kol-maljéi háemorí ióshêvéi hahár.

Entonces los habitantes de Gabaón mandaron a decir a Iehoshúa [Josué], al


campamento en Gilgal: 'No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a
nosotros para protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los amorreos
que habitan en la región montañosa se han agrupado contra nosotros.'

53
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 10

(7)
ְ‫בֹורי‬
֥ ‫לְהּואְוְכְל־עֹּ֤םְהמלחָ מָ ה֙ ְע ֔מֹוְוְ ֶׁ֖ ֹכלְג‬
ֹּ֚ ‫הֹושעְמן־הגל ִ֗ ָג‬
ֹ֜ ְ‫ו ֨יעלְי‬
‫ פ‬:‫הֶ ָ ַֽחיל‬
vaiá'al iêhoshú'a min-hagilgál hú vêjol-'ám hamiljamah 'imó, vêjól giboréi
hejáil.

Iehoshúa [Josué] subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos los
hombres valientes,
(8)
‫םְכיְבְ ָ ַֽיַֽדְָךֶׁ֖ ְנְת ָ֑תיםְ ַֽל ֹא־‬
֥ ‫יראְמ ֔ ֶה‬
ֻׁ֣ ָ ‫הֹוש ֙עְאל־ת‬
֨ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְיהוָ ֹּ֤הְאֶ ל־י‬
:ְ‫דְאישְמ ֶהֶׁ֖םְבְפ ֶָנַֽיָך‬
ֵ֛ ֹ֥‫יעֲמ‬
vaiómer Adonai el-iêhoshú'á al-tirá mehém, kí vêiádêjá nêtatím; ló-ia'amód
ísh mehém bêfanéja .

y el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –No tengas temor de ellos, porque yo los
he entregado en tu mano. Ninguno de ellos podrá resistir delante de ti.
(9)
:‫יהֵ֛םְיְהֹושֶׁ֖עְפתאָֹ֑ םְכְל־ה ָ֕לילָהְעָלָ ֶׁ֖הְמן־הגל ָגַֽל‬
ֶ ‫ו ָי ֶׁ֧ב ֹאְאֲל‬
vaiavó aleihém iêhoshú'a pitóm; kol-haláilah 'aláh min-hagilgál.

Después de subir toda la noche desde Gilgal, Iehoshúa [Josué] cayó sobre
ellos de repente.
(10)
ְ‫ויה ֹּ֤מםְיהוָה֙ ְלפנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְויכ֥םְמ ָ ַֽכה־גְדֹולָ ֶׁ֖הְבְגבעָ֑ ֹוןְוַַֽֽירדְ ִ֗פם‬
:ְ‫ְךְמעֲלֻׁ֣הְבית־חֹורֹ֔ ןְויכ֥םְעד־עֲז ָ ֶׁ֖קהְוְעד־מק ָ ַֽדה‬ ַֽ ‫דֶֹּ֚ ֶר‬
vaihumém Adonai lifnéi israél, vaiakém makáh-gêdoláh bêgiv'ón; váirdêfém
dérej má'aléh veit-jorón, vaiakém 'ad-'azeqáh vê'ad-maqedáh .

El Eterno los turbó delante de Israel y los hirió con gran mortandad en
Gabaón. Los persiguió por el camino que sube a Bet-jorón y los hirió hasta
Azeca y Maqueda.
(11)
ְ‫מֹורדְבית־חֹורֹ ן֙ ְוַֽיה ֡ ָוהְהש ֻׁ֣ליְך‬
ֹּ֤ ְ‫לְהםְב‬ ִּ֞ ‫וי ִּ֞היְבְנ ָ ֻׁ֣סםְ׀ְמפְנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗א‬
‫עֲליהֶ םְ֩אֲבָ ֨ניםְגְדֹ לֶׁ֧ ֹותְמן־השָ ֵ֛מיםְעד־עֲז ָ ֶׁ֖קהְויָמָ֑תּוְר ִ֗ביםְאֲשֶ ר־‬
‫ ס‬:ְ‫רְה ְרגֵ֛ ּוְבְנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְבֶ ָ ַֽח ֶרב‬ַֽ ָ ‫ֲש‬
֥ ֶ ‫דְמא‬
ַֽ ‫֨מתּו֙ ְבְאבנֻׁ֣יְהבָ ָ ֔ר‬
vaihí bênusám | mipênéi israél hém bêmorád beit-joron váAdonai hishlíj
'aleihem avaním gêdolót min-hashamáim 'ad-'azeqáh vaiamútu; rabím asher-
métú bêavnéi habarád, méashér hárêgú bênéi israél bejárev .

54
10 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Y sucedió que cuando iban huyendo de los israelitas por la bajada de Bet-
jorón, el Eterno arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos, hasta Azeca;
y murieron. Fueron muchos más los que murieron a causa de las piedras del
granizo, que aquellos a quienes los Hijos de Israel mataron a espada.
(12)
ְ‫ת־האֱמֹ ֔ריְלפנֶׁ֖יְבְנֻׁ֣י‬
ֻׁ֣ ָ ֶ‫ֹוםְתתְיהוָה֙ ְא‬ ֹּ֤ ִ֗‫ְליה ֔ ָוהְבְי‬
ַֽ ‫הֹוש ֙ע‬
֨ ְ‫ָ ֻׁ֣אזְיְדבֹּ֤רְי‬
ְ‫יש ָר ָ֑אלְו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְ׀ְלְעינֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְשֶֹּ֚ מֶ שְבְגבעֻׁ֣ ֹוןְד֔ ֹוםְוְי ֶָׁ֖רחְבְע֥מֶ ק‬
:ְ‫איָלַֽ ֹון‬
áz iêdabér iêhoshú'á láAdonai, bêíom tét Adonai et-háemorí, lifnéi bênéi
israél; vaiómer | lê'einéi israél shémesh bêgiv'ón dóm, vêiaréaj bê'émeq
aialón.

Entonces Iehoshúa [Josué] habló al Eterno el día en que el Eterno entregó a


los amorreos ante los Hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: 'sol,
¡aquiétate sobre Gabaón; y tú, luna, sobre el valle de Ajalón!'
(13)
‫תּובֶׁ֖הְעל־‬
ָ ְ‫ֹא־היאְכ‬ ֥ ‫וי ֨ ֹדםְהשֶֹ֜ מֶ שְוְי ָֻׁ֣רחְע ִ֗ ָָמדְעד־יקֹ֥ םְגֹוי֙ ְאַֹֽ יְ ֔ ָביוְ ֲהל‬
ְ‫ֹא־אץְל ֶָׁ֖בֹואְכְי֥ ֹום‬
֥ ָ ‫ְבח ֲֻׁ֣ציְהשָ ֔מיםְוְל‬ ַֽ ֙‫ֻׁ֣ספֶרְהי ָ ָָ֑שרְו ַֽיעֲמֹֹּ֤ דְהשֶ֨ מֶ ש‬
:‫תָ ַֽמים‬
vaidóm hashémesh vêiaréaj 'amád 'ad-iqóm goí óiêváv, halo-hí jêtuváh 'al-
séfer haiashár; vaiá'amód hashémesh bájatzí hashamáim, vêlo-átz lavó kêíom
tamím.

Y el sol se aquietó y la luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado de


sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de lo Recto [Bereshit /
Génesis]? El sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi
un día entero.
(14)
ְ‫ישְכי‬
ֻׁ֣ ‫ֹולְא‬
ָ֑ ‫וְ ֨ל ֹאְהָ ָֹ֜יהְכיֹּ֤ ֹוםְההּוא֙ ְלְפָנָ ֻׁ֣יוְוְ ַֽאח ָ ֲ֔ריוְלשמֹ֥ עְיהוָ ֶׁ֖הְבְ ֻׁ֣ק‬
‫ ס‬:ְ‫יה ֔ ָוהְנל ָחֶׁ֖םְלְיש ָר ַֽאל‬
vêló haiáh kaióm hahu lêfanáv vêájaráv, lishmó'a Adonai bêqól ísh; kí
Adonai, niljám lêisraél .

Nunca hubo un día semejante, ni antes ni después de aquel día, cuando el


Eterno escuchó la voz de un hombre; porque el Eterno combatía por Israel.
(15)
:‫ל־המחֲנֶ ֶׁ֖הְהגל ָ ַֽגלָה‬
ַֽ ֶ‫הֹוש ֙עְוְכְל־יש ָר ֻׁ֣אלְע ֔מֹוְא‬
֨ ְ‫ויָ ֹּ֤שְבְי‬
vaiáshov iêhoshú'á vêjol-israél 'imó, el-hámajanéh hagilgálah.

Luego Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.
55
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 10

(16)
:‫וי ָָ֕נסּוְח ֲֶׁ֖משֶ תְהמְל ָֻׁ֣כיםְהָ ָ֑אלֶהְוי ָ ַֽחבְ ֥אּוְבמְע ָ ֶָׁ֖רהְבְמק ָ ַֽדה‬
vaianúsu jaméshet hamêlajím haéleh; vaiejávêú vamê'aráh bêmaqedáh.

Los cinco reyes huyeron y se escondieron en la cueva de Maqueda.


(17)
ְ‫ֶׁ֖דְליהֹושֻׁ֣עְלאמָֹ֑ רְנמצְאּו֙ ְח ֲֻׁ֣משֶ תְהמְל ָ֔כיםְנֶחבְ ֥איםְבמְע ָ ֶָׁ֖רה‬
ַֽ ‫ויג‬
:‫בְמק ָ ַֽדה‬
vaiugád líhoshú'a lemór; nimtzêú jaméshet hamêlajím, nejbêím bamê'aráh
bêmaqedáh.

Y le fue dicho a Iehoshúa [Josué] que los cinco reyes habían sido hallados
escondidos en la cueva de Maqueda.
(18)
ְ ָ‫ל־פיְהמְע ָ ָָ֑רהְוְהפ ֶׁ֧קידּוְעָלֶ ֵ֛יה‬
ֻׁ֣ ֶ‫הֹושע ֵ֛ ְֹגלּוְאֲבָ נ֥יםְגְדֹ לֶׁ֖ ֹותְא‬
֔ ְ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְי‬
:‫ֲאנ ֶָׁ֖שיםְלְשְמ ָ ַֽרם‬
vaiómer iêhoshú'a, gólu avaním gêdolót el-pí hamê'aráh; vêhafqídu 'aléiha
anashím lêshomrám.

Entonces Iehoshúa [Josué] dijo: –Haced rodar grandes piedras a la entrada de


la cueva y poned hombres junto a ella, para que los guarden.
(19)
ְ‫םְאל־תתְנִ֗ ּום‬
ַֽ ‫םְאֹות‬
ָ֑ ָ ‫ְאח ֲֻׁ֣ריְאַֹֽ יְבי ֶ֔כםְוְזנב ֶ ֶׁ֖ת‬
ַֽ ֙‫ְאל־תעֲמֹ֔ דּוְרדפּו‬ ַֽ ֙‫וְאתֶ ם‬
:ְ‫םְכיְנְתָ נָ ֵ֛םְיהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְבְיֶד ֶ ַֽכם‬
ֶׁ֧ ‫יה‬
ֶ ֔ ‫לָבֹוא֙ ְאֶ ל־עָ ֻׁ֣ר‬
vêatem ál-ta'amódu, ridfú ájaréi óiêveijém, vêzinavtém otám; ál-titênúm lavo
el-'áreihém, kí nêtanám Adonai elóheijém bêiedjém .

Pero vosotros, no os detengáis, sino perseguid a vuestros enemigos y heridles


la retaguardia. No les dejéis entrar en sus ciudades, porque el Eterno vuestro
Elohim los ha entregado en vuestra mano.
(20)
‫דֹולה־מְאֶֹׁ֖ דְעד־‬
ַֽ ָ ְ‫כֹותםְמכָ ֥הְג‬
ֵ֛ ָ ‫הֹושעְּובנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְלְה‬ ֹ֜ ְ‫ויהיְ֩כְכ ֨לֹותְי‬
:‫ְש ְר ֻׁ֣דּוְמ ֔ ֶהםְויָבֶֹׁ֖ אּוְאֶ ל־ע ָ֥ריְהמב ָ ַֽצר‬
ַֽ ָ ֙‫ת ָ ָ֑מםְוְהשְרידים‬
vaihí kêjalót iêhoshú'a uvnéi israél lêhakotám makáh gêdoláh-mêód 'ad-
tumám; vêhasêridim sárêdú mehém, vaiavóu el-'aréi hamivtzár.

Aconteció que cuando Iehoshúa [Josué] y los Hijos de Israel habían acabado
de herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos
entraron en las ciudades fortificadas.

56
10 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(21)
ְ‫ויָשבּוְ֩כְל־הָ ָ֨עםְאֶ ל־ה ַֽמחֲנֶ ֶׁ֧הְאֶ ל־יְהֹושֵ֛עְמק ָ ֶׁ֖דהְבְשָ לָ֑ ֹוםְ ַֽל ֹא־חָ ִּ֞רץ‬
:‫לבנֶׁ֧יְיש ָר ֵ֛אלְלְ ֶׁ֖אישְאֶ ת־לְשֹ נַֽ ֹו‬
vaiashuvú jol-ha'ám el-hamájanéh el-iêhoshú'a maqedáh bêshalóm; ló-jarátz
livnéi israél lêísh et-lêshonó.

Después, todo el pueblo regresó ileso al campamento de Iehoshúa [Josué] en


Maqueda. No hubo quien dijera algo en contra de los Hijos de Israel.
(22)
ְ‫הֹוציאּוְא ִ֗ליְאֶ ת־ח ֲֵ֛משֶ ת‬
ֻׁ֣ ְ‫ת־פיְהמְע ָ ָָ֑רהְו‬
ֻׁ֣ ֶ‫הֹושעְפת ֶׁ֖חּוְא‬ ֔ ְ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְי‬
:‫המְל ָ֥כיםְהָ ֶׁ֖אלֶהְמן־המְ ָע ָ ַֽרה‬
vaiómer iêhoshú'a, pitjú et-pí hamê'aráh; vêhotzíu elái et-jaméshet hamêlajím
haéleh min-hamê'aráh.

Entonces dijo Iehoshúa [Josué]: –Abrid la entrada de la cueva y sacadme de


ella a esos cinco reyes.
(23)
ְ‫ֲשּוְכןְויֹ ֻׁ֣ציאּוְא ִָ֗ליוְאֶ ת־ח ֲֵ֛משֶ תְהמְל ָ֥כיםְהָ ֶׁ֖אלֶהְמן־המְע ָ ָָ֑רה‬
֔ ‫ויֻׁ֣ע‬
ְ‫ת־מלְֶך‬ ֥ ֶ ֶ‫ת־מלְֶךְיר ֔מּותְא‬
ֻׁ֣ ֶ ֶ‫ת־מלְֶךְחֶ ברֹון֙ ְא‬
ֹּ֤ ֶ ֶ‫תְ׀ְמלְֶךְיְ ַֽרּושָ ִ֗לםְא‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ֻׁ֣א‬
:‫ת־מלְֶךְעֶגלַֽ ֹון‬
֥ ֶ ֶ‫ל ֶָׁ֖כישְא‬
vaiá'asu jén, vaiotzíu eláv et-jaméshet hamêlajím haéleh min-hamê'aráh; ét |
mélej iêrúshaláim et-mélej jevron et-mélej iarmút, et-mélej lajísh et-mélej
'eglón.

Así lo hicieron y sacaron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de Ierushalaim


[Jerusalén], el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de
Eglón.
(24)
ְ‫הֹושע‬ֹ֜ ְ‫יאםְאֶ ת־המְל ָֻׁ֣כיםְהָ אלֶהְְ֮אֶ ל־יְהֹושעְ֒ויק ָ ֨ראְי‬ ָ ִּ֞ ‫ַ֠ויהיְכְַֽהֹוצ‬
ְ‫לְוי ֹאמֶ רְאֶ ל־קְצ ִּ֞יניְאנ ֹּ֤שיְהמלחָ מָ ה֙ ְהֶ ָ ַֽהלְכֻׁ֣ ּוא‬
ַ֠ ‫ל־אישְיש ָר ִ֗א‬ ֻׁ֣ ְ‫אֶ ל־כ‬
ְ‫אריְהמְל ָֻׁ֣כיםְהָ ָ֑אלֶהְוַַֽֽיקרְ ֔בּו‬ ֶׁ֖ ‫םְעל־צּו‬ ַֽ ‫ּוְשימּוְאֶ ת־רגלי ֶ֔כ‬ֹּ֚ ‫א ֔תֹוְקר ִ֗ב‬
:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫יהֶׁ֖םְעל־צּואר‬ ֶ ‫וי ָ֥שימּוְאֶ ת־רגל‬
váihi kêhotziám et-hamêlajím haeleh el-iêhoshu'á vaiqrá iêhoshú'a el-kol-ísh
israél váiomer el-qêtzinéi anshéi hamiljamah hehálêjú itó, qirvú símu et-
ragleijém, 'ál-tzauréi hamêlajím haéleh; váiqrêvú, vaiasímu et-ragleihém 'al-
tzaureihém.

57
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 10

Y sucedió que cuando sacaron a estos reyes ante Iehoshúa [Josué], éste llamó
a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes de los hombres de guerra que
habían ido con él: –Acercaos y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos
reyes. Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
(25)
ְ‫ּוְכי‬
ֻׁ֣ ‫יר ֶׁ֖אּוְוְאל־ת ָחָ֑תּוְחז ֻׁ֣קּוְוְאמ ֔צ‬
ְ ‫ל־ת‬
ַֽ ‫הֹושעְא‬ ֔ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְאֲליהֶ ם֙ ְי‬
:ְ‫יםְאֹותם‬
ַֽ ָ ‫ֲשרְא ֶ ֶׁ֖תםְנלחָ ֥מ‬
֥ ֶ ‫ָהְיע ֶ ֲֹּ֤שהְיהוָה֙ ְלְכְל־אֹֻׁ֣ יבי ֶ֔כםְא‬
ַֽ ‫ִָ֗ככ‬
vaiómer aleihem iêhoshú'a, al-tírêú vêal-tejátu; jizqú vêimtzú, kí jájah iá'aséh
Adonai lêjol-óiveijém, ashér atém niljamím otám .

Y Iehoshúa [Josué] les dijo: –No temáis ni os atemoricéis; esforzaos y sed


valientes, porque así hará el Eterno a todos vuestros enemigos contra los
cuales combatís.
(26)
ְ‫יתםְוית ָ֕לםְעֶׁ֖לְחֲמ ָ ֻׁ֣שהְע ָ֑ציםְו ַֽיהיֵ֛ ּו‬֔ ‫ְאחֲרי־כן֙ ְוימ‬ ַֽ ‫וי ֨כםְיְהֹושֹּ֤ע‬
:ְ‫ל־הע ֶׁ֖ציםְעד־הָ ָ ַֽע ֶרב‬
ַֽ ָ ‫תְלּוי֥םְע‬
vaiakém iêhoshú'a ájarei-jen vaimitém, vaitlém 'ál jamisháh 'etzím; vaiíhíu
têluím 'al-há'etzím 'ad-ha'árev .

Después de esto, Iehoshúa [Josué] los hirió, los mató y los hizo colgar de
cinco árboles; y estuvieron colgados de los árboles hasta el atardecer.
(27)
ְ‫ֻׁ֣לְהע ֔צים‬
ַֽ ָ ‫הֹוש ֙עְו ַֹֽירידּום֙ ְמע‬
֨ ְ‫ֻׁ֣תְ׀ְבֹואְהשִֶ֗ מֶ שְצּוָ ֹּ֤הְי‬
ֻׁ֣ ‫וי ִּ֞היְלְע‬
‫אּו־שםְוי ָֹ֜שמּוְאֲבָ נֹּ֤יםְגְדֹ לֹות֙ ְעל־‬
ָ֑ ָ ְ‫ֲשרְנֶחב‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ו ֨ישל ֔כםְאֶ ל־המְע ָ ֶָׁ֖רהְא‬
‫ ס‬:‫ֻׁ֣פיְהמְע ָ ָ֔רהְעד־עֶ ֶׁ֖צֶ םְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
vaihí lê'ét | bó hashémesh tziváh iêhoshú'á vaióridum me'ál há'etzím,
vaiáshlijúm, el-hamê'aráh ashér nejbêu-shám; vaiasímu avaním gêdolot 'al-pí
hamê'aráh, 'ad-'étzem haióm hazéh.

Y sucedió que cuando el sol se ponía, Iehoshúa [Josué] mandó que los
quitasen de los árboles y los echasen en la cueva donde se habían escondido.
Después pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales están
hasta este mismo día.
(28)
ְ֒‫הֹושעְביֻׁ֣ ֹוםְה ִ֗הּואְויכֶ ֻׁ֣הָ ְלְפי־חֶ ֶרב֮ ְוְאֶ ת־מל ָכּה‬ ֹ֜ ְ‫וְאֶ ת־מקדָ הְ֩ל ָ֨כדְי‬
ְ ֙‫ר־בּהְ ֥ל ֹאְהש ֶׁ֖אירְשָ ָ֑רידְו ֨יעש‬ ָ ֔ ֶ‫םְאֹותםְוְאֶ ת־כְל־ה ֶ֨נפֶש֙ ְאֲש‬ ָ ִ֗ ‫ֶ ַֽהח ֱֻׁ֣ר‬
‫ ס‬:‫יחֹו‬ ַֽ ‫ָשהְלְ ֶ ֥מלְֶךְיְר‬
ֶׁ֖ ָ ‫ֲשרְע‬
֥ ֶ ‫הְכא‬
ַֽ ‫לְ ֶ ֻׁ֣מלְֶךְמק ֔ ָד‬
vêet-maqedah lajád iêhoshú'a baióm hahú vaiakéha lêfi-jerev vêet-malkaĥ
héjerím otám vêet-kol-hanéfesh asher-báĥ, ló hishír saríd; vaiá'as lêmélej

58
10 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

maqedáh, káashér 'asáh lêmélej iêrijó.

En aquel día Iehoshúa [Josué] tomó Maqueda y la hirió a filo de espada,


juntamente con su rey. La destruyó por completo con todo lo que en ella tenía
vida, sin dejar sobrevivientes. E hizo con el rey de Maqueda como había
hecho con el rey de Jericó.
(29)
:‫רְיהֹושְעְוְ ָ ַֽכל־יש ָר ֥אלְע ֵ֛מֹוְממק ָ ֶׁ֖דהְלבנָ ָ֑הְוילָ ֶׁ֖חֶ םְעם־לב ָנַֽה‬
ְַ֠ ֹֻׁ֣‫ו ַֽיעֲב‬
vaiá'avór iêhoshu'a vêjál-israél 'imó mimaqedáh livnáh; vailájem 'im-livnáh.

Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, pasó de Maqueda a Libna y combatió
contra Libna.
(30)
ְ‫י־ח ֶרב‬
ֶ ִ֗ ‫ם־אֹותּהְבְיֻׁ֣דְיש ָראל ְ֮וְאֶ ת־מל ָכּהְ֒ויכֶ ֻׁ֣הָ ְלְפ‬
ָ ֹ֜ ‫ויתןְ֩יה ֨ ָוהְג‬
ְ‫ירְבֶּׁ֖הְשָ ָ֑רידְויֻׁ֣עשְלְמל ָ֔כּה‬
ָ ‫ר־בּהְ ַֽל ֹא־הש ֥א‬ ָ ֔ ֶ‫וְאֶ ת־כְל־ה ֶ֨נפֶש֙ ְאֲש‬
‫ ס‬:ְ‫יחֹו‬
ַֽ ‫ָשהְלְ ֶ ֥מלְֶךְיְר‬
ֶׁ֖ ָ ‫ֲשרְע‬
֥ ֶ ‫ַֽכא‬
vaiten Adonai gam-otáĥ bêiád israel vêet-malkaĥ vaiakéha lêfi-jérev vêet-kol-
hanéfesh asher-báĥ, ló-hishír báĥ saríd; vaiá'as lêmalkáĥ, káashér 'asáh
lêmélej iêrijó .

El Eterno también entregó la ciudad y a su rey en mano de Israel, e hirieron a


filo de espada a todo lo que en ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes en ella.
E hizo a su rey como había hecho con el rey de Jericó.
(31)
ְ‫רְיהֹושעְוְכְל־יש ָר ֥אלְע ֵ֛מֹוְמלבנָ ֶׁ֖הְל ָָ֑כישָ הְויֻׁ֣חןְ ָע ֶ֔ליהָ ְוילָ ֶׁ֖חֶ ם‬
ְַ֠ ֹֻׁ֣‫ו ַֽיעֲב‬
:‫ָ ַֽבּה‬
vaiá'avór iêhoshu'a vêjol-israél 'imó milivnáh lajíshah; vaiíjan 'aléiha,
vailájem báĥ.

Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis. Acamparon
contra ella y la combatieron.
(32)
‫ויתןְ֩יה ֨ ָוהְאֶ ת־ל ָֹ֜כישְבְיֻׁ֣דְיש ָר ִ֗אלְוַַֽֽילכְדָ ּה֙ ְביֻׁ֣ ֹוםְהש ֔ניְויכֶ ֻׁ֣הָ ְלְפי־‬
‫ פ‬:ְ‫ָשהְלְלב ָנַֽה‬ ֶׁ֖ ָ ‫ר־בָּ֑הְכְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־ע‬ ָ ֶ‫֔ ֶח ֶרבְוְאֶ ת־כְל־הנֶ ֶׁ֖פֶשְאֲש‬
vaiten Adonai et-lajísh bêiád israél váilkêdaĥ baióm hashení, vaiakéha lêfi-
jérev, vêet-kol-hanéfesh asher-báĥ; kêjól asher-'asáh lêlivnáh .

El Eterno también entregó Laquis en mano de Israel, y la tomó al segundo día.


Mató a espada todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Libna.

59
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 10

(33)
ְ‫הֹוש ֙עְוְאֶ ת־ע ֔מֹו‬
֨ ְ‫ְמלְֶךְ ֔ ֶגזֶרְלע ֶֹׁ֖זרְאֶ ת־ל ָָ֑כישְויכֹּ֤הּוְי‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫ָ ֻׁ֣אזְ ָע ִָ֗להְהֹ ָרם‬
:‫עד־בל ֥תיְהש ַֽאיר־לֶׁ֖ ֹוְשָ ַֽריד‬
áz 'aláh horam mélej gézer, la'zór et-lajísh; vaiakéhu iêhoshú'á vêet-'amó, 'ad-
biltí hishír-ló saríd.

Entonces Horam, rey de Gezer, fue en ayuda de Laquis, pero Iehoshúa [Josué]
mató a él y a su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente.
(34)
ְ ָ‫רְיהֹושעְוְכְל־יש ָר ֥אלְע ֵ֛מֹוְמל ֶָׁ֖כישְעֶגֹלָ֑ נָהְו ַֽיחֲנֻׁ֣ ּוְ ָע ֶ֔ליה‬ ְַ֠ ֹֻׁ֣‫ו ַֽיעֲב‬
: ָ‫ו ַֽי ָלח ֲֶׁ֖מּוְע ֶ ַָֽליה‬
vaiá'avór iêhoshu'a vêjol-israél 'imó milajísh 'eglónah; vaiájanú 'aléiha,
vaiílajamú 'aléiha.

Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, pasó de Laquis a Eglón. Acamparon
contra ella y la combatieron.
(35)
ְ‫ר־בּה‬
ָ ֔ ֶ‫י־ח ֶרבְוְאת֙ ְכְל־הנֶ ֻׁ֣פֶשְאֲש‬ ֶ ֔ ‫וַַֽֽילכְדֹ֜ ּוהָ ְביֹּ֤ ֹוםְההּוא֙ ְויכֻׁ֣ ּוהָ ְלְפ‬
‫ פ‬:‫ָשהְלְל ַָֽכיש‬
ֶׁ֖ ָ ‫ּואְהח ֱָ֑ריםְכְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־ע‬
ַֽ ֶ ‫בי֥ ֹוםְה ֶׁ֖ה‬
váilkêdúha baióm hahu vaiakúha lêfi-jérev, vêet kol-hanéfesh asher-báĥ,
baióm hahú héjerím; kêjól asher-'asáh lêlajísh.

El mismo día la tomaron y la hirieron a filo de espada. Aquel día él destruyó a


todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Laquis.
(36)
: ָ‫ֹוְמעֶגלֶׁ֖ ֹונָהְחֶ ב ָ֑רֹונָהְו ַֽי ָלח ֲֶׁ֖מּוְע ֶ ַָֽליה‬
ַֽ ‫לְיהֹושעְוְ ָ ַֽכל־יש ָר ֥אלְע ֵ֛מ‬
ְַ֠ ‫ויֻׁ֣ע‬
vaiá'al iêhoshu'a vêjál-israél 'imó mé'eglónah jevrónah; vaiílajamú 'aléiha.

Luego Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, subió de Eglón a Hebrón, y la
combatieron.
(37)
‫י־חֶ ֶרבְוְאֶ ת־מל ָ֨כּהְוְאֶ ת־כְל־ע ֶ ָֹ֜ריהָ ְוְאֶ ת־כְל־‬ ַ֠ ‫וילכְ ֻׁ֣דּוהָ ְויכַֽ ּוהָ ־לְפ‬
ְ‫ָשהְלְעֶגלָ֑ ֹון‬
ֶׁ֖ ָ ‫הנֶ ֹּ֤פֶשְאֲשֶ ר־בָ ּה֙ ְ ַֽל ֹא־הש ֻׁ֣אירְשָ ֔רידְכְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־ע‬
‫ ס‬:‫ר־בּה‬ ַֽ ָ ֶ‫םְאֹותּהְוְאֶ ת־כְל־הנֶ ֶׁ֖פֶשְאֲש‬
ָ֔ ‫ו ַֽיח ֲֻׁ֣ר‬
vailkêdúha vaiakúha-lêfi-jérev vêet-malkáĥ vêet-kol-'aréiha vêet-kol-hanéfesh
asher-baĥ ló-hishír saríd, kêjól asher-'asáh lê'eglón; vaiájarém otáĥ, vêet-kol-
hanéfesh asher-báĥ.

60
10 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

La tomó y mató a espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas con todo lo
que en ellas tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con Eglón,
así la destruyó con todo lo que en ella tenía vida.
(38)
: ָ‫ויָ ֶׁ֧שְבְיְהֹושֵ֛עְוְכְל־יש ָר ֥אלְע ֶׁ֖מֹוְדְ ָ֑ב ָרהְוילָ ֶׁ֖חֶ םְע ֶ ַָֽליה‬
vaiáshov iêhoshú'a vêjol-israél 'imó dêvírah; vailájem 'aléiha.

Después Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, se volvió contra Debir y la
combatió.
(39)
ְ ֙‫י־ח ֶרבְוַַֽֽיח ֲ֨רימּו‬
ֶ ֔ ‫יהְויכֻׁ֣ ּוםְלְפ‬ ָ֙ ‫וַַֽֽילכְ ִּ֞ ָדּהְוְאֶ ת־מלכָ ֹּּ֤הְוְאֶ ת־כְל־ע ֶ ָ֨ר‬
ְ‫ידְכאֲשֶ֨ רְעָשָֹ֜ הְלְחֶ ב ִ֗רֹון‬ַֽ ‫ר־בּהְ ֥ל ֹאְהש ֶׁ֖אירְשָ ָ֑ר‬ ָ ֔ ֶ‫אֶ ת־כְל־נֶ ֻׁ֣פֶשְאֲש‬
:‫ָשהְלְלבנָ ֶׁ֖הְּולמל ָ ַֽכּה‬ֵ֛ ָ ‫ֲשרְע‬֥ ֶ ‫ָשהְלד ֨ב ָרה֙ ְּולמל ָ֔כּהְוְ ַֽכא‬
ֹּ֤ ָ ‫כן־ע‬
váilkêdáĥ vêet-malkáĥ vêet-kol-'aréihá vaiakúm lêfi-jérev, váiajarímú et-kol-
néfesh asher-báĥ, ló hishír saríd; káashér 'asáh lêjevrón ken-'asáh lidvírah
ulmalkáĥ, vêjáashér 'asáh lêlivnáh ulmalkáĥ.

La tomó, y mataron a espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas.


Destruyeron todo lo que allí tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había
hecho con Hebrón y con Libna y con su rey, así hizo con Debir y con su rey.
(40)
ְְ֙‫ויכֶ ֻׁ֣הְיְהֹושֻׁ֣עְאֶ ת־כְל־הָ ֡ ָא ֶרץְהָ הָ רְ֩וְה ֶ֨נגֶבְוְהשְפ ָֹ֜להְוְ ָ ַֽהאֲשדִ֗ ֹותְוְאת‬
ְ‫ֲשר‬
ֻׁ֣ ֶ ‫יםְכא‬
ַֽ ‫ְהח ֱ֔ר‬ ַֽ ֶ ֙‫יהםְ ֥ל ֹאְהש ֶׁ֖אירְשָ ָ֑רידְוְ ֹּ֤אתְכְל־הנְשָ מָ ה‬ֶ ֔ ‫כְל־מלכ‬
:ְ‫צ ֔ ָּוהְיהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלה֥יְיש ָר ַֽאל‬
vaiakéh iêhoshú'a et-kol-haáretz hahar vêhanégev vêhashêfeláh vêháashedót
vêet kol-maljeihém, ló hishír saríd; vêét kol-hanêshamah héjerím, káashér
tziváh, Adonai elohéi israél .

Conquistó, pues, Iehoshúa [Josué] toda la tierra: la región montañosa, el


Néguev, la Sefela y las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar sobrevivientes.
Mató todo lo que tenía vida, como el Eterno Elohim de Israel había mandado.
(41)
‫ץְגשֶ ןְוְעד־‬
ֹ ֶׁ֖ ‫ל־א ֶר‬
֥ ֶ ְ‫ויכֶׁ֧םְיְהֹושֵ֛עְמקָ ֥דשְברנֶׁ֖עְוְעד־עזָ ָ֑הְוְ ֵ֛אתְכ‬
:‫גבעַֽ ֹון‬
vaiakém iêhoshú'a miqadésh barné'a vê'ad-'azáh; vêét kol-éretz góshen vê'ad-
giv'ón.

Iehoshúa [Josué] los derrotó desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra
de Gosén hasta Gabaón.

61
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 10, 11

(42)
ְ‫ָ֑תְכי‬
ִ֗ ‫וְ ֨אתְכְל־המְל ָֹּ֤כיםְהָ ֨אלֶה֙ ְוְאֶ ת־אר ֔ ָצםְלָכ֥דְיְהֹושֶׁ֖עְפֻׁ֣עםְאֶ ָח‬
:ְ‫יהוָה֙ ְאֱֹלהֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְנל ָחֶׁ֖םְלְיש ָר ַֽאל‬
vêét kol-hamêlajím haéleh vêet-artzám, lajád iêhoshú'a pá'am eját; kí Adonai
elohéi israél, niljám lêisraél .

Iehoshúa [Josué] tomó a todos estos reyes y sus tierras, de una vez, porque el
Eterno Elohim de Israel combatía por Israel.
(43)
‫ פ‬:‫ל־המחֲנֶ ֶׁ֖הְהגל ָ ַֽגלָה‬
ַֽ ֶ‫הֹוש ֙עְוְכְל־יש ָר ֻׁ֣אלְע ֔מֹוְא‬
֨ ְ‫ויָ ֹּ֤שְבְי‬
vaiáshov iêhoshú'á vêjol-israél 'imó, el-hámajanéh hagilgálah.

Después Iehoshúa [Josué], y todo Israel con él, volvió al campamento de


Gilgal.

Iehoshúa – Josué Capítulo 11


(1)
‫ְמלְֶךְמָ ד֔ ֹוןְוְאֶ ל־‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫יןְמלְֶך־חָ ָ֑צֹורְויש ִ֗לחְאֶ ל־יֹובָ ב‬
ַֽ ֶ ‫וי ָ֕היְכשמֶֹׁ֖ עְי ָֻׁ֣ב‬
:‫ל־מלְֶךְאכ ָ ַֽשף‬
֥ ֶ ֶ‫ֶ ֥מלְֶךְשמ ֶׁ֖רֹוןְוְא‬
vaihí kishmó'a iavín mélej-jatzór; vaishláj el-iovav mélej madón, vêel-mélej
shimrón vêel-mélej ajsháf.

Sucedió que cuando Jabín rey de Hazor oyó esto, envió un mensaje a Jobab
rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf,
(2)
ְ‫ֶבְכנְ ֶׁ֖רֹותְּובשְפלָ ָ֑ה‬
ַֽ ‫ֶׁ֧רְּובע ֲָר ָבֵ֛הְנֶ ַֽ֥ג‬
ַֽ ָ ‫ֲשרְמצְ ִ֗פֹוןְבָ ָה‬
ֻׁ֣ ֶ ‫וְַֽאֶ ל־המְל ִָּ֞כיםְא‬
:‫ֹותְדֹורְמ ָיַֽם‬ֶׁ֖ ‫ּובנ ָ֥פ‬
vêel-hamêlajím ashér mitzêfón bahár uvá'araváh négev kínêrót uvashêfeláh;
uvnafót dór miám.

a los reyes que habitaban en la región montañosa del norte, en la llanura del
sur del mar Quinéret, en la Sefela y en Nafot-dor al occidente,
(3)
ְ‫בּוסיְבָ ָהָ֑ר‬
ֶׁ֖ ‫ַֽהכְנעֲני֙ ְממז ָ ֻׁ֣רחְּומ ָ֔יםְוְ ָ ַֽהאֱמֹ ֶׁ֧ריְוְ ַֽהח ֵ֛תיְוְהפְרז֥יְוְהי‬
:‫ְתחתְחֶ ר ֔מֹוןְבְ ֶ ֶׁ֖א ֶרץְהמצ ָ ַֽפה‬ ֻׁ֣ ֙‫וְ ַֽהחּוי‬

62
11 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

hákêna'aní mimizráj umiám, vêháemorí vêhájití vêhapêrizí vêhaivusí bahár;


vêhájiví tájat jermón, bêéretz hamitzpáh.

a los cananeos que habitaban al oriente y al occidente, a los amorreos, a los


heteos, a los ferezeos, a los jebuseos de la región montañosa y a los heveos de
las faldas del Hermón, en la tierra de Mizpa.
(4)
ְ‫ֲשרְעל־שְ ַֽפת־היָ ֶׁ֖ם‬
֥ ֶ ‫ם־רבְכ ֵ֛חֹולְא‬
ָ֕ ָ ‫ל־מחֲניהֶ ם֙ ְע ֔ ָמםְע‬
ַֽ ְ‫ּוְהםְוְכ‬ִ֗ ‫ויַֽצְ ֻׁ֣א‬
:ְ‫ל ָָ֑רֹ בְוְ ֥סּוסְו ֶ ֶָׁ֖רכֶבְרב־מְאַֹֽ ד‬
vaiétzêú hém vêjol-májaneihem 'imám, 'am-ráv kajól ashér 'al-sêfát-haiám
laróv; vêsús varéjev rav-mêód .

Entonces ellos, y todos sus ejércitos con ellos, un pueblo tan numeroso como
la arena que está a la orilla del mar, salieron con gran cantidad de caballos y
carros.
(5)
ְ‫ל־מיְמ ֔רֹום‬
ֻׁ֣ ֶ‫ּוְכלְהמְל ָֻׁ֣כיםְהָ ָ֑אלֶהְוי ֹ֜ ָֹבאּוְו ַֽיחֲנֹּ֤ ּוְיחדָ ו֙ ְא‬
ֹ ֶׁ֖ ֔‫ויּוָ ֻׁ֣עֲד‬
‫ פ‬:‫לְהלָחֶׁ֖םְעם־יש ָר ַֽאל‬
vaivá'adú, kól hamêlajím haéleh; vaiavóu vaiájanú iajdav el-méi meróm,
lêhilajém 'im-israél.

Todos estos reyes se reunieron, y fueron y acamparon juntos al lado de las


aguas de Merom, para combatir contra Israel.
(6)
ְ‫ְ֒כי־מָ ִּ֞ ָחרְכָעֻׁ֣תְה ִ֗ז ֹאת‬
ַֽ ‫יראְמפְניהֶ ם‬
ֻׁ֣ ָ ‫ו ֨י ֹאמֶ רְיהוָ ֻׁ֣הְאֶ ל־יְהֹוש ֮עְאל־ת‬
ְ‫יהֻׁ֣םְתְע ֔קר‬ ֶ ‫ת־סּוס‬ ַֽ ֶ‫ָ ַֽאנֹ ִּ֞כיְנֹ ֶׁ֧תןְאֶ ת־כלָ ֵ֛םְ ֲחל ֶָׁ֖ליםְלפנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְא‬
:ְ‫יהֶׁ֖םְתש ֥רֹ ףְבָ ַֽאש‬
ֶ ‫וְאֶ ת־מרכְבַֹֽ ת‬
vaiómer Adonai el-iêhoshu'á al-tirá mipêneihem kí-majár ka'ét hazót ánojí
notén et-kulám jalalím lifnéi israél; et-súseihém tê'aqér, vêet-markêvóteihém
tisróf baésh .

Pero el Eterno dijo a Iehoshúa [Josué]: –No tengas temor de ellos, porque
mañana a esta hora yo entregaré muertos a todos ellos, delante de Israel.
Desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros.
(7)
ְ‫ל־מיְמ ֶׁ֖רֹוםְפתאָֹ֑ ם‬
֥ ‫יהֵ֛םְע‬
ֶ ‫הֹושעְוְכְל־עםְ֩המלחָ ֨ ָמהְע ֶׁ֧מֹוְעֲל‬
֡ ְ‫ו ָי ֻׁ֣ב ֹאְי‬
:‫וַַֽֽיפְלֶׁ֖ ּוְבָ ֶ ַֽהם‬
vaiavó iêhoshú'a vêjol-'am hamiljamáh 'imó 'aleihém 'al-méi meróm pitóm;
váipêlú bahém.

63
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 11

Entonces Iehoshúa [Josué] y toda la gente de guerra con él fueron y caieron de


repente sobre ellos al lado de las aguas de Merom.
(8)
ְ ֙‫ויתְ ֨נםְיהוָ ֥הְבְיַֽד־יש ָראל ְ֮ויכּוםְ֒וַַֽֽירדְ ִּ֞פּוםְעד־צ ֻׁ֣ידֹוןְר ִ֗ ָבהְוְעד‬
ְ‫ֹותְמיםְוְעד־בקע֥תְמצפֶ ֶׁ֖הְמז ָ ָ֑רחָ הְוי ָ֕כםְעד־בל ֥תי‬ ֔ ‫מש ְר ֻׁ֣פ‬
:ְ‫הש ַֽאיר־ל ֶָהֶׁ֖םְשָ ַֽריד‬
vaitêném Adonai bêiád-israel vaiakum váirdêfúm 'ad-tzidón rabáh vê'ad
misrêfót máim, vê'ad-biq'át mitzpéh mizrájah; vaiakúm 'ad-biltí hishír-lahém
saríd .

El Eterno los entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los
persiguieron hasta la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y hasta el valle de
Mizpa al oriente. Y los mató, hasta no dejarles sobrevivientes.
(9)
‫יהֻׁ֣םְע ֔קרְוְאֶ ת־‬
ֶ ‫ת־סּוס‬
ַֽ ֶ‫רְאמר־לֶׁ֖ ֹוְיהוָ ָ֑הְא‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
֥ ֶ ‫ְכא‬
ַֽ ‫הֹושע‬
֔ ְ‫ויֹּ֤עשְלָהֶ ם֙ ְי‬
‫ ס‬:ְ‫יהֶׁ֖םְשָ ֥רףְבָ ַֽאש‬
ֶ ‫מרכְבַֹֽ ת‬
vaiá'as lahem iêhoshú'a, káashér ámar-ló Adonai; et-súseihém 'iqér, vêet-
markêvóteihém saráf baésh .

Iehoshúa [Josué] hizo con ellos como el Eterno le había mandado: Desjarretó
sus caballos y quemó sus carros.
(10)
ְ‫הֹושעְבָ עֹּ֤תְההיא֙ ְויל ֻׁ֣ ֹכדְאֶ ת־חָ ֔צֹורְוְאֶ ת־מלכָ ֶּׁ֖הְהכָ ֻׁ֣ה‬ֹ֜ ְ‫ו ָ֨ישְבְי‬
:‫יםְהיאְ ֶׁ֖ר ֹאשְכְל־הממלָכ֥ ֹותְהָ ַֽאלֶה‬ ָ֕ ‫בְכי־חָ ֻׁ֣צֹורְלְפ ָ֔נ‬
ַֽ ‫בֶ ָח ֶָ֑ר‬
vaiáshov iêhoshú'a ba'ét hahi vailkód et-jatzór, vêet-malkáĥ hikáh vejárev; kí-
jatzór lêfaním, hí rósh kol-hamamlajót haéleh.

En aquel tiempo Iehoshúa [Josué] volvió y tomó Hazor, y mató a espada a su


rey. Hazor había sido antes la capital de todos estos reinos.
(11)
‫אְנֹותרְכְל־‬
ֶׁ֖ ֹ ‫ְהח ֲ֔רםְ ֥ל‬
ַֽ ֙‫י־ח ֶרב‬
ֶ ֨ ‫ר־בֹּּ֤הְלְפ‬
ָ ֶ‫ַ֠ויכּוְאֶ ת־כְל־ה ֶ֨נפֶשְאֲש‬
:‫נְשָ ָ ָ֑מהְוְאֶ ת־חָ ֶׁ֖צֹורְשָ ֥רףְבָ ַֽאש‬
váiaku et-kol-hanéfesh asher-báĥ lêfi-jérev hájarém, ló notár kol-nêshamáh;
vêet-jatzór saráf baésh.

Mataron a espada a todo cuanto tenía vida en ella, destruyendo y no dejando


nada vivo. E incendió a Hazor.

64
11 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(12)
ְ‫יהםְלָכֶׁ֧דְיְהֹושֵ֛ע‬
ֶ ִּ֞ ‫ים־הָ אלֶהְוְַֽאֶ ת־כְל־מלכ‬ ַ֠ ‫וְַֽאֶ ת־כְל־ע ָֻׁ֣ריְהמְל ַָֽכ‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֲשרְצ ֔ ָּוהְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְעֶ ֥בֶ דְי‬
ֻׁ֣ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫יםְאֹות‬
ָ֑ ָ ‫בְהח ֱֻׁ֣ר‬
ַֽ ֶ ‫י־ח ֶֶׁ֖ר‬
ֶ ‫ויכ֥םְלְ פ‬
vêet-kol-'aréi hamêlajím-háeleh vêet-kol-maljeihém lajád iêhoshú'a vaiakém
lêfi-jérev héjerím otám; káashér tziváh, moshéh 'éved Adonai .

Asimismo, Iehoshúa [Josué] tomó todas las ciudades de estos reyes, y a todos
sus reyes. Los mató a espada y los destruyó, como lo había mandado Moshé
[Moisés], siervo del Eterno.
(13)
‫ל־הע ִָ֗ריםְהָ ַֽ ֹעמְדֹות֙ ְעל־ת ָ֔לםְ ֥ל ֹאְשְ ָרפָ ֶׁ֖םְיש ָר ָ֑אלְזַֽ ּול ֵָ֛תיְאֶ ת־‬
ַֽ ֶ ְ‫ֻׁ֣רקְכ‬
:‫הֹושע‬
ַֽ ְ‫חָ ֥צֹורְלְב ָ ֶׁ֖דּהְשָ ֥רףְי‬
ráq kol-hé'arím ha'ómêdot 'al-tilám, ló sêrafám israél; zúlatí et-jatzór lêvadáĥ
saráf iêhoshú'a.

Pero Israel no incendió ninguna de las ciudades que estaban sobre sus
montículos de ruinas, excepto Hazor, la cual Iehoshúa [Josué] sí incendió.
(14)
‫קְאת־‬
ַֽ ֶ ‫לְר‬
ֻׁ֣ ‫הְבזְז֥ ּוְל ֶָהֶׁ֖םְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑א‬
ַֽ ָ ‫לְהע ָֹּ֤ריםְהָ ֨אלֶה֙ ְוְהבְה ֔ ָמ‬
ַֽ ֶ ‫וְַ֠כֹ לְשְ ִּ֞ל‬
‫ְאֹותםְ ֥ל ֹאְהש ֶׁ֖אירּוְכְל־‬
ָ ֔ ֙‫י־ח ֶרבְעד־השמדָ ם‬ ֶ ִ֗ ‫כְל־הָ אָ ִּ֞ ָדםְהכֻׁ֣ ּוְלְפ‬
:‫נְשָ ָ ַֽמה‬
vêjol shêlál hé'arím haéleh vêhabêhemáh, bázêzú lahém bênéi israél; ráq ét-
kol-haadám hikú lêfi-jérev 'ad-hishmidam otám, ló hishíru kol-nêshamáh.

Los Hijos de Israel tomaron para sí todo el botín de estas ciudades junto con el
ganado, pero mataron a espada a todos los hombres hasta destruirlos, sin dejar
uno solo vivo.
(15)
ְְ֙‫ַֽכאֲשֶ֨ רְצּוָ ֹּ֤הְיהוָה֙ ְאֶ ת־מֹ ֶ ֻׁ֣שהְעבד֔ ֹוְכן־צּוָ ֥הְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְאֶ ת־יְהֹושָ֑עְוְכן‬
:ְ‫הֹושעְ ַֽל ֹא־ה ֻׁ֣סירְדָ ֔ ָברְמ ֵ֛ ֹכלְאֲשֶ ר־צּוָ ֥הְיהוָ ֶׁ֖הְאֶ ת־מֹ ֶ ַֽשה‬
֔ ְ‫ָשהְי‬ ֻׁ֣ ָ ‫ע‬
káashér tziváh Adonai et-moshéh 'avdó, ken-tziváh moshéh et-iêhoshú'a;
vêjen 'asáh iêhoshú'a, ló-hesír davár, mikól asher-tziváh Adonai et-moshéh .

De la manera que el Eterno había mandado a su siervo Moshé [Moisés], así


mandó Moshé [Moisés] a Iehoshúa [Josué], y así lo hizo Iehoshúa [Josué], sin
omitir nada de todo lo que el Eterno había mandado a Moshé [Moisés].

65
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 11

(16)
‫הֹושעְאֶ ת־כְל־הָ ָ ֻׁ֣א ֶרץְה ִ֗ז ֹאתְהָ ָהֹּ֤רְוְאֶ ת־כְל־ה ֶ֨נגֶב֙ ְוְאת֙ ְכְל־‬
ֹ֜ ְ‫וי ֨קחְי‬
ְ‫ת־הע ֲָר ָבָ֑הְוְאֶ ת־ה֥רְיש ָר ֶׁ֖אל‬
ַֽ ָ ֶ‫ֶ ֻׁ֣א ֶרץְה ֹ֔גשֶ ןְוְאֶ ת־השְפלָ ֶׁ֖הְוְא‬
:‫ּוש ַֽפלָתַֹֽ ה‬
vaiqáj iêhoshú'a et-kol-haáretz hazót hahár vêet-kol-hanégev vêet kol-éretz
hagóshen, vêet-hashêfeláh vêet-há'araváh; vêet-hár israél ushfélatóh.

Así tomó Iehoshúa [Josué] toda esta tierra: la región montañosa, todo el
Néguev, toda la tierra de Gosén, la Sefela, el Arabá, la región montañosa de
Israel y sus laderas,
(17)
ְ‫ֹוןְתחת‬
ֶׁ֖ ֔‫ֹּ֤רְהחָ לָק֙ ְ ָ ַֽהעֹולֶ ֻׁ֣הְש ֔עירְוְעד־בֹּ֤עלְגָד֙ ְבְבקעֻׁ֣תְהלְבָ נ‬
ַֽ ֶ ‫מן־הָ ָה‬
:‫יתם‬
ַֽ ‫הר־חֶ ר ָ֑מֹוןְוְ ֹּ֤אתְכְל־מלכיהֶ ם֙ ְל ָ֔כדְויכֶׁ֖םְוימ‬
min-hahár héjalaq há'oléh se'ír, vê'ad-bá'al gad bêviq'át halêvanón, tájat har-
jermón; vêét kol-maljeihem lajád, vaiakém vaimitém.

desde el monte Halac que sube hasta Seír, hasta Baal-gad, en el valle del
Líbano, a las faldas del monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y
los mató.
(18)
:‫ָשהְיְהֹושֵ֛עְאֶ ת־כְל־המְל ָ֥כיםְהָ ֶׁ֖אלֶהְמלחָ ָ ַֽמה‬
ֶׁ֧ ָ ‫י ָֻׁ֣מיםְר ִ֗ביםְע‬
iamím rabím 'asáh iêhoshú'a et-kol-hamêlajím haéleh miljamáh.

Por mucho tiempo Iehoshúa [Josué] tuvo guerra con todos estos reyes.
(19)
ְ‫יְישְבֻׁ֣י‬
ַֹֽ ‫יְהח ֶּׁ֖ו‬
ַֽ ‫ֲשרְהש ֨לימָ ה֙ ְאֶ ל־בְנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְבל ֥ת‬ ֹּ֤ ֶ ‫הְעירְא‬ ִ֗ ‫ַֽל ֹא־הְיְ ָ ֻׁ֣ת‬
:‫לְלקְ ֥חּוְבמלחָ ָ ַֽמה‬ ַֽ ָ ‫גבעָ֑ ֹוןְאֶ ת־ה ֶׁ֖ ֹכ‬
ló-hoiêtáh 'ír ashér hishlímah el-bênéi israél, biltí hájiví ióshêvéi giv'ón; et-
hakól láqêjú vamiljamáh.

No hubo ciudad que hiciese la paz con los Hijos de Israel, excepto los heveos
que moraban en Gabaón. Todo el resto lo tomaron en batalla.
(20)
‫ֻׁ֣הְ׀ְהיְ ֡ ָתהְלְחזֻׁ֣קְאֶ ת־לבָ םְ֩לק ֨ראתְהמלחָ ָ ֹּ֤מהְאֶ ת־‬
ַֽ ָ ָ‫ֻׁ֣כיְמ ֻׁ֣אתְיהו‬
ְ‫ָ֑הְכיְלְ ֻׁ֣מען‬
ֹּ֚ ָ‫ימםְלְבל ֥תיְהֱיֹות־ל ֶָהֶׁ֖םְתְחנ‬ ָ ֔ ‫ןְהחֲר‬ ַֽ ‫יש ָראלְ֙לְ ֻׁ֣מע‬
‫ ס‬:ְ‫ֲשרְצּוָ ֥הְיהוָ ֶׁ֖הְאֶ ת־מֹ ֶ ַֽשה‬ ֵ֛ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫יד‬
ָ ֔ ‫השמ‬
kí meét Adonai | háiêtáh lêjazéq et-libam liqrát hamiljamáh et-israel lêmá'an
hájarimám, lêviltí heiot-lahém têjináh; kí lêmá'an hashmidám, káashér tziváh

66
11 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Adonai et-moshéh .

Esto provenía del Eterno, quien endurecía el corazón de ellos, para que
resistiesen con la guerra a Israel, a fin de que fueran destruidos sin que se les
tuviese misericordia; para que fuesen desarraigados, como el Eterno había
mandado a Moshé [Moisés].
(21)
ְ ֙‫ת־ה ֲענָקים֙ ְמן־הָ ָהֹּ֤רְמן־חֶ ברֹון‬
ַֽ ָ ֶ‫הֹושעְבָ עֻׁ֣תְה ִ֗היאְויכ ֹּ֤רתְא‬ ֹ֜ ְ‫ו ָי ֨ב ֹאְי‬
ְ‫יהֶׁ֖ם‬
ֶ ‫ם־ער‬
ַֽ ָ ‫הּודהְּומ ֶׁ֖ ֹכלְהֻׁ֣רְיש ָר ָ֑אלְע‬
ָ ֔ ְ‫מן־דְ ֻׁ֣ברְמן־ ֲע ָ֔נבְּומכֹ לְ֙הֻׁ֣רְי‬
:‫הֹושע‬ַֽ ְ‫ימםְי‬
֥ ָ ‫ֶ ַֽהחֱר‬
vaiavó iêhoshú'a ba'ét hahí vaiajrét et-há'anaqim min-hahár min-jevron min-
dêvír min-'anáv, umikol hár iêhudáh, umikól hár israél; 'im-'áreihém
héjerimám iêhoshú'a.

Por aquel tiempo Iehoshúa [Josué] fue y destruyó a los anaquitas de la región
montañosa de Hebrón, de Debir y de Anab, y de toda la región montañosa de
Iehudá [Judá] y de toda la de Israel. Iehoshúa [Josué] los destruyó a ellos con
sus ciudades.
(22)
ְ‫לְרקְבְעזָ ֵ֛הְבְג֥תְּובאש ֶׁ֖דֹוד‬
ִ֗ ‫א־נֹותרְ ֲענ ָ֔קיםְבְ ֶ ֶׁ֖א ֶרץְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑א‬
ֻׁ֣ ֹ ‫ַֽל‬
:‫נש ָ ַֽארּו‬
ló-notár 'anaqím, bêéretz bênéi israél; ráq bê'azáh bêgát uvashdód nisháru.

Ninguno de los anaquitas quedó en la tierra de los Hijos de Israel. Sólo


quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.
(23)
ְ֒‫ץְככֹ לְאֲשֶ֨ רְד ֶבֻׁ֣רְיהוָה֮ ְאֶ ל־מֹ שֶ ה‬
ְַ֠ ‫הֹושעְאֶ ת־כְל־הָ ִ֗ ָא ֶר‬ ֹ֜ ְ‫וי ֨קחְי‬
ְ‫יהָ֑םְוְהָ ָ ֥א ֶרץ‬
ֶ ‫הֹושעְלְ ַֽנחֲלָ ֶׁ֧הְלְיש ָר ֵ֛אלְכְמחלְקֹ ָ ֶׁ֖תםְלְשבט‬
֨ ְ‫ויתְ ָנּהְ֩י‬
‫ ס‬:ְ‫ָ ַֽשקְ ָ ֶׁ֖טהְממלחָ ָ ַֽמה‬
vaiqáj iêhoshú'a et-kol-haáretz kêjol ashér dibér Adonai el-mosheh vaitênaĥ
iêhoshú'a lênájaláh lêisraél kêmajlêqotám lêshivteihém; vêhaáretz sháqêtáh
mimiljamáh .

Así tomó Iehoshúa [Josué] toda la tierra, conforme a todo lo que el Eterno
había dicho a Moshé [Moisés]. Iehoshúa [Josué] la entregó como heredad a
Israel, conforme a la distribución de sus tribus. Y la tierra reposó de la guerra.

67
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 12

Iehoshúa – Josué Capítulo 12


(1)
ְ‫וְ ֻׁ֣אלֶהְ׀ְמלכֻׁ֣יְהָ ִ֗ ָא ֶרץְאֲשֶ֨ רְהכֹּ֤ ּוְבְנַֽי־יש ָראלְ֙ו ַֽירְ ֻׁ֣שּוְאֶ ת־אר ֔ ָצם‬
‫בְע֥בֶ רְהיר ֶׁ֖דןְמז ְר ָחֻׁ֣הְה ָ ָ֑שמֶ שְמנֹּ֤חלְארנֹון֙ ְעד־הֻׁ֣רְחֶ ר ֔מֹוןְוְכְל־‬
:‫ָ ַֽהע ֲָר ָבֶׁ֖הְמז ָ ַֽרחָ ה‬
vêéleh | maljéi haáretz ashér hikú vênéi-israel vaiírêshú et-artzám, bê'éver
haiardén mizrêjáh hashámesh; minájal arnon 'ad-hár jermón, vêjol-há'araváh
mizrájah.

Éstos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron los Hijos de Israel y cuyas
tierras poseyeron al lado oriental del Jordán, desde el río Arnón hasta el monte
Hermón y todo el Arabá oriental:
(2)
‫ֲרֹוערְאֲשֶ רְ֩על־‬ ֡ ‫לְמע‬ ַֽ ‫יֹושבְבְחֶ ש ָ֑בֹוןְמֹ ֡ש‬ ֶׁ֖ ‫ְֶךְהאֱמֹ ֔ריְה‬ ַֽ ָ ‫ְמל‬ֻׁ֣ ֶ ֙‫סיחֹון‬
ְ‫ת־נחלְארנֹ֜ ֹוןְוְ ֹּ֤תֹוְךְה ֨נחל ְַֽ֙וח ֲֻׁ֣ציְהגל ָ֔עדְוְעד֙ ְיבֹֻׁ֣ קְה ֔נחלְגְ ֶׁ֖בּול‬ ֨ ‫שְפ‬
:‫בְנ֥יְע ַֽמֹון‬
sijon mélej háemorí, haioshév bêjeshbón; moshél mé'aro'ér asher 'al-sêfat-
nájal arnón vêtój hanájal vájatzí hagil'ád, vê'ad iabóq hanájal, gêvúl bênéi
'amón.

Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. Éste reinaba desde Aroer,
que está en la ribera del río Arnón, y desde el centro del valle hasta el río
Jaboc, que sirve de frontera con los hijos de Amón. Esta región incluía la
mitad de Galaad
(3)
ְ‫ֻׁ֣םְהע ֲָר ָבֹּ֤הְיָם־ה ֨ ֶמלח֙ ְמז ָ ֔רחָ ה‬
ַֽ ָ ָ‫וְ ָ ַֽהע ֲָרבָ הְ֩עד־ ָ֨יםְכנ ֹ֜רֹותְמז ָ ִ֗רחָ הְוְַ֠עדְי‬
:‫ןְתחתְאש ֥דֹותְהפס ָגַֽה‬ ֶׁ֖ ‫ימ‬ ָ ֔ ‫ּומת‬
֨ ְ‫ְךְביתְהיש ָ֑מֹות‬ֻׁ֣ ‫ֶ ֶׁ֖ד ֶר‬
vêhá'aravah 'ad-iám kinrót mizrájah vê'ad iám há'araváh iam-hamélaj
mizrájah, dérej béit haishimót; umíteimán, tájat ashdót hapisgáh.

y el Arabá, desde el mar Quinéret, al oriente, hasta el mar del Arabá, o mar
Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y por el sur hasta más abajo de
las faldas del Pisga.
(4)
ְ‫יֹושבְבְעשתָ ֶׁ֖רֹות‬
֥ ‫רְה ְרפ ָָ֑איםְה‬
ַֽ ָ ֶ‫ֹוגְמלְֶךְהבָ שָ֔ ןְמיֶ ֶׁ֖ת‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ּולְע‬
ֹּ֚ ‫ּוג ִ֗ב‬
:‫ּובאֶ ד ֶ ַֽרעי‬
ugvúl 'óg mélej habashán, miéter hárêfaím; haioshév bê'ashtarót uvedré'i.

68
12 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Og, rey de Basán, sobreviviente de los refaítas, quien residía en Astarot y en


Edrei.
(5)
ְ‫שּורי‬
ֶׁ֖ ְ‫ַּ֠ומֹ שלְבְ ֨הרְחֶ ר ֹּ֤מֹוןְּובסלכָה֙ ְּובכְל־הבָ שָ֔ ןְעד־גְ ֥בּולְהג‬
:‫ֹוןְמלְֶך־חֶ ש ַֽבֹון‬
ַֽ ֶ ‫יח‬
֥ ‫יְוחֲצי֙ ְהגל ָ֔עדְגְ ֶׁ֖בּולְס‬
ַֽ ‫וְה ַֽמ ֲעכ ָָ֑ת‬
úmoshel bêhár jermón uvsaljah uvjol-habashán, 'ad-gêvúl hagêshurí
vêhamá'ajatí; vájatzí hagil'ád, gêvúl sijón mélej-jeshbón.

Éste reinaba en el monte Hermón, en Salca y en todo Basán, hasta la frontera


de Gesur y de Maajá [Maaca] y en la mitad de Galaad, hasta la frontera de
Sejón, rey de Hesbón.
(6)
ְ‫הְעבֶ ד־יה ֹ֜ ָוה‬
ַֽ ֶ ֶ֨‫ּוםְויתְנָּהְמֹ ש‬ ַַֽ֠ ָ֑‫הְעבֶ ד־יהוָ ֵ֛הְּובנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְהכ‬ ַֽ ֶ ‫מֹ ֶ ֶׁ֧ש‬
‫ ס‬:ְ‫טְהמְנ ֶ ַֽשה‬
ַֽ ֶ‫יְשב‬ ֥ ‫יְרשִָ֗ הְל ַָֽראּובני֙ ְוְלג ָ֔דיְוְ ַֽלח ֲֶׁ֖צ‬
moshéh 'éved-Adonai uvnéi israél hikúm; váíitênaĥ moshéh 'éved-Adonai
iêrusháh laruvení vêlagadí, vêlájatzí shévet hámênashéh .

Moshé [Moisés], siervo del Eterno, y los Hijos de Israel los derrotaron. Y
Moshé [Moisés], siervo del Eterno, dio la tierra en posesión a los rubenitas, a
los gaditas y a la media tribu de Menashé [Manasés].
(7)
ְ ֙‫הֹושעְּובנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְבְעֹּ֤בֶ רְהירדן‬ ֹ֜ ְ‫וְ ֻׁ֣אלֶהְמלכֻׁ֣יְהָ ֡ ָא ֶרץְאֲשֶ רְ֩ה ָ֨כהְי‬
ְ‫֥רְהחָ לָ ֶׁ֖קְ ָ ַֽהעֹ לֶ ֻׁ֣הְש ָ֑ע ָירה‬
ַֽ ֶ ‫ָ֔ימָ הְמבֹּ֤עלְגָד֙ ְבְבקעֻׁ֣תְהלְבָ נ֔ ֹוןְוְעד־הָ ָה‬
:‫הֹושעְלְשב ֶׁ֧טיְיש ָר ֵ֛אלְיְר ָ ֶׁ֖שהְכְמחלְקֹ ָ ַֽתם‬ ֹ֜ ְ‫ויתְ ָ֨נּהְי‬
vêéleh maljéi haáretz asher hikáh iêhoshú'a uvnéi israél bê'éver haiarden
iámah, mibá'al gad bêviq'át halêvanón, vê'ad-hahár héjaláq há'oléh se'írah;
vaitênáĥ iêhoshú'a lêshivtéi israél iêrusháh kêmajlêqotám.

Éstos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron Iehoshúa [Josué] y los
Hijos de Israel en el lado occidental del Jordán, desde Baal-gad, en el valle del
Líbano, hasta el monte Halac que sube a Seír, cuya tierra dio Iehoshúa [Josué]
en posesión a las tribus de Israel conforme a su distribución,
(8)
ְ‫ְהאֱמֹ ֔רי‬
ַֽ ָ ֙‫ֶבְהחתי‬
ַֽ ‫ְּובאֲשד֔ ֹותְּובמד ָבֶׁ֖רְּובנֶ ַָֽ֑ג‬
ֻׁ֣ ָ ֙‫הְּובע ֲָרבָ ה‬
ַֽ ָ ‫בָ ָהֻׁ֣רְּובשְ פ ִָ֗ל‬
‫ ש‬:‫בּוסי‬
ַֽ ‫יְהח ֶּׁ֖ויְוְהי‬ַֽ ‫וְ ַֽהכְנעֲני֙ ְהפְר ֔ז‬
bahár uvashêfeláh uvá'aravah uváashedót, uvamidbár uvanégev; hájití
háemorí, vêhákêna'aní hapêrizí, hájiví vêhaivusí.

69
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 12

en la región montañosa, en la Sefela, en el Arabá, en las laderas, en el desierto


y en el Néguev, donde habitaban los heteos, los amorreos, los cananeos, los
ferezeos, los heveos y los jebuseos:
(9)
ְ‫ית־אל‬
ֶׁ֖ ‫֥דְב‬
ַֽ ‫ָ֑דְ{ס}ְמלְֶךְהָ עֵ֛יְאֲשֶ ר־מצ‬
ֶׁ֧ ֶ ‫יחֹוְ{ס}ְאֶ ָח‬
ֶׁ֖ ‫ֶ ֥מלְֶךְיְר‬
‫ ס‬:‫אֶ ָ ַֽחד‬
mélej iêrijó {s} ejád; {s} mélej ha'ái asher-mitzád béit-él ejád.

El rey de Jericó, uno; el rey de Hai [que está junto a Betel], uno;
(10)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְחֶ ב ֶׁ֖רֹוןְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְיְ ַֽרּושָ ֨לם֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej iêrúshaláim {s} ejád, {s} mélej jevrón {s} ejád.

el rey de Ierushalaim [Jerusalén], uno; el rey de Hebrón, uno;


(11)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְל ֶָׁ֖כישְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְירמּות֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej iarmut {s} ejád, {s} mélej lajísh {s} ejád.

el rey de Jarmut, uno; el rey de Laquis, uno;


(12)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְגֶ ֶׁ֖ ַֽזֶרְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְעֶגלֹון֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej 'eglon {s} ejád, {s} mélej gézer {s} ejád.

el rey de Eglón, uno; el rey de Gezer, uno;


(13)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְגֶ ֶׁ֖ ַֽדֶ רְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְדְבר֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej dêvir {s} ejád, {s} mélej géder {s} ejád.

el rey de Debir, uno; el rey de Geder, uno;


(14)
‫ ס‬:‫{ס}ְמלְֶךְע ָ ֲֶׁ֖רדְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ְ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְחְרמָ ה֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָחד‬
mélej jormah {s} ejád, {s} mélej 'arád {s} ejád.

el rey de Horma, uno; el rey de Arad, uno;


(15)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְעֲדלָ ֶׁ֖םְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְלבנָה֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej livnah {s} ejád, {s} mélej 'adulám {s} ejád.

el rey de Libna, uno; el rey de Adulam, uno;

70
12 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(16)
‫ ס‬:‫ית־אלְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶׁ֖ ‫ְֶךְב‬
ַֽ ‫דְ{ס}ְמל‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְמקדָ ה֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej maqedah {s} ejád, {s} mélej béit-él {s} ejád.

el rey de Maqueda, uno; el rey de Betel, uno;


(17)
‫ ס‬:‫ְֶךְחפֶרְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶׁ֖ ‫ּוחְ{ס}ְאֶ ֔ ָחדְ{ס}ְ ֶ ֥מל‬
֙ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְת ֨פ‬
mélej tapúáj {s} ejád, {s} mélej jéfer {s} ejád.

el rey de Tapúaj, uno; el rey de Hefer, uno;


(18)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְלשָ ֶׁ֖רֹוןְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְאֲפק֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej afeq {s} ejád, {s} mélej lasharón {s} ejád.

el rey de Afec, uno; el rey de Sarón, uno;


(19)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְחָ ֶׁ֖צֹורְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְמָ דֹון֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej madon {s} ejád, {s} mélej jatzór {s} ejád.

el rey de Madón, uno; el rey de Hazor, uno;


(20)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְאכ ָ ֶׁ֖שףְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֻׁ֣מלְֶךְשמ ֹּ֤רֹוןְמְר ֹאון֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej shimrón mêrovn {s} ejád, {s} mélej ajsháf {s} ejád.

el rey de Simron-merón, uno; el rey de Acsaf, uno;


(21)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶךְמְג ֶׁ֖דֹוְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ֶ֥ ‫ֶ ֹּ֤מלְֶךְתענְך֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
mélej ta'naj {s} ejád, {s} mélej mêgidó {s} ejád.

el rey de Taanac, uno; el rey de Meguido, uno;


(22)
‫ ס‬:‫דְ{ס}ְמלְֶך־יְקְנעָ ֥םְלכר ֶ ֶׁ֖מלְ{ס}ְאֶ ָ ַֽחד‬
ַֽ ֶ ‫ְֶךְקדֶ ש֙ ְ{ס}ְאֶ ֔ ָח‬
ֶ ֨ ‫ֶ ֹּ֤מל‬
mélej qédesh {s} ejád, {s} mélej-ioqên'ám lakarmél {s} ejád.

el rey de Quedes, uno; el rey de Jocneam del Carmelo, uno;


(23)
ְ}‫ָ֑דְ{ס}ְמלְֶך־גֹוי֥םְלְגלגָ ֶׁ֖לְ{ס‬
ַֽ ֶ ‫֥תְדֹורְ{ס}ְאֶ ָח‬
ֶׁ֖ ‫ְֶךְדֹורְלְנָפ‬
ֵ֛ ‫ֶ ֥מל‬
‫ ס‬:‫אֶ ָ ַֽחד‬
mélej dór lênafát dór {s} ejád; {s} mélej-goím lêgilgál {s} ejád.

71
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 12, 13

el rey de Dor en Nafot-dor, uno; el rey de Goím en Gilgal, uno;


(24)
‫ ש‬:‫ֹלשיםְ{ס}ְוְאֶ ָ ַֽחד‬
֥ ְ‫ֶ ֥מלְֶךְתר ָצֶׁ֖הְ{ס}ְאֶ ָחָ֑דְ{ס}ְכְל־מְל ֶָׁ֖כיםְש‬
mélej tirtzáh {s} ejád; {s} kol-mêlajím shêloshím {s} vêejád.

el rey de Tirsa, uno. Treinta y un reyes en total.

Iehoshúa – Josué Capítulo 13


(1)
ְ ָ‫ןְבֶׁ֖אְבי ָָ֑מיםְו ֨י ֹאמֶ רְיה ֹ֜ ָוהְא ִָ֗ליוְא ָ ֹּ֤תהְז ָ֨קנתָ ה֙ ְָבֻׁ֣את‬
ָ ‫ַֽויהֹושֻׁ֣עְז ָ֔ק‬
:ְ‫בי ָ֔מיםְוְהָ ָ ֵ֛א ֶרץְנשא ָ ֲ֥רהְהר ַֽבה־מְאֶֹׁ֖ דְלְרש ָ ַֽתּה‬
víhoshú'a zaqén, bá baiamím; vaiómer Adonai eláv atáh zaqántah báta
vaiamím, vêhaáretz nisharáh harbéh-mêód lêrishtáĥ .

Siendo Iehoshúa [Josué] ya viejo y de edad avanzada, le dijo el Eterno: 'Tú


eres ya viejo y de edad avanzada, y queda todavía muchísima tierra por
conquistar.
(2)
:‫שּורי‬
ַֽ ְ‫֥ז ֹאתְהָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְהנש ָ ָ֑א ֶרתְכְל־גְליל֥ ֹותְהפְלש ֶׁ֖תיםְוְכְל־הג‬
zót haáretz hanisháret; kol-gêlilót hapêlishtím vêjol-hagêshurí.

Ésta es la tierra que queda: 'Todos los distritos de los filisteos y todo el de
Gesur:
(3)
ְ‫ֲשרְ׀ְעל־פְנֻׁ֣יְמצ ִ֗ריםְוְ ֨עדְגְ ֹּ֤בּולְעֶקרֹון֙ ְצָ ֔פֹונָה‬ ֻׁ֣ ֶ ‫יחֹורְא‬
ִּ֞ ‫ַֽמן־הש‬
ְ ֙‫יםְהעז ָֹּ֤תיְוְ ָ ַֽהאשדֹודי‬
ַֽ ָ ‫ַֽלכְנעֲנֶׁ֖יְ ַֽתחָ ָ֑שבְח ֲֻׁ֣משֶ תְ׀ְסרנֻׁ֣יְפְלש ִ֗ת‬
:‫ָ ַֽהאֶ שקְלֹונֻׁ֣יְהג ֔תיְוְ ָ ַֽהעֶקרֹונֶׁ֖יְוְ ָ ַֽהע ַּֽוים‬
mín-hashijór ashér | 'al-pênéi mitzráim vê'ád gêvúl 'eqron tzafónah, lákêna'aní
téjashév; jaméshet | sarnéi fêlishtím há'azatí vêháashdodí háeshqêloní hagití,
vêhá'eqroní vêhá'avím.

Desde Sijor, al oriente de Egipto, hasta el territorio de Ecrón, al norte, que se


considera de los cananeos; los cinco distritos de los filisteos [Gaza, Asdod,
Ascalón, Gat y Ecrón] y la tierra de los aveos,
(4)
ְ‫ץְהכְנע ֲִ֗ניְּומע ָ ֵָ֛רהְ ֲא ֶ ֥שרְל ַֽצידֹ נֶׁ֖יםְעד־ ֲאפָ֑קָ הְעֶׁ֖ד‬
ַֽ ‫ל־א ֶר‬
ֻׁ֣ ֶ ְ‫ימןְכ‬ ָ ִּ֞ ‫מת‬
:‫ּולְהאֱמֹ ַֽרי‬
ַֽ ָ ‫גְ ֥ב‬
72
13 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

miteimán kol-éretz hákêna'aní um'aráh ashér latzídoním 'ad-aféqah; 'ád gêvúl


háemorí.

al sur; toda la tierra de los cananeos, y desde Ara, que pertenece a los
sidonios, hasta Afec, hasta la frontera de los amorreos;
(5)
‫דְתחתְהר־‬
ֶׁ֖ ‫וְהָ ָ ֻׁ֣א ֶרץְהגב ִ֗ליְוְכְל־הלְבָ נֹון֙ ְמז ֻׁ֣רחְהשֶ֔ מֶ שְמבֻׁ֣עלְ ֔ ָג‬
:‫חֶ ר ָ֑מֹוןְעֶׁ֖דְלְ ֥בֹואְח ָ ֲַֽמת‬
vêhaáretz hagivlí vêjol-halêvanon mizráj hashémesh, mibá'al gád, tájat har-
jermón; 'ád lêvó jamát.

la tierra de los de Biblos; todo el Líbano al oriente, desde Baal-gad al pie del
monte Hermón, hasta Lebo-hamat;
(6)
ְ ֙‫יםְאנֹ כי‬
ַֽ ָ ‫ל־צידֹ ֔נ‬ֻׁ֣ ְ‫רְמן־הלְבָ נִּ֞ ֹוןְעד־מש ְר ֥ ֹפתְ ֨מים֙ ְכ‬ ַֽ ְ‫ֻׁ֣יְהָ ה‬
ַ֠ ‫ל־ישְב‬
ַֹֽ ְ‫כ‬
ְ‫ֲשר‬ ֶׁ֖ ֶ ‫הְכא‬ַֽ ‫לְרקְהפלֶ ֹּ֤הָ ְלְיש ָראלְ֙בְַֽנ ֲח ָ֔ל‬
ַ֠ ‫ישםְמפְנֶׁ֖יְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑א‬ ֔ ‫ַֽאֹור‬
:‫יתיָך‬ ַֽ ‫צּו‬
kol-ióshêvéi háhor mín-halêvanón 'ad-misrêfót máim kol-tzídoním, ánojí
órishém, mipênéi bênéi israél; ráq hapiléha lêisrael bênajaláh, káashér
tzivitíja.

todos los que habitan en la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot-
maim, y todos los habitantes de Sidón. A todos éstos yo los arrojaré de delante
de los Hijos de Israel. 'Tú, pues, sólo da la tierra por sorteo a Israel como
heredad, como te he mandado.
(7)
ְ‫יםְוח ֲֶׁ֖צי‬
ַֽ ‫וְע ִ֗ ָתהְח ִּ֞לקְאֶ ת־הָ ָ ֶׁ֧א ֶרץְה ֵ֛ז ֹאתְבְ ַֽנחֲלָ ֶׁ֖הְלְתשעֻׁ֣תְהשְבָ ָ֑ט‬
:‫טְהמְנ ֶ ַֽשה‬
ַֽ ֶ‫ה ֥שב‬
vê'atáh jaléq et-haáretz hazót bênájaláh lêtish'át hashêvatím; vájatzí hashévet
hámênashéh.

Reparte esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tribu de
Menashé [Manasés];
(8)
ְ‫ּוְנ ֲחל ָ ָָ֑תםְאֲשֶ רְ֩נ ָ֨תןְל ֹ֜ ֶָהםְמֹ שִֶ֗ הְבְעֹּ֤בֶ ר‬
ַֽ ‫יְלקְ ֶׁ֖ח‬
ַֽ ָ ‫ע ִ֗מֹוְהָ ַֽראּובני֙ ְוְהג ָ֔ד‬
:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫הירדן֙ ְמז ָ ֔רחָ הְ ַֽכאֲ שֶ ר֙ ְנ ָֻׁ֣תןְל ֔ ֶָהםְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְעֶ ֥בֶ דְי‬
'imó haruvení vêhagadí, láqêjú nájalatám; asher natán lahém moshéh bê'éver
haiarden mizrájah, káasher natán lahém, moshéh 'éved Adonai.

73
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 13

porque la otra mitad de esta tribu, los rubenitas y los gaditas ya recibieron su
heredad, la cual les dio Moshé [Moisés] en el lado oriental del Jordán. Moshé
[Moisés], siervo del Eterno, se la dio
(9)
ְ‫ֲשרְבְתֹוְך־הנֵ֛חל‬
ֶׁ֧ ֶ ‫ת־נחלְארנֹ֜ ֹוןְוְהָ ֨עירְא‬ ֨ ‫ֲרֹוערְאֲשֶ רְ֩על־שְפ‬֡ ‫ַֽמע‬
:‫רְמידְ ָבֶׁ֖אְעד־ד ַֽיבֹון‬
ַֽ ֹ֥‫וְכְל־המיש‬
mé'aro'ér asher 'al-sêfat-nájal arnón vêha'ír ashér bêtoj-hanájal vêjol-hamishór
méidêvá 'ad-divón.

desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la ciudad que está en el
centro del valle, toda la meseta de Medeba hasta Dibón;
(10)
ְ‫ֲשרְמָ לְֶׁ֖ךְבְחֶ ש ָ֑בֹוןְעד־גְ ֶׁ֖בּולְבְנ֥י‬
֥ ֶ ‫ְֶךְהאֱמֹ ֔ריְא‬
ַֽ ָ ‫ְמל‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫וְ ִ֗ ֹכלְעָרי֙ ְסיחֹון‬
:‫ע ַֽמֹון‬
vêjól 'areí sijon mélej háemorí, ashér maláj bêjeshbón; 'ad-gêvúl bênéi 'amón.

todas las ciudades de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón hasta la
frontera de los hijos de Amón;
(11)
‫שּוריְוְה ַֽמ ֲעכ ִָ֗תיְוְ ֨ ֹכלְה֥רְחֶ ר ֵ֛מֹוןְוְכְל־הבָ ָ ֶׁ֖שןְעד־‬
ֻׁ֣ ְ‫וְהגל ִָּ֞עדְּוג ֶׁ֧בּולְהג‬
:‫סל ָ ַֽכה‬
vêhagil'ád ugvúl hagêshurí vêhamá'ajatí vêjól hár jermón vêjol-habashán 'ad-
saljáh.

Galaad y los territorios de Gesur y de Maajá [Maaca]; todo el monte Hermón,


toda la tierra de Basán hasta Salca;
(12)
ְ‫יְהּוא‬
ֹּ֤ ‫כְל־ממלְכ֥ ּותְעֹוג֙ ְבבָ שָ֔ ןְאֲשֶ ר־מָ לְ֥ךְבְעשתָ ֶׁ֖רֹותְּובאֶ ד ֶ ָ֑רע‬
:‫רְה ְרפ ָ֔איםְויכ֥םְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְו ַֹֽיר ַֽשם‬
ַֽ ָ ֶ‫נשאר֙ ְמיֶ ֻׁ֣ת‬
kol-mamlêjút 'og babashán, asher-maláj bê'ashtarót uvedré'i; hú nishar miéter
hárêfaím, vaiakém moshéh vaiórishém.

todo el reino de Og, el cual era sobreviviente de los refaítas, que reinó en
Astarot y Edrei en Basán, y a quienes Moshé [Moisés] derrotó y echó.'
(13)
ְ‫יְואֶ ת־ה ַֽמ ֲעכ ָָ֑תיְו ֨ישֶ בְגְ ֹּ֤שּור‬
ְ ‫שּור‬
ֶׁ֖ ְ‫אְהֹורישּו֙ ְבְנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְאֶ ת־הג‬ ֨ ֹ ‫וְ ֹּ֤ל‬
:‫ּומ ֲעכָת֙ ְבְ ֶ ֻׁ֣ק ֶרבְיש ָר ֔אלְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬ַֽ

74
13 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêló horíshú bênéi israél, et-hagêshurí vêet-hamá'ajatí; vaiéshev gêshúr


umá'ajat bêqérev israél, 'ád haióm hazéh.

Sin embargo, los Hijos de Israel no echaron a los de Gesur y de Maajá


[Maaca]; antes bien, Gesur y Maajá [Maaca] han habitado en medio de Israel
hasta el día de hoy.
(14)
ְ‫ְ֙הּוא‬
ֻׁ֣ ‫ןְנחֲלָ ָ֑הְא ֨שיְיה ֹ֜ ָוהְאֱֹלהֹּ֤יְיש ָראל‬
ַֽ ‫יְל ֹאְנ ֶָׁ֖ת‬
֥ ‫ֹּ֚רקְלְ ֻׁ֣שבֶ טְהל ֔ו‬
‫ פ‬:ְ‫ֲשרְדבֶ ר־לַֽ ֹו‬ ֶׁ֖ ֶ ‫ֹוְכא‬
ַֽ ‫ַֽנ ֲחל ָ֔ת‬
ráq lêshévet haleví, ló natán nájaláh; ishéi Adonai elohéi israel hú nájalató,
káashér diber-ló .

Sólo a la tribu de Leví no dio heredad: Las ofrendas quemadas del Eterno
Elohim de Israel son su heredad, como él le había prometido.
(15)
:‫ַֽי־ראּובֶׁ֖ןְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ְ ‫וי ֻׁ֣תןְמֹ שֶ֔ הְלְמ ֥טהְבְנ‬
vaitén moshéh, lêmatéh vênéi-rêuvén lêmishpêjotám.

Moshé [Moisés] había dado heredad a la tribu de los hijos de Rubén, según
sus clanes,
(16)
ְ‫ת־נחלְארנֹ֜ ֹוןְוְהָ ֨עיר‬
֨ ‫ֲרֹוערְאֲשֶ רְ֩על־שְפ‬ ֡ ‫ּולְמע‬
ַֽ ִ֗‫וי ֨היְל ֹ֜ ֶָהםְהגְב‬
:‫יד ָ ַֽבא‬
ְ ‫ל־מ‬
ַֽ ‫ֲשרְבְתֹוְך־הנֵ֛חלְוְכְל־המישֶֹׁ֖ רְע‬ ֶׁ֧ ֶ ‫א‬
vaihí lahém hagêvúl mé'aro'ér asher 'al-sêfat-nájal arnón vêha'ír ashér bêtoj-
hanájal vêjol-hamishór 'al-méidêvá.

y el territorio de ellos abarcaba desde Aroer, que está en la ribera del río
Arnón, la ciudad que está en el centro del valle y toda la meseta hasta
Medeba;
(17)
ְ‫ֹותְבעלְּובֶׁ֖יתְב֥על‬
֔ ‫ֲשרְבמישָֹ֑ רְדיבֹ ן֙ ְּובָ ֻׁ֣מ‬
ֻׁ֣ ֶ ‫חֶ ש ֥בֹוןְוְכְל־ע ֶ ֶָׁ֖ריהָ ְא‬
:‫מְעַֽ ֹון‬
jeshbón vêjol-'aréiha ashér bamishór; divon uvamót bá'al, uvéit bá'al mê'ón.

Hesbón con todas sus aldeas que están en la meseta, Dibón, Bamot-baal, Bet-
baal-maón;
(18)
:‫וְי֥הצָ הְּוקדמֶֹׁ֖ תְּומ ָ ַֽפעת‬
vêiáhtzah uqdemót umefá'at.

75
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 13

Iahatz, Cademot, Mefaat,


(19)
:‫וְקרי ָֻׁ֣תיםְוְשב ֔ ָמהְוְ ֶצ ֶ֥רתְה ֶׁ֖שחרְבְה֥רְהָ ַֽעמֶ ק‬
vêqiriatáim vêsivmáh, vêtzéret hashájar bêhár ha'émeq.

Quiriataim, Sibma, Zeret-hasájar en la colina del valle;


(20)
:‫ּוב֥יתְפְעֵ֛ ֹורְוְאש ֥דֹותְהפסגָ ֶׁ֖הְּוב֥יתְהיש ַֽמֹות‬
uvéit pê'ór vêashdót hapisgáh uvéit haishimót.

Bet-peor, las laderas del Pisga, Bet-jesimot;


(21)
ְ‫ֲשרְמָ לְֶׁ֖ך‬ ֥ ֶ ‫ְֶךְהאֱמֹ ֔ריְא‬
ַֽ ָ ‫ְמל‬ ֻׁ֣ ֶ ֙‫וְכֹ לְ֙ע ָֻׁ֣ריְהמישֹ֔ רְוְ ָ ַֽכל־ממלְכִ֗ ּותְסיחֹון‬
‫יאיְמד ִָ֗יןְאֶ ת־א ֱֹּ֤ויְוְאֶ ת־‬ ֻׁ֣ ‫בְחֶ ש ָ֑בֹוןְאֲשֶ רְ֩ה ָ֨כהְמֹ שֶֹ֜ הְאֹ ֻׁ֣תֹוְ׀ְוְאֶ ת־נְש‬
:‫ֹוןְישְבֶׁ֖יְהָ ָ ַֽא ֶרץ‬
ַֹֽ ‫יח‬ ֔ ‫ת־רבעְנְסיכֻׁ֣יְס‬ ֔ ֶ ֶ‫ת־צּורְוְאֶ ת־חּור֙ ְוְא‬ ֹּ֤ ֶ‫ֶ ֨רקֶ ם֙ ְוְא‬
vêjol 'aréi hamishór, vêjál-mamlêjút sijon mélej háemorí, ashér maláj
bêjeshbón; asher hikáh moshéh otó | vêet-nêsiéi midián et-eví vêet-réqem
vêet-tzúr vêet-jur vêet-réva', nêsijéi sijón, ióshêvéi haáretz.

todas las ciudades de la meseta; todo el reino de Sejón, rey de los amorreos,
que reinó en Hesbón. [Moshé [Moisés] había derrotado a éste y a los jefes de
Madián; Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sejón que habitaban
aquella tierra.
(22)
‫םְה ְרגֶׁ֧ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֵ֛אלְב ֶח ֶֶׁ֖רבְאֶ ל־‬
ַֽ ָ ‫קֹוס‬
ָ֑ ‫וְאֶ ת־בלעָ ֥םְבֶ ן־בְעֶׁ֖ ֹורְה‬
:‫יהם‬ַֽ ֶ ‫חלְל‬
vêet-bil'ám ben-bê'ór haqosém; hárêgú vênéi-israél bajérev el-jalêleihém.

Los Hijos de Israel también mataron a espada, entre otros, al adivino Balaam
hijo de Beor.]
(23)
ְ ֙‫ַֽי־ראּובן‬
ְ ‫אתְנחֲלֹּ֤תְבְנ‬
ַֽ ֹ ‫ּולְז‬
ֻׁ֣ ‫אּובןְהיר ֶׁ֖דןְּוג ָ֑ב‬
֔ ‫ֻׁ֣יְר‬
ְ ‫וי ִ֗היְגְבּולְ֙בְנ‬
‫ פ‬:‫יהן‬ ַֽ ֶ ‫םְהע ֶָׁ֖ריםְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫חֹות‬
ָ ֔ ְ‫לְמשפ‬
vaihí gêvul bênéi rêuvén, haiardén ugvúl; zót nájalát bênéi-rêuven
lêmishpêjotám, hé'arím vêjatzreihén.

Y el Jordán era el límite del territorio de los hijos de Rubén. Ésta era la
heredad de los hijos de Rubén, según sus clanes, con sus ciudades y sus
aldeas.

76
13 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(24)
:‫וי ֹּ֤תןְמֹ שֶ ה֙ ְלְמטה־ ֔ ָגדְלבני־גָ ֶׁ֖דְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
vaitén mosheh lêmateh-gád, livnei-gád lêmishpêjotám.

También Moshé [Moisés] había dado heredad a la tribu de Gad, a los hijos de
Gad, según sus clanes.
(25)
‫יְא ֶרץְבְנֻׁ֣יְע ָ֑מֹוןְעד־‬
ֶׁ֖ ֶ ‫דְוח ֲָ֕צ‬
ַֽ ‫וי ֹּ֤היְלָהֶ ם֙ ְהגְב֔ ּולְיעזר֙ ְוְכְל־ע ָֻׁ֣ריְהגל ָ֔ע‬
:‫ֲשרְעל־פְנ֥יְר ָ ַֽבה‬ֶׁ֖ ֶ ‫ֲרֹוערְא‬
ָ֕ ‫ע‬
vaihí lahem hagêvúl, ia'zer vêjol-'aréi hagil'ád, vájatzí éretz bênéi 'amón; 'ad-
'aro'ér ashér 'al-pênéi rabáh.

El territorio de ellos abarcaba Jazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del
territorio de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá;
(26)
:‫ָ֑יםְּוממח ֲֶׁ֖נַֽיםְעד־גְ ֥בּולְלד ַֽבר‬
ַֽ ‫ד־ר ֥מתְהמצפֶ ֶׁ֖הְּובטֹ נ‬
ָ ‫ּומחֶ ש ֵ֛בֹוןְע‬
ַֽ
uméjeshbón 'ad-ramát hamitzpéh uvtoním; umímajanáim 'ad-gêvúl lidvír.

desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim; desde Majanaim hasta el


territorio de Lo-debar;
(27)
ְ ֙‫ְּ֩וביתְנמ ָ ֹ֜רהְוְסכֻׁ֣ ֹותְוְצָ ִ֗פֹוןְ ֶֹּ֚יתֶ רְממלְכִ֗ ּותְסיחֹון‬
֨ ‫ּובָ ֡עמֶ קְבֻׁ֣יתְהָ ָרם‬
:‫ֶ ֻׁ֣מלְֶךְחֶ ש ֔בֹוןְהיר ֶׁ֖דןְּוגבָ֑לְעד־קְצה֙ ְיָם־כ ֶ֔נ ֶרתְע֥בֶ רְהיר ֶׁ֖דןְמז ָ ַֽרחָ ה‬
uva'émeq béit haram uvéit nimráh vêsukót vêtzafón iéter mamlêjút sijon mélej
jeshbón, haiardén ugvúl; 'ad-qêtzeh iam-kinéret, 'éver haiardén mizrájah.

y en el valle Bet-haram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sejón,


rey de Hesbón; es decir, la ribera oriental del Jordán hasta el extremo sur del
mar Quinéret.
(28)
‫ ס‬:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ֶָׁ֖ריםְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫אתְנחֲל֥תְבְני־גָ ֶׁ֖דְלְמשפְחֹ ָ ָ֑ת‬
ַֽ ֹ ‫ֵ֛ז‬
zót nájalát bênei-gád lêmishpêjotám; hé'arím vêjatzreihém.

Ésta es la heredad de los hijos de Gad, según sus clanes, con sus ciudades y
sus aldeas.
(29)
ְ‫יְלח ֲֵ֛ציְמ ֥טהְבְנַֽי־מְנ ֶ ֶׁ֖שה‬
ַֽ ‫יְשבֶ טְמְנ ֶ ָ֑שהְוי ִ֗ה‬
ֻׁ֣ ‫הְלח ֲֶׁ֖צ‬
ַֽ ֶ֔‫וי ֻׁ֣תןְמֹ ש‬
:‫חֹותם‬
ַֽ ָ ְ‫לְמשפ‬

77
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 13

vaitén moshéh, lájatzí shévet mênashéh; vaihí lájatzí matéh vênéi-mênashéh


lêmishpêjotám.

También Moshé [Moisés] había dado heredad a la media tribu de Menashé


[Manasés], esto es, a la media tribu de los hijos de Menashé [Manasés], según
sus clanes:
(30)
ְ‫ֹוגְמלְֶך־הבָ שִָ֗ ן‬
ַֽ ֶ ֻׁ֣‫ןְכל־ממלְכֻׁ֣ ּותְ׀ְע‬
ַֽ ָ ָֹ֜‫םְכל־הבָ ש‬
ַֽ ָ ‫וי ֻׁ֣היְגְבּו ִָ֗לםְמ ַֽמח ֲ֨ני‬
:‫יםְעיר‬
ַֽ ‫ֲשרְבבָ ָ ֶׁ֖שןְש ֥ש‬֥ ֶ ‫וְכְל־ח ֥ ְֹּותְי ֵָ֛אירְא‬
vaihí gêvulám mimájanáim kál-habashán kál-mamlêjút | 'óg mélej-habashán
vêjol-jaúot iaír ashér babashán shishím 'ír.

El territorio de ellos abarcaba desde Majanaim, todo Basán [todo el reino de


Og, rey de Basán], y todas las aldeas de Jaír que están en Basán: sesenta
ciudades.
(31)
ְ‫ַֽוח ֲֹּ֤ציְהגלעָד֙ ְוְעשתָ ֻׁ֣רֹותְוְאֶ ד ֶ ֔רעיְע ֵָ֛ריְממלְכ֥ ּותְעֶׁ֖ ֹוגְבבָ ָ ָ֑שןְלבנֹּ֤י‬
:‫חֹותם‬
ַֽ ָ ְ‫הְלח ֲ֥ציְבְנַֽי־מָ ֶׁ֖כירְלְמשפ‬ ַֽ ֶ֔‫מָ כיר֙ ְבֶ ן־מְנש‬
vájatzí hagil'ad vê'ashtarót vêedré'i, 'aréi mamlêjút 'óg babashán; livnéi majir
ben-mênashéh, lájatzí vênéi-majír lêmishpêjotám.

Se dio, además, la mitad de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og


en Basán, a los hijos de Maquir hijo de Menashé [Manasés], es decir, a la
mitad de los hijos de Maquir, según sus clanes.
(32)
ְ‫יחֹו‬
ֶׁ֖ ‫ֹותְמֹואבְמעֵ֛בֶ רְלְיר ֥דןְיְר‬
ָ֑ ָ ‫ָ֕אלֶהְאֲשֶ ר־נח֥לְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְבְ ַֽע ְר ֻׁ֣ב‬
‫ פ‬:‫מז ָ ַֽרחָ ה‬
éleh asher-nijál moshéh bê'árêvót moáv; me'éver lêiardén iêrijó mizrájah.

Esto es lo que Moshé [Moisés] había dado como heredad en las llanuras de
Moab al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó.
(33)
ְ‫ְ֙הּוא‬
ֻׁ֣ ‫הְנחֲלָ ָ֑הְיה ִּ֞ ָוהְאֱֹלהֹּ֤יְיש ָראל‬
ַֽ ‫ּול ֨שבֶ ט֙ ְהל ֔ויְ ַֽל ֹא־נ ָ֥תןְמֹ ֶ ֶׁ֖ש‬
‫ ס‬:ְ‫ֲשרְד ֶב֥רְל ֶ ַָֽהם‬ ֶׁ֖ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫ַֽנ ֲחל ֔ ָָת‬
ulshévet haleví, ló-natán moshéh nájaláh; Adonai elohéi israel hú nájalatám,
káashér dibér lahém .

Pero Moshé [Moisés] no dio heredad a la tribu de Leví; el Eterno Elohim de


Israel es su heredad, como él les había dicho.

78
14 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Iehoshúa – Josué Capítulo 14


(1)
ְ‫ּוְאֹותם‬
ָ ִ֗ ‫ר־נחֲל֥ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְבְ ֶ ֻׁ֣א ֶרץְכְנָ ָ֑עןְאֲשֶ֨ רְ ַֽנח ֲֹ֜ל‬
ַֽ ָ ֶ‫וְ ֵ֛אלֶהְאֲש‬
:‫אשיְא ֲ֥בֹותְהמ ֶׁ֖טֹותְלבנ֥יְיש ָר ַֽאל‬ ֵ֛ ‫אֶ לעָזָ ֹּ֤רְהכֹ הן֙ ְַֽויהֹושֻׁ֣עְבן־נ֔ ּוןְוְ ָר‬
vêéleh asher-nájalú vênéi-israél bêéretz kêná'an; ashér níjalú otám el'azár
hakohen víhoshú'a bin-nún, vêrashéi avót hamatót livnéi israél.

Esto es lo que los Hijos de Israel tomaron como heredad en la tierra de


Canaán, lo que les repartieron el sacerdote Eleazar, Iehoshúa [Josué] hijo de
Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los Hijos de Israel.
(2)
ְ‫ֹותְוח ֲ֥צי‬
ַֽ ‫לְנ ֲחל ָ ָָ֑תםְ ַֽכאֲשֶ֨ רְצּוָ ֹּ֤הְיהוָה֙ ְבְיד־מֹ שֶ֔ הְלְתשע֥תְהמ ֶׁ֖ט‬
ַֽ ‫גֹור‬
ֶׁ֖ ְ‫ב‬
:ְ‫המ ֶ ַֽטה‬
bêgorál nájalatám; káashér tziváh Adonai bêiad-moshéh, lêtish'át hamatót
vájatzí hamatéh .

Su heredad les fue dada por sorteo a las nueve tribus y a la media tribu, como
el Eterno había mandado por medio de Moshé [Moisés].
(3)
ְ‫הְנח ֲ֨לתְשְנֹּ֤יְהמטֹות֙ ְַֽוח ֲֻׁ֣ציְהמ ֔ ֶטהְמעֶׁ֖בֶ רְליר ָ֑דן‬ ַֽ ֶֹ֜‫ַֽכי־נ ָ֨תןְמֹ ש‬
:‫תֹוכם‬
ַֽ ָ ְ‫ןְנחֲלָ ֶׁ֖הְב‬
ַֽ ‫וְ ֨ללו ֔יםְ ַֽל ֹא־נ ָ֥ת‬
kí-natán moshéh nájalát shênéi hamatot vájatzí hamatéh, me'éver laiardén;
vêlálviím, ló-natán nájaláh bêtojám.

Porque a las dos tribus y a la media tribu, Moshé [Moisés] les había dado
heredad al otro lado del Jordán; pero a los levitas no les había dado heredad
entre ellos.
(4)
ְ‫ְ֩חלֶק‬
֨ ‫ַֽי־יֹוסףְשְנ֥יְמ ֶׁ֖טֹותְמְנ ֶ ֻׁ֣שהְוְאֶ פ ָ ָ֑ריםְוְ ַֽל ֹא־נְתְנּו‬
ֵ֛ ‫ַֽכי־הָ יֶׁ֧ ּוְבְנ‬
ְ‫יהֶׁ֖ם‬
ֶ ‫יהםְלְמקנ‬ ֶ ֔ ‫תְּומגרְש‬֨ ֶ‫ץְכיְאם־עָרים֙ ְלָשֶ֔ ב‬ ֹּ֤ ‫ללו ֹ֜יםְבָ ִ֗ ָא ֶר‬
:‫ּולקני ָָנַֽם‬
kí-haíu vênéi-ioséf shênéi matót mênashéh vêefráim; vêló-notênú jéleq lalviím
baáretz kí im-'arim lashévet, umígrêsheihém, lêmiqneihém ulqinianám.

Pues los hijos de Iosef [José] formaban dos tribus: Menashé [Manasés] y
Efráim. A los levitas no se les dio ninguna porción en la tierra, sino solamente
ciudades en que habitasen, con sus campos de alrededor para sus ganados y
sus rebaños.

79
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 14

(5)
‫ַֽכאֲשֶ֨ רְצּוָ ֹּ֤הְיהוָה֙ ְאֶ ת־מֹ שֶ֔ הְכ֥ןְע ֶָׁ֖שּוְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְוַַֽֽיחלְ ֶׁ֖קּוְאֶ ת־‬
‫ פ‬:ְ‫הָ ָ ַֽא ֶרץ‬
káashér tziváh Adonai et-moshéh, kén 'asú bênéi israél; váiajlêqú et-haáretz .

Conforme el Eterno había mandado a Moshé [Moisés], así hicieron los Hijos
de Israel en el reparto de la tierra.
(6)
ְ‫הֹוש ֙עְבגל ֔ ָגלְו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְא ָ֔ליוְכָל֥בְבֶ ן־יְפנֶ ֶׁ֖ה‬
֨ ְ‫הּודהְאֶ ל־י‬ ֹּ֤ ָ ְ‫ויגְ ֨שּוְבְנַֽי־י‬
‫ְאת־הדָ בָ רְ֩אֲשֶ ר־ד ֨ ֶברְיה ֹ֜ ָוהְאֶ ל־מֹ ֶ ֻׁ֣שהְאיש־‬ ַֽ ֶ ָ‫הקְ נזָ֑יְא ָ ֻׁ֣תהְי ָ֡דעת‬
:ְ‫דֹותיָךְבְקָ ֥דשְברנַֽע‬ ֶׁ֖ ֶ ַֹֽ‫דֹותיְוְע֥לְא‬ֵ֛ ַֹֽ‫ֱֹלהיםְעֶׁ֧לְא‬ִ֗ ‫ָ ַֽהא‬
vaigêshú vênéi-iêhudáh el-iêhoshú'á bagilgál, vaiómer eláv, kalév ben-iêfunéh
haqênizí; atáh iadá'ta ét-hadavar asher-dibér Adonai el-moshéh ish-háelohím
'ál ódotái vê'ál ódotéja bêqadésh barné'a .

Los hijos de Iehudá [Judá] acudieron a Iehoshúa [Josué] en Gilgal. Y Kalév


hijo de Iefuné el quenezeo le dijo: –Tú sabes lo que el Eterno dijo a Moshé
[Moisés], hombre de Elohim, en Cades-barnea tocante a mí y a ti.
(7)
ְ‫הְעבֶ ד־יהוָ ֥הְאֹ ֵ֛תיְמקָ ֥דשְברנֶׁ֖ע‬ ַֽ ֶ ֶ֨‫יְבשֹלחְמֹ ש‬ ַ֠ ‫הְאנֹ ִ֗כ‬
ַֽ ָ ‫בֶ ן־ארבָ ֨עיםְשָ ָֹ֜נ‬
:ְ‫ֲשרְעם־לְבָ ַֽבי‬ ֶׁ֖ ֶ ‫רְכא‬ַֽ ‫לְרגֻׁ֣לְאֶ ת־הָ ָ ָ֑א ֶרץְ ָוַֽאָ ֹּ֤שבְאֹ תֹו֙ ְדָ ֔ ָב‬
ben-arba'ím shanáh ánojí bíshloaj moshéh 'éved-Adonai otí miqadésh barné'a
lêragél et-haáretz; váashév otó davár, káashér 'im-lêvaví .

Yo tenía 40 años cuando Moshé [Moisés], siervo del Eterno, me envió de


Cades-barnea para reconocer la tierra. Yo le traje el informe como lo sentía en
mi corazón.
(8)
ְ‫יְאח ֲֶׁ֖רי‬
ַֽ ‫ֲשרְעָלֻׁ֣ ּוְע ֔מיְהמ ֶׁ֖סיוְאֶ ת־לֻׁ֣בְהָ עָ ָ֑םְוְ ָ ַֽאנֹ ֻׁ֣כיְמ ֔לאת‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וְאחי֙ ְא‬
:ְ‫ֱֹלהי‬
ַֽ ָ ‫יהוָ ֥הְא‬
vêajaí ashér 'alú 'imí, himsív et-lév ha'ám; vêánojí miléti, ájaréi Adonai elohái.

Mis hermanos que habían ido conmigo descorazonaron al pueblo, pero yo


seguí al Eterno mi Elohim con integridad.
(9)
ְ ֙‫רְדרְכָ ֹּ֤הְרגלְָך‬
ַֽ ָ ֶ֨‫וישָ בֻׁ֣עְמֹ שִֶ֗ הְביֻׁ֣ ֹוםְההּוא֮ ְלאמֹ רְ֒אם־ ִ֗ל ֹאְהָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְאֲש‬
ְ‫ְאח ֲֶׁ֖ריְיהוָ ֥ה‬
ַֽ ָ‫ָ֑םְכיְמ ֔לאת‬ ֻׁ֣ ָ‫֔ ָבּהְלְ ָ֨ך ְַֽתהְיֶ ֶׁ֧הְלְ ַֽנחֲלָ ֵ֛הְּולבָ נֶ ֶׁ֖יָךְעד־עֹול‬
:ְ‫ֱֹלהי‬
ַֽ ָ ‫א‬
80
14 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vaishavá' moshéh baióm hahu lemor im-ló haáretz ashér dárêjáh raglêjá báĥ,
lêjá tíhêiéh lênájaláh ulvanéja 'ad-'olám; kí miléta, ájaréi Adonai elohái .

Aquel día Moshé [Moisés] juró diciendo: 'La tierra que pisó tu pie será para ti
y para tus hijos como heredad perpetua, porque seguiste al Eterno mi Elohim
con integridad.'
(10)
ְ‫ֲשרְדברְ֒ ֶז ְ֩הְארבָ ֨עיםְוְחָ ֹ֜מש‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ְכא‬
ַֽ ֮‫ְ֩ה ֱח ָ֨יהְיהוָ ֻׁ֣הְ׀ְאֹותי‬
ַֽ ֶ ‫וְע ִ֗ ָתהְהנה‬
ְ‫הְמאְ זְד ֨ ֶברְיה ֹ֜ ָוהְאֶ ת־הדָ ָבֹּ֤רְהזֶה֙ ְאֶ ל־מֹ שֶ֔ הְאֲשֶ ר־הָ לְ֥ךְיש ָר ֶׁ֖אל‬ ַ֠ ‫שָ ִָ֗נ‬
:ְ‫ֻׁ֣הְאנֹ ֻׁ֣כיְהי֔ ֹוםְבֶ ן־חָ ֥משְּושמֹ נֶׁ֖יםְשָ ָנַֽה‬
ַֽ ָ ‫במד ָבָ֑רְוְעתָ ה֙ ְהנ‬
vê'atáh hineh héjeiáh Adonai | otí káashér diber zeh arba'ím vêjamésh shanáh
méoz dibér Adonai et-hadavár hazeh el-moshéh, asher-haláj israél bamidbár;
vê'atah hinéh ánojí haióm, ben-jamésh ushmoním shanáh .

Ahora bien, he aquí que el Eterno me ha conservado la vida, como él dijo,


estos 45 años desde el día que el Eterno habló estas palabras a Moshé
[Moisés], cuando Israel caminaba por el desierto. Ahora, he aquí que tengo 85
años;
(11)
ְ‫יְאזְּוכְ ֻׁ֣ ֹכחי‬
ֶׁ֖ ָ ‫קְכאֲשֶ ר֙ ְבְי֨ ֹוםְשְֹלֹּ֤ חְאֹותי֙ ְמֹ שֶ֔ הְכְ ֥ ֹכח‬
ַֽ ‫עֹודניְהיֹ֜ ֹוםְחָ ִָ֗ז‬
ֶ֨
:‫עָ ָ֑תָ הְלמלחָ ָ ֶׁ֖מהְוְלָצ֥אתְוְל ַָֽבֹוא‬
'odéni haióm jazáq káasher bêíom shêlóaj otí moshéh, kêjóji áz ujêjóji 'átah;
lamiljamáh vêlatzét vêlavó.

pero aún estoy tan fuerte como el día en que Moshé [Moisés] me envió. Como
era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, tanto para salir
como para entrar.
(12)
ְ‫ּואְכי‬
ֻׁ֣ ‫וְע ִ֗ ָתהְתְנָה־לי֙ ְאֶ ת־הָ ָהֻׁ֣רְה ֶ֔זהְאֲשֶ ר־ד ֶב֥רְיהוָ ֶׁ֖הְביֻׁ֣ ֹוםְה ָ֑ה‬
ְ‫ּואְכי־ ֲענ ָֻׁ֣קיםְשִָ֗ םְוְעָרים֙ ְגְדֹ לֻׁ֣ ֹותְבְצ ֔רֹות‬
ַֽ ‫א ָ ַֽתה־שָ מע ָתְ֩בי֨ ֹוםְה ֹ֜ה‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֲשרְד ֶב֥רְי‬
ֶׁ֖ ֶ ‫יםְכא‬
ַֽ ‫אּוליְיהוָ ֹּ֤הְאֹותי֙ ְוְ ֻׁ֣הֹורש ֔ת‬
֨
vê'atáh tênah-lí et-hahár hazéh, asher-dibér Adonai baióm hahú; kí atáh-
shama'tá vaióm hahú kí-'anaqím shám vê'arim gêdolót bêtzurót, ulái Adonai
otí vêhórashtím, káashér dibér Adonai .

Dame, pues, ahora esta parte montañosa de la cual habló el Eterno aquel día,
porque tú oíste aquel día que los anaquitas viven allí y que hay ciudades
grandes y fortificadas. ¡Si el Eterno está conmigo, yo los echaré, como el
Eterno ha dicho!

81
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 14, 15

(13)
:‫וַַֽֽיבְ ְרכֶׁ֖הּוְיְהֹושָ֑עְוי ֶׁ֧תןְאֶ ת־חֶ ב ֵ֛רֹוןְלְכָל֥בְבֶ ן־יְפנֶ ֶׁ֖הְלְ ַֽנח ָ ֲַֽלה‬
váivorêjéhu iêhoshú'a; vaitén et-jevrón lêjalév ben-iêfunéh lênájaláh.

Entonces Iehoshúa [Josué] bendijo a Kalév [Caleb] hijo de Iefuné [Jefone], y


le dio Hebrón como heredad.
(14)
ְ‫ְלנ ֲח ָ֔להְעֶׁ֖דְהיֻׁ֣ ֹוםְהזֶ ָ֑ה‬
ְַֽ ֙‫ה־חֶ ברֹוןְלְכ ָ֨לבְבֶ ן־יְפנֶ ֹּ֤הְהקְנזי‬
ַ֠ ‫על־כֻׁ֣ןְהְי ָ ַֽת‬
:ְ‫אְאח ֲָ֕ריְיהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלה֥יְיש ָר ַֽאל‬
ַֽ ‫ֲשרְמ ֔ל‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ֹּ֚יעןְא‬
'al-kén hoytáh-jévron lêjalév ben-iêfunéh haqênizí lênajaláh, 'ád haióm hazéh;
iá'an ashér milé, ájaréi Adonai elohéi israél.

Por eso, Hebrón ha sido heredad de Kalév hijo de Iefuné el quenezeo, hasta el
día de hoy, porque siguió con integridad al Eterno Elohim de Israel.
(15)
ְ‫יםְהּוא‬
ָ֑ ‫ֹולְב ֲענ ֶָׁ֖ק‬
ַֽ ָ ‫עְהאָ ָ ֶׁ֧דםְהג ֵָ֛ד‬
ַֽ ָ ‫וְ ֨שםְחֶ ב ֹּ֤רֹוןְלְפָנים֙ ְקריֻׁ֣תְאר ֔ב‬
‫ פ‬:‫ץְשקְ ָ ֶׁ֖טהְממלחָ ָ ַֽמה‬
ַֽ ָ ‫וְהָ ָ ֥א ֶר‬
vêshém jevrón lêfanim qiriát arbá', háadám hagadól bá'anaqím hú; vêhaáretz
sháqêtáh mimiljamáh.

Antes el nombre de Hebrón era Quiriat-arba, pues Arba había sido el hombre
más grande entre los anaquitas. Y la tierra reposó de la guerra.

Iehoshúa – Josué Capítulo 15


(1)
‫הּודהְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְאֶ ל־גְ ֨בּולְא ֱֶׁ֧דֹוםְמדבר־‬
ֶׁ֖ ָ ְ‫גֹורלְלְמ ֵ֛טהְבְנ֥יְי‬
ִ֗ ָ ‫וי ֻׁ֣היְה‬
:‫ימן‬ ַֽ ָ ‫ֵ֛צןְנֶ ֶַֽׁ֖גבָ הְמקצ֥הְת‬
vaihí hagorál lêmatéh bênéi iêhudáh lêmishpêjotám; el-gêvúl edóm midbar-
tzín négbah miqtzéh teimán.

La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Iehudá [Judá], según
sus clanes, se extendía hasta el territorio de Edom y hasta el desierto de Zin en
el Néguev, su extremo sur.
(2)
:‫֥הְנַַֽֽגְבָ ה‬
ֶ ֶ‫וי ֹּ֤היְלָהֶ ם֙ ְגְ ֻׁ֣בּולְ ֶ֔נגֶבְמקצֶׁ֖הְיָ ֻׁ֣םְה ֶ ָ֑מלחְמן־הלָשֶֹׁ֖ ןְהפֹ נ‬
vaihí lahem gêvúl négev, miqtzéh iám hamélaj; min-halashón haponéh
négêbah.

82
15 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Su frontera sur era desde el extremo del mar Salado, desde la bahía que mira
hacia el sur.
(3)
ְ‫רְצנָהְוְעָלָ ֥הְמנֶ ֶַֽׁ֖גֶבְלְקָ ֻׁ֣דש‬
֔ ‫וְַ֠יָצָ אְאֶ ל־מ ֶֹ֜נגֶבְלְ ַֽמעֲלֹּ֤הְעקרביםְְ֙וְעָ ֻׁ֣ב‬
:‫ברנָ֑עְוְעָבֹּ֤רְחֶ צרֹון֙ ְוְעָלָ ֻׁ֣הְא ֔ ָד ָרהְוְנ ֶָׁ֖סבְהקר ָ ַֽקעָה‬
vêíatza el-minégev lêmá'aléh 'aqrabim vê'ávar tzínah, vê'aláh minégev
lêqadésh barné'a; vê'avár jetzron vê'aláh adárah, vênasáv haqarqá'ah.

Seguía en dirección sur hasta la cuesta de Acrabim y pasaba hasta Zin. Subía
por el sur hasta Cades-barnea y pasaba por Hezrón. Luego subía hacia Adar,
hasta rodear Carca.
(4)
ְ‫וְעָבֻׁ֣רְעצ ִ֗מֹונָהְוְיָצָ א֙ ְנֻׁ֣חלְמצ ֔ריםְוהיהְ(וְהָ יֵ֛ ּו)ְתַֹֽ צְ ֥אֹותְהגְ ֶׁ֖בּולְיָ ָ֑מָ ה‬
:ְ‫ּולְנַַֽֽגֶב‬
ֶ ‫ֶה־יהיֶ ֥הְלָכֶ ֶׁ֖םְגְ ֥ב‬
ַֽ ‫ז‬
vê'avár 'atzmónah vêiatza nájal mitzráim, vhyh (vêhaíu) tótzêót hagêvúl
iámah; zeh-íhiéh lajém gêvúl négev .

De allí la frontera pasaba a Asmón y continuaba por el arroyo de Egipto y


terminaba en el mar. Ésta será vuestra frontera del sur.
(5)
ְ ֙‫ּולְקדמָ ה֙ ְיָ ֻׁ֣םְה ֔ ֶמלחְעד־קְצֶׁ֖הְהיר ָ֑דןְּוג ִּ֞בּולְלפ ֹּ֤אתְצָ ֨פֹונָה‬
֨ ‫ּוג ֥ב‬
:ְ‫מלְ ֻׁ֣שֹוןְה ָ֔יםְמקצֶׁ֖הְהיר ַֽדן‬
ugvúl qédmah iám hamélaj, 'ad-qêtzéh haiardén; ugvúl lifát tzafónah milêshón
haiám, miqtzéh haiardén .

La frontera oriental era el mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Por
el lado norte la frontera era desde la bahía del mar en la desembocadura del
Jordán.
(6)
ְ‫ֻׁ֣יתְהע ֲָר ָבָ֑הְוְעָלָ ֻׁ֣הְהגְ ֔בּול‬
ַֽ ָ ‫וְעָלָ ֹּ֤הְהגְבּולְ֙בֻׁ֣יתְחְג ָ֔להְוְע ָָ֕ברְמצְ ֶׁ֖פֹוןְלְב‬
:‫אּובן‬
ַֽ ‫ן־ר‬ְ ֶ‫ֶ ֥אבֶ ןְבֶֹׁ֖ הןְב‬
vê'aláh hagêvul béit jogláh, vê'avár mitzêfón lêvéit há'araváh; vê'aláh hagêvúl,
éven bóhan ben-rêuvén.

Luego la frontera subía por Bet-jogla y pasaba por el norte de Bet-haarabá.


Luego la frontera subía hacia la piedra de Bohan hijo de Reuvén [Rubén].

83
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 15

(7)
‫וְ ָע ָ֨להְהגְ ֥בּולְ׀ְדְב ָרה֮ ְמעֻׁ֣מֶ קְעָכֹורְ֒וְצָ ֹ֜פֹונָהְפֹ נֶ ֻׁ֣הְאֶ ל־הגל ִ֗ ָגלְאֲשֶ ר־‬
ְ‫ֲשרְמנֶ ֶַֽׁ֖גֶבְלנָ ָ֑חלְוְעָבֹּ֤רְהגְבּולְ֙אֶ ל־מי־עֻׁ֣ין‬ ֥ ֶ ‫ֹ֨נכח֙ ְלְ ַֽמעֲלֻׁ֣הְאֲד ֔מיםְא‬
:‫שֶ֔ מֶ שְוְהָ י֥ ּוְתַֹֽ צְאֹ ָ ֶׁ֖תיוְאֶ ל־ע֥יןְרֹ גַֽל‬
vê'aláh hagêvúl | dêvirah me'émeq 'ajor vêtzafónah ponéh el-hagilgál asher-
nójaj lêmá'aléh adumím, ashér minégev lanájal; vê'avár hagêvul el-mei-'éin
shémesh, vêhaíu tótzêotáv el-'éin rogél.

Luego la frontera subía desde el valle de Acor hasta Debir, y se dirigía al


norte, hacia Gilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, al lado sur del
valle. La frontera pasaba hasta las aguas de En-semes y llegaba hasta En-
rogel.
(8)
ְ‫ֶבְהיאְיְ ַֽרּושָ לָ ָ֑ ם‬ ֶׁ֖ ‫וְ ָע ָ֨להְהגְ ֹ֜בּולְגֻׁ֣יְבֶ ן־ה ִֹ֗נםְאֶ ל־כֶ ֹּ֤תֶ ףְהיבּוסי֙ ְמ ֶ֔נג‬
ְ‫ֲשר‬ ֵ֛ ֶ ‫ל־ר ֹאשְהָ ִ֗ ָהרְ ַ֠ ֲאשֶ רְעל־פְנֹּ֤יְגַֽי־הנֹ ם֙ ְ ָ֔ימָ הְא‬
ֻׁ֣ ֶ‫וְ ָע ָ֨להְהגְ ֹ֜בּולְא‬
:‫ק־רפ ֶָׁ֖איםְצָ ַֽפֹונָה‬
ְ ֶ‫בקצ֥הְ ַֽעמ‬
vê'aláh hagêvúl géi ven-hinóm el-kétef haivusí minégev, hí iêrúshaláim;
vê'aláh hagêvúl el-rósh hahár ásher 'al-pênéi géi-hinom iámah, ashér biqtzéh
'émeq-rêfaím tzafónah.

Luego la frontera subía por el valle de Ben-hinom a la ladera sur de Jebús


[que es Ierushalaim [Jerusalén]]. Luego la frontera subía hacia la cumbre del
monte que está frente al valle de Hinom, al occidente, en el extremo norte del
valle de Refaím.
(9)
‫ְמיְנֶפ ֔תֹוחְוְי ָָצֶׁ֖אְאֶ ל־ע ָֻׁ֣ריְהר־‬
ֻׁ֣ ֙‫וְתָ ֨ארְהגְ ֹ֜בּולְמ ֻׁ֣ר ֹאשְהָ ִ֗ ָהרְאֶ ל־מעין‬
:‫֥תְיע ַָֽרים‬
ְ ‫הְהיאְקרי‬ ֶׁ֖ ‫ְ֙ב ֲע ָ֔ל‬
ַֽ ‫עֶפ ָ֑רֹוןְוְתָ ֹּ֤ארְהגְבּול‬
vêtaár hagêvúl merósh hahár el-ma'ian méi neftóaj, vêiatzá el-'aréi har-'efrón;
vêtaár hagêvul bá'aláh, hí qiriát iê'arím.

Después doblaba desde la cumbre del monte hacia el manantial Aguas de


Neftóaj y llegaba a las ciudades del monte Efrón, rodeando luego a Baala [que
es Quiriat-jearim].
(10)
‫וְנָסבְ֩הגְ ֨בּולְמ ַֽבעֲלָ ֥הְ ָ֨ימָ ה֙ ְאֶ ל־הֻׁ֣רְש ֔עירְוְע ָָ֕ברְאֶ ל־כֶ ֶׁ֧תֶ ףְהר־‬
:‫ית־שמֶ שְוְעָב֥רְתמ ָנַֽה‬ ֶׁ֖ ֶ ‫דְב‬
ַֽ ‫יְע ֵָ֛ריםְמצָ ֶׁ֖פֹונָהְ ֻׁ֣היאְכְסָ לָ֑ ֹוןְוְי ָ֥ר‬
vênasav hagêvúl mibá'aláh iámah el-hár se'ír, vê'avár el-kétef har-iê'arím
mitzafónah hí jêsalón; vêiarád béit-shémesh vê'avár timnáh.

84
15 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

La frontera torcía después desde Baala hacia el occidente hasta el monte Seír,
y pasaba al norte de Jearim [que es Quesalón]; descendía a Bet-semes y seguía
hacia Timna.
(11)
ְ‫וְי ֨ ָָצאְהגְ ֹ֜בּולְאֶ ל־כֶ ֻׁ֣תֶ ףְעֶקרֹון֮ ְצָ פֹו ָנהְ֒וְתָ ֹּ֤ארְהגְבּולְ֙שכְ ֔רֹונָהְוְעָב֥ר‬
:‫ּולְיַֽמָ ה‬
ָ ‫ר־הבעֲלָ ֶׁ֖הְוְי ָָצֻׁ֣אְיבנְ ָ֑אלְוְהָ יֵ֛ ּוְתַֹֽ צְ ֥אֹותְהגְ ֶׁ֖ב‬
ַֽ ‫ה‬
vêiatzá hagêvúl el-kétef 'eqron tzafonah vêtaár hagêvul shikêrónah, vê'avár
har-hába'aláh vêiatzá iavnêél; vêhaíu tótzêót hagêvúl iámah.

Luego la frontera salía hacia el lado norte de Ecrón. La frontera rodeaba


Sicrón, pasaba por el monte Baala, llegaba a Jabneel, y el terminal de la
frontera daba en el mar.
(12)
ְ‫הּודהְסָ ֶׁ֖ביב‬
ֵ֛ ָ ְ‫ּוג ֻׁ֣בּולְ ָ֔יםְהיָ ֥מָ הְהג ֶָׁ֖דֹולְּוג ָ֑בּולְ ַ֠ ֶזהְגְ ֶׁ֧בּולְבְנַֽי־י‬
:‫לְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ugvúl iám, haiámah hagadól ugvúl; zéh gêvúl bênéi-iêhudáh savív
lêmishpêjotám.

La frontera occidental era la costa del mar Grande. Éstas son las fronteras del
territorio de los hijos de Iehudá [Judá], según sus clanes.
(13)
ְ‫ֶׁ֖הְליהֹושָ֑ע‬
ַֽ ָ‫ל־פיְיהו‬
֥ ֶ‫הּודהְא‬
ָ ֔ ְ‫ןְחלֶק֙ ְבְ ֻׁ֣תֹוְךְבְנַֽי־י‬ ֨ ‫ּולכָלֻׁ֣בְבֶ ן־יְפ ִֶ֗נהְנָ ֹּ֤ת‬
:ְ‫ֶׁ֖קְהיאְחֶ ב ַֽרֹון‬
֥ ָ‫יְהעֲנ‬ ַֽ ָ ‫אֶ ת־קרי֥תְארבֵ֛עְא ֲ֥ב‬
uljalév ben-iêfunéh nátan jéleq bêtój bênéi-iêhudáh, el-pí Adonai líhoshú'a; et-
qiriát arbá' aví há'anáq hí jevrón .

De acuerdo con el mandato del Eterno a Iehoshúa [Josué], éste dio a Kalév
[Caleb] hijo de Iefuné [Jefone] una parte entre los hijos de Iehudá [Judá]. Le
dio Quiriat-arba, que es Hebrón. [Arba fue el padre de Anac.]
(14)
ְ ֙‫ֻׁ֣יְהעֲנָ ָ֑קְאֶ ת־ש ֹּ֤שיְוְאֶ ת־אֲחימן‬
ַֽ ָ ‫לֹושהְבְנ‬
ֶׁ֖ ָ ְ‫ו ֹֹּ֤י ֶרשְמשָ ם֙ ְכ ָ֔לבְאֶ ת־ש‬
:‫יְהע ֲָנַֽק‬
ַֽ ָ ‫יד‬
ֶׁ֖ ‫וְאֶ ת־תל ֔מיְיְל‬
vaióresh misham kalév, et-shêlosháh bênéi há'anáq; et-sheshái vêet-ajiman
vêet-talmái, iêlidéi há'anáq.

Y Kalév [Caleb] echó de allí a los tres hijos de Anac: a Sesai, a Ajimán y a
Talmai, descendientes de Anac.
(15)
:‫ת־ספֶר‬
ַֽ ‫ל־ישְבֶׁ֖יְדְ ָ֑ברְוְשם־דְ ֥ברְלְפָנֶׁ֖יםְקרי‬
ַֹֽ ֶ‫ויֻׁ֣עלְמשָ֔ םְא‬
85
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 15

vaiá'al mishám, el-ióshêvéi dêvír; vêshem-dêvír lêfaním qiriat-séfer.

De allí subió contra los habitantes de Debir. [Antes el nombre de Debir era
Quiriat-séfer.]
(16)
‫ת־ספֶרְּולכ ָ ָָ֑דּהְוְנ ָ֥תתיְלֵ֛ ֹוְאֶ ת־‬
ֶׁ֖ ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְכ ָ֔לבְאֲשֶ ר־יכֶ ֥הְאֶ ת־קרי‬
:‫עכ ָס֥הְב ֶׁ֖תיְלְא ָ ַֽשה‬
vaiómer kalév, asher-iakéh et-qiriat-séfer uljadáĥ; vênatáti ló et-'ajsáh vití
lêisháh.

Entonces Kalév [Caleb] dijo: –Al que ataque y tome Quiriat-séfer, yo le daré
por mujer a mi hija Acsa.
(17)
ְ‫יאלְבֶ ן־קְנֶׁ֖זְא ֲֻׁ֣חיְכָלָ֑בְויתֶ ן־לֵ֛ ֹוְאֶ ת־עכ ָ ֥סהְב ֶׁ֖תֹו‬
֥ ‫וַַֽֽילכְ ָ ֵ֛דּהְעְתנ‬
:‫לְא ָ ַֽשה‬
váilkêdáĥ 'otniél ben-qênáz ají jalév; vaiten-ló et-'ajsáh vitó lêisháh.

Otoniel hijo de Quenaz, hermano de Kalév [Caleb], fue quien la tomó. Y


Kalév [Caleb] le dio por mujer a su hija Acsa.
(18)
ְ‫יהְשָ ֔ ֶדהְותצנֶׁ֖חְמעֻׁ֣ל‬
ָ֙ ‫ֹולְמאת־אָ ֨ב‬
ַֽ ‫בֹואּהְותְס ֨יתהּו֙ ְלש ֹּ֤א‬ָ ִ֗ ְ‫וי ֻׁ֣היְ׀ְב‬
:‫ה־לְך‬
ַֽ ָ ‫ַֽהח ֲָ֑מֹורְו ַֽי ֹאמֶ ר־לָ ּ֥הְכָלֶׁ֖בְמ‬
vaihí | bêvoáĥ vatêsitéhú lishól méet-avíhá sadéh, vatitznáj me'ál hájamór;
vaiómer-láĥ kalév mah-láj.

Y aconteció que cuando ella llegó, le persuadió a que pidiese a su padre un


campo. Entonces ella hizo señas desde encima del asno, y Kalév [Caleb] le
preguntó: – ¿Qué quieres?
(19)
ְ‫תְמים‬
ָ֑ ָ ֻׁ֣‫הְליְגֹּל‬
ֶׁ֖ ‫יְא ֶרץְה ֶ֨נגֶב֙ ְנְת ֔ ָתניְוְ ָנַֽת ָ ֥ת‬
ֹּ֤ ֶ ‫הְכ‬
ֻׁ֣ ‫ָה־ליְבְ ָר ִָ֗כ‬
ֻׁ֣ ‫ו ֹ֜ת ֹאמֶ רְתְנ‬
‫ פ‬:‫ּהְאתְגֹּלֻׁ֣ תְעלי֔ ֹותְוְ ֶׁ֖אתְגֹּל֥ תְתחתיַֽ ֹות‬ ֹּ֚ ‫ויתֶ ן־ ִָ֗ל‬
vatómer tênah-lí vêrajáh kí éretz hanégev nêtatáni, vênátatáh lí gulót máim;
vaiten-láĥ ét gulót 'iliót, vêét gulót tajtiót.

Ella respondió: –Hazme un favor: Ya que me has dado tierra en el Néguev,


dame también fuentes de aguas. Entonces él le dio las fuentes de arriba y las
fuentes de abajo.
(20)
:‫הּודהְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ֶׁ֖ ָ ְ‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנַֽי־י‬
ַֽ ֹ ‫ִ֗ז‬
86
15 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

zót nájalát matéh vênéi-iêhudáh lêmishpêjotám.

Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Iehudá [Judá], según sus clanes.
(21)
ְ‫הּודהְאֶ ל־גְ ֥בּולְא ֱֶׁ֖דֹוםְבנֶ ַָֽ֑גבָ ה‬
ָ ֔ ְ‫ּוְהע ִָ֗ריםְמקצה֙ ְלְמ ֻׁ֣טהְבְנַֽי־י‬ ַֽ ֶ ֻׁ֣‫ו ַֽיהי‬
:ְ‫קבצְ ֥אלְוְעֶׁ֖דֶ רְוְיָגַֽ ּור‬
vaiíhíu hé'arím miqtzeh lêmatéh vênéi-iêhudáh, el-gêvúl edóm banégbah;
qavtzêél vê'éder vêiagúr .

Las ciudades de la tribu de los hijos de Iehudá [Judá], en el extremo sur, hacia
la frontera de Edom, fueron: Cabseel, Eder, Jagur,
(22)
:‫וְקינָ ֥הְוְ ַֽדימֹונָ ֶׁ֖הְוְעד ָע ָ ַֽדה‬
vêqináh vêdímonáh vê'ad'adáh.

Quina, Dimona, Adada,


(23)
:‫וְ ֶ ֥קדֶ שְוְחָ ֶׁ֖צֹורְוְית ָנַַֽֽן‬
vêqédesh vêjatzór vêitnán.

Quedes, Hazor, Itnán,


(24)
:‫ז֥יףְו ֶ ֶָׁ֖טלֶםְּובעָלַֽ ֹות‬
zíf vatélem uv'alót.

Zif, Telem, Bealot,


(25)
:‫ֹוןְהיאְחָ ַֽצֹור‬
֥ ‫וְחָ ֹּ֤צֹורְ׀ְחֲדתָ ה֙ ְּוקרי֔ ֹותְחֶ צ ֶׁ֖ר‬
vêjatzór | jadatah uqriót, jetzrón hí jatzór.

Hazor-hadata, Queriot, Hezrón [que es Hazor],


(26)
:‫עְּומֹול ָ ַָֽדה‬
ַֽ ‫א ָ ֲ֥מםְּוש ֶׁ֖מ‬
amám ushmá' umóladáh.

Amam, Sema, Molada,


(27)
:‫֥יתְפלֶט‬
ַֽ ָ ‫ַֽוחֲצ֥רְג ָ ֵ֛דהְוְחֶ ש ֶׁ֖מֹוןְּוב‬
vájatzár gadáh vêjeshmón uvéit pálet.

87
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 15

Hazar-gada, Hesmón, Bet-pélet,


(28)
:‫רְשבעְּובזיַֽ ֹות ָיַֽה‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ַֽוחֲצ֥רְשּועָ ֵ֛לְּוב ֥א‬
vájatzár shu'ál uvér shéva' uvizíotiáh.

Hazar-sual, Beer Sheva, Bizotia,


(29)
:‫ַֽבעֲלָ ֥הְוְעיֶׁ֖יםְו ָ ַָֽעצֶ ם‬
bá'aláh vê'iyím va'átzem.

Baala, Iyim, Ezem,


(30)
:‫וְאֶ לתֹול֥דְּוכ ֶׁ֖סילְוְחְר ָ ַֽמה‬
vêeltolád ujsíl vêjormáh.

Eltolad, Quesil, Horma,


(31)
:‫וְ ַֽצקְל֥גְּומדמנָ ֶׁ֖הְוְסנס ָנַֽה‬
vêtzíqêlág umadmanáh vêsansanáh.

Siclag, Madmana, Sansana,


(32)
ְ‫ּולבָ ֥אֹותְוְשל ֶׁ֖חיםְוְעֻׁ֣יןְוְר ָ֑מֹוןְכְל־ע ֵָ֛ריםְעֶש ֥ריםְו ֶָׁ֖תשע‬
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫וְחצר‬
ulvaót vêshiljím vê'áin vêrimón; kol-'arím 'esrím vatésha' vêjatzreihén.

Lebaot, Siljim, Ain y Rimón. En total eran veintinueve ciudades con sus
aldeas.
(33)
:‫בשְפלָ ָ֑הְאֶ שתָ ֥אֹולְוְצְרעָ ֶׁ֖הְוְאש ָנַֽה‬
bashêfeláh; eshtaól vêtzor'áh vêashnáh.

En la región de la Sefela: Estaol, Zora, Asena,


(34)
:‫ֹוחְוְעֻׁ֣יןְג ֔ניםְת ֶׁ֖פּוחְוְ ָ ַֽהע ָינַֽם‬
֙ ֨‫וְזָנ‬
vêzanóáj vê'éin ganím, tapúaj vêhá'einám.

Zanóaj, En-ganim, Tapúaj, Enam,


(35)
:‫םְשֹוכהְ ַֽועֲז ָ ַֽקה‬
ֹ ֶׁ֖ ‫ירמּות֙ ְַֽועֲד ָ֔ל‬
88
15 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

iarmut vá'adulám, sojóh vá'azeqáh.

Jarmut, Adulam, Soco, Azeca,


(36)
ְ‫וְ ַֽשע ֲ֨רים֙ ְַֽועֲד ֔יתיםְוְהגְד ָ ֶׁ֖רהְּוג ַֽדרֹ ָ ָ֑תיםְע ָ֥ריםְאר ַֽבע־עֶש ֶׁ֖רה‬
‫ ס‬:‫יהן‬ ַֽ ֶ ‫וְחצר‬
vêshá'aráim vá'aditáim, vêhagêderáh ugdérotáim; 'arím arbá'-'esréh
vêjatzreihén.

Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas.


(37)
:‫ל־גַֽד‬
ָ ‫ַֽןְוחֲדָ ָ ֶׁ֖שהְּומגד‬
ַֽ ֥ ָ‫צְנ‬
tzênán vájadasháh umigdal-gád.

También Zenán, Hadasa, Migdal-gad,


(38)
:‫וְדלעָ ֥ןְוְהמצפֶ ֶׁ֖הְוְיְקתְ ַֽאל‬
vêdil'án vêhamitzpéh vêioqtêél.

Dileán, Mizpa, Jocteel,


(39)
:‫ל ָ֥כישְּובְצ ֶׁ֖קתְוְעֶגלַֽ ֹון‬
lajísh uvotzqát vê'eglón.

Laquis, Boscat, Eglón,


(40)
:‫וְכ ֥בֹוןְוְלח ָ ֶׁ֖מסְוְכת ַֽליש‬
vêjabón vêlajmás vêjitlísh.

Cabón, Lajmas, Quitlis,


(41)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫ּוגד ָ֕רֹותְבית־דָ ג֥ ֹוןְוְ ַֽנע ָ ֲֶׁ֖מהְּומק ָ ָ֑דהְע ָ֥ריםְשש־עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
ugderót beit-dagón vêná'amáh umaqedáh; 'arím shesh-'esréh vêjatzreihén.

Gederot, Bet-dagón, Naama y Maqueda; dieciséis ciudades con sus aldeas.


(42)
:‫ָשן‬
ַֽ ָ ‫לבנָ ֥הְוָעֶ ֶׁ֖תֶ רְוְע‬
livnáh va'éter vê'ashán.

También Libna, Eter, Asán,

89
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 15

(43)
:‫וְיפ ָ ֥תחְוְאשנָ ֶׁ֖הְּונ ַֽציב‬
vêiftáj vêashnáh untzív.

Jefté, Asena, Nezib,


(44)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫יםְתשעְוְחצר‬
ֶׁ֖ ‫אשהְע ָ֥ר‬
ָ֑ ָ ‫ֶׁ֖יבְּומר‬
ַֽ ָ ‫ּוקעילָ ֥הְוְאכז‬
uq'iláh vêajzív umáresháh; 'arím tésha' vêjatzreihén.

Queila, Aczib, Maresa; nueve ciudades con sus aldeas.


(45)
: ָ‫עֶק ֥רֹוןְּובנֹ ֶ ֶׁ֖תיהָ ְַֽוחֲצ ֶ ַֽריה‬
'eqrón uvnotéiha vájatzeréiha.

Ecrón con sus villas y aldeas.


(46)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫הְכלְאֲשֶ ר־על־י֥דְאש ֶׁ֖דֹודְוְחצר‬
ֹ ֵ֛ ָ‫ַֽמעֶק ֶׁ֖רֹוןְוָיָ ָ֑מ‬
mé'eqrón vaiámah; kól asher-'al-iád ashdód vêjatzreihén.

Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están junto a Asdod, con sus aldeas.
(47)
ְ‫נֹותיהָ ְַֽוחֲצ ֶ ֶׁ֖ריהָ ְעד־נֻׁ֣חלְמצ ָ ָ֑רים‬
֥ ֶ ְ‫נֹותיהָ ְַֽוחֲצ ֶ ִ֗ריהָ ְעזָ ֵ֛הְב‬
ֻׁ֣ ֶ ְ‫אשדִּ֞ ֹודְב‬
‫ ס‬:ְ‫וְהיָ ֥םְהגבולְ(הג ֶָׁ֖דֹול)ְּוג ַֽבּול‬
ashdód bênotéiha vájatzeréiha 'azáh bênotéiha vájatzeréiha 'ad-nájal mitzráim;
vêhaiám hgvvl (hagadól) ugvúl .

También Asdod con sus villas y aldeas, y Gaza con sus villas y aldeas, hasta
el arroyo de Egipto y las costas del mar Grande.
(48)
:‫שֹוכה‬
ֹ ַֽ ְ‫ּובָ ָהָ֑רְשָ ֥מירְוְי ֶׁ֖תירְו‬
uvahár; shamír vêiatír vêsojóh.

En la región montañosa: Samir, Jatir, Soco,


(49)
‫ ס‬:‫ֶׁ֖הְהיאְדְ ַֽבר‬
֥ ָ‫וְדנָ ֥הְוְקרית־סנ‬
vêdanáh vêqiriat-sanáh hí dêvír.

Dana, Quiriat-sana [que es Debir],


(50)
:‫ַֽועֲנָ ֥בְוְאֶ שתְמֶֹׁ֖ הְוְע ַָֽנים‬
90
15 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vá'anáv vêeshtêmóh vê'aním.

Anab, Estemoa, Anim,


(51)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫יםְאחת־עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
ַֽ ‫וְ ֥ ֹגשֶ ןְוְחֹ ֹלֶׁ֖ ןְוְגֹלָ֑ הְע ָ֥ר‬
vêgóshen vêjolón vêgilóh; 'arím ájat-'esréh vêjatzreihén.

Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas.


(52)
:‫רּומהְוְאֶ ש ָ ַֽען‬
ֶׁ֖ ָ ְ‫א ֲ֥רבְו‬
aráv vêrumáh vêesh'án.

También Arab, Duma, Esán,


(53)
:‫ויניםְ(וְיָנ֥ ּום)ְּובית־ת ֶׁ֖פּוח ְַֽוא ֲַֽפקָ ה‬
vynym (vêianúm) uveit-tapúaj váaféqah.

Janum, Bet-tapúaj, Afeca,


(54)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫יםְתשעְוְחצר‬
ֶׁ֖ ‫יערְע ָ֥ר‬
ֹ ָ֑ ‫ֵ֛עְהיאְחֶ ב ֶׁ֖רֹוןְוְצ‬
֥ ‫וְחמ ִ֗ ָטהְוְקרי֥תְארב‬
vêjumtáh vêqiriát arbá' hí jevrón vêtzi'ór; 'arím tésha' vêjatzreihén.

Humta, Quiriat-arba [que es Hebrón] y Sior; nueve ciudades con sus aldeas.
(55)
:‫יּוטה‬
ַֽ ָ ְ‫מָ ע֥ ֹוןְ׀ְכר ֶ ֶׁ֖מלְוָז֥יףְו‬
ma'ón | karmél vazíf vêiutáh.

También Maón, Carmel, Zif, Juta,


(56)
:‫וְיז ְרעֶ ֥אלְוְיְקדְעָ ֶׁ֖םְוְזָנַֽ ֹוח‬
vêizrê'él vêioqdê'ám vêzanója.

Jezreel, Jocdeam, Zanóaj,


(57)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫ה ֶׁ֖קיןְגבעָ ֻׁ֣הְוְתמנָ ָ֑הְע ָ֥ריםְעֶ ֶׁ֖שֶ רְוְחצר‬
haqáin giv'áh vêtimnáh; 'arím 'éser vêjatzreihén.

Caín, Gabaa y Timna; diez ciudades con sus aldeas.


(58)
:‫ית־צּורְּוג ַֽדֹור‬
ֶׁ֖ ‫ּולְב‬
ַֽ ‫חל ֥ח‬
91
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 15

jaljúl béit-tzúr ugdór.

También Jaljul, Betsur, Gedor,


(59)
‫ פ‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫יםְששְוְחצר‬
ֶׁ֖ ‫ּומע ָ ֲ֥רתְּובית־עֲנֶׁ֖ ֹותְוְאֶ לתְקָֹ֑ ןְע ָ֥ר‬
ַֽ
umá'arát uveit-'anót vêeltêqón; 'arím shésh vêjatzreihén.

Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas.


(60)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫לְהיאְקרי֥תְיְע ֶָׁ֖ריםְוְ ָ ַֽהר ָבָ֑הְע ָ֥ריםְשְ ֶׁ֖תיםְוְחצר‬
ֵ֛ ‫ת־בע‬
ִ֗ ‫קרי‬
qiriat-bá'al hí qiriát iê'arím vêhárabáh; 'arím shêtáim vêjatzreihén.

También Quiriat-baal [que es Quiriat-jearim] y Rabá; dos ciudades con sus


aldeas.
(61)
:‫יתְהע ֲָר ֔ ָבהְמ ֶׁ֖דיןְּוסכ ָ ַָֽכה‬
ַֽ ָ ‫ָ֑רְב‬
ֹּ֚ ‫במד ָב‬
bamidbár; béit há'araváh, midín usjajáh.

En el desierto: Bet-haarabá, Midín, Sejaja,


(62)
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫יםְששְוְחצר‬
ֶׁ֖ ‫וְהנב ָ ֥שןְוְעיר־ה ֶ ֶׁ֖מלחְוְעֻׁ֣יןְגֶ ָ֑ ַֽדיְע ָ֥ר‬
vêhanivshán vê'ir-hamélaj vê'éin gédi; 'arím shésh vêjatzreihén.

Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-guedi; seis ciudades con sus aldeas.


(63)
ְ‫הּודה‬ֶׁ֖ ָ ְ‫וְאֶ ת־היבּוסי֙ ְיַֽ ֹושבֻׁ֣יְיְ ַֽרּושָ ֔לםְ ַֽל ֹא־יוכלוְ(יְכל֥ ּו)ְבְנַֽי־י‬
ְ‫בּוסיְאֶ ת־בְנֹּ֤יְיְהּודָ ה֙ ְב ֻׁ֣ירּושָ ֔לםְעֶׁ֖דְהי֥ ֹום‬
ֹ֜ ‫ישםְו ֨ישֶ בְהי‬ ָ֑ ָ ‫לְ ַֽהֹור‬
‫ פ‬:‫ה ֶזַֽה‬
vêet-haivusí íoshvéi iêrúshaláim, ló-yvjlv (iojlú) vênéi-iêhudáh lêhórishám;
vaiéshev haivusí et-bênéi iêhudah birúshaláim, 'ád haióm hazéh.

Pero los hijos de Iehudá [Judá] no pudieron echar a los jebuseos que habitaban
en Ierushalaim [Jerusalén]. Así que los jebuseos han habitado con los hijos de
Iehudá [Judá] en Ierushalaim [Jerusalén], hasta el día de hoy.

92
16 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Iehoshúa – Josué Capítulo 16


(1)
ְ‫יחֹוְמז ָ ָ֑רחָ הְהמד ִ֗ ָבר‬
ֶׁ֖ ‫יחֹוְלְ ֥מיְיְר‬
֔ ‫גֹורלְלבנֹּ֤יְיֹוסף֙ ְמיר ֻׁ֣דןְיְר‬
ֹ֜ ָ ‫וי ֨צאְה‬
:‫ית־אל‬
ַֽ ‫ֶׁ֖רְב‬
ַֽ ‫יחֹוְבָ ָה‬
ֵ֛ ‫ֶׁ֧הְמיר‬
ַֽ ֶ‫עֹ ל‬
vaietzé hagorál livnéi iosef miardén iêrijó, lêméi iêrijó mizrájah; hamidbár
'oléh mírijó bahár béit-él.

La parte que tocó en el sorteo a los hijos de Iosef [José] partía del Jordán de
Jericó, pasaba por las aguas de Jericó al este y subía del desierto de Jericó, por
la región montañosa, hasta Betel.
(2)
:‫ּולְהאר ֶׁ֖כיְעֲטָ ַֽרֹות‬
ַֽ ָ ‫ית־אלְלָ֑ ּוזָהְוְעָבֵ֛רְאֶ ל־גְ ֥ב‬
ֶׁ֖ ‫וְי ָָצ֥אְמ ַֽב‬
vêiatzá mibéit-él lúzah; vê'avár el-gêvúl háarkí 'atarót.

De Betel salía a Luz y cruzaba el territorio de los arquitas en Atarot.


(3)
ְ‫ית־חֹורֹ ןְתח ֶׁ֖תֹוןְוְעד־גָ ָ֑ ַֽזֶר‬
ֵ֛ ‫וְ ָ ַֽיַֽרד־ ָֹ֜ימָ הְאֶ ל־גְ ֻׁ֣בּולְהיפל ִ֗טיְעֻׁ֣דְגְ ֶׁ֧בּולְב‬
:‫וְיַֽמָ ה‬
ָ ‫וְהָ י֥ ּוְתַֹֽ צְאֹ ָ ֶׁ֖ת‬
vêiárad-iámah el-gêvúl haiafletí 'ád gêvúl beit-jorón tajtón vê'ad-gázer; vêhaíu
tótzêotáv iámah.

De allí descendía en dirección oeste hacia el territorio de los jafletitas, hasta la


región de Bet-jorón Baja y hasta Gezer; y terminaba en el mar.
(4)
:‫ַֽי־יֹוסףְמְנ ֶ ֥שהְוְאֶ פ ָ ַֽרים‬
ֶׁ֖ ‫וינחֲל֥ ּוְבְנ‬
vainjalú vênéi-ioséf mênashéh vêefráim.

Así recibieron su heredad los hijos de Iosef [José]: Efráim y Menashé


[Manasés].
(5)
ְ‫ּולְנ ֲחלָתָ ם֙ ְמז ָ ֔רחָ ה‬
ַֽ ‫וי ֵ֛היְגְ ֥בּולְבְנַֽי־אֶ פ ֶׁ֖ריםְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְוי ִּ֞היְגְ ֹּ֤ב‬
:‫יתְחֹורֹ ןְעֶליַֽ ֹון‬
ֶׁ֖ ‫ד־ב‬
֥ ‫עט ֻׁ֣רֹותְא ֔ ָדרְע‬
vaihí gêvúl bênéi-efráim lêmishpêjotám; vaihí gêvúl nájalatam mizrájah, 'atrót
adár, 'ad-béit jorón 'elíon.

Ésta era la frontera de los hijos de Efráim, según sus clanes. La frontera de su
heredad partía de Atarot-adar en el este, y seguía hasta Bet-jorón Alta.

93
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 16

(6)
ְ‫הְתאֲנֻׁ֣ת‬
ַֽ ָ‫הְהמכמְתָ ת֙ ְמצָ ֔פֹוןְוְנ ֶָׁ֧סבְהגְ ֵ֛בּולְמז ָ ֶׁ֖רח‬ ַֽ ָ‫וְי ֨ ָָצאְהגְ ֹ֜בּולְה ִָ֗ימ‬
:‫ֻׁ֣רְאֹותֹוְממז ֶׁ֖רחְיָנַֽ ֹוחָ ה‬
֔ ‫שֹלָ֑ הְוְעָב‬
vêiatzá hagêvúl haiámah hámijmêtat mitzafón, vênasáv hagêvúl mizrájah
táanát shilóh; vê'avár otó, mimizráj ianójah.

De allí la frontera continuaba hacia el oeste, pasando por el lado norte de


Micmetat. Torcía por el este de Taanat-silo y continuaba hasta el este de
Janóaj.
(7)
:‫יחֹוְוְי ָָצֶׁ֖אְהיר ַֽדן‬
֔ ‫וְי ָ֥רדְמיָנֶׁ֖ ֹוחָ הְעֲטָ ֻׁ֣רֹותְוְ ַֽנע ָ ֲָ֑רתָ הְּופָגע֙ ְַֽביר‬
vêiarád mianójah 'atarót vêná'arátah; ufaga' bírijó, vêiatzá haiardén.

De Janóaj descendía a Atarot y a Naará, tocaba Jericó y salía al Jordán.


(8)
ְ‫אתְנחֲלֵ֛ת‬
ַֽ ֹ ‫הְז‬
ִ֗ ָ‫מת ֹ֜פּוחְי ֨לְךְהגְ ֥בּולְ ָ֨ימָ ה֙ ְנֻׁ֣חלְקָ ָ֔נהְוְהָ י֥ ּוְתַֹֽ צְאֹ ָ ֶׁ֖תיוְהיָ ָ֑מ‬
:‫מ ֥טהְבְנַֽי־אֶ פ ֶׁ֖ריםְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
mitapúaj yeléj hagêvúl iámah nájal qanáh, vêhaíu tótzêotáv haiámah; zót
nájalát matéh vênéi-efráim lêmishpêjotám.

De Tapúaj la frontera seguía al oeste, por el arroyo de Caná, y terminaba en el


mar. Ésta era la heredad de los hijos de Efráim, según sus clanes.
(9)
‫הְכל־‬
ַֽ ָ ‫ֹוְךְנחֲלֻׁ֣תְבְנַֽי־מְנ ֶ ָ֑ש‬
ַֽ ‫וְ ֶ ַֽהע ִָ֗ריםְהמבדָ לֹות֙ ְלבנֻׁ֣יְאֶ פ ֔ריםְבְ ֶׁ֖ת‬
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫הֶ ע ֶָׁ֖ריםְוְחצר‬
vêhé'arím hamivdalot livnéi efráim, bêtój nájalát bênéi-mênashéh; kál-he'arím
vêjatzreihén.

Además, había ciudades que fueron apartadas para los hijos de Efráim en
medio de la heredad de los hijos de Menashé [Manasés], todas esas ciudades
con sus aldeas.
(10)
ְ‫בְהכְנע ֲֹ֜ניְבְ ֶ ֹּ֤ק ֶרב‬
ַֽ ֶ‫יֹושבְבְגָ ַָֽ֑זֶרְו ֨יש‬
ֻׁ֣ ‫ת־הכְנעֲנֶׁ֖יְה‬
ַֽ ֶ‫אְהֹורישּוְא‬
֔ ֹ ‫וְ ֻׁ֣ל‬
‫ פ‬:‫אֶ פ ֨רים֙ ְעד־היֻׁ֣ ֹוםְה ֶ֔זהְוי ֶׁ֖היְלְמס־עֹ ַֽבד‬
vêló horíshu, et-hákêna'aní haioshév bêgázer; vaiéshev hákêna'aní bêqérev
efráim 'ad-haióm hazéh, vaihí lêmas-'ovéd.

Sin embargo, ellos no echaron a los cananeos que habitaban en Gezer. Así que
los cananeos han habitado en medio de los de Efráim hasta el día de hoy, pero
han sido sometidos a tributo laboral.
94
17 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Iehoshúa – Josué Capítulo 17


(1)
ְ‫ֹורְיֹוסףְלְמָ כירְ֩בְכ֨ ֹורְמְנשֶֹ֜ ה‬
ָ֑ ֻׁ֣‫י־הּואְבְכ‬
ֶׁ֖ ‫גֹורלְ֙לְמ ֻׁ֣טהְמְנשֶ֔ הְכ‬ ָ ‫וי ֹּ֤היְה‬
:‫ְאישְמלחָ ֔ ָמהְוַַֽֽיהי־לֶׁ֖ ֹוְהגלעָ ֥דְוְהבָ ָ ַֽשן‬ ֻׁ֣ ֙‫יְהּואְהָ יָה‬
ֹּ֤ ‫דְכ‬
ֻׁ֣ ‫א ֲֻׁ֣ביְהגל ִָ֗ע‬
vaihí hagoral lêmatéh mênashéh, ki-hú bêjór ioséf; lêmajir bêjór mênashéh aví
hagil'ád kí hú haiah ísh miljamáh, váihi-ló hagil'ád vêhabashán.

La parte que tocó en el sorteo a la tribu de Menashé [Manasés], porque él era


el primogénito de Iosef [José], fue ésta: Maquir, primogénito de Menashé
[Manasés] y padre de Galaad, que era un hombre de guerra, había recibido
Galaad y Basán.
(2)
ְ‫י־חלֶק‬ ִ֗ ‫ַ֠ויהיְלב ֨ניְמְנ ֶ ֥שהְהנַֽ ֹותָ רים֮ ְלְמשפְחֹ תָ םְ֒לב ֨ניְאֲבי ֶֹ֜עזֶרְוְלבנ‬
ְ‫עְאלֶהְבְ ֨ני‬
ַ֠ ‫יד‬
ָ֑ ָ ‫י־חפֶרְוְלבנֻׁ֣יְשְמ‬
ֶׁ֖ ‫וְלבנֹּ֤יְאשריאלְ֙וְלבני־שֶ֔ כֶםְוְלבנ‬
:‫ן־יֹוסףְהזְכ ֶָׁ֖ריםְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ֵ֛ ֶ‫מְנ ֶ ֶׁ֧שהְב‬
váihi livnéi mênashéh hanótarim lêmishpêjotam livnéi avi'ézer vêlivnei-jéleq
vêlivnéi asriel vêlivnei-shéjem, vêlivnei-jéfer vêlivnéi shêmidá'; éleh bênéi
mênashéh ben-ioséf hazêjarím lêmishpêjotám.

Asimismo, a los otros hijos de Menashé [Manasés] les tocó, según sus clanes:
a los hijos de Abiezer, a los hijos de Helec, a los hijos de Ezriel, a los hijos de
Siquem, a los hijos de Hefer y a los hijos de Semida. Éstos fueron los hijos
varones de Menashé [Manasés] hijo de Iosef [José], según sus clanes.
(3)
ְ‫ֹא־ה֥יּוְלֵ֛ ֹוְבָ נֶׁ֖ים‬
ָ ‫ן־חפֶרְבֶ ן־גל ָֹ֜עדְבֶ ן־מָ ֻׁ֣כירְבֶ ן־מְנשִֶ֗ הְל‬ ֨ ֶ‫וְלצלְפְחָ דְ֩ב‬
ְ‫ֻׁ֣כיְאם־בָ נָ֑ ֹותְוְ ֨אלֶה֙ ְשְ ֻׁ֣מֹותְבְנֹ ֔ ָתיוְמחלָ ֻׁ֣הְוְנֹ ָ֔עהְחְגלָ ֥הְמלכָ ֶׁ֖ה‬
:‫וְתר ָ ַֽצה‬
vêlitzlofêjad ben-jéfer ben-gil'ád ben-majír ben-mênashéh lo-háiu ló baním kí
im-banót; vêéleh shêmót bênotáv, majláh vêno'áh, jogláh milkáh vêtirtzáh.

Ahora bien, Zelofejad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de
Menashé [Manasés], no tuvo hijos sino sólo hijas. Los nombres de éstas
fueron: Majla, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
(4)
ְ‫ותק ֡רבנָהְלפניְ֩אֶ ל ָע ָ֨זרְהכֹ ֹ֜הןְוְלפנֻׁ֣יְ׀ְיְהֹושֻׁ֣עְבן־נִ֗ ּוןְוְלפנֹּ֤י‬
ְ‫֥נּוְנחֲלָ ֶׁ֖הְבְ ֻׁ֣תֹוְך‬
ַֽ ָ‫הְלתֶ ת־ל‬
ַֽ ָ ֶ֔‫הנְשיאים֙ ְלאמֹ֔ רְיהוָה֙ ְצּוָ ֻׁ֣הְאֶ ת־מֹ ש‬
:ְ‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫ל־פיְיהוָה֙ ְַֽנ ֲח ָ֔להְבְ ֶׁ֖תֹוְךְאֲח֥יְאֲב‬
ֹּ֤ ֶ‫אחָ֑ינּוְוי ֨תןְל ֹ֜ ֶָהםְא‬
95
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 17

vatiqrávnah lifneí el'azár hakohén vêlifnéi | iêhoshú'a bin-nún vêlifnéi


hanêsim lemór, Adonai tziváh et-moshéh, látet-lánu nájaláh bêtój ajéinu;
vaitén lahém el-pí Adonai nájaláh, bêtój ajéi avihén .

Ellas vinieron delante del sacerdote Eleazar, de Iehoshúa [Josué] hijo de Nun
y de los dirigentes, y dijeron: 'el Eterno mandó a Moshé [Moisés] que nos
fuera dada heredad entre nuestros hermanos.' Así fue como él les dio heredad
entre los hermanos del padre de ellas, conforme al mandato del Eterno.
(5)
ְ‫ֲשר‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ויפְל֥ ּוְחב ַֽלי־מְנ ֶ ֶׁ֖שהְעֲשָ ָ ָ֑רהְלְ ִּ֞בדְמ ֶ ֹּ֤א ֶרץְהגלעָד֙ ְוְהבָ שָ֔ ןְא‬
:‫מע֥בֶ רְליר ַֽדן‬
vaipêlú javléi-mênashéh 'asaráh; lêvád meéretz hagil'ad vêhabashán, ashér
me'éver laiardén.

Aparte de la tierra de Galaad y de Basán, al otro lado del Jordán, a Menashé


[Manasés] le tocaron diez partes en el sorteo,
(6)
‫ּוְנחֲלָ ֶׁ֖הְבְ ֻׁ֣תֹוְךְבָ נָ ָ֑יוְוְ ֨ ֶא ֶרץ֙ ְהגל ָ֔עדְ ָ ַֽהיְ ָ ֶׁ֖תהְלבנַֽי־‬
ַֽ ֥‫הְנחֲל‬
ַֽ ָ ֶ֔‫ֹּ֚כיְבְנֻׁ֣ ֹותְמְנש‬
:‫מְנ ֶ ֥שהְהנַֽ ֹותָ ַֽרים‬
kí bênót mênashéh, nájalú nájaláh bêtój banáv; vêéretz hagil'ád, háiêtáh
livnéi-mênashéh hanótarím.

porque las hijas de Menashé [Manasés] debían recibir heredad entre los hijos
de Menashé [Manasés], y la tierra de Galaad pertenecía a los otros hijos de
Menashé [Manasés].
(7)
ְ‫ֲשרְעל־פְנֻׁ֣יְשְכֶ ָ֑םְוְהָ לְֹּ֤ך‬
ֶׁ֖ ֶ ‫רְהמכמְ ֔ ָתתְא‬
ַֽ ‫ְמאָ ֔ש‬ ַֽ ֙‫וי ֹּ֤היְגְבּול־מְנשֶ ה‬
:‫ל־ישְבֶׁ֖יְע֥יןְת ַֽפּוח‬
ַֹֽ ֶ‫הגְבּולְ֙אֶ ל־הי ָ֔מיןְא‬
vaihí gêvul-mênasheh méashér, hámijmêtát, ashér 'al-pênéi shêjém; vêhaláj
hagêvul el-haiamín, el-ióshêvéi 'éin tapúja.

La frontera de Menashé [Manasés] partía de Asher [Aser] y se extendía hasta


Micmetat que está enfrente de Siquem. La frontera seguía hacia el sur hasta
los habitantes de En-tapúaj.
(8)
:‫הְא ֶרץְת ָ֑פּוחְוְת ֵ֛פּוחְאֶ ל־גְ ֥בּולְמְנ ֶ ֶׁ֖שהְלבנ֥יְאֶ פ ָ ַֽרים‬
ֻׁ֣ ֶ ‫הְהיְ ָ ֶׁ֖ת‬
ַֽ ָ ֶָ֕‫למנש‬
limnashéh háiêtáh éretz tapúja; vêtapúaj el-gêvúl mênashéh livnéi efráim.

La tierra de Tapúaj era de Menashé [Manasés], pero Tapúaj misma, que está
en la frontera de Menashé [Manasés], era de los hijos de Efráim.

96
17 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(9)
ְ‫וְי ָֻׁ֣רדְהגְבּול ְ֨֩נחלְקָ ָֹ֜נהְנֶ ַֻֽׁ֣גבָ הְל ִ֗נחלְע ָֹּ֤ריםְהָ ֨אלֶה֙ ְלְאֶ פ ֔ריםְבְ ֶׁ֖תֹוְך‬
:‫ע ָֻׁ֣ריְמְנ ֶ ָ֑שהְּוג ֹּ֤בּולְמְנשֶ ה֙ ְמצְ ֻׁ֣פֹוןְל ֔נחלְוי ֥היְתַֹֽ צְאֹ ָ ֶׁ֖תיוְה ָיַֽמָ ה‬
vêiarád hagêvul nájal qanáh négbah lanájal 'arím haéleh lêefráim, bêtój 'aréi
mênashéh; ugvúl mênasheh mitzêfón lanájal, vaihí tótzêotáv haiámah.

Luego la frontera descendía hasta el arroyo de Caná. Al lado sur del arroyo,
había ciudades de Efráim entre las ciudades de Menashé [Manasés]. El resto
de la frontera de Menashé [Manasés] coincidía con la ribera norte del arroyo y
terminaba en el mar.
(10)
ְ‫נֶ ַֻֽׁ֣גבָ הְלְאֶ פ ִ֗ריםְוְצָ ֨פֹונָה֙ ְלמנשֶ֔ הְוי ֥היְהיָ ֶׁ֖םְגְבּולָ֑ ֹוְּובאָ שר֙ ְיפגְעֻׁ֣ ּון‬
:ְ‫מצָ ֔פֹוןְּובישָ שכָ ֶׁ֖רְממז ָ ַֽרח‬
négbah lêefráim vêtzafónah limnashéh, vaihí haiám gêvuló; uvasher ifgê'ún
mitzafón, uvisasjár mimizráj .

Efráim estaba al sur, y Menashé [Manasés] al norte. El territorio de Menashé


[Manasés] alcanzaba hasta el mar y limitaba al norte con Asher [Aser] y al
este con Isasjár [Isacar].
(11)
ְ‫וי ֨היְלמנשֶֹ֜ הְבְישָ שכָ ֻׁ֣רְּובאָ ִ֗שרְבית־שְ ָ ֻׁ֣אןְ ַּ֠ובנֹותֶ יהָ ְוְיבלְ ָ֨עם‬
ְ‫נֹותיהָ ְוְ ַֹֽישְבֹּ֤י‬
ֶ ֔ ‫ֹּ֤יְעין־דֹ ר֙ ְּוב‬
ַֽ ‫נֹותיהָ ְוְ ַֹֽישְב‬ֶ ִ֗ ‫נֹותיהָ ְוְַֽאֶ ת־יֹ שבֶׁ֧יְ ֻׁ֣ד ֹארְּוב‬
ֶ ֹ֜ ‫ּוב‬
:‫נֹותיהָ ְשְֹלֶׁ֖ שֶ תְה ָ ַֽנפֶת‬
ָ֑ ֶ ‫תענְך֙ ְּובנֹ ֔ ֶתיהָ ְוְ ַֹֽישְ ֥ביְמְג ֶׁ֖דֹוְּוב‬
vaihí limnashéh bêisasjár uvashér beit-shêán úvnoteiha vêivlê'ám uvnotéiha
vêet-ioshvéi dór uvnotéiha vêióshêvéi 'éin-dor uvnotéiha, vêióshêvéi ta'naj
uvnotéiha, vêióshêvéi mêgidó uvnotéiha; shêlóshet hanáfet.

Menashé [Manasés] también poseía en el territorio de Isasjár [Isacar] y de


Asher a Bet-seán y sus aldeas, a Ibleam y sus aldeas, a los habitantes de Dor y
sus aldeas, a los habitantes de Endor y sus aldeas, a los habitantes de Taanac y
sus aldeas, a los habitantes de Meguido y sus aldeas. La tercera era Nafot.
(12)
ְ‫ְ֙הכְנע ֲ֔ני‬
ַֽ ‫ת־הע ָֻׁ֣ריםְהָ ָ֑אלֶהְוי֨ ֹואֶ ל‬
ַֽ ֶ ֶ‫הֹורישְא‬
ֶׁ֖ ְ‫אְיַֽכְלּו֙ ְבְ ְֻׁ֣ניְמְנשֶ֔ הְל‬
ָ ֹ ‫וְ ֹּ֤ל‬
:‫ָשבֶ תְבָ ָ ֥א ֶרץְה ַֽז ֹאת‬ ֶׁ֖ ֶ ‫ל‬
vêló iájêlú bênéi mênashéh, lêhorísh et-hé'arím haéleh; vaióel hákêna'aní,
lashévet baáretz hazót.

Sin embargo, los hijos de Menashé [Manasés] no pudieron echar a los


habitantes de aquellas ciudades, y los cananeos persistieron en habitar en estas
tierras.
97
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 17

(13)
ְ‫הֹורשְ ֥ל ֹא‬
ֶׁ֖ ְ‫ת־ה ְכנעֲנֶׁ֖יְל ָָ֑מסְו‬
ַֽ ֶ‫יְחזְקּו֙ ְבְנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְויתְנ֥ ּוְא‬
ַֽ ָ ‫יְכ‬
ֹּ֤ ‫וי ִ֗ה‬
‫ ס‬:‫ישֹו‬ ַֽ ‫ַֽהֹור‬
vaihí kí jázêqú bênéi israél, vaitênú et-hákêna'aní lamás; vêhorésh ló hórishó.

Y sucedió que después, cuando los Hijos de Israel llegaron a ser más fuertes,
sometieron a tributo laboral a los cananeos, pero no los echaron
completamente.
(14)
ְ‫הְגֹורל‬
ֹּ֤ ָ ‫יְנ ֲח ִָ֗ל‬
ַֽ ‫הְל‬
ֹ֜ ָ‫ֻׁ֣יְיֹוסףְאֶ ת־יְהֹושֶׁ֖עְלאמָֹ֑ רְמדּועְ֩נ ָ֨תת‬
֔ ‫וַַֽֽידבְרּו֙ ְבְנ‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫הְב ְרכ֥ניְי‬ ַֽ ‫ד־כ‬
ֹ ֶׁ֖ ‫ם־רבְע֥דְאֲ שֶ ר־ע‬ ֔ ָ ‫דְואֲנֻׁ֣יְע‬
ַֽ ‫אֶ חָ ד֙ ְוְ ֶחֻׁ֣בֶ לְאֶ ֔ ָח‬
váidabêrú bênéi ioséf, et-iêhoshú'a lemór; madu'á natátah lí nájaláh gorál ejad
vêjével ejád, váaní 'am-ráv, 'ád asher-'ad-kóh bérêjáni Adonai .

Después los hijos de Iosef [José] hablaron a Iehoshúa [Josué] diciendo: –¿Por
qué nos has dado en posesión una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros
un pueblo numeroso, al que el Eterno ha bendecido hasta ahora?
(15)
ְ‫את‬
ֹּ֤ ָ ‫ם־רבְאתָ ה֙ ְעֲלֻׁ֣הְלְָךֻׁ֣ ְה ֔יע ָרהְּובְַֽר‬
ֹּ֤ ‫הֹושעְאם־ע‬ ִ֗ ְ‫יהםְי‬
ֶ ֹ֜ ‫ו ֨י ֹאמֶ רְאֲל‬
:‫י־אץְלְָךֶׁ֖ ְהר־אֶ פ ָ ַֽרים‬ ֥ ָ ‫לְָך֙ ְשָ֔ םְבְ ֶ ֥א ֶרץְהפְרזֶׁ֖יְוְ ָ ַֽה ְרפ ָָ֑איםְכ‬
vaiómer aleihém iêhoshú'a im-'am-ráv atah 'aléh lêjá haiá'rah, uvéretá lêjá
shám, bêéretz hapêrizí vêhárêfaím; ki-átz lêjá har-efráim.

Iehoshúa [Josué] les respondió: –Si sois un pueblo numeroso, id al bosque y


deforestad para vosotros la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que la
región montañosa de Efráim es demasiado estrecha para vosotros.
(16)
ְ ֙‫ל־הכְנעֲני‬
ַֽ ְ‫ֻׁ֣יְיֹוסףְ ַֽל ֹא־י ָ ֥מצאְלָ ֶׁ֖נּוְהָ ָהָ֑רְוְ ֶ ֻׁ֣רכֶבְבר ִֶ֗זלְבְכ‬
֔ ‫ו ַֽי ֹאמְרּו֙ ְבְנ‬
ְ‫ֲשרְבְע֥מֶ ק‬ ֶׁ֖ ֶ ‫נֹותיהָ ְוְ ַֽלא‬
ֶ ֔ ‫ֲשרְבְבית־שְאָ ן֙ ְּוב‬ ֹּ֤ ֶ ‫קְלא‬
ַֽ ֶ‫היֹ ֻׁ֣שבְבְ ֶ ַֽא ֶרץ־הָ ֔עמ‬
:‫יז ְר ֶ ַֽעאל‬
vaiómêrú bênéi ioséf, ló-imátze lánu hahár; vêréjev barzél bêjol-hákêna'aní
haioshév bêéretz-ha'émeq, láashér bêveit-shêan uvnotéiha, vêláashér bê'émeq
izrê'él.

Los hijos de Iosef [José] dijeron: –No nos bastará a nosotros esa región
montañosa. Además, todos los cananeos que habitan en la tierra del valle
tienen carros de hierro, tanto los que están en Bet-seán y sus aldeas, como los
que están en el valle de Jezreel.

98
17, 18 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(17)
ְ‫ם־רב‬
ֻׁ֣ ‫ֻׁ֣יתְיֹוסףְלְאֶ פ ֥ריםְוְלמנ ֶ ֶׁ֖שהְלאמָֹ֑ רְע‬
֔ ‫הֹוש ֙עְאֶ ל־ב‬ ֨ ְ‫ו ֹּ֤י ֹאמֶ רְי‬
:ְ‫ְגֹורלְאֶ ָ ַֽחד‬
֥ ָ ֶׁ֖‫א ִ֗ ָתהְוְ ֹּ֤ ֹכחְגָדֹולְ֙ ָ֔לְךְ ַֽל ֹא־יהיֶ ֥הְלְָך‬
vaiómer iêhoshú'á el-béit ioséf, lêefráim vêlimnashéh lemór; 'am-ráv atáh
vêjóaj gadol láj, ló-ihiéh lêjá gorál ejád .

Entonces Iehoshúa [Josué] respondió a la casa de Iosef [José], a Efráim y a


Menashé [Manasés], diciendo: –Vosotros sois un pueblo numeroso y tenéis
mucha fuerza. No tendréis sólo una parte,
(18)
‫יוְכי־‬
ַֽ ‫אתֹוְוְהָ יָ ֥הְלְָךֶׁ֖ ְתַֹֽ צְאֹ ָ ָ֑ת‬
֔ ‫רְהּואְּובֻׁ֣ר‬
֔ ‫ֹּ֤רְיהיֶה־לְָך֙ ְַֽכי־יֻׁ֣ע‬
ַֽ ‫ֻׁ֣כיְה‬
‫ פ‬:ְ‫ֶׁ֖קְהּוא‬ ַֽ ָ‫ֹוְכיְחָ ז‬ ֥ ‫יְכיְ ֶ ֹּ֤רכֶבְבר ֶזל ְ֔֙ל‬
ֻׁ֣ ‫ת־הכְנע ֲִ֗נ‬
ַֽ ֶ‫תֹורישְא‬
ֻׁ֣
kí hár íhyeh-laj kí-iá'ar hú, uvéretó, vêhaiáh lêjá tótzêotáv; kí-torísh et-
hákêna'aní kí réjev barzel ló, kí jazáq hú .

sino que la región montañosa será vuestra. Puesto que es bosque, vosotros lo
deforestaréis. Y sus límites más lejanos serán vuestros, porque echaréis a los
cananeos, aunque ellos tengan carros de hierro y sean fuertes.

Iehoshúa – Josué Capítulo 18


(1)
ְ‫ינּוְשםְאֶ ת־אֹֻׁ֣ הֶ לְמֹועָ֑ד‬
ֶׁ֖ ָ ‫וי ֨ ָקה ֲֹ֜לּוְכְל־ע ֲֹּ֤דתְבְנַֽי־יש ָראלְ֙ש ֹ֔להְויש ֥כ‬
:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫וְהָ ָ ֥א ֶרץְנכבְ ָ ֶׁ֖שהְלפנ‬
vaiqáhalú kol-'adát bênéi-israel shilóh, vaiashkínu shám et-óhel mo'éd;
vêhaáretz nijbêsháh lifneihém.

Toda la congregación de los Hijos de Israel se reunió en Shiló [Silo], e


instalaron allí el tabernáculo de reunión. La tierra les estaba sometida,
(2)
:‫ת־נ ֲחל ָ ָָ֑תםְשבעָ ֶׁ֖הְשְבָ ַֽטים‬
ַֽ ֶ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־חְלְ ֶׁ֖קּוְא‬
֥ ֶ ‫וי ָּוַֽתְרּו֙ ְבבנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְא‬
vaivátêrú bivnéi israél, ashér ló-jolêqú et-nájalatám; shiv'áh shêvatím.

pero habían quedado siete tribus de los Hijos de Israel, a las cuales todavía no
se les había repartido heredad.
(3)
ְ ֙‫ד־אנָה֙ ְא ֶ ֻׁ֣תםְמתר ֔פיםְלָבֹוא‬ ָ ֨ ‫ו ֥י ֹאמֶ רְיְהֹושֶׁ֖עְאֶ ל־בְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְע‬
:ְ‫יכם‬
ַֽ ֶ ‫ל ֶ ָֻׁ֣רשֶ תְאֶ ת־הָ ֔ ָא ֶרץְאֲשֶ ר֙ ְנ ָֻׁ֣תןְ ָל ֶ֔כםְיהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלה֥יְא ֲַֽבֹות‬
99
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 18

vaiómer iêhoshú'a el-bênéi israél; 'ad-ánah atém mitrapím, lavo laréshet et-
haáretz, asher natán lajém, Adonai elohéi avóteijém .

Entonces Iehoshúa [Josué] dijo a los Hijos de Israel: – ¿Hasta cuándo seréis
negligentes para ir a poseer la tierra que os ha dado el Eterno, Elohim de
vuestros padres?
(4)
ְ‫ֹלשהְ ֲאנ ֶָׁ֖שיםְל ָ ָ֑שבֶ טְוְאֶ של ִָ֗חםְוְי ָֹ֜קמּוְוְ ַֽיתְהלְכ֥ ּוְבָ ָ ֵ֛א ֶרץ‬ ֥ ָ ְ‫הָ ֥בּוְלָכֶ ֵ֛םְש‬
:‫יְנ ֲחל ָ ֶָׁ֖תםְוְיָבֹ֥ אּוְא ָ ַֽלי‬
ַֽ ‫ּוְאֹותּהְלְ ֥פ‬
ֵ֛ ָ ‫וְיכתְ ֥ב‬
havú lajém shêlosháh anashím lashávet; vêeshlajém vêiaqúmu vêítêhalêjú
vaáretz vêijtêvú otáĥ lêfí nájalatám vêiavóu elái.

Elegid a tres hombres de cada tribu para que yo los envíe, y ellos vayan,
recorran la tierra, hagan una descripción de ella con miras a sus heredades, y
después vuelvan a mí.
(5)
ְ‫הְיעֲמֹֹּ֤ דְעל־גְבּולֹו֙ ְמ ֶ֔נגֶב‬
ַֽ ‫הּוד‬
ָ ִּ֞ ְ‫וְ ַֽהתְחלְ ֥קּוְאֹ ָ ֶׁ֖תּהְלְשבעָ ֻׁ֣הְ ֲחל ָָ֑קיםְי‬
:‫֥יתְיֹוסףְיַֽעמ ֥דּוְעל־גְבּולָ ֶׁ֖םְמצָ ַֽפֹון‬
ֵ֛ ‫ּוב‬
vêhítêjalêqú otáĥ lêshiv'áh jalaqím; iêhudáh iá'amód 'al-gêvuló minégev, uvéit
ioséf iá'amdú 'al-gêvulám mitzafón.

Ellos la dividirán en siete partes. Iehudá [Judá] permanecerá en su territorio en


el sur, y los de la casa de Iosef [José] en su territorio en el norte.
(6)
ְ‫ֶׁ֖יְהנָה‬
ָ֑ ‫אתםְאל‬
֥ ֶ ‫יםְוהֲב‬
ַֽ ‫וְא ִּ֞ ֶתםְתכתְ ֹּ֤בּוְאֶ ת־הָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְשבעָ ֻׁ֣הְ ֲחל ָ֔ק‬
:ְ‫ֱֹלהינּו‬
ַֽ ‫ְ֙פהְלפנֶׁ֖יְיהוָ ֥הְא‬ ֹ ֔ ‫ֹּ֤םְגֹורל‬
ָ ֶ‫וְי ָ֨ריתיְלָכ‬
vêatém tijtêvú et-haáretz shiv'áh jalaqím, váhavetém elái hénah; vêiaríti lajém
goral póh, lifnéi Adonai elohéinu .

Vosotros, pues, me haréis la descripción de la tierra, dividiéndola en siete


partes; y me la traeréis aquí. Y os haré el sorteo aquí, delante del Eterno
nuestro Elohim.
(7)
ְ‫אּובן‬ ֡ ‫ֶׁ֖הְנ ֲחל ָָ֑תֹוְוְ ֡ ָגדְּור‬
ַֽ ָ‫םְכי־כְהנ֥תְיהו‬
ַֽ ‫ין־חלֶקְללוים֙ ְבְקרבְ ֶ֔כ‬ ֹּ֤ ‫יְא‬ ַֽ ‫ַ֠כ‬
ְ‫ּוְנ ֲחל ִ֗ ָָתםְמעֹּ֤בֶ רְלירדן֙ ְמז ָ ֔רחָ הְאֲשֶ ר֙ ְנ ָֻׁ֣תן‬
ַֽ ‫הְלקְ ֻׁ֣ח‬
ַֽ ָ ֶֹ֜‫טְהמְנש‬
ַֽ ֶ‫ְ֩שב‬ ֨ ‫ַֽוחֲצי‬
:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫ל ֔ ֶָהםְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְעֶ ֥בֶ דְי‬
kí éin-jéleq lalvim bêqirbêjém, kí-jêhunát Adonai nájalató; vêgád uruvén
vájatzí shévet hámênashéh láqêjú nájalatám me'éver laiarden mizrájah, asher
natán lahém, moshéh 'éved Adonai .

100
18 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Pero los levitas no tendrán ninguna parte entre vosotros, porque el sacerdocio
del Eterno es su heredad. Gad, Rubén y la media tribu de Menashé [Manasés]
ya han recibido su heredad en el lado oriental del Jordán, la cual les dio
Moshé [Moisés], siervo del Eterno.
(8)
ְ‫הֹושעְאֶ ת־ההַֹֽ לְכיםְ֩לכתֹ֨ בְאֶ ת־הָ ֹ֜ ָא ֶרץ‬ ֡ ְ‫מּוְה ֲאנ ֶָׁ֖שיםְוילָ֑כּוְויצֻׁ֣וְי‬ַֽ ָ ‫וי ְָ֥ק‬
ְ‫יְּופֹ הְאש ֨ליְך‬ ַ֠ ‫רְלכּוְוְהתהלְכ֨ ּוְבָ ֹ֜ ָא ֶרץְוְכת ֹּ֤בּוְאֹותָ ּה֙ ְוְ ֻׁ֣שּובּוְא ֔ל‬
ְ ַ֠ ִֹ֗‫לאמ‬
:ְ‫֥םְגֹורלְלפנ֥יְיהוָ ֶׁ֖הְבְשֹלַֽ ה‬
ֵ֛ ָ ֶ‫לָכ‬
vaiaqúmu háanashím vaieléju; vaitzáv iêhoshú'a et-hahólêjim lijtóv et-haáretz
lemór lêju vêhithalêjú vaáretz vêjitvú otaĥ vêshúvu elái, úfoh ashlíj lajém
gorál lifnéi Adonai bêshilóh .

Los hombres se levantaron y fueron. Iehoshúa [Josué] mandó a los que iban
para hacer la descripción de la tierra, diciéndoles: –Id, recorred la tierra y
haced una descripción de ella. Luego volved a mí para que yo os haga el
sorteo delante del Eterno, aquí en Shiló [Silo].
(9)
ְ‫ּוְה ֲאנָשים֙ ְויַֽעב ֻׁ֣רּוְבָ ֔ ָא ֶרץְויכתְ ֶׁ֧בּוהָ ְ ֶ ַֽלע ֵָ֛ריםְלְשבעָ ֥הְ ֲחל ֶָׁ֖קים‬
ַֽ ָ ֹּ֤‫ויַֽלְכ‬
:‫ל־המחֲנֶ ֶׁ֖הְשֹלַֽ ה‬ ַֽ ֶ‫ל־ספֶרְויָבֶֹׁ֧ אּוְאֶ ל־יְהֹושֵ֛עְא‬ ָ֑ ‫ע‬
vaiélêjú háanashim vaiá'avrú vaáretz, vaijtêvúha lé'arím lêshiv'áh jalaqím 'al-
séfer; vaiavóu el-iêhoshú'a el-hámajanéh shilóh.

Entonces los hombres fueron y recorrieron la tierra, e hicieron en un


pergamino una descripción de ella, dividida en siete partes, según sus
ciudades. Después volvieron a Iehoshúa [Josué], al campamento en Shiló
[Silo].
(10)
ְ‫ְגֹורלְבְשֹלֶׁ֖ הְלפנֻׁ֣יְיהוָ ָ֑הְויחלֶק־שָ֨ םְיְהֹושֶׁ֧ע‬
ֵ֛ ָ ‫וישלְךְ֩ל ֨ ֶָהםְיְהֹושֶׁ֧ע‬
‫ פ‬:ְ‫אֶ ת־הָ ָ ֵ֛א ֶרץְלבנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְכְמחלְקֹ ָ ַֽתם‬
vaiashlej lahém iêhoshú'a gorál bêshilóh lifnéi Adonai; vaijaleq-shám
iêhoshú'a et-haáretz livnéi israél kêmajlêqotám .

Entonces Iehoshúa [Josué] hizo el sorteo delante del Eterno, en Shiló [Silo].
Allí repartió Iehoshúa [Josué] la tierra a los Hijos de Israel, según sus
particiones.
(11)
ְ‫םְבין‬
ֹּ֚ ‫לְגֹורלְמ ֥טהְבְנַֽי־בני ֶָׁ֖מןְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְויצא֙ ְגְ ֻׁ֣בּולְגַֽ ֹו ָר ָ֔ל‬
ֵ֛ ‫ו ִ֗יע‬
:‫֥יְיֹוסף‬
ַֽ ‫הּודהְּובֶׁ֖יןְבְנ‬
ָ ֔ ְ‫בְנֻׁ֣יְי‬

101
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 18

vaiá'al gorál matéh vênéi-viniamín lêmishpêjotám; vaietze gêvúl góralám,


béin bênéi iêhudáh, uvéin bênéi ioséf.

La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Benjamín, según sus
clanes: El territorio que les tocó en el sorteo estaba entre el de los hijos de
Iehudá [Judá] y el de los hijos de Iosef [José].
(12)
ְ‫וי ֨היְל ֶָהֶׁ֧םְהגְ ֵ֛בּולְלפ ֥אתְצָ ֶׁ֖פֹונָהְמן־היר ָ֑דןְוְעָלָ ֻׁ֣הְהגְבּול ְ֩אֶ ל־ ֶ֨כתֶ ף‬
ְ‫הְבית‬
֥ ‫יחֹוְמצָ ִ֗פֹוןְוְעָלָ ֹּ֤הְבָ הָ ר֙ ְ ָ֔ימָ הְוהיהְ(וְהָ יּו֙ )ְתַֹֽ צְאֹ ֔ ָתיוְמדב ֶָׁ֖ר‬
ֹ֜ ‫יְר‬
:‫ָ ַֽאוֶן‬
vaihí lahém hagêvúl lifát tzafónah min-haiardén; vê'aláh hagêvul el-kétef
iêrijó mitzafón vê'aláh vahar iámah, vhyh (vêhaiú) tótzêotáv, midbárah béit
áven.

Por el lado norte su frontera partía del Jordán; luego la frontera subía por el
lado norte de Jericó. Entonces subía por la región montañosa hacia el oeste, y
llegaba al desierto de Bet-avén.
(13)
ְ‫ית־אלְוְי ָֹּ֤רד‬
ָ֑ ‫יאְב‬
ַֽ ‫הְה‬ ֶׁ֖ ָ‫ףְלּוזָה֙ ְ ֶ֔נגב‬
֨ ֶ‫ּולְלּוזָהְאֶ ל־כֶ ֹּ֤ת‬
ִ֗ ‫וְעָברְ֩משָ֨ םְהגְ ֹ֜ב‬
:‫ֲשרְמנֶ ַֽ֥גֶבְלְבית־חֹ ֶׁ֖רֹוןְתח ַֽתֹון‬ ֵ֛ ֶ ‫הגְבּולְ֙עט ֻׁ֣רֹותְא ֔ ָדרְעל־הָ ָ֕ ָהרְא‬
vê'avar mishám hagêvúl lúzah el-kétef lúzah négbah, hí béit-él; vêiarád
hagêvul 'atrót adár, 'al-hahár ashér minégev lêveit-jorón tajtón.

De allí la frontera pasaba hacia Luz, al lado sur de Luz [que es Betel]. Luego
la frontera descendía a Atarot-adar, sobre el monte que está al sur de Bet-jorón
Baja.
(14)
‫וְתָ ֻׁ֣ארְהגְבּול ְ֩וְנ ָ֨סבְלפאת־ ָֹ֜יםְ ִֶ֗נגבָ הְמן־הָ הָ ר֙ ְאֲשֶ֨ רְעל־פְנ֥יְבית־‬
ְ‫ת־בעל ְֹּ֚֙היאְקריֻׁ֣ת‬
֨ ‫חֹ רֹון֮ ְנֶגבָ הְ֒והיהְ(וְהָ יֻׁ֣ ּו)ְתַֹֽ צְאֹ ִ֗ ָתיוְאֶ ל־קרי‬
:‫ת־יַֽם‬
ָ ‫הּודהְ ֶׁ֖ז ֹאתְפְא‬ ָ֑ ָ ְ‫יםְעירְבְנֻׁ֣יְי‬
ֶׁ֖ ‫יְע ָ֔ר‬
vêtaár hagêvul vênasáv lifat-iám négbah min-hahar ashér 'al-pênéi veit-joron
negbah vhyh (vêhaíu) tótzêotáv el-qiriat-bá'al hí qiriát iê'arím, 'ír bênéi
iêhudáh; zót pêat-iám.

Luego la frontera doblaba hacia el oeste por el lado sur del monte que está
enfrente de Bet-jorón, y terminaba en Quiriat-baal [que es Quiriat-jearim],
ciudad de los hijos de Iehudá [Judá]. Éste era el lado occidental.

102
18 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(15)
ְ‫ּופאת־ ֶָ֕נגבָ הְמק ֶׁ֖צהְקריֻׁ֣תְיְע ָָ֑ריםְוְי ָָצֹּ֤אְהגְבּולְ֙ ָ֔ימָ הְוְי ָ֕ ָָצאְאֶ ל־מעיֶַֽׁ֖ן‬
:‫֥מיְנֶפ ַֽתֹוח‬
ufat-négbah miqtzéh qiriát iê'arím; vêiatzá hagêvul iámah, vêiatzá el-ma'ián
méi neftója.

Por el lado sur, la frontera partía desde el extremo de Quiriat-jearim, seguía


hacia el oeste y continuaba hacia el manantial Aguas de Neftóaj.
(16)
ְ‫ֲשרְבְע֥מֶ ק‬
ֵ֛ ֶ ‫וְי ָ֨רדְהגְ ֹ֜בּולְאֶ ל־קְצֻׁ֣הְהָ ִ֗ ָהרְאֲשֶ ר֙ ְעל־פְני֙ ְגֻׁ֣יְבֶ ן־ה ֹ֔נםְא‬
ְ‫ְ֩גיְה ֹֹ֜נםְאֶ ל־כֶ ֹּ֤תֶ ףְהיבּוסי֙ ְ ֶ֔נגבָ הְוְי ֶָׁ֖רדְע֥ין‬
֨ ‫ְרפ ֶָׁ֖איםְצָ ָ֑פֹונָהְוְיָרד‬
:‫רֹ גַֽל‬
vêiarád hagêvúl el-qêtzéh hahár asher 'al-pêneí géi ven-hinóm, ashér bê'émeq
rêfaím tzafónah; vêiarad géi hinóm el-kétef haivusí négbah, vêiarád 'éin
rogél.

Luego la frontera descendía hasta el extremo del monte que está frente al valle
de Ben-hinom, que está al norte del valle de Refaím. Luego descendía al valle
de Hinom, hasta la ladera sur de los jebuseos, y seguía descendiendo hasta En-
rogel.
(17)
ְ‫ר־נכחְ ַֽמעֲלֻׁ֣ה‬
ֹ ֶׁ֖ ֶ‫וְתָ ֻׁ֣ארְמצָ ִ֗פֹוןְוְיָצָ א֙ ְעֻׁ֣יןְשֶ֔ מֶ שְוְיָצָ א֙ ְאֶ ל־גְל ֔ילֹותְאֲש‬
:‫אּובן‬
ַֽ ‫ן־ר‬
ְ ֶ‫דְאבֶ ןְבֶֹׁ֖ הןְב‬ ֥ ֶ ‫אֲד ָ֑מיםְוְי ָָ֕ר‬
vêtaár mitzafón vêiatza 'éin shémesh, vêiatza el-gêlilót, asher-nójaj má'aléh
adumím; vêiarád éven bóhan ben-rêuvén.

Luego doblaba al norte, seguía hasta En-semes, continuaba hasta Gilgal, que
está frente a la cuesta de Adumim, y descendía a la piedra de Bohan hijo de
Reuvén [Rubén].
(18)
:‫דְהע ֲָר ָ ַֽבתָ ה‬
ַֽ ָ ‫ףְמּול־הע ֲָר ָבֶׁ֖הְצָ ָ֑פֹונָהְוְי ֶָׁ֖ר‬
ַֽ ָ ֶ‫וְעָבֵ֛רְאֶ ל־כֶ ֥ת‬
vê'avár el-kétef mul-há'araváh tzafónah; vêiarád há'aravátah.

Luego la frontera pasaba por el declive norte de Bet-haarabá y descendía hacia


el Arabá.

103
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 18

(19)
ְ‫וְע ָ֨ברְהגְ ֹ֜בּולְאֶ ל־כֶ ֻׁ֣תֶ ףְבית־חְגְלָה֮ ְצָ פֹו ָנהְ֒והיהְ(וְהָ יֻׁ֣ ּוְ׀)ְתצאותיו‬
ְ‫(תַֹֽ צְ ֻׁ֣אֹות)ְהגְ ִ֗בּולְאֶ ל־לְ ֹּ֤שֹוןְיָם־ה ֨ ֶמלח֙ ְצָ ֔פֹונָהְאֶ ל־קְצ֥הְהיר ֶׁ֖דן‬
:‫ּולְנַַֽֽגֶב‬
ֶ ‫נֶ ַָֽ֑גבָ הְזֶ ֶׁ֖הְגְ ֥ב‬
vê'avár hagêvúl el-kétef beit-jogêlah tzafonah vhyh (vêhaíu |) ttzvtyv (tótzêót)
hagêvúl el-lêshón iam-hamélaj tzafónah, el-qêtzéh haiardén négbah; zéh gêvúl
négev.

La frontera pasaba por el lado norte de Bet-jogla para terminar en la bahía


norte del mar Salado, en la desembocadura del Jordán en el sur. Ésta era la
frontera sur.
(20)
ְ ָ‫ּוֹלתיה‬
ֵ֛ ֶ ‫אתְנחֲלתְ֩בְ ֨ניְבני ֶָׁ֧מןְלג ַֽב‬
ַֽ ֹ ‫ת־קדמָ הְ ֡ז‬
ָ֑ ‫וְהיר ֥דןְיגבֹ ל־אֹ ֶׁ֖תֹוְלפא‬
‫ פ‬:‫סָ ֶׁ֖ביבְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
vêhaiardén igbol-otó lifat-qédmah; zót nájalat bênéi viniamín ligvúlotéiha
savív lêmishpêjotám.

El Jordán era la frontera por el lado oriental. Ésta era la heredad de los hijos
de Benjamín, según sus clanes, con las fronteras que la rodeaban.
(21)
ְ‫יחֹוְּובית־חְגְלָ ֶׁ֖ה‬
֥ ‫יהָ֑םְיְר‬
ֶ ‫וְהָ יֻׁ֣ ּוְ ֶ ַֽהע ִָ֗ריםְלְמ ֵ֛טהְבְנ֥יְבני ֶָׁ֖מןְלְמשפְ ַֽחֹות‬
:‫וְע֥מֶ קְקְ ַֽציץ‬
vêhaíu hé'arím lêmatéh bênéi viniamín lêmishpêjóteihém; iêrijó uveit-jogêláh
vê'émeq qêtzítz.

Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, según sus clanes, fueron:
Jericó, Bet-jogla, Emec-casis,
(22)
:‫ית־אל‬
ַֽ ‫םְּוב‬
ַֽ ‫ֶׁ֧יתְהע ֲָר ָבֵ֛הְּוצמָ ֶׁ֖רי‬
ַֽ ָ ‫ּוב‬
uvéit há'araváh utzmaráim uvéit-él.

Bet-haarabá, Zemaraim, Betel,


(23)
:‫וְ ָ ַֽהע ּ֥ויםְוְהפ ָ ֶָׁ֖רהְוְעְפ ָ ַֽרה‬
vêhá'avím vêhaparáh vê'ofráh.

Avim, Pará, Ofra,

104
18, 19 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(24)
ְ‫ֶׁ֧רְהעמניְ(העמֹ נָ ֵ֛ה)ְוְ ָ ַֽהעְפְנֶׁ֖יְוָגָ ָ֑בעְע ָ֥ריםְשְתים־עֶש ֶׁ֖רה‬
ַֽ ָ ‫ּוכפ‬
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫וְחצר‬
ujfár h'mny (há'amonáh) vêhá'ofêní vagáva'; 'arím shêteim-'esréh
vêjatzreihén.

Quefar-haamoní, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas.


(25)
:‫גבע֥ ֹוןְוְ ָ ַֽה ָר ָ ֶׁ֖מהְּובא ַֽרֹות‬
giv'ón vêháramáh uverót.

También Gabaón, Ramá, Beerot,


(26)
:‫ירהְוְהמֹ ָ ַֽצה‬
ֶׁ֖ ָ ‫וְהמצפֶ ֥הְוְהכְפ‬
vêhamitzpéh vêhakêfiráh vêhamotzáh.

Mizpa, Cafira, Mozah,


(27)
:‫וְ ֶ ֥רקֶ םְוְירפְ ֶׁ֖אלְוְתרא ָ ֲַֽלה‬
vêréqem vêirpêél vêtaraláh.

Requem, Irpeel, Tarala,


(28)
‫יְהיאְיְ ַֽרּושָ ֨לם֙ ְגבעֻׁ֣תְקר ֔יתְע ָ֥ריםְאר ַֽבע־‬
ֹּ֤ ‫בּוס‬
֨ ‫וְצ ֡לעְהָ ֹ֜ ֶאלֶףְוְהי‬
‫ פ‬:‫אתְנחֲל֥תְבְנַֽי־בני ֶָׁ֖מןְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ַֽ ֹ ‫יהָ֑ןְ ֵ֛ז‬
ֶ ‫עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
vêtzelá' haélef vêhaivusí hí iêrúshaláim giv'át qiriát, 'arím arbá'-'esréh
vêjatzreihén; zót nájalát bênéi-viniamín lêmishpêjotám.

Zela, Elef, Jebús [que es Ierushalaim [Jerusalén]], Gabaa y Quiriat; catorce


ciudades con sus aldeas. Ésta era la heredad de los hijos de Benjamín, según
sus clanes.

Iehoshúa – Josué Capítulo 19


(1)
ְ ֙‫חֹותםְוַַֽֽיהי‬
ָ֑ ָ ְ‫גֹורלְהשני֙ ְלְשמ ֔עֹוןְלְמ ֥טהְבְנַֽי־שמעֶׁ֖ ֹוןְלְמשפ‬ ֹּ֤ ָ ‫וי ִּ֞צאְה‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְ‫ֹוְךְנחֲל֥תְבְנַֽי־י‬
ַֽ ‫ַֽנ ֲחל ֔ ָָתםְבְ ֶׁ֖ת‬

105
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 19

vaietzé hagorál hashení lêshim'ón, lêmatéh vênéi-shim'ón lêmishpêjotám;


váihí nájalatám, bêtój nájalát bênéi-iêhudáh.

La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, según sus
clanes. Y su heredad estaba dentro del territorio de los hijos de Iehudá [Judá].
(2)
:‫עְּומֹול ָ ַָֽדה‬
ַֽ ‫ר־שבעְוְ ֶ ֶׁ֖שב‬
֥ ֶ ‫וי ֥היְל ֶָהֶׁ֖םְבְ ַֽנ ֲחל ָ ָָ֑תםְבְ ַֽא‬
vaihí lahém bênájalatám; bêér-shéva' vêshéva' umóladáh.

Y les tocó como heredad: Beer Sheva, Seba, Molada,


(3)
:‫ַֽוחֲצ֥רְשּועָ ֵ֛לְּובָ לָ ֶׁ֖הְו ָ ַָֽעצֶ ם‬
vájatzár shu'ál uvaláh va'átzem.

Hazar-sual, Bala, Ezem,


(4)
:‫וְאֶ לתֹול֥דְּוב ֶׁ֖תּולְוְחְר ָ ַֽמה‬
vêeltolád uvtúl vêjormáh.

Eltolad, Betul, Horma,


(5)
:‫֥רְסּוסה‬
ַֽ ָ ‫ֹותְוחֲצ‬
ַֽ ‫וְ ַֽצקְל֥גְּובית־המרכ ֶָׁ֖ב‬
vêtzíqêlág uveit-hamarkavót vájatzár susáh.

Siclag, Bet-hamarcabot, Hazar-susa,


(6)
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫רּוחָ֑ןְע ָ֥ריםְשְֹלש־עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
ֶ ‫ּוב֥יתְלְבָ ֶׁ֖אֹותְוְ ָ ַֽש‬
uvéit lêvaót vêshárujén; 'arím shêlosh-'esréh vêjatzreihén.

Bet-lebaot y Sarujen; trece ciudades con sus aldeas.


(7)
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫ָשןְע ָ֥ריםְארבֶׁ֖עְוְחצר‬
ָ֑ ָ ‫ע֥יןְ׀ְר ֶׁ֖מֹוןְוָעֶ ֻׁ֣תֶ רְוְע‬
'áin | rimón va'éter vê'ashán; 'arím arbá' vêjatzreihén.

También Ain, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas.
(8)
ְ‫ד־בעֲלתְבְ ֶׁ֖אר‬ ֥ ‫ְהע ָֻׁ֣ריםְהָ ֔אלֶהְע‬ ַֽ ֶ ֙‫ֲשרְסְביבֹות‬ֹּ֤ ֶ ‫ל־החֲצ ִ֗ריםְא‬
ַֽ ְ‫וְכ‬
:‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנַֽי־שמעֶׁ֖ ֹוןְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ַֽ ֹ ‫ָ ֻׁ֣ראמתְנֶ ַָֽ֑גֶבְ ִ֗ז‬

106
19 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêjol-hájatzerím ashér sêvivot hé'arím haéleh, 'ad-bá'alat bêér rámat négev;


zót nájalát matéh vênéi-shim'ón lêmishpêjotám.

También todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta
Baalat-beer, que es Ramat-néguev. Ésta era la heredad de la tribu de los hijos
de Simeón, según sus clanes.
(9)
ְ‫ְרב‬
ֻׁ֣ ֙‫הְחלֶקְבְנַֽי־יְהּודָ ה‬
ֹּ֤ ‫ֹוןְכי־הָ ִָּ֞י‬
ַֽ ָ֑‫הְנחֲלֶׁ֖תְבְנֻׁ֣יְשמע‬
ַֽ ‫הּוד‬
ָ ֔ ְ‫מ ֨ ֶחבֶ לְ֙בְנֻׁ֣יְי‬
‫ פ‬:‫ֹוְךְנ ֲחל ָ ַָֽתם‬
ַֽ ‫מ ֔ ֶהםְוינחֲל֥ ּוְבְנַֽי־שמעֶׁ֖ ֹוןְבְ ֥ת‬
mejével bênéi iêhudáh, nájalát bênéi shim'ón; kí-haiáh jéleq bênéi-iêhudah ráv
mehém, vainjalú vênéi-shim'ón bêtój nájalatám.

La heredad de los hijos de Simeón fue tomada de la parte de los hijos de


Iehudá [Judá], porque la parte de los hijos de Iehudá [Judá] era excesiva para
ellos. Así, los hijos de Simeón tuvieron su heredad dentro del territorio de
aquéllos.
(10)
ְ‫ּולְנ ֲחל ָ ֶָׁ֖תם‬
ַֽ ‫ישיְלבנ֥יְזְבּולֶׁ֖ןְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְוי ֵ֛היְגְ ֥ב‬
֔ ‫גֹורלְהשְל‬
ֻׁ֣ ָ ‫ו ֨יעלְ֙ה‬
:‫עד־שָ ַֽריד‬
vaiá'al hagorál hashêlishí, livnéi zêvulún lêmishpêjotám; vaihí gêvúl
nájalatám 'ad-saríd.

La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, según sus clanes. La frontera de
su heredad llegaba hasta Sarid.
(11)
ְ‫וְ ָע ָ֨להְגְבּולָ ֶׁ֧םְ׀ְליָ ֵ֛מָ הְּומרעֲלָ ֶׁ֖הְּופָגֻׁ֣עְבְד ָבָ֑שֶ תְּופָגע֙ ְאֶ ל־ה ֔נחל‬
:‫ֲשרְעל־פְנ֥יְיְקנְ ָ ַֽעם‬ ֶׁ֖ ֶ ‫א‬
vê'aláh gêvulám | laiámah umar'aláh ufagá' bêdabáshet; ufaga' el-hanájal,
ashér 'al-pênéi ioqnê'ám.

Y por el oeste su frontera subía hacia Marala, y limitaba con Dabeset y con el
río que está frente a Jocneam.
(12)
ְ‫ל־ג ֥בּולְכסֹלֶׁ֖ תְתָ בָֹ֑ רְוְי ָָצ֥א‬
ְ ‫ידְקדמָ הְמז ֻׁ֣רחְהשֶ֔ מֶ שְע‬ֹּ֚ ‫וְ ָ ֻׁ֣שבְמשָ ִ֗ר‬
:‫אֶ ל־ה ָ ַֽדבְ ֶׁ֖רתְוְעָלָ ֥הְי ַָֽפיע‬
vêsháv misaríd qédmah mizráj hashémesh, 'al-gêvúl kislót tavór; vêiatzá el-
hadávêrát vê'aláh iafí'a.

De Sarid doblaba hacia el este, donde nace el sol, hasta el territorio de


Quislot-tabor; luego seguía hacia Daberat y subía a Jafía.

107
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 19

(13)
ְ‫הְחפֶרְע ָ ֻׁ֣תהְקָ ָ֑ציןְוְי ָָצֵ֛אְר ֥מֹון‬
ֶׁ֖ ‫ְקדמָ הְמז ָ ֔רחָ הְג ָ ֥ת‬
ֻׁ֣ ֙‫ּומ ָ ֹּ֤שםְעָבר‬
:‫המְתֹ ָ ֶׁ֖ארְהנ ָ ַֽעה‬
umishám 'avar qédmah mizrájah, gitáh jéfer 'itáh qatzín; vêiatzá rimón
hamêtoár hane'áh.

De allí seguía hacia el este, a Gat-jefer e Ita-cazín, continuaba hacia Rimón y


rodeaba Nea.
(14)
:‫ח־אל‬
ַֽ ‫וְנ ָֹּ֤סבְאֹ תֹו֙ ְהגְ ֔בּולְמצְ ֶׁ֖פֹוןְחנָתָֹ֑ ןְוְהָ יּו֙ ְתַֹֽ צְאֹ ֔ ָתיוְגֶׁ֖יְיפת‬
vênasáv otó hagêvúl, mitzêfón janatón; vêhaiú tótzêotáv, géi iftaj-él.

Después la frontera torcía por el norte hacia Hanatón y terminaba en el valle


de Jefteel.
(15)
ְ‫וְק ָ ֹּ֤טתְוְ ַֽנ ֲה ָללְ֙וְשמ ֔רֹוןְוְידאֲלָ ֶׁ֖הְּובֻׁ֣יתְלָ ָ֑חֶ םְע ָ֥ריםְשְתים־עֶש ֶׁ֖רה‬
:‫יהן‬ ַֽ ֶ ‫וְחצר‬
vêqatát vênáhalal vêshimrón, vêidaláh uvéit lájem; 'arím shêteim-'esréh
vêjatzreihén.

Y también Catat, Nahalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus
aldeas.
(16)
‫ פ‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ָ֥ריםְהָ ֶׁ֖אלֶהְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫חֹות‬
ָ֑ ָ ְ‫אתְנחֲל֥תְבְנַֽי־זְבּולֶׁ֖ןְלְמשפ‬
ַֽ ֹ ‫ֵ֛ז‬
zót nájalát bênéi-zêvulún lêmishpêjotám; hé'arím haéleh vêjatzreihén.

Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de los hijos de Zabulón, según
sus clanes.
(17)
:‫חֹותם‬
ַֽ ָ ְ‫יעיְלבנ֥יְישָ שכָ ֶׁ֖רְלְמשפ‬
ָ֑ ‫לְה ְרב‬
ַֽ ָ ‫גֹור‬
ֻׁ֣ ָ ‫לְ ֨ישָ ש ָ֔כרְי ָָצֶׁ֖אְה‬
lêísasjár, iatzá hagorál hárêvi'í; livnéi isasjár lêmishpêjotám.

La cuarta suerte tocó a Isasjár [Isacar], a los hijos de Isasjár, según sus clanes.
(18)
:‫וי ֶׁ֖היְגְבּולָ ָ֑םְיז ְרעֶ ֥אלָהְוְהכְסּוֹלֶׁ֖ תְוְשּונַֽם‬
vaihí gêvulám; izrê'élah vêhakêsulót vêshuném.

Su territorio abarcaba: Jezreel, Quesulot, Sunem,


(19)
:‫ַֽו ֲחפ ָ֥ריםְוְשיאֶֹׁ֖ ןְוא ָ ֲַֽנח ֲַֽרת‬
108
19 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vájafaráim vêshión vaanájarát.

Hafaraim, Sihón, Anajarat,


(20)
:‫וְ ָ ַֽהר ֥ביתְוְקשיֶׁ֖ ֹוןְו ָ ַָֽאבֶ ץ‬
vêhárabít vêqishíon vaávetz.

Rabit, Quisión, Abez,


(21)
:‫וְ ֶ ֶׁ֧רמֶ תְוְעין־גנֵ֛יםְוְע֥יןְח ָ ֶׁ֖דהְּוב֥יתְפ ַֽצץ‬
vêrémet vê'ein-ganím vê'éin jadáh uvéit patzétz.

Remet, En-ganim, En-jada y Bet-pases.


(22)
ְ‫ּופָגעְ֩הגְ ֨בּולְבְתָ ֹּ֤בֹורְושחצומהְ(וְ ַֽשח ֲ֨צימָ ה֙ )ְּובֻׁ֣יתְשֶ֔ מֶ שְוְהָ יֵ֛ ּו‬
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫תַֹֽ צְ ֥אֹותְגְבּולָ ֶׁ֖םְהיר ָ֑דןְע ָ֥ריםְשש־עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
ufaga' hagêvúl bêtavór vsjtzvmh (vêshájatzímah) uvéit shémesh, vêhaíu
tótzêót gêvulám haiardén; 'arím shesh-'esréh vêjatzreihén.

La frontera llegaba hasta Tabor, Sajazaim y Bet-semes, y terminaba la


frontera en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.
(23)
‫ פ‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ֶָׁ֖ריםְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנַֽי־ישָ שכָ ֶׁ֖רְלְמשפְחֹ ָ ָ֑ת‬
ַֽ ֹ ‫ִ֗ז‬
zót nájalát matéh vênéi-isasjár lêmishpêjotám; hé'arím vêjatzreihén.

Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Isasjár
[Isacar], según sus clanes.
(24)
:‫חֹותם‬
ַֽ ָ ְ‫ישיְלְמ ֥טהְבְנַֽי־אָ ֶׁ֖שרְלְמשפ‬
֔ ‫לְהחֲמ‬
ַֽ ‫גֹור‬
ֻׁ֣ ָ ‫ויצא֙ ְה‬
vaietze hagorál hájamishí, lêmatéh vênéi-ashér lêmishpêjotám.

La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Asher [Aser], según sus clanes.
(25)
:‫תְוח ֲֶׁ֖ליְו ֶָב֥טֶ ןְוְאכ ָ ַֽשף‬
ַֽ ‫וי ֶׁ֖היְגְבּולָ ָ֑םְחֶ ל ֥ק‬
vaihí gêvulám; jelqát vájalí vavéten vêajsháf.

Su territorio abarcaba: Helcat, Halí, Betén, Acsaf,


(26)
:‫יחֹורְלב ָנַֽת‬
ֶׁ֖ ‫וְ ַֽאל ֶ ֥מלְֶךְוְעמעָ ֶׁ֖דְּומש ָ ָ֑אלְּופָגֹּ֤עְבְכרמֶ לְ֙ה ָ֔ימָ הְּובש‬

109
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 19

vêálamélej vê'am'ád umishál; ufagá' bêjarmel haiámah, uvshijór livnát.

Alamelec, Amad y Miseal; y por el lado occidental llegaba hasta el Carmelo y


Sijor-libnat.
(27)
ְ‫ח־אלְצָ ֵ֛פֹונָה‬
֥ ‫ֻׁ֣עְבזבלּוןְּוב ֨גיְיפת‬
ַ֠ ‫וְ שָ֨ בְמז ֻׁ֣רחְהשֶ מֶ ש֮ ְבֻׁ֣יתְדָ גֹ ןְּ֒ופָג‬
:‫יאלְוְי ָָצ֥אְאֶ ל־כ ֶָׁ֖בּולְמשְ ַֽמ ֹאל‬
ָ֑ ‫֥ביתְהָ עֶׁ֖מֶ קְּונע‬
vêsháv mizráj hashemesh béit dagon ufagá' bízvulun uvgéi iftaj-él tzafónah
béit ha'émeq un'iél; vêiatzá el-kavúl misêmól.

Volvía después hacia donde nace el sol, a Bet-dagón y limitaba con Zabulón y
con el valle de Jefteel, al norte; seguía a Bet-haémec y a Neiel; luego
continuaba al norte hasta Cabul,
(28)
:‫וְעֶב ֥רֹ ןְּורחֶֹׁ֖ בְוְח ֻׁ֣מֹוןְוְקָ נָ ָ֑הְעֶׁ֖דְצ ֥ידֹוןְר ָ ַֽבה‬
vê'evrón urjóv vêjamón vêqanáh; 'ád tzidón rabáh.

Abdón, Rejob, Hamón, Caná, hasta la gran Sidón.


(29)
ְ‫ד־עירְמבצר־צָֹ֑ רְוְ ָ ֹּ֤שבְהגְבּולְ֙חֹ ֔ ָסהְויהיו‬ ֶׁ֖ ‫ְ֙ה ָר ֔ ָמהְוְע‬
ַֽ ָ ‫וְ ָ ֹּ֤שבְהגְבּול‬
:ְ‫(וְהָ יֶׁ֧ ּו)ְתַֹֽ צְאֹ ָ ֵ֛תיוְהיָ ֶׁ֖מָ הְמ ֶח֥בֶ לְאכ ַֽזיבָ ה‬
vêsháv hagêvul háramáh, vê'ad-'ír mivtzar-tzór; vêsháv hagêvul josáh, vyhyv
(vêhaíu) tótzêotáv haiámah mejével ajzívah .

De allí la frontera volvía hacia Ramá y seguía hasta la ciudad fortificada de


Tiro. Después torcía hacia Hosa y terminaba en el mar. También Majaleb,
Aczib,
(30)
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫הְואֲפֶׁ֖קְּורחָֹ֑ בְע ֵָ֛ריםְעֶש ֥ריםְּוש ֶׁ֖תיםְוְחצר‬
ַֽ ‫וְע ָ ֥מ‬
vê'umáh váaféq urjóv; 'arím 'esrím ushtáim vêjatzreihén.

Aco, Afec y Rejob; veintidós ciudades con sus aldeas.


(31)
‫ פ‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ָ֥ריםְהָ ֶׁ֖אלֶהְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנַֽי־אָ ֶׁ֖שרְלְמשפְחֹ ָ ָ֑ת‬
ַֽ ֹ ‫ִ֗ז‬
zót nájalát matéh vênéi-ashér lêmishpêjotám; hé'arím haéleh vêjatzreihén.

Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Asher
[Aser], según sus clanes.
(32)
:‫גֹורלְהש ָ֑שיְלבנ֥יְנפתָ ֶׁ֖ליְלְמשפְחֹ ָ ַֽתם‬
ֻׁ֣ ָ ‫לבנֻׁ֣יְנפתָ ֔ליְי ָָצֶׁ֖אְה‬
110
19 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

livnéi naftalí, iatzá hagorál hashishí; livnéi naftalí lêmishpêjotám.

La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos de Neftalí, según sus
clanes.
(33)
‫יםְואֲדָ ֥מיְהנֶ ֵַֽ֛קֶ בְוְיבנְ ֶׁ֖אלְעד־‬
ַֽ ‫ֶףְמא ֹ֜לֹוןְבְ ַֽצעֲנ ִ֗נ‬
ַֽ ‫וי ֻׁ֣היְגְבּו ִָ֗לםְמ ֨חל‬
:‫ל ָ֑קּוםְוי ֥היְתַֹֽ צְאֹ ָ ֶׁ֖תיוְהיר ַֽדן‬
vaihí gêvulám mejélef méelón bêtzá'ananím váadamí hanéqev vêiavnêél 'ad-
laqúm; vaihí tótzêotáv haiardén.

Su frontera partía desde Helef y desde la encina de Zaananim, y desde Adami-


nequeb y Jabneel hasta Lacum, y terminaba en el Jordán.
(34)
ְ‫וְשָ֨ בְהגְ ֥בּולְ ָ֨ימָ ה֙ ְאזנֻׁ֣ ֹותְתָ ב֔ ֹורְוְי ָָצ֥אְמ ָ ֶׁ֖שםְחּוקָֹ֑ קָ הְּופ ָ֨געְבזב ֹ֜לּון‬
:‫יהּודהְהיר ֶׁ֖דןְמז ֥רחְה ָ ַֽשמֶ ש‬ ָ ֔ ‫םְּוב‬
ֻׁ֣ ‫מ ִֶ֗נגֶבְּובאָ שר֙ ְפָגֻׁ֣עְמ ָ֔י‬
vêsháv hagêvúl iámah aznót tavór, vêiatzá mishám juqóqah; ufagá' bizvulún
minégev uvasher pagá' miám, uvíhudáh, haiardén mizráj hashámesh.

Luego la frontera volvía al oeste hasta Aznot-tabor. De allí pasaba a Hucoc, y


limitaba con Zabulón por el sur, con Asher [Aser] por el oeste, y con el
Jordán, por donde nace el sol.
(35)
:‫יםְצרְוְח ֶׁ֖מתְר ֥קתְוְכ ָנ ֶַַֽֽרת‬
֔ ‫וְע ֶָׁ֖ריְמב ָצָ֑רְהצ ֻׁ֣ד‬
vê'aréi mivtzár; hatzidím tzér, vêjamát raqát vêjináret.

Y las ciudades fortificadas eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Quinéret,


(36)
:‫ַֽואֲדָ ָ ֥מהְוְ ָ ַֽה ָר ָ ֶׁ֖מהְוְחָ ַֽצֹור‬
váadamáh vêháramáh vêjatzór.

Adama, Ramá, Hazor,


(37)
:‫וְ ֶ ֥קדֶ שְוְאֶ ד ֶ ֶׁ֖רעיְוְע֥יןְחָ ַֽצֹור‬
vêqédesh vêedré'i vê'éin jatzór.

Quedes, Edrei, En-hazor,


(38)
‫ֻׁ֣יתְשמֶ שְע ָ֥ריםְתְ ַֽשע־‬
ָ֑ ָ ‫ל־אלְחְ ֥רםְּובית־עֲנָ ֶׁ֖תְּוב‬
֔ ‫וְיראֹון֙ ְּומגד‬
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫עֶש ֶׁ֖רהְוְחצר‬
111
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 19

vêiron umigdal-él, jorém uveit-'anát uvéit shámesh; 'arím têshá'-'esréh


vêjatzreihén.

Irón, Migdalel, Horem, Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus


aldeas.
(39)
‫ פ‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ֶָׁ֖ריםְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנַֽי־נפתָ ֶׁ֖ליְלְמשפְחֹ ָ ָ֑ת‬
ַֽ ֹ ‫ִ֗ז‬
zót nájalát matéh vênéi-naftalí lêmishpêjotám; hé'arím vêjatzreihén.

Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de
Neftalí, según sus clanes.
(40)
:‫יעי‬
ַֽ ‫גֹורלְהשְב‬
֥ ָ ‫י־דןְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְי ָָצֶׁ֖אְה‬
ֶׁ֖ ָ ‫לְמ ֥טהְבְנ‬
lêmatéh vênei-dán lêmishpêjotám; iatzá hagorál hashêvi'í.

La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes.
(41)
:‫ירְשמֶ ש‬
ַֽ ָ ‫ּולְנ ֲחל ָ ָָ֑תםְצְרעָ ֥הְוְאֶ שתָ ֶׁ֖אֹולְוְ ֥ע‬
ַֽ ‫וי ֶׁ֖היְגְ ֻׁ֣ב‬
vaihí gêvúl nájalatám; tzor'áh vêeshtaól vê'ír shámesh.

El territorio de su heredad abarcaba Zora, Estaol, Ir-semes,


(42)
:‫וְ ַֽשעֲל ֥ביןְוְאיָלֶׁ֖ ֹוןְוְית ָ ַֽלה‬
vêshá'alabín vêaialón vêitláh.

Saalbín, Ajalón, Jetla,


(43)
:‫וְאיל֥ ֹוןְוְתמנָ ֶׁ֖תָ הְוְעֶק ַֽרֹון‬
vêeilón vêtimnátah vê'eqrón.

Elón, Timnat, Ecrón,


(44)
:‫ֹוןְּובע ָ ֲַֽלת‬
ַֽ ‫וְאֶ לתְ ֥קהְוְגבְ ֶׁ֖ת‬
vêeltêqéh vêgibêtón uvá'alát.

Elteque, Gibetón, Baalat,


(45)
:‫ויה֥דְּובנַֽי־בְ ֶׁ֖רקְוְגת־ר ַֽמֹון‬
vihúd uvnéi-vêráq vêgat-rimón.

Jehud, Benei-berac, Gat-rimón.


112
19 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(46)
:‫ּולְמּולְי ַָֽפֹו‬
֥ ‫ֹוןְעם־הגְ ֶׁ֖ב‬
ַֽ ‫ּומיְהיר ֶׁ֖קֹוןְוְ ָ ַֽהר ָ֑ק‬
֥
uméi haiarqón vêháraqón; 'ím-hagêvúl múl iafó.

Mei-haiarcón y Racón, con la región que está enfrente de Jope.


(47)
ְ‫י־דָ ןְוי ָ ַֽלח ֲ֨מּוְעם־ ֶֹ֜לשֶ םְוילכְ ֥דּו‬
ַ֠ ‫י־דןְמ ֶהָ֑םְו ַֽיעֲלֻׁ֣ ּוְבְנ‬ ֶׁ֖ ָ ‫ויצ֥אְגְבּול־בְנ‬
ָ ֔ ‫י־ח ֶרבְו ַֽירְ ֹּ֤שּוְאֹותָ ּה֙ ְויֻׁ֣ש‬
ְ‫בּוְבּהְויקרְ ֹּ֤אּו‬ ֶ ִ֗ ‫ּוְאֹותּהְלְפ‬ ֻׁ֣ ָ ֶׁ֧‫אֹותּהְ׀ְויכ‬ֻׁ֣ ָ
:‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫םְדןְאֲב‬
֥ ָ ‫ְדןְכְ ֶׁ֖ש‬ ָ ֔ ֙‫לְ ֶ֨לשֶ ם‬
vaietzé gêvul-bênei-dán mehém; vaiá'alú vênei-dán vailájamú 'im-léshem
vailkêdú otáĥ | vaiakú otáĥ lêfi-jérev vaiírêshú otaĥ vaiéshvu váĥ, vaiqrêú
lêléshem dán, kêshém dán avihém.

Pero faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso, los hijos de Dan subieron y
combatieron contra Lesem. Ellos la ocuparon e hirieron a filo de espada;
tomaron posesión de ella y habitaron allí. Y a Lesem la llamaron Dan, según
el nombre de su padre Dan.
(48)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫םְהע ָ֥ריםְהָ ֶׁ֖אלֶהְוְחצר‬
ַֽ ֶ ‫י־דןְלְמשפְחֹ ָ ָ֑ת‬
ֶׁ֖ ָ ‫אתְנחֲלֵ֛תְמ ֥טהְבְנ‬
ַֽ ֹ ‫ִ֗ז‬
zót nájalát matéh vênei-dán lêmishpêjotám; hé'arím haéleh vêjatzreihén.

Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Dan,
según sus clanes.
(49)
ְ‫לְנחֲלָ ֵ֛ה‬
ַֽ ‫ּוֹלתיהָ ְויתְנ֨ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֧א‬
ָ֑ ֶ ‫ויכל֥ ּוְלנחֹ ל־אֶ ת־הָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְלג ַֽב‬
:‫תֹוכם‬
ַֽ ָ ְ‫ַֽליהֹוש֥עְבן־נֶׁ֖ ּוןְב‬
vaijalú linjol-et-haáretz ligvúlotéiha; vaitênú vênéi-israél nájaláh líhoshú'a
bin-nún bêtojám.

Después que acabaron de distribuir los territorios de la tierra como heredad,


los Hijos de Israel dieron una heredad, en medio de ellos, a Iehoshúa [Josué]
hijo de Nun.
(50)
ְ‫ת־סרחְבְהֻׁ֣ר‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ֲשרְשָ ֔ ָאלְאֶ ת־תמנ‬
ֻׁ֣ ֶ ‫נּוְלֹוְאֶ ת־הָ עיר֙ ְא‬
ִ֗ ‫ל־פיְיה ֹ֜ ָוהְנָ ֻׁ֣ת‬
֨ ‫ע‬
:ְ‫בְבּה‬ ַֽ ָ ֶ‫אֶ פ ָ ָ֑ריםְויבנֶ ֥הְאֶ ת־הָ ֶׁ֖עירְוי֥ש‬
'al-pí Adonai nátnu ló et-ha'ir ashér shaál, et-timnat-séraj bêhár efráim;
vaivnéh et-ha'ír vaiéshev báĥ .

Según el mandato del Eterno, le dieron la ciudad que pidió, Timnat-séraj, en la


región montañosa de Efráim. Y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
113
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 19, 20

(51)
ְ‫אשי‬
ֻׁ֣ ‫ֻׁ֣ןְ׀ְויהֹושֻׁ֪עְבן־נ֟ ּוןְוְ ָר‬
ַֽ ‫רְנחֲלֻׁ֣ ּוְאֶ לעָזָ ֻׁ֣רְהכֹ ה‬
ַֽ ‫ֲש‬ֻׁ֣ ֶ ‫ֻׁ֣אלֶהְהנְחָ ֹ֡לתְא‬
ְ‫גֹורלְ׀ְבְשֹלהְְ֙לפנֻׁ֣יְיה ֔ ָוהְפֶ ֶׁ֖תח‬
ֹּ֤ ָ ְ‫ָ ַֽהאָ ֻׁ֣בֹותְלְמטֹותְ֩בְנַֽי־יש ָר ֨אלְ׀ְב‬
‫ פ‬:ְ‫ּוְמחלֶׁ֖קְאֶ ת־הָ ָ ַֽא ֶרץ‬ַֽ ‫אֹֻׁ֣ הֶ לְמֹועָ֑דְויכ ָ֕ל‬
éleh hanêjalót ashér níjalú el'azár hakohén | víhoshú'a bin-nún vêrashéi háavót
lêmatot bênéi-israél | bêgorál | bêshiloh lifnéi Adonai, pétaj óhel mo'éd;
vaijalú méjaléq et-haáretz .

Éstas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Iehoshúa [Josué] hijo de
Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los Hijos de Israel
distribuyeron por sorteo en Shiló [Silo], delante del Eterno, a la entrada del
tabernáculo de reunión. Y así acabaron de distribuir la tierra.

Iehoshúa – Josué Capítulo 20


(1)
:ְ‫וידבֻׁ֣רְיה ֔ ָוהְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְלאמַֹֽ ר‬
vaidabér Adonai, el-iêhoshú'a lemór .

El Eterno habló a Iehoshúa [Josué] diciendo:


(2)
‫דבֵ֛רְאֶ ל־בְנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְלאמָֹ֑ רְתְנֹּ֤ ּוְ ָלכֶם֙ ְאֶ ת־ע ָֻׁ֣ריְהמק ָ֔לטְאֲשֶ ר־‬
:‫דב֥רתיְאֲליכֶ ֶׁ֖םְבְיד־מֹ ֶ ַֽשה‬
dabér el-bênéi israél lemór; tênú lajem et-'aréi hamiqlát, asher-dibárti aleijém
bêiad-moshéh.

'Habla a los Hijos de Israel y diles: 'Designad las ciudades de refugio de las
que yo os hablé por medio de Moshé [Moisés];
(3)
ְ ֙‫י־דעתְוְהָ יֹּ֤ ּוְ ָלכֶם‬
ָ֑ ָ ‫ְרֹוצחְמכה־נֶ ֥פֶשְבשגָגָ ֶׁ֖הְבבל‬ ֔ ֙‫לָנ֥ ּוסְשָ֨ מָ ה‬
:‫לְמק ָ֔לטְמגֹ ֶׁ֖אלְה ָ ַֽדם‬
lanús shámah rotzéaj, makeh-néfesh bishgagáh bivli-dá'at; vêhaíu lajem
lêmiqlát, migoél hadám.

para que pueda huir allí el homicida que mate a una persona accidentalmente,
sin premeditación, a fin de que sirvan de refugio ante el vengador de la sangre.

114
20 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(4)
ְ‫חְשערְהָ ֔עירְוְד ֶבֵ֛ר‬ ֻׁ֣ ‫וְ ִָּ֞נסְאֶ ל־אחֻׁ֣תְ׀ְמ ֶ ַֽהע ָֻׁ֣ריםְהָ ִ֗אלֶהְוְעָמד֙ ְ ֶֹּ֚פת‬
ְ‫יהם‬
ֶ ֔ ‫בְאְזנֵ֛יְזקנַֽי־הָ ֥עירְה ֶׁ֖היאְאֶ ת־דְבָ ָ ָ֑ריוְוְ ָ ַֽא ְס ֨פּוְאֹ ֹּ֤תֹוְהָ ֨ע ָירה֙ ְאֲל‬
:‫וְ ָנַֽתְנּו־ל֥ ֹוְמָ ֶׁ֖קֹוםְוְי ָ֥שבְע ָ ַֽמם‬
vênás el-aját | mehé'arím haéleh vê'amad pétaj shá'ar ha'ír, vêdibér bêoznéi
ziqnéi-ha'ír hahí et-dêvaráv; vêásêfú otó ha'írah aleihém, vênátênu-ló maqóm
vêiasháv 'imám.

El que se refugie en alguna de aquellas ciudades se presentará a la puerta de la


ciudad y expondrá su caso a oídos de los ancianos de la ciudad. Ellos le
recibirán consigo dentro de la ciudad y le darán un lugar para que habite con
ellos.
(5)
‫ֹוְכיְבבלי־‬
ֹּ֤ ‫ת־הרֹ צֶׁ֖חְבְי ָָ֑ד‬
ַֽ ָ ֶ‫ְאח ָ ֲ֔ריוְוְ ַֽל ֹא־יסג֥רּוְא‬
ַֽ ֙‫וְ ֨כיְיר ֹ֜ ֹדףְגֹ ֹּ֤אלְהדָ ם‬
:‫֥אְהּואְלֶׁ֖ ֹוְמתְ ֥מֹולְשל ַֽשֹום‬
ֵ֛ ‫֨דעת֙ ְהכָ ֻׁ֣הְאֶ ת־ר ֔עהּוְוְ ַֽל ֹא־שֹנ‬
vêjí irdóf goél hadam ájaráv, vêló-iasgíru et-hárotzéaj bêiadó; kí vivli-dá'at
hikáh et-re'éhu, vêló-soné hú ló mitêmól shilshóm.

Si el vengador de la sangre lo persigue, no entregarán en su mano al homicida,


porque mató a su prójimo sin premeditación, sin haberle tenido odio
previamente.
(6)
ְ‫ֹּ֤יְהעדָ ה֙ ְלמש ָ֔פטְעד־מֹות֙ ְהכֹ הֻׁ֣ן‬
ַֽ ָ ‫וְי ָֻׁ֣שבְ׀ְבָ ֻׁ֣עירְה ִ֗היאְעד־עְמְדִּ֞ ֹוְלפנ‬
ְ ֙‫ְּובֹּ֤אְאֶ ל־עירֹו‬
ָ ‫רֹוצח‬
ִ֗ ‫ּובְה‬
ַֽ ָ ‫ָ֑םְאזְ׀ְי ָֻׁ֣ש‬
ֻׁ֣ ָ ‫רְיהיֶ ֶׁ֖הְבי ָֻׁ֣מיםְהָ ה‬
ַֽ ‫ֲש‬
֥ ֶ ‫הגָד֔ ֹולְא‬
:ְ‫וְאֶ ל־ב ֔יתֹוְאֶ ל־הָ ֶׁ֖עירְאֲשֶ ר־נָ ֥סְמ ָ ַֽשם‬
vêiasháv | ba'ír hahí 'ad-'omêdó lifnéi há'edah lamishpát, 'ad-mot hakohén
hagadól, ashér íhiéh baiamím hahém; áz | iashúv hárotzéaj uvá el-'iró vêel-
beitó, el-ha'ír asher-nás mishám .

Quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la


asamblea, y hasta la muerte del sumo sacerdote que haya en aquellos días.
Entonces el homicida podrá volver y venir a su ciudad y a su casa, a la ciudad
de donde huyó. ''
(7)
ְ‫ת־קדֶ שְבגָלילְ֙בְהֻׁ֣רְנפתָ ֔ליְוְאֶ ת־שְכֶ ֶׁ֖םְבְהֻׁ֣רְאֶ פ ָ ָ֑רים‬
ֹּ֤ ֶ ֶ‫ויק ֹ֜דשּוְא‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְ‫ֵ֛עְהיאְחֶ ב ֶׁ֖רֹוןְבְה֥רְי‬
֥ ‫וְאֶ ת־קרי֥תְארב‬
vaiaqdíshu et-qédesh bagalil bêhár naftalí, vêet-shêjém bêhár efráim; vêet-
qiriát arbá' hí jevrón bêhár iêhudáh.

115
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 20, 21

Entonces designaron a Quedes, en Galilea, en la región montañosa de Neftalí;


a Siquem, en la región montañosa de Efráim; y a Quiriat-arba [que es
Hebrón], en la región montañosa de Iehudá [Judá].
(8)
ְ‫ת־בֶׁ֧צֶ רְבמד ָבֵ֛רְבמישֶֹׁ֖ ר‬
ֶ ֶ‫הְנַֽתְנִּ֞ ּוְא‬
ָ ָ‫ּומ ֹ֜עבֶ רְלְיר ֹּ֤דןְיְריחֹו֙ ְמז ָ ֔רח‬
ְ)‫ת־ראמֹֹּ֤ תְבגלעָד֙ ְממטה־ ֔ ָגדְוְאֶ ת־גלוןְ(גֹולָ ֥ן‬ ָ ֶ‫הְראּובָ֑ןְוְא‬ ְ ‫ממ ֻׁ֣ט‬
:‫בבָ ָ ֶׁ֖שןְממ ֥טהְמְנ ֶ ַֽשה‬
ume'éver lêiardén iêrijó mizrájah, nátênú et-bétzer bamidbár bamishór
mimatéh rêuvén; vêet-ramót bagil'ad mimateh-gád, vêet-glvn (golán)
babashán mimatéh mênashéh.

Y al otro lado del Jordán, al este de Jericó, designaron a Beser, en el desierto,


en la meseta, de la tribu de Reuvén [Rubén]; a Ramot, en Galaad, de la tribu
de Gad; y a Golán, en Basán, de la tribu de Menashé [Manasés].
(9)
ְ‫ֻׁ֣אלֶהְהָ יּוְ֩ע ָ֨ריְה ַֽמּוע ֹ֜ ָָדהְלְ ֻׁ֣ ֹכלְ׀ְבְנֻׁ֣יְיש ָר ִ֗אלְוְלגר֙ ְהגָ ֻׁ֣רְבְתֹו ָ֔כםְלָנֻׁ֣ ּוס‬
ְ‫שָ֔ מָ הְכְל־מכה־נֶ ֶׁ֖פֶשְבשגָגָ ָ֑הְוְ ֻׁ֣ל ֹאְי ִָ֗מּותְבְיד֙ ְגֹ ֻׁ֣אלְה ֔ ָדםְעד־עְמְ ֶׁ֖דֹו‬
‫ פ‬:‫֥יְהע ָ ַֽדה‬
ַֽ ָ ‫לפנ‬
éleh haiú 'aréi hamú'adáh lêjól | bênéi israél vêlager hagár bêtojám, lanús
shámah, kol-makeh-néfesh bishgagáh; vêló iamút bêiad goél hadám, 'ad-
'omêdó lifnéi há'edáh.

Éstas fueron las ciudades designadas para todos los Hijos de Israel y para el
extranjero que habitase entre ellos, para que pueda huir a ellas cualquiera que
mate a una persona accidentalmente, y no muera por mano del vengador de la
sangre, antes de comparecer delante de la asamblea.

Iehoshúa – Josué Capítulo 21


(1)
ְ‫ּוְראשי֙ ְא ֲֻׁ֣בֹותְהלו ֔יםְאֶ ל־אֶ ל ָעזָר֙ ְהכֹ ֔הןְוְאֶ ל־יְהֹושֶׁ֖עְבן־נָ֑ ּון‬
ָ ‫וַַֽֽיגְ ִ֗ש‬
:‫אשיְא ֲ֥בֹותְהמ ֶׁ֖טֹותְלבנ֥יְיש ָר ַֽאל‬ ֵ֛ ‫ל־ר‬
ָ ֶ‫וְא‬
váigêshú rasheí avót halviím, el-el'azar hakohén, vêel-iêhoshú'a bin-nún; vêel-
rashéi avót hamatót livnéi israél.

Los jefes de las casas paternas de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar,
a Iehoshúa [Josué] hijo de Nun y a los jefes de las casas paternas de las tribus
de los Hijos de Israel.

116
21 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(2)
ְ‫יהםְבְש ִֹ֗להְבְ ֶ ֹּ֤א ֶרץְכְ ֨נען֙ ְלאמֹ֔ רְיהוָה֙ ְצּוָ ֻׁ֣הְבְיד־מֹ שֶ֔ ה‬ ֶ ֹ֜ ‫וידבְ ֨רּוְאֲל‬
‫ פ‬:ְ‫יהֶׁ֖ןְלבהֶ מ ַֽתנּו‬
ֶ ‫ָשבֶ תְּומג ְרש‬ ָ֑ ָ ‫ָ ַֽלתֶ ת־לָ ֥נּוְע ֶָׁ֖ריםְל‬
vaidabêrú aleihém bêshilóh bêéretz kêná'an lemór, Adonai tziváh vêiad-
moshéh, látet-lánu 'arím lashávet; umigrêsheihén livhemténu .

Y les hablaron en Shiló [Silo], en la tierra de Canaán, diciendo: 'el Eterno


mandó por medio de Moshé [Moisés] que nos dieran ciudades en que
habitásemos, con sus campos de alrededor para nuestros ganados.'
(3)
ְ‫ת־הע ָ֥רים‬
ַֽ ֶ ֶ‫ל־פיְיהוָ ָ֑הְא‬
ֻׁ֣ ֶ‫ויתְנ֨ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֧אלְללויֵ֛םְמ ַֽנ ֲחל ָ ֶָׁ֖תםְא‬
:ְ‫יהן‬ַֽ ֶ ‫הָ ֶׁ֖אלֶהְוְאֶ ת־מג ְרש‬
vaitênú vênéi-israél lalviím minájalatám el-pí Adonai; et-hé'arím haéleh vêet-
migrêsheihén .

Entonces, conforme a la palabra del Eterno, los Hijos de Israel dieron a los
levitas, de sus propias heredades, estas ciudades con sus campos de alrededor:
(4)
ְ‫ְ֩אהֲרֹ֨ ןְהכֹ ֹ֜הןְמן־הלו ִ֗ים‬
ַֽ ‫גֹורלְלְמשפְחֹֻׁ֣ תְהקְהָ ָ֑תיְוי ֡היְלבני‬
ֶׁ֖ ָ ‫ויצ֥אְה‬
ְ‫גֹורלְע ֶָׁ֖ריםְשְֹל֥ ש‬
֔ ָ ‫הְיהּודָ הְּוממ ֨טהְהשמעֹ ֹ֜ניְּוממ ֹּ֤טהְבניָמן֙ ְב‬ ְַ֠ ‫ממ ֻׁ֣ט‬
‫ ס‬:‫עֶש ַֽרה‬
vaietzé hagorál lêmishpêjót haqêhatí; vaihí livneí áharón hakohén min-halviím
mimatéh iêhudah umimatéh hashim'oní umimatéh viniamin bagorál, 'arím
shêlósh 'esréh.

La suerte tocó a las familias de los cohatitas. A los hijos del sacerdote Aarón,
que eran de los levitas, les dieron por sorteo trece ciudades de la tribu de
Iehudá [Judá], de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín.
(5)
ְ‫ןְּומח ֲ֨צי‬
ַֽ ‫ה־ד‬ָ ִּ֞ ‫ה־אֶ פריםְּוַֽ ממט‬
ַ֠ ‫וְלב ֨ניְקְ ֹ֜ ָהתְהנַֽ ֹותָ ִ֗ריםְממשפְחֹֻׁ֣ תְמ ַֽט‬
‫ ס‬:‫יםְעשֶ ר‬ַֽ ָ ‫גֹורלְע ָ֥ר‬
ֶׁ֖ ָ ‫מ ֶׁ֧טהְמְנ ֶ ֵ֛שהְב‬
vêlivnéi qêhát hanótarím mimishpêjót matéh-éfraim úmimateh-dán uméjatzí
matéh mênashéh bagorál 'arím 'áser.

A los hijos de Cohat que quedaban les dieron por sorteo diez ciudades de los
clanes de la tribu de Efráim, de la tribu de Dan y de la media tribu de Menashé
[Manasés].

117
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 21

(6)
ְ‫ה־אָ שרְּוממ ֨טה‬ַ֠ ‫ַַֽֽר ִ֗שֹוןְממשפְ ֻׁ֣חֹותְמ ַֽטה־ישָ שכָ ֻׁ֣רְּוממ ַֽט‬
ְ ‫וְלבנֻׁ֣יְג‬
‫ ס‬:‫גֹורלְע ֶָׁ֖ריםְשְֹל֥ שְעֶש ַֽרה‬
֔ ָ ‫יְּו ַֽמחֲציְמ ֨טהְמְנ ֶ ֹּ֤שהְבבָ שָ ן֙ ְב‬
ַ֠ ‫נפתָ ֹ֜ל‬
vêlivnéi gérêshón mimishpêjót matéh-isasjár umimatéh-ásher umimatéh
naftalí úméjatzi matéh mênashéh vabashan bagorál, 'arím shêlósh 'esréh.

A los hijos de Guershón [Gersón] les dieron por sorteo trece ciudades de los
clanes de la tribu de Isasjár [Isacar], de la tribu de Asher [Aser], de la tribu de
Neftalí y de la media tribu de Menashé [Manasés] en Basán.
(7)
ְ‫בּולן‬
֔ ְ‫הְראּובֹּ֤ןְּוממטה־גָד֙ ְּוממ ֻׁ֣טהְז‬
ְ ‫לב ֨ניְמְ ָר ֹ֜ריְלְמשפְחֹ ִ֗ ָתםְממ ֨ט‬
‫ ס‬:‫ע ֶָׁ֖ריםְשְ ֥תיםְעֶש ַֽרה‬
livnéi mêrarí lêmishpêjotám mimatéh rêuvén umimateh-gad umimatéh
zêvulún, 'arím shêtéim 'esréh.

A los hijos de Merari, según sus clanes, les dieron doce ciudades de la tribu de
Reuvén [Rubén], de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón.
(8)
ְ‫יהָ֑ן‬
ֶ ‫ת־הע ָ֥ריםְהָ ֶׁ֖אלֶהְוְאֶ ת־מג ְרש‬ ַֽ ֶ ֶ‫ויתְנֹּ֤ ּוְבְנַֽי־יש ָראלְ֙ללו ֔יםְא‬
‫ פ‬:ְ‫גֹורל‬
ַֽ ָ ‫ַֽכאֲשֶ֨ רְצּוָ ֶׁ֧הְיהוָ ֵ֛הְבְיד־מֹ ֶ ֶׁ֖שהְב‬
vaitênú vênéi-israel lalviím, et-hé'arím haéleh vêet-migrêsheihén; káashér
tziváh Adonai bêiad-moshéh bagorál .

Así los Hijos de Israel dieron por sorteo a los levitas estas ciudades con sus
campos de alrededor, como el Eterno había mandado por medio de Moshé
[Moisés].
(9)
ְ‫תְהע ָֻׁ֣ריםְהָ ֔אלֶה‬
ַֽ ֶ ‫ֹוןְא‬
ֹּ֚ ָ֑‫הּודהְּוממ ֶׁ֖טהְבְנֻׁ֣יְשמע‬
ָ ֔ ְ‫וַַֽֽיתְנִ֗ ּוְממטה֙ ְבְנֻׁ֣יְי‬
:‫אֲשֶ ר־יק ָ ֥ראְאֶ ת ֶהֶׁ֖ןְבְ ַֽשם‬
váitênú mimateh bênéi iêhudáh, umimatéh bênéi shim'ón; ét hé'arím haéleh,
asher-iqrá ethén bêshém.

Les dieron estas ciudades de la tribu de los hijos de Iehudá [Judá] y de la tribu
de los hijos de Simeón [a las cuales llamaron por nombre],
(10)
ְ‫ָ֑יְכיְל ֶָהֵ֛םְהָ יָ ֥ה‬
֥ ‫ֻׁ֣יְאהֲרֹ֔ ןְממשפְ ֥חֹותְהקְהָ ֶׁ֖תיְמבְנֻׁ֣יְלו‬
ַֽ ‫וַַֽֽיהי֙ ְלבנ‬
:‫לְראישֹ ָנַֽה‬ַֽ ‫גֹור‬
ֶׁ֖ ָ ‫ה‬

118
21 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

váihí livnéi áharón, mimishpêjót haqêhatí mibênéi leví; kí lahém haiáh


hagorál ríyshonáh.

a los hijos de Aarón, de los clanes de Cohat, de los hijos de Leví; porque les
tocó la primera suerte.
(11)
ְ‫הּודה‬
ָ֑ ָ ‫ֻׁ֣רְי‬
ְ ‫ֹוקְהיאְחֶ ב ֶׁ֖רֹוןְבְה‬
֥ ֵ֛‫יְהעֲנ‬
ַֽ ָ ‫ויתְנ֨ ּוְל ֹ֜ ֶָהםְאֶ ת־קריתְ֩אר ֨בעְא ֲֶׁ֧ב‬
: ָ‫וְאֶ ת־מג ָר ֶ ֶׁ֖שהָ ְסְ ַֽביבֹ ֶ ַֽתיה‬
vaitênú lahém et-qiriat arbá' aví há'anóq hí jevrón bêhár iêhudáh; vêet-
migrashéha sêvívotéiha.

Les dieron en la región montañosa de Iehudá [Judá], Quiriat-arba, que es


Hebrón, con sus campos de alrededor. [Arba fue el padre de Anac.]
(12)
‫ ס‬:‫ֶׁ֖הְבאֲחז ַָֽתֹו‬
ַֽ ֶ‫וְאֶ ת־שְ ֥דהְהָ ֶׁ֖עירְוְאֶ ת־חֲצ ֶ ָ֑ריהָ ְנָ ֥תנֵ֛ ּוְלְכָל֥בְבֶ ן־יְפנ‬
vêet-sêdéh ha'ír vêet-jatzeréiha; nátnú lêjalév ben-iêfunéh báajuzató.

Pero dieron la campiña de la ciudad con sus aldeas a Kalév [Caleb] hijo de
Jefone, como su posesión.
(13)
‫ֻׁ֣טְהרֹ ֔צחְאֶ ת־חֶ ב ֶׁ֖רֹוןְוְאֶ ת־‬
ַֽ ָ ‫ןְנַֽתְנּו֙ ְאֶ ת־עיר֙ ְמקל‬
ָ ‫ֻׁ֣יְ׀ְאה ֲֻׁ֣רֹ ןְהכֹ ִ֗ה‬
ַֽ ‫וְלבנ‬
: ָ‫מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְוְאֶ ת־לבנָ ֶׁ֖הְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
vêlivnéi | áharón hakohén nátênú et-'ir miqlát hárotzéaj, et-jevrón vêet-
migrashéha; vêet-livnáh vêet-migrashéha.

A los hijos del sacerdote Aarón les dieron Hebrón, con sus campos de
alrededor, ciudad de refugio para los homicidas. También Libna con sus
campos de alrededor,
(14)
: ָ‫וְאֶ ת־יתר֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְ ֶ ַֽאת־אֶ שתְמֶֹׁ֖ עְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
vêet-iatir vêet-migrashéha, vêét-eshtêmó'a vêet-migrashéha.

Jatir con sus campos de alrededor, Estemoa con sus campos de alrededor,
(15)
: ָ‫וְאֶ ת־חֹ ֹלן֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־דְ ֶׁ֖ברְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
vêet-jolon vêet-migrashéha, vêet-dêvír vêet-migrashéha.

Holón con sus campos de alrededor, Debir con sus campos de alrededor,

119
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 21

(16)
ְ‫֥יתְשמֶ ש‬
ֶׁ֖ ֶ ‫וְאֶ ת־עֻׁ֣יןְוְאֶ ת־מג ָרשִֶ֗ הָ ְוְאֶ ת־יטָ ה֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְאֶ ת־ב‬
‫ ס‬:‫יםְתשעְמ ָ֕אתְשְנֶׁ֖יְהשְבָ ֥טיםְהָ ַֽאלֶה‬ ֔ ‫וְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ָֻׁ֣ר‬
vêet-'áin vêet-migrashéha vêet-iutah vêet-migrashéha, et-béit shémesh vêet-
migrashéha; 'arím tésha', meét shênéi hashêvatím haéleh.

Ain con sus campos de alrededor, Juta con sus campos de alrededor y Bet-
semes con sus campos de alrededor; nueve ciudades de estas dos tribus.
(17)
: ָ‫ּוממ ֻׁ֣טהְבני ָ֔מיןְאֶ ת־גבעֶׁ֖ ֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְאֶ ת־גֶ ֶׁ֖בעְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
umimatéh viniamín, et-giv'ón vêet-migrashéha; et-géva' vêet-migrashéha.

De la tribu de Benjamín les dieron Gabaón con sus campos de alrededor, Geba
con sus campos de alrededor,
(18)
:‫אֶ ת־ ֲענָתֹות֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־על ֶׁ֖מֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְאר ַֽבע‬
et-'anatot vêet-migrashéha, vêet-'almón vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Anatot con sus campos de alrededor y Almón con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.
(19)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫כְל־ע ָ֥ריְבְנַֽי־אה ֲֶׁ֖רֹ ןְה ַֽ ֹכהֲנָ֑יםְשְֹלש־עֶש ֥רהְע ֶָׁ֖ריםְּומג ְרש‬
kol-'aréi vênéi-aharón hakóhaním; shêlosh-'esréh 'arím umigrêsheihén.

El total de las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón fue de trece, con sus
campos de alrededor.
(20)
ְ‫ּולמשפְ ֹּ֤חֹותְבְנַֽי־קְהָ ת֙ ְהלו ֔יםְהנַֽ ֹותָ ֶׁ֖ריםְמבְנֻׁ֣יְקְ ָהָ֑תְוַַֽֽיהי֙ ְע ָֻׁ֣רי‬
:‫גַֽ ָֹור ָ֔לםְממ ֶׁ֖טהְאֶ פ ָ ַֽרים‬
ulmishpêjót bênéi-qêhat halviím, hanótarím mibênéi qêhát; váihí 'aréi
góralám, mimatéh efráim.

A los clanes de los hijos de Cohat, a los levitas que quedaban de los hijos de
Cohat, les tocaron estas ciudades en el sorteo: De la tribu de Efráim
(21)
ְ‫ֶׁ֧טְהרֹ צֵ֛חְאֶ ת־שְכֶ ֥םְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ֶׁ֖שהָ ְבְהֻׁ֣ר‬
ַֽ ָ ‫ת־עירְמקל‬ ֨ ֶ‫ויתְנ֨ ּוְל ֹ֜ ֶָהםְא‬
: ָ‫אֶ פ ָ ָ֑ריםְוְאֶ ת־גֶ ֶׁ֖ ַֽזֶרְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
vaitênú lahém et-'ír miqlát hárotzéaj et-shêjém vêet-migrashéha bêhár efráim;
vêet-gézer vêet-migrashéha.

120
21 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

les dieron: Siquem con sus campos de alrededor, ciudad de refugio para los
homicidas, en la región montañosa de Efráim; Gezer con sus campos de
alrededor,
(22)
ְ‫֥יתְחֹורֹ ןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖רים‬
ֶׁ֖ ‫וְאֶ ת־קב ֨צים֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־ב‬
‫ ס‬:‫אר ַֽבע‬
vêet-qivtzáim vêet-migrashéha, vêet-béit jorón vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Quibsaim con sus campos de alrededor y Bet-jorón con sus campos de


alrededor; cuatro ciudades.
(23)
: ָ‫ְאת־גבְ ֶׁ֖תֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
ַֽ ֶ ָ‫ןְאת־אֶ לתְ ֶׁ֖קאְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שה‬
ַֽ ֶ ‫ה־ד‬
ָ ֔ ‫ּוממט‬
֨
umímateh-dán, ét-eltêqé vêet-migrashéha; ét-gibêtón vêet-migrashéha.

De la tribu de Dan: Elteque con sus campos de alrededor, Gibetón con sus
campos de alrededor,
(24)
:‫אֶ ת־איָלֹון֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְאֶ ת־גת־ר ֶׁ֖מֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְאר ַֽבע‬
et-aialon vêet-migrashéha, et-gat-rimón vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Ajalón con sus campos de alrededor y Gat-rimón con sus campos de


alrededor; cuatro ciudades.
(25)
ְ‫ּוממחֲצית֙ ְמ ֻׁ֣טהְמְנשֶ֔ הְאֶ ת־תענְך֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־ג֥תְר ֶׁ֖מֹון‬ ַֽ
:‫וְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְשְ ָ ַֽתים‬
umímajatzit matéh mênashéh, et-ta'naj vêet-migrashéha, vêet-gát rimón vêet-
migrashéha; 'arím shêtáim.

Y de la media tribu de Menashé [Manasés] les dieron Taanac con sus campos
de alrededor y Gat-rimón con sus campos de alrededor; dos ciudades.
(26)
‫ ס‬:‫יהָ֑ןְלְמשפְ ֥חֹותְבְנַֽי־קְ ָהֶׁ֖תְהנַֽ ֹותָ ַֽרים‬
ֶ ‫כְל־ע ָ֥ריםְעֶ ֶׁ֖שֶ רְּומג ְרש‬
kol-'arím 'éser umigrêsheihén; lêmishpêjót bênéi-qêhát hanótarím.

El total de las ciudades para los clanes de los hijos de Cohat que habían
quedado fue de diez, con sus campos de alrededor.

121
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 21

(27)
ְ‫ְ֒מח ֲִּ֞ציְמ ֻׁ֣טהְמְנשִֶ֗ הְאֶ ת־עיר֙ ְמקלֻׁ֣ט‬
ַֽ ‫ַַֽֽרשֹון֮ ְממשפְחֹֻׁ֣ תְהלוים‬ ְ ‫וְלבנֻׁ֣יְג‬
‫ָ ַֽהרֹ ֔צחְאֶ ת־גלוןְ(גֹולָ ֹּ֤ן)ְבבָ שָ ן֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־בְעֶשתְ ָ ֶׁ֖רהְוְאֶ ת־‬
‫ ס‬:‫מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְשְ ָ ַֽתים‬
vêlivnéi gérêshon mimishpêjót halvim méjatzí matéh mênashéh et-'ir miqlát
hárotzéaj, et-glvn (golán) babashan vêet-migrashéha, vêet-bê'eshtêráh vêet-
migrashéha; 'arím shêtáim.

A los hijos de Guershón [Gersón], uno de los clanes de los levitas, les dieron:
De la media tribu de Menashé [Manasés]: Golán en Basán con sus campos de
alrededor, ciudad de refugio para los homicidas y Beestera con sus campos de
alrededor; dos ciudades.
(28)
‫ת־דבְ ֶׁ֖רתְוְאֶ ת־‬
ַֽ ָ ֶ‫ּוממ ֻׁ֣טהְישָ ש ָ֔כרְאֶ ת־קשיֶׁ֖ ֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְא‬
: ָ‫מג ָר ֶ ַֽשה‬
umimatéh isasjár, et-qishíon vêet-migrashéha; et-dávêrát vêet-migrashéha.

De la tribu de Isasjár [Isacar]: Quisión con sus campos de alrededor, Daberat


con sus campos de alrededor,
(29)
ְ‫אֶ ת־ירמּות֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְאֶ ת־ע֥יןְגנֶׁ֖יםְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖רים‬
‫ ס‬:‫אר ַֽבע‬
et-iarmut vêet-migrashéha, et-'éin ganím vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Jarmut con sus campos de alrededor y En-ganim con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.
(30)
: ָ‫ּוממ ֻׁ֣טהְאָ ֔שרְאֶ ת־מש ָ ֶׁ֖אלְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְאֶ ת־עב ֶׁ֖דֹוןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
umimatéh ashér, et-mishál vêet-migrashéha; et-'avdón vêet-migrashéha.

De la tribu de Asher [Aser]: Miseal con sus campos de alrededor, Abdón con
sus campos de alrededor,
(31)
‫ ס‬:‫ת־רחֶֹׁ֖ בְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְאר ַֽבע‬
ְ ֶ‫אֶ ת־חֶ לקָ ת֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְא‬
et-jelqat vêet-migrashéha, vêet-rêjóv vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Helcat con sus campos de alrededor y Rejob con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.

122
21 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(32)
‫ת־קדֶ שְבג ָֹּ֤לילְוְאֶ ת־‬ ֶ ֨ ֶ‫ת־עירְ׀ְמקלֻׁ֣טְ ָ ַֽהרֹ ִ֗צחְא‬
ֻׁ֣ ֶ‫ּוממ ֨טהְנפתָ ֹ֜ליְא‬
ְ ָ‫מג ָרשֶ֨ ָ֙הְוְאֶ ת־חמֹ֥ תְד ֹאר֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְוְאֶ ת־קר ָ ֶׁ֖תןְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שה‬
:‫ע ֶָׁ֖ריםְשָ ֹלַֽ ש‬
umimatéh naftalí et-'ír | miqlát hárotzéaj et-qédesh bagalíl vêet-migrashéhá
vêet-jamót dor vêet-migrashéha, vêet-qartán vêet-migrashéha; 'arím shalósh.

De la tribu de Neftalí: Quedes en Galilea con sus campos de alrededor, ciudad


de refugio para los homicidas; Hamot-dor con sus campos de alrededor y
Cartán con sus campos de alrededor; tres ciudades.
(33)
‫ ס‬:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫הְעירְּומג ְרש‬
ֶׁ֖ ‫ַַֽֽרשנֶׁ֖יְלְמשפְחֹ ָ ָ֑תםְשְֹלש־עֶש ֥ר‬
ְ ‫כְל־ע ָ֥ריְהג‬
kol-'aréi hagérêshuní lêmishpêjotám; shêlosh-'esréh 'ír umigrêsheihén.

El total de las ciudades de los gersonitas, según sus clanes, fue de trece con
sus campos de alrededor.
(34)
‫ןְאת־‬
ַֽ ֶ ‫בּול‬
֔ ְ‫ּולמשפְ ֻׁ֣חֹותְבְנַֽי־מְ ָררי֮ ְהלויֻׁ֣םְהנַֽ ֹותָ ריםְ֒מאת֙ ְמ ֻׁ֣טהְז‬
: ָ‫יְקְנעָ ֶׁ֖םְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְאֶ ת־קר ָ ֶׁ֖תהְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
ulmishpêjót bênéi-mêrarí halviím hanótarim meet matéh zêvulún, ét-ioqên'ám
vêet-migrashéha; et-qartáh vêet-migrashéha.

A las familias de los hijos de Merari, los levitas que habían quedado, les
dieron: De la tribu de Zabulón: Jocneam con sus campos de alrededor, Carta
con sus campos de alrededor,
(35)
:‫ְאת־נהֲלָ ֶׁ֖לְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְע ֶָׁ֖ריםְאר ַֽבע‬
ַֽ ֶ ָ‫אֶ ת־דמנָה֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ ה‬
et-dimnah vêet-migrashéha, ét-nahalál vêet-migrashéha; 'arím arbá'.

Dimna con sus campos de alrededor y Nahalal con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.
(36)
:Otra version
otra version.

De la tribu de Reuvén [Rubén]: Beser con sus campos de alrededor, Iahatz con
sus campos de alrededor,
(37)
‫ ס‬:Otra version

123
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 21

otra version.

Quedemot con sus campos de alrededor y Mefaat con sus campos de


alrededor; cuatro ciudades.
(38)
ְ ָ‫ת־רמֹ֥ תְבגלעָ ֶׁ֖דְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שה‬
ָ ֶ‫ֻׁ֣טְהרֹ ֔צחְא‬
ַֽ ָ ‫ּוממטה־ ִ֗ ָגדְאֶ ת־עיר֙ ְמקל‬
: ָ‫וְ ֶ ַֽאת־מח ֲֶׁ֖נַֽיםְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ַֽשה‬
umimateh-gád et-'ir miqlát hárotzéaj, et-ramót bagil'ád vêet-migrashéha; vêét-
majanáim vêet-migrashéha.

De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus campos de alrededor, ciudad de


refugio para los homicidas; Majanaim con sus campos de alrededor,
(39)
ְ‫אֶ ת־חֶ שבֹון֙ ְוְאֶ ת־מג ָרשֶ֔ הָ ְאֶ ת־יעזֶׁ֖רְוְאֶ ת־מג ָר ֶ ָ֑שהָ ְכְל־ע ֶָׁ֖רים‬
:‫אר ַֽבע‬
et-jeshbon vêet-migrashéha, et-ia'zér vêet-migrashéha; kol-'arím arbá'.

Hesbón con sus campos de alrededor y Jazer con sus campos de alrededor;
cuatro ciudades.
(40)
ְ‫ל־הע ָֹ֜ריםְלבנֹּ֤יְמְ ָררי֙ ְלְמשפְחֹ ֔ ָתםְהנַֽ ֹותָ ֶׁ֖ריםְממשפְ ֻׁ֣חֹותְהלויָ֑ם‬
ֶ ֨ ְ‫כ‬
:‫וַַֽֽיהי֙ ְגַֽ ָֹור ָ֔לםְע ֶָׁ֖ריםְשְ ֥תיםְעֶש ַֽרה‬
kol-hé'arím livnéi mêrarí lêmishpêjotám, hanótarím mimishpêjót halviím;
váihí góralám, 'arím shêtéim 'esréh.

El total de las ciudades repartidas por sorteo a los hijos de Merari, según sus
clanes, es decir, a los clanes de los levitas que habían quedado, fue de doce
ciudades.
(41)
ְ‫כֹֹּ֚ לְע ָֻׁ֣ריְהלו ֔יםְבְ ֶׁ֖תֹוְךְאֲחזֻׁ֣תְבְנַֽי־יש ָר ָ֑אלְע ֵָ֛ריםְארבָ ֥עיםְּושמֹ נֶ ֶׁ֖ה‬
:‫יהן‬
ַֽ ֶ ‫ּומג ְרש‬
kól 'aréi halviím, bêtój ajuzát bênéi-israél; 'arím arba'ím ushmonéh
umigrêsheihén.

El total de las ciudades de los levitas en medio de la posesión de los Hijos de


Israel fue de cuarenta y ocho, con sus campos de alrededor.
(42)
‫ירְעירְּומג ָר ֶ ֶׁ֖שיהָ ְסְ ַֽביבֹ ֶ ָ֑תיהָ ְכֶׁ֖ןְלְכְל־‬
֔ ‫ֶהְע‬
ֻׁ֣ ‫ְהע ָֻׁ֣ריםְהָ ֔אל‬
ַֽ ֶ ֙‫ַֽתהְ ֶ֨יינָה‬
‫ ס‬:‫ֶ ַֽהע ָ֥ריםְהָ ַֽאלֶה‬
124
21, 22 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

tíhêiéinah hé'arím haéleh, 'ír 'ír, umigrashéiha sêvívotéiha; kén lêjol-hé'arím


haéleh.

Estas ciudades tenían cada una sus campos de alrededor; era así con todas
estas ciudades.
(43)
ְ‫ֲבֹותם‬
ָ֑ ָ ‫תְלא‬
ַֽ ‫ֲשרְנשבֶׁ֖עְל ָֻׁ֣ת‬
֥ ֶ ‫לְאת־כְל־הָ ֔ ָא ֶרץְא‬
ֶ ֨ ‫וי ֹּ֤תןְיהוָה֙ ְלְיש ָר ֔א‬
:ְ‫וי ָר ֶׁ֖שּוהָ ְוי֥שבּוְ ָ ַֽבּה‬
vaitén Adonai lêisraél, ét-kol-haáretz, ashér nishbá' latét láavotám; vairashúha
vaiéshvu váĥ .

Así dio el Eterno a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres. Ellos
tomaron posesión de ella y habitaron en ella.
(44)
ְ‫ֲבֹותםְוְל ֹא־ ָ֨עמד‬ ָ֑ ָ ‫ֶׁ֖עְלא‬
ַֽ ‫ו ָ֨ינחְיהוָ ֹּ֤הְלָהֶ ם֙ ְמסָ ֔ביבְכְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־נשב‬
:ְ‫יהםְנ ָ֥תןְיהוָ ֶׁ֖הְבְי ָ ַָֽדם‬ֶ ֔ ‫םְאתְכְל־אֹֻׁ֣ יב‬
ֹּ֚ ‫יה‬
ֶ ֔ ‫ֹּ֤אישְבפניהֶ ם֙ ְמכְל־אֹֻׁ֣ יב‬
vaiánaj Adonai lahem misavív, kêjól asher-nishbá' láavotám; vêlo-'ámad ísh
bifneihem mikol-óiveihém, ét kol-óiveihém, natán Adonai bêiadám .

Y el Eterno les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a
sus padres. Ninguno de sus enemigos pudo resistirles, porque el Eterno
entregó en su mano a todos sus enemigos.
(45)
ְ‫ַֽל ֹא־נָפֻׁ֣לְדָ ֔ ָברְמכֹ לְ֙הדָ ָבֻׁ֣רְה ֔טֹובְאֲשֶ ר־ד ֶב֥רְיהוָ ֶׁ֖הְאֶ ל־בֻׁ֣יתְיש ָר ָ֑אל‬
‫ פ‬:ְ‫לְבא‬ ַֽ ָ ‫ה ֶׁ֖ ֹכ‬
ló-nafál davár, mikol hadavár hatóv, asher-dibér Adonai el-béit israél; hakól
bá .

No falló ninguna palabra de todas las buenas promesas que el Eterno había
hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.

Iehoshúa – Josué Capítulo 22


(1)
:‫הֹושעְל ַָֽראּובנֶׁ֖יְוְלג ָָ֑דיְוְ ַֽלח ֲֶׁ֖ציְמ ֥טהְמְנ ֶ ַֽשה‬
֔ ְ‫אָֹּ֚ זְיק ָ ֻׁ֣ראְי‬
áz iqrá iêhoshú'a, laruvení vêlagadí; vêlájatzí matéh mênashéh.

Entonces Iehoshúa [Josué] convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media


tribu de Menashé [Manasés],

125
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 22

(2)
ְ‫ֲשרְצּוָ ֻׁ֣הְאֶ ת ֶ֔כםְמֹ ֶ ֶׁ֖שהְעֶ ֻׁ֣בֶ ד‬
ֻׁ֣ ֶ ‫םְאתְכְל־א‬
ֹּ֚ ‫יהםְא ֶ ֻׁ֣תםְשְמר ֔ ֶת‬ ֶ ֔ ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְאֲל‬
:ְ‫קֹוליְלְ ֥ ֹכלְאֲשֶ ר־צ ֶּׁ֖ויתיְאֶ ת ֶ ַֽכם‬
֔ ְ‫יהוָ ָ֑הְותשמְעֻׁ֣ ּוְב‬
vaiómer aleihém, atém shêmartém, ét kol-ashér tziváh etjém, moshéh 'éved
Adonai; vatishmê'ú vêqolí, lêjól asher-tzivíti etjém .

y les dijo: –Vosotros habéis guardado todo lo que Moshé [Moisés] siervo del
Eterno os mandó, y habéis obedecido mi voz en todo lo que yo os he
mandado.
(3)
ְ‫ַֽל ֹא־עֲזב ֶ ֻׁ֣תםְאֶ ת־אֲחי ִֶ֗כםְ ֶֹּ֚זהְי ָֻׁ֣מיםְר ֔ביםְעֶׁ֖דְהיֻׁ֣ ֹוםְהזֶ ָ֑הְּושמר ָ֕ ֶתם‬
:ְ‫יכם‬
ַֽ ֶ ‫אֶ ת־מש ָ֕ ֶמ ֶרתְמצוֶׁ֖תְיהוָ ֥הְאֱֹלַֽ ה‬
ló-'azavtém et-ajeijém zéh iamím rabím, 'ád haióm hazéh; ushmartém et-
mishméret mitzvát Adonai elóheijém .

No habéis abandonado a vuestros hermanos en este largo tiempo, hasta el día


de hoy; sino que habéis guardado los mandamientos que el Eterno vuestro
Elohim os ha encomendado.
(4)
ְ֩‫ֲשרְד ֶבֻׁ֣רְל ֶָהָ֑םְוְע ֡ ָתהְפְנּו‬ ֶׁ֖ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫ְלאֲחי ֶ֔כ‬
ַֽ ֙‫וְע ִ֗ ָתהְה ֨ניחְיהוָ ֹּ֤הְאֱֹלַֽ היכֶם‬
ְ ֙‫ֲשרְ׀ְנ ָֻׁ֣תןְ ָל ִֶ֗כםְמֹ שֶ ה‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ל־א ֶרץ֙ ְאֲחזת ֶ֔כםְא‬ֶ ֨ ֶ‫ּולכ֨ ּוְ ָל ֶֹ֜כםְלְ ָ ַֽאהְלי ִֶ֗כםְא‬
:ְ‫עֶ ֻׁ֣בֶ דְיה ֔ ָוהְבְעֶׁ֖בֶ רְהיר ַֽדן‬
vê'atáh heníaj Adonai elóheijem láajeijém, káashér dibér lahém; vê'atáh pênú
uljú lajém lêáholeijém el-éretz ajuzatjém, ashér | natán lajém mosheh 'éved
Adonai, bê'éver haiardén .

Ahora que el Eterno vuestro Elohim ha dado reposo a vuestros hermanos,


como les había prometido, volved y regresad a vuestras moradas, a la tierra de
vuestra posesión que Moshé [Moisés] siervo del Eterno os ha dado al otro
lado del Jordán.
(5)
ְ‫ֲשרְצּוָ ֻׁ֣ה‬ֻׁ֣ ֶ ‫תֹורה֮ ְא‬
ָ ‫דְלע ֲ֨שֹותְאֶ ת־המצוָ ֻׁ֣הְוְאֶ ת־ה‬ ַֽ ‫ֻׁ֣רקְ׀ְשמ ֻׁ֣רּוְמְ ִ֗ ֹא‬
‫ְ֒ל ַֽאהֲבָ הְאֶ ת־יה ֨ ָוהְאֱֹלַֽ הי ֶֹ֜כםְוְלָלֶ ֶׁ֧ כֶתְבְכְל־‬
ְ ַ֠ ‫הְעבֶ ד־יה ָוה‬ ַֽ ֶ ‫אֶ תכֶם֮ ְמֹ ֶ ֻׁ֣ש‬
‫ה־בֹוְּולעְבְדָ֕ ֹוְבְכְל־לְבבכֶ ֶׁ֖םְּוב ְכל־‬ ָ֑ ָ‫דְ ָרכָ ֵ֛יוְוְלשמֹ֥ רְמצֹו ָ ֶׁ֖תיוְּולדְבְק‬
:ְ‫נפשְ ֶ ַֽכם‬
ráq | shimrú mêód lá'asót et-hamitzváh vêet-hatorah ashér tziváh etjem
moshéh 'éved-Adonai lêáhavah et-Adonai elóheijém vêlaléjet bêjol-dêrajáv

126
22 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

vêlishmór mitzotáv uldovêqah-vó; ul'ovêdó bêjol-lêvavjém uvjol-nafshêjém .

Solamente tened mucho cuidado de poner por obra el mandamiento y la Torá


que Moshé [Moisés] siervo del Eterno os mandó: que améis al Eterno vuestro
Elohim, que andéis en todos sus caminos, que guardéis sus mandamientos,
que le seáis fieles y que le sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra
alma.
(6)
‫ פ‬:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫ל־א ְהל‬
ַֽ ָ ֶ‫וַַֽֽיבְ ְרכֶׁ֖םְיְהֹושָ֑עְוַַֽֽישלְ ֔חםְויַֽלְכֶׁ֖ ּוְא‬
váivorêjém iêhoshú'a; váishalêjém, vaiélêjú el-áholeihém.

Luego Iehoshúa [Josué] los bendijo y los despidió, y ellos se volvieron a sus
moradas.
(7)
‫הֹוש ֙עְעם־‬
֨ ְ‫טְהמְנשִֶ֗ הְנ ָֻׁ֣תןְמֹ שֶ ה֮ ְבבָ שָ ןְּ֒ולחֶ ציִ֗ ֹוְנ ָֹּ֤תןְי‬
ַֽ ֶ‫יְ׀ְשב‬ֻׁ֣ ‫וְ ַֽלח ֲֻׁ֣צ‬
‫םְכי־שלְ ָחֶׁ֧םְיְהֹושֵ֛עְאֶ ל־‬ ַֽ ‫יהםְמעברְ(בְע֥בֶ ר)ְהיר ֶׁ֖דןְיָ ָ֑מָ הְוְַ֠ג‬ ֶ ֔ ‫אֲח‬
:‫יהֶׁ֖םְוַַֽֽיבְ ְר ַֽכם‬
ֶ ‫ָ ַֽאהְל‬
vêlájatzí | shévet hámênashéh natán mosheh babashan uljetzío natán iêhoshú'á
'im-ajeihém, m'vr (bê'éver) haiardén iámah; vêgam kí-shilêjám iêhoshú'a el-
áholeihém váivorêjém.

Moshé [Moisés] había dado heredad en Basán a la media tribu de Menashé


[Manasés]. Y a la otra media tribu Iehoshúa [Josué] le dio heredad entre sus
hermanos en el lado occidental del Jordán. Cuando Iehoshúa [Josué] los envió
a sus moradas, los bendijo,
(8)
ְ‫ל־אהְליכֶם֙ ְּובמקנֶ ֻׁ֣ה‬
ַֽ ָ ֶ‫יםְשּובּוְא‬ֹּ֤ ‫יהםְלאמִֹ֗ רְבנכ ָ֨סיםְר ֹ֜ב‬ ֶ ֹ֜ ‫ו ֨י ֹאמֶ רְאֲל‬
ְ‫רב־מְ ֔ ֹאדְבְ ֶ֨כסֶ ףְּובז ֹ֜ ָָהבְּובנחֶֹׁ֧ שֶ תְּובְברזֶ ֵ֛לְּובשל ֶָׁ֖מֹותְהרבֻׁ֣הְמְאָֹ֑ ד‬
‫ פ‬:‫יכם‬ַֽ ֶ ‫חל ֥קּוְשְלל־אַֹֽ יְביכֶ ֶׁ֖םְעם־אֲח‬
vaiómer aleihém lemór binjasím rabím shúvu el-áholeijem uvmiqnéh rav-
mêód, bêjésef uvzaháv uvinjóshet uvêvarzél uvislamót harbéh mêód; jilqú
shêlal-óiêveijém 'im-ajeijém.

y les habló diciendo: –Volved a vuestras moradas con grandes riquezas, con
mucho ganado, con plata, con oro, con bronce y con muchos vestidos.
Compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos.

127
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 22

(9)
ְ‫טְהמְנשִֶ֗ הְמאת֙ ְבְנֻׁ֣י‬ ַֽ ֶ‫יְ׀ְשב‬
ֻׁ֣ ‫דְוח ֲֻׁ֣צ‬
ַֽ ‫אּובןְּובני־ ֹ֜ ָג‬ ֨ ‫ַֽי־ר‬
ְ ‫ויָשֻׁ֣בּוְויַֽלְכ֡ ּוְבְנ‬
‫ל־א ֶרץְהגל ִָ֗עדְאֶ ל־‬ ֻׁ֣ ֶ ֶ‫ֲשרְבְ ֶ ַֽא ֶרץ־כְנָ ָ֑עןְ ָל ֶֹ֜לכֶתְא‬
ֻׁ֣ ֶ ‫יש ָר ֔אלְמשֹלֶׁ֖ הְא‬
:ְ‫ל־פיְיהוָ ֶׁ֖הְבְיד־מֹ ֶ ַֽשה‬ ֥ ‫ֲזּו־בּהְע‬ ָ ֔ ‫ֲשרְ ַֽנ ֹאח‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ֶ ֹּ֤א ֶרץְאֲחזָתָ ם֙ ְא‬
vaiashúvu vaiélêjú bênéi-rêuvén uvnei-gád vájatzí | shévet hámênashéh meet
bênéi israél, mishilóh ashér bêéretz-kêná'an; laléjet el-éretz hagil'ád el-éretz
ajuzatam ashér nójazu-váĥ, 'al-pí Adonai bêiad-moshéh .

Entonces los hijos de Reuvén [Rubén], los hijos de Gad y la media tribu de
Menashé [Manasés] regresaron y se apartaron de los Hijos de Israel en Shiló
[Silo], que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra
de sus heredades, donde se habían establecido, según el mandato del Eterno
por medio de Moshé [Moisés].
(10)
ְ‫ַֽי־ראּובֻׁ֣ן‬
ְ ‫ֲשרְבְ ֶ ֻׁ֣א ֶרץְכְנָ ָ֑עןְויבנֻׁ֣ ּוְבְנ‬ ֶׁ֖ ֶ ‫וי ֨ ָֹבאּו֙ ְאֶ ל־גְלילֻׁ֣ ֹותְהיר ֔דןְא‬
ְ‫הְשםְמז ֨ב ֙חְעל־היר ֔דןְמזב֥חְג ֶָׁ֖דֹול‬ ֹּ֤ ָ ֶ֨‫ְ֩המְנש‬ ַֽ ‫דְוח ֲֻׁ֣ציְשבֶ ט‬
ַֽ ‫ּובני־ ֡ ָג‬
:‫לְמר ֶ ַֽאה‬
vaiavóú el-gêlilót haiardén, ashér bêéretz kêná'an; vaivnú vênéi-rêuvén uvnei-
gád vájatzí shevet hámênashéh shám mizbéáj 'al-haiardén, mizbéaj gadól
lêmaréh.

Cuando llegaron a la región del Jordán, en la tierra de Canaán, los hijos de


Reuvén [Rubén], los hijos de Gad y la media tribu de Menashé [Manasés]
edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de aspecto imponente.
(11)
ְ֩‫דְוחֲצי‬
ַֽ ‫ַֽי־ראּובֻׁ֣ןְּובני־ ֡ ָג‬
ְ ‫וישמְע֥ ּוְבְנַֽי־יש ָר ֶׁ֖אלְלאמָֹ֑ רְהנֻׁ֣הְבָ נֻׁ֣ ּוְבְנ‬
ְ‫ְ֙א ֶרץְכְ ֔נעןְאֶ ל־גְלילֹות֙ ְהיר ֔דן‬
ֻׁ֣ ֶ ‫טְהמְנשֶֹ֜ הְאֶ ת־המז ִ֗בחְאֶ ל־מּול‬ ַֽ ֶ‫֨שב‬
:‫אֶ ל־עֶׁ֖בֶ רְבְנ֥יְיש ָר ַֽאל‬
vaishmê'ú vênéi-israél lemór; hinéh vanú vênéi-rêuvén uvnei-gád vájatzí
shévet hámênashéh et-hamizbéaj el-mul éretz kêná'an, el-gêlilot haiardén, el-
'éver bênéi israél.

Entonces los Hijos de Israel oyeron decir: 'He aquí que los hijos de Reuvén
[Rubén], los hijos de Gad y la media tribu de Menashé [Manasés] han
edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en la región del Jordán, en el
lado de los Hijos de Israel.'

128
22 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(12)
ְ‫וַַֽֽישמְעֶׁ֖ ּוְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְוי ֨ ָקה ֲֹ֜לּוְכְל־ע ֲֹּ֤דתְבְנַֽי־יש ָראלְ֙ש ֹ֔להְ ַֽלעֲל֥ ֹות‬
‫ פ‬:‫יהֶׁ֖םְלצָ ָ ַֽבא‬ ֶ ‫עֲל‬
váishmê'ú bênéi israél; vaiqáhalú kol-'adát bênéi-israel shilóh, lá'alót 'aleihém
latzavá.

Cuando los Hijos de Israel oyeron esto, se reunió toda la congregación de los
Hijos de Israel en Shiló [Silo], para subir a combatir contra ellos.
(13)
‫יְשבֶ ט־‬
ַֽ ‫ַֽי־ראּובֶׁ֧ןְוְאֶ ל־בְני־גָ ֵ֛דְוְאֶ ל־ח ֲ֥צ‬
ְ ‫וישלְ ֨חּוְבְנַֽי־יש ָר ֹ֜אלְאֶ ל־בְנ‬
:‫ת־פינְ ָחֶׁ֖סְבֶ ן־אֶ לעָזָ ֥רְהכֹ ַֽהן‬
ַֽ ֶ‫ל־א ֶרץְהגלעָ ָ֑דְא‬
ֻׁ֣ ֶ ֶ‫מְנ ֶ ֶׁ֖שהְא‬
vaishlêjú vênéi-israél el-bênéi-rêuvén vêel-bênei-gád vêel-jatzí shévet-
mênashéh el-éretz hagil'ád; et-pínêjás ben-el'azár hakohén.

Pinejás [Fineas], hijo del sacerdote Eleazar, fue enviado por los Hijos de Israel
a los hijos de Reuvén [Rubén], a los hijos de Gad y a la media tribu de
Menashé [Manasés], en la tierra de Galaad.
(14)
ְ‫ֻׁ֣יתְאבְלְ ֶׁ֖ ֹכלְמ ֻׁ֣טֹות‬
ָ ֔ ‫ַֽועֲשָ ָ ֹּ֤רהְנְשאים֙ ְע ֔מֹוְנ ָ֨שיאְאֶ ֹ֜ ָחדְנ ָֹּ֤שיאְאֶ חָ ד֙ ְלְב‬
:‫ֲבֹותםְהֶׁ֖מָ הְלְאלפ֥יְיש ָר ַֽאל‬ֵ֛ ָ ‫יש ָר ָ֑אלְוְ ֨אישְ ֶׁ֧ר ֹאשְבית־א‬
vá'asaráh nêsim 'imó, nasí ejád nasí ejad lêvéit áv, lêjól matót israél; vêísh
rósh beit-avotám hémah lêalféi israél.

También fueron con él diez jefes, un jefe por cada casa paterna de cada una de
las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de su casa paterna entre los
millares de Israel.
(15)
‫יְשבֶ ט־מְנ ֶ ֶׁ֖שהְאֶ ל־‬
ַֽ ‫ַֽי־ראּובֶׁ֧ןְוְאֶ ל־בְני־גָ ֵ֛דְוְאֶ ל־ח ֲ֥צ‬
ְ ‫וי ֹ֜ ָֹבאּוְאֶ ל־בְנ‬
:‫ֶ ֻׁ֣א ֶרץְהגלעָ ָ֑דְוידבְ ֥רּוְא ָ ֶׁ֖תםְלאמַֹֽ ר‬
vaiavóu el-bênéi-rêuvén vêel-bênei-gád vêel-jatzí shévet-mênashéh el-éretz
hagil'ád; vaidabêrú itám lemór.

Éstos fueron a los hijos de Reuvén [Rubén], a los hijos de Gad y a la media
tribu de Menashé [Manasés], en la tierra de Galaad, y les hablaron diciendo:
(16)
ְ‫ְבאֹלהֻׁ֣י‬
ַֽ ֙‫ֲשרְמְעלתֶ ם‬ֹּ֤ ֶ ‫הְמה־ה ֹּ֤מעלְהזֶה֙ ְא‬ַֽ ָ ‫ּוְכלְ׀ְע ֲֻׁ֣דתְיה ִ֗ ָו‬
ֹ ֻׁ֣ ‫הְאמְ ִּ֞ר‬
ַֽ ָ ‫ֻׁ֣ ֹכ‬
ְ‫יש ָר ֔אלְל ָֻׁ֣שּובְהי֔ ֹוםְמ ַֽאח ֲֶׁ֖ריְיהוָ ָ֑הְבבנַֽ ֹותכֶ ֹּ֤םְ ָלכֶם֙ ְמז ֔בחְלמרְדְכֶ ֥ם‬
:ְ‫יהוַֽה‬
ָ ‫ֹוםְב‬ַֽ ֶׁ֖‫הי‬
129
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 22

kóh ámêrú kól | 'adát Adonai máh-hamá'al hazeh ashér mê'altem bélohéi
israél, lashúv haióm, meájaréi Adonai; bivnótjém lajem mizbéaj, limrodêjém
haióm báAdonai .

–Toda la congregación del Eterno dice así: '¿Qué infidelidad es ésta que
habéis cometido contra el Elohim de Israel, apartándoos hoy de seguir al
Eterno al edificaros un altar y rebelaros hoy contra el Eterno?
(17)
ְ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־הט ֨הרנּו֙ ְמ ֔ ֶמנּוְעֶׁ֖דְהיֻׁ֣ ֹוםְהזֶ ָ֑ה‬
ֹּ֤ ֶ ‫המעט־ ָ֨לנּו֙ ְאֶ ת־ע ֻׁ֣ ְֲֹוןְפְ ֔עֹורְא‬
:ְ‫הוַֽה‬ָ ‫ֶףְבע ֲ֥דתְי‬ ַֽ ‫וי ֥היְהנֶ ֶַֽׁ֖ג‬
ham'at-lánú et-'avón pê'ór, ashér ló-hitahárnú miménu, 'ád haióm hazéh; vaihí
hanégef bá'adát Adonai .

¿Nos ha sido poca la maldad de Peor, de la cual aún no estamos purificados


hasta el día de hoy, y por la cual vino una plaga a la congregación del Eterno?
(18)
ְ‫ְביה ֔ ָוה‬
ַֽ ֙‫וְאתֶ ם֙ ְתָ שֻׁ֣בּוְהי֔ ֹוםְמ ַֽאח ֲֶׁ֖ריְיהוָ ָ֑הְוְהָ ִָ֗יהְא ִּ֞ ֶתםְתמ ְר ֹּ֤דּוְהיֹום‬
:ְ‫רְאל־כְל־ע ֲ֥דתְיש ָר ֶׁ֖אלְיקצַֹֽ ף‬ ַֽ ֶ ‫ּומָ ָ֕ ָח‬
vêatem tashúvu haióm, meájaréi Adonai; vêhaiáh atém timrêdú haiom
báAdonai, umajár él-kol-'adát israél iqtzóf .

Vosotros os apartáis hoy de seguir al Eterno; y sucederá que hoy vosotros os


rebeláis contra el Eterno, y mañana él se airará contra toda la congregación de
Israel.
(19)
ְ ֙‫ל־א ֶרץְאֲחזֹּ֤תְיהוָה‬
ֶ ֨ ֶ‫הְא ֶרץְאֲחזת ִֶ֗כםְעב ֨רּוְ ָל ֶֹ֜כםְא‬ ֻׁ֣ ֶ ‫וְ ֨אְךְאם־טְמ ֹ֜ ָא‬
ְ‫ּוביהוָ ֻׁ֣הְאל־תמרִֹ֗ דּו‬
ַֽ ְ‫רְשכן־שָ ם֙ ְמשכֻׁ֣ןְיה ֔ ָוהְוְה ָ ַֽאחֲזֶׁ֖ ּוְבְתֹוכָ֑נּו‬ ַֽ ָ ‫ֲש‬ֹּ֤ ֶ ‫א‬
ְ‫וְאֹ ֨ ָתנּו֙ ְאל־תמרֹ֔ דּוְבב ַֽ ֹנתְכֶ ֹּ֤םְ ָלכֶם֙ ְמז ֔בח ְַֽמבלע ֲ֔דיְמזבֶׁ֖חְיהוָ ֥ה‬
:ְ‫ֱֹלהינּו‬
ַֽ ‫א‬
vêáj im-têmeáh éretz ajuzatjém 'ivrú lajém el-éretz ajuzát Adonai ashér
shájan-sham mishkán Adonai, vêheájazú bêtojénu; uváAdonai al-timródu
vêotánú al-timródu, bivnótêjém lajem mizbéaj, míbal'adéi, mizbáj Adonai
elohéinu .

Si os parece que la tierra que poseéis es impura, pasaos a la tierra de la


posesión del Eterno, en la cual está el tabernáculo del Eterno, y estableceos
entre nosotros. Pero no os rebeléis contra el Eterno, ni os rebeléis contra
nosotros, edificándoos un altar aparte del altar del Eterno nuestro Elohim.

130
22 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(20)
ְ‫לְהיָה‬
ֻׁ֣ ָ ‫לְמעלְ֙ב ֔ח ֶרםְוְ ַֽעל־כְל־ע ֲ֥דתְיש ָר ֶׁ֖א‬ ֨ ‫חְמע‬
ֹּ֤ ָ ‫הֲלֻׁ֣ ֹואְ׀ְעָכָ ֻׁ֣ןְבֶ ן־ ִֶ֗זר‬
‫ ס‬:‫ֶׁ֖עְבעֲֹונַֽ ֹו‬
ַֽ ‫ְאישְאֶ ֔ ָחדְ ֥ל ֹאְגָו‬ ֻׁ֣ ֙‫ָ ָ֑קצֶ ףְוְהּוא‬
haló | 'aján ben-zéraj má'al má'al bajérem, vê'ál-kol-'adát israél háiah qátzef;
vêhu ísh ejád, ló gavá' bá'aonó.

Cuando Acán hijo de Zéraj cometió transgresión con respecto al anatema, ¿no
cayó la ira sobre toda la congregación de Israel? ¡Aquel hombre no pereció
solo en su iniquidad!
(21)
ְ‫אשי‬
ֶׁ֖ ‫ת־ר‬
ָ ֶ‫טְהמְנ ֶ ָ֑שהְוַַֽֽידבְ ֔רּוְא‬
ַֽ ֶ‫יְשב‬
ֻׁ֣ ‫דְוח ֲֶׁ֖צ‬
ַֽ ‫ַֽי־ראּובֻׁ֣ןְּובני־ ֔ ָג‬
ְ ‫וַַֽֽיעֲנּו֙ ְבְנ‬
:‫אלפ֥יְיש ָר ַֽאל‬
váia'anú bênéi-rêuvén uvnei-gád, vájatzí shévet hámênashéh; váidabêrú, et-
rashéi alféi israél.

Entonces los hijos de Reuvén [Rubén], los hijos de Gad y la media tribu de
Menashé [Manasés] respondieron y dijeron a los jefes de los millares de
Israel:
(22)
ְ‫לְהּוא‬
ֻׁ֣ ‫ֱֹלהיםְ׀ְיהוָה֙ ְֻׁ֣הּואְיֹ ֔דעְוְיש ָר ֶׁ֖א‬
ֹּ֤ ‫הְאלְ׀ְא‬ ֻׁ֣ ‫ֱֹלהיםְ׀ְיה ֹ֜ ָו‬
֨ ‫אל ְ֩׀ְא‬
:ְ‫ל־תֹושיעֶׁ֖נּוְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬ַֽ ‫ְ֙ביה ֔ ָוהְא‬ַֽ ‫י ָ ָ֑דעְאם־בְ ֶ ֹּ֤מ ֶרדְוְאם־בְ ֨מעל‬
el | elohím | Adonai él | elohím | Adonai hú iodé'a, vêisraél hú yedá'; im-
bêméred vêim-bêmá'al báAdonai, al-tóshi'énu haióm hazéh .

–El Elohim de dioses, el Eterno, el Elohim de dioses, el Eterno, él lo sabe. Y


que lo sepa Israel. Si ha sido por rebelión o por infidelidad contra el Eterno,
que no nos libre en este día.
(23)
ְ‫ָשּובְמ ַֽאח ֲֻׁ֣ריְיהוָ ָ֑הְוְאם־לְ ַֽהע ֲ֨לֹותְ ָע ָֹ֜ליוְעֹולָ ֻׁ֣ה‬
ְֶׁ֖ ‫לבנ֥ ֹותְ ָ֨לנּו֙ ְמז ֔בחְל‬
:ְ‫ֶׁ֖הְהּואְיְב ַֽקש‬֥ ָ‫ם־לע ֲֹּ֤שֹותְ ָעלָיו֙ ְזבחֻׁ֣יְשְל ָ֔מיםְיהו‬ ַֽ ‫ּומנ ִ֗ ָחהְוְא‬
livnót lánú mizbéaj, lashúv meájaréi Adonai; vêim-lêhá'alót 'aláv 'oláh
uminjáh vêim-lá'asót 'alav zivjéi shêlamím, Adonai hú iêvaqésh .

Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de en pos del Eterno o para
ofrecer sobre él holocausto u ofrenda vegetal, o para ofrecer sobre él
sacrificios de paz, que el Eterno mismo nos lo demande.
(24)
ְ‫וְאם־ ֹּ֤ל ֹאְמדְאָ גָה֙ ְמדָ ֔ ָברְע ָ֥שינּוְאֶ ת־ ֶׁ֖ז ֹאתְלאמָֹ֑ רְמָ ִ֗ ָחרְ ַֽי ֹאמְ ֨רּו‬
:ְ‫בְניכֶ ֹּ֤םְלְבָ ֨נינּו֙ ְלאמֹ֔ רְמה־ ָל ֶָ֕כםְוְ ַֽליהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלה֥יְיש ָר ַֽאל‬
131
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 22

vêim-ló midêagah midavár, 'asínu et-zót lemór; majár iómêrú vêneijém


lêvanéinú lemór, mah-lajém vêláAdonai elohéi israél .

Pero en realidad lo hicimos así por temor de que en el futuro vuestros hijos
digan a nuestros hijos: '¿Qué tenéis que ver vosotros con el Eterno Elohim de
Israel?
(25)
ְ‫ַֽי־ראּובֹּ֤ןְּובני־גָד֙ ְאֶ ת־היר ֔דן‬ ְ ‫נּוְּוביני ֶֹ֜כםְבְנ‬
ַֽ ‫ן־יהוָהְב ֨ינ‬ ַ֠ ‫ּולְנַֽת‬ָ ‫ּוג ֻׁ֣ב‬
ְ‫ֶקְביהוָ ָ֑הְוְהש ֹּ֤ביתּוְבְניכֶם֙ ְאֶ ת־בָ ֔נינּוְלְבל ֶׁ֖תיְיְ ֥ר ֹא‬
ַֽ ‫֥םְחל‬
ֶׁ֖ ֶ‫אין־לָכ‬
:ְ‫הוַֽה‬ָ ‫אֶ ת־י‬
ugvúl nátan-Adonai beinénu uvéineijém bênéi-rêuvén uvnei-gad et-haiardén,
ein-lajém jéleq báAdonai; vêhishbítu vêneijem et-banéinu, lêviltí iêró et-
Adonai .

Oh hijos de Reuvén e hijos de Gad, ya que entre nosotros y vosotros el Eterno


ha puesto por límite el Jordán, vosotros no tenéis parte con el Eterno.' Así
vuestros hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer al Eterno.
(26)
:‫רְנעֲשֶ ה־נָ ֻׁ֣אְ ָ֔לנּוְלבנֶׁ֖ ֹותְאֶ ת־המזבָ֑חְ ֥ל ֹאְלְעֹולָ ֶׁ֖הְוְ ֥ל ֹאְלְ ָזַֽבח‬
ַֽ ֶ‫ו ָ֕נ ֹאמ‬
vanómer ná'aseh-ná lánu, livnót et-hamizbéja; ló lê'oláh vêló lêzávaj.

Por eso dijimos: 'Preparémonos y edifiquémonos un altar, no para holocausto


ni para sacrificio,
(27)
‫ְ֒לע ִּ֞ ֲֹבדְאֶ ת־‬
ַֽ ‫ְאחֲרינּו‬ ַֽ ֮‫ֻׁ֣ינּוְּוביני ִֶ֗כםְּובֻׁ֣יןְדַֹֽ רֹותינּו‬
ַֽ ‫דְהּואְבינ‬ ֹ֜ ‫ְ֩ע‬ ֨ ‫כי‬
ְ‫לֹותינּוְּובזבָ חֶׁ֖ינּוְּובשל ָָ֑מינּוְוְ ַֽל ֹא־י ֹאמ ֨רּו‬֥ ‫עֲבֹ ֹּ֤דתְיהוָה֙ ְלְ ָפ ָ֔ניוְבְ ַֽ ֹע‬
:ְ‫יהוַֽה‬
ָ ‫ֶקְב‬
ַֽ ‫בְניכֶ ֹּ֤םְמָ חָ ר֙ ְלְבָ ֔נינּוְאין־לָכֶ ֥םְ ֶׁ֖חל‬
kí 'éd hú beinéinu uvéineijém uvéin dóroteinú ájareinú lá'avód et-'avodát
Adonai lêfanáv, bê'ólotéinu uvizvajéinu uvishlaméinu; vêló-iomrú vêneijém
majar lêvanéinu, ein-lajém jéleq báAdonai .

sino para que sirva de testimonio entre nosotros y vosotros, y entre las
generaciones que nos sucederán, de que nosotros servimos al Eterno, en su
presencia, con nuestros holocaustos, con nuestras ofrendas y con nuestros
sacrificios de paz.' Entonces vuestros hijos no podrán decir a nuestros hijos en
el futuro: 'Vosotros no tenéis parte con el Eterno.'

132
22 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(28)
ְ‫נּוְר ֻׁ֣אּו‬
ְ ‫הְכי־י ֹאמ ֥רּוְאלֵ֛ינּוְוְאֶ ל־דַֹֽ רֹ ֶׁ֖תינּוְמָ ָחָ֑רְוְאָ ֡מר‬ ַֽ ‫ו ָ֕נ ֹאמֶ רְוְהָ ִָ֗י‬
ְ‫בֹותינּוְ ֹּ֤ל ֹאְלְעֹולָה֙ ְוְ ֻׁ֣ל ֹאְלְ ֶ֔זבח‬
ִ֗ ֲ‫אֶ ת־תבניתְ֩מז ֨בחְיה ֹ֜ ָוהְאֲשֶ ר־ע ָֻׁ֣שּוְא‬
:ְ‫יכם‬ַֽ ֶ ‫ֶׁ֖ינּוְּובינ‬
ַֽ ‫ֻׁ֣דְהּואְבינ‬ ֔ ‫כי־ע‬
vanómer vêhaiáh kí-iomrú eléinu vêel-dórotéinu majár; vêamárnu rêú et-tavnit
mizbáj Adonai asher-'asú avotéinu ló lê'olah vêló lêzévaj, ki-'éd hú, beinéinu
uvéineijém .

Nosotros, pues, dijimos: 'Si sucede que en el futuro ellos nos dicen esto a
nosotros o a nuestros descendientes, responderemos: 'Mirad la réplica del altar
del Eterno, la cual edificaron nuestros padres, no para holocaustos ni para
sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.'
(29)
ְ‫דְביה ִ֗ ָוהְוְל ָֹּ֤שּובְהיֹום֙ ְמ ַֽאח ֲֻׁ֣ריְיה ֔ ָוהְלבנֻׁ֣ ֹות‬
ַֽ ֹ‫חָ לי ָלהְ֩ ָ֨לנּוְמ ֹ֜ ֶמנּוְלמ ֻׁ֣ר‬
ְ‫ֲשרְלפנ֥י‬ ֶׁ֖ ֶ ‫ֱֹלהינּוְא‬
֔ ‫מז ֔בחְלְעֹ לָ ֶׁ֖הְלְמנ ָחֻׁ֣הְּולזָ ָ֑בחְמלְ ִ֗בדְמזבח֙ ְיהוָ ֻׁ֣הְא‬
‫ פ‬:ְ‫משכָנַֽ ֹו‬
jalilah lánu miménu limród báAdonai vêlashúv haiom meájaréi Adonai, livnót
mizbéaj, lê'oláh lêminjáh ulzávaj; milêvád mizbaj Adonai elohéinu, ashér
lifnéi mishkanó .

Lejos esté de nosotros el rebelarnos contra el Eterno, o el apartarnos hoy de


seguir al Eterno, edificando un altar para holocaustos, para ofrendas vegetales
o para sacrificios, aparte del altar del Eterno nuestro Elohim que está delante
de su tabernáculo.'
(30)
ְ‫ֲשר‬
ֻׁ֣ ֶ ‫אשיְאלפֹּ֤יְיש ָראלְ֙א‬ ֨ ‫יְהע ֹ֜ ָדהְוְ ָר‬
ַֽ ָ ‫יא‬
֨ ‫עְפינְ ָחֻׁ֣סְהכֹ ִ֗הןְּונש‬ ַֽ ‫ויש ִּ֞מ‬
ְ‫ַֽי־ראּוב֥ןְּובני־גָ ֶׁ֖דְּובנֻׁ֣יְמְנ ֶ ָ֑שה‬
ְ ‫ֲשרְדבְ ֵ֛רּוְבְנ‬ ֶׁ֧ ֶ ‫א ֔תֹוְ ֨ ֶאת־הדְבָ ֔ריםְא‬
:‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫יטבְבְ ַֽעינ‬ ֶׁ֖ ‫וי‬
vaishmá' pínêjás hakohén unsiéi há'edáh vêrashéi alféi israel ashér itó, ét-
hadêvarím, ashér dibêrú bênéi-rêuvén uvnei-gád uvnéi mênashéh; vaitáv
bê'éineihém.

Cuando el sacerdote Pinejás [Fineas], los jefes de la congregación y los jefes


de los millares de Israel que estaban con él oyeron las palabras que hablaron
los hijos de Rubén, los hijos de Gad y los hijos de Menashé [Manasés], les
pareció bien.

133
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 22

(31)
‫אּובןְוְאֶ ל־בְני־ ֹ֜ ָגדְוְאֶ ל־‬
֨ ‫ַֽי־ר‬ְ ‫רְפינְ ָחֻׁ֣סְבֶ ן־אֶ לעָזָ ֻׁ֣רְהכֹ ֡הןְאֶ ל־בְנ‬ ַֽ ֶ‫ו ֻׁ֣י ֹאמ‬
ְ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־מְעל ֶ ֥תם‬ֵ֛ ֶ ‫בְנֻׁ֣יְמְנשִֶ֗ הְהיֹּ֤ ֹוםְ׀ְי ָ֨דענּו֙ ְַֽכי־בְתֹוכֻׁ֣נּוְיה ֔ ָוהְא‬
:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫ָ֑הְאזְהצל ֶ ֵ֛תםְאֶ ת־בְנ֥יְיש ָר ֶׁ֖אלְמי֥דְי‬ ָ ִ֗ ֶ‫ַֽביהוָ ֶׁ֖הְה ֻׁ֣מעלְהז‬
vaiómer pínêjás ben-el'azár hakohén el-bênéi-rêuvén vêel-bênei-gád vêel-
bênéi mênashéh haióm | iadá'nú kí-vêtojénu Adonai, ashér ló-mê'altém
báAdonai hamá'al hazéh; áz hitzaltém et-bênéi israél miád Adonai .

Entonces Pinejás [Fineas], hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los hijos de
Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Menashé [Manasés]: –Hoy
reconocemos que el Eterno está entre nosotros, pues no habéis cometido esta
infidelidad contra el Eterno. Ahora habéis librado a los Hijos de Israel de la
mano del Eterno.
(32)
ְ֩‫ַֽי־ראּובן‬
ְ ‫יאיםְמ ֻׁ֣אתְבְנ‬ ֡ ‫בְפינְ ָחֻׁ֣סְבֶ ן־אֶ לעָזָ ֻׁ֣רְהכֹ הֻׁ֣ןְ׀ְוְהנְש‬
ַֽ ְ‫ויָ ֻׁ֣ש‬
ְ‫ץְכנֶׁ֖עןְאֶ ל־בְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אל‬
ְ ‫ל־א ֶר‬
֥ ֶ ֶ‫ּומ ֨אתְבְני־ ֹ֜ ָגדְמ ֶ ֶׁ֧א ֶרץְהגלעָ ֵ֛דְא‬
:‫אֹותםְדָ ָ ַֽבר‬
ֶׁ֖ ָ ְ‫וי ָ֥שבּו‬
vaiáshov pínêjás ben-el'azár hakohén | vêhanêsiím meét bênéi-rêuven umeét
bênei-gád meéretz hagil'ád el-éretz kêná'an el-bênéi israél; vaiashívu otám
davár.

Pinejás [Fineas], hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes se apartaron de los
hijos de Rubén y de los hijos de Gad; se volvieron de la tierra de Galaad a la
tierra de Canaán, a los Hijos de Israel, y les informaron.
(33)
ְ‫ֱֹלהיםְבְנֻׁ֣יְיש ָר ָ֑אלְוְ ֻׁ֣ל ֹא‬
ֶׁ֖ ‫יטבְהדָ ִ֗ ָברְבְעיני֙ ְבְנֻׁ֣יְיש ָר ֔אלְוי ָ ַֽב ְרכ֥ ּוְא‬ֻׁ֣ ‫וי‬
ְ‫ַֽי־ראּוב֥ן‬ְ ‫ֲשרְבְנ‬ ֵ֛ ֶ ‫ָ ַֽאמְ ִ֗רּוְ ַֽלעֲלֹּ֤ ֹותְעֲליהֶ ם֙ ְלצָ ֔ ָבאְלְשחת֙ ְאֶ ת־הָ ֔ ָא ֶרץְא‬
:ְ‫יםְבּה‬
ַֽ ָ ‫ֶׁ֖דְישְ ֥ב‬
ַֹֽ ָ‫ּובני־ג‬
vaitáv hadavár bê'eineí bênéi israél, vaivárêjú elohím bênéi israél; vêló ámêrú
lá'alót 'aleihem latzavá, lêshajet et-haáretz, ashér bênéi-rêuvén uvnei-gád
ióshêvím báĥ .

El informe agradó a los Hijos de Israel, y los Hijos de Israel bendijeron a


Elohim. No hablaron más de ir contra ellos en plan de guerra para destruir la
tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.
(34)
ְ‫ינּוְכיְיהוָ ֶׁ֖ה‬
֥ ‫ְבינֹ ֔ת‬
ַֽ ֙‫ְכיְע֥דְהּוא‬
ֻׁ֣ ‫ַֽי־ר אּוב֥ןְּובני־גָ ֶׁ֖דְלמזבָ֑ח‬
ְ ‫וַַֽֽיקרְ ֵ֛אּוְבְנ‬
‫ פ‬:ְ‫ֱֹלהים‬ ַֽ ‫ָ ַֽהא‬
134
23 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

váiqrêú bênéi-rêuvén uvnei-gád lamizbéja; kí 'éd hu béinotéinu, kí Adonai


háelohím .

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad llamaron al altar Ed, diciendo: 'Porque
es un testimonio entre nosotros de que el Eterno es Elohim.'

Iehoshúa – Josué Capítulo 23


(1)
‫יםְאחֲריְאֲשֶ ר־ה ֨ניחְיהוָ ֶׁ֧הְלְיש ָר ֵ֛אלְמכְל־‬ַֽ ַ֠ ‫וַַֽֽיהי֙ ְמי ָֻׁ֣מיםְר ֔ב‬
:ְ‫ןְבֶׁ֖אְבי ַָֽמים‬
ָ ‫יבְויהֹושֻׁ֣עְז ָ֔ק‬ַֽ ‫יהֶׁ֖םְמסָ ָ֑ב‬
ֶ ‫אַֹֽ יְב‬
váihí miamím rabím, ájarei asher-heníaj Adonai lêisraél mikol-óiêveihém
misavív; víhoshú'a zaqén, bá baiamím .

Mucho tiempo después que el Eterno diera reposo a Israel de todos sus
enemigos de alrededor, aconteció que Iehoshúa [Josué], siendo ya viejo y de
edad avanzada,
(2)
ְ‫הֹוש ֙עְלְכְל־יש ָר ֔אלְלזקנָיו֙ ְּול ָראשָ֔ יוְּולשַֹֽ פְ ָ ֶׁ֖טיוְּולשַֹֽ ְט ָ ָ֑ריו‬
֨ ְ‫ויק ָ ֹּ֤ראְי‬
:‫יְבֶׁ֖אתיְבי ַָֽמים‬
ָ ‫ו ֻׁ֣י ֹאמֶ רְאֲל ֔ ֶהםְאֲנֻׁ֣יְז ָ֔קנת‬
vaiqrá iêhoshú'á lêjol-israél, lizqenav ulrasháv, ulshófêtáv ulshótêráv; vaiómer
alehém, aní zaqánti, báti baiamím.

convocó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales,
y les dijo: 'Yo ya soy viejo y de edad avanzada.
(3)
ְ‫יתםְאתְ֩כְל־אֲשֶ֨ רְעָשָֹ֜ הְיהוָ ֶׁ֧הְאֱֹלַֽ היכֶ ֵ֛םְלְכְל־הגֹוי֥ם‬ ֶ ִ֗ ‫םְרא‬
ְ ‫וְא ֶ ֻׁ֣ת‬
:ְ‫םְהּואְהנל ָח֥םְל ֶ ַָֽכם‬ ֶׁ֖ ‫ָ֑םְכיְיהוָ ֻׁ֣הְאֱֹלַֽ הי ֶ֔כ‬
ֹּ֚ ֶ‫הָ ֶׁ֖אלֶהְמפְניכ‬
vêatém rêitém et kol-ashér 'asáh Adonai elóheijém lêjol-hagoím haéleh
mipêneijém; kí Adonai elóheijém, hú haniljám lajém .

Vosotros habéis visto todo lo que el Eterno vuestro Elohim ha hecho con
todas estas naciones por causa vuestra; porque el Eterno vuestro Elohim es el
que ha combatido por vosotros.
(4)
ְ‫ת־הגֹויםְהנשאָ ֥ריםְהָ ֵ֛אלֶהְבְ ַֽנחֲלָ ֶׁ֖הְלְשבטיכֶ ָ֑ם‬ ַ֠ ‫םְא‬ַֽ ֶ ‫ְראּוְ֩ה ֨פלתיְ ָל ֶֹ֜כ‬
:ְ‫ֲשרְהכ ֔רתיְוְהיָ ֥םְהג ֶָׁ֖דֹולְמְ ֥בֹואְה ָ ַֽשמֶ ש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫מן־היר ִ֗דןְוְכְל־הגֹוים֙ ְא‬

135
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 23

rêú hipálti lajém ét-hágoim hanisharím haéleh bênájaláh lêshivteijém; min-


haiardén vêjol-hagoim ashér hijráti, vêhaiám hagadól mêvó hashámesh .

Mirad, os he repartido por sorteo, como heredad para vuestras tribus, estas
naciones que quedan, así como las que yo he exterminado, desde el Jordán
hasta el mar Grande, hacia donde se pone el sol.
(5)
ְ‫הֹורישְאֹ ָ ֶׁ֖תםְמלפניכֶ ָ֑ם‬ ֥ ְ‫םְהּואְיֶהדְפֻׁ֣םְמפְני ֶ֔כםְו‬ ֹּ֚ ‫וַֽיהוָ ֻׁ֣הְאֱֹלַֽ הי ִֶ֗כ‬
:ְ‫ֲשרְד ֶבֵ֛רְיהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְל ֶ ַָֽכם‬
֥ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫ַֽוירשתֶ ם֙ ְאֶ ת־אר ֔ ָצ‬
váAdonai elóheijém hú yehdofém mipêneijém, vêhorísh otám milifneijém;
vírishtem et-artzám, káashér dibér Adonai elóheijém lajém .

El Eterno vuestro Elohim las arrojará de delante de vosotros y las echará de


vuestra presencia. Y vosotros tomaréis posesión de sus tierras, como el Eterno
vuestro Elohim os ha prometido.
(6)
ְ‫ֶרְתֹורתְמֹ ֶ ָ֑שה‬
ֻׁ֣ ‫ֹותְאתְכְל־הכ ָ֔תּובְבְ ֶׁ֖ספ‬
ֹּ֚ ‫ַֽוחֲזק ֶ ֻׁ֣תםְמְ ֔ ֹאדְלשמֹֻׁ֣ רְוְ ַֽלע ֲ֔ש‬
:‫לְבל ֥תיְסּור־מ ֶ ֶׁ֖מנּוְי ָ֥מיןְּוש ַֽמ ֹאול‬
vájazaqtém mêód, lishmór vêlá'asót, ét kol-hakatúv, bêséfer torát moshéh;
lêviltí sur-miménu iamín usmóvl.

'Por tanto, esforzaos mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el
libro de la Torá de Moshé [Moisés], sin apartaros de ella ni a la derecha ni a la
izquierda.
(7)
ְ‫יהֹּ֤ם‬
ֶ ‫לְבלתי־ב ֹא֙ ְבגֹויֻׁ֣םְהָ ֔אלֶהְהנשאָ ֥ריםְהָ ֶׁ֖אלֶהְאתְכֶ ָ֑םְּוב ֨שםְאֱֹלַֽ ה‬
:‫אְתשְתחֲוֶׁ֖ ּוְל ֶ ַָֽהם‬
ַֽ ֹ ‫אְתעבד֔ ּוםְוְ ֥ל‬
ַֽ ֹ ‫ַֽל ֹא־תז ֨כירּו֙ ְוְ ֻׁ֣ל ֹאְתש ֔ביעּוְוְ ֻׁ֣ל‬
lêvilti-vo bagoím haéleh, hanisharím haéleh itêjém; uvshém elóheihém ló-
tazkírú vêló tashbí'u, vêló tá'avdúm, vêló tíshêtajavú lahém.

No os mezcléis con estas naciones que han quedado entre vosotros. No hagáis
mención del nombre de sus dioses ni juréis por ellos. No les rindáis culto, ni
os postréis ante ellos.
(8)
:ְ‫יתםְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
ֶ ֔ ‫ֲשרְעֲש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ָ֑קּוְכא‬
ַֽ ‫ם־ביהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְתד ָב‬
ַֽ ‫ֵ֛כיְא‬
kí im-báAdonai elóheijém tidbáqu; káashér 'asitém, 'ád haióm hazéh .

'Sólo al Eterno, vuestro Elohim, os adheriréis, como lo habéis hecho hasta el


día de hoy;

136
23 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(9)
ְ ֙‫ֲצּומיםְוְא ִ֗ ֶתםְל ֹא־עָ ֹּ֤מדְאיש‬
ָ֑ ‫יםְוע‬
ַֽ ‫ויֹּ֤ ֶֹורשְיהוָה֙ ְמפְני ֶ֔כםְגֹויֶׁ֖םְגְדֹ ֻׁ֣ל‬
:ְ‫בפני ֶ֔כםְעֶׁ֖דְהי֥ ֹוםְה ֶזַֽה‬
vaióresh Adonai mipêneijém, goím gêdolím vá'atzumím; vêatém lo-'ámad ish
bifneijém, 'ád haióm hazéh .

porque el Eterno ha echado de delante de vosotros a naciones grandes y


fuertes, y nadie ha podido resistir delante de vosotros hasta el día de hoy.
(10)
ְ‫םְהּואְהנל ָחֻׁ֣םְ ָל ֶ֔כם‬
ֹּ֚ ‫ֶףְכיְ׀ְיהוָ ֻׁ֣הְאֱֹלַֽ הי ִֶ֗כ‬
ֻׁ֣ ‫ף־אל‬
ָ֑ ָ ְ‫איש־אֶ ָח֥דְמכֶ ֶׁ֖םְירד‬
:ְ‫ֲשרְד ֶב֥רְל ֶ ַָֽכם‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ַֽכא‬
ish-ejád mikém irdof-álef; kí | Adonai elóheijém hú haniljám lajém, káashér
dibér lajém .

Uno de vosotros persigue a mil, porque el Eterno vuestro Elohim combate por
vosotros, como él os ha prometido.
(11)
:ְ‫יכם‬
ַֽ ֶ ‫וְנשמר ֶ ֥תםְמְאֶֹׁ֖ דְלְנפשַֹֽ תיכֶ ָ֑םְלְ ַֽאה ֲָבֶׁ֖הְאֶ ת־יהוָ ֥הְאֱֹלַֽ ה‬
vênishmartém mêód lênafshóteijém; lêáhaváh et-Adonai elóheijém .

Por eso, tened mucho cuidado, por vuestras propias vidas, de amar al Eterno
vuestro Elohim.
(12)
ְ‫ם־שֹובְתָ ִ֗שּובּוְּודבקתֶ ם֙ ְבְ ֶ֨יתֶ ר֙ ְהגֹויֻׁ֣םְהָ ֔אלֶהְהנשאָ ֥רים‬ ֻׁ֣ ‫ֻׁ֣כיְ׀ְא‬
:‫אתםְבָ ֶהֶׁ֖םְוְה֥םְבָ ֶ ַֽכם‬
֥ ֶ ָ‫הָ ֶׁ֖אלֶהְאתְכֶ ָ֑םְוְ ַֽהתְחתנ ֶ ֥תםְבָ ֶהֵ֛םְּוב‬
kí | im-shóv tashúvu udvaqtem bêiéter hagoím haéleh, hanisharím haéleh
itêjém; vêhítêjatantém bahém uvatém bahém vêhém bajém.

Pero si os volvéis atrás y os adherís a los sobrevivientes de estas naciones que


han quedado entre vosotros, y os unís con ellas en matrimonio y os mezcláis
con ellas y ellas con vosotros,
(13)
ְ‫הֹורישְאֶ ת־הגֹוי֥ם‬ ֵ֛ ְ‫יֹוסיףְיהוָ ֻׁ֣הְאֱֹלַֽ הי ִֶ֗כםְל‬ ֹ֜ ְ‫ְתדְ ֔עּוְכיְ֩ ֨ל ֹא‬ַֽ ‫ֹוע‬
֙ ֨‫יָד‬
ְ ֙‫מֹוקשְּולשֹ ֹּ֤טטְבְצדיכֶם‬ ִ֗ ‫הָ ֶׁ֖אלֶהְמלפניכֶ ָ֑םְוְהָ י֨ ּוְ ָל ֶֹ֜כםְלְפֻׁ֣חְּול‬
ְ ֙‫לְהאֲדָ ָ ֹּ֤מהְהטֹובָ ה֙ ְה ֔ז ֹאתְאֲשֶ ר‬
ַֽ ָ ‫םְמע‬
ַ֠ ‫וְלצננֻׁ֣יםְבְ ַֽעיני ֶ֔כםְעד־אֲבְד ִֶ֗כ‬
:ְ‫יכם‬ַֽ ֶ ‫נ ָֻׁ֣תןְ ָל ֶ֔כםְיהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלַֽ ה‬
iadó'á tédê'ú, kí ló iosíf Adonai elóheijém lêhorísh et-hagoím haéleh
milifneijém; vêhaíu lajém lêfáj ulmoqésh ulshotét bêtzideijem vêlitzniním

137
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 23

bê'éineijém, 'ad-avodjém mé'al háadamáh hatovah hazót, asher natán lajém,


Adonai elóheijém .

estad seguros de que el Eterno vuestro Elohim no continuará echando a estas


naciones de delante de vosotros. Antes bien, ellas serán para vosotros una
trampa y un lazo, azotes en vuestros costados y espinas en vuestros ojos, hasta
que perezcáis en esta buena tierra que el Eterno vuestro Elohim os ha dado.
(14)
ְ‫ץְוידע ִּ֞ ֶתםְבְכְל־לְבבכֶ ֻׁ֣ם‬ ַֽ ‫הְאנֹ ֹּ֤כיְהֹולְך֙ ְהי֔ ֹוםְבְ ֶ ֶׁ֖ד ֶרְךְכְל־הָ ָ ָ֑א ֶר‬ַֽ ָ ‫וְה ֨נ‬
ְ‫טֹובים‬ ִ֗ ‫םְכיְ ַֽל ֹא־נָפל ְ֩דָ ֨ ָברְאֶ ֹ֜ ָחדְמ ֻׁ֣ ֹכלְ׀ְהדְבָ ֻׁ֣ריםְה‬ ֻׁ֣ ‫ּובכְל־נפשְ ִֶ֗כ‬
ְ‫ְ֙בֻׁ֣אּוְ ָל ֶ֔כםְ ַֽל ֹא־נָפ֥לְמ ֶ ֶׁ֖מנּו‬
ָ ‫אֲשֶ֨ רְד ֹ֜ ֶברְיהוָ ֹּ֤הְאֱֹלַֽ היכֶם֙ ְעֲלי ֶ֔כםְהכֹ ל‬
:ְ‫דָ ָב֥רְאֶ ָ ַֽחד‬
vêhinéh ánojí holej haióm, bêdérej kol-haáretz; vída'tém bêjol-lêvavjém uvjol-
nafshêjém kí ló-nafal davár ejád mikól | hadêvarím hatovím ashér dibér
Adonai elóheijem 'aleijém, hakol báu lajém, ló-nafál miménu davár ejád .

'He aquí que yo estoy para ir por el camino de todo el mundo. Reconoced,
pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha fallado ni
una sola palabra de todas las buenas promesas que el Eterno vuestro Elohim
os había hecho. Todas se han cumplido para vosotros; no ha fallado de ellas ni
una sola palabra.
(15)
ְ‫ֲשרְד ֶבֵ֛רְיהוָ ֥ה‬ ֥ ֶ ‫ר־בֹּ֤אְעֲליכֶם֙ ְכְל־הדָ ָבֻׁ֣רְה ֔טֹובְא‬ ָ ֶ‫הְכאֲש‬ ַֽ ‫וְהָ ִָ֗י‬
‫םְאתְכְל־הדָ ָבֻׁ֣רְהָ ָ ֔רעְעד־‬ ֹּ֚ ‫אֱֹלַֽ היכֶ ֶׁ֖םְאֲליכֶ ָ֑םְכןְ֩י ָ֨ביאְיה ֹ֜ ָוהְעֲלי ִֶ֗כ‬
ְ‫לְהאֲדָ ָ ֹּ֤מהְהטֹובָ ה֙ ְה ֔ז ֹאתְאֲשֶ ר֙ ְנ ָֻׁ֣תןְ ָל ֶ֔כםְיהוָ ֶׁ֖ה‬
ַֽ ָ ‫םְמע‬ ַ֠ ‫ֹוְאֹות ִֶ֗כ‬
ַֽ ‫השמ ֻׁ֣יד‬
:ְ‫יכם‬ ַֽ ֶ ‫אֱֹלַֽ ה‬
vêhaiáh káasher-bá 'aleijem kol-hadavár hatóv, ashér dibér Adonai elóheijém
aleijém; ken iaví Adonai 'aleijém ét kol-hadavár hará', 'ad-hashmidó ótjém
mé'al háadamáh hatovah hazót, asher natán lajém, Adonai elóheijém .

Pero sucederá que así como se ha cumplido para vosotros toda palabra buena
que el Eterno vuestro Elohim os ha dicho, así también traerá el Eterno sobre
vosotros toda palabra mala, hasta eliminaros de esta buena tierra que el Eterno
vuestro Elohim os ha dado.
(16)
ְ‫ְ֒והֲלכ ִ֗ ֶתם‬
ַֽ ‫ֲשרְצּוָ ֻׁ֣הְאֶ ת ֶכם‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ַ֠ ְבעְב ְרכֶםְאֶ ת־בְ ֨ריתְיהוָ ֥הְאֱֹלַֽ היכֶם֮ ְא‬
ְ‫יתםְל ֶָהָ֑םְוְחָ ָ ֹּ֤רהְאף־יהוָה֙ ְבָ ֶ֔כם‬ ֶׁ֖ ֶ ‫ֱֹלהיםְאֲח ֔ריםְוְהש ַֽתחֲו‬ ֻׁ֣ ‫ַֽועֲבדתֶ ם֙ ְא‬
‫ פ‬:ְ‫ֲשרְנ ָ֥תןְל ֶ ַָֽכם‬ֶׁ֖ ֶ ‫טֹובהְא‬ ָ ֔ ‫ַֽואֲבד ֶ ֻׁ֣תםְמְה ָ ֔רהְמעלְ֙הָ ָ ֻׁ֣א ֶרץְה‬
138
24 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

bê'ovrêjem et-bêrít Adonai elóheijem ashér tziváh etjem váhalajtém


vá'avadtem elohím ajerím, vêhishtájavitém lahém; vêjaráh af-Adonai bajém,
váavadtém mêheráh, me'al haáretz hatováh, ashér natán lajém .

Si violáis el pacto que el Eterno vuestro Elohim os ha mandado, y os vais y


servís a dioses ajenos, postrándoos ante ellos, la ira del Eterno se encenderá
contra vosotros, y rápidamente pereceréis en esta buena tierra que él os ha
dado.'

Iehoshúa – Josué Capítulo 24


(1)
ְ‫לְשכֶ ָ֑מָ הְויק ָראְ֩לְזק ֨ני‬
ְ ‫ו ֶ ַֽיאֱסֶֹׁ֧ ףְיְהֹושֵ֛עְאֶ ת־כְל־שב ֥טיְיש ָר ֶׁ֖א‬
:ְ‫ֱֹלהים‬ ַֽ ָ ‫יש ָר ֹ֜אלְּול ָראשִָ֗ יוְּולשַֹֽ פְטָ יו֙ ְּולשֹֻׁ֣ ט ָ ֔ריוְו ַֽיתְיצְ ֶׁ֖בּוְלפנ‬
ַֽ ‫֥יְהא‬
vaiéesóf iêhoshú'a et-kol-shivtéi israél shêjémah; vaiqra lêziqnéi israél
ulrasháv ulshófêtav ulshótráv, vaiítêiatzêvú lifnéi háelohím .

Iehoshúa [Josué] reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, y convocó a los
ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales. Ellos se
presentaron delante de Elohim,
(2)
ְ‫םְכה־אָ ֻׁ֣מרְיהוָה֮ ְאֱֹלהֻׁ֣יְיש ָראל ְ֒בְעֻׁ֣בֶ ר‬ ֹ ַֽ ‫הֹושעְאֶ ל־כְל־הָ ִָ֗ע‬ ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
ְ‫ֶׁ֖םְוא ֲֻׁ֣ביְנ ָָ֑חֹור‬
ַֽ ‫םְתרחְא ֲ֥ביְאב ָר ָה‬ ֵ֛ ֶ ‫ְמעֹו ָ֔ל‬ ַֽ ֙‫רְיַֽשְ ֹּ֤בּוְא ֲַֽבֹותיכֶם‬
ָ ‫הנ ִ֗ ָָה‬
:ְ‫ֱֹלהיםְאֲח ַֽרים‬ ֥ ‫ויַֽעב ֶׁ֖דּוְא‬
vaiómer iêhoshú'a el-kol-ha'ám kóh-amár Adonai elohéi israel bê'éver hanahár
iáshêvú avóteijem mé'olám, téraj aví avrahám váaví najór; vaiá'avdú elohím
ajerím .

y Iehoshúa [Josué] dijo a todo el pueblo: –Así ha dicho el Eterno Elohim de


Israel: 'Vuestros padres [Teraj [Taré], padre de Avraham [Abraham] y de
Nacor] habitaron antiguamente al otro lado del Río, y sirvieron a dioses
ajenos.
(3)
‫רְוַֽאֹולְ֥ךְאֹ ֶׁ֖תֹוְבְכְל־‬
ָ ‫ַַֽ֠ ָואֶ קחְאֶ ת־אֲביכֶ ֹּ֤םְאֶ ת־אב ָרהָ ם֙ ְמעֻׁ֣בֶ רְהנ ֔ ָָה‬
:‫ֹוְוַֽאֶ תֶ ן־לֶׁ֖ ֹוְאֶ ת־יצ ָ ַֽחק‬
ָ ‫ןְוארבְ(וַֽארבֶ ה֙ )ְאֶ ת־זר ֔ע‬
ָ ‫ֶ ֻׁ֣א ֶרץְכְנָ ָ֑ע‬
váeqaj et-avijém et-avraham me'éver hanahár, váoléj otó bêjol-éretz kêná'an;
vrv (váarbeh) et-zar'ó, váeten-ló et-itzjáq.

139
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 24

Pero yo tomé a vuestro padre Avraham [Abraham] del otro lado del Río, lo
traje por toda la tierra de Canaán, aumenté su descendencia y le di por hijo a
Itzjaq [Isaac].
(4)
ְ ֙‫וְוַֽאֶ ֨תןְלְעשָֹ֜ וְאֶ ת־הֹּ֤רְשעיר‬
ָ ‫קְאת־יעֲקֶֹׁ֖ בְוְאֶ ת־ע ָ ָ֑ש‬ ַֽ ֶ ‫ָוַֽאֶ ֻׁ֣תןְלְיצ ֔ ָח‬
:‫ַֽר ֥דּוְמצ ָ ַֽרים‬
ְ ‫ֶׁ֖יוְי‬
ַֽ ָ ָ‫תְאֹותֹוְוְ ַֽיעֲקֹ֥ בְּובָ נ‬
֔ ֶ‫ל ֶ ָֻׁ֣רש‬
váetén lêitzjáq, ét-ia'aqóv vêet-'esáv; váetén lê'esáv et-hár se'ir laréshet otó,
vêiá'aqóv uvanáv iárêdú mitzráim.

A Itzjaq [Isaac] le di por hijos a Iaaqov [Jacob] y Esav [Esaú]. A Esav [Esaú]
le di la región montañosa de Seír, para que la poseyese, mientras que Iaaqov
[Jacob] y sus hijos descendieron a Egipto.
(5)
ְ‫ֲשרְע ֶָׁ֖שיתי‬
֥ ֶ ‫םְכא‬
ַֽ ‫ָוַֽאֶ ש ִּ֞לחְאֶ ת־מֹ ֶ ֹּ֤שהְוְ ֶ ַֽאת־אהֲרֹ ן֙ ְָוַֽאֶ ֻׁ֣ ֹגףְאֶ ת־מצ ֔רי‬
:‫בְקר ָ֑בֹוְוְאחֶׁ֖רְהֹוצ֥אתיְאֶ ת ֶ ַֽכם‬
váeshláj et-moshéh vêét-aharon váegóf et-mitzráim, káashér 'asíti bêqirbó;
vêajár hotzéti etjém.

Entonces envié a Moshé [Moisés] y a Aarón, y castigué a Egipto de la manera


como lo hice allí, y después os saqué.
(6)
ְ‫ַֽאֹוציאְאֶ ת־א ֲַֽבֹותיכֶם֙ ְממצ ֔ריםְותָ בֶֹׁ֖ אּוְהיָ ָ֑מָ הְוירדְ ֨פּוְמצ ֹ֜רים‬ ֹּ֤ ‫ָו‬
:‫ם־סּוף‬ ַֽ ‫ַֽאח ֲֶׁ֧ריְא ֲַֽבֹותיכֶ ֵ֛םְבְ ֶ ֥רכֶבְּוב ָ ַֽפ ָר ֶׁ֖שיםְי‬
váotzí et-avóteijem mimitzráim, vatavóu haiámah; vairdêfú mitzráim ájaréi
avóteijém bêréjev uvfárashím iam-súf.

Saqué de Egipto a vuestros padres, y vosotros llegasteis al mar. Los egipcios


persiguieron a vuestros padres hasta el mar de las Cañas, con carros y jinetes.
(7)
ְ‫לְביניכֶ ֻׁ֣םְ׀ְּובֻׁ֣יןְהמצ ִ֗ריםְוי ָ֨באְעָלָ ֹּ֤יו‬
ַֽ ‫ויצע ֲֻׁ֣קּוְאֶ ל־יה ִ֗ ָוהְו ָ֨ישֶ םְ ַֽמא ֲֹ֜פ‬
ְ‫םְאתְאֲשֶ ר־ע ֶָׁ֖שיתיְבְמצ ָ ָ֑רים‬֥ ‫ְעיני ֶ֔כ‬
ַֽ ֙‫אֶ ת־היָם֙ ְויכ ֔סהּוְותר ֨ ֶאינָה‬
:ְ‫ו ַֽתשְ ֥בּוְבמד ָבֶׁ֖רְי ָ֥מיםְר ַֽבים‬
vaitz'aqú el-Adonai vaiásem máafél béineijém | uvéin hamitzrím vaiavé 'aláv
et-haiam vaijaséhu, vatiréinah 'éineijém, ét asher-'asíti bêmitzráim; vatéshêvú
vamidbár iamím rabím .

Entonces ellos clamaron al Eterno, y él puso oscuridad entre vosotros y los


egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió. Vuestros ojos
vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos años en el desierto,

140
24 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(8)
ְ‫ץְהאֱמֹ רי֙ ְהיֹושב֙ ְבְעֻׁ֣בֶ רְהיר ֔דן‬
ַֽ ָ ‫ל־א ֶר‬
ֹּ֤ ֶ ֶ‫ואבאהְ(וַֽאָ ֻׁ֣בא)ְאֶ ת ִֶ֗כםְא‬
ָ
ְ‫ידם‬
ֶׁ֖ ‫םְוַֽאשמ‬
ָ ‫יר ֻׁ֣שּוְאֶ ת־אר ֔ ָצ‬
ְ ‫ןְאֹותםְבְיֶדכֶם֙ ְו ַֽת‬
ֹּ֤ ָ ָ ֶ‫ו ַֽי ָלח ֲֶׁ֖מּוְאתְכ‬
‫ָ֑םְוַֽאֶ ֨ת‬
:‫יכם‬
ַֽ ֶ ‫מפְנ‬
vvh (váaví) etjém el-éretz háemorí haioshev bê'éver haiardén, vaiílajamú
itêjém; váetén otám bêiedjem vatírêshú et-artzám, váashmidém mipêneijém.

y os introduje en la tierra de los amorreos que habitaban al otro lado del


Jordán. Ellos combatieron contra vosotros; pero yo los entregué en vuestra
mano, y poseísteis su tierra, porque yo los destruí delante de vosotros.
(9)
ְ‫ְֶךְמֹואבְוילָ ֶׁ֖חֶ םְבְיש ָר ָ֑אלְויש ִ֗לחְויק ָ ֵ֛רא‬
ָ֔ ‫ְמל‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫ו ָ֨יקְםְבָ לָ ֹּ֤קְבֶ ן־צפֹור‬
:‫לְבלעָ ֥םְבֶ ן־בְעֶׁ֖ ֹורְלְקל֥לְאֶ ת ֶ ַֽכם‬
vaiáqom baláq ben-tzipor mélej moáv, vailájem bêisraél; vaishláj vaiqrá
lêvil'ám ben-bê'ór lêqalél etjém.

Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y combatió


contra Israel. Él mandó llamar a Balaam hijo de Beor para que os maldijese,
(10)
ְ‫םְוַֽא ֥צלְאֶ תכֶ ֶׁ֖ם‬
ָ ‫וְ ֥ל ֹאְאָ ֶׁ֖ביתיְלשמֹֻׁ֣ עְלְבלעָ ָ֑םְוי ָב ֶֹּ֤רְךְבָ רֹוְך֙ ְאֶ ת ֶ֔כ‬
:‫מי ַָֽדֹו‬
vêló avíti lishmó'a lêvil'ám; vaivárej baroj etjém, váatzíl etjém miadó.

pero yo no quise escuchar a Balaam. Antes bien, él os bendijo repetidamente,


y yo os libré de su mano.
(11)
ְ‫ו ַֽתעב ֻׁ֣רּוְאֶ ת־הירדן֮ ְותָ בֹֻׁ֣ אּוְאֶ ל־יְריחֹוְ֒וי ָ ַֽלח ֲֻׁ֣מּוְבָ כֶ ֻׁ֣םְבע ֲַֽלי־יְַ֠ריחֹו‬
ְ‫יְוַֽאֶ ֥תן‬
ָ ‫בּוס‬
ָ֑ ‫יְהח ֶּׁ֖ויְוְהי‬
ַֽ ‫ָ ַֽהאֱמֹ ֨ריְוְהפְר ֹ֜זיְוְ ַֽהכְנע ֲִ֗ניְוְ ַֽהחתי֙ ְוְהגרג ָ֔ש‬
:‫אֹותםְבְיֶד ֶ ַֽכם‬
ֶׁ֖ ָ
vatá'avrú et-haiarden vatavóu el-iêrijó vailájamú vajém ba'aléi-iêrijo háemorí
vêhapêrizí vêhákêna'aní vêhájití vêhagirgashí, hájiví vêhaivusí; váetén otám
bêiedjém.

Después cruzasteis el Jordán y vinisteis a Jericó. Los señores de Jericó


combatieron contra vosotros, así como también los amorreos, los ferezeos, los
cananeos, los heteos, los gergeseos, los heveos y los jebuseos; pero yo los
entregué en vuestra mano.

141
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 24

(12)
ְ‫ָוַֽאֶ שלֹּ֤חְלפניכֶם֙ ְאֶ ת־הצרעָ֔ הְותְגָ ֹּ֤ ֶַֽרשְאֹותָ ם֙ ְמפְני ֶ֔כםְשְנֶׁ֖יְמלכֻׁ֣י‬
:‫ָ ַֽהאֱמֹ ָ֑ריְ ֥ל ֹאְבְחרבְָךֶׁ֖ ְוְ ֥ל ֹאְבְקש ֶ ַֽתָך‬
váeshláj lifneijem et-hatzir'áh, vatêgáresh otam mipêneijém, shênéi maljéi
háemorí; ló vêjarbêjá vêló vêqashtéja.

Envié delante de vosotros la avispa, y ella echó de delante de vosotros a los


dos reyes de los amorreos. Esto no fue con vuestra espada ni con vuestro arco.
(13)
ְ‫יתם‬
ֶ ֔ ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־בְנ‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ֲשרְ ַֽל ֹא־יָגֻׁ֣עתָ ְ ִ֗ ָבּהְוְעָרים֙ ְא‬
ֶׁ֧ ֶ ‫םְא ֶרץְ׀ְא‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ָוַֽאֶ ֨תןְ ָל ֶֹ֜כ‬
:‫ֲשרְ ַֽל ֹא־נְטע ֔ ֶתםְא ֶ ֶׁ֖תםְאַֹֽ כְ ַֽלים‬ ֻׁ֣ ֶ ‫ו ַֽתשְ ֶׁ֖בּוְבָ ֶהָ֑םְכְ ָר ֹּ֤מיםְוְזיתים֙ ְא‬
váetén lajém éretz | ashér ló-iagá'ta báĥ vê'arim ashér ló-vênitém, vatéshêvú
bahém; kêramím vêzeitim ashér ló-nêta'tém, atém ójêlím.

Yo os he dado una tierra por la cual vosotros no trabajasteis con dureza, unas
ciudades que no edificasteis y en las cuales habitáis. Y coméis de las viñas y
de los olivares que no plantasteis.'
(14)
‫יםְּובא ֶ ֱָ֑מתְוְהָ ֻׁ֣סירּוְאֶ ת־‬
ַֽ ֶ ‫וְע ִּ֞ ָתהְיְ ֶׁ֧ראּוְאֶ ת־יהוָ ֵ֛הְוְעב ֥דּוְאֹ ֶׁ֖תֹוְבְתָ ֻׁ֣מ‬
‫ְ֩עבְד֨ ּוְא ֲַֽבֹותי ֶֹ֜כםְבְעֹּ֤בֶ רְהנָהָ ר֙ ְּובמצ ֔ריםְוְעב ֶׁ֖דּוְאֶ ת־‬ַֽ ָ ‫ֱֹלהיםְאֲשֶ ר‬ִ֗ ‫א‬
:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫י‬
vê'atáh iêru et-Adonai vê'ivdú otó bêtamím uvéemét; vêhasíru et-elohím asher
'ávêdú avóteijém bê'éver hanahar uvmitzráim, vê'ivdú et-Adonai .

Ahora pues, temed al Eterno. Servidle con integridad y con fidelidad. Quitad
de en medio los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del
Río y en Egipto, y servid al Eterno.
(15)
ְ‫ת־מי‬
ֻׁ֣ ֶ‫הְבח ֲ֨רּוְלָכֶ ֻׁ֣םְהיֹום֮ ְא‬
ַֽ ‫םְלעֲבֹֻׁ֣ דְאֶ ת־יה ִ֗ ָו‬ַֽ ‫ְ֩רעְבְַֽעיני ֶֹ֜כ‬ ֨ ‫וְאם‬
ְ‫ר־עבְ ֻׁ֣דּוְא ֲַֽבֹותי ִֶ֗כםְאֲשֶ ר֙ ְבעבר‬
ַֽ ָ ֶ‫ֱֹלהיםְאֲש‬ ִּ֞ ‫ְ֒אםְאֶ ת־א‬ ֻׁ֣ ‫ַֽתעֲבֹ דּון‬
ְ‫םְישְ ֻׁ֣ביםְבְאר ָצָ֑ם‬
ַֹֽ ‫ֲשרְא ֶ ֶׁ֖ת‬
֥ ֶ ‫ֻׁ֣יְהאֱמֹ ֔ריְא‬
ַֽ ָ ‫(מעֻׁ֣בֶ ר)ְהנ ֔ ָָהרְוְאם֙ ְאֶ ת־אֱֹלה‬
‫ פ‬:ְ‫הוַֽה‬ ָ ‫יְנעֲבֶֹׁ֖ דְאֶ ת־י‬
ַֽ ‫וְ ָ ַֽאנֹ ֻׁ֣כיְּובי ֔ת‬
vêim rá' bê'eineijém lá'avód et-Adonai bájarú lajém haiom et-mí tá'avodun ím
et-elohím asher-'ávêdú avóteijém asher v'vr (me'éver) hanahár, vêim et-elohéi
háemorí, ashér atém ióshêvím bêartzám; vêánojí uveití, ná'avód et-Adonai .

Pero si os parece mal servir al Eterno, escogeos hoy a quién sirváis: si a los
dioses a los cuales servían vuestros padres cuando estaban al otro lado del

142
24 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Pero yo y mi casa
serviremos al Eterno.
(16)
ְ‫ֱֹלהים‬
֥ ‫ָ֑הְלעֲבֶֹׁ֖ דְא‬
ַֽ ָ‫נּוְמע ֲֶֹׁ֖זבְאֶ ת־יהו‬
ַֽ ‫ויֹּ֤עןְהָ עָם֙ ְו ֔י ֹאמֶ רְחָ ֻׁ֣לילָהְ ָ֔ל‬
:ְ‫אֲח ַֽרים‬
vaiá'an ha'am vaiómer, jalílah lánu, mé'azóv et-Adonai; lá'avód elohím ajerím.

Entonces el pueblo respondió diciendo: – ¡Lejos esté de nosotros el abandonar


al Eterno para servir a dioses ajenos!
(17)
ְ‫ֲבֹותינּוְמ ֶ ֥א ֶרץְמצ ֶׁ֖רים‬
ֵ֛ ‫ֱֹלהינּוְהּואְ֩ה ַֽמ ֲע ֶ֨להְאֹ ָ ֶׁ֧תנּוְוְאֶ ת־א‬ ֔ ‫ֹּ֚כיְיהוָ ֻׁ֣הְא‬
ְ‫ת־האֹ ֹּ֤תֹותְהגְדֹ לֹות֙ ְהָ ֔אלֶה‬
ַֽ ָ ֶ‫ָשהְלְע ִ֗ינינּוְא‬ ֻׁ֣ ָ ‫ֲשרְע‬
ֶׁ֧ ֶ ‫יםְוא‬
ַֽ ‫מבֻׁ֣יתְעֲבָ ָ֑ד‬
ְ‫ֲשרְעָבֶׁ֖רנּו‬
֥ ֶ ‫ְ֙הע ֔מיםְא‬ ַֽ ָ ‫נּוְבּהְּובכֹ ל‬
ָ ֔ ‫ֲשרְהָ לֻׁ֣כ‬
ֻׁ֣ ֶ ‫וַַֽֽישמְ ִ֗רנּוְבְכְל־ה ֨ ֶד ֶרְך֙ ְא‬
:ְ‫בְקר ָ ַֽבם‬
kí Adonai elohéinu, hu hamá'aléh otánu vêet-avotéinu meéretz mitzráim
mibéit 'avadím; váashér 'asáh lê'einéinu et-háotót hagêdolot haéleh,
váishmêrénu bêjol-hadérej ashér halájnu váĥ, uvjol há'amím, ashér 'avárnu
bêqirbám .

Porque el Eterno, nuestro Elohim, es el que nos sacó a nosotros y a nuestros


padres de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. Delante de nuestros ojos
él ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado en todo el camino por
donde hemos andado y en todos los pueblos por los cuales hemos pasado.
(18)
‫ת־האֱ מֹ ֵ֛ריְיֹ ֥שבְהָ ָ ֶׁ֖א ֶרץְמפָנָ֑ינּוְגם־‬
ַֽ ָ ֶ‫ל־הע ִ֗מיםְוְא‬
ַֽ ָ ְ‫וי ֨ ָג ֶרשְיה ֹ֜ ָוהְאֶ ת־כ‬
:ְ‫ֱֹלהינּו‬ ַֽ ‫י־הּואְא‬
ֶׁ֖ ‫א ֲ֨נחנּו֙ ְַֽנעֲבֹֻׁ֣ דְאֶ ת־יה ֔ ָוהְכ‬
vaigáresh Adonai et-kol-há'amím vêet-háemorí ioshév haáretz mipanéinu;
gam-anájnú ná'avód et-Adonai, ki-hú elohéinu .

El Eterno ha arrojado de delante de nosotros a todos los pueblos, y a los


amorreos que habitaban en el país. Nosotros también serviremos al Eterno,
porque él es nuestro Elohim.
(19)
ְ‫ֱֹלהים‬
֥ ‫הְכי־א‬ ַֽ ‫ְלעֲבֹֻׁ֣ דְאֶ ת־יה ֔ ָו‬
ַֽ ֙‫אְתּוכלּו‬
ַֽ ֹ ‫הֹושעְאֶ ל־הָ ִָ֗עםְ ֹּ֤ל‬
ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
:ְ‫יכם‬
ַֽ ֶ ‫ֹואְהּואְ ַֽל ֹא־י ָ ֥שאְלְפשעֲכֶ ֶׁ֖םְּולח ַֽט ֹאות‬֔ ֻׁ֣‫יםְהּואְאל־קנ‬ ָ֑ ‫קְדֹ ֶׁ֖ש‬
vaiómer iêhoshú'a el-ha'ám ló tújlú lá'avód et-Adonai, kí-elohím qêdoshím hú;
el-qanó hú, ló-isá lêfish'ajém uljatóvteijém .

143
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 24

Entonces Iehoshúa [Josué] dijo al pueblo: –No podréis servir al Eterno,


porque él es un Elohim santo y un Elohim celoso. Él no soportará vuestras
rebeliones ni vuestros pecados.
(20)
ְ‫הְועֲבד ֶ ֶׁ֖תםְאֱֹלהֻׁ֣יְנכָ ָ֑רְוְשָ֨ בְוְה ֹּ֤רעְ ָלכֶם֙ ְוְכלְָֻׁ֣ה‬
ַֽ ‫יְתעזבּו֙ ְאֶ ת־יה ֔ ָו‬ַֽ ‫ֹּ֤כ‬
:ְ‫יטיבְל ֶ ַָֽכם‬
֥ ‫םְאח ֲֶׁ֖ריְאֲשֶ ר־ה‬ַֽ ‫אֶ ת ֶ֔כ‬
kí tá'azvú et-Adonai, vá'avadtém elohéi nejár; vêsháv vêherá' lajem vêjiláh
etjém, ájaréi asher-heitív lajém .

Si vosotros dejáis al Eterno y servís a dioses extraños, él se volverá y os


castigará, y os exterminará después de haberos hecho bien.
(21)
:ְ‫ֶׁ֖הְנעֲבַֹֽ ד‬
ַֽ ָ‫אְכיְאֶ ת־יהו‬
֥ ֹ ‫ו ֥י ֹאמֶ רְהָ עָ ֶׁ֖םְאֶ ל־יְהֹושָ֑עְ ָ֕ל‬
vaiómer ha'ám el-iêhoshú'a; ló kí et-Adonai ná'avód .

Entonces el pueblo dijo a Iehoshúa [Josué]: –¡No, sino que al Eterno


serviremos!
(22)
ְ‫םְכי־א ִּ֞ ֶתםְבְחר ֶ ֥תםְלָכֶ ֵ֛ם‬
ַֽ ‫הֹושעְאֶ ל־הָ ִָ֗עםְע ֹּ֤דיםְאתֶ ם֙ ְבָ ֶ֔כ‬ ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
:ְ‫דְאֹותֹוְו ַֽי ֹאמְ ֶׁ֖רּוְע ַֽדים‬
ָ֑ ֹֻׁ֣‫ֶׁ֖הְלעֲב‬
ַֽ ָ‫אֶ ת־יהו‬
vaiómer iêhoshú'a el-ha'ám 'edím atem bajém, kí-atém bêjartém lajém et-
Adonai lá'avód otó; vaiómêrú 'edím .

Iehoshúa [Josué] respondió al pueblo: –Vosotros sois testigos contra vosotros


mismos, de que habéis escogido al Eterno para servirle. Ellos respondieron: –
¡Sí, somos testigos!
(23)
ְ‫ֲשרְבְקרבְכֶ ָ֑םְוְהטּו֙ ְאֶ ת־לְבב ֶ֔כם‬
ֻׁ֣ ֶ ‫וְע ָ֕ ָתהְהָ ֵ֛סירּוְאֶ ת־אֱֹלה֥יְהנכָ ֶׁ֖רְא‬
:ְ‫אֶ ל־יהוָ ֶׁ֖הְאֱֹלה֥יְיש ָר ַֽאל‬
vê'atáh hasíru et-elohéi hanejár ashér bêqirbêjém; vêhatú et-lêvavjém, el-
Adonai elohéi israél .

Iehoshúa [Josué] dijo: –Quitad, pues, ahora los dioses extraños que están en
medio de vosotros, e inclinad vuestro corazón al Eterno Elohim de Israel.
(24)
:ְ‫ֹלהינּו֙ ְַֽנע ֔ ֲֹבדְּובקֹולֶׁ֖ ֹוְנש ָ ַֽמע‬
֨ ֱ‫ו ַֽי ֹאמְ ֥רּוְהָ עָ ֶׁ֖םְאֶ ל־יְהֹושָ֑עְאֶ ת־יהוָ ֹּ֤הְא‬
vaiómêrú ha'ám el-iêhoshú'a; et-Adonai elohéinú ná'avód, uvqoló nishmá' .

Y el pueblo respondió a Iehoshúa [Josué]: – ¡Al Eterno nuestro Elohim


serviremos, y Su voz comprenderemos!

144
24 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

(25)
ְ‫ויכרֹ֨ תְיְהֹושֶׁ֧עְבְ ֵ֛ריתְלָעָ ֶׁ֖םְביֻׁ֣ ֹוםְה ָ֑הּואְויָ ֥שֶ םְלֵ֛ ֹוְחֹ֥ קְּומשפָ ֶׁ֖ט‬
:‫בש ֶ ַֽכם‬
vaijrót iêhoshú'a bêrít la'ám baióm hahú; vaiásem ló jóq umishpát bishjém.

Aquel mismo día Iehoshúa [Josué] hizo un pacto con el pueblo, y les dio leyes
y decretos en Siquem.
(26)
ְ‫ְאבֶ ן‬
ֻׁ֣ ֶ ֙‫ֱֹלהיםְויקח‬
ָ֑ ‫ֶרְתֹורתְא‬
ֻׁ֣ ‫הֹוש ֙עְאֶ ת־הדְבָ ֻׁ֣ריםְהָ ֔אלֶהְבְ ֶׁ֖ספ‬ ֨ ְ‫ויכתֹֹּ֤ בְי‬
‫ פ‬:ְ‫הוַֽה‬
ָ ‫רְבמק ֥דשְי‬
ְ ‫ֲש‬ ֶׁ֖ ֶ ‫תְהא ָ֔להְא‬
ַֽ ָ ‫םְתח‬
ֹּ֚ ָ֔‫ימהָ ְש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫גְדֹו ָ֔להְויק‬
vaijtóv iêhoshú'á et-hadêvarím haéleh, bêséfer torát elohím; vaiqaj éven
gêdoláh, vaiqiméha shám, tájat háaláh, ashér bêmiqdásh Adonai .

Iehoshúa [Josué] escribió estas palabras en el libro de la Torá de Elohim. Y


tomando una gran piedra, la erigió allí debajo de la encina que estaba junto al
santuario del Eterno.
(27)
ְ‫ֶה־בֻׁ֣נּוְלְע ֔ ָדה‬ ָ ‫הֹושעְאֶ ל־כְל־הָ ִָ֗עםְה ֨נהְהָ ֶ ֹּ֤אבֶ ןְהז ֹאת֙ ְַֽתהְי‬ ֹ֜ ְ‫ו ֨י ֹאמֶ רְי‬
ְ ֙‫ֲשרְד ֶבֶׁ֖רְע ָ ָ֑מנּוְוְ ָ ַֽהיְ ָ ֹּ֤תהְבָ כֶם‬
֥ ֶ ‫הְאתְכְל־אמ ֻׁ֣ריְיה ֔ ָוהְא‬ ֹּ֚ ‫יאְשמְ ִָ֗ע‬
ַֽ ָ ‫י־ה‬ ֻׁ֣ ‫ַֽכ‬
:ְ‫יכם‬ ַֽ ֶ ‫הְפן־תְכח ֲֶׁ֖שּוןְבאֹלַֽ ה‬ ַֽ ֶ ‫לְע ֔ ָד‬
vaiómer iêhoshú'a el-kol-ha'ám hinéh haéven hazot tíhêieh-bánu lê'edáh, kí-hí
shámê'áh ét kol-imréi Adonai, ashér dibér 'imánu; vêháiêtáh vajem lê'edáh,
pén-têjajashún belóheijém .

Luego Iehoshúa [Josué] dijo a todo el pueblo: –He aquí, esta piedra será un
testigo contra nosotros. Ella ha escuchado todas las palabras que el Eterno nos
ha hablado. Será, pues, testigo contra vosotros, no sea que neguéis a vuestro
Elohim.
(28)
‫ פ‬:‫םְאישְלְ ַֽנ ֲחל ַָֽתֹו‬
ֶׁ֖ ‫הֹושעְְ֙אֶ ת־הָ ָ֔ע‬
֨ ְ‫וישלֹּ֤חְי‬
vaishaláj iêhoshú'á et-ha'ám, ísh lênájalató.

Después Iehoshúa [Josué] despidió al pueblo, cada uno a su heredad.


(29)
‫יְאחֲרי֙ ְהדְבָ ֻׁ֣ריםְהָ ֔אלֶהְויָ ֵ֛מָ תְיְהֹוש֥עְבן־נֶׁ֖ ּוןְעֶ ֻׁ֣בֶ דְיהוָ ָ֑הְבֶ ן־‬ַֽ ‫וַַֽֽי ִ֗ה‬
:ְ‫מ ָ ֥אהְוָעֶ ֶׁ֖שֶ רְשָ ַֽנים‬
váihí ájareí hadêvarím haéleh, vaiámat iêhoshú'a bin-nún 'éved Adonai; ben-
meáh va'éser shaním .

145
‫ֻׁ֣ע‬
ְ ‫יְהֹוש‬ Iehoshúa / Josué 24

Sucedió que después de estas cosas murió Iehoshúa [Josué] hijo de Nun,
siervo del Eterno, cuando tenía 110 años.
(30)
ְ‫ֲשרְבְהר־אֶ פ ָ ָ֑רים‬
ֻׁ֣ ֶ ‫ת־סרחְא‬
ֶׁ֖ ֶ ‫ּולְנ ֲחל ָ֔תֹוְבְתמנ‬
ַֽ ‫ויקבְ ֹּ֤רּוְאֹ תֹו֙ ְבג ֻׁ֣ב‬
:‫ר־גַֽעש‬
ָ ‫מצְ ֶׁ֖פֹוןְלְה‬
vaiqbêrú otó bigvúl nájalató, bêtimnat-séraj ashér bêhar-efráim; mitzêfón
lêhar-gá'ash.

Y lo sepultaron en los terrenos de su heredad en Timnat-séraj, que está en la


región montañosa de Efráim, al norte del monte Gaas.
(31)
ְ‫הְכלְיְ ֻׁ֣מיְיְהֹושָ֑עְוְ ֻׁ֣ ֹכלְ׀ְיְ ֻׁ֣מיְהזְק ִ֗ניםְאֲשֶ֨ ר‬ ֹ ֶׁ֖ ‫ו ַֽיעֲבֹֹּ֤ דְיש ָראלְ֙אֶ ת־יה ֔ ָו‬
ְ‫ל־מע ֲֻׁ֣שהְיה ֔ ָוה‬
ַֽ ְ‫ּוְאתְכ‬ ֹּ֚ ‫רְיַֽדְ ִ֗ע‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
ֻׁ֣ ֶ ‫הֹושע ְַֽוא‬ ֔ ְ‫ֶ ַֽהא ֱֹּ֤ריכּוְיָמים֙ ְ ַֽאח ֲֻׁ֣ריְי‬
:ְ‫ָשהְלְיש ָר ַֽאל‬ ֶׁ֖ ָ ‫ֲשרְע‬ֶ֥ ‫א‬
vaiá'avód israel et-Adonai, kól iêméi iêhoshú'a; vêjól | iêméi hazêqením ashér
héeríju iamim ájaréi iêhoshú'a, váashér iádê'ú ét kol-má'aséh Adonai, ashér
'asáh lêisraél .

Israel sirvió al Eterno todo el tiempo de Iehoshúa [Josué] y todo el tiempo de


los ancianos que sobrevivieron a Iehoshúa [Josué], quienes conocían todas las
obras que el Eterno había hecho por Israel.
(32)
ְ‫ר־הע ֱ֨לּוְבְנַֽי־יש ָר ֥אלְ׀ְממצרים֮ ָ ְַֽקבְ ֻׁ֣רּו‬ ַֽ ֶ ֶ‫ֹותְיֹוסףְאֲש‬ ַ֠ ‫וְאֶ ת־עצ ֻׁ֣מ‬
‫ֶׁ֧הְיעֲקֵֹ֛ בְמ ֵ֛אתְבְנַֽי־ח ֲ֥מֹורְא ֲַֽבי־‬ַֽ ָ‫בש ֶכםְ֒בְחֶ ל ֻׁ֣קתְהשָ ִ֗ ֶדהְאֲשֶ֨ רְקָ נ‬
‫ ש‬:ְ‫ַֽי־יֹוסףְלְ ַֽנח ָ ֲַֽלה‬
ֶׁ֖ ‫יטָ֑הְו ַֽיהי֥ ּוְלבנ‬ָ ‫שְכֶ ֶׁ֖םְבְמ ָ ֻׁ֣אהְקְש‬
vêet-'atzmót íosef asher-hé'elú vênéi-israél | mimitzraim qávêrú vishjem
bêjelqát hasadéh ashér qanáh iá'aqóv meét bênéi-jamór aví-shêjém bêmeáh
qêsitáh; vaiíhíu livnéi-ioséf lênájaláh .

Y sepultaron en Siquem los restos de Iosef [José], que los Hijos de Israel
habían traído de Egipto, en la parte del campo que Iaaqov [Jacob] compró a
los hijos de Hamor, padre de Siquem, por 100 piezas de dinero. Y vino a ser
heredad de los hijos de Iosef [José].
(33)
‫ֲשרְנתן־‬
֥ ֶ ‫ןְמתְויקבְ ֻׁ֣רּוְאֹ ִ֗תֹוְבְגבעת֙ ְַֽפינְ ָחֻׁ֣סְבְנ֔ ֹוְא‬
ָ֑ ֹ‫֥רְבן־אה ֲֶׁ֖ר‬
ַֽ ֶ ָ‫וְאֶ לעָז‬
:}‫לֶׁ֖ ֹוְבְה֥רְאֶ פ ָ ַֽריםְ{ש‬
vêel'azár bén-aharón mét; vaiqbêrú otó bêgiv'at pínêjás bênó, ashér nitan-ló
bêhár efráim {s}.

146
24 Iehoshúa / Josué ְ‫יְהֹושֻׁ֣ע‬

También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo sepultaron en la colina de su hijo


Pinejás [Fineas], que le había sido dada en la región montañosa de Efráim.

147
1 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬
Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 1
(1)
ְׁ‫ֹוְׁאֶ לקָ נָה‬
ֶ֠ ‫םְׁצֹופיםְׁמ ַהַ֣רְׁאֶ פ ָ ָ֑ריִ םְּׁוש ֡מ‬
ִ֖ ִ ִ‫דְׁמן־הָ ָ ָֽרמָ ַ ַ֛תי‬
ִ ‫ְׁ֩אישְׁאֶ ָ֜ ָח‬
ִִ֨ ‫וַיהִ י‬
:‫ן־צּוףְׁאֶ פ ָר ִ ָֽתי‬ ִ֖ ֶ‫יהּואְׁבֶ ן־תֹֹּ֥ חּוְׁב‬ ַ֛ ִ‫בֶ ן־יְׁרֹ ָחָ֧םְׁבֶ ן־אֱל‬
vaihí ísh ejád min-harámatáim tzofím mehár efráim; ushmó élqanah ben-
iêrojám ben-elihú ben-tóju ven-tzúf efratí.
Había un hombre de Ramataim-zofim, de la región montañosa de Efraín, el
cual se llamaba Elcana. Era hijo de Jerojam, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo
de Zuf el efrateo.
(2)
ְׁ ֹ֙‫יםְׁשםְׁאַ חַ תֹ֙ ְׁחַ ֵָ֔נהְׁוְׁ ֹּ֥שםְׁהַ ש ִנִ֖יתְׁפְׁנִ נָ ָ֑הְׁוַי ִ ֵׁ֤היְׁלִ פנִ נָה‬
ֵׁ֤ ‫וְׁלֹוֹ֙ ְׁשְׁ ַ֣תיְׁנ ֵ֔ ִָש‬
:‫ִ֖הְׁאיןְׁיְׁל ִ ָָֽדים‬
ֹּ֥ ָ‫יְׁל ִֵָ֔דיםְּׁולחַ נ‬
vêló shêtéi nashím, shém ajat janáh, vêshém hashenít pênináh; vaihí lifninah
iêladím, uljanáh éin iêladím.
Y tenía dos mujeres: Una se llamaba Ana, y la otra Penina. Penina tenía hijos,
pero Ana no los tenía.
(3)
ְׁ ַ‫ְׁמי ִ ַָ֣מיםְׁ׀ְׁי ִֵָ֔מימָ הְׁלְׁ ִ ָֽהשְׁתַ חְֲָֹׁ֧ותְׁוְׁלִ זבַֹ֛ ח‬ִ ֹ֙‫ּואְׁמעִ ירֹו‬
ָֽ ‫וְׁ ָע ָלהְׁ֩הָ ִִ֨אישְׁהַ ֵׁ֤ה‬
ְׁ‫סְׁכה ֲִנִ֖ים‬
ֹ ָֽ ‫ּופנ ֵ֔ ָח‬ ַ֣ ִ ְׁ ֹ֙‫ַ ָֽליהוָ ֹּ֥הְׁצְׁבָ ִ֖אֹותְׁבְׁ ִשלָ֑ הְׁוְׁשָָׁ֞ םְׁשְׁנַ֣יְׁבְׁנָֽי־עלִִ֗ יְׁחְׁפנִ י‬
:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָ ‫ַ ָֽל‬
vê'alah haísh hahú mé'iró miamím | iamímah, lêhíshêtajavót vêlizbóaj
láAdonai tzêvaót bêshilóh; vêshám shênéi vênéi-'elí jofní ufínjás, kóhaním
láAdonai .
Aquel hombre subía año tras año desde su ciudad, para arrodillarse y ofrecer
sacrificios al Eterno de los Ejércitos en Shiló [Silo]. Allí estaban los dos hijos
de Elí: Ofni y Pinejás [Fineas], sacerdotes del Eterno.
(4)
ְׁ ָ‫נֹותיה‬ ִ ָ‫וַי ִ ַ֣היְׁהַ יֵ֔ ֹוםְׁוַיִ ז ַבִ֖חְׁאֶ לקָ נָ ָ֑הְׁוְׁנ ָׁ֞ ַָתןְׁלִ פנִ נ‬
ִ֖ ֶ ‫ַ֣הְׁאש ִ֗תֹוְּׁוָֽ לכְׁל־בָ נֶ ַ֛יהָ ְּׁוב‬
:‫מָ נָֽ ֹות‬
vaihí haióm, vaizbáj elqanáh; vênatán lifnináh ishtó úljol-banéiha uvnotéiha
manót.

Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a


Penina su mujer y a todos sus hijos e hijas.

148
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 1

(5)
:ְׁ‫ֹּ֥רְׁרח ָ ָֽמּה‬
ַ ַ‫בְׁוָֽיהוָ ִ֖הְׁסָ ג‬
ַ ‫םְׁכיְׁאֶ ת־חַ נָהֹ֙ ְׁאָ ֵ֔ה‬
ֵׁ֤ ִ ִ‫ּולחַ ָָּ֕נהְׁ יִ ַ֛תןְׁמָ נָ ֹּ֥הְׁאַ ַחִ֖תְׁאַ פָ ָ֑י‬
uljanáh itén manáh aját apáim; kí et-janah ahév, váAdonai sagár rajmáĥ .

Y aunque a Ana le daba una sola porción, él la amaba, a pesar de que el


Eterno había cerrado su matriz.
(6)
ְׁ‫ּהְׁכי־סָ גַ ֹּ֥רְׁיהוָ ִ֖הְׁבְׁעַ ֹּ֥ד‬
ָֽ ִ ‫ַסְׁבע ֲִ֖בּורְׁהַ ְׁרעִ ָ ָ֑מ‬
ָֽ ַ ‫הְׁצ ָרתָ ּהֹ֙ ְׁגַם־ ֵַ֔כע‬
ָֽ ָ ָ‫וְׁ ִ ָֽכע ַ ֲֵׁ֤סת‬
:ְׁ‫ַרח ָ ָֽמּה‬
vêjí'asátah tzárataĥ gam-ká'as, bá'avúr harê'imáĥ; kí-sagár Adonai bê'ád
rajmáĥ .

Pero su rival la irritaba continuamente para humillarla, porque el Eterno había


cerrado su matriz.
(7)
ְׁ‫הְׁמ ֵׁ֤דיְׁעֲלתָ ּהֹ֙ ְׁבְׁבַ֣יתְׁיה ֵ֔ ָוהְׁכִ֖ןְׁתַ כעִ ֶ ָ֑סנָהְׁו ִַתבכֶ ִ֖ה‬
ִ ‫ןְׁיעֲשֶָ֜ הְׁשָ נָ ַ֣הְׁבְׁשָ ִָ֗נ‬
ָֽ ַ ‫וְׁ ִ֨כ‬
:ְׁ‫ֹאכל‬
ָֽ ַ ‫וְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁת‬
vêjén iá'aséh shanáh vêshanáh midéi 'alotaĥ bêvéit Adonai, kén taj'isénah;
vativkéh vêló tojál .

Así hacía cada año, cuando subía a la casa del Eterno; ella la irritaba, por lo
cual Ana lloraba y no comía.
(8)
ְׁ‫הְׁתב ִ֗ ִכיְׁוְׁ ִָ֨למֶ הֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁ ָֽת ֹאכְׁלִֵ֔ יְׁוְׁלָ ִ֖מֶ ה‬
ִ ֶ‫ַ֣הְׁאישִָ֗ ּהְׁחַ נָהֹ֙ ְׁלָ ַ֣מ‬
ִ ָ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁ ָָ֜לּהְׁאֶ לקָ נ‬
:‫ְךְׁמעֲשָ ָ ִ֖רהְׁבָ ִ ָֽנים‬
ָֽ ‫ֹואְׁאנֹ כִ יֹ֙ ְַׁ֣טֹובְׁ ֵָ֔ל‬
ָֽ ָ ֵׁ֤‫י ַ ַ֣רעְׁלְׁבָ בְָ֑ךְׁהֲל‬
vaiómer láĥ elqanáh isháĥ janah lámeh tivkí vêlámeh ló tójêlí, vêlámeh ierá'
lêvavéj; haló ánojí tóv láj, mé'asaráh baním.

Y Elcana su marido le dijo: –Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por
qué está afligido tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?
(9)
‫הְׁאח ֲַ֛ריְׁאְׁכלָ ֹּ֥הְׁבְׁ ִשלִ֖ הְׁוְׁ ַ ָֽאח ֲַ֣ריְׁשָ תָֹ֑ הְׁוְׁע ִ ַ֣ליְׁהַ כֹ ִ֗הןְׁיֹ שבֹ֙ ְׁעַל־‬
ָֽ ַ ‫ו ָ ַַ֣תקְׁםְׁחַ ֵָ֔נ‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ָ ‫הַ כִ ֵ֔סאְׁעַל־מְׁזּוזַ ִ֖תְׁהיכַ ֹּ֥לְׁי‬
vatáqom janáh, ájaréi ojláh vêshilóh vêájaréi shatóh; vê'elí hakohén ioshev 'al-
hakisé, 'al-mêzuzát heijál Adonai .

Después de haber comido y bebido en Shiló [Silo], Ana se levantó; y mientras


el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto al poste de la puerta del
templo del Eterno,

149
1 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(10)
:ְׁ‫הְׁתב ֶ ָֽכה‬
ִ ‫יאְׁמ ַרתְׁנָ ָ֑פֶשְׁו ִַתתפַלֹּ֥לְׁעַל־יהוָ ִ֖הְּׁובָ ֹּ֥ ֹכ‬
ַ֣ ָ ‫וְׁ ִ ִ֖ה‬
vêhí márat náfesh; vatitpalél 'al-Adonai uvajóh tivkéh .

ella oró al Eterno con amargura de alma y lloró mucho.


(11)
ְׁ‫׀ְׁבעְׁ ִנַ֣יְׁאֲמָ ִ֗ ֶתָך‬
ָֽ ָ ְׁ‫הְׁתר ֶ ַ֣אה‬ ִ ֹֹּ֥‫ם־רא‬ ָ ‫ֹותְׁא‬ ִ ‫ֹאמרְׁיה ִ֨ ָוהְׁצְׁבָ ָ֜א‬ ַ ִ֗ ‫ו ִַת ִ֨ ֹדרְׁ ֶָ֜נדֶ רְׁ ַות‬
ְׁ‫א־תשכַ ַ֣חְׁאֶ ת־אֲמָ ֵ֔ ֶתָךְׁוְׁ ָנָֽתַ ָ ֹּ֥תהְׁ ַלא ָ ֲָֽמתְָׁךִ֖ ְׁזֶ ַ֣ ֶַ֣רעְׁ ֲאנ ִ ָָ֑שים‬ ִ ֹ ‫ּוזכַר ִ֨ ַתנִ יֹ֙ ְׁוְׁ ָֽל‬
:ְׁ‫ֹאשֹו‬ ָֽ ‫הְׁל ֹא־ ַיעֲלֶ ֹּ֥הְׁעַל־ר‬ ָֽ ‫יוְּׁומֹור‬
ִ֖ ָ ‫יוְׁליהוָהֹ֙ ְׁכְׁל־יְׁ ַ֣מיְׁחַ ֵָ֔י‬
ָֽ ַ ‫ּונתַ ִ ֵׁ֤ת‬
vatidór néder vatomár Adonai tzêvaót im-raóh tiréh | bá'oní amatéja uzjartání
vêló-tishkáj et-amatéja, vênátatáh laamátêjá zéra' anashím; untatív láAdonai
kol-iêméi jaiáv, umoráh ló-ia'aléh 'al-roshó .

E hizo un voto diciendo: –Oh Eterno de los Ejércitos, si te dignas mirar la


aflicción de Tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de Tu sierva, sino que
le das a Tu sierva progenie de hombres, entonces lo daré al Eterno por todos
los días de su vida, y no subirá navaja sobre su cabeza.
(12)
:ְׁ ָ‫ת־פיה‬
ָֽ ִ ֶ‫ְׁכיְׁהִ רבְׁ ֵ֔ ָתהְׁלְׁהִ תפַלִ֖לְׁלִ פנַ֣יְׁיהוָ ָ֑הְׁוְׁע ִ ִ֖ליְׁשֹ ֹּ֥מרְׁא‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫וְׁהָ יָה‬
vêhaiah kí hirbêtáh, lêhitpalél lifnéi Adonai; vê'elí shomér et-píha .

Sucedió que mientras ella oraba largamente delante del Eterno, Elí observaba
la boca de ella.
(13)
ְַׁ‫ִּ֖הְׁל ֹאְׁיִ שָ ָ֑מע‬
ַ֣ ָ‫ּהְׁרקְׁשְׁפ ֶ ַָ֣תיהָ ְׁנ ֵָ֔עֹותְׁוְׁקֹול‬ִַ֚ ‫הְׁהיאְׁמְׁדַ ֶב ֶַ֣רתְׁעַל־לִ ֵ֔ ָב‬ ִ ִ֚ ‫וְׁחַ ִָ֗נ‬
:‫ַויַחשְׁ ֶבֹּ֥הָ ְׁע ִ ִ֖ליְׁלְׁ ִשכֹ ָ ָֽרה‬
vêjanáh hí mêdabéret 'al-libáĥ, ráq sêfatéiha na'ót, vêqoláĥ ló ishamé'a;
vaiajshêvéha 'elí lêshikoráh.

Ana hablaba en su corazón; sólo se movían sus labios, pero no se oía su voz.
Elí creyó que ella estaba ebria.
(14)
:‫ְֶ֣ךְׁמע ָ ָָֽליִ ְך‬
ָֽ ‫ינ‬ ִ֖ ‫יְׁתשתַ כ ִ ָָ֑ריןְׁהָ ִ ֹּ֥ס ִיריְׁאֶ ת־י‬
ִ ‫יהְׁעלִֵ֔ יְׁעַד־מָ ַ ִ֖ת‬
ָֹ֙ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁא ִֶ֨ל‬
vaiómer eléihá 'elí, 'ad-matái tishtakarín; hasíri et-ieinéj mé'aláij.

Y le preguntó Elí: –¿Hasta cuándo vas a estar ebria? ¡Aparta de ti el vino!


(15)
ְׁ‫ּוחְׁאָ ֵֹ֔נכִ יְׁוְׁיַ ֶֹּ֥֣יִ ןְׁוְׁשכָ ִ֖רְׁ ַ֣ל ֹא‬
ַֹ֙ ‫ת־ר‬
ִ֨ ַ‫יְׁא ָ ֵׁ֤שהְׁקְׁש‬
ִ ‫ו ִ֨ ַַתעַןְׁחַ נָ ֵׁ֤הְׁ ַו ִ֨ת ֹאמֶ רֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁאֲדֹ ֵ֔ ִנ‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫יְׁוָֽאֶ ש ֹּ֥ ֹפְךְׁאֶ ת־נַפ ִ ִ֖שיְׁלִ פנֹּ֥יְׁי‬ ָ ‫ית‬ ִ ‫שָ ִ ָ֑ת‬
150
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 1

vatá'an janáh vatómer ló adoní, isháh qêshat-rúáj anóji, vêiáin vêshejár ló


shatíti; váeshpój et-nafshí lifnéi Adonai .

Ana respondió y dijo: –No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de
espíritu. No he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante
del Eterno.
(16)
ְׁ‫יחיְׁוְׁכַע ִ ִ֖סי‬
ַ֛ ִ ‫בְׁש‬
ִ ֹ‫ַלְׁכי־מ ֹּ֥ר‬
ָֽ ִ ‫ל־תתןֹ֙ ְׁאֶ ת־א ָ ֲַ֣מת ֵָ֔ךְׁלִ פנִ֖יְׁבַ ת־בְׁלִ יָ ָ֑ע‬
ִ ַ‫א‬
:‫ַד־הנָה‬ ָֽ ‫ִד ַבֹּ֥ר ִתיְׁע‬
al-titen et-amátjá, lifnéi bat-bêliá'al; kí-meróv sijí vêja'sí dibárti 'ad-hénah.

No pienses que tu sierva es una mujer impía. Es por mi gran congoja y por mi
aflicción que he hablado hasta ahora.
(17)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ת־של ֵָ֔תְךְׁא‬
ַ֣ ֶ‫וַיַ ָ֧עַןְׁע ִ ַ֛ליְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁלְׁ ִ ַ֣כיְׁלְׁשָ לָ֑ ֹוםְׁוָֽאלהַ֣יְׁיִ ש ָר ִ֗אלְׁיִ תןֹ֙ ְׁא‬
:‫ְׁמעִ ָֽמֹו‬ ָֽ ‫שָ ַ ִ֖אלת‬
vaiá'an 'elí vaiómer lêjí lêshalóm; vélohéi israél iten et-shélatéj, ashér shaált
mé'imó.

Elí respondió y le dijo: –Ve en paz, y que el Elohim de Israel te conceda la


petición que le has hecho.
(18)
ְׁ‫ְֶךְׁה ִא ָ ֵׁ֤שהְׁלְׁדַ רכָּהֹ֙ ְׁ ַות ֹא ֵַ֔כל‬
ָֽ ָ ‫ָ֧אְׁשפ ָ ָֽחתְָׁךַ֛ ְׁחִ֖ןְׁבְׁעינֶ ָ֑יָךְׁו ִַ֨תל‬
ִ ‫רְׁתמ ָצ‬ ִ ֶ‫ַו ָּ֕ת ֹאמ‬
:‫ֹא־היּו־לָ ִּ֖הְׁעָֽ ֹוד‬
ָֽ ָ ‫ּופָנֶ ֹּ֥יהָ ְׁל‬
vatómer timtzá shifjátêjá jén bê'einéja; vatélej háisháh lêdarkaĥ vatojál,
ufanéiha lo-háiu-láĥ 'ód.

Ella dijo: –Que tu sierva halle gracia ante tus ojos. La mujer siguió su camino.
Después comió y no estuvo más triste.
(19)
ִ֖ ָ ‫ַויַש ִ ַ֣כמּוְׁבַ ִ֗ ֹבקֶ רְׁו ִ ַָֽישְׁתַ חֲוּוֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְׁ ַויָשַ֛בּוְׁ ַויָבֹֹּ֥ אּוְׁאֶ ל־ב‬
ְׁ‫יתם‬
ָ ‫ֹוְׁוֶָֽ֣יִ זכְׁ ֶ ִ֖רהָ ְׁי‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ ַ ‫ַ֣הְׁאש ֵ֔ת‬
ִ ָ‫ָ ָֽה ָר ָ ָ֑מתָ הְׁוַיֵֶׁ֤֣דַ עְׁאֶ לקָ נָהֹ֙ ְׁאֶ ת־חַ נ‬
vaiashkímu vabóqer vaíshêtajavú lifnéi Adonai, vaiashúvu vaiavóu el-beitám
háramátah; vaiéda' elqanah et-janáh ishtó, váizkêréha Adonai .

Se levantaron de madrugada y se arrodillaron delante del Eterno. Y


volviéndose, llegaron a su casa en Ramá. Elcana conoció a Ana su mujer, y el
Eterno se acordó de ella.

151
1 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(20)
ְׁ ֹ֙‫ַוֶָֽ֣יהִ יֹ֙ ְׁלִ תק ַ֣פֹותְׁהַ י ִֵָ֔מיםְׁו ַ ַֹּ֥תהַ רְׁחַ נָ ִ֖הְׁו ַַ֣תלֶדְׁבָ֑ןְׁו ִַתק ָ ֵׁ֤ראְׁאֶ ת־שְׁמֹו‬
:ְׁ‫יְׁמיְׁהוָ ִ֖הְׁשְׁ ִאל ִ ָֽתיו‬
ָֽ ‫לְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ‫מּוא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬
váihí litqufót haiamím, vatáhar janáh vatéled bén; vatiqrá et-shêmó shêmuél,
kí méiêhváh shêiltív .

Y sucedió que a su debido tiempo, Ana concibió y dio a luz un hijo. Y le puso
por nombre Shemuel [Samuel], diciendo: 'Porque se lo pedí al Eterno.'
(21)
‫ְׁליהוָ ַ֛הְׁאֶ ת־זֶ ֹּ֥בַ חְׁהַ י ִ ִָ֖מיםְׁוְׁאֶ ת־‬
ָֽ ַ ַ‫וַיַ ַ֛עַלְׁהָ ִ ֹּ֥אישְׁאֶ לקָ נָ ִ֖הְׁוְׁכְׁל־ב ָ֑יתֹוְׁלִ זבָֹ֧ ח‬
:ְׁ‫נִ ד ָֽרֹו‬
vaiá'al haísh elqanáh vêjol-beitó; lizbóaj láAdonai et-zévaj haiamím vêet-
nidró .

Después aquel hombre, Elcana, subió con toda su familia, para ofrecer al
Eterno el sacrificio anual y cumplir su voto.
(22)
ְׁ‫הְׁכי־אְׁמְׁ ָ ַ֣רהְׁלְׁ ִאישִָ֗ ּהְׁעַ ַ֣דְׁיִ ג ֵָׁ֤מלְׁהַ ִַ֨נעַרֹ֙ ְׁ ַוה ִ ֲָֽבאֹ ִ֗ ִתיו‬ ָֽ ִ ָ‫וְׁחַ נָ ִ֖הְׁ ַ֣ל ֹאְׁעָלָ ָ֑ת‬
:ְׁ‫ַד־עֹולם‬
ָֽ ָ ‫בְׁשםְׁע‬ ִ֖ ָ ַ‫וְׁנִ ראָ הֹ֙ ְׁאֶ ת־פְׁנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְׁוְׁיָ ֹּ֥ש‬
vêjanáh ló 'alátah; kí-omêráh lêisháĥ 'ád igamél haná'ar vahavíotív vênirah et-
pênéi Adonai, vêiáshav shám 'ad-'olám .

Pero Ana no fue, sino que dijo a su marido: –Tan pronto como el niño sea
destetado, lo llevaré para que sea presentado ante el Eterno y se quede allí
para siempre.
(23)
ְׁ‫הְׁאישָָ֜ ּהְׁע ִ ֲָ֧שיְׁהַ ַ֣טֹובְׁבְׁעי ִַ֗ניִ ְךְׁשְׁבִ יֹ֙ ְׁעַד־גְׁמְׁלְַ֣ךְׁאֹ ֵ֔תֹו‬
ִ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ ָלּהְׁ֩אֶ לקָ ִָ֨נ‬
ְׁ‫בְׁה ִאשָ הֹ֙ ְׁו ַַ֣תינֶקְׁאֶ ת־בְׁ ֵָ֔נּהְׁעַד־גְׁמְׁלָ ִּ֖ה‬ָֽ ָ ֶ‫ַ ַ֛אְךְׁי ָֹּ֥קםְׁיהוָ ִ֖הְׁאֶ ת־דְׁבָ ָ֑רֹוְׁו ֵַׁ֤תש‬
:ְׁ‫אֹ ָֽתֹו‬
vaiómer laĥ elqanáh isháĥ 'así hatóv bê'eináij shêví 'ad-gomêléj otó, áj iaqém
Adonai et-dêvaró; vatéshev háishah vatéineq et-bênáĥ, 'ad-gomêláĥ otó .

Y Elcana su marido le respondió: –Haz lo que te parezca bien; quédate hasta


que lo destetes. ¡Sólo que el Eterno cumpla la palabra que sale de tu boca! Así
que la mujer se quedó y amamantó a su hijo hasta que lo destetó.
(24)
ְׁ ֹ֙‫ֹּ֥תְׁקמַ ח‬
ֶ ִ֨ ‫ֲשרְׁגְׁמָ ִַ֗לתּוְׁבְׁפ ִ ֵָׁ֤ריםְׁשְׁלשָ הֹ֙ ְׁוְׁאי ִָ֨פהְׁאַ ַח‬
ַ֣ ֶ ‫ּהְׁכא‬
ָֽ ַ ‫ו ַ ַָֽתע ֲִ֨להּוְׁעִ ָ֜ ָמ‬
:ְׁ‫ַרְׁנעַר‬
ָֽ ָ ‫ִ֖הְׁשלָ֑ ֹוְׁוְׁהַ נַ ִ֖ע‬
ִ ָ‫וְׁנַ֣בֶ לְׁ ֵַ֔ייִ ןְׁוַתְׁבִ ֹּ֥אהּוְׁבית־יהו‬
152
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 1

vatá'aléhu 'imáĥ káashér gêmalátu bêfarím shêloshah vêeifáh aját qémaj


vênével iáin, vatêviéhu veit-Adonai shiló; vêhaná'ar ná'ar .

Y después de haberlo destetado, lo llevó consigo y lo trajo a la casa del Eterno


en Shiló [Silo], junto con un toro de tres años, un efa de harina y una vasija de
vino. El niño era pequeño.
(25)
:‫ַוֶָֽ֣יִ שח ֲִ֖טּוְׁאֶ ת־הַ פָ ָ֑רְׁ ַוי ִ ָֹּ֥באּוְׁאֶ ת־הַ נַ ִ֖עַרְׁאֶ ל־ע ִ ָֽלי‬
váishjatú et-hapár; vaiavíu et-haná'ar el-'elí.

Después de degollar el toro llevaron el niño a Elí.


(26)
ְׁ‫ַ֣יְׁה ִאשִָ֗ הְׁהַ נִ ֶצֵׁ֤בֶ תְׁעִ מְׁכָהֹ֙ ְׁבָ ֵֶ֔זה‬
ָֽ ָ ‫ְׁביְׁאֲדֹ ֵ֔ ִניְׁחֹּ֥יְׁנַפשְָׁךִ֖ ְׁאֲדֹ ִנָ֑יְׁא ֲִנ‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫ַו ִ֨ת ֹאמֶ ר‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ָ ‫לְׁהִ תפַלִ֖לְׁאֶ ל־י‬
vatómer bí adoní, jéi nafshêjá adoní; aní háisháh hanitzévet 'imêjah bazéh,
lêhitpalél el-Adonai .

Y ella dijo: –¡Oh, señor mío! Vive tu alma, oh señor mío, que yo soy aquella
mujer que estuvo de pie aquí, junto a ti, orando al Eterno.
(27)
ֹּ֥ ֶ ‫אֶ ל־הַ נַ ֹּ֥עַרְׁהַ זֶ ִ֖הְׁהִ תפַלָ ָ֑ל ִתיְׁוַיִ ִ֨תןְׁיהוָ ֹּ֥הְׁלִ יֹ֙ ְׁאֶ ת־שְׁ ַ֣אל ֵ֔ ִָתיְׁא‬
ְׁ‫ֲשרְׁשָ ַ ִ֖אל ִתי‬
:ְׁ‫ָֽמעִ ָֽמֹו‬
el-haná'ar hazéh hitpalálti; vaitén Adonai lí et-shêélatí, ashér shaálti mé'imó .

Por este niño oraba, y el Eterno me ha concedido lo que le pedí.


(28)
ְׁ‫הְׁהּואְׁשָ ִ֖אּול‬
ֹּ֥ ‫ֲשרְׁהָ ֵָ֔י‬
ַ֣ ֶ ‫ְׁליה ֵ֔ ָוהְׁכְׁל־הַ י ִָמיםֹ֙ ְׁא‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ַ֣םְׁאנֹ ִ֗ ִכיְׁהִ ש ִאל ִ֨ ִתהּו‬
ָֽ ָ ַ‫וְׁג‬
‫ ס‬:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָ ‫םְׁל‬ ִ֖ ָ ‫ַ ָֽליהוָ ָ֑הְׁוַיִ ש ַ ֹּ֥ת‬
ָֽ ַ ‫חּוְׁש‬
vêgám ánojí hishiltíhú láAdonai, kol-haiamim ashér haiáh, hú shaúl láAdonai;
vaishtáju shám láAdonai .

Por eso yo también lo dedico al Eterno; y estará dedicado al Eterno todos los
días de su vida. Y se arrodillaron allí ante el Eterno.

153
2 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 2


(1)
ְׁ ֹ֙‫ָ֑הְׁרחַ בְׁפִ י‬
ֵׁ֤ ָ ָ‫ִ֖יְׁביהו‬
ָֽ ַ ‫הְׁרמָ הְׁקַ ר ִנ‬
ֹּ֥ ָ ‫ְׁביה ֵ֔ ָו‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ֹאמרְׁעָלַ ֵׁ֤ץְׁלִ בִ י‬
ַ ֵ֔ ‫ו ִַתתפַלֵׁ֤לְׁחַ נָהֹ֙ ְׁ ַות‬
:ְׁ‫ישּוע ֶ ָָֽתָך‬ ָֽ ִ‫יְׁכיְׁשָ ַ ִ֖מח ִתיְׁב‬ֹּ֥ ִ ‫ַל־אֹוי ֵ֔ ַב‬
ַ֣ ‫ע‬
vatitpalél janah vatomár, 'alátz libí báAdonai, rámah qarní báAdonai; rájav pí
'al-óivái, kí samájti bishú'atéja .

Entonces Ana oró y dijo: 'Mi corazón se regocija en el Eterno; mi poder se


enaltece en el Eterno. Mi boca se ensancha contra mis enemigos, porque me
he alegrado en tu salvación.
(2)
:ְׁ‫אלהינּו‬
ָֽ ‫ּורְׁכ‬
ָֽ ‫יןְׁצ‬
ִ֖ ‫יְׁאיןְׁבִ ל ֶ ָ֑תָךְׁוְׁ ֹּ֥א‬
ַ֣ ‫ִ֖הְׁכ‬
ַ֣ ִ ָ‫אין־קָ ֹּ֥דֹושְׁ ַ ָֽכיהו‬
ein-qadósh káAdonai kí éin biltéja; vêéin tzúr kélohéinu .

'No hay santo como el Eterno, porque no hay ninguno aparte de ti; no hay roca
como nuestro Elohim.
(3)
ְׁ ֹ֙‫יְׁאלְׁדעֹות‬
ֵׁ֤ ‫ָ֑םְׁכ‬
ַ֣ ִ ֶ‫קְׁמפִ יכ‬
ִ ‫רּוְׁגְׁבֹ ָהַ֣הְׁגְׁבֹ ֵ֔ ָההְׁיצֹּ֥אְׁע ָ ִָ֖ת‬
ְֹׁ֙ ְׁ‫אַ ל־תַ ר ֵׁ֤בּוְׁתְׁדַ ב‬
:ְׁ‫יה ֵ֔ ָוהְׁולאְׁ(וְׁלֹּ֥ ֹו)ְׁנִ תכְׁנִ֖ ּוְׁעֲלִ לָֽ ֹות‬
al-tarbú têdabêrú gêvoháh gêvoháh, ietzé 'atáq mipijém; kí él de'ot Adonai, vl
(vêló) nitkênú 'alilót .

No multipliquéis palabras altaneras; cesen en vuestra boca las palabras


insolentes. Porque el Eterno es un Elohim de todo saber; por él son
examinadas las acciones.
(4)
:‫רּוְׁחיִ ל‬
ָֽ ָ ‫יםְׁאז‬
ֹּ֥ ָ ‫ֶ ֹּ֥קשֶ תְׁגִ בֹ ִ ִ֖ריםְׁחַ ִ ָ֑תיםְׁוְׁנִ כשָ ִ ִ֖ל‬
qéshet giborím jatím; vênijshalím ázru jáil.

'Los arcos de los fuertes son quebrados, pero los que tropiezan se ciñen de
poder.
(5)
ְׁ‫הְׁשב ֵָ֔עה‬
ִ ‫שְׁב ִ ֵׁ֤עיםְׁבַ ִֶ֨לחֶ םֹ֙ ְׁנִ ש ֵָ֔כרּוְּׁורע ִ ִ֖ביםְׁחָ ָ֑דלּוְׁעַד־עֲקָ ָרהֹ֙ ְָׁיָֽלְׁ ָ ַ֣ד‬
:‫וְׁ ַר ַבֹּ֥תְׁבָ ִנִ֖יםְׁאמ ָ ָֽללָה‬
sêve'ím baléjem niskáru, ur'evím jadélu; 'ad-'aqarah iálêdáh shiv'áh, vêrabát
baním umlálah.

154
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 2

Los que estaban saciados se alquilan por comida, pero los que estaban
hambrientos dejan de estarlo. Aun la que era estéril da a luz siete hijos, pero la
que tenía muchos hijos languidece.
(6)
:ְׁ‫ָ֑הְׁמֹורידְׁשְׁ ִ֖אֹולְׁו ָ ַָֽיעַל‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫יהוָ ִ֖הְׁמ ִ ַ֣מיתְּׁומחַ י‬
Adonai memít umjaiéh; moríd shêól vaiá'al .

'el Eterno hace morir y hace vivir. Él hace descender al Sheol y hace subir.
(7)
:ְׁ‫רֹומם‬
ָֽ ְׁ‫ישְּׁומע ִ ֲָ֑שירְׁמַ ש ִ ִ֖פילְׁאַ ף־מ‬
ָֽ ַ ‫ִ֖הְׁמֹור‬
ַ֣ ִ ָ‫יהו‬
Adonai morísh umá'ashír; mashpíl af-mêromém .

El Eterno hace empobrecer y hace enriquecer. Él humilla y enaltece.


(8)
ְׁ‫יביםְׁוְׁכִ ֹּ֥סא‬
ִֵ֔ ‫הֹושיבֹ֙ ְׁעִ ם־נְׁ ִד‬
ִ ‫ֹוןְׁל‬
ְׁ ֵ֔‫לְׁמאַ שפֹ תֹ֙ ְׁי ִ ַָ֣ריםְׁאֶ בי‬
ָֽ ‫רְׁד‬ ָ ִ֗ ‫יםְׁמ ָע ָָ֜פ‬
ָֽ ‫מ ִ֨ ִק‬
:ְׁ‫יהִ֖םְׁת ָֽבל‬
ֶ ‫יְׁא ֶרץְׁוַיָ ֹּ֥שֶ תְׁעֲל‬
ֶ ֵ֔ ‫יְׁליהוָהֹ֙ ְׁמְׁצַ֣ק‬
ָֽ ַ ‫ָ֑םְׁכ‬
ֵׁ֤ ִ ‫כ ִָ֖בֹודְׁיַנחִ ל‬
meqím mé'afár dál méashpot iarím evíon, lêhoshiv 'im-nêdivím, vêjisé javód
ianjilém; kí láAdonai mêtzúqei éretz, vaiáshet 'aleihém tevél .

Él levanta del polvo al pobre, y al necesitado enaltece desde la basura, para


hacerle sentar con los nobles y hacerle poseer un trono de honor. Porque del
Eterno son las columnas de la tierra, y sobre ellas asentó el mundo.
(9)
:‫ר־איש‬
ָֽ ִ ַ‫ַרגלֵׁ֤יְׁח ֲִסידָ וֹ֙ ְׁיִ שמֵֹ֔ רְּׁורשָ ִ ִ֖עיםְׁבַ חַֹ֣ שֶ ְךְׁיִ ָ ָ֑דמּוְׁכִ י־ ֹּ֥ל ֹאְׁבְׁ ִ֖ ֹכחַ ְׁיִ גב‬
ragléi jasidav ishmór, ursha'ím bajóshej idámu; ki-ló vêjóaj igbar-ísh.

'Él guarda los pies de sus fieles, pero los impíos perecen en las tinieblas;
porque nadie triunfará por su propia fuerza.
(10)
‫י־א ֶרץְׁוְׁיִ תֶ ן־‬
ָ֑ ָ ‫יבוְׁ ָעלָוֹ֙ ְׁבַ שָ ַ ַ֣מיִ םְׁיַר ֵ֔עםְׁיהוָ ִ֖הְׁי ִ ַָ֣דיןְׁאַ פס‬ ָ ִ֗ ‫יה ָׁ֞ ָוהְׁי ַחַ֣תּוְׁמְׁ ִר‬
‫ פ‬:ְׁ‫יחֹו‬ ָֽ ‫ַ֣ ֹעזְׁלְׁמַ לכֵ֔ ֹוְׁוְׁי ִָ֖רםְׁ ֶ ֹּ֥ק ֶרןְׁמְׁ ִש‬
Adonai iejátu mêriváv 'alav bashamáim iar'ém, Adonai iadín afsei-áretz;
vêiten-'óz lêmalkó, vêiarém qéren mêshijó .

El Eterno quebrantará a sus adversarios; contra ellos tronará desde los cielos.
El Eterno juzgará los confines de la tierra. Él dará fortaleza a su rey y
enaltecerá el poder de su ungido.'
(11)
‫ַ֛הְׁה ָר ָ ִ֖מתָ הְׁעַל־ב ָ֑יתֹוְׁוְׁהַ ִַ֗נעַרְׁהָ יָ ֵׁ֤הְׁמְׁשָ רתֹ֙ ְׁאֶ ת־יה ֵ֔ ָוהְׁאֶ ת־‬
ָֽ ָ ָ‫וַיָ֧לְֶךְׁאֶ לקָ נ‬
:ְׁ‫פְׁנִ֖יְׁע ִ ֹּ֥ליְׁהַ כֹ ָֽהן‬
155
2 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiélej elqanáh háramátah 'al-beitó; vêhaná'ar haiáh mêsharet et-Adonai, et-


pênéi 'elí hakohén .

Después, Elcana regresó a su casa en Ramá, pero el niño servía al Eterno


delante del sacerdote Elí.
(12)
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫אְׁיֶ֣דְׁעִ֖ ּוְׁאֶ ת־י‬
ָֽ ָ ֹ ‫ּובנֹּ֥יְׁע ִ ִ֖ליְׁבְׁנַ֣יְׁבְׁלִ יָ ָ֑עַלְׁ ֹּ֥ל‬
uvnéi 'elí bênéi vêliá'al; ló iádê'ú et-Adonai .

Los hijos de Elí eran hombres impíos, que no tenían conocimiento del Eterno.
(13)
ְׁ ֹ֙‫חְּׁובאְׁנַ ֵׁ֤עַרְׁהַ כֹ הן‬
ָ ִ֨ ַ‫ל־אישְׁזֹ בַ֣חַ ְׁ ִֶ֗זב‬ ִָׁ֞ ְׁ‫ּומשפַ ֹּ֥טְׁהַ ָֽ ֹכה ֲִנִ֖יםְׁאֶ ת־הָ עָ ָ֑םְׁכ‬
ִ
:‫כְׁבַ ַ֣שלְׁהַ בָ שֵָ֔ רְׁוְׁהַ מַ זלַ֛גְׁשְׁלֹּ֥ שְׁהַ ִשנַ ִֶ֖֣יִ םְׁבְׁי ָָֽדֹו‬
umishpát hakóhaním et-ha'ám; kol-ísh zovéaj zévaj uvá ná'ar hakohen
kêvashél habasár, vêhamazlég shêlósh hashináim bêiadó.

Los sacerdotes acostumbraban a proceder con el pueblo de esta manera:


Cuando alguno ofrecía un sacrificio, y mientras era cocida la carne, el criado
del sacerdote iba con un tenedor de tres dientes en su mano,
(14)
ְׁ‫רְׁיעֲלֶ ַ֣ה‬
ָֽ ַ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫ּודְׁאֹוְׁבַ קַ ִַ֨לחַ תֹ֙ ְַׁ֣אֹוְׁבַ פ ֵָ֔רּורְׁכִֹ֚ לְׁא‬
ֵׁ֤ ִ֗‫ֹורְׁאֹוְׁבַ ד‬
ַ֣ ָ֜‫וְׁהִ ִָ֨כהְׁבַ כִ י‬
ְׁ‫יםְׁשם‬
ִ֖ ָ ‫ָהְׁיע ֲַ֣שּוְׁלְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁהַ בָ ִ ֹּ֥א‬ ָֽ ַ ‫ִ֖ןְׁבֹוְׁ ִָ֚ככ‬
ָ֑ ‫הַ מַ ז ֵ֔לגְׁיִ ַ ֹּ֥קחְׁהַ כֹ ה‬
:‫בְׁ ִשלָֽ ה‬
vêhikáh vakiór ó vadúd ó vaqalájat ó vaparúr, kól ashér iá'aléh hamazlég, iqáj
hakohén bó; kájah iá'asú lêjol-israél, habaím shám bêshilóh.

y lo metía en el perol, en el caldero, en la olla o en la marmita. Y todo lo que


sacaba el tenedor, el sacerdote lo tomaba para sí. Esto hacían con todo
israelita que iba allí a Shiló [Silo].
(15)
ְׁ‫ְּׁ֒ובַ֣אְׁ׀ְׁנַ ַ֣עַרְׁהַ כֹ ִ֗הןְׁוְׁאָ מַ רֹ֙ ְׁל ִ ַָ֣איש‬
ָ ‫גַם֮ ְׁבְׁטֶ ֶרם֮ ְׁיַק ִט ַ֣רּוןְׁאֶ ת־הַ ח ֶלב‬
ְׁ‫לְׁכי‬
ֹּ֥ ִ ‫חְׁממְָׁךַ֛ ְׁבָ ָ ֹּ֥שרְׁמְׁב ָ ִ֖ש‬
ִ ‫א־י ַ ָ֧ק‬
ְִׁ ֹ ‫הַ זֹ ֵ֔בחַ ְׁתְׁנָ ַ֣הְׁבָ שֵָ֔ רְׁלִ צלִ֖ ֹותְׁלַכֹ הָ֑ןְׁוְׁ ָֽל‬
:‫ם־חי‬
ָֽ ָ ‫ִא‬
gam bêterem iaqtirún et-hajelev uvá | ná'ar hakohén vêamar laísh hazovéaj,
tênáh vasár, litzlót lakohén; vêló-iqáj mimêjá basár mêvushál kí im-jái.

Asimismo, el criado del sacerdote iba, aun antes que quemaran el sebo, y
decía al que sacrificaba: 'Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de
ti carne cocida, sino cruda.'

156
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 2

(16)
ְׁ‫ֲשר‬ֹּ֥ ֶ ‫ְׁכא‬
ָֽ ַ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁא ָָ֜ליוְׁהָ ִִ֗אישְׁקַ ִ֨טרְׁיַק ִט ֵׁ֤ירּוןְׁכַיֹוםֹ֙ ְׁהַ ֵ֔חלֶבְׁוְׁ ִ֨ ַקח־לְׁ ֵָ֔ך‬
ְׁ‫הְׁת ֵ֔תןְׁוְׁ ִאם־ ִ֖ל ֹאְׁל ַ ָֹּ֥קח ִתי‬ִ ‫)ְׁכיְׁע ָ ַַ֣ת‬
ִ ִ֚ ֹ֙‫תְׁאַ ּוֶ ִ֖הְׁנַפ ֶ ָ֑שָךְׁוְׁאָ ַ ֹּ֥מרְׁ׀ְׁלוְׁ(ל ֹא‬
:‫בְׁחְׁז ָ ָֽקה‬
vaiómer eláv haísh qatér iaqtirún kaiom hajélev, vêqáj-lêjá, káashér têavéh
nafshéja; vêamár | lv (lo) kí 'atáh titén, vêim-ló laqájti vêjozqáh.

Si el hombre le respondía: 'Deja que primero hagan arder el sebo, y después


toma todo lo que te apetezca', él decía: 'No, dámela ahora mismo; de lo
contrario, la tomaré por la fuerza.'
(17)
ְׁ‫ְׁה ֲאנ ֵ֔ ִָשים‬
ָֽ ָ ֹ֙‫יְׁנאֲצּו‬
ָֽ ִ ‫ָ֑הְׁכ‬
ֵׁ֤ ִ ָ‫ת־פנַ֣יְׁיהו‬
ְׁ ֶ‫וַתְׁ ִִ֨היְׁחַ ַ ָ֧טאתְׁהַ נְׁ ָע ִ ַ֛ריםְׁגְׁדֹולָ ֹּ֥הְׁמְׁאִֹ֖ דְׁא‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫תְׁמנ ַחֹּ֥תְׁי‬
ִ ‫ִ֖א‬
vatêhí jatát hanê'arím gêdoláh mêód et-pênéi Adonai; kí níatzú háanashím, ét
minját Adonai .

El pecado de los jóvenes era muy grande delante del Eterno, porque los
hombres trataban con irreverencia las ofrendas del Eterno.
(18)
:ְׁ‫ֹודְׁבד‬
ָֽ ָ ‫מּואלְׁמְׁשָ ִ֖רתְׁאֶ ת־פְׁנַ֣יְׁיהוָ ָ֑הְׁ ַָּ֕נעַרְׁחָ גִ֖ ּורְׁא ֹּ֥פ‬
ָּ֕ ‫ּוש‬
ushmuél mêsharét et-pênéi Adonai; ná'ar jagúr efód bád .

El niño Shemuel [Samuel] servía delante del Eterno, vestido con un efod de
lino.
(19)
ְׁ ֹ֙‫הְׁבעֲלֹותָ ּה‬
ָֽ ַ ָ‫ֹוְׁמי ִ ַָ֣מיםְׁ׀ְׁי ִ ָָ֑מימ‬
ִ ִ֖‫ְׁתעֲשֶ ה־לַ֣ ֹוְׁ ִא ֵ֔מֹוְׁוְׁ ַ ָֽהעַל ָ ֹּ֥תהְׁל‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ּומ ִ ֵׁ֤עילְׁקָ טֹ ן‬
:‫ת־אישֵָ֔ ּהְׁלִ זבִֹ֖ חַ ְׁאֶ ת־זֶ ֹּ֥בַ חְׁהַ י ִ ָָֽמים‬ ִ ֶ‫א‬
um'íl qaton tá'aseh-ló imó, vêhá'altáh ló miamím | iamímah; bá'alotaĥ et-isháĥ,
lizbóaj et-zévaj haiamím.

Su madre le hacía año tras año una túnica pequeña, y se la llevaba cuando iba
con su marido para ofrecer el sacrificio anual.
(20)
‫ְׁמן־‬ִ ֹ֙‫ת־אש ִ֗תֹוְׁוְׁאָ מַ רֹ֙ ְׁיָשםְׁ֩יה ִ֨ ָוהְׁלְָׁךֹּ֥ ְׁ ִֶ֨ז ַרע‬ ִ ֶ‫ּוב ַ ִ֨רְךְׁעלִָ֜ יְׁאֶ ת־אֶ לקָ נָ ַ֣הְׁוְׁא‬
:ְׁ‫קֹומֹו‬
ָֽ ‫לְׁליהוָ ָ֑הְׁוְׁ ָ ָֽהלְׁכִ֖ ּוְׁלִ מ‬ָֽ ַ ‫ֲשרְׁשָ ַ ִ֖א‬ ֹּ֥ ֶ ‫ָ ָֽה ִא ָ ַ֣שהְׁהַ ֵ֔ז ֹאתְׁתִַ֚ חַ תְׁהַ שְׁא ֵָ֔להְׁא‬
uveráj 'elí et-elqanáh vêet-ishtó vêamar iasem Adonai lêjá zéra' min-háisháh
hazót, tájat hashêeláh, ashér shaál láAdonai; vêhálêjú limqomó .

157
2 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer diciendo: 'el Eterno te dé hijos de


esta mujer, en lugar de este que ella pidió al Eterno.' Y regresaban a su casa.
(21)
ְׁ‫לשה־בָ ִנִ֖יםְּׁוש ַ֣תיְׁבָ נָ֑ ֹות‬
ָֽ ָ ְׁ‫ִ ָֽכי־פ ַ ֵָׁ֤קדְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֶ ת־חַ ֵָ֔נהְׁו ַ ַַ֛תהַ רְׁו ַֹּ֥תלֶדְׁש‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫מּואלְׁעִ ם־י‬ ִ֖ ְׁ‫וַיִ ג ַ ַ֛דלְׁהַ נַ ֹּ֥עַרְׁש‬
kí-faqád Adonai et-janáh, vatáhar vatéled shêlosháh-vaním ushtéi vanót;
vaigdál haná'ar shêmuél 'im-Adonai .

El Eterno visitó a Ana con su favor, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos
hijas. Y el niño Shemuel [Samuel] crecía delante del Eterno.
(22)
ְׁ‫רְׁיע ֲֵׁ֤שּוןְׁבָ נָיוֹ֙ ְׁלְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁ ֵׁ֤את‬ָֽ ַ ִֶ֨‫וְׁע ִ ִ֖ליְׁז ַָ֣קןְׁמְׁאָֹ֑ דְׁוְׁשָ ִ֗ ַמעְׁאתְׁ֩כְׁל־אֲש‬
:‫לְׁמֹועד‬
ָֽ ֶ‫ֲשר־יִ שכְׁבּוןֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ נ ֵ֔ ִָשיםְׁהַ צַֹ֣ ב ֵ֔אֹותְׁפֶ ִ֖תַ חְׁאֹֹּ֥ ה‬ ָֽ ֶ ‫א‬
vê'elí zaqén mêód; vêshamá' et kol-ashér iá'asún banav lêjol-israél, vêét ashér-
ishkêvun et-hanashím, hatzóvót, pétaj óhel mo'éd.

Elí ya era muy anciano y oía todo lo que hacían sus hijos a todo Israel, y cómo
se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del tabernáculo de
reunión.
(23)
‫רְׁאנֹ ִ ֵׁ֤כיְׁשֹ ִ֨מ ֹ֙ ַעְׁאֶ ת־‬
ָֽ ָ ִֶ֨‫הְׁתע ֲִ֖שּוןְׁכַדְׁבָ ִ ַ֣ריםְׁהָ ָ֑אלֶהְׁאֲש‬
ָֽ ַ ָ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁל ֵ֔ ֶָהםְׁלָ ֹּ֥מ‬
:‫ֹּ֥םְׁאלֶה‬
ָֽ ָ‫ַ֣םְׁר ֵ֔ ִעיםְׁמ ִ֖אתְׁכְׁל־הָ ע‬ ָ ֶ‫ִדבריכ‬
vaiómer lahém, lámah tá'asún kadêvarím haéleh; ashér ánojí shomé'á et-
divreijém ra'ím, meét kol-ha'ám éleh.

Él les preguntó: –¿Por qué hacéis semejantes cosas? Yo oigo de todo este
pueblo acerca de vuestras malas acciones.
(24)
‫ְַׁמעֲבִ ִ ִ֖ריםְׁעַם־‬
ָֽ ַ ‫רְׁאנֹ ִ ַ֣כיְׁשֹ ֵ֔מע‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫ֹוא־טֹובֵׁ֤הְׁהַ שְׁמעָהֹ֙ ְׁא‬
ָ ָֽ‫ַ ִ֖אלְׁבָ נָ ָ֑יְׁכִֶ֠ יְׁל‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫י‬
ál banái; kí ló-továh hashêmu'ah ashér ánojí shomé'a, má'avirím 'am-Adonai .

No, hijos míos, no es bueno el rumor que oigo y que el pueblo del Eterno
difunde.
(25)
ְׁ‫ישְׁמי‬
ִ֖ ִ ‫א־א‬ ִֵ֔ ָ‫םְׁליהוָהֹ֙ ֶ ְָֽׁיחֱט‬
ָֽ ַ ‫ֱלהיםְׁוְׁ ִ ֵׁ֤א‬ִֵ֔ ‫ְּׁופלְׁלַ֣ ֹוְׁא‬
ָֽ ִ ֹ֙‫אְׁאישְׁלְׁ ִאיש‬ ֵׁ֤ ִ ‫ם־יח ִ֨ ֱָט‬
ָֽ ֶ ‫ִא‬
:ְׁ‫יתם‬
ָֽ ָ ‫ִ֖הְׁלה ֲִמ‬
ָֽ ַ ָ‫םְׁכי־חָ פֹּ֥ץְׁיהו‬ ָֽ ִ ‫יה‬
ֶ ֵ֔ ִ‫יִ ת ַפלֶל־לָ֑ ֹוְׁוְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁיִ שמְׁעּוֹ֙ ְׁלְׁ ַ֣קֹולְׁאֲב‬

158
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 2

im-iéjetá ísh lêish ufílêló elohím, vêím láAdonai iéjeta-ísh, mí itpalel-ló; vêló
ishmê'ú lêqól avihém, kí-jafétz Adonai láhamitám .

Si un hombre peca contra otro hombre, Elohim intercederá por él; pero si
alguno peca contra el Eterno, ¿quién intercederá por él? Sin embargo, ellos no
escucharon la voz de su padre, porque el Eterno quería hacerlos morir.
(26)
‫ פ‬:ְׁ‫מּואלְׁהֹ לְֹּ֥ךְׁוְׁג ִָ֖דלְׁו ָָ֑טֹובְׁ ִַ֚גםְׁעִ ם־יה ֵ֔ ָוהְׁוְׁגַ ִ֖םְׁעִ ם־ ֲאנ ִ ָָֽשים‬
ֵ֔ ְׁ‫וְׁהַ נַ ַ֣עַרְׁש‬
vêhaná'ar shêmuél, holéj vêgadél vatóv; gám 'im-Adonai, vêgám 'im-anashím .

Y el niño Shemuel [Samuel] crecía en estatura y en gracia para con Elohim y


los hombres.
(27)
ְׁ‫ֱלהיםְׁאֶ ל־ע ִ ָ֑ליְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁא ִָ֗ליוְׁכִֹ֚ הְׁאָ ַ ַ֣מרְׁיה ֵ֔ ָוהְׁהֲנִ גלֵׁ֤ ה‬ ִ֖ ִ ‫אְׁאיש־א‬ִ ֹ ‫ַו ָי ֹּ֥ב‬
:ְׁ‫יֹותםְׁבְׁ ִמצ ַ ִ֖ריִ םְׁלְׁבֹּ֥יתְׁפַר ָֽ ֹעה‬ ֹּ֥ ָ ְׁ‫יָךְׁבה‬
ָֽ ִ ‫יתיֹ֙ ְׁאֶ ל־בַ֣יתְׁאָ ִֵ֔ב‬
ִ ‫נִ ג ִ֨ל‬
vaiavó ish-elohím el-'elí; vaiómer eláv kóh amár Adonai, haniglóh nigléití el-
béit avíja, bíhêiotám bêmitzráim lêvéit par'óh .

Entonces un hombre de Elohim vino a Elí y le dijo: 'Así dice el Eterno: 'Yo
me manifesté claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto al
servicio de la casa del faraón.
(28)
ְׁ‫ל־מזבְׁ ִִ֗חי‬
ִ ‫ֹותְׁע‬
ָֽ ַ ַ֣‫ןְׁלעֲל‬
ָֽ ַ ‫ל־שב ִ֨טיְׁיִ ש ָר ֹּ֥אלְׁלִ יֹ֙ ְׁלְׁכֹ ֵ֔ה‬ ִ ְׁ‫תֹוְׁמכ‬
ִ ֹ‫רְׁא‬ ֶ֠ ַֹ֣‫ּובָ ח‬
‫ָ֑יְׁוָֽאֶ תְׁנָהֹ֙ ְׁלְׁבַ֣יתְׁאָ ִֵ֔ביָךְׁאֶ ת־כְׁל־‬
ָ ָ‫ָשאתְׁא ִ֖פֹודְׁלְׁפָנ‬ ֹּ֥ ‫לְׁהַ ק ִ ֹּ֥טירְׁקְׁטַֹ֛ ֶרתְׁל‬
:‫ִא ִ֖שיְׁבְׁנֹּ֥יְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
uvajór óto mikol-shivtéi israél lí lêjohén, lá'alót 'ál-mizbêjí lêhaqtír qêtóret
lasét efód lêfanái; váetênah lêvéit avíja, et-kol-ishéi bênéi israél.

Yo le escogí como sacerdote mío entre todas las tribus de Israel, para que
subiera a mi altar, quemara el incienso y llevara el efod en mi presencia. Yo
he dado a la casa de tu padre todas las ofrendas quemadas de los Hijos de
Israel.
(29)
ְׁ ֹ֙‫יתיְׁמָ עָ֑ ֹוןְׁוַתְׁכַבֵׁ֤דְׁאֶ ת־בָ ִֶ֨ניָך‬
ִ ‫ֲשרְׁצִ ִ ִּ֖ו‬
ֹּ֥ ֶ ‫הְׁתבע ֲִ֗טּוְׁבְׁזִבחִ יֹ֙ ְּׁוב ִמנחָ ֵ֔ ִתיְׁא‬
ִ ָ‫לָ ַ֣מ‬
:‫ל־מנ ַחֹּ֥תְׁיִ ש ָר ִ֖אלְׁלְׁע ִ ַָֽמי‬ ִ ְׁ‫אשיתְׁכ‬ ַ֛ ִ ‫םְׁמר‬
ָֽ ‫ִמ ֵ֔ ֶמנִ יְׁלְׁהַ ב ִ ָֽרי ֲא ִֶ֗כ‬
lámah tiv'atú bêzivjí uvminjatí, ashér tzivíti ma'ón; vatêjabéd et-banéjá
miméni, lêhavríajém méreshít kol-minját israél lê'amí.

159
2 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

¿Por qué habéis desdeñado mis sacrificios y mis ofrendas que mandé ofrecer
en mi morada? Has honrado a tus hijos más que a mí, y os habéis engordado
con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel.'
(30)
ְׁ‫יְׁביתְָׁךֹ֙ ְּׁובַ֣יתְׁאָ ִֵ֔ביָך‬
ָֽ ‫ל ִָ֗כןְׁנְׁאם־יהוָה֮ ְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָראלְׁ֒אָ ַ֣מֹורְׁאָ ֵ֔ ַמר ִת‬
ְׁ‫יְׁכי־מְׁכַבְׁ ַ ֹּ֥די‬
ָֽ ִ ִֵ֔‫יִ תהַ לְׁכֹּ֥ ּוְׁלְׁפָנַ ִ֖יְׁעַד־עֹולָ ָ֑םְׁוְׁע ָ ֵַׁ֤תהְׁנְׁאם־יהוָהֹ֙ ְׁחָ ִ ַ֣לילָהְׁל‬
:ְׁ‫ֲאכַבִ֖דְּׁובֹ זַ ֹּ֥יְׁי ָ ָֽקלּו‬
lajén nêum-Adonai elohéi israel amór amárti, béitêjá uvéit avíja, ithalêjú
lêfanái 'ad-'olám; vê'atáh nêum-Adonai jalílah lí, kí-mêjabêdái ajabéd uvozái
ieqálu .

'Por tanto, dice el Eterno Elohim de Israel: 'En verdad, yo había dicho que tu
casa y la casa de tu padre estarían delante de mí para siempre.' Pero ahora,
dice el Eterno: ¡De ninguna manera! Yo honraré a los que me honran, pero los
que me desprecian serán tenidos en poco.
(31)
ְׁ‫יָךְׁמהְׁיֹּ֥ ֹות‬
ָֽ ִ ‫הִ נהֹ֙ ְׁי ִ ַָ֣מיםְׁבָ ִֵ֔איםְׁוְׁ ָגֶָֽ֣דַ ע ִתיֹ֙ ְׁאֶ ת־זְׁ ַ֣רֹ ע ֲֵָ֔ךְׁוְׁאֶ ת־זְׁ ִ֖רֹ עְַׁבַ֣יתְׁאָ ִ ָ֑ב‬
:‫יתָך‬ָֽ ֶ ‫ז ִָ֖קןְׁבְׁב‬
hineh iamím baím, vêgáda'tí et-zêró'ajá, vêet-zêró'a béit avíja; míhêíot zaqén
bêveitéja.

He aquí vienen días cuando cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre,


de modo que en tu casa no haya ancianos.
(32)
ְׁ‫יטיבְׁאֶ ת־יִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁ ָֽל ֹא־יִ היֶ ֹּ֥הְׁז ַָ֛קן‬
ִ֖ ִ ‫וְׁהִ בַ ט ָֹ֙ת ְַׁצַ֣רְׁמָ ֵ֔עֹוןְׁבְׁ ֹּ֥ ֹכלְׁאֲשֶ ר־י‬
:ְׁ‫בְׁ ָֽביתְָׁךִ֖ ְׁכְׁל־הַ י ִ ָָֽמים‬
vêhibattá tzár ma'ón, bêjól asher-ieitív et-israél; vêló-ihiéh zaqén bêvéitêjá
kol-haiamím .

Tú verás que tu morada padece necesidad, mientras yo colmo de bienes a


Israel; y jamás habrá ancianos en tu casa.
(33)
‫םְׁמזבְׁ ִֵ֔חיְׁלְׁכַלֹּ֥ ֹותְׁאֶ ת־עינֶ ִ֖יָךְׁוְׁ ַ ָֽלא ִ ֲַ֣דיבְׁאֶ ת־‬
ִ ‫וְׁ ִִ֗אישְׁ ָֽל ֹא־אַ כ ִ ֵׁ֤ריתְׁלְָׁךֹ֙ ְׁמ ִ ַ֣ע‬
:‫יתְׁביתְָׁךִ֖ ְׁי ָֹּ֥מּותּוְׁ ֲאנ ִ ָָֽשים‬
ָֽ ‫נַפ ֶ ָ֑שָךְׁוְׁכְׁל־מַ ר ִ ֹּ֥ב‬
vêísh ló-ajrít lêjá me'ím mizbêjí, lêjalót et-'einéja vêláadív et-nafshéja; vêjol-
marbít béitêjá iamútu anashím.

Pero no eliminaré completamente a los tuyos que sirven en mi altar, para


consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor. Todos los descendientes de tu
casa morirán en la edad viril.
160
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 2, 3

(34)
ְׁ‫ִ֖יְּׁופינְׁ ָחָ֑סְׁבְׁיֹּ֥ ֹום‬
ָֽ ִ ‫ֲשרְׁ ָיב ֹאֹ֙ ְׁאֶ ל־שְׁנַ֣יְׁבָ ֵֶ֔ניָךְׁאֶ ל־חְׁפְׁ ִנ‬
ֵׁ֤ ֶ ‫וְׁזֶה־לְָׁךַ֣ ְׁהָ ִ֗אֹותְׁא‬
:‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫אֶ ָחִ֖דְׁי ָֹּ֥מּותּוְׁשְׁנ‬
vêzeh-lêjá haót ashér iavo el-shênéi vanéja, el-jofêní ufínêjás; bêíom ejád
iamútu shêneihém.

Te servirá de señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Pinejás
[Fineas]: Ambos morirán en el mismo día.
(35)
ְׁ ֹ֙‫ֵׁ֤יתיְׁלֹו‬
ִ ‫יְׁיע ֶ ֲָ֑שהְּׁובָ ִנ‬
ָֽ ַ ‫ֲשרְׁבִ לבָ ִ ֹּ֥ביְּׁוב ְַׁנפ ִ ִ֖ש‬ ַ֛ ֶ ‫ןְׁכא‬
ָֽ ַ ‫ַ֣ןְׁנא ֵ֔ ֱָמ‬
ָֽ ֶ ‫ַוה ִ ֲָֽקימֹ ִ ֹּ֥תיְׁלִ יֹ֙ ְׁכֹ ה‬
:‫יחיְׁכְׁל־הַ י ִ ָָֽמים‬ ִ֖ ִ ‫תְׁנא ֵ֔ ֱָמןְׁוְׁהִ תהַ לְֹּ֥ךְׁלִ פנָֽי־מְׁ ִש‬ ָֽ ֶ ִ‫ַבַ֣י‬
vahaqímotí lí kohén néemán, káashér bilvaví uvnafshí iá'aséh; uvaníti ló báit
néemán, vêhithaléj lifnéi-mêshijí kol-haiamím.

Pero yo levantaré para mí un sacerdote fiel que actúe conforme a mi corazón y


a mi alma. Le edificaré una casa firme, y él andará en presencia de mi ungido
todos los días.
(36)
‫ֹוְׁלאֲגֹּ֥ ַֹורתְׁכֶ ִ֖סֶ ףְׁוְׁכִ כַר־‬
ָֽ ַ ‫תְׁל‬
ֵ֔ ‫וְׁהָ ִָ֗יהְׁכְׁל־הַ נֹותָ רֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣בית ֵָ֔ךְׁיָבֹואֹ֙ ְׁלְׁהִ ש ַ ָֽתחְֲַֹׁ֣ו‬
‫ פ‬:‫ַת־לחֶ ם‬ ָֽ ָ ‫ֹותְׁלא ֹּ֥ ֱֹכלְׁפ‬
ָֽ ֶ ִ֖‫לָ ָ֑חֶ םְׁוְׁאָ ִ֗ ַמרְׁסְׁפָחֹּ֥נִ יְׁנָ ַ֛אְׁאֶ ל־אַ ַחֹּ֥תְׁהַ כְׁהנ‬
vêhaiáh kol-hanotar bêvéitjá, iavo lêhishtájavót ló, láagórat késef vêjikar-
lájem; vêamár sêfajéni ná el-aját hakêhunót léejól pat-lájem.

Y sucederá que el que quede de tu casa irá a postrarse delante de él por un


poco de dinero y por un bocado de pan, diciéndole: 'Por favor, asóciame con
alguno de los servicios sacerdotales, a fin de que yo tenga un poco de pan para
comer. ''

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 3


(1)
ְׁ ֹ֙‫מּואלְׁמְׁ שָ ֹּ֥רתְׁאֶ ת־יהוָ ִ֖הְׁלִ פנַ֣יְׁע ִ ָ֑ליְּׁודבַ ר־יה ִ֗ ָוהְׁהָ יָ ֵׁ֤הְׁיָקָ ר‬ ַ֛ ְׁ‫וְׁהַ נַ ָ֧עַרְׁש‬
‫ ס‬:ְׁ‫םְׁאיןְׁחָ זִ֖ ֹוןְׁנִ פ ָ ָֽרץ‬
ֹּ֥ ‫בַ י ִ ַָ֣מיםְׁהָ ֵ֔ה‬
vêhaná'ar shêmuél mêsharét et-Adonai lifnéi 'elí; udvar-Adonai haiáh iaqar
baiamím hahém, éin jazón nifrátz .

El joven Shemuel [Samuel] servía al Eterno delante de Elí. La palabra del


Eterno escaseaba en aquellos días, y no había visiones con frecuencia.

161
3 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(2)
ְׁ‫קֹומֹוְׁוְׁעינָוֹ֙ ְׁהחַ֣לּוְׁכ ֵ֔הֹותְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁיּוכַ ִ֖ל‬
ָ֑ ‫ַוֶָֽ֣יהִ יֹ֙ ְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵ֔הּואְׁוְׁע ִ ִ֖ליְׁשֹ כַ֣בְׁבִ מ‬
:‫לִ ר ָֽאֹות‬
váihí baióm hahú, vê'elí shojév bimqomó; vê'einav hejélu jehót, ló iujál lirót.

Entonces, aconteció ese día, mientras Elí estaba acostado en su aposento y sus
ojos habían comenzado a debilitarse, no podía ver.
(3)
ְׁ‫ר־שם‬
ִ֖ ָ ֶ‫מּואלְׁשֹ כָ֑בְׁבְׁהיכַ ַ֣לְׁיה ֵ֔ ָוהְׁאֲש‬
ִ֖ ‫ְׁט ֶרםְׁיִ כ ֵ֔ ֶבהְּׁוש‬
ַ֣ ֶ ֹ֙‫וְׁנֵׁ֤רְׁאֱלהִ ים‬
‫ פ‬:ְׁ‫ֱלהים‬ ָֽ ִ ‫א ֲֹּ֥רֹוןְׁא‬
vênér elohim térem ijbéh, ushmuél shojév; bêheijál Adonai, asher-shám arón
elohím .

Y antes que la lámpara de Elohim se apagase, y Shemuel [Samuel] yacía; en


el santuario del Eterno donde estaba el arca de Elohim.
(4)
ִ֖ ְׁ‫וַיִ ק ָ ָ֧ראְׁיהוָ ַ֛הְׁאֶ ל־ש‬
:ְׁ‫מּואלְׁ ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁהִ נָֽנִ י‬
vaiqrá Adonai el-shêmuél vaiómer hinéni .

El Eterno llamó a Shemuel [Samuel], y él respondió: –Heme aquí.


(5)
ְׁ‫יְׁשּוב‬
ַ֣ ‫את‬ִ ‫ְׁכי־קָ ָ ַ֣ראתָ ְׁלִֵ֔ יְׁ ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁ ָֽל ֹא־קָ ָ ִ֖ר‬
ָֽ ִ ֹ֙‫וַיָ ֶַ֣֣רְׁץְׁאֶ ל־עלִִ֗ יְׁ ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁהִ נְׁנִ י‬
‫ ס‬:‫שְׁכָ ָ֑בְׁוַיִ֖לְֶךְׁוַיִ ש ָ ָֽכב‬
vaiárotz el-'elí vaiómer hinêní kí-qaráta lí, vaiómer ló-qaráti shúv shêjáv;
vaiélej vaishkáv.

Y corrió a Elí diciendo: –Heme aquí. ¿Para qué me has llamado? Elí
respondió: –Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte. Él se volvió y se acostó,
(6)
ְׁ‫ו ַַֹ֣יסֶ ףְׁיה ִ֗ ָוהְׁקְׁ ַ֣ר ֹאְׁעֹוד֮ ְׁשְׁמּואלְׁ֒וַיָ ֵֶׁ֤֣קְׁםְׁשְׁמּואלְֹׁ֙וַיַ֣לְֶךְׁאֶ ל־עלִֵ֔ יְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ ר‬
:ְׁ‫ִ֖יְׁשּובְׁשְׁ ָ ָֽכב‬
ֹּ֥ ‫אתיְׁבְׁ ִנ‬
ִ ‫ְׁליְׁ ַו ַ֛י ֹאמֶ רְׁ ָֽל ֹא־קָ ָ ֹּ֥ר‬
ָ֑ ִ ָ‫יְׁכיְׁקָ ָ ִ֖ראת‬
ֹּ֥ ִ ‫הִ נְׁ ֵ֔ ִנ‬
vaiósef Adonai qêró 'od shêmuel vaiáqom shêmuel vaiélej el-'elí, vaiómer
hinêní, kí qaráta lí; vaiómer ló-qaráti vêní shúv shêjáv .

y el Eterno volvió a llamar: –¡Shemuel [Samuel]! Shemuel [Samuel] se


levantó, fue a Elí y dijo: –Heme aquí. ¿Para qué me has llamado? Elí
respondió: –Hijo mío, yo no te he llamado. Vuelve a acostarte.
(7)
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫לְׁט ֶרםְׁי ַ ַָ֣דעְׁאֶ ת־יהוָ ָ֑הְׁוְׁ ֶ ַ֛ט ֶרםְׁיִ גָלֶ ֹּ֥הְׁאלָ ִ֖יוְׁדְׁבַ ר־י‬
ִ֖ ֶ ‫מּוא‬
ָּ֕ ‫ּוש‬
162
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 3

ushmuél térem iadá' et-Adonai; vêtérem igaléh eláv dêvar-Adonai .

Shemuel [Samuel] todavía no conocía al Eterno, ni la palabra del Eterno le


había sido aún revelada.
(8)
ְׁ‫ישתְׁ֒ ַו ִָ֨יקָ םֹ֙ ְׁוַיַ֣לְֶךְׁאֶ ל־עלִֵ֔ יְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ ר‬
ִ ִ‫ַו ִֹ֨יסֶ ףְׁיהוָ ֹּ֥הְׁקְׁר ֹא־שְׁמּואלְׁ֮בַ שְׁל‬
:ְׁ‫יְׁכיְׁיהוָ ִ֖הְׁקֹ ֹּ֥ראְׁל ָ ַָֽנעַר‬
ֹּ֥ ִ ִֵ֔‫ְׁליְׁוַיָ ַ֣בֶ ןְׁעל‬
ָ֑ ִ ָ‫יְׁכיְׁקָ ָ ִ֖ראת‬
ֹּ֥ ִ ‫הִ נְׁ ֵ֔ ִנ‬
vaiósef Adonai qêro-shêmuel bashêlishit vaiáqam vaiélej el-'elí, vaiómer
hinêní, kí qaráta lí; vaiáven 'elí, kí Adonai qoré laná'ar .

El Eterno llamó por tercera vez a Shemuel [Samuel]; y él se levantó, fue a Elí
y dijo: –Heme aquí. ¿Para qué me has llamado? Entonces Elí entendió que el
Eterno llamaba al joven.
(9)
ְׁ‫ְׁאם־יִ ק ָ ַ֣ראְׁא ֵֶ֔ליָךְׁוְׁ ָ ָֽאמַ ר ָֹ֙ת‬
ִ ֹ֙‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁע ִ ַ֣ליְׁלִ שמּואלְׁ֮לְַ֣ךְׁ׀ְׁשְׁ ָכ ְׁ֒בְׁוְׁהָ יָה‬
:ְׁ‫קֹומֹו‬ ָֽ ‫מּואלְׁוַיִ שכַ ִ֖בְׁבִ מ‬
ֵ֔ ְׁ‫הְׁכיְׁשֹ ִ֖מעְַׁעַב ֶ ָ֑דָךְׁוַיַ֣לְֶךְׁש‬
ֹּ֥ ִ ‫דַ בַ֣רְׁיה ֵ֔ ָו‬
vaiómer 'elí lishmuel léj | shêjav vêhaiah im-iqrá eléja, vêámartá dabér
Adonai, kí shomé'a 'avdéja; vaiélej shêmuél, vaishkáv bimqomó .

Y Elí dijo a Shemuel [Samuel]: –Ve y acuéstate; y sucederá que si te llama,


dirás: 'Habla, oh Eterno, que tu siervo escucha.' Shemuel [Samuel] se fue y se
acostó en su sitio.
(10)
ְׁ‫מּואלְׁ ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ ר‬ ַ֣ ְׁ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁיהוָהֹ֙ ְׁוַיִ תי ֵ֔ ַַצבְׁוַיִ ק ָ ֹּ֥ראְׁכְׁ ַ ָֽפעַם־בְׁפַ ִ֖ ַעםְׁש‬
ָ֑ ְׁ‫מּואלְׁ׀ְׁש‬
‫ פ‬:ְׁ‫רְׁכיְׁשֹ ִ֖מעְַׁעַב ֶ ָֽדָך‬ ֹּ֥ ִ ‫שְׁמּואלְֹׁ֙דַ ֵ֔ב‬
vaiavó Adonai vaitiatzáv, vaiqrá jêfá'am-bêfá'am shêmuél | shêmuél; vaiómer
shêmuel dabér, kí shomé'a 'avdéja .

Entonces vino el Eterno, se paró y llamó como las otras veces: –¡Shemuel
[Samuel], Shemuel [Samuel]! Shemuel [Samuel] respondió: –Habla, que tu
siervo escucha.
(11)
ְׁ ֹ֙‫ָ֧הְׁאנֹ ִ ַ֛כיְׁעֹ ֶ ֹּ֥שהְׁדָ ָבִ֖רְׁבְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁאֲשֶ ר‬
ָֽ ָ ‫מּואלְׁהִ נ‬ ֵ֔ ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֶ ל־ש‬
:ְׁ‫כְׁל־שַֹ֣ מ ֵ֔עֹוְׁתְׁצִ לֶ ִ֖ינָהְׁשְׁ ֹּ֥תיְׁאְׁז ָנָֽיו‬
vaiómer Adonai el-shêmuél, hinéh ánojí 'oséh davár bêisraél; asher kol-
shóm'ó, têtziléinah shêtéi oznáv .

Y el Eterno dijo a Shemuel [Samuel]: –He aquí, yo voy a hacer algo en Israel,
que a quien lo escuche le retiñirán ambos oídos.

163
3 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(12)
ְׁ‫רְׁד ַבִ֖ר ִתיְׁאֶ ל־ב ָ֑יתֹוְׁהָ חִ֖ל‬
ִ ‫ֲש‬ֹּ֥ ֶ ‫יְׁאתְׁכְׁל־א‬
ַ֛ ִֵ֔‫בַ יֵׁ֤ ֹוםְׁהַ הּואֹ֙ ְׁאָ ִ ַ֣קיםְׁאֶ ל־על‬
:‫וְׁכ ַָֽלה‬
baióm hahu aqím el-'elí, ét kol-ashér dibárti el-beitó; hajél vêjaléh.

Aquel día cumpliré contra Elí, de principio a fin, todas las cosas que he
hablado contra su casa.
(13)
‫עְׁכי־‬
ָֽ ִ ‫ָ֑םְׁבעְֲַֹׁ֣וןְׁאֲשֶ ר־י ִ֗ ַָד‬
ָֽ ַ ָ‫ֹוְׁכי־שֹ פֹּ֥טְׁא ֲִנַ֛יְׁאֶ ת־ב ִ֖יתֹוְׁעַד־עֹול‬ ָֽ ִ ‫יְׁל‬
ֵ֔ ‫וְׁהִ גַ ַ֣ ֶ֣ד ִת‬
:ְׁ‫ִ֖הְׁבם‬
ָֽ ָ ‫מְׁקַ לְׁ ִ ֵׁ֤ליםְׁלָהֶ םֹ֙ ְׁבָ ֵָ֔ניוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁכִ ָה‬
vêhigádti ló, kí-shofét aní et-beitó 'ad-'olám; bá'avón asher-iadá' kí-mêqalêlím
lahem banáv, vêló jiháh bám .

Yo le he declarado que juzgaré a su casa para siempre, por la iniquidad que él


conoce; porque sus hijos han blasfemado contra Elohim, y él no les ha
reprochado.
(14)
ְׁ‫וְׁלָכֹּ֥ןְׁנִ ש ַבִ֖ע ִתיְׁלְׁבַ֣יתְׁע ִ ָ֑ליְׁ ִ ָֽאם־יִ תכ ַָׁ֞פרְׁעְֲָֹׁ֧וןְׁבית־ע ִ ַ֛ליְׁבְׁזֶ ֹּ֥בַ חְּׁוב ִמנ ָחִ֖ה‬
:ְׁ‫ַד־עֹולם‬
ָֽ ָ ‫ע‬
vêlajén nishbá'ti lêvéit 'elí; ím-itkapér 'avón beit-'elí bêzévaj uvminjáh 'ad-
'olám .

Por tanto, he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de su casa jamás será
expiada, ni con sacrificios ni con ofrendas.
(15)
ַ֣ ‫וַיִ שכַ ֵׁ֤בְׁשְׁמּואלְֹׁ֙עַד־הַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוַיִ פ ַ ִ֖תחְׁאֶ ת־דַ ל ַ֣תֹותְׁבית־יהוָ ָ֑הְּׁוש‬
ְׁ‫מּואל‬
:ְׁ‫אְׁמהַ ִגֹּ֥ידְׁאֶ ת־הַ מַ ר ָ ִ֖אהְׁאֶ ל־ע ִ ָֽלי‬
ָֽ ‫י ֵָ֔ר‬
vaishkáv shêmuel 'ad-habóqer, vaiftáj et-daltót beit-Adonai; ushmuél iaré,
méhagíd et-hamaráh el-'elí .

Shemuel [Samuel] permaneció acostado hasta la mañana. Luego abrió las


puertas de la casa del Eterno, pero Shemuel [Samuel] temía contar la visión a
Elí.
(16)
:‫מּואלְׁבְׁ ִנָ֑יְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁהִ נָֽנִ י‬ ֵ֔ ְׁ‫וַיִ ק ָ ֵׁ֤ראְׁעלִ יֹ֙ ְׁאֶ ת־ש‬
ַ֣ ְׁ‫מּואלְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁש‬
vaiqrá 'elí et-shêmuél, vaiómer shêmuél bêní; vaiómer hinéni.

Entonces Elí llamó a Shemuel [Samuel] y le dijo: –Hijo mío, Shemuel


[Samuel]. Él respondió: –Heme aquí.

164
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 3

(17)
ְׁ‫יְׁכה‬
ֹ ַ֣ ִ‫ִ֖דְׁמ ֶ ָ֑מנ‬
ִ ‫רְׁד ֶבַ֣רְׁא ֵֶ֔ליָךְׁאַ ל־נָ ֹּ֥אְׁתְׁכַח‬
ִ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫רְׁמהְׁהַ דָ בָ רֹ֙ ְׁא‬ ֵׁ֤ ָ ֶ‫ַו ִ֗י ֹאמ‬
ְׁ‫רְׁמכְׁל־הַ דָ ָבִ֖ר‬
ִ ‫ֵׁ֤דְׁמ ִ֨ ֶמנִ יֹ֙ ְׁדָ ֵ֔ ָב‬
ִ ‫יףְׁאם־תְׁכַח‬
ִ ‫הְׁיֹוס‬
ִֵ֔ ‫ַ ָֽיעֲשֶ ה־לְָׁךֵׁ֤ ְׁאֱלהִ יםֹ֙ ְׁוְׁ ַ֣ ֹכ‬
:ְׁ‫ר־ד ֶבֹּ֥רְׁא ֶ ָֽליָך‬ ִ ֶ‫אֲש‬
vaiómer máh hadavar ashér dibér eléja, al-ná têjajéd miméni; kóh iá'aseh-lêjá
elohim vêjóh iosíf, im-têjajéd miméní davár, mikol-hadavár asher-dibér eléja .

Él le preguntó: –¿Qué es lo que te ha hablado? Por favor, no me lo encubras.


Así te haga Elohim y aun te añada, si me encubres una palabra de todo lo que
ha hablado contigo.
(18)
ְׁ‫ֹאמרְׁיהוָ ַ֣ה‬
ַ ָּ֕ ‫ִ֖דְׁמ ֶ ָ֑מנּוְׁ ַוי‬
ִ ‫ַו ַיגֶד־לֵׁ֤ ֹוְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ת־כְׁל־הַ דְׁבָ ִ ֵ֔ריםְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁכִ ח‬
‫ פ‬:ְׁ‫ִ֖וְׁיע ֶ ֲָֽשה‬
ָֽ ַ ָ‫ֵ֔הּואְׁהַ ֹּ֥טֹובְׁבְׁעינ‬
vaiaged-ló shêmuel et-kol-hadêvarím, vêló jijéd miménu; vaiomár Adonai hú,
hatóv bê'eináv iá'aséh .

Shemuel [Samuel] se lo contó todo sin encubrirle nada. Entonces él dijo: –¡Él
es el Eterno! Que haga lo que le parezca bien.
(19)
:ְׁ‫יוְׁא ְׁרצָ ה‬
ָֽ ָ ‫ילְׁמכְׁל־דְׁבָ ָ ִ֖ר‬
ִ ‫לְׁוָֽיהוָהֹ֙ ְׁהָ יָ ַ֣הְׁעִ ֵ֔מֹוְׁוְׁ ָֽל ֹא־הִ ִ ֹּ֥פ‬ ָ֑ ְׁ‫וַיִ ג ַ ִ֖דלְׁש‬
ַ ‫מּוא‬
vaigdál shêmuél; váAdonai haiáh 'imó, vêló-hipíl mikol-dêvaráv árêtzah .

Shemuel [Samuel] crecía, y el Eterno estaba con él y no dejaba sin cumplir


ninguna de sus palabras.
(20)
ְׁ‫מּואלְׁלְׁנ ִ ִָ֖ביא‬
ֵ֔ ְׁ‫יְׁנא ָ ֱַ֣מןְׁש‬
ָֽ ֶ ‫עְׁכ‬
ִ ִ֚ ַ‫רְׁשב‬
ָ֑ ָ ‫לְׁמ ָ ִ֖דןְׁוְׁעַד־בְׁ ַ֣א‬
ִ ‫ו ִַ֨ידַ עֹ֙ ְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔א‬
‫ ס‬:ְׁ‫יהוָֽה‬ָ ‫ַ ָֽל‬
vaiéda' kol-israél, midán vê'ad-bêér sháva'; kí néemán shêmuél, lênaví
láAdonai .

Todo Israel, desde Dan hasta Beer Sheva, sabía que Shemuel [Samuel] estaba
acreditado como profeta del Eterno.
(21)
ְׁ‫מּואלְׁבְׁ ִשלִ֖ ֹו‬
ַ֛ ְׁ‫הְׁכי־נִ ג ִָ֨להְׁיהוָ ָ֧הְׁאֶ ל־ש‬
ָֽ ִ ָ֑‫ו ַֹֹּ֥יסֶ ףְׁיהוָ ִ֖הְׁלְׁ ָֽה ָראַֹ֣ הְׁבְׁ ִשל‬
‫ פ‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫בִ ד ַבֹּ֥רְׁי‬
vaiósef Adonai lêhéraóh vêshilóh; kí-nigláh Adonai el-shêmuél bêshiló bidvár
Adonai .

165
4 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

El Eterno volvió a manifestarse en Shiló [Silo], pues era en Shiló [Silo] donde
el Eterno se revelaba a Shemuel [Samuel] mediante la palabra del Eterno.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 4


(1)
ְׁ‫מּואלְׁלְׁכְׁל־יִ ש ָר ָ֑אלְׁוַיצַ֣אְׁיִ ש ָראלְׁ֩לִ ק ַ ִ֨ראתְׁפְׁלִ ש ָ֜ ִתים‬ ִ֖ ְׁ‫וַי ִ ֹּ֥היְׁדְׁבַ ר־ש‬
:‫ּוְׁבא ֲָֽפק‬
ָֽ ַ ֹּ֥‫הְׁוֶָֽ֣ ַיחֲנּוֹ֙ ְׁעַל־הָ ֶ ַ֣אבֶ ןְׁהָ ֵ֔עזֶרְּׁופלִ ש ִ ִ֖תיםְׁחָ נ‬
ַ ‫ל ִַמלחָ ִ֗ ָמ‬
vaihí dêvar-shêmuél lêjol-israél; vaietzé israel liqrát pêlishtím lamiljamáh
váiajanú 'al-haéven ha'ézer, uflishtím janú váaféq.

Y la palabra de Shemuel [Samuel] llegaba a todo Israel. Por aquel tiempo


Israel salió en pie de guerra al encuentro de los filisteos, y acampó junto a
Eben-ezer, mientras que los filisteos acamparon en Afec.
(2)
ְׁ‫ו ַ ַָֽיעַרכִ֨ ּוְׁפְׁלִ ש ָ֜ ִתיםְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁיִ ש ָר ִ֗אלְׁו ִַתטֹ שֹ֙ ְׁהַ ִמלחָ ֵ֔ ָמהְׁוַיִ נָ ֶֹּ֥֣גֶףְׁיִ ש ָר ִ֖אל‬
:‫יםְׁאיש‬
ָֽ ִ ‫לִ פנַ֣יְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁ ַויַכֵׁ֤ ּוְׁבַ ַ ָֽמע ֲָרכָהֹ֙ ְׁבַ שָ ֵ֔ ֶדהְׁכְׁאַ ר ַ ֹּ֥בעַתְׁ ֲאל ִ ִָ֖פ‬
vaiá'arjú fêlishtím liqrát israél vatitosh hamiljamáh, vainágef israél lifnéi
fêlishtím; vaiakú vamá'arajah basadéh, kêarbá'at alafím ísh.

Los filisteos se dispusieron para combatir contra Israel; y cuando se libró la


batalla, Israel fue vencido ante los filisteos, quienes mataron en el campo de
batalla a unos 4000 hombres.
(3)
ְׁ‫ל־המַ ֲח ֶנהְׁ֒ ַו ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְׁזִקנַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁלָ ַ֣מָ הְׁנְׁגָפָ ָ֧נּוְׁיהוָ ַ֛ה‬
ָֽ ַ ֶ‫ְַׁו ָי ַ֣ב ֹאְׁהָ עָם֮ ְׁא‬
ְׁ‫ַ֣ינּוְׁמ ִש ִ֗להְׁאֶ ת־אֲרֹוןֹ֙ ְׁבְׁ ִ ַ֣ריתְׁיה ֵ֔ ָוה‬
ִ ‫הַ יִ֖ ֹוםְׁלִ פנַ֣יְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁנִ ק ָחָ֧הְׁאל‬
:ְׁ‫ִ֖נּוְׁמכַ ֹּ֥ףְׁאָֹֽ יְׁ ָֽבינּו‬
ִ ‫וְׁ ָי ַ֣ב ֹאְׁבְׁקִ ר ֵ֔בנּוְׁוְׁ ָֹֽי ִשע‬
vaiavó ha'am el-hámajaneh vaiómêrú ziqnéi israél, lámah nêgafánu Adonai
haióm lifnéi fêlishtím; niqjáh eléinu mishilóh et-aron bêrít Adonai, vêiavó
vêqirbénu, vêióshi'énu mikáf óiêvéinu .

Cuando el pueblo volvió al campamento, los ancianos de Israel preguntaron: –


¿Por qué nos ha causado hoy el Eterno una derrota ante los filisteos? Hagamos
traer acá desde Shiló [Silo] el arca del pacto del Eterno, a fin de que venga en
medio de nosotros y nos libre de mano de nuestros enemigos.

166
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 4

(4)
ְׁ‫םְׁאתְׁא ֲָ֧רֹוןְׁבְׁ ִרית־יהוָ ַ֛הְׁצְׁבָ ִ֖אֹות‬ ַ֣ ִָ֗‫ּוְׁמש‬ִ ‫ְׁש ֵ֔להְׁוַיִ ש ַ֣א‬ ִ ֹ֙‫וַיִ שלַ ֵׁ֤חְׁהָ עָם‬
ְׁ‫ֱלהיםְׁחְׁפ ִנִ֖י‬ִֵ֔ ‫יתְׁהא‬ ָֽ ָ ‫יֹ ַ֣שבְׁהַ כְׁר ִ ָ֑ביםְׁוְׁשָָׁ֞ םְׁשְׁנַ֣יְׁבְׁנָֽי־עלִִ֗ יְׁעִ ם־אֲרֹוןֹ֙ ְׁבְׁ ִ ַ֣ר‬
:ְׁ‫ּופינְׁ ָ ָֽחס‬
ָֽ ִ
vaishláj ha'am shilóh, vaisú mishám ét arón bêrit-Adonai tzêvaót ioshév
hakêruvím; vêshám shênéi vênéi-'elí 'im-aron bêrít háelohím, jofní ufínêjás .

Entonces el pueblo envió a Shiló [Silo], e hicieron traer de allí el arca del
pacto del Eterno de los Ejércitos, que tiene su trono entre los querubines. Ofni
y Pinejás [Fineas], los dos hijos de Elí, estaban allí con el arca del pacto de
Elohim.
(5)
ְׁ‫ל־המַ ֲח ֵֶ֔נהְׁ ַוי ִ ָֹּ֥רעּוְׁכְׁל־יִ ש ָר ִ֖אל‬
ָֽ ַ ֶ‫וַי ִִ֗היְׁכְׁבִ֨ ֹואְׁא ֲֵׁ֤רֹוןְׁבְׁ ִרית־יהוָהֹ֙ ְׁא‬
:ְׁ‫תְׁרּועָ ַ֣הְׁגְׁדֹולָ ָ֑הְׁוַתהִֹ֖ םְׁהָ ָ ָֽא ֶרץ‬
vaihí kêvó arón bêrit-Adonai el-hámajanéh, vaiarí'u jol-israél têru'áh gêdoláh;
vatehóm haáretz .

Aconteció que cuando el arca del pacto del Eterno llegó al campamento, todo
Israel gritó con un júbilo tan grande que la tierra tembló.
(6)
ְׁ‫הְׁקֹולְׁהַ תְׁרּועָ ָ֧ה‬
ַ֣ ֶ‫ּוְׁמ‬
ֶ֠ ‫ת־קֹולְׁהַ תְׁרּו ֵָ֔עהְׁ ַו ַ֣י ֹאמ ֵ֔ר‬ ַ֣ ֶ‫וַיִ שמְׁעֵׁ֤ ּוְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁא‬
‫הְׁבִ֖אְׁאֶ ל־‬ָ ‫ּוְׁכיְׁא ֲַ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָו‬
ִ ִ֚ ‫ַ֣הְׁהעִ ב ִ ָ֑ריםְׁוַיֶַ֣֣ד ֵ֔ע‬
ָֽ ָ ‫הַ גְׁדֹולָ ַ֛הְׁהַ ִ֖ז ֹאתְׁבְׁ ַ ָֽמחֲנ‬
:ְׁ‫ַ ָֽהמַ ח ֲֶנָֽה‬
vaishmê'ú fêlishtim et-qól hatêru'áh, vaiómrú, méh qól hatêru'áh hagêdoláh
hazót bêmájanéh há'ivrím; vaiéd'ú, kí arón Adonai, bá el-hámajanéh .

Cuando los filisteos oyeron el estruendo del júbilo, preguntaron: –¿A qué se
debe este estruendo de gran júbilo en el campamento de los hebreos? Cuando
se enteraron de que el arca del Eterno había sido traída al campamento,
(7)
ְׁ‫ל־המַ חֲנֶ ָ֑הְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְַׁ֣אֹוי‬
ָֽ ַ ֶ‫ֱלהיםְׁא‬ ִ֖ ִ ‫ּוְׁבֹּ֥אְׁא‬
ָ ‫יְׁאמְׁ ֵ֔ר‬ ַ֣ ִ ‫ו ִ ַָֽירְׁאּוֹ֙ ְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
ָֽ ָ ‫יםְׁכ‬
:ְׁ‫ֹולְׁשלשָֹֽ ם‬
ִ ‫אְׁהיְׁ ָ ַ֛תהְׁ ָכ ִ֖ז ֹאתְׁאֶ ת ֹּ֥מ‬
ָֽ ָ ֹ ‫נּוְׁכיְׁ ֹּ֥ל‬
ַ֣ ִ ‫ֵָ֔ל‬
vaírêú hapêlishtím, kí ámêrú, bá elohím el-hámajanéh; vaiómêrú ói lánu, kí ló
háiêtáh kazót etmól shilshóm .

los filisteos tuvieron miedo. Y decían: –¡Los dioses han venido al


campamento! –Y añadían–: ¡Ay de nosotros, porque semejante cosa no había
sucedido antes!

167
4 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(8)
ְׁ‫ֶהְׁאלֶהְׁהַ֣ם‬
ָ֧ ‫יםְׁהאַ ִד ִ ִ֖יריםְׁהָ ָ֑אל‬
ָֽ ָ ‫ֱלה‬ֹּ֥ ִ ‫ַ֛דְׁהא‬
ָֽ ָ ַ‫נּוְׁמי‬
ִ ‫נּוְׁמיְׁיַצִ ֵ֔יל‬
ַ֣ ִ ‫ַ֣אֹויְׁ ֵָ֔ל‬
:ְׁ‫ת־מצ ַ ַ֛רְִׁיםְׁבְׁכְׁל־מַ כָ ִ֖הְׁבַ ִמד ָ ָֽבר‬ ִ ֶ‫ֱלהיםְׁהַ מַ ִ ָ֧כיםְׁא‬
ִִ֗ ‫ָ ָֽהא‬
ói lánu, mí iatzilénu, miád háelohím háadirím haéleh; éleh hém háelohím
hamakím et-mitzráim bêjol-makáh bamidbár .

¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de mano de estos dioses fuertes? Éstos
son los dioses que hirieron a los egipcios con toda clase de plagas en el
desierto.
(9)
ְׁ‫רְׁעבְׁ ִ֖דּו‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫יםְׁכא‬
ָֽ ַ ‫ּוְׁלעִ ב ִ ֵ֔ר‬
ָֽ ָ ‫ןְׁתעַב ַ֣ד‬
ָֽ ַ ‫ּוְׁל ֲאנ ִָשיםֹ֙ ְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁ ִֶ֚פ‬
ָֽ ַ ֵׁ֤‫ּוְׁוהי‬ָֽ ִ ‫ִ ָֽהתְׁחַ זְׁ ָׁ֞ק‬
:‫םְׁל ֲאנ ִ ִָ֖שיםְׁוְׁנִ לחַ מ ֶ ָֽתם‬ָֽ ַ ‫ית‬
ֹּ֥ ֶ ִ‫ָ֑םְׁוהי‬ָֽ ִ ֶ‫לָכ‬
hítêjazêqú víhíu láanashim pêlishtím, pén tá'avdú lá'ivrím, káashér 'ávêdú
lajém; víhitém láanashím vêniljamtém.

Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres, para que no sirváis a los hebreos como
ellos os han servido a vosotros. ¡Sed hombres y combatid!
(10)
ַ֣ ִ ֹ֙‫וַיִ ָ ָֽלח ֲַ֣מּוְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁוַיִ נָ ֵֶׁ֤֣גֶףְׁיִ ש ָראלְֹׁ֙ ַוי ִָ֨נסּו‬
ְׁ‫ְׁאישְׁלְׁאָֹֽ הָ ֵָ֔ליוְׁוַתְׁ ִ ֹּ֥היְׁהַ מַ כָ ִ֖ה‬
:‫ֶףְׁרג ִ ָֽלי‬
ַ ‫יםְׁאל‬ִ֖ ֶ ‫לש‬ ֹּ֥ ִ ְׁ‫ְֹׁ֙מיִ ש ָר ֵ֔אלְׁש‬ ִ ‫גְׁדֹולָ ַ֣הְׁמְׁאָֹ֑ דְׁוַיִ פֹ ל‬
vailájamú fêlishtím vainágef israel vaianúsú ísh lêóhaláv, vatêhí hamakáh
gêdoláh mêód; vaipol miisraél, shêloshím élef raglí.

Los filisteos combatieron, e Israel fue vencido; y cada uno huyó a su morada.
Ocurrió una gran derrota, pues cayeron de Israel 30000 hombres de infantería.
(11)
:ְׁ‫ּופינְׁ ָ ָֽחס‬
ָֽ ִ ְׁ‫ְׁמתּוְׁחְׁפ ִנִ֖י‬
ֵ֔ ֹ֙‫ֱלהיםְׁנִ ל ָ ָ֑קחְּׁושנֵׁ֤יְׁבְׁנָֽי־עלִ י‬
ִ֖ ִ ‫ַ ָֽוא ֲֹּ֥רֹוןְׁא‬
váarón elohím nilqáj; ushnéi vênéi-'elí métu, jofní ufínêjás .

El arca de Elohim fue tomada, y fueron muertos Ofni y Pinejás [Fineas], los
dos hijos de Elí.
(12)
ְׁ‫אְׁשלִ֖ הְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ָ֑הּואְּׁומַ ָ ַ֣דיו‬
ִ ֹ ‫ץְׁאיש־בִ ני ִָמןֹ֙ ְׁמהַ ַ ַ֣מע ֲָר ֵָ֔כהְׁ ַו ָי ֹּ֥ב‬
ִ ְׁ‫וַיָ ֵֶׁ֤֣ר‬
:‫ֹאשֹו‬
ָֽ ‫יםְׁואֲדָ ָ ִ֖מהְׁעַל־ר‬ ָֽ ַ ‫קְׁר ֵ֔ ִע‬
vaiárotz ish-biniamin mehamá'arajáh, vaiavó shilóh baióm hahú; umadáv
qêru'ím, váadamáh 'al-roshó.

Aquel mismo día, cierto hombre de Benjamín corrió desde el campo de batalla
hasta Shiló [Silo], con la ropa rasgada y tierra sobre su cabeza.

168
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 4

(13)
ְׁ ֹ֙‫הְׁכי־הָ יָ ֵׁ֤הְׁלִ בֹו‬
ָֽ ִ ֵֶ֔‫ֹּ֥ד)ְׁד ֶרְךֹ֙ ְׁמְׁצַ פ‬
ֶ ִ֨ ַ‫בְׁעל־הַ כִ ָ֜סאְׁיךְׁ(י‬ ָֽ ַ ‫ַ֣הְׁעלִ יְׁיֹ ִ֨ש‬ֶ֠ ‫ַוי ִָ֗בֹואְׁוְׁהִ נ‬
: ‫להיםְׁוְׁהָ ִִ֗אישְׁבִָ֚ אְׁלְׁהַ ִגַ֣ידְׁבָ ֵ֔ ִעירְׁו ִַתזעַ ִ֖קְׁכְׁל־הָ ִ ָֽעיר‬
ְׁ ָ֑ ִ ‫חָ ֵ֔רדְׁעַ ִ֖לְׁא ֲַ֣רֹוןְׁ ָ ָֽה ֱא‬
vaiavó vêhinéh 'éli ioshév 'ál-hakisé ij (iád) dérej mêtzapéh, kí-haiáh libó
jaréd, 'ál arón háelohím; vêhaísh bá lêhagíd ba'ír, vatiz'áq kol-ha'ír .

Cuando llegó, he aquí que Elí estaba sentado en un banco vigilando junto al
camino, porque su corazón temblaba a causa del arca de Elohim. Cuando
aquel hombre llegó a la ciudad y dio la noticia, toda la ciudad prorrumpió en
griterío.
(14)
ְׁ‫ֹולְׁההָ ִ֖מֹוןְׁהַ זֶ ָ֑הְׁוְׁהָ ִ ַ֣איש‬
ָֽ ֶ ‫הְׁק‬
ֹּ֥ ‫רְׁמ‬
ַ֛ ֶ ֶ‫ת־קֹולְׁהַ צְׁע ֵ֔ ָָקהְׁ ַו ָּ֕י ֹאמ‬ ַ֣ ֶ‫וַיִ ש ַ ֵׁ֤מעְׁעלִ יֹ֙ ְׁא‬
:‫ִמ ֵ֔ ַהרְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁ ַויַגֹּ֥דְׁלְׁע ִ ָֽלי‬
vaishmá' 'elí et-qól hatzê'aqáh, vaiómer méh qól héhamón hazéh; vêhaísh
mihár, vaiavó vaiagéd lê'elí.

Al oír Elí el estruendo del griterío, preguntó: –¿Qué estruendo de alboroto es


éste? El hombre se dio prisa, vino y dio la noticia a Elí.
(15)
:‫ַ֣יוְׁקמָ הְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁיָכִ֖ ֹולְׁלִ ר ָֽאֹות‬
ָ ֵ֔ ָ‫ן־תש ִ ֹּ֥עיםְּׁושמֹ נֶ ִ֖הְׁשָ נָ ָ֑הְׁוְׁעינ‬
ִ ֶ‫וְׁעלִָּ֕ יְׁב‬
vê'elí ben-tish'ím ushmonéh shanáh; vê'eináv qámah, vêló iajól lirót.

Elí tenía ya 98 años; sus pupilas estaban inmóviles, de modo que no podía ver.
(16)
ְׁ‫יְׁמן־הַ ַ ָֽמע ֲָרכָ ִ֖ה‬
ִ ‫ָֽאֲנ‬
ִ ָּ֕ ‫הְׁו‬
ַ ‫ַ֣אְׁמן־הַ ַ ָֽמע ֲָר ֵָ֔כ‬ ִ ‫יְׁאנֹ כִ יֹ֙ ְׁהַ ָב‬ ָֽ ָ ִִ֗‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁ הָ ִָ֜אישְׁאֶ ל־על‬
:‫רְׁמה־הָ יָ ֹּ֥הְׁהַ דָ ָבִ֖רְׁבְׁ ִ ָֽני‬ ָֽ ֶ ֶ‫נַ ַ֣ס ִתיְׁהַ יָ֑ ֹוםְׁ ַו ַ֛י ֹאמ‬
vaiómer haísh el-'elí ánojí habá min-hamá'arajáh, váaní min-hamá'arajáh násti
haióm; vaiómer méh-haiáh hadavár bêní.

El hombre dijo a Elí: –Soy el que ha venido de la batalla; hoy escapé de la


batalla. Y Elí le preguntó: –¿Qué ha pasado, hijo mío?
(17)
ְׁ‫ַןְׁהמְׁבַ ָ֜שרְׁ ַו ִ֗י ֹאמֶ רְׁנָ ֵׁ֤סְׁיִ ש ָראלְֹׁ֙לִ פנַ֣יְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוְׁגַ ַ֛םְׁמַ גפָ ֹּ֥הְׁגְׁדֹולָ ִ֖ה‬
ָֽ ַ ‫ַו ִַ֨יע‬
ְׁ‫להים‬ ִ֖ ִ ֱ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫סְׁוא ֲֹּ֥ר‬
ָֽ ַ ‫ְּׁופינ ֵ֔ ָח‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫יָךְׁמתּוְׁחְׁפנִ י‬
ִ֗ ‫ָ ָֽהיְׁ ָ ַ֣תהְׁבָ עָ ָ֑םְׁוְׁגַם־שְׁ ִ֨ניְׁבָ ֶָ֜נ‬
‫ פ‬:ְׁ‫נִ ל ָ ָֽקחָ ה‬
vaiá'an hámêvasér vaiómer nás israel lifnéi fêlishtím, vêgám magefáh gêdoláh
háiêtáh va'ám; vêgam-shênéi vanéja métu jofní ufínjás, váarón háelohím
nilqájah .

169
4 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

El mensajero respondió y dijo: –Israel ha huido delante de los filisteos. Ha


ocurrido una gran mortandad entre el pueblo. También han muerto tus dos
hijos, Ofni y Pinejás [Fineas]; y el arca de Elohim ha sido capturada.
(18)
ְׁ‫ַל־הַ כִ סאְׁאֲחִֹ֨ ַר ָ֜ ִנית‬
ֶ֠ ‫לְׁמע‬ָֽ ‫ֱלהיםְׁוַיִ ַ֣ ֹפ‬ ִִ֗ ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫וַי ִָׁ֞היְׁכְׁהַ זכִ ַ֣ירֹוְׁ׀ְׁאֶ ת־א ֲַ֣ר‬
ְׁ‫תְׁכי־ז ָֹּ֥קןְׁהָ ִ ִ֖אישְׁוְׁכָבָ֑ד‬
ָֽ ִ ֵֹ֔‫בְׁעַ ַ֣דְׁ׀ְׁיַ ַ֣דְׁהַ שִַ֗ עַרְׁו ִַתשָ בֵׁ֤רְׁמַ פ ַרקתֹוֹ֙ ְׁ ַויָמ‬
:ְׁ‫וְׁ ַ֛הּואְׁשָ פַ ֹּ֥טְׁאֶ ת־יִ ש ָר ִ֖אלְׁאַ רבָ ִ ֹּ֥עיםְׁשָ ָנָֽה‬
vaihí kêhazkiró | et-arón háelohím vaipól mé'al-hákise ajóranít bê'ád | iád
hashá'ar vatishavér mafraqtó vaiamót, kí-zaqén haísh vêjavéd; vêhú shafát et-
israél arba'ím shanáh .

Y aconteció que cuando él mencionó el arca de Elohim, Elí cayó de espaldas


del banco, junto a la puerta. Se quebró la nuca, y murió, porque era hombre
anciano y obeso. Él había juzgado a Israel durante cuarenta años.
(19)
ְׁ‫ת־פינְׁחָ ס֮ ְׁהָ ָ ַ֣רהְׁ ָל ַלתְׁ֒ו ִַתש ַ ַ֣מעְׁאֶ ת־הַ שְׁמּו ִָ֗עהְׁאֶ ל־הִ לָקַ ְֹׁ֙ח‬ ָֽ ִ ֶ‫וְׁ ַכל ַָ֣תֹוְׁאש‬
ְׁ ָ‫ֶדְׁכי־נֶהֶ פכֹּ֥ ּוְׁעָלֶ ִ֖יה‬
ָֽ ִ ‫ישּהְׁו ִַתכ ַ ַ֣רעְׁו ֵַ֔תל‬
ָ֑ ָ ‫יםְּׁומתְׁחָ ִ ִ֖מיהָ ְׁוְׁ ִא‬
ֹּ֥ ‫ֱלה‬
ִֵ֔ ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫א ֲַ֣ר‬
:ְׁ ָ‫צִ ֶ ָֽריה‬
vêjalató eshet-pínêjas haráh lalat vatishmá' et-hashêmu'áh el-hilaqaj arón
háelohím, umét jamíha vêisháĥ; vatijrá' vatéled, kí-nehefjú 'aléiha tziréiha .

También su nuera, la mujer de Pinejás [Fineas], que estaba encinta y próxima


a dar a luz, al oír la noticia de que el arca de Elohim había sido capturada y
que su suegro y su marido habían muerto, se encorvó y dio a luz; porque le
sobrevinieron sus dolores.
(20)
ְׁ‫יְׁכיְׁבַ֣ןְׁיָלָ ָ֑דתְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹא‬
ַ֣ ִ ‫יר ִ ִ֖א‬
ְׁ ‫ל־ת‬
ָֽ ִ ַ‫ַ֣תְׁמּותּהְׁוַתְׁדַ ִ֨ברנָהֹ֙ ְׁהַ נִ צָ ַ֣בֹותְׁ ָע ֵֶ֔ליהָ ְׁא‬
ָ ִ֗ ‫ּוכע‬
:‫ֹא־שתָ הְׁלִ ָ ָֽבּה‬
ֹּ֥ ָ ‫ָ ָֽענְׁ ָ ִ֖תהְׁוְׁל‬
uj'ét mutáĥ vatêdabérnah hanitzavót 'aléiha, al-tírêí kí vén ialádt; vêló 'ánêtáh
vêlo-shátah libáĥ.

Al tiempo que moría, le decían las que estaban junto a ella: –No tengas temor,
porque has dado a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención.
(21)
ְׁ ֹ֙‫ֹודְׁמיִ ש ָר ָ֑אלְׁאֶ ל־הִ לָקַ ח‬
ִ ‫ַרְׁאיכָבֹודֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁגָלָ ֹּ֥הְׁכ ִָ֖ב‬ ָֽ ִ ‫ו ִַתק ָ ַ֣ראְׁ ַל ִַ֗נע‬
:ְׁ‫ישּה‬ ָֽ ָ ‫ֱלהיםְׁוְׁאֶ ל־חָ ִ ִ֖מיהָ ְׁוְׁ ִא‬
ִֵ֔ ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫א ֲַ֣ר‬
vatiqrá laná'ar íjavod lemór, galáh javód miisraél; el-hilaqaj arón háelohím,
vêel-jamíha vêisháĥ .

170
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 4, 5

Ella llamó al niño Icabod diciendo: –La gloria se ha apartado de Israel. Dijo
esto porque el arca de Elohim había sido capturada, y por lo ocurrido a su
suegro y a su marido.
(22)
‫ פ‬:ְׁ‫ֱלהים‬
ָֽ ִ ‫ֹוןְׁהא‬ ֹּ֥ ִ ‫ֹודְׁמיִ ש ָר ָ֑א‬
ָֽ ָ ‫לְׁכיְׁנִ ל ַ ִ֖קחְׁא ֲֹּ֥ר‬ ִ ‫ַו ָּ֕ת ֹאמֶ רְׁגָלָ ֹּ֥הְׁכ ִָ֖ב‬
vatómer galáh javód miisraél; kí nilqáj arón háelohím .

Ella dijo: –La gloria se ha apartado de Israel, porque el arca de Elohim ha sido
capturada.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 5


(1)
: ‫ֱלהיםְׁוַיבִ אַ֛הּוְׁמ ֶ ֹּ֥אבֶ ןְׁהָ ִ֖עזֶרְׁאַ ש ָֽדֹודָ ה‬
ְׁ ָ֑ ִ ‫ְׁלקְׁ ֵ֔חּוְׁ ִ֖אתְׁא ֲַ֣רֹוןְׁ ָ ָֽהא‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ּופלִ ש ִתים‬
uflishtim láqêjú, ét arón háelohím; vaiviúhu meéven ha'ézer ashdódah .

Después de haber capturado el arca de Elohim, los filisteos la llevaron de


Eben-ezer a Asdod.
(2)
ְׁ‫ֱלהיםְׁ ַוי ִ ָֹּ֥באּוְׁאֹ ִ֖תֹוְׁבַ֣יתְׁדָ גָ֑ ֹוןְׁ ַוי ִ ַֹּ֥ציגּו‬ ָֽ ָ ‫וַיִ ק ֵׁ֤חּוְׁפְׁ לִ ש ִתיםֹ֙ ְׁאֶ ת־א ֲַ֣ר‬
ִֵ֔ ‫ֹוןְׁהא‬
:ְׁ‫ֹוְׁאצֶ לְׁדָ גָֽ ֹון‬
ֹּ֥ ‫אֹ ִ֖ת‬
vaiqjú fêlishtim et-arón háelohím, vaiavíu otó béit dagón; vaiatzígu otó étzel
dagón .

Los filisteos tomaron el arca de Elohim, la introdujeron en el templo de Dagón


y la pusieron junto a Dagón.
(3)
ְׁ‫ְׁארצָ הְׁלִ פנִ֖י‬
ַ ֵ֔ ֹ֙‫דֹודיםֹ֙ ִ ְָֽׁממָ חְׁ ָ ֵ֔רתְׁוְׁהִ נַ֣הְׁדָ גִ֗ ֹוןְׁנֹ פֵׁ֤לְׁלְׁ ָפנָיו‬
ִ ‫ַויַש ִ ֵׁ֤כמּוְׁאַ ש‬
ָֽ ‫א ֲַ֣רֹוןְׁיהוָ ָ֑הְׁוַיִ קחּוֹ֙ ְׁאֶ ת־דָ גֵ֔ ֹוןְׁ ַוי ִ ָֹּ֥שבּוְׁאֹ ִ֖תֹוְׁלִ מ‬
:ְׁ‫קֹומֹו‬
vaiashkímu ashdodim mímajorát, vêhinéh dagón nofél lêfanav ártzah, lifnéi
arón Adonai; vaiqjú et-dagón, vaiashívu otó limqomó .

Y cuando los de Asdod se levantaron temprano al día siguiente, he aquí que


Dagón estaba caído en tierra sobre su rostro, frente al arca del Eterno.
Entonces tomaron a Dagón y lo pusieron otra vez en su sitio.

171
5 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(4)
ְׁ‫ְׁארצָ הְׁלִ פנִ֖יְׁא ֲַ֣רֹון‬ ַ ֵ֔ ֹ֙‫ַויַש ִ ַ֣כמּוְׁבַ בֹ קֶ ר֮ ִ ְָֽׁממָ חְׁ ָרתְׁ֒וְׁהִ נַ֣הְׁדָ גִ֗ ֹוןְׁנֹ פֵׁ֤לְׁלְׁ ָפנָיו‬
ְׁ‫ןְׁרקְׁדָ גִ֖ ֹון‬
ֹּ֥ ַ ‫יהוָ ָ֑הְׁוְׁ ִ֨ר ֹאשְׁדָ גָ֜ ֹוןְּׁוש ַ֣תיְׁ׀ְׁכ ַַ֣פֹותְׁי ִ֗ ָָדיוְׁכְׁרתֹותֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ ִמפ ֵ֔ ָת‬
:ְׁ‫נִ ש ַ ֹּ֥ארְׁע ָ ָָֽליו‬
vaiashkímu vaboqer mímajorat vêhinéh dagón nofél lêfanav ártzah, lifnéi arón
Adonai; vêrósh dagón ushtéi | kapót iadáv kêrutot el-hamiftán, ráq dagón
nishár 'aláv .

Pero al levantarse temprano al día siguiente, he aquí que Dagón estaba caído
en tierra sobre su rostro, frente al arca del Eterno; y la cabeza y las manos de
Dagón estaban cortadas, sobre el umbral. Sólo el tronco le había quedado a
Dagón.
(5)
ְׁ‫ַל־מפ ַ ֹּ֥תן‬
ִ ‫ְׁ֩כה ֲִ֨ניְׁדָ גָ֜ ֹוןְׁוְׁ ָ ָֽכל־הַ בָ ִ ָ֧איםְׁבית־דָ גַ֛ ֹוןְׁע‬
ֹ ָֽ ‫ַל־כןְׁ ָֽל ֹא־יִ דרְׁכּו‬
֡ ‫ע‬
‫ פ‬:‫דָ גִ֖ ֹוןְׁבְׁאַ ש ָ֑דֹודְׁעַ ִ֖דְׁהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
'al-kén ló-idrêjú jóhanéi dagón vêjál-habaím beit-dagón 'al-miftán dagón
bêashdód; 'ád haióm hazéh.

Por esta razón los sacerdotes de Dagón, y todos los que entran en el templo de
Dagón, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta el día de hoy.
(6)
ְׁ‫דֹודיםְׁוַי ִש ָ֑מםְׁוַיַ ְֵֶׁ֤֣ךְׁאֹ תָ םֹ֙ ְׁבעפלים‬
ִ֖ ִ ‫ל־האַ ש‬
ָֽ ָ ֶ‫ו ִַתכ ַבָ֧דְׁיַד־יהוָ ַ֛הְׁא‬
:ְׁ ָ‫בּוליה‬
ָֽ ֶ ְׁ‫(בַ טְׁחֹ ִ ֵ֔רים)ְׁאֶ ת־אַ ש ִ֖דֹודְׁוְׁאֶ ת־ג‬
vatijbád iad-Adonai el-háashdodím vaishimém; vaiáj otam v'flym (batêjorím),
et-ashdód vêet-gêvuléiha .

La mano del Eterno se agravó contra los de Asdod: Los asoló y los hirió con
tumores, tanto en Asdod como en sus territorios.
(7)
ָֽ ִ ‫וַיִ ר ֹּ֥אּוְׁאַ נ ָֽשי־אַ ש ִ֖ד‬
ְֹׁ֙‫ֹודְׁכי־כָ֑ןְׁוְׁ ָ ָֽאמְׁ ִ֗רּוְׁ ָֽל ֹא־י ָׁ֞שבְׁא ֲִ֨רֹוןְׁאֱלהֵׁ֤יְׁיִ ש ָראל‬
:‫ֱלהינּו‬
ָֽ ‫נּוְׁכי־קָ ש ָ ֵׁ֤תהְׁיָדֹוֹ֙ ְׁע ֵָ֔לינּוְׁוְׁעַ ִ֖לְׁדָ גֹּ֥ ֹוןְׁא‬
ָֽ ִ ‫עִ ֵ֔ ָמ‬
vairú anshéi-ashdód kí-jén; vêámêrú ló-ieshév arón elohéi israel 'imánu, kí-
qashtáh iadó 'aléinu, vê'ál dagón elohéinu.

Al ver esto, los hombres de Asdod dijeron: –¡Que no se quede con nosotros el
arca del Elohim de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre
Dagón nuestro dios!

172
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 5

(8)
‫ְׁמה־‬ ֶ ִ֗ ‫וַיִ שלְׁ ֡חּוְׁו ַַיָֽאַ ספּוְׁ֩אֶ ת־כְׁל־סַ ר ִ֨ניְׁפְׁלִ ש ָ֜ ִתיםְׁאֲל‬
ָֽ ַ ֹ֙‫יהםְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁרּו‬
ְׁ‫ֱלהיְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁ ַו ַ֣י ֹאמ ֵ֔רּוְׁגַ ַ֣תְׁיִ סֵֹ֔ בְׁא ֲִ֖רֹוןְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ָ֑אל‬
ַ֣ ‫הְׁלאֲרֹוןֹ֙ ְׁא‬
ָֽ ַ ִֶ֗‫ַנעֲש‬
‫ ס‬:‫ַוי ַָּ֕סבּוְׁאֶ ת־א ֲִ֖רֹוןְׁאֱלהֹּ֥יְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
vaishlêjú vaiáasfú et-kol-sarnéi fêlishtím aleihém vaiómêrú máh-na'aséh
láaron elohéi israél, vaiómrú, gát isóv, arón elohéi israél; vaiasébu et-arón
elohéi israél.

Entonces mandaron reunirse con ellos a todos los gobernantes de los filisteos
y les preguntaron: –¿Qué haremos con el arca del Elohim de Israel? Ellos
respondieron: –Que el arca del Elohim de Israel sea trasladada a Gat. Y
trasladaron el arca del Elohim de Israel.
(9)
ְׁ‫יְׁאח ֲַ֣ריְׁ׀ְׁה ַ ַ֣סבּוְׁאֹ ִ֗תֹוְׁוַתְׁ ִִ֨היְׁיַד־יהוָ ֵׁ֤הְׁ׀ְׁבָ עִ ירֹ֙ ְׁמְׁהּומָ הֹ֙ ְׁגְׁדֹולָ ַ֣ה‬
ָֽ ַ ‫וַי ִָׁ֞ה‬
ְׁ‫ירְׁמקָ טִֹ֖ ןְׁוְׁעַד־ג ָָ֑דֹולְׁוַיִ ָ ָֽשתְׁ ֹּ֥רּוְׁל ֶָהִ֖םְׁעפלים‬
ִ ‫מְׁ ֵ֔ ֹאדְׁ ַויְַךֹ֙ ְׁאֶ ת־אַ נ ַ֣שיְׁהָ ֵ֔ ִע‬
:ְׁ)‫(טְׁחֹ ִ ָֽרים‬
vaihí ájaréi | hesábu otó vatêhí iad-Adonai | ba'ir mêhumah gêdoláh mêód,
vaiaj et-anshéi ha'ír, miqatón vê'ad-gadól; vaisátêrú lahém 'flym (têjorím) .

Pero aconteció, después que la habían trasladado, que la mano del Eterno fue
contra la ciudad ocasionando gran pánico. E hirió a los hombres de la ciudad,
desde el menor hasta el mayor, de modo que aparecieron en ellos tumores.
(10)
ְׁ ֹ֙‫ֹוןְׁהאֱלהִ ים‬
ָֽ ָ ‫ֱלהיםְׁעֶק ָ֑רֹוןְׁוַי ִִ֗היְׁכְׁ ִ֨בֹואְׁא ֲֵׁ֤ר‬ ִ֖ ִ ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫ַוֶָֽ֣ישַ לְׁ ַ֛חּוְׁאֶ ת־א ֲֹּ֥ר‬
ְׁ‫ּוְׁהעֶקרֹ ָ֜ ִניםְׁלאמִֹ֗ רְׁה ַסֵׁ֤בּוְׁאלַיֹ֙ ְׁאֶ ת־אֲרֹוןֹ֙ ְׁאֱלהַ֣י‬ ָֽ ָ ‫עֶק ֵ֔רֹוןְׁוַיִ זע ֲִ֨ק‬
:ְׁ‫יתנִ יְׁוְׁאֶ ת־ע ִ ַָֽמי‬ ִ֖ ‫לְׁלה ֲִמ‬
ָֽ ַ ‫יִ ש ָר ֵ֔א‬
váishalêjú et-arón háelohím 'eqrón; vaihí kêvó arón háelohim 'eqrón, vaiz'aqú
há'eqroním lemór hesábu elaí et-aron elohéi israél, láhamiténi vêet-'amí .

Entonces enviaron el arca de Elohim a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de


Elohim llegó a Ecrón, los de Ecrón dieron voces diciendo: –¡Han trasladado
hasta nosotros el arca del Elohim de Israel, para que nos haga morir a nosotros
y a nuestro pueblo!
(11)
ְׁ‫וַיִ שלְׁ ִ֨חּוְׁו ַַיָֽאַ ס ָ֜פּוְׁאֶ ת־כְׁל־סַ רנַ֣יְׁפְׁלִ ש ְִִׁ֗תיםְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְׁשַ לְׁ ָׁ֞חּוְׁאֶ ת־א ֲִ֨רֹון‬
ְׁ‫י־היְׁ ָ ֵׁ֤תה‬
ְׁ ‫יְׁכ‬
ָֽ ִ ‫קֹומֹוְׁוְׁ ָֽל ֹא־י ִ ָֹּ֥מיתְׁאֹ ִ ִ֖תיְׁוְׁאֶ ת־ע ִ ַָ֑מ‬ֵ֔ ‫אֱלהֵׁ֤יְׁיִ ש ָראלְֹׁ֙וְׁיָשַֹ֣ בְׁלִ מ‬
:ְׁ‫יםְׁשם‬ָֽ ָ ‫ֱלה‬ִ֖ ִ ‫ֹּ֥דְׁהא‬
ָֽ ָ ַ‫ירְׁכבְׁ ָ ֹּ֥דהְׁמְׁאַֹ֛ דְׁי‬
ָֽ ָ ‫ת־מוֶתֹ֙ ְׁבְׁכְׁל־הָ ֵ֔ ִע‬
ָ ִ֨ ַ‫מְׁ ָֽהּומ‬

173
5, 6 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaishlêjú vaiáasfú et-kol-sarnéi fêlishtím vaiómêrú shalêjú et-arón elohéi


israel vêiashóv limqomó, vêló-iamít otí vêet-'amí; kí-hoiêtáh mêhúmat-mávet
bêjol-ha'ír, kávêdáh mêód iád háelohím shám .

Entonces mandaron reunir a todos los gobernantes de los filisteos, y dijeron: –


Enviad el arca del Elohim de Israel y que vuelva a su lugar, no sea que nos
mate a nosotros y a nuestro pueblo. Pues había pánico de muerte en toda la
ciudad, y la mano de Elohim se había agravado allí.
(12)
ְׁ‫ַלְׁשוְׁעַ ֹּ֥ת‬
ָֽ ַ ‫ֹא־מתּוְׁהכִ֖ ּוְׁבעפליםְׁ(בַ טְׁחֹ ִ ָ֑רים)ְׁו ַ ַַ֛תע‬
ֵ֔ ‫ֲשרְׁל‬
ַ֣ ֶ ‫וְׁ ָ ָֽה ֲאנ ִָשיםֹ֙ ְׁא‬
‫ ס‬:‫הָ ִ ִ֖עירְׁהַ שָ ָ ָֽמיִ ם‬
vêháanashim ashér lo-métu, hukú v'flym (batêjorím); vatá'al shávê'át ha'ír
hashamáim.

Los hombres que no habían muerto fueron llagados con tumores, y el clamor
de la ciudad subía hasta el cielo.

Shamuel Alef – I de Samuel Capítulo 6


(1)
:ְׁ‫יםְׁשבעָ ֹּ֥הְׁחְׁדָ ִ ָֽשים‬
ִ ‫וַי ִ ָ֧היְׁאֲרֹון־יהוָ ַ֛הְׁבִ ש ֹּ֥דהְׁפְׁלִ ש ִ ִ֖ת‬
vaihí aron-Adonai bisdéh fêlishtím shiv'áh jodashím .

El arca del Eterno estuvo en la tierra de los filisteos siete meses.


(2)
ְׁ‫הְׁלא ֲַ֣רֹון‬ ָֽ ַ ֵֹ֔‫וַיִ קרְׁ ַ֣אּוְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁל ָֽ ַֹכה ֲִנֵׁ֤יםְׁוְׁלַקָֹֽ סְׁ ִמיםֹ֙ ְׁלאמ‬
ָֽ ַ ‫רְׁמה־ ַנע ֶ ֲִ֖ש‬
‫ ס‬:ְׁ‫קֹומֹו‬
ָֽ ‫ָ֑הְׁה ִֹוד ָּ֕ענּוְׁבַ ֶ ִ֖מהְׁנְׁשַ לְׁ ֶחֹּ֥נּוְׁלִ מ‬
ָֽ ָ‫יהו‬
vaiqrêú fêlishtím lakóhaním vêlaqósêmim lemór, máh-na'aséh láarón Adonai;
hódi'únu baméh nêshalêjénu limqomó .

Entonces los filisteos llamaron a los sacerdotes y adivinos, y les preguntaron:


–¿Qué haremos con el arca del Eterno? Dadnos a conocer cómo la hemos de
enviar a su lugar.
(3)
ְׁ ֹ֙‫ּוְׁאם־מְׁשַ לְׁ ִָׁ֞חיםְׁאֶ ת־א ֲִ֨רֹוןְׁאֱלהֵׁ֤יְׁיִ ש ָראלְֹׁ֙אַ ל־תְׁשַ לְׁ ֵׁ֤חּוְׁאֹ תֹו‬ ָֽ ִ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֗ר‬
‫נֹודעְׁ ָל ֵֶ֔כםְׁלָ ַ֛מָ הְׁ ָֽל ֹא־‬
ַ֣ ַ ְׁ‫םְׁאזְׁת ָ ָֽרפְׁאּוֹ֙ ְׁו‬
ֵׁ֤ ָ ‫םְׁכי־הָ ֹּ֥שבְׁתָ ִ ַ֛שיבּוְׁלִ֖ ֹוְׁאָ ָ ָ֑ש‬ ָֽ ִ ‫יק‬ָ ֵ֔ ‫ר‬
:‫ֹוְׁמ ֶ ָֽכם‬
ִ ‫תָ ֹּ֥סּורְׁי ִָ֖ד‬
vaiómêrú ím-mêshalêjím et-arón elohéi israel al-têshalêjú otó reiqám, kí-
hashév tashívu ló ashám; áz teráfêú vênodá' lajém, lámah ló-tasúr iadó

174
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 6

mikém.

Ellos respondieron: –Si enviáis el arca del Elohim de Israel, no la enviéis sola;
sino más bien, enviadle una ofrenda por la culpa. Entonces seréis sanados y
entenderéis por qué su mano no se apartó de vosotros.
(4)
ְׁ‫ּוְׁמספַרֹ֙ ְׁסַ רנַ֣יְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתים‬ִ ‫ֲשרְׁנ ִ ַָ֣שיבְׁלֹוְׁ֒ו ַָֽי ֹאמְׁ ִ֗ר‬ַ֣ ֶ ‫הְׁהאָ שָ ם֮ ְׁא‬
ָֽ ָ ‫ּוְׁמ‬
ַ֣ ָ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֗ר‬
ְׁ‫ָ֑בְׁכי־מַ גפָ ֹּ֥הְׁאַ ַחַ֛ת‬
ָֽ ִ ‫בְׁוח ֲִמ ָ ִ֖שהְׁעַכ ְׁב ַ֣ריְׁז ָָה‬
ָֽ ַ ‫ח ֲִמשָ הֹ֙ ְׁעפליְׁ(טְׁחֹ ַ֣רי)ְׁז ֵ֔ ָָה‬
:‫יכם‬
ָֽ ֶ ‫לְׁכלָ ִ֖םְּׁולסַ רנ‬
vaiómêrú máh háasham ashér nashív ló vaiómêrú mispar sarnéi fêlishtím,
jamishah 'fly (têjoréi) zaháv, vájamisháh 'ajbêréi zaháv; kí-magefáh aját
lêjulám ulsarneijém.

Ellos preguntaron: –¿Cuál será la ofrenda por la culpa que le hemos de


enviar? Ellos respondieron: –Daréis cinco tumores de oro y cinco ratones de
oro, conforme al número de los gobernantes de los filisteos, porque la misma
plaga os ha afligido a todos vosotros y a vuestros gobernantes.
(5)
ְׁ ֹ֙‫יתם‬
ִ ִ‫ַ ָֽוע ֲִשיתֶ םְׁ֩צַ ל ִ֨מיְׁעפליכםְׁ(טְׁחָֹֽ רי ֶָ֜כם)ְׁוְׁצַ ל ַ֣מיְׁעַכבְׁרי ִֶ֗כםְׁהַ מַ שח‬
ְׁ ֹ֙‫םְׁלאלהֹּ֥יְׁיִ ש ָר ִ֖אלְׁכ ָָ֑בֹודְׁאּו ִַ֗ליְׁי ֵָׁ֤קלְׁאֶ ת־יָדֹו‬ָֽ ‫אֶ ת־הָ ֵ֔ ָא ֶרץְּׁונתַ ֶ ַ֛ת‬
:‫ָֽמעֲלי ֵֶ֔כםְּׁומעַ ֹּ֥לְׁאֱלָֽ היכֶ ִ֖םְּׁומעַ ֹּ֥לְׁאַ רצְׁ ֶ ָֽכם‬
vá'asitem tzalméi 'flyjm (têjóreijém) vêtzalméi 'ajbêreijém hamashjitim et-
haáretz, untatém lélohéi israél kavód; ulái iaqél et-iadó mé'aleijém, ume'ál
elóheijém ume'ál artzêjém.

Haced, pues, figuras de vuestros tumores y de los ratones que destruyen la


tierra, y dad gloria al Elohim de Israel; quizás aligere el peso de su mano
sobre vosotros, sobre vuestros dioses y sobre vuestra tierra.
(6)
ְׁ‫ּוְׁמצ ַ ֹּ֥ריִ םְּׁופַר ִ֖ ֹעהְׁאֶ ת־לִ ָבָ֑ם‬
ִ ‫ֲשרְׁכִ בְׁ ַ֛ד‬ ָ֧ ֶ ‫םְׁכא‬
ָֽ ַ ‫וְׁלָ ֵׁ֤מָ הְׁתְׁכַבְׁדּוֹ֙ ְׁאֶ ת־לְׁבַ ב ֵֶ֔כ‬
:‫םְׁוֶָֽ֣ישַ לְׁ ִ֖חּוםְׁוַי ָֽלכּו‬
ַ ‫ֲשרְׁהִ תעַלַ֣לְׁבָ ֵ֔ ֶה‬ ַ֣ ֶ ‫ְׁכא‬
ָֽ ַ ֹ֙‫הֲלֹוא‬
vêlámah têjabêdú et-lêvavjém, káashér kibêdú mitzráim ufar'óh et-libám; halo
káashér hit'alél bahém, váishalêjúm vaieléju.

¿Por qué endureceréis vuestro corazón, como los egipcios y el faraón


endurecieron su corazón? Después que él se había mofado de ellos, ¿no los
dejaron ir, y se fueron?

175
6 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(7)
‫ֲשרְׁ ָֽל ֹא־‬ַ֛ ֶ ‫ּוְׁוע ֲָ֜שּוְׁ ֲעגָלָ ֵׁ֤הְׁחֲדָ שָ הֹ֙ ְׁאֶ ֵ֔ ָחתְּׁוש ֵׁ֤תיְׁפָרֹותֹ֙ ְׁע ֵָ֔לֹותְׁא‬
ָֽ ַ ‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁקְׁ ִ֨ח‬
ְׁ‫יהַ֛ם‬ֶ ‫ְׁב ֲע ָג ֵָ֔להְׁ ַוה ֲָֽשיבֹ ֶ ָ֧תםְׁבְׁנ‬
ָֽ ָ ֹ֙‫לְׁואֲסַ ר ֶ ֵׁ֤תםְׁאֶ ת־הַ פָרֹות‬ ָֽ ַ ‫ִ֖םְׁע‬
ֹ ָ֑ ‫יה‬ ֶ ‫עָלָ ֹּ֥הְׁעֲל‬
:‫יהִ֖םְׁהַ ָ ָֽביְׁתָ ה‬ ֶ ‫מ ַ ָֽאחֲר‬
vê'atáh qêjú vá'asú 'agaláh jadashah eját, ushtéi farot 'alót, ashér ló-'aláh
'aleihém 'ól; váasartém et-haparot bá'agaláh, vahashéivotém bêneihém
meájareihém habáiêtah.

Haced, pues, una carreta nueva; luego tomad dos vacas que estén criando,
sobre las cuales no haya sido puesto yugo; uncid las vacas a la carreta y haced
volver sus terneros, de detrás de ellas, al corral.
(8)
ְׁ‫ל־ה ֲע ָג ֵָ֔להְׁוְׁ ַ֣אתְׁ׀ְׁכְׁלַ֣י‬
ַ֣ ָ ֶ‫ּולקַ ח ָׁ֞ ֶתםְׁאֶ ת־א ֲַ֣רֹוןְׁיה ִ֗ ָוהְּׁונתַ ֶ ֵׁ֤תםְׁאֹ תֹוֹ֙ ְׁא‬
ְׁ‫ִ֖זְׁמצִ ָ֑דֹוְׁוְׁ ִשלַח ֶ ֹּ֥תםְׁאֹ ִ֖תֹו‬
ִ ַ‫ימּוְׁבאַ רג‬
ָֽ ָ ‫הַ ז ִ֗ ָָהבְׁאֲשִֶ֨ רְׁה ֲָֽשבֹ ֶ ֹּ֥תםְׁלֹוֹ֙ ְׁאָ שֵָ֔ םְׁתָ ִ ֹּ֥ש‬
:ְׁ‫וְׁהָ ָ ָֽלְך‬
ulqajtém et-arón Adonai untatém otó el-há'agaláh, vêét | kêléi hazaháv ashér
hashévotém ló ashám, tasímu váargáz mitzidó; vêshilajtém otó vêhaláj .

Tomad luego el arca del Eterno y ponedla sobre la carreta. Poned junto a ella,
en una caja, los objetos de oro que le habéis de dar como ofrenda por la culpa,
y dejadla ir.
(9)
‫שְׁהּואְׁעָ ַ֣שָ הְׁ ֵָ֔לנּוְׁאֶ ת־‬ ִ֚ ֶ‫ֹוְׁי ֲעלֶהֹ֙ ְׁבַ֣יתְׁשֵֶ֔ מ‬ ָֽ ַ ֵׁ֤‫ם־ד ֶרְךְׁגְׁבּול‬
ֶ ִ֨ ‫םְׁא‬ ִ ‫ית‬ ֶ ִ֗ ‫ּור ִא‬
ְׁ‫נּוְׁמק ֶ ֹּ֥רה‬
ִ ‫ָהְׁב‬
ָ ֵ֔ ‫ְׁכיְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁיָדֹוֹ֙ ְׁנָ ֶַ֣֣גע‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫ָ ָֽה ָרעָ ֹּ֥הְׁהַ גְׁדֹולָ ִ֖הְׁהַ ָ֑ז ֹאתְׁוְׁ ִאם־ ִ֗ל ֹאְׁוְׁי ִ֨ ַָדענּו‬
:‫ָהְׁלנּו‬
ָֽ ָ ‫ּואְׁהי‬
ֹּ֥ ָ ‫ִ֖ה‬
uritém im-dérej gêvuló iá'aleh béit shémesh, hú 'ásah lánu, et-hára'áh
hagêdoláh hazót; vêim-ló vêiadá'nú kí ló iadó nág'ah bánu, miqréh hú háiah
lánu.

Entonces mirad: Si sube a Bet-semes por el camino hacia su territorio,


entonces es el Eterno quien nos ha hecho este mal tan grande. Si no, nos
convenceremos de que no fue su mano la que nos hirió, sino que nos ha
sucedido por casualidad.
(10)
ָֽ ָ ‫ְׁה ֲאנ ִָשיםֹ֙ ְֵׁ֔כןְׁוַיִ ק ִ֗חּוְׁשְׁ ֵׁ֤תיְׁפָרֹותֹ֙ ְׁע ֵָ֔לֹותְׁו ַַיָֽאַ ס ִ֖ר‬
ְׁ‫ּוםְׁב ֲעגָלָ ָ֑ה‬ ָֽ ָ ‫ו ַ ַָֽיע ֲֵׁ֤שּו‬
:‫יהִ֖םְׁכָלֹּ֥ ּוְׁבַ ָ ָֽביִ ת‬
ֶ ‫וְׁאֶ ת־בְׁנ‬

176
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 6

vaiá'asú háanashim kén, vaiqjú shêtéi farot 'alót, vaiáasrúm bá'agaláh; vêet-
bêneihém kalú vabáit.

Y los hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas que estaban criando, las
uncieron a la carreta y encerraron sus terneros en el corral.
(11)
ְׁ‫תְׁהאַ ר ִ֗ ַגזְׁוְׁאתֹ֙ ְׁעַכבְׁ ַ֣ריְׁהַ ז ֵ֔ ָָהב‬
ָֽ ָ ‫ל־ה ֲעגָלָ ָ֑הְׁוְׁ ַ֣א‬
ָֽ ָ ֶ‫ַוי ִ ַָ֛שמּוְׁאֶ ת־א ֲֹּ֥רֹוןְׁיהוָ ִ֖הְׁא‬
:ְׁ‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫וְׁ ִ֖אתְׁצַ ל ֹּ֥מיְׁטְׁחָֹֽ ר‬
vaiasímu et-arón Adonai el-há'agaláh; vêét háargáz vêet 'ajbêréi hazaháv, vêét
tzalméi têjóreihém .

Luego pusieron sobre la carreta el arca del Eterno y la caja con los ratones de
oro y las figuras de sus tumores.
(12)
ְׁ‫תְׁהלְׁכֵׁ֤ ּו‬ ֶ ִ֨ ‫וַיִ שִַ֨ רנָהְׁהַ פ ָָ֜רֹותְׁבַ ִ֗ ֶד ֶרְךְׁע‬
ָֽ ָ ‫ַל־ד ֶר ְְֹׁ֙ךְׁבַ֣יתְׁשֵֶ֔ מֶ שְׁבִ מ ִסלָ ַ֣הְׁאַ ִ֗ ַח‬
ְׁ‫ֹא־סרּוְׁי ִ ַָ֣מיןְּׁוש ָ֑מ ֹאולְׁוְׁסַ רנֵׁ֤יְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁהָֹֽ לְׁ ִ ַ֣כים‬
ִ֖ ָ ‫הָ לְךֹ֙ ְׁוְׁג ֵָ֔עֹוְׁוְׁל‬
:‫ֹּ֥יתְׁשמֶ ש‬
ָֽ ָ ‫יהםְׁעַד־גְׁ ִ֖בּולְׁב‬ ֶ ֵ֔ ‫ַ ָֽאחֲר‬
vaishárnah haparót badérej 'al-dérej béit shémesh, bimsiláh aját hálêjú haloj
vêga'ó, vêlo-sáru iamín usmóvl; vêsarnéi fêlishtim hólêjím ájareihém, 'ad-
gêvúl béit shámesh.

Entonces las vacas se fueron de frente por el camino de Bet-semes. Iban por el
camino, mugiendo mientras iban, sin apartarse ni a la derecha ni a la
izquierda. Y los gobernantes de los filisteos fueron tras ellas hasta la frontera
de Bet-semes.
(13)
ְׁ ֹ֙‫יהםְׁוַיִ ראּו‬ ָֽ ֶ‫ּובַ֣יתְׁשֵֶ֔ מֶ שְׁקָֹֽ צְׁ ִ ֹּ֥ריםְׁקְׁצִ יר־חִ ִ ִ֖טיםְׁבָ עָ֑מֶ קְׁוַיִ ש ַ֣אּוְׁא‬
ֶ ִ֗ ‫ת־עינ‬
:‫ֹוןְׁוֶָֽ֣יִ שמְׁ ִ֖חּוְׁלִ ר ָֽאֹות‬
ַ ‫ת־הַ֣אָ ֵ֔ר‬
ָ ֶ‫א‬
uvéit shémesh, qótzêrím qêtzir-jitím ba'émeq; vaisú et-'éineihém vairú et-
háarón, váismêjú lirót.

Los habitantes de Bet-semes estaban segando el trigo en el valle, y alzando


sus ojos divisaron el arca y se alegraron al verla.
(14)
ְׁ‫ְׁבית־הַ ִשמ ִשיֹ֙ ְׁו ַ ַָֽתעֲמַֹ֣ דְׁשֵָ֔ םְׁוְׁ ָ ִ֖שם‬ָֽ ‫הֹוש ַע‬
ֵׁ֤ ְׁ‫הְׁבָ אָ הְׁאֶ ל־שְׁ ִ֨דהְׁי‬ ֶ֠ ‫וְׁ ָ ָֽה ֲע ָג ָ֡ל‬
ְׁ‫ֹותְׁהעֱלֹּ֥ ּוְׁעֹ לָ ִ֖ה‬
ָֽ ֶ ‫ַ֣יְׁה ֲע ָג ֵָ֔להְׁוְׁ ִ֨ ֶאת־הַ פ ֵָ֔ר‬
ָֽ ָ ‫ָ֑הְׁוֶָֽ֣יבַ קְׁעּוֹ֙ ְׁאֶ ת־עֲצ‬
ַ ָ‫ֶ ַ֣אבֶ ןְׁגְׁדֹול‬
‫ ס‬:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָ ‫ַ ָֽל‬
vêhá'agaláh báah el-sêdéh iêhoshú'a béit-hashimshí vatá'amód shám, vêshám
éven gêdoláh; váivaqê'ú et-'atzéi há'agaláh, vêét-haparót, hé'elú 'oláh

177
6 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

láAdonai.

La carreta llegó al campo de Iehoshua [Josué], de Bet-semes, y se detuvo allí,


porque había una gran piedra. Entonces ellos partieron la madera de la carreta
y ofrecieron las vacas en holocausto al Eterno.
(15)
‫ר־אתֹוֹ֙ ְׁאֲשֶ ר־‬
ִ ֶ‫ת־האַ רגַ ֵׁ֤זְׁאֲש‬
ָֽ ָ ֶ‫םְׁהֹורידּוְׁ׀ְׁאֶ ת־א ֲַ֣רֹוןְׁיה ִ֗ ָוהְׁוְׁא‬ ַ֣ ִ ‫וְׁהַ לוִ ִָׁ֞י‬
ְׁ‫שְׁהע ֱִ֨לּו‬
ָֽ ֶ ֶ‫יְׁבית־שִֶ֗ מ‬
ָֽ ‫ַ֣בֹוְׁכְׁ ָֽלי־ז ֵ֔ ָָהבְׁ ַוי ִ ִָ֖שמּוְׁאֶ ל־הָ ֶ ַ֣אבֶ ןְׁהַ גְׁדֹולָ ָ֑הְׁוְׁאַ נ ַ֣ש‬
:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָֽ ַ ‫ֹותְׁוֶָֽ֣יִ זבְׁ ָ֧חּוְׁזְׁבָ ִ ַ֛חיםְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖ה‬
ָ ‫ּואְׁל‬ ַ ‫עֹ ָ֜ל‬
vêhalviím horídu | et-arón Adonai vêet-háargáz asher-itó asher-bó jêléi-zaháv,
vaiasímu el-haéven hagêdoláh; vêanshéi véit-shémesh hé'elú 'olót váizbêjú
zêvajím baióm hahú láAdonai .

Los levitas bajaron el arca del Eterno y la caja que estaba junto a ella, en la
cual estaban los objetos de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra.
Aquel día los hombres de Bet-semes hicieron holocaustos y ofrecieron
sacrificios al Eterno.
(16)
‫ ס‬:‫יםְׁר ָ֑אּוְׁ ַויָשֹּ֥בּוְׁעֶק ִ֖רֹוןְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ָֽהּוא‬
ָ ‫ַ ָֽוח ֲִמ ָ ֹּ֥שהְׁסַ רנָֽי־פְׁ ְִׁלש ִ ִ֖ת‬
vájamisháh sarnéi-fêlishtím raú; vaiashúvu 'eqrón baióm hahú.

Cuando los cinco gobernantes de los filisteos vieron esto, regresaron a Ecrón
el mismo día.
(17)
ְׁ}‫םְׁליהוָ ָ֑הְׁ{ס‬
ָֽ ַ ‫וְׁ ִ֨אלֶהֹ֙ ְׁטְׁחֹ ַ֣ריְׁהַ ז ֵ֔ ָָהבְׁאֲשִֶ֨ רְׁה ִ ָ֧שיבּוְׁפְׁלִ ש ִ ַ֛תיםְׁ{ר}אָ ָ ִ֖ש‬
ְׁ}‫לְׁאַ שדִ֨ ֹודְׁאֶ ָ֜ ָחדְׁ{ס}ְׁלְׁעַזָ ֵׁ֤הְׁ{ר}אֶ חָ דֹ֙ ְׁ{ס}ְׁלְׁאַ שקְׁלַ֣ ֹוןְׁאֶ ֵ֔ ָחדְׁ{ס‬
‫ ס‬:ְׁ‫לְׁגַ ֹּ֥תְׁ{ר}אֶ ָחִ֖דְׁ{ס}ְׁלְׁעֶק ֹּ֥רֹוןְׁאֶ ָ ָֽחד‬
vêéleh têjoréi hazaháv, ashér heshívu fêlishtím {r}ashám láAdonai; {s}
lêashdód ejád {s} lê'azáh {r}ejad {s} lêashqêlón ejád, {s} lêgát {r}ejád {s}
lê'eqrón ejád .

Los tumores de oro que los filisteos dieron al Eterno como ofrenda por la
culpa fueron: uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat y
uno por Ecrón.
(18)
ְׁ‫ְׁלח ֲַ֣משֶ תְׁהַ סְׁ ָר ֵ֔ ִנים‬
ָֽ ַ ֹ֙‫בְׁמס ַָׁ֞פרְׁכְׁל־ע ֵָׁ֤ריְׁפְׁלִ ש ִתים‬ ִ ‫וְׁעַכבְׁ ַ֣ריְׁ{ר}הַ ז ִ֗ ָָה‬
ְׁ‫ִ֖דְׁכפֶרְׁהַ פְׁ ָרזִ ָ֑יְׁוְׁעַ ַ֣דְׁ׀ְׁאָ בַ֣לְׁהַ גְׁדֹו ִָ֗להְׁאֲשִֶ֨ רְׁהִ ִנֵׁ֤יחּו‬
ֹ ַ֣ ַ‫ירְׁמב ֵ֔ ָצרְׁוְׁע‬
ִ ‫מ ִ ַ֣ע‬
:ְׁ‫הֹושעְַׁבֹּ֥יתְׁהַ ִשמ ִ ָֽשי‬ ִ֖ ְׁ‫יה ְִׁ֚אתְׁא ֲַ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָוהְׁ ִַ֚עדְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵֶ֔זהְׁבִ ש ֹּ֥דהְׁי‬
ָֹ֙ ‫ָע ִֶ֨ל‬

178
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/I Samuel 6

vê'ajbêréi {r}hazaháv mispár kol-'aréi fêlishtim lájaméshet hasêraním, me'ír


mivtzár, vê'ád kófer hapêrazí; vê'ád | avél hagêdoláh ashér hiníju 'aléihá ét
arón Adonai, 'ád haióm hazéh, bisdéh iêhoshú'a béit hashimshí .

También los ratones de oro fueron según el número de todas las ciudades
filisteas de los cinco gobernantes, tanto las ciudades fortificadas como sus
aldeas sin muros. La gran piedra, sobre la cual colocaron el arca del Eterno,
está en el campo de Iehoshua [Josué], de Bet-semes, hasta el día de hoy.
(19)
ְׁ‫ְׁשב ִ ַ֣עים‬ ִ ֹ֙‫ְׁבא ֲַ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָוהְׁוַיַ ְֵֶׁ֤֣ךְׁבָ עָם‬ָֽ ַ ֹ֙‫יְׁראּו‬
ָ ‫שְׁכ‬ ֵׁ֤ ִ ֶ‫יְׁבית־שִֶ֗ מ‬
ָֽ ‫ַו ַָׁ֞יְךְׁבְׁ אַ נ ַ֣ש‬
ְׁ‫םְׁכי־הִ כָ ָ֧הְׁיהוָ ַ֛הְׁבָ עָ ִ֖םְׁמַ כָ ֹּ֥ה‬ ָֽ ִ ‫ֶףְׁאישְׁו ִ ַָֽיתְׁאַ בְׁלַ֣ ּוְׁהָ ֵָ֔ע‬
ָ֑ ִ ‫יםְׁאל‬
ִ֖ ֶ ‫ִֵ֔אישְׁח ֲִמ ִ ֹּ֥ש‬
:ְׁ‫דֹולה‬
ָֽ ָ ְׁ‫ג‬
vaiáj bêanshéi véit-shémesh kí raú báarón Adonai, vaiáj ba'am shiv'ím ísh,
jamishím élef ísh; vaítêabêlú ha'ám, kí-hikáh Adonai ba'ám makáh gêdoláh .

Entonces Elohim hirió a algunos de los hombres de Bet-semes, porque habían


mirado dentro del arca del Eterno. Hirió a setenta personas del pueblo. Y el
pueblo hizo duelo, porque el Eterno los había herido con una plaga tan grande.
(20)
ְׁ‫ֱלהים‬
ַ֛ ִ ‫ָ֧הְׁהא‬
ָֽ ָ ָ‫ַ֣לְׁלעֲמֵֹ֔ דְׁלִ פ ִ֨ניְׁיהו‬
ָֽ ַ ַ‫שְׁמיְׁיּוכ‬ִ ִ֚ ֶ‫יְׁבית־שֵֶ֔ מ‬ ָֽ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ רּוֹ֙ ְׁאַ נ ַ֣ש‬
:ְׁ‫יְׁיעֲלֶ ֹּ֥הְׁ ָֽמע ָָֽלינּו‬
ָֽ ַ ‫ל־מ‬
ִ֖ ִ ֶ‫הַ קָ ִ֖דֹושְׁהַ זֶ ָ֑הְׁוְׁא‬
vaiómêrú anshéi véit-shémesh, mí iujál lá'amód, lifnéi Adonai háelohím
haqadósh hazéh; vêel-mí iá'aléh mé'aléinu .

Los hombres de Bet-semes dijeron: –¿Quién podrá estar delante del Eterno,
este Elohim santo? ¿Y a quién irá desde nosotros?
(21)
ְׁ ֹ֙‫ַוֶָֽ֣יִ שלְׁחּוֹ֙ ְׁמַ לאָ ֵ֔ ִכיםְׁאֶ ל־יָֽ ֹושבֹּ֥יְׁקִ ריַת־יְׁע ִ ִָ֖ריםְׁלאמָֹ֑ רְׁה ִ ֵׁ֤שבּוְׁפְׁלִ ש ִתים‬
:ְׁ‫יכם‬ ָֽ ֶ ‫ּוְׁהעֲלֹּ֥ ּוְׁאֹ ִ֖תֹוְׁאֲל‬
ָֽ ַ ָּ֕‫הְׁרד‬
ְׁ ‫אֶ ת־א ֲַ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָו‬
váishlêjú malajím, el-íoshvéi qiriat-iê'arím lemór; heshívu fêlishtim et-arón
Adonai, rêdú há'alú otó aleijém .

Entonces enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, y dijeron: –


Los filisteos han devuelto el arca del Eterno. Descended y subidla a vuestro
lugar.

179
7 Shemuel Alef/I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shenuel Alef – I de Samuel Capítulo 7


(1)
ְׁ‫יםְׁוֶָֽ֣ ַיעֲלּוֹ֙ ְׁאֶ ת־א ֲַ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָוהְׁ ַוי ִ ַָ֣באּוְׁאֹ ֵ֔תֹו‬
ַ ‫ַוי ָ֜ ָֹבאּוְׁאַ נ ַ֣שיְׁ׀ְׁקִ ריַ ַ֣תְׁיְׁע ִ ִָ֗ר‬
ְׁ‫אֶ ל־בֹּ֥יתְׁא ִ ֲָֽבינ ָ ִָ֖דבְׁבַ גִ בעָ ָ֑הְׁוְׁאֶ ת־אֶ לעָזָ ֵׁ֤רְׁבְׁנֹוֹ֙ ְׁקִ דְׁ ֵ֔שּוְׁלִ שמִֹ֖ רְׁאֶ ת־א ֲֹּ֥רֹון‬
‫ פ‬:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫י‬
vaiavóu anshéi | qiriát iê'arím váia'alú et-arón Adonai, vaiavíu otó, el-béit
avínadáv bagiv'áh; vêet-el'azár bênó qidêshú, lishmór et-arón Adonai .

Los hombres de Quiriat-jearim vinieron, subieron el arca del Eterno y la


llevaron a la casa de Abinadab, en la colina. Luego consagraron a su hijo
Eleazar para que guardase el arca del Eterno.
(2)
ְׁ‫תְׁהאָ רֹוןֹ֙ ְׁבְׁקִ ריַ ַ֣תְׁיְׁע ִ ֵָ֔ריםְׁוַיִ רבּוֹ֙ ְׁהַ י ִֵָ֔מיםְׁו ִ ַָֽיהיִ֖ ּו‬
ָֽ ָ ֶ‫יְׁמיָׁ֞ ֹוםְׁ ֶ ֵׁ֤שב‬
ִ ‫וַי ִִ֗ה‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָֽ ַ ‫עֶש ִ ַ֣ריםְׁשָ נָ ָ֑הְׁוַיִ נ ַָ֛הּוְׁכְׁל־בֹּ֥יתְׁיִ ש ָר ִ֖א‬
ָ ‫לְׁאח ֲֹּ֥ריְׁי‬
vaihí mióm shévet háaron bêqiriát iê'arím, vairbú haiamím, vaíhíu 'esrím
shanáh; vainahú kol-béit israél ájaréi Adonai .

Aconteció que desde el día en que el arca llegó a Quiriat-jearim, pasó mucho
tiempo, unos veinte años; y toda la casa de Israel gemía por el Eterno.
(3)
ְׁ‫ְׁ֒אם־בְׁכְׁל־לְׁבַ ב ִֶ֗כם‬ ִ ‫מּואלְׁאֶ ל־כְׁל־בַ֣יתְׁיִ ש ָראלְׁ֮לאמֹ ר‬ ִ֗ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
ְׁ‫ַ֛רְׁמ ָֽתֹוכְׁכֶ ִ֖ם‬
ִ ָ‫אַ ֶ ֵׁ֤תםְׁשָ בִ יםֹ֙ ְׁאֶ ל־יה ֵ֔ ָוהְׁהָ ִָ֜סירּוְׁאֶ ת־אֱלהָ֧יְׁהַ נכ‬
ְׁ‫וְׁ ָ ָֽהעַשתָ ָ֑רֹותְׁוְׁהָ ִ֨ ִכינּוְׁלְׁבַ בכֶ ֵׁ֤םְׁאֶ ל־יהוָהֹ֙ ְׁוְׁעִ בדַ֣הּוְׁלְׁבַ דֵ֔ ֹוְׁוְׁיַצֹּ֥לְׁאֶ תכֶ ִ֖ם‬
:ְׁ‫ִמיַ ֹּ֥דְׁפְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vaiómer shêmuél el-kol-béit israel lemor im-bêjol-lêvavjém atém shavim el-
Adonai, hasíru et-elohéi hanejár mitójêjém vêhá'ashtarót; vêhajínu lêvavjém
el-Adonai vê'ivdúhu lêvadó, vêiatzél etjém miád pêlishtím .

Entonces Shemuel [Samuel] habló a toda la casa de Israel, diciendo: –Si de


todo vuestro corazón os volvéis al Eterno, quitad de vuestro interior a los
dioses extraños y las Astartes, y preparad vuestro corazón para el Eterno.
Servidle sólo a él, y él os librará de mano de los filisteos.
(4)
‫ת־העַשתָ ָ֑רֹ תְׁו ַ ַָֽיעַב ֹּ֥דּוְׁאֶ ת־‬
ָֽ ָ ֶ‫ַוי ִִָ֨סירּוֹ֙ ְׁבְׁנַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁאֶ ת־הַ בְׁע ִ ִָ֖ליםְׁוְׁא‬
‫ פ‬:ְׁ‫יהוָ ִ֖הְׁלְׁבַ ָֽדֹו‬
vaiasírú bênéi israél, et-habê'alím vêet-há'ashtarót; vaiá'avdú et-Adonai lêvadó.

180
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 7

Entonces los Hijos de Israel quitaron los Baales y las Astartes, y sirvieron sólo
al Eterno.
(5)
ְׁ‫ֹּ֥לְׁבעַדכֶ ִ֖ם‬
ָֽ ַ ‫מּואלְׁקִ ב ֹּ֥צּוְׁאֶ ת־כְׁל־יִ ש ָר ִ֖אלְׁהַ ִמצפָ ָ֑תָ הְׁוְׁאֶ תפַל‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫אֶ ל־י‬
vaiómer shêmuél, qivtzú et-kol-israél hamitzpátah; vêetpalél bá'adjém el-
Adonai .

Y Shemuel [Samuel] dijo: –Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por


vosotros al Eterno.
(6)
ְׁ‫םְׁוֶָֽ֣יִ שפְׁכַ֣ ּוְׁ׀ְׁלִ פנַ֣יְׁיה ִ֗ ָוהְׁ ַוי ִָ֨צּומּוֹ֙ ְׁבַ יַ֣ ֹום‬ ַ ָ֜ ‫ּוְׁהַ ִמצפָתָ הְׁו ִ ַָֽישְׁא‬
ַ ִ‫ֲבּו־מי‬ ֶ֠ ‫וַיִ ָ ָֽקבְׁ ַ֣צ‬
ְׁ‫מּואלְׁאֶ ת־בְׁנֹּ֥יְׁיִ ש ָר ִ֖אל‬ ַ֛ ְׁ‫אנּוְׁליהוָ ָ֑הְׁוַיִ ש ָ֧ ֹפטְׁש‬ ָֽ ַ ‫הַ ֵ֔הּואְׁ ַו ַ֣י ֹאמרּוְׁשֵָ֔ םְׁחָ ָ ִ֖ט‬
:ְׁ‫בַ ִמצ ָ ָֽפה‬
vaiqávêtzú hámitzpatah vaíshêavu-máim váishpêjú | lifnéi Adonai vaiatzúmú
baióm hahú, vaiómru shám, jatánu láAdonai; vaishpót shêmuél et-bênéi israél
bamitzpáh .

Se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la vertieron delante del Eterno. Aquel


día ayunaron allí y dijeron: –Hemos pecado contra el Eterno. Y Shemuel
[Samuel] juzgaba a los Hijos de Israel en Mizpa.
(7)
ְׁ‫יםְׁכי־הִ תקַ בְׁ ֵׁ֤צּוְׁבְׁנָֽי־יִ ש ָראלְֹׁ֙הַ ִמצ ֵָ֔פתָ הְׁו ַ ַָֽיעֲלֹּ֥ ּו‬ ָֽ ִ ‫וַיִ שמְׁעַ֣ ּוְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִת‬
ִ ‫לְׁוֶָֽ֣יִ שמְׁעּוֹ֙ ְׁבְׁנַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁו ִ ַָֽירְׁ ִ֖א‬
ְׁ‫ּוְׁמפְׁנֹּ֥י‬ ַ ‫סַ רנָֽי־פְׁלִ ש ִ ִ֖תיםְׁאֶ ל־יִ ש ָר ָ֑א‬
:‫פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vaishmê'ú fêlishtím kí-hitqabêtzú vênéi-israel hamitzpátah, vaiá'alú sarnéi-
fêlishtím el-israél; váishmê'ú bênéi israél, vaírêú mipênéi fêlishtím.

Cuando los filisteos oyeron que los Hijos de Israel se habían reunido en
Mizpa, los gobernantes de ellos subieron contra Israel. Al oír esto, los Hijos
de Israel tuvieron temor de los filisteos.
(8)
‫נּוְׁמזְׁ ִ֖ ֹעקְׁאֶ ל־‬
ִ ‫שְׁמ ֵ֔ ֶמ‬
ִ ‫ל־תח ֲַ֣ר‬
ָֽ ַ ַ‫מּואלְׁא‬ ֵ֔ ְׁ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ֵׁ֤רּוְׁבְׁנָֽי־יִ ש ָראלְֹׁ֙אֶ ל־ש‬
:ְׁ‫ִ֖נּוְׁמיַ ֹּ֥דְׁפְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
ִ ‫יהוָ ַ֣הְׁאֱלהָ֑ינּוְׁוְׁ ָֹֽי ִשע‬
vaiómêrú vênéi-israel el-shêmuél, al-tájarésh miménu, mizê'óq el-Adonai
elohéinu; vêióshi'énu miád pêlishtím .

181
7 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Y los Hijos de Israel dijeron a Shemuel [Samuel]: –No ceses de clamar por
nosotros al Eterno nuestro Elohim, para que nos guarde de la mano de los
filisteos.
(9)
ְׁ‫ילְׁליהוָ ָ֑ה‬ ִ֗ ְׁ‫וַיִ ַ ַ֣קחְׁש‬
ָֽ ַ ‫מּואלְׁטְׁלֵׁ֤הְׁחָ לָבֹ֙ ְׁאֶ ֵ֔ ָחדְׁויעלהְׁ(ו ַ ַָֽיעֲלָ֧הּו)ְׁעֹולָ ַ֛הְׁכ ִ ִָ֖ל‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ָ ‫לְׁוֶָֽ֣ ַיעֲנִ֖הּוְׁי‬ ֵׁ֤ ְׁ‫וַיִ ז ִַ֨עקְׁש‬
ַ ‫מּואלְׁאֶ ל־יהוָהֹ֙ ְׁבְׁעַ ַ֣דְׁיִ ש ָר ֵ֔א‬
vaiqáj shêmuél têléh jalav ejád, vy'lh (vaiá'aléhu) 'oláh kalíl láAdonai; vaiz'áq
shêmuél el-Adonai bê'ád israél, váia'anéhu Adonai .

Entonces Shemuel [Samuel] tomó un cordero de leche y lo ofreció entero al


Eterno, como holocausto. Shemuel [Samuel] clamó al Eterno por Israel, y el
Eterno le escuchó.
(10)
ְׁ‫ַ֣הְׁהעֹו ֵָ֔להְּׁופלִ ש ִ ַ֣תיםְׁנִ גְׁ ֵ֔שּוְׁל ִַמלחָ ָ ִ֖מהְׁבְׁיִ ש ָר ָ֑אל‬
ָֽ ָ ֶ‫ְֹׁ֙מעֲל‬
ָֽ ַ ‫וַי ִ ֵׁ֤היְׁשְׁמּואל‬
ְׁ‫ַויַרעַ֣םְׁיהוָ ַ֣הְׁ׀ְׁבְׁקֹול־ ֶָ֠גדֹולְׁבַ יִ֨ ֹוםְׁהַ ֵׁ֤הּואְׁעַל־פְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁוַיה ֵ֔מם‬
:ְׁ‫וַיִ ָנֶָֽ֣גְׁ ִ֖פּוְׁלִ פנֹּ֥יְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
vaihí shêmuel má'aléh há'oláh, uflishtím nigêshú, lamiljamáh bêisraél;
vaiar'ém Adonai | bêqol-gádol baióm hahú 'al-pêlishtim vaihumém, vainágêfú
lifnéi israél .

Y aconteció que mientras Shemuel [Samuel] ofrecía el holocausto, los


filisteos se acercaron para combatir contra los Hijos de Israel. Pero el Eterno
tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos. Él los confundió, y ellos
fueron derrotados ante Israel.
(11)
‫הְׁוֶָֽ֣יִ רדְׁ ִ֖פּוְׁאֶ ת־פְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁ ַויַכָּ֕ ּוםְׁעַד־‬
ַ ‫ְֹׁ֙מן־הַ ִמצ ֵָ֔פ‬
ִ ‫ו ִַ֨יצ ָ֜אּוְׁאַ נ ֵׁ֤שיְׁיִ ש ָראל‬
:‫ֹּ֥יתְׁכר‬
ָֽ ָ ‫ִמ ַ ִ֖תחַ תְׁלְׁב‬
vaiétzú anshéi israel min-hamitzpáh, váirdêfú et-pêlishtím; vaiakúm 'ad-
mitájat lêvéit kár.

Los hombres de Israel salieron de Mizpa y persiguieron a los filisteos,


hiriéndolos hasta abajo de Betcar.
(12)
‫םְׁבין־הַ ִמצפָהֹ֙ ְּׁובַ֣יןְׁהַ ֵ֔שןְׁוַיִ ק ָ ֹּ֥ראְׁאֶ ת־‬ ָֽ ֶ‫לְׁאבֶ ןְׁאַ ִ֗ ַחתְׁוַיָ ֵׁ֤ש‬
ַ֣ ֶ ‫מּוא‬ ָ֜ ְׁ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁש‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ָ ‫ַד־הנָהְׁ ֲעז ָ ָֹּ֥רנּוְׁי‬
ִ֖ ‫ֹאמרְׁע‬ ַ ָּ֕ ‫ּהְׁאבֶ ןְׁהָ עָ ָ֑ זֶרְׁ ַוי‬
ַ֣ ֶ ‫שְׁ ָ ִ֖מ‬
vaiqáj shêmuél éven aját vaiásem béin-hamitzpah uvéin hashén, vaiqrá et-
shêmáĥ éven ha'ázer; vaiomár 'ad-hénah 'azaránu Adonai .

Luego Shemuel [Samuel] tomó una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y la
llamó Eben-ezer, diciendo: –¡Hasta aquí nos ayudó el Eterno!
182
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 7

(13)
ֵ֔ ‫וַיִ ָ ָֽכנְׁעּוֹ֙ ְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוְׁ ָֽל ֹא־יְׁסְׁ ַ֣פ‬
‫ּוְׁעֹודְׁל ִָ֖בֹואְׁבִ ג ַ֣בּולְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁוַתְׁ ִ ֵׁ֤היְׁיַד־‬
:ְׁ‫מּואל‬
ָֽ ְׁ‫יםְׁכלְׁיְׁ ֹּ֥מיְׁש‬ ֹ ִ֖ ‫יהוָהֹ֙ ְׁבַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
vaikánê'ú hapêlishtím, vêló-iosêfú 'ód, lavó bigvúl israél; vatêhí iad-Adonai
bapêlishtím, kól iêméi shêmuél .

Así los filisteos fueron sometidos y no volvieron más a invadir el territorio de


Israel. La mano del Eterno estuvo contra los filisteos todo el tiempo de
Shemuel [Samuel].
(14)
ְֹׁ֙‫רְׁלקְׁחּו־פְׁלִ ש ִתיםְׁ֩מ ִ֨אתְׁיִ ש ָר ֵׁ֤אלְׁ׀ְׁלְׁיִ ש ָראל‬ ָֽ ָ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫ָהְׁהע ִ ָ֡ריםְׁא‬
ָֽ ֶ ‫וַתָ שַֹ֣ בנ‬
ְׁ‫לְׁמיַ ַ֣דְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁוַי ִ ַ֣הי‬
ִ ‫ָֽמעֶק ַ֣רֹוןְׁוְׁעַד־ ֵ֔ ַגתְׁוְׁ ִ֨ ֶאת־גְׁבּו ֵָ֔לןְׁהִ ִ ֹּ֥צילְׁיִ ש ָר ִ֖א‬
:‫שָ ֵ֔לֹוםְׁבֹּ֥יןְׁיִ ש ָר ִ֖אלְּׁובֹּ֥יןְׁ ָ ָֽהאֱמֹ ִ ָֽרי‬
vatashóvnah hé'arím ashér láqêju-fêlishtim meét israél | lêisrael mé'eqrón
vê'ad-gát, vêét-gêvulán, hitzíl israél miád pêlishtím; vaihí shalóm, béin israél
uvéin háemorí.

Y fueron restituidas a Israel las ciudades que los filisteos le habían tomado
desde Ecrón hasta Gat. Israel rescató sus territorios de mano de los filisteos. Y
hubo paz entre Israel y los amorreos.
(15)
ֹ ִ֖ ‫וַיִ ש ֵׁ֤ ֹפטְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ת־יִ ש ָר ֵ֔א‬
:‫לְׁכלְׁיְׁ ֹּ֥מיְׁחַ ָיָֽיו‬
vaishpót shêmuel et-israél, kól iêméi jaiáv.

Shemuel [Samuel] juzgó a Israel todo el tiempo que vivió.


(16)
ְׁ ֹ֙‫ית־אלְׁוְׁהַ גִ לגָ ִ֖לְׁוְׁהַ ִמצפָ ָ֑הְׁוְׁשָ פַט‬
ֵ֔ ‫ְׁב‬ ָֽ ֹ֙‫ְךְׁמ ֵׁ֤דיְׁשָ נָהֹ֙ ְׁבְׁשָ ֵָ֔נהְׁוְׁסָ בַ ב‬
ִ ‫וְׁהָ ִַ֗ל‬
:‫קֹומֹותְׁהָ ָֽאלֶה‬
ִ֖ ְׁ‫לְׁאתְׁכְׁל־הַ מ‬ ֹּ֥ ‫אֶ ת־יִ ש ָר ֵ֔א‬
vêhaláj midéi shanah bêshanáh, vêsavav béit-él, vêhagilgál vêhamitzpáh;
vêshafat et-israél, ét kol-hamêqomót haéleh.

Él iba año tras año y hacía un recorrido por Betel, Gilgal y Mizpa; y juzgaba a
Israel en todos estos lugares.
(17)
ֹּ֥ ָ ֶ‫י־שםְׁב ֵ֔יתֹוְׁוְׁ ָ ִ֖שםְׁשָ פָ ַ֣טְׁאֶ ת־יִ ש ָר ָ֑אלְׁו ִ ַָֽיב‬
ְׁ‫ן־שם‬ ַ֣ ָ ‫ֹוְׁה ָר ִ֨ ָמתָ הֹ֙ ִ ְָֽׁכ‬
ָֽ ָ ‫ּות ָֽשבָ ֵׁ֤ת‬
‫ פ‬:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָ ‫ְׁל‬ ָֽ ַ ַ‫ִמזבִ֖ח‬
utshúvató háramátah kí-shám beitó, vêshám shafát et-israél; vaíven-shám
mizbéaj láAdonai .

183
8 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Después regresaba a Ramá, pues allí estaba su casa; y allí también juzgaba a
Israel. Allí mismo edificó un altar al Eterno.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 8


(1)
:‫מּואלְׁוַיָ ָ֧שֶ םְׁאֶ ת־בָ נָ ַ֛יוְׁשָֹֽ פְׁ ִ ִ֖טיםְׁלְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
ָ֑ ְׁ‫ֲשרְׁז ִָ֖קןְׁש‬
ֹּ֥ ֶ ‫יְׁכא‬
ָֽ ַ ‫וַי ִָּ֕ה‬
vaihí káashér zaqén shêmuél; vaiásem et-banáv shófêtím lêisraél.

Aconteció que habiendo envejecido Shemuel [Samuel], puso a sus hijos como
jueces de Israel.
(2)
ְׁ‫םְׁמשנִ֖הּוְׁאֲבִ יָ ָ֑הְׁשָֹֽ פְׁ ִ ִ֖טיםְׁבִ ב ֹּ֥אר‬
ִ ‫ְׁיֹואלְׁוְׁ ֹּ֥ש‬
ֵ֔ ֹ֙‫וַי ִָׁ֞היְׁשֶ ם־בְׁנֵׁ֤ ֹוְׁהַ בְׁכֹור‬
:‫ָ ָֽשבַ ע‬
vaihí shem-bênó habêjor ioél, vêshém mishnéhu aviáh; shófêtím bivér sháva'.

Su hijo primogénito se llamaba Joel, y su segundo, Abías. Ellos fueron jueces


en Beer Sheva.
(3)
ְׁ‫וְׁ ָֽל ֹא־הְׁלְׁכֵׁ֤ ּוְׁבָ נָיוֹ֙ ְׁבִ ד ָר ֵָ֔כוְׁוַיִ ִ֖טּוְׁ ַ ָֽאח ֲַ֣ריְׁהַ ָבָ֑צַ עְׁו ִִַ֨יקחּו־שֵֹ֔ חַ דְׁ ַוי ִַ֖טּו‬
‫ פ‬:‫ִמש ָ ָֽפט‬
vêló-holêjú vanav bidrajáv, vaitú ájaréi habátza'; vaíqju-shójad, vaiatú
mishpát.

Pero sus hijos no andaban en los caminos de él. Más bien, se desviaron tras las
ganancias deshonestas, aceptando soborno y pervirtiendo el derecho.
(4)
:‫לְׁה ָר ָ ָֽמתָ ה‬
ָֽ ָ ‫מּוא‬ ֹ ִ֖ ‫ו ִ ַָֽיתְׁקַ בְׁ ֵ֔צ‬
ִ֖ ְׁ‫ּוְׁכלְׁזִקנַ֣יְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁ ַויָבֹֹּ֥ אּוְׁאֶ ל־ש‬
vaítêqabêtzú, kól ziqnéi israél; vaiavóu el-shêmuél háramátah.

Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron y fueron a Shemuel


[Samuel], en Ramá,
(5)
ְׁ‫אְׁהלְׁכִ֖ ּוְׁבִ ד ָרכֶ ָ֑יָךְׁע ִ֗ ַָתה‬
ָֽ ָ ֹ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ַ֣רּוְׁא ִָ֗ליוְׁהִ נהֹ֙ ְׁאַ ָ ַ֣תהְׁז ֵ֔ ַָקנתָ ְּׁובָ ֶָּ֕ניָךְׁ ֹּ֥ל‬
:‫גֹוים‬ ָֽ ִ ַ‫ֹּ֥נּוְׁמלְֶךְׁלְׁשְׁפ ִ֖טנּוְׁכְׁכְׁל־ה‬ ַ֛ ֶ ָ‫ִ ָֽשימָ ה־ל‬
vaiómêrú eláv hineh atáh zaqánta, uvanéja ló hálêjú bidrajéja; 'atáh símah-
lánu mélej lêshofténu kêjol-hagoím.

184
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 8

y le dijeron: –He aquí que tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus
caminos. Por eso, constitúyenos ahora un rey que nos gobierne, como tienen
todas las naciones.
(6)
ְׁ‫ֹּ֥נּוְׁמלְֶךְׁלְׁשְׁפ ָ֑טנּו‬
ִ֖ ֶ ָ‫רְׁאמְׁ ֵ֔רּוְׁתְׁנָה־ל‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫לְׁכא‬
ָֽ ַ ‫מּוא‬
ֵ֔ ְׁ‫וַיֵׁ֤ ֶַ֣רעְׁהַ דָ בָ רֹ֙ ְׁבְׁעינַ֣יְׁש‬
‫ פ‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ִ֖ ְׁ‫וַיִ תפַלֹּ֥לְׁש‬
ָ ‫מּואלְׁאֶ ל־י‬
vaiéra' hadavar bê'einéi shêmuél, káashér ámêrú, tênah-lánu mélej lêshofténu;
vaitpalél shêmuél el-Adonai .

Estas palabras desagradaron a Shemuel [Samuel], porque dijeron: 'Danos un


rey que nos gobierne.' Shemuel [Samuel] oró al Eterno,
(7)
ְׁ‫מּואלְׁשְׁמַ עֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁהָ ֵָ֔עםְׁלְׁ ֹּ֥ ֹכלְׁאֲשֶ ר־ ָֽי ֹאמְׁ ִ֖רּו‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֶ ל־ש‬
:ְׁ‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫ּוְׁממְׁלֹּ֥ ְךְׁעֲל‬
ִ ‫סּוְׁכי־אֹ ִ ֹּ֥תיְׁמָ א ֲִ֖ס‬ָֽ ִ ‫ָ֑יָךְׁכיְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁאָֹֽ תְָׁךֹ֙ ְׁמָ ֵ֔ ָא‬
ַ֣ ִ ֶ‫אל‬
vaiómer Adonai el-shêmuél, shêma' bêqól ha'ám, lêjól asher-iómêrú eléja; kí
ló ótêjá maásu, kí-otí maasú mimêlój 'aleihém .

y el Eterno le dijo: –Escucha la voz del pueblo en todo lo que te diga, porque
no es a ti a quien han desechado. Es a mí a quien han desechado, para que no
reine sobre ellos.
(8)
‫םְׁמ ִמצ ַ ִ֨רְִׁיםֹ֙ ְׁועַד־‬
ִ ‫יְׁאֹות‬
ֵׁ֤ ָ ‫ֲלת‬
ִ ִ֨ ‫ְׁ֩הע‬
ָֽ ַ ‫ּוְׁמיֹום‬
ִ ‫כ ָ ָֽכל־הַ מַ ע ִ ֲַ֣שיםְׁאֲשֶ ר־ע ִָ֗ש‬
: ‫ַם־לְך‬
ְׁ ָֽ ָ ‫ֱלהיםְׁאֲח ִ ָ֑ריםְׁכַ֛ןְׁהֹּ֥מָ הְׁעֹ ִ ִ֖שיםְׁג‬ ַ֣ ִ ‫הַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵֶ֔זהְׁוַיַ ַ֣עַז ֵ֔בנִ יְׁו ַ ַָֽיעַב ִ֖דּוְׁא‬
kêjál-hama'asím asher-'asú miom há'alotí otám mimitzráim vê'ad-haióm
hazéh, vaiá'azvúni, vaiá'avdú elohím ajerím; kén hémah 'osím gam-láj .

De la misma manera que han hecho conmigo desde el día en que los saqué de
Egipto hasta el día de hoy, abandonándome y sirviendo a dioses ajenos, así
hacen contigo también.
(9)
ְׁ‫םְׁמשפַ ַ֣ט‬
ִ ‫ְךְׁכי־הָ עֵׁ֤דְׁתָ עִ ידֹ֙ ְׁבָ ֵ֔ ֶהםְׁוְׁהִ גַד ָ ַ֣תְׁל ֵ֔ ֶָה‬
ָֽ ִ ‫ָ֑םְׁא‬
ַ ִ֗ ָ‫וְׁע ָ ִַ֖תהְׁשְׁ ַ ַ֣מעְׁבְׁקֹול‬
‫ ס‬:‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫ֲשרְׁיִ מלִ֖ ְךְׁעֲל‬
ֹּ֥ ֶ ‫הַ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁא‬
vê'atáh shêmá' bêqolám; áj kí-ha'éd ta'id bahém, vêhigadtá lahém, mishpát
hamélej, ashér imlój 'aleihém.

Ahora pues, escucha su voz, pero adviérteles solemnemente y declárales cuál


será el proceder del rey que ha de reinar sobre ellos.

185
8 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(10)
ְׁ‫ֹוְׁמלְֶך‬
ָֽ ֶ ‫יםְׁמ ִא ִ֖ת‬
ָֽ ‫ל־דב ַ֣ריְׁיהוָ ָ֑הְׁאֶ ל־הָ ָָּ֕עםְׁהַ שָֹֽ א ִ ֲֹּ֥ל‬
ִ ְׁ‫לְׁאתְׁכ‬
ִ֖ ‫מּוא‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
‫ס‬:
vaiómer shêmuél, ét kol-divréi Adonai; el-ha'ám hashóalím méitó mélej .

Shemuel [Samuel] refirió todas las palabras del Eterno al pueblo que le había
pedido un rey.
(11)
ְׁ‫ֲשרְׁיִ מלִ֖ ְךְׁעֲליכֶ ָ֑םְׁאֶ ת־בְׁניכֶ ַ֣םְׁיִ ִ֗ ָקח‬ ֹּ֥ ֶ ‫ְׁמשפַ ַ֣טְׁהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁא‬ ִ ֹ֙‫הְׁיהיֶה‬
ָֽ ִ ‫ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁ ִֶ֗ז‬
:ְׁ‫וְׁ ָ ֹּ֥שםְׁלֹוֹ֙ ְׁבְׁמֶ רכַב ַ֣תֹוְּׁוב ָ ָֽפ ָרשֵָ֔ יוְׁוְׁ ָר ִ֖צּוְׁלִ פנֹּ֥יְׁמֶ רכַב ָֽתֹו‬
vaiómer zéh íhieh mishpát hamélej, ashér imlój 'aleijém; et-bêneijém iqáj
vêsám ló bêmerkavtó uvfárasháv, vêratzú lifnéi merkavtó .

Y dijo: –Éste será el proceder del rey que reine sobre vosotros: Tomará a
vuestros hijos y los pondrá en sus carros y en su caballería, para que corran
delante de su carro.
(12)
ְׁ‫ּוםְׁלֹוְׁשָ ֹּ֥ריְׁ ֲאל ִ ִָ֖פיםְׁוְׁשָ ַ֣ריְׁח ֲִמ ִ ָ֑שיםְׁוְׁ ַ ָֽלח ֲֵׁ֤רֹ שְׁח ֲִרישֹוֹ֙ ְׁוְׁלִ קצַֹ֣ ר‬
ֵ֔ ‫וְׁל ַָ֣ש‬
:‫ֹּ֥יְׁרכ ָֽבֹו‬ ִ ‫י־מלחַ מ ִ֖תֹוְּׁוכל‬ ִ ‫ירֹוְׁוְׁ ַ ָֽלע ֲֹּ֥שֹותְׁכְׁ ָֽל‬
ֵ֔ ִ‫קְׁצ‬
vêlasúm ló, saréi alafím vêsaréi jamishím; vêlájarósh jarishó vêliqtzór qêtziró,
vêlá'asót kêléi-miljamtó ujléi rijbó.

Nombrará para sí jefes de millares y jefes de cincuenta. Hará que aren sus
campos y sieguen su mies, que fabriquen sus armas de guerra y el equipo de
sus carros.
(13)
:‫וְׁאֶ ת־בְׁנָֽ ֹותיכֶ ִ֖םְׁיִ ָ ָ֑קחְׁלְׁ ַרקָ ֹּ֥חֹותְּׁולטַ בָ ִ֖חֹותְּׁולאֹ ָֽפֹות‬
vêet-bênóteijém iqáj; lêraqajót ultabajót ulofót.

Tomará a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y panaderas.


(14)
ְׁ‫טֹוביםְׁיִ ָ ָ֑קחְׁוְׁנ ַ ִָ֖תן‬
ִ֖ ִ ַ‫ת־ש ָֽדֹותיכֶםְׁוְׁאֶ ת־כַרמיכֶ ָ֧םְׁוְׁזָֽיתיכֶ ַ֛םְׁה‬
ְׁ ֶ֠ ֶ‫וְׁא‬
:‫ַ ָֽלעֲבָ ָ ָֽדיו‬
vêet-sêdóteijem vêet-karmeijém vêzéiteijém hatovím iqáj; vênatán lá'avadáv.

También tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros


olivares, y los dará a sus servidores.
(15)
:‫יסיוְׁוְׁ ַ ָֽלעֲבָ ָ ָֽדיו‬
ִ֖ ָ ‫שרְׁוְׁנ ַ ָֹּ֥תןְׁלְׁ ָ ָֽס ִר‬
ֹ ָ֑ ‫וְׁזַרעיכֶ ֹּ֥םְׁוְׁכַרמיכֶ ִ֖םְׁיַע‬
186
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 8

vêzar'eijém vêjarmeijém ia'sór; vênatán lêsárisáv vêlá'avadáv.

Tomará el diezmo de vuestros granos y viñedos para dárselo a sus


funcionarios y servidores.
(16)
‫טֹוביםְׁוְׁאֶ ת־‬
ַ֛ ִ ַ‫ת־שפ ִ֨חֹותי ֶָ֜כםְׁוְׁאֶ ת־בַ ָֽחּוריכֶ ָ֧םְׁה‬
ִ ֶ‫ְׁ֩וא‬ ְָֽׁ ‫ְָֽׁואֶ ת־עַבדי ֶכם‬
:‫ָשהְׁלִ מלַאכ ָֽתֹו‬ ִ֖ ָ ‫ח ֲָֽמֹוריכֶ ִ֖םְׁיִ ָ ָ֑קחְׁוְׁע‬
vêet-'avdeijem vêet-shifjóteijém vêet-bajúreijém hatovím vêet-jamóreijém
iqáj; vê'asáh limlajtó.

Tomará a vuestros siervos, a vuestras siervas, vuestros mejores bueyes y


vuestros mejores asnos para ocuparlos en sus obras.
(17)
:‫ֹוְׁלעֲבָ ִ ָֽדים‬
ָֽ ַ ֹּ֥‫םְׁתהְׁיּו־ל‬
ָֽ ִ ‫שרְׁוְׁאַ ֶ ִ֖ת‬
ֹ ָ֑ ‫ָֽצ ֹאנְׁכֶ ִ֖םְׁיַע‬
tzónêjém ia'sór; vêatém tíhêiu-ló lá'avadím.

También tomará el diezmo de vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis sus


siervos.
(18)
‫ֲשרְׁבְׁחַ ר ֶ ִ֖תםְׁלָכֶ ָ֑םְׁוְׁ ָֽל ֹא־‬
ֹּ֥ ֶ ‫ּואְׁמלִ פנַ֣יְׁמַ לכְׁ ֵֶ֔כםְׁא‬
ִ ‫ּוזעַקתֶ םֹ֙ ְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵ֔ה‬
:ְׁ‫ַיעֲנֶ ָ֧הְׁיהוָ ַ֛הְׁאֶ תכֶ ִ֖םְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ָֽהּוא‬
uz'aqtem baióm hahú, milifnéi malkêjém, ashér bêjartém lajém; vêló-ia'anéh
Adonai etjém baióm hahú .

Aquel día clamaréis a causa de vuestro rey que os habréis elegido, pero aquel
día el Eterno no os escuchará.
(19)
ְׁ‫ְֶךְׁיהיֶ ֹּ֥ה‬
ָֽ ִ ‫ם־מל‬
ִ֖ ֶ ‫יְׁא‬
ִ ‫אְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ֹ ‫מּואלְׁו ַָֽי ֹאמְׁ ַ֣רּוְׁ ֵ֔ל‬
ָ֑ ְׁ‫וַי ָ ָֽמאֲנַ֣ ּוְׁהָ ֵָ֔עםְׁלִ שמִֹ֖ ַעְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁש‬
:ְׁ‫ע ָָֽלינּו‬
vaimáanú ha'ám, lishmó'a bêqól shêmuél; vaiómêrú ló, kí im-mélej íhiéh
'aléinu .

Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a Shemuel [Samuel]. Y dijeron: –


¡No! Más bien, que haya rey sobre nosotros.
(20)
ְׁ‫גֹויָ֑םְּׁושפ ָ ֵָׁ֤טנּוְׁמַ ל ִ֨כנּוֹ֙ ְׁוְׁי ָָצַ֣אְׁלְׁפ ֵָ֔נינּוְׁוְׁנִ ל ַחִ֖ם‬
ִ ַ‫וְׁהָ ִיֹּ֥ינּוְׁגַם־אֲנַ ִ֖חנּוְׁכְׁכְׁל־ה‬
:‫ת־מלחֲמֹ ָֽתנּו‬ִ ֶ‫א‬
vêhaínu gam-anájnu kêjol-hagoím; ushfatánu malkénú vêiatzá lêfanéinu,
vêniljám et-miljamoténu.

187
8, 9 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces nosotros seremos también como todas las naciones. Nuestro rey nos
gobernará, saldrá al frente de nosotros y llevará a cabo nuestras batallas.
(21)
‫ פ‬:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫ָ֑םְׁוֶָֽ֣ידַ בְׁ ִ֖רםְׁבְׁאְׁזנֹּ֥יְׁי‬
ַ ָ‫ל־דב ַ֣ריְׁהָ ע‬
ִ ְׁ‫לְׁאתְׁכ‬ ֵ֔ ְׁ‫וַיִ ש ַ ַ֣מעְׁש‬
ִ֖ ‫מּוא‬
vaishmá' shêmuél, ét kol-divréi ha'ám; váidabêrém bêoznéi Adonai .

Shemuel [Samuel] escuchó todas las palabras del pueblo y las refirió a oídos
del Eterno.
(22)
ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיהוָ ֵׁ֤הְׁאֶ ל־שְׁמּואלְֹׁ֙שְׁ ַ ַ֣מעְׁבְׁקֹו ֵָ֔לםְׁוְׁהִ מלַכ ָ ֹּ֥תְׁל ֶָהִ֖םְׁ ֶ ָ֑מלְֶךְׁ ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ ר‬
‫ פ‬:ְׁ‫ּוְׁאישְׁלְׁעִ ָֽירֹו‬
ֹּ֥ ִ ִ֖‫שְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־אַ נ ַ֣שיְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁלְׁכ‬
vaiómer Adonai el-shêmuel shêmá' bêqolám, vêhimlajtá lahém mélej; vaiómer
shêmuel el-anshéi israél, lêjú ísh lê'iró .

Y el Eterno dijo a Shemuel [Samuel]: –Escucha su voz y constituye un rey


sobre ellos. Entonces Shemuel [Samuel] dijo a los hombres de Israel: –
Regrese cada uno a su ciudad.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 9


(1)
ְׁ‫ן־צ ָ֧רֹור‬
ְׁ ֶ‫יאלְׁב‬
ָׁ֞ ִ‫מֹוְׁקישְׁבֶ ן־אֲב‬
ַ֣ ִ ‫ין)ְּׁוש‬ ֶ֠ ‫ישְׁמבןְׁימיןְׁ(מבִ ני ִִָ֗מ‬
ִ ‫י־א‬
ַ֣ ִ ִ‫וַיה‬
:‫ֹורְׁחיִ ל‬
ָֽ ָ ‫ן־אישְׁיְׁ ִמ ִינָ֑יְׁגִ ִ֖ב‬
ַ֣ ִ ֶ‫כֹורתְׁבֶ ן־א ִ ֲִ֖פיחַ ְׁב‬
ַ֛ ַ ְׁ‫בֶ ן־ב‬
vaihi-ísh mvn ymyn (mibiniamín) úshmo qísh ben-aviél ben-tzêrór ben-
bêjorát ben-afíaj ben-ísh iêminí; gibór jáil.

Había un hombre de Benjamín que se llamaba Quis hijo de Abiel, hijo de


Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afíaj, hijo de un hombre de Benjamín, un
guerrero valiente.
(2)
ְׁ‫לְׁטֹוב‬
ַ֣ ‫ישְׁמבְׁנֹּ֥יְׁיִ ש ָר ִ֖א‬
ִ ‫יןְׁא‬
ַ֛ ִ ‫הְׁבןְּׁוש ֵׁ֤מֹוְׁשָ אּולְֹׁ֙בָ ַ֣חּורְׁו ֵָ֔טֹובְׁוְׁ ֹּ֥א‬ָ֜ ‫וְׁלָֽ ֹו־הָ ִָ֨י‬
:‫ְׁמכְׁל־הָ ָ ָֽעם‬ ִ ַ‫נּוְׁמ ִשכ ַ֣מֹוְׁו ֵ֔ ַָמעלָהְׁגָבִֹ֖ ּה‬
ִ ‫ִמ ֶ ָ֑מ‬
vêló-haiáh vén ushmó shaul bajúr vatóv, vêéin ísh mibênéi israél tóv miménu;
mishijmó vamá'lah, gavóĥa mikol-ha'ám.

Éste tenía un hijo que se llamaba Shaúl [Saúl], joven y apuesto. Entre los
Hijos de Israel no había otro mejor que él; de hombros arriba sobrepasaba a
cualquiera del pueblo.

188
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 9

(3)
ְׁ‫רְׁקישְׁאֶ ל־שָ ַ֣אּולְׁבְׁנִ֗ ֹו‬
ִ ָ֜ ֶ‫ְׁהאֲתֹ נֵ֔ ֹותְׁלְׁ ִ ִ֖קישְׁא ִ ֲַ֣ביְׁשָ ָ֑אּולְׁ ַו ִ֨י ֹאמ‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ֹאבדנָה‬
ַ ִ֨ ‫ַות‬
:‫ת־האֲתֹ ָֽ ֹנת‬
ָֽ ָ ֶ‫ּוםְׁלְךְׁבַ ִ֖קשְׁא‬
ֵ֔ ‫ַ֣דְׁמהַ נְׁע ִ ֵָ֔ריםְׁוְׁ ַ֣ק‬
ָֽ ‫ֵׁ֤אְׁאתְָׁךֹ֙ ְׁאֶ ת־אַ ַח‬ ִ ָ‫קַ ח־נ‬
vatovádnah háatonót, lêqísh aví shaúl; vaiómer qísh el-shaúl bênó qaj-ná itêjá
et-ajád méhanê'arím, vêqúm léj, baqésh et-háatonót.

A Quis, padre de Shaúl [Saúl], se le perdieron sus asnas. Entonces Quis dijo a
su hijo Shaúl [Saúl]: –Por favor, toma contigo a uno de los criados, levántate y
ve a buscar las asnas.
(4)
ְׁ‫ו ַ ַָֽיעֲבָֹ֧ רְׁבְׁהַ ר־אֶ פ ַ ַ֛ריִ םְׁו ַ ַָֽיעֲבֹֹּ֥ רְׁבְׁ ֶ ָֽא ֶרץ־שָ ִ ִ֖לשָ הְׁוְׁ ַ֣ל ֹאְׁמָ ָצָ֑אּוְׁו ַ ַָֽיעַב ֵׁ֤רּו‬
:‫ץ־שעֲלִ יםֹ֙ ְׁו ֵ֔ ַָאיִ ןְׁו ַ ַָֽיעֲבֹֹּ֥ רְׁבְׁ ֶ ָֽא ֶרץ־יְׁ ִמ ִינִ֖יְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁמָ ָ ָֽצאּו‬
ָֽ ַ ‫בְׁאֶ ֶר‬
vaiá'avór bêhar-efráim vaiá'avór bêéretz-shalíshah vêló matzáu; vaiá'avrú
vêeretz-shá'alim vaáin, vaiá'avór bêéretz-iêminí vêló matzáu.

Ellos pasaron por la región montañosa de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa,


pero no las hallaron. Entonces pasaron por la tierra de Saalim, y tampoco.
Después pasaron por la tierra de Benjamín, pero no las hallaron.
(5)
ְׁ‫ץְׁצּוףְׁוְׁשָ ֹּ֥אּולְׁאָ ַ ַ֛מרְׁלְׁ ַ ָֽנע ֲֹּ֥רֹוְׁאֲשֶ ר־עִ ִ֖מֹוְׁלְׁכָ ַ֣ה‬
ֵ֔ ‫ִ֗המָ הְׁבִָ֚ אּוְׁבְׁ ֶ ַ֣א ֶר‬
:‫גְׁלנּו‬
ָֽ ָ ַ‫ן־האֲתֹ נִ֖ ֹותְׁוְׁ ָ ֹּ֥דא‬ָֽ ָ ‫יְׁמ‬ִ ‫וְׁנ ָָ֑שּובָ הְׁפֶן־יֶח ַ ֹּ֥דלְׁאָ ִ ַ֛ב‬
hémah báu bêéretz tzúf, vêshaúl amár lêná'aró asher-'imó lêjáh vênashúvah;
pen-iejdál aví min-háatonót vêdáag lánu.

Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Shaúl [Saúl] dijo a su criado que le


acompañaba: –Ven, volvámonos, porque quizás mi padre, dejando de
preocuparse por las asnas, esté preocupado por nosotros.
(6)
ְׁ‫דְׁכל‬
ֹ ֹּ֥ ‫ֵׁ֤אְׁאיש־אֱלהִ יםֹ֙ ְׁבָ ִ ַ֣עירְׁהַ ֵ֔ז ֹאתְׁוְׁהָ ִ ַ֣אישְׁנִ כ ֵ֔ ָב‬
ִ ָ‫רְׁלֹוְׁהִ נה־נ‬ ִ֗ ֶ‫ַו ַ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫ִ֖רְׁבֹואְׁי ָָ֑בֹואְׁעַתָ הֹ֙ ְׁנַ֣לכָהְׁשֵָ֔ םְׁאּולַיֹ֙ ְׁי ִַגַ֣ידְׁ ֵָ֔לנּוְׁאֶ ת־דַ רכִ֖נּו‬
ַ֣ ‫אֲשֶ ר־יְׁ דַ ב‬
:ְׁ ָ‫אֲשֶ ר־הָ לַ ֹּ֥כנּוְׁע ֶ ָָֽליה‬
vaiómer ló hineh-ná ish-elohim ba'ír hazót, vêhaísh nijbád, kól asher-iêdabér
bó iavó; 'atah néljah shám, ulaí iagíd lánu, et-darkénu asher-halájnu 'aléiha .

Él le respondió: –He aquí, en esta ciudad hay un hombre de Elohim, un


hombre muy respetado. Todo lo que él dice sucede sin fallar. Ahora vamos
allá; quizás nos señale el camino por donde debemos ir.

189
9 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(7)
ְׁ‫ְׁ֒כיְׁהַ ִֶ֨לחֶ םֹ֙ ְׁאָ זַ ַ֣ל‬
ֵׁ֤ ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁלְׁ ַ ָֽנע ֲִ֗רֹוְׁוְׁהִ נַ֣הְׁנלְך֮ ְּׁומַ ה־נ ִ ַָ֣ביאְׁל ִָאיש‬
:ְׁ‫הְׁא ָ ָֽתנּו‬
ִ ‫יםְׁמ‬ ִ֖ ָ ‫ֱלה‬ָ֑ ִ ‫ישְׁהא‬
ָֽ ָ ‫שּורהְׁאין־לְׁהָ ִ ִ֖ביאְׁלְׁ ִ ַ֣א‬ ֹּ֥ ָ ‫ִמכ ֵ֔לינּוְּׁות‬
vaiómer shaúl lêná'aró vêhinéh nelej umah-naví laish kí haléjem azál
mikeléinu, utshuráh ein-lêhaví lêísh háelohím; máh itánu .

Shaúl [Saúl] respondió a su criado: –Pero si vamos, ¿qué llevaremos al


hombre? Porque el pan de nuestras alforjas ya se ha acabado. No tenemos un
presente que llevar al hombre de Elohim. ¿Qué tenemos?
(8)
ְׁ‫עְׁשקֶ ל‬
ַ֣ ֶ ַ‫יְׁרב‬
ִ֖ ֶ ‫ְׁלעֲנַ֣ ֹותְׁאֶ ת־שָ ֵ֔אּולְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁהִ נהֹ֙ ְׁנִ מ ָצַ֣אְׁבְׁי ִֵָ֔ד‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ו ֵַֹׁ֤יסֶ ףְׁהַ ִַ֨נעַר‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁוְׁהִ ִגֹּ֥ידְׁלָ ִ֖נּוְׁאֶ ת־דַ ר ָֽכנּו‬ ִֵ֔ ‫ישְׁהא‬
ָֽ ָ ‫כָ ָ֑סֶ ףְׁוְׁ ָנָֽתַ ִתיֹ֙ ְׁלְׁ ִ ַ֣א‬
vaiósef haná'ar lá'anót et-shaúl, vaiómer hineh nimtzá vêiadí, réva' shéqel
kásef; vênátatí lêísh háelohím, vêhigíd lánu et-darkénu .

El criado volvió a responder a Shaúl [Saúl] y dijo: –He aquí, tengo en mi


poder la cuarta parte de un siclo de plata. Se lo daré al hombre de Elohim para
que nos indique nuestro camino.
(9)
ְׁ‫ֱלהיםְׁלְׁכֹּ֥ ּו‬
ִֵ֔ ‫לְׁכה־אָ ַ ֵׁ֤מרְׁהָ ִאישֹ֙ ְׁבְׁלֶכתֹוֹ֙ ְׁלִ ד ַ֣רֹושְׁא‬ ֹ ָֽ ‫לְׁפ ִָנַ֣יםְׁ׀ְׁבְׁיִ ש ָר ִ֗א‬
:ְׁ‫ִ֖יםְׁהרֹ ֶ ָֽאה‬
ָֽ ָ ‫הְׁכיְׁ ַלנָבִ יאֹ֙ ְׁהַ יֵ֔ ֹוםְׁיִ קָ ֹּ֥ראְׁלְׁפ ִָנ‬ֵׁ֤ ִ ‫ַד־הרֹ ֶ ָ֑א‬
ָֽ ָ ‫וְׁנָֽלְׁכָ ִ֖הְׁע‬
lêfaním | bêisraél kóh-amár haish bêlejtó lidrósh elohím, lêjú vênélêjáh 'ad-
hároéh; kí lanavi haióm, iqaré lêfaním hároéh .

Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Elohim decía: 'Venid


y vayamos al vidente'; porque al profeta de hoy, antiguamente se le llamaba
vidente.
(10)
ְׁ‫ֹוְׁטֹובְׁדְׁ ָ ָֽב ְׁרָךִ֖ ְׁלְׁכָ ַ֣הְׁ׀ְׁנ ָ֑לכָהְׁוַיָֽלְׁכּוֹ֙ ְׁאֶ ל־הָ ֵ֔ ִעיר‬
ֹּ֥ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֧אּולְׁלְׁ ַ ָֽנע ֲַ֛ר‬
:ְׁ‫ֱלהים‬ ָֽ ִ ‫ישְׁהא‬
ָֽ ָ ‫םְׁא‬ ֹּ֥ ִ ‫ר־ש‬
ִ֖ ָ ֶ‫אֲש‬
vaiómer shaúl lêná'aró tóv dêvárêjá lêjáh | neléjah; vaiélêjú el-ha'ír, asher-
shám ísh háelohím .

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a su criado: –Bien dices; anda, vamos. Fueron a la
ciudad donde estaba el hombre de Elohim.
(11)
ְׁ‫בְׁמיִ ם‬
ָ֑ ָ ַֹ֣‫ֹותְׁיצְׁ ִ֖אֹותְׁלִ שא‬
ָֹֽ ‫ְׁמצְׁ ַ֣אּוְׁנְׁע ֵָ֔ר‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ִ֗המָ הְׁעֹ לִ יםֹ֙ ְׁבְׁ ַ ָֽמעֲלַ֣הְׁהָ ֵ֔ ִעירְׁוְׁ ִ֨המָ ה‬
:‫ִ֖הְׁהרֹ ֶ ָֽאה‬
ָֽ ָ ֶ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ַ֣רּוְׁל ֵ֔ ֶָהןְׁהֲיֹּ֥שְׁבָ ז‬

190
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 9

hémah 'olim bêmá'aléh ha'ír, vêhémah mátzêú nê'arót, iótzêót lishóv máim;
vaiómêrú lahén, haiésh bazéh hároéh.

Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas jóvenes


que salían a sacar agua. A éstas les preguntaron: –¿Está el vidente en este
lugar?
(12)
ְׁ ֹ֙‫הְׁכיְׁהַ יֹום‬
ֵׁ֤ ִ ‫ֹאמרנָהְׁיִ֖שְׁהִ נַ֣הְׁלְׁפָנֶ ָ֑יָךְׁמַ הַ֣רְׁ׀ְׁע ִ֗ ַָת‬ ֹּ֥ ַ ‫ָהְׁאֹותםְׁוַת‬ַ֛ ָ ‫ו ַ ַָֽתעֲנֶ ָ֧ינ‬
:‫ירְׁכיְׁזֶ ָ֧בַ חְׁהַ יַ֛ ֹוםְׁלָעָ ִ֖םְׁבַ בָ ָ ָֽמה‬
ַ֣ ִ ‫ָבַ֣אְׁל ֵ֔ ִָע‬
vatá'anéinah otám vatomárnah iésh hinéh lêfanéja; mahér | 'atáh kí haiom bá
la'ír, kí zévaj haióm la'ám babamáh.

Ellas les respondieron diciendo: –Sí. Allí está delante de ti. Ahora date prisa,
porque hoy ha venido a la ciudad con motivo del sacrificio que el pueblo tiene
hoy en el lugar alto.
(13)
ְׁ‫הְׁלא ִ֗ ֱֹכלְׁכִֶ֠ י‬
ָֽ ֶ ָ‫ְׁ֩י ֲע ִֶ֨להְׁהַ בָ ָ֜ ָמת‬
ָֽ ַ ‫ַ֣ןְׁתמצְׁ ַ֣אּוןְׁאֹ ֡תֹוְׁבְׁטֶ ֶרם‬
ִ ‫כְׁבָֹֽ אֲכֶ ַ֣םְׁהָ ִ ַ֣עירְׁכ‬
ְׁ‫חְׁאחֲרי־כִ֖ןְׁ ָֽי ֹאכְׁלַ֣ ּו‬ ָֽ ַ ַ‫ָֽל ֹא־י ֹאכַ ֵׁ֤לְׁהָ עָםֹ֙ ְׁעַד־בֹ ֵ֔אֹוְׁכִ י־הּואֹ֙ ְׁיְׁבָ ַ֣רְךְׁהַ ֵֶ֔זב‬
:‫ֹוםְׁתמצְׁ ֹּ֥אּוןְׁאֹ ָֽתֹו‬
ִ ִ֖‫ּוְׁכי־אֹ ֹּ֥תֹוְׁכְׁהַ י‬ָֽ ִ ‫הַ קְׁר ִ ָ֑איםְׁוְׁע ָ ַַ֣תהְׁע ֲֵ֔ל‬
kêvóajém ha'ír kén timtzêún otó bêterem iá'aléh habamátah léejól kí ló-iojál
ha'am 'ad-boó, ki-hu iêvaréj hazévaj, ájarei-jén iójêlú haqêruím; vê'atáh 'alú,
kí-otó jêhaióm timtzêún otó.

Cuando entréis en la ciudad, le encontraréis antes que él suba al lugar alto


para comer. Porque el pueblo no comerá hasta que él haya llegado, pues él ha
de bendecir el sacrificio. Después comerán los invitados. Ahora pues, subid, y
de inmediato le encontraréis.
(14)
ְׁ‫אתם‬
ָ ֵ֔ ‫ירְׁהמָ הְׁבָ ִאיםֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣תֹוְךְׁהָ ֵ֔ ִעירְׁוְׁהִ נֵׁ֤הְׁשְׁמּואלְֹׁ֙יֹ צַ֣אְׁלִ ק ָר‬
ִ֗ ‫ַוֶָֽ֣ ַיעֲלִ֖ ּוְׁהָ ִ ָ֑ע‬
‫ ס‬:‫ַ ָֽלעֲלִ֖ ֹותְׁהַ בָ ָ ָֽמה‬
váia'alú ha'ír; hémah baim bêtój ha'ír, vêhinéh shêmuel iotzé liqratám, lá'alót
habamáh.

Entonces ellos subieron a la ciudad. Y cuando estuvieron en medio de la


ciudad, he aquí que Shemuel [Samuel] venía hacia ellos para subir al lugar
alto.
(15)
:ְׁ‫ֹּ֥יְׁבֹוא־שָ ִ֖אּולְׁלאמָֹֽ ר‬
ָֽ ‫מּואלְׁיַ֣ ֹוםְׁאֶ ֵ֔ ָחדְׁלִ פנ‬
ָ֑ ְׁ‫ַוָֽיה ֵ֔ ָוהְׁגָלָ ִ֖הְׁאֶ ת־אַֹ֣ זֶןְׁש‬
váAdonai, galáh et-ózen shêmuél; íom ejád, lifnéi vó-shaúl lemór .

191
9 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Un día antes que llegase Shaúl [Saúl], el Eterno le había revelado al oído a
Shemuel [Samuel], diciendo:
(16)
‫יָךְׁאישְׁמ ֶ ַ֣א ֶרץְׁבִ ני ִִָ֗מןְּׁומשַ ח ֵׁ֤תֹוְׁלְׁנָגִ ידֹ֙ ְׁעַל־‬
ִָ֜ ‫כָעַ֣תְׁ׀ְׁמָ ֡ ָחרְׁאֶ ש ַלחְׁ֩א ִֶ֨ל‬
ְׁ‫יתיֹ֙ ְׁאֶ ת־ע ִֵַ֔מי‬
ִ ‫יְׁר ִִ֨א‬
ָ ‫יםְׁכ‬
ֵׁ֤ ִ ‫יְׁמיַ ַ֣דְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑ת‬
ִ ‫הֹושיעְַׁאֶ ת־ע ִ ִַ֖מ‬ ֹּ֥ ִ ְׁ‫ע ִ ַַ֣מיְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁו‬
:‫הְׁצעֲקָ ִ֖תֹוְׁא ָ ָֽלי‬
ָֽ ַ ָ‫יְׁבֹּ֥א‬
ָ ‫ִ ַ֛כ‬
ka'ét | majár eshlaj eléja ísh meéretz biniamín umshajtó lênagid 'al-'amí israél,
vêhoshí'a et-'amí miád pêlishtím; kí raítí et-'amí, kí báah tzá'aqató elái.

'Mañana a esta misma hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín. A


éste ungirás como soberano de mi pueblo Israel. Él librará a mi pueblo de
mano de los filisteos, porque yo he visto la aflicción de mi pueblo, y su
clamor ha llegado hasta mí.'
(17)
ְׁ‫ֲשרְׁאָ ַ ַ֣מר ִתי‬
ַ֣ ֶ ‫ּולְׁוָֽיהוָ ַ֣הְׁ ָע ֵָ֔נהּוְׁהִ נֵׁ֤הְׁהָ ִאישֹ֙ ְׁא‬
ַ ‫לְׁר ָ ַ֣אהְׁאֶ ת־שָ ָ֑א‬ ָ ‫מּוא‬ ִ֖ ‫ּוש‬
:ְׁ‫א ֵֶ֔ליָךְׁזֶ ִ֖הְׁיַעצֹֹּ֥ רְׁבְׁע ִ ַָֽמי‬
ushmuél raáh et-shaúl; váAdonai 'anáhu, hinéh haish ashér amárti eléja, zéh
ia'tzór bê'amí .

Cuando Shemuel [Samuel] vio a Shaúl [Saúl], el Eterno le dijo: –He aquí el
hombre de quien te hablé; éste gobernará a mi pueblo.
(18)
ִ֖ ְׁ‫וַיִ גַ ֹּ֥שְׁשָ ַ֛אּולְׁאֶ ת־ש‬
‫מּואלְׁבְׁ ַ֣תֹוְךְׁהַ ָ ָ֑שעַרְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁהַ ִ ָֽגידָ ה־נָ ַ֣אְׁלִֵ֔ יְׁאי־‬
:‫יתְׁהרֹ ֶ ָֽאה‬
ָֽ ָ ‫ִ֖הְׁב‬
ֹּ֥ ֶ‫ז‬
vaigásh shaúl et-shêmuél bêtój hashá'ar; vaiómer hagídah-ná lí, ei-zéh béit
hároéh.

Cuando Shaúl [Saúl] se acercó a Shemuel [Samuel] en medio de la puerta de


la ciudad, le dijo: –Muéstrame, por favor, dónde está la casa del vidente.
(19)
ְׁ‫יְׁהרֹ ֵ֔ ֶאהְׁעֲלֵׁ֤הְׁלְׁ ָפנַיֹ֙ ְׁהַ בָ ֵ֔ ָמה‬ָֽ ָ ‫ְׁאנֹ ִ ַ֣כ‬
ָֽ ָ ֹ֙‫מּואלְׁאֶ ת־שָ ִ֗אּולְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ ר‬ ָ֜ ְׁ‫ַו ִַ֨יעַןְׁש‬
:‫ֹּ֥ידְׁלְך‬
ָֽ ָ ‫רְׁבלְׁבְׁבָךִ֖ ְׁאַ ִג‬ ָֽ ִ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫ַ ָֽו ֲאכַל ֶ ֹּ֥תםְׁעִ ִ ִ֖מיְׁהַ יָ֑ ֹוםְׁוְׁ ִשלַח ִ ַ֣תיָךְׁבַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוְׁ ַ֛ ֹכלְׁא‬
vaiá'an shêmuél et-shaúl vaiómer ánojí hároéh, 'aléh lêfanaí habamáh,
váajaltém 'imí haióm; vêshilajtíja vabóqer, vêjól ashér bílêvovjá agíd láj.

Shemuel [Samuel] respondió a Shaúl [Saúl] diciendo: –Yo soy el vidente.


Subid delante de mí al lugar alto, y comed hoy conmigo. Mañana por la
mañana te despediré y te diré todo lo que está en tu corazón.

192
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 9

(20)
ְׁ ַ֛‫םְׁאת־לִ בְָׁך‬
ָֽ ֶ ֶ‫ל־תש‬ ָ֧ ָ ַ‫וְׁ ָ ָֽלאֲתֹ נָׁ֞ ֹותְׁהָ אָֹֽ בְׁ ַ֣דֹותְׁלְׁ ִָ֗ךְׁהַ יֹוםֹ֙ ְׁשְׁלַ֣ שֶ תְׁהַ י ִֵָ֔מיםְׁא‬
ְׁ‫ִ֖םְׁכיְׁנִ מ ָצָ֑אּוְּׁול ִמיֹ֙ ְׁכְׁל־חֶ מ ַ ַ֣דתְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁהֲלַ֣ ֹואְׁלְׁ ֵָ֔ךְּׁול ִ֖ ֹכלְׁבֹּ֥ית‬
ַ֣ ִ ‫ל ֶָה‬
‫ ס‬:‫אָ ִ ָֽביָך‬
vêláatonót haóvêdót lêjá haiom shêlóshet haiamím, al-tásem ét-libêjá lahém kí
nimtzáu; ulmí kol-jemdát israél, haló lêjá, uljól béit avíja.

Y en cuanto a las asnas que se te perdieron hace tres días, no te preocupes,


porque ya han sido halladas. Pero, ¿para quién será todo lo más preciado en
Israel? ¿Acaso no será para toda la casa de tu padre?
(21)
ְׁ‫ְׁשב ַ֣טיְׁיִ ש ָר ֵ֔אל‬ ִ ֹ֙‫ְׁמקַ טַ ני‬ ִ ֹ֙‫ַו ִַ֨יעַןְׁשָ ָ֜אּולְׁ ַו ִ֗י ֹאמֶ רְׁה ֲִ֨לֹואְׁבֶ ן־יְׁ ִמ ִינֵׁ֤יְׁאָ ִֹ֨נכִ י‬
ְׁ‫ֹותְׁשב ַ֣טיְׁבִ ני ִ ָָ֑מןְׁוְׁ ִָ֨למָ הֹ֙ ְִׁד ְַַׁ֣ברתָ ְׁא ֵַ֔לי‬ִ ‫ל־משפְׁ ִ֖ח‬ ִ ‫הְׁמ ָ ָֽכ‬
ִ ‫ּומשפַח ִתיֹ֙ ְׁהַ צְׁעִ ָ ֵ֔ר‬ ִ
‫ ס‬:‫כַדָ ָבִ֖רְׁהַ ֶזָֽה‬
vaiá'an shaúl vaiómer haló ven-iêminí anójí miqataneí shivtéi israél,
umishpajtí hatzê'iráh, mikál-mishpêjót shivtéi viniamín; vêlámah dibárta elái,
kadavár hazéh.

Shaúl [Saúl] respondió diciendo: –¿No soy yo de Benjamín, la más pequeña


de las tribus de Israel? ¿Y no es mi familia la más pequeña de todas las
familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho semejante
cosa?
(22)
ְׁ‫יאםְׁלִ שכָ ָ֑תָ הְׁוַיִ ִ֨תןְׁל ֶָהֵׁ֤ם‬
ִ֖ ִ‫וַיִ ַ ֵׁ֤קחְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ת־שָ ַ֣אּולְׁוְׁ ֶ ָֽאת־ ַנע ֲֵ֔רֹוְׁוַיב‬
:‫םְׁאיש‬
ָֽ ִ ‫לש‬
ֹּ֥ ִ ‫רּואיםְׁוְׁהִ֖מָ הְׁכִ ש‬ ִֵ֔ ְׁ‫מָ קֹוםֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣ר ֹאשְׁהַ ק‬
vaiqáj shêmuel et-shaúl vêét-na'aró, vaiviém lishkátah; vaitén lahém maqom
bêrósh haqêruím, vêhémah kishloshím ísh.

Entonces Shemuel [Samuel] tomó a Shaúl [Saúl] y a su criado, los hizo entrar
en la sala, y les dio lugar a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta
hombres.
(23)
ְׁ ֹ֙‫ֲשרְׁנ ַ ִָ֖ת ִתיְׁלָ ְָ֑ךְׁאֲשֶ ר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙לַטַ ֵ֔ ָבחְׁתְׁנָהֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ מָ ֵָ֔נהְׁא‬
:‫יָךְׁשיםְׁאֹ ָ ִ֖תּהְׁעִ ָ ָֽמְך‬
ֹּ֥ ִ ‫אָ ַ ַ֣מר ִתיְׁא ֵֶ֔ל‬
vaiómer shêmuel latabáj, tênah et-hamanáh, ashér natáti láj; asher amárti
eléja, sím otáĥ 'imáj.

Y Shemuel [Samuel] dijo al cocinero: –Trae acá la porción que te di, la cual te
dije que guardaras aparte.

193
9 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(24)
ְׁ‫םְׁהַ טַ בְׁחְׁאֶ ת־הַ ִ֨שֹוקְׁוְׁ ֶ ָֽה ָע ֶָ֜ליהָ ְׁוַיָ ַ֣שֶ םְׁ׀ְׁלִ פנַ֣יְׁשָ ִ֗אּולְׁו ִַ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁהִ נֵׁ֤ה‬
ֶ֠ ‫וַיָ ַ֣ ֶֶ֣ר‬
ְׁ‫ַ֛דְׁשמּור־לְָׁךֹּ֥ ְׁלאמִֹ֖ רְׁהָ עָ ַ֣םְׁ׀‬ ָֽ ָ ‫לְׁכיְׁלַמֹוע‬ ָ֧ ִ ‫ְׁשים־לְׁפָנֶ ַ֣יָךְׁא ֵ֔ ֱֹכ‬
ִ ֹ֙‫הַ נִ שאָ ר‬
:‫מּואלְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ָֽהּוא‬ִ֖ ְׁ‫אתיְׁ ַו ָ֧י ֹאכַלְׁשָ ַ֛אּולְׁעִ ם־ש‬ ִ ‫קָ ָ ָ֑ר‬
vaiárem hátaboj et-hashóq vêhé'aléiha vaiásem | lifnéi shaúl vaiómer hinéh
hanishar sim-lêfanéja ejól, kí lamo'éd shámur-lêjá lemór ha'ám | qaráti; vaiójal
shaúl 'im-shêmuél baióm hahú.

El cocinero tomó un muslo, lo sacó y lo puso delante de Shaúl [Saúl]. Y


Shemuel [Samuel] dijo: –He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti
y come, porque para esta ocasión fue guardado para ti cuando dije: 'Yo he
invitado al pueblo.' Así que aquel día Shaúl [Saúl] comió con Shemuel
[Samuel].
(25)
:‫ּוְׁמהַ בָ ָ ִ֖מהְׁהָ ִ ָ֑עירְׁוַידַ בֹּ֥רְׁעִ ם־שָ ִ֖אּולְׁעַל־הַ ָגָֽג‬
ָֽ ‫ֶ֣ר ֹּ֥ד‬
ְׁ ‫ו ַָֽי‬
vaiérêdú méhabamáh ha'ír; vaidabér 'im-shaúl 'al-hagág.

Y cuando habían descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Shaúl
[Saúl] en la azotea.
(26)
ְׁ‫מּואלְׁאֶ ל־שָ אּולְֹׁ֙הגג‬ ֵׁ֤ ְׁ‫יְׁכעֲלֵׁ֤ ֹותְׁהַ שִַ֨ חַ רֹ֙ ְׁוַיִ ק ָ ִ֨ראְׁש‬
ָֽ ַ ‫ַויַש ִ֗ ִכמּוְׁוַי ִָׁ֞ה‬
ְׁ‫ַ֛םְׁהּוא‬
ֹּ֥ ‫יה‬ ֶ ‫הְׁואֲשַ לְׁ ֶ ָ֑חךְָׁוַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁשָ ִ֗אּולְׁוַיָֽצְׁ ָ֧אּוְׁשְׁנ‬
ָֽ ַ ָ‫רְׁקּומ‬
ִ֖ ֵֹ֔‫(הַ גָ ַ֣ ֶ֣גָה)ְׁלאמ‬
:‫מּואלְׁהַ ָֽחּוצָ ה‬ ִ֖ ‫ּוש‬
vaiashkímu vaihí ká'alót hashájar vaiqrá shêmuél el-shaul hgg (hagágah)
lemór, qúmah váashalêjéka; vaiáqom shaúl vaiétzêú shêneihém hú ushmuél
hajútzah.

Al día siguiente madrugaron, y sucedió que al tiempo de la aurora Shemuel


[Samuel] llamó a Shaúl [Saúl] que estaba en la azotea, y le dijo: –Levántate
para que te despida. Shaúl [Saúl] se levantó, y salieron ambos, él y Shemuel
[Samuel].
(27)
ְׁ‫מּואלְׁאָ ַ ַ֣מרְׁאֶ ל־שָ ִ֗אּולְׁאֱמֹֹּ֥ רְׁלַנַ ַ֛עַר‬ ָׁ֞ ‫ִ֗המָ הְׁיָֽ ֹור ִדיםֹ֙ ְׁבִ קצַ֣הְׁהָ ֵ֔ ִעירְּׁוש‬
ְׁ‫ִ֖ינּוְׁוֶָֽ֣ ַיעֲבָֹ֑ רְׁוְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁעֲמַֹ֣ דְׁכַיֵ֔ ֹוםְׁוְׁאַ ש ִ ָֽמיעֲָךִ֖ ְׁאֶ ת־דְׁ ַבֹּ֥ר‬
ַ ‫וְׁ ַ ָֽיעֲבֹֹּ֥ רְׁלְׁפָנ‬
‫ פ‬:ְׁ‫ֱלהים‬ ָֽ ִ ‫א‬
hémah íordim biqtzéh ha'ír, ushmuél amár el-shaúl emór laná'ar vêiá'avór
lêfanéinu váia'avór; vêatah 'amód kaióm, vêashmí'ajá et-dêvár elohím .

194
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 10

Descendieron al extremo de la ciudad, y Shemuel [Samuel] dijo a Shaúl


[Saúl]: –Dile al criado que se nos adelante, pero tú espera un poco para que te
declare la palabra de Elohim. Y el criado se adelantó.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 10


(1)
ְׁ‫ֹאשֹוְׁוַיִ שָ ָ֑קהּוְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ ר‬
ִ֖ ‫מּואלְׁאֶ ת־פַ ְֹּ֥ךְׁהַ ֶ ַ֛שמֶ ןְׁוַיִ צֹֹּ֥ קְׁעַל־ר‬ ָ֜ ְׁ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁש‬
:ְׁ‫ַל־נ ֲחל ִָ֖תֹוְׁלְׁנ ִ ָָֽגיד‬
ָֽ ַ ‫ֹואְׁכי־מְׁשָ חֲָךָ֧ ְׁיהוָ ַ֛הְׁע‬
ָֽ ִ ‫ה ֲִ֗ל‬
vaiqáj shêmuél et-páj hashémen vaitzóq 'al-roshó vaishaqéhu; vaiómer haló
kí-mêshajajá Adonai 'al-nájalató lênagíd .

Entonces Shemuel [Samuel] tomó un frasco de aceite, lo derramó sobre la


cabeza de Shaúl [Saúl] y le besó diciéndole: –¿No te ha ungido el Eterno
como el soberano de su heredad?
(2)
ְׁ‫תְׁרחַ֛לְׁבִ ג ֹּ֥בּול‬ ָ ‫אתְׁ֩שְׁ ִ֨ניְׁ ֲאנ ָ֜ ִָשיםְׁעִ ם־קְׁב ַ ֹּ֥ר‬ ָ ָ‫בְׁלֶכתְָׁךֵׁ֤ ְׁהַ יֹוםֹ֙ ְׁ ָֽמעִ מָ ִֵ֔דיְּׁומָ צ‬
ְׁ‫ֲשרְׁהָ לַ ַ֣כתָ ְׁלְׁבַ ֵ֔קש‬ ַ֣ ֶ ‫ּוְׁהאֲתֹ נֹותֹ֙ ְׁא‬
ָֽ ָ ‫בִ ני ִ ִָ֖מןְׁבְׁצֶ ל ַצָ֑חְׁוְׁ ָ ָֽאמְׁ ַ֣רּוְׁא ִֶ֗ליָךְׁנִ מצְׁ ֵׁ֤א‬
ְׁ‫רְׁמהְׁ ֶ ָֽאע ֶ ֱִ֖שה‬
ֹּ֥ ָ ֵֹ֔‫יְׁהאֲתֹ נֵ֔ ֹותְׁוְׁדָ ַ ֵׁ֤אגְׁ ָלכֶםֹ֙ ְׁלאמ‬
ָֽ ָ ‫ת־דב ַ֣ר‬
ִ ֶ‫וְׁהִ ִ֨נהְׁנ ַ ֵָׁ֤טשְׁאָ ִִ֨ביָךֹ֙ ְׁא‬
:‫לִ ב ִ ָֽני‬
bêlejtêjá haiom mé'imadí, umatzatá shênéi anashím 'im-qêvurát rajél bigvúl
biniamín bêtzeltzáj; vêámêrú eléja nimtzêú háatonot ashér halájta lêvaqésh,
vêhinéh natásh avíjá et-divréi háatonót, vêdaág lajem lemór, máh é'eséh livní.

Hoy, cuando te hayas apartado de mí, hallarás a dos hombres junto al sepulcro
de Raquel [Rajel] en Zelzaj, en la frontera de Benjamín. Ellos te dirán: 'Las
asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí que tu padre ha dejado
de lado el asunto de las asnas y está preocupado por vosotros, diciendo: '¿Qué
haré acerca de mi hijo?''
(3)
ְׁ‫לשה‬
ַ֣ ָ ְׁ‫אתְׁעַד־אלַ֣ ֹוןְׁתָ ֵ֔בֹורְּׁומצָ ֵׁ֤אּוָךְׁשָ םֹ֙ ְׁש‬ ָֹ֙ ‫הְּׁוב‬
ָ ִ֨ ָ‫ְׁמשָָ֜ םְׁו ִ֗ ָָהלא‬ִ ‫וְׁ ָ ָֽחלַפ ִ֨ ָת‬
ְׁ‫לשהְׁגְׁדָ ִִ֗יים‬
ַ֣ ָ ְׁ‫ית־אלְׁאֶ ָׁ֞ ָחדְׁנֹ ַ֣שאְׁ׀ְׁש‬ ָ֑ ‫יםְׁב‬ ָֽ ‫ֱלה‬ ִ֖ ִ ‫ל־הא‬ ָֽ ָ ֶ‫ֲאנ ֵ֔ ִָשיםְׁעֹ ִ ֹּ֥ליםְׁא‬
:ְׁ‫ל־יֶ֣יִ ן‬
ָֽ ָ ֶ‫וְׁאֶ חָ דֹ֙ ְׁנֹ ִ֗שאְׁשְׁ ִ֨לשֶ תֹ֙ ְׁכִ כְׁ ַ֣רֹותְׁ ֵֶ֔לחֶ םְׁוְׁאֶ ָחִ֖דְׁנֹ ֹּ֥שאְׁנָֽב‬
vêjálaftá mishám vahálah uvátá 'ad-elón tavór, umtzaúja sham shêlosháh
anashím, 'olím el-háelohím béit-él; ejád nosé | shêlosháh gêdaím vêejad nosé
shêlóshet kikêrót léjem, vêejád nosé nével-iáin .

195
10 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Cuando sigas de allí más adelante y llegues a la encina de Tabor, saldrán a tu


encuentro tres hombres que suben a Elohim en Betel, llevando uno tres
cabritos, otro tres tortas de pan y el tercero una vasija de vino.
(4)
:‫ְׁמי ָ ָָֽדם‬
ִ ‫וְׁ ָ ָֽשאֲלֹּ֥ ּוְׁלְָׁךִ֖ ְׁלְׁשָ לָ֑ ֹוםְׁוְׁ ָנָֽתְׁנֵׁ֤ ּוְׁלְָׁךֹ֙ ְׁשְׁתי־ ֵֶ֔לחֶ םְׁוְׁ ָ ָֽלקַ ח ָ ִ֖ת‬
vêsháalú lêjá lêshalóm; vênátênú lêjá shêtei-léjem, vêláqajtá miadám.

Después que te hayan saludado, te darán dos panes, los cuales tomarás de sus
manos.
(5)
ְׁ֩‫ר־שםְׁנְׁצִ בַ֣יְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁוִ יהִ י‬ ִ֖ ָ ֶ‫ֱלהיםְׁאֲש‬ ִֵ֔ ‫ַ֣תְׁהא‬ ָֽ ָ ַ‫רְׁכןְׁתָ בֹואֹ֙ ְׁגִ בע‬ ִ֗ ַ‫ַ ַ֣אח‬
ְׁ‫יהם‬ ֶ ָׁ֞ ‫ְׁחֵׁ֤בֶ לְׁנְׁבִ ִאיםֹ֙ ְָֹֽׁי ְׁר ִ ַ֣דיםְׁ ָֽמהַ בָ ֵ֔ ָמהְׁוְׁלִ פנ‬
ֶ ‫ירְּׁופגַע ָׁ֞ ָת‬
ָֽ ָ ‫כְׁבָֹֽ א ֲִָ֨ךְׁשָָ֜ םְׁהָ ִ֗ ִע‬
:ְׁ‫הְׁמתְׁנַבְׁ ִ ָֽאים‬ ָֽ ִ ָ‫נֵׁ֤בֶ לְׁוְׁתֹ ףֹ֙ ְׁוְׁחָ ִ ַ֣לילְׁוְׁכִ נֵ֔ ֹורְׁוְׁהִ֖מ‬
ájar kén tavo giv'át háelohím, asher-shám nêtzivéi fêlishtím; vihí jêvóajá shám
ha'ír ufága'tá jével nêviim iórêdím méhabamáh, vêlifneihém nével vêtof
vêjalíl vêjinór, vêhémah mítênabêím .

De allí irás a la colina de Elohim donde está el destacamento de los filisteos.


Sucederá que cuando hayas entrado en la ciudad, allí encontrarás a un grupo
de profetas descendiendo del lugar alto, precedidos de liras, panderos, flautas
y arpas; y ellos profetizando.
(6)
:ְׁ‫וְׁ ָ ָֽצלְׁ ָחֵׁ֤הְׁ ָע ִֶ֨ליָךֹ֙ ְַׁ֣רּוחַ ְׁיה ֵ֔ ָוהְׁוְׁהִ תנ ִ ִַ֖ביתָ ְׁעִ ָ ָ֑מםְׁוְׁנֶהפַכ ָ ִ֖תְׁלְׁ ִ ֹּ֥אישְׁאַ ָֽחר‬
vêtzálêjáh 'aléjá rúaj Adonai, vêhitnabíta 'imám; vênehpajtá lêísh ajér .

Entonces el espíritu del Eterno descenderá sobre ti con poder, y profetizarás


con ellos; y serás cambiado en otro hombre.
(7)
ְׁ‫ֲשר‬
ַ֣ ֶ ‫ָה)ְׁהאֹ ֹּ֥תֹותְׁהָ ִ֖אלֶהְׁלָ ְָ֑ךְׁע ֲֵׁ֤שהְׁלְָׁךֹ֙ ְׁא‬
ָֽ ָ ‫הְׁכיְׁתבאינהְׁ(תָ ַ֛ב ֹאנ‬ ֹּ֥ ִ ‫וְׁהָ ִָ֗י‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁעִ ָ ָֽמְך‬
ִ֖ ִ ‫יְׁהא‬
ָֽ ָ ‫ָךְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ‫ִתמ ָצַ֣אְׁי ֵ֔ ֶָד‬
vêhaiáh kí tvinh (tavónah) háotót haéleh láj; 'aséh lêjá ashér timtzá iadéja, kí
háelohím 'imáj .

Y sucederá que cuando te hayan acontecido estas señales, haz lo que te venga
a mano, porque Elohim está contigo.
(8)
ְׁ ַ‫וְׁ ָ ָֽי ֶַ֣רד ָ ַ֣תְׁלְׁ ָפנַי֮ ְׁהַ גִ ל ָגלְׁ֒וְׁהִ נֵׁ֤הְׁ ָ ָֽאנֹ כִ יֹ֙ ְׁיֹ ַ֣רדְׁא ֵֶ֔ליָךְׁלְׁ ַ ָֽהעֲלַ֣ ֹותְׁעֹ ֵ֔לֹותְׁלִ זבִֹ֖ ח‬
ְׁ‫ְׁאת‬
ִ֖ ‫ַד־בֹואיְׁא ֵֶ֔ליָךְׁוְׁ ָֽהֹודַ ע ִ ַ֣תיְׁלְׁ ֵָ֔ך‬
ַ֣ ִ ‫יםְׁשב ִַ֨עתְׁי ִ ֵָׁ֤מיםְׁתֹוחלְֹׁ֙ע‬ ִ ‫זִב ַ֣חיְׁשְׁל ִ ָָ֑מ‬
:‫רְׁתע ֶ ֲָֽשה‬ָֽ ַ ‫ֲש‬ ֹּ֥ ֶ ‫א‬
196
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 10

vêiáradtá lêfanaí hagilgal vêhinéh ánojí ioréd eléja, lêhá'alót 'olót, lizbóaj
zivjéi shêlamím; shiv'át iamím tojel 'ad-boí eléja, vêhóda'tí lêjá, ét ashér
tá'aséh.

Después descenderás antes que yo a Gilgal. Y he aquí que yo descenderé


hacia ti para ofrecer holocaustos y sacrificios de paz. Espera siete días hasta
que yo vaya a ti y te indique lo que has de hacer.
(9)
ְׁ‫ֱלהיםְׁלַ֣ב‬
ִ֖ ִ ‫מּואלְׁו ַ ַָֽי ֲהפְָך־לֹּ֥ ֹוְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ֹוְׁשכמֹוֹ֙ ְׁ ָל ִֶ֨לכֶתֹ֙ ְׁמ ִ ַ֣עםְׁש‬
ִ ‫וְׁהָ ִָ֗יהְׁכְׁהַ פנֹ ֵׁ֤ת‬
‫ ס‬:ְׁ‫ל־האֹ ֹּ֥תֹותְׁהָ ִ֖אלֶהְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ָֽהּוא‬ ָֽ ָ ְׁ‫אַ חָ֑רְׁ ַויָבַֹ֛ אּוְׁכ‬
vêhaiáh kêhafnotó shijmó laléjet me'ím shêmuél, vaiáhafaj-ló elohím lév ajér;
vaiavóu kol-háotót haéleh baióm hahú .

Aconteció que cuando Shaúl [Saúl] volvió la espalda para apartarse de


Shemuel [Samuel], Elohim le transformó el corazón; y todas estas señales se
cumplieron aquel día.
(10)
ְׁ ֹ֙‫אתֹוְׁו ִַתצלַ ֵׁ֤חְׁ ָעלָיו‬
ָ֑ ‫ֹּ֥הְׁחבֶ ל־נְׁבִ ִ ִ֖איםְׁלִ ק ָר‬
ָֽ ֶ ‫ַויָבֵֹׁ֤ אּוְׁשָ םֹ֙ ְׁהַ גִ ב ֵָ֔עתָ הְׁוְׁהִ נ‬
ָֽ ָ ְׁ‫ֱלהיםְׁוַיִ תנַבִ֖אְׁב‬
‫ ס‬:ְׁ‫תֹוכם‬ ִֵ֔ ‫ַ֣רּוחַ ְׁא‬
vaiavóu sham hagiv'átah, vêhinéh jével-nêviím liqrató; vatitzláj 'alav rúaj
elohím, vaitnabé bêtojám .

Cuando llegaron a la colina, he aquí que un grupo de profetas venía a su


encuentro. Y el espíritu de Elohim descendió sobre él con poder, y él profetizó
en medio de ellos.
(11)
ְׁ‫ֹולְׁשלשֵֹ֔ םְׁוַיִ ר ָּ֕אּוְׁוְׁהִ נֹּ֥הְׁעִ ם־נְׁבִ ִ ִ֖איםְׁנִ ָבָ֑א‬
ִ ‫ְׁמ ִאתְׁ ַ֣מ‬
ָֽ ֹ֙‫וַי ִִ֗היְׁכְׁל־יָֽ ֹודעֹו‬
ְׁ‫ן־קישְׁהֲגַ ֹּ֥ם‬ִ ֵ֔ ֶ‫םְׁאישְׁאֶ ל־ר ִ֗עהּוְׁמַ ה־זֶהֹ֙ ְׁהָ יָ ַ֣הְׁלְׁב‬ ַ֣ ִ ‫{ס}ְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁהָ ָָ֜ע‬
:‫שָ ִ֖אּולְׁבַ נְׁבִ ִ ָֽיאים‬
vaihí kol-íod'ó méitêmól shilshóm, vairú vêhinéh 'im-nêviím nibá; {s}
vaiómer ha'ám ísh el-re'éhu mah-zeh haiáh lêven-qísh, hagám shaúl
banêviím.

Sucedió que cuando todos los que le conocían antes vieron cómo profetizaba
en medio de los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: –¿Qué le ha
pasado al hijo de Quis? ¿También está Shaúl [Saúl] entre los profetas?
(12)
ְׁ‫ְׁהיְׁ ָ ַ֣תהְׁלְׁמָ שֵָ֔ לְׁהֲגַ ֹּ֥ם‬
ָֽ ָ ֹ֙‫יהָ֑םְׁעַל־כן‬
ֶ ִ‫ּומיְׁאֲב‬
ַ֣ ִ ְׁ‫ישְׁמ ָ ַ֛שםְׁו ִַ֖י ֹאמֶ ר‬
ִ ‫ַןְׁא‬ ֹּ֥ ִ ‫ַו ִַ֨יע‬
:‫שָ ִ֖אּולְׁבַ נְׁבִ ִ ָֽאים‬
197
10 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiá'an ísh mishám vaiómer umí avihém; 'al-ken háiêtáh lêmashál, hagám
shaúl banêviím.

Un hombre de allí respondió diciendo: –¿Y quién es el padre de ellos? Así,


pues, se originó el refrán: '¿También está Shaúl [Saúl] entre los profetas?'
(13)
:‫ְֹׁ֙מהִ תנ ֵַ֔בֹותְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁהַ בָ ָ ָֽמה‬
ָֽ ‫וַי ַכל‬
vaijal méhitnabót, vaiavó habamáh.

Shaúl [Saúl] cesó de profetizar y llegó al lugar alto.


(14)
‫ֹוְׁאןְׁ ֲהלַכ ֶ ָ֑תםְׁ ַו ִ֗י ֹאמֶ רְׁלְׁבַ קשֹ֙ ְׁאֶ ת־‬
ַ֣ ָ ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩דִ֨ ֹודְׁשָ ֹּ֥אּולְׁאלָ ַ֛יוְׁוְׁ ֶ ָֽאל־ ַנע ֲִ֖ר‬
:‫מּואל‬
ָֽ ְׁ‫י־איִ ןְׁ ַונ ִָ֖בֹואְׁאֶ ל־ש‬ ַ ֵ֔ ִ‫ָ ַ֣האֲתֹ נֵ֔ ֹותְׁוַנִ ר ֶ ַ֣אהְׁכ‬
vaiomer dód shaúl eláv vêél-na'aró án halajtém; vaiómer lêvaqesh et-háatonót,
vaniréh ji-áin, vanavó el-shêmuél.

Y un tío de Shaúl [Saúl] les preguntó a él y a su criado: –¿A dónde fuisteis? Él


respondió: –Fuimos a buscar las asnas; y como vimos que no aparecían,
acudimos a Shemuel [Samuel].
(15)
:‫מּואל‬
ָֽ ְׁ‫יְׁמה־אָ ַ ֹּ֥מרְׁלָכֶ ִ֖םְׁש‬
ָֽ ָ ִֵ֔‫רְׁדֹודְׁשָ ָ֑אּולְׁהַ ִ ָֽגידָ ה־נָ ַ֣אְׁל‬
ַ֣ ֶ‫ַו ִ֖י ֹאמ‬
vaiómer dód shaúl; hagídah-ná lí, máh-amár lajém shêmuél.

El tío de Shaúl [Saúl] dijo: –Declárame, por favor, qué os ha dicho Shemuel
[Samuel].
(16)
‫ּוְׁהאֲתֹ נָ֑ ֹותְׁוְׁאֶ ת־‬
ָֽ ָ ‫נּוְׁכיְׁנִ מצְׁ ִ֖א‬
ֹּ֥ ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־דֹודֵ֔ ֹוְׁהַ גֵׁ֤דְׁהִ גִ ידֹ֙ ְׁ ֵָ֔ל‬
‫ פ‬:‫מּואל‬ָֽ ְׁ‫ֲשרְׁאָ ַ ֹּ֥מרְׁש‬ ִ֖ ֶ ‫ַ֣ידְׁלֹוְׁא‬
ֵ֔ ‫דְׁ ַבֵׁ֤רְׁהַ מְׁלּוכָהֹ֙ ְׁ ָֽל ֹא־הִ ִג‬
vaiómer shaul el-dodó, hagéd higid lánu, kí nimtzêú háatonót; vêet-dêvár
hamêlujah ló-higíd ló, ashér amár shêmuél.

Y Shaúl [Saúl] respondió a su tío: –Nos declaró expresamente que las asnas
habían sido halladas. Pero del asunto del reino, no le declaró nada de lo que
Shemuel [Samuel] le había hablado.
(17)
‫ פ‬:ְׁ‫ַויַצעֵׁ֤קְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ת־הָ ֵָ֔עםְׁאֶ ל־יהוָ ִ֖הְׁהַ ִמצ ָ ָֽפה‬
vaiatz'éq shêmuel et-ha'ám, el-Adonai hamitzpáh .

Entonces Shemuel [Samuel] convocó al pueblo delante del Eterno, en Mizpa,

198
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 10

(18)
ְׁ‫לְׁאנֹ ִ ַ֛כי‬
ָֽ ָ ‫לְׁ{פ}כה־אָ ַ ֵׁ֤מרְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔א‬
ֹ ָֽ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁאֶ ל־בְׁנַ֣יְׁיִ ש ָר ִ֗א‬
ְׁ ֹ֙‫םְּׁומיַד‬
ִ ִ‫ַ֣דְׁמצ ַ ֵ֔רי‬
ִ ַ‫ְׁמי‬ִ ֹ֙‫םְׁוָֽאַ ִ ֵׁ֤צילְׁאֶ תכֶם‬
ָ ִ‫לְׁמ ִמצ ָ ָ֑רי‬
ִ ‫ֹּ֥יתיְׁאֶ ת־יִ ש ָר ִ֖א‬ ִ ‫ֶ ָֽהעֱל‬
:ְׁ‫כְׁל־הַ מַ מלָכֵ֔ ֹותְׁהַ לָֽ ח ִ ֲִ֖ציםְׁאֶ ת ֶ ָֽכם‬
vaiómer | el-bênéi israél {f}kóh-amár Adonai elohéi israél, ánojí hé'eléiti et-
israél mimitzráim; váatzíl etjem miád mitzráim, umiad kol-hamamlajót,
halójatzím etjém .

y dijo a los Hijos de Israel: –Así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'Yo
saqué a Israel de Egipto, librándoos de mano de los egipcios y de mano de
todos los reinos que os oprimieron.
(19)
‫ְׁמכְׁל־‬
ִ ֮‫ּואְׁמֹושיעְַׁ ָלכֶם‬
ַ֣ ִ ‫ר־ה‬
ִ֨ ֶ‫וְׁאַ ִ֨ ֶתםְׁהַ יָ֜ ֹוםְׁמְׁאַ ס ֶ ַ֣תםְׁאֶ ת־אֱלָֽ הי ִֶ֗כםְׁאֲש‬
ְׁ‫י־מלְֶךְׁתָ ִ ַ֣שיםְׁעָלָ֑ינּוְׁוְׁע ִ֗ ַָתה‬
ִ֖ ֶ ִ‫רּוְׁלֹוְׁכ‬
ֵ֔ ‫ָרעָֽ ֹותיכֶ ַ֣םְׁוְׁצָ ָֽרֹ תי ֶכםְׁ֒ ַו ַ֣ת ֹאמ‬
:ְׁ‫יכם‬ָֽ ֶ ‫ִ ָֽהתְׁיַצְׁבּוֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְׁלְׁ ִשבטיכֶ ִ֖םְּׁולאַ לפ‬
vêatém haióm mêastém et-elóheijém asher-hú moshí'a lajem mikol-ra'óteijém
vêtzaróteijem vatómru ló, ki-mélej tasím 'aléinu; vê'atáh hítêiatzêvú lifnéi
Adonai, lêshivteijém ulalfeijém .

Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Elohim, quien os libra de todas
vuestras desgracias y angustias, y habéis dicho: '¡No! Más bien, constituye un
rey sobre nosotros.' Ahora pues, presentaos delante del Eterno por vuestras
tribus y por vuestros millares.'
(20)
ֹּ֥ ‫ל־שב ַ֣טיְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁוַיִ לָכ‬
:‫ִ֖דְׁשבֶ טְׁבִ ני ִ ָָֽמן‬ ִ ְׁ‫לְׁאתְׁכ‬
ִ֖ ‫מּוא‬
ֵ֔ ְׁ‫ַויַק ַ֣רבְׁש‬
vaiaqrév shêmuél, ét kol-shivtéi israél; vailajéd shévet biniamín.

Shemuel [Samuel] hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue
tomada la tribu de Benjamín.
(21)
ְׁ ֹ֙‫ִ֖דְׁמשפַ ַ֣חַ תְׁהַ מַ ט ִ ָ֑ריְׁוַיִ לָכד‬
ִ ‫ת־שבֶ טְׁבִ ני ִָמןֹ֙ ְׁלְׁ ִמשפְׁחֹ ֵ֔ ָתוְׁו ִַתלָכ‬
ֵׁ֤ ֶ‫ַויַק ָׁ֞רבְׁא‬
‫ ס‬:‫ן־קישְׁוַיבַ קשִ֖הּוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁנִ מ ָ ָֽצא‬
ִ ֵ֔ ֶ‫שָ ַ֣אּולְׁב‬
vaiaqrév et-shévet biniamin lêmishpêjotáv, vatilajéd mishpájat hamatrí;
vailajed shaúl ben-qísh, vaivaqshúhu vêló nimtzá.

Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus clanes, y fue tomado el clan
de Matri, y de éste fue elegido Shaúl [Saúl] hijo de Quis. Y le buscaron, pero
no le pudieron hallar.

199
10 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(22)
‫םְׁאישְׁ{ס}ְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁיה ֵ֔ ָוהְׁהִ נה־‬ ָֽ ַ ֹ֙‫וַיִ שאֲלּו־עֹוד‬
ָ֑ ִ ַ֣‫ְׁביה ֵ֔ ָוהְׁה ֲָבֹּ֥אְׁעִ֖ ֹודְׁהֲל‬
:ְׁ‫ֹּ֥הּואְׁנֶח ָבִ֖אְׁאֶ ל־הַ כ ִ ָֽלים‬
vaishalu-'od báAdonai, havá 'ód halóm ísh; {s} vaiómer Adonai, hineh-hú
nejbá el-hakelím .

Entonces consultaron otra vez al Eterno: –¿Aún ha de venir aquí ese hombre?
Y el Eterno respondió: –He aquí que está escondido entre el equipaje.
(23)
ִ ֹ֙‫ַ֣הּוְׁמשֵָ֔ םְׁוַיִ תיַצִ֖בְׁבְׁ ַ֣תֹוְךְׁהָ עָ ָ֑םְׁוַיִ גבַ ּה‬
ְׁ‫ְׁמכְׁל־הָ ֵָ֔עםְׁ ִמ ִשכ ִ֖מֹו‬ ִ ‫ַוי ִָ֨רצּוֹ֙ ְׁוַיִ קָ ח‬
:‫ו ָ ָָֽמעְׁלָה‬
vaiarútzú vaiqajúhu mishám, vaitiatzév bêtój ha'ám; vaigbaĥ mikol-ha'ám,
mishijmó vamá'êlah.

Ellos corrieron y le trajeron de allí. Y una vez en medio del pueblo, era más
alto que todos, de los hombros para arriba.
(24)
ְׁ‫יְׁאין‬
ֹּ֥ ‫הְׁכ‬
ַ֛ ִ ‫ר־בֹוְׁיה ֵ֔ ָו‬
ַ֣ ַ‫רְׁבח‬ ָֽ ָ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫מּואלְׁאֶ ל־כְׁל־הָ ִָ֗עםְׁהַ ְׁר ִאיתֶ םֹ֙ ְׁא‬ ָ֜ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁש‬
‫ ס‬:ְׁ‫כָמִֹ֖ הּוְׁבְׁכְׁל־הָ עָ ָ֑םְׁ ַוי ִ ָָ֧רעּוְׁכְׁל־הָ עָ ַ֛םְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֖רּוְׁיְׁ ִ ֹּ֥חיְׁהַ ֶ ָֽמלְֶך‬
vaiómer shêmuél el-kol-ha'ám harêitem ashér bájar-bó Adonai, kí éin kamóhu
bêjol-ha'ám; vaiarí'u jol-ha'ám vaiómêrú iêjí hamélej .

Shemuel [Samuel] dijo a todo el pueblo: –¿Habéis visto al que el Eterno ha


elegido? ¡De veras que no hay nadie como él en todo el pueblo! Y todo el
pueblo gritaba diciendo: –¡Viva el rey!
(25)
ְׁ‫תְׁמשפַ ַ֣טְׁהַ מְׁל ֵָ֔כהְׁוַיִ כתַֹ֣ בְׁבַ ֵ֔ספֶרְׁ ַויַנַ ִ֖ח‬
ִ ‫םְׁא‬
ִ֚ ‫מּואלְׁאֶ ל־הָ ִָ֗ע‬
ָ֜ ְׁ‫וַי ְַׁד ִ֨ברְׁש‬
:ְׁ‫ִ֖םְׁאישְׁלְׁב ָֽיתֹו‬
ֹּ֥ ִ ָ‫מּואלְׁאֶ ת־כְׁל־הָ ע‬
ַ֛ ְׁ‫לִ פנַ֣יְׁיהוָ ָ֑הְׁוַישַ לַ ָ֧חְׁש‬
vaidabér shêmuél el-ha'ám ét mishpát hamêlujáh, vaijtóv baséfer, vaianáj
lifnéi Adonai; vaishaláj shêmuél et-kol-ha'ám ísh lêveitó .

Luego Shemuel [Samuel] explicó ante el pueblo el proceder de un rey, y lo


escribió en un rollo que guardó delante del Eterno.
(26)
ְׁ‫וְׁ ִ֨ ַגם־שָ ֵ֔אּולְׁהָ לַ ְֹּ֥ךְׁלְׁב ִ֖יתֹוְׁגִ בעָ ָ֑תָ הְׁוַיָֽלְׁכַ֣ ּוְׁעִ ֵ֔מֹוְׁהַ ָּ֕ ַחיִ לְׁאֲשֶ ר־נָגַ ֹּ֥ע‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁבְׁלִ ָ ָֽבם‬ ִ֖ ִ ‫א‬
vêgám-shaúl, haláj lêveitó giv'átah; vaiélêjú 'imó, hajáil asher-nagá' elohím
bêlibám .

200
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 10, 11

Entonces Shemuel [Samuel] despidió a todo el pueblo, cada uno a su casa.


Shaúl [Saúl] también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él algunos
hombres valerosos cuyos corazones Elohim había tocado.
(27)
ִ ִ֖‫ה־י ִש ִ֨ענּוֹ֙ ְׁ ֵֶ֔זהְׁוַיִ ב ָּ֕זהּוְׁוְׁ ָֽל ֹא־ה ִ ֹּ֥ביאּוְׁל‬
ְׁ‫ֹוְׁמנ ָחָ֑ה‬ ָֹֽ ַ‫ַלְׁאמְׁ ִ֗רּוְׁמ‬
ָֽ ָ ‫ּובנָ֧יְׁבְׁלִ יַ ַ֣ע‬
‫ פ‬:‫וַי ִ ִ֖היְׁכְׁ ַ ָֽמח ִ ֲָֽריש‬
uvnéi vêliá'al ámêrú mah-ióshi'énú zéh, vaivzúhu vêló-hevíu ló minjáh; vaihí
kêmájarísh.

Pero unos perversos dijeron: '¿Cómo nos va a librar éste?' Ellos le tuvieron en
poco y no le llevaron un presente. Pero él calló.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 11


(1)
ְׁ ֹ֙‫ַמֹוניְׁו ִַיִ֖חַ ןְׁעַל־יָבַ֣ישְׁגִ לעָ ָ֑דְׁ ַו ִ֨י ֹאמ ָ֜רּוְׁכְׁל־אַ נ ֵׁ֤שיְׁיָביש‬ ִ ֵ֔ ‫ְׁהע‬ ָֽ ָ ֹ֙‫ַו ִַ֗יעַלְׁנָחָ ש‬
:ָ‫אֶ ל־נ ֵ֔ ָָחשְׁכְׁרְׁת־לָ ֹּ֥נּוְׁבְׁ ִ ִ֖ריתְׁוְׁ ַ ָֽנעַב ֶ ָֽדך‬
vaiá'al najash há'amoní, vaíjan 'al-iavéish gil'ád; vaiómrú kol-anshéi iaveish
el-najásh, kêrot-lánu vêrít vêná'avdéka.

Najas el amonita subió y acampó contra Iaveish [Jabes], en Galaad, y todos


los hombres de Iaveish [Jabes] dijeron a Najas: –Haz alianza con nosotros, y
te serviremos.
(2)
‫ַמֹוניְׁבְׁז ֹאתֹ֙ ְׁאֶ כ ַ֣רֹ תְׁ ָל ֵֶ֔כםְׁבִ נ ֹּ֥קֹורְׁלָכֶ ִ֖םְׁכְׁל־‬
ִ ֵ֔ ‫ְׁהע‬
ָֽ ָ ֹ֙‫יהםְׁנָחָ ש‬
ֶ ִ֗ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאֲל‬
:‫עַ֣יןְׁי ִ ָָ֑מיןְׁוְׁשַ מ ִ ֹּ֥תיהָ ְׁחֶ רפָ ִ֖הְׁעַל־כְׁל־יִ ש ָר ָֽאל‬
vaiómer aleihém najash há'amoní, bêzot ejrót lajém, binqór lajém kol-'éin
iamín; vêsamtíha jerpáh 'al-kol-israél.

Najas el amonita les respondió: –Haré alianza con vosotros con esta
condición: que a cada uno de vosotros le saque el ojo derecho, de modo que
yo ponga esta afrenta sobre todo Israel.
(3)
ְׁ‫ְׁשבעַ ַ֣תְׁי ִֵָ֔מיםְׁוְׁנִ שלְׁחָ הֹ֙ ְׁמַ לאָ ֵ֔ ִכים‬ ִ ֹ֙‫ישְׁה ֵֶׁ֤רףְׁ ִָ֨לנּו‬
ֶ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֨רּוְׁא ָָ֜ליוְׁזִקנַ֣יְׁי ִָ֗ב‬
:‫יןְׁמֹושיעְַׁאֹ ָ ִ֖תנּוְׁוְׁי ָָצֹּ֥אנּוְׁא ֶ ָֽליָך‬
ַ֛ ִ ‫ם־א‬
ֹּ֥ ‫בְׁ ִ֖ ֹכלְׁגְׁ ַ֣בּולְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁ ִא‬
vaiómêrú eláv ziqnéi iavéish héref lánú shiv'át iamím, vênishlêjah malajím,
bêjól gêvúl israél; vêim-éin moshí'a otánu vêiatzánu eléja.

201
11 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces los ancianos de Iaveish [Jabes] le dijeron: –Danos siete días, para
que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Si no hay quien nos
libre, nos rendiremos a ti.
(4)
ְׁ‫ַויָבֵֹׁ֤ אּוְׁהַ מַ לאָ כִ יםֹ֙ ְׁגִ בעַ ַ֣תְׁשָ ֵ֔אּולְׁוַידַ בְׁ ֹּ֥רּוְׁהַ דְׁבָ ִ ִ֖ריםְׁבְׁאְׁזנַ֣יְׁהָ עָ ָ֑ם‬
:‫וַיִ ש ָ֧אּוְׁכְׁל־הָ עָ ַ֛םְׁאֶ ת־קֹולָ ִ֖םְׁוַיִ בכָֽ ּו‬
vaiavóu hamalajim giv'át shaúl, vaidabêrú hadêvarím bêoznéi ha'ám; vaisú
jol-ha'ám et-qolám vaivkú.

Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de Shaúl [Saúl], dijeron estas


palabras a oídos del pueblo. Y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
(5)
ְׁ‫ַ֣אְׁאח ֲֵׁ֤ריְׁהַ בָ קָ רֹ֙ ְׁ ִמן־הַ שָ ֵ֔ ֶדהְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔אּולְׁמַ ה־לָעָ ִ֖ם‬
ָֽ ַ ‫ּולְׁב‬
ָ ‫וְׁהִ נַ֣הְׁשָ ִ֗א‬
:‫ת־דב ִ֖ריְׁאַ נ ֹּ֥שיְׁי ָָֽביש‬ ִ ֶ‫רּו־לֹוְׁא‬ ֵ֔ ְׁ‫ִ ַ֣כיְׁיִ בכָ֑ ּוְׁ ִ֨ ַויסַ פ‬
vêhinéh shaúl bá ájaréi habaqar min-hasadéh, vaiómer shaúl, mah-la'ám kí
ivkú; váisapêru-ló, et-divréi anshéi iavéish.

Y he aquí que Shaúl [Saúl] venía del campo, tras los bueyes. Y Shaúl [Saúl]
preguntó: –¿Qué le pasa al pueblo, para que llore? Entonces le repitieron las
palabras de los hombres de Iaveish [Jabes].
(6)
ְׁ‫ֵׁ֤חְׁרּוחַ ־אֱלהִ יםֹ֙ ְׁעַל־שָ ֵ֔אּולְׁבשמעוְׁ(כְׁשְׁמעִ֖ ֹו)ְׁאֶ ת־הַ דְׁ ְָׁב ִ ַ֣רים‬ ָֽ ַ‫ו ִַתצל‬
:ְׁ‫הָ ָ֑אלֶהְׁו ִַיֹּ֥חַ רְׁאַ ִ֖פֹוְׁמְׁאָֹֽ ד‬
vatitzláj rúaj-elohim 'al-shaúl, vsm'v (kêshom'ó) et-hadêvarím haéleh; vaíjar
apó mêód .

Y cuando Shaúl [Saúl] oyó estas palabras, el espíritu de Elohim descendió con
poder sobre él, y se encendió su ira en gran manera.
(7)
ְׁ‫ל־ג ַ֣בּולְׁיִ ש ָראלְׁ֮בְׁיַ ַ֣ד‬ ְׁ ְׁ‫רְׁוֶָֽ֣ינַתְׁ ִ֗חהּוְׁוַישַ ַָׁ֞לחְׁבְׁכ‬ ַ ‫ְׁ֩צמֶ דְׁבָ ָ֜ ָק‬ֶ ִ֨ ‫וַיִ קַ ח‬
ְׁ‫מּואל‬
ֵ֔ ְׁ‫אְׁאח ֲֵׁ֤ריְׁשָ אּולְֹׁ֙וְׁאַ ַחַ֣רְׁש‬ ָֽ ַ ‫הַ מַ לאָ ִ ַ֣כיםְׁ׀ְׁלאמֹ רְׁ֒אֲשֶ רְׁ֩אי ִֶ֨ננּוְׁיֹ ָ֜צ‬
:ְׁ‫לְׁפחַ ד־יהוָהֹ֙ ְׁעַל־הָ ֵָ֔עםְׁוַיָֽצְׁ ִ֖אּוְׁכְׁ ִ ֹּ֥אישְׁאֶ ָ ָֽחד‬ ָֽ ַ ‫ָשהְׁלִ בקָ ָ֑רֹוְׁוַיִ ֵׁ֤ ֹפ‬ִ֖ ֶ ‫הְׁיע‬
ָֽ ‫ֹּ֥ ֹכ‬
vaiqaj tzémed baqár váinatêjéhu vaishaláj bêjol-gêvúl israel bêiád hamalajím |
lemor asher einénu iotzé ájaréi shaul vêajár shêmuél, kóh ié'aséh livqaró;
vaipól pájad-Adonai 'al-ha'ám, vaiétzêú kêísh ejád .

Él tomó un par de bueyes, los cortó en pedazos y los envió por medio de
mensajeros a todo el territorio de Israel, diciendo: 'Así se hará con los bueyes
del que no salga tras Shaúl [Saúl] y Shemuel [Samuel].' Entonces el temor del
Eterno cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
202
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 11

(8)
ְׁ‫הּודה‬ ֶ ֵ֔ ‫ַוֶָֽ֣יִ פקְׁ ִ֖דםְׁבְׁ ָ ָ֑בזֶקְׁו ִ ַָֽיהיֵׁ֤ ּוְׁבְׁנָֽי־יִ ש ָראלְֹׁ֙שְׁלַ֣ שְׁמ ַ֣א‬
ִ֖ ָ ְׁ‫ֹותְׁאלֶףְׁוְׁ ִ ֹּ֥אישְׁי‬
:ְׁ‫יםְׁאלֶף‬ ָֽ ָ ‫לש‬ ֹּ֥ ִ ְׁ‫ש‬
váifqêdém bêvázeq; vaíhíu vênéi-israel shêlósh meót élef, vêísh iêhudáh
shêloshím álef .

Shaúl [Saúl] les pasó revista en Bezec: Los Hijos de Israel eran 300000,
además de 30000 hombres de Iehudá [Judá].
(9)
ְׁ‫יםְׁכהְׁ ָֽת ֹאמְׁרּוןֹ֙ ְׁלְׁ ִאישֹ֙ ְׁיָבַ֣ישְׁגִ ל ֵָ֔עדְׁמָ ָחַ֛ר‬ֹ ֵׁ֤ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ָׁ֞רּוְׁלַמַ לאָ ִ ַ֣כיםְׁהַ בָ ִִ֗א‬
ְׁ‫ִ ָֽתהְׁ ֶיָֽה־לָכֶ ֹּ֥םְׁתְׁשּועָ ִ֖הְׁבחםְׁ(כְׁחַֹ֣ ם)ְׁהַ ָ ָ֑שמֶ שְׁ ַויָבַֹ֣ אּוְׁהַ מַ לאָ ִ֗ ִכיםְׁ ַוי ִַגַ֛ידּו‬
:‫לְׁאַ נ ֹּ֥שיְׁיָבִ֖ישְׁוַיִ ש ָ ָֽמחּו‬
vaiómêrú lamalajím habaím kóh tómêrun lêish iavéish gil'ád, majár tíhêiéh-
lajém têshu'áh vjm (kêjóm) hashámesh; vaiavóu hamalajím vaiagídu lêanshéi
iavéish vaismáju.

Y a los mensajeros que habían venido les dijeron: 'Así diréis a los hombres de
Iaveish [Jabes], en Galaad: 'Mañana, a la hora de más calor, seréis librados.''
Los mensajeros llegaron y lo dijeron a los hombres de Iaveish [Jabes], quienes
se alegraron.
(10)
ְׁ‫יתםְׁ ֵָ֔לנּוְׁכְׁכְׁל־הַ ִ֖טֹוב‬
ַ֣ ֶ ‫ָ֑םְׁוע ֲִש‬
ָֽ ַ ֶ‫ַ ָֽוי ֹאמרּוֹ֙ ְׁאַ נ ַ֣שיְׁי ֵָ֔בישְׁמָ ָחִ֖רְׁנצַ֣אְׁאֲליכ‬
‫ ס‬:‫יכם‬ ָֽ ֶ ‫בְׁ ָֽעינ‬
váiomrú anshéi iavéish, majár netzé aleijém; vá'asitém lánu, kêjol-hatóv
bê'éineijém.

Entonces los hombres de Iaveish [Jabes] respondieron: –Mañana nos


rendiremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que os parezca
bien.
(11)
‫אשיםְׁ֒ ַויָבֵֹׁ֤ אּוְׁבְׁתֹוְך־‬ ִ ‫הְׁר‬ ָ ‫לש‬
ַ֣ ָ ְׁ‫יְׁממָ חְׁ ָ ִ֗רתְׁ ַו ִָ֨ישֶ םְׁשָ ַ֣אּולְׁאֶ ת־הָ עָם֮ ְׁש‬ ָֽ ִ ‫וַי ִ ַ֣ה‬
ְׁ‫ַ ָֽהמַ ֲחנֶהֹ֙ ְׁבְׁאַ שמַֹ֣ ֶרתְׁהַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁ ַויַכֹּ֥ ּוְׁאֶ ת־ע ִַ֖מֹוןְׁעַד־חַֹ֣ םְׁהַ יָ֑ ֹוםְׁוַי ִ ֵׁ֤הי‬
:‫םְׁיָֽחַ ד‬
ָ ִ‫ֲרּו־בִ֖םְׁשְׁנַ ֶֹּ֥֣י‬
ָ ‫הַ נִ שאָ ִריםֹ֙ ְׁ ַוי ֵָ֔פצּוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁנִ שא‬
vaihí mímajorát vaiásem shaúl et-ha'am shêlosháh rashim vaiavóu vêtoj-
hámajaneh bêashmóret habóqer, vaiakú et-'amón 'ad-jóm haióm; vaihí
hanisharim vaiafútzu, vêló nisharu-vám shênáim iájad.

Y sucedió que al día siguiente, Shaúl [Saúl] distribuyó el pueblo en tres


escuadrones. Luego entraron en medio del campamento durante la vigilia de la

203
11 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

mañana, e hirieron a los amonitas hasta la hora de más calor. Y sucedió que
los que quedaron se dispersaron de tal manera que no quedaron dos de ellos
juntos.
(12)
ְׁ‫יְׁהאֹ ֵ֔מרְׁשָ ִ֖אּולְׁיִ מלַ֣ ְךְׁעָלָ֑ינּוְׁתְׁנֹּ֥ ּו‬
ָֽ ָ ‫לְׁמ‬
ַ֣ ִ ‫מּוא‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁהָ עָםֹ֙ ְׁאֶ ל־ש‬
:‫יתם‬
ָֽ ‫ָ ָֽה ֲאנ ִ ִָ֖שיםְּׁונ ִמ‬
vaiómer ha'am el-shêmuél, mí háomér, shaúl imlój 'aléinu; tênú háanashím
unmitém.

Entonces el pueblo preguntó a Shemuel [Samuel]: –¿Quiénes son los que


decían: '¿Ha de reinar Shaúl [Saúl] sobre nosotros?' ¡Entregadnos a esos
hombres para que les demos muerte!
(13)
ְׁ‫ָשה־יהוָ ֹּ֥ה‬
ָֽ ָ ‫ָ֑הְׁכיְׁהַ יַ֛ ֹוםְׁע‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫תְׁאישְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ז‬
ִ֖ ִ ‫א־יּומ‬
ֹּ֥ ַ ֹ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔אּולְׁ ָֽל‬
:ְׁ‫תְׁשּועָ ִ֖הְׁבְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
vaiómer shaúl, ló-iumát ísh baióm hazéh; kí haióm 'asáh-Adonai têshu'áh
bêisraél .

Shaúl [Saúl] respondió: –No morirá nadie en este día, porque el Eterno ha
dado hoy una victoria en Israel.
(14)
:‫לּוכה‬
ָֽ ָ ְׁ‫שְׁשםְׁהַ מ‬
ִ֖ ָ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־הָ ֵָ֔עםְׁלְׁכִ֖ ּוְׁוְׁנָֽלְׁכָ ַ֣הְׁהַ גִ לגָ ָ֑לְּׁונחַ ֹּ֥ד‬
vaiómer shêmuel el-ha'ám, lêjú vênélêjáh hagilgál; unjadésh shám hamêlujáh.

Entonces Shemuel [Samuel] dijo al pueblo: –¡Venid y vayamos a Gilgal para


que confirmemos allí el reino!
(15)
ְׁ‫וַיָֽלְׁכִ֨ ּוְׁכְׁ ל־הָ ָָ֜עםְׁהַ גִ ל ִ֗ ָגלְׁ ַויַמלִ כּוְׁ֩שִָ֨ םְׁאֶ ת־שָ ָ֜אּולְׁלִ פנֵׁ֤יְׁיהוָהֹ֙ ְׁבַ גִ ל ֵ֔ ָגל‬
‫חְׁשםְׁשָ ַ֛אּולְׁוְׁ ְׁכל־‬ ֹּ֥ ָ ‫חּו־שםְׁזְׁבָ ִ ֹּ֥חיםְׁשְׁל ִ ִָ֖מיםְׁלִ פנַ֣יְׁיהוָ ָ֑הְׁוַיִ ש ִ֨ ַמ‬
ַ֛ ָ ְׁ‫וַיִ זב‬
‫ פ‬:ְׁ‫אַ נ ֹּ֥שיְׁיִ ש ָר ִ֖אלְׁעַד־מְׁאָֹֽ ד‬
vaiélêjú jol-ha'ám hagilgál vaiamlijú shám et-shaúl lifnéi Adonai bagilgál,
vaizbêju-shám zêvajím shêlamím lifnéi Adonai; vaismáj shám shaúl vêjol-
anshéi israél 'ad-mêód .

Todo el pueblo acudió a Gilgal, y allí en Gilgal proclamaron rey a Shaúl


[Saúl], delante del Eterno. Allí también ofrecieron sacrificios de paz delante
del Eterno, y allí Shaúl [Saúl] y todos los hombres de Israel se alegraron
muchísimo.

204
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 12

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 12


(1)
‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־כְׁל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁהִ נהֹ֙ ְׁשָ ַ ַ֣מע ִתיְׁבְׁקָֹֽ לְׁ ֵֶ֔כםְׁלְׁ ֹּ֥ ֹכלְׁאֲשֶ ר־‬
:‫ִ֖םְׁמלְֶך‬
ָֽ ֶ ֶ‫יְׁוָֽאַ מ ִ ֹּ֥ליְךְׁעֲליכ‬
ָ ‫םְׁל‬
ָ֑ ִ ‫אֲמַ ר ֶ ִ֖ת‬
vaiómer shêmuel el-kol-israél, hineh shamá'ti vêqólêjém, lêjól asher-amartém
lí; váamlíj 'aleijém mélej.

Entonces Shemuel [Samuel] dijo a todo Israel: –He aquí que he escuchado
vuestra voz en todo lo que me habéis dicho, y he constituido un rey sobre
vosotros.
(2)
ְׁ‫םְׁואֲנִ יֹ֙ ְׁז ַ ַָ֣קנ ִתיְׁוָשֵַ֔ ב ִתיְּׁובָ נַ ִ֖יְׁהִ נָ ַ֣ם‬
ָֽ ַ ‫ְֶךְׁ׀ְׁמתהַ לְַ֣ךְׁלִ פני ִֶ֗כ‬
ִ ‫וְׁ ע ָׁ֞ ַָתהְׁהִ נֹּ֥הְׁהַ ֶ ַ֣מל‬
:‫םְׁמנְׁע ַ ִ֖ריְׁעַד־הַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬ ִ ‫ָ֑םְׁואֲנִ יֹ֙ ְׁהִ תהַ לַ ַ֣כ ִתיְׁלִ פני ֵֶ֔כ‬
ָֽ ַ ֶ‫ִאתְׁכ‬
vê'atáh hinéh hamélej | mithaléj lifneijém váaní zaqánti vasávti, uvanái hinám
itêjém; váaní hithalájti lifneijém, minê'urái 'ad-haióm hazéh.

Ahora, he aquí que vuestro rey irá delante de vosotros. Yo ya soy viejo y
estoy lleno de canas, y he aquí que mis hijos están con vosotros. Yo he andado
delante de vosotros desde mi juventud hasta el día de hoy.
(3)
ְׁ‫יְׁוח ֲָ֧מֹור‬ָֽ ַ ‫ְׁ֩׀ְׁמיְׁל ָ֜ ַָקח ִת‬
ִִ֨ ‫יחֹוְׁאֶ ת־שֹור‬ ִ֗ ‫הִ נְׁ ִנַ֣יְׁעֲנַ֣ ּוְׁבִ יְׁ֩ ִֶ֨נגֶדְׁיה ָ֜ ָוהְׁוְׁנֶ ֶַ֣֣גֶדְׁמְׁ ִש‬
ְׁ‫יְׁכפֶר‬ֹ ֵ֔ ‫ַד־מיֹ֙ ְׁל ַ ַָ֣קח ִת‬
ִ ‫יְּׁומי‬
ִ ‫ֹות‬
ִ ‫יְׁר ֵ֔צ‬
ַ ‫ת־מ‬
ַ֣ ִ ֶ‫ת־מיְׁעָשִַ֨ ק ִתיֹ֙ ְׁא‬ ֵׁ֤ ִ ֶ‫ִ ַ֣מיְׁל ִ֗ ַָקח ִתיְׁוְׁא‬
:ְׁ‫ִ֖יְׁבֹוְׁוְׁאָ ִ ִ֖שיבְׁל ֶ ָָֽכם‬
ָ֑ ַ‫וְׁאַ ע ְִֹּׁ֥ליםְׁעינ‬
hinêní 'anú ví néged Adonai vênéged mêshijó et-shor | mí laqájti vájamór mí
laqájti vêet-mí 'asháqtí et-mí ratzóti, umiad-mí laqájti jófer, vêa'lím 'einái bó;
vêashív lajém .

Heme aquí: Testificad contra mí en presencia del Eterno y en presencia de su


ungido. ¿De quién he tomado un buey? ¿De quién he tomado un asno? ¿A
quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿De mano de quién he aceptado
soborno para cerrar mis ojos por ello? Testificad contra mí, y yo os lo
restituiré.
(4)
:‫ַד־אישְׁמְׁ ָֽאּומָ ה‬
ִ֖ ִ ‫ְׁמי‬
ִ ָ‫צֹותנּוְׁוְׁ ָֽל ֹא־ל ַ ָֹּ֥קחת‬
ָ֑ ָ ‫אְׁר‬
ַ ֹ ‫ַו ַ֣י ֹאמ ֵ֔רּוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁעֲשַ ק ָ ִ֖תנּוְׁוְׁ ַ֣ל‬
vaiómrú, ló 'ashaqtánu vêló ratzotánu; vêló-laqájta miad-ísh mêúmah.

Ellos respondieron: –No nos has defraudado ni nos has oprimido, ni has
tomado nada de mano de nadie.

205
12 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(5)
ְׁ‫הְׁכיְׁ ָ֧ל ֹא‬
ַ֣ ִ ‫יהםְׁעָ֧דְׁיהוָ ַ֣הְׁבָ ִֶ֗כםְׁוְׁעֵׁ֤דְׁמְׁ ִשיחֹוֹ֙ ְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵֶ֔ז‬ ֶ ָ֜ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאֲל‬
‫ פ‬:ְׁ‫רְׁעד‬ ָֽ ֶ‫אתםְׁבְׁי ִ ִָ֖דיְׁמְׁ ָ֑אּומָ הְׁ ַו ִ֖י ֹאמ‬
ַ֛ ֶ ָ‫מְׁצ‬
vaiómer aleihém 'éd Adonai bajém vê'éd mêshijó haióm hazéh, kí ló mêtzatém
bêiadí mêúmah; vaiómer 'éd .

Él les dijo: –el Eterno es testigo contra vosotros. También su ungido es testigo
en este día, que no habéis hallado en mi poder ninguna cosa. Ellos
respondieron: –¡Él es testigo!
(6)
ְׁ‫ֲשרְׁעָשָ הֹ֙ ְׁאֶ ת־מֹ ֶ ַ֣שהְׁוְׁ ֶ ָֽאת־אַ הֲרֵֹ֔ ן‬ֵׁ֤ ֶ ‫מּואלְׁאֶ ל־הָ עָ ָ֑םְׁיה ִ֗ ָוהְׁא‬
ִ֖ ְׁ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁש‬
:ְׁ‫ץְׁמצ ָ ָֽריִ ם‬
ִ ‫רְׁהעֱלָ ַ֛הְׁאֶ ת־אֲבָֹֽ תיכֶ ִ֖םְׁמ ֶ ֹּ֥א ֶר‬
ָֽ ֶ ‫ֲש‬
ָ֧ ֶ ‫ַ ָֽוא‬
vaiómer shêmuél el-ha'ám; Adonai ashér 'asah et-moshéh vêét-aharón, váashér
hé'eláh et-avóteijém meéretz mitzráim .

Entonces Shemuel [Samuel] dijo al pueblo: –el Eterno es quien designó a


Moshé [Moisés] y a Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto.
(7)
ְׁ‫ָ֑הְׁאתְׁכְׁל־צִ ד ַ֣קֹותְׁיה ֵ֔ ָוה‬
ִ֚ ָ‫הְׁאתְׁכֶ ִ֖םְׁלִ פנַ֣יְׁיהו‬
ִ ‫הְׁהתְׁיַצְׁ ַ֛בּוְׁוְׁ ִא ָ ָֽשפְׁ ָ ֹּ֥ט‬ ָֽ ִ ‫וְׁע ִ֗ ַָת‬
:ְׁ‫יכם‬
ָֽ ֶ ‫הְׁאתְׁכֶ ִ֖םְׁוְׁאֶ ת־א ֲָֽבֹות‬ ִ ‫ָש‬ ֹּ֥ ָ ‫אֲשֶ ר־ע‬
vê'atáh hítêiatzêvú vêisháfêtáh itêjém lifnéi Adonai; ét kol-tzidqót Adonai,
asher-'asáh itêjém vêet-avóteijém .

Ahora, presentaos para que yo exponga con vosotros el caso ante el Eterno,
respecto a todos los actos de justicia que el Eterno ha hecho por vosotros y por
vuestros padres.
(8)
ְׁ‫בְׁמצ ָ ָ֑ריִ םְׁוַיִ זע ֲֵׁ֤קּוְׁא ֲָֽבֹותיכֶםֹ֙ ְׁאֶ ל־יה ֵ֔ ָוהְׁוַיִ ש ִַ֨לחְׁיה ָ֜ ָוה‬
ִ ִֹ֖‫ֹּ֥אְׁיעֲק‬
ָֽ ַ ‫ר־ב‬ָ ֶ‫ַ ָֽכאֲש‬
ְׁ‫ְׁמ ִמצ ַ ֵ֔ריִ םְׁו ַָֹֽי ִש ִ֖בּום‬
ִ ֹ֙‫ַיֹוציאּוְׁאֶ ת־אֲבָֹֽ תיכֶם‬
ֵׁ֤ ִ ‫אֶ ת־מֹ ֶ ַ֣שהְׁוְׁ ֶ ָֽאת־אַ הֲרִֹ֗ ןְׁו‬
:ְׁ‫בַ מָ ֹּ֥קֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
káasher-bá iá'aqóv mitzráim; vaiz'aqú avóteijem el-Adonai, vaishláj Adonai
et-moshéh vêét-aharón vaiotzíu et-avóteijem mimitzráim, vaióshivúm
bamaqóm hazéh .

Después que Iaaqov [Jacob] entró en Egipto, vuestros padres clamaron al


Eterno, y el Eterno envió a Moshé [Moisés] y a Aharón [Aarón], quienes
sacaron de Egipto a vuestros padres y les hicieron habitar en este lugar.

206
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 12

(9)
ְׁ‫ר־צ ִ֨ ָבא‬ ָֽ ִ ַ‫יהָ֑םְׁוַיִ מ ַ֣ ֹכרְׁאֹ ֡ ָתםְׁבְׁי‬
ְׁ ַ‫ַ֣דְׁסיסְׁ ָראְׁ֩ש‬ ֶ ‫ַוֶָֽ֣יִ שכְׁ ִ֖חּוְׁאֶ ת־יהוָ ַ֣הְׁאֱלָֽ ה‬
ָֽ ָ ‫ְֶךְׁמֹואבְׁו ִ ַָֽי ָלח ֲִ֖מ‬
:ְׁ‫ּוְׁבם‬ ָ ֵ֔ ‫ְׁמל‬ ַ֣ ֶ ֹ֙‫חָ ָ֜צֹורְּׁוביַד־פְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְּׁוביַד‬
váishkêjú et-Adonai elóheihém; vaimkór otám bêiád sísêra sar-tzêvá jatzór
uviad-pêlishtím uviad mélej moáv, vaílajamú bám .

Pero ellos se olvidaron del Eterno su Elohim, y él los entregó en mano de


Sísara, jefe del ejército de Hazor, en mano de los filisteos y en mano del rey
de Moab, quienes les hicieron la guerra.
(10)
ֵׁ֤ ִ ‫וַיִ זע ֲֵׁ֤קּוְׁאֶ ל־יהוָהֹ֙ ְׁויאמרְׁ( ַו ָֽי ֹאמְׁ ַ֣רּו)ְׁחָ ֵ֔ ָט‬
ְׁ‫אנּוְׁכיְׁ ָע ִַ֨זבנּוֹ֙ ְׁאֶ ת־יה ֵ֔ ָוה‬
ְׁ‫ַ֛נּוְׁמיַ ֹּ֥דְׁאָֹֽ יְׁבִ֖ינּו‬
ִ ‫ת־העַשתָ ָ֑רֹותְׁוְׁע ִ֗ ַָתהְׁהַ צִ יל‬ ָֽ ָ ֶ‫ו ַ ַָֽנעֲבֹֹּ֥ דְׁאֶ ת־הַ בְׁע ִ ִָ֖ליםְׁוְׁא‬
:ְָׁ‫וְׁ ַ ָֽנעַב ֶ ָֽדך‬
vaiz'aqú el-Adonai vymr (vaiómêrú) jatánu, kí 'azávnú et-Adonai, vaná'avód
et-habê'alím vêet-há'ashtarót; vê'atáh hatzilénu miád óiêvéinu vêná'avdéka .

Ellos clamaron al Eterno y dijeron: 'Hemos pecado, porque hemos


abandonado al Eterno y hemos servido a los Baales y a las Astartes. Pero
ahora, líbranos de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.'
(11)
ָ֑ ְׁ‫וַיִ שלַ ֵׁ֤חְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֶ ת־יְׁר ַ ַ֣ב ַעלְׁוְׁאֶ ת־בְׁ ֵ֔ ָדןְׁוְׁאֶ ת־יִ פ ָ ִ֖תחְׁוְׁאֶ ת־ש‬
ְׁ‫מּואלְׁ ַוי ִַ֨צל‬
:ְׁ‫ּוְׁבטַ ח‬
ָֽ ֶ ‫ְׁמסָ ִֵ֔ביבְׁו ַָֽתשְׁ ִ֖ב‬
ִ ֹ֙‫םְׁמיַ ֵׁ֤דְׁאָֹֽ יְׁביכֶם‬
ִ ‫אֶ ת ֶָ֜כ‬
vaishláj Adonai et-iêrubá'al vêet-bêdán, vêet-iftáj vêet-shêmuél; vaiatzél etjém
miád óiêveijem misavív, vatéshêvú bétaj .

Entonces el Eterno envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Shemuel [Samuel], y


os libró de mano de vuestros enemigos de alrededor; y habitasteis seguros.
(12)
‫שְׁמלְֶךְׁבְׁנָֽי־עַמֹון֮ ְָׁבַ֣אְׁעֲלי ֶכםְׁ֒ ַו ַ֣ת ֹאמרּוְׁלִֵ֔ יְׁ ָּ֕ל ֹאְׁכִ י־‬ ַ֣ ֶ ‫ּוְׁכי־נ ָׁ֞ ָָח‬
ָֽ ִ ‫ו ִַתר ִ֗א‬
:ְׁ‫ָ֑ינּוְׁוָֽיהוָ ֹּ֥הְׁאֱלָֽ היכֶ ִ֖םְׁמַ לכְׁ ֶ ָֽכם‬
ַ ‫ֶ ִ֖מלְֶךְׁיִ מלַ֣ ְךְׁעָל‬
vatirú kí-najásh mélej bênéi-'amon bá 'aleijem vatómru lí, ló ki-mélej imlój
'aléinu; váAdonai elóheijém malkêjém .

Entonces, al ver que Najas, rey de los amonitas, venía contra vosotros, me
dijisteis: '¡No! Más bien, que haya un rey que reine sobre nosotros', aun
cuando el Eterno vuestro Elohim era vuestro rey.

207
12 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(13)
ְׁ‫ֲשרְׁשְׁאֶ ל ֶ ָ֑תםְׁוְׁהִ ִ֨נהְׁנ ַ ָָ֧תןְׁיהוָ ַ֛ה‬
ַ֣ ֶ ‫ֲשרְׁבְׁחַ ר ֶ ִ֖תםְׁא‬
ֹּ֥ ֶ ‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁהִ נֹּ֥הְׁהַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁא‬
:ְׁ‫ִ֖םְׁמלְֶך‬
ָֽ ֶ ֶ‫עֲליכ‬
vê'atáh hinéh hamélej ashér bêjartém ashér shêeltém; vêhinéh natán Adonai
'aleijém mélej .

Ahora pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual habéis pedido. He aquí
que el Eterno ha constituido un rey sobre vosotros.
(14)
ְׁ‫קֹולֹוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁתַ מ ִ֖רּו‬
ֵ֔ ְׁ‫הְׁועֲבַ ד ֶ ֵׁ֤תםְׁאֹ תֹוֹ֙ ְּׁושמַ ע ֶ ַ֣תםְׁב‬
ָֽ ַ ‫יר ַ֣אּוְׁאֶ ת־יה ִ֗ ָו‬
ְׁ ‫ם־ת‬ ָֽ ִ ‫ִא‬
ְׁ‫ֲשרְׁמָ לַ ְַ֣ךְׁעֲלי ֵֶ֔כםְׁאַ ַחִ֖ר‬ ַ֣ ֶ ‫ָ֑הְׁוהיִ ֶ ַ֣תםְׁגַם־אַ ִ֗ ֶתםְׁוְׁגַם־הַ ִ֨ ֶמלְֶךֹ֙ ְׁא‬
ָֽ ִ ָ‫ת־פיְׁיהו‬ ַ֣ ִ ֶ‫א‬
:ְׁ‫יכם‬ ָֽ ֶ ‫יהוָ ֹּ֥הְׁאֱלָֽ ה‬
im-tírêú et-Adonai vá'avadtém otó ushma'tém bêqoló, vêló tamrú et-pí
Adonai; víhitém gam-atém vêgam-hamélej ashér maláj 'aleijém, ajár Adonai
elóheijém .

Si teméis al Eterno y le servís, si obedecéis su voz y no os rebeláis contra el


mandato del Eterno, entonces viviréis en pos del Eterno vuestro Elohim, tanto
vosotros como el rey que reine sobre vosotros.
(15)
‫ת־פיְׁיהוָ ָ֑הְׁוְׁ ָ ָֽהיְׁ ָ ָ֧תהְׁיַד־‬
ַ֣ ִ ֶ‫יתםְׁא‬
ִ֖ ֶ ‫אְׁתשמְׁעּוֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיה ֵ֔ ָוהְּׁומ ִר‬
ִ ֹ ‫וְׁ ִאם־ ֵׁ֤ל‬
:ְׁ‫יכם‬ָֽ ֶ ‫יהוָ ַ֛הְׁבָ כֶ ִ֖םְּׁובַ אֲבָֹֽ ת‬
vêim-ló tishmê'ú bêqól Adonai, umritém et-pí Adonai; vêháiêtáh iad-Adonai
bajém uvaavóteijém .

Pero si no obedecéis la voz del Eterno y si sois rebeldes al mandato del


Eterno, entonces la mano del Eterno estará contra vosotros y contra vuestro
rey.
(16)
ְׁ‫ֲשרְׁיה ֵ֔ ָוהְׁעֹ ֶ ִ֖שה‬
ַ֣ ֶ ‫גַם־עַתָ הֹ֙ ְׁהִ תיַצְׁ ַ֣בּוְּׁור ֵ֔אּוְׁאֶ ת־הַ דָ ָבֹּ֥רְׁהַ ג ִָ֖דֹולְׁהַ זֶ ָ֑הְׁא‬
:ְׁ‫יכם‬ ָֽ ֶ ‫לְׁ ָֽעינ‬
gam-'atah hitiatzêvú urú, et-hadavár hagadól hazéh; ashér Adonai, 'oséh
lê'éineijém .

Presentaos, pues, ahora y ved esta maravilla que el Eterno va a hacer ante
vuestros ojos.

208
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 12

(17)
ְׁ‫הֲלֵׁ֤ ֹואְׁקְׁצִ יר־חִ ִטיםֹ֙ ְׁהַ יֵ֔ ֹוםְׁאֶ ק ָראֹ֙ ְׁאֶ ל־יה ֵ֔ ָוהְׁוְׁיִ ֹּ֥תןְׁקֹ לִ֖ ֹותְּׁומָ ָ ָ֑טרְּׁודעַ֣ ּו‬
ְׁ‫ֲשרְׁע ֲִשיתֶ םֹ֙ ְׁבְׁעינַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְׁלִ ש ֹּ֥אֹולְׁלָכֶ ִ֖ם‬ ֵׁ֤ ֶ ‫ֵׁ֤םְׁרבָ הֹ֙ ְׁא‬
ַ ֶ‫י־רעַתכ‬ָ ‫ּוְׁכ‬ָֽ ִ ‫ּור ִ֗א‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֶ ָֽמלְֶך‬
haló qêtzir-jitim haióm, eqra el-Adonai, vêitén qolót umatár; ud'ú urú kí-
ra'atjém rabah ashér 'asitem bê'einéi Adonai, lishól lajém mélej .

¿No es ahora la siega del trigo? Sin embargo, yo invocaré al Eterno, y él


enviará truenos y aguaceros para que conozcáis y veáis que es grande la
maldad que habéis cometido ante los ojos del Eterno, al haber pedido un rey
para vosotros.
(18)
ִ֨ ָ ִ‫וַיִ ק ָ ֵׁ֤ראְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־יה ֵ֔ ָוהְׁוַיִ ָ֧תןְׁיהוָ ַ֛הְׁקֹ לֹּ֥ תְּׁומָ ָ ִ֖טרְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ָ֑הּואְׁוַי‬
ְׁ‫ירא‬
:ְׁ‫מּואל‬ ָֽ ְׁ‫כְׁל־הָ עָ ֹּ֥םְׁמְׁאַֹ֛ דְׁאֶ ת־יהוָ ִ֖הְׁוְׁאֶ ת־ש‬
vaiqrá shêmuel el-Adonai, vaitén Adonai qolót umatár baióm hahú; vairá jol-
ha'ám mêód et-Adonai vêet-shêmuél .

Shemuel [Samuel] invocó al Eterno, y aquel día el Eterno envió truenos y


aguaceros. Y todo el pueblo temió en gran manera al Eterno y a Shemuel
[Samuel].
(19)
ְׁ‫מּואלְׁהִ תפַלָ֧לְׁבְׁעַד־עֲבָ ֶ ַ֛דיָךְׁאֶ ל־יהוָ ֹּ֥ה‬ ִ֗ ְׁ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֨רּוְׁכְׁל־הָ ָָ֜עםְׁאֶ ל־ש‬
ְׁ‫ֹאתינּוֹ֙ ְָׁר ֵָ֔עהְׁלִ שאֹֹּ֥ לְׁלָ ִ֖נּו‬
ִ֨ ‫ּותְׁכי־י ַ ֵָׁ֤ספנּוְׁעַל־כְׁל־חַ ט‬
ָֽ ִ ‫ֱלהִ֖יָךְׁוְׁאַ ל־נ ָָ֑מ‬
ֶ ‫א‬
:ְׁ‫ֶ ָֽמלְֶך‬
vaiómêrú jol-ha'ám el-shêmuél hitpalél bê'ad-'avadéja el-Adonai elohéja vêal-
namút; kí-iasáfnu 'al-kol-jatotéinú ra'áh, lishól lánu mélej .

Entonces todo el pueblo dijo a Shemuel [Samuel]: –¡Ruega al Eterno, tu


Elohim, por tus siervos, para que no muramos! Porque a todos nuestros
pecados hemos añadido el mal de pedir un rey para nosotros.
(20)
ְׁ‫ל־ה ָרעָ ִ֖ה‬
ָֽ ָ ְׁ‫םְׁאתְׁכ‬ ֹּ֥ ‫ית‬
ֶ ֵ֔ ‫יראּוְׁאַ ֶ ַ֣תםְׁע ֲִש‬ ֵ֔ ָ ‫ל־ת‬
ִ ַ‫מּואלְׁאֶ ל־הָ עָםֹ֙ ְׁא‬ ֵׁ֤ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁש‬
‫הְׁועֲבַ ד ֶ ֹּ֥תםְׁאֶ ת־יהוָ ִ֖הְׁבְׁכְׁל־‬
ָֽ ַ ‫אתְׁאְךְׁאַ ל־תָ ִ֨סּורּוֹ֙ ְׁמ ַ ָֽאח ֲַ֣ריְׁיה ֵ֔ ָו‬
ַ ִ֗ ֹ ‫הַ ָ֑ז‬
:ְׁ‫לְׁבַ ב ֶ ָֽכם‬
vaiómer shêmuél el-ha'am al-tiráu, atém 'asitém, ét kol-hára'áh hazót; áj al-
tasúrú meájaréi Adonai, vá'avadtém et-Adonai bêjol-lêvavjém .

209
12 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Y Shemuel [Samuel] respondió al pueblo: –No temáis. Vosotros habéis


cometido todo este mal; pero con todo, no os apartéis de en pos del Eterno,
sino servid al Eterno con todo vuestro corazón.
(21)
ְׁ‫א־יֹועילּוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁי ִ ִַ֖צילּוְׁכִ י־תֹֹּ֥ הּו‬
ַ֛ ִ ֹ ‫רְׁל‬
ָֽ ‫ֲש‬ָ֧ ֶ ‫יְׁ׀ְׁאח ֲַ֣ריְׁהַ תִֹ֗ הּוְׁא‬
ָֽ ַ ‫ּורּוְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫וְׁ ִ֖ל ֹאְׁתָ ָ֑ס‬
:‫ָֽהמָ ה‬
vêló tasúru; kí | ájaréi hatóhu ashér ló-io'ílu vêló iatzílu ki-tóhu hémah.

No os apartéis tras las insignificancias que no sirven ni libran, ya que son


insignificancias.
(22)
ְׁ‫יְׁהֹואילְׁיה ֵ֔ ָוה‬
ַ֣ ִ ‫ֹולְׁכ‬
ִ ִ֚ ‫ֹוְׁבע ֲִ֖בּורְׁשְׁ ַ֣מֹוְׁהַ ג ָָ֑ד‬
ָֽ ַ ‫כִֶ֠ יְׁ ָֽל ֹא־יִ טֵֹׁ֤ שְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֶ ת־ע ֵַ֔מ‬
:ְׁ‫ַ ָֽלע ֲֹּ֥שֹותְׁאֶ תכֶ ַ֛םְׁלִ֖ ֹוְׁלְׁ ָ ָֽעם‬
kí ló-itósh Adonai et-'amó, bá'avúr shêmó hagadól; kí hoíl Adonai, lá'asót
etjém ló lê'ám .

Pues el Eterno no desamparará a su pueblo, por causa de su gran nombre;


porque él ha querido haceros pueblo suyo.
(23)
ְׁ‫ַ֣לְׁבעַדכֶ ָ֑ם‬
ָֽ ַ ‫הְׁמחֲדִֹ֖ לְׁלְׁהִ תפַל‬
ָֽ ‫אְׁליה ֵ֔ ָו‬
ָֽ ַ ֹ ‫ְׁמ ֲח ַ֣ט‬
ָֽ ֹ֙‫ַ֣םְׁאנֹ ִ֗ ִכיְׁחָ ִ ֵׁ֤לילָהְׁלִ י‬
ָֽ ָ ַ‫ג‬
:ְׁ‫טֹובִ֖הְׁוְׁהַ ישָ ָ ָֽרה‬ָ ַ‫יתיְׁאֶ ת ֵֶ֔כםְׁבְׁ ֶ ֹּ֥ד ֶרְךְׁה‬ ַ֣ ִ ‫וְׁ ָֽהֹור‬
gám ánojí jalílah lí méjató láAdonai, méjadól lêhitpalél bá'adjém; vêhóreití
etjém, bêdérej hatováh vêhaisharáh .

En cuanto a mí, ¡lejos esté de mí pecar contra el Eterno dejando de rogar por
vosotros! Al contrario, os instruiré en el camino bueno y recto.
(24)
ְׁ‫יְׁר ֵ֔אּו‬
ְׁ ‫ָ֑םְׁכ‬
ַ֣ ִ ֶ‫ֹוְׁבא ֶ ֱִ֖מתְׁבְׁכְׁל־לְׁבַ בכ‬
ָֽ ֶ ‫הְׁועֲבַ ד ֶ ֹּ֥תםְׁאֹ ַ֛ת‬
ָֽ ַ ‫ַ ַ֣אְךְׁ׀ְׁיְׁ ַ֣ראּוְׁאֶ ת־יה ִ֗ ָו‬
:ְׁ‫ֹּ֥אתְׁאֲשֶ ר־הִ ג ִ ִ֖דלְׁעִ מָ ֶ ָֽכם‬
áj | iêru et-Adonai vá'avadtém otó béemét bêjol-lêvavjém; kí rêú, ét asher-
higdíl 'imajém .

Solamente temed al Eterno y servidle con fidelidad y con todo vuestro


corazón, considerando cuán grandes cosas él ha hecho por vosotros.
(25)
‫ פ‬:‫ִ֖םְׁתסָ ָֽפּו‬
ִ ֶ‫םְׁגָֽם־מַ לכְׁכ‬
ַ ‫וְׁ ִאם־הָ ִ֖ר ַעְׁתָ ָ֑רעּוְׁגַם־אַ ֶ ֹּ֥ת‬
vêim-haré'a taré'u; gam-atém gám-malkêjém tisafú.

Pero si perseveráis en hacer el mal, vosotros y vuestro rey pereceréis.

210
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 13

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 13


(1)
:‫בֶ ן־שָ נָ ִ֖הְׁשָ ַ֣אּולְׁבְׁמְׁלכָ֑ ֹוְּׁוש ַ֣תיְׁשָ ֵ֔ ִניםְׁמָ לַ ְִ֖ךְׁעַל־יִ ש ָר ָֽאל‬
ben-shanáh shaúl bêmoljó; ushtéi shaním, maláj 'al-israél.

Shaúl [Saúl] tenía [como] un año cuando comenzó a reinar, y reinó sobre
Israel 2 años.
(2)
ְׁ‫ְׁמיִ ש ָראלְׁ֒ו ִ ַָֽיהיִ֨ ּוְׁעִ ם־שָ ָ֜אּול‬ ִ ֮‫ר־לֹוְׁשָ ָ֜אּולְׁשְׁלַ֣ שֶ תְׁ ֲאלָפִ ים‬ ִ֨ ַ‫וַיִ בח‬
ְׁ‫ית־אלְׁוְׁ ִ֗ ֶאלֶףְׁהָ יּוֹ֙ ְׁעִ ם־יַ֣ ֹונ ֵ֔ ָָתןְׁבְׁגִ בעַ ִ֖ת‬ ֵ֔ ‫ַ֣רְׁב‬
ָֽ ‫אַ ל ִַ֗פיִ םְׁבְׁ ִמכמָ שֹ֙ ְּׁוב ַה‬
:ְׁ‫ִ֖חְׁאישְׁלְׁאָֹֽ הָ ָ ָֽליו‬
ֹּ֥ ִ ַ‫םְׁשל‬
ִ ‫בִ ני ִ ָָ֑מיןְׁוְׁיֶ ַ֣תֶ רְׁהָ ֵָ֔ע‬
vaivjar-ló shaúl shêlóshet alafim miisrael vaíhíu 'im-shaúl alpáim bêmijmas
uvhár béit-él, vêélef haiú 'im-íonatán, bêgiv'át biniamín; vêiéter ha'ám, shiláj
ísh lêóhaláv .

Shaúl [Saúl] escogió para sí 3000 hombres de Israel; y de ellos 2000 estaban
con Shaúl [Saúl] en Micmas y en la región montañosa de Betel, y 1000
estaban con Iehonatán [Jonatán] en Gabaa de Benjamín. Y despidió al resto
del pueblo, cada uno a su morada.
(3)
ְׁ‫עְׁוֶָֽ֣יִ שמְׁעִ֖ ּוְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תים‬
ַ ַ‫ֲשרְׁבְׁ ֵ֔ ֶגב‬
ַ֣ ֶ ‫ןְׁאתְׁנְׁ ִ ֵׁ֤ציבְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁא‬
ַ֣ ‫וַיַ ְֶַ֣֣ךְׁיָֽ ֹונ ִ֗ ָָת‬
:‫ּוְׁהעִ ב ִ ָֽרים‬
ָֽ ָ ִ֖‫וְׁשָ אּולְׁ֩תָ ִ֨ ַקעְׁבַ שֹופָ ֵׁ֤רְׁבְׁכְׁל־הָ ִ֨ ָא ֶרץֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁיִ שמְׁע‬
vaiáj íonatán ét nêtzív pêlishtim ashér bêgéva', váishmê'ú pêlishtím; vêshaul
taqá' bashofár bêjol-haáretz lemór, ishmê'ú há'ivrím.

Entonces Iehonatán [Jonatán] atacó el destacamento de los filisteos que había


en Geba, y lo oyeron los filisteos. Luego Shaúl [Saúl] hizo tocar el shofar por
todo el país, diciendo: '¡Oigan los hebreos!'
(4)
‫לְׁשמְׁעַ֣ ּוְׁלאמִֹ֗ רְׁהִ כָ ֵׁ֤הְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ת־נְׁ ִ ַ֣ציבְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוְׁגַם־‬ ָֽ ָ ‫וְׁכְׁל־יִ ש ָר ָׁ֞א‬
ָֽ ַ ָ‫נִ ב ַ ֹּ֥אשְׁיִ ש ָר ִ֖אלְׁבַ פְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁוַיִ ָ ָֽצע ֲֹּ֥קּוְׁהָ ע‬
:‫ַ֛םְׁאח ֲֹּ֥ריְׁשָ ִ֖אּולְׁהַ גִ ל ָגָֽל‬
vêjol-israél shámê'ú lemór hikáh shaul et-nêtzív pêlishtím, vêgam-nivásh
israél bapêlishtím; vaitzá'aqú ha'ám ájaréi shaúl hagilgál.

Y todo Israel oyó que se decía: 'Shaúl [Saúl] ha atacado el destacamento de


los filisteos, y también Israel se ha hecho odioso a los filisteos.' Entonces el
pueblo fue convocado en Gilgal para seguir a Shaúl [Saúl].

211
13 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(5)
ְׁ ֹ֙‫ֶףְׁרכֶב‬
ִ֨ ֶ ‫יםְׁאל‬ֵׁ֤ ֶ ‫לש‬ ִ ִ֨ ְׁ‫יםְׁנָֽאֶ ס ַ֣פּוְׁ׀ְׁלְׁהִ לָחַ֣םְׁעִ ם־יִ ש ָר ִ֗אלְׁש‬ ֶ ‫ּופלִ ש ָׁ֞ ִת‬
ְׁ‫ֲשרְׁעַל־שְׁ ַ ָֽפת־הַ יָ ִ֖םְׁל ָָ֑רֹ ב‬ ֹּ֥ ֶ ‫ְׁפ ָר ֵ֔ ִשיםְׁוְׁ ָָּ֕עםְׁכ ַַ֛חֹולְׁא‬
ָֽ ָ ֹ֙‫וְׁ ֵׁ֤ששֶ תְׁ ֲאלָפִ ים‬
:ְׁ‫ֹּ֥יתְׁאוֶן‬
ָֽ ָ ‫ַוֶָֽ֣ ַיעֲלּוֹ֙ ְׁו ַ ַָֽיחֲנַ֣ ּוְׁבְׁ ִמכ ֵ֔ ָמשְׁקִ ד ַ ִ֖מתְׁב‬
uflishtím néesfú | lêhilajém 'im-israél shêloshím élef réjev vêshéshet alafim
párashím, vê'ám kajól ashér 'al-sêfát-haiám laróv; váia'alú vaiájanú vêmijmás,
qidmát béit áven .

También los filisteos se reunieron para combatir contra Israel, movilizando


3000 carros, 6000 jinetes y gente tan numerosa como la arena de la orilla del
mar. Ellos subieron y acamparon en Micmas, al este de Bet-avén.
(6)
ְׁ‫ֹוְׁכיְׁנִ גַ ִ֖שְׁהָ עָ ָ֑םְׁו ִ ַָֽיתְׁחַ בְׁ ַ֣אּוְׁהָ ִָ֗עם‬
ֹּ֥ ִ ‫ר־ל‬
ֵ֔ ַ‫ְׁכיְׁצ‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫לְׁראּו‬
ָ ‫וְׁ ִִ֨אישְׁיִ ש ָר ֵׁ֤א‬
:‫ֹותְּׁוב ֲחוָחִ יםֹ֙ ְּׁובַ סְׁל ֵ֔ ִָעיםְּׁובַ צְׁ ִר ִ ִ֖חיםְּׁובַ בֹ ָֽרֹות‬
ָֽ ַ ‫בַ מְׁע ֵָׁ֤ר‬
vêísh israél raú kí tzar-ló, kí nigás ha'ám; vaítêjabêú ha'ám bamê'arót
uvájavajim uvasêla'ím, uvatzêrijím uvaborót.

Cuando los hombres de Israel se vieron en aprietos, porque el pueblo fue


puesto en apuros, se escondieron en cuevas, grietas, peñascos, fosas y
cisternas.
(7)
ְׁ‫ְֹׁ֙עֹודנּוְׁבַ גִ ל ֵ֔ ָגל‬
ַ֣ ֶ ‫ןְׁא ֶרץְׁגָ ִ֖דְׁוְׁגִ לעָ ָ֑דְׁוְׁשָ אּול‬
ֹּ֥ ֶ ‫יםְׁעבְׁרּוֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ יַר ֵ֔ד‬ ָֽ ָ ‫וְׁעִ ב ִ ִ֗ר‬
:‫ּוְׁאח ָ ֲָֽריו‬
ָֽ ַ ‫ִ֖םְׁח ְׁר ֹּ֥ד‬
ָֽ ָ ָ‫וְׁכְׁל־הָ ע‬
vê'ivrím 'ávêrú et-haiardén, éretz gád vêgil'ád; vêshaul 'odénu vagilgál, vêjol-
ha'ám járêdú ájaráv.

Y algunos de los hebreos cruzaron el Jordán hacia la tierra de Gad y de


Galaad. Shaúl [Saúl] estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él,
temblando.
(8)
ְׁ‫ֹא־בֹּ֥א‬
ָ ‫מּואלְׁוְׁל‬
ֵ֔ ְׁ‫ֲשרְׁש‬
ַ֣ ֶ ‫לְׁ׀)ְׁשבעַ ַ֣תְׁי ִִָ֗מיםְׁלַמֹועדֹ֙ ְׁא‬
ִ ֶ‫וייחלְׁ(וַיַ֣ ֹוח‬
:‫ִ֖םְׁמע ָ ָָֽליו‬
ָֽ ָ‫מּואלְׁהַ גִ לגָ ָ֑לְׁוַיָ ֹּ֥פֶץְׁהָ ע‬ִ֖ ְׁ‫ש‬
vyyjl (vaiójel |) shiv'át iamím lamo'ed ashér shêmuél, vêlo-vá shêmuél
hagilgál; vaiáfetz ha'ám mé'aláv.

Él esperó siete días, conforme al plazo que Shemuel [Samuel] había señalado.
Pero como Shemuel [Samuel] no venía a Gilgal y el pueblo se le dispersaba,
(9)
:‫ַלְׁהעֹ ָ ָֽלה‬
ָֽ ָ ‫יְׁהעֹ לָ ִ֖הְׁוְׁהַ שְׁל ִ ָָ֑מיםְׁוַיַ ִ֖ע‬
ָֽ ָ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔אּולְׁהַ ִגַ֣שּוְׁא ֵַ֔ל‬
212
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 13

vaiómer shaúl, hagíshu elái, há'oláh vêhashêlamím; vaiá'al há'oláh.

Shaúl [Saúl] dijo: –Traedme el holocausto y los sacrificios de paz. Él ofreció


el holocausto.
(10)
ְׁ‫לְׁבָ֑אְׁוַיצֹּ֥אְׁשָ ַ֛אּול‬
ָ ‫מּוא‬
ִ֖ ְׁ‫ֹותְׁהעֹ ֵָ֔להְׁוְׁהִ נֹּ֥הְׁש‬
ָֽ ָ ַ֣‫וַי ִִ֗היְׁכְׁכַלתֹוֹ֙ ְׁלְׁ ַ ָֽהעֲל‬
:‫אתֹוְׁלְׁ ָ ָֽב ְׁרכָֽ ֹו‬
ִ֖ ‫לִ ק ָר‬
vaihí kêjalotó lêhá'alót há'oláh, vêhinéh shêmuél bá; vaietzé shaúl liqrató
lêvárêjó.

Y sucedió que al acabar de ofrecer el holocausto, he aquí que venía Shemuel


[Samuel]. Shaúl [Saúl] le salió al encuentro para saludarle,
(11)
ְׁ‫ְׁ֩כי־ ָנ ִַ֨פץְׁהָ ָָ֜עם‬
ָֽ ִ ‫יתי‬ ִ ‫י־ר ִא‬
ָ ‫ּולְׁכ‬
ָֽ ִ ‫לְׁמהְׁע ִ ָָ֑שיתָ ְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֡א‬ַ֣ ֶ ‫מּוא‬
ִ֖ ְׁ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁש‬
:‫יםְׁמכ ָ ָֽמש‬
ִ ‫יםְׁנאֱסָ ִ ֹּ֥פ‬
ָֽ ֶ ‫אתְׁלְׁמֹועַ֣דְׁהַ י ִֵָ֔מיםְּׁופלִ ש ִ ִ֖ת‬ ָֹ֙ ‫א־ב‬
ָ ִ֨ ֹ ‫ָֽמ ָע ִַ֗ליְׁוְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁ ָֽל‬
vaiómer shêmuél méh 'asíta; vaiómer shaúl kí-raití jí-nafátz ha'ám mé'alái
vêatah ló-vátá lêmo'éd haiamím, uflishtím néesafím mijmás.

y Shemuel [Samuel] le preguntó: –¿Qué has hecho? Shaúl [Saúl] respondió: –


Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías en el plazo
señalado y que los filisteos estaban reuniéndose en Micmas,
(12)
ְׁ‫יתי‬
ִ ‫ֶ֣רדִ֨ ּוְׁפְׁלִ ש ִ ֵׁ֤תיםְׁאלַיֹ֙ ְׁהַ גִ ל ֵ֔ ָגלְּׁופנֹּ֥יְׁיהוָ ִ֖הְׁ ַ֣ל ֹאְׁחִ ִ ָ֑ל‬
ְׁ ‫הְׁי‬
ָֽ ָ‫ָוָֽאֹ ִ֗ ַמרְׁ ֶ֠ ַעת‬
‫ ס‬:ְׁ‫ִ֖הְׁהעֹ ָ ָֽלה‬
ָֽ ָ ֶ‫ָוָֽאֶ תאַ ֵַ֔פקְׁו ַ ָָֽאעֲל‬
váomár 'átah iérêdú fêlishtím elaí hagilgál, ufnéi Adonai ló jilíti; váetapáq,
vaá'aléh há'oláh .

entonces pensé: 'Los filisteos descenderán ahora a Gilgal contra mí, y yo no


he implorado el favor del Eterno.' Por eso me vi forzado y ofrecí el
holocausto.
(13)
ְׁ‫ת־מצ ָׁ֞ ַותְׁיהוָ ֵׁ֤ה‬
ִ ֶ‫מּואלְׁאֶ ל־שָ ִ֖אּולְׁנִ סכָ ָ֑לתָ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁשָ ִ֗ ַמרתָ ְׁא‬ ַ֛ ְׁ‫ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁש‬
ְׁ‫ת־ממְׁלַכתְָׁךַ֛ ְׁאֶ ל־יִ ש ָר ִ֖אל‬
ָֽ ַ ֶ‫ְךְׁכיְׁע ִ֗ ַָתהְׁה ִ֨ ִכיןְׁיהוָ ָ֧הְׁא‬
ַ֣ ִ ‫ֲשרְׁצִ ֵ֔ ָּו‬ַ֣ ֶ ‫ֱלהיָךֹ֙ ְׁא‬
ֶ ִ֨ ‫א‬
:ְׁ‫ַד־עֹולם‬
ָֽ ָ ‫ע‬
vaiómer shêmuél el-shaúl niskálta; ló shamárta et-mitzvát Adonai elohéjá
ashér tziváj, kí 'atáh hejín Adonai et-mámêlajtêjá el-israél 'ad-'olám .

Entonces Shemuel [Samuel] dijo a Shaúl [Saúl]: –Has actuado torpemente. No


guardaste el mandamiento que el Eterno tu Elohim te dio. ¡Pues ahora el
Eterno hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre!
213
13 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(14)
ְׁ‫ֹוְׁאישְׁכִ לבָ ִ֗בֹוְׁוַיצַ ִּ֨והּו‬
ַ֣ ִ ‫הְׁל‬ָ֜ ‫ְׁל ֹא־תָ ָ֑קּוםְׁבִ קשְׁ֩יה ִ֨ ָו‬ ָֽ ַ֣‫וְׁע ָ ִַ֖תהְׁמַ מלַכתְָׁך‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫ֲשר־צִ ּוָךִ֖ ְׁי‬ָֽ ֶ ‫ְׁאתְׁא‬
ֹּ֥ ָ‫ֹוְׁכיְׁ ַ֣ל ֹאְׁשָ ֵ֔ ַמרת‬
ִ ִ֚ ‫יהוָ ֵׁ֤הְׁלְׁנָגִ ידֹ֙ ְׁעַל־ע ֵַ֔מ‬
vê'atáh mamlajtêjá ló-taqúm; biqesh Adonai ló ísh kilvavó vaitzavéhu Adonai
lênagid 'al-'amó, kí ló shamárta, ét ashér-tziujá Adonai .

Pero ahora tu reino no será duradero. El Eterno se ha buscado un hombre


según su corazón, a quien el Eterno ha designado como el soberano de su
pueblo, porque tú no has guardado lo que el Eterno te mandó.
(15)
‫ַלְׁמן־הַ גִ לגָ ִ֖לְׁגִ בעַ ַ֣תְׁבִ ני ִ ָָ֑מןְׁוַיִ פקַֹ֣ דְׁשָ ִ֗אּולְׁאֶ ת־‬
ִ ‫מּואלְׁוַיַ ַ֛ע‬ ִ֗ ְׁ‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁש‬
:‫ֹותְׁאיש‬ ָֽ ִ ‫הָ עָםֹ֙ ְׁהַ נִ מצְׁ ִ ַ֣איםְׁעִ ֵ֔מֹוְׁכְׁ ֹּ֥ששְׁמ ִ֖א‬
vaiáqom shêmuél vaiá'al min-hagilgál giv'át biniamín; vaifqód shaúl et-ha'am
hanimtzêím 'imó, kêshésh meót ísh.

Entonces Shemuel [Samuel] se levantó y subió de Gilgal a Gabaa de


Benjamín. Shaúl [Saúl] pasó revista a la gente que se hallaba con él, unos 600
hombres.
(16)
ְׁ‫םְׁישְׁ ִ ִ֖ביםְׁבְׁגֶ ַ֣בַ עְׁבִ ני ִ ָָ֑מן‬
ָֹֽ ‫וְׁשָ ָׁ֞אּולְׁוְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֣תןְׁבְׁנִ֗ ֹוְׁוְׁהָ עָםֹ֙ ְׁהַ נִ מ ָצַ֣אְׁעִ ֵ֔ ָמ‬
:‫ּופלִ ש ִ ִ֖תיםְׁחָ נֹּ֥ ּוְׁבְׁ ִמכ ָ ָֽמש‬
vêshaúl vêíonatán bênó vêha'am hanimtzá 'imám, ióshêvím bêgéva' biniamín;
uflishtím janú vêmijmás.

Entonces Shaúl [Saúl], su hijo Iehonatán [Jonatán] y la gente que se hallaba


con ellos se quedaron en Gabaa de Benjamín. Los filisteos habían acampado
en Micmas,
(17)
ְׁ‫אשיםְׁהָ ִ֨ר ֹאשְׁאֶ ָחֹּ֥ד‬
ָ֑ ִ ‫לשהְׁ ָר‬
ַ֣ ָ ְׁ‫יתְׁמ ַ ָֽמחֲנֹּ֥הְׁפְׁלִ ש ִ ִ֖תיםְׁש‬
ִ ‫וַיצָ֧אְׁהַ מַ ש ִ ַ֛ח‬
:‫ץְׁשּועל‬
ָֽ ָ ‫ל־א ֶר‬
ֹּ֥ ֶ ֶ‫ל־ד ֶרְךְׁעְׁפ ָ ִ֖רהְׁא‬
ֹּ֥ ֶ ֶ‫יִ פנֶ ַ֛הְׁא‬
vaietzé hamashjít mimájanéh fêlishtím shêlosháh rashím; harósh ejád ifnéh el-
dérej 'ofráh el-éretz shu'ál.

y de su campamento salieron los destructores en tres escuadrones. Un


escuadrón se dirigió por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual.
(18)
ְׁ‫ְׁד ֶרְךְׁהַ גְׁ ֵ֔בּול‬
ַ֣ ֶ ֹ֙‫הְׁד ֶרְךְׁבַ֣יתְׁחֹ ָ֑רֹוןְׁוְׁהָ ִ֨ר ֹאשְׁאֶ ָחֵׁ֤דְׁיִ פנֶה‬
ִ֖ ֶ ‫וְׁהָ ֵׁ֤ר ֹאשְׁאֶ חָ דֹ֙ ְׁיִ פ ֵֶ֔נ‬
‫ ס‬:‫הַ נִ ש ָ ַ֛קףְׁעַל־גֹּ֥יְׁהַ צְׁבֹ ִ ִ֖עיםְׁהַ ִמד ָ ָֽב ָרה‬

214
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 13

vêharósh ejad ifnéh, dérej béit jorón; vêharósh ejád ifneh dérej hagêvúl,
hanishqáf 'al-géi hatzêvo'ím hamidbárah.

Otro escuadrón se dirigió hacia Bet-jorón, y el tercer escuadrón se dirigió


hacia la región que mira al valle de Zeboím, hacia el desierto.
(19)
ְׁ‫לְׁכי־אמרְׁ(אְׁמ ַ֣רּו)ְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁ ִֶ֚פן‬
ָֽ ִ ‫לְׁא ֶרץְׁיִ ש ָר ָ֑א‬
ַ֣ ֶ ‫וְׁחָ ָרשֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁיִ מָ ֵ֔צאְׁבְׁ ִ֖ ֹכ‬
:‫בְׁאֹוְׁח ִ ֲָֽנית‬
ֹּ֥ ‫יםְׁח ִֶ֖ר‬
ֶ ‫ּוְׁהעִ ב ִ ֵ֔ר‬ ָֽ ָ ‫ַ ָֽיע ֲַ֣ש‬
vêjarash ló imatzé, bêjól éretz israél; kí-mr (omrú) fêlishtím, pén iá'asú
há'ivrím, jérev ó janít.

En toda la tierra de Israel no había un solo herrero, porque los filisteos habían
dicho: 'No sea que los hebreos se hagan espadas o lanzas.'
(20)
‫ת־מח ֲַרש ֵׁ֤תֹוְׁוְׁאֶ ת־‬
ָֽ ַ ֶ‫טֹושְׁאישְׁא‬
ַ֣ ִ ‫יםְׁלִ ל‬
ֶ֠ ‫ֶ֣ר ֹּ֥דּוְׁכְׁל־יִ ש ָר ִ֖אלְׁהַ פְׁלִ ש ִ ָ֑ת‬ ְׁ ‫ו ַָֽי‬
:‫אתֹוֹ֙ ְׁוְׁאֶ ת־קַ רד ֵ֔מֹוְׁוְׁ ִ֖אתְׁמַ ח ֲָֽרשָ ָֽתֹו‬
vaiérêdú jol-israél hapêlishtím; líltosh ísh et-májarashtó vêet-etó vêet-
qardumó, vêét majarésható.

Todos los israelitas iban a los filisteos para afilar cada uno su reja de arado, su
azadón, su hacha o su hoz.
(21)
ְׁ‫הְׁפיםְׁל ַ ַָֽמחֲרשֹ תֹ֙ ְׁוְׁלָ ַ֣א ֵ֔ ִתיםְׁוְׁלִ שלֹּ֥ שְׁקִ לְׁ ִ֖שֹון‬ ִ ִ֗ ‫ְָֽׁוהְׁי ָׁ֞ ָתהְׁהַ פְׁ ִ ַ֣צ ָיר‬
:‫ּולהַ קַ רד ִ ָ֑מיםְּׁולהַ ִ ִ֖ציבְׁהַ דְׁ ְׁר ָ ָֽבן‬
vêhoitáh hapêtzírah fím lamájareshot vêláetím, vêlishlósh qilêshón
ulhaqardumím; ulhatzív hadorêván.

El afilado costaba un pim, tanto para las rejas de arado, como para los
azadones, los tridentes, las hachas o para afinar las aguijadas.
(22)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫בְׁוחֲנִ יתֹ֙ ְׁבְׁיַ ַ֣דְׁכְׁל־הָ ֵָ֔עםְׁא‬ָֽ ַ ‫אְׁח ֵֶׁ֤ר‬
ֶ ‫ֹוםְׁמל ֵ֔ ֶחמֶ תְׁוְׁ ִ֨ל ֹאְׁנִ מ ָ֜ ָצ‬
ִ ַ֣‫וְׁהָ יָהֹ֙ ְׁבְׁי‬
:‫אֶ ת־שָ ִ֖אּולְׁוְׁאֶ ת־יָֽ ֹונ ָ ָָ֑תןְׁו ִַתמָ צַ֣אְׁלְׁשָ ֵ֔אּולְּׁוליָֽ ֹונ ָ ִָ֖תןְׁבְׁנָֽ ֹו‬
vêhaiah bêíom miljémet, vêló nimtzá jérev vájanit bêiád kol-ha'ám, ashér et-
shaúl vêet-íonatán; vatimatzé lêshaúl, ulíonatán bênó.

Sucedió, pues, que en el día de la batalla no había ni una espada ni una lanza
en poder de ninguno de los que estaba con Shaúl [Saúl] y con Iehonatán
[Jonatán], excepto Shaúl [Saúl] y su hijo Iehonatán [Jonatán], que sí las
tenían.

215
13, 14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(23)
‫ ס‬:‫ִ֖רְׁמכ ָ ָֽמש‬
ִ ‫יםְׁאל־מַ ע ֲַב‬
ָֽ ֶ ‫וַיצאֹ֙ ְׁמַ ַצַ֣בְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
vaietze matzáv pêlishtím, él-ma'avár mijmás.

Después el destacamento de los filisteos se dirigió al paso de Micmas.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 14


(1)
ְׁ‫וַי ִ ַ֣היְׁהַ יִ֗ ֹוםְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיָֽ ֹונ ָ ֵָׁ֤תןְׁבֶ ן־שָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־הַ ִַ֨נעַרֹ֙ ְׁנֹ ַ֣שאְׁכ ֵָ֔ליוְׁלְׁ ִָ֗כה‬
:‫יוְׁל ֹאְׁהִ ִ ָֽגיד‬
ֹּ֥ ‫ֲשרְׁמעַ֣בֶ רְׁהַ לָ ָ֑זְּׁולאָ ִ ִ֖ב‬ ִ֖ ֶ ‫וְׁנַעבְׁ ָרהֹ֙ ְׁאֶ ל־מַ ַצַ֣בְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁא‬
vaihí haióm vaiómer íonatán ben-shaul el-haná'ar nosé jeláv, lêjáh vêna'bêrah
el-matzáv pêlishtím, ashér me'éver haláz; ulavív ló higíd.

Aconteció cierto día que Iehonatán [Jonatán] hijo de Shaúl [Saúl] dijo a su
escudero: –Ven, pasemos hasta el destacamento de los filisteos que está al
otro lado. Pero no lo hizo saber a su padre.
(2)
ְׁ ֹ֙‫ֲשרְׁבְׁ ִמג ָ֑רֹוןְׁוְׁהָ עָם‬
ַ֣ ֶ ‫תְׁה ִר ִ֖מֹוןְׁא‬
ָֽ ָ ַ‫הְׁתח‬
ֹּ֥ ַ ‫וְׁשָ ִ֗אּולְׁיֹושבֹ֙ ְׁבִ קצַ֣הְׁהַ גִ ב ֵָ֔ע‬
:‫ֹותְׁאיש‬
ָֽ ִ ‫ֲשרְׁעִ ֵ֔מֹוְׁכְׁ ֹּ֥ששְׁמ ִ֖א‬ַ֣ ֶ ‫א‬
vêshaúl ioshev biqtzéh hagiv'áh, tájat hárimón ashér bêmigrón; vêha'am ashér
'imó, kêshésh meót ísh.

Shaúl [Saúl] estaba en las afueras de Gabaa, debajo de un granado que hay en
Migrón. Los que estaban con él eran como 600 hombres.
(3)
ְׁ‫ן־פינְׁ ִ֨ ָחסְׁבֶ ן־עלִָ֜ יְׁכֹ הָ֧ןְׁ׀ְׁיהוָ ַ֛ה‬ ָֽ ִ ֶ‫יְׁאיכ ַָ֣בֹודְׁ׀ְׁב‬ ָֽ ִ ‫ַ ָֽואֲחִ יָ ַ֣הְׁבֶ ן־אֲחִ ֡טּובְׁא ֲִ֡ח‬
:ְׁ‫עְׁכיְׁהָ לַ ְִ֖ךְׁיָֽ ֹונ ָ ָָֽתן‬
ֹּ֥ ִ ‫בְׁ ִשלִ֖ ֹוְׁנֹ ַ֣שאְׁא ָ֑פֹודְׁוְׁהָ עָםֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁי ֵ֔ ַָד‬
váajiáh ven-ajitúv ají íjavód | ben-pínêjás ben-'elí kohén | Adonai bêshiló nosé
efód; vêha'am ló iadá', kí haláj íonatán .

El que llevaba el efod era Ajías hijo de Ajitob [hermano de Icabod], hijo de
Pinejás [Fineas], hijo de Elí, sacerdote del Eterno en Shiló [Silo]. Pero el
pueblo no sabía que Iehonatán [Jonatán] se había ido.
(4)
‫ְׁלעֲבֹ רֹ֙ ְׁעַל־מַ ַצַ֣בְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁשן־‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ַ֣יןְׁהמַ עבְׁ ִ֗רֹותְׁאֲשִֶ֨ רְׁבִ ֵׁ֤קשְׁיָֽ ֹונָתָ ן‬
ָֽ ַ ‫ּוב‬
ְׁ‫ְׁבֹוצץ‬
ֵ֔ ֹ֙‫םְׁהאֶ חָ ד‬
ָֽ ָ ‫רְׁמזֶ ָ֑הְׁוְׁ ֵׁ֤ש‬
ִ ֶ‫ַעְׁמהָ עִ֖ב‬
ָֽ ‫ְׁמ ֵֶ֔זהְׁוְׁשן־הַ ֶ ֹּ֥סל‬ ִ ֹ֙‫ַעְׁמהָ ִ֨עבֶ ר‬
ָֽ ‫הַ ֶ ֵׁ֤סל‬
:‫ִ֖דְׁסנֶה‬
ָֽ ֶ ‫םְׁהאֶ ָח‬
ָֽ ָ ‫וְׁ ֹּ֥ש‬
216
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

uvéin háma'bêrót ashér biqésh íonatan lá'avor 'al-matzáv pêlishtím, shen-


haséla' méha'éver mizéh, vêshen-haséla' méha'éver mizéh; vêshém háejad
botzétz, vêshém háejád séneh.

En el paso por donde Iehonatán [Jonatán] procuraba llegar al destacamento de


los filisteos, había un peñasco agudo a un lado, y otro peñasco agudo al lado
opuesto. El uno se llamaba Boses; y el otro, Sene.
(5)
‫ ס‬:‫ּולְׁגָֽבַ ע‬
ָ ‫ֶבְׁמ‬ֹּ֥ ‫ֹּ֥דְׁמנֶ ִֶ֖֣ג‬
ִ ‫ּולְׁמכ ָ ָ֑משְׁוְׁ ָ ָֽהאֶ ָח‬
ִ ‫ֹוןְׁמ‬
ַ֣ ‫ּוקְׁמצָ ִ֖פ‬
ִ ‫ןְׁהאֶ ָחַ֛דְׁמָ ֹּ֥צ‬
ָֽ ָ ‫הַ ָ֧ש‬
hashén háejád matzúq mitzafón múl mijmás; vêháejád minégev múl gáva'.

Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas; y el otro al sur,
hacia Gabaa.
(6)
ְׁ ֹ֙‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ֜ ָָתןְׁאֶ ל־הַ נַ ַ֣עַרְׁ׀ְׁנֹ ַ֣שאְׁכ ִָ֗ליוְׁלְׁכָהֹ֙ ְׁוְׁנַעבְׁ ָ ִ֗רהְׁאֶ ל־מַ צַ ב‬
ְׁ‫יןְׁליהוָהֹ֙ ְׁמַ ע ֵ֔צֹור‬
ָֽ ַ ‫יְׁא‬
ֵׁ֤ ‫ָ֑נּוְׁכ‬
ַ֣ ִ ָ‫ַ֛יְׁיע ֶ ֲֹּ֥שהְׁיהוָ ִ֖הְׁל‬
ָֽ ַ ַ‫ָ ָֽהעֲר ִ ַ֣ליםְׁהָ ֵ֔אלֶהְׁאּול‬
:ְׁ‫בְׁאֹוְׁבִ מ ָ ָֽעט‬
ֹּ֥ ‫הֹושי ַעְׁבְׁ ַ ִ֖ר‬
ֹּ֥ ִ ְׁ‫ל‬
vaiómer iêhónatán el-haná'ar | nosé jeláv lêjah vêna'bêráh el-matzav há'arelím
haéleh, ulái iá'aséh Adonai lánu; kí éin láAdonai ma'tzór, lêhoshí'a bêráv ó
vim'át .

Entonces Iehonatán [Jonatán] dijo a su escudero: –Ven, pasemos al


destacamento de esos incircuncisos. Quizás el Eterno haga algo por medio de
nosotros, porque nada impide al Eterno salvar con muchos o con pocos.
(7)
ְׁ ִ֖‫ֲשרְׁבִ לבָ ֶבָָ֑ךְׁנְׁ ַ֣טהְׁ ֵָ֔לְךְׁהִ נְׁ ִנֹּ֥יְׁעִ מְָׁך‬
ַ֣ ֶ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁלֹוֹ֙ ְׁנֹ ַ֣שאְׁכ ֵָ֔ליוְׁע ֲִ֖שהְׁכְׁל־א‬
‫ ס‬:‫כִ לבָ ֶ ָֽבָך‬
vaiómer ló nosé jeláv, 'aséh kol-ashér bilvavéja; nêtéh láj, hinêní 'imêjá
kilvavéja.

Su escudero le respondió: –Haz todo lo que está en tu corazón; ve, he aquí que
yo estoy contigo, a tu disposición.
(8)
:‫יהם‬
ָֽ ֶ ‫ל־ה ֲאנ ִ ָָ֑שיםְׁוְׁנִ ג ִ ִ֖לינּוְׁאֲל‬
ָֽ ָ ֶ‫נּוְׁעבְׁ ִ ִ֖ריםְׁא‬
ֹ ָֽ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁיְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָתןְׁהִ נַ֛הְׁאֲנַ ֹּ֥ח‬
vaiómer iêhónatán, hinéh anájnu 'óvêrím el-háanashím; vêniglínu aleihém.

Y Iehonatán [Jonatán] dijo: –He aquí que nosotros pasaremos hacia aquellos
hombres y dejaremos que nos vean.

217
14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(9)
ְׁ‫ינּוְׁדמּוְׁעַד־הַ גִ יעִ֖נּוְׁאֲליכֶ ָ֑םְׁוְׁע ַ ַָ֣מדנּוְׁתַ ח ֵ֔תינּו‬
ֹ ָּ֕ ‫ם־כהְׁ ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְׁא ֵ֔ל‬
ֹ ֵׁ֤ ‫ִא‬
:‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫אְׁנעֲלֶ ִ֖הְׁאֲל‬
ָֽ ַ ֹ ‫וְׁ ֹּ֥ל‬
im-kóh iómêrú eléinu, dómu 'ad-hagi'énu aleijém; vê'amádnu tajtéinu, vêló
ná'aléh aleihém.

Si nos dicen así: 'Esperad hasta que nos acerquemos a vosotros', entonces nos
quedaremos en nuestro lugar y no subiremos hacia donde ellos están.
(10)
ְׁ‫ינּוְׁכי־נְׁתָ נָ ֹּ֥םְׁיהוָ ִ֖הְׁבְׁי ָָ֑דנּוְׁוְׁזֶה־לָ ִ֖נּו‬
ָֽ ִ ִֵ֔‫ם־כהְׁ ָֽי ֹאמְׁ ָ֜רּוְׁעֲלֵׁ֤ ּוְׁע ִָ֨לינּוֹ֙ ְׁוְׁעָל‬
ֹ ִ֨ ‫וְׁ ִא‬
:ְׁ‫הָ ָֽאֹות‬
vêim-kóh iómêrú 'alú 'aléinú vê'alínu, kí-nêtanám Adonai bêiadénu; vêzeh-
lánu haót .

Pero si nos dicen así: 'Subid hasta nosotros', entonces subiremos; porque el
Eterno los ha entregado en nuestra mano. Ésta será la señal para nosotros.
(11)
ְׁ ֹ֙‫יהםְׁאֶ ל־מַ ַצִ֖בְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁ ַ֣רּוְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁהִ נֵׁ֤הְׁעִ ב ִרים‬ ֶ ֵ֔ ‫וַיִ גָלַ֣ ּוְׁשְׁנ‬
‫ פ‬:‫אּו־שם‬ ָֽ ָ ְׁ‫ֲשרְׁהִ תחַ ב‬ ֹּ֥ ֶ ‫ן־החֹ ִ ִ֖ריםְׁא‬
ָֽ ַ ‫יםְׁמ‬ִ ‫ָֹֽיצְׁ ִֵ֔א‬
vaigalú shêneihém, el-matzáv pêlishtím; vaiómêrú fêlishtím, hinéh 'ivrim
iótzêím, min-hájorím ashér hitjabêu-shám.

Ambos se dejaron ver por el destacamento de los filisteos, y éstos dijeron: –


¡He allí los hebreos que salen de las cuevas donde se habían escondido!
(12)
ְׁ‫ו ַ ַָֽיעֲנּוְׁ֩אַ נ ִ֨שיְׁהַ מַ צָ ָ֜ ָבהְׁאֶ ת־יָֽ ֹונ ָ ַָ֣תןְׁ׀ְׁוְׁאֶ ת־נֹ ַ֣שאְׁכ ִָ֗ליוְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְׁעֲלַ֣ ּו‬
ְׁ‫נֹודיעָהְׁאֶ תכֶ ִ֖םְׁדָ ָבָ֑רְׁ{פ} ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיָֽ ֹונ ָ֜ ָָתןְׁאֶ ל־נֹ ֵׁ֤שאְׁכלָיוֹ֙ ְׁעֲלַ֣ה‬ ֹּ֥ ִ ְׁ‫א ֵ֔לינּוְׁו‬
:ְׁ‫יְׁכי־נְׁתָ נָ ֹּ֥םְׁיהוָ ִ֖הְׁבְׁיַ ֹּ֥דְׁיִ ש ָר ָֽאל‬ ָֽ ִ ‫ַ ָֽאח ַ ֲֵ֔ר‬
vaiá'anú anshéi hamatzaváh et-íonatán | vêet-nosé jeláv vaiómêrú 'alú eléinu,
vênodí'ah etjém davár; {f}vaiómer íonatán el-nosé jelav 'aléh ájarái, kí-
nêtanám Adonai bêiád israél .

Los hombres del destacamento gritaron a Iehonatán [Jonatán] y a su escudero,


diciendo: –¡Subid hasta nosotros, y os haremos saber una cosa! Y Iehonatán
[Jonatán] dijo a su escudero: –Sube detrás de mí, porque el Eterno los ha
entregado en mano de Israel.

218
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

(13)
ְׁ‫יוְׁוֶָֽ֣יִ פְׁלּוֹ֙ ְׁלִ פנַ֣י‬
ַ ‫ִ֖יוְׁאח ָ ֲָ֑ר‬
ָֽ ַ ָ‫ַל־רג ֵָ֔ליוְׁוְׁנֹ ֹּ֥שאְׁכל‬ַ ‫וַיַ ַ֣עַלְׁיָֽ ֹונ ִ֗ ָָתןְׁעַל־יָדָ יוֹ֙ ְׁוְׁע‬
:‫תְׁאח ָ ֲָֽריו‬
ָֽ ַ ‫מֹות‬
ֹּ֥ ְׁ‫יָֽ ֹונ ֵ֔ ָָתןְׁוְׁנֹ ֹּ֥שאְׁכלָ ִ֖יוְׁמ‬
vaiá'al íonatán 'al-iadav vê'al-ragláv, vênosé jeláv ájaráv; váipêlú lifnéi
íonatán, vênosé jeláv mêmotét ájaráv.

Iehonatán [Jonatán] subió trepando con sus manos y sus pies; y tras él, su
escudero. Los filisteos caían delante de Iehonatán [Jonatán], y su escudero los
remataba detrás de él.
(14)
ְׁ‫יםְׁאיש‬
ָ֑ ִ ‫וַתְׁ ִָׁ֞היְׁהַ מַ כָ ַ֣הְׁהָ ִ ָֽראשֹ ִָ֗נהְׁאֲשִֶ֨ רְׁהִ כָ ָ֧הְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֛תןְׁוְׁנֹ ֹּ֥שאְׁכלָ ִ֖יוְׁכְׁעֶש ִ ַ֣ר‬
:‫ִ֖הְׁצֹּ֥מֶ דְׁשָ ֶ ָֽדה‬
ֶ ָ‫יְׁמעֲנ‬ ָֽ ַ ‫כְׁ ַ ָֽבח ִ ֲֹּ֥צ‬
vatêhí hamakáh haríshonáh ashér hikáh íonatán vênosé jeláv kê'esrím ísh;
kêvájatzí má'anáh tzémed sadéh.

Éste fue el primer ataque, en el que Iehonatán [Jonatán] y su escudero mataron


a unos veinte hombres en el espacio de media yugada de tierra.
(15)
ְׁ‫יתְׁח ְׁר ִ֖דּו‬
ָֽ ָ ‫וַתְׁהִ יְׁ֩ח ֲָר ִ֨ ָדהְׁבַ ַ ָֽמחֲנֶ ֵׁ֤הְׁבַ שָ דֶ הֹ֙ ְּׁובכְׁל־הָ ֵָ֔עםְׁהַ מַ צָ בֹ֙ ְׁוְׁהַ מַ ש ִֵ֔ח‬
:ְׁ‫ֱלהים‬ ָֽ ִ ‫גַם־הָ֑מָ הְׁו ִַתרגַ ַ֣זְׁהָ ֵ֔ ָא ֶרץְׁוַתְׁ ִ ִ֖היְׁלְׁחֶ ר ַ ֹּ֥דתְׁא‬
vatêhí jaradáh vamájanéh vasadeh uvjol-ha'ám, hamatzav vêhamashjít, járêdú
gam-hémah; vatirgáz haáretz, vatêhí lêjerdát elohím .

Entonces hubo pánico en el campamento, en el campo y entre toda la gente.


Los del destacamento y también los destructores temblaron; y la tierra se
sacudió, pues hubo gran pánico.
(16)
ָֽ ֶ ‫וַיִ ר ֵׁ֤אּוְׁהַ צֹ פִ יםֹ֙ ְׁלְׁשָ ֵ֔אּולְׁבְׁגִ בעַ ִ֖תְׁבִ ני ִ ָָ֑מןְׁוְׁהִ נ‬
ְׁ‫ָ֧הְׁההָ ַ֛מֹוןְׁנ ִָ֖מֹוגְׁוַיֹּ֥לְֶך‬
‫ פ‬:‫ַ ָֽוהֲלָֽ ם‬
vairú hatzofim lêshaúl, bêgiv'át biniamín; vêhinéh héhamón namóg vaiélej
váhalóm.

Los centinelas de Shaúl [Saúl] miraron desde Gabaa de Benjamín, y he aquí


que la multitud se dispersaba yendo en todas direcciones.
(17)
ְׁ‫ּוְׁמיְׁהָ לַ ְַ֣ךְׁ ָֽמעִ ָ ָ֑מנּו‬
ִ֖ ִ ‫רְׁא ֵ֔תֹוְׁפִ קדּו־נָ ַ֣אְּׁור ֵ֔א‬
ִ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ִ֗אּולְׁ ָלעָםֹ֙ ְׁא‬
ֹּ֥ ‫ַוֶָֽ֣יִ פקְׁדֵ֔ ּוְׁוְׁהִ נ‬
:‫ַ֛הְׁאיןְׁיָֽ ֹונ ָ ִָ֖תןְׁוְׁנֹ ֹּ֥שאְׁכ ָ ָֽליו‬

219
14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer shaúl la'am ashér itó, piqdu-ná urú, mí haláj mé'imánu; váifqêdú,
vêhinéh éin íonatán vênosé jeláv.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a la gente que estaba con él: –¡Pasad revista y ved
quién de los nuestros se ha ido! Al pasar revista, he aquí que faltaban
Iehonatán [Jonatán] y su escudero.
(18)
ְׁ‫יםְׁכי־הָ ָָׁ֞יהְׁא ֲָ֧רֹון‬
ָֽ ִ ‫ֱלה‬
ָ֑ ִ ‫ֹוןְׁהא‬
ָֽ ָ ‫ְֹׁ֙לאֲחִ ֵָ֔יהְׁהַ ִגִ֖ישָ הְׁא ֲַ֣ר‬
ָֽ ַ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשָ אּול‬
‫ פ‬:ְׁ‫ֱלהיםְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְּׁובנֹּ֥יְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
ַ֛ ִ ‫ָ ָֽהא‬
vaiómer shaul láajiáh, hagíshah arón háelohím; kí-haiáh arón háelohím baióm
hahú uvnéi israél .

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a Ajías: –¡Trae el arca de Elohim! Porque el arca
de Elohim estaba en ese día con los Hijos de Israel.
(19)
ְׁ‫ַ֣דְׁד ֶבֵׁ֤רְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־הַ כֹ ֵ֔הןְׁוְׁ ֶ ָֽההָ ִ֗מֹוןְׁאֲשֶ רֹ֙ ְׁבְׁ ַ ָֽמחֲנַ֣הְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתים‬
ִ ַ‫וַי ִִ֗היְׁע‬
:‫וַיֹּ֥לְֶךְׁהָ לִ֖ ֹוְךְׁו ָ ָָ֑רבְׁ{פ} ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁשָ ַ֛אּולְׁאֶ ל־הַ כֹ הִ֖ןְׁאֱסֹֹּ֥ ףְׁי ֶ ָָֽדָך‬
vaihí 'ád dibér shaul el-hakohén, vêhéhamón asher bêmájanéh fêlishtím,
vaiélej halój varáv; {f}vaiómer shaúl el-hakohén esóf iadéja.

Y aconteció que mientras Shaúl [Saúl] hablaba con el sacerdote, la agitación


aumentaba más y más en el campamento de los filisteos. Entonces Shaúl
[Saúl] dijo al sacerdote: –¡Retira tu mano!
(20)
ְׁ‫רְׁא ֵ֔תֹוְׁ ַויָבִֹ֖ אּוְׁעַד־הַ ִמלחָ ָ ָ֑מהְׁוְׁהִ ִ֨נה‬
ִ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫וַיִ זָעַ֣קְׁשָ ִ֗אּולְׁוְׁכְׁל־הָ עָםֹ֙ ְׁא‬
:‫הּומהְׁגְׁדֹולָ ֹּ֥הְׁמְׁאָֹֽ ד‬
ִ֖ ָ ְׁ‫בְׁאישֹ֙ ְׁבְׁר ֵ֔עהּוְׁמ‬ִ ‫הְׁח ֵֶׁ֤ר‬
ֶ ‫ָ ָֽהיְׁ ָ֜ ָת‬
vaiza'éq shaúl vêjol-ha'am ashér itó, vaiavóu 'ad-hamiljamáh; vêhinéh háiêtáh
jérev ish bêre'éhu, mêhumáh gêdoláh mêód.

Entonces Shaúl [Saúl] se reunió con toda la gente que estaba con él, y fueron a
la batalla. Y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra su compañero,
y había gran confusión.
(21)
ְׁ‫ֹולְׁשל ֵ֔שֹוםְׁאֲשִֶ֨ רְׁעָלֹּ֥ ּוְׁעִ ָ ַ֛מם‬
ִ ‫וְׁ ָ ָֽהעִ ב ִ ִ֗ריםְׁהָ יֵׁ֤ ּוְׁלַפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁכְׁאֶ ת ַ֣מ‬
ְׁ‫ֲשרְׁעִ ם־שָ ִ֖אּול‬ ֹּ֥ ֶ ‫הְׁלהְׁיֹותֹ֙ ְׁעִ ם־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁא‬
ָֽ ִ ָ‫ַם־המ‬
ִ֗ ‫ַ ָֽבמַ חֲנֶ ִ֖הְׁסָ ִ ָ֑ביבְׁוְׁג‬
:‫וְׁיָֽ ֹונ ָ ָָֽתן‬
vêhá'ivrím haíu lapêlishtim kêetmól shilshóm, ashér 'alú 'imám bámajanéh
savív; vêgam-hémah líhêiot 'im-israél, ashér 'im-shaúl vêíonatán.

220
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

Y los hebreos que anteriormente habían estado con los filisteos, y que habían
subido con ellos de los alrededores al campamento, también ellos se pusieron
de parte de los israelitas que estaban con Shaúl [Saúl] y Iehonatán [Jonatán].
(22)
ְׁ‫ְׁשמְׁ ֵ֔עּוְׁכִ י־נָ ִ֖סּו‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ְׁאישְׁיִ ש ָר ָ֜אלְׁהַ ִ ָֽמתְׁחַ בְׁ ִ ֵׁ֤איםְׁבְׁהַ ר־אֶ פ ַ ִ֨ריִ ם‬
ִִ֨ ֩ ‫וְׁכֹ ל‬
:‫יהִ֖םְׁבַ ִמלחָ ָ ָֽמה‬ ֶ ‫הְׁאחֲר‬ָֽ ַ ָ‫יםְׁוֶָֽ֣יַדבְׁ ֹּ֥קּוְׁגַם־הַ֛מ‬ ַ ‫פְׁלִ ש ִ ָ֑ת‬
vêjol ísh israél hamítêjabêím bêhar-efráim shámê'ú, ki-násu pêlishtím;
váiadbêqú gam-hémah ájareihém bamiljamáh.

Asimismo, todos los hombres de Israel que se habían escondido en la región


montañosa de Efraín oyeron que los filisteos huían, y ellos también salieron a
perseguirlos en la batalla.
(23)
ְׁ‫ת־בית‬
ֹּ֥ ֶ‫הְׁעבְׁ ָ ִ֖רהְׁא‬
ָֽ ָ ‫וַיָ֧ ֹושַ עְׁיהוָ ַ֛הְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְׁאֶ ת־יִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁ ִ֨ ַה ִמלחָ ֵ֔ ָמ‬
:ְׁ‫ָ ָֽאוֶן‬
vaiósha' Adonai baióm hahú et-israél; vêhámiljamáh, 'ávêráh et-béit áven .

Así el Eterno dio la victoria a Israel aquel día. Y la batalla llegó hasta Bet-
avén.
(24)
ְׁ‫וְׁ ִ ָֽאיש־יִ ש ָר ֹּ֥אלְׁנִ גַ ִ֖שְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ָ֑הּואְׁוַיֹ אֶ לְׁ֩שָ ִ֨אּולְׁאֶ ת־הָ ָָ֜עםְׁלאמִֹ֗ ר‬
‫ּורְׁהָ ִאישְׁאֲשֶ ר־ ִ֨י ֹאכַלְׁ ֶָ֜לחֶ םְׁעַד־הָ ִֶ֗ע ֶרבְׁוְׁנִ קַ מ ִתיֹ֙ ְׁמאַֹ֣ י ֵ֔ ַביְׁוְׁ ָֽל ֹא־‬
ֶ֠ ‫אָ ַ֣ר‬
‫ ס‬:‫ִ֖םְׁלחֶ ם‬
ָֽ ָ ָ‫טָ עַ ֹּ֥םְׁכְׁל־הָ ע‬
vêísh-israél nigás baióm hahú; vaioel shaúl et-ha'ám lemór arúr háish asher-
iójal léjem 'ad-ha'érev vêniqamtí meóivái, vêló-ta'ám kol-ha'ám lájem.

Pero aquel día los hombres de Israel fueron puestos en apuros, porque Shaúl
[Saúl] había sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: '¡Maldito sea
cualquiera que coma algo antes del anochecer, hasta que yo haya tomado
venganza de mis enemigos!' Así que ninguno del pueblo había probado
alimento.
(25)
:‫ץְׁבַ֣אּוְׁבַ יָ ָ֑עַרְׁוַי ִ ֹּ֥היְׁדְׁ ַבִ֖שְׁעַל־פְׁנֹּ֥יְׁהַ שָ ֶ ָֽדה‬
ָ ‫וְׁכְׁל־הָ ָ ִ֖א ֶר‬
vêjol-haáretz báu vaiá'ar; vaihí dêvásh 'al-pênéi hasadéh.

Todo el pueblo llegó a un bosque, y en la superficie del campo había miel.


(26)
‫יוְׁכי־‬
ָֽ ִ ‫ל־פ‬
ִ ֵ֔ ֶ‫ִ֖הְׁהלְֶךְׁדְׁ ָבָ֑שְׁוְׁאין־מַ ִ ֵׁ֤שיגְׁיָדֹוֹ֙ ְׁא‬
ַ֣ ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁהָ עָםֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ ֵַ֔יעַרְׁוְׁהִ נ‬
:‫י ָֹּ֥ראְׁהָ עָ ִ֖םְׁאֶ ת־הַ שְׁב ָ ָֽעה‬
221
14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiavó ha'am el-haiá'ar, vêhinéh hélej dêvásh; vêein-masíg iadó el-pív, kí-iaré
ha'ám et-hashêvu'áh.

Cuando el pueblo entró en el bosque, he aquí que la miel corría, pero nadie
acercó la mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento.
(27)
ְׁ ֹ֙‫וְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֣תןְׁ ָֽל ֹא־שָ ִ֗ ַמעְׁבְׁהַ ש ִ ַ֣ביעְַׁאָ בִ יו֮ ְׁאֶ ת־הָ ָעםְׁ֒וַיִ ש ִַ֗לחְׁאֶ ת־קְׁצֵׁ֤הְׁהַ מַ טֶ ה‬
ְׁ‫ל־פיו‬ִ ֵ֔ ֶ‫לְׁאֹותּהְׁבְׁיַע ַ ַ֣רתְׁהַ דְׁ ָבָ֑שְׁוַיָ ֵׁ֤שֶ בְׁיָדֹוֹ֙ ְׁא‬
ִ֖ ָ ֹֹּ֥‫ֲשרְׁבְׁיָדֵ֔ ֹוְׁוַיִ טב‬
ַ֣ ֶ ‫א‬
:‫ותראנהְׁ(וַתָ אִֹ֖ רנָה)ְׁע ָינָֽיו‬
vêíonatán ló-shamá' bêhashbí'a aviv et-ha'am vaishláj et-qêtzéh hamateh ashér
bêiadó, vaitból otáĥ bêia'rát hadêvásh; vaiáshev iadó el-pív, vtrnh (vataórnah)
'eináv.

Pero Iehonatán [Jonatán] no había oído cuando su padre había sometido al


pueblo bajo juramento. Y extendiendo la punta de una vara que llevaba en su
mano, la mojó en un panal de miel y acercó su mano a su boca; y le brillaron
los ojos.
(28)
ְׁ‫ישְׁמהָ ָָ֜עםְׁו ִַ֗י ֹאמֶ רְׁהַ שב ַעְׁ֩הִ ש ִִ֨ביעְַׁאָ ִ ֵׁ֤ביָךְׁאֶ ת־הָ עָםֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ ר‬
ָֽ ‫ְׁ֩א‬ ִִ֨ ‫ַו ַי ַען‬
:‫אָ ֹּ֥רּורְׁהָ ִ ַ֛אישְׁאֲשֶ ר־ ֹּ֥י ֹאכַלְׁלֶ ִ֖חֶ םְׁהַ יָ֑ ֹוםְׁוַיָ ִ֖עַףְׁהָ ָ ָֽעם‬
vaia'an ísh méha'ám vaiómer hashbe'á hishbí'a avíja et-ha'am lemór, arúr haísh
asher-iójal léjem haióm; vaiá'af ha'ám.

Entonces alguien del pueblo le habló diciendo: –Tu padre expresamente ha


sometido al pueblo bajo juramento, diciendo: 'Maldito sea el hombre que
coma algo hoy.' Por eso desfallece el pueblo.
(29)
ְׁ‫יְׁכי‬
ַ֣ ִ ‫ץְׁראּו־נָאֹ֙ ְׁכִ י־אַֹ֣ רּוְׁעי ֵַ֔נ‬
ְׁ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁיָֽ ֹונ ֵ֔ ָָתןְׁעָכַ ֹּ֥רְׁאָ ִ ִ֖ביְׁאֶ ת־הָ ָ ָ֑א ֶר‬
:‫טָ ֵַ֔עמ ִתיְׁמְׁעַ ִ֖טְׁדְׁ ַבֹּ֥שְׁהַ ֶזָֽה‬
vaiómer íonatán, 'ajár aví et-haáretz; rêu-na ki-óru 'einái, kí ta'ámti, mê'át
dêvásh hazéh.

Entonces Iehonatán [Jonatán] respondió: –Mi padre ha ocasionado destrucción


al país. Ved cómo han brillado mis ojos por haber probado un poco de esta
miel.
(30)
ְׁ‫ָ֑אְׁכי‬
ֹּ֥ ִ ‫ֲשרְׁמָ ָצ‬
ַ֣ ֶ ‫םְׁמשְׁלַ ֹּ֥לְׁאָֹֽ יְׁ ָבִ֖יוְׁא‬
ִ ‫ףְׁכיְׁלּואְׁ֩אָ ִ֨ ֹכלְׁאָ כַ ֵׁ֤לְׁהַ יֹוםֹ֙ ְׁהָ ֵָ֔ע‬
ִ ֡ ‫ִ֗ ַא‬
:‫ע ָ ַַ֛תהְׁ ָֽל ֹא־רְׁבְׁ ָ ֹּ֥תהְׁמַ כָ ִ֖הְׁבַ פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬

222
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

áf kí lu ajól ajál haiom ha'ám, mishêlál óiêváv ashér matzá; kí 'atáh ló-rovêtáh
makáh bapêlishtím.

¡Cuánto mejor si el pueblo hubiera comido hoy libremente del botín que tomó
de sus enemigos! ¿No se hubiera ocasionado una gran derrota a los filisteos?
(31)
:‫יםְׁמ ִמכ ָ ִ֖משְׁאַ יָלָ֑ נָהְׁוַיָ ֹּ֥עַףְׁהָ עָ ִ֖םְׁמְׁאָֹֽ ד‬
ִ ‫ַויַכָׁ֞ ּוְׁבַ יֵׁ֤ ֹוםְׁהַ הּואֹ֙ ְׁבַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
vaiakú baióm hahu bapêlishtím, mimijmás aialónah; vaiá'af ha'ám mêód.

Aquel día hirieron a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón. Pero el pueblo se
cansó mucho,
(32)
ְׁ‫ויעשְׁ(וַיַ ֵׁ֤עַט)ְׁהָ ָעםֹ֙ ְׁאֶ ל־שללְׁ(הַ שָ ֵָ֔לל)ְׁוַיִ ק ִ֨חּוְׁ ָ֧צ ֹאןְּׁובָ ָ ַ֛קרְּׁובנֹּ֥יְׁבָ ָ ִ֖קר‬
ָ֑ ָ ‫וַיִ שח‬
:‫ֲטּו־ארצָ הְׁ ַו ֹּ֥י ֹאכַלְׁהָ עָ ִ֖םְׁעַל־הַ ָ ָֽדם‬
vy's (vaiá'at) ha'am el-sll (hashalál), vaiqjú tzón uvaqár uvnéi vaqár vaishjatu-
ártzah; vaiójal ha'ám 'al-hadám.

y se lanzaron sobre el botín y tomaron ovejas, vacas y terneros, a los cuales


degollaron sobre el suelo. Y el pueblo los comió con la sangre.
(33)
ְׁ‫ִ֖הְׁלא ַ֣ ֱֹכלְׁעַל־הַ ָ ָ֑דם‬
ָֽ ֶ ָ‫איםְׁליהו‬
ָֽ ַ ‫ַוי ִַגֵׁ֤ידּוְׁלְׁשָ אּולְֹׁ֙לאמֵֹ֔ רְׁהִ נֹּ֥הְׁהָ עָ ַ֛םְׁחֹ ִ ֹּ֥ט‬
:ְׁ‫דֹולה‬ָֽ ָ ְׁ‫ֹוםְׁאבֶ ןְׁג‬
ֹּ֥ ֶ ִ֖‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁבְׁגַד ֵ֔ ֶתםְׁגֹ לּו־אלַ ֹּ֥יְׁהַ י‬
vaiagídu lêshaul lemór, hinéh ha'ám jotíym láAdonai léejól 'al-hadám;
vaiómer bêgadtém, golu-elái haióm éven gêdoláh .

Informaron a Shaúl [Saúl] diciendo: –¡He aquí, el pueblo está pecando contra
el Eterno, comiendo carne con la sangre! Y él dijo: –¡Habéis cometido una
traición! Haced rodar una piedra grande hasta aquí.
(34)
ְׁ‫ישְׁשֹורֹו‬
ָ֜ ‫ְׁ֩א‬
ִִ֨ ‫םְׁואֲמַ ר ֶ ַ֣תםְׁל ֡ ֶָהםְׁהַ ִגַ֣ישּו א ַלי‬ ָֽ ַ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ַ֣אּולְׁפַ֣צּוְׁבָ ָ֡ע‬
ְׁ‫ִ֖הְׁלא ַ֣ ֱֹכל‬
ָֽ ֶ ָ‫ּוְׁליהו‬
ָֽ ַ ‫וְׁ ִ ַ֣אישְׁשְׁ ִ֗יהּוְּׁושחַ ט ֶ ֵׁ֤תםְׁבָ זֶהֹ֙ ַ ְָֽׁו ֲאכַל ֵ֔ ֶתםְׁוְׁ ָֽל ֹא־תֶ חֶ ט ֹּ֥א‬
ָֽ ָ ‫ישְׁשֹורֹוְׁבְׁיָ ַ֛דֹוְׁהַ לַ ִ֖ילָהְׁוַיִ שח‬
:ְׁ‫ֲטּו־שם‬ ָ֧ ‫םְׁא‬ ַ֣ ִ ‫אֶ ל־הַ ָ ָ֑דםְׁ ַוי ִִַ֨גשּוְׁכְׁל־הָ ָָ֜ע‬
vaiómer shaúl pútzu va'ám váamartém lahém hagíshu elaí ísh shoró vêísh
sêiéhu ushjattém bazeh váajaltém, vêló-tejetú láAdonai léejól el-hadám;
vaiagíshu jol-ha'ám ísh shoró vêiádo haláilah vaishjatu-shám .

–Y Shaúl [Saúl] añadió–: Dispersaos entre el pueblo y decidles que cada uno
me traiga su toro, y cada cual su oveja, y degolladlos aquí y comed. No
pequéis contra el Eterno comiendo carne con la sangre. Aquella noche todo el
pueblo llevó cada uno consigo su toro, y los degollaron allí.

223
14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(35)
‫ פ‬:ְׁ‫יהוָֽה‬
ָ ‫ְׁל‬
ָֽ ַ ַ‫ֹותְׁמזבִ֖ח‬ ִ ‫ו ִַיָ֧בֶ ןְׁשָ ַ֛א‬
ִ ֹּ֥‫ּולְׁמזבִ֖חַ ְׁ ַ ָֽליהוָ ָ֑הְׁאֹ ַ֣תֹוְׁה ֵ֔חלְׁלִ בנ‬
vaíven shaúl mizbéaj láAdonai; otó hejél, livnót mizbéaj láAdonai .

Después Shaúl [Saúl] edificó un altar al Eterno. Este altar fue el primero que
él edificó al Eterno.
(36)
‫ָהְׁונָבֹֹּ֥ זָהְׁבָ ֶהַ֣םְׁ׀ְׁעַד־‬
ְָֽׁ ‫הְׁאחֲריְׁ֩פְׁלִ ש ִ֨ ִתיםְׁ׀ְׁ ַָ֜ליל‬ָֽ ַ ‫ֶָֽ֣ר ָ ַ֣ד‬
ְׁ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֡אּולְׁנ‬
ְׁ‫ְׁאישְׁו ַַ֣י ֹאמ ֵ֔רּוְׁכְׁל־הַ ֹּ֥טֹובְׁבְׁעינֶ ִ֖יָךְׁע ֲָ֑שה‬
ִֵ֔ ֹ֙‫ַ֣אֹורְׁהַ ִ֗ ֹבקֶ רְׁוְׁ ָֽל ֹא־נַש ֵׁ֤ארְׁבָ הֶ ם‬
:ְׁ‫ֱלהים‬ָֽ ִ ‫ל־הא‬
ָֽ ָ ֶ‫{ס}ְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁהַ כֹ ֵ֔הןְׁנִ ק ְׁר ָבֹּ֥הְׁהֲלִ֖ םְׁא‬
vaiómer shaúl nérêdáh ájareí fêlishtím | láilah vênavózah vahém | 'ad-ór
habóqer vêló-nashér bahem ísh, vaiómrú, kol-hatóv bê'einéja 'aséh; {s}
vaiómer hakohén, niqrêváh halóm el-háelohím .

Entonces dijo Shaúl [Saúl]: –Descendamos de noche contra los filisteos y


saqueémoslos hasta el amanecer. No dejemos a ninguno de ellos. Y dijeron: –
Haz todo lo que te parezca bien. Luego dijo el sacerdote: –Acerquémonos a
Elohim aquí.
(37)
ְׁ‫ְׁאח ֲַ֣ריְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁה ֲִתתְׁנִ֖םְׁבְׁיַ ַ֣ד‬
ָֽ ַ ֹ֙‫יםְׁהארד‬
ָֽ ַ ‫אלה‬ ָֽ ‫וַיִ ש ַ ֵׁ֤אלְׁשָ אּול‬
ִֵ֔ ‫ְֹׁ֙ב‬
:ְׁ‫יִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁעָנָ ִ֖הּוְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ָֽהּוא‬
vaishál shaul bélohím, háered ájaréi fêlishtím, hatitêném bêiád israél; vêló
'anáhu baióm hahú .

Y Shaúl [Saúl] consultó a Elohim: –¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los


entregarás en mano de Israel? Pero aquel día él no le dio respuesta.
(38)
ְׁ‫הְׁהֹּ֥י ָ ַ֛תה‬
ָ ‫םְׁכלְׁפִ נַ֣ ֹותְׁהָ עָ ָ֑םְּׁודעַ֣ ּוְּׁור ֵ֔אּוְׁבַ ִ֗ ָמ‬
ֹ ִ֖ ‫ּולְׁג ָֽשּוְׁה ֲֵ֔ל‬
ֹ ַ֣ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔א‬
:‫ַ ָֽהחַ ָ ֹּ֥טאתְׁהַ ִ֖ז ֹאתְׁהַ יָֽ ֹום‬
vaiómer shaúl, góshú halóm, kól pinót ha'ám; ud'ú urú, bamáh háitáh hájatát
hazót haióm.

Entonces dijo Shaúl [Saúl]: –Acercaos acá todos los jefes del pueblo.
Averiguad y ved por quién ha surgido hoy este pecado.
(39)
ְׁ‫ִ֖יְׁכי‬
ַ֣ ִ ‫יְׁאם־יֶשנַ֛ ֹוְׁבְׁיָֽ ֹונ ָ ָֹּ֥תןְׁבְׁ ִנ‬
ִ ‫לְׁכ‬
ָ֧ ִ ‫מֹושי ֹ֙ ַעְׁאֶ ת־יִ ש ָר ֵ֔א‬
ִ ִ֨ ַ‫ִ ַ֣כיְׁחַ י־יה ִ֗ ָוהְׁה‬
:ְׁ‫ִ֖הּוְׁמכְׁל־הָ ָ ָֽעם‬
ִ ‫ַ֣מֹותְׁי ָָ֑מּותְׁוְׁ ֹּ֥איןְׁעֹ נ‬

224
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

kí jai-Adonai hamoshí'á et-israél, kí im-ieshnó bêíonatán bêní kí mót iamút;


vêéin 'onéhu mikol-ha'ám .

¡Vive el Eterno que libra a Israel, que aunque sea por mi hijo Iehonatán
[Jonatán], él morirá irremisiblemente! En todo el pueblo no hubo quien le
respondiese.
(40)
ְׁ‫דְׁואֲנִ יֹ֙ ְׁוְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֣תןְׁבְׁ ֵ֔ ִני‬
ָֽ ַ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאֶ ל־כְׁל־יִ ש ָר ִ֗אלְׁאַ תֶ םֹ֙ ִ ְָֽׁתהְׁיּוֹ֙ ְׁלְׁעַ֣בֶ רְׁאֶ ֵ֔ ָח‬
‫ ס‬:‫ִ ָֽנהְׁיֶ ִ֖הְׁלְׁעַ֣בֶ רְׁאֶ ָחָ֑דְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁ ֵׁ֤רּוְׁהָ עָםֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁהַ ֹּ֥טֹובְׁבְׁעינֶ ִ֖יָךְׁע ֲָֽשה‬
vaiómer el-kol-israél atem tíhêyú lê'éver ejád, váaní vêíonatán bêní, níhêiéh
lê'éver ejád; vaiómêrú ha'am el-shaúl, hatóv bê'einéja 'aséh.

Entonces dijo a todo Israel: –Vosotros os pondréis a un lado; mi hijo


Iehonatán [Jonatán] y yo nos pondremos al otro. El pueblo respondió a Shaúl
[Saúl]: –Haz lo que te parezca bien.
(41)
ְׁ‫לְׁהַ֣בָ הְׁתָ ִ ָ֑מיםְׁוַיִ לָכָ֧דְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֛תן‬
ָ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ִ֗אּולְׁאֶ ל־יהוָ ַ֛הְׁאֱלהֹּ֥יְׁיִ ש ָר ִ֖א‬
:ְׁ‫וְׁשָ ִ֖אּולְׁוְׁהָ עָ ֹּ֥םְׁי ָ ָָֽצאּו‬
vaiómer shaúl el-Adonai elohéi israél hávah tamím; vailajéd íonatán vêshaúl
vêha'ám iatzáu .

Shaúl [Saúl] dijo al Eterno Elohim de Israel: –Concédenos un resultado


perfecto. Fueron tomados Iehonatán [Jonatán] y Shaúl [Saúl], y el pueblo salió
libre.
(42)
:‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔אּולְׁהַ ָּ֕ ִפילּוְׁב ָּ֕ ִיניְּׁובִ֖יןְׁיָֽ ֹונ ָ ַָ֣תןְׁבְׁ ִנָ֑יְׁוַיִ לָכִ֖דְׁיָֽ ֹונ ָ ָָֽתן‬
vaiómer shaúl, hapílu beiní uvéin íonatán bêní; vailajéd íonatán.

Luego dijo Shaúl [Saúl]: –Haced el sorteo entre mi hijo Iehonatán [Jonatán] y
yo. Y fue tomado Iehonatán [Jonatán].
(43)
ְׁ‫הְׁליְׁ ֶ ַ֣מהְׁע ִ ָָ֑שיתָ הְׁ ַו ַיגֶד־לַ֣ ֹוְׁיָֽ ֹונ ִ֗ ָָתן‬
ִ֖ ִ ָ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־יַ֣ ֹונ ֵ֔ ָָתןְׁהַ ִגֹּ֥יד‬
ְׁ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩טָ עִֹ֨ םְׁטָ ַָ֜עמ ִתיְׁבִ ק ִ֨צהְׁהַ מַ ֶ ָ֧טהְׁאֲ שֶ ר־בְׁי ִ ַָ֛דיְׁמְׁעַ ֹּ֥טְׁדְׁ ַבִ֖שְׁהִ ְׁנ ִנֹּ֥י‬
‫ ס‬:‫אָ ָֽמּות‬
vaiómer shaul el-íonatán, hagídah lí méh 'asítah; vaiaged-ló íonatán vaiomer
ta'óm ta'ámti biqtzéh hamatéh asher-bêiadí mê'át dêvásh hinêní amút.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a Iehonatán [Jonatán]: –Declárame: ¿Qué has


hecho? Iehonatán [Jonatán] se lo declaró diciendo: –Es verdad que probé un

225
14 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

poco de miel con la punta de la vara que llevaba en mi mano. Heme aquí;
moriré.
(44)
:ְׁ‫י־מֹותְׁתָ ִ֖מּותְׁיָֽ ֹונ ָ ָָֽתן‬
ֹּ֥ ִ‫הְׁיֹוסףְׁכ‬
ָ֑ ִ ‫ֱלהיםְׁוְׁ ַ֣ ֹכ‬
ִ֖ ִ ‫ּולְׁכה־ ַיע ֶ ֲֹּ֥שהְׁא‬
ֹ ָֽ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔א‬
vaiómer shaúl, kóh-ia'aséh elohím vêjóh iosíf; ki-mót tamút íonatán .

Shaúl [Saúl] respondió: –¡Así me haga Elohim y aun me añada, que morirás
irremisiblemente, Iehonatán [Jonatán]!
(45)
ְׁ‫ֲשרְׁ ֶ֠ ָעשָ הְׁהַ ישּו ִָ֨עה‬ ַ֣ ֶ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁהָ ָָ֜עםְׁאֶ ל־שָ ִ֗אּולְׁהֲֽיֹונ ָ ֵָׁ֤תןְׁ׀ְׁיָמּותֹ֙ ְׁא‬
ְׁ ֹ֙‫לְׁמ ַ ָֽשע ַ ֲֵׁ֤רתְׁר ֹאשֹו‬
ִ ‫ְׁאם־יִ ָׁ֞ ֹפ‬ ִ ֹ֙‫הַ גְׁדֹולָ ַ֣הְׁהַ ז ֹאת֮ ְׁבְׁיִ ש ָראלְׁ֒חָ לִִ֗ ילָהְׁחַ י־יהוָה‬
ְׁ‫ָשהְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ זֶ ָ֑הְׁוַיִ פ ֹּ֥דּוְׁהָ עָ ַ֛םְׁאֶ ת־יָֽ ֹונ ָ ִָ֖תן‬ ִ֖ ָ ‫ֱלהיםְׁע‬
ֹּ֥ ִ ‫ֵ֔ ַארצָ הְׁ ִ ָֽכי־עִ ם־א‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֹא־מת‬ ָֽ ‫וְׁל‬
vaiómer ha'ám el-shaúl háionatán | iamut ashér 'ásah haishu'áh hagêdoláh
hazot bêisrael jalílah jai-Adonai im-ipól misá'arát roshó ártzah, kí-'im-elohím
'asáh haióm hazéh; vaifdú ha'ám et-íonatán vêlo-mét .

Pero el pueblo preguntó a Shaúl [Saúl]: –¿Ha de morir Iehonatán [Jonatán], el


que ha logrado esta gran victoria en Israel? ¡Que no sea así! ¡Vive el Eterno,
que no caerá a tierra ni un cabello de su cabeza, porque hoy ha actuado con
Elohim! Así el pueblo libró a Iehonatán [Jonatán], y éste no murió.
(46)
:‫קֹומם‬
ָֽ ָ ‫יםְׁהלְׁכֹּ֥ ּוְׁלִ מ‬
ָֽ ָ ‫וַיַ ַ֣ ַעלְׁשָ ֵ֔אּולְׁמ ַ ָֽאח ֲִ֖ריְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְּׁופלִ ש ִ ִ֖ת‬
vaiá'al shaúl, meájaréi pêlishtím; uflishtím hálêjú limqomám.

Shaúl [Saúl] dejó de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su


lugar.
(47)
ְׁ‫יבְׁ׀ְׁבכְׁל־אֹ י ֡ ָביו‬
ְָֽׁ ‫וְׁשָ ַ֛אּולְׁלָכַ ֹּ֥דְׁהַ מְׁלּוכָ ִ֖הְׁעַל־יִ ש ָר ָ֑אלְׁוַיִ לָ ַ֣חֶ םְׁסָ ִ ַ֣ב‬
ְׁ‫ֹוןְּׁובאֱדָ֜ ֹוםְּׁובמַ לכֵׁ֤יְׁצֹובָ הֹ֙ ְּׁובַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְּׁוב ֹּ֥ ֹכל‬
ָֽ ֶ ‫מֹואבְׁ׀ְּׁובִ בנָֽי־ע ִַ֨מ‬ ַ֣ ָ ְׁ‫ב‬
:ַ‫אֲשֶ ר־יִ פנֶ ִ֖הְׁיַר ִ ָֽשיע‬
vêshaúl lajád hamêlujáh 'al-israél; vailájem savív | bêjol-oiváv bêmoáv |
uvivnéi-'amón uvéedóm uvmaljéi tzovah uvapêlishtím, uvjól asher-ifnéh
iarshí'a.

Cuando Shaúl [Saúl] empezó a ejercer el reinado sobre Israel, hizo la guerra
contra todos sus enemigos de alrededor: contra Moab, contra los hijos de
Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba y contra los filisteos. A
dondequiera que se dirigía era vencedor.

226
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 14

(48)
‫ פ‬:‫לְׁמיַ ֹּ֥דְׁשֹ ָֽסהּו‬
ִ ‫ַשְׁחיִ לְׁוַיַ ְִֶ֖֣ךְׁאֶ ת־עֲמָ לָ֑קְׁ ַויַצֹּ֥לְׁאֶ ת־יִ ש ָר ִ֖א‬
ַ ֵ֔ ‫וַיַ ַ֣ע‬
vaiá'as jáil, vaiáj et-'amaléq; vaiatzél et-israél miád shoséhu.

Combatió con valentía y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los que
lo saqueaban.
(49)
ְׁ‫יוְׁשם‬ ָ֑ ִ‫ו ִ ַָֽיהיּוֹ֙ ְׁבְׁנַ֣יְׁשָ ֵ֔אּולְׁיָֽ ֹונ ָ ָֹּ֥תןְׁוְׁיִ ש ִ ִ֖ויְּׁומַ לכ‬
ֵׁ֤ ‫ישּועְַׁוְׁשםֹ֙ ְׁשְׁ ַ֣תיְׁבְׁנֹ ֵ֔ ָת‬
:ְׁ‫יכל‬
ָֽ ַ ‫ִ֖הְׁמ‬
ִ ָ‫הַ בְׁכִ ָירהֹ֙ ְׁמ ַ ֵ֔רבְׁוְׁ ֹּ֥שםְׁהַ קְׁטַ נ‬
vaíhyú bênéi shaúl, íonatán vêishví umalkishú'a; vêshem shêtéi vênotáv, shém
habêjirah meráv, vêshém haqêtanáh mijál .

Los hijos de Shaúl [Saúl] eran: Iehonatán [Jonatán], Isvi y Malquisúa. Los
nombres de sus dos hijas eran: el de la mayor Merab, y el de la menor Mical.
(50)
ְׁ‫ימעַץְׁוְׁ ֵׁ֤שםְׁשַ ר־צְׁבָ אֹוֹ֙ ְׁאֲבִ ֵ֔ינר‬
ָ֑ ָ ִ‫ְׁאשֶ תְׁשָ ֵ֔אּולְׁאֲחִ ִ֖ ֹינעַםְׁבַ ת־אֲח‬ַ֣ ֹ֙‫וְׁשם‬
:‫ִ֖רְׁדֹודְׁשָ ָֽאּול‬
ֹּ֥ ‫בֶ ן־נ‬
vêshem éshet shaúl, ajinó'am bat-ajimá'atz; vêshém sar-tzêvaó avinér, ben-nér
dód shaúl.

El nombre de su mujer era Ajinoam hija de Ajimaas. El nombre del jefe de su


ejército era Abner hijo de Ner, tío de Shaúl [Saúl].
(51)
‫ ס‬:‫יאל‬
ָֽ ִ‫וְׁ ִ ָ֧קישְׁא ִ ֲָֽבי־שָ ַ֛אּולְׁוְׁנֹּ֥רְׁא ִ ֲָֽבי־אַ בנִ֖רְׁבֶ ן־אֲב‬
vêqísh aví-shaúl vênér aví-avnér ben-aviél.

Quis, padre de Shaúl [Saúl], y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.
(52)
ְׁ‫יםְׁכלְׁיְׁ ַ֣מיְׁשָ ָ֑אּולְׁוְׁ ָר ִ֨ ָאהְׁשָ ָ֜אּול‬
ֹ ִ֖ ‫וַתְׁ ִ ֵׁ֤היְׁהַ ִמלחָ מָ הֹ֙ ְׁ ֲחז ָ ַָ֣קהְׁעַל־פְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
‫ פ‬:‫ן־חיִ לְׁו ַַיָֽאַ ספִ֖הּוְׁא ָ ָֽליו‬
ַ ֵ֔ ֶ‫ל־אישְׁגִ בֹורֹ֙ ְׁוְׁכְׁל־ב‬ֵׁ֤ ִ ְׁ‫כ‬
vatêhí hamiljamah jazaqáh 'al-pêlishtím, kól iêméi shaúl; vêraáh shaúl kol-ísh
gibor vêjol-ben-jáil, vaiáasféhu eláv.

Había guerra encarnizada contra los filisteos durante todo el tiempo de Shaúl
[Saúl]. Cuando Shaúl [Saúl] veía algún hombre valiente o esforzado, lo añadía
a los suyos.

227
15 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 15


(1)
‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁאֹ ִ֨ ִתיְׁשָ לַ ֵׁ֤חְׁיהוָהֹ֙ ְׁלִ מ ָ ָֽשחְָׁךַ֣ ְׁלְׁ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁעַל־‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫ֹולְׁדב ֹּ֥ריְׁי‬
ִ ‫ע ִַ֖מֹוְׁעַל־יִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁע ָ ַַ֣תהְׁשְׁ ֵ֔ ַמעְׁלְׁ ִ֖ק‬
vaiómer shêmuel el-shaúl, otí shaláj Adonai limshájojá lêmélej, 'al-'amó 'al-
israél; vê'atáh shêmá', lêqól divréi Adonai .

Shemuel [Samuel] dijo a Shaúl [Saúl]: –el Eterno me envió para ungirte como
rey de su pueblo Israel. Escucha, pues, ahora las palabras del Eterno.
(2)
ְׁ‫ָשהְׁעֲמָ לִ֖קְׁלְׁיִ ש ָר ָ֑אל‬
ֹּ֥ ָ ‫יְׁאתְׁאֲשֶ ר־ע‬ ַ֛ ‫ֵׁ֤ ֹכהְׁאָ מַ רֹ֙ ְׁיהוָ ַ֣הְׁצְׁבָ ֵ֔אֹותְׁפ ָּ֕ ַָקד ִת‬
:ְׁ‫ֹוְׁמ ִמצ ָ ָֽריִ ם‬
ִ ‫ֲלת‬ ִ֖ ‫ְךְׁבע‬ָֽ ַ ‫ר־שםְׁלֹוֹ֙ ְׁבַ ֵ֔ ֶד ֶר‬
ֹּ֥ ָ ֶ‫אֲש‬
kóh amar Adonai tzêvaót, paqádti ét asher-'asáh 'amaléq lêisraél; asher-sám ló
badérej, bá'alotó mimitzráim .

Así ha dicho el Eterno de los Ejércitos: 'Yo castigaré a Amalec por lo que hizo
a Israel, porque se le opuso en el camino cuando subía de Egipto.
(3)
ְׁ‫ר־לֹוְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹא‬
ֵ֔ ֶ‫יתהְׁאֶ ת־עֲמָ ִ֗לקְׁוְׁ ַ ָֽהח ֲַרמתֶ םֹ֙ ְׁאֶ ת־כְׁל־אֲש‬ָ ָ֜ ִ‫ְׁ֩לְךְׁוְׁהִ כ‬
ִ֨ ‫עַתָ ה‬
‫קְׁמ ַ֣שֹורְׁוְׁעַד־‬ ִ ‫ַד־יֹונ‬
ֵ֔ ‫הְׁמעֹ ללְֹׁ֙וְׁע‬
ָֽ ִָ֗‫ַד־אש‬
ִ ‫תַ חמִֹ֖ לְׁעָלָ ָ֑יוְׁוְׁ ָֽהמַ ָׁ֞ ָתהְׁמ ִ ַ֣אישְׁע‬
‫ ס‬:‫הְׁמג ָ ִָ֖מלְׁוְׁעַד־ח ֲָֽמֹור‬ִ ֵֶ֔‫ש‬
'atah léj vêhikitáh et-'amaléq vêhájaramtem et-kol-asher-ló, vêló tajmól 'aláv;
vêhématáh meísh 'ad-isháh mé'olel vê'ad-ionéq, mishór vê'ad-séh, migamál
vê'ad-jamór.

Ve ahora y ataca a Amalec; destruye completamente todo lo que le pertenece.


No le perdones la vida; mata a hombres y mujeres, a niños y bebés, vacas y
ovejas, camellos y asnos.'
(4)
ְׁ‫ֶףְׁרג ִ ָ֑לי‬
ַ ‫םְׁאל‬ ֹּ֥ ַ ָ‫םְׁוֶָֽ֣יִ פקְׁדםֹ֙ ְׁבַ טְׁל ִֵָ֔איםְׁמ‬
ִ֖ ֶ ִ‫אתי‬ ַ ‫וַישַ ַ ֵׁ֤מעְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ת־הָ ֵָ֔ע‬
:‫הּודה‬ָֽ ָ ְׁ‫ת־אישְׁי‬ ֹּ֥ ִ ֶ‫ַ ָֽוע ֶ ֲֹּ֥ש ֶרתְׁ ֲאל ִ ִָ֖פיםְׁא‬
vaishamá' shaul et-ha'ám, váifqêdem batêlaím, matáim élef raglí; vá'aséret
alafím et-ísh iêhudáh.

Shaúl [Saúl] convocó a la gente y les pasó revista en Telaim: 200000 de


infantería más 10000 hombres de Iehudá [Judá].
(5)
:‫ַד־עירְׁעֲמָ לָ֑קְׁוַיָ ִ֖ ֶֶ֣רבְׁבַ ָנָֽחַ ל‬
ַ֣ ִ ‫ַו ָי ֹּ֥ב ֹאְׁשָ ִ֖אּולְׁע‬
228
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 15

vaiavó shaúl 'ad-'ír 'amaléq; vaiárev banájal.

Shaúl [Saúl] fue a la ciudad de Amalec y puso una emboscada en el arroyo.


(6)
ְׁ ֹ֙‫ּוְׁמ ַ֣תֹוְךְׁע ָ ֲָֽמל ִ֗ ִקיְׁפֶן־אָֹֽ ִספָך‬
ִ ָ֜‫רּוְׁרד‬
ְׁ ‫ְׁ֩ס‬ִ֨ ‫ּולְׁאל־הַ ק ֡ ִיניְׁלְׁכּו‬
ָֽ ֶ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ַ֣א‬
ְׁ‫םְׁמ ִמצ ָ ָ֑ריִ ם‬
ִ ‫ֲלֹות‬
ִ֖ ָ ‫הְׁחסֶ דֹ֙ ְׁעִ ם־כְׁל־בְׁנַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁ ַ ָֽבע‬
ֶ ִ֨ ‫ית‬
ָֽ ָ ‫עִ ֵ֔מֹוְׁוְׁאַ ָׁ֞ ָתהְׁע ִ ֵָׁ֤ש‬
:‫ִ֖יְׁמ ֹּ֥תֹוְךְׁעֲמָ ָֽלק‬
ִ ‫וַיָ ֹּ֥סַ רְׁק ִינ‬
vaiómer shaúl él-haqeiní lêjú súru rêdú mitój 'amáleqí pen-ósifjá 'imó, vêatáh
'asítáh jésed 'im-kol-bênéi israél, bá'alotám mimitzráim; vaiásar qeiní mitój
'amaléq.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a los queneos: –Idos, apartaos y salid de en medio
de los amalequitas, no sea que yo os destruya juntamente con ellos; porque
vosotros tuvisteis misericordia de todos los Hijos de Israel cuando subían de
Egipto. Entonces los queneos se apartaron de en medio de los amalequitas.
(7)
:‫ֹּ֥יְׁמצ ָ ָֽריִ ם‬
ִ ‫ֲשרְׁעַל־פְׁנ‬
ִ֖ ֶ ‫ְׁשּורְׁא‬
ֵ֔ ַ֣‫ָ֑קְׁמחֲוִ ילָהֹ֙ ְָֽׁבֹואֲָך‬
ָֽ ‫וַיַ ְֶֹּ֥֣ךְׁשָ ִ֖אּולְׁאֶ ת־עֲמָ ל‬
vaiáj shaúl et-'amaléq; méjavilah bóajá shúr, ashér 'al-pênéi mitzráim.

Y Shaúl [Saúl] derrotó a los amalequitas desde Havila hasta las inmediaciones
de Shur, al este de Egipto.
(8)
:‫י־ח ֶרב‬
ָֽ ָ ִ‫ִ֖םְׁהח ִ ֱֹּ֥ריםְׁלְׁפ‬
ָֽ ֶ ָ‫ִ֖קְׁחָ֑יְׁוְׁאֶ ת־כְׁל־הָ ע‬ ָֽ ֶ ַ‫וַיִ ת ַ֛ ֹפשְׁאֶ ת־אֲג‬
ָ ‫ֹּ֥גְׁמלְֶך־עֲמָ ל‬
vaitpós et-agág mélej-'amaléq jái; vêet-kol-ha'ám héjerím lêfi-járev.

Capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y destruyó a filo de espada a todo el


pueblo.
(9)
ְׁ‫יטבְׁהַ צ ֹאןְׁ֩וְׁהַ בָ ִ֨ ָקרְׁוְׁהַ ִמש ִנֵׁ֤ים‬ ַ֣ ַ ‫ַויַחמֹ לְׁ֩שָ ִ֨אּולְׁוְׁהָ ָָ֜עםְׁעַל־ ֲא ִ֗ ָגגְׁוְׁעַל־מ‬
ְׁ‫ימםְׁוְׁכְׁל־הַ מְׁלָאכָ ַ֛ה‬ ָ֑ ָ ‫ּוְׁהח ֲִר‬
ָֽ ַ ‫וְׁעַל־הַ כ ִָריםֹ֙ ְׁוְׁעַל־כְׁל־הַ ֵ֔טֹובְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאָ ִ֖ב‬
‫ פ‬:‫נְׁ ִמבזָ ֹּ֥הְׁוְׁנ ִָ֖מסְׁאֹ ָ ֹּ֥תּהְׁ ֶ ָֽהח ִ ֱָֽרימּו‬
vaiajmol shaúl vêha'ám 'al-agág vê'al-meitáv hatzon vêhabaqár vêhamishním
vê'al-hakarim vê'al-kol-hatóv, vêló avú hájarimám; vêjol-hamêlajáh nêmivzáh
vênamés otáĥ héjerímu.

Sin embargo, Shaúl [Saúl] y el pueblo perdonaron la vida a Agag, a lo mejor


de las ovejas y de las vacas, de los animales engordados, de los carneros y de
todo lo bueno, lo cual no quisieron destruir. Pero destruyeron todo lo
despreciable y sin valor.

229
15 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(10)
:ְׁ‫מּואלְׁלאמָֹֽ ר‬
ִ֖ ְׁ‫ַוֶָֽ֣יהִ יֹ֙ ְׁדְׁבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְׁאֶ ל־ש‬
váihí dêvar-Adonai, el-shêmuél lemór .

Entonces el Eterno habló a Shemuel [Samuel] diciendo:


(11)
ְׁ‫ְׁמאַ ח ַ ֲֵ֔ריְׁוְׁאֶ ת־דְׁבָ ַ ִ֖רי‬
ָֽ ֹ֙‫יְׁכי־הִ מלַ ֵׁ֤כ ִתיְׁאֶ ת־שָ אּולְֹׁ֙לְׁ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁכִ י־שָ ב‬
ָֽ ִ ‫נִ ִ֗ ַחמ ִת‬
:ְׁ‫מּואלְׁוַיִ זעַ ֹּ֥קְׁאֶ ל־יהוָ ִ֖הְׁכְׁל־הַ ָ ָֽליְׁלָה‬
ֵ֔ ‫ַ֣ל ֹאְׁה ִ ָ֑קיםְׁו ִִַ֨יחַ רֹ֙ ְׁלִ ש‬
nijámti kí-himlájti et-shaul lêmélej, ki-shav méajarái, vêet-dêvarái ló heqím;
vaíjar lishmuél, vaiz'áq el-Adonai kol-haláiêlah .

–Me pesa haber puesto a Shaúl [Saúl] como rey, porque se ha apartado de mí
y no ha cumplido mis palabras. Shemuel [Samuel] se apesadumbró y clamó al
Eterno toda aquella noche.
(12)
‫רְׁבא־‬
ָֽ ָ ִֹ֗‫מּואלְׁלאמ‬ָ֜ ‫מּואלְׁלִ ק ַ ֹּ֥ראתְׁשָ ִ֖אּולְׁבַ בָֹ֑ קֶ רְׁוַי ִ֨ ַגדְׁלִ ש‬ ַ֛ ְׁ‫ַויַשכָ֧םְׁש‬
:‫שָ ֵׁ֤אּולְׁהַ כַר ִ֨ ֶמלָהֹ֙ ְׁוְׁהִ ִ֨נהְׁמַ ִ ֹּ֥ציבְׁלֹוֹ֙ ְׁ ֵָ֔ידְׁוַיִ סֹ בֹ֙ ְַׁוֶָֽ֣ ַיע ֵ֔ ֲֹברְׁוַיִ֖ ֶֶ֣רדְׁהַ גִ ל ָגָֽל‬
vaiashkém shêmuél liqrát shaúl babóqer; vaiugád lishmuél lemór bá-shaúl
hakarmélah vêhinéh matzív ló iád, vaisov váia'avór, vaiéred hagilgál.

Shemuel [Samuel] madrugó para ir a encontrarse con Shaúl [Saúl] por la


mañana, y le avisaron a Shemuel [Samuel] diciendo: –Shaúl [Saúl] se fue a
Carmel, y he aquí que se erigió un monumento. Cuando volvió, prosiguió y
descendió a Gilgal.
(13)
ְׁ‫ְׁליה ֵ֔ ָוה‬
ָֽ ַ ֹ֙‫מּואלְׁאֶ ל־שָ ָ֑אּולְׁ ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁלַ֣ ֹוְׁשָ ִ֗אּולְׁבָ ֵׁ֤רּוְךְׁאַ תָ ה‬ ִ֖ ְׁ‫ַו ָי ֹּ֥ב ֹאְׁש‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫הֲקִ ימִֹ֖ ִתיְׁאֶ ת־דְׁ ְַֹּׁ֥ברְׁי‬
vaiavó shêmuél el-shaúl; vaiómer ló shaúl barúj atah láAdonai, haqimóti et-
dêvár Adonai .

Shemuel [Samuel] vino a Shaúl [Saúl], y Shaúl [Saúl] le dijo: –¡el Eterno te
bendiga! He cumplido la palabra del Eterno.
(14)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫הְׁקֹול־הַ ֹּ֥צ ֹאןְׁהַ זֶ ִ֖הְׁבְׁ ְׁאזנָ ָ֑יְׁוְׁ ַ֣קֹולְׁהַ בָ ֵ֔ ָקרְׁא‬
ָֽ ‫ּומ‬
ַ֛ ֶ ְׁ‫מּואל‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
:ַ‫ָ ָֽאנֹ ִ ִ֖כיְׁשֹ ָֽמע‬
vaiómer shêmuél, uméh qól-hatzón hazéh bêoznái; vêqól habaqár, ashér ánojí
shomé'a.

Shemuel [Samuel] preguntó: –Entonces, ¿qué es ese balido de ovejas en mis


oídos y el mugido de vacas que oigo?
230
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 15

(15)
ְׁ ֹ֙‫יטבְׁהַ צ ֹאן‬
ֵׁ֤ ַ ‫יאּוםְׁאֲשִֶ֨ רְׁחָ ַ ֵׁ֤מלְׁהָ עָםֹ֙ ְׁעַל־מ‬
ִ֗ ִ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁמע ָ ֲָֽמל ִ ַ֣קיְׁהֱב‬
‫ פ‬:ְׁ‫רְׁהח ַ ֱָֽרמנּו‬
ָֽ ֶ ‫יֹות‬
ִ֖ ַ‫ֱלהָ֑יָךְׁוְׁאֶ ת־ה‬ ֶ ‫ְׁליהוָ ַ֣הְׁא‬ ָֽ ַ ַ‫וְׁהַ בָ ֵ֔ ָקרְׁלְׁ ַ ֹּ֥מעַןְׁזְׁבִֹ֖ ח‬
vaiómer shaúl me'amáleqí heviúm ashér jamál ha'am 'al-meitáv hatzon
vêhabaqár, lêmá'an zêvóaj láAdonai elohéja; vêet-haiotér héjerámnu .

Shaúl [Saúl] respondió: –Las han traído de Amalec. El pueblo perdonó la vida
a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Eterno
tu Elohim. Pero lo demás lo destruimos.
(16)
ְׁ‫רְׁד ֶבָ֧רְׁיהוָ ַ֛ה‬
ִ ִֶ֨‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁהִֶ֚ ֶרףְׁוְׁאַ ִגַ֣ידָ הְׁלְׁ ֵָ֔ךְׁאתְׁ֩אֲש‬
‫ ס‬:ְׁ‫אלַ ִ֖יְׁהַ לָ ָ֑ילָהְׁויאמרוְׁ( ַו ֹּ֥י ֹאמֶ ר)ְׁלִ֖ ֹוְׁדַ ָֽבר‬
vaiómer shêmuel el-shaúl, héref vêagídah lêjá, et ashér dibér Adonai elái
haláilah; vymrv (vaiómer) ló dabér .

Entonces Shemuel [Samuel] dijo a Shaúl [Saúl]: –¡Basta! Voy a declararte lo


que el Eterno me dijo anoche: Shaúl [Saúl] le dijo: –Dilo.
(17)
ְׁ‫ֹואְׁאם־קָ טֵֹׁ֤ ןְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁבְׁעי ֵֶ֔ניָךְׁ ַ֛ר ֹאשְׁ ִשב ֹּ֥טיְׁיִ ש ָר ִ֖אל‬
ִ ‫מּואלְׁה ֲִ֗ל‬ ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
:ְׁ‫ָ ָ֑אתָ הְׁוַיִ מ ָ ָֽשחֲָךָ֧ ְׁיהוָ ַ֛הְׁלְׁ ֶ ִ֖מלְֶךְׁעַל־יִ ש ָר ָֽאל‬
vaiómer shêmuél, haló im-qatón atah bê'einéja, rósh shivtéi israél átah;
vaimshájajá Adonai lêmélej 'al-israél .

Shemuel [Samuel] dijo: –Aunque eras insignificante ante tus propios ojos, ¿no
fuiste hecho cabeza de las tribus de Israel? ¿No te ha ungido el Eterno como
rey sobre Israel?
(18)
ָֽ ַ ֶ‫וַיִ ש ָ ָֽלחֲָךֹּ֥ ְׁיהוָ ִ֖הְׁבְׁ ָ ָ֑ד ֶרְךְׁ ַו ִ֗י ֹאמֶ רְׁלְַ֣ךְׁוְׁ ַ ָֽהח ֲַרמ ָׁ֞ ָתהְׁא‬
‫ת־החַ טָ ִאיםֹ֙ ְׁאֶ ת־‬
:ְׁ‫ַלֹותםְׁאֹ ָ ָֽתם‬ ִ֖ ָ ‫עֲמָ ֵ֔לקְׁוְׁנִ לחַ מ ָ ַ֣תְׁבֵ֔ ֹוְׁעַ ֹּ֥דְׁכ‬
vaishlájajá Adonai bêdárej; vaiómer léj vêhájaramtáh et-hájataim et-'amaléq,
vêniljamtá vó, 'ád kalotám otám .

El Eterno te ha encomendado una misión y te ha dicho: 'Ve y destruye


completamente a esos pecadores de Amalec. Hazles la guerra hasta que los
extermines.'
(19)
ְׁ‫וְׁלָ ֹּ֥מָ הְׁ ָֽל ֹא־שָ ַ ִ֖מעתָ ְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיהוָ ָ֑הְׁו ִ֨ ַַתעַטֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ שָ ֵָ֔ללְׁו ַ ַֹּ֥תעַשְׁהָ ַ ִ֖רעְׁבְׁעינֹּ֥י‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫י‬

231
15 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêlámah ló-shamá'ta bêqól Adonai; vatá'at el-hashalál, vatá'as hará' bê'einéi


Adonai .

¿Por qué, pues, no has obedecido la voz del Eterno? ¿Por qué te lanzaste sobre
el botín e hiciste lo malo ante los ojos del Eterno?
(20)
ְׁ‫הְׁוָֽא ָּ֕לְךְׁבַ ֶ ִ֖ד ֶרְך‬
ָ ‫ֲשרְׁשָ ִ֨ ַמע ִתיֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיה ֵ֔ ָו‬ֵׁ֤ ֶ ‫מּואלְׁא‬
ִ֗ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ל־ש‬
ְׁ‫ְׁמלְֶךְׁעֲמָ ֵ֔לקְׁוְׁאֶ ת־עֲמָ לִ֖ק‬ ַ֣ ֶ ֹ֙‫ָ֑הְׁוָֽאָ ִִ֗ביאְׁאֶ ת־ ֲאגַג‬
ָ ָ‫אֲשֶ ר־שְׁל ַָחַ֣נִ יְׁיהו‬
:ְׁ‫ֶ ָֽהח ַ ֱָֽרמ ִתי‬
vaiómer shaúl el-shêmuél ashér shamá'tí bêqól Adonai, váeléj badérej asher-
shêlajáni Adonai; váaví et-agag mélej 'amaléq, vêet-'amaléq héjerámti .

Shaúl [Saúl] respondió a Shemuel [Samuel]: –He obedecido la voz del Eterno
y fui a la misión que el Eterno me encomendó. He traído a Agag, rey de
Amalec, y he destruido completamente a los amalequitas.
(21)
ְׁ‫ְׁליהוָ ֹּ֥ה‬
ָֽ ַ ַ‫אשיתְׁהַ ח ֶָ֑רםְׁלִ זבַֹ֛ ח‬ ָֽ ָ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁהָ ע‬
ַ֣ ִ ‫ָ֧םְׁמהַ שָ לָ ַ֛לְׁ ֹּ֥צ ֹאןְּׁובָ ָ ִ֖קרְׁר‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֱלהִ֖יָךְׁבַ גִ ל ָגָֽל‬
ֶ ‫א‬
vaiqáj ha'ám méhashalál tzón uvaqár reshít hajérem; lizbóaj láAdonai elohéja
bagilgál .

Pero el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor del anatema, para
sacrificarlas al Eterno tu Elohim en Gilgal.
(22)
ְׁ‫ֶץְׁליהוָהֹ֙ ְׁבְׁעֹ לַ֣ ֹותְּׁוזבָ ִֵ֔חיםְׁכִ שמִֹ֖ עְַׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיהוָ ָ֑ה‬
ָֽ ַ ‫מּואלְׁהַ ֵׁ֤חפ‬ִ֗ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
:ְׁ‫ילים‬
ָֽ ִ ‫חְׁטֹובְׁלְׁהַ ק ִ ִ֖שיבְׁמ ֹּ֥חלֶבְׁא‬ ֵ֔ ַ‫ְׁמזֶ ַ֣ב‬
ִ ‫הִ נֵׁ֤הְׁשְׁמִֹ֨ ֹ֙ ַע‬
vaiómer shêmuél hajéfetz láAdonai bê'olót uzvajím, kishmó'a bêqól Adonai;
hinéh shêmó'á mizévaj tóv, lêhaqshív mejélev eilím .

Entonces Shemuel [Samuel] preguntó: –¿Se complace tanto el Eterno en los


holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea
obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención es mejor que el sebo de los carneros.
(23)
ְׁ‫ְׁמ ִריְׁוְׁ ָ ֹּ֥אוֶןְּׁות ָר ִ ִ֖פיםְׁהַ פ ַצָ֑רְׁ ִַ֗יעַןְׁמָ ִ֨ ַאס ָֹ֙תְׁאֶ ת־דְׁ ַבַ֣ר‬
ֶ ֵ֔ ֹ֙‫את־קסֶ ם‬
ֶ ִ֨ ַ‫ִ ֵׁ֤כיְׁחַ ט‬
‫ ס‬:ְׁ‫ְׁמ ֶ ָֽמלְֶך‬ ִ ִ֖‫יה ֵ֔ ָוהְׁוַיִ מ ָ ָֽאסְָׁך‬
kí jatat-qésem méri, vêáven utrafím haftzár; iá'an maástá et-dêvár Adonai,
vaimásêjá mimélej .

232
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 15

Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como


la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno,
él también te ha desechado a ti, para que no seas rey.
(24)
‫ת־פי־יהוָ ִ֖הְׁוְׁאֶ ת־‬
ָֽ ִ ֶ‫יְׁכי־ע ַָבֹּ֥ר ִתיְׁא‬
ָֽ ִ ‫את‬ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ֵׁ֤אּולְׁאֶ ל־שְׁמּואלְֹׁ֙חָ ֵ֔ ָט‬
:ְׁ‫קֹולם‬
ָֽ ָ ְׁ‫םְׁוָֽאֶ ש ַ ִ֖מעְׁב‬
ָ ‫אתיֹ֙ ְׁאֶ ת־הָ ֵָ֔ע‬
ִ ‫יָךְׁכיְׁי ִָ֨ר‬
ֵׁ֤ ִ ‫דְׁבָ ֶ ָ֑ר‬
vaiómer shaúl el-shêmuel jatáti, kí-'avárti et-pí-Adonai vêet-dêvaréja; kí iarétí
et-ha'ám, váeshmá' bêqolám .

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a Shemuel [Samuel]: –Yo he pecado; porque he


quebrantado el mandamiento del Eterno y tus palabras, temiendo al pueblo y
accediendo a su voz. Perdona, por favor, mi pecado,
(25)
:ְׁ‫יהוָֽה‬
ָ ‫ִ֖הְׁל‬
ָֽ ַ ֶ‫אתיְׁוְׁ ַ֣שּובְׁעִ ִֵ֔מיְׁוְׁ ֶ ָֽאשְׁתַ חֲו‬
ָ֑ ִ ָ‫הְׁשאְׁנָ ִ֖אְׁאֶ ת־חַ ט‬
ֹּ֥ ָ ‫וְׁע ָּ֕ ַָת‬
vê'atáh sá ná et-jatatí; vêshúv 'imí, vêéshêtajavéh láAdonai .

y vuelve conmigo para que yo adore al Eterno.


(26)
ְׁ‫ְךְׁכיְׁמָ ִ֨ ַאסתָ הֹ֙ ְׁאֶ ת־דְׁ ַבַ֣ר‬
ֵׁ֤ ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאָ ִ֖שּובְׁעִ ָ ָ֑מ‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֹותְׁמלְֶךְׁעַל־יִ ש ָר ָֽאל‬ ִ֖ ֶ ֹּ֥‫הְׁמהְׁי‬ ָֽ ִ ‫יה ֵ֔ ָוהְׁוַיִ מ ָ ָֽאסְָׁךַ֣ ְׁיה ֵ֔ ָו‬
vaiómer shêmuel el-shaúl, ló ashúv 'imáj; kí maástah et-dêvár Adonai,
vaimásêjá Adonai, míhêíot mélej 'al-israél .

Pero Shemuel [Samuel] respondió a Shaúl [Saúl]: –No volveré contigo,


porque has desechado la palabra del Eterno, y el Eterno te ha desechado a ti,
para que no seas rey sobre Israel.
(27)
‫ ס‬:‫מּואלְׁלָלֶ ָ֑ כֶתְׁו ַ ַָֽיחֲזֹּ֥קְׁבִ כנַף־מְׁעִ ילִ֖ ֹוְׁוַיִ קָ ַ ָֽרע‬
ִ֖ ְׁ‫וַיִ סֹֹּ֥ בְׁש‬
vaisóv shêmuél laléjet; vaiájazéq bijnaf-mê'iló vaiqará'.

Cuando Shemuel [Samuel] se volvió para marcharse, Shaúl [Saúl] se asió del
extremo de su manto, el cual se rasgó.
(28)
ְׁ‫לְׁמעָלֶ ִ֖יָך‬
ָֽ ‫הְׁאת־מַ מלְׁכָ֧ ּותְׁיִ ש ָר ַ֛א‬
ָֽ ֶ ‫מּואלְׁקָ ַ ִ֨רעְׁיה ָ֜ ָו‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאלָיוֹ֙ ְׁש‬
‫ ס‬:ְָׁ‫ֹובְׁמ ֶ ָֽמך‬
ִ ‫הַ יָ֑ ֹוםְּׁונתָ ָָּ֕נּהְׁלְׁ ָֽרעֲָךִ֖ ְׁהַ ֹּ֥ט‬
vaiómer elav shêmuél, qará' Adonai ét-mamlêjút israél mé'aléja haióm;
untanáĥ lêré'ajá hatóv miméka .

Shemuel [Samuel] le dijo: –el Eterno ha rasgado hoy de ti el reino de Israel y


lo ha dado a tu prójimo, que es mejor que tú.

233
15 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(29)
:‫םְׁהּואְׁלְׁהִ נ ָָֽחם‬
ִ֖ ‫ָ֑םְׁכיְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאָ ָ ַ֛ד‬
ַ֣ ִ ‫לְׁל ֹאְׁיְׁשַ ִ֖קרְׁוְׁ ַ֣ל ֹאְׁיִ נָח‬
ֹּ֥ ‫וְׁגַםֹ֙ ְׁנַ֣צַ חְׁיִ ש ָר ֵ֔א‬
vêgam nétzaj israél, ló iêshaqér vêló inajém; kí ló adám hú lêhinajém.

Además, la Gloria de Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque él no es


hombre para que se arrepienta.
(30)
ְׁ‫אתיְׁע ִ֗ ַָתהְׁכַבְׁ ֹּ֥דנִ יְׁנָ ַ֛אְׁנֶ ֶֹּ֥֣גֶדְׁזִקנָֽי־ע ִ ִַ֖מיְׁוְׁנֶ ֶַ֣֣גֶדְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁוְׁ ַ֣שּוב‬
ִ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁחָ ֵ֔ ָט‬
:ְׁ‫ֱלהיָך‬ ָֽ ֶ ‫יְׁליהוָ ֹּ֥הְׁא‬ ָֽ ַ ‫ִ֖ית‬ִ ‫עִ ִֵ֔מיְׁוְׁ ִ ָֽהשְׁתַ חֲו‬
vaiómer jatáti, 'atáh kabêdéni ná néged ziqnéi-'amí vênéged israél; vêshúv
'imí, vêhíshêtajavéiti láAdonai elohéja .

Y Shaúl [Saúl] respondió: –Yo he pecado; pero ahora hónrame, por favor, en
presencia de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, volviendo conmigo
para que yo adore al Eterno tu Elohim.
(31)
‫ ס‬:ְׁ‫יהוָֽה‬ ָֽ ַ ‫לְׁאח ֲַ֣ריְׁשָ ָ֑אּולְׁוַיִ ש ַ ֹּ֥תחּוְׁשָ ִ֖א‬
ָ ‫ּולְׁל‬ ָֽ ַ ‫מּוא‬
ִ֖ ְׁ‫וַיָ ֹּ֥שְׁבְׁש‬
vaiáshov shêmuél ájaréi shaúl; vaishtáju shaúl láAdonai .

Entonces Shemuel [Samuel] volvió tras Shaúl [Saúl], y Shaúl [Saúl] adoró al
Eterno.
(32)
ְׁ‫ְׁמלְֶךְׁעֲמָ ֵ֔לקְׁוַיַ֣לְֶךְׁא ֵָ֔ליוְׁאֲגַ ִ֖ג‬
ַ֣ ֶ ֹ֙‫מּואלְׁהַ ִגֵׁ֤ישּוְׁאלַיֹ֙ ְׁאֶ ת־ ֲאגַג‬ ִ֗ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
‫ ס‬:‫ִ֖ןְׁסרְׁמַ ר־הַ ָ ָֽמוֶת‬ ֹּ֥ ָ ‫ַ ָֽמעֲדַ ָ֑ ֹנתְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ ֲא ֵ֔ ָגגְׁאָ כ‬
vaiómer shêmuél hagíshu elaí et-agag mélej 'amaléq, vaiélej eláv, agág
má'adanót; vaiómer agág, ajén sár mar-hamávet.

Después Shemuel [Samuel] dijo: –¡Tráeme a Agag, rey de Amalec! Agag vino
a él alegremente, pensando: 'Ciertamente ya ha pasado la amargura de la
muerte.'
(33)
ְׁ‫ֹּ֥לְׁמנ ִ ִָ֖שים‬
ִ ַ‫ן־תשכ‬ ִ ‫רְׁשכְׁלָ ֵׁ֤הְׁנ ִָשיםֹ֙ ְׁחַ ר ֵ֔ ֶבָךְׁכ‬ִ ִֶ֨‫מּואלְׁ ַ ָֽכאֲש‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
‫ ס‬:ְׁ‫מּואלְׁאֶ ת־אֲגָ ַ֛גְׁלִ פנֹּ֥יְׁיהוָ ִ֖הְׁבַ גִ ל ָגָֽל‬
ָ֧ ְׁ‫ִא ֶ ָ֑מָךְׁוַישַ ִ֨סףְׁש‬
vaiómer shêmuél, káashér shikêláh nashim jarbéja, ken-tishkál minashím
iméja; vaishaséf shêmuél et-agág lifnéi Adonai bagilgál .

Pero Shemuel [Samuel] dijo: –¡Así como tu espada dejó sin hijos a las
mujeres, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres! Entonces Shemuel
[Samuel] descuartizó a Agag delante del Eterno, en Gilgal.

234
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 15, 16

(34)
:‫יתֹוְׁגִ בעַ ֹּ֥תְׁשָ ָֽאּול‬
ִ֖ ‫לְׁה ָר ָ ָ֑מתָ הְׁוְׁשָ ַ֛אּולְׁעָלָ ֹּ֥הְׁאֶ ל־ב‬
ָֽ ָ ‫מּוא‬
ִ֖ ְׁ‫וַיֹּ֥לְֶךְׁש‬
vaiélej shêmuél háramátah; vêshaúl 'aláh el-beitó giv'át shaúl.

Después Shemuel [Samuel] se fue a Ramá, y Shaúl [Saúl] subió a su casa en


Gabaa de Shaúl [Saúl].
(35)
ְׁ‫ֹוְׁכי־הִ תאַ בֹּ֥ל‬
ָֽ ִ ‫ֹוםְׁמֹות‬
ֵ֔ ַ֣‫מּואלְׁלִ ר ֵׁ֤אֹותְׁאֶ ת־שָ אּולְֹׁ֙עַד־י‬ ָ֜ ְׁ‫וְׁ ָֽל ֹא־י ִ֨ ַָסףְׁש‬
ְׁ‫םְׁכי־הִ מ ִ ֹּ֥ליְךְׁאֶ ת־שָ ִ֖אּולְׁעַל־יִ ש ָר ָֽאל‬
ָֽ ִ ‫ּולְׁוָֽיהוָ ַ֣הְׁנִ ֵ֔ ָח‬
ַ ‫מּואלְׁאֶ ל־שָ ָ֑א‬ ִ֖ ְׁ‫ש‬
‫פ‬:
vêló-iasáf shêmuél lirót et-shaul 'ad-íom motó, kí-hitabél shêmuél el-shaúl;
váAdonai nijám, kí-himlíj et-shaúl 'al-israél .

Hasta el día de su muerte Shemuel [Samuel] no volvió a ver a Shaúl [Saúl],


pero Shemuel [Samuel] lloraba por Shaúl [Saúl]. Y al Eterno le pesaba el
haber constituido a Shaúl [Saúl] como rey sobre Israel.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 16


(1)
ְׁ‫ּולְׁוא ֲִנַ֣י‬
ָֽ ַ ‫ְׁמתאַ בַ֣לְׁאֶ ל־שָ ֵ֔א‬ ִ ֹ֙‫מּואלְׁעַד־מָ תַ יֹ֙ ְׁאַ תָ ה‬ ִ֗ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיה ָ֜ ָוהְׁאֶ ל־ש‬
‫ְֵׁ֤ךְׁאשְׁ ָלחֲָךֹ֙ ְׁאֶ ל־‬
ָֽ ֶ ‫יוְׁממְׁלִ֖ ְךְׁעַל־יִ ש ָר ָ֑אלְׁמַ ִ֨לאְׁקַ רנְׁ ָָ֜ךְׁשִֶ֗ מֶ ןְׁוְׁל‬
ִ ‫מְׁאַ ס ֵ֔ ִת‬
:ְׁ‫יְׁמלְֶך‬ָֽ ֶ ‫ַ֛יוְׁל‬
ִ֖ ִ ָ‫יתיְׁבְׁבָ נ‬
ִ ‫י־ר ִ ָ֧א‬
ָ ‫יְׁכ‬
ָֽ ִ ‫יְׁבית־הַ לַח ִֵ֔מ‬
ָֽ ‫יִ ַ ַ֣ש‬
vaiómer Adonai el-shêmuél 'ad-mataí atah mitabél el-shaúl, váaní mêastív,
mimêlój 'al-israél; malé qarnêjá shémen vêléj éshêlajajá el-ishái béit-halajmí,
kí-raíti bêvanáv lí mélej .

Entonces el Eterno dijo a Shemuel [Samuel]: –¿Hasta cuándo has de llorar por
Shaúl [Saúl], habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena
de aceite el cuerno y ve; yo te enviaré a Isaí, de Belén, porque de entre sus
hijos me he provisto de un rey.
(2)
ְׁ‫ּולְׁוה ֲָרגָ ָ֑נִ יְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁיה ִ֗ ָוהְׁעֶגלַ ֵׁ֤ת‬
ָֽ ַ ‫ְֹׁ֙איְךְׁא ֵ֔לְךְׁוְׁשָ ַ ֹּ֥מעְׁשָ ִ֖א‬ ַ֣ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואל‬
:ְׁ‫אתי‬ ִ ‫ִ֖הְׁב‬ ָֽ ָ ָ‫ְׁליהו‬
ָֽ ַ ַ‫ְׁת ַ ַ֣קחְׁבְׁי ֵ֔ ֶָדָךְׁוְׁ ָ ַ֣אמַ ר ֵ֔ ָתְׁלִ זבֹֹּ֥ ח‬
ִ ֹ֙‫בָ קָ ר‬
vaiómer shêmuel éij eléj, vêshamá' shaúl váharagáni; vaiómer Adonai 'eglát
baqar tiqáj bêiadéja, vêámartá, lizbóaj láAdonai báti .

235
16 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel [Samuel] preguntó: –¿Cómo voy a ir? Si Shaúl [Saúl] se llega a


enterar, me matará. El Eterno respondió: –Toma contigo una vaquilla del
ganado, y di: 'He venido para ofrecer un sacrificio al Eterno.'
(3)
ְׁ‫הְּׁומשַ ח ָ ַ֣תְׁלִֵ֔ י‬
ָֽ ָ ֵֶ֔‫ֲשר־תַ עֲש‬
ָֽ ֶ ‫ְׁאתְׁא‬
ַ֣ ֹ֙‫יְׁאֹודיעֲָך‬
ָֽ ִ ‫וְׁקָ ָ ֹּ֥ראתָ ְׁלְׁיִ ַ ִ֖שיְׁבַ זָ ָ֑בַ חְׁוְׁ ָ ָֽאנֹ ִ֗ ִכ‬
:‫ֹּ֥אתְׁאֲשֶ ר־אֹ ַ ִ֖מרְׁא ֶ ָֽליָך‬
vêqaráta lêishái bazávaj; vêánojí odí'ajá ét ashér-ta'aséh, umáshajtá lí, ét
asher-omár eléja.

Invita a Isaí al sacrificio; yo te enseñaré lo que has de hacer, y tú me ungirás al


que yo te diga.
(4)
ְׁ‫רְׁד ֶבַ֣רְׁיה ֵ֔ ָוהְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁבַ֣יתְׁלָ ָ֑חֶ םְׁו ֶַיָֽחֶ רדָׁ֞ ּוְׁזִקנֵׁ֤י‬ִ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫לְׁאתְׁא‬ ִ֚ ‫מּוא‬
ִ֗ ְׁ‫וַיַ ַ֣ ַעשְׁש‬
:ְׁ‫םְׁבֹואָך‬
ָֽ ֶ ֹּ֥‫אתֹוְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁשָ ל‬
ֵ֔ ‫הָ עִ ירֹ֙ ְׁלִ ק ָר‬
vaiá'as shêmuél ét ashér dibér Adonai, vaiavó béit lájem; vaiéjerdú ziqnéi ha'ir
liqrató, vaiómer shalóm boéja .

Shemuel [Samuel] hizo lo que dijo el Eterno. Cuando llegó a Belén, los
ancianos de la ciudad salieron a recibirle temblando y preguntaron: –¿Es
pacífica tu venida?
(5)
ְׁ‫םְׁא ִ ִ֖תיְׁבַ זָ ָ֑בַ ח‬
ִ ‫את‬ ֹּ֥ ֶ ָ‫יְׁהתְׁקַ דְׁ ֵ֔שּוְּׁוב‬
ָֽ ִ ‫את‬ִ ‫ְׁב‬ ָ ֵ֔ ֹ֙‫ְׁליהוָה‬ָֽ ַ ַ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁשָ ִ֗לֹוםְׁלִ זבֵֹׁ֤ ח‬
:ְׁ‫וַיקַ ֵׁ֤דשְׁאֶ ת־יִ שַ יֹ֙ ְׁוְׁאֶ ת־בָ ֵָ֔ניוְׁוַיִ ק ָ ֹּ֥ראְׁל ֶָהִ֖םְׁל ַָזָֽבַ ח‬
vaiómer | shalóm lizbóaj láAdonai báti, hítêqadêshú, uvatém ití bazávaj;
vaiqadésh et-ishaí vêet-banáv, vaiqrá lahém lazávaj .

Él dijo: –Es pacífica. Vengo para ofrendar al Eterno. Preparaos y venid


conmigo al sacrificio. Y convocó a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.
(6)
‫ ס‬:ְׁ‫יחֹו‬
ָֽ ‫רְׁאְךְׁנֶ ֶֹּ֥֣גֶדְׁיהוָ ִ֖הְׁמְׁ ִש‬
ַ֛ ַ ֶ‫יאבְׁ ַו ָּ֕י ֹאמ‬
ָ֑ ָ ִ‫בֹואםְׁוַיַ ִֶ֖֣ראְׁאֶ ת־אֱל‬
ָ ֵ֔ ְׁ‫וַי ִ ַ֣היְׁב‬
vaihí bêvoám, vaiár et-eliáv; vaiómer áj néged Adonai mêshijó .

Y aconteció que cuando ellos llegaron, él vio a Eliab y pensó: '¡Ciertamente


su ungido está delante del Eterno!'
(7)
ְׁ‫מּואלְׁאַ ל־תַ בָ֧טְׁאֶ ל־מַ ר ַ֛אהּוְׁוְׁאֶ ל־גְׁבֹֹּ֥ ּהַ ְָֽׁקֹומָ ִ֖תֹו‬ ִ֗ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיה ָ֜ ָוהְׁאֶ ל־ש‬
ְׁ‫יְׁהאָ דָ םֹ֙ ְׁיִ ר ֶ ַ֣אהְׁלַעי ֵַ֔ניִ ם‬ָֽ ָ ‫םְׁכ‬
ֵׁ֤ ִ ‫ְׁהאָ ֵ֔ ָד‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ֲשרְׁיִ ראֶ ה‬
ֵׁ֤ ֶ ‫יהּוְׁכיְׁ׀ְׁ ִ֗ל ֹאְׁא‬
ַ֣ ִ ‫ִ ַ֣כיְׁמְׁאַ ס ִ ָ֑ת‬
:ְׁ‫ַוָֽיהוָ ִ֖הְׁיִ ר ֶ ֹּ֥אהְׁלַל ָ ָֽבב‬

236
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 16

vaiómer Adonai el-shêmuél al-tabét el-maréhu vêel-gêvóĥa qómató kí


mêastíhu; kí | ló ashér ireh háadám, kí háadam iréh la'eináim, váAdonai iréh
laleváv .

Pero el Eterno dijo a Shemuel [Samuel]: –No mires su apariencia ni lo alto de


su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque el Eterno no mira lo que mira el
hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Eterno mira el
corazón.
(8)
ָ֑ ְׁ‫וַיִ ק ָ ֵׁ֤ראְׁיִ שַ יֹ֙ ְׁאֶ ל־א ִ ֲַ֣בינ ֵ֔ ָָדבְׁו ַ ַָֽיעֲבִ ִ֖רהּוְׁלִ פנַ֣יְׁש‬
ְׁ‫מּואלְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁגַם־בָ זֶ ִ֖ה‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫ָֽל ֹא־בָ ַחֹּ֥רְׁי‬
vaiqrá ishaí el-avínadáv, vaiá'aviréhu lifnéi shêmuél; vaiómer gam-bazéh ló-
vajár Adonai .

Luego Isaí llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Shemuel [Samuel], quien
dijo: –Tampoco a éste ha elegido el Eterno.
(9)
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫ו ַ ַָֽיעֲבֹּ֥רְׁיִ ַ ִ֖שיְׁשַ ָ ָ֑מהְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁגַם־בָ זֶ ִ֖הְׁ ָֽל ֹא־בָ ַחֹּ֥רְׁי‬
vaiá'avér ishái shamáh; vaiómer gam-bazéh ló-vajár Adonai .

Después Isaí hizo pasar a Sama. Y Shemuel [Samuel] dijo: –Tampoco a éste
ha elegido el Eterno.
(10)
ְׁ‫מּואלְׁ ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־יִ שֵַ֔ י‬
ָ֑ ְׁ‫יְׁשבעַ ֹּ֥תְׁבָ נָ ִ֖יוְׁלִ פנַ֣יְׁש‬
ִ ‫ו ַ ַָֽיעֲבֹּ֥רְׁיִ ַ ַ֛ש‬
:ְׁ‫ָֽל ֹא־בָ ַחֹּ֥רְׁיהוָ ִ֖הְׁבָ ָֽאלֶה‬
vaiá'avér ishái shiv'át banáv lifnéi shêmuél; vaiómer shêmuel el-ishái, ló-vajár
Adonai baéleh .

Isaí hizo pasar a siete de sus hijos ante Shemuel [Samuel], y éste dijo a Isaí: –
el Eterno no ha elegido a éstos.
(11)
ְׁ‫רְׁעֹודְׁשָ ַ ַ֣ארְׁהַ קָ ֵ֔ ָטן‬ ִ֚ ֶ‫מּואלְׁאֶ ל־יִ שַ י֮ ְׁה ַ ֲַ֣תמּוְׁהַ נְׁע ִָריםְׁ֒ ַו ִ֗י ֹאמ‬ַ֣ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁש‬
‫נּוְׁכיְׁ ָֽל ֹא־‬
ֹּ֥ ִ ‫ְׁשל ָחַ֣הְׁוְׁקָ ֵ֔ ֶח‬
ִ ֹ֙‫מּואלְׁאֶ ל־יִ שַ י‬ ֵׁ֤ ְׁ‫וְׁהִ נֹּ֥הְׁרֹ עֶ ִ֖הְׁבַ ָ֑צ ֹאןְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁש‬
‫ פ‬:‫ֹוְׁפה‬
ֹ ָֽ ‫נָסִֹ֖ בְׁעַד־בֹ ֹּ֥א‬
vaiómer shêmuél el-ishaí hatámu hanê'arim vaiómer 'ód shaár haqatán,
vêhinéh ro'éh batzón; vaiómer shêmuél el-ishaí shiljáh vêqajénu, kí ló-nasóv
'ad-boó fóh.

Entonces Shemuel [Samuel] preguntó a Isaí: –¿Son éstos todos los jóvenes? Y
él respondió: –Todavía queda el menor, pero he aquí que está apacentando las

237
16 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

ovejas. Shemuel [Samuel] dijo a Isaí: –Manda a traerlo, porque no nos


sentaremos a comer hasta que él llegue aquí.
(12)
ְׁ‫ֹובְׁרֹ ִאי‬
ָ֑ ‫מֹוניְׁעִ ם־יְׁפֹּ֥הְׁעינַ ִֶ֖֣יִ םְׁוְׁ ַ֣ט‬ ִ֨ ִ‫וַיִ שלַ ֵׁ֤חְׁוַיב‬
ִ ֵ֔ ‫יאהּוֹ֙ ְׁוְׁ ַ֣הּואְׁאַ ד‬
:ְׁ‫ֹּ֥הְׁהּוא‬
ָֽ ֶ‫ַ֛הְׁקּוםְׁמְׁשָ חִ֖הּוְׁכִ י־ז‬
ֹּ֥ ָ‫{פ} ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁיהו‬
vaishláj vaiviéhú vêhú admoní, 'im-iêféh 'eináim vêtóv rói; {f}vaiómer
Adonai qúm mêshajéhu ki-zéh hú .

Isaí mandó por él, y le hizo entrar. Era rojizo, de bellos ojos y de buena
presencia. Entonces el Eterno dijo: –¡Levántate y úngelo, porque éste es!
(13)
ְׁ‫ת־ק ֶרןְׁהַ שִֶ֗ מֶ ןְׁוַיִ מ ַ ַ֣שחְׁאֹ תֹוְׁ֮בְׁ ֶ ַ֣ק ֶרבְׁאֶ חָ יוְׁ֒ו ִַתצלַ ֵׁ֤ח‬ ָ֜ ְׁ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁש‬
ַ֣ ֶ ֶ‫מּואלְׁא‬
ְׁ‫מּואלְׁוַיִ֖לְֶך‬ ֵ֔ ְׁ‫דְׁמהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְׁו ָ ָָ֑מעלָהְׁוַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁש‬
ָֽ ‫ָֽרּוחַ ־יהוָהֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ו‬
:ְׁ‫ָ ָֽה ָר ָ ָֽמתָ ה‬
vaiqáj shêmuél et-qéren hashémen vaimsháj otó bêqérev ejav vatitzláj rúaj-
Adonai el-davíd, méhaióm hahú vamá'lah; vaiáqom shêmuél, vaiélej
háramátah .

Shemuel [Samuel] tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus


hermanos. Y desde aquel día en adelante el espíritu del Eterno descendió con
poder sobre David. Luego Shemuel [Samuel] se levantó y regresó a Ramá.
(14)
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫־רעָ ִ֖הְׁמ ֹּ֥אתְׁי‬
ָ ַ‫תּוְׁרּוח‬
ָֽ ‫ּולְּׁובע ַ ֲֹּ֥ת‬
ָֽ ִ ‫ַ֛הְׁס ָרהְׁמ ִ ַ֣עםְׁשָ ָ֑א‬
ִ֖ ָ ָ‫וְׁ ָ֧רּוחַ ְׁיהו‬
vêrúaj Adonai sárah me'ím shaúl; uví'atátu rúaj-ra'áh meét Adonai .

El espíritu del Eterno se apartó de Shaúl [Saúl], y un espíritu malo de parte del
Eterno le atormentaba.
(15)
:ְׁ‫יםְׁרעָ ִ֖הְׁמְׁ ַ ָֽבעִ ֶ ָֽתָך‬
ָ ‫ֱלה‬ַ֛ ִ ‫ָ֧אְׁרּוחַ ־א‬
ָֽ ָ‫ַו ָֽי ֹאמְׁ ֹּ֥רּוְׁעַב ָֽדי־שָ ִ֖אּולְׁאלָ ָ֑יוְׁהִ נה־נ‬
vaiómêrú 'avdéi-shaúl eláv; hineh-ná rúaj-elohím ra'áh mêvá'itéja .

Entonces los servidores de Shaúl [Saúl] le dijeron: –He aquí, un espíritu malo
de parte de Elohim te atormenta.
(16)
ְׁ‫ּוְׁאישְׁיֹ ִ֖דעְַׁמְׁנ ַַ֣גֶ֣ןְׁבַ כִ נָ֑ ֹור‬ ִָּ֕ ‫ָֽי ֹאמַ ר־נָ ֵׁ֤אְׁאֲדֹ ִ֨ננּוֹ֙ ְׁעֲבָ ֶ ַ֣דיָךְׁלְׁ ָפ ֵֶ֔ניָךְׁיְׁבַ ק ָּ֕ש‬
‫ פ‬:ְׁ‫ֹובְׁלְך‬ָֽ ָ ‫ֵׁ֤יָךְׁרּוחַ ־אֱלהִ יםֹ֙ ְָׁר ֵָ֔עהְׁוְׁנִ ֹּ֥גֶ֣ןְׁבְׁי ִָ֖דֹוְׁוְׁ ֹּ֥ט‬ ָֽ ֶ‫הְׁבהְׁיִ֨ ֹותְׁעָל‬ ָֽ ִ ‫וְׁהָ ִָ֗י‬
iómar-ná adonénú 'avadéja lêfanéja, iêvaqshú ísh iodé'a mênagén bakinór;
vêhaiáh bíhêíot 'aléja rúaj-elohim ra'áh, vênigén bêiadó vêtóv láj .

238
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 16

Diga nuestro señor a tus servidores que están delante de ti, que te busquen a
alguien que sepa tocar el arpa; para que cuando el espíritu malo de parte de
Elohim venga sobre ti, él toque con su mano, y tú te sientas bien.
(17)
ְׁ‫יאֹותם‬
ִ֖ ֶ ‫יטיבְׁלְׁנ ֵַ֔גןְׁ ַוה ִ ֲָֽב‬
ַ֣ ִ ‫יְׁאישְׁמ‬
ִ ִ֚ ִִ֗‫יוְׁראּו־נָ ַ֣אְׁל‬
ְׁ ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁשָ ִ֖אּולְׁאֶ ל־עֲבָ ָ ָ֑ד‬
:‫א ָ ָֽלי‬
vaiómer shaúl el-'avadáv; rêu-ná lí ísh meitív lênagén, vahavíotém elái.

Y Shaúl [Saúl] respondió a sus servidores: –Buscadme, por favor, alguno que
toque bien, y traédmelo.
(18)
ְַׁ‫יתיְׁבַ֣ןְׁלְׁיִ שַ י֮ ְׁבַ֣יתְׁהַ לַח ִמיְׁ֒יֹ ַ֣דע‬ ִ ‫הְׁר ִָ֜א‬
ָ ‫דְׁמהַ נְׁע ִ ָָ֜ריםְׁ ַו ִ֗י ֹאמֶ רְׁהִ ִ֨נ‬ָֽ ‫ַו ַי ַעןְׁ֩אֶ ִ֨ ָח‬
:ְׁ‫רְׁוָֽיהוָ ִ֖הְׁעִ ָֽמֹו‬
ַ ַ‫ישְׁמלחָ ָ ַ֛מהְּׁונ ֹּ֥בֹוןְׁדָ ָבִ֖רְׁוְׁ ִ ַ֣אישְׁתָֹ֑ א‬
ִ ‫ֹורְׁחיִ לְׁוְׁ ִ ָ֧א‬
ַ ָ֜ ‫ֶ֠ ַנגןְׁוְׁגִ ִ֨ב‬
vaia'an ejád méhanê'arím vaiómer hinéh raíti bén lêishaí béit halajmí iodé'a
nágen vêgibór jáil vêísh miljamáh unvón davár vêísh tóar; váAdonai 'imó .

Entonces uno de los criados respondió diciendo: –He aquí, he visto a un hijo
de Isaí, de Belén, que sabe tocar. Él es valiente, hombre de guerra, prudente
de palabra, de buena presencia; y el Eterno está con él.
(19)
ִ ֶ‫וַיִ שלַ ֹּ֥חְׁשָ ַ֛אּולְׁ מַ לאָ ִ ִ֖כיםְׁאֶ ל־יִ ָ ָ֑שיְׁ ַו ָּ֕י ֹאמ‬
ְׁ ִ֖‫רְׁשל ָחֹּ֥הְׁאלַ ַ֛יְׁאֶ ת־דָ ִוֹּ֥דְׁבִ נָך‬
:‫ֲשרְׁבַ ָֽצ ֹאן‬ ֹּ֥ ֶ ‫א‬
vaishláj shaúl malajím el-ishái; vaiómer shiljáh elái et-davíd binjá ashér
batzón.

Shaúl [Saúl] envió mensajeros a Isaí, diciendo: 'Envíame a tu hijo David, el


que está con las ovejas.'
(20)
ְׁ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁיִ שַָ֜ יְׁח ֲֹּ֥מֹורְׁ ִֶ֨לחֶ םֹ֙ ְׁוְׁ ַ֣נ ֹאדְׁ ֵַ֔ייִ ןְּׁוג ִ ֹּ֥דיְׁעִ זִ ִ֖יםְׁאֶ ָחָ֑דְׁוַיִ שלַ ַ֛חְׁבְׁיַד־דָ ִ ֹּ֥וד‬
:‫בְׁנִ֖ ֹוְׁאֶ ל־שָ ָֽאּול‬
vaiqáj ishái jamór léjem vênód iáin, ugdí 'izím ejád; vaishláj bêiad-davíd bênó
el-shaúl.

Entonces Isaí tomó un asno cargado de pan, un odre de vino y un cabrito, y los
envió a Shaúl [Saúl] por medio de su hijo David.
(21)
ְׁ‫דְׁוֶָֽ֣יהִ י־לִ֖ ֹוְׁנֹ ֹּ֥שא‬
ַ ‫ּולְׁוֶָֽ֣ ַיעֲמִֹ֖ דְׁלְׁפָנָ ָ֑יוְׁו ֶ ַָֽיאֱהָ ב ַָֽ֣הּוְׁמְׁ ֵ֔ ֹא‬
ַ ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔א‬
:‫כ ִ ָֽלים‬

239
16, 17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiavó david el-shaúl, váia'amód lêfanáv; vaiéehavéhú mêód, váihi-ló nosé


jelím.

Cuando David vino a Shaúl [Saúl], se quedó a su servicio. Shaúl [Saúl] le


estimaba mucho y le hizo su escudero.
(22)
ְׁ‫י־מצָ אְׁחִ֖ן‬
ֹּ֥ ָ ‫יְׁכ‬ ָֽ ַ ָֹ֑‫וַיִ שלַ ַ֣חְׁשָ ֵ֔אּולְׁאֶ ל־יִ ַ ִ֖שיְׁלאמ‬
ָֽ ִ ‫רְׁיעֲמְׁד־נָ ֵׁ֤אְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלְׁ ָפ ֵַ֔נ‬
:‫בְׁע ָינָֽי‬
vaishláj shaúl, el-ishái lemór; iá'amod-ná david lêfanái, kí-mátza jén bê'einái.

Shaúl [Saúl] envió a decir a Isaí: 'Por favor, permite que David se quede a mi
servicio, porque ha hallado gracia ante mis ojos.'
(23)
ְׁ‫ֹורְׁונִ ַ֣גֶ֣ן‬
ְׁ ִ֖‫ֹותְׁרּוחַ ־אֱלהִ יםֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁוְׁל ַ ָֹּ֥קחְׁדָ ִוַ֛דְׁאֶ ת־הַ כִ נ‬ ָֽ ֵׁ֤‫הְׁבהְׁי‬ ָֽ ִ ‫וְׁהָ ִָ֗י‬
‫ פ‬:ְׁ‫ְׁה ָר ָ ָֽעה‬
ָֽ ָ ַ‫ִ֖יוְׁרּוח‬
ֹּ֥ ָ‫הְׁמעָל‬ ְָֽׁ ‫ֹובְׁלֹוְׁוְׁ ָ ֹּ֥ס ָר‬
ֵ֔ ‫בְׁי ָָ֑דֹוְׁוְׁ ָרוַ ֵׁ֤חְׁלְׁשָ אּולְֹׁ֙וְׁ ַ֣ט‬
vêhaiáh bíhêíot rúaj-elohim el-shaúl, vêlaqáj davíd et-hakinór vênigén bêiadó;
vêraváj lêshaul vêtóv ló, vêsárah mé'aláv rúaj hára'áh .

Y sucedía que cuando el espíritu malo de parte de Elohim venía sobre Shaúl
[Saúl], David tomaba el arpa y la tañía con su mano. Y Shaúl [Saúl] hallaba
alivio y se sentía mejor. Así el espíritu malo se apartaba de él.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 17


(1)
ְׁ‫ֲשר‬
ַ֣ ֶ ‫ת־מחֲניהֶ םֹ֙ ְׁל ִַמלחָ ֵ֔ ָמהְׁוַי ָ ַ֣אס ֵ֔פּוְׁש ִ֖ ֹֹכהְׁא‬
ָֽ ַ ֶ‫ו ַַיָֽאַ ס ִ֨פּוְׁפְׁלִ ש ִ ֵׁ֤תיםְׁא‬
:‫ין־שֹוכהְּׁובין־עֲז ָ ִ֖קהְׁבְׁ ֶ ֹּ֥אפֶסְׁדַ ִ ָֽמים‬
ֹ ֹּ֥ ‫הְׁוֶָֽ֣ ַיחֲנַ֛ ּוְׁב‬
ַ ‫יהּוד‬
ָ֑ ָ ‫ִ ָֽל‬
vaiáasfú fêlishtím et-májaneihem lamiljamáh, vaieásfú, sojóh ashér líhudáh;
váiajanú bein-sojóh uvein-'azeqáh bêéfes damím.

Los filisteos reunieron sus tropas para la guerra y se congregaron en Soco, que
pertenecía a Iehudá [Judá]. Después acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-
damim.
(2)
ְׁ‫קְׁהאלָ ָ֑הְׁו ַ ַָֽיעַרכֹּ֥ ּוְׁ ִמלחָ ָ ִ֖מה‬
ָֽ ָ ֶ‫ּוְׁוֶָֽ֣ ַיחֲנִ֖ ּוְׁבְׁעַ֣מ‬
ַ ‫וְׁשָ ֵׁ֤אּולְׁוְׁ ִ ָֽאיש־יִ ש ָראל ְֶֹׁ֙נָֽאֶ ס ֵ֔פ‬
:‫לִ ק ַ ֹּ֥ראתְׁפְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vêshaúl vêísh-israel néesfú, váiajanú bê'émeq háeláh; vaiá'arjú miljamáh liqrát
pêlishtím.

240
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

También Shaúl [Saúl] y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el


valle de Ela y dispusieron la batalla contra los filisteos.
(3)
ְׁ‫ִ֖רְׁמזֶ ָ֑ה‬
ִ ‫לְׁעמְׁ ִ ֹּ֥דיםְׁאֶ ל־הָ ָה‬
ֹ ָֽ ‫ְׁמ ֵֶ֔זהְׁוְׁיִ ש ָר ַ֛א‬
ִ ֹ֙‫יםְׁעמְׁ ִ ֵׁ֤דיםְׁאֶ ל־הָ הָ ר‬
ֹ ָֽ ‫ּופלִ ש ָׁ֞ ִת‬
:‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫אְׁבינ‬
ָֽ ‫וְׁהַ גַ ִ֖ ֶ֣י‬
uflishtím 'ómêdím el-hahar mizéh, vêisraél 'ómêdím el-hahár mizéh; vêhagái
béineihém.

Los filisteos estaban a un lado sobre una colina, y los israelitas al otro lado
sobre otra colina; y el valle estaba entre ellos.
(4)
ְׁ‫ֹוְׁשש‬
ֹּ֥ ‫ֹוְׁמגַ ָ֑תְׁגְׁבְׁ ָּ֕ה‬
ִ ‫ְׁמ ַ ָֽמחֲנַ֣ ֹותְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁגְׁלְׁיָ ֹּ֥תְׁשְׁ ִ֖מ‬
ִ ֹ֙‫ֵׁ֤אְׁאיש־הַ ב ִַ֨ניִ ם‬ ָֽ ִ ‫וַיצ‬
:‫אַ ִ֖מֹותְׁו ָ ָָֽז ֶֶ֣רת‬
vaietzé ísh-habenáim mimájanót pêlishtím, golêiát shêmó migát; govêhó
shésh amót vazáret.

Entonces, de las tropas de los filisteos salió un paladín que se llamaba Goliat,
de Gat. Éste tenía de estatura seis codos y un palmo.
(5)
ְֹׁ֙‫ּושְּׁומשקַ ל‬
ִ ‫יםְׁהּואְׁל ָָ֑ב‬
ַ֣ ‫ֹאשֹוְׁוְׁ ִשריֹּ֥ ֹוןְׁקַ שקַ ִ ִ֖ש‬
ֵ֔ ‫וְׁכֵׁ֤ ֹובַ עְׁנְׁחִֹ֨ שֶ תֹ֙ ְׁעַל־ר‬
:‫הַ ִשריֵ֔ ֹוןְׁח ֲָֽמשֶ ת־ ֲאל ִ ָֹּ֥פיםְׁשְׁקָ ִ ִ֖ליםְׁנְׁחָֹֽ שֶ ת‬
vêjóva' nêjóshet 'al-roshó, vêshiríon qasqasím hú lavúsh; umishqal hashiríon,
jaméshet-alafím shêqalím nêjóshet.

Llevaba un casco de bronce en la cabeza y estaba vestido con una cota de


malla de bronce que pesaba 5000 siclos.
(6)
:‫ַל־רגלָ ָ֑יוְׁוְׁכִ ֹּ֥ידֹוןְׁנְׁחִֹ֖ שֶ תְׁבֹּ֥יןְׁכְׁת ָ ָֽפיו‬
ַ ‫ּומצ ַחֹּ֥תְׁנְׁחִֹ֖ שֶ תְׁע‬
ִ
umitzját nêjóshet 'al-ragláv; vêjidón nêjóshet béin kêtefáv.

Sobre sus piernas tenía grebas de bronce y entre sus hombros llevaba una
jabalina de bronce.
(7)
ְׁ‫וחץְׁ(וְׁעַ֣ץ)ְׁחֲנִ ִ֗יתֹוְׁכִ מנֹורֹ֙ ְׁאָֹֽ ְׁר ִֵ֔גיםְׁוְׁל ֶַהַ֣בֶ תְׁחֲנִ ֵ֔יתֹוְׁשש־מ ֹּ֥אֹות‬
:‫שְׁקָ ִ ִ֖ליםְׁבַ רזֶ ָ֑לְׁוְׁנֹ ֹּ֥שאְׁהַ צִ נָ ִ֖הְׁהֹ לְֹּ֥ךְׁלְׁפ ָָנָֽיו‬
vjtz (vê'étz) janitó kimnor órêgím, vêlahévet janitó, shesh-meót shêqalím
barzél; vênosé hatzináh holéj lêfanáv.

El asta de su lanza parecía un rodillo de telar, y su punta de hierro pesaba 600


siclos. Y su escudero iba delante de él.
241
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(8)
ְׁ‫ּוְׁלע ֲַ֣רֹ ְך‬
ָֽ ַ ‫הְׁתצְׁ ִ֖א‬
ָֽ ָ‫ל־מעַר ַ֣ ֹכתְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁו ַַ֣י ֹאמֶ רְׁל ֵ֔ ֶָהםְׁלָ ֹּ֥מ‬ ָֽ ַ ֶ‫ַוֶָֽ֣ ַיעֲמִֹ֗ דְׁוַיִ ק ָראֹ֙ ְׁא‬
ְׁ‫ֹואְׁאנֹ ִ ַ֣כיְׁהַ פְׁלִ ש ִ֗ ִתיְׁוְׁאַ תֶ םֹ֙ ְׁעֲבָ ִ ַ֣דיםְׁלְׁשָ ֵ֔אּולְׁבְׁ ָֽרּו־לָכֶ ֹּ֥ם‬
ָֽ ָ ָ֧‫ִמלחָ ָ ָ֑מהְׁהֲל‬
:‫ִ ִ֖אישְׁוְׁי ֹּ֥רדְׁא ָ ָֽלי‬
váia'amód vaiqra el-má'arjót israél, vaiómer lahém, lámah tétzêú lá'arój
miljamáh; haló ánojí hapêlishtí vêatem 'avadím lêshaúl, bêrú-lajém ísh vêieréd
elái.

Entonces se detuvo y gritó al ejército de Israel, diciendo: –¿Para qué salís a


disponer la batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Shaúl
[Saúl]? ¡Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí!
(9)
ְׁ‫ִ֖םְׁלעֲבָ ִ ָ֑דיםְׁוְׁ ִאם־א ֲִנֵׁ֤י‬
ָֽ ַ ֶ‫ֵׁ֤םְׁא ִתיֹ֙ ְׁוְׁהִ ֵָ֔כנִ יְׁוְׁהָ יִ ֹּ֥ינּוְׁלָכ‬
ִ ‫ִאם־יּו ַָׁ֞כלְׁלְׁהִ לָח‬
:‫יםְׁועֲבַ ד ֶ ִ֖תםְׁאֹ ָ ָֽתנּו‬
ָֽ ַ ‫ְׁלעֲבָ ִֵ֔ד‬ָֽ ַ ֹ֙‫יוְׁוה ִיֵׁ֤יתֶ םְׁ ִָ֨לנּו‬
ָֽ ִ ‫ית‬ִ ֵ֔ ִ‫ָֽאּוכַל־לֹוֹ֙ ְׁוְׁהִ כ‬
im-iujál lêhilajém ití vêhikáni, vêhaínu lajém lá'avadím; vêim-aní újal-ló
vêhikitív, víhítem lánú lá'avadím, vá'avadtém otánu.

Si él puede luchar conmigo y me vence, nosotros seremos vuestros esclavos.


Pero si yo puedo más que él y lo venzo, vosotros seréis nuestros esclavos y
nos serviréis.
(10)
ְׁ‫ת־מעַרכֹּ֥ ֹותְׁיִ ש ָר ִ֖אלְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ זֶ ָ֑ה‬
ָֽ ַ ֶ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁא ִ֗ ֲִניְׁח ַ ַ֛רפ ִתיְׁא‬
:‫הְׁיָֽחַ ד‬
ָ ‫יְׁאישְׁוְׁ ִ ָֽנ ָלח ָ ֲִ֖מ‬
ִֵ֔ ‫נּו־ל‬
ַ֣ ִ ְׁ‫ת‬
vaiómer hapêlishtí, aní jeráfti et-má'arjót israél haióm hazéh; tênu-lí ísh,
vênílajamáh iájad.

–Y el filisteo añadió–: ¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Dadme un


hombre para que luche contra mí!
(11)
ִ ֶ‫וַיִ ש ַ ֵׁ֤מעְׁשָ אּולְֹׁ֙וְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁא‬
ְׁ‫ת־דב ֹּ֥ריְׁהַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁהָ ָ֑אלֶהְׁוַי ַחֹּ֥תּו‬
‫ פ‬:‫ו ִ ַָֽירְׁ ִ֖אּוְׁמְׁאָֹֽ ד‬
vaishmá' shaul vêjol-israél, et-divréi hapêlishtí haéleh; vaiejátu vaírêú mêód.

Cuando Shaúl [Saúl] y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se
amedrentaron y tuvieron mucho temor.
(12)
ְׁ‫הּודהְּׁוש ַ֣מֹוְׁיִ שֵַ֔ יְׁוְׁלִ֖ ֹו‬
ָ ֵ֔ ‫ְׁי‬ ְׁ ֹ֙‫ן־אישְׁאֶ פ ָר ָ֜ ִתיְׁהַ ִֶ֗זהְׁ ִמבֹּ֥יתְׁ ִֶ֨לחֶ ם‬
ִִ֨ ֶ‫וְׁדָ וִ דְׁ֩ב‬
:‫ֹּ֥אְׁב ֲאנ ִ ָָֽשים‬
ָֽ ַ ‫ןְׁב‬
ָ ‫ימיְׁשָ ֵ֔אּולְׁז ִָ֖ק‬ ַ֣ ִ‫שְׁמֹ נָ ַ֣הְׁבָ ִנָ֑יםְׁוְׁהָ ִאישֹ֙ ְׁב‬
242
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

vêdavid ben-ísh efratí hazéh mibéit léjem iêhudáh, ushmó ishái, vêló
shêmonáh vaním; vêhaish biméi shaúl, zaqén bá váanashím.

Ahora bien, David era hijo de un hombre efrateo de Belén de Iehudá [Judá],
que se llamaba Isaí y que tenía ocho hijos. En los días de Shaúl [Saúl] este
hombre era anciano, de edad muy avanzada.
(13)
ְׁ‫ּוְׁאחֲרי־שָ ִ֖אּולְׁל ִַמלחָ ָ ָ֑מהְׁוְׁ ַ֣שם‬ ָֽ ַ ֹּ֥‫יםְׁהלְׁכ‬
ָֽ ָ ִֵ֔‫ו ִַ֨ילכָ֜ ּוְׁשְׁלֵׁ֤ שֶ תְׁבְׁנָֽי־יִ שַ יֹ֙ ְׁהַ גְׁדֹ ל‬
ְׁ ֹ֙‫ֹורְּׁומש ִ֨נהּו‬
ִ ִ֗‫יאבְׁהַ בְׁכ‬
ַ֣ ָ ִ‫רְׁהלְׁכּוֹ֙ ְׁבַ ִמלחָ ֵ֔ ָמהְׁאֱל‬ ָֽ ָ ‫ֲש‬ֵׁ֤ ֶ ‫׀ְׁשְׁלַ֣ שֶ תְׁבָ ִָ֗ניוְׁא‬
:‫א ִ ֲַ֣בינ ֵ֔ ָָדבְׁוְׁהַ שְׁלִ ִ ִ֖שיְׁשַ ָ ָֽמה‬
vaiéljú shêlóshet bênéi-ishaí hagêdolím, hálêjú ájarei-shaúl lamiljamáh;
vêshém | shêlóshet banáv ashér hálêjú bamiljamáh, eliáv habêjór umishnéhú
avínadáv, vêhashêlishí shamáh.

Los tres hijos mayores de Isaí habían ido tras Shaúl [Saúl] a la guerra. Los
nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el
primogénito, Abinadab el segundo y Sama el tercero.
(14)
‫ ס‬:‫ּוְׁאח ֲֹּ֥ריְׁשָ ָֽאּול‬
ָֽ ַ ִ֖‫יםְׁהלְׁכ‬
ָֽ ָ ִֵ֔‫ִ֖דְׁהּואְׁהַ קָ ָ ָ֑טןְּׁושלשָ הֹ֙ ְׁהַ גְׁדֹ ל‬
ַ֣ ‫וְׁדָ ִו‬
vêdavíd hú haqatán; ushloshah hagêdolím, hálêjú ájaréi shaúl.

David era el menor. Y mientras los tres mayores habían ido tras Shaúl [Saúl],
(15)
:‫ֹּ֥יתְׁלחֶ ם‬
ָֽ ָ ‫ָשבְׁמעַ ַ֣לְׁשָ ָ֑אּולְׁלִ רעַ֛ ֹותְׁאֶ ת־ ֹּ֥צ ֹאןְׁאָ ִ ִ֖ביוְׁב‬
ִ֖ ָ ‫וְׁ דָ ִוַ֛דְׁהֹ לְֹּ֥ךְׁו‬
vêdavíd holéj vasháv me'ál shaúl; lir'ót et-tzón avív béit lájem.

David iba y volvía de donde estaba Shaúl [Saúl], para apacentar las ovejas de
su padre en Belén.
(16)
‫ פ‬:‫וַיִ גַ ֹּ֥שְׁהַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁהַ שכַ֣םְׁוְׁ ַ ָֽהע ֲָ֑רבְׁוַיִ תיַצִ֖בְׁאַ רבָ ִ ֹּ֥עיםְׁיָֽ ֹום‬
vaigásh hapêlishtí hashkém vêhá'arév; vaitiatzév arba'ím íom.

Aquel filisteo se aproximaba por la mañana y por la tarde, presentándose así


durante cuarenta días.
(17)
ְׁ‫הְׁועֲשָ ָ ֹּ֥רה‬
ָֽ ַ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיִ שַָ֜ יְׁלְׁדָ ִוַ֣דְׁבְׁנִ֗ ֹוְׁקַ ח־נָ ֵׁ֤אְׁלְׁאַ ִ֨ ֶחיָךֹ֙ ְׁאיפַ ֵׁ֤תְׁהַ קָ לִ יאֹ֙ ְׁהַ ֵֶ֔ז‬
:‫ץְׁהמַ חֲנֶ ִ֖הְׁלְׁאַ ֶ ָֽחיָך‬
ָֽ ַ ‫לֶ ִ֖חֶ םְׁהַ זֶ ָ֑הְׁוְׁהָ ֹּ֥ר‬
vaiómer ishái lêdavíd bênó qaj-ná lêajéjá eifát haqali hazéh, vá'asaráh léjem
hazéh; vêharétz hámajanéh lêajéja.

243
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Isaí dijo a su hijo David: –Toma, por favor, para tus hermanos un efa de este
grano tostado y estos diez panes, y llévalos de prisa al campamento donde
están tus hermanos.
(18)
ְׁ ֹ֙‫יאְׁלשַ ר־הָ ָ ָ֑אלֶףְׁוְׁאֶ ת־אַ ִ֨ ֶחיָך‬
ְׁ ‫ֵׁ֤יְׁהחָ לָבֹ֙ ְׁהָ ֵ֔אלֶהְׁתָ ִ ִ֖ב‬
ָֽ ֶ ‫ְֶׁ֠ואתְׁעֲשֶָ֜ ֶרתְׁח ֲִרצ‬
:‫םְׁת ָ ָֽקח‬
ִ ‫ִתפקַֹ֣ דְׁלְׁשָ ֵ֔לֹוםְׁוְׁאֶ ת־עֲרבָ ָ ִ֖ת‬
vêet 'aséret jaritzéi héjalav haéleh, taví lêsar-haálef; vêet-ajéjá tifqód
lêshalóm, vêet-'arubatám tiqáj.

Lleva también estos diez quesos para el jefe de millar. Averigua si tus
hermanos están bien y toma alguna prenda de ellos.
(19)
‫קְׁהאלָ ָ֑הְׁנִ לחָ ִ ִ֖מיםְׁעִ ם־‬
ָֽ ָ ֶ‫ל־אישְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁבְׁעִ֖מ‬
ַ֣ ִ ְׁ‫וְׁשָ ֵׁ֤אּולְׁוְׁ ִ֨המָ הֹ֙ ְׁוְׁכ‬
‫ ס‬:‫פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vêshaúl vêhémah vêjol-ísh israél, bê'émeq háeláh; niljamím 'im-pêlishtím.

Shaúl [Saúl] y ellos, con todos los hombres de Israel, están en el valle de Ela,
combatiendo contra los filisteos.
(20)
ְׁ‫ֲשר‬ ָֽ ַ ‫ַויַש ִ֨כםְׁדָ ִָ֜ודְׁבַ ִ֗ ֹבקֶ רְׁוַיִ טֵֹׁ֤ שְׁאֶ ת־הַ צ ֹאןֹ֙ ְׁעַ ל־שֹ ֵ֔מרְׁוַיִ ָ ַ֣שאְׁו ֵַ֔יל‬
ֹּ֥ ֶ ‫ְֶךְׁכא‬
ְׁ‫צִ ּוָ ִ֖הּוְׁיִ ָ ָ֑שיְׁ ַו ָיב ֹאֹ֙ ְׁהַ מַ ע ֵ֔ ָגלָהְׁוְׁהַ ִ֗ ַחיִ לְׁהַ יֹ צאֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ ַ ַ֣מע ֲָר ֵָ֔כהְׁוְׁה ִ֖רעּו‬
:‫בַ ִמלחָ ָ ָֽמה‬
vaiashkém davíd babóqer vaitósh et-hatzon 'al-shomér, vaisá vaiélej, káashér
tziváhu ishái; vaiavo hama'gálah, vêhajáil haiotze el-hamá'arajáh, vêheré'u
bamiljamáh.

David se levantó muy de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un


guarda, tomó las cosas y se fue, como Isaí le había mandado. Llegó al círculo
del campamento cuando las fuerzas disponían la batalla y daban el grito de
guerra.
(21)
:‫אתְׁמע ֲָר ָ ָֽכה‬
ָֽ ַ ‫יםְׁמע ֲָרכָ ִ֖הְׁלִ ק ַ ֹּ֥ר‬
ָֽ ַ ‫ו ַ ַָֽתע ֲֵׁ֤רֹ ְךְׁיִ ש ָראלְֹּׁ֙ופלִ ש ֵ֔ ִת‬
vatá'arój israel uflishtím, má'arajáh liqrát má'arajáh.

Los israelitas y los filisteos estaban dispuestos, ejército contra ejército.


(22)
ְׁ‫רְׁהכלִֵ֔ יםְׁוַיָ ִֶ֖֣רְׁץ‬
ְַׁ ‫ְׁשֹומ‬
ַ֣ ֹ֙‫יםְׁמ ָע ִָ֗ליוְׁעַל־יַד‬
ָֽ ִָ֜‫וַיִ טֹ שְׁ֩דָ ִִ֨ודְׁאֶ ת־הַ כל‬
:‫הַ ַ ָֽמע ֲָרכָ ָ֑הְׁ ַו ָי ָּ֕ב ֹאְׁוַיִ ש ַ ֹּ֥אלְׁלְׁאֶ ָחִ֖יוְׁלְׁשָ לָֽ ֹום‬

244
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

vaitosh davíd et-hakelím mé'aláv 'al-iad shomér hakelím, vaiárotz


hamá'arajáh; vaiavó vaishál lêejáv lêshalóm.

Las cosas que David traía las dejó en manos del guarda del equipaje, y corrió
hacia el ejército. Cuando llegó, saludó a sus hermanos, deseándoles paz.
(23)
ְׁ‫ַ֣הְׁאישְׁהַ ב ַ֡ניִ םְׁעֹו ֶָׁ֞להְׁגְׁלְׁ ָיתְׁ֩הַ פְׁלִ ש ִ֨ ִתיְׁשְׁ ֵׁ֤מֹו‬
ַ֣ ִ ‫וְׁ ַ֣הּואְׁ׀ְׁמְׁדַ בַ֣רְׁעִ ִ֗ ָמםְׁוְׁהִ נ‬
ְׁ‫ְׁממערותְׁ(מ ַ ָֽמעַרכַ֣ ֹות)ְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוַידַ בִ֖רְׁכַדְׁבָ ִ ַ֣ריםְׁהָ ָ֑אלֶה‬
ִ ֹ֙‫ִמגַת‬
:‫וַיִ ש ַ ִ֖מעְׁדָ ִ ָֽוד‬
vêhú | mêdabér 'imám vêhinéh ísh habenáim 'oléh golêiat hapêlishtí shêmó
migat mm'rvt (mimá'arjót) pêlishtím, vaidabér kadêvarím haéleh; vaishmá'
davíd.

Entonces, mientras hablaba con ellos, he aquí aquel paladín que se llamaba
Goliat, el filisteo de Gat, salió del ejército de los filisteos y repitió las mismas
palabras, las cuales oyó David.
(24)
:‫ְׁמ ָפ ֵָ֔ניוְׁו ִ ַָֽיירְׁ ִ֖אּוְׁמְׁאָֹֽ ד‬
ִ ֹ֙‫אֹותםְׁאֶ ת־הָ ִ ָ֑אישְׁ ַוי ִָ֨נסּו‬
ִ֖ ָ ‫ְֹׁ֙אישְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁבִ ר‬
ַ֣ ִ ‫וְׁכֹ ל‬
vêjol ísh israél, birotám et-haísh; vaianúsú mipanáv, vaírêú mêód.

Todos los hombres de Israel, al ver a aquel hombre, huían de su presencia y


tenían mucho miedo.
(25)
‫הְׁכיְׁלְׁחָ ֹּ֥רףְׁאֶ ת־‬
ַ֛ ִ ‫ישְׁהעֹ לֶהֹ֙ ְׁהַ ֵֶ֔ז‬ָֽ ָ ‫רְׁ׀ְׁאישְׁיִ ש ָר ִ֗אלְׁהַ ְׁר ִאיתֶ םֹ֙ ְׁהָ ִ ֵׁ֤א‬
ַ֣ ִ ֶ‫ַו ַ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫ְֶךְׁ׀ְׁעשֶ רְׁגָדִ֗ ֹול‬
ֹ ַ֣ ‫ָ֑הְׁוהָ יָהְׁהָ ִִ֨אישְׁאֲשֶ ר־ ַי ֶָ֜כנּוְׁיַעשְׁ ֶ ֹּ֥רנּוְׁהַ ֶ ַ֣מל‬
ְָֽׁ ֶ֠ ֶ‫יִ ש ָר ִ֖אלְׁעֹ ל‬
‫ פ‬:‫יוְׁיע ֶ ֲֹּ֥שהְׁחְׁפ ִ ִ֖שיְׁבְׁיִ ש ָר ָֽאל‬ ָֽ ַ ‫ן־לֹוְׁוְׁאתֹ֙ ְׁבַ֣יתְׁאָ ִֵ֔ב‬
ֵ֔ ֶ‫וְׁאֶ ת־בִ תֹוֹ֙ ְׁיִ ת‬
vaiómer | ísh israél harêitem haísh há'oleh hazéh, kí lêjaréf et-israél 'oléh;
vêhaiah haísh asher-iakénu ia'shêrénu hamélej | 'ósher gadól vêet-bitó iten-ló,
vêet béit avív, iá'aséh jofshí bêisraél.

Los hombres de Israel decían: –¿Habéis visto a ese hombre que ha salido? Él
se adelanta para desafiar a Israel. Y sucederá que al que lo venza, el rey le
enriquecerá con grandes riquezas, le dará su hija y eximirá de tributos a su
casa paterna en Israel.
(26)
ְׁ ֹ֙‫ה־יעָשִֶ֗ הְׁל ִָאיש‬
ָֽ ַ‫דְׁאל־הָ ֲאנ ָׁ֞ ִָשיםְׁהָ ָֽ ֹעמְׁ ִ ַ֣דיםְׁעִ מ ֹ֮וְׁלאמֹ רְׁ֒מ‬ ָֽ ֶ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִִ֗ו‬
ְׁ‫יְׁמי‬
ִִ֗ ‫לְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫ֲשרְׁ ַיכֶהֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ִ ַ֣תיְׁהַ ֵָ֔לזְׁוְׁה ִ ֹּ֥סירְׁחֶ רפָ ִ֖הְׁמעַ ַ֣לְׁיִ ש ָר ָ֑א‬ ֵׁ֤ ֶ ‫א‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁחַ ִ ָֽיים‬
ֹּ֥ ִ ‫ףְׁמעַרכִ֖ ֹותְׁא‬ ָֽ ַ ‫הְׁכיְׁח ֵ֔ר‬ַ֣ ִ ‫יְׁהעָרלְֹׁ֙הַ ֵֶ֔ז‬
ָֽ ֶ ‫הַ פְׁלִ ש ִ ֵׁ֤ת‬

245
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer davíd él-haanashím ha'ómêdím 'imó lemor mah-ié'aséh laish ashér


iakeh et-hapêlishtí haláz, vêhesír jerpáh me'ál israél; kí mí hapêlishtí hé'arel
hazéh, kí jeréf, má'arjót elohím jaím .

David habló a los que estaban junto a él y preguntó: –¿Qué harán por el
hombre que venza a ese filisteo y quite la afrenta de Israel? Porque, ¿quién es
ese filisteo incircunciso para que desafíe a los escuadrones del Elohim
viviente?
(27)
:‫ֲשרְׁי ֶ ַָֽכנּו‬
ֹּ֥ ֶ ‫הְׁיעָשֵֶ֔ הְׁל ִ ִָ֖אישְׁא‬
ָֽ ‫רְׁכ‬
ֹ ַ֣ ָֹ֑‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁלֹוֹ֙ ְׁהָ ֵָ֔עםְׁכַדָ ָבֹּ֥רְׁהַ זֶ ִ֖הְׁלאמ‬
vaiómer ló ha'ám, kadavár hazéh lemór; kóh ié'aséh, laísh ashér iakénu.

La gente le respondió las mismas palabras, diciendo: –Así se hará al hombre


que lo venza.
(28)
ְׁ֩‫ל־ה ֲאנ ִ ָָ֑שיםְׁו ִ ַָֽיחַ ר־אַ ף‬
ָֽ ָ ֶ‫וַיִ ש ַ ֵׁ֤מעְׁאֱלִ יאָ בֹ֙ ְׁאָ ִ ַ֣חיוְׁהַ גָדֵ֔ ֹולְׁבְׁדַ בְׁ ִ֖רֹוְׁא‬
ְׁ‫ַל־מיְׁנ ָ֜ ַָטשתָ ְׁמְׁ ִַ֨עטְׁהַ ֵׁ֤צ ֹאן‬ִִ֨ ‫יאבְׁבְׁדָ ִָ֜ודְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁלְׁמָ ה־זֶ ַ֣הְׁי ַ ִָ֗רדתָ ְׁוְׁע‬ ָ ִ֨ ִ‫אֱל‬
ְׁ‫ָךְׁכיְׁלְׁ ַ ַ֛מעַן‬
ִ ִ֗ ‫הָ ִ֨הנָהֹ֙ ְׁבַ ִמד ֵ֔ ָברְׁא ֲִנָ֧יְׁי ַ ַָ֣דע ִתיְׁאֶ ת־זְׁדָֹֽ נְׁ ִָ֗ךְׁוְׁאתֹ֙ ְַׁ֣רֹ עְַׁלְׁבָ ֵ֔ ֶב‬
: ָ‫ְׁר ֹּ֥אֹותְׁהַ ִמלחָ ָ ִ֖מהְׁי ָ ָָֽרדְׁת‬
vaishmá' eliav ajív hagadól, bêdabêró el-háanashím; vaíjar-af eliáv bêdavíd
vaiómer | lomah-zéh iarádta vê'al-mí natáshta mê'át hatzón hahénah bamidbár,
aní iadá'ti et-zêdónêjá vêet ró'a lêvavéja, kí lêmá'an rêót hamiljamáh iarádêta.

Eliab, su hermano mayor, le oyó hablar a los hombres. Entonces Eliab se


encendió en ira contra David y le preguntó: –¿Para qué has descendido acá?
¿Y con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? ¡Yo conozco tu
arrogancia y la malicia de tu corazón! ¡Has descendido para ver la batalla!
(29)
:‫ֹּ֥רְׁהּוא‬
ָֽ ‫יתיְׁעָ ָ֑תָ הְׁהֲלִ֖ ֹואְׁדָ ָב‬
ִ ‫דְׁמהְׁע ִ ִָ֖ש‬
ֹּ֥ ֶ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִֵ֔ו‬
vaiómer davíd, méh 'asíti 'átah; haló davár hú.

David respondió: –¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una palabra?
(30)
ְׁ‫ל־מּולְׁאַ ֵ֔חרְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁכַדָ ָבַ֣רְׁהַ זֶ ָ֑הְׁוַי ִשבֵׁ֤הּוְׁהָ עָםֹ֙ ְׁדָ ֵ֔ ָבר‬
ַ֣ ֶ‫בְׁמאֶ צלֹוֹ֙ ְׁא‬ָֽ ֵֹׁ֤‫וַיִ ס‬
:‫אשֹון‬
ָֽ ‫ִ֖רְׁה ִר‬
ָֽ ָ ‫כַדָ ָב‬
vaisóv méetzló el-múl ajér, vaiómer kadavár hazéh; vaishivúhu ha'am davár,
kadavár hárishón.

Se apartó de él hacia otro y preguntó lo mismo. Y la gente le respondió igual


que antes.

246
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

(31)
:‫רְׁד ֶבַ֣רְׁדָ ִ ָ֑ודְׁ ַוי ִַגֹּ֥דּוְׁלִ פנָֽי־שָ ִ֖אּולְׁוַיִ קָ ָֽחהּו‬
ִ ‫ֲש‬ִ֖ ֶ ‫וַיִ ָ ָֽשמְׁעּוֹ֙ ְׁהַ דְׁבָ ִ ֵ֔ריםְׁא‬
vaishámê'ú hadêvarím, ashér dibér davíd; vaiagídu lifnéi-shaúl vaiqajéhu.

Las palabras que David había dicho fueron oídas y le fueron referidas a Shaúl
[Saúl], quien le hizo venir.
(32)
ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁאַ ל־יִ ֹּ֥ ֹפלְׁלב־אָ ָ ִ֖דםְׁעָלָ ָ֑יוְׁעַבדְָׁךַ֣ ְׁי ֵ֔לְךְׁוְׁנִ ל ַחִ֖ם‬
:‫עִ ם־הַ פְׁלִ ש ִ ֹּ֥תיְׁהַ ֶזָֽה‬
vaiómer david el-shaúl, al-ipól lev-adám 'aláv; 'avdêjá ieléj, vêniljám 'im-
hapêlishtí hazéh.

Y David dijo a Shaúl [Saúl]: –No desmaye el corazón de nadie a causa de él.
Tu siervo irá y luchará contra ese filisteo.
(33)
ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁתּו ַכלְֹׁ֙ ָל ִֶ֨לכֶתֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ פְׁלִ ש ִ ַ֣תיְׁהַ ֵֶ֔זהְׁלְׁהִ לָחִ֖ם‬
‫ ס‬:‫הְׁמנְׁע ָ ָֽריו‬
ִ ‫ישְׁמלחָ ָ ִ֖מ‬ ִ ‫ּואְׁא‬ֹּ֥ ִ ‫ַרְׁאתָ הְׁוְׁ ַ֛ה‬
ַ ֵ֔ ‫ֹוְׁכי־נַ ַ֣ע‬
ָֽ ִ ‫עִ ָ֑מ‬
vaiómer shaúl el-davíd ló tujal laléjet el-hapêlishtí hazéh, lêhilajém 'imó; kí-
ná'ar átah, vêhú ísh miljamáh minê'uráv.

Shaúl [Saúl] dijo a David: –Tú no podrás ir contra ese filisteo para luchar
contra él; porque tú eres un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su
juventud.
(34)
ְׁ ֹ֙‫ֵׁ֤אְׁהא ֲִרי‬
ָֽ ָ ‫אןְּׁוב‬
ָ ֹ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁרֹ ִֶ֨עהְׁהָ יָ ָ֧הְׁ ַעבדְָׁךַ֛ ְׁלְׁאָ ִ ִ֖ביוְׁבַ ָ֑צ‬
:‫הְׁמהָ ָֽעדֶ ר‬ ָֽ ‫אְׁש‬
ִ֖ ֶ ‫ָש‬ֹּ֥ ָ ‫וְׁאֶ ת־הַ דֵ֔ ֹובְׁוְׁנ‬
vaiómer david el-shaúl, ro'éh haiáh 'avdêjá lêavív batzón; uvá háarí vêet-
hadóv, vênasá séh méha'éder.

David respondió a Shaúl [Saúl]: –Tu siervo ha sido pastor de las ovejas de su
padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba alguna oveja del rebaño,
(35)
ְׁ‫יְׁמ ִ ָ֑פיוְׁוַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁ ָע ֵַ֔ליְׁוְׁ ֶ ָֽה ֱח ִַ֨זק ִתיֹ֙ ְׁבִ זקָ נֵ֔ ֹו‬
ִ ‫יְׁאח ָ ֲַ֛ריוְׁוְׁהִ כִ ִ ִ֖תיוְׁוְׁהִ ַצַ֣ל ִת‬
ָֽ ַ ‫ָ֧את‬ִ ‫וְׁי ָָצ‬
:‫יתיו‬ ָֽ ִ ‫יוְׁוה ֲִמ‬
ָֽ ַ ‫וְׁהִ כִ ִ ִ֖ת‬
vêiatzáti ájaráv vêhikitív vêhitzálti mipív; vaiáqom 'alái, vêhéjezáqtí bizqanó,
vêhikitív váhamitív.

yo salía tras él, lo hería y la rescataba de su boca. Si se levantaba contra mí, yo


lo agarraba por la melena, lo hería y lo mataba.

247
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(36)
ְׁ ֹ֙‫יְׁהע ֵָׁ֤רלְׁהַ זֶה‬
ָֽ ֶ ‫ָךְׁוהָ יָהְׁהַ פְׁלִ ש ִ֨ ִת‬
ְָֽׁ ֶ֠ ‫ָ֧םְׁאת־הָ א ִ ֲַ֛ריְׁגַם־הַ דִֹ֖ בְׁהִ כָ ַ֣הְׁעַב ֶ ָ֑ד‬
ָֽ ֶ ַ‫ג‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֱלהיםְׁחַ ִ ָֽיים‬ ֹּ֥ ִ ‫ףְׁמעַר ִ֖ ֹכתְׁא‬ָֽ ַ ‫םְׁכיְׁח ֵ֔ר‬
ַ֣ ִ ‫כְׁאַ ַחַ֣דְׁמ ֵ֔ ֶה‬
gám ét-haarí gam-hadóv hikáh 'avdéja; vêhaiah hapêlishtí hé'arél hazeh kêajád
mehém, kí jeréf, má'arjót elohím jaím .

Fuese león o fuese oso, tu siervo lo mataba. Ese filisteo incircunciso será
como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Elohim viviente.
(37)
ְׁ‫בְׁהּואְׁיַצִ ֵ֔ילנִ י‬
ַ֣ ‫ְּׁומיַ ַ֣דְׁהַ ֵ֔ ֹד‬
ִ ֹ֙‫יְׁמיַ ֵׁ֤דְׁ ָ ָֽהא ֲִרי‬
ִ ִ‫ַוי ֹאמֶ ר֮ ְׁדָ וִ דְׁ֒יה ִ֗ ָוהְׁאֲשִֶ֨ רְׁהִ צִ ַָ֜לנ‬
ְׁ‫ִ֖הְׁיהיֶ ֹּ֥ה‬
ָֽ ִ ָ‫ְךְׁוָֽיהו‬
ַ ‫ִמיַ ֹּ֥דְׁהַ פְׁ לִ ש ִ ִ֖תיְׁהַ זֶ ָ֑הְׁ{ס}ְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ֵׁ֤אּולְׁאֶ ל־דָ וִ דֹ֙ ְֵׁ֔ל‬
:ְׁ‫עִ ָ ָֽמְך‬
vaiomer david Adonai ashér hitziláni miád háarí umiád hadóv, hú iatziléni,
miád hapêlishtí hazéh; {s} vaiómer shaúl el-david léj, váAdonai íhiéh 'imáj .

–Y David añadió–: ¡el Eterno, quien me ha librado de las garras del león y de
las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo! Y Shaúl [Saúl] dijo
a David: –¡Ve, y que el Eterno sea contigo!
(38)
ְׁ‫ֹאשֹוְׁ ַויַלבֹּ֥ש‬
ָ֑ ‫ןְׁקֹובַ עְׁנְׁחִֹ֖ שֶ תְׁעַל־ר‬
ֹּ֥ ‫ַויַל ִ֨בשְׁשָ ֵׁ֤אּולְׁאֶ ת־דָ וִ דֹ֙ ְׁמַ ֵ֔ ָדיוְׁוְׁנ ַ ַָ֛ת‬
:‫ֹוְׁשריָֽ ֹון‬
ִ ‫אֹ ִ֖ת‬
vaialbésh shaúl et-david madáv, vênatán qóva' nêjóshet 'al-roshó; vaialbésh
otó shiríon.

Shaúl [Saúl] vistió a David con su propia armadura. Le puso un casco de


bronce sobre su cabeza y lo vistió con una cota de malla.
(39)
ְׁ‫ְׁכיְׁ ָֽל ֹא־נִ סָ הְׁ֒ ַו ִ֨י ֹאמֶ ר‬
ַ֣ ִ ֮‫ת־חַ רבֹוְׁמ ִַ֨עלְׁלְׁמַ ָ֜ ָדיוְׁו ַַֹ֣יאֶ לְׁ ָל ֶלכֶת‬ֶ֠ ֶ‫ַויַח ַ֣ ֹגרְׁדָ ִ ַ֣ודְׁא‬
ְׁ‫יתיְׁוַי ִס ֹּ֥רםְׁדָ ִ ִ֖וד‬ ִ ‫ֶהְׁכיְׁ ַ֣ל ֹאְׁנִ ִ ָ֑ס‬
ַ֣ ִ ‫דָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־שָ ִ֗אּולְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאּוכַ ַ֛לְׁלָלֶ ֹּ֥ כֶתְׁבָ ִ֖אל‬
:‫ָֽמע ָ ָָֽליו‬
vaiajgór davíd et-járbo me'ál lêmadáv vaióel lalejet kí ló-nisah vaiómer davíd
el-shaúl ló ujál laléjet baéleh kí ló nisíti; vaisirém davíd mé'aláv.

Luego David se ciñó la espada de él sobre su ropa e intentó andar, porque no


estaba acostumbrado. Entonces David dijo a Shaúl [Saúl]: –Yo no puedo
andar con esto, porque no estoy acostumbrado. David se quitó de encima
aquellas cosas.

248
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

(40)
ְׁ‫ַ֣יםְׁ׀ְׁמן־הַ ַ֡נחַ ל‬ִ ‫וַיִ ִ֨ ַקחְׁמַ ק ָ֜לֹוְׁבְׁיָדִ֗ ֹוְׁוַיִ בחַ ר־לַ֣ ֹוְׁח ֲִמ ָ ַ֣שהְׁחַ ל ָֽקי־אֲבָ ִנ‬
ְׁ‫יְׁהרֹ ִ ָ֧עיםְׁאֲשֶ ר־לַ֛ ֹוְּׁובַ יַל ִ֖קּוטְׁוְׁקַ לעַ֣ ֹוְׁבְׁי ָָ֑דֹוְׁוַיִ גַ ִ֖ש‬
ָֽ ָ ִִ֨‫םְׁאֹ תְׁםְׁבִ כל‬ ֶ֠ ֶ‫וַיָ ַ֣ש‬
:‫אֶ ל־הַ פְׁלִ ש ִ ָֽתי‬
vaiqáj maqló bêiadó vaivjar-ló jamisháh jaluqéi-avaním | min-hanájal vaiásem
ótom bijlí háro'ím asher-ló uvaialqút vêqal'ó vêiadó; vaigásh el-hapêlishtí.

Entonces tomó su cayado en su mano y escogió cinco piedras lisas del arroyo,
y las puso en la bolsa pastoril, en el zurrón que llevaba. Y con su honda en su
mano, se fue hacia el filisteo.
(41)
:‫ו ִַ֨ילְֶךֹ֙ ְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁהֹ לְֹּ֥ךְׁוְׁקָ ִ֖רבְׁאֶ ל־דָ ִ ָ֑ודְׁוְׁהָ ִ ַ֛אישְׁנֹ ֹּ֥שאְׁהַ צִ נָ ִ֖הְׁלְׁפ ָָנָֽיו‬
vaiélej hapêlishtí, holéj vêqarév el-davíd; vêhaísh nosé hatzináh lêfanáv.

El filisteo venía acercándose a David, precedido de su escudero.


(42)
ָֽ ִ ‫ַויַבָ֧טְׁהַ פְׁלִ ש ִ ַ֛תיְׁוַיִ ר ֶ ֹּ֥אהְׁאֶ ת־דָ ִ ִ֖ודְׁוַיִ בז‬
‫ָ֑הּוְׁכי־הָ יָ ַ֣הְׁ ֵַ֔נעַרְׁוְׁאַ דמֹ ִנִ֖יְׁעִ ם־‬
:‫יְׁפֹּ֥הְׁמַ ר ֶ ָֽאה‬
vaiabét hapêlishtí vairéh et-davíd vaivzéhu; kí-haiáh ná'ar, vêadmoní 'im-iêféh
maréh.

Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco, porque era un joven
rojizo y de hermoso semblante.
(43)
ְׁ‫הְׁבא־אלַ ִ֖יְׁבַ מַ קלָ֑ ֹות‬
ָֽ ָ ‫יְׁכי־אַ ָ ֹּ֥ת‬
ָֽ ִ ִ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁהַ פְׁלִ ש ִתיֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁהֲכֶ ַ֣ לֶבְׁאָ ֵֹ֔נכ‬
:‫אלהיו‬ ָֽ ָ ‫דְׁב‬ ָֽ ‫וַיקַ לָ֧לְׁהַ פְׁלִ ש ִ ַ֛תיְׁאֶ ת־דָ ִ ִ֖ו‬
vaiómer hapêlishtí el-davíd, hajélev anóji, kí-atáh vá-elái bamaqlót; vaiqalél
hapêlishtí et-davíd béloháv.

Y el filisteo preguntó a David: –¿Acaso soy yo un perro para que vengas


contra mí con palos? El filisteo maldijo a David por sus dioses.
(44)
ְׁ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁהַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁאֶ ל־דָ ִ ָ֑ודְׁלְׁכָ ַ֣הְׁא ֵַ֔ליְׁוְׁאֶ ְׁתנָהֹ֙ ְׁאֶ ת־בְׁ ָ ַ֣שר ֵָ֔ךְׁלְׁעֹּ֥ ֹוף‬
‫ ס‬:‫הַ שָ ַ ִ֖מיִ םְּׁול ֶ ָֽבה ַ ֱֹּ֥מתְׁהַ שָ ֶ ָֽדה‬
vaiómer hapêlishtí el-davíd; lêjáh elái, vêetênah et-bêsárjá, lê'óf hashamáim
ulvéhemát hasadéh.

También el filisteo dijo a David: –¡Ven a mí, y daré tu carne a las aves del
cielo y a los animales del campo!

249
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(45)
ְׁ‫בְּׁובח ֲִנַ֣יתְּׁובכִ ָ֑ידֹון‬
ָֽ ַ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁאַ תָ הֹ֙ ְָׁבַ֣אְׁא ֵַ֔ליְׁבְׁ ֶח ִֶ֖ר‬
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ַ֛יְׁמעַרכֹּ֥ ֹותְׁיִש ָר ִ֖אלְׁא‬
ָֽ ַ ‫יְׁבא־א ִֶ֗ליָךְׁבְׁשםֹ֙ ְׁיהוָ ַ֣הְׁצְׁבָ ֵ֔אֹותְׁאֱלה‬ ָֽ ָ ‫וְׁ ָ ָֽאנֹ ִ ַ֣כ‬
:ְׁ ָ‫ח ַ ָֽרפְׁת‬
vaiómer david el-hapêlishtí, atah bá elái, bêjérev uvájanít uvjidón; vêánojí vá-
eléja bêshem Adonai tzêvaót, elohéi má'arjót israél ashér jeráfêta .

Entonces David dijo al filisteo: –Tú vienes contra mí con espada, lanza y
jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del Eterno de los Ejércitos,
Elohim de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
(46)
ְׁ‫ְׁמ ָע ֵֶ֔ליָך‬
ָֽ ֹ֙‫יתָךְׁ ַוה ִ ֲָֽסרֹ ִ ֵׁ֤תיְׁאֶ ת־ ָֽר ֹאשְָׁך‬ ִ ִ֗ ִ‫הַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֶ֡זהְׁיְׁסַ גֶרָךְׁ֩יה ִ֨ ָוהְׁבְׁי ִָָ֜דיְׁוְׁהִ כ‬
ְׁ‫הְׁלעֹּ֥ ֹוףְׁהַ שָ ַ ִ֖מיִ םְּׁולחַ יַ ַ֣ת‬
ְׁ ‫ֶרְׁמחֲנֵׁ֤הְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁהַ ְַׁ֣יֹוםְׁהַ ֵֶ֔ז‬ ָֽ ַ ‫וְׁ ִָ֨נתַ ָ֜ ִתיְׁפֶ ַ֣ ג‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁלְׁיִ ש ָר ָֽאל‬ ִ֖ ִ ‫ץְׁכיְׁיֹּ֥שְׁא‬ ַ֛ ִ ‫הָ ָ ָ֑א ֶרץְׁוְׁ ָֽיֶ֣דְׁעּוֹ֙ ְׁכְׁל־הָ ֵ֔ ָא ֶר‬
haióm hazéh iêsagerjá Adonai bêiadí vêhikitíja vahasírotí et-róshêjá mé'aléja,
vênátatí péger májanéh fêlishtim haióm hazéh, lê'óf hashamáim uljaiát
haáretz; vêiédê'ú kol-haáretz, kí iésh elohím lêisraél .

El Eterno te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré. Te cortaré la cabeza y


daré hoy los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a los animales
del campo. ¡Y toda la tierra sabrá que hay Elohim en Israel!
(47)
ְׁ‫ָ֑הְׁכי‬
ֵׁ֤ ִ ָ‫הֹושיעְַׁיהו‬
ַ֣ ִ ְׁ‫בְּׁובח ֲִנִ֖יתְׁי‬
ָֽ ַ ‫הְׁכי־ ַ֛ל ֹאְׁבְׁ ֶח ֶֹּ֥ר‬
ָֽ ִ ‫וְׁ ָֽיֶ֣דְׁעּוֹ֙ ְׁכְׁל־הַ קָ ָהַ֣לְׁהַ ֵֶ֔ז‬
‫ ס‬:ְׁ‫ַ ָֽליהוָהֹ֙ ְׁהַ ִמלחָ ֵ֔ ָמהְׁוְׁנ ַ ָֹּ֥תןְׁאֶ תכֶ ִ֖םְׁבְׁי ָָֽדנּו‬
vêiédê'ú kol-haqahál hazéh, kí-ló bêjérev uvájanít iêhoshí'a Adonai; kí
láAdonai hamiljamáh, vênatán etjém bêiadénu .

También todos estos congregados sabrán que el Eterno no libra con espada ni
con lanza. ¡De el Eterno es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra mano!
(48)
ְׁ‫י־קםְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁוַיֹּ֥לְֶךְׁוַיִ ק ַ ִ֖רבְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁדָ ִ ָ֑ודְׁוַימַ הַ֣רְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַיָ ֶֹּ֥֣רְׁץ‬
ַ֣ ָ ‫וְׁהָ יָהֹ֙ ִ ְָֽׁכ‬
:‫הַ ַ ָֽמע ֲָרכָ ִ֖הְׁלִ ק ַ ֹּ֥ראתְׁהַ פְׁלִ ש ִ ָֽתי‬
vêhaiah kí-qám hapêlishtí, vaiélej vaiqráv liqrát davíd; vaimahér davíd,
vaiárotz hamá'arajáh liqrát hapêlishtí.

Aconteció que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando al encuentro de


David, éste se dio prisa y corrió al combate contra el filisteo.

250
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17

(49)
‫םְׁאבֶ ןֹ֙ ְׁוַיקַ ֵַ֔לעְׁוַיַ ְֶֹּ֥֣ךְׁאֶ ת־‬ ִ ‫וַיִ ש ַלחְׁ֩דָ ִִ֨ודְׁאֶ ת־יָדָ֜ ֹוְׁאֶ ל־הַ ִֶ֗כלִ יְׁוַיִ ִ֨ ַק‬
ֶ ִ֨ ‫חְׁמ ָ ֹּ֥ש‬
ָֽ ָ ָ‫ל־מצ ָ֑חֹוְׁו ִַתט ַבֵׁ֤עְׁהָ ִ֨ ֶאבֶ ןֹ֙ ְׁבְׁ ִמצ ֵ֔חֹוְׁוַיִ ֹּ֥ ֹפלְׁעַל־פָנ‬
:‫ִ֖יוְׁארְׁצָ ה‬ ִ ֶ‫הַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁא‬
vaishlaj davíd et-iadó el-hakéli vaiqáj mishám éven vaiqalá', vaiáj et-
hapêlishtí el-mitzjó; vatitbá' haéven bêmitzjó, vaipól 'al-panáv árêtzah.

Entonces David metió su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra y la arrojó
con la honda, hiriendo al filisteo en la frente. La piedra quedó clavada en su
frente, y éste cayó de bruces en tierra.
(50)
ְׁ‫דְׁמן־הַ פְׁלִ ש ִתיֹ֙ ְׁבַ ֶ ַ֣קלַעְּׁובָ ֵ֔ ֶאבֶ ןְׁוַיַ ְֶֹּ֥֣ךְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁוַי ִמ ָ֑תהּו‬
ִ ‫ו ֶ ַָֽי ֱח ִַ֨זקְׁדָ ִ ֵׁ֤ו‬
:‫בְׁאיןְׁבְׁיַד־דָ ִ ָֽוד‬
ֹּ֥ ‫וְׁ ֶח ִֶ֖ר‬
vaiéjezáq davíd min-hapêlishtí baqéla' uvaéven, vaiáj et-hapêlishtí vaimitéhu;
vêjérev éin bêiad-davíd.

Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, golpeó al filisteo y lo
mató. Como espada no tenía en su mano,
(51)
ִ ָ‫בֹוְׁוֶָֽ֣יִ שלְׁפ‬
ְׁ ֹ֙‫ֵּׁ֤הְׁמתַ ע ָרּה‬ ַ ‫ת־חַ ר‬ ֶ֠ ֶ‫ץְׁדָ וִ דְׁו ַ ַָֽיעֲמִֹ֨ דְׁאֶ ל־הַ פְׁלִ ש ָ֜ ִתיְׁוַיִ ַ ַ֣קחְׁא‬
ֶ֠ ְׁ‫וַיָ ֶַ֣֣ר‬
ְׁ‫בֹורם‬ ֹּ֥ ִ‫ֹאשֹוְׁוַיִ ר ָ֧אּוְׁהַ פְׁלִ ש ִ ַ֛תיםְׁכ‬
ִ֖ ָ ִ‫י־מתְׁג‬ ָ֑ ‫ת־בִּ֖הְׁאֶ ת־ר‬ ָ ְׁ‫וַימַֹ֣ תְׁ ֵ֔תהּוְׁוַיִ כר‬
:‫ַויָנָֽסּו‬
vaiárotz dávid vaiá'amód el-hapêlishtí vaiqáj et-járbo váishlêfáĥ mita'raĥ
vaimótêtéhu, vaijrot-báĥ et-roshó; vairú hapêlishtím ki-mét giborám
vaianúsu.

corrió David, se puso sobre el filisteo, y tomando la espada de éste, la sacó de


su vaina y lo remató cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron
muerto a su héroe, huyeron.
(52)
‫עּוְׁוֶָֽ֣יִ רדְׁפּוֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁעַד־‬ ַ ‫יהּודהְׁ ַוי ִ ִָ֗ר‬ ָ ָ֜ ‫לְׁו‬
ָֽ ִ ‫ַוי ַָ֣קמּוְׁאַ נשיְׁ֩יִ ש ָר ִ֨א‬
ְׁ‫ְךְׁשע ַ ֲֵ֔ריִ ם‬ ָֽ ַ ‫ֹוןְׁוֶָֽ֣יִ פְׁ ָׁ֞ל‬
ָֽ ַ ‫ּוְׁחלְׁלֵׁ֤יְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁבְׁ ֶ ַ֣ד ֶר‬ ַ ‫ִ֖דְׁשע ֲַ֣ריְׁעֶק ָ֑ר‬ָֽ ַ ַ‫ָֽבֹואֲָךַ֣ ְׁ ֵ֔ ַגיאְׁוְׁע‬
:‫וְׁעַד־גַ ִ֖תְׁוְׁעַד־עֶק ָֽרֹון‬
vaiaqúmu ansheí israél víhudáh vaiarí'u váirdêfú et-hapêlishtím, 'ad-bóajá gái,
vê'ád shá'aréi 'eqrón; váipêlú jálêléi fêlishtim bêdérej shá'aráim, vê'ad-gát
vê'ad-'eqrón.

Entonces los hombres de Israel y de Iehudá [Judá] se levantaron gritando, y


persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat, y hasta las puertas de

251
17 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Ecrón. Los cadáveres de los filisteos yacían por el camino de Saraim hasta Gat
y Ecrón.
(53)
:‫יהם‬
ָֽ ֶ ‫ת־מחֲנ‬
ָֽ ַ ֶ‫קְׁאח ֲַ֣ריְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁ ַויָשִֹ֖ סּוְׁא‬
ָֽ ַ ִ֖‫לְׁמדְׁל‬
ִ ‫ַוי ִָ֨שבּוֹ֙ ְׁבְׁנַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔א‬
vaiashúvú bênéi israél, midêlóq ájaréi fêlishtím; vaiashósu et-májaneihém.

Cuando los Hijos de Israel volvieron de perseguir a los filisteos, les saquearon
su campamento.
(54)
ֹּ֥ ָ ָ‫וַיִ ַ ֵׁ֤קחְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ת־ ַ֣ר ֹאשְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁוַיבִ ִ֖אהּוְׁיְׁ ָֽרּושָ לָ ָ֑ ִםְׁוְׁאֶ ת־כל‬
ְׁ‫ִ֖יוְׁשם‬
‫ ס‬:‫בְׁ ָ ָֽאהְׁלָֽ ֹו‬
vaiqáj david et-rósh hapêlishtí, vaiviéhu iêrúshaláim; vêet-keláv sám bêáholó.

Tomó David la cabeza del filisteo y la llevó a Ierushalaim [Jerusalén], pero


puso sus armas en su morada.
(55)
ְׁ ֹ֙‫וְׁכִ ר ִ֨אֹותְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ת־דָ ִִ֗ודְׁיֹ צאֹ֙ ְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁהַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁאָ ִ֗ ַמרְׁאֶ ל־אַ בנר‬
ְׁ‫רְׁחי־נַפשְָׁךֹּ֥ ְׁהַ ֶ ִ֖מ ְֶׁלְך‬
ָֽ ‫ן־מי־זֶ ֹּ֥הְׁהַ נַ ִ֖עַרְׁאַ בנָ֑רְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאַ ב ֵ֔נ‬
ִ ֶ‫ַ ַ֣שרְׁהַ צָ ֵ֔ ָבאְׁב‬
:‫ִאם־י ָ ָָֽדעְׁ ִתי‬
vêjirót shaúl et-davíd iotze liqrát hapêlishtí, amár el-avner sár hatzavá, ben-
mi-zéh haná'ar avnér; vaiómer avnér, jéi-nafshêjá hamélej im-iadá'êti.

Cuando Shaúl [Saúl] vio a David que salía para encontrarse con el filisteo,
preguntó a Abner, el jefe del ejército: –Abner, ¿de quién es hijo ese joven?
Abner respondió:
(56)
‫ ס‬:‫ן־מי־זֶ ִ֖הְׁהָ ָ ָֽעלֶם‬
ִ ֶ‫ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁשְׁ ַ ַ֣אלְׁאַ ֵ֔ ָתהְׁב‬
vaiómer hamélej; shêál atáh, ben-mi-zéh ha'álem.

–¡Vive tu alma, oh rey, que no lo sé! El rey dijo: –Pregunta, pues, de quién es
hijo ese joven.
(57)
ְׁ‫דְׁמהַ כֹותֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁוַיִ ַ ֵׁ֤קחְׁאֹ תֹוֹ֙ ְׁאַ ב ֵ֔נרְׁוַיבִ ִ֖אהּוְׁלִ פנַ֣י‬ ָֽ ‫ּוכ ַ֣שּובְׁדָ ִִ֗ו‬
:‫שָ ָ֑אּולְׁוְׁ ֹּ֥ר ֹאשְׁהַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁבְׁי ָָֽדֹו‬
ujshúv davíd méhakot et-hapêlishtí, vaiqáj otó avnér, vaiviéhu lifnéi shaúl;
vêrósh hapêlishtí bêiadó.

Cuando David volvía de matar al filisteo, teniendo la cabeza del filisteo en su


mano, Abner lo tomó y lo llevó a Shaúl [Saúl].

252
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 17, 18

(58)
ְׁ‫דְׁבן־עַבדְָׁךֹּ֥ ְׁיִ ַ ִ֖שי‬
ָֽ ֶ ‫ן־מיְׁאַ ָ ִ֖תהְׁהַ נָ ָ֑עַרְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִֵ֔ו‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאלָיוֹ֙ ְׁשָ ֵ֔אּולְׁב‬
:‫בֹּ֥יתְׁהַ לַח ִ ָֽמי‬
vaiómer elav shaúl, ben-mí atáh haná'ar; vaiómer davíd, bén-'avdêjá ishái béit
halajmí.

Shaúl [Saúl] le preguntó: –Joven, ¿de quién eres hijo? David respondió: –Soy
hijo de tu siervo Isaí, de Belén.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 18


(1)
ְׁ‫וַי ִִ֗היְׁכְׁכַלתֹוֹ֙ ְׁלְׁדַ בַ֣רְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁוְׁ ִֶ֨נפֶשֹ֙ ְׁיְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָתןְׁנִ קשְׁ ָ ִ֖רהְׁבְׁנֶ ַ֣פֶשְׁדָ ִ ָ֑וד‬
:‫ויאהבוְׁ(ו ֶ ַָֽיאֱהָ בֹּ֥הּו)ְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁכְׁנַפ ָֽשֹו‬
vaihí kêjalotó lêdabér el-shaúl, vênéfesh iêhónatán, niqshêráh bênéfesh davíd;
vihvv (vaiéehavéhu) iêhónatán kênafshó.

Aconteció que cuando David terminó de hablar con Shaúl [Saúl], el alma de
Iehonatán [Jonatán] se quedó ligada a la de David, y Iehonatán [Jonatán] le
amó como a sí mismo.
(2)
:‫וַיִ קָ חֹּ֥הּוְׁשָ ִ֖אּולְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ָ֑הּואְׁוְׁ ַ֣ל ֹאְׁנְׁתָ נֵ֔ ֹוְׁל ִָ֖שּובְׁבֹּ֥יתְׁאָ ִ ָֽביו‬
vaiqajéhu shaúl baióm hahú; vêló nêtanó, lashúv béit avív.

Aquel día Shaúl [Saúl] le retuvo y no le dejó volver a la casa de su padre.


(3)
:‫וַיִ כ ָ֧רֹ תְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֛תןְׁוְׁדָ ִוִ֖דְׁבְׁ ִ ָ֑ריתְׁבְׁ ַ ָֽאהֲבָ ֹּ֥תֹוְׁאֹ ִ֖תֹוְׁכְׁנַפ ָֽשֹו‬
vaijrót iêhónatán vêdavíd bêrít; bêáhavató otó kênafshó.

Entonces Iehonatán [Jonatán] hizo un pacto con David, porque le amaba como
a sí mismo.
(4)
‫יוְׁוֶָֽ֣יִ תְׁנִ֖הּוְׁלְׁדָ ִ ָ֑ודְּׁומַ ָּ֕ ָדיוְׁוְׁעַד־‬
ַ ‫ֲשרְׁ ָע ֵָ֔ל‬
ַ֣ ֶ ‫ןְׁאת־הַ מְׁעִ ילְֹׁ֙א‬ ַ֣ ‫וַיִ תפ‬
ָֽ ֶ ‫ַשטְׁיְׁ ָֽהֹונ ִ֗ ָָת‬
:‫חַ ר ֹּ֥בֹוְׁוְׁעַד־קַ ש ִ֖תֹוְׁוְׁעַד־חֲגֹ ָֽרֹו‬
vaitpashét iêhónatán ét-hamê'il ashér 'aláv, váitênéhu lêdavíd; umadáv vê'ad-
jarbó vê'ad-qashtó vê'ad-jagoró.

Y Iehonatán [Jonatán] se quitó la túnica que llevaba y se la dio a David, junto


con otras prendas suyas, inclusive su espada, su arco y su cinturón.

253
18 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(5)
ְׁ‫וַי ִ֨צאְׁדָ ִָ֜ודְׁבְׁכֹ לְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁיִ של ֶָחֵׁ֤נּוְׁשָ אּולְֹׁ֙יַש ֵ֔ ִכילְׁוַי ִש ַ֣מהּוְׁשָ ֵ֔אּולְׁעַ ִ֖ל‬
ְׁ ‫אַ נ ַ֣שיְׁהַ ִמלחָ ָ ָ֑מהְׁוַיִ יטַ בֹ֙ ְׁבְׁעינַ֣יְׁכְׁל־הָ ֵָ֔ע‬
‫ פ‬:‫םְׁו ָּ֕ ַגםְׁבְׁעינִ֖יְׁעַב ֹּ֥דיְׁשָ ָֽאּול‬
vaietzé davíd bêjol ashér ishlajénu shaul iaskíl, vaisiméhu shaúl, 'ál anshéi
hamiljamáh; vaitav bê'einéi jol-ha'ám, vêgám bê'einéi 'avdéi shaúl.

David iba a donde Shaúl [Saúl] le enviaba y tenía éxito, por lo cual Shaúl
[Saúl] lo puso al mando de la gente de guerra. Y esto era agradable a los ojos
de todo el pueblo y a los ojos de los servidores de Shaúl [Saúl].
(6)
ְׁ‫ְׁמהַ כַ֣ ֹותְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיְׁוַת ִ֨ ֶצאנָהְׁהַ נ ָ֜ ִָשים‬
ָֽ ֹ֙‫בֹואםְׁבְׁ ֵׁ֤שּובְׁדָ וִ ד‬
ָ ִ֗ ְׁ‫וַי ִ ַ֣היְׁב‬
ְׁ‫ִמכְׁל־ע ֵָׁ֤ריְׁיִ ש ָראלְֹׁ֙לשורְׁ(ל ִ ַָ֣שיר)ְׁוְׁהַ מְׁחֹ ֵ֔לֹותְׁלִ ק ַ ִ֖ראתְׁשָ ַ֣אּולְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶך‬
:‫בְׁת ִ ֹּ֥פיםְׁבְׁ ִשמ ָחִ֖הְּׁוב ָ ָֽשלִ ִ ָֽשים‬
vaihí bêvoám bêshúv david méhakót et-hapêlishtí, vatetzénah hanashím
mikol-'aréi israel lsvr (lashír) vêhamêjolót, liqrát shaúl hamélej; bêtupím
bêsimjáh uvshálishím.

Aconteció que mientras ellos volvían, cuando David regresaba de vencer al


filisteo, las mujeres de todas las ciudades de Israel salieron para recibir al rey
Shaúl [Saúl], cantando y danzando con gozo, al son de panderos y otros
instrumentos musicales.
(7)
ְׁ‫ְֹׁ֙ב ֲא ָל ֵָ֔פוְׁוְׁדָ ִ ִ֖וד‬
ָֽ ַ ‫ֹאמרןְָׁהִ כָ ֵׁ֤הְׁשָ אּול‬
ָ֑ ַ ‫יםְׁהמְׁשַ ח ֲִ֖קֹותְׁ ַות‬
ָֽ ַ ‫ַוָֽתַ עֲנֶ ַ֛ינָהְׁהַ נ ִ ָֹּ֥ש‬
:‫בְׁ ִרבְׁבֹ ָ ָֽתיו‬
váta'anéinah hanashím hámêsajaqót vatomárna; hikáh shaul báalafáv, vêdavíd
bêrivêvotáv.

Y mientras danzaban, las mujeres cantaban y decían: '¡Shaúl [Saúl] derrotó a


sus miles! ¡Y David a sus diez miles!'
(8)
ָ ֶ‫ו ִִַ֨יחַ רְׁלְׁשָ ָ֜אּולְׁמְׁ ִ֗ ֹאדְׁוַיֵׁ֤ ֶַ֣רעְׁבְׁעינָיוֹ֙ ְׁהַ דָ ָבַ֣רְׁהַ ֵֶ֔זהְׁ ַו ִ֗י ֹאמ‬
ְׁ ֹ֙‫רְׁנָֽתְׁנֵׁ֤ ּוְׁלְׁדָ וִ ד‬
:‫לּוכה‬
ָֽ ָ ְׁ‫ֹוְׁאְךְׁהַ מ‬ ֹּ֥ ַ ִ֖‫ּוְׁה ֲאל ִ ָָ֑פיםְׁוְׁעֹּ֥ ֹודְׁל‬
ָֽ ָ ִ֖‫יְׁנָֽתְׁנ‬
ָ ‫ְׁרבָ ֵ֔בֹותְׁוְׁ ִ ֹּ֥ל‬
vaíjar lêshaúl mêód vaiéra' bê'einav hadavár hazéh, vaiómer nátênú lêdavid
rêvavót, vêlí nátênú háalafím; vê'ód ló áj hamêlujáh.

Shaúl [Saúl] se enojó muchísimo. Estas palabras le desagradaron, y pensó: 'A


David le dan diez miles, y a mí me dan miles. ¡No le falta más que el reino!'
(9)
‫ ס‬:‫דְׁמהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְׁו ָ ָָֽהלְׁאָ ה‬
ָֽ ‫וַי ִ ֹּ֥היְׁשָ ִ֖אּולְׁעוןְׁ(עֹויֶַ֣֣ן)ְׁאֶ ת־דָ ִ ָ֑ו‬
254
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 18

vaihí shaúl 'vn ('oién) et-davíd; méhaióm hahú vahálêah.

Desde aquel día en adelante, Shaúl [Saúl] miraba con sospecha a David.
(10)
ְׁ‫יםְׁ׀ְׁרעָ ֵׁ֤הְׁ׀ְׁאֶ ל־שָ אּולְֹׁ֙וַיִ תנַבַ֣א‬ָ ‫ֱלה‬
ִִ֨ ‫ַ֣חְׁרּוחְׁ֩א‬
ַ ַ‫יְׁממָ חְׁ ָ ִ֗רתְׁו ִַתצל‬ ָֽ ִ ‫וַי ִ ַ֣ה‬
:ְׁ‫בְׁתֹוְך־הַ ֵ֔ ַביִ תְׁוְׁדָ ִ ַ֛ודְׁמְׁנ ַֹּ֥גֶ֣ןְׁבְׁי ִָ֖דֹוְׁכְׁיַ֣ ֹוםְׁ׀ְׁבְׁיָ֑ ֹוםְׁוְׁ ַ ָֽהח ֲִנִ֖יתְׁבְׁיַד־שָ ָֽאּול‬
vaihí mímajorát vatitzláj ruáj elohím | ra'áh | el-shaul vaitnabé vêtoj-habáit,
vêdavíd mênagén bêiadó kêíom | bêíom; vêhájanít bêiad-shaúl .

Aconteció al día siguiente que un espíritu malo de parte de Elohim se apoderó


de Shaúl [Saúl], y éste desvariaba dentro de su casa. David tañía el arpa con
su mano, como lo hacía día tras día, y Shaúl [Saúl] tenía la lanza en la mano.
(11)
ִ ‫ְֹׁ֙את־הַ ח ֵ֔ ֲִניתְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁאַ כֶ ֹּ֥הְׁבְׁדָ ִ ִ֖ודְּׁובַ ִ ָ֑קירְׁוַיִ סֹֹּ֥ בְׁדָ ִ ַ֛ו‬
ְׁ‫דְׁמפָנָ ִ֖יו‬ ָֽ ֶ ‫וַיָ ֵׁ֤טֶ לְׁשָ אּול‬
:‫ַ ָֽפע ָ ֲָֽמיִ ם‬
vaiátel shaul ét-hajanít, vaiómer akéh vêdavíd uvaqír; vaisóv davíd mipanáv
pá'amáim.

Entonces Shaúl [Saúl] arrojó la lanza pensando: '¡Clavaré a David en la


pared!' Pero David le esquivó dos veces.
(12)
:ְׁ‫ּולְׁסר‬
ָֽ ָ ‫דְׁכי־הָ יָ ֵׁ֤הְׁיהוָהֹ֙ ְׁעִ ֵ֔מֹוְּׁומ ִ ֹּ֥עםְׁשָ ִ֖א‬ ִ ‫וַיִ ָ ֹּ֥ראְׁשָ ִ֖א‬
ָֽ ִ ‫ּולְׁמלִ פנַ֣יְׁדָ ִ ָ֑ו‬
vairá shaúl milifnéi davíd; kí-haiáh Adonai 'imó, ume'ím shaúl sár .

Shaúl [Saúl] temía a David porque el Eterno estaba con él, mientras que se
había apartado de Shaúl [Saúl].
(13)
ְׁ‫ר־אלֶףְׁוַיצֹּ֥אְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁלִ פנֹּ֥י‬
ָ֑ ָ ַ‫ְֹׁ֙מעִ ֵ֔מֹוְׁוַי ִש ֹּ֥מהּוְׁלִ֖ ֹוְׁש‬
ָֽ ‫וַי ִס ֵׁ֤רהּוְׁשָ אּול‬
‫ ס‬:‫הָ ָ ָֽעם‬
vaisiréhu shaul mé'imó, vaisiméhu ló sar-álef; vaietzé vaiavó lifnéi ha'ám.

Entonces Shaúl [Saúl] alejó de sí a David, haciéndole jefe de mil; y éste salía
y entraba al frente del pueblo.
(14)
:ְׁ‫ילְׁוָֽיהוָ ִ֖הְׁעִ ָֽמֹו‬
ַ ‫וַי ִ ֹּ֥היְׁדָ ִ ַ֛ודְׁלְׁכְׁל־דְׁ ָרכָ ִ֖וְׁמַ ש ִ ָ֑כ‬
vaihí davíd lêjol-dêrajáv maskíl; váAdonai 'imó .

David tenía éxito en todos sus asuntos, pues el Eterno estaba con él.
(15)
:‫רְׁמפ ָָנָֽיו‬
ִ ְׁ‫ר־הּואְׁמַ ש ִ ַ֣כילְׁמְׁאָֹ֑ דְׁוַיָ ִֶ֖֣ג‬
ִ֖ ֶ‫וַיַ ֶַ֣֣ראְׁשָ ֵ֔אּולְׁאֲש‬
255
18 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiár shaúl, asher-hú maskíl mêód; vaiágor mipanáv.

Al ver Shaúl [Saúl] que David tenía mucho éxito, le tenía miedo.
(16)
‫ פ‬:‫יהם‬
ָֽ ֶ ‫י־הּואְׁיֹוצֹּ֥אְׁו ָָבִ֖אְׁלִ פנ‬
ַ֛ ִ‫יהּודהְׁאֹ הִ֖בְׁאֶ ת־דָ ִ ָ֑ודְׁכ‬
ָ ֵ֔ ‫וְׁכְׁ ל־יִ ש ָראל ִ ְָֹֽׁ֙ו‬
vêjol-israel víhudáh, ohév et-davíd; ki-hú iotzé vavá lifneihém.

Pero todo Israel y Iehudá [Judá] amaban a David, porque él era quien salía y
entraba al frente de ellos.
(17)
ְׁ ַ֣‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁהִ נהְׁ֩בִ ִ֨ ִתיְׁהַ גְׁדֹולָ ֵׁ֤הְׁמ ַרבֹ֙ ְׁאֹ תָ ּהֹ֙ ְׁאֶ תֶ ן־לְָׁך‬
ְׁ‫ִ֖םְׁמלח ֲַ֣מֹותְׁיהוָ ָ֑הְׁוְׁשָ ַ֣אּולְׁאָ ִ֗ ַמר‬ ִ ‫ן־חיִ לְׁוְׁהִ לָח‬ ַ ֵ֔ ֶ‫ה־ליְׁלְׁב‬
ַ֣ ִ ‫לְׁ ִאשֵָ֔ הְׁאִַ֚ ְךְׁהֱי‬
‫ ס‬:ְׁ‫י־בֹוְׁיַד־פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬ ִ֖ ִ‫אַ ל־תְׁ ִ ֵׁ֤היְׁי ִָדיֹ֙ ְׁבֵ֔ ֹוְּׁותה‬
vaiómer shaúl el-davíd hineh vití hagêdoláh merav otaĥ eten-lêjá lêisháh, áj
heieh-lí lêven-jáil, vêhilajém miljamót Adonai; vêshaúl amár al-têhí iadí bó,
uthi-vó iad-pêlishtím .

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a David: –He aquí Merab, mi hija mayor. Yo te la
daré por mujer, con tal que me seas un hombre valiente y lleves a cabo las
batallas del Eterno. Pero Shaúl [Saúl] pensaba: 'No será mi mano contra él.
¡La mano de los filisteos será contra él!'
(18)
ְׁ‫יְׁמשפַ ֹּ֥חַ תְׁאָ ִ ִ֖ביְׁבְׁיִ ש ָר ָ֑אל‬
ִ ‫ְּׁומיְׁחַ ֵַ֔י‬
ַ֣ ִ ֹ֙‫יְׁאנֹ כִ י‬
ָֽ ָ ‫ּולְׁמ‬
ֵׁ֤ ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־שָ ִ֗א‬
:‫ִ ָֽכי־אֶ היֶ ֹּ֥הְׁחָ ָ ִ֖תןְׁל ֶ ַָֽמלְֶך‬
vaiómer davíd el-shaúl mí ánojí umí jaiái, mishpájat aví bêisraél; kí-ehiéh
jatán lamélej.

David respondió a Shaúl [Saúl]: –¿Quién soy yo, y qué es mi vida o la familia
de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?
(19)
ְׁ‫יאל‬
ֹּ֥ ‫ֹּ֥תְׁתתְׁאֶ ת־מ ַ ֹּ֥רבְׁבַ ת־שָ ִ֖אּולְׁלְׁדָ ִ ָ֑ודְׁוְׁ ִ ָ֧היאְׁנִ תְׁנָ ַ֛הְׁלְׁעַד ִר‬
ַ֛ ‫וַי ִִ֗היְׁבְׁע‬
:‫הַ מְׁחָֹֽ ל ִ ִָ֖תיְׁלְׁ ִא ָ ָֽשה‬
vaihí bê'ét tét et-meráv bat-shaúl lêdavíd; vêhí nitênáh lê'adriél hamêjólatí
lêisháh.

Pero sucedió que cuando llegó el tiempo en que Merab, hija de Shaúl [Saúl],
debía ser dada a David, fue dada por mujer a Adriel el mejolatita.

256
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 18

(20)
ְׁ‫ַ֛בְׁמיכַ ֹּ֥לְׁבַ ת־שָ ִ֖אּולְׁאֶ ת־דָ ִ ָ֑ודְׁ ַוי ִַגַ֣דּוְׁלְׁשָ ֵ֔אּולְׁוַיִ ַ ֹּ֥שרְׁהַ דָ ָבִ֖ר‬
ִ ‫ו ֶ ַָֽתא ֱַה‬
:‫בְׁע ָינָֽיו‬
vatéeháv mijál bat-shaúl et-davíd; vaiagídu lêshaúl, vaishár hadavár bê'eináv.

Pero Mical, la otra hija de Shaúl [Saúl], amaba a David. Esto le fue dicho a
Shaúl [Saúl], y el asunto le pareció bien.
(21)
ְׁ‫י־בֹוְׁיַד־פְׁלִ ש ִ ָ֑תים‬
ִ֖ ִ‫מֹוקשְּׁותה‬ ֵ֔ ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ תְׁנֶ ֵׁ֤נָהְׁלֹוֹ֙ ְּׁותהִ י־לַ֣ ֹוְׁל‬
:‫ןְׁביְׁהַ יָֽ ֹום‬
ִ֖ ִ ‫םְׁתתחַ ֹּ֥ת‬
ִ ִ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁבִ ש ַ ַ֛תי‬
vaiómer shaúl etênénah ló uthi-ló lêmoqésh, uthi-vó iad-pêlishtím; vaiómer
shaul el-davíd, bishtáim titjatén bí haióm.

Pues pensó Shaúl [Saúl]: 'Yo se la daré para que le sirva de trampa y para que
la mano de los filisteos sea contra él.' Y Shaúl [Saúl] dijo a David por segunda
vez: –Hoy serás mi yerno.
(22)
ְׁ ֹ֙‫וַי ִ֨ ַצוְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ת־עֲבָ ִ֗ ָדוְׁדַ בְׁ ִ֨רּוְׁאֶ ל־דָ ִ ֵׁ֤ודְׁבַ לָטֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁהִ ִ֨נהְׁחָ פֵׁ֤ץְׁבְָׁך‬
:‫הַ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁכְׁל־עֲבָ ָ ִ֖דיוְׁאֲה ָ֑בּוָךְׁוְׁע ָ ִַ֖תהְׁהִ תחַ ֹּ֥תןְׁבַ ֶ ָֽמלְֶך‬
vaitzáv shaúl et-'avadáv dabêrú el-davíd balat lemór, hinéh jafétz bêjá
hamélej, vêjol-'avadáv ahevúja; vê'atáh hitjatén bamélej.

Entonces Shaúl [Saúl] dio órdenes a sus servidores: –Hablad en secreto a


David, diciéndole: 'He aquí, el rey te aprecia, y todos sus servidores te quieren
bien; sé, pues, yerno del rey.'
(23)
ְׁ‫ַוֶָֽ֣ידַ בְׁ ָׁ֞רּוְׁעַב ֵׁ֤דיְׁשָ אּולְֹׁ֙בְׁאְׁזנַ֣יְׁדָ ִֵ֔ודְׁאֶ ת־הַ דְׁבָ ִ ִ֖ריםְׁהָ ָ֑אלֶהְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִִ֗וד‬
:‫יש־רשְׁוְׁנִ ק ֶ ָֽלה‬ֹּ֥ ָ ‫יְׁא‬ ָֽ ִ ‫ַ ָֽהנְׁקַ לָ ֵׁ֤הְׁבְׁ ָֽעיניכֶםֹ֙ ְׁהִ תחַ ַ֣תןְׁבַ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ָ ָֽאנֹ ִ ִ֖כ‬
váidabêrú 'avdéi shaul bêoznéi davíd, et-hadêvarím haéleh; vaiómer davíd
hánêqaláh vê'éineijem hitjatén bamélej, vêánojí ísh-rásh vêniqléh.

Los servidores de Shaúl [Saúl] dijeron estas palabras a oídos de David, y éste
preguntó: –¿Os parece poca cosa ser yerno del rey, siendo yo un hombre
pobre e insignificante?
(24)
:‫ֶהְׁד ֶבֹּ֥רְׁדָ ִ ָֽוד‬
ִ ‫ַוי ִַָ֜גדּוְׁעַב ֹּ֥דיְׁשָ ַ֛אּולְׁלִ֖ ֹוְׁלאמָֹ֑ רְׁכַדְׁבָ ִ ֹּ֥ריםְׁהָ ִ֖אל‬
vaiagídu 'avdéi shaúl ló lemór; kadêvarím haéleh dibér davíd.

Los servidores de Shaúl [Saúl] dieron a éste la respuesta diciendo: –Estas


palabras ha dicho David.
257
18 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(25)
ְׁ ֹ֙‫רְׁכיְׁבְׁמאָ ה‬
ִ ִ֗ ַ‫ין־חפֶץְׁל ִ֨ ֶַמלְֶךֹ֙ ְׁבְׁמֵֹ֔ ה‬
ֵׁ֤ ‫דְׁא‬ָֽ ‫ּולְׁכה־ת ֹאמ ַ֣רּוְׁלְׁדָ ִִ֗ו‬ ֹ ָֽ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜א‬
‫עְׁרלַ֣ ֹותְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁלְׁהִ נ ִָ֖קםְׁבְׁאָֹֽ יְׁבַ֣יְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁוְׁשָ ַ֣אּולְׁחָ שֵַ֔ בְׁלְׁהַ ִ ֹּ֥פילְׁאֶ ת־‬
:‫דָ ִ ִ֖ודְׁבְׁיַד־פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vaiómer shaúl kóh-tomrú lêdavíd éin-jéfetz lamélej bêmóhar, kí bêmeah 'orlót
pêlishtím, lêhinaqém bêóiêvéi hamélej; vêshaúl jasháv, lêhapíl et-davíd bêiad-
pêlishtím.

Y Shaúl [Saúl] dijo: –Decid esto a David: 'El rey no tiene interés en el precio
matrimonial, sino en 100 prepucios de filisteos, para vengarse de los enemigos
del rey.' Pues Shaúl [Saúl] pensaba hacer caer a David en mano de los
filisteos.
(26)
ְׁ‫ַוי ִִַ֨גדּוְׁעֲבָ ָ ֵׁ֤דיוְׁלְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ת־הַ דְׁבָ ִ ַ֣ריםְׁהָ ֵ֔אלֶהְׁוַיִ ַ ֵׁ֤שרְׁהַ דָ בָ רֹ֙ ְׁבְׁעינַ֣יְׁדָ ִֵ֔וד‬
:‫אְׁמלְׁ ִ֖אּוְׁהַ י ִ ָָֽמים‬
ָֽ ָ ֹ ‫לְׁהִ תחַ ִ֖תןְׁבַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁוְׁ ֹּ֥ל‬
vaiagídu 'avadáv lêdavid et-hadêvarím haéleh, vaishár hadavar bê'einéi davíd,
lêhitjatén bamélej; vêló málêú haiamím.

Y cuando los servidores de Shaúl [Saúl] declararon a David estas palabras,


agradó a David el asunto de ser yerno del rey. Antes que se cumpliera el
plazo,
(27)
ְׁ‫םְׁאישְׁ֒ ַויָבֵׁ֤א‬ ִ ִ‫אתי‬ ַ֣ ַ ָ‫ּואְׁו ֲאנָשִָ֗ יוְׁוַיַ ְֶַ֣֣ךְׁבַ פְׁלִ ש ִתים֮ ְׁמ‬
ָֽ ַ ‫ְֶךְׁ׀ְׁה‬
ַ֣ ‫ַו ִָ֨יקְׁםְׁדָ ִָ֜ודְׁוַיַ֣ל‬
ְׁ‫יהםְׁוַימַ ל ַ֣אּוםְׁל ֵ֔ ֶַמלְֶךְׁלְׁהִ תחַ ִ֖תןְׁבַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁוַיִ תֶ ן־לֹּ֥ ֹו‬ ֶ ֵ֔ ‫דָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ת־עְׁ ְׁרלַ֣ ת‬
‫ ס‬:‫ת־מיכַ ֹּ֥לְׁבִ ִ֖תֹוְׁלְׁ ִא ָ ָֽשה‬
ִ ֶ‫שָ ַ֛אּולְׁא‬
vaiáqom davíd vaiélej | hú váanasháv vaiáj bapêlishtim matáim ish vaiavé
david et-'orêlóteihém, vaimalúm lamélej, lêhitjatén bamélej; vaiten-ló shaúl
et-mijál bitó lêisháh.

David se levantó y partió con su gente. Mató a 200 hombres de los filisteos,
llevó sus prepucios y los entregó todos al rey, para llegar a ser yerno del rey.
Y Shaúl [Saúl] le dio por mujer a su hija Mical.
(28)
:ְׁ‫דְּׁומיכַ ֹּ֥לְׁבַ ת־שָ ִ֖אּולְׁאֲה ַ ָֽבתְׁהּו‬
ִ ‫עְׁכיְׁיהוָ ִ֖הְׁעִ ם־דָ ִ ָ֑ו‬
ֹּ֥ ִ ַ‫וַיַ ֵֶׁ֤֣ראְׁשָ אּולְֹׁ֙ו ֵַ֔יד‬
vaiár shaul vaiéda', kí Adonai 'im-davíd; umijál bat-shaúl ahevátêhu .

Pero al ver y reconocer que el Eterno estaba con David y que Mical hija de
Shaúl [Saúl] le amaba,

258
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 18, 19

(29)
‫אְׁמפְׁנֹּ֥יְׁדָ ִוִ֖דְׁעָ֑ ֹודְׁוַי ִ ֹּ֥היְׁשָ ַ֛אּולְׁאֹ יֹּ֥בְׁאֶ ת־דָ ִ ִ֖ודְׁכְׁל־‬
ִ ֹ ‫ַו ַ֣י ֹאסֶ ףְׁשָ ִ֗אּולְׁל ַ֛ר‬
‫ פ‬:‫הַ י ִ ָָֽמים‬
vaiósef shaúl leró mipênéi davíd 'ód; vaihí shaúl oiév et-davíd kol-haiamím.

Shaúl [Saúl] temió aun más a David. Y Shaúl [Saúl] fue hostil a David todos
los días.
(30)
ְׁ‫ְׁמכֹ לְֹׁ֙עַב ַ֣די‬
ִ ֹ֙‫אתםְׁשָ כַ ֵׁ֤לְׁדָ וִ ד‬
ָ ִ֗ ‫יְׁ׀ְׁמ ַ֣דיְׁצ‬
ִ ‫וַיָֽצְׁ ִ֖אּוְׁשָ ַ֣ריְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁוַי ִ ַ֣ה‬
ֹּ֥ ַ ִ‫שָ ֵ֔אּולְׁוַי‬
‫ ס‬:‫יקרְׁשְׁ ִ֖מֹוְׁמְׁאָֹֽ ד‬
vaiétzêú saréi fêlishtím; vaihí | midéi tzetám sajál david mikol 'avdéi shaúl,
vaiqár shêmó mêód.

Los jefes de los filisteos continuaron saliendo a la guerra. Y sucedía que cada
vez que lo hacían, David tenía más éxito que todos los servidores de Shaúl
[Saúl], por lo que su nombre se hizo muy apreciado.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 19


(1)
ְׁ‫וַידַ בַ֣רְׁשָ ִ֗אּולְׁאֶ ל־יָֽ ֹונ ָ ֵָׁ֤תןְׁבְׁנֹוֹ֙ ְׁוְׁאֶ ל־כְׁל־עֲבָ ֵ֔ ָדיוְׁלְׁהָ ִ ִ֖מיתְׁאֶ ת־דָ ִ ָ֑וד‬
:‫יהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁבֶ ן־שָ ֵ֔אּולְׁחָ פֹּ֥ץְׁבְׁדָ ִ ִ֖ודְׁמְׁאָֹֽ ד‬ָֽ ִ‫ו‬
vaidabér shaúl el-íonatán bênó vêel-kol-'avadáv, lêhamít et-davíd; vihónatan
ben-shaúl, jafétz bêdavíd mêód.

Shaúl [Saúl] habló a su hijo Iehonatán [Jonatán] y a todos sus servidores para
dar muerte a David. Pero Iehonatán [Jonatán] hijo de Shaúl [Saúl] amaba
mucho a David.
(2)
ְׁ ֹ֙‫יתָךְׁוְׁעַתָ ה‬
ָ֑ ֶ ‫יְׁלה ֲִמ‬
ָֽ ַ ‫ַויַגֵׁ֤דְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁלְׁדָ ִ ַ֣ודְׁלאמֵֹ֔ רְׁמְׁבַ ַ֛קשְׁשָ ֹּ֥אּולְׁאָ ִ ִ֖ב‬
: ָ‫הִ ָ ָֽשמֶ ר־נָ ַ֣אְׁבַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוְׁ ָיָֽשַ ב ָ ֹּ֥תְׁבַ ִ֖סתֶ רְׁוְׁנַח ָֽבאת‬
vaiagéd iêhónatan lêdavíd lemór, mêvaqésh shaúl aví láhamitéja; vê'atah
hishámer-ná vabóqer, vêiáshavtá vaséter vênajbéta.

Y Iehonatán [Jonatán] dio aviso a David, diciendo: –Mi padre Shaúl [Saúl]
procura matarte. Ahora, por favor, ten cuidado durante la mañana y escóndete
en un lugar oculto.

259
19 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(3)
ְׁ‫םְׁוא ָּ֕ ֲִניְׁאֲדַ בֹּ֥ר‬
ָֽ ַ ֵָ֔‫ֲשרְׁאַ ָ ַ֣תהְׁש‬
ַ֣ ֶ ‫ַ ָֽוא ִ֨ ֲִניְׁא ָ֜צאְׁוְׁ ָ ָֽעמַ ד ִ ַ֣תיְׁלְׁיַד־אָ ִִ֗ביְׁבַ שָ דֶ הֹ֙ ְׁא‬
‫ ס‬:‫יְׁלְך‬ ָֽ ָ ‫יְׁמהְׁוְׁהִ גַ ֹּ֥ ֶ֣ד ִת‬
ִ֖ ָ ‫ית‬
ִ ‫בְָׁךִ֖ ְׁאֶ ל־אָ ִ ָ֑ביְׁוְׁ ָר ִ ֹּ֥א‬
váaní etzé vê'ámadtí lêiad-aví basadeh ashér atáh shám, váaní adabér bêjá el-
aví; vêraíti máh vêhigádti láj.

Yo saldré y estaré al lado de mi padre en el campo donde tú estés y hablaré de


ti a mi padre. Si percibo algo, te lo avisaré.
(4)
ְׁ‫ל־יח ִ֨ ֱָטא‬
ָֽ ֶ ַ‫רְׁאלְׁיוְׁא‬ֶ֠ ֶ‫ְׁטֹובְׁאֶ ל־שָ ִ֖אּולְׁאָ ִ ָ֑ביוְׁ ַו ַ֣י ֹאמ‬ ֵ֔ ֹ֙‫וַידַ ִ֨ברְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ֵָׁ֤תןְׁבְׁדָ וִ ד‬
:‫יְׁמע ָ ֲִ֖שיוְׁטֹוב־לְָׁךֹּ֥ ְׁמְׁאָֹֽ ד‬
ָֽ ַ ‫דְׁכיְׁלֵׁ֤ ֹואְׁחָ טָ אֹ֙ ְׁ ֵָ֔לְךְׁוְׁ ִ ֹּ֥כ‬
ַ֣ ִ ‫הַ ָ֜ ֶמלְֶךְׁבְׁעַב ַ֣דֹוְׁבְׁדָ ִִ֗ו‬
vaidabér iêhónatán bêdavid tóv, el-shaúl avív; vaiómer éloiv al-iéjetá hamélej
bê'avdó vêdavíd kí ló jata láj, vêjí má'asáv tov-lêjá mêód.

Iehonatán [Jonatán] habló bien de David a su padre Shaúl [Saúl], y le dijo: –


No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido ningún
pecado contra ti. Al contrario, sus obras te han sido muy beneficiosas.
(5)
ְׁ‫ַויָשֶ םְׁ֩אֶ ת־נַפ ִ֨שֹוְׁבְׁכ ַָ֜פֹוְׁוַיַ ְֶַ֣֣ךְׁאֶ ת־הַ פְׁלִ ש ִ֗ ִתיְׁ ַו ִַ֨יעַשְׁיה ָ֜ ָוהְׁתְׁשּועָ ֵׁ֤ה‬
ְׁ‫הְׁתחֱטָ אֹ֙ ְׁבְׁ ָ ַ֣דםְׁנ ֵ֔ ִָקיְׁלְׁהָ ִ ֹּ֥מית‬
ָֽ ֶ ָ‫לְׁר ִ ִ֖איתָ ְׁו ִַתש ָ ָ֑מחְׁוְׁלָ ֵׁ֤מ‬
ָ ‫גְׁדֹולָהֹ֙ ְׁלְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔א‬
:ְׁ‫אֶ ת־דָ ִוִ֖דְׁחִ ָנָֽם‬
vaiasem et-nafshó vêjapó vaiáj et-hapêlishtí vaiá'as Adonai têshu'áh gêdolah
lêjol-israél, raíta vatismáj; vêlámah téjeta bêdám naqí, lêhamít et-davíd jinám.

Él arriesgó su vida cuando mató al filisteo, y el Eterno dio una gran victoria a
todo Israel. Tú lo viste y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra sangre
inocente, dando muerte a David sin motivo?
(6)
:ְׁ‫ם־יּומת‬
ָֽ ָ ִ ָ‫וַיִ ש ַ ֹּ֥מעְׁשָ ִ֖אּולְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ָָ֑תןְׁוַיִ שָ ַבַ֣עְׁשָ ֵ֔אּולְׁחַ י־יהו‬
‫ִ֖הְׁא‬
vaishmá' shaúl bêqól iêhónatán; vaishavá' shaúl, jai-Adonai im-iumát .

Al oír Shaúl [Saúl] la voz de Iehonatán [Jonatán], juró: –¡Vive el Eterno, que
no morirá!
(7)
ֹּ֥ ‫וַיִ ק ָ ֵׁ֤ראְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁלְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ַו ַיגֶד־לֹוֹ֙ ְׁיְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָת‬
ְׁ‫ןְׁאתְׁכְׁל־הַ דְׁבָ ִ ִ֖ריםְׁהָ ָ֑אלֶהְׁ ַוי ִָ֨בא‬
‫ ס‬:‫ֹולְׁשל ָֽשֹום‬ִ ‫יְׁ ָֽהֹונ ָ ֵָׁ֤תןְׁאֶ ת־דָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁוַי ִ ֹּ֥היְׁלְׁפָנָ ִ֖יוְׁכְׁאֶ ת ֹּ֥מ‬
vaiqrá iêhónatan lêdavíd, vaiaged-ló iêhónatán, ét kol-hadêvarím haéleh;
vaiavé iêhónatán et-david el-shaúl, vaihí lêfanáv kêetmól shilshóm.

260
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 19

Entonces Iehonatán [Jonatán] llamó a David y le declaró todas estas palabras.


Iehonatán [Jonatán] presentó a David ante Shaúl [Saúl], y David estuvo
delante de él como antes.
(8)
ְׁ ֹ֙‫הְׁלהְׁיָ֑ ֹותְׁוַי ִ֨צאְׁדָ ִָ֜ודְׁוַיִלָ ַ֣חֶ םְׁבַ פְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁוַיַ ְֵֶׁ֤֣ךְׁבָ הֶ ם‬
ָֽ ִ ‫ו ַֹּ֥תֹוסֶ ףְׁהַ ִמלחָ ָ ִ֖מ‬
:‫ִ֖סּוְׁמפ ָָנָֽיו‬
ִ ‫מַ כָ ַ֣הְׁגְׁדֹו ֵָ֔להְׁ ַויָנ‬
vatósef hamiljamáh líhêíot; vaietzé davíd vailájem bapêlishtím vaiáj bahem
makáh gêdoláh, vaianúsu mipanáv.

Volvió a haber guerra, y David fue y combatió contra los filisteos. Él les
ocasionó una gran derrota, y huyeron ante él.
(9)
ְׁ‫בְׁוחֲנִ ִ֖יתֹוְׁבְׁי ָָ֑דֹו‬
ָֽ ַ ‫ֵׁ֤הְׁ׀ְׁרעָהֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁוְׁהּואֹ֙ ְׁבְׁב ַ֣יתֹוְׁיֹ ֵ֔ש‬
ָ ָ‫ְׁ֩רּוחַ ְׁיהו‬ ִ֨ ‫וַתְׁהִ י‬
:ְׁ‫וְׁדָ ִ ִ֖ודְׁמְׁנ ַֹּ֥גֶ֣ןְׁבְׁ ָיָֽד‬
vatêhí rúaj Adonai | ra'ah el-shaúl, vêhu bêveitó ioshév, vájanitó bêiadó;
vêdavíd mênagén bêiád .

Entonces un espíritu malo de parte del Eterno vino sobre Shaúl [Saúl]. Y
estando él sentado en su casa, tenía su lanza en su mano, mientras David tañía
con la mano.
(10)
ִ ֹ֙‫ֹותְׁבחֲנִ יתֹ֙ ְׁבְׁדָ ִ ַ֣ודְּׁובַ ֵ֔ ִקירְׁוַיִ פטַ ר‬
ְׁ‫ְׁמפְׁנַ֣יְׁשָ ֵ֔אּולְׁוַיַ ְֶֹּ֥֣ך‬ ָֽ ַ ֵׁ֤‫וַיבַ ִ֨קשְׁשָ ָ֜אּולְׁלְׁהַ כ‬
‫ פ‬:‫ֶ ָֽאת־הַ ח ֲִנִ֖יתְׁבַ ִ ָ֑קירְׁוְׁדָ ִ ַ֛ודְׁנָ ֹּ֥סְׁוַיִ מָ לִ֖טְׁבַ לַ ֹּ֥ילָהְׁ ָֽהּוא‬
vaivaqésh shaúl lêhakót bájanit bêdavíd uvaqír, vaiftar mipênéi shaúl, vaiáj ét-
hajanít baqír; vêdavíd nás vaimalét baláilah hú.

Entonces Shaúl [Saúl] intentó clavar a David en la pared con la lanza, pero
David esquivó a Shaúl [Saúl], quien golpeó la lanza contra la pared. Aquella
noche David huyó y se escapó.
(11)
ְׁ‫וַיִ ש ַלחְׁ֩שָ ִ֨אּולְׁמַ לאָ ָ֜ ִכיםְׁאֶ ל־בֵׁ֤יתְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלְׁשְׁמ ֵ֔רֹוְׁוְׁ ַ ָֽלה ֲִמ ִ֖יתֹוְׁבַ בָֹ֑ קֶ ר‬
ְׁ ֹ֙‫ֵׁ֤טְׁאת־נַפשְָׁך‬
ָֽ ֶ ‫ם־אינ ָָ֜ךְׁמְׁמַ ל‬ ִ֨ ‫רְׁא‬ ִ ֵֹ֔‫ֵׁ֤לְׁאשתֹוֹ֙ ְׁלאמ‬
ִ ַ‫דְׁמיכ‬ ִ ‫וַתַ גַ֣דְׁלְׁדָ ִִ֗ו‬
:‫הְׁמּומת‬
ָֽ ָ ‫הַ ֵַ֔לילָהְׁמָ ָחִ֖רְׁאַ ָ ֹּ֥ת‬
vaishlaj shaúl malajím el-béit david lêshomró, vêláhamitó babóqer; vatagéd
lêdavíd mijál ishtó lemór, im-éinjá mêmalét ét-nafshêjá haláilah, majár atáh
mumát.

Shaúl [Saúl] envió mensajeros a la casa de David para que lo vigilasen y le


dieran muerte a la mañana siguiente. Pero Mical, su mujer, avisó a David
diciendo: –Si no salvas tu vida esta noche, mañana estarás muerto.
261
19 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(12)
:‫ַ֣דְׁהחַ לָ֑ ֹוןְׁוַיֹּ֥לְֶךְׁוַיִ ב ַ ִ֖רחְׁוַיִ מָ ָֽלט‬
ָֽ ַ ַ‫דְׁמיכַ ַ֛לְׁאֶ ת־דָ ִוִ֖דְׁבְׁע‬
ִ ‫וַתָֹ֧ ֶר‬
vatóred mijál et-davíd bê'ád hájalón; vaiélej vaivráj vaimalét.

Entonces Mical descolgó a David por una ventana, y él se fue, huyó y se


escapó.
(13)
ְׁ‫ירְׁהעִ ֵ֔ ִזים‬
ָֽ ָ ‫חְׁמי ַָ֜כלְׁאֶ ת־הַ תְׁ ָר ִ֗ ִפיםְׁו ִ֨ ַָתשֶ םֹ֙ ְׁאֶ ל־הַ ִמ ֵ֔ ָטהְׁוְׁאתֹ֙ ְׁכְׁ ִ ַ֣ב‬
ִ ‫ו ִַת ִ֨ ַק‬
‫ ס‬:‫ָ ִ֖שמָ הְׁמְׁ ַ ָֽראֲשֹ ָ ָ֑תיוְׁוַתְׁכַ ִ֖סְׁבַ ָ ָֽבגֶד‬
vatiqáj mijál et-hatêrafím vatásem el-hamitáh, vêet kêvír há'izím, sámah
mêráashotáv; vatêjás babáged.

Después Mical tomó un ídolo doméstico y lo puso sobre la cama,


acomodándole a la cabecera una almohada de cuero de cabra y cubriéndolo
con la ropa.
(14)
ָֽ ֶ‫וַיִ שלַ ֹּ֥חְׁשָ ַ֛אּולְׁמַ לאָ ִ ִ֖כיםְׁל ַ ַָ֣קחַ תְׁאֶ ת־דָ ִוָ֑דְׁ ַו ִ֖ת ֹאמֶ רְׁחֹ ל‬
‫ ס‬:‫ֹּ֥הְׁהּוא‬
vaishláj shaúl malajím laqájat et-davíd; vatómer joléh hú.

Y cuando Shaúl [Saúl] envió mensajeros para que prendiesen a David, ella
respondió: –Está enfermo.
(15)
ָֽ ַ ָֹ֑‫וַיִ שלַ ֵׁ֤חְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ת־הַ מַ לאָ ֵ֔ ִכיםְׁלִ ר ֹּ֥אֹותְׁאֶ ת־דָ ִ ִ֖ודְׁלאמ‬
ְׁ‫רְׁהע ֲִ֨לּוְׁאֹ ָ֧תֹו‬
:‫ִ֖יְׁלה ֲִמ ָֽתֹו‬
ָֽ ַ ַ‫בַ ִמ ָ ַ֛טהְׁאל‬
vaishláj shaul et-hamalajím, lirót et-davíd lemór; há'alú otó vamitáh elái
láhamitó.

Shaúl [Saúl] volvió a enviar mensajeros para que viesen a David, diciendo:
'¡Traédmelo en la cama para que lo mate!'
(16)
ְׁ‫ירְׁהעִ זִ ִ֖ים‬
ָֽ ָ ‫ַוי ִ֨ ָֹבאּוֹ֙ ְׁהַ מַ לאָ ֵ֔ ִכיםְׁוְׁהִ נֹּ֥הְׁהַ תְׁ ָר ִ ִ֖פיםְׁאֶ ל־הַ ִמ ָטָ֑הְּׁוכ ִ ֹּ֥ב‬
‫ ס‬:‫מְׁ ַ ָֽראֲשֹ ָ ָֽתיו‬
vaiavóú hamalajím, vêhinéh hatêrafím el-hamitáh; ujvír há'izím mêráashotáv.

Entraron los mensajeros, y he aquí que el ídolo estaba en la cama, y una


almohada de cuero de cabra a su cabecera.

262
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 19

(17)
ְׁ‫יתנִ יְׁוַתְׁשַ לְׁ ִ ֹּ֥חיְׁאֶ ת־אָֹֽ יְׁ ִ ִ֖בי‬ִ ֵ֔ ‫ל־מי ִַ֗כלְׁלָ ֵׁ֤מָ הְׁ ִָ֨ככָהֹ֙ ְִׁר ִמ‬
ִ ֶ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁא‬
ְׁ‫רְׁמי ַכלְֹׁ֙אֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁהּוא־אָ ַ ֹּ֥מרְׁאלַ ַ֛יְׁשַ לְׁ ִ ִ֖חנִ יְׁל ָ ָֹּ֥מה‬ ִ ֶ‫וַיִ מָ לָ֑טְׁ ַו ֵׁ֤ת ֹאמ‬
:‫יתְך‬ ָֽ ‫א ֲִמ‬
vaiómer shaúl el-mijál lámah kájah rimitíni, vatêshalêjí et-óiêví vaimalét;
vatómer mijal el-shaúl, hu-amár elái shalêjíni lamáh amitéj.

Entonces Shaúl [Saúl] preguntó a Mical: –¿Por qué me has engañado así y has
dejado ir a mi enemigo, de modo que se escapase? Mical respondió a Shaúl
[Saúl]: –Porque él me dijo: '¡Déjame ir! Porque si no, te mato.'
(18)
‫ֹוְׁאתְׁכְׁל־‬ ַ֛ ‫ֶד־ל‬ ָֽ ָ ‫וְׁדָ ִִ֨ודְׁבָ ַ ָ֜רחְׁוַיִ מָ ִ֗לטְׁ ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁאֶ ל־שְׁמּואל‬
ֵ֔ ‫ְֹׁ֙ה ָר ֵ֔ ָמתָ הְׁ ַו ִַ֨יג‬
:)‫מּואלְׁוַיָֽשְׁ ִ֖בּוְׁבנויתְׁ(בְׁנָיָֽ ֹות‬ ֵ֔ ‫רְׁעשָ ה־לִ֖ ֹוְׁשָ ָ֑אּולְׁוַיֵׁ֤לְֶךְׁהּואֹ֙ ְּׁוש‬ ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫א‬
vêdavíd baráj vaimalét vaiavó el-shêmuel háramátah, vaiáged-ló, ét kol-ashér
'ásah-ló shaúl; vaiélej hu ushmuél, vaiéshêvú vnvit (bênaíot).

David huyó. Se escapó y fue a Shemuel [Samuel], en Ramá; y le dijo todo lo


que Shaúl [Saúl] le había hecho. Entonces él se fue con Shemuel [Samuel], y
habitaron en Nayot.
(19)
:‫ֹות)ְׁב ָר ָ ָֽמה‬
ָֽ ָ ִ֖‫וַיגַ ֹּ֥דְׁלְׁשָ ִ֖אּולְׁלאמָֹ֑ רְׁהִ נַ֣הְׁדָ ִֵ֔ודְׁבנויתְׁ(בְׁנָי‬
vaiugád lêshaúl lemór; hinéh davíd, vnvit (bênaíot) báramáh.

Luego avisaron a Shaúl [Saúl], diciendo: 'He aquí que David está en Nayot, en
Ramá.'
(20)
ְׁ ֹ֙‫יאים‬ ָֽ ֶ ‫וַיִ ש ִַ֨לחְׁשָ ַ֣אּולְׁמַ לאָ כִ ים֮ ְׁל ַ ַָ֣קחַ תְׁאֶ ת־דָ וִ דְׁ֒ ַו ִַ֗יר‬
ִ ִ‫אְׁאת־ ַלה ַ ֲֵׁ֤קתְׁהַ נְׁב‬
ְׁ ַ‫יְׁעל־מַ לאֲכֵׁ֤יְׁשָ אּול ְַֹׁ֣֙רּוח‬
ָֽ ַ ‫יהָ֑םְׁוַתְׁ ִָׁ֞ה‬ֶ ‫מּואלְׁעֹ ֹּ֥מדְׁנִ ָצִ֖בְׁעֲל‬
ָּ֕ ‫נִ בְׁ ִֵ֔איםְּׁוש‬
‫ ס‬:ְׁ‫ַם־המָ ה‬ ָֽ ‫ֱלהיםְׁו ִ ַָֽיתְׁנַבְׁ ִ֖אּוְׁג‬
ִֵ֔ ‫א‬
vaishláj shaúl malajim laqájat et-david vaiár ét-lahaqát hanêviim nibêím,
ushmuél 'oméd nitzáv 'aleihém; vatêhí 'ál-malajéi shaul rúaj elohím,
vaítênabêú gam-hémah .

Y Shaúl [Saúl] envió mensajeros para que prendiesen a David. Éstos vieron a
un grupo de profetas que estaban profetizando y a Shemuel [Samuel] que
estaba allí y los presidía. Entonces el espíritu de Elohim vino sobre los
mensajeros de Shaúl [Saúl], y ellos también profetizaron.

263
19 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(21)
ְׁ}‫ַוי ִַגַ֣דּוְׁלְׁשָ ִ֗אּולְׁוַיִ שלַחֹ֙ ְׁמַ לאָ ִ ַ֣כיםְׁאֲח ִ ֵ֔ריםְׁו ִ ַָֽיתְׁנַבְׁ ִ֖אּוְׁגַם־הָ֑מָ הְׁ{ס‬
ָֽ ‫ו ַַֹ֣יסֶ ףְׁשָ ִ֗אּולְׁוַיִ שלַחֹ֙ ְׁמַ לאָ ִ ַ֣כיםְׁשְׁלִ ֵ֔ ִשיםְׁו ִ ַָֽיתְׁנַבְׁ ִ֖אּוְׁג‬
:‫ַם־המָ ה‬
vaiagídu lêshaúl vaishlaj malajím ajerím, vaítênabêú gam-hémah; {s} vaiósef
shaúl vaishlaj malajím shêlishím, vaítênabêú gam-hémah.

Cuando le informaron a Shaúl [Saúl], envió otros mensajeros, los cuales


también profetizaron. Shaúl [Saúl] envió mensajeros por tercera vez, y éstos
también profetizaron.
(22)
ְׁ‫ֲשרְׁבַ שֵֶ֔ כּוְׁוַיִ ש ַ ַ֣אל‬ ַ֣ ֶ ‫ַד־בֹורְׁהַ גָדֹולְֹׁ֙א‬
ֵׁ֤ ‫ּואְׁה ָר ִ֗ ָמתָ הְׁ ַו ָיב ֹאֹ֙ ְׁע‬
ָֽ ָ ‫ַם־ה‬ ָ֜ ‫ו ִַ֨ילְֶךְׁג‬
:‫ֹות)ְׁב ָר ָ ָֽמה‬
ָֽ ָ ֹּ֥‫מּואלְׁוְׁדָ ִ ָ֑ודְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁהִ נִ֖הְׁבנויתְׁ(בְׁנָי‬
ִ֖ ְׁ‫יפהְׁש‬ ֹ ֹּ֥ ‫ַו ֵ֔י ֹאמֶ רְׁא‬
vaiélej gam-hú háramátah vaiavo 'ad-bór hagadol ashér baséju, vaishál
vaiómer, eifóh shêmuél vêdavíd; vaiómer hinéh vnvit (bênaíot) báramáh.

Finalmente, él mismo fue a Ramá; y al llegar al gran pozo que está en Secú,
preguntó diciendo: –¿Dónde están Shemuel [Samuel] y David? Y le
respondieron: –He aquí que están en Nayot, en Ramá.
(23)
ְׁ‫ֱלהים‬
ִִ֗ ‫ּואְׁרּוחַ ְׁא‬
ַ֣ ‫ַם־ה‬ָ֜ ‫ֹות)ְׁב ָר ָ ָ֑מהְׁוַתְׁהִ יְׁ֩ ָע ִָ֨ליוְׁג‬
ָֽ ָ ִ֖‫וַיַ֣לְֶךְׁשֵָ֔ םְׁאֶ ל־נויתְׁ(נָי‬
:ְׁ‫ֹות)ְׁב ָר ָ ָֽמה‬
ָֽ ָ ֹּ֥‫וַיֵׁ֤לְֶךְׁהָ לֹוְךֹ֙ ְׁוַיִ תנ ֵַ֔באְׁעַד־בֹ ִ֖אֹוְׁבנויתְׁ(בְׁנָי‬
vaiélej shám, el-nvit (naíot) báramáh; vatêhí 'aláv gam-hú rúaj elohím vaiélej
haloj vaitnabé, 'ad-boó vnvit (bênaíot) báramáh .

Fue a Nayot, en Ramá, y también sobre él vino el espíritu de Elohim, e iba


profetizando hasta que llegó a Nayot, en Ramá.
(24)
ְׁ‫מּואלְׁוַיִ ַ֣ ֹפלְׁעָרֵֹ֔ ם‬
ֵ֔ ְׁ‫ַם־הּואְׁבְׁג ִ֗ ָָדיוְׁוַיִ תנַבֵׁ֤אְׁגַם־הּואֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁש‬ ָ֜ ‫וַיִ פשִַ֨ טְׁג‬
ְׁ‫כְׁל־הַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְׁוְׁכְׁל־הַ לָ ָ֑ילָהְׁעַל־כןֹ֙ ְָֽׁי ֹאמְׁ ֵ֔רּוְׁהֲגַ ֹּ֥םְׁשָ ִ֖אּול‬
‫ פ‬:‫בַ נְׁבִ ִ ָֽיאם‬
vaifshát gam-hú bêgadáv vaitnabé gam-hu lifnéi shêmuél, vaipól 'aróm, kol-
haióm hahú vêjol-haláilah; 'al-ken iómêrú, hagám shaúl banêviím.

Él también se despojó de su ropa y se puso a profetizar de la misma manera


delante de Shemuel [Samuel]. Todo aquel día y toda aquella noche estuvo
echado desnudo. Por esto se suele decir: '¿También está Shaúl [Saúl] entre los
profetas?'

264
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 20

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 20


(1)
ְׁ‫ןְׁמה‬
ֵׁ֤ ֶ ‫ֹות)ְׁב ָר ָ ָ֑מהְׁ ַו ָי ָׁ֞ב ֹאְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁלִ פנַ֣יְׁיְׁ ָֽהֹונ ִ֗ ָָת‬
ָֽ ָ ִ֖‫דְׁמנוותְׁ(מנָי‬
ִ ‫וַיִ ב ַ ַ֣רחְׁדָ ִֵ֔ו‬
:‫יָךְׁכיְׁמְׁבַ ִ֖קשְׁאֶ ת־נַפ ִ ָֽשי‬ֹּ֥ ִ ‫אתיֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁאָ ִֵ֔ב‬ ִ ָ‫ֵׁ֤יְּׁומה־חַ ט‬
ָֽ ֶ ‫ְׁמה־עֲֹו ִנ‬ ָֽ ֶ ֹ֙‫יתי‬
ִ ‫ע ִ֨ ִָש‬
vaivráj davíd, mnvvt (minaíot) báramáh; vaiavó vaiómer | lifnéi iêhónatán
méh 'asítí méh-'aoní uméh-jatatí lifnéi avíja, kí mêvaqésh et-nafshí.

David huyó de Nayot, en Ramá. Después acudió a Iehonatán [Jonatán] y le


dijo: –¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál es mi pecado contra tu
padre, para que él trate de quitarme la vida?
(2)
ְׁ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁלַ֣ ֹוְׁחָ לִ ילָה֮ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁתָ מּותְׁ֒הִ ֡נהְׁלו־עשהְׁ( ָֽל ֹא־ ַיעֲשִֶ֨ ה)ְׁאָ ִָ֜ביְׁדָ ָבַ֣ר‬
ְׁ‫יְׁמ ֶ ַ֛מנִ י‬
ִ ‫ֹולְׁאֹוְׁדָ ָבַ֣רְׁקָ טֵֹ֔ ןְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁיִ גלֶ ִ֖הְׁאֶ ת־אְׁזְׁ ִנָ֑יְּׁומַ דּו ַעְׁ֩יַס ִ֨ ִתירְׁאָ ִ ֹּ֥ב‬
ִ֚ ִ֗‫גָד‬
:‫ִ֖הְׁאיןְׁ ָֽז ֹאת‬ ֹּ֥ ֶ‫אֶ ת־הַ דָ ָבֹּ֥רְׁהַ ז‬
vaiómer ló jalilah ló tamut hinéh lv-'sh (ló-ia'aséh) aví davár gadól ó davár
qatón, vêló igléh et-ozêní; umadu'á iastír aví miméni et-hadavár hazéh éin
zót.

Él le respondió: –¡De ninguna manera! No morirás. He aquí que mi padre no


hace cosa grande ni pequeña que no me la revele. ¿Por qué, pues, me ha de
encubrir mi padre este asunto? ¡No será así!
(3)
ְׁ‫ֵׁ֤אתיְׁחןֹ֙ ְׁבְׁעי ֵֶ֔ניָך‬
ִ ‫יָךְׁכי־מָ ָצ‬ ָ֜ ‫וַיִ שָ ִ֨ ַב‬
ָֽ ִ ‫עְׁעֹודְׁדָ ִִ֗ודְׁו ִַ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁי ִ֨ ָֹדעְַׁי ָ֜ ַָדעְׁאָ ִִ֗ב‬
ְׁ‫ֶן־יעָצָ֑בְׁוְׁאּו ִָ֗לםְׁחַ י־יהוָהֹ֙ ְׁוְׁחַ֣יְׁנַפשֵֶ֔ ָך‬
ָֽ ‫ל־יֶ֣דַ ע־ ֹּ֥ז ֹאתְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁפ‬ ָֽ ַ‫ַו ַ֛י ֹאמֶ רְׁא‬
:ְׁ‫ִ ַ֣כיְׁכְׁ ֵֶ֔פשַ עְׁב ִינִ֖יְּׁובֹּ֥יןְׁהַ ָ ָֽמוֶת‬
vaishavá' 'ód davíd vaiómer iadó'a iadá' avíja kí-matzáti jen bê'einéja, vaiómer
al-iéda'-zót iêhónatán pen-ié'atzév; vêulám jai-Adonai vêjéi nafshéja, kí
jêfésa', beiní uvéin hamávet .

Pero David volvió a jurar diciendo: –Tu padre sabe claramente que yo he
hallado gracia ante tus ojos y pensará: 'Que Iehonatán [Jonatán] no sepa esto,
no sea que se entristezca.' Ciertamente, ¡vive el Eterno y vive tu alma, que
apenas hay un paso entre mí y la muerte!
(4)
‫ פ‬:‫ה־לְך‬
ָֽ ָ ֶ‫ֹאמרְׁנַפשְָׁךִ֖ ְׁוְׁ ֶ ָֽאעֱש‬
ֹּ֥ ַ ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁאֶ ל־דָ ִ ָ֑ודְׁמַ ה־ת‬
vaiómer iêhónatán el-davíd; mah-tomár nafshêjá vêé'eseh-láj.

265
20 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces Iehonatán [Jonatán] dijo a David: –Haré por ti lo que tú digas.


(5)
‫יְׁיָֽשֹ ב־א ֹּ֥שבְׁעִ ם־‬ ָ ‫ןְׁהנה־חִֹ֨ דֶ שֹ֙ ְׁמָ ֵ֔ ָחרְׁוְׁ ָ ָֽאנֹ ִ ַ֛כ‬
ָֽ ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־יְׁ ָֽהֹונ ִ֗ ָָת‬
:‫ְֶךְׁלאֱכָ֑ ֹולְׁוְׁ ִשלַח ִ֨ ַתנִ יֹ֙ ְׁוְׁנִ סתַ ר ִ ַ֣תיְׁבַ שָ ֵ֔ ֶדהְׁעַ ִ֖דְׁהָ עֶ ֶֹּ֥רבְׁהַ שְׁלִ ִ ָֽשית‬
ָֽ ֶ ‫הַ ֶ ִ֖מל‬
vaiómer davíd el-iêhónatán híneh-jódesh majár, vêánojí iáshov-eshév 'im-
hamélej léejól; vêshilajtání vênistartí vasadéh, 'ád ha'érev hashêlishít.

Y David respondió a Iehonatán [Jonatán]: –He aquí que mañana es luna


nueva, y yo debo sentarme con el rey para comer. Pero tú dejarás que me vaya
y me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.
(6)
ְׁ ֹ֙‫לְׁמ ֶ ֵׁ֤מנִ יְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלָרּוץ‬
ִ ‫ִאם־פָקֹֹּ֥ דְׁיִ פקְׁ ִ֖דנִ יְׁאָ ִ ָ֑ביָךְׁוְׁ ָ ָֽאמַ ר ִ֗ ָתְׁנִ שאֹ לְׁ֩נִ ש ִ֨ ַא‬
:‫יםְׁשםְׁלְׁכְׁל־הַ ִמשפ ָ ָָֽחה‬ ִ֖ ָ ‫ֹוְׁכיְׁזֶ ָ֧בַ חְׁהַ י ִ ַָ֛מ‬ ַ֣ ִ ‫יר‬ ֵ֔ ִ‫ָֽבית־לֶ ַ֣חֶ םְׁע‬
im-paqód ifqêdéni avíja; vêámartá nishol nishál miméni david larutz béit-
léjem 'iró, kí zévaj haiamím shám lêjol-hamishpajáh.

Si tu padre me echa de menos, dirás: 'David me pidió encarecidamente que lo


dejase ir de inmediato a Belén, su ciudad, porque todos los de su familia
tienen allá el sacrificio anual.'
(7)
‫עְׁכי־‬
ָֽ ִ ‫ֹוְׁד‬
ַ ָּ֕ ‫הְׁיח ֱֶרהֹ֙ ְֵׁ֔ל‬
ָֽ ֶ ֹ‫רְׁטֹובְׁשָ לַ֣ ֹוםְׁלְׁעַב ֶ ָ֑דָךְׁוְׁ ִאם־חָ ֵׁ֤ר‬ִ֖ ‫ֹאמ‬
ַ֛ ַ ‫ם־כהְׁי‬ֹ ֹּ֥ ‫ִא‬
:‫ִ֖הְׁמעִ ָֽמֹו‬
ָֽ ָ‫הְׁה ָרע‬
ָֽ ָ ‫כְׁלְׁ ָ ֹּ֥ת‬
im-kóh iomár tóv shalóm lê'avdéja; vêim-jaróh iéjereh ló, dá' kí-jolêtáh
hára'áh mé'imó.

Si él dice: 'Está bien', entonces tu siervo tendrá paz. Pero si se enoja, sabrás
que el mal está determinado de parte de él.
(8)
ְׁ‫ְׁאת־עַבדְָׁךִ֖ ְׁעִ ָ ָ֑מְך‬ ָֽ ֶ ָ‫ָךְׁכיְׁבִ ב ִ ַ֣ריתְׁיה ֵ֔ ָוהְׁהבֹּ֥את‬
ִ ִ֚ ‫ְׁחסֶ דֹ֙ ְׁעַל־עַב ֵ֔ ֶד‬ ֶ ִ֨ ָ‫וְׁע ִ ֵָׁ֤שית‬
‫ פ‬:ְׁ‫יאנִ י‬ ָֽ ִ‫יְׁאתָ הְׁוְׁעַד־אָ ִ ִ֖ביָךְׁלְׁמָ ה־זֶ ֹּ֥הְׁתְׁב‬
ַ ֵ֔ ִ‫יתנ‬ַ֣ ‫ֶש־ביְׁעָֹוןֹ֙ ְׁה ֲִמ‬
ֵׁ֤ ִ ‫וְׁ ִאם־י‬
vê'asíta jésed 'al-'avdéja, kí bivrít Adonai, hevéta ét-'avdêjá 'imáj; vêim-iesh-bí
'aon hamiténi átah, vê'ad-avíja lomah-zéh têviéni .

Tendrás, pues, misericordia de tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo


en un pacto del Eterno contigo. Si hay maldad en mí, mátame tú. ¿Para qué
llevarme hasta tu padre?
(9)
ְׁ‫הְׁה ָר ָָ֜עה‬
ָֽ ָ ‫עְׁכי־כְׁלְׁ ִ֨ ָת‬
ָֽ ִ ‫יְׁ׀ְׁאם־יָדַֹ֣ עְַׁא ִ֗ ַד‬
ִ ‫ְָ֑ךְׁכ‬ ַ֣ ִ ָ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁחָ ִ ַ֣לילָהְׁל‬
‫ ס‬:‫ֹּ֥ידְׁלְך‬
ָֽ ָ ‫מ ִ ֵׁ֤עםְׁאָ בִ ְֹׁ֙יְׁל ַָ֣בֹואְׁ ָע ֵֶ֔ליָךְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאֹ ָ ִ֖תּהְׁאַ ִג‬
266
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 20

vaiómer iêhónatán jalílah láj; kí | im-iadó'a edá' kí-jolêtáh hára'áh me'ím aví
lavó 'aléja, vêló otáĥ agíd láj.

Y Iehonatán [Jonatán] respondió: –¡Nunca te suceda tal cosa! Antes bien, si


llego a saber que está determinado de parte de mi padre que el mal venga
contra ti, ¿no te lo avisaré yo?
(10)
‫ ס‬:‫ה־יעַנָךֹּ֥ ְׁאָ ִ ִ֖ביָךְׁקָ ָ ָֽשה‬
ָֽ ַ ַ‫יְׁאֹוְׁמ‬
ַ֛ ‫ַ֣ידְׁל‬
ָ֑ ִ ‫ןְׁמיְׁי ִַג‬
ִ֖ ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־יְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָת‬
vaiómer david el-iêhónatán, mí iagíd lí; ó mah-iá'anjá avíja qasháh.

Entonces David preguntó a Iehonatán [Jonatán]: –¿Quién me avisará, si tu


padre te responde con aspereza?
(11)
‫ ס‬:‫יהִ֖םְׁהַ שָ ֶ ָֽדה‬
ֶ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁלְׁכָ ִ֖הְׁוְׁנצַ֣אְׁהַ שָ ֶ ָ֑דהְׁוַיָֽצְׁ ֹּ֥אּוְׁשְׁנ‬
vaiómer iêhónatan el-davíd, lêjáh vênetzé hasadéh; vaiétzêú shêneihém
hasadéh.

Iehonatán [Jonatán] dijo a David: –Ven, salgamos al campo. Salieron ambos


al campo,
(12)
ְׁ‫ְֹׁ֙כי־אֶ חקַֹ֣ רְׁאֶ ת־אָ ִִ֗בי‬ָֽ ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ֜ ָָתןְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁיה ָׁ֞ ָוהְׁאֱלהֵׁ֤יְׁיִ ש ָראל‬
ְׁ‫ה־טֹובְׁאֶ ל־דָ ִ ָ֑ודְׁוְׁל ֹא־אָ זֹ֙ ְׁאֶ שלַ ַ֣חְׁא ֵֶ֔ליָך‬
ִ֖ ‫כָעֵׁ֤תְׁ׀ְׁמָ חָ רֹ֙ ְׁהַ שְׁלִ ֵ֔ ִשיתְׁוְׁהִ נ‬
:ְׁ‫יתיְׁאֶ ת־אְׁזְׁ ֶנֶָָֽ֣ך‬ִ ‫וְׁג ִ ִָ֖ל‬
vaiómer iêhónatán el-davíd Adonai elohéi israel kí-ejqór et-aví ka'ét | majar
hashêlishít, vêhineh-tóv el-davíd; vêlo-az eshláj eléja, vêgalíti et-ozênéja .

y Iehonatán [Jonatán] dijo a David: –Vive el Eterno Elohim de Israel, que


cuando yo haya sondeado a mi padre mañana como a esta hora, la tercera
hora, he aquí que si él muestra buen ánimo para con David, ¿no enviaré yo
para hacértelo saber?
(13)
ְׁ ֹ֙‫ת־ה ָרעָה‬ ָֽ ָ ֶ‫יטבְׁאֶ ל־אָ ִ ֵׁ֤ביְׁא‬ ִִ֨ ‫יףְׁכי־י‬
ָֽ ִ ‫יהֹונ ָ֜ ָָתןְׁוְׁ ַ֣ ֹכהְׁיֹ ִִ֗ס‬ ָֽ ִ‫ָֽ ֹכה־ ַיעֲשֶ הְׁ֩יה ִ֨ ָוהְׁל‬
ְׁ‫יהיְׁיהוָהֹ֙ ְׁעִ ֵ֔ ָמְך‬
ֵׁ֤ ִ ִ‫יתיֹ֙ ְׁאֶ ת־אְׁזְׁ ֵֶ֔נָךְׁוְׁ ִשלַח ִ ִ֖תיָךְׁוְׁ ָ ָֽהלַכ ָ ַ֣תְׁלְׁשָ לָ֑ ֹוםְׁו‬ִ ִִ֨‫ָע ֵֶ֔ליָךְׁוְׁגָל‬
:ְׁ‫ֲשרְׁהָ יָ ִ֖הְׁעִ ם־אָ ִ ָֽבי‬ ֹּ֥ ֶ ‫ַ ָֽכא‬
kóh-ia'aseh Adonai lihónatán vêjóh iosíf kí-ieitív el-aví et-hára'ah 'aléja,
vêgalítí et-ozênéja, vêshilajtíja vêhálajtá lêshalóm; vihí Adonai 'imáj, káashér
haiáh 'im-aví .

267
20 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Pero si mi padre quiere hacerte daño, ¡así haga el Eterno a Iehonatán [Jonatán]
y aun le añada, si no te lo hago saber! Así te despediré, y te marcharás en paz;
y que el Eterno esté contigo, como estuvo con mi padre.
(14)
:ְׁ‫יְׁחֹּ֥סֶ דְׁיהוָ ִ֖הְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאָ ָֽמּות‬
ֶ ‫יְׁחָ֑יְׁוְׁ ָֽל ֹא־תַ ע ֶ ֲָ֧שהְׁעִ מָ ִ ַ֛ד‬
ָ ִ‫ם־עֹודנ‬
ַ֣ ֶ ‫אְׁא‬
ִ ֹ ‫וְׁ ִ֖ל‬
vêló im-'odéni jái; vêló-ta'aséh 'imadí jésed Adonai vêló amút .

Y si quedo vivo, muéstrame la misericordia del Eterno, para que yo no muera.


(15 / 7656)
ְׁ ֹ֙‫יתיְׁעַד־עֹולָ ָ֑םְׁוְׁ ִ֗ל ֹאְׁבְׁהַ כ ִ ֵׁ֤רתְׁיהוָה‬ ִ֖ ִ ‫יתְׁאת־חַ סדְָׁךַ֛ ְׁמ ִ ֹּ֥עםְׁב‬
ָֽ ֶ ‫וְׁ ָֽל ֹא־תַ כ ִ ָ֧ר‬
:ְׁ‫דְׁאישְׁמעַ ִ֖לְׁפְׁנֹּ֥יְׁ ָ ָֽהאֲדָ ָ ָֽמה‬
ִָּ֕ ‫אֶ ת־אָֹֽ יְׁבַ֣יְׁדָ ִֵ֔ו‬
vêló-tajrít ét-jasdêjá me'ím beití 'ad-'olám; vêló bêhajrít Adonai et-óiêvéi
davíd, ísh me'ál pênéi háadamáh .

Cuando el Eterno destruya de la tierra uno por uno a los enemigos de David,
no elimines para siempre tu misericordia de mi casa.
(16)
:ְׁ‫הְׁמיַ ִ֖דְׁאָֹֽ יְׁבֹּ֥יְׁדָ ִ ָֽוד‬ ַ֣ ִ‫וַיִ כ ֹּ֥רֹ תְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁע‬
ִ ‫ם־ביתְׁדָ ִוָ֑דְּׁובִ ַ֣קשְׁיה ֵ֔ ָו‬
vaijrót iêhónatán 'im-béit davíd; uviqésh Adonai, miád óiêvéi davíd .

Así Iehonatán [Jonatán] hizo un pacto con la casa de David, y dijo: –¡el
Eterno lo demande de mano de los enemigos de David!
(17)
ְׁ‫ֹוְׁכי־אַ ה ֲַבֹּ֥תְׁנַפ ִ֖שֹו‬
ָֽ ִ ‫וַיֵׁ֤ ֹוסֶ ףְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁלְׁהַ ש ִ ַ֣ביעְַׁאֶ ת־דָ ִֵ֔ודְׁבְׁ ַ ָֽאהֲבָ ִ֖תֹוְׁאֹ ָ֑ת‬
‫ ס‬:‫אֲה ָֽבֹו‬
vaiósef iêhónatan lêhashbí'a et-davíd, bêáhavató otó; kí-ahavát nafshó ahevó.

Iehonatán [Jonatán] hizo jurar de nuevo a David, a causa de su amor por él;
porque le amaba con toda su alma.
(18)
:‫דְׁמֹושָ ֶ ָֽבָך‬
ָֽ ‫ְׁכיְׁיִ פ ִָ֖ק‬
ֹּ֥ ִ ָ‫ַו ָֽי ֹאמֶ ר־לֹּ֥ ֹוְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁמָ ָחַ֣רְׁחָֹ֑ דֶ שְׁוְׁנִ פ ָּ֕ ַקדת‬
vaiómer-ló iêhónatán majár jódesh; vênifqádta kí ipaqéd móshavéja.

Luego le dijo Iehonatán [Jonatán]: –Mañana es luna nueva, y tú serás echado


de menos, porque tu asiento quedará vacío.
(19)
ְׁ‫ְׁשםְׁבְׁיַ֣ ֹום‬
ִ֖ ָ ָ‫אתְׁאֶ ל־הַ מָ ֵ֔קֹוםְׁאֲשֶ ר־נִ ס ַ ֹּ֥תרת‬ ָֹ֙ ָ‫וְׁ ִשלַש ָֹ֙תְׁת ַ֣רדְׁמְׁ ֵ֔ ֹאדְּׁוב‬
:‫ְׁאצֶ לְׁהָ ֶ ֹּ֥אבֶ ןְׁהָ ָ ָֽאזֶל‬
ִ֖ ‫ַ ָֽהמַ ע ֶ ֲָ֑שהְׁוְׁיָ ַ֣שַ ב ֵ֔ ָת‬

268
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 20

vêshilashtá teréd mêód, uvatá el-hamaqóm, asher-nistárta shám bêíom


háma'aséh; vêiáshavtá, étzel haéven haázel.

Al tercer día descenderás rápidamente y vendrás al lugar donde estabas


escondido cuando empezó este problema. Esperarás junto a aquella piedra.
(20)
:‫ח־ליְׁלְׁמַ טָ ָ ָֽרה‬
ִ֖ ִ ‫הְׁאֹורהְׁלְׁ ַ ָֽש ַ ָֽל‬
ָ֑ ֶ ‫ַ ָֽוא ָּ֕ ֲִניְׁשְׁלֹּ֥ שֶ תְׁהַ חִ ִ ִ֖ציםְׁצִ ָ ַ֣ד‬
váaní shêlóshet hajitzím tzidáh oréh; lêsháláj-lí lêmataráh.

Yo tiraré tres flechas en esa dirección, simulando tirar al blanco.


(21)
ְׁ‫יםְׁאם־אָ מֹ רְׁ֩אֹ ִ֨ ַמר‬ ִ ‫וְׁהִ נהֹ֙ ְׁאֶ שלַ ַ֣חְׁאֶ ת־הַ ֵַ֔נעַרְׁלְִ֖ךְׁמְׁ ָצַ֣אְׁאֶ ת־הַ חִ ִ ָ֑צ‬
ְׁ‫הְׁכי־שָ לֹּ֥ ֹוםְׁלְָׁךַ֛ ְׁוְׁ ֹּ֥אין‬
ָֽ ִ ָ‫יםְׁ׀ְׁממְָׁךַ֣ ְׁו ִָ֗הנָהְׁקָ ֶחָ֧נּוְׁ׀ְׁוָבַֹ֛ א‬
ִ ‫ַל ַָ֜נעַרְׁהִ נֹּ֥הְׁהַ חִ ִ ַ֣צ‬
:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫דָ ָבִ֖רְׁחַ י־י‬
vêhineh eshláj et-haná'ar, léj mêtzá et-hajitzím; im-amor omár laná'ar hinéh
hajitzím | mimêjá vahénah qajénu | vavóah kí-shalóm lêjá vêéin davár jai-
Adonai .

Y he aquí que enviaré al muchacho diciéndole: '¡Ve y busca las flechas!' Si


digo al muchacho: '¡He aquí, las flechas están más acá de ti; tómalas!', tú
vendrás; porque hay paz y no hay peligro. ¡Vive el Eterno!
(22)
ְׁ ִ֖‫יְׁש ַלחֲָך‬
ָֽ ִ ‫ְךְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ‫הְׁל‬
ָּ֕ ָ‫יםְׁממְָׁךַ֣ ְׁו ָָהָ֑לא‬
ִ ‫ם־כהְׁאֹ מַ רֹ֙ ְׁ ָל ֵֶ֔עלֶםְׁהִ נֹּ֥הְׁהַ חִ ִ ִ֖צ‬
ֹ ֵׁ֤ ‫וְׁ ִא‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫י‬
vêim-kóh omar la'élem, hinéh hajitzím mimêjá vahálah; léj kí shílajajá Adonai.

Pero si yo digo al muchacho: '¡He allí, las flechas están más allá de ti!', vete;
porque el Eterno te manda.
(23)
ְׁ‫ַד־עֹולם‬
ָֽ ָ ‫ֹּ֥יְּׁובינְָׁךִ֖ ְׁע‬
ָֽ ‫רְׁד ַבִ֖רנּוְׁא ֲִנַ֣יְׁו ָ ָָ֑אתָ הְׁהִ נָ֧הְׁיהוָ ַ֛הְׁב ִינ‬
ִ ‫ֲש‬ֹּ֥ ֶ ‫וְׁ ִ֨ ַהדָ ֵ֔ ָברְׁא‬
‫ס‬:
vêhádavár, ashér dibárnu aní vaátah; hinéh Adonai beiní uvéinêjá 'ad-'olám .

Y en cuanto a las palabras que tú y yo hemos hablado, he aquí que el Eterno


es testigo entre tú y yo para siempre.
(24)
ְׁ‫וַיִ סָ ֹּ֥תרְׁדָ ִ ִ֖ודְׁבַ שָ ֶ ָ֑דהְׁוַי ִ ַ֣היְׁהַ חֵֹ֔ דֶ שְׁוַיָ֧שֶ בְׁהַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁעל־ְׁ(אֶ ל־)ְׁהַ לֶ ִ֖חֶ ם‬
:‫ֶ ָֽלאֱכָֽ ֹול‬

269
20 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaisatér davíd basadéh; vaihí hajódesh, vaiéshev hamélej 'l- (el-) haléjem
léejól.

David se escondió en el campo. Y cuando llegó la luna nueva, el rey se sentó a


la mesa para comer.
(25)
ְׁ ֹ֙‫ַל־מֹושָ ָ֜בֹוְׁכְׁפַ ַ֣ עַםְׁ׀ְׁבְׁ ִַ֗פעַםְׁאֶ ל־מֹושַ בֹ֙ ְׁהַ ֵ֔ ִקירְׁ ַו ִָ֨יקָ ם‬
ִ֨ ‫בְׁהַ מֶ לְֶךְׁע‬
ֶ֠ ֶ‫וַיַ֣ש‬
:‫ִ֖רְׁמ ַצַ֣דְׁשָ ָ֑אּולְׁוַיִ פ ִָ֖קדְׁמְׁ ֹּ֥קֹוםְׁדָ ִ ָֽוד‬
ִ ‫יְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָתןְׁוַיֹּ֥שֶ בְׁאַ בנ‬
vaiéshev hámelej 'al-móshavó kêfá'am | bêfá'am el-moshav haqír, vaiáqam
iêhónatán, vaiéshev avnér mitzád shaúl; vaipaqéd mêqóm davíd.

Como solía, el rey se sentó en su silla, la silla junto a la pared. Iehonatán


[Jonatán] se levantó, y Abner se sentó al lado de Shaúl [Saúl]; pero el lugar de
David quedó vacío.
(26)
ְׁ‫הְׁהּואְׁבִ ל ִ ֹּ֥תי‬
ֵ֔ ‫ְׁמק ֶ ַ֣ר‬
ִ ֹ֙‫ּואְׁכיְׁאָ מַ ר‬
ֵׁ֤ ִ ‫א־ד ֶבֹּ֥רְׁשָ ַ֛אּולְׁמְׁ ִ֖אּומָ הְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ָ֑ה‬
ִ ֹ ‫וְׁ ָֽל‬
‫ פ‬:‫ּואְׁכי־ ֹּ֥ל ֹאְׁטָ ָֽהֹור‬ָֽ ִ ‫ֹורְׁה‬
ִ֖ ‫טָ ַ֛ה‬
vêló-dibér shaúl mêúmah baióm hahú; kí amar miqréh hú, biltí tahór hú kí-ló
tahór.

Aquel día Shaúl [Saúl] no dijo nada, pues pensó: 'Algo le habrá acontecido, y
no está purificado. Seguramente no está purificado.'
(27)
ְֹׁ֙‫יְׁממָ חְׁ ַ ֵׁ֤רתְׁהַ חִֹ֨ דֶ שֹ֙ ְׁהַ ש ֵ֔ ִניְׁוַיִ פ ִָ֖קדְׁמְׁ ַ֣קֹוםְׁדָ ִ ָ֑ודְׁ{פ} ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשָ אּול‬
ָֽ ִ ‫וַי ִִ֗ה‬
‫ֹא־בָ֧אְׁבֶ ן־יִ ַ ַ֛שיְׁגַם־תְׁ ֹּ֥מֹולְׁגַם־הַ יִ֖ ֹוםְׁאֶ ל־‬ ָ ‫אֶ ל־יְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֣תןְׁבְׁנֵ֔ ֹוְׁמַ דָ֜ ּו ַעְׁל‬
:‫הַ ָ ָֽלחֶ ם‬
vaihí mímajorát hajódesh hashení, vaipaqéd mêqóm davíd; {f}vaiómer shaul
el-iêhónatán bênó, madú'a lo-vá ven-ishái gam-têmól gam-haióm el-halájem.

Pero sucedió que al día siguiente, el segundo día después de la luna nueva, el
asiento de David quedó vacío, por lo que Shaúl [Saúl] preguntó a su hijo
Iehonatán [Jonatán]: –¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí, ni ayer ni
hoy?
(28)
:‫יתְׁלחֶ ם‬
ָֽ ָ ‫ַד־ב‬
ֹּ֥ ‫דְׁמעִ מָ ִ ִ֖דיְׁע‬
ָֽ ‫וַיַ ֹּ֥עַןְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ִָ֖תןְׁאֶ ת־שָ ָ֑אּולְׁנִ ש ִ֨ ֹאלְׁנִ ש ַ ֹּ֥אלְׁדָ ִ ַ֛ו‬
vaiá'an iêhónatán et-shaúl; nishól nishál davíd mé'imadí 'ad-béit lájem.

Iehonatán [Jonatán] respondió a Shaúl [Saúl]: –David me pidió


encarecidamente que le dejase ir a Belén.

270
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 20

(29)
ְׁ‫ְׁ֩משפ ִ֨ ָָחהְׁ ָָ֜לנּוְׁבָ ִ֗ ִעירְׁוְׁ ֵׁ֤הּואְׁצִ ּוָה־לִ יֹ֙ ְׁאָ ִֵ֔חי‬
ִ ‫אְׁכיְׁזֶבַ ח‬ ַ֣ ִ ‫ַו ֡י ֹאמֶ רְׁשַ לְׁחַ֣נִ יְׁ ָ֡נ‬
ְׁ‫יָךְׁא ָ ֹּ֥מלטָ הְׁנָ ִ֖אְׁוְׁאֶ ר ֶ ַ֣אהְׁאֶ ת־אֶ ָחָ֑יְׁעַל־כַ֣ן‬ ִ ‫ֵׁ֤אתיְׁחןֹ֙ ְׁבְׁעי ֵֶ֔נ‬
ִ ‫הְׁאם־מָ ָצ‬ ִ ‫וְׁע ִ֗ ַָת‬
‫ ס‬:‫ֹא־באְׁאֶ ל־של ַחִ֖ןְׁהַ ֶ ָֽמלְֶך‬ ָ ֵ֔ ‫ל‬
vaiómer shalêjéni ná kí zevaj mishpajáh lánu ba'ír vêhú tzivah-lí ají, vê'atáh
im-matzáti jen bê'einéja, imáltah ná vêeréh et-ejái; 'al-kén lo-vá, el-shulján
hamélej.

Él me dijo: 'Por favor, déjame ir, porque los de mi familia tenemos un


sacrificio en la ciudad, y mi hermano me lo ha ordenado. Por eso, si he
hallado gracia ante tus ojos, permite que me vaya y visite a mis hermanos.'
Por eso no ha venido a la mesa del rey.
(30)
ְׁ‫ֹוְׁבן־ ַנעֲוַ ִ֖תְׁהַ מַ ר ָ֑דּותְׁהֲלַ֣ ֹוא‬
ָֽ ֶ ‫רְׁל‬
ֵ֔ ֶ‫יהֹונ ֵ֔ ָָתןְׁ ַו ַ֣י ֹאמ‬
ַ֣ ִ‫ר־אףְׁשָ אּולְֹׁ֙ב‬ ֵׁ֤ ַ ַ‫ו ִ ַָֽיח‬
:‫ֹּ֥תְׁא ֶ ָֽמָך‬
ִ ַ‫יְׁכי־בֹ חֵׁ֤רְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁלְׁבֶ ן־יִ שֵַ֔ יְׁלְׁ ִ֨ ָבשתְׁ ֵָ֔ךְּׁולבִֹ֖ שֶ תְׁעֶרו‬
ָֽ ִ ‫י ִ֗ ַָדע ִת‬
vaíjar-áf shaul bihónatán, vaiómer ló, bén-na'avát hamardút; haló iadá'ti kí-
vojér atah lêven-ishái, lêváshtêjá, ulvóshet 'ervát iméja.

Entonces Shaúl [Saúl] se enfureció contra Iehonatán [Jonatán] y le dijo: –


¡Hijo de la corrompida y rebelde! ¿Acaso no sé que tú has elegido al hijo de
Isaí, para vergüenza tuya y para vergüenza de la desnudez de tu madre?
(31)
ְׁ‫אְׁתכִ֖ ֹוןְׁאַ ָ ַ֣תה‬
ִ ֹ ‫ַל־האֲדָ ֵ֔ ָמהְׁ ֹּ֥ל‬ ָֽ ָ ‫ְׁחַ֣יְׁע‬ ַ ֹ֙‫ֲשרְׁבֶ ן־יִ שַ י‬ ֵׁ֤ ֶ ‫ִ ַ֣כיְׁכְׁל־הַ י ִִָ֗מיםְׁא‬
‫ ס‬:‫ֶתְׁהּוא‬ ָֽ ‫ן־מו‬ ִ֖ ָ ֶ‫יְׁכיְׁב‬ֹּ֥ ִ ‫כּותָךְׁוְׁע ִ֗ ַָתהְׁשְׁ ִַ֨לחְׁוְׁ ַ ֵׁ֤קחְׁאֹ תֹוֹ֙ ְׁא ֵַ֔ל‬
ָ֑ ֶ ‫ּומַ ל‬
kí jol-haiamím ashér ben-ishaí jái 'al-háadamáh, ló tikón atáh umaljutéja;
vê'atáh shêláj vêqáj otó elái, kí ven-mávet hú.

Todo el tiempo que el hijo de Isaí viva sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu
reino. Manda, pues, a traérmelo, porque ha de morir.
(32)
:‫ָשה‬
ָֽ ָ ‫תְׁמהְׁע‬
ֹּ֥ ֶ ‫הְׁיּומ‬
ִ֖ ַ ָ‫ַו ִַ֨יעַןֹ֙ ְׁיְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָתןְׁאֶ ת־שָ ִ֖אּולְׁאָ ִ ָ֑ביוְׁ ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁאלָ ַ֛יוְׁלָ ֹּ֥מ‬
vaiá'an iêhónatán, et-shaúl avív; vaiómer eláv lámah iumát méh 'asáh.

Iehonatán [Jonatán] respondió a su padre Shaúl [Saúl] y le dijo: –¿Por qué


tiene que morir? ¿Qué ha hecho?
(33)
ְׁ‫ָהְׁהיא‬
ַ֛ ִ ‫ּולְׁאת־הַ ח ֲִנַ֛יתְׁעָלָ ִ֖יוְׁלְׁהַ כֹ ָ֑תֹוְׁו ִַ֨ידַ עֹ֙ ְׁיְׁ ַ֣הֹונ ֵ֔ ָָתןְׁכִ י־כָ ֹּ֥ ל‬
ָֽ ֶ ‫ַו ִָ֨יטֶ לְׁשָ ָ֧א‬
‫ ס‬:‫מ ִ ֹּ֥עםְׁאָ ִ ִ֖ביוְׁלְׁהָ ִ ֹּ֥מיתְׁאֶ ת־דָ ִ ָֽוד‬

271
20 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiátel shaúl ét-hajanít 'aláv lêhakotó; vaiéda' iêhónatán, ki-jálah hí me'ím


avív lêhamít et-davíd.

Entonces Shaúl [Saúl] le arrojó una lanza para herirlo, por lo que Iehonatán
[Jonatán] entendió que estaba decidido de parte de su padre el dar muerte a
David.
(34)
ְׁ‫י־אףְׁוְׁ ָֽל ֹא־אָ ַָׁ֞כלְׁבְׁיֹום־הַ חֵֹׁ֤ דֶ ש‬
ָ֑ ָ ‫ִ֖ןְׁבחְׁ ִר‬
ָֽ ָ ‫וַיָ ֶָ֧֣קְׁםְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֛תןְׁמ ִ ֹּ֥עםְׁהַ של ָח‬
‫ ס‬:‫דְׁכיְׁהִ כלִ ִ֖מֹוְׁאָ ִ ָֽביו‬
ֹּ֥ ִ ‫םְׁכיְׁנֶעצַ בֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ו‬
ֵׁ֤ ִ ֶ‫הַ שנִ יֹ֙ ְׁ ֵֶ֔לח‬
vaiáqom iêhónatán me'ím hashulján bájori-áf; vêló-ajál bêiom-hajódesh
hashení léjem, kí ne'tzav el-davíd, kí hijlimó avív.

Iehonatán [Jonatán] se levantó de la mesa ardiendo en ira, y no comió el


segundo día después de la luna nueva, pues estaba triste por causa de David;
porque su padre le había afrentado.
(35)
:‫וַי ִ ַ֣היְׁבַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוַיצָ֧אְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֛תןְׁהַ שָ ֶ ִ֖דהְׁלְׁמֹועַ֣דְׁדָ ִ ָ֑ודְׁוְׁנַ ֹּ֥עַרְׁקָ טִֹ֖ ןְׁעִ ָֽמֹו‬
vaihí vabóqer, vaietzé iêhónatán hasadéh lêmo'éd davíd; vêná'ar qatón 'imó.

Sucedió que a la mañana siguiente Iehonatán [Jonatán] salió al campo, según


lo convenido con David; y un muchacho pequeño estaba con él.
(36)
ְׁ‫יְׁמֹורהְׁהַ נַ ַ֣עַ ר‬
ָ֑ ֶ ‫רְׁאנֹ ִ ִ֖כ‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫ת־הַ֣חִ ֵ֔ ִציםְׁא‬
ַ ֶ‫ֹוְׁרץְׁמְׁ ָצֹּ֥אְׁנָאֹ֙ ְׁא‬ ִ֗ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁלְׁ ַ ָֽנע ֲֵ֔ר‬
:‫ָ ֵ֔רץְׁוְׁ ָֽהּוא־י ָ ָֹּ֥רהְׁהַ חִ֖צִ יְׁלְׁ ַ ָֽהעֲבִ ָֽרֹו‬
vaiómer lêná'aró, rútz mêtzá na et-hájitzím, ashér ánojí moréh; haná'ar rátz,
vêhú-iaráh hajétzi lêhá'aviró.

Entonces dijo al muchacho: –¡Por favor, corre y busca las flechas que yo tire!
Cuando el muchacho iba corriendo, él tiraba la flecha de modo que pasara más
allá de él.
(37)
ְׁ‫ֲשרְׁי ָ ִָ֖רהְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ָָ֑תןְׁוַיִ ק ָ ִ֨ראְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ֜ ָָתן‬
ֹּ֥ ֶ ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁהַ ִַ֨נעַרֹ֙ ְׁעַד־מְׁ ַ֣קֹוםְׁהַ ֵ֔חצִ יְׁא‬
:‫יְׁממְָׁךֹּ֥ ְׁו ָ ָָֽהלְׁאָ ה‬
ִ ִ‫ַ ָֽאח ֲֵׁ֤ריְׁהַ ִַ֨נעַרֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאמֶ רְׁהֲלֹּ֥ ֹואְׁהַ חִ֖צ‬
vaiavó haná'ar 'ad-mêqóm hajétzi, ashér iaráh iêhónatán; vaiqrá iêhónatán
ájaréi haná'ar vaiómer, haló hajétzi mimêjá vahálêah.

Cuando el muchacho llegó a donde estaba la flecha que Iehonatán [Jonatán]


había tirado, éste gritó al muchacho diciendo: –¿No está la flecha más allá de
ti?

272
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 20

(38)
ְׁ‫הְׁאל־תַ עֲמָֹ֑ דְׁוַיל ַָׁ֞קטְׁנַ ֵׁ֤עַר‬
ָֽ ַ ָ‫הְׁחּוש‬
ִ֖ ‫ְׁאח ֲַ֣ריְׁהַ ֵַ֔נעַרְׁמְׁה ָ ֹּ֥ר‬ָֽ ַ ֹ֙‫וַיִ ק ָ ֵׁ֤ראְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ן‬
:‫ת־החציְׁ(הַ֣חִ ֵ֔ ִצים)ְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁאֶ ל־אֲדֹ ָנָֽיו‬
ַ ֶ‫יְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁא‬
vaiqrá iêhónatan ájaréi haná'ar, mêheráh júshah ál-ta'amód; vailaqét ná'ar
iêhónatan et-hjtzy (hájitzím), vaiavó el-adonáv.

Y Iehonatán [Jonatán] volvió a gritar tras el muchacho: –¡Date prisa,


apresúrate, no te detengas! El muchacho de Iehonatán [Jonatán] recogió las
flechas y volvió a su señor.
(39)
‫ ס‬:‫דְׁיֶ֣דְׁעִ֖ ּוְׁאֶ ת־הַ דָ ָ ָֽבר‬
ָֽ ָ ‫הְׁאְךְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁוְׁדָ ִֵ֔ו‬
ֵׁ֤ ַ ָ‫וְׁהַ נַ ִ֖עַרְׁ ָֽל ֹא־י ַ ַָ֣דעְׁמְׁ ָ֑אּומ‬
vêhaná'ar ló-iadá' mêúmah; áj iêhónatan vêdavíd, iádê'ú et-hadavár.

Pero el muchacho no entendió nada; solamente Iehonatán [Jonatán] y David


entendían el asunto.
(40)
ֵ֔ ֶ‫וַיִ ֵׁ֤תןְׁיְׁ ָֽהֹונָתָ ןֹ֙ ְׁאֶ ת־כ ֵָ֔ליוְׁאֶ ל־הַ נַ ִ֖עַרְׁאֲשֶ ר־לָ֑ ֹוְׁ ַו ַ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫רְׁלֹוְׁלְִ֖ךְׁהָ בֹּ֥יא‬
:‫הָ ִ ָֽעיר‬
vaitén iêhónatan et-keláv, el-haná'ar asher-ló; vaiómer ló, léj havéi ha'ír.

Después Iehonatán [Jonatán] entregó sus armas al muchacho y le dijo: –Ve y


llévalas a la ciudad.
(41)
ְׁ‫ֹּ֥יוְׁארצָ הְׁוַיִ ש ַ ִ֖תחּוְׁשָ לַ֣ ש‬
ַ֛ ַ ָ‫הַ ַנעַר֮ ְׁבָ אְׁ֒וְׁדָ ִִ֗ודְׁקִָ֚ םְׁמ ַ֣אצֶ לְׁהַ ֵֶ֔נגֶבְׁוַיִ ִ֨ ֹפלְׁלְׁאַ פ‬
ְׁ‫ְׁאישְׁאֶ ת־ר ֵ֔עהּוְׁעַד־דָ ִ ִ֖וד‬ ַ֣ ִ ֹ֙‫ּוְׁ׀ְׁאישְׁאֶ ת־ר ִ֗עהּוְׁוַיִ בכּו‬ַ֣ ִ ‫יםְׁוֶָֽ֣יִ שְׁ ַ֣ק‬
ַ ‫פְׁע ִ ָָ֑מ‬
:‫הִ ג ִ ָֽדיל‬
hana'ar ba vêdavíd qám meétzel hanégev, vaipól lêapáv ártzah vaishtáju
shalósh pê'amím; váishêqú | ísh et-re'éhu vaivkú ísh et-re'éhu, 'ad-davíd
higdíl.

Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur y se inclinó tres
veces postrándose en tierra. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos;
aunque David lloró más.
(42)
ְׁ‫ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֛תןְׁלְׁדָ ִוִ֖דְׁלְַ֣ךְׁלְׁשָ לָ֑ ֹוםְׁאֲשֶ רְׁ֩נִ ש ִ֨ ַבענּוְׁשְׁ ָ֜נינּוְׁ ֲא ִַ֗נחנּוְׁבְׁ ֵׁ֤שם‬
‫הְׁיהיֶ ַ֣הְׁ׀ְׁב ִינַ֣יְּׁובי ִֶ֗נָךְּׁובֹּ֥יןְׁזַר ִ ַ֛עיְּׁובֹּ֥יןְׁזַרעֲָךִ֖ ְׁעַד־‬
ָֽ ִ ‫יהוָהֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁיה ָׁ֞ ָו‬
‫ פ‬:ְׁ‫עֹולם‬ ָֽ ָ

273
21 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer iêhónatán lêdavíd léj lêshalóm; asher nishbá'nu shênéinu anájnu


bêshém Adonai lemór, Adonai íhiéh | beiní uveinéja uvéin zar'í uvéin zar'ajá
'ad-'olám .

Entonces Iehonatán [Jonatán] dijo a David: –Vete en paz, porque ambos


hemos jurado en el nombre del Eterno, diciendo: 'el Eterno sea testigo entre tú
y yo, y entre mis descendientes y tus descendientes, para siempre.'

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 21


(1)
:‫ןְׁבֹּ֥אְׁהָ ִ ָֽעיר‬
ָ ‫יהֹונ ָ ִָ֖ת‬
ָֽ ִ‫וַיָ ִֶ֖֣קְׁםְׁוַילַ ְָ֑ךְׁו‬
vaiáqom vaieláj; vihónatán bá ha'ír.

David se levantó y se fue, y Iehonatán [Jonatán] regresó a la ciudad.


(2)
ְׁ‫ימלְֶךְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁדָ ִִ֗וד‬
ֶ ָ֜ ִ‫ימלְֶךְׁהַ כֹ הָ֑ןְׁו ֶ ַָֽיח ַ ֱִ֨רדְׁאֲח‬
ִ֖ ֶ ִ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁ ֵֹ֔נבֶ הְׁאֶ ל־אֲח‬
:‫יןְׁא ָ ָֽתְך‬
ִ ‫ישְׁא‬
ֹּ֥ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁלֹוֹ֙ ְׁמַ ֵׁ֤דּועְַׁאַ תָ הֹ֙ ְׁלְׁבַ ֵ֔ ֶדָךְׁוְׁ ִ ִ֖א‬
vaiavó david nóveh, el-ajimélej hakohén; vaiéjerád ajimélej liqrát davíd
vaiómer ló madú'a atah lêvadéja, vêísh éin itáj.

Entonces David fue a Nob, al sacerdote Ajimelec. Éste se sorprendió al


encontrar a David y le preguntó: –¿Por qué estás tú solo, sin que haya nadie
contigo?
(3)
ְׁ‫יְׁאיש‬
ַ֣ ִ ‫ימלְֶךְׁהַ כֹ ִ֗הןְׁהַ מֶ לְֶך֮ ְׁצִ ּוַ ַ֣נִ יְׁדָ בָ רְׁ֒ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁא ִַ֗ל‬
ַ֣ ֶ ִ‫דְׁלאֲח‬
ָֽ ַ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ו‬
ְׁ‫יתָך‬ ָ֑ ִ ִ‫ֲשרְׁצִ ּו‬
ַ֣ ֶ ‫ר־אנֹ ִ ֹּ֥כיְׁשֹ ָֽלחֲָךִ֖ ַ ְָֽׁוא‬
ָֽ ָ ֶ‫אַ ל־יֶָ֧֣דַ עְׁמְׁ ַ֛אּומָ הְׁאֶ ת־הַ דָ ָבַ֛רְׁאֲש‬
:‫מֹוני‬
ָֽ ִ ‫לנִ֖יְׁאַ ל‬ ִ ְׁ‫יםְׁיֹודע ִתיְׁאֶ ל־מְׁ ֹּ֥קֹוםְׁפ‬
ַ ֵ֔ ‫וְׁאֶ ת־הַ נְׁע ִ ַָ֣ר‬
vaiómer davíd láajimélej hakohén hamelej tziváni davar vaiómer elái ísh al-
iéda' mêúmah et-hadavár asher-ánojí sholéjajá váashér tzivitíja; vêet-
hanê'arím iodá'ti, el-mêqóm pêloní almoní.

David respondió al sacerdote Ajimelec: –El rey me ha encomendado un


asunto y me ha dicho: 'Nadie sepa nada de este asunto al cual te envío y que te
encomiendo.' Y en cuanto a los jóvenes, acordamos reunirnos en cierto lugar.
(4)
:‫יְׁאֹוְׁהַ נִ מ ָ ָֽצא‬
ִ֖ ‫ָ֧שְׁתחַ ת־יְׁדְָׁךַ֛ ְׁח ֲִמשָ ה־לֶ ִ֖חֶ םְׁתְׁנָ ַ֣הְׁבְׁי ִ ָָ֑ד‬
ָֽ ַ ‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁמַ ה־י‬
vê'atáh mah-iésh tájat-iodêjá jamishah-léjem tênáh vêiadí; ó hanimtzá.

274
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 21

Ahora pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que haya.
(5)
‫י־אם־‬
ִ ‫יְׁכ‬
ָֽ ִ ‫ל־תחַ תְׁי ִ ָָ֑ד‬
ַ֣ ַ ֶ‫ַו ִַ֨יעַןְׁהַ כֹ הֵׁ֤ןְׁאֶ ת־דָ וִ דֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאמֶ רְׁ ָֽאין־לֶ ֹּ֥חֶ םְׁחִֹ֖ לְׁא‬
‫ פ‬:‫ְךְׁמ ִא ָ ָֽשה‬
ָֽ ‫יםְׁא‬
ֹּ֥ ַ ‫שְׁאם־נִ שמְׁ ֹּ֥רּוְׁהַ נְׁע ִ ִָ֖ר‬ ִ ‫לֶ ֵׁ֤חֶ םְׁקִֹ֨ דֶ שֹ֙ ְֵׁ֔י‬
vaiá'an hakohén et-david vaiómer, éin-léjem jól el-tájat iadí; kí-im-léjem
qódesh iésh, im-nishmêrú hanê'arím áj méisháh.

El sacerdote respondió a David y dijo: –No tengo a mano pan común.


Solamente tengo pan sagrado, si es que los jóvenes se han abstenido, al
menos, de mujeres.
(6)
ְׁ‫ם־א ָ ֵׁ֤שהְׁעֲצ ָָֽרה־ ִָ֨לנּוֹ֙ ְׁכִ ת ַ֣מֹול‬ ִ ‫יְׁא‬ ִ ‫ֹוְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫רְׁל‬ ִ֗ ֶ‫ַו ַי ַעןְׁ֩דָ ִִ֨ודְׁאֶ ת־הַ כֹ ָ֜הןְׁ ַו ַ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫ףְׁכי‬ ַ֣ ֶ ֹ֙‫אתיְׁו ִ ַָֽיהיֹּ֥ ּוְׁכְׁ ָֽלי־הַ נְׁע ִ ִָ֖ריםְׁקָֹ֑ דֶ שְׁוְׁהּוא‬
ֹּ֥ ִ ‫ְׁד ֶרְךְׁחֵֹ֔ לְׁוְׁ ָּ֕ ַא‬ ִ ָּ֕ ‫ִשלשֵֹ֔ םְׁבְׁצ‬
:ְׁ‫הַ יִ֖ ֹוםְׁיִ ק ַ ֹּ֥דשְׁבַ ֶ ָֽכלִ י‬
vaia'an davíd et-hakohén vaiómer ló kí im-isháh 'atzúrah-lánú kitmól
shilshóm, bêtzetí vaíhíu jêléi-hanê'arím qódesh; vêhu dérej jól, vêáf kí haióm
iqdásh bakéli .

David respondió al sacerdote y le dijo: –A la verdad, las mujeres nos han sido
vedadas como antes, al salir; y los cuerpos de los jóvenes están purificados,
aun cuando el camino es profano. Con mayor razón hoy, ellos tienen sus
cuerpos purificados.
(7)
ְׁ ֹ֙‫י־אם־לֶ ֵׁ֤חֶ םְׁהַ פָנִ ים‬ ִ ‫םְׁכ‬
ָֽ ִ ֶ‫ֹא־היָהְׁשָָ֜ םְׁ ִֶ֗לח‬ ָ ִ֨ ‫וַיִ תֶ ן־לֹּ֥ ֹוְׁהַ כֹ הִ֖ןְׁקָֹ֑ דֶ שְׁכִ יְׁ֩ל‬
:ְׁ‫ְׁמלִ פנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְׁלָשּוםֹ֙ ְׁלֶ ַ֣חֶ םְׁחֵֹ֔ םְׁבְׁיִ֖ ֹוםְׁהִ ָ ָֽלקְׁ ָֽחֹו‬
ִ ֹ֙‫הַ ָֽמּוסָ ִרים‬
vaiten-ló hakohén qódesh; kí lo-háiah shám léjem kí-im-léjem hapanim
hamúsarim milifnéi Adonai, lasum léjem jóm, bêíom hiláqêjó .

Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había más pan que los
panes de la Presencia, los cuales habían sido retirados de la presencia del
Eterno y reemplazados por panes calientes el día en que fueron quitados.
(8)
ְׁ‫ְׁ֩מעַב ִ֨דיְׁשָ ָ֜אּולְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ִ֗הּואְׁנֶעצָ רֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָוהְּׁוש ִ֖מֹוְׁדֹ ַ֣אג‬
ָֽ ‫םְׁאיש‬ ִ ָ֡‫וְׁ ש‬
:ְׁ‫ֲשרְׁלְׁשָ ָֽאּול‬ ֹּ֥ ֶ ‫ירְׁהרֹ ִ ִ֖עיםְׁא‬
ָֽ ָ ‫ָ ָֽהאֲדֹ ִ ָ֑מיְׁאַ ִ ֹּ֥ב‬
vêshám ish mé'avdéi shaúl baióm hahú ne'tzar lifnéi Adonai, ushmó doég
háadomí; abír háro'ím ashér lêshaúl .

Aquel día estaba presente allí, detenido delante del Eterno, uno de los
servidores de Shaúl [Saúl], cuyo nombre era Doeg el edomita, el principal de
los pastores de Shaúl [Saúl].
275
21 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(9)
ְׁ‫בְׁכי‬
ַ֣ ִ ‫ַ֣יתְׁאֹו־ח ֶָ֑ר‬
ָ ‫הְׁתחַ ת־יְׁדְָׁךִ֖ ְׁח ֲִנ‬ ָֽ ַ ‫ֶש־פ‬ֹ ֹּ֥ ‫ימלְֶךְׁוְׁ ִ ַ֛איןְׁי‬
ֶ ֵ֔ ִ‫ְׁלאֲח‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ ד‬
‫ ס‬:‫יְׁכי־הָ יָ ֹּ֥הְׁדְׁבַ ר־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְׁנ ָָֽחּוץ‬
ָֽ ִ ‫גַם־חַ ר ִ ֵׁ֤ביְׁוְׁגַם־כלַיֹ֙ ְׁ ָֽל ֹא־ל ַ ַָ֣קח ִתיְׁבְׁי ִֵָ֔ד‬
vaiómer david láajimélej, vêín iesh-póh tájat-iodêjá janít o-járev; kí gam-jarbí
vêgam-kelaí ló-laqájti vêiadí, kí-haiáh dêvar-hamélej najútz.

David preguntó a Ajimelec: –¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada?
Como las órdenes del rey eran apremiantes, no tomé en mi mano ni mi espada
ni mis otras armas.
(10)
ְׁ‫קְׁהא ִָ֗לה‬ָֽ ָ ֶ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁהַ כֹ ִ֗הןְׁחֶ ֶרבְׁ֩גְׁלְׁ ִָ֨יתְׁהַ פְׁלִ ש ָ֜ ִתיְׁאֲשֶ ר־הִ ִ ַ֣כיתָ ְׁ׀ְׁבְׁעַ֣מ‬
ְׁ‫חְׁכי‬
ַ֣ ִ ‫ְׁק‬
ָ ֵ֔ ֹ֙‫ּהְׁתקַ ח־לְָׁך‬ ָֽ ִ ‫ְׁ֒אם־אֹ ָ ֵׁ֤ת‬
ִ ‫יְׁהאפֹוד‬ ָֽ ָ ‫ְׁאח ֲַ֣ר‬
ָֽ ַ ֮‫יאְׁלּוטַ֣הְׁבַ ִשמלָה‬
ָ ‫ה־ה‬
ִָׁ֞ ‫הִ נ‬
:‫ָהְׁלי‬
ָֽ ִ ‫דְׁאיןְׁכ ִָ֖מֹוהָ ְׁתְׁנֶ ֹּ֥נ‬
ֹּ֥ ‫ֹּ֥איןְׁאַ ֶח ֶַ֛רתְׁזָֽ ּול ָ ִָ֖תּהְׁבָ זֶ ָ֑הְׁ{ס}ְׁ ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁדָ ִ ַ֛ו‬
vaiómer hakohén jerev golêiát hapêlishtí asher-hikíta | bê'émeq háeláh hineh-
hí lutáh vasimlah ájaréi háefod im-otáĥ tíqaj-lêjá qáj, kí éin ajéret zúlatáĥ
bazéh; {s} vaiómer davíd éin kamóha tênénah lí.

El sacerdote respondió: –La espada de Goliat el filisteo, a quien tú venciste en


el valle de Ela, está aquí envuelta en un lienzo, detrás del efod. Si quieres
tomarla, tómala, porque aquí no hay otra sino ésa. Y David dijo: –¡Ninguna
hay como ésa! ¡Dámela!
(11)
ְׁ‫ישְׁמלְֶך‬ ִ ‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַיִ ב ַ ֹּ֥רחְׁבַ יֹום־הַ ִ֖ה‬
ֹּ֥ ֶ ‫ּואְׁמפְׁנַ֣יְׁשָ ָ֑אּולְׁ ַו ָי ָּ֕ב ֹאְׁאֶ ל־אָ ִ ִ֖כ‬
:‫ַגָֽת‬
vaiáqom davíd, vaivráj baiom-hahú mipênéi shaúl; vaiavó el-ajísh mélej gát.

Aquel día David se levantó y huyó de la presencia de Shaúl [Saúl], y se fue a


Aquis, rey de Gat.
(12)
ְׁ‫דְׁמלְֶךְׁהָ ָ ָ֑א ֶרץְׁהֲלַ֣ ֹואְׁ ָל ִֶ֗זה‬
ַ֣ ֶ ‫ַו ִ֨י ֹאמ ָ֜רּוְׁעַב ֵׁ֤דיְׁאָ כִ ישֹ֙ ְׁא ֵָ֔ליוְׁהֲלֹוא־זֶ ֹּ֥הְׁדָ ִ ִ֖ו‬
:‫ְֹׁ֙ב ֲא ָל ֵָ֔פוְׁוְׁדָ ִוִ֖דְׁבְׁ ִרבְׁבֹ ָ ָֽתו‬
ָֽ ַ ‫ַ ָֽיעֲנֵׁ֤ ּוְׁבַ מְׁחֹ לֹותֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁהִ כָ ֵׁ֤הְׁשָ אּול‬
vaiómrú 'avdéi ajish eláv, halo-zéh davíd mélej haáretz; haló lazéh iá'anú
vamêjolot lemór, hikáh shaul báalafáv, vêdavíd bêrivêvotáv.

Los servidores de Aquis le dijeron: –¿No es éste David, el rey de la tierra?


¿No es éste aquel a quien cantaban con danzas, diciendo: 'Shaúl [Saúl] derrotó
a sus miles, y David a sus diez miles'?

276
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 21, 22

(13)
ִ ‫וַיָ ָ֧שֶ םְׁדָ ִ ַ֛ודְׁאֶ ת־הַ דְׁבָ ִ ֹּ֥ריםְׁהָ ִ֖אלֶהְׁבִ לבָ ָ֑בֹוְׁוַיִ ָ ַ֣ראְׁמְׁ ֵ֔ ֹא‬
ְׁ‫דְׁמפְׁנִ֖יְׁאָ ִ ֹּ֥כיש‬
:‫ְֶך־גָֽת‬ַ ‫ֶ ָֽמל‬
vaiásem davíd et-hadêvarím haéleh bilvavó; vairá mêód, mipênéi ajísh mélej-
gát.

David tomó a pecho estas palabras y tuvo gran temor de Aquis, rey de Gat.
(14)
ְׁ‫יהםְׁוַיִ תהֹ לִ֖לְׁבְׁי ָ ָָ֑דםְׁוַיתָ וֹ֙ ְׁעַל־דַ ל ַ֣תֹותְׁהַ שֵַ֔ עַר‬
ֶ ֵ֔ ‫וַישַ נֵׁ֤ ֹוְׁאֶ ת־טַ עמֹוֹ֙ ְׁבְׁעַ֣ינ‬
‫ ס‬:‫דְׁר ִ֖ירֹוְׁאֶ ל־זְׁקָ נָֽ ֹו‬
ִ ‫וַיֹּ֥ ֶֹור‬
vaishanó et-ta'mó bê'éineihém, vaitholél bêiadám; vaitav 'al-daltót hashá'ar,
vaióred riró el-zêqanó.

Así que cambió su conducta delante de ellos, fingiéndose loco cuando estaba
con ellos. Hacía marcas en las puertas de la ciudad y dejaba caer su saliva
sobre su barba.
(15)
ְׁ‫ישְׁמשתַ ֵ֔געְַׁלָ ַ֛מָ הְׁתָ ִ ֹּ֥ביאּו‬
ִ ‫ְׁא‬ ַ֣ ִ ֹ֙‫ֵׁ֤הְׁתראּו‬
ִ ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁאָ ִ ִ֖כישְׁאֶ ל־עֲבָ ָ ָ֑דיוְׁהִ נ‬
:‫אֹ ִ֖תֹוְׁא ָ ָֽלי‬
vaiómer ajísh el-'avadáv; hinéh tirú ísh mishtagé'a, lámah tavíu otó elái.

Entonces Aquis dijo a sus servidores: –¡He aquí, veis que éste es un hombre
demente! ¿Por qué me lo habéis traído?
(16)
ְׁ‫אתםְׁאֶ ת־ ֵֶ֔זהְׁלְׁהִ שתַ ִ֖געְַׁעָלָ ָ֑יְׁהֲזֶ ִ֖הְׁי ָֹּ֥בֹוא‬
ַ֣ ֶ ‫יְׁכי־הֲב‬
ָֽ ִ ִ‫ְׁאנ‬
ָ ֵ֔ ֹ֙‫ח ַ ֲֵׁ֤סרְׁמְׁשגָעִ ים‬
‫ פ‬:‫יתי‬ ָֽ ִ ‫אֶ ל־ב‬
jasár mêshuga'im áni, kí-havetém et-zéh, lêhishtagé'a 'alái; hazéh iavó el-
beití.

¿Acaso me faltan locos a mí, para que me traigan a éste, a fin de que haga
locuras en mi presencia? ¿Había éste de entrar en mi casa?

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 22


(1)
ְׁ‫ְׁמשֵָ֔ םְׁוַיִ מָ לִ֖טְׁאֶ ל־מְׁע ַ ַָ֣רתְׁעֲדלָ ָ֑םְׁוַיִ שמְׁעֵׁ֤ ּוְׁאֶ חָ יוֹ֙ ְׁוְׁכְׁל־בַ֣ית‬
ִ ֹ֙‫וַיֵׁ֤לְֶךְׁדָ וִ ד‬
:‫ִ֖יוְׁשמָ ה‬
ָֽ ָ ָ‫ֶ֣ר ֹּ֥דּוְׁאל‬
ְׁ ‫אָ ִֵ֔ביוְׁו ַָֽי‬

277
22 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiélej david mishám, vaimalét el-mê'arát 'adulám; vaishmê'ú ejav vêjol-béit


avív, vaiérêdú eláv shámah.

De allí se fue David y huyó a la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y


toda la casa de su padre oyeron esto, fueron allá a él.
(2)
ְׁ‫ל־איש‬
ַ֣ ִ ְׁ‫ל־אישְׁאֲשֶ ר־לֵׁ֤ ֹוְׁנֹ שֶ אֹ֙ ְׁוְׁכ‬ ִִ֨ ְׁ‫ל־אישְׁמָ ָ֜צֹוקְׁוְׁכ‬ ִִ֨ ְׁ‫ּוְׁאלְׁיוְׁכ‬ ֶ֠ ‫ו ִ ַָֽיתְׁקַ בְׁ ַ֣צ‬
:ְׁ‫ֹותְׁאיש‬ ָֽ ִ ‫יהִ֖םְׁלְׁ ָ ָ֑שרְׁו ִ ַָֽיהיַ֣ ּוְׁעִ ֵ֔מֹוְׁכְׁאַ ר ַבֹּ֥עְׁמ ִ֖א‬
ֶ ‫מַ ר־ ֵֶ֔נ ֶפשְׁוַי ִ ֹּ֥היְׁעֲל‬
vaítêqabêtzú éloiv kol-ísh matzóq vêjol-ísh asher-ló noshe vêjol-ísh mar-
néfesh, vaihí 'aleihém lêsár; vaíhíu 'imó, kêarbá' meót ísh .

También se juntaron con él todos los oprimidos, todos los endeudados y todos
los amargados de espíritu. David fue hecho jefe de ellos, y tenía consigo unos
400 hombres.
(3)
ְׁ‫ְֶךְׁמֹואבְׁיָֽצא־ ָָׁ֞נא‬
ָ ִ֗ ‫ל־מל‬ַ֣ ֶ ֶ‫ַ֣הְׁמֹואבְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁא‬
ָ֑ ָ ‫םְׁמצפ‬ ִ ‫דְׁמ ָ ִ֖ש‬
ִ ‫וַיָ֧לְֶךְׁדָ ִ ַ֛ו‬
:ְׁ‫ֱלהים‬ ָֽ ִ ‫ה־ליְׁא‬
ִ֖ ִ ֶ‫ה־יעֲש‬ ָֽ ַ ַ‫ֲשרְׁא ֵ֔ ַדעְׁמ‬ ַ֣ ֶ ‫ְׁאתְׁ ֵֶ֔כםְׁ ִַ֚עדְׁא‬
ִ ֹ֙‫אָ ִ ֵׁ֤ביְׁוְׁ ִא ִמי‬
vaiélej davíd mishám mitzpéh moáv; vaiómer | el-mélej moáv iétze-ná aví
vêimí itêjém, 'ád ashér edá', mah-iá'aseh-lí elohím .

De allí David fue a Mizpa, en Moab, y dijo al rey de Moab: –Permite que mi
padre y mi madre habiten con vosotros hasta que yo sepa lo que Elohim hará
de mí.
(4)
ְׁ‫ֹוְׁכל־יְׁ ֹּ֥מיְׁהֱיֹות־דָ ִוִ֖ד‬
ְׁ ‫ְֶךְׁמֹואבְׁוַיָֽשְׁ ַ֣בּוְׁעִ ֵ֔מ‬
ָ֑ ָ ‫ִ֖יְׁמל‬
ַ֣ ֶ ‫ַויַנ ָּ֕חםְׁאֶ ת־פְׁנ‬
‫ ס‬:‫צּודה‬
ָֽ ָ ְׁ‫בַ מ‬
vaianjém et-pênéi mélej moáv; vaiéshêvú 'imó, kol-iêméi heiot-davíd
bamêtzudáh.

Los dejó, pues, con el rey de Moab, y vivieron allí todo el tiempo que David
estuvo en la fortaleza.
(5)
ְׁ‫ְׁא ֶרץ‬
ַ֣ ֶ ִ֖‫ְֹּ֥ךְּׁובאתָ ־לְָׁך‬
ָֽ ָ ‫צּודהְׁל‬
ָ ֵ֔ ְׁ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩ ִ֨ ָגדְׁהַ נ ִָָ֜ביאְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁתשבֹ֙ ְׁבַ מ‬
‫ ס‬:‫ַרְׁח ֶרת‬
ָֽ ָ ‫הּודהְׁוַיַ֣לְֶךְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ַו ָי ִ֖ב ֹאְׁיַ ֹּ֥ע‬
ָ֑ ָ ְׁ‫י‬
vaiomer gád hanaví el-davíd ló teshev bamêtzudáh, léj uváta-lêjá éretz
iêhudáh; vaiélej davíd, vaiavó iá'ar járet.

Entonces el profeta Gad dijo a David: –No te quedes en la fortaleza. Ve y


entra en la tierra de Iehudá [Judá]. Y David partió y se fue al bosque de Haret.

278
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 22

(6)
ְׁ‫ְׁיֹושב‬
ִ֨ ֩ ‫רְׁא ָ֑תֹוְׁוְׁשָ אּול‬ ִ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫דְׁו ֲאנ ִ ִָ֖שיםְׁא‬
ָֽ ַ ‫יְׁנֹודעְׁדָ ִֵ֔ו‬
ַ֣ ַ ‫ּולְׁכ‬ִ ִ֚ ‫וַיִ ש ַ ַ֣מעְׁשָ ֵ֔א‬
:‫לְׁב ָרמָ הֹ֙ ַ ְָֽׁוחֲנִ ַ֣יתֹוְׁבְׁיָדֵ֔ ֹוְׁוְׁכְׁל־עֲבָ ָ ִ֖דיוְׁנִצָ ִ ֹּ֥ביםְׁע ָ ָָֽליו‬
ָֽ ָ ֶ‫בַ גִ ב ָָ֜עהְׁ ַ ָֽתחַ ת־הָ ֶ ֵׁ֤אש‬
vaishmá' shaúl, kí nodá' davíd, váanashím ashér itó; vêshaul ioshév bagiv'áh
tájat-haéshel báramah vájanitó vêiadó, vêjol-'avadáv nitzavím 'aláv.

Shaúl [Saúl] se enteró de que habían sido hallados David y los que estaban
con él. Shaúl [Saúl] estaba en Gabaa, en el lugar alto, debajo de un tamarisco,
y tenía su lanza en su mano. Todos sus servidores estaban de pie alrededor de
él.
(7)
‫יוְׁשמעּו־נָ ִ֖אְׁבְׁנַ֣יְׁיְׁ ִמ ִינָ֑יְׁגַם־‬ִ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ִ֗אּולְׁ ַ ָֽלעֲבָ דָ יוֹ֙ ְׁהַ נִ צָ ִ ַ֣ביםְׁ ָע ֵָ֔ל‬
ְׁ‫לְׁכלְׁ ִֶ֗כםְׁיִ ֵׁ֤תןְׁבֶ ן־יִשַ יֹ֙ ְׁשָ ַ֣דֹותְּׁוכ ָר ִֵ֔מיםְׁלְׁכלְׁכֶ ַ֣םְׁי ֵ֔ ִָשיםְׁשָ ֹּ֥ריְׁ ֲאל ִ ִָ֖פים‬
:‫וְׁשָ ֹּ֥ריְׁמ ָֽאֹות‬
vaiómer shaúl lá'avadav hanitzavím 'aláv, shim'u-ná bênéi iêminí; gam-
lêjulêjém itén ben-ishaí sadót ujramím, lêjulêjém iasím, saréi alafím vêsaréi
meót.

Y Shaúl [Saúl] dijo a sus servidores que estaban de pie alrededor de él: –
Escuchad, por favor, vosotros, los de Benjamín: ¿También os ha de dar el hijo
de Isaí tierras y viñas a todos vosotros? ¿Os hará a todos jefes de millares y de
centenas,
(8)
‫ת־אזְׁנִ יֹ֙ ְׁבִ כרְׁת־בְׁ ִנַ֣יְׁעִ ם־בֶ ן־‬
ְׁ ֶ‫כִ יְׁ֩קְׁשַ ר ִ֨ ֶתםְׁכלְׁ ֶָ֜כםְׁ ָע ִַ֗ליְׁוְׁאין־גֹ לֶ ֵׁ֤הְׁא‬
ְׁ‫ָ֑יְׁכיְׁהקִ יםְׁ֩בְׁ ִ֨ ִניְׁאֶ ת־עַב ִ ֹּ֥די‬
ַ֣ ִ ‫ֹּ֥הְׁמכֶ ַ֛םְׁעָלַ ִ֖יְׁוְׁגֹ לֶ ַ֣הְׁאֶ ת־אְׁזְׁ ִנ‬
ִ ֶ‫יִ שֵַ֔ יְׁוְׁאין־חֹ ל‬
‫ ס‬:‫עָלַ ַ֛יְׁלְׁאֹ ִ֖רבְׁכַיֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
kí qêshartém kulêjém 'alái vêein-goléh et-ozêní bijrot-bêní 'im-ben-ishái,
vêein-joléh mikém 'alái vêgoléh et-ozêní; kí heqim bêní et-'avdí 'alái lêorév
kaióm hazéh.

para que todos vosotros hayáis conspirado contra mí? No hay quien me revele
cuando mi hijo hace un pacto con el hijo de Isaí, ni hay entre vosotros quien
se conduela de mí y me revele que mi hijo ha levantado contra mí a un
servidor mío, para que me aseche, como lo hace en este día.
(9)
‫יתיֹ֙ ְׁאֶ ת־‬
ִ ‫רְׁר ִִ֨א‬
ָ ‫ֹאמ‬
ָ֑ ַ ‫גְׁהאֲדֹ ִִ֗מיְׁוְׁ ַ֛הּואְׁנִ ָצֹּ֥בְׁעַל־עַב ָֽדי־שָ ִ֖אּולְׁ ַוי‬
ָֽ ָ ‫ַו ַָ֜יעַןְׁדֹ ַ֣א‬
:‫ימלְֶךְׁבֶ ן־אֲחִ ָֽטּוב‬
ִ֖ ֶ ִ‫יְׁבַ֣אְׁ ֵֹ֔נבֶ הְׁאֶ ל־אֲח‬ ָ ֵַ֔‫בֶ ן־יִ ש‬

279
22 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiá'an doég háadomí vêhú nitzáv 'al-'avdéi-shaúl vaiomár; raítí et-ben-ishái,


bá nóveh, el-ajimélej ben-ajitúv.

Entonces Doeg el edomita, que estaba a cargo de los siervos de Shaúl [Saúl],
respondió: –Yo vi al hijo de Isaí, que fue a Nob, a Ajimelec hijo de Ajitob.
(10)
ְׁ‫תְׁח ֶַ֛רבְׁגְׁלְׁיָ ֹּ֥תְׁהַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיְׁנָ ֹּ֥תַ ןְׁלָֽ ֹו‬
ֶ ‫ידהְׁנָ ַ֣תַ ןְׁלָ֑ ֹוְׁוְׁ ִ֗א‬ ָֽ ַ ֹ֙‫וַיִ שאַ ל־לֹו‬
ִ֖ ָ ‫ְׁביה ֵ֔ ָוהְׁוְׁצ‬
:
vaishal-ló báAdonai, vêtzeidáh nátan ló; vêét jérev golêiát hapêlishtí nátan ló.

Éste consultó por él al Eterno, le dio provisiones y también le entregó la


espada de Goliat el filisteo.
(11)
‫יטּובְׁהַ כֹ ִ֗הןְׁוְׁ ִ֨אתְׁכְׁל־‬
ָ֜ ִ‫ימלְֶךְׁבֶ ן־אֲח‬ ֶ ִ֨ ִ‫וַיִ שלַ ַ֣חְׁהַ ֡ ֶמלְֶךְׁלִ קרֹאְׁ֩אֶ ת־אֲח‬
‫ס‬:‫ֲשרְׁבְׁ ָ֑ ֹנבְׁ ַויָבֹֹּ֥ אּוְׁכלָ ִ֖םְׁאֶ ל־הַ ֶ ָֽמלְֶך‬
ַ֣ ֶ ‫בֹּ֥יתְׁאָ ִ ַ֛ביוְׁהַ ָֽ ֹכה ֲִנִ֖יםְׁא‬
vaishláj hamélej liqro et-ajimélej ben-ajitúv hakohén vêét kol-béit avív
hakóhaním ashér bênóv; vaiavóu julám el-hamélej.

El rey mandó llamar al sacerdote Ajimelec hijo de Ajitob y a toda su casa


paterna, los sacerdotes que estaban en Nob. Y todos ellos vinieron al rey.
(12)
:‫ּולְׁש ַ ָֽמע־נָ ִ֖אְׁבֶ ן־אֲחִ ָ֑יטּובְׁ ַו ִ֖י ֹאמֶ רְׁהִ נְׁ ִנֹּ֥יְׁאֲדֹ ִ ָֽני‬
ְָֽׁ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔א‬
vaiómer shaúl, shêmá'-ná ben-ajitúv; vaiómer hinêní adoní.

Shaúl [Saúl] dijo: –Escucha, pues, hijo de Ajitob. Y él dijo: –Heme aquí,
señor mío.
(13)
ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאלָוֹ֙ ְׁשָ ֵ֔אּולְׁ ִָ֚למָ הְׁקְׁשַ ר ֶ ַ֣תםְׁ ָע ֵַ֔ליְׁאַ ָ ִ֖תהְּׁובֶ ן־יִ ָ ָ֑שיְׁבְׁ ִתתְׁ ִָ֨ך ְָׁ֜לֹו‬
‫ ס‬:ְׁ‫אלהיםְׁל ָֹּ֥קּוםְׁאלַ ַ֛יְׁלְׁאֹ ִ֖רבְׁכַיֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬ ִֵ֔ ‫ְׁב‬ָֽ ֹ֙‫לֶ ַ֣חֶ םְׁוְׁ ִ֗ ֶח ֶרבְׁוְׁשָ ֹּ֥אֹולְׁלֹו‬
vaiómer elav shaúl, lámah qêshartém 'alái, atáh uven-ishái; bêtitêjá ló léjem
vêjérev vêshaól ló bélohím, laqúm elái lêorév kaióm hazéh .

Shaúl [Saúl] le preguntó: –¿Por qué conspirasteis contra mí, tú y el hijo de


Isaí, cuando tú le diste pan y espada, y consultaste por él a Elohim, para que
se levantase contra mí y me asechase, como lo hace en este día?
(14)
ְׁ‫דְׁנא ֵ֔ ֱָמן‬
ָֽ ֶ ‫רְּׁומיְׁבְׁכְׁל־עֲבָ ִ֨ ֶדיָךֹ֙ ְׁכְׁדָ ְִַׁ֣ו‬ֵׁ֤ ִ ‫ֹאמ‬ ָ֑ ַ ‫ימלְֶךְׁאֶ ת־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְׁ ַוי‬ַ֛ ֶ ִ‫וַיַ ָ֧עַןְׁאֲח‬
:‫יתָך‬ ָֽ ֶ ‫ל־משמַ ע ֶ ִ֖תָךְׁוְׁנִ כ ָבֹּ֥דְׁבְׁב‬ִ ֶ‫ַ ָֽוח ַ ֲֹּ֥תןְׁהַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁוְׁ ָ ֹּ֥סרְׁא‬

280
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 22

vaiá'an ajimélej et-hamélej vaiomár; umí vêjol-'avadéjá kêdavíd néemán,


vájatán hamélej vêsár el-mishma'téja vênijbád bêveitéja.

Ajimelec respondió al rey diciendo: –¿Quién entre todos tus servidores es tan
fiel como David, que además es yerno del rey, jefe de tu guardia personal e
ilustre en tu casa?
(15)
ְׁ֩‫ָהְׁליְׁאַ ל־יָשם‬
ָ֑ ִ ‫אלהיםְׁחָ ִ ַ֣ליל‬ ִ֖ ִ ‫ֹוְׁב‬
ָֽ ֹּ֥‫הַ יָ֧ ֹוםְׁהַ חִ לַ֛ ִתיְׁלשאול־ְׁ(לִ שאְׁל־)ְׁל‬
ְׁ‫הַ ִ֨ ֶמלְֶךְׁבְׁעַב ֵׁ֤דֹוְׁדָ בָ רֹ֙ ְׁבְׁכְׁל־בַ֣יתְׁאָ ִֵ֔ביְׁכִֶ֠ יְׁ ָֽל ֹא־י ַ ֵָׁ֤דעְׁעַבדְָׁךֹ֙ ְׁבְׁכְׁל־ ֵ֔ז ֹאת‬
:ְׁ‫ןְׁאֹוְׁג ָָֽדֹול‬ ֹּ֥ ִֹ֖‫דָ ָבֹּ֥רְׁקָ ט‬
haióm hajilóti lsvl- (lishol-) ló vélohím jalílah lí; al-iasem hamélej bê'avdó
davar bêjol-béit aví, kí ló-iadá' 'avdêjá bêjol-zót, davár qatón ó gadól .

¿Acaso fue aquel día la primera vez que consulté por él a Elohim? ¡De
ninguna manera! No culpe el rey de cosa alguna a su siervo ni a toda mi casa
paterna, pues tu siervo no ha sabido ninguna cosa de este asunto, ni grande ni
pequeña.
(16)
:‫ימלְֶךְׁאַ ָ ִ֖תהְׁוְׁכְׁל־בֹּ֥יתְׁאָ ִ ָֽביָך‬
ָ֑ ֶ ִ‫ְֶךְׁמֹותְׁתָ ִ֖מּותְׁאֲח‬
ֹּ֥ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁהַ ְֵֶׁ֔מל‬
vaiómer hamélej, mót tamút ajimélej; atáh vêjol-béit avíja.

Y el rey dijo: –¡Morirás irremisiblemente, Ajimelec, tú y toda tu casa paterna!


(17)
ְׁ‫הְׁכי‬
ֵׁ֤ ִ ‫יתּוְׁ׀ְׁכהֲנַ֣יְׁיה ִ֗ ָו‬
ֹ ָֽ ‫ְֶךְׁל ָרצִ יםְׁ֩הַ נִ צָ ִִ֨ביםְׁ ָע ָָ֜ליוְׁסֹֹּ֥ בּוְׁוְׁהָ ִ ַ֣מ‬ ָֽ ָ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁהַ ֡ ֶמל‬
ְׁ)‫ְׁהּואְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁגָלִ֖ ּוְׁאֶ ת־אזנוְׁ(אְׁז ִנָ֑י‬ ֵ֔ ַ‫יְׁיֶ֣דְׁעּוֹ֙ ִ ְָֽׁכי־בֹ ַ֣רח‬
ָֽ ָ ‫גַם־יָדָ םֹ֙ ְׁעִ ם־דָ ִֵ֔ודְׁוְׁ ִ ֵׁ֤כ‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫וְׁ ָֽל ֹא־אָ ָׁ֞בּוְׁעַב ֵׁ֤דיְׁהַ ִ֨ ֶמלְֶךֹ֙ ְׁלִ שלַ֣ חַ ְׁאֶ ת־י ֵ֔ ָָדםְׁלִ פ ִ֖ ֹגעְַׁבְׁ ָֽ ֹכהֲנֹּ֥יְׁי‬
vaiómer hamélej láratzim hanitzavím 'aláv sóbu vêhamítu | kóhanéi Adonai kí
gam-iadam 'im-davíd, vêjí iádê'ú kí-voréaj hú, vêló galú et-znv (ozní); vêló-
avú 'avdéi hamélej lishlóaj et-iadám, lifgó'a bêjóhanéi Adonai .

Entonces el rey dijo a los de su escolta que estaban apostados alrededor de él:
–¡Volveos y matad a los sacerdotes del Eterno! Porque la mano de ellos
también está con David, y porque sabiendo que él huía, no me lo hicieron
saber. Pero los servidores del rey no quisieron extender su mano para matar a
los sacerdotes del Eterno.
(18)
ְׁ‫דֹואג)ְׁסַֹ֣ בְׁאַ ֵ֔ ָתהְּׁופגַ ִ֖עְׁבַ ָֽ ֹכה ֲִנָ֑יםְׁוַיִ סָֹׁ֞ בְׁדויג‬ ֵ֔ ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁהַ ִ֨ ֶמלְֶךֹ֙ ְׁלדויגְׁ(ל‬
ְׁ‫ג)ְׁהאֲדֹ ִִ֗מיְׁוַיִ פגַע־הּואֹ֙ ְׁבַ ַ֣ ֹכה ֵ֔ ֲִניםְׁוַיָ ַ֣מֶ תְׁ׀ְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ִ֗הּואְׁשְׁמֹ ִנֵׁ֤ים‬
ָֽ ָ ‫(דֹוא‬
ַ֣
:‫ֹודְׁבד‬
ָֽ ָ ‫ְׁאישְׁנֹ ִ֖שאְׁא ֹּ֥פ‬
ִֵ֔ ֹ֙‫ַ ָֽוח ֲִמשָ ה‬
281
22 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer hamélej ldvig (lêdoég), sóv atáh, ufgá' bakóhaním; vaisóv dvyg
(doég) háadomí vaifga'-hu bakóhaním, vaiámet | baióm hahú shêmoním
vájamishah ísh, nosé efód bád.

Entonces el rey dijo a Doeg: –¡Vuélvete tú y arremete contra los sacerdotes!


Doeg el edomita se volvió y arremetió contra los sacerdotes y mató aquel día a
ochenta y cinco hombres que vestían efod de lino.
(19)
ְׁ‫הְׁמעֹולִ֖ל‬
ָֽ ֵָ֔‫ַד־אש‬
ִ ‫י־ח ֶרבְׁמ ִאישֹ֙ ְׁוְׁע‬
ֶ ֵ֔ ִ‫תְׁנבְׁעִ יר־הַ ָֽ ֹכהֲנִ יםֹ֙ ְׁהִ כָ ַ֣הְׁלְׁפ‬
ֹ ֵׁ֤ ‫וְׁ ִ֨א‬
:‫י־ח ֶרב‬
ָֽ ָ ִ‫ָשהְׁלְׁפ‬ ִ֖ ֶ ‫ֹורְׁוח ֲַ֛מֹורְׁו‬
ָֽ ַ ‫וְׁעַד־יֹונָ֑קְׁוְׁ ָ֧ש‬
vêét nóv 'ir-hakóhanim hikáh lêfi-jérev, meish vê'ad-isháh, mé'olél vê'ad-
ionéq; vêshór vájamór vaséh lêfi-járev.

Y a Nob, la ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada: hombres y


mujeres, niños y lactantes; bueyes, asnos y ovejas; a todos los hirió a filo de
espada.
(20)
ָֽ ַ ‫ימלְֶךֹ֙ ְׁבֶ ן־אֲחִ ֵ֔טּובְּׁוש ִ֖מֹוְׁאֶ בי ָ ָָ֑תרְׁוַיִ ב ַ ִ֖ר‬
ְׁ‫חְׁאח ֲֹּ֥רי‬ ָֽ ַ ‫וַיִ מָ לַ֣טְׁבן־אֶ ִ֗ ָח‬
ֶ ִ֨ ִ‫דְׁלאֲח‬
:‫דָ ִ ָֽוד‬
vaimalét ben-ejád láajimélej ben-ajitúv, ushmó eviatár; vaivráj ájaréi davíd.

Pero un hijo de Ajimelec hijo de Ajitob, que se llamaba Abiatar, escapó y


huyó tras David.
(21)
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫תְׁכהֲנֹּ֥יְׁי‬
ֹ ָֽ ‫ּולְׁא‬
ִ֖ ‫דְׁכיְׁהָ ַ ַ֣רגְׁשָ ֵ֔א‬
ִ ִ֚ ‫ַויַגֹּ֥דְׁאֶ בי ָ ִָ֖תרְׁלְׁדָ ִ ָ֑ו‬
vaiagéd eviatár lêdavíd; kí harág shaúl, ét kóhanéi Adonai .

Abiatar contó a David cómo Shaúl [Saúl] había hecho matar a los sacerdotes
del Eterno.
(22)
ְׁ)‫ְׁדויגְׁ(דֹואג‬
ַ֣ ֹ֙‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁלְׁאֶ בי ִ֗ ָָתרְׁי ָ֜ ַָדע ִתיְׁבַ יֵׁ֤ ֹוםְׁהַ הּואֹ֙ ִ ְָֽׁכי־שָ ם‬
:‫ּולְׁאנֹ ִ ַ֣כיְׁסַ ֵ֔ ֹב ִתיְׁבְׁכְׁל־נֶ ִ֖פֶשְׁבֹּ֥יתְׁאָ ִ ָֽביָך‬
ָֽ ָ ‫יְׁכי־הַ גֹּ֥דְׁי ִַגִ֖ידְׁלְׁשָ ָ֑א‬ ָֽ ִ ‫ָ ָֽהאֲדֹ ִֵ֔מ‬
vaiómer davíd lêeviatár iadá'ti baióm hahu kí-sham dvyg (doég) háadomí, kí-
hagéd iagíd lêshaúl; ánojí sabóti, bêjol-néfesh béit avíja.

Y David dijo a Abiatar: –Yo sabía aquel día que estando allí Doeg el edomita,
él sin falta se lo iba a contar a Shaúl [Saúl]. Yo he sido la causa de la muerte
de todas las personas de tu casa paterna.

282
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 22, 23

(23)
ְׁ‫אְׁכיְׁאֲשֶ ר־יְׁבַ ֹּ֥קשְׁאֶ ת־נַפ ִ ִ֖שיְׁיְׁבַ ַ֣קשְׁאֶ ת־נַפ ֶ ָ֑שָך‬
ַ֛ ִ ‫יר‬ ֵ֔ ָ ‫ל־ת‬
ִ ַ‫ֵׁ֤הְׁא ִתיֹ֙ ְׁא‬
ִ ‫שְׁ ָב‬
‫ ס‬:‫י־מש ֶ ֹּ֥מ ֶרתְׁאַ ָ ִ֖תהְׁעִ מָ ִ ָֽדי‬
ִ ‫ִ ָֽכ‬
shêváh ití al-tirá, kí asher-iêvaqésh et-nafshí iêvaqésh et-nafshéja; kí-
mishméret atáh 'imadí.

Pero tú, quédate conmigo; no temas. Quien atente contra mi vida también
atentará contra la tuya, pero conmigo estarás seguro.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 23


(1)
ְׁ‫ַוי ִַגֹּ֥דּוְׁלְׁדָ ִוִ֖דְׁלאמָֹ֑ רְׁהִ נֵׁ֤הְׁפְׁלִ ש ִתיםֹ֙ ְׁנִ לחָ ִ ַ֣מיםְׁבִ קעִ י ֵָ֔להְׁוְׁהִ֖מָ הְׁשֹ ִ ֹּ֥סים‬
‫ ס‬:‫אֶ ת־הַ גְׁ ָרנָֽ ֹות‬
vaiagídu lêdavíd lemór; hinéh fêlishtim niljamím biq'iláh, vêhémah shosím et-
hagoranót.

Dieron aviso a David diciendo: 'He aquí que los filisteos combaten contra
Queila y saquean las eras.'
(2)
ְׁ}‫יתיְׁבַ פְׁלִ ש ִ ִ֖תיםְׁהָ ָ֑אלֶהְׁ{ס‬ ִ ‫רְׁהאלְַ֣ךְׁוְׁהִ ֵ֔כ‬ ָֽ ַ ‫וַיִ ש ִ֨ ַאלְׁדָ ִ ֵׁ֤ו‬
ָֽ ַ ֵֹ֔‫דְׁביהוָהֹ֙ ְׁלאמ‬
:ְׁ‫ילה‬
ָֽ ָ ִ‫דְׁלְךְׁוְׁהִ ִ ַ֣כיתָ ְׁבַ פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוְׁ ָֽהֹושַ ע ָ ִ֖תְׁאֶ ת־קְׁע‬
ִ֚ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיה ָ֜ ָוהְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ו‬
vaishál davíd báAdonai lemór, háeléj vêhikéiti, bapêlishtím haéleh; {s}
vaiómer Adonai el-davíd léj vêhikíta vapêlishtím, vêhósha'tá et-qê'iláh .

Entonces David consultó al Eterno diciendo: –¿Iré a atacar a esos filisteos? Y


el Eterno respondió a David: –Ve, ataca a los filisteos y libra a Queila.
(3)
‫יהּודהְׁיְׁר ִ ָ֑איםְׁוְׁאַ ףֹ֙ ְׁ ִ ָֽכי־‬
ִ֖ ָ ‫הְׁב‬
ָֽ ִ ‫נּוְׁפ‬
ֹ ַ֛ ‫ַו ִ֨י ֹאמ ָ֜רּוְׁאַ נ ֵׁ֤שיְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁא ֵָ֔ליוְׁהִ ִ֨נהְׁאֲנַ ֹּ֥ח‬
‫ ס‬:‫ל־מעַרכִ֖ ֹותְׁפְׁלִ ש ִ ָֽתים‬ ָֽ ַ ֶ‫נלְַ֣ךְׁקְׁעִ ֵָ֔להְׁא‬
vaiómrú anshéi david eláv, hinéh anájnu fóh bíhudáh iêreím; vêaf kí-neléj
qê'iláh, el-má'arjót pêlishtím.

Pero los hombres de David le dijeron: –He aquí que nosotros tenemos miedo
aquí en Iehudá [Judá]; ¡cuánto más si vamos a Queila contra las tropas de los
filisteos!

283
23 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(4)
ְׁ‫ּוםְׁרד‬
ַ֣ ‫רְׁק‬ִ֚ ֶ‫הְׁוֶָֽ֣ ַיעֲנִ֖הּוְׁיהוָ ָ֑הְׁ ַו ִ֗י ֹאמ‬
ַ ‫ֹולְׁביה ֵ֔ ָו‬
ָֽ ַ ‫וַיִ֨ ֹוסֶ ףְׁעֵׁ֤ ֹודְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלִ ש ַ֣א‬
:ְׁ‫הְׁכי־א ֲִנֹּ֥יְׁנֹ ַ֛תןְׁאֶ ת־פְׁלִ ש ִ ִ֖תיםְׁבְׁי ֶ ָָֽדָך‬
ָֽ ִ ‫קְׁעִ י ֵָ֔ל‬
vaiósef 'ód david lishól báAdonai, váia'anéhu Adonai; vaiómer qúm réd
qê'iláh, kí-aní notén et-pêlishtím bêiadéja .

David volvió a consultar al Eterno, y el Eterno le respondió y dijo: –


Levántate, desciende a Queila, porque yo entregaré en tu mano a los filisteos.
(5)
ְׁ‫יהם‬ ִ ֶ‫ְׁ֩ו ֲאנָשִָ֨ וְׁקְׁעִ י ָָ֜להְׁוַיִ לָ ַ֣חֶ םְׁבַ פְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁוַיִ נהַ גֹ֙ ְׁא‬
ֶ ֵ֔ ‫ת־מקנ‬ ָֽ ַ ‫ו ַַ֣ילְֶךְׁדָ וִ ד‬
‫ ס‬:‫ילה‬ ָֽ ָ ִ‫תְׁישְׁבֹּ֥יְׁקְׁע‬
ָֹֽ ‫דְׁא‬
ִ֖ ‫וַיַ ְֶֹּ֥֣ךְׁבָ ֶהִ֖םְׁמַ כָ ַ֣הְׁגְׁדֹולָ ָ֑הְׁו ַַֹ֣ישַ עְׁדָ ִֵ֔ו‬
vaiélej david váanasháv qê'iláh vailájem bapêlishtím vainhag et-miqneihém,
vaiáj bahém makáh gêdoláh; vaiósha' davíd, ét ióshêvéi qê'iláh.

David partió con sus hombres a Queila, combatió contra los filisteos, se llevó
sus ganados y les ocasionó una gran derrota. Así libró David a los habitantes
de Queila.
(6)
:‫ימלְֶךְׁאֶ ל־דָ ִ ִ֖ודְׁקְׁעִ ילָ ָ֑הְׁא ִ֖פֹודְׁי ַ ָֹּ֥רדְׁבְׁי ָָֽדֹו‬
ַ֛ ֶ ִ‫וַי ִִ֗היְׁבִֶ֠ ברֹ חַ ְׁאֶ בי ָ ָָ֧תרְׁבֶ ן־אֲח‬
vaihí bívroaj eviatár ben-ajimélej el-davíd qê'iláh; efód iarád bêiadó.

Aconteció que cuando Abiatar hijo de Ajimelec huyó a donde estaba David, a
Queila, llevó consigo el efod.
(7)
ְׁ ֹ֙‫י־בֹּ֥אְׁדָ ִ ִ֖ודְׁקְׁעִ ילָ ָ֑הְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ִ֗אּולְׁנִ ִַ֨כרְׁאֹ ֵׁ֤תֹוְׁאֱלהִ ים‬
ָ ִ‫וַיגַ ַ֣דְׁלְׁשָ ֵ֔אּולְׁכ‬
:ְׁ ַ‫יְׁכיְׁנִ סגַ ַ֣רְׁל ֵָ֔בֹואְׁבְׁ ִ ִ֖עירְׁדְׁל ַ ָֹּ֥תיִ םְּׁוב ִ ָֽריח‬
ִ ִ֚ ‫בְׁי ִֵָ֔ד‬
vaiugád lêshaúl, ki-vá davíd qê'iláh; vaiómer shaúl nikár otó elohim bêiadí, kí
nisgár lavó, bê'ír dêlatáim uvríaj .

Y cuando le fue dicho a Shaúl [Saúl] que David había ido a Queila, Shaúl
[Saúl] pensó: 'Elohim lo ha entregado en mi mano, pues él se ha encerrado a sí
mismo al entrar en una ciudad con puertas y cerrojos.'
(8)
‫וַיְׁשַ ַ ֹּ֥מעְׁשָ ַ֛אּולְׁאֶ ת־כְׁל־הָ עָ ִ֖םְׁל ִַמלחָ ָ ָ֑מהְׁל ֶ ַָ֣רדֶ תְׁקְׁעִ י ֵָ֔להְׁל ָֹּ֥צּורְׁאֶ ל־‬
:‫דָ ִ ִ֖ודְׁוְׁאֶ ל־ ֲאנ ָ ָָֽשיו‬
vaishamá' shaúl et-kol-ha'ám lamiljamáh; larédet qê'iláh, latzúr el-davíd vêel-
anasháv.

Entonces Shaúl [Saúl] convocó a todo el pueblo para la batalla, para


descender a Queila y sitiar a David y a sus hombres.
284
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 23

(9)
ְׁ‫ישְׁה ָרעָ ָ֑הְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁאֶ ל־אֶ בי ָ ַָ֣תרְׁהַ כֹ ֵ֔הן‬
ָֽ ָ ‫ּולְׁמח ִ ֲַ֣ר‬
ָֽ ַ ‫דְׁכיְׁ ָע ֵָ֔ליוְׁשָ ִ֖א‬
ַ֣ ִ ‫וַיֶַ֣֣דַ עְׁדָ ִֵ֔ו‬
‫ ס‬:‫הְׁהא ָֽפֹוד‬ ָֽ ָ ‫ִ֖יש‬
ְָׁ ‫הַ ִג‬
vaiéda' davíd, kí 'aláv, shaúl májarísh hára'áh; vaiómer el-eviatár hakohén,
hagíshah háefód.

Pero entendiendo David que Shaúl [Saúl] planeaba el mal contra él, dijo al
sacerdote Abiatar: –Trae el efod.
(10)
ְׁ‫ַוי ֹאמֶ ר֮ ְׁדָ וִ דְׁ֒יהוָהֹ֙ ְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁשָ מֵֹׁ֤ עְַׁשָ מַ עֹ֙ ְׁעַבדְׁ ֵָ֔ך ִ ְָֽׁכי־מְׁבַ ֹּ֥קש‬
‫ ס‬:ְׁ‫ֲבּורי‬ ָֽ ִ ‫ירְׁבע‬ָֽ ַ ‫שָ ִ֖אּולְׁל ַָ֣בֹואְׁאֶ ל־קְׁעִ ילָ ָ֑הְׁלְׁשַ חֹּ֥תְׁל ִ ִָ֖ע‬
vaiomer david Adonai elohéi israél, shamó'a shama' 'avdêjá, kí-mêvaqésh
shaúl lavó el-qê'iláh; lêshajét la'ír bá'avurí .

Entonces David dijo: –oh Eterno Elohim de Israel: Tu siervo tiene entendido
que Shaúl [Saúl] trata de venir a Queila para destruir la ciudad por causa mía.
(11)
ְׁ ֹ֙‫ּולְׁכאֲשֶ רֹ֙ ְׁשָ ַ ַ֣מעְׁעַב ֵ֔ ֶדָךְׁיהוָה‬
ָֽ ַ ‫יְׁבעֲליְׁ֩קְׁעִ י ִָ֨להְׁבְׁיָדָ֜ ֹוְׁהֲי ַ֣רדְׁשָ ִ֗א‬
ָֽ ַ ִ‫ֲהיַסגִ ַ֣רנ‬
‫ ס‬:ְׁ‫אֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁהַ גֶד־נָ ִ֖אְׁלְׁעַב ֶ ָ֑דָךְׁ{ס}ְׁ ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁיהוָ ִ֖הְׁי ָֽרד‬
haiasgirúni vá'aleí qê'iláh vêiadó haieréd shaúl káasher shamá' 'avdéja, Adonai
elohéi israél, haged-ná lê'avdéja; {s} vaiómer Adonai ieréd .

¿Me entregarán los señores de Queila en su mano? ¿Descenderá Shaúl [Saúl],


como tu siervo ha oído? oh Eterno Elohim de Israel, revélalo, por favor, a tu
siervo. Y el Eterno respondió: –Sí, descenderá.
(12)
ְׁ‫ָשיְׁבְׁיַד־שָ ָ֑אּול‬
ִ֖ ַ ‫יְׁואֶ ת־ ֲאנ‬
ְׁ ‫רּוְׁבעֲלָ֧יְׁקְׁעִ ילָ ַ֛הְׁאֹ ִ ֹּ֥ת‬
ָֽ ַ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ֲהיַס ִָ֜ג‬
‫ ס‬:ְׁ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁיהוָ ִ֖הְׁיַס ִ ָֽגירּו‬
vaiómer davíd, haiasgíru bá'aléi qê'iláh otí vêet-anashái bêiad-shaúl; vaiómer
Adonai iasgíru .

Luego preguntó David: –¿Me entregarán los señores de Queila, a mí y a mis


hombres, en mano de Shaúl [Saúl]? Y el Eterno respondió: –Sí, te entregarán.
(13)
ְׁ‫ְׁמקְׁעִ ֵָ֔להְׁו ִ ַָֽיתְׁהַ לְׁכִ֖ ּו‬
ִ ֹ֙‫ֹותְׁאישְׁוַיָֽצְׁאּו‬
ִִ֗ ‫דְׁו ֲאנָשָָ֜ יוְׁכְׁשש־מ ַ֣א‬ ָֽ ַ ‫ַויָקָ םְׁ֩דָ ִִ֨ו‬
ְׁ‫ְׁמקְׁעִ י ֵָ֔להְׁ ַויֶח ַ ִ֖דל‬ ִ ֹ֙‫דְׁכי־נִ מלַ ֵׁ֤טְׁדָ וִ ד‬
ָֽ ִ ‫ֲשרְׁיִ תהַ לָ ָ֑כּוְּׁולשָ ַ֣אּולְׁה ִ֗ ַג‬ ַ֣ ֶ ‫ַ ָֽבא‬
:‫ל ָָֽצאת‬

285
23 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiaqam davíd váanasháv kêshesh-meót ísh vaiétzêú miqê'iláh, vaítêhalêjú


báashér ithaláju; ulshaúl hugád kí-nimlát david miqê'iláh, vaiejdál latzét.

Entonces David se levantó con sus hombres, que eran unos 600, salieron de
Queila y deambularon sin rumbo fijo. Y llegó a Shaúl [Saúl] la noticia de que
David se había escapado de Queila, por lo cual desistió de salir.
(14)
ְׁ‫ו ִַ֨ישֶ בְׁדָ ִ ֵׁ֤ודְׁבַ ִמדבָ רֹ֙ ְׁבַ מְׁצָ דֵ֔ ֹותְׁוַיֹּ֥שֶ בְׁבָ ָהִ֖רְׁבְׁ ִמדבַ ר־זִ ָ֑יףְׁוַיבַ ק ֵׁ֤שהּו‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁבְׁי ָָֽדֹו‬
ִ֖ ִ ‫שָ אּולְֹׁ֙כְׁל־הַ י ִֵָ֔מיםְׁוְׁ ָֽל ֹא־נְׁתָ נֹּ֥ ֹוְׁא‬
vaiéshev davíd bamidbar bamêtzadót, vaiéshev bahár bêmidbar-zíf;
vaivaqshéhu shaul kol-haiamím, vêló-nêtanó elohím bêiadó .

David se quedó en el desierto, en los lugares de difícil acceso; se quedó en las


montañas del desierto de Zif. Shaúl [Saúl] lo buscaba todos los días, pero
Elohim no lo entregó en su mano.
(15)
ְׁ‫דְׁכי־י ָָצֹּ֥אְׁשָ ִ֖אּולְׁלְׁבַ ַ֣קשְׁאֶ ת־נַפ ָ֑שֹוְׁוְׁדָ ִוֹּ֥דְׁבְׁ ִמדבַ ר־זִ ִ֖יף‬
ָֽ ִ ‫וַיַ ֶַ֣֣ראְׁדָ ִֵ֔ו‬
‫ ס‬:‫בַ חָֹֽ ְׁרשָ ה‬
vaiár davíd, kí-iatzá shaúl lêvaqésh et-nafshó; vêdavíd bêmidbar-zíf
bajórêshah.

Y David, al ver que Shaúl [Saúl] había salido en asecho de su vida, se quedó
en Hores, en el desierto de Zif.
(16)
ְׁ‫ַו ִָ֨יקָ םֹ֙ ְׁיְׁ ָֽהֹונ ָ ַָ֣תןְׁבֶ ן־שָ ֵ֔אּולְׁוַיֹּ֥לְֶךְׁאֶ ל־דָ ִוִ֖דְׁחָֹ֑ רשָ הְׁוַיחַ זֹּ֥קְׁאֶ ת־י ִָ֖דֹו‬
:ְׁ‫אלהים‬ ָֽ ִ ‫ָֽב‬
vaiáqam iêhónatán ben-shaúl, vaiélej el-davíd jórshah; vaijazéq et-iadó
bélohím .

Entonces Iehonatán [Jonatán] hijo de Shaúl [Saúl] se levantó y fue a David en


Hores, y le fortaleció en Elohim.
(17)
ְׁ‫ְׁתמלַ֣ ְך‬
ִ ֹ֙‫אְׁתמְׁצָ אֲָךֹ֙ ְׁ ִַ֚ידְׁשָ ַ֣אּולְׁאָ ִֵ֔ביְׁוְׁאַ תָ ה‬
ָֽ ִ ֹ ‫יראְׁכִֶ֠ יְׁ ֵׁ֤ל‬
ִ֗ ָ ‫ל־ת‬ ִ ַ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁא ָָ֜ליוְׁא‬
:‫ְַׁכן‬
ָֽ ‫יְׁאהְׁיֶה־לְָׁךַ֣ ְׁלְׁ ִמשנֶ ָ֑הְׁוְׁגַם־שָ ֹּ֥אּולְׁאָ ִ ִ֖ביְׁיֹ ֹּ֥דע‬ ָֽ ֶ ‫עַל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁ ָ ָֽאנֹ ִ ִ֖כ‬
vaiómer eláv al-tirá kí ló tímêtzaajá iád shaúl aví, vêatah timlój 'al-israél,
vêánojí éhêieh-lêjá lêmishnéh; vêgam-shaúl aví iodé'a kén.

Le dijo: –No temas, porque la mano de mi padre Shaúl [Saúl] no te


encontrará. Tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti. Aun
Shaúl [Saúl] mi padre lo sabe.

286
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 23

(18)
ְׁ‫יהֹונ ָ ִָ֖תןְׁהָ לַ ְֹּ֥ך‬ ֶ ‫וַיִ כרְׁ ָ֧תּוְׁשְׁנ‬
ָֽ ִ‫יהַ֛םְׁבְׁ ִ ִ֖ריתְׁלִ פנַ֣יְׁיהוָ ָ֑הְׁוַיֵׁ֤שֶ בְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁבַ חֵֹ֔ רשָ הְׁו‬
‫ ס‬:ְׁ‫לְׁב ָֽיתֹו‬
vaijrêtú shêneihém bêrít lifnéi Adonai; vaiéshev david bajórshah, vihónatán
haláj lêveitó .

Ambos hicieron un pacto ante el Eterno. Después David se quedó en Hores, y


Iehonatán [Jonatán] se volvió a su casa.
(19)
ְׁ‫דְׁמסתַ ִ֨תרְׁעִ ָ ֵׁ֤מנּו‬ִ ִ‫ֹואְׁדָ ו‬
ֶ֠ ַ֣‫ו ַ ַָֽיעֲלֵׁ֤ ּוְׁזִפִ יםֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁהַ גִ בעָ ִ֖תָ הְׁלאמָֹ֑ רְׁהֲל‬
:‫ימֹון‬ ָֽ ‫ימיןְׁהַ י ִש‬
ֹּ֥ ִ ‫רְׁמ‬
ִ ‫ֲש‬ ִ֖ ֶ ‫ְׁהחֲכִ י ֵָ֔להְׁא‬
ָֽ ַ ֹ֙‫בַ מְׁצָ דֹותֹ֙ ְׁבַ חֵֹ֔ רשָ הְׁבְׁגִ בעַת‬
vaiá'alú zifim el-shaúl, hagiv'átah lemór; haló dávid mistatér 'imánu
vamêtzadot bajórshah, bêgiv'at hájajiláh, ashér mimín haishimón.

Los de Zif subieron a decir a Shaúl [Saúl], en Gabaa: –¿No está David
escondido entre nosotros, en los lugares de difícil acceso de Hores, en la
colina de Haquila, que está al sur de Jesimón?
(20)
:‫תְׁרדְׁוְׁלָ ֹּ֥נּוְׁהַ סגִ ִ֖ירֹוְׁבְׁיַ ֹּ֥דְׁהַ ֶ ָֽמלְֶך‬
ָ֑ ֶ‫ְֶׁ֠ועַתָ הְׁלְׁכְׁל־אַ ִ֨ ַּותְׁנַפשְָׁךֹּ֥ ְׁהַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁל ֶ ִָ֖רד‬
vê'atah lêjol-avát nafshêjá hamélej larédet réd; vêlánu hasgiró bêiád hamélej.

Ahora, oh rey, desciende pronto, conforme a todo el deseo de tu alma, y


nosotros lo entregaremos en mano del rey.
(21)
:ְׁ‫ָ֑הְׁכיְׁחֲמַ ל ֶ ִ֖תםְׁע ָ ָָֽלי‬
ֹּ֥ ִ ָ‫םְׁליהו‬
ָֽ ַ ‫רּוכיםְׁאַ ֶ ִ֖ת‬
ֹּ֥ ִ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ ֵ֔אּולְׁב‬
vaiómer shaúl, bêrujím atém láAdonai; kí jamaltém 'alái .

Y Shaúl [Saúl] dijo: –el Eterno os bendiga, porque habéis tenido compasión
de mí.
(22)
ְׁ‫ֹוְׁמי‬
ֹּ֥ ִ ‫ַ֣הְׁרג ֵ֔ל‬
ַ ֶ‫רְׁתהְׁי‬
ָֽ ִ ‫ֲש‬
ַ֣ ֶ ‫ינּוְׁעֹודְּׁודעֵׁ֤ ּוְּׁוראּוֹ֙ ְׁאֶ ת־מְׁקֹומֹוֹ֙ ְׁא‬
ִ֗ ‫לְׁכּו־ ָָׁ֞נאְׁהָ ִ ַ֣כ‬
:‫םְׁהּוא‬ ָֽ ‫םְׁכיְׁאָ ַ ַ֣מרְׁא ֵַ֔ליְׁע ָֹּ֥רֹוםְׁיַע ִ ִ֖ר‬
ִ ִ֚ ‫הּוְׁש‬
ָ֑ ָ ‫ָר ָ ִ֖א‬
lêju-ná hajínu 'ód ud'ú urú et-mêqomó ashér tíhêiéh ragló, mí raáhu shám; kí
amár elái, 'aróm ia'rím hú.

Por favor, id y aseguraos bien. Averiguad y ved el lugar por donde anda y
quién lo ha visto allí, porque me han dicho que él es sumamente astuto.

287
23 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(23)
‫ֲשרְׁיִתחַ בַ֣אְׁשֵָ֔ םְׁוְׁשַ ב ֶ ֵׁ֤תםְׁאלַיֹ֙ ְׁאֶ ל־‬ ַ֣ ֶ ‫ּור ַ֣אּוְּׁוד ִ֗עּוְׁ ִמ ֵׁ֤ ֹכלְׁהַ ַ ָֽמחֲבֹ ִאיםֹ֙ ְׁא‬
ְׁ‫ְׁאם־יֶשנַ֣ ֹוְׁבָ ֵ֔ ָא ֶרץְׁוְׁחִ פַש ִ ַ֣תיְׁאֹ ֵ֔תֹוְׁבְׁ ִ֖ ֹכל‬ ִ ֹ֙‫יְׁאתְׁכֶ ָ֑םְׁוְׁהָ יָה‬
ִ ‫נָכֵ֔ ֹוןְׁוְׁ ָ ָֽהלַכ ִ ִ֖ת‬
:‫הּודה‬
ָֽ ָ ְׁ‫אַ לפֹּ֥יְׁי‬
urú ud'ú mikól hamájavoim ashér itjabé shám, vêshavtém elaí el-najón,
vêhálajtí itêjém; vêhaiah im-ieshnó vaáretz, vêjipastí otó, bêjól alféi iêhudáh.

Mirad y reconoced todos los escondrijos en donde se oculta. Luego volved a


mí con información exacta, y yo iré con vosotros. Si él está en la zona, yo le
buscaré entre todos los millares de Iehudá [Judá].
(24)
ְׁ ֹ֙‫דְׁו ֲאנָשָָ֜ יוְׁבְׁ ִמד ַבֵׁ֤רְׁמָ עֹון‬
ָֽ ַ ‫ַוי ַָ֛קּומּוְׁוַיָֽלְׁכֹּ֥ ּוְׁזִ ִ֖יפָהְׁלִ פנַ֣יְׁשָ ָ֑אּולְׁוְׁדָ ִִ֨ו‬
:‫ימֹון‬
ָֽ ‫הְׁאלְׁיְׁ ִ ֹּ֥מיןְׁהַ י ִש‬
ִ֖ ֶ ‫ָ ָֽבע ֲָר ֵ֔ ָב‬
vaiaqúmu vaiélêjú zífah lifnéi shaúl; vêdavíd váanasháv bêmidbár ma'on
bá'araváh, él iêmín haishimón.

Ellos se levantaron y se fueron a Zif, antes que Shaúl [Saúl]. Pero David y sus
hombres ya estaban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.
(25)
ְׁ‫ּולְׁו ֲאנָשָ יו֮ ְׁלְׁבַ קשְׁ֒ ַוי ִַגַ֣דּוְׁלְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַיַ֣ ֶֶ֣רדְׁהַ ֵ֔ ֶסלַעְׁוַיִ֖שֶ בְׁבְׁ ִמד ַבַ֣ר‬
ְַָֽׁ ‫ו ִַ֨ילְֶךְׁשָ ַ֣א‬
:‫דְׁמד ַבֹּ֥רְׁמָ עָֽ ֹון‬ִ ‫מָ עָ֑ ֹוןְׁוַיִ ש ַ ַ֣מעְׁשָ ֵ֔אּולְׁוַיִ רדֹֹּ֥ ףְׁאַ ח ֲָֽרי־דָ ִ ִ֖ו‬
vaiélej shaúl váanashav lêvaqesh vaiagídu lêdavíd, vaiéred haséla', vaiéshev
bêmidbár ma'ón; vaishmá' shaúl, vairdóf ajaréi-davíd midbár ma'ón.

Shaúl [Saúl] partió con sus hombres para buscar a David. Pero avisaron a
David, quien bajó de la peña y permaneció en el desierto de Maón. Cuando
Shaúl [Saúl] lo oyó, persiguió a David en el desierto de Maón.
(26)
ְׁ‫ִ֖רְׁמזֶ ָ֑הְׁוַי ִִ֨היְׁדָ ִָ֜וד‬
ִ ‫יוְׁמ ַצֹּ֥דְׁהָ ָה‬
ִ ‫ָש‬ ַ֛ ָ ‫דְׁו ֲאנ‬
ָֽ ַ ‫ְׁמ ֵֶ֔זהְׁוְׁדָ ִ ָ֧ו‬
ִ ֹ֙‫ּולְׁמ ַצֵׁ֤דְׁהָ הָ ר‬
ִ ‫ו ִַ֨ילְֶךְׁשָ ָ֜א‬
‫יוְׁעט ִ ַ֛ריםְׁאֶ ל־דָ ִוֹּ֥דְׁוְׁאֶ ל־‬
ֹ ֹּ֥ ִָ֗‫ּולְׁו ֲאנָש‬
ָֽ ַ ‫ְׁמפְׁנַ֣יְׁשָ ֵ֔אּולְׁוְׁשָ ַ֣א‬ ִ ֹ֙‫נֶחפָ ֵׁ֤זְׁ ָל ִֶ֨לכֶת‬
:‫ָשיוְׁלְׁתְׁפ ָ ָֽשם‬ ִ֖ ָ ‫ֲאנ‬
vaiélej shaúl mitzád hahar mizéh, vêdavíd váanasháv mitzád hahár mizéh;
vaihí davíd nejpáz laléjet mipênéi shaúl, vêshaúl váanasháv 'ótrím el-davíd
vêel-anasháv lêtofsám.

Shaúl [Saúl] iba por un lado del monte, y David con sus hombres iba por el
otro lado del monte. David se daba prisa para escapar de Shaúl [Saúl], porque
Shaúl [Saúl] y sus hombres estaban rodeando a David y a sus hombres, a fin
de capturarlos.

288
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 23, 24

(27)
ְׁ‫ָהְׁכי־פָש ֹּ֥טּוְׁפְׁלִ ש ִ ִ֖תים‬
ָֽ ִ ‫רְׁמה ָ ֲַ֣רהְׁוְׁ ֵ֔לכ‬
ָֽ ַ ָֹ֑‫ְךְׁבאְׁאֶ ל־שָ ִ֖אּולְׁלאמ‬
ָ ֵ֔ ‫ּומַ ל ָ ַ֣א‬
:‫עַל־הָ ָ ָֽא ֶרץ‬
umaláj bá, el-shaúl lemór; máharáh vêléjah, kí-fashtú fêlishtím 'al-haáretz.

Entonces llegó a Shaúl [Saúl] un mensajero, diciendo: –Date prisa y ven,


porque los filisteos han hecho una incursión en el territorio.
(28)
ְׁ‫ַל־כן‬
ִ֗ ‫ְׁאח ֲַ֣ריְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַיִ֖לְֶךְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁע‬ ָֽ ַ ֹ֙‫ּולְׁמרדֹ ף‬
ִ ‫וַיָ ַ֣שְׁבְׁשָ ִ֗א‬
:‫ַעְׁהמַ חלְׁ ָֽקֹות‬ ָֽ ַ ‫ּואְׁסל‬
ִ֖ ֶ ‫ָ ָֽק ְׁראּוֹ֙ ְׁלַמָ ַ֣קֹוםְׁהַ ֵ֔ה‬
vaiáshov shaúl mirdof ájaréi davíd, vaiélej liqrát pêlishtím; 'al-kén qárêú
lamaqóm hahú, séla' hámajlêqót.

Por tanto, Shaúl [Saúl] desistió de perseguir a David y partió contra los
filisteos. Por esta razón pusieron por nombre a aquel lugar Sela-hamajlecot.
(29)
‫ ס‬:‫ין־ג ִֶָֽ֣די‬
ֶ ‫ֹותְׁע‬
ָֽ ‫דְׁמ ָ ָ֑שםְׁוַיִ֖שֶ בְׁבִ מצָ ֹּ֥ד‬
ִ ‫וַיַ ֹּ֥עַלְׁדָ ִ ִ֖ו‬
vaiá'al davíd mishám; vaiéshev bimtzadót 'éin-gédi.

De allí David subió y habitó en los lugares de difícil acceso de En-guedi.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 24


(1)
ְׁ‫ְׁשבְׁשָ ֵ֔אּולְׁמ ַ ָֽאח ֲִ֖ריְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁ ַוי ִַגֵׁ֤דּוְׁלֹוֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁהִ נַ֣הְׁדָ ִֵ֔וד‬
ַ֣ ָ ֹ֙‫וַי ִִ֗היְׁ ַ ָֽכאֲשֶ ר‬
‫ ס‬:‫ֹּ֥יןְׁג ִֶָֽ֣די‬
ֶ ‫בְׁ ִמד ַבִ֖רְׁע‬
vaihí káasher sháv shaúl, meájaréi pêlishtím; vaiagídu ló lemór, hinéh davíd,
bêmidbár 'éin gédi.

Sucedió que cuando Shaúl [Saúl] volvió de atacar a los filisteos, le avisaron
diciendo: 'He aquí que David está en el desierto de En-guedi.'
(2)
ְׁ‫ּורְׁמכְׁל־יִ ש ָר ָ֑אלְׁו ִַ֗ילְֶךְׁלְׁבַ ֵׁ֤קש‬
ִ ‫יםְׁאישְׁבָ ִ֖ח‬ ֹּ֥ ִ ‫וַיִ ַ ַ֣קחְׁשָ ִ֗אּולְׁשְׁלָ֧ שֶ תְׁ ֲאל ִ ַָ֛פ‬
:‫צּוריְׁהַ יְׁע ִ ָֽלים‬ ֹּ֥ ְׁ‫אֶ ת־דָ וִ דֹ֙ ַ ְָֽׁו ֲאנָשֵָ֔ יוְׁעַל־פְׁנִ֖י‬
vaiqáj shaúl shêlóshet alafím ísh bajúr mikol-israél; vaiélej lêvaqésh et-david
váanasháv, 'al-pênéi tzuréi haiê'elím.

289
24 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces Shaúl [Saúl] tomó a 3000 hombres escogidos de todo Israel y fue en
busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las
cabras monteses.
(3)
ְׁ‫ֶַ֠ו ָיב ֹאְׁאֶ ל־גִ ד ִ֨רֹותְׁהַ ֵׁ֤צ ֹאןְׁעַל־הַ ִ֨ ֶד ֶרְךֹ֙ ְׁוְׁ ָ ַ֣שםְׁמְׁע ָ ֵָ֔רהְׁ ַו ָי ֹּ֥ב ֹאְׁשָ ִ֖אּולְׁלְׁהָ ַ֣סְך‬
:‫הְׁישְׁ ִ ָֽבים‬ ָֹֽ ‫ת־רגלָ ָ֑יוְׁוְׁדָ וִ דֹ֙ ַ ְָֽׁו ֲאנָשֵָ֔ יוְׁבְׁיַרכְׁ ֹּ֥תיְׁהַ מְׁע ָ ִָ֖ר‬
ַ ֶ‫א‬
váiavo el-gidrót hatzón 'al-hadérej vêshám mê'aráh, vaiavó shaúl lêhaséj et-
ragláv; vêdavid váanasháv, bêiarkêtéi hamê'aráh ióshêvím.

En el camino, Shaúl [Saúl] llegó a un redil de ovejas donde había una cueva, y
entró allí para hacer sus necesidades. David y sus hombres estaban sentados
en la parte más recóndita de la cueva.
(4)
ְׁ‫ַו ָֽי ֹאמְׁרּוְׁ֩אַ נ ִ֨שיְׁדָ ִָ֜ודְׁא ִָ֗ליוְׁהִ ִ֨נהְׁהַ יָ֜ ֹוםְׁאֲֽשֶ ר־אָ ַ ָ֧מרְׁיהוָ ַ֣הְׁא ִֶ֗ליָךְׁהִ ִ֨נה‬
ְׁ‫רְׁיִטבְׁבְׁעינֶ ָ֑יָך‬
ַ֣ ַ ‫ֲש‬ ִ֖ ֶ ‫ֹוְׁכא‬
ָֽ ַ ‫ָ ָֽאנֹ ָ֜ ִכיְׁנֹ ֵׁ֤תןְׁאֶ ת־איביךְׁ(אָֹֽ יִ בָךֹ֙ )ְׁבְׁי ֵ֔ ֶָדָךְׁוְׁע ִ ַָ֣שיתָ ְֵׁ֔ל‬
:ְׁ‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁדָ ִִ֗ודְׁוַיִ כ ַ֛רֹ תְׁאֶ ת־כְׁ ַנֶָֽ֣ף־הַ מְׁ ִ ֹּ֥עילְׁאֲ שֶ ר־לְׁשָ ִ֖אּולְׁבַ ָ ָֽלט‬
vaiómêrú anshéi davíd eláv hinéh haióm ásher-amár Adonai eléja hinéh ánojí
notén et-yvyj (óivjá) bêiadéja, vê'asíta ló, káashér itáv bê'einéja; vaiáqom
davíd vaijrót et-kênáf-hamê'íl asher-lêshaúl balát .

Y sus hombres dijeron a David: –Éste es el día del cual te dijo el Eterno: 'He
aquí, yo entregaré a tu enemigo en tu mano, y harás con él lo que te parezca
bien.' Entonces David se levantó y cortó el borde del manto de Shaúl [Saúl],
sin ser notado.
(5)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ֲשרְׁכ ַ ֵָ֔רתְׁאֶ ת־כָנָ ִֶ֖֣ףְׁא‬
ַ֣ ֶ ‫י־כןְׁוַיַ ְֶֹּ֥֣ךְׁלב־דָ ִ ִ֖ודְׁאֹ ָ֑תֹוְׁ ִַ֚עלְׁא‬
ֵ֔ ‫ְׁאחֲר‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ַוֶָֽ֣יהִ י‬
:‫לְׁשָ ָֽאּול‬
váihí ájarei-jén, vaiáj lev-davíd otó; 'ál ashér karát, et-kanáf ashér lêshaúl.

Sucedió después de esto que el corazón de David le golpeaba, por haber


cortado el borde del manto de Shaúl [Saúl].
(6)
ְׁ‫ם־אעֱשֶ הְׁ֩אֶ ת־הַ דָ ִ֨ ָברְׁהַ זֶ ֵׁ֤ה‬ ָֽ ֶ ‫הְׁא‬ ִ ‫יְׁמיְׁה ִ֗ ָו‬
ָֽ ‫ָהְׁל‬ ַ֣ ִ ‫רְׁל ֲאנָשָָ֜ יוְׁחָ ִ ָ֧ליל‬
ָֽ ַ ֶ‫ַו ִ֨י ֹאמ‬
:ְׁ‫ֹוְׁכי־מְׁ ִ ֹּ֥שיחַ ְׁיהוָ ִ֖הְׁ ָֽהּוא‬
ָֽ ִ ‫יְׁב‬
ָ֑ ‫ַ ָֽלאדֹ נִ יֹ֙ ְׁלִ מ ִ ַ֣שיחַ ְׁיה ֵ֔ ָוהְׁלִ שלֹּ֥ חַ ְׁי ִ ִָ֖ד‬
vaiómer láanasháv jalílah lí méiêhváh im-é'eseh et-hadavár hazéh ládoní
limshíaj Adonai, lishlóaj iadí bó; kí-mêshíaj Adonai hú .

Y David dijo a sus hombres: –el Eterno me libre de hacer tal cosa contra mi
señor, el ungido del Eterno: que yo extienda mi mano contra él, porque él es el
ungido del Eterno.
290
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 24

(7)
ְׁ‫וַישַ ִ֨ ַסעְׁדָ ִ ֵׁ֤ודְׁאֶ ת־ ֲאנָשָ יוֹ֙ ְׁבַ דְׁבָ ִ ֵ֔ריםְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁנְׁתָ נָ ִ֖םְׁל ַָ֣קּוםְׁאֶ ל־שָ ָ֑אּול‬
‫ ס‬:‫ּולְׁקםְׁ ָֽמהַ מְׁע ָ ִָ֖רהְׁוַיֹּ֥לְֶךְׁבַ ָ ָֽד ֶרְך‬ ֹּ֥ ָ ‫וְׁשָ ַ֛א‬
vaishasá' davíd et-anashav badêvarím, vêló nêtanám laqúm el-shaúl; vêshaúl
qám méhamê'aráh vaiélej badárej.

Entonces David reprimió a sus hombres con palabras y no les permitió que
atacasen a Shaúl [Saúl]. Luego Shaúl [Saúl] salió de la cueva y continuó su
camino.
(8)
‫אְׁאחֲרי־‬ ָֽ ַ ‫ְׁמןְׁהמערהְׁ(מהַ מְׁע ָ ֵָ֔רה)ְׁוַיִ ק ָ ָ֧ר‬
ָֽ ֹ֙‫י־כןְׁוַיצא‬ ִ֗ ‫דְׁאחֲר‬ ָֽ ַ ‫ַו ִָ֨יקְׁםְׁדָ ִָ֜ו‬
ְׁ‫ְֹׁ֙אח ָ ֲֵ֔ריוְׁוַיִ קִֹ֨ דְׁדָ ִוֹּ֥דְׁאַ פַ ַ֛יִ ם‬
ָֽ ַ ‫שָ ַ֛אּולְׁלאמִֹ֖ רְׁאֲדֹ ִנַ֣יְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁ ַויַבֵׁ֤טְׁשָ אּול‬
‫ ס‬:‫ַ ִ֖ארצָ הְׁוַיִ ש ָ ָֽתחּו‬
vaiáqom davíd ájarei-jén vaietze mn hm'rh (méhamê'aráh), vaiqrá ájarei-shaúl
lemór adoní hamélej; vaiabét shaul ájaráv, vaiqód davíd apáim ártzah
vaishtáju.

Después David se levantó, salió de la cueva y gritó detrás de Shaúl [Saúl]


diciendo: –¡Mi señor el rey! Cuando Shaúl [Saúl] miró atrás, David inclinó su
rostro a tierra y se postró.
(9)
ְׁ‫ת־דב ֹּ֥ריְׁאָ ָ ִ֖דםְׁלאמָֹ֑ רְׁהִ נַ֣הְׁדָ ִֵ֔וד‬
ִ ֶ‫הְׁתש ַ ַ֛מעְׁא‬
ִ ָ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלְׁ שָ ֵ֔אּולְׁלָ ָ֧מ‬
:‫שְׁרע ֶ ָָֽתָך‬ ָֽ ָ ‫מְׁבַ ִ֖ק‬
vaiómer david lêshaúl, lámah tishmá' et-divréi adám lemór; hinéh davíd,
mêvaqésh rá'atéja.

Entonces David preguntó a Shaúl [Saúl]: –¿Por qué escuchas las palabras de
los hombres que dicen: 'He aquí que David busca tu mal'?
(10)
ְׁ ֹ֙‫יָךְׁאתְׁאֲשֶ ר־נְׁ ָ ָֽתנְָׁךְׁ֩יה ִ֨ ָוהְׁ׀ְׁהַ יֵׁ֤ ֹוםְׁ׀ְׁבְׁי ִָדי‬
ַ֣ ‫הְׁר ַ֣אּוְׁעי ִֶ֗נ‬ ָ ‫הִ נהְׁ֩הַ יִ֨ ֹוםְׁהַ ֶָ֜ז‬
ְׁ‫ְׁבאדֹ ֵ֔ ִני‬ ָֽ ַ ֹ֙‫ָ֑יָךְׁוָֽאֹ ִ֗ ַמרְׁ ָֽל ֹא־אֶ שלַ ֵׁ֤חְׁי ִָדי‬
ָ ֶ‫בַ מְׁע ָ ֵָ֔רהְׁוְׁאָ ַ ֹּ֥מרְׁ ַלה ָ ֲָֽרגְָׁךִ֖ ְׁו ָ ַַ֣תחְׁסְׁעָל‬
:ְׁ‫ִ֖הְׁהּוא‬ ָֽ ָ‫ִ ָֽכי־מְׁ ִ ֹּ֥שיחַ ְׁיהו‬
hineh haióm hazéh raú 'einéja ét asher-nêtánêjá Adonai | haióm | bêiadí
bamê'aráh, vêamár laharágêjá vatájos 'aléja; váomár ló-eshláj iadí bádoní, kí-
mêshíaj Adonai hú .

He aquí, tus ojos han visto en este día cómo el Eterno te ha puesto hoy en mi
mano en la cueva. Me dijeron que te matara, pero yo tuve compasión de ti y

291
24 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

dije: 'No extenderé mi mano contra mi señor, porque él es el ungido del


Eterno.'
(11)
ְׁ‫יְׁכיְׁבְׁכְׁר ִתיְׁ֩אֶ ת־כְׁ ִַ֨נף‬ ִ ֡ ‫םְׁר ַ֛אהְׁאֶ ת־כְׁנַ ֶֹּ֥֣ףְׁמְׁ ִ ָֽעילְָׁךִ֖ ְׁבְׁי ִ ָָ֑ד‬
ְׁ ‫יְׁר ֵ֔אהְׁ ִ֗ ַג‬
ְׁ ‫וְׁאָ ִ ַ֣ב‬
‫יְׁרעָ ֵׁ֤הְׁ ָו ִֶ֨פשַ עֹ֙ ְׁוְׁ ָֽל ֹא־‬
ָ ‫ְׁ֩איןְׁבְׁי ִָָ֜ד‬ ִ֨ ‫יָךְׁדעְּׁוראהֹ֙ ְׁכִ י‬ ֵׁ֤ ַ ‫מְׁ ִ ָֽעילְׁ ָָ֜ךְׁוְׁ ַ֣ל ֹאְׁה ֲַרג ִ֗ ִת‬
:‫אתיְׁ ֵָ֔לְךְׁוְׁאַ ָ ַ֛תהְׁצֹ ֶ ֹּ֥דהְׁאֶ ת־נַפ ִ ִ֖שיְׁלְׁקַ ח ָ ָֽתּה‬ ִ ‫חָ ָ ַ֣ט‬
vêaví rêéh, gám rêéh et-kênáf mê'ílêjá bêiadí; kí bêjortí et-kênáf mê'ílêjá vêló
haragtíja dá' ureh kí éin bêiadí ra'áh vafésha' vêló-jatáti láj, vêatáh tzodéh et-
nafshí lêqajtáĥ.

¡Mira, padre mío! Mira el borde de tu manto en mi mano. Yo corté el borde de


tu manto, pero no te maté. Mira, pues, y reconoce que no hay maldad ni
rebelión en mí. Yo no he pecado contra ti, pero tú andas a la caza de mi vida,
para quitármela.
(12)
:ְׁ‫ֶה־בְך‬
ָֽ ָ ‫אְׁתהְׁי‬
ָֽ ִ ֹ ‫ִ֖הְׁמ ֶ ָ֑מךְָׁוְׁי ִ ִָ֖דיְׁ ֹּ֥ל‬
ִ ָ‫יִ ש ֵׁ֤ ֹפטְׁיהוָהֹ֙ ְׁב ִינַ֣יְּׁובי ֵֶ֔נָךְּׁונקָ ַ ֹּ֥מנִ יְׁיהו‬
ishpót Adonai beiní uveinéja, unqamáni Adonai miméka; vêiadí ló tíhêieh-báj.

Que el Eterno juzgue entre tú y yo, y que el Eterno me vengue de ti; pero mi
mano no será contra ti.
(13)
‫אְׁתהְׁיֶה־‬
ָֽ ִ ֹ ‫יְׁל‬
ֹּ֥ ‫אְׁרשַ עְׁוְׁי ִ ִָ֖ד‬
ָ֑ ֶ ‫יְׁמ ְׁרשָ ִ ִ֖עיםְׁיַ֣צ‬
ָֽ ‫ֹאמרְׁמְׁשַ לְֹׁ֙הַ קַ דמֹ ֵ֔ ִנ‬
ַ ִ֗ ‫ֲשרְׁי‬
ַ֣ ֶ ‫ַ ָֽכא‬
:‫ָ ָֽבְך‬
káashér iomár mêshal haqadmoní, mérêsha'ím iétze résha'; vêiadí ló tíhêieh-
báj.

Como dice el proverbio de los antiguos: 'De los impíos saldrá la impiedad.'
Pero mi mano no será contra ti.
(14)
ְׁ‫ֶבְׁמת‬
ֵ֔ ‫ףְׁאחֲריֹ֙ ְׁכֶ ַ֣ ל‬
ָֽ ַ ‫יְׁמיְׁאַ ָ ַ֣תהְׁרֹ ָ֑ד‬
ִ֖ ִ ‫לְׁאח ֲֹּ֥ר‬
ָֽ ַ ‫ְׁמלְֶךְׁיִ ש ָר ֵ֔א‬ַ֣ ֶ ֹ֙‫יְׁמיְׁיָצָ א‬
ֵׁ֤ ִ ‫ַ ָֽאח ֲִ֨ר‬
:‫ַ ָֽאח ֲִ֖ריְׁפַר ֹּ֥ ֹעשְׁאֶ ָ ָֽחד‬
ájaréi mí iatza mélej israél, ájaréi mí atáh rodéf; ájareí kélev mét, ájaréi
par'ósh ejád.

¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro


muerto? ¿A una pulga?
(15)
ְׁ‫יביְׁוְׁיִ שפְׁ ִ֖טנִ י‬
ִֵ֔ ‫ת־ר‬
ִ ֶ‫וְׁהָ יָ ֵׁ֤הְׁיהוָהֹ֙ ְׁלְׁדַ ֵָ֔יןְׁוְׁשָ פַ ִ֖טְׁב ִינַ֣יְּׁובינֶ ֶָָ֑֣ךְׁוְׁ ִ֨י ֶראֹ֙ ְׁוְׁי ַָ֣רבְׁא‬
‫ פ‬:ְׁ‫ִמי ֶ ָָֽדָך‬
292
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 24

vêhaiáh Adonai lêdaián, vêshafát beiní uveinéja; vêiére vêiarév et-riví,


vêishpêténi miadéja .

Que el Eterno sea el juez y juzgue entre tú y yo. Que él vea y contienda por mi
causa, y me defienda de tu mano.
(16)
ְׁ‫וַי ִ ַ֣היְׁ׀ְׁכְׁכַלַ֣ ֹותְׁדָ ִִ֗ודְׁלְׁדַ ָׁ֞ברְׁאֶ ת־הַ דְׁבָ ִ ֵׁ֤ריםְׁהָ ִ֨אלֶהֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ ר‬
:‫שָ ֵ֔אּולְׁהֲקָֹֽ לְָׁךֹּ֥ ְׁזֶ ִ֖הְׁבְׁ ִנַ֣יְׁדָ ִ ָ֑ודְׁוַיִ ָ ֹּ֥שאְׁשָ ַ֛אּולְׁקֹ לִ֖ ֹוְׁוַיָֽבְׁך‬
vaihí | kêjalót davíd lêdabér et-hadêvarím haéleh el-shaúl, vaiómer shaúl,
haqólêjá zéh bêní davíd; vaisá shaúl qoló vaiévêk.

Y sucedió que cuando David acabó de decir a Shaúl [Saúl] estas palabras,
Shaúl [Saúl] preguntó: –¿No es ésa tu voz, David, hijo mío? Entonces Shaúl
[Saúl] alzó su voz y lloró.
(17)
ְׁ‫הְׁוא ֲִנִ֖י‬
ָֽ ַ ‫טֹוב‬
ָ ֵ֔ ַ‫יְׁכיְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁגְׁמַ ל ַ ַ֣תנִ יְׁה‬
ֵׁ֤ ִ ִ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁצַ ִ ֹּ֥דיקְׁאַ ָ ִ֖תהְׁ ִמ ֶ ָ֑מנ‬
:‫יָךְׁה ָר ָ ָֽעה‬
ָֽ ָ ‫גְׁמַ ל ִ ֹּ֥ת‬
vaiómer el-davíd, tzadíq atáh miméni; kí atah gêmaltáni hatováh, váaní
gêmaltíja hára'áh.

Luego dijo a David: –Tú eres más justo que yo, porque tú me has tratado bien,
cuando yo te he tratado mal.
(18)
ְׁ‫יְׁטֹובָ֑הְׁאתְׁ֩אֲשִֶ֨ ר‬
ָ ‫הְׁא ִ ִ֖ת‬
ִ ָ‫ֹוםְׁאתְׁאֲשֶ ר־ע ִ ָֹּ֥שית‬ ַ֛ ֵ֔‫ואתְׁ(וְׁ אַ תָ הֹ֙ )ְׁהִ גַ ַ֣ ֶ֣דתָ ְׁהַ י‬
:ְׁ‫ִסגְׁ ַ ָ֧רנִ יְׁיהוָ ַ֛הְׁבְׁ ָ ָֽיֶ֣דְָׁךִ֖ ְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁה ֲַרג ָ ָֽתנִ י‬
vt (vêatah) higádta haióm, ét asher-'asítah ití továh; et ashér sigêráni Adonai
bêiádêjá vêló haragtáni .

Tú has demostrado hoy que me has hecho bien, porque el Eterno me entregó
en tu mano, y tú no me mataste.
(19)
ְׁ ַ֣‫ָ֑הְׁוָֽיהוָהֹ֙ ְׁיְׁשַ לֶמָך‬
ַ ‫ְךְׁטֹוב‬
ָ ‫ֹּ֥אְׁאישֹ֙ ְׁאֶ ת־אַֹ֣ י ֵ֔בֹוְׁוְׁ ִשלְׁ ִ֖חֹוְׁבְׁ ֶ ַ֣ד ֶר‬
ִ ‫וְׁ ִ ָֽכי־יִ מ ָצ‬
:ְׁ‫הְׁלי‬
ָֽ ִ ָ‫ֲשרְׁע ִ ִָ֖שית‬ ֹּ֥ ֶ ‫טֹובהְׁתִַ֚ חַ תְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ֵֶ֔זהְׁא‬
ָ ֵ֔
vêjí-imtzá ish et-óivó, vêshilêjó bêdérej továh; váAdonai iêshalemjá továh,
tájat haióm hazéh, ashér 'asítah lí .

Cuando un hombre halla a su enemigo, ¿lo deja ir sano y salvo? ¡el Eterno te
recompense con bien por lo que has hecho conmigo este día!
(20)
:‫ְךְׁתמלָ֑ ֹוְךְׁוְׁ ִ֨ ָקמָ הֹ֙ ְׁבְׁיָ ֶַ֣֣ד ֵָ֔ךְׁמַ מלֶ ִ֖ כֶתְׁיִ ש ָר ָֽאל‬
ִ ִ֖‫יְׁכיְׁמָ ל‬
ֹּ֥ ִ ‫וְׁעַתָ הֹ֙ ְׁהִ נַ֣הְׁי ֵ֔ ַָדע ִת‬
293
24, 25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vê'atah hinéh iadá'ti, kí malój timlój; vêqámah bêiádjá, mamléjet israél.

Ahora, he aquí yo sé que tú ciertamente has de reinar y que el reino de Israel


ha de ser estable en tu mano.
(21)
‫יְׁאח ָ ֲָ֑ריְׁוְׁ ִאם־‬
ָֽ ַ ‫ְׁביה ֵ֔ ָוהְׁ ִאם־תַ כ ִ ֹּ֥ריתְׁאֶ ת־זַר ִ ִ֖ע‬ ָֽ ַ ֹ֙‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁהִ ָ ֵׁ֤שבעָהְׁלִ י‬
:ְׁ‫יְׁמבֹּ֥יתְׁאָ ִ ָֽבי‬ִ ‫תַ ש ִ ֹּ֥מידְׁאֶ ת־שְׁ ִ ִ֖מ‬
vê'atáh hisháv'ah lí báAdonai, im-tajrít et-zar'í ájarái; vêim-tashmíd et-shêmí
mibéit aví .

Ahora pues, júrame por el Eterno que no eliminarás a mis descendientes


después de mí, ni borrarás mi nombre de mi casa paterna.
(22)
‫וַיִ שָ ַבֹּ֥עְׁדָ ִ ִ֖ודְׁלְׁשָ ָ֑אּולְׁוַיֵׁ֤לְֶךְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ל־ב ֵ֔יתֹוְׁוְׁדָ וִ דֹ֙ ַ ְָֽׁו ֲאנָשֵָ֔ יוְׁעָלִ֖ ּוְׁעַל־‬
‫ ס‬:‫צּודה‬ ָֽ ָ ְׁ‫הַ מ‬
vaishavá' davíd lêshaúl; vaiélej shaul el-beitó, vêdavid váanasháv, 'alú 'al-
hamêtzudáh.

David se lo juró a Shaúl [Saúl], y Shaúl [Saúl] regresó a su casa. Entonces


David y sus hombres subieron a la fortaleza.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 25


(1)
ְׁ‫דּו־לֹוְׁוַיִ קבְׁ ֹּ֥רהּוְׁבְׁב ִ֖יתֹו‬
ֵ֔ ְׁ‫מּואלְׁוַיִ ָ ָֽקבְׁ ֵׁ֤צּוְׁכְׁל־יִ ש ָראלְֹׁ֙וַיִ ספ‬
ֵ֔ ְׁ‫וַיָ ַ֣מָ תְׁש‬
‫ פ‬:‫ָארן‬
ָֽ ָ ‫ל־מד ַבֹּ֥רְׁפ‬
ִ ֶ‫ָ ָֽב ָר ָ ָ֑מהְׁוַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַיִ֖ ֶֶ֣רדְׁא‬
vaiámat shêmuél, vaiqávêtzú jol-israel vaispêdu-ló, vaiqbêrúhu bêveitó
báramáh; vaiáqom davíd, vaiéred el-midbár parán.

Shemuel [Samuel] murió, y todo Israel se reunió para hacer lamentación por
él. Y lo sepultaron en su casa, en Ramá. Entonces se levantó David y
descendió al desierto de Parán.
(2)
ְׁ‫ּומע ֲַ֣שהּוְׁבַ כַר ִ֗ ֶמלְׁוְׁהָ ִאישֹ֙ ְׁג ַָ֣דֹולְׁמְׁ ֵ֔ ֹאדְׁוְׁלַ֛ ֹוְׁ ֹּ֥צ ֹאן‬
ָֽ ַ ‫וְׁ ִִ֨אישְׁבְׁמָ ָ֜עֹון‬
:‫שְׁלָֽ שֶ ת־ ֲאל ִ ִָ֖פיםְׁוְׁ ֶ ַ֣אלֶףְׁעִ זִ ָ֑יםְׁוַי ִ ַ֛היְׁבִ ג ֹֹּ֥זזְׁאֶ ת־צ ֹאנִ֖ ֹוְׁבַ כַר ֶ ָֽמל‬
vêísh bêma'ón umá'aséhu vakarmél vêhaish gadól mêód, vêló tzón shêlóshet-
alafím vêélef 'izím; vaihí bigzóz et-tzonó bakarmél.

294
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 25

Había en Maón un hombre que tenía sus posesiones en Carmel. El hombre era
muy rico, pues tenía 3000 ovejas y 1000 cabras; y se hallaba esquilando sus
ovejas en Carmel.
(3)
ְׁ‫הְׁטֹובַ ת־שִֶ֨ ֶכל ִ ְַֹׁ֣֙ויפַת‬
ָֽ ‫םְׁאש ִ֖תֹוְׁאֲבִ גָ ָ֑ ֶ֣יִ לְׁוְׁ ָ ָֽה ִא ָ ֵׁ֤ש‬ִ ‫וְׁ ֵׁ֤שםְׁהָ ִאישֹ֙ ְׁנ ֵ֔ ָָבלְׁוְׁ ֹּ֥ש‬
:)‫עְׁמ ֲעל ִ ִָ֖ליםְׁוְׁ ֹּ֥הּואְׁכלבוְׁ(כָלִ ִ ָֽבי‬ ָֽ ַ ‫תֵֹ֔ אַ רְׁוְׁהָ ִ ֹּ֥אישְׁקָ ֶ ַ֛שהְׁוְׁ ַ ֹּ֥ר‬
vêshém haish navál, vêshém ishtó avigáil; vêháisháh tóvat-séjel vífat tóar,
vêhaísh qashéh vêrá' má'alalím vêhú jlvv (jalibí).

El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigaíl. Ella era una


mujer muy inteligente y bella, pero el hombre era brusco y de malas acciones.
Él era del clan de Caleb.
(4)
ָֽ ִ ‫וַיִ ש ַ ֹּ֥מעְׁדָ ִ ִ֖ודְׁבַ ִמד ָב‬
:‫ָ֑רְׁכי־גֹ זֹּ֥זְׁנ ָָבִ֖לְׁאֶ ת־צ ֹאנָֽ ֹו‬
vaishmá' davíd bamidbár; kí-gozéz navál et-tzonó.

David oyó en el desierto que Nabal estaba esquilando sus ovejas.


(5)
ְׁ ֹ֙‫וַיִ שלַ ֹּ֥חְׁדָ ִ ִ֖ודְׁעֲשָ ָ ַ֣רהְׁנְׁע ִ ָָ֑ריםְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁלַנְׁע ִ ִָ֗ריםְׁעֲלֵׁ֤ ּוְׁכַר ִ֨ ֶמלָה‬
:‫אתםְׁאֶ ל־נ ֵ֔ ָָבלְּׁושאֶ לתֶ ם־לֹּ֥ ֹוְׁבִ ש ִ ִ֖מיְׁלְׁשָ לָֽ ֹום‬ ַ֣ ֶ ָ‫ּוב‬
vaishláj davíd 'asaráh nê'arím; vaiómer davíd lanê'arím 'alú jarmélah uvatém
el-navál, usheltem-ló vishmí lêshalóm.

Entonces David envió a diez jóvenes, diciéndoles: –Subid a Carmel e id a


Nabal. Saludadle en mi nombre
(6)
ְׁ ִ֖‫ְּׁוביתְָׁךַ֣ ְׁשָ ֵ֔לֹוםְׁוְׁ ֹּ֥ ֹכלְׁאֲשֶ ר־לְָׁך‬
ָֽ ֹ֙‫םְׁכהְׁל ֶָחָ֑יְׁוְׁאַ ָ ֵׁ֤תהְׁשָ לֹום‬
ֹ ִ֖ ‫ַ ָֽואֲמַ ר ֶ ֹּ֥ת‬
:‫שָ לָֽ ֹום‬
váamartém kóh lejái; vêatáh shalom uvéitêjá shalóm, vêjól asher-lêjá shalóm.

y decidle así: '¡La paz sea contigo! ¡La paz sea con tu familia! ¡La paz sea con
todo lo que tienes!
(7)
ְׁ‫יְׁגזְׁזִ ִ֖יםְׁלָ ְָ֑ךְׁע ִ֗ ַָתהְׁ ָ ָֽהרֹ ִ ֵׁ֤עיםְׁאֲשֶ ר־לְָׁךֹ֙ ְׁהָ יַ֣ ּוְׁעִ ֵ֔ ָמנּוְׁ ַ֣ל ֹא‬
ֹ ָֽ ‫יְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ‫וְׁע ָ ַַ֣תהְׁשָ ֵ֔ ַמע ִת‬
:‫ֱיֹותםְׁבַ כַר ֶ ָֽמל‬ ֹּ֥ ָ ‫הֶ כלַמנִ֗ ּוםְׁוְׁ ָֽל ֹא־נִ פ ַ ֵׁ֤קדְׁלָהֶ םֹ֙ ְׁמְׁ ֵ֔אּומָ הְׁכְׁל־יְׁ ִ֖מיְׁה‬
vê'atáh shamá'ti, kí gózêzím láj; 'atáh háro'ím asher-lêjá haíu 'imánu, ló
hejlamnúm vêló-nifqád lahem mêúmah, kol-iêméi heiotám bakarmél.

295
25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

He sabido que estabas esquilando. Ahora bien, tus pastores han estado con
nosotros, y nunca les hicimos daño, ni les ha faltado nada durante todo el
tiempo que han estado en Carmel.
(8)
‫יָךְׁכי־עַל־‬ ָֽ ִ ‫שְׁ ִ֨ ַאלְׁאֶ ת־נְׁע ֶ ָָ֜ריָךְׁוְׁי ִַגַ֣ידּוְׁ ִָ֗לְךְׁוְׁיִ מצְׁ ִ֨אּוְׁהַ נְׁע ִ ָֹּ֥ריםְׁחןֹ֙ ְׁבְׁעי ֵֶ֔נ‬
:‫ְׁלעֲבָ ֵ֔ ֶדיָךְּׁולבִ נָךִ֖ ְׁלְׁדָ ִ ָֽוד‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ֵׁ֤אְׁיֶ֣דְָׁך‬
ָֽ ָ ‫רְׁתמ ָצ‬ִ ִֶ֨‫ֹובְׁבָ֑נּוְׁתְׁנָה־ ִָ֗נאְׁאתְׁ֩אֲש‬ ָ ‫ֹוםְׁט‬
ִ֖ ֹּ֥‫י‬
shêál et-nê'aréja vêiagídu láj vêimtzêú hanê'arím jen bê'einéja, kí-'al-íom tóv
bánu; tênah-ná et ashér timtzá iádêjá lá'avadéja, ulvinjá lêdavíd.

Pregunta a tus criados, y ellos te lo confirmarán. Por tanto, hallen gracia ante
tus ojos estos mis jóvenes, porque venimos en un día de fiesta. Por favor, da a
tus siervos y a tu hijo David lo que tengas a mano.'
(9)
ְׁ‫ַוי ִ֨ ָֹבאּוֹ֙ ַ ְָֽׁנע ֲַ֣ריְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַידַ בְׁ ָ֧רּוְׁאֶ ל־נ ָָבַ֛לְׁכְׁכְׁל־הַ דְׁבָ ִ ֹּ֥ריםְׁהָ ִ֖אלֶהְׁבְׁ ַ֣שםְׁדָ ִוָ֑ד‬
:‫ַויָנָֽ ּוחּו‬
vaiavóú ná'aréi davíd, vaidabêrú el-navál kêjol-hadêvarím haéleh bêshém
davíd; vaianúju.

Cuando llegaron los jóvenes de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en
nombre de David, y se quedaron esperando.
(10)
ְׁ‫דְּׁומיְׁבֶ ן־יִ ָ ָ֑שיְׁהַ יֹוםֹ֙ ְַׁר ַ֣בּו‬
ַ֣ ִ ‫רְׁמיְׁדָ ִ ִ֖ו‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫ַו ִַ֨יעַןְׁנ ָ֜ ָָבלְׁאֶ ת־עַב ֵׁ֤דיְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאמ‬
:‫ישְׁמפְׁנֹּ֥יְׁאֲדֹ ָנָֽיו‬
ִ ‫יםְׁא‬ ִ֖ ִ ‫עֲבָ ִֵ֔דיםְׁהַ ִמתפָ ַ֣ר ֵ֔ ִצ‬
vaiá'an navál et-'avdéi david vaiómer, mí davíd umí ven-ishái; haiom rabú
'avadím, hamitpártzím, ísh mipênéi adonáv.

Entonces Nabal respondió a los siervos de David, diciendo: –¿Quién es


David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy hay muchos esclavos que se escapan de
sus amos.
(11)
ְׁ‫ֲשרְׁטָ ַבִ֖ח ִתיְׁלְׁ ָֽ ֹגזְׁזָ ָ֑י‬
ֹּ֥ ֶ ‫ימיְׁוְׁאתֹ֙ ְׁטִ בחָ ֵ֔ ִתיְׁא‬
ַ ֵ֔ ‫וְׁ ָ ָֽלקַ ח ִ ֵׁ֤תיְׁאֶ ת־לַח ִמיֹ֙ ְׁוְׁאֶ ת־מ‬
:‫ִ֖הְׁהמָ ה‬
ָֽ ֶ‫יְׁמז‬ ִ ‫יְׁא‬ֹּ֥ ‫ְׁל ֲאנ ֵ֔ ִָשיםְׁאֲשֶ רֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁי ֵ֔ ַָדע ִת‬
ָֽ ַ ֹ֙‫וְׁ ָנָֽתַ ִתי‬
vêláqajtí et-lajmí vêet-meimái, vêet tivjatí, ashér tavájti lêgózêzái; vênátatí
láanashím, asher ló iadá'ti, éi mizéh hémah.

¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua y la carne que he preparado para mis
esquiladores, para darlos a unos hombres que ni sé de dónde son?

296
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 25

(12)
ְׁ‫ַ֣דּוְׁלֹוְׁכְׁ ִ֖ ֹכלְׁהַ דְׁבָ ִ ֹּ֥רים‬
ֵ֔ ‫ו ַַיָֽהַ פכֹּ֥ ּוְׁ ַנע ֲָֽרי־דָ ִ ִ֖ודְׁלְׁדַ רכָ ָ֑םְׁ ַוי ִָ֨שבּוֹ֙ ְׁ ַוי ֵ֔ ָֹבאּוְׁ ַוי ִַג‬
:‫הָ ָֽאלֶה‬
vaiáhafjú na'aréi-davíd lêdarkám; vaiashúvú vaiavóu, vaiagídu ló, kêjól
hadêvarím haéleh.

Los jóvenes de David se volvieron por su camino y regresaron; y cuando


llegaron, refirieron a David todas estas palabras.
(13)
‫ְׁאישְׁאֶ ת־‬ ַ֣ ִ ֹ֙‫ֹוְׁוֶָֽ֣יַחגְׁרּו‬
ַ ‫ּוְׁ׀ְׁאישְׁאֶ ת־חַ ר ִ֗ב‬ ַ֣ ִ ‫דְׁל ֲאנָשָָ֜ יוְׁחִ ג ַ֣ר‬
ָֽ ַ ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩דָ ִִ֨ו‬
ְׁ ֹ֙‫ּוְׁ׀ְׁאח ֲַ֣ריְׁדָ ִִ֗ודְׁכְׁאַ ר ַבֵׁ֤עְׁמאֹות‬
ָֽ ַ ַ֣‫ֹוְׁוֶָֽ֣ ַיעֲל‬
ַ ‫חַ ר ֵ֔בֹוְׁ ַויַח ֹּ֥ ֹגרְׁגַם־דָ ִ ִ֖ודְׁאֶ ת־חַ ר ָ֑ב‬
:‫םְׁיָֽשְׁ ֹּ֥בּוְׁעַל־הַ כ ִ ָֽלים‬
ָ ִ‫אתי‬ ִ֖ ַ ָ‫ִֵ֔אישְּׁומ‬
vaiomer davíd láanasháv jigrú | ísh et-jarbó váiajgêrú ísh et-jarbó, vaiajgór
gam-davíd et-jarbó; váia'alú | ájaréi davíd kêarbá' meot ísh, umatáim iáshêvú
'al-hakelím.

Luego David dijo a sus hombres: –¡Cíñase cada uno su espada! Y cada uno se
ciñó su espada. También David se ciñó su espada, y subieron tras David unos
400 hombres, dejando otros 200 con el equipaje.
(14)
ְׁ֩‫ַ֛דְׁמהַ נְׁע ִ ִָ֖ריםְׁלאמָֹ֑ רְׁהִ נַ֣הְׁשָ ַלח‬ ָֽ ‫ָ֧ידְׁנעַר־אֶ ָח‬
ָֽ ַ ‫ְֹׁ֙אשֶ תְׁנ ֵ֔ ָָבלְׁהִ ִג‬
ַ֣ ‫וְׁ ַ ָֽלאֲבִ י ִ֨ ַגיִ ל‬
:‫יםְׁ׀ְׁמהַ ִמד ָבַ֛רְׁלְׁבָ ֹּ֥רְךְׁאֶ ת־אֲדֹ נִ֖ינּוְׁוַיָ ֹּ֥עַטְׁבָ ֶ ָֽהם‬
ָֽ ‫דָ ִִ֨ודְׁמַ לאָ ִ ָ֧כ‬
vêláavigáil éshet navál, higíd ná'ar-ejád méhanê'arím lemór; hinéh shalaj
davíd malajím | méhamidbár lêvaréj et-adonéinu vaiá'at bahém.

Pero uno de los criados avisó a Abigaíl, mujer de Nabal, diciendo: –He aquí
que David envió unos mensajeros desde el desierto para que saludaran a
nuestro amo, y él los ha zaherido,
(15)
‫וְׁ ָ ַ֣ה ֲאנ ֵ֔ ִָשיםְׁטֹ ִ ֹּ֥ביםְׁלָ ִ֖נּוְׁמְׁאָֹ֑ דְׁוְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁהְׁכ ִַ֨למנּוֹ֙ ְׁוְׁ ָֽל ֹא־פ ַ ַָ֣קדנּוְׁמְׁ ֵ֔אּומָ הְׁכְׁל־‬
:‫יֹותנּוְׁבַ שָ ֶ ָֽדה‬ ִ֖ ְׁ‫םְׁבה‬ ָֽ ִ ‫נּוְׁא ֵ֔ ָת‬
ִ ‫יְׁמיֹ֙ ְׁהִ תהַ לַ ַ֣כ‬
vêháanashím, tovím lánu mêód; vêló hojlámnú vêló-faqádnu mêúmah, kol-
iêmeí hithalájnu itám, bíhêioténu basadéh.

a pesar de que esos hombres han sido muy buenos con nosotros. Nunca nos
han hecho daño, ni nos ha faltado nada mientras hemos andado con ellos
cuando estábamos en el campo.

297
25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(16)
ְׁ‫ֱיֹותנּוְׁעִ ָ ִ֖מםְׁרֹ ִ ֹּ֥עים‬
ֹּ֥ ‫ַם־יֹומםְׁכְׁל־יְׁ ַ֛מיְׁה‬
ָ֑ ָ ‫חֹומָ הֹ֙ ְׁהָ יַ֣ ּוְׁע ֵָ֔לינּוְׁגַם־לַ ִ֖ילָהְׁג‬
:‫הַ ָֽצ ֹאן‬
jomah haíu 'aléinu, gam-láilah gam-iomám; kol-iêméi heioténu 'imám ro'ím
hatzón.

Nos han servido como muro de día y de noche, todos los días que hemos
estado apacentando las ovejas entre ellos.
(17)
‫הְׁה ָרעָ ַ֛הְׁאֶ ל־אֲדֹ נִ֖ינּוְׁוְׁעַ ַ֣לְׁכְׁל־‬
ָֽ ָ ‫יְׁכי־כְׁלְׁ ָ ָ֧ת‬
ָֽ ִ ‫ְׁמה־תַ ע ֵ֔ ֲִש‬ ָֽ ַ ֹ֙‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁדְׁ ִ ֵׁ֤עיְּׁור ִאי‬
:‫לְׁמדַ בִ֖רְׁא ָ ָֽליו‬ ִ ‫ב ָ֑יתֹוְׁוְׁהּואֹ֙ ְׁבֶ ן־בְׁלִ ֵַ֔י ַע‬
vê'atáh dê'í urí máh-ta'así, kí-jolêtáh hára'áh el-adonéinu vê'ál kol-beitó; vêhu
ben-bêliá'al, midabér eláv.

Ahora pues, mira y reconoce lo que has de hacer, porque el mal está decidido
contra nuestro amo y contra toda su casa, pues él es un hombre de tan mal
carácter que no hay quien pueda hablarle.
(18)
ְׁ‫אתיִ םְׁ ֶָ֜לחֶ םְּׁושנַ ֶַ֣֣יִ םְׁנִ בלי־ ִַ֗ייִ ן‬ַ ִ֨ ָ‫וַתְׁ מַ הַ֣רְׁאבוגילְׁ(אֲבִ י ֡ ַגיִ ל)ְׁו ִַתקַ חְׁ֩מ‬
ְׁ‫וְׁחָ ִ֨משְׁ ֵׁ֤צ ֹאןְׁעשוותְׁ(עֲשּויֹותֹ֙ )ְׁוְׁחָ ֵׁ֤משְׁסְׁ ִאיםֹ֙ ְׁקָ לִֵ֔ יְּׁומ ָ ֹּ֥אהְׁצִ מ ִ ִ֖קים‬
:‫ַל־החֲמֹ ִ ָֽרים‬
ָֽ ַ ‫אתיִ םְׁדְׁב ִ ָ֑ליםְׁו ָ ִַ֖תשֶ םְׁע‬
ַ֣ ַ ָ‫ּומ‬
vatêmahér vvgil (avigáil) vatiqaj matáim léjem ushnáim nivlei-iáin vêjamésh
tzón 'svvt ('asuiot) vêjamésh sêim qalí, umeáh tzimuqím umatáim dêvelím;
vatásem 'al-hájamorím.

Entonces Abigaíl se apresuró y tomó 200 panes, 2 tinajas de vino, 5 ovejas ya


preparadas, 5 medidas de grano tostado, 100 tortas de pasas y 200 panes de
higos secos, y los cargó sobre unos asnos.
(19)
ְׁ‫ישּהְׁנ ָָבִ֖לְׁ ֹּ֥ל ֹא‬
ֹּ֥ ָ ‫ִ֖יְׁאחֲריכֶ ַ֣םְׁבָ ָ ָ֑אהְּׁול ִא‬
ָֽ ַ ‫יהְׁעִ ב ַ֣רּוְׁלְׁ ָפ ֵַ֔ניְׁהִ נְׁ ִנ‬
ָֹ֙ ‫ַו ֵׁ֤ת ֹאמֶ רְׁלִ נע ֶ ִָ֨ר‬
:‫הִ ִ ָֽגידָ ה‬
vatómer lin'aréihá 'ivrú lêfanái, hinêní ájareijém baáh; ulisháĥ navál ló
higídah.

Luego dijo a sus criados: –Id delante de mí, y he aquí que yo voy tras
vosotros. Pero nada reveló a su marido Nabal.

298
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 25

(20)
ְׁ ֹ֙‫תְׁעל־הַ ח ֲִ֗מֹורְׁוְׁיֹ ֶ ִ֨רדֶ תֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣סתֶ רְׁהָ ֵ֔ ָהרְׁוְׁהִ נֵׁ֤הְׁדָ וִ ד‬ָֽ ַ ֶ‫הְׁהיאְׁ׀ְׁרֹ כֶ ַ֣ב‬
ַ֣ ִ ‫וְׁהָ ָָׁ֞י‬
:‫אתּהְׁו ִַתפ ִ֖ ֹגשְׁאֹ ָ ָֽתם‬ ָ֑ ָ ‫יוְׁי ְׁר ִ ִ֖דיםְׁלִ ק ָר‬
ָֹֽ ֵָ֔‫ַ ָֽו ֲאנָש‬
vêhaiáh hí | rojévet 'ál-hajamór vêiorédet bêséter hahár, vêhinéh david
váanasháv, iórêdím liqratáĥ; vatifgósh otám.

Y sucedió que cuando ella, montada sobre un asno, descendía por la parte
opuesta de la colina, he aquí que David y sus hombres venían en dirección
contraria. Y ella fue a encontrarles.
(21)
‫ֲשרְׁ ָלזֶהֹ֙ ְׁבַ ִמד ֵ֔ ָברְׁוְׁ ָֽל ֹא־‬ ֵׁ֤ ֶ ‫יְׁאת־כְׁל־א‬
ָֽ ֶ ‫וְׁדָ ִ ַ֣ודְׁאָ ִ֗ ַמרְׁאַ ְךְׁ֩לַשִֶ֨ קֶ רְׁשָ ָ֜ ַמר ִת‬
:‫תְׁטֹובה‬
ָֽ ָ ַ‫ִ֖הְׁתח‬
ֹּ֥ ַ ָ‫יְׁרע‬ ָ ‫ב־ל‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫דְׁמכְׁל־אֲשֶ ר־לִ֖ ֹוְׁמְׁ ָ֑אּומָ הְׁו ַָיָֽש‬ ִ ‫נִ פ ַ ֹּ֥ק‬
vêdavíd amár aj lashéqer shamárti ét-kol-ashér lazeh bamidbár, vêló-nifqád
mikol-asher-ló mêúmah; vaiáshev-lí ra'áh tájat továh.

David había dicho: 'Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en
el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto le pertenece. Él me ha
devuelto mal por bien.
(22)
‫ירְׁמכְׁל־אֲשֶ ר־‬
ִ ‫יףְׁאם־אַ ש ִ ָ֧א‬
ִ ‫ֱלהיםְׁלְׁאָֹֽ יְׁבֹּ֥יְׁדָ ִ ִ֖ודְׁוְׁ ַ֣ ֹכהְׁיֹ ִ ָ֑ס‬
ַ֛ ִ ‫ָֽ ְֹׁכה־ ַיע ֶ ֲָ֧שהְׁא‬
:ְׁ‫לַ֛ ֹוְׁעַד־הַ בִֹ֖ קֶ רְׁמַ ש ִ ֹּ֥תיןְׁבְׁ ִ ָֽקיר‬
kóh-ia'aséh elohím lêóiêvéi davíd vêjóh iosíf; im-ashír mikol-asher-ló 'ad-
habóqer mashtín bêqír .

¡Así haga Elohim a los enemigos de David y aun les añada, si antes de la
mañana dejo vivo a un solo hombre de todos los que le pertenecen!'
(23)
ְׁ‫ַ֣לְׁהח ֲָ֑מֹורְׁו ִַת ָׁ֞ ֹפלְׁלְׁאַ פֵׁ֤י‬
ָֽ ַ ַ‫ו ֵַׁ֤ת ֶראְׁאֲבִ י ִ֨ ַגיִ לְֹׁ֙אֶ ת־דָ ִֵ֔ודְׁוַתְׁמַ ָּ֕הרְׁו ִַ֖ת ֶרדְׁמע‬
:‫חּוְׁא ֶרץ‬
ְָָֽׁ ‫דָ וִ דֹ֙ ְׁעַל־ ָפ ֵֶ֔ניהָ ְׁו ִַתש ַ ִ֖ת‬
vatére avigáil et-davíd, vatêmahér vatéred me'ál hájamór; vatipól lêapéi david
'al-panéiha, vatishtáju áretz.

Cuando Abigaíl vio a David, se apresuró y bajó del asno; y cayendo delante
de David sobre su rostro, se postró en tierra.
(24)
ְׁ ֹ֙‫ִ֖יְׁהעְָָֹׁ֑וןְּׁוָֽ תדַ בֶ ר־נָ ֵׁ֤אְׁא ָ ֲָֽמתְָׁך‬
ָֽ ֶ ‫ַל־רג ֵָ֔ליוְׁ ַו ָּ֕ת ֹאמֶ רְׁבִ י־א ֲִנֹּ֥יְׁאֲדֹ ִנ‬
ַ ‫ו ִַתפֹ ְֹׁ֙לְׁע‬
:‫תְׁדב ֹּ֥ריְׁאֲמָ ֶ ָֽתָך‬
ִ ‫עְׁא‬ ִ֖ ‫בְׁאְׁז ֵֶ֔ניָךְּׁוש ָּ֕ ַמ‬

299
25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vatipol 'al-ragláv, vatómer bi-aní adoní hé'avón; útdaber-ná amátêjá bêoznéja,


ushmá' ét divréi amatéja.

Se echó a sus pies y le dijo: –¡Señor mío, sea la culpa sobre mí! Pero permite
que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.
(25)
ְׁ‫לְׁכי‬
ֵׁ֤ ִ ‫ל־אישְׁ֩הַ בְׁלִ ִַ֨יעַלְׁהַ ֶָ֜זהְׁעַל־נ ִ֗ ָָב‬ ִ ֶ‫אַ ל־נָ ַ֣אְׁי ִ ַָ֣שיםְׁאֲדֹ ִנַ֣יְׁ׀ְׁאֶ ת־לִ ב֡ ֹוְׁא‬
‫יתיְׁאֶ ת־‬ ִ ‫אְׁר ִ ַ֛א‬
ָ ֹ ‫ֹוְׁואֲנִ יֹ֙ ְׁא ָ ֲַ֣מת ֵָ֔ךְׁ ֹּ֥ל‬
ָֽ ַ ‫ֶן־הּואְׁנ ָָבַ֣לְׁשְׁ ֵ֔מֹוְּׁונבָ לָ ִ֖הְׁעִ ָ֑מ‬ֵ֔ ‫כִ שמֹוֹ֙ ְׁכ‬
: ָ‫ֲשרְׁשָ ָ ָֽלחְׁת‬ ֹּ֥ ֶ ‫ַ ָֽנע ֲֹּ֥ריְׁאֲדֹ ִנִ֖יְׁא‬
al-ná iasím adoní | et-libó el-ish habêliá'al hazéh 'al-navál kí jishmó ken-hú,
navál shêmó, unvaláh 'imó; váaní amátjá, ló raíti et-ná'aréi adoní ashér
shalájêta.

Por favor, no haga caso mi señor de este hombre de mal carácter, Nabal.
Porque como su nombre, así es él: Su nombre es Nabal, y la insensatez está
con él. Pero yo, tu sierva, no vi a los jóvenes de mi señor, a los cuales
enviaste.
(26)
ְׁ‫ְׁמ ַ֣בֹואְׁבְׁדָ ִֵ֔מים‬
ִ ֹ֙‫וְׁע ָ ַַ֣תהְׁאֲדֹ ִ֗ ִניְׁחַ י־יהוָ ֵׁ֤הְׁוְׁ ָֽחי־נַפשְָׁךֹ֙ ְׁאֲשִֶ֨ רְׁמְׁ ָ ָֽנעֲָךֵׁ֤ ְׁיהוָה‬
ְׁ‫הְׁיהיֵׁ֤ ּוְׁכְׁנָבָ לְֹׁ֙אָֹֽ יְׁ ֵ֔ ֶביָךְׁוְׁ ַ ָֽהמְׁבַ ק ִ ֹּ֥שיםְׁאֶ ל־אֲדֹ ִנִ֖י‬
ָֽ ִ ‫ְַׁיֶ֣דְָׁךִ֖ ְׁלָ ְָ֑ךְׁוְׁע ִ֗ ַָת‬
ָֽ ָ ‫הֹושע‬
ֹּ֥ ְׁ‫ו‬
:ְׁ‫ָר ָ ָֽעה‬
vê'atáh adoní jai-Adonai vêjéi-nafshêjá ashér mêná'ajá Adonai mibó vêdamím,
vêhoshé'a iádêjá láj; vê'atáh íhíu jênaval óiêvéja, vêhámêvaqshím el-adoní
ra'áh .

Ahora pues, señor mío, vive el Eterno y vive tu alma, que el Eterno ha
impedido que llegaras a derramar sangre y a vengarte por tu propia mano.
Ahora, sean como Nabal tus enemigos y los que procuran el mal contra mi
señor.
(27)
ְׁ‫ְׁלאדֹ ִנָ֑יְׁוְׁנִ תְׁנָהֹ֙ ְׁלַנְׁע ִ ֵָ֔רים‬
ָֽ ַ ִ֖‫יאְׁשפ ָ ָֽחתְָׁך‬
ִ ‫וְׁעַתָ הֹ֙ ְׁהַ בְׁ ָרכָ ַ֣הְׁהַ ֵ֔ז ֹאתְׁאֲשֶ ר־ה ִ ֹּ֥ב‬
:‫הַ ִ ָֽמתְׁהַ לְׁ ִ ִ֖כיםְׁבְׁ ַרגלֹּ֥יְׁאֲדֹ ִ ָֽני‬
vê'atah habêrajáh hazót, asher-heví shifjátêjá ládoní; vênitênah lanê'arím,
hamítêhalêjím bêragléi adoní.

Pero ahora, dése a los jóvenes que siguen a mi señor este regalo que tu sierva
ha traído a mi señor.

300
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 25

(28)
‫ןְׁכי־‬
ָֽ ִ ‫תְׁנא ִ֗ ֱָמ‬
ָֽ ֶ ִ‫יְׁבַ֣י‬
ַ ‫הְׁלאדֹ ָ֜ ִנ‬
ָֽ ַ ‫שה־ ַיעֲשֶ הְׁ֩יה ִ֨ ָו‬ ֹ ָֽ ‫ָךְׁכיְׁ ָע‬
ַ֣ ִ ‫ָ ֹּ֥שאְׁנָ ִ֖אְׁלְׁפֶ ַ֣שַ עְׁאֲמָ ֶ ָ֑ת‬
:ְׁ‫ְׁמי ֶ ָָֽמיָך‬
ִ ִ֖‫א־תמָ צֹּ֥אְׁבְָׁך‬
ִ ֹ ‫ִמלח ֲֵׁ֤מֹותְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֲדֹ ִנַ֣יְׁנִ ל ֵ֔ ָחםְׁוְׁ ָרעָ ַ֛הְׁ ָֽל‬
sá ná lêfésha' amatéja; kí 'asóh-ia'aseh Adonai ládoní báit néemán kí-miljamót
Adonai adoní niljám, vêra'áh ló-timatzé vêjá miaméja .

Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva, pues de cierto el Eterno


edificará una casa firme a mi señor, porque mi señor está dirigiendo las
batallas del Eterno. Que no sea hallado mal en ti en toda tu vida.
(29)
ְׁ‫רּורהְׁ׀‬
ַ֣ ָ ְׁ‫ָךְׁוהְׁיתָ הְׁ֩ ִֶ֨נפֶשְׁאֲדֹ ָ֜ ִניְׁצ‬ ְָֽׁ ‫וַיָ ֵֶׁ֤֣קְׁםְׁאָ דָ םֹ֙ ְׁלִ רדְׁפְׁ ֵָ֔ךְּׁולבַ ִ֖קשְׁאֶ ת־נַפ ֶ ָ֑ש‬
ְׁ‫ֱלהיָךְׁוְׁ ִ֨אתְׁנֶ ֵׁ֤פֶשְׁאָֹֽ יְׁ ִ֨ ֶביָךֹ֙ ְׁיְׁקַ לְׁ ֵֶ֔ענָהְׁבְׁ ִ֖תֹוְך‬ ִ֚ ‫ֹורְׁהחַ ִִ֗י‬
ֶ ֵ֔ ‫יםְׁאתְׁיהוָ ַ֣הְׁא‬ ָֽ ַ ‫בִ צ ַ֣ר‬
:ְׁ‫כַ ֹּ֥ףְׁהַ ָ ָֽקלַע‬
vaiáqom adam lirdofêjá, ulvaqésh et-nafshéja; vêhoitah néfesh adoní tzêruráh |
bitzrór hájaím ét Adonai elohéja, vêét néfesh óiêvéjá iêqalê'énah, bêtój káf
haqála' .

Aunque alguien se levante para perseguirte y atentar contra tu vida, de todos


modos la vida de mi señor será conservada en el conjunto de los que viven
con el Eterno tu Elohim. Y él arrojará la vida de tus enemigos como de en
medio del hueco de una honda.
(30)
ְׁ‫טֹובִ֖הְׁעָלֶ ָ֑יָך‬
ָ ַ‫ר־ד ֶבֹּ֥רְׁאֶ ת־ה‬
ִ ֶ‫ְׁלאדֹ ֵ֔ ִניְׁכְׁ ַ֛ ֹכלְׁאֲש‬
ָֽ ַ ֹ֙‫הְׁכי־ ַיע ֶ ֲֵׁ֤שהְׁיהוָה‬
ָֽ ִ ‫וְׁהָ ִָ֗י‬
:ְׁ‫וְׁצִ ּוָךֹּ֥ ְׁלְׁנ ִָגִ֖ידְׁעַל־יִ ש ָר ָֽאל‬
vêhaiáh kí-ia'aséh Adonai ládoní, kêjól asher-dibér et-hatováh 'aléja; vêtziujá
lênagíd 'al-israél .

Acontecerá que cuando el Eterno haga con mi señor conforme a todo el bien
que ha hablado de ti y te haya designado como soberano de Israel,
(31)
ְׁ ֹ֙‫בְׁלאדֹ ִ֗ ִניְׁוְׁלִ שפְָך־דָ ם‬
ָֽ ַ ‫ֹולְׁל‬ ָ֜ ‫אְׁתהְׁיֶ ַ֣הְׁ ַ֣ז ֹאתְׁ׀ְׁלְׁ ָ֡ךְׁלְׁפּוקָ הְּׁ֩ול ִמכ ִ֨ש‬
ָֽ ִ ֹ ‫וְׁ ַ֣ל‬
‫ ס‬:ְׁ‫ְׁלאדֹ ֵ֔ ִניְׁוְׁ ָ ָֽזכַר ָ ִ֖תְׁאֶ ת־אֲמָ ֶ ָֽתָך‬
ָֽ ַ ֹ֙‫יטבְׁיהוָה‬
ֵׁ֤ ִ ‫הֹושיעְַׁאֲדֹ ִנִ֖יְׁלָ֑ ֹוְׁוְׁה‬
ֹּ֥ ִ ‫חִ ֵָ֔נםְּׁול‬
vêló tíhêiéh zót | lêjá lêfuqah ulmijshól lév ládoní vêlishpaj-dam jinám,
ulhoshí'a adoní ló; vêheitív Adonai ládoní, vêzájartá et-amatéja .

entonces, señor mío, no será para ti motivo de remordimiento ni estorbo para


la conciencia el haber derramado sangre en vano, ni el que mi señor se haya
vengado por sí mismo. Y cuando el Eterno haga el bien a mi señor, acuérdate
de tu sierva.

301
25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(32)
ְׁ‫ֲשרְׁשְׁלָחְַ֛ךְׁהַ יֹּ֥ ֹום‬
ָ֧ ֶ ‫דְׁלאֲבִ יגַ ָ֑לְׁבָ ֵׁ֤רּוְךְׁיהוָהֹ֙ ְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁא‬
ָֽ ַ ‫ַו ֹּ֥י ֹאמֶ רְׁדָ ִ ִ֖ו‬
:ְׁ‫אתי‬ ָֽ ִ ‫הַ זֶ ִ֖הְׁלִ ק ָר‬
vaiómer davíd láavigál; barúj Adonai elohéi israél, ashér shêlajéj haióm hazéh
liqratí .

David dijo a Abigaíl: –¡Bendito sea el Eterno Elohim de Israel, que te envió
hoy a mi encuentro!
(33)
ְׁ‫ְׁמ ַ֣בֹואְׁבְׁדָ ִֵ֔מים‬
ִ ֹ֙‫ַ֣הְׁאתְׁאֲשִֶ֨ רְׁכְׁלִ ָ֜ ִתנִ יְׁהַ יֵׁ֤ ֹוםְׁהַ זֶה‬
ָ֑ ָ ָ‫ּובָ ֹּ֥רּוְךְׁטַ ע ִ֖מְךְּׁוברּוכ‬
:‫יְׁלי‬
ָֽ ִ ‫וְׁהֹ ֹּ֥שעְַׁי ִ ִָ֖ד‬
uvarúj ta'méj uvrujáh át; ashér kêlitíni haióm hazeh mibó vêdamím, vêhoshé'a
iadí lí.

Bendito sea tu buen juicio, y bendita seas tú, que hoy me has impedido ir a
derramar sangre y a vengarme por mi propia mano.
(34)
ְׁ‫ְךְׁכיְׁ׀ְׁלּולַ֣י‬
ַ֣ ִ ‫יְׁמהָ ַ ִ֖רעְׁאֹ ָ ָ֑ת‬ָֽ ִ‫ֲשרְׁמְׁ ָנ ֵַ֔ענ‬ַ֣ ֶ ‫וְׁאּו ִָ֗לםְׁחַ י־יהוָהֹ֙ ְׁאֱלהַ֣יְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁא‬
ְׁ‫ַד־אֹור‬
ֹּ֥ ‫ם־נֹותרְׁלְׁנ ָָבַ֛לְׁע‬ָ֧ ַ ‫יְׁא‬ִ ‫יְׁכ‬ַ֣ ִ ‫את‬ ִ ֵ֔ ‫ִמ ִ֗ ַהרתְׁותבאתיְׁ(וַתָ ב ֹאתֹ֙ )ְׁלִ ק ָר‬
:ְׁ‫הַ בִֹ֖ קֶ רְׁמַ ש ִ ֹּ֥תיןְׁבְׁ ִ ָֽקיר‬
vêulám jai-Adonai elohéi israél, ashér mêna'áni, méhará' otáj; kí | luléi mihárt
vtvti (vatavot) liqratí, kí im-notár lênavál 'ad-ór habóqer mashtín bêqír .

No obstante, vive el Eterno Elohim de Israel que me ha impedido hacerte


daño; pues si no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, antes del
amanecer no le habría quedado a Nabal ni un solo hombre con vida.
(35)
ְׁ ֹ֙‫ּהְׁאתְׁאֲשֶ ר־ה ִ ִ֖ביאָ הְׁלָ֑ ֹוְׁוְׁלָ ַּ֣הְׁאָ ִ֗ ַמרְׁע ִ ֲֵׁ֤ליְׁלְׁשָ לֹום‬
ֹּ֥ ‫ְׁמי ֵ֔ ָָד‬ִ ֹ֙‫וַיִ ַ ֵׁ֤קחְׁדָ וִ ד‬
:‫ְךְׁוָֽאֶ ָ ִ֖שאְׁפ ָָנֶָֽ֣יִ ְך‬
ָ ‫קֹול‬
ֵ֔ ְׁ‫ְךְׁר ִאיֹ֙ ְׁשָ ַ ַ֣מע ִתיְׁב‬
ְׁ ‫לְׁב ֵ֔ית‬
vaiqáj david miadáĥ, ét asher-hevíah ló; vêláĥ amár 'alí lêshalom lêveitéj, rêí
shamá'ti vêqoléj, váesá panáij.

David recibió de su mano lo que ella le había traído y le dijo: –Vuelve a tu


casa en paz. Mira que he escuchado tu voz y que te he tratado con respeto.
(36)
ְׁ‫ְׁ֩מש ִ֨ ֶתהְׁבְׁב ָ֜יתֹוְׁכְׁ ִמש ַ֣תהְׁהַ ִ֗ ֶמלְֶך‬ ִ ‫וַתָ ַ֣ב ֹאְׁאֲבִ יגַ ַ֣ ֶ֣יִ לְׁ׀ְׁאֶ ל־נ ֡ ָָבלְׁוְׁהִ נה־לֹו‬
ְׁ‫הְׁלֹוְׁדָ ָבֹּ֥רְׁקָ טַֹ֛ ן‬
ִ֗ ָ‫ּואְׁש ִ֖ ֹכרְׁעַד־מְׁאָֹ֑ דְׁוְׁ ָֽל ֹא־הִ ִגַ֣יד‬
ִ ‫וְׁלֵׁ֤בְׁנָבָ ל ְַֹׁ֣֙טֹובְׁ ָע ֵָ֔ליוְׁוְׁ ֹּ֥ה‬
:‫ַד־אֹורְׁהַ בָֹֽ קֶ ר‬ ֹּ֥ ‫וְׁג ִָ֖דֹולְׁע‬
302
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 25

vatavó avigáil | el-navál vêhineh-ló mishtéh bêveitó kêmishtéh hamélej vêlév


naval tóv 'aláv, vêhú shikór 'ad-mêód; vêló-higídah ló davár qatón vêgadól
'ad-ór habóqer.

Abigaíl regresó a Nabal. Y he aquí que él tenía un banquete en su casa, como


el banquete de un rey, y el corazón de Nabal estaba eufórico. Él estaba muy
ebrio, por lo cual ella no le reveló nada del asunto hasta el día siguiente.
(37)
ְׁ‫ֹוְׁאש ֵ֔תֹוְׁאֶ ת־הַ דְׁבָ ִ ִ֖ריםְׁהָ ָ֑אלֶה‬
ִ ַ֣‫ְׁמנ ֵ֔ ָָבלְׁוַתַ גֶד־ל‬ ִ ֹ֙‫וַי ִ ַ֣היְׁבַ ִ֗ ֹבקֶ רְׁבְׁצֵׁ֤אתְׁהַ ִַ֨ייִ ן‬
:‫וַיָ ֵׁ֤מָ תְׁלִ בֹוֹ֙ ְׁבְׁקִ רבֵ֔ ֹוְׁוְׁ ִ֖הּואְׁהָ יָ ֹּ֥הְׁלְׁ ָ ָֽאבֶ ן‬
vaihí vabóqer bêtzét haiáin minavál, vataged-ló ishtó, et-hadêvarím haéleh;
vaiámat libó bêqirbó, vêhú haiáh lêáven.

Pero por la mañana, cuando a Nabal se le había pasado el efecto del vino, su
mujer le contó estas cosas. Entonces se le paralizó el corazón, y se quedó
como una piedra.
(38)
:ְׁ‫יְׁכע ֶ ֲַ֣ש ֶרתְׁהַ י ִ ָָ֑מיםְׁוַיִ ָ֧ ֹגףְׁיהוָ ַ֛הְׁאֶ ת־נ ָָבִ֖לְׁ ַויָמָֹֽ ת‬
ָֽ ַ ‫וַי ִ ִ֖ה‬
vaihí ká'aséret haiamím; vaigóf Adonai et-navál vaiamót .

Y sucedió, después de unos diez días, que el Eterno hirió a Nabal, y él murió.
(39)
ְׁ‫ת־ריב‬ ִ֨ ִ ֶ‫רְׁרבְׁ֩א‬ ָ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫יְׁמתְׁנָבָ לְׁ֒ ַו ֡י ֹאמֶ רְׁבָ ַ֣רּוְךְׁיה ֡ ָוהְׁא‬ַ֣ ‫ְׁכ‬ ַ֣ ִ ֮‫וַיִ ש ַ ַ֣מעְׁדָ וִ ד‬
ְׁ‫ְךְׁמ ָר ֵָ֔עהְׁוְׁאתֹ֙ ְָׁרעַ ַ֣תְׁנ ֵ֔ ָָבלְׁה ִ ֹּ֥שיב‬ ָֽ ‫יְׁמיַ ַ֣דְׁנ ִ֗ ָָבלְׁוְׁאֶ ת־עַבדֹוֹ֙ ְׁחָ ַ ַ֣ש‬ ִ ‫חֶ רפ ָ֜ ִָת‬
ָֽ ַ ‫ֹאשֹוְׁוַיִ שלַ ֵׁ֤חְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁוַידַ ב‬
:ְׁ‫ַ֣רְׁבאֲבִ י ֵ֔ ַגיִ לְׁלְׁקַ ח ָ ֹּ֥תּהְׁלִ֖ ֹוְׁלְׁ ִא ָ ָֽשה‬ ָ֑ ‫יהוָ ִ֖הְׁבְׁר‬
vaishmá' david kí mét naval vaiómer barúj Adonai ashér rav et-rív jerpatí
miád navál vêet-'avdó jasáj méra'áh, vêet ra'át navál, heshív Adonai bêroshó;
vaishláj david vaidabér báavigáil, lêqajtáĥ ló lêisháh .

Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: –¡Bendito sea el Eterno, que
juzgó la causa de mi afrenta recibida de parte de Nabal y ha preservado a su
siervo del mal! ¡el Eterno mismo ha hecho caer la maldad de Nabal sobre su
propia cabeza! Después David mandó hablar a Abigaíl, para tomarla por
mujer suya.
(40)
ְׁ ֹ֙‫יהְׁלאמֵֹ֔ רְׁדָ וִ ד‬
ָֹ֙ ‫ַוי ָ֜ ָֹבאּוְׁעַב ֹּ֥דיְׁדָ ִ ַ֛ודְׁאֶ ל־אֲבִ יגַ ִ֖ ֶ֣יִ לְׁהַ כַר ֶ ָ֑מלָהְׁוַידַ בְׁ ֵׁ֤רּוְׁא ִֶ֨ל‬
:‫שְׁל ָָחַ֣נּוְׁא ֵַ֔ליִ ְךְׁלְׁקַ ח ֹּ֥תְךְׁלִ֖ ֹוְׁלְׁ ִא ָ ָֽשה‬
vaiavóu 'avdéi davíd el-avigáil hakarmélah; vaidabêrú eléihá lemór, david
shêlajánu eláij, lêqajtéj ló lêisháh.

303
25 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Los siervos de David fueron a Abigaíl, a Carmel, y hablaron con ella


diciendo: –David nos ha enviado a ti para tomarte por mujer para él.
(41)
ְׁ‫םְׁארצָ הְׁ ַו ִ֗ת ֹאמֶ רְׁהִ נֵׁ֤הְׁא ָ ֲָֽמתְָׁךֹ֙ ְׁלְׁ ִשפ ֵ֔ ָחהְׁלִ רחָֹּ֕ ץ‬
ָ֑ ָ ִ‫ו ָּ֕ ַָתקְׁםְׁו ִַתש ַ ֹּ֥תחּוְׁאַ פַ ִ֖י‬
:‫ַרגלִ֖יְׁעַב ֹּ֥דיְׁאֲדֹ ִ ָֽני‬
vatáqom vatishtáju apáim ártzah; vatómer hinéh amátêjá lêshifjáh, lirjótz
ragléi 'avdéi adoní.

Ella se levantó y se postró con el rostro a tierra, diciendo: –He aquí tu sierva,
para que sea la sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.
(42)
ְׁ ָ‫ְׁעל־הַ ח ֲֵ֔מֹורְׁוְׁחָ משֹ֙ ַ ְָֽׁנעֲרֹ ֵ֔ ֶתיה‬
ָֽ ַ ֹ֙‫וַתְׁמַ ָׁ֞הרְׁו ָ ַַ֣תקְׁםְׁאֲבִ י ִ֗ ַגיִ לְׁו ִַתרכַב‬
:‫ְֶךְׁאחֲריֹ֙ ְׁמַ לאֲכַ֣יְׁדָ ִֵ֔ודְׁוַתְׁהִ י־לִ֖ ֹוְׁלְׁ ִא ָ ָֽשה‬
ָֽ ַ ‫הַ הָֹֽ לְׁכִ֖ ֹותְׁלְׁ ַרגלָ ָּ֑הְׁו ִַ֗תל‬
vatêmahér vatáqom avigáil vatirkav 'ál-hajamór, vêjamesh ná'arotéiha,
hahólêjót lêragláĥ; vatélej ájareí malajéi davíd, vatêhi-ló lêisháh.

Entonces Abigaíl se apresuró y levantándose montó sobre un asno; y con las


cinco criadas que le atendían, siguió a los mensajeros de David. Y vino a ser
su mujer.
(43)
ֶ ‫דְׁמיִ זרְׁעֶ ָ֑אלְׁו ִ ַָֽתהְׁיֶ ַ֛ין ָ ְַׁגָֽם־שְׁת‬
ְׁ‫יהֹּ֥ןְׁלִ֖ ֹוְׁלְׁנ ִ ָָֽשים‬ ָֽ ִ ‫וְׁאֶ ת־אֲחִ ַ֛ ֹינעַםְׁל ַ ָֹּ֥קחְׁדָ ִ ִ֖ו‬
‫ס‬:
vêet-ajinó'am laqáj davíd míizrê'él; vatíhêiéina gám-shêteihén ló lênashím .

David también tomó como mujer a Ajinoam, de Jezreel. Ambas fueron sus
mujeres,
(44)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ֹוְׁאשֶ תְׁדָ ִוָ֑דְׁלְׁפַל ִ ֹּ֥טיְׁבֶ ן־לַ ִ֖יִ שְׁא‬
ַ֣ ‫ת־מיכַ ֹּ֥לְׁבִ ִ֖ת‬
ִ ֶ‫וְׁשָ ִ֗אּולְׁנ ַ ַָ֛תןְׁא‬
:‫ִמג ִ ַָֽלים‬
vêshaúl natán et-mijál bitó éshet davíd; lêfaltí ven-láish ashér migalím.

pues Shaúl [Saúl] había dado a su hija Mical, mujer de David, a Palti hijo de
Lais, que era de Galim.

304
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 26

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 26


(1)
ְׁ ֹ֙‫דְׁמסתַ תר‬
ִ ‫ַויָבֵֹׁ֤ אּוְׁהַ זִפִ יםֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁהַ גִ בעָ ִ֖תָ הְׁלאמָֹ֑ רְׁה ֲִ֨לֹואְׁדָ ִ ֵׁ֤ו‬
:‫ַ֣תְׁהחֲכִ י ֵָ֔להְׁעַ ִ֖לְׁפְׁנֹּ֥יְׁהַ י ִשימָֹֽ ן‬
ָֽ ַ ַ‫בְׁגִ בע‬
vaiavóu hazifim el-shaúl, hagiv'átah lemór; haló davíd mistater bêgiv'át
hájajiláh, 'ál pênéi haishimón.

Entonces los de Zif fueron a Shaúl [Saúl], a Gabaa, y le dijeron: –¿No está
David escondido en la colina de Haquila, que mira hacia Jesimón?
(2)
ְׁ‫יםְׁאיש‬
ִ֖ ִ ‫ל־מדבַ ר־ ֵ֔ ִזיףְׁוְׁ ִא ַ֛תֹוְׁשְׁלָֽ שֶ ת־ ֲאל ִ ָֹּ֥פ‬
ִ ֶ‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁשָ ִ֗אּולְׁו ִַ֨י ֶרדֹ֙ ְׁא‬
:‫ר־זיף‬ ָֽ ִ ַ‫חּוריְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁלְׁבַ ֹּ֥קשְׁאֶ ת־דָ ִ ִ֖ודְׁבְׁ ִמדב‬
ַ֣ ְׁ‫ב‬
vaiáqom shaúl vaiéred el-midbar-zíf, vêitó shêlóshet-alafím ísh bêjuréi israél;
lêvaqésh et-davíd bêmidbar-zíf.

Shaúl [Saúl] se levantó y descendió al desierto de Zif, acompañado por 3000


hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
(3)
ְׁ‫ֲשרְׁעַל־פְׁנֹּ֥יְׁהַ י ִשימִֹ֖ ןְׁעַל־הַ ָ ָ֑ד ֶרְך‬ ָֽ ַ ַ‫ו ִִַ֨יחַ ןְׁשָ ָ֜אּולְׁבְׁגִ בע‬
ַ֛ ֶ ‫ַ֣תְׁהחֲכִ י ִָ֗להְׁא‬
:‫ּולְׁאח ָ ֲִ֖ריוְׁהַ ִמד ָ ָֽב ָרה‬
ָֽ ַ ‫יְׁבֹּ֥אְׁשָ ַ֛א‬
ָ ‫אְׁכ‬ ַ֣ ִ ‫וְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁיֹ ַ֣שבְׁבַ ִמד ֵ֔ ָברְׁ ַו ַָּ֕יר‬
vaíjan shaúl bêgiv'át hájajiláh ashér 'al-pênéi haishimón 'al-hadárej; vêdavid
ioshév bamidbár, vaiár kí vá shaúl ájaráv hamidbárah.

Y Shaúl [Saúl] acampó en la colina de Haquila, que mira hacia Jesimón, junto
al camino. David, que permanecía en el desierto, vio que Shaúl [Saúl] había
venido al desierto tras él.
(4)
ָ ִ‫וַיִ שלַ ֹּ֥חְׁדָ ִ ִ֖ודְׁמְׁ ַרגְׁ ִ ָ֑ליםְׁו ַָּ֕ידַ עְׁכ‬
:‫י־בֹּ֥אְׁשָ ִ֖אּולְׁאֶ ל־נָכָֽ ֹון‬
vaishláj davíd mêragêlím; vaiéda' ki-vá shaúl el-najón.

Luego David envió espías y supo con certeza que Shaúl [Saúl] había venido.
(5)
‫ָה־שםְׁשָ אּולְׁ֒וַיַ ֶַ֣֣ראְׁדָ ִִ֗ודְׁאֶ ת־‬
ַ֣ ָ ‫רְׁחנ‬ָֽ ָ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫ְׁאל־הַ מָ קֹום֮ ְׁא‬ ָֽ ֶ ֮‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁ םְׁדָ ִִ֗ודְׁ ַו ָיב ֹא‬
ְֹׁ֙‫ַב־שםְׁשָ ֵ֔אּולְׁוְׁאַ בנֹּ֥רְׁבֶ ן־נִ֖רְׁשַ ר־צְׁבָ ָ֑אֹוְׁוְׁשָ אּול‬ ַ֣ ָ ‫רְׁשכ‬ ָֽ ָ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫הַ מָ קֹוםֹ֙ ְׁא‬
:‫שֹ כַ֣בְׁבַ מַ ע ֵ֔ ָגלְׁוְׁהָ עָ ִ֖םְׁחֹ ִנֹּ֥יםְׁסְׁ ִ ָֽביבֹ ָ ָֽתו‬
vaiáqom davíd vaiavo él-hamaqom ashér jánah-shám shaul vaiár davíd et-
hamaqom ashér shájav-shám shaúl, vêavnér ben-nér sar-tzêvaó; vêshaul

305
26 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

shojév bama'gál, vêha'ám joním sêvívotáv.

Después David se levantó y se fue al lugar donde Shaúl [Saúl] había


acampado. Entonces David observó bien el lugar donde estaban acostados
Shaúl [Saúl] y Abner hijo de Ner, jefe de su ejército. Shaúl [Saúl] estaba
acostado en el centro del campamento, y la gente estaba acampada alrededor
de él.
(6)
ְׁ‫ְֶךְׁהחִ ִ֗ ִתיְׁוְׁאֶ ל־אֲבִ ישִַ֨ יְׁבֶ ן־צְׁרּו ָָ֜יהְׁא ִ ֲֵׁ֤חי‬
ָֽ ַ ‫ימל‬
ְֶַׁ֣ ִ‫ַו ִַ֨יעַןְׁדָ ִָ֜ודְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁ׀ְׁאֶ ל־אֲח‬
ְׁ‫ל־המַ חֲנֶ ָ֑הְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאֲבִ ישֵַ֔ י‬
ָֽ ַ ֶ‫דְׁא ִ ַ֛תיְׁאֶ ל־שָ ִ֖אּולְׁא‬
ִ ‫רְׁמי־י ֹּ֥ר‬
ָֽ ִ ֵֹ֔‫יֹואָ בֹ֙ ְׁלאמ‬
:‫א ֲִנִ֖יְׁא ֹּ֥רדְׁעִ ָ ָֽמְך‬
vaiá'an davíd vaiómer | el-ajimélej hájití vêel-avishái ben-tzêruiáh ají ioav
lemór, mí-ieréd ití el-shaúl el-hámajanéh; vaiómer avishái, aní eréd 'imáj.

David preguntó a Ajimelec el heteo y a Abisai, hijo de Tzeruiá [Sarvia],


hermano de Ioav [Joab], diciendo: –¿Quién descenderá conmigo al
campamento, a Shaúl [Saúl]? Y Abisai dijo: –Yo descenderé contigo.
(7)
ְׁ‫ישיְׁ׀ְׁאֶ ל־הָ עָם֮ ְׁלַי ָלהְׁ֒וְׁהִ נַ֣הְׁשָ ִ֗אּולְׁשֹ כֵׁ֤בְׁיָשןֹ֙ ְׁבַ מַ ע ֵ֔ ָגל‬ ֹּ֥ ַ ִ‫דְׁואֲב‬
ָֽ ַ ‫ַו ָיבֹאְׁ֩דָ ִִ֨ו‬
‫ ס‬:‫עּוכה־בָ ָ ִ֖א ֶרץְׁמְׁ ַ ָֽראֲשֹ ָ ָ֑תוְׁוְׁאַ בנַ֣רְׁוְׁהָ ֵָ֔עםְׁשָֹֽ כְׁ ִ ִ֖ביםְׁסְׁ ִ ָֽביבֹ ָ ָֽתו‬ ָֽ ָ ְׁ‫ַ ָֽוחֲנִ ֹּ֥יתֹוְׁמ‬
vaiavo davíd váavishái | el-ha'am lailah vêhinéh shaúl shojév iashen bama'gál,
vájanitó mê'ujáh-vaáretz mêráashotáv; vêavnér vêha'ám, shójêvím sêvívotáv.

Entonces David y Abisai fueron de noche a la gente de guerra, y he aquí que


Shaúl [Saúl] estaba acostado, durmiendo en el centro del campamento, con su
lanza clavada en la tierra, a su cabecera. Abner y el pueblo estaban acostados
alrededor de él.
(8)
ְׁ֩‫ת־אֹויִ בָךִ֖ ְׁבְׁי ֶ ָָ֑דָךְׁוְׁעַתָ ה‬ָֽ ֶ‫ֱלהיםְׁהַ יַ֛ ֹוםְׁא‬ ֹּ֥ ִ ‫דְׁס ִ֨ ַגרְׁא‬
ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאֲבִ ישַ יֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ו‬
:ְׁ‫אְׁבח ֲִנֵׁ֤יתְּׁובָ ִ֨ ָא ֶר ְֹׁ֙ץְׁפַ ַ֣ עַםְׁאַ ֵ֔ ַחתְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁאֶ שנֶ ִ֖הְׁלָֽ ֹו‬
ָֽ ַ ‫אַ ִֶ֨כנּוְׁ ָָ֜נ‬
vaiómer avishaí el-davíd, sigár elohím haióm et-óivjá bêiadéja; vê'atah akénu
ná bájanít uvaáretz pá'am aját, vêló eshnéh ló .

Entonces Abisai dijo a David: –¡Hoy ha entregado Elohim a tu enemigo en tu


mano! Ahora pues, déjame que lo hiera con la lanza. Lo clavaré en la tierra de
un solo golpe, y no tendré que darle un segundo.
(9)
ְׁ ַ‫יְׁמיְׁשָ לַ ֹּ֥חְׁי ַָ֛דֹוְׁבִ מ ִ ֹּ֥שיח‬
ַ֣ ִ ִֶ֠‫יתהּוְׁכ‬
ָ֑ ִ‫ישיְׁאַ ל־תַ שח‬
ִ֖ ַ ִ‫ַו ָ֧י ֹאמֶ רְׁדָ ִ ַ֛ודְׁאֶ ל־אֲב‬
‫ פ‬:ְׁ‫יהוָ ִ֖הְׁוְׁנִ ָ ָֽקה‬
306
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 26

vaiómer davíd el-avishái al-tashjitéhu; kí mí shaláj iadó bimshíaj Adonai


vêniqáh .

David respondió a Abisai: –No lo mates, porque ¿quién extenderá su mano


contra el ungido del Eterno y quedará sin culpa?
(10)
ְׁ‫תְׁאֹו‬
ָ֧ ‫ֹו־יֹומֹוְׁיָבֹואֹ֙ ְׁו ֵָ֔מ‬
ֵׁ֤ ‫ָ֑נּוְׁא‬
ָֽ ֶ‫יְׁאם־יהוָ ִ֖הְׁיִ ְׁגפ‬
ִ ‫הְׁכ‬
ֹּ֥ ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁחַ י־יה ֵ֔ ָו‬
:ְׁ‫בַ ִמלחָ ָ ַ֛מהְׁי ִ֖רדְׁוְׁנִ ס ָ ָֽפה‬
vaiómer david jai-Adonai, kí im-Adonai igofénu; ó-iomó iavo vamét, ó
vamiljamáh ieréd vênispáh .

–Dijo además David–: Vive el Eterno, que el Eterno mismo lo herirá; o le


llegará su día, y morirá; o irá a la guerra, y perecerá.
(11)
‫אְׁאת־‬
ָֽ ֶ ‫ָ֑הְׁועַתָ הְׁקַ ח־ ִָ֨נ‬
ְֶׁ֠ ָ‫הְׁמשְׁלֹּ֥ חַ ְׁי ִ ִָ֖דיְׁבִ מ ִ ַ֣שיחַ ְׁיהו‬ ִ ‫ְׁמיְׁה ֵ֔ ָו‬
ָֽ ֹ֙‫חָ ִ ֵׁ֤לילָהְׁלִ י‬
:ְׁ‫ָה־לנּו‬
ָֽ ָ ‫ֲשרְׁמְׁ ַ ָֽראֲשֹ ָ ַ֛תוְׁוְׁאֶ ת־צַ פַ ֹּ֥חַ תְׁהַ ַ ִ֖מיִ םְׁוְׁנָֽלְׁכ‬ ָ֧ ֶ ‫הַ ח ָ֜ ֲִניתְׁא‬
jalílah lí méiêhváh, mishêlóaj iadí bimshíaj Adonai; vê'atah qaj-ná ét-hajanít
ashér mêráashotáv vêet-tzapájat hamáim vênélêjah-lánu .

Pero el Eterno me libre de extender mi mano contra el ungido del Eterno.


Ahora pues, por favor, toma la lanza que está a su cabecera y la cantimplora
de agua, y vámonos.
(12)
ְׁ‫דְׁאת־הַ ח ָ֜ ֲִניתְׁוְׁאֶ ת־צַ פַ ֵׁ֤חַ תְׁהַ ִ֨ ַמיִ םֹ֙ ְׁמ ַ ָֽראֲשֹ ַ֣תיְׁשָ ֵ֔אּולְׁוַיָֽלְׁכִ֖ ּו‬ ָֽ ֶ ‫וַיִ קַ חְׁ֩דָ ִִ֨ו‬
ְׁ‫יםְׁכיְׁתַ רד ַ ַ֣מת‬ִ ִ֚ ‫יץְׁכיְׁכלָםֹ֙ ְׁיְׁש ֵ֔ ִנ‬
ֵׁ֤ ִ ‫יןְׁיֹודעְַׁוְׁ ַ֣איןְׁמ ִ֗ ִק‬
ָ֜ ‫ל ֶָהָ֑םְׁוְׁ ַ֣איןְׁרֹ אֶ הְׁ֩וְׁ ִ֨א‬
:ְׁ‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫הְׁנָֽפְׁלָ ִ֖הְׁעֲל‬
ָ ‫יה ֵ֔ ָו‬
vaiqaj davíd ét-hajanít vêet-tzapájat hamáim meráashotéi shaúl, vaiélêjú
lahém; vêéin roeh vêéin iodé'a vêéin meqítz kí julam iêshením, kí tardemát
Adonai, náfêláh 'aleihém .

David tomó la lanza y la cantimplora de agua de la cabecera de Shaúl [Saúl], y


ellos se fueron. No hubo nadie que viese, ni nadie que se diese cuenta, ni
nadie que se despertase. Todos dormían, porque había caído sobre ellos un
profundo sueño de parte del Eterno.
(13)
ְׁ‫קְׁרבְׁהַ מָ ִ֖קֹום‬
ֹּ֥ ַ ְָֹׁ֑‫ִ֖רְׁמ ָרח‬
ָֽ ‫ו ַ ַָֽיעֲבֵֹׁ֤ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁהָ ֵ֔עבֶ רְׁו ַ ַָֽיעֲמֹֹּ֥ דְׁעַל־ר ֹאש־הָ ָה‬
:‫יהם‬ ָֽ ֶ ‫ָֽבינ‬
vaiá'avór david ha'éver, vaiá'amód 'al-rosh-hahár mérajóq; ráv hamaqóm
béineihém.

307
26 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

David pasó al otro lado y se detuvo a lo lejos, sobre la cumbre de la colina.


Había una considerable distancia entre ellos.
(14)
ָֽ ַ ֹּ֥‫וַיִ ק ָ ִ֨ראְׁדָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־הָ עִָ֗ םְׁוְׁאֶ ל־אַ בנֵׁ֤רְׁבֶ ן־נרֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁהֲל‬
ְׁ‫ֹואְׁתעֲנֶ ִ֖הְׁאַ בנָ֑ר‬
‫ פ‬:‫רְׁמיְׁאַ ָ ִ֖תהְׁקָ ָ ֹּ֥ראתָ ְׁאֶ ל־הַ ֶ ָֽמלְֶך‬
ֹּ֥ ִ ֶ‫וַיַ ֵׁ֤עַןְׁאַ בנרֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאמ‬
vaiqrá davíd el-ha'ám vêel-avnér ben-ner lemór, haló tá'anéh avnér; vaiá'an
avner vaiómer, mí atáh qaráta el-hamélej.

Y David gritó al pueblo y a Abner hijo de Ner, diciendo: –¿No respondes,


Abner? Abner respondió y dijo: –¿Quién eres tú, que gritas al rey?
(15)
ְׁ ֹ֙‫הְּׁומיְׁכ ִָ֨מֹוָךֹ֙ ְׁבְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁ ִָ֨למָ ה‬
ֵׁ֤ ִ ‫ֲלֹוא־אישְׁאַ ִ֗ ָת‬
ַ֣ ִ ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩דָ ִִ֨ודְׁאֶ ל־אַ ב ָ֜נרְׁה‬
‫ַ֣ל ֹאְׁשָ ֵ֔ ַמרתָ ְׁאֶ ל־אֲדֹ נֶ ִ֖יָךְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁכִ י־בָ אֹ֙ ְׁאַ ַחַ֣דְׁהָ ֵָ֔עםְׁלְׁהַ ש ִ ִ֖חיתְׁאֶ ת־‬
:‫הַ ֶ ֹּ֥מלְֶךְׁאֲדֹ ֶנָֽיָך‬
vaiomer davíd el-avnér halo-ísh atáh umí jamójá bêisraél, vêlámah ló
shamárta, el-adonéja hamélej; ki-va ajád ha'ám, lêhashjít et-hamélej adonéja.

David preguntó a Abner: –¿No eres tú un hombre? ¿Quién hay como tú en


Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido al rey, tu señor? Porque uno del
pueblo entró para destruir al rey, tu señor.
(16)
ְׁ‫ֲשר‬ָ֧ ֶ ‫י־מוֶתֹ֙ ְׁאַ ֵ֔ ֶתםְׁא‬
ָ ִ֨ ‫הְׁכיְׁבְׁנ‬
ֵׁ֤ ִ ‫יתְׁ֒חַ י־יה ִ֗ ָו‬ ָ ‫ֲשרְׁע ִָש‬ ַ֣ ֶ ‫ֹא־טֹובְׁהַ דָ ָבַ֣רְׁהַ זֶה֮ ְׁא‬
ָׁ֞ ‫ל‬
ְׁ‫הְׁאי־ח ֲִנֹּ֥ית‬
ָֽ ‫הְׁ׀ְׁר ִ֗א‬
ְׁ ‫ָֽל ֹא־שְׁמַ ר ֶ ַ֛תםְׁעַל־אֲדָֹֽ ניכֶ ִ֖םְׁעַל־מְׁ ִ ַ֣שיחַ ְׁיהוָ ָ֑הְׁוְׁע ָ ַַ֣ת‬
:ְׁ‫ֲשרְׁמְׁ ַ ָֽראֲשֹ ָ ָֽתו‬
ֹּ֥ ֶ ‫הַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁוְׁאֶ ת־צַ פַ ֹּ֥חַ תְׁהַ ַ ִ֖מיִ םְׁא‬
lo-tóv hadavár hazeh ashér 'asitá jai-Adonai kí vênei-mávet atém, ashér ló-
shêmartém 'al-adóneijém 'al-mêshíaj Adonai; vê'atáh | rêéh éi-janít hamélej
vêet-tzapájat hamáim ashér mêráashotáv .

Esto que has hecho no está bien. ¡Vive el Eterno, que sois dignos de muerte,
porque no habéis guardado a vuestro señor, el ungido del Eterno! Ahora, mira
dónde está la lanza del rey, y la cantimplora de agua que estaba a su cabecera.
(17)
ְׁ‫ת־קֹולְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁה ֲָֽקֹולָךֹּ֥ ְׁזֶ ִ֖הְׁבְׁ ִנַ֣יְׁדָ ִ ָ֑ודְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִֵ֔וד‬
ַ֣ ֶ‫ַויַכֵׁ֤רְׁשָ אּולְֹׁ֙א‬
:‫קֹוליְׁאֲדֹ ִנֹּ֥יְׁהַ ֶ ָֽמלְֶך‬
ִ֖ ִ
vaiakér shaul et-qól davíd, vaiómer haqóljá zéh bêní davíd; vaiómer davíd,
qolí adoní hamélej.

Shaúl [Saúl] reconoció la voz de David y preguntó: –¿No es ésa tu voz, David,
hijo mío? David respondió: –¡Sí, es mi voz, oh mi señor el rey!

308
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 26

(18)
ְׁ‫יתיְּׁומַ ה־בְׁי ִ ִָ֖די‬
ִ ‫יְׁמהְׁע ֵ֔ ִָש‬
ַ֣ ֶ ‫ֹוְׁכ‬
ִ ִ֚ ‫ףְׁאח ֲַ֣ריְׁעַב ָ֑ד‬
ָֽ ַ ‫ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁ לָ ֹּ֥מָ הְׁזֶ ַ֛הְׁאֲדֹ ִנֹּ֥יְׁרֹ ִ֖ד‬
:‫ָר ָ ָֽעה‬
vaiómer lámah zéh adoní rodéf ájaréi 'avdó; kí méh 'asíti, umah-bêiadí ra'áh.

–Y añadió–: ¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué
maldad hay en mi mano?
(19)
ְׁ ֹ֙‫ֹוְׁאם־יה ָׁ֞ ָוהְׁה ִ ֱָֽסיתְָׁךֹּ֥ ְׁבִ י‬ִ ‫תְׁדב ַ֣ריְׁעַב ָ֑ד‬ ִ ‫ְֶךְׁא‬
ִ֖ ‫הְׁישְׁ ַ ָֽמע־נָאֹ֙ ְׁאֲ דֹ ִנַ֣יְׁהַ ֵ֔ ֶמל‬ָֽ ִ ‫וְׁע ִ֗ ַָת‬
ְׁ‫הְׁכי־גר ַ֣שּונִ י‬ ָֽ ִ ‫ֲרּוריםְׁהםֹ֙ ְׁלִ פנַ֣יְׁיה ֵ֔ ָו‬ ֹּ֥ ִ ‫ַ֣יְׁהאָ ִ֗ ָדםְׁא‬
ָֽ ָ ‫חְׁמנ ֵ֔ ָחהְׁוְׁ ִ ַ֣אםְׁ׀ְׁבְׁנ‬ ִ ‫י ַ ַָ֣ר‬
:ְׁ‫ֱלהיםְׁאֲח ִ ָֽרים‬ ֹּ֥ ִ ‫ֹוםְׁמהִ סתַ ָ֜פחַ ְׁבְׁ ַ ָֽנחֲלַ ֵׁ֤תְׁיהוָהֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁלְֹּ֥ךְׁעֲבִֹ֖ דְׁא‬
ָֽ ִ֗‫הַ י‬
vê'atáh íshêmá'-na adoní hamélej, ét divréi 'avdó; im-Adonai hesítêjá ví iaráj
minjáh, vêím | bênéi háadám arurím hem lifnéi Adonai, kí-gershúni haióm
méhistapéaj bênájalát Adonai lemór, léj 'avód elohím ajerím .

Ahora, por favor, escuche mi señor el rey las palabras de su siervo. Si el


Eterno te ha incitado contra mí, que él acepte una ofrenda. Pero si han sido
hombres, sean ellos malditos delante del Eterno, porque hoy me han
expulsado para que yo no tenga parte en la heredad del Eterno, diciendo: '¡Ve
y sirve a dioses ajenos!'
(20)
ְׁ‫אְׁמלְֶךְׁיִ ש ָר ִ֗אל‬
ַ֣ ֶ ‫ָ֑הְׁכי־י ָׁ֞ ָָצ‬
ָֽ ִ ָ‫הְׁמנֶ ִֶ֖֣גֶדְׁפְׁנַ֣יְׁיהו‬ִ ָ‫ְׁארצ‬ ַ ֵ֔ ֹ֙‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁאַ ל־יִ ֵׁ֤ ֹפלְׁדָ ִמי‬
:ְׁ‫ֲשרְׁיִ רדֹֹּ֥ ףְׁהַ קֹ ִ֖ראְׁ ֶ ָֽבהָ ִ ָֽרים‬ ַ֛ ֶ ‫דְׁכא‬
ָֽ ַ ‫לְׁבַ קשֹ֙ ְׁאֶ ת־פַר ַ֣ ֹעשְׁאֶ ֵ֔ ָח‬
vê'atáh al-ipól damí ártzah, minéged pênéi Adonai; kí-iatzá mélej israél
lêvaqesh et-par'ósh ejád, káashér irdóf haqoré béharím .

Ahora pues, no caiga mi sangre en tierra lejos de la presencia del Eterno,


porque el rey de Israel ha salido para buscar una pulga, como quien persigue
una perdiz por los montes.
(21)
ְׁ‫ֹודְׁתַ חַ ת‬
ֶ֠ ‫יְׁשּובְׁבְׁ ִ ָֽני־דָ ִִ֗ודְׁכִֶ֠ יְׁ ָֽל ֹא־אָ ַ ֵׁ֤רעְׁלְָׁךֹ֙ ְֵׁ֔ע‬
ַ֣ ‫את‬ִ ‫ַוי ֹאמֶ רְׁ֩שָ ִ֨אּולְׁחָ ָ֜ ָט‬
ְׁ‫רְׁיֶ֣קְׁ ָ ֹּ֥רהְׁנַפ ִ ַ֛שיְׁבְׁעינֶ ִ֖יָךְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ זֶ ָ֑הְׁהִ נֹּ֥הְׁהִ סכַ ַ֛ל ִתיְׁ ָוָֽאֶ שגֶ ִ֖הְׁהַ רבֹּ֥ה‬
ָֽ ָ ִֶ֨‫אֲש‬
:‫מְׁאָֹֽ ד‬
vaiomer shaúl jatáti shúv bêní-davíd kí ló-ará' lêjá 'ód, tájat ashér iáqêráh
nafshí bê'einéja haióm hazéh; hinéh hiskálti váeshgéh harbéh mêód.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo: –He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque
ningún mal te haré en adelante, pues hoy mi vida ha sido estimada preciosa

309
26 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

ante tus ojos. He aquí que he actuado neciamente y he cometido un grave


error.
(22)
ְׁ‫ֹּ֥דְׁמהַ נְׁע ִ ִָ֖רים‬
ָֽ ‫וַיַ ֵׁ֤עַןְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאמֶ רְׁהִ נִ֖הְׁהחניתְׁ(ח ֲִנַ֣ית)ְׁהַ ֶ ָ֑מלְֶךְׁוְׁ ַ ָֽיעֲבַֹ֛ רְׁאֶ ָח‬
: ָ‫וְׁיִ קָ ֶ ָֽחה‬
vaiá'an david vaiómer, hinéh hjnyt (janít) hamélej; vêiá'avór ejád méhanê'arím
vêiqajéha.

David respondió y dijo: –He aquí la lanza del rey. Pase aquí alguno de los
jóvenes y tómela.
(23)
ְׁ‫ַוָֽיהוָהֹ֙ ְׁי ִ ַָ֣שיבְׁל ִֵָ֔אישְׁאֶ ת־צִ דקָ ִ֖תֹוְׁוְׁאֶ ת־א ֱָֽמנ ָָ֑תֹוְׁאֲשֶ רְׁ֩נְׁ ָ ָֽתנְׁ ִָ֨ךְׁיהוָ ֵׁ֤הְׁ׀‬
:ְׁ‫הוָֽה‬
ָ ‫יתיְׁלִ שלֹּ֥ חַ ְׁי ִ ִָ֖דיְׁבִ מ ִ ֹּ֥שיחַ ְׁי‬
ִ ‫הַ יֹוםֹ֙ ְׁבְׁ ֵָ֔ידְׁוְׁ ַ֣ל ֹאְׁאָ ִֵ֔ב‬
váAdonai iashív laísh, et-tzidqató vêet-emúnató; asher nêtánêjá Adonai |
haiom bêiád, vêló avíti, lishlóaj iadí bimshíaj Adonai .

El Eterno pague a cada uno según su justicia y su lealtad, porque el Eterno te


entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido
del Eterno.
(24)
ְׁ‫ַ֣ןְׁתג ַ ֵׁ֤דלְׁנַפ ִשיֹ֙ ְׁבְׁעינַ֣י‬
ִ ‫רְׁגֶָֽ֣דְׁלָ ָ֧הְׁנַפשְָׁךַ֛ ְׁהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ זֶ ִ֖הְׁבְׁעינָ ָ֑יְׁכ‬
ָ ִֶ֨‫הְׁכאֲש‬
ָֽ ַ ‫וְׁהִ ִ֗נ‬
‫ פ‬:ְׁ‫יְׁמכְׁל־צָ ָ ָֽרה‬ ִ ִ‫יה ֵ֔ ָוהְׁוְׁיַצִ לִ֖נ‬
vêhinéh káashér gádêláh nafshêjá haióm hazéh bê'einái; kén tigdál nafshí
bê'einéi Adonai, vêiatziléni mikol-tzaráh .

Y he aquí, como tu vida ha sido valiosa ante mis ojos en este día, así sea
valiosa mi vida ante los ojos del Eterno, y él me libre de toda aflicción.
(25)
ְׁ‫הְׁתעֲשֵֶ֔ הְׁוְׁגַ ִ֖ם‬
ָֽ ַ ‫ש‬ֹ ַ֣ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜אּולְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁבָ ֵׁ֤רּוְךְׁאַ תָ הֹ֙ ְׁבְׁ ִנַ֣יְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ִַ֚גםְׁ ָע‬
‫ פ‬:‫קֹומֹו‬ ָֽ ‫ּולְׁשבְׁלִ מ‬ ֹּ֥ ָ ‫י ַ֣ ָֹכלְׁתּוכָ ָ֑לְׁוַיֵׁ֤לְֶךְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁלְׁדַ רכֵ֔ ֹוְׁוְׁשָ ִ֖א‬
vaiómer shaúl el-davíd barúj atah bêní davíd, gám 'asóh tá'aséh, vêgám iajól
tujál; vaiélej david lêdarkó, vêshaúl sháv limqomó.

Shaúl [Saúl] dijo a David: –¡Bendito seas, David, hijo mío! Sin duda, tú harás
grandes cosas y ciertamente triunfarás. Después David continuó su camino, y
Shaúl [Saúl] regresó a su lugar.

310
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 27

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 27


(1)
ְׁ‫יְׁטֹוב‬
ָ֜ ִִ֨‫ּולְׁאין־ל‬
ָֽ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־לִ בֵ֔ ֹוְׁע ָ ַַ֛תהְׁאֶ סָ פֶ ֹּ֥הְׁיֹום־אֶ ָחִ֖דְׁבְׁיַד־שָ ָ֑א‬
ְֹׁ֙‫שְׁמ ֶ ֵׁ֤מנִ יְׁשָ אּול‬
ִ ‫נֹוא‬
ַ ִ֨ ְׁ‫ל־א ֶרץְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁו‬
ַ֣ ֶ ֶ‫ֹּ֥טְׁאמָ לַ֣טְׁ׀ְׁא‬
ִ ‫ִ ַ֣כיְׁהִ מָ ל‬
:‫יְׁמי ָָֽדֹו‬
ִ ‫לְׁבַ ק ֵׁ֤שנִ יְׁעֹודֹ֙ ְׁבְׁכְׁל־גְׁ ַ֣בּולְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁנִ מלַט ִ ִ֖ת‬
vaiómer david el-libó, 'atáh esaféh iom-ejád bêiad-shaúl; éin-lí tóv kí himalét
imalét | el-éretz pêlishtím vênoásh miméni shaul lêvaqshéni 'od bêjol-gêvúl
israél, vênimlattí miadó.

David dijo en su corazón: 'Ahora bien, algún día voy a perecer por la mano de
Shaúl [Saúl]. Nada será mejor para mí que escapar de inmediato a la tierra de
los filisteos, para que Shaúl [Saúl] deje de ocuparse de mí y no me ande
buscando por todo el territorio de Israel. Así escaparé de su mano.'
(2)
‫ֲשרְׁעִ ָ֑מֹוְׁאֶ ל־אָ ִ ֹּ֥כישְׁבֶ ן־‬
ַ֣ ֶ ‫ֹותְׁאישְׁא‬
ִ֖ ִ ‫רְׁהּואְׁוְׁשש־מ ֹּ֥א‬
ֵ֔ ַֹ֣‫וַיָ ֶַ֣֣קְׁםְׁדָ ִֵ֔ודְׁו ַ ַָֽיעֲב‬
:‫ְֶךְׁגָֽת‬
ַ ‫ֹוְךְׁמל‬ ֹּ֥ ֶ ִ֖‫מָ ע‬
vaiáqom davíd, vaiá'avór hú, vêshesh-meót ísh ashér 'imó; el-ajísh ben-ma'ój
mélej gát.

Se levantó pues David y se pasó, con los 600 hombres que estaban con él, a
Aquis hijo de Maoc, rey de Gat.
(3)
ְׁ‫יתֹוְׁדָ וִ דֹ֙ ְּׁוש ַ֣תי‬
ָ֑ ‫יוְׁאישְּׁוב‬
ַ֣ ִ ‫ָש‬ִ֖ ָ ‫ּואְׁו ֲאנ‬
ָֽ ַ ‫ַ֛תְׁה‬
ֹּ֥ ַ‫וַישֶ בְׁ֩דָ ִִ֨ודְׁעִ ם־אָ ִ ֹּ֥כישְׁבְׁג‬
:‫לְׁאשֶ ת־נ ָָבִ֖לְׁ ַ ָֽהכַרמְׁ ִ ָֽלית‬ ָֽ ַ ִֵ֔‫נָשֵָ֔ יוְׁאֲחִ י ִֹ֨נעַםֹ֙ ְׁהַ יִ זרְׁעאל‬
ָֽ ִ‫תְׁואֲבִ יגַ ֶֹּ֥֣י‬
vaieshev davíd 'im-ajísh bêgát hú váanasháv ísh uveitó; david ushtéi nasháv,
ajinó'am haizrê'elít, váavigáil éshet-navál hákarmêlít.

David habitó con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia, y
David con sus dos mujeres: Ajinoam, de Jezreel, y Abigaíl, que fuera mujer de
Nabal, de Carmel.
(4)
‫ ס‬:‫ּולְׁכי־בָ ַ ֹּ֥רחְׁדָ ִ ִ֖ודְׁגַ ָ֑תְׁוְׁ ָֽל ֹא־יוסףְׁ(י ַ ָֹּ֥סף)ְׁעִ֖ ֹודְׁלְׁבַ ק ָֽשֹו‬
ָֽ ִ ‫וַיגַ ַ֣דְׁלְׁשָ ֵ֔א‬
vaiugád lêshaúl, kí-varáj davíd gát; vêló-yvsf (iasáf) 'ód lêvaqshó.

A Shaúl [Saúl] le llegó la noticia de que David había huido a Gat, y no lo


buscó más.

311
27 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(5)
ְׁ‫נּו־ליְׁמָ ִ֗קֹום‬
ַ֣ ִ ְׁ‫אתיְׁחֵׁ֤ןְׁבְׁעי ִֶ֨ניָךֹ֙ ְׁיִ ת‬
ִ ‫ישְׁאם־ ָנאְׁ֩מָ ִ֨ ָצ‬
ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־אָ ִ֗ ִכ‬
ְׁ‫הְׁשםְׁוְׁ ִָ֨למָ הְׁי ָ֧שבְׁעַבדְָׁךַ֛ ְׁבְׁ ִ ֹּ֥עירְׁהַ מַ מלָכָ ִ֖ה‬
ָ֑ ָ ָ‫בְׁאַ ַחַ֛תְׁע ָֹּ֥ריְׁהַ שָ ֶ ִ֖דהְׁוְׁ ַ֣אשב‬
:‫עִ ָ ָֽמְך‬
vaiómer davíd el-ajísh im-na matzáti jén bê'einéjá itênu-lí maqóm bêaját 'aréi
hasadéh vêéshvah shám; vêlámah ieshév 'avdêjá bê'ír hamamlajáh 'imáj.

Entonces David dijo a Aquis: –Si he hallado ahora gracia ante tus ojos, por
favor, que se me dé un lugar en alguna de las ciudades en el campo, para que
habite allí. ¿Por qué ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real?
(6)
ְׁ‫הְׁצקְׁלַגֹ֙ ְׁלְׁמַ לכַ֣י‬
ָֽ ִ ‫ןְׁהיְׁ ָ ֵׁ֤ת‬
ָֽ ָ ‫ת־צקְׁלָ ָ֑גְׁל ָָׁ֞כ‬
ָֽ ִ ֶ‫ֹוםְׁה ִ֖הּואְׁא‬
ְַׁ ֹּ֥‫וַיִ תֶ ן־לֹּ֥ ֹוְׁאָ ִ ַ֛כישְׁבַ י‬
‫ פ‬:‫הּודהְׁעַ ִ֖דְׁהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬ ָ ֵ֔ ְׁ‫י‬
vaiten-ló ajísh baióm hahú et-tzíqêlág; lajén háiêtáh tzíqêlag lêmaljéi iêhudáh,
'ád haióm hazéh.

Aquel día Aquis le dio la ciudad de Siclag. Por esto Siclag pertenece a los
reyes de Iehudá [Judá], hasta el día de hoy.
(7)
ְׁ‫ְׁמספַ ַ֣רְׁהַ י ִֵָ֔מיםְׁאֲשֶ ר־י ַ ָֹּ֥שבְׁדָ ִ ִ֖ודְׁבִ ש ַ֣דהְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁי ִ ִָ֖מים‬
ִ ֹ֙‫ַוֶָֽ֣יהִ י‬
:‫וְׁאַ רבָ עָ ֹּ֥הְׁחְׁדָ ִ ָֽשים‬
váihí mispár haiamím, asher-iasháv davíd bisdéh fêlishtím; iamím vêarba'áh
jodashím.

Y el tiempo que David habitó en la tierra de los filisteos fue de un año y


cuatro meses.
(8)
ְׁ)‫שּוריְׁוהגרזיְׁ(וְׁהַ גִ ז ִ ִ֖רי‬ֹּ֥ ִ ְׁ‫יוְׁוֶָֽ֣יִ פשְׁ ַ֛טּוְׁאֶ ל־הַ ג‬ ַ ֵָ֔‫וַיַ ֵׁ֤עַלְׁדָ וִ דֹ֙ ַ ְָֽׁו ֲאנָש‬
‫ְׁש ָּורהְׁוְׁעַד־‬
ִ֖ ֹּ֥‫םְׁבֹואֲָך‬ָֽ ‫רְׁמעֹו ֵָ֔ל‬
ָֽ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫ָהְׁישְׁ ֵׁ֤בֹותְׁהָ ִ֨ ָא ֶרץֹ֙ ְׁא‬
ָֹֽ ‫יְׁהנ‬ָ֜ ‫יְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫וְׁהָ ע ָ ֲָֽמל ִ ָ֑ק‬
:ְׁ‫ץְׁמצ ָ ָֽריִ ם‬ ִ ‫ֶ ֹּ֥א ֶר‬
vaiá'al david váanasháv, váifshêtú el-hagêshurí vhgrzy (vêhagizrí)
vêha'amáleqí; kí hénah ióshêvót haáretz ashér mé'olám, bóajá shúrah vê'ad-
éretz mitzráim .

David subía con sus hombres, y hacían incursiones contra los de Gesur, los de
Gezer y los de Amalec; pues desde antaño éstos habitaban en aquella tierra,
desde las inmediaciones de Shur hasta la tierra de Egipto.

312
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 27

(9)
ְׁ‫ִ֖הְׁאישְׁוְׁ ִא ָ ָ֑שהְׁוְׁלָקַ חְׁ֩ ִ֨צ ֹאןְּׁובָ ָ֜ ָקר‬
ַ֣ ִ ֶ‫וְׁהִ כָ ֵׁ֤הְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ת־הָ ֵ֔ ָא ֶרץְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁיְׁחַ י‬
:‫ַ ָֽוחֲמֹ ִ ֵׁ֤ריםְּׁוגמַ לִ יםֹ֙ ְּׁובג ִֵָ֔דיםְׁוַיָ ִ֖שְׁבְׁ ַו ָי ֹּ֥ב ֹאְׁאֶ ל־אָ ִ ָֽכיש‬
vêhikáh david et-haáretz, vêló iêjaiéh ísh vêisháh; vêlaqaj tzón uvaqár
vájamorím ugmalim uvgadím, vaiáshov vaiavó el-ajísh.

David atacaba la tierra y no dejaba vivo hombre ni mujer. Se llevaba las


ovejas, las vacas, los asnos, los camellos y la ropa; y después regresaba e iba a
Aquis.
(10)
‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאָ ֵ֔ ִכישְׁאַ ל־פְׁשַ ט ֶ ִ֖תםְׁהַ יָ֑ ֹוםְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִִ֗ודְׁעַל־נֶ ֵֶׁ֤֣גֶבְׁיְׁהּודָ הֹ֙ ְׁוְׁעַל־‬
:‫נֶ ֶַ֣֣גֶבְׁהַ יְׁ ַרחמְׁאלִֵ֔ יְׁוְׁאֶ ל־נֶ ִֶ֖֣גֶבְׁהַ ק ִ ָֽיני‬
vaiómer ajísh, al-pêshattém haióm; vaiómer davíd 'al-négev iêhudah vê'al-
négev haiêrajmêelí, vêel-négev haqeiní.

Cuando Aquis preguntaba: '¿Contra quién habéis hecho hoy la incursión?',


David respondía: 'Contra el Néguev de Iehudá [Judá]', o 'Contra el Néguev de
Jerameel', o 'Contra el Néguev de los queneos.'
(11)
ְׁ‫וְׁ ִִ֨אישְׁוְׁ ִאשָָ֜ הְׁ ָֽל ֹא־יְׁחַ יֶ ַ֣הְׁדָ ִִ֗ודְׁלְׁהָ ִ ֹּ֥ביאְׁגַתֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁפֶן־י ִַגֹּ֥דּוְׁעָלִ֖ינּו‬
ְׁ‫ֲשרְׁי ַ ִָ֖שבְׁבִ ש ֹּ֥דה‬ ֹּ֥ ֶ ‫הְׁמשפ ֵָ֔טֹוְׁ ִָ֨כל־הַ י ִֵָ֔מיםְׁא‬
ִ ‫ָשהְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁוְׁ ַ֣ ֹכ‬ֵׁ֤ ָ ‫רְׁכה־ע‬
ֹ ָֽ ָֹ֑‫לאמ‬
:‫פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
vêísh vêisháh ló-iêjaiéh davíd lêhaví gat lemór, pen-iagídu 'aléinu lemór; kóh-
'asáh david vêjóh mishpató, kál-haiamím, ashér iasháv bisdéh fêlishtím.

David no dejaba que llevaran a Gat con vida ni hombres ni mujeres, porque
decía: 'No sea que informen acerca de nosotros diciendo: 'Esto hizo David.''
Así fue su manera de proceder todo el tiempo que vivió en la tierra de los
filisteos.
(12)
ְׁ‫ָהְׁלי‬
ִ֖ ִ ‫ו ַ ַָֽיא ֲֹּ֥מןְׁאָ ִ ִ֖כישְׁבְׁדָ ִ ַ֣ודְׁלאמָֹ֑ רְׁהַ ב ֵׁ֤אשְׁהִ ב ִאישֹ֙ ְׁבְׁע ַַ֣מֹוְׁבְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁ ָ ֹּ֥הי‬
‫ פ‬:ְׁ‫דְׁעֹולם‬
ָֽ ָ ֶ‫לְׁעֶ ֹּ֥ב‬
vaiáamén ajísh bêdavíd lemór; havésh hivish bê'amó vêisraél, vêháiah lí
lê'éved 'olám .

Aquis creía a David y pensaba: 'Él ha llegado a hacerse odioso a su pueblo


Israel, de modo que será mi siervo para siempre.'

313
28 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 28


(1)
ְׁ‫ת־מחֲניהֶ םֹ֙ ְׁלַצָ ֵ֔ ָבאְׁלְׁהִ לָחִ֖ם‬ ָֽ ַ ֶ‫ַוֶָֽ֣יהִ יֹ֙ ְׁבַ י ִ ַָ֣מיםְׁהָ ֵ֔הםְׁוַיִ קבְׁ ִ֨צּוְׁפְׁלִ ש ִ ֵׁ֤תיםְׁא‬
ְׁ‫ַ֣אְׁבמַ ֲח ֵֶ֔נה‬
ָֽ ַ ‫יְׁא ִתיֹ֙ ְׁתצ‬ ִ ‫עְׁכ‬
ֵׁ֤ ִ ‫בְׁ יִ ש ָר ָ֑אלְׁ ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאָ כִ ישֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁיָדַֹ֣ עְַׁת ִ֗ ַד‬
:‫הְׁו ֲאנ ֶ ָָֽשיָך‬ָֽ ַ ‫אַ ָ ִ֖ת‬
váihí baiamím hahém, vaiqbêtzú fêlishtím et-májaneihem latzavá, lêhilajém
bêisraél; vaiómer ajish el-davíd, iadó'a tedá' kí ití tetzé vámajanéh, atáh
váanashéja.

Aconteció que en aquellos días los filisteos reunieron sus tropas en un ejército
para combatir contra Israel. Entonces Aquis dijo a David: –Bien sabes que
debes ir conmigo a la campaña tú con tus hombres.
(2)
ְׁ‫ֲשר־ ַיע ֶ ֲִ֖שהְׁעַ ב ֶ ָ֑דָך‬
ָֽ ֶ ‫עְׁאתְׁא‬
ֹּ֥ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ל־אָ ֵ֔ ִכישְׁלָכןֹ֙ ְׁאַ ָ ַ֣תהְׁת ֵ֔ ַד‬
‫ פ‬:‫ֹאשיְׁא ִ ֲָֽשימְָׁךִ֖ ְׁכְׁל־הַ י ִ ָָֽמים‬ַ֛ ִ ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאָ כִ ישֹ֙ ְׁאֶ ל־דָ ִֵ֔ודְׁל ִָ֗כןְׁשֹ ָ֧מרְׁלְׁר‬
vaiómer david el-ajísh, lajen atáh tedá', ét ashér-ia'aséh 'avdéja; vaiómer ajish
el-davíd, lajén shomér lêroshí asímêjá kol-haiamím.

David respondió a Aquis: –Sabrás, pues, lo que puede hacer tu servidor. Y


Aquis dijo a David: –Entonces te haré mi guarda personal para siempre.
(3)
ָֽ ָ ‫לְׁמתְׁוַיִ ספְׁדּו־לֹוֹ֙ ְׁכְׁל־יִ ש ָר ֵ֔אלְׁוַיִ קבְׁ ֹּ֥ר‬
ְׁ‫הּוְׁב ָר ָ ִ֖מהְּׁובעִ ָ֑ירֹו‬ ֵ֔ ‫מּוא‬
ַ֣ ‫ּוש‬
ָֽ ‫ירְׁהאֹ ֹּ֥בֹותְׁוְׁאֶ ת־הַ יִ דְׁעֹ ִנ‬
:‫ִ֖יםְׁמהָ ָ ָֽארְֶׁץ‬ ָֽ ָ ‫וְׁשָ ִ֗אּולְׁה ִ ַ֛ס‬
ushmuél mét, vaispêdu-ló kol-israél, vaiqbêrúhu váramáh uv'iró; vêshaúl hesír
háovót vêet-haidê'oním méhaáretz.

"Shemuel [Samuel] ya había muerto, y todo Israel había lamentado su partida.


Lo habían sepultado en su ciudad, en Ramá. Y Shaúl [Saúl] había quitado del
país a los que evocaban a los ""espíritus"" y a los adivinos."
(4)
‫וַיִ ָ ָֽקבְׁ ַ֣צּוְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁ ַויָבִֹ֖ אּוְׁו ַ ַָֽיחֲנַ֣ ּוְׁבְׁשּונָ֑םְׁוַיִ קבֵֹׁ֤ ץְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ת־כְׁל־‬
:ַ‫לְׁוֶָֽ֣ ַיחֲנִ֖ ּוְׁבַ גִ לבָֹֽ ע‬
ַ ‫יִ ש ָר ֵ֔א‬
vaiqávêtzú fêlishtím, vaiavóu vaiájanú vêshuném; vaiqbótz shaul et-kol-israél,
váiajanú bagilbó'a.

Los filisteos se reunieron, vinieron y acamparon en Sunem. Shaúl [Saúl]


reunió a todo Israel, y ellos acamparon en Gilboa.

314
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 28

(5)
:‫ת־מחֲנַ֣הְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תיםְׁוַיִ ָ ָּ֕ראְׁו ֶ ַָֽיח ַ ֱֹּ֥רדְׁלִ ִ֖בֹוְׁמְׁאָֹֽ ד‬
ָֽ ַ ֶ‫וַיַ ֶֹּ֥֣ראְׁשָ ִ֖אּולְׁא‬
vaiár shaúl et-májanéh fêlishtím; vairá vaiéjerád libó mêód.

Al ver Shaúl [Saúl] el campamento de los filisteos, se atemorizó, y su corazón


se estremeció en gran manera.
(6)
ְׁ‫אּוריםְׁגַ ֹּ֥ם‬
ִ֖ ִ ‫ֹּ֥םְׁב‬
ָֽ ָ ַ‫ֲלמֹותְׁג‬ ָֽ ַ ַ‫וַיִ ש ַ ֵׁ֤אלְׁשָ אּולְֹׁ֙ ַ ָֽביה ֵ֔ ָוהְׁוְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁעָנָ ִ֖הּוְׁיהוָ ָ֑הְׁג‬
ַ֛ ‫ָ֧םְׁבח‬
:ְׁ‫בַ נְׁבִ ִ ָֽיאם‬
vaishál shaul báAdonai, vêló 'anáhu Adonai; gám bájalomót gám báurím gám
banêviím .

Entonces Shaúl [Saúl] consultó al Eterno, pero el Eterno no le respondió ni


por sueños, ni por Urim, ni por los profetas.
(7)
ְׁ ָ‫ַת־אֹובְׁוְׁ ָֽאלְׁכָ ֹּ֥הְׁאלֶ ִ֖יה‬
ֵ֔ ‫תְׁב ֲעל‬ ָֽ ַ ֶ‫ְׁאש‬
ַ֣ ֹ֙‫ּולְׁלעֲבָ ִ֗ ָדיוְׁבַ קְׁשּו־לִ י‬ ָֽ ַ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁשָ ָ֜א‬
ְׁ‫ַת־אֹובְׁבְׁעֹּ֥ין‬ִ֖ ‫תְׁב ֲעל‬ ָֽ ַ ֶ‫ַ֛הְׁאש‬
ֹּ֥ ‫ה־בָּ֑הְׁ ַו ָֽי ֹאמְׁ ֵׁ֤רּוְׁעֲבָ דָ יוֹ֙ ְׁא ֵָ֔ליוְׁהִ נ‬
ָ ָ‫וְׁאֶ ד ְׁרש‬
:‫ָֽדֹור‬
vaiómer shaúl lá'avadáv baqêshu-lí éshet bá'alat-óv, vêélêjáh eléiha
vêedrêshah-báĥ; vaiómêrú 'avadav eláv, hinéh éshet bá'alat-óv bê'éin dór.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a sus servidores: –Buscadme una mujer que sepa
evocar a los muertos, para que yo vaya a ella y consulte por medio de ella. Sus
servidores le respondieron: –He aquí que en Endor hay una mujer que sabe
evocar a los muertos.
(8)
ְׁ ֹ֙‫ְֶךְׁהּואְּׁושנֵׁ֤יְׁ ֲאנ ִָשים‬ ִ֗ ‫וַיִ תחַ פַ֣שְׁשָ ִ֗אּולְׁוַיִ לבַ שֹ֙ ְׁבְׁג ִ ַָ֣דיםְׁאֲח ִ ֵ֔ריםְׁוַיַ֣ל‬
ְׁ ֹ֙‫רְׁקסומי־ְׁ(קסְׁ ִמי־)ְׁנָ ֹּ֥אְׁלִ י‬
ָֽ ָ ֶ‫ל־ה ִא ָ ִ֖שהְׁלָ ָ֑ילָהְׁ ַו ִ֗י ֹאמ‬
ָֽ ָ ֶ‫עִ ֵ֔מֹוְׁ ַויָבֹֹּ֥ אּוְׁא‬
:‫יְׁאתְׁאֲשֶ ר־אֹ ַ ִ֖מרְׁא ָ ָֽליִ ְך‬ ֹּ֥ ִֵ֔‫בָ ֵ֔אֹובְׁוְׁ ַ ַ֣העֲלִ יְׁל‬
vaitjapés shaúl vailbash bêgadím ajerím, vaiélej hú ushnéi anashim 'imó,
vaiavóu el-háisháh láilah; vaiómer qsvmy- (qásomi-) ná lí baóv, vêhá'ali lí, ét
asher-omár eláij.

Shaúl [Saúl] se disfrazó poniéndose otra ropa, y fue con dos hombres.
Llegaron de noche a la mujer, y él dijo: –Por favor, evócame a los muertos y
haz que suba quien yo te diga.

315
28 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(9)
ְׁ‫ֲשר‬ֹּ֥ ֶ ‫ָשהְׁשָ ֵ֔אּולְׁא‬ַ֣ ָ ‫ְׁאתְׁאֲשֶ ר־ע‬ ַ֣ ‫רְׁה ִאשָָ֜ הְׁא ִָ֗ליוְׁהִ ִ֨נהְׁאַ ָ ֵׁ֤תהְׁי ִ֨ ַָדע ָֹ֙ת‬
ָֽ ָ ֶ‫ַו ִ֨ת ֹאמ‬
ְׁ‫הְׁמתנ ַֹּ֥קש‬ ִ ‫ת־האֹ ֹּ֥בֹותְׁוְׁאֶ ת־הַ יִ דְׁעֹ ִנ‬
ִ ‫ִ֖יְׁמן־הָ ָ ָ֑א ֶרץְׁוְׁל ָ ָֹּ֥מהְׁאַ ָ ַ֛ת‬ ָֽ ָ ֶ‫הִ כ ִ ַ֛ריתְׁא‬
:‫יתנִ י‬
ָֽ ‫יְׁלה ֲִמ‬ָֽ ַ ‫בְׁנַפ ִ ִ֖ש‬
vatómer háisháh eláv hinéh atáh iadá'tá ét asher-'asáh shaúl, ashér hijrít et-
háovót vêet-haidê'oní min-haáretz; vêlamáh atáh mitnaqésh bênafshí
láhamiténi.

"Pero la mujer le respondió: –He aquí, tú sabes lo que ha hecho Shaúl [Saúl];
cómo ha quitado del país a los que evocan a los ""espíritus"" y a los adivinos.
¿Por qué, pues, pones una trampa a mi vida para causarme la muerte?"
(10)
ְׁ‫הְׁאם־יִ קְׁ ֹּ֥רְךְׁעְִָֹׁ֖וןְׁבַ דָ ָבֹּ֥ר‬ ָֽ ַ ‫וַיִ ָ ֵׁ֤ש ַ ָֽבעְׁלָּהֹ֙ ְׁשָ ֵ֔א‬
ָֽ ִ ‫ּולְׁביהוָ ִ֖הְׁלאמָֹ֑ רְׁחַ י־יה ָּ֕ ָו‬
:ְׁ‫הַ ֶזָֽה‬
vaishává' laĥ shaúl, báAdonai lemór; jai-Adonai ím-iqêréj 'avón badavár
hazéh .

Shaúl [Saúl] le juró por el Eterno, diciendo: –¡Vive el Eterno, que ningún mal
te vendrá por esto!
(11)
:‫י־לי‬
ָֽ ִ ִ‫לְׁהעֲל‬
ָֽ ַ ‫מּוא‬
ִ֖ ְׁ‫יְׁא ֲעלֶה־לָ ְָ֑ךְׁ ַו ָּ֕י ֹאמֶ רְׁאֶ ת־ש‬
ָֽ ַ ‫ת־מ‬
ִ֖ ִ ֶ‫ְׁה ִאשֵָ֔ הְׁא‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ַו ִ֨ת ֹאמֶ ר‬
vatómer háisháh, et-mí á'aleh-láj; vaiómer et-shêmuél há'ali-lí.

Entonces la mujer preguntó: –¿A quién haré que suba? Él respondió: –Haz
que suba Shemuel [Samuel].
(12)
‫ְׁ֩ה ִאשִָ֨ הְׁאֶ ל־‬
ָֽ ָ ‫מּואלְׁו ִַתזעַ ִ֖קְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁג ָָ֑דֹולְׁ ַות ֹאמֶ ר‬ֵ֔ ְׁ‫אְׁה ִאשָ הֹ֙ ְׁאֶ ת־ש‬
ָֽ ָ ‫ו ֵַׁ֤ת ֶר‬
:‫יתנִ יְׁוְׁאַ ָ ֹּ֥תהְׁשָ ָֽאּול‬ ִ֖ ָ ‫הְׁר ִמ‬
ִ ָ‫שָ ָ֧אּולְׁ׀ְׁלאמַֹ֛ רְׁלָ ֹּ֥מ‬
vatére háishah et-shêmuél, vatiz'áq bêqól gadól; vatomer háisháh el-shaúl |
lemór lámah rimitáni vêatáh shaúl.

Al ver la mujer a Shemuel [Samuel], gritó fuertemente. Y la mujer habló a


Shaúl [Saúl] diciendo: –¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Shaúl [Saúl]!
(13)
‫רְׁה ִאשָ הֹ֙ ְׁאֶ ל־‬
ָֽ ָ ֶ‫הְׁר ִ ָ֑איתְׁ ַו ֵׁ֤ת ֹאמ‬
ָ ‫יְׁמ‬
ַ֣ ָ ‫יְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫יר ִ ִ֖א‬
ְׁ ‫ל־ת‬
ָֽ ִ ַ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁלָ ֹּּ֥הְׁהַ ֶ ַ֛מלְֶךְׁא‬
:ְׁ‫יםְׁמן־הָ ָ ָֽא ֶרץ‬
ִ ‫יתיְׁעֹ ִ ֹּ֥ל‬ִ ‫יםְׁר ִ ִ֖א‬
ָ ‫ֱלה‬ ֹּ֥ ִ ‫שָ ֵ֔אּולְׁא‬
vaiómer láĥ hamélej al-tírêí kí máh raít; vatómer háishah el-shaúl, elohím raíti
'olím min-haáretz .

316
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 28

El rey le dijo: –No tengas miedo. ¿Qué has visto? La mujer respondió a Shaúl
[Saúl]: –He visto un ser divino que sube de la tierra.
(14)
ְׁ‫רְׁאישְׁזָקןֹ֙ ְׁעֹ ֵֶ֔להְׁוְׁ ֹּ֥הּואְׁעֹ ֶטִ֖הְׁמְׁ ִ ָ֑עיל‬ֵׁ֤ ִ ֶ‫ְׁמה־תָ אְׁ ֵ֔רֹוְׁ ַו ִ֗ת ֹאמ‬ ָֽ ַ ֹ֙‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁלָּה‬
‫ ס‬:‫םְׁארצָ הְׁוַיִ ש ָ ָֽתחּו‬ ִ֖ ַ ִ‫לְׁהּואְׁוַיִ קֹֹּ֥ דְׁאַ פַ ַ֛י‬
ֵ֔ ‫מּוא‬ ַ֣ ְׁ‫ְֹׁ֙כי־ש‬ ָֽ ִ ‫וַיֵֶׁ֤֣דַ עְׁשָ אּול‬
vaiómer laĥ máh-taoró, vatómer ísh zaqen 'oléh, vêhú 'otéh mê'íl; vaiéda'
shaul kí-shêmuél hú, vaiqód apáim ártzah vaishtáju.

Entonces él le preguntó: –¿Qué aspecto tiene? Ella respondió: –Sube un


hombre anciano, envuelto en un manto. Shaúl [Saúl] entendió que era
Shemuel [Samuel], e inclinando el rostro a tierra se postró.
(15)
ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁשְׁמּואלְֹׁ֙אֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁלָ ֹּ֥מָ הְׁהִ רגַז ַ ִ֖תנִ יְׁלְׁ ַ ָֽהעֲלַ֣ ֹותְׁאֹ ִ ָ֑תיְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ ר‬
ְׁ ֹ֙‫ֵׁ֤רְׁמ ָעלַי‬
ָֽ ‫יםְׁס‬
ָ ‫ָֽאלה‬ ִָׁ֞ ‫יםְׁביְׁו‬ ִִ֗ ‫ֶ֠ שָ אּולְׁצַ ר־לִִ֨ יְׁמְׁ ָ֜ ֹאדְּׁופלִ ש ִ ַ֣תיםְׁ׀ְׁנִ לחָ ִ ַ֣מ‬
ְׁ‫ֹותְׁוָֽאֶ ק ָר ֶ ַ֣אהְׁלְׁ ֵָ֔ך‬
ָ ‫ֲלמ‬ ֵ֔ ‫ַם־בח‬ַ֣ ַ ‫יאיםֹ֙ ְׁג‬ ִ ִ‫יְׁעֹודְׁגַ ֵׁ֤םְׁבְׁ ַיָֽד־הַ נְׁב‬ ִ֗ ִ‫וְׁ ָֽל ֹא־עָנָ ַ֣נ‬
‫ ס‬:ְׁ‫הְׁאע ֶ ֱָֽשה‬ ָֽ ֶ ‫יְׁמ‬
ֹּ֥ ָ ִ‫לְׁ ָֽה ִֹודיעִ֖נ‬
vaiómer shêmuel el-shaúl, lámah hirgaztáni lêhá'alót otí; vaiómer shául tzar-lí
mêód uflishtím | niljamím bí vélohím sár mé'alaí vêló-'anáni 'ód gám bêiád-
hanêviim gam-bájalomót, váeqraéh lêjá, lêhódi'éni máh é'eséh .

Entonces Shemuel [Samuel] preguntó a Shaúl [Saúl]: –¿Por qué me has


molestado haciéndome subir? Shaúl [Saúl] respondió: –Estoy muy angustiado,
pues los filisteos combaten contra mí, y Elohim se ha apartado de mí. No me
responde más, ni por medio de profetas, ni por sueños. Por esto te he llamado,
para que me declares lo que tengo que hacer.
(16)
:ְׁ‫רְׁמעָלֶ ִ֖יָךְׁוַי ִ ֹּ֥היְׁע ֶ ָָֽרָך‬
ָֽ ‫ַ֛הְׁס‬
ֹּ֥ ָ ָ‫יְׁוָֽיהו‬
ַ ִ‫הְׁתשאָ לָ֑נ‬
ִ ָ‫מּואלְׁוְׁלָ ִ֖מ‬
ֵ֔ ְׁ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁש‬
vaiómer shêmuél, vêlámah tishaléni; váAdonai sár mé'aléja vaihí 'aréja .

Entonces Shemuel [Samuel] dijo: –¿Para qué me preguntas a mí, puesto que el
Eterno se ha apartado de ti y se ha vuelto tu adversario?
(17)
ִ ֹ֙‫רְׁד ֶבַ֣רְׁבְׁי ִ ָָ֑דיְׁוַיִ ק ַ ִ֨רעְׁיהוָ ֵׁ֤הְׁאֶ ת־הַ מַ מ ָלכָה‬
ְׁ‫ְׁמי ֵ֔ ֶָדָך‬ ִ ‫ֲש‬ִ֖ ֶ ‫ֹוְׁכא‬
ָֽ ַ ‫וַיַ ֵׁ֤עַשְׁיהוָהֹ֙ ְֵׁ֔ל‬
:ְׁ‫ַוֶָֽ֣יִ תְׁנָ ִּ֖הְׁלְׁ ָֽרעֲָךֹּ֥ ְׁלְׁדָ ִ ָֽוד‬
vaiá'as Adonai ló, káashér dibér bêiadí; vaiqrá' Adonai et-hamamlajah
miadéja, váitênáĥ lêré'ajá lêdavíd .

El Eterno ha hecho lo que dijo por medio de mí, pues el Eterno ha quitado el
reino de tu mano y lo ha dado a tu prójimo, a David;

317
28 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(18)
‫ֹוְׁבעֲמָ לָ֑קְׁעַל־‬
ָֽ ַ ‫ֲשרְׁ ָֽל ֹא־שָ ִ֨ ַמע ָֹ֙תְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁיה ֵ֔ ָוהְׁוְׁ ָֽל ֹא־ע ִ ָֹּ֥שיתָ ְׁחֲרֹון־אַ ִ֖פ‬ֵׁ֤ ֶ ‫ַ ָֽכא‬
:ְׁ‫כןֹ֙ ְׁהַ דָ ָבַ֣רְׁהַ ֵֶ֔זהְׁ ָע ָ ָֽשה־לְָׁךֹּ֥ ְׁיהוָ ִ֖הְׁהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
káashér ló-shamá'tá bêqól Adonai, vêló-'asíta jaron-apó bá'amaléq; 'al-ken
hadavár hazéh, 'asáh-lêjá Adonai haióm hazéh .

porque no obedeciste la voz del Eterno ni ejecutaste el ardor de su ira contra


Amalec. Por eso el Eterno te ha hecho esto hoy.
(19)
ְׁ‫ןְׁיהוָהְׁגַ ַ֣םְׁאֶ ת־יִ ש ָר ֵׁ֤אלְׁעִ מְָׁךֹ֙ ְׁבְׁיַד־פְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְּׁומָ ָּ֕ ָחרְׁאַ ָ ֹּ֥תהְּׁובָ נֶ ִ֖יָך‬
ֶ֠ ‫וְׁיִ ַ֣ת‬
:ְׁ‫ת־מחֲנַ֣הְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁיִ ֹּ֥תןְׁיהוָ ִ֖הְׁבְׁיַד־פְׁלִ ש ִ ָֽתים‬ ָֽ ַ ֶ‫עִ ִ ָ֑מיְׁ ִַ֚גםְׁא‬
vêitén Adonai gám et-israél 'imêjá bêiad-pêlishtím, umajár atáh uvanéja 'imí;
gám et-májanéh israél, itén Adonai bêiad-pêlishtím .

Además, el Eterno entregará a Israel y también a ti en mano de los filisteos.


Mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos. El Eterno entregará también el
ejército de Israel en mano de los filisteos.
(20)
ְׁ‫מּואל‬
ָ֑ ‫יְׁש‬
ְׁ ‫דְׁמ ִדב ַ֣ר‬ ִ ִֹ֖‫ְׁארצָ הְׁוַיִ ָ ֹּ֥ראְׁמְׁא‬ ָֽ ‫וַימַ הַ֣רְׁשָ ִ֗אּולְׁוַיִ ֵׁ֤ ֹפלְׁמְׁל‬
ַ ֵ֔ ֹ֙‫ֹא־קֹומָ תֹו‬
:‫ֹוְׁכיְׁ ְֵׁׁ֤ל ֹאְׁאָ ַכלְֹׁ֙ ֵֶ֔לחֶ םְׁכְׁל־הַ יִ֖ ֹוםְׁוְׁכְׁל־הַ ָ ָֽליְׁלָה‬
ַ֣ ִ ‫ָהְׁב‬
ֵ֔ ‫ֹא־הי‬
ַ֣ ָ ‫ַם־כ ַֹ֙חְׁל‬
ֹ ִ֨ ‫ג‬
vaimahér shaúl vaipól mêlo-qómató ártzah, vairá mêód midivréi shêmuél;
gam-kóáj lo-háiah vó, kí ló ajal léjem, kol-haióm vêjol-haláiêlah.

Entonces Shaúl [Saúl] cayó en tierra, tan largo como era, y tuvo gran temor
por las palabras de Shemuel [Samuel]. No le quedaban fuerzas, pues no había
comido nada en todo el día ni en toda la noche.
(21)
ְׁ‫אְׁכי־נִ ב ַהַ֣לְׁמְׁאָֹ֑ דְׁ ַו ַ֣ת ֹאמֶ רְׁא ִָ֗ליוְׁהִ ִ֨נה‬
ָֽ ִ ‫ֹואְׁה ִאשָ הֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁו ִַ֖ת ֶר‬ ָֽ ָ ‫וַתָ ֵׁ֤ב‬
ְׁ‫יְׁוָֽאֶ שמַ עֹ֙ ְׁאֶ ת־דְׁבָ ֶ ֵ֔ריָך‬
ָ ‫ָךְׁוָֽאָ ִ ֵׁ֤שיםְׁנַפ ִשיֹ֙ ְׁבְׁכ ֵ֔ ִַפ‬
ָ ‫ֵׁ֤הְׁשפ ָ ָֽחתְָׁךֹ֙ ְׁבְׁקֹו ֵֶ֔ל‬
ִ ָ‫ָ ָֽשמְׁע‬
:‫רְׁד ַבִ֖רתָ ְׁא ָ ָֽלי‬
ִ ‫ֲש‬ ֹּ֥ ֶ ‫א‬
vatavó háishah el-shaúl, vatére kí-nivhál mêód; vatómer eláv hinéh shámê'áh
shifjátêjá bêqoléja, váasím nafshí bêjapí, váeshma' et-dêvaréja, ashér dibárta
elái.

Luego la mujer vino a Shaúl [Saúl]; y al verle tan aterrorizado, le dijo: –He
aquí que tu sierva ha obedecido tu voz. He arriesgado mi vida y he escuchado
las palabras que me has hablado.

318
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 28

(22)
ְׁ‫וְׁע ִ֗ ַָתהְׁשְׁ ַ ָֽמע־נָ ֵׁ֤אְׁגַם־אַ תָ הֹ֙ ְׁבְׁ ַ֣קֹולְׁ ִשפחָ ֵ֔ ֶתָךְׁוְׁאָ ִ ָ֧שמָ הְׁלְׁפָנֶ ַ֛יָךְׁפַת־לֶ ִ֖חֶ ם‬
:‫ְׁכיְׁתלְִ֖ךְׁבַ ָ ָֽד ֶרְך‬ֹּ֥ ִ ַ‫ְׁכח‬
ֹ ֵ֔ ֹ֙‫יהיְׁבְָׁך‬
ֵׁ֤ ִ ִ‫ֶ ָֽואֱכָ֑ ֹולְׁו‬
vê'atáh shêmá'-ná gam-atah bêqól shifjatéja, vêasímah lêfanéja pat-léjem
véejól; vihí vêjá kóaj, kí teléj badárej.

Ahora pues, te ruego que tú también escuches la voz de tu sierva: Permíteme


poner delante de ti un pedazo de pan, a fin de que comas y recuperes fuerzas
para seguir tu camino.
(23)
ְׁ‫ַם־ה ִַ֣אשֵָ֔ הְׁוַיִ ש ַ ִ֖מע‬ ֵׁ֤ ְׁ‫וַימָ ִ֗אןְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רֹ֙ ְׁ ַ֣ל ֹאְׁאֹ ֵַ֔כלְׁוַיִ פר‬
ָ ‫צּו־בֹוְׁעֲבָ דָ יוֹ֙ ְׁוְׁג‬
:‫ְׁמהָ ֵ֔ ָא ֶרץְׁוַיִ֖שֶ בְׁאֶ ל־הַ ִמ ָ ָֽטה‬ָֽ ֹ֙‫לְׁקֹ לָ ָ֑םְׁ ַו ִָ֨יקָ ם‬
vaimaén vaiómer ló ojál, vaifrêtzu-vó 'avadav vêgam-háisháh, vaishmá'
lêqolám; vaiáqam méhaáretz, vaiéshev el-hamitáh.

Él rehusó diciendo: –No comeré. Pero sus servidores, junto con la mujer, le
insistieron; y él les escuchó. Luego se levantó del suelo y se sentó sobre la
cama.
(24)
ְׁ‫ח־קמַ חְׁו ֵ֔ ַָתלָש‬
ַ֣ ֶ ַ‫הְׁעגֶל־מַ רבקֹ֙ ְׁבַ ֵ֔ ַביִ תְׁוַתְׁמַ הִ֖רְׁו ִַתזבָ חָ֑הּוְׁו ִַתק‬
ָֽ ‫וְׁ ָ ָֽל ִא ָ ֵׁ֤ש‬
:‫וַתֹ פִ֖הּוְׁמַ ָֽצֹות‬
vêláisháh 'égel-marbeq babáit, vatêmahér vatizbajéhu; vatiqaj-qémaj vatálash,
vatoféhu matzót.

La mujer tenía en la casa un ternero engordado, y se apresuró a matarlo.


Luego tomó harina, la amasó y coció con ella panes sin levadura.
(25)
ְׁ‫וַתַ גָ֧שְׁלִ פנָֽי־שָ ַ֛אּולְׁוְׁלִ פנֹּ֥יְׁעֲבָ ָ ִ֖דיוְׁ ַוי ֹאכָ֑לּוְׁ ַוי ָֹּ֥קמּוְׁוַיָֽלְׁכִ֖ ּוְׁבַ לַ ֹּ֥ילָה‬
‫ פ‬:‫הַ ָֽהּוא‬
vatagésh lifnéi-shaúl vêlifnéi 'avadáv vaiojélu; vaiaqúmu vaiélêjú baláilah
hahú.

Los puso delante de Shaúl [Saúl] y de sus servidores. Después que comieron,
se levantaron y partieron aquella misma noche.

319
29 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 29


(1)
ְׁ‫יהִ֖םְׁאֲפָ֑קָ הְׁוְׁיִ ש ָר ַ֣אלְׁחֹ ֵ֔ ִניםְׁבַ עַ ִ֖יִ ן‬ ָֽ ַ ְׁ‫וַיִ קבְׁ ָ֧צּוְׁפְׁלִ ש ִ ַ֛תיםְׁאֶ ת־כ‬
ֶ ‫ל־מחֲנ‬
:‫ֲשרְׁבְׁיִ ז ְׁר ֶ ָֽעאל‬ֹּ֥ ֶ ‫א‬
vaiqbêtzú fêlishtím et-kol-májaneihém aféqah; vêisraél joním, ba'áin ashér
bêizrê'él.

Los filisteos reunieron todas sus tropas en Afec, e Israel acampó junto al
manantial que está en Jezreel.
(2)
ְׁ‫יוְׁעב ִ ַ֛רים‬
ֹ ֹּ֥ ִָ֗‫דְׁו ֲאנָש‬
ָֽ ַ ‫ְׁעבְׁ ִ ֵ֔ריםְׁלְׁמ ִ֖אֹותְׁוְׁ ַ ָֽל ֲאל ִ ָָ֑פיםְׁוְׁדָ ִ ַ֣ו‬
ֹ ָֽ ֹ֙‫וְׁסַ רנֵׁ֤יְׁפְׁלִ ש ִתים‬
:‫בָ ַ ָֽאחֲרֹ נָ ִ֖הְׁעִ ם־אָ ִ ָֽכיש‬
vêsarnéi fêlishtim 'óvêrím, lêmeót vêláalafím; vêdavíd váanasháv 'óvrím
baájaronáh 'im-ajísh.

Cuando los gobernantes de los filisteos pasaron revista a sus batallones de


cien y de mil hombres, se halló que David y sus hombres iban en la
retaguardia, con Aquis.
(3)
ְׁ‫הְׁהעִ ב ִ ַ֣ריםְׁהָ ָ֑אלֶהְׁ ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאָ ָ֜ ִכישְׁאֶ ל־שָ ַ֣רי‬ ָֽ ָ ‫יםְׁמ‬
ִ֖ ָ ‫ַו ָֽי ֹאמְׁרּוֹ֙ ְׁשָ ַ֣ריְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִת‬
ְׁ‫ּולְׁמלְֶך־יִ ש ָר ִ֗אלְׁאֲשִֶ֨ רְׁהָ יָ ֵׁ֤ה‬
ָֽ ֶ ‫פְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁהֲלָֽ ֹוא־ ִֶ֨זהְׁדָ ִָ֜ודְׁעֶ ַ֣בֶ דְׁ׀ְׁשָ ַ֣א‬
ְׁ‫הְׁמיֹּ֥ ֹוםְׁנְׁפלִ֖ ֹו‬
ִ ָ‫ֵׁ֤אתיְׁבֹוֹ֙ ְׁמְׁ ֵ֔אּומ‬
ִ ‫ִא ִתיֹ֙ ְׁזֶ ֵׁ֤הְׁי ִָמיםֹ֙ ְׁאֹו־זֶ ַ֣הְׁשָ ֵ֔ ִניםְׁוְׁ ָֽל ֹא־מָ ָצ‬
‫ פ‬:‫עַד־הַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
vaiómêrú saréi fêlishtím, máh há'ivrím haéleh; vaiómer ajísh el-saréi fêlishtím
haló-zéh davíd 'éved | shaúl mélej-israél ashér haiáh ití zéh iamim o-zéh
shaním, vêló-matzáti vó mêúmah, mióm nofló 'ad-haióm hazéh.

Entonces los jefes de los filisteos preguntaron: –¿Qué hacen aquí estos
hebreos? Aquis respondió a los jefes de los filisteos: –¿No es éste David,
siervo de Shaúl [Saúl] rey de Israel, que ha estado conmigo por días y por
años, y en quien no he hallado nada malo desde el día en que se pasó a mí,
hasta el día de hoy?
(4)
‫וַיִ קצְׁ ִ֨פּוְׁ ָע ָָ֜ליוְׁשָ ַ֣ריְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁ ַו ַ֣י ֹאמרּוְׁלֹוְׁ֩שָ ִ֨ריְׁפְׁלִ ש ָ֜ ִתיםְׁהָ ַ֣שבְׁאֶ ת־‬
ְׁ ֹ֙‫ֲשרְׁהִ פקַ ד ַ֣תֹוְׁשֵָ֔ םְׁוְׁ ָֽל ֹא־י ֵׁ֤רדְׁעִ ִ֨ ָמנּו‬
ַ֣ ֶ ‫הָ ִִ֗אישְׁוְׁיָשֹ בֹ֙ ְׁאֶ ל־מְׁקֹומֹוֹ֙ ְׁא‬
‫ֹא־יהיֶה־לָ ֹּ֥נּוְׁלְׁשָ ָ ִ֖טןְׁבַ ִמלחָ ָ ָ֑מהְּׁובַ ִ֗ ֶמהְׁיִ ת ַר ֶצֹּ֥הְׁזֶהֹ֙ ְׁאֶ ל־‬
ָֽ ִ ‫בַ ִמלחָ ֵ֔ ָמהְׁוְׁל‬
:ְׁ‫יְׁה ֲאנ ִ ָֹּ֥שיםְׁהָ ָֽהם‬
ָֽ ָ ‫אש‬
ִ֖ ְָׁ‫אֲדֹ ֵָ֔ניוְׁה ֲָּ֕לֹואְׁבְׁר‬
320
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 29

vaiqtzêfú 'aláv saréi fêlishtím vaiómru ló saréi fêlishtím hashév et-haísh


vêiashov el-mêqomó ashér hifqadtó shám, vêló-ieréd 'imánú bamiljamáh,
vêlo-íhieh-lánu lêsatán bamiljamáh; uvaméh itratzéh zeh el-adonáv, haló
bêrashéi háanashím hahém .

Pero los jefes de los filisteos se enojaron contra él y le dijeron: –Haz volver a
ese hombre. Que se vuelva al lugar que le señalaste y que no venga con
nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se vuelva nuestro enemigo.
Porque, ¿con qué cosa ganaría mejor el favor de su señor que con las cabezas
de estos hombres?
(5)
ְׁ‫ְֹׁ֙ב ֲא ָל ֵָ֔פיו‬
ָֽ ַ ‫רְׁיעֲנּו־לַ֛ ֹוְׁבַ מְׁחֹ לִ֖ ֹותְׁלאמָֹ֑ רְׁהִ כָ ֵׁ֤הְׁשָ אּול‬
ָֽ ַ ‫הֲלֹוא־זֶ ַ֣הְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ֲא ֶ ָ֧ש‬
‫ ס‬:‫וְׁדָ ִ ִ֖ודְׁבְׁ ִרבְׁבֹ ָ ָֽתו‬
halo-zéh davíd, ashér iá'anu-ló bamêjolót lemór; hikáh shaul báalafáv, vêdavíd
bêrivêvotáv.

¿No es éste David, de quien cantaban con danzas diciendo: 'Shaúl [Saúl]
derrotó a sus miles, y David a sus diez miles'?
(6)
ֶ֠ ֶ‫וַיִ ק ָ ִ֨ראְׁאָ ָ֜ ִכישְׁאֶ ל־דָ ִִ֗ודְׁ ַו ַ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫רְׁאלְׁיוְׁחַ י־יה ָׁ֞ ָוהְׁ ִ ָֽכי־י ָ ַָ֣שרְׁאַ ִ֗ ָתהְׁוְׁ ַ֣טֹוב‬
ְׁ‫הְׁמיַ֛ ֹום‬
ִ ‫ֵׁ֤אתיְׁבְָׁךֹ֙ ְָׁר ֵָ֔ע‬
ָֽ ִ ‫יְׁל ֹא־מָ ָצ‬ָֽ ִֶ֠‫ְׁבמַ ֲח ֵֶ֔נהְׁכ‬
ָֽ ַ ֹ֙‫ְׁא ִתי‬
ִ ֵׁ֤‫ַיְׁצאתְׁ ִָ֨ךְּׁובָֹֽ אֲָך‬
ָֽ ‫ֶ֠ ְׁבעינ‬
:ְׁ‫ֹובְׁאתָ ה‬
ָֽ ָ ‫ֹא־ט‬ ֹּ֥ ‫בָֹֽ אֲָךֹּ֥ ְׁאלַ ִ֖יְׁעַד־הַ יַ֣ ֹוםְׁהַ זֶ ָ֑הְּׁובעינֹּ֥יְׁהַ סְׁ ָר ִנִ֖יםְׁל‬
vaiqrá ajísh el-davíd vaiómer éloiv jai-Adonai kí-iashár atáh vêtóv bê'einai
tzétêjá uvóajá ití bámajanéh, kí ló-matzátí vêjá ra'áh, mióm bóajá elái 'ad-
haióm hazéh; uv'einéi hasêraním lo-tóv átah .

Entonces Aquis llamó a David y le dijo: –¡Vive el Eterno, que tú has sido
recto! Me ha parecido bien tu salir y tu entrar en el ejército conmigo, pues
ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí, hasta el día
de hoy. Pero a los ojos de los gobernantes tú no eres grato.
(7)
‫ ס‬:‫הְׁרעְׁבְׁעינִ֖יְׁסַ רנֹּ֥יְׁפְׁלִ ש ִ ָֽתים‬
ֵ֔ ָ ‫הְׁשּובְׁוְׁלְַ֣ךְׁבְׁשָ לָ֑ ֹוםְׁוְׁ ָֽל ֹא־תַ ע ֶ ֲַ֣ש‬
ִ֖ ‫וְׁע ָ ַֹּ֥ת‬
vê'atáh shúv vêléj bêshalóm; vêló-ta'aséh rá', bê'einéi sarnéi fêlishtím.

Ahora pues, vuelve y vete en paz, para no desagradar a los gobernantes de los
filisteos.
(8)
ְׁ ֹ֙‫ְׁמיֹום‬ ִ ‫יתיֹ֙ ְּׁומַ ה־מָ ָצַ֣אתָ ְׁבְׁעַבדְׁ ֵָ֔ך‬ ִ ‫יְׁמהְׁע ִ֨ ִָש‬
ֵׁ֤ ֶ ‫ישְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָ ִָ֜ודְׁאֶ ל־אָ ִ֗ ִכ‬
ְׁ‫ָ֑הְׁכיְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁאָ בֹואֹ֙ ְׁוְׁנִ ל ֵ֔ ַחמ ִתיְׁבְׁאָֹֽ יְׁבִ֖י‬
ַ֣ ִ ֶ‫ַ֣יתיְׁלְׁ ָפ ֵֶ֔ניָךְׁעַ ִ֖דְׁהַ יַ֣ ֹוםְׁהַ ז‬
ִ ‫ֲשרְׁהָ ִי‬ ַ֣ ֶ ‫א‬
:‫אֲדֹ ִנֹּ֥יְׁהַ ֶ ָֽמלְֶך‬
321
29, 30 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer davíd el-ajísh kí méh 'asítí umah-matzáta vê'avdêjá, miom ashér haíti
lêfanéja, 'ád haióm hazéh; kí ló avo vêniljámti, bêóiêvéi adoní hamélej.

David preguntó a Aquis: –Pero, ¿qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo,
desde el día que vine a estar contigo hasta el día de hoy, para que yo no vaya y
luche contra los enemigos de mi señor el rey?
(9)
ְׁ‫יְׁטֹובְׁאַ ָ ַ֛תהְׁבְׁעינַ ִ֖יְׁכְׁמַ ל ַ ַ֣אְך‬
ֹּ֥ ‫יְׁכ‬
ַ֣ ִ ‫וַיַ ַ֣עַןְׁאָ כִ יש֮ ְׁ ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁאֶ ל־דָ וִ דְׁ֒י ָּ֕ ַָדע ִת‬
:ְׁ‫ְׁאמְׁ ֵ֔רּוְׁ ָֽל ֹא־ ַיעֲלֶ ֹּ֥הְׁעִ ָ ִ֖מנּוְׁבַ ִמלחָ ָ ָֽמה‬
ָֽ ָ ֹ֙‫יםְׁאְךְׁשָ ֵׁ֤ריְׁפְׁלִ ש ִתים‬
ַ֣ ַ ‫ֱלה‬ ָ֑ ִ ‫א‬
vaiá'an ajish vaiómer el-david iadá'ti kí tóv atáh bê'einái kêmaláj elohím; áj
saréi fêlishtim ámêrú, ló-ia'aléh 'imánu bamiljamáh .

Aquis respondió y dijo a David: –Yo sé que tú eres grato a mis ojos, como un
enviado de Elohim. Pero los jefes de los filisteos han dicho: 'Que él no vaya a
la batalla con nosotros.'
(10)
ְׁ‫ר־בַ֣אּוְׁ ִא ָ ָ֑תְךְׁוְׁהִ שכַמ ֶ ַ֣תם‬
ָ ֶ‫וְׁעַתָ הֹ֙ ְׁהַ שכַ֣םְׁבַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוְׁעַב ֹּ֥דיְׁאֲדֹ נֶ ִ֖יָךְׁאֲש‬
:‫בַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁוְׁ ֹּ֥אֹורְׁלָכֶ ִ֖םְׁו ָָֽלכּו‬
vê'atah hashkém babóqer, vê'avdéi adonéja asher-báu itáj; vêhishkamtém
babóqer, vêór lajém valéju.

Levántate, pues, muy de mañana, tú y los siervos de tu señor que han venido
contigo. Y levantándoos muy de mañana, partid al amanecer.
(11)
ְׁ‫ל־א ֶרץְׁפְׁלִ ש ִ ָ֑תים‬
ַ֣ ֶ ֶ‫ּואְׁו ֲאנָשָ יוֹ֙ ְׁלָלֶ ַ֣ כֶתְׁבַ ֵ֔ ֹבקֶ רְׁל ִָ֖שּובְׁא‬
ָֽ ַ ‫דְׁה‬ֵׁ֤ ‫ַויַש ִ֨כםְׁדָ ִָ֜ו‬
‫ ס‬:‫ּופלִ ש ִ ִ֖תיםְׁעָלֹּ֥ ּוְׁיִ זרְׁ ֶ ָֽעאל‬
vaiashkém davíd hú váanashav laléjet babóqer, lashúv el-éretz pêlishtím;
uflishtím 'alú izrê'él.

Entonces David y sus hombres se levantaron muy de mañana para irse y


regresar a la tierra de los filisteos, y los filisteos subieron a Jezreel.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 30


(1)
‫יְׁפשְׁ ִ֗טּוְׁאֶ ל־‬
ָֽ ָ ‫ישיְׁ ַוע ָ ֲָֽמל ִ ַ֣ק‬
ָ֑ ִ ִ‫ָשיוְׁ ִ ָֽצקְׁלַ ִ֖גְׁבַ יַ֣ ֹוםְׁהַ שְׁל‬
ַ֛ ָ ‫דְׁו ֲאנ‬
ָֽ ַ ‫וַי ִָׁ֞היְׁבְׁ ִ֨ב ֹאְׁדָ ִ ָ֧ו‬
:‫ת־צק ֵַ֔לגְׁוַיִ שרְׁ ֹּ֥פּוְׁאֹ ָ ִ֖תּהְׁבָ ָֽאש‬ ַ֣ ִ ֶ‫ל־צק ֵַ֔לגְׁ ַויַכּוֹ֙ ְׁא‬ ַ֣ ִ ֶ‫ִֶ֨נגֶבֹ֙ ְׁוְׁא‬

322
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 30

vaihí bêvó davíd váanasháv tzíqêlág baióm hashêlishí; va'amáleqí fáshêtú el-
négev vêel-tzíqlág, vaiakú et-tzíqlág, vaisrêfú otáĥ baésh.

Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los amalequitas
habían hecho una incursión en el Néguev y en Siclag. Habían atacado Siclag y
la habían incendiado.
(2)
ְׁ‫יתּוְׁאיש‬ ִ ֹ֙‫וַיִ ש ִ֨בּוְׁאֶ ת־הַ נ ִ ֵָׁ֤שיםְׁאֲשֶ ר־בָ ּה‬
ָ֑ ִ ‫ְׁמקָ טַֹ֣ ןְׁוְׁעַד־גָדֵ֔ ֹולְׁ ֹּ֥ל ֹאְׁה ִ ִ֖מ‬
:‫ו ִ ַָֽינְׁהֲגֵ֔ ּוְׁוַיָֽלְׁכִ֖ ּוְׁלְׁדַ ר ָ ָֽכם‬
vaishbú et-hanashím asher-baĥ miqatón vê'ad-gadól, ló hemítu ísh; vaínêhagú,
vaiélêjú lêdarkám.

También se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban en
ella, desde el menor hasta el mayor. Pero no mataron a nadie, sino que los
tomaron cautivos y siguieron su camino.
(3)
ְׁ‫יהֹּ֥ם‬
ֶ ‫יהַ֛םְּׁובנ‬
ֶ ‫דְׁו ֲאנָשָ יוֹ֙ ְׁאֶ ל־הָ ֵ֔ ִעירְׁוְׁהִ נֹּ֥הְׁשְׁרּופָ ִ֖הְׁבָ ָ֑אשְּׁונש‬
ָֽ ַ ‫ַו ָי ִ֨ב ֹאְׁדָ ִ ֵׁ֤ו‬
:‫יהִ֖םְׁנִ ש ָֽבּו‬ ֶ ‫ּוב ָֽ ֹנת‬
vaiavó davíd váanashav el-ha'ír, vêhinéh sêrufáh baésh; unsheihém uvneihém
uvnóteihém nishbú.

David y sus hombres llegaron a la ciudad, y he aquí que estaba incendiada y


que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos.
(4)
ָ֧ ֶ ‫ר־א ַ֛תֹוְׁאֶ ת־קֹולָ ִ֖םְׁוַיִ בכָ֑ ּוְׁעַ ַ֣דְׁא‬
ְׁ‫ֲשרְׁאין־בָ ֶהַ֛ם‬ ִ ֶ‫וַיִ שִָ֨ אְׁדָ ִָ֜ודְׁוְׁהָ עָ ָ֧םְׁאֲש‬
:‫ִ֖ ֹכחַ ְׁלִ בכָֽ ֹות‬
vaisá davíd vêha'ám asher-itó et-qolám vaivkú; 'ád ashér ein-bahém kóaj
livkót.

Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron hasta
que les faltaron las fuerzas para llorar.
(5)
ְׁ‫לְׁאשֶ תְׁנ ָָבֹּ֥ל‬ ָֽ ַ ִֵ֔‫ּוש ֹּ֥תיְׁנְׁ ָֽשי־דָ ִ ִ֖ודְׁנִ ש ָ֑בּוְׁאֲחִ י ִֹ֨נעַםֹ֙ ְׁהַ יִ זרְׁעל‬
ִ֖ ִ‫יתְׁואֲבִ י ָּ֕ ַגי‬
:‫ַ ָֽהכַרמְׁ ִ ָֽלי‬
ushtéi nêshéi-davíd nishbú; ajinó'am haizrê'elít, váavigáil éshet navál
hákarmêlí.

También habían sido tomadas cautivas las dos mujeres de David, Ajinoam, de
Jezreel, y Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel.

323
30 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(6)
ְׁ‫י־מ ָרהֹ֙ ְׁנֶ ַ֣פֶשְׁכְׁל־הָ ֵָ֔עם‬
ָ ִ֨ ‫ֹוְׁכ‬
ָֽ ִ ‫דְׁכי־אְׁמְׁ ֵׁ֤רּוְׁהָ עָםֹ֙ ְׁלְׁסְׁק ֵ֔ל‬
ָֽ ִ ‫ו ִַ֨תצֶ רְׁלְׁדָ ִָ֜ודְׁמְׁ ִ֗ ֹא‬
‫ס‬:ְׁ‫ֱלהיו‬ ָֽ ַ ‫ִ ִ֖אישְׁעַל־בָ נָ ַ֣וְׁוְׁעַל־בְׁנֹ ָ ָ֑תיוְׁוַיִ תחַ זַ֣קְׁדָ ִֵ֔ו‬
ָֽ ָ ‫דְׁביהוָ ִ֖הְׁא‬
vatétzer lêdavíd mêód kí-omêrú ha'am lêsoqló, kí-márah néfesh kol-ha'ám, ísh
'al-banáv vê'al-bênotáv; vaitjazéq davíd, báAdonai eloháv .

David estaba muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo. Todo


el pueblo estaba con ánimo amargado, cada uno por causa de sus hijos y de
sus hijas. Pero David se fortaleció en el Eterno su Elohim.
(7)
ְׁ‫יְׁהא ָ֑פֹוד‬
ָֽ ָ ‫ֹּ֥אְׁל‬
ִ֖ ִ ָ‫ימלְֶךְׁהַ ִ ָֽגישָ ה־נ‬
ֶ ֵ֔ ִ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִִ֗ודְׁאֶ ל־אֶ בי ָ ֵָׁ֤תרְׁהַ כֹ הןֹ֙ ְׁבֶ ן־אֲח‬
:‫ת־הא ִ֖פֹודְׁאֶ ל־דָ ִ ָֽוד‬ ָֽ ָ ֶ‫ַויַגָ֧שְׁאֶ בי ָ ַָ֛תרְׁא‬
vaiómer davíd el-eviatár hakohen ben-ajimélej, hagíshah-ná lí háefód;
vaiagésh eviatár et-háefód el-davíd.

Entonces David dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimelec: –Tráeme, por


favor, el efod. Abiatar trajo el efod a David,
(8)
ְׁ‫ִ֖הְׁהאַ ִשגֶ ָ֑נּו‬
ָֽ ַ ֶ‫ףְׁאח ֲֹּ֥ריְׁהַ גְׁדּוד־הַ ז‬ ָֽ ַ ‫וַיִ ש ִ֨ ַאלְׁדָ ִ ֵׁ֤ו‬
ָֽ ַ ַֹ֛‫דְׁביהוָהֹ֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁאֶ רד‬
:ְׁ‫ףְׁכי־הַ ֹּ֥שגְׁתַ ִ ִ֖שיגְׁוְׁהַ צֹּ֥לְׁתַ ִ ָֽציל‬
ָֽ ִ ‫ְׁר ֵ֔ ֹד‬
ְׁ ֹ֙‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו‬
vaishál davíd báAdonai lemór, erdóf ájaréi hagêdud-hazéh háasigénu; vaiómer
ló rêdóf, kí-haség tasíg vêhatzél tatzíl .

y David consultó al Eterno diciendo: –¿He de perseguir a esa banda? ¿La


podré alcanzar? Y el Eterno le respondió: –Persíguela, porque de cierto la
alcanzarás y librarás a los cautivos.
(9)
ְׁ‫רְׁא ֵ֔תֹוְׁ ַויָבִֹ֖ אּוְׁעַד־נַ ַ֣חַ ל‬
ִ ‫ֲש‬ ַ֣ ֶ ‫ֹותְׁאישֹ֙ ְׁא‬
ִ ‫דְׁהּואְׁוְׁשש־מ ֹּ֥א‬ ִ֚ ‫וַיַ֣לְֶךְׁדָ ִִ֗ו‬
:‫הַ בְׁ ָ֑שֹורְׁוְׁהַ נָֽ ֹותָ ִ ִ֖ריםְׁע ָ ָָֽמדּו‬
vaiélej davíd hú vêshesh-meót ish ashér itó, vaiavóu 'ad-nájal habêsór;
vêhanótarím 'amádu.

Entonces David partió con los 600 hombres que estaban con él, y llegaron
hasta el arroyo de Besor, donde se quedaron algunos de ellos.
(10)
ְׁ‫ֲשר‬
ַ֣ ֶ ‫םְׁאישְׁא‬
ִֵ֔ ִ‫אתי‬
ַ֣ ַ ָ‫ֹותְׁאישְׁו ַ ַָֽיעַמדּוֹ֙ ְׁמ‬
ָ֑ ִ ‫דְׁהּואְׁוְׁ אַ רבַ ע־מ ַ֣א‬ ִ֖ ‫וַיִ רדַֹ֣ ףְׁדָ ִֵ֔ו‬
:‫ּוְׁמעֲבִֹ֖ רְׁאֶ ת־נַ ֹּ֥חַ לְׁהַ בְׁ ָֽשֹור‬
ָֽ ‫פִ גְׁ ֵ֔ר‬

324
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 30

vairdóf davíd, hú vêarba'-meót ísh; vaiá'amdú matáim ísh, ashér pigêrú,


mé'avór et-nájal habêsór.

Pero David continuó persiguiendo, él con 400 hombres, porque 200 se


quedaron atrás, los cuales estaban muy agotados para pasar el arroyo de
Besor.
(11)
ְׁ ֹ֙‫יש־מצ ִריֹ֙ ְׁבַ שָ ֵ֔ ֶדהְׁוַיִ ק ֹּ֥חּוְׁאֹ ִ֖תֹוְׁאֶ ל־דָ ִ ָ֑ודְׁוַיִ תְׁנּו־לֹּ֥ ֹוְׁ ִֶ֨לחֶ ם‬
ִ ִ ‫ַוֶָֽ֣יִ מצְׁ ֵׁ֤א‬
‫ּוְׁא‬
:‫הּוְׁמיִ ם‬
ָֽ ָ ‫ַו ֵ֔י ֹאכַלְׁ ַויַש ִ֖ק‬
váimtzêú ish-mitzrí basadéh, vaiqjú otó el-davíd; vaitênu-ló léjem vaiójal,
vaiashqúhu máim.

Hallaron en el campo a un hombre egipcio y lo llevaron a David. Le dieron


pan para comer y agua para beber.
(12)
ְׁ‫בְׁרּוחֹוְׁאלָ ָ֑יוְׁכִֶ֠ י‬
ִ֖ ְׁ‫וַיִ תְׁנּו־לֹוְׁ֩ ִֶ֨פלַחְׁדְׁב ָָ֜להְּׁושנֵׁ֤יְׁצִ מקִ יםֹ֙ ְׁ ַו ֵ֔י ֹאכַלְׁו ָ ַֹּ֥תש‬
‫ ס‬:‫לשהְׁלילָֽ ֹות‬ ֹּ֥ ָ ‫לשהְׁי ִ ִָ֖מיםְּׁוש‬ ֹּ֥ ָ ְׁ‫הְׁמיִ םְׁש‬
ַ ֵ֔ ָ‫ֹא־שת‬
ַ֣ ָ ‫ֹא־אכַלְׁ ִֶ֨לחֶ םֹ֙ ְׁוְׁל‬
ֵׁ֤ ָ ‫ל‬
vaitênu-ló félaj dêveláh ushnéi tzimuqim vaiójal, vatáshov rujó eláv; kí lo-ájal
léjem vêlo-shátah máim, shêlosháh iamím ushlosháh leilót.

También le dieron un pedazo de torta de higos secos y dos tortas de pasas.


Después que comió, recobró sus fuerzas, pues no había comido pan ni había
bebido agua durante tres días y tres noches.
(13)
ְׁ‫ַרְׁמצ ִ ַ֣ריְׁאָ ִֹ֗נכִ י‬
ִ ‫ִ֖הְׁאתָ הְׁ ַו ָ֜י ֹאמֶ רְׁנַ ָ֧ע‬
ָ֑ ָ ֶ‫יְׁמז‬ ִ ‫י־אתָ הְׁוְׁ ֹּ֥א‬
ַ ֵ֔ ‫ְׁל ִמ‬ ְָֽׁ ֹ֙‫ַו ִ֨י ֹאמֶ רְׁלֵׁ֤ ֹוְׁדָ וִ ד‬
:‫לשה‬ ָֽ ָ ְׁ‫יתיְׁהַ יֹּ֥ ֹוםְׁש‬
ִ ‫ַ֛יְׁכיְׁחָ ִ ִ֖ל‬
ֹּ֥ ִ ‫ִֶ֚עבֶ דְׁלְׁ ִ ַ֣אישְׁע ָ ֲָֽמל ֵ֔ ִקיְׁו ַ ַָֽיעַזבָ֧נִ יְׁאֲדֹ ִנ‬
vaiómer ló david lêmi-átah, vêéi mizéh átah; vaiómer ná'ar mitzrí anóji 'éved
lêísh 'amáleqí, vaiá'azvéni adoní kí jalíti haióm shêlosháh.

Entonces David le preguntó: –¿De quién eres tú? ¿De dónde eres tú? Y
respondió: –Yo soy un joven egipcio, siervo de un amalequita. Mi amo me
abandonó hace tres días, porque yo estaba enfermo.
(14)
ְׁ‫יהּודהְׁוְׁעַל־נֶ ֶַ֣֣גֶבְׁכָלָ֑ב‬
ִ֖ ָ ‫רְׁל‬
ָֽ ִ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫ֲא ַ֡נחנּוְׁפָשַָ֜ טנּוְׁנֶ ֶָ֧֣גֶבְׁהַ כְׁר ִ ַ֛תיְׁוְׁעַל־א‬
:‫ת־צקְׁלַ ִ֖גְׁשָ ַ ֹּ֥רפנּוְׁבָ ָֽאש‬ ָֽ ִ ֶ‫וְׁא‬
anájnu pashátnu négev hakêretí vê'al-ashér líhudáh vê'al-négev kalév; vêet-
tzíqêlág saráfnu vaésh.

Nosotros hicimos una incursión en la región del Néguev de los quereteos, en


el de Iehudá [Judá], y en el Néguev de Caleb. También incendiamos Siclag.

325
30 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(15)
ְׁ‫ַו ֵׁ֤י ֹאמֶ רְׁאלָיוֹ֙ ְׁדָ ִֵ֔ודְׁה ֲָֽת ִֹור ִ֖דנִ יְׁאֶ ל־הַ גְׁ ַ֣דּודְׁהַ זֶ ָ֑הְׁ ַו ֡י ֹאמֶ רְׁהִ ָ ָֽשבְׁ ָעהְׁ֩לִִ֨ י‬
ְׁ‫אֹורדְָׁךִ֖ ְׁאֶ ל־הַ גְׁ ֹּ֥דּוד‬
ָֽ ִ ְׁ‫יםְׁאם־תְׁ ִמ ִ֗יתנִ יְׁוְׁ ִאם־תַ סגִ ִ֨רנִ יֹ֙ ְׁבְׁיַד־אֲדֹ ֵ֔ ִניְׁו‬ ִ ‫אלה‬ִָ֜ ‫ָֽב‬
:ְׁ‫הַ ֶזָֽה‬
vaiómer elav davíd, hatóridéni el-hagêdúd hazéh; vaiómer hishávê'ah lí
vélohím im-têmiténi vêim-tasgiréní bêiad-adoní, vêorídêjá el-hagêdúd hazéh .

David le preguntó: –¿Podrás llevarme tú a esa banda? Él respondió: –Júrame


por Elohim que no me matarás ni me entregarás en mano de mi amo, y yo te
llevaré a esa banda.
(16)
ְׁ‫ו ַַֹ֣י ִר ֵ֔דהּוְׁוְׁהִ נֹּ֥הְׁנְׁט ִ ִ֖שיםְׁעַל־פְׁנַ֣יְׁכְׁל־הָ ָ ָ֑א ֶרץְׁאָֹֽ כְׁ ִ ֵׁ֤ליםְׁוְׁשֹ ִתיםֹ֙ ְׁוְׁחַֹ֣ גְׁ ִֵ֔גים‬
:‫הּודה‬ָֽ ָ ְׁ‫ץְׁפלִ ש ִ ִ֖תיםְּׁומ ֶ ֹּ֥א ֶרץְׁי‬ ְׁ ‫רְׁלקְׁ ַ֛חּוְׁמ ֶ ֹּ֥א ֶר‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫בְׁכֹ לְֹׁ֙הַ שָ לָ ַ֣לְׁהַ גָדֵ֔ ֹולְׁא‬
vaióridéhu, vêhinéh nêtushím 'al-pênéi jol-haáretz; ójêlím vêshotim
vêjógêgím, bêjol hashalál hagadól, ashér láqêjú meéretz pêlishtím umeéretz
iêhudáh.

Entonces los llevó, y he aquí que estaban desparramados sobre la superficie de


toda la tierra, comiendo, bebiendo y haciendo fiesta por todo aquel gran botín
que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Iehudá [Judá].
(17)
ְׁ֩‫ְׁאישְׁכִ י‬
ִֵ֔ ֹ֙‫דְׁמהַ נֶ ֹּ֥שֶ ףְׁוְׁעַד־הָ עֶ ִֶ֖רבְׁלְׁ ָ ָֽמחְׁ ָר ָ ָ֑תםְׁוְׁ ָֽל ֹא־נִ מלַ ֵׁ֤טְׁמהֶ ם‬
ָֽ ‫ַויַכֹּ֥םְׁדָ ִ ַ֛ו‬
:‫ר־רכְׁ ֹּ֥בּוְׁעַל־הַ גְׁמַ ִ ִ֖ליםְׁ ַויָנָֽסּו‬ָֽ ָ ֶ‫ֹותְׁאיש־נַ ַ֛עַרְׁאֲש‬ ָֽ ִ ‫ִאם־אַ ר ִ֨ ַבעְׁמ ָ֧א‬
vaiakém davíd méhanéshef vê'ad-ha'érev lêmájoratám; vêló-nimlát mehem
ísh, kí im-arbá' meót ísh-ná'ar asher-rájêvú 'al-hagêmalím vaianúsu.

David los atacó desde antes del amanecer hasta la tarde del día siguiente.
Ninguno de ellos escapó, excepto unos 400 jóvenes que montaron en los
camellos y huyeron.
(18)
:‫ָשיוְׁהִ ִ ֹּ֥צילְׁדָ ִ ָֽוד‬
ִ֖ ָ ‫רְׁלקְׁ ִ֖חּוְׁעֲמָ לָ֑קְׁוְׁאֶ ת־שְׁ ֹּ֥תיְׁנ‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫דְׁאתְׁכְׁל־א‬
ַ֛ ‫ַויַצַ֣לְׁדָ ִֵ֔ו‬
vaiatzél davíd, ét kol-ashér láqêjú 'amaléq; vêet-shêtéi nasháv hitzíl davíd.

Así libró David todo lo que habían tomado los amalequitas. Asimismo, David
libró a sus dos mujeres.
(19)
ְׁ‫ְּׁומשָ ֵָ֔לל‬
ִ ֹ֙‫ֹולְׁועַד־בָ ִנֵׁ֤יםְּׁובָ נֹות‬
ְׁ ָ֜‫םְׁמן־הַ קָ טִֹ֨ ןְׁוְׁ ַעד־הַ גָד‬ ִ ֶ‫וְׁ ַ֣ל ֹאְׁנֶעדַ ר־ ֶ֠ ָלה‬
:‫רְׁלקְׁ ִ֖חּוְׁל ֶָהָ֑םְׁהַ ִ֖ ֹכלְׁה ִ ֹּ֥שיבְׁדָ ִ ָֽוד‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֥ ֶ ‫וְׁעַ ַ֛דְׁכְׁל־א‬

326
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 30

vêló ne'dar-láhem min-haqatón vê'ad-hagadól vê'ad-baním uvanot umishalál,


vê'ád kol-ashér láqêjú lahém; hakól heshív davíd.

No les faltó cosa alguna, ni pequeña ni grande, ni de los hijos, ni de las hijas,
ni de las cosas robadas, ni nada de cuanto habían tomado para sí. Todo lo
recuperó David.
(20)
ְׁ‫וַיִ ַ ַ֣קחְׁדָ ִֵ֔ודְׁאֶ ת־כְׁל־הַ ִ֖צ ֹאןְׁוְׁהַ בָ ָ ָ֑קרְׁ ָ ָֽנהֲגִ֗ ּוְׁלִ פניֹ֙ ְׁהַ ִמקנֶ ַ֣הְׁהַ ֵ֔הּואְׁ ַו ַ֣י ֹאמ ֵ֔רּו‬
:‫זֶ ִ֖הְׁשְׁלַ ֹּ֥לְׁדָ ִ ָֽוד‬
vaiqáj davíd, et-kol-hatzón vêhabaqár; náhagú lifneí hamiqnéh hahú, vaiómrú,
zéh shêlál davíd.

David tomó también todas las ovejas y las vacas. Y llevándolas delante del
otro ganado, decían: –¡Éste es el botín de David!
(21)
ְׁ‫ֶתְׁ׀ְׁאח ֲַ֣ריְׁדָ ִִ֗וד‬
ָֽ ַ ‫ּוְׁ׀ְׁמלֶ ַ֣ כ‬
ִ ‫ֲשר־פִ גְׁ ַ֣ר‬ ָֽ ֶ ‫םְׁה ֲאנ ָ֜ ִָשיםְׁא‬ ָֽ ָ ִ‫אתי‬
ַ ִ֨ ָ‫ַו ָי ַ֣ב ֹאְׁדָ ִִ֗ודְׁאֶ ל־מ‬
‫ו ַָֹֽי ִשיבםֹ֙ ְׁבְׁנַ ַ֣חַ לְׁהַ בְׁ ֵ֔שֹורְׁוַיָֽצְׁאּוֹ֙ ְׁלִ ק ַ ַ֣ראתְׁדָ ִֵ֔ודְׁוְׁלִ ק ַ ִ֖ראתְׁהָ עָ ַ֣םְׁאֲשֶ ר־‬
‫ ס‬:‫ִא ָ֑תֹוְׁוַיִ גְֵַׁׁ֤שְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁאֶ ת־הָ ֵָ֔עםְׁוַיִ ש ַ ֹּ֥אלְׁל ֶָהִ֖םְׁלְׁשָ לָֽ ֹום‬
vaiavó davíd el-matáim háanashím ashér-pigêrú | miléjet | ájaréi davíd
vaióshivum bênájal habêsór, vaiétzêú liqrát davíd, vêliqrát ha'ám asher-itó;
vaigásh david et-ha'ám, vaishál lahém lêshalóm.

Entonces David vino a los 200 hombres que habían quedado muy agotados
para seguirle, a los cuales habían hecho quedar en el arroyo de Besor. Ellos
salieron a recibir a David y a la gente que venía con él. Y cuando David se
acercó a aquella gente, les saludó deseándoles paz.
(22)
ְׁ‫רְׁהלְׁכַ֣ ּוְׁעִ ם־דָ וִ דְׁ֒ ַו ָֽי ֹאמְׁ ִ֗רּו‬
ָֽ ָ ‫ֲש‬ַ֣ ֶ ‫יש־רעְּׁובלִ ִַ֗יעַלְׁמ ָ ָֽה ֲאנ ִָשים֮ ְׁא‬ ַ֣ ָ ‫ל־א‬ ָֽ ִ ְׁ‫ַו ַָ֜יעַןְׁכ‬
‫נּוְׁכי־‬
ָֽ ִ ‫ֲשרְׁהִ ַצָ֑ל‬ ַ֣ ֶ ‫םְׁמהַ שָ לָ ִ֖לְׁא‬ ָֽ ‫ֲשרְׁ ָֽל ֹא־הְׁלְׁכַ֣ ּוְׁעִ ִֵ֔מיְׁ ָֽל ֹא־נִ ַ֣תןְׁל ֵ֔ ֶָה‬ ַ֣ ֶ ‫ִַ֚יעַןְׁא‬
‫ ס‬:‫ת־אשתֹוֹ֙ ְׁוְׁאֶ ת־בָ ֵָ֔ניוְׁוְׁיִ נהֲגִ֖ ּוְׁוְׁי ָֽלכּו‬ ִ ֶ‫ם־אישְׁא‬ ֵׁ֤ ִ ‫ִא‬
vaiá'an kol-ísh-rá' uvliá'al meháanashim ashér hálêjú 'im-david vaiómêrú iá'an
ashér ló-holêjú 'imí, ló-nitén lahém, méhashalál ashér hitzálnu; kí-im-ísh et-
ishtó vêet-banáv, vêinhagú vêyeléju.

Entonces intervinieron todos los malos y perversos que había entre los
hombres que habían ido con David, y dijeron: –Puesto que no fueron con
nosotros, no les daremos del botín que hemos salvado, excepto a cada uno su
mujer y sus hijos; que los tomen y que se vayan.

327
30 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(23)
ְׁ‫ָ֑יְׁאתְׁאֲשֶ ר־נ ִ֨ ַָתןְׁיהוָ ֹּ֥הְׁ ִָ֨לנּוֹ֙ ְׁוַיִ שמַֹ֣ ר‬ ֶ֠ ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁדָ ִֵ֔ודְׁ ָֽל ֹא־תַ ע ֲֹּ֥שּוְׁכִ֖ןְׁאֶ ָח‬
ָֽ ֶ ‫אֹ ֵ֔ ָתנּוְׁוַיִ ִ֗ת‬
:ְׁ‫ןְׁאת־הַ גְׁ ַ֛דּודְׁהַ ָבֹּ֥אְׁעָלִ֖ינּוְׁבְׁי ָָֽדנּו‬
vaiómer davíd, ló-ta'asú jén ejái; ét asher-natán Adonai lánú vaishmór otánu,
vaitén ét-hagêdúd habá 'aléinu bêiadénu .

Pero David respondió: –No hagáis eso, hermanos míos, con lo que nos ha
dado el Eterno, quien nos ha protegido y ha entregado en nuestra mano la
banda que vino contra nosotros.
(24)
ְׁ‫ָ֑הְׁכיְׁכְׁ ַ֣חלֶקְׁ׀ְׁהַ יֹ ַ֣רדְׁבַ ִמלחָ ִ֗ ָמהְּׁוָֽ כ ַ֛חלֶק‬
ִ ָׁ֞ ֶ‫ּומיֹ֙ ְׁיִ ש ַ ַ֣מעְׁ ָל ֵֶ֔כםְׁלַדָ ָבִ֖רְׁהַ ז‬
ִ
‫ ס‬:‫וְׁיחֲלָֽ קּו‬ ָֽ ַ ‫הַ יֹ ֹּ֥שבְׁעַל־הַ כ ִ ִ֖ליםְׁיַח ָ ֹּ֥ד‬
umí ishmá' lajém, ladavár hazéh; kí kêjéleq | haioréd bamiljamáh újjéleq
haioshév 'al-hakelím iajdáv iájalóqu.

¿Quién os escuchará en este asunto? Igual parte han de tener los que
descienden a la batalla y los que se quedan con el equipaje. ¡Que se lo
repartan por igual!
(25)
ְׁ‫יְׁמהַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּואְׁו ָ ָָ֑מעלָהְׁוַי ִש ָ֜ ֶמהָ ְׁלְׁחֵֹׁ֤ קְּׁול ִמשפָטֹ֙ ְׁלְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁעַ ִ֖ד‬
ָֽ ‫וַי ִָּ֕ה‬
‫ פ‬:‫הַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ֶזָֽה‬
vaihí méhaióm hahú vamá'lah; vaisiméha lêjóq ulmishpat lêisraél, 'ád haióm
hazéh.

Y sucedió que desde aquel día en adelante él hizo que esto fuera ley y decreto
en Israel, hasta el día de hoy.
(26)
ְׁ‫הּודהְׁלְׁרעַ֣הּוְׁלאמָֹ֑ ר‬
ִ֖ ָ ְׁ‫ָ֧חְׁמהַ שָ לָ ַ֛לְׁלְׁזִקנֹּ֥יְׁי‬
ָֽ ַ‫ל־צק ֵַ֔לגְׁוַישַ ל‬ ַ֣ ִ ֶ‫ַו ָי ֵׁ֤ב ֹאְׁדָ וִ דֹ֙ ְׁא‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוָֽה‬ ָ ‫הְׁמשְׁלַ ִ֖לְׁאָֹֽ יְׁבֹּ֥יְׁי‬
ִ ‫הִ נֵׁ֤הְׁ ָלכֶםֹ֙ ְׁ{ר}בְׁ ָר ֵָ֔כ‬
vaiavó david el-tzíqlág, vaishaláj méhashalál lêziqnéi iêhudáh lêre'éhu lemór;
hinéh lajem {r}bêrajáh, mishêlál óiêvéi Adonai .

Cuando David llegó a Siclag, envió parte del botín a sus amigos, los ancianos
de Iehudá [Judá], diciendo: 'He aquí un regalo para vosotros del botín de los
enemigos del Eterno.'
(27)
ְׁ‫ֲשרְׁ{ר}בְׁ ָר ָֽמֹות־נֶ ִֶ֖֣גֶבְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽל ְֲׁא ֶ ֹּ֥שר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ית־אלְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬
ַ֛ ‫ֲשרְׁבְׁ ָֽב‬
ָ֧ ֶ ‫ַ ָֽלא‬
‫ ס‬:‫בְׁי ִ ַָֽתר‬

328
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 30, 31

láashér bêvéit-él {s} vêláashér {r}bêramót-négev {s} vêláashér bêiatír.

Lo envió a los que estaban en Betel, a los de Ramot en el Néguev, a los de


Jatir,
(28)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ֲשרְׁבְׁ ִ ָֽשפְׁ ִ֖מֹותְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬
ֹּ֥ ֶ ‫רְׁ{ר}בעֲרֹ עַ֛רְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬
ָֽ ַ ‫ֲש‬
ָ֧ ֶ ‫וְׁ ַ ָֽלא‬
‫ ס‬:ַ‫{ר}בְׁאֶ שתְׁמָֹֽ ע‬
vêláashér {r}bá'aro'ér {s} vêláashér bêsífêmót {s} vêláashér {r}bêeshtêmó'a.

a los de Aroer, a los de Sifmot, a los de Estemoa,


(29)
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֖ ֶ ‫ֲשרְׁבְׁ ָר ִָ֗כלְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלאֲשֶ רֹ֙ ְׁ{ר}בְׁע ַָ֣ריְׁהַ יְׁ ַרחמְׁאלִֵ֔ יְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬
ַ֣ ֶ ‫וְׁ ַ ָֽלא‬
‫ ס‬:‫בְׁע ָֹּ֥ריְׁהַ ק ִ ָֽיני‬
vêláashér bêrajál {s} vêláasher {r}bê'aréi haiêrajmêelí, {s} vêláashér bê'aréi
haqeiní.

a los de Racal, a los que estaban en las ciudades de los de Jerameel, a los que
estaban en las ciudades de los queneos,
(30)
ְׁ‫ֲשר‬
ֹּ֥ ֶ ‫ָשןְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְׁבְׁבֹור־ע‬
ֹּ֥ ֶ ‫ֲשרְׁ{ר}בְׁחְׁר ָ ַ֛מהְׁ{ס}ְׁוְׁ ַ ָֽלא‬ ָ֧ ֶ ‫וְׁ ַ ָֽלא‬
‫ ס‬:‫{ר}בע ָ ֲָֽתְך‬
ָֽ ַ
vêláashér {r}bêjormáh {s} vêláashér bêvor-'ashán {s} vêláashér {r}bá'atáj.

a los de Horma, a los de Corasán, a los de Atac,


(31)
ְׁ‫ְֶך־שםְׁדָ ִ ִ֖וד‬
ֹּ֥ ָ ‫ֲשר־ְׁ{ר}הִ תהַ ל‬
ָֽ ֶ ‫ֲשרְׁבְׁחֶ ב ָ֑רֹוןְּׁוָֽ לכְׁל־הַ מְׁקֹ ַ֛מֹותְׁא‬ִ֖ ֶ ‫וְׁ ַ ָֽלא‬
‫ פ‬:‫ּואְׁו ֲאנ ָ ָָֽשיו‬
ָֽ ַ ‫ֹּ֥ה‬
vêláashér bêjevrón; úljol-hamêqomót ashér- {r}hithalej-shám davíd hú
váanasháv.

a los de Hebrón y a los de todos los lugares donde David había andado con sus
hombres.

Shemuel Alef – I de Samuel Capítulo 31


(1)
ְׁ‫ְֹׁ֙מפְׁנַ֣יְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתים‬
ִ ‫ּופלִ ש ִ ִ֖תיםְׁנִ לחָ ִ ַ֣מיםְׁבְׁיִ ש ָר ָ֑אלְׁ ַוי ָָ֜נסּוְׁאַ נ ֵׁ֤שיְׁיִ ש ָראל‬
:ַ‫וַיִ פְׁלֹּ֥ ּוְׁ ֲחל ִ ִָ֖ליםְׁבְׁ ַהֹּ֥רְׁהַ גִ לבָֹֽ ע‬
329
31 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

uflishtím niljamím bêisraél; vaianúsu anshéi israel mipênéi fêlishtím, vaipêlú


jalalím bêhár hagilbó'a.

Los filisteos combatieron contra Israel, y los hombres de Israel huyeron


delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte Gilboa.
(2)
ְׁ‫ַויַדבְׁ ַ֣קּוְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁאֶ ת־שָ ִ֖אּולְׁוְׁאֶ ת־בָ נָ ָ֑יוְׁ ַויַכַ֣ ּוְׁפְׁלִ ש ִ֗ ִתיםְׁאֶ ת־יְׁ ָֽהֹונ ָ ָָ֧תן‬
:‫ישּו ַעְׁבְׁנֹּ֥יְׁשָ ָֽאּול‬ִ֖ ִ‫וְׁאֶ ת־א ִ ֲָֽבינ ָ ַָ֛דבְׁוְׁאֶ ת־מַ לכ‬
vaiadbêqú fêlishtím, et-shaúl vêet-banáv; vaiakú fêlishtím et-iêhónatán vêet-
avínadáv vêet-malkishú'a bênéi shaúl.

Los filisteos siguieron de cerca a Shaúl [Saúl] y a sus hijos; y mataron a


Iehonatán [Jonatán], a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Shaúl [Saúl].
(3)
ִ֖ ִ ַ‫ו ִַתכ ַבֵׁ֤דְׁהַ ִמלחָ מָ הֹ֙ ְׁאֶ ל־שָ ֵ֔אּולְׁוַיִ מצָ אֹּ֥הּוְׁה‬
ְׁ‫מֹוריםְׁ ֲאנ ִ ַָ֣שיםְׁבַ ָ ָ֑קשֶ ת‬
:‫מֹורים‬ָֽ ִ ַ‫דְׁמה‬
ָֽ ִֹ֖‫וַיָ ֹּ֥חֶ לְׁמְׁא‬
vatijbád hamiljamah el-shaúl, vaimtzaúhu hamorím anashím baqáshet; vaiájel
mêód méhamorím.

La batalla arreció contra Shaúl [Saúl], y los hombres que tiran con el arco lo
encontraron; y fue herido gravemente por los arqueros.
(4)
ְׁ‫יְׁבּהְׁפֶן־ ֶָ֠יבֹואּו‬
ָ ִ֗ ִ‫ַו ַ֣י ֹאמֶ רְׁשָ אּולְׁ֩לְׁנֹ ִ֨שאְׁכ ָָ֜ליוְׁשְׁלֹּ֥ ףְׁחַ רבְָׁךַ֣ ְׁ׀ְׁוְׁדְׁק ַ֣רנ‬
ְׁ‫יוְׁכיְׁי ִָ֖רא‬
ֹּ֥ ִ ‫לּו־ביְׁוְׁ ֵׁ֤ל ֹאְׁאָ בָ הֹ֙ ְׁנֹ ַ֣שאְׁכ ֵָ֔ל‬
ִֵ֔ ְׁ‫ָ ָֽהעֲרלִִ֨ יםְׁהָ ֵׁ֤אלֶהְּׁודקָ ִ֨רנִ יֹ֙ ְׁוְׁהִ תעַל‬
: ָ‫מְׁאָֹ֑ דְׁוַיִ ַ ֵׁ֤קחְׁשָ אּולְֹׁ֙אֶ ת־הַ ֵ֔ ֶח ֶרבְׁוַיִ ִ֖ ֹפלְׁע ֶ ָָֽליה‬
vaiómer shaul lênosé jeláv shêlóf jarbêjá | vêdoqréni váĥ pen-iávou há'arelím
haéleh udqarúní vêhit'alêlu-ví, vêló avah nosé jeláv, kí iaré mêód; vaiqáj shaul
et-hajérev, vaipól 'aléiha.

Entonces Shaúl [Saúl] dijo a su escudero: 'Saca tu espada y atraviésame con


ella, no sea que vengan esos incircuncisos y me atraviesen, y hagan mofa de
mí.' Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Shaúl
[Saúl] tomó la espada y se dejó caer sobre ella.
(5)
ַ֛ ‫יְׁמתְׁשָ ָ֑אּולְׁוַיִ ֹּ֥ ֹפלְׁג‬
ְׁ‫ַם־הּואְׁעַל־חַ ר ִ֖בֹוְׁוַיָ ֹּ֥מָ ת‬ ַ֣ ‫ִ֖יוְׁכ‬
ַ֣ ִ ָ‫וַיַ ֶֹּ֥֣ראְׁנֹ ָֽשא־כל‬
:‫עִ ָֽמֹו‬
vaiár nosé-jeláv kí mét shaúl; vaipól gam-hú 'al-jarbó vaiámat 'imó.

Al ver su escudero que Shaúl [Saúl] estaba muerto, él también se dejó caer
sobre su espada y murió junto con él.
330
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 31

331
31 Shemuel Alef /I Samuel ‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(6)
ְׁ‫ָשיוְׁבַ יֹּ֥ ֹוםְׁהַ ִ֖הּוא‬
ַ֛ ָ ‫וַיָ ַ֣מָ תְׁשָ ֡אּולְּׁושלַ֣ שֶ תְׁבָ נָיְׁ֩וְׁוְׁנֹ ִ֨שאְׁכ ָָ֜ליוְׁגַ ָ֧םְׁכְׁל־ ֲאנ‬
:‫יַח ָ ָֽדו‬
vaiámat shaúl ushlóshet banav vênosé jeláv gám kol-anasháv baióm hahú
iajdáv.

Así murieron aquel día Shaúl [Saúl], sus tres hijos, su escudero y también
todos sus hombres junto con él.
(7)
ְׁ‫ֲשרְׁ׀ְׁבְׁעַ֣בֶ רְׁהַ יַר ִ֗דן‬
ַ֣ ֶ ‫קְׁוא‬ ָֽ ַ ֶ‫וַיִ ר ַ֣אּוְׁאַ נ ָֽשי־יִֶ֠ ש ָראלְׁאֲשֶ ר־בְׁ ִ֨עבֶ רְׁהָ ָ֜עמ‬
ְׁ ֹ֙‫ת־הע ִָרים‬
ָֽ ֶ ֶ‫י־מתּוְׁשָ ַ֣אּולְּׁובָ נָ ָ֑יוְׁו ַ ַָֽיעַז ֵׁ֤בּוְׁא‬ִ֖ ִ‫ִ ָֽכי־ ִָ֨נסּוֹ֙ ְׁאַ נ ַ֣שיְׁיִ ש ָר ֵ֔אלְׁוְׁכ‬
‫ פ‬:‫ַוי ֵָ֔נסּוְׁ ַויָבַֹ֣ אּוְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁוַיָֽשְׁ ִ֖בּוְׁבָ ֶ ָֽהן‬
vairú anshéi-ísrael asher-bê'éver ha'émeq váashér | bê'éver haiardén kí-nású
anshéi israél, vêji-métu shaúl uvanáv; vaiá'azvú et-hé'arim vaianúsu, vaiavóu
fêlishtím, vaiéshêvú bahén.

Y al ver los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle, y los del otro
lado del Jordán, que los de Israel habían huido, y que Shaúl [Saúl] y sus hijos
habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces los filisteos
fueron y habitaron en ellas.
(8)
‫יםְׁוֶָֽ֣יִ מצְׁ ֵׁ֤אּוְׁאֶ ת־‬
ַ ‫ת־ה ֲחל ִ ָָ֑ל‬
ָֽ ַ ֶ‫ַשטְׁא‬ ִ֖ ‫ַוֶָֽ֣יהִ יֹ֙ ִ ְָֽׁממָ חְׁ ָ ֵ֔רתְׁ ַויָבַֹ֣ אּוְׁפְׁלִ ש ֵ֔ ִתיםְׁלְׁפ‬
:ַ‫יוְׁנפְׁ ִ ִ֖ליםְׁבְׁ ַהֹּ֥רְׁהַ גִ לבָֹֽ ע‬
ֹ ָֽ ‫שָ אּולְֹׁ֙וְׁאֶ ת־שְׁלַ֣ שֶ תְׁבָ ֵָ֔נ‬
váihí mímajorát, vaiavóu fêlishtím, lêfashét et-hájalalím; váimtzêú et-shaul
vêet-shêlóshet banáv, nófêlím bêhár hagilbó'a.

Aconteció que al día siguiente, cuando los filisteos fueron para despojar a los
muertos, hallaron a Shaúl [Saúl] y a sus tres hijos caídos en el monte Gilboa.
(9)
ֵ֔ ‫ַוֶָֽ֣יִ כרְׁתּוֹ֙ ְׁאֶ ת־ר‬
ְׁ‫ֹאשֹוְׁ ַויַפ ִ ִ֖שטּוְׁאֶ ת־כלָ ָ֑יוְׁוַישַ לְׁ ִ֨חּוְׁבְׁ ֶ ָֽא ֶרץ־פְׁלִ ש ָ֜ ִתים‬
:‫יהִ֖םְׁוְׁאֶ ת־הָ ָ ָֽעם‬
ֶ ‫סָ ִִ֗ביבְׁלְׁבַ ַ֛שרְׁבֹּ֥יתְׁעֲצַ ב‬
váijrêtú et-roshó, vaiafshítu et-keláv; vaishalêjú vêéretz-pêlishtím savív
lêvasér béit 'atzabeihém vêet-ha'ám.

Ellos le cortaron la cabeza y le despojaron de sus armas, y enviaron


mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la buena noticia en el
templo de sus ídolos y al pueblo.

332
‫מּואלְׁא‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Alef/ I Samuel 31

(10)
ְׁ‫חֹומתְׁבֹּ֥ית‬
ִ֖ ַ ְׁ‫ְׁתקְׁ ֵ֔עּוְׁב‬
ָֽ ָ ֹ֙‫ַוי ִ֨ ִָשימּוֹ֙ ְׁאֶ ת־כ ֵָ֔ליוְׁבִ֖יתְׁעַשתָ ָ֑רֹותְׁוְׁאֶ ת־גְׁוִ יָתֹו‬
:‫ָ ָֽשן‬
vaiasímú et-keláv, béit 'ashtarót; vêet-gêviató táqê'ú, bêjomát béit shán.

Después pusieron sus armas en el templo de Astarte, y clavaron su cadáver


contra el muro de Bet-seán.
(11)
:‫ָ֑דְׁאתְׁאֲשֶ ר־ע ָֹּ֥שּוְׁפְׁלִ ש ִ ִ֖תיםְׁלְׁשָ ָֽאּול‬ ָֹֽ ‫וַיִ שמְׁעַ֣ ּוְׁא ֵָ֔ל‬
ַ֛ ָ‫יוְׁישְׁבִ֖יְׁיָבַ֣ישְׁגִ לע‬
vaishmê'ú eláv, ióshêvéi iavéish gil'ád; ét asher-'asú fêlishtím lêshaúl.

Cuando todos los habitantes de Iaveish [Jabes], en Galaad, oyeron lo que los
filisteos habían hecho con Shaúl [Saúl],
(12)
ְׁ‫ל־אישְׁחַ יִ לְׁ֮וַיָֽלְׁכַ֣ ּוְׁכְׁל־הַ לַי ָל ְׁ֒הְׁוַיִ ק ָׁ֞חּוְׁאֶ ת־גְׁוִ יַ ַ֣תְׁשָ ִ֗אּול‬
ַ֣ ִ ְׁ‫ַוי ָָ֜קּומּוְׁכ‬
ָֽ ָ ‫ַ֣יתְׁשןְׁ ַויָבַֹ֣ אּוְׁי ֵָ֔בשָ הְׁוַיִ שרְׁ ֹּ֥פּוְׁאֹ ָ ִ֖ת‬
:‫םְׁשם‬ ָ֑ ָ ‫חֹומתְׁב‬ ִ֖ ַ ‫יוְׁמ‬
ָֽ ‫וְׁאתֹ֙ ְׁגְׁוִ ַֹ֣יתְׁבָ ֵָ֔נ‬
vaiaqúmu kol-ísh jail vaiélêjú jol-halailah vaiqjú et-gêviát shaúl vêet gêviót
banáv, méjomát béit shán; vaiavóu iavéshah, vaisrêfú otám shám.

todos los hombres valientes se levantaron, caminaron toda aquella noche y


tomaron del muro de Bet-seán el cadáver de Shaúl [Saúl] y los cadáveres de
sus hijos. Cuando llegaron a Iaveish [Jabes], los incineraron allí.
(13)
ְׁ‫ִ֖מּוְׁשבעַ ֹּ֥ת‬ ָֽ ַ ‫יהםְׁוַיִ קבְׁ ֹּ֥ר‬
ִ ‫ּוְׁתחַ ת־הָ ֶ ִ֖אשֶ לְׁבְׁיָבָ֑שָ הְׁ ַויָצ‬ ֶ ֵ֔ ‫וַיִ קחּוֹ֙ ְׁאֶ ת־עַצמַֹ֣ ת‬
‫ פ‬:‫י ִ ָָֽמים‬
vaiqjú et-'atzmóteihém, vaiqbêrú tájat-haéshel bêiavéshah; vaiatzúmu shiv'át
iamím.

Luego tomaron sus restos y los sepultaron debajo del tamarisco en Iaveish
[Jabes], y ayunaron siete días.

333
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 1

‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬
Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 1
(1)
ְׁ‫בְׁמהכּ֖ ֹותְׁאֶ ת־הָׁ עֲמָׁ לֵ֑קְׁויֵּ֧שֶ בְׁדָׁ וִ֛ד‬
ַֽ ֵָׁ֔‫ְׁמֹותְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁוְׁדָׁ ֣ודְׁש‬ ֣ ֙‫יְׁאחֲרי‬ ַֽ ‫וַַֽֽי ִ֗ה‬
:‫בְׁ ַֽצקְׁלָׁ ּ֖גְׁי ִָׁ֥מיםְׁשְׁ ָׁנַַֽֽים‬
váihí ájareí mót shaúl, vêdavíd sháv, méhakót et-ha'amaléq; vaiéshev davíd
bêtzíqêlág iamím shênáim.
Aconteció que después de la muerte de Shaúl [Saúl], cuando David había
vuelto de la derrota de los amalequitas, David se quedó dos días en Siclag.
(2)
ְׁ‫ן־המ ֲחנֶה֙ ְׁמ ֣עםְׁשָׁ ֵ֔אּול‬ ַֽ ‫ישְׁבָּ֤אְׁמ‬ ָׁ ‫ְׁ֩א‬ ִ֨ ‫ישיְׁוְׁהנה‬
ִ֗ ‫וי ֣היְׁ׀ְׁבי֣ ֹוםְׁהשְׁל‬
ְׁ‫לְׁארצָׁ ה‬
ּ֖ ‫ֹאשֹוְׁוַַֽֽיהי֙ ְׁבְׁבֹ ֣אֹוְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֔ודְׁוי ִ֥ ֹפ‬
ֵ֑ ‫יםְׁואֲדָׁ ָׁ ּ֖מהְׁעל־ר‬
ַֽ ‫ּובג ָׁ ָׁ֣דיוְׁקְׁרֻ ֵ֔ע‬
:‫ויש ָׁ ַֽתחּו‬
vaihí | baióm hashêlishí vêhineh ísh bá min-hámajaneh me'ím shaúl, uvgadáv
qêru'ím, váadamáh 'al-roshó; váihí bêvoó el-davíd, vaipól ártzah vaishtáju.
Y al tercer día, he aquí que un hombre vino del campamento de Shaúl [Saúl],
con su ropa rasgada y tierra sobre su cabeza. Al llegar a David, se postró en
tierra e hizo reverencia.
(3)
ְׁ‫דְׁאיְׁמזֶ ּ֖הְׁתָׁ ֵ֑בֹואְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁא ֵָׁ֔ליוְׁמ ַֽמחֲנִ֥הְׁיש ָׁר ּ֖אל‬
ִ֥ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁדָׁ ֵ֔ו‬
:‫נמ ָׁ ַֽלטְׁתי‬
vaiómer ló davíd, éi mizéh tavó; vaiómer eláv, mimájanéh israél nimlátêti.
Y David le preguntó: –¿De dónde vienes? Él le respondió: –Me he escapado
del campamento de Israel.
(4)
ְׁ‫יְׁוי ֹאמֶ רְׁאֲשֶ ר־ ִָׁ֨נס‬ ַ֠ ‫֣אְׁל‬
ֵ֑ ָׁ‫דְׁמה־הָׁ יָׁ ִ֥הְׁהדָׁ ָׁבּ֖רְׁהגֶד־נ‬
ַֽ ֶ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאלָׁ ִ֥יוְׁדָׁ ִ֛ו‬
ְׁ‫הָׁ ָָׁ֜עםְׁמן־המלחָׁ ִ֗ ָׁמהְׁוְׁגם־הר ֵּ֞בהְׁנָׁפָּ֤לְׁמן־הָׁ עָׁם֙ ְׁו ָׁי ֵֻ֔מתּוְׁוְׁ ִ֗גםְׁשָׁ ִ֛אּול‬
:‫ֹוְׁמתּו‬
ַֽ ּ֖‫יהֹונ ָׁ ִָׁ֥תןְׁבְׁנ‬
ַֽ ‫ו‬
vaiómer eláv davíd méh-haiáh hadavár haged-ná lí; váiomer asher-nás ha'ám
min-hamiljamáh vêgam-harbéh nafál min-ha'am vaiamútu, vêgám shaúl
vihónatán bênó métu.
David le preguntó: –¿Qué ha acontecido? Dímelo, por favor. Él respondió: –
El pueblo ha huido de la batalla. Muchos del pueblo también han caído y han
muerto. Shaúl [Saúl] y su hijo Iehonatán [Jonatán] también han muerto.

333
1 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(5)
ְׁ‫יהֹונ ָׁ ִָׁ֥תן‬
ַֽ ‫י־מתְׁשָׁ ּ֖אּולְׁו‬
ִ֥ ‫ֹוְׁאיְךְׁי ֵָׁ֔דעתָׁ ְׁכ‬
֣ ֵ֑‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ל־הנּ֖ערְׁהמג֣ידְׁל‬
:‫בְׁנַֽ ֹו‬
vaiómer davíd, el-haná'ar hamagíd ló; éij iadá'ta, ki-mét shaúl vihónatán
bênó.

David dijo al joven que le informaba: –¿Cómo sabes que Shaúl [Saúl] y su
hijo Iehonatán [Jonatán] han muerto?
(6)
ְׁ‫֣ידְׁלֹוְׁנק ָּ֤ר ֹאְׁנק ִ֨ריתי֙ ְׁבְׁה֣רְׁהגל ֵ֔ ֹבעְׁוְׁהנִ֥הְׁשָׁ ּ֖אּול‬
ִ֗ ‫ו ָ֜י ֹאמֶ רְׁהנ֣ערְׁ׀ְׁהמג‬
:‫ֶבְּׁובעֲלִ֥יְׁה ָׁ ַֽפ ָׁר ּ֖שיםְׁהדב ֻ ַֽקהּו‬
ַֽ ‫נשעָׁ ֣ןְׁעל־חֲנ ֵ֑יתֹוְׁוְׁהנִ֥הְׁהָׁ ֶ ִ֛רכ‬
vaiómer haná'ar | hamagíd ló niqró niqréití bêhár hagilbó'a, vêhinéh shaúl
nish'án 'al-janitó; vêhinéh haréjev uvá'aléi hapárashím hidbiqúhu.

Y el joven que le informaba respondió: –Me encontré por casualidad en el


monte Gilboa, y he aquí que Shaúl [Saúl] estaba apoyado sobre su lanza, y
que los carros y los jinetes le alcanzaban.
(7)
:‫יְׁוַֽאֹ ּ֖מרְׁהנַֽני‬ ַֽ ‫ו ִ֥יפ‬
ָׁ ‫ֶןְׁאח ָׁ ֲּ֖ריוְׁויר ֵ֑אניְׁויק ָׁ ֣ראְׁא ֵ֔ל‬
vaífen ájaráv vairéni; vaiqrá elái, váomár hinéni.

Entonces Shaúl [Saúl] miró hacia atrás y me vio, y me llamó. Yo dije: 'Heme
aquí.'
(8)
:‫י־אתָׁ הְׁויאמרְׁ(וָׁאֹ ֣מר)ְׁא ֵָׁ֔ליוְׁע ָׁ ֲַֽמל ּ֖קיְׁאָׁ ַֽ ֹנכי‬
ֵ֑ ָׁ ‫רְׁליְׁמ‬
ּ֖ ֶ‫ו ִ֥י ֹאמ‬
vaiómer lí mi-átah; vimr (vaomár) eláv, 'amáleqí anóji.

Me preguntó: '¿Quién eres tú?' Le respondí: 'Soy un amalequita.'


(9)
ְׁ‫ֵ֑ץְׁכי־כְׁל־עִ֥ ֹוד‬
ַֽ ‫יְׁכיְׁאֲחָׁ זּ֖ניְׁהשָׁ ָׁב‬
ִ֥ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁא ִ֗ליְׁעֲמְׁד־נָׁ ָּ֤אְׁעָׁלי֙ ְּׁומֹ֣ תְׁ ֵ֔תנ‬
:‫נפ ּ֖שיְׁ ַֽבי‬
vaiómer elái 'amod-ná 'alaí umótêténi, kí ajazáni hashavátz; kí-jol-'ód nafshí
bí.

Y me dijo: 'Por favor, ponte a mi lado y mátame; porque la agonía se ha


apoderado de mí, pero mi vida está todavía en mí.'

334
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 1

(10)
ְׁ‫ֹוְׁוַֽאֶ ֵּ֞קח‬
ָׁ ֵ֑‫ּ֖הְׁאח ֲ֣ריְׁנפל‬
ַֽ ֶ‫אְׁיחְׁי‬
ַֽ ֹ ‫יְׁכיְׁ ִ֥ל‬
ִ֛ ‫הּוְׁכיְׁי ֵָׁ֔דעת‬
֣ ‫ו ֶ ַָֽׁאעֱמָֹּ֤ דְׁ ָׁעלָׁיו֙ ְׁואֲמֹ֣ תְׁ ֵ֔ת‬
‫יאםְׁאֶ ל־‬ ִ֥ ‫ֹוְׁואֲב‬
ַֽ ָׁ ‫ֹאשֹוְׁוְׁאֶ צעָׁדָׁ ה֙ ְׁאֲ ֶ ֣שרְׁעל־זְׁרֹ ֵ֔ע‬
ִ֗ ‫ֲשרְׁעל־ר‬ ֣ ֶ ‫ה ֣נַֽזֶרְׁ׀ְׁא‬
:‫ּ֖יְׁהנָׁה‬
ַֽ ‫אֲדֹ נ‬
vaé'emód 'alav vaamótêtéhu, kí iadá'ti, kí ló íjêiéh ájaréi nifló; váeqáj hanézer
| ashér 'al-roshó vêetz'adah ashér 'al-zêro'ó, váaviém el-adoní hénah.

Entonces me puse a su lado y lo maté, porque sabía que él no podría vivir


después de su caída. Luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el
brazalete que llevaba en su brazo, y los he traído aquí a mi señor.
(11)
:‫ֲשרְׁא ַֽתֹו‬
ִ֥ ֶ ‫ל־ה ֲאנ ָּׁ֖שיםְׁא‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫ו ַֽיחֲזִ֥קְׁדָׁ ִ֛ודְׁבבג ָׁ ָּׁ֖דוְׁויק ָׁרעֵ֑םְׁוְׁגִ֥םְׁכ‬
vaiájazéq davíd bivgadáv vaiqra'ém; vêgám kol-háanashím ashér itó.

Entonces David agarrando sus vestiduras las rasgó. Lo mismo hicieron todos
los hombres que estaban con él.
(12)
‫וַַֽֽיספְׁדּו֙ ְׁויבכֵ֔ ּוְׁויָׁצֻ ּ֖מּוְׁעד־הָׁ עָׁ ֵֶ֑רבְׁעל־שָׁ ֵּ֞אּולְׁוְׁעל־יְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָׁ֣תןְׁבְׁנִ֗ ֹוְׁוְׁעל־‬
‫ פ‬:ְׁ‫יְׁנַֽפְׁלּ֖ ּוְׁבֶ ָׁ ַֽח ֶרב‬
ָׁ ‫לְׁכ‬
ִ֥ ‫עָּ֤םְׁיהוָׁה֙ ְׁוְׁעל־ב֣יתְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
váispêdú vaivkú, vaiatzúmu 'ad-ha'árev; 'al-shaúl vê'al-iêhónatán bênó vê'al-
'ám Adonai vê'al-béit israél, kí náfêlú bejárev .

E hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el anochecer por Shaúl [Saúl] y


por su hijo Iehonatán [Jonatán], por el pueblo del Eterno y por la casa de
Israel; porque habían caído a espada.
(13)
ְׁ‫ן־אישְׁגִ֥ר‬
ִ֛ ֶ‫ּ֖הְׁאתָׁ הְׁו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁב‬
ֵ֑ ָׁ ֶ‫ֹוְׁאיְׁמז‬
ִ֥ ‫֣ידְׁל‬
ֵ֔ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ ִ֗ודְׁאֶ ל־ה ִ֨נער֙ ְׁהמג‬
:‫ע ָׁ ֲַֽמל ּ֖קיְׁאָׁ ַֽ ֹנכי‬
vaiómer davíd el-haná'ar hamagíd ló, éi mizéh átah; vaiómer ben-ísh gér
'amáleqí anóji.

Después David preguntó al joven que le informaba: –¿De dónde eres tú? Él
respondió: –Soy hijo de un extranjero, un amalequita.
(14)
ְׁ‫דְׁאיְךְׁ ֣ל ֹאְׁי ֵָׁ֔ראתָׁ ְׁלש ִ֨ל ֙ח ָׁ ְַֽׁיַֽדְׁ ֵ֔ךְׁלְׁשחּ֖תְׁאֶ ת־מְׁ ִ֥שיח‬
ֵ֚ ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁאלָׁ ּ֖יוְׁדָׁ ֵ֑ו‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫י‬
vaiómer eláv davíd; éij ló iaréta, lishlóáj iádêjá, lêshajét et-mêshíaj Adonai .

335
1 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Le dijo David: –¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para destruir al


ungido del Eterno?
(15)
:‫ע־בֹוְׁויכּ֖הּוְׁויָׁמַֹֽ ת‬
ֵ֑ ‫ְׁמהנְׁע ֵָׁ֔ריםְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁג֣שְׁפְׁג‬
ַֽ ֙‫ויק ָׁ ֣ראְׁדָׁ ִ֗ודְׁלְׁאחד‬
vaiqrá davíd lêajad méhanê'arím, vaiómer gásh pêga'-bó; vaiakéhu vaiamót.

Entonces David llamó a uno de los jóvenes y le dijo: –¡Acércate y mátalo! Él


lo hirió, y murió.
(16)
ְׁ‫יְׁפיךְׁעָׁנָׁ ָּ֤הְׁבְׁך֙ ְׁלאמֵֹ֔ ר‬
ִ֗ ‫ךְׁכ‬
֣ ‫ֹאש‬
ֵ֑ ֶ ‫דְׁדמיךְׁ(דמְׁךּ֖ )ְׁעל־ר‬
ַֽ ָׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאלָׁיו֙ ְׁדָׁ ֵ֔ו‬
‫ פ‬:ְׁ‫הוַֽה‬ ָׁ ‫ָׁ ַֽאנֹ ִ֥כיְׁמֹ ּ֖תתיְׁאֶ ת־מְׁ ִ֥שיחְׁי‬
vaiómer elav davíd, dmyj (dámêjá) 'al-roshéja; kí fíja 'anáh vêjá lemór, ánojí
motáti et-mêshíaj Adonai .

Y David le dijo: –Tu sangre caiga sobre tu cabeza, porque tu propia boca ha
atestiguado contra ti al decir: 'Yo maté al ungido del Eterno.'
(17)
:‫ויקֹ ֣נַֽןְׁדָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ת־הקינָׁ ּ֖הְׁה ֵ֑ז ֹאתְׁעל־שָׁ ּ֖אּולְׁוְׁעל־יְׁ ַֽהֹונ ָׁ ִָׁ֥תןְׁבְׁנַֽ ֹו‬
vaiqonén davíd, et-haqináh hazót; 'al-shaúl vê'al-iêhónatán bênó.

David entonó este lamento por Shaúl [Saúl] y por su hijo Iehonatán [Jonatán],
(18)
:‫ל־ספֶרְׁהי ָׁ ַָֽׁשר‬
ִ֥ ‫תּובּ֖הְׁע‬
ָׁ ְׁ‫הְׁקשֶ תְׁהנִ֥הְׁכ‬
ֵ֑ ָׁ ‫הּוד‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁלְׁל ִ֥מדְׁבְׁנַֽי־י‬
vaiómer lêlaméd bênéi-iêhudáh qáshet; hinéh jêtuváh 'al-séfer haiashár.

y mandó que enseñasen a los hijos de Iehudá [Judá] el Canto del Arco. He
aquí que está escrito en el libro de lo Recto [Bereshit / Génesis].
(19)
:‫בֹורים‬
ַֽ ‫ַֽפלִ֥ ּוְׁג‬
ְׁ ‫יְךְׁנ‬
ָׁ ‫ֵ֑לְׁא‬
ּ֖ ָׁ‫מֹותיךְׁחָׁ ל‬
ּ֖ ֶ ‫ל־ב‬
ַֽ ָׁ ‫הצְׁבי֙ ְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁע‬
hatzêví israél, 'al-bámotéja jalál; éij náfêlú giborím.

'¡El esplendor, oh Israel, ha perecido sobre tus montes! ¡Cómo han caído los
valientes!
(20)
ְׁ‫תְׁאל־תְׁבשְׁ ּ֖רּוְׁבְׁחּוצֹ֣ תְׁאשקְׁלֵ֑ ֹוןְׁפֶן־תש ִ֨מחנָׁה֙ ְׁבְׁנ֣ ֹות‬ ַֽ ‫֣ידּוְׁבְׁ ֵ֔ג‬
ַֽ ‫אל־תג‬
:‫ֹותְׁהעֲר ַֽלים‬
ַֽ ָׁ ִ֥‫יםְׁפן־תעֲלּ֖ זנָׁהְׁבְׁנ‬ַֽ ֶ ‫פְׁלש ֵ֔ת‬
al-tagídú vêgát, ál-têvasêrú bêjutzót ashqêlón; pen-tismájnah bênót pêlishtím,
pén-ta'alóznah bênót há'arelím.

336
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 1

No lo anunciéis en Gat, ni deis las nuevas por las calles de Ascalón. No sea
que se alegren las hijas de los filisteos; no sea que se regocijen las hijas de los
incircuncisos.
(21)
ְׁ֙‫יְׁשםְׁנגעל‬
ָּ֤ ָׁ ‫תְׁכ‬
֣ ֵֹ֑‫ל־טלְׁוְׁאל־מָׁ ָׁ ִ֛טרְׁעֲליכֶ ּ֖םְּׁוש ֣דיְׁתְׁרּומ‬ ֵּ֧ ‫הָׁ ֣ריְׁבגל ִ֗ ֹבעְׁא‬
:‫בֹוריםְׁמָׁ ֣גַֽןְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁבְׁ ּ֖ליְׁמָׁ ִ֥שיחְׁב ָׁ ַֽשמֶ ן‬
ֵ֔ ‫מָׁ ֣גַֽןְׁג‬
haréi vagilbó'a al-tál vêal-matár 'aleijém usdéi têrumót; kí shám nig'al magén
giborím, magén shaúl, bêlí mashíaj bashámen.

'Oh montes de Gilboa: Ni rocío ni lluvia haya sobre vosotros, ni seáis campos
de ofrendas; porque allí fue profanado el escudo de los valientes, el escudo de
Shaúl [Saúl], como si no hubiera sido ungido con aceite.
(22)
ְׁ‫בֹוריםְׁקֵֶ֚ שֶ תְׁיְׁ ֣הֹונ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁ ִ֥ל ֹאְׁנ ָּׁ֖שֹוגְׁאָׁ ֵ֑חֹורְׁוְׁ ֶח ֶ֣רב‬
ֵ֔ ‫מ ֣דםְׁ ֲחל ִָׁ֗ליםְׁמ ִ֨חלֶב֙ ְׁג‬
:‫שָׁ ֵ֔אּולְׁ ִ֥ל ֹאְׁתָׁ ּ֖שּובְׁר ָׁ ַֽיקם‬
midám jalalím mejélev giborím, qéshet iêhónatán, ló nasóg ajór; vêjérev
shaúl, ló tashúv reiqám.

El arco de Iehonatán [Jonatán] jamás volvía sin la sangre de los muertos y sin
la gordura de los valientes; tampoco volvía vacía la espada de Shaúl [Saúl].
(23)
ְׁ‫מֹותםְׁ ֣ל ֹאְׁנפ ָׁ ֵ֑רדּו‬
ּ֖ ָׁ ‫יהםְּׁוב‬
ֶ ֵ֔ ‫יהֹונ ִ֗ ָָׁׁתןְׁה ֶ ַֽנאֱהָׁ ְָּׁ֤ביםְׁוְׁהנְׁעימם֙ ְׁבְׁחי‬
ַֽ ‫שָׁ ֣אּולְׁו‬
:‫ּלּוְׁמא ֲָׁריּ֖ ֹותְׁג ַָֽׁברּו‬
ַֽ ‫יםְׁק‬ ֵ֔ ‫מנְׁשָׁ ֣ר‬
shaúl vihónatán hanéehavím vêhanê'imim bêjaieihém, uvmotám ló nifrádu;
minêsharím qálu, méaraíot gavéru.

'Shaúl [Saúl] y Iehonatán [Jonatán], amados y amables en su vida, tampoco en


su muerte fueron separados. Eran más veloces que las águilas; eran más
fuertes que los leones.
(24)
ְׁ‫בְׁנֹות֙ ְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁאֶ ל־שָׁ ּ֖אּולְׁבְׁכֶ ֵ֑ינָׁהְׁהמל ַֽבשְׁכֶ ָּ֤םְׁשָׁ ני֙ ְׁעם־עֲדָׁ ֵ֔נים‬
:‫ַֽהמ ֲעלֶה֙ ְׁע ֲ֣דיְׁז ֵ֔ ָָׁׁהבְׁעּ֖לְׁלְׁבּוש ֶ ַֽכן‬
bênot israél, el-shaúl bêjéinah; hamalbíshêjém shaní 'im-'adaním, háma'aleh
'adí zaháv, 'ál lêvushjén.

¡Oh hijas de Israel, llorad por Shaúl [Saúl], quien os vestía de escarlata y
cosas refinadas, y ponía adornos de oro en vuestros vestidos!
(25)
:‫מֹותיךְׁחָׁ ָׁ ַֽלל‬
ּ֖ ֶ ‫ל־ב‬
ַֽ ָׁ ‫יְךְׁנַֽפְׁל֣ ּוְׁגבֹ ֵ֔ריםְׁבְׁ ּ֖תֹוְךְׁהמלחָׁ ָׁ ֵ֑מהְׁיְׁ ֣הֹונ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁע‬
ָׁ ‫ֵ֚א‬
337
1, 2 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

éij náfêlú giborím, bêtój hamiljamáh; iêhónatán, 'al-bámotéja jalál.

¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Iehonatán [Jonatán] ha


perecido sobre tus montes!
(26)
ְׁ‫ְּׁליְׁמְׁאֵֹ֑ דְׁנפלְׁ ָּ֤אתָׁ הְׁאה ָׁ ֲַֽבתְׁך֙ ְֵׁ֔לי‬
ּ֖ ָׁ‫ר־ליְׁ ָׁע ִֶ֗ליךְׁאָׁ חי֙ ְׁיְׁ ֣הֹונ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁנָׁעִ֥מת‬
֣ ‫צ‬
:‫מ ַֽאהֲבּ֖תְׁנ ַָֽׁשים‬
tzar-lí 'aléja ají iêhónatán, na'ámta lí mêód; niflêátah ahavátêjá lí, meáhavát
nashím.

'Angustia tengo por ti, hermano mío, Iehonatán [Jonatán], que me fuiste muy
querido. Más maravilloso fue para mí tu amor que el amor de las mujeres.
(27)
‫ פ‬:‫בֹוריםְׁו ַֽי ֹאבְׁ ּ֖דּוְׁכְׁלִ֥יְׁמלחָׁ ָׁ ַֽמה‬
ֵ֔ ‫יְךְׁנַֽפְׁל֣ ּוְׁג‬
ָׁ ‫ֵ֚א‬
éij náfêlú giborím, vaióvêdú kêléi miljamáh.

'¡Cómo han caído los valientes, y se han perdido las armas de guerra!'

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 2


(1)
ְׁ‫דְׁביהוָׁ ָּ֤הְׁ׀ְׁלאמֹ ר֙ ְׁה ֶ ַֽא ֱע ִֶ֗להְׁבְׁאחת֙ ְׁע ָׁ֣רי‬ ַֽ ‫י־כןְׁוישאלְׁ֩דָׁ ִ֨ו‬ ִ֗ ‫יְׁאחֲר‬ ַֽ ‫וי ֣ה‬
ְׁ‫ָׁהְׁאעֱלֶ ּ֖הְׁו ִ֥י ֹאמֶ ר‬
ַֽ ֶ ‫ִ֛דְׁאנ‬
ִ֥ ָׁ ‫הּודהְׁו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁיהוָׁ ִ֛הְׁאלָׁ ּ֖יוְׁעֲלֵ֑הְׁו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁדָׁ ו‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫י‬
:ְׁ‫חֶ ב ַֽרֹ נָׁה‬
vaihí ájarei-jén vaishal davíd báAdonai | lemor haé'eléh bêajat 'aréi iêhudáh,
vaiómer Adonai eláv 'aléh; vaiómer davíd ánah é'eléh vaiómer jevrónah .

Después de esto aconteció que David consultó al Eterno diciendo: –¿Subiré a


alguna de las ciudades de Iehudá [Judá]? el Eterno le respondió: –Sube. David
volvió a preguntar: –¿A dónde subiré? el Eterno le respondió: –A Hebrón.
(2)
ְׁ‫לְׁאשֶ ת‬
ּ֖ ‫יתְׁואֲב ֹּ֕יגי‬
ַֽ ‫ָׁשיוְׁאֲחי ִֹ֨נעם֙ ְׁהיזרְׁע ֵ֔ל‬
ֵ֑ ָׁ ‫ויָּ֤עלְׁשָׁ ם֙ ְׁדָׁ ֵ֔ודְׁוְׁגּ֖םְׁשְׁ ֣תיְׁנ‬
:‫ִ֥לְׁהכרמְׁ ַֽלי‬ ַֽ ‫נ ָָׁׁב‬
vaiá'al sham davíd, vêgám shêtéi nasháv; ajinó'am haizrê'elít, váavigáil éshet
navál hákarmêlí.

Entonces David subió allá con sus dos mujeres: Ajinoam, de Jezreel, y
Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel.

338
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 2

(3)
:‫דְׁאישְּׁוב ֵ֑יתֹוְׁויַֽשְׁ ּ֖בּוְׁבְׁע ִָׁ֥ריְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
֣ ‫ָׁשיוְׁאֲשֶ ר־ע ִ֛מֹוְׁ ֶ ַֽהעֱלָׁ ִ֥הְׁדָׁ ּ֖ו‬
ֵּ֧ ָׁ ‫ַֽו ֲאנ‬
váanasháv asher-'imó hé'eláh davíd ísh uveitó; vaiéshêvú bê'aréi jevrón.

David hizo subir también a sus hombres que estaban con él, cada uno con su
familia; y habitaron en las aldeas de Hebrón.
(4)
ְׁ‫הּודה‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫חּו־שםְׁאֶ ת־דָׁ וִ֛דְׁלְׁ ֶ ּ֖מלְֶךְׁעל־ב֣יתְׁי‬
ֵּ֧ ָׁ ְׁ‫הּודהְׁוימש‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫וי ִ֨ ָֹׁבאּו֙ ְׁאנ ֣שיְׁי‬
‫ ס‬:‫רְׁקבְׁ ּ֖רּוְׁאֶ ת־שָׁ ַֽאּול‬
ַֽ ָׁ ‫ֲש‬
ִ֥ ֶ ‫ויגָּ֤דּוְׁלְׁדָׁ וד֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁאנשי֙ ְׁיָׁב֣ישְׁגל ֵָׁ֔עדְׁא‬
vaiavóú anshéi iêhudáh, vaimshêju-shám et-davíd lêmélej 'al-béit iêhudáh;
vaiagídu lêdavid lemór, ansheí iavéish gil'ád, ashér qávêrú et-shaúl.

Entonces vinieron los hombres de Iehudá [Judá] y ungieron allí a David como
rey sobre la casa de Iehudá [Judá]. Informaron a David diciendo: 'Los
hombres de Iaveish [Jabes], en Galaad, son los que sepultaron a Shaúl [Saúl].'
(5)
ְׁ‫יהםְׁבְׁרֻ ָּ֤כים‬ ֶ ִ֗ ‫וישלָּ֤חְׁדָׁ וד֙ ְׁמלאָׁ ֵ֔כיםְׁאֶ ל־אנ ּ֖שיְׁיָׁב֣ישְׁגלעָׁ ֵ֑דְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁאֲל‬
ְׁ‫ְׁליה ֵ֔ ָׁוהְׁאֲשִֶ֨ רְׁעֲשי ָ֜ ֶתםְׁה ֶח֣סֶ דְׁה ִֶ֗זהְׁעם־אֲדַֹֽ ניכֶם֙ ְׁעם־שָׁ ֵ֔אּול‬ ַֽ ֙‫אתֶ ם‬
:ְׁ‫וַֽתקבְׁ ּ֖רּוְׁאֹ ַֽתֹו‬
vaishláj david malajím, el-anshéi iavéish gil'ád; vaiómer aleihém bêrujím
atem láAdonai, ashér 'asitém hajésed hazéh 'im-adóneijem 'im-shaúl,
vátiqbêrú otó .

Entonces David envió mensajeros a los hombres de Iaveish [Jabes], en


Galaad, y les dijo: 'Benditos seáis del Eterno, porque habéis hecho esta
bondad a Shaúl [Saúl] vuestro señor, y le habéis dado sepultura.
(6)
ְׁ ֙‫יְׁאע ֶ ֱָּ֤שהְׁאתְׁכֶם‬
ַֽ ֶ ‫דְׁוא ֶ ֱֵ֑מתְׁוְׁג֣םְׁ ָׁ ַֽאנֹ ִ֗כ‬
ַֽ ֶ ֶ‫ּ֖םְׁח֣ס‬
ֶ ֶ‫וְׁע ֹּ֕ ָׁתהְׁיַֽעש־יהוָׁ ִ֥הְׁעמָׁ כ‬
:ְׁ‫יתםְׁהדָׁ ָׁבִ֥רְׁה ֶזַֽה‬ ּ֖ ֶ ‫ּטֹוב֣הְׁה ֵ֔ז ֹאתְׁ ֲא ֶ ִ֥שרְׁעֲש‬
ָׁ ‫ה‬
vê'atáh iá'as-Adonai 'imajém jésed véemét; vêgám ánojí é'eséh itêjem hatováh
hazót, ashér 'asitém hadavár hazéh .

Ahora pues, que el Eterno os muestre misericordia y verdad. Y yo también os


haré bien por esto que habéis hecho.
(7)
ְׁ‫י־מתְׁאֲדַֹֽ ניכֶ ֣םְׁשָׁ ֵ֑אּול‬
ּ֖ ‫י־חילְׁכ‬ֵ֔ ‫םְׁוהיּו֙ ְׁלבנ‬ ַֽ ‫הְׁ׀ְׁתחֱזַֽ֣קנָׁהְׁיְׁדי ִֶ֗כ‬
ַֽ ֶ ‫וְׁע ָׁ ֣ת‬
‫ פ‬:‫יהם‬
ַֽ ֶ ‫הּודהְׁלְׁ ֶ ּ֖מלְֶךְׁעֲל‬
ִ֛ ָׁ ְׁ‫יְׁמשְׁ ֵּ֧חּוְׁבית־י‬ ַֽ ָׁ ‫וְׁגם־אֹ ִ֗ת‬

339
2 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vê'atáh | téjezáqnah iêdeijém víhiú livnei-jáil, ki-mét adóneijém shaúl; vêgam-


otí máshêjú veit-iêhudáh lêmélej 'aleihém.

Y ahora, fortaleced vuestras manos y sed hombres valientes; porque ha muerto


Shaúl [Saúl] vuestro señor, y la casa de Iehudá [Judá] me ha ungido rey sobre
ellos.'
(8)
‫ישְׁבשֶ ת֙ ְׁבֶ ן־‬
ֹ ִ֨ ‫ת־א‬
ִ֥ ֶ‫ֲשרְׁלְׁשָׁ ֵ֑אּולְׁל ִָׁ֗קחְׁא‬
֣ ֶ ‫ן־נרְׁשר־צָׁ ָׁבּ֖אְׁא‬
ֵ֔ ֶ‫וְׁאבנ֣רְׁב‬
:‫הּוְׁמח ֲָׁנַַֽֽים‬
ַֽ ‫שָׁ ֵ֔אּולְׁו ַֽיעֲב ּ֖ר‬
vêavnér ben-nér, sar-tzavá ashér lêshaúl; laqáj et-ísh bóshet ben-shaúl,
vaiá'aviréhu májanáim.

Pero Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Shaúl [Saúl], tomó a Isboset hijo
de Shaúl [Saúl] y le trasladó a Majanaim.
(9)
ְׁ ֙‫ֲשּוריְׁוְׁ ֶ ַֽאל־יז ְׁרעֶ ֵ֑אלְׁוְׁעל־אֶ פ ִ֨רים‬
ּ֖ ‫ל־הא‬
ַֽ ָׁ ֶ‫וימל ִ֨כהּו֙ ְׁאֶ ל־הגל ֵָׁ֔עדְׁוְׁא‬
‫ פ‬:‫וְׁעל־בני ֵָׁ֔מןְׁוְׁעל־יש ָׁר ּ֖אלְׁכֻלַֽ ה‬
vaiamlijéhú el-hagil'ád, vêel-háashurí vêél-izrê'él; vê'al-efráim vê'al-biniamín,
vê'al-israél kulóh.

Entonces lo proclamó rey sobre Galaad, sobre Gesur, sobre Jezreel, sobre
Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel.
(10)
ְׁ‫הְׁאיש־בֹ֣ שֶ תְׁבֶ ן־שָׁ ִ֗אּולְׁבְׁמְׁלכֹו֙ ְׁעל־יש ָׁר ֵ֔אל‬ ַֽ ‫בֶ ן־ארבָׁ ִ֨עיםְׁשָׁ ָָׁ֜נ‬
:‫ּוְׁאח ֲִ֥ריְׁדָׁ ַֽוד‬
ַֽ ּ֖‫הּודהְׁהָׁ י‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫ְֵ֑ךְׁאְךְׁב֣יתְׁי‬
ֵ֚ ָׁ‫ּוש ִ֥תיםְׁשָׁ נּ֖יםְׁמָׁ ל‬
ben-arba'ím shanáh ísh-bóshet ben-shaúl bêmoljó 'al-israél, ushtáim shaním
maláj; áj béit iêhudáh, haíu ájaréi davíd.

Isboset hijo de Shaúl [Saúl] tenía 40 años cuando comenzó a reinar sobre
Israel y reinó dos años. Sin embargo, la casa de Iehudá [Judá] seguía a David.
(11)
ְׁ‫הּודה‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫דְׁמלְֶךְׁבְׁחֶ ב ּ֖רֹוןְׁעל־ב֣יתְׁי‬
ִ֛ ֶ ‫וַַֽֽיהי֙ ְׁמספ֣רְׁהי ֵָׁ֔מיםְׁאֲשֶ רְׁ֩הָׁ ִָׁ֨יהְׁדָׁ ִ֥ו‬
‫ ס‬:‫ֶ ִ֥שבעְׁשָׁ נּ֖יםְׁוְׁש ָׁ ִ֥שהְׁחְׁדָׁ ַֽשים‬
váihí mispár haiamím, asher haiáh davíd mélej bêjevrón 'al-béit iêhudáh;
shéva' shaním vêshisháh jodashím.

El tiempo que David fue rey en Hebrón sobre la casa de Iehudá [Judá] fue de
siete años y seis meses.

340
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 2

(12)
:‫ּולְׁממח ֲּ֖נַֽיםְׁגבעַֽ ֹונָׁה‬
ַֽ ‫יְׁאיש־בֹ֣ שֶ תְׁבֶ ן־שָׁ ֵ֑א‬
ַֽ ‫ן־נרְׁוְׁעב ּ֖ד‬
ֵ֔ ֶ‫ויצא֙ ְׁאבנ֣רְׁב‬
vaietze avnér ben-nér, vê'avdéi ísh-bóshet ben-shaúl; mímajanáim giv'ónah.

Abner hijo de Ner y los siervos de Isboset hijo de Shaúl [Saúl] fueron de
Majanaim a Gabaón.
(13)
ְׁ‫יֹואבְׁבֶ ן־צְׁרּו ָָׁ֜יהְׁוְׁעב ָּ֤דיְׁדָׁ וד֙ ְָׁׁיַֽצְׁ ֵ֔אּוְׁוַַֽֽיפגְׁ ִ֛שּוםְׁעל־בְׁרכִ֥תְׁגבעּ֖ ֹון‬ָׁ ִ֨ ְׁ‫ו‬
:‫ּוְׁאּלֶהְׁעל־הבְׁרכָׁה֙ ְׁמ ֵֶ֔זהְׁוְׁ ִ֥אּלֶהְׁעל־הבְׁרכָׁ ּ֖הְׁמ ֶזַֽה‬ ָּ֤ ‫יח ָׁ ֵ֑דוְׁו ִ֨יש ָ֜ב‬
vêioáv ben-tzêruiáh vê'avdéi david iátzêú, váifgêshúm 'al-bêreját giv'ón
iajdáv; vaiéshvú éleh 'al-habêrejah mizéh, vêéleh 'al-habêrejáh mizéh.

También salieron Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia], y los servidores de


David; y los encontraron junto al estanque de Gabaón. Entonces se sentaron
los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado.
(14)
ְׁ‫ישח ֲּ֖קּוְׁלְׁפָׁנֵ֑ינּוְׁו ִ֥י ֹאמֶ ר‬
ַֽ ‫ל־יֹואבְׁי ָָּׁ֤קּומּוְׁנָׁא֙ ְׁהְׁנְׁעָׁ ֵ֔ריםְׁו‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאבנר֙ ְׁא‬
:‫יֹואבְׁי ֻ ַָֽׁקמּו‬
ּ֖ ָׁ
vaiómer avner el-ioáv, iaqúmu na hanê'arím, visájaqú lêfanéinu; vaiómer ioáv
iaqúmu.

Luego Abner dijo a Ioav [Joab]: –¡Levántense los jóvenes y compitan delante
de nosotros! Ioav [Joab] respondió: –¡Que se levanten!
(15)
‫ישְׁבשֶ ת֙ ְׁבֶ ן־‬
ֹ ִ֨ ‫ָׁשרְׁלְׁבני ִָׁ֗מןְּׁול ִ֥א‬
֣ ָׁ ‫וי ֻ ָּׁ֖קמּוְׁויַֽעב ֣רּוְׁבְׁמספָׁ ֵ֑רְׁשְׁנֵּ֧יםְׁע‬
:‫רְׁמעב ִ֥דיְׁדָׁ ַֽוד‬
ַֽ ‫ָׁש‬
ּ֖ ָׁ ‫שָׁ ֵ֔אּולְּׁושנִ֥יםְׁע‬
vaiaqúmu vaiá'avrú vêmispár; shênéim 'asár lêviniamín ulísh bóshet ben-
shaúl, ushnéim 'asár mé'avdéi davíd.

Entonces se levantaron y pasaron en número igual, doce de parte de los hijos


de Benjamín y de Isboset hijo de Shaúl [Saúl], y doce de los servidores de
David.
(16)
ְׁ ֙‫קּוְׁאישְׁ׀ְׁבְׁ ֣ר ֹאשְׁר ִ֗עהּוְׁוְׁחרבֹו֙ ְׁבְׁצ֣דְׁר ֵ֔עהּוְׁוַַֽֽיפְׁלּ֖ ּוְׁיח ָׁ ֵ֑דוְׁויק ָׁרא‬
֣ ‫וַַֽֽיח ֲָ֜ז‬
:‫ֲשרְׁבְׁגבעַֽ ֹון‬ ִ֥ ֶ ‫למָׁ ֣קֹוםְׁה ֵ֔הּואְׁחֶ ל ִ֥קתְׁהצ ֻּ֖ריםְׁא‬
váiajazíqu ísh | bêrósh re'éhu vêjarbó bêtzád re'éhu, váipêlú iajdáv; vaiqra
lamaqóm hahú, jelqát hatzurím ashér bêgiv'ón.

341
2 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y colocó su espada en el


costado de su adversario, y cayeron juntos. Por esto se llamó el nombre de
aquel lugar Helcat-hazurim, el cual está en Gabaón.
(17)
ְׁ‫ותְׁ ֵּ֧היְׁהמלחָׁ ָׁ ִ֛מהְׁקָׁ ָׁ ִ֥שהְׁעד־מְׁאֹּ֖ דְׁבי֣ ֹוםְׁה ֵ֑הּואְׁוינָׁ ַָּֽ֤גֶףְׁאבנר֙ ְׁוְׁאנ ֣שי‬
:‫יש ָׁר ֵ֔אלְׁלפנּ֖יְׁעב ִ֥דיְׁדָׁ ַֽוד‬
vatêhí hamiljamáh qasháh 'ad-mêód baióm hahú; vainágef avner vêanshéi
israél, lifnéi 'avdéi davíd.

Aquel día la batalla fue muy dura. Abner y los hombres de Israel fueron
derrotados por los servidores de David.
(18)
ְׁ֙‫לְׁועֲשָׁ האל‬
ַֽ ‫הא‬ֵ֑ ָׁ‫יְׁועֲש‬
ַֽ ‫יש‬ּ֖ ‫בְׁואֲב‬ ִ֥ ָׁ ‫ו ַֽיהיּו־שִָׁ֗ םְׁשְׁלשָׁ ה֙ ְׁבְׁנ֣יְׁצְׁרּו ֵָׁ֔י‬
ַֽ ‫הְׁיֹוא‬
:ְׁ‫ֲשרְׁבשָׁ ֶ ַֽדה‬ ִ֥ ֶ ‫֣קלְׁבְׁרג ֵָׁ֔ליוְׁכְׁאחִ֥דְׁהצְׁבָׁ יּ֖םְׁא‬
vaíhiu-shám shêloshah bênéi tzêruiáh, ioáv váavishái vá'asahél; vá'asahel qál
bêragláv, kêajád hatzêvaím ashér basadéh .

Estaban allí los tres hijos de Tzeruiá [Sarvia]: Ioav [Joab], Abisai y Asael.
Asael era ligero de pies como un venado en el campo.
(19)
‫לְׁאח ֲ֣ריְׁאבנֵ֑רְׁוְׁ ַֽל ֹא־נ ָׁ ָׁ֣טהְׁ ָׁל ִֶ֗לכֶתְׁעל־היָׁמין֙ ְׁוְׁ ַֽעל־‬
ַֽ ‫הא‬ ּ֖ ָׁ‫וירדִֹ֥ ףְׁעֲש‬
:‫השְׁ ֵ֔מ ֹאולְׁמ ַֽאח ֲּ֖ריְׁאבנַֽר‬
vairdóf 'asahél ájaréi avnér; vêló-natáh laléjet 'al-haiamin vê'ál-hasêmóvl,
meájaréi avnér.

Y Asael persiguió a Abner, yendo tras él sin apartarse ni a la derecha ni a la


izquierda.
(20)
:‫האלְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁאָׁ ַֽ ֹנכי‬
ֵ֑ ָׁ‫רְׁהא ָׁ ִ֥תהְׁזֶ ּ֖הְׁעֲש‬ ַֽ ֙‫ו ָּ֤יפֶןְׁאבנר‬
ַֽ ֶ‫ְׁאח ָׁ ֲֵ֔ריוְׁו ֹּ֕י ֹאמ‬
vaífen avner ájaráv, vaiómer háatáh zéh 'asahél; vaiómer anóji.

Abner se volvió hacia atrás y preguntó: –¿Eres tú Asael? Él respondió: –Sí, yo


soy.
(21)
ְׁ‫ךְׁואֱחֹ֣ זְׁלְׁ ִ֗ך‬
ַֽ ֶ ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁל֣ ֹוְׁאב ִ֗נרְׁנְׁ ָּ֤טהְׁלְׁך֙ ְׁעל־יְׁ ַֽמינְׁך֙ ְׁ֣אֹוְׁעל־שְׁמ ֹא ֵֶ֔ל‬
ְׁ‫האלְׁל ָּׁ֖סּור‬ ֵ֔ ָׁ‫ְׁמהנְׁע ֵָׁ֔ריםְׁוְׁקח־לְׁךּ֖ ְׁאֶ ת־חֲלצָׁ ֵ֑תֹוְׁוְׁ ַֽל ֹא־אָׁ ָׁב֣הְׁעֲש‬ ַֽ ֙‫אֶ חָׁ ד‬
:‫מ ַֽאח ָׁ ֲַֽריו‬

342
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 2

vaiómer ló avnér nêtéh lêjá 'al-iêmínêjá ó 'al-sêmoléja, véejóz lêjá ejad


méhanê'arím, vêqaj-lêjá et-jalitzató; vêló-aváh 'asahél, lasúr meájaráv.

Entonces Abner le dijo: –Apártate a la derecha o a la izquierda. Atrapa a


alguno de los jóvenes y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso dejar
de seguirle.
(22)
ְׁ ֙‫לְׁסּורְׁלְׁךּ֖ ְׁמ ַֽאח ָׁ ֲֵ֑ריְׁלָׁ ָּ֤מָׁ הְׁא ִֶ֨ככָׁה‬
ִ֥ ‫הא‬ ֵ֔ ָׁ‫ו ֵֹּ֧יסֶ ףְׁע֣ ֹודְׁאב ִ֗נרְׁלאמֹ ר֙ ְׁאֶ ל־עֲש‬
:‫ל־יֹואבְׁאָׁ ַֽחיך‬
ּ֖ ָׁ ֶ‫ֵ֔ארצָׁ הְׁוְׁאיְך֙ ְׁאֶ ָׁ ֣שאְׁפ ֵָׁ֔ניְׁא‬
vaiósef 'ód avnér lemor el-'asahél, súr lêjá meájarái; lámah akékah ártzah,
vêeij esá fanái, el-ioáv ajíja.

Y Abner volvió a decir a Asael: –¡Deja de seguirme! ¿Por qué te he de herir,


derribándote a tierra? ¿Cómo podría después levantar mi cara ante tu hermano
Ioav [Joab]?
(23)
ְׁ ֙‫ָּ֤אְׁהחֲנית‬
ַֽ ‫יְׁהח ֲָ֜ניתְׁאֶ ל־החִֹ֗ מֶ שְׁותצ‬
ַֽ ‫וימָׁ ֣אןְׁל ִָׁ֗סּורְׁויכ֣הּוְׁאבנרְׁ֩בְׁ ַֽאח ֲִ֨ר‬
‫ל־שםְׁויָׁ ֣מָׁ תְׁתח ָׁ ֵ֑תוְׁוי ִ֡היְׁכְׁל־ה ָׁב֣אְׁאֶ ל־המָׁ קֹוםְׁ֩אֲשֶ ר־‬ּ֖ ָׁ ְׁ‫מ ַֽאח ָׁ ֲֵ֔ריוְׁויפ‬
:‫האלְׁויָׁמֹּ֖ תְׁוַַֽֽיעֲמַֹֽ דּו‬ ִ֛ ָׁ‫לְׁשםְׁעֲש‬
ֵּ֧ ָׁ ‫ִָׁ֨נפ‬
vaimaén lasúr vaiakéhu avner bêájaréi hájanít el-hajómesh vatetzé hájanit
meájaráv, vaipol-shám vaiámat tajtáv; vaihí kol-habá el-hamaqom asher-náfal
shám 'asahél vaiamót váia'amódu.

Como él rehusó apartarse, Abner lo hirió en el vientre con el extremo trasero


de la lanza, y la lanza le salió por detrás. Así cayó allí y murió en el mismo
sitio. Sucedió que todos los que pasaban por el lugar donde Asael había caído
y había muerto, se detenían.
(24)
‫שְׁבאָׁ הְׁוְׁ ִ֗המָׁ הְׁבֵָׁ֚ אּוְׁעד־‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫יְׁאח ֲ֣ריְׁאבנֵ֑רְׁוְׁה ֶ ֣שמ‬
ַֽ ‫יש‬ּ֖ ‫בְׁואֲב‬
ַֽ ‫ּוְׁיֹוא‬
ִ֥ ָׁ ‫וַַֽֽירדְׁ ִ֛פ‬
:‫י־גיחְְׁׁ ֶ ּ֖ד ֶרְךְׁמדבִ֥רְׁגבעַֽ ֹון‬
ֵ֔ ‫גבע֣תְׁא ֵ֔ ָׁמהְׁאֲשֶ ר֙ ְׁעל־פְׁנ‬
váirdêfú ioáv váavishái ájaréi avnér; vêhashémesh báah, vêhémah báu 'ad-
giv'át amáh, asher 'al-pênei-gíaj, dérej midbár giv'ón.

Pero Ioav [Joab] y Abisai persiguieron a Abner. El sol se puso cuando


llegaron a la colina de Amá, frente a Guíaj, en el camino del desierto de
Gabaón.
(25)
ַֽ ּ֖‫ְׁאח ֲ֣ריְׁאב ֵ֔נרְׁו ַֽיהי‬
ְׁ‫ּוְׁל ֲאג ָׁ ֻ֣דהְׁאֶ ָׁחֵ֑תְׁוי֣עמדֵ֔ ּוְׁעִ֥ל‬ ַֽ ֙‫ו ַֽיתְׁקבְׁ ָּ֤צּוְׁבְׁנַֽי־בניָׁמן‬
:ְׁ‫ר ֹאש־גבעָׁ ּ֖הְׁאֶ ָׁ ַֽחת‬
343
2 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaítêqabêtzú vênéi-viniamin ájaréi avnér, vaíhíu láagudáh eját; vaiá'amdú, 'ál


rosh-giv'áh eját .

Luego se agruparon los hijos de Benjamín tras Abner formando un solo


escuadrón, y se detuvieron en la cumbre de cierta colina.
(26)
ְׁ‫לְׁח ֶרבְׁהֲל֣ ֹואְׁי ֵָׁ֔דעתָׁ ה‬ ֶ ֵ֔ ‫ל־יֹואבְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁ ֲה ָׁל ִֶ֨נצח֙ ְׁ ֣ת ֹאכ‬
ָׁ ִ֗ ֶ‫ויק ָׁ ִ֨ראְׁאב ָ֜נרְׁא‬
ְׁ‫ֹאמרְׁ ָׁל ֵָׁ֔עםְׁל ָּׁ֖שּובְׁמ ַֽאח ֲִ֥רי‬֣ ‫ְׁל ֹא־ת‬ ַֽ ֙‫הְׁתהְׁיֶ ּ֖הְׁבָׁ ַֽאחֲרֹונָׁ ֵ֑הְׁוְׁעד־מָׁ תי‬
ַֽ ‫ַֽכי־מָׁ ָׁ ִ֥ר‬
:‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫אֲח‬
vaiqrá avnér el-ioáv vaiómer halanétzaj tójal jérev, haló iadá'tah, kí-maráh
tíhêiéh baájaronáh; vê'ad-mataí ló-tomár la'ám, lashúv meájaréi ajeihém.

Entonces Abner dio voces a Ioav [Joab] diciendo: –¿Ha de consumir la espada
para siempre? ¿No sabes tú que al final sólo habrá amargura? ¿Hasta cuándo
esperas para decir al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos?
(27)
ְׁ‫זְׁמה ִ֨ ֹבקֶ ר֙ ְַֽׁנעֲלָׁ ֣ה‬
ַֽ ‫יְׁא‬
ָּ֤ ָׁ ‫ְׁכ‬
֣ ָׁ‫יםְׁכיְׁלּולּ֖אְׁדבֵ֑רת‬
ִ֥ ‫ֱלה‬ ֵ֔ ‫יְׁהא‬ ַֽ ָׁ ‫בְׁח‬
ֵ֚ ְׁ‫רְׁיֹוא‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
:ְׁ‫םְׁאישְׁמ ַֽאח ֲִ֥ריְׁאָׁ ַֽחיו‬ּ֖ ‫הָׁ ֵָׁ֔ע‬
vaiómer ioáv, jái háelohím, kí lulé dibárta; kí áz méhabóqer ná'aláh ha'ám, ísh
meájaréi ajív .

Ioav [Joab] respondió: –¡Vive Elohim, que si tú no hubieras hablado, el


pueblo habría dejado de perseguir a sus hermanos desde la mañana!
(28)
ְׁ‫ֹודְׁאח ֲ֣רי‬
ַֽ ּ֖‫וית ָּ֤קעְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁבשֹו ֵָׁ֔פרְׁויַֽעמדּו֙ ְׁכְׁל־הָׁ ֵָׁ֔עםְׁוְׁ ַֽל ֹא־ירדְׁ ִ֥פּוְׁע‬
:‫יש ָׁר ֵ֑אלְׁוְׁ ַֽל ֹא־יְׁסְׁ ִ֥פּוְׁעּ֖ ֹודְׁלְׁהּל ַָֽׁחם‬
vaitqá' ioav bashofár, vaiá'amdú kol-ha'ám, vêló-irdêfú 'ód ájaréi israél; vêló-
iosêfú 'ód lêhilajém.

Entonces Ioav [Joab] tocó el shofar, y todo el pueblo se detuvo. Y no


persiguieron más a Israel, ni continuaron luchando más.
(29)
ְׁ‫הְׁכלְׁהּל֣ילָׁהְׁה ֵ֑הּואְׁויַֽעב ֣רּוְׁאֶ ת־היר ִ֗דן‬
ֹ ּ֖ ‫ְׁבע ֲָׁר ֵ֔ ָׁב‬
ַֽ ָׁ ֙‫יוְׁהלְׁכּו‬ַֽ ָׁ ִָׁ֗‫֣רְׁו ֲאנָׁש‬
ַֽ ‫וְׁאבנ‬
:‫אּוְׁמח ֲָׁנַַֽֽים‬
ַֽ ֹּ֖‫ויַֽלְׁכּו֙ ְׁכְׁל־הבת ֵ֔רֹוןְׁויָׁב‬
vêavnér váanasháv hálêjú bá'araváh, kól haláilah hahú; vaiá'avrú et-haiardén
vaiélêjú kol-habitrón, vaiavóu májanáim.

Abner y sus hombres caminaron por el Arabá toda aquella noche, cruzaron el
Jordán, y atravesando todo el Bitrón llegaron a Majanaim.

344
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 2, 3

(30)
ְׁ‫יֹואבְׁשֵָׁ֚ בְׁמ ַֽאח ֲ֣ריְׁאב ֵ֔נרְׁויקבֹּ֖ ץְׁאֶ ת־כְׁל־הָׁ עָׁ ֵ֑םְׁוי ִָׁ֨פקדָ֜ ּוְׁ ַֽמעב ִ֥דיְׁדָׁ ִ֛וד‬ָׁ ִ֗ ְׁ‫ו‬
:‫האל‬
ַֽ ָׁ‫ישְׁועֲש‬
ַֽ ‫רְׁא‬ ּ֖ ‫ָׁש‬
ִ֥ ָׁ ‫תש ָׁ ַֽעה־ע‬
vêioáv sháv meájaréi avnér, vaiqbótz et-kol-ha'ám; vaipáqdú mé'avdéi davíd
tish'áh-'asár ísh vá'asahél.

Ioav [Joab] también volvió de perseguir a Abner y reunió a toda la gente. Y


faltaban de los servidores de David 19 hombres, además de Asael.
(31)
ְׁ‫יםְׁאיש‬
ּ֖ ‫וְׁעב ֣דיְׁדָׁ ִ֗ודְׁהכּו֙ ְׁמבני ֵָׁ֔מןְּׁובאנ ּ֖שיְׁאבנֵ֑רְׁשְׁלש־מ ֵּ֧אֹותְׁוְׁש ִ֛ש‬
:‫ַֽמתּו‬
vê'avdéi davíd hikú mibiniamín, uvanshéi avnér; shêlosh-meót vêshishím ísh
métu.

Pero los servidores de David hirieron a 360 de Benjamín, de los hombres de


Abner, los cuales murieron.
(32)
ְׁ‫ֲשרְׁב֣יתְׁלָׁ ֵ֑חֶ םְׁויַֽלְׁכ֣ ּו‬
ּ֖ ֶ ‫האלְׁוַַֽֽיקבְׁ ִ֨ ֻרהּו֙ ְׁבְׁ ֶ ֣קבֶ רְׁאָׁ ֵ֔ביוְׁא‬
ֵ֔ ָׁ‫וישאּו֙ ְׁאֶ ת־עֲש‬
:‫כְׁל־ה ִּ֗לילָׁהְׁיֹואָׁ ב֙ ְַֽׁו ֲאנָׁשֵָׁ֔ יוְׁויאִֹ֥ רְׁל ֶָׁהּ֖םְׁבְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
vaisú et-'asahél, váiqbêrúhú bêqéver avív, ashér béit lájem; vaiélêjú jol-
haláilah ioav váanasháv, vaieór lahém bêjevrón.

Luego se llevaron a Asael y lo sepultaron en la tumba de su padre, que está en


Belén. Ioav [Joab] y sus hombres caminaron toda aquella noche, y les
amaneció en Hebrón.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 3


(1)
ְׁ‫הְׁביןְׁב֣יתְׁשָׁ ֵ֔אּולְּׁובּ֖יןְׁב֣יתְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוְׁדָׁ וד֙ ְׁהֹ לְ֣ך‬
ֵ֚ ‫ותְׁ ָּ֤היְׁהמלחָׁ מָׁ ה֙ ְׁאֲרֻ ֵָׁ֔כ‬
‫ ס‬:‫וְׁחָׁ ֵ֔זקְּׁובִ֥יתְׁשָׁ ּ֖אּולְׁהַֹֽ לְׁ ִ֥כיםְׁוְׁד ַּֽלים‬
vatêhí hamiljamah arukáh, béin béit shaúl, uvéin béit davíd; vêdavid holéj
vêjazéq, uvéit shaúl hólêjím vêdalím.

Fue larga la guerra entre la casa de Shaúl [Saúl] y la casa de David. Pero
David se iba fortaleciendo, y la casa de Shaúl [Saúl] se iba debilitando.

345
3 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(2)
ְׁ‫ֹוןְׁלאֲח ּ֖ ֹינעם‬
ַֽ ֵ֔‫וילדוְׁ(וי ָּׁוַֽלְׁ ֵּ֧דּו)ְׁלְׁדָׁ ִ֛ודְׁבָׁ נּ֖יםְׁבְׁחֶ ב ֵ֑רֹוןְׁוי ָּ֤היְׁבְׁכֹורֹו֙ ְׁאמנ‬
:‫אלת‬ ַֽ ‫היזרְׁע‬
vildv (vaiválêdú) lêdavíd baním bêjevrón; vaihí vêjoró amnón, láajinó'am
haizrê'elít.

A David le nacieron hijos en Hebrón. Su primogénito fue Amnón, de


Ajinoam, de Jezreel.
(3)
ְׁ ֙‫֣לְׁהכרמְׁ ֵ֑ליְׁוְׁהשְׁלשי‬
ַֽ ‫ל)ְׁאשֶ תְׁנ ָָׁׁב‬
ּ֖ ‫בְׁלאביגלְׁ(לאֲב ֹּ֕יגי‬
ַֽ ‫ּומשנ֣הּוְׁכל ֵ֔ ָׁא‬
:‫ֹוםְׁבן־מ ֲע ֵָׁ֔כהְׁבת־תל ּ֖מיְׁ ֶ ִ֥מלְֶךְׁגְׁ ַֽשּור‬ַֽ ֶ ֣‫אבשָׁ ל‬
umishnéhu jiláv, lvigl (láavigáil) éshet navál hákarmêlí; vêhashêlishí
avshalóm bén-ma'ajáh, bat-talmái mélej gêshúr.

El segundo fue Quileab, de Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel. El


tercero fue Absalón [Avshalóm], hijo de Maajá [Maaca] hija de Talmai, rey de
Gesur.
(4)
:‫יטל‬
ַֽ ָׁ ‫ישיְׁשְׁפטיָׁ ִ֥הְׁבֶ ן־אֲב‬
ּ֖ ‫יעיְׁאֲדַֹֽ ניָׁ ֣הְׁבֶ ן־חגֵ֑יתְׁוְׁ ַֽהחֲמ‬
ּ֖ ‫וְׁ ָׁ ַֽה ְׁרב‬
vêhárêvi'í adóniáh ven-jagít; vêhájamishí shêfatiáh ven-avitál.

El cuarto fue Adoniá [Adonías], hijo de Jaguit [Haguit]. El quinto fue


Sefatías, hijo de Abital.
(5)
‫ פ‬:‫דְׁאּלֶהְׁיֻּלְׁ ִ֥דּוְׁלְׁדָׁ וּ֖דְׁבְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
ִ֛ ‫ּ֖הְׁאשֶ תְׁדָׁ ֵ֑ו‬
֣ ָׁ‫וְׁהש ֣שיְׁית ְׁר ֵָׁ֔עםְׁלְׁעֶגל‬
vêhashishí itrê'ám, lê'egláh éshet davíd; éleh iulêdú lêdavíd bêjevrón.

El sexto fue Itream, de Egla, mujer de David. Éstos le nacieron a David en


Hebrón.
(6)
ְׁ‫הְׁביןְׁב֣יתְׁשָׁ ֵ֔אּולְּׁובּ֖יןְׁב֣יתְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוְׁאבנִ֛רְׁהָׁ יָׁ ִ֥ה‬
ֵ֚ ‫יְׁבהְׁיֹות֙ ְׁהמלחָׁ ֵ֔ ָׁמ‬
ַֽ ‫וי ִ֗ה‬
:‫מתחזּ֖קְׁבְׁבִ֥יתְׁשָׁ ַֽאּול‬
vaihí bíhêiot hamiljamáh, béin béit shaúl, uvéin béit davíd; vêavnér haiáh
mitjazéq bêvéit shaúl.

Aconteció que mientras había guerra entre la casa de Shaúl [Saúl] y la casa de
David, Abner se hacía más fuerte en la casa de Shaúl [Saúl].

346
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 3

(7)
ְׁ‫ּולשָׁ ֣אּולְׁפ ֵֶ֔לגֶשְּׁוש ָׁ ּ֖מּהְׁרצפָׁ ֣הְׁבת־איָׁ ֵ֑הְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁאֶ ל־אב ֵ֔נרְׁמ ִ֥דּוע‬
:‫ָׁבּ֖אתָׁ הְׁאֶ ל־פילֶ ִ֥ גֶשְׁאָׁ ַֽבי‬
ulshaúl pilégesh, ushmáĥ ritzpáh vat-aiáh; vaiómer el-avnér, madú'a bátah el-
pilégesh aví.

Shaúl [Saúl] había tenido una concubina que se llamaba Rizpa hija de Ayías.
Entonces Isboset preguntó a Abner: –¿Por qué te has unido a la concubina de
mi padre?
(8)
ְׁ ֮‫יש־בשֶ תְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁ ֲה ִ֨ר ֹאשְׁכֶ ִ֥ לֶבְׁאָׁ נֹ כי‬
ֹ ִ֗ ‫ויחרְׁ֩לְׁאב ִ֨נרְׁמְׁ ָ֜ ֹאדְׁעל־דב ֣ריְׁ ַֽא‬
ְׁ ֙‫ם־ביתְׁ׀ְׁשָׁ ֣אּולְׁאָׁ ִ֗ביךְׁאֶ ל־אֶ חָׁ יו‬ ֣ ‫ה־חסֶ דְׁע‬ ֶ ָ֜ ֶ‫ֹוםְׁאעֱש‬
ַֽ ֶ ִ֨‫רְׁליהּודָׁ הְׁ֒הי‬
ַֽ ‫ֲש‬
ֶ֣ ‫א‬
ְׁ‫ןְׁהא ָׁ ּ֖שה‬
ַֽ ָׁ ‫יתך בְׁיד־דָׁ ֵ֑ודְׁותפקִֹ֥ דְׁעָׁלִ֛יְׁעְֲִֹׁ֥ו‬
ּ֖ ‫ל־מר ֵ֔עהּוְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁהמצ‬
֣ ֶ‫וְׁא‬
‫ ס‬:‫היַֽ ֹום‬
vaijar lêavnér mêód 'al-divréi ísh-bóshet vaiómer harósh kélev anojí ashér
líhudah haióm é'eseh-jésed 'im-béit | shaúl avíja el-ejav vêel-mére'éhu, vêló
himtzitíja bêiad-davíd; vatifqód 'alái 'avón háisháh haióm.

Abner se enfureció muchísimo por las palabras de Isboset y le dijo: –¿Acaso


soy yo una cabeza de perro que pertenece a Iehudá [Judá]? Hoy estoy
mostrando lealtad a la casa de tu padre Shaúl [Saúl], a sus hermanos y a sus
amigos, y no te he entregado en mano de David. ¿Y hoy me llamas a cuentas
por una falta con esta mujer?
(9)
ְׁ ֙‫יְׁכאֲשִֶ֨ רְׁנשבָּ֤עְׁיהוָׁה‬
ַֽ ‫ֹוְׁכ‬
ִ֗ ֵ֑‫ַֽ ֹכה־יע ֶ ֲָּ֤שהְׁאֱלהים֙ ְׁלְׁאב ֵ֔נרְׁוְׁ ּ֖ ֹכהְׁיֹ ֣סיףְׁל‬
:ְׁ‫ּ֖ןְׁאעֱשֶ ה־ּלַֽ ֹו‬
ַֽ ֶ ‫לְׁדָׁ ֵ֔ודְׁכי־כ‬
kóh-ia'aséh elohim lêavnér, vêjóh iosíf ló; kí káashér nishbá' Adonai lêdavíd,
ki-jén é'eseh-ló .

Así haga Elohim a Abner y aun le añada, si yo no hago con David lo que el
Eterno le ha jurado:
(10)
‫לְׁ ַֽהע ֲִ֥בירְׁהממלָׁכָׁ ּ֖הְׁמב֣יתְׁשָׁ ֵ֑אּולְּׁולהָׁ ֵּ֞קיםְׁאֶ ת־כ ֣סאְׁדָׁ ִ֗ודְׁעל־‬
:‫רְׁשבע‬ ַֽ ָׁ ‫הּודהְׁמ ָׁ ּ֖דןְׁוְׁעד־בְׁ ִ֥א‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫יש ָׁראלְׁ֙וְׁעל־י‬
lêhá'avír hamamlajáh mibéit shaúl; ulhaqím et-kisé davíd 'al-israel vê'al-
iêhudáh, midán vê'ad-bêér sháva'.

transferir el reino de la casa de Shaúl [Saúl] y confirmar el trono de David


sobre Israel y sobre Iehudá [Judá], desde Dan hasta Beer Sheva.

347
3 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(11)
‫ ס‬:‫לְׁעֹודְׁלְׁהָׁ ִ֥שיבְׁאֶ ת־אבנּ֖רְׁדָׁ ָׁבֵ֑רְׁמיראָׁ ּ֖תֹוְׁאֹ ַֽתֹו‬
ֵ֔ ‫וְׁ ַֽל ֹא־י ֣ ָֹׁכ‬
vêló-iajól 'ód, lêhashív et-avnér davár; mirató otó.

Isboset no pudo responder palabra a Abner, porque le tenía miedo.


(12)
ְׁ‫י־א ֶרץְׁלאמִֹ֗ ר‬
ֵ֑ ָׁ ‫וישל ְׁ֩חְׁאב ִ֨נרְׁמלאָׁ ֵּ֧כיםְׁ׀ְׁאֶ ל־דָׁ ִ֛ודְׁתח ָׁ ִ֥תוְׁלאמֹּ֖ רְׁלְׁמ‬
:‫כְׁ ְׁר ָׁ ָּ֤תהְׁבְׁ ַֽריתְׁך֙ ְׁא ֵ֔תיְׁוְׁהנה֙ ְׁי ָׁ֣דיְׁע ֵ֔ ָׁמְךְׁלְׁהָׁ ִ֥סבְׁאלֶ ּ֖יךְׁאֶ ת־כְׁל־יש ָׁר ַֽאל‬
vaishlaj avnér malajím | el-davíd tajtáv lemór lêmi-áretz; lemór korêtáh
vêrítêjá ití, vêhineh iadí 'imáj, lêhasév eléja et-kol-israél.

Entonces Abner envió mensajeros a David para decirle de parte suya: '¿De
quién es la tierra? ¡Haz alianza conmigo, y he aquí que mi mano estará
contigo para hacer volver a ti a todo Israel!'
(13)
ְׁ‫דְׁאנֹ כיְׁ֩שֹ ִ֨אל‬
ַֽ ָׁ ‫יתְׁאְךְׁדָׁ ָׁב֣רְׁאֶ ִ֡ ָׁח‬
֣ ‫רְׁטֹובְׁא ֲֹּ֕ניְׁאֶ כ ִ֥רֹ תְׁאתְׁךּ֖ ְׁבְׁ ֵ֑ר‬
ֵ֔ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫יְׁכיְׁ׀ְׁאם־לפנ֣יְׁה ֱַֽביא ֲִ֗ך ְֵׁ֚אתְׁמיכ֣ל‬ ֣ ‫ַֽמאתְׁךָּ֤ ְׁלאמֹ ר֙ ְׁ ַֽל ֹא־תר ֶ ֣אהְׁאֶ ת־פ ֵָׁ֔נ‬
‫ ס‬:‫בת־שָׁ ֵ֔אּולְׁבְׁבַֹֽ אֲךּ֖ ְׁלר ִ֥אֹותְׁאֶ ת־פ ָָׁׁנַֽי‬
vaiómer tóv, aní ejrót itêjá bêrít; áj davár ejád ánojí shoél méitêjá lemor ló-
tiréh et-panái, kí | im-lifnéi hevíajá ét mijál bat-shaúl, bêvóajá lirót et-panái.

David respondió: 'Bien. Yo haré alianza contigo, pero te pido una cosa: No
vengas a verme sin que primero me traigas a Mical hija de Shaúl [Saúl],
cuando vengas a verme.
(14)
‫ל־איש־בִֹ֥ שֶ תְׁבֶ ן־שָׁ ּ֖אּולְׁלאמֵֹ֑ רְׁתְׁנָׁ ָּ֤הְׁאֶ ת־‬
ַֽ ֶ‫וישלָּ֤חְׁדָׁ וד֙ ְׁמלאָׁ ֵ֔כיםְׁא‬
:‫יְׁליְׁבְׁמ ָׁ ּ֖אהְׁעְׁרלִ֥ ֹותְׁפְׁלש ַֽתים‬ֵ֔ ‫יכלְׁאֲשֶ ר֙ ְׁא ְׁ֣רשת‬
ֵ֔ ‫אשתי֙ ְׁאֶ ת־מ‬
vaishláj david malajím, el-ísh-bóshet ben-shaúl lemór; tênáh et-ishtí et-mijál,
asher erásti lí, bêmeáh 'orlót pêlishtím.

Entonces David envió mensajeros a Isboset hijo de Shaúl [Saúl], diciendo:


'Restitúyeme a mi mujer Mical, a la cual yo desposé conmigo por cien
prepucios de filisteos.'
(15)
ְׁ‫יאלְׁבֶ ן־לוש‬
ִ֥ ‫םְׁאישְׁמ ּ֖עםְׁפלט‬
ֵ֑ ‫ְׁמ ַֽע‬
֣ ָׁ‫ישְׁבשֶ תְׁויקָׁ ֶחּ֖ה‬
ֹ ֵ֔ ‫ְׁא‬
֣ ֙‫וישלח‬
:)‫(ליש‬
ַֽ ָׁ
vaishlaj ísh bóshet, vaiqajéha mé'ím ísh; me'ím paltiél ben-lvs (láish).

Isboset envió a quitársela a su marido, Paltiel hijo de Lais.

348
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 3

(16)
ְׁ‫ד־בח ֵֻ֑ריםְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאלָׁ ִ֥יו‬
ַֽ ‫הְׁאח ֶ ֲּ֖ריהָׁ ְׁע‬
ַֽ ‫ו ִ֨ילְֶךְׁא ָ֜ ָׁתּהְׁאישִָׁ֗ ּהְׁהָׁ לֵּ֧ ֹוְךְּׁובָׁ ִ֛ ֹכ‬
:‫ְִ֥ךְׁשּובְׁויָׁשַֹֽ ב‬
ּ֖ ‫אבנִ֛רְׁל‬
vaiélej itáĥ isháĥ halój uvajóh ájaréiha 'ad-bájurím; vaiómer eláv avnér léj
shúv vaiashóv.

Su marido fue con ella, siguiéndola y llorando tras ella, hasta Bajurim. Y
Abner le dijo: –¡Anda, vuélvete! Entonces él se volvió.
(17)
ְׁ‫ּודבר־אבנ֣רְׁהָׁ ֵָׁ֔יהְׁעם־זקנִ֥יְׁיש ָׁר ּ֖אלְׁלאמֵֹ֑ רְׁגם־תְׁמֹולְׁ֙גם־שלשֵֹ֔ ם‬
:‫יכם‬ ַֽ ֶ ‫יתםְׁמְׁבק ֵּ֧שיםְׁאֶ ת־דָׁ ִ֛ודְׁלְׁ ֶ ּ֖מלְֶךְׁעֲל‬
ֶ ֵּ֞ ‫הֱי‬
udvar-avnér haiáh, 'im-ziqnéi israél lemór; gam-têmol gam-shilshóm, heitém
mêvaqshím et-davíd lêmélej 'aleijém.

Abner habló con los ancianos de Israel, diciendo: –Hace tiempo que
procurabais que David fuese rey sobre vosotros.
(18)
ְׁ‫יְׁהֹושיע‬
ָ֜ ‫ּוְׁכיְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁאָׁ ָּ֤מרְׁאֶ ל־דָׁ וד֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁבְׁי֣דְׁ׀ְׁדָׁ ו֣דְׁעב ִ֗ד‬
֣ ‫וְׁע ָׁ ּ֖תהְׁע ֲֵ֑ש‬
:ְׁ‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫אֶ ת־ע ָּ֤מיְׁיש ָׁראלְׁ֙מי֣דְׁפְׁלש ֵ֔תיםְּׁומיּ֖דְׁכְׁל־אַֹֽ יְׁב‬
vê'atáh 'asú; kí Adonai amár el-david lemór, bêiád | davíd 'avdí hoshí'a et-'amí
israel miád pêlishtím, umiád kol-óiêveihém .

Ahora pues, hacedlo, porque el Eterno ha hablado a David diciendo: 'Por


mano de mi siervo David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos y
de mano de todos sus enemigos.'
(19)
ְׁ ֙‫וידבִ֥רְׁגם־אבנּ֖רְׁבְׁאְׁזנ֣יְׁבני ֵָׁ֑מיןְׁוי֣לְֶךְׁגם־אב ִ֗נרְׁלְׁד ֵּ֞ברְׁבְׁאְׁזנָּ֤יְׁדָׁ וד‬
:‫ֹוןְׁאתְׁכְׁל־אֲשֶ ר־טֹוב֙ ְׁבְׁעינ֣יְׁיש ָׁר ֵ֔אלְּׁובעינּ֖יְׁכְׁל־בִ֥יתְׁבני ַָֽׁמן‬ ָּ֤ ‫בְׁחֶ ב ֵ֔ר‬
vaidabér gam-avnér bêoznéi viniamín; vaiélej gam-avnér lêdabér bêoznéi
david bêjevrón, ét kol-asher-tov bê'einéi israél, uv'einéi kol-béit biniamín.

Abner habló también a los de Benjamín, y Abner mismo fue a Hebrón para
decir a David todo lo que parecía bien a los de Israel y a toda la casa de
Benjamín.
(20)
ְׁ‫ו ָׁי ִ֨ב ֹאְׁאבנָּ֤רְׁאֶ ל־דָׁ וד֙ ְׁחֶ ב ֵ֔רֹוןְׁוְׁא ּ֖תֹוְׁעֶש ֣ריםְׁ ֲאנ ֵָׁ֑שיםְׁו ִ֨יעשְׁדָׁ ֵּ֧וד‬
:‫לְׁאבנִ֛רְׁוְׁ ַֽל ֲאנ ִָׁ֥שיםְׁאֲשֶ ר־א ּ֖תֹוְׁמש ֶ ַֽתה‬

349
3 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiavó avnér el-david jevrón, vêitó 'esrím anashím; vaiá'as davíd lêavnér
vêláanashím asher-itó mishtéh.

Abner fue a David en Hebrón junto con veinte hombres, y David hizo
banquete para él y para los hombres que habían venido con él.
(21)
ְׁ‫הְׁ׀ְׁוא ִ֡לכָׁהְׁוְׁאֶ קבְׁצָׁ הְׁ֩אֶ ל־אֲדֹ ִ֨ניְׁה ָ֜ ֶמלְֶך‬
ְַֽׁ ָׁ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁאבנ֣רְׁאֶ ל־דָׁ ִ֡ודְׁאָׁ ֣קּומ‬
ְׁ‫יתְּׁומלכ ֵ֔ ָׁתְׁבְׁ ִ֥ ֹכלְׁאֲשֶ ר־תְׁאּוֶ ּ֖ה‬
֣ ָׁ ‫אֶ ת־כְׁל־יש ָׁר ִ֗אלְׁוְׁיכ ְׁר ָּ֤תּוְׁאתְׁך֙ ְׁבְׁ ֵ֔ר‬
:‫נפ ֶ ֵ֑שךְׁוישּלִ֥חְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־אבנּ֖רְׁויִ֥לְֶךְׁבְׁשָׁ לַֽ ֹום‬
vaiómer avnér el-davíd aqúmah | vêeléjah vêeqbêtzah el-adoní hamélej et-kol-
israél vêijrêtú itêjá bêrít, umálajtá, bêjól asher-têavéh nafshéja; vaishaláj davíd
et-avnér vaiélej bêshalóm.

Entonces Abner dijo a David: –Yo me levantaré e iré a reunir a todo Israel
junto a mi señor el rey, para que hagan una alianza contigo, de modo que tú
reines sobre todo lo que deseas. Luego David despidió a Abner, y él se fue en
paz.
(22)
ְׁ‫ִ֥לְׁרבְׁע ָׁ ֣מםְׁה ֵ֑ביאּוְׁוְׁאב ִ֗נר‬
ּ֖ ָׁ ָׁ‫֣אְׁמהגְׁדֵ֔ ּודְׁוְׁשָׁ ל‬
ַֽ ‫וְׁהנהְׁ֩עב ִ֨דיְׁדָׁ ָּ֤ודְׁוְׁיֹואָׁ ב֙ ְָׁׁב‬
:‫ֹוןְׁכיְׁשּלְׁ ּ֖חֹוְׁו ִ֥ילְֶךְׁבְׁשָׁ לַֽ ֹום‬
ִ֥ ‫אינֶ ָּ֤נּוְׁעם־דָׁ וד֙ ְׁבְׁחֶ ב ֵ֔ר‬
vêhineh 'avdéi davíd vêioav bá méhagêdúd, vêshalál ráv 'imám hevíu; vêavnér
einénu 'im-david bêjevrón, kí shilêjó vaiélej bêshalóm.

He aquí que los servidores de David llegaron con Ioav [Joab] de una
incursión, trayendo consigo mucho botín. Pero Abner ya no estaba en Hebrón
con David, pues éste le había despedido, y él se había ido en paz.
(23)
ְׁ‫רְׁבא־אבנָּ֤ר‬
ַֽ ָׁ ֵֹ֔‫ֹוְׁבֵ֑אּוְׁויגָּ֤דּוְׁלְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁלאמ‬
ָׁ ‫יֹואבְׁוְׁכְׁל־הצָׁ ָׁבִ֥אְׁאֲשֶ ר־א ּ֖ת‬ ִ֛ ָׁ ְׁ‫ו‬
:‫בֶ ן־נר֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוַַֽֽישּלְׁחּ֖הּוְׁויִ֥לְֶךְׁבְׁשָׁ לַֽ ֹום‬
vêioáv vêjol-hatzavá asher-itó báu; vaiagídu lêioav lemór, bá-avnér ben-ner
el-hamélej, váishalêjéhu vaiélej bêshalóm.

Cuando llegaron Ioav [Joab] y todo el ejército que estaba con él, le informaron
a Ioav [Joab] diciendo: –Abner hijo de Ner vino al rey. Él le ha dejado ir, y
Abner se ha ido en paz.
(24)
ְׁ‫ה־בָּ֤אְׁאבנר֙ ְׁא ֵֶ֔ליך‬
ָׁ ‫רְׁמהְׁע ֵָׁ֑שיתָׁ הְׁהנ‬
֣ ֶ ֶ‫ו ָׁי ָּ֤ב ֹאְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁו ּ֖י ֹאמ‬
:‫לְׁמָׁ ה־זֶ ִ֥הְׁשּלח ּ֖תֹוְׁויִ֥לְֶךְׁהָׁ לַֽ ֹוְך‬

350
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 3

vaiavó ioav el-hamélej, vaiómer méh 'asítah; hineh-vá avner eléja, lomah-zéh
shilajtó vaiélej halój.

Entonces Ioav [Joab] fue al rey y le dijo: –¿Qué has hecho? He aquí que
Abner vino a ti; ¿por qué, pues, le dejaste ir? ¡Ahora se ha ido!
(25)
‫ְׁואֶ ת־‬
ְׁ ֙‫ת־מֹוצאֲך‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ֵ֑אְׁול ָָׁ֜דעתְׁא‬
ְׁ ‫רְׁכיְׁלְׁפתַֹֽ תְׁךּ֖ ְָׁׁב‬
ִ֥ ‫ן־נ‬
ֵ֔ ֶ‫י ִָׁ֨דע ָׁ֙תְׁאֶ ת־אבנ֣רְׁב‬
:‫ֲשרְׁא ָׁ ּ֖תהְׁעֹ ֶ ַֽשה‬
ִ֥ ֶ ‫תְׁאתְׁכְׁל־א‬ ִ֛ ‫מבואךְׁ(מֹובָׁ ֵ֔ ֶאך)ְׁוְׁל ָֹּׁ֕דע‬
֣
iadá'tá et-avnér ben-nér, kí lêfatótêjá bá; vêladá'at et-motzáajá vêet-mvvj
(móvaéja), vêladá'at ét kol-ashér atáh 'oséh.

Tú conoces a Abner hijo de Ner, que vino para engañarte, para conocer tu
entrada y tu salida, y para saber todo lo que haces.
(26)
ְׁ‫ְׁאח ֲ֣ריְׁאב ֵ֔נרְׁוי ִָׁ֥שבּוְׁאֹ ּ֖תֹו‬
ַֽ ֙‫ויצָּ֤אְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁמ ֣עםְׁדָׁ ֵ֔ודְׁוישלָּ֤חְׁמלאָׁ כים‬
:‫מ ֣בֹורְׁהס ָׁ ֵ֑רהְׁוְׁדָׁ ּ֖ודְׁ ִ֥ל ֹאְׁי ָׁ ַָֽׁדע‬
vaietzé ioav me'ím davíd, vaishláj malajim ájaréi avnér, vaiashívu otó mibór
hasiráh; vêdavíd ló iadá'.

Cuando Ioav [Joab] salió de la presencia de David, envió mensajeros tras


Abner, los cuales le hicieron regresar desde el pozo de Sira, sin que David lo
supiera.
(27)
ְׁ‫ל־תֹוְךְׁה ֵ֔שערְׁלְׁדבִ֥רְׁא ּ֖תֹוְׁב ֶ ֵ֑שלי‬
֣ ֶ‫ויָׁ ָּ֤שְׁבְׁאבנר֙ ְׁחֶ ב ֵ֔רֹוןְׁוי ָּּ֤טהּוְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁא‬
:‫האלְׁאָׁ ַֽחיו‬
ִ֥ ָׁ‫ויכָּ֤הּוְׁשָׁ ם֙ ְׁהחֵֹ֔ מֶ שְׁו ָֹּׁ֕ימָׁ תְׁבְׁ ּ֖דםְׁעֲש‬
vaiáshov avner jevrón, vaiatéhu ioav el-tój hashá'ar, lêdabér itó bashéli;
vaiakéhu sham hajómesh, vaiámat bêdám 'asahél ajív.

Entonces Abner volvió a Hebrón, y Ioav [Joab] lo apartó a la entrada de la


ciudad como para hablar en privado con él. Allí le hirió en el vientre, a causa
de la sangre de Asael su hermano; y así murió.
(28)
‫יְׁאנֹ ֵּ֧כיְּׁוממלכ ִ֛תיְׁמ ִ֥עםְׁיהוָׁ ּ֖הְׁעד־‬
ַֽ ָׁ ‫יְׁכןְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁנ ִָׁ֨ק‬
ֵ֔ ‫ויש ָּ֤מעְׁדָׁ וד֙ ְׁמ ֣אחֲר‬
:ְׁ‫עֹולָׁ ֵ֑םְׁמדְׁ ּ֖מיְׁאבנִ֥רְׁבֶ ן־נַֽר‬
vaishmá' david meájarei jén, vaiómer naqí ánojí umamlajtí me'ím Adonai 'ad-
'olám; midêméi avnér ben-nér .

Después de esto, David lo oyó y dijo: –¡Inocente soy yo, y también mi reino,
ante el Eterno para siempre, de la sangre de Abner hijo de Ner!

351
3 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(29)
ְׁ‫֣יתְׁיֹואב‬
ָׁ ִ֡ ‫יוְׁואל־יכ ָׁ֣רתְׁמב‬
ְַֽׁ ‫אשְׁיֹואבְׁוְׁ ֶ ּ֖אלְׁכְׁל־ב֣יתְׁאָׁ ֵ֑ב‬
ָׁ ֵ֔ ֹ ‫ָׁי ִֻ֨חלּו֙ ְׁעל־ ֣ר‬
:‫ר־לחֶ ם‬
ַֽ ָׁ ‫בְׁוחֲס‬
ַֽ ‫ּומחֲזִ֥יקְׁבפֶ ִ֛ לְֶךְׁוְׁנֹ פִ֥לְׁב ֶח ֶּ֖ר‬
ַֽ ְׁ‫ַ֠ ָׁזבְּׁומצֹ ָׁ ֵּ֞רע‬
iajúlú 'al-rósh ioáv, vêél kol-béit avív; vêal-ikarét mibéit ioáv záv umtzorá'
umájazíq bapélej vênofél bajérev vájasar-lájem.

¡Que recaiga su sangre sobre la cabeza de Ioav [Joab] y sobre toda su casa
paterna! ¡Nunca falte en la casa de Ioav [Joab] quien padezca flujo, o quien
sea leproso, o quien ande con bastón, o quien muera a espada, o quien carezca
de pan!
(30)
ְׁ‫האל‬
ֵּ֧ ָׁ‫יוְׁה ְׁרגּ֖ ּוְׁלְׁאבנֵ֑רְׁעלְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁה ָ֜מיתְׁאֶ ת־עֲש‬
ַֽ ָׁ ‫ישיְׁאָׁ ֵ֔ח‬
֣ ‫וְׁיֹואָׁ ב֙ ְַֽׁואֲב‬
‫ ס‬:‫יהִ֛םְׁבְׁגבעּ֖ ֹוןְׁבמלחָׁ ָׁ ַֽמה‬ ֶ ‫אֲח‬
vêioav váavishái ajív, hárêgú lêavnér; 'al ashér hemít et-'asahél ajihém
bêgiv'ón bamiljamáh.

Ioav [Joab] y su hermano Abisai mataron a Abner, porque éste había dado
muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón.
(31)
ְׁ ֙‫ל־יֹואבְׁוְׁאֶ ל־כְׁל־הָׁ עָׁ ֣םְׁאֲשֶ ר־א ִ֗תֹוְׁקרעָּ֤ ּוְׁבגדיכֶם‬
ָׁ ָ֜ ֶ‫וי ֹאמֶ רְׁ֩דָׁ ִ֨ודְׁא‬
:‫ְּ֖ךְׁאח ֲִ֥ריְׁהמ ָׁ ַּֽטה‬
ַֽ ‫וְׁחג ֣רּוְׁש ֵ֔קיםְׁוְׁספ ּ֖דּוְׁלפנ֣יְׁאבנֵ֑רְׁוְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֔ודְׁהֹ ל‬
vaiomer davíd el-ioáv vêel-kol-ha'ám asher-itó qir'ú vigdeijem vêjigrú saqím,
vêsifdú lifnéi avnér; vêhamélej davíd, holéj ájaréi hamitáh.

Entonces dijo David a Ioav [Joab] y a todo el pueblo que estaba con él: –
¡Rasgad vuestra ropa! Ceñíos de cilicio y haced duelo delante de Abner. El
rey David iba detrás del féretro,
(32)
ְׁ‫ל־קבֶ ר‬
֣ ֶ ֶ‫ת־קֹולֹוְׁויב ֙ךְׁא‬
ִ֗ ֶ‫ויקבְׁ ִ֥רּוְׁאֶ ת־אבנּ֖רְׁבְׁחֶ ב ֵ֑רֹוןְׁוי ָׁ ֵּ֧שאְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁא‬
‫ ס‬:‫אב ֵ֔נרְׁויבכּ֖ ּוְׁכְׁל־הָׁ ָׁ ַֽעם‬
vaiqbêrú et-avnér bêjevrón; vaisá hamélej et-qoló vaievk el-qéver avnér,
vaivkú kol-ha'ám.

y sepultaron a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de


Abner, y también lloró todo el pueblo.
(33)
:‫ֹאמרְׁהכְׁ ִ֥מֹותְׁנ ָָׁׁבּ֖לְׁי ִָׁ֥מּותְׁאבנַֽר‬
ֵ֑ ‫ויקֹ ִ֥נַֽןְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁאֶ ל־אבנּ֖רְׁוי‬
vaiqonén hamélej el-avnér vaiomár; hakêmót navál iamút avnér.

352
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 3

El rey entonó este lamento por Abner, diciendo: '¿Había de morir Abner como
muere un insensato?
(34)
‫י ֶ ָׁ֣דךְׁ ַֽל ֹא־ ֲאס ִֻ֗רֹותְׁוְׁרג ִֶ֨ליך֙ ְׁ ַֽל ֹא־לנחֻש ֣תיםְׁ ֻה ֵ֔ ָׁגשּוְׁכנ ִ֛פֹולְׁלפנִ֥יְׁבְׁנַֽי־‬
:‫עולָׁ ּ֖הְׁנָׁפָׁ ֵ֑לתָׁ ְׁויֹ ִ֥ספּוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁלבכִ֥ ֹותְׁע ָׁ ַָֽׁליו‬
iadéja ló-asurót vêragléjá ló-linjushtáim hugáshu, kinfól lifnéi vênéi-'avláh
nafálta; vaiosífu jol-ha'ám livkót 'aláv.

Tus manos no estaban atadas; tus pies no estaban sujetos con grillos. Caíste
como los que caen ante los malvados.' Todo el pueblo volvió a llorar por él.
(35)
ְׁ‫ו ָׁי ֣ב ֹאְׁכְׁל־הָׁ ִָׁ֗עםְׁלְׁהב ֵּ֧רֹותְׁאֶ ת־דָׁ ִ֛ודְׁלֶ ּ֖חֶ םְׁבְׁע֣ ֹודְׁהיֵ֑ ֹוםְׁוישָׁ ִ֨בעְׁדָׁ ָ֜וד‬
ְׁ‫ֵּ֧יְׁבֹוא־ה ֶ ִ֛שמֶ ש‬
ַֽ ‫יףְׁכיְׁאם־לפנ‬ ֣ ‫ה־ּליְׁאֱלהים֙ ְׁוְׁ ֣ ֹכהְׁיֹ ֵ֔ס‬ ָּ֤ ֶ‫הְׁיעֲש‬ַֽ ‫רְׁכ‬ֹ ֣ ִֹ֗‫לאמ‬
:ְׁ‫םְׁאֹוְׁכְׁל־מְׁ ַֽאּומָׁ ה‬
ִ֥ ֶ‫אֶ טעם־לֶ ּ֖ח‬
vaiavó jol-ha'ám lêhavrót et-davíd léjem bê'ód haióm; vaishavá' davíd lemór
kóh iá'aseh-lí elohim vêjóh iosíf, kí im-lifnéi vó-hashémesh et'am-léjem ó jol-
mêúmah .

Entonces todo el pueblo fue para persuadir a David a que tomase alimento,
mientras aún era de día. Pero David juró diciendo: –¡Así me haga Elohim y
aun me añada, si antes que se ponga el sol yo pruebo pan o cualquier cosa!
(36)
ְׁ‫ָׁשהְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁבְׁעינִ֥י‬
֣ ָׁ ‫ֲשרְׁע‬
֣ ֶ ‫יהֵ֑םְׁכְׁכֹ לְׁ֙א‬
ֶ ‫יטבְׁבְׁ ַֽעינ‬
ּ֖ ‫וְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ֣םְׁה ֵ֔כירּוְׁוי‬
:‫ּ֖םְׁטֹוב‬
ַֽ ָׁ‫כְׁל־הָׁ ע‬
vêjol-ha'ám hikíru, vaitáv bê'éineihém; kêjol ashér 'asáh hamélej, bê'einéi jol-
ha'ám tóv.

Todo el pueblo llegó a saber esto y le pareció bien, porque todo lo que el rey
hacía parecía bien a todo el pueblo.
(37)
ְׁ‫ְׁמה ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ַֽ ֙‫אְׁהיְׁתָׁ ה‬
ַֽ ָׁ ֹ ‫ּואְׁכיְׁ ָּ֤ל‬
֣ ‫ו ַֽיַֽדְׁעֵּ֧ ּוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ִ֛םְׁוְׁכְׁל־יש ָׁר ּ֖אלְׁבי֣ ֹוםְׁה ֵ֑ה‬
‫ ס‬:‫לְׁהָׁ ּ֖מיתְׁאֶ ת־אבנִ֥רְׁבֶ ן־נַֽר‬
vaiédê'ú jol-ha'ám vêjol-israél baióm hahú; kí ló háiêtah méhamélej, lêhamít
et-avnér ben-nér.

Aquel día, todo el pueblo y todo Israel entendieron que no había procedido del
rey el asesinar a Abner hijo de Ner.

353
3, 4 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(38)
ְׁ‫י־שרְׁוְׁגָׁדִ֗ ֹולְׁנָׁפִ֛לְׁהיִ֥ ֹום‬
֣ ‫ֹואְׁתדְׁ ֵ֔עּוְׁכ‬
ַֽ ֣‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ל־עֲבָׁ ָׁ ֵ֑דיוְׁהֲל‬
:‫הזֶ ּ֖הְׁבְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vaiómer hamélej el-'avadáv; haló tédê'ú, ki-sár vêgadól nafál haióm hazéh
bêisraél.

Entonces el rey dijo a sus servidores: –¿No sabéis que hoy ha caído en Israel
un príncipe y un gran hombre?
(39)
ְׁ‫וְׁ ָׁ ַֽאנֹ ִ֨כיְׁהיִ֥ ֹוםְׁרְך֙ ְּׁומָׁ ֣שּוחְׁ ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ָׁ ַֽה ֲאנ ִָׁ֥שיםְׁהָׁ ִ֛אּלֶהְׁבְׁנִ֥יְׁצְׁרּויָׁ ּ֖הְׁקָׁ ֣שים‬
‫ פ‬:ְׁ‫הְׁה ָׁרעָׁ ּ֖הְׁכְׁ ָׁ ַֽרעָׁ ַֽתֹו‬
ַֽ ָׁ ‫מ ֶ ֵ֑מניְׁיְׁשּלֵּ֧םְׁיהוָׁ ִ֛הְׁלְׁעֹ ִ֥ש‬
vêánojí haióm raj umashúaj mélej, vêháanashím haéleh bênéi tzêruiáh qashím
miméni; iêshalém Adonai lê'oséh hára'áh kêrá'ató .

Ahora yo soy débil, aunque soy un rey ungido; y estos hombres, los hijos de
Tzeruiá [Sarvia], son más duros que yo. ¡el Eterno retribuya al que hace mal,
conforme a su maldad!

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 4


(1)
ְׁ‫ּולְׁכיְׁ ָּ֤מתְׁאבנר֙ ְׁבְׁחֶ ב ֵ֔רֹוןְׁויר ּ֖פּוְׁי ָׁ ֵָׁ֑דיוְׁוְׁכְׁל־יש ָׁר ּ֖אל‬
֣ ‫ויש ֣מעְׁבֶ ן־שָׁ ִ֗א‬
:‫נב ָׁ ַֽהלּו‬
vaishmá' ben-shaúl kí mét avner bêjevrón, vairpú iadáv; vêjol-israél nivhálu.

Cuando Isboset hijo de Shaúl [Saúl] oyó que Abner había muerto en Hebrón,
sus manos se debilitaron; y todo Israel fue atemorizado.
(2)
ְׁ‫דְׁב ֲע ָָׁ֜נהְׁוְׁ ֵּ֧שם‬
ַֽ ‫ְׁ֩האֶ ִ֨ ָׁח‬
ַֽ ָׁ ‫דּודיםְׁהָׁ י֪ ּוְׁבֶ ן־שָׁ ֟אּולְׁשם‬ ֣ ְׁ‫ּושנ֣יְׁ ֲאנ ָׁ֣שיםְׁשָׁ ַֽרי־ג‬
ְׁ‫ֹותְׁתחָׁ ּ֖שב‬
ַֽ ‫ןְׁכיְׁגם־בְׁא ֵ֔ר‬ ֵ֚ ‫השנ֣יְׁר ִָׁ֗כבְׁבְׁנִ֛יְׁר ִ֥מֹוןְׁהבְׁ ַֽארֹ ּ֖תיְׁמבְׁנ֣יְׁבני ֵָׁ֑מ‬
:‫על־בנְׁי ַָֽׁמן‬
ushnéi anashím saréi-gêdudím haíu ven-shaúl shem háejád bá'anáh vêshém
hashení rejáv bênéi rimón habêérotí mibênéi viniamín; kí gam-bêerót, téjashév
'al-biniamín.

El hijo de Shaúl [Saúl] tenía dos hombres, los cuales eran jefes de tropa: El
nombre de uno era Baaná, y el nombre del otro Recab. Eran hijos de Rimón,

354
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 4

de Beerot, de los hijos de Benjamín. [Beerot era considerada como de


Benjamín;
(3)
֣ ָׁ ‫ויברְׁ ִ֥חּוְׁהבְׁ ַֽארֹ ּ֖תיםְׁג ָׁ ֵ֑תימָׁ הְׁו ַֽיה‬
‫ ס‬:ְׁ‫יּו־שםְׁג ֵָׁ֔ריםְׁעּ֖דְׁהיִ֥ ֹוםְׁה ֶזַֽה‬
vaivrêjú habêérotím gitáimah; vaíhiu-shám garím, 'ád haióm hazéh .

los berotitas huyeron a Gitaim, donde habitan como forasteros hasta el día de
hoy.]
(4)
ְׁ‫יהֹונָׁתָׁ ן֙ ְׁבֶ ן־שָׁ ֵ֔אּולְׁבּ֖ןְׁנְׁכ֣הְׁרגלָׁ ֵ֑יםְׁבֶ ן־חָׁ ֣משְׁשָׁ נ֣יםְׁהָׁ ִָׁ֡יהְׁבְׁ ֣ב ֹא‬ ַֽ ‫וְׁל‬
ְׁ‫ןְׁמיזרְׁ ִֶ֗עאלְׁותשָׁ ָּ֤אהּוְׁאַֹֽ מנתֹו֙ ְׁותָׁ ֵֹ֔נסְׁוי ֵּ֞הי‬
ַֽ ‫יהֹונ ָ֜ ָָׁׁת‬
ַֽ ‫שְׁמֻעתְׁ֩שָׁ ִ֨אּולְׁו‬
:‫בְׁחְׁפזָׁ ִּ֥הְׁלָׁנִ֛ ּוסְׁוי ִ֥ ֹפלְׁויפ ָּׁ֖סחְּׁוש ִ֥מֹוְׁמְׁפיבַֹֽ שֶ ת‬
vêlihónatan ben-shaúl, bén nêjéh ragláim; ben-jamésh shaním haiáh bêvó
shêmu'at shaúl vihónatán míizrê'él vatisaéhu ómantó vatanós, vaihí bêjofzáĥ
lanús vaipól vaipaséaj ushmó mêfivóshet.

Iehonatán [Jonatán] hijo de Shaúl [Saúl] tenía un hijo lisiado de los pies.
Tenía cinco años cuando la noticia de la muerte de Shaúl [Saúl] y de
Iehonatán [Jonatán] llegó de Jezreel, y su nodriza lo tomó y huyó. Y sucedió
que cuando huía apresuradamente, el niño se cayó y quedó cojo. Él se llamaba
Mefiboset.
(5)
ְׁ‫֣בְּׁוב ֲע ֵָׁ֔נהְׁוי ִ֨ ָֹׁבאּו֙ ְׁכְׁחֹ֣ םְׁהיֵ֔ ֹוםְׁאֶ ל־בּ֖ית‬
ַֽ ָׁ‫ו ִ֨ילכָ֜ ּוְׁבְׁנַֽי־ר ָּ֤מֹוןְׁהבְׁ ַֽארֹ תי֙ ְׁרכ‬
:‫ִ֥בְׁהצָׁ הְׁ ָׁ ַֽרים‬
ַֽ ‫בְׁאתְׁמשכ‬ ּ֖ ‫֣אישְׁבֵֹ֑ שֶ תְׁוְׁ ֣הּואְׁשֹ ֵ֔כ‬
vaiéljú bênéi-rimón habêérotí rejáv uvá'anáh, vaiavóú kêjóm haióm, el-béit ísh
bóshet; vêhú shojév, ét mishkáv hátzahoráim.

Recab y Baaná, hijos de Rimón de Beerot, fueron y en pleno calor del día
llegaron a la casa de Isboset, quien se hallaba durmiendo la siesta.
(6)
ְׁ‫ד־תֹוְךְׁה ִ֨בית֙ ְׁלַֽ קְׁח֣יְׁח ֵּ֔טיםְׁויכֻ ּ֖הּוְׁאֶ ל־החֵֹ֑ מֶ שְׁוְׁרכָׁ ִ֛ב‬ ָּ֤ ‫ָׁהְׁבאּוְׁע‬
ָׁ ָ֜ ‫ְַׁ֠והנ‬
:‫ּובעֲנָׁ ִ֥הְׁאָׁ ּ֖חיוְׁנמ ָׁ ַֽלטּו‬
ַֽ
vêhenah báu 'ad-tój habáit lóqêjéi jitím, vaiakúhu el-hajómesh; vêrejáv
uvá'anáh ajív nimlátu.

Y he aquí, entraron en el interior de la casa como para llevar trigo, y le


hirieron en el vientre. Después Recab y su hermano Baaná se escaparon.

355
4 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(7)
ְׁ‫ְׁבח ֲ֣דרְׁמשכ ֵָׁ֔בֹוְׁוי ִֻ֨כהּו֙ ְׁוימתֵֻ֔ הּו‬ ַֽ ֙‫ויָׁבֹ֣ אּוְׁה ִ֗ביתְׁוְׁ ַֽהּוא־שֹ כָּ֤בְׁעל־מּטָׁ תֹו‬
‫ְךְׁהע ֲָׁר ָׁבּ֖הְׁכְׁל־‬
ַֽ ָׁ ‫ּוְׁד ֶר‬
ִ֥ ֶ ִ֛‫ֹאשֹוְׁויִ֥לכ‬
ֵ֔ ‫ֹאשֹוְׁויקחּו֙ ְׁאֶ ת־ר‬
ֵ֑ ‫וי ָּׁ֖סירּוְׁאֶ ת־ר‬
:‫ה ָׁ ַּֽליְׁלָׁה‬
vaiavóu habáit vêhú-shojév 'al-mitató bájadár mishkavó, vaiakúhú vaimitúhu,
vaiasíru et-roshó; vaiqjú et-roshó, vaiéljú dérej há'araváh kol-haláiêlah.

Así que entraron en la casa mientras él estaba acostado en su cama, en su


dormitorio, y lo hirieron y mataron. Luego le cortaron la cabeza, la tomaron y
anduvieron toda la noche por el camino del Arabá.
(8)
ְׁ‫אשְׁאיש־בִֹ֥ שֶ תְׁאֶ ל־דָׁ וד֮ ְׁחֶ ברֹוןְׁ֒ו ַֽי ֹאמְׁרּו֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶך‬ ַֽ ֹ ‫ַ֠ויָׁבאּוְׁאֶ ת־ ִ֨ר‬
ְׁ‫ֲשרְׁב ּ֖קשְׁאֶ ת־נפ ֶ ֵ֑שך‬ ִ֥ ֶ ‫יש־בשֶ תְׁבֶ ן־שָׁ אּולְׁ֙אַֹֽ יב ֵ֔ךְׁא‬
ֹ ִ֗ ‫אשְׁא‬ַֽ ֹ ‫הנה־ ֣ר‬
:ְׁ‫ןְׁיהוָׁהְׁ ַֽלאדֹ ִ֨ניְׁה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁנְׁקָׁ מֹות֙ ְׁהי֣ ֹוםְׁה ֵֶ֔זהְׁמשָׁ ּ֖אּולְּׁומזרעַֽ ֹו‬
ַ֠ ‫וי ֣ת‬
váiaviu et-rósh ísh-bóshet el-david jevron vaiómêrú el-hamélej, hineh-rósh
ísh-bóshet ben-shaul óivjá, ashér biqésh et-nafshéja; vaitén Adonai ládoní
hamélej nêqamot haióm hazéh, mishaúl umizar'ó .

Llevaron la cabeza de Isboset a David, en Hebrón, y dijeron al rey: –¡He aquí


la cabeza de Isboset hijo de Shaúl [Saúl], tu enemigo que atentó contra tu
vida! el Eterno ha vengado hoy a mi señor el rey, de Shaúl [Saúl] y de su
descendencia.
(9)
ְׁ‫יוְׁבנִ֛יְׁר ִ֥מֹוןְׁהבְׁ ַֽארֹ ּ֖תיְׁו ֣י ֹאמֶ ר‬
ְׁ ‫ת־בעֲנָׁ ֣הְׁאָׁ ִ֗ח‬
ַֽ ֶ‫ו ִ֨יעןְׁדָׁ ָ֜ודְׁאֶ ת־רכָׁ ֣בְׁ׀ְׁוְׁא‬
:ְׁ‫ל ֶָׁהֵ֑םְׁחי־יה ֹּ֕ ָׁוהְׁאֲשֶ ר־פ ָׁ ִָׁ֥דהְׁאֶ ת־נפ ּ֖שיְׁמ ְׁכל־צָׁ ָׁ ַֽרה‬
vaiá'an davíd et-rejáv | vêet-bá'anáh ajív bênéi rimón habêérotí vaiómer
lahém; jai-Adonai asher-padáh et-nafshí mikol-tzaráh .

Pero David respondió a Recab y a Baaná, su hermano, hijos de Rimón de


Beerot, y les dijo: –¡Vive el Eterno, que ha rescatado mi vida de toda
adversidad!
(10)
ְׁ‫ה־מתְׁשָׁ ִ֗אּולְׁוְׁ ַֽהּוא־הָׁ יָׁ ָּ֤הְׁכמבשר֙ ְׁבְׁעי ֵָׁ֔ניו‬֣ ‫ְׁ֩ליְׁלאמָֹ֜ רְׁהנ‬ ִ֨ ‫֣כיְׁהמגיד‬
:‫ֲשרְׁלְׁתתי־לּ֖ ֹוְׁבְׁש ָׁ ַֹֽרה‬ ִ֥ ֶ ‫ֹוְׁוַֽאֶ ה ְׁרגּ֖הּוְׁבְׁ ַֽצקְׁלָׁ ֵ֑גְׁא‬
ָׁ ‫֣הְׁב‬
ֵ֔ ָׁ‫וָׁאַֹֽ חֲז‬
kí hamagid lí lemór hineh-mét shaúl vêhú-haiáh jimvaser bê'eináv, vaójazáh
vó, váehrêgéhu bêtzíqêlág; ashér lêtiti-ló bêsoráh.

356
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 4, 5

Si cuando uno, imaginándose que me traía buenas noticias, me informó


diciendo: 'Shaúl [Saúl] ha muerto', yo lo prendí y lo maté en Siclag, en pago
de sus buenas noticias,
(11)
ְׁ‫יתֹוְׁעל־משכ ֵָׁ֑בֹו‬ ּ֖ ‫יםְׁה ְׁרגֵּ֧ ּוְׁאֶ ת־איש־צ ִ֛דיקְׁבְׁב‬
ַֽ ָׁ ‫יםְׁרשָׁ ִ֗ע‬
ְׁ ‫ףְׁכי־ ֲאנ ָׁ֣ש‬
ַֽ ‫ֵּ֞א‬
:‫םְּׁובער ִ֥תיְׁאֶ תכֶ ּ֖םְׁמן־הָׁ ָׁ ַֽא ֶרץ‬
ַֽ ‫וְׁע ִ֗ ָׁתהְׁה ֲִ֨לֹואְׁאֲב ָּ֤קשְׁאֶ ת־דָׁ מֹו֙ ְׁמיֶד ֵֶ֔כ‬
áf kí-anashím rêsha'ím hárêgú et-ish-tzadíq bêveitó 'al-mishkavó; vê'atáh haló
avaqésh et-damó miedjém, uví'artí etjém min-haáretz.

¡cuánto más a unos hombres malvados que mataron a un hombre justo en su


casa y sobre su cama! Ahora pues, ¿no demandaré su sangre de vuestras
manos, eliminándoos de la tierra?
(12)
ְׁ‫יהם‬ ֶ ֵ֔ ‫ויצוְׁ֩דָׁ ִ֨ודְׁאֶ ת־הנְׁעָׁ ָ֜ריםְׁויַֽהרגִ֗ ּוםְׁוַַֽֽיקצְׁ ָּ֤צּוְׁאֶ ת־יְׁדיהֶ ם֙ ְׁוְׁאֶ ת־רגל‬
ְׁ‫יש־בשֶ ת֙ ְׁל ֵ֔ ָָׁׁקחּוְׁויקבְׁ ִ֥רּו‬
ֹ ִ֨ ‫אשְׁא‬
ַֽ ֹ ‫ויתלִ֥ ּוְׁעל־הבְׁרכָׁ ּ֖הְׁבְׁחֶ ב ֵ֑רֹוןְׁוְׁ ִ֨אתְׁ ָּ֤ר‬
‫ פ‬:‫בְׁ ֶ ַֽקבֶ ר־אבנּ֖רְׁבְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
vaitzav davíd et-hanê'arím vaiáhargúm váiqatzêtzú et-iêdeihem vêet-
ragleihém, vaitlú 'al-habêrejáh bêjevrón; vêét rósh ísh-bóshet laqáju, vaiqbêrú
vêqéver-avnér bêjevrón.

Entonces David dio orden a los jóvenes, y ellos los mataron. Luego les
cortaron las manos y los pies, y los colgaron junto al estanque de Hebrón.
Pero tomaron la cabeza de Isboset y la enterraron en el sepulcro de Abner, en
Hebrón.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 5


(1)
ְׁ‫וי ָ֜ ָֹׁבאּוְׁכְׁל־שב ֵּ֧טיְׁיש ָׁר ִ֛אלְׁאֶ ל־דָׁ וּ֖דְׁחֶ ב ֵ֑רֹונָׁהְׁו ַֽי ֹאמְׁ ֣רּוְׁלאמֵֹ֔ רְׁהנְׁנִ֛ ּו‬
:‫עצמְׁךִ֥ ְּׁוַֽ בשְׁ ְׁרךּ֖ ְׁ ֲא ָׁנַֽחְׁנּו‬
vaiavóu kol-shivtéi israél el-davíd jevrónah; vaiómêrú lemór, hinênú 'atzmêjá
úvsorêjá anájênu.

Entonces vinieron todas las tribus de Israel a David, en Hebrón, y le hablaron


diciendo: 'He aquí nosotros somos hueso tuyo y carne tuya.

357
5 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(2)
ְׁ‫ּולְׁמלְֶך֙ ְׁע ֵָׁ֔לינּוְׁא ִ֗ ָׁתהְׁהָׁ יִ֛יתָׁ ה‬
ֶ ִ֨ ‫ֹוםְׁבהְׁיִ֨ ֹותְׁשָׁ ִ֥א‬
ַֽ ‫גם־אֶ ת ֣מֹולְׁגם־של ִ֗ש‬
ְׁ‫מֹוציא)ְׁוְׁהמ ּ֖ביְׁאֶ ת־יש ָׁר ֵ֑אלְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיה ָ֜ ָׁוהְׁלְׁ ִ֗ךְׁא ִ֨ ָׁתה‬ ִ֥ ‫מוציאְׁ(ה‬
:ְׁ‫הְׁתהְׁיֶ ִ֥הְׁלְׁנָׁגּ֖ידְׁעל־יש ָׁר ַֽאל‬ ַֽ ‫תרעֶ ָּ֤הְׁאֶ ת־עמי֙ ְׁאֶ ת־יש ָׁר ֵ֔אלְׁוְׁא ָׁ ִ֛ת‬
gam-etmól gam-shilshóm bíhêíot shaúl mélej 'aléinu, atáh haítah mvtzy
(hamotzí) vêhameví et-israél; vaiómer Adonai lêjá atáh tir'éh et-'amí et-israél,
vêatáh tíhêiéh lênagíd 'al-israél .

En tiempos pasados, cuando Shaúl [Saúl] aún reinaba sobre nosotros, tú eras
quien sacaba y hacía volver a Israel. Y el Eterno te dijo: 'Tú pastorearás a mi
pueblo Israel, y tú serás el soberano de Israel.''
(3)
ְׁ‫ַ֠ויָׁבֹ אּוְׁכְׁל־זק ִ֨ניְׁיש ָׁר ָּ֤אלְׁאֶ ל־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁחֶ ב ֵ֔רֹונָׁהְׁויכ ֣רֹ תְׁלָׁהֶ םְׁ֩ה ִ֨ ֶמלְֶך‬
‫דָׁ ִ֥ודְׁבְׁ ִ֛ריתְׁבְׁחֶ ב ּ֖רֹוןְׁלפנ֣יְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁוימשְׁ ֵּ֧חּוְׁאֶ ת־דָׁ וִ֛דְׁלְׁ ֶ ּ֖מלְֶךְׁעל־‬
‫ ס‬:ְׁ‫יש ָׁר ַֽאל‬
váiavou kol-ziqnéi israél el-hamélej jevrónah, vaijrót lahem hamélej davíd
bêrít bêjevrón lifnéi Adonai; vaimshêjú et-davíd lêmélej 'al-israél .

Fueron, pues, todos los ancianos de Israel al rey, en Hebrón. Y el rey David
hizo un pacto con ellos en Hebrón, delante del Eterno. Entonces ungieron a
David como rey sobre Israel.
(4)
:‫לשיםְׁשָׁ נָׁ ִ֛הְׁדָׁ ּ֖ודְׁבְׁמְׁלכֵ֑ ֹוְׁארבָׁ ִ֥עיםְׁשָׁ נָׁ ּ֖הְׁמָׁ ָׁ ַֽלְך‬
ִ֥ ְׁ‫בֶ ן־ש‬
ben-shêloshím shanáh davíd bêmoljó; arba'ím shanáh maláj.

David tenía 30 años cuando comenzó a reinar, y reinó 40 años.


(5)
ְׁ‫הְׁשבעְׁשָׁ נּ֖יםְׁוְׁש ָׁ ֣שהְׁחְׁדָׁ ֵ֑שיםְּׁוב ַֽירּושָׁ ֣לם‬
ִ֥ ֶ ‫הּוד‬ ָׁ ֵ֔ ְׁ‫בְׁחֶ ברֹון֙ ְׁמָׁ לְ֣ךְׁעל־י‬
:‫יהּודה‬
ַֽ ָׁ ‫לְׁו‬
ַֽ ‫לשיםְׁוְׁשָׁ לש֙ ְׁשָׁ ֵָׁ֔נהְׁעִ֥לְׁכְׁל־יש ָׁר ּ֖א‬
ָּ֤ ְׁ‫מָׁ ִ֗לְךְׁש‬
bêjevron maláj 'al-iêhudáh, shéva' shaním vêshisháh jodashím; uvirúshaláim
maláj shêloshím vêshalosh shanáh, 'ál kol-israél víhudáh.

En Hebrón reinó sobre Iehudá [Judá] siete años y seis meses, y en Ierushalaim
[Jerusalén] reinó 33 años sobre todo Israel y Iehudá [Judá].
(6)
ְׁ‫יְׁיֹושבְׁהָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר‬
֣ ‫ְֶךְׁו ֲאנָׁשָׁ יו֙ ְׁיְׁ ֣רּושָׁ ֵ֔לםְׁאֶ ל־היב ֻּ֖ס‬
ַֽ ‫ו ִ֨ילְֶךְׁה ֶ ָּ֤מל‬
ְׁ ֙‫ְׁהעו ָּ֤ריםְׁוְׁהפסחים‬ ַֽ ‫ָׁהְׁכיְׁאם־ה ֱַֽסירְׁ ִ֗ך‬
֣ ‫ֹואְׁהנ‬ֵ֔ ‫לְׁדָׁ ָּ֤ודְׁלאמֹ ר֙ ְׁ ַֽל ֹא־תָׁ ֣ב‬
:‫ּ֖דְׁהנָׁה‬
ַֽ ‫לאמֵֹ֔ רְׁ ַֽל ֹא־י ִָׁ֥בֹואְׁדָׁ ו‬
358
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 5

vaiélej hamélej váanashav iêrúshaláim, el-haivusí ioshév haáretz; vaiómer


lêdavíd lemor ló-tavó hénah, kí im-hesírêjá há'ivrím vêhapisjim lemór, ló-iavó
davíd hénah.

Entonces el rey, con sus hombres, fue a Ierushalaim [Jerusalén], contra los
jebuseos que habitaban en aquella tierra. Y ellos hablaron a David diciendo:
'Tú no entrarás acá; pues incluso los ciegos y los cojos te rechazarán,
diciendo: 'David no podrá entrar acá.''
(7)
:‫יאְׁעירְׁדָׁ ַֽוד‬
ִ֥ ‫ֹוןְׁה‬
ּ֖ ֵ֑‫דְׁאתְׁמְׁצ ֻ֣דתְׁצי‬
ּ֖ ‫ויל ֣ ֹכדְׁדָׁ ֵ֔ו‬
vailkód davíd, ét mêtzudát tzión; hí 'ír davíd.

Sin embargo, David tomó la fortaleza de Tzión [Sion], que es la Ciudad de


David.
(8)
ְׁ ֙‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁבי֣ ֹוםְׁה ִ֗הּואְׁכְׁל־מכָּ֤הְׁיְׁבֻסי֙ ְׁוְׁיג֣עְׁבצנֵ֔ ֹורְׁוְׁאֶ ת־הפסחים‬
ְׁ‫נּואי)ְׁנֶ ֣פֶשְׁדָׁ וֵ֑דְׁעל־כן֙ ְׁ ַֽי ֹאמְׁ ֵ֔רּוְׁעּו֣רְּׁופ ֵ֔סח‬
ּ֖ ְׁ‫וְׁאֶ ת־ה֣עו ֵ֔ריםְׁשנאוְׁ(ש‬
:‫ִ֥ל ֹאְׁי ָּׁ֖בֹואְׁאֶ ל־ה ָׁ ַֽבית‬
vaiómer davíd baióm hahú kol-makéh iêvusí vêigá' batzinór, vêet-hapisjim
vêet-há'ivrím, snv (sênuéi) néfesh davíd; 'al-ken iómêrú, 'ivér ufiséaj, ló iavó
el-habáit.

Aquel día dijo David: 'Todo el que ataque a los jebuseos, use el conducto para
alcanzar a los cojos y a los ciegos, a los cuales aborrece el alma de David.' Por
eso se dice: 'Ni el ciego ni el cojo entrará en la casa.'
(9)
ְׁ‫ּּ֖הְׁעירְׁדָׁ ֵ֑ודְׁויָּ֤בֶ ןְׁדָׁ וד֙ ְׁסָׁ ֵ֔ביבְׁמן־המּלּ֖ ֹוא‬
֣ ָׁ‫ויָּ֤שֶ בְׁדָׁ וד֙ ְׁבמְׁצ ֵ֔ ָֻׁדהְׁויק ָׁרא־ל‬
:‫ו ָׁ ַָֽׁביְׁתָׁ ה‬
vaiéshev david bamêtzudáh, vaiqra-láĥ 'ír davíd; vaíven david savív, min-
hamiló vaváiêtah.

David habitó en la fortaleza, y la llamó Ciudad de David. Luego David la


edificó alrededor, desde Milo hacia adentro.
(10)
‫ פ‬:ְׁ‫ויִ֥לְֶךְׁדָׁ ּ֖ודְׁהָׁ ל֣ ֹוְךְׁוְׁג ֵָׁ֑דֹולְׁוַֽיהוָׁ ִ֛הְׁאֱלהִ֥יְׁצְׁבָׁ ּ֖אֹותְׁע ַֽמֹו‬
vaiélej davíd halój vêgadól; váAdonai elohéi tzêvaót 'imó .

David iba engrandeciéndose más y más, y el Eterno Elohim de los Ejércitos


estaba con él.

359
5 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(11)
ְׁ‫יְׁעץ‬
ֵ֔ ‫ְׁ֒ועֲצ֣יְׁא ֲָׁר ֵ֔זיםְׁוְׁ ָׁ ַֽח ָׁר ֣ש‬
ַֽ ‫םְׁמלְֶך־צִֹ֥ רְׁמלאָׁ כים֮ ְׁאֶ ל־דָׁ וד‬
ַֽ ֶ ‫יר‬ִ֨ ָׁ ‫ַ֠וישלחְׁח‬
:‫ןְׁקירְׁויבנּו־בּ֖יתְׁלְׁדָׁ ַֽוד‬
ֵ֑ ֶ‫יְׁאב‬֣ ֶ ‫וְׁ ָׁ ַֽח ָׁר ּ֖ש‬
váishlaj jirám mélej-tzór malajim el-david vá'atzéi arazím, vêjárashéi 'étz,
vêjárashéi éven qír; vaivnu-váit lêdavíd.

Entonces Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David; también madera de


cedro, carpinteros y canteros para los muros; y edificaron una casa para
David.
(12)
ְׁ‫דְׁכי־הֱכינֵּ֧ ֹוְׁיהוָׁ ִ֛הְׁלְׁ ֶ ּ֖מלְֶךְׁעל־יש ָׁר ֵ֑אלְׁוְׁכי֙ ְׁנ ֣שאְׁממלכ ֵ֔תֹו‬
ַֽ ‫ויַֽ֣דעְׁדָׁ ֵ֔ו‬
‫ ס‬:ְׁ‫ַֽבע ֲּ֖בּורְׁע ִ֥מֹוְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vaiéda' davíd, kí-hejinó Adonai lêmélej 'al-israél; vêjí nisé mamlajtó, bá'avúr
'amó israél .

Entonces David comprendió que el Eterno le había confirmado como rey


sobre Israel y que había enaltecido su reino por amor a su pueblo Israel.
(13)
ְׁ‫ֹוְׁמחֶ ב ֵ֑רֹון‬
ַֽ ‫םְׁאח ֲּ֖ריְׁבֹ ֣א‬
ַֽ ‫ֹודְׁפלג ָּ֤שיםְׁוְׁנָׁשים֙ ְׁמ ֣ירּושָׁ ֵ֔ל‬
ְַֽׁ ‫דְׁע‬ ָ֜ ‫ויקחְׁ֩דָׁ ִ֨ו‬
:‫ויּוָׁ ִ֥לדּוְׁעִ֛ ֹודְׁלְׁדָׁ וּ֖דְׁבָׁ נִ֥יםְּׁובָׁ נַֽ ֹות‬
vaiqaj davíd 'ód pílagshím vênashim mirúshaláim, ájaréi boó méjevrón;
vaiváldu 'ód lêdavíd baním uvanót.

Después que vino de Hebrón, David tomó más concubinas y mujeres de


Ierushalaim [Jerusalén]; y le nacieron a David más hijos e hijas.
(14)
:‫שֹובבְׁוְׁנ ָׁ ָּׁ֖תןְּׁושלמַֹֽ ה‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫לדיםְׁלּ֖ ֹוְׁב ַֽירּושָׁ לָׁ ֵ֑ םְׁש ֣מּועְׁו‬
ִ֥ ‫וְׁ ִ֗אּלֶהְׁשְׁ ִ֛מֹותְׁהי‬
vêéleh shêmót hailodím ló birúshaláim; shamú'a vêshováv, vênatán
ushlomóh.

Éstos son los nombres de los que le nacieron en Ierushalaim [Jerusalén]:


Samúa, Sobab, Natán, Shelomó [Salomón],
(15)
:‫ישּועְׁוְׁנֶ ִ֥ ֶפגְׁוְׁי ַָֽׁפיע‬
ּ֖ ‫ִ֥רְׁואֱל‬
ַֽ ֶ ‫וְׁיב ָׁח‬
vêivjár véelishú'a vênéfeg vêiafí'a.

Ibjar, Elisúa, Néfeg, Jafía,


(16)
‫ פ‬:‫יפלֶט‬
ַֽ ָׁ ‫עְׁואֱל‬
ַֽ ֶ ‫ֶוא ֱַֽלישָׁ ָׁ ִ֥מעְׁוְׁאֶ לי ָׁ ָּׁ֖ד‬
360
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 5

veelíshamá' vêeliadá' véelifálet.

Elisama, Eliada y Elifelet.


(17)
ְׁ‫יםְׁכי־מָׁ ש ִ֨חּוְׁאֶ ת־דָׁ ָּ֤ודְׁלְׁ ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁעל־יש ָׁר ֵ֔אלְׁו ַֽיעֲלִ֥ ּו‬
ַֽ ‫וישמְׁע֣ ּוְׁפְׁלש ִ֗ת‬
:‫צּודה‬ַֽ ָׁ ְׁ‫כְׁל־פְׁלש ּ֖תיםְׁלְׁב ֣קשְׁאֶ ת־דָׁ ֵ֑ודְׁויש ֣מעְׁדָׁ ֵ֔ודְׁויּ֖ ֶַֽרדְׁאֶ ל־המ‬
vaishmê'ú fêlishtím kí-mashjú et-davíd lêmélej 'al-israél, vaiá'alú jol-pêlishtím
lêvaqésh et-davíd; vaishmá' davíd, vaiéred el-hamêtzudáh.

Cuando los filisteos oyeron que habían ungido a David rey sobre Israel,
subieron todos los filisteos en busca de David. Cuando David oyó esto,
descendió a la fortaleza.
(18)
‫ פ‬:‫קְׁרפ ַָֽׁאים‬
ְׁ ֶ‫יםְׁבֵ֑אּוְׁוי ָׁנַֽטְׁ ּ֖שּוְׁבְׁעִ֥מ‬
ָׁ ‫ּופלש ּ֖ת‬
uflishtím báu; vainátêshú bê'émeq rêfaím.

Los filisteos llegaron y se extendieron por el valle de Refaím.


(19)
ְׁ‫דְׁביהוָׁה֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁה ֶ ַֽא ֱעלֶה֙ ְׁאֶ ל־פְׁלש ֵ֔תיםְׁהֲתתְׁנּ֖םְׁבְׁי ֵָׁ֑די‬ ַֽ ‫ויש ִ֨אלְׁדָׁ ָּ֤ו‬
: ‫הְׁכי־נָׁתִֹ֥ ןְׁאֶ ִ֛תןְׁאֶ ת־הפְׁלש ּ֖תיםְׁבְׁי ֶ ַָֽׁדך‬
ְׁ ַֽ ‫{פ}ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁיהוָׁ ָּ֤הְׁאֶ ל־דָׁ וד֙ ְׁע ֲֵ֔ל‬
vaishál davíd báAdonai lemór, haé'eleh el-pêlishtím, hatitêném bêiadí;
{f}vaiómer Adonai el-david 'aléh, kí-natón etén et-hapêlishtím bêiadéja .

Entonces David consultó al Eterno diciendo: –¿Subiré contra los filisteos?


¿Los entregarás en mi mano? Y el Eterno respondió a David: –Sube, porque
ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano.
(20)
‫֣םְׁשםְׁדָׁ ודְׁ֒ו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁפ ִָׁ֨רץְׁיהוָׁ ֵּ֧הְׁאֶ ת־‬
֣ ָׁ ‫ו ָׁי ִ֨ב ֹאְׁדָׁ ִ֥ודְׁבְׁ ַֽבעל־פְׁ ָׁרצים֮ ְׁויכ‬
ְׁ‫אְׁשם־המָׁ ִ֥קֹוםְׁה ּ֖הּואְׁבִ֥על‬ ַֽ ‫ל־כןְׁקָׁ ָׁ ִ֛ר‬
ִ֗ ‫ץְׁמיםְׁע‬
ֵ֑ ָׁ ‫אַֹֽ יְׁבִ֛יְׁלְׁפָׁנּ֖יְׁכְׁפֶ ֶ֣ר‬
:ְׁ‫פְׁ ָׁר ַֽצים‬
vaiavó davíd bêvá'al-pêratzim vaiakém shám david vaiómer parátz Adonai et-
óiêvái lêfanái kêféretz máim; 'al-kén qará shém-hamaqóm hahú bá'al pêratzím .

David llegó a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Entonces dijo: –¡el
Eterno ha irrumpido contra mis enemigos delante de mí, como irrumpen las
aguas! Por eso llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
(21)
‫ פ‬:‫ּ֖דְׁו ֲאנ ָׁ ַָֽׁשיו‬
ַֽ ‫יהֵ֑םְׁוישָׁ ִ֥אםְׁדָׁ ו‬
ֶ ‫בּוְׁשםְׁאֶ ת־עֲצב‬
ּ֖ ָׁ ‫ויִ֥עז‬
vaiá'azvu shám et-'atzabeihém; vaisaém davíd váanasháv.

361
5, 6 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Los filisteos abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres se los
llevaron.
(22)
:‫קְׁרפ ַָֽׁאים‬
ְׁ ֶ‫יםְׁלעֲלֵ֑ ֹותְׁוי ָׁנַֽטְׁ ּ֖שּוְׁבְׁעִ֥מ‬
ַֽ ‫ויֹ ִ֥ספּוְׁעִ֛ ֹודְׁפְׁלש ּ֖ת‬
vaiosífu 'ód pêlishtím lá'alót; vainátêshú bê'émeq rêfaím.

Los filisteos volvieron a subir y se extendieron por el valle de Refaím.


(23)
ְׁ ָׁ‫םְּׁובִ֥את‬
ָׁ ‫יה‬ ֶ ֵ֔ ‫ל־אחֲר‬
֣ ֶ‫אְׁתעֲלֶ ֵ֑הְׁהָׁ סב֙ ְׁא‬
ַֽ ֹ ‫ְׁביה ֵ֔ ָׁוהְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁ ֣ל‬
ַֽ ֙‫ויש ָּ֤אלְׁדָׁ וד‬
:ְׁ‫ל ֶָׁהּ֖םְׁמ ִ֥מּולְׁבְׁכ ַָֽׁאים‬
vaishál david báAdonai, vaiómer ló tá'aléh; hasev el-ájareihém, uváta lahém
mimúl bêjaím .

David consultó al Eterno, y él le respondió: –No subas, sino rodéalos por


detrás, y alcánzalos frente a los árboles de bálsamo.
(24)
ְׁ‫יםְׁאז‬
֣ ָׁ ‫אשיְׁהבְׁכ ָּׁ֖א‬
ִ֥ ‫ת־קֹולְׁצְׁעָׁ ָׁ ִ֛דהְׁבְׁ ָׁר‬
ֵּ֧ ֶ‫יְׁבשמעךְׁ(כשְׁמְׁע ֲֵּ֞ך)ְׁא‬
ְַֽׁ ‫ַ֠ויה‬
:ְׁ‫יְׁאזְׁי ָָׁׁצָּ֤אְׁיהוָׁה֙ ְׁלְׁ ָׁפ ֵֶ֔ניךְׁלְׁהכּ֖ ֹותְׁבְׁ ַֽמחֲנִ֥הְׁפְׁלש ַֽתים‬
ָׁ ִ֗ ‫ץְׁכ‬
֣ ‫ֶ ַֽתח ָׁ ֱֵ֑ר‬
víhi vsm'j (kêshomê'ajá) et-qól tzê'adáh bêrashéi habêjaím áz téjerátz; kí áz
iatzá Adonai lêfanéja, lêhakót bêmájanéh fêlishtím .

Y sucederá que cuando escuches el sonido de una marcha en las copas de los
árboles, entonces actuarás con decisión, porque entonces el Eterno saldrá
delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos.
(25)
ְׁ ִ֥‫ֲשרְׁצּוָׁ ּ֖הּוְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁויְך֙ ְׁאֶ ת־פְׁלש ֵ֔תיםְׁמגֶ ּ֖בעְׁעד־בַֹֽ אֲך‬
ִ֥ ֶ ‫ויָּ֤עשְׁדָׁ וד֙ ְֵׁ֔כןְׁ ַֽכא‬
‫ פ‬:ְׁ‫ָׁגַַֽֽזֶר‬
vaiá'as david kén, káashér tziváhu Adonai; vaiaj et-pêlishtím, migéva' 'ad-
bóajá gázer .

David lo hizo conforme el Eterno le había mandado y derrotó a los filisteos


desde Geba hasta la entrada de Gezer.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 6


(1)
:‫יםְׁאלֶף‬
ַֽ ָׁ ‫לש‬
ִ֥ ְׁ‫ו ִֹ֨יסֶ ףְׁעִ֥ ֹודְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־כְׁל־בָׁ ִ֥חּורְׁבְׁיש ָׁר ּ֖אלְׁש‬
vaiósef 'ód davíd et-kol-bajúr bêisraél shêloshím álef.

362
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 6

David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, 30000 en total.


(2)
ְׁ‫הּודהְׁלְׁ ַֽהעֲל֣ ֹות‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫ֹוְׁמבעֲלּ֖יְׁי‬
ַֽ ‫ֲשרְׁא ֵ֔ת‬֣ ֶ ‫ויָׁ ַֽ֣קְׁםְׁ׀ְׁוי֣לְֶךְׁדָׁ ִ֗ודְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְׁא‬
ְׁ‫םְׁשםְׁיהוָׁ ֵּ֧הְׁצְׁבָׁ ִ֛אֹותְׁיֹ ִ֥שב‬
֣ ‫אְׁש‬ִ֗ ‫ֱלהיםְׁאֲשֶ ר־נק ָׁ ֣ר‬ ֵ֔ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫םְׁאתְׁא ֲ֣ר‬ ֵ֚ ִָׁ֗‫מש‬
:ְׁ‫הכְׁרֻ ּ֖ביםְׁע ָׁ ַָֽׁליו‬
vaiáqom | vaiélej davíd vêjol-ha'am ashér itó, míba'aléi iêhudáh; lêhá'alót
mishám ét arón háelohím, asher-niqrá shém shém Adonai tzêvaót ioshév
hakêruvím 'aláv .

Entonces David se levantó, y con todo el pueblo que estaba con él, partió de
Baala de Iehudá [Judá] para subir desde allí el arca de Elohim, sobre la cual es
invocado el nombre del Eterno de los Ejércitos, que tiene su trono entre los
querubines.
(3)
ְׁ‫ֹוןְׁהאֱלהים֙ ְׁאֶ ל־ ֲעגָׁלָׁ ֣הְׁחֲדָׁ שֵָׁ֔ הְׁו ִ֨ישָׁ ֵֻ֔אהּוְׁמבִ֥ית‬ ַֽ ָׁ ‫ויר ָ֜כבּוְׁאֶ ת־א ֲָּ֤ר‬
ְׁ‫ת־ה ֲעגָׁלָׁ ִ֥ה‬
ַֽ ָׁ ֶ‫בְׁנה ֲּ֖גיםְׁא‬
ֹ ַֽ ‫ֲשרְׁבגבעָׁ ֵ֑הְׁוְׁעֻזָׁ ֣אְׁוְׁאחיִ֗ ֹוְׁבְׁני֙ ְׁא ֲ֣בינ ֵ֔ ָָׁׁד‬ ֣ ֶ ‫א ֲַֽבי ְָׁׁנ ָׁ ּ֖דבְׁא‬
:ְׁ‫חֲדָׁ ָׁ ַֽשה‬
vaiarkívu et-arón háelohim el-'agaláh jadasháh, vaísaúhu, mibéit avínadáv
ashér bagiv'áh; vê'uzá vêajío bêneí avínadáv, nóhagím et-há'agaláh jadasháh .

Luego colocaron el arca de Elohim sobre una carreta nueva y se la llevaron de


la casa de Abinadab, que estaba en la colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab,
guiaban la carreta nueva
(4)
ְׁ‫ֱלהיםְׁוְׁאחיֹּ֕ ֹו‬
ֵ֑ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫הְׁעםְׁא ֲ֣ר‬
ּ֖ ‫ֲשרְׁבגב ֵָׁ֔ע‬
֣ ֶ ‫וישָׁ ִֻ֗אהּוְׁמבָּ֤יתְׁא ֲַֽבינָׁדָׁ ב֙ ְׁא‬
:ְׁ‫ִ֥יְׁהאָׁ ַֽרֹון‬
ַֽ ָׁ ‫הֹ לְּ֖ךְׁלפנ‬
vaisaúhu mibéit avínadav ashér bagiv'áh, 'ím arón háelohím; vêajío holéj lifnéi
háarón .

con el arca de Elohim, y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en


la colina. Ajío iba delante del arca.
(5)
ְׁ‫רֹושים‬
ֵ֑ ְׁ‫וְׁדָׁ ֣ודְׁ׀ְׁוְׁכְׁל־ב֣יתְׁיש ָׁר ִ֗אלְׁמְׁ ַֽשחֲקים֙ ְׁלפנ֣יְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁבְׁ ּ֖ ֹכלְׁעֲצ֣יְׁב‬
:ְׁ‫ּובכנֹ ָּ֤רֹותְּׁובנבָׁ לים֙ ְּׁובתֻ ֵ֔פיםְּׁובמנַֽענ ּ֖עיםְּׁוַֽ בצֶ לצ ֱַֽלים‬
vêdavíd | vêjol-béit israél mêsájaqim lifnéi Adonai, bêjól 'atzéi vêroshím;
uvjinorót uvinvalim uvtupím, uvimná'an'ím úvtzeltzelím .

363
6 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

David y toda la casa de Israel se regocijaban delante del Eterno, con toda clase
de instrumentos de madera de ciprés: arpas, liras, panderetas, sistros y
címbalos.
(6)
ְׁ‫ֹוְׁכי‬
ִ֥ ‫זְׁב‬
ֵ֔ ֶ‫ֹוןְׁהאֱלהים֙ ְׁו ֣י ֹאח‬
ַֽ ָׁ ‫ד־ג ֶרןְׁנָׁכֵ֑ ֹוןְׁויש ִ֨לחְׁ ֻע ָָׁ֜זהְׁאֶ ל־א ֲָּ֤ר‬
ֹ ֣ ‫ויָׁבֹּ֖ אּוְׁע‬
:ְׁ‫ָׁ ַֽשמְׁ ּ֖טּוְׁהבָׁ ָׁ ַֽקר‬
vaiavóu 'ad-góren najón; vaishláj 'uzáh el-arón háelohim vaiójez bó, kí
shámêtú habaqár .

Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Elohim y


la sujetó, porque los bueyes tropezaron.
(7)
ְׁ‫םְׁעם‬
ּ֖ ֵָׁ֔‫ֱלהיםְׁעל־ה ֵ֑שלְׁויָׁ ֣מָׁ תְׁש‬
ּ֖ ‫םְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫ִ֥הּוְׁש‬ ָּ֤ ‫ו ַֽיח‬
ִ֛ ָׁ ‫ר־אףְׁיהוָׁה֙ ְׁבְׁ ֻע ֵָׁ֔זהְׁויכ‬
:ְׁ‫ֱלהים‬ ַֽ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫א ֲִ֥ר‬
vaíjar-áf Adonai bê'uzáh, vaiakéhu shám háelohím 'al-hashál; vaiámat shám,
'ím arón háelohím .

Entonces el furor del Eterno se encendió contra Uza, y Elohim lo hirió allí por
el atrevimiento. Y murió allí con el arca de Elohim.
(8)
ְׁ ֙‫וי֣חרְׁלְׁדָׁ ֵ֔ודְׁעלְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁפ ֵָּׁ֧רץְׁיהוָׁ ִ֛הְׁפֶ ֶּ֖רץְׁבְׁעֻזָׁ ֵ֑הְׁויק ָׁ ֵּ֞ראְׁלמָׁ ָּ֤קֹוםְׁההּוא‬
:ְׁ‫פֶ ֶ֣רץְׁ ֻע ֵָׁ֔זהְׁעּ֖דְׁהיִ֥ ֹוםְׁה ֶזַֽה‬
vaíjar lêdavíd, 'al ashér parátz Adonai péretz bê'uzáh; vaiqrá lamaqóm hahu
péretz 'uzáh, 'ád haióm hazéh .

David se disgustó porque el Eterno había irrumpido contra Uza, y llamó aquel
lugar Perez-uza, hasta el día de hoy.
(9)
: ‫הוַֽה‬
ְׁ ָׁ ‫וי ָׁ ִ֥ראְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־יהוָׁ ּ֖הְׁבי֣ ֹוםְׁה ֵ֑הּואְׁו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁ ִ֛איְךְׁי ִָׁ֥בֹואְׁאלּ֖יְׁא ֲִ֥רֹוןְׁי‬
vairá davíd et-Adonai baióm hahú; vaiómer éij iavó elái arón Adonai .

Aquel día David tuvo miedo del Eterno y dijo: '¿Cómo ha de venir a mí el
arca del Eterno?'
(10)
ְׁ‫ל־עירְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוי ּ֣טהּו‬
֣ ‫וְׁ ַֽל ֹא־אָׁ ָׁב֣הְׁדָׁ ִ֗ודְׁלְׁהָׁ ִ֥סירְׁאלָׁ ִ֛יוְׁאֶ ת־א ֲִ֥רֹוןְׁיהוָׁ ּ֖הְׁע‬
:ְׁ‫דָׁ ֵ֔ודְׁבִ֥יתְׁעֹ ַֽבד־אֱדֹּ֖ םְׁהג ַֽתי‬
vêló-aváh davíd lêhasír eláv et-arón Adonai 'al-'ír davíd; vaiatéhu davíd, béit
'ovéd-edóm hagití .

364
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 6

David ya no quiso llevar consigo el arca del Eterno, a la Ciudad de David.


Más bien, David la desvió a la casa de Obed-edom el geteo.
(11)
ְׁ‫לשהְׁחְׁדָׁ ֵ֑שיםְׁוי ָׁב ֵֶּ֧רְך‬
֣ ָׁ ְׁ‫וישֶ בְׁ֩א ֲִ֨רֹוןְׁיה ָ֜ ָׁוהְׁב֣יתְׁעֹ בִ֥דְׁאֱדִֹ֛ םְׁהג ּ֖תיְׁש‬
:ְׁ‫יהוָׁ ִ֛הְׁאֶ ת־עֹ בִ֥דְׁ ֱאדֹּ֖ םְׁוְׁאֶ ת־כְׁל־ב ַֽיתֹו‬
vaieshev arón Adonai béit 'ovéd edóm hagití shêlosháh jodashím; vaivárej
Adonai et-'ovéd edóm vêet-kol-beitó .

El arca del Eterno se quedó en casa de Obed-edom el geteo durante tres


meses. Y el Eterno bendijo a Obed-edom y a toda su familia.
(12)
‫ת־ביתְׁעֹ בָּ֤דְׁאֱדֹ ם֙ ְׁוְׁאֶ ת־כְׁל־‬ ִ֨ ֶ‫וי ִֻ֗גדְׁל ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ וד֮ ְׁלאמֹ רְׁ֒ב ֣רְךְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁא‬
ְׁ‫ֱלהיםְׁוי֣לְֶךְׁדָׁ ִ֗ודְׁויעלְׁ֩אֶ ת־א ֲִ֨רֹון‬ ֵ֑ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫ֹוְׁבע ֲּ֖בּורְׁא ֲ֣ר‬
ַֽ ‫ר־ל‬ ֵ֔ ֶ‫אֲש‬
:ְׁ‫םְׁעירְׁדָׁ ּ֖ודְׁבְׁשמ ָׁ ַֽחה‬
ִ֥ ִֹ֛‫ֱלהיםְׁמ ִ֨ביתְׁעֹ בִ֥דְׁאֱד‬ ָ֜ ‫ָׁ ַֽהא‬
vaiugád lamélej david lemor beráj Adonai et-béit 'ovéd edom vêet-kol-asher-
ló, bá'avúr arón háelohím; vaiélej davíd vaia'al et-arón háelohím mibéit 'ovéd
edóm 'ír davíd bêsimjáh .

Se le informó al rey David diciendo: 'el Eterno ha bendecido la casa de Obed-


edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Elohim.' Entonces David fue e
hizo subir con regocijo el arca de Elohim de la casa de Obed-edom a la
Ciudad de David.
(13)
: ‫ִ֥חְׁשֹורְּׁומ ַֽריא‬
ְׁ ּ֖ ‫ּוְׁנשְׁ ִ֥איְׁאֲרֹון־יהוָׁ ּ֖הְׁש ָׁ ֣שהְׁצְׁע ֵָׁ֑דיםְׁויזב‬
ֹ ַֽ ‫יְׁצע ֲִ֛ד‬
ַֽ ָׁ ‫יְׁכ‬
ֵּ֧ ‫וי ִ֗ה‬
vaihí kí tzá'adú nósêéi aron-Adonai shisháh tzê'adím; vaizbáj shór umrí .

Y sucedió que cuando los que llevaban el arca de Elohim habían dado seis
pasos, David sacrificó un toro y un carnero engordado.
(14)
:ְׁ‫ֹודְׁבד‬
ַֽ ָׁ ‫ל־עזְׁלפנ֣יְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁוְׁדָׁ ֹּ֕ודְׁחָׁ גּ֖ ּורְׁא ִ֥פ‬
ֹ ּ֖ ְׁ‫וְׁדָׁ ִ֛ודְׁמְׁכרכִ֥רְׁבְׁכ‬
vêdavíd mêjarkér bêjol-'óz lifnéi Adonai; vêdavíd jagúr efód bád .

David danzaba con toda su fuerza delante del Eterno, y David estaba vestido
con un efod de lino.
(15)
ְׁ‫לְׁמע ֲּ֖ליםְׁאֶ ת־א ֲ֣רֹוןְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁבתרּועָׁ ּ֖הְּׁוב ִ֥קֹול‬
ַֽ ‫וְׁדָׁ וד֙ ְׁוְׁכְׁ ל־ב֣יתְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
:ְׁ‫שֹופר‬ ַֽ ָׁ
vêdavid vêjol-béit israél, má'alím et-arón Adonai; bitru'áh uvqól shofár .

365
6 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

David y toda la casa de Israel subían el arca del Eterno, con algarabía y sonido
de shofar.
(16)
ְׁ‫יכלְׁבת־שָׁ ָ֜אּולְׁנשקְׁפָׁ ֣הְׁ׀ְׁבְׁע֣ד‬ ִ֨ ‫ּ֖אְׁעירְׁדָׁ ֵ֑ודְּׁומ‬
֣ ‫הְׁב‬ ָׁ ‫וְׁהָׁ יָׁה֙ ְׁא ֲ֣רֹוןְׁיה ֵ֔ ָׁו‬
ְׁ‫ַֽהח ִּ֗לֹוןְׁו ִ֨ת ֶראְׁאֶ ת־ה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁדָׁ וד֙ ְׁמְׁפזָּ֤זְּׁומכרכ ְׁ֙רְׁלפנ֣יְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁו ִ֥תבֶ זְׁלּ֖ ֹו‬
:ְׁ‫בְׁל ָׁ ַֽבּה‬
vêhaiah arón Adonai, bá 'ír davíd; umijál bat-shaúl nishqêfáh | bê'ád hájalón
vatére et-hamélej david mêfazéz umjarker lifnéi Adonai, vatívez ló bêlibáĥ .

Sucedió que cuando el arca del Eterno llegó a la Ciudad de David, Mical hija
de Shaúl [Saúl] miró por la ventana; y al ver al rey David saltando y danzando
delante del Eterno, lo menospreció en su corazón.
(17)
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֥ ֶ ‫קֹומֹוְׁבְׁ ֣תֹוְךְׁהָׁ ֵ֔ ֹאהֶ לְׁא‬
ֵ֔ ‫וי ָָׁ֜באּוְׁאֶ ת־א ֲ֣רֹוןְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁוי ָּ֤צגּוְׁאֹ תֹו֙ ְׁבמ‬
:ְׁ‫ָׁנַֽטָׁ ה־לּ֖ ֹוְׁדָׁ ֵ֑ודְׁו ִ֨יעלְׁדָׁ ִ֥ודְׁעֹ לִ֛ ֹותְׁלפנִ֥יְׁיהוָׁ ּ֖הְּׁושל ַָֽׁמים‬
vaiavíu et-arón Adonai vaiatzígu otó bimqomó, bêtój haóhel, ashér nátah-ló
davíd; vaiá'al davíd 'olót lifnéi Adonai ushlamím .

Así trajeron el arca del Eterno y la colocaron en su lugar, en medio de la


tienda que David había erigido para ella. Luego David ofreció holocaustos y
sacrificios de paz delante del Eterno.
(18)
ְׁ‫ֹותְׁהעֹולָׁ ּ֖הְׁוְׁהשְׁל ֵָׁ֑מיםְׁוי ָׁב ֶ֣רְךְׁאֶ ת־הָׁ ֵָׁ֔עםְׁבְׁ ּ֖שםְׁיהוָׁ ִ֥ה‬
ַֽ ָׁ ִ֥‫ויכ֣לְׁדָׁ ֵ֔ודְׁמ ַֽהעֲל‬
:ְׁ‫צְׁבָׁ ַֽאֹות‬
vaijál davíd, mehá'alót há'oláh vêhashêlamím; vaivárej et-ha'ám, bêshém
Adonai tzêvaót .

Cuando David acabó de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de paz,


bendijo al pueblo en el nombre del Eterno de los Ejércitos.
(19)
ְׁ‫ויח ִּ֨לקְׁלְׁכְׁל־הָׁ ָָׁ֜עםְׁלְׁכְׁל־ה ֲ֣מֹוןְׁיש ָׁראלְׁ֮לְׁמ ֣אישְׁוְׁעד־אשָׁ הְׁ֒לְׁ ִ֗איש‬
ְׁ‫ּ֖םְׁאיש‬
ִ֥ ָׁ‫ישהְׁאֶ ָׁחֵ֑תְׁויִ֥לְֶךְׁכְׁל־הָׁ ע‬
ּ֖ ָׁ ‫דְׁואֲש‬
ַֽ ‫חּלִ֥תְׁ ִֶ֨לחֶ ם֙ ְׁא ֵ֔חתְׁוְׁאֶ שפָׁ ֣רְׁאֶ ֵ֔ ָׁח‬
‫ ס‬:‫לְׁב ַֽיתֹו‬
vaijaléq lêjol-ha'ám lêjol-hamón israel lêmeísh vê'ad-ishah lêísh jalát léjem
aját, vêeshpár ejád, váashisháh eját; vaiélej kol-ha'ám ísh lêveitó.

Entonces repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a


hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una de dátiles y una de
pasas. Y todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.

366
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 6

(20)
ְׁ‫יתֹוְׁ{ס}ְׁות ֵּ֞צאְׁמיכָּ֤לְׁבת־שָׁ אּולְׁ֙לק ֣ראת‬ ֵ֑ ‫ויָׁ ִ֥שְׁבְׁדָׁ וּ֖דְׁלְׁבָׁ ֣רְךְׁאֶ ת־ב‬
ְׁ ֙‫ֹוםְׁמלְֶךְׁיש ָׁר ִ֗אלְׁאֲשִֶ֨ רְׁנגלָׁ ָּ֤הְׁהיֹום֙ ְׁלְׁעיני‬
֣ ֶ ָ֜‫דָׁ ֵ֔ודְׁו ִ֗ת ֹאמֶ רְׁמה־נכ ִ֨בדְׁהי‬
:‫אמ ֣הֹותְׁעֲבָׁ ֵ֔ ָׁדיוְׁכְׁהגָׁלִ֥ ֹותְׁנגלּ֖ ֹותְׁאחִ֥דְׁהָׁ ר ַֽקים‬
vaiáshov davíd lêvaréj et-beitó; {s} vatetzé mijál bat-shaul liqrát davíd,
vatómer mah-nijbád haióm mélej israél ashér nigláh haiom lê'eineí amhót
'avadáv, kêhigalót niglót ajád hareqím.

Luego volvió David para bendecir a su familia. Pero Mical hija de Shaúl
[Saúl], saliendo para encontrar a David, le dijo: –¡Cómo se ha cubierto de
honra hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy ante los ojos de las criadas de
sus servidores, como se descubriría sin decoro un cualquiera!
(21)
‫יְׁמאָׁ ביְך֙ ְּׁומ ְׁכל־‬
ַֽ ‫ר־ב‬
ָּ֤ ‫רְׁבח‬ ַֽ ָׁ ִֶ֨‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ וְׁד֮ ְׁאֶ ל־מיכלְׁ֒לפנ֣יְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁאֲש‬
ְׁ‫ב ֵ֔יתֹוְׁלְׁצְִֹּׁ֨ותְׁאֹ ִ֥תיְׁנָׁגִ֛ידְׁעל־עִ֥םְׁיהוָׁ ּ֖הְׁעל־יש ָׁר ֵ֑אלְׁוְׁ ַֽשחק ּ֖תיְׁלפנִ֥י‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫י‬
vaiómer david el-mijal lifnéi Adonai ashér bájar-bí méavij umikol-beitó,
lêtzaúot otí nagíd 'al-'ám Adonai 'al-israél; vêsíjaqtí lifnéi Adonai .

David respondió a Mical: –Fue delante del Eterno, que me eligió en lugar de
tu padre y de toda su casa, para constituirme como el soberano del pueblo del
Eterno, de Israel. Por tanto, me regocijaré delante del Eterno.
(22)
ְׁ‫ֲשרְׁאָׁ ֵ֔מרת‬
֣ ֶ ‫ם־האֲמָׁ הֹות֙ ְׁא‬
ַֽ ָׁ ‫ּונקלָּ֤ תיְׁעֹוד֙ ְׁמ ֵ֔ז ֹאתְׁוְׁהָׁ יִ֥יתיְׁשָׁ פָׁ ּ֖לְׁבְׁעינָׁ ֵ֑יְׁוְׁע‬
:‫ע ָׁ ּ֖מםְׁאכ ַָֽׁבדָׁ ה‬
unqalóti 'od mizót, vêhaíti shafál bê'einái; vê'im-háamahot ashér amárt, 'imám
ikavédah.

Y aún me haré más vil que esta vez y me rebajaré ante mis propios ojos. Pero
con las criadas que has mencionado, ¡junto con ellas seré honrado!
(23)
‫ פ‬:‫ֹוםְׁמֹותּה‬
ַֽ ָׁ ִ֥‫ֹא־היָׁהְׁלָׁ ּּ֖הְׁיָׁ ֵ֑לֶדְׁעּ֖דְׁי‬
ִ֥ ָׁ ‫ּולמיכלְׁ֙בת־שָׁ ֵ֔אּולְׁל‬
ulmijal bat-shaúl, lo-háiah láĥ iáled; 'ád íom motáĥ.

Y Mical hija de Shaúl [Saúl] no tuvo hijos hasta el día de su muerte.

367
7 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 7


(1)
:ְׁ‫יח־לִ֥ ֹוְׁמסָׁ ּ֖ביבְׁמכְׁל־אַֹֽ יְׁ ָׁ ַֽביו‬
ַֽ ‫יתֹוְׁוַֽיהוָׁ ִ֛הְׁהנ‬
ֵ֑ ‫יְׁכי־י ִָׁ֥שבְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁבְׁב‬
ַֽ ‫וי ֹּ֕ה‬
vaihí kí-iasháv hamélej bêveitó; váAdonai heniáj-ló misavív mikol-óiêváv .

Aconteció que cuando el rey habitaba ya en su casa, y el Eterno le había dado


descanso de todos sus enemigos en derredor,
(2)
ְׁ‫יְׁיֹושבְׁבְׁב֣יתְׁא ֲָׁרזֵ֑ים‬
ּ֖ ‫אְׁאנֹ ִ֥כ‬
ַֽ ָׁ ‫יאְׁר ֣אהְׁ ֵָׁ֔נ‬
ְׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ל־נ ָׁ ָׁ֣תןְׁהנ ֵָׁ֔ב‬
:ְׁ‫יעה‬ ַֽ ָׁ ‫ֱלהיםְׁיֹ ּ֖שבְׁבְׁ ִ֥תֹוְךְׁהיר‬ ֵ֔ ‫ְׁהא‬ ַֽ ָׁ ֙‫ַֽואֲרֹון‬
vaiómer hamélej el-natán hanaví, rêéh ná, ánojí ioshév bêvéit arazím; váaron
háelohím, ioshév bêtój hairi'áh .

el rey dijo al profeta Natán: –Mira; yo habito en una casa de cedro, mientras
que el arca de Elohim habita en una tienda.
(3)
ְׁ‫הְׁכיְׁיהוָׁ ּ֖הְׁע ָׁ ַֽמְך‬
ִ֥ ‫רְׁבלְׁבְׁבךּ֖ ְׁלְ֣ךְׁע ֲֵ֑ש‬
ַֽ ‫ֲש‬ִ֥ ֶ ‫ְֶךְׁכלְׁא‬
ֹ ִ֛ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁנָׁתָׁ ן֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמל‬
‫ס‬:
vaiómer natan el-hamélej, kól ashér bílêvovjá léj 'aséh; kí Adonai 'imáj .

Y Natán dijo al rey: –Anda, haz todo lo que está en tu corazón, porque el
Eterno está contigo.
(4)
‫ ס‬:ְׁ‫וי ּ֖היְׁבּל֣ילָׁהְׁה ֵ֑הּואְׁ{ס}ְׁוַַֽֽיהי֙ ְׁדְׁבר־יה ֵ֔ ָׁוהְׁאֶ ל־נ ָׁ ָּׁ֖תןְׁלאמַֹֽ ר‬
vaihí baláilah hahú; {s} váihí dêvar-Adonai, el-natán lemór .

Pero aconteció que aquella noche vino la palabra del Eterno a Natán,
diciendo:
(5)
‫ֵ֑הְׁהא ָׁ ִ֛תהְׁתבנֶה־‬
ַֽ ָׁ‫דְׁ{ס}ְׁכהְׁאָׁ ֣מרְׁיהו‬
ֹ ּ֖ ‫לְָּ֤ךְׁוְׁ ָׁ ַֽאמר ָׁ֙תְׁאֶ ל־עב ֣דיְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֔ו‬
:ְׁ‫ִּ֥ליְׁבּ֖יתְׁלְׁשב ַֽתי‬
léj vêámartá el-'avdí el-davíd, {s} kóh amár Adonai; háatáh tivneh-lí váit
lêshivtí .

'Ve y di a mi siervo David que así ha dicho el Eterno: '¿Me edificarás tú una
casa en la que yo habite?'

368
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 7

(6)
ְׁ‫ֲלתיְׁאֶ ת־בְׁנָּ֤יְׁיש ָׁראלְׁ֙ממצ ֵ֔ריםְׁוְׁעּ֖ד‬
ֵּ֞ ‫תְׁלמיֹוםְׁ ַֽהע‬ ְׁ ַ֠ ‫֣כיְׁ ָּ֤ל ֹאְׁי ִָׁ֨שבתי֙ ְׁבְׁ ֵ֔בי‬
:‫הי֣ ֹוםְׁהזֶ ֵ֑הְׁו ֶ ַָֽׁאהְׁיֶה֙ ְׁמתה ֵּ֔לְךְׁבְׁאֹּ֖ הֶ לְּׁובמש ָׁ ַֽכן‬
kí ló iashávtí bêváit, lêmiom há'alotí et-bênéi israel mimitzráim, vê'ád haióm
hazéh; vaéhêieh mithaléj, bêóhel uvmishkán.

Ciertamente yo no he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los
Hijos de Israel de Egipto, hasta el día de hoy. Más bien, he estado
peregrinando en una tienda y en un tabernáculo.
(7)
ְׁ ֙‫ֲשר־התהּלכתי֮ ְׁבְׁכְׁל־בְׁנ֣יְׁיש ָׁראלְׁ֒הֲדָׁ ָׁב֣רְׁד ִ֗ברתיְׁאֶ ת־אחד‬ ַֽ ֶ ‫בְׁ ִ֥ ֹכלְׁא‬
ְׁ‫ֲשרְׁצ ִּ֗ויתיְׁלרעִ֛ ֹותְׁאֶ ת־ע ִ֥מיְׁאֶ ת־יש ָׁר ּ֖אלְׁלאמֵֹ֑ ר‬֣ ֶ ‫שב ֣טיְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁא‬
:‫םְׁליְׁבִ֥יתְׁא ֲָׁר ַֽזים‬
ּ֖ ‫ית‬ ִ֥ ֶ ‫לָׁ ִ֛מָׁ הְׁ ַֽל ֹא־בְׁנ‬
bêjól ashér-hithalajtí bêjol-bênéi israel hadavár dibárti et-ajad shivtéi israél,
ashér tzivíti lir'ót et-'amí et-israél lemór; lámah ló-vênitém lí béit arazím.

Dondequiera que he peregrinado con todos los Hijos de Israel, ¿acaso he


dicho una palabra a alguna de las tribus de Israel a la que yo comisioné para
apacentar a mi pueblo Israel, preguntando: '¿Por qué no me habéis edificado
una casa de cedro?'
(8)
ְׁ‫דְׁכהְׁאָׁ מר֙ ְׁיהוָׁ ֣הְׁצְׁבָׁ ֵ֔אֹותְׁאֲנָּ֤י‬
ֹ ָּ֤ ‫ֹאמרְׁלְׁעב ֣דיְׁלְׁדָׁ ִ֗ו‬ ֵּ֞ ‫הְׁכה־ת‬
ֹ ַֽ ָׁ‫ְַׁ֠ועת‬
: ‫אןְׁלהְׁי֣ ֹותְׁנ ֵָׁ֔גידְׁעל־ע ּ֖מיְׁעל־יש ָׁר ַֽאל‬
ְׁ ַֽ ֹ ‫הְׁמאחּ֖רְׁה ֵ֑צ‬ ַֽ ‫לְׁקח ִ֨תיך֙ ְׁמן־ה ָׁנ ֵ֔ ֶו‬
vê'atah kóh-tomár lê'avdí lêdavíd kóh amar Adonai tzêvaót, aní lêqajtíjá min-
hanavéh, méajár hatzón; líhêíot nagíd, 'al-'amí 'al-israél .

'Ahora pues, dirás a mi siervo David que así ha dicho el Eterno de los
Ejércitos: 'Yo te tomé del prado, de detrás del rebaño, para que fueras el
soberano de mi pueblo Israel.
(9)
ְׁ‫ֲשרְׁהָׁ ֵ֔לכתָׁ ְָׁׁוַֽאכ ִ֥רתָׁ הְׁאֶ ת־כְׁל־אַֹֽ יְׁ ֶבּ֖יךְׁמפָׁנֶ ֵ֑יך‬
֣ ֶ ‫ו ֶ ַָֽׁאהְׁיֶ ֣הְׁעמְׁ ִ֗ךְׁבְׁכֹ לְׁ֙א‬
:‫ֲשרְׁבָׁ ָׁ ַֽא ֶרץ‬
ִ֥ ֶ ‫ְׁשםְׁגָׁדֵ֔ ֹולְׁכְׁ ִ֥שםְׁהגְׁדֹ ּ֖ליםְׁא‬
֣ ֙‫וְׁע ָָּׁ֤ש ַֽתיְׁלְׁך‬
vaéhêiéh 'imêjá bêjol ashér halájta, váajrítah et-kol-óiêvéja mipanéja; vê'asítí
lêjá shém gadól, kêshém hagêdolím ashér baáretz.

He estado contigo por dondequiera que has andado. He eliminado a todos tus
enemigos de tu presencia, y haré que tu nombre sea grande, como el nombre
de los grandes de la tierra.

369
7 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(10)
ְׁ‫יְׁמָׁ קֹוםְׁלְׁע ִ֨מיְׁלְׁיש ָׁר ָּ֤אלְּׁונטעתיו֙ ְׁוְׁשָׁ כ֣ןְׁתח ֵ֔ ָׁתיוְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁירגּ֖ז‬
ַ֠ ‫וְׁשמ ֣ת‬
:‫אשֹונַֽה‬
ָׁ ‫ֲשרְׁבָׁ ַֽר‬ּ֖ ֶ ‫ֹוְׁכא‬
ַֽ ‫נֹות‬
ֵ֔ ‫עֵ֑ ֹודְׁוְׁ ַֽל ֹא־יֹ ָּ֤סיפּוְׁבְׁנַֽי־עולָׁה֙ ְׁלְׁע‬
vêsamtí máqom lê'amí lêisraél unta'tiv vêshaján tajtáv, vêló irgáz 'ód; vêló-
iosífu vênéi-'avlah lê'anotó, káashér baríshonáh.

Asimismo, dispondré un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré para que


habite en su lugar sin que sea molestado más, ni los inicuos vuelvan a afligirlo
como al comienzo,
(11)
ְׁ ּ֖‫יְׁלך‬
ְׁ ‫לְׁוהֲניחִֹ֥ ת‬ ַֽ ‫ּולמן־היִ֗ ֹוםְׁאֲשִֶ֨ רְׁצ ָּּ֤ויתיְׁשַֹֽ פְׁטים֙ ְׁעל־ע ֣מיְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫תְׁיעֲשֶ ה־ּלְׁךִ֥ ְׁי‬
ַֽ ‫מכְׁל־אַֹֽ יְׁ ֶבֵ֑יךְׁוְׁהגָּ֤ידְׁלְׁך֙ ְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁכי־בּ֖י‬
ulmin-haióm ashér tzivíti shófêtim 'al-'amí israél, váhanijóti lêjá mikol-
óiêvéja; vêhigíd lêjá Adonai, ki-váit iá'aseh-lêjá Adonai .

desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo Israel. Y yo te daré


descanso de todos tus enemigos. ''Además, el Eterno te declara que el Eterno
te hará casa a ti.
(12)
ְׁ‫ְׁאח ֶ ֲֵ֔ריך‬
ַֽ ֙‫יְׁאת־זרעֲך‬
ַֽ ֶ ‫֣כיְׁ׀ְׁימלְׁ ֣אּוְׁי ִ֗ ֶָׁמיךְׁוְׁ ָׁ ַֽשכב ָׁ֙תְׁאֶ ת־אֲבֹ ֵ֔ ֶתיךְׁוה ֲַֽקימֹ ָּ֤ת‬
:‫ֲשרְׁיצּ֖אְׁממעֶ ֵ֑יךְׁוה ֲַֽכינֹ ּ֖תיְׁאֶ ת־ממלכ ַֽתֹו‬ ִ֥ ֶ ‫א‬
kí | imlêú iaméja vêshájavtá et-avotéja, vahaqímotí ét-zar'ajá ájaréja, ashér
ietzé mime'éja; vahajínotí et-mamlajtó.

Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo levantaré después de
ti a un descendiente tuyo, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino.
(13)
:ְׁ‫ד־עֹולם‬
ַֽ ָׁ ‫ִ֥הּואְׁיבנֶה־בּ֖יתְׁלש ֵ֑מיְׁוְׁ ַֽ ֹכננ ִ֛תיְׁאֶ ת־כ ִ֥סאְׁממלכ ּ֖תֹוְׁע‬
hú ivneh-báit lishmí; vêjónantí et-kisé mamlajtó 'ad-'olám .

Él edificará una casa a mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para


siempre.
(14)
ְׁ ֙‫ֶה־ּליְׁלְׁבֵ֑ןְׁאֲשֶ ר֙ ְׁבְׁ ֣העֲֹו ֵ֔תֹוְׁוְׁהַֹֽ כחתיו‬
֣ ‫ּואְׁיהי‬ ַֽ ‫ְׁאהְׁיֶה־ּל֣ ֹוְׁלְׁ ֵ֔ ָׁאבְׁוְׁ ּ֖ה‬
ַֽ ֶ ֙‫אֲני‬
:ְׁ‫בְׁ ֣שבֶ טְׁ ֲאנ ֵָׁ֔שיםְּׁובנגעּ֖יְׁבְׁנִ֥יְׁאָׁ ָׁ ַֽדם‬
aní éhêieh-ló lêáv, vêhú íhieh-lí lêvén; asher bêhá'aotó, vêhójajtiv bêshévet
anashím, uvnig'éi bênéi adám .

370
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 7

Yo seré para él, padre; y él será para mí, hijo. Cuando haga mal, yo le
corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombre.
(15)
ְׁ‫ֲשרְׁהֲס ּ֖רֹ תי‬
ִ֥ ֶ ‫ֲשרְׁהֲסרִֹ֨ תי֙ ְׁמ ֣עםְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁא‬
ָּ֤ ֶ ‫נּוְׁכא‬
ַֽ ‫וְׁחס ּ֖דיְׁ ַֽל ֹא־י ָׁ֣סּורְׁמ ֶ ֵ֑מ‬
:‫מּלְׁפ ֶָׁנַֽיך‬
vêjasdí ló-iasúr miménu; káashér hasirótí me'ím shaúl, ashér hasiróti
milêfanéja.

Pero no quitaré de él mi misericordia, como la quité de Shaúl [Saúl], al cual


quité de tu presencia.
(16)
‫ֵ֑יךְׁכסְׁא ֲֵ֔ך ְַֽׁיהיֶ ִ֥הְׁנָׁכּ֖ ֹוןְׁעד־‬
ַֽ ֶ‫ְּׁוממְׁלכתְׁךִ֛ ְׁעד־עֹולָׁ ּ֖םְׁלְׁפָׁנ‬
ַֽ ֵּ֧‫ןְׁביתְׁך‬
ַֽ ‫וְׁנֶא ִ֨מ‬
:ְׁ‫עֹולם‬
ַֽ ָׁ
vênemán béitêjá umámêlajtêjá 'ad-'olám lêfanéja; kísêajá, íhiéh najón 'ad-
'olám .

Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí, y tu trono será
estable para siempre.''
(17)
‫ פ‬:‫לְׁהחזָׁי֣ ֹוןְׁהזֶ ֵ֑הְׁכִ֛ןְׁד ֶבִ֥רְׁנ ָׁ ָּׁ֖תןְׁאֶ ל־דָׁ ַֽוד‬
ַֽ ‫כְׁכֹ לְׁ֙הדְׁבָׁ ֣ריםְׁהָׁ ֵ֔אּלֶהְּׁוכְׁ ּ֖ ֹכ‬
kêjol hadêvarím haéleh, ujêjól hájizaíon hazéh; kén dibér natán el-davíd.

Natán habló a David conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta
visión.
(18)
ְׁ‫ְּׁומי‬
֣ ֙‫יְׁאנֹ ֵּ֞כיְׁאֲדֹ נָׁ ָּ֤יְׁיהוה‬
ַֽ ָׁ ‫רְׁמ‬
֣ ֶ‫ו ָׁיב ֹא֙ ְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֔ודְׁויּ֖שֶ בְׁלפנ֣יְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁו ִ֗י ֹאמ‬
:ְׁ‫יְׁכיְׁה ֲַֽבאֹ ּ֖תניְׁעד־הֲלַֽ ם‬ִ֥ ‫ית‬ ֵ֔ ‫ב‬
vaiavo hamélej davíd, vaiéshev lifnéi Adonai; vaiómer mí ánojí adonái ihvih
umí veití, kí havíotáni 'ad-halóm .

Entonces entró el rey David, se sentó delante del Eterno y dijo: 'Oh Señor
Elohim, ¿quién soy yo, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?
(19)
ְׁ ּ֖‫ל־בית־עבדְׁך‬
ַֽ ֶ‫הוהְׁותְׁדבִ֛רְׁגִ֥םְׁא‬ֵ֔ ‫ְׁ֩עֹודְׁ ָּ֤ז ֹאתְׁבְׁעי ִֶ֨ניך֙ ְׁאֲדֹ נָׁ ֣יְׁי‬ ִ֨ ‫ותקטן‬
:ְׁ‫הוה‬
ַֽ ‫תְׁהאָׁ ָׁ ּ֖דםְׁאֲדֹ נָׁ ִ֥יְׁי‬
ַֽ ָׁ ‫אתְׁתֹור‬
ִ֥ ֹ ‫לְׁ ַֽמ ָׁר ֵ֑חֹוקְׁוְׁ ִ֛ז‬
vatiqtan 'ód zót bê'einéjá adonái ihvíh, vatêdabér gám el-béit-'avdêjá
lêmérajóq; vêzót torát háadám adonái ihvíh .

371
7 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Y aun esto te ha parecido poco, oh Señor Elohim, pues también has hablado
del futuro de la casa de tu siervo. ¿Se comporta de esta manera el hombre, oh
Señor Elohim?
(20)
ְׁ‫ְׁאת־עבדְׁךּ֖ ְׁאֲדֹ נָׁ ִ֥י‬
ַֽ ֶ ָׁ‫ה־יֹוסיףְׁדָׁ וִ֛דְׁעּ֖ ֹודְׁלְׁדב֣רְׁאלֶ ֵ֑יךְׁוְׁא ָׁ ִ֛תהְׁי ִָׁ֥דעת‬
ִ֥ ‫ּומ‬
:ְׁ‫הוה‬
ַֽ ‫י‬
umah-iosíf davíd 'ód lêdabér eléja; vêatáh iadá'ta ét-'avdêjá adonái ihvíh .

¿Qué más puede añadir David al hablar contigo? Pues tú conoces a tu siervo,
oh Señor Elohim.
(21)
‫הֹודיעְׁאֶ ת־‬
ּ֖ ְׁ‫ְׁאתְׁכְׁל־הגְׁדּוּלָׁ ּ֖הְׁה ֵ֑ז ֹאתְׁל‬
ִ֥ ָׁ‫ַֽבע ֲָּ֤בּורְׁדְׁ ָׁ ַֽב ְׁרך֙ ְּׁוַֽ כלבְׁ ֵ֔ךְׁע ָֹּׁ֕שית‬
:‫עב ֶ ַֽדך‬
bá'avúr dêvárêjá újlibêjá, 'asíta ét kol-hagêduláh hazót; lêhodí'a et-'avdéja.

Por causa de tu palabra y conforme a tu corazón, has realizado toda esta gran
cosa para darla a conocer a tu siervo.
(22)
ְׁ‫י־איןְׁכ ִָׁ֗מֹוךְׁוְׁ ָּ֤איןְׁאֱלהים֙ ְׁזַֽ ּול ֵ֔ ֶָׁתךְׁבְׁ ִ֥ ֹכל‬
֣ ‫יםְׁכ‬
ַֽ ‫ֱלה‬
ֵ֑ ‫על־כִ֥ןְׁג ָּׁ֖דלתָׁ ְׁיהוָׁ ֣הְׁא‬
:ְׁ‫אֲשֶ ר־שָׁ ּ֖מענּוְׁבְׁאְׁזנַֽינּו‬
'al-kén gadálta Adonai elohím; kí-éin kamója vêéin elohim zúlatéja, bêjól
asher-shamá'nu bêoznéinu .

Por tanto, tú eres grande, oh Eterno Elohim; porque no hay nadie como tú, ni
hay Elohim aparte de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros
oídos.
(23)
‫ֲשרְׁהְׁלכַֽ ּו־ ַ֠ ֱאלהיםְׁלפ ַֽדֹות־‬ ֣ ֶ ‫ּומיְׁכְׁעמְׁך֙ ְׁכְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁגִ֥ ֹויְׁאֶ ָׁחּ֖דְׁבָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁא‬ ָּ֤
ְׁ‫ֹוְׁשםְׁוְׁ ַֽלע ֲִ֨שֹותְׁ ָׁל ֶָ֜כםְׁהגְׁדּוּלָׁ ָּ֤הְׁוְׁ ַֽ ֹנ ָׁראֹות֙ ְׁלְׁאר ֵ֔ ֶצך‬ ִ֗ ֣‫ִ֨לֹוְׁלְׁ ָָׁ֜עםְׁוְׁל ֵָּׁ֧שּוםְׁל‬
:ְׁ‫ַֽאלהיו‬ ַֽ ָׁ ‫מפְׁנ֣יְׁעמְׁ ִ֗ךְׁאֲשִֶ֨ רְׁפ ָָּׁ֤דיתָׁ ְּׁלְׁך֙ ְׁממצ ֵ֔ריםְׁגֹויּ֖םְׁו‬
umí jê'amêjá kêisraél, góy ejád baáretz; ashér holjú-élohim lifdót-ló lê'ám
vêlasúm ló shém vêlá'asót lajém hagêduláh vênóraot lêartzéja, mipênéi 'amêjá
ashér padíta lêjá mimitzráim, goím véloháv .

'¿Y qué otra nación hay en la tierra como tu pueblo Israel, al cual Elohim fue
para rescatarlo como pueblo para sí, a fin de darse renombre y hacer a favor
de él hechos grandes e imponentes, al expulsar las naciones y sus dioses ante
tu pueblo que rescataste para ti de Egipto?

372
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 7

(24)
ְׁ‫ַַֽֽןְׁלךְׁאֶ ת־עמְׁ ִ֨ךְׁיש ָׁר ֵּ֧אלְׁ׀ְׁלְׁךִ֛ ְׁלְׁעָׁ ּ֖םְׁעד־עֹולָׁ ֵ֑םְׁוְׁא ָׁ ֣תהְׁיה ֵ֔ ָׁוה‬
ְׁ ַ֠ ‫ותְׁכ֣ ֹונ‬
‫ ס‬:ְׁ‫אלהים‬ ַֽ ‫ּ֖םְׁל‬
ַֽ ‫הָׁ יִ֥יתָׁ ְׁל ֶָׁה‬
vatêjónén lêja et-'amêjá israél | lêjá lê'ám 'ad-'olám; vêatáh Adonai, haíta
lahém lélohím .

Has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre; y tú,
oh Eterno, has llegado a ser su Elohim.
(25)
ְׁ‫ְׁעל־עבדְׁך֙ ְׁוְׁעל־ב ֵ֔יתֹוְׁהָׁ ּ֖קם‬
ַֽ ָׁ‫ֱלהיםְׁהדָׁ ִ֗ ָׁברְׁאֲשִֶ֨ רְׁדבָּ֤רת‬ ֵ֔ ‫וְׁעתָׁ ה֙ ְׁיהוָׁ ֣הְׁא‬
:ְׁ ָׁ‫ֲשרְׁד ַֽב ְׁרת‬ ִ֥ ֶ ‫הְׁכא‬
ַֽ ‫ֵ֑םְׁוע ֲּ֖ש‬
ַֽ ָׁ‫עד־עֹול‬
vê'atah Adonai elohím, hadavár ashér dibárta 'ál-'avdêjá vê'al-beitó, haqém
'ad-'olám; vá'aséh káashér dibárêta .

'Ahora pues, oh Eterno Elohim, confirma para siempre la palabra que has
hablado acerca de tu siervo y de su casa, y haz tal como has dicho.
(26)
ְׁ‫ֱלהיםְׁעל־יש ָׁר ֵ֑אל‬
ּ֖ ‫וְׁיג ִ֨דלְׁשמךָּ֤ ְׁעד־עֹולָׁם֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁיהוָׁ ֣הְׁצְׁבָׁ ֵ֔אֹותְׁא‬
:ְׁ‫דְׁיהיֶ ִ֥הְׁנָׁכּ֖ ֹוןְׁלְׁפ ֶָׁנַֽיך‬
ַֽ ‫ּובית֙ ְׁעבדְׁך֣ ְׁדָׁ ֵ֔ו‬
vêigdál shimjá 'ad-'olam lemór, Adonai tzêvaót, elohím 'al-israél; uveit 'avdêjá
davíd, íhiéh najón lêfanéja .

Sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: 'el Eterno de
los Ejércitos es Elohim de Israel.' Que la casa de tu siervo David sea estable
delante de ti;
(27)
ְׁ‫ַֽכי־אתָׁ הְׁ֩יה ִ֨ ָׁוהְׁצְׁבָׁ ָ֜אֹותְׁאֱלה֣יְׁיש ָׁר ִ֗אלְׁג ָָׁ֜ליתָׁ הְׁאֶ ת־אָֹּ֤ זֶןְׁעבדְׁך֙ ְׁלאמֵֹ֔ ר‬
‫ל־כןְׁמָׁ ָׁצָּ֤אְׁעבדְׁך֙ ְׁאֶ ת־ל ֵ֔בֹוְׁלְׁהתפּל֣לְׁא ֵֶ֔ליךְׁאֶ ת־‬ ִ֗ ‫בּ֖יתְׁאֶ בנֶה־ּלָׁ ְֵ֑ךְׁע‬
:ְׁ‫התְׁפּלָׁ ּ֖הְׁה ַֽז ֹאת‬
kí-atah Adonai tzêvaót elohéi israél galítah et-ózen 'avdêjá lemór, báit evneh-
láj; 'al-kén matzá 'avdêjá et-libó, lêhitpalél eléja, et-hatêfiláh hazót .

porque tú, oh Eterno de los Ejércitos, Elohim de Israel, lo has revelado al oído
de tu siervo, diciendo: 'Yo te edificaré casa a ti.' Por esto, tu siervo ha hallado
valor en su corazón para dirigirte esta oración.
(28)
ְׁ ֙‫יךְׁיהי֣ ּוְׁא ֶ ֱֵ֑מתְׁותְׁדבר‬
ַֽ ‫ֱלהיםְּׁודבָׁ ֶ ּ֖ר‬
ֵ֔ ‫ְׁהא‬
ַֽ ָׁ ֙‫הוהְׁאתָׁ ה־הּוא‬ ִ֗ ‫וְׁ ע ָׁ ֣תהְׁ׀ְׁאֲדֹ נָׁ ֣יְׁי‬
:ְׁ‫ּטֹובּ֖הְׁה ַֽז ֹאת‬
ָׁ ‫ֶ ַֽאל־עבדְׁ ֵ֔ךְׁאֶ ת־ה‬
373
7, 8 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vê'atáh | adonái ihvíh atah-hu háelohím, udvaréja íhíu emét; vatêdaber él-
'avdêjá, et-hatováh hazót .

Ahora pues, oh Señor Elohim, tú eres Elohim, y tus palabras son verdad, y has
prometido este bien a tu siervo.
(29)
ְׁ‫ֵ֑יךְׁכי־א ֵּ֞ ָׁתה‬
ַֽ ֶ‫ְׁלהְׁיִ֥ ֹותְׁלְׁעֹולָׁ ּ֖םְׁלְׁפָׁנ‬
ַֽ ‫וְׁע ִ֗ ָׁתהְׁהֹואלְּׁ֙ובָׁ רְך֙ ְׁאֶ ת־ב֣יתְׁעבדְׁ ֵ֔ך‬
‫ פ‬:ְׁ‫עֹולם‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫ְךְׁבית־עבדְׁךּ֖ ְׁל‬ ַֽ ‫אֲדֹ נָׁ ָּ֤יְׁיהוה֙ ְׁד ֵ֔ברתָׁ ְּׁומברכָׁ ֣ת ֵ֔ךְׁיְׁבֹ ִ֥ר‬
vê'atáh hoel uvarej et-béit 'avdêjá, líhêíot lê'olám lêfanéja; kí-atáh adonái
ihvih dibárta, umibirjátjá, iêvoráj béit-'avdêjá lê'olám .

Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca para
siempre delante de ti. Porque tú lo has prometido, oh Señor Elohim, y con tu
bendición la casa de tu siervo será bendita para siempre.'

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 8


(1)
ְׁ‫ת־מתֶ ג‬
ִ֥ ֶ ֶ‫י־כןְׁויְִַֽ֥ךְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־פְׁלש ּ֖תיםְׁויכניעֵ֑םְׁוי ִ֥קחְׁדָׁ ִ֛ודְׁא‬
ֵ֔ ‫ְׁאחֲר‬
ַֽ ֙‫וַַֽֽיהי‬
:‫ָׁ ַֽהא ָׁ ּ֖מהְׁמיִ֥דְׁפְׁלש ַֽתים‬
váihí ájarei-jén, vaiáj davíd et-pêlishtím vaiajni'ém; vaiqáj davíd et-méteg
háamáh miád pêlishtím.

Aconteció después de esto que David derrotó a los filisteos y los sometió.
Entonces David tomó Meteg-haamá de mano de los filisteos.
(2)
‫םְׁארצָׁ הְׁוימ ָּ֤דדְׁשְׁנַֽי־‬ ֵ֔ ‫אֹות‬
֣ ָׁ ְׁ‫ת־מֹואבְׁוַַֽֽימדְׁ ָּ֤דםְׁב ִ֨ ֶחבֶ לְׁ֙השכ֣ב‬ ָׁ ִ֗ ֶ‫ויְַֽ֣ךְׁא‬
ְׁ‫דְׁלעֲבָׁ ּ֖דים‬
ַֽ ‫חֲבָׁ לים֙ ְׁלְׁהָׁ ֵ֔מיתְּׁומ ִ֥ל ֹאְׁה ֶחּ֖בֶ לְׁלְׁ ַֽהחֲיֵ֑ ֹותְׁו ְׁת ָּ֤היְׁמֹואָׁ ב֙ ְׁלְׁדָׁ ֵ֔ו‬
:‫ַֽ ֹנשְׁ ִ֥איְׁמנ ָׁ ַֽחה‬
vaiáj et-moáv váimadêdém bajével hashkév otám ártzah, vaimadéd shênéi-
javalim lêhamít, umló hajével lêhájaíot; vatêhí moav lêdavíd, lá'avadím nósêéi
minjáh.

También derrotó a los moabitas y los midió con cordel. Los hizo tenderse en
el suelo y midió dos cordeles para que murieran y un cordel entero para que
vivieran. Los moabitas fueron hechos siervos de David y le llevaban tributo.

374
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 8

(3)
ְׁ‫ְֶךְׁצֹובֵ֑הְׁבְׁלֶכ ֹּ֕תֹוְׁלְׁהָׁ ִ֥שיבְׁי ָּׁ֖דֹו‬
ָׁ ‫בְׁמל‬
֣ ֶ ֹּ֖‫ן־רח‬
ְׁ ֶ‫ויְַֽ֣ךְׁדָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ת־הֲדדעֶ ִ֥ זֶרְׁב‬
:)‫ַֽבנְׁהר־ְׁ(פְׁ ָׁ ַֽרת‬
vaiáj davíd, et-hadad'ézer ben-rêjóv mélej tzováh; bêlejtó lêhashív iadó
bínêhar- (pêrát).

También derrotó David a Hadad-ezer hijo de Rejob, rey de Soba, cuando éste
iba a establecer su dominio hasta el río Éufrates.
(4)
ְׁ‫ֶףְׁאיש‬
֣ ‫יםְׁאל‬
ּ֖ ֶ ‫ְׁפ ָׁר ֵ֔שיםְׁוְׁעֶש ִ֥ר‬
ַֽ ָׁ ֙‫נּוְׁאלֶףְּׁושבע־מאֹות‬ ָּ֤ ֶ ‫ויל ִ֨ ֹכדְׁדָׁ ָ֜ודְׁמ ִ֗ ֶמ‬
:‫הְׁרכֶב‬
ַֽ ָׁ ָׁ‫נּוְׁמא‬
ִ֥ ‫יֹותרְׁמ ֶ ּ֖מ‬ ִ֥ ‫רג ֵ֑ליְׁויע ָּ֤קרְׁדָׁ וד֙ ְׁאֶ ת־כְׁל־הָׁ ֶ ֵ֔רכֶבְׁו‬
vailkód davíd miménu élef ushva'-meot párashím, vê'esrím élef ísh raglí;
vai'aqér david et-kol-haréjev, vaiotér miménu méah rájev.

David le capturó 1700 jinetes y 20000 hombres de infantería. Y desjarretó


David todos los caballos de los carros, pero dejó de ellos los de 100 carros.
(5)
ְׁ‫ְׁבא ָׁ ֲֵ֔רם‬
ַֽ ֙‫ְֶךְׁצֹובֵ֑הְׁויְַָּֽ֤ךְׁדָׁ וד‬
ָׁ ‫ֶרְׁמל‬
֣ ֶ ‫רְׁלהֲדדעֶ ּ֖ ז‬
ַֽ ‫ֲר םְׁד ֵ֔ ֶמשֶ קְׁלע ֹֹּ֕ז‬
ְׁ֣ ‫ותָׁ ב ֹא֙ ְׁא‬
:‫ֶףְׁאיש‬ ַֽ ‫םְׁאל‬
ּ֖ ֶ ‫עֶש ַֽרים־ּוש ִ֥נַֽי‬
vatavo arám daméseq, la'zór láhadad'ézer mélej tzováh; vaiáj david báarám,
'esrím-ushnáim élef ísh.

Los sirios de Damasco fueron para ayudar a Hadad-ezer, rey de Soba; y David
hirió a 22000 hombres de los sirios.
(6)
ְׁ‫דְׁלעֲבָׁ ּ֖דיםְׁנַֽ ֹוש ֣אי‬
ַֽ ‫ְׁבא ֲ֣רםְׁד ֵ֔ ֶמשֶ קְׁותְׁ ָּ֤היְׁא ֲָׁרם֙ ְׁלְׁדָׁ ֵ֔ו‬ ַֽ ֙‫ו ִָׁ֨ישֶ םְׁדָׁ וָּ֤דְׁנְׁצבים‬
:ְׁ‫ֲשרְׁהָׁ ָׁ ַֽלְך‬
ִ֥ ֶ ‫מנ ָׁחֵ֑הְׁו ָֹּ֤ישעְׁיהוָׁה֙ ְׁאֶ ת־דָׁ ֵ֔ודְׁבְׁ ּ֖ ֹכלְׁא‬
vaiásem davíd nêtzivim báarám daméseq, vatêhí aram lêdavíd, lá'avadím
nóséi minjáh; vaiósha' Adonai et-davíd, bêjól ashér haláj .

Después David instaló puestos militares entre los sirios de Damasco. Así
llegaron los sirios a ser siervos de David y le llevaban tributo. Y el Eterno
daba la victoria a David por dondequiera que iba.
(7)
ְׁ‫יאם‬
ּ֖ ‫ּוְׁאלְׁעב ֣דיְׁהֲדדעָׁ ֵ֑ זֶרְׁויב‬
ּ֖ ֶ ֵ֔‫ֲשרְׁהָׁ י‬
֣ ֶ ‫דְׁאתְׁשל ֣טיְׁהז ֵ֔ ָָׁׁהבְׁא‬
ֵ֚ ‫וי ֣קחְׁדָׁ ִ֗ו‬
:‫יְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiqáj davíd ét shiltéi hazaháv, ashér haíu, él 'avdéi hadad'ázer; vaiviém
iêrúshaláim.

375
8 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

David tomó los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadad-ezer y
los trajo a Ierushalaim [Jerusalén].
(8)
ְׁ‫ּומ ֶבִ֥טחְּׁומ ַֽברֹ ּ֖תיְׁע ָׁ֣ריְׁהֲדדעָׁ ֵ֑ זֶרְׁל ֵָּׁ֞קחְׁה ֶ ֵּ֧מלְֶךְׁדָׁ וִ֛דְׁנְׁחֹּ֖ שֶ תְׁהרבִ֥ה‬
‫ ס‬:‫מְׁאַֹֽ ד‬
umibétaj umibérotái 'aréi hadad'ázer; laqáj hamélej davíd nêjóshet harbéh
mêód.

Asimismo, el rey David tomó gran cantidad de bronce de Beta y de Berotai,


ciudades de Hadad-ezer.
(9)
:‫דְׁאתְׁכְׁל־חִ֥ילְׁהֲדד ָׁ ַֽעזֶר‬
ּ֖ ‫תְׁכיְׁהכָׁ ֣הְׁדָׁ ֵ֔ו‬
ֵ֚ ‫יְׁמלְֶךְׁח ָׁ ֲֵ֑מ‬
֣ ֶ ‫ויש ֹּ֕מעְׁתֹּ֖ ע‬
vaishmá' tó'i mélej jamát; kí hikáh davíd, ét kol-jéil hadad'ázer.

Cuando Toi, rey de Hamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército
de Hadad-ezer,
(10)
ְׁ‫ל־לֹוְׁלְׁשָׁ ָ֜לֹום‬
ִ֨ ְׁ‫ְֶך־דָׁ ודְׁלשְׁא‬ ַ֠ ‫וישל֣חְׁתֹ֣ עיְׁאֶ ת־יַֽ ָֹׁורם־בְׁנ֣ ֹוְׁאֶ ל־ה ֶ ַֽמל‬
ְׁ‫י־אישְׁמלח ֲִ֥מֹותְׁתֹּ֖ עי‬ ִ֛ ‫ָּ֤םְׁבהֲדד ִֶ֨עזֶר֙ ְׁוי ֵ֔כהּוְׁכ‬
ַֽ ‫ּוַֽ לבְׁ ְׁר כִ֗ ֹוְׁעלְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁנלח‬
:‫הָׁ יָׁ ֣הְׁהֲדדעָׁ ֵ֑ זֶרְּׁוביָׁדִ֗ ֹוְׁהָׁ יִ֛ ּוְׁכְׁלי־כֶ ִ֥סֶ ףְּׁוכ ַֽלי־ז ָָׁׁהּ֖בְּׁוכלִ֥יְׁנְׁחַֹֽ שֶ ת‬
vaishláj tó'i et-íoram-bênó el-hamélej-dávid lishêol-ló lêshalóm úlvorêjó 'al
ashér niljám báhadad'ézer vaiakéhu, ki-ísh miljamót tó'i haiáh hadad'ázer;
uviadó haíu kêlei-jésef ujléi-zaháv ujléi nêjóshet.

Toi envió a su hijo Ioram [Joram] al rey David para saludarlo y felicitarlo por
haber combatido contra Hadad-ezer y por haberlo derrotado, porque Toi
estaba en guerra con Hadad-ezer. Ioram [Joram] llevó consigo objetos de
plata, de oro y de bronce,
(11)
ְׁ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫דְׁליהוָׁ ֵ֑הְׁעם־הכֶ ָּ֤סֶ ףְׁוְׁהזָׁהָׁ ב֙ ְׁא‬
ַֽ ‫גם־אֹ ֹּ֕ ָׁתםְׁהק ִ֛דישְׁה ֶ ִ֥מלְֶךְׁדָׁ ּ֖ו‬
:ְׁ‫ֲשרְׁכ ַֽבש‬ ִ֥ ֶ ‫הק ֵ֔דישְׁמכְׁל־הגֹויּ֖םְׁא‬
gam-otám hiqdísh hamélej davíd láAdonai; 'im-hakésef vêhazahav ashér
hiqdísh, mikol-hagoím ashér kibésh .

que el rey David también consagró al Eterno, junto con la plata y el oro que
había consagrado de todas las naciones que había conquistado:
(12)
ְׁ‫יםְּׁומעֲמָׁ לֵ֑קְּׁומשְׁלִ֛ל‬
ַֽ ‫ַֽמא ָׁ ֲָּ֤רםְּׁוממֹואָׁ ב֙ ְּׁומבְׁנ֣יְׁע ֵ֔מֹוןְּׁומפְׁלש ּ֖ת‬
:‫ְֶךְׁצֹובה‬
ַֽ ָׁ ‫בְׁמל‬
ִ֥ ֶ ֹּ֖‫ן־רח‬
ְׁ ֶ‫הֲדדעֶ ִ֥ זֶרְׁב‬
376
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 8

méarám umimoav umibênéi 'amón, umipêlishtím umé'amaléq; umishêlál


hadad'ézer ben-rêjóv mélej tzováh.

de Edom, de Moab, de los hijos de Amón, de los filisteos, de Amalec y del


botín de Hadad-ezer hijo de Rejob, rey de Soba.
(13)
ְׁ‫ָׁשר‬
ּ֖ ָׁ ‫יא־מלחְׁשְׁמֹונָׁ ִ֥הְׁע‬
ֵ֑ ֶ ‫כֹותֹוְׁאֶ ת־א ָׁ ֲּ֖רםְׁבְׁג‬
ִ֥ ‫ְׁשםְׁבְׁשֻ ֹּ֕בֹוְׁ ַֽמה‬
ֵ֔ ֙‫ויָּ֤עשְׁדָׁ וד‬
:‫ָׁ ַֽאלֶף‬
vaiá'as david shém, bêshuvó méhakotó et-arám bêgei-mélaj; shêmonáh 'asár
álef.

David adquirió renombre cuando regresó de derrotar a 18000 hombres de


Edom en el Valle de la Sal.
(14)
ְׁ‫ְׁשםְׁנְׁצ ֵ֔ביםְׁוי ִ֥היְׁכְׁל־א ֱּ֖דֹום‬ ֣ ָׁ ֙‫םְׁבאֱדָ֜ ֹוםְׁנְׁצ ִ֗ביםְׁבְׁכְׁל־אֱדֹום‬ ַֽ ֶ ֶ‫ו ִָׁ֨יש‬
:ְׁ‫ֲשרְׁהָׁ ָׁ ַֽלְך‬
ִ֥ ֶ ‫עֲבָׁ ֣דיםְׁלְׁדָׁ ֵ֑ודְׁויָּ֤ ֹושעְׁיהוָׁה֙ ְׁאֶ ת־דָׁ ֵ֔ודְׁבְׁ ּ֖ ֹכלְׁא‬
vaiásem béedóm nêtzivím bêjol-edom sám nêtzivím, vaihí jol-edóm 'avadím
lêdavíd; vaiósha' Adonai et-davíd, bêjól ashér haláj .

Él instaló puestos militares en Edom; por toda Edom instaló puestos militares,
y todos los edomitas llegaron a ser siervos de David. Y el Eterno daba la
victoria a David por dondequiera que iba.
(15)
‫וימלִ֥ ְךְׁדָׁ וּ֖דְׁעל־כְׁל־יש ָׁר ֵ֑אלְׁוי ֣היְׁדָׁ ִ֗ודְׁעֹ ֶ ִ֛שהְׁמשפָׁ ִ֥טְּׁוצדָׁ ָׁ ּ֖קהְׁלְׁכְׁל־‬
:‫ע ַֽמֹו‬
vaimlój davíd 'al-kol-israél; vaihí davíd 'oséh mishpát utzdaqáh lêjol-'amó.

David reinaba sobre todo Israel, y practicaba David el derecho y la justicia


con todo su pueblo.
(16)
:‫יהֹושָׁ פָׁ ִ֥טְׁבֶ ן־אֲחילּ֖ ּודְׁמז ַֽכיר‬
ַֽ ‫יֹואבְׁבֶ ן־צְׁרּויָׁ ּ֖הְׁעל־הצָׁ ָׁבֵ֑אְׁו‬
ִ֥ ָׁ ְׁ‫ו‬
vêioáv ben-tzêruiáh 'al-hatzavá; vihóshafát ben-ajilúd mazkír.

Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia], estaba al mando del ejército. Josafat hijo
de Ajilud era el cronista.
(17)
:‫ּ֖הְׁסֹופר‬
ַֽ ָׁ‫רְׁכהֲנֵ֑יםְּׁוש ָׁרי‬
ֹ ַֽ ‫ימלְֶךְׁבֶ ן־אֶ בי ָׁ ָּׁ֖ת‬
ִ֥ ֶ ‫ּובְׁואֲח‬
ַֽ ‫וְׁ צָׁ ֵּ֧דֹוקְׁבֶ ן־אֲח ִ֛יט‬
vêtzadóq ben-ajitúv váajimélej ben-eviatár kóhaním; usraiáh sofér.

377
8, 9 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Tzadoc [Sadoc] hijo de Ajitob y Ajimelec hijo de Abiatar eran los sacerdotes.
Seraías era el escriba.
(18)
‫ ס‬:‫דְׁכהֲנִ֥יםְׁהָׁ יַֽ ּו‬
ֹ ַֽ ‫ּוב ָׁנ ִָׁ֨יהּו֙ ְׁבֶ ן־יְׁ ֣הֹוי ֵ֔ ָָׁׁדעְׁוְׁהכְׁר ּ֖תיְׁוְׁהפְׁל ֵ֑תיְּׁובנִ֥יְׁדָׁ ּ֖ו‬
uvnaiáhú ben-iêhóiadá', vêhakêretí vêhapêletí; uvnéi davíd kóhaním haíu.

Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] estaba al mando de los quereteos y


de los peleteos. Y los hijos de David eran dignatarios.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 9


(1)
ְׁ ֙‫רְׁנֹותרְׁלְׁב֣יתְׁשָׁ ֵ֑אּולְׁוְׁ ֶ ַֽאע ֶ ֱָּ֤שהְׁעמֹו‬
ּ֖ ‫ֲש‬
ִ֥ ֶ ‫ֶש־עֹודְׁא‬
ֵ֔ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ ֵ֔ודְׁה ֲ֣כיְׁי‬
:‫דְׁבע ֲּ֖בּורְׁיְׁ ַֽהֹונ ָׁ ַָֽׁתן‬
ַֽ ֶ‫ֵ֔ ֶחס‬
vaiómer davíd, hají iesh-'ód, ashér notár lêvéit shaúl; vêé'eséh 'imó jésed,
bá'avúr iêhónatán.

Entonces David preguntó: –¿Hay todavía alguno que haya quedado de la casa
de Shaúl [Saúl], a quien yo muestre bondad por amor a Iehonatán [Jonatán]?
(2)
ְׁ‫יבאְׁויקרְׁאּו־לּ֖ ֹוְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֑ודְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁה ֶ ֵּ֧מלְֶך‬ ָׁ ֵ֔ ‫ּול ִ֨ביתְׁשָׁ ִ֥אּולְׁ ִֶ֨עבֶ ד֙ ְּׁוש ֣מֹוְׁצ‬
:‫יבּ֖אְׁו ִ֥י ֹאמֶ רְׁעב ֶ ַֽדך‬ ָׁ ‫ִ֛יוְׁהא ָׁ ִ֥תהְׁצ‬
ַֽ ָׁ‫אל‬
ulvéit shaúl 'éved ushmó tzivá, vaiqrêu-ló el-davíd; vaiómer hamélej eláv
háatáh tzivá vaiómer 'avdéja.

Había un siervo de la casa de Shaúl [Saúl] que se llamaba Siba, al cual


llamaron a la presencia de David. Y el rey le preguntó: –¿Eres tú Siba? Él
respondió: –Tu siervo soy.
(3)
ְׁ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁה ִ֨ ֶאפֶסְׁעִ֥ ֹודְׁאיש֙ ְׁלְׁב֣יתְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁוְׁ ֶ ַֽאע ֶ ֱִ֥שהְׁע ּ֖מֹוְׁ ֶח֣סֶ ד‬
:ְׁ‫יהֹונ ָׁ ָּׁ֖תןְׁנְׁכִ֥הְׁרג ָׁ ַֽלים‬ַֽ ‫ֱלהיםְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁציבָׁ א֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁעִ֛ ֹודְׁבִ֥ןְׁל‬
ֵ֑ ‫א‬
vaiómer hamélej haéfes 'ód ish lêvéit shaúl, vêé'eséh 'imó jésed elohím;
vaiómer tziva el-hamélej, 'ód bén lihónatán nêjéh ragláim .

El rey le preguntó: –¿No queda nadie de la casa de Shaúl [Saúl] a quien yo


pueda mostrar la bondad de Elohim? Siba respondió al rey: –Aún queda un
hijo de Iehonatán [Jonatán], lisiado de ambos pies.

378
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 9

(4)
ְׁ‫ה־הּוא‬
ִ֗ ‫הְׁהּואְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁציבָׁ א֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁהנ‬ ֵ֑ ‫יפ‬ ֹ ֣ ‫ו ַֽי ֹאמֶ ר־לִ֥ ֹוְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁא‬
:‫יאלְׁבְׁלִ֥ ֹוְׁדְׁ ָׁ ַֽבר‬ ּ֖ ‫בִ֛יתְׁמָׁ ִ֥כירְׁבֶ ן־עמ‬
vaiómer-ló hamélej eifóh hú; vaiómer tziva el-hamélej, hineh-hú béit majír
ben-'amiél bêló dêvár.

Entonces le preguntó el rey: –¿Dónde está? Siba respondió al rey: –He aquí
que está en la casa de Maquir hijo de Amiel, en Lo-debar.
(5)
:‫יאלְׁמּלִ֥ ֹוְׁדְׁ ָׁ ַֽבר‬
ּ֖ ‫וישלּ֖חְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֑ודְׁויקָׁ ִ֗חהּוְׁמבִ֛יתְׁמָׁ ִ֥כירְׁבֶ ן־עמ‬
vaishláj hamélej davíd; vaiqajéhu mibéit majír ben-'amiél miló dêvár.

El rey David envió a traerlo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lo-debar.


(6)
ְׁ‫יבשֶ תְׁבֶ ן־יְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָָּׁ֤תןְׁבֶ ן־שָׁ אּולְׁ֙אֶ ל־דָׁ ֵ֔ודְׁוי ִ֥ ֹפלְׁעל־פָׁנָׁ ּ֖יו‬
ֹ ִ֨ ‫ַ֠ו ָׁיב ֹאְׁמְׁפ‬
:‫יבשֶ תְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁהנִ֥הְׁעב ֶ ַֽדך‬ ֹ ֵ֔ ‫ויש ָׁ ֵ֑תחּוְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁדָׁ וד֙ ְׁמְׁפ‬
váiavo mêfivóshet ben-iêhónatán ben-shaul el-davíd, vaipól 'al-panáv
vaishtáju; vaiómer david mêfivóshet, vaiómer hinéh 'avdéja.

Entonces Mefiboset hijo de Iehonatán [Jonatán], hijo de Shaúl [Saúl], vino a


David, y cayendo sobre su rostro se postró. David le dijo: –¿Mefiboset? Y él
respondió: –He aquí tu siervo.
(7)
ְׁ ֙‫ְׁבעֲבּור‬ ַֽ ֙‫ְׁ֩אעֱשִֶ֨ הְׁעמְׁךִ֥ ְׁ ִ֨ ֶחסֶ ד‬
ַֽ ֶ ‫שה‬
ֹ ‫אְׁכיְׁ ָׁע‬֣ ‫יר‬ ִ֗ ָׁ ‫ְׁ֩לֹוְׁדָׁ ָ֜ודְׁאל־ת‬
ִ֨ ‫וי ֹאמֶ ר‬
ְׁ‫ְׁאת־כְׁל־שְׁ ּ֖דהְׁשָׁ ֣אּולְׁאָׁ ֵ֑ביךְׁוְׁא ִ֗ ָׁתה‬ ַֽ ֶ ‫יְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָׁ֣תןְׁאָׁ ֵ֔ביךְׁוה ֲַֽשבֹ ֣תיְׁלְׁ ֵ֔ך‬
:‫ִ֥ת ֹאכלְׁלֶ ִ֛חֶ םְׁעל־שֻ לחָׁ נּ֖יְׁתָׁ ַֽמיד‬
vaiomer ló davíd al-tirá kí 'asoh é'eséh 'imêjá jésed bá'avur iêhónatán avíja,
vahashívotí lêjá, ét-kol-sêdéh shaúl avíja; vêatáh tójal léjem 'al-shuljaní
tamíd.

David le dijo: –No tengas temor, porque ciertamente yo te mostraré bondad


por amor a tu padre Iehonatán [Jonatán]. Te devolveré todas las tierras de tu
padre Shaúl [Saúl], y tú comerás siempre a mi mesa.
(8)
:‫ֲשרְׁכ ַָֽׁמֹוני‬
ִ֥ ֶ ‫ךְׁכיְׁפ ֵָׁ֔ניתָׁ ְׁאֶ ל־הכֶ ִ֥ לֶבְׁה ּ֖מתְׁא‬
֣ ‫רְׁמהְׁעב ֶ ֵ֑ד‬
֣ ֶ ֶ‫ויש ֹּ֕תחּוְׁו ּ֖י ֹאמ‬
vaishtáju vaiómer méh 'avdéja; kí faníta, el-hakélev hamét ashér kamóni.

Él se postró y preguntó: –¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro


muerto como yo?

379
9 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(9)
ְׁ‫יבִ֛אְׁנִ֥ערְׁשָׁ ּ֖אּולְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁאלָׁ ֵ֑יוְׁכֹ לְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁהָׁ יָׁ ָּ֤ה‬
ָׁ ‫ויק ָׁ ֣ראְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁאֶ ל־צ‬
:‫יתֹוְׁנ ָּׁ֖תתיְׁלְׁבֶ ן־אֲדֹ ֶנַֽיך‬
ֵ֔ ‫לְׁשָׁ אּולְּׁ֙ולכְׁל־ב‬
vaiqrá hamélej el-tzivá ná'ar shaúl vaiómer eláv; kol ashér haiáh lêshaul uljol-
beitó, natáti lêven-adonéja.

Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Shaúl [Saúl], y le dijo: –Yo he dado al
hijo de tu señor todo lo que pertenecía a Shaúl [Saúl] y a toda su casa.
(10)
‫יךְׁועֲבָׁ ָ֜ ֶדיךְׁוְׁה ִ֗באתָׁ ְׁוְׁהָׁ ִָׁ֨יהְׁלְׁבֶ ן־‬
ַֽ ‫ֹוְׁאת־הָׁ אֲדָׁ ִ֡ ָׁמהְׁאתָׁ הְּׁ֩ובָׁ ִֶ֨נ‬ ַֽ ֶ ֣‫וְׁעָׁב֣דתָׁ ְּׁל‬
‫יבשֶ ת֙ ְׁבֶ ן־אֲדֹ ֵֶ֔ניךְׁי ֹאכִ֥לְׁתָׁ ִ֛מידְׁלֶ ּ֖חֶ םְׁעל־‬ ֹ ִ֨ ‫אֲדֹ נֶ ָּ֤יךְׁ ִֶּ֨לחֶ ם֙ ְַֽׁו ֲאכ ֵָׁ֔לֹוְּׁומפ‬
:‫ָׁשרְׁבָׁ נּ֖יםְׁוְׁעֶש ִ֥ריםְׁעֲבָׁ ְַֽׁדים‬ ִ֛ ָׁ ‫יבאְׁחֲמ ָׁ ִ֥שהְׁע‬ ָׁ ִ֗ ‫שֻ לחָׁ נֵ֑יְּׁולצ‬
vê'avádta ló ét-haadamáh atah uvanéja vá'avadéja vêhevéta vêhaiáh lêven-
adonéja léjem váajaló, umfivóshet ben-adonéja, iojál tamíd léjem 'al-shuljaní;
ultzivá jamisháh 'asár baním vê'esrím 'avadím.

Labrarás para él la tierra, tú, tus hijos y tus siervos, y almacenarás los
productos para que el hijo de tu señor tenga provisiones. Pero Mefiboset, el
hijo de tu señor, comerá siempre a mi mesa. Siba tenía quince hijos y veinte
siervos.
(11)
ְׁ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁציבָׁ א֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁכְׁכֹ לְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁיְׁצ ָ֜ ֶּוהְׁאֲדֹ נָּ֤יְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ת־עבדֵ֔ ֹו‬
:‫יבשֶ תְׁאֹ כלְׁ֙על־שֻ לחָׁ ֵ֔ניְׁכְׁאחּ֖דְׁמבְׁנִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬ ֹ ִ֗ ‫ּ֖ןְׁיע ֶ ֲ֣שהְׁעב ֶ ֵ֑דךְּׁומפ‬
ַֽ ‫כ‬
vaiómer tziva el-hamélej, kêjol ashér iêtzavéh adoní hamélej et-'avdó, kén
iá'aséh 'avdéja; umfivóshet ojel 'al-shuljaní, kêajád mibênéi hamélej.

Y Siba respondió al rey: –Tu siervo hará conforme a todo lo que mande mi
señor el rey a su siervo. Y Mefiboset comía a la mesa de David como uno de
los hijos del rey.
(12)
ְׁ‫יבאְׁעֲבָׁ ּ֖דים‬
ָׁ ֵ֔ ‫מֹושבְׁבית־צ‬
֣ ְׁ֙‫וְׁלמפיבִֹ֥ שֶ תְׁבן־קָׁ ָׁ ּ֖טןְּׁוש ֣מֹוְׁמיכָׁ ֵ֑אְׁוְׁכֹ ל‬
:‫למפיבַֹֽ שֶ ת‬
vêlimfivóshet ben-qatán ushmó mijá; vêjol mosháv beit-tzivá, 'avadím
limfivóshet.

Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaías. Todos los que
habitaban en la casa de Siba eran siervos de Mefiboset.

380
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 9, 10

(13)
ְׁ‫םְׁכיְׁעל־שֻ לחִ֥ןְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁתָׁ ּ֖מידְׁ ֣הּואְׁאֹ כֵ֑ל‬
֣ ‫יבשֶ תְׁיֹ שב֙ ְׁב ֣ירּושָׁ ֵ֔ל‬ ֹ ִ֗ ‫ּומפ‬
‫ פ‬:‫וְׁ ִ֥הּואְׁפ ּ֖סחְׁשְׁ ִ֥תיְׁרג ָׁ ַֽליו‬
umfivóshet ioshev birúshaláim, kí 'al-shulján hamélej tamíd hú ojél; vêhú
fiséaj shêtéi ragláv.

Pero Mefiboset habitaba en Ierushalaim [Jerusalén], porque comía siempre a


la mesa del rey. Él era cojo de ambos pies.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 10


(1)
:‫תְׁמלְֶךְׁבְׁנ֣יְׁע ֵ֑מֹוןְׁוימלִ֛ ְךְׁחָׁ נִ֥ ּוןְׁבְׁנּ֖ ֹוְׁתח ָׁ ַֽתיו‬
ּ֖ ֶ ָׁ‫י־כןְׁו ָֹּׁ֕ימ‬
ֵ֔ ‫ְׁאחֲר‬
ַֽ ֙‫וַַֽֽיהי‬
váihí ájarei-jén, vaiámat mélej bênéi 'amón; vaimlój janún bênó tajtáv.

Después de esto aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y su hijo
Hanún reinó en su lugar.
(2)
ְׁ‫שְׁכאֲשֶ רְׁ֩עָׁשִָׁ֨ הְׁאָׁ ָּ֤ביו‬
ַֽ ‫ה־ח֣סֶ דְׁ׀ְׁעם־חָׁ נ֣ ּוןְׁבֶ ן־נ ִ֗ ָָׁׁח‬ ֶ ֶ‫דְׁאעֱש‬ ַֽ ֶ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ו‬
ְׁ‫ְׁחסֶ דְׁויש ִ֨לחְׁדָׁ ֵּ֧ודְׁלְׁ ַֽנח ֲִ֛מֹוְׁבְׁיד־עֲבָׁ ָׁ ּ֖דיוְׁאֶ ל־אָׁ ֵ֑ביוְׁוי ִ֨ ָֹׁבאּו֙ ְׁעב ֣די‬ ֶ ֵ֔ ֙‫עמָׁ די‬
:‫דְׁא ֶרץְׁבְׁנִ֥יְׁע ַֽמֹון‬ ּ֖ ֶ ‫דָׁ ֵ֔ו‬
vaiómer davíd é'eseh-jésed | 'im-janún ben-najásh káasher 'asáh avív 'imadí
jésed, vaishláj davíd lênájamó bêiad-'avadáv el-avív; vaiavóú 'avdéi davíd,
éretz bênéi 'amón.

Entonces David pensó: 'Mostraré bondad a Hanún hijo de Najas, como su


padre mostró bondad conmigo.' David envió a sus servidores para darle el
pésame por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David
llegaron a la tierra de los hijos de Amón,
(3)
ְׁ ֙‫םְׁהמְׁכ ִ֨בדְׁדָׁ וָּ֤דְׁאֶ ת־אָׁ ִ֨ביך‬
ַֽ ‫יה‬ ֶ ִ֗ ‫ו ַֽי ֹאמְׁרּוְׁ֩שָׁ ִ֨ריְׁבְׁנַֽי־ע ָ֜מֹוןְׁאֶ ל־חָׁ נ֣ ּוןְׁאֲדַֹֽ נ‬
ְׁ ֙‫לֹואְׁבע ֲֵּ֞בּורְׁחֲקָֹּ֤ רְׁאֶ ת־הָׁ עיר‬
ַֽ ‫יךְׁכי־שָׁ לִ֥חְׁלְׁךּ֖ ְׁמְׁ ַֽנח ֲֵ֑מיםְׁ ַ֠ ֲה‬
ַֽ ‫בְׁעי ֵֶ֔נ‬
:‫ּולרגְׁלָׁ ּ֣הְּׁולהְׁפְׁ ֵָׁ֔כּהְׁשָׁ לִ֥חְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־עֲבָׁ ָׁ ּ֖דיוְׁא ֶ ַֽליך‬
vaiómêrú saréi vênéi-'amón el-janún adóneihém hámêjabéd davíd et-avíjá
bê'einéja, kí-shaláj lêjá mênájamím; hálo bá'avúr jaqór et-ha'ir ulragêláĥ
ulhofêjáĥ, shaláj davíd et-'avadáv eléja.

381
10 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

los jefes de los hijos de Amón dijeron a Hanún, su señor: '¿Te parece que
David está honrando a tu padre, porque te ha enviado personas que te den el
pésame? ¿No te habrá enviado David a sus servidores para reconocer y espiar
la ciudad a fin de destruirla?'
(4)
‫וי ִ֨קחְׁחָׁ נָ֜ ּוןְׁאֶ ת־עב ֣דיְׁדָׁ ִ֗ודְׁויגּלח֙ ְׁאֶ ת־ח ֲ֣ציְׁזְׁקָׁ ֵָׁ֔נםְׁויכ ֵּ֧רֹ תְׁאֶ ת־‬
:‫יהֵ֑םְׁוַַֽֽישּלְׁ ַֽחם‬
ֶ ‫יהִ֛םְׁבחּ֖ציְׁע֣דְׁשְׁ ַֽתֹות‬ ֶ ‫מדו‬
vaiqáj janún et-'avdéi davíd vaigalaj et-jatzí zêqanám, vaijrót et-madveihém
bajétzi 'ád shêtóteihém; váishalêjém.

Entonces Hanún tomó a los servidores de David, les rapó la mitad de su barba,
cortó sus vestidos por la mitad, hasta sus nalgas, y los despidió.
(5)
ְׁ‫ּוְׁה ֲאנ ָּׁ֖שיםְׁנכל ָׁ֣מיםְׁמְׁאֵֹ֑ ד‬
ַֽ ָׁ ִ֥‫םְׁכי־הָׁ י‬
ַֽ ‫את‬ָׁ ֵ֔ ‫ויגָּ֤דּוְׁלְׁדָׁ וד֙ ְׁוישל֣חְׁלק ָׁר‬
:‫ּוְׁביר ֵ֔חֹוְׁעד־יְׁצ ִ֥מחְׁזְׁקנכֶ ּ֖םְׁוְׁשב ֶ ַֽתם‬ַֽ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁשְׁ ֣ב‬
vaiagídu lêdavid vaishláj liqratám, kí-haíu háanashím nijlamím mêód;
vaiómer hamélej shêvú vírejó, 'ad-iêtzamáj zêqanjém vêshavtém.

Le informaron a David, y él envió a encontrarles, porque los hombres estaban


sumamente avergonzados. El rey mandó que les dijeran: 'Permaneced en
Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volved.'
(6)
‫ֹוןְׁכיְׁנבא ֲּ֖שּוְׁבְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוישלְׁ ֣חּוְׁבְׁנַֽי־ע ִ֡מֹוןְׁוישכְׁרּוְׁ֩אֶ ת־‬
ִ֥ ‫ויראּו֙ ְׁבְׁנ֣יְׁע ֵ֔מ‬
ְׁ‫ת־מלְֶך‬
ָּ֤ ֶ ֶ‫יםְׁאלֶף֙ ְׁרג ֵ֔ליְׁוְׁא‬
ֶ ִ֨ ‫םְׁצֹובאְׁעֶש ִ֥ר‬
ָׁ ִ֗ ‫ית־ר ָ֜חֹובְׁוְׁאֶ ת־א ֲ֣ר‬
ְׁ ‫א ֲִ֨רםְׁב‬
:‫ֶףְׁאיש‬
ַֽ ‫רְׁאל‬ ּ֖ ֶ ‫ָׁש‬
ִ֥ ָׁ ‫ישְׁטֹובְׁשְׁנים־ע‬
ֵ֔ ‫ֶףְׁאישְׁוְׁ ֣א‬ ֵ֔ ‫ְׁאל‬
֣ ֶ ֙‫ַֽמ ֲעכָׁה‬
vairú bênéi 'amón, kí nivashú bêdavíd; vaishlêjú vênéi-'amón vaiskêrú et-arám
beit-rêjóv vêet-arám tzová 'esrím élef raglí, vêet-mélej má'ajah élef ísh, vêísh
tóv, shêneim-'asár élef ísh.

Al ver los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, los hijos de
Amón enviaron a tomar a sueldo a los sirios de Bet-rejob y a los sirios de
Soba, 20000 hombres de infantería; del rey de Maajá [Maaca], 1000 hombres;
y de Istob, 12000 hombres.
(7)
:‫ת־יֹואבְׁוְׁ ִ֥אתְׁכְׁל־הצָׁ ָׁבּ֖אְׁהגבֹ ַֽרים‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ויש ּ֖מעְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוישלח֙ ְׁא‬
vaishmá' davíd; vaishlaj et-ioáv, vêét kol-hatzavá hagiborím.

Cuando David oyó esto, envió a Ioav [Joab] con todo el ejército de los
valientes.

382
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 10

(8)
ְׁ ֙‫םְׁצֹובָּ֤אְּׁורחֹוב‬
ָׁ ‫רְׁוא ֲִ֨ר‬
ַֽ ‫ויַֽצְׁאּו֙ ְׁבְׁ נ֣יְׁע ֵ֔מֹוןְׁויַֽערכִ֥ ּוְׁמלחָׁ ָׁ ּ֖מהְׁפֶ ֣תחְׁה ָׁ ֵ֑שע‬
:‫ֹובְּׁומ ֲע ֵָׁ֔כהְׁלְׁב ָׁ ּ֖דםְׁבשָׁ ֶ ַֽדה‬
ַֽ ‫יש־ט‬
֣ ‫וְׁ ַֽא‬
vaiétzêú bênéi 'amón, vaiá'arjú miljamáh pétaj hashá'ar; váarám tzová urjov
vêísh-tóv umá'ajáh, lêvadám basadéh.

Los hijos de Amón salieron y dispusieron la batalla a la entrada de la ciudad,


mientras que los sirios de Soba, de Rejob, de Istob y de Maajá [Maaca]
estaban aparte, en el campo.
(9)
ְׁ‫ּ֖יםְּׁומאָׁ ֵ֑חֹורְׁויב ִ֗חר‬
ַֽ ‫בְׁכי־הְׁיְׁ ָׁ ָּ֤תהְׁאלָׁיו֙ ְׁפְׁנ֣יְׁהמלחָׁ ֵ֔ ָׁמהְׁמפָׁנ‬
ַֽ ‫אְׁיֹוא‬
ָׁ ִ֗ ‫ויַֽ֣ר‬
:‫חּוריְׁבישראלְׁ(יש ָׁר ֵ֔אל)ְׁוַַֽֽיע ֲּ֖רֹ ְךְׁלק ִ֥ראתְׁא ָׁ ֲַֽרם‬ ֣ ְׁ‫מכֹ לְׁ֙ב‬
vaiár ioáv kí-hoiêtáh elav pênéi hamiljamáh, mipaním uméajór; vaivjár mikol
bêjuréi visrl (israél), váia'arój liqrát arám.

Al ver Ioav [Joab] que el frente de batalla estaba delante y detrás de él, eligió
a algunos de entre todos los escogidos de Israel y dispuso sus escuadrones
para enfrentar a los sirios.
(10)
:‫וְׁאת֙ ְׁיֶ ֣תֶ רְׁהָׁ ֵָׁ֔עםְׁנ ָֹּׁ֕תןְׁבְׁיּ֖דְׁאב ֣שיְׁאָׁ ֵ֑חיוְׁו ַֽיעֲרֹֹּ֕ ְךְׁלק ּ֖ראתְׁבְׁנִ֥יְׁע ַֽמֹון‬
vêet iéter ha'ám, natán bêiád avshái ajív; vaiá'arój liqrát bênéi 'amón.

Puso al resto de la gente bajo el mando de su hermano Abisai, quien dispuso


sus escuadrones para enfrentar a los hijos de Amón.
(11)
ְׁ ֙‫יְׁלישּועָׁ ֵ֑הְׁוְׁאם־בְׁנָּ֤יְׁעמֹון‬
ַֽ ‫הְּׁל‬
ּ֖ ָׁ‫ם־תחֱזָּ֤קְׁא ֲָׁרם֙ ְׁמ ֵ֔ ֶמניְׁוְׁהָׁ יִ֥ת‬
ַֽ ֶ ‫ו ִ֗י ֹאמֶ רְׁא‬
:‫ְׁלְך‬ ַֽ ָׁ ‫יע‬
ַֽ ‫הֹוש‬
ִ֥ ְׁ‫ֶיַֽחֶ ז ֣קּוְׁממְׁ ֵ֔ךְׁוְׁ ָׁ ַֽהלכ ּ֖תיְׁל‬
vaiómer im-téjezáq aram miméni, vêhaítah lí líshu'áh; vêim-bênéi 'amon
iéjezqú mimêjá, vêhálajtí lêhoshí'á láj.

Y Ioav [Joab] dijo: 'Si los sirios son más fuertes que yo, tú me darás auxilio;
pero si los hijos de Amón son más fuertes que tú, yo iré a auxiliarte.
(12)
ְׁ‫חֲזָּ֤קְׁוְׁנתחזק֙ ְׁבְׁעד־ע ֵ֔מנּוְּׁובעּ֖דְׁע ָׁ֣ריְׁאֱלהֵ֑ינּוְׁוַֽיה ֵ֔ ָׁוהְׁ ַֽיע ֶ ֲִ֥שהְׁה ּּ֖טֹוב‬
:ְׁ‫בְׁע ָׁינַֽיו‬
jazáq vênitjazaq bê'ad-'aménu, uv'ád 'aréi elohéinu; váAdonai, iá'aséh hatóv
bê'eináv .

Esfuérzate, y luchemos valientemente por nuestro pueblo y por las ciudades


de nuestro Elohim; y que el Eterno haga lo que le parezca bien.'
383
10 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(13)
:‫הְׁבא ָׁ ֲֵ֑רםְׁו ָׁי ֻנ ּ֖סּוְׁמפ ָָׁׁנַֽיו‬
ַֽ ‫ֲשרְׁע ֵ֔מֹוְׁלמלחָׁ ָׁ ּ֖מ‬
֣ ֶ ‫֣שְׁיֹואבְׁוְׁהָׁ עָׁם֙ ְׁא‬
ָׁ ִ֗ ‫וי ג‬
vaigásh ioáv vêha'am ashér 'imó, lamiljamáh báarám; vaianúsu mipanáv.

Entonces se acercó Ioav [Joab], con la gente que estaba con él, para combatir
contra los sirios; pero éstos huyeron ante él.
(14)
ְׁ‫ישיְׁויָׁבֹּ֖ אּוְׁהָׁ ֵ֑עירְׁויָׁ ֣שְׁב‬
ֵ֔ ‫ֹוןְׁראּו֙ ְׁכי־נָׁ ֣סְׁא ָׁ ֲֵ֔רםְׁו ָׁי ִֻ֨נסּו֙ ְׁמפְׁנ֣יְׁאֲב‬
ָׁ ‫ּוב ִ֨ניְׁע ָּ֤מ‬
:‫יֹואבְׁמעלְׁ֙בְׁנ֣יְׁע ֵ֔מֹוןְׁו ָׁי ּ֖ב ֹאְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬ ָׁ ִ֗
uvnéi 'amón raú ki-nás arám, vaianúsú mipênéi avishái, vaiavóu ha'ír;
vaiáshov ioáv me'al bênéi 'amón, vaiavó iêrúshaláim.

Al ver que los sirios habían huido, los hijos de Amón también huyeron ante
Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Ioav [Joab] dejó de atacar a los hijos
de Amón y volvió a Ierushalaim [Jerusalén].
(15)
:‫ּוְׁיַֽחד‬
ָׁ ‫םְׁכיְׁנ ּ֖גַֽףְׁלפנ֣יְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁוי ָׁ ַֽאסְׁ ּ֖פ‬
ִ֥ ‫ויַֽ֣ראְׁא ָׁ ֲֵ֔ר‬
vaiár arám, kí nigáf lifnéi israél; vaieásêfú iájad.

Los sirios, al verse derrotados por Israel, se volvieron a reunir.


(16)
ְׁ‫וישל֣חְׁהֲדד ִֶ֗עזֶרְׁויֹ צָּ֤אְׁאֶ ת־א ֲָׁרם֙ ְׁאֲשֶ ר֙ ְׁמע֣בֶ רְׁהנ ֵ֔ ָָׁׁהרְׁויָׁבֹּ֖ אּוְׁחילָׁ ֵ֑ם‬
‫ ס‬:‫יהם‬ ַֽ ֶ ‫וְׁשֹובְִ֛ךְׁשר־צְׁ ָׁבִ֥אְׁהֲדדעֶ ּ֖ זֶרְׁלפנ‬
vaishláj hadad'ézer vaiotzé et-aram asher me'éver hanahár, vaiavóu jeilám;
vêshováj sar-tzêvá hadad'ézer lifneihém.

Hadad-ezer envió a traer a los sirios que estaban al otro lado del Río. Éstos
llegaron a Helam teniendo al frente de ellos a Sobac, jefe del ejército de
Hadad-ezer.
(17)
ְׁ‫ויֻג֣דְׁלְׁדָׁ ִ֗ודְׁו ֶ ַֽיאֱסָֹּ֤ ףְׁאֶ ת־כְׁל־יש ָׁראלְׁ֙ו ַֽיעֲבֹ֣ רְׁאֶ ת־היר ֵ֔דןְׁו ָׁי ּ֖ב ֹא‬
:‫חלָׁ ֵ֑אמָׁ הְׁויַֽערכָּ֤ ּוְׁא ֲָׁרם֙ ְׁלק ֣ראתְׁדָׁ ֵ֔ודְׁו ַֽי ָּׁלח ֲּ֖מּוְׁע ַֽמֹו‬
vaiugád lêdavíd vaiéesóf et-kol-israel vaiá'avór et-haiardén, vaiavó jelámah;
vaiá'arjú aram liqrát davíd, vaílajamú 'imó.

Cuando se le informó a David, éste reunió a todo Israel; y cruzando el Jordán,


llegó a Helam. Los sirios dispusieron sus escuadrones para enfrentarse con
David, y combatieron contra él.

384
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 10, 11

(18)
ְׁ‫ְׁרכֶב‬ֵ֔ ֶ ֙‫דְׁמא ָׁ ֲִ֗רםְׁשְׁבָּ֤עְׁמאֹות‬
ַֽ ‫ויָׁ ֣נְׁסְׁא ֲָׁרם֮ ְׁמפְׁנ֣יְׁיש ָׁראלְׁ֒ו ַֽיהֲרִֹ֨ גְׁדָׁ ָ֜ו‬
:‫תְׁשם‬
ַֽ ָׁ ָׁ‫ֶףְׁפ ָׁר ֵ֑שיםְׁוְׁ ִ֨אתְׁשֹובְֵּ֧ךְׁשר־צְׁבָׁ ִ֛אֹוְׁהכָׁ ּ֖הְׁויָׁ ִ֥מ‬
ַֽ ָׁ ‫יםְׁאל‬
ּ֖ ֶ ‫וְׁארבָׁ ִ֥ע‬
vaiános aram mipênéi israel vaiáharóg davíd méarám shêvá' meot réjev,
vêarba'ím élef párashím; vêét shováj sar-tzêvaó hikáh vaiámat shám.

Pero los sirios huyeron ante Israel, y David mató de los sirios a 700 hombres
de los carros y a 40000 jinetes. También hirió a Sobac, jefe del ejército sirio,
quien murió allí mismo.
(19)
ְׁ‫ֶרְׁכיְׁנ ְׁגפּו֙ ְׁלפנ֣יְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁויש ִ֥למּו‬
ָּ֤ ‫ּוְׁכל־המְׁל ָָׁ֜כיםְׁעב ֣דיְׁהֲדד ִֶ֗עז‬ ַֽ ָׁ ‫ויר ִ֨א‬
ִ֥ ְׁ‫אֶ ת־יש ָׁר ּ֖אלְׁויַֽעב ֵ֑דּוםְׁו ַֽירְׁ ֣אּוְׁא ָׁ ֲֵ֔רםְׁל‬
‫ פ‬:‫הֹושיעְׁעּ֖ ֹודְׁאֶ ת־בְׁנִ֥יְׁע ַֽמֹון‬
vairú jál-hamêlajím 'avdéi hadad'ézer kí nigêfú lifnéi israél, vaiashlímu et-
israél vaiá'avdúm; vaírêú arám, lêhoshí'a 'ód et-bênéi 'amón.

Al ver todos los reyes vasallos de Hadad-ezer que habían sido derrotados por
Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron. Y los sirios tuvieron miedo de
volver a socorrer a los hijos de Amón.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 11


(1)
‫ָׁאכיםְׁוישל֣חְׁדָׁ ִ֡ודְׁאֶ ת־‬ ִ֗ ‫שּובתְׁהשָׁ ָָׁ֜נהְׁלְׁע֣תְׁ׀ְׁצ֣אתְׁהמְׁל‬ ִ֨ ‫ויהיְׁ֩לת‬
ְׁ‫יֹואָׁ בְׁ֩וְׁאֶ ת־עֲבָׁ ִ֨ ָׁדיוְׁע ָ֜מֹוְׁוְׁאֶ ת־כְׁל־יש ָׁר ִ֗אלְׁויש ִ֨חתּו֙ ְׁאֶ ת־בְׁנ֣יְׁע ֵ֔מֹון‬
‫ ס‬:‫יֹושבְׁב ַֽירּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
ִ֥ ְׁ‫ויָׁצֻ ּ֖רּוְׁעל־ר ָׁבֵ֑הְׁוְׁדָׁ ּ֖וד‬
vaihí litshuvát hashanáh lê'ét | tzét hamêlajím vaishláj davíd et-ioav vêet-
'avadáv 'imó vêet-kol-israél vaiashjítú et-bênéi 'amón, vaiatzúru 'al-rabáh;
vêdavíd ioshév birúshaláim.

Aconteció al año siguiente, en el tiempo en que los reyes suelen salir a la


guerra, que David envió a Ioav [Joab] junto con sus servidores y con todo
Israel. Ellos destruyeron a los hijos de Amón y pusieron sitio a Rabá. Pero
David se había quedado en Ierushalaim [Jerusalén].
(2)
‫וי ֣היְׁ׀ְׁלְׁע֣תְׁהָׁ ִֶ֗ע ֶרבְׁו ִָׁ֨יקְׁםְׁדָׁ ָ֜ודְׁמעָּ֤לְׁמשכָׁבֹו֙ ְׁויתהּלְך֙ ְׁעל־ג֣גְׁבית־‬
:‫ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁויִַֽ֥ראְׁא ָׁ ִ֛שהְׁרֹ ֶחּ֖צֶ תְׁמע֣לְׁהגָׁ ֵ֑גְׁוְׁ ָׁה֣אשֵָׁ֔ הְׁטֹובִ֥תְׁמר ֶ ּ֖אהְׁמְׁאַֹֽ ד‬

385
11 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaihí | lê'ét ha'érev vaiáqom davíd me'ál mishkavó vaithalej 'al-gág beit-
hamélej, vaiár isháh rojétzet me'ál hagág; vêháisháh, továt maréh mêód.

Y sucedió que al atardecer David se levantó de su cama y se paseaba por la


azotea del palacio, cuando vio desde la azotea a una mujer que se estaba
bañando. Y la mujer era muy bella.
(3)
‫ת־שבעְׁבת־‬
֣ ֶ ‫שְׁלא ָׁ ֵ֑שהְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁהֲלֹוא־ז ֹאת֙ ְׁב‬
ַֽ ָׁ ֹ‫וישל֣חְׁדָׁ ֵ֔ודְׁויד ּ֖ר‬
:‫ִ֥הְׁהח ַֽתי‬
ַֽ ָׁ‫תְׁאּורי‬ַֽ ֶ‫םְׁאש‬ּ֖ ‫אֱלי ֵָׁ֔ע‬
vaishláj davíd, vaidrósh láisháh; vaiómer halo-zot bat-shéva' bat-eli'ám, éshet
úriáh hájití.

David mandó preguntar por la mujer, y alguien le dijo: –¿No es ésta BatSheva
[Betsabé] hija de Eliam, mujer de Urías el heteo?
(4)
ְׁ‫וישלחְׁ֩דָׁ ִ֨ודְׁמלאָׁ ָ֜כיםְׁויקָׁ ִ֗ ֶחהָׁ ְׁותָׁ ָּ֤בֹואְׁאלָׁיו֙ ְׁוישכ֣בְׁע ֵ֔ ָׁמּהְׁוְׁ ִ֥היא‬
:‫יתּה‬
ַֽ ָׁ ‫מתק ֶ ּ֖דשֶ תְׁמּטֻמאָׁ ָׁ ֵ֑תּהְׁו ָׁ ּ֖תשְׁבְׁאֶ ל־ב‬
vaishlaj davíd malajím vaiqajéha vatavó elav vaishkáv 'imáĥ, vêhí
mitqadéshet mitumatáĥ; vatáshov el-beitáĥ.

David envió mensajeros y la tomó. Cuando ella vino a él, él se acostó con ella,
que estaba purificándose de su impureza. Entonces ella regresó a su casa.
(5)
:‫רְׁהא ָׁ ֵ֑שהְׁותשלח֙ ְׁותג֣דְׁלְׁדָׁ ֵ֔ודְׁו ּ֖ת ֹאמֶ רְׁהָׁ ָׁ ִ֥רהְׁאָׁ ַֽ ֹנכי‬
ַֽ ָׁ ‫ו ּ֖תה‬
vatáhar háisháh; vatishlaj vatagéd lêdavíd, vatómer haráh anóji.

La mujer concibió y mandó que lo hicieran saber a David, diciendo: 'Yo estoy
encinta.'
(6)
ְׁ‫ִ֥חְׁיֹואב‬
ִ֛ ָׁ ‫ּ֖הְׁהח ֵ֑תיְׁוישל‬
ַֽ ָׁ‫ת־אּורי‬
ַֽ ֶ‫ל־יֹואבְׁשְׁל֣חְׁא ֵ֔ליְׁא‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫וישלָּ֤חְׁדָׁ וד֙ ְׁא‬
:‫ת־אּוריָׁ ּ֖הְׁאֶ ל־דָׁ ַֽוד‬
ַֽ ֶ‫א‬
vaishláj david el-ioáv, shêláj elái, et-úriáh hájití; vaishláj ioáv et-úriáh el-
davíd.

Entonces David mandó a decir a Ioav [Joab]: 'Envíame a Urías el heteo.' Y


Ioav [Joab] envió a Urías a David.
(7)
ְׁ‫אְׁאּוריָׁ ּ֖הְׁאלָׁ ֵ֑יוְׁויש ֣אלְׁדָׁ ִ֗ודְׁלשלָּ֤ ֹוםְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁוְׁלשל֣ ֹוםְׁהָׁ ֵָׁ֔עם‬
ַֽ ֹ ‫ו ָׁי ִ֥ב‬
:‫וְׁלשלּ֖ ֹוםְׁהמלחָׁ ָׁ ַֽמה‬
386
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 11

vaiavó úriáh eláv; vaishál davíd lishlóm ioav vêlishlóm ha'ám, vêlishlóm
hamiljamáh.

Cuando Urías vino a él, David le preguntó cómo estaban Ioav [Joab] y el
pueblo, y cómo iba la guerra.
(8)
ְׁ‫ָּ֤אְׁאּוריָׁה֙ ְׁמב֣ית‬
ַֽ ‫הְׁרדְׁלְׁ ַֽביתְׁךּ֖ ְּׁורח֣ץְׁרגלֶ ֵ֑יךְׁויצ‬
ִ֥ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁדָׁ ו ְׁ֙ד לְׁ ֣אּור ֵָׁ֔י‬
:‫ִ֥אְׁאח ָׁ ֲּ֖ריוְׁמש ִ֥אתְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ַֽ ‫ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁותצ‬
vaiómer david lêúriáh, réd lêvéitêjá urjátz ragléja; vaietzé úriah mibéit
hamélej, vatetzé ájaráv masát hamélej.

Después David dijo a Urías: –Desciende a tu casa y lava tus pies. Cuando
Urías salió del palacio, fue enviado tras él un obsequio de parte del rey.
(9)
‫ְֶךְׁאתְׁכְׁל־עב ֣דיְׁאֲדֹ נָׁ ֵ֑יוְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁי ָּׁ֖רדְׁאֶ ל־‬
ּ֖ ‫֣בְׁאּור ִָׁ֗יהְׁ ֵֶ֚פתחְׁב֣יתְׁה ֵ֔ ֶמל‬
ַֽ ‫וישכ‬
:‫ב ַֽיתֹו‬
vaishkáv úriáh pétaj béit hamélej, ét kol-'avdéi adonáv; vêló iarád el-beitó.

Pero Urías durmió a la puerta del palacio junto con todos los siervos de su
señor, y no descendió a su casa.
(10)
‫יתֹוְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁאֶ ל־‬
ֵ֑ ‫דְׁאּוריָׁ ּ֖הְׁאֶ ל־ב‬
ַֽ ‫ויגָּ֤דּוְׁלְׁדָׁ וד֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁ ַֽל ֹא־י ִָׁ֥ר‬
:‫יתך‬ ַֽ ֶ ‫הְׁבאְׁמ ּ֖דּועְׁ ַֽל ֹא־י ִָׁ֥רדתָׁ ְׁאֶ ל־ב‬
ָׁ ֵ֔ ‫ַֽאּור ִָׁ֗יהְׁהֲלָּ֤ ֹואְׁמ ִ֨ ֶד ֶרְך֙ ְׁא ָׁ ֣ת‬
vaiagídu lêdavid lemór, ló-iarád úriáh el-beitó; vaiómer davíd el-úriáh haló
midérej atáh vá, madú'a ló-iarádta el-beitéja.

E informaron de esto a David diciendo: 'Urías no descendió a su casa.'


Entonces David preguntó a Urías: –¿No has llegado de viaje? ¿Por qué no
descendiste a tu casa?
(11)
ְׁ‫הְׁישְׁ ֣ביםְׁבסֻכִ֗ ֹות‬ ַֹֽ ‫יהּוד‬
ָׁ ָ֜ ‫לְׁו‬
ַֽ ‫דְׁהאָׁ רֹוןְׁוְׁיש ָׁר ִ֨א‬
ַֽ ָׁ ַ֠ ‫רְׁאּור ָָׁ֜יהְׁאֶ ל־דָׁ ִ֗ו‬ַֽ ֶ‫ו ִ֨י ֹאמ‬
‫יםְׁוא ֲֵּ֞ניְׁאָׁ ֵּ֧בֹואְׁאֶ ל־‬
ַֽ ‫יְׁיֹואבְׁוְׁעב ָּ֤דיְׁאֲדֹ ני֙ ְׁעל־פְׁנָּ֤יְׁהשָׁ דֶ ה֙ ְׁחֹ ֵ֔נ‬
ָׁ ָ֜ ‫וַֽאדֹ ִ֨נ‬
‫ךְׁאם־‬ ַֽ ֵֶ֔‫יְׁלא ִ֥ ֱֹכלְׁוְׁלש ּ֖תֹותְׁוְׁלשכ֣בְׁעם־אש ֵ֑תיְׁח ִֶ֨יך֙ ְׁוְׁח֣יְׁנפש‬ ַֽ ֶ ‫ית‬
ִ֛ ‫ב‬
:‫אֶ ע ֶ ֱּ֖שהְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁבִ֥רְׁה ֶזַֽה‬
vaiómer úriáh el-davíd háaron vêisraél víhudáh ióshêvím basukót vádoní ioáv
vê'avdéi adoní 'al-pênéi hasadeh joním, váaní avó el-beití léejól vêlishtót
vêlishkáv 'im-ishtí; jaiéjá vêjéi nafshéja, ím-e'eséh et-hadavár hazéh.

387
11 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Urías respondió a David: –El arca, Israel y Iehudá [Judá] están en cabañas, y
mi señor Ioav [Joab] y los servidores de mi señor están acampados al aire
libre. ¿Y había yo de entrar en mi casa para comer y beber y dormir con mi
mujer? ¡Por tu vida y por la vida de tu alma, que no haré semejante cosa!
(12)
ְׁ‫הְׁשבְׁבָׁ זֶ ִ֛הְׁגם־היּ֖ ֹוםְּׁומָׁ ָׁח֣רְׁאֲשּלְׁ ֶ ֵ֑חךְָׁׁו ִ֨ישֶ ב‬
ִ֥ ‫ל־אּור ִָׁ֗י‬
ַֽ ֶ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁא‬
:‫ּואְּׁוממָׁ חְׁ ָׁ ַֽרת‬
ַֽ ‫ַֽאּוריָׁ ֵּ֧הְׁב ַֽירּושָׁ ִ֛לםְׁביִ֥ ֹוםְׁה ּ֖ה‬
vaiómer davíd el-úriáh shév bazéh gam-haióm umajár ashalêjéka; vaiéshev
úriáh virúshaláim baióm hahú umímajorát.

David dijo a Urías: –Quédate hoy también aquí, y mañana te dejaré ir.
Entonces Urías se quedó en Ierushalaim [Jerusalén] aquel día y el día
siguiente.
(13)
ְׁ‫ויק ָׁרא־ל֣ ֹוְׁדָׁ ִ֗ודְׁו ֵּ֧י ֹאכלְׁלְׁפָׁנָׁ ִ֛יוְׁויּ֖שתְׁוַַֽֽישכְׁ ֵ֑רהּוְׁויצ֣אְׁבָׁ ִֶ֗ע ֶרבְׁלשכָּ֤ב‬
:‫יתֹוְׁ ִ֥ל ֹאְׁי ָׁ ַָֽׁרד‬
ּ֖ ‫בְׁמשכָׁבֹו֙ ְׁעם־עב ֣דיְׁאֲדֹ ֵָׁ֔ניוְׁוְׁאֶ ל־ב‬
vaiqra-ló davíd vaiójal lêfanáv vaiésht váishakêréhu; vaietzé va'érev lishkáv
bêmishkavó 'im-'avdéi adonáv, vêel-beitó ló iarád.

David le invitó, y Urías comió y bebió con él; y le emborrachó. Pero al


anochecer él salió a dormir en su cama con los siervos de su señor, y no
descendió a su casa.
(14)
:‫ִ֥דְׁאּור ָׁיַֽה‬
ַֽ ‫ל־יֹואבְׁוישלּ֖חְׁבְׁי‬
ֵ֑ ָׁ ֶ‫דְׁספֶרְׁא‬
ּ֖ ‫וי ֣היְׁב ֵ֔ ֹבקֶ רְׁויכתִֹ֥ בְׁדָׁ ִ֛ו‬
vaihí vabóqer, vaijtóv davíd séfer el-ioáv; vaishláj bêiád úriáh.

Y sucedió que por la mañana David escribió una carta a Ioav [Joab], y la
envió por medio de Urías.
(15 / 8186)
ְׁ ֙‫ת־אּור ִָׁ֗יהְׁאֶ ל־מּולְׁ֙פְׁנָּ֤יְׁהמלחָׁ מָׁ ה‬
ַֽ ֶ‫ויכתִֹ֥ בְׁב ּ֖ספֶרְׁלאמֵֹ֑ רְׁהָׁ ֣בּוְׁא‬
‫ ס‬:‫ַֽה ֲחז ֵ֔ ָָׁׁקהְׁוְׁשב ֶ ִ֥תםְׁמ ַֽאח ָׁ ֲּ֖ריוְׁוְׁנכָׁ ִ֥הְׁו ַָֽׁמת‬
vaijtóv baséfer lemór; havú et-úriáh el-mul pênéi hamiljamah hájazaqáh,
vêshavtém meájaráv vênikáh vamét.

Y en la carta escribió lo siguiente: 'Poned a Urías en el frente más peligroso de


la batalla; luego retiraos de él, para que sea herido y muera.'
(16)
ְׁ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ת־אּור ֵָׁ֔יהְׁאֶ ל־המָׁ קֹום֙ ְׁא‬
֣ ֶ‫ֹורְׁיֹואבְׁאֶ ל־הָׁ ֵ֑עירְׁויתן֙ ְׁא‬
ּ֖ ָׁ ‫וי ֹּ֕היְׁבש ִ֥מ‬
:‫לְׁשם‬
ַֽ ָׁ ‫עְׁכיְׁאנשי־חּ֖י‬
ִ֥ ‫י ֵָׁ֔ד‬
388
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 11

vaihí bishmór ioáv el-ha'ír; vaiten et-úriáh, el-hamaqom ashér iadá', kí anshei-
jáil shám.

Y aconteció que cuando Ioav [Joab] sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar
donde sabía que estaban los hombres más valientes.
(17)
ְׁ‫ּ֖םְׁמעב ֣דיְׁדָׁ ֵ֑וד‬
ַֽ ָׁ‫ת־יֹואבְׁוי ִ֥ ֹפלְׁמן־הָׁ ע‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ִ֨יצ ָ֜אּוְׁאנ ָּ֤שיְׁהָׁ עיר֙ ְׁוי ָׁ ַּֽלח ֲ֣מּוְׁא‬
:‫ִ֥הְׁהח ַֽתי‬ ַֽ ָׁ‫ּ֖םְׁאּורי‬
ַֽ ‫ו ָֹּׁ֕ימָׁ תְׁג‬
vaiétzú anshéi ha'ir vailájamú et-ioáv, vaipól min-ha'ám mé'avdéi davíd;
vaiámat gám úriáh hájití.

Los hombres de la ciudad salieron y combatieron contra Ioav [Joab], y


murieron algunos del ejército de los servidores de David. Y murió también
Urías el heteo.
(18)
:‫ּ֖חְׁיֹואבְׁויג֣דְׁלְׁדָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ת־כְׁל־דב ּ֖ריְׁהמלחָׁ ָׁ ַֽמה‬
ֵ֑ ָׁ ‫וישל‬
vaishláj ioáv; vaiagéd lêdavíd, et-kol-divréi hamiljamáh.

Ioav [Joab] mandó a informar a David de todos los detalles de la batalla.


(19)
ְׁ‫ְׁאתְׁכְׁל־דב ִ֥ריְׁהמלחָׁ ָׁ ּ֖מהְׁלְׁדבִ֥ר‬
ִ֛ ‫ויצִ֥וְׁאֶ ת־המל ָׁ ּ֖אְךְׁלאמֵֹ֑ רְׁכְׁכּלַֽ ֹות ִ֗ך‬
:‫אֶ ל־ה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaitzáv et-hamaláj lemór; kêjalótjá ét kol-divréi hamiljamáh lêdabér el-
hamélej.

E instruyó al mensajero diciendo: –Cuando acabes de exponer al rey todos los


detalles de la batalla,
(20)
ְׁ‫הְׁאם־ת ֲעלֶה֙ ְׁח ֲ֣מתְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁאָׁ ֣מרְׁלְׁ ֵ֔ךְׁמ ִ֛דּועְׁנגש ֶ ִ֥תםְׁאֶ ל־הָׁ ּ֖עיר‬ ַֽ ‫וְׁהָׁ ִָׁ֗י‬
:‫חֹומה‬
ַֽ ָׁ ‫ִ֥לְׁה‬
ַֽ ‫םְׁאתְׁאֲשֶ ר־יֹ ּ֖רּוְׁמע‬ ִ֥ ‫לְׁהּלָׁחֵ֑םְׁהֲל֣ ֹואְׁיְׁדע ֵ֔ ֶת‬
vêhaiáh ím-ta'aleh jamát hamélej, vêamár lêjá, madú'a nigashtém el-ha'ír
lêhilajém; haló iêda'tém, ét asher-iorú me'ál hájomáh.

si sucede que se enciende la ira del rey, y te dice: '¿Por qué os acercasteis a la
ciudad para combatir? ¿No sabíais que ellos tirarían desde arriba del muro?
(21)
ְׁ֩‫ימלְֶךְׁבֶ ן־יְׁרֻ ִ֗ ֶבשֶ תְׁהֲלַֽ ֹוא־אשִָׁ֡ הְׁהש ֣ליכָׁהְׁ ָׁעלָׁיו‬ ֣ ֶ ‫ַֽמי־ה ֵָּׁ֞כהְׁאֶ ת־אֲב‬
ְׁ‫חֹומה‬
ֵ֑ ָׁ ‫ל־ה‬ַֽ ֶ‫ָּ֤לְׁהחֹומָׁ ה֙ ְׁויָׁ ֣מָׁ תְׁבְׁת ֵ֔בץְׁלָׁ ִ֥מָׁ הְׁנגש ֶ ּ֖תםְׁא‬
ַֽ ‫ִֶ֨פלחְׁ ֶ ָ֜רכֶבְׁמע‬
:‫יְׁמת‬ַֽ ‫ִ֥הְׁהח ּ֖ת‬
ַֽ ָׁ‫וְׁ ָׁ ֣אמר ֵ֔ ָׁת ְִׁ֗גםְׁעבדְׁךִ֛ ְַֽׁאּורי‬
389
11 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

mí-hikáh et-avimélej ben-iêrubéshet haló-isháh hishlíjah 'alav pélaj réjev


me'ál hájomah vaiámat bêtevétz, lámah nigashtém el-hájomáh; vêámartá, gám
'avdêjá úriáh hájití mét.

¿Quién mató a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No fue una mujer quien arrojó
sobre él desde arriba del muro una piedra de molino, y él murió en Tebes?
¿Por qué os acercasteis al muro?' Entonces le dirás: 'También tu servidor
Urías el heteo ha muerto.'
(22)
:‫ֹוְׁיֹואב‬
ַֽ ָׁ ‫ֲשרְׁשְׁל ָּׁ֖ח‬
ִ֥ ֶ ‫דְׁאתְׁכְׁל־א‬
ִ֛ ‫ויּ֖לְֶךְׁהמל ָׁ ֵ֑אְךְׁו ָׁיב ֹא֙ ְׁויג֣דְׁלְׁדָׁ ֵ֔ו‬
vaiélej hamaláj; vaiavo vaiagéd lêdavíd, ét kol-ashér shêlajó ioáv.

Fue el mensajero, y al llegar contó a David todas las cosas que le había
mandado Ioav [Joab].
(23)
ְׁ‫ְׁה ֲאנ ֵָׁ֔שיםְׁויַֽצְׁ ִ֥אּוְׁאלּ֖ינּו‬
ַֽ ָׁ ֙‫דְׁכי־גְׁבְׁ ָּ֤רּוְׁע ִָׁ֨לינּו‬
ַֽ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁהמלאָׁ ְך֙ ְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֔ו‬
:‫יהּ֖םְׁעד־פֶ ִ֥תחְׁה ָׁ ַֽשער‬ ֶ ‫השָׁ ֶ ֵ֑דהְׁו ַֽנהְׁיֶ ִ֥הְׁעֲל‬
vaiómer hamalaj el-davíd, kí-govêrú 'aléinú háanashím, vaiétzêú eléinu
hasadéh; vaníhêiéh 'aleihém 'ad-pétaj hashá'ar.

Dijo el mensajero a David: –Los hombres prevalecieron contra nosotros, y


salieron al campo contra nosotros; pero les hicimos retroceder hasta la entrada
de la puerta de la ciudad.
(24)
ְׁ‫ּותּוְׁמעב ֣דיְׁה ֶ ֵ֑מלְֶך‬
ַֽ ‫חֹומהְׁוי ָּׁ֖מ‬
ָׁ ֵ֔ ‫֣לְׁה‬
ַֽ ‫מֹוראיםְׁאֶ ל־עֲבָׁ ִ֨ ֶדיך֙ ְׁמע‬
ָּ֤ ‫ויֹ ִ֨ראּוְׁה‬
‫ ס‬:‫יְׁמת‬
ַֽ ‫ִ֥הְׁהח ּ֖ת‬
ַֽ ָׁ‫וְׁ ִ֗גםְׁעבדְׁךִ֛ ְַֽׁאּורי‬
vaioru hamorím el-'avadéjá me'ál hájomáh, vaiamútu mé'avdéi hamélej;
vêgám 'avdêjá úriáh hájití mét.

Entonces los arqueros tiraron contra tus servidores desde arriba del muro y
murieron algunos de los servidores del rey. También tu servidor Urías el heteo
ha muerto.
(25)
ְׁ ֙‫ֹאמרְׁאֶ ל־יֹואָׁ ב֙ ְׁאל־י ָּ֤רעְׁבְׁעי ִֶ֨ניך‬
ָּ֤ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁאֶ ל־המל ִ֗ ָׁאְךְׁ ַֽ ֹכה־ת‬
‫בְׁהח ֲִ֨זקְׁמלחמתְׁךֵּ֧ ְׁאֶ ל־‬ַֽ ‫הְׁכי־כ ִָֹׁ֥זהְׁוְׁכָׁזֶ ּ֖הְׁת ֹאכ֣לְׁהֶ ָׁח ֵֶ֑ר‬
ַֽ ‫אֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁה ֵֶ֔ז‬
:‫הָׁ ִ֛עירְׁוְׁהְׁר ָׁ ּ֖סּהְׁוְׁחזְׁ ַֽקהּו‬
vaiómer davíd el-hamaláj kóh-tomár el-ioav al-ierá' bê'einéjá et-hadavár
hazéh, kí-jazóh vêjazéh tojál hejárev; hájazéq miljamtêjá el-ha'ír vêhorsáĥ
vêjazêqéhu.

390
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 11, 12

Entonces David dijo al mensajero: –Así dirás a Ioav [Joab]: 'Que esto no
parezca malo a tus ojos, pues la espada devora unas veces a uno y otras veces
a otro. Refuerza tu ataque contra la ciudad y destrúyela.' Y tú aliéntalo.
(26)
:‫ישּהְׁותס ּ֖ ֹפדְׁעל־בע ָׁ ַֽלּה‬
ֵ֑ ָׁ ‫תְׁאּוריָׁ ֣הְׁא‬
ַֽ ‫י־מ‬
ּ֖ ‫תְׁאּור ֵָׁ֔יהְׁכ‬
ַֽ ֶ‫ְׁאש‬
֣ ֙‫ותשמע‬
vatishma' éshet úriáh, ki-mét úriáh isháĥ; vatispód 'al-ba'láĥ.

Al oír la mujer de Urías que su marido, Urías, había muerto, hizo duelo por su
marido.
(27)
ְׁ‫ו ַֽיעֲבֹ֣ רְׁהָׁ ִ֗אבֶ לְׁויש ִ֨לחְׁדָׁ ָ֜ודְׁויַֽאספָׁ ָּּ֤הְׁאֶ ל־ביתֹו֙ ְׁותְׁהי־ל֣ ֹוְׁלְׁאשֵָׁ֔ ה‬
‫פ‬:ְׁ‫הוַֽה‬ ָׁ ‫ָׁשהְׁדָׁ ּ֖ודְׁבְׁעינִ֥יְׁי‬
ִ֥ ָׁ ‫ו ִ֥תלֶדְׁלּ֖ ֹוְׁבֵ֑ןְׁויֵַּֽ֧רעְׁהדָׁ ָׁבִ֛רְׁאֲשֶ ר־ע‬
vaiá'avór haével vaishláj davíd vaiáasfáĥ el-beitó vatêhi-ló lêisháh, vatéled ló
bén; vaiéra' hadavár asher-'asáh davíd bê'einéi Adonai .

Pasado el luto, David envió a traerla a su palacio. Ella vino a ser su mujer y le
dio a luz un hijo. Pero esto que David había hecho pareció malo a los ojos del
Eterno.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 12


(1)
ְׁ‫וישלֵּ֧חְׁיהוָׁ ִ֛הְׁאֶ ת־נ ָׁ ָּׁ֖תןְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֑ודְׁו ָׁי ֣ב ֹאְׁא ִָׁ֗ליוְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁשְׁנ֣יְׁ ֲאנ ִָׁ֗שים‬
:ְׁ‫ִ֥דְׁראש‬ַֽ ָׁ ‫יּוְׁבְׁ ֣עירְׁאֶ ֵ֔ ָׁחתְׁאֶ ָׁחִ֥דְׁע ָּׁ֖שירְׁוְׁאֶ ָׁח‬
ְׁ֙ ָׁ‫ה‬
vaishláj Adonai et-natán el-davíd; vaiavó eláv vaiómer ló shênéi anashím haiú
bê'ír eját, ejád 'ashír vêejád rásh .

El Eterno envió a Natán a David, y al venir a él le dijo: –Había dos hombres


en una ciudad: el uno rico y el otro pobre.
(2)
:‫לְׁע ִָׁ֗שירְׁהָׁ יָׁ ִ֛הְׁ ִ֥צ ֹאןְּׁובָׁ ָׁ ּ֖קרְׁהרבִ֥הְׁמְׁאַֹֽ ד‬
lê'ashír haiáh tzón uvaqár harbéh mêód.

El rico tenía numerosas ovejas y vacas;


(3)
ְׁ‫ֲשרְׁקָׁ ֵָׁ֔נהְׁויח ֶֹּ֕יהָׁ ְׁותג ִ֥דל‬
֣ ֶ ‫ין־כלְׁכיְׁ֩אם־כבשִָׁ֨ הְׁאחָּ֤תְׁקְׁטנָׁה֙ ְׁא‬ ֹ ִ֗ ‫שְׁא‬ַֽ ‫וְׁל ָׁ ָׁ֣ר‬
ְׁ‫ֹאכלְּׁומכֹ ָּ֤סֹוְׁתשתֶ ה֙ ְּׁובח ֣יקֹוְׁתש ֵָׁ֔כב‬ ָ֜ ‫ע ִ֛מֹוְׁוְׁ עם־בָׁ נָׁ ּ֖יוְׁיח ָׁ ֵ֑דוְׁמפ ִ֨תֹוְׁת‬
:‫ותְׁהי־לּ֖ ֹוְׁכְׁ ַֽבת‬
391
12 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêlarásh éin-kól kí im-kivsáh aját qêtanah ashér qanáh, vaijaiéha vatigdál 'imó
vê'im-banáv iajdáv; mipitó tojál umikosó tishteh uvjeiqó tishkáv, vatêhi-ló
kêvát.

pero el pobre no tenía más que una sola corderita que él había comprado y
criado, que había crecido junto con él y sus hijos. Comía de su pan, bebía de
su vaso y dormía en su seno. La tenía como a una hija.
(4)
ְׁ‫ֹוְׁלע ֲֹּ֕שֹות‬
ַֽ ‫ישְׁהעָׁשירְׁ֒ויחמִֹ֗ לְׁל ָָּׁ֤קחתְׁמצ ֹאנֹו֙ ְּׁומבְׁקָׁ ֵ֔ר‬
ַֽ ֶ ‫ויָׁ ֣ב ֹאְׁהלְֶך֮ ְׁלְׁ ֣א‬
ְׁ‫ָׁ ַֽלאֹ ּ֖רחְׁהבָׁ א־לֵ֑ ֹוְׁוי ִ֗קחְׁאֶ ת־כבשת֙ ְׁהָׁ ֣אישְׁהָׁ ָׁ ֵ֔ראשְׁוַַֽֽיעֲשֵֶ֔ הָׁ ְׁל ָּׁ֖איש‬
:‫ה ָׁבִ֥אְׁא ָׁ ַֽליו‬
vaiávo helej lêísh hé'ashir vaiajmól laqájat mitzonó umibêqaró, lá'asót láoréaj
haba-ló; vaiqáj et-kivsat haísh harásh, váia'aséha, laísh habá eláv.

Pero un viajero vino al hombre rico, y éste no quiso tomar una de sus ovejas o
de sus vacas para guisarla para el visitante que le había llegado, sino que tomó
la corderita de aquel hombre pobre, y la guisó para el señor que había venido a
él.
(5)
ְׁ‫ן־מוֶת‬
ְֵָׁׁ֔ ֶ‫הְׁכיְׁב‬
֣ ‫ר־אףְׁדָׁ ִ֛ודְׁבָׁ ּ֖אישְׁמְׁאֵֹ֑ דְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁאֶ ל־נ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁחי־יה ֹּ֕ ָׁו‬ ִ֥ ‫ו ַֽיח‬
:ְׁ‫ישְׁהעֹ ֶ ִ֥שהְׁ ַֽז ֹאת‬
ַֽ ָׁ ‫הָׁ ּ֖א‬
vaíjar-áf davíd baísh mêód; vaiómer el-natán, jai-Adonai kí ven-mávet, haísh
há'oséh zót .

Entonces se encendió en gran manera la ira de David contra aquel hombre y


dijo a Natán: –¡Vive el Eterno, que el que hizo semejante cosa es digno de
muerte!
(6)
ְׁ‫ֲשרְׁעָׁשָׁ ה֙ ְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁה ֵֶ֔זה‬
ָּ֤ ֶ ‫םְׁעקֶ בְׁא‬
ִ֗ ‫וְׁאֶ ת־הכב ָׁ ּ֖שהְׁיְׁשּל֣םְׁארבע ָׁ ֵ֑תי‬
‫ ס‬:‫ֲשרְׁ ַֽל ֹא־חָׁ ָׁ ַֽמל‬
ִ֥ ֶ ‫וְׁעּ֖לְׁא‬
vêet-hakivsáh iêshalém arba'táim; 'éqev ashér 'asah et-hadavár hazéh, vê'ál
ashér ló-jamál.

Él debe pagar cuatro veces el valor de la corderita, porque hizo semejante cosa
y no tuvo compasión.
(7)
ְׁ‫ישְׁ{ס}ְׁכה־אָׁ ִ֨מרְׁיה ָ֜ ָׁוהְׁאֱלה֣י‬
ֹ ַֽ ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁנ ָׁ ִָׁ֛תןְׁאֶ ל־דָׁ וּ֖דְׁא ָׁ ֣תהְׁהָׁ ֵ֑א‬
ְׁ‫לְׁאנֹ ֵּ֞כיְׁמְׁשח ָּ֤תיךַֽ ְׁלְׁ ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁעל־יש ָׁר ֵ֔אלְׁוְׁ ָׁ ַֽאנֹ ִ֥כיְׁהצל ּ֖תיךְׁמיִ֥ד‬
ַֽ ָׁ ‫יש ָׁר ִ֗א‬
:ְׁ‫שָׁ ַֽאּול‬
392
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 12

vaiómer natán el-davíd atáh haísh; {s} kóh-amár Adonai elohéi israél ánojí
mêshajtíjá lêmélej 'al-israél, vêánojí hitzaltíja miád shaúl .

Entonces Natán dijo a David: –Tú eres ese hombre. Así ha dicho el Eterno
Elohim de Israel: 'Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de
Shaúl [Saúl].
(8)
ְׁ‫ךְׁוַֽאֶ תְׁנָׁ ֣הְׁלְׁ ֵ֔ך‬
ָׁ ‫יק‬
ֶ ֵ֔ ‫ָׁוַֽאֶ תְׁ ִָׁ֨נהְׁלְׁ ָ֜ךְׁאֶ ת־ב֣יתְׁאֲדֹ ִֶ֗ניךְׁוְׁאֶ ת־נְׁ ָּ֤שיְׁאֲדֹ ִֶ֨ניך֙ ְׁבְׁח‬
:‫יהּודהְׁוְׁ ִ֨אם־מְׁ ֵָׁ֔עטְׁוְׁאֹ ִ֥ספָׁהְּׁלְׁךּ֖ ְׁכ ִָׁ֥הנָׁהְׁוְׁכ ַָֽׁהנָׁה‬
ֵ֑ ָׁ ‫לְׁו‬
ַֽ ‫אֶ ת־בִ֥יתְׁיש ָׁר ּ֖א‬
váetênáh lêjá et-béit adonéja vêet-nêshéi adonéjá bêjeiqéja, váetênáh lêjá, et-
béit israél víhudáh; vêím-mê'át, vêosífah lêjá kahénah vêjahénah.

Te di la casa de tu señor y puse las mujeres de tu señor en tu seno. Te di la


casa de Israel y de Iehudá [Judá]; y por si esto fuera poco, yo te habría
añadido muchas otras cosas.
(9)
ְׁ‫֒)ְׁאת‬
֣ ‫הְׁלע ֲ֣שֹותְׁהָׁ רע֮ ְׁבעינוְׁ(בְׁעיני‬ ַֽ ‫מדָ֜ ּועְׁבָׁ ז֣יתָׁ ְׁ׀ְׁאֶ ת־דְׁב֣רְׁיה ִ֗ ָׁו‬
ְׁ‫ָּ֤הְׁהחתי֙ ְׁה ֣כיתָׁ ְׁב ֵ֔ ֶח ֶרבְׁוְׁ ִ֨ ֶאת־אש ֵ֔תֹוְׁל ִָׁ֥קחתָׁ ְּׁלְׁךּ֖ ְׁלְׁא ָׁ ֵ֑שהְׁוְׁאֹ ֣תֹו‬
ַֽ ָׁ‫ַֽאּורי‬
:ְׁ‫הָׁ ֵ֔רגתָׁ ְׁבְׁ ֶח ֶּ֖רבְׁבְׁנִ֥יְׁע ַֽמֹון‬
madú'a bazíta | et-dêvár Adonai lá'asót hara' v'inv (bê'einaí) ét úriáh hájití
hikíta vajérev, vêét-ishtó, laqájta lêjá lêisháh; vêotó harágta, bêjérev bênéi
'amón .

¿Por qué, pues, menospreciaste la palabra del Eterno e hiciste lo malo ante sus
ojos? Has matado a espada a Urías el heteo; has tomado a su mujer por mujer
tuya, y a él lo has matado con la espada de los hijos de Amón.
(10)
ְׁ‫בְׁכיְׁבְׁז ֵ֔ ָׁתניְׁות ִ֗קח‬
֣ ֶ‫ֵ֑םְׁעק‬
ֵ֚ ָׁ‫ּורְׁח ִֶ֛רבְׁמ ַֽביתְׁךּ֖ ְׁעד־עֹול‬ ֶ ‫וְׁע ִ֗ ָׁתהְׁ ַֽל ֹא־תָׁ ִ֥ס‬
‫ ס‬:ְׁ‫יְׁלהְׁיִ֥ ֹותְׁלְׁךּ֖ ְׁלְׁא ָׁ ַֽשה‬
ַֽ ‫֣הְׁהח ֵ֔ת‬
ַֽ ָׁ‫ת־אשֶ ת֙ ְַֽׁאּורי‬
ִ֨ ֶ‫א‬
vê'atáh ló-tasúr jérev mibéitêjá 'ad-'olám; 'éqev kí vêzitáni, vatiqáj et-éshet
úriáh hájití, líhêíot lêjá lêisháh .

Ahora pues, porque me has menospreciado y has tomado la mujer de Urías el


heteo para que sea tu mujer, jamás se apartará la espada de tu casa.
(11)
‫יתךְׁוְׁ ָׁ ַֽלקח ָּ֤תיְׁאֶ ת־‬
ֶ ֵ֔ ‫ָּ֤יךְׁרעָׁה֙ ְׁמב‬
ָׁ ֶ‫֣ ֹכהְׁ׀ְׁאָׁ ֣מרְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁהנְׁניְׁ֩מ ִ֨קיםְׁעָׁל‬
: ‫יךְׁלְׁעי ֵֶ֔ניךְׁוְׁ ָׁנַֽת ּ֖תיְׁלְׁרעֶ ֵ֑יךְׁוְׁשָׁ כב֙ ְׁעם־נָׁשֵֶ֔ יךְׁלְׁעינּ֖יְׁה ֶ ִ֥שמֶ שְׁה ַֽז ֹאת‬
ְׁ ְׁ֙ ִֶ֨‫נָׁש‬
kóh | amár Adonai hinêní meqím 'aléja ra'ah mibeitéja, vêláqajtí et-nashéjá
lê'einéja, vênátatí lêre'éja; vêshajav 'im-nashéja, lê'einéi hashémesh hazót .

393
12 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Así ha dicho el Eterno: He aquí yo levantaré contra ti el mal en tu propia casa.


Ante tus propios ojos tomaré tus mujeres y las daré a tu prójimo, el cual se
acostará con tus mujeres a la luz del sol.
(12)
‫יְׁאעֱשֶ ה֙ ְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁה ֵֶ֔זהְׁנֶ ִַֽ֥גֶדְׁכְׁל־‬
ַֽ ֶ ‫רְׁוא ֲִ֗נ‬
ַֽ ֶ‫ִ֥כיְׁא ָׁ ּ֖תהְׁע ָׁ֣שיתָׁ ְׁב ָׁסֵ֑ת‬
‫ ס‬:‫יש ָׁר ּ֖אלְׁוְׁנֶ ִַֽ֥גֶדְׁה ָׁ ַֽשמֶ ש‬
kí atáh 'asíta vasáter; váaní é'eseh et-hadavár hazéh, néged kol-israél vênéged
hashámesh.

Ciertamente tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto ante todo Israel y en


pleno día.'
(13)
‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁדָׁ וד֙ ְׁאֶ ל־נ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁחָׁ ָׁ ּ֖טאתיְׁ ַֽליהוָׁ ֵ֑הְׁ{ס}ְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁנ ָ֜ ָָׁׁתןְׁאֶ ל־דָׁ ִ֗ודְׁגם־‬
:ְׁ‫ִ֛הְׁהע ֱִ֥בירְׁח ָׁ ַּֽטאתְׁךּ֖ ְׁ ִ֥ל ֹאְׁתָׁ ַֽמּות‬
ַֽ ֶ ָׁ‫יהו‬
vaiómer david el-natán, jatáti láAdonai; {s} vaiómer natán el-davíd gam-
Adonai hé'evír jatátêjá ló tamút .

David respondió a Natán: –He pecado contra el Eterno. Y Natán dijo a David:
–el Eterno también ha perdonado tu pecado; no morirás.
(14)
ְׁ ּ֖‫ֵ֑הְׁגםְׁהבִ֛ןְׁהיּלִ֥ ֹודְׁלְׁך‬
ִ֗ ֶ‫ֶסְׁכי־נ ָּ֤אץְׁנ ִ֨אצ ָׁ֙תְׁאֶ ת־אַֹֽ יְׁב֣יְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁבדָׁ ָׁבּ֖רְׁהז‬
ַֽ ‫ִ֗ ֶאפ‬
:ְׁ‫ִ֥מֹותְׁי ַָֽׁמּות‬
éfes kí-niétz niátztá et-óiêvéi Adonai, badavár hazéh; gám habén hailód lêjá
mót iamút .

Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos del Eterno, el
hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente.
(15)
ְׁ‫הְׁאשֶ ת־אּוריָׁ ִ֛ה‬
ַֽ ‫רְׁיַֽלְׁ ָׁ ֵּ֧ד‬
ָׁ ְִֶׁ֨‫יתֹוְׁוי ֣ ֹגףְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁאֶ ת־ה ֶָ֜ילֶדְׁאֲש‬
ֵ֑ ‫ויִ֥לְֶךְׁנ ָׁ ָּׁ֖תןְׁאֶ ל־ב‬
:ְׁ‫לְׁדָׁ ּ֖ודְׁויַֽאָׁ נַֽש‬
vaiélej natán el-beitó; vaigóf Adonai et-haiéled ashér iálêdáh éshet-uriáh
lêdavíd vaiéanásh .

Después Natán regresó a su casa. Entonces el Eterno hirió al niño que la mujer
de Urías había dado a David, y enfermó de gravedad.
(16)
ְׁ‫ֹוםְּׁובִ֥אְׁוְׁלָׁ ּ֖ן‬
ָׁ ‫ֱלהיםְׁבְׁע֣דְׁהנָׁ ֵ֑ערְׁויָׁ ָּ֤צְׁםְׁדָׁ וד֙ ְֵׁ֔צ‬
ּ֖ ‫ת־הא‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ויב ִ֥קשְׁדָׁ ִ֛ודְׁא‬
:ְׁ‫ִ֥בְׁא ְׁרצָׁ ה‬
ַֽ ָׁ ‫וְׁשָׁ כ‬

394
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 12

vaivaqésh davíd et-háelohím bê'ád haná'ar; vaiátzom david tzóm, uvá vêlán
vêshajáv árêtzah .

David rogó a Elohim por el niño. David ayunó, entró y pasó la noche acostado
en el suelo.
(17)
ְׁ‫ימֹוְׁמן־הָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁוְׁ ֣ל ֹאְׁאָׁ ֵ֔ ָׁבהְׁוְׁ ַֽל ֹא־בָׁ ָׁ ִ֥רא‬
ּ֖ ‫יוְׁלהֲק‬
ַֽ ‫וי ָ֜ ָֻׁקמּוְׁזקנָּ֤יְׁביתֹו֙ ְׁ ָׁע ֵָׁ֔ל‬
:‫םְׁלחֶ ם‬
ַֽ ָׁ ‫א ָׁ ּ֖ת‬
vaiaqúmu ziqnéi veitó 'aláv, láhaqimó min-haáretz; vêló aváh, vêló-vará itám
lájem.

Los ancianos de su casa fueron a él para hacer que se levantase del suelo, pero
él no quiso ni tampoco tomó alimentos con ellos.
(18)
‫יעיְׁויָׁ ֣מָׁ תְׁהיָׁ ֵ֑לֶדְׁו ַֽירְׁאּוְׁ֩עב ִ֨דיְׁדָׁ ָ֜ודְׁלְׁהגִ֥ידְׁל֣ ֹוְׁ׀ְׁכי־‬
ּ֖ ‫וי ִ֛היְׁביִ֥ ֹוםְׁהשְׁב‬
ְׁ‫ֶדְׁחיְׁדבָּ֤רנּוְׁאלָׁיו֙ ְׁוְׁ ַֽל ֹא־שָׁ ֣מע‬ ִ֗ ‫ְׁ֩בהְׁיִ֨ ֹותְׁה ֶָ֜יל‬
ַֽ ‫יְׁאמְׁרּו֙ ְׁהנה‬
ַֽ ָׁ ‫ֶדְׁכ‬
ָּ֤ ‫֣מתְׁה ִֶ֗יל‬
:‫הְׁר ָׁ ַֽעה‬
ָׁ ‫ָׁש‬
ִ֥ ָׁ ‫ִ֛יוְׁמתְׁהיֶ ּ֖לֶדְׁוְׁע‬
ִ֥ ָׁ‫ֹאמרְׁאל‬ ִ֥ ‫קֹולנּוְׁוְׁ ִ֨איְךְׁנ‬
ֵ֔ ְׁ‫ב‬
vaihí baióm hashêvi'í vaiámat haiáled; vaírêú 'avdéi davíd lêhagíd ló | ki-mét
haiéled kí ámêrú hineh víhêíot haiéled jái dibárnu elav vêló-shamá' bêqolénu,
vêéij nomár eláv mét haiéled vê'asáh ra'áh.

Sucedió que al séptimo día murió el niño. Y los siervos de David temían
informarle que el niño había muerto, pues pensaban así: 'He aquí que cuando
el niño todavía vivía, le hablábamos, y él no quería escuchar nuestra voz.
¿Cómo vamos a decirle que el niño ha muerto? ¡Puede hacer algo malo!'
(19)
ְׁ‫יְׁמתְׁהיָׁ ֵ֑לֶדְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ֵּ֧וד‬
֣ ‫דְׁכ‬
֣ ‫דְׁכיְׁעֲבָׁ דָׁ יו֙ ְַֽׁמתְׁלח ֲֵ֔שיםְׁויָׁ ִ֥בֶ ןְׁדָׁ ּ֖ו‬
ָּ֤ ‫ויַֽ֣ראְׁדָׁ ִ֗ו‬
:‫רּוְׁמת‬ַֽ ‫אֶ ל־עֲבָׁ ָׁ ִ֛דיוְׁה ֲִ֥מתְׁהיֶ ּ֖לֶדְׁו ִ֥י ֹאמ‬
vaiár davíd kí 'avadav mítêlajashím, vaiáven davíd kí mét haiáled; vaiómer
davíd el-'avadáv hamét haiéled vaiómru mét.

Pero David, al ver que sus siervos susurraban entre sí, entendió que el niño
había muerto. Entonces David preguntó a sus siervos: –¿Ha muerto el niño?
Ellos respondieron: –Ha muerto.
(20)
ְׁ‫לתוְׁו ָׁי ִ֥ב ֹאְׁבית־יהוָׁ ּ֖ה‬
ָׁ ֵ֔ ‫דְׁמהָׁ ָ֜ ָׁא ֶרץְׁוירח֣ץְׁו ִָׁ֗יסֶ ְךְׁויחּלף֙ ְׁשמ‬
ַֽ ‫ויָׁקָׁ םְׁ֩דָׁ ִ֨ו‬
:ְׁ‫ֹאכל‬
ַֽ ‫יתֹוְׁויש ֹּ֕אלְׁוי ִָׁ֥שימּוְׁלִ֛ ֹוְׁלֶ ּ֖חֶ םְׁוי‬
ֵ֔ ‫ויְׁש ָׁ ֵ֑תחּוְׁו ָׁיב ֹא֙ ְׁאֶ ל־ב‬
vaiaqam davíd méhaáretz vairjátz vaiásej vaijalef simlotáv, vaiavó veit-
Adonai vaishtáju; vaiavo el-beitó, vaishál vaiasímu ló léjem vaiojál .

395
12 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió, se cambió de ropa,


entró en la casa del Eterno y adoró. Después fue a su casa y pidió alimentos.
Le sirvieron comida, y comió.
(21)
ְׁ‫הְׁבעֲבֵּ֞ ּורְׁהיֶ ָּ֤לֶד‬
ַֽ ָׁ‫ֲשרְׁע ֵָׁ֑שית‬ ֣ ֶ ‫יוְׁמה־הדָׁ ָׁבִ֥רְׁהזֶ ּ֖הְׁא‬
ַֽ ָׁ ‫ו ַֽי ֹאמְׁ ָּ֤רּוְׁעֲבָׁ דָׁ יו֙ ְׁא ֵָׁ֔ל‬
:‫לְׁלחֶ ם‬
ַֽ ָׁ ‫ֶדְׁקמתָׁ ְׁו ִ֥ת ֹאכ‬
ּ֖ ‫ְׁמתְׁה ֵֶ֔יל‬ ֣ ֙‫חי֙ ְׁצ֣מתָׁ ְׁו ֵ֔תבךְׁוְׁ ַֽכאֲשֶ ר‬
vaiómêrú 'avadav eláv, máh-hadavár hazéh ashér 'asítah; bá'avúr haiéled jaí
tzámta vatévk, vêjáasher mét haiéled, qámta vatójal lájem.

Sus siervos le preguntaron: –¿Qué es esto que has hecho? Mientras el niño
vivía, ayunabas y llorabas; pero ahora que ha muerto, te levantas y comes.
(22)
ְׁ‫יְׁיֹודעְׁיחנני‬
ֵ֔ ‫ְׁמ‬ ֣ ֙‫ֵ֑הְׁכיְׁאָׁ ִ֨מרתי‬
ָּ֤ ֶ‫יְׁוַֽאֶ בכ‬
ָׁ ‫ֶדְׁחיְׁצּ֖מת‬
ֵ֔ ‫ו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁבְׁעֹוד֙ ְׁהיֶ ֣ל‬
:ְׁ‫(וְׁחנִ֥ני)ְׁיהוָׁ ּ֖הְׁוְׁחִ֥יְׁה ָׁ ַֽילֶד‬
vaiómer bê'od haiéled jái, tzámti váevkéh; kí amártí mí iodé'a, ijnni (vêjanáni)
Adonai vêjái haiáled .

Él respondió: –Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando: 'Quién


sabe si el Eterno tendrá compasión de mí, y el niño vivirá.'
(23)
ְׁ‫ִ֥לְׁלהֲש ּ֖יבֹוְׁעֵ֑ ֹודְׁאֲני֙ ְׁהֹ לְ֣ךְׁא ֵָׁ֔ליו‬
ַֽ ‫םְׁהאּוכ‬
ַֽ ‫֣יְׁצ‬
ָׁ ֵ֔ ‫הְׁ׀ְׁמתְׁלָׁ ָּ֤מָׁ הְׁזֶה֙ ְׁאֲנ‬
ִ֗ ‫וְׁ ע ָׁ ֣ת‬
:‫וְׁ ּ֖הּואְׁ ַֽל ֹא־י ִָׁ֥שּובְׁא ָׁ ַֽלי‬
vê'atáh | mét lámah zeh aní tzám, háujál láhashivó 'ód; aní holéj eláv, vêhú ló-
iashúv elái.

Pero ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver?
¡Yo iré a él, pero él no volverá a mí!
(24)
ְׁ‫ֶדְׁבן‬
ִ֗ ‫ת־שבעְׁאש ֵ֔תֹוְׁו ָׁי ִ֥ב ֹאְׁאלֶ ּ֖יהָׁ ְׁוישכ֣בְׁע ָׁ ֵ֑מּהְׁו ֣תל‬ ֣ ֶ ‫דְׁאתְׁב‬ ֵ֚ ‫וינח֣םְׁדָׁ ִ֗ו‬
:ְׁ‫ויקראְׁ(ותק ָׁ ָּ֤רא)ְׁאֶ ת־שְׁמֹו֙ ְׁשְׁלמֵֹ֔ הְׁוַֽיהוָׁ ּ֖הְׁאֲה ַֽבֹו‬
vainajém davíd ét bat-shéva' ishtó, vaiavó eléiha vaishkáv 'imáĥ; vatéled bén
viqr (vatiqrá) et-shêmó shêlomóh, váAdonai ahevó .

David consoló a BatSheva [Betsabé] su mujer. Y fue a ella y se acostó con


ella. Ella dio a luz un hijo, y llamó su nombre Shelomó [Salomón]. El Eterno
amaba al niño,
(25)
‫ פ‬:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫ֵּ֑הְׁבע ֲּ֖בּורְׁי‬
ַֽ ָׁ‫ויש ִ֗לחְׁבְׁיד֙ ְׁנ ָׁ ָׁ֣תןְׁהנ ֵָׁ֔ביאְׁויק ָׁ ִ֥ראְׁאֶ ת־שְׁ ּ֖מֹוְׁיְׁ ֣דידי‬
vaishláj bêiad natán hanaví, vaiqrá et-shêmó iêdídiáĥ; bá'avúr Adonai .

396
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 12

y envió un mensaje por medio del profeta Natán, quien llamó su nombre
Yedidías, a causa del Eterno.
(26)
:‫לּוכה‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫ת־עירְׁהמ‬
ִ֥ ֶ‫םְׁיֹואבְׁבְׁרבּ֖תְׁבְׁנ֣יְׁע ֵ֑מֹוןְׁויל ּ֖ ֹכדְׁא‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ויּלָׁ ֣ח‬
vailájem ioáv, bêrabát bênéi 'amón; vailkód et-'ír hamêlujáh.

Ioav [Joab] estaba combatiendo contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la
ciudad real.
(27)
ְׁ‫ִ֥חְׁיֹואבְׁמלאָׁ ּ֖כיםְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֑ודְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁנלח֣מתיְׁבְׁר ֵ֔ ָׁבהְׁגם־לָׁכּ֖דתי‬
ִ֛ ָׁ ‫וישל‬
:‫ת־עירְׁה ָׁ ַֽמים‬
ִ֥ ֶ‫א‬
vaishláj ioáv malajím el-davíd; vaiómer niljámti vêrabáh, gam-lajádti et-'ír
hamáim.

Entonces Ioav [Joab] envió mensajeros a David diciendo: 'He combatido


contra Rabá y también he tomado el barrio de las Aguas.
(28)
ְׁ ֙‫םְׁוחֲנִ֥הְׁעל־הָׁ ּ֖עירְׁוְׁלְׁכ ָׁ ֵ֑דּהְׁפֶן־אֶ ל ָּ֤ ֹכדְׁאֲני‬
ַֽ ‫וְׁע ִ֗ ָׁתהְׁאֱסֹ ף֙ ְׁאֶ ת־יֶ ֣תֶ רְׁהָׁ ֵָׁ֔ע‬
: ָׁ‫אֶ ת־הָׁ ֵ֔עירְׁוְׁנק ָׁ ִ֥ראְׁשְׁ ּ֖מיְׁע ֶ ַָֽׁליה‬
vê'atáh esof et-iéter ha'ám, vájanéh 'al-ha'ír vêlojdáĥ; pen-elkód aní et-ha'ír,
vêniqrá shêmí 'aléiha.

Ahora pues, reúne al resto del pueblo, acampa contra la ciudad y tómala tú; no
sea que tomándola yo, sea llamada por mi nombre.'
(29)
:‫םְׁבּּ֖הְׁוַַֽֽילכְׁ ָׁ ַֽדּה‬
ָׁ ֶ‫ו ֶ ַֽיאֱסִֹ֥ ףְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ת־כְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁוי֣לְֶךְׁר ָׁבֵ֑תָׁ הְׁויּלָׁ ִ֥ח‬
vaiéesóf davíd et-kol-ha'ám vaiélej rabátah; vailájem báĥ váilkêdáĥ.

David reunió a todo el pueblo, fue a Rabá, combatió contra ella y la tomó.
(30)
ְׁ‫ֹאשֹוְּׁומשקָׁ ִָׁ֨לּהְׁככָּ֤רְׁזָׁהָׁ ב֙ ְׁוְׁ ֶ ֣אבֶ ן‬ ָ֜ ‫וי ֣קחְׁאֶ ת־ע ֶ ֲַֽט ֶרת־מל ָׁכםְׁ֩מ ִ֨עלְׁר‬
:‫ירְׁהֹוציאְׁהרבִ֥הְׁמְׁאַֹֽ ד‬ ּ֖ ‫ל־ר ֹאשְׁדָׁ ֵ֑ודְּׁושלִ֥לְׁהָׁ ִ֛ע‬
֣ ‫יְׁקָׁ ָׁ ֵ֔רהְׁותְׁ ּ֖היְׁע‬
vaiqáj et-'atéret-malkam me'ál roshó umishqaláĥ kikár zahav vêéven iêqaráh,
vatêhí 'al-rósh davíd; ushlál ha'ír hotzí harbéh mêód.

Entonces tomó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba un talento de


oro y tenía piedras preciosas. Y fue puesta sobre la cabeza de David. También
sacó mucho botín de la ciudad.

397
12, 13 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(31)
ְׁ‫הְּׁובחֲר ִ֨ציְׁהבר ֶָ֜זל‬
ַֽ ‫םְׁבמְׁג ָׁר‬ ַ֠ ֶ‫ּהְׁהֹוציאְׁויָׁ ֣ש‬
ִ֗ ‫ר־ב‬
ָׁ ָ֜ ֶ‫וְׁאֶ ת־הָׁ ִָׁ֨עםְׁאֲש‬
ְׁ‫֣ןְׁיעֲשֵֶ֔ הְׁלְׁ ּ֖ ֹכל‬
ַֽ ‫ּוַֽ במגזְׁ ֣רֹ תְׁהבר ִֶ֗זלְׁוְׁ ֶ ַֽהע ֱָּ֤בירְׁאֹותָׁ ם֙ ְׁבמלכןְׁ(במל ֵ֔בן)ְׁוְׁכ‬
‫ פ‬:‫ע ָׁ֣ריְׁבְׁנַֽי־ע ֵ֑מֹוןְׁויָׁ ֵּ֧שְׁבְׁדָׁ ִ֛ודְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vêet-ha'ám asher-báĥ hotzí vaiásem bámêgerah uvájaritzéi habarzél
úvmagzêrót habarzél vêhé'evír otam vmljn (bamalbén), vêjén iá'aséh, lêjól
'aréi vênéi-'amón; vaiáshov davíd vêjol-ha'ám iêrúshaláim.

A la gente que estaba en ella la sacó y la puso a trabajar con sierras, trillos de
hierro y hachas de hierro. También la hizo trabajar en los hornos de ladrillos.
Lo mismo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amón. Luego David
regresó con todo el pueblo a Ierushalaim [Jerusalén].

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 13


(1)
ְׁ‫י־כןְּׁולאבשָׁ לֵּ֧ ֹוםְׁבֶ ן־דָׁ ִ֛ודְׁאָׁ ִ֥חֹותְׁיָׁפָׁ ּ֖הְּׁוש ָׁ ֣מּהְׁתָׁ ָׁ ֵ֑מר‬ִ֗ ‫יְׁאחֲר‬ ַֽ ‫וי ֣ה‬
:‫ו ֶ ַֽיאֱהָׁ ֶבּ֖הָׁ ְׁאמנִ֥ ֹוןְׁבֶ ן־דָׁ ַֽוד‬
vaihí ájarei-jén ulavshalóm ben-davíd ajót iafáh ushmáĥ tamár; vaiéehavéha
amnón ben-davíd.

Absalón [Abshalom] hijo de David tenía una hermana hermosa que se llamaba
Tamar. Y aconteció después de esto que Amnón hijo de David se enamoró de
ella.
(2)
ְׁ‫ּ֖הְׁהיא‬
ֵ֑ ָׁ‫ֹוְׁכיְׁבְׁתּול‬
ִ֥ ‫ֹותְׁבעֲבּור֙ ְׁתָׁ ָׁ ֣מרְׁאֲחֹ ֵ֔ת‬
ַֽ ‫ו ִ֨יצֶ רְׁלְׁאמנָ֜ ֹוןְׁלְׁהתח ִּ֗ל‬
:‫ֹוןְׁלע ֲִ֥שֹותְׁלָׁ ּּ֖הְׁמְׁ ַֽאּומָׁ ה‬
ַֽ ֵ֔‫ויפָׁלא֙ ְׁבְׁעינ֣יְׁאמנ‬
vaiétzer lêamnón lêhitjalót bá'avur tamár ajotó, kí vêtuláh hí; vaipale bê'einéi
amnón, lá'asót láĥ mêúmah.

Amnón estaba angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana; porque


siendo ella virgen, le parecía a Amnón difícil hacerle algo.
(3)
ְׁ‫בְׁאישְׁחָׁ כָׁ ּ֖ם‬
ִ֥ ‫ֹוןְׁרעְּׁושמֹו֙ ְׁיַֽ ֹונ ֵ֔ ָָׁׁדבְׁבֶ ן־שמעָׁ ּ֖הְׁא ֲ֣חיְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוְׁי֣ ֹונ ֵ֔ ָָׁׁד‬
ִ֗ ֣‫ּולאמנ‬
:‫מְׁאַֹֽ ד‬
ulamnón ré'a ushmó íonadáv, ben-shim'áh ají davíd; vêíonadáv, ísh jajám
mêód.

398
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 13

Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab hijo de Simea, hermano
de David. Jonadab era un hombre muy astuto.
(4)
ְׁ‫ָׁהְׁדלְׁבֶ ן־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁבבֹ֣ קֶ רְׁב ֵ֔ ֹבקֶ רְׁהֲלּ֖ ֹוא‬
ָּ֤ ‫רְׁלֹוְׁמ ֣דּוע ְַׁ֠אתָׁ הְׁכָׁ ֣ כ‬
ִ֗ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
:‫ת־ת ִ֗ ָׁמרְׁא ֲִ֛חֹותְׁאבשָׁ לִ֥ םְׁאָׁ ּ֖חיְׁאֲנִ֥יְׁאֹ ַֽהב‬
ְָׁׁ ֶ‫֣ידְׁליְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁאמנֵ֔ ֹוןְׁא‬
ֵ֑ ‫תג‬
vaiómer ló madú'a átah kájah dál ben-hamélej babóqer babóqer, haló tagíd lí;
vaiómer ló amnón, et-tamár ajót avshalóm ají aní ohév.

Y le preguntó: –Oh hijo del rey, ¿por qué vas enflaqueciendo así de día en
día? ¿No me lo contarás a mí? Amnón le respondió: –Estoy enamorado de
Tamar, hermana de Absalón [Abshalom], mi hermano.
(5)
ְׁ‫אֹותך‬ֶ ִ֗ ‫ּובֵּ֧אְׁאָׁ ֣ביךְׁלר‬ ָׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁיְׁ ֣הֹונ ֵ֔ ָָׁׁדבְׁשְׁכִ֥בְׁעל־מש ָׁ ַֽכבְׁךּ֖ ְׁוְׁהת ָׁחֵ֑ל‬
ְׁ ֙‫ֲחֹותיְׁוְׁתב ֣רניְׁ ִֶ֗לחֶ םְׁוְׁ ָׁ ַֽעשְׁ ָׁ ָּ֤תהְׁלְׁעיני‬ ָ֜ ‫יוְׁתב ֹאְׁ ָׁנאְׁ֩תָׁ ִ֨ ָׁמרְׁא‬
֣ ָׁ ‫וְׁ ָׁ ַֽאמר ָׁ ֣תְׁא ִָׁ֡ל‬
:‫ֲשרְׁאֶ ר ֵ֔ ֶאהְׁוְׁ ָׁ ַֽאכל ּ֖תיְׁמי ָׁ ַָֽׁדּה‬
֣ ֶ ‫אֶ ת־הבר ֵָׁ֔יהְׁלְׁ ִ֨מען֙ ְׁא‬
vaiómer ló iêhónadáv, shêjáv 'al-mishkávêjá vêhitjál; uvá avíja lirotéja
vêámartá eláv távo na tamár ajotí vêtavréni léjem vê'ásêtáh lê'einaí et-
habiriáh, lêmá'an ashér eréh, vêájaltí miadáĥ.

Y Jonadab le dijo: –Acuéstate en tu cama y finge estar enfermo. Cuando tu


padre venga a verte, dile: 'Te ruego que venga mi hermana Tamar para que me
dé de comer. Que ella prepare delante de mí una comida, de modo que yo la
vea y la coma de su mano.'
(6)
‫אֹותֹוְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאמנָּ֤ ֹוןְׁאֶ ל־‬
ִ֗ ‫וישכִ֥בְׁאמנּ֖ ֹוןְׁוית ָׁחֵ֑לְׁו ָׁי ִ֨ב ֹאְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁלר‬
ְׁ‫ְׁתבֹוא־ ֵָּׁ֞נאְׁתָׁ ָׁ ֣מרְׁאֲחֹ ִ֗תיְּׁותלבָּ֤בְׁלְׁעיני֙ ְׁשְׁ ֣תיְׁלְׁב ֵ֔בֹותְׁוְׁאֶ ב ֶ ּ֖רה‬
ַֽ ָׁ ֙‫ה ִ֨ ֶמלְֶך‬
:‫מי ָׁ ַָֽׁדּה‬
vaishkáv amnón vaitjál; vaiavó hamélej lirotó vaiómer amnón el-hamélej
távo-ná tamár ajotí utlabév lê'einaí shêtéi lêvivót, vêevréh miadáĥ.

Amnón se acostó y fingió estar enfermo. Entonces el rey fue para verle, y
Amnón le dijo: –Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga delante de mí
dos pasteles, para que yo los coma de su mano.
(7)
ְׁ‫אְׁביתְׁאמנ֣ ֹוןְׁאָׁ ֵ֔חיְך‬
ֵ֚ ‫וישלִ֥חְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ל־תָׁ ָׁ ּ֖מרְׁהב֣יתָׁ הְׁלאמֵֹ֑ רְׁלְׁ ֣כיְׁ ִָׁ֗נ‬
:‫ַֽועֲשי־לּ֖ ֹוְׁהבר ָׁיַֽה‬
vaishláj davíd el-tamár habáitah lemór; lêjí ná béit amnón ajíj, vá'asi-ló
habiriáh.

399
13 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces David envió a Tamar a su casa, diciendo: –Ve, por favor, a la casa
de tu hermano Amnón y prepárale una comida.
(8)
ְׁ‫ו ֣תלְֶךְׁתָׁ ִ֗ ָׁמרְׁבִ֛יתְׁאמנִ֥ ֹוןְׁאָׁ ּ֖חיהָׁ ְׁוְׁ ֣הּואְׁשֹ כֵ֑בְׁות ִ֨קחְׁאֶ ת־הבָׁ צָּ֤קְׁותלוש‬
:‫(ו ִ֨ ָׁתלָׁש֙ )ְׁותְׁלב֣בְׁלְׁעי ֵָׁ֔ניוְׁותְׁב ּ֖שלְׁאֶ ת־ה ְּׁלב ַֽבֹות‬
vatélej tamár béit amnón ajíha vêhú shojév; vatiqáj et-habatzéq vtlvs
(vatálash) vatêlabév lê'eináv, vatêvashél et-halêvivót.

Tamar fue a la casa de su hermano Amnón, quien se encontraba acostado.


Tomó masa, la amasó, hizo los pasteles delante de él y los coció.
(9)
ְׁ‫ןְׁלאֱכֵ֑ ֹולְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁאמנִ֗ ֹון‬
ַֽ ֶ ‫ות ָּ֤קחְׁאֶ ת־המשרת֙ ְׁותצֹ֣ קְׁלְׁ ָׁפ ֵָׁ֔ניוְׁוימָׁ ּ֖א‬
:‫ישְׁמע ָׁ ַָֽׁליו‬
ַֽ ‫ל־א‬ ּ֖ ְׁ‫ְׁמע ֵָׁ֔ליְׁויַֽצְׁ ִ֥אּוְׁכ‬
ַֽ ֙‫הֹוציאּוְׁכְׁל־איש‬
ָּ֤
vatiqáj et-hamasret vatitzóq lêfanáv, vaimaén léejól; vaiómer amnón hotzíu
jol-ish mé'alái, vaiétzêú jol-ísh mé'aláv.

Luego tomó la sartén y los sirvió delante de él. Pero Amnón no quiso comer.
Y Amnón dijo: –¡Haced salir a todos de aquí! Y salieron todos de allí.
(10)
ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאמנָ֜ ֹוןְׁאֶ ל־תָׁ ִ֗ ָׁמרְׁהָׁ ָּ֤ביאיְׁהבריָׁה֙ ְׁה ֵ֔ ֶחדֶ רְׁוְׁאֶ ב ֶ ּ֖רהְׁמי ֵָׁ֑דְךְׁות ֣קח‬
:‫ֲשרְׁעָׁשֵָׁ֔ תָׁ הְׁותָׁ בִ֛אְׁלְׁאמנִ֥ ֹוןְׁאָׁ ּ֖חיהָׁ ְׁהֶ ָׁ ַֽחדְׁ ָׁרה‬
֣ ֶ ‫תָׁ ִ֗ ָׁמרְׁאֶ ת־הּלְׁבבֹות֙ ְׁא‬
vaiómer amnón el-tamár havíi habiriah hajéder, vêevréh miadéj; vatiqáj tamár
et-halêvivot ashér 'asátah, vatavé lêamnón ajíha hejádêrah.

Entonces Amnón dijo a Tamar: –Trae la comida al dormitorio para que yo la


coma de tu mano. Tamar tomó los pasteles que había cocido y los llevó a su
hermano Amnón, al dormitorio.
(11)
:‫ֲחֹותי‬
ַֽ ‫ּהְׁבֹואיְׁשכ ִ֥ביְׁע ּ֖מיְׁא‬
ִ֛ ‫ּ֖יוְׁלא ֵ֑ ֱֹכלְׁו ַֽי ֲחזֶק־בָׁ ּה֙ ְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁ ֵָׁ֔ל‬
ַֽ ֶ ָׁ‫ותגִ֥שְׁאל‬
vatagésh eláv léejól; vaiájazeq-baĥ vaiómer láĥ, bói shijví 'imí ajotí.

Cuando ella se los puso delante para que él comiese, él asió de ella y le dijo: –
Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.
(12)
‫לְׁאל־‬
ַֽ ‫ָׁשהְׁכּ֖ןְׁבְׁיש ָׁר ֵ֑א‬
ִ֥ ֶ ‫יְׁכיְׁ ַֽל ֹא־יע‬
ִ֛ ‫רְׁלֹוְׁאל־אָׁ חי֙ ְׁאל־תְׁע ֵ֔ננ‬ ִ֗ ֶ‫ו ֣ת ֹאמ‬
:‫תע ֲּ֖שהְׁאֶ ת־הנְׁבָׁ לָׁ ִ֥הְׁה ַֽז ֹאת‬
vatómer ló al-ají al-tê'anéni, kí ló-ie'aséh jén bêisraél; ál-ta'aséh et-hanêvaláh
hazót.

400
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 13

Ella le respondió: –¡No, hermano mío! ¡No me fuerces, porque no se debe


hacer esto en Israel! ¡No hagas tal vileza!
(13)
ְׁ‫הְׁתהְׁיֶ ִ֛הְׁכְׁאחִ֥דְׁהנְׁבָׁ ּ֖לים‬ַֽ ‫יְׁאנָׁהְׁאֹוליְך֙ ְׁאֶ ת־חֶ רפ ֵָׁ֔תיְׁוְׁא ִ֗ ָׁת‬
ָּ֤ ָׁ ‫ַֽוא ֲִ֗נ‬
:ָׁ‫ְֶךְׁכיְׁ ִ֥ל ֹאְׁימנָׁעּ֖ניְׁמ ֶ ַֽמך‬
ִ֛ ‫בְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁוְׁעתָׁ ה֙ ְׁדבֶ ר־נָׁ ֣אְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמל‬
váaní ánah olij et-jerpatí, vêatáh tíhêiéh kêajád hanêvalím bêisraél; vê'atah
daber-ná el-hamélej, kí ló imna'éni miméka.

Porque, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Tú mismo serías considerado como


uno de los hombres viles en Israel. Ahora pues, habla al rey, y él no rehusará
darme a ti.
(14)
:‫וְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ָׁבּ֖הְׁלשמֹ֣ עְׁבְׁקֹולָׁ ֵּ֑הְׁו ֶ ַֽיחֱזָּ֤קְׁמ ִ֨ ֶמנָׁה֙ ְׁויע ֵֶ֔נהָׁ ְׁוישכּ֖בְׁאֹ ָׁ ַֽתּה‬
vêló aváh lishmó'a bêqoláĥ; vaiéjezáq miménah vai'anéha, vaishkáv otáĥ.

Pero él no la quiso escuchar; sino que, siendo más fuerte que ella, la forzó y se
acostó con ella.
(15)
ְׁ‫דְׁכיְׁגְׁדֹו ִָׁ֗להְׁהשנאָׁ ה֙ ְׁאֲ ֶ ֣שרְׁשְׁנ ֵ֔ ָׁאּה‬
֣ ‫וישנ ֶ ָׁ֣אהָׁ ְׁאמנִ֗ ֹוןְׁשנאָׁ ה֙ ְׁגְׁדֹולָׁ ֣הְׁמְׁ ֵ֔ ֹא‬
:‫יְׁלכי‬
ַֽ ‫ֹוןְׁקּומ‬
ִ֥ ּ֖‫ֵּ֑הְׁוי ֹאמֶ ר־לָׁ ִּ֥הְׁאמנ‬
ַֽ ‫ֲשרְׁאֲה ָׁב‬ ֣ ֶ ‫ַֽמאה ֲָׁבּ֖הְׁא‬
vaisnaéha amnón sinah gêdoláh mêód, kí gêdoláh hasinah ashér sêneáĥ,
méahaváh ashér aheváĥ; váiomer-láĥ amnón qúmi léji.

Luego la odió Amnón con tal odio, que el odio con que la odió fue mayor que
el amor con que la había amado. Y Amnón le dijo: –¡Levántate; vete!
(16)
ְׁ ָׁ‫אתְׁמא ֶח ִֶ֛רתְׁאֲשֶ ר־ע ִָׁ֥שית‬
ַֽ ֹ ‫תְׁה ָׁרעָׁ ָּ֤הְׁהגְׁדֹולָׁה֙ ְׁה ֵ֔ז‬
ַֽ ָׁ ‫ל־אֹוד‬
ֹ ֵּ֞ ‫רְׁלֹוְׁא‬
ִ֗ ֶ‫ו ֣ת ֹאמ‬
:‫ְׁלּה‬
ַֽ ָׁ ‫ע ּ֖מיְׁלְׁשּלְׁחֵ֑ניְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ָׁבּ֖הְׁלשמִֹ֥ ַֽע‬
vatómer ló al-odót hára'áh hagêdolah hazót, méajéret asher-'asíta 'imí
lêshalêjéni; vêló aváh lishmó'á láĥ.

Ella respondió: –¡No! Porque este mal de echarme es mayor que el otro que
me has hecho. Pero él no la quiso escuchar.
(17)
ְׁ‫אתְׁמעָׁלּ֖יְׁה ֵ֑חּוצָׁ ה‬
ַֽ ֹ ‫אְׁאת־נעֲרֹו֙ ְׁמְׁ ָׁ ֣שר ֵ֔תֹוְׁו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁשלחּו־נָׁ ִ֥אְׁאֶ ת־ ִ֛ז‬
ַֽ ֶ ‫ויק ָׁ ִ֗ר‬
: ָׁ‫ֶתְׁאח ֶ ֲַֽריה‬
ַֽ ‫ּונ ִ֥ ֹעלְׁה ֶ ּ֖דל‬
vaiqrá ét-na'aró mêshártó, vaiómer shilju-ná et-zót mé'alái hajútzah; un'ól
hadélet ájaréiha.

401
13 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Más bien, llamó a su criado que le servía y le dijo: –¡Echa a ésta fuera de aquí,
y pon el cerrojo a la puerta tras ella!
(18)
ְׁ‫ילים‬
ֵ֑ ‫ְׁ֩כןְׁתלבֵּ֧שןְָׁׁבְׁנֹות־ה ֶ ִ֛מלְֶךְׁהבְׁתּולּ֖ תְׁמְׁע‬ ִ֨ ‫יהְׁכְׁתֹ֣ נֶתְׁפ ֵ֔סיםְׁכי‬ ָׁ֙ ‫וְׁ ָׁע ִֶ֨ל‬
: ָׁ‫ֶתְׁאח ֶ ֲַֽריה‬
ַֽ ‫אְׁאֹותּהְׁמְׁ ָׁ ַֽש ְׁרתֹו֙ ְׁה ֵ֔חּוץְׁוְׁנָׁעִ֥לְׁה ֶ ּ֖דל‬
ָּ֤ ָׁ ‫ויֹ ִ֨צ‬
vê'aléihá kêtónet pasím, kí jén tilbáshna vênot-hamélej habêtulót mê'ilím;
vaiotzé otáĥ mêshárêtó hajútz, vêna'ál hadélet ájaréiha.

Ella estaba vestida con una túnica de diversos colores, porque así solían vestir
las hijas vírgenes del rey. Y su criado la echó fuera y puso el cerrojo a la
puerta tras ella.
(19)
ְׁ‫ֲשרְׁעָׁלֶ ּ֖יהָׁ ְׁקָׁ ָׁ ֵ֑רעָׁה‬
ִ֥ ֶ ‫רְׁאפֶר֙ ְׁעל־ר ֹאשֵָׁ֔ ּהְּׁוכתֵֹּ֧ נֶתְׁהפ ִ֛סיםְׁא‬ ִ֨ ‫ות ִ֨קחְׁתָׁ ָׁ ִ֥מ‬
:‫ו ָׁ ָּ֤תשֶ םְׁיָׁדָׁ ּה֙ ְׁעל־ר ֹאשֵָׁ֔ ּהְׁו ִ֥תלְֶךְׁהָׁ לּ֖ ֹוְךְׁוְׁז ָׁ ַָֽׁעקָׁ ה‬
vatiqáj tamár éfer 'al-rosháĥ, ujtónet hapasím ashér 'aléiha qará'ah; vatásem
iadaĥ 'al-rosháĥ, vatélej halój vêza'áqah.

Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, rasgó su túnica de


diversos colores que llevaba, puso las manos sobre su cabeza y se fue
gritando.
(20)
ְׁ‫ְׁהאֲמינ֣ ֹוןְׁאָׁ חיְך֮ ְׁהָׁ יָׁ ֣הְׁעמָׁ ְךְׁ֒וְׁע ֵּ֞ ָׁתה‬ ַֽ ָׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁא ֶָ֜ליהָׁ ְׁאבשָׁ ל֣ ֹוםְׁאָׁ ִ֗חיה‬
ְׁ‫יְךְׁהּואְׁאל־תָׁ ִ֥שיתיְׁאֶ ת־לבְּ֖ךְׁלדָׁ ָׁב֣רְׁהזֶ ֵ֑ה‬ ֵ֔ ‫יְׁהח ֲִ֨רישי֙ ְׁאָׁ ֣ח‬ַֽ ‫ֲחֹות‬
ָּ֤ ‫א‬
: ָׁ‫ו ָּ֤תשֶ בְׁתָׁ מָׁ ר֙ ְׁוְׁשֹ֣ מ ֵ֔ ָׁמהְׁבּ֖יתְׁאבשָׁ לִ֥ ֹוםְׁאָׁ ַֽחיה‬
vaiómer eléiha avshalóm ajíha háaminón ajij haiáh 'imaj vê'atáh ajotí hájaríshí
ajíj hú, al-tashíti et-libéj ladavár hazéh; vatéshev tamar vêshómemáh, béit
avshalóm ajíha.

Su hermano Absalón [Abshalom] le preguntó: –¿Ha estado contigo tu


hermano Amnón? Calla, pues, ahora, hermana mía. Tu hermano es; no tomes
tan a pecho este asunto. Entonces Tamar se quedó desolada en la casa de su
hermano Absalón [Abshalom].
(21)
:‫עְׁאתְׁכְׁל־הדְׁבָׁ ּ֖ריםְׁהָׁ ֵ֑אּלֶהְׁויִ֥חרְׁלּ֖ ֹוְׁמְׁאַֹֽ ד‬
ִ֥ ‫וְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֔ודְׁשָׁ ֹּ֕מ‬
vêhamélej davíd, shamá' ét kol-hadêvarím haéleh; vaíjar ló mêód.

Cuando el rey David oyó todo esto, se enojó mucho.

402
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 13

(22)
ְׁ ֙‫ֹובְׁכי־שָׁ נָּ֤אְׁאבשָׁ לֹום‬
ַֽ ‫ד־ט‬ ֵ֑ ‫וְׁ ַֽל ֹא־ד ֶבֵּ֧רְׁאבשָׁ לִ֛ ֹוםְׁעם־אמנּ֖ ֹוןְׁלְׁמ ָׁ ֣רעְׁוְׁע‬
‫ פ‬:‫הְׁאתְׁתָׁ ָׁ ִ֥מרְׁאֲחֹ ַֽתֹו‬
ּ֖ ‫ֲשרְׁע ֵָׁ֔נ‬
֣ ֶ ‫אֶ ת־אמנֵ֔ ֹוןְׁעל־דְׁבר֙ ְׁא‬
vêló-dibér avshalóm 'im-amnón lêmerá' vê'ad-tóv; kí-sané avshalom et-
amnón, 'al-dêvar ashér 'ináh, ét tamár ajotó.

Pero Absalón [Abshalom] no habló con Amnón ni para mal ni para bien, pues
Absalón [Abshalom] odiaba a Amnón por haber violado a su hermana Tamar.
(23)
ְׁ‫ֲשר‬ ֹ ַֽ ָּ֤‫וַַֽֽיהי֙ ְׁלשנ ָׁ֣תיםְׁי ֵָׁ֔מיםְׁו ַֽיהי‬
֣ ֶ ‫ּוְׁגזְׁזים֙ ְׁלְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁבְׁבִ֥עלְׁחָׁ ּ֖צֹורְׁא‬
:ְׁ‫עם־אֶ פ ָׁ ֵ֑ריםְׁויק ָׁ ִ֥ראְׁאבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁלְׁכְׁל־בְׁנִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
váihí lishnatáim iamím, vaíhíu gózêzim lêavshalóm, bêvá'al jatzór ashér 'im-
efráim; vaiqrá avshalóm lêjol-bênéi hamélej .

Después de dos años acontenció que Absalón [Abshalom] tenía esquiladores


en Baal-hazor, que está junto a Efraín, e invitó Absalón [Abshalom] a todos
los hijos del rey.
(24)
ְׁ‫ךְׁילְֶך־נָׁ ִ֥א‬
ַֽ ‫ִ֥אְׁגזְׁזּ֖יםְׁלְׁעב ֶ ֵ֑ד‬
ֹ ַֽ ָׁ‫ו ָׁי ָּ֤ב ֹאְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁהנה־נ‬
:‫ְֶךְׁועֲבָׁ ָׁ ּ֖דיוְׁעם־עב ֶ ַֽדך‬
ַֽ ‫ה ֶ ִ֛מל‬
vaiavó avshalom el-hamélej, vaiómer hineh-ná gózêzím lê'avdéja; iélej-ná
hamélej vá'avadáv 'im-'avdéja.

Y Absalón [Abshalom] fue al rey y le dijo: –He aquí que tu siervo tiene
esquiladores. Por favor, que el rey y sus servidores vengan con tu siervo.
(25)
ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁאֶ ל־אבשָׁ ִ֗לֹוםְׁאל־בְׁני֙ ְׁאל־נָׁ ָּ֤אְׁנלְך֙ ְׁ ֻכ ֵָּׁ֔לנּוְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁנכבּ֖ד‬
:‫ץ־בֹוְׁוְׁ ַֽל ֹא־אָׁ ָׁבִ֥הְׁלָׁלֶ ּ֖ כֶתְׁוַַֽֽיבְׁ ְׁר ַֽכהּו‬
ִ֛ ְׁ‫עָׁלֶ ֵ֑יךְׁויפר‬
vaiómer hamélej el-avshalóm al-bêní al-ná nelej kulánu, vêló nijbád 'aléja;
vaifrotz-bó vêló-aváh laléjet váivorêjéhu.

El rey respondió a Absalón [Abshalom]: –No, hijo mío. No iremos todos, para
que no te seamos una carga pesada. Aunque le insistió, él no quiso ir, pero lo
bendijo.
(26)
ְׁ‫אְׁילְֶך־נָׁ ִ֥אְׁא ָׁ ּ֖תנּוְׁאמנ֣ ֹוןְׁאָׁ ֵ֑חיְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁה ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ַֽ ֹ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁ ָׁו ֹּ֕ל‬
:‫לָׁ ִ֥מָׁ הְׁילְּ֖ךְׁע ָׁ ַֽמְך‬

403
13 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer avshalóm, való iélej-ná itánu amnón ají; vaiómer ló hamélej, lámah
ieléj 'imáj.

Entonces dijo Absalón [Abshalom]: –Si no, por favor, que venga con nosotros
mi hermano Amnón. El rey le preguntó: –¿Para qué ha de ir contigo?
(27)
ְׁ‫ץ־בֹוְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁוישלָּ֤חְׁאתֹו֙ ְׁאֶ ת־אמנֵ֔ ֹוןְׁוְׁ ּ֖אתְׁכְׁל־בְׁנִ֥י‬
ּ֖ ְׁ‫ויפר‬
‫ ס‬:‫ה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaifrotz-bó avshalóm; vaishláj itó et-amnón, vêét kol-bênéi hamélej.

Como Absalón [Abshalom] le insistió, dejó ir con él a Amnón y a todos los


hijos del rey.
(28)
ְׁ ֙‫רְׁר ֣אּוְׁ ַ֠ ָׁנאְׁכְׁ ִ֨טֹובְׁלב־אמנָּ֤ ֹוןְׁב ִ֨יין‬
ְׁ ִֹ֗‫ויצוְׁ֩אבשָׁ ִ֨לֹוםְׁאֶ ת־נְׁע ָׁ ָָׁ֜ריוְׁלאמ‬
ְׁ‫ֹואְׁכי‬
ָּ֤ ‫יראּוְׁה ֲִ֗ל‬ ֵ֑ ָׁ ‫ֹוןְׁוהֲמ ֶ ִ֥תםְׁאֹ ּ֖תֹוְׁאל־ת‬
ַֽ ִ֛‫וְׁ ָׁ ַֽאמר ִ֨תיְׁאֲלי ֶָ֜כםְׁהכֵּ֧ ּוְׁאֶ ת־אמנ‬
:‫י־חיל‬ ַֽ ָׁ ‫ּוְׁוהיִ֥ ּוְׁלבנ‬
ַֽ ‫ָׁ ַֽאנֹ כי֙ ְׁצ ּ֣ויתיְׁאֶ ת ֵֶ֔כםְׁחז ּ֖ק‬
vaitzav avshalóm et-nê'aráv lemór rêú ná kêtóv lev-amnón baiáin vêámartí
aleijém hakú et-amnón váhamitém otó al-tiráu; haló kí ánojí tzivíti etjém,
jizqú víhíu livnei-jáil.

Absalón [Abshalom] había dado órdenes a sus criados diciendo: 'Mirad;


cuando el corazón de Amnón esté eufórico por el vino y yo os diga: '¡Herid a
Amnón!', entonces matadle. No temáis. ¿No os lo he mandado yo? Esforzaos,
pues, y sed valientes.'
(29)
‫ֲשרְׁצּוָׁ ּ֖הְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁוי ֻ ָׁ֣קמּוְׁ׀ְׁכְׁל־‬ִ֥ ֶ ‫ֹוןְׁכא‬
ַֽ ֵ֔‫ּוְׁנע ֲָּ֤ריְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁלְׁאמנ‬
ַֽ ‫וַַֽֽיע ֲֵּ֞ש‬
:‫ּוְׁאישְׁעל־פר ּ֖דֹוְׁו ָׁי ֻנַֽסּו‬
ִ֥ ‫בְׁנ֣יְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁוַַֽֽירכְׁ ִ֛ב‬
váia'asú ná'aréi avshalom lêamnón, káashér tziváh avshalóm; vaiaqúmu | kol-
bênéi hamélej váirkêvú ísh 'al-pirdó vaianúsu.

Los criados de Absalón [Abshalom] hicieron con Amnón lo que Absalón


[Abshalom] les había mandado. Entonces se levantaron todos los hijos del rey,
montó cada uno en su mulo, y huyeron.
(30)
ְׁ ֙‫֣הְׁבאָׁ הְׁאֶ ל־דָׁ ּ֖ודְׁלאמֵֹ֑ רְׁהכָׁ ָּ֤הְׁאבשָׁ לֹום‬
ָׁ ֵ֔ ָׁ‫וַַֽֽיהי֙ ְׁה֣מָׁ הְׁב ֵ֔ ֶד ֶרְךְׁוְׁהשְׁמֻע‬
‫ פ‬:‫א־נֹותרְׁמ ֶהּ֖םְׁאֶ ָׁ ַֽחד‬
ִ֥ ֹ ‫אֶ ת־כְׁל־בְׁנ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ַֽל‬
váihí hémah vadérej, vêhashêmu'áh váah, el-davíd lemór; hikáh avshalom et-
kol-bênéi hamélej, vêló-notár mehém ejád.

404
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 13

Estando ellos aún en el camino, llegó a David el rumor que decía: 'Absalón
[Abshalom] ha matado a todos los hijos del rey, y no ha quedado ninguno de
ellos.'
(31)
ְׁ‫֣בְׁארצָׁ הְׁוְׁכְׁל־עֲבָׁ ָׁ ִ֥דיוְׁנצָׁ ּ֖בים‬
ֵ֑ ָׁ ‫ויָׁ ֵַּֽ֧קְׁםְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁויק ִ֥רעְׁאֶ ת־בְׁג ָׁ ָּׁ֖דיוְׁוישכ‬
‫ ס‬:‫קְׁרֻ עִ֥יְׁבְׁג ַָֽׁדים‬
vaiáqom hamélej vaiqrá' et-bêgadáv vaishkáv ártzah; vêjol-'avadáv nitzavím
qêru'éi vêgadím.

El rey se levantó, rasgó sus vestiduras y se echó en el suelo. Y todos sus


servidores que estaban a su lado rasgaron sus vestiduras.
(32)
‫תְׁכל־‬
ְׁ ‫ְׁא‬
֣ ֙‫ֹאמרְׁאֲדֹ ני‬
ָּ֤ ‫ו ִ֡יעןְׁיַֽ ֹונ ָׁ ָׁ֣דבְׁ׀ְׁבֶ ן־שמ ִָׁ֨עהְׁא ֲַֽחי־דָׁ ָ֜ודְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁאל־י‬
ְׁ‫ל־פי‬
ָּ֤ ‫תְׁכי־ע‬ ַֽ ‫ֹוְׁמ‬
ֵ֑ ‫הנְׁע ָָּׁ֤ריםְׁבְׁנַֽי־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁה ֵ֔מיתּוְׁ ַֽכי־אמנִ֥ ֹוןְׁלְׁב ּ֖ד‬
:‫ֹוְׁאתְׁתָׁ ָׁ ִ֥מרְׁאֲחֹ ַֽתֹו‬
ּ֖ ‫הְׁשּומהְׁמיֹום֙ ְׁענֹ ֵ֔ת‬
ָׁ ֵ֔ ‫ְׁהיְׁ ָׁ ֣ת‬
ַֽ ָׁ ֙‫אבשָׁ לֹום‬
vaiá'an íonadáv | ben-shim'áh ají-davíd vaiómer al-iomár adoní ét kol-
hanê'arím bênéi-hamélej hemítu, kí-amnón lêvadó mét; kí-'al-pí avshalom
háiêtáh sumáh, miom 'anotó, ét tamár ajotó.

Entonces intervino Jonadab hijo de Simea, hermano de David, y dijo: –No


crea mi señor que han matado a todos los jóvenes, hijos del rey. Sólo Amnón
ha muerto, porque estaba decidido por orden de Absalón [Abshalom] desde el
día en que Amnón violó a su hermana Tamar.
(33)
ְׁ‫וְׁע ִ֡ ָׁתהְׁאל־יָׁשםְׁ֩אֲדֹ ִ֨ניְׁה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁאֶ ל־לבֹו֙ ְׁדָׁ ָׁב֣רְׁלאמֵֹ֔ רְׁכְׁל־בְׁנִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶך‬
‫ פ‬:‫ֹוְׁמת‬
ַֽ ‫תּוְׁכי־אםְׁ(ְׁ)ְׁאמנִ֥ ֹוןְׁלְׁב ּ֖ד‬ ַֽ ‫ֵ֑מ‬
vê'atáh al-iasem adoní hamélej el-libó davár lemór, kol-bênéi hamélej métu;
kí-m ( ) amnón lêvadó mét.

Por eso, no haga caso mi señor el rey del rumor que dice: 'Todos los hijos del
rey han sido asesinados.' Porque sólo Amnón ha muerto.
(34)
ְׁ‫ם־רב‬
ָ֜ ‫ֶהְׁאֶ ת־עי ֵָׁ֔נוְׁו ִ֗יראְׁוְׁה ִ֨נהְׁע‬
ְׁ֙ ‫ויב ּ֖רחְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁוישֵָּׁ֞ אְׁהנָּ֤ערְׁהצֹ פ‬
:‫ְךְׁאח ָׁ ֲּ֖ריוְׁמצִ֥דְׁהָׁ ָׁ ַֽהר‬
ַֽ ‫הַֹֽ לְׁ ִ֥כיםְׁמ ֶ ִ֛ד ֶר‬
vaivráj avshalóm; vaisá haná'ar hatzofeh et-'eináv, vaiár vêhinéh 'am-ráv
hólêjím midérej ájaráv mitzád hahár.

Y Absalón [Abshalom] huyó. Entre tanto, el criado que hacía de centinela alzó
sus ojos, y he aquí que mucha gente venía por el camino del oeste, por el lado
de la colina.
405
13 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(35)
ְׁ‫ְֶךְׁבֵ֑אּוְׁכדבִ֥רְׁעבדְׁךּ֖ ְׁכִ֥ן‬
ָׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁיַֽ ֹונָׁדָׁ ב֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁהנִ֥הְׁבְׁנַֽי־ה ֶ ּ֖מל‬
:‫הָׁ ָׁיַֽה‬
vaiómer íonadav el-hamélej, hinéh vênéi-hamélej báu; kidvár 'avdêjá kén
haiáh.

Entonces Jonadab dijo al rey: –¡He aquí que llegan los hijos del rey! Como tu
siervo había dicho, así ha sucedido.
(36)
ְׁ‫ְׁבאּוְׁויש ִ֥אּוְׁקֹולָׁ ּ֖םְׁויבכֵ֑ ּו‬ָׁ ֵ֔ ֙‫לתֹוְׁלְׁד ִ֗ברְׁוְׁהנָּ֤הְׁבְׁנַֽי־ה ִ֨ ֶמלְֶך‬ ֣ ‫וי ֣היְׁ׀ְׁכְׁכ‬
:‫וְׁגם־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁוְׁכְׁל־עֲבָׁ ֵ֔ ָׁדיוְׁבָׁ כֹּ֕ ּוְׁבְׁ ּ֖כיְׁג ִָׁ֥דֹולְׁמְׁאַֹֽ ד‬
vaihí | kêjalotó lêdabér vêhinéh vênéi-hamélej báu, vaisú qolám vaivkú;
vêgam-hamélej vêjol-'avadáv, bajú bêjí gadól mêód.

Y sucedió que cuando él acabó de hablar, he aquí que los hijos del rey
llegaron; y alzando la voz, lloraron. También el rey y todos sus servidores
lloraron muy amargamente.
(37)
ְׁ‫ּוד)ְׁמלְֶךְׁגְׁ ֵ֑שּור‬
ֶ֣ ‫יה‬
ּ֖ ‫וְׁאבשָׁ ל֣ ֹוםְׁבָׁ ֵ֔רחְׁויִ֛לְֶךְׁאֶ ל־תל ִ֥מיְׁבֶ ן־עמיחורְׁ(עמ‬
:‫ויתאבִ֥לְׁעל־בְׁנּ֖ ֹוְׁכְׁל־הי ַָֽׁמים‬
vêavshalóm baráj, vaiélej el-talmái ben-'mijvr ('amihúd) mélej gêshúr;
vaitabél 'al-bênó kol-haiamím.

Absalón [Abshalom] huyó y se fue a Talmai hijo de Amijud, rey de Gesur. Y


David lloraba por su hijo todos los días.
(38)
:‫י־שםְׁשָׁ לִ֥ שְׁשָׁ ַֽנים‬
ּ֖ ָׁ ‫וְׁאבשָׁ לִ֥ ֹוםְׁבָׁ ּ֖רחְׁוי֣לְֶךְׁגְׁ ֵ֑שּורְׁוַַֽֽיה‬
vêavshalóm baráj vaiélej gêshúr; váihi-shám shalósh shaním.

Así Absalón [Abshalom] huyó y se fue a Gesur, y estuvo allí tres años.
(39)
‫ֹוםְׁכי־נחִ֥םְׁעל־אמנּ֖ ֹוןְׁכי־‬
ַֽ ֵ֑‫ותְׁכלְׁ֙דָׁ ו֣דְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלָׁצּ֖אתְׁאֶ ל־אבשָׁ ל‬
‫ ס‬:‫ַֽמת‬
vatêjal davíd hamélej, latzét el-avshalóm; kí-nijám 'al-amnón ki-mét.

Y el rey David se consumía por ver a Absalón [Abshalom], porque ya se había


consolado de la muerte de Amnón.

406
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 14

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 14


(1)
:‫עְׁיֹואבְׁבֶ ן־צְׁרֻ יָׁ ֵ֑הְׁכי־לִ֥בְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁעל־אבשָׁ לַֽ ֹום‬
֣ ָׁ ‫ויַּֽ֖ד‬
vaiéda' ioáv ben-tzêruiáh; ki-lév hamélej 'al-avshalóm.

Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia], se dio cuenta de que el corazón del rey
se inclinaba por Absalón [Abshalom].
(2)
ְׁ ָׁ‫רְׁאלֶיה‬ ַ֠ ֶ‫וישלָּ֤חְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁתְׁ ֵ֔קֹועָׁהְׁוי ִ֥קחְׁמ ָׁ ּ֖שםְׁא ָׁ ֣שהְׁ ֲחכ ָׁ ֵָׁ֑מהְׁו ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫י־אבֶ לְׁוְׁאל־תָׁ ִ֨סּוכי֙ ְׁשֵֶ֔ מֶ ןְׁוְׁהָׁ ֹּ֕יית‬ִ֗ ‫ַֽהתְׁאבְׁלי־ ֵָּׁ֞נאְׁוְׁלבשי־נָׁ ֣אְׁבגד‬
:‫ל־מת‬
ַֽ ‫כְׁאשִָׁ֗ הְׁ ֵֶ֚זהְׁי ָׁ֣מיםְׁר ֵ֔ביםְׁמתא ֶ ּ֖בלֶתְׁע‬
vaishláj ioav têqó'ah, vaiqáj mishám isháh jajamáh; vaiómer éleiha hítêabêli-
ná vêlivshi-ná vigdei-ével vêal-tasújí shémen, vêhaít kêisháh zéh iamím
rabím, mitabélet 'al-mét.

Entonces Ioav [Joab] mandó a traer de Tecoa a una mujer sabia, y le dijo: –
Por favor, finge que estás de duelo. Ponte un vestido de luto y no te unjas con
aceite; antes bien, aparenta ser una mujer que hace tiempo guarda luto por
algún muerto.
(3)
‫םְׁיֹואבְׁאֶ ת־‬
ִ֛ ָׁ ֶ‫ּובָׁ את֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁדבִ֥רתְׁאלָׁ ּ֖יוְׁכדָׁ ָׁב֣רְׁהזֶ ֵ֑הְׁויָׁ ֵּ֧ש‬
: ָׁ‫הדְׁבָׁ ּ֖ריםְׁבְׁ ַֽפיה‬
uvat el-hamélej, vêdibárt eláv kadavár hazéh; vaiásem ioáv et-hadêvarím
bêfíha.

Luego entra a la presencia del rey y habla con él de esta manera... Y Ioav
[Joab] puso las palabras en su boca.
(4)
ְׁ‫ְׁארצָׁ ה‬
ּ֖ ָׁ‫רְׁהא ָׁ ָּ֤שהְׁהתְׁקֹ עית֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁות ֵּ֧ ֹפלְׁעל־אפֶ ִ֛יה‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ַ֠ות ֹאמ‬
‫ ס‬:‫הֹושעָׁהְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ִ֥ ְׁ‫ותש ָׁ ֵ֑תחּוְׁו ּ֖ת ֹאמֶ ר‬
vátomer háisháh hatêqo'it el-hamélej, vatipól 'al-apéiha ártzah vatishtáju;
vatómer hoshí'ah hamélej.

Aquella mujer de Tecoa vino al rey, se postró en tierra sobre su rostro


haciendo reverencia y dijo: –¡Socórreme, oh rey!
(5)
ְׁ‫ִ֥הְׁאניְׁויָׁ ִ֥מָׁ ת‬
ּ֖ ָׁ ָׁ‫ו ַֽי ֹאמֶ ר־לָׁ ִּ֥הְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁמה־ּלָׁ ְֵ֑ךְׁו ִ֗ת ֹאמֶ רְׁא ֲָׁבִ֛לְׁא ָׁ ַֽשה־אלמָׁ נ‬
:‫ישי‬ַֽ ‫א‬
407
14 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiómer-láĥ hamélej mah-láj; vatómer avál isháh-almanáh áni vaiámat ishí.

El rey le preguntó: –¿Qué te pasa? Ella respondió: –¡Ay de mí! Soy una mujer
viuda; mi marido ha muerto.
(6)
ְׁ‫יהֵ֑ם‬
ֶ ‫ילְׁבינ‬
ַֽ ‫ּולשפ ָׁ ַֽחתְׁך֙ ְׁשְׁנ֣יְׁבָׁ ֵ֔ניםְׁוינ ָָּׁ֤צּוְׁשְׁניהֶ ם֙ ְׁבשָׁ ֵ֔ ֶדהְׁוְׁ ִ֥איןְׁמ ּ֖צ‬
:‫ת־האֶ ָׁחּ֖דְׁויָׁ ִ֥מֶ תְׁאֹ ַֽתֹו‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ֹוְׁהאֶ ָׁחִ֛דְׁא‬
ַֽ ָׁ ֵּ֧‫ויכ‬
ulshifjátêjá shênéi vaním, vainatzú shêneihem basadéh, vêéin matzíl
béineihém; vaiakó háejád et-háejád vaiámet otó.

Tu sierva tenía dos hijos. Pero los dos pelearon en el campo, y no habiendo
quien los separase, el uno hirió al otro y lo mató.
(7)
ְׁ‫הְׁכל־המשפ ָ֜ ָָׁׁחהְׁעל־שפחָׁ ִ֗ ֶתךְׁו ַֽי ֹאמְׁרּו֙ ְׁתְׁנ֣יְׁ׀ְׁאֶ ת־מכ֣ה‬ ַֽ ָׁ ָׁ‫ְׁ֩קמ‬
ָׁ ִ֨ ‫וְׁהנה‬
ְׁ‫יֹורש‬
ֵ֑ ‫ֲשרְׁהָׁ ָׁ ֵ֔רגְׁוְׁנש ּ֖מידָׁ הְׁג֣םְׁאֶ ת־ה‬ ֣ ֶ ‫אָׁ ִ֗חיוְּׁונמ ִ֨תהּו֙ ְׁבְׁנֶ ָּ֤פֶשְׁאָׁ חיו֙ ְׁא‬
ְׁ‫יְׁשם‬
ִ֥ ‫יש‬ ִ֛ ‫ֲשרְׁנש ֵ֔ ָׁא ָׁרהְׁלְׁבל ֵּ֧תיְׁשום־ְׁ(שים־)ְׁלְׁא‬ ֣ ֶ ‫וְׁכ ִ֗בּוְׁאֶ ת־גַֽחלתי֙ ְׁא‬
‫ פ‬:‫ִ֥יְׁהאֲדָׁ ָׁ ַֽמה‬
ַֽ ָׁ ‫ּושא ּ֖ריתְׁעל־פְׁנ‬
vêhineh qámah jál-hamishpajáh 'al-shifjatéja vaiómêrú têní | et-makéh ajív
unmitéhú bênéfesh ajiv ashér harág, vênashmídah gám et-haiorésh; vêjibú et-
gájaltí ashér nishárah, lêviltí svm- (sim-) lêishí shém usherít 'al-pênéi
háadamáh.

Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo:


'¡Entrega al que mató a su hermano, para que lo matemos por la vida de su
hermano a quien mató, y destruyamos también al heredero!' ¡Así extinguirán
el carbón encendido que me queda, no dejando a mi marido nombre ni
descendencia sobre la tierra!
(8)
:‫ְךְׁואֲנּ֖יְׁאֲצּוֶ ִ֥הְׁע ָׁ ַָֽׁליְך‬
ַֽ ‫ית‬ ֵ֑ ‫ל־הא ָׁ ּ֖שהְׁלְׁ ֣כיְׁלְׁב‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁא‬
vaiómer hamélej el-háisháh lêjí lêveitéj; váaní atzavéh 'aláij.

Entonces el rey dijo a la mujer: –Ve a tu casa, que yo me ocuparé de tu caso.


(9)
‫רְׁהא ָׁ ָּ֤שהְׁהתְׁקֹועית֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁע ֵָּׁ֞ליְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁהֶ עְָֹּׁׁ֖וןְׁוְׁעל־‬ ַֽ ָׁ ֶ‫ו ָ֜ת ֹאמ‬
‫ ס‬:‫ב֣יתְׁאָׁ ֵ֑ביְׁוְׁה ֶ ִ֥מלְֶךְׁוְׁכס ּ֖אֹוְׁנ ַָֽׁקי‬
vatómer háisháh hatêqo'it el-hamélej, 'alái adoní hamélej he'avón vê'al-béit
aví; vêhamélej vêjisó naqí.

Y la mujer de Tecoa dijo al rey: –¡Oh mi señor el rey, sea la culpa sobre mí y
sobre mi casa paterna! Pero el rey y su trono sean sin culpa.
408
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 14

(10)
ְׁ‫אתֹוְׁא ֵ֔ליְׁוְׁ ַֽל ֹא־יֹ ִ֥סיףְׁעּ֖ ֹודְׁלָׁגִ֥עת‬
֣ ‫ְֶךְׁהמְׁדבָּ֤רְׁא ִ֨ליְך֙ ְַֽׁוהֲב‬
ַֽ ‫ו ּ֖י ֹאמֶ רְׁה ֶ ֵ֑מל‬
:‫ָׁ ַֽבְך‬
vaiómer hamélej; hámêdabér eláij váhavetó elái, vêló-iosíf 'ód lagá'at báj.

El rey dijo: –Al que hable contra ti, tráelo a mí; y no te molestará más.
(11)
ְׁ)‫יךְׁמהרביתְׁ(מהר ֵּ֞בת‬
ַֽ ‫ֱלה‬
ֶ ִ֗ ‫ות ֹאמֶ רְׁ֩יזכְׁר־ ִָׁ֨נאְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁאֶ ת־יהוָׁ ֣הְׁא‬
ְׁ‫גֹ ָּ֤אלְׁהדָׁ ם֙ ְׁלְׁש ֵ֔חתְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁיש ּ֖מידּוְׁאֶ ת־בְׁנֵ֑יְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁחי־יה ֵ֔ ָׁוהְׁאם־י ִ֛ ֹפל‬
:ְׁ‫ְַֽךְׁא ְׁרצָׁ ה‬
ַֽ ָׁ ‫מ ַֽשע ֲִ֥רתְׁבְׁ ּ֖נ‬
vatomer izkor-ná hamélej et-Adonai elohéja mhrvit (méharbát) goél hadam
lêshajét, vêló iashmídu et-bêní; vaiómer jai-Adonai, im-ipól misá'arát bênéj
árêtzah .

Entonces ella dijo: –Acuérdate, por favor, oh rey, del Eterno tu Elohim, para
que el vengador de la sangre no siga destruyendo, no sea que destruya a mi
hijo. Él respondió: –¡Vive el Eterno, que no caerá en tierra ni un cabello de la
cabeza de tu hijo!
(12)
ְׁ‫ְׁהאשֵָׁ֔ הְׁתְׁדבֶ ר־נָׁ ֵּ֧אְׁשפ ָׁ ַֽחתְׁךִ֛ ְׁאֶ ל־אֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁדָׁ ָׁבֵ֑רְׁו ּ֖י ֹאמֶ ר‬
ַֽ ָׁ ֙‫ו ִ֨ת ֹאמֶ ר‬
‫ ס‬:‫ד ַֽברי‬
vatómer háisháh, têdaber-ná shifjátêjá el-adoní hamélej davár; vaiómer
dabéri.

Dijo la mujer: –Por favor, permite que tu sierva diga una palabra a mi señor el
rey. Él dijo: –Habla.
(13)
ְׁ‫ֱלהיםְּׁומד ִ֨בר‬ ֵ֑ ‫ְׁהאשֵָׁ֔ הְׁוְׁלָׁ ֵּ֧מָׁ הְׁחָׁ ִ֛שבתָׁ הְׁ ָׁכ ּ֖ז ֹאתְׁעל־ע֣םְׁא‬ַֽ ָׁ ֙‫ו ִ֨ת ֹאמֶ ר‬
:ְׁ‫ְֶךְׁאת־נדְׁ ַֽחֹו‬
ַֽ ֶ ‫ה ָ֜ ֶמלְֶךְׁהדָׁ ָׁבָּ֤רְׁהזֶה֙ ְׁכְׁאָׁ ֵ֔שםְׁלְׁבל ִ֛תיְׁהָׁ ִ֥שיבְׁה ֶ ּ֖מל‬
vatómer háisháh, vêlámah jashávtah kazót 'al-'ám elohím; umidabér hamélej
hadavár hazeh kêashém, lêviltí hashív hamélej ét-nidêjó .

Entonces dijo la mujer: –¿Por qué, pues, piensas de este modo contra el
pueblo de Elohim? Cuando el rey dice estas palabras, se culpa a sí mismo, por
cuanto el rey no hace volver a su desterrado.
(14)
ְׁ‫ֲשרְׁ ֣ל ֹאְׁיַֽאָׁ ֵ֑ספּוְׁוְׁ ַֽל ֹא־י ָׁ ָּ֤שא‬ּ֖ ֶ ‫יםְׁארצָׁ הְׁא‬
ֵ֔ ‫י־מֹותְׁנ ֵָׁ֔מּותְׁוְׁכ ִ֨מים֙ ְׁהנג ָׁ֣ר‬֣ ‫כ‬
:ְׁ‫ְׁמחֲשָׁ ֵ֔בֹותְׁלְׁבל ִ֛תיְׁי ִ֥דחְׁמ ֶ ּ֖מנּוְׁנ ָׁ ַֽדח‬
ַֽ ֙‫אֱלהים֙ ְׁ ֵֶ֔נ ֶפשְׁוְׁחָׁ שב‬
409
14 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

ki-mót namút, vêjamáim hanigarím ártzah, ashér ló iéaséfu; vêló-isá elohim


néfesh, vêjashav májashavót, lêviltí idáj miménu nidáj .

A la verdad, todos hemos de morir; somos como el agua derramada en la


tierra, que no se puede recoger. Pero Elohim no quita la vida, sino que busca
la manera de que el desterrado no quede desterrado de él.
(15)
ְׁ‫הְׁכי‬ ִ֥ ‫ר־באתיְׁלְׁד ִ֨ברְׁאֶ ל־ה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁאֲדֹ ני֙ ְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁה ֵֶ֔ז‬ ָׁ ָ֜ ֶ‫ְַׁ֠ועתָׁ הְׁאֲש‬
ְׁ‫ִ֛יְׁיע ֶ ֲִ֥שה‬
ַֽ ‫ַֽראֻ ּ֖ניְׁהָׁ עָׁ ֵ֑םְׁו ָּ֤ת ֹאמֶ רְׁשפ ָׁ ַֽחתְׁך֙ ְׁאֲדבְׁ ָׁרה־נָׁ ֣אְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁאּול‬
ְׁ ‫ַֽי‬
:‫ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ת־דְׁבִ֥רְׁאֲמָׁ ַֽתֹו‬
vê'atah asher-báti lêdabér el-hamélej adoní et-hadavár hazéh, kí iérêúni ha'ám;
vatómer shifjátêjá adabêrah-ná el-hamélej, ulái iá'aséh hamélej et-dêvár
amató.

He venido ahora para decir esto a mi señor el rey, porque el pueblo me ha


atemorizado. Pero tu sierva pensó: Hablaré al rey; quizás él haga lo que su
sierva le diga.
(16)
ְׁ‫ֵ֚כיְׁישְׁ ֣מעְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלְׁה ִ֥צילְׁאֶ ת־אֲמָׁ ּ֖תֹוְׁמכ֣ףְׁהָׁ ֵ֑אישְׁלְׁהש ִ֨מידְׁאֹ ָּ֤תי‬
:ְׁ‫ֱלהים‬
ַֽ ‫דְׁמנחֲלּ֖תְׁא‬ ַֽ ‫וְׁאֶ ת־בְׁני֙ ְֵׁ֔יח‬
kí ishmá' hamélej, lêhatzíl et-amató mikáf haísh; lêhashmíd otí vêet-bêní
iájad, mínajalát elohím .

Porque el rey me oirá para librar a su sierva de mano del hombre que busca
destruirme a mí juntamente con mi hijo, de la heredad de Elohim.
(17)
ְׁ‫ֵ֑הְׁכיְׁ׀ְׁכְׁמל ֣אְך‬
֣ ‫ו ִ֨ת ֹאמֶ ר֙ ְׁשפ ָׁח֣ת ֵ֔ך ְַֽׁיהיֶה־נָׁ ִ֛אְׁדְׁבר־אֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁלמנ ָֻׁח‬
ְׁ‫ֱלהּ֖יךְׁיְׁ ִ֥הי‬
ֶ ‫ֱלהיםְׁכ֣ןְׁאֲדֹ נָּ֤יְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁלשמִֹ֨ ֙עְׁה ּ֣טֹובְׁוְׁהָׁ ָׁ ֵ֔רעְׁוַֽיהוָׁ ִ֥הְׁא‬
ִ֗ ‫ָׁ ַֽהא‬
‫ פ‬:ְׁ‫ע ָׁ ַֽמְך‬
vatómer shifjátjá, íhieh-ná dêvar-adoní hamélej limnujáh; kí | kêmaláj
háelohím kén adoní hamélej lishmó'á hatóv vêhará', váAdonai elohéja iêhí
'imáj .

Dice, pues, tu sierva: ¡Que sea de alivio la respuesta de mi señor el rey,


porque como un enviado de Elohim es mi señor el rey para discernir lo bueno
y lo malo! ¡Que el Eterno tu Elohim sea contigo!
(18)
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֥ ֶ ‫ל־ה֣אשֵָׁ֔ הְׁאל־ ִָׁ֨נאְׁתְׁ ַֽכח ֲָּ֤דיְׁמ ִ֨ ֶמני֙ ְׁדָׁ ֵ֔ ָׁברְׁא‬ ָׁ ֶ‫וי֣עןְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁא‬
:‫ְׁהאשֵָׁ֔ הְׁיְׁדבֶ ר־נָׁ ּ֖אְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬ ַֽ ָׁ ֙‫ָׁ ַֽאנֹ ּ֖כיְׁשֹ ֣אלְׁאֹ ָׁ ֵ֑תְךְׁו ִ֨ת ֹאמֶ ר‬
410
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 14

vaiá'an hamélej vaiómer el-háisháh, al-ná têjájadí miméní davár, ashér ánojí
shoél otáj; vatómer háisháh, iêdaber-ná adoní hamélej.

Entonces el rey respondió y dijo a la mujer: –Por favor, no me encubras nada


de lo que te voy a preguntar. La mujer dijo: –Hable mi señor el rey.
(19)
‫רְׁחי־‬ ַֽ ֶ‫ןְׁהא ָׁ ֣שהְׁו ִ֡ת ֹאמ‬ ַֽ ָׁ ‫ל־ז ֹאתְׁו ֣תע‬ ֵ֑ ְׁ‫ִ֥דְׁיֹואבְׁא ָׁ ּ֖תְךְׁבְׁכ‬
ִ֛ ָׁ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁהֲי‬
ְׁ ֙‫ם־אשְׁ׀ְׁלְׁה ֣מיןְּׁולהש ִ֗מילְׁמ ָּ֤ ֹכלְׁאֲשֶ ר־דבֶ ר‬ ֣ ‫נפשְׁךְׁ֩אֲדֹ ִ֨ניְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁא‬
ְׁ‫ְׁאת‬ ִ֥ ‫ְֶךְׁכי־עבדְׁךָּ֤ ְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁ֣הּואְׁצ ֵ֔ ָּׁוניְׁוְׁ ִ֗הּואְׁשֵָׁ֚ םְׁבְׁ ֣פיְׁשפ ָׁ ַֽח ְׁת ֵ֔ך‬
ַֽ ‫אֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמל‬
:‫כְׁל־הדְׁבָׁ ּ֖ריםְׁהָׁ ַֽאּלֶה‬
vaiómer hamélej, haiád ioáv itáj bêjol-zót; vatá'an háisháh vatómer jéi-
nafshêjá adoní hamélej im-ísh | lêhemín ulhasmíl mikól asher-diber adoní
hamélej, kí-'avdêjá ioav hú tziváni, vêhú sám bêfí shifjátêjá, ét kol-hadêvarím
haéleh.

El rey preguntó: –¿No está contigo la mano de Ioav [Joab] en todo esto? La
mujer respondió y dijo: –¡Vive tu alma, oh mi señor el rey! Nadie se podrá
desviar ni a la derecha ni a la izquierda de todo lo que habla mi señor el rey.
Ciertamente fue Ioav [Joab] tu servidor quien me mandó. Él puso todas estas
palabras en boca de tu sierva.
(20)
ְׁ‫ְׁיֹואבְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁהזֶ ֵ֑ה‬
ּ֖ ָׁ ִ֥‫ָׁשהְׁעבדְׁך‬ ִ֛ ָׁ ‫לְׁ ַֽבע ֲָּ֤בּורְׁסבב֙ ְׁאֶ ת־פְׁנ֣יְׁהדָׁ ֵ֔ ָׁברְׁע‬
ְׁ‫ֲשרְׁבָׁ ָׁ ַֽא ֶרץ‬
ִ֥ ֶ ‫תְׁאת־כְׁל־א‬ ַֽ ֶ ‫ֱלהיםְׁל ָּׁ֖דע‬
ֵ֔ ‫ְךְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫וַֽאדֹ נ֣יְׁחָׁ ִָׁ֗כםְׁכְׁחְׁכמת֙ ְׁמל ֣א‬
‫ס‬:
lêvá'avúr sabev et-pênéi hadavár, 'asáh 'avdêjá ioáv et-hadavár hazéh; vádoní
jajám kêjojmat maláj háelohím, ladá'at ét-kol-ashér baáretz .

Ioav [Joab], tu servidor, hizo esto para cambiar la situación presente. Pero mi
señor es sabio, conforme a la sabiduría de un enviado de Elohim, para conocer
todo lo que hay en la tierra.
(21)
ְׁ‫ל־יֹואבְׁהנה־נָׁ ִ֥אְׁע ָּׁ֖שיתיְׁאֶ ת־הדָׁ ָׁב֣רְׁהזֶ ֵ֑הְׁוְׁלְִ֛ךְׁהָׁ ִ֥שב‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁא‬
:‫אֶ ת־הנּ֖ערְׁאֶ ת־אבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaiómer hamélej el-ioáv, hineh-ná 'asíti et-hadavár hazéh; vêléj hashév et-
haná'ar et-avshalóm.

Entonces el rey dijo a Ioav [Joab]: –He aquí, yo concedo esto: Ve y haz volver
al joven Absalón [Abshalom].

411
14 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(22)
ְׁ‫ִ֥יוְׁארצָׁ הְׁויש ּ֖תחּוְׁוי ָׁב ֶ֣רְךְׁאֶ ת־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁו ֣י ֹאמֶ ר‬ ִ֛ ָׁ‫ְׁיֹואבְׁאֶ ל־פָׁנ‬ ָׁ ִ֨ ֩ ‫ויפֹ ל‬
‫יֹואבְׁהיֹוםְׁ֩י ִָׁ֨דעְׁעבדְׁ ָ֜ך ְַֽׁכי־מָׁ ִ֨ ָׁצאתיְׁחָּ֤ןְׁבְׁעי ִֶ֨ניך֙ ְׁאֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁאֲשֶ ר־‬ ָׁ ִ֡
:)‫ָׁשהְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ת־דְׁבִ֥רְׁעבדוְׁ(עב ֶ ַֽדך‬ ִ֥ ָׁ ‫ע‬
vaipol ioáv el-panáv ártzah vaishtáju vaivárej et-hamélej; vaiómer ioáv haiom
iadá' 'avdêjá kí-matzáti jén bê'einéjá adoní hamélej, asher-'asáh hamélej et-
dêvár 'vdv ('avdéja).

Ioav [Joab] se postró en tierra sobre su rostro, y haciendo reverencia, bendijo


al rey. Entonces dijo Ioav [Joab]: –Hoy ha entendido tu siervo que ha hallado
gracia ante tus ojos, oh mi señor el rey, pues el rey ha concedido la petición de
su siervo.
(23)
‫ ס‬:‫םְׁיֹואבְׁוי֣לְֶךְׁגְׁ ֵ֑ש ָּׁורהְׁויָׁבִ֥אְׁאֶ ת־אבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ויָׁ ִַֽ֥ק‬
vaiáqom ioáv vaiélej gêshúrah; vaiavé et-avshalóm iêrúshaláim.

Entonces Ioav [Joab] se levantó, fue a Gesur y trajo a Absalón [Abshalom] a


Ierushalaim [Jerusalén].
(24)
‫יתֹוְּׁופָׁנּ֖יְׁ ֣ל ֹאְׁיר ֶ ֵ֑אהְׁויסָֹּ֤ בְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁאֶ ל־‬
ֵ֔ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁיסֹ֣ בְׁאֶ ל־ב‬
‫ ס‬:‫אְׁר ָׁ ַֽאה‬
ָׁ ֹ ‫ְֶךְׁל‬
ִ֥ ‫יתֹוְּׁופנִ֥יְׁה ֶ ּ֖מל‬ ֵ֔ ‫ב‬
vaiómer hamélej isóv el-beitó, ufanái ló iréh; vaisóv avshalom el-beitó, ufnéi
hamélej ló raáh.

Pero el rey dijo: –Que se vaya a su casa y no vea mi cara. Así que Absalón
[Abshalom] se fue a su casa, y no vio la cara del rey.
(25)
ְׁ‫ּוכאבשָׁ ִ֗לֹוםְׁ ַֽל ֹא־הָׁ יָׁ ֵּ֧הְׁאיש־יָׁפֶ ִ֛הְׁבְׁכְׁל־יש ָׁר ּ֖אלְׁלְׁהּל֣לְׁמְׁאֵֹ֑ דְׁמכָּ֤ף‬
:‫ֹוְׁמּום‬
ַֽ ‫ָׁהְׁב‬
ּ֖ ‫ֹא־הי‬
ִ֥ ָׁ ‫רגלֹו֙ ְׁוְׁע֣דְׁקְׁדקְׁדֵ֔ ֹוְׁל‬
ujavshalóm ló-haiáh ish-iaféh bêjol-israél lêhalél mêód; mikáf ragló vê'ád
qodqodó, lo-háiah vó múm.

En todo Israel no había un hombre tan alabado por su belleza como Absalón
[Abshalom]. Desde la planta de su pie hasta su coronilla, no había defecto en
él.
(26)
ְׁ‫ֲשרְׁיְׁג ֵּ֔לח ְַֽׁכי־כָׁבִ֥ד‬ ֣ ֶ ‫ְׁ֒והָׁ יָׁהְׁמ ִ֨קץְׁי ָָּׁ֤מיםְׁ׀ְׁליָׁמים֙ ְׁא‬
ְַֽׁ ַ֠ ‫ּוַֽ בגּלְׁחֹוְׁ֮אֶ ת־ר ֹאשֹו‬
:‫אתיםְׁשְׁקָׁ ּ֖ליםְׁבְׁ ֶ ִ֥אבֶ ןְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬ ִ֥ ָׁ‫ֹאשֹוְׁמ‬
ֵ֔ ‫עָׁלָׁ ּ֖יוְׁוְׁגּלְׁ ֵ֑חֹוְׁוְׁשָׁ קלְׁ֙אֶ ת־שְׁע֣רְׁר‬

412
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 14

úvgalêjó et-roshó vêhaiah miqétz iamím | laiamim ashér iêgaléaj, kí-javéd


'aláv vêgilêjó; vêshaqal et-sê'ár roshó, matáim shêqalím bêéven hamélej.

Cuando se cortaba el cabello [cosa que hacía al final de cada año porque le era
pesado, y por ello se lo cortaba], el cabello de su cabeza pesaba 200 siclos de
peso real.
(27)
ְׁ‫רְׁהיא‬
֣ ‫לֹושהְׁבָׁ ֵ֔ניםְּׁובִ֥תְׁאחּ֖תְּׁוש ָׁ ֣מּהְׁתָׁ ָׁ ֵ֑מ‬
֣ ָׁ ְׁ‫וי ָּׁוַֽלְׁ ָּ֤דּוְׁלְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁש‬
‫ פ‬:‫ָׁ ַֽהיְׁ ֵ֔ ָׁתהְׁא ָׁ ּ֖שהְׁיְׁפִ֥תְׁמר ֶ ַֽאה‬
vaiválêdú lêavshalom shêlosháh vaním, uvát aját ushmáĥ tamár; hí háiêtáh,
isháh iêfát maréh.

A Absalón [Abshalom] le nacieron tres hijos y una hija, que se llamaba


Tamar. Ella era una mujer hermosa.
(28)
:‫אְׁר ָׁ ַֽאה‬
ָׁ ֹ ‫ויֵּ֧שֶ בְׁאבשָׁ לִ֛ ֹוםְׁב ַֽירּושָׁ ּ֖לםְׁשְׁנ ָׁ֣תיםְׁי ֵָׁ֑מיםְּׁופנִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁ ִ֥ל‬
vaiéshev avshalóm birúshaláim shênatáim iamím; ufnéi hamélej ló raáh.

Durante dos años estuvo Absalón [Abshalom] en Ierushalaim [Jerusalén] y no


vio la cara del rey.
(29)
ְׁ‫ל־יֹואבְׁלשלָּ֤ חְׁאֹ תֹו֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ָׁבּ֖הְׁל ָׁ֣בֹוא‬ ָׁ ִ֗ ֶ‫ויש ִ֨לחְׁאבשָׁ ָ֜לֹוםְׁא‬
:‫אלָׁ ֵ֑יוְׁוישלִ֥חְׁעֹוד֙ ְׁש ֵ֔ניתְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ָׁבּ֖הְׁל ַָֽׁבֹוא‬
vaishláj avshalóm el-ioáv lishlóaj otó el-hamélej, vêló aváh lavó eláv; vaishláj
'od shenít, vêló aváh lavó.

Y Absalón [Abshalom] mandó llamar a Ioav [Joab] para enviarlo al rey, pero
Ioav [Joab] no quiso venir a él. Lo mandó llamar por segunda vez, pero él no
quiso venir.
(30)
ְׁ‫לֹו־שםְׁשְׁעֹ ֵ֔ריםְׁלְׁכּ֖ ּו‬
֣ ָׁ ְׁ‫תְׁיֹואבְׁאֶ ל־יָׁדי֙ ְׁו‬
ָּ֤ ָׁ ‫יוְׁראּוְׁ֩חֶ ל ִ֨ק‬
ְׁ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאֶ ל־עֲבָׁ ָ֜ ָׁד‬
ְׁ‫יתּוהָׁ )ְׁבָׁ ֵ֑אשְׁוי ָ֜צתּוְׁעב ֵּ֧דיְׁאבשָׁ לִ֛ ֹוםְׁאֶ ת־החֶ ל ָׁ ּ֖קה‬
֣ ‫והוצתיהְׁ(וְׁהצ‬
‫ פ‬:‫בָׁ ַֽאש‬
vaiómer el-'avadáv rêú jelqát ioáv el-iadí vêlo-shám sê'orím, lêjú vhvtztih
(vêhatzitúha) vaésh; vaiatzítu 'avdéi avshalóm et-hajelqáh baésh.

Entonces Absalón [Abshalom] dijo a sus siervos: –Mirad, la parcela de Ioav


[Joab] está junto a la mía, y allí él tiene cebada. Id y prendedle fuego. Los
siervos de Absalón [Abshalom] prendieron fuego a la parcela.

413
14, 15 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(31)
ְׁ‫םְׁיֹואבְׁו ָׁי ִ֥ב ֹאְׁאֶ ל־אבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁה ָׁבֵ֑יתָׁ הְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁא ֵָׁ֔ליוְׁלָׁ ֣מָׁ הְׁה ֵּ֧ציתּו‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫ויָׁ ַֽ֣ק‬
:‫ר־ליְׁבָׁ ַֽאש‬
ּ֖ ֶ‫עֲבָׁ ֶ ִ֛דיךְׁאֶ ת־החֶ ל ָׁ ִ֥קהְׁאֲש‬
vaiáqom ioáv, vaiavó el-avshalóm habáitah; vaiómer eláv, lámah hitzítu
'avadéja et-hajelqáh asher-lí baésh.

Entonces Ioav [Joab] se levantó, fue a la casa de Absalón [Abshalom] y le


preguntó: –¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi parcela?
(32)
ְׁ‫אְׁהנָׁה‬
ַ֠ ֹ ‫ל־יֹואבְׁהנ֣הְׁשָׁ ל֣חתיְׁאלֶ ֣יךְׁ׀ְׁלאמִֹ֡ רְׁ ֣ב‬ ָׁ ִ֡ ֶ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁאבשָׁ ל֣ ֹוםְׁא‬
ְׁ‫יְׁעד‬
ֹ ֣ ‫ֹובְׁל‬
ּ֖ ‫ּורְׁט‬ ִ֥ ‫הְׁבאתי֙ ְׁמגְׁ ֵ֔ש‬ ָׁ ִ֨ ָׁ‫וְׁאֶ שלְׁחָׁ הְׁ֩אַֹֽ תְׁ ִ֨ךְׁאֶ ל־ה ָ֜ ֶמלְֶךְׁלאמִֹ֗ רְׁלָׁ ָּ֤מ‬
:‫ןְׁוהֱמ ָׁ ַֽתני‬
ַֽ ֶ ‫ֶש־ביְׁעְָֹּׁׁ֖ו‬
ִ֥ ‫י־שםְׁוְׁע ִ֗ ָׁתהְׁאֶ ראֶ ה֙ ְׁפְׁנ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁאם־י‬ ֵ֑ ָׁ ‫אֲנ‬
vaiómer avshalóm el-ioáv hinéh shalájti eléja | lemór bó hénah vêeshlêjah
ótêjá el-hamélej lemór lámah bátí migêshúr, tóv lí 'ód ani-shám; vê'atáh ereh
pênéi hamélej, vêim-iesh-bí 'avón véhemitáni.

Absalón [Abshalom] respondió a Ioav [Joab]: –He aquí, yo envié por ti


diciendo: 'Ven acá para que te envíe al rey y le digas: '¿Para qué vine de
Gesur? Mejor me hubiera sido quedar aún allá.'' Ahora pues, quiero ver la cara
del rey; y si hay culpa en mí, que me haga morir.
(33)
‫אְׁיֹואבְׁאֶ ל־המֶ לְֶך֮ ְׁויגֶד־לֹוְׁ֒ויק ָׁ ָּ֤ראְׁאֶ ל־אבשָׁ לֹום֙ ְׁוי ָׁ֣ב ֹאְׁאֶ ל־‬
֣ ָׁ ֹ ‫ו ָׁי ִ֨ב‬
ְׁ‫ִ֛יוְׁארצָׁ הְׁלפנ֣יְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁוי ִ֥שקְׁה ֶ ּ֖מלְֶך‬
ּ֖ ָׁ‫ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁויש ִ֨תחּוְׁלֵּ֧ ֹוְׁעל־אפ‬
‫ ס‬:‫לְׁאבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaiavó ioáv el-hamelej vaiaged-ló vaiqrá el-avshalom vaiavó el-hamélej,
vaishtáju ló 'al-apáv ártzah lifnéi hamélej; vaisháq hamélej lêavshalóm.

Ioav [Joab] fue al rey y se lo informó. Entonces llamó a Absalón [Abshalom],


el cual vino al rey y se postró sobre su rostro en tierra ante él. Y el rey besó a
Absalón [Abshalom].

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 15


(1)
ְׁ‫יםְׁאיש‬
ּ֖ ‫יםְׁוחֲמ ִ֥ש‬
ַֽ ‫יְׁכןְׁויָּ֤עשְׁלֹו֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁמֶ רכ ָָׁׁבּ֖הְׁוְׁס ֵֻ֑ס‬
ֵ֔ ‫וַַֽֽיהי֙ ְׁמ ֣אחֲר‬
:‫ָׁר ִ֥ציםְׁלְׁפ ָָׁׁנַֽיו‬

414
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 15

váihí meájarei jén, vaiá'as ló avshalóm, merkaváh vêsusím; vájamishím ísh


ratzím lêfanáv.

Aconteció después de esto que Absalón [Abshalom] consiguió un carro,


caballos y cincuenta hombres que corriesen delante de él.
(2)
ְׁ‫ּ֖דְׁד ֶרְךְׁה ָׁ ֵ֑שערְׁוי ִ֡היְׁכְׁל־הָׁ ֣איש‬
֣ ֶ ‫וְׁהשכים֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁוְׁע ָֹּׁ֕מדְׁעל־י‬
ְׁ‫ר־יהיֶה־ּלֹו־ריבְׁ֩לָׁבִ֨ ֹואְׁאֶ ל־ה ָ֜ ֶמלְֶךְׁלמש ִָׁ֗פטְׁויק ָׁ ִ֨ראְׁאבשָׁ לָּ֤ ֹום‬ ַֽ ‫ֲש‬ ַֽ ֶ ‫א‬
ְׁ‫רְׁמאחִ֥דְׁשב ַֽטי־יש ָׁר ּ֖אל‬ ַֽ ֶ‫ְׁאתָׁ הְׁו ֹּ֕י ֹאמ‬
ֵ֔ ֙‫רְׁאי־מזֶ ִ֥הְׁעיר‬
ַֽ ֶ‫אלָׁיו֙ ְׁו ִ֗י ֹאמ‬
:ְׁ‫עב ֶ ַֽדך‬
vêhishkim avshalóm, vê'amád 'al-iád dérej hashá'ar; vaihí kol-haísh ashér-
íhieh-lo-riv lavó el-hamélej lamishpát vaiqrá avshalóm elav vaiómer éi-mizéh
'ir átah, vaiómer méajád shivtéi-israél 'avdéja .

Absalón [Abshalom] se levantaba muy de mañana y se ponía de pie a un lado


del camino que conduce a la puerta de la ciudad, y a todo el que tenía pleito e
iba a juicio ante el rey, Absalón [Abshalom] le llamaba y preguntaba: –¿De
qué ciudad eres? Él respondía: –Tu siervo es de una de las tribus de Israel...
(3)
ְׁ ּ֖‫יךְׁטֹוביםְּׁונכֹ ֵ֑חיםְׁוְׁשֹ ִ֥מעְׁאין־לְׁך‬
֣ ‫ֹוםְׁר ִ֥אהְׁדְׁבָׁ ֶ ּ֖ר‬
ְׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאלָׁיו֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔ל‬
:‫מ ִ֥אתְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaiómer elav avshalóm, rêéh dêvaréja tovím unjojím; vêshomé'a ein-lêjá meét
hamélej.

Entonces Absalón [Abshalom] le decía: –Mira, tu causa es buena y justa. Pero


no tienes quién te oiga de parte del rey.
(4)
ְׁ‫ל־איש‬
ִ֛ ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁ ַֽמי־יְׁש ִ֥מניְׁשֹ פּ֖טְׁבָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁוְׁע ִָׁ֗ליְׁי ִָׁ֛בֹואְׁכ‬
:ְׁ‫ֶה־ּלֹו־ריבְּׁומשפָׁ ּ֖טְׁוְׁהצדק ַֽתיו‬ ִ֥ ‫ר־יהי‬
ַֽ ‫ֲש‬ ַֽ ֶ ‫א‬
vaiómer avshalóm, mí-iêsiméni shofét baáretz; vê'alái iavó kol-ísh ashér-
íhieh-lo-rív umishpát vêhitzdaqtív .

–Y añadía Absalón [Abshalom]–: ¡Quién me pusiera por juez en el país, para


que viniera a mí todo el que tuviese pleito o causa, y yo le haría justicia!
(5)
ְׁ‫ב־אישְׁלְׁ ַֽהשְׁתחְֲֹּׁ֖ותְׁלֵ֑ ֹוְׁוְׁשָׁ לֵּ֧חְׁאֶ ת־י ִָׁ֛דֹוְׁוְׁ ֶ ַֽהחֱזִ֥יקְׁלּ֖ ֹוְׁוְׁנָׁ ִ֥שק‬
ֵ֔ ְׁ‫וְׁהָׁ יָׁה֙ ְׁבקר‬
:‫לַֽ ֹו‬

415
15 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêhaiah biqrov-ísh, lêhíshêtajavót ló; vêshaláj et-iadó vêhéjezíq ló vênáshaq


ló.

Sucedía que cuando alguno se acercaba para postrarse ante él, éste extendía su
mano, lo asía y lo besaba.
(6)
‫ו ִ֨יעשְׁאבשָׁ ָ֜לֹוםְׁכדָׁ ָׁבָּ֤רְׁהזֶה֙ ְׁלְׁכְׁל־יש ָׁר ֵ֔אלְׁאֲשֶ ר־יָׁבִֹ֥ אּוְׁלמשפָׁ ּ֖טְׁאֶ ל־‬
‫ פ‬:‫ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁויגנב֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁאֶ ת־לּ֖בְׁאנ ִ֥שיְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vaiá'as avshalóm kadavár hazeh lêjol-israél, asher-iavóu lamishpát el-hamélej;
vaiganev avshalóm, et-lév anshéi israél.

De esta manera hacía Absalón [Abshalom] con todos los israelitas que iban al
rey para juicio. Así robaba Absalón [Abshalom] el corazón de los hombres de
Israel.
(7)
ְׁ‫ְֶךְׁאלכָׁהְׁ ִָׁ֗נא‬
֣ ‫וי ֹּ֕היְׁמ ּ֖קץְׁארבָׁ ֣עיםְׁשָׁ נָׁ ֵ֑הְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמל‬
:ְׁ‫יְׁליהוָׁ ּ֖הְׁבְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
ַֽ ‫ַֽואֲשּלִ֛םְׁאֶ ת־נד ִ֛ריְׁאֲשֶ ר־נ ִָׁ֥דרת‬
vaihí miqétz arba'ím shanáh; vaiómer avshalom el-hamélej, éljah ná
váashalém et-nidrí asher-nadárti láAdonai bêjevrón .

Aconteció que después de cuatro años Absalón [Abshalom] dijo al rey: –


Permíteme ir a Hebrón a cumplir mi voto que hice al Eterno.
(8)
ְׁ‫ּורְׁבא ָׁ ֲּ֖רםְׁלאמֵֹ֑ רְׁאם־ישיב‬
ַֽ ‫י־נדֶ ר֙ ְׁנ ָׁ֣דרְׁעבדְׁ ֵ֔ךְׁבְׁשב ִ֥תיְׁבג ִ֛ש‬ ִ֨ ‫כ‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫(י ִָׁ֨שֹוב)ְׁיְׁשיבָּ֤ניְׁיהוָׁה֙ ְׁיְׁ ֣רּושָׁ ֵ֔לםְׁוְׁ ָׁ ַֽעבד ּ֖תיְׁאֶ ת־י‬
ki-néder nadár 'avdêjá, bêshivtí vigshúr báarám lemór; im-isiv (iashóv)
iêshivéni Adonai iêrúshaláim, vê'ávadtí et-Adonai .

Porque tu siervo hizo un voto cuando estaba en Gesur, en Siria, diciendo: 'Si
el Eterno me hace volver a Ierushalaim [Jerusalén], yo serviré al Eterno.'
(9)
‫ פ‬:‫ו ַֽי ֹאמֶ ר־לִ֥ ֹוְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁלְ֣ךְׁבְׁשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁויָׁ ַּֽ֖קְׁםְׁויִ֥לְֶךְׁחֶ ב ַֽרֹונָׁה‬
vaiómer-ló hamélej léj bêshalóm; vaiáqom vaiélej jevrónah.

El rey le dijo: –Ve en paz. Entonces él se levantó y se fue a Hebrón.


(10)
ְׁ ֙‫וישלָּ֤חְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁמְׁרגְׁ ֵ֔ליםְׁבְׁכְׁל־שב ִ֥טיְׁיש ָׁר ּ֖אלְׁלאמֵֹ֑ רְׁכְׁשְׁמ ֲעכֶם‬
:‫רְׁואֲמר ֹּ֕ ֶתםְׁמָׁ לְִ֥ךְׁאבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁבְׁחֶ ב ַֽרֹון‬
ַֽ ‫ת־קֹולְׁהשֹ ֵָׁ֔פ‬
֣ ֶ‫א‬

416
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 15

vaishláj avshalom mêragêlím, bêjol-shivtéi israél lemór; kêshom'ajem et-qól


hashofár, váamartém maláj avshalóm bêjevrón.

Pero envió agentes secretos por todas las tribus de Israel, diciendo: 'Cuando
escuchéis el sonido de el shofar, diréis: '¡Absalón [Abshalom] reina en
Hebrón!''
(11)
ְׁ‫אתיםְׁאיש֙ ְׁמ ֣ירּושָׁ ֵ֔לםְׁקְׁרֻ ּ֖איםְׁוְׁהַֹֽ לְׁ ֣כים‬
ָּ֤ ָׁ‫ֹוםְׁהלְׁכֵּ֞ ּוְׁמ‬
ַֽ ָׁ ‫וְׁאֶ ת־אבשָׁ ִ֗ל‬
:‫אְׁיַֽדְׁעּ֖ ּוְׁכְׁל־דָׁ ָׁ ַֽבר‬
ַֽ ָׁ ֹ ‫לְׁתֻ ָׁ ֵ֑מםְׁוְׁ ִ֥ל‬
vêet-avshalóm hálêjú matáim ish mirúshaláim, qêruím vêhólêjím lêtumám;
vêló iádê'ú kol-davár.

Con Absalón [Abshalom] fueron 200 hombres de Ierushalaim [Jerusalén],


invitados por él. Ellos fueron inocentemente, sin tener conocimiento de nada.
(12)
ְׁ‫דְׁמעירֹו֙ ְׁמג ֵ֔לה‬ ַֽ ‫ילניְׁיֹוע֣ץְׁדָׁ ִ֗ו‬ ָ֜ ‫֣חְׁאבשָׁ לֹוםְׁאֶ ת־אֲחיתִֹ֨ פֶלְׁה ַֽג‬ ַ֠ ‫וישל‬
‫בְׁזְׁב ּ֖חֹוְׁאֶ ת־הזְׁבָׁ ֵ֑חיםְׁוי ָּ֤היְׁה ִ֨ ֶקשֶ ר֙ ְׁא ֵ֔מץְׁוְׁהָׁ עָׁ ִ֛םְׁהֹולְִ֥ךְׁו ָׁ ָּׁ֖רבְׁאֶ ת־‬
:‫אבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaishláj ávshalom et-ajitófel hagíloní io'étz davíd mé'iró migilóh, bêzovjó et-
hazêvajím; vaihí haqésher amítz, vêha'ám holéj varáv et-avshalóm.

Entonces, mientras ofrecía los sacrificios, Absalón [Abshalom] mandó llamar


a Ajitofel el gilonita, consejero de David, de Gilo su ciudad. La conspiración
se hizo poderosa, y el pueblo que estaba de parte de Absalón [Abshalom]
seguía aumentando.
(13)
ְׁ‫לְׁאח ֲִ֥רי‬
ַֽ ‫ֶב־אישְׁיש ָׁר ּ֖א‬
ִ֥ ‫ו ָׁיב ֹא֙ ְׁהמ ֵ֔גידְׁאֶ ל־דָׁ ּ֖ודְׁלאמֵֹ֑ רְׁהָׁ יָׁ ִ֛הְׁל‬
:‫אבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaiavo hamagíd, el-davíd lemór; haiáh lev-ísh israél ájaréi avshalóm.

Un mensajero vino a David y dijo: –¡El corazón de los hombres de Israel se va


tras Absalón [Abshalom]!
(14)
ְׁ‫הְׁכי‬
ִ֛ ָׁ‫רְׁדָׁ ודְׁלְׁכְׁל־עֲבָׁ ִ֨ ָׁדיוְׁאֲשֶ ר־א ָּ֤תֹוְׁב ַֽירּושָׁ ִ֨לם֙ ְׁ֣קּומּוְׁוְׁנב ָׁ ֵ֔רח‬ ַ֠ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫םְׁמה ֲ֣רּוְׁ ָׁל ִֶ֗לכֶתְׁפֶן־יְׁמהָּ֤ר‬
ַֽ ֵ֑‫יטהְׁמפְׁנ֣יְׁאבשָׁ ל‬ ּ֖ ָׁ ‫ֹא־תהְׁיֶה־ּלָׁ ִ֥נּוְׁפְׁל‬ ַֽ ‫ל‬
:‫י־ח ֶרב‬ ַֽ ָׁ ‫ת־ה ָׁ֣ר ֵָׁ֔עהְׁוְׁהכָׁ ִ֥הְׁהָׁ ּ֖עירְׁלְׁפ‬
ָׁ ֶ‫וְׁהש ִ֨ ָׁגנּו֙ ְׁוְׁה ָּ֤דיחְׁע ִָׁ֨לינּו֙ ְׁא‬
vaiómer dávid lêjol-'avadáv asher-itó virúshaláim qúmu vênivrájah, kí lo-
tíhêieh-lánu fêleitáh mipênéi avshalóm; máharú laléjet pen-iêmahér

417
15 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêhisigánú vêhidíaj 'aléinú et-hára'áh, vêhikáh ha'ír lêfi-járev.

Entonces David dijo a todos sus servidores que estaban con él en Ierushalaim
[Jerusalén]: –Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar ante
Absalón [Abshalom]. Daos prisa a partir, no sea que apresurándose nos
alcance, eche sobre nosotros el mal y hiera la ciudad a filo de espada.
(15)
ְׁ‫ו ַֽי ֹאמְׁ ִ֥רּוְׁעב ַֽדי־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ל־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁכְׁ ֵּ֧ ֹכלְׁאֲשֶ ר־יבחִ֛רְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶך‬
:‫הנִ֥הְׁעֲבָׁ ֶ ַֽדיך‬
vaiómêrú 'avdéi-hamélej el-hamélej; kêjól asher-ivjár adoní hamélej hinéh
'avadéja.

Los servidores del rey le dijeron: –He aquí que tus siervos estamos listos para
todo lo que nuestro señor el rey decida.
(16)
ְׁ‫ְֶךְׁאתְׁעֶ ֵּ֧שֶ רְׁנ ִָׁ֛שים‬
֣ ‫ויצִ֥אְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁוְׁכְׁל־ב ּ֖יתֹוְׁבְׁרגלָׁ ֵ֑יוְׁו ַֽיע ֲֹ֣זבְׁה ִ֗ ֶמל‬
:‫ַֽפלג ּ֖שיםְׁלשמִֹ֥ רְׁה ָׁ ַֽבית‬
vaietzé hamélej vêjol-beitó bêragláv; vaiá'azóv hamélej ét 'éser nashím
pílagshím lishmór habáit.

El rey salió, y le siguió toda su familia; pero dejó a diez concubinas para que
guardasen el palacio.
(17)
:‫ויצִ֥אְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁבְׁרגלָׁ ֵ֑יוְׁויַֽעמ ּ֖דּוְׁבִ֥יתְׁהמֶ ר ָׁ ַֽחק‬
vaietzé hamélej vêjol-ha'ám bêragláv; vaiá'amdú béit hamerjáq.

Salió, pues, el rey con toda la gente en pos de él, y se detuvieron en la casa
más distante.
(18)
ְׁ‫ְׁעבְׁ ֣ריםְׁעל־יָׁדֵ֔ ֹוְׁוְׁכְׁל־הכְׁר ּ֖תיְׁוְׁכְׁל־הפְׁל ֵ֑תיְׁוְׁ ָׁ ַֽכל־הג ֵּ֞תים‬
ֹ ַֽ ֙‫וְׁכְׁל־עֲבָׁ דָׁ יו‬
‫ ס‬:‫תְׁעבְׁ ּ֖ריםְׁעל־פְׁנִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ֹ ַֽ ‫ר־בָּ֤אּוְׁבְׁרגלֹו֙ ְׁמ ֵ֔ג‬ ָׁ ֶ‫ֹותְׁאישְׁאֲש‬ִ֗ ‫שש־מ ֣א‬
vêjol-'avadav 'óvêrím 'al-iadó, vêjol-hakêretí vêjol-hapêletí; vêjál-hagitím
shesh-meót ísh asher-báu vêragló migát, 'óvêrím 'al-pênéi hamélej.

Todos sus servidores pasaban a su lado, con todos los quereteos y todos los
peleteos. Y todos los geteos, 600 hombres que habían venido tras él desde
Gat, pasaron delante del rey.
(19)
ְׁ‫נּוְׁשּובְׁוְׁ ָּ֤שב‬
֣ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ל־א ֣תיְׁהג ֵ֔תיְׁלָׁ ֵּ֧מָׁ הְׁתלְִ֛ךְׁגם־א ָׁ ּ֖תהְׁא ָׁ ֵ֑ת‬
:‫קֹומך‬
ַֽ ֶ ‫יְׁאתָׁ הְׁוְׁגם־גֹ לֶ ִ֥הְׁא ָׁ ּ֖תהְׁלמ‬ ֵ֔ ‫עם־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְַֽׁכי־נְׁכְׁ ֣ר‬
418
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 15

vaiómer hamélej el-itái hagití, lámah teléj gam-atáh itánu; shúv vêshév 'im-
hamélej kí-nojêrí átah, vêgam-goléh atáh limqoméja.

Entonces el rey dijo a Itai el geteo: –¿Para qué vienes tú también con
nosotros? Vuelve y quédate con el rey, puesto que tú eres un extraño y
también un desterrado de tu lugar de origen.
(20)
ְׁ‫֣יְׁהֹולְךְׁעִ֥ל‬
ֵ֔ ‫ֶתְׁואֲנ‬ ַֽ ‫ֹולְׁ׀ְׁבֹואךְׁוְׁהיֵּ֞ ֹוםְׁאנועךְׁ(א ֲַֽניעֲךָּ֤ )ְׁע ִ֨ ָׁמנּו֙ ְׁ ָׁל ֵֶ֔לכ‬
ֶ ִ֗ ‫תְׁ ֣מ‬
:‫דְׁוא ֶ ֱַֽמת‬
ַֽ ֶ ֶ‫ְךְׁחִ֥ס‬
ֶ ‫ְֵ֑ךְׁשּובְׁוְׁהָׁ ֵּ֧שבְׁאֶ ת־א ֶחִ֛יךְׁע ָׁ ּ֖מ‬
֣ ‫אֲשֶ ר־אֲנּ֖יְׁהֹול‬
têmól | boéja vêhaióm nv'j (aní'ajá) 'imánú laléjet, váaní holéj, 'ál asher-aní
holéj; shúv vêhashév et-ajéja 'imáj jésed véemét.

Viniste sólo ayer. ¿Y he de hacer hoy que andes errante por ir con nosotros,
mientras yo voy sin rumbo fijo? Vuélvete y haz volver a tus hermanos, y que
la misericordia y la verdad sean contigo.
(21)
ְׁ)ְׁ(ְׁ‫ְֶךְׁכיְׁאם‬
ַ֠ ‫ֹאמרְׁחי־יה ִ֗ ָׁוהְׁוְׁחי֙ ְׁאֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמל‬
ֵ֑ ‫ויֵּ֧עןְׁא ִ֛תיְׁאֶ ת־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁוי‬
‫ֶה־שםְׁ׀ְׁאֲדֹ נ֣יְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁאם־לְׁ ִ֨ ָׁמוֶת֙ ְׁאם־לְׁח ֵ֔ייםְׁכי־‬
֣ ָׁ ‫רְׁיהי‬ ַֽ ‫ֲש‬
ְִֶׁ֥ ‫במ ֵּ֞קֹוםְׁא‬
:ְׁ‫םְׁיהיֶ ִ֥הְׁעב ֶ ַֽדך‬
ַֽ ‫ָׁ ּ֖ש‬
vaiá'an itái et-hamélej vaiomár; jai-Adonai vêjeí adoní hamélej, kí m ( )
bimqóm ashér íhieh-shám | adoní hamélej im-lêmávet im-lêjaím, ki-shám
íhiéh 'avdéja .

Pero Itai respondió al rey diciendo: –¡Vive el Eterno y vive mi señor el rey,
que sea para muerte o sea para vida, dondequiera esté mi señor el rey, allí
estará también tu siervo!
(22)
‫ְ֣ךְׁועֲבֵֹ֑ רְׁוַַֽֽיע ֵּ֞ ֲֹברְׁא ָּ֤תיְׁהגתי֙ ְׁוְׁכְׁל־ ֲאנָׁשֵָׁ֔ יוְׁוְׁכְׁל־‬
ַֽ ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ל־א ּ֖תיְׁל‬
:‫ֲשרְׁא ַֽתֹו‬
ִ֥ ֶ ‫ה ּּ֖טףְׁא‬
vaiómer davíd el-itái léj vá'avór; váia'avór itái hagití vêjol-anasháv, vêjol-
hatáf ashér itó.

Entonces David dijo a Itai: –Ven, pues, y pasa adelante. Así pasó Itai el geteo,
con todos sus hombres y todos sus pequeños que estaban con él.
(23)
ְׁ‫ּ֖םְׁעבְׁ ֵ֑ריםְׁוְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁעֹ בר֙ ְׁבְׁנ֣חל‬
ֹ ַֽ ָׁ‫וְׁכְׁל־הָׁ ִ֗ ָׁא ֶרץְׁבֹוכים֙ ְׁ֣קֹולְׁגָׁדֵ֔ ֹולְׁוְׁכְׁל־הָׁ ע‬
:‫י־ד ֶרְךְׁאֶ ת־המד ָׁ ַֽבר‬ ּ֖ ֶ ‫ְׁעבְׁ ֵ֔ריםְׁעל־פְׁנ‬ ֹ ַֽ ֙‫קד ֵ֔רֹוןְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם‬
vêjol-haáretz bojim qól gadól, vêjol-ha'ám 'óvêrím; vêhamélej 'over bênájal
qidrón, vêjol-ha'am 'óvêrím, 'al-pênei-dérej et-hamidbár.

419
15 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Todo el mundo lloraba en alta voz, mientras toda la gente cruzaba. También
cruzaron el arroyo de Quedrón el rey y toda la gente, rumbo al camino del
desierto.
(24)
ְׁ‫ֱלהים‬
ֵ֔ ‫יתְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫ֹוְׁנשְׁאים֙ ְׁאֶ ת־אֲרֹון֙ ְׁבְׁ ֣ר‬ ֹ ַֽ ‫וְׁה ִ֨נהְׁגם־צָׁ דָ֜ ֹוקְׁוְׁ ָׁ ַֽכל־הלוי֣םְׁא ִ֗ת‬
ְׁ‫ּ֖םְׁלע ֲִ֥בֹור‬
ַֽ ָׁ‫ֱלהיםְׁויּ֖עלְׁאֶ בי ָׁ ֵָׁ֑תרְׁעד־תִֹ֥ םְׁכְׁל־הָׁ ע‬
ֵ֔ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫וי ִ֨צקּו֙ ְׁאֶ ת־א ֲ֣ר‬
‫ ס‬:ְׁ‫מן־הָׁ ַֽעיר‬
vêhinéh gam-tzadóq vêjál-halviím itó nósêim et-aron bêrít háelohím, vaiatzíqú
et-arón háelohím, vaiá'al eviatár; 'ad-tóm kol-ha'ám lá'avór min-ha'ír .

Y he aquí que también iba Tzadoc [Sadoc], y con él todos los levitas que
llevaban el arca del pacto de Elohim. Ellos asentaron el arca de Elohim, hasta
que todo el pueblo terminó de salir de la ciudad. Entonces subió Abiatar.
(25)
ְׁ‫ֱלהיםְׁהָׁ ֵ֑עירְׁאם־אֶ מ ָׁצִ֥א‬ ּ֖ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁלְׁצָׁ דֵ֔ ֹוקְׁהָׁ ִ֛שבְׁאֶ ת־א ֲִ֥ר‬
:ְׁ‫הְׁוהֱש ֹּ֕בניְׁוְׁהר ִ֥אניְׁאֹ ּ֖תֹוְׁוְׁאֶ ת־נָׁוַֽהּו‬
ַֽ ֶ ‫חן֙ ְׁבְׁעינ֣יְׁיה ֵ֔ ָׁו‬
vaiómer hamélej lêtzadóq, hashév et-arón háelohím ha'ír; im-emtzá jen
bê'einéi Adonai, véheshiváni vêhiráni otó vêet-navéhu .

El rey dijo a Tzadoc [Sadoc]: –Haz volver el arca de Elohim a la ciudad; pues
si hallo gracia ante los ojos del Eterno, él me hará volver y me permitirá ver el
arca y su morada.
(26)
ְׁ‫רְׁטֹוב‬
ּ֖ ‫ֲש‬
ִ֥ ֶ ‫יְׁכא‬
ַֽ ‫ה־ּל‬
ֹּ֕ ֶ‫יְׁיעֲש‬
ַֽ ‫יְׁבְֵ֑ךְׁהנְׁ ֹּ֕נ‬
ָׁ ‫ֹאמרְׁ ִ֥ל ֹאְׁחָׁ פּ֖צת‬
ֵ֔ ‫ְׁכהְׁי‬
ֹ ֣ ֙‫וְׁאם‬
‫ ס‬:‫בְׁע ָׁינַֽיו‬
vêim kóh iomár, ló jafátzti báj; hinêní iá'aseh-lí káashér tóv bê'eináv.

Pero si dice: 'No me agradas', heme aquí; que él haga de mí lo que le parezca
bien.
(27)
ְׁ‫הְׁשִ֥בָׁ הְׁהָׁ ּ֖עירְׁבְׁשָׁ לֵ֑ ֹום‬
ֻ ‫ֲרֹואהְׁא ֵ֔ ָׁת‬
֣ ֶ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ל־צָׁ ֣דֹוקְׁהכֹ ֵ֔הןְׁה‬
:‫יהֹונ ָׁ ֵָּׁ֧תןְׁבֶ ן־אֶ בי ָׁ ִָׁ֛תרְׁשְׁנִ֥יְׁבְׁניכֶ ּ֖םְׁאתְׁ ֶ ַֽכם‬
ַֽ ‫ימעץְׁבנ ָ֜ךְׁו‬
ִ֨ ‫ַֽואֲח‬
vaiómer hamélej el-tzadóq hakohén, haroéh atáh, shúvah ha'ír bêshalóm;
váajimá'atz binjá vihónatán ben-eviatár shênéi vêneijém itêjém.

–Además, el rey dijo al sacerdote Tzadoc [Sadoc]–: ¿No eres tú un vidente?


Regresa en paz a la ciudad, y regresen con vosotros vuestros dos hijos: tu hijo
Ajimaas y Iehonatán [Jonatán] hijo de Abiatar.

420
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 15

(28)
ְׁ‫֣דְׁבֹואְׁדָׁ ָׁבִ֛ר‬
ִ֥ ‫ְׁאנֹ ֣כיְׁמתמה ֵ֔מּהְׁבעברותְׁ(בְׁ ַֽע ְׁר ּ֖בֹות)ְׁהמד ָׁבֵ֑רְׁע‬
ַֽ ָׁ ֙‫ְׁראּו‬
:‫ִ֥ידְׁלי‬
ַֽ ‫ַֽמעמָׁ כֶ ּ֖םְׁלְׁהג‬
rêú ánojí mitmahméĥa, v'vrvt (bê'árêvót) hamidbár; 'ád bó davár mé'imajém
lêhagíd lí.

Mirad, yo me detendré en las llanuras del desierto, hasta que venga palabra de
parte de vosotros para informarme.
(29)
:ְׁ‫ּוְׁשם‬
ַֽ ָׁ ‫ֱלהיםְׁיְׁ ַֽרּושָׁ לָׁ ֵ֑ םְׁויַֽשְׁ ּ֖ב‬
ּ֖ ‫ֹוןְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫ו ִָׁ֨ישֶ בְׁצָׁ ֵּ֧דֹוקְׁוְׁאֶ בי ָׁ ִָׁ֛תרְׁאֶ ת־א ֲִ֥ר‬
vaiáshev tzadóq vêeviatár et-arón háelohím iêrúshaláim; vaiéshêvú shám .

Entonces Tzadoc [Sadoc] y Abiatar devolvieron el arca de Elohim a


Ierushalaim [Jerusalén], y se quedaron allí.
(30)
ְׁ‫וְׁדָׁ ִ֡ודְׁעֹ ֶלהְׁ֩בְׁ ַֽמע ֲִ֨להְׁהז ָ֜יתיםְׁעֹ לֶ ֣הְׁ׀ְּׁובֹו ִֶ֗כהְׁוְׁ ִ֥ר ֹאשְׁלֹו֙ ְׁחָׁ ֵ֔פּויְׁוְׁ ּ֖הּוא‬
:‫ֹאשֹוְׁוְׁעָׁלִ֥ ּוְׁעָׁלּ֖ הְּׁובָׁ ַֽ ֹכה‬
ֵ֔ ‫ְׁאישְׁר‬ ֣ ֙‫הֹ לְ֣ךְׁיָׁחֵ֑ףְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ֣םְׁאֲשֶ ר־א ִ֗תֹוְׁחָׁ פּו‬
vêdavíd 'oleh vêmá'aléh hazeitím 'oléh | uvojéh vêrósh ló jafúy, vêhú holéj
iajéf; vêjol-ha'ám asher-itó jafú ísh roshó, vê'alú 'alóh uvajóh.

Pero David subió la cuesta del monte de los Olivos; la subió llorando, con la
cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que estaba con él
cubrió cada uno su cabeza, y lloraban mientras subían.
(31)
ְׁ‫וְׁדָׁ וד֙ ְׁהג֣ידְׁלאמֵֹ֔ רְׁאֲחיתִֹ֥ ֶפלְׁבקַֹֽ שְׁ ּ֖ריםְׁעם־אבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ ֵ֔וד‬
:ְׁ‫הוַֽה‬ָׁ ‫סכֶל־נָׁ ִ֛אְׁאֶ ת־עֲצִ֥תְׁאֲחיתֹּ֖ פֶלְׁי‬
vêdavid higíd lemór, ajitófel baqóshêrím 'im-avshalóm; vaiómer davíd, sakel-
ná et-'atzát ajitófel Adonai .

E informaron a David diciéndole: –Ajitofel está entre los que han conspirado
con Absalón [Abshalom]. Entonces David dijo: –Frustra, por favor, oh Eterno,
el consejo de Ajitofel.
(32)
ְׁ‫אלהיםְׁוְׁהנָּ֤ה‬
ֵ֑ ‫םְׁל‬
ַֽ ‫ִ֥הְׁש‬
ּ֖ ָׁ ֶ‫ֲשר־ישתחֲו‬ ַֽ ֶ ‫וי ָּ֤היְׁדָׁ וד֙ ְָׁׁב֣אְׁעד־הָׁ ֵ֔ר ֹאשְׁא‬
:ְׁ‫ֹאשֹו‬
ַֽ ‫ֹוְׁואֲדָׁ ָׁ ּ֖מהְׁעל־ר‬
ַֽ ‫ּועְׁכֻתְׁנְׁ ֵ֔ת‬
֙ ‫יְׁהאר ֵ֔כיְׁקָׁ ִ֨ר‬
ַֽ ָׁ ‫ְׁחּוש‬
֣ ֙‫לקרְׁאתֹו‬
vaihí david bá 'ad-harósh, ashér-ishtajavéh shám lélohím; vêhinéh liqrotó
jushái háarkí, qarú'á kutonêtó, váadamáh 'al-roshó .

421
15 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Sucedió que cuando David llegó a la cumbre del monte donde solían
arrodillarse ante Elohim, he aquí que Husai el arquita le salió al encuentro,
con sus vestiduras rasgadas y tierra sobre su cabeza.
(33)
:‫דְׁאםְׁעָׁב֣רתָׁ ְׁא ֵ֔תיְׁוְׁהָׁ יִ֥תָׁ ְׁעָׁלּ֖יְׁלְׁמ ָׁ ַֽשא‬
ֵ֚ ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁלּ֖ ֹוְׁדָׁ ֵ֑ו‬
vaiómer ló davíd; ím 'avárta ití, vêhaíta 'alái lêmasá.

Entonces David le dijo: –Si vienes conmigo, me serás una carga.


(34)
ְׁ‫ְׁאהְׁ ֵֶ֔יהְׁעֶ ֣בֶ ד‬
ַֽ ֶ ֙‫וְׁאם־הָׁ ֣עירְׁתָׁ ִ֗שּובְׁוְׁ ָׁ ַֽאמר ָׁ ָּ֤תְׁלְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁעבדְׁך֙ ְׁאֲנָּ֤יְׁה ִ֨ ֶמלְֶך‬
:‫יְׁאתְׁעֲצִ֥תְׁאֲחיתַֹֽ פֶל‬ ּ֖ ‫הְׁואֲנ֣יְׁעב ֶ ֵ֑דךְׁוְׁ ַֽהפר ָׁ ֣תהְׁ ֵ֔ל‬
ַֽ ‫יךְׁואֲני֙ ְׁמ ֵ֔ ָׁאזְׁוְׁע ָׁ ּ֖ת‬
ַֽ ‫אָׁ ָּ֤ב‬
vêim-ha'ír tashúv vêámartá lêavshalom 'avdêjá aní hamélej éhêiéh, 'éved avíja
váaní meáz, vê'atáh váaní 'avdéja; vêhéfartáh lí, ét 'atzát ajitófel.

Pero si vuelves a la ciudad y le dices a Absalón [Abshalom]: 'Oh rey, yo seré


tu siervo; como he sido siervo de tu padre en el pasado, así seré ahora siervo
tuyo', entonces tú frustrarás a mi favor el consejo de Ajitofel.
(35)
ְׁ‫ֲשר‬
ָּ֤ ֶ ‫ַֽוהֲלָּ֤ ֹואְׁעמְׁך֙ ְׁשֵָׁ֔ םְׁצָׁ ִ֥דֹוקְׁוְׁאֶ בי ָׁ ָּׁ֖תרְׁה ַֽ ֹכהֲנֵ֑יםְׁוְׁהָׁ ִָׁ֗יהְׁכְׁל־הדָׁ בָׁ ר֙ ְׁא‬
:‫תשמע֙ ְׁמב֣יתְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁת ֹּ֕גידְׁלְׁצָׁ ִ֥דֹוקְּׁולאֶ בי ָׁ ָּׁ֖תרְׁה ַֽ ֹכה ֲַֽנים‬
váhaló 'imêjá shám, tzadóq vêeviatár hakóhaním; vêhaiáh kol-hadavar ashér
tishma' mibéit hamélej, tagíd lêtzadóq uleviatár hakóhaním.

¿No estarán allí contigo los sacerdotes Tzadoc [Sadoc] y Abiatar? Todo lo que
oigas en la casa del rey se lo comunicarás a los sacerdotes Tzadoc [Sadoc] y
Abiatar.
(36)
ְׁ‫יהֹונ ָׁ ָּׁ֖תןְׁלְׁאֶ בי ָׁ ֵָׁ֑תר‬
ַֽ ‫ימעץְׁלְׁצָׁ דֵ֔ ֹוקְׁו‬ ֣ ‫יהםְׁאֲח‬ ֶ ֵ֔ ‫ה־שםְׁעמָׁ ם֙ ְׁשְׁנ֣יְׁבְׁנ‬ ָּ֤ ָׁ ‫הנ‬
:‫ֲשרְׁתש ָׁ ַֽמעּו‬ ִ֥ ֶ ‫ּושלח ֶ ָּ֤תםְׁבְׁיָׁדָׁ ם֙ ְׁא ֵ֔ליְׁכְׁל־דָׁ ָׁבּ֖רְׁא‬
hineh-shám 'imam shênéi vêneihém, ajimá'atz lêtzadóq, vihónatán lêeviatár;
ushlajtém bêiadam elái, kol-davár ashér tishmá'u.

He aquí que están allí con ellos sus dos hijos, Ajimaas hijo de Tzadoc [Sadoc]
y Iehonatán [Jonatán] hijo de Abiatar. Por medio de ellos me enviaréis
información de todo lo que oigáis.'
(37)
‫ ס‬:‫אְׁחּושיְׁרעֶ ִ֥הְׁדָׁ וּ֖דְׁהָׁ ֵ֑עירְׁוְׁ ִ֨אבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁי ָּׁ֖בֹואְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
ִ֛ ֹ ‫ו ָׁי ִ֥ב‬
vaiavó jushái re'éh davíd ha'ír; vêávshalóm, iavó iêrúshaláim.

422
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 16

Así Husai, amigo de David, llegó a la ciudad. Y Absalón [Abshalom] entró en


Ierushalaim [Jerusalén].

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 16


(1)
ְׁ‫אתֹו‬
ֵ֑ ‫יבִ֛אְׁנִ֥ערְׁמְׁפיבֹּ֖ שֶ תְׁלק ָׁר‬ָׁ ‫ְׁמהָׁ ֵ֔ר ֹאשְׁוְׁהנִ֥הְׁצ‬
ַֽ ֙‫וְׁדָׁ ִ֗ודְׁעָׁבָּ֤רְׁמְׁעט‬
ְׁ‫יםְּׁומאָׁ ה‬
ִ֥ ‫מּוק‬
ִ֛ ‫אתיםְׁ ֶָ֜לחֶ םְּׁומ ָׁ ֵּ֧אהְׁצ‬
ִ֨ ָׁ‫יםְׁועֲליהֶ םְׁ֩מ‬
ַֽ ‫וְׁ ִ֨ ֶצמֶ דְׁחֲמֹ ָ֜ריםְׁ ֲחב ִֻ֗ש‬
:‫ּ֖קיץְׁוְׁנִ֥בֶ לְׁ ָׁ ַֽיַֽין‬
vêdavíd 'avár mê'at méharósh, vêhinéh tzivá ná'ar mêfivóshet liqrató;
vêtzémed jamorím javushím vá'aleihem matáim léjem umeáh tzimuqím
uméah qáitz vênével iáin.

Cuando David pasó un poco más allá de la cumbre del monte, he aquí que
Siba, criado de Mefiboset, salió a recibirle con un par de asnos aparejados,
llevando 200 panes, 100 tortas de pasas, 100 frutas de verano y una tinaja de
vino.
(2)
ְׁ‫ֲמֹורים‬
ִ֨ ‫אְׁהח‬ַֽ ָׁ‫רְׁציב‬ ַ֠ ֶ‫ה־אּלֶהְּׁלָׁ ְֵ֑ךְׁו ֣י ֹאמ‬
֣ ָׁ‫יבּ֖אְׁמ‬ָׁ ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁאֶ ל־צ‬
ְׁ‫ְׁלאֱכ֣ ֹולְׁהנְׁע ֵָׁ֔רים‬
ַֽ ֶ ֙‫לְׁבית־ה ָ֜ ֶמלְֶךְׁלר ִ֗ ֹכבְׁולהלחםְׁ(וְׁהּלֶ ָּ֤חֶ ם)ְׁוְׁה ִ֨קיץ‬
:‫וְׁה ֹּ֕ייןְׁלש ִ֥תֹותְׁהיָׁעּ֖ףְׁבמד ָׁ ַֽבר‬
vaiómer hamélej el-tzivá mah-éleh láj; vaiómer tzíva hájamorím lêveit-
hamélej lirkóv vlhljm (vêhaléjem) vêhaqáitz léejól hanê'arím, vêhaiáin lishtót
haia'éf bamidbár.

El rey preguntó a Siba: –¿Para qué traes esto? Siba respondió: –Los asnos son
para que monte la familia del rey; los panes y la fruta, para que coman los
jóvenes; y el vino es para que beban los que se cansen en el desierto.
(3)
ְׁ‫ְׁיֹושב‬
֣ ֙‫יבאְׁאֶ ל־ה ִ֗ ֶמלְֶךְׁהנה‬ ָׁ ָ֜ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁאיּ֖הְׁבֶ ן־אֲדֹ נֶ ֵ֑יךְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁצ‬
ְׁ‫לְׁאתְׁממלְׁכִ֥ ּות‬
ּ֖ ‫םְׁכיְׁאָׁ ֵ֔מרְׁהיִ֗ ֹוםְׁי ָָּׁ֤שיבּוְׁלי֙ ְׁב֣יתְׁיש ָׁר ֵ֔א‬֣ ‫ב ַֽירּושָׁ ֵ֔ל‬
:‫אָׁ ַֽבי‬
vaiómer hamélej, vêaiéh ben-adonéja; vaiómer tzivá el-hamélej hineh ioshév
birúshaláim, kí amár, haióm iashívu lí béit israél, ét mamlêjút aví.

El rey preguntó: –¿Dónde está el hijo de tu señor? Siba respondió al rey: –He
aquí que él se ha quedado en Ierushalaim [Jerusalén], porque ha dicho: 'Hoy la
casa de Israel me devolverá el reino de mi padre.'

423
16 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(4)
ְׁ ֙‫ֲשרְׁלמפיבֵֹ֑ שֶ תְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁציבָׁ א‬ ֣ ֶ ‫ְׁכלְׁא‬ֹ ּ֖ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁלְׁצ ֵ֔ ָׁבאְׁהנ֣הְׁלְׁ ֵ֔ך‬
:‫ַֽהשְׁתח ֲֵ֔ויתיְׁאֶ מצָׁ א־חִ֥ןְׁבְׁעינֶ ּ֖יךְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaiómer hamélej lêtzivá, hinéh lêjá, kól ashér limfivóshet; vaiómer tziva
híshêtajavéiti, emtza-jén bê'einéja adoní hamélej.

Entonces el rey dijo a Siba: –¡He aquí que es tuyo todo lo que pertenece a
Mefiboset! Siba respondió: –Ante ti me postro; halle yo gracia ante tus ojos,
oh mi señor el rey.
(5)
ְׁ‫ישְׁיֹוצאְׁממשפ֣חת‬
ָ֜ ‫ְׁ֩א‬
ִ֨ ‫חּוריםְׁוְׁהנ֣הְׁמשָׁ ם‬ ֵ֑ ‫ד־ב‬
ַֽ ‫ּובִ֛אְׁה ֶ ִ֥מלְֶךְׁדָׁ וּ֖דְׁע‬
ָׁ
:‫בית־שָׁ ִ֗אּולְּׁושמֹו֙ ְׁשמ ֣עיְׁבֶ ן־ג ָׁ ֵ֔ראְׁיֹ צִ֥אְׁי ָּׁ֖צֹואְּׁומק ַּֽלל‬
uvá hamélej davíd 'ad-bájurím; vêhinéh misham ísh iotzé mimishpájat beit-
shaúl ushmó shim'í ven-gerá, iotzé iatzó umqalél.

Al llegar el rey David a Bajurim, he aquí que salió de allí un hombre de la


familia de la casa de Shaúl [Saúl], que se llamaba Shimí [Simei] hijo de Gera.
Mientras salía, iba maldiciendo
(6)
ְׁ ֙‫לְׁבאֲבָׁ נים֙ ְׁאֶ ת־דָׁ ֵ֔ודְׁוְׁאֶ ת־כְׁל־עב ּ֖דיְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם‬
ַֽ ָׁ ‫ויס ָּ֤ק‬
:‫יםְׁמימינּ֖ ֹוְּׁומשְׁמ ֹאלַֽ ֹו‬
ַֽ ‫וְׁכְׁל־הגבֹ ֵ֔ר‬
vaisaqél báavanim et-davíd, vêet-kol-'avdéi hamélej davíd; vêjol-ha'am vêjol-
hagiborím, míminó umisêmoló.

y arrojando piedras a David y a todos los servidores del rey David; pero todo
el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.
(7)
:‫ִ֛אְׁאישְׁהדָׁ ּ֖מיםְׁוְׁ ִ֥אישְׁהבְׁל ָׁיַֽעל‬
ִ֥ ‫וְׁ ַֽ ֹכה־אָׁ ִ֥מרְׁשמ ּ֖עיְׁבְׁ ַֽקלְׁלֵ֑ ֹוְׁצִ֥אְׁצ‬
vêjóh-amár shim'í bêqálêló; tzé tzé ísh hadamím vêísh habêliá'al.

Shimí [Simei] decía maldiciéndole: –¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y


hombre perverso!
(8)
ְׁ‫ֲשרְׁמָׁ ִ֨לכ ָׁ֙תְׁתח ֵ֔ ָׁתוְׁוי ָּ֤תן‬ ָּ֤ ֶ ‫הְׁכלְׁ׀ְׁדְׁ ֣מיְׁבית־שָׁ ִ֗אּולְׁא‬ ֹ ֣ ‫השיבְׁ֩ ָׁע ִֶ֨ליךְׁיה ָ֜ ָׁו‬
ְׁ‫יְׁאיש‬ ִ֥ ‫ךְׁכ‬
ִ֛ ‫יהוָׁה֙ ְׁאֶ ת־המְׁלּו ֵָׁ֔כהְׁבְׁיּ֖דְׁאבשָׁ ל֣ ֹוםְׁבְׁנֶ ֵַֽ֑ךְׁוְׁהנְׁך֙ ְׁבְׁ ָׁ ֣רע ֵ֔ ֶָׁת‬
:ְׁ‫יםְׁאתָׁ ה‬
ַֽ ָׁ ‫דָׁ ּ֖מ‬
heshiv 'aléja Adonai kól | dêméi veit-shaúl ashér malájtá tajtáv, vaitén Adonai
et-hamêlujáh, bêiád avshalóm bênéja; vêhinêjá bêrá'atéja, kí ísh damím átah .

424
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 16

El Eterno ha hecho recaer sobre ti toda la sangre de la casa de Shaúl [Saúl], en


cuyo lugar has reinado. Pero el Eterno ha entregado el reino en mano de tu
hijo Absalón [Abshalom], y he aquí que estás en desgracia, porque eres un
hombre sanguinario.
(9)
ְׁ‫ישיְׁבֶ ן־צְׁרּויָׁה֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלָׁ ֣מָׁ הְׁיְׁק ֵּּ֞ללְׁהכֶ ָּ֤ לֶבְׁהמת֙ ְׁה ֵֶ֔זה‬
ָּ֤ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁאֲב‬
‫ ס‬:‫ֹאשֹו‬ ַֽ ‫אֶ ת־אֲדֹ נּ֖יְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁאֶ עבְׁ ָׁרה־נָׁ ּ֖אְׁוְׁאָׁ ִ֥ס ָׁירהְׁאֶ ת־ר‬
vaiómer avishái ben-tzêruiah el-hamélej, lámah iêqalél hakélev hamet hazéh,
et-adoní hamélej; e'bêrah-ná vêasírah et-roshó.

Entonces Abisai, hijo de Tzeruiá [Sarvia], preguntó al rey: –¿Por qué ha de


maldecir este perro muerto a mi señor el rey? ¡Por favor, déjame pasar, y le
cortaré la cabeza!
(10)
ְׁ)‫לְׁוכיְׁ(כי‬
ָּ֤ ‫ֵ֑הְׁכיְׁ(כה)ְׁיְׁק ִּ֗ל‬
ֹ֣ ָׁ‫ה־ּליְׁוְׁלָׁכֶ ּ֖םְׁבְׁנ֣יְׁצְׁרֻ י‬
ִ֥ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁמ‬
‫ ס‬:ְׁ‫הְׁכן‬
ַֽ ָׁ‫ֹאמרְׁמ ּ֖דּועְׁע ִָׁ֥שית‬ֵ֔ ‫דְּׁומיְׁי‬ ֣ ‫ְׁאמרְׁלֹו֙ ְׁקּל֣לְׁאֶ ת־דָׁ ֵ֔ו‬ ָּ֤ ָׁ ֙‫יהוָׁה‬
vaiómer hamélej, mah-lí vêlajém bênéi tzêruiáh; jy (kóh) iêqalél vjy (kí)
Adonai ámar ló qalél et-davíd, umí iomár, madú'a 'asítah kén .

Pero el rey respondió: –¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Tzeruiá


[Sarvia]? Que maldiga; porque si el Eterno le ha dicho: 'Maldice a David',
¿quién le dirá: '¿Por qué haces esto?'
(11)
ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָּ֤ודְׁאֶ ל־אֲבישי֙ ְׁוְׁאֶ ל־כְׁל־עֲבָׁ ֵ֔ ָׁדיוְׁהנִ֥הְׁבְׁנִ֛יְׁאֲשֶ ר־י ָָׁׁצִ֥אְׁממעּ֖י‬
ְׁ‫לְׁכי‬
ִ֥ ‫ףְׁכי־ע ָ֜ ָׁתהְׁבֶ ן־הימ ִ֗יניְׁהנָּ֤חּוְׁלֹו֙ ְַֽׁויק ֵּ֔ל‬
ַֽ ‫מְׁב ֣קשְׁאֶ ת־נפ ֵ֑שיְׁוְׁ ִ֨א‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫ָׁ ַֽאמר־לּ֖ ֹוְׁי‬
vaiómer davíd el-avishaí vêel-kol-'avadáv, hinéh vêní asher-iatzá mime'ái
mêvaqésh et-nafshí; vêáf kí-'atáh ben-haiminí haníju ló víqalél, kí ámar-ló
Adonai .

Entonces David dijo a Abisai y a todos sus servidores: –He aquí, mi hijo, que
ha salido de mis entrañas, acecha mi vida. ¡Cuánto más ahora uno de
Benjamín! Dejadle que maldiga, porque el Eterno se lo ha dicho.
(12)
ְׁ‫הְׁתחת‬
ִ֥ ‫ְׁטֹוב‬
ָׁ ֵ֔ ֙‫אּולִ֛יְׁיר ֶ ִ֥אהְׁיהוָׁ ּ֖הְׁבעוניְׁ(בְׁעינֵ֑י)ְׁוְׁה ִ֨שיבְׁיהוָׁ ִ֥הְׁלי‬
‫ ס‬:ְׁ‫קלְׁל ָּׁ֖תֹוְׁהיִ֥ ֹוםְׁה ֶזַֽה‬
ulái iréh Adonai v'vny (bê'einí); vêheshív Adonai lí továh, tájat qilêlató haióm
hazéh .

425
16 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Quizás el Eterno mirará mi aflicción, y me concederá el Eterno bienestar a


cambio de sus maldiciones del día de hoy.
(13)
ְׁ‫ָׁשיוְׁב ָׁ ֵ֑ד ֶרְךְׁ{ס}ְׁוְׁשמ ִ֡עיְׁהֹ לְךְׁ֩בְׁ ִ֨צלעְׁהָׁ ָ֜ ָׁהרְׁלְׁעֻמָׁ ִ֗תֹו‬ ּ֖ ָׁ ‫דְׁו ֲאנ‬
ַֽ ‫ויֵּ֧לְֶךְׁדָׁ ִ֛ו‬
‫ פ‬:‫ּ֖רְׁבע ָׁ ַָֽׁפר‬
ַֽ ֶ ‫לְׁבאֲבָׁ נים֙ ְׁלְׁעֻמָׁ ֵ֔תֹוְׁוְׁעפ‬
ַֽ ָׁ ‫הָׁ לֹוְך֙ ְׁויק ֵּ֔ללְׁויס ָּ֤ק‬
vaiélej davíd váanasháv badárej; {s} vêshim'í holej bêtzéla' hahár lê'umató
haloj vaiqalél, vaisaqél báavanim lê'umató, vê'ipár bé'afár.

Mientras David y los suyos iban por el camino, Shimí [Simei] iba por la
ladera del monte y paralelo a él, maldiciéndole, arrojando piedras frente a él y
esparciendo polvo.
(14)
:‫ּ֖שְׁשם‬
ַֽ ָׁ ‫ו ָׁי ִ֥ב ֹאְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ִ֥םְׁאֲשֶ ר־א ּ֖תֹוְׁעֲי ֵ֑פיםְׁוינָׁפ‬
vaiavó hamélej vêjol-ha'ám asher-itó 'aiefím; vainafésh shám.

El rey y todo el pueblo que estaba con él llegaron fatigados, y se reanimó allí.
(15)
:‫םְׁואֲחיתֹּ֖ פֶלְׁא ַֽתֹו‬
ַֽ ֵ֑ ָׁ‫לְׁבּ֖אּוְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ל‬
ָׁ ‫ְׁאישְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
֣ ֙‫וְׁאבשָׁ ִ֗לֹוםְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ם‬
vêavshalóm vêjol-ha'am ísh israél, báu iêrúshaláim; váajitófel itó.

Absalón [Abshalom] y todo el pueblo, los hombres de Israel, entraron en


Ierushalaim [Jerusalén]; y Ajitofel estaba con él.
(16)
ְׁ‫יְׁהאר ִ֛כיְׁרעֶ ִ֥הְׁדָׁ ּ֖ודְׁאֶ ל־אבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁו ָּ֤י ֹאמֶ ר‬ ַֽ ָׁ ‫אְׁחּוש‬
ֵּ֧ ‫ר־ב‬
ָׁ ֵּ֞ ֶ‫יְׁכאֲש‬
ַֽ ‫וי ִ֗ה‬
:‫חּושי֙ ְׁאֶ ל־אבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁיְׁ ִ֥חיְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁיְׁ ִ֥חיְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaihí káasher-bá jushái háarkí re'éh davíd el-avshalóm; vaiómer jushaí el-
avshalóm, iêjí hamélej iêjí hamélej.

Sucedió que cuando Husai el arquita, amigo de David, llegó ante Absalón
[Abshalom], Husai dijo a Absalón [Abshalom]: –¡Viva el rey! ¡Viva el rey!
(17)
ְׁ ָׁ‫ל־חּושיְׁזֶ ִ֥הְׁחסדְׁךּ֖ ְׁאֶ ת־רעֶ ֵ֑ךְׁלָׁ ִ֥מָׁ הְׁ ַֽל ֹא־הָׁ לּ֖כת‬
ֵ֔ ֶ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁא‬
:‫אֶ ת־ר ֶ ַֽעך‬
vaiómer avshalom el-jushái, zéh jasdêjá et-re'éja; lámah ló-halájta et-re'éja.

Absalón [Abshalom] preguntó a Husai: –¿De esta manera expresas tu lealtad


para con tu amigo? ¿Por qué no te fuiste con tu amigo?

426
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 16

(18)
ְׁ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁחּושי֮ ְׁאֶ ל־אבשָׁ לםְׁ֒ ֹּ֕ל ֹאְׁכיְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁבָׁ חֵּ֧רְׁיהוָׁ ִ֛הְׁוְׁהָׁ עָׁ ִ֥םְׁהזֶ ּ֖ה‬
:ְׁ‫ֹו)ְׁאהְׁיֶ ּ֖הְׁוְׁא ִ֥תֹוְׁא ַֽשב‬
ַֽ ֶ ִ֥‫ל־אישְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁלאְׁ(ל‬֣ ְׁ‫וְׁכ‬
vaiómer jushaí el-avshalom ló kí ashér bajár Adonai vêha'ám hazéh vêjol-ísh
israél; l (ló) éhêiéh vêitó eshév .

Husai respondió a Absalón [Abshalom]: –No. Yo seré de quien elijan el


Eterno, este pueblo y todos los hombres de Israel; y con él me quedaré.
(19)
ְׁ‫ֲשרְׁע ִָׁ֨בדתי֙ ְׁלפנ֣י‬
ָּ֤ ֶ ‫ֹוְׁכא‬
ַֽ ֵ֑‫֣יְׁאע ֵ֔ ֱֹבדְׁהֲלּ֖ ֹואְׁלפנ֣יְׁבְׁנ‬
ַֽ ֶ ‫וְׁהש ִ֗ניתְׁלְׁמי֙ ְׁאֲנ‬
‫ פ‬:‫ּ֖ןְׁאהְׁיֶ ִ֥הְׁלְׁפ ֶָׁנַֽיך‬
ַֽ ֶ ‫אָׁ ֵ֔ביךְׁכ‬
vêhashenít lêmí aní é'evód, haló lifnéi vênó; káashér 'avádtí lifnéi avíja, kén
éhêiéh lêfanéja.

Además, ¿a quién voy yo a servir? ¿No es a su hijo? Como he servido a tu


padre, así te serviré a ti.
(20)
:‫ּ֖הְׁמה־נע ֶ ֲַֽשה‬
ַֽ ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁאבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁאֶ ל־אֲחיתֵֹ֑ פֶלְׁהָׁ ִ֥בּוְׁלָׁכֶ ִ֛םְׁע ָׁצ‬
vaiómer avshalóm el-ajitófel; havú lajém 'etzáh máh-na'aséh.

Entonces Absalón [Abshalom] dijo a Ajitofel: –Da tu consejo sobre lo que


debemos hacer.
(21)
ְׁ‫ֲשרְׁהנּ֖יח‬ ִ֥ ֶ ‫ל־פלג ֣שיְׁאָׁ ֵ֔ביךְׁא‬
ַֽ ֶ‫םְׁבֹואְׁא‬
ֵ֚ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאֲחיתִֹ֨ ֶפלְׁ֙אֶ ל־אבשָׁ ֵ֔ל‬
ְׁ‫ְׁ֙כי־נב ֣אשתָׁ ְׁאֶ ת־אָׁ ֵ֔ביךְׁוְׁ ָׁח֣ז ֵ֔קּוְׁיְׁ ּ֖די‬
ַֽ ‫לש ֣מֹורְׁה ָׁבֵ֑יתְׁוְׁשָׁ ָּ֤מעְׁכְׁל־יש ָׁראל‬
:‫ֲשרְׁא ָׁ ַֽתְך‬ִ֥ ֶ ‫כְׁל־א‬
vaiómer ajitófel el-avshalóm, bó el-pílagshéi avíja, ashér hiníaj lishmór
habáit; vêshamá' kol-israel kí-niváshta et-avíja, vêjázqú, iêdéi kol-ashér itáj.

Y Ajitofel contestó a Absalón [Abshalom]: –Únete a las concubinas de tu


padre, que él dejó para guardar el palacio. Todo el pueblo de Israel oirá que te
has hecho odioso a tu padre, y se fortalecerán las manos de todos los que están
contigo.
(22)
ְׁ‫ל־פלג ֣שיְׁאָׁ ֵ֔ביו‬
ַֽ ֶ‫וי ֵּּ֧טּוְׁלְׁאבשָׁ לִ֛ ֹוםְׁהָׁ אֹּ֖ הֶ לְׁעל־הגָׁ ֵ֑גְׁו ָׁי ָּ֤ב ֹאְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁא‬
:‫לְׁעינּ֖יְׁכְׁל־יש ָׁר ַֽאל‬
vaiatú lêavshalóm haóhel 'al-hagág; vaiavó avshalom el-pílagshéi avív,
lê'einéi kol-israél.

427
16, 17 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces instalaron una tienda para Absalón [Abshalom] sobre la azotea, y él


se unió a las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.
(23)
ְׁ)‫ל־ְׁ(איש‬ּ֖ ‫ֲשרְׁישא‬ ִ֥ ֶ ‫םְׁכא‬
ַֽ ‫ֲשרְׁיָׁעץ֙ ְׁבי ָׁ֣מיםְׁהָׁ ֵ֔ה‬
ָּ֤ ֶ ‫ַֽועֲצ֣תְׁאֲחיתִֹ֗ ֶפלְׁא‬
‫ ס‬:ְׁ‫יםְׁכןְׁכְׁל־עֲצ֣תְׁאֲחיתֵֹ֔ פֶלְׁגם־לְׁדָׁ וּ֖דְׁגִ֥םְׁלְׁאבשָׁ לַֽ ם‬ ֵ֚ ‫ֱלה‬ֵ֑ ‫֣רְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫בדב‬
vá'atzát ajitófel ashér ia'atz baiamím hahém, káashér ishal- (ísh) bidvár
háelohím; kén kol-'atzát ajitófel, gam-lêdavíd gám lêavshalóm .

En aquellos días el consejo que daba Ajitofel era como si alguien consultara la
palabra de Elohim. Así era considerado todo consejo de Ajitofel, tanto por
David como por Absalón [Abshalom].

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 17


(1)
ְׁ‫ְׁאיש‬
ֵ֔ ֙‫רְׁאלֶף‬
ֶ ִ֨ ‫ָׁש‬
ִ֥ ָׁ ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁאֲחיתֹּ֖ פֶלְׁאֶ ל־אבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁאֶ בח ָׁ ֲ֣רהְׁ ִָׁ֗נאְׁשְׁנים־ע‬
:‫ִ֥הְׁאחֲרי־דָׁ וּ֖דְׁה ָׁ ַּֽליְׁלָׁה‬
ַֽ ָׁ‫וְׁאָׁ ִ֛קּומָׁ הְׁוְׁאֶ רדְׁפ‬
vaiómer ajitófel el-avshalóm; evjaráh ná shêneim-'asár élef ísh, vêaqúmah
vêerdêfáh ájarei-davíd haláiêlah.

Entonces Ajitofel dijo a Absalón [Abshalom]: –Permíteme escoger a 12000


hombres, y me levantaré y perseguiré a David esta noche.
(2)
ְׁ‫וְׁאָׁ ֣בֹואְׁ ָׁע ִָׁ֗ליוְׁוְׁ ָּ֤הּואְׁי ִָׁ֨ג ֙עְּׁורפ֣הְׁי ֵָׁ֔דיםְׁוְׁ ַֽהחֲרד ֣תיְׁאֹ ֵ֔תֹוְׁוְׁנָׁ ּ֖סְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ֣ם‬
:‫יתיְׁאֶ ת־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁלְׁב ַֽדֹו‬ ִ֥ ‫אֲשֶ ר־א ֵ֑תֹוְׁוְׁהכ‬
vêavó 'aláv vêhú iagé'á urféh iadáim, vêhájaradtí otó, vênás kol-ha'ám asher-
itó; vêhikeití et-hamélej lêvadó.

Caeré sobre él cuando esté cansado y desalentado. Lo atemorizaré, y todo el


pueblo que está con él huirá; entonces mataré sólo al rey.
(3)
ְׁ‫ֲשרְׁא ָׁ ֣תהְׁמְׁב ֵ֔קש‬
֣ ֶ ‫וְׁאָׁ ִ֥שיבָׁ הְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁאלֶ ֵ֑יךְׁכְׁ ֣שּובְׁה ֵ֔ ֹכלְׁהָׁ איש֙ ְׁא‬
:ְׁ‫ּ֖םְׁיהיֶ ִ֥הְׁשָׁ לַֽ ֹום‬
ַֽ ָׁ‫כְׁל־הָׁ ע‬
vêashívah jol-ha'ám eléja; kêshúv hakól, haish ashér atáh mêvaqésh, kol-
ha'ám íhiéh shalóm .

Él es el hombre a quien buscas. Así haré volver a ti a todo el pueblo; y cuando


todos hayan vuelto, todo el pueblo estará en paz.

428
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 17

(4)
‫ ס‬:‫ישרְׁהדָׁ ָׁבּ֖רְׁבְׁעינ֣יְׁאבשָׁ לֵ֑ םְּׁובעינּ֖יְׁכְׁל־זקנִ֥יְׁיש ָׁר ַֽאל‬
ִ֥ ‫וי‬
vaishár hadavár bê'einéi avshalóm; uv'einéi kol-ziqnéi israél.

El consejo pareció bueno a Absalón [Abshalom] y a todos los ancianos de


Israel.
(5)
ְׁ‫יְׁהאר ֵ֑כיְׁוְׁנשמְׁעָׁ ִ֥הְׁמה־בְׁ ּ֖פיו‬
ַֽ ָׁ ‫חּוש‬
֣ ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁקְׁ ָׁ ֣ראְׁ ֵָׁ֔נאְׁגּ֖םְׁל‬
:‫ם־הּוא‬ ַֽ ‫ג‬
vaiómer avshalóm, qêrá ná, gám lêjushái háarkí; vênishmê'áh mah-bêfív gam-
hú.

Pero Absalón [Abshalom] dijo: –Por favor, llamad también a Husai el arquita,
para que escuchemos asimismo lo que él tenga que decir.
(6)
ְׁ ֙‫ו ָׁי ֣ב ֹאְׁחּושי֮ ְׁאֶ ל־אבשָׁ לֹוםְׁ֒וי ֹאמֶ רְׁ֩אבשָׁ ִ֨לֹוםְׁא ָָׁ֜ליוְׁלאמִֹ֗ רְׁכדָׁ ָׁבָּ֤רְׁהזֶה‬
‫ ס‬:‫ם־איןְׁא ָׁ ִ֥תהְׁד ַֽבר‬
ּ֖ ‫ד ֶב֣רְׁאֲחיתֵֹ֔ פֶלְׁה ֲַֽנע ֶ ֲּ֖שהְׁאֶ ת־דְׁבָׁ ֵ֑רֹוְׁא‬
vaiavó jushaí el-avshalom vaiomer avshalóm eláv lemór kadavár hazeh dibér
ajitófel, haná'aséh et-dêvaró; im-áin atáh dabér.

Cuando Husai vino a Absalón [Abshalom], éste le habló diciendo: –De esta
manera ha hablado Ajitofel. ¿Seguiremos su consejo? Si no, habla tú.
(7)
ְׁ‫ֵּ֧הְׁהע ָׁצִ֛הְׁאֲשֶ ר־יָׁעִ֥ץְׁאֲחיתֹּ֖ פֶל‬
ַֽ ָׁ ‫א־טֹוב‬
ָׁ ֹ ‫רְׁחּושיְׁאֶ ל־אבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁ ַֽל‬
ּ֖ ֶ‫ו ִ֥י ֹאמ‬
:‫בפִ֥עםְׁה ַֽז ֹאת‬
vaiómer jushái el-avshalóm; ló-továh há'etzáh asher-ia'átz ajitófel bapá'am
hazót.

Husai dijo a Absalón [Abshalom]: –El consejo que ha dado Ajitofel esta vez
no es bueno.
(8)
ְׁ‫יםְׁהמָׁ ה‬
ִ֗ ‫יוְׁכיְׁגבֹ ֣ר‬ ֵּ֧ ָָׁ֜‫רְׁחּושיְׁא ָׁ ֣תהְׁ ַָׁ֠ידעתָׁ ְׁאֶ ת־אָׁ ִ֨ביךְׁוְׁאֶ ת־ ֲאנָׁש‬
ִ֗ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫ְׁאישְׁמלחָׁ ֵ֔ ָׁמהְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁי ָּׁ֖לין‬ ֣ ֙‫ְׁהמָׁ הְׁכְׁדִֹ֥ בְׁשכּ֖ ּולְׁבשָׁ ֶ ֵ֑דהְׁוְׁאָׁ ִ֨ביך‬
ֵ֔ ֙‫ּומָׁ ִ֥ריְׁ ִֶ֨נפֶש‬
:‫אֶ ת־הָׁ ָׁ ַֽעם‬
vaiómer jushái atáh iáda'ta et-avíja vêet-anasháv kí giborím hémah umaréi
néfesh hémah, kêdóv shakúl basadéh; vêavíjá ísh miljamáh, vêló ialín et-
ha'ám.

429
17 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

–Y Husai añadió–: Tú sabes que tu padre y sus hombres son valientes y que
están con ánimo provocado, como la osa en el campo a la que le han quitado
sus crías. Además, tu padre es hombre de guerra y no pasará la noche con el
pueblo.
(9)
ְׁ‫יםְׁאֹוְׁבְׁאח֣דְׁהמְׁקֹומֵֹ֑ תְׁוְׁהָׁ ִָׁ֗יה‬ ּ֖ ‫הְׁהּוא־נֶחבָׁ א֙ ְׁבְׁאח֣תְׁהפְׁחָׁ ֵ֔ת‬ ַֽ ‫ה ִ֨נהְׁע ָׁ ָּ֤ת‬
ְׁ‫ֲשר‬ּ֖ ֶ ‫רְׁהיְׁתָׁ ה֙ ְׁמג ֵָׁ֔פהְׁבָׁ ָֹּׁ֕עםְׁא‬
ַֽ ָׁ ‫כנ ָּ֤ ֹפלְׁבָׁ הֶ ם֙ ְׁבתְׁח ֵָּׁ֔להְׁוְׁשָׁ ָּ֤מעְׁהשֹ ִ֨מ ֙עְׁוְׁאָׁ ֵ֔מ‬
:‫ֲריְׁאבשָׁ לַֽ ם‬ ְִׁ֥ ‫ַֽאח‬
hinéh 'atáh hú-nejba bêaját hapêjatím, ó bêajád hamêqomót; vêhaiáh kinfól
bahem batêjiláh, vêshamá' hashomé'á vêamár, háiêtah magefáh, ba'ám ashér
ájaréi avshalóm.

He aquí que ahora estará escondido en alguna cueva o en otro lugar. Y


acontecerá que si al comienzo caen algunos del pueblo, cualquiera que lo oiga
dirá: 'Ha habido una matanza entre la gente que sigue a Absalón [Abshalom].'
(10)
‫סְׁכי־יֹ ָּ֤דעְׁכְׁל־‬
ַֽ ‫ִ֥בְׁהאריּ֖הְׁה ֣מסְׁי ָׁ ֵ֑מ‬
ַֽ ָׁ ‫ֲשרְׁל ִ֛בֹוְׁכְׁל‬
ִ֥ ֶ ‫ן־חילְׁא‬
ִ֗ ֶ‫וְׁ ֣הּואְׁגם־ב‬
:‫ֲשרְׁא ַֽתֹו‬
ִ֥ ֶ ‫ְׁ֙כי־ג ֣בֹורְׁאָׁ ֵ֔ביךְּׁובני־חּ֖ילְׁא‬
ַֽ ‫יש ָׁראל‬
vêhú gam-ben-jáil ashér libó kêlév háariéh himés imás; kí-iodé'a kol-israel kí-
gibór avíja, uvnei-jáil ashér itó.

Así, aun el hombre más valiente, cuyo corazón es como el corazón de un león,
sin duda desmayará. Porque todo Israel sabe que tu padre es un hombre
valiente y que los que están con él son hombres de valor.
(11)
ְׁ‫יְׁהאָׁ סֹ ףְׁיַֽאָׁ ִ֨סףְׁעָׁלֶ ָּ֤יךְׁכְׁל־יש ָׁראלְׁ֙מדָׁ ן֙ ְׁוְׁעד־בְׁ ֣ארְׁשֵֶ֔ בע‬ַֽ ַ֠ ‫֣כיְׁי ִָׁ֗עצת‬
:ְׁ‫כ ִ֥חֹולְׁאֲשֶ ר־על־היְָּׁׁ֖םְׁל ֵָׁ֑רֹ בְּׁופָׁנֶ ִ֥יךְׁהַֹֽ לְׁ ּ֖כיםְׁבק ָׁ ַֽרב‬
kí ia'átzti héasof iéaséf 'aléja jol-israel midan vê'ad-bêér shéva', kajól asher-'al-
haiám laróv; ufanéja hólêjím baqráv .

Aconsejo, pues, que todo Israel se reúna contigo, desde Dan hasta Beer Sheva,
tan numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y que tú en persona
vayas a la batalla.
(12)
ְׁ‫ֲשרְׁנמ ָׁצ֣אְׁשֵָׁ֔ םְׁוְׁנ֣חנּוְׁ ָׁע ֵָׁ֔ליו‬ ֣ ֶ ‫ּוב֣אנּוְׁא ִָׁ֗ליוְׁבאחתְׁ(בְׁאחָּ֤ד)ְׁהמְׁקֹומֹ ת֙ ְׁא‬ ָׁ
‫ל־ה ֲאנ ִָׁ֥שיםְׁאֲשֶ ר־‬ ַֽ ָׁ ְׁ‫רְׁבֹוְּׁובכ‬
ִ֛ ‫ל־האֲדָׁ ָׁ ֵ֑מהְׁוְׁל ֹא־נִ֥ ֹות‬
ַֽ ָׁ ‫ֲשרְׁי ִ֥ ֹפלְׁה ּּ֖טלְׁע‬
ִ֛ ֶ ‫ַֽכא‬
:‫א ּ֖תֹוְׁגם־אֶ ָׁ ַֽחד‬

430
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 17

uvánu eláv vjt (bêajád) hamêqomot ashér nimtzá shám, vênájnu 'aláv, káashér
ipól hatál 'al-háadamáh; vêlo-nótar bó uvjol-háanashím asher-itó gam-ejád.

Entonces iremos contra él en cualquier lugar donde se encuentre y caeremos


sobre él, como el rocío cae sobre la tierra. Y no dejaremos vivo a él ni a
ninguno de los hombres que están con él.
(13)
ְׁ‫יאּוְׁכל־יש ָׁר ִ֛אלְׁאֶ ל־הָׁ ִ֥עירְׁה ּ֖היאְׁחֲבָׁ ֵ֑לים‬
ַֽ ָׁ ‫וְׁאם־אֶ ל־עיר֙ ְׁיַֽאָׁ ֵ֔סףְׁוְׁה ֵּ֧ש‬
‫ פ‬:‫ִ֥אְׁשםְׁגם־צְׁ ַֽרֹור‬ּ֖ ָׁ ‫ֲשר־ ַֽל ֹא־נמ ָׁצ‬ַֽ ֶ ‫וְׁסָׁ חָּ֤בנּוְׁאֹ תֹו֙ ְׁעד־ה ֵ֔נחלְׁעִ֛דְׁא‬
vêim-el-'ir iéaséf, vêhisíu jál-israél el-ha'ír hahí javalím; vêsajávnu otó 'ad-
hanájal, 'ád ashér-ló-nimtzá shám gam-tzêrór.

Y si se retira a alguna ciudad, todos los de Israel llevaremos sogas a esa


ciudad, y la arrastraremos hasta el arroyo, de manera que no se encuentre allí
ni siquiera una piedrecita.
(14)
ְׁ‫יְׁהאר ֵ֔כי‬
ַֽ ָׁ ‫ְׁחּוש‬
֣ ֙‫לְׁטֹובהְׁעֲצת‬ ָׁ ִ֗ ‫ל־אישְׁיש ָׁר ֵ֔א‬ ֣ ְׁ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁוְׁכ‬
ְׁ‫ּטֹובה‬
ָׁ ֵ֔ ‫ַֽמעֲצּ֖תְׁאֲחיתֵֹ֑ ֶפלְׁ{ס}ְׁוַֽיהוָׁ ֣הְׁצ ִ֗ ָּׁוהְׁלְׁהָׁ ֵּ֞פרְׁאֶ ת־עֲצָּ֤תְׁאֲחיתִֹ֨ ֶפלְׁ֙ה‬
‫ ס‬:ְׁ‫ת־ה ָׁר ָׁ ַֽעה‬
ַֽ ָׁ ֶ‫לְׁ ַֽבע ֲִ֗בּורְׁהָׁ ֵּ֧ביאְׁיהוָׁ ִ֛הְׁאֶ ל־אבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁא‬
vaiómer avshalom vêjol-ísh israél, továh 'atzat jushái háarkí, mé'atzát ajitófel;
{s} váAdonai tziváh lêhafér et-'atzát ajitófel hatováh, lêvá'avúr haví Adonai
el-avshalóm et-hára'áh .

Entonces Absalón [Abshalom] y todos los hombres de Israel dijeron: –El


consejo de Husai el arquita es mejor que el consejo de Ajitofel. El Eterno
había determinado que el acertado consejo de Ajitofel se frustrara, para que el
Eterno hiciese caer el mal sobre Absalón [Abshalom].
(15)
ְׁ‫רְׁחּושיְׁאֶ ל־צָׁ ָּ֤דֹוקְׁוְׁאֶ ל־אֶ ביָׁתָׁ ר֙ ְׁה ֣ ֹכה ֲֵ֔ניםְׁ ָׁכ ֣ז ֹאתְׁוְׁכ ִָׁ֗ז ֹאתְׁיָׁעָּ֤ץ‬
ִ֗ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
ְׁ‫אֲחיתִֹ֨ ֶפלְׁ֙אֶ ת־אבשָׁ ֵ֔לםְׁוְׁ ּ֖אתְׁזקנ֣יְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁוְׁ ָׁכ ִ֥ז ֹאתְׁוְׁ ָׁכ ּ֖ז ֹאתְׁיָׁעִ֥צתי‬
:‫ָׁ ַֽאני‬
vaiómer jushái el-tzadóq vêel-eviatar hakóhaním, kazót vêjazót ia'átz ajitófel
et-avshalóm, vêét ziqnéi israél; vêjazót vêjazót ia'átzti áni.

Entonces Husai dijo a los sacerdotes Tzadoc [Sadoc] y Abiatar: –De esta y
esta manera aconsejó Ajitofel a Absalón [Abshalom] y a los ancianos de
Israel, y de esta y esta manera les aconsejé yo.

431
17 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(16)
ְׁ‫ל־תלֶןְׁה ִּ֨לילָׁה֙ ְׁבְׁ ַֽע ְׁר ֣בֹות‬ָּ֤ ָׁ ‫וְׁע ִ֡ ָׁתהְׁשל ֣חּוְׁמְׁה ָׁרהְׁ֩וְׁה ִ֨גידּוְׁלְׁדָׁ ָ֜ודְׁלאמִֹ֗ רְׁא‬
:‫ֲשרְׁא ַֽתֹו‬ ִ֥ ֶ ‫ֹורְׁתע ֲֵ֑בֹורְׁ ֵֶ֚פןְׁיְׁבֻּל֣עְׁל ֵ֔ ֶמלְֶךְּׁולכְׁל־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁא‬
ַֽ ‫המד ֵ֔ ָׁברְׁוְׁגּ֖םְׁע ָׁ֣ב‬
vê'atáh shiljú mêherah vêhagídu lêdavíd lemór al-tálen haláilah bê'árêvót
hamidbár, vêgám 'avór tá'avór; pén iêvulá' lamélej, uljol-ha'ám ashér itó.

Por tanto, mandad inmediatamente a informar a David, diciendo: 'No pases


esta noche en las llanuras del desierto. Cruza sin falta el Jordán, para que no
sea aniquilado el rey junto con toda la gente que está con él.'
(17)
ְׁ‫ץְׁעמְׁ ֣דיםְׁבְׁעין־רֹ ִ֗גלְׁוְׁ ָׁ ַֽהלְׁכָׁ ָּ֤הְׁהשפחָׁ ה֙ ְׁוְׁהג֣ידָׁ ה‬ ֹ ַֽ ‫ימע‬ ָ֜ ‫ןְׁואֲח‬ ַֽ ‫יהֹונ ִ֨ ָָׁׁת‬
ַֽ ‫ו‬
ְׁ‫דְׁכיְׁ ִ֥ל ֹאְׁיַֽ ּוכלִ֛ ּוְׁלְׁ ַֽה ָׁר ּ֖אֹותְׁל ִָׁ֥בֹוא‬
֣ ‫ל ֵ֔ ֶָׁהםְׁוְׁהם֙ ְׁיַֽלְׁכֵ֔ ּוְׁוְׁהגּ֖ידּוְׁל ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֑ו‬
:‫הָׁ ַֽע ָׁירה‬
vihónatán váajimá'atz 'ómêdím bê'ein-rogél vêhálêjáh hashifjah vêhigídah
lahém, vêhem iélêjú, vêhigídu lamélej davíd; kí ló íujlú lêhéraót lavó ha'írah.

Iehonatán [Jonatán] y Ajimaas estaban junto a En-rogel. Una criada había de


ir e informarles, porque ellos no debían exponerse yendo a la ciudad. Y ellos
habían de ir e informar al rey David.
(18)
‫יהםְׁמְׁה ָׁ ָ֜רהְׁויָׁבֹ֣ אּוְׁ׀ְׁאֶ ל־‬ ֶ ִ֨ ‫ויַָּֽ֤ראְׁאֹ תָׁ ם֙ ְֵׁ֔נערְׁויגּ֖דְׁלְׁאבשָׁ לֵ֑ םְׁויַֽלְׁכּוְׁ֩שְׁנ‬
:‫דּוְׁשם‬
ַֽ ָׁ ‫רְׁבחֲצ ּ֖רֹוְׁויִַֽ֥ר‬ ַֽ ‫חּוריםְׁוְׁלִ֥ ֹוְׁבְׁ ִ֛א‬
ִ֗ ‫ית־אישְׁבְׁ ַֽב‬
֣ ‫ַֽב‬
vaiár otam ná'ar, vaiagéd lêavshalóm; vaiélêjú shêneihém mêheráh vaiavóu |
el-béit-ísh bêvájurím vêló vêér bájatzeró vaiérdu shám.

Pero un muchacho los vio e informó a Absalón [Abshalom]. Por tanto, los dos
se dieron prisa y llegaron a la casa de un hombre en Bajurim, quien tenía un
pozo en su patio, y se metieron dentro de él.
(19)
ְׁ‫חְׁהאשִָׁ֗ הְׁותפ ָּ֤רֹ שְׁאֶ ת־המָׁ סָׁ ְך֙ ְׁעל־פְׁנ֣יְׁהבְׁ ֵ֔ארְׁותשטִ֥חְׁעָׁלָׁ ּ֖יו‬ ַֽ ָׁ ‫ות ֣ק‬
:‫אְׁנֹודעְׁדָׁ ָׁ ַֽבר‬
ּ֖ ֹ ‫ָׁ ַֽהר ֵ֑פֹותְׁוְׁ ִ֥ל‬
vatiqáj háisháh vatifrós et-hamasaj 'al-pênéi habêér, vatishtáj 'aláv hárifót;
vêló nodá' davár.

La esposa tomó una manta, la extendió sobre la boca del pozo y tendió sobre
ella grano trillado; y nada se supo del asunto.

432
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 17

(20)
ְׁ ֙‫ימעץ‬ִ֨ ‫ֹוםְׁאל־הָׁ אשָָׁ֜ הְׁה ִ֗ביתָׁ הְׁו ַֽי ֹאמְׁרּו֙ ְׁא ִ֗יהְׁאֲח‬
ַֽ ֶ ‫ויָׁבֹ֣ אּוְׁעבדיְׁ֩אבשָׁ ִ֨ל‬
ְׁ‫הְׁעבְׁ ּ֖רּוְׁמיכ֣לְׁה ָׁ ֵ֑מיםְׁויבקשּו֙ ְׁוְׁ ֣ל ֹא‬ ַֽ ָׁ ֵָׁ֔‫ְׁהאש‬ ַֽ ָׁ ֙‫יהֹונ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁו ָּ֤ת ֹאמֶ רְׁלָׁהֶ ם‬
֣ ‫ו‬
‫ ס‬:‫מָׁ ֵ֔ ָׁצאּוְׁוי ָֻׁשּ֖בּוְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiavóu 'avdeí avshalóm él-haisháh habáitah vaiómêrú aiéh ajimá'atz
vihónatán, vatómer lahem háisháh, 'ávêrú mijál hamáim; vaivaqshú vêló
matzáu, vaiashúvu iêrúshaláim.

Cuando los servidores de Absalón [Abshalom] llegaron a la casa de la mujer,


le preguntaron: –¿Dónde están Ajimaas y Iehonatán [Jonatán]? La mujer les
respondió: –Ya han pasado el depósito de agua. Ellos los buscaron, pero no
los hallaron; y se volvieron a Ierushalaim [Jerusalén].
(21)
ְׁ‫ְׁמהבְׁ ֵ֔ארְׁוי֣לכֵ֔ ּוְׁויגּ֖דּוְׁל ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ֵ֑ודְׁו ַֽי ֹאמְׁ ֣רּו‬
ַֽ ֙‫יְׁ׀ְׁאח ֲ֣ריְׁלֶכ ִ֗ ָׁתםְׁוַַֽֽיעֲלּו‬
ַֽ ‫וי ֣ה‬
ְׁ‫דְׁקּומּוְׁוְׁעב ָּ֤רּוְׁמְׁה ָׁרה֙ ְׁאֶ ת־ה ֵ֔מיםְׁכי־כָׁ ִ֛ כָׁהְׁיָׁעִ֥ץְׁעֲליכֶ ּ֖ם‬ ֣ ‫אֶ ל־דָׁ ִ֗ו‬
:‫אֲחיתַֹֽ פֶל‬
vaihí | ájaréi lejtám váia'alú méhabêér, vaiéljú, vaiagídu lamélej davíd;
vaiómêrú el-davíd qúmu vê'ivrú mêherah et-hamáim, ki-jájah ia'átz 'aleijém
ajitófel.

Y sucedió que después que se habían ido, los hombres salieron del pozo.
Luego fueron e informaron al rey David diciéndole: –Levantaos y daos prisa
para cruzar las aguas, porque así ha aconsejado Ajitofel contra vosotros.
(22)
ְׁ‫ד־אֹורְׁה ִ֗ ֹבקֶ ר‬
֣ ‫ֲשרְׁא ֵ֔תֹוְׁויַֽעב ּ֖רּוְׁאֶ ת־היר ֵ֑דןְׁע‬
֣ ֶ ‫ויָׁ ַֽ֣קְׁםְׁדָׁ ִ֗ודְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְׁא‬
:‫ֲשרְׁ ַֽל ֹא־עָׁבּ֖רְׁאֶ ת־היר ַֽדן‬ ִ֥ ֶ ‫עד־אחד֙ ְׁ ֣ל ֹאְׁנֶע ֵ֔ ָׁדרְׁא‬
vaiáqom davíd vêjol-ha'am ashér itó, vaiá'avrú et-haiardén; 'ad-ór habóqer 'ad-
ajad ló ne'dár, ashér ló-'avár et-haiardén.

Entonces David se levantó, junto con toda la gente que estaba con él, y
cruzaron el Jordán. Para el amanecer no quedó ni uno solo que no hubiese
cruzado el Jordán.
(23)
ְׁ‫שְׁאת־הח ֲִ֗מֹורְׁו ָָׁ֜יקְׁם‬ ַֽ ֶ ֹ֣‫אְׁנעֶשתָׁ ה֮ ְׁעֲצָׁ תֹוְׁ֒ו ַֽיחֲב‬
ַֽ ֶ ֹ ‫הְׁכיְׁ ֣ל‬
֣ ‫ֶלְׁר ִ֗ ָׁא‬
ָׁ ‫ַֽואֲחיתֹ֣ פ‬
ְׁ‫יתֹוְׁויַֽחָׁ נֵ֑קְׁו ָֹּׁ֕ימָׁ תְׁויקָׁ בּ֖רְׁבְׁ ֶ ִ֥קבֶ ר‬
ּ֖ ‫ירֹוְׁויצִ֥וְׁאֶ ל־ב‬ ֵ֔ ‫ויָּ֤לְֶךְׁאֶ ל־ביתֹו֙ ְׁאֶ ל־ע‬
‫ ס‬:‫אָׁ ַֽביו‬

433
17 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

váajitófel raáh kí ló né'estah 'atzató vaiájavósh ét-hajamór vaiáqom vaiélej el-


beitó el-'iró, vaitzáv el-beitó vaiéjanáq; vaiámat vaiqavér bêqéver avív.

Al ver Ajitofel que no se había seguido su consejo, aparejó el asno, partió y se


fue a su casa, en su ciudad. Después de poner en orden su casa, se ahorcó y
murió. Entonces fue sepultado en la tumba de su padre.
(24)
ְׁ‫ל־איש‬
ִ֥ ְׁ‫ןְׁהּואְׁוְׁכ‬
ֹּ֕ ‫דְׁב֣אְׁ ַֽמחֲנָׁ ֵַֽ֑ימָׁ הְׁוְׁאבשָׁ ִ֗לםְׁעָׁבר֙ ְׁאֶ ת־היר ֵ֔ד‬
ָׁ ‫וְׁדָׁ ּ֖ו‬
:‫יש ָׁר ּ֖אלְׁע ַֽמֹו‬
vêdavíd bá májanáimah; vêavshalóm 'avar et-haiardén, hú vêjol-ísh israél
'imó.

David llegó a Majanaim, y Absalón [Abshalom] cruzó el Jordán con todos los
hombres de Israel.
(25)
ְׁ‫ן־איש‬
ִ֗ ֶ‫ֵ֑אְׁועֲמָׁ ָׁ ֣שאְׁב‬ ַֽ ‫תְׁיֹואבְׁעל־הצָׁ ָׁב‬
ּ֖ ָׁ ‫םְׁתח‬
ִ֥ ִ֛‫אְׁשםְׁאבשָׁ ל‬
ֵּ֧ ָׁ ִָׁ֗‫וְׁ אֶ ת־עֲמָׁ ש‬
ְׁ‫ּושמֹו֙ ְׁית ָׁ ֣ראְׁהישרְׁא ֵ֔ליְׁאֲשֶ ר־בָׁ א֙ ְׁאֶ ל־אֲביג֣לְׁבת־נ ֵ֔ ָָׁׁחשְׁא ֲִ֥חֹות‬
:‫םְׁיֹואב‬
ַֽ ָׁ ‫ּ֖הְׁא‬
ִ֥ ָׁ‫צְׁרּוי‬
vêet-'amasá sám avshalóm tájat ioáv 'al-hatzavá; vá'amasá ven-ísh ushmó itrá
haisrêelí, asher-ba el-avigál bat-najásh, ajót tzêruiáh ém ioáv.

Absalón [Abshalom] había puesto a Amasa al mando del ejército, en lugar de


Ioav [Joab]. Amasa era hijo de un hombre llamado Iter [Jeter] el israelita, que
se había unido a Abigaíl hija de Najas y hermana de Tzeruiá [Sarvia], que era
la madre de Ioav [Joab].
(26)
‫ ס‬:‫םְׁא ֶרץְׁהגל ָׁ ַֽעד‬
ּ֖ ֶ ‫ויָּ֤חןְׁיש ָׁראלְׁ֙וְׁאבשָׁ ֵ֔ל‬
vaíjan israel vêavshalóm, éretz hagil'ád.

Absalón [Abshalom] y los de Israel acamparon en la tierra de Galaad.


(27)
ְׁ‫שְׁמרב֣תְׁבְׁנַֽי־ע ִ֗מֹוןְּׁומָׁ ָּ֤כיר‬ ַֽ ‫דְׁמחֲנָׁ ֵַֽ֑ימָׁ הְׁוְׁשֹ ִ֨ביְׁבֶ ן־נ ָ֜ ָָׁׁח‬
ַֽ ‫וי ֹּ֕היְׁכְׁ ִ֥בֹואְׁדָׁ ּ֖ו‬
:‫בֶ ן־עמיאלְׁ֙מ ּ֣ל ֹאְׁדְׁ ֵ֔ ָׁברְּׁוברזּלִ֥יְׁהגלע ָּׁ֖דיְׁמ ַֽרֹ גְׁ ַֽלים‬
vaihí kêvó davíd májanáimah; vêshoví ven-najásh mérabát bênéi-'amón
umajír ben-'amiel miló dêvár, uvarzilái hagil'adí merógêlím.

Y aconteció que cuando David llegó a Majanaim, Sobi hijo de Najas, de Rabá
de los hijos de Amón; Maquir hijo de Amiel, de Lo-debar; y Barzilai el
galadita, de Rogelim,

434
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 17, 18

(28)
ְׁ‫ּופֹול‬
ִ֥ ְׁ‫יְׁיֹוצרְׁוְׁח ִּ֥טיםְּׁושעֹ ּ֖ריםְׁוְׁ ֶ ֣קמחְׁוְׁקָׁ ֵ֑לי‬
ֵ֔ ‫משכָׁ ָּ֤בְׁוְׁספֹות֙ ְּׁוכ ֣ל‬
:‫ַֽועֲדָׁ ּ֖שיםְׁוְׁקָׁ ַֽלי‬
mishkáv vêsapot ujlí iotzér, vêjitím us'orím vêqémaj vêqalí; ufól vá'adashím
vêqalí.

trajeron camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado,
habas, lentejas,
(29)
ְׁ‫ּודב֣שְׁוְׁחֶ מ ִ֗ ָׁאהְׁוְׁצ ֹאן֙ ְּׁוש ֣פֹותְׁבָׁ ֵ֔ ָׁקרְׁהגֵּ֧ישּוְׁלְׁדָׁ ִ֛ודְׁוְׁלָׁעָׁ ִ֥םְׁאֲשֶ ר־א ּ֖תֹו‬
‫ ס‬:‫םְׁרעִ֛בְׁוְׁעָׁיִַֽ֥ףְׁוְׁצָׁ ּ֖מאְׁבמד ָׁ ַֽבר‬ ָׁ ‫יְׁאמְׁ ֵ֔רּוְׁהָׁ ִָׁ֗ע‬
ַֽ ָׁ ‫ֹולְׁכ‬
֣ ֵ֑‫ֶ ַֽלאֱכ‬
udvásh vêjemáh vêtzon ushfót baqár, higíshu lêdavíd vêla'ám asher-itó léejól;
kí ámêrú, ha'ám ra'év vê'aiéf vêtzamé bamidbár.

miel, mantequilla, ovejas y queso de vaca, y los presentaron a David y al


pueblo que estaba con él, para que comiesen. Porque pensaron: 'La gente está
hambrienta, cansada y sedienta en el desierto.'

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 18


(1)
ְׁ‫יהםְׁשָׁ ִ֥ריְׁ ֲאל ָּׁ֖פיםְׁוְׁשָׁ ִ֥רי‬
ֶ ֵ֔ ‫ֲשרְׁא ֵ֑תֹוְׁויָׁ ֣שֶ םְׁעֲל‬
֣ ֶ ‫ויפקֹ֣ דְׁדָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ת־הָׁ ָׁעּ֖םְׁא‬
‫ ס‬:‫מ ַֽאֹות‬
vaifqód davíd, et-ha'ám ashér itó; vaiásem 'aleihém, saréi alafím vêsaréi
meót.

David pasó revista a la gente que estaba con él, y puso sobre ellos jefes de
millares y jefes de centenas.
(2)
ְׁ‫ישי‬ ָּ֤ ‫ְׁוהשְׁלשיתְׁבְׁ ִ֨ידְׁאֲב‬ ְַׁ֠ ֙‫ויש ִּ֨לחְׁדָׁ ָ֜ודְׁאֶ ת־הָׁ ִָׁ֗עםְׁהשְׁל ָּ֤שיתְׁבְׁיד־יֹואָׁ ב‬
ְׁ ֙‫יְׁיֹואבְׁוְׁ ִ֨השְׁל ֵ֔שתְׁבְׁיּ֖דְׁא ֣תיְׁהג ֵ֑תיְׁ{ס}ְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך‬
ָׁ ֵ֔ ‫בֶ ן־צְׁרּויָׁה֙ ְׁא ֲ֣ח‬
:‫אֶ ל־הָׁ ֵ֔ ָׁעְׁםְׁ ָׁי ִ֥צ ֹאְׁא ִ֛צאְׁגם־אֲנּ֖יְׁעמָׁ ֶ ַֽכם‬
vaishaláj davíd et-ha'ám hashêlishít bêiad-ioav vêhashêlishit bêiád avishái
ben-tzêruiah ají ioáv, vêháshêlishít, bêiád itái hagití; {s} vaiómer hamélej el-
ha'ám, iatzó etzé gam-aní 'imajém.

Luego David envió a la gente: una tercera parte al mando de Ioav [Joab], otra
tercera parte al mando de Abisai, hijo de Tzeruiá [Sarvia] y hermano de Ioav

435
18 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

[Joab], y la otra tercera parte al mando de Itai el geteo. Luego el rey dijo al
pueblo: –Yo mismo iré también con vosotros.
(3)
‫֣ינּוְׁלבְׁוְׁאם־‬
ִ֗ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁהָׁ ָָׁ֜עםְׁ ֣ל ֹאְׁת ִ֗צאְׁכיְׁ֩אם־ ִֹ֨נסְׁנָׁנָ֜ ּוסְׁ ַֽל ֹא־י ֵָּׁ֧שימּוְׁאל‬
ְׁ‫בְׁכי־ע ָׁ ִ֥תהְׁכָׁמֹּ֖ נּוְׁעֲשָׁ ָׁ ֣רהְׁ ֲאל ֵָׁ֑פים‬
ַֽ ‫יָׁמֻ ָּ֤תּוְׁחֶ צ ִ֨ינּו֙ ְׁ ַֽל ֹא־י ָָּׁ֤שימּוְׁא ִ֨לינּו֙ ְֵׁ֔ל‬
‫ ס‬:)‫י־תהיֶה־ּלָׁ ִ֥נּוְׁמ ּ֖עירְׁלעזירְׁ(לעזַֽ ֹור‬ ַֽ ‫ֹובְׁכ‬
ַֽ ‫הְׁט‬ ֵ֔ ‫וְׁע ָׁ ֣ת‬
vaiómer ha'ám ló tetzé kí im-nós nanús ló-iasímu eléinu lév vêim-iamútu
jetziénú ló-iasímu eléinú lév, kí-'atáh jamónu 'asaráh alafím; vê'atáh tóv, kí-
tíhieh-lánu me'ír l'zyr (la'zór).

Pero el pueblo dijo: –No irás; porque si nosotros tenemos que huir, no harán
caso de nosotros. Aunque muera la mitad de nosotros, no nos harán caso. Pero
tú vales hoy tanto como 10000 de nosotros. Ahora pues, será mejor que nos
des ayuda desde la ciudad.
(4)
ְׁ ֙‫ּ֖םְׁאע ֶ ֱֵ֑שהְׁו ַֽיעֲמָֹּ֤ דְׁה ִ֨ ֶמלְֶך‬
ַֽ ֶ ֶ‫יטבְׁבְׁ ַֽעיניכ‬ ִ֥ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאֲליהֶ ם֙ ְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁאֲשֶ ר־י‬
:‫אֶ ל־י֣דְׁה ֵ֔שערְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְָׁׁיַֽצְׁ ֵ֔אּוְׁלְׁמ ּ֖אֹותְׁוְׁ ַֽל ֲאל ַָֽׁפים‬
vaiómer aleihem hamélej, asher-itáv bê'éineijém é'eséh; vaiá'amód hamélej el-
iád hashá'ar, vêjol-ha'am iátzêú, lêmeót vêláalafím.

El rey les dijo: –Haré lo que os parezca bien. Entonces el rey se quedó de pie
junto a la puerta mientras todo el pueblo salía de cien en cien y de mil en mil.
(5)
ְׁ‫ט־ליְׁלנ֣ער‬
ּ֖ ‫ישיְׁוְׁאֶ ת־אתי֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁלְׁא‬ָּ֤ ‫ת־יֹואְׁבְׁוְׁאֶ ת־אֲב‬ ַ֠ ֶ‫ויצ֣וְׁה ִ֡ ֶמלְֶךְׁא‬
‫֣םְׁשמְׁ ִ֗עּוְׁבְׁצְִֹּׁ֥ותְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁאֶ ת־כְׁל־השָׁ ּ֖ריםְׁעל־‬
ַֽ ָׁ ָׁ‫לְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁוְׁכְׁל־הָׁ ע‬
:‫דְׁבִ֥רְׁאבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaitzáv hamélej et-íoov vêet-avishái vêet-itaí lemór, lêat-lí laná'ar lêavshalóm;
vêjol-ha'ám shámê'ú bêtzaúot hamélej et-kol-hasarím 'al-dêvár avshalóm.

Y el rey mandó a Ioav [Joab], a Abisai y a Itai, diciendo: –Tratad


benignamente al joven Absalón [Abshalom], por consideración a mí. Y todo
el pueblo escuchó cuando el rey dio orden a todos los jefes acerca de Absalón
[Abshalom].
(6)
:‫ויצִ֥אְׁהָׁ עָׁ ִ֛םְׁהשָׁ ֶ ּ֖דהְׁלק ֣ראתְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁותְׁ ִ֥היְׁהמלחָׁ ָׁ ּ֖מהְׁבְׁיִ֥ערְׁאֶ פ ָׁ ַֽרים‬
vaietzé ha'ám hasadéh liqrát israél; vatêhí hamiljamáh bêiá'ar efráim.

La gente salió al campo al encuentro de Israel, y se dio la batalla en el bosque


de Efraín.

436
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 18

(7)
ְׁ‫וינָׁ ַָּֽ֤גפּוְׁשָׁ ם֙ ְׁע֣םְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁלפנּ֖יְׁעב ֣דיְׁדָׁ ֵ֑ודְׁותְׁהי־שֵָּׁ֞ םְׁהמגפָׁ ֵּ֧הְׁגְׁדֹולָׁ ִ֛ה‬
:‫יםְׁאלֶף‬
ַֽ ָׁ ‫ביִ֥ ֹוםְׁה ּ֖הּואְׁעֶש ִ֥ר‬
vainágfu sham 'ám israél, lifnéi 'avdéi davíd; vatêhi-shám hamagefáh gêdoláh
baióm hahú 'esrím álef.

Allí cayó el pueblo de Israel ante los servidores de David. Aquel día hubo allí
una gran matanza de 20000 hombres.
(8)
ְׁ‫י־שםְׁהמלחָׁ ָׁ ִ֛מהְׁנפצותְׁ(נ ָּׁ֖פֹוצֶ ת)ְׁעל־פְׁנ֣יְׁכְׁל־הָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁויֶ ָּ֤ ֶַֽרב‬ ֵּ֧ ָׁ ‫ותְׁה‬
:‫רְׁאכְׁלָׁ ִ֛הְׁה ֶח ֶּ֖רבְׁביִ֥ ֹוםְׁה ַֽהּוא‬
ַֽ ָׁ ‫ֲש‬
ִ֥ ֶ ‫םְׁמא‬
ַֽ ‫ְׁלא ֣ ֱֹכלְׁבָׁ ֵָׁ֔ע‬ ַֽ ֶ ֙‫ה ִ֨יער‬
vatêhi-shám hamiljamáh nftzvt (nafótzet) 'al-pênéi jol-haáretz; vaiérev haiá'ar
léejól ba'ám, méashér ájêláh hajérev baióm hahú.

La batalla se extendió por toda la región, y aquel día el bosque devoró más
gente que la que había devorado la espada.
(9)
ְׁ‫ויקָׁ רא֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁלפנּ֖יְׁעב ֣דיְׁדָׁ ֵ֑ודְׁוְׁאבשָׁ ֵּ֞לֹוםְׁרֹ כ֣בְׁעל־ה ִֶ֗פ ֶרדְׁו ָׁי ֣ב ֹא‬
ְׁ‫ֹוְׁבא ִָׁ֗להְׁויֻתן֙ ְׁבָּ֤ין‬
ַֽ ָׁ ‫ֹאש‬
֣ ‫ְׁ֩הא ִָׁ֨להְׁהגְׁדֹו ָָׁ֜להְׁו ֶ ַֽיחֱזֵּ֧קְׁר‬
ַֽ ָׁ ‫דְׁתחתְׁשֹובֶ ְך‬ ֣ ‫ה ִֶ֡פ ֶר‬
:‫השָׁ ִ֨מים֙ ְּׁוב֣יןְׁהָׁ ֵ֔ ָׁא ֶרץְׁוְׁהפֶ ִֶ֥רדְׁאֲשֶ ר־תח ָׁ ּ֖תיוְׁע ָׁ ַָֽׁבר‬
vaiqare avshalóm, lifnéi 'avdéi davíd; vêavshalóm rojév 'al-hapéred vaiavó
hapéred tájat sovej háeláh hagêdoláh vaiéjezáq roshó váeláh vaiutan béin
hashamáim uvéin haáretz, vêhapéred asher-tajtáv 'avár.

Sucedió que Absalón [Abshalom] se encontró con los servidores de David.


Absalón [Abshalom] iba montado sobre un mulo, y el mulo se metió por
debajo del espeso ramaje de una gran encina. A Absalón [Abshalom] se le
enredó la cabeza en la encina, de modo que quedó colgado entre el cielo y la
tierra, mientras el mulo que estaba debajo de él siguió adelante.
(10)
ְׁ‫יֹואבְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁהנה֙ ְָׁׁר ֣איתיְׁאֶ ת־אבשָׁ ֵ֔לםְׁתָׁ לּ֖ ּוי‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫ְׁאישְׁאֶ ֵ֔ ָׁחדְׁויגּ֖דְׁל‬
֣ ֙‫וירא‬
:‫ָׁ ַֽבא ָׁ ַֽלה‬
vaiar ísh ejád, vaiagéd lêioáv; vaiómer hineh raíti et-avshalóm, talúy báeláh.

Un hombre lo vio y avisó a Ioav [Joab] diciendo: –He aquí que he visto a
Absalón [Abshalom] colgado de una encina.

437
18 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(11)
ְׁ‫יתֹוְׁ ָׁ ּ֖שם‬
ִ֥ ‫֣הְׁר ֵ֔איתָׁ ְּׁומ ִ֛דּועְׁ ַֽל ֹא־הכ‬
ָׁ ‫֣ידְׁלֹוְׁוְׁהנ‬
ֵ֔ ‫רְׁיֹואבְׁלָׁאיש֙ ְׁהמג‬ ָׁ ִ֗ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
:‫ףְׁוחֲגֹ ָׁ ּ֖רהְׁאֶ ָׁ ַֽחת‬
ַֽ ֶ‫ָׁ ֵ֑ארצָׁ הְׁוְׁע ִָׁ֗ליְׁלָׁ ָּ֤תֶ תְׁלְׁך֙ ְׁע ָׁ ֲ֣ש ָׁרהְׁ ֵֶ֔כס‬
vaiómer ioáv laish hamagíd ló, vêhinéh raíta, umadú'a ló-hikitó shám ártzah;
vê'alái látet lêjá 'asárah jésef, vájagoráh eját.

Ioav [Joab] respondió al hombre que le dio la noticia: –Y viéndolo tú, ¿por
qué no lo mataste allí mismo, derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado diez
piezas de plata y un cinturón.
(12)
ְׁ‫ְׁאלֶף‬ ֣ ֶ ֙‫ּוא)ְׁאנֹ ָ֜כיְׁשֹ ָּ֤קלְׁעל־כפי‬ ַֽ ָׁ ‫ל־יֹואבְׁולאְׁ(וְׁ ִ֨ל‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁהָׁ איש֙ ְׁא‬
ְׁ‫ְֶךְׁכיְׁבְׁאְׁז ָ֜נינּוְׁצּוָׁ ֣הְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁאַַֹֽ֠ תְׁך‬ ֣ ‫ֵֶ֔כסֶ ףְׁ ַֽל ֹא־אֶ שלִ֥חְׁי ָּׁ֖דיְׁאֶ ל־בֶ ן־ה ֶ ֵ֑מל‬
:‫רּו־מיְׁבנּ֖ערְׁבְׁאבשָׁ לַֽ ֹום‬ ֹּ֕ ‫ישיְׁוְׁאֶ ת־אתי֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁשמ‬ ָּ֤ ‫וְׁאֶ ת־אֲב‬
vaiómer haish el-ioáv, vl (vêlú) ánojí shoqél 'al-kapaí élef késef, ló-eshláj iadí
el-ben-hamélej; kí vêoznéinu tziváh hamélej ótêja vêet-avishái vêet-itaí lemór,
shimru-mí baná'ar bêavshalóm.

El hombre respondió a Ioav [Joab]: –Aunque yo recibiera en mi mano mil


piezas de plata, no extendería mi mano contra el hijo del rey, porque nosotros
oímos cuando el rey os mandó a ti, a Abisai y a Itai, diciendo: 'Cuidadme al
joven Absalón [Abshalom].'
(13)
ְׁ‫ַֽאֹו־ע ָָּׁ֤שיתיְׁבנפשוְׁ(בְׁנפשי֙ )ְׁשֵֶ֔ קֶ רְׁוְׁכְׁל־דָׁ ָׁבּ֖רְׁ ַֽל ֹא־יכָׁח֣דְׁמן־ה ֶ ֵ֑מלְֶך‬
:‫וְׁא ָׁ ּ֖תהְׁתתי ִ֥צבְׁמ ֶנַַֽֽגֶד‬
ó-'asíti vnfsv (vênafshí) shéqer, vêjol-davár ló-ikajéd min-hamélej; vêatáh
titiatzév minéged.

Si yo hubiera arriesgado mi vida [y nada se le esconde al rey], tú mismo


habrías estado en contra.
(14)
ְׁ‫רְׁיֹואבְׁל ֹא־כּ֖ןְׁאֹ ֣חילָׁהְׁלְׁפָׁנֶ ֵ֑יךְׁויקחְׁ֩שְׁלשִָׁ֨ הְׁשְׁבָׁ ָ֜טיםְׁבְׁכ ִ֗פֹו‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ֣י ֹאמ‬
:‫ִ֥בְׁהא ָׁ ַֽלה‬
ַֽ ָׁ ‫ֹוםְׁעֹודנּוְׁחּ֖יְׁבְׁל‬
ִ֥ ֶ ‫ויתקָׁ עם֙ ְׁבְׁל֣בְׁאבשָׁ ֵ֔ל‬
vaiómer ioáv, lo-jén ojílah lêfanéja; vaiqaj shêlosháh shêvatím bêjapó
vaitqa'em bêlév avshalóm, 'odénu jái bêlév háeláh.

Ioav [Joab] respondió: –No perderé mi tiempo contigo. Y tomando tres dardos
en su mano, los clavó en el corazón de Absalón [Abshalom], que aún estaba
vivo en medio de la encina.

438
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 18

(15)
:‫֣יְׁיֹואבְׁויכִ֥ ּוְׁאֶ ת־אבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁוימ ֻ ַֽתהּו‬
ֵ֑ ָׁ ‫יםְׁנשְׁ ּ֖איְׁכְׁל‬
ֹ ַֽ ‫ויָׁסִֹ֨ בּו֙ ְׁעֲשָׁ ָׁ ֣רהְׁנְׁע ֵָׁ֔ר‬
vaiasóbú 'asaráh nê'arím, nósêéi kêléi ioáv; vaiakú et-avshalóm vaimitúhu.

Luego lo rodearon diez jóvenes, escuderos de Ioav [Joab], e hirieron a


Absalón [Abshalom] y lo remataron.
(16)
ְׁ‫ףְׁאח ֲ֣ריְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁ ַֽכי־חָׁ ִ֥שְך‬
ַֽ ֹּ֖‫וית ָּ֤קעְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁבשֹ ֵָׁ֔פרְׁויָׁ ֣שְׁבְׁהָׁ ֵָׁ֔עםְׁמרד‬
:‫יֹואבְׁאֶ ת־הָׁ ָׁ ַֽעם‬
ּ֖ ָׁ
vaitqá' ioav bashofár, vaiáshov ha'ám, mirdóf ájaréi israél; kí-jasáj ioáv et-
ha'ám.

Entonces Ioav [Joab] tocó el shofar, y el pueblo dejó de perseguir a Israel,


porque Ioav [Joab] detuvo al pueblo.
(17)
ְׁ‫ויק ֣חּוְׁ אֶ ת־אבשָׁ ִ֗לֹוםְׁויש ִ֨לכּוְׁאֹ ָּ֤תֹוְׁב ִ֨יער֙ ְׁאֶ ל־הפ֣חתְׁהגָׁדֵ֔ ֹולְׁוי ֵּ֧צבּו‬
:‫ּ֖סּוְׁאישְׁלְׁאַֹֽ הָׁ ָׁ ַֽלו‬
ִ֥ ָׁ‫עָׁלָׁ ִ֛יוְׁגל־אֲבָׁ נּ֖יםְׁג ָׁ֣דֹולְׁמְׁאֵֹ֑ דְׁוְׁ ִָׁ֨כל־יש ָׁר ֵ֔אלְׁנ‬
vaiqjú et-avshalóm vaiashlíju otó vaiá'ar el-hapájat hagadól, vaiatzívu 'aláv
gal-avaním gadól mêód; vêjál-israél, násu ísh lêóhaláv.

Tomaron después a Absalón [Abshalom], lo echaron en un gran hoyo en el


bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó,
cada uno a su morada.
(18)
ְׁ‫ְֶךְׁכי‬
ָּ֤ ‫ֲשרְׁבְׁ ַֽעמֶ ק־ה ֵ֔ ֶמל‬ ֣ ֶ ‫וְׁאבשָׁ ל֣ םְׁל ִָׁ֗קחְׁויצֶ ב־לָּ֤ ֹוְׁבְׁחיָׁו֙ ְׁאֶ ת־מ ִ֨ ֶצבֶ ת֙ ְׁא‬
ְׁ‫ןְׁבע ֲּ֖בּורְׁהז ֣כירְׁשְׁ ֵ֑מיְׁויק ָׁ ָּ֤ראְׁלמ ִ֨ ֶצבֶ ת֙ ְׁעל־שְׁ ֵ֔מֹו‬ ַֽ ‫יְׁב‬
ֵ֔ ‫ין־ל‬
֣ ‫ְׁא‬ ַֽ ֙‫אָׁ מר‬
‫ ס‬:‫וי ָׁ ָּ֤קראְׁלָּׁה֙ ְׁי֣דְׁאבשָׁ ֵ֔לֹוםְׁעּ֖דְׁהיִ֥ ֹוםְׁה ֶזַֽה‬
vêavshalóm laqáj vaiatzev-ló vêjaiav et-matzévet ashér bê'émeq-hamélej, kí
amar éin-lí vén, bá'avúr hazkír shêmí; vaiqrá lamatzévet 'al-shêmó, vaiqáre laĥ
iád avshalóm, 'ád haióm hazéh.

En vida Absalón [Abshalom] había mandado erigir para sí un monumento que


está en el Valle del Rey, porque había dicho: 'Yo no tengo hijo que conserve
la memoria de mi nombre.' Él puso su nombre a aquel monumento. Y hasta el
día de hoy se llama monumento de Absalón [Abshalom].
(19)
‫ְֶךְׁכי־‬
ַֽ ‫אְׁואֲבשְׁ ָׁ ּ֖רהְׁאֶ ת־ה ֶ ֵ֑מל‬
ַֽ ‫ימעץְׁבֶ ן־צָׁ דֹוק֙ ְׁאָׁ ֵ֔מרְׁאָׁ ֣רּוצָׁ הְׁ ֵָׁ֔נ‬ ָּ֤ ‫ַֽואֲח‬
:ְׁ‫שְׁפ ִָׁ֥טֹוְׁיהוָׁ ּ֖הְׁמיִ֥דְׁאַֹֽ יְׁ ָׁ ַֽביו‬

439
18 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

váajimá'atz ben-tzadoq amár, arútzah ná, váavasêráh et-hamélej; kí-shêfató


Adonai miád óiêváv .

Entonces Ajimaas hijo de Tzadoc [Sadoc] dijo: –Correré y daré las buenas
noticias al rey, de cómo el Eterno le ha librado de mano de sus enemigos.
(20)
ְׁ‫ְׁ֩אישְׁבְׁש ָׁ ָֹּ֤רהְׁאתָׁ ה֙ ְׁהי֣ ֹוםְׁה ֵֶ֔זהְּׁובשר ָׁ ּ֖תְׁבְׁי֣ ֹום‬
ִ֨ ‫ֹוְׁיֹואבְׁלֹא‬
ָׁ ִ֗ ֣‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁל‬
:‫ְֶךְׁמת‬ַֽ ‫רְׁכי־על־ְׁ(כִ֥ן)ְׁבֶ ן־ה ֶ ּ֖מל‬ ַֽ ‫אחֵ֑רְׁוְׁהיָּ֤ ֹוםְׁהזֶה֙ ְׁ ֣ל ֹאְׁתְׁב ֵ֔ש‬
vaiómer ló ioáv lo ísh bêsoráh atah haióm hazéh, uvisartá bêíom ajér; vêhaióm
hazeh ló têvasér, kí-'al- (kén) ben-hamélej mét.

Ioav [Joab] le respondió: –No serás tú quien lleve las noticias en este día. Las
llevarás otro día. No llevarás las noticias en este día, porque el hijo del rey ha
muerto.
(21)
ְׁ‫חּוְׁכּושי‬
ִ֛ ‫רְׁר ֵ֑איתָׁ הְׁויש ֵּ֧ת‬
ָׁ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫כּושיְׁלְִ֛ךְׁהגִ֥דְׁל ֶ ּ֖מלְֶךְׁא‬
ֵ֔ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁל‬
:‫יֹואבְׁוי ַָֽׁרֹ ץ‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ל‬
vaiómer ioav lakushí, léj hagéd lamélej ashér raítah; vaishtáju jushí lêioáv
vaiarótz.

Entonces Ioav [Joab] dijo al etíope: –Ve tú e informa al rey de lo que has
visto. El etíope se postró ante Ioav [Joab] y corrió.
(22)
ְׁ‫יְׁמהְׁאָׁ ֻ ַֽרצָׁ ה־נָׁ ִ֥א‬
ָׁ ֵ֔ ‫בְׁויה‬
֣ ‫ל־יֹוא‬ ָׁ ֵ֔ ֶ‫ימעץְׁבֶ ן־צָׁ דֹוק֙ ְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁא‬
ָּ֤ ‫ףְׁעֹודְׁאֲח‬ָ֜ ֶ‫ו ִֹ֨יס‬
ְׁ‫הְׁרץ֙ ְׁבְׁ ֵ֔ניְּׁולכָׁ ּ֖ה‬
ָׁ ‫בְׁלמָׁ ה־ ֵֶּ֞זהְׁא ָׁ ִ֥ת‬
ַֽ ָׁ ‫יֹוא‬
ָׁ ִ֗ ְׁ‫כּושיְׁו ֣י ֹאמֶ ר‬
ֵ֑ ‫יְׁאח ֲ֣ריְׁה‬ ַֽ ‫ם־אנ‬
ּ֖ ָׁ ‫ג‬
:‫שֹורהְׁמֹ ַֽצאת‬
ִ֥ ָׁ ְׁ‫אין־ב‬
vaiósef 'ód ajimá'atz ben-tzadoq vaiómer el-ioáv, víhi máh, arútzah-ná gam-
áni ájaréi hakushí; vaiómer ioáv lámah-zéh atáh ratz bêní, uljáh ein-bêsoráh
motzét.

Entonces Ajimaas hijo de Tzadoc [Sadoc] volvió a decir a Ioav [Joab]: –Sea
como sea, deja que yo también corra tras el etíope. Ioav [Joab] le dijo: –Hijo
mío, ¿para qué has de correr, si no te van a dar un premio por las noticias?
(23)
ְׁ‫ְׁד ֶרְךְׁהכ ֵָׁ֔כרְׁוַַֽֽיעֲבֹּ֖ ר‬
֣ ֶ ֙‫ימעץ‬
ִ֨ ‫י־מהְׁאָׁ ֵ֔רּוץְׁו ִ֥י ֹאמֶ רְׁלּ֖ ֹוְׁ ֵ֑רּוץְׁויָׁ ַָּֽ֤רְׁץְׁאֲח‬
֣ ָׁ ‫ויה‬
:‫כּושי‬ַֽ ‫אֶ ת־ה‬
vihi-máh arútz, vaiómer ló rútz; vaiárotz ajimá'atz dérej hakikár, váia'avór et-
hakushí.

440
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 18

Pero él respondió: –Sea como sea, correré. Entonces le dijo: –Corre. Ajimaas
corrió por el camino de la llanura y pasó al etíope.
(24)
‫דְׁיֹושבְׁבין־שְׁנ֣יְׁהשְׁע ֵָׁ֑ריםְׁו ִ֨ילְֶךְׁהצֹ ֶָ֜פהְׁאֶ ל־גָּ֤גְׁה ִ֨שער֙ ְׁאֶ ל־‬
ּ֖ ‫וְׁדָׁ ִ֥ו‬
:‫ישְׁרץְׁלְׁב ַֽדֹו‬
ִ֥ ָׁ ‫ה־א‬ּ֖ ‫֣חֹומהְׁוי ָׁ ָּ֤שאְׁאֶ ת־עינָׁיו֙ ְׁו ֵ֔יראְׁוְׁהנ‬
ָׁ ֵ֔ ‫ה‬
vêdavíd ioshév bein-shênéi hashê'arím; vaiélej hatzoféh el-gág hashá'ar el-
hájomáh, vaisá et-'einav vaiár, vêhineh-ísh rátz lêvadó.

David estaba sentado entre las dos puertas. El centinela fue a la azotea de la
puerta de la muralla, y alzando los ojos miró, y he allí un hombre que corría
solo.
(25)
ְׁ‫שֹורהְׁבְׁ ֵ֑פיו‬
֣ ָׁ ְׁ‫ויק ָׁ ָּ֤ראְׁהצֹ פֶה֙ ְׁויג֣דְׁל ֵ֔ ֶמלְֶךְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁאם־לְׁב ּ֖דֹוְׁב‬
:‫ויִ֥לְֶךְׁהָׁ לּ֖ ֹוְךְׁוְׁקָׁ ַֽרב‬
vaiqrá hatzofeh vaiagéd lamélej, vaiómer hamélej, im-lêvadó bêsoráh bêfív;
vaiélej halój vêqarév.

El centinela llamó e informó al rey. Y el rey dijo: –Si viene solo, trae buenas
noticias. En tanto que él iba acercándose,
(26)
‫֣רְׁרץְׁ֒ויק ָׁ ָּ֤ראְׁהצֹ פֶה֙ ְׁאֶ ל־השֹ ֵ֔ערְׁו ֹּ֕י ֹאמֶ רְׁהנה־‬
ָׁ ‫ויַֽ֣ראְׁהצֹ פֶה֮ ְׁאיש־אח‬
:‫ישְׁרץְׁלְׁב ֵ֑דֹוְׁו ִ֥י ֹאמֶ רְׁה ְֶּׁ֖מלְֶךְׁגם־זֶ ִ֥הְׁמְׁב ַֽשר‬
֣ ָׁ ‫ּ֖א‬
vaiár hatzofeh ish-ajér ratz vaiqrá hatzofeh el-hasho'ér, vaiómer hineh-ísh rátz
lêvadó; vaiómer hamélej gam-zéh mêvasér.

el centinela vio a otro hombre que corría. Y el centinela llamó al portero


diciendo: –¡He aquí, otro hombre viene corriendo solo! Y el rey dijo: –Ése
también trae buenas noticias.
(27)
ְׁ‫ימעץ‬
֣ ‫אשֹוןְׁכמרֻ צּ֖תְׁאֲח‬ ֵ֔ ‫֣תְׁהר‬
ַֽ ָׁ ‫ו ִ֨י ֹאמֶ ר֙ ְׁהצֹ ֵֶ֔פהְׁאֲנָּ֤יְׁרֹ אֶ ה֙ ְׁאֶ ת־מְׁרּוצ‬
‫ ס‬:‫הְׁטֹובּ֖הְׁי ַָֽׁבֹוא‬
ָׁ ‫שֹור‬
ִ֥ ָׁ ְׁ‫יש־טֹובְׁ ֵֶ֔זהְׁוְׁאֶ ל־ב‬
֣ ‫בֶ ן־צָׁ ֵ֑דֹוקְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְַֽׁא‬
vaiómer hatzoféh, aní roeh et-mêrutzát hárishón, kimrutzát ajimá'atz ben-
tzadóq; vaiómer hamélej ísh-tóv zéh, vêel-bêsoráh továh iavó.

El centinela volvió a decir: –Me parece que el correr del primero es como el
correr de Ajimaas hijo de Tzadoc [Sadoc]. El rey respondió: –Ése es un
hombre de bien y trae buenas noticias.

441
18 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(28)
ְׁ‫ימעץְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁאֶ ל־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁשָׁ ֵ֔לֹוםְׁויש ֵּ֧תחּוְׁל ֶ ִ֛מלְֶךְׁלְׁאפָׁ ּ֖יו‬ ִ֗ ‫ויק ָׁ ֣ראְׁאֲח‬
ְׁ‫ת־ה ֲאנ ֵָׁ֔שים‬֣ ָׁ ֶ‫ֲשרְׁסגְׁר֙ ְׁא‬ ָּ֤ ֶ ‫ֱלהיךְׁא‬
ֶ ֵ֔ ‫ָׁ ֵ֑ארצָׁ הְׁ{ס}ְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁבָׁ רּוְך֙ ְׁיהוָׁ ֣הְׁא‬
‫ ס‬:ְׁ‫םְׁבאדֹ נִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ַֽ ‫ר־נַֽשְׁ ִ֥אּוְׁאֶ ת־י ָׁ ָּׁ֖ד‬
ָׁ ֶ‫אֲש‬
vaiqrá ajimá'atz vaiómer el-hamélej shalóm, vaishtáju lamélej lêapáv ártzah;
{s} vaiómer baruj Adonai elohéja, ashér sigar et-háanashím, asher-násêú et-
iadám bádoní hamélej .

Ajimaas llamó y dijo al rey: –¡Paz! Se postró ante el rey con el rostro en tierra
y añadió: –¡Bendito sea el Eterno tu Elohim, que ha entregado a los hombres
que habían levantado su mano contra mi señor el rey!
(29)
ְׁ֩‫ץְׁראיתי‬ ָׁ ‫ימע‬ ִ֡ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁשָׁ לִ֥ ֹוםְׁלנּ֖ערְׁלְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁאֲח‬
ְׁ‫ֹולְׁלשלחְׁאֶ ת־ ִֶ֨עבֶ דְׁה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁיֹואָׁ ב֙ ְׁוְׁאֶ ת־עב ֵ֔ ֶדךְׁוְׁ ִ֥ל ֹא‬
ַ֠ ָ֜‫ֶ ַֽההָׁ ִ֨מֹוןְׁהגָׁד‬
:‫יְׁמה‬ַֽ ָׁ ‫י ָּׁ֖דעת‬
vaiómer hamélej, shalóm laná'ar lêavshalóm; vaiómer ajimá'atz raití héhamón
hagadól líshloaj et-'éved hamélej ioav vêet-'avdéja, vêló iadá'ti máh.

El rey le preguntó: –¿Está bien el joven Absalón [Abshalom]? Ajimaas


respondió: –Cuando Ioav [Joab] envió al siervo del rey, a tu siervo, vi un gran
alboroto, pero no supe de qué se trataba.
(30)
:‫֣בְׁכהְׁויסֹּ֖ בְׁוַַֽֽיעֲמַֹֽ ד‬
ֹ ֵ֑ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁסֹּ֖ בְׁהתיצ‬
vaiómer hamélej, sóv hitiatzév kóh; vaisóv váia'amód.

El rey dijo: –Pasa y detente allí. Él pasó y se detuvo.


(31)
ְׁ ָּ֤‫ְֶךְׁכי־שְׁפְׁטך‬
ַֽ ‫כּושיְׁיתבשר֙ ְׁאֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמל‬
ִ֗ ‫יְׁבֵ֑אְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁה‬ ָׁ ‫כּוש‬
ּ֖ ‫וְׁהנִ֥הְׁה‬
‫ ס‬:ְׁ‫יהוָׁה֙ ְׁהיֵ֔ ֹוםְׁמיּ֖דְׁכְׁל־הקָׁ ִ֥מיםְׁע ֶ ַָֽׁליך‬
vêhinéh hakushí bá; vaiómer hakushí itbaser adoní hamélej, kí-shêfotjá
Adonai haióm, miád kol-haqamím 'aléja .

Y he aquí el etíope llegó y dijo: –Reciba mi señor el rey la buena noticia de


que el Eterno ha defendido hoy tu causa ante todos los que se levantaron
contra ti.
(32)
ְׁ‫כּושי‬
ִ֗ ‫כּושיְׁהֲשָׁ לִ֥ ֹוםְׁלנּ֖ערְׁלְׁאבשָׁ לֵ֑ ֹוםְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁה‬ ֵ֔ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ל־ה‬
‫ ס‬:ְׁ‫ר־קמּוְׁעָׁלֶ ּ֖יךְׁלְׁ ָׁר ָׁ ַֽעה‬
ִ֥ ָׁ ֶ‫ַֽיהיָּ֤ ּוְׁכ ִ֨נער֙ ְׁאַֹֽ יְׁבי֙ ְׁאֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ִ֛ ֹכלְׁאֲש‬
442
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

vaiómer hamélej el-hakushí, hashalóm laná'ar lêavshalóm; vaiómer hakushí


íhíu janá'ar óiêveí adoní hamélej, vêjól asher-qámu 'aléja lêra'áh .

El rey preguntó al etíope: –¿Está bien el joven Absalón [Abshalom]? El etíope


respondió: –Como aquel joven sean los enemigos de mi señor el rey, y todos
los que se levantan contra ti para mal.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 19


(1)
ְׁ‫וירג֣זְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁויִ֛עלְׁעל־עֲליִ֥תְׁה ּ֖שערְׁויֵ֑בךְׁוְׁ ֣ ֹכהְׁ׀ְׁאָׁ ֣מרְׁבְׁלֶכ ִ֗תֹוְׁבְׁנָּ֤י‬
ְׁ‫ֹוםְׁמי־י ָּ֤תןְׁמּותי֙ ְׁאֲנ֣יְׁתח ֵ֔ ֶתיךְׁאבשָׁ לּ֖ ֹום‬ ַֽ ‫אבשָׁ לֹום֙ ְׁבְׁנ֣יְׁבְׁנ֣יְׁאבשָׁ ֵ֔ל‬
:‫בְׁנִ֥יְׁבְׁ ַֽני‬
vairgáz hamélej vaiá'al 'al-'aliát hashá'ar vaiévk; vêjóh | amár bêlejtó bêní
avshalom bêní vêní avshalóm, mí-itén mutí aní tajtéja, avshalóm bêní vêní.

El rey se estremeció. Subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró.


Decía mientras subía: –¡Hijo mío Absalón [Abshalom]! ¡Hijo mío, hijo mío
Absalón [Abshalom]! ¡Quién me diera que yo muriese en tu lugar, Absalón
[Abshalom], hijo mío, hijo mío!
(2)
:‫יֹואבְׁה ִ֨נהְׁה ֶ ֵּ֧מלְֶךְׁבֹ כֶ ִ֛הְׁויתאבּ֖לְׁעל־אבשָׁ לַֽ ֹום‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫ויֻגּ֖דְׁל‬
vaiugád lêioáv; hinéh hamélej bojéh vaitabél 'al-avshalóm.

Se informó a Ioav [Joab]: 'He aquí que el rey llora y hace duelo por Absalón
[Abshalom].'
(3)
ְׁ‫ֵ֑םְׁכי־שָׁ ֣מעְׁהָׁ ִָׁ֗עםְׁביָּ֤ ֹום‬
ַֽ ָׁ‫ותְׁ ִ֨היְׁהתְׁשֻ ָָׁ֜עהְׁביִ֥ ֹוםְׁה ִ֛הּואְׁלְׁ ּ֖אבֶ לְׁלְׁכְׁל־הָׁ ע‬
:‫רְׁנעֱצִ֥בְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁעל־בְׁנַֽ ֹו‬
ַֽ ֶ ֵֹ֔‫ההּוא֙ ְׁלאמ‬
vatêhí hatêshu'áh baióm hahú lêével lêjol-ha'ám; kí-shamá' ha'ám baióm hahu
lemór, né'etzáv hamélej 'al-bênó.

Aquel día la victoria se convirtió en duelo para todo el pueblo, porque aquel
día el pueblo había oído decir: 'El rey siente dolor por su hijo.'
(4)
ְׁ ֙‫ֲשרְׁיתג ִ֗נבְׁהָׁ עָׁם‬
֣ ֶ ‫ירְׁכא‬
ַֽ ‫ויתגנִ֥בְׁהָׁ עָׁ ִ֛םְׁביִ֥ ֹוםְׁה ּ֖הּואְׁל ָׁ֣בֹואְׁהָׁ ֵ֑ע‬
:‫נּוסםְׁבמלחָׁ ָׁ ַֽמה‬ ּ֖ ָׁ ְׁ‫הנכל ֵָׁ֔מיםְׁב‬

443
19 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaitganév ha'ám baióm hahú lavó ha'ír; káashér itganév ha'am hanijlamím,
bênusám bamiljamáh.

Aquel día el pueblo entró en la ciudad a escondidas, como suelen entrar


avergonzados los que han huido de la batalla.
(5)
ְׁ‫ְֶךְׁקֹולְׁג ֵָׁ֑דֹולְׁבְׁני֙ ְׁאבשָׁ ֵ֔לֹום‬
֣ ‫וְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁל ָׁ֣אטְׁאֶ ת־ ָׁפ ֵָׁ֔ניוְׁויזעִ֥קְׁה ֶ ּ֖מל‬
‫ ס‬:‫אבשָׁ לּ֖ ֹוםְׁבְׁנִ֥יְׁבְׁ ַֽני‬
vêhamélej laát et-panáv, vaiz'áq hamélej qól gadól; bêní avshalóm, avshalóm
bêní vêní.

El rey cubrió su cara y clamó en alta voz: –¡Hijo mío Absalón [Abshalom]!
¡Absalón [Abshalom], hijo mío, hijo mío!
(6)
‫אְׁיֹואבְׁאֶ ל־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁה ָׁבֵ֑יתְׁוי ֹאמֶ רְׁ֩הֹ ִ֨בשתָׁ ְׁהיָ֜ ֹוםְׁאֶ ת־פְׁנ֣יְׁכְׁל־‬ ִ֛ ָׁ ֹ ‫ו ָׁי ִ֥ב‬
ְׁ‫יםְׁאת־נפשְׁך֙ ְׁהיֵ֔ ֹוםְׁוְׁ ִ֨אתְׁנֶ ָּ֤פֶשְׁבָׁ ִֶ֨ניך֙ ְּׁובנֹ ֵ֔ ֶתיךְׁוְׁנֶ ֣פֶש‬
ַֽ ֶ ‫יךְׁהמְׁמּלְׁ ָּ֤ט‬
ַֽ ‫עֲבָׁ ִ֗ ֶד‬
:‫ֶשְׁפלג ֶ ַֽשיך‬
ַֽ ‫נָׁשֵֶ֔ יךְׁוְׁנֶ ּ֖פ‬
vaiavó ioáv el-hamélej habáit; vaiomer hováshta haióm et-pênéi jol-'avadéja
hámêmalêtím ét-nafshêjá haióm, vêét néfesh banéjá uvnotéja, vênéfesh
nashéja, vênéfesh pílagshéja.

Ioav [Joab] entró en la casa del rey y le dijo: –Hoy has avergonzado la cara de
todos tus servidores que hoy han librado tu vida y la vida de tus hijos y de tus
hijas, la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas;
(7)
ְׁ‫יְׁאין‬
ָּ֤ ‫ֹוםְׁכ‬
֣ ִ֗‫ֵ֑יךְׁכיְׁ׀ְׁה ֣גַֽדתָׁ ְׁהי‬
֣ ‫שנ ֵ֔ ֶאיךְׁוְׁלש ּ֖נ ֹאְׁאֶ ת־אַֹֽ ה ֲֶב‬ ֹ ֣ ‫לְׁ ַֽאהֲבָׁ ה֙ ְׁאֶ ת־‬
ְׁ ֙‫ֹוםְׁכיְׁלאְׁ(ל֣ ּוא)ְׁאבשָׁ לִ֥ ֹוםְׁחי‬
ַ֠ ִ֗‫יםְׁכיְׁ׀ְׁי ָׁ֣דעתיְׁהי‬ ֣ ‫יםְׁועֲבָׁ ֵ֔ד‬
ַֽ ‫לְׁך֙ ְׁשָׁ ֣ר‬
‫ ס‬:‫י־אזְׁי ָׁ ִָׁ֥שרְׁבְׁע ֶינַֽיך‬
ּ֖ ָׁ ‫וְׁכֻּלָׁ ָּ֤נּוְׁהיֹום֙ ְׁמ ֵ֔תיםְׁכ‬
lêáhavah et-sónéja, vêlisnó et-óhavéja; kí | higádta haióm kí éin lêjá sarím
vá'avadím, kí | iadá'ti haióm kí l (lú) avshalóm jaí vêjulánu haiom metím, ki-
áz iashár bê'einéja.

pues amas a los que te aborrecen y aborreces a los que te aman. Porque has
revelado que a ti nada te importan tus oficiales ni tus servidores. Ciertamente
ahora sé que si Absalón [Abshalom] viviera, aunque todos nosotros
estuviésemos muertos, entonces estarías contento.

444
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

(8)
‫יְׁכי־‬
ַֽ ‫ְׁ֩ביה ִ֨ ָׁוהְׁנש ָ֜בעת‬ ַֽ ‫ּוםְׁצאְׁוְׁדבּ֖רְׁעל־ל֣בְׁעֲבָׁ ֶ ֵ֑דיךְׁ{ס}ְׁכי‬ ֵ֔ ‫וְׁעתָׁ ה֙ ְׁ֣ק‬
ְׁ ֙‫ל־ה ָׁרעָׁה‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫יןְׁאישְׁאתְׁך֙ ְׁה ֵּ֔לילָׁהְׁוְׁ ָׁרעָׁ ֵּ֧הְׁלְׁך֣ ְׁ ִ֗ז ֹאתְׁמכ‬ָּ֤ ‫ְׁיֹוצאְׁאם־י ִָׁ֨ל‬ ִ֗ ֣‫אינך‬
‫ ס‬:ְׁ‫ד־עתָׁ ה‬ַֽ ָׁ ‫ר־ב֣אָׁ הְׁ ָׁע ֵֶ֔ליךְׁמנְׁע ֶ ֻּ֖ריךְׁע‬
ָׁ ֶ‫אֲש‬
vê'atah qúm tzé, vêdabér 'al-lév 'avadéja; {s} kí váAdonai nishbá'ti kí-einjá
iotzé im-ialín ísh itêjá haláilah, vêra'áh lêjá zót mikol-hára'ah asher-báah
'aléja, minê'uréja 'ad-'átah .

Ahora pues, levántate, sal y habla bondadosamente a tus servidores. Porque


juro por el Eterno que si no sales, ni un solo hombre quedará contigo esta
noche; y esto será peor para ti que todos los males que te han sobrevenido
desde tu juventud hasta ahora.
(9)
ְׁ ֙‫ויָׁ ִַֽ֥קְׁםְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁוי֣שֶ בְׁב ָׁ ֵ֑שערְּׁוַֽ לכְׁל־הָׁ ֵָּׁ֞עםְׁהג֣ידּוְׁלאמִֹ֗ רְׁהנָּ֤הְׁה ִ֨ ֶמלְֶך‬
ְׁ‫ּ֖סְׁאיש‬
ִ֥ ָׁ‫יֹושבְׁב ֵ֔שערְׁו ָׁי ָּ֤ב ֹאְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְׁלפנ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ִ֨יש ָׁר ֵ֔אלְׁנ‬ ֣
‫ ס‬:‫לְׁאַֹֽ הָׁ ָׁ ַֽליו‬
vaiáqom hamélej vaiéshev bashá'ar; úljol-ha'ám higídu lemór hinéh hamélej
ioshév bashá'ar, vaiavó jol-ha'am lifnéi hamélej, vêísraél, nás ísh lêóhaláv.

Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Se anunció a todo el pueblo


diciendo: 'He aquí el rey está sentado a la puerta de la ciudad.' Y todo el
pueblo se presentó ante el rey. Mientras tanto, los israelitas habían huido cada
uno a su morada.
(10)
ְׁ‫וי ָּ֤היְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְׁנָׁדֵ֔ ֹוןְׁבְׁכְׁל־שב ִ֥טיְׁיש ָׁר ּ֖אלְׁלאמֵֹ֑ רְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁהצילָׁ ֣נּוְׁ׀‬
ְׁ‫מכ֣ףְׁאַֹֽ יְׁ ִ֗בינּוְׁוְׁ ָּ֤הּואְׁמּלְׁ ִ֨ ָׁטנּו֙ ְׁמכ֣ףְׁפְׁלש ֵ֔תיםְׁוְׁע ָׁ ִ֛תהְׁבָׁ ִ֥רחְׁמן־הָׁ ָׁ ּ֖א ֶרץ‬
:‫מעִ֥לְׁאבשָׁ לַֽ ֹום‬
vaihí jol-ha'am nadón, bêjol-shivtéi israél lemór; hamélej hitzilánu | mikáf
óiêvéinu vêhú milêtánú mikáf pêlishtím, vê'atáh baráj min-haáretz me'ál
avshalóm.

Y sucedió que todo el pueblo contendía en todas las tribus de Israel, diciendo:
'El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos y nos ha salvado de
mano de los filisteos, pero ahora ha huido del país por causa de Absalón
[Abshalom].
(11)
ְׁ‫ינּוְׁמתְׁבמלחָׁ ָׁ ֵ֑מהְׁוְׁע ִ֗ ָׁתהְׁל ָׁ ִָׁ֥מהְׁא ֶ ִ֛תם‬
ּ֖ ‫ֲשרְׁמָׁ ֣שחנּוְׁע ֵָׁ֔ל‬ ֣ ֶ ‫וְׁאבשָׁ לֹום֙ ְׁא‬
‫ ס‬:‫ַֽמחֲר ּ֖שיםְׁלְׁהָׁ ִ֥שיבְׁאֶ ת־ה ֶ ַֽמלְֶך‬
445
19 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêavshalom ashér mashájnu 'aléinu, mét bamiljamáh; vê'atáh lamáh atém


májarishím lêhashív et-hamélej.

Sin embargo, Absalón [Abshalom], a quien habíamos ungido rey sobre


nosotros, ha muerto en la batalla. Ahora pues, ¿por qué guardáis silencio con
respecto a hacer volver al rey?'
(12)
ְׁ‫דְׁשָׁ לחְׁאֶ ל־צָׁ דִ֨ ֹוקְׁוְׁאֶ ל־אֶ בי ָׁ ִָׁ֥תרְׁה ַֽ ֹכהֲנים֮ ְׁלאמֹ רְׁ֒דבְׁ ֵּ֞רּו‬ ַ֠ ‫וְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁדָׁ ִ֗ו‬
ְׁ‫ְׁאחֲרֹ ֵ֔ניםְׁלְׁהָׁ ִ֥שיבְׁאֶ ת־ה ֶ ּ֖מלְֶך‬ ַֽ ֙‫הְׁתהְׁיּו‬
ַֽ ָׁ‫אֶ ל־זקנָּ֤יְׁיְׁהּודָׁ ה֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁלָׁ ָּ֤מ‬
:‫לְׁבִ֥אְׁאֶ ל־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ל־ב ַֽיתֹו‬ ָׁ ‫אֶ ל־ב ֵ֑יתֹוְּׁודבר֙ ְׁכְׁל־יש ָׁר ֵ֔א‬
vêhamélej davíd shálaj el-tzadóq vêel-eviatár hakóhanim lemor dabêrú el-
ziqnéi iêhudah lemór, lámah tíhêiú ájaroním, lêhashív et-hamélej el-beitó;
udvar kol-israél, bá el-hamélej el-beitó.

Por su parte, el rey David mandó a decir a los sacerdotes Tzadoc [Sadoc] y
Abiatar: 'Hablad a los ancianos de Iehudá [Judá] y decidles: '¿Por qué seréis
vosotros los últimos en hacer volver al rey a su casa, siendo que la palabra de
todo Israel ha llegado al rey, a su casa?
(13)
‫ּוְׁאחֲרֹ נּ֖יםְׁלְׁהָׁ ִ֥שיבְׁאֶ ת־‬
ַֽ ִ֛‫הְׁתהְׁי‬
ַֽ ָׁ‫אח֣יְׁא ֵ֔ ֶתםְׁעצ ִ֥מיְּׁובשָׁ ּ֖ריְׁא ֶ ֵ֑תםְׁוְׁלָׁ ֵּ֧מ‬
:‫ה ֶ ַֽמלְֶך‬
ajái atém, 'atzmí uvsarí atém; vêlámah tíhêíu ájaroním lêhashív et-hamélej.

Vosotros sois mis hermanos, hueso mío y carne mía; ¿por qué, pues, seréis los
últimos en hacer volver al rey?'
(14)
ְׁ ֙‫ה־ּליְׁאֱלהים‬
ָּ֤ ֶ‫הְׁיעֲש‬
ַֽ ‫יְׁאתָׁ הְׁ ֣ ֹכ‬
ֵ֑ ָׁ ‫וְׁ ַֽלעֲמָׁ שָׁ א֙ ְׁתַֹֽ מְׁ ֵ֔רּוְׁהֲלִ֛ ֹואְׁעצ ִ֥מיְּׁובשָׁ ּ֖ר‬
:ְׁ‫תְׁיֹואב‬
ַֽ ָׁ ‫יםְׁתח‬
ִ֥ ‫אְׁתהְׁיֶ ֵּ֧הְׁלְׁפָׁנִ֛יְׁכְׁל־הי ָּׁ֖מ‬
ַֽ ‫הְׁיֹוסיףְׁאם־ ַ֠ל ֹאְׁשר־צָׁ ֵּ֞ ָׁב‬ ֵ֔ ‫וְׁ ֣ ֹכ‬
vêlá'amasa tómêrú, haló 'atzmí uvsarí átah; kóh iá'aseh-lí elohim vêjóh iosíf,
im-ló sar-tzavá tíhêiéh lêfanái kol-haiamím tájat ioáv .

Asimismo, diréis a Amasa: '¿No eres tú hueso mío y carne mía? Así me haga
Elohim y aun me añada, si no has de ser jefe del ejército delante de mí, de
ahora en adelante, en lugar de Ioav [Joab].''
(15)
ְׁ‫הּודהְׁכְׁ ֣אישְׁאֶ ָׁחֵ֑דְׁוַַֽֽישלְׁחּו֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ויִ֛טְׁאֶ ת־לְׁבִ֥בְׁכְׁל־איש־י‬
:‫ִ֥שּובְׁא ָׁ ּ֖תהְׁוְׁכְׁל־עֲבָׁ ֶ ַֽדיך‬
vaiát et-lêváv kol-ish-iêhudáh kêísh ejád; váishlêjú el-hamélej, shúv atáh
vêjol-'avadéja.

446
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

Así se ganó el corazón de todos los hombres de Iehudá [Judá] como el de un


solo hombre, y enviaron a decir al rey: '¡Vuelve tú, y todos tus servidores!'
(16)
ְׁ‫הְׁב֣אְׁהגל ִ֗ ָׁגלָׁהְׁ ָׁל ִֶ֨לכֶת֙ ְׁלק ֣ראת‬
ָׁ ‫יהּוד‬
ָׁ ֵּ֞ ‫ןְׁו‬
ַֽ ‫ויָׁ ֣שְׁ בְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁו ָׁי ּ֖ב ֹאְׁעד־היר ֵ֑ד‬
:‫ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלְׁ ַֽהע ֲִ֥בירְׁאֶ ת־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ת־היר ַֽדן‬
vaiáshov hamélej, vaiavó 'ad-haiardén; víhudáh bá hagilgálah laléjet liqrát
hamélej, lêhá'avír et-hamélej et-haiardén.

Entonces volvió el rey y llegó hasta el Jordán. Y los de Iehudá [Judá] habían
ido a Gilgal para recibir al rey y hacerlo cruzar el Jordán.
(17)
ְׁ‫ם־איש‬
֣ ‫חּוריםְׁו ִ֨י ֶרד֙ ְׁע‬
ֵ֑ ‫ֲשרְׁמ ַֽב‬
ּ֖ ֶ ‫וימ ִ֗הרְׁשמ ָּ֤עיְׁבֶ ן־ג ָׁרא֙ ְׁבֶ ן־הימ ֵ֔יניְׁא‬
:‫הּודהְׁלק ּ֖ראתְׁה ֶ ִ֥מלְֶךְׁדָׁ ַֽוד‬
ָׁ ֵ֔ ְׁ‫י‬
vaimahér shim'í ven-gera ben-haiminí, ashér mibájurím; vaiéred 'im-ísh
iêhudáh, liqrát hamélej davíd.

También Shimí [Simei] hijo de Gera, de Benjamín, que era de Bajurim, se dio
prisa para ir con los hombres de Iehudá [Judá] a recibir al rey David.
(18)
ְׁ‫ָׁשר‬
ִ֥ ָׁ ‫ּולְׁוח ֲִ֨משֶ תְׁע‬
ַֽ ‫אְׁנערְׁב֣יתְׁשָׁ ֵ֔א‬ ֵ֚ ‫יב‬ ָׁ ִ֗ ‫ֶףְׁאישְׁעמֹוְׁ֮מבניָׁמןְׁ֒וְׁצ‬ ֣ ‫וְׁ ִ֨ ֶאל‬
:‫בָׁ נָׁ ִ֛יוְׁוְׁעֶש ִ֥ריםְׁעֲבָׁ ָׁ ּ֖דיוְׁא ֵ֑תֹוְׁוְׁ ָׁ ַֽצלְׁ ִ֥חּוְׁהיר ּ֖דןְׁלפנִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
vêélef ísh 'imó mibiniamin vêtzivá ná'ar béit shaúl, vájaméshet 'asár banáv
vê'esrím 'avadáv itó; vêtzálêjú haiardén lifnéi hamélej.

Con él venían 1000 hombres de Benjamín. Asimismo vino Siba, criado de la


casa de Shaúl [Saúl], y con él sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales
se apresuraron a llegar al Jordán delante del rey.
(19)
ְׁ‫הְׁהעֲבָׁ ָׁ ִ֗רהְׁ ַֽלעֲביר֙ ְׁאֶ ת־ב֣יתְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ַֽלע ֲִ֥שֹותְׁה ּּ֖טֹובְׁבְׁעינָׁ ֵ֑ו‬
ַֽ ָׁ ‫וְׁ ָׁ ַֽעבְׁ ָׁ ֣ר‬
:‫וְׁשמ ֣עיְׁבֶ ן־ג ָׁ ִ֗ראְׁנָׁפלְׁ֙לפנ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁבְׁעְׁב ּ֖רֹוְׁביר ַֽדן‬
vê'ávêráh há'avaráh lá'avir et-béit hamélej, vêlá'asót hatóv bê'eináv; vêshim'í
ven-gerá nafal lifnéi hamélej, bê'ovró baiardén.

Y cruzaron el vado para ayudar a pasar a la familia del rey y para hacer lo que
a él le pareciera bien. Entonces Shimí [Simei] hijo de Gera se postró ante el
rey, cuando éste iba a cruzar el Jordán,

447
19 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(20)
ְׁ‫ֲשר‬ ֣ ֶ ‫רְׁאתְׁא‬ֵ֚ ‫ב־ליְׁאֲדֹ ני֮ ְׁעָֹׁוןְׁ֒וְׁאל־תז ִ֗ ֹכ‬ ֣ ְׁ‫ל־יחֲש‬ ַֽ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁאֶ ל־ה ִ֗ ֶמלְֶךְׁא‬
ְׁ‫ֶ ַֽהעֱוָׁ ֣הְׁעבדְׁ ֵ֔ךְׁביֹּ֕ ֹוםְׁאֲשֶ ר־ ָָׁׄי ָׁצ ִָ֥ׄאְׁאֲדֹ ַֽני־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁמ ַֽירּושָׁ לָׁ ֵ֑ םְׁל ִָׁ֥שּוםְׁה ֶ ּ֖מלְֶך‬
:‫אֶ ל־ל ַֽבֹו‬
vaiómer el-hamélej al-iájashov-lí adoní 'aon vêal-tizkór ét ashér hé'eváh
'avdêjá, baióm asher-iatzá adoní-hamélej mirúshaláim; lasúm hamélej el-libó.

y dijo al rey: –Que mi señor no me impute iniquidad, ni se acuerde del mal


que hizo tu siervo el día en que mi señor el rey salió de Ierushalaim
[Jerusalén]. Que el rey no lo guarde en su corazón,
(21)
ְׁ‫ה־ב֣אתיְׁהיִ֗ ֹוםְׁראשֹון֙ ְׁלְׁכְׁל־ב֣ית‬
ָׁ ‫ְׁכיְׁאֲנ֣יְׁחָׁ ָׁ ֵ֑טאתיְׁוְׁהנ‬
ּ֖ ‫ֵ֚כיְׁי ָׁ֣דעְׁעבדְׁ ֵ֔ך‬
‫ ס‬:‫יֹוסףְׁל ֶ ָֹּׁ֕רדֶ תְׁלק ּ֖ראתְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ֵ֔
kí iadá' 'avdêjá, kí aní jatáti; vêhineh-váti haióm rishon lêjol-béit ioséf, larédet
liqrát adoní hamélej.

porque yo, tu siervo, reconozco haber pecado, y he aquí que he venido hoy, el
primero de toda la casa de Iosef [José] para descender al encuentro de mi
señor el rey.
(22)
ְׁ‫יְׁכי‬
ִ֥ ‫אְׁיּומתְׁשמ ֵ֑ע‬
ּ֖ ֹ ‫ישיְׁבֶ ן־צְׁרּויָׁה֙ ְׁו ֵ֔י ֹאמֶ רְׁה ֲ֣תחתְׁ ֵ֔ז ֹאתְׁ ִ֥ל‬ָּ֤ ‫ו ִ֨יעןְׁאֲב‬
‫ ס‬:ְׁ‫הוַֽה‬ ָׁ ‫קּלּ֖לְׁאֶ ת־מְׁ ִ֥שיחְׁי‬
vaiá'an avishái ben-tzêruiah vaiómer, hatájat zót, ló iumát shim'í; kí qilél et-
mêshíaj Adonai .

Intervino Abisai, hijo de Tzeruiá [Sarvia], y dijo: –Por esto, ¿no ha de morir
Shimí [Simei], ya que maldijo al ungido del Eterno?
(23)
ְׁ‫יּו־ליְׁהיּ֖ ֹוםְׁלְׁשָׁ ָׁ ֵ֑טן‬
ִ֥ ‫י־תה‬ ַֽ ‫הְׁכ‬
ַֽ ‫ה־ּליְׁוְׁ ָׁלכֶם֙ ְׁבְׁנ֣יְׁצְׁרּו ֵָׁ֔י‬
ָּ֤ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁדָׁ ִ֗ודְׁמ‬
‫י־מלְֶךְׁעל־‬ ִ֥ ֶ ‫יְׁכיְׁהיּ֖ ֹוםְׁאֲנ‬
ִ֥ ‫לְׁכיְׁהֲל֣ ֹואְׁי ֵָׁ֔דעת‬
ֵ֚ ‫היִ֗ ֹוםְׁיָּ֤ ּומתְׁאיש֙ ְׁבְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
:‫יש ָׁר ַֽאל‬
vaiómer davíd mah-lí vêlajem bênéi tzêruiáh, kí-tíhiu-lí haióm lêsatán; haióm
íumat ish bêisraél, kí haló iadá'ti, kí haióm ani-mélej 'al-israél.

Y David respondió: –¿Qué hay entre mí y vosotros, hijos de Tzeruiá [Sarvia],


para que hoy me seáis adversarios? ¿Habrá de morir hoy alguno en Israel?
¿No sé yo que hoy soy rey sobre Israel?

448
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

(24)
‫ ס‬:‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁאֶ ל־שמ ּ֖עיְׁ ֣ל ֹאְׁתָׁ ֵ֑מּותְׁוי ָׁ ִ֥ש ַֽבעְׁלּ֖ ֹוְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
vaiómer hamélej el-shim'í ló tamút; vaishává' ló hamélej.

Entonces el rey dijo a Shimí [Simei]: –No morirás. Y el rey se lo juró.


(25)
‫ּומפ ִ֨ ֹבשֶ ת֙ ְׁבֶ ן־שָׁ ֵ֔אּולְׁי ָּׁ֖רדְׁלק ֣ראתְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁוְׁ ַֽל ֹא־עָׁשִָׁ֨ הְׁרג ָָׁ֜ליוְׁוְׁ ַֽל ֹא־‬
ְׁ‫ָׁשהְׁשְׁפ ִָׁ֗מֹוְׁוְׁאֶ ת־בְׁגָׁדָׁ יו֙ ְׁ ֣ל ֹאְׁכ ֵ֔בסְׁלְׁמן־היֹום֙ ְׁלֶ ֣ כֶתְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁעד־היּ֖ ֹום‬ ֣ ָׁ ‫ע‬
:‫ר־בִ֥אְׁבְׁשָׁ לַֽ ֹום‬
ָׁ ֶ‫אֲש‬
umfivóshet ben-shaúl, iarád liqrát hamélej; vêló-'asáh ragláv vêló-'asáh
sêfamó vêet-bêgadav ló jibés, lêmin-haiom léjet hamélej, 'ad-haióm asher-bá
vêshalóm.

También Mefiboset hijo de Shaúl [Saúl] descendió al encuentro del rey. No


había cuidado sus pies, ni arreglado su bigote, ni lavado su ropa desde el día
en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz.
(26)
‫י־בִ֥אְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ּ֖לםְׁלק ֣ראתְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלָׁ ִ֛מָׁ הְׁ ַֽל ֹא־‬
ָׁ ‫וי ִ֛היְׁכ‬
:‫הָׁ לִ֥כתָׁ ְׁע ּ֖מיְׁמְׁפיבַֹֽ שֶ ת‬
vaihí ki-vá iêrúshaláim liqrát hamélej; vaiómer ló hamélej, lámah ló-halájta
'imí mêfivóshet.

Cuando él vino a Ierushalaim [Jerusalén] al encuentro del rey, éste le


preguntó: –Mefiboset, ¿por qué no fuiste conmigo?
(27)
ְׁ֩‫יְׁכי־אָׁ ִ֨מרְׁעבדְׁ ָ֜ךְׁאֶ חבְׁשָׁ ה־ּלי‬
ַֽ ‫ֹאמרְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁעב ֣דיְׁר ָׁ ֵ֑מנ‬ ֹּ֕ ‫וי‬
:‫ְֶךְׁכיְׁפ ּ֖סחְׁעב ֶ ַֽדך‬
ִ֥ ‫יהְׁוְׁאלְ֣ךְׁאֶ ת־ה ֵ֔ ֶמל‬ָׁ֙ ‫ַֽהח ֲִ֨מֹורְׁוְׁאֶ רכָּ֤בְׁ ָׁע ִֶ֨ל‬
vaiomár adoní hamélej 'avdí rimáni; kí-amár 'avdêjá ejbêshah-lí hájamór
vêerkáv 'aléihá vêeléj et-hamélej, kí fiséaj 'avdéja.

Él respondió: –Oh mi señor el rey, mi siervo me engañó. Pues tu siervo había


dicho: 'Aparéjame el asno; montaré en él e iré con el rey.' Porque tu siervo es
lisiado.
(28)
ְׁ‫ֱלהים‬
ֵ֔ ‫ְךְׁהא‬
ַֽ ָׁ ‫וירג֣לְׁבְׁעבדְׁ ֵ֔ךְׁאֶ ל־אֲדֹ נּ֖יְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁוַֽאדֹ נָּ֤יְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁכְׁמל ֣א‬
:ְׁ‫ַֽוע ֲִ֥שהְׁה ּּ֖טֹובְׁבְׁע ֶינַֽיך‬
vairagél bê'avdêjá, el-adoní hamélej; vádoní hamélej kêmaláj háelohím,
vá'aséh hatóv bê'einéja .

449
19 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Él ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey, pero mi señor el rey es


como un enviado de Elohim. Haz, pues, lo que te parezca bien.
(29)
ְׁ ֙‫ְׁלאדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁו ִ֨ ָׁתשֶ ת‬ַֽ ֙‫י־מוֶת‬ָׁ ִ֨ ‫יְׁכיְׁאם־אנש‬
ָּ֤ ‫כיְׁ֩ ִ֨ל ֹאְׁהָׁ ָָׁ֜יהְׁכְׁ ל־ב֣יתְׁאָׁ ִ֗ב‬
ְׁ‫ֶש־ליְׁעֹוד֙ ְׁצְׁדָׁ ֵ֔ ָׁקהְׁוְׁלז ִ֥ ֹעקְׁעּ֖ ֹוד‬
ִ֥ ‫ֶ ַֽאת־עבדְׁ ֵ֔ךְׁבְׁאַֹֽ כְׁלּ֖יְׁשֻ לחָׁ נֶ ֵַֽ֑ךְּׁומה־י‬
‫ פ‬:‫אֶ ל־ה ֶ ַֽמלְֶך‬
kí ló haiáh kol-béit aví kí im-anshei-mávet ládoní hamélej, vatáshet ét-'avdêjá,
bêójêléi shuljanéja; umah-iesh-lí 'od tzêdaqáh, vêliz'óq 'ód el-hamélej.

Porque toda mi casa paterna no era sino digna de muerte delante de mi señor
el rey; sin embargo, tú has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa.
¿Qué derecho tengo yo aun de clamar al rey?
(30)
ְׁ‫יבא‬
ָׁ ֵ֔ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁלֹו֙ ְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלָׁ ִ֛מָׁ הְׁתְׁדבִ֥רְׁעּ֖ ֹודְׁדְׁבָׁ ֶ ֵ֑ריךְׁאָׁ ֹּ֕מרתיְׁא ָׁ ֣תהְׁוְׁצ‬
:‫תחלְׁ ּ֖קּוְׁאֶ ת־השָׁ ֶ ַֽדה‬
vaiómer ló hamélej, lámah têdabér 'ód dêvaréja; amárti atáh vêtzivá, tajlêqú
et-hasadéh.

El rey le dijo: –¿Por qué hablar más de tus asuntos? Yo he determinado que tú
y Siba os repartáis las tierras.
(31)
ְׁ‫ר־בא‬
ָׁ ֵּ֞ ֶ‫חְׁאחֲריְׁאֲש‬
ַֽ ַ֠ ‫יבשֶ ת֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁגִ֥םְׁאֶ ת־ה ּ֖ ֹכלְׁי ָׁ ֵ֑ק‬
ֹ ִ֨ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁמְׁפ‬
‫ ס‬:‫יתֹו‬ ַֽ ‫אֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁבְׁשָׁ לּ֖ ֹוםְׁאֶ ל־ב‬
vaiómer mêfivóshet el-hamélej, gám et-hakól iqáj; ájarei asher-bá adoní
hamélej bêshalóm el-beitó.

Y Mefiboset dijo al rey: –¡Que él las tome todas, porque mi señor el rey ha
vuelto en paz a su casa!
(32)
ְׁ‫ּוברזּלי֙ ְׁהגלע ֵָׁ֔דיְׁי ָּׁ֖רדְׁמ ַֽרֹ גְׁ ֵ֑ליםְׁו ַֽיעֲבָֹּ֤ רְׁאֶ ת־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁהיר ֵ֔דןְׁלְׁש ְּׁל ּ֖חֹו‬
:)‫אֶ ת־בירדןְׁ(היר ַֽדן‬
uvarzilaí hagil'adí, iarád merógêlím; vaiá'avór et-hamélej haiardén, lêshalêjó
et-vyrdn (haiardén).

También Barzilai el galadita descendió de Rogelim y cruzó el Jordán con el


rey, para despedirse de él en el Jordán.

450
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

(33)
ְׁ ֙‫ּוברזּלי֙ ְׁז ָׁ֣קןְׁמְׁ ֵ֔ ֹאדְׁבֶ ן־שְׁמֹ נּ֖יםְׁשָׁ נָׁ ֵ֑הְׁוְׁ ַֽהּוא־כלכָּ֤לְׁאֶ ת־ה ִ֨ ֶמלְֶך‬
:‫ֹולְׁהּואְׁמְׁאַֹֽ ד‬
ּ֖ ‫י־אישְׁג ִָׁ֥ד‬ ִ֛ ‫בְׁ ַֽשיבָׁ ֣תֹוְׁבְׁ ַֽמח ֲֵ֔ניםְׁכ‬
uvarzilaí zaqén mêód, ben-shêmoním shanáh; vêhú-jilkál et-hamélej vêshívató
vêmájanáim, ki-ísh gadól hú mêód.

Barzilai era muy anciano; tenía 80 años. Él había sustentado al rey cuando
permaneció en Majanaim, porque era un hombre muy rico.
(34)
ְׁ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ל־ברזּלָׁ ֵ֑יְׁאתָׁ ה֙ ְׁעֲבֹ֣ רְׁא ֵ֔תיְׁוְׁכלכל ִ֥תיְׁאַֹֽ תְׁךִ֛ ְׁעמָׁ ּ֖די‬
:‫ב ַֽירּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiómer hamélej el-barzilái; atah 'avór ití, vêjilkaltí ótêjá 'imadí birúshaláim.

El rey dijo a Barzilai: –Cruza conmigo; yo te sustentaré junto a mí en


Ierushalaim [Jerusalén].
(35)
ְׁ‫יְׁכי־אֶ עֱלֶ ִ֥הְׁאֶ ת־ה ֶ ּ֖מלְֶך‬
ַֽ ‫ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁברזּלּ֖יְׁאֶ ל־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁכ ִ֗ ָׁמהְׁיְׁמי֙ ְׁשְׁנ֣יְׁח ֵ֔י‬
:‫יְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiómer barzilái el-hamélej; kamáh iêmeí shênéi jaiái, kí-e'eléh et-hamélej
iêrúshaláim.

Pero Barzilai dijo al rey: –¿Cuántos años me quedarán de vida, para que yo
suba con el rey a Ierushalaim [Jerusalén]?
(36)
ְׁ‫ין־טֹובְׁלְׁ ָׁ ִ֗רעְׁאם־יטעָּ֤ם‬
֣ ‫עְׁ׀ְׁב‬ַֽ ‫ֹוםְׁהא ֣ד‬ ַֽ ָ֜‫ְׁ֩אנֹ ִ֨כיְׁהי‬
ַֽ ָׁ ‫בֶ ן־שְׁמֹ נ֣יםְׁשָׁ ָׁנה‬
ְׁ‫עְׁעֹודְׁבְׁ ּ֖קֹול‬
ֵ֔ ‫ֲשרְׁאֶ ש ֵ֔ ֶתהְׁאם־אֶ ש ֣מ‬ ֣ ֶ ‫ֲשרְׁאֹ כלְׁ֙וְׁאֶ ת־א‬ ָּ֤ ֶ ‫עבדְׁך֙ ְׁאֶ ת־א‬
:ְׁ‫שָׁ ֣ריםְׁוְׁשָׁ ֵ֑רֹותְׁוְׁלְׁמָׁ ה ְַֽׁ֩יה ִֶ֨יהְׁעבדְׁךִ֥ ְׁעֹוד֙ ְׁלְׁמשֵָׁ֔ אְׁאֶ ל־אֲדֹ נּ֖יְׁה ֶ ַֽמלְֶך‬
ben-shêmoním shanah ánojí haióm háedá' | béin-tóv lêrá' im-it'ám 'avdêjá et-
ashér ojal vêet-ashér eshtéh, im-eshmá' 'ód, bêqól sharím vêsharót; vêlomah
íhiéh 'avdêjá 'od lêmasá, el-adoní hamélej .

Yo tengo ahora 80 años; ¿podré distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Podrá


saborear tu siervo lo que coma o beba? ¿Podré todavía oír la voz de los
hombres y de las mujeres que cantan? ¿Para qué ha de ser tu siervo una carga
más para mi señor el rey?
(37)
ְׁ‫טְׁיעֲבֵֹּ֧ רְׁעבדְׁךִ֛ ְׁאֶ ת־היר ּ֖דןְׁאֶ ת־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁוְׁ ִָׁ֨למָׁ ה֙ ְׁיגמְׁל֣ניְׁה ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ַֽ ‫כמ ֵּ֞ע‬
:‫הגְׁמּולָׁ ּ֖הְׁה ַֽז ֹאת‬
451
19 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

kim'át iá'avór 'avdêjá et-haiardén et-hamélej; vêlámah igmêléni hamélej,


hagêmuláh hazót.

¿Por qué me ha de dar el rey esta recompensa? Tu siervo pasará un poco más
allá del Jordán con el rey.
(38)
ְׁ ֣‫םְׁקבֶ רְׁאָׁ ּ֖ביְׁוְׁא ֵ֑מיְׁוְׁהנ֣הְׁ׀ְׁעבדְׁך‬
ִ֥ ֶ ‫יְׁע‬
ִ֛ ‫יר‬
ֵ֔ ‫ָׁיַֽשְׁב־נָׁ ָּ֤אְׁעבדְׁך֙ ְׁוְׁאָׁ מֻ ֣תְׁבְׁע‬
‫ ס‬:‫ר־טֹובְׁבְׁע ֶינַֽיך‬
ּ֖ ֶ‫ֹוְׁאתְׁאֲש‬ ִ֥ ‫ה־ל‬ ֹּ֕ ‫ְֶךְׁועֲש‬
ַֽ ‫םְׁיעֲבֹ ר֙ ְׁעם־אֲדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמל‬ַֽ ‫כמ ִ֗ ָׁה‬
iáshov-ná 'avdêjá vêamút bê'irí, 'ím qéver aví vêimí; vêhinéh | 'avdêjá jimhám
iá'avor 'im-adoní hamélej, vá'aseh-ló ét asher-tóv bê'einéja.

Por favor, deja a tu siervo que vuelva y que muera en mi ciudad, junto al
sepulcro de mi padre y de mi madre. Pero aquí tienes a tu siervo Quimjam;
que pase él con mi señor el rey, y haz por él lo que te parezca bien.
(39)
ְׁ‫ה־ּלֹוְׁאֶ ת־ה ּּ֖טֹובְׁבְׁעינֶ ֵ֑יך‬
ֵ֔ ֶ‫ְׁאעֱש‬
ַֽ ֶ ֙‫םְׁואֲני‬
ַֽ ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁה ִ֗ ֶמלְֶךְׁאתי֙ ְַֽׁיעֲבֹ֣ רְׁכמ ֵ֔ ָׁה‬
:‫ה־ּלְך‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ּ֖יְׁאעֱש‬
ַֽ ֶ ‫וְׁ ִ֛ ֹכלְׁאֲשֶ ר־תבחִ֥רְׁעָׁל‬
vaiómer hamélej ití iá'avór kimhám, váaní é'eseh-ló, et-hatóv bê'einéja; vêjól
asher-tivjár 'alái é'eseh-láj.

Entonces el rey dijo: –Que pase Quimjam conmigo, y yo haré por él lo que te
parezca bien. Todo lo que tú me pidas yo te lo haré.
(40)
ְׁ ֙‫ו ַֽיעֲבֵֹּ֧ רְׁכְׁל־הָׁ עָׁ ִ֛םְׁאֶ ת־היר ּ֖דןְׁוְׁה ֶ ֣מלְֶךְׁע ָָׁׁבֵ֑רְׁוי ִ֨שקְׁה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁלְׁברזּלי‬
‫ ס‬:‫וי ָׁב֣ר ֵ֔כהּוְׁויָׁ ּ֖שְׁבְׁלמקֹ ַֽמֹו‬
vaiá'avór kol-ha'ám et-haiardén vêhamélej 'avár; vaisháq hamélej lêvarzilaí
vaivárjéhu, vaiáshov limqomó.

Todo el pueblo cruzó el Jordán, y también cruzó el rey. Luego el rey besó a
Barzilai y lo bendijo, y éste regresó a su casa.
(41)
ְׁ‫ו ַֽיעֲבָֹּ֤ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁהגל ֵ֔ ָׁגלָׁהְׁוְׁכמ ָׁהּ֖ןְׁעָׁב֣רְׁע ֵ֑מֹוְׁוְׁכְׁל־עָּ֤םְׁיְׁהּודָׁ ה֙ ְׁויעברו‬
:‫(הע ֱ֣ברּו)ְׁאֶ ת־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁוְׁ ֹּ֕גםְׁח ֲּ֖ציְׁעִ֥םְׁיש ָׁר ַֽאל‬ ַֽ ֶ
vaiá'avór hamélej hagilgálah, vêjimhán 'avár 'imó; vêjol-'ám iêhudah vi'vrv
(hé'evíru) et-hamélej, vêgám jatzí 'ám israél.

Entonces el rey prosiguió a Gilgal, y Quimjam fue con él. Todo el pueblo de
Iehudá [Judá] y la mitad del pueblo de Israel acompañaban al rey.

452
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 19

(42)
ְׁ‫דּוע‬
ְׁ֩ ‫ל־אישְׁיש ָׁר ּ֖אלְׁבָׁ ֣איםְׁאֶ ל־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁו ַֽי ֹאמְׁ ֣רּוְׁאֶ ל־ה ִ֡ ֶמלְֶךְׁמ‬ִ֥ ְׁ‫וְׁהנִ֛הְׁכ‬
‫הּודהְׁו ַֽיע ֲִ֨ברּוְׁאֶ ת־ה ֶ ָּ֤מלְֶךְׁוְׁאֶ ת־ביתֹו֙ ְׁאֶ ת־‬ ָׁ ִ֗ ְׁ‫ינּוְׁאישְׁי‬
֣ ‫גְׁנ ִָׁ֨בּוךְׁא ָ֜ח‬
‫ ס‬:‫היר ֵ֔דןְׁוְׁכְׁל־אנ ִ֥שיְׁדָׁ וּ֖דְׁע ַֽמֹו‬
vêhinéh kol-ísh israél baím el-hamélej; vaiómêrú el-hamélej madu'á gênavúja
ajéinu ísh iêhudáh vaiá'avíru et-hamélej vêet-beitó et-haiardén, vêjol-anshéi
davíd 'imó.

Y he aquí que todos los hombres de Israel vinieron al rey y le preguntaron: –


¿Por qué te raptaron nuestros hermanos, los hombres de Iehudá [Judá], y han
hecho cruzar el Jordán al rey y a su familia, y con él a todos los hombres de
David?
(43)
ְׁ‫לְׁכי־קָׁ ָּ֤רֹובְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁא ֵ֔ליְׁוְׁלָׁ ָּ֤מָׁ ה‬
ַֽ ‫ל־אישְׁיש ָׁר ִ֗א‬֣ ‫הּודהְׁע‬ ָׁ ָ֜ ְׁ‫ל־אישְׁי‬
ִ֨ ְׁ‫ויעןְׁ֩כ‬
ְׁ‫ֵ֑הְׁהאָׁ כָּ֤ ֹולְׁאָׁ ִ֨כלנּו֙ ְׁמן־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁאם־נ ִ֥שאת‬ ַֽ ֶ ֶ‫זֶה֙ ְׁחָׁ ָׁ ֣רהְׁלְׁ ֵ֔ךְׁעל־הדָׁ ָׁבּ֖רְׁהז‬
‫ ס‬:‫אְׁלנּו‬
ַֽ ָׁ ‫נ ָׁ ּ֖ש‬
vaia'an kol-ísh iêhudáh 'al-ísh israél kí-qaróv hamélej elái, vêlámah zeh jaráh
lêjá, 'al-hadavár hazéh; héajól ajálnú min-hamélej, im-nisét nisá lánu.

Todos los hombres de Iehudá [Judá] respondieron a los hombres de Israel: –


Porque el rey es nuestro pariente cercano. Pero, ¿por qué os enojáis vosotros
por esto? ¿Acaso hemos comido a costa del rey, o nos ha dado obsequios?
(44)
ְׁ ֮‫ֹותְׁליְׁבמֶ לְֶך‬
֣ ִ֨‫רְׁעשֶ ר־יָׁד‬
ַֽ ֶ ֶ‫הּודהְׁו ִ֗י ֹאמ‬ ָׁ ָ֜ ְׁ‫ת־אישְׁי‬
ִ֨ ֶ‫ןְׁאיש־יש ָׁראלְׁ֩א‬ ַֽ ‫וי֣ע‬
ְׁ‫ֹוןְׁלי‬
ּ֖ ‫אש‬ ִ֛ ‫לתניְׁוְׁ ַֽל ֹא־הָׁ ִָׁ֨יהְׁדְׁבָׁ ִ֥ריְׁר‬
ֵ֔ ‫ּועְׁהֱק‬ ֙ ִ֨‫וְׁגם־בְׁדָׁ וד֮ ְׁאֲנ֣יְׁממְׁךְּׁ֒ומד‬
‫ ס‬:‫ּ֖רְׁאישְׁיש ָׁר ַֽאל‬ ִ֥ ‫הּודהְׁמדְׁב‬ ָׁ ֵ֔ ְׁ‫ר־אישְׁי‬ ֣ ‫לְׁהָׁ ֣שיבְׁאֶ ת־מל ֵ֑כיְׁו ִ֨יקֶ ש֙ ְׁדְׁב‬
vaiá'an ísh-israel et-ísh iêhudáh vaiómer 'éser-iadót lí vamelej vêgam-bêdavid
aní mimêjá umadú'á heqilotáni, vêló-haiáh dêvarí rishón lí lêhashív et-malkí;
vaíqesh dêvar-ísh iêhudáh, midêvár ísh israél.

Los hombres de Israel respondieron a los de Iehudá [Judá] y dijeron: –


Nosotros tenemos en el rey diez partes, y más derecho sobre David que
vosotros. ¿Por qué, pues, nos habéis tenido en poco? ¿Acaso no hablamos
nosotros primero de hacer volver a nuestro rey? Pero las palabras de los
hombres de Iehudá [Judá] fueron más duras que las palabras de los hombres
de Israel.

453
20 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 20


(1)
ְׁ‫יְׁאישְׁיְׁמינֵ֑יְׁוית ֣קע‬ ֣ ‫ֹוְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ּ֖ר‬ ִ֥ ֶ ‫אְׁאישְׁבְׁל ִ֗יעלְּׁוש ִ֛מ‬֣ ‫וְׁשִָׁ֨ םְׁנק ָׁ ָ֜ר‬
ְׁ‫יְׁאיש‬
ִ֥ ‫אְׁנ ֲחלָׁה־ ִָׁ֨לנּו֙ ְׁבְׁבֶ ן־י ֵ֔ש‬
ַֽ ֹ ‫נּוְׁחלֶקְׁבְׁדָׁ ִ֗ודְׁוְׁ ָּ֤ל‬
ָ֜ ‫רְׁאין־ ִָׁ֨ל‬
ַֽ ֶ‫רְׁוי ֹאמ‬ ַ֠ ‫בשֹ ִָׁ֗פ‬
:‫לְׁאַֹֽ הָׁ לָׁ ּ֖יוְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vêshám niqrá ísh bêliá'al ushmó shéva' ben-bijrí ísh iêminí; vaitqá' bashofár
váiomer éin-lánu jéleq bêdavíd vêló nájalah-lánú bêven-ishái, ísh lêóhaláv
israél.

Ocurrió que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba hijo de
Bicri, de Benjamín. Éste tocó el shofar y dijo: –¡Nosotros no tenemos parte en
David ni heredad en el hijo de Isaí! ¡Cada uno a su morada, oh Israel!
(2)
ְׁ‫יְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ֵ֑ריְׁוְׁ ָּ֤איש‬֣ ֶ ‫דְׁאח ֲּ֖ר‬ ַֽ ‫ל־אישְׁיש ָׁראלְׁ֙מ ַֽאח ֲ֣ריְׁדָׁ ֵ֔ו‬
ָּ֤ ְׁ‫ו ָ֜יעלְׁכ‬
:‫יְׁהּודָׁ ה֙ ָׁ ְַֽׁדבְׁ ֣קּוְׁבְׁמל ֵָׁ֔כםְׁמן־היר ּ֖דןְׁוְׁעד־יְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiá'al kol-ísh israel meájaréi davíd, ájaréi shéva' ben-bijrí; vêísh iêhudah
dávêqú vêmalkám, min-haiardén vê'ad-iêrúshaláim.

Así todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba hijo
de Bicri. Pero los hombres de Iehudá [Judá] siguieron fielmente a su rey,
desde el Jordán hasta Ierushalaim [Jerusalén].
(3)
ְׁ‫תְׁעשֶ ר־נ ָׁ֣שיםְׁ׀‬ ַֽ ֶ ‫ְֶךְׁא‬
֣ ‫ו ָׁי ִ֨ב ֹאְׁדָׁ ֣ודְׁאֶ ל־ביתֹוְׁ֮יְׁ ַֽרּושָׁ לםְׁ֒וי ֣קחְׁה ִ֡ ֶמל‬
ְׁ‫ֲשרְׁהניחְׁ֩לשמִֹ֨ רְׁה ָ֜ביתְׁוַַֽֽיתְׁנָּ֤םְׁבית־מש ִ֨ ֶמ ֶרת֙ ְׁוַַֽֽיכלכְׁ ֵ֔לם‬ ֣ ֶ ‫ַֽפלג ִ֡שיםְׁא‬
‫ ס‬:‫ֹא־בֵ֑אְׁו ַֽתהְׁיֶ ֵּ֧ינָׁהְׁצְׁרֻ ִ֛רֹותְׁעד־יִ֥ ֹוםְׁמ ָׁ ֻּ֖תןְׁאלמְׁנִ֥ ּותְׁחיַֽ ּות‬
ָׁ ‫יהּ֖םְׁל‬ֶ ‫ַֽואֲל‬
vaiavó davíd el-beitó iêrúshalaim vaiqáj hamélej ét 'éser-nashím | pílagshím
ashér hiniáj lishmór habáit váitêném beit-mishméret váijalkêlém, váaleihém
lo-vá; vatíhêiéinah tzêrurót 'ad-íom mután almênút jaiút.

Cuando David llegó a su palacio en Ierushalaim [Jerusalén], tomó a las diez


mujeres concubinas que había dejado para guardar el palacio, y las recluyó en
una casa. Él las sustentó, pero nunca más se unió a ellas, sino que quedaron
recluidas, viviendo como viudas hasta el día de su muerte.
(4)
ְׁ‫הּודהְׁשְׁל֣ שֶ תְׁי ֵָׁ֑מים‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ֶק־ליְׁאֶ ת־איש־י‬
ִ֥ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁאֶ ל־ ְֲׁעמָׁ שֵָׁ֔ אְׁהזע‬
:‫הְׁפהְׁעֲמַֹֽ ד‬ ֹ ִ֥ ‫וְׁא ָׁ ּ֖ת‬

454
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 20

vaiómer hamélej el-'amasá, haz'eq-lí et-ish-iêhudáh shêlóshet iamím; vêatáh


póh 'amód.

Después el rey dijo a Amasa: –Convócame a los hombres de Iehudá [Judá]


para dentro de tres días, y tú preséntate también aquí.
(5)
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֥ ֶ ‫הּודהְׁוייחרְׁ(ויֹּ֕ ֹוחֶ ר)ְׁמן־המֹועּ֖דְׁא‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫ויִ֥לְֶךְׁעֲמָׁ ָׁ ּ֖שאְׁלְׁהז ֣עיקְׁאֶ ת־י‬
‫ ס‬:‫יְׁע ַָֽׁדֹו‬
vaiélej 'amasá lêhaz'íq et-iêhudáh; viijr (vaiójer) min-hamo'éd ashér iê'adó.

Amasa fue a convocar a Iehudá [Judá], pero se retrasó más del tiempo que le
había sido señalado.
(6)
‫ִ֛נּוְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ּ֖ריְׁמן־‬ ִ֥ ֶ ָׁ‫ישיְׁע ִ֗ ָׁתהְׁיֵּ֧ ַַֽֽרעְׁל‬
ֵ֔ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁדָׁ וד֙ ְׁאֶ ל־אֲב‬
ְׁ‫ֶן־מצָׁ אְׁלִ֛ ֹו‬
ִ֥ ָׁ ‫ףְׁאח ָׁ ֲֵ֔ריוְׁפ‬
ַֽ ֹ֣‫הְׁקחְׁאֶ ת־עב ָּ֤דיְׁאֲדֹ ִֶ֨ניך֙ ְּׁורד‬ ֵּ֞ ָׁ‫ֹוםְׁאת‬
ַ֠ ֵ֑‫אבשָׁ ל‬
:‫ע ִָׁ֥ריםְׁבְׁצ ֻּ֖רֹותְׁוְׁה ִ֥צילְׁעינַֽנּו‬
vaiómer david el-avishái, 'atáh iérá' lánu shéva' ben-bijrí min-avshalóm; átah
qáj et-'avdéi adonéjá urdóf ájaráv, pen-mátza ló 'arím bêtzurót vêhitzíl
'einénu.

Entonces dijo David a Abisai: –Seba hijo de Bicri nos hará ahora más daño
que Absalón [Abshalom]. Toma tú a los servidores de tu señor y persíguelo,
no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos pierda de vista.
(7)
ְׁ ֙‫יְׁיֹואבְׁוְׁהכְׁר ִ֥תיְׁוְׁהפְׁל ּ֖תיְׁוְׁכְׁל־הגבֹ ֵ֑ריםְׁויַֽצְׁאּו‬
ָׁ ֵ֔ ‫ּוְׁאח ֲָׁריו֙ ְׁאנ ֣ש‬
ַֽ ‫ויַֽצְׁ ָּ֤א‬
:‫יְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ַֽרי‬ ִ֥ ֶ ‫ףְׁאח ֲּ֖ר‬
ַֽ ‫מ ֣ירּושָׁ ֵ֔לםְׁלר ֹּ֕ ֹד‬
vaiétzêú ájarav anshéi ioáv, vêhakêretí vêhapêletí vêjol-hagiborím; vaiétzêú
mirúshaláim, lirdóf ájaréi shéva' ben-bijrí.

En pos de Abisai salieron los hombres de Ioav [Joab], los quereteos, los
peleteos y todos los valientes. Salieron de Ierushalaim [Jerusalén] para
perseguir a Seba hijo de Bicri.
(8)
ְׁ‫יֹואב‬
ָׁ ֵּ֞ ְׁ‫יהֵ֑םְׁו‬
ֶ ‫אְׁב֣אְׁלפנ‬ ָׁ ‫ֹוןְׁועֲמָׁ ָׁ ּ֖ש‬
ַֽ ‫ֲשרְׁבְׁגב ֵ֔ע‬ ֣ ֶ ‫ִ֗הםְׁעם־הָׁ ֶ ָּ֤אבֶ ןְׁהגְׁדֹולָׁה֙ ְׁא‬
ְׁ‫ֹורְׁח ֶרב֙ ְׁמְׁצ ֶ ָֻּ֤מדֶ תְׁעל־מְׁתְׁנָׁיו֙ ְׁבְׁתע ָׁ ֵ֔רּה‬
ֶ ִ֨ ִ֥‫חָׁ ג֣ ּורְׁ׀ְׁמ ֣דֹוְׁלְׁב ִֻ֗שֹוְׁוְׁ ָׁע ֵָּׁ֞לוְׁחֲג‬
‫ ס‬:‫וְׁ ִ֥הּואְׁי ָָׁׁצּ֖אְׁותְׁ ַֽ ֹפל‬
hém 'im-haéven hagêdolah ashér bêgiv'ón, vá'amasá bá lifneihém; vêioáv
jagúr | midó lêvushó vê'aláv jagór jérev mêtzumédet 'al-motênav bêta'ráĥ,

455
20 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêhú iatzá vatipól.

Y cuando estaban cerca de la gran piedra que está en Gabaón, Amasa vino
ante ellos. Ioav [Joab] estaba vestido con su uniforme militar y encima llevaba
un cinturón y una espada sujeta en su vaina, la cual se le cayó cuando él
avanzó.
(9)
ְׁ‫יןְׁיֹואבְׁבז ִ֥קן‬
ִ֛ ָׁ ‫ְׁלעֲמָׁ שֵָׁ֔ אְׁהֲשָׁ לִ֥ ֹוםְׁא ָׁ ּ֖תהְׁאָׁ ֵ֑חיְׁותָֹ֜ חֶ זְׁיד־יְׁ ִ֥מ‬
ַֽ ֙‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁיֹואָׁ ב‬
:‫עֲמָׁ ָׁ ּ֖שאְׁלנשְׁק־לַֽ ֹו‬
vaiómer ioav lá'amasá, hashalóm atáh ají; vatójez iad-iêmín ioáv bizqán
'amasá linshoq-ló.

Ioav [Joab] dijo a Amasa: –¿Te va bien, hermano mío? Y tomó con la mano
derecha la barba de Amasa para besarlo.
(10)
ְׁ‫ְׁ֩בּהְׁאֶ ל־החָֹ֜ מֶ ש‬ָׁ ִ֨ ‫ד־יֹואבְׁויכהּו‬
ָׁ ִ֗ ‫ֲשרְׁבְׁי‬ ֣ ֶ ‫ַֽועֲמָׁ שִָׁ֨ אְׁ ַֽל ֹא־נש ָ֜מרְׁב ֶח ֶ֣רבְׁ׀ְׁא‬
ְׁ‫יוְׁר ֹּ֕דף‬
ָׁ ‫ישיְׁאָׁ ֵ֔ח‬
֣ ‫ֹא־שנָׁהְׁלּ֖ ֹוְׁויָׁמֵֹ֑ תְׁוְׁיֹואָׁ ב֙ ְַֽׁואֲב‬
ִ֥ ָׁ ‫ִ֥יוְׁארצָׁ הְׁוְׁל‬
ִ֛ ָׁ‫ויש ִ֨ ֹפְךְׁמע‬
:‫יְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ַֽרי‬ִ֥ ֶ ‫ַֽאח ֲּ֖ר‬
vá'amasá ló-nishmár bajérev | ashér bêiad-ioáv vaiakehú váĥ el-hajómesh
vaishpój me'áv ártzah vêlo-shánah ló vaiamót; vêioav váavishái ajív, radáf
ájaréi shéva' ben-bijrí.

Como Amasa no se cuidó de la espada que Ioav [Joab] tenía en la mano, éste
le hirió con ella en el vientre y derramó sus entrañas por tierra. Cayó muerto,
sin necesidad de un segundo golpe. Después Ioav [Joab] y su hermano Abisai
continuaron persiguiendo a Seba hijo de Bicri.
(11)
ְׁ‫בְּׁומי‬
ִ֥ ‫יֹוא‬ִ֛ ָׁ ְׁ‫יְׁיֹואבְׁו ִ֗י ֹאמֶ רְׁמיְׁ֩אֲשִֶ֨ רְׁחָׁ פֵּ֧ץְׁב‬
ֵ֑ ָׁ ‫יוְׁמנע ֲּ֖ר‬
ַֽ ‫וְׁ איש֙ ְׁע ָׁ֣מדְׁ ָׁע ֵָׁ֔ל‬
:‫יְׁיֹואב‬
ַֽ ָׁ ‫דְׁאח ֲִ֥ר‬
ַֽ ‫אֲשֶ ר־לְׁדָׁ ּ֖ו‬
vêish 'amád 'aláv, mína'aréi ioáv; vaiómer mí ashér jafétz bêioáv umí asher-
lêdavíd ájaréi ioáv.

Luego uno de los hombres de Ioav [Joab] se puso de pie junto a Amasa, y
dijo: –¡Cualquiera que esté a favor de Ioav [Joab] y a favor de David, que siga
a Ioav [Joab]!
(12)
‫ישְׁכי־ע ָׁ֣מדְׁכְׁל־‬ ַֽ ‫ֹוְךְׁהמְׁסּלָׁ ֵ֑הְׁו ִ֨יראְׁהָׁ ָ֜א‬
ַֽ ‫ַֽועֲמָׁ ָׁ ִ֛שאְׁמתגֹ לִ֥לְׁב ָׁ ּ֖דםְׁבְׁ ֣ת‬
ְׁ‫ְׁבגֶד‬
ֶ ֵ֔ ֙‫ן־המְׁסּלָׁ ָּ֤הְׁהשָׁ דֶ ה֙ ְׁוישלְָּ֤ךְׁ ָׁעלָׁיו‬
ַֽ ‫הָׁ ִָׁ֗עםְׁויסבְׁ֩אֶ ת־עֲמָׁ שִָׁ֨ אְׁמ‬
:‫רְׁר ֵ֔ ָׁאהְׁכְׁל־ה ָׁבִ֥אְׁעָׁלָׁ ּ֖יוְׁוְׁע ָׁ ַָֽׁמד‬
ָׁ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫ַֽכא‬
456
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 20

vá'amasá mitgolél badám bêtój hámêsiláh; vaiár haísh kí-'amád kol-ha'ám


vaiasev et-'amasá min-hámêsiláh hasadeh vaiashléj 'alav béged, káashér raáh,
kol-habá 'aláv vê'amád.

Mientras tanto, Amasa yacía revolcándose en su sangre en medio del camino,


y todo el que pasaba se detenía junto a él al verle. Y viendo aquel hombre que
todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre
él una manta.
(13)
ְׁ‫ףְׁאח ֲּ֖רי‬
ַֽ ‫יְׁיֹואבְׁלר ֹּ֕ ֹד‬
ָׁ ֵ֔ ‫ְׁאח ֲ֣ר‬
ַֽ ֙‫ן־המְׁסּלָׁ ֵ֑הְׁעָׁבָּ֤רְׁכְׁל־איש‬
ַֽ ‫ֲשרְׁהֹ גָׁ ּ֖הְׁמ‬
ִ֥ ֶ ‫ַֽכא‬
‫ ס‬:‫ֶ ִ֥שבעְׁבֶ ן־בכ ַֽרי‬
káashér hogáh min-hámêsiláh; 'avár kol-ish ájaréi ioáv, lirdóf ájaréi shéva'
ben-bijrí.

Luego que fue apartado del camino, siguieron adelante todos los hombres tras
Ioav [Joab] para perseguir a Seba hijo de Bicri.
(14)
ְׁ}‫ִ֥יתְׁמעֲכָׁ ּ֖הְׁוְׁכְׁל־הב ֵ֑ריםְׁ{ס‬
ַֽ ‫וַַֽֽיע ֵּ֞ ֲֹברְׁבְׁכְׁל־שב ֣טיְׁיש ָׁר ִ֗אלְׁאָׁ ִ֛בלָׁהְּׁוב‬
:‫ף־אח ָׁ ֲַֽריו‬
ַֽ ‫ויקלהוְׁ(וי ָׁ ֣קה ֲֵ֔לּו)ְׁויָׁבֹּ֖ אּוְׁא‬
váia'avór bêjol-shivtéi israél avélah uvéit má'ajáh vêjol-haberím; {s} vyqlhv
(vaiqáhalú), vaiavóu af-ájaráv.

Seba había pasado por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maaca, y todos
los de Barim se congregaron y lo siguieron también.
(15)
ְׁ‫וי ָ֜ ָֹׁבאּוְׁויָׁצֻ ֣רּוְׁ ָׁע ִָׁ֗ליוְׁבְׁאָׁ ִ֨בלָׁה֙ ְׁב֣יתְׁ ַֽהמ ֲע ֵָׁ֔כהְׁוישפְׁכָּ֤ ּוְׁסַֹֽ לְׁלָׁה֙ ְׁאֶ ל־הָׁ ֵ֔עיר‬
:‫חֹומה‬
ַֽ ָׁ ‫ילְׁה‬
ַֽ ‫יתםְׁלְׁה ִ֥פ‬ ּ֖ ‫ת־יֹואבְׁמשח‬ ָׁ ֵ֔ ֶ‫ֲשרְׁא‬
֣ ֶ ‫וַֽתעֲמֹּ֖ דְׁב ֵ֑חלְׁוְׁכְׁל־הָׁ עָׁם֙ ְׁא‬
vaiavóu vaiatzúru 'aláv bêavélah béit háma'ajáh, vaishpêjú sólêlah el-ha'ír,
váta'amód bajél; vêjol-ha'am ashér et-ioáv, mashjitím lêhapíl hájomáh.

Entonces llegaron y le sitiaron en Abel-bet-maaca, y construyeron un


terraplén contra la ciudad, el cual se apoyaba sobre la muralla exterior. Y toda
la gente que estaba con Ioav [Joab] golpeaba el muro para derribarlo.
(16)
ְׁ‫ל־יֹואב‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ותק ָׁ ִ֛ראְׁא ָׁ ִ֥שהְׁ ֲחכ ָׁ ָּׁ֖מהְׁמן־הָׁ ֵ֑עירְׁשמעָּ֤ ּוְׁשמעּו֙ ְׁאמרּו־נָׁ ֣אְׁא‬
:‫ָׁהְׁו ֲאדבְׁ ָׁ ּ֖רהְׁא ֶ ַֽליך‬
ַֽ ‫ד־הנ‬ ֵ֔ ‫קְׁ ֣רבְׁע‬
vatiqrá isháh jajamáh min-ha'ír; shim'ú shim'ú imru-ná el-ioáv, qêráv 'ad-
hénah, váadabêráh eléja.

457
20 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: –¡Escuchad! ¡Escuchad!
Por favor, decid a Ioav [Joab]: 'Acércate acá para que yo hable contigo.'
(17)
ְׁ‫רְׁלֹו‬
ִ֗ ֶ‫רְׁאניְׁו ֣ת ֹאמ‬
ֵ֑ ָׁ ֶ‫הְׁיֹואבְׁו ֣י ֹאמ‬
ּ֖ ָׁ ‫הְׁהא ָׁ ִ֥ת‬ ַֽ ‫רְׁהא ָׁ ִ֛ש‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ויק ֣רבְׁא ֵֶ֔ליהָׁ ְׁו ֵּ֧ת ֹאמ‬
:‫שְׁמע֙ ְׁדב ֣ריְׁאֲמָׁ ֵ֔ ֶתךְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁשֹ ִ֥מעְׁאָׁ ַֽ ֹנכי‬
vaiqráv eléiha, vatómer háisháh háatáh ioáv vaiómer áni; vatómer ló shêma'
divréi amatéja, vaiómer shomé'a anóji.

Cuando él se acercó a ella, la mujer preguntó: –¿Eres tú Ioav [Joab]? Él


respondió: –Sí, yo soy. Ella le dijo: –Escucha las palabras de tu sierva. Él
respondió: –Yo escucho.
(18)
ְׁ‫ו ּ֖ת ֹאמֶ רְׁלאמֵֹ֑ רְׁד ִ֨ברְׁיְׁדבְׁ ָּ֤רּוְׁבָׁ ַֽראשֹ נָׁה֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁשָׁ ֵּ֧אֹולְׁיְׁ ָׁ ַֽשאֲלִ֛ ּוְׁבְׁאָׁ בּ֖ל‬
:‫וְׁכִ֥ןְׁה ַֽתמּו‬
vatómer lemór; dabér iêdabêrú varíshonah lemór, shaól iêsháalú bêavél vêjén
hetámu.

Entonces ella volvió a hablar y dijo: –Antiguamente se solía decir: 'El que
consulte, que consulte en Abel.' Y así se concluía todo asunto.
(19)
ְׁ ֙‫יתְׁעירְׁוְׁאם‬
ָּ֤ ‫ָׁ ַֽאנֹ ֹּ֕כיְׁשְׁל ֻּ֖מיְׁאֱמּונ֣יְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁא ָׁ ֣תהְׁמְׁב ִ֗קשְׁלְׁהָׁ ִ֨מ‬
‫ פ‬:ְׁ‫הוַֽה‬ָׁ ‫ּ֖עְׁנחֲלִ֥תְׁי‬
ַֽ ‫בְׁיש ָׁר ֵ֔אלְׁלָׁ ִ֥מָׁ הְׁתְׁבּל‬
ánojí shêluméi emunéi israél; atáh mêvaqésh lêhamít 'ír vêem bêisraél, lámah
têvalá' nájalát Adonai .

Yo soy una de las pacíficas y fieles de Israel, y tú procuras arrasar una ciudad
que es madre en Israel. ¿Por qué devorarás la heredad del Eterno?
(20)
:‫ֹאמרְׁחָׁ ָּ֤לילָׁהְׁחָׁ ִ֨לילָׁה֙ ְֵׁ֔ליְׁאם־אֲבּלּ֖עְׁוְׁאם־אש ַֽחית‬
ֵ֑ ‫ןְׁיֹואבְׁוי‬
ּ֖ ָׁ ‫ויִ֥ע‬
vaiá'an ioáv vaiomár; jalílah jalílah lí, im-avalá' vêim-ashjít.

Ioav [Joab] respondió diciendo: –¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o


destruya!
(21)
ְׁ ֙‫ָׁשאְׁיָׁדֹו‬ָּ֤ ָׁ ‫םְׁשבעְׁבֶ ן־בכ ֣ריְׁשְׁ ִ֗מֹוְׁנ‬ ֵּ֧ ֶ ‫רְׁכיְׁאישְׁ֩מ ִ֨הרְׁאֶ פ ָ֜רי‬ ִ֡ ‫ל ֹא־כ֣ןְׁהדָׁ ִ֗ ָׁב‬
ְׁ ֙‫רְׁהאשָׁ ה‬ ַֽ ָׁ ֶ‫ב ֶ ֣מלְֶךְׁבְׁדָׁ ֵ֔ודְׁתְׁנַֽ ּו־אֹ ֣תֹוְׁלְׁבדֵ֔ ֹוְׁוְׁ ַֽאלְׁכָׁ ּ֖הְׁמע֣לְׁהָׁ ֵ֑עירְׁו ָּ֤ת ֹאמ‬
:‫חֹומה‬
ַֽ ָׁ ‫ִ֥דְׁה‬
ַֽ ‫ֹאשֹוְׁמֻשלָׁ ְִ֥ךְׁאלֶ ּ֖יךְׁבְׁע‬ ִ֛ ‫ל־יֹואבְׁהנִ֥הְׁר‬ ָׁ ֵ֔ ֶ‫א‬
lo-jén hadavár kí ish mehár efráim shéva' ben-bijrí shêmó nasá iadó bamélej
bêdavíd, tênú-otó lêvadó, vêélêjáh me'ál ha'ír; vatómer háishah el-ioáv, hinéh

458
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 20

roshó mushláj eléja bê'ád hájomáh.

No es así el asunto; sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, que


se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey, contra David.
Entregad sólo a él, y me iré de la ciudad. La mujer dijo a Ioav [Joab]: –He
aquí que su cabeza te será arrojada de detrás del muro.
(22)
ְׁ‫אשְׁשבע‬
ָּ֤ ֶ ֹ ‫ְׁ֩האשִָׁ֨ הְׁאֶ ל־כְׁל־הָׁ ָָׁ֜עםְׁבְׁחְׁכמָׁ ִ֗ ָׁתּהְׁוַַֽֽיכרְׁ ֵּ֞תּוְׁאֶ ת־ ִ֨ר‬ ַֽ ָׁ ‫ותָׁ בֹוא‬
ְׁ‫ירְׁאיש‬
֣ ‫ִ֥צּוְׁמעל־הָׁ ּ֖ע‬
ַֽ ֻ‫ל־יֹואבְׁויתקע֙ ְׁבשֹ ֵָׁ֔פרְׁויָׁפ‬ ָׁ ֵ֔ ֶ‫בֶ ן־בכרי֙ ְׁויש ֣לכּוְׁא‬
‫ ס‬:‫בְׁשבְׁיְׁ ַֽרּושָׁ ּ֖לםְׁאֶ ל־ה ֶ ַֽמלְֶך‬ ִ֥ ָׁ ‫יֹוא‬
ִ֛ ָׁ ְׁ‫לְׁאַֹֽ הָׁ לָׁ ֵ֑יוְׁו‬
vatavo háisháh el-kol-ha'ám bêjojmatáĥ váijrêtú et-rósh shéva' ben-bijrí
vaiashlíju el-ioáv, vaitqa' bashofár, vaiafútzu mé'al-ha'ír ísh lêóhaláv; vêioáv
sháv iêrúshaláim el-hamélej.

La mujer fue a todo el pueblo con su sabiduría, y ellos cortaron la cabeza a


Seba hijo de Bicri y se la arrojaron a Ioav [Joab]. Éste tocó el shofar, y se
retiraron de la ciudad, cada uno a su morada. Y Ioav [Joab] regresó al rey en
Ierushalaim [Jerusalén].
(23)
ְׁ‫בְׁאלְׁכְׁל־הצָׁ ָׁבּ֖אְׁיש ָׁר ֵ֑אלְּׁוב ָׁניָׁה֙ ְׁבֶ ן־יְׁ ֣הֹוי ֵ֔ ָָׁׁדעְׁעל־הכרי‬
ִ֥ ֶ ‫יֹוא‬
ָׁ ֹּ֕ ְׁ‫ו‬
:‫(הכְׁר ּ֖תי)ְׁוְׁעל־הפְׁל ַֽתי‬
vêioáv él kol-hatzavá israél; uvnaiah ben-iêhóiadá', 'al-hjry (hakêretí) vê'al-
hapêletí.

Ioav [Joab] estaba al mando de todo el ejército de Israel. Benaiá [Benaías] hijo
de Iehoiadá [Joyada] estaba al mando de los quereteos y de los peleteos.
(24)
:‫יהֹושָׁ פָׁ ִ֥טְׁבֶ ן־אֲחילּ֖ ּודְׁהמז ַֽכיר‬
ַֽ ‫ַֽואֲדֹ ָׁ ּ֖רםְׁעל־ה ֵ֑מסְׁו‬
váadorám 'al-hamás; vihóshafát ben-ajilúd hamazkír.

Adoniram estaba a cargo del tributo laboral. Josafat hijo de Ajilud era el
cronista.
(25)
:‫רְׁכה ֲַֽנים‬
ֹ ַֽ ‫ושיאְׁ(ּושוָׁ ּ֖א)ְׁסֹ פֵ֑רְׁוְׁצָׁ ִ֥דֹוקְׁוְׁאֶ בי ָׁ ָּׁ֖ת‬
vsy (ushvá) sofér; vêtzadóq vêeviatár kóhaním.

Seva era el escriba. Tzadoc [Sadoc] y Abiatar eran los sacerdotes.


(26)
‫ ס‬:‫וְׁ ִ֗גםְׁע ָׁירא֙ ְׁהיָׁ ֣א ֵ֔ריְׁהָׁ יָׁ ִ֥הְׁכֹ הּ֖ןְׁלְׁדָׁ ַֽוד‬

459
21 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vêgám 'ira haiáirí, haiáh johén lêdavíd.

También Ira el jaireo era sacerdote de David.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 21


(1)
ְׁ‫ְׁאח ֲ֣ריְׁשָׁ ֵָׁ֔נהְׁויב ִ֥קשְׁדָׁ ּ֖וד‬
ַֽ ֙‫ימיְׁדָׁ ָ֜ודְׁשָׁ ל֣ שְׁשָׁ ִ֗ניםְׁשָׁ נָׁה‬
ִ֨ ‫יְׁר ָׁעבְׁ֩ב‬
ָׁ ‫וי ֣ה‬
ְׁ‫אֶ ת־פְׁנ֣יְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{ס}ְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁיה ִ֗ ָׁוהְׁאֶ ל־שָׁ אּולְׁ֙וְׁאֶ ל־ב֣יתְׁהדָׁ ֵ֔מיםְׁעִ֥ל‬
:ְׁ‫אֲשֶ ר־ה ּ֖מיתְׁאֶ ת־הגבעֹ ַֽנים‬
vaihí ra'av biméi davíd shalósh shaním shanah ájaréi shanáh, vaivaqésh davíd
et-pênéi Adonai; {s} vaiómer Adonai el-shaul vêel-béit hadamím, 'ál asher-
hemít et-hagiv'oním .

Aconteció en los días de David que hubo hambre durante tres años
consecutivos. David buscó el rostro del Eterno, y el Eterno le dijo: –Es por
causa de Shaúl [Saúl] y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los
gabaonitas.
(2)
ְׁ‫יהֵ֑םְׁוְׁהגבעֹ ֵּ֞ניםְׁ ֣ל ֹאְׁמבְׁנֵּ֧י‬
ֶ ‫ויק ָׁ ִ֥ראְׁה ֶ ִ֛מלְֶךְׁלגבעֹ נּ֖יםְׁו ֣י ֹאמֶ רְׁאֲל‬
ְׁ‫רְׁהאֱמֹ ֵ֔ריְּׁובנָּ֤יְׁיש ָׁראלְׁ֙נשבְׁע֣ ּוְׁל ֵ֔ ֶָׁהם‬
ַֽ ָׁ ֶ‫הְׁכיְׁאם־מיֶ ֣ת‬
ֵ֚ ָׁ‫לְׁהמ‬
ִ֗ ‫יש ָׁר ֣א‬
:‫יהּודה‬
ַֽ ָׁ ‫לְׁו‬
ַֽ ‫ֹאתֹוְׁלבנַֽי־יש ָׁר ּ֖א‬ִ֥ ‫ויב ָּ֤קשְׁשָׁ אּולְׁ֙לְׁהכֹ ֵ֔ ָׁתםְׁבְׁקנ‬
vaiqrá hamélej lagiv'oním vaiómer aleyhém; vêhagiv'oním ló mibênéi israél
hémah kí im-miéter háemorí, uvnéi israel nishbê'ú lahém, vaivaqésh shaul
lêhakotám, bêqanotó livnéi-israél víhudáh.

Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. Los gabaonitas no eran de
los Hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, a los cuales los Hijos
de Israel habían hecho juramento. Pero debido a su celo por los Hijos de Israel
y de Iehudá [Judá], Shaúl [Saúl] había procurado matarlos.
(3)
ְׁ‫רְּׁוב ְׁרכּ֖ ּו‬
ַֽ ָׁ ‫הְׁאע ֶ ֱּ֖שהְׁלָׁכֶ ֵ֑םְּׁוב ָׁ ֣מהְׁאֲכ ֵ֔פ‬
ַֽ ֶ ‫יםְׁמ‬
ִ֥ ָׁ ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁדָׁ וד֙ ְׁאֶ ל־הגבעֹ ֵ֔נ‬
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫ת־נחֲלִ֥תְׁי‬
ַֽ ֶ‫א‬
vaiómer david el-hagiv'oním, máh é'eséh lajém; uvamáh ajapér, uvárêjú et-
nájalát Adonai .

David preguntó a los gabaonitas: –¿Qué haré por vosotros y con qué haré
compensación, para que bendigáis la heredad del Eterno?

460
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 21

(4)
‫יםְׁאין־ליְׁ( ָָׁ֜לנּו)ְׁכֶ ָּ֤סֶ ףְׁוְׁזָׁהָׁ ב֙ ְׁעם־שָׁ ֣אּולְׁוְׁעם־‬
ַֽ ‫ו ֵּ֧י ֹאמרּוְׁל֣ ֹוְׁהגבעֹ ִ֗נ‬
ְׁ‫רְׁמה־א ֶ ִ֥תםְׁאַֹֽ מְׁ ּ֖רים‬
ַֽ ָׁ ֶ‫ִ֥נּוְׁאישְׁלְׁהָׁ ֣מיתְׁבְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁו ִ֛י ֹאמ‬
ּ֖ ָׁ‫ב ֵ֔יתֹוְׁוְׁ ַֽאין־ל‬
:‫ֶ ַֽאע ֶ ֱִ֥שהְׁל ֶ ַָֽׁכם‬
vaiómru ló hagiv'oním éin-ly (lánu) késef vêzahav 'im-shaúl vê'im-beitó,
vêéin-lánu ísh lêhamít bêisraél; vaiómer máh-atém ómêrím é'eséh lajém.

Los gabaonitas le respondieron: –No tenemos pleito sobre plata ni oro con
Shaúl [Saúl] ni con su casa. Tampoco queremos que muera nadie en Israel. Él
les dijo: –Haré por vosotros lo que digáis.
(5)
ְׁ‫ֲשרְׁדמָׁ ה־לָׁ ֵ֑נּוְׁנש ֹּ֕מדנּו‬
ּ֖ ֶ ‫נּוְׁוא‬
ַֽ ‫ֲשרְׁכ ֵָּׁ֔ל‬
֣ ֶ ‫ו ַֽי ֹאמְׁרּו֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁהָׁ איש֙ ְׁא‬
‫ פ‬:‫ַֽמהתיצּ֖בְׁבְׁכְׁל־גְׁבֻ ִ֥לְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vaiómêrú el-hamélej, haish ashér kilánu, váashér dimah-lánu; nishmádnu
méhitiatzév bêjol-gêvúl israél.

Ellos respondieron al rey: –De aquel hombre que nos destruyó y maquinó
contra nosotros para exterminarnos, sin dejar nada de nosotros en todo el
territorio de Israel,
(6)
ְׁ‫ְׁליה ֵ֔ ָׁוהְׁבְׁגבעִ֥ת‬
ַֽ ֙‫הֹוקעֲנּום‬ַֽ ְׁ‫ינתן־ְׁ(יֻתן־)ְׁ ָָׁ֜לנּוְׁשבְׁעָׁ ָּ֤הְׁ ֲאנָׁשים֙ ְׁמבָׁ ֵָׁ֔ניוְׁו‬
:ְׁ‫שָׁ ּ֖אּולְׁבְׁ ֣חירְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{פ}ו ִ֥י ֹאמֶ רְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֲנִ֥יְׁאֶ ַֽתן‬
intn- (iutan-) lánu shiv'áh anashim mibanáv, vêhoqá'anum láAdonai, bêgiv'át
shaúl bêjír Adonai; {f}vaiómer hamélej aní etén .

que nos den siete hombres de sus descendientes para que los ahorquemos
delante del Eterno en Gabaa de Shaúl [Saúl], el escogido del Eterno. El rey
dijo: –Os los daré.
(7)
ְׁ ֙‫ויחמֹ֣ לְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁעל־מְׁפיבֹּ֖ שֶ תְׁבֶ ן־יְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָׁ֣תןְׁבֶ ן־שָׁ ֵ֑אּולְׁעל־שְׁבֻעָּ֤תְׁיהוָׁה‬
:ְׁ‫רְׁבינֹ ֵ֔ ָׁתםְׁב֣יןְׁדָׁ ֵ֔ודְּׁובּ֖יןְׁיְׁ ַֽהֹונ ָׁ ִָׁ֥תןְׁבֶ ן־שָׁ ַֽאּול‬
ַֽ ‫ֲש‬ֶ֣ ‫א‬
vaiajmól hamélej, 'al-mêfivóshet ben-iêhónatán ben-shaúl; 'al-shêvu'át Adonai
ashér béinotám, béin davíd, uvéin iêhónatán ben-shaúl .

El rey perdonó la vida a Mefiboset hijo de Iehonatán [Jonatán], hijo de Shaúl


[Saúl], por el juramento del Eterno que había entre ellos, entre David y
Iehonatán [Jonatán] hijo de Shaúl [Saúl].

461
21 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(8)
‫רְׁיַֽלְׁ ָׁ ֣דהְׁלְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁאֶ ת־‬
ָׁ ‫ֲש‬ ְׁ ַ֠ ֶ‫וי ֣קחְׁה ִ֡ ֶמלְֶךְׁא‬
֣ ֶ ‫ת־שניְׁבְׁ ִ֨ניְׁרצפָׁ ָּ֤הְׁבת־איָׁה֙ ְׁא‬
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֥ ֶ ‫ארמֹ נּ֖יְׁוְׁאֶ ת־מְׁפבֵֹ֑ שֶ תְׁוְׁאֶ ת־ח ֲִ֗משֶ תְׁבְׁני֙ ְׁמיכ֣לְׁבת־שָׁ ֵ֔אּולְׁא‬
:‫יאלְׁבֶ ן־ברזּלּ֖יְׁהמְׁחַֹֽ ל ַָֽׁתי‬
ִ֥ ‫ָׁיַֽלְׁ ָׁ ִ֛דהְׁלְׁעדר‬
vaiqáj hamélej et-shênei bênéi ritzpáh vat-aiah ashér iálêdáh lêshaúl, et-
armoní vêet-mêfivóshet; vêet-jaméshet bêneí mijál bat-shaúl, ashér iálêdáh
lê'adriél ben-barzilái hamêjólatí.

Pero tomó a dos hijos de Rizpa hija de Ayías, que ella había dado a luz a
Shaúl [Saúl], a saber: Armoni y Mefiboset. También tomó a cinco hijos de
Mijal hija de Shaúl [Saúl], que ella [Merab su hermana] había dado a luz a
Adriel hijo de Barzilai el mejolatita.
(9)
ְׁ‫וַַֽֽיתְׁ ֵּ֞נםְׁבְׁי֣דְׁהגבעֹ ִ֗ניםְׁו ַֹֽיקיעֻ ָּ֤םְׁבָׁ הָׁ ר֙ ְׁלפנ֣יְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁויפְׁלִ֥ ּוְׁשבעתים‬
ְׁ‫ימיְׁקָׁ ציר֙ ְׁבָׁ ֣ראשֹ ֵ֔ניםְׁתחלת‬
ָּ֤ ‫ה)ְׁהמְׁ ָ֜תּוְׁב‬
ַֽ ֻ ָׁ‫(שְׁבע ָׁ ּ֖תם)ְׁיָׁ ֵ֑חדְׁוהםְׁ(וְׁ ִ֨המ‬
:ְׁ‫(בתחּלּ֖ת)ְׁקְׁ ִ֥צירְׁשְׁעֹ ַֽרים‬
váitêném bêiád hagiv'oním vaióqi'úm bahar lifnéi Adonai, vaipêlú sv'tym
(shêva'tám) iájad; vhm (vêhémah) húmêtú biméi qatzir baríshoním, tjlt
(bitjilát) qêtzír sê'orím .

Los entregó en mano de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte


delante del Eterno; y murieron los siete juntos. Ellos fueron muertos en los
primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.
(10)
ְׁ‫ות ֣קחְׁרצ ָׁפהְׁ֩בת־א ִָׁ֨יהְׁאֶ ת־ה ָ֜שקְׁות ִּ֨טהּוְׁלָׁ ָּּ֤הְׁאֶ ל־הצּור֙ ְׁמתְׁחּל֣ת‬
ְׁ‫ְׁ֩עֹוףְׁהשָׁ ָ֜מים‬
ִ֨ ‫יהּ֖םְׁמן־השָׁ ָׁ ֵ֑מיםְׁוְׁ ַֽל ֹא־נְׁתְׁ ָׁנה‬ ֶ ‫ְך־מיםְׁעֲל‬
ִ֥ ‫קָׁ ֵ֔צירְׁעִ֛דְׁנת‬
:‫הְׁליְׁלָׁה‬ַֽ ָׁ ‫ְׁיֹומםְׁוְׁאֶ ת־חיִ֥תְׁהשָׁ ֶ ּ֖ד‬
ָׁ ֵ֔ ֙‫לָׁנָּ֤ ּוחְׁעֲליהֶ ם‬
vatiqáj ritzpah vat-aiáh et-hasáq vatatéhu láĥ el-hatzur mitêjilát qatzír, 'ád
nitaj-máim 'aleihém min-hashamáim; vêló-notênah 'óf hashamáim lanúaj
'aleihem iomám, vêet-jaiát hasadéh láiêlah.

Y Rizpa hija de Ayías tomó una manta de cilicio y se la tendió sobre una roca,
desde el principio de la siega hasta que empezó a llover sobre ellos agua del
cielo, sin dejar que ningún ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni los
animales del campo de noche.
(11)
:‫ר־עשְׁ ָׁ ִ֛תהְׁרצפָׁ ִ֥הְׁבת־איָׁ ּ֖הְׁפלֶ ִ֥ גֶשְׁשָׁ ַֽאּול‬
ַֽ ָׁ ֶ‫דְׁאתְׁאֲש‬
ֵּ֧ ‫ויֻגּ֖דְׁלְׁדָׁ ֵ֑ו‬
vaiugád lêdavíd; ét asher-'ásêtáh ritzpáh vat-aiáh pilégesh shaúl.

462
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 21

Informaron a David de lo que hacía Rizpa hija de Ayías, concubina de Shaúl


[Saúl];
(12)
ְׁ‫וי֣לְֶךְׁדָׁ ִ֗ודְׁוי ֵּ֞קחְׁאֶ ת־עצ ָּ֤מֹותְׁשָׁ אּולְׁ֙וְׁאֶ ת־עצמֹות֙ ְׁיְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָׁ֣תןְׁבְׁנֵ֔ ֹוְׁמ ֹּ֕את‬
ְׁ‫ית־שןְׁאֲשִֶ֨ רְׁתלום‬ ִ֗ ‫בְׁב‬ ַֽ ֹ֣‫םְׁמ ְׁרח‬
ַֽ ‫ַֽבעֲלּ֖יְׁיָׁב֣ישְׁגלעָׁ ֵ֑דְׁאֲשֶ ר ְָׁׁ֩גַֽנְׁ ִ֨בּוְׁאֹ ָ֜ ָׁת‬
ְׁ‫(תְׁל ִָׁ֥אּום)ְׁשםְׁהפלשתיםְׁ(שִָׁ֨ מָׁ ה֙ ְׁפְׁלש ֵ֔תים)ְׁבְׁיִ֨ ֹוםְׁהכֵּ֧ ֹותְׁפְׁלש ִ֛תים‬
:‫אֶ ת־שָׁ ּ֖אּולְׁבגלבַֹֽ ע‬
vaiélej davíd vaiqáj et-'atzmót shaul vêet-'atzmot iêhónatán bênó, meét bá'aléi
iavéish gil'ád; asher gánêvú otám mérêjóv béit-shán ashér tlvm (têlaúm) sm
hflstim (shámah pêlishtím), bêíom hakót pêlishtím et-shaúl bagilbó'a.

y David fue y tomó los restos de Shaúl [Saúl] y los restos de su hijo Iehonatán
[Jonatán], de los señores de Iaveish [Jabes], en Galaad, quienes los habían
tomado secretamente de la plaza de Bet-seán, donde los filisteos los habían
colgado el día que éstos derrotaron a Shaúl [Saúl] en Gilboa.
(13)
ְׁ‫ויָּ֤עלְׁמשָׁ ם֙ ְׁאֶ ת־עצ ֣מֹותְׁשָׁ ֵ֔אּולְׁוְׁאֶ ת־עצ ּ֖מֹותְׁיְׁ ַֽהֹונ ָׁ ָׁ֣תןְׁבְׁנֵ֑ ֹוְׁוי֣אס ֵ֔פּו‬
:‫אֶ ת־עצ ּ֖מֹותְׁה ַֽמּוקָׁ ַֽעים‬
vaiá'al misham et-'atzmót shaúl, vêet-'atzmót iêhónatán bênó; vaiáasfú, et-
'atzmót hamúqa'ím.

Hizo traer de allá los restos de Shaúl [Saúl] y los restos de su hijo Iehonatán
[Jonatán], y recogieron los restos de los ahorcados.
(14)
ְׁ‫ן־בנֹוְׁבְׁ ִ֨ ֶא ֶרץְׁבני ָָׁ֜מןְׁבְׁצ ִָׁ֗לע‬
ְׁ ַ֠ ְׁ‫יהֹונַֽת‬
ָׁ ‫ויקבְׁ ֣רּוְׁאֶ ת־עצמֹות־שָׁ ֣אּולְׁו‬
ְׁ‫ֱלהים‬ ִ֛ ‫ּוְׁכלְׁאֲשֶ ר־צּוָׁ ּ֖הְׁה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁו ַֽיע ֵָּׁ֧תרְׁא‬
ֹ ִ֥ ‫ְׁקישְׁאָׁ ֵ֔ביוְׁוַַֽֽיע ֲֵ֔ש‬
֣ ֙‫בְׁ ִ֨ ֶקבֶ ר‬
‫ פ‬:ְׁ‫י־כן‬ ַֽ ‫ץְׁאחֲר‬ַֽ ‫ל ָׁ ָּׁ֖א ֶר‬
vaiqbêrú et-'atzmot-shaúl vihonáton-bêno bêéretz biniamín bêtzelá' bêqéver
qísh avív, váia'asú, kól asher-tziváh hamélej; vaié'atér elohím laáretz ájarei-jén.

Luego sepultaron los restos de Shaúl [Saúl] y los de su hijo Iehonatán


[Jonatán] en territorio de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Quis; e
hicieron todo lo que el rey había mandado. Y después de esto, Elohim atendió
las súplicas con respecto a la tierra.
(15)
ְׁ‫דְׁועֲבָׁ ָׁ ִ֥דיוְׁע ִ֛מֹו‬
ַֽ ‫ותְׁהי־עֵּ֧ ֹודְׁמלחָׁ ָׁ ִ֛מהְׁלפְׁלש ּ֖תיםְׁאֶ ת־יש ָׁר ֵ֑אלְׁו ִ֨י ֶרדְׁדָׁ ָ֜ו‬
:‫וי ָׁ ַּֽלח ֲִ֥מּוְׁאֶ ת־פְׁלש ּ֖תיםְׁויָׁ ִ֥עףְׁדָׁ ַֽוד‬

463
21 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vatêhi-'ód miljamáh lapêlishtím et-israél; vaiéred davíd vá'avadáv 'imó


vailájamú et-pêlishtím vaiá'af davíd.

Aconteció que hubo otra batalla de los filisteos contra Israel. David descendió
con sus servidores y combatieron contra los filisteos, y David quedó
extenuado.
(16)
ְׁ‫יְׁה ָׁר ִָׁ֗פהְּׁומש ָּ֤קלְׁקינֹו֙ ְׁשְׁלָּ֤ ש‬
ַֽ ָׁ ‫יד‬֣ ‫רְׁ׀ְׁביל‬
ַֽ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫וישבוְׁ(וְׁיש ִ֨בי)ְׁבְׁ ָֹ֜נבְׁא‬
:‫מאֹות֙ ְׁמש ֣קלְׁנְׁחֵֹ֔ שֶ תְׁוְׁ ּ֖הּואְׁחָׁ ג֣ ּורְׁחֲדָׁ ָׁ ֵ֑שהְׁו ּ֖י ֹאמֶ רְׁלְׁהכִ֥ ֹותְׁאֶ ת־דָׁ ַֽוד‬
vysvv (vêishbí) bênóv ashér | bílidéi hárafáh umishqál qeinó shêlósh meot
mishqál nêjóshet, vêhú jagúr jadasháh; vaiómer lêhakót et-davíd.

Entonces Isbi-benob, uno de los descendientes del rafa, cuya lanza pesaba 300
siclos de bronce, ceñido con una espada nueva, trató de matar a David.
(17)
ְׁ֩‫הּוְׁאזְׁנשבְׁעּו‬
֣ ָׁ ‫ישיְׁבֶ ן־צְׁרּו ֵָׁ֔יהְׁויְִַֽ֥ךְׁאֶ ת־הפְׁלש ּ֖תיְׁוימ ֵ֑ת‬ ֣ ‫ו ַֽיעֲזְׁר־לֹו֙ ְׁאֲב‬
ְׁ‫דְׁלֹוְׁלאמִֹ֗ רְׁ ַֽל ֹא־ת ִ֨צאְׁעָּ֤ ֹודְׁא ִ֨ ָׁתנּו֙ ְׁלמלחָׁ ֵ֔ ָׁמהְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁתְׁכ ֶבּ֖ה‬
ָ֜ ‫אנשי־דָׁ ִ֨ו‬
‫ פ‬:‫אֶ ת־נִ֥רְׁיש ָׁר ַֽאל‬
vaiá'azor-ló avishái ben-tzêruiáh, vaiáj et-hapêlishtí vaimitéhu; áz nishbê'ú
anshei-davíd ló lemór ló-tetzé 'ód itánú lamiljamáh, vêló têjabéh et-nér israél.

Pero Abisai, hijo de Tzeruiá [Sarvia], le socorrió, hirió al filisteo y lo mató.


Entonces los hombres de David le juraron diciendo: 'No saldrás más con
nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel.'
(18)
ְׁ‫יםְׁאזְׁה ִָׁ֗כה‬
֣ ָׁ ‫י־כןְׁותְׁהי־עֵּ֧ ֹודְׁהמלחָׁ ָׁ ִ֛מהְׁבְׁגּ֖ ֹובְׁעם־פְׁלש ֵ֑ת‬
ֵ֔ ְׁ‫ְׁאחֲר‬ ַֽ ֙‫וַַֽֽיהי‬
‫ ס‬:‫יְׁה ָׁר ָׁ ַֽפה‬
ַֽ ָׁ ‫רְׁביל ִ֥ד‬
ַֽ ‫ֲש‬
ּ֖ ֶ ‫ת־סףְׁא‬
ֹּ֕ ֶ‫סבְׁכי֙ ְׁהחֻ ֣שָׁ ֵ֔תיְׁא‬
váihí ájarei-jén, vatêhi-'ód hamiljamáh bêgóv 'im-pêlishtím; áz hikáh sibêjaí
hajúshatí, et-sáf ashér bílidéi hárafáh.

Aconteció después de esto que hubo otra batalla contra los filisteos en Gob.
Entonces Sibecai, de Husa, mató a Saf, uno de los descendientes del rafa.
(19)
ְׁ‫ותְׁהי־עֵּ֧ ֹודְׁהמלחָׁ ָׁ ִ֛מהְׁבְׁגּ֖ ֹובְׁעם־פְׁלש ֵ֑תיםְׁו ִ֡יְךְׁאֶ לחָׁ ָׁנןְׁ֩בֶ ן־יע ִ֨רי‬
‫ ס‬:‫יְׁאתְׁגְׁלְׁיָׁ ֣תְׁהג ֵ֔תיְׁוְׁע֣ץְׁחֲנ ֵ֔יתֹוְׁכמנּ֖ ֹורְׁאַֹֽ ְׁר ַֽגים‬
ֵ֚ ‫אַֹֽ ְׁר ָ֜גיםְׁב֣יתְׁהּלח ִ֗מ‬
vatêhi-'ód hamiljamáh bêgóv 'im-pêlishtím; vaiáj eljanan ben-ia'réi órêgím
béit halajmí ét golêiát hagití, vê'étz janitó, kimnór órêgím.

464
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 21, 22

Hubo otra batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Eljanán hijo de Jaare-
oreguim, de Belén, mató a quien estaba con Goliat el geteo, el asta de cuya
lanza era como un rodillo de telar.
(20)
ְׁ֩‫יְׁ׀ְׁאישְׁמדיןְׁ(מָׁ דִ֗ ֹון)ְׁוְׁאֶ צבְׁ ֣ ֹעתְׁיָׁדָׁ יו‬
֣ ‫ותְׁהי־עִ֥ ֹודְׁמלחָׁ ָׁ ּ֖מהְׁבְׁגֵ֑תְׁוי ֣ה‬
ְׁ‫ם־הּואְׁיֻּלִ֥ד‬ ּ֖ ‫יוְׁששְׁו ִָׁ֗ששְׁעֶש ָּ֤ריםְׁוְׁארבע֙ ְׁמס ֵָׁ֔פרְׁוְׁג‬
֣ ‫וְׁאֶ צבְׁעִֹ֨ תְׁרג ָָׁ֜ל‬
:‫לְׁ ָׁ ַֽה ָׁר ָׁ ַֽפה‬
vatêhi-'ód miljamáh bêgát; vaihí | ísh mdyn (madón) vêetzbê'ót iadav
vêetzbê'ót ragláv shésh vashésh 'esrím vêarba' mispár, vêgam-hú iulád
lêhárafáh.

Y hubo otra batalla en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual
tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total.
Él también era un descendiente del rafa.
(21)
:‫ּ֖ה)ְׁאֲחיְׁדָׁ ַֽוד‬
ִ֥ ָׁ‫ויחָׁ ּ֖רףְׁאֶ ת־יש ָׁר ֵ֑אלְׁוי ִ֨כהּו֙ ְׁיְׁ ֣הֹונ ֵ֔ ָָׁׁתןְׁבֶ ן־שמעיְׁ(שמע‬
vaijaréf et-israél; vaiakéhú iêhónatán, ben-sm'y (shim'áh) ají davíd.

Él desafió a Israel, pero lo mató Iehonatán [Jonatán] hijo de Simea, hermano


de David.
(22)
ְׁ‫תְׁאּלֶהְׁיֻּלְׁ ִ֥דּוְׁלְׁ ָׁ ַֽה ָׁרפָׁ ּ֖הְׁבְׁגֵ֑תְׁויפְׁלִ֥ ּוְׁבְׁיד־דָׁ ּ֖ודְּׁוביִ֥ד‬
ִ֛ ‫אֶ ת־ארבִ֥ע‬
‫ ש‬:‫עֲבָׁ ָׁ ַֽדיו‬
et-arbá'at éleh iulêdú lêhárafáh bêgát; vaipêlú vêiad-davíd uviád 'avadáv.

Estos cuatro eran descendientes del rafa en Gat, y cayeron por mano de David
y por mano de sus servidores.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 22


(1)
ְׁ‫ירהְׁה ֵ֑ז ֹאתְׁ{ס}ְׁבְׁיֹוםְׁ֩ה ִ֨צילְׁיהוָׁ ִ֥ה‬
֣ ָׁ ‫ְׁליה ֵ֔ ָׁוהְׁאֶ ת־דב ּ֖ריְׁהש‬ ַֽ ֙‫וידבָּ֤רְׁדָׁ וד‬
‫ ס‬:ְׁ‫אֹ ִ֛תֹוְׁ{ר}מכִ֥ףְׁכְׁל־אַֹֽ יְׁ ָׁבּ֖יוְּׁומכִ֥ףְׁשָׁ ַֽאּול‬
vaidabér david láAdonai, et-divréi hashiráh hazót; {s} bêiom hitzíl Adonai otó
{r}mikáf kol-óiêváv umikáf shaúl .

David dirigió al Eterno las palabras de este cántico, el día que el Eterno le
libró de mano de todos sus enemigos, y de mano de Shaúl [Saúl]. Él dijo:

465
22 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(2)
‫ ס‬:ְׁ‫י־לי‬
ַֽ ‫ִ֛הְׁסלְׁ ִ֥עיְּׁומ ֻצַֽדָׁ ּ֖תיְׁ{ר}ּומפלט‬
ַֽ ָׁ‫ֹאמרְׁיהו‬
ֵ֑ ‫וי‬
vaiomár; Adonai sálê'í umtzúdatí {r}umfalti-lí .

'el Eterno es mi roca, mi fortaleza y mi libertador.


(3)
ְׁ‫נּוסי‬
ֵ֔ ‫ֹוְׁ{ס}ְׁמג ֵּ֞ניְׁוְׁ ֶ ֣ק ֶרןְׁיש ִ֗עיְׁ{ר}משגבי֙ ְּׁומ‬
ַֽ ָׁ ‫ה־ב‬ ֵ֑ ֶ‫יְׁאחֱס‬ ַֽ ֶ ‫ִ֥יְׁצּור‬
ּ֖ ‫אֱלה‬
‫ ס‬:‫יְׁמחָׁ ָׁ ּ֖מסְׁתַֹֽ ש ַֽעני‬
ַֽ ‫{ס}ְׁמַֹֽ ש ֹּ֕ע‬
elohéi tzurí éjeseh-bó; {s} máginí vêqéren ish'í {r}misgabí umnusí, {s}
móshi'í méjamás tóshi'éni.

Elohim es mi peña; en él me refugiaré. Él es mi escudo, el poder de mi


liberación, mi baluarte, mi refugio y mi salvador. Tú me salvas de la
violencia.
(4)
‫ ס‬:ְׁ‫מְׁהֻּלָׁ ּ֖לְׁאֶ ק ָׁ ֣ראְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{ס}ְּׁומאַֹֽ יְׁבּ֖יְׁאּו ַָֽׁשע‬
mêhulál eqrá Adonai; {s} umeóiêvái ivashé'a .

'Invocaré al Eterno, quien es digno de ser alabado, y seré librado de mis


enemigos.
(5)
‫ ס‬:‫ֶתְׁ{ס}ְׁנחֲלִ֥יְׁבְׁליּ֖עלְׁיְׁ ַֽבע ֻ ֲַֽתני‬
ַֽ ‫י־מו‬
ֵ֑ ָׁ ‫ִ֥כיְׁ ֲאפָׁפֻ ּ֖ניְׁמשבְׁר‬
kí afafúni mishbêrei-mávet; {s} nájaléi vêliá'al iêvá'atúni.

Ciertamente me rodearon las olas de la muerte, y los torrentes de la


perversidad me atemorizaron.
(6)
‫ ס‬:‫יְׁמוֶת‬
ַֽ ָׁ ‫חֶ בלִ֥יְׁשְׁ ּ֖אֹולְׁסבֻ ֵ֑ניְׁ{ס}ְׁקדְׁמֻ ּ֖ניְׁמִֹ֥ קש‬
jevléi shêól sabúni; {s} qidêmúni móqshei mávet.

Me rodearon las ligaduras del Sheol; me confrontaron los lazos de la muerte.


(7)
ְׁ ֙‫בצר־לי֙ ְׁאֶ ק ָׁ ֣ראְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁוְׁאֶ ל־אֱלהּ֖יְׁאֶ ק ָׁ ֵ֑ראְׁ{ס}ְׁויש ָּ֤מעְׁמ ַֽהיכָׁלֹו‬
‫ ס‬:ְׁ‫קֹוליְׁוְׁשוע ָּׁ֖תיְׁבְׁאְׁז ָׁנַֽיו‬
ֵ֔
batzar-lí eqrá Adonai, vêel-elohái eqrá; {s} vaishmá' mehéijaló qolí,
vêshav'atí bêoznáv .

'En mi angustia invoqué al Eterno; invoqué a mi Elohim. Él oyó mi voz desde


su templo, y mi clamor llegó a sus oídos.

466
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 22

(8)
ְׁ‫ץְׁ{ס}ְׁמֹוס ִ֥דֹותְׁהשָׁ ּ֖מיםְׁירגָׁ ֵ֑זּו‬
ַֽ ‫ותגעשְׁ(ויתגָׁעָּ֤ש)ְׁותרעש֙ ְׁהָׁ ֵ֔ ָׁא ֶר‬
ָׁ ‫ו ַֽיתְׁ ָׁגע ֲּ֖שּוְׁכ‬
‫ ס‬:‫י־ח ִָׁ֥רהְׁלַֽ ֹו‬
vtg's (vaitga'ásh) vatir'ash haáretz, {s} mósdót hashamáim irgázu; vaítêga'ashú
ki-járah ló.

'La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de los cielos.


Se estremecieron, porque él se airó.
(9)
‫ ס‬:‫יםְׁבע ֲִ֥רּוְׁמ ֶ ַֽמנּו‬
ַֽ ָׁ ‫ֵ֑לְׁ{ס}ְׁגַֽחָׁ ּ֖ל‬
ֶ ‫עָׁלָׁ ָּ֤הְׁעָׁשָׁ ן֙ ְׁבְׁא ֵ֔פֹוְׁוְׁ ִ֥אשְׁמ ּ֖פיוְׁת ֹאכ‬
'aláh 'ashan bêapó, vêésh mipív tojél; {s} géjalím bá'arú miménu.

Humo subió de su nariz; de su boca salió fuego consumidor, y carbones


encendidos saltaban de él.
(10)
‫ ס‬:‫ּ֖לְׁתחתְׁרג ָׁ ַֽליו‬
ִ֥ ֶ‫דְׁ{ס}ְׁוע ֲָׁרפ‬
ַֽ ‫ויִ֥טְׁשָׁ ּ֖מיםְׁוי ֵ֑ר‬
vaiét shamáim vaierád; {s} vá'arafél tájat ragláv.

Inclinó los cielos y descendió; una densa oscuridad había debajo de sus pies.
(11)
‫ ס‬:‫י־רּוח‬
ַֽ ‫וירכִ֥בְׁעל־כְׁ ּ֖רּובְׁוי ֵ֑ ָֹׁעףְׁ{ס}ְׁוי ָׁ ּ֖ראְׁעל־כנפ‬
vairkáv 'al-kêrúv vaia'óf; {s} vaierá 'al-kanfei-rúja.

Cabalgó sobre un querubín y voló; se remontó sobre las alas del viento.
(12)
:‫ת־מיםְׁעָׁבִ֥יְׁשְׁחָׁ ַֽקים‬
ּ֖ ‫ֹותְׁ{ס}ְׁחשְׁר‬
ַֽ ֵ֑‫ויָׁ ִ֥שֶ תְׁחִֹ֛ שֶ ְךְׁסְׁ ַֽביבֹ ָׁ ּ֖תיוְׁסֻכ‬
vaiáshet jóshej sêvívotáv sukót; {s} jáshêrat-máim 'avéi shêjaqím.

Puso tinieblas alrededor de sí como su morada, oscuridad de aguas y densas


nubes.
(13)
‫ ס‬:‫י־אש‬
ַֽ ‫ּוְׁגחֲל‬
ַֽ ‫ֹוְׁבע ֲּ֖ר‬
ַֽ ָׁ ‫מ ּ֖ ֹנגּהְׁנֶג ֵ֑ד‬
minógaĥ negdó; bá'arú gájalei-ésh.

Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones de fuego.


(14)
‫ ס‬:ְׁ‫ירעִ֥םְׁמן־שָׁ ּ֖מיםְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{ר}וְׁעֶליּ֖ ֹוןְׁי ִ֥תןְׁקֹולַֽ ֹו‬
iar'ém min-shamáim Adonai; {r}vê'elíon itén qoló .

'el Eterno tronó desde los cielos; el Altísimo dio su voz.

467
22 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(15)
‫ ס‬:)‫וישלִ֥חְׁח ּ֖ציםְׁויפיצֵ֑םְׁבָׁ ָׁ ּ֖רקְׁויהמםְׁ(ויָׁהַֹֽ ם‬
vaishláj jitzím vaifitzém; baráq vihmm (vaiahóm).

Envió flechas y los dispersó; arrojó relámpagos y los desconcertó.


(16)
ְׁ‫ו ַֽי ַָֽׁראּו֙ ְׁא ֲ֣פקיְׁ ֵָׁ֔יםְׁיגָׁלּ֖ ּוְׁמַֹֽ סְׁ ֣דֹותְׁתבֵ֑לְׁ{ס}ְׁבְׁ ַֽגע ֲ֣רתְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁמנש ּ֖מת‬
‫ ס‬:ְׁ‫ִ֥רּוחְׁא ַֽפֹו‬
vaiéraú afíqei iám, igalú mósêdót tevél; {s} bêgá'arát Adonai, minishmát rúaj
apó .

A la reprensión del Eterno, por el soplo del aliento de su nariz, se hicieron


visibles los lechos del mar, y se descubrieron los cimientos del mundo.
(17)
‫ ס‬:‫ישלִ֥חְׁממָׁ ּ֖רֹוםְׁיקָׁ חֵ֑ניְׁ{ס}ְׁיַֽמְׁ ּ֖שניְׁמ ִ֥מיםְׁר ַֽבים‬
ishláj mimaróm iqajéni; {s} iámêshéni mimáim rabím.

'Envió desde lo alto y me tomó; me sacó de las aguas caudalosas.


(18)
:‫יְׁאמְׁ ּ֖צּוְׁמ ֶ ַֽמני‬
ַֽ ָׁ ‫יְׁכ‬
ִ֥ ‫שנ ֵ֔א‬
ֹ ֣ ‫יצ ֹּ֕ילניְׁמאַֹֽ יְׁ ּ֖ביְׁעָׁ ֵ֑זְׁ{ס}ְׁמ‬
iatziléni meóiêví 'áz; {s} misónái, kí ámêtzú miméni.

Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían, pues eran más


fuertes que yo.
(19)
‫ ס‬:ְׁ‫ּ֖ןְׁלי‬
ַֽ ָׁ‫ידיְׁוי ֵּ֧היְׁיהוָׁ ִ֛הְׁמשע‬
ֵ֑ ‫יְׁקדְׁמֻ ּ֖ניְׁבְׁי֣ ֹוםְׁא‬
iêqadêmúni bêíom eidí; vaihí Adonai mish'án lí .

Se enfrentaron a mí el día de mi desgracia, pero el Eterno fue mi apoyo.


(20)
‫ ס‬:‫ץְׁבי‬
ַֽ ‫י־ח ִַֽ֥פ‬
ָׁ ‫ויֹ צִ֥אְׁלמֶ ר ָׁחּ֖בְׁאֹ ֵ֑תיְׁ{ר}יְׁחּלְׁצּ֖ניְׁכ‬
vaiotzé lamerjáv otí; {r}iêjalêtzéni ki-jáfétz bí.

Él me sacó a un lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.


(21)
‫ ס‬:ְׁ‫יבְׁלי‬
ַֽ ‫יגמְׁלִ֥ניְׁיהוָׁ ּ֖הְׁכְׁצדקָׁ ֵ֑תיְׁ{ר}כְׁבִֹ֥ רְׁי ָּׁ֖דיְׁי ִָׁ֥ש‬
igmêléni Adonai kêtzidqatí; {r}kêvór iadái iashív lí .

'el Eterno me ha pagado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis


manos me ha recompensado.

468
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 22

(22)
‫ ס‬:ְׁ‫ֱלהי‬
ַֽ ָׁ ‫יְׁמא‬
ַֽ ‫אְׁר ּ֖שעת‬
ָׁ ֹ ‫ִ֥כיְׁשָׁ ּ֖מרתיְׁדרכ֣יְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{ר}וְׁ ִ֥ל‬
kí shamárti darjéi Adonai; {r}vêló rashá'ti méelohái .

Porque he guardado los caminos del Eterno, y no me he apartado impíamente


de mi Elohim.
(23)
‫ ס‬:‫ִ֥כיְׁכְׁל־משפ ָׁ ָּׁ֖טוְׁלְׁנֶג ֵ֑דיְׁוְׁחֻקֹ ָׁ ּ֖תיוְׁ ַֽל ֹא־אָׁ ִ֥סּורְׁמ ֶ ַֽמנָׁה‬
kí jol-mishpatáv lênegdí; vêjuqotáv ló-asúr miménah.

Porque delante de mí han estado todos sus juicios, y no he apartado de mí sus


estatutos.
(24)
‫ ס‬:‫הְׁמעֲֹו ַֽני‬
ַֽ ‫ֹוְׁ{ס}ְׁוַֽאֶ שתמְׁ ָׁ ּ֖ר‬
ָׁ ֵ֑‫ו ֶ ַָֽׁאהְׁיֶ ִ֥הְׁתָׁ ּ֖מיםְׁל‬
vaéhêiéh tamím ló; {s} váeshtamêráh mé'aoní.

Fui íntegro para con él, y me guardé de mi maldad.


(25)
‫ ס‬:ְׁ‫ִ֛הְׁליְׁכְׁצדקָׁ ֵ֑תיְׁ{ס}ְׁכְׁבֹ ּ֖ריְׁלְׁנֶ ִַֽ֥גֶדְׁע ָׁינַֽיו‬
ּ֖ ָׁ‫ויָׁ ֵּ֧שֶ בְׁיהו‬
vaiáshev Adonai lí kêtzidqatí; {s} kêvorí lênéged 'eináv .

Por tanto, el Eterno me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a


mi limpieza ante sus ojos.
(26)
‫ ס‬:‫עם־חָׁ ּ֖סידְׁתתח ָׁ ֵ֑סדְׁ{ס}ְׁעם־ג ִ֥בֹורְׁתָׁ ּ֖מיםְׁתת ָׁ ַֽמם‬
'im-jasíd titjasád; {s} 'im-gibór tamím titamám.

'Con el misericordioso te muestras misericordioso, e íntegro con el hombre


íntegro.
(27)
‫ ס‬:‫עם־נ ָָׁׁבּ֖רְׁתתָׁ ָׁבֵ֑רְׁ{ס}ְׁוְׁעם־ע ּ֖קשְׁתת ָׁ ַֽפל‬
'im-navár titavár; {s} vê'im-'iqésh titapál.

Con el limpio te muestras limpio, y eres sagaz con el perverso.


(28)
‫ ס‬:‫ל־ר ּ֖מיםְׁתש ַֽפיל‬
ָׁ ‫ּ֖יְׁתֹושיעְׁ{ס}ְׁוְׁעינֶ ִ֥יךְׁע‬
ֵ֑ ‫וְׁאֶ ת־עִ֥םְׁעָׁנ‬
vêet-'ám 'aní toshí'a; {s} vê'einéja 'al-ramím tashpíl.

Salvas al pueblo humilde; pero tus ojos humillan a los altivos.

469
22 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(29)
‫ ס‬:ְׁ‫ַֽכי־א ָׁ ִ֥תהְׁנ ּ֖יריְׁיהוָׁ ֵ֑הְׁ{ס}ְׁוַֽיהוָׁ ּ֖הְׁיגִ֥יּהְׁחָׁ ש ַֽכי‬
kí-atáh neirí Adonai; {s} váAdonai iagíĥa jashkí .

Ciertamente tú eres mi lámpara, oh Eterno; el Eterno ilumina mis tinieblas.


(30)
‫ ס‬:‫ֶג־שּור‬
ַֽ ‫ּודְׁ{ס}ְׁבאלהּ֖יְׁאֲדּל‬
ַֽ ‫ִ֥כיְׁבְׁכָׁ ּ֖הְׁאָׁ ֣רּוץְׁגְׁ ֵ֑ד‬
kí vêjáh arútz gêdúd; {s} bélohái adaleg-shúr.

Contigo desbarataré ejércitos; con mi Elohim saltaré murallas.


(31)
ְׁ‫לְׁהחֹ ִ֥סים‬
ַֽ ‫ַֽןְׁהּואְׁלְׁ ּ֖ ֹכ‬
ֵ֔ ‫הָׁ ּ֖אלְׁתָׁ ֣מיםְׁדרכֵ֑ ֹוְׁאמ ָּ֤רתְׁיהוָׁה֙ ְׁצְׁרּו ֵָׁ֔פהְׁ{ס}ְׁמָׁ ֣ג‬
‫ ס‬:ְׁ‫ַֽבֹו‬
haél tamím darkó; imrát Adonai tzêrufáh, {s} magén hú, lêjól hájosím bó .

'Perfecto es el camino de Elohim; probada es la palabra del Eterno. Él es


escudo a todos los que en él se refugian.
(32)
‫ ס‬:ְׁ‫ֱלהינּו‬
ַֽ ‫ּורְׁמבלע ֲִ֥דיְׁא‬
ַֽ ‫יְׁצ‬
ּ֖ ‫ֵ֑הְׁ{ס}ְּׁומ‬
ִ֥ ָׁ‫י־אלְׁמבלע ֲ֣דיְׁיהו‬
ּ֖ ‫ִ֥כיְׁמ‬
kí mi-él mibal'adéi Adonai; {s} umí tzúr míbal'adéi elohéinu .

Porque, ¿quién es Elohim fuera del Eterno? ¿Quién es Roca fuera de nuestro
Elohim?
(33)
‫ ס‬:)‫ּ֖יְׁחֵ֑ילְׁ{ס}ְׁוי ִ֥תרְׁתָׁ ּ֖מיםְׁדרכוְׁ(דר ַֽכי‬
ָׁ ‫הָׁ ִ֥אלְׁ ָׁ ַֽמעּוז‬
haél má'uzí jáil; {s} vaiatér tamím drjv (darkí).

Elohim es el que me ciñe de vigor, y hace perfecto mi camino.


(34)
‫ ס‬:‫ִ֥לְׁבמֹ ּ֖תיְׁ ַֽיעֲמ ַֽדני‬
ַֽ ָׁ ‫ּ֖י)ְׁכאיָׁלֵ֑ ֹותְׁ{ס}ְׁוְׁע‬
ַֽ ָׁ ‫מְׁשּוֶ ִ֥הְׁרגליוְׁ(רגל‬
mêshavéh rglyv (raglái) káaialót; {s} vê'ál bámotái iá'amidéni.

Hace que mis pies sean ágiles como los del venado, y me mantiene firme
sobre mis alturas.
(35)
:‫חּושהְׁזְׁ ַֽרֹ עֹ ָׁ ַֽתי‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫ִ֥תְׁקשֶ ת־נ‬
ַֽ ֶ ‫מְׁל ִ֥מדְׁי ָּׁ֖דיְׁלמלחָׁ ָׁ ֵ֑מהְׁ{ס}ְׁוְׁנח‬
mêlaméd iadái lamiljamáh; {s} vêniját qéshet-nêjusháh zêró'otái.

Adiestra mis manos para la batalla; así mis brazos pueden tensar el arco de
bronce.

470
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 22

(36)
‫ ס‬:‫ן־ליְׁמָׁ ֣גַֽןְׁישעֶ ֵ֑ךְׁוע ַֽ ֲֹנתְׁךּ֖ ְׁתר ַֽבני‬
ּ֖ ֶ‫ותת‬
vatiten-lí magén ish'éja; va'anótêjá tarbéni.

'Me has dado el escudo de tu salvación; tu condescendencia me ha


engrandecido.
(37)
‫ ס‬:‫אְׁמע ֲּ֖דּוְׁקרס ָׁ ַֻּֽלי‬
ַֽ ָׁ ֹ ‫יבְׁצע ֲּ֖דיְׁתח ֵ֑תניְׁוְׁ ִ֥ל‬
ַֽ ‫תר ִ֥ח‬
tarjív tzá'adí tajténi; vêló má'adú qarsulái.

Tú has ensanchado mis pasos debajo de mí, para que no tiemblen mis tobillos.
(38)
‫ ס‬:‫ּלֹותם‬
ַֽ ָׁ ‫ידםְׁ{ס}ְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ּ֖שּובְׁעד־כ‬
ֵ֑ ‫ּ֖יְׁוַֽאשמ‬
ָׁ ‫אֶ רדְׁפָׁ ִ֥הְׁאַֹֽ יְׁב‬
erdêfáh óiêvái váashmidém; {s} vêló ashúv 'ad-kalotám.

Perseguí a mis enemigos y los destruí; no volví sino hasta acabarlos.


(39)
‫ ס‬:‫ּוְׁתחתְׁרג ָׁ ַֽלי‬
ִ֥ ּ֖‫קּומּוןְׁ{ס}ְׁוַַֽֽיפְׁל‬
ֵ֑ ְׁ‫ָׁ ַֽואֲכּלִ֥םְׁ ָׁוַֽאֶ מחָׁ צּ֖םְׁוְׁ ֣ל ֹאְׁי‬
váajalém váemjatzém vêló iêqumún; {s} váipêlú tájat raglái.

Los consumí; los golpeé, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis


pies.
(40)
:‫ותז ִ֥רניְׁחּ֖ילְׁלמלחָׁ ָׁ ֵ֑מהְׁ{ס}ְׁתכ ִ֥ריעְׁקָׁ ּ֖מיְׁתח ַֽתני‬
vatazréni jáil lamiljamáh; {s} tajrí'a qamái tajténi.

Me ceñiste de poder para la batalla; doblegaste a mis enemigos debajo de mí.


(41)
‫ ס‬:‫יתם‬
ַֽ ‫יְׁוַֽאצמ‬
ָׁ ‫יְׁע ֶרףְׁמְׁשנ ּ֖א‬
ֹ ֵ֑ ‫הְּׁל‬
ּ֖ ָׁ‫יְׁתת‬
ִ֥ ‫וְׁאֹ֣ י ֵ֔ב‬
vêóyvái, tátah lí 'óref; mêsanái váatzmitém.

Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas, y destruí a los que me
aborrecían.
(42)
‫ ס‬:ְׁ‫ישעּ֖ ּוְׁוְׁ ֣איןְׁמֹ ֵ֑שיעְׁאֶ ל־יהוָׁ ּ֖הְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁע ָָׁׁנַֽם‬
ish'ú vêéin moshí'a; el-Adonai vêló 'anám .

Clamaron, pero no hubo quien los salvase. Clamaron al Eterno, pero él no les
respondió.

471
22 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(43)
‫ ס‬:‫יט־חּוצֹותְׁאֲד ּ֖קםְׁאֶ רקָׁ ַֽעם‬
ִ֥ ‫ר־א ֶרץְׁ{ס}ְׁכְׁט‬
ֵ֑ ָׁ ‫םְׁכעֲפ‬
ַֽ ‫וְׁאֶ שחָׁ ּ֖ק‬
vêeshjaqém ká'afar-áretz; {s} kêtit-jutzót adiqém erqa'ém.

Los desmenucé como polvo de la tierra; los deshice como lodo de la calle y
los aplasté.
(44)
ְׁ‫ִ֥םְׁל ֹא־י ָּׁ֖דעתי‬
ַֽ ‫אשְׁגֹויםְׁ{ס}ְׁע‬
ֵ֔ ֹ ‫יְׁמריבּ֖יְׁע ֵ֑מיְׁתשמְׁ ִ֨רני֙ ְׁלְׁ ֣ר‬
ַֽ ‫וַֽתְׁפּלְׁ ֵ֔טנ‬
:‫יַֽעב ֻדַֽני‬
vátêfalêténi, mérivéi 'amí; tishmêréní lêrósh goím, {s} 'ám ló-iadá'ti
iá'avdúni.

'Tu me libraste de las contiendas de mi pueblo, y me guardaste como jefe de


las naciones. Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.
(45)
‫ ס‬:‫עּוְׁלי‬
ַֽ ‫ֲשּו־ליְׁלש ִ֥מֹועְׁאֹּ֖ זֶןְׁי ָׁ ִ֥שמ‬
ֵ֑ ‫בְׁנִ֥יְׁנכָׁ ּ֖רְׁית ַֽכח‬
bênéi nejár itkájashu-lí; lishmó'a ózen ishám'u lí.

Los hijos de los extraños me adulaban; apenas oían de mí, me rendían


obediencia.
(46)
‫ ס‬:‫רֹותם‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫בְׁנִ֥יְׁנכָׁ ּ֖רְׁיבֵֹ֑ לּוְׁוְׁיחגְׁ ּ֖רּוְׁממסג‬
bênéi nejár ibólu; vêiajgêrú mimisgêrotám.

Los hijos de los extraños se desvanecían y salían temblando de sus


escondrijos.
(47)
‫ ס‬:ְׁ‫ּ֖יְׁצּורְׁיש ַֽעי‬
ִ֥ ‫ּוְךְׁצּוריְׁ{ס}ְׁוְׁי ֹּ֕ ָֻׁרםְׁאֱלה‬
ֵ֑ ‫חי־יהוָׁ ּ֖הְּׁובָׁ ֣ר‬
jai-Adonai uvarúj tzurí; {s} vêiarúm elohéi tzúr ish'í .

'¡Viva el Eterno! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado Elohim, la roca de mi


salvación,
(48)
‫ ס‬:‫תְׁליְׁ{ס}ְּׁומֹ ִ֥רידְׁע ּ֖מיםְׁתח ַֽתני‬
ֵ֑ ֹּ֖‫הָׁ ֹּ֕אלְׁהנֹ ִ֥תןְׁנְׁקָׁ מ‬
haél hanotén nêqamót lí; {s} umoríd 'amím tajténi.

el Elohim que ejecuta mi venganza; somete a los pueblos debajo de mí


(49)
‫ ס‬:‫ילני‬
ַֽ ‫יאיְׁמאַֹֽ יְׁ ָׁבֵ֑יְּׁומקָׁ מי֙ ְׁתְׁ ֣רֹומְׁ ֵ֔מניְׁ{ס}ְׁמ ִ֥אישְׁחֲמָׁ ּ֖סיםְׁתצ‬
ּ֖ ‫ּומֹוצ‬
ַֽ

472
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 22, 23

umótzií meóiêvái; umiqamaí têrómêméni, {s} meísh jamasím tatziléni.

y me aparta de mis enemigos. Tú me has enaltecido sobre mis adversarios, y


me has librado del hombre violento.
(50)
‫ ס‬:ְׁ‫ִ֛ןְׁאֹודךִ֥ ְׁיהוָׁ ּ֖הְׁבגֹויֵ֑םְׁ{ס}ְּׁולשמךּ֖ ְׁאֲז ַֽמר‬
ַֽ ‫על־כ‬
'al-kén ódjá Adonai bagoím; {s} ulshimjá azamér .

Por eso te confesaré entre las naciones, oh Eterno, y cantaré salmos a tu


nombre.
(51)
ְׁ‫יחֹוְׁ{ס}ְׁלְׁדָׁ ִ֥וד‬
ִ֛ ‫ה־חֵּ֧סֶ דְׁלמש‬
ֶ ֶ‫מגדילְׁ(מג ּ֖דֹול)ְׁיְׁשּוע֣ ֹותְׁמלכֵ֑ ֹוְׁוְׁ ַֽ ֹעש‬
‫ ש‬:ְׁ‫ד־עֹולם‬
ַֽ ָׁ ‫ּולזרעּ֖ ֹוְׁע‬
mgdyl (migdól) iêshu'ót malkó; vê'óseh-jésed limshijó {s} lêdavíd ulzar'ó 'ad-
'olám .

'Él engrandece las victorias de su rey y muestra misericordia a su ungido: a


David y a sus descendientes, para siempre.'

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 23


(1)
ְׁ‫וְׁ ִ֛אּלֶהְׁדב ִ֥ריְׁדָׁ וּ֖דְׁהָׁ ַֽאחֲרֹ נֵ֑יםְׁנְׁאֻ ֵּ֧םְׁדָׁ ֣ודְׁבֶ ן־י ִ֗שיְּׁונאֻ ָּ֤םְׁה ִ֨ ֶגבֶ ר֙ ְׁהֻ ֣קםְׁ ֵָׁ֔על‬
:‫֣יְׁיעֲקֵֹ֔ בְּׁונ ּ֖עיםְׁזְׁמ ִ֥רֹותְׁיש ָׁר ַֽאל‬ ַֽ ‫יחְׁאֱלה‬ ֙ ‫מְׁ ִ֨ש‬
vêéleh divréi davíd haájaroním; nêúm davíd ben-ishái unúm hagéver húqam
'ál, mêshíáj elohéi iá'aqóv, un'ím zêmirót israél.

Éstas son las últimas palabras de David: 'Dijo David hijo de Isaí, dijo el
hombre a quien Elohim levantó, el ungido del Elohim de Iaacov [Jacob], el
dulce salmista de Israel:
(2)
:ְׁ‫שֹוני‬
ַֽ ְׁ‫ר־ביְּׁומּל ָּׁ֖תֹוְׁעל־ל‬
ֵ֑ ֶ‫ִ֥רּוחְׁיהוָׁ ּ֖הְׁדב‬
rúaj Adonai diber-bí; umilató 'al-lêshoní .

'El espíritu del Eterno ha hablado por medio de mí, y su palabra ha estado en
mi lengua.
(3)
ְׁ‫ְׁ֙באָׁ ֵ֔ ָׁדםְׁצ ֹּ֕דיק‬
ַֽ ָׁ ‫ּ֖רְׁצּורְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁמֹושל‬
֣ ‫לְׁליְׁד ֶב‬
ִ֥ ‫אָׁ מר֙ ְׁ אֱלה֣יְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
:ְׁ‫ֱלהים‬
ַֽ ‫מֹושלְׁיר ִ֥אתְׁא‬ּ֖
473
23 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

amar elohéi israél, lí dibér tzúr israél; moshel báadám, tzadíq moshél irát
elohím .

El Elohim de Israel ha dicho; me ha hablado la Roca de Israel: 'El que


gobierna a los hombres con justicia, el que gobierna con el temor de Elohim,
(4)
ְׁ‫רְׁדשֶ א‬
ִ֥ ֶ ‫שְׁבֹ קֶ רְׁ ֣ל ֹאְׁעָׁבֵ֔ ֹותְׁמ ִ֥ ֹנגּהְׁממָׁ ָׁ ּ֖ט‬
ֵ֚ ֶ‫ח־שמ‬
ֵ֑ ָׁ ‫ּוכ ִ֥אֹורְׁבֹּ֖ קֶ רְׁיזר‬
:‫מ ָׁ ַֽא ֶרץ‬
ujór bóqer izraj-shámesh; bóqer ló 'avót, minógaĥ mimatár déshe meáretz.

es como la luz matutina cuando sale el sol en un amanecer sin nubes; es como
el resplandor tras la lluvia que hace germinar la hierba de la tierra.'
(5)
ְׁ֙‫םְׁליְׁעֲרּוכָׁ ָּ֤הְׁבכֹ ל‬
ִ֗ ‫םְׁש‬
֣ ָׁ ‫ם־אלְׁכיְׁ֩בְׁ ִ֨ריתְׁעֹו ָָׁ֜ל‬
ֵ֑ ‫יתיְׁע‬ ּ֖ ‫ַֽכי־ל ֹא־כִ֥ןְׁב‬
:ְׁ‫י־ל ֹאְׁיצ ַֽמיח‬ ִ֥ ‫ל־חפֶץְׁכ‬ ּ֖ ְׁ‫הְׁכי־כְׁל־יש ִ֥עיְׁוְׁכ‬
ַֽ ‫ּושמ ָׁ ֵֻ֔ר‬
kí-lo-jén beití 'im-él; kí vêrít 'olám sám lí 'arujáh vakol ushmuráh, kí-jol-ish'í
vêjol-jéfetz ki-ló iatzmíaj .

'¿No es así mi casa para con Elohim? Pues él ha hecho conmigo un pacto
eterno, ordenado en todas las cosas y seguro, aunque mi plena salvación y
todo mi anhelo él no los haga todavía prosperar.
(6)
:‫ּובל ֹּ֕יעלְׁכְׁ ִ֥קֹוץְׁמֻנָׁ ּ֖דְׁכֻּלָׁ ֵ֑הםְׁכי־ ִ֥ל ֹאְׁבְׁיָׁ ּ֖דְׁי ָׁ ַֽקחּו‬
uvliá'al kêqótz munád kuláham; ki-ló vêiád iqáju.

'Pero los perversos, todos ellos, serán arrancados como espinas, las cuales
nadie toma con la mano.
(7)
ְׁ‫וְׁאיש֙ ְׁיג֣עְׁבָׁ ֵ֔ ֶהםְׁימָׁ לִ֥אְׁברזֶ ּ֖לְׁוְׁע֣ץְׁחֲנֵ֑יתְּׁובָׁ ֹּ֕אשְׁשָׁ ִ֥רֹוףְׁי ָׁ ַֽש ְׁר ּ֖פּו‬
‫ פ‬:‫ב ָׁ ַֽשבֶ ת‬
vêish igá' bahém, imalé varzél vê'étz janít; uvaésh saróf isárêfú bashávet.

Nadie las tocará excepto con un hierro o con un asta de lanza. Y con fuego
serán totalmente consumidos en su lugar.'
(8)
ְׁ‫ֲשרְׁלְׁדָׁ ֵ֑ודְׁיֹ ִ֨שבְׁבשֶָ֜ בֶ תְׁתחכְׁמֹ נ֣יְׁ׀ְׁ ֣ר ֹאש‬
֣ ֶ ‫ִ֛אּלֶהְׁשְׁ ִ֥מֹותְׁהגבֹ ּ֖ריםְׁא‬
ְׁ‫ֹוְׁהעצנוְׁ(העֶצ ֵ֔ני)ְׁעל־שְׁמֹ נֶ ִ֥הְׁמ ִ֛אֹותְׁחָׁ לָׁ ּ֖לְׁבְׁפִ֥עם‬
ַֽ ָׁ ֣‫יְׁהּואְׁעֲדינ‬
ֵ֚ ‫ה ָׁ ַֽשל ִ֗ש‬
‫ ס‬:)‫אחדְׁ(אֶ ָׁ ַֽחת‬

474
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 23

éleh shêmót hagiborím ashér lêdavíd; ioshév bashévet tajkêmoní | rósh


hashálishí hú 'adinó h'tznv (há'etzní), 'al-shêmonéh meót jalál bêfá'am jd
(eját).

Éstos son los nombres de los valientes que tenía David: Joseb-basebet el
tacmonita, jefe de los tres. Él atravesó 800 cuerpos en una oportunidad.
(9)
ְׁ‫וְׁ ַֽאח ָׁ ֲִ֛רוְׁאֶ לעָׁזָׁ ִ֥רְׁבֶ ן־דדיְׁ(דֹ ּ֖דֹו)ְׁבֶ ן־אֲחֹ ֵ֑חיְׁבשלשִָׁ֨ הְׁגברים‬
ְׁ‫פּו־שםְׁלמלחָׁ ֵ֔ ָׁמה‬
֣ ָׁ ‫(הגבֹ ָ֜רים)ְׁעם־דָׁ ִ֗ודְׁבְׁ ָׁ ַֽח ְׁרפָׁ ָּ֤םְׁבפְׁלשתים֙ ְֶׁנַֽאֶ ס‬
:‫ּוְׁאישְׁיש ָׁר ַֽאל‬
ִ֥ ּ֖‫וַַֽֽיעֲל‬
vêájaráv el'azár ben-ddy (dodó) ben-ajojí; bishlosháh gvrym (hagiborím) 'im-
davíd bêjárêfám bapêlishtim néesfu-shám lamiljamáh, váia'alú ísh israél.

Después de él estaba Eleazar hijo de Dodo, hijo de Ajoji. Él era uno de los tres
valientes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos que se
reunieron allí para la batalla, y se retiraron los hombres de Israel.
(10)
ְׁ‫֣דְׁ׀ְׁכי־יְׁגְׁעָׁ ֣הְׁיָׁדִ֗ ֹוְׁותדבָּ֤קְׁיָׁדֹו֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶח ֶרב‬
ַֽ ‫֣הּואְׁקָׁ םְׁ֩ו ִ֨יְךְׁבפְׁלש ָ֜תיםְׁע‬
‫ִ֥בּוְׁאח ָׁ ֲּ֖ריוְׁאְך־‬
ַֽ ‫ויֵּ֧עשְׁיהוָׁ ִ֛הְׁתְׁשּועָׁ ִ֥הְׁגְׁדֹולָׁ ּ֖הְׁבי֣ ֹוםְׁה ֵ֑הּואְׁוְׁהָׁ עָׁ ִ֛םְׁי ָֻׁש‬
‫ ס‬:ְׁ‫לְׁפ ַֽשט‬
hú qam vaiáj bapêlishtím 'ád | kí-iogê'áh iadó vatidbáq iadó el-hajérev, vaiá'as
Adonai têshu'áh gêdoláh baióm hahú; vêha'ám iashúvu ájaráv aj-lêfashét .

Él se levantó e hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó y se le quedó


pegada a la espada. Aquel día el Eterno dio una gran victoria, y el pueblo fue
tras él sólo para tomar el botín.
(11)
ְׁ‫ּ֖אְׁה ָׁר ֵ֑ריְׁוי ָׁ ַֽאסְׁ ִ֨פּוְׁפְׁלש ָ֜תיםְׁלח ִָׁ֗יהְׁותְׁהי־שֵָּׁ֞ ם‬
ַֽ ָׁ ‫וְׁ ַֽאח ָׁ ֲִ֛ריוְׁש ָׁ ִ֥מהְׁבֶ ן־אָׁ ג‬
:‫חֶ ל ָּ֤קתְׁהשָׁ דֶ ה֙ ְׁמְׁל ָׁ ֣אהְׁעֲדָׁ ֵ֔שיםְׁוְׁהָׁ עָׁ ִ֥םְׁנָׁ ּ֖סְׁמפְׁנִ֥יְׁפְׁלש ַֽתים‬
vêájaráv shamáh ven-agé hárarí; vaieásêfú fêlishtím lajaiáh vatêhi-shám jelqát
hasadeh mêleáh 'adashím, vêha'ám nás mipênéi fêlishtím.

Después de él estaba Sama hijo de Age el hararita. Cuando los filisteos se


reunieron en Leji, había allí una parcela de tierra sembrada de lentejas. El
pueblo había huido ante los filisteos,
(12)
ְׁ‫תֹוְך־החֶ לקָׁ ה֙ ְׁויצי ֵֶ֔להָׁ ְׁויְַּֽ֖ךְׁאֶ ת־פְׁלש ֵ֑תיםְׁויִ֥עשְׁיהוָׁ ּ֖ה‬
ַֽ ְׁ‫ויתיצָּ֤בְׁב‬
‫ ס‬:ְׁ‫דֹולה‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫תְׁשּועָׁ ִ֥הְׁג‬

475
23 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaitiatzév bêtoj-hájelqah vaiatziléha, vaiáj et-pêlishtím; vaiá'as Adonai


têshu'áh gêdoláh .

pero él se puso firme en medio de la parcela y la defendió, derrotando a los


filisteos. Y el Eterno les dio una gran victoria.
(13)
‫לשיםְׁ ִ֗ר ֹאשְׁויָׁבָֹּ֤ אּוְׁאֶ ל־קָׁ ציר֙ ְׁאֶ ל־‬
֣ ְׁ‫ה)ְׁמהש‬
ַֽ ָָׁ֜‫ַֽרדִ֨ ּוְׁשלשיםְׁ(שְׁלש‬ ְׁ ‫ו ַֽי‬
:‫קְׁרפ ַָֽׁאים‬
ְׁ ֶ‫דָׁ ֵ֔ודְׁאֶ ל־מְׁע ָּׁ֖רתְׁ ֲעדֻּלָׁ ֵ֑םְׁוְׁחי֣תְׁפְׁלש ֵ֔תיםְׁחֹ נָׁ ּ֖הְׁבְׁעִ֥מ‬
vaiérêdú slsym (shêlosháh) méhashêloshím rósh vaiavóu el-qatzir el-davíd, el-
mê'arát 'adulám; vêjaiát pêlishtím, jonáh bê'émeq rêfaím.

Tres de los treinta principales descendieron y fueron a la cueva de Adulam,


donde estaba David, en el tiempo de la siega, mientras el ejército de los
filisteos acampaba en el valle de Refaím.
(14)
:‫ִ֥יתְׁלחֶ ם‬
ַֽ ָׁ ‫יםְׁאזְׁב‬
ּ֖ ָׁ ‫צּודהְּׁומצ֣בְׁפְׁלש ֵ֔ת‬
ֵ֑ ָׁ ְׁ‫דְׁאזְׁבמ‬
֣ ָׁ ‫וְׁדָׁ ּ֖ו‬
vêdavíd áz bamêtzudáh; umatzáv pêlishtím, áz béit lájem.

David estaba entonces en la fortaleza, y un destacamento de los filisteos


estaba en Belén.
(15)
ְׁ‫ֲשר‬
ִ֥ ֶ ‫ארְׁבית־לֶ ּ֖חֶ םְׁא‬
ַֽ ֹ ‫יְׁמיםְׁמ ִ֥ב‬
ֵ֔ ‫רְׁמיְׁיש ֣קנ‬
ֵ֚ ‫ֹאמ‬
ֵ֑ ‫ויתאּוֶ ִ֥הְׁדָׁ ּ֖ודְׁוי‬
‫ ס‬:‫ב ָׁ ַֽשער‬
vaitavéh davíd vaiomár; mí iashqéni máim, mibór béit-léjem ashér bashá'ar.

Entonces David sintió un vivo deseo y dijo: '¡Quién me diera de beber agua
del pozo de Belén, que está junto a la puerta!'
(16)
ִ֨ ‫ויבקְׁעּוְׁ֩שְׁ ִ֨לשֶ תְׁהגבֹ ָ֜ריםְׁבְׁ ַֽמחֲנ֣הְׁפְׁלש ִ֗תיםְׁו ַֽישְׁא‬
ְׁ‫ֲבּו־מים֙ ְׁמ ָּ֤ב ֹאר‬
ְׁ‫תֹותם‬
ָׁ ֵ֔ ‫ֲשרְׁב ֵ֔שערְׁויש ּ֖אּוְׁוי ָׁ֣באּוְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֑ודְׁוְׁ ָּ֤ל ֹאְׁאָׁ בָׁ ה֙ ְׁלש‬ ֣ ֶ ‫ַֽבית־ ִֶ֨לחֶ ם֙ ְׁא‬
:ְׁ‫יהוַֽה‬
ָׁ ‫םְׁל‬ַֽ ‫וי ִ֥סְךְׁאֹ ָׁ ּ֖ת‬
vaivqê'ú shêlóshet hagiborím bêmájanéh fêlishtím vaíshêavu-máim mibór
béit-léjem ashér bashá'ar, vaisú vaiavíu el-davíd; vêló avah lishtotám, vaiaséj
otám láAdonai .

Entonces los tres valientes irrumpieron en el campamento de los filisteos y


sacaron agua del pozo de Belén, que estaba junto a la puerta. Se la llevaron y
la presentaron a David. Pero él no la quiso beber, sino que la derramó como
una libación al Eterno, diciendo:

476
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 23

(17)
ְׁ‫םְׁה ֲאנָׁשים֙ ְׁההַֹֽ לְׁ ֣כים‬
ַֽ ָׁ ‫שתיְׁ ִ֗ז ֹאתְׁה ֲָּ֤ד‬
ֹ ֣ ‫הְׁמ ֲע‬
ַֽ ‫ו ִ֡י ֹאמֶ רְׁחָׁ לי ָׁלה ְִּׁ֨֩ליְׁיה ָ֜ ָׁו‬
‫ ס‬:ְׁ‫םְׁאּלֶהְׁע ֵָׁ֔שּוְׁשְׁלּ֖ שֶ תְׁהגבֹ ַֽרים‬ ֣ ‫תֹות‬ֵ֑ ָׁ ‫שֹותםְׁוְׁ ִ֥ל ֹאְׁאָׁ ָׁבּ֖הְׁלש‬ ָׁ ֵ֔ ‫בְׁנפ‬
vaiómer jalilah lí Adonai mé'asóti zót hadám háanashim hahólêjím
bênafshotám, vêló aváh lishtotám; éleh 'asú, shêlóshet hagiborím .

'¡Lejos esté de mí, oh Eterno, el hacer esto! ¿No es la sangre de los hombres
que fueron con riesgo de sus vidas?' Y no quiso beberla. Estas cosas hicieron
los tres valientes.
(18)
ְׁ)‫הְׁהּואְׁ ֣ר ֹאשְׁהשלשיְׁ(השְׁלשֵָׁ֔ ה‬ ֵ֚ ‫יְׁ׀ְׁיֹואבְׁבֶ ן־צְׁרּו ִָׁ֗י‬
֣ ָׁ ‫ישיְׁא ֲ֣ח‬
ֵּ֞ ‫ַֽואֲב‬
:‫לשה‬ַֽ ָׁ ְׁ‫לֹו־שםְׁבש‬
ּ֖ ְׁ‫ְׁעֹוררְׁאֶ ת־חֲנ ֵ֔יתֹוְׁעל־שְׁלִ֥ שְׁמ ּ֖אֹותְׁחָׁ לָׁ ֵ֑לְׁו‬ ֣ ֙‫וְׁהּוא‬
váavishái ají | ioáv ben-tzêruiáh hú rósh hslsi (hashêlosháh), vêhu 'orér et-
janitó, 'al-shêlósh meót jalál; vêlo-shém bashêlosháh.

Abisai, hermano de Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia], era el jefe de los
treinta. Él blandió su lanza contra 300 y los mató, y tuvo renombre junto con
los tres.
(19)
‫ ס‬:‫ֹא־בא‬
ַֽ ָׁ ‫לשהְׁל‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫מן־השְׁלשָׁ ה֙ ְׁה ֲ֣כיְׁנכ ֵ֔ ָׁבדְׁוי ִ֥היְׁל ֶָׁהּ֖םְׁלְׁ ָׁ ֵ֑שרְׁוְׁעד־הש‬
min-hashêloshah hají nijbád, vaihí lahém lêsár; vê'ad-hashêlosháh lo-vá.

Entre los treinta, él era el más respetado y fue su jefe; pero no fue incluido
entre los tres.
(20)
ְׁ‫לְׁהּוא‬
֣ ‫יםְׁמקבצְׁ ֵ֑א‬
ַֽ ‫ן־איש־חיְׁ(חִ֛יל)ְׁרב־פְׁע ָּׁ֖ל‬ ַֽ ֶ‫ּוב ָׁנ ִָׁ֨יהּוְׁבֶ ן־יְׁ ַֽהֹוי ָׁ ֵָּׁ֧דעְׁב‬
ְׁ)‫ֵּ֧הְׁאת־האריהְׁ(הָׁ א ֲִ֛רי‬
ַֽ ֶ ָׁ‫בְׁוהּואְׁי ֵָּׁ֞רדְׁוְׁהכ‬
ְַׁ֠ ‫ְׁ֙מֹוא‬
ָׁ ֵ֔ ‫הְׁאתְׁשְׁנָּ֤יְׁאֲראל‬ ֣ ‫ה ִָׁ֗כ‬
:‫בְׁ ִ֥תֹוְךְׁה ּ֖ב ֹארְׁבְׁיִ֥ ֹוםְׁה ָׁ ַֽשלֶג‬
uvnaiáhu ven-iêhóiadá' ben-ísh-ji (jáil) rav-pê'alím míqavtzêél; hú hikáh ét
shênéi ariel moáv, vêhu iarád vêhikáh ét-hrih (haarí) bêtój habór bêíom
hasháleg.

Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] era hijo de un hombre vivo


[valeroso] de Cabseel, de grandes hazañas. Él mató a los dos héroes de Moab.
Él descendió y mató un león dentro de un foso, un día de nieve.

477
23 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(21)
ְׁ‫יְׁאשרְׁ(איש)ְׁמר ִ֗ ֶאהְּׁוביָּ֤דְׁהמצרי֙ ְׁח ֲֵ֔נית‬
֣ ‫ת־אישְׁמצ ָ֜ר‬ ִ֨ ֶ‫וְׁ הּוא־ה ָׁכהְׁ֩א‬
ְׁ‫לְׁאת־החֲנית֙ ְׁמי֣דְׁהמצ ֵ֔ריְׁויַֽהרגּ֖הּו‬
ַֽ ֶ ‫ויִ֥ ֶַֽרדְׁאלָׁ ּ֖יוְׁב ָׁ ֵ֑שבֶ טְׁויג ָֹּ֤ז‬
:‫ַֽבחֲנ ַֽיתֹו‬
vêhu-hikah et-ísh mitzrí sr (ísh) maréh uviád hamitzrí janít, vaiéred eláv
bashávet; vaigzól ét-hajanit miád hamitzrí, vaiáhargéhu bájanitó.

Él también mató a un egipcio, hombre de gran apariencia. El egipcio tenía en


su mano una lanza, y Benaiá [Benaías] salió a su encuentro con un palo, pero
arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.
(22)
:‫לשהְׁהגבֹ ַֽרים‬
ִ֥ ָׁ ‫לֹו־שםְׁבש‬
ּ֖ ְׁ‫֣אּלֶהְׁעָׁשֵָׁ֔ הְׁבְׁנָׁיָׁ ּ֖הּוְׁבֶ ן־יְׁהְַֹֽׁוי ָׁ ֵָׁ֑דעְׁו‬
éleh 'asáh, bênaiáhu ben-iêhóiadá'; vêlo-shém bishlosháh hagiborím.

Estas cosas hizo Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] y tuvo renombre
junto con los tres valientes.
(23)
‫ֹא־בֵ֑אְׁויש ִ֥מהּוְׁדָׁ וּ֖דְׁ{ר}אֶ ל־‬
ָׁ ‫לשהְׁל‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫לשיםְׁנכ ֵ֔ ָׁבדְׁוְׁאֶ ל־הש‬
֣ ְׁ‫מן־הש‬
‫ ס‬:‫משמע ַֽתֹו‬
min-hashêloshím nijbád, vêel-hashêlosháh lo-vá; vaisiméhu davíd {r}el-
mishma'tó.

Él era respetado entre los treinta, pero no llegó a estar entre los tres. David lo
puso al frente de su guardia personal.
(24 / 8589)
‫ ס‬:‫יתְׁלחֶ ם‬
ַֽ ָׁ ‫ֹוְׁ{ר}ב‬
ִ֥ ‫לשיםְׁאֶ לחָׁ נָׁ ִַֽ֥ןְׁבֶ ן־דֹ ּ֖ד‬
ֵ֑ ְׁ‫י־יֹואבְׁבש‬
ּ֖ ָׁ ‫האלְׁא ֲַֽח‬
ִ֥ ָׁ‫עֲש‬
'asahél ají-ioáv bashêloshím; eljanán ben-dodó {r}béit lájem.

También estaban entre los treinta: Asael, hermano de Ioav [Joab]; Eljanán hijo
de Dodo, de Belén;
(25)
‫ ס‬:‫אְׁ{ר}החֲרֹ ַֽדי‬
ַֽ ‫יק‬
ּ֖ ָׁ ‫ְׁהחֲרֹ ֵ֔דיְׁ{ס}ְׁאֱל‬
ַֽ ֙‫שמָׁ ה‬
shamah hájarodí, {s} eliqá {r}hájarodí.

Sama, de Harod; Elica, de Harod;


(26)
‫ ס‬:‫קֹועי‬
ַֽ ְׁ‫יראְׁ{ר}בֶ ן־ע ּ֖קשְׁ{ס}ְׁהת‬
ִ֥ ָׁ ‫חֵֶ֚ לֶץְׁהפל ֵ֔טיְׁ{ס}ְׁע‬
jéletz hapaltí, {s} 'irá {r}ven-'iqésh {s} hatêqo'í.

Heles el peletita; Ira hijo de Iques, de Tecoa;


478
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 23

(27)
‫ ס‬:‫ּ֖יְׁהחֻשָׁ ַֽתי‬
ַֽ ‫ְׁ{ר}הענְׁתֹ ֵ֔תיְׁ{ס}ְׁמְׁבֻנ‬
ַֽ ָׁ ֙‫אֲבי ִֶ֨עזֶר‬
avi'ézer {r}há'anêtotí, {s} mêvunái hájushatí.

Abiezer, de Anatot; Mebunai, de Husa;


(28)
‫ ס‬:‫ְׁ{ר}האֲחֹ ֵ֔חיְׁ{ס}ְׁמה ּ֖ריְׁהנְׁטַֹֽ פָׁ ַֽתי‬
ַֽ ָׁ ֙‫צלמֹון‬
tzalmon {r}háajojí, {s} mahrái hanêtófatí.

Salmón el ajojita; Maharai, de Netofa;


(29)
ְׁ‫יביְׁמגבעּ֖תְׁבְׁנִ֥י‬
ֵ֔ ‫ֶבְׁבן־בעֲנָׁ ּ֖הְׁ{ר}הנְׁטַֹֽ פ ֵָׁ֑תיְׁ{ס}ְׁאתי֙ ְׁבֶ ן־ר‬
ַֽ ֶ ‫ִ֥חל‬
‫ ס‬:‫בני ַָֽׁמן‬
jélev bén-ba'anáh {r}hanêtófatí; {s} itaí ben-rivái, migiv'át bênéi viniamín.

Heleb hijo de Baaná, de Netofa; Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de
Benjamín;
(30)
‫ ס‬:‫יְׁגַֽעש‬
ָׁ ‫בְׁ ָׁנ ִָׁ֨יהּו֙ ְׁ{ר}פרעָׁ ֣תֹ ֵ֔ניְׁ{ס}ְׁה ּ֖דיְׁמ ִ֥נחֲל‬
bênaiáhú {r}pir'átoní, {s} hidái minájalei gá'ash.

Benaiá [Benaías], de Piratón; Hidai, de los arroyos de Gaas;


(31)
‫ ס‬:‫ְׁ{ר}הערבָׁ ֵ֔תיְׁ{ס}ְׁעז ָׁ ּ֖מוֶתְׁהברח ַֻֽמי‬
ַֽ ָׁ ֙‫א ֲַֽבי־עלבֹון‬
aví-'alvon {r}há'arvatí, {s} 'azmávet habarjumí.

Abi-albón, de Arabá; Azmávet el barjumita;


(32)
‫ ס‬:‫ןְׁי ַֽהֹונ ָׁ ַָֽׁתן‬
ְׁ ‫אֶ ליחבָׁ א֙ ְׁ{ר}ה ֣שעלבֹ ֵ֔ניְׁ{ס}ְׁבְׁנִ֥יְׁי ָּׁ֖ש‬
eliajba {r}hashá'alvoní, {s} bênéi iashén iêhónatán.

Eliaba, de Saalbín; Iehonatán [Jonatán] de los hijos de Jasén;


(33)
‫ ס‬:‫אר ַֽרי‬
ָׁ ‫יאםְׁבֶ ן־שָׁ ָׁ ּ֖ררְׁ ָׁ ַֽה‬
ִ֥ ָׁ ‫ְׁ{ר}הה ֲָׁר ֵ֔ריְׁ{ס}ְׁאֲח‬
ַֽ ֙‫שמָׁ ה‬
shamah {r}háhararí, {s} ajiám ben-sharár hárarí.

Sama el hararita; Ajiam hijo de Sarar, el ararita;

479
23, 24 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(34)
ְׁ‫אֱליפֶ ִ֥ לֶטְׁ{ר}בֶ ן־אֲחסבּ֖יְׁבֶ ן־ה ַֽמ ֲעכ ֵָׁ֑תיְׁ{ס}ְׁאֱליעָׁ ִ֥םְׁבֶ ן־אֲחיתֹּ֖ פֶל‬
‫ ס‬:‫לני‬
ַֽ ‫{ר}הג‬
elifélet {r}ben-ajasbái ben-hamá'ajatí; {s} eli'ám ben-ajitófel {r}hagiloní.

Elifelet hijo de Ajasbai, hijo del macateo; Eliam hijo de Ajitofel el gilonita;
(35)
‫ ס‬:‫{ר}האר ַֽבי‬
ַֽ ָׁ ְׁ‫יְׁ{ס}ְׁפע ֲּ֖רי‬
ַֽ ‫)ְׁהכרמְׁ ֵ֔ל‬
ַֽ ֙‫חצרוְׁ(חֶ צרי‬
jtzrv (jetzraí) hákarmêlí, {s} pá'arái {r}háarbí.

Hezrai, de Carmel; Paarai el arbita;


(36)
‫ ס‬:‫יג ָׁ ָּ֤אלְׁבֶ ן־נָׁתָׁ ן֙ ְׁמצֹ ֵ֔ ָׁבהְׁ{ס}ְׁבָׁ נּ֖יְׁ{ר}הג ַָֽׁדי‬
igál ben-natan mitzováh, {s} baní {r}hagadí.

Igal hijo de Natán, de Soba; Bani el gadita;


(37)
‫ּ֖יְׁיֹואבְׁבֶ ן־‬
ִ֥ ָׁ ‫ֶקְׁהעמֹ נֵ֑יְׁ{ס}ְׁנחרי֙ ְׁ{ר}הבְׁ ֣ארֹ ֵ֔תיְׁנשאיְׁ(נֹ ֹּ֕שא)ְׁכְׁל‬
ַֽ ָׁ ‫ֶ ּ֖צל‬
‫ ס‬:‫צְׁרֻ ָׁיַֽה‬
tzéleq há'amoní; {s} najraí {r}habêérotí, nsi (nosé) kêléi ioáv ben-tzêruiáh.

Selec el amonita; Najarai, de Beerot, escudero de Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá


[Sarvia];
(38)
‫ ס‬:‫ע ָׁירא֙ ְׁ{ר}הית ֵ֔ריְׁ{ס}ְׁג ָּׁ֖רבְׁהית ַֽרי‬
'ira {r}haitrí, {s} garév haitrí.
Ira, de Jatir; Gareb, de Jatir;
(39)
‫ פ‬:‫לשיםְׁוְׁשב ָׁ ַֽעה‬
ִ֥ ְׁ‫יְׁכלְׁש‬
ֹ ּ֖ ‫ְׁ{ר}הח ֵ֔ת‬
ַֽ ֙‫ַֽאּוריָׁה‬
úriah {r}hájití, kól shêloshím vêshiv'áh.
Urías el heteo. Entre todos eran treinta y siete.

Shemuel Bet – II de Samuel Capitulo 24


(1)
ְׁ‫הְׁלח ֲּ֖רֹותְׁבְׁיש ָׁר ֵ֑אלְׁו ִָׁ֨יסֶ תְׁאֶ ת־דָׁ וָּ֤דְׁבָׁ הֶ ם֙ ְׁלאמֵֹ֔ רְׁלְִ֛ך‬
ַֽ ‫ו ִֹ֨יסֶ ף֙ ְׁאף־יה ֵ֔ ָׁו‬
:ְׁ‫הּודה‬ַֽ ָׁ ְׁ‫מְׁנִ֥הְׁאֶ ת־יש ָׁר ּ֖אלְׁוְׁאֶ ת־י‬
480
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 24

vaiósef af-Adonai, lájarót bêisraél; vaiáset et-davíd bahem lemór, léj mênéh
et-israél vêet-iêhudáh .

Volvió a encenderse el furor del Eterno contra Israel, e incitó a David contra
ellos, diciendo: 'Ve y haz el censo de Israel y de Iehudá [Judá].'
(2)
‫ֹוְׁשּוט־ ֵָּׁ֞נאְׁבְׁכְׁל־‬ ַֽ ‫ל־יֹואבְׁ׀ְׁשר־הח֣ילְׁאֲשֶ ר־א ִ֗ת‬ ֣ ָׁ ֶ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁא‬
ְׁ‫יְׁאת‬
ּ֖ ‫שב ָּ֤טיְׁיש ָׁראלְׁ֙מדָׁ ן֙ ְׁוְׁעד־בְׁ ֣ארְׁשֵֶ֔ בעְּׁופק ּ֖דּוְׁאֶ ת־הָׁ עָׁ ֵ֑םְׁוְׁיָׁ ַֽ֣דע ֵ֔ת‬
‫ ס‬:‫מספִ֥רְׁהָׁ ָׁ ַֽעם‬
vaiómer hamélej el-ioáv | sar-hajáil asher-itó shút-ná bêjol-shivtéi israel midan
vê'ad-bêér shéva', ufiqdú et-ha'ám; vêiáda'tí, ét mispár ha'ám.

El rey dijo a Ioav [Joab], jefe del ejército, que estaba con él: –Por favor,
recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beer Sheva, y haz el censo
del pueblo, para que yo sepa el número de la gente.
(3)
ְׁ‫ֱלהיךְׁאֶ ל־הָׁ ָָׁ֜עםְׁכָׁהָּ֤םְׁ׀‬ ֶ ִ֨ ‫יֹוסףְׁיה ָׁוהְׁ֩א‬ ֣ ְׁ‫רְׁיֹואבְׁאֶ ל־ה ִ֗ ֶמלְֶךְׁו‬
ָׁ ָ֜ ֶ‫ו ִ֨י ֹאמ‬
ְׁ‫וְׁכָׁהם֙ ְׁמ ָׁ ֣אהְׁפְׁע ֵָׁ֔מיםְׁוְׁעינִ֥יְׁאֲדֹ ַֽני־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁרֹ ֵ֑אֹותְׁוַֽאדֹ נ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלָׁ ִ֥מָׁ ה‬
:ְׁ‫חָׁ פּ֖ץְׁבדָׁ ָׁבִ֥רְׁה ֶזַֽה‬
vaiómer ioáv el-hamélej vêioséf Adonai elohéja el-ha'ám kahém | vêjahem
meáh fê'amím, vê'einéi adoní-hamélej roót; vádoní hamélej, lámah jafétz
badavár hazéh .

Pero Ioav [Joab] respondió al rey: –¡Que el Eterno tu Elohim añada al pueblo
cien veces más, y que mi señor el rey lo vea! Sin embargo, ¿para qué quiere
esto mi señor el rey?
(4)
ְׁ‫אְׁיֹואבְׁוְׁשָׁ ָּ֤רי‬
ָׁ ָ֜ ‫ל־יֹואבְׁוְׁעּ֖לְׁשָׁ ֣ריְׁהֶ ָׁחֵ֑ילְׁוי ִ֨צ‬
ָׁ ֵ֔ ֶ‫ו ֶ ַֽיחֱזָּ֤קְׁדְׁבר־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁא‬
:‫ה ִ֨חילְׁ֙לפנ֣יְׁה ֵ֔ ֶמלְֶךְׁלפקִֹ֥ דְׁאֶ ת־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁאֶ ת־יש ָׁר ַֽאל‬
vaiéjezáq dêvar-hamélej el-ioáv, vê'ál saréi hejáil; vaietzé ioáv vêsaréi hajáil
lifnéi hamélej, lifqód et-ha'ám et-israél.

Pero la palabra del rey prevaleció contra Ioav [Joab] y contra los jefes del
ejército. Entonces salió Ioav [Joab] con los jefes del ejército de la presencia
del rey, para hacer el censo del pueblo de Israel.
(5)
ְׁ‫ֲשרְׁבְׁתֹוְך־הנִ֥חל‬
ִ֛ ֶ ‫ֲרֹוערְׁיְׁ ִ֥מיןְׁהָׁ ִ֛עירְׁא‬
ִ֗ ‫ּוְׁבע‬
ַֽ ֣‫ויַֽעב ּ֖רּוְׁאֶ ת־היר ֵ֑דןְׁו ַֽיחֲנ‬
:‫הגָׁ ּ֖דְׁוְׁאֶ ל־יעזַֽר‬

481
24 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

vaiá'avrú et-haiardén; vaiájanú vá'aro'ér iêmín ha'ír ashér bêtoj-hanájal hagád


vêel-ia'zér.

Habiendo cruzado el Jordán, acamparon en Aroer, al sur de la ciudad que está


en medio del valle de Gad; y luego fueron a Jazer.
(6)
ְׁ‫ְׁדנָׁהְׁ ֵ֔יעןְׁוְׁסָׁ ּ֖ביב‬
֣ ָׁ ֙‫ל־א ֶרץְׁתח ּ֖תיםְׁחְׁד ֵ֑שיְׁוי ִ֨ ָֹׁבאּו‬
ִ֥ ֶ ֶ‫וי ִ֨ ָֹׁבאּו֙ ְׁהגל ֵָׁ֔עדָׁ הְׁוְׁא‬
:‫אֶ ל־צ ַֽידֹון‬
vaiavóú hagil'ádah, vêel-éretz tajtím jodshí; vaiavóú dánah iá'an, vêsavív el-
tzidón.

Después fueron a Galaad y a la tierra de Tajtim-hodsi. De allí fueron a Dan, a


Jaán y a los alrededores de Sidón.
(7)
ְׁ‫הּודה‬
ּ֖ ָׁ ְׁ‫יְׁהח ּּ֖ויְׁוְׁ ַֽהכְׁנעֲנֵ֑יְׁויִ֥צ ִ֛אּוְׁאֶ ל־נֶ ִַֽ֥גֶבְׁי‬
ַֽ ‫וי ִ֨ ָֹׁבאּו֙ ְׁמבצר־צֵֹ֔ רְׁוְׁכְׁל־ע ִָׁ֥ר‬
:‫רְׁשבע‬
ַֽ ָׁ ‫בְׁ ִ֥א‬
vaiavóú mivtzar-tzór, vêjol-'aréi hájiví vêhákêna'aní; vaiétzú el-négev iêhudáh
bêér sháva'.

Fueron luego a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y de


los cananeos. Por último, salieron hacia el Néguev de Iehudá [Judá], hasta
Beer Sheva.
(8)
ְׁ‫וי ָֻׁשּ֖טּוְׁבְׁכְׁל־הָׁ ָׁ ֵ֑א ֶרץְׁוי ָ֜ ָֹׁבאּוְׁמק ִ֨צהְׁתשעָׁ ֵּ֧הְׁחְׁדָׁ ִ֛שיםְׁוְׁעֶש ִ֥ריםְׁיּ֖ ֹום‬
:‫יְׁ ַֽרּושָׁ ָׁ ַֽלם‬
vaiashútu bêjol-haáretz; vaiavóu miqtzéh tish'áh jodashím vê'esrím íom
iêrúshaláim.

Después que recorrieron todo el territorio, volvieron a Ierushalaim [Jerusalén]


al cabo de nueve meses y veinte días.
(9)
ְׁ֩‫לְׁשמֹ ֶנה‬
ְַֽׁ ‫ןְׁיֹואבְׁאֶ ת־מספִ֥רְׁמפקד־הָׁ עָׁ ּ֖םְׁאֶ ל־ה ֶ ֵ֑מלְֶךְׁותְׁ ֣היְׁיש ָׁר ִ֡א‬
ִ֛ ָׁ ‫וי ִ֥ת‬
ְׁ‫ֹותְׁאלֶף‬
ּ֖ ֶ ‫הּודהְׁחֲמש־מ ִ֥א‬ ָׁ ֵ֔ ְׁ‫ףְׁח ֶרבְׁוְׁ ֣אישְׁי‬
ֶ ֵ֔ ‫יש־חילְׁ֙שֹ֣ ַֽל‬
ִ֨ ‫ֶףְׁא‬
ַֽ ‫ֹותְׁאל‬
ָּ֤ ֶ ‫מ ִ֨א‬
‫ פ‬:‫ַֽאיש‬
vaitén ioáv et-mispár mifqad-ha'ám el-hamélej; vatêhí israél shêmoneh meót
élef ísh-jáil shóléf jérev, vêísh iêhudáh, jamesh-meót élef ísh.

Ioav [Joab] dio al rey el resultado del censo del pueblo: Los hombres de
guerra de Israel que sacaban espada eran 800000, y los hombres de Iehudá
[Judá] eran 500000
482
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 24

(10)
‫ֹוְׁאחֲרי־כּ֖ןְׁסָׁ פ֣רְׁאֶ ת־הָׁ עָׁ ֵ֑םְׁ{פ}ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁאֶ ל־‬ַֽ ‫ויְַָּֽ֤ךְׁלב־דָׁ וד֙ ְׁאֹ ֵ֔ת‬
ְׁ‫הְׁהעֲבֶ ר־נָׁא֙ ְׁאֶ ת־עְֲֹׁ֣ון‬
ַֽ ‫ֲשרְׁע ֵָׁ֔שיתיְׁוְׁע ָׁ ֣תהְׁיה ֵ֔ ָׁו‬
֣ ֶ ‫יה ִ֗ ָׁוהְׁחָׁ ָׁ ָּ֤טאתיְׁמְׁאֹ ד֙ ְׁא‬
‫ פ‬:ְׁ‫ְׁכיְׁנסכּ֖לתיְׁמְׁאַֹֽ ד‬ ִ֥ ‫עבדְׁ ֵ֔ך‬
vaiáj lev-david otó, ájarei-jén safár et-ha'ám; {f}vaiómer davíd el-Adonai
jatáti mêod ashér 'asíti, vê'atáh Adonai, há'aver-na et-'avón 'avdêjá, kí niskálti
mêód .

Después que David había hecho contar al pueblo, su corazón le golpeaba. Y


David dijo al Eterno: –He pecado gravemente al haber hecho esto. Pero ahora,
oh Eterno, quita, por favor, el pecado de tu siervo, porque he actuado muy
neciamente.
(11)
ְׁ‫ויָׁ ִַֽ֥קְׁםְׁדָׁ וּ֖דְׁבבֵֹ֑ קֶ רְׁ{פ}ּודבר־יה ִ֗ ָׁוהְׁהָׁ יָׁה֙ ְׁאֶ ל־גָׁ ֣דְׁהנ ֵָׁ֔ביאְׁחֹ זִ֥הְׁדָׁ ּ֖וד‬
:ְׁ‫לאמַֹֽ ר‬
vaiáqom davíd babóqer; {f}udvar-Adonai haiah el-gád hanaví, jozéh davíd
lemór .

Cuando se levantó David por la mañana, vino palabra del Eterno al profeta
Gad, vidente de David, diciendo:
(12)
ְׁ‫יְׁנֹוטלְׁעָׁלֶ ֵ֑יך‬
֣ ‫שְׁאנֹ ּ֖כ‬
ַֽ ָׁ ‫הָׁ ֵּ֞לֹוְךְׁוְׁדבר ָׁ ֣תְׁאֶ ל־דָׁ ִ֗ודְׁכֵֹ֚ הְׁאָׁ ֣מרְׁיה ֵ֔ ָׁוהְׁשָׁ ֹּ֕ל‬
:ְׁ‫ה־ּלְך‬
ַֽ ָׁ ֶ‫בְׁחר־לְׁךִ֥ ְׁ ַֽאחת־מ ֶהּ֖םְׁוְׁ ֶ ַֽאעֱש‬
halój vêdibartá el-davíd kóh amár Adonai, shalósh ánojí notél 'aléja; bêjar-lêjá
ájat-mehém vêé'eseh-láj .

–Ve y di a David que así ha dicho el Eterno: 'Tres cosas te propongo; escoge
para ti una de ellas, y yo te la haré.'
(13)
ְׁ‫ְׁשבע־שָׁ נ֣יםְׁ׀‬ ַֽ ֶ ֣‫רְׁלֹוְׁהֲתָׁ ֣בֹואְׁלְׁך‬ ִ֡ ֶ‫ו ָׁ ַֽיב ֹא־גָׁ ִ֥דְׁאֶ ל־דָׁ ּ֖ודְׁויגֶד־לֵ֑ ֹוְׁו ֣י ֹאמ‬
ַֽ ‫הְׁחְׁדָׁ שיםְׁ ֻנַֽסְׁ ִ֨ךְׁלפנַֽי־צָׁ ֶ ָ֜ריךְׁוְׁ ֣ה‬
ְׁ‫ּואְׁרֹ דְׁ ִֶ֗פך‬ ַ֠ ‫לש‬ ֣ ָׁ ְׁ‫ָׁרעָׁ ֣בְׁ׀ְׁבְׁאר ִ֡ ֶצךְׁאם־ש‬
ְׁ‫ְׁדעְּׁור ֵ֔אהְׁמָׁ ה־אָׁ ִ֥שיב‬ ֣ ֙‫יםְׁדבֶ ר֙ ְׁבְׁאר ֵ֔ ֶצךְׁעתָׁ ה‬
ֶ ִ֨ ‫וְׁאם־ ַ֠ ֱהיֹותְׁשְׁ ִ֨לשֶ תְׁי ִָׁ֥מ‬
‫ ס‬:‫שַֹֽ לְׁ ּ֖חיְׁדָׁ ָׁ ַֽבר‬
vaiávo-gád el-davíd vaiaged-ló; vaiómer ló hatavó lêjá shéva'-shaním | ra'áv |
bêartzéja im-shêlosháh jódashim núsêjá lifnéi-tzaréja vêhú ródêféja vêim-
héiot shêlóshet iamím déver bêartzéja, 'atah dá' uréh, mah-ashív shólêjí davár.

483
24 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

Entonces Gad fue a David y se lo hizo saber diciendo: –¿Que te vengan siete
años de hambre en tu país? ¿O que huyas durante tres meses de tus
adversarios y que ellos te persigan? ¿O que haya una epidemia en tu país
durante tres días? Ahora, pues, piensa y mira qué he de responder al que me
ha enviado.
(14)
ְׁ‫ר־ליְׁמְׁאֵֹ֑ דְׁנפְׁלָׁה־נָׁ ָּ֤אְׁבְׁיד־יהוָׁה֙ ְַֽׁכי־ר ֣בים‬
֣ ‫ו ֵּ֧י ֹאמֶ רְׁדָׁ ִ֛ודְׁאֶ ל־גָׁ ּ֖דְׁצ‬
:ְׁ‫ַֽרח ֵ֔ ֲָׁמוְּׁוביד־אָׁ ָׁ ּ֖דםְׁאל־אֶ ַֽ ֹפלָׁה‬
vaiómer davíd el-gád tzar-lí mêód; nipêlah-ná vêiad-Adonai kí-rabím rájamáv,
uviad-adám al-epólah .

Entonces David dijo a Gad: –Estoy muy angustiado. Por favor, caigamos en
mano del Eterno, porque grande es su misericordia. Y no caiga yo en mano de
los hombres.
(15)
ְׁ‫לְׁמהבֹּ֖ קֶ רְׁוְׁעד־ע֣תְׁמֹועֵ֑דְׁויָׁ ֣מָׁ תְׁמן־הָׁ ִָׁ֗עם‬
ַֽ ‫וי ִ֨תןְׁיהוָׁ ִ֥הְׁ ִ֨ ֶדבֶ ר֙ ְׁבְׁיש ָׁר ֵ֔א‬
:ְׁ‫ֶףְׁאיש‬
ַֽ ‫יםְׁאל‬
ּ֖ ֶ ‫מדָׁ ן֙ ְׁוְׁעד־בְׁ ֣ארְׁשֵֶ֔ בעְׁשב ִ֥ע‬
vaitén Adonai déver bêisraél, méhabóqer vê'ad-'ét mo'éd; vaiámat min-ha'ám
midan vê'ad-bêér shéva', shiv'ím élef ísh .

Así que el Eterno envió una epidemia a Israel, desde aquella mañana hasta el
tiempo señalado, y murieron 70000 hombres del pueblo, desde Dan hasta Beer
Sheva.
(16)
ְׁ‫ל־ה ָׁ֣ר ֵָׁ֔עה‬
ָׁ ֶ‫ְךְׁ׀ְׁירּושָׁ לם֮ ְׁלְׁ ַֽשחֲתָׁ ּהְׁ֒וינָׁ ָּ֤חֶ םְׁיהוָׁה֙ ְׁא‬
ְַֽׁ ‫וישלחְׁ֩יָׁדִ֨ ֹוְׁהמל ָׁ ִ֥א‬
ְׁ ֙‫הְׁה ֶ֣רףְׁי ֶ ֵָׁ֑דךְּׁומל ָּ֤אְךְׁיהוָׁה‬
ֶ ‫ַ֠וי ֹאמֶ רְׁלמל ֵּ֞ ָׁאְךְׁהמש ָּ֤חיתְׁבָׁ עָׁם֙ ְֵׁ֔רבְׁע ָׁ ּ֖ת‬
‫ ס‬:ְׁ‫ןְׁהאורנהְׁ(הא ֲִ֥רונָׁה)ְׁהיב ַֻֽסי‬
ַֽ ָׁ ‫ם־ג ֶר‬
ֹ ּ֖ ‫הָׁ ֵָׁ֔יהְׁע‬
vaishlaj iadó hamaláj | iêrushalaim lêshájataĥ vainájem Adonai el-hára'áh,
váiomer lamaláj hamashjít ba'am ráv, 'atáh héref iadéja; umaláj Adonai haiáh,
'im-góren hvrnh (háarávnah) haivusí .

Cuando el enviado extendía su mano hacia Ierushalaim [Jerusalén] para


destruirla, el Eterno retuvo aquel daño. Y dijo al enviado que destruía al
pueblo: –¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El enviado del Eterno estaba junto a la
era de Arauna el jebuseo.
(17)
ְׁ ֙‫ֹוְׁ׀ְׁאת־המל ָׁ ֣אְךְׁ׀ְׁהמכֶ ֣הְׁבָׁ ִָׁ֗עםְׁו ִ֨י ֹאמֶ ר‬ ַֽ ֶ ‫וי ֹאמֶ רְׁ֩דָׁ ִ֨ודְׁאֶ ל־יה ָ֜ ָׁוהְׁבראֹ ֣ת‬
ְׁ‫אןְׁמהְׁע ֵָׁ֑שּוְׁתְׁ ִ֨היְׁנָׁ ִ֥א‬
֣ ֶ ֹ ‫יְׁהע ֱֵ֔ויתיְׁוְׁ ִ֥אּלֶהְׁה ּ֖צ‬
ַֽ ֶ ‫הְׁאנֹ ָּ֤כיְׁחָׁ ִ֨ ָׁטאתי֙ ְׁוְׁ ָׁ ַֽאנֹ ֣כ‬
ַֽ ָׁ ‫ה ִ֨נ‬
‫ פ‬:ְׁ‫ְׁביְּׁובְׁבִ֥יתְׁאָׁ ַֽבי‬ ּ֖ ִ֛‫ָׁ ַֽיַֽדְׁך‬
484
‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ‫ש‬ ְׁ Shemuel Bet/II Samuel 24

vaiomer davíd el-Adonai birotó | ét-hamaláj | hamakéh va'ám vaiómer hinéh


ánojí jatátí vêánojí hé'evéiti, vêéleh hatzón méh 'asú; têhí ná iádêjá bí uvêvéit
aví .

Y cuando David vio al enviado que hería al pueblo, dijo al Eterno: –He aquí,
yo he pecado; yo he actuado perversamente. Pero estas ovejas, ¿qué han
hecho? Por favor, sea tu mano contra mí y contra mi casa paterna.
(18)
ְׁ‫םְׁליהוָׁה֙ ְׁמז ֵ֔בח‬
ַֽ ‫רְׁלֹוְׁעֲלה֙ ְׁהָׁ ָּ֤ק‬
ִ֗ ֶ‫ו ָׁ ַֽיב ֹא־גָׁ ִ֥דְׁאֶ ל־דָׁ ּ֖ודְׁבי֣ ֹוםְׁה ֵ֑הּואְׁוְׁ ֣י ֹאמ‬
:ְׁ‫בְׁ ּ֖ ֹג ֶרןְׁארניהְׁ(א ֲִ֥רונָׁה)ְׁהיב ַֻֽסי‬
vaiávo-gád el-davíd baióm hahú; vaiómer ló 'aleh haqém láAdonai mizbéaj,
bêgóren rnyh (arávnah) haivusí .

Aquel día Gad fue a David y le dijo: –Sube y erige un altar al Eterno en la era
de Arauna el jebuseo.
(19)
:ְׁ‫הוַֽה‬
ָׁ ‫ֲשרְׁצּוָׁ ִ֥הְׁי‬
ּ֖ ֶ ‫דְׁכא‬
ַֽ ‫ויָּ֤עלְׁדָׁ וד֙ ְׁכדבר־ ֵ֔ ָׁג‬
vaiá'al david kidvar-gád, káashér tziváh Adonai .

David subió, conforme a la palabra de Gad que el Eterno le había mandado.


(20)
ְׁ‫יוְׁעבְׁ ּ֖ריםְׁעָׁלָׁ ֵ֑יוְׁויצ֣א‬
ֹ ַֽ ‫ויש ֣קףְׁא ֲִ֗רונָׁהְׁויַָּֽ֤ראְׁאֶ ת־ה ִ֨ ֶמלְֶך֙ ְׁוְׁאֶ ת־עֲבָׁ ֵ֔ ָׁד‬
:‫ּ֖יוְׁארְׁצָׁ ה‬
ַֽ ָׁ ָׁ‫א ֲֵ֔רונָׁהְׁויש ֵּ֧תחּוְׁל ֶ ִ֛מלְֶךְׁאפ‬
vaiashqéf arávnah vaiár et-hamélej vêet-'avadáv, 'óvêrím 'aláv; vaietzé
arávnah, vaishtáju lamélej apáv árêtzah.

Arauna miró y vio al rey y a sus servidores que venían hacia él. Arauna salió y
se postró ante el rey con el rostro en tierra.
(21)
ְׁ‫ו ֣י ֹאמֶ רְׁא ֲֵ֔רונָׁהְׁמ ִ֛דּוע ְָׁׁבִ֥אְׁאֲדֹ ַֽני־ה ֶ ּ֖מלְֶךְׁאֶ ל־עב ֵ֑דֹוְׁו ִ֨י ֹאמֶ רְׁדָׁ ָ֜ודְׁלקנֵּ֧ ֹות‬
:ְׁ‫ְׁליה ֵ֔ ָׁוהְׁוְׁ ַֽתעָׁצִ֥רְׁהמגפָׁ ּ֖הְׁמעִ֥לְׁהָׁ ָׁ ַֽעם‬
ַֽ ‫ַֽמעמְׁך֣ ְׁאֶ ת־ה ִֹ֗ג ֶרןְׁלבנָּ֤ ֹותְׁמז ִ֨ב ֙ח‬
vaiómer arávnah, madú'a bá adoní-hamélej el-'avdó; vaiómer davíd liqnót
mé'imêjá et-hagóren livnót mizbéáj láAdonai, vêté'atzár hamagefáh me'ál
ha'ám .

Y Arauna preguntó: –¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? David


respondió: –Para comprarte la era y edificar un altar al Eterno, a fin de que
cese la epidemia en el pueblo.

485
24 Shemuel Bet/II Samuel ‫מּואלְׁב‬
ֵ֔ ְׁ‫ש‬

(22)
ְׁ ֙‫ֵ֑וְׁראה‬
ְׁ ָׁ‫ו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁא ֲִ֨רונָׁה֙ ְׁאֶ ל־דָׁ ֵ֔ודְׁי ִ֥קחְׁוְׁיִ֛עלְׁאֲדֹ נִ֥יְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁה ּ֣טֹובְׁבְׁעינ‬
‫ ס‬:‫רְׁלע ַֽצים‬ ַֽ ָׁ ‫רְׁלעֹ ֵָׁ֔להְׁוְׁהמַֹֽ ר ִ֛גיםְּׁוכלִ֥יְׁהבָׁ ָׁ ּ֖ק‬
ַֽ ָׁ ‫הבָׁ ָׁ ֣ק‬
vaiómer arávnah el-davíd, iqáj vêiá'al adoní hamélej hatóv bê'eináv; rêeh
habaqár lá'oláh, vêhamórigím ujléi habaqár lá'etzím.

Arauna respondió a David: –Tómela y ofrezca mi señor el rey lo que le


parezca bien. Mira los bueyes para el holocausto, y los trillos y yugos de los
bueyes para leña.
(23)
ְׁ‫ה ִ֗ ֹכלְׁנ ִָׁ֛תןְׁא ֲִ֥רונָׁהְׁה ֶ ּ֖מלְֶךְׁל ֶ ֵ֑מלְֶךְׁ{ס}ְׁו ָּ֤י ֹאמֶ רְׁא ֲִ֨רונָׁה֙ ְׁאֶ ל־ה ֵ֔ ֶמלְֶך‬
:ְׁ‫ֱלהּ֖יךְׁיר ֶ ַֽצך‬
ֶ ‫יהוָׁ ִ֥הְׁא‬
hakól natán arávnah hamélej lamélej; {s} vaiómer arávnah el-hamélej, Adonai
elohéja irtzéja .

Todo, oh rey, se lo da Arauna al rey. –Dijo además Arauna al rey–: ¡Que el


Eterno tu Elohim te acepte!
(24)
ְׁ‫ו ִ֨י ֹאמֶ רְׁה ָ֜ ֶמלְֶךְׁאֶ ל־א ֲִ֗רונָׁהְׁ ֵ֚ל ֹאְׁ ַֽכי־קָׁ נִ֨ ֹוְׁאֶ קנֶ ָּ֤הְׁמ ַֽאֹותך֙ ְׁבמ ֵ֔חירְׁוְׁ ֵּ֧ל ֹא‬
ְׁ‫ִ֛הְׁליהוָׁ ִ֥הְׁאֱלהּ֖יְׁעֹ ל֣ ֹותְׁחנָׁ ֵ֑םְׁו ִ֨יקֶ ןְׁדָׁ ָּ֤ודְׁאֶ ת־ה ִֹ֨ג ֶרן֙ ְׁוְׁאֶ ת־הבָׁ ֵ֔ ָׁקר‬
ַֽ ֶ‫ַֽאעֲל‬
‫ ש‬:ְׁ‫בְׁכֶ ּ֖סֶ ףְׁשְׁקָׁ ִ֥ליםְׁחֲמ ַֽשים‬
vaiómer hamélej el-arávnah ló kí-qanó eqnéh meótjá bimjír, vêló á'aléh
láAdonai elohái 'olót jinám; vaíqen davíd et-hagóren vêet-habaqár, bêjésef
shêqalím jamishím .

Pero el rey respondió a Arauna: –No, sino que por su precio te lo compraré,
porque no ofreceré al Eterno mi Elohim holocaustos que no me cuesten nada.
Entonces David compró la era y los bueyes por 50 siclos.
(25)
ְׁ ֙‫ְׁליה ֵ֔ ָׁוהְׁויִ֥עלְׁעֹ לּ֖ ֹותְּׁושל ֵָׁ֑מיםְׁו ַֽיע ָָּׁ֤תרְׁיהוָׁה‬
ַֽ ‫ויבֶ ןְׁ֩שִָׁ֨ םְׁדָׁ ָּ֤ודְׁמז ִ֨ב ֙ח‬
:ְׁ}‫ל ֵ֔ ָָׁׁא ֶרץְׁו ַֽתעָׁצִ֥רְׁהמגפָׁ ּ֖הְׁמעִ֥לְׁיש ָׁר ַֽאל{ש‬
vaiven shám davíd mizbéáj láAdonai, vaiá'al 'olót ushlamím; vaié'atér Adonai
laáretz, vaté'atzár hamagefáh me'ál israél{s} .

David edificó allí un altar al Eterno, y ofreció holocaustos y sacrificios de paz.


Así el Eterno atendió las súplicas en favor de la tierra, y cesó la epidemia en
Israel.

486
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬
Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 1
(1)
:‫ןְּבִ֖אְּבַ י ִָ֑מיםְּוַיכ ַֻּ֨סהו֙ ְּבַ בְּג ֵָ֔דיםְּוְּ ֹ֥לאְּי ַחִ֖םְּלֽ ֹו‬
ָ ‫וְּהַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּדָ וד֙ ְּז ֵָ֔ק‬
vêhamélej david zaqén, bá baiamím; vaijasúhú babêgadím, vêló ijám ló.
Cuando el rey David era anciano, de edad avanzada, lo cubrían con ropas,
pero no se calentaba.
(2)
ְּ ֙‫וְּלאדנֶּ֤יְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ַ ְּֽנע ָ ֲ֣רהְּבְּתו ֵָ֔להְּוְּ ָ ֽעמְּדָ ה‬
ֽ ַ ‫ו ַֹּ֧יאמרוְּל֣ ֹוְּעֲבָ ָ֗ ָדיוְּיְּבַ ק ׁ֞ש‬
:‫ִ֖םְּלאדנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬ ֽ ַ ‫יקָךְּוְּ ַח‬
ֶ ֵ֔ ‫לפנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּותהי־לִ֖ ֹוְּסכֶ ִ֑ נֶתְּוְּ ָ ֽשכְּ ָב֣הְּבְּח‬
vaiómru ló 'avadáv iêvaqshú ládoní hamélej ná'aráh vêtuláh, vê'ámêdah lifnéi
hamélej, uthi-ló sojénet; vêshájêváh vêjeiqéja, vêjám ládoní hamélej.
Por tanto, sus servidores le dijeron: 'Que busquen para mi señor el rey una
joven virgen, a fin de que esté en la presencia del rey, le atienda y duerma en
su seno, para que dé calor a mi señor el rey.'
(3)
ְּ ֙‫לְּוַֽֽימצְּ ָ֗אוְּאֶ ת־אֲבישַ ג‬
ַ ‫וַיבַ קשו֙ ַ ְּֽנע ָ ֲ֣רהְּ ָי ֵָ֔פהְּבְּ ִ֖כלְּגְּ ֣בולְּיש ָר ִ֑א‬
:‫הַ ֣שונ ֵַ֔מיתְּ ַוי ָֹ֥באוְּא ָ ִ֖תּהְּל ֶ ַֽמלְֶך‬
vaivaqshú ná'aráh iafáh, bêjól gêvúl israél; váimtzêú et-avishag hashúnamít,
vaiavíu otáĥ lamélej.
Entonces buscaron a una joven bella por todo el territorio de Israel. Hallaron a
Avishag [Abisag] la sunamita y la llevaron al rey.
(4)
ְּ‫ְֶךְּלא‬
ֹ֥ ‫וְּ ַ ֽה ַנע ָ ֲִ֖רהְּיָפָ ֣הְּעַד־מְּ ִ֑אדְּוַתְּ ֻּ֨היְּל ֶ ֶַּ֤מלְֶךְּס ֶֻּ֨כנֶת֙ ְּוַתְּ ָ ֣שר ֵ֔תהוְּוְּהַ ֶ ִ֖מל‬
:‫יְּדָ ָ ֽעּה‬
vêhána'aráh iafáh 'ad-mêód; vatêhí lamélej sojénet vatêshártéhu, vêhamélej ló
iêda'áĥ.
La joven era sumamente bella. Ella atendía al rey y le servía, pero el rey no la
conoció.
(5)
ְּ‫ֹוְּרכֶב‬ ֶֶ֚ ‫ַשְּל‬
ָ֗ ‫אמרְּאֲנ֣יְּאֶ מלִ֑ ְךְּוַיַ ֣ע‬ ִ֖ ‫ַוא ֲֽדניָ ֹּ֧הְּבֶ ן־חַ גִּ֛יתְּמתנ ַֹ֥שאְּל‬
:‫ישְּר ֹ֥ציםְּלְּפ ָָנֽיו‬
ָ ‫יםְּא‬
ִ֖ ‫יםְּוחֲמ ֹ֥ש‬
ֽ ַ ‫ופָ ָ֣ר ֵ֔ש‬
vaadóniáh ven-jagít mitnasé lemór aní emlój; vaiá'as ló réjev ufárashím,
vájamishím ísh ratzím lêfanáv.

487
1 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Entonces Adoniá [Adonías], hijo de Jaguit [Haguit], se enalteció diciendo:


'¡Yo seré rey!' Y se consiguió un carro, jinetes y cincuenta hombres que
corriesen delante de él.
(6)
‫ואְּטֹוב־‬
ֽ ‫ַם־ה‬
ֶּ֤ ‫אמרְּמַ ִ֖דועְַּכָ ֣ כָהְּע ִָ֑שיתָ ְּוְּג‬
ֵ֔ ‫וְּ ֽלא־עֲצָ ֻּ֨בֹוְּאָ ֶּ֤ביוְּמיָמָ יו֙ ְּל‬
:‫הְּאח ֲֹ֥ריְּאַ בשָ לֽ ֹום‬
ֽ ַ ‫ֹוְּיֽלְּ ָ ִ֖ד‬
ָ ‫ֻּ֨תאַ ר֙ ְּמְּ ֵ֔אדְּוְּא ֹ֥ת‬
vêló-'atzavó avív miamav lemór, madú'a kájah 'asíta; vêgam-hú tóv-tóar
mêód, vêotó iálêdáh ájaréi avshalóm.

En toda su vida, su padre no le había contrariado diciéndole: '¿Por qué has


actuado así?' Él era también de muy buena presencia y había nacido después
de Absalón [Abshalom].
(7)
ְּ‫וְּאח ֲִ֖רי‬
ֽ ַ ‫ִ֑ןְּוַֽֽיַעזְּ ֵ֔ר‬
ַ ‫םְּיֹואבְּבֶ ן־צְּרו ֵָ֔יהְּוְּ ִ֖עםְּאֶ בי ָ ָ֣תרְּהַ כה‬
ָ֣ ֶ֚ ‫ו ַֽיהי֣ וְּדְּבָ ָ ֵ֔ר‬
‫יוְּע‬
:ְּ‫א ֲֽדנ ָיֽה‬
vaíhíu dêvaráv, 'ím ioáv ben-tzêruiáh, vê'ím eviatár hakohén; váia'zêrú, ájaréi
adóniáh .

Adoniá [Adonías] tenía tratos con Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia], y con
el sacerdote Abiatar. Ellos respaldaban a Adoniá [Adonías];
(8)
ְּ‫ֹוקְּהַ כהןְּוב ָנ ָֻּ֨יהוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ֜ ָָדעְּוְּנ ָ ֶָּ֤תןְּהַ נָביא֙ ְּוְּשמ ֣עיְּוְּר ֵ֔עי‬
ַ֠ ‫וְּצָ ֣ד‬
:‫דְּלאְּהָ יִ֖ וְּעם־א ֲֽדנ ָיֽהו‬ ֹ֥ ‫ֲשרְּלְּדָ ִ֑ו‬ ֣ ֶ ‫בֹוריםְּא‬
ִ֖ ‫וְּהַ ג‬
vêtzadóq hákohen uvnaiáhu ven-iêhóiadá' vênatán hanavi vêshim'í vêre'í,
vêhagiborím ashér lêdavíd; ló haíu 'im-adóniáhu.

pero el sacerdote Tzadoq [Sadoc], Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada],


el profeta Natán, Shimí [Simei], Rei y los valientes que tenía David no
seguían a Adoniá [Adonías].
(9)
ְּ‫ר־אצֶ לְּע֣ין‬
ִ֖ ֶ‫יאְּעםְּ ֶ ֣אבֶ ןְּהַ ז ֵ֔ ֶחלֶתְּאֲש‬
ֶ֚ ‫הוְּצאןְּובָ קָ ר֙ ְּומ ֵ֔ר‬ ֶּ֤ ‫וַיז ַב֣חְּא ֲֽדנ ָָ֗י‬
ְּ‫הודהְּעַב ֹ֥די‬
ִ֖ ָ ְּ‫רגִ֑לְּוַיק ָ ָ֗ראְּאֶ ת־כְּל־אֶ חָ יו֙ ְּבְּנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּולכְּל־אַ נ ֹ֥שיְּי‬
:‫הַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaizbáj adóniáhu tzón uvaqar umrí, 'ím éven hazojélet, asher-étzel 'éin rogél;
vaiqrá et-kol-ejav bênéi hamélej, uljol-anshéi iêhudáh 'avdéi hamélej.

Adoniá [Adonías] mató ovejas, vacas y ganado engordado junto a la peña de


Zojélet, que está cerca de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos
del rey, y a todos los hombres de Iehudá [Judá], servidores del rey.

488
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

(10)
ְּ‫יוְּלא‬
ֹ֥ ‫למהְּאָ ִ֖ח‬
ֹ֥ ְּ‫בֹוריםְּוְּאֶ ת־ש‬
ִּ֛ ‫הוְּואֶ ת־הַ ג‬
ְּֽ ‫ְּֽואֶ ת־נָתָ ןְּ֩הַ נ ָֻּ֨ביאְּוב ָנ ָָ֜י‬
:‫קָ ָ ֽרא‬
vêet-natan hanaví uvnaiáhu vêet-hagiborím vêet-shêlomóh ajív ló qará.

Pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaiá [Benaías], ni a los valientes, ni a


su hermano Shelomó [Salomón].
(11)
ְּ‫ְּכיְּמָ לַ ְִ֖ך‬
ֹ֥ ‫אמרְּהֲל֣ ֹואְּשָ ֵ֔ ַמעַת‬
ֵ֔ ‫ת־שבַ עְּאם־שְּלמה֙ ְּל‬ ֶּ֤ ֶ ַ‫ו ַ֣יאמֶ רְּנ ָ֗ ָָתןְּאֶ ל־ב‬
:‫דְּלאְּי ָ ָֽדע‬
ֹ֥ ‫ִ֑יתְּואֲדנֹ֥ינוְּדָ ִ֖ו‬
ֽ ַ ‫א ֲֽדניָ ֣הוְּבֶ ן־חַ ג‬
vaiómer natán el-bat-shéva' em-shêlomoh lemór, haló shamá'at, kí maláj
adóniáhu ven-jagít; váadonéinu davíd ló iadá'.

Entonces Natán habló a BatSheva [Betsabé], madre de Shelomó [Salomón],


diciendo: –¿No has oído que reina Adoniá [Adonías], hijo de Jaguit [Haguit],
sin que lo sepa nuestro señor David?
(12)
ְּ‫יְּאיעָצְֹ֥ךְּנָ ִ֖אְּע ָצִ֑הְּומַ לְּטי֙ ְּאֶ ת־נַפ ֵ֔שְךְּוְּאֶ ת־נֶ ֹ֥פֶשְּבְּ ִ֖נְַֽך‬
ֽ ‫וְּע ָּ֕ ַָתהְּלְּ ִּ֛כ‬
:‫למה‬ֽ ְּ‫ש‬
vê'atáh lêjí í'atzéj ná 'etzáh; umalêtí et-nafshéj, vêet-néfesh bênéj shêlomóh.

Ahora pues, ven, déjame darte un consejo para que salves tu vida y la vida de
tu hijo Shelomó [Salomón]:
(13)
ְּ‫יְּובאיְּ׀ְּאֶ ל־הַ ֶ ֣מלְֶךְּדָ ָ֗ודְּוְּאָ ַ ֶּ֤מרתְּאלָיו֙ ְּה ֲֽלא־אַ ׁ֞ ָתהְּאֲדנ֣יְּהַ ָ֗ ֶמלְֶך‬ ֣ ‫לְּ ׁ֞כ‬
ְּ‫ְךְּאח ַ ֲֵ֔ריְּוְּ ִ֖הואְּי ֣שב‬
ֽ ַ ֣‫למהְּבְּנְך֙ ְּימל‬
ֶּ֤ ְּ‫רְּכי־ש‬ ֽ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫נש ַבֶּ֤עתָ ְּ ַלא ָ ֲֽמתְָּך֙ ְּל‬
:‫עַל־כס ִ֑איְּומַ ִ֖דועְַּמָ לַ ְֹ֥ךְּא ֲֽדנ ָיֽהו‬
lêjí uvói | el-hamélej davíd vêamárt elav haló-atáh adoní hamélej nishbá'ta
laamátêjá lemór, kí-shêlomóh vênej imlój ájarái, vêhú ieshév 'al-kisí; umadú'a
maláj adóniáhu.

Ve, entra a la presencia del rey David y dile: 'Mi señor el rey, ¿no has jurado
tú a tu sierva diciendo: 'Tu hijo Shelomó [Salomón] reinará después de mí, y
él se sentará en mi trono'? ¿Por qué, pues, reina Adoniá [Adonías]?'
(14)
ְּ‫אתי‬
ִ֖ ‫ֹואְּאח ַ ֲֵ֔ריְךְּומל‬
ֽ ַ ‫ְֶךְּואֲנְּי֙ ְּאָ ֣ב‬
ֽ ַ ‫תְּשםְּעם־הַ ֶ ִ֑מל‬
ִ֖ ָ ‫הְּעֹודְךְּמְּדַ ֶב ֶֹ֥ר‬
ִּ֛ ָ ‫ה ָ֗נ‬
:‫אֶ ת־דְּבָ ָ ֽריְך‬

489
1 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

hinéh 'odáj mêdabéret shám 'im-hamélej; váaní avó ájaráij, umiletí et-
dêvaráij.

Mientras tú aún estés allí hablando con el rey, he aquí que yo entraré detrás de
ti y confirmaré tus palabras.
(15)
ְּ ֙‫דְּואֲבישַ ג‬
ֽ ַ ‫ת־שבַ עְּאֶ ל־הַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּהַ ֵ֔ ַחד ָרהְּוְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּז ָ֣קןְּמְּ ִ֑א‬
ֶּ֤ ֶ ַ‫וַתָ ֻּ֨באְּב‬
:‫הַ ֣שונ ֵַ֔מיתְּמְּשָ ַ ִ֖רתְּאֶ ת־הַ ֶ ֽמלְֶך‬
vatavó vat-shéva' el-hamélej hajádrah, vêhamélej zaqén mêód; váavishag
hashúnamít, mêsharát et-hamélej.

Entonces BatSheva [Betsabé] entró en el dormitorio del rey. El rey era muy
anciano, y Avishag [Abisag] la sunamita le servía.
(16)
:‫ה־לְך‬
ֽ ָ ַ‫וַת ֣קדְּבַ ת־שֵֶ֔ בַ עְּוַתש ַ ִ֖תחוְּל ֶ ִַ֑מלְֶךְּו ַֹ֥יאמֶ רְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּמ‬
vatiqód bat-shéva', vatishtáju lamélej; vaiómer hamélej mah-láj.

BatSheva [Betsabé] se inclinó y se postró ante el rey, y éste preguntó: –¿Qué


quieres?
(17)
ְּ‫למה‬
ֹ֥ ְּ‫ָךְּכי־ש‬
ֽ ‫ְּלאֲמָ ֵ֔ ֶת‬
ֽ ַ ֙‫ֱלהיָך‬
ֶ ֻּ֨ ‫ְּביהוָ ֶּ֤הְּא‬
ֽ ַ ָ‫רְּלֹוְּאֲדני֙ ְּאַ ֻּ֨ ָתהְּנש ָ֜ ַבעת‬
ָ֗ ֶ‫ו ַ֣תאמ‬
:ְּ‫ְךְּאח ָ ֲִ֑ריְּוְּ ִ֖הואְּי ֹ֥שבְּעַל־כס ֽאי‬
ֽ ַ ֣‫בְּ ִ֖נְַֽךְּימל‬
vatómer ló adoní atáh nishbá'ta báAdonai elohéjá láamatéja, kí-shêlomóh
vênéj imlój ájarái; vêhú ieshév 'al-kisí .

Ella le respondió: –Señor mío, tú has jurado a tu sierva por el Eterno tu


Elohim: 'Tu hijo Shelomó [Salomón] reinará después de mí, y él se sentará en
mi trono.'
(18)
‫ פ‬: ָ‫ְֶךְּלאְּי ָ ָֽדעְּת‬
ֹ֥ ‫וְּע ָּ֕ ַָתהְּהנֹ֥הְּאֲ ֽדניָ ִ֖הְּמָ לָ ְִ֑ךְּוְּ ַע ָ ִּ֛תהְּאֲדנֹ֥יְּהַ ֶ ִ֖מל‬
vê'atáh hinéh adóniáh maláj; vê'atáh adoní hamélej ló iadá'êta.

Pero ahora, he aquí que reina Adoniá [Adonías]; y tú, mi señor el rey, no lo
sabes.
(19)
ְּ‫חְּשֹורְּוֽ מריא־וְּצאן֮ ְּלָרבְּ֒{פ}וַיק ָרא֙ ְּלְּכְּל־בְּנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶך‬ ֹ֥ ַ‫ַַ֠ויזב‬
:‫ְּלאְּקָ ָ ֽרא‬ ֹ֥ ִ֖‫למהְּעַבדְָּך‬ֹ֥ ‫בְּשרְּהַ צָ ָבִ֑אְּוְּלש‬
֣ ַ ‫ולאֶ ביָתָ ר֙ ְּהַ כ ֵ֔הןְּולי ָ ִ֖א‬
váizbaj shór úmri-vêtzon larov {f}vaiqra lêjol-bênéi hamélej, uleviatar
hakohén, ulioáv sár hatzavá; vêlishlomóh 'avdêjá ló qará.

490
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

Él ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas; ha invitado a


todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Ioav [Joab], jefe del ejército;
pero no ha invitado a tu siervo Shelomó [Salomón].
(20)
ְּ‫םְּמיְּי ִּ֛שב‬
ָ֗ ‫וְּאַ תָ ה֙ ְּאֲדנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּעינֹ֥יְּכְּל־יש ָר ִ֖אלְּעָלֶ ִ֑יָךְּלְּהַ ג֣ידְּל ֵ֔ ֶָה‬
:‫ְֶךְּאח ָ ֲֽריו‬
ֽ ַ ‫עַל־כ ֹ֥סאְּאֲד ֽני־הַ ֶ ִ֖מל‬
vêatah adoní hamélej, 'einéi jol-israél 'aléja; lêhagíd lahém, mí ieshév 'al-kisé
adoní-hamélej ájaráv.

Ahora bien, oh mi señor el rey, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para
que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey, después
de él.
(21)
ְּ‫למה‬
ִ֖ ְּ‫וְּהָ ָָּ֕יהְּכשכַ ֹ֥בְּאֲד ֽני־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְּעם־אֲב ָ ִ֑תיוְּוְּהָ ָ֗ייתיְּאֲנִּ֛יְּובנֹ֥יְּש‬
:‫חַ טָ ֽאים‬
vêhaiáh kishjáv adoní-hamélej 'im-avotáv; vêhaíti aní uvní shêlomóh jataím.

De otra manera, acontecerá que cuando mi señor el rey repose con sus padres,
mi hijo Shelomó [Salomón] y yo seremos tenidos por culpables.
(22)
:‫יאְּבא‬
ֽ ָ ‫ִּ֛הְּעֹודנָהְּמְּדַ ֶב ִֶ֖רתְּעם־הַ ֶ ִ֑מלְֶךְּוְּנ ָ ָֹ֥תןְּהַ נ ִָ֖ב‬
ֹ֥ ֶ ‫וְּהנ‬
vêhinéh 'odénah mêdabéret 'im-hamélej; vênatán hanaví bá.

Y he aquí, mientras ella todavía hablaba con el rey, llegó el profeta Natán.
(23)
ְּ‫אמרְּהנִ֖הְּנ ָ ָ֣תןְּהַ נ ִָ֑ביאְּ ַויָבא֙ ְּלפנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּוַיש ַ ֹּ֧תחו‬ֵ֔ ‫ַויַגֶּ֤ידוְּל ֻּ֨ ֶַמלְֶך֙ ְּל‬
:‫ִ֖יוְּא ְּרצָ ה‬
ֽ ָ ָ‫ל ֶ ִַּ֛מלְֶךְּעַל־אַ פ‬
vaiagídu lamélej lemór, hinéh natán hanaví; vaiavo lifnéi hamélej, vaishtáju
lamélej 'al-apáv árêtzah.

E informaron al rey diciendo: –El profeta Natán está aquí. Cuando él entró a
la presencia del rey, se postró a tierra sobre su rostro ante el rey.
(24)
ְּ‫ְךְּאח ָ ֲִ֑ריְּוְּ ִ֖הוא‬
ֽ ַ ֣‫וַיאמֶ ר֮ ְּנָתָ ןְּ֒אֲדנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּאַ ָ ֣תהְּאָ ֵ֔ ַמרתָ ְּא ֲֽדניָ ִ֖הוְּימל‬
:‫י ֹ֥שבְּעַל־כס ֽאי‬
vaiomer natan adoní hamélej, atáh amárta, adóniáhu imlój ájarái; vêhú ieshév
'al-kisí.

Entonces dijo Natán: –Mi señor el rey, ¿has dicho tú: 'Adoniá [Adonías]
reinará después de mí, y él se sentará en mi trono'?
491
1 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(25)
ְּ‫חְּשֹורְּוֽ מריא־וְּצאן֮ ְּלָרבְּ֒וַיק ָראְּ֩לְּכְּל־בְּ ֻּ֨ני‬ ֹ֥ ַ‫֣כיְּ׀ְּי ַ ָ֣רדְּהַ יָ֗ ֹוםְּ ַַ֠ויזב‬
ְּ‫ִּ֛םְּאכְּ ֹ֥ליםְּוְּש ִ֖תיםְּלְּפָנָ ִ֑יו‬
ֽ ָ‫הַ ָ֜ ֶמלְֶךְּולשָ ֶּ֤ריְּהַ צָ בָ א֙ ְּולאֶ בי ָ ָ֣תרְּהַ כ ֵ֔הןְּוְּהנ‬
:‫ו ַ֣יאמ ֵ֔רוְּיְּ ִ֖חיְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּא ֲֽדנ ָיֽהו‬
kí | iarád haióm váizbaj shór úmri-vêtzon larov vaiqra lêjol-bênéi hamélej
ulsaréi hatzava uleviatár hakohén, vêhinám ójêlím vêshotím lêfanáv; vaiómrú,
iêjí hamélej adóniáhu.

Porque hoy ha descendido y ha matado numerosos bueyes, ganado engordado


y ovejas. Ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al
sacerdote Abiatar. He aquí, ellos están comiendo y bebiendo ante él, y han
dicho: '¡Viva el rey Adoniá [Adonías]!'
(26)
ְּ ִ֖‫למהְּעַבדְָּך‬
ֹ֥ ‫וְּ ֣ליְּא ֲֽני־ ַ֠ ַעבדֶ ָךְּולצָ ֻּ֨דקְּהַ כ ָ֜הןְּוְּלבנָיָ ֹּ֧הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָּ֛דעְּוְּלש‬
:‫ֹ֥לאְּקָ ָ ֽרא‬
vêlí aní-'ávdeja ultzadóq hakohén vêlivnaiáhu ven-iêhóiadá' vêlishlomóh
'avdêjá ló qará.

Pero no me ha invitado a mí, tu siervo; ni al sacerdote Tzadoq [Sadoc], ni a


Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada], ni a tu siervo Shelomó [Salomón].
(27)
ְּ‫ְּאת־עבדיך‬
ֽ ֶ ‫אְּהֹודע ָ֙ת‬
ַ ֻּ֨ ‫ְֶךְּנהְּיָ ִ֖הְּהַ דָ ָב֣רְּהַ זֶ ִ֑הְּוְּ ֶּ֤ל‬
ֽ ‫ָ֗אםְּמאת֙ ְּאֲדנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמל‬
‫ ס‬:‫)ְּמיְּי ִּ֛שבְּעַל־כ ֹ֥סאְּאֲד ֽני־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְּ ַ ֽאח ָ ֲֽריו‬ ָ֗ ‫(עַבדְּ ֵָ֔ך‬
ím meet adoní hamélej, níhêiáh hadavár hazéh; vêló hodá'tá ét-'vdij ('avdêjá),
mí ieshév 'al-kisé adoní-hamélej ájaráv.

¿Ha sido ordenado este asunto por mi señor el rey, sin haber informado a tu
siervo quién se habría de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él?
(28)
ְּ‫ת־שבַ עְּוַתָ בא֙ ְּלפנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ִ֑ ָ ַ‫או־ליְּלְּב‬
ִ֖ ‫ַו ַֻּ֨יעַןְּהַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּדָ וד֙ ְּו ֵַ֔יאמֶ רְּקר‬
:‫ַוֽתַ ע ֲִ֖מדְּלפנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiá'an hamélej david vaiómer, qiru-lí lêvat-sháva'; vatavo lifnéi hamélej,
váta'amód lifnéi hamélej.

Entonces el rey David respondió diciendo: –Llamadme a BatSheva [Betsabé].


Ella entró a la presencia del rey y se puso de pie delante de él.
(29)
:ְּ‫שיְּמכְּל־צָ ָ ֽרה‬
ְִּ֖ ‫אמרְּחַ י־יה ָּ֕ ָוהְּאֲשֶ ר־פ ָ ָֹ֥דהְּאֶ ת־נַפ‬
ִ֑ ַ ‫וַישָ ַבֹ֥עְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּוַי‬

492
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

vaishavá' hamélej vaiomár; jai-Adonai asher-padáh et-nafshí mikol-tzaráh .

Y el rey juró diciendo: –¡Vive el Eterno que rescató mi alma de toda


adversidad,
(30)
ְּ‫למה‬ ֶּ֤ ְּ‫רְּכי־ש‬
ֽ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫ְךְּביה ֻּ֨ ָוהְּאֱלהֶּ֤יְּיש ָראלְּ֙ל‬
ֽ ַ ‫יְּכאֲשֶ רְּ֩נש ֻּ֨ ַבעתיְּ ָָ֜ל‬
ֽ ַ ‫ִּ֡כ‬
ְּ‫ֹ֥ןְּאע ֶ ֱִ֖שהְּהַ יֹ֥ ֹום‬
ֽ ֶ ‫יְּכיְּכ‬
ִּ֛ ‫ְךְּאח ַ ֲֵ֔ריְּוְּ ִּ֛הואְּי ֹ֥שבְּעַל־כס ִ֖איְּתַ ח ָ ִ֑ת‬
ֽ ַ ֣‫בְּנְך֙ ְּימל‬
:ְּ‫הַ ֶזֽה‬
kí káasher nishbá'ti láj báAdonai elohéi israel lemór, kí-shêlomóh vênej imlój
ájarái, vêhú ieshév 'al-kisí tajtái; kí kén é'eséh haióm hazéh .

que como yo te he jurado por el Eterno Elohim de Israel, diciendo: 'Tu hijo
Shelomó [Salomón] reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en mi
lugar', ciertamente así lo haré en el día de hoy!
(31)
ְּ‫ְּא ֶרץְּוַתש ַ ִ֖תחוְּל ֶ ִַ֑מלְֶךְּו ַָּ֕תאמֶ רְּיְּ ָ֗חיְּאֲדנִּ֛י‬
ֶ ֵ֔ ֙‫ת־שבַ עְּאַ ַֻּ֨פים‬
ֶּ֤ ֶ ַ‫וַת ֻּ֨קדְּב‬
‫ פ‬:‫הַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּדָ ִ֖ודְּלְּע ָ ֽלם‬
vatiqód bat-shéva' apáim éretz, vatishtáju lamélej; vatómer iêjí adoní hamélej
davíd lê'olám.

Entonces BatSheva [Betsabé] se inclinó con el rostro a tierra y se postró ante


el rey, diciendo: –¡Viva para siempre mi señor, el rey David!
(32)
ְּ‫או־ליְּלְּצָ ֶּ֤דֹוקְּהַ כהן֙ ְּולנ ָ ָ֣תןְּהַ נ ֵָ֔ביאְּוְּלבנָיָ ִ֖הו‬
ׁ֞ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּ׀ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּדָ ָ֗ודְּקר‬
:‫בֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָ֑דעְּ ַוי ִָ֖באוְּלפנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiómer | hamélej davíd qiru-lí lêtzadóq hakohen ulnatán hanaví, vêlivnaiáhu
ben-iêhóiadá'; vaiavóu lifnéi hamélej.

Y el rey David dijo: –Llamadme al sacerdote Tzadoq [Sadoc], al profeta


Natán y a Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada]. Ellos entraron a la
presencia del rey,
(33)
‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּל ָ֗ ֶָהםְּקְּ ֶּ֤חוְּעמָ כֶם֙ ְּאֶ ת־עַב ֣דיְּא ֲֽדני ֵֶ֔כםְּוְּהרכַבתֶ ם֙ ְּאֶ ת־‬
:‫ר־ליְּוְּ ֽה ַֹורד ֶ ֹ֥תםְּא ִ֖תֹוְּאֶ ל־ג ֽחֹון‬
ִ֑ ֶ‫למהְּבְּ ֵ֔ניְּעַל־הַ פר ָ ִ֖דהְּאֲש‬ ֣ ְּ‫ש‬
vaiómer hamélej lahém qêjú 'imajem et-'avdéi adóneijém, vêhirkavtem et-
shêlomóh vêní, 'al-hapirdáh asher-lí; vêhóradtém otó el-gijón.

y el rey les dijo: –Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor, haced
montar a mi hijo Shelomó [Salomón] sobre mi mula y hacedle descender a
Guijón.
493
1 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(34)
ְּ‫ומָ ַ ֣שחְּא ֣ת ַֹ֠וְּשָ םְּצָ דֻּ֨ ֹוקְּהַ כ ָ֜הןְּוְּנ ָ ָֹּ֧תןְּהַ נ ִָּ֛ביאְּלְּ ֶ ִ֖מלְֶךְּעַל־יש ָר ִ֑אל‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫רְּואֲמַ ר ָּ֕ ֶתםְּיְּ ִ֖חיְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬ֽ ַ ‫ותקַ עתֶ ם֙ ְּבַ שֹו ֵָ֔פ‬
umasháj otó shám tzadóq hakohén vênatán hanaví lêmélej 'al-israél; utqa'tem
bashofár, váamartém iêjí hamélej shêlomóh.

El sacerdote Tzadoq [Sadoc] y el profeta Natán lo ungirán allí rey de Israel.


Luego tocaréis el shofar y diréis '¡Viva el rey Shelomó [Salomón]!'
(35)
ְּ‫םְּאח ָ ֲָ֗ריוְּובָ א֙ ְּוְּי ַ ָ֣שבְּעַל־כס ֵ֔איְּוְּ ֹ֥הואְּימלִ֖ ְךְּתַ ח ָ ִ֑תיְּוְּא ֶּ֤תֹו‬
ֽ ַ ‫ית‬֣ ֶ ‫ַ ֽועֲל‬
:‫הודה‬
ֽ ָ ְּ‫ְּלהְּי֣ ֹותְּנ ֵָ֔גידְּעַל־יש ָר ִ֖אלְּוְּעַל־י‬ ֽ ֙‫צ ֻּ֨ויתי‬
vá'alitém ájaráv uva vêiasháv 'al-kisí, vêhú imlój tajtái; vêotó tzivítí líhêíot
nagíd, 'al-israél vê'al-iêhudáh.

Después subiréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él


reinará en mi lugar; porque a él le he designado para que sea el soberano de
Israel y de Iehudá [Judá].
(36)
ְּ‫אמרְּיה ֵ֔ ָוה‬
֣ ַ ‫ןְּכןְּי‬
ֶ֚ ‫ַו ַֻּ֨יעַןְּבְּנָיָ ֹּ֧הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָּ֛דעְּאֶ ת־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְּו ַ֣יאמֶ רְּ׀ְּאָ ִ֑מ‬
:ְּ‫אֱלהִ֖יְּאֲדנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiá'an bênaiáhu ven-iêhóiadá' et-hamélej vaiómer | amén; kén iomár Adonai,
elohéi adoní hamélej .

Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] respondió al rey diciendo: –


¡Amén! Así lo diga el Eterno, Elohim de mi señor el rey.
(37)
ְּ‫למה‬
ִ֑ ְּ‫ִ֖ןְּיהיְּ(יהְּיֶ ֣ה)ְּעם־ש‬
ֽ ‫ַ ֽכאֲשֶֻּ֨ רְּהָ יָ ֶּ֤הְּיהוָה֙ ְּעם־אֲדנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּכ‬
:ְּ‫ֹוְּמכ ֵ֔סאְּאֲדנִ֖יְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּדָ ֽוד‬
ֻּ֨ ‫ֽויגַדלְּ֙אֶ ת־כס ֵ֔א‬
káashér haiáh Adonai 'im-adoní hamélej, kén ihi (íhêiéh) 'im-shêlomóh;
vígadel et-kisó, míkisé, adoní hamélej davíd .

De la manera que el Eterno ha estado con mi señor el rey, así esté con
Shelomó [Salomón] y engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el
rey David.
(38)
ְּ‫ֹוקְּהַ כהןְּוְּנ ֻּ֨ ָָתןְּהַ נ ָָ֜ביאְּובנָיָ ֣הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ֗ ָָדעְּוְּהַ כְּרתי֙ ְּוְּהַ פְּל ֵ֔תי‬
ַ֠ ‫וַי֣ ֶַֽרדְּצָ ֣ד‬
:‫למהְּעַל־פר ַ ִ֖דתְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּדָ ִ֑ודְּוַי ֹ֥לכוְּא ִ֖תֹוְּעַל־ג ֽחֹון‬ ֵ֔ ְּ‫ַויַר ֻּ֨כבו֙ ְּאֶ ת־ש‬
vaiéred tzadóq hákohen vênatán hanaví uvnaiáhu ven-iêhóiadá' vêhakêretí
vêhapêletí, vaiarkívú et-shêlomóh, 'al-pirdát hamélej davíd; vaiolíju otó 'al-

494
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

gijón.

El sacerdote Tzadoq [Sadoc], el profeta Natán, Benaiá [Benaías] hijo de


Iehoiadá [Joyada], los quereteos y los peleteos descendieron e hicieron montar
a Shelomó [Salomón] sobre la mula del rey David y lo condujeron a Guijón.
(39)
ְּ‫למה‬
ִ֑ ְּ‫ת־ק ֶרןְּהַ שֶֻּ֨ מֶ ן֙ ְּמן־הָ ֵ֔אהֶ לְּוַימ ַ ִ֖שחְּאֶ ת־ש‬
ֶּ֤ ֶ ֶ‫וַיקַ חְּ֩צָ דֻּ֨ ֹוקְּהַ כ ָ֜הןְּא‬
:‫למה‬ֽ ְּ‫ַוַֽֽיתקְּעו֙ ְּבַ שֹו ֵָ֔פרְּו ַֽיאמְּרו֙ ְּכְּל־הָ ֵָ֔עםְּיְּ ִ֖חיְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬
vaiqaj tzadóq hakohén et-qéren hashémen min-haóhel, vaimsháj et-shêlomóh;
váitqê'ú bashofár, vaiómêrú kol-ha'ám, iêjí hamélej shêlomóh.

Entonces el sacerdote Tzadoq [Sadoc] tomó del tabernáculo el cuerno de


aceite y ungió a Shelomó [Salomón]. Luego tocaron el shofar, y todo el
pueblo gritó: –¡Viva el rey Shelomó [Salomón]!
(40)
ְּ‫יםְּבחֲל ֵ֔ליםְּושמ ִ֖חיםְּשמ ָח֣ה‬
ֽ ַ ‫ְּאח ָ ֲֵ֔ריוְּוְּהָ עָם֙ ְּמְּחַ לְּ ֣ל‬
ֽ ַ ֙‫ו ַ ַֽיעֲלֶּ֤ וְּכְּל־הָ עָם‬
:‫קֹולם‬
ֽ ָ ְּ‫גְּדֹולָ ִ֑הְּוַתבָ ַ ֹ֥קעְּהָ ָ ִ֖א ֶרץְּב‬
vaiá'alú jol-ha'am ájaráv, vêha'am mêjalêlím bájalilím, usmejím simjáh
gêdoláh; vatibaqá' haáretz bêqolám.

Después todo el pueblo subió tras él. La gente tocaba flautas y se regocijaba
con tal regocijo que la tierra se partía con el estruendo de ellos.
(41)
ְּ‫וְּלא ֱִ֑כלְּוַיש ַ ֶּ֤מע‬
ֽ ֶ ֣‫ֲשרְּא ֵ֔תֹוְּוְּהִ֖םְּכל‬
֣ ֶ ‫וַיש ַ ֣מעְּא ֲֽדנ ָָ֗יהוְּוְּכְּל־הַ קְּראים֙ ְּא‬
:‫ִ֖הְּהֹומה‬
ָֽ ָ‫ְַּקֹול־הַ קרי‬ ֽ ‫ת־קֹולְּהַ שֹו ֵָ֔פרְּו ַָּ֕יאמֶ רְּמַ ֹ֥דוע‬
֣ ֶ‫יֹואָ ב֙ ְּא‬
vaishmá' adóniáhu vêjol-haqêruim ashér itó, vêhém kilú léejól; vaishmá' ioav
et-qól hashofár, vaiómer madú'a qól-haqiriáh homáh.

Cuando habían acabado de comer, Adoniá [Adonías] lo oyó, junto con todos
los invitados que estaban con él. Y al oír Ioav [Joab] el sonido de el shofar,
dijo: –¿Por qué se alborota la ciudad con bullicio?
(42)
ְּ‫ִ֖ןְּבִ֑אְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּא ֲֽדנ ָֻּ֨יהו֙ ְֵּ֔בא‬
ָ ‫עֹודנוְּמְּדַ ֵ֔ברְּוְּ הנֹּ֧הְּיֽ ֹונ ָ ִָּ֛תןְּבֶ ן־אֶ בי ָ ָֹ֥תרְּהַ כה‬
ֶ֣
:‫לְּאתָ הְּוְּ ֹ֥טֹובְּתְּבַ ֽשר‬ ִ֖ ַ ‫ישְּחִּ֛י‬
ַ ‫יְּא‬ ֹ֥ ‫֣כ‬
'odénu mêdabér, vêhinéh íonatán ben-eviatár hakohén bá; vaiómer adóniáhú
bó, kí ísh jáil átah vêtóv têvasér.

Mientras él aún hablaba, he aquí que llegó Iehonatán [Jonatán], hijo del
sacerdote Abiatar; y Adoniá [Adonías] le dijo: –Entra, porque tú eres hombre
valeroso y traerás buenas noticias.

495
1 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(43)
‫ַו ַֻּ֨יעַן֙ ְּיֽ ֹונ ֵ֔ ָָתןְּו ִַ֖יאמֶ רְּ ַלא ֲֽדניָ ִ֑הוְּא ָּ֕ ֲָבלְּאֲדנֹ֥ינוְּהַ ֶ ֽמלְֶך־דָ וִ֖דְּהמ ֹ֥ליְךְּאֶ ת־‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫ש‬
vaiá'an íonatán, vaiómer laadóniáhu; avál adonéinu hamélej-davíd himlíj et-
shêlomóh.

Iehonatán [Jonatán] respondió y dijo a Adoniá [Adonías]: –Al contrario;


porque nuestro señor el rey David ha hecho rey a Shelomó [Salomón].
(44)
‫ֹו־הַ מֶ לְֶךְּאֶ ת־צָ דֻּ֨ ֹוקְּהַ כ ָ֜הןְּוְּאֶ ת־נ ָ ָ֣תןְּהַ נ ָָ֗ביאְּוב ָנ ָֻּ֨יהו֙ ְּבֶ ן־‬ַ֠ ‫וַישלַ ֣חְּא ֽת‬
:‫יְּ ֣הֹוי ֵ֔ ָָדעְּוְּהַ כְּר ִ֖תיְּוְּהַ פְּל ִ֑תיְּ ַויַר ֣כבוְּא ֵ֔תֹוְּעַ ִ֖לְּפר ַ ֹ֥דתְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaishláj itó-hámelej et-tzadóq hakohén vêet-natán hanaví uvnaiáhú ben-
iêhóiadá', vêhakêretí vêhapêletí; vaiarkívu otó, 'ál pirdát hamélej.

El rey ha enviado con él al sacerdote Tzadoq [Sadoc], al profeta Natán, a


Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] y también a los quereteos y a los
peleteos, los cuales le han hecho montar sobre la mula del rey.
(45)
ְּ ֙‫וַימשְּ ֣חוְּא ִּ֡תֹוְּצָ ֣דֹוקְּהַ כה֣ןְּוְּנָתָ ןְּ֩הַ נ ָֻּ֨ביאְּ׀ְּלְּ ָ֜ ֶמלְֶךְּבְּג ָ֗חֹוןְּו ַ ַֽיעֲלֶּ֤ וְּמשָ ם‬
:‫ֲשרְּשְּמַ ע ֶ ֽתם‬ ֹ֥ ֶ ‫ִ֑הְּהואְּהַ ִ֖קֹולְּא‬ ֹ֥ ָ‫שְּמ ֵ֔חיםְּוַת ִ֖הםְּהַ קרי‬
vaimshêjú otó tzadóq hakohén vênatan hanaví | lêmélej bêgijón vaiá'alú
misham sêmejím, vatehóm haqiriáh; hú haqól ashér shêma'tém.

El sacerdote Tzadoq [Sadoc] y el profeta Natán lo han ungido rey en Guijón.


De allá han subido con gran regocijo, y la ciudad está llena de bullicio. Éste es
el alboroto que habéis oído.
(46)
:‫לוכה‬
ֽ ָ ְּ‫למהְּעַ ִ֖לְּכ ֹ֥סאְּהַ מ‬
ֵ֔ ְּ‫וְּגַם֙ ְּי ַ ָ֣שבְּש‬
vêgam iasháv shêlomóh, 'ál kisé hamêlujáh.

Además, Shelomó [Salomón] se ha sentado en el trono real.


(47)
ְּ‫יטב‬ ֻּ֨ ‫ְֶךְּלבָ רְךְּאֶ ת־אֲד ָ֜נינוְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּדָ וד֮ ְּלאמרְּ֒י‬
ְּ ַ֠ ‫ַם־באוְּעַב ֣דיְּהַ ָ֗ ֶמל‬
ָ ָ֜ ‫וְּג‬
ְּ‫ָךְּויג ַֹ֥דלְּאֶ ת־כס ִ֖אֹוְּמכס ֶ ִ֑אָך‬ ֽ ‫ת־שםְּשְּלמה֙ ְּמשְּ ֵ֔ ֶמ‬ֶּ֤ ֶ‫ֱלהים)ְּא‬ ָ֜ ‫אלהיךְּ(א‬
:ְּ‫וַיש ַ ֹ֥תחוְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּעַל־הַ מש ָ ֽכב‬
vêgam-báu 'avdéi hamélej lêvarej et-adonéinu hamélej david lemor ieitév lhij
(elohím) et-shém shêlomoh mishêméja, vígadél et-kisó mikiséja; vaishtáju
hamélej 'al-hamishkáv .

496
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 1

También los servidores del rey han ido a congratular a nuestro señor el rey
David, diciendo: '¡Tu Elohim haga el nombre de Shelomó [Salomón] más
ilustre que tu nombre y engrandezca su trono más que el tuyo!' El mismo rey
ha hecho reverencia desde su cama,
(48)
ְּ‫וְּ גַם־כָ ִ֖ כָהְּאָ ַ ֣מרְּהַ ֶ ִ֑מלְֶךְּבָ ֻּ֨רוְךְּיה ָ֜ ָוהְּאֱלה֣יְּיש ָר ָ֗אלְּאֲשֶֻּ֨ רְּנ ַ ָֹ֥תןְּהַ יִּ֛ ֹום‬
:ְּ‫י ֹ֥שבְּעַל־כס ִ֖איְּוְּעינַ ֹ֥יְּר ֽאֹות‬
vêgam-kájah amár hamélej; barúj Adonai elohéi israél ashér natán haióm
ioshév 'al-kisí vê'einái roót .

y el rey también ha hablado así: '¡Bendito sea el Eterno Elohim de Israel, que
ha dado hoy quien se siente en mi trono, y que mis ojos lo vean!'
(49)
:‫וְּאישְּלְּדַ רכֽ ֹו‬
ֹ֥ ִ֖‫ֲשרְּ ַלא ֲֽדניָ ִ֑הוְּוַיֽלְּכ‬
ִ֖ ֶ ‫ו ֶַיֽחֶ רדו֙ ְּ ַוי ֵָ֔קמוְּ ָֻּ֨כל־הַ קְּר ֵ֔איםְּא‬
vaiéjerdú vaiaqúmu, kál-haqêruím, ashér laadóniáhu; vaiélêjú ísh lêdarkó.

Entonces todos los invitados que estaban con Adoniá [Adonías] se


estremecieron, se levantaron y se fueron, cada uno por su camino.
(50)
: ַ‫ְֶךְּוַֽֽ ַיחֲזִ֖קְּבְּקַ רנֹ֥ ֹותְּהַ מז ֽבח‬
ַ ‫למהְּוַיָ ַֽ֣קְּםְּו ֵַ֔יל‬
ִ֑ ְּ‫ַוא ֲ֣דנ ֵָ֔יהוְּי ִָ֖ראְּמפְּנ֣יְּש‬
vaadóniáhu, iaré mipênéi shêlomóh; vaiáqom vaiélej, váiajazéq bêqarnót
hamizbéja.

Pero Adoniá [Adonías], temiendo a Shelomó [Salomón], se levantó y fue a


asirse de los cuernos del altar.
(51)
ְּ‫הְּוהנה‬
ְַּ֠ ‫למ‬ ִ֑ ְּ‫אמרְּהנה֙ ְּ ֲא ֣דנ ֵָ֔יהוְּי ִָ֖ראְּאֶ ת־הַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬ ֵ֔ ‫וַיגַ ֶּ֤דְּלשלמה֙ ְּל‬
‫למהְּאם־‬ ֵ֔ ְּ‫ע־ליְּכַיֹום֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
ֶּ֤ ‫אמרְּישָ ַ ֽב‬ ֵ֔ ‫אָ ׁ֞ ַחזְּבְּקַ רנֶּ֤ ֹותְּהַ מז ֻּ֨ב ַ֙חְּל‬
:‫י ָֹ֥מיתְּאֶ ת־עַב ִ֖דֹוְּבֶ ָ ֽח ֶרב‬
vaiugád lishlomoh lemór, hineh adóniáhu, iaré et-hamélej shêlomóh; vêhineh
ajáz bêqarnót hamizbéáj lemór, ishavá'-lí jaiom hamélej shêlomóh, im-iamít
et-'avdó bejárev.

E informaron a Shelomó [Salomón] diciendo: –He aquí que Adoniá [Adonías]


tiene miedo del rey Shelomó [Salomón], y se ha asido de los cuernos del altar,
diciendo: '¡Que me jure ahora el rey Shelomó [Salomón] que no matará a
espada a su siervo!'
(52)
‫ֹוְּארצָ הְּוְּאם־‬
ִ֑ ָ ‫לְּלא־י ֹ֥פלְּמ ַ ֽשע ֲָר ִ֖ת‬
ֽ ‫ן־חי‬
ַ ֵ֔ ֶ‫םְּיהיֶ ֣הְּלְּב‬
ֽ ‫הְּא‬ֶ֚ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫ו ַ֣יאמֶ רְּש‬
:ְּ‫א־בֹוְּו ָֽמת‬
ִ֖ ‫ָרעְָֹּ֥הְּת ָ ֽמצ‬
497
1, 2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaiómer shêlomóh, ím íhiéh lêven-jáil, ló-ipól misá'arató ártzah; vêim-ra'áh


timátze-vó vamét .

Entonces Shelomó [Salomón] dijo: –Si demuestra ser un hombre digno, ni uno
de sus cabellos caerá en tierra; pero si se halla maldad en él, morirá.
(53)
ְּ‫למהְּוַיֽ ֹור ֻּ֨דהו֙ ְּמעַ ֣לְּהַ מז ֵ֔בחַ ְּ ַוי ָָּ֕באְּוַיש ַ ִ֖תחוְּל ֶ ַ֣מלְֶך‬ָ֗ ְּ‫וַיש ַׁ֞לחְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
‫ פ‬:‫יתָך‬ֽ ֶ ‫למהְּלְֹ֥ךְּלְּב‬ ִ֖ ְּ‫למהְּו ַֽיאמֶ ר־לֹ֥ ֹוְּש‬ ִ֑ ְּ‫ש‬
vaishláj hamélej shêlomóh vaióridúhú me'ál hamizbéaj, vaiavó vaishtáju
lamélej shêlomóh; vaiómer-ló shêlomóh léj lêveitéja.

El rey Shelomó [Salomón] mandó que le hicieran bajar del altar. Él vino y se
postró ante el rey Shelomó [Salomón]. Y Shelomó [Salomón] le dijo: –Vete a
tu casa.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 2


(1)
:‫אמר‬
ֽ ‫למהְּבְּנִ֖ ֹוְּל‬
ֹ֥ ְּ‫וַיקרְּ ֹ֥בוְּיְּ ֽמי־דָ ִ֖ודְּל ִָ֑מותְּוַי ַצִּ֛וְּאֶ ת־ש‬
vaiqrêvú iêméi-davíd lamút; vaitzáv et-shêlomóh vênó lemór.

Cuando se acercaban los días de la muerte de David, mandó a su hijo Shelomó


[Salomón] diciendo:
(2)
:‫ֹ֥יתְּלְּ ֽאיש‬
ֽ ָ ‫ָ ֽאנ ֣כיְּה ֵ֔לְךְּבְּ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּכְּל־הָ ָ ִ֑א ֶרץְּוְּ ָ ֽחזַק ָ ִ֖תְּוְּהָ י‬
ánojí holéj, bêdérej kol-haáretz; vêjázaqtá vêhaítá lêísh.

'Yo me voy por el camino de todo el mundo. Tú, esfuérzate y sé hombre.


(3)
ְּ‫ֱלהיָךְּלָלֶ ֶּ֤ כֶתְּבד ָרכָיו֙ ְּלש ֻּ֨מרְּחק ָ ֶּ֤תיו‬ֶ ָ֗ ‫וְּ ָ ֽשמַ ר ׁ֞ ָתְּאֶ ת־מש ֶ ֣מ ֶרתְּ׀ְּיהוָ ֣הְּא‬
ְּ‫תֹורתְּמ ֶ ִ֑שהְּלְּ ַ ֣מעַןְּתַ ש ָ֗כיל‬
֣ ַ ְּ‫מצֹותָ יו֙ ְּומשפ ָָט֣יוְּוְּ ֽעדְֹּו ֵ֔ ָתיוְּ ַככ ִָ֖תובְּב‬
:ְּ‫ִ֖הְּשם‬
ֽ ָ ֶ‫ֲשרְּתפנ‬ ֹ֥ ֶ ‫רְּתעֲשֵֶ֔ הְּוְּ ִּ֛אתְּכְּל־א‬
ֽ ַ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫ֶ֚אתְּכְּל־א‬
vêshámartá et-mishméret | Adonai elohéja laléjet bidrajav lishmór juqotáv
mitzotav umishpatáv vê'édêotáv, kakatúv bêtorát moshéh; lêmá'an taskíl ét
kol-ashér tá'aséh, vêét kol-ashér tifnéh shám .

Guarda lo que el Eterno tu Elohim te ha encomendado, para andar en sus


caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus decretos y sus

498
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 2

testimonios, como está escrito en la Torá de Moshé [Moisés], para que tengas
éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas;
(4)
ְּ‫לְּמַ ַעןְּ֩י ָֻּ֨קיםְּיה ָ֜ ָוהְּאֶ ת־דְּבָ ָ֗רֹוְּאֲשֶֻּ֨ רְּד ֶב֣רְּ ָעלַי֮ ְּלאמרְּ֒אם־יש ְּמ ֻּ֨רו‬
ְּ‫ְּבא ֵ֔ ֱֶמתְּבְּכְּל־לְּבָ ָבִ֖םְּובכְּל־נַפ ָ ִ֑שם‬
ֽ ֶ ֙‫בָ ֶָ֜ניָךְּאֶ ת־דַ ר ָָ֗כםְּלָלֶ ֶּ֤ כֶתְּלְּ ָפנַי‬
:ְּ‫ְּאישְּמעַ ִ֖לְּכ ֹ֥סאְּיש ָר ֽאל‬ ֵ֔ ֙‫רְּלא־יכ ֶָּ֤רתְּלְָּך‬ֽ ‫אמ‬ ָּ֕ ‫ל‬
lêma'an iaqím Adonai et-dêvaró ashér dibér 'alaí lemor im-ishmêrú vanéja et-
darkám laléjet lêfanaí béemét, bêjol-lêvavám uvjol-nafshám; lemór ló-ikarét
lêjá ísh, me'ál kisé israél .

a fin de que el Eterno cumpla su promesa que hizo acerca de mí, diciendo: 'Si
tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo
su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un hombre sobre el trono de
Israel.'
(5)
ְּ‫ָשה‬ ֣ ָ ‫ֲשרְּע‬ ֣ ֶ ‫יְּיֹואבְּבֶ ן־צְּרו ָָ֗יהְּא‬
֣ ָ ‫הְּל‬ ָ֜ ָ‫וְּגַ ֣םְּאַ ָ ֣תהְּי ִּ֡ ַָדעתָ ְּאתְּ֩אֲשֶ ר־ ָֻּ֨עש‬
ְּ ֙‫ן־נרְּוְּ ַ ֽלעֲמָ ָ ֶּ֤שאְּבֶ ן־ ֶֻּ֨יתֶ ר‬
ָ֜ ֶ‫ֹותְּיש ָראלְּלְּאַ ב ֻּ֨נרְּב‬ ַ֠ ‫לשנֽי־שָ ֣ריְּצב ֣א‬
ְּ ֙‫וַיַ ֣הַ ר ֵ֔גםְּוַיָ ֹ֥שֶ םְּדְּ ֽמי־מלחָ ָ ִ֖מהְּבְּשָ לִ֑ םְּוַי ׁ֞תןְּדְּ ֣מיְּמלחָ ָ֗ ָמהְּבַ ח ֲֽג ָרתֹו‬
:‫ֲשרְּבְּ ַרג ָ ֽליו‬
ֹ֥ ֶ ‫ֲשרְּבְּמְּת ֵָ֔ניוְּוֽ ב ַנעֲלִ֖ ֹוְּא‬
ֶ֣ ‫א‬
vêgám atáh iadá'ta et asher-'ásah lí ioáv ben-tzêruiáh ashér 'asáh lishnéi-saréi
tzivót ísrael lêavnér ben-nér vêlá'amasá ven-iéter vaiáhargém, vaiásem dêméi-
miljamáh bêshalóm; vaitén dêméi miljamáh bajagórató ashér bêmotnáv,
úvna'aló ashér bêragláv.

'También tú sabes lo que me hizo Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia]: lo que
hizo a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de
Iter [Jeter], a quienes mató derramando sangre de guerra en tiempo de paz y
poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba sobre sus lomos y en el
calzado que tenía en sus pies.
(6)
:‫דְּשיבָ ִּ֛תֹוְּבְּשָ לִ֖ םְּשְּ ֽאל‬
ֽ ‫א־תֹור‬
ֹּ֧ ‫וְּע ִָ֖שיתָ ְּכְּחְּכמָ ֶ ִ֑תָךְּוְּ ֽל‬
vê'asíta kêjojmatéja; vêló-toréd séivató bêshalóm shêól.

Tú harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz


al Sheol.
(7)
ְּ ֙‫ה־חסֶ דְּוְּהָ יִ֖ וְּבְּ ֽאכְּל֣יְּשלחָ נֶ ִַָֽ֑ךְּכי־כן‬
ֶ ֵ֔ ֶ‫ְּתעֲש‬
ֽ ַ ֙‫וְּלב ֻּ֨ניְּבַ רזלַ ֶּ֤יְּהַ גלעָדי‬
:‫ָ ֽק ְּר ֣בוְּא ֵַ֔ליְּבְּבְּר ָּ֕חיְּמפְּנִ֖יְּאַ בשָ לֹ֥ ֹוםְּאָ ֽחיָך‬

499
2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêlivnéi varzilái hagil'adí tá'aseh-jésed, vêhaíu bêójêléi shuljanéja; ki-jen


qárêvú elái, bêvorjí mipênéi avshalóm ajíja.

'Pero mostrarás benevolencia a los hijos de Barzilai el galadita. Que ellos


estén entre los que comen a tu mesa, porque se pusieron a mi lado cuando yo
iba huyendo de tu hermano Absalón [Abshalom].
(8)
ְּ‫ואְּקלְּ ַֻּ֨לני֙ ְּקְּלָלָ ֣ה‬
ֽ ‫אְּבן־הַ ימיני֮ ְּמבַ חריםְּ֒וְּ ֶּ֤ה‬ ֽ ֶ ‫ָךְּשמְּ ֻּ֨עיְּבֶ ן־ג ָ ֹ֥ר‬
ֽ ְּ‫֣הְּעמ‬ַ֠ ‫וְּהנ‬
ְּ‫ןְּוֽאֶ שָֻּ֨ ַ ֽבעְּלֶּ֤ ֹו‬
ָ ‫יְּמחֲנָ ִַֽ֑יםְּוְּ ֽהוא־י ַ ֶָּ֤רדְּלק ָראתי֙ ְּהַ יַר ֵ֔ד‬
ֽ ַ ‫נמ ֶ ֵ֔רצֶ תְּבְּיִ֖ ֹוםְּלֶכ ֣ת‬
:ְּ‫אמרְּאם־א ֲֽמיתְָּךִ֖ ְּבֶ ָ ֽח ֶרב‬ ֵ֔ ‫ַ ֽביהוָה֙ ְּל‬
vêhinéh 'ímêja shímê'í ven-gerá vén-haiminí mibajurim vêhú qílêlání qêlaláh
nimrétzet, bêíom lejtí májanáim; vêhú-iarád liqratí haiardén, váeshává' ló
váAdonai lemór, im-amítêjá bejárev .

'He aquí, tienes contigo a Shimí [Simei] hijo de Guera [Gera], el benjaminita
de Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el día que yo iba a
Majanaim. Pero cuando él mismo descendió a recibirme al Jordán, le juré por
el Eterno diciendo: 'No te mataré a espada.'
(9)
ְּ‫ה־לֹו‬
ֵ֔ ֶ‫רְּתעֲש‬
ֽ ַ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫ְּאתְּא‬
֣ ‫ִ֖םְּאתָ הְּוְּ ָ ֽיַֽדַ ע ָ֙ת‬
ִ֑ ָ ָ‫הוְּכיְּ ֹ֥אישְּחָ כ‬ ִּ֛ ‫וְּעַתָ ה֙ ְּאַ ל־תְּנ ֵַ֔ק‬
:‫ת־שיבָ ִּ֛תֹוְּבְּ ָ ִ֖דםְּשְּ ֽאֹול‬
ֽ ֶ‫וְּ ֽה ַֹורד ָ ֹּ֧תְּא‬
vê'atah al-tênaqéhu, kí ísh jajám átah; vêiáda'tá ét ashér tá'aseh-ló, vêhóradtá
et-séivató bêdám shêól.

Pero ahora no lo absolverás. Puesto que tú eres un hombre sabio, sabrás lo que
debes hacer con él; harás descender sus canas con sangre al Sheol.'
(10)
‫ פ‬:‫וַישכַ ֹ֥בְּדָ ִ֖ודְּעם־אֲב ָ ִ֑תיוְּוַיקָ בִ֖רְּבְּ ֹ֥עירְּדָ ֽוד‬
vaishkáv davíd 'im-avotáv; vaiqavér bê'ír davíd.

Entonces David reposó con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de David.
(11)
ְּ ֙‫וְּהַ י ָָ֗מיםְּאֲשֶֻּ֨ רְּמָ לַ ְֶּ֤ךְּדָ וד֙ ְּעַל־יש ָר ֵ֔אלְּאַ רבָ ִ֖עיםְּשָ נָ ִ֑הְּבְּחֶ ב ֶּ֤רֹוןְּמָ לְַך‬
:‫לשיםְּוְּשָ לִ֖ שְּשָ ֽנים‬ ֹ֥ ְּ‫ֶ ֣שבַ עְּשָ ֵ֔ניםְּוב ֽירושָ לַ ֣ םְּמָ ֵַ֔לְךְּש‬
vêhaiamím ashér maláj david 'al-israél, arba'ím shanáh; bêjevrón malaj shéva'
shaním, uvirúshaláim maláj, shêloshím vêshalósh shaním.

El tiempo que David reinó sobre Israel fue de 40 años. En Hebrón reinó 7
años, y en Ierushalaim [Jerusalén] reinó 33 años.

500
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 2

(12)
‫ ס‬:‫למהְּיָשַָּ֕ בְּעַל־כ ִ֖סאְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביוְּוַת ֹ֥כןְּמַ לכ ִ֖תֹוְּמְּ ֽאד‬
ָּ֕ ‫וש‬
ushlomóh iasháv 'al-kisé davíd avív; vatikón maljutó mêód.

Shelomó [Salomón] se sentó en el trono de su padre David, y su reino fue


firmemente establecido.
(13)
ְּ‫למהְּו ִַ֖תאמֶ רְּהֲשָ ל֣ ֹום‬
ֵ֔ ְּ‫ַוי ָׁ֞באְּא ֲֽדניָ ֣הוְּבֶ ן־חַ ָ֗גיתְּאֶ ל־בַ ת־שֶֻּ֨ בַ ע֙ ְּאם־ש‬
:‫ב ֶ ִ֑אָךְּו ִַ֖יאמֶ רְּשָ לֽ ֹום‬
vaiavó adóniáhu ven-jagít el-bat-shéva' em-shêlomóh, vatómer hashalóm
boéja; vaiómer shalóm.

Entonces Adoniá [Adonías], hijo de Jaguit [Haguit], fue a BatSheva


[Betsabé], madre de Shelomó [Salomón], y ella le preguntó: –¿Es pacífica tu
visita? Él respondió: –Es pacífica.
(14)
:‫ֹ֥רְּליְּאלָ ִ֑יְךְּו ִַ֖תאמֶ רְּדַ ֽבר‬
ִ֖ ‫ו ַָּ֕יאמֶ רְּדָ ָב‬
vaiómer davár lí eláij; vatómer dabér.

–Y añadió–: Tengo que decirte algo. Ella dijo: –Habla.


(15)
ְּ‫מוְּכל־יש ָר ִּ֛אל‬
ֽ ָ ‫יְּש‬
ֹּ֧ ָ ‫ְּהיְּ ָ ֣תהְּהַ מְּלו ֵָ֔כהְּוְּ ָע ַׁ֞ל‬
ֽ ָ ֙‫רְּאתְּי ֻּ֨ ַָדע ַ֙תְּכי־לי‬
ֶּ֤ ַ ֶ‫ו ַָ֗יאמ‬
:ְּ‫ִ֖הְּהֹ֥יתָ הְּלֽ ֹו‬
ָ ָ‫יְּמיְּהו‬ ֽ ‫יְּכ‬
ֹ֥ ‫יהִ֖םְּלמלִ֑ ְךְּוַת ֶּ֤סבְּהַ מְּלוכָה֙ ְּוַתְּ ֣היְּלְּאָ ֵ֔ח‬ ֶ ‫פְּנ‬
vaiómer át iadá'at ki-lí háiêtáh hamêlujáh, vê'alái sámu jál-israél pêneihém
limlój; vatisóv hamêlujah vatêhí lêají, kí méiêhváh háitah ló .

Él dijo: –Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto la
mirada en mí, para que yo reinara. Pero el reino cambió de manos y pasó a ser
de mi hermano, porque por determinación del Eterno era suyo.
(16)
ְּ‫לְּמא ֵ֔ ָתְךְּאַ ל־תָ ִ֖שביְּאֶ ת־פָנָ ִ֑יְּו ַֹ֥תאמֶ ר‬
ֽ ‫ְּאנכי֙ ְּש ֣א‬
ֽ ָ ֙‫וְּע ָ֗ ַָתהְּשְּאלָ ֶּ֤הְּאַ חַ ת‬
:‫אלָ ִ֖יוְּדַ ֽבר‬
vê'atáh shêeláh ajat ánojí shoél méitáj, al-tashívi et-panái; vatómer eláv dabér.

Ahora, yo te hago una petición; no me la niegues. Ella le dijo: –Habla.


(17)
ְּ‫ן־לי‬
ִּ֛ ֶ‫יְּלא־י ִָ֖שיבְּאֶ ת־פָנָ ִַֽ֑יְךְּוְּית‬
ֽ ‫ְֶךְּכ‬
ֹ֥ ‫למהְּהַ ֵ֔ ֶמל‬
֣ ‫ו ַָ֗יאמֶ רְּאמרי־נָא֙ ְּלש‬
:‫ישגְּהַ ֽשונ ִַ֖מיתְּלְּא ָ ֽשה‬
ֹ֥ ַ ‫אֶ ת־אֲב‬

501
2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaiómer imri-na lishlomóh hamélej, kí ló-iashív et-panáij; vêiten-lí et-avishág


hashúnamít lêisháh.

Entonces él dijo: –Por favor, habla al rey Shelomó [Salomón], porque él no te


lo negará, para que me dé por mujer a Avishag [Abisag] la sunamita.
(18)
:‫ֹובְּאנ ָּ֕כיְּאֲדַ בֹ֥רְּעָלֶ ִ֖יָךְּאֶ ל־הַ ֶ ֽמלְֶך‬
ֽ ָ ‫עְּט‬
ִ֑ ַ‫ת־שב‬
ִ֖ ֶ ַ‫ו ַֹ֥תאמֶ רְּב‬
vatómer bat-shéva' tóv; ánojí adabér 'aléja el-hamélej.

Y BatSheva [Betsabé] dijo: –Bien, yo hablaré al rey por ti.


(19)
ְּ֩‫למהְּלְּדַ בֶ ר־לִ֖ ֹוְּעַל־א ֲֽדניָ ִ֑הוְּ ַויָקָ ם‬
ֵ֔ ְּ‫וַתָ ֶּ֤באְּבַ ת־שֶֻּ֨ בַ ע֙ ְּאֶ ל־הַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
ְּ‫אתּהְּוַיש ַ ֣תחוְּ ָָ֗לּהְּו ַֻּ֨ישֶ ב֙ ְּעַל־כס ֵ֔אֹוְּוַיָ ֶּ֤שֶ םְּכסא֙ ְּלְּ ֣אם‬
ָ ָ֜ ‫הַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּלק ָר‬
:‫בְּלימינֽ ֹו‬
ֽ ֶ‫הַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּו ִַ֖תש‬
vatavó vat-shéva' el-hamélej shêlomóh, lêdaber-ló 'al-adóniáhu; vaiaqam
hamélej liqratáĥ vaishtáju láĥ vaiéshev 'al-kisó, vaiásem kise lêém hamélej,
vatéshev líminó.

BatSheva [Betsabé] fue al rey Shelomó [Salomón] para hablarle a favor de


Adoniá [Adonías]. El rey se levantó para recibirla y le hizo reverencia. Volvió
a sentarse en su trono e hizo poner una silla para la madre del rey, quien se
sentó a su derecha.
(20)
ְּ‫ל־תשֶ בְּאֶ ת־פָנָ ִ֑י‬
ִ֖ ָ ַ‫ֶתְּמא ֵ֔ ָתְךְּא‬
ֽ ‫ְּאנכי֙ ְּש ֶ ֣אל‬
ֽ ָ ֙‫ו ַָ֗תאמֶ רְּשְּא ָֻּ֨להְּאַ ַחֶּ֤תְּקְּטַ נָה‬
:‫יְּלא־אָ ִ֖שיבְּאֶ ת־פ ָָנַֽֽיְך‬
ֽ ‫יְּכ‬
ֹ֥ ‫ְּשא ֲ֣ליְּא ֵ֔מ‬ֽ ַ ֙‫ו ַֽיאמֶ ר־לָ ֶּּ֤הְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך‬
vatómer shêeláh aját qêtanah ánojí shoélet méitáj, al-táshev et-panái; vaiómer-
láĥ hamélej sháalí imí, kí ló-ashív et-panáij.

Entonces ella dijo: –Te haré una pequeña petición; no me la niegues. El rey le
dijo: –Pide, madre mía, que no te la negaré.
(21)
:‫ישגְּהַ ֽשנ ִַ֑מיתְּ ַלא ֲֽדניָ ֹ֥הוְּאָ ִ֖חיָךְּלְּא ָ ֽשה‬
֣ ַ ‫ו ַָּ֕תאמֶ רְּי ַ ִ֖תןְּאֶ ת־אֲב‬
vatómer yután et-avishág hashúnamít; laadóniáhu ajíja lêisháh.

Ella dijo: –Que Avishag [Abisag] la sunamita sea dada por mujer a tu
hermano Adoniá [Adonías].

502
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 2

(22)
ְּ‫ישג‬
ֶּ֤ ַ ‫ְּ֩אתְּש ָ֜ ֶאלֶתְּאֶ ת־אֲב‬ ַ ֻּ֨ ‫למהְּו ַ֣יאמֶ רְּלְּא ָ֗מֹוְּוְּלָמָ ה‬ ָ֜ ְּ‫ַו ַי ַעןְּ֩הַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּש‬
ְּ‫יְּהואְּאָ ִ֖חיְּהַ ג ָ֣דֹול‬
ֹ֥ ‫הְּכ‬
ִּ֛ ‫הַ ֽשנַמית֙ ְּ ַלא ֲ֣דנ ֵָ֔יהוְּוְּ ַ ֽשאֲלי־לֹו֙ ְּאֶ ת־הַ מְּלו ֵָ֔כ‬
‫ פ‬:‫רויֽה‬
ָ ְּ‫יֹואבְּבֶ ן־צ‬ ִ֖ ָ ‫מ ֶ ִ֑מניְּוְּלֹו֙ ְּולאֶ בי ָ ָ֣תרְּהַ כ ֵ֔הןְּול‬
vaia'an hamélej shêlomóh vaiómer lêimó vêlamah át shoélet et-avishág
hashúnamit laadóniáhu, vêsháali-ló et-hamêlujáh, kí hú ají hagadól miméni;
vêló uleviatár hakohén, ulioáv ben-tzêruiáh.

El rey Shelomó [Salomón] respondió y dijo a su madre: –¿Por qué pides a


Avishag [Abisag] la sunamita para Adoniá [Adonías]? ¡Pide también el reino
para él, porque es mi hermano mayor, y además tiene de su parte al sacerdote
Abiatar y a Ioav [Joab], hijo de Tzeruiá [Sarvia]!
(23)
ְּ‫ה־ליְּאֱלהים֙ ְּוְּ ֣כה‬
ֶּ֤ ֶ‫הְּיעֲש‬ ֽ ַ ‫רְּכ‬֣ ‫אמ‬ ִ֑ ‫הְּביהוָ ִ֖הְּל‬ֽ ַ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫וַישָ בַ ע֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
:ְּ‫יףְּכיְּבְּנַפ ֵ֔שֹוְּדבֶ ר֙ ְּא ֲ֣דנ ֵָ֔יהוְּאֶ ת־הַ דָ ָבִ֖רְּהַ ֶזֽה‬
֣ ‫יֹוס‬ ֵ֔
vaishava' hamélej shêlomóh, báAdonai lemór; kóh iá'aseh-lí elohim vêjóh
iosíf, kí vênafshó, diber adóniáhu, et-hadavár hazéh .

Entonces el rey Shelomó [Salomón] juró por el Eterno diciendo: –¡Así me


haga Elohim y aun me añada, que Adoniá [Adonías] ha hablado estas palabras
contra su propia vida!
(24)
ְּ‫יבני֙ )ְּעַל־כסא֙ ְּדָ ֣וד‬ ַ ֻּ֨ ‫וְּע ָ֗ ַָתהְּחַ י־יהוָה֙ ְּאֲ ֶ ֣שרְּהֱכי ַָ֗נניְּויושיביניְּ(וַיֽ ֹוש‬
:ְּ‫ֹוםְּיומתְּא ֲֽדנ ָיֽהו‬
ִ֖ ַ ֵ֔‫ִ֑רְּכיְּהַ י‬
֣ ‫ֲשרְּדב‬֣ ֶ ‫תְּכא‬
ֽ ַ ‫יְּבִ֖י‬
ַ ‫ה־ל‬
ִּ֛ ָ‫רְּעש‬ ֽ ָ ‫ֲש‬
ֹּ֧ ֶ ‫יְּוא‬
ֽ ַ ‫אָ ֵ֔ב‬
vê'atáh jai-Adonai ashér hejináni vivsivini (vaióshivání) 'al-kise davíd aví,
váashér 'ásah-lí báit káashér dibér; kí haióm, yumát adóniáhu .

Ahora pues, vive el Eterno que me ha confirmado, me ha hecho sentar en el


trono de mi padre David y me ha hecho casa, como me había dicho, que
Adoniá [Adonías] morirá hoy mismo.
(25)
‫ ס‬:‫ַע־בֹוְּ ַוי ָֽמת‬
ִ֖ ‫למהְּבְּיַ ִ֖דְּבְּנָיָ ֣הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָ֑דעְּוַיפג‬
ֵ֔ ְּ‫וַישלַח֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
vaishlaj hamélej shêlomóh, bêiád bênaiáhu ven-iêhóiadá'; vaifga'-bó vaiamót.

Entonces el rey Shelomó [Salomón] envió a Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá


[Joyada], quien arremetió contra Adoniá [Adonías], y éste murió.

503
2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(26)
ְּ‫ישְּמוֶת‬
ִ֖ ָ ‫יְּא‬
ֹ֥ ‫יָךְּכ‬
ִּ֛ ‫ולאֶ בי ֻּ֨ ָָתרְּהַ כ ָ֜הןְּאָ ַ ֣מרְּהַ ָ֗ ֶמלְֶךְּ ֲענָתת֙ ְּלְ֣ךְּעַל־שָ ֵ֔ ֶד‬
ְּ ֙‫ָךְּכי־נָשָָ֜ אתָ ְּאֶ ת־א ֲֻּ֨רֹוןְּאֲדנָ ֶּ֤יְּיהוה֙ ְּלפני‬
ֽ ‫ית‬ֶ ָ֗ ‫הְּלאְּאֲמ‬ ֣ ‫ָ ִ֑אתָ הְּובַ יֻּ֨ ֹוםְּהַ ֶָ֜ז‬
:ְּ‫ֲשר־התעַנָ ִ֖הְּאָ ֽבי‬ ֽ ֶ ‫דָ ֣ודְּאָ ֵ֔ביְּוְּ ֣כיְּהתע ֵַ֔ניתָ ְּבְּ ֹ֥כלְּא‬
uleviatár hakohén amár hamélej 'anatot léj 'al-sadéja, kí ísh mávet átah;
uvaióm hazéh ló amitéja kí-nasáta et-arón adonái yhvih lifneí davíd aví, vêjí
hit'aníta, bêjól ashér-hit'anáh aví .

Después dijo el rey al sacerdote Abiatar: –Vete a tus campos en Anatot, pues
tú eres digno de muerte. Pero no te mataré hoy, porque has llevado el arca del
Señor Elohim delante de mi padre David, y porque has participado de todo
aquello que mi padre sufrió.
(27)
ְּ‫ִ֖ןְּליהוָ ִ֑הְּלְּמַ לא֙ ְּאֶ ת־דְּ ַב֣ר‬
ֽ ַ ‫רְּמהְּיֹ֥ ֹותְּכה‬
ֽ ‫וַיגָ ֶּ֤ ַֽ ֶרשְּשְּלמה֙ ְּאֶ ת־אֶ בי ֵ֔ ָָת‬
‫ פ‬:ְּ‫ֲשרְּד ֶבִּ֛רְּעַל־בֹ֥יתְּע ִ֖ליְּבְּשלֽ ה‬ֹ֥ ֶ ‫יה ֵ֔ ָוהְּא‬
vaigáresh shêlomoh et-eviatár, míhêíot kohén láAdonai; lêmale et-dêvár
Adonai, ashér dibér 'al-béit 'elí bêshilóh .

Así excluyó Shelomó [Salomón] a Abiatar de ser sacerdote del Eterno,


cumpliéndose la palabra que el Eterno había hablado en Shiló [Silo] acerca de
la casa de Elí.
(28)
ְּ‫ְּאח ֲ֣ריְּא ֲֽדנ ֵָ֔יהְּוְּ ַ ֽאח ֲֹ֥רי‬
ֽ ַ ֙‫יְּיֹואבְּנָטָ ה‬
ָ ָ֗ ‫בְּכ‬
֣ ‫ד־יֹוא‬
ָ ֵ֔ ַ‫וְּהַ שְּמעָה֙ ְָּב֣אָ הְּע‬
ְּ‫הְּוַֽֽ ַיחֲזִ֖קְּבְּקַ רנֹ֥ ֹות‬
ַ ‫ל־אהֶ לְּיה ֵ֔ ָו‬֣ ֶ‫ֹוםְּלאְּנ ָ ִָ֑טהְּוַיָ ֶּ֤נְּסְּיֹואָ ב֙ ְּא‬
֣ ִ֖‫אַ בשָ ל‬
:ְּ ַ‫הַ מז ֽבח‬
vêhashêmu'ah báah 'ad-ioáv, kí ioáv natah ájaréi adóniáh, vêájaréi avshalóm
ló natáh; vaiános ioav el-óhel Adonai, váiajazéq bêqarnót hamizbéaj .

La noticia llegó hasta Ioav [Joab], porque Ioav [Joab] también se había
adherido a Adoniá [Adonías], aunque no se había adherido a Absalón
[Abshalom]. Ioav [Joab] huyó al tabernáculo del Eterno y se asió de los
cuernos del altar.
(29)
ְּ ַ‫ִ֖הְּאצֶ לְּהַ מזבִ֑ח‬
֣ ‫ל־אהֶ לְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּהנ‬
֣ ֶ‫הְּכיְּנָ ֶּ֤סְּיֹואָ ב֙ ְּא‬ ֣ ‫למ‬ ָ֗ ְּ‫וַי ׁ֞ ַגדְּל ֶ ַ֣מלְֶךְּש‬
:ְּ‫ַע־בֹו‬
ֽ ‫אמרְּלְֹ֥ךְּפְּג‬ ִ֖ ‫למהְּאֶ ת־בְּנָיָ ֹּ֧הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָּ֛דעְּל‬ָ֜ ְּ‫וַיש ַֻּ֨לחְּש‬
vaiugád lamélej shêlomóh kí nás ioav el-óhel Adonai, vêhinéh étzel
hamizbéja; vaishláj shêlomóh et-bênaiáhu ven-iêhóiadá' lemór léj pêga'-bó .

504
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 2

Informaron al rey Shelomó [Salomón] que Ioav [Joab] había huido al


tabernáculo del Eterno y que estaba junto al altar. Entonces Shelomó
[Salomón] envió a Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada], diciendo: –¡Ve
y arremete contra él!
(30)
ְּ‫יוְּכה־אָ ַ ֶּ֤מרְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְֵּ֔צא‬
ֽ ‫ל־אהֶ לְּיה ָ֗ ָוהְּו ַֻּ֨יאמֶ רְּא ָָ֜ל‬ ֣ ֶ‫ַוי ָֻּ֨באְּבְּ ָנ ָָ֜יהוְּא‬
ְּ‫אמר‬ֵ֔ ‫יְּפהְּאָ ִ֑מותְּ ַו ָֻּ֨ישֶ בְּבְּנָיָ ֶּ֤הוְּאֶ ת־הַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּדָ ָב֣רְּל‬
֣ ‫אְּכ‬ ֣ ‫רְּ׀ְּל‬
ִ֖ ֶ‫ו ַֹ֥יאמ‬
:ְּ‫יֹואבְּוְּ ֹ֥כהְּע ָָנֽני‬
ִ֖ ָ ְּ‫ֽכה־ד ֶבֹ֥ר‬
vaiavó vênaiáhu el-óhel Adonai vaiómer eláv kóh-amár hamélej tzé, vaiómer |
ló kí fóh amút; vaiáshev bênaiáhu et-hamélej davár lemór, kóh-dibér ioáv
vêjóh 'anáni .

Benaiá [Benaías] entró en el tabernáculo del Eterno y le dijo: –El rey dice que
salgas. Él dijo: –No, sino que aquí moriré. Benaiá [Benaías] llevó la respuesta
al rey diciendo: –Así ha dicho Ioav [Joab], y así me ha respondido...
(31)
ְּ‫ַע־בֹוְּוקבַ ר ִ֑תֹוְּ ַ ֽוהֲס ֣ירתָ ְּ׀‬
ִ֖ ‫ֲשרְּד ֵ֔ ֶברְּופג‬ ֣ ֶ ‫ְּכא‬
ֽ ַ ֙‫ו ַֹּ֧יאמֶ רְּל֣ ֹוְּהַ ָ֗ ֶמלְֶךְּעֲשה‬
:‫בְּמ ָע ַָּ֕ליְּומעַ ִ֖לְּבֹ֥יתְּאָ ֽבי‬
ֽ ‫ְ֣ךְּיֹוא‬
ָ ֵ֔ ַ‫דְּ ֣מיְּח ָָ֗נםְּאֲשֶ ר֙ ְּשָ פ‬
vaiómer ló hamélej 'aseh káashér dibér, ufga'-bó uqvartó; váhasiróta | dêméi
jinám asher shafáj ioáv, mé'alái ume'ál béit aví.

Entonces el rey le dijo: –Haz como él ha dicho. Arremete contra él, y


sepúltalo. Así quitarás de mí y de la casa de mi padre la sangre que Ioav
[Joab] ha derramado injustamente.
(32)
ְּ‫ֲשרְּפָגַ ֣עְּבשנֽי־ ַ֠ ֲאנָשיםְּצַ ד ֻּ֨קים‬ ֣ ֶ ‫אשֹוְּא‬ ָ֗ ‫וְּ השיבְּ֩יה ֻּ֨ ָוהְּאֶ ת־דָ ָ֜מֹוְּעַל־ר‬
ְּ ֙‫ִ֖דְּלאְּי ָ ִָ֑דעְּאֶ ת־אַ בנֶּ֤רְּבֶ ן־נר‬
֣ ‫וְּט ֶּ֤ביםְּמ ֻּ֨ ֶמנו֙ ְּו ַַיֽהַ רג֣םְּבַ ֵ֔ ֶח ֶרבְּוְּאָ ֹ֥ביְּדָ ו‬
:ְּ‫הודה‬
ֽ ָ ְּ‫שַ ר־צְּ ָב֣אְּיש ָר ֵ֔אלְּוְּאֶ ת־עֲמָ ָ ֹ֥שאְּבֶ ן־יֶ ִ֖תֶ רְּשַ ר־צְּ ָבֹ֥אְּי‬
vêheshiv Adonai et-damó 'al-roshó ashér pagá' bishnéi-ánashim tzadiqím
vêtovím miménú vaiáhargém bajérev, vêaví davíd ló iadá'; et-avnér ben-ner
sar-tzêvá israél, vêet-'amasá ven-iéter sar-tzêvá iêhudáh .

El Eterno hará recaer su sangre sobre su cabeza, porque sin que lo supiera mi
padre David, arremetió y mató a espada a dos hombres más justos y mejores
que él: a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel; y a Amasa hijo de Iter
[Jeter], jefe del ejército de Iehudá [Judá].
(33)
ְּ‫דְּולזַרעֹו‬
ַ֠ ‫אשְּיֹואבְּוב ֹ֥ראשְּזַרעִ֖ ֹוְּלְּעלָ ִ֑םְּולדָ ִּ֡ו‬
ָ ֵ֔ ‫וְּ ָ ֶּ֤שבוְּדְּמיהֶ ם֙ ְּבְּ ֣ר‬
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫ֹוְּיהיֶ ֹ֥הְּשָ לִּ֛ ֹוםְּעַד־עֹולָ ִ֖םְּמ ֹ֥עםְּי‬
ֽ ‫ולב ֻּ֨יתֹוְּולכס ָ֜א‬
505
2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêshávu dêmeihem bêrósh ioáv, uvrósh zar'ó lê'olám; uldavíd úlzar'o ulveitó
uljisó íhiéh shalóm 'ad-'olám me'ím Adonai .

La sangre de ellos recaiga sobre la cabeza de Ioav [Joab] y sobre la cabeza de


sus descendientes, para siempre. Pero haya paz de parte del Eterno para David
y sus descendientes, y para su casa y su trono, por siempre.
(34)
:‫ַע־בֹוְּוַימ ִ֑תהוְּוַיקָ בֹ֥רְּבְּב ִ֖יתֹוְּבַ מד ָ ֽבר‬
ִ֖ ‫ַו ַָ֗יעַלְּבְּ ָנ ָֻּ֨יהו֙ ְּבֶ ן־יְּ ֣הֹוי ֵ֔ ָָדעְּוַיפג‬
vaiá'al bênaiáhú ben-iêhóiadá', vaifga'-bó vaimitéhu; vaiqavér bêveitó
bamidbár.

Entonces Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] fue, arremetió contra él y


lo mató. Y fue sepultado en su casa en el desierto.
(35)
ְּ‫וַי ֻּ֨תןְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּאֶ ת־בְּנָיָ ֹּ֧הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָּ֛דעְּתַ ח ָ ִ֖תיוְּעַל־הַ צָ ָבִ֑אְּוְּאֶ ת־צָ ֶּ֤דֹוק‬
:‫ְֶךְּתחַ תְּאֶ בי ָ ָֽתר‬ִ֖ ַ ‫הַ כהן֙ ְּנ ַ ָ֣תןְּהַ ֵ֔ ֶמל‬
vaitén hamélej et-bênaiáhu ven-iêhóiadá' tajtáv 'al-hatzavá; vêet-tzadóq
hakohen natán hamélej, tájat eviatár.

El rey puso en su lugar, al mando del ejército, a Benaiá [Benaías] hijo de


Iehoiadá [Joyada]; también el rey puso al sacerdote Tzadoq [Sadoc] en lugar
de Abiatar.
(36)
ְּ‫ְּבית֙ ְּב ֣ירושָ ֵ֔ ַלם‬
ַ ֻּ֨ ֹ֥‫ֹוְּבנה־לְָּך‬
ְּֽ ‫רְּל‬
ָ֗ ֶ‫וַישלַ ֶּ֤חְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּוַיק ָ ֣ראְּלְּשמ ֵ֔עיְּו ַ֣יאמ‬
:‫םְּאנֶהְּו ָ ָֽאנָה‬
ֹ֥ ָ ‫ְּשםְּוְּ ֽלא־תצֹ֥אְּמ ָ ִ֖ש‬ ִ֑ ָ ‫וְּ ָיֽשַ ב ָ ִ֖ת‬
vaishláj hamélej vaiqrá lêshim'í, vaiómer ló bêneh-lêjá váit birúshaláim,
vêiáshavtá shám; vêló-tetzé mishám áneh vaánah.

Después el rey envió a llamar a Shimí [Simei] y le dijo: –Edifícate una casa en
Ierushalaim [Jerusalén] y habita allí. No salgas de allí a ninguna parte,
(37)
ְּ‫יְּמֹות‬
֣ ‫עְּכ‬
֣ ‫ֹוםְּצאתְּ ָָ֗ךְּוְּ ָ ֽעבַ ר ָ֙תְּאֶ ת־נַ ֣חַ לְּקד ֵ֔רֹוןְּי ָֹ֥דעְַּת ַ ִ֖ד‬
ֽ ֣‫וְּהָ יָ ֣הְּ׀ְּבְּי‬
:ְּ‫אשָך‬ ֽ ֶ ‫ותְּדמְָּךִ֖ ְּֽיהיֶ ֹ֥הְּבְּר‬
ֽ ָ ‫תָ ִ֑מ‬
vêhaiáh | bêíom tzétêjá vê'ávartá et-nájal qidrón, iadó'a tedá' kí mót tamút;
dámêjá íhiéh vêroshéja .

porque debes saber bien que el día que salgas y cruces el arroyo de Quidrón,
morirás irremisiblemente; y tu sangre recaerá sobre tu cabeza.

506
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 2

(38)
ְּ‫ֲשרְּדבֶ ר֙ ְּאֲדנ֣יְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּכִ֖ן‬
ֶּ֤ ֶ ‫רְּכא‬
ֽ ַ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּשמ ֶּ֤עיְּל ֻּ֨ ֶַמלְֶך֙ ְּ֣טֹובְּהַ דָ ֵ֔ ָב‬
‫ ס‬:‫יםְּר ֽבים‬ַ ‫ַ ֽיע ֶ ֲ֣שהְּעַב ֶ ִ֑דָךְּוַיֹּ֧שֶ בְּשמ ִּ֛עיְּב ֽירושָ לַ ִ֖ םְּי ָֹ֥מ‬
vaiómer shim'í lamélej tóv hadavár, káashér diber adoní hamélej, kén iá'aséh
'avdéja; vaiéshev shim'í birúshaláim iamím rabím.

Shimí [Simei] dijo al rey: –Está bien lo que dices. Tu siervo hará así como ha
dicho mi señor el rey. Shimí [Simei] habitó en Ierushalaim [Jerusalén] mucho
tiempo.
(39)
ְּ‫וַי ָ֗היְּמקץ֙ ְּשָ ל֣ שְּשָ ֵ֔ניםְּוַיברְּ ֶּ֤חוְּשְּנֽי־עֲבָ דים֙ ְּלְּשמ ֵ֔עיְּאֶ ל־אָ ֹ֥כיש‬
:‫אמרְּהנֹ֥הְּעֲבָ ֶ ִ֖דיָךְּבְּ ַגֽת‬
ֵ֔ ‫ִ֖הְּמלְֶךְּגַ ִ֑תְּ ַויַגֶּ֤ידוְּלְּשמעי֙ ְּל‬
֣ ֶ ָ‫ֶ ֽבן־מַ עֲכ‬
vaihí miqetz shalósh shaním, vaivrêjú shênéi-'avadim lêshim'í, el-ajísh bén-
ma'ajáh mélej gát; vaiagídu lêshim'í lemór, hinéh 'avadéja bêgát.

Pero aconteció, pasados tres años, que se le escaparon a Shimí [Simei] dos
esclavos y se fueron a Ajish [Aquis] hijo de Maajá [Maaca], rey de Gat. E
informaron a Shimí [Simei], diciendo: 'He aquí que tus esclavos están en Gat.'
(40)
‫יְּוַֽֽ ַיחֲבש֙ ְּאֶ ת־חֲמ ֵ֔רֹוְּוַיֶּ֤לְֶךְּ ֻּ֨ ַגתָ ה֙ ְּאֶ ל־אָ ֵ֔כישְּלְּבַ ִ֖קשְּאֶ ת־‬
ַ ‫וַיָ ַֽ֣קְּםְּשמ ָ֗ע‬
‫ ס‬:‫עֲבָ ָ ִ֑דיוְּוַי֣לְֶךְּשמ ֵ֔עיְּ ַויָבֹ֥אְּאֶ ת־עֲבָ ָ ִ֖דיוְּמ ַ ֽגת‬
vaiáqom shim'í váiajavosh et-jamoró, vaiélej gátah el-ajísh, lêvaqésh et-
'avadáv; vaiélej shim'í, vaiavé et-'avadáv migát.

Entonces Shimí [Simei] se levantó, aparejó su asno y fue a Gat, ante Ajish
[Aquis], para buscar a sus esclavos. Fue, pues, Shimí [Simei] e hizo volver de
Gat a sus esclavos.
(41)
:‫למהְּ ֽכי־הָ ַֻּ֨לְךְּשמ ֹּ֧עיְּמ ֽירושָ לַ ִּ֛ םְּגַ ִ֖תְּ ַוי ָֽשב‬
ִ֑ ‫וַיגַ ִ֖דְּלש‬
vaiugád lishlomóh; kí-haláj shim'í mirúshaláim gát vaiashóv.

Se le informó a Shelomó [Salomón] que Shimí [Simei] había ido de


Ierushalaim [Jerusalén] a Gat y que había regresado.
(42)
ְּ‫וַיש ַֻּ֨לחְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּוַיק ָ ֣ראְּלְּשמ ָ֗עיְּו ַֻּ֨יאמֶ רְּא ָָ֜ליוְּהֲלֹּ֧ ֹואְּהשבַ ע ֣תיָך‬
ְּ‫ְּאנֶהְּו ֵ֔ ָָאנָהְּי ָֹ֥דעְַּת ַ ִ֖דע‬
֣ ָ ‫ֹוםְּצאתְּ ָָ֗ךְּוְּ ָ ֽהלַכ ָ֙ת‬
ֽ ֣‫אמרְּבְּי‬ ֵ֔ ‫הְּוֽאָ ֶּ֤עדְּבְָּך֙ ְּל‬
ָ ‫ַ ֽביה ָ֗ ָו‬
:ְּ‫ִּ֛יְּטֹובְּהַ דָ ָבִ֖רְּשָ ָ ֽמעְּתי‬
ֹ֥ ַ‫יְּמֹותְּתָ ִ֑מותְּו ַֹּ֧תאמֶ רְּאל‬ ֣ ‫֣כ‬
vaishláj hamélej vaiqrá lêshim'í vaiómer eláv haló hishba'tíja váAdonai váa'íd
bêjá lemór, bêíom tzétêjá vêhálajtá áneh vaánah, iadó'a tedá' kí mót tamút;

507
2 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vatómer elái tóv hadavár shamá'êti .

El rey envió a llamar a Shimí [Simei] y le dijo: –¿No te hice jurar por el
Eterno y te advertí diciendo: 'El día que salgas y vayas a alguna parte, ten por
cierto que morirás irremisiblemente'? Y tú me dijiste: 'Está bien lo que dices;
yo obedeceré.'
(43)
ְּ‫ְּאתְּשְּבעַ ֣תְּיהוָ ִ֑הְּוְּאֶ ת־הַ מצוָ ִ֖הְּאֲשֶ ר־צ ֹ֥ויתי‬
ִ֖ ָ‫ְַּלאְּשָ ֵ֔ ַמרת‬
֣ ‫ומַ דָּ֕ וע‬
:ְּ‫ע ֶ ָֽליָך‬
umadú'a ló shamárta, ét shêvu'át Adonai; vêet-hamitzváh asher-tzivíti 'aléja .

¿Por qué, pues, no guardaste el juramento del Eterno y el mandato que te


impuse?
(44)
ְּ ֙‫ֲשרְּיָדַ ע‬
ֶּ֤ ֶ ‫ל־ה ָר ָָ֗עהְּא‬
ֽ ָ ְּ‫ְּאתְּכ‬
֣ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּאֶ ל־שמ ָ֗עיְּאַ ָ ֶּ֤תהְּי ֻּ֨ ַָדע ָ֙ת‬
:ְּ‫אשָך‬ ֽ ֶ ‫ת־ר ָ ֽעתְָּךִ֖ ְּבְּר‬
ָ ֶ‫ֲשרְּע ִָ֖שיתָ ְּלְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביְּוְּה ֹּ֧שיבְּיהוָ ִּ֛הְּא‬ֹ֥ ֶ ‫לְּ ָב֣ב ֵָ֔ךְּא‬
vaiómer hamélej el-shim'í atáh iadá'tá ét kol-hára'áh ashér iada' lêvávjá, ashér
'asíta lêdavíd aví; vêheshív Adonai et-ra'átêjá bêroshéja .

–El rey dijo además a Shimí [Simei]–: Tú conoces, tú conoces bien toda la
maldad que cometiste contra mi padre David. El Eterno, pues, ha vuelto tu
maldad sobre tu cabeza.
(45)
:ְּ‫ַד־עֹולם‬
ָֽ ‫למהְּבָ ִ֑רוְךְּוְּכ ֣סאְּדָ ָ֗ודְּ ֽיהיֶ ֹ֥הְּנָכִּ֛ ֹוןְּלפנֹ֥יְּיהוָ ִ֖הְּע‬
ִ֖ ְּ‫וְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬
vêhamélej shêlomóh barúj; vêjisé davíd íhiéh najón lifnéi Adonai 'ad-'olám .

El rey Shelomó [Salomón] será bendito, y el trono de David será firme delante
del Eterno para siempre.
(46)
ְּ‫ַע־בֹוְּ ַוי ִָ֑מתְּוְּהַ מַ מלָכָ ֹ֥ה‬
ִ֖ ‫וַי ַצ֣וְּהַ ָ֗ ֶמלְֶךְּאֶ ת־בְּ ָנ ָֻּ֨יהו֙ ְּבֶ ן־יְּ ֣הֹוי ֵ֔ ָָדעְּוַי ָּ֕צאְּוַיפג‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫נָכִ֖ ֹונָהְּבְּיַד־ש‬
vaitzáv hamélej et-bênaiáhú ben-iêhóiadá', vaietzé vaifga'-bó vaiamót;
vêhamamlajáh najónah bêiad-shêlomóh.

Entonces el rey mandó a Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada], quien


salió y arremetió contra Shimí [Simei], y éste murió. Así fue consolidado el
reino en mano de Shelomó [Salomón].

508
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 3

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 3


(1)
ְּ‫הְּמלְֶךְּמצ ָ ִ֑ריםְּוַי ַ ֣קחְּאֶ ת־בַ ת־פַר ָ֗עה‬
֣ ֶ ‫למהְּאֶ ת־פַר ִ֖ע‬ ֵ֔ ְּ‫וַיתחַ ֣תןְּש‬
ְּ‫ַֹּלתֹוְּלבנֶּ֤ ֹותְּאֶ ת־ביתֹו֙ ְּוְּאֶ ת־ב֣יתְּיה ֵ֔ ָוה‬
ָ֗ ‫ל־עירְּדָ ֵ֔ודְּעַ ֣דְּכ‬
֣ ֶ‫יא ָ֙הְּא‬ ֶ ֻּ֨ ‫וַיב‬
:ְּ‫ת־חֹומתְּיְּ ֽרושָ לַ ִ֖ םְּסָ ֽביב‬
ֹ֥ ַ ֶ‫וְּא‬
vaitjatén shêlomóh, et-par'óh mélej mitzráim; vaiqáj et-bat-par'óh vaiviéhá el-
'ír davíd, 'ád kalotó livnót et-beitó vêet-béit Adonai, vêet-jomát iêrúshaláim
savív .

Shelomó [Salomón] emparentó con el faraón, rey de Egipto, porque tomó a la


hija del faraón y la trajo a la Ciudad de David, mientras acababa de edificar su
casa, la casa del Eterno y los muros alrededor de Ierushalaim [Jerusalén].
(2)
ְּ‫ֹ֥הְּבית֙ ְּלְּ ֣שםְּיה ֵ֔ ָוהְּעַ ִ֖דְּהַ י ָֹ֥מים‬
ַ ֻּ֨ ָ‫יְּלא־נבנ‬
ֽ ‫ֹותְּכ‬
ַ֠ ‫ַ ֣רקְּהָ ֵָ֔עםְּמְּזַבְּ ִ֖חיםְּבַ בָ ִ֑מ‬
‫ פ‬:ְּ‫הָ ֽהם‬
ráq ha'ám, mêzabêjím babamót; kí ló-nivnáh váit lêshém Adonai, 'ád haiamím
hahém .

Hasta entonces el pueblo ofrecía sacrificios en los lugares altos, porque en


aquellos tiempos no había sido edificada una casa al nombre del Eterno.
(3)
ְּ‫ֹותְּהוא‬
ֹ֥ ‫יוְּרקְּבַ בָ ֵ֔מ‬ ֶַ֚ ‫ו ֶ ַֽיא ֱַהֶּ֤בְּשְּלמה֙ ְּאֶ ת־יה ֵ֔ ָוהְּ ָל ֶָּ֕לכֶתְּבְּח ִ֖קֹותְּדָ ו֣דְּאָ ִ֑ב‬
:ְּ‫מְּזַבִ֖חַ ְּומַ ק ֽטיר‬
vaiéeháv shêlomoh et-Adonai, laléjet bêjuqót davíd avív; ráq babamót, hú
mêzabéaj umaqtír .

Shelomó [Salomón] amaba al Eterno y caminaba en los estatutos de su padre


David; sólo que sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
(4)
ְּ ֙‫ִ֑הְּאלֶףְּעלֹות‬
ֶּ֤ ֶ ָ‫י־היאְּהַ בָ ָ ֣מהְּהַ גְּדֹול‬
ִ֖ ‫ו ַֻּ֨ילְֶךְּהַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּגב ֻּ֨ענָה֙ ְּלז ֣בחַ ְּשֵָ֔ םְּכ‬
:‫למהְּעַ ִ֖לְּהַ מזבֹ֥חַ ְּהַ ֽהוא‬ ֵ֔ ְּ‫ַ ֽיעֲלֶ ֣הְּש‬
vaiélej hamélej giv'ónah lizbóaj shám, ki-hí habamáh hagêdoláh; élef 'olot
iá'aléh shêlomóh, 'ál hamizbéaj hahú.

Entonces el rey fue a Gabaón, que era el lugar alto principal, para ofrecer
sacrificios allí. Shelomó [Salomón] ofreció mil holocaustos sobre aquel altar.

509
3 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(5)
ְּ‫ֱלהים‬
ֵ֔ ‫הְּבחֲל֣ ֹוםְּהַ לָ ִ֑ילָהְּו ַ֣יאמֶ רְּא‬
ֽ ַ ‫למ‬
ִ֖ ְּ‫בְּגב ָ֗עֹוןְּנר ָ ֹּ֧אהְּיהוָ ִּ֛הְּאֶ ל־ש‬
:ְּ‫ן־לְך‬ֽ ָ ֶ‫לְּמהְּאֶ ת‬
ֹ֥ ָ ‫שְּ ַ ִ֖א‬
bêgiv'ón niráh Adonai el-shêlomóh bájalóm haláilah; vaiómer elohím, shêál
máh eten-láj .

En Gabaón el Eterno se apareció a Shelomó [Salomón] en el sueño de la


noche. Y le dijo Elohim: –Pide lo que quieras que yo te dé.
(6)
ְּ֩‫ְּכאֲשֶ ר‬
ֽ ַ ֒ ‫ְּח֣סֶ דְּגָדֹול‬ ֶ ֮‫למהְּאַ ֻּ֨ ָתהְּע ָָ֜שיתָ ְּעם־עַבדְּ ָֻּ֨ךְּדָ ו֣דְּאָ בי‬ָ֗ ְּ‫ו ַ֣יאמֶ רְּש‬
‫ר־לֹוְּאֶ ת־‬ָ֗ ְּ‫יָךְּבא ֶ ֱֹּ֧מתְּובצדָ ָ ִּ֛קהְּוביש ַ ֹ֥רתְּל ָבִ֖בְּע ָ ִ֑מְךְּוַתשמ‬ ֽ ֶ ‫הָ ַֻּ֨לְךְּלְּ ָפ ֶָ֜נ‬
:‫הַ ֶחֶּ֤סֶ דְּהַ גָדֹולְּ֙הַ ֵֶ֔זהְּוַתתֶ ן־לֹ֥ ֹוְּבִּ֛ןְּי ֹ֥שבְּעַל־כס ִ֖אֹוְּכַיֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
vaiómer shêlomóh atáh 'asíta 'im-'avdêjá davíd aví jésed gadol káasher haláj
lêfanéja béemét uvitzdaqáh uvishrát leváv 'imáj; vatishmor-ló et-hajésed
hagadol hazéh, vatiten-ló vén ioshév 'al-kisó kaióm hazéh.

Y Shelomó [Salomón] respondió: –Tú has mostrado gran misericordia a tu


siervo David, mi padre, porque él anduvo delante de ti con fidelidad, con
justicia y con rectitud de corazón para contigo. Tú le has conservado esta gran
misericordia y le has dado un hijo que se siente en su trono, como en este día.
(7)
ְּ ֙‫ְּתחַ תְּדָ ו֣דְּאָ ִ֑ביְּוְּ ָ ֽאנכי‬
ִ֖ ַ ‫ְּאת־עַבדְּ ֵָ֔ך‬
ֽ ֶ ָ‫ֱלהיְּאַ תָ ה֙ ְּהמלַ ֣כת‬
ָ ֵ֔ ‫וְּעַתָ ה֙ ְּיהוָ ֣הְּא‬
:ְּ‫ןְּלאְּא ַ ִ֖דעְּצֹ֥אתְּו ָֽבא‬
ֹ֥ ‫נַ ֣עַרְּקָ ֵ֔ט‬
vê'atah Adonai elohái, atah himlájta ét-'avdêjá, tájat davíd aví; vêánojí ná'ar
qatón, ló edá' tzét vavó .

Y ahora, oh Eterno, Elohim mío, tú has constituido a tu siervo rey en lugar de


mi padre David, a pesar de que yo soy muy joven y no sé cómo salir ni entrar.
(8)
ְּ‫רְּלא־ימָ נֶ ִּ֛הְּוְּ ֹ֥לא‬
ֽ ‫ֲש‬ ֹּ֧ ֶ ‫ַם־רבְּא‬
ָּ֕ ָ ‫ֲשרְּבָ ָחִ֑רתָ ְּע‬
֣ ֶ ‫וְּ ַֻּ֨עבדְּ ְֵָּ֔ךְּבְּ ֹ֥תֹוְךְּעַמְָּךִ֖ ְּא‬
:‫יסָ פִ֖רְּמ ֽרב‬
vê'ávdêjá, bêtój 'amêjá ashér bajárta; 'am-ráv ashér ló-imanéh vêló isafér
meróv.

Tu siervo está en medio de tu pueblo al cual escogiste; un pueblo tan


numeroso que por su multitud no se puede contar ni se puede numerar.

510
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 3

(9)
ְּ‫עְּכי‬
֣ ‫ין־טֹובְּלְּ ָ ִ֑ר‬
֣ ‫יןְּב‬
ֽ ‫טְּאת־עַמְּ ֵָ֔ךְּלְּהָ ִ֖ב‬ ֽ ֶ ‫וְּ ָנֽתַ ֻּ֨ ָתְּלְּעַבדְּ ָָ֜ךְּלֶּ֤בְּש ֻּ֨מ ֙ ַעְּלש ֣פ‬
:‫ֶּ֤מיְּיו ַכלְּ֙לש ֵ֔פטְּאֶ ת־עַמְָּךֹ֥ ְּהַ כָבִ֖דְּהַ ֶזֽה‬
vênátatá lê'avdêjá lév shomé'á lishpót ét-'amêjá, lêhavín béin-tóv lêrá'; kí mí
yujal lishpót, et-'amêjá hakavéd hazéh.

Da, pues, a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y
para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este
tu pueblo tan grande?
(10)
:‫למהְּאֶ ת־הַ דָ ָבִ֖רְּהַ ֶזֽה‬
ֵ֔ ְּ‫ִ֑יְּכיְּשָ ַ ֣אלְּש‬
ֶ֚ ָ‫יטבְּהַ דָ ָבִ֖רְּבְּעינ֣יְּאֲדנ‬
ֹ֥ ַ ‫וַי‬
vaitáv hadavár bê'einéi adonái; kí shaál shêlomóh, et-hadavár hazéh.

Pareció bien al Señor que Shelomó [Salomón] pidiese esto.


(11)
ְּ ָ‫ֱלהיםְּא ָָ֗ליוְּ ַי ַעןְּ֩אֲשֶֻּ֨ רְּשָ ָ֜ ַאלתָ ְּאֶ ת־הַ דָ ָב֣רְּהַ ֶָ֗זהְּוְּ ֽלא־שָ ֻּ֨ ַאלת‬
ָ֜ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּא‬
ְּ‫ֶשְּאיְּ ֶבִ֑יָך‬
ֽ ‫יםְּר ָ֗ביםְּוְּ ֽלא־שָ ַ ֶּ֤אלתָ ְּלְָּך֙ ְֵּ֔עשֶ רְּוְּ ֹ֥לאְּשָ ַ ִ֖אלתָ ְּנֶ ֣פ‬
ַ ‫לְּ ָָ֜ךְּי ָ֣מ‬
:ְּ‫וְּשָ ַ ֹּ֧אלתָ ְּלְָּךִּ֛ ְּהָ ִ֖ביןְּלש ֹ֥מעְַּמש ָ ֽפט‬
vaiómer elohím eláv ia'an ashér shaálta et-hadavár hazéh vêló-shaálta lêjá
iamím rabím vêló-shaálta lêjá 'ósher, vêló shaálta néfesh óiêvéja; vêshaálta
lêjá havín lishmó'a mishpát .

Y Elohim le dijo: –Porque has pedido esto, y no has pedido para ti muchos
años, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos,
sino que has pedido para ti discernimiento para administrar justicia,
(12)
ְּ ֙‫ֲשרְּכ ָֻּ֨מֹוָך‬
ֶּ֤ ֶ ‫הנֹ֥הְּע ִָ֖שיתיְּכדבָ ֶ ִ֑ריָךְּהנ֣הְּ׀ְּנ ַ ָ֣תתיְּלְּ ָָ֗ך ְֶּ֚לבְּחָ כָ ֣םְּוְּנ ֵָ֔בֹוןְּא‬
:‫יָךְּלא־י ָֹ֥קוםְּכ ָֽמֹוָך‬ ֽ ‫ֽלא־הָ יָ ֣הְּלְּ ָפ ֵֶ֔ניָךְּוְּ ַ ֽאח ֶ ֲִ֖ר‬
hinéh 'asíti kidvaréja; hinéh | natáti lêjá lév jajám vênavón, ashér kamójá ló-
haiáh lêfanéja, vêájaréja ló-iaqúm kamója.

he aquí que yo haré conforme a tus palabras. He aquí que yo te daré un


corazón sabio y entendido, tal que no ha habido antes de ti otro como tú, ni
después de ti se levantará otro como tú.
(13)
ְּ‫רְּלא־הָ ָֻּ֨יה‬
ֽ ֶ‫ַם־עשֶ רְּגַם־כ ִָ֑בֹודְּ ַ֠ ֲאש‬
ִ֖ ‫רְּלא־שָ ֻּ֨ ַאל ָ֙תְּנ ַ ָ֣תתיְּ ֵָ֔לְךְּג‬
ֽ ‫ֲש‬ ֶּ֤ ֶ ‫וְּ ֻּ֨ ַגםְּא‬
:‫ֹוָךְּאישְּבַ מְּל ִָ֖כיםְּכְּל־י ֶ ָֽמיָך‬ ִּ֛ ‫כ ָֹ֥מ‬

511
3 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêgám ashér ló-shaáltá natáti láj, gam-'ósher gam-kavód; ásher ló-haiáh


jamója ísh bamêlajím kol-iaméja.

Y también te daré las cosas que no has pedido: riquezas y gloria tales que no
haya nadie como tú entre los reyes en todos tus días.
(14)
ְּ‫ֲשרְּהָ לַ ְִ֖ךְּדָ ו֣ידְּאָ ִ֑ביָך‬
ֹ֥ ֶ ‫יְּכא‬
ֽ ַ ‫וְּ ֣אםְּ׀ְּתלְ֣ךְּבד ָר ַָ֗כיְּלש ֶּ֤מרְּחקַ י֙ ְּומצֹו ֵ֔ ַת‬
‫ ס‬:‫וְּ ַ ֽהא ֲַרכ ִ֖תיְּאֶ ת־י ֶ ָֽמיָך‬
vêím | teléj bidrajái lishmór juqaí umitzotái, káashér haláj davíd avíja;
vêháarajtí et-iaméja.

Y si andas en mis caminos, guardando mis leyes y mis mandamientos, como


anduvo tu padre David, yo prolongaré tus días.
(15)
ְּ‫םְּוַֽֽ ַיע ֲ֣מדְּ׀ְּלפנ֣יְּ׀ְּא ֲ֣רֹון‬
ַ ‫למהְּוְּהנ֣הְּחֲלִ֑ ֹוםְּ ַוי ָֻּ֨בֹואְּיְּ ֽרושָ ָ֜ ַל‬ִ֖ ְּ‫וַי ַ ֹ֥קץְּש‬
‫בְּרית־אֲד ָָ֗ניְּוַיַ ֶּ֤עַלְּעלֹות֙ ְּוַיַ ֣עַשְּשְּל ֵָ֔מיםְּוַיַ ֹ֥עַשְּמש ֶ ִ֖תהְּלְּכְּל־‬
‫ פ‬:‫עֲבָ ָ ֽדיו‬
vaiqátz shêlomóh vêhinéh jalóm; vaiavó iêrúshaláim váia'amód | lifnéi | arón
bêrit-adonái vaiá'al 'olot vaiá'as shêlamím, vaiá'as mishtéh lêjol-'avadáv.

Cuando Shelomó [Salomón] despertó, he aquí que había sido un sueño.


Entonces volvió a Ierushalaim [Jerusalén], se puso de pie delante del arca del
pacto del Señor, ofreció holocaustos e hizo sacrificios de paz. También dio un
banquete a todos sus servidores.
(16)
:‫ְֶךְּוֽתַ ע ֲִ֖מדנָהְּלְּפ ָָנֽיו‬
ַ ‫ָ ֣אזְּתָ ָ֗באנָהְּשְּ ַ ִּ֛תיםְּנ ָֹ֥שיםְּזנִ֖ ֹותְּאֶ ל־הַ ֶ ִ֑מל‬
áz tavónah shêtáim nashím zonót el-hamélej; váta'amódnah lêfanáv.

Por aquel entonces dos prostitutas vinieron al rey y se pusieron de pie delante
de él.
(17)
ְּ‫אתְּישְּ ִ֖בתְּבְּ ַב֣ית‬
ֽ ‫ְּביְּאֲד ֵ֔ניְּאֲני֙ ְּוְּ ָ ֽהא ָ ֣שהְּהַ ֵ֔ז‬
֣ ֙‫הְּהאַ חַ ת‬
ֽ ָ ‫רְּהא ָ ֶּ֤ש‬
ֽ ָ ֶ‫ו ַָ֜תאמ‬
:‫ִ֑דְּוֽאלֹ֥דְּע ָ ִ֖מּהְּבַ ָ ֽבית‬
ָ ‫אֶ ָח‬
vatómer háisháh háajat bí adoní, aní vêháisháh hazót, yóshêvót bêváit ejád;
váeléd 'imáĥ babáit.

Una de ellas dijo: –¡Ay, señor mío! Esta mujer y yo habitábamos en la misma
casa. Yo di a luz mientras estaba en la casa con ella.

512
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 3

(18)
ְּ‫אתְּואֲנַ ֣חנוְּיַח ָ֗ ָדו‬
ֽ ַ ‫ַם־הא ָ ֣שהְּהַ ִ֑ז‬
ֽ ָ ‫וַי ׁ֞היְּבַ יֶּ֤ ֹוםְּהַ שְּלישי֙ ְּלְּ לד ֵ֔תיְּו ִַ֖תלֶדְּג‬
:‫ֽאין־זָ ֶּ֤רְּא ֻּ֨ ָתנו֙ ְּבַ ֵ֔ ַביתְּזֽ ול ָֹ֥תיְּשְּ ַ ֽתים־אֲנַ ִ֖חנוְּבַ ָ ֽבית‬
vaihí baióm hashêlishí lêlidtí, vatéled gam-háisháh hazót; váanájnu iajdáv éin-
zár itánú babáit, zúlatí shêtáim-anájnu babáit.

Y sucedió que tres días después de mi parto, esta mujer también dio a luz. Las
dos estábamos juntas, y nadie de fuera estaba con nosotras en casa; sólo
nosotras dos estábamos en casa.
(19)
:‫רְּשכְּ ָבִ֖הְּע ָ ָֽליו‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫ן־הא ָ ֹ֥שהְּהַ ִ֖זאתְּלָ ִ֑ילָהְּא‬
ֽ ָ ֶ‫וַיָ ִּ֛מָ תְּב‬
vaiámat ben-háisháh hazót láilah; ashér shájêváh 'aláv.

Cierta noche murió el hijo de esta mujer, porque ella se recostó encima de él.
(20)
ְּ‫֣יְּמאֶ צ ָ֗ליְּ ַוא ָ ֲֽמתְָּך֙ ְּיְּש ֵָ֔נה‬
ֽ ‫וַתָ קָ םְּ֩בְּ ֻּ֨תֹוְךְּהַ ַָ֜לילָהְּוַת ַ ֹּ֧קחְּאֶ ת־בְּנ‬
:‫יקּהְּוְּאֶ ת־בְּנָ ֹּ֥הְּהַ ִ֖מתְּהש ֹ֥כיבָ הְּבְּח ֽיקי‬ ִ֑ ָ ‫וַתַ שכיבִ֖הוְּבְּח‬
vataqam bêtój haláilah vatiqáj et-bêní méetzlí vaamátêjá iêshenáh,
vatashkivéhu bêjeiqáĥ; vêet-bênáĥ hamét hishkívah vêjeiqí.

Entonces se levantó a medianoche, y estando yo, tu sierva, dormida, ella tomó


a mi hijo de mi lado, y lo puso en su seno; y puso a su hijo muerto en mi seno.
(21)
ְּ‫בֹונַֽןְּאלָיו֙ ְּבַ ֵ֔בקֶ ר‬
ֶּ֤ ‫תְּוֽאֶ ת‬
ָ ‫ה־מ‬
ִ֑ ‫ָוֽאָ ֹ֥קםְּבַ ִּ֛בקֶ רְּלְּהינֹ֥יקְּאֶ ת־בְּנִ֖יְּוְּהנ‬
:‫ֲשרְּי ָ ָֽלדְּתי‬ֹ֥ ֶ ‫ִּ֛הְּלא־הָ יָ ֹ֥הְּבְּנִ֖יְּא‬
ֽ ‫וְּהנ‬
váaqúm babóqer lêheiníq et-bêní vêhineh-mét; váetbonén elav babóqer,
vêhinéh ló-haiáh vêní ashér ialádêti.

Cuando me levanté por la mañana para dar de mamar a mi hijo, he aquí que
estaba muerto. Pero lo observé bien por la mañana y he aquí que no era mi
hijo, el que yo había dado a luz.
(22)
ְּ ֙‫אְּכיְּבְּנֶּ֤יְּהַ חַ י֙ ְּוב ֣נְַֽךְּהַ ֵ֔מתְּוְּ ֶּ֤זאתְּא ֻּ֨ ֶמ ֶרת‬
ָ֗ ‫תְּל‬
֣ ‫הְּהאַ ָ֜ ֶח ֶר‬
ֽ ָ ָֻּ֨‫ְּ֩האש‬
ֽ ָ ‫וַתאמֶ ר‬
:‫אְּכיְּבְּ ֹ֥נְַֽךְּהַ ִ֖מתְּובנ֣יְּהֶ ָחִ֑יְּוַתְּדַ בִ֖רנָהְּלפנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
ֵ֔ ‫֣ל‬
vatomer háisháh háajéret ló jí bêní hajaí uvnéj hamét, vêzót oméret ló jí, bênéj
hamét uvní hejái; vatêdabérnah lifnéi hamélej.

Entonces dijo la otra mujer: –¡No! Sino que mi hijo es el que vive, y tu hijo es
el muerto. Y la otra volvió a decir: –¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi
hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.
513
3 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(23)
ְּ ֙‫ְֶךְּזאתְּא ֵ֔ ֶמ ֶרתְּזֶה־בְּנֹ֥יְּהַ ַחִ֖יְּוב ֣נְַֽךְּהַ ִ֑מתְּוְּ ֶּ֤זאתְּא ֻּ֨ ֶמ ֶרת‬
֣ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּהַ ֵ֔ ֶמל‬
‫ פ‬:‫אְּכיְּבְּ ֹ֥נְַֽךְּהַ ִ֖מתְּובנֹ֥יְּהֶ ָ ֽחי‬
ֵ֔ ‫֣ל‬
vaiómer hamélej, zót oméret, zeh-bêní hajái uvnéj hamét; vêzót oméret ló jí,
bênéj hamét uvní hejái.

Entonces el rey dijo: –Esta dice: 'Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto';
y la otra dice: '¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.'
(24)
:‫י־ח ִֶ֑רבְּ ַוי ָֹ֥באוְּהַ ֶח ִֶ֖רבְּלפנֹ֥יְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
ָ ‫ו ַֹ֥יאמֶ רְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּקְּ ֣חוְּל‬
vaiómer hamélej qêjú li-járev; vaiavíu hajérev lifnéi hamélej.

–Y el rey añadió–: ¡Traedme una espada! Trajeron la espada ante el rey,


(25)
ְּ‫וְּאת־הַ חֲצי֙ ְּלְּאַ ֵ֔ ַחת‬
ֽ ֶ ֶּ֤‫ו ַ֣יאמֶ רְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּגז ִּ֛רוְּאֶ ת־הַ יֶ ֹ֥לֶדְּהַ ַחִ֖יְּלשנָ ִַֽ֑יםְּותנ‬
:‫וְּ ֶ ֽאת־הַ ח ֲִ֖ציְּלְּאֶ ָ ֽחת‬
vaiómer hamélej, gizrú et-haiéled hajái lishnáim; utnú ét-hajatzí lêaját, vêét-
hajatzí lêeját.

y enseguida dijo el rey: –¡Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a la una y
la otra mitad a la otra!
(26)
‫יהְּעַל־‬
ָ֮ ֶ‫וְּרחֲמ‬
ֽ ַ ‫ְֶךְּכי־נכמְּ ֣ר‬ ֽ ‫רְּהאשָ הְּ֩אֲשֶ ר־בְּ ָֻּ֨נּהְּהַ ָ֜ ַחיְּאֶ ל־הַ ָ֗ ֶמל‬
ֽ ָ ֶ‫ו ַ֣תאמ‬
‫רְּ׀ְּביְּאֲד ָ֗ניְּתְּנו־לָּה֙ ְּאֶ ת־הַ יָל֣ ודְּהַ ֵ֔ ַחיְּוְּהָ ִ֖מתְּאַ ל־‬
֣ ֶ‫בְּ ָנּהְּ֒ו ַ֣תאמ‬
:ְּ‫אְּיהיֶ ִ֖הְּגְּ ֽזרו‬
ֽ ‫ְִּ֛ךְּל‬
ֹ֥ ָ‫ַם־ליְּגַם־ל‬ ֹ֥ ‫תְּמיתִ֑הוְּוְּ ֣זאתְּא ָ֗ ֶמ ֶרתְּג‬
vatómer háishah asher-bênáĥ hajái el-hamélej kí-nijmêrú rájameihá 'al-bênaĥ
vatómer | bí adoní tênu-laĥ et-haialúd hajái, vêhamét al-têmitúhu; vêzót
oméret gam-lí gam-láj ló íhiéh gêzóru .

Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey, porque sus entrañas
se conmovieron por su hijo, y dijo: –¡Ay, señor mío! Dad a ésta el niño vivo;
no lo matéis. Pero la otra dijo: –No será ni para mí ni para ti. Partidlo.
(27)
ְּ‫תְּלאְּתְּמיתִ֑הו‬
֣ ‫ַו ַֻּ֨יעַןְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּו ַָ֗יאמֶ רְּתְּנו־לָּה֙ ְּאֶ ת־הַ יָל֣ ודְּהַ ֵ֔ ַחיְּוְּהָ ִ֖מ‬
‫ ס‬:‫ִ֖היאְּא ֽמֹו‬
vaiá'an hamélej vaiómer tênu-laĥ et-haialúd hajái, vêhamét ló têmitúhu; hí
imó.

514
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 3, 4

El rey respondió diciendo: –Dad a aquélla el hijo vivo. No lo matéis; ella es su


madre.
(28)
ְּ‫ֲשרְּשָ פַ ֣טְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּו ַֽירְּ ִ֖אוְּמפְּנ֣י‬֣ ֶ ‫וַישמְּע֣ וְּכְּל־יש ָר ָ֗אלְּאֶ ת־הַ משפָט֙ ְּא‬
‫ ס‬:ְּ‫ֹוְּלע ֲֹ֥שֹותְּמש ָ ֽפט‬ ֽ ַ ‫ֱלהיםְּבְּקר ִ֖ב‬ ִּ֛ ‫וְּכי־חְּכְּ ַ ֹּ֧מתְּא‬
ֽ ‫יְּר ֵ֔א‬
ָ ‫ְֶךְּכ‬
֣ ‫הַ ֶ ִ֑מל‬
vaishmê'ú jol-israél et-hamishpat ashér shafát hamélej, vaírêú mipênéi
hamélej; kí raú, kí-jojêmát elohím bêqirbó lá'asót mishpát .

Todo Israel se enteró de la sentencia que había dado el rey, y tuvieron temor al
rey, porque vieron que en él había sabiduría de Elohim para administrar
justicia.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 4


(1)
‫ ס‬:‫הְּמלְֶךְּעַל־כְּל־יש ָר ֽאל‬
ִ֖ ֶ ‫למ‬
ֵ֔ ְּ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
váihí hamélej shêlomóh, mélej 'al-kol-israél.

El rey Shelomó [Salomón] reinó sobre todo Israel.


(2)
‫ ס‬:‫וְּ ֹ֥אלֶהְּהַ שָ ִ֖ריםְּאֲשֶ ר־לִ֑ ֹוְּ ֲעזַריָ ֹ֥הוְּבֶ ן־צָ ִ֖דֹוקְּהַ כ ֽהן‬
vêéleh hasarím asher-ló; 'azariáhu ven-tzadóq hakohén.

Éstos fueron los oficiales que tenía: Azarías hijo de Tzadoq [Sadoc] era el
sacerdote.
(3)
ְּ‫אְּספְּ ִ֑ריםְּ{ס}ְּיְּ ֽהֹושָ פָ ֹ֥טְּבֶ ן־אֲחילִ֖ וד‬
ֽ ‫יש‬ִ֖ ָ ‫ףְּואֲחיָ ִּ֛הְּבְּנֹ֥יְּש‬
ֽ ַ ‫יח ֶר‬
ֹּ֧ ‫אֱל‬
‫ ס‬:‫הַ מַ ז ֽכיר‬
elijóref váajiáh bênéi shishá sófêrím; {s} iêhóshafát ben-ajilúd hamazkír.

Elijoref y Ajías, hijos de Sisa, eran los escribas. Josafat hijo de Ajilud era el
cronista.
(4)
‫ ס‬:‫רְּכה ֲֽנים‬
ֽ ‫ובנָיָ ֹ֥הוְּבֶ ן־יְּ ֽהֹוי ָ ִָ֖דעְּעַל־הַ צָ ָבִ֑אְּ{ס}ְּוְּצָ ֹ֥דֹוקְּוְּאֶ בי ָ ִָ֖ת‬
uvnaiáhu ven-iêhóiadá' 'al-hatzavá; {s} vêtzadóq vêeviatár kóhaním.

Benaiá [Benaías] hijo de Iehoiadá [Joyada] estaba al mando del ejército.


Tzadoq [Sadoc] y Abiatar eran los sacerdotes.

515
4 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(5)
ְּ‫ַ ֽו ֲעזַריָ ֹ֥הוְּבֶ ן־נ ָ ִָ֖תןְּעַל־הַ נצָ ִ֑ביםְּ{ס}ְּוְּז ָֹּ֧בודְּבֶ ן־נ ָ ִָּ֛תןְּכהִ֖ןְּרעֶ ֹ֥ה‬
‫ ס‬:‫הַ ֶ ֽמלְֶך‬
vá'azariáhu ven-natán 'al-hanitzavím; {s} vêzavúd ben-natán kohén re'éh
hamélej.

Azarías hijo de Natán estaba al mando de los gobernadores. Zabud hijo de


Natán era sacerdote y amigo del rey.
(6)
‫ ס‬:‫ירםְּבֶ ן־עַב ָ ִ֖דאְּעַל־הַ ַ ֽמס‬
ֹ֥ ָ ‫ישרְּעַל־הַ ָבִ֑יתְּ{ס}ְּ ַוא ֲֽדנ‬
ִ֖ ָ ‫ַ ֽואֲח‬
váajishár 'al-habáit; {s} vaadónirám ben-'avdá 'al-hamás.

Ajisar era el administrador del palacio. Y Adoniram hijo de Abda estaba a


cargo del tributo laboral.
(7)
ְּ‫ָשרְּנצָ בים֙ ְּעַל־כְּל־יש ָר ֵ֔אלְּוְּכלכְּלֹ֥ וְּאֶ ת־הַ ֶ ִ֖מלְֶך‬ ֶּ֤ ָ ‫למהְּשְּנים־ע‬ׁ֞ ‫וְּלש‬
‫ ס‬:ְּ‫ַל־אחדְּ(האֶ ָחִ֖ד)ְּלְּכַל ֽכל‬
ָֽ ‫ִּ֛הְּיהיֶ ֹ֥הְּע‬
ֽ ָ‫ֹוְּחדֶ שְּבַ שָ נ‬
ֹּ֧ ‫ית‬
ִ֑ ‫וְּאֶ ת־ב‬
vêlishlomóh shêneim-'asár nitzavim 'al-kol-israél, vêjilkêlú et-hamélej vêet-
beitó; jódesh bashanáh íhiéh 'al-jd (háejád) lêjalkél .

Shelomó [Salomón] tenía doce gobernadores en todo Israel, los cuales


abastecían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerle
durante un mes al año.
(8)
‫ ס‬:‫ן־חורְּבְּ ַהֹ֥רְּאֶ פ ָ ֽרים‬
ִ֖ ֶ‫מֹותםְּב‬
ָ ֵ֔ ְּ‫וְּ ֣אלֶהְּש‬
vêéleh shêmotám, ben-júr bêhár efráim.

Éstos eran sus nombres: Ben-hur, en la región montañosa de Efraín.


(9)
‫ ס‬:‫֣יתְּשמֶ שְּוְּאילִ֖ ֹוןְּבֹ֥יתְּחָ ָנַֽֽן‬
ִ֑ ָ ‫ן־דקֶ רְּבְּמָ ַ ֹ֥קץְּוב ַ ֽשעַל ִ֖ביםְּוב‬
ִּ֛ ֶ ֶ‫ב‬
ben-déqer bêmaqátz uvshá'alvím uvéit shámesh; vêeilón béit janán.

Ben-decar, en Macaz, Saalbim, Bet-semes y Elon-bet-janán.


(10)
‫ ס‬:‫ץְּחפֶר‬
ֽ ‫ל־א ֶר‬
ֹ֥ ֶ ְּ‫דְּבאֲר ִ֑בֹותְּלֹ֥ ֹוְּש ִ֖כהְּוְּכ‬
ֽ ָ ֶ‫ן־חִ֖ס‬
ֶ ֶ‫ב‬
ben-jésed báarubót; ló sojóh vêjol-éretz jéfer.

Ben-jésed, en Arubot. Éste también lo era en Soco y en toda la tierra de Hefer.


(11)
‫ ס‬:‫הְּהֹ֥יתָ הְּלִ֖ ֹוְּלְּא ָ ֽשה‬
ָ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫ַתְּדארְּטָ פַת֙ ְּבַ ת־ש‬
ִ֑ ‫בֶ ן־א ֲֽבינ ָ ִָ֖דבְּכְּל־נָ ֣פ‬
516
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 4

ben-avínadáv kol-náfat dór; tafat bat-shêlomóh, háitah ló lêisháh.

Ben-abinadab, en toda Nafot-dor. Éste tenía por mujer a Tafat hija de


Shelomó [Salomón].
(12)
ְּ‫לְּצ ְּר ָ֜ ַתנָה‬
ֽ ָ ֶ‫ְּ֩אצ‬
ֻּ֨ ‫ַ ֽב ֲענָא֙ ְּבֶ ן־אֲח ֵ֔ילודְּתַ ענַ ְִַֽ֖ךְּומג ִ֑דֹוְּוְּכְּל־ב֣יתְּשְּ ִּ֡ ָאןְּאֲשֶ ר‬
ְּ‫מ ַ ֣תחַ תְּלְּיז ְּר ֶָ֗עאלְּמבֶּ֤יתְּשְּאָ ן֙ ְּ ֶַ֚עדְּאָ ב֣לְּמְּחֹו ֵָ֔להְּעַ ִ֖דְּמעֹ֥בֶ ר‬
‫ ס‬:‫לְּיְּקמְּ ָ ֽעם‬
bá'ana ben-ajilúd, ta'náj umgidó; vêjol-béit shêán asher étzel tzárêtánah
mitájat lêizrê'él mibéit shêan 'ád avél mêjoláh, 'ád me'éver lêioqmê'ám.

Baaná hijo de Ajilud, en Taanac y Meguido, y en todo Bet-seán, que está


cerca de Zaretán, más abajo de Jezreel; y desde Bet-seán hasta Abel-mejola y
hasta la otra parte de Jocmeam.
(13)
ְּ‫דְּלֹו‬
ֶ֚ ‫ֲשרְּבַ גל ָָ֗ע‬ ֣ ֶ ‫ִ֑דְּלֹוְּחַ וְּתְּ֩י ָֻּ֨אירְּבֶ ן־מְּנַשֶָ֜ הְּא‬
ִּ֡ ָ‫בֶ ן־גֶ ִ֖בֶ רְּבְּ ָר ֣מתְּגלע‬
ְּ ַ‫ֹותְּחֹומהְּוב ֹ֥ריח‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּבַ בָ שֵָ֔ ןְּששים֙ ְּע ָ֣ריםְּגְּד ֵ֔ל‬ ֣ ֶ ‫ֶחֶּ֤בֶ לְּאַ רגב֙ ְּא‬
‫ ס‬:‫נְּ ֽחשֶ ת‬
ben-géver bêramót gil'ád; ló jauot iaír ben-mênashéh ashér bagil'ád ló jével
argov ashér babashán, shishim 'arím gêdolót, jomáh uvríaj nêjóshet.

Ben-geber, en Ramot de Galaad. Éste también lo era en las aldeas de Jaír hijo
de Menashé [Manasés], las cuales estaban en Galaad. Tenía también la región
de Argob, que estaba en Basán; sesenta grandes ciudades con muros y
cerrojos de bronce.
(14)
‫ ס‬:‫אְּמח ֲָנַֽֽימָ ה‬
ֽ ַ ‫א ֲֽחינ ָ ָֹ֥דבְּבֶ ן־ע ִ֖ד‬
ajínadáv ben-'idó májanáimah.

Ajinadab hijo de Ido, en Majanaim.


(15)
‫ ס‬:‫למהְּלְּא ָ ֽשה‬
ִ֖ ְּ‫ש ַ ֹ֥מתְּבַ ת־ש‬
ְּ ‫ת־ב‬
ֽ ָ ֶ‫ַם־הואְּל ַ ִָּ֛קחְּא‬
ָ֗ ‫ימעַץְּבְּנַפתָ ִ֑ליְּג‬
ִ֖ ַ ‫אֲח‬
ajimá'atz bênaftalí; gam-hú laqáj et-básêmát bat-shêlomóh lêisháh.

Ajimaas, en Neftalí. Éste también tomó por mujer a Basemat hija de Shelomó
[Salomón].
(16)
‫ ס‬:‫ַ ֽב ֲענָא֙ ְּבֶ ן־חושֵָ֔ יְּבְּאָ ִ֖שרְּובעָלֽ ֹות‬
bá'ana ben-jushái, bêashér uv'alót.

517
4, 5 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Baaná hijo de Husai, en Aser y en Alot.


(17)
‫ ס‬:‫שכר‬
ֽ ָ ָ‫יְּ ֽהֹושָ פָ ֹ֥טְּבֶ ן־פ ִָ֖רוחַ ְּבְּיש‬
iêhóshafát ben-parúaj bêisasjár.

Josafat hijo de Parúaj, en Isacar.


(18)
‫ ס‬:‫שמ ֹ֥עיְּבֶ ן־אלָ ִ֖אְּבְּבני ָֽמן‬
shim'í ven-elá bêviniamín.

Shimí [Simei] hijo de Ela, en Benjamín.


(19)
ְּ‫ְּמלְֶך‬
֣ ֶ ֙‫ְֶךְּהאֱמ ָ֗ריְּוְּעג‬
ֽ ָ ‫ֹוןְּ׀ְּמל‬
ֶ֣ ‫יח‬
֣ ‫ִ֑דְּא ֶרץְּס‬
ֶ ָ֜ ָ‫גֶ ֹ֥בֶ רְּבֶ ן־א ִ֖ריְּבְּ ֶ ֣א ֶרץְּגלע‬
:‫ֲשרְּבָ ָ ֽא ֶרץ‬
ֹ֥ ֶ ‫הַ בָ שֵָ֔ ןְּונ ֹ֥ציבְּאֶ ָחִ֖דְּא‬
géver ben-urí bêéretz gil'ád; éretz sijón | mélej háemorí vê'og mélej habashán,
untzív ejád ashér baáretz.

Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, en la tierra de Sejón rey de los


amorreos, y de Og rey de Basán. Y había un solo gobernador en la tierra
(20)
ְּ‫בְּאכְּ ֹ֥ליםְּוְּש ִ֖תים‬
ֽ ‫הודהְּוְּיש ָראל ְַּ֙ר ֵ֔ביםְּכ ַֹ֥חֹולְּאֲשֶ ר־עַל־הַ יָ ִ֖םְּל ִָ֑ר‬
ֶּ֤ ָ ְּ‫י‬
:ְּ‫ושמ ֽחים‬
iêhudáh vêisrael rabím, kajól asher-'al-haiám laróv; ójêlím vêshotím usmejím.

de Iehudá [Judá]. Israel era numeroso, como la arena que está junto al mar en
multitud; y comían, bebían y se regocijaban.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 5


(1)
ְּ‫ְּא ֶרץְּפְּלש ֵ֔תיםְּוְּעַ ִ֖ד‬
֣ ֶ ֙‫למהְּהָ יָ ֶּ֤הְּמֹושלְּ֙בְּכְּל־הַ מַ מלָכֵ֔ ֹותְּמן־הַ נָהָ ר‬ ָ֗ ‫וש‬
‫ פ‬:‫למהְּכְּל־יְּ ֹ֥מיְּחַ ָיֽיו‬ ִ֖ ְּ‫גְּ ֣בולְּמצ ָ ִ֑ריםְּמַ ג ֹ֥שיםְּמנ ָחִּ֛הְּוְּ ֽעבְּ ֹ֥דיםְּאֶ ת־ש‬
ushlomóh haiáh moshel bêjol-hamamlajót, min-hanahar éretz pêlishtím, vê'ád
gêvúl mitzráim; magishím minjáh vê'óvêdím et-shêlomóh kol-iêméi jaiáv.

Shelomó [Salomón] gobernaba sobre todos los reinos, desde el Río hasta la
tierra de los filisteos y hasta la frontera con Egipto. Traían tributo y servían a
Shelomó [Salomón] todos los días de su vida.

518
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 5

(2)
:‫רְּקמַ ח‬
ֽ ָ ‫יםְּכ‬
ִ֖ ‫לשיםְּכר֙ ְֵּ֔סלֶתְּוְּש ֹ֥ש‬
ֹ֥ ְּ‫למהְּלְּי֣ ֹוםְּאֶ ָחִ֑דְּש‬
ִ֖ ְּ‫יְּלחֶ ם־ש‬
ֽ ֶ ‫וַי ֹ֥ה‬
vaihí léjem-shêlomóh lêíom ejád; shêloshím kor sólet, vêshishím kór qámaj.

Las provisiones diarias de Shelomó [Salomón] eran: 30 coros de harina


refinada, 60 coros de harina corriente,
(3)
ְּ‫דְּמאַ יָ ֶּ֤ל‬
ֽ ַ‫אןְּלב‬
ְּ ַ֠ ‫הְּצ‬
ִ֑ ָ‫יְּומא‬
֣ ‫רְּר ִ֖ע‬
ְּ ‫עֲשָ ָ ֻּ֨רהְּבָ ָ֜ ָקרְּבְּר ָ֗איםְּוְּעֶש ֹ֥ריםְּבָ ָ ִּ֛ק‬
:‫ֲבוסים‬ ֽ ‫וצבי֙ ְּוְּיַח ֵ֔מורְּובַ רב ִ֖ריםְּא‬
'asaráh vaqár bêriím vê'esrím baqár rê'í uméah tzón; lêvad méaiál utzví
vêiajmúr, uvarburím avusím.

10 vacunos de engorde, 20 vacunos de pasto y 100 ovejas, sin contar los


venados, las gacelas, los corzos y las aves engordadas.
(4)
ְּ‫י־הואְּר ֶ ֣דהְּ׀ְּבְּכְּל־ע֣בֶ רְּהַ נ ָ֗ ָָהרְּמתפסַ ח֙ ְּוְּעַד־ ַע ֵָ֔זהְּבְּכְּל־מַ לכִ֖י‬ ׁ֞ ‫כ‬
:‫ֹוםְּהיָהְּלִּ֛ ֹוְּמכְּל־עֲבָ ָ ִ֖ריוְּמסָ ֽביב‬
ֹ֥ ָ ‫ע֣בֶ רְּהַ נ ָָהִ֑רְּוְּשָ ָ֗ל‬
ki-hú rodéh | bêjol-'éver hanahár mitifsaj vê'ad-'azáh, bêjol-maljéi 'éver
hanahár; vêshalóm háiah ló mikol-'avaráv misavív.

Porque él dominaba en toda la región al oeste del Río, desde Tifsaj hasta
Gaza, sobre todos los reyes del oeste del Río, y tuvo paz por todos los lados en
derredor suyo.
(5)
ְּ‫ישְּתחַ תְּגַפנֹו֙ ְּוְּ ַ ֣תחַ תְּתְּ ֽאנ ֵָ֔תֹוְּמ ָ ִ֖דן‬
ֶּ֤ ַ ‫חְּא‬
֣ ַ‫הודהְּוְּיש ָר ָ֜אלְּל ָ֗ ֶָבט‬ָ ֻּ֨ ְּ‫וַישֶ בְּ֩י‬
‫ ס‬:‫למה‬
ֽ ְּ‫עְּכלְּיְּ ֹ֥מיְּש‬
ִ֖ ַ‫רְּשב‬
ִ֑ ָ ‫וְּעַד־בְּ ֣א‬
vaieshev iêhudáh vêisraél lavétaj ísh tájat gafnó vêtájat têénató, midán vê'ad-
bêér sháva'; kól iêméi shêlomóh.

Iehudá [Judá] e Israel, desde Dan hasta Beer Sheva, vivían seguros todos los
días de Shelomó [Salomón], cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera.
(6)
ְּ‫ָשר‬
ֹ֥ ָ ‫תְּסוסיםְּלְּמֶ רכ ִָ֑בֹוְּושנים־ע‬
ִ֖ ‫ֶףְּא ְּרְֹֹּ֥ו‬
ֽ ‫יםְּאל‬
ִּ֛ ֶ ‫למהְּאַ רבָ ֹ֥ע‬
ָ֗ ‫וַי ֣היְּלש‬
:‫ֶ ִ֖אלֶףְּ ָ ֽפ ָר ֽשים‬
vaihí lishlomóh arba'ím élef úrêót susím lêmerkavó; ushneim-'asár élef
párashím.

Shelomó [Salomón] tenía 40000 establos para los caballos de sus carros, y
12000 jinetes.

519
5 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(7)
‫למהְּוְּ ֹּ֧אתְּכְּל־הַ קָ ִּ֛רבְּאֶ ל־‬ָ֗ ְּ‫וְּכלכְּלוְּ֩הַ נצָ ֻּ֨ביםְּהָ ָ֜אלֶהְּאֶ ת־הַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
:‫ֹוְּלאְּיְּעַדְּ ִ֖רוְּדָ ָ ֽבר‬
ֹ֥ ‫הְּאישְּחְּד ִ֑ש‬
֣ ‫למ‬ ִ֖ ְּ‫של ַחֹ֥ןְּהַ ֶ ֽמלְֶך־ש‬
vêjilkêlú hanitzavím haéleh et-hamélej shêlomóh vêét kol-haqarév el-shulján
hamélej-shêlomóh ísh jodshó; ló iê'adêrú davár.

Los gobernadores proveían, cada uno durante un mes, al rey Shelomó


[Salomón] y a todos los que venían a la mesa del rey Shelomó [Salomón],
haciendo que nada faltase.
(8)
‫רְּיהיֶה־‬
ֽ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫ַסוסיםְּוְּל ָ ִָ֑רכֶשְּי ָָ֗באוְּאֶ ל־הַ מָ קֹום֙ ְּא‬
ִ֖ ‫וְּהַ שְּע ֣ריםְּוְּהַ ֵ֔ ֶתבֶ ןְּל‬
‫ ס‬:ְּ‫םְּאישְּכְּמשפ ָֽטֹו‬ ִ֖ ֵָ֔‫ש‬
vêhasê'orím vêhatéven, lasusím vêlarájesh; iavíu el-hamaqom ashér íhieh-
shám, ísh kêmishpató .

También hacían llevar cebada y paja para los caballos y para los corceles al
lugar donde él estaba, cada uno conforme a su cuota.
(9)
ְּ‫בְּלבְּכ ַָּ֕חֹול‬
ֵ֔ ַ‫למהְּותבונָ ִ֖הְּהַ רב֣הְּמְּ ִ֑אדְּוְּ ֣רח‬
ִּ֛ ‫ֱלהיםְּחְּכ ָ ֹּ֧מהְּלש‬ֻּ֨ ‫וַיתןְּ֩א‬
:ְּ‫ֲשרְּעַל־שְּפַ ֹ֥תְּהַ ָיֽם‬ ִ֖ ֶ ‫א‬
vaiten elohím jojmáh lishlomóh utvunáh harbéh mêód; vêrójav lév, kajól
ashér 'al-sêfát haiám .

Elohim dio a Shelomó [Salomón] sabiduría, gran entendimiento y amplitud de


corazón, como la arena que está a la orilla del mar.
(10)
:‫י־קדֶ םְּומ ִ֖כלְּחְּכ ַ ֹ֥מתְּמצ ָ ֽרים‬
ִ֑ ֶ ‫הְּמחְּכְּ ַ ִ֖מתְּכְּל־בְּנ‬
ֽ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫ו ַֻּ֨ת ֶרב֙ ְּחְּכ ַ ֣מתְּש‬
vatérev jojmát shêlomóh, méjojêmát kol-bênei-qédem; umikól jojmát
mitzráim.

La sabiduría de Shelomó [Salomón] sobrepasaba la de todos los orientales y


toda la sabiduría de los egipcios.
(11)
ְּ‫ימןְּוְּכַל ִּ֛כלְּוְּדַ ר ַ ִ֖דעְּבְּנ֣י‬
ֹּ֧ ָ ‫ןְּהאֶ ז ָר ָ֗חיְּוְּה‬
ֽ ָ ‫ית‬
֣ ָ ‫ְּ֒מא‬
ֽ ‫ל־האָ דָ ם‬ ֽ ָ ְּ‫ַויֶחכַם֮ ְּמכ‬
:‫מָ ִ֑חֹולְּוַי ֽהי־שְּ ֹ֥מֹוְּבְּ ָ ֽכל־הַ גֹויִ֖םְּסָ ֽביב‬
vaiejkam mikol-háadam méeitán háezrají vêheimán vêjalkól vêdardá' bênéi
majól; vaihí-shêmó vêjál-hagoím savív.

520
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 5

Él fue el más sabio de todos los hombres: más que Eitán el ezrajita y que
Hemán, Calcol y Darda, hijos de Majol. Su nombre llegó a ser conocido en
todas la naciones de alrededor.
(12)
:‫וַידַ ָּ֕ברְּשְּלֹ֥ שֶ תְּ ֲאל ִָ֖פיםְּמָ ָ ִ֑שלְּוַי ֹ֥היְּש ִ֖ירֹוְּחֲמ ָ ֹ֥שהְּו ָ ָֽאלֶף‬
vaidabér shêlóshet alafím mashál; vaihí shiró jamisháh vaálef.

Shelomó [Salomón] compuso 3000 proverbios y 1005 poemas.


(13)
ְּ‫ֲשרְּיצִ֖א‬
ֹ֥ ֶ ‫ְּהאזֵ֔ ֹובְּא‬
ֽ ָ ֙‫ֲשרְּבַ לְּבָ נֵ֔ ֹוןְּוְּעַד‬
֣ ֶ ‫ַל־העציםְּ֒מן־הָ ֻּ֨ ֶא ֶרז֙ ְּא‬
ֽ ָ ‫וַידַ בר֮ ְּע‬
:‫בַ ִ֑קירְּוַידַ בר֙ ְּעַל־הַ בְּה ָ ֣מהְּוְּעַל־הָ ֵ֔עֹוףְּוְּעַל־הָ ֶ ִ֖רמֶ שְּוְּעַל־הַ דָ ֽגים‬
vaidaber 'al-há'etzim min-haérez ashér balêvanón, vê'ad háezóv, ashér iotzé
baqír; vaidaber 'al-habêhemáh vê'al-ha'óf, vê'al-harémes vê'al-hadagím.

También disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el
hisopo que crece en la pared. Asimismo, disertó acerca de los cuadrúpedos,
las aves, los reptiles y los peces.
(14)
ְּ‫למהְּמאת֙ ְּכְּל־מַ לכ֣י‬
ִ֑ ְּ‫ְַּאתְּחְּכ ַ ֣מתְּש‬
ִ֖ ‫ל־הע ֵַ֔מיםְּלש ָּ֕מע‬ ֣ ָ ְּ‫ַוי ָֻּ֨באו֙ ְּמכ‬
‫ ס‬:‫רְּשמְּעִ֖ וְּאֶ ת־חְּכְּמָ ֽתֹו‬
ֽ ָ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫הָ ֵ֔ ָא ֶרץְּא‬
vaiavóú mikol-há'amím, lishmó'a ét jojmát shêlomóh; meet kol-maljéi haáretz,
ashér shámê'ú et-jojêmató.

De todos los pueblos venían para escuchar la sabiduría de Shelomó


[Salomón], de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su
sabiduría.
(15)
ְּ‫עְּכיְּא ִּ֛תֹו‬
ֹ֥ ‫הְּכיְּשָ ֵ֔ ַמ‬
֣ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫ְֶך־צֹורְּאֶ ת־עֲבָ דָ יו֙ ְּאֶ ל־ש‬ ֶּ֤ ‫םְּמל‬
ֽ ֶ ‫יר‬ ֻּ֨ ָ ‫ַַ֠וישלַחְּח‬
‫ ס‬:‫ירםְּלְּדָ ִ֖ודְּכְּל־הַ י ָֽמים‬ִּ֛ ָ ‫יהוְּכיְּא ָ֗הבְּהָ יָ ֹ֥הְּח‬
֣ ‫ְֶךְּתחַ תְּאָ ִ֑ב‬
֣ ַ ‫ָ ֽמשְּ ֹ֥חוְּלְּ ֶ ִ֖מל‬
váishlaj jirám mélej-tzór et-'avadav el-shêlomóh, kí shamá', kí otó máshêjú
lêmélej tájat avíhu; kí ohév haiáh jirám lêdavíd kol-haiamím.

Entonces Hiram, rey de Tiro, al oír que a Shelomó [Salomón] lo habían


ungido rey en lugar de su padre, envió sus servidores a Shelomó [Salomón];
porque Hiram siempre había estimado a David.
(16)
:‫אמר‬
ֽ ‫ירםְּל‬
ִ֖ ָ ‫למהְּאֶ ל־ח‬
ֵ֔ ְּ‫וַישלַ ֣חְּש‬
vaishláj shêlomóh, el-jirám lemór.

Y Shelomó [Salomón] envió a decir a Hiram:

521
5 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(17)
ְּ‫ֹותְּביתְּלְּשם֙ ְּיהוָ ֣ה‬ַ ָ֗ ֣‫יְּלאְּיָכלְּ֙לבנ‬ ֶּ֤ ‫יְּכ‬
֣ ‫אַ ֻּ֨ ָתהְּי ָ֜ ַָדעתָ ְּאֶ ת־דָ ֣ודְּאָ ָ֗ב‬
ְּ‫םְּתחַ ת‬
ִ֖ ַ ‫ֲשרְּסְּבָ בִ֑הוְּעַ ֶּ֤דְּתת־יהוָה֙ ְּא ֵ֔ ָת‬֣ ֶ ‫ֱלהיוְּמפְּנֹ֥יְּהַ מלחָ ָ ִ֖מהְּא‬
ָ ֵ֔ ‫א‬
:ְּ)‫ֹותְּרגלוְּ(רג ָ ֽלי‬
ַ ‫כ ַֹ֥פ‬
atáh iadá'ta et-davíd aví kí ló iajol livnót báit lêshem Adonai eloháv, mipênéi
hamiljamáh ashér sêvavúhu; 'ád tet-Adonai otám, tájat kapót rglv (raglái) .

'Tú sabes que, debido a las guerras que le rodearon, mi padre David no pudo
edificar una casa al nombre del Eterno su Elohim, hasta que el Eterno puso a
sus enemigos bajo las plantas de sus pies.
(18)
:ְּ‫ַעְּרע‬
ֽ ָ ‫יבְּאיןְּשָ ֵ֔ ָטןְּוְּ ִ֖איןְּפֶ ֹ֥ ג‬
֣ ‫ִּ֛יְּליְּמסָ ִ֑ב‬
ִ֖ ‫ֱלה‬ ַ ‫וְּע ָּ֕ ַָתהְּה ֻּ֨ניחַ ְּיהוָ ֹּ֧הְּא‬
vê'atáh heníaj Adonai elohái lí misavív; éin satán, vêéin péga' rá' .

Pero ahora, el Eterno mi Elohim me ha dado reposo por todas partes; no existe
adversario ni calamidad.
(19)
‫ֲשרְּ׀ְּד ֶב֣רְּיה ָ֗ ָוהְּאֶ ל־‬
֣ ֶ ‫ִ֑יְּכא‬
ֽ ַ ‫ֱלה‬ָ ‫ֹותְּביתְּלְּ ִ֖שםְּיהוָ ֣הְּא‬ ַ ֵ֔ ֣‫וְּהנְּנ֣יְּא ֵ֔מרְּלבנ‬
ְּ‫ָךְּהוא־יבנֶ ֹ֥ה‬ֽ ‫אמרְּבנ ָָ֗ךְּאֲשֶֻּ֨ רְּאֶ ֶּ֤תןְּתַ ח ֻּ֨ ֶתיָך֙ ְּעַל־כס ֵ֔ ֶא‬
ֵ֔ ‫דָ ֶּ֤ודְּאָ בי֙ ְּל‬
:ְּ‫הַ ַבִ֖יתְּלש ֽמי‬
vêhinêní omér, livnót báit, lêshém Adonai elohái; káashér | dibér Adonai el-
davíd aví lemór, binjá ashér etén tajtéjá 'al-kiséja, hú-ivnéh habáit lishmí .

Y he aquí, yo me he propuesto construir una casa al nombre del Eterno mi


Elohim, como el Eterno habló a mi padre David diciendo: 'Tu hijo, al que
pondré en tu trono en tu lugar, él edificará una casa a mi nombre.'
(20)
ְּ‫ֹוןְּועֲבָ דַ י֙ ְּֽיהי֣ וְּעם־עֲבָ ֵ֔ ֶדיָך‬
ֽ ַ ָ֗‫תו־ליְּא ֲָר ָ֜זיםְּמן־הַ לְּבָ נ‬ ֻּ֨ ‫וְּע ִּ֡ ַָתהְּצַ והְּ֩וְּיכ ְּר‬
ְּ‫יְּאין‬
ֹ֥ ‫ְּכ‬ ֣ ָ‫רְּכיְּ׀ְּאַ ָ ֣תהְּי ָ֗ ַָדעת‬
֣ ‫אמ‬ִ֑ ‫ֲשרְּת‬ ֣ ֶ ‫ושכַ ֶּ֤רְּעֲבָ ֻּ֨ ֶדיָך֙ ְּאֶ ֣תןְּלְּ ֵָ֔ךְּכְּ ִ֖כלְּא‬
:ְּ‫ִּ֛נוְּאישְּי ֹ֥דעְַּלכרְּת־ע ִ֖ציםְּכ ַֽצד ֽנים‬ ִּ֛ ‫ָב‬
vê'atáh tzaveh vêijrêtu-lí arazím min-halêvanón vá'avadaí íhíu 'im-'avadéja,
usjár 'avadéjá etén lêjá, kêjól ashér tomér; kí | atáh iadá'ta kí éin bánu ísh
iodé'a lijrot-'etzím katzídoním .

Ahora pues, manda que corten cedros del Líbano para mí. Mis siervos estarán
con tus siervos, y yo te daré por tus siervos el pago según todo lo que
indiques, porque tú sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa cortar los
árboles como los sidonios.'

522
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 5

(21)
ְּ‫למהְּוַיש ַ ֣מחְּמְּ ִ֑אדְּו ַָ֗יאמֶ רְּבָ ֶּ֤רוְך‬ִ֖ ְּ‫ירםְּאֶ ת־דב ֹ֥ריְּש‬ ִּ֛ ָ ‫וַי ׁ֞היְּכש ֹּ֧מעְַּח‬
:ְּ‫יהוָה֙ ְּהַ יֵ֔ ֹוםְּאֲשֶֻּ֨ רְּנ ַ ֶָּ֤תן לְּדָ וד֙ ְּב֣ןְּחָ ֵָ֔כםְּעַל־הָ עָ ֹ֥םְּהָ ָ ִ֖רבְּהַ ֶזֽה‬
vaihí kishmó'a jirám et-divréi shêlomóh vaismáj mêód; vaiómer barúj Adonai
haióm, ashér natán lêdavid bén jajám, 'al-ha'ám haráv hazéh .

Aconteció que cuando Hiram oyó las palabras de Shelomó [Salomón], se


alegró muchísimo y dijo: '¡Bendito sea hoy el Eterno, que ha dado un hijo
sabio a David sobre ese pueblo tan numeroso!'
(22)
ְּ‫יְּאתְּאֲשֶ ר־שָ לַ ִ֖חתָ ְּאלָ ִ֑י‬ ֹ֥ ‫אמרְּשָ ָּ֕ ַמעת‬
ֵ֔ ‫למהְּל‬ ֣ ְּ‫וַישלַ ֶּ֤חְּח ָירם֙ ְּאֶ ל־ש‬
:‫רֹושים‬ ֽ ְּ‫ִ֖יםְּובעֲצֹ֥יְּב‬
ַֽ ‫ְּבעֲצֹ֥יְּא ֲָרז‬
ֽ ַ ‫ֶּ֤יְּאעֱשֶ ה֙ ְּאֶ ת־כְּל־חֶ פצְּ ֵָ֔ך‬
ֽ ֶ ‫אֲנ‬
vaishláj jiram el-shêlomóh lemór, shamá'ti ét asher-shalájta elái; aní é'eseh et-
kol-jeftzêjá, bá'atzéi arazím uvá'atzéi vêroshím.

Entonces Hiram envió a decir a Shelomó [Salomón]: 'He escuchado lo que me


mandaste a decir. Yo haré todo lo que desees con respecto a la madera de
cedro y a la madera de ciprés.
(23)
ְּ‫ְּעד־הַ מָ ׁ֞קֹום‬
ֽ ַ ֙‫םְּדבְּ ֶּ֤רֹותְּבַ יָם‬
ֽ ‫ימ‬ ֻּ֨ ‫הְּואֲניְּאֲש‬ ַ ַֽ֠ ָ‫ַ֠ ֲעבָ דַ יְּי ֻּ֨רדוְּמן־הַ לְּבָ נָ֜ ֹוןְּ ָָ֗ימ‬
‫ְּתע ֶ ֲ֣שהְּאֶ ת־‬ ֽ ַ ֙‫יםְּשםְּוְּאַ ָ ֣תהְּת ָ ִ֑שאְּוְּאַ תָ ה‬
ִ֖ ָ ‫אֲשֶ ר־תשלַ ֹ֥חְּאלַ ִּ֛יְּוְּנפַצ ֹ֥ת‬
:‫יתי‬ ֽ ‫חֶ פ ֵ֔ציְּל ִָ֖תתְּלֶ ֹ֥חֶ םְּב‬
'ávadai iorídu min-halêvanón iámah váani asimém dóvêrót baiam 'ád-
hamaqóm asher-tishláj elái vênipatztím shám vêatáh tisá; vêatah tá'aséh et-
jeftzí, latét léjem beití.

Mis siervos las bajarán desde el Líbano hasta el mar, y yo las transportaré en
balsas por mar hasta el lugar que tú me indiques. Allí yo las desataré, y tú te
las llevarás. Tú cumplirás mi deseo dando provisiones a mi casa.'
(24)
:‫רֹושיםְּכְּל־חֶ פ ֽצֹו‬
ִ֖ ְּ‫ִּ֛יםְּועֲצֹ֥יְּב‬
ֽ ַ ‫למהְּעֲצֹּ֧יְּא ֲָרז‬
ָ֗ ‫ירֹוםְּנ ֣תןְּלש‬
ָ֜ ‫וַי ֻּ֨היְּח‬
vaihí jiróm notén lishlomóh 'atzéi arazím vá'atzéi vêroshím kol-jeftzó.

Entonces Hiram daba a Shelomó [Salomón] toda la madera de cedro y de


ciprés que quiso.
(25)
ְּ‫ֶףְּכרְּחטים֙ ְּמַ ֣כלֶתְּלְּב ֵ֔יתֹו‬ֶּ֤ ‫ְּ֩אל‬ ֶ ֻּ֨ ‫ירםְּעֶשרים‬ ָ֜ ָ ‫ושלמהְּ֩נ ֻּ֨ ַָתןְּלְּח‬
‫ פ‬:‫ירםְּשָ נָ ֹ֥הְּבְּשָ ָנֽה‬
ִ֖ ָ ‫למהְּלְּח‬
ִּ֛ ְּ‫יתְּכה־י ֹּ֧תןְּש‬ֽ ‫רְּשמֶ ןְּכ ִָ֑ת‬
֣ ֶ ‫יםְּכ‬
ִ֖ ‫וְּעֶש ֹ֥ר‬

523
5 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

ushlomoh natán lêjirám 'esrim élef kór jitim makólet lêveitó, vê'esrím kór
shémen katít; kóh-itén shêlomóh lêjirám shanáh vêshanáh.

Y Shelomó [Salomón] daba a Hiram, para el sustento de su casa, 20000 coros


de trigo y 20000 batos de aceite puro. Esto daba Shelomó [Salomón] a Hiram
año tras año.
(26)
ְּ ֙‫ֲשרְּדבֶ ר־לִ֑ ֹוְּוַי ֣היְּשָ ָ֗לםְּבֶּ֤יןְּח ָירם‬ ִ֖ ֶ ‫הְּכא‬
ֽ ַ ‫למ‬
ֵ֔ ‫ַוֽיה ָ֗ ָוהְּנ ַ ֶָּ֤תןְּחְּכמָ ה֙ ְּלש‬
:ְּ‫יהם‬
ֽ ֶ ‫למהְּוַיכרְּ ֹ֥תוְּבְּ ִ֖ריתְּשְּנ‬
ֵ֔ ְּ‫וב֣יןְּש‬
váAdonai natán jojmah lishlomóh, káashér diber-ló; vaihí shalóm béin jiram
uvéin shêlomóh, vaijrêtú vêrít shêneihém .

El Eterno dio a Shelomó [Salomón] sabiduría, tal como le había prometido.


Había paz entre Hiram y Shelomó [Salomón], y ambos hicieron una alianza.
(27)
ְּ‫יםְּאלֶף‬
ִ֖ ֶ ‫לש‬
ֹ֥ ְּ‫הְּמסְּמכְּל־יש ָר ִ֑אלְּוַי ֣היְּהַ ֵ֔ ַמסְּש‬
ִ֖ ַ ‫למ‬
ִּ֛ ְּ‫ַו ַֻּ֨יעַלְּהַ ֶ ֹּ֧מלְֶךְּש‬
:‫ֽאיש‬
vaiá'al hamélej shêlomóh más mikol-israél; vaihí hamás, shêloshím élef ísh.

Entonces el rey Shelomó [Salomón] realizó una leva en todo Israel, para
tributo laboral. Los reclutados para el tributo laboral fueron 30000 hombres.
(28)
ְּ‫שְּיהי֣ ו‬
ֽ ֶ‫ֹותְּחד‬
ֶ֚ ‫וַישלָח֣םְּלְּבָ נָ֗ ֹונָהְּעֲשֶֻּ֨ ֶרתְּ ֲאל ֶָּ֤פיםְּבַ ֻּ֨חדֶ ש֙ ְּחֲל ֵ֔יפ‬
‫ ס‬:ְּ‫ירםְּעַל־הַ ַ ֽמס‬ִ֖ ָ ‫בַ לְּבָ נֵ֔ ֹוןְּשְּנַ ַֹֽ֥יםְּחְּדָ ִ֖שיםְּבְּב ִ֑יתֹוְּ ַוא ֲֽדנ‬
vaishlajém lêvanónah 'aséret alafím bajódesh jalifót, jódesh íhíu valêvanón,
shênáim jodashím bêveitó; vaadónirám 'al-hamás .

Él los enviaba al Líbano, 10000 al mes, por turno, para que pasaran un mes en
el Líbano y dos meses en sus casas. Adoniram estaba a cargo del tributo
laboral.
(29)
:‫ֹ֥יםְּאלֶףְּחצֹ֥בְּבָ ָ ֽהר‬
ִ֖ ֶ ‫אְּס ָבִ֑לְּושמנ‬
ְַּ ‫יםְּאלֶףְּנ ֣ש‬
ִ֖ ֶ ‫למהְּשב ֹ֥ע‬
ִּ֛ ‫וַי ֹּ֧היְּלש‬
vaihí lishlomóh shiv'ím élef nosé sabál; ushmoním élef jotzév bahár.

Además, Shelomó [Salomón] tenía 70000 cargadores y 80000 canteros en la


región montañosa,
(30)
ְּ‫ֲשרְּעַל־הַ מְּלָא ֵָ֔כהְּשְּלֹ֥ שֶ תְּ ֲאל ִָ֖פים‬ ֣ ֶ ‫ַ֠ ְּלבַ דְּמשָ ֻּ֨ריְּהַ נצָ ֶּ֤ביםְּלשלמה֙ ְּא‬
‫ ס‬:‫ָאכה‬ ֽ ָ ‫םְּהע ִ֖שיםְּבַ מְּל‬
ֽ ָ ‫ֹותְּהר ֣דיםְּבָ ֵָ֔ע‬
ֽ ָ ‫ושל֣ שְּמ ִ֑א‬
524
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 5, 6

lêvad misaréi hanitzavím lishlomoh ashér 'al-hamêlajáh, shêlóshet alafím


ushlósh meót; hárodím ba'ám, há'osím bamêlajáh.

sin contar los oficiales que Shelomó [Salomón] había establecido al frente de
la obra, los cuales eran 3300 Éstos mandaban a la gente que hacía la obra.
(31)
ְּ‫וַי ַצ֣וְּהַ ִּ֡ ֶמלְֶךְּ ַויַסעוְּ֩אֲבָ ֻּ֨ניםְּגְּד ָ֜לֹותְּאֲבָ נֹּ֧יםְּיְּקָ ִּ֛רֹותְּלְּי ַֹ֥סדְּהַ ָבִ֖יתְּאַ בנֹ֥י‬
:‫ג ָֽזית‬
vaitzáv hamélej vaiasi'ú avaním gêdolót avaním iêqarót lêiaséd habáit avnéi
gazít.

El rey mandó que extrajesen piedras grandes, piedras costosas, para poner los
cimientos del templo con piedras labradas.
(32)
ְּ‫ינוְּהע ֹ֥ציםְּוְּ ָ ֽהאֲבָ נִ֖ים‬
ֽ ָ ‫למהְּובנֹ֥יְּח ִ֖ירֹוםְּוְּהַ גב ִ֑ליםְּ ַוי ִָּ֛כ‬
ִּ֛ ְּ‫ַוַֽֽיפסְּ ׁ֞לוְּבנֹּ֧יְּש‬
‫ פ‬:‫לבנֹ֥ ֹותְּהַ ָ ֽבית‬
váifsêlú bonéi shêlomóh uvonéi jiróm vêhagivlím; vaiajínu há'etzím
vêháavaním livnót habáit.

Los constructores de Shelomó [Salomón], los de Hiram y los de Biblos,


tallaron y prepararon la madera y las piedras para construir el templo.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 6


(1)
ְּ‫וַי ֣היְּבשמֹונ֣יםְּשָ נָ ֣הְּוְּאַ ר ַב֣עְּמ ֣אֹותְּשָ ִָּ֡נהְּלְּצ֣אתְּבְּנֽי־יש ָר ֣אל‬
ְּ‫וְּהואְּהַ ֣חדֶ שְּהַ ש ֵ֔ני‬
ֶ֚ ‫שְּז‬
ָ֗ ֶ‫יעיתְּבְּ ֣חד‬ ָ֜ ‫הְּה ְּרב‬
ֽ ָ ‫מ ֶ ֽא ֶרץ־מצ ַריםְּ֩בַ שָ ָֻּ֨נ‬
:ְּ‫יהוֽה‬
ָ ‫למהְּעַל־יש ָר ִ֑אלְּוַיֹ֥בֶ ןְּהַ ַבִ֖יתְּ ַ ֽל‬ ִ֖ ְּ‫למלֹ֥ ְךְּש‬
vaihí vishmoním shanáh vêarbá' meót shanáh lêtzét bênéi-israél meéretz-
mitzraim bashanáh hárêvi'ít bêjódesh zív hú hajódesh hashení, limlój
shêlomóh 'al-israél; vaíven habáit láAdonai .

Aconteció que Shelomó [Salomón] comenzó a edificar la casa del Eterno en el


año 480 después que los Hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto, en el
mes de Ziv, que es el mes segundo, del cuarto año del reinado de Shelomó
[Salomón] sobre Israel.

525
6 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(2)
ְּ‫ְּליה ֵ֔ ָוהְּששים־אַ ָ ֹ֥מהְּאְּרכִ֖ ֹו‬
ֽ ַ ֙‫וְּהַ ָ֗ ַביתְּאֲשֶֻּ֨ רְּבָ ָָ֜נהְּהַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּשְּלמה‬
:ְּ‫הְּקֹומָ ֽתֹו‬
ֽ ‫לשיםְּאַ ָ ִ֖מ‬
ֹ֥ ‫וְּעֶש ֣ריםְּרְּח ִ֑בֹוְּוש‬
vêhabáit ashér banáh hamélej shêlomoh láAdonai, shishim-amáh orkó
vê'esrím rojbó; ushloshím amáh qómató .

La casa que el rey Shelomó [Salomón] edificó para el Eterno tenía 60 codos
de largo, 20 codos de ancho y 30 codos de alto.
(3)
ְּ‫ִ֖יְּרחַ ב‬
֣ ‫וְּ ָ ֽהאו ָָ֗לםְּעַל־פְּני֙ ְּהיכַ ֣לְּהַ ֵ֔ ַביתְּעֶש ֶּ֤ריםְּאַ מָ ה֙ ְּאְּרכֵ֔ ֹוְּעַל־פְּנ‬
:‫רְּבאַ ָ ִּ֛מהְּרְּח ִ֖בֹוְּעַל־פְּנֹ֥יְּהַ ָ ֽבית‬
ֽ ָ ֶ‫הַ ָבִ֑יתְּעֶ ֹּ֧ש‬
vêháulám 'al-pêneí heijál habáit, 'esrím amah orkó, 'al-pênéi rójav habáit; 'éser
báamáh rojbó 'al-pênéi habáit.

El pórtico delante del lugar santo del templo tenía 20 codos de largo, a lo
ancho de la casa, y 10 codos de ancho en el frente de la casa.
(4)
:‫ֲטומים‬
ֽ ‫וַיַ ֣עַשְּל ֵ֔ ַָביתְּחַ לֹונִ֖יְּשְּק ֹ֥פיםְּא‬
vaiá'as labáit, jalonéi shêqufím atumím.

También hizo al edificio ventanas anchas por dentro y angostas por fuera.
(5)
ְּ‫ַל־קירְּהַ ַבֶּ֤יתְּיצועְּ(י ָֻּ֨צי ֙ ַע)ְּסָ ֵ֔ביבְּאֶ ת־ק ֶּ֤ירֹותְּהַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּסָ ֵ֔ביב‬
ֻּ֨ ‫וַיבֶ ןְּ֩ע‬
:‫ַ ֽלהיכָ ִ֖לְּוְּלַדְּ ִ֑בירְּוַיַ ֹ֥עַשְּצְּלָעִ֖ ֹותְּסָ ֽביב‬
vaiven 'al-qír habáit itzv' (iatzí'á) savív, et-qirót habáit savív, láheijál
vêladêvír; vaiá'as tzêla'ót savív.

Contra el muro del edificio construyó galerías alrededor de los muros del
templo, es decir, del lugar santo y del santuario interior; y les hizo cuartos
laterales alrededor.
(6)
ְּ‫ְּשש‬ ֶּ֤ ֙‫שְּבאַ ָ ֣מהְּרְּח ָ֗ ָבּהְּוְּהַ ֽתיכנָה‬
ֽ ָ ‫היצועְּ(הַ י ָֻּ֨ציעַ)ְּהַ תַ חת ָָ֜נהְּחָ ֹּ֧מ‬
ְּ‫ִּ֑הְּכיְּמג ָרעֹותְּ֩נ ֻּ֨ ַָתן‬
ִּ֡ ‫עְּבאַ ָ ִ֖מהְּרְּח ָב‬ ֽ ָ ַ‫יתְּשב‬
ֹ֥ ֶ ‫יש‬ ֵ֔ ‫ָ ֽבאַ מָ ה֙ ְּרְּח ֵ֔ ָבּהְּוְּ ֻּ֨ ַהשְּל‬
:‫ְּחוצָ הְּלְּבל ִ֖תיְּא ֲֹ֥חזְּבְּ ֽקירֹות־הַ ָ ֽבית‬ ֵ֔ ֙‫ל ַַבֶּ֤יתְּסָ ביב‬
hitzv' (haiatzí'a) hatajtonáh jamésh báamáh rojbáĥ vêhatíjonah shésh báamah
rojbáĥ, vêháshêlishít, shéva' báamáh rojbáĥ; kí migra'ot natán labáit saviv
jútzah, lêviltí ajóz bêqírot-habáit.

526
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 6

La galería inferior tenía 5 codos de ancho, la intermedia 6 codos de ancho y la


tercera 7 codos de ancho. Porque había hecho rebajos en el lado exterior,
alrededor del edificio, para que las vigas de las galerías no se empotrasen en
los muros del templo.
(7)
ְּ‫ֹוְּאבֶ ן־שְּל ָ ֹ֥מהְּמַ ָסִ֖עְּנבנָ ִ֑הְּומַ קָ ֶּ֤בֹותְּוְּהַ גַרזֶן֙ ְּכְּל־כְּ ֣לי‬
ֽ ֶ ‫וְּהַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּבְּה ָב֣נ ֵ֔ת‬
:‫לְּלא־נש ַ ֹ֥מעְּבַ ַבִ֖יתְּבְּה ָ ֽבנ ֽתֹו‬ ֽ ‫בַ ר ֵֶ֔ז‬
vêhabáit bêhibánotó, éven-shêlemáh masá' nivnáh; umaqavót vêhagarzen kol-
kêlí varzél, ló-nishmá' babáit bêhibánotó.

Cuando edificaron el templo, usaron piedras enteras labradas en las canteras,


de manera que mientras lo construían, no se oía en el templo el ruido de
martillos, hachas ni otras herramientas de hierro.
(8)
‫יםְּיעֲלו֙ ְּעַל־‬
ֽ ַ ‫לול‬
ָ֗ ‫ֶָ֗פתַ חְּ הַ צלָע֙ ְּהַ ֣תיכ ֵָ֔נהְּאֶ ל־כֶ ֹ֥תֶ ףְּהַ ַבִ֖יתְּהַ ימָ נִ֑יתְּוב‬
:‫הַ ֣תיכ ֵָ֔נהְּומן־הַ ֽתיכנָ ִ֖הְּאֶ ל־הַ שְּל ֽשים‬
pétaj hatzela' hatíjonáh, el-kétef habáit haimanít; uvlulím iá'alú 'al-hatíjonáh,
umin-hatíjonáh el-hashêlishím.

La entrada a la galería baja estaba al lado sur del templo. Se subía a la galería
intermedia y de ésta a la superior, mediante una escalera de caracol.
(9)
:‫תְּבא ֲָר ֽזים‬
ֽ ָ ‫וַיֹ֥בֶ ןְּאֶ ת־הַ ַבִ֖יתְּוַיכַלִ֑הוְּוַיס ֶּ֤פןְּאֶ ת־הַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּג ֵ֔ביםְּושד ִ֖ר‬
vaíven et-habáit vaijaléhu; vaispón et-habáit gevím, usderót báarazím.

Construyó, pues, el templo y lo terminó. Luego cubrió el edificio con vigas y


tablas de cedro.
(10)
ְּ‫ֹותְּקֹומָ ִ֑תֹוְּו ֶ ַֽיא ֱֹ֥חז‬
ֽ ‫וַיֶּ֤בֶ ןְּאֶ ת־היצועְּ(הַ י ָֻּ֨צי ֙ ַע)ְּעַל־כְּל־הַ ֵ֔ ַביתְּחָ ֹ֥משְּאַ ִ֖מ‬
‫ פ‬:‫תְּבעֲצֹ֥יְּא ֲָר ֽזים‬ ֽ ַ ‫אֶ ת־הַ ַבִ֖י‬
vaíven et-hytzv' (haiatzí'á) 'al-kol-habáit, jamésh amót qómató; vaiéejóz et-
habáit bá'atzéi arazím.

También construyó las galerías alrededor de todo el templo, cada una de 5


codos de alto, y estaban apoyadas en el templo con vigas de cedro.
(11)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫למהְּל‬
ִ֖ ְּ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּדְּבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְּאֶ ל־ש‬
váihí dêvar-Adonai, el-shêlomóh lemór .

Entonces vino la palabra del Eterno a Shelomó [Salomón], diciendo:

527
6 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(12)
ְּ‫יְּתעֲשֵֶ֔ ה‬
ֽ ַ ‫הַ ֻּ֨ ַביתְּהַ ֶָ֜זהְּאֲשֶ ר־אַ ָ ֣תהְּב ֶָ֗נהְּאם־תלְֶּ֤ךְּבְּחקתַ י֙ ְּוְּאֶ ת־משפ ַ ָ֣ט‬
ְּ‫וְּ ָ ֽשמַ ר ָ ֹ֥תְּאֶ ת־כְּל־מצֹו ַ ִ֖תיְּלָלֶ ֣ כֶתְּבָ ֶהִ֑םְּ ַוה ֲֽקמ ֶּ֤תיְּאֶ ת־דְּבָ רי֙ ְּא ֵ֔ ָתְך‬
:‫ֲשרְּד ַבִ֖רתיְּאֶ ל־דָ ֹ֥ודְּאָ ֽביָך‬ ֹ֥ ֶ ‫א‬
habáit hazéh asher-atáh vonéh im-teléj bêjuqotaí vêet-mishpatái tá'aséh,
vêshámartá et-kol-mitzotái laléjet bahém; vahaqímotí et-dêvarí itáj, ashér
dibárti el-davíd avíja.

'Respecto a este templo que tú edificas, si caminas en mis estatutos, y pones


por obra mis decretos, y guardas todos mis mandamientos andando de acuerdo
con ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a tu padre David:
(13)
‫ פ‬:‫אְּאע ֱִ֖זבְּאֶ ת־ע ַֹ֥מיְּיש ָר ֽאל‬
ֽ ֶ ‫וְּ ָ ֣שכַנ ֵ֔תיְּבְּ ִ֖תֹוְךְּבְּנ֣יְּיש ָר ִ֑אלְּוְּ ֹ֥ל‬
vêshájantí, bêtój bênéi israél; vêló é'ezóv et-'amí israél.

Habitaré en medio de los Hijos de Israel, y no abandonaré a mi pueblo Israel.'


(14)
:‫למהְּאֶ ת־הַ ַבִ֖יתְּוַיכ ַֽלהו‬
ִּ֛ ְּ‫וַיֹּ֧בֶ ןְּש‬
vaíven shêlomóh et-habáit vaijaléhu.

Shelomó [Salomón] edificó el templo y lo terminó.


(15)
ְּ ֙‫ירֹותְּהַ ַבֶּ֤יתְּמ ֻּ֨ ַביתָ ה֙ ְּבְּצַ לע֣ ֹותְּא ֲָר ֵ֔זיםְּמקַ ר ַ ֶּ֤קעְּהַ ֻּ֨ ַבית‬
ֻּ֨ ‫וַיבֶ ןְּ֩אֶ ת־ק‬
ְּ‫עַד־ק ֣ירֹותְּהַ ס ֵ֔פןְּצפָ ֹ֥הְּעִ֖ץְּמ ָבִ֑יתְּוַי ַצִּ֛ףְּאֶ ת־קַ ר ַ ֹ֥קעְּהַ ַבִ֖יתְּבְּצַ לעֹ֥ ֹות‬
:‫רֹושים‬
ֽ ְּ‫ב‬
vaiven et-qirót habáit mibáitah bêtzal'ót arazím, miqarqá' habáit 'ad-qirót
hasipún, tzipáh 'étz mibáit; vaitzáf et-qarqá' habáit bêtzal'ót bêroshím.

Después revistió el lado interior de los muros del templo con tablas de cedro;
los recubrió de madera por dentro, desde el suelo del templo hasta las vigas
del artesonado. También cubrió el suelo del templo con tablas de ciprés.
(16)
ְּ‫הְּמירכותיְּ(מיַרכְּ ֶּ֤תי)ְּהַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּבְּצַ לע֣ ֹותְּא ֲָר ֵ֔זים‬
ֽ ‫וַיבֶ ןְּ֩אֶ ת־עֶש ֻּ֨ריםְּאַ ָ֜ ָמ‬
:‫מן־הַ קַ ר ַ ִ֖קעְּעַ ד־הַ ק ִ֑ירֹותְּוַיֶּ֤בֶ ןְּלֹו֙ ְּמ ַב֣יתְּלד ֵ֔בירְּלְּ ִ֖קדֶ שְּהַ קְּדָ ֽשים‬
vaiven et-'esrím amáh myrjvty (míarkêtéi) habáit bêtzal'ót arazím, min-
haqarqá' 'ad-haqirót; vaíven ló mibáit lidvír, lêqódesh haqodashím.

528
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 6

Al fondo del templo hizo un compartimento de 20 codos, con tablas de cedro


desde el suelo hasta las vigas. Y adentro le dispuso el santuario interior, es
decir, el lugar santísimo.
(17)
:‫ואְּההיכָ ֹ֥לְּלפ ָנֽי‬
ֽ ַ ‫תְּה‬
ִ֖ ‫יםְּבאַ ָ ִ֖מהְּהָ יָ ֣הְּהַ ָבִ֑י‬
ֽ ָ ‫וְּאַ רבָ ֹ֥ע‬
vêarba'ím báamáh haiáh habáit; hú háheijál lifnái.

El templo, es decir, el lugar santo que estaba delante, tenía 40 codos.


(18)
ְּ‫לְּא ֶרז‬
ֶ ֵ֔ ‫טוריְּצ ִ֑ציםְּהַ ֣כ‬
ִ֖ ‫וְּ ֶ ֶּ֤א ֶרזְּאֶ ל־הַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּפְּ ֵ֔נימָ הְּמקלַ ֣ ַעתְּפְּקָ ֵ֔עיםְּופ‬
:‫יןְּאבֶ ןְּנר ָ ֽאה‬
ִ֖ ֶ ‫ֹ֥א‬
vêérez el-habáit pênímah, miqlá'at pêqa'ím, ufturéi tzitzím; hakól érez, éin
éven niráh.

El templo estaba revestido por dentro con cedro, con bajorrelieves de


calabazas y de flores abiertas. Todo era de cedro, y no se veía ninguna piedra.
(19)
ְּ‫וד ֹּ֧בירְּבְּתֹוְך־הַ ַבִּ֛יתְּמפְּנִ֖ימָ הְּה ִ֑כיןְּלְּת ֣תןְּשֵָ֔ םְּאֶ ת־א ֲִ֖רֹוןְּבְּ ֹ֥רית‬
:ְּ‫הוֽה‬ָ ‫י‬
udvír bêtoj-habáit mipênímah hejín; lêtitén shám, et-arón bêrít Adonai .

También preparó por dentro el santuario interior, en medio del templo, para
poner allí el arca del pacto del Eterno.
(20)
ְּ‫הְּרחַ בְּוְּעֶש ֶּ֤רים‬
ָ֗ ‫הְּא ֶרְךְּוְּעֶש ֹּ֧ריםְּאַ ָ ֣מ‬
ָ֜ ‫וְּלפנ֣יְּהַ דְּ ִּ֡בירְּעֶשריםְּ֩אַ ֻּ֨ ָמ‬
:‫ְּא ֶרז‬
ֽ ָ ַ‫אַ מָ ה֙ ְּֽקֹומָ ֵ֔תֹוְּוַיצַ פִ֖הוְּז ָָה֣בְּסָ גִ֑ ורְּוַי ַצֹ֥ףְּמזבִ֖ח‬
vêlifnéi hadêvír 'esrim amáh órej vê'esrím amáh rójav vê'esrím amah qómató,
vaitzapéhu zaháv sagúr; vaitzáf mizbéaj árez.

El santuario interior tenía 20 codos de largo, 20 codos de ancho y 20 codos de


alto; y lo recubrió de oro puro. También recubrió de cedro el altar.
(21)
ְּ‫למהְּאֶ ת־הַ ַבִּ֛יתְּמפְּנִ֖ימָ הְּז ָָה֣בְּסָ גִ֑ ורְּוַיע ַׁ֞ברְּברתיקות‬ ֹּ֧ ְּ‫וַי ֻּ֨ ַצףְּש‬
:‫תוקֹות)ְּזָהָ ב֙ ְּלפנ֣יְּהַ דְּ ֵ֔בירְּוַיצַ פִ֖הוְּז ָ ָֽהב‬
ֶּ֤ ‫(בְּ ַר‬
vaitzáf shêlomóh et-habáit mipênímah zaháv sagúr; vai'abér vrtiqvt
(bêratuqót) zahav lifnéi hadêvír, vaitzapéhu zaháv.

Después Shelomó [Salomón] recubrió de oro puro el interior del templo y


puso cadenas de oro en la parte delantera del santuario interior, y lo recubrió
de oro.
529
6 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(22)
‫ַד־תםְּכְּל־הַ ָבִ֑יתְּוְּכְּל־הַ מזבֹ֥חַ ְּאֲֽשֶ ר־‬
֣ ‫וְּאֶ ת־כְּל־הַ ַבִּ֛יתְּצפָ ֹ֥הְּז ָָהִ֖בְּע‬
:‫לַדְּ ִ֖בירְּצפָ ֹ֥הְּז ָ ָֽהב‬
vêet-kol-habáit tzipáh zaháv 'ad-tóm kol-habáit; vêjol-hamizbéaj ásher-ladêvír
tzipáh zaháv.

Y recubrió de oro todo el templo, hasta que todo el templo fue terminado.
También recubrió de oro todo el altar que estaba delante del santuario interior.
(23)
:‫ֹותְּקֹומָ ֽתֹו‬
ֽ ‫י־שמֶ ןְּעֶ ֹ֥שֶ רְּאַ ִ֖מ‬
ִ֑ ָ ‫רוביםְּעֲצ‬
ִ֖ ְּ‫וַיַ ֣עַשְּבַ דְּ ֵ֔בירְּשְּנֹ֥יְּכ‬
vaiá'as badêvír, shênéi jêruvím 'atzei-shámen; 'éser amót qómató.

Hizo también en el santuario interior dos querubines de madera de olivo, cada


uno de 10 codos de alto.
(24)
ְּ‫ְּהאֶ ֵ֔ ָחתְּוְּחָ ֣משְּאַ ֵ֔מֹותְּכְּנַ ַֹֽ֥ףְּהַ כְּ ִ֖רוב‬
ֽ ָ ֙‫וְּחָ ֣משְּאַ ָ֗מֹותְּכְּנַ ֶַּֽ֤ףְּהַ כְּרוב‬
:‫הַ שנִ֑יתְּעֶ ֣שֶ רְּאַ ֵ֔מֹותְּמק ֹ֥צֹותְּכְּנָפָ ִ֖יוְּוְּעַד־קְּ ֹ֥צֹותְּכְּנ ָ ָֽפיו‬
vêjamésh amót kênáf hakêruv háeját, vêjamésh amót, kênáf hakêrúv hashenít;
'éser amót, miqtzót kênafáv vê'ad-qêtzót kênafáv.

El ala de un querubín tenía 5 codos, y la otra ala del querubín tenía 5 codos.
Había 10 codos desde el extremo de un ala hasta el extremo de la otra.
(25)
:‫ְּבאַ ֵ֔ ָמהְּהַ כְּ ִ֖רובְּהַ שנִ֑יְּמ ָ ֹ֥דהְּאַ ַחִּ֛תְּוְּ ֶ ֹ֥קצֶ בְּאֶ ָחִ֖דְּלשנֹ֥יְּהַ כְּר ֽבים‬
ֽ ָ ֙‫וְּ ֶֻּ֨עשֶ ר‬
vê'éser báamáh, hakêrúv hashení; midáh aját vêqétzev ejád lishnéi
hakêruvím.

De la misma manera, el segundo querubín tenía 10 codos. Los dos querubines


tenían la misma medida y la misma forma.
(26)
:‫רְּבאַ ָ ִ֑מהְּוְּכִ֖ןְּהַ כְּ ֹ֥רובְּהַ ש ֽני‬
ֽ ָ ֶ‫ובְּהאֶ ֵ֔ ָחדְּעֶ ִ֖ש‬
ֽ ָ ‫קֹומַ ת֙ ְּהַ כְּ ֣ר‬
qomat hakêrúv háejád, 'éser báamáh; vêjén hakêrúv hashení.

El primer querubín tenía 10 codos de alto, e igualmente el segundo querubín.


(27)
ְּ‫יְּוַֽֽיפרְּשו֮ ְּאֶ ת־כַנפ֣י‬ ַ ‫ימ‬ ָ֗ ‫רוביםְּבְּ ֣תֹוְךְּ׀ְּהַ ַב֣יתְּהַ פְּנ‬ָ֜ ְּ‫וַי ֻּ֨תןְּאֶ ת־הַ כ‬
ְּ‫ַף־האֶ חָ ד֙ ְּבַ ֵ֔קירְּוכנַף֙ ְּהַ כְּ ֣רובְּהַ ש ֵ֔ניְּנגַ ִ֖ עַתְּבַ ֣קיר‬
ֽ ָ ‫הַ כְּרביםְּ֒וַתגַ ֶּ֤עְּכְּנ‬
:‫תְּנגְּ ִ֖עתְּכָנָ ַֹֽ֥ףְּאֶ ל־כ ָָנַֽֽף‬
ֽ ‫ל־תֹוְךְּהַ ֵ֔ ַבי‬֣ ֶ‫הַ שנִ֑יְּוְּכַנפיהֶ ם֙ ְּא‬

530
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 6

vaitén et-hakêruvím bêtój | habáit hapênimí váifrêsú et-kanféi hakêruvim


vatigá' kênaf-háejad baqír, ujnaf hakêrúv hashení, nogá'at baqír hashení;
vêjanfeihem el-tój habáit, nógê'ót kanáf el-kanáf.

Luego puso los querubines en medio del santuario interior. Las alas de los
querubines se extendían de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala
del otro querubín tocaba la otra pared; y las otras dos alas que daban al centro
del recinto se tocaban ala con ala.
(28)
:‫רוביםְּז ָ ָֽהב‬
ִ֖ ְּ‫וַי ַצֹ֥ףְּאֶ ת־הַ כ‬
vaitzáf et-hakêruvím zaháv.

Luego recubrió de oro los querubines.


(29)
ְּ‫רובים‬
֣ ְּ‫ירֹותְּהַ ָ֜ ַביתְּמ ַס֣בְּ׀ְּקָ ַָ֗לעְּפתוחי֙ ְּמקלְּעֹות֙ ְּכ‬
ֻּ֨ ‫וְּאתְּ֩כְּל־ק‬
:‫טוריְּצ ִ֑ציםְּמלפנִ֖יםְּוְּ ַ ֽלח ֽיצֹון‬
ִ֖ ‫וְּ ֽתמ ֵ֔רתְּופ‬
vêet kol-qirót habáit mesáv | qalá' pitujeí miqlê'ot kêruvím vêtímorót, ufturéi
tzitzím; milifním vêlájitzón.

En todas las paredes alrededor del templo, en el interior y en el exterior, talló


bajorrelieves de querubines, palmeras y flores abiertas.
(30)
:‫וְּאֶ ת־קַ ר ַ ֹ֥קעְּהַ ַבִ֖יתְּצפָ ֣הְּז ָָהִ֑בְּלפנִ֖ימָ הְּוְּ ַ ֽלח ֽיצֹון‬
vêet-qarqá' habáit tzipáh zaháv; lifnímah vêlájitzón.

Y cubrió de oro el suelo del santuario, tanto el interior como el exterior.


(31)
:‫י־שמֶ ןְּהָ ַ ֹ֥אילְּמְּזוזִ֖ ֹותְּחֲמ ֽשית‬
ִ֑ ָ ‫ָשהְּדַ ל ֣תֹותְּעֲצ‬
ִ֖ ָ ‫וְּאת֙ ְּפֶ ֣תַ חְּהַ דְּ ֵ֔בירְּע‬
vêet pétaj hadêvír, 'asáh daltót 'atzei-shámen; haáil mêzuzót jamishít.

Para la entrada del santuario interior hizo puertas de madera de olivo. Los
postes de la puerta eran pentagonales.
(32)
ְּ‫רוביםְּוְּ ֽתמ ִּ֛רת‬
ֹּ֧ ְּ‫ושתי֮ ְּדַ ל ֣תֹותְּעֲצי־שֶ מֶ ןְּ֒וְּקָ לַ ֣עְּ ַ֠ ֲעליהֶ םְּמקלְּ ׁ֞עֹותְּכ‬
‫רוביםְּוְּעַל־הַ ֽתמ ִ֖רֹותְּאֶ ת־‬ ֹ֥ ְּ‫טוריְּצ ִ֖ציםְּוְּצפָ ֣הְּז ָָהִ֑בְּוַיָ ִּ֛ ֶַֽרדְּעַל־הַ כ‬
ֹ֥ ‫ופ‬
:‫הַ ז ָ ָֽהב‬
ushteí daltót 'atzei-shemen vêqalá' 'áleihem miqlê'ót kêruvím vêtímorót ufturéi
tzitzím vêtzipáh zaháv; vaiáred 'al-hakêruvím vê'al-hatímorót et-hazaháv.

531
6 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Las dos puertas eran de madera de olivo, y talló en ellas bajorrelieves de


querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió de oro; también recubrió
de oro los querubines y las palmeras.
(33)
:‫תְּרב ֽעית‬
ְּ ‫י־שמֶ ןְּמ ִ֖א‬
ִ֑ ָ ‫חְּההיכָ ִ֖לְּמְּזוז֣ ֹותְּעֲצ‬
ֽ ַ ַ‫ָשהְּלְּפֶ ֹ֥ת‬
ִּ֛ ָ ‫וְּכֹ֥ןְּע‬
vêjén 'asáh lêfétaj háheijál mêzuzót 'atzei-shámen; meét rêvi'ít.

De la misma manera hizo para la entrada del templo postes cuadrangulares de


madera de olivo.
(34)
ְּ‫ֶתְּהאַ חַ ת֙ ְּגְּל ֵ֔ילים‬
ֽ ָ ‫רֹושיםְּשְּ ֻּ֨ניְּצְּל ָָ֜עיםְּהַ ֶ ֶּ֤דל‬
ִ֑ ְּ‫וש ֹ֥תיְּדַ ל ִ֖תֹותְּעֲצ֣יְּב‬
:‫ילים‬ ֽ ‫ושנֹּ֧יְּקְּל ִָּ֛עיםְּהַ ֶ ֹ֥דלֶתְּהַ שנִ֖יתְּגְּל‬
ushtéi daltót 'atzéi vêroshím; shênéi tzêla'ím hadélet háajat gêlilím, ushnéi
qêla'ím hadélet hashenít gêlilím.

Las dos puertas eran de madera de ciprés. Las dos hojas de una puerta eran
giratorias. Y las dos hojas de la otra puerta también eran giratorias.
(35)
‫וְּקָ לַ ֶּ֤עְּכְּרובים֙ ְּוְּ ֣תמ ֵ֔רֹותְּופט ִ֖ריְּצ ִ֑ציםְּוְּצפָ ֣הְּז ֵ֔ ָָהבְּמְּי ָ ִ֖שרְּעַל־‬
:‫הַ מְּח ֶ ֽקה‬
vêqalá' kêruvim vêtímorót, ufturéi tzitzím; vêtzipáh zaháv, mêyushár 'al-
hamêjuqéh.

También en ellas talló querubines, palmeras y flores abiertas, y los recubrió de


oro, ajustado a los grabados.
(36)
:‫הְּטוריְּגָזִ֑יתְּוְּ ִ֖טורְּכְּר ֹ֥תתְּא ֲָר ֽזים‬
֣ ‫לש‬
ִ֖ ָ ְּ‫ימיתְּש‬
ֵ֔ ‫ת־החָ צ֣רְּהַ פְּנ‬
ֽ ֶ ֶ‫ו ַֻּ֨יבֶ ן֙ ְּא‬
vaíven et-héjatzér hapênimít, shêlosháh turéi gazít; vêtúr kêrutót arazím.

Hizo el atrio interior de tres hileras de piedras labradas y una hilera de vigas
de cedro.
(37)
:ְּ‫חְּזו‬
ֽ ‫יעיתְּי ַ ִ֖סדְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּבְּיֶ ִ֖ ַַֽר‬
ֵ֔ ‫ְּה ְּרב‬
ֽ ָ ֙‫בַ שָ נָה‬
bashanah hárêvi'ít, yusád béit Adonai; bêiéraj zív .

En el mes de Ziv del año 4, fueron puestos los cimientos de la casa del Eterno;
(38)
ְּ‫ולְּהואְּהַ ֣חדֶ שְּהַ שְּמ ֵ֔יניְּכָלָ ֣הְּהַ ֵ֔ ַבית‬
ֶ֚ ‫חְּב‬
ָ֗ ‫ְּ֩האַ ֻּ֨ ַחתְּעֶש ָ֜רהְּבְּיֶ ֣ ַַֽר‬
ֽ ָ ‫ובַ שָ ָנה‬
:‫ִ֖הוְּשבַ עְּשָ ֽנים‬
ֹ֥ ֶ ‫לְּכְּל־דְּבָ ָ ִ֖ריוְּולכְּל־משפ ָ ִָ֑טוְּוַיבנ‬
532
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

uvashanah háaját 'esréh bêiéraj búl hú hajódesh hashêminí, kaláh habáit, lêjol-
dêvaráv uljol-mishpatáv; vaivnéhu shéva' shaním.

y en el mes de Bul, es decir, el mes octavo, del año 11, fue terminado el
templo en todos sus detalles y en todas sus especificaciones. Lo edificó en
siete años.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 7


(1)
:‫למהְּשְּלֹ֥ שְּעֶש ִ֖רהְּשָ נָ ִ֑הְּוַיכַ ִ֖לְּאֶ ת־כְּל־ב ֽיתֹו‬
ֵ֔ ְּ‫וְּאֶ ת־ביתֹו֙ ְּבָ נָ ֣הְּש‬
vêet-beitó banáh shêlomóh, shêlósh 'esréh shanáh; vaijál et-kol-beitó.

Después Shelomó [Salomón] edificó su propia casa en trece años, y terminó


toda su casa.
(2)
ְּ ֙‫ו ַָ֜יבֶ ןְּאֶ ת־ב֣יתְּ׀ְּיַ ֣עַרְּהַ לְּבָ נָ֗ ֹוןְּמ ֻּ֨ ָאהְּאַ ָ ֶּ֤מהְּאְּרכֹו֙ ַ ְּֽוחֲמ ֶּ֤שיםְּאַ מָ ה‬
ְּ‫ַמודיְּא ֲָר ֵ֔זים‬
֣ ‫הְּקֹומָ ִ֑תֹוְּ ַָ֗עלְּאַ רבָ עָה֙ ְּטורי֙ ְּע‬ ֽ ‫לשיםְּאַ ָ ִ֖מ‬ ֹ֥ ‫רְּ ח ֵ֔בֹוְּוש‬
:‫ַמודים‬
ֽ ‫ַל־הע‬ ֽ ָ ‫וכר ֹ֥תֹותְּא ֲָרזִ֖יםְּע‬
vaíven et-béit | iá'ar halêvanón meáh amáh orkó vájamishím amah rojbó,
ushloshím amáh qómató; 'ál arba'ah tureí 'amudéi arazím, ujrutót arazím 'al-
há'amudím.

Edificó la Casa del Bosque del Líbano, la cual tenía 100 codos de largo, 50
codos de ancho y 30 codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro
con vigas de cedro sobre las columnas.
(3)
ְּ‫ַמודיםְּאַ רבָ ִ֖עים‬
ֵ֔ ‫ַל־הע‬
ֽ ָ ‫ֲשרְּע‬
֣ ֶ ‫וְּסָ פ֣ןְּבָ ָ֗ ֶא ֶרזְּמ ֻּ֨ ַמ ַעלְּ֙עַל־הַ צְּלָעֹות֙ ְּא‬
:‫ַ ֽוחֲמ ָ ִ֑שהְּחֲמ ָ ֹ֥שהְּעָ ָ ִ֖שרְּהַ ֽטור‬
vêsafún baérez mimá'al 'al-hatzêla'ot ashér 'al-há'amudím, arba'ím vájamisháh;
jamisháh 'asár hatúr.

Estaba cubierta de cedro encima de las vigas que se apoyaban sobre 45


columnas, 15 columnas por hilera.
(4)
:‫ל־מחֱזָ ִ֖הְּשָ לֹ֥ שְּפְּע ָֽמים‬
ֽ ֶ ֶ‫יםְּומחֱזָ ֹ֥הְּא‬
ֶֽ ‫הְּטור‬
ִ֑ ‫לש‬
֣ ָ ְּ‫ושק ִ֖פיםְּש‬
ushqufím shêlosháh turím; uméjezáh el-méjezáh shalósh pê'amím.

Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra en grupos de tres.

533
7 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(5)
ְּ‫ל־מחֱזָ ִ֖ה‬
ֽ ֶ ֶ‫ולְּמחֱזָ ִּ֛הְּא‬
ֽ ֶ ‫ףְּומ‬
ֹּ֧ ֶ‫יםְּשק‬
ִ֑ ָ ‫ֹותְּרב ֣ע‬
ְּ ִ֖‫וְּכְּל־הַ פְּתָ ֹ֥חיםְּוְּהַ מְּזוז‬
:‫שָ לֹ֥ שְּפְּע ָֽמים‬
vêjol-hapêtajím vêhamêzuzót rêvu'ím sháqef; umúl méjezáh el-méjezáh
shalósh pê'amím.

Todas las puertas y ventanas tenían marcos cuadrados, y una ventana estaba
frente a otra ventana, en grupos de tres.
(6)
ְּ‫לשיםְּאַ ָ ִ֖מה‬
ֹ֥ ‫ֶּ֤םְּהעַמודים֙ ְּעָשֵָ֔ הְּחֲמ ֶּ֤שיםְּאַ מָ ה֙ ְּאְּרכֵ֔ ֹוְּוש‬
ֽ ָ ָ‫וְּ ֻּ֨אתְּאול‬
:‫יהם‬ֽ ֶ ‫יהםְּוְּעַמ ֹ֥דיםְּוְּעָ ִ֖בְּעַל־פְּנ‬ ֶ ֵ֔ ‫רְּח ִ֑בֹוְּוְּאולָם֙ ְּעַל־פְּנ‬
vêét ulám há'amudim 'asáh, jamishím amah orkó, ushloshím amáh rojbó;
vêulam 'al-pêneihém, vê'amudím vê'áv 'al-pêneihém.

También edificó el Pórtico de las Columnas, que tenía 50 codos de largo por
30 codos de ancho. Y frente a las columnas de este pórtico, había otro pórtico
con columnas, que tenía una cubierta delante.
(7)
ְּ‫ָשהְּוְּסָ ֣פוןְּבָ ֵ֔ ֶא ֶרז‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּישפְּט־שֵָ֔ םְּאלָ ֹ֥םְּהַ משפָ ִ֖טְּע‬ ֣ ֶ ‫וְּאולָ ֶּ֤םְּהַ כסא֙ ְּא‬
:‫ֽמהַ קַ ר ַ ִ֖קעְּ ַעד־הַ קַ ר ָ ֽקע‬
vêulám hakise ashér ishpot-shám, ulám hamishpát 'asáh; vêsafún baérez,
méhaqarqá' 'ad-haqarqá'.

También edificó el Pórtico del Trono, o Pórtico del Juicio, donde había de
juzgar, y lo recubrió con cedro desde el suelo hasta las vigas.
(8)
ְּ‫ְּלאו ֵָ֔לםְּכ ַ ַֽמע ֶ ֲֹ֥שהְּהַ זֶ ִ֖ה‬
ֽ ָ ֙‫֣רְּהאַ ָ֗ ֶח ֶרתְּמבית‬
ֽ ָ ‫ר־ישֶ בְּשָָ֜ םְּחָ צ‬ ֻּ֨ ֶ‫וביתֹוְּ֩אֲש‬
:‫הְּכאולָ ִ֖םְּהַ ֶזֽה‬ ֽ ָ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫ֲשרְּל ַ ָ֣קחְּש‬
֣ ֶ ‫תְּיע ֶ ֲֶּ֤שהְּלְּבַ ת־פַרעה֙ ְּא‬
ֽ ַ ‫ִ֑הְּובי‬
ַ ָ֜ ָ‫הָ י‬
uveitó asher-iéshev shám jatzér háajéret mibeit láulám, kamá'aséh hazéh
haiáh; uváit iá'aséh lêvat-par'oh ashér laqáj shêlomóh, káulám hazéh.

En la casa donde habitaba, había otro atrio más adentro del pórtico, del mismo
tipo de construcción. Shelomó [Salomón] también edificó una casa parecida a
este pórtico, para la hija del faraón, que había tomado por mujer.
(9)
ְּ‫ל־אלֶהְּאֲבָ נֶּ֤יםְּיְּקָ רת֙ ְּכְּמ ֣דֹותְּג ֵָ֔זיתְּמְּ ֽג ָר ֹ֥רֹותְּבַ מְּג ָ ִ֖רהְּמ ַב֣ית‬
ָ֜ ְּ‫כ‬
:‫דֹולה‬
ֽ ָ ְּ‫ַד־החָ צֹ֥רְּהַ ג‬
ֽ ֶ ‫ומ ִ֑חוץְּוממַ סָ ד֙ ְּ ַעד־הַ טְּפ ֵָ֔חֹותְּומ ִ֖חוץְּע‬

534
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

kol-éleh avaním iêqarot kêmidót gazít, mêgórarót bamêgeráh mibáit umijútz;


umimasad 'ad-hatêfajót, umijútz 'ad-héjatzér hagêdoláh.

Todas estas obras, desde el cimiento hasta las cornisas, y afuera hasta el gran
atrio, eran de piedras costosas, bloques labrados a medida, cortados con sierra,
tanto por el lado interior como por el lado exterior.
(10)
ְּ‫ומי ָּ֕ ָסדְּאֲבָ נֹ֥יםְּיְּקָ ִ֖רֹותְּאֲבָ נ֣יםְּגְּדלִ֑ ֹותְּאַ בני֙ ְּעֶ ֣שֶ רְּאַ ֵ֔מֹותְּוְּאַ בנִ֖י‬
:‫שְּמנֶ ֹ֥הְּאַ ֽמֹות‬
umyusád avaním iêqarót avaním gêdolót; avneí 'éser amót, vêavnéi shêmonéh
amót.

El cimiento era de piedras costosas y piedras grandes, piedras de 10 codos y


piedras de 8 codos.
(11)
:‫ומל ָ֗ ַמעלָהְּאֲבָ נֹּ֧יםְּיְּקָ ִּ֛רֹותְּכְּמ ֹ֥דֹותְּגָזִ֖יתְּו ָ ָֽא ֶרז‬
umilmá'lah avaním iêqarót kêmidót gazít vaárez.

Arriba también había piedras costosas, bloques labrados a medida y madera de


cedro.
(12)
ְּ‫ְּטוריםְּג ֵָ֔זיתְּוְּ ִ֖טורְּכְּר ֣תתְּא ֲָרזִ֑ים‬
֣ ֙‫וְּחָ ֻּ֨צרְּהַ גְּדֹו ָָ֜להְּסָ ָ֗ביבְּשְּלשָ ה‬
‫ פ‬:ְּ‫ימיתְּולאלָ ֹ֥םְּהַ ָ ֽבית‬
ִ֖ ‫וְּ ַ ֽלח ֲַצֹּ֧רְּבית־יהוָ ִּ֛הְּהַ פְּנ‬
vêjatzér hagêdoláh savív shêloshah turím gazít, vêtúr kêrutót arazím;
vêlájatzár beit-Adonai hapênimít ululám habáit .

Y el gran atrio tenía en derredor un muro de tres hileras de bloques labrados y


una hilera de vigas de cedro, como el atrio interior de la casa del Eterno y el
pórtico de la misma.
(13)
:‫ירםְּמ ֽצר‬
ִ֖ ָ ‫למהְּוַי ַ ֹ֥קחְּאֶ ת־ח‬
ֵ֔ ְּ‫וַישלַח֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
vaishlaj hamélej shêlomóh, vaiqáj et-jirám mitzór.

El rey Shelomó [Salomón] envió a traer de Tiro a Hiram,


(14)
ְּ֒‫הְּהואְּממַ ֣טהְּנַפתָ ָ֗ליְּוְּאָ ֣ביוְּאיש־צרי֮ ְּח ֣רשְּנְּחשֶ ת‬ ָ֜ ‫בֶ ן־אשָ הְּ֩אַ למָ ָֻּ֨נ‬
ְּ‫ל־מלָאכָ ִ֖ה‬
ְּ ְּ‫ַתְּלע ֲֹ֥שֹותְּכ‬
ֽ ַ ‫ַַ֠וימָ לאְּאֶ ת־הַ חְּכ ָ ֶּ֤מהְּוְּאֶ ת־הַ תְּבונָה֙ ְּוְּאֶ ת־הַ ֵ֔ ַדע‬
:‫למהְּוַיַ ִ֖עַשְּאֶ ת־כְּל־מְּלַאכ ֽתֹו‬ ֵ֔ ְּ‫בַ נְּ ִ֑חשֶ תְּ ַויָבֹוא֙ ְּאֶ ל־הַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
ben-ishah almanáh hú mimatéh naftalí vêavív ish-tzorí jorésh nêjoshet
váimale et-hajojmáh vêet-hatêvunah vêet-hadá'at, lá'asót kol-mêlajáh
535
7 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

banêjóshet; vaiavo el-hamélej shêlomóh, vaiá'as et-kol-mêlajtó.

hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, cuyo padre era un hombre de Tiro, un
artesano en bronce. Él estaba lleno de sabiduría, inteligencia y experiencia
para hacer todo el trabajo en bronce. Él fue al rey Shelomó [Salomón] e hizo
toda su obra.
(15)
ְּ‫ְּהע ַ֣מוד‬
ֽ ָ ֙‫ַמודיםְּנְּ ִ֑חשֶ תְּשְּמ ֶֻּ֨נהְּעֶש ָ֜רהְּאַ ָ֗ ָמהְּקֹומַ ת‬
ִ֖ ‫ֹ֥יְּהע‬
ֽ ָ ‫וַיָ ִּ֛צַ רְּאֶ ת־שְּנ‬
:‫ת־הע ַֹ֥מודְּהַ ש ֽני‬ ֽ ָ ֶ‫ָ ֽהאֶ ֵ֔ ָחדְּוְּחוט֙ ְּשְּתים־עֶש ֣רהְּאַ ֵ֔ ָמהְּי ִָ֖סבְּא‬
vaiátzar et-shênéi há'amudím nêjóshet; shêmonéh 'esréh amáh qomat há'amúd
háejád, vêjut shêteim-'esréh amáh, iasóv et-há'amúd hashení.

Hiram modeló las dos columnas de bronce; cada columna tenía 18 codos de
alto, y una circunferencia de 12 codos.
(16)
ְּ‫ַמודיםְּמ ַצ֣קְּנְּ ִ֑חשֶ תְּחָ ֣מש‬
ִ֖ ‫יְּהע‬ֽ ָ ‫אש‬
ֹ֥ ‫ַל־ר‬ָ ‫יְּכתָ ָ֜רתְּעָשָָ֗ הְּל ִָּ֛תתְּע‬ ֽ ‫וש ֻּ֨ת‬
:‫ֹותְּקֹומתְּהַ כ ֶ ֹ֥ת ֶרתְּהַ ש ֽנית‬
ִ֖ ַ ‫תְּהאֶ ֵ֔ ָחתְּוְּחָ ֣משְּאַ ֵ֔מ‬
ֽ ָ ‫אַ ָ֗מֹותְּקֹומַ ת֙ ְּהַ כ ֶ ֣ת ֶר‬
ushtéi jótarót 'asáh latét 'al-rashéi há'amudím mutzáq nêjóshet; jamésh amót
qomat hakotéret háeját, vêjamésh amót, qomát hakotéret hashenít.

Hizo también dos capiteles de bronce fundido, para que fuesen puestos sobre
la parte superior de las columnas. Un capitel tenía 5 codos de alto, y el otro
capitel también tenía 5 codos de alto.
(17)
ְּ‫ֲשר‬
ִ֖ ֶ ‫ְּמע ֲ֣שהְּשַ רשְּ ֵ֔רֹותְּל ַ֣כתָ ֵ֔רתְּא‬ ֽ ַ ֙‫יםְּמע ֲ֣שהְּשְּבָ ָָ֗כהְּגְּדלים‬
ֽ ַ ‫שְּבָ ׁ֞כ‬
ְּ‫תְּהאֶ ֵ֔ ָחתְּוְּשבעָ ִ֖הְּלַכ ֶ ֹ֥ת ֶרת‬
ֽ ָ ‫ַמודיםְּשבעָה֙ ְּלַכ ֶ ֣ת ֶר‬ ִ֑ ‫אשְּהע‬
ָֽ ‫ַל־ר‬
֣ ‫ע‬
:‫הַ ש ֽנית‬
sêvajím má'aséh sêvajáh gêdilim má'aséh sharshêrót, lakótarót, ashér 'al-rósh
há'amudím; shiv'ah lakotéret háeját, vêshiv'áh lakotéret hashenít.

Los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas tenían redes de
trenzas en forma de cadenillas; siete para un capitel y siete para el otro capitel.
(18)
ְּ‫֣הְּהאֶ ָ֗ ָחת‬
ֽ ָ ָ‫ְּ֩טוריםְּסָ ָ֜ביבְּעַל־הַ שְּבָ כ‬
ֻּ֨ ‫ַמודיםְּושני‬ ִ֑ ‫ת־הע‬ ֽ ָ ֶ‫וַיַ ִ֖עַשְּא‬
ְּ‫אשְּהרמ ֵ֔ניםְּוְּכ֣ןְּעָשֵָ֔ הְּלַכ ֶ ִ֖ת ֶרת‬
ָֽ ‫ַל־ר‬
֣ ‫לְּכ ֶַּ֤סֹותְּאֶ ת־הַ ֽכתָ רת֙ ְּאֲשֶ ר֙ ְּע‬
:‫הַ ש ֽנית‬
vaiá'as et-há'amudím; ushneí turím savív 'al-hasêvajáh háeját lêjasót et-
hakótarot asher 'al-rósh hárimoním, vêjén 'asáh, lakotéret hashenít.

536
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

Hizo las granadas en dos hileras alrededor de cada red, para cubrir los
capiteles de la parte superior de las columnas. Lo mismo hizo para el otro
capitel.
(19)
ְּ‫ןְּבאולָ ִ֑םְּאַ ר ַבִ֖ע‬
ֽ ָ ‫הְּשוש‬
ַ֣ ‫יםְּמע ֲִ֖ש‬
ֽ ַ ‫ַמוד‬
ֵ֔ ‫אשְּהע‬
ָֽ ‫ַל־ר‬
֣ ‫וְּ ֽכתָ ָ֗רתְּאֲשֶ ר֙ ְּע‬
:‫אַ ֽמֹות‬
vêjótarót asher 'al-rósh há'amudím, má'aséh shushán báulám; arbá' amót.

Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico tenían forma de
lirios, y eran de 4 codos.
(20)
ְּ‫ֲשרְּלְּע֣בֶ ר‬ ִ֖ ֶ ‫ַמודיםְּגַם־מ ֻּ֨ ַמ ַעלְּ֙מלְּע ַ ֣מתְּהַ ֵ֔ ֶבטֶ ןְּא‬ ֵ֔ ‫ְּהע‬ ֽ ָ ֙‫וְּ ֽכתָ ָ֗רתְּעַל־שְּני‬
ְּ‫אתים֙ ְּט ֣ריםְּסָ ֵ֔ביבְּעַ ִ֖לְּהַ כ ֶ ֹ֥ת ֶרת‬ ַ ֻּ֨ ָ‫שבכהְּ(הַ שְּבָ כָ ִ֑ה)ְּוְּ ָ ֽהרמֹונֶּ֤יםְּמ‬
:‫הַ ש ֽנית‬
vêjótarót 'al-shêneí há'amudím, gam-mimá'al milê'umát habéten, ashér lê'éver
svjh (hasêvajáh); vêhárimoním matáim turím savív, 'ál hakotéret hashenít.

Los capiteles sobre las dos columnas tenían 200 granadas en dos hileras,
encima de la parte abultada del capitel que estaba encima de la red, tanto en el
primer capitel como en el segundo.
(21)
ְּ‫ת־הע ַ֣מודְּהַ ימָ ָ֗ניְּוַיק ָ ֶּ֤רא‬
ֽ ָ ֶ‫ִ֖םְּההיכָ ִ֑לְּ ַו ָָ֜יקֶ םְּא‬
ֽ ַ ָ‫ת־העַמ ֵ֔דיםְּלְּאל‬ ֽ ָ ֶ‫ַו ָֻּ֨יקֶ ם֙ ְּא‬
:‫ֹוְּבעַז‬
ֽ ‫אליְּוַיק ָ ֹ֥ראְּאֶ ת־שְּ ִ֖מ‬
ֵ֔ ָ‫ת־הע ַ֣מודְּהַ שְּמ‬ ֽ ָ ֶ‫אֶ ת־שְּמֹו֙ ְּי ֵָ֔כיןְּ ַו ָֻּ֨יקֶ ם֙ ְּא‬
vaiáqem et-há'amudím, lêulám háheijál; vaiáqem et-há'amúd haimaní vaiqrá
et-shêmó iajín, vaiáqem et-há'amúd hasêmalí, vaiqrá et-shêmó bó'az.

Entonces erigió las columnas en el pórtico del templo. Cuando erigió la


columna del sur, llamó su nombre Jaquín; y cuando erigió la columna del
norte, llamó su nombre Boaz.
(22)
:‫ַמודים‬
ֽ ‫ֶתְּהע‬
ֽ ָ ‫הְּשֹושןְּוַת ִ֖תםְּמְּלֶ ֹ֥אכ‬
ִ֑ ָ ‫יםְּמע ֲ֣ש‬
ֽ ַ ‫ַמוד‬
ִ֖ ‫אשְּהע‬
ָֽ ‫ִּ֛לְּר‬
ֹ֥ ַ‫וְּע‬
vê'ál rósh há'amudím má'aséh shoshán; vatitóm mêléjet há'amudím.

Puso en la parte superior de las columnas un motivo de lirios. Así concluyó la


obra de las columnas.
(23)
ְּ‫רְּבאַ מָ הְּמשְּפ ָֻּ֨תֹוְּעַד־שְּפ ָָ֜תֹוְּע ָ֣גלְּ׀ְּסָ ָ֗ביב‬ֽ ָ ַ֠ ֶ‫ִ֖םְּמוצִ֑קְּעֶ ֣ש‬
ָ ָ‫וַיַ ֹ֥עַשְּאֶ ת־הַ י‬
:ְּ‫יםְּבאַ ֵ֔ ָמהְּי ָֹ֥סבְּא ִ֖תֹוְּסָ ֽביב‬
ֽ ָ ‫לש‬ ֣ ְּ‫שְּבאַ מָ ה֙ ְּֽקֹומָ ֵ֔תֹוְּוקוהְּ(וְּקָ ו֙ )ְּש‬
ֽ ָ ‫וְּחָ ֶּ֤מ‬

537
7 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaiá'as et-haiám mutzáq; 'éser báamah misêfató 'ad-sêfató 'agól | savív


vêjamésh báamah qómató, vqvh (vêqav) shêloshím báamáh, iasóv otó savív .

Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía 10 codos de borde a


borde. Era circular y tenía 5 codos de alto, y una circunferencia de 30 codos.
(24)
ְּ‫רְּבאַ ֵ֔ ָמהְּמַ ק ֹ֥פים‬
ֽ ָ ֶ‫ופקָ עיםְּ֩מ ֻּ֨ ַתחַ תְּלשפ ֶָּ֤תֹוְּ׀ְּסָ ביב֙ ְּֽסבְּ ֣ביםְּא ֵ֔תֹוְּ ֶֶ֚עש‬
:ְּ‫אֶ ת־הַ יָ ִ֖םְּסָ ִ֑ביבְּשְּנֶּ֤יְּטורים֙ ְּהַ פְּקָ ֵ֔עיםְּיְּצ ִ֖קים ביצֽקָ ֽתֹו‬
ufqa'im mitájat lisfató | saviv sóvêvím otó, 'éser báamáh, maqifím et-haiám
savív; shênéi turim hapêqa'ím, iêtzuqím bitzúqató .

Había motivos de calabazas por debajo y alrededor del borde en número de


diez por cada codo, dispuestas en dos hileras de calabazas alrededor de la
fuente, las cuales habían sido fundidas en una sola pieza con ella.
(25)
ְּ‫לשהְּפנ֣יםְּ׀ְּצָ ִּ֡פֹונָהְּושלשָ הְּ֩פ ֻּ֨ניםְּ׀‬ ֣ ָ ְּ‫ָשרְּבָ ָ֗ ָקרְּש‬
֣ ָ ‫ע ׁ֞מדְּעַל־שְּנֹּ֧יְּע‬
ְּ‫יהִ֖ם‬
ֶ ‫לשהְּ׀ְּפנ֣יםְּ ֶָ֗נגבָ הְּושלשָ ה֙ ְּפנ֣יםְּמז ָ ֵ֔רחָ הְּוְּהַ יָ ֹ֥םְּעֲל‬ ֣ ָ ‫ָָ֜ימָ הְּוש‬
:ְּ‫ִ֖םְּביְּתָ ה‬
ֽ ָ ‫יה‬ ֶ ‫מל ָ ִ֑מעלָהְּוְּכְּל־א ֲֽחר‬
'oméd 'al-shênéi 'asár baqár shêlosháh foním | tzafónah ushloshah foním |
iámah ushlosháh | poním négbah ushloshah poním mizrájah, vêhaiám 'aleihém
milmá'lah; vêjol-ajóreihém báiêtah .

Estaba asentada sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres al oeste, tres al
sur y tres al este. La fuente estaba asentada sobre ellos, y todas sus partes
traseras daban hacia la parte interior.
(26)
ְּ‫םְּבִ֖ת‬
ַ ‫חְּשֹושןְּאַ לפַ ֹ֥י‬
ִ֑ ָ ‫ֹוְּטפַחְּושפ ִָּ֛תֹוְּכְּ ַ ֽמע ֲֹ֥שהְּשְּפַת־כִ֖ ֹוסְּפֶ ַ֣ר‬
ֶ ֵ֔ ֣‫וְּעְּבי‬
‫ פ‬:‫י ָֽכיל‬
vê'ovío téfaj, usfató kêmá'aséh sêfat-kós péraj shoshán; alpáim bát iajíl.

La fuente tenía un palmo menor de espesor; su borde era como el borde de un


cáliz o de una flor de lirio. Tenía una capacidad de 2000 batos.
(27)
ְּ‫הְּא ֶרְךְּהַ מְּכֹונָ ֣ה‬
ֶ֚ ‫֣עְּבאַ ָ֗ ָמ‬
ֽ ָ ‫וַיַ ֹּ֧עַשְּאֶ ת־הַ מְּכנִּ֛ ֹותְּעֶ ִ֖שֶ רְּנְּ ִ֑חשֶ תְּאַ ר ַב‬
:‫הְּקֹומָ ָ ֽתּה‬
ֽ ‫שְּבאַ ָ ִ֖מ‬
ֽ ָ ֹ֥‫ֶּ֤עְּבאַ מָ ה֙ ְּרְּח ֵ֔ ָבּהְּוְּשָ ל‬
ֽ ָ ‫ָ ֽהאֶ ֵ֔ ָחתְּוְּאַ ר ַב‬
vaiá'as et-hamêjonót 'éser nêjóshet; arbá' báamáh órej hamêjonáh háeját,
vêarbá' báamah rojbáĥ, vêshalósh báamáh qómatáĥ.

Hizo también diez bases de bronce. Cada base tenía 4 codos de largo, 4 codos
de ancho y 3 codos de alto.
538
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

(28)
:‫ִּ֛הְּמע ֲֹ֥שהְּהַ מְּכֹונָ ִ֖הְּמסגְּ ֣רתְּל ֶָהִ֑םְּומסגְּ ִ֖רתְּבֹ֥יןְּהַ של ַֽבים‬
ֽ ַ ֶ‫וְּז‬
vêzéh má'aséh hamêjonáh misgêrót lahém; umisgêrót béin hashlabím.

Éste era el diseño de las bases: Tenían marcos, y los marcos estaban entre los
paneles.
(29)
ְּ‫רובים‬ֵ֔ ‫ֲשרְּ׀ְּב֣יןְּהַ של ַָ֗ביםְּא ֲָריֶּ֤ ֹותְּ׀ְּבָ קָ ר֙ ְּוכ‬ ֣ ֶ ‫וְּ ַ ֽעל־הַ מסגְּ ׁ֞רֹותְּא‬
ְּ‫ֹותְּמע ֲֹ֥שה‬
ֽ ַ ִ֖‫ְּלא ֲָרי֣ ֹותְּוְּלַבָ ֵ֔ ָקרְּלי‬
ֽ ַ ֙‫וְּעַל־הַ של ִַ֖ביםְּכ֣ןְּמ ָ ִ֑מעַלְּומ ֻּ֨ ַתחַ ת‬
:‫מֹורד‬
ָֽ
vê'ál-hamisgêrót ashér | béin hashlabím araíot | baqar ujruvím, vê'al-hashlabím
kén mimá'al; umitájat láaraíot vêlabaqár, loíot má'aséh morád.

Y sobre los marcos que había entre los paneles había figuras de leones, bueyes
y querubines. Y sobre los paneles, tanto encima como debajo de los leones y
de los bueyes, había guirnaldas en bajorrelieve.
(30)
ְּ‫ֶּ֤הְּהאַ חַ ְּ֙תְְּּוסַ רנ֣יְּנְּ ֵ֔חשֶ תְּוְּאַ רבָ עָ ֹ֥ה‬
ֽ ָ ָ‫ְּ֩אֹופ ַֻּ֨ניְּנְּ ָ֜חשֶ תְּלַמְּכֹונ‬
ֽ ‫וְּאַ רבָ ָעה‬
ְּ‫רְּאיש‬ ִ֖ ֶ‫ַ ֽפעֲמ ָ ִ֖תיוְּכְּת ֣פתְּל ֶָהִ֑םְּמ ַ ֶּ֤תחַ תְּלַכיר֙ ְּהַ כְּת ֣פֹותְּיְּצ ֵ֔קֹותְּמעֹ֥ב‬
:‫ליֽ ֹות‬
vêarba'ah ófanéi nêjóshet lamêjonáh háajat vêsarnéi nêjóshet, vêarba'áh
fá'amotáv kêtefót lahém; mitájat lakior hakêtefót iêtzuqót, me'éver ísh loíot.

Cada base tenía cuatro ruedas de bronce con ejes de bronce. En sus cuatro
patas había unos soportes debajo de la pila. Estos soportes eran de bronce
fundido y tenían guirnaldas a cada lado.
(31)
ְּ‫ה־כןְּאַ ָ ִ֖מה‬
ֵ֔ ‫לְּמעֲש‬
ֽ ַ ‫יהְּע ָ֣ג‬
ָ֙ ‫הְּופ‬
ֻּ֨ ‫ְּבאַ ֵ֔ ָמ‬
ֽ ָ ֙‫ַ֠ופיהוְּמ ֻּ֨ביתְּלַכ ֶ ֶּ֤ת ֶרתְּו ֻּ֨ ַָמעלָה‬
ְּ‫ֹותְּלא‬
ֹ֥ ִ֖‫יהֹ֥םְּמְּרבָ ע‬
ֶ ‫יהְּמקל ֵָ֔עֹותְּומסגְּ ֽרת‬ ָ֙ ‫ל־פ‬ ֻּ֨ ַ‫יְּהאַ ָ ִ֑מהְּוְּגַם־ע‬
ֽ ָ ‫ַ ֽוח ֲ֣צ‬
:‫עֲגלֽ ֹות‬
úfihu mibéit lakotéret vamá'lah báamáh, ufíhá 'agól má'aseh-jén, amáh vájatzí
háamáh; vêgam-'al-píhá miqla'ót, umisgêróteihém mêruba'ót ló 'agulót.

Su abertura sobresalía del interior un codo, a manera de capitel. Su abertura


era redonda, hecha como una base de un codo y medio de diámetro. También
alrededor de su abertura había bajorrelieves. Sus marcos eran cuadrados, no
redondos.

539
7 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(32)
ְּ‫ְּלמסגְּ ֵ֔רֹותְּו ֹ֥ידֹותְּהָ ֽאֹופַנִ֖יםְּבַ מְּכֹונָ ִ֑ה‬ ֽ ַ ֙‫וְּאַ ר ַ ֣בעַתְּהָ ֽאֹופ ַָ֗ניםְּלְּמ ֻּ֨ ַתחַ ת‬
:‫יְּהאַ ָ ֽמה‬
ֽ ָ ‫הְּוח ֲֹ֥צ‬
ֽ ַ ‫֣ןְּהאֶ ֵ֔ ָחדְּאַ ָ ִ֖מ‬
ֽ ָ ַ‫ְּהאֹופ‬ֽ ָ ֙‫וְּקֹומַ ת‬
vêarbá'at haófaním lêmitájat lámisgêrót, vidót haófaním bamêjonáh; vêqomat
háofán háejád, amáh vájatzí háamáh.

Las cuatro ruedas estaban debajo de los marcos. Los ejes de las ruedas salían
de la base. Cada rueda tenía un codo y medio de alto.
(33)
ְּ‫יהם‬
ֶ ָ֗ ‫דֹותםְּוְּגַב‬
֣ ָ ְּ‫ומעֲשה֙ ְּהָ ֣אֹופ ֵַ֔ניםְּכְּ ַ ֽמע ֲִ֖שהְּאֹופַ ֣ןְּהַ מֶ רכ ָָבִ֑הְּי‬
ַֽ
:‫לְּמוצק‬
ָֽ ‫יהִ֖םְּהַ ֹ֥כ‬ ֶ ‫יהִּ֛םְּוְּח ֽשר‬ ֶ ‫וְּח ֽשק‬
umá'aseh haófaním, kêmá'aséh ofán hamerkaváh; iêdotám vêgabeihém
vêjishúqeihém vêjishúreihém hakól mutzáq.

El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro. Sus ejes, sus
aros, sus rayos y sus cubos eran todos de metal fundido.
(34)
ְּ‫ִ֖הְּהאֶ ָחִ֑תְּמן־הַ מְּכנָ ִ֖ה‬
ֽ ָ ָ‫וְּאַ ר ַב֣עְּכְּת ֵ֔פֹותְּאֶֶ֚ לְּאַ ר ַב֣עְּפנֵ֔ ֹותְּהַ מְּכנ‬
: ָ‫כְּת ֶ ֽפיה‬
vêarbá' kêtefót, él arbá' pinót, hamêjonáh háeját; min-hamêjonáh kêteféiha.

También los cuatro soportes de las cuatro esquinas de cada base salían de la
misma base.
(35)
ְּ ֙‫לְּראשְּהַ מְּכנָה‬
ֶּ֤ ‫הְּקֹומהְּעָ ֣גלְּ׀ְּסָ ִ֑ביבְּוְּ ַֻּ֨ע‬
ִ֖ ָ ‫יְּהאַ ָ ִּ֛מ‬
ֽ ָ ‫וב ֣ראשְּהַ מְּכֹו ָָ֗נהְּח ֲֹּ֧צ‬
:‫יְּד ֵ֔ ֶתיהָ ְּומסגְּר ֶ ִ֖תיהָ ְּמ ֶ ֽמנָה‬
uvrósh hamêjonáh jatzí háamáh qomáh 'agól | savív; vê'ál rósh hamêjonah
iêdotéiha, umisgêrotéiha miménah.

En la parte superior de la base había un soporte circular de medio codo de


alto, y sobre la base había soportes y marcos que salían de la misma.
(36)
ְּ‫רובים‬
ִ֖ ְּ‫וַיפ ַ ֶַּ֤תחְּעַל־הַ לחת֙ ְּיְּד ֵ֔ ֶתיהָ ְּוְּ ַעלְּ֙ומסגרתיהְּ(מסגְּר ֵ֔ ֶתיהָ )ְּכ‬
:‫ַר־אישְּוְּליִ֖ ֹותְּסָ ֽביב‬
ֹ֥ ‫א ֲָרי֣ ֹותְּוְּ ֽתמ ִ֑רתְּכְּ ַ ֽמע‬
vaifatáj 'al-halujot iêdotéiha, vê'al vmsgrtyh (misgêrotéiha), kêruvím araíot
vêtímorót; kêmá'ar-ísh vêloíot savív.

Sobre las planchas de sus soportes y de sus marcos grabó querubines, leones y
palmeras, según el espacio de cada uno, con guirnaldas en derredor.

540
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

(37)
ְּ‫ִּ֛תְּקצֶ בְּאֶ ָחִ֖ד‬
ֹ֥ ֶ ‫ֹותְּמוצקְּאֶ ָ֜ ָחדְּמ ָ ֹ֥דהְּאַ ַח‬
ָ ֻּ֨ ִ֑‫הְּאתְּעֶ ֣שֶ רְּהַ מְּכנ‬
ִ֖ ֵָ֔‫כ ָ֣זאתְּעָש‬
‫ ס‬:‫לְּכ ָ ֽלהְּנָה‬
kazót 'asáh, ét 'éser hamêjonót; mutzáq ejád midáh aját qétzev ejád
lêjuláhênah.

De esta manera hizo las diez bases del mismo metal fundido, de la misma
medida y de la misma forma.
(38)
ְּ‫ֹורְּהאֶ ָ֗ ָחד‬
ֽ ָ ֣‫יםְּבתְּי ָ֣כילְּ׀ְּהַ כי‬
ַ ָ֜ ‫וַיַ ִּ֛עַשְּעֲשָ ָ ֹ֥רהְּכי ִ֖רֹותְּנְּ ִ֑חשֶ תְּאַ רבָ ֻּ֨ע‬
ְּ‫֣הְּהאַ ֵ֔ ַחתְּלְּעֶ ִ֖שֶ ר‬
ֽ ָ ָ‫ֹורְּהאֶ ֵ֔ ָחדְּכיֶּ֤ ֹורְּאֶ חָ ד֙ ְּעַל־הַ מְּכֹונ‬
ֽ ָ ֣‫ֶּ֤עְּבאַ מָ ה֙ ְּהַ כי‬
ֽ ָ ‫אַ ר ַב‬
:‫הַ מְּכנֽ ֹות‬
vaiá'as 'asaráh jiorót nêjóshet; arba'ím bát iajíl | hakiór háejád arbá' báamah
hakiór háejád, kiór ejad 'al-hamêjonáh háaját, lê'éser hamêjonót.

Hizo también diez pilas de bronce. Cada una tenía una capacidad de 40 batos.
Cada pila tenía 4 codos de circunferencia. Colocó una pila sobre cada una de
las diez bases.
(39)
ְּ‫וַיתן֙ ְּאֶ ת־הַ מְּכנֵ֔ ֹותְּחָ ׁ֞משְּעַל־כֶ ֶּ֤תֶ ףְּהַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּמי ֵָ֔מיןְּוְּחָ ִּ֛משְּעַל־כֶ ֹ֥תֶ ף‬
ְּ‫ִּ֛יתְּקדמָ הְּמ ֹ֥מול‬
ִ֖ ‫הַ ַבִ֖יתְּמשְּמאלִ֑ ֹוְּוְּאֶ ת־הַ ָָ֗יםְּנ ׁ֞ ַָתןְּמ ֶֻּ֨כתֶ ףְּהַ ַבֹּ֧יתְּהַ ימָ נ‬
‫ ס‬:ְּ‫ֶנַֽֽגֶב‬
vaiten et-hamêjonót, jamésh 'al-kétef habáit miamín, vêjamésh 'al-kétef habáit
misêmoló; vêet-haiám natán mikétef habáit haimanít qédmah mimúl négev .

Después puso cinco bases al lado sur del templo y las otras cinco al lado norte
del templo. Y puso la fuente al lado sur del templo, hacia el sureste.
(40)
ְּ‫ירם‬
ָ֗ ָ ‫ֹוםְּאת־הַ כי ֵ֔רֹותְּוְּאֶ ת־הַ י ִָ֖עיםְּוְּאֶ ת־הַ מז ָר ִ֑קֹותְּוַיכַ ֣לְּח‬ֶ ֻּ֨ ‫יר‬
ֵ֔ ‫וַיַ ֣עַשְּח‬
:ְּ‫הוֽה‬ָ ‫למהְּבֹ֥יתְּי‬ ִ֖ ְּ‫ָשהְּל ֶ ַֹ֥מלְֶךְּש‬
ִּ֛ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫ַ ֽלעֲשֹות֙ ְּאֶ ת־כְּל־הַ מְּלָא ֵָ֔כהְּא‬
vaiá'as jiróm, ét-hakiorót, vêet-haia'ím vêet-hamizraqót; vaijál jirám lá'asot et-
kol-hamêlajáh, ashér 'asáh lamélej shêlomóh béit Adonai .

Hiram también hizo las ollas, las palas y los tazones. Así terminó Hiram de
hacer toda la obra que hizo para el rey Shelomó [Salomón], en la casa del
Eterno:

541
7 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(41)
ְּ‫ַמודיםְּשְּ ָ ִ֑תים‬ִ֖ ‫אשְּהע‬
ָֽ ‫ַל־ר‬
ֹ֥ ‫עַמ ֣דיםְּשְּ ֵַ֔ניםְּוְּגֹּלֹּ֧ תְּהַ ֽכתָ ִּ֛רתְּאֲשֶ ר־ע‬
ְּ‫ַל־ראש‬
ֹ֥ ‫ֲשרְּע‬ ִ֖ ֶ ‫וְּהַ שְּבָ כ֣ ֹותְּשְּ ֵ֔ ַתיםְּלְּכ ַָ֗סֹותְּאֶ ת־שְּתי֙ ְּגל֣ ֹותְּהַ ֽכתָ ֵ֔רתְּא‬
:‫ַמודים‬ֽ ‫ָ ֽהע‬
'amudím shênáim, vêgulót hakótarót asher-'al-rósh há'amudím shêtáim;
vêhasêvajót shêtáim, lêjasót et-shêteí gulót hakótarót, ashér 'al-rósh
há'amudím.

las dos columnas, los tazones de los capiteles que estaban en la parte superior
de las dos columnas; y las dos redes que cubrían los dos tazones de los
capiteles que estaban en la parte superior de las columnas;
(42)
ְּ ֙‫ֽי־טוריםְּרמנים‬ ֶּ֤ ‫ת־הרמנִּ֛יםְּאַ ר ַבֹ֥עְּמ ִ֖אֹותְּלש ֣תיְּהַ שְּבָ כִ֑ ֹותְּשְּנ‬ ֽ ָ ֶ‫וְּא‬
ְּ‫ֲשרְּעַל־פְּנֹ֥י‬ ִ֖ ֶ ‫֣הְּהאֶ ֵ֔ ָחתְּלְּכ ַָ֗סֹותְּאֶ ת־שְּתי֙ ְּגל֣ ֹותְּהַ ֽכתָ ֵ֔רתְּא‬
ֽ ָ ָ‫לַשְּבָ כ‬
:‫ַמודים‬ ֽ ‫ָ ֽהע‬
vêet-hárimoním arbá' meót lishtéi hasêvajót; shênéi-turím rimonim lasêvajáh
háeját, lêjasót et-shêteí gulót hakótarót, ashér 'al-pênéi há'amudím.

las 400 granadas para las dos redes [dos hileras de granadas para cada red]
para cubrir los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de
las columnas;
(43)
:‫וְּאֶ ת־הַ מְּכנִ֖ ֹותְּעָ ִ֑שֶ רְּוְּאֶ ת־הַ כי ֹ֥רתְּעֲשָ ָ ִ֖רהְּעַל־הַ מְּכנֽ ֹות‬
vêet-hamêjonót 'áser; vêet-hakiorót 'asaráh 'al-hamêjonót.

las diez bases y las diez pilas sobre las bases;


(44)
:ְּ‫רְּתחַ תְּהַ ָיֽם‬
ֹ֥ ַ ‫ָש‬
ִ֖ ָ ‫ִ֖םְּהאֶ ָחִ֑דְּוְּאֶ ת־הַ בָ ָ ֹ֥קרְּשְּנים־ע‬
ֽ ָ ָ‫וְּאֶ ת־הַ י‬
vêet-haiám háejád; vêet-habaqár shêneim-'asár tájat haiám .

la fuente con los doce bueyes debajo de la fuente;


(45)
ְּ‫ירֹותְּוְּאֶ ת־הַ י ָָ֜עיםְּוְּאֶ ת־הַ מז ָר ָ֗קֹותְּוְּאת֙ ְּכְּל־הַ כ ֣ליםְּהאהל‬ ֻּ֨ ‫וְּאֶ ת־הַ ס‬
:ְּ‫למהְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּנְּ ִ֖חשֶ תְּ ְּממ ָ ֽרט‬
ִ֖ ְּ‫ירםְּל ֶ ַֹ֥מלְֶךְּש‬
ִּ֛ ָ ‫(הָ ֵ֔אלֶה)ְּאֲשֶֻּ֨ רְּ ָע ָ ֹ֥שהְּח‬
vêet-hasirót vêet-haia'ím vêet-hamizraqót vêet kol-hakelím hhl (haéleh), ashér
'asáh jirám lamélej shêlomóh béit Adonai; nêjóshet mêmorát .

las ollas, las palas y los tazones. Todos estos utensilios que Hiram hizo para el
rey Shelomó [Salomón], en la casa del Eterno, eran de bronce bruñido.

542
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 7

(46)
:‫ֹ֥יןְּצ ְּר ָ ֽתן‬
ֽ ָ ‫ִ֖הְּהאֲדָ ָ ִ֑מהְּבֹ֥יןְּסכִ֖ ֹותְּוב‬
ֽ ָ ‫בְּככַ ֶּ֤רְּהַ יַרדן֙ ְּיְּצָ ָ ֣קםְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּבְּ ַ ֽמעֲב‬
bêjikár haiarden iêtzaqám hamélej, bêmá'avéh háadamáh; béin sukót uvéin
tzárêtán.

El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y
Saretán.
(47)
ְּ‫דְּלאְּנֶח ַ ִ֖קרְּמש ַ ֹ֥קל‬
ֹ֥ ‫ַויַנַ ֶּ֤חְּשְּלמה֙ ְּאֶ ת־כְּל־הַ כ ֵ֔ליםְּמ ִ֖רבְּמְּ ֣אדְּמְּ ִ֑א‬
:‫הַ נְּ ֽחשֶ ת‬
vaianáj shêlomoh et-kol-hakelím, meróv mêód mêód; ló nejqár mishqál
hanêjóshet.

Shelomó [Salomón] dejó de pesar todos estos utensilios por su gran cantidad;
no se averiguó el peso del bronce.
(48)
ְּ‫ִ֑הְּאתְּמז ַב֣חְּהַ ז ֵ֔ ָָהב‬
ֶ֚ ָ‫ֲשרְּב֣יתְּיהו‬ ִ֖ ֶ ‫הְּאתְּכְּל־הַ כ ֵ֔ליםְּא‬ ֶ֚ ‫למ‬ ֵ֔ ְּ‫וַיַ ֣ ַעשְּש‬
:ְּ‫ֲשרְּעָלָ ִּ֛יוְּלֶ ֹ֥חֶ םְּהַ פָנִ֖יםְּז ָ ָֽהב‬
ֹ֥ ֶ ‫וְּאֶ ת־הַ של ָ֗ ָחןְּא‬
vaiá'as shêlomóh, ét kol-hakelím, ashér béit Adonai; ét mizbáj hazaháv, vêet-
hashulján ashér 'aláv léjem hapaním zaháv .

Shelomó [Salomón] también hizo todos los utensilios de la casa del Eterno: el
altar de oro, la mesa de oro sobre la cual estaba el pan de la Presencia,
(49)
ְּ‫ת־הַ מְּנרֹותְּחָ ֻּ֨משְּמי ָָ֜מיןְּוְּחָ ֹּ֧משְּמשְּ ִּ֛מאולְּלפנֹ֥יְּהַ דְּ ִ֖בירְּז ָָה֣ב‬ ַ֠ ֶ‫וְּא‬
:‫סָ גִ֑ ורְּוְּהַ פֶ ַֹּ֧רחְּוְּהַ נ ִּ֛רתְּוְּהַ מֶ לקַ ַחִ֖יםְּז ָ ָֽהב‬
vêet-hámênorot jamésh miamín vêjamésh misêmóvl lifnéi hadêvír zaháv
sagúr; vêhapéraj vêhanerót vêhamelqajáim zaháv.

cinco candelabros de oro puro que estaban al sur, y otros cinco al norte,
delante del santuario interior, con las flores, las lámparas y las tenazas de oro.
(50)
ְּ‫ְַּ֠והַ ספֹותְּוְּ ַ ֽהמְּזַמְּ ֹּ֧רֹותְּוְּהַ מז ָר ִּ֛קֹותְּוְּהַ כ ַֹ֥פֹותְּוְּהַ מַ ח ִ֖תֹותְּז ָָה֣בְּסָ גִ֑ ור‬
ְּ‫ימיְּלְּ ֣קדֶ שְּהַ קְּדָ ָ֗שיםְּלְּדַ ל ֹ֥תיְּהַ ַבִּ֛ית‬ ָ֜ ‫וְּהַ פ ִּ֡תֹותְּלְּדַ לתֹותְּ֩הַ ֻּ֨ ַביתְּהַ פְּנ‬
‫ פ‬:‫ַ ֽלהיכָ ִ֖לְּז ָ ָֽהב‬
vêhasipot vêhámêzamêrót vêhamizraqót vêhakapót vêhamajtót zaháv sagúr;
vêhapotót lêdaltot habáit hapênimí lêqódesh haqodashím lêdaltéi habáit
láheijál zaháv.

543
7, 8 Melajím Alef/I Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Asimismo, hizo de oro puro las copas, las despabiladeras, los tazones, las
cucharas y los incensarios. También eran de oro los goznes de las puertas de
la sala interior, el lugar santísimo, y los de las puertas de la sala del templo.
(51)
ְּ‫למהְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּ ַוי ָֻּ֨בא‬
ִ֖ ְּ‫ָשהְּהַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬ ִּ֛ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫וַתשלַם֙ ְּכְּל־הַ מְּלָא ֵָ֔כהְּא‬
ְּ‫יוְּאת־הַ כֶ ֶּ֤סֶ ףְּוְּאֶ ת־הַ זָהָ ב֙ ְּוְּאֶ ת־הַ כ ֵ֔לים‬
ְֶּ ‫למהְּאֶ ת־קְּדְּ ֣שיְּ׀ְּדָ ֣ודְּאָ ָ֗ב‬ ָ֜ ְּ‫ש‬
‫ פ‬:ְּ‫הוֽה‬ ָ ‫נ ָּ֕ ַָתןְּבְּ ֽאצְּ ִ֖רֹותְּבֹ֥יתְּי‬
vatishlam kol-hamêlajáh, ashér 'asáh hamélej shêlomóh béit Adonai; vaiavé
shêlomóh et-qodêshéi | davíd avív et-hakésef vêet-hazahav vêet-hakelím,
natán bêótzêrót béit Adonai .

Así se terminó toda la obra que el rey Shelomó [Salomón] hizo para la casa
del Eterno. Entonces Shelomó [Salomón] introdujo las cosas que su padre
David había consagrado, y puso la plata, el oro y los utensilios en los tesoros
de la casa del Eterno.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 8


(1)
ְּ‫יאי‬
ֻּ֨ ‫אשיְּהַ מַ טֹותְּ֩נְּש‬
֣ ‫ל־ר‬ ָ ְּ‫למהְּאֶ ת־זקנ֣יְּיש ָר ִּ֡אלְּאֶ ת־כ‬ ֣ ְּ‫ָ ֣אזְּיַק ֣הלְּש‬
‫םְּלהַ ע ֲׁ֞לֹותְּאֶ ת־‬
ְּֽ ִ֑ ָ‫למהְּיְּ ֽרושָ ל‬ִ֖ ְּ‫ָ ֽהאָ ָ֜בֹותְּלבנֹּ֧יְּיש ָר ִּ֛אלְּאֶ ל־הַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬
:ְּ‫ִ֖דְּהיאְּציֽ ֹון‬
ֹ֥ ‫א ֲֹּ֧רֹוןְּבְּרית־יהוָ ִּ֛הְּמ ֹ֥עירְּדָ ו‬
áz iaqhél shêlomóh et-ziqnéi israél et-kol-rashéi hamatot nêsiéi háavót livnéi
israél el-hamélej shêlomóh iêrúshaláim; lêha'alót et-arón bêrit-Adonai me'ír
davíd hí tzión .

Entonces Shelomó [Salomón] congregó en Ierushalaim [Jerusalén] a los


ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas
paternas de los Hijos de Israel ante el rey Shelomó [Salomón], para hacer
subir el arca del pacto del Eterno desde la Ciudad de David, que es Tzión
[Sion].
(2)
ְּ‫ל־אישְּיש ָר ֵ֔אלְּבְּיֶ ֹ֥ ַַֽרחְּהָ ֽאתָ נִ֖יםְּבֶ ָחִ֑ג‬
֣ ְּ‫וַי ֻּ֨ ָקה ֲָ֜לוְּאֶ ל־הַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּשְּלמה֙ ְּכ‬
:‫יעי‬
ֽ ‫ִ֖הואְּהַ ֹ֥חדֶ שְּהַ שְּב‬
vaiqáhalú el-hamélej shêlomoh kol-ísh israél, bêiéraj haétaním bejág; hú
hajódesh hashêvi'í.

Y se congregaron ante el rey Shelomó [Salomón] todos los hombres de Israel


en la fiesta en el mes de Etanim, que es el mes séptimo.

544
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

(3)
:‫ת־האָ ֽרֹון‬
ֽ ָ ֶ‫אוְּכלְּזקנ֣יְּיש ָר ִ֑אלְּוַיש ֹ֥אוְּהַ ֽכהֲנִ֖יםְּא‬
ִ֖ ‫ַוי ָָּ֕ב‬
vaiavóu kól ziqnéi israél; vaisú hakóhaním et-háarón.

Fueron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca.


(4)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫דְּואֶ ת־כְּל־כְּלֹ֥יְּהַ ִ֖קדֶ שְּא‬
ְּ ‫לְּמֹוע‬
ֵ֔ ֶ‫ת־אה‬
֣ ֶ‫ַוַֽֽ ַיע ֲׁ֞לוְּאֶ ת־א ֲֶּ֤רֹוןְּיהוָה֙ ְּוְּא‬
:ְּ‫בָ ִ֑אהֶ לְּו ַ ַֽיעֲל֣ וְּא ֵ֔ ָתםְּהַ ֽכהֲנִ֖יםְּוְּהַ לו ֽים‬
váia'alú et-arón Adonai vêet-óhel mo'éd, vêet-kol-kêléi haqódesh ashér
baóhel; vaiá'alú otám, hakóhaním vêhalviím .

Luego subieron el arca del Eterno, el tabernáculo de reunión, y todos los


utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas
los subieron.
(5)
ְּ‫֣יְּהאָ ִ֑רֹון‬
ֽ ָ ‫למהְּוְּכְּל־ע ַ ֲֶּ֤דתְּיש ָראלְּ֙הַ נֽ ֹוע ָ֣דיםְּ ָע ֵָ֔ליוְּא ִ֖תֹוְּלפְּנ‬ָ֗ ְּ‫וְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
:‫רְּלא־יסְּפְּ ִּ֛רוְּוְּ ֹ֥לאְּימָ נִ֖ וְּמ ֽרב‬
ֽ ‫ֲש‬ֹּ֧ ֶ ‫מְּזַבְּחים֙ ְּ֣צאןְּובָ ֵ֔ ָקרְּא‬
vêhamélej shêlomóh vêjol-'adát israel hanó'adím 'aláv, itó lifnéi háarón;
mêzabêjim tzón uvaqár, ashér ló-isofêrú vêló imanú meróv.

El rey Shelomó [Salomón] y con él toda la congregación de Israel, que se


había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando tantas ovejas y
vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.
(6)
ְּ‫קֹומֹוְּאֶ ל־דְּ ֹ֥בירְּהַ ַבִ֖ית‬
ִּ֛ ְּ‫אוְּהַ ֽכהֲניםְּאֶ ת־א ֲֻּ֨רֹוןְּבְּרית־יהוָ ֹּ֧הְּאֶ ל־מ‬
ַ֠ ‫ַוי ָ֣ב‬
:ְּ‫רובים‬
ֽ ְּ‫ל־תחַ תְּכַנפֹ֥יְּהַ כ‬
ִ֖ ַ ֶ‫ל־קדֶ שְּהַ קְּדָ ִ֑שיםְּא‬
֣ ֶ‫א‬
vaiavíu hákóhanim et-arón bêrit-Adonai el-mêqomó el-dêvír habáit el-qódesh
haqodashím; el-tájat kanféi hakêruvím .

Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto del Eterno en su lugar,
en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de
los querubines.
(7)
ְּ‫ֹוםְּהאָ ִ֑רֹוןְּ ַוי ָֹּ֧סכוְּהַ כְּר ִּ֛בים‬
ֽ ָ ‫ֶּ֤כיְּהַ כְּרובים֙ ְּֽפ ְּר ֣שיםְּכְּ ָנ ֵַ֔פיםְּאֶ ל־מְּ ִ֖ק‬
:‫ַל־האָ ֹ֥רֹוןְּוְּעַל־בַ ָ ִ֖דיוְּמל ָ ֽמעְּלָה‬
ָֽ ‫ע‬
kí hakêruvim pórêsím kênafáim, el-mêqóm háarón; vaiasóku hakêruvím 'al-
háarón vê'al-badáv milmá'êlah.

Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que
los querubines cubrían el arca y sus varas por encima.
545
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(8)
ְּ‫אשיְּהַ בַ ֶּ֤דיםְּמן־הַ ֻּ֨קדֶ ש֙ ְּעַל־פְּנ֣יְּהַ דְּ ֵ֔ביר‬ ֻּ֨ ‫ְּ֩ר‬
ָ ‫ַוַֽֽ ַיאֲרכו֮ ְּהַ בַ דיםְּ֒ו ַֽי ַָֽראו‬
:ְּ‫אְּי ַָֽר ִ֖אוְּהַ ִ֑חוצָ הְּוַי֣היוְּשֵָ֔ םְּעַ ִ֖דְּהַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
ֽ ‫וְּ ֹ֥ל‬
váiaarijú habadim vaiéraú rashéi habadím min-haqódesh 'al-pênéi hadêvír,
vêló iéraú hajútzah; vaíhyu shám, 'ád haióm hazéh .

Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el
lugar santo, que estaba delante del santuario interior; pero no se podían ver
desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy.
(9)
ְּ‫ְּשםְּמ ֶ ִ֖שהְּבְּח ִ֑רב‬
ִּ֛ ָ ַ‫ֹותְּהאֲבָ ֵ֔ניםְּאֲשֶֻּ֨ רְּהנֹ֥ח‬
ֽ ָ ‫ֹוןְּרקְּשְּני֙ ְּל ֣ח‬
ָ֗ ַ ‫יןְּבאָ ֵ֔ר‬
ֽ ָ ‫ֶ֚א‬
:ְּ‫אתםְּמ ֶ ֹ֥א ֶרץְּמצ ָ ֽרים‬ ִ֖ ָ ‫אֲשֶֻּ֨ רְּכ ַ ֶָּ֤רתְּיהוָה֙ ְּעם־בְּנ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּבְּצ‬
éin báarón, ráq shêneí lujót háavaním, ashér hiníaj shám moshéh bêjorév;
ashér karát Adonai 'im-bênéi israél, bêtzetám meéretz mitzráim .

Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas de piedra que Moshé
[Moisés] había colocado allí en Horeb, donde el Eterno hizo pacto con los
Hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.
(10)
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫וַי ָּ֕היְּבְּצֹ֥אתְּהַ ֽכהֲנִ֖יםְּמן־הַ ִ֑קדֶ שְּוְּ ֶ ֽהעָנָ ַֹֽ֥ןְּמָ לִ֖אְּאֶ ת־בֹ֥יתְּי‬
vaihí bêtzét hakóhaním min-haqódesh; vêhé'anán malé et-béit Adonai .

Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la
casa del Eterno.
(11)
ְּ‫ַֽןְּכי־מָ לֹ֥אְּכְּבֹוד־יהוָ ִ֖ה‬
ֽ ִ֑ ָ‫ֹ֥יְּהעָנ‬
ֽ ֶ ‫ִּ֛יםְּלע ֲֹ֥מדְּלְּשָ ִ֖רתְּמפְּנ‬
ֽ ַ ‫וְּ ֽלא־יְּכְּלֹּ֧ וְּהַ ֽכהֲנ‬
‫ פ‬:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫אֶ ת־בֹ֥יתְּי‬
vêló-iojêlú hakóhaním lá'amód lêsharét mipênéi hé'anán; kí-malé jêvod-
Adonai et-béit Adonai .

Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque


la gloria del Eterno había llenado la casa del Eterno.
(12)
:ְּ‫ןְּבע ֲָר ֶ ֽפל‬
ֽ ָ ‫למהְּיהוָ ֣הְּאָ ֵ֔ ַמרְּלש ִ֖כ‬
ִ֑ ְּ‫ָ ִ֖אזְּאָ ַ ֣מרְּש‬
áz amár shêlomóh; Adonai amár, lishkón bá'arafél .

Entonces Shelomó [Salomón] dijo: 'el Eterno ha dicho que él habita en la


densa oscuridad.
(13)
:‫בָ ֹ֥נהְּבָ נִּ֛יתיְּבֹ֥יתְּזְּבִ֖לְּלָ ְִ֑ךְּמָ כֹ֥ ֹוןְּלְּשבתְָּךִ֖ ְּעֽ ֹול ָֽמים‬
546
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

banóh vaníti béit zêvúl láj; majón lêshivtêjá 'ólamím.

Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para
siempre.'
(14)
ְּ‫ְךְּאתְּכְּל־קְּ ַה֣לְּיש ָר ִ֑אלְּוְּכְּל־קְּ ַהֹ֥ל‬
ִ֖ ‫ַוי ֶַּ֤סבְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּאֶ ת־ ָפ ֵָ֔ניוְּוַי ָּ֕ ָב ֶר‬
:‫יש ָר ִ֖אלְּע ֽמד‬
vaiasév hamélej et-panáv, vaivárej ét kol-qêhál israél; vêjol-qêhál israél
'oméd.

El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la


congregación de Israel estaba de pie.
(15)
ְּ‫יוְּאתְּדָ ו֣דְּאָ ִ֑בי‬
ִ֖ ‫ו ַָ֗יאמֶ רְּבָ ֶּ֤רוְךְּיהוָה֙ ְּאֱלה֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּאֲשֶ ר֙ ְּד ֶב֣רְּבְּ ֵ֔פ‬
:ְּ‫אמר‬ ֽ ‫ובי ָֹ֥דֹוְּמלִ֖אְּל‬
vaiómer barúj Adonai elohéi israél, asher dibér bêfív, ét davíd aví; uviadó
milé lemór .

Entonces dijo: '¡Bendito sea el Eterno Elohim de Israel, quien con su mano ha
cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo:
(16)
‫ְּ֒לא־‬
ֽ ‫רְּהֹוצאתיְּאֶ ת־ע ַ֣מיְּאֶ ת־יש ָראלְּ֮ממצ ַרים‬ ָ֜ ֶֻּ֨‫מן־הַ יָ֗ ֹוםְּאֲש‬
ְּ‫יְּשם‬
ִ֑ ָ ‫תְּלהְּיֹ֥ ֹותְּשְּ ִ֖מ‬
ֽ ‫ֹותְּבי‬
ַ ֵ֔ ֣‫בָ ַח֣רתיְּבְּ ָ֗עירְּמכלְּ֙שב ֣טיְּיש ָר ֵ֔אלְּלבנ‬
:‫דְּלהְּיִ֖ ֹותְּעַל־ע ַֹ֥מיְּיש ָר ֽאל‬
ֽ ‫ָוֽאֶ ב ַח֣רְּבְּדָ ֵ֔ו‬
min-haióm ashér hotzéti et-'amí et-israel mimitzraim ló-vajárti vê'ír mikol
shivtéi israél, livnót báit, líhêíot shêmí shám; váevjár bêdavíd, líhêíot 'al-'amí
israél.

'Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido


ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde
estuviese mi nombre. Pero elegí a David para que estuviese al frente de mi
pueblo Israel.'
(17)
:ְּ‫ֹותְּביתְּלְּ ֹ֥שםְּיהוָ ִ֖הְּאֱלהֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
ַ ֵ֔ ֣‫וַי ָּ֕היְּעם־לְּ ַבִ֖בְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביְּלבנ‬
vaihí 'im-lêváv davíd aví; livnót báit, lêshém Adonai elohéi israél .

'Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al


nombre del Eterno Elohim de Israel.

547
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(18)
ְּ‫ֹותְּבִ֖ית‬
ַ ֹ֥‫ֲשרְּהָ יָה֙ ְּעם־לְּ ָב֣ב ֵָ֔ךְּלבנ‬
ֶּ֤ ֶ ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּיהוָה֙ ְּאֶ ל־דָ ֣ודְּאָ ֵ֔ביְּ ַָ֗יעַןְּא‬
:ְּ‫ְּכיְּהָ יָ ִ֖הְּעם־לְּבָ ֶ ֽבָך‬ ֹ֥ ָ‫יבת‬ ֵ֔ ‫לש ִ֑מיְּהֱֽט‬
vaiómer Adonai el-davíd aví, iá'an ashér haiah 'im-lêvávjá, livnót báit lishmí;
hétivóta, kí haiáh 'im-lêvavéja .

Pero el Eterno dijo a mi padre David: 'Por cuanto ha estado en tu corazón el


anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu
corazón.
(19)
ְּ‫יָךְּהוא־יבנֶ ֹ֥ה‬
ֽ ‫֣אְּמ ֲחל ֵ֔ ֶָצ‬
ֽ ‫תְּכיְּאם־בנָך֙ ְּהַ יצ‬
ֶּ֤ ‫הְּלאְּתבנֶ ִ֖הְּהַ ָבִ֑י‬
ֹ֥ ‫ַ ֣רקְּאַ ֵ֔ ָת‬
:‫הַ ַבִ֖יתְּלש ֽמי‬
ráq atáh, ló tivnéh habáit; kí im-binjá haiotzé méjalatzéja, hú-ivnéh habáit
lishmí.

Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la


casa a mi nombre.'
(20)
ְּ‫ִ֑רְּוֽאָ ִּ֡קםְּתַ חַ תְּ֩דָ ֻּ֨ודְּאָ ָ֜ביְּ ָוֽא ֣שבְּ׀‬
ָ ‫ֲשרְּדב‬ ֣ ֶ ‫וַיָ ַֽ֣קֶ םְּיה ֵ֔ ָוהְּאֶ ת־דְּבָ ִ֖רֹוְּא‬
ְּ‫הְּוֽאֶ בנֶ ֣הְּהַ ֵ֔ ַביתְּלְּ ֹ֥שםְּיהוָ ִ֖ה‬
ָ ‫לְּכאֲשֶ ר֙ ְּד ֶב֣רְּיה ֵ֔ ָו‬ֽ ַ ‫עַל־כ ֣סאְּיש ָר ָ֗א‬
:ְּ‫אֱלהֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vaiáqem Adonai, et-dêvaró ashér dibér; váaqúm tajat davíd aví váeshév | 'al-
kisé israél káasher dibér Adonai, váevnéh habáit, lêshém Adonai elohéi israél.

'el Eterno ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en


lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como el Eterno
había prometido, y he edificado la casa al nombre del Eterno Elohim de Israel.
(21)
‫ֲשרְּכ ַָרת֙ ְּעם־‬
ֶּ֤ ֶ ‫ר־שםְּבְּ ֣ריתְּיהוָ ִ֑הְּא‬
ִ֖ ָ ֶ‫ְּלאָ ֵ֔רֹוןְּאֲש‬ֽ ָ ֙‫םְּשםְּמָ קֹום‬ֶּ֤ ָ ‫ָוֽאָ ֻּ֨ש‬
‫ ס‬:ְּ‫אֲב ֵ֔תינוְּבְּ ֽהֹוצ ֹ֥יאֹוְּא ָ ִ֖תםְּמ ֶ ֹ֥א ֶרץְּמצ ָ ֽרים‬
váasím shám maqom láarón, asher-shám bêrít Adonai; ashér karat 'im-
avotéinu, bêhótzió otám meéretz mitzráim .

Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del Eterno que
él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.'
(22)
ְּ‫למהְּלפני֙ ְּמז ַב֣חְּיה ֵ֔ ָוהְּנֶ ִַֽ֖גֶדְּכְּל־קְּ ַה֣לְּיש ָר ִ֑אלְּוַיפ ֹ֥רש‬
ָ֗ ְּ‫ו ַ ַֽיע ֲ֣מדְּש‬
:ְּ‫כַפָ ִ֖יוְּהַ שָ ָ ֽמים‬
548
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

vaiá'amód shêlomóh lifneí mizbáj Adonai, néged kol-qêhál israél; vaifrós


kapáv hashamáim .

Entonces Shelomó [Salomón] se puso de pie delante del altar del Eterno,
frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo.
(23)
ְּ‫ֱלהיםְּבַ שָ ַ ֣מיםְּמ ֵ֔ ַמעַל‬ ֵ֔ ‫אמרְּיה ׁ֞ ָוהְּאֱלהֶּ֤יְּיש ָראלְּ֙אין־כ ָ֣מֹוָךְּא‬ ַ ָ֗ ‫וַי‬
ְּ‫דְּלעֲבָ ָּ֕ ֶדיָךְּהַ ֽהלְּ ֹ֥כיםְּלְּפָנֶ ִ֖יָך‬
ֽ ַ ֶ‫ְּוהַ ֵ֔ ֶחס‬
ְּֽ ֙‫וְּעַל־הָ ָ ִ֖א ֶרץְּמ ָ ִ֑תחַ תְּש ֶּ֤מרְּהַ בְּרית‬
:ְּ‫בְּכְּל־ל ָ ֽבם‬
vaiomár Adonai elohéi israel ein-kamója elohím, bashamáim mimá'al, vê'al-
haáretz mitájat; shomér habêrit vêhajésed, lá'avadéja hahólêjím lêfanéja bêjol-
libám .

Y dijo: '¡oh Eterno Elohim de Israel, no hay Elohim como tú, ni arriba en los
cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus
siervos que caminan delante de ti con todo su corazón.
(24)
ְּ‫ֹ֥רְּב ִּ֛פיָך‬
ְּ ‫יְּאתְּאֲשֶ ר־ד ַבִ֖רתָ ְּלִ֑ ֹוְּוַתְּדַ ב‬
ֹ֥ ‫ֲשרְּשָ ָ֗ ַמרתָ ְּלְּעַבדְָּך֙ ְּדָ ֣ודְּאָ ֵ֔ב‬ ֶ֣ ‫א‬
:‫וב ָ ֽיַֽדְָּךֹ֥ ְּמלִ֖אתָ ְּכַיֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
ashér shamárta lê'avdêjá davíd aví, ét asher-dibárta ló; vatêdabér bêfíja
uviádêjá miléta kaióm hazéh.

Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu


boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.
(25)
ְּ ַ֠ ‫וְּע ׁ֞ ַָתהְּיהוָ ֣הְּ׀ְּאֱלה֣יְּיש ָר ָ֗א‬
ְּ‫לְּשמרְּלְּעַב ְּד ָֻּ֨ךְּדָ וֶּ֤דְּאָ בי֙ ְּאתְּ֩אֲשֶֻּ֨ ר‬
ְּ‫רְּלא־יכ ָֻּ֨רתְּלְָּךֹ֥ ְּאיש֙ ְּמלְּ ָפ ֵַ֔ניְּי ִ֖שבְּעַל־כ ֣סאְּיש ָר ִ֑אל‬ ֽ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫ד ַבֶּ֤רתָ ְּלֹו֙ ְּל‬
:ְּ‫רְּהלַ ִ֖כתָ ְּלְּפ ָָנֽי‬
ְָּ ‫ֲש‬ֹ֥ ֶ ‫יְּכא‬
ֽ ַ ‫ַַ֠רקְּאם־ישמְּ ֻּ֨רוְּבָ נֶ ֶּ֤יָךְּאֶ ת־דַ רכָם֙ ְּלָלֶ ֣ כֶתְּלְּ ָפ ֵַ֔נ‬
vê'atáh Adonai | elohéi israél shêmor lê'avdêjá davíd aví et ashér dibárta ló
lemór, ló-ikarét lêjá ish milêfanái, ioshév 'al-kisé israél; ráq im-ishmêrú
vanéja et-darkam laléjet lêfanái, káashér halájta lêfanái .

Ahora pues, oh Eterno Elohim de Israel, cumple con tu siervo David, mi


padre, lo que le prometiste diciendo: 'No te faltará delante de mí un hombre
que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino
para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí.'
(26)
ְּ ָ‫ֲשרְּד ֵ֔ ַברת‬
֣ ֶ ‫ְּדבריךְּ(ד ָב֣ר ֵָ֔ך)ְּא‬
ְּ ֙‫וְּע ָ ִַ֖תהְּאֱלה֣יְּיש ָר ִ֑אלְּי ָ ֶּ֤אמֶ ןְּנָא‬
:‫לְּעַבדְָּךִ֖ ְּדָ ֹ֥ודְּאָ ֽבי‬
549
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vê'atáh elohéi israél; ieámen na dvryj (dêvárjá), ashér dibárta, lê'avdêjá davíd
aví.

Ahora pues, oh Elohim de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu


siervo David, mi padre.
(27)
ְּ ֙‫ץְּהנהְּהַ שָ ָ֜ ַמיםְּוש ֶּ֤מיְּהַ שָ ֻּ֨ ַמים‬
ַ֠ ‫ֱלהיםְּעַל־הָ ָ ִ֑א ֶר‬ ִ֖ ‫יְּהאמ ֵָ֔נםְּי ֹ֥שבְּא‬
ֽ ַ ‫ֶ֚כ‬
:ְּ‫ֲשרְּבָ ֽניתי‬ ֹ֥ ֶ ‫ףְּכי־הַ ַבֹ֥יתְּהַ זֶ ִ֖הְּא‬
ֽ ‫וָךְּא‬
ַ ָּ֕ ‫֣לאְּיְּכַלכְּ ֵ֔ל‬
kí háumnám, ieshév elohím 'al-haáretz; híneh hashamáim ushméi hashamáim
ló iêjalkêlúja, áf kí-habáit hazéh ashér baníti .

'Pero, ¿es verdad que Elohim ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos
y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo
que he edificado!
(28)
ְּ ֙‫ל־הרנָה‬
ֽ ָ ֶ‫ֱלהִ֑יְּלש ֶּ֤מעְַּא‬
ָ ‫ופ ָָ֜ניתָ ְּאֶ ל־תְּפלַ ֹּ֧תְּעַבדְָּךִּ֛ ְּוְּאֶ ל־תְּחנ ִָ֖תֹוְּיהוָ ֣הְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּעַבדְָּךִּ֛ ְּמתפַלֹ֥לְּלְּפָנֶ ִ֖יָךְּהַ יֽ ֹום‬
ֹּ֧ ֶ ‫וְּאֶ ל־הַ תְּפ ֵָ֔להְּא‬
ufaníta el-têfilát 'avdêjá vêel-têjinató Adonai elohái; lishmó'a el-hárinah vêel-
hatêfiláh, ashér 'avdêjá mitpalél lêfanéja haióm .

Sin embargo, oh Eterno, Elohim mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria


de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de
ti.
(29)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֹוםְּאל־הַ מָ ֵ֔קֹוםְּא‬
ֶ ֻּ֨ ֵ֔‫ֽלהְּיֹותְּ֩עי ֶֻּ֨נָךְּפְּת ָ֜חתְּאֶ ל־הַ ַבֶּ֤יתְּהַ זֶה֙ ְּלַ ֣ילָהְּוָי‬
ְּ‫ֲשרְּיתפַל֣לְּעַבדְּ ֵָ֔ך‬ ֣ ֶ ‫יְּשםְּלש ֻּ֨מ ֙ ַעְּאֶ ל־הַ תְּפ ֵָ֔להְּא‬
ִ֑ ָ ‫אָ ֵ֔ ַמרתָ ְּֽיהיֶ ֹ֥הְּשְּ ִ֖מ‬
:ְּ‫אֶ ל־הַ מָ ִ֖קֹוםְּהַ ֶזֽה‬
líhêiot 'einéja fêtujót el-habáit hazeh láilah vaíom, él-hamaqóm, ashér amárta,
íhiéh shêmí shám; lishmó'á el-hatêfiláh, ashér itpalél 'avdêjá, el-hamaqóm
hazéh .

Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del
cual has dicho: 'Allí estará mi nombre', para escuchar la oración que tu siervo
haga hacia este lugar.
(30)
ְּ‫רְּיתְּפַלְּלִ֖ וְּאֶ ל־הַ מָ ֣קֹום‬ ֽ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫וְּשָֻּ֨ מַ ע ָ֜ ָתְּאֶ ל־תְּחנַ ֶּ֤תְּעַבדְָּך֙ ְּוְּעַמְָּך֣ ְּיש ָר ֵ֔אלְּא‬
: ָ‫ִ֑הְּואַ תָ הְּתש ׁ֞ ַמעְּאֶ ל־מְּ ֶּ֤קֹוםְּשבתְָּך֙ ְּאֶ ל־הַ שָ ֵ֔ ַמיםְּוְּ ָ ֽשמַ ע ָ ִ֖תְּוְּסָ ָ ֽלחְּת‬ ְַּ֠ ֶ‫הַ ז‬
vêsháma'tá el-têjinát 'avdêjá vê'amêjá israél, ashér ítêpalêlú el-hamaqóm
hazéh; vêatah tishmá' el-mêqóm shivtêjá el-hashamáim, vêsháma'tá

550
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

vêsalájêta.

Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este


lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha tú y perdona.
(31)
ְּ‫ֹוְּובאְּאָ לָ ִּ֛ה‬
ָ ָ֗ ‫לת‬ִ֑ ‫א־בֹוְּאָ לָ ִ֖הְּלְּ ַ ֽה ֲא‬
ֹ֥ ָ‫רְּיח ָ ֱֹ֥טאְּאיש֙ ְּלְּר ֵ֔עהוְּוְּ ָנֽש‬ ֽ ֶ ֶֻּ֨‫אתְּ֩אֲש‬
:‫ֹ֥יְּמזְּבַ חֲָךִ֖ ְּבַ ַבֹ֥יתְּהַ ֶזֽה‬
ֽ ‫לפנ‬
et ashér iéjetá ish lêre'éhu, vênásha-vó aláh lêháalotó; uvá aláh lifnéi
mízêbajajá babáit hazéh.

'Si alguna persona peca contra su prójimo, y éste le toma juramento al hacerle
jurar, y él entra bajo juramento ante tu altar en este templo,
(32)
ְַּ‫יתְּוְּ ָ ֽשפַט ָ ֣תְּאֶ ת־עֲבָ ֵ֔ ֶדיָךְּלְּהַ ר ֣שיע‬
ָ֙ ‫וְּאַ ָ ֣תהְּ׀ְּתש ַ ֣מעְּהַ שָ ָ֗ ַמיםְּוְּע ָֻּ֨ש‬
:‫אשֹוְּולהַ צ ֣דיקְּצַ ֵ֔דיקְּלָ ֹ֥תֶ תְּלִ֖ ֹוְּכְּצדקָ ֽתֹו‬ ִ֑ ‫ָרשֵָ֔ עְּל ָֹ֥תתְּדַ רכִ֖ ֹוְּבְּר‬
vêatáh | tishmá' hashamáim vê'asítá vêsháfattá et-'avadéja, lêharshí'a rashá',
latét darkó bêroshó; ulhatzdíq tzadíq, látet ló kêtzidqató.

entonces escucha tú en los cielos y actúa. Juzga a tus siervos condenando al


injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo,
dándole conforme a su justicia.
(33)
ְּ ֙‫ֲשרְּ ֶיֽחֶ טאו־לָ ְִ֑ךְּוְּ ָ ֶּ֤שבוְּא ֶֻּ֨ליָך‬
֣ ֶ ‫ְּֽבהנ ָׁ֞גףְּעַמְָּךֹּ֧ ְּיש ָר ִּ֛אלְּלפנֹ֥יְּאֹויִ֖בְּא‬
:‫הֹודוְּאֶ ת־שְּ ֵ֔ ֶמָךְּוְּהת ַ ֽפלְּלֹּ֧ וְּוְּ ֽהתְּחַ נְּנִּ֛ וְּאלֶ ִ֖יָךְּבַ ַבֹ֥יתְּהַ ֶזֽה‬
֣ ְּ‫ו‬
bêhinagéf 'amêjá israél lifnéi oiév ashér iéjetu-láj; vêshávu eléjá vêhodú et-
shêméja, vêhitpálêlú vêhítêjanênú eléja babáit hazéh.

'Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado
contra ti, y ellos se vuelvan a ti y confiesen tu nombre, y oren y te supliquen
en este templo,
(34)
ְּ ֙‫וְּאַ תָ ה֙ ְּתש ַ ֣מעְּהַ שָ ֵ֔ ַמיםְּוְּ ָ ֣סלַח ֵ֔ ָתְּלְּחַ ַ ִ֖טאתְּעַמְָּך֣ ְּיש ָר ִ֑אלְּ ַוה ֲֽשבתָ ם‬
‫ ס‬:‫ֲבֹותם‬ ֽ ָ ‫ְּלא‬ ֽ ַ ָ‫ֲשרְּנ ַ ִָ֖תת‬
ֹ֥ ֶ ‫ל־האֲדָ ֵ֔ ָמהְּא‬
֣ ָ ֶ‫א‬
vêatah tishmá' hashamáim, vêsálajtá, lêjatát 'amêjá israél; vahashévotam el-
háadamáh, ashér natáta láavotám.

entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y


hazles volver a la tierra que diste a sus padres.

551
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(35)
‫יְּיֽחֶ טאו־לָ ְִ֑ךְּוְּ ֽהתְּפַלְּ ׁ֞לוְּאֶ ל־‬
ֶ ‫רְּכ‬
֣ ‫א־יהיֶ ֹ֥הְּמָ ָ ִ֖ט‬
ֽ ‫בְּ ֽהעָצֹ֥רְּשָ ַ ִּ֛מיםְּוְּ ֽל‬
:ְּ‫יְּתעֲנֽם‬
ֽ ַ ‫וןְּכ‬
ֹ֥ ‫שוב‬ ִ֖ ְּ‫אתםְּי‬ֹ֥ ָ ָ‫ָךְּומחַ ט‬
ֽ ‫הֹודוְּאֶ ת־שְּ ֵ֔ ֶמ‬֣ ְּ‫הַ מָ ֶּ֤קֹוםְּהַ זֶה֙ ְּו‬
bêhé'atzér shamáim vêló-íhiéh matár kí iéjetu-láj; vêhítêpalêlú el-hamaqóm
hazeh vêhodú et-shêméja, uméjatatám iêshuvún kí tá'aném .

'Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado
contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su
pecado cuando los aflijas,
(36)
ְּ‫לְּכי‬
ֹ֥ ‫וְּאַ ָ ֣תהְּ׀ְּתש ַ ֣מעְּהַ שָ ָ֗ ַמיםְּוְּ ֻּ֨ ָסלַח ָ֜ ָתְּלְּחַ ַ ֶּ֤טאתְּעֲבָ ֻּ֨ ֶדיָך֙ ְּוְּעַמְָּך֣ ְּיש ָר ֵ֔א‬
ְּ‫כו־בִּ֑הְּוְּ ָנֽתַ ָ ֶּ֤תהְּמָ טָ ר֙ ְּעַל־אַ רצְּ ֵָ֔ך‬
ָ ְּ‫ֲשרְּיֽל‬ ֣ ֶ ‫טֹובִ֖הְּא‬ ָ ַ‫תֹורםְּאֶ ת־הַ ֶ ֹ֥ד ֶרְךְּה‬ ִּ֛
‫ ס‬:‫אֲשֶ ר־נ ַ ָֹ֥תתָ הְּלְּעַמְָּךִ֖ ְּלְּ ַ ֽנח ָ ֲֽלה‬
vêatáh | tishmá' hashamáim vêsálajtá lêjatát 'avadéjá vê'amêjá israél, kí torém
et-hadérej hatováh ashér iélêju-váĥ; vênátatáh matar 'al-artzêjá, asher-natátah
lê'amêjá lênájaláh.

entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu


pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales
lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.
(37)
ְּ‫ְּ֙כי‬
֣ ‫ֹוןְּי ַָֽר ָ֜קֹוןְּאַ ר ֶבֶּ֤הְּחָ סיל‬
ֽ ‫י־יהיֶהְּשדָ ֻּ֨פ‬ ֽ ַ֠ ‫רְּכ‬
ֽ ֶ‫ץְּדב‬ ֣ ֶ ‫י־יהיֶ ֣הְּבָ ָ֗ ָא ֶר‬
ֽ ‫בְּכ‬ ֽ ‫ָר ָׁ֞ע‬
:ְּ‫ַעְּכל־מַ ח ָ ֲֽלה‬
ֽ ָ ‫ֹוְּאיְּ ִ֖בֹוְּבְּ ֶ ֣א ֶרץְּשְּע ָ ִָ֑ריוְּכְּל־נֶ ִַֽ֖ג‬
ֽ ִּ֛‫יְּיֽצַ ר־ל‬
ָ ‫הְּכ‬
ֹּ֧ ‫ֽיה ֵֶ֔י‬
ra'áv kí-íhiéh vaáretz déver kí-íhieh shidafón iéraqón arbéh jasil kí íhiéh, kí
iátzar-ló óiêvó bêéretz shê'aráv; kol-néga' kál-majaláh .

'Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón,
añublo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo lo asedie en la tierra de sus
ciudades [cualquiera que sea la plaga o la enfermedad],
(38)
ְּ‫ל־ה֣אָ ֵ֔ ָדםְּלְּ ִ֖כלְּעַמְָּך֣ ְּיש ָר ִ֑אל‬
ָ ְּ‫רְּתהְּיֶה֙ ְּלְּכ‬
ֽ ‫ֲש‬ ֶּ֤ ֶ ‫כְּל־תְּפלָ ֣הְּכְּל־תְּח ָָ֗נהְּא‬
:‫וןְּאישְּנֶ ַֽ֣גַעְּלְּבָ ֵ֔בֹוְּופ ַ ָֹ֥רשְּכַפָ ִ֖יוְּאֶ ל־הַ ַבֹ֥יתְּהַ ֶזֽה‬
ֶ֚ ‫רְּיַֽדְּ ָ֗ע‬
ֽ ‫ֲש‬ ֶ֣ ‫א‬
kol-têfiláh jol-têjináh ashér tíhêieh lêjol-háadám, lêjól 'amêjá israél; ashér
iédê'ún ísh néga' lêvavó, ufarás kapáv el-habáit hazéh.

cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu
pueblo Israel [cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo
sus manos hacia este templo],

552
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

(39)
ְּ ֙‫ְַּ֠ואַ תָ הְּתש ֻּ֨ ַמעְּהַ שָ ָ֜ ַמיםְּמְּכֶּ֤ ֹוןְּשב ֻּ֨ ֶתָך֙ ְּוְּ ָ ֽסלַח ָ ֣תְּוְּע ֵָ֔שיתָ ְּוְּ ָנֽתַ ָ ֶּ֤תְּלָאיש‬
ְּ‫ֹוְּכי־אַ ָ ֶּ֤תהְּי ֻּ֨ ַָדע ָ֙תְּלְּבַ דְּ ֵָ֔ךְּאֶ ת־לְּ ַבִ֖ב‬
ֽ ‫ֲשרְּת ַ ִ֖דעְּאֶ ת־לְּבָ ִ֑ב‬ ֹ֥ ֶ ‫כְּכְּל־דְּ ָר ֵָ֔כיוְּא‬
:‫ֹ֥יְּהאָ ָ ֽדם‬
ֽ ָ ‫כְּל־בְּנ‬
vêatah tishmá' hashamáim mêjón shivtéjá vêsálajtá vê'asíta, vênátatá laish
kêjol-dêrajáv, ashér tedá' et-lêvavó; kí-atáh iadá'tá lêvadêjá, et-lêváv kol-bênéi
háadám.

entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona y actúa. Da a


cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón [porque
sólo tú conoces el corazón de todo hombre];
(40)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫֣יְּהאֲדָ ָ ִ֑מהְּא‬
ֽ ָ ‫לְּ ֻּ֨ ַמעַן֙ ְּֽי ָר ֵ֔אוָךְּ ָֻּ֨כל־הַ י ֵָ֔מיםְּאֲשֶ ר־הֹ֥םְּחַ יִ֖יםְּעַל־פְּנ‬
:‫הְּלאֲב ֽתינו‬ ֽ ַ ָ‫נ ַ ִָ֖תת‬
lêmá'an íraúja, kál-haiamím, asher-hém jaím 'al-pênéi háadamáh; ashér
natátah láavotéinu.

a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra
que tú has dado a nuestros padres.
(41)
ְּ‫חֹוקה‬
ִ֖ ָ ‫ץְּר‬
ְּ ‫ובִּ֛אְּמ ֶ ֹ֥א ֶר‬
ָ ְּ‫לְּהוא‬
ִ֑ ‫רְּלא־מעַמְָּךֹ֥ ְּיש ָר ִ֖א‬
ֽ ‫ֲש‬ ִּ֛ ֶ ‫וְּגַם֙ ְּאֶ ל־הַ נְּכְּ ֵ֔ריְּא‬
:‫לְּ ַ ֹ֥מעַןְּשְּ ֶ ֽמָך‬
vêgam el-hanojêrí, ashér ló-me'amêjá israél hú; uvá meéretz rêjoqáh lêmá'an
shêméja.

'Asimismo, cuando el extraño que no sea de tu pueblo Israel venga de una


tierra lejana a causa de tu nombre
(42)
ְּ‫ְּה ֲחז ֵ֔ ָָקהְּוֽ זרעֲָךִ֖ ְּהַ נְּטויָ ִ֑ה‬
ֽ ַ ֙‫ת־יַֽדְָּך‬
ֽ ָ ֶ‫ֶּ֤כיְּישמְּעון֙ ְּאֶ ת־שמָך֣ ְּהַ גָדֵ֔ ֹולְּוְּא‬
:‫ובֹ֥אְּוְּהתפַלִ֖לְּאֶ ל־הַ ַבֹ֥יתְּהַ ֶזֽה‬
ָ
kí ishmê'un et-shimjá hagadól, vêet-iádêjá hájazaqáh, úzro'ajá hanêtuiáh; uvá
vêhitpalél el-habáit hazéh.

[porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo


extendido], y venga a orar a este templo,

553
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(43)
ְּ‫אַ ׁ֞ ָתהְּתש ַ ֶּ֤מעְּהַ שָ ֻּ֨ ַמים֙ ְּמְּכ֣ ֹוןְּשב ֵ֔ ֶתָךְּוְּע ָָּ֕שיתָ ְּכְּ ִּ֛כלְּאֲשֶ ר־יק ָ ֹ֥ראְּאלֶ ִ֖יָך‬
ְּ ֣‫הְּאתְָּך֙ ְּכְּעַמְָּך‬
ֽ ‫ַןְּיַֽדְּעוןְּ֩כְּל־ע ַֻּ֨מיְּהָ ָ֜ ָא ֶרץְּאֶ ת־שְּ ָ֗ ֶמָךְּלְּיר ָ ֶּ֤א‬
ֽ ‫הַ נְּכְּ ִ֑ריְּלְּ ַ ֣מע‬
:‫ֲשרְּבָ ֽניתי‬ ֹ֥ ֶ ‫תְּכי־שמָך֣ ְּנק ָ ֵ֔ראְּעַל־הַ ַבֹ֥יתְּהַ זֶ ִ֖הְּא‬ ֽ ‫יש ָר ֵ֔אלְּוְּ ל ָּ֕ ַָד ַע‬
atáh tishmá' hashamáim mêjón shivtéja, vê'asíta kêjól asher-iqrá eléja
hanojêrí; lêmá'an iédê'un kol-'améi haáretz et-shêméja lêiráh ótêjá kê'amêjá
israél, vêladá'at kí-shimjá niqrá, 'al-habáit hazéh ashér baníti.

entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo


aquello por lo cual el extraño clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la
tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este
templo que he edificado es llamado por tu nombre.
(44)
ְּ‫ֲשרְּתשלָחִ֑םְּוְּהת ַ ֽפלְּל֣ ו‬
֣ ֶ ‫ַל־אי ֵ֔בֹוְּבַ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּא‬
֣ ‫ֽכי־י ֻּ֨צאְּעַמְָּךֶּ֤ ְּלַמלחָ מָ ה֙ ְּע‬
:ְּ‫ְּבּהְּוְּהַ ַבִ֖יתְּאֲשֶ ר־בָ נֹ֥תיְּלש ֶ ֽמָך‬
ָ ֵ֔ ָ‫ֲשרְּבָ ַח֣רת‬
֣ ֶ ‫אֶ ל־יה ָ֗ ָוהְּ ֶ ֶּ֤ד ֶרְךְּהָ עיר֙ ְּא‬
kí-ietzé 'amêjá lamiljamah 'al-óyvó, badérej ashér tishlajém; vêhitpálêlú el-
Adonai dérej ha'ir ashér bajárta báĥ, vêhabáit asher-baníti lishméja .

'Si tu pueblo sale a la batalla contra su enemigo por el camino que los envíes,
y ellos oran al Eterno en dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa
que he edificado a tu nombre,
(45)
:‫וְּ ָ ֽשמַ ע ָ֙תְּהַ שָ ֵ֔ ַמיםְּאֶ ת־תְּפל ָ ִָ֖תםְּוְּאֶ ת־תְּחנ ָ ִָ֑תםְּוְּע ִָ֖שיתָ ְּמשפ ָ ָֽטם‬
vêsháma'tá hashamáim, et-têfilatám vêet-têjinatám; vê'asíta mishpatám.

entonces escucha en los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.


(46)
ְּ‫ְּבםְּונתַ ָ ִ֖תם‬
ָ ֵ֔ ‫רְּלא־ ֶיח ֵ֔ ֱָטאְּוְּ ָ ֽאנַפ ָ ֣ת‬
ֽ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫יְּאיןְּאָ דָ ם֙ ְּא‬
ֶּ֤ ‫ְךְּכ‬
֣ ‫יְּיֽחֶ טאו־ ָָ֗ל‬ֶ ‫֣כ‬
:‫רֹובה‬
ֽ ָ ְּ‫הְּאֹוְּק‬
ֹ֥ ‫חֹוק‬ ִ֖ ָ ‫בְּר‬
ְּ ‫אֹוי‬ ֵ֔ ‫ץְּה‬ ֽ ָ ‫ל־א ֶר‬
֣ ֶ ֶ‫וםְּשביהֶ ם֙ ְּא‬ ֽ ‫לפנ֣יְּאֹויִ֑בְּוְּשָ ֶּ֤ב‬
kí iéjetu-láj kí éin adam ashér ló-iejetá, vêánaftá vám, untatám lifnéi oiév;
vêshavúm shóveihem el-éretz háoiév, rêjoqáh ó qêrováh.

'Si pecan contra ti [pues no hay hombre que no peque], y te enojas contra ellos
y los entregas ante el enemigo, y éstos los llevan como cautivos suyos a la
tierra del enemigo, lejana o cercana;
(47)
ְּ‫בו־שםְּוְּ ָ ֣שבוְּ׀ְּוְּ ֽהתְּחַ נְּנ֣ וְּא ֶָ֗ליָך‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּנש‬ ֣ ֶ ‫וְּה ֻּ֨שיבו֙ ְּאֶ ל־ל ֵ֔ ָבםְּבָ ָ ִ֖א ֶרץְּא‬
:‫ינוְּר ָ ֽשעְּנו‬
ָ ‫אמרְּחָ ָטֹ֥אנוְּוְּ ֶ ֽהע ֱִ֖ו‬ ֵ֔ ‫ץְּשביהֶ ם֙ ְּל‬
ֽ ‫בְּ ֶ ֶּ֤א ֶר‬

554
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

vêheshívú el-libám, baáretz ashér nishbu-shám; vêshávu | vêhítêjanênú eléja


bêéretz shóveihem lemór, jatánu vêhé'evínu rashá'ênu.

si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se


vuelven y te suplican en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo:
'Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente';
(48)
ְּ‫יהִ֖םְּאֲשֶ ר־שָ ֣בו‬ ֶ ‫ץְּאיְּב‬
ֽ ‫וְּ ָ ֣שבוְּא ֶָ֗ליָךְּבְּכְּל־לְּבָ בָ ם֙ ְּובכְּל־נַפשֵָ֔ םְּבְּ ֶ ֹ֥א ֶר‬
ְּ ֙‫ֲבֹותםְּהָ עיר‬
ָ ֵ֔ ‫הְּלא‬
ֽ ַ ָ‫ֲשרְּנ ַ ָ֣תת‬ ֣ ֶ ‫יָךְּד ֶרְךְּאַ רצָ ם֙ ְּא‬
ֶּ֤ ֶ ‫א ָ ִ֑תםְּוְּהת ַ ֽפלְּל֣ וְּא ֶָ֗ל‬
:‫ֲשרְּבָ ֵ֔ ַחרתָ ְּוְּהַ ַבִ֖יתְּאֲשֶ ר־בניתְּ(בָ נֹ֥יתי)ְּלש ֶ ֽמָך‬ ֶ֣ ‫א‬
vêshávu eléja bêjol-lêvavam uvjol-nafshám, bêéretz óiêveihém asher-shavú
otám; vêhitpálêlú eléja dérej artzam ashér natátah láavotám, ha'ir ashér
bajárta, vêhabáit asher-vnit (baníti) lishméja.

si en la tierra de sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se


vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a
la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he
edificado a tu nombre,
(49)
ְּ ָ‫וְּ ָ ֽשמַ ע ָ ֶּ֤תְּהַ שָ ֻּ֨ ַמים֙ ְּמְּכ֣ ֹוןְּשבתְּ ֵָ֔ךְּאֶ ת־תְּפל ָ ִָ֖תםְּוְּאֶ ת־תְּחנ ָ ִָ֑תםְּוְּע ִָ֖שית‬
:‫משפ ָ ָֽטם‬
vêsháma'tá hashamáim mêjón shivtêjá, et-têfilatám vêet-têjinatám; vê'asíta
mishpatám.

entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria,


y ampara su causa.
(50)
ְּ‫עו־בְִ֑ך‬
ָ ְּ‫רְּפש‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫יהִ֖םְּא‬
ֶ ‫רְּחטְּאו־ ֵָ֔לְךְּולכְּל־פשע‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫וְּ ָ ֽסלַח ָ ֶּ֤תְּלְּעַמְָּך֙ ְּא‬
:‫יהִ֖םְּוְּ ֽרח ֲֽמום‬
ֶ ‫ֹ֥יְּשב‬
ֽ ‫ונתַ ָ ֹּ֧תםְּלְּ ַ ֽרח ֲִּ֛מיםְּלפנ‬
vêsálajtá lê'amêjá ashér játêu-láj, uljol-pish'eihém ashér páshê'u-váj; untatám
lêrájamím lifnéi shóveihém vêríjamúm.

Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y todas las transgresiones que
han cometido contra ti, y hazles objeto de misericordia ante los que los han
llevado cautivos, para que tengan misericordia de ellos.
(51)
:‫אתְּממצ ַ ֵ֔ריםְּמ ִ֖תֹוְךְּכֹ֥ ורְּהַ בַ ר ֶזֽל‬
ָ֙ ‫רְּהֹוצ‬
ֻּ֨ ‫ֲש‬
ֶּ֤ ֶ ‫ֽכי־עַמְָּךֹ֥ ְּוְּ ַנח ָ ֲֽלתְָּךִ֖ ְּהִ֑םְּא‬
kí-'amêjá vênajalátêjá hém; ashér hotzétá mimitzráim, mitój kúr habarzél.

555
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto, de en medio


del horno de hierro.
(52)
ְּ‫ֽלהְּיֻּ֨ ֹותְּעינֶ ֶּ֤יָךְּפְּתחת֙ ְּאֶ ל־תְּחנַ ֣תְּעַבדְּ ֵָ֔ךְּוְּאֶ ל־תְּחנַ ִ֖תְּעַמְָּך֣ ְּיש ָר ִ֑אל‬
:‫יהםְּבְּ ִ֖כלְּקְּר ָ ֹ֥אםְּא ֶ ֽליָך‬
ֶ ֵ֔ ‫לש ֣מעְַּאֲל‬
líhêíot 'einéja fêtujot el-têjinát 'avdêjá, vêel-têjinát 'amêjá israél; lishmó'a
aleihém, bêjól qorám eléja.

'Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo


Israel, para escucharles en todo aquello que te invoquen.
(53)
ְּ‫ץְּכאֲשֶֻּ֨ רְּד ָ֜ ַברתָ ְּבְּיַ ֣ד‬
ֽ ַ ‫ְּל ַנ ֲח ֵָ֔להְּמ ִ֖כלְּע ַ֣מיְּהָ ָ ִ֑א ֶר‬
ְּֽ ֙‫ֽכי־אַ ׁ֞ ָתהְּהבדַ ל ָ ֶּ֤תםְּלְָּך‬
‫ פ‬:ְּ‫הוה‬ ֽ ‫הֹוציאֲָךֹּ֧ ְּאֶ ת־אֲב ִּ֛תינוְּממצ ַ ִ֖ריםְּאֲדנָ ֹ֥יְּי‬ ֽ ְּ‫׀ְּמ ֶ ֣שהְּעַב ָ֗ ֶדָךְּב‬
kí-atáh hivdaltám lêjá lênajaláh, mikól 'améi haáretz; káashér dibárta bêiád |
moshéh 'avdéja bêhotzíajá et-avotéinu mimitzráim adonái ihvíh .

Porque tú, oh Señor Elohim, los has separado para ti como tu heredad de entre
todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moshé
[Moisés], cuando sacaste a nuestros padres de Egipto.'
(54)
ְּ‫הְּאתְּכְּל־הַ תְּפלָ ֹ֥הְּוְּהַ תְּחנָ ִ֖ה‬ ִּ֛ ‫למהְּלְּהתפַללְּ֙אֶ ל־יה ֵ֔ ָו‬ ָ֗ ְּ‫וַי ֣היְּ׀ְּכְּכַל֣ ֹותְּש‬
ְּ‫אתְּקםְּמלפ ֻּ֨ניְּמז ַבֶּ֤חְּיהוָה֙ ְּמכְּ ֣רעְַּעַל־בר ֵָ֔כיוְּוְּכַפָ ִ֖יוְּפְּר ֹ֥שֹות‬
ָ ׁ֞ ‫הַ ִ֑ז‬
:ְּ‫הַ שָ ָ ֽמים‬
vaihí | kêjalót shêlomóh lêhitpalel el-Adonai, ét kol-hatêfiláh vêhatêjináh
hazót; qám milifnéi mizbáj Adonai mikêró'a 'al-birkáv, vêjapáv pêrusót
hashamáim .

Y sucedió que cuando Shelomó [Salomón] terminó de hacer toda esta oración
y plegaria al Eterno, se levantó de estar de rodillas delante del altar del Eterno,
con sus manos extendidas al cielo.
(55)
:‫אמר‬
ֽ ‫ְךְּאתְּכְּל־קְּ ַה֣לְּיש ָר ִ֑אלְּ ֹ֥קֹולְּג ִָ֖דֹולְּל‬
ִ֖ ‫ו ַ ַֽיע ֲָּ֕מדְּוַי ָּ֕ ָב ֶר‬
vaiá'amód vaivárej ét kol-qêhál israél; qól gadól lemór.

Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel,


diciendo:
(56)
‫ִ֑רְּלא־‬
ֽ ‫ֲשרְּדב‬ ֣ ֶ ‫בָ ֣רוְךְּיה ָ֗ ָוהְּאֲשֶֻּ֨ רְּנ ַ ֶָּ֤תןְּמְּנוחָ ה֙ ְּלְּע ַ֣מֹוְּיש ָר ֵ֔אלְּכְּ ִ֖כלְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּד ֵ֔ ֶברְּבְּיַ ִ֖דְּמ ֶ ֹ֥שהְּעַב ֽדֹו‬
֣ ֶ ‫ָנ ַׁ֞פלְּדָ ָב֣רְּאֶ ָ֗ ָחדְּמכלְּ֙דְּבָ ֣רֹוְּהַ ֵ֔טֹובְּא‬
556
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8

barúj Adonai ashér natán mênujah lê'amó israél, kêjól ashér dibér; ló-nafál
davár ejád mikol dêvaró hatóv, ashér dibér, bêiád moshéh 'avdó .

'¡Bendito sea el Eterno, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a


todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus
buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moshé [Moisés].
(57)
‫ל־יעַזבִ֖נוְּוְּ ַ ֽאל־‬
ֽ ַ ַ‫ֲשרְּהָ יָ ִ֖הְּעם־אֲב ִ֑תינוְּא‬
ֹ֥ ֶ ‫נוְּכא‬
ֽ ַ ‫ֱלהינו֙ ְּע ֵ֔ ָמ‬
ֻּ֨ ‫יְּ ֻּ֨היְּיהוָ ֶּ֤הְּא‬
:ְּ‫יטְּ ֽשנו‬
iêhí Adonai elohéinú 'imánu, káashér haiáh 'im-avotéinu; al-iá'azvénu vêál-
itêshénu .

El Eterno nuestro Elohim esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres;
no nos desampare ni nos deje.
(58)
ְּ ֙‫לְּהַ ֹ֥טֹותְּלְּבָ בִ֖נוְּאלָ ִ֑יוְּלָלֶ ֣ כֶתְּבְּכְּל־דְּ ָר ָָ֗כיוְּוְּלש ֻּ֨מרְּמצֹו ָ ֶּ֤תיוְּוְּחקָ יו‬
:‫ֲשרְּצוָ ִ֖הְּאֶ ת־אֲב ֽתינו‬ ֹ֥ ֶ ‫ומשפ ֵ֔ ָָטיוְּא‬
lêhatót lêvavénu eláv; laléjet bêjol-dêrajáv vêlishmór mitzotáv vêjuqav
umishpatáv, ashér tziváh et-avotéinu.

Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y
guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros
padres.
(59)
ְּ‫ֲשרְּהתחַ ַֻּ֨ננתי֙ ְּלפנ֣יְּיה ֵ֔ ָוהְּקְּר ִּ֛ביםְּאֶ ל־יהוָ ֹ֥ה‬ֶּ֤ ֶ ‫יְּאלֶהְּא‬
ָ֗ ‫ו ֽיהיֻּ֨ וְּדְּבָ ַ ָ֜ר‬
ְּ‫ָהְּלע ֲ֣שֹותְּ׀ְּמשפַ ֣טְּעַבדָ֗ ֹוְּומשפַ ִּ֛טְּע ַֹ֥מֹוְּיש ָר ִ֖אל‬ֽ ַ ‫ִ֖ינוְּיֹומםְּוָלָ ִ֑יל‬
ָ֣ ‫אֱלה‬
:ְּ‫יֹומֹו‬
ֽ ְּ‫דְּבַ ר־יֹ֥ ֹוםְּב‬
víhíu dêvarái éleh ashér hitjanántí lifnéi Adonai, qêrovím el-Adonai elohéinu
iomám valáilah; lá'asót | mishpát 'avdó umishpát 'amó israél dêvar-íom
bêiomó .

Que estas palabras mías, con que he suplicado delante del Eterno, estén cerca
del Eterno nuestro Elohim, de día y de noche, para que él ampare la causa de
su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día;
(60)
:ְּ‫יםְּאיןְּעֽ ֹוד‬
ִ֖ ‫ֱלה‬ִ֑ ‫ואְּהא‬
ֽ ָ ‫ִ֖הְּה‬
֣ ָ‫ץְּכיְּיהו‬
ֹ֥ ‫לְּ ָ֗ ַמעַןְּדֶַ֚ ַעתְּכְּל־ע ַ֣מיְּהָ ֵ֔ ָא ֶר‬
lêmá'an dá'at kol-'améi haáretz, kí Adonai hú háelohím; éin 'ód .

a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el Eterno es Elohim y que
no hay otro.

557
8 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(61)
ְּ‫םְּעםְּיהוָ ֣הְּאֱלהִ֑ינוְּלָלֶ ֹּ֧ כֶתְּבְּח ָ ִּ֛קיוְּוְּלש ֹ֥מר‬
ִ֖ ‫וְּהָ יָ ֶּ֤הְּלְּבַ בכֶם֙ ְּשָ ֵ֔ל‬
:ְּ‫מצֹו ָ ִ֖תיוְּכַיֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
vêhaiáh lêvavjem shalém, 'ím Adonai elohéinu; laléjet bêjuqáv vêlishmór
mitzotáv kaióm hazéh .

Sea, pues, íntegro vuestro corazón para con el Eterno nuestro Elohim, a fin de
andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día.'
(62)
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫ֹוְּזבְּ ֹ֥חיםְּזֶ ִ֖בַ חְּלפנֹ֥יְּי‬
ֽ ‫ְּֽוהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּוְּכְּל־יש ָר ִ֖אלְּע ִ֑מ‬
vêhamélej, vêjol-israél 'imó; zóvêjím zévaj lifnéi Adonai .

Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante del Eterno.
(63)
ְּ‫֣חְּליה ָוהְּ֒בָ ָ֗ ָקרְּעֶש ֶּ֤רים‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּז ַָב‬
֣ ֶ ‫הְּאתְּזֶ ֣בַ חְּהַ שְּלָמים֮ ְּא‬
֣ ‫למ‬ ָ֗ ְּ‫וַיז ַב֣חְּש‬
ְּ‫ֶףְּוַֽֽיַחנְּכו֙ ְּאֶ ת־ב֣יתְּיה ֵ֔ ָוה‬
ַ ‫יםְּאל‬
ִ֑ ָ ‫ְּאלֶףְּוְּ ָּ֕צאןְּמ ָ ֹ֥אהְּוְּעֶש ִ֖ר‬ֶ ֵ֔ ֙‫וש ַֻּ֨נים‬
:ְּ‫הַ ֶ ִ֖מלְֶךְּוְּכְּל־בְּנֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vaizbáj shêlomóh ét zévaj hashêlamim ashér zaváj láAdonai baqár 'esrím
ushnáim élef, vêtzón meáh vê'esrím álef; váiajnêjú et-béit Adonai, hamélej
vêjol-bênéi israél .

Shelomó [Salomón] ofreció al Eterno, como sacrificios de paz, 22000 toros y


120000 ovejas. Así el rey y todos los Hijos de Israel dedicaron la casa del
Eterno.
(64)
ְּ‫ֹוְךְּהחָ ָ֗צרְּאֲשֶ ר֙ ְּלפנ֣יְּבית־יה ֵ֔ ָוה‬ ֽ ֶ ‫ת־ת‬
֣ ֶ‫בַ י֣ ֹוםְּהַ ָ֗הואְּק ֻּ֨ ַדשְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּא‬
‫יםְּכי־‬ ֽ ‫ת־העלָה֙ ְּוְּאֶ ת־הַ מנ ֵ֔ ָחהְּוְּ ִ֖אתְּחֶ לב֣יְּהַ שְּל ִָ֑מ‬
ֽ ָ ֶ‫כי־עָ ֣שָ הְּשָָ֗ םְּא‬
‫ת־העלָ ֣הְּוְּאֶ ת־‬ ֽ ָ ֶ‫ןְּמהָ כילְּ֙א‬ ֽ ‫ֲשרְּלפנ֣יְּיה ֵ֔ ָוהְּקָ ָ֗ט‬ ֣ ֶ ‫מז ַבֶּ֤חְּהַ נְּ ֻּ֨חשֶ ת֙ ְּא‬
:ְּ‫הַ מנ ֵ֔ ָחהְּוְּ ִ֖אתְּחֶ לבֹ֥יְּהַ שְּל ָֽמים‬
baióm hahú qidásh hamélej et-tój héjatzér asher lifnéi veit-Adonai, ki-'ásah
shám et-há'olah vêet-haminjáh, vêét jelvéi hashêlamím; kí-mizbáj hanêjóshet
ashér lifnéi Adonai, qatón méhajil et-há'oláh vêet-haminjáh, vêét jelvéi
hashêlamím .

Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante
de la casa del Eterno, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales
y el sebo de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante
del Eterno era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas
vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.

558
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 8, 9

(65)
ְּ‫למהְּ ָ ֽבעת־הַ ֣היאְּ׀ְּאֶ ת־הֶ ִּ֡ ָחגְּוְּכְּל־יש ָר ֣אלְּעמֹוְּ֩קָ ֻּ֨ ָהלְּגָדָ֜ ֹול‬ ֣ ְּ‫וַיַ ֣ ַעשְּש‬
ְּ‫ֱלהינוְּשבעַ ֹ֥תְּי ִָ֖מים‬ ֵ֔ ‫מלְּ ֹ֥בֹואְּח ָ ֲ֣מתְּ׀ְּעַד־נַ ֣חַ לְּמצ ַ ָ֗ריםְּלפני֙ ְּיהוָ ֣הְּא‬
:ְּ‫ָשרְּיֽ ֹום‬
ִ֖ ָ ‫וְּשבעַ ֣תְּי ִָ֑מיםְּאַ רבָ עָ ֹ֥הְּע‬
vaiá'as shêlomóh vá'et-hahí | et-hejág vêjol-israél 'imó qahál gadól milêvó
jamát | 'ad-nájal mitzráim lifneí Adonai elohéinu, shiv'át iamím vêshiv'át
iamím; arba'áh 'asár íom .

En aquella ocasión Shelomó [Salomón] y todo Israel con él, una gran
congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta
delante del Eterno nuestro Elohim durante siete días, y otros siete días más, es
decir, durante catorce días.
(66)
ְּ‫יהם‬
ֶ ָ֗ ‫םְּוַֽֽיבְּ ְּרכִ֖ וְּאֶ ת־הַ ֶ ִ֑מלְֶךְּוַיֽלְּכ֣ וְּלְּ ָ ֽאהְּל‬
ַ ‫בַ יֶּ֤ ֹוםְּהַ שְּמיני֙ ְּשלַ ֣חְּאֶ ת־הָ ֵָ֔ע‬
ְּ‫ָשהְּיהוָה֙ ְּלְּדָ ו֣דְּעַבדֵ֔ ֹו‬ ֶּ֤ ָ ‫טֹובהְּאֲשֶֻּ֨ רְּע‬
ָ ָ֗ ַ‫שְּמחים֙ ְּוְּ ֣טֹוביְּלְֵּ֔בְּעַ ֣לְּכְּל־ה‬
:ְּ‫וליש ָר ִ֖אלְּע ַֽמֹו‬
baióm hashêminí shiláj et-ha'ám, váivorêjú et-hamélej; vaiélêjú lêáholeihém
sêmejim vêtóvei lév, 'ál kol-hatováh ashér 'asáh Adonai lêdavíd 'avdó, ulisraél
'amó .

Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus


moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que el Eterno
había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 9


(1)
ְּ ֙‫למהְּלבנֹ֥ ֹותְּאֶ ת־בית־יהוָ ִ֖הְּוְּאֶ ת־ב֣יתְּהַ ֶ ִ֑מלְֶךְּוְּאת‬ ֵ֔ ְּ‫ַוַֽֽיהְּ֙יְּכְּכַל֣ ֹותְּש‬
‫ פ‬:ְּ‫ִ֖ץְּלע ֲֽשֹות‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּחָ פ‬
ֹ֥ ֶ ‫למהְּא‬ֵ֔ ְּ‫כְּל־ח֣שֶ קְּש‬
váihí kêjalót shêlomóh, livnót et-beit-Adonai vêet-béit hamélej; vêet kol-
jésheq shêlomóh, ashér jafétz lá'asót .

Sucedió que cuando Shelomó [Salomón] había acabado de construir la casa


del Eterno, la casa del rey y todo lo que había deseado hacer,
(2)
:ְּ‫ֲשרְּנר ָ ֹ֥אהְּאלָ ִ֖יוְּבְּגבעֽ ֹון‬
ִּ֛ ֶ ‫ִ֑יתְּכא‬
ֽ ַ ‫למהְּשנ‬
ִ֖ ְּ‫וַי ָ ֹּ֧ראְּיהוָ ִּ֛הְּאֶ ל־ש‬
vaierá Adonai el-shêlomóh shenít; káashér niráh eláv bêgiv'ón .

559
9 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

El Eterno se apareció a Shelomó [Salomón] por segunda vez, como se le había


aparecido en Gabaón.
(3)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫יוְּשָ מַ עתיְּאֶ ת־תְּפ ָ ֽלתְָּך֣ ְּוְּאֶ ת־תְּח ָנֽתְָּך֮ ְּא‬ ַ֠ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּיה ָ֜ ָוהְּא ָָ֗ל‬
ְּ‫הְּלשום־שְּ ֹ֥מי‬ ֽ ָ ָ‫ֲשרְּבָ ֵ֔נת‬ ֣ ֶ ‫התחַ נַ ֣נתָ הְּלְּ ָפ ַניְּ֒הק ָ֗ ַדשתיְּאֶ ת־הַ ַבֶּ֤יתְּהַ זֶה֙ ְּא‬
:ְּ‫יְּשםְּכְּל־הַ י ָֽמים‬ ִ֖ ָ ‫ָ ִ֖שםְּעַד־עֹולָ ִ֑םְּוְּהָ יֻּ֨ וְּעינַ ֹּ֧יְּוְּל ִּ֛ב‬
vaiómer Adonai eláv sháma'ti et-têfilátêjá vêet-têjinátêjá ashér hitjanántah
lêfanaí hiqdáshti et-habáit hazeh ashér banítah, lásum-shêmí shám 'ad-'olám;
vêhaíu 'einái vêlibí shám kol-haiamím .

Y el Eterno le dijo: 'He escuchado tu oración y tu plegaria que has hecho en


mi presencia. He santificado esta casa que has edificado para que yo ponga
allí mi nombre para siempre. Mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días.
(4)
ְּ‫יְּכאֲשֶֻּ֨ רְּהָ ַָ֜לְךְּדָ ֶּ֤ודְּאָ ֻּ֨ביָך֙ ְּבְּתָ ם־ל ָב֣בְּוב ֵ֔ישֶ ר‬
ֽ ַ ‫וְּאַ ׁ֞ ָתהְּאם־תלְ֣ךְּלְּ ָפ ַָ֗נ‬
:‫יתיָךְּח ַ ֹ֥קיְּומשפ ַ ִָ֖טיְּתש ֽמר‬ ִ֑ ‫ֲשרְּצו‬ ֣ ֶ ‫ַ ֽלע ֲָּ֕שֹותְּכְּ ִ֖כלְּא‬
vêatáh im-teléj lêfanái káashér haláj davíd avíjá bêtam-leváv uvyósher, lá'asót
kêjól ashér tzivitíja; juqái umishpatái tishmór.

Y en cuanto a ti, si andas delante de mí como anduvo tu padre David, con


integridad de corazón y con rectitud, haciendo todas las cosas que te he
mandado y guardando mis leyes y mis decretos,
(5)
ְּ‫ֲשרְּד ָ֗ ַברתי‬
֣ ֶ ‫ִ֑םְּכא‬
ֽ ַ ָ‫אְּממְּלַכתְָּךִּ֛ ְּעַל־יש ָר ִ֖אלְּלְּעל‬
ֽ ַ ‫ַוה ֲֻּ֨קמ ָ֜תיְּאֶ ת־כ ֹּ֧ס‬
:‫ְּאישְּמעַ ִ֖לְּכ ֹ֥סאְּיש ָר ֽאל‬
ֵ֔ ֙‫אמרְּ ֽלא־יכ ֶָּ֤רתְּלְָּך‬ ֵ֔ ‫עַל־דָ ֶּ֤ודְּאָ ֻּ֨ביָך֙ ְּל‬
vahaqímotí et-kisé mámêlajtêjá 'al-israél lê'olám; káashér dibárti 'al-davíd
avíjá lemór, ló-ikarét lêjá ísh, me'ál kisé israél.

entonces estableceré para siempre el trono de tu reino sobre Israel, como


prometí a tu padre David, diciendo: 'No te faltará un hombre sobre el trono de
Israel.'
(6)
ְּ‫ְּמאַ ח ַ ֲֵ֔ריְּוְּ ֶּ֤לאְּתשמְּרו֙ ְּמצֹו ַ ֣תיְּחק ֵ֔ ַתי‬
ֽ ֙‫ם־שֹובְּתְּש ָ֜בוןְּאַ ֶ ֶּ֤תםְּובניכֶם‬ ֻּ֨ ‫א‬
ְּ‫ֱלהיםְּאֲח ֵ֔רים‬
֣ ‫םְּועֲבַ דתֶ ם֙ ְּא‬ ֽ ַ ‫ִ֑םְּו ֲהלַכ ָ֗ ֶת‬
ֽ ַ ֶ‫ֲשרְּנ ַ ִָ֖תתיְּלפניכ‬ ֹ֥ ֶ ‫א‬
:ְּ‫יתםְּל ֶ ָֽהם‬
ִ֖ ֶ ‫וְּהש ַ ֽתחֲו‬
im-shóv têshuvún atém uvneijem méajarái, vêló tishmêrú mitzotái juqotái,
ashér natáti lifneijém; váhalajtém vá'avadtem elohím ajerím, vêhishtájavitém
lahém .

560
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 9

Pero si obstinadamente vosotros y vuestros hijos os apartáis de mí y no


guardáis mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de vosotros,
y os vais y servís a dioses ajenos y los adoráis,
(7)
‫ֲשרְּנ ַ ָ֣תתיְּל ֵ֔ ֶָהםְּוְּאֶ ת־‬ ֣ ֶ ‫ֶּ֤יְּהאֲדָ מָ ה֙ ְּא‬
ֽ ָ ‫וְּהכ ַר ֣תיְּאֶ ת־יש ָר ָ֗אלְּמ ַֻּ֨עלְּפְּנ‬
ְּ‫ֲשרְּהק ַ ֣דשתיְּלש ֵ֔מיְּאֲשַ לַ ִ֖חְּמעַ ֣לְּפָנָ ִ֑יְּוְּהָ יָ ֹּ֧הְּישְּ ָר ִּ֛אלְּלְּמָ ָ ֹ֥של‬ ֣ ֶ ‫הַ ֻּ֨ ַבית֙ ְּא‬
:‫ל־הע ַֽמים‬ֽ ָ ְּ‫וְּלשנינָ ִ֖הְּבְּכ‬
vêhijratí et-israél me'ál pênéi háadamah ashér natáti lahém, vêet-habáit ashér
hiqdáshti lishmí, ashaláj me'ál panái; vêhaiáh israél lêmashál vêlishnináh
bêjol-há'amím.

entonces eliminaré a Israel del suelo que les he dado. Y la casa que he
santificado a mi nombre, la apartaré de mi presencia. Entonces Israel servirá
de refrán y escarnio entre todos los pueblos.
(8)
ְּ‫ַל־מה‬
ֶ ֻּ֨ ‫וְּהַ ַבֶּ֤יתְּהַ זֶה֙ ְּֽיהיֶ ֣הְּעֶליֵ֔ ֹוןְּכְּל־עבֹ֥רְּעָלָ ִ֖יוְּי ֣שםְּוְּשָ ָ ִ֑רקְּוְּ ָ ֽאמְּ ָ֗רוְּע‬
:ְּ‫ָשהְּיהוָה֙ ְּ ֵָ֔ככָהְּל ָ ָֹ֥א ֶרץְּהַ ִ֖זאתְּוְּל ַַבֹ֥יתְּהַ ֶזֽה‬
ֶּ֤ ָ ‫ע‬
vêhabáit hazeh íhiéh 'elíon, kol-'ovér 'aláv ishóm vêsharáq; vêámêrú 'al-méh
'asáh Adonai kájah, laáretz hazót vêlabáit hazéh .

En cuanto a esta casa, que es sublime, todo el que pase por ella se asombrará y
silbará. Ellos preguntarán: '¿Por qué ha hecho así el Eterno a esta tierra y a
esta casa?'
(9)
ְּ ֮‫רְּהֹוציאְּאֶ ת־אֲבתָ ם‬֣ ֶֻּ֨‫יהםְּאֲש‬ֶ ָ֗ ‫רְּעזְּ ָ֜בוְּאֶ ת־יהוָ ֣הְּאֱלֽ ה‬
ֽ ָ ֶֻּ֨‫וְּ ָ ֽאמְּ ָ֗רוְּ ַעלְּ֩אֲש‬
ְּ‫אלהיםְּאֲח ֵ֔ריםְּוישתחוְּ(וַיש ַ ֽתחֲוֹ֥ ו)ְּל ֶָהִ֖ם‬ ֣ ‫מ ֶ ֣א ֶרץְּמצ ַרים ְַּ֒וַֽֽ ַיח ֲֻּ֨זקו֙ ְּ ֽב‬
‫ פ‬:ְּ‫ל־ה ָרעָ ִ֖הְּהַ ֽזאת‬ ֽ ָ ְּ‫םְּאתְּכ‬
ֹ֥ ‫יה‬ ֶ ֵ֔ ‫ַל־כןְּה ֶּ֤ביאְּיהוָה֙ ְּעֲל‬ ָ֗ ‫ו ַ ַֽיעַבדִ֑םְּע‬
vêámêrú 'al ashér 'ázêvú et-Adonai elóheihém ashér hotzí et-avotam meéretz
mitzraim váiajazíqú bélohím ajerím, vystjv (vaishtájavú) lahém vaiá'avdúm;
'al-kén heví Adonai 'aleihém, ét kol-hára'áh hazót .

Y responderán: 'Porque abandonaron al Eterno su Elohim que sacó a sus


padres de la tierra de Egipto, y se aferraron a arrodillarse y servir a dioses
ajenos. Por eso el Eterno ha traído sobre ellos todo este mal.''
(10)
‫למהְּאֶ ת־שְּנ֣יְּהַ בְּ ִ֑תיםְּאֶ ת־‬
ִ֖ ְּ‫וַי ָ֗היְּמקצה֙ ְּעֶש ֣ריםְּשָ ֵָ֔נהְּאֲשֶ ר־בָ נָ ֹ֥הְּש‬
:ְּ‫בֹ֥יתְּיהוָ ִ֖הְּוְּאֶ ת־בֹ֥יתְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬

561
9 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaihí miqtzeh 'esrím shanáh, asher-banáh shêlomóh et-shênéi habotím; et-béit


Adonai vêet-béit hamélej .

Aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales Shelomó [Salomón]


había edificado las dos casas [la casa del Eterno y la casa del rey,
(11)
ְּ‫רֹושים‬
ִּ֛ ְּ‫ובעֲצֹּ֧יְּב‬
ֽ ַ ְּ‫הְּבעֲציְּ֩א ֲָר ֻּ֨זים‬ֽ ַ ‫למ‬ָ֜ ְּ‫ְֶך־צרְּנשָֻּ֨ אְּאֶ ת־ש‬ ַ֠ ‫םְּמל‬ֽ ֶ ‫יר‬ ָ֣ ‫ח‬
ְּ‫יםְּעיר‬
ֵ֔ ‫למהְּלְּח ָירם֙ ְּעֶש ֣ר‬ ֶּ֤ ְּ‫ֹוְּאזְּיתןְּ֩הַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּש‬
ָ ִּ֡ ‫ובַ ז ָָהִ֖בְּלְּכְּל־חֶ פ ִ֑צ‬
:‫בְּ ֶ ִ֖א ֶרץְּהַ ג ָֽליל‬
jirám mélej-tzór nisá et-shêlomóh bá'atzeí arazím uvá'atzéi vêroshím
uvazaháv lêjol-jeftzó; áz iten hamélej shêlomóh lêjiram 'esrím 'ír, bêéretz
hagalíl.

para las cuales Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Shelomó [Salomón]
madera de cedro y de ciprés y oro, conforme a todo su deseo], que el rey
Shelomó [Salomón] dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.
(12)
ְּ‫למהְּוְּ ֹ֥לא‬
ִ֑ ְּ‫רְּנֽתַ ן־לִ֖ ֹוְּש‬
ָ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫ת־הע ֵָ֔ריםְּא‬
֣ ֶ ֶ‫וַיצֶּ֤אְּח ָירם֙ ְּמ ֵ֔צרְּלראֹות֙ ְּא‬
:‫ָיֽשְּ ִ֖רוְּבְּע ָינֽיו‬
vaietzé jiram mitzór, lirot et-hé'arím, ashér nátan-ló shêlomóh; vêló iáshêrú
bê'eináv.

Pero cuando Hiram salió de Tiro para ver las ciudades que Shelomó
[Salomón] le había dado, no le agradaron.
(13)
ְּ‫ְּא ֶרץ‬
֣ ֶ ֙‫הְּליְּאָ ִ֑חיְּוַיק ָ ֶּ֤ראְּלָהֶ ם‬
ִ֖ ָ‫הְּהע ָ֣ריםְּהָ ֵ֔אלֶהְּאֲשֶ ר־נ ַ ָֹ֥תת‬
ֽ ֶ ֶָ֚‫ו ַָּ֕יאמֶ רְּמ‬
‫ פ‬:‫כ ֵָ֔בולְּעַ ִ֖דְּהַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
vaiómer máh hé'arím haéleh, asher-natátah lí ají; vaiqrá lahem éretz kavúl, 'ád
haióm hazéh.

Y comentó: '¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano mío?' Y se
las llama Tierra de Cabul, hasta el día de hoy.
(14)
:‫ירםְּל ֶ ִַ֑מלְֶךְּמ ָ ֹ֥אהְּוְּעֶש ִ֖ריםְּככַ ֹ֥רְּז ָ ָֽהב‬
ִ֖ ָ ‫וַישלַ ֹ֥חְּח‬
vaishláj jirám lamélej; meáh vê'esrím kikár zaháv.

Hiram había enviado al rey 120 talentos de oro.

562
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 9

(15)
ְּ‫ת־ביתְּיהוָ ֶּ֤ה‬
ֻּ֨ ֶ‫למהְּלבנֹותְּ֩א‬ ָ֗ ְּ‫וְּ ֶֻּ֨זהְּדְּבַ ר־הַ ָ֜ ַמסְּ ֲא ֶ ֽשר־הֶ עֱלָ ֣הְּ׀ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
ְּ‫תְּחֹומתְּיְּ ֽרושָ לָ ִ֑ םְּוְּאֶ ת־חָ ֹ֥צרְּוְּאֶ ת־מְּג ִ֖דֹו‬
ַ֣ ‫וְּאֶ ת־ביתֹו֙ ְּוְּאֶ ת־הַ מ ֵ֔לֹואְּוְּ ִ֖א‬
:ְּ‫ת־גַֽֽזֶר‬
ָ ֶ‫וְּא‬
vêzéh dêvar-hamás ashér-he'eláh | hamélej shêlomóh livnot et-béit Adonai
vêet-beitó vêet-hamiló, vêét jomát iêrúshaláim; vêet-jatzór vêet-mêgidó vêet-
gázer .

Ésta es la razón de la leva que el rey Shelomó [Salomón] realizó: edificar la


casa del Eterno, su propia casa, el Milo, la muralla de Ierushalaim [Jerusalén],
Hazor, Meguido y Gezer.
(16)
‫הְּמלְֶך־מצ ַ ָ֜ריםְּ ָע ָָ֗להְּוַיל ֶּ֤כדְּאֶ ת־ ֻּ֨ ֶגזֶר֙ ְּוַישרְּפָ ּ֣הְּבָ ֵ֔אשְּוְּאֶ ת־‬
ֽ ֶ ‫פַר ֻּ֨ע‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫ֹוְּאשֶ תְּש‬
ֹ֥ ‫גְּוַֽֽיתְּנָּה֙ ְּשל ֵ֔חיםְּלְּב ִ֖ת‬ ַ ‫ַ ֽהכְּ ַנעֲנִּ֛יְּהַ י ֹ֥שבְּבָ ִ֖עירְּהָ ָ ִ֑ר‬
par'óh mélej-mitzráim 'aláh vailkód et-gézer vaisrêfáĥ baésh, vêet-hákêna'aní
haioshév ba'ír harág; váitênaĥ shilujím, lêvitó éshet shêlomóh.

[El faraón, rey de Egipto, había subido y tomado Gezer, y la había incendiado;
había dado muerte a los cananeos que habitaban en la ciudad y la había dado
como dote matrimonial a su hija, la mujer de Shelomó [Salomón].
(17)
:‫וַיֶּ֤בֶ ןְּשְּלמה֙ ְּאֶ ת־ ֵ֔ ָגזֶרְּוְּאֶ ת־בֹ֥יתְּח ִ֖רןְּתַ ח ֽתֹון‬
vaíven shêlomoh et-gázer, vêet-béit jorón tajtón.

Y Shelomó [Salomón] reedificó Gezer.] También reedificó Bet-jorón Baja,


(18)
:‫וְּ ֶ ֽאת־בַ עֲלָ ִּ֛תְּוְּאֶ ת־תמרְּ(תַ ד ֹ֥מר)ְּבַ מד ָבִ֖רְּבָ ָ ֽא ֶרץ‬
vêét-ba'alát vêet-tmr (tadmór) bamidbár baáretz.

Baalat, Tadmor en el desierto del país;


(19)
ְּ‫ֶבְּו ִ֖את‬ְּ ‫למהְּוְּאת֙ ְּע ָ֣ריְּהָ ֶ ֵ֔רכ‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּהָ י֣ וְּלש‬ ֣ ֶ ‫יְּהמסכְּנֹות֙ ְּא‬
ֽ ַ ‫וְּ ֻּ֨אתְּכְּל־ע ֶָּ֤ר‬
ְּ ֙‫ֲשרְּחָ שַ ק֙ ְּלבנֶּ֤ ֹותְּב ֽירושָ ֻּ֨ ַלם‬ֶּ֤ ֶ ‫למהְּא‬
ָ֗ ְּ‫ע ָ֣ריְּהַ ָ ֽפ ָר ִ֑שיםְּוְּ ֣אתְּ׀ְּח֣שֶ קְּש‬
:‫לְּא ֶרץְּמֶ משַ ל ֽתֹו‬
ֹ֥ ֶ ‫ובַ לְּבָ נֵ֔ ֹוןְּוב ִ֖כ‬
vêét kol-'aréi hámiskênot ashér haíu lishlomóh, vêet 'aréi haréjev, vêét 'aréi
hapárashím; vêét | jésheq shêlomóh ashér jashaq livnót birúshaláim
uvalêvanón, uvjól éretz memshaltó.

563
9 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

y todas las ciudades almacenes que tenía Shelomó [Salomón], las ciudades
para los carros y las ciudades para los jinetes; todo lo que Shelomó [Salomón]
se propuso edificar en Ierushalaim [Jerusalén], en el Líbano y en toda la tierra
bajo su dominio.
(20)
ְּ‫ֲשר‬
ִּ֛ ֶ ‫בוסיְּא‬
ֵ֔ ‫ְּהח ֣ויְּוְּהַ י‬
ֽ ַ ֙‫יְּהח ֶּ֤תיְּהַ פְּרזי‬
ֽ ַ ‫ן־האֱמ ָ֜ר‬
ֽ ָ ‫נֹותרְּמ‬
ָ ֻּ֨ ַ‫ל־הָ עְּםְּה‬
ַ֠ ְּ‫כ‬
:‫לְּהמָ ה‬
ֽ ‫ֽלא־מבְּנֹ֥יְּיש ָר ִ֖א‬
kol-há'om hanotár min-háemorí hájití hapêrizí hájiví vêhaivusí, ashér ló-
mibênéi israél hémah.

A todo el pueblo que había quedado de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos
y jebuseos [que no eran de los Hijos de Israel,
(21)
ְּ‫רְּלא־יְּכְּלִּ֛ וְּבְּנֹ֥יְּיש ָר ִ֖אל‬
ֽ ‫וְּאחֲריהֶ ם֙ ְּבָ ֵ֔ ָא ֶרץְּאֲ ֶ ֹּ֧ש‬
ֽ ַ ‫רְּנתְּ ֶּ֤ר‬
ֽ ֶֻּ֨‫יהםְּאֲש‬ ֶ ָ֗ ‫בְּנ‬
:‫ימםְּו ַ ַֽיעֲלֶּ֤םְּשְּלמה֙ ְּלְּמַ ס־ע ֵ֔בדְּעַ ִ֖דְּהַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
ִ֑ ָ ‫לְּ ַ ֽהחֲר‬
bêneihém ashér nótêrú ájareihem baáretz, ashér ló-iojêlú bênéi israél
lêhájarimám; vaiá'além shêlomoh lêmas-'ovéd, 'ád haióm hazéh.

sino sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, a


quienes los Hijos de Israel no pudieron exterminar], Shelomó [Salomón] los
sometió a tributo laboral, hasta el día de hoy.
(22)
ְּ‫י־הםְּאַ נ ֣שיְּהַ מלחָ ָ֗ ָמה‬
ׁ֞ ‫למהְּעָ ִ֑בֶ דְּכ‬ ִ֖ ְּ‫לְּלא־נ ַ ָֹ֥תןְּש‬
ֽ ‫ומבְּני֙ ְּיש ָר ֵ֔א‬
‫ ס‬:‫ופ ָר ָ ֽשיו‬
ֽ ָ ְּ‫ַ ֽועֲבָ דָ יו֙ ְּוְּשָ ָ ֣ריוְּוְּ ָ ֽשלישֵָ֔ יוְּוְּשָ ֹ֥ריְּרכ ִ֖בֹו‬
umibêneí israél, ló-natán shêlomóh 'áved; ki-hém anshéi hamiljamáh
vá'avadav vêsaráv vêshálisháv, vêsaréi rijbó ufárasháv.

Pero a ninguno de los Hijos de Israel sometió a servidumbre; porque ellos


eran hombres de guerra, sus servidores, sus oficiales, sus comandantes, los
jefes de sus carros y sus jinetes.
(23)
ְּ‫יםְּוח ֲ֣מש‬
ֽ ַ ‫למהְּחֲמ ִ֖ש‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּעַל־הַ מְּלָאכָה֙ ְּלש‬ֶּ֤ ֶ ‫֣אלֶהְּ׀ְּשָ ֣ריְּהַ נצָ ָ֗ביםְּא‬
:‫ָאכה‬
ֽ ָ ‫םְּהע ִ֖שיםְּבַ מְּל‬ֽ ָ ‫ֹותְּהר ֣דיםְּבָ ֵָ֔ע‬
ֽ ָ ‫מ ִ֑א‬
éleh | saréi hanitzavím ashér 'al-hamêlajah lishlomóh, jamishím vájamésh
meót; hárodím ba'ám, há'osím bamêlajáh.

Estos jefes de los oficiales que Shelomó [Salomón] tenía sobre la obra eran
550, los cuales mandaban sobre la gente que hacía la obra.

564
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 9

(24)
ְּ‫ִּ֑הְּאזְּבָ נָ ֹ֥ה‬
ִ֖ ָ ָ‫רְּבנָה־ל‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫יתּהְּא‬
ִ֖ ָ ‫הְּעלְּ תָ ה֙ ְּמ ֣עירְּדָ ֵ֔ודְּאֶ ל־ב‬
ֽ ָ ‫ַ ֣אְךְּבַ ת־פַר ָ֗ע‬
:‫אֶ ת־הַ מלֽ ֹוא‬
áj bat-par'óh 'álêtah me'ír davíd, el-beitáĥ ashér bánah-láĥ; áz banáh et-
hamiló.

También la hija del faraón subió de la Ciudad de David a su casa que Shelomó
[Salomón] le había edificado. Luego él edificó el Milo.
(25)
ְּ‫למהְּשָ לשְּ֩פְּע ָֻּ֨מיםְּבַ שָ ָָ֜נהְּעל֣ ֹותְּושל ָָ֗מיםְּעַל־הַ מז ֻּ֨ב ַ֙ח‬ ִּ֡ ְּ‫וְּ ֶ ֽהעֱלָ ֣הְּש‬
ְּ‫ֲשרְּלפנ֣יְּיהוָ ִ֑הְּוְּשלַ ִ֖םְּאֶ ת־הַ ָ ֽבית‬
ִ֖ ֶ ‫֣הְּליה ֵ֔ ָוהְּוְּהַ ק ֣טירְּא ֵ֔תֹוְּא‬
ֽ ַ ָ‫ֲשרְּבָ נ‬
ֶ֣ ‫א‬
:
vêhé'eláh shêlomóh shalosh pê'amím bashanáh 'olót ushlamím 'al-hamizbéáj
ashér banáh láAdonai, vêhaqtéir itó, ashér lifnéi Adonai; vêshilám et-habáit .

Tres veces al año Shelomó [Salomón] ofrecía holocaustos y sacrificios de paz


sobre el altar que había edificado al Eterno, y quemaba incienso delante del
Eterno, cuando había terminado el templo.
(26)
ְּ‫ֲשרְּאֶ ת־אלִּ֛ ֹותְּעַל־שְּפַ ֹ֥ת‬
ֹּ֧ ֶ ‫למהְּבְּעֶציֽ ֹון־ ֻּ֨ ֶגבֶ רְּא‬
ָ֜ ְּ‫ָוֽאְּ ִּ֡ניְּעָשָ הְּ֩הַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּש‬
:‫ַם־סוףְּבְּ ֶ ֹ֥א ֶרץְּ ֱא ֽדֹום‬
ִ֖ ‫י‬
váoní 'asah hamélej shêlomóh bê'etzíon-géver ashér et-elót 'al-sêfát iam-súf
bêéretz edóm.

El rey Shelomó [Salomón] también construyó una flota en Ezión-geber, que


está junto a Eilat, a orillas del mar de las Cañas, en la tierra de Edom.
(27)
ְּ‫ִ֑םְּעםְּעַב ֹ֥די‬
ִ֖ ָ‫ֹותְּידְּעִ֖יְּהַ י‬
ֽ ֵ֔‫םְּבאְּני֙ ְּאֶ ת־עֲבָ ֵ֔ ָדיוְּאַ נ ֣שיְּאְּני‬
ֽ ָ ‫יר‬
ֶּ֤ ָ ‫וַישלְַֻּּ֨חְּח‬
:ְּ‫למה‬ ֽ ְּ‫ש‬
vaishláj jirám báoní et-'avadáv, anshéi oniót, yódê'éi haiám; 'ím 'avdéi
shêlomóh .

Hiram envió en la flota a sus siervos, marineros y conocedores del mar, junto
con los siervos de Shelomó [Salomón].
(28)
ְּ‫אוְּאֹופ ָירהְּוַיק ֶּ֤חוְּמשָ ם֙ ְּז ֵ֔ ָָהבְּאַ רבַ ע־מ ֹ֥אֹותְּוְּעֶש ִ֖ריםְּככָ ִ֑ר‬
ֵ֔ ‫ַוי ָ֣ב‬
‫ פ‬:‫למה‬ ֽ ְּ‫ַוי ִָ֖באוְּאֶ ל־הַ ֶ ֹ֥מלְֶךְּש‬

565
10 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaiavóu ofírah, vaiqjú misham zaháv, arba'-meót vê'esrím kikár; vaiavíu el-
hamélej shêlomóh.

Éstos fueron a Ofir y tomaron de allí 420 talentos de oro, y los llevaron al rey
Shelomó [Salomón].

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 10


(1)
ְּ‫למהְּלְּ ֣שםְּיהוָ ִ֑הְּוַתָ ֹ֥באְּלְּנַס ִ֖תֹו‬
ִ֖ ְּ‫ת־שמַ עְּש‬
ֹ֥ ֶ‫ומלְּכַת־שְּ ָ֗ ָבאְּש ַ ִּ֛מ ַעתְּא‬ ַֽ
:ְּ‫בְּח ֽידֹות‬
umálêkat-shêvá shomá'at et-shéma' shêlomóh lêshém Adonai; vatavó lênasotó
bêjidót .

La reina de Saba oyó de la fama de Shelomó [Salomón], debido al nombre del


Eterno, y vino para probarle con preguntas difíciles.
(2)
ְּ‫יםְּנשְּ ֻּ֨איםְּבְּשָ ֹּ֧מיםְּוְּז ָָהִּ֛ב‬
ֽ ‫וַתָ ֣באְּיְּ ֽרושָ ָ֗ ַלמָ הְּבְּחַ ילְּ֮כָב֣דְּמְּאדְּ֒גְַּ֠מַ ל‬
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫יוְּאתְּכְּל־א‬ ִּ֛ ‫למהְּוַתְּדַ ב֣רְּא ֵָ֔ל‬ֵ֔ ְּ‫ַרב־מְּ ִ֖אדְּוְּ ֶ ֣אבֶ ןְּיְּקָ ָ ִ֑רהְּוַתָ בא֙ ְּאֶ ל־ש‬
:‫הָ יָ ִ֖הְּעם־לְּבָ ָ ֽבּה‬
vatavó iêrúshalámah bêjail kavéd mêod gêmalim nósêím bêsamím vêzaháv
rav-mêód vêéven iêqaráh; vatavo el-shêlomóh, vatêdabér eláv, ét kol-ashér
haiáh 'im-lêvaváĥ.

Vino a Ierushalaim [Jerusalén] con un gran séquito, con camellos cargados de


especias aromáticas, oro en gran abundancia y piedras preciosas. Cuando vino
a Shelomó [Salomón], habló con él de todo lo que tenía en su corazón.
(3)
ְּ‫ְּלא־הָ יָ ֶּ֤הְּדָ בָ ר֙ ְּנֶעלָ ֣םְּמן־הַ ֵ֔ ֶמלְֶך‬
ֽ ָ‫למהְּאֶ ת־כְּל־דְּבָ ֶ ִ֑ריה‬
ִ֖ ְּ‫ַו ַיגֶד־לָ ֹּ֥הְּש‬
:‫ִ֖ידְּלּה‬
ֽ ָ ‫רְּלאְּהג‬ ֹ֦ ‫ֲש‬ ֹּ֧ ֶ ‫א‬
vaiaged-láĥ shêlomóh et-kol-dêvaréiha; ló-haiáh davar ne'lám min-hamélej,
ashér ló higíd láĥ.

Y Shelomó [Salomón] respondió a todas sus preguntas; ninguna cosa hubo tan
difícil que el rey no le pudiese responder.
(4)
:‫ֲשרְּבָ ָנֽה‬
ֹ֥ ֶ ‫למהְּוְּהַ ַבִ֖יתְּא‬
ִ֑ ְּ‫אְּאתְּכְּל־חְּכְּ ַ ֣מתְּש‬
ִ֖ ‫ְּמלְּכַת־שְּ ֵ֔ ָב‬
ֽ ַ ֙‫ו ַֻּ֨ת ֶרא‬
vatére málêkat-shêvá, ét kol-jojêmát shêlomóh; vêhabáit ashér banáh.

566
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 10

La reina de Saba vio toda la sabiduría de Shelomó [Salomón], la casa que


había edificado,
(5)
ְּ ֙‫ְּ֩ומע ֻּ֨ ֲַמדְּמְּ ָ ֽש ְּר ָ֜ ָתוְּומַ לבֽשיהֶ ם‬
ֽ ַ ‫ֹוְּומֹושבְּעֲבָ דָ יו‬
ַ֣ ִּ֡‫ומאֲכַ ֣לְּשלחָ נ‬ ַֽ
:ְּ ַ‫ֹודְּרוח‬
ֽ ִ֖‫ָהְּבִּּ֛הְּע‬
ָ ‫א־הי‬ֹ֥ ָ ‫רְּיעֲלֶ ִ֖הְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּוְּל‬ ֽ ַ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫ומַ ש ֵ֔ ָקיוְּוְּ ֣על ֵָ֔תֹוְּא‬
umáajál shuljanó umosháv 'avadav umá'amád mêshárêtáv umalbúsheihem
umashqáv, vê'ólató, ashér iá'aléh béit Adonai; vêlo-háiah váĥ 'ód rúaj .

los manjares de su mesa, las sillas de sus servidores, la presentación y las


vestiduras de sus siervos, sus coperos, y los holocaustos que él ofrecía en la
casa del Eterno; y se quedó sin aliento.
(6)
‫ֲשרְּשָ ַ ִ֖מעתיְּבְּאַ ר ִ֑ציְּעַל־‬
ֹ֥ ֶ ‫ו ַֻּ֨תאמֶ ר֙ ְּאֶ ל־הַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּאֱמֶ ת֙ ְּהָ יָ ֣הְּהַ דָ ֵ֔ ָברְּא‬
:‫דְּבָ ֶ ִ֖ריָךְּוְּעַל־חְּכְּמָ ְֶּֽתָך‬
vatómer el-hamélej, emet haiáh hadavár, ashér shamá'ti bêartzí; 'al-dêvaréja
vê'al-jojêmatéja.

Entonces dijo al rey: '¡Era verdad lo que había oído en mi tierra de tus cosas y
de tu sabiduría!
(7)
‫ֹ֥הְּלא־‬
ֽ ‫ר־באתי֙ ְּוַתר ֶ ֣אינָהְּעי ֵַ֔ניְּוְּהנ‬ ָ ֻּ֨ ֶ‫וְּ ֽלא־הֶ א ַ ֱ֣מנתיְּלַדְּבָ ָ֗ריםְּעַ ֶּ֤דְּאֲש‬
:‫ֲשרְּשָ ָ ֽמעְּתי‬
ֹ֥ ֶ ‫יְּהֹוספתָ ְּחְּכמָ ה֙ ְּו ֵָ֔טֹובְּאֶ ל־הַ שְּמועָ ִ֖הְּא‬
ֶּ֤ ַ ‫ַד־ליְּהַ חִ֑צ‬
ִ֖ ‫הג‬
vêló-heemánti ladêvarím 'ád asher-bátí vatiréinah 'einái, vêhinéh ló-hugad-lí
hajétzi; hosáfta jojmah vatóv, el-hashêmu'áh ashér shamá'êti.

Yo no creía las palabras hasta que vine, y mis ojos lo han visto. Y he aquí que
no se me había contado ni la mitad. En sabiduría y en bienes tú superas la
fama que yo había oído.
(8)
ְּ‫אַ ש ֣ריְּ ֲאנָשֵֶ֔ יָךְּאַ ש ִ֖ריְּעֲבָ ֶ ֣דיָךְּ ִ֑אלֶהְּהָ ֽעמְּ ֶּ֤דיםְּלְּ ָפ ֶֻּ֨ניָך֙ ְּתָ ֵ֔מידְּהַ ֽשמְּ ִ֖עים‬
:‫אֶ ת־חְּכְּמָ ֶ ֽתָך‬
ashréi anashéja, ashréi 'avadéja éleh; ha'ómêdím lêfanéjá tamíd, hashómê'ím
et-jojêmatéja.

¡Dichosos tus hombres, dichosos estos servidores tuyos que continuamente


están de pie delante de ti y escuchan tu sabiduría!

567
10 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(9)
ְּ‫ֱלהיָך֙ ְּבָ ֵ֔רוְךְּאֲשֶ ר֙ ְּחָ פ֣ץְּבְּ ֵָ֔ךְּלְּתתְָּךִ֖ ְּעַל־כ ֣סאְּיש ָר ִ֑אל‬
ֶ ֻּ֨ ‫יְּ ֻּ֨היְּיהוָ ֶּ֤הְּא‬
ְּ‫ְֶךְּלע ֲֹ֥שֹותְּמשפָ ִ֖ט‬
ֽ ַ ‫בְּ ַ ֽאה ֻּ֨ ֲַבתְּיהוָ ֶּ֤הְּאֶ ת־יש ָראלְּ֙לְּע ֵָ֔לםְּוַי ֽשימְָּך֣ ְּלְּ ֵ֔ ֶמל‬
:ְּ‫וצדָ ָ ֽקה‬
iêhí Adonai elohéjá barúj, asher jafétz bêjá, lêtitêjá 'al-kisé israél; bêáhavát
Adonai et-israel lê'olám, vaisímêjá lêmélej, lá'asót mishpát utzdaqáh .

¡Bendito sea el Eterno tu Elohim, que se agradó de ti para ponerte en el trono


de Israel! Por causa del eterno amor que el Eterno tiene por Israel, te ha
constituido rey, a fin de que practiques el derecho y la justicia.'
(10)
ְּ‫וַת ֻּ֨תןְּל ָ֜ ֶַמלְֶךְּמ ָ ֹ֥אהְּוְּעֶש ֣ריםְּ׀ְּככַ ֣רְּז ָ֗ ָָהבְּובשָ ִּ֛מיםְּהַ רבֹ֥הְּמְּ ִ֖אדְּוְּ ֶ ֣אבֶ ן‬
ְּ‫ֹ֥הְּמלְּכַת־שְּ ָבִ֖א‬
ֽ ַ ָ‫ר־נֽתְּנ‬
ָ ֶ‫הְּלאְּבָ אְּ֩כ ַֻּ֨בשֶ םְּהַ הְֹּ֥ואְּעֹוד֙ ְּל ֵָ֔רבְּאֲש‬ ֣ ‫יְּקָ ָ ִ֑ר‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫ל ֶ ַֹ֥מלְֶךְּש‬
vatitén lamélej meáh vê'esrím | kikár zaháv uvsamím harbéh mêód vêéven
iêqaráh; ló va jabósem hahú 'od laróv, asher-nátênáh málêkat-shêvá lamélej
shêlomóh.

Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro, una gran cantidad de especias
aromáticas y piedras preciosas. Nunca llegó una cantidad tan grande de
especias aromáticas como la que la reina de Saba dio al rey Shelomó
[Salomón].
(11)
ְּ‫יאְּמא ָ֜פירְּעֲצֹּ֧י‬
ֽ ‫אֹופירְּה ֻּ֨ב‬
ִ֑ ‫ָשאְּז ָָהִ֖בְּ ֽמ‬ ֹ֥ ָ ‫ירםְּאֲשֶ ר־נ‬ ֵ֔ ָ ‫וְּגַם֙ ְּאְּנ֣יְּח‬
:‫אַ למגִּ֛יםְּהַ רבֹ֥הְּמְּ ִ֖אדְּוְּ ֶ ֹ֥אבֶ ןְּיְּקָ ָ ֽרה‬
vêgam oní jirám, asher-nasá zaháv méofír; heví méofír 'atzéi almugím harbéh
mêód vêéven iêqaráh.

También la flota de Hiram, que traía oro de Ofir, trajo de Ofir gran cantidad
de madera de sándalo y piedras preciosas.
(12)
ְּ‫יְּהאַ למ ָ֜גיםְּמסעָ ֶּ֤דְּלְּבית־יהוָה֙ ְּולב֣יתְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶך‬ֽ ָ ‫ַשְּהַ מֶ לְֶךְּאֶ ת־ע ֲֻּ֨צ‬
ַ֠ ‫וַיַ ֣ע‬
ְּ‫א־כןְּעֲצֶּ֤יְּאַ למגים֙ ְּוְּ ֣לאְּנר ֵ֔ ָאהְּעַ ִ֖ד‬
ׁ֞ ָ‫יםְּלאְּב‬
֣ ‫וְּכנ ֹ֥רֹותְּונבָ ִ֖ליםְּלַשָ ִ֑ר‬
:ְּ‫הַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
vaiá'as hámelej et-'atzéi háalmugím mis'ád lêveit-Adonai ulvéit hamélej,
vêjinorót unvalím lasharím; ló va-jén 'atzéi almugim vêló niráh, 'ád haióm
hazéh .

568
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 10

Y el rey hizo con la madera de sándalo pilares para la casa del Eterno y para la
casa del rey, además de arpas y liras para los músicos. Nunca llegó semejante
madera de sándalo, ni se ha visto hasta el día de hoy.
(13)
ְּ‫ֲשרְּשָ ֵ֔ ָאלָה‬
֣ ֶ ‫ת־כל־חֶ פצָ ּה֙ ְּא‬ְּ ֶ‫למהְּנ ַ ָ֣תןְּלְּ ַ ֽמלְּכַת־שְּ ָ֗ ָבאְּא‬ ָ֜ ְּ‫וְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּש‬
ְּ‫ִּ֖הְּהיא‬
ֹ֥ ‫למהְּו ִַּ֛תפֶןְּו ַֹ֥תלְֶךְּלְּאַ ר ָצ‬
ִ֑ ְּ‫רְּנֽתַ ן־ ֵָ֔לּהְּכְּיַ ִ֖דְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
ָ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫מלְּבַ ד֙ ְּא‬
‫ פ‬: ָ‫ַ ֽועֲבָ ֶ ֽדיה‬
vêhamélej shêlomóh natán lêmálêkat-shêvá et-kol-jeftzaĥ ashér shaálah,
milêvad ashér nátan-láĥ, kêiád hamélej shêlomóh; vatéfen vatélej lêartzáĥ hí
vá'avadéiha.

El rey Shelomó [Salomón] dio a la reina de Saba todo lo que ella quiso
pedirle, además de lo que le dio conforme a la generosidad real de Shelomó
[Salomón]. Entonces ella se volvió y regresó a su tierra, con sus servidores.
(14)
ְּ‫ִ֑תְּששְּמ ִּ֛אֹות‬
ֹ֥ ‫למהְּבְּשָ נָ ֣הְּאֶ ָח‬
ִ֖ ‫ר־בֹ֥אְּלש‬
ָ ‫ֲש‬ְֶּ ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּמש ַ ֣קלְּהַ ז ֵ֔ ָָהבְּא‬
:‫ָששְּככַ ֹ֥רְּז ָ ָֽהב‬ ִ֖ ‫ש ֹ֥שיםְּו‬
váihí mishqál hazaháv, asher-bá lishlomóh bêshanáh eját; shésh meót shishím
vashésh kikár zaháv.

El peso del oro que le llegaba a Shelomó [Salomón] cada año era de 666
talentos de oro,
(15)
ְּ‫ְּמאַ נ ֣שיְּהַ תָ ֵ֔ריםְּומס ַחִ֖רְּהָ ֽרכְּ ִ֑ליםְּוְּכְּל־מַ לכֹ֥יְּהָ עֶ ִֶ֖רבְּופ ַֹ֥חֹות‬
ֽ ֙‫לְּבַ ד‬
:‫הָ ָ ֽא ֶרץ‬
lêvad méanshéi hatarím, umisjár harójêlím; vêjol-maljéi ha'érev ufajót
haáretz.

aparte del de los mercaderes, de los negocios de los comerciantes, de todos los
reyes de Arabia y de los gobernadores del país.
(16)
ְּ‫וטְּשש־מ ֣אֹותְּז ֵ֔ ָָהב‬
ֽ ‫אתיםְּצנָ ִ֖הְּז ָָה֣בְּשָ ִ֑ח‬
ֹ֥ ַ ָ‫למהְּמ‬ ִּ֛ ְּ‫ַו ַֻּ֨יעַשְּהַ ֶ ֹּ֧מלְֶךְּש‬
:‫ֹ֥הְּהאֶ ָ ֽחת‬
ֽ ָ ָ‫ַ ֽיעֲלֶ ִ֖הְּעַל־הַ צנ‬
vaiá'as hamélej shêlomóh matáim tzináh zaháv shajút; shésh-meót zaháv,
iá'aléh 'al-hatzináh háeját.

El rey Shelomó [Salomón] hizo 200 escudos grandes de oro trabajado. En


cada escudo empleó 600 siclos de oro.

569
10 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(17)
‫בְּיעֲלֶ ִ֖הְּעַל־‬
ֽ ַ ‫ֹותְּמגנים֙ ְּז ָָה֣בְּשָ ְֵּ֔חוטְּשְּלֶּ֤ שֶ תְּמָ נים֙ ְּז ֵ֔ ָָה‬
ֽ ָ ‫ושלש־מ ֶּ֤א‬
‫ פ‬:‫ַֽןְּהאֶ ָחִ֑תְּוַיתְּנ֣םְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּבִ֖יתְּיַ ֹ֥עַרְּהַ לְּבָ נֽ ֹון‬
ֽ ָ ‫הַ מָ ֣ג‬
ushlosh-meót máginim zaháv shajút, shêlóshet manim zaháv, iá'aléh 'al-
hamagén háeját; vaitêném hamélej, béit iá'ar halêvanón.

También hizo otros 300 escudos pequeños de oro trabajado. En cada escudo
empleó 3 minas de oro. Y el rey los puso en la Casa del Bosque del Líbano.
(18)
:‫ֹ֥בְּמופז‬
ָֽ ‫א־שןְּג ִָ֑דֹולְּוַיצַ פִ֖הוְּז ָָה‬
ִ֖ ‫וַיַ ֹּ֧עַשְּהַ ֶ ִּ֛מלְֶךְּכס‬
vaiá'as hamélej kise-shén gadól; vaitzapéhu zaháv mufáz.

El rey también hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro refinado.


(19)
ְּ‫שְּמעֲל֣ ֹותְּלַכ ָ֗סהְּוְּראש־ע ֶָּ֤גלְּלַכסה֙ ְּמ ַ ֽאח ָ ֲֵ֔ריוְּוְּי ִָּ֛דתְּמזֶ ֹ֥הְּומזֶ ִ֖ה‬ֽ ַ ‫ֹּ֧ש‬
:‫ֹותְּעמְּ ִ֖דיםְּ ֹ֥אצֶ לְּהַ י ָֽדֹות‬
ֽ ֵ֔‫אֶ ל־מְּ ֣קֹוםְּהַ ָ ִ֑שבֶ תְּושנַ ַֽ֣יםְּא ֲָרי‬
shésh má'alót lakiséh vêrosh-'agól lakiseh meájaráv, vêiadót mizéh umizéh el-
mêqóm hashávet; ushnáim araíot, 'ómêdím étzel haiadót.

El trono tenía seis gradas, y la parte alta del respaldo era redonda. A ambos
lados del asiento tenía soportes para los brazos, y junto a los brazos había dos
leones de pie.
(20)
‫ִ֑הְּלא־‬
ֽ ֶ‫שְּהמַ עֲלִ֖ ֹותְּמזֶ ֣הְּומז‬
ֽ ַ ‫ַל־ש‬
ֹ֥ ‫יםְּשםְּע‬
ִּ֛ ָ ‫יםְּעמְּ ֹ֥ד‬
ֽ ‫ָשרְּא ֲָר ָ֗י‬
֣ ָ ‫ושנֹּ֧יםְּע‬
:‫ַנע ָ ֲֹ֥שהְּכִ֖ןְּלְּכְּל־מַ מלָכֽ ֹות‬
ushnéim 'asár araím 'ómêdím shám 'al-shésh háma'alót mizéh umizéh; ló-
na'asáh jén lêjol-mamlajót.

Había también doce leones de pie, uno a cada lado de las seis gradas. Jamás se
hizo algo semejante para ningún reino.
(21)
ְּ‫ִּ֛יְּבית־יַ ֹ֥עַרְּהַ לְּבָ נִ֖ ֹון‬
ֽ ‫ְַּ֠וכלְּכְּ ׁ֞ליְּמַ ש ֻּ֨קהְּהַ ֶ ֶּ֤מלְֶךְּשְּלמה֙ ְּז ֵ֔ ָָהבְּוְּ ָ֗כלְּכְּל‬
:‫למהְּלמ ֽאומָ ה‬ ִ֖ ְּ‫ימיְּש‬
ֹ֥ ‫ףְּלאְּנֶח ָ ִּ֛שבְּב‬ֹ֥ ֶ‫ורְּאיןְּ ֶָ֗כס‬
֣ ִ֑‫ז ָָה֣בְּסָ ג‬
vêjol kêléi mashqéh hamélej shêlomoh zaháv, vêjól kêléi béit-iá'ar halêvanón
zaháv sagúr; éin késef ló nejsháv biméi shêlomóh limúmah.

Todos los vasos de beber del rey Shelomó [Salomón] eran de oro, y toda la
vajilla de la Casa del Bosque del Líbano era de oro fino. Nada era de plata,
pues en los días de Shelomó [Salomón] ésta no era estimada para nada.

570
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 10

(22)
ְּ‫ירםְּאַ חַ תְּ֩לְּשָ ֻּ֨לשְּשָ ָ֜נים‬
ִ֑ ָ ‫םְּעםְּאְּנ֣יְּח‬ ִ֖ ‫כיְּ֩אְּ ֻּ֨ניְּתַ ר ֶּ֤שישְּל ֻּ֨ ֶַמלְֶך֙ ְּבַ ֵָ֔י‬
:‫ישְּנשְּאת֙ ְּז ָָה֣בְּ ָו ֵֶ֔כסֶ ףְּשֶ נהַ ֹ֥ביםְּוְּק ִ֖פיםְּוְּתכ ֽיים‬ֽ ‫תָ ֣בֹואְּ׀ְּאְּנ֣יְּתַ ר ָ֗ש‬
kí oní tarshísh lamélej baiám, 'ím oní jirám; ajat lêshalósh shaním tavó | oní
tarshísh nósêet zaháv vajésef, shenhabím vêqofím vêtukiím.

Porque el rey tenía en el mar la flota de Tarsis con la flota de Hiram; y una
vez cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y
pavos reales.
(23)
:‫למהְּמ ִ֖כלְּמַ לכ֣יְּהָ ָ ִ֑א ֶרץְּלְּ ִ֖עשֶ רְּולחְּכְּ ָ ֽמה‬
ֵ֔ ְּ‫וַיגדַ לְּ֙הַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
vaigdal hamélej shêlomóh, mikól maljéi haáretz; lê'ósher uljojêmáh.

El rey Shelomó [Salomón] superaba a todos los reyes de la tierra en riquezas y


en sabiduría.
(24)
‫למהְּלש ֻּ֨מ ֙ ַעְּאֶ ת־חְּכְּמָ ֵ֔תֹוְּאֲשֶ ר־‬
ִ֑ ְּ‫וְּ ָֻּ֨כל־הָ ֵ֔ ָא ֶרץְּמְּבַ ק ִ֖שיםְּאֶ ת־פְּנ֣יְּש‬
:ְּ‫ֱלהיםְּבְּל ֽבֹו‬
ִ֖ ‫נ ַ ָֹ֥תןְּא‬
vêjál-haáretz, mêvaqshím et-pênéi shêlomóh; lishmó'á et-jojêmató, asher-
natán elohím bêlibó .

Y toda la tierra procuraba estar en la presencia de Shelomó [Salomón] para oír


la sabiduría que Elohim había puesto en su corazón.
(25)
ְּ‫יםְּאישְּמנחָ ִּ֡תֹוְּכְּל֣יְּכֶסֶ ףְּ֩וכ ֻּ֨ליְּז ָָהֶּ֤בְּושלָמֹות֙ ְּוְּנ֣שֶ ק‬
֣ ‫וְּה֣מָ הְּמְּב ֣א‬
‫ ס‬:‫יםְּסוסיםְּופ ָר ִ֑דיםְּדְּבַ ר־שָ נָ ִ֖הְּבְּשָ ָנֽה‬ִ֖ ‫ובשָ ֵ֔מ‬
vêhémah mêviím ísh minjató kêléi jesef ujléi zaháv uslamot vênésheq
uvsamím, susím ufradím; dêvar-shanáh bêshanáh.

Año tras año cada uno de ellos le llevaba su presente: objetos de plata, objetos
de oro, vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos.
(26)
ְּ‫ְּרכֶב‬
ֵ֔ ֶ ֙‫ֹוְּאלֶףְּוְּאַ רבַ ע־מאֹות‬ ֶּ֤ ֶ ‫י־ל‬
ָ֗ ‫ופ ָרשים ְַּ֒וַֽֽיה‬ֽ ָ ְּ‫ְּרכֶב‬
֣ ֶ ֮‫ו ֶ ַֽיא ֱ֣סףְּשְּלמה‬
ְּ‫ֶףְּפ ָר ִ֑שיםְּ ַויַנחם֙ ְּבְּע ָ֣ריְּהָ ֶ ֵ֔רכֶבְּוְּעם־הַ ֶ ִ֖מלְֶך‬
ֽ ָ ‫רְּאל‬
ִ֖ ֶ ‫ָש‬
ֹ֥ ָ ‫ושנים־ע‬
:‫ב ֽירושָ ָ ֽלם‬
vaiéesóf shêlomoh réjev ufárashim váihi-ló élef vêarba'-meot réjev, ushneim-
'asár élef párashím; vaianjem bê'aréi haréjev, vê'im-hamélej birúshaláim.

571
10, 11 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Shelomó [Salomón] también acumuló carros y jinetes. Tenía 1400 carros y


12000 jinetes, que puso en las ciudades de los carros, y en Ierushalaim
[Jerusalén] junto al rey.
(27)
ְּ‫תְּהא ֲָר ָ֗זיםְּנ ַ ִָּ֛תן‬
ֽ ָ ‫םְּכאֲבָ נִ֑יםְּוְּ ֣א‬
ֽ ָ ִ֖ ַ‫וַי ֻּ֨תןְּהַ ֶ ֹּ֧מלְֶךְּאֶ ת־הַ כֶ ִּ֛סֶ ףְּב ֽירושָ ל‬
:‫כַשק ֹ֥מיםְּאֲשֶ ר־בַ שְּפלָ ִ֖הְּל ָֽרב‬
vaitén hamélej et-hakésef birúshaláim káavaním; vêét háarazím natán
kashiqmím asher-bashêfeláh laróv.

El rey hizo que la plata fuera tan común en Ierushalaim [Jerusalén] como las
piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los sicómoros que hay en la
Sefela.
(28)
ְּ‫הְּסח ֲ֣ריְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּיק ֹ֥חו‬
ֽ ‫למהְּממצ ָ ִ֑ריםְּומק ָּ֕ו‬
ִ֖ ‫ֲשרְּלש‬
ֹ֥ ֶ ‫סוסיםְּא‬
ִּ֛ ַ‫ומֹוצֹּ֧אְּה‬
ָ
:‫מקוִ֖הְּבמ ֽחיר‬
umotzá hasusím ashér lishlomóh mimitzráim; umiqvéh sójaréi hamélej, iqjú
miqvéh bimjír.

Los caballos de Shelomó [Salomón] provenían de Egipto y de Coa. Los


mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado.
(29)
ְּ‫וסְּבחֲמ ֣שים‬
ֽ ַ ‫ַֽ֠ ַותַ ֲעלֶהְּוַת ֻּ֨צאְּמֶ רכ ָָבֶּ֤הְּממצ ַ ֻּ֨רים֙ ְּבְּ ֣ששְּמ ֣אֹותְּ ֵֶ֔כסֶ ףְּוְּ ִ֖ס‬
‫ פ‬:‫ֹּ֧יְּהח ִּ֛תיםְּולמַ לכֹ֥יְּא ָ ֲִ֖רםְּבְּי ָ ָֹ֥דםְּי ֽצאו‬
ֽ ַ ‫הְּוכןְּלְּכְּל־מַ לכ‬ ְַּ֠ ‫ומ ָ ִ֑א‬
váta'aleh vatetzé merkaváh mimitzráim bêshésh meót késef, vêsús bájamishím
umeáh; vêjen lêjol-maljéi hájitím ulmaljéi arám bêiadám iotzíu.

Cada carro que era importado de Egipto costaba 600 siclos de plata; y cada
caballo, 150 siclos. Y así los exportaban por medio de ellos, a todos los reyes
de los heteos y a los reyes de Siria.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 11


(1)
ְּ‫ֹותְּר ִ֖בֹותְּוְּאֶ ת־בַ ת־פַר ִ֑עה‬
ַ ִּ֛‫למהְּאָ ׁ֞ ַהבְּנ ָֹּ֧שיםְּנְּכרי‬
ָ֗ ְּ‫וְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
:‫תְּצדְּנ ִ֖יתְּחת ֽית‬
ֽ ‫ֽמֹואֲביֶּ֤ ֹותְּעַמְּניֹות֙ ְּא ֲ֣דמ ֵ֔י‬
vêhamélej shêlomóh aháv nashím nojriót rabót vêet-bat-par'óh; móaviót
'amoniot adómiót, tzédêniót jitiót.

572
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 11

Pero el rey Shelomó [Salomón] amó, además de la hija del faraón, a muchas
otras mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas;
(2)
ְּ ֙‫לְּלא־תָ ֣באוְּבָ ָ֗ ֶהםְּוְּהם‬ ֽ ‫רְּאמַ ר־יה ָוהְּ֩אֶ ל־בְּ ֻּ֨ניְּיש ָר ָ֜א‬ ֽ ָ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫גֹויםְּא‬ ָ֗ ַ‫מן־ה‬
ְּ‫יהִ֑םְּבָ ֶהִּ֛םְּדָ ַבֹ֥ק‬
ֶ ‫םְּאח ֲִ֖ריְּאֱלֽ ה‬
ֽ ַ ‫ֽלא־י ָ֣באוְּבָ ֵֶ֔כםְּאָ כן֙ ְּי ַ֣טוְּאֶ ת־לְּבַ ב ֵֶ֔כ‬
:ְּ‫למהְּלְּ ַ ֽאה ָ ֲֽבה‬ִ֖ ְּ‫ש‬
min-hagoím ashér ámar-Adonai el-bênéi israél ló-tavóu vahém vêhem ló-
iavóu vajém, ajen iatú et-lêvavjém, ájaréi elóheihém; bahém daváq shêlomóh
lêáhaváh .

de los pueblos de los que el Eterno había dicho a los Hijos de Israel: 'No os
unáis a ellos ni ellos se unan a vosotros, no sea que hagan desviar vuestros
corazones tras sus dioses.' A éstos Shelomó [Salomón] se apegó con amor.
(3)
ְּ‫ֹותְּופלַג ִ֖שיםְּשְּל֣ שְּמ ִ֑אֹותְּ ַוי ַֹ֥טו‬
ֽ ‫ְַּויהי־ל֣ ֹוְּנ ָָ֗שיםְּשָ רֹות֙ ְּשְּ ַב֣עְּמ ֵ֔א‬
:‫ָשיוְּאֶ ת־ל ֽבֹו‬ ִ֖ ָ ‫נ‬
vaihi-ló nashím sarot shêvá' meót, ufílagshím shêlósh meót; vaiatú nasháv et-
libó.

Tuvo 700 mujeres reinas y 300 concubinas. Y sus mujeres hicieron que se
desviara su corazón.
(4)
ְּ‫ֱלהיםְּאֲח ִ֑רים‬
֣ ‫ֹוְּאח ֲִ֖ריְּא‬
ֽ ַ ‫למהְּנָשָ יו֙ ְּה ֣טוְּאֶ ת־לְּבָ ֵ֔ב‬
ֵ֔ ְּ‫וַי ָ֗היְּלְּעת֙ ְּזקנַ ֣תְּש‬
:ְּ‫ֱלהיוְּכל ַבִ֖בְּדָ וֹ֥ידְּאָ ֽביו‬
ָ ֵ֔ ‫וְּ ֽלא־הָ ָֻּ֨יהְּלְּבָ ֶּ֤בֹוְּשָ לם֙ ְּעם־יהוָ ֣הְּא‬
vaihí lê'et ziqnát shêlomóh, nashav hitú et-lêvavó, ájaréi elohím ajerím; vêló-
haiáh lêvavó shalem 'im-Adonai eloháv, kilváv davíd avív .

Y sucedió que cuando Shelomó [Salomón] era ya anciano, sus mujeres


hicieron que su corazón se desviara tras dioses ajenos. Su corazón no fue
íntegro para con el Eterno su Elohim, como el corazón de su padre David.
(5)
ְּ‫ִ֖יְּצדנִ֑יםְּוְּ ַ ֽאח ֲ֣ריְּמל ֵ֔כםְּש ִ֖קץ‬
ֽ ‫הְּאח ֲ֣ריְּעַש ֵ֔ת ֶרתְּאֱלה‬
ֽ ַ ‫למ‬
ֵ֔ ְּ‫וַי֣לְֶךְּש‬
:‫עַמ ֽנים‬
vaiélej shêlomóh, ájaréi 'ashtóret, elohéi tzídoním; vêájaréi milkóm, shiqútz
'amoním.

Porque Shelomó [Salomón] siguió a Astarte, diosa de los sidonios, y a Moloc,


ídolo detestable de los amonitas.

573
11 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(6)
ְּ‫ִּ֛אְּאח ֲֹ֥ריְּיהוָ ִ֖הְּכְּדָ וֹ֥דְּאָ ֽביו‬
ֽ ַ ‫למהְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּוְּ ֹ֥לאְּמל‬
ִּ֛ ְּ‫וַיַ ֹּ֧ ַעשְּש‬
‫ס‬:
vaiá'as shêlomóh hará' bê'einéi Adonai; vêló milé ájaréi Adonai kêdavíd avív .

Shelomó [Salomón] hizo lo malo ante los ojos del Eterno y no siguió
plenamente al Eterno como su padre David.
(7)
ְּ‫ֲשרְּעַל־פְּנ֣י‬
ִ֖ ֶ ‫ץְּמֹואבְּבָ ָּ֕ ָהרְּא‬
ָ ֵ֔ ‫למהְּבָ ָ֗ ָמהְּלכמֹוש֙ ְּש ֣ק‬ ָ֜ ְּ‫אָ זְּ֩יב ֶֻּ֨נהְּש‬
:‫יְּ ֽרושָ לָ ִ֑ םְּול ָּ֕מלְֶךְּש ִ֖קץְּבְּנֹ֥יְּע ַֽמֹון‬
az ivnéh shêlomóh bamáh lijmosh shiqútz moáv, bahár ashér 'al-pênéi
iêrúshaláim; ulmólej shiqútz bênéi 'amón.

Entonces Shelomó [Salomón] edificó un lugar alto a Quemós, ídolo detestable


de Moab, en el monte que está frente a Ierushalaim [Jerusalén], y a Moloc,
ídolo detestable de los hijos de Amón.
(8)
:‫יהן‬
ֽ ֶ ‫ֹותְּומזַבְּ ִ֖חֹותְּלאלֽ ה‬
ְּֽ ‫ָשיוְּהַ נְּכְּריִ֑ ֹותְּמַ קט ֹ֥יר‬
ִ֖ ָ ‫וְּכ֣ןְּעָשֵָ֔ הְּלְּכְּל־נ‬
vêjén 'asáh, lêjol-nasháv hanojêriót; maqtirót úmzabêjót lelóheihén.

Y así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y
ofrecían sacrificios a sus dioses.
(9)
ְּ‫למהְּ ֽכי־נ ָָט֣הְּלְּבָ ָ֗בֹוְּמ ֶּ֤עםְּיהוָה֙ ְּאֱלה֣יְּיש ָר ֵ֔אל‬ִ֑ ‫וַיתאַ נַ ַֹֽ֥ףְּיהוָ ִ֖הְּבש‬
:ְּ‫ִ֖יוְּפע ָ ֲֽמים‬
ֽ ַ ָ‫הַ נר ָ ֹ֥אהְּאל‬
vaitanáf Adonai bishlomóh; kí-natáh lêvavó me'ím Adonai elohéi israél,
haniráh eláv pá'amáim .

El Eterno se indignó contra Shelomó [Salomón], porque su corazón se había


desviado del Eterno Elohim de Israel, que se le había aparecido dos veces
(10)
ְּ‫ֱלהיםְּאֲח ִ֑רים‬
֣ ‫ֶתְּאח ֲִ֖ריְּא‬
ֽ ַ ‫וְּצוָ ֶּ֤הְּאלָיו֙ ְּעַל־הַ דָ ָב֣רְּהַ ֵֶ֔זהְּלְּ ֻּ֨בלתי־ ֵֶ֔לכ‬
‫ פ‬:ְּ‫הוֽה‬ָ ‫רְּאתְּאֲשֶ ר־צוָ ִ֖הְּי‬ ֹ֥ ‫וְּ ֣לאְּשָ ֵ֔ ַמ‬
vêtziváh elav 'al-hadavár hazéh, lêvílti-léjet, ájaréi elohím ajerím; vêló
shamár, ét asher-tziváh Adonai .

y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos. Pero él no


guardó lo que el Eterno le había mandado.

574
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 11

(11)
ְּ‫ה־זאתְּע ֵ֔ ָמְךְּוְּ ֶּ֤לאְּשָ ֻּ֨ ַמר ָ֙ת‬
֣ ָ‫רְּהיְּת‬ֽ ָ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫למהְּ ֶַ֚יעַןְּא‬
ָ֗ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּיה ָ֜ ָוהְּלש‬
ְּ ֙‫ֲשרְּצ ִ֖ויתיְּעָלֶ ִ֑יָךְּקָ ֻּ֨רעְַּאֶ ק ַ ֶּ֤רעְּאֶ ת־הַ מַ מ ָלכָה‬ ֹ֥ ֶ ‫יתיְּוְּחק ֵ֔ ַתיְּא‬
֣ ‫בְּר‬
:ְּ‫ֽמ ָע ֵֶ֔ליָךְּונתַ ִ֖תיהָ ְּלְּעַב ֶ ֽדָך‬
vaiómer Adonai lishlomóh iá'an ashér háiêtah-zót 'imáj, vêló shamártá bêrití
vêjuqotái, ashér tzivíti 'aléja; qaró'a eqrá' et-hamamlajah mé'aléja, untatíha
lê'avdéja .

Entonces el Eterno dijo a Shelomó [Salomón]: 'Por cuanto ha habido esto en ti


y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, ciertamente
arrancaré de ti el reino y lo entregaré a un servidor tuyo.
(12)
:‫אְּאעֱשֵֶ֔ נָהְּלְּ ַ ִ֖מעַןְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביָךְּמיַ ֹ֥דְּבנָךִ֖ ְּאֶ ק ָר ֶ ֽענָה‬
ֽ ֶ ‫ְּל‬
֣ ֙‫אַ ְך־בְּי ֻּ֨ ֶָמיָך‬
aj-bêiaméjá ló é'esénah, lêmá'an davíd avíja; miád binjá eqra'énah.

Pero por amor a tu padre David, no lo haré en tus días; lo arrancaré de la mano
de tu hijo.
(13)
ְּ‫עְּשבֶ טְּאֶ ָחִ֖דְּאֶ ֣תןְּלבנֶ ִַָֽ֑ךְּלְּ ֻּ֨ ַמעַן֙ ְּדָ ֣וד‬
ֹ֥ ‫ְּלאְּאֶ ק ָ ֵ֔ר‬ ֣ ֙‫ַ ֶּ֤רקְּאֶ ת־כְּל־הַ מַ מ ָלכָה‬
‫ ס‬:‫ֲשרְּבָ ָ ֽח ְּרתי‬
ֹ֥ ֶ ‫עַב ֵ֔דיְּול ַ ֹ֥מעַןְּיְּ ֽרושָ לַ ִ֖ םְּא‬
ráq et-kol-hamamlajah ló eqrá', shévet ejád etén livnéja; lêmá'an davíd 'avdí,
ulmá'an iêrúshaláim ashér bajárêti.

Sin embargo, no arrancaré todo el reino, sino que daré a tu hijo una tribu, por
amor a mi siervo David y por amor a Ierushalaim [Jerusalén], que yo he
elegido.'
(14)
ְּ‫ְֶךְּהוא‬
ִ֖ ‫דְּהאֲד ִ֑מיְּמזֶ ֹּ֧ ַַֽרעְּהַ ֶ ִּ֛מל‬
ֽ ָ ‫הְּאתְּה ַ ֲ֣ד‬
ִ֖ ‫למ‬ֵ֔ ‫ַו ָֻּ֨יקֶ םְּיהוָ ֶּ֤הְּשָ טָ ן֙ ְּלש‬
:ְּ‫ֶ ֽבא ֱֽדֹום‬
vaiáqem Adonai satan lishlomóh, ét hadád háadomí; mizéra' hamélej hú
béedóm .

Entonces el Eterno levantó un adversario a Shelomó [Salomón]: Hadad el


edomita, de la descendencia real en Edom.
(15)
‫ְּשרְּהַ צָ ֵ֔ ָבאְּלְּקַ בִ֖רְּאֶ ת־‬
֣ ַ ֙‫ֹוםְּבע ֲָ֗לֹותְּיֹואָ ב‬
ֽ ַ ֵ֔‫יְּבהְּיֶּ֤ ֹותְּדָ וד֙ ְּאֶ ת־אֱד‬
ֽ ‫וַי ָ֗ה‬
:‫ִ֖רְּבא ֱֽדֹום‬
ֽ ֶ ָ‫ַ ֽה ֲחל ִָ֑ליםְּוַיַ ְַֹֽ֥ךְּכְּל־זָכ‬

575
11 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaihí bíhêíot david et-edóm, bá'alót ioav sár hatzavá, lêqabér et-hájalalím;
vaiáj kol-zajár béedóm.

Sucedió que cuando David estuvo en Edom, Ioav [Joab], jefe del ejército,
subió a enterrar a los muertos y mató a todos los varones de Edom.
(16)
‫יתְּכל־‬
ְּ ‫םְּיֹואבְּוְּכְּל־יש ָר ִ֑אלְּעַד־הכ ֹ֥ר‬
ִ֖ ָ ‫ב־ש‬
ֹ֥ ָ ַ‫יםְּיֽש‬
ָ ‫יְּששֶ תְּחְּדָ ִּ֛ש‬
ֹּ֧ ‫֣כ‬
:‫ִ֖רְּבא ֱֽדֹום‬
ֽ ֶ ָ‫זָכ‬
kí shéshet jodashím iáshav-shám ioáv vêjol-israél; 'ad-hijrít kol-zajár
béedóm.

[Porque Ioav [Joab] había permanecido allí seis meses, con todo Israel, hasta
que exterminaron a todos los varones de Edom.]
(17)
ְּ‫יםְּמעַב ֹ֥דיְּאָ ִּ֛ביוְּא ִ֖תֹוְּל ָ֣בֹוא‬
ֽ ‫ְּ֩ו ֲאנ ָֻּ֨שיםְּא ֲֽדמ ָ֜י‬
ֽ ַ ‫וַיב ַ ֣רחְּא ִּ֡ ֲַדדְּהוא‬
:‫םְּוה ַ ֲִ֖דדְּנַ ֹ֥עַרְּקָ ָ ֽטן‬
ֽ ַ ‫מצ ָ ִ֑רי‬
vaivráj adád hu váanashím adómiím mé'avdéi avív itó lavó mitzráim; váhadád
ná'ar qatán.

Pero Hadad huyó con algunos hombres edomitas de los servidores de su


padre, y se fue a Egipto. Entonces Hadad era un muchacho pequeño.
(18)
ְּ‫ָארןְּ ַוי ֶָּ֤באו‬
ָ֗ ָ ‫ָארןְּוַיקחוְּ֩ ֲאנ ָֻּ֨שיםְּע ָ֜ ָמםְּמפ‬ִ֑ ָ ‫ַוי ָֻּ֨קמו֙ ְּממד ֵָ֔יןְּ ַוי ִָ֖באוְּפ‬
ְּ‫רְּלֹו‬
ֵ֔ ַ‫ְּאמ‬ ֣ ָ ֙‫ֹוְּביתְּוְּ ֶֻּ֨לחֶ ם‬
ַ ָ֗ ֣‫הְּמלְֶך־מצ ַ ֵ֔ריםְּוַיתֶ ן־ל‬
ֽ ֶ ‫מצ ַ ֻּ֨רים֙ ְּאֶ ל־פַר ֣ע‬
:‫וְּ ֶ ִ֖א ֶרץְּנָ ֹ֥תַ ןְּלֽ ֹו‬
vaiaqúmú mimidián, vaiavóu parán; vaiqjú anashím 'imám miparán vaiavóu
mitzráim el-par'óh mélej-mitzráim, vaiten-ló váit vêléjem ámar ló, vêéretz
nátan ló.

Partieron de Madián, fueron a Parán, tomaron consigo a algunos hombres de


Parán y se fueron a Egipto, al faraón rey de Egipto, quien le dio casa, le
prometió alimentos y le dio tierras.
(19)
ְּ‫וַימ ֻּ֨ ָצאְּה ַ ֲֹ֥דדְּחִּ֛ןְּבְּעינֹ֥יְּפַר ִ֖עהְּמְּ ִ֑אדְּוַיתֶ ן־לֶּ֤ ֹוְּאשָ ה֙ ְּאֶ ת־א ֲ֣חֹותְּאש ֵ֔תֹו‬
:‫ירה‬ ֽ ָ ‫א ֲִ֖חֹותְּתַ חפְּנֹ֥יסְּהַ גְּב‬
vaimtzá hadád jén bê'einéi far'óh mêód; vaiten-ló ishah et-ajót ishtó, ajót
tajpênéis hagêviráh.

Hadad halló gran favor ante los ojos del faraón, quien le dio por mujer a la
hermana de su esposa, la hermana de la reina Tajpenes.
576
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 11

(20)
ְּ‫יסְּאתְּגְּנ ַב֣תְּבְּנֵ֔ ֹוְּוַתגמְּל֣הוְּתַ חפְּ ֵ֔נסְּבְּ ִ֖תֹוְך‬
ֶ֚ ‫ֶדְּלֹוְּא ֲ֣חֹותְּתַ חפְּ ָ֗נ‬ ָ֜ ‫ו ַֻּ֨תל‬
:‫ב֣יתְּפַר ִ֑עהְּוַי ֶּ֤היְּגְּנבַ ת֙ ְּב֣יתְּפַר ֵ֔עהְּבְּ ִ֖תֹוְךְּבְּנֹ֥יְּפַר ֽעה‬
vatéled ló ajót tajpênéis ét gênuvát bênó, vatigmêléhu tajpênés, bêtój béit
par'óh; vaihí gênuvat béit par'óh, bêtój bênéi far'óh.

La hermana de Tajpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó


Tajpenes en la casa del faraón. Genubat estaba en la casa del faraón, entre los
hijos del faraón.
(21)
‫תְּיֹואבְּשַ ר־‬
ָ֣ ‫י־מ‬
ִ֖ ‫םְּכי־שָ כַ ֶּ֤בְּדָ וד֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוְּכ‬
ֽ ‫ַ ֽוה ׁ֞ ֲַדדְּשָ ַ ֣מעְּבְּמצ ַ ָ֗רי‬
:‫הַ צָ ָבִ֑אְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּהֲדַ ד֙ ְּאֶ ל־פַר ֵ֔עהְּשַ לְּחִ֖ניְּוְּאלְֹ֥ךְּאֶ ל־אַ ר ֽצי‬
váhadád shamá' bêmitzráim kí-shajáv david 'im-avotáv, vêji-mét ioáv sar-
hatzavá; vaiómer hadad el-par'óh, shalêjéni vêeléj el-artzí.

Hadad oyó en Egipto que David había reposado con sus padres y que Ioav
[Joab], el jefe del ejército, había muerto. Entonces Hadad dijo al faraón: –
Déjame ir, para que regrese a mi tierra.
(22)
‫הְּכיְּמָ ה־אַ ָ ֶּ֤תהְּחָ סר֙ ְּע ֵ֔מיְּוְּהנְָּךֹ֥ ְּמְּבַ ִ֖קשְּלָלֶ ֣ כֶתְּאֶ ל־‬
ַ֠ ‫ו ַֹּ֧יאמֶ רְּל֣ ֹוְּפַר ָ֗ע‬
:‫אְּכיְּשַ לִ֖חַ ְּתְּשַ לְּ ֽחני‬
ֹ֥ ‫רְּ׀ְּל‬
ֵ֔ ֶ‫אַ ר ֶצִָ֑ךְּו ַ֣יאמ‬
vaiómer ló far'óh kí mah-atáh jaser 'imí, vêhinêjá mêvaqésh laléjet el-artzéja;
vaiómer | ló, kí shaléaj têshalêjéni.

El faraón le preguntó: –Pero, ¿qué te falta conmigo, para que procures irte a tu
tierra? Él respondió: –Nada, pero de todas maneras déjame ir.
(23)
ְּ‫ֲשרְּבָ ַ ָ֗רחְּמ ִּ֛את‬
֣ ֶ ‫ת־רזִ֖ ֹוןְּבֶ ן־אֶ לי ָ ִָ֑דעְּא‬
ְּ ֶ‫ֱלהיםְּלֹו֙ ְּשָ ֵ֔ ָטןְּא‬ֹ֥ ‫ַו ָֻּ֨יקֶ םְּא‬
:ְּ‫ְֶך־צֹובִ֖הְּאֲד ָנֽיו‬
ָ ‫ֶרְּמל‬
ֽ ֶ ‫הֲדַ דעֶ ֹ֥ ז‬
vaiáqem elohím ló satán, et-rêzón ben-eliadá'; ashér baráj meét hadad'ézer
mélej-tzováh adonáv .

Elohim también le levantó como adversario a Rezón hijo de Eliada, quien


había huido de su señor Hadad-ezer, rey de Soba.
(24)
ְּ ֙‫ודְּבה ֲֹ֥רגְּדָ וִ֖דְּא ָ ִ֑תםְּוַיֽלְּכֶּ֤ וְּדַ ֻּ֨ ֶמשֶ ק‬
ֽ ַ ֵ֔‫וַיק ֶּ֤בץְּ ָעלָיו֙ ְּ ֲאנ ֵָ֔שיםְּוַי ֣היְּשַ ר־גְּד‬
:‫ּהְּוַֽֽימלְּכִ֖ וְּבְּדַ ָ ֽמשֶ ק‬
ַ ‫בוְּב‬
ָ ֵ֔ ‫וַי֣ש‬

577
11 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaiqbótz 'alav anashím, vaihí sar-gêdúd, báharóg davíd otám; vaiélêjú


daméseq vaiéshvu váĥ, váimlêjú bêdamáseq.

Cuando David mató a los de Soba, aquél reunió gente alrededor de sí y se hizo
jefe de una banda armada. Después se fueron a Damasco y habitaron allí, y
reinaron en Damasco.
(25)
ְּ ֙‫ֲשרְּה ָ ֲִ֑דדְּ ַו ָֻּ֨יקָ ץ‬
֣ ֶ ‫ת־ה ָרעָ ִ֖הְּא‬
ֽ ָ ֶ‫למהְּוְּא‬
ֵ֔ ְּ‫וַי ֻּ֨היְּשָ ָ ֶּ֤טןְּלְּיש ָראלְּ֙כְּל־יְּ ֣מיְּש‬
‫ פ‬:‫בְּיש ָר ֵ֔אלְּוַימלִ֖ ְךְּעַל־א ָ ֲֽרם‬
vaihí satán lêisrael kol-iêméi shêlomóh, vêet-hára'áh ashér hadád; vaiáqatz
bêisraél, vaimlój 'al-arám.

Fue adversario de Israel todos los días de Shelomó [Salomón], además del mal
que hacía Hadad; fue hostil a Israel y reinó sobre Siria.
(26)
ְּ‫וְּ ָ ֽיַֽרְּבְּ ָעםְּ֩בֶ ן־נְּ ֻּ֨ ָבטְּאֶ פ ָר ָ֜תיְּמן־הַ צְּר ָ֗ ָדהְּוְּ ֶּ֤שםְּאמֹו֙ ְּצְּרועָה֙ ְּא ָ ֣שה‬
:‫למהְּוַיָ ֹ֥ ֶַֽרםְּיָ ִ֖דְּבַ ֶ ֽמלְֶך‬
ִ֑ ‫אַ למָ ֵָ֔נהְּעֶ ִ֖בֶ דְּלש‬
vêiárovê'am ben-nêvát efratí min-hatzêredáh vêshém imó tzêru'ah isháh
almanáh, 'éved lishlomóh; vaiárem iád bamélej.

También Jeroboam hijo de Nabat, servidor de Shelomó [Salomón], efrateo de


Zereda, se rebeló contra el rey. Su madre era una mujer viuda llamada Zerúa.
(27)
ְּ‫וְּזֶ ֣הְּהַ דָ ֵ֔ ָברְּאֲשֶ ר־ה ֹ֥ריםְּיָ ִ֖דְּבַ ֶ ִ֑מלְֶךְּשְּלמה֙ ְּבָ נָ ֣הְּאֶ ת־הַ מ ֵ֔לֹואְּסָ ָּ֕ ַגר‬
:‫ץְּעירְּדָ ֹ֥ודְּאָ ֽביו‬
ִ֖ ‫אֶ ת־ ֶָּ֕פ ֶר‬
vêzéh hadavár, asher-herím iád bamélej; shêlomoh banáh et-hamiló, sagár et-
péretz 'ír davíd avív.

Éstas son las circunstancias en las que se rebeló contra el rey: Shelomó
[Salomón] estaba edificando el Milo y cerró la brecha de la muralla de la
Ciudad de David, su padre.
(28)
ְּ‫ַרְּכי־ע ֶּ֤שה‬
ֽ ‫למהְּאֶ ת־הַ ַָ֗נע‬
ָ֜ ְּ‫ֹורְּחִ֑ילְּ ַו ַֻּ֨יראְּש‬
ָ ‫ישְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּג ֣ב‬
ֽ ָ ‫וְּהָ ֹ֥א‬
‫ ס‬:‫ֹ֥יתְּיֹוסף‬
ֽ ‫ל־סבֶ לְּב‬
ִ֖ ְּ‫ְּהואְּ ַויַפ ֣קדְּא ֵ֔תֹוְּלְּכ‬ ֵ֔ ֙‫מְּלָאכָה‬
vêhaísh iárovê'ám gibór jáil; vaiár shêlomóh et-haná'ar kí-'oséh mêlajah hú,
vaiafqéd otó, lêjol-sével béit ioséf.

Este Jeroboam era hombre valeroso. Shelomó [Salomón] vio que el joven era
eficiente y le puso a cargo de todo el trabajo forzado de la casa de Iosef [José].

578
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 11

(29)
ְּ֩‫ַוַֽֽיהי֙ ְּבָ ע֣תְּהַ ֵ֔היאְּוְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּי ָָצ֣אְּמ ֽירושָ לָ ִ֑ םְּוַימ ָצ֣אְּא ִּ֡תֹוְּאֲח ָיה‬
ְּ‫יהֹ֥ם‬
ֶ ‫ילניְּהַ נ ָָ֜ביאְּבַ ָ֗ ֶד ֶרְךְּוְּ ֶּ֤הואְּמתכַסֶ ה֙ ְּבְּשַ ל ָ ֣מהְּחֲדָ שֵָ֔ הְּושנ‬ ֻּ֨ ‫הַ ֽש‬
:‫לְּבַ ָ ִ֖דםְּבַ שָ ֶ ֽדה‬
váihí ba'ét hahí, vêiárovê'ám iatzá mirúshaláim; vaimtzá otó ajiah hashíloní
hanaví badérej vêhú mitkaseh bêsalmáh jadasháh, ushneihém lêvadám
basadéh.

Aconteció en aquel tiempo que Jeroboam salió de Ierushalaim [Jerusalén], y el


profeta Ajías de Shiló [Silo] lo encontró en el camino. Éste estaba cubierto
con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo.
(30)
ְּ‫ָשר‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּעָלָ ִ֑יוְּו ַֻּ֨יק ָר ֵֶ֔עהָ ְּשְּנֹ֥יםְּע‬
֣ ֶ ‫הְּהחֲדָ ָ ִ֖שהְּא‬
ֽ ַ ‫וַית ֣פשְּאֲח ֵָ֔יהְּבַ שַ ל ָ ֹ֥מ‬
:‫קְּ ָר ֽעים‬
vaitpós ajiáh, basalmáh hájadasháh ashér 'aláv; vaíqra'éha, shênéim 'asár
qêra'ím.

Entonces Ajías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí, lo rasgó en doce
pedazos,
(31)
ְּ‫יםְּכיְּכהְּ֩אָ ֻּ֨ ַמרְּיה ָ֜ ָוהְּאֱלה֣י‬
֣ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּקַ ח־לְָּךִ֖ ְּעֲשָ ָ ֣רהְּקְּ ָר ִ֑ע‬
ְּ‫ְּאת‬
ִ֖ ‫למהְּוְּ ָנֽתַ ֣תיְּלְּ ֵָ֔ך‬
ֵ֔ ‫֣דְּש‬
ְּ ַ‫יש ָר ָ֗אלְּהנְּ ֻּ֨ניְּק ֶּ֤רעְַּאֶ ת־הַ מַ מ ָלכָה֙ ְּמי‬
:ְּ‫עֲשָ ָ ֹ֥רהְּהַ שְּבָ ֽטים‬
vaiómer lêiárovê'ám, qaj-lêjá 'asaráh qêra'ím; kí joh amár Adonai elohéi israél
hinêní qoré'a et-hamamlajah miád shêlomóh, vênátatí lêjá, ét 'asaráh
hashêvatím .

y dijo a Jeroboam: 'Toma para ti diez pedazos, porque así ha dicho el Eterno
Elohim de Israel: 'He aquí, yo arranco el reino de la mano de Shelomó
[Salomón], y a ti te daré diez tribus.
(32)
ְּ ֙‫ִ֖דְּיהיֶה־לִ֑ ֹוְּלְּ ַ ֣מעַןְּ׀ְּעַב ֣דיְּדָ ָ֗ודְּול ֻּ֨ ַמעַן֙ ְּיְּ ֣רושָ ֵ֔ ַלםְּהָ עיר‬
ֽ ‫טְּהאֶ ָח‬
ֽ ָ ֶ‫וְּהַ ֹ֥שב‬
:ְּ‫יְּבּהְּמ ִ֖כלְּשב ֹ֥טיְּיש ָר ֽאל‬ ָ ֵ֔ ‫ֲשרְּבָ ַח֣רת‬
ֶ֣ ‫א‬
vêhashévet háejád íhieh-ló; lêmá'an | 'avdí davíd ulmá'an iêrúshaláim, ha'ir
ashér bajárti váĥ, mikól shivtéi israél .

Pero él tendrá una tribu por amor a mi siervo David y por amor a Ierushalaim
[Jerusalén], la ciudad que yo he elegido de entre todas las tribus de Israel.

579
11 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(33)
ְּ‫֣יְּצדניןְּ֒לכמֹוש֙ ְּאֱלה֣י‬ ֽ ‫ֲשרְּ ֲעז ָָ֗בוניְּו ַֽישְּתַ חֲוו֮ ְּלְּעַשת ֶרת֮ ְּאֱלה‬ ֣ ֶ ‫יַ ֣עַןְּ׀ְּא‬
ְּ‫יְּלע ֲֻּ֨שֹותְּהַ י ָ ָֹּ֧שר‬
ֽ ַ ‫מֹואבְּולמל ִ֖כםְּאֱלה֣יְּבְּנֽי־ע ִַ֑מֹוןְּוְּ ֽלא־הְּלְּכ֣ וְּבד ָר ַָ֗כ‬ ָ ֵ֔
:‫בְּעינַ ִּ֛יְּוְּחק ַ ֹ֥תיְּומשפ ַ ִָ֖טיְּכְּדָ ֹ֥ודְּאָ ֽביו‬
iá'an | ashér 'azavúni vaíshêtajavú lê'ashtoret elohéi tzídonin lijmosh elohéi
moáv, ulmilkóm elohéi vênéi-'amón; vêló-holêjú vidrajái lá'asót haiashár
bê'einái vêjuqotái umishpatái kêdavíd avív.

Porque me han dejado y se han arrodillado ante Astarte, diosa de los sidonios;
a Quemós, dios de Moab; y a Moloc, dios de los hijos de Amón. No han
andado en mis caminos para hacer lo recto ante mis ojos y guardar mis
estatutos y mis decretos, como su padre David.
(34)
ְּ‫נוְּכלְּיְּ ֣מיְּחַ ֵָ֔ייו‬
ֶ֚ ‫ֹוְּכיְּ׀ְּנ ָ֣שיאְּ ְֲּאש ָ֗ ֶת‬
֣ ‫וְּ ֽלא־אֶ ַ ֹ֥קחְּאֶ ת־כְּל־הַ מַ מלָכָ ִ֖הְּמי ִָ֑ד‬
:‫ֲשרְּשָ ַ ִ֖מרְּמצֹו ַ ֹ֥תיְּוְּחק ָ ֽתי‬
ֹ֥ ֶ ‫ֲשרְּבָ ַח֣רתיְּא ֵ֔תֹוְּא‬֣ ֶ ‫לְּ ֻּ֨ ַמעַןְּדָ וֶּ֤דְּעַבדי֙ ְּא‬
vêló-eqáj et-kol-hamamlajáh miadó; kí | nasí ashiténu kól iêméi jaiáv, lêmá'an
davíd 'avdí ashér bajárti otó, ashér shamár mitzotái vêjuqotái.

''Pero no quitaré de su mano todo el reino, porque lo he puesto como


gobernante todos los días de su vida, por amor a mi siervo David, al cual yo
elegí, y el cual guardó mis mandamientos y mis estatutos.
(35)
:‫ְּאתְּע ֶ ֲֹ֥ש ֶרתְּהַ שְּבָ ֽטים‬
ִ֖ ‫וְּ ָ ֽלקַ ח ֹ֥תיְּהַ מְּלוכָ ִ֖הְּמיַ ֣דְּבְּנִ֑ ֹוְּונתַ ֣תיהָ ְּלְּ ֵָ֔ך‬
vêláqajtí hamêlujáh miád bênó; untatíha lêjá, ét 'aséret hashêvatím.

Pero quitaré el reino de mano de su hijo y a ti te daré las diez tribus.


(36)
ְּ‫יְּכל־הַ י ֶָּ֤מיםְּ׀‬
ֽ ָ ‫וְּלבנִ֖ ֹוְּאֶ ֣תןְּ ֽשבֶ ט־אֶ ָחִ֑דְּלְּ ַ ֣מעַןְּהֱיֽ ֹות־נ֣ירְּלְּ ָ ֽדויד־ ַ֠ ַעבד‬
:‫יְּשם‬
ֽ ָ ‫יְּליְּל ָֹ֥שוםְּשְּ ִ֖מ‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּבָ ַח֣רת‬ ֣ ֶ ‫לְּ ָפנַי֙ ְּב ֣ירושָ ֵ֔ ַלםְּהָ עיר֙ ְּא‬
vêlivnó etén shévet-ejád; lêmá'an heíot-nír lêdávid-'ávdi kál-haiamím | lêfanaí
birúshaláim, ha'ir ashér bajárti lí, lasúm shêmí shám.

Sin embargo, a su hijo le daré una tribu, para que mi siervo David tenga en él
una lámpara delante de mí continuamente en Ierushalaim [Jerusalén], la
ciudad que yo me he elegido para poner allí mi nombre.
(37)
‫ְּמלְֶךְּעַל־‬
ִ֖ ֶ ָ‫חְּומלַכ ֵ֔ ָתְּבְּ ֹ֥כל אֲשֶ ר־תְּאַ וֶ ִ֖הְּנַפ ֶ ִ֑שָךְּוְּהָ יֹ֥ית‬
֣ ָ ‫וְּ ֽאתְָּך֣ ְּאֶ ֵ֔ ַק‬
:‫יש ָר ֽאל‬

580
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 11

vêótêjá eqáj, umálajtá, bêjól asher-têavéh nafshéja; vêhaíta mélej 'al-israél.

''Yo, pues, te tomaré a ti, y reinarás en todo lo que desee tu alma, y serás rey
de Israel.
(38)
ְּ ָ‫ֲשרְּאֲצַ ֶוָךְּ֒וְּ ָ ֽהלַכ ָ ֣תְּבד ָר ַָ֗כיְּוְּע ָֻּ֨שית‬ ֣ ֶ ‫וְּהָ ָָ֗יהְּאם־תשמַ ע֮ ְּאֶ ת־כְּל־א‬
ְּ‫ָשהְּדָ ו֣דְּעַב ִ֑די‬ ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫יְּכא‬
ֽ ַ ‫הַ י ָ ֶָּ֤שרְּבְּעינַי֙ ְּלש ֶּ֤מֹורְּחקֹותַ י֙ ְּומצֹו ֵ֔ ַת‬
ְּ ִ֖‫ֲשרְּבָ נ֣יתיְּלְּדָ ֵ֔ודְּוְּ ָנֽתַ ֹ֥תיְּלְָּך‬ ֣ ֶ ‫ְּכא‬ֽ ַ ֙‫ת־נאֱמָ ן‬
ֽ ֶ ‫יתיְּלְָּךֶּ֤ ְּבַ י‬
ֽ ‫וְּהָ י֣יתיְּע ָ֗ ָמְךְּובָ ֻּ֨נ‬
:‫אֶ ת־יש ָר ֽאל‬
vêhaiáh im-tishma' et-kol-ashér atzavejá vêhálajtá vidrajái vê'asíta haiashár
bê'einaí lishmór juqotaí umitzotái, káashér 'asáh davíd 'avdí; vêhaíti 'imáj
uvanítí lêjá vait-néeman káashér baníti lêdavíd, vênátatí lêjá et-israél.

Y sucederá que si obedeces todo lo que te mande, y andas en mis caminos y


haces lo recto ante mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos
como hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable
como se la edifiqué a David, y te entregaré Israel.
(39)
‫ ס‬:‫ְךְּלאְּכְּל־הַ י ָֽמים‬
ֹ֥ ‫אתְּא‬
ִ֖ ַ ‫ַןְּז‬
ִ֑ ‫ַוֽאעַנֶ ִּ֛הְּאֶ ת־זֶ ֹ֥ ַַֽרעְּדָ ִ֖ודְּלְּ ַ ֣מע‬
vá'anéh et-zéra' davíd lêmá'an zót; áj ló jol-haiamím.

Afligiré a la descendencia de David por causa de esto, pero no para siempre.''


(40)
ְּ ֙‫םְּיַֽרְּבְּ ָָ֗עםְּוַיב ַ ֶּ֤רחְּמצ ַ ֻּ֨רים‬
ֽ ָ ְּ‫ת־יַֽרְּבְּעָ ִ֑םְּוַיָ ַֽ֣ק‬
ֽ ָ ֶ‫למהְּלְּהָ ֣מיתְּא‬ ִ֖ ְּ‫וַיבַ ֹ֥קשְּש‬
‫ ס‬:‫למה‬ ֽ ְּ‫ַד־מֹותְּש‬ ֹ֥ ‫קְּמלְֶך־מצ ַ ֵ֔ריםְּוַי ֹ֥היְּבְּמצ ַ ִ֖ריםְּע‬ ֽ ֶ ‫יש‬ ֣ ַ ‫אֶ ל־ש‬
vaivaqésh shêlomóh lêhamít et-iárovê'ám; vaiáqom iárovê'ám vaivráj
mitzráim el-shisháq mélej-mitzráim, vaihí vêmitzráim 'ad-mót shêlomóh.

Shelomó [Salomón] procuró matar a Jeroboam; pero Jeroboam se levantó,


huyó a Egipto, a Sisac rey de Egipto, y estuvo allí hasta la muerte de Shelomó
[Salomón].
(41)
ְּ‫ָשהְּוְּחְּכמָ ִ֑תֹוְּהֲלֹוא־ה֣םְּכְּת ֵ֔בים‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫למהְּוְּכְּל־א‬
ִּ֛ ְּ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ רְּדב ֹּ֧ריְּש‬
:‫למה‬ ֽ ְּ‫ַל־ספֶרְּדב ֹ֥ריְּש‬ִ֖ ‫ע‬
vêiéter divréi shêlomóh vêjol-ashér 'asáh vêjojmató; halo-hém kêtuvím, 'al-
séfer divréi shêlomóh.

Los demás hechos de Shelomó [Salomón], todas las cosas que hizo y su
sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los hechos de Shelomó [Salomón]?

581
11, 12 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(42)
ְּ‫למהְּב ֽירושָ ֻּ֨ ַלם֙ ְּעַל־כְּל־יש ָר ֵ֔אלְּאַ רבָ ִ֖עים‬
ֶּ֤ ְּ‫וְּהַ י ָָ֗מיםְּאֲשֶ רְּ֩מָ ַֻּ֨לְךְּש‬
:‫שָ ָנֽה‬
vêhaiamím asher maláj shêlomóh virúshaláim 'al-kol-israél, arba'ím shanáh.

El tiempo que reinó Shelomó [Salomón] en Ierushalaim [Jerusalén] sobre todo


Israel fue de 40 años.
(43)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּשְּלמה֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּו ַֻּ֨יקָ ֵ֔ברְּבְּ ִ֖עירְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביוְּוַימלִּ֛ ְךְּרְּחַ בעָ ֹ֥ם‬
‫ ס‬:‫בְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
vaishkáv shêlomoh 'im-avotáv, vaíqavér, bê'ír davíd avív; vaimlój rêjav'ám
bênó tajtáv.

Shelomó [Salomón] reposó con sus padres, y fue sepultado en la Ciudad de


David, su padre. Y su hijo Roboam reinó en su lugar.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 12


(1)
:‫ִּ֛םְּבֹ֥אְּכְּל־יש ָר ִ֖אלְּלְּהַ מ ֹ֥ליְךְּא ֽתֹו‬
ָ ֶ‫ִ֑םְּכיְּשְּכ‬
ֹ֥ ֶ‫ְֶךְּרחַ בעָ ִ֖םְּשְּכ‬
ְּ ‫וַיֹ֥ל‬
vaiélej rêjav'ám shêjém; kí shêjém bá jol-israél lêhamlíj otó.

Entonces Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para
proclamarle rey.
(2)
ְּ‫ֲשרְּבָ ַ ֵ֔רח‬
֣ ֶ ‫עֹודנוְּבְּמצ ַ ֵ֔ריםְּא‬
֣ ֶ ְּ ֙‫ְַּ׀ְּיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ָ֗ ָבטְּוְּהוא‬
ֽ ָ ‫וַי ׁ֞היְּכש ֣מע‬
:‫בְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּבְּמצ ָ ֽרים‬
ֽ ָ ֶ‫למהְּוַיֹ֥ש‬ ִ֑ ְּ‫מפְּנִ֖יְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּש‬
vaihí kishmó'a | iárovê'ám ben-nêvát vêhu 'odénu vêmitzráim, ashér baráj,
mipênéi hamélej shêlomóh; vaiéshev iárovê'ám bêmitzráim.

Y sucedió que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat [que aún estaba en
Egipto, a donde había huido a causa del rey Shelomó [Salomón]], Jeroboam
volvió de Egipto.
(3)
ְּ‫א)ְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּוְּכְּל־קְּ ַה֣לְּיש ָר ִ֑אל‬
ֽ ָ ‫או־לֹוְּויבאוְּ( ַוי ָֹ֥ב‬
ֵ֔ ְּ‫ַוַֽֽישלְּחו֙ ְּוַיקר‬
:‫אמר‬ֽ ‫ל־רחַ בעָ ִ֖םְּל‬
ְּ ֶ‫ַוַֽֽידַ בְּ ֵ֔רוְּא‬

582
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 12

váishlêjú vaiqrêu-ló, vivv (vaiavó) iárovê'ám vêjol-qêhál israél; váidabêrú, el-


rêjav'ám lemór.

Entonces mandaron a llamarle, y Jeroboam vino con toda la congregación de


Israel, y hablaron a Roboam diciendo:
(4)
ְּ‫ְּמעֲב ֻּ֨ ַדתְּאָ ָ֜ביָךְּהַ קָ שָָ֗ ה‬
ֽ ֩ ‫אָ ִ֖ביָךְּהק ָ ֣שהְּאֶ ת־עלִ֑נוְּוְּאַ ִּ֡ ָתהְּע ָ ַ֣תהְּהָ קל‬
:ָ‫ומעלֹּ֧ ֹוְּהַ כָבִּ֛דְּאֲשֶ ר־נ ַ ָֹ֥תןְּעָלִ֖ינוְּוְּ ַ ֽנעַב ֶ ֽדך‬
avíja hiqsháh et-'ulénu; vêatáh 'atáh haqel mé'avodát avíja haqasháh ume'uló
hakavéd asher-natán 'aléinu vêná'avdéka.

–Tu padre agravó nuestro yugo; pero ahora, alivia tú el duro trabajo y el
pesado yugo que tu padre puso sobre nosotros, y te serviremos.
(5)
:‫לשהְּי ִָ֖מיםְּוְּ ֣שובוְּאלָ ִ֑יְּוַיֽלְּכִ֖ וְּהָ ָ ֽעם‬
ֹ֥ ָ ְּ‫כו־עדְּש‬
ִּ֛ ְּ‫יהםְּל‬
ֶ ָ֗ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּאֲל‬
vaiómer aleihém lêju-'ód shêlosháh iamím vêshúvu elái; vaiélêjú ha'ám.

Él les dijo: –Idos, y volved a mí dentro de tres días. El pueblo se fue.


(6)
ְּ ֙‫וְּעמְּ ָ֗דיםְּאֶ ת־פְּני‬
ֽ ֣‫וַי ָו ַׁ֞עץְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּרְּחַ ב ָָ֗עםְּאֶ ת־הַ זְּקנים֙ ְּאֲשֶ ר־הָ י‬
‫רְּאיְךְּאַ ֶ ֣תםְּנֽ ֹוע ֵָ֔ציםְּלְּהָ ֹ֥שיבְּאֶ ת־‬
ֶ֚ ‫אמ‬
ִ֑ ‫ֹוְּחִ֖יְּל‬
ַ ‫יוְּבהְּי ֹ֥ת‬
ֽ ‫למהְּאָ ֵ֔ב‬ ֣ ְּ‫ש‬
:‫ָ ֽהעָם־הַ זֶ ִ֖הְּדָ ָ ֽבר‬
vaiva'átz hamélej rêjav'ám et-hazêqenim asher-haíu 'ómêdím et-pêneí
shêlomóh avív, bíhêiotó jái lemór; éij atém nó'atzím, lêhashív et-há'am-hazéh
davár.

Entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a su padre
Shelomó [Salomón], cuando aún vivía, y preguntó: –¿Cómo aconsejáis
vosotros que yo responda a este pueblo?
(7)
ְּ ֙‫יֹוםְּתהְּיֶה־ ֶָ֜עבֶ דְּלָעָ ֶּ֤םְּהַ זֶה‬
ֽ ַ‫ם־ה‬
ַ֠ ‫אמרְּא‬ ָ֗ ‫וידברְּ(וַידַ בְּ ֻּ֨רו)ְּא ָָ֜ליוְּל‬
ְּ‫יםְּטֹוביםְּוְּהָ יֹ֥ וְּלְָּךִּ֛ ְּעֲבָ ִ֖דים‬
ִ֑ ‫יהִ֖םְּדְּבָ ֣ר‬
ֶ ‫יתםְּוְּדבַ ר ָ ֹ֥תְּאֲל‬
ָ ָּ֕ ‫םְּועֲנ‬
ֽ ַ ‫ַ ֽועֲבַ ד ֵ֔ ָת‬
:‫כְּל־הַ י ָֽמים‬
vydvr (vaidabêrú) eláv lemór im-háiom tíhêieh-'éved la'ám hazeh vá'avadtám,
vá'anitám vêdibartá aleihém dêvarím tovím; vêhaíu lêjá 'avadím kol-haiamím.

Y ellos le respondieron diciendo: –Si te constituyes hoy en servidor de este


pueblo y les sirves, y al responderles les hablas buenas palabras, ellos serán
tus siervos para siempre.

583
12 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(8)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֲשרְּיְּעָצִ֑הוְּוַי ָו ַָ֗עץְּאֶ ת־הַ ילָדים֙ ְּא‬֣ ֶ ‫ַוַֽֽ ַיע ֲִּ֛זבְּאֶ ת־ע ֲַצֹ֥תְּהַ זְּקנִ֖יםְּא‬
:‫ֲשרְּהָ ֽעמְּ ִ֖דיםְּלְּפ ָָנֽיו‬
ֹ֥ ֶ ‫ָגַֽֽדְּל֣ וְּא ֵ֔תֹוְּא‬
váia'azóv et-'atzát hazêqením ashér iê'atzúhu; vaiva'átz et-hailadim ashér
gádêlú itó, ashér ha'ómêdím lêfanáv.

Pero él dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos, y consultó a
los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.
(9)
ְּ‫יהםְּמֶָ֚ הְּאַ ֶ ֣תםְּנֽ ֹוע ֵָ֔ציםְּוְּנ ָֹ֥שיבְּדָ ָבִ֖רְּאֶ ת־הָ עָ ֣םְּהַ זֶ ִ֑הְּאֲשֶֻּ֨ ר‬
ֶ ָ֗ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּאֲל‬
:‫אמרְּהָ קלְּ֙מן־הָ ֵ֔עלְּאֲשֶ ר־נ ַ ָֹ֥תןְּאָ ִ֖ביָךְּע ָֽלינו‬ ֵ֔ ‫דבְּ ֶּ֤רוְּאלַי֙ ְּל‬
vaiómer aleihém máh atém nó'atzím, vênashív davár et-ha'ám hazéh; ashér
dibêrú elaí lemór, haqel min-ha'ól, asher-natán avíja 'aléinu.

Les preguntó: –¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo que
me ha hablado diciendo: 'Alivia el yugo que tu padre puso sobre nosotros'?
(10)
ְּ‫אמרְּלָעָ ֣ם‬ ֣ ַ ‫ְּ֒כה־ת‬ ֽ ‫רְּגַֽֽדְּל֣ וְּאתֹוְּ֮לאמר‬ ָ ֶֻּ֨‫וַידַ בְּ ֣רוְּא ָָ֗ליוְּהַ ילָדים֙ ְּאֲש‬
ְּ‫אמרְּאָ ֻּ֨ביָך֙ ְּהכ ֣בידְּאֶ ת־ע ֵ֔לנוְּוְּאַ ָ ִ֖תהְּהָ ֣קל‬ ָ֗ ‫הַ ִֶּ֡זהְּאֲשֶ רְּ֩דבְּ ֻּ֨רוְּא ֶָ֜ליָךְּל‬
:‫םְּקטְּנֹ֥יְּע ָָבִ֖הְּממְּתְּנֹ֥יְּאָ ֽבי‬
ֽ ָ ‫יה‬ ֶ ֵ֔ ‫ִ֑ינוְּכהְּתְּדַ ב֣רְּאֲל‬
ֶ֚ ‫ֽמעָל‬
vaidabêrú eláv hailadim ashér gádêlú itó lemor kóh-tomár la'ám hazéh asher
dibêrú eléja lemór avíjá hijbíd et-'ulénu, vêatáh haqél mé'aléinu; kóh têdabér
aleihém, qátoní 'aváh mimotênéi aví.

Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: –


Así contestarás a este pueblo que ha hablado contigo diciendo: 'Tu padre hizo
pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más liviano sobre nosotros'; así les
hablarás: 'Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
(11)
ְּ‫יףְּעל־עלְּכֶ ִ֑םְּאָ ָ֗בי‬
ֽ ַ ‫ִ֖יְּאֹוס‬
֣ ‫דְּואֲנ‬
ֽ ַ ‫ְּעלְּכ ֵָ֔ב‬
֣ ֙‫וְּע ָ֗ ַָתהְּאָ בי֙ ְּהֶ ע ֶּ֤מיסְּעֲליכֶם‬
:‫ִ֖םְּבעַק ַר ֽבים‬
ֽ ָ ֶ‫יםְּוא ֲָּ֕ניְּ ֲאי ַֹ֥סרְּאֶ תכ‬
ֽ ַ ‫שֹוט‬
ֵ֔ ַ‫י ַ ֶּ֤סרְּאֶ תכֶם֙ ְּב‬
vê'atáh aví he'mís 'aleijem 'ól kavéd, váaní osíf 'ál-'ulêjém; aví isár etjem
bashotím, váaní aiasér etjém bá'aqrabím.

Ahora bien, mi padre cargó sobre vosotros un pesado yugo; pero yo añadiré a
vuestro yugo. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré con
escorpiones.'

584
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 12

(12)
ְּ‫יְּכאֲשֶֻּ֨ רְּד ֶבֶּ֤ר‬
ֽ ַ ‫יש‬
ִ֑ ‫ל־רחַ בעָ ִ֖םְּבַ י֣ ֹוםְּהַ שְּל‬
ְּ ֶ‫ֹוְּיַֽרְּבְּעָ ֹּ֧םְּוְּכְּל־הָ עָ ִּ֛םְּא‬
ֽ ָ ‫ַוי ָֻּ֨ב‬
:‫ישי‬ ֽ ‫רְּשובוְּאלַ ִ֖יְּבַ יֹ֥ ֹוםְּהַ שְּל‬
ֹ֥ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫הַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּל‬
vaiavó iárovê'ám vêjol-ha'ám el-rêjav'ám baióm hashêlishí; káashér dibér
hamélej lemór, shúvu elái baióm hashêlishí.

Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, como el rey había
hablado diciendo: 'Volved a mí al tercer día.'
(13)
:‫ֲשרְּיְּעָצֽהו‬
ֹ֥ ֶ ‫הְּוַֽֽ ַיע ֲִּ֛זבְּאֶ ת־ע ֲַצֹ֥תְּהַ זְּקנִ֖יםְּא‬
ַ ‫וַיַ ֹּ֧עַןְּהַ ֶ ִּ֛מלְֶךְּאֶ ת־הָ עָ ִ֖םְּקָ ָ ִ֑ש‬
vaiá'an hamélej et-ha'ám qasháh; váia'azóv et-'atzát hazêqením ashér
iê'atzúhu.

Entonces el rey respondió al pueblo con dureza, y dejó de lado el consejo que
le habían dado los ancianos.
(14)
ְּ‫םְּואֲנִ֖י‬
ֽ ַ ‫ידְּאת־עלְּ ֵֶ֔כ‬
ֽ ֶ ‫אמרְּאָ בי֙ ְּהכ ֣ב‬ ֵ֔ ‫םְּכע ֲַצֶּ֤תְּהַ ילָדים֙ ְּל‬ ֽ ַ ‫יה‬ ֶ ָ֗ ‫וַידַ ב֣רְּאֲל‬
ְּ‫יםְּוא ֲָּ֕ניְּ ֲאי ַֹ֥סרְּאֶ תכֶ ִ֖ם‬
ֽ ַ ‫שֹוט‬
ֵ֔ ַ‫יףְּעל־עלְּ כֶ ִ֑םְּאָ ָ֗ביְּי ַ ֶּ֤סרְּאֶ תכֶם֙ ְּב‬ֽ ַ ‫א ֣ס‬
:‫ָ ֽבעַק ַר ֽבים‬
vaidabér aleihém ká'atzát hailadim lemór, aví hijbíd ét-'ulêjém, váaní osíf 'ál-
'ulêjém; aví isár etjem bashotím, váaní aiasér etjém bá'aqrabím.

Les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo: –Mi padre hizo
pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo. Mi padre os castigó con
látigos, pero yo os castigaré con escorpiones.
(15)
ְּ‫ִ֑םְּכי־הְּיְּ ָ ֶּ֤תהְּסבָ ה֙ ְּמ ֣עםְּיה ֵ֔ ָוהְּלְּ ָ֜ ַמעַןְּהָ ֣קים‬
ֽ ָ‫וְּ ֽלא־שָ ַ ֹ֥מעְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּאֶ ל־הָ ע‬
‫ל־יַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּבֶ ן־‬
ֽ ָ ֶ‫ילניְּא‬ ֵ֔ ‫אֶ ת־דְּבָ ָ֗רֹוְּאֲשֶֻּ֨ רְּד ֶבֶּ֤רְּיהוָה֙ ְּבְּיַד֙ ְּאֲחיָ ֣הְּהַ ֽש‬
:ְּ‫נְּ ָ ֽבט‬
vêló-shamá' hamélej el-ha'ám; kí-hoiêtáh sibah me'ím Adonai, lêmá'an haqím
et-dêvaró ashér dibér Adonai bêiad ajiáh hashíloní, el-iárovê'ám ben-nêvát .

El rey no hizo caso del pueblo, porque esto estaba dispuesto de parte del
Eterno, para que se cumpliera la palabra que había hablado a Jeroboam hijo de
Nabat por medio de Ajías de Shiló [Silo].

585
12 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(16)
‫יְּלא־שָ ַ ֣מעְּהַ מֶ לְֶך֮ ְּאֲלהֶ םְּ֒ ַוי ָ֣שבוְּהָ עָ ֣םְּאֶ ת־‬ ֽ ‫לְּכ‬ ַ֠ ‫וַיַ ַֽ֣ראְּכְּל־יש ָר ָ֗א‬
ְּ‫ְּ֩חלֶקְּבְּדָ ָ֜ודְּוְּ ֽלא־ ַנחֲלָ ֣הְּבְּבֶ ן־ישַָ֗ י‬ ֻּ֨ ‫אמרְּמַ ה־לָנו‬
ִּ֡ ‫הַ ֶ ֣מלְֶךְּ׀ְּדָ ָב֣רְּ׀ְּל‬
:‫הְּביתְָּךִ֖ ְּדָ וִ֑דְּוַיֹ֥לְֶךְּיש ָר ִ֖אלְּלְּ ֽאהָ ָ ֽליו‬
ֽ ‫הְּר ֹ֥א‬
ְּ ‫לְּ ֽאהָ ֶֻּ֨ליָך֙ ְּיש ָר ֵ֔אלְּע ָּ֕ ַָת‬
vaiár kol-israél kí ló-shamá' hamelej alehem vaiashívu ha'ám et-hamélej |
davár | lemór mah-lanú jéleq bêdavíd vêló-najaláh bêven-ishái lêóhaléjá israél,
'atáh rêéh véitêjá davíd; vaiélej israél lêóhaláv.

Y viendo todo Israel que el rey no les había hecho caso, el pueblo respondió al
rey diciendo: –¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia
en el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus moradas! ¡Mira ahora por tu propia casa, oh
David! Entonces Israel se fue a sus moradas,
(17)
‫ פ‬:‫יהִ֖םְּרְּחַ ב ָ ֽעם‬
ֶ ‫הודהְּוַימלֹ֥ ְךְּעֲל‬
ִ֑ ָ ְּ‫ובנ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּהַ ֽישְּ ִ֖ביםְּבְּע ָ֣ריְּי‬
uvnéi israél, haióshêvím bê'aréi iêhudáh; vaimlój 'aleihém rêjav'ám.

pero Roboam reinó sobre los Hijos de Israel que habitaban en las ciudades de
Iehudá [Judá].
(18)
‫ֲשרְּעַל־הַ ֵ֔ ַמסְּוַירגְּ ֻּ֨מוְּכְּל־‬
֣ ֶ ‫וַיש ַׁ֞לחְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּרְּחַ ב ָָ֗עםְּאֶ ת־אֲד ָרם֙ ְּא‬
ְּ‫ְּלעֲל֣ ֹותְּבַ מֶ רכ ֵ֔ ָָבה‬
ֽ ַ ֙‫ְֶךְּרחַ ב ָָ֗עםְּהתאַ מץ‬
ְּ ‫ֹוְּאבֶ ןְּ ַוי ִָ֑מתְּוְּהַ ֶ ֣מל‬
ִ֖ ֶ ‫לְּב‬
ִּ֛ ‫יש ָר ֹ֥א‬
:‫לָנִ֖ וסְּיְּ ֽרושָ ָ ֽלם‬
vaishláj hamélej rêjav'ám et-adoram ashér 'al-hamás, vairgêmú jol-israél bó
éven vaiamót; vêhamélej rêjav'ám hitametz lá'alót bamerkaváh, lanús
iêrúshaláim.

Después el rey Roboam envió a Adoniram, que estaba a cargo del tributo
laboral; pero todo Israel le apedreó, y murió. Entonces el rey Roboam se
apresuró a subir en un carro para huir a Ierushalaim [Jerusalén].
(19)
‫ ס‬:‫וַיפשְּעֶּ֤ וְּיש ָראלְּ֙בְּ ֣ביתְּדָ ֵ֔ודְּעַ ִ֖דְּהַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ֶזֽה‬
vaifshê'ú israel bêvéit davíd, 'ád haióm hazéh.

Así se rebeló Israel contra la casa de David, hasta el día de hoy.


(20)
ְּ ֙‫םְּוַֽֽישלְּ ָ֗חוְּוַיקרְּ ֶּ֤אוְּאתֹו‬
ַ ‫בְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔ע‬
ֽ ָ ‫י־ש‬
֣ ָ ‫ְּ֙כ‬
ֽ ‫וַי ׁ֞היְּכש ֶּ֤מעְַּכְּל־יש ָראל‬
ְּ‫ְּאח ֲ֣ריְּבית־דָ ֵ֔וד‬ ֽ ַ ֙‫לְּלאְּהָ יָה‬
ֶּ֤ ‫ל־ה֣ע ֵ֔ ָדהְּ ַויַמ ֹ֥ליכוְּא ִ֖תֹוְּעַל־כְּל־יש ָר ִ֑א‬
ָ ֶ‫א‬
:‫הודהְּלְּבַ ֽדֹו‬
ִ֖ ָ ְּ‫יְּשבֶ ט־י‬
ֽ ‫זֽ ול ָֹ֥ת‬
586
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 12

vaihí kishmó'a kol-israel kí-sháv iárovê'ám, váishlêjú vaiqrêú otó el-há'edáh,


vaiamlíju otó 'al-kol-israél; ló haiah ájaréi veit-davíd, zúlatí shévet-iêhudáh
lêvadó.

Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam había vuelto, le mandaron a
llamar a la asamblea y le hicieron rey de todo Israel. No quedó quien siguiese
a la casa de David, sino sólo la tribu de Iehudá [Judá].
(21)
‫הודהְּוְּאֶ ת־‬
ָ ָ֜ ְּ‫ל־ביתְּי‬
ֻּ֨ ְּ‫א)ְּרחַ בעָם֮ ְּיְּ ֽרושָ ַלםְּ֒ ַויַקהלְּ֩אֶ ת־כ‬
ְּ ‫ויבאוְּ( ַוי ָ֣ב‬
‫ֹ֥יםְּאלֶףְּבָ ִ֖חורְּע ֣שהְּמלחָ ָ ִ֑מהְּלְּהלָחם֙ ְּעם־‬
ִּ֛ ֶ ‫֣שבֶ טְּבני ָָ֗מןְּמ ֻּ֨ ָאהְּושמנ‬
‫ פ‬:‫למה‬ ֽ ְּ‫ב֣יתְּיש ָר ֵ֔אלְּלְּהָ שיב֙ ְּאֶ ת־הַ מְּלו ֵָ֔כהְּלרחַ בעָ ִ֖םְּבֶ ן־ש‬
vivv (vaiavó) rêjav'am iêrúshalaim vaiaqhel et-kol-béit iêhudáh vêet-shévet
biniamín meáh ushmoním élef bajúr 'oséh miljamáh; lêhilajem 'im-béit israél,
lêhashiv et-hamêlujáh, lirjav'ám ben-shêlomóh.

Entonces Roboam llegó a Ierushalaim [Jerusalén] y reunió a todos los de la


casa de Iehudá [Judá] y a la tribu de Benjamín, 180000 guerreros escogidos, a
fin de combatir contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam hijo de
Shelomó [Salomón].
(22)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫ֱלהיםְּל‬
ִ֖ ‫יש־הא‬
ֽ ָ ‫ֱלהיםְּאֶ ל־שְּמַ עיָ ֹ֥הְּא‬
ֵ֔ ‫֣רְּהא‬
ֽ ָ ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּדְּ ַב‬
váihí dêvár háelohím, el-shêma'iáh ish-háelohím lemór .

Pero la palabra de Elohim vino a Semaías, hombre de Elohim, diciendo:


(23)
ְּ‫הודה‬
ִ֖ ָ ְּ‫הודהְּוְּאֶ ל־כְּל־בֹ֥יתְּי‬
ָ ֵ֔ ְּ‫ְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ֙‫ל־רחַ בעָ ֶּ֤םְּבֶ ן־שְּלמה‬
ְּ ֶ‫א ֱָ֗מרְּא‬
:‫אמר‬ֽ ‫ובני ִָ֑מיןְּוְּיֶ ֹ֥תֶ רְּהָ עָ ִ֖םְּל‬
emór el-rêjav'ám ben-shêlomoh mélej iêhudáh, vêel-kol-béit iêhudáh
uviniamín; vêiéter ha'ám lemór.

'Habla a Roboam hijo de Shelomó [Salomón], rey de Iehudá [Judá], y a toda


la casa de Iehudá [Judá] y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciendo que
(24)
ְּ‫הְּלא־תַ עֲלוְּ֩וְּלא־ת ָֻּ֨לח ֲָ֜מוןְּעם־אֲחיכֶ ֣םְּבְּנֽי־יש ָר ָ֗אל‬ ֽ ‫֣כהְּאָ ַ ֣מרְּיה ִּ֡ ָו‬
ְּ‫ִ֑הְּוַֽֽישמְּעו֙ ְּאֶ ת־דְּ ַב֣ר‬
ַ ֶ‫יְּנהְּיָ ִ֖הְּהַ דָ ָב֣רְּהַ ז‬
ֽ ‫יְּמא ִּ֛ת‬
ֽ ‫ֹוְּכ‬
ֹּ֧ ‫ית‬
ֵ֔ ‫ובוְּאישְּלְּב‬
֣ ‫ֶ֚ש‬
‫ ס‬:ְּ‫הוֽה‬ ָ ‫יה ֵ֔ ָוהְּ ַויָשֹ֥בוְּלָלֶ ִ֖ כֶתְּכד ַבֹ֥רְּי‬
kóh amár Adonai ló-ta'alú vêlo-tilájamún 'im-ajeijém bênéi-israél shúvu ísh
lêveitó, kí méití níhêiáh hadavár hazéh; váishmê'ú et-dêvár Adonai, vaiashúvu
laléjet kidvár Adonai .

587
12 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

así ha dicho el Eterno: 'No subáis ni combatáis contra vuestros hermanos, los
Hijos de Israel. Volveos, cada uno a su casa, porque de parte mía ha sucedido
esto.'' Ellos escucharon la palabra del Eterno y desistieron de ir, conforme a la
palabra del Eterno.
(25)
ְּ‫בְּבִּ֑הְּוַיצ֣אְּמשֵָ֔ םְּוַיִ֖בֶ ן‬
ָ ֶ‫ןְּיַֽרְּבְּעָ ֹּ֧םְּאֶ ת־שְּכֶ ִּ֛םְּבְּ ַהֹ֥רְּאֶ פ ַ ִ֖ריםְּוַי֣ש‬
ֽ ָ ֶ‫ו ַֻּ֨יב‬
:‫נואל‬ ֽ ְּ‫אֶ ת־פ‬
vaíven iárovê'ám et-shêjém bêhár efráim vaiéshev báĥ; vaietzé mishám,
vaíven et-pênuél.

Jeroboam reedificó Siquem, en la región montañosa de Efraín, y habitó en


ella. Y salió de allí y reedificó Penuel.
(26)
:‫רְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּבְּל ִ֑בֹוְּע ָ ִַּ֛תהְּתָ ֹ֥שובְּהַ מַ מלָכָ ִ֖הְּלְּבֹ֥יתְּדָ ֽוד‬
ֽ ָ ֶ‫ו ַֹ֥יאמ‬
vaiómer iárovê'ám bêlibó; 'atáh tashúv hamamlajáh lêvéit davíd.

Y Jeroboam pensó en su corazón: 'Ahora el reino volverá a la casa de David,


(27)
ְּ‫םְּושְּב‬
ְַּ֠ ‫הְּלע ֲֻּ֨שֹותְּזְּבָ ֶּ֤חיםְּבְּבית־יהוָה֙ ְּב ֣ירושָ ֵ֔ ַל‬ֽ ַ ‫ֽאם־ ַיעֲלֶ ֣הְּ׀ְּהָ עָ ֣םְּהַ ֶָ֗ז‬
ְּ‫הְּוה ֲָר ָּ֕גניְּוְּ ָ ִ֖שבו‬
ֽ ַ ‫הוד‬
ִ֑ ָ ְּ‫ִ֖םְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ָ‫ל־רחַ בע‬
ְּ ֶ‫יהםְּא‬ ֶ ֵ֔ ‫ל֣בְּהָ עָ ֶּ֤םְּהַ זֶה֙ ְּאֶ ל־א ֲ֣דנ‬
:ְּ‫הודה‬ ֽ ָ ְּ‫ֹ֥םְּמלְֶך־י‬
ֽ ֶ ָ‫ל־רחַ בע‬ ְּ ֶ‫א‬
ím-ia'aléh | ha'ám hazéh lá'asót zêvajím bêveit-Adonai birúshaláim, vêshov
lév ha'ám hazeh el-adóneihém, el-rêjav'ám mélej iêhudáh; váharagúni vêshávu
el-rêjav'ám mélej-iêhudáh .

si este pueblo sube para ofrecer sacrificios en la casa del Eterno en


Ierushalaim [Jerusalén]. El corazón de este pueblo se volverá a su señor
Roboam, rey de Iehudá [Judá], y me matarán y volverán a Roboam, rey de
Iehudá [Judá].'
(28)
ְּ‫ְּמעֲל֣ ֹות‬
ֽ ֙‫םְּרב־ ָלכֶם‬
ַ ‫וַיוָעַ ֣ץְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּ ַו ַָּ֕יעַשְּשְּנִ֖יְּעֶגל֣יְּז ָָהִ֑בְּו ַ֣יאמֶ רְּאֲל ָ֗ ֶה‬
:‫רְּהעֱלִ֖ וָךְּמ ֶ ֹ֥א ֶרץְּמצ ָ ֽרים‬
ֽ ֶ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫ֱלהיָך֙ ְּיש ָר ֵ֔אלְּא‬
ֶ ֻּ֨ ‫יְּ ֽרושָ ֵ֔ ַלםְּהנֶּ֤הְּא‬
vaiva'átz hamélej, vaiá'as shênéi 'egléi zaháv; vaiómer alehém rav-lajem
mé'alót iêrúshaláim, hinéh elohéjá israél, ashér hé'elúja meéretz mitzráim.

Y habiendo tomado consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo:
'¡Bastante habéis subido a Ierushalaim [Jerusalén]! ¡He aquí tus dioses, oh
Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto!'
(29)
:‫ת־האֶ ָחִ֖דְּנ ַ ָֹ֥תןְּבְּ ָ ֽדן‬
ֽ ָ ֶ‫ית־אלְּוְּא‬
ִ֑ ‫ת־האֶ ָחִ֖דְּבְּ ֽב‬
ֽ ָ ֶ‫וַיָ ֹ֥שֶ םְּא‬
588
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 12

vaiásem et-háejád bêvéit-él; vêet-háejád natán bêdán.

Puso el uno en Betel y el otro lo puso en Dan.


(30)
:‫ַד־דן‬
ֽ ָ ‫ֹ֥יְּהאֶ ָחִ֖דְּע‬
ֽ ָ ‫וַי ִּ֛היְּהַ דָ ָבֹ֥רְּהַ זֶ ִ֖הְּלְּחַ ָ ִ֑טאתְּוַיֽלְּכֹ֥ וְּהָ עָ ִּ֛םְּלפנ‬
vaihí hadavár hazéh lêjatát; vaiélêjú ha'ám lifnéi háejád 'ad-dán.

Y esto fue ocasión de pecado, porque el pueblo iba delante de uno de ellos,
hasta Dan.
(31)
ְּ‫רְּלא־הָ יִ֖ ו‬
ֽ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫יםְּמק ֣צֹותְּהָ ֵָ֔עםְּא‬
ְּ֙ ‫ַשְּכהֲנ‬
ֽ ‫וַיַ ִ֖עַשְּאֶ ת־ב֣יתְּבָ ִ֑מֹותְּוַיַ ֶּ֤ע‬
:‫מבְּנֹ֥יְּל ֽוי‬
vaiá'as et-béit bamót; vaiá'as kóhanim miqtzót ha'ám, ashér ló-haíu mibênéi
leví.

También hizo santuarios en los lugares altos e instituyó sacerdotes de entre la


gente común, que no eran hijos de Leví.
(32)
ְּ‫֣םְּ׀ְּחגְּבַ ֣חדֶ שְּהַ שְּמינ֣יְּבַ חֲמ ָ ֽשה־עָשָ רְּ֩יֻּ֨ ֹוםְּ׀ְּל ַָ֜חדֶ ש‬ ָ ִּ֡ ָ‫ַשְּיַֽרְּבְּע‬
ֽ ָ ‫וַיַ ֣ע‬
ְּ ַ‫ית־אלְּלְּזַבִ֖ח‬
ֵ֔ ‫יהודהְּ ַו ַֻּ֨י ַעלְּ֙עַל־הַ מז ֵ֔בחַ ְּכֶּ֤ןְּעָשָ ה֙ ְּבְּ ֽב‬
ָ ָ֗ ‫רְּב‬ ֽ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫כ ֶָח֣גְּ׀ְּא‬
ְּ‫ֲשר‬ ֹ֥ ֶ ‫ת־כהֲנֹ֥יְּהַ בָ ִ֖מֹותְּא‬
ֽ ֶ‫ָשהְּוְּ ֶ ֽהעֱמיד֙ ְּבְּב֣יתְּ ֵ֔אלְּא‬ ִ֑ ָ ‫ָ ֽל ֲעג ָ֣ליםְּאֲשֶ ר־ע‬
:‫ָשה‬
ָֽ ‫ע‬
vaiá'as iárovê'ám | jág bajódesh hashêminí vajamisháh-'asar íom | lajódesh
kejág | ashér bíhudáh vaiá'al 'al-hamizbéaj, kén 'asah bêvéit-él, lêzabéaj
lá'agalím asher-'asáh; vêhé'emid bêvéit él, et-kóhanéi habamót ashér 'asáh.

Jeroboam instituyó una fiesta el día 15 del mes octavo, semejante a la fiesta
que había en Iehudá [Judá], y subió al altar que hizo en Betel, para ofrecer
sacrificios a los becerros que había hecho. En Betel estableció también
sacerdotes para los lugares altos que había edificado.
(33)
ְּ ֙‫ָשרְּיֹום‬
ֹ֥ ָ ‫לְּבחֲמשָֻּ֨ הְּע‬
ֽ ַ ‫ית־א‬
ָ֗ ‫ָשהְּבְּ ֽב‬֣ ָ ‫ַלְּעל־הַ מזב֣חַ ְּ׀ְּאֲשֶ ר־ע‬ ֽ ַ ‫ַו ַָ֜יע‬
ְּ‫בַ ֣חדֶ שְּהַ שְּמ ֵ֔יניְּבַ ִ֖חדֶ שְּאֲשֶ ר־בָ ָ ֣דאְּמלבדְּ(מל ִ֑בֹו)ְּוַיַ ֶּ֤עַשְּחָ ג֙ ְּלבנ֣י‬
‫ פ‬:‫יש ָר ֵ֔אלְּוַיַ ֹ֥עַלְּעַל־הַ מזבִ֖חַ ְּלְּהַ ק ֽטיר‬
vaiá'al 'ál-hamizbéaj | asher-'asáh bêvéit-él bájamisháh 'asár iom bajódesh
hashêminí, bajódesh asher-badá mlvd (milibó); vaiá'as jag livnéi israél, vaiá'al
'al-hamizbéaj lêhaqtír.

589
13 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Subió al altar que había hecho en Betel, el día 15 del mes octavo, fecha que
inventó en su corazón. Hizo la fiesta para los Hijos de Israel y subió al altar
para quemar incienso.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 13


(1)
ְּ‫ית־אל‬
ִ֑ ‫ל־ב‬
ֽ ֶ‫יהודהְּבד ַבֹ֥רְּיהוָ ִ֖הְּא‬
ִּ֛ ָ ‫ֹּ֧אְּמ‬
ֽ ‫יםְּב‬ָ ‫ֱלה‬ָ֗ ‫֣הְּ׀ְּאישְּא‬
֣ ‫וְּהנ‬
:ְּ‫וְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ִּ֛םְּע ֹ֥מדְּעַל־הַ מזבִ֖חַ ְּלְּהַ ק ֽטיר‬
vêhinéh | ísh elohím bá míhudáh bidvár Adonai el-béit-él; vêiárovê'ám 'oméd
'al-hamizbéaj lêhaqtír .

He aquí que un hombre de Elohim llegó de Iehudá [Judá] a Betel, por


mandato del Eterno, cuando Jeroboam estaba de pie junto al altar para quemar
incienso.
(2)
ְּ‫וַיק ָ ֶּ֤ראְּעַל־הַ מז ֻּ֨ב ַ֙חְּבד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּמזב֣חַ ְּמז ֵ֔בחַ ְִּ֖כהְּאָ ַ ֣מרְּיהוָ ִ֑ה‬
ְּ‫ת־כהֲנֶּ֤י‬
ֽ ֶ‫ה־בןְּנֹולָ ֶּ֤דְּלְּבית־דָ וד֙ ְּֽיאשיָ ֽ֣הוְּשְּ ֵ֔מֹוְּוְּז ַָב֣חְּ ָע ֶָ֗ליָךְּא‬ׁ֞ ‫הנ‬
:ְּ‫הַ בָ מֹות֙ ְּהַ מַ קט ֣ריםְּ ָע ֵֶ֔ליָךְּוְּעַצ ֹ֥מֹותְּאָ ָ ִ֖דםְּיש ְּר ֹ֥פוְּע ֶ ָֽליָך‬
vaiqrá 'al-hamizbéáj bidvár Adonai, vaiómer mizbéaj mizbéaj, kóh amár
Adonai; hineh-vén nolád lêveit-david yóshiáhú shêmó, vêzaváj 'aléja et-
kóhanéi habamot hamaqtirím 'aléja, vê'atzmót adám isrêfú 'aléja .

Y clamó contra el altar, por mandato del Eterno, diciendo: –Altar, altar, así ha
dicho el Eterno: 'He aquí, a la casa de David le nacerá un hijo que se llamará
Josías, quien matará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman
incienso sobre ti; y sobre ti quemarán huesos de hombres.'
(3)
ְּ‫ֲשרְּד ֶב֣רְּיהוָ ִ֑הְּהנֶּ֤ה‬
ִ֖ ֶ ‫מֹופתְּא‬
ֵ֔ ַ‫אמרְּזֶ ֣הְּה‬ֵ֔ ‫וְּנָתַ ןְּ֩בַ יֻּ֨ ֹוםְּהַ ֶּ֤הואְּמֹופת֙ ְּל‬
:ְּ‫הַ מז ֻּ֨ב ַ֙חְּנק ָ ֵ֔רעְּוְּנשפַ ְִ֖ךְּהַ ֶ ֹ֥דשֶ ןְּאֲשֶ ר־עָ ָ ֽליו‬
vênatan baióm hahú mofet lemór, zéh hamofét, ashér dibér Adonai; hinéh
hamizbéáj niqrá', vênishpáj hadéshen asher-'aláv .

Aquel mismo día dio una señal diciendo: –Ésta es la señal de que el Eterno ha
hablado: He aquí que el altar se partirá, y la ceniza que está sobre él se
desparramará.

590
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 13

(4)
‫ֱלהיםְּאֲשֶֻּ֨ רְּקָ ָ ֶּ֤ראְּעַל־‬
ָ֗ ‫יש־הא‬ ֽ ָ ‫וַיהיְּ֩כש ֻּ֨מעְַּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּאֶ ת־דְּ ַב֣רְּא‬
ְּ‫אמרְּ׀‬֣ ‫חְּיַֽרְּבְּעָ ֹּ֧םְּאֶ ת־י ִָּ֛דֹוְּמעַ ֹ֥לְּהַ מזבִ֖חַ ְּל‬ֽ ָ ‫ית־אלְּוַיש ַֻּ֨ל‬ֵ֔ ‫הַ מז ֻּ֨ב ַ֙חְּבְּ ֽב‬
:ְּ‫יבֹּ֥הְּא ָ ֽליו‬
ָ ‫לְּלהֲש‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּשָ לַ ֣חְּ ָע ֵָ֔ליוְּוְּ ֹ֥לאְּי ִָ֖כ‬֣ ֶ ‫יבֶּ֤שְּיָדֹו֙ ְּא‬
ַ ‫תפשִ֑הוְּוַת‬
vaihí jishmó'a hamélej et-dêvár ish-háelohím ashér qará 'al-hamizbéáj bêvéit-
él, vaishláj iárovê'ám et-iadó me'ál hamizbéaj lemór | tifsúhu; vativásh iadó
ashér shaláj 'aláv, vêló iajól láhashiváĥ eláv .

Sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra que el hombre de Elohim
había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar,
diciendo: –¡Prendedle! Pero se le secó la mano que había extendido contra él,
de manera que no pudo volverla hacia sí.
(5)
ְּ‫ןְּאיש‬
ֹ֥ ‫ֲשרְּנ ַ ִָּ֛ת‬
ֹ֥ ֶ ‫ַמֹופתְּא‬
ָ֗ ‫וְּהַ מזב֣חַ ְּנק ָ ֵ֔רעְּוַישָ פְֹ֥ךְּהַ ֶ ִ֖דשֶ ןְּמן־הַ מזבִ֑חַ ְּכ‬
:ְּ‫הוֽה‬ָ ‫ֱלהיםְּבד ַבֹ֥רְּי‬ ִ֖ ‫ָ ֽהא‬
vêhamizbéaj niqrá', vaishaféj hadéshen min-hamizbéja; kamofét ashér natán
ísh háelohím bidvár Adonai .

Entonces el altar se partió, y la ceniza se desparramó del altar, conforme a la


señal que el hombre de Elohim había dado por mandato del Eterno.
(6)
ְּ‫ֱלהיםְּחַ ל־ ָׁ֞נאְּאֶ ת־פְּ ֻּ֨ניְּיהוָ ֶּ֤ה‬ ָ֗ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫ל־א‬ ֣ ֶ‫ַו ַֻּ֨יעַןְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּו ַ֣יאמֶ רְּ׀ְּא‬
‫יש־האֱלהים֙ ְּאֶ ת־‬ ֽ ָ ‫֣לְּבע ֲֵ֔דיְּוְּתָ ֹ֥שבְּי ִָ֖דיְּאלָ ִ֑יְּוַי ַחֶּ֤לְּא‬
ֽ ַ ‫ֱלהיָך֙ ְּוְּהתפַל‬ ֶ ֻּ֨ ‫א‬
:ְּ‫יְּכבָ ֽראש ָנֽה‬
ְּ ‫פְּנ֣יְּיה ֵ֔ ָוהְּו ָ ֶַּ֤תשְּבְּיַד־הַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּא ֵָ֔ליוְּוַתְּ ִ֖ה‬
vaiá'an hamélej vaiómer | el-ísh háelohím jal-ná et-pênéi Adonai elohéjá
vêhitpalél bá'adí, vêtashóv iadí elái; vaijál ish-háelohim et-pênéi Adonai,
vatáshov iad-hamélej eláv, vatêhí kêvaríshonáh .

Entonces el rey respondió y dijo al hombre de Elohim: –Implora, por favor, al


Eterno tu Elohim y ora por mí, para que mi mano me sea restaurada. El
hombre de Elohim imploró el favor del Eterno, y la mano del rey le fue
restaurada, y volvió a ser como antes.
(7)
ְּ‫יםְּבאָ ה־א ֹ֥תיְּהַ ַבִ֖יתָ הְּוֽ סעָ ִ֑דָ הְּוְּאֶ תְּנָ ֹ֥ה‬
ֽ ‫ֱלה‬ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫ל־א‬
֣ ֶ‫וַידַ בֶּ֤רְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּא‬
:ְּ‫לְָּךִ֖ ְּמַ ָ ֽתת‬
vaidabér hamélej el-ísh háelohím, bóah-ití habáitah ús'ádah; vêetênáh lêjá
matát .

591
13 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Entonces el rey dijo al hombre de Elohim: –Ven conmigo a casa y come, y yo


te daré un presente.
(8)
ְּ‫ָךְּלא‬
ֹ֥ ‫ית‬ ֶ ֵ֔ ‫יש־האֱלהים֙ ְּאֶ ל־הַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּאם־תתֶ ן־לי֙ ְּאֶ ת־ח ֲ֣ציְּב‬ ֽ ָ ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּא‬
:ְּ‫ה־מיםְּבַ מָ ִ֖קֹוםְּהַ ֶזֽה‬
ַ ֵ֔ ֶ‫א־אכַלְּ ֶֻּ֨לחֶ ם֙ ְּוְּ ֣לאְּאֶ שת‬
ֶּ֤ ‫אָ ִ֖באְּע ָ ִ֑מְךְּוְּל‬
vaiómer ish-háelohim el-hamélej, im-titen-lí et-jatzí veitéja, ló avó 'imáj; vêlo-
ójal léjem vêló eshteh-máim, bamaqóm hazéh .

Pero el hombre de Elohim respondió al rey: –Aunque me dieses la mitad de tu


casa, no iría contigo, ni comería pan, ni bebería agua en este lugar;
(9)
ְּ‫א־תאכַלְּלֶ ִ֖חֶ םְּוְּ ֣לא‬ ֹ֥ ‫אמרְּל‬ ֵ֔ ‫כי־כ֣ןְּ׀ְּצוָ ֣הְּא ָ֗תיְּבד ַבֶּ֤רְּיהוָה֙ ְּל‬
:ְּ ָ‫ֲשרְּהָ ָ ֽלכְּת‬
ֹ֥ ֶ ‫ה־מיםְּוְּ ֣לאְּתָ ֵ֔שובְּבַ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּא‬
ִ֑ ָ ֶ‫תשת‬
ki-jén | tziváh otí bidvár Adonai lemór, lo-tójal léjem vêló tishteh-máim; vêló
tashúv, badérej ashér halájêta .

porque me ha sido ordenado por mandato del Eterno, diciendo: 'No comas
pan, ni bebas agua, ni vuelvas por el camino que vayas.'
(10)
‫ פ‬:‫ית־אל‬
ֽ ‫ל־ב‬ֽ ֶ‫ֹ֥אְּבִּ֖הְּא‬
ָ ‫רְּב‬ ָ ‫ֲש‬
ִּ֛ ֶ ‫א־שבְּבַ ֵ֔ ֶד ֶרְךְּא‬
֣ ָ ‫וַיִ֖לְֶךְּבְּ ֶ ֣ד ֶרְךְּאַ חִ֑רְּוְּל‬
vaiélej bêdérej ajér; vêlo-sháv badérej, ashér bá váĥ el-béit-él.

Se fue, pues, por otro camino y no volvió por el camino por donde había
venido a Betel.
(11)
‫ית־אלְּ ַוי ָ֣בֹואְּבְּנִּ֡ ֹוְּוַיסַ פֶר־ל֣ ֹוְּאֶ ת־כְּל־‬
ִ֑ ‫וְּנ ֶָּ֤ביאְּאֶ חָ ד֙ ְּז ֵָ֔קןְּי ִ֖שבְּבְּ ֽב‬
‫ית־אלְּאֶ ת־‬ָ֗ ‫ֱלהיםְּ׀ְּהַ יָ֜ ֹוםְּבְּ ֽב‬ ֻּ֨ ‫יש־הא‬
ֽ ָ ‫הַ ַ ֽמע ֶ ֲ֣שהְּאֲשֶ ר־ ָעשָ הְּ֩א‬
:ְּ‫יהם‬
ֽ ֶ ‫וםְּלאֲב‬
ֽ ַ ‫ְֶךְּוַֽֽיסַ פְּ ִ֖ר‬ ַ ‫ֲשרְּד ֶב֣רְּאֶ ל־הַ ֵ֔ ֶמל‬
֣ ֶ ‫הַ דְּבָ רים֙ ְּא‬
vênaví ejad zaqén, ioshév bêvéit-él; vaiavó vênó vaisaper-ló et-kol-hamá'aséh
asher-'asah ish-háelohím | haióm bêvéit-él et-hadêvarim ashér dibér el-
hamélej, váisapêrúm láavihém .

Vivía en Betel un profeta anciano, a quien fueron sus hijos y le contaron todo
lo que el hombre de Elohim había hecho aquel día en Betel. También contaron
a su padre las palabras que había hablado al rey.
(12)
ְּ ֙‫יהםְּאי־זֶ ֹ֥הְּהַ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּהָ לָ ְִ֑ךְּוַיר ֣אוְּבָ ָָ֗ניוְּאֶ ת־הַ ֻּ֨ ֶד ֶרְך‬
ֶ ֵ֔ ‫וַידַ בֶּ֤רְּאֲלהֶ ם֙ ְּאֲב‬
:ְּ‫יהודה‬
ֽ ָ ‫ִ֖אְּמ‬ ֽ ‫ר־ב‬ָ ֶ‫ֱלהיםְּאֲש‬ ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫ְּא‬ ֣ ֙‫ֲשרְּהָ לְַך‬
ֶּ֤ ֶ ‫א‬

592
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 13

vaidabér alehem avihém, ei-zéh hadérej haláj; vairú vanáv et-hadérej ashér
halaj ísh háelohím, asher-bá míhudáh .

Y su padre les preguntó: –¿Por qué camino se fue? Y sus hijos le mostraron el
camino por donde se había ido el hombre de Elohim que había venido de
Iehudá [Judá].
(13)
ְּ‫ֹוְּהח ֲֵ֔מֹורְּוַירְּכַ ִ֖ב‬
ֽ ַ ֣‫יְּהח ֲִ֑מֹורְּ ַויַחבְּשו־ל‬
ֽ ַ ‫שו־ל‬
ִ֖ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּאֶ ל־בָ ֵָ֔ניוְּחב‬
:‫ע ָ ָֽליו‬
vaiómer el-banáv, jivshu-lí hájamór; vaiajbêshu-ló hájamór, vairkáv 'aláv.

Él dijo a sus hijos: –Aparejadme el asno. Ellos le aparejaron el asno. Entonces


montó sobre él,
(14)
ְּ‫תְּהאלָ ִ֑הְּו ַ֣יאמֶ רְּא ָָ֗ליו‬
ֽ ָ ַ‫בְּתח‬
֣ ַ ‫ֱלהיםְּו ַֻּ֨ימצָ ֵ֔אהוְּי ִ֖ש‬
ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫ְּא‬֣ ֙‫ְֶךְּאחֲרי‬
ֽ ַ ‫ו ַָ֗יל‬
:ְּ‫רְּאני‬ ֽ ָ ֶ‫יהודהְּו ַֹ֥יאמ‬
ִ֖ ָ ‫ר־בֹ֥אתָ ְּֽמ‬
ָ ֶ‫ֱלהיםְּאֲש‬ ִּ֛ ‫יש־הא‬
ֽ ָ ‫ַ ֽהאַ ָ ֹּ֧תהְּא‬
vaiélej ájareí ísh háelohím, vaímtzaéhu, ioshév tájat háeláh; vaiómer eláv
háatáh ish-háelohím asher-báta míhudáh vaiómer áni .

fue tras aquel hombre de Elohim y le halló sentado debajo de la encina. Le


preguntó: –¿Eres tú el hombre de Elohim que vino de Iehudá [Judá]? Le
respondió: –Sí, yo soy.
(15)
:‫לְּלחֶ ם‬
ֽ ָ ‫הְּוא ֱִ֖כ‬
ֽ ֶ ָ‫ו ַ֣יאמֶ רְּא ֵָ֔ליוְּלְֹ֥ךְּא ִ֖תיְּהַ ָבִ֑ית‬
vaiómer eláv, léj ití habáitah; véejól lájem.

Entonces le dijo: –Ven conmigo a casa y come pan.


(16)
‫א־אכַלְּ ֶָ֗לחֶ םְּוְּ ֽלא־‬
֣ ‫רְּלאְּאוכַ ִּ֛לְּל ָֹ֥שובְּא ָ ִ֖תְךְּוְּל ָ֣בֹואְּא ָ ִ֑תְךְּוְּל‬ ֹ֥ ֶ‫ו ַָ֗יאמ‬
:‫ְּמיםְּבַ מָ ִ֖קֹוםְּהַ ֶזֽה‬ ַ ֵ֔ ֙‫אֶ ש ֶ ֶּ֤תהְּאתְָּך‬
vaiómer ló ujál lashúv itáj vêlavó itáj; vêlo-ójal léjem vêló-eshtéh itêjá máim,
bamaqóm hazéh.

Pero él respondió: –No podré volver contigo ni entrar contigo. Tampoco


comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar,
(17)
ְּ‫םְּמים‬
ִ֑ ָ ‫הְּש‬
ִ֖ ָ ‫הְּלא־תאכַ ֣לְּ ֵֶ֔לחֶ םְּוְּ ֽלא־תש ֶ ֹ֥ת‬ֽ ‫ֽכי־דָ ָבֶּ֤רְּאלַי֙ ְּבד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫ְּבּה‬
ֽ ָ ָ‫ֽלא־תָ ֣שובְּ ָל ֵֶ֔לכֶתְּבַ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּאֲשֶ ר־הָ לַ ֹ֥כת‬

593
13 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

kí-davár elaí bidvár Adonai, ló-tojál léjem, vêló-tishtéh shám máim; ló-tashúv
laléjet, badérej asher-halájta báĥ .

porque me fue dicho por mandato del Eterno: 'No comas pan, ni bebas agua de
allí, ni vuelvas por el camino que vayas.'
(18)
ְּ‫רְּלֹוְּגַם־אֲנ֣יְּנָביא֮ ְּכָמֹוָךְּ֒ומַ ל ִּ֡ ָאְךְּד ֶב֣רְּא ַליְּ֩בד ֻּ֨ ַברְּיה ָ֜ ָוה‬
ָ֗ ֶ‫ו ַ֣יאמ‬
:ְּ‫ְּמיםְּכחִ֖שְּלֽ ֹו‬ ִ֑ ָ ‫יתָךְּוְּ ֹ֥יאכַלְּלֶ ִ֖חֶ םְּוְּי֣שת‬
ֶ ֵ֔ ‫אמרְּהֲשבֶּ֤הוְּאתְָּך֙ ְּאֶ ל־ב‬
ָ֗ ‫ל‬
vaiómer ló gam-aní navi kamojá umaláj dibér elaí bidvár Adonai lemór
hashivéhu itêjá el-beitéja, vêyójal léjem vêiésht máim; kijésh ló .

Y le dijo: –Yo también soy profeta como tú, y un enviado me ha hablado por
mandato del Eterno, diciendo: 'Hazle volver contigo a tu casa, para que coma
pan y beba agua.' Pero le mintió.
(19)
‫ פ‬:‫ְּמים‬
ֽ ָ ‫וַיָ ֣שְּבְּא ָ֗תֹוְּו ַֹ֥יאכַלְּלֶ ִּ֛חֶ םְּבְּב ִ֖יתֹוְּוַיֹ֥שת‬
vaiáshov itó vaiójal léjem bêveitó vaiésht máim.

Entonces se volvió con él, y comió pan en su casa y bebió agua.


(20)
ְּ‫ִ֑ןְּ{פ}וַֽֽיְּהי֙ ְּדְּבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְּאֶ ל־הַ נ ִָ֖ביא‬
ַ ‫ֹ֥םְּישְּ ִ֖ביםְּאֶ ל־הַ של ָח‬
ֽ ‫וַי ָּ֕היְּה‬
:ְּ‫ֲשרְּהֱש ֽיבֹו‬
ֹ֥ ֶ ‫א‬
vaihí hém yóshêvím el-hashulján; {f}váiêhí dêvar-Adonai, el-hanaví ashér
heshivó .

Y aconteció que estando ellos sentados a la mesa, vino la palabra del Eterno al
profeta que le había hecho volver,
(21)
ְּ‫רְּכהְּאָ ַ ֣מרְּיהוָ ִ֑ה‬ ִ֖ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫ֶּ֤אְּמיהודָ ה֙ ְּל‬
ֽ ‫ר־ב‬ ָ ֶ‫ֱלהיםְּאֲש‬ ָ֗ ‫ישְּהא‬ֽ ָ ‫ל־א‬ ֣ ֶ‫וַיק ָ ׁ֞ראְּא‬
ְּ‫ֲשרְּצוָךִ֖ ְּיהוָ ֹ֥ה‬
ֹ֥ ֶ ‫ְּפיְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּ ֶּ֤לאְּשָ ֻּ֨ ַמר ָ֙תְּאֶ ת־הַ מצ ֵ֔ ָוהְּא‬
֣ ‫ית‬ ָ֙ ‫ַןְּכיְּמָ ֻּ֨ר‬
ֶּ֤ ‫ַָ֗יע‬
:ְּ‫ֱלהיָך‬
ֶֽ ‫א‬
vaiqrá el-ísh háelohím asher-bá míhudah lemór, kóh amár Adonai; iá'an kí
marítá pí Adonai, vêló shamártá et-hamitzváh, ashér tziujá Adonai elohéja .

y clamó al hombre de Elohim que había venido de Iehudá [Judá], diciendo: –


Así ha dicho el Eterno: 'Porque has sido desobediente al dicho del Eterno y no
guardaste el mandamiento que el Eterno tu Elohim te había mandado,

594
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 13

(22)
‫ֲשרְּד ֶב֣רְּא ְֵֶּ֔ליָךְּאַ ל־‬ ֣ ֶ ‫ְּמיםְּבַ מָ קֹום֙ ְּא‬
ַ ֵ֔ ‫ו ָ֗ ַָתשְּ בְּו ֶַּ֤תאכַלְּ ֶֻּ֨לחֶ ם֙ ְּו ַ֣תשת‬
:‫ל־קבֶ רְּאֲב ֶ ֽתיָך‬ ֹ֥ ֶ ֶ‫םְּלא־תָ ֹ֥בֹואְּנב ָ ֽלתְָּךִ֖ ְּא‬
ֽ ‫ְּמי‬ ִ֑ ָ ‫ל־תשת‬֣ ַ‫ֹ֥תאכַלְּלֶ ִ֖חֶ םְּוְּא‬
vatáshov vatójal léjem vatésht máim, bamaqom ashér dibér eléja, al-tójal
léjem vêal-tésht máim; ló-tavó nivlátêjá el-qéver avotéja.

sino que volviste y comiste pan y bebiste agua en este lugar del cual él te
había dicho que no comieras pan ni bebieras agua, tu cuerpo no entrará en el
sepulcro de tus padres.'
(23)
ְּ‫ֹוְּהח ֲֵ֔מֹורְּ ַלנ ִָ֖ביא‬
ֽ ַ ֣‫תֹותֹוְּו ַ ַֽיחֲבָ ש־ל‬
ִ֑ ְּ‫יְּאח ֲִּ֛ריְּאְּכלֹ֥ ֹוְּלֶ ִ֖חֶ םְּוְּ ַ ֽאח ֲ֣ריְּש‬
ֽ ַ ‫וַי ָ֗ה‬
:‫ֲשרְּהֱש ֽיבֹו‬ ֹ֥ ֶ ‫א‬
vaihí ájaréi ojló léjem vêájaréi shêtotó; vaiájavash-ló hájamór, lanaví ashér
heshivó.

Sucedió que cuando había comido pan y bebido agua, el profeta que le había
hecho volver le aparejó el asno.
(24)
ְּ‫יתהוְּוַתְּ ֶּ֤היְּנבלָתֹו֙ ְּמשלֶ ֣ כֶתְּבַ ֵ֔ ֶד ֶרְך‬
ִ֑ ‫ו ַָּ֕ילְֶךְּוַימצָ ֹּ֧אהוְּאַ ריִּ֛הְּבַ ֶ ִ֖ד ֶרְךְּוַימ‬
:‫דְּאצֶ לְּהַ נְּב ָ ֽלה‬
ֹ֥ ‫וְּ ַ ֽהחֲמֹור֙ ְּע ֣מדְּאֶ צ ֵָ֔לּהְּוְּ ָה֣אַ ר ֵ֔יהְּע ִ֖מ‬
vaiélej vaimtzaéhu ariéh badérej vaimitéhu; vatêhí nivlató mushléjet badérej,
vêhájamor 'oméd etzláĥ, vêháariéh, 'oméd étzel hanêveláh.

Cuando se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó


tendido en el camino. El asno estaba de pie junto a él, y también el león estaba
de pie junto al cadáver.
(25)
‫יםְּעבְּ ָ֗ריםְּוַיר ֶּ֤אוְּאֶ ת־הַ נְּבלָה֙ ְּמשלֶ ֣ כֶתְּבַ ֵ֔ ֶד ֶרְךְּוְּאֶ ת־‬ ֽ ‫וְּהנֹּ֧הְּ ֲאנ ָ֣ש‬
ְּ‫ֲשרְּהַ נ ָֹ֥ביאְּהַ ז ִָ֖קן‬ ִּ֛ ֶ ‫דְּאצֶ לְּהַ נְּבלָ ִ֑הְּ ַוי ָֻּ֨באו֙ ְּוַידַ בְּ ֣רוְּבָ ֵ֔עירְּא‬
֣ ‫ָה֣אַ ר ֵ֔יהְּע ִ֖מ‬
:‫בְּבּה‬
ֽ ָ ‫י ֹ֥ש‬
vêhinéh anashím 'óvêrím vairú et-hanêvelah mushléjet badérej, vêet-háariéh,
'oméd étzel hanêveláh; vaiavóú vaidabêrú va'ír, ashér hanaví hazaqén ioshév
báĥ.

Y he aquí que pasaron unos hombres y vieron el cadáver que estaba tendido
en el camino y el león que estaba de pie junto al cadáver, y fueron y lo dijeron
en la ciudad donde habitaba el profeta anciano.

595
13 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(26)
ְּ‫יםְּהוא‬
ֵ֔ ‫ֱלה‬֣ ‫ישְּהא‬ֽ ָ ‫ְּא‬ ֣ ֙‫ֲשרְּהֱש ֣יבֹוְּמן־הַ דֶ ֶרְךְּ֒ו ַֻּ֨יאמֶ ר‬ ֣ ֶ ‫וַיש ַ ֣מעְּהַ נָביא֮ ְּא‬
ְּ‫הְּוַֽֽישבְּ ֻּ֨רהו֙ ְּוַימ ֵ֔תהו‬
ַ ‫הְּלאַ ר ָ֗י‬
ֽ ָ ‫ת־פיְּיהוָ ִ֑הְּוַיתְּ ֻּ֨נהוְּיה ָ֜ ָו‬֣ ֶ‫ֲשרְּמָ ָ ִ֖רהְּא‬ ֹ֥ ֶ ‫א‬
:ְּ‫ֲשרְּדבֶ ר־לֽ ֹו‬ ֹ֥ ֶ ‫כד ַבֹ֥רְּיהוָ ִ֖הְּא‬
vaishmá' hanavi ashér heshivó min-haderej vaiómer ísh háelohím hú, ashér
maráh et-pí Adonai; vaitênéhu Adonai láariéh váishbêréhú vaimitéhu, kidvár
Adonai ashér diber-ló .

Cuando se enteró el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: –Él es
el hombre de Elohim que fue desobediente al mandato del Eterno. Por eso el
Eterno le ha entregado al león, que le ha destrozado y matado conforme a la
palabra que el Eterno le había dicho.
(27)
:‫ֹורְּוַֽֽ ַיח ֲֽבשו‬
ַ ‫יְּאת־הַ ח ֲִ֑מ‬
ֽ ֶ ‫שו־ל‬
ִ֖ ‫אמרְּחב‬
ֵ֔ ‫ָיוְּל‬
ְּ֙ ‫וַידַ בֶּ֤רְּאֶ ל־בָ נ‬
vaidabér el-banav lemór, jivshu-lí ét-hajamór; váiajavóshu.

Entonces habló a sus hijos diciendo: –Aparejadme el asno. Ellos se lo


aparejaron.
(28)
ְּ‫הְּעמְּ ִ֖דים‬
ֽ ‫ְךְּוחֲמֹור֙ ְּוְּ ָה֣אַ ר ֵ֔י‬
ֽ ַ ‫ו ַָ֗ילְֶךְּוַימ ָצֶּ֤אְּאֶ ת־נבלָתֹו֙ ְּמשלֶ ֣ כֶתְּבַ ֵ֔ ֶד ֶר‬
:‫ִ֖רְּאת־הַ ח ֲֽמֹור‬
ֽ ֶ ‫ֶּ֤לְּהאַ ריה֙ ְּאֶ ת־הַ נְּב ֵָ֔להְּוְּ ֹ֥לאְּשָ ַב‬
ֽ ָ ַ‫ִ֑הְּלא־אָ כ‬
ֽ ָ‫֣אצֶ לְּהַ נְּבל‬
vaiélej vaimtzá et-nivlató mushléjet badérej, vájamor vêháariéh, 'ómêdím
étzel hanêveláh; ló-ajál háarieh et-hanêveláh, vêló shavár ét-hajamór.

Y fue y halló el cadáver tendido en el camino, y el asno y el león que estaban


junto al cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al
asno.
(29)
ְּ‫ֹ֥הוְּאל־הַ ח ֲִ֖מֹור‬
ֽ ֶ ‫ֱלהיםְּ ַויַנח‬
ִּ֛ ‫יש־הא‬ ֽ ָ ‫וַישָֻּ֨ אְּהַ נ ָָ֜ביאְּאֶ ת־נבלַ ֹּ֧תְּא‬
:ְּ‫וַישיבִ֑הוְּ ַוי ָָ֗באְּאֶ ל־עיר֙ ְּהַ נ ָ֣ביאְּהַ ז ֵָ֔קןְּלס ִ֖פדְּולקְּבְּ ֽרֹו‬
vaisá hanaví et-nivlát ish-háelohím vaianijéhu él-hajamór vaishivéhu; vaiavó
el-'ir hanaví hazaqén, lispód ulqovêró .

El profeta levantó el cuerpo del hombre de Elohim, lo colocó sobre el asno y


se lo llevó. El profeta anciano fue a la ciudad para hacer duelo por él y
sepultarlo.
(30)
:‫ִ֖יוְּהֹויְּאָ ֽחי‬
ֹ֥ ָ‫ַויַנַ ֹ֥חְּאֶ ת־נבל ִָ֖תֹוְּבְּקב ִ֑רֹוְּוַיספְּ ֹ֥דוְּעָל‬
vaianáj et-nivlató bêqivró; vaispêdú 'aláv hóy ají.

596
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 13

Puso su cuerpo en su propio sepulcro, e hicieron duelo por él diciendo: –¡Ay,


hermano mío!
(31)
ְּ‫אמרְּבְּמֹותי֙ ְּוקבַ ר ֶ ֣תם‬ ֵ֔ ‫ְּאח ֲ֣ריְּקְּב ֣רֹוְּאתֹוְּ֒ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאֶ ל־בָ נָיו֙ ְּל‬ ֽ ַ ֮‫וַיהי‬
ְּ‫ֹוְּאצֶ לְּעַצמ ֵ֔ ָתיוְּהַ נִ֖יחו‬
ֶ֚ ‫ורְּב‬
ִ֑ ‫ֱלהיםְּקָ ֣ב‬ ִ֖ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫רְּא‬ ֹ֥ ‫ֲש‬ ִּ֛ ֶ ‫א ֵ֔תיְּבַ ָּ֕ ֶקבֶ רְּא‬
:ְּ‫אֶ ת־עַצמ ָ ֽתי‬
vaihí ájaréi qovró otó vaiómer el-banav lemór, bêmotí uqvartém otí, baqéver
ashér ísh háelohím qavúr bó; étzel 'atzmotáv, haníju et-'atzmotái .

Sucedió que después de haberlo sepultado, habló a sus hijos diciendo: –


Cuando yo muera, sepultadme en el sepulcro en que está sepultado el hombre
de Elohim. Poned mis restos junto a los suyos,
(32)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֲשרְּקָ ָרא֙ ְּבד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּעַל־הַ מזבִ֖חַ ְּא‬ ֶּ֤ ֶ ‫הְּיה ֶָ֜יהְּהַ דָ ָ֗ ָברְּא‬
ֽ ‫כיְּ֩הָ ֻּ֨י‬
‫ פ‬:ְּ‫יְּשמְּ ֽרֹון‬
ֽ ‫ֲשרְּבְּע ָֹ֥ר‬ִ֖ ֶ ‫ית־אלְּוְּ ַעלְּ֙כְּל־בְּ ֣תיְּהַ בָ ֵ֔מֹותְּא‬ ִ֑ ‫בְּ ֽב‬
kí haióh íhiéh hadavár ashér qara bidvár Adonai, 'al-hamizbéaj ashér bêvéit-él;
vê'al kol-botéi habamót, ashér bê'aréi shómêrón .

porque sin duda sucederá lo que él proclamó por mandato del Eterno contra el
altar que está en Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que
hay en las ciudades de Shomrón [Samaria].
(33)
ְּ‫ֹוְּה ָרעָ ִ֑הְּ ַַ֠ויָשְּבְּ ַו ַָ֜יעַש‬
ֽ ָ ֣‫בְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּמדַ רכ‬
ֽ ָ ‫א־ש‬
ֹ֥ ָ ‫אַ חַ ר֙ ְּהַ דָ ָב֣רְּהַ ֵֶ֔זהְּל‬
:‫יְּכהֲנֹ֥יְּבָ ֽמֹות‬
ֽ ‫יה‬ ִ֖ ‫ֹותְּהחָ פץ֙ ְּיְּמַ ל֣אְּאֶ ת־יָדֵ֔ ֹוְּו‬
ֽ ֶ ‫מק ֶּ֤צֹותְּהָ עָם֙ ְּֽכהֲנ֣יְּבָ ֵ֔מ‬
ajar hadavár hazéh, lo-sháv iárovê'ám midarkó hára'áh; váiashov vaiá'as
miqtzót ha'am kóhanéi vamót, héjafetz iêmalé et-iadó, vihí kóhanéi vamót.

Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal camino. Más bien,


volvió a designar sacerdotes de entre la gente común para los lugares altos.
Investía a quien deseaba, y él llegaba a ser sacerdote de los lugares altos.
(34)
ְּ‫֣יתְּיַֽרְּבְּעָ ִ֑םְּולהַ כחיד֙ ְּולהַ ש ֵ֔מידְּמעַ ִ֖ל‬
ֽ ָ ‫ְּבדָ ָב֣רְּהַ ֵֶ֔זהְּלְּחַ ַ ִ֖טאתְּב‬
ְַּ ֙‫ַוַֽֽיהי‬
‫ פ‬:‫ֹ֥יְּהאֲדָ ָ ֽמה‬ ֽ ָ ‫פְּנ‬
váihí badavár hazéh, lêjatát béit iárovê'ám; ulhajjid ulhashmíd, me'ál pênéi
háadamáh.

Y esto vino a ser el pecado de la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y
destruida de sobre la faz de la tierra.

597
14 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 14


(1)
:‫ן־יַֽרְּבְּ ָ ֽעם‬
ֽ ָ ֶ‫בָ ע֣תְּהַ ֵ֔היאְּחָ לָ ִ֖הְּאֲביָ ֹ֥הְּב‬
ba'ét hahí, jaláh aviáh ven-iárovê'ám.

En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo,


(2)
ְּ‫אְּיַֽדְּ ֵ֔עוְּכי־אתי‬
ֽ ‫ֹוְּקומיְּנָא֙ ְּוְּהשתַ ֵ֔ניתְּוְּ ֣ל‬
ֶּ֤ ‫רְּיַֽרְּבְּ ָָ֜עםְּלְּאש ָ֗ת‬
ֽ ָ ֶ‫ו ַֻּ֨יאמ‬
‫יאְּהוא־‬
ֽ ‫תְּיַֽרְּבְּעָ ִ֑םְּוְּהָ לַ ֣כתְּש ָ֗להְּהנה־שָ ם֙ ְּאֲחיָ ֣הְּהַ נ ֵָ֔ב‬
ֽ ָ ֶ‫)ְּאש‬ ֣ ‫(את‬ ִ֖ ַ
:‫ד ֶבֹ֥רְּעָלַ ִּ֛יְּלְּ ֶ ִ֖מלְֶךְּעַל־הָ עָ ֹ֥םְּהַ ֶזֽה‬
vaiómer iárovê'ám lêishtó qúmi na vêhishtanít, vêló iédê'ú, ki-ty (át) éshet
iárovê'ám; vêhalájt shilóh hineh-sham ajiáh hanaví, hú-dibér 'alái lêmélej 'al-
ha'ám hazéh.

y Jeroboam dijo a su mujer: –Por favor, levántate, disfrázate para que no


reconozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Shiló [Silo]. He aquí que
allá está el profeta Ajías, quien me dijo que yo iba a ser rey sobre este pueblo.
(3)
ְּ‫ִ֑יוְּהוא‬
ֶ֚ ָ‫ִ֖שְּוב֣אתְּאל‬
ָ ‫ְּביָדְךְּעֲשָ ָ ֻּ֨רהְּלֶ ֹּ֧חֶ םְּוְּנק ִּ֛דיםְּובַ קבֹ֥קְּדְּ ַב‬
ְּ ַ֠ ‫וְּל ַ ָ֣קחַ ת‬
:ְּ‫ה־יהיֶ ִ֖הְּל ָ ַֽנעַר‬ֽ ַ‫יַג֣ידְּ ֵָ֔לְךְּמ‬
vêlaqájat bêíadej 'asaráh léjem vêniqudím uvaqbúq dêvásh uvát eláv; hú iagíd
láj, mah-íhiéh laná'ar .

Toma contigo diez panes, galletas y un frasco de miel, y ve a él; él te dirá lo


que ha de suceder al niño.
(4)
ְּ‫תְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּו ֻּ֨ ַָתקָ ם֙ ְּו ַ֣תלְֶךְּש ֵ֔להְּוַתָ ִ֖באְּב֣יתְּאֲחיָ ִ֑ה‬
ֽ ָ ֶ‫ְּאש‬
֣ ֙‫ו ַ ֶַּ֤ת ַעשְּכן‬
‫ פ‬:‫יְּקמוְּעינָ ִ֖יוְּמש ֽיבֹו‬ ֹ֥ ָ ‫ֹותְּכ‬
ִּ֛ ‫ְּלא־י ָ֣כלְּלר ֵ֔א‬ ֽ ֙‫ַ ֽואֲח ָֻּ֨יהו‬
vatá'as ken éshet iárovê'ám, vatáqam vatélej shilóh, vatavó béit ajiáh; váajiáhú
ló-iajól lirót, kí qámu 'eináv miseivó.

La mujer de Jeroboam lo hizo así. Se levantó, fue a Shiló [Silo] y llegó a la


casa de Ajías. Ajías ya no podía ver, pues su vista se le había oscurecido a
causa de su vejez.

598
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 14

(5)
ְּ‫תְּיַֽרְּבְּ ִָּ֡עםְּבָ ָ ֣אהְּלדרשְּ֩דָ ֻּ֨ ָבר‬
ֽ ָ ֶ‫֣הְּאש‬ ֣ ‫ַוֽיה ׁ֞ ָוהְּאָ ַ ֣מרְּאֶ ל־אֲח ָָ֗יהוְּהנ‬
ְּ‫יהיְּכְּב ֵ֔ ָאּה‬ ֣ ‫֣הְּהואְּכ ָֹ֥זהְּוְּכָזֶ ִ֖הְּתְּדַ ב֣רְּאלֶ ִ֑יהָ ְּו‬
ֵ֔ ֶ‫ֽמעמְָּךֶּ֤ ְּאֶ ל־בְּנָּה֙ ְּֽכי־חל‬
:ְּ‫וְּ ִ֖היאְּמתנַכ ָ ֽרה‬
váAdonai amár el-ajiáhu hinéh éshet iárovê'ám baáh lidrosh davár mé'imêjá
el-bênaĥ kí-joléh hú, kazóh vêjazéh têdabér eléiha; vihí jêvoáĥ, vêhí
mitnakeráh .

Pero el Eterno había dicho a Ajías: –He aquí que la mujer de Jeroboam viene
a consultarte acerca de su hijo que está enfermo. Así y así le has de responder,
pues cuando ella venga, fingirá ser una desconocida.
(6)
ְּ‫יְּאשֶ ת‬
֣ ‫רְּבא‬
ִ֖ ֶ‫יהְּבָ ָ ֣אהְּבַ ֵֶ֔פתַ חְּו ַָּ֕יאמ‬
ָ֙ ‫ֹולְּרג ֶֻּ֨ל‬
ַ ‫ת־ק‬ ֶּ֤ ֶ‫וַיהיְּ֩כש ֻּ֨מעְַּאֲח ָָ֜יהוְּא‬
:‫ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ִ֑םְּלָ ֣מָ הְּ ֶָ֗זהְּאֶַ֚ תְּמתנַכ ָ ֵ֔רהְּוְּ ָ ֣אנ ֵ֔כיְּשָ לֹ֥ וחַ ְּאלַ ִ֖יְךְּקָ ָ ֽשה‬
vaihí jishmó'a ajiáhu et-qól ragléihá baáh vapétaj, vaiómer bói éshet
iárovê'ám; lámah zéh át mitnakeráh, vêánojí, shalúaj eláij qasháh.

Y sucedió que cuando Ajías oyó el ruido de sus pasos, al entrar ella por la
puerta, dijo: –Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finges ser una desconocida?
Yo he sido enviado con malas noticias para ti.
(7)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫םְּכה־אָ ַ ֶּ֤מרְּיהוָה֙ ְּאֱלה֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּיַ ִּ֛עַןְּא‬ ֽ ‫לְּ ׁ֞כיְּאמ ֣ריְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּ ָָ֗ע‬
:ְּ‫ִ֑םְּוֽאֶ תֶ נָך֣ ְּנ ֵָ֔גידְּעַ ִ֖לְּע ַֹ֥מיְּיש ָר ֽאל‬
ָ ָ‫ה ֲֽרמ ִ֖תיָךְּמ ֣תֹוְךְּהָ ע‬
lêjí imrí lêiárovê'ám kóh-amár Adonai elohéi israél, iá'an ashér harímotíja
mitój ha'ám; váetenjá nagíd, 'ál 'amí israél .

Ve y di a Jeroboam que así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'Pues bien, yo


te levanté de en medio del pueblo y te hice el soberano de mi pueblo Israel;
(8)
ְּ‫דְּוֽאֶ תְּנֶ ִ֖הָ ְּלָ ְִ֑ךְּוְּ ֽלא־הָ ָ֜ייתָ ְּכְּעַב ֣דיְּדָ ָ֗וד‬
ָ ‫ָוֽאֶ ק ַ ֶּ֤רעְּאֶ ת־הַ מַ מ ָלכָה֙ ְּמב֣יתְּדָ ֵ֔ו‬
ְּ‫ֹותְּרק‬
ִ֖ ַ ‫ֹוְּלע ֲָּ֕ש‬
ֽ ַ ‫ְֶּ֤ךְּאח ֲַרי֙ ְּבְּכְּל־לְּבָ ֵ֔ב‬
ֽ ַ ַ‫יְּואֲשֶ ר־הָ ל‬
ֽ ַ ‫אֲשֶ רְּ֩שָ ֻּ֨ ַמרְּמצֹו ָ֜ ַת‬
:‫הַ י ָ ָֹ֥שרְּבְּע ָינֽי‬
váeqrá' et-hamamlajah mibéit davíd, váetênéha láj; vêló-haíta kê'avdí davíd
asher shamár mitzotái váasher-haláj ájaraí bêjol-lêvavó, lá'asót ráq haiashár
bê'einái.

arranqué el reino de la casa de David y te lo entregué a ti. Pero tú no has sido


como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y caminó en pos de mí
con todo su corazón, haciendo sólo lo recto ante mis ojos.

599
14 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(9)
ְּ‫ֱלהים‬
ֻּ֨ ‫עְּלע ֲֵ֔שֹותְּמ ִ֖כלְּאֲשֶ ר־הָ י֣ וְּלְּפָנֶ ִ֑יָךְּו ִַּ֡תלְֶךְּו ַ ַֽתעֲשֶ ה־לְָּךְּ֩א‬
ֽ ַ ‫ו ָ ַ֣ת ַר‬
:ְּ‫ְּאח ֲֹ֥ריְּג ֶַוַָֽֽך‬
ֽ ַ ָ‫יסניְּוְּא ֹ֥תיְּהשלַ ִ֖כת‬ ֵ֔ ‫אֲח ֶּ֤ריםְּומַ סכֹות֙ ְּלְּהַ כע‬
vatára' lá'asót, mikól asher-haíu lêfanéja; vatélej vatá'aseh-lêjá elohím ajerím
umasejot lêhaj'iséni, vêotí hishlájta ájaréi gavéja .

Al contrario, has hecho lo malo, más que todos los que te han precedido,
porque fuiste, y para provocarme a ira te hiciste dioses ajenos e imágenes de
fundición; y a mí me diste la espalda.
(10)
ְּ‫֣יתְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּוְּהכ ַר ֶּ֤תיְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָם֙ ְּמַ ש ֣תין‬
ֽ ָ ‫יאְּרעָה֙ ְּאֶ ל־ב‬
ָ ‫ל ָָ֗כןְּהנְּ ֻּ֨ניְּמ ֶּ֤ב‬
ְּ‫ֲשר‬ִּ֛ ֶ ‫םְּכא‬
ֽ ַ ‫ית־יַֽרְּבְּ ֵָ֔ע‬
ֽ ָ ‫ְּאח ֲ֣ריְּב‬ ֽ ַ ֙‫לְּובעַרתי‬ ֽ ‫בְּ ֵ֔קירְּע ָֹ֥צורְּוְּעָזִ֖ ובְּבְּיש ָר ִ֑א‬
:‫יְּבַ עֹ֥רְּהַ גָלָ ִ֖לְּעַד־ת ֽמֹו‬
lajén hinêní meví ra'ah el-béit iárovê'ám, vêhijratí lêiárovê'am mashtín bêqír,
'atzúr vê'azúv bêisraél; uví'artí ájaréi veit-iárovê'ám, káashér iêva'ér hagalál
'ad-tumó.

Por tanto, he aquí que yo traeré el mal sobre la casa de Jeroboam; eliminaré en
Israel a todo varón de Jeroboam, tanto al esclavo como al libre. Barreré por
completo la casa de Jeroboam, como se barre el estiércol, hasta que no quede
nada.
(11)
ְּ‫הְּיאכְּלִ֖ וְּע֣ ֹוף‬
ֽ ‫הַ ֻּ֨מתְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ֶּ֤םְּבָ עיר֙ ְּֽיאכְּל֣ וְּהַ כְּל ֵָ֔ביםְּוְּהַ מת֙ ְּבַ שָ ֵ֔ ֶד‬
:ְּ‫םְּכיְּיהוָ ִ֖הְּד ֽבר‬ֹ֥ ‫הַ שָ ָ ִ֑מי‬
hamét lêiárovê'ám ba'ir yójêlú hakêlavím, vêhamet basadéh, yójêlú 'óf
hashamáim; kí Adonai dibér .

Al que de Jeroboam muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que


muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo; porque el Eterno lo ha
dicho.'
(12)
:‫הְּומתְּהַ ָ ֽילֶד‬
ֹ֥ ‫הְּרגלַ ִּ֛יְךְּהָ ִ֖ע ָיר‬
ַ ‫יתְךְּבְּב ָ ֹ֥א‬
ִ֑ ‫וְּ ַ ֹ֥את ְִּ֖קומיְּלְּ ֣כיְּלְּב‬
vêát qúmi lêjí lêveitéj; bêvoáh ragláij ha'írah umét haiáled.

En cuanto a ti, levántate y vete a tu casa. Cuando tus pies entren en la ciudad,
el niño morirá.

600
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 14

(13)
‫וְּ ָ ֽספְּדו־לֶּ֤ ֹוְּכְּל־יש ָראלְּ֙וְּ ָ ֽקבְּ ֣רוְּא ֵ֔תֹוְּכי־זֶ ֣הְּלְּבַ דֵ֔ ֹוְּי ָֹ֥באְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּאֶ ל־‬
ְּ‫֣רְּטֹובְּאֶ ל־יהוָ ִּ֛הְּאֱלהֹ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּבְּ ֹ֥בית‬ ָ֗ ‫א־בֹוְּדָ ָב‬ ׁ֞ ָ‫ָ ִ֑קבֶ רְּיַ ֣עַןְּנמצ‬
:ְּ‫ָ ֽיַֽרְּבְּ ָ ֽעם‬
vêsáfêdu-ló jol-israel vêqávêrú otó, ki-zéh lêvadó, iavó lêiárovê'ám el-qáver;
iá'an nimtza-vó davár tóv el-Adonai elohéi israél bêvéit iárovê'ám .

Todo Israel hará duelo por él y le sepultará; pues éste es el único de los de
Jeroboam que será sepultado, porque de la casa de Jeroboam sólo en él se ha
hallado algo bueno delante del Eterno Elohim de Israel.
(14)
ְּ‫ֹ֥יתְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖ם‬
ֽ ָ ‫ֲשרְּיַכ ִּ֛ריתְּאֶ ת־ב‬
ֹ֥ ֶ ‫ֹוְּמלְֶך֙ ְּעַל־יש ָר ֵ֔אלְּא‬
ֶ ֻּ֨ ֹ֥‫וְּהקיםְּ֩יה ֻּ֨ ָוהְּל‬
:ְּ‫ַם־עתָ ה‬
ֽ ָ ‫ֹוםְּומהְּג‬ִ֖ ֶ ִ֑‫זֶ ֣הְּהַ י‬
vêheqim Adonai ló mélej 'al-israél, ashér iajrít et-béit iárovê'ám zéh haióm;
uméh gam-'átah .

Pero el Eterno levantará para sí un rey en Israel, el cual eliminará la casa de


Jeroboam en este día y ahora mismo.
(15)
‫לְּכאֲשֶֻּ֨ רְּיָנ֣ ודְּהַ קָ נֶה֮ ְּבַ מַ יםְּ֒וְּנ ַ ָ֣תשְּאֶ ת־‬
ֽ ַ ‫וְּה ָֻּ֨כהְּיה ָ֜ ָוהְּאֶ ת־יש ָר ָ֗א‬
ְּ‫יהםְּוְּז ָ ִ֖רם‬
ֶ ֵ֔ ‫ֲשרְּנָתַ ן֙ ְּ ַלא ֲ֣בֹות‬ ֶּ֤ ֶ ‫טֹובֶּ֤הְּהַ זאת֙ ְּא‬
ָ ַ‫ַלְּהאֲדָ ֻּ֨ ָמהְּה‬
ֽ ָ ‫לְּמע‬ ַ֠ ‫יש ָר ָ֗א‬
:ְּ‫הוֽה‬ ָ ‫יסיםְּאֶ ת־י‬ ִ֖ ‫יהםְּמַ כע‬ ֶ ֵ֔ ‫ֲשר‬ ֣ ‫ֲשרְּעָשו֙ ְּאֶ ת־א‬ ֶּ֤ ֶ ‫מע֣בֶ רְּ ַלנ ָָהִ֑רְּ ַָ֗יעַןְּא‬
vêhikáh Adonai et-israél káashér ianúd haqaneh bamaim vênatásh et-israél
mé'al háadamáh hatováh hazot ashér natan laavóteihém, vêzerám me'éver
lanahár; iá'an ashér 'asú et-ashéreihém, maj'isím et-Adonai .

Y el Eterno golpeará a Israel, como cuando la caña se agita en las aguas.


Arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y los esparcirá
hacia el otro lado del Río, porque han hecho sus árboles rituales de Asera y
han provocado a ira al Eterno.
(16)
ְּ‫אְּוֽאֲ ֶ ֹ֥שרְּ ֶ ֽהח ֱִ֖טיא‬
ַ ‫ֲשרְּחָ ֵ֔ ָט‬
֣ ֶ ‫אותְּיַֽרְּבְּעָם֙ ְּא‬
ָֽ ‫וְּי ִ֖תןְּאֶ ת־יש ָר ִ֑אלְּבג ַׁ֞ללְּחַ ֶּ֤ט‬
:‫אֶ ת־יש ָר ֽאל‬
vêitén et-israél; biglál jatóvt iárovê'am ashér jatá, váashér héjetí et-israél.

Entregará a Israel a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo


pecar a Israel.

601
14 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(17)
ְּ‫הְּהיאְּבָ ָ ֹ֥אהְּבְּסַ ף־הַ ַבִ֖ית‬
ִּ֛ ָ‫תְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּו ִַ֖תלְֶךְּוַתָ ֣באְּתר ָצִ֑ת‬
ֽ ָ ֶ‫ְּאש‬
֣ ֙‫ו ֻּ֨ ַָתקָ ם‬
:‫ַרְּמת‬
ֽ ‫וְּהַ נַ ֹ֥ע‬
vatáqam éshet iárovê'ám, vatélej vatavó tirtzátah; hí baáh vêsaf-habáit
vêhaná'ar mét.

Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, se fue y llegó a Tirsa. Cuando ella


entró por el umbral de la casa, el niño murió.
(18)
‫ֲשרְּד ֵ֔ ֶברְּבְּיַד־‬
֣ ֶ ‫וַיקבְּ ֹ֥רוְּא ִּ֛תֹוְּוַיספְּדו־לִ֖ ֹוְּכְּל־יש ָר ִ֑אלְּכד ַבֶּ֤רְּיהוָה֙ ְּא‬
:ְּ‫עַב ִ֖דֹוְּאֲחיָ ֹ֥הוְּהַ נ ָֽביא‬
vaiqbêrú otó vaispêdu-ló kol-israél; kidvár Adonai ashér dibér, bêiad-'avdó
ajiáhu hanaví .

Lo sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él, conforme a la palabra que el
Eterno había hablado por medio de su siervo, el profeta Ajías.
(19)
‫תוביםְּעַל־‬
ָ֗ ְּ‫ֲשרְּמָ לָ ְִ֑ךְּהנָ ֣םְּכ‬
֣ ֶ ‫ִ֖םְּוא‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּנל ַח‬ ֹ֥ ֶ ‫יְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּא‬
ֽ ָ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ ר֙ ְּדב ֣ר‬
:‫ִּ֛ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêiéter divréi iárovê'ám, ashér niljám váashér maláj; hinám kêtuvím 'al-séfer
divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo y cómo reinó, he aquí
que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
(20)
‫ְ֣ךְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּעֶש ֹ֥ריםְּוש ַ ִ֖תיםְּשָ נָ ִ֑הְּוַישכַב֙ ְּעם־‬
ֽ ָ ַ‫ֲשרְּמָ ל‬ ֣ ֶ ‫וְּהַ יָמים֙ ְּא‬
‫ פ‬:‫אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַימלִּ֛ ְךְּנ ָ ָֹ֥דבְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
vêhaiamim ashér maláj iárovê'ám, 'esrím ushtáim shanáh; vaishkav 'im-
avotáv, vaimlój nadáv bênó tajtáv.

El tiempo que reinó Jeroboam fue de 22 años, y reposó con sus padres. Y su
hijo Nadab reinó en su lugar.
(21)
ְּ֩‫יהודהְּבֶ ן־אַ רבָ ֣עיםְּוְּאַ ַח֣תְּשָ ָנה‬ ִ֑ ָ ‫ְִ֖ךְּב‬
ֽ ַ‫למהְּמָ ל‬ ֵ֔ ְּ‫ורחַ בעָם֙ ְּבֶ ן־ש‬
‫םְּהָ עירְּאֲשֶ ר־‬ ַ֠ ‫ְּרחַ ב ָֻּ֨עםְּבְּמְּ לכָ֜ ֹוְּוֽ ש ֻּ֨ ַבעְּעֶש ֹ֥רהְּשָ נָ ֣הְּ׀ְּמָ לַ ְ֣ךְּב ֽירושָ ָ֗ ַל‬
ְּ‫בָ ֻּ֨ ַחרְּיה ָ֜ ָוהְּל ָֻּ֨שוםְּאֶ ת־שְּ ֹ֥מֹוְּשָ ם֙ ְּמכלְּ֙שב ֣טיְּיש ָר ֵ֔אלְּוְּ ֣שםְּא ֵ֔מֹו‬
:ְּ‫הְּהעַמ ֽנית‬ ֽ ָ ‫ַ ֽנע ָ ֲִ֖מ‬

602
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 14

urjav'am ben-shêlomóh, maláj bíhudáh; ben-arba'ím vêaját shanah rêjav'ám


bêmoljó úshvá' 'esréh shanáh | maláj birúshaláim há'ir asher-bajár Adonai
lasúm et-shêmó sham mikol shivtéi israél, vêshém imó, ná'amáh há'amonít .

Roboam hijo de Shelomó [Salomón] reinó en Iehudá [Judá]. Roboam tenía 41


años cuando comenzó a reinar, y reinó 17 años en Ierushalaim [Jerusalén], la
ciudad que el Eterno había elegido de entre todas las tribus de Israel para
poner allí su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita.
(22)
ְּ‫ֲשרְּע ָ֣שוְּאֲב ֵ֔ ָתם‬
֣ ֶ ‫הודהְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּוַיקַ נ ֣אוְּא ָ֗תֹוְּמכלְּ֙א‬ִּ֛ ָ ְּ‫וַיַ ֹּ֧ ְַּעשְּי‬
:ְּ‫ֲשרְּחָ ָ ֽטאו‬ ֹ֥ ֶ ‫אתםְּא‬ ִ֖ ָ ‫בְּחַ ט‬
vaiá'as iêhudáh hará' bê'einéi Adonai; vaiqanú otó mikol ashér 'asú avotám,
bêjatotám ashér jatáu .

Iehudá [Judá] hizo lo malo ante los ojos del Eterno; y con los pecados que
cometieron, le provocaron a celos más que todo lo que habían hecho sus
padres.
(23)
ְּ‫ֹותְּואֲש ִ֑ריםְּ ֶַ֚עלְּכְּל־גבעָ ֣הְּגְּב ֵ֔ ָהה‬
ֽ ַ ‫וַיבנֻּ֨ וְּגַם־הֹּ֧מָ הְּל ֶָהִּ֛םְּבָ ֹ֥מֹותְּומַ צ ִ֖ב‬
:ְּ‫ֹ֥ץְּרע ֲָנַֽֽן‬
ֽ ַ ‫וְּ ַ ִ֖תחַ תְּכְּל־ע‬
vaivnú gam-hémah lahém bamót umatzevót váasherím; 'ál kol-giv'áh gêvoháh,
vêtájat kol-'étz rá'anán .

También se edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en


toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso.
(24)
ְּ‫ְּהֹוריש‬
֣ ֙‫גֹויםְּאֲשֶ ר‬
ֵ֔ ַ‫וְּגַם־קָ ִ֖דשְּהָ יָ ֣הְּבָ ָ ִ֑א ֶרץְּע ָָ֗שוְּכְּכלְּ֙הַ ֽתֹוע ֲ֣בתְּה‬
‫ פ‬:ְּ‫יה ֵ֔ ָוהְּמפְּנִ֖יְּבְּנֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêgam-qadésh haiáh vaáretz; 'asú kêjol ható'avót hagoím, asher horísh
Adonai, mipênéi bênéi israél .

También había en el país varones consagrados a la prostitución ritual, e


hicieron conforme a todas las prácticas abominables de las naciones que el
Eterno había echado de delante de los Hijos de Israel.
(25)
‫ק)ְּמלְֶך־‬
ֽ ֶ ‫יש‬ֹ֥ ַ ‫ְֶךְּרחַ בעָ ִ֑םְּעָלָ ִּ֛הְּשושקְּ(ש‬
ְּ ‫ישיתְּל ֶ ַ֣מל‬
ִ֖ ‫ֹ֥הְּהחֲמ‬
ֽ ַ ָ‫וַי ִּ֛היְּבַ שָ נ‬
:‫מצ ַ ִ֖ריםְּעַל־יְּ ֽרושָ ָ ֽלם‬
vaihí bashanáh hájamishít lamélej rêjav'ám; 'aláh svsq (shisháq) mélej-
mitzráim 'al-iêrúshaláim.

603
14 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Y sucedió que en el quinto año del rey Roboam subió Sisac, rey de Egipto,
contra Ierushalaim [Jerusalén]
(26)
ְּ‫ת־אֹוצרֹות֙ ְּב֣יתְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּוְּאֶ ת־הַ ִ֖כל‬ ֽ ֶ‫ת־אצְּ ֣רֹותְּבית־יה ָ֗ ָוהְּוְּא‬ ֽ ֶ‫וַי ׁ֞ ַקחְּא‬
:ְּ‫למה‬ ֽ ְּ‫ָשהְּש‬ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫ל־מגנ֣יְּהַ ז ֵ֔ ָָהבְּא‬
ֽ ָ ְּ‫ל ָ ִָ֑קחְּוַיקַ ח֙ ְּאֶ ת־כ‬
vaiqáj et-ótzêrót beit-Adonai vêet-ótzrot béit hamélej, vêet-hakól laqáj; vaiqaj
et-kol-máginéi hazaháv, ashér 'asáh shêlomóh .

y tomó los tesoros de la casa del Eterno y los tesoros de la casa del rey; todo
lo tomó. También tomó todos los escudos de oro que había hecho Shelomó
[Salomón].
(27)
ְּ‫םְּמגנִ֖יְּנְּ ִ֑חשֶ תְּוְּהפ ָ֗קידְּעַל־יַד֙ ְּשָ ֣רי‬
ֽ ָ ‫ְֶךְּרחַ בעָם֙ ְּתַ ח ֵ֔ ָת‬
ְּ ‫ַו ַֻּ֨יעַשְּהַ ֶ ֶּ֤מל‬
:‫ָ ֽה ָר ֵ֔ציםְּהַ ֣שמ ֵ֔ריםְּפֶ ִ֖תַ חְּבֹ֥יתְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiá'as hamélej rêjav'am tajtám, máginéi nêjóshet; vêhifqíd 'al-iad saréi
háratzím, hashómrím, pétaj béit hamélej.

En lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y los entregó a la


custodia de los jefes de la escolta, que guardaban la entrada de la casa del rey.
(28)
ְּ‫ל־תא‬
ֹ֥ ָ ֶ‫יםְּוהֱש ִ֖יבוםְּא‬
ֽ ֶ ‫ְּה ָר ֵ֔צ‬
ֽ ָ ֙‫י־באְּהַ ֶ ִ֖מלְֶךְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּישָ אום‬
ֹ֥ ‫וַי ִּ֛היְּמד‬
:ְּ‫ָ ֽה ָר ֽצים‬
vaihí midei-vó hamélej béit Adonai; isaum háratzím, véheshivúm el-tá
háratzím .

Y sucedía que cuantas veces el rey entraba en la casa del Eterno, los de la
escolta los llevaban, y después los volvían a poner en la cámara de los de la
escolta.
(29)
ְּ‫ַל־ספֶר‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־ה֣מָ הְּכ‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
֣ ֶ ‫יְּרחַ בעָ ִ֖םְּוְּכְּל־א‬
ְּ ‫וְּיֶ ִּ֛תֶ רְּדב ֹ֥ר‬
:‫הודה‬
ֽ ָ ְּ‫דב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּי‬
vêiéter divréi rêjav'ám vêjol-ashér 'asáh; halo-hémah jêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Roboam y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en
el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(30)
:‫ֹ֥יןְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּכְּל־הַ י ָֽמים‬
ֽ ָ ‫ין־רחַ בעָ ִּ֛םְּוב‬
ְּ ‫הְּהיְּ ָ ֹּ֧תהְּב‬
ֽ ָ ‫ומלחָ ֻּ֨ ָמ‬
umiljamáh háiêtáh vein-rêjav'ám uvéin iárovê'ám kol-haiamím.

604
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 14, 15

Hubo guerra constante entre Roboam y Jeroboam.


(31)
ְּ‫וַיש ַֻּ֨כבְּרְּחַ ב ָָ֜עםְּעם־אֲב ָ֗ ָתיוְּוַיקָ בֶּ֤רְּעם־אֲבתָ יו֙ ְּבְּ ֣עירְּדָ ֵ֔ודְּוְּ ֣שם‬
‫ פ‬:‫הְּהעַמנִ֑יתְּוַימלִּ֛ ְךְּאֲביָ ֹ֥םְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
ֽ ָ ‫ֹוְּנע ָ ֲִ֖מ‬
ֽ ַ ‫א ֵ֔מ‬
vaishkáv rêjav'ám 'im-avotáv vaiqavér 'im-avotav bê'ír davíd, vêshém imó,
ná'amáh há'amonít; vaimlój aviám bênó tajtáv.

Roboam reposó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la Ciudad de
David. El nombre de su madre era Naama la amonita. Y su hijo Abías reinó en
su lugar.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 15


(1)
‫ְֶךְּיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ָבִ֑טְּמָ לַ ְֹ֥ךְּאֲביָ ִ֖םְּעַל־‬
ֽ ָ ‫ובשנַת֙ ְּשְּמנֶ ֣הְּעֶש ֵ֔רהְּל ֶ ִַ֖מל‬
:‫הודה‬ֽ ָ ְּ‫י‬
uvishnat shêmonéh 'esréh, lamélej iárovê'ám ben-nêvát; maláj aviám 'al-
iêhudáh.

En el año 18 del rey Jeroboam hijo de Nabat, comenzó a reinar Abías sobre
Iehudá [Judá],
(2)
:‫ֹוְּמעֲכָ ִ֖הְּבַ ת־אֲבישָ לֽ ֹום‬
ֽ ַ ‫שָ ל֣ שְּשָ ֵ֔ניםְּמָ לַ ְִ֖ךְּב ֽירושָ לָ ִ֑ םְּוְּ ֣שםְּא ֵ֔מ‬
shalósh shaním, maláj birúshaláim; vêshém imó, má'ajáh bat-avishalóm.

y reinó 3 años en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Maajá


[Maaca] hija de Absalón [Abshalom].
(3)
ְּ‫ם‬
ְּ֙ ‫ָשהְּלְּפָנָ ִ֑יוְּוְּ ֽלא־הָ ָֻּ֨יהְּלְּבָ ֶּ֤בֹוְּשָ ל‬
֣ ָ ‫ו ַָּ֕ילְֶךְּבְּכְּל־חַ ֹ֥טאותְּאָ ִ֖ביוְּאֲשֶ ר־ע‬
:ְּ‫ֱלהיוְּכל ַבִ֖בְּדָ ֹ֥ודְּאָ ֽביו‬
ָ ֵ֔ ‫עם־יהוָ ֣הְּא‬
vaiélej bêjol-jatóvt avív asher-'asáh lêfanáv; vêló-haiáh lêvavó shalem 'im-
Adonai eloháv, kilváv davíd avív .

Él anduvo en todos los pecados que había cometido su padre antes de él. Su
corazón no fue íntegro con el Eterno su Elohim, como el corazón de su padre
David.

605
15 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(4)
ְּ ֙‫ֱלהֹ֥יוְּלִּ֛ ֹוְּנִ֖ירְּב ֽירושָ לָ ִ֑ םְּלְּהָ ֶּ֤קיםְּאֶ ת־בְּנֹו‬
ָ ‫ֶ֚כיְּלְּ ַ ֣מעַןְּדָ ֵ֔ודְּנָתַ ןְּ֩יה ֻּ֨ ָוהְּא‬
:ְּ‫ַ ֽאח ָ ֲֵ֔ריוְּוֽ להַ ע ֲִ֖מידְּאֶ ת־יְּ ֽרושָ ָ ֽלם‬
kí lêmá'an davíd, natan Adonai eloháv ló nír birúshaláim; lêhaqím et-bênó
ájaráv, úlha'amíd et-iêrúshaláim .

No obstante, por amor a David, el Eterno su Elohim le dio una lámpara en


Ierushalaim [Jerusalén], levantando a un hijo suyo después de él y
manteniendo en pie a Ierushalaim [Jerusalén].
(5)
ְּ‫א־סרְּמ ֣כלְּאֲשֶ ר־צ ָ֗ ָוהו‬
ָ ׁ֞ ‫ָשהְּדָ ִּ֛ודְּאֶ ת־הַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּוְּל‬ ֹ֥ ָ ‫אֲשֶֻּ֨ רְּע‬
:ְּ‫ֹ֥הְּהח ֽתי‬
ֽ ַ ָ‫ִ֖רְּאורי‬
ֽ ‫יוְּרקְּבד ַב‬ ָּ֕ ַ ‫ֶ֚כלְּיְּ ֣מיְּחַ ֵָ֔י‬
ashér 'asáh davíd et-haiashár bê'einéi Adonai; vêlo-sár mikól asher-tziváhu kól
iêméi jaiáv, ráq bidvár úriáh hájití .

Porque David había hecho lo recto ante los ojos del Eterno y no se había
apartado en todos los días de su vida de nada de lo que le había mandado,
excepto en el asunto de Urías el heteo.
(6)
:‫ֹ֥יןְּיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּכְּל־יְּ ֹ֥מיְּחַ ָיֽיו‬
ֽ ָ ‫ין־רחַ בעָ ִּ֛םְּוב‬
ְּ ‫הְּהיְּ ָ ֹּ֧תהְּב‬
ֽ ָ ‫ומלחָ ֻּ֨ ָמ‬
umiljamáh háiêtáh vein-rêjav'ám uvéin iárovê'ám kol-iêméi jaiáv.

Hubo guerra entre Abías y Jeroboam todos los días de su vida.


(7)
ְּ‫ַל־ספֶר‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫ֲשרְּעָשֵָ֔ הְּהֲלֹוא־ה֣םְּכ‬ ֣ ֶ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ רְּדב ֶּ֤ריְּאֲביָם֙ ְּוְּכְּל־א‬
ְּ‫הְּהיְּ ָ ִּ֛תהְּבֹ֥יןְּאֲביָ ִ֖םְּובֹ֥ין‬
ֽ ָ ‫הודהְּומלחָ ָ ֹ֥מ‬ ִ֑ ָ ְּ‫דב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֣יְּי‬
:‫ָ ֽיַֽרְּבְּ ָ ֽעם‬
vêiéter divréi aviam vêjol-ashér 'asáh, halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh; umiljamáh háiêtáh béin aviám uvéin iárovê'ám.

Los demás hechos de Abías y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]? Había guerra entre Abías y
Jeroboam.
(8)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּאֲביָם֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקבְּ ֹ֥רוְּא ִ֖תֹוְּבְּ ֣עירְּדָ ִ֑ודְּוַימלִּ֛ ְךְּאָ ָ ֹ֥סאְּבְּנִ֖ ֹו‬
‫ פ‬:‫תַ ח ָ ֽתיו‬
vaishkáv aviam 'im-avotáv, vaiqbêrú otó bê'ír davíd; vaimlój asá vênó tajtáv.

606
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 15

Abías reposó con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo


Asa reinó en su lugar.
(9)
:‫הודה‬
ֽ ָ ְּ‫אְּמלְֶךְּי‬
ֹ֥ ֶ ‫ִ֖םְּמלְֶךְּיש ָר ִ֑אלְּמָ לַ ְֹ֥ךְּאָ ָ ִ֖ס‬
֣ ֶ ָ‫ובשנַ ֣תְּעֶש ֵ֔ריםְּלְּ ָ ֽיַֽרְּבְּע‬
uvishnát 'esrím, lêiárovê'ám mélej israél; maláj asá mélej iêhudáh.

En el año 20 de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Iehudá


[Judá];
(10)
‫ֹוְּמעֲכָ ִ֖הְּבַ ת־‬
ֽ ַ ‫וְּאַ רבָ ֶּ֤עיםְּוְּאַ חַ ת֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ךְּב ֽירושָ לָ ִ֑ םְּוְּ ֣שםְּא ֵ֔מ‬
:‫אֲבישָ לֽ ֹום‬
vêarba'ím vêajat shanáh, maláj birúshaláim; vêshém imó, má'ajáh bat-
avishalóm.

y reinó 41 años en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Maajá


[Maaca] hija de Absalón [Abshalom].
(11)
:ְּ‫וַיַ ֹּ֧עַשְּאָ ָ ִּ֛סאְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּכְּדָ ִ֖ודְּאָ ֽביו‬
vaiá'as asá haiashár bê'einéi Adonai; kêdavíd avív .

Asa hizo lo recto ante los ojos del Eterno, como su padre David.
(12)
ְּ‫ֲשרְּע ִָ֖שו‬
ֹ֥ ֶ ‫ו ַ ַֽיעֲבֹ֥רְּהַ קְּד ִ֖שיםְּמן־הָ ָ ִ֑א ֶרץְּ ַו ָֻּ֨יסַ ר֙ ְּאֶ ת־כְּל־הַ גל ֵ֔ליםְּא‬
:‫אֲב ָ ֽתיו‬
vaiá'avér haqêdeshím min-haáretz; vaiásar et-kol-hagilulím, ashér 'asú
avotáv.

Barrió del país a los varones consagrados a la prostitución ritual y quitó todos
los ídolos que habían hecho sus padres.
(13)
ְּ‫ר־עשְּ ָ ֹ֥תהְּמפלֶ ִ֖צֶ ת‬
ֽ ָ ֶ‫ירהְּאֲש‬ ֵ֔ ָ ‫ת־מעֲכָ ֣הְּא ָ֗מֹוְּוַיס ֶ ֻּ֨ר ָ֙הְּמגְּב‬
ֽ ַ ֶ‫וְּגַ ֣םְּ׀ְּא‬
:‫ָ ֽלאֲש ָ ִ֑רהְּוַיכ ֶּ֤רתְּאָ סָ א֙ ְּאֶ ת־מפלַצ ֵ֔ ָתּהְּוַיש ִ֖רףְּבְּנַ ֹ֥חַ לְּקד ֽרֹון‬
vêgám | et-má'ajáh imó vaisiréhá migêviráh, asher-'ásêtáh miflétzet láasheráh;
vaijrót asa et-miflatztáĥ, vaisróf bênájal qidrón.

También depuso a su madre Maajá [Maaca] de ser reina madre, porque ella
había hecho una monstruosa imagen de Asera. Asa destruyó la monstruosa
imagen y la quemó junto al arroyo de Quedrón.
(14)
‫ ס‬:ְּ‫רוְּרקְּלְּבַ ב־אָ ָ֗ ָסאְּהָ יָ ֹ֥הְּשָ לִּ֛םְּעם־יהוָ ִ֖הְּכְּל־י ָ ָֽמיו‬
֣ ַ ‫א־ס‬
ִ֑ ָ ‫וְּהַ בָ ִ֖מֹותְּל‬
607
15 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêhabamót lo-sáru; ráq lêvav-asá haiáh shalém 'im-Adonai kol-iamáv .

Aunque no quitó los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro
para con el Eterno, todos sus días.
(15)
ְּ‫ַויָבא֙ ְּאֶ ת־קְּדְּ ֣שיְּאָ ֵ֔ביוְּוקדשוְּ(וְּקְּד ִ֖שי)ְּב֣יתְּיהוָ ִ֑הְּכֶ ֹ֥סֶ ףְּוְּז ָָהִ֖ב‬
:ְּ‫וְּכ ֽלים‬
vaiave et-qodêshéi avív, vqdsv (vêqodshéi) béit Adonai; késef vêzaháv
vêjelím .

Él introdujo en la casa del Eterno lo que había consagrado su padre, y lo que


él mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.
(16)
:‫יהם‬
ֽ ֶ ‫אְּמלְֶך־יש ָר ִ֖אלְּכְּל־יְּמ‬
ֽ ֶ ‫הְּהיְּ ָ֜ ָתהְּב֣יןְּאָ ָ֗ ָסאְּובִּ֛יןְּבַ ע ָ ֹ֥ש‬
ֽ ָ ‫ומלחָ ֻּ֨ ָמ‬
umiljamáh háiêtáh béin asá uvéin ba'shá mélej-israél kol-iêmeihém.

Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todo el tiempo de ambos.
(17)
ְּ‫יְּתת‬
ֶ֚ ‫ת־ה ָר ָ ִ֑מהְּלְּבל ָ֗ת‬
ֽ ָ ֶ‫הודהְּוַיִ֖בֶ ןְּא‬
ָ ֵ֔ ְּ‫אְּמלְֶך־יש ָראלְּ֙עַל־י‬ ֽ ֶ ‫ַו ַֻּ֨יעַלְּבַ ע ָ ֶּ֤ש‬
:‫הודה‬ֽ ָ ְּ‫אְּמלְֶךְּי‬
ֹ֥ ֶ ‫יצ֣אְּו ֵ֔ ָָבאְּלְּאָ ָ ִ֖ס‬
vaiá'al ba'shá mélej-israel 'al-iêhudáh, vaíven et-háramáh; lêviltí tét iotzé
vavá, lêasá mélej iêhudáh.

Baasa, rey de Israel, subió contra Iehudá [Judá] y estaba reedificando Ramá
para no dejar que ninguno tuviera acceso a Asa, rey de Iehudá [Judá].
(18)
ְּ‫חְּאָ סָ אְּאֶ ת־כְּל־הַ ֶֻּ֨כסֶ ףְּוְּהַ ז ָ֜ ָָהבְּהַ נֽ ֹותָ ֣ריםְּ׀ְּבְּ ֽאֹוצ ֣רֹותְּבית־יה ָ֗ ָוה‬ ַ֠ ‫וַי ַ ֣ק‬
ְּ‫ְֶך)ְּוַֽֽיתְּנִ֖םְּבְּיַד־עֲבָ ָ ִ֑דיוְּוַישל ָׁ֞חם‬
ַ ‫ת־אֹוצרֹות֙ ְּב֣יתְּמלךְּ(הַ ֵ֔ ֶמל‬ ֽ ֶ‫וְּא‬
ְּ‫ְּמלְֶךְּא ָ ֲֵ֔רםְּהַ י ֹ֥שב‬
֣ ֶ ֙‫הַ ֶ ֣מלְֶךְּאָ ָ֗ ָסאְּאֶ ל־בֶ ן־ ַ֠ ֲהדַ דְּבֶ ן־טַ בר ֶּ֤מןְּבֶ ן־חֶ זיֹון‬
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫בְּדַ ְִֶּ֖משֶ קְּל‬
vaiqáj ása et-kol-hakésef vêhazaháv hanótarím | bêótzrót beit-Adonai vêet-
ótzrot béit mlj (hamélej), váitêném bêiad-'avadáv; vaishlajém hamélej asá el-
ben-hádad ben-tavrimón ben-jezion mélej arám, haioshév bêdaméseq lemór .

Entonces Asa tomó toda la plata y el oro que habían quedado en los tesoros de
la casa del Eterno y en los tesoros de la casa del rey, y los entregó en mano de
sus servidores. Luego el rey Asa los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón, hijo
de Hezión, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:

608
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 15

(19)
ְּ‫ְּשחַ ד֙ ְּכֶ ֣סֶ ף‬
ֻּ֨ ֹ֥‫בְּרית֙ ְּבינ֣יְּובי ֵֶ֔נָךְּבֹ֥יןְּאָ ִ֖ביְּוב֣יןְּאָ ִ֑ביָךְּהנהְּ֩שָ ַֻּ֨לחתיְּלְָּך‬
ְּ‫אְּמלְֶך־יש ָר ֵ֔אלְּוְּ ַ ֽיעֲלֶ ִ֖ה‬
ֽ ֶ ‫וְּז ֵ֔ ָָהבְּלְ֣ךְּהָ ָ֗פ ָרהְּאֶ ת־בְּ ֽריתְָּך֙ ְּאֶ ת־בַ ע ָ ֣ש‬
:‫ֽמע ָ ָֽלי‬
bêrit beiní uveinéja, béin aví uvéin avíja; hineh shalájti lêjá shójad késef
vêzaháv, léj haférah et-bêrítêjá et-ba'shá mélej-israél, vêiá'aléh mé'alái.

'Haya alianza entre tú y yo, como la había entre mi padre y tu padre. He aquí,
yo te envío un obsequio de plata y oro; ve y anula tu alianza con Baasa, rey de
Israel, para que se aparte de mí.'
(20)
‫יְּה ֲחי ֶָּ֤ליםְּאֲשֶ ר־‬
ֽ ַ ‫וַיש ֻּ֨ ַמעְּבֶ ן־ה ָ֜ ֲַדדְּאֶ ל־הַ ֶ ֣מלְֶךְּאָ ָ֗ ָסאְּ ַַ֠וישלַחְּאֶ ת־שָ ֻּ֨ר‬
ְּ‫ת־דןְּוְּ ִ֖אתְּאָ ב֣לְּ ֽבית־מַ עֲכָ ִ֑ה‬
ָ ֵ֔ ֶ‫לֹו֙ ְּעַל־ע ָ֣ריְּיש ָר ֵ֔אלְּ ַויְַך֙ ְּאֶ ת־עי֣ ֹוןְּוְּא‬
:‫ל־א ֶרץְּנַפתָ ֽלי‬ֹ֥ ֶ ְּ‫וְּאת֙ ְּכְּל־כנ ֵ֔רֹותְּעַ ִ֖לְּכ‬
vaishmá' ben-hadád el-hamélej asá váishlaj et-saréi hájaialím asher-ló 'al-'aréi
israél, vaiaj et-'ión vêet-dán, vêét avél béit-ma'ajáh; vêet kol-kinrót, 'ál kol-
éretz naftalí.

Ben-hadad consintió con el rey Asa. Envió contra las ciudades de Israel a los
jefes de sus ejércitos, y atacó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca y toda la región del
mar Quinéret, con toda la tierra de Neftalí.
(21)
:‫ת־ה ָר ָ ִ֑מהְּוַיִ֖שֶ בְּבְּתר ָ ֽצה‬
ֽ ָ ֶ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּכש ֣מ ַעְּבַ עשֵָ֔ אְּ ַויֶח ָּ֕ ַדלְּמבְּנִ֖ ֹותְּא‬
váihí kishmó'a ba'shá, vaiejdál mibênót et-háramáh; vaiéshev bêtirtzáh.

Sucedió que cuando Baasa oyó esto, dejó de reedificar Ramá y habitó en
Tirsa.
(22)
ְּ‫וְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶךְּאָ ָ֜ ָסאְּהש ֶּ֤מיעְַּאֶ ת־כְּל־יְּהודָ ה֙ ְּ ֣איןְּנ ֵָ֔קיְּוַיש ׁ֞אוְּאֶ ת־אַ בנֶּ֤י‬
‫ֲשרְּבָ נָ ִ֖הְּבַ ע ָ ִ֑שאְּוַיֶּ֤בֶ ןְּבָ ם֙ ְּהַ ֶ ֣מלְֶךְּאָ ֵ֔ ָסאְּאֶ ת־‬ ֹ֥ ֶ ‫ָ ֽה ָרמָ ה֙ ְּוְּאֶ ת־ע ֵ֔ ֶציהָ ְּא‬
:‫גֶ ֹ֥בַ עְּבני ִָ֖מןְּוְּאֶ ת־הַ מצ ָ ֽפה‬
vêhamélej asá hishmí'a et-kol-iêhudah éin naqí, vaisú et-avnéi háramah vêet-
'etzéiha, ashér banáh ba'shá; vaíven bam hamélej asá, et-géva' biniamín vêet-
hamitzpáh.

Entonces el rey Asa convocó a todo Iehudá [Judá], sin exceptuar a nadie, y se
llevaron las piedras y la madera de Ramá, con que Baasa edificaba. Y con
ellas el rey Asa reedificó Geba de Benjamín y Mizpa.

609
15 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(23)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֲשרְּעָשָָ֗ הְּוְּ ֶ ֽהעָרים֙ ְּא‬ ֣ ֶ ‫י־אָ סָ אְּוְּכְּל־גְּ ֻּ֨ב ָור ָ֜תֹוְּוְּכְּל־א‬
ַ֠ ‫וְּיֶ ֣תֶ רְּכְּל־דב ֽר‬
ְּ‫הְּרק‬ ֶַ֚ ‫הוד‬
ִ֑ ָ ְּ‫ַל־ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֣יְּי‬ ִּ֛ ‫תוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫א־המָ הְּכ‬
֣ ‫בָ ֵָ֔נהְּהֲל‬
:‫ת־רג ָ ֽליו‬
ַ ֶ‫לְּע֣תְּזקנ ֵָ֔תֹוְּחָ לָ ִ֖הְּא‬
vêiéter kol-divréi-ása vêjol-gêvúrató vêjol-ashér 'asáh vêhé'arim ashér banáh,
halo-hémah jêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi iêhudáh; ráq lê'ét
ziqnató, jaláh et-ragláv.

Todos los demás hechos de Asa, todo su poderío, todas las cosas que hizo y
las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los
reyes de Iehudá [Judá]? Sólo que en el tiempo de su vejez se enfermó de los
pies.
(24)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּאָ סָ א֙ ְּעם־אֲ ב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בר֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּבְּ ִ֖עירְּדָ ֣ודְּאָ ִ֑ביוְּוַימלִּ֛ ְך‬
‫ פ‬:‫יְּ ֽהֹושָ פָ ֹ֥טְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
vaishkáv asa 'im-avotáv, vaiqaver 'im-avotáv, bê'ír davíd avív; vaimlój
iêhóshafát bênó tajtáv.

Asa reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su
padre. Y su hijo Josafat reinó en su lugar.
(25)
ְּ‫אְּמלְֶך‬
֣ ֶ ‫ן־יַֽרְּבְּ ָָ֗עםְּמָ לְַך֙ ְּעַל־יש ָר ֵ֔אלְּבשנַ ֣תְּשְּ ֵ֔ ַתיםְּלְּאָ ָ ִ֖ס‬
ֽ ָ ֶ‫וְּנ ָ ָ֣דבְּב‬
:‫הודהְּוַימלֹ֥ ְךְּעַל־יש ָר ִ֖אלְּשְּנ ָ ָֽתים‬ ִ֑ ָ ְּ‫י‬
vênadáv ben-iárovê'ám malaj 'al-israél, bishnát shêtáim, lêasá mélej iêhudáh;
vaimlój 'al-israél shênatáim.

Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de


Asa, rey de Iehudá [Judá], y reinó sobre Israel dos años.
(26)
ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיא‬
ֽ ֶ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫אתֹוְּא‬
ֵ֔ ָ‫וַיַ ֹ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּו ַֻּ֨ילְֶך֙ ְּבְּ ֶ ֣ד ֶרְךְּאָ ֵ֔ביוְּוֻּ֨ בחַ ט‬
:ְּ‫אֶ ת־יש ָר ֽאל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; vaiélej bêdérej avív, úvjatató, ashér héjetí et-
israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, andando en el camino de su padre y
en sus pecados con los que hizo pecar a Israel.

610
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 15

(27)
ְּ‫וַיק ֻּ֨שרְּ ָע ָָ֜ליוְּבַ ע ָ ֶּ֤שאְּבֶ ן־אֲחיָה֙ ְּלְּב֣יתְּישָ ש ֵָ֔כרְּ ַויַכ֣הוְּבַ עשֵָ֔ א‬
:‫יםְּעל־גבְּ ֽתֹון‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּלַפְּלש ִ֑תיםְּוְּנָדָ ב֙ ְּוְּכְּל־יש ָר ֵ֔אלְּצָ ִ֖ר‬ ֣ ֶ ‫בְּגבְּ ִ֖תֹוןְּא‬
vaiqshór 'aláv ba'shá ven-ajiah lêvéit isasjár, vaiakéhu va'shá, bêgibêtón ashér
lapêlishtím; vênadav vêjol-israél, tzarím 'ál-gibêtón.

Baasa hijo de Ajías, de la tribu de Isacar, conspiró contra él. Baasa lo derrotó
en Gibetón, que pertenecía a los filisteos, pues Nadab y todo Israel tenían
sitiada Gibetón.
(28)
:‫הודהְּוַימלִ֖ ְךְּתַ ח ָ ֽתיו‬
ִ֑ ָ ְּ‫אְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ‫וַימ ֣תהוְּבַ עשֵָ֔ אְּבשנַ ֣תְּשָ ֵ֔לשְּלְּאָ ָ ִ֖ס‬
vaimitéhu va'shá, bishnát shalósh, lêasá mélej iêhudáh; vaimlój tajtáv.

Baasa lo mató en el tercer año de Asa, rey de Iehudá [Judá], y reinó en su


lugar.
(29)
ְּ‫םְּלא־הש ֹּ֧אירְּכְּל־נְּשָ ָ ִּ֛מה‬ ֽ ‫֣יתְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔ע‬
ֽ ָ ‫וַי ֣היְּכְּמְּלכָ֗ ֹוְּהכָה֙ ְּאֶ ת־כְּל־ב‬
ְּ‫ֲשרְּד ֵ֔ ֶברְּבְּיַד־עַב ִ֖דֹוְּאֲחיָ ֹ֥ה‬
֣ ֶ ‫לְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ִ֖םְּעַד־השמ ִ֑דֹוְּכד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּא‬
:ְּ‫ילני‬
ֽ ‫הַ ֽש‬
vaihí jêmoljó hikah et-kol-béit iárovê'ám, ló-hishír kol-nêshamáh lêiárovê'ám
'ad-hishmidó; kidvár Adonai, ashér dibér, bêiad-'avdó ajiáh hashíloní .

Sucedió que cuando Baasa llegó a ser rey, mató a todos los de la casa de
Jeroboam; no dejó con vida a ninguno de los de Jeroboam, hasta destruirlos,
conforme a la palabra que el Eterno había hablado por medio de su siervo
Ajías de Shiló [Silo],
(30)
ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיאְּאֶ ת־יש ָר ִ֑אלְּבְּכַע ָּ֕סֹו‬
ֽ ֶ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫אְּוא‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּחָ ֵ֔ ָט‬
֣ ֶ ‫אותְּיַֽרְּבְּעָם֙ ְּא‬
ָֽ ‫עַל־חַ ֶּ֤ט‬
:ְּ‫ֲשרְּהכ ֵ֔עיסְּאֶ ת־יהוָ ִ֖הְּאֱלהֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬ ֶ֣ ‫א‬
'al-jatóvt iárovê'am ashér jatá, váashér héjetí et-israél; bêja'só ashér hij'ís, et-
Adonai elohéi israél .

a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo pecar a Israel, y por la
provocación con que provocó a ira al Eterno Elohim de Israel.
(31)
ְּ‫ַל־ספֶר‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־ה֣םְּכ‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬֣ ֶ ‫וְּיֶ ִּ֛תֶ רְּדב ֹ֥ריְּנ ָ ִָ֖דבְּוְּכְּל־א‬
:‫דב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ ל ְֹּ֥כיְּיש ָר ֽאל‬

611
15, 16 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêiéter divréi nadáv vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi


haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Nadab, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en
el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(32)
‫ פ‬:‫יהם‬
ֽ ֶ ‫אְּמלְֶך־יש ָר ִ֖אלְּכְּל־יְּמ‬
ֽ ֶ ‫הְּהיְּ ָ֜ ָתהְּב֣יןְּאָ ָ֗ ָסאְּובִּ֛יןְּבַ ע ָ ֹ֥ש‬
ֽ ָ ‫ומלחָ ֻּ֨ ָמ‬
umiljamáh háiêtáh béin asá uvéin ba'shá mélej-israél kol-iêmeihém.

Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todo el tiempo de ambos.
(33)
‫הְּמָ לְַךְּבַ עשָֻּ֨ אְּבֶ ן־אֲחיָ ֶּ֤הְּעַל־כְּל־‬
ַ֠ ‫הוד‬ִ֑ ָ ְּ‫ִ֖אְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ‫בשנַ ֣תְּשָ ֵ֔לשְּלְּאָ ָס‬
:‫יש ָראלְּ֙בְּתר ֵ֔ ָצהְּעֶש ֹ֥ריםְּוְּאַ ר ַבִ֖עְּשָ ָנֽה‬
bishnát shalósh, lêasá mélej iêhudáh; málaj ba'shá ven-ajiáh 'al-kol-israel
bêtirtzáh, 'esrím vêarbá' shanáh.

En el tercer año de Asa, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Baasa hijo de
Ajías sobre todo Israel en Tirsa, y reinó 24 años.
(34)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫אתֹוְּא‬
ֵ֔ ָ‫ְךְּיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּוֻּ֨ בחַ ט‬
ֽ ָ ‫וַיַ ֹ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּו ַֻּ֨ילְֶך֙ ְּבְּ ֶ ֣ד ֶר‬
‫ ס‬:ְּ‫ֶ ֽהח ֱִ֖טיאְּאֶ ת־יש ָר ֽאל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; vaiélej bêdérej iárovê'ám, úvjatató, ashér héjetí
et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno y anduvo en el camino de Jeroboam y
en sus pecados con los que hizo pecar a Israel.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 16


(1)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫וַי ֶּ֤היְּדְּבַ ר־יהוָה֙ ְּאֶ ל־י ֣הואְּבֶ ן־ ֲח ֵָ֔נניְּעַ ל־בַ ע ָ ִ֖שאְּל‬
vaihí dêvar-Adonai el-yehú ven-janáni, 'al-ba'shá lemór .

Entonces vino la palabra del Eterno a Iehú [Jehú] hijo de Hanani contra Baasa,
diciendo:

612
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 16

(2)
ְּ‫רְּוֽאֶ תֶ נ ְָּ֣ךְּנ ֵָ֔גידְּעַ ִ֖לְּע ַ֣מיְּיש ָר ִ֑אלְּו ַ֣תלְֶך‬
ָ ‫ן־ה ָע ֵָ֔פ‬
֣ ֶ ‫ֲשרְּה ֲֽרימ ֻּ֨תיָך֙ ְּמ‬ ֶּ֤ ֶ ‫ַָ֗יעַןְּא‬
:‫אתם‬ ֽ ָ ‫יסניְּבְּחַ ט‬
ִ֖ ‫םְּוֽתַ חֲטא֙ ְּאֶ ת־ע ַ֣מיְּיש ָר ֵ֔אלְּלְּהַ כע‬ ַ ‫ְךְּיַֽרְּבְּ ָָ֗ע‬
ֽ ָ ‫׀ְּבְּ ֶ ֣ד ֶר‬
iá'an ashér harímotíjá min-hé'afár, váetenjá nagíd, 'ál 'amí israél; vatélej |
bêdérej iárovê'ám vátajati et-'amí israél, lêhaj'iséni bêjatotám.

'Por cuanto yo te levanté del polvo y te establecí como el soberano de mi


pueblo Israel, pero tú has andado en el camino de Jeroboam y has hecho pecar
a mi pueblo Israel, provocándome a ira con sus pecados,
(3)
ְּ‫ירְּאח ֲֹ֥ריְּבַ ע ָ ִ֖שאְּוְּ ַ ֽאח ֲ֣ריְּב ִ֑יתֹוְּוְּ ָנֽתַ תי֙ ְּאֶ ת־ב֣ית ֵָ֔ךְּכְּבִ֖ית‬
ֽ ַ ‫הנְּנֹ֥יְּמַ ב ִּ֛ע‬
:‫ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ֹ֥םְּבֶ ן־נְּ ָ ֽבט‬
hinêní mav'ír ájaréi va'shá vêájaréi veitó; vênátatí et-béitjá, kêvéit iárovê'ám
ben-nêvát.

he aquí que yo barreré por completo a Baasa y a su casa, y haré a su casa


como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat.
(4)
ְּ‫הְּיאכְּלִ֖ וְּעֹ֥ ֹוף‬
ֽ ‫ירְּיאכְּלִ֖ וְּהַ כְּל ִָ֑ביםְּוְּהַ ֹ֥מתְּלֹו֙ ְּבַ שָ ֵ֔ ֶד‬
ֽ ‫הַ ֶּ֤מתְּלְּבַ עשָ א֙ ְּבָ ֵ֔ע‬
:‫הַ שָ ָ ֽמים‬
hamét lêva'sha ba'ír, yójêlú hakêlavím; vêhamét ló basadéh, yójêlú 'óf
hashamáim.

Al que de Baasa muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera


en el campo, se lo comerán las aves del cielo.
(5)
‫תוביםְּעַל־‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּוג ֽב ָור ִ֑תֹוְּהֲלא־ה֣םְּכ‬ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫אְּוא‬
ֽ ַ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ רְּדב ֹ֥ריְּבַ ע ָ ִּ֛ש‬
:‫ִּ֛ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêiéter divréi va'shá váashér 'asáh ugvúrató; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Baasa, las cosas que hizo y su poderío, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(6)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּבַ עשָ א֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בִ֖רְּבְּתר ָצִ֑הְּוַימלִּ֛ ְךְּאלָ ֹ֥הְּבְּנִ֖ ֹו‬
:‫תַ ח ָ ֽתיו‬

613
16 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaishkáv ba'sha 'im-avotáv, vaiqavér bêtirtzáh; vaimlój eláh vênó tajtáv.

Baasa reposó con sus padres y fue sepultado en Tirsa. Y su hijo Ela reinó en
su lugar.
(7)
‫וְּ ִּ֡ ַגםְּבְּיַד־י ֻּ֨הואְּבֶ ן־ ֲח ָָ֜נניְּהַ נ ָָ֗ביאְּדְּבַ ר־יה ִּ֡ ָוהְּהָ ָיהְּ֩אֶ ל־בַ עשָֻּ֨ אְּוְּאֶ ל־‬
ְּ ֙‫ָשהְּ׀ְּבְּעינ֣יְּיה ָ֗ ָוהְּלְּהַ כעיסֹו‬ ֣ ָ ‫ל־ה ָרעָ ֣הְּ׀ְּאֲשֶ ר־ע‬ ֽ ָ ְּ‫ב ָ֜יתֹוְּוְּעַ ֹ֥לְּכ‬
‫ פ‬:ְּ‫֣יתְּיַֽרְּבְּעָ ִ֑םְּוְּעַ ֹ֥לְּאֲשֶ ר־הכָ ִ֖הְּא ֽתֹו‬
ֽ ָ ‫יוְּלהְּיִ֖ ֹותְּכְּב‬ ֽ ‫בְּ ַ ֽמע ֲ֣שהְּי ֵ֔ ָָד‬
vêgám bêiad-yehú ven-janáni hanaví dêvar-Adonai haiah el-ba'shá vêel-beitó
vê'ál kol-hára'áh | asher-'asáh | bê'einéi Adonai lêhaj'isó bêmá'aséh iadáv,
líhêíot kêvéit iárovê'ám; vê'ál asher-hikáh otó .

También por medio del profeta Iehú [Jehú] hijo de Hanani vino la palabra del
Eterno contra Baasa y contra su casa, por toda la maldad que hizo ante los
ojos del Eterno, provocándole a ira con la obra de sus manos, por haber sido
como los de la casa de Jeroboam y por haberla destruido.
(8)
‫הְּמָ לְַךְּא ָֻּ֨להְּבֶ ן־‬
ַ֠ ‫הוד‬
ִ֑ ָ ְּ‫אְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ‫בש ַֻּ֨נתְּעֶש ֶּ֤ריםְּוָשש֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּלְּאָ ָ ִ֖ס‬
:‫בַ ע ָ ֹּ֧שאְּעַל־יש ָר ִּ֛אלְּבְּתר ָצִ֖הְּשְּנ ָ ָֽתים‬
bishnát 'esrím vashesh shanáh, lêasá mélej iêhudáh; málaj eláh ven-ba'shá 'al-
israél bêtirtzáh shênatáim.

En el año 26 de Asa, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Ela hijo de Baasa
sobre Israel en Tirsa, y reinó dos años.
(9)
ְּ‫רְּמח ֲ֣ציתְּהָ ָ ִ֑רכֶבְּוְּ ֶּ֤הואְּבְּתרצָ ה֙ ְּש ֶ ֣תה‬
ֽ ַ ‫יְּש‬
ִ֖ ַ ‫וַיק ֶּ֤שרְּ ָעלָיו֙ ְּעַב ֣דֹוְּזמ ֵ֔ר‬
:‫ֲשרְּעַל־הַ ַבִ֖יתְּבְּתר ָ ֽצה‬ ֹ֥ ֶ ‫שכֵ֔ ֹורְּב֣יתְּאַ ר ֵ֔ ָצאְּא‬
vaiqshór 'alav 'avdó zimrí, sár májatzít harájev; vêhú vêtirtzah shotéh shikór,
béit artzá, ashér 'al-habáit bêtirtzáh.

Y conspiró contra él su servidor Zimri, jefe de la mitad de los carros. Estando


el rey en Tirsa bebiendo hasta embriagarse en casa de Arsa, administrador del
palacio en Tirsa,
(10)
ְּ‫אְּמלְֶך‬
֣ ֶ ‫ַוי ֶָּ֤באְּזמרי֙ ְּ ַויַכ֣הוְּוַימ ֵ֔יתהוְּבשנַת֙ ְּעֶש ֣ריםְּוָשֵֶ֔ ְַּבעְּלְּאָ ָ ִ֖ס‬
:‫הודהְּוַימלִ֖ ְךְּתַ ח ָ ֽתיו‬
ִ֑ ָ ְּ‫י‬
vaiavó zimrí vaiakéhu vaimitéhu, bishnat 'esrím vashéva', lêasá mélej iêhudáh;
vaimlój tajtáv.

614
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 16

Zimri fue, lo hirió y lo mató en el año 27 de Asa, rey de Iehudá [Judá]; y reinó
en su lugar.
(11)
‫אְּלא־‬
ֽ ֵָ֔‫וַי ֻּ֨היְּבְּמְּלכָ֜ ֹוְּכְּשב ֣תֹוְּעַל־כס ָ֗אֹוְּהכָה֙ ְּאֶ ת־כְּל־ב֣יתְּבַ עש‬
:‫הש ֹ֥אירְּלִ֖ ֹוְּמַ ש ֣תיןְּבְּ ִ֑קירְּוְּ ֽגאֲלָ ִ֖יוְּוְּר ֽעהו‬
vaihí vêmoljó kêshivtó 'al-kisó hikah et-kol-béit ba'shá, ló-hishír ló mashtín
bêqír; vêgóaláv vêre'éhu.

Aconteció que al comenzar a reinar y después que estuvo sentado en su trono,


mató a todos los de la casa de Baasa, sin dejar de ella un solo varón, ni de sus
parientes ni de sus amigos.
(12)
‫ֲשרְּד ֶב֣רְּאֶ ל־‬
֣ ֶ ‫יְּאתְּכְּל־ב֣יתְּבַ ע ָ ִ֑שאְּכד ַבֶּ֤רְּיהוָה֙ ְּא‬ִ֖ ‫ַויַש ֣מדְּזמ ֵ֔ר‬
:ְּ‫בַ עשֵָ֔ אְּבְּיַ ִ֖דְּי ֹ֥הואְּהַ נ ָֽביא‬
vaiashméd zimrí, ét kol-béit ba'shá; kidvár Adonai ashér dibér el-ba'shá, bêiád
yehú hanaví .

Así Zimri destruyó a todos los de la casa de Baasa, conforme a la palabra que
el Eterno había hablado contra Baasa por medio del profeta Iehú [Jehú],
(13 / 9208)
ְּ‫ֲשר‬
ֶּ֤ ֶ ‫וְּוא‬
ֽ ַ ‫רְּחטְּ ָ֗א‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫אֶֶ֚ לְּכְּל־חַ ֣טאותְּבַ עשֵָ֔ אְּוְּחַ ִ֖טאותְּאלָ ֣הְּבְּנִ֑ ֹוְּא‬
: ‫יהם‬
ֽ ֶ ‫ֶ ֽהח ֱֻּ֨טיאו֙ ְּאֶ ת־יש ָר ֵ֔אלְּלְּהַ כ ָ֗עיסְּאֶ ת־יהוָ ִּ֛הְּאֱלהֹ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּבְּהַ בל‬
ְּ

él kol-jatóvt ba'shá, vêjatóvt eláh vênó; ashér játêú váashér héjetíú et-israél,
lêhaj'ís et-Adonai elohéi israél bêhavleihém .

por todos los pecados de Baasa y por los pecados de su hijo Ela, quienes
pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando a ira al Eterno Elohim de Israel,
con sus ídolos vanos.
(14)
ְּ‫ַל־ספֶר‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלֹוא־ה֣םְּכ‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
֣ ֶ ‫וְּיֶ ִּ֛תֶ רְּדב ֹ֥ריְּאלָ ִ֖הְּוְּכְּל־א‬
‫ פ‬:‫דב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêiéter divréi eláh vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Ela y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(15)
ְּ‫הודהְּמָ לַ ְֹ֥ךְּזמ ִּ֛ריְּשבעַ ֹ֥ת‬
ָ ֵ֔ ְּ‫ְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ֙‫בש ַנתְּ֩עֶש ֻּ֨ריםְּוָשֶָ֜ בַ עְּשָ ָָ֗נהְּלְּאָ סָ א‬
:‫ֲשרְּלַפְּלש ֽתים‬ ֹ֥ ֶ ‫יםְּעל־גבְּ ִ֖תֹוןְּא‬
ֽ ַ ‫י ִָ֖מיםְּבְּתר ָצִ֑הְּוְּהָ עָ ֣םְּח ֵ֔נ‬
615
16 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

bishnat 'esrím vashéva' shanáh lêasa mélej iêhudáh, maláj zimrí shiv'át iamím
bêtirtzáh; vêha'ám joním, 'ál-gibêtón ashér lapêlishtím.

En el año 27 de Asa, rey de Iehudá [Judá], Zimri reinó siete días en Tirsa,
mientras el pueblo estaba acampado contra Gibetón, que pertenecía a los
filisteos.
(16)
ְּ‫אמרְּקָ ַ ֣שרְּזמ ֵ֔ריְּוְּגַ ִ֖םְּהכָ ֣הְּאֶ ת־הַ ֶ ִ֑מלְֶך‬ֵ֔ ‫ְּהחנ֣יםְּל‬
ֽ ַ ֙‫וַיש ַ ֶּ֤מעְּהָ עָם‬
ְּ‫ל־יש ָראלְּאֶ ת־עְּמְּ ְֻּּ֨ריְּשַ ר־צָ ָבֹּ֧אְּעַל־יש ָר ִּ֛אלְּבַ יֹ֥ ֹוםְּהַ ִ֖הוא‬ ַ֠ ‫כוְּכ‬
ֽ ָ ‫ַויַמ ֣ל‬
:‫ַ ֽבמַ ח ֲֶנֽה‬
vaishmá' ha'am hájoním lemór, qashár zimrí, vêgám hikáh et-hamélej;
vaiamlíju jál-ísrael et-'omêrí sar-tzavá 'al-israél baióm hahú bámajanéh.

Entonces el pueblo que estaba acampado oyó decir: 'Zimri ha conspirado y


también ha matado al rey.' Y aquel día todos los de Israel que estaban
acampados allí proclamaron a Omri, jefe del ejército, rey de Israel.
(17)
:‫ֹוְּמגבְּ ִ֑תֹוןְּ ַויָצִ֖רוְּעַל־תר ָ ֽצה‬
ֽ ‫ו ַ ַֽיעֲלֶ ֹ֥הְּעְּמ ִּ֛ריְּוְּכְּל־יש ָר ֹ֥אלְּע ִ֖מ‬
vaiá'aléh 'omrí vêjol-israél 'imó mígibêtón; vaiatzúru 'al-tirtzáh.

Entonces Omri subió desde Gibetón, y con él todo Israel, y sitiaron Tirsa.
(18)
ְּ‫וַי ׁ֞היְּכר ֶּ֤אֹותְּזמרי֙ ְּֽכי־נלכְּ ָ ֣דהְּהָ ֵ֔עירְּ ַוי ִָ֖באְּאֶ ל־אַ ר ֣מֹוןְּבית־הַ ֶ ִ֑מלְֶך‬
:‫ית־מלְֶךְּבָ ִ֖אשְּ ַוי ָֽמת‬ ִּ֛ ֶ ‫ת־ב‬
ֽ ֶ‫וַיש ֻּ֨רףְּעָלָ ֹּ֧יוְּא‬
vaihí kirót zimrí kí-nilkêdáh ha'ír, vaiavó el-armón beit-hamélej; vaisróf 'aláv
et-béit-mélej baésh vaiamót.

Sucedió que al ver que la ciudad era tomada, Zimri entró en la ciudadela de la
casa del rey y prendió fuego a la casa del rey con él dentro. Así murió,
(19)
ְּ‫אְּלע ֲֹ֥שֹותְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּ ָל ֶֻּ֨לכֶת֙ ְּבְּ ֶ ֣ד ֶרְך‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּחָ ֵ֔ ָט‬
֣ ֶ ‫עַל־חַ טאתָ יו֙ ְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּעָשֵָ֔ הְּלְּ ַ ֽהח ֲִ֖טיאְּאֶ ת־יש ָר ֽאל‬ ֣ ֶ ‫ָ ֽיַֽרְּבְּ ֵָ֔עםְּובחַ טְּאתֹו֙ ְּא‬
'al-jatotav ashér jatá, lá'asót hará' bê'einéi Adonai; laléjet bêdérej iárovê'ám,
uvjatotó ashér 'asáh, lêhájatí et-israél .

a causa de sus pecados que había cometido haciendo lo malo ante los ojos del
Eterno y andando en el camino de Jeroboam y en su pecado que cometió e
hizo pecar a Israel.

616
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 16

(20)
ְּ‫ַל־ספֶר‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ֲשרְּקָ ָ ִ֑שרְּהֲלא־ה֣םְּכ‬
֣ ֶ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ ר֙ ְּדב ֣ריְּזמ ֵ֔ריְּוְּקש ִ֖רֹוְּא‬
‫ פ‬:‫דב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêiéter divréi zimrí, vêqishró ashér qashár; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Zimri y la conspiración que hizo, ¿no están escritos en
el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(21)
ְּ ֙‫ָהְּאח ֲֻּ֨ריְּתבנֶּ֤יְּבֶ ן־גינַת‬
ֽ ַ ‫םְּהָ י‬
ַ֠ ‫ָ ֹּ֧אזְּיֽחָ לִּ֛קְּהָ עָ ֹ֥םְּיש ָר ִ֖אלְּלַחִ֑ציְּח ֲֻּ֨ציְּהָ ָָ֜ע‬
:‫יְּאח ֲֹ֥ריְּעְּמ ֽרי‬
ֽ ַ ‫לְּהַ מליכֵ֔ ֹוְּוְּ ַ ֽהח ֲִ֖צ‬
áz iéjaléq ha'ám israél lajétzi; jatzí ha'ám háiah ájaréi tivní ven-ginat
lêhamlijó, vêhájatzí ájaréi 'omrí.

Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos facciones. La mitad del pueblo


seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey; la otra mitad seguía a Omri.
(22)
‫רְּאח ֲִ֖ריְּתבנ֣יְּבֶ ן־‬
ֽ ַ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫רְּאח ֲ֣ריְּעְּמ ֵ֔ריְּאֶ ת־הָ ָָּ֕עםְּא‬
ֽ ַ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫ו ֶ ַֽיחֱזַ ֶּ֤קְּהָ עָם֙ ְּא‬
‫ פ‬:‫גינַ ִ֑תְּוַיָ ֣מָ תְּתב ֵ֔ניְּוַימלִ֖ ְךְּעְּמ ֽרי‬
vaiéjezáq ha'am ashér ájaréi 'omrí, et-ha'ám ashér ájaréi tivní ven-ginát;
vaiámat tivní, vaimlój 'omrí.

Pero el pueblo que seguía a Omri pudo más que el que seguía a Tibni hijo de
Ginat. Tibni murió, y Omri fue rey.
(23)
‫הודהְּמָ לַ ְֶּ֤ךְּעְּמרי֙ ְּעַל־‬
ָ ֵ֔ ְּ‫ְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ֙‫לשיםְּוְּאַ ָ֜ ַחתְּשָ ָָ֗נהְּלְּאָ סָ א‬
ֻּ֨ ְּ‫בש ַנתְּ֩ש‬
:‫יש ָר ֵ֔אלְּשְּ ֹ֥תיםְּעֶש ִ֖רהְּשָ נָ ִ֑הְּבְּתר ָצִ֖הְּמָ לַ ְֹ֥ךְּשש־שָ ֽנים‬
bishnat shêloshím vêaját shanáh lêasa mélej iêhudáh, maláj 'omrí 'al-israél,
shêtéim 'esréh shanáh; bêtirtzáh maláj shesh-shaním.

En el año 31 de Asa, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Omri sobre Israel
y reinó 12 años. En Tirsa reinó 6 años.
(24)
ְּ‫תְּשמֶ רְּבְּככְּ ַ ֣ריםְּכָ ִ֑סֶ ףְּו ַֻּ֨יבֶ ן֙ ְּאֶ ת־הָ ֵ֔ ָהר‬
ִ֖ ֶ ֶ‫ֹוןְּמא‬
ֹ֥ ‫ֹ֥רְּשמְּ ִּ֛ר‬
ֽ ‫ו ַָ֜יקֶ ןְּאֶ ת־הָ ָה‬
ְּ‫ֲשרְּבָ ֵָ֔נהְּעַ ֣לְּשֶ ם־שֵֶ֔ מֶ רְּאֲדנִ֖יְּהָ ָהֹ֥ר‬ ֣ ֶ ‫ת־שםְּהָ עיר֙ ְּא‬
ֶּ֤ ֶ‫וַיק ָ ָ֗ראְּא‬
:‫ֽשמְּ ֽרֹון‬

617
16 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaíqen et-hahár shómêrón méet shémer bêjikêráim kásef; vaíven et-hahár,


vaiqrá et-shém ha'ir ashér banáh, 'ál shem-shémer, adonéi hahár shómêrón.

Él compró a Semer el monte de Shomrón [Samaria] por dos talentos de plata.


Edificó en el monte, y a la ciudad que edificó le dio el nombre de Shomrón
[Samaria], según el nombre de Semer, el dueño del monte.
(25)
:ְּ‫ֲשרְּלְּפ ָָנֽיו‬
ֹ֥ ֶ ‫ו ַ ַֽיע ֶ ֲֹ֥שהְּעְּמ ִּ֛ריְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּ ַו ָָּ֕ירְַּעְּמ ִ֖כלְּא‬
vaiá'aséh 'omrí hará' bê'einéi Adonai; vaiára' mikól ashér lêfanáv .

Omri hizo lo malo ante los ojos del Eterno, y actuó peor que todos los que
habían reinado antes de él.
(26)
ְּ‫ֲשר‬ ֹ֥ ֶ ‫אתֹו)ְּא‬
ֵ֔ ָ‫ל־ד ֶרְך֙ ָ ְּֽיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ֵ֔ ָבטְּובחטאתיוְּ(וֻּ֨ בחַ ט‬
ֶ ֻּ֨ ְּ‫ו ַָ֗ילְֶךְּבְּכ‬
:ְּ‫יהם‬ֽ ֶ ‫ֶ ֽהח ֱִ֖טיאְּאֶ ת־יש ָר ִ֑אלְּלְּהַ כ ָ֗עיסְּאֶ ת־יהוָ ִּ֛הְּאֱלהֹ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּבְּהַ בל‬
vaiélej bêjol-dérej iárovê'ám ben-nêvát, vvjttyv (úvjatató), ashér héjetí et-
israél; lêhaj'ís et-Adonai elohéi israél bêhavleihém .

Pues anduvo en todo el camino de Jeroboam hijo de Nabat y en sus pecados


con los que hizo pecar a Israel, provocando a ira al Eterno Elohim de Israel,
con sus ídolos vanos.
(27)
ְּ‫ָשהְּהֲלא־ה֣ם‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬ ֣ ֶ ‫ֲשרְּעָשֵָ֔ הְּוג ֽב ָור ִ֖תֹוְּא‬
֣ ֶ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ רְּדב ֶּ֤ריְּעְּמרי֙ ְּא‬
:‫ַל־ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬ ִּ֛ ‫תוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫כ‬
vêiéter divréi 'omrí ashér 'asáh, ugvúrató ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-
séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Omri, las cosas que hizo y el poderío que logró, ¿no
están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(28)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּעְּמרי֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בִ֖רְּבְּ ֽשמְּ ִ֑רֹוןְּוַימלִּ֛ ְךְּאַ ח ָ ֹ֥אבְּבְּנִ֖ ֹו‬
‫ פ‬:‫תַ ח ָ ֽתיו‬
vaishkáv 'omrí 'im-avotáv, vaiqavér bêshómêrón; vaimlój ajáv bênó tajtáv.

Omri reposó con sus padres y fue sepultado en Shomrón [Samaria]. Y su hijo
Acab reinó en su lugar.

618
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 16

(29)
ְּ‫לשיםְּושמנֶה֙ ְּשָ ֵָ֔נה‬
ֶּ֤ ְּ‫וְּאַ ח ָ ֣אבְּבֶ ן־עְּמְּ ָ֗ריְּמָ לְַך֙ ְּעַל־יש ָר ֵ֔אלְּבש ַֻּ֨נתְּש‬
ְּ‫הודהְּ ַַ֠וימלְךְּאַ ח ֻּ֨ ָאבְּבֶ ן־עְּמְּ ֶּ֤ריְּעַל־יש ָראלְּ֙בְּ ֣שמ ֵ֔רֹון‬
ִ֑ ָ ְּ‫אְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ‫לְּאָ ָ ִ֖ס‬
:‫עֶש ֹ֥ריםְּוש ַ ִ֖תיםְּשָ ָנֽה‬
vêajáv ben-'omêrí malaj 'al-israél, bishnát shêloshím ushmoneh shanáh, lêasá
mélej iêhudáh; váimloj ajáv ben-'omêrí 'al-israel bêshómrón, 'esrím ushtáim
shanáh.

En el año 38 de Asa, rey de Iehudá [Judá], Acab hijo de Omri comenzó a


reinar sobre Israel.
(30)
:ְּ‫ֲשרְּלְּפ ָָנֽיו‬
ֹ֥ ֶ ‫ַו ַֻּ֨יעַשְּאַ ח ָ ֹּ֧אבְּבֶ ן־עְּמְּ ִּ֛ריְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּמ ִ֖כלְּא‬
vaiá'as ajáv ben-'omêrí hará' bê'einéi Adonai; mikól ashér lêfanáv .

Acab hijo de Omri reinó sobre Israel en Shomrón [Samaria] 22 años. Acab
hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos del Eterno, más que todos los que
habían reinado antes de él.
(31)
ְּ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּ ֲהנ ָ֣קלְּלֶכ ֵ֔תֹוְּבְּחַ ִ֖טאותְּ ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ָבִ֑טְּוַי ֻּ֨ ַקחְּאשָָ֜ הְּאֶ ת־אי ֶָ֗זבֶ ל‬
:‫ְֶךְּציד ֵ֔ניםְּו ַֻּ֨ילְֶך֙ ְַּוַֽֽ ַיע ֲ֣בדְּאֶ ת־הַ ֵ֔ ַבעַלְּוַיש ַ ִ֖תחוְּלֽ ֹו‬
ֽ ‫ְּ֙מל‬֣ ֶ ‫בַ ת־אֶ ת ֻּ֨ ַב ַעל‬
váihí hanaqél lejtó, bêjatóvt iárovê'ám ben-nêvát; vaiqáj isháh et-izével bat-
etbá'al mélej tzídoním, vaiélej váia'avód et-habá'al, vaishtáju ló.

Como si le fuera cosa liviana andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
tomó por mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los sidonios; y fue, sirvió a
Baal y lo adoró.
(32)
:‫ֲשרְּבָ נָ ִ֖הְּבְּ ֽשמְּ ֽרֹון‬
ֹ֥ ֶ ‫ַלְּביתְּהַ ֵ֔ ַבעַלְּא‬
֣ ‫וַיָ ַֹֽ֥קֶ םְּמזבִ֖חַ ְּל ָ ִַ֑בע‬
vaiáqem mizbéaj labá'al; béit habá'al, ashér banáh bêshómêrón.

Erigió un altar a Baal en el templo de Baal que había edificado en Shomrón


[Samaria].
(33)
‫בְּלע ֲָ֗שֹותְּלְּהַ כעיס֙ ְּאֶ ת־‬ ֽ ַ ‫ת־האֲש ָ ִ֑רהְּוַיֻּ֨ ֹוסֶ ףְּאַ ח ָ֜ ָא‬
ֽ ָ ֶ‫וַיַ ֹ֥עַשְּאַ ח ָ ִ֖אבְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּהָ יִ֖ וְּלְּפ ָָנֽיו‬
ֹ֥ ֶ ‫יהוָה֙ ְּאֱלה֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּמכלְּ֙מַ לכ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּא‬
vaiá'as ajáv et-háasheráh; vaiósef ajáv lá'asót lêhaj'is et-Adonai elohéi israél,
mikol maljéi israél, ashér haíu lêfanáv .

619
16, 17 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Acab también hizo un árbol ritual de Asera. Acab hizo peor que todos los
reyes de Israel que habían reinado antes de él, provocando a ira al Eterno
Elohim de Israel.
(34)
ְּ‫ירםְּבְּכ ָ֜רֹוְּיסְּ ָ֗ ָדּה‬ ֻּ֨ ָ ‫הְּבאֲב‬
ֽ ַ ‫יח‬ִ֑ ‫ֹ֥יתְּהא ֱִ֖ליְּאֶ ת־יְּר‬
ֽ ָ ‫יאלְּב‬ ִּ֛ ‫בְּי ׁ֞ ָָמיוְּבָ נָ ֹ֥הְּח‬
ְּ‫ֲשרְּד ֵ֔ ֶבר‬ ֣ ֶ ‫ובשגיבְּ(ובשגֶּ֤ וב)ְּצְּעירֹו֙ ְּה ֣ציבְּדְּל ֵ֔ ֶָתיהָ ְּכְּד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּא‬
‫ ס‬:ְּ‫הֹוש ַעְּבן־נֽ ון‬
ֹ֥ ְּ‫בְּיַ ִ֖דְּי‬
bêiamáv banáh jiél béit háelí et-iêrijóh; báavirám bêjoró isêdáĥ vvsgyv
(uvisgúv) tzê'iró hitzív dêlatéiha, kidvár Adonai, ashér dibér, bêiád iêhoshú'a
bin-nún .

En su tiempo Jiel de Betel reedificó Jericó. A costa de Abiram su primogénito


puso los cimientos, y a costa de Segub su hijo menor colocó sus puertas,
conforme a la palabra que el Eterno había hablado por medio de Iehoshua
[Josué] hijo de Nun.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 17


(1)
ְּ‫ְּ֩אל ָֻּ֨יהוְּהַ תש ָ֜ביְּמ ֽתשָ ב֣יְּגלעָד֮ ְּאֶ ל־אַ חאָ בְּ֒חַ י־יה ׁ֞ ָוהְּאֱלהֶּ֤י‬ ֽ ‫וַיאמֶ ר‬
ְּ‫רְּכי‬
ִ֖ ‫ֶהְּטלְּומָ ָ ִ֑ט‬ ֣ ַ ‫ם־יהיֶ ִּ֛הְּהַ שָ נֹ֥יםְּהָ ִ֖אל‬
ֽ ‫ֲשרְּע ַ ָ֣מדתיְּלְּ ָפ ֵָ֔ניוְּא‬
֣ ֶ ‫יש ָראלְּ֙א‬
‫ ס‬:ְּ‫אם־לְּ ֹ֥פיְּדְּבָ ֽרי‬
vaiomer éliáhu hatishbí mitóshavéi gil'ad el-ajav jai-Adonai elohéi israel ashér
'amádti lêfanáv, im-íhiéh hashaním haéleh tál umatár; kí im-lêfí dêvarí.

Entonces Elías el tisbita, que era uno de los moradores de Galaad, dijo a Acab:
–¡Vive el Eterno Elohim de Israel, a quien sirvo, que no habrá rocío ni lluvia
en estos años, sino por mi palabra!
(2)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫וַי ֹ֥היְּדְּבַ ר־יהוָ ִ֖הְּאלָ ֹ֥יוְּל‬
vaihí dêvar-Adonai eláv lemór .

Entonces la palabra del Eterno vino a él diciendo:


(3)
ְּ‫ֲשרְּעַל־פְּנֹ֥י‬
ִ֖ ֶ ‫ְּקדמָ הְּוְּנסתַ ר ָ֙תְּבְּנַ ֣חַ לְּכְּ ֵ֔ריתְּא‬
ִ֑ ִ֖‫לְ֣ךְּמ ֵֶ֔זהְּופָנֹ֥יתָ ְּלְָּך‬
:‫הַ יַר ֽדן‬

620
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 17

léj mizéh, ufaníta lêjá qédmah; vênistartá bênájal kêrít, ashér 'al-pênéi
haiardén.

–Apártate de aquí, dirígete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit,


que está al frente del Jordán.
(4)
:‫ְּשם‬
ֽ ָ ִ֖‫ִ֖הְּמהַ נַ ֣חַ לְּתש ֶ ִ֑תהְּוְּאֶ ת־הָ ֽע ְּר ֣ביםְּצ ֵ֔ויתיְּלְּכַלכֶלָך‬
ֽ ָ‫וְּהָ י‬
vêhaiáh méhanájal tishtéh; vêet-ha'órêvím tzivíti, lêjalkeljá shám.

Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te


sustenten allí.
(5)
ְּ‫ֲשרְּעַל־פְּנֹ֥י‬
ִ֖ ֶ ‫וַיֹ֥לְֶךְּוַיַ ִ֖ ַעשְּכד ַב֣רְּיהוָ ִ֑הְּו ַָ֗ילְֶךְּו ַֻּ֨ישֶ ב֙ ְּבְּנַ ֣חַ לְּכְּ ֵ֔ריתְּא‬
:ְּ‫הַ יַר ֽדן‬
vaiélej vaiá'as kidvár Adonai; vaiélej vaiéshev bênájal kêrít, ashér 'al-pênéi
haiardén .

Elías fue e hizo conforme a la palabra del Eterno. Fue y habitó junto al arroyo
de Querit, que está al frente del Jordán.
(6)
‫יםְּלֹוְּלֶ ֶּ֤חֶ םְּובָ שָ ר֙ ְּבַ ֵ֔בקֶ רְּוְּלֶ ֹ֥חֶ םְּובָ ָ ִ֖שרְּבָ עָ ִֶ֑רבְּומן־‬
ָ֜ ‫וְּהָ ֽע ְּר ָ֗ביםְּמְּב ֻּ֨א‬
:‫הַ נַ ִ֖חַ לְּיש ֶ ֽתה‬
vêha'órêvím mêviím ló léjem uvasar babóqer, vêléjem uvasár ba'árev; umin-
hanájal ishtéh.

Los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y
bebía del arroyo.
(7)
‫ ס‬:‫יְּלא־הָ יָ ֹ֥הְּגֶ ִ֖שֶ םְּבָ ָ ֽא ֶרץ‬
ֽ ‫לְּכ‬
ִּ֛ ַ‫יב֣שְּהַ נָ ִ֑ח‬
ַ ‫וַי ִּ֛היְּמ ֹ֥קץְּי ִָ֖מיםְּוַי‬
vaihí miqétz iamím vaivásh hanájal; kí ló-haiáh géshem baáretz.

Pero sucedió que después de algunos días se secó el arroyo, porque no había
llovido en la tierra.
(8)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫וַי ֹ֥היְּדְּבַ ר־יהוָ ִ֖הְּאלָ ֹ֥יוְּל‬
vaihí dêvar-Adonai eláv lemór .

Entonces la palabra del Eterno vino a Elías diciendo:

621
17 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(9)
ְּ‫יְּשםְּא ָ ֹ֥שה‬
ִּ֛ ָ ‫ְּשםְּה ֻּ֨נהְּצ ֹ֥וית‬
ִ֑ ָ ‫ֲשרְּלְּצידֵ֔ ֹוןְּוְּ ָיֽשַ ב ָ ִ֖ת‬
֣ ֶ ‫ְֶּ֤ךְּצ ְּר ַֻּ֨פתָ ה֙ ְּא‬
ֽ ָ ‫֣קוםְּל‬
:‫אַ למָ נָ ִ֖הְּלְּכַלכְּ ֶ ֽלָך‬
qúm léj tzárêfátah ashér lêtzidón, vêiáshavtá shám; hinéh tzivíti shám isháh
almanáh lêjalkêléja.

–Levántate, ve a Sarepta de Sidón y habita allí. He aquí, yo he designado allí a


una mujer viuda para que te sustente.
(10)
ְּ‫ה־שםְּא ָ ֹ֥שה‬
ִּ֛ ָ ‫ְֶךְּצ ְּר ַָ֗פתָ הְּ ַויָבא֙ ְּאֶ ל־פֶ ֣תַ חְּהָ ֵ֔עירְּוְּהנ‬
ֽ ָ ‫וַיָ ַֽ֣קְּםְּ׀ְּוַי֣ל‬
ְּ‫ַט־מים‬
ִּ֛ ַ ‫אְּליְּמְּע‬
ֹּ֧ ‫אמרְּקְּחי־ ָֻּ֨נ‬
ַ ֵ֔ ‫יהְּוַי‬
ָ֙ ‫אַ למָ נָ ִ֖הְּמְּק ֶ ֣ששֶ תְּע ִ֑ציםְּוַיק ָ ֶּ֤ראְּא ֶֻּ֨ל‬
:‫בַ כְּ ִ֖ליְּוְּאֶ ש ֶ ֽתה‬
vaiáqom | vaiélej tzárêfátah vaiavo el-pétaj ha'ír, vêhineh-shám isháh almanáh
mêqoshéshet 'etzím; vaiqrá eléihá vaiomár, qêji-ná lí mê'at-máim bakêlí
vêeshtéh.

Entonces se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad,


he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña. Él la llamó y le dijo:
–Por favor, tráeme un poco de agua en un vaso, para que beba.
(11)
:‫ֹ֥אְּליְּפַת־לֶ ִ֖חֶ םְּבְּי ָֽדְך‬
ִּ֛ ָ‫רְּלקְּחי־נ‬
ֽ ‫אמ‬ ַ ֵ֔ ‫יהְּוַי‬
ָ֙ ‫ו ִַ֖תלְֶךְּל ַ ִָ֑קחַ תְּוַיק ָ ֶּ֤ראְּא ֶֻּ֨ל‬
vatélej laqájat; vaiqrá eléihá vaiomár, líqêji-ná lí pat-léjem bêiadéj.

Cuando ella iba a traérsela, la llamó y le dijo: –Por favor, tráeme también un
poco de pan en tu mano.
(12)
ְּ ֙‫ַף־קמַ ח‬
ֶ ֻּ֨ ‫ֹוגְּכיְּאם־מְּ ֶּ֤לאְּכ‬ ֣ ‫ֶש־ליְּמָ ֵ֔ע‬
֣ ‫ֱלהיָך֙ ְּאם־י‬ ֶ ֻּ֨ ‫ו ַָ֗תאמֶ רְּחַ י־יהוָ ֶּ֤הְּא‬
ְּ ֙‫יםְּובאתי‬
ָ ֻּ֨ ‫ַט־שמֶ ןְּבַ צַ פָ ִ֑חַ תְּוְּהנְּ ֻּ֨ניְּמְּקשֶָ֜ שֶ תְּשְּנַ ַֽ֣יםְּע ָ֗צ‬
ִ֖ ֶ ‫בַ ֵַ֔כדְּומע‬
:ְּ‫יְּו ֲאכַלנ ִ֖הוְּו ָ ָֽמתְּנו‬ֽ ַ ‫ְּליְּוְּלב ֵ֔נ‬֣ ֙‫ַ ֽועֲש ֻּ֨יתיהו‬
vatómer jai-Adonai elohéjá im-yesh-lí ma'óg, kí im-mêló jaf-qémaj bakád,
um'at-shémen batzapájat; vêhinêní mêqoshéshet shênáim 'etzím uvátí
vá'asitíhú lí vêlivní, váajalnúhu vamátênu .

Ella respondió: –¡Vive el Eterno, tu Elohim, que no tengo pan cocido!


Solamente tengo un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una
botella. Y he aquí que estaba recogiendo un par de leños, para entrar y
prepararlo para mí y para mi hijo, a fin de que lo comamos y muramos.

622
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 17

(13)
ְּ‫י־לי‬
֣ ‫ְךְּאְךְּעֲש‬ ֣ ַ ‫יְּבאיְּע ֲ֣שיְּכדבָ ִ֑ר‬ִ֖ ‫ל־תיר ֵ֔א‬
֣ ַ‫ְּאל ָֻּ֨יהו֙ ְּא‬
ֽ ָ‫ו ַֻּ֨יאמֶ רְּאלֶ ֶּ֤יה‬
ְּ‫ְךְּתע ֲִ֖שי‬
ֽ ַ ‫֣אתְּליְּוְּלָ ְ֣ךְּוְּלב ֵ֔נ‬
ֵ֔ ‫ַ֠משְּםְּעְּ ֻּ֨ ָגהְּקְּטַ נָ ֶּ֤הְּבָ ֽראשנָה֙ ְּוְּהֹוצ‬
:‫בָ ַ ֽאחֲר ָנֽה‬
vaiómer eléiha éliáhú al-tírí, bói 'así jidvaréj; áj 'asi-lí míshom 'ugáh qêtanáh
varíshonah vêhotzét lí, vêláj vêlivnéj, tá'así baájaronáh.

Entonces Elías le dijo: –No tengas temor. Ve, haz como has dicho; pero de
ello hazme a mí primero una torta pequeña y tráemela. Después harás para ti y
para tu hijo.
(14)
ְּ‫ְּלאְּתכ ֵָ֔להְּוְּצַ פַ ֹ֥חַ ת‬
֣ ֙‫֣כיְּכהְּ֩אָ ֻּ֨ ַמרְּיה ָ֜ ָוהְּאֱלה֣יְּיש ָר ָ֗אלְּכַ ֶּ֤דְּהַ ֻּ֨ ֶקמַ ח‬
ְּ‫הַ ֶ ִ֖שמֶ ןְּ ֣לאְּתֶ ח ָ ִ֑סרְּ ַ֠ ַעדְּיֹּ֧ ֹוםְּתתן־ְּ(תת־)ְּיהוָ ִּ֛הְּגֶ ִ֖שֶ םְּעַל־פְּנֹ֥י‬
:ְּ‫ָ ֽהאֲדָ ָ ֽמה‬
kí joh amár Adonai elohéi israél kád haqémaj ló tijláh, vêtzapájat hashémen ló
tejsár; 'ád íom ttn- (tet-) Adonai géshem 'al-pênéi háadamáh .

Porque así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'La harina de la tinaja no se


acabará, y el aceite de la botella no faltará hasta el día en que el Eterno dé
lluvia sobre la superficie de la tierra.'
(15)
ְּ)‫ַלְּהוא־והיאְּ(היא־ו ִָּ֛הוא‬
ֽ ‫֣רְּאליָ ִ֑הוְּו ַֹּ֧תאכ‬
ֽ ‫ְֶךְּוֽתַ ע ֶ ֲִ֖שהְּכד ַב‬
ַ ‫ו ַֹ֥תל‬
:‫יתּהְּי ָֽמים‬ ִ֖ ָ ‫וב‬
vatélej váta'aséh kidvár éliáhu; vatójal hv-vhi (hí-vahú) uveitáĥ iamím.

Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y comieron él, ella y
su familia, por mucho tiempo.
(16)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫ןְּלאְּחָ ִ֑סרְּכד ַב֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּא‬
֣ ֶ‫ְּלאְּ ָכ ֵָ֔לתָ הְּוְּצַ פַ ֹ֥חַ תְּהַ ֶ ִ֖שמ‬
֣ ֙‫כַ ֶּ֤דְּהַ ֻּ֨ ֶקמַ ח‬
‫ פ‬:ְּ‫ֹ֥דְּאל ָיֽהו‬
ֽ ַ‫ד ֶבִ֖רְּבְּי‬
kád haqémaj ló jalátah, vêtzapájat hashémen ló jasér; kidvár Adonai, ashér
dibér bêiád éliáhu .

La harina de la tinaja no se acabó, ni faltó el aceite de la botella, conforme a la


palabra que el Eterno había dicho por medio de Elías.
(17)
ְּ ֙‫הְּבעֲלַ ֣תְּהַ ָבִ֑יתְּוַי ֶּ֤היְּחְּליֹו‬
ֽ ַ ‫ן־הא ָ ִ֖ש‬
ֽ ָ ֶ‫וַי ָ֗היְּאַ חַ ר֙ ְּהַ דְּ בָ ֣ריםְּהָ ֵ֔אלֶהְּחָ ָָּ֕להְּב‬
:‫ה־בֹוְּנְּשָ ָ ֽמה‬
ִ֖ ‫ֲשרְּלא־נֽ ֹות ָר‬ ֹ֥ ֶ ‫חָ זָ ֣קְּמְּ ֵ֔אדְּעַ ִּ֛דְּא‬
623
17 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaihí ajar hadêvarím haéleh, jaláh ben-háisháh bá'alát habáit; vaihí jolyó jazáq
mêód, 'ád ashér lo-nótrah-bó nêshamáh.

Aconteció después de estas cosas que cayó enfermo el hijo de la mujer, la


dueña de casa, y su enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.
(18)
ְּ‫יםְּבֹּ֧אתָ ְּאלַ ִּ֛יְּלְּהַ ז ֹ֥כיר‬
ָ ‫ֱלה‬ ִ֑ ‫ישְּהא‬
ֽ ָ ‫ְִ֖ךְּא‬
֣ ָ‫ה־ליְּוָל‬
ֹ֥ ַ‫ל־אל ֵָ֔יהוְּמ‬֣ ֶ‫ו ַֻּ֨תאמֶ ר֙ ְּא‬
:ְּ‫אֶ ת־עֲֹונִ֖יְּולהָ ֹ֥מיתְּאֶ ת־בְּ ֽני‬
vatómer el-éliáhu, mah-lí valáj ísh háelohím; báta elái lêhazkír et-'aoní
ulhamít et-bêní .

Entonces ella dijo a Elías: –¿Qué tengo yo contigo, oh hombre de Elohim?


¿Has venido a mí para traer a la memoria mis iniquidades y hacer morir a mi
hijo?
(19)
ְּ‫ל־העֲל ָָ֗יה‬
ֽ ָ ֶ‫ּהְּוַֽֽ ַיע ֲֻּ֨להו֙ ְּא‬
ַ ‫יק‬ ָ ָ֗ ‫֣הוְּמח‬
ֽ ‫י־ליְּאֶ ת־בְּ ִ֑נְַֽךְּוַיקָ ח‬
֣ ‫ו ַֹ֥יאמֶ רְּאלֶ ִ֖יהָ ְּתְּנ‬
:‫אֲשֶ ר־הוא֙ ְּי ֣שבְּשֵָ֔ םְּ ַויַשכבִ֖הוְּעַל־מטָ ֽתֹו‬
vaiómer eléiha têni-lí et-bênéj; vaiqajéhu méjeiqáĥ váia'aléhú el-há'aliáh
asher-hu ioshév shám, vaiashkivéhu 'al-mitató.

Y él le respondió: –Dame tu hijo. Lo tomó del seno de ella, lo llevó al altillo


donde él habitaba y lo acostó sobre su cama.
(20)
ְּ‫ַםְּעל־הָ אַ למָ ָׁ֞נהְּאֲ שֶ ר־א ֲֻּ֨ני‬
ֽ ַ ‫ֱלהיְּ ַ֠ ֲהג‬
ָ ֵ֔ ‫אמרְּיהוָ ֣הְּא‬ִ֑ ַ ‫וַיק ָ ֹ֥ראְּאֶ ל־יהוָ ִ֖הְּוַי‬
:ְּ‫גֹוררְּע ָ ִּ֛מּהְּהֲרעִ֖ ֹותָ ְּלְּהָ ֹ֥מיתְּאֶ ת־בְּ ָנּֽה‬
ֹ֥ ‫מת‬
vaiqrá el-Adonai vaiomár; Adonai elohái, hágam 'ál-haalmanáh asher-aní
mitgorér 'imáĥ hare'óta lêhamít et-bênáĥ .

Entonces, clamando al Eterno, dijo: –¡oh Eterno, Elohim mío! ¿Aun a la viuda
en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciendo morir a su hijo?
(21)
ְּ‫אמרְּיהוָ ֣ה‬
ִ֑ ַ ‫וַיתמ ֶּ֤דדְּעַל־הַ ֶֻּ֨ילֶד֙ ְּשָ ל֣ שְּפְּע ֵָ֔מיםְּוַיק ָ ֹ֥ראְּאֶ ל־יהוָ ִ֖הְּוַי‬
:ְּ‫ִּ֛אְּנפֶש־הַ יֶ ֹ֥לֶדְּהַ זֶ ִ֖הְּעַל־קר ֽבֹו‬
ֽ ֶ ָ‫יְּתשְּבְּנ‬ֹ֥ ָ ‫ֱלה‬
ָ ֵ֔ ‫א‬
vaitmodéd 'al-haiéled shalósh pê'amím, vaiqrá el-Adonai vaiomár; Adonai
elohái, táshov ná néfesh-haiéled hazéh 'al-qirbó .

Luego se tendió tres veces sobre el niño y clamó al Eterno diciendo: –¡oh
Eterno, Elohim mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a su cuerpo!
(22)
:ְּ‫בְּנפֶש־הַ יֶ ִּ֛לֶדְּעַל־קר ִ֖בֹוְּו ֶַיֽחי‬
ֽ ֶ ְּ‫ֹולְּאליָ ִ֑הוְּו ָ ַֹּ֧תש‬
ֽ ‫וַיש ַ ֹ֥מעְּיהוָ ִ֖הְּבְּ ֣ק‬
624
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 17, 18

vaishmá' Adonai bêqól éliáhu; vatáshov néfesh-haiéled 'al-qirbó vaiéji .

El Eterno escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a su cuerpo, y


revivió.
(23)
ְּ‫הְּוַֽֽיתְּנִ֖הוְּלְּא ִ֑מֹו‬
ַ ָ‫ן־העֲליָה֙ ְּהַ ֵ֔ ַבית‬
ֽ ָ ‫חְּאל ָָ֜יהוְּאֶ ת־הַ ֶָ֗ילֶדְּו ַֽיר ֶּ֤דהוְּמ‬
ֽ ‫וַי ֻּ֨ ַק‬
:‫יְּחֹ֥יְּבְּנְַֽֽך‬
ַ ‫הוְּר ִ֖א‬
ְּ ‫ְּאל ֵָ֔י‬ ֣ ֙‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר‬
vaiqáj éliáhu et-haiéled vaióridéhu min-há'aliah habáitah, váitênéhu lêimó;
vaiómer éliáhu, rêí jái bênéj.

Elías tomó al niño, lo bajó del altillo a la casa y lo entregó a su madre. Luego
Elías dijo: –¡Mira, tu hijo está vivo!
(24)
ְּ‫יםְּאתָ ה‬
ִ֑ ָ ‫ֱלה‬
ִ֖ ‫יְּכיְּ ֹ֥אישְּא‬
ִּ֛ ‫ל־אל ֵָ֔יהוְּעַתָ ה֙ ְּזֶ ֣הְּי ֵ֔ ַָדעת‬
֣ ֶ‫רְּהאשָ ה֙ ְּא‬ ֽ ָ ֶ‫ו ֶַּ֤תאמ‬
‫ פ‬:ְּ‫ודבַ ר־יהוָ ֹ֥הְּבְּ ִ֖פיָךְּא ֶ ֱֽמת‬
vatómer háishah el-éliáhu, 'atah zéh iadá'ti, kí ísh elohím átah; udvar-Adonai
bêfíja emét .

Entonces la mujer dijo a Elías: –¡Ahora reconozco que tú eres un hombre de


Elohim y que la palabra del Eterno es verdad en tu boca!

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 18


(1)
ְּ‫ישית‬
ִ֖ ‫ל־אל ֵָ֔יהוְּבַ שָ נָ ֹ֥הְּהַ שְּל‬
֣ ֶ‫יםְּר ֵ֔ביםְּודבַ ר־יה ָ֗ ָוהְּהָ יָה֙ ְּא‬ ַ ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּי ָ֣מ‬
:ְּ‫ֹ֥יְּהאֲדָ ָ ֽמה‬
ֽ ָ ‫ְךְּה ָר ֣אהְּאֶ ל־אַ ח ֵ֔ ָאבְּוְּאֶ תְּנָ ֹ֥הְּמָ ָ ִ֖טרְּעַל־פְּנ‬
ֽ ‫רְּל‬
ֶ֚ ‫אמ‬ ִ֑ ‫ל‬
váihí iamím rabím, udvar-Adonai haiah el-éliáhu, bashanáh hashêlishít lemór;
léj héraéh el-ajáv, vêetênáh matár 'al-pênéi háadamáh .

Sucedió que después de mucho tiempo, al tercer año, vino la palabra del
Eterno a Elías, diciendo: –Ve, preséntate ante Acab, y yo enviaré lluvia sobre
la faz de la tierra.
(2)
:‫ְּאל ֵָ֔יהוְּלְּ ֽה ָר ִ֖אֹותְּאֶ ל־אַ ח ָ ִ֑אבְּוְּ ָ ֽה ָרעָ ֹ֥בְּחָ זָ ִ֖קְּבְּ ֽשמְּ ֽרֹון‬
ֽ ֙‫ו ַֻּ֨ילְֶך‬
vaiélej éliáhu, lêhéraót el-ajáv; vêhára'áv jazáq bêshómêrón.

Elías fue para presentarse ante Acab. Había gran hambre en Shomrón
[Samaria].

625
18 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(3)
ְּ‫ֲשרְּעַל־הַ ָבִ֑יתְּוְּ ֽעבַ ד ָָ֗יהוְּהָ יָ ֹ֥הְּי ִָּ֛רא‬
֣ ֶ ‫ל־עבַ דיָ ִ֖הוְּא‬
ֽ ֶ‫וַיק ָ ֣ראְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּא‬
:ְּ‫אֶ ת־יהוָ ִ֖הְּמְּ ֽאד‬
vaiqrá ajáv, el-'óvadiáhu ashér 'al-habáit; vê'óvadiáhu haiáh iaré et-Adonai
mêód .

Entonces Acab llamó a Abdías, el administrador del palacio. [Abdías era muy
temeroso del Eterno.
(4)
ְּ‫יאים‬
ָ֗ ‫חְּעבַ ד ָָ֜יהוְּמ ָ ֣אהְּנְּב‬
ֽ ‫יאיְּיהוָ ִ֑הְּוַי ֻּ֨ ַק‬֣ ‫לְּאתְּנְּב‬ ִ֖ ֶ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּבְּהַ כ ֣ריתְּאי ֵֶ֔זב‬
:ְּ‫יאםְּחֲמ ֹ֥שיםְּאיש֙ ְּבַ מְּע ָ ֵָ֔רהְּוְּכלכְּלָ ִ֖םְּלֶ ֹ֥חֶ םְּו ָ ָֽמים‬ ׁ֞ ‫ַוַֽֽיַחב‬
váihí bêhajrít izével, ét nêviéi Adonai; vaiqáj 'óvadiáhu meáh nêviím
váiajbiém jamishím ish bamê'aráh, vêjilkêlám léjem vamáim .

Y sucedió que cuando Jezabel destruía a los profetas del Eterno, Abdías tomó
a cien de ellos y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los
sustentó con pan y agua.]
(5)
ְּ‫ל־עבַ ד ֵָ֔יהוְּלְֶּ֤ךְּבָ ֻּ֨ ָא ֶרץ֙ ְּאֶ ל־כְּל־מַ עיְּנ֣יְּהַ ֵ֔ ַמיםְּוְּ ֶ ִ֖אל‬
֣ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאַ חאָ ב֙ ְּא‬
ְּ‫כְּל־הַ נְּחָ ִ֑ליםְּאולַ ֣יְּ׀ְּנמ ָצ֣אְּחָ ָ֗צירְּונחַ יֶה֙ ְּ֣סוסְּ ָו ֵֶ֔פ ֶרדְּוְּלֹ֥ ֹואְּנַכ ִ֖רית‬
:‫ֽמהַ בְּה ָ ֽמה‬
vaiómer ajav el-'óvadiáhu, léj baáretz el-kol-ma'iênéi hamáim, vêél kol-
hanêjalím; ulái | nimtzá jatzír unjaieh sús vaféred, vêló najrít méhabêhemáh.

Acab dijo a Abdías: –Ve por la tierra a todos los manantiales de agua y a
todos los arroyos; quizás hallemos pasto con que podamos conservar con vida
a los caballos y a las mulas, y no tengamos que eliminar algunos de los
animales.
(6)
ְּ‫ר־בִּ֑הְּאַ ח ׁ֞ ָאבְּהָ ַֻּ֨לְךְּבְּ ֶ ֶּ֤ד ֶרְךְּאֶ חָ ד֙ ְּלְּבַ דֵ֔ ֹו‬
ָ ְּ‫ץְּלעֲב‬ ֽ ַ ‫ַוַֽֽיחַ לְּ ֹ֥קוְּל ֶָהִּ֛םְּאֶ ת־הָ ָ ִ֖א ֶר‬
:‫וְּ ֽעבַ דיָ ִּ֛הוְּהָ לַ ְֹ֥ךְּבְּדֶ ֶרְך־אֶ ָחִ֖דְּלְּבַ ֽדֹו‬
váijalêqú lahém et-haáretz lá'avor-báĥ; ajáv haláj bêdérej ejad lêvadó,
vê'óvadiáhu haláj bêderej-ejád lêvadó.

Se repartieron el territorio entre ellos para recorrerlo; Acab se fue solo por un
camino, y Abdías se fue solo por otro.

626
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 18

(7)
ְּ‫אתֹוְּ ַויַכ ֻּ֨רהו֙ ְּוַי ֣פלְּעַל־ ָפ ֵָ֔ניו‬
ִ֑ ‫ֹ֥הְּאליָ ִ֖הוְּלק ָר‬
ֽ ‫יְּעבַ ד ָֻּ֨יהו֙ ְּבַ ֵ֔ ֶד ֶרְךְּוְּהנ‬
ֽ ‫וַי ֶּ֤ה‬
:‫ֹ֥יְּאל ָיֽהו‬
ֽ ‫רְּהאַ ָ ֹ֥תהְּזֶ ִ֖הְּאֲדנ‬ ֽ ַ ֶ‫ו ַָּ֕יאמ‬
vaihí 'óvadiáhú badérej, vêhinéh éliáhu liqrató; vaiakiréhú vaipól 'al-panáv,
vaiómer háatáh zéh adoní éliáhu.

Sucedió que cuando Abdías iba por el camino, he aquí que Elías venía a su
encuentro; y como le reconoció, se postró sobre su rostro y preguntó: –¿Eres
tú Elías, mi señor?
(8)
:‫ֹ֥הְּאל ָיֽהו‬
ֽ ‫ֹוְּאניְּלְִּ֛ךְּא ֱֹ֥מרְּ ַ ֽלאדנֶ ִ֖יָךְּהנ‬
ִ֑ ָ ִ֖‫ו ַֹ֥יאמֶ רְּל‬
vaiómer ló áni; léj emór ládonéja hinéh éliáhu.

Y le respondió: –Sí, yo soy. Ve y di a tu señor: 'Elías está aquí.'


(9)
:‫יתני‬
ֽ ‫בְּלהֲמ‬
ֽ ַ ‫ןְּאת־עַבדְָּךִּ֛ ְּבְּיַד־אַ ח ָ ִ֖א‬
ֽ ֶ ‫יְּכי־אַ ׁ֞ ָתהְּנ ֹּ֧ת‬
ֽ ‫רְּמהְּחָ ָ ִ֑טאת‬
֣ ֶ ֶ‫ו ִַ֖יאמ‬
vaiómer méh jatáti; kí-atáh notén ét-'avdêjá bêiad-ajáv láhamiténi.

Pero él dijo: –¿En qué he pecado para que tú entregues a tu siervo en mano de
Acab, para que me mate?
(10)
ְּ ֙‫רְּלא־שָ ַֻּ֨לחְּאֲדנֹ֥יְּשָ ם‬
ֽ ֶ‫ֱלהיָךְּאם־יֶש־גֶּ֤ ֹויְּומַ מ ָלכָה֙ ְּ ַ֠ ֲאש‬ ֶ ָ֗ ‫ַח֣יְּ׀ְּיהוָ ֣הְּא‬
ְּ‫יְּלא‬
ֹ֥ ‫ֹויְּכ‬
ִ֖ ֵ֔‫וְּאיןְּוְּהש ֶּ֤ביעְַּאֶ ת־הַ מַ מ ָלכָה֙ ְּוְּאֶ ת־הַ ג‬
ִ֑ ָ ‫לְּבַ קֶ ש ֵָ֔ךְּוְּ ָ ֽאמְּ ִ֖ר‬
:ְּ‫ימצָ ֶ ֽאכָה‬
jái | Adonai elohéja im-yesh-góy umamlajah ásher ló-shaláj adoní sham
lêvaqeshjá, vêámêrú áin; vêhishbí'a et-hamamlajah vêet-hagóy, kí ló
imtzaékah .

¡Vive el Eterno tu Elohim, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor


no haya enviado a buscarte! Cuando ellos respondían: 'No está', hacía jurar al
reino y a la nación que no te habían hallado.
(11)
:‫ֹ֥הְּאל ָיֽהו‬
ֽ ‫רְּלאדנֶ ִ֖יָךְּהנ‬
ֽ ַ ‫וְּע ָ ִַ֖תהְּאַ ָ ֣תהְּא ִ֑מרְּלְִּ֛ךְּא ֱֹ֥מ‬
vê'atáh atáh omér; léj emór ládonéja hinéh éliáhu.

Y ahora tú dices: 'Ve y di a tu señor: 'Elías está aquí.''

627
18 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(12)
ְּ‫רְּלא־א ֵ֔ ָדע‬
ֽ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫ֶּ֤הְּ׀ְּישָ אֲָך֙ ְּ ֶַ֚עלְּא‬
ֽ ָ‫ְ֣ךְּמא ָ֗ ָתְךְּוְּ ֻּ֨רוחַ ְּיהו‬
ֽ ‫וְּהָ ָׁ֞יהְּאֲנ֣יְּ׀ְּאל‬
ְּ‫אְּימְּצָ אֲָךִ֖ ַ ְּֽוה ֲָרגָ ִ֑ניְּוְּעַבדְָּךִּ֛ ְּי ָֹ֥ראְּאֶ ת־יהוָ ִ֖ה‬
ֽ ‫ובאתיְּלְּהַ גֹּ֧ידְּלְּאַ ח ָ ִּ֛אבְּוְּ ֹ֥ל‬ ָ ֻּ֨
:ְּ‫מנְּע ָ ֽרי‬
vêhaiáh aní | eléj méitáj vêrúaj Adonai | ísaajá 'ál ashér ló-edá', uváti lêhagíd
lêajáv vêló ímêtzaajá váharagáni; vê'avdêjá iaré et-Adonai minê'urái .

Lo que sucederá es que después que yo me haya alejado de ti, el espíritu del
Eterno te llevará adonde yo no sepa, y habiendo yo ido para informar a Acab,
si él no te halla, me matará. Tu siervo teme al Eterno desde su juventud.
(13)
ְּ‫יאיְּיהוָ ִ֑ה‬ ֣ ‫לְּאתְּנְּב‬
ִ֖ ֶ‫יְּבה ֲ֣רגְּאי ֵֶ֔זב‬
ֽ ַ ‫ְּאתְּאֲשֶ ר־ע ֵָ֔שית‬ ֣ ֙‫ֶּ֤דְּלאדני‬
ֽ ַ ַ‫ה ֲֽלא־הג‬
ְּ‫הְּאישְּחֲמ ֻּ֨שיםְּחֲמ ֹ֥שיםְּאיש֙ ְּבַ מְּע ָ ֵָ֔רה‬ ָ֗ ָ‫יאיְּיה ָ֜ ָוהְּ ֣מא‬
ֻּ֨ ‫ָוֽאַ חבאְּ֩מנְּב‬
:ְּ‫ָ ֽו ֲאכַלכְּלִ֖םְּלֶ ֹ֥חֶ םְּו ָ ָֽמים‬
haló-hugád ládoní ét asher-'asíti, báharóg izével, ét nêviéi Adonai; váajbi
minêviéi Adonai méah ísh jamishím jamishím ish bamê'aráh, váajalkêlém
léjem vamáim .

¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mataba a los
profetas del Eterno, cómo escondí en una cueva a cien de ellos de cincuenta
en cincuenta y los sustenté con pan y agua?
(14)
‫ ס‬:‫ִ֑הוְּוה ֲָר ָגֽני‬
ֽ ַ ָ‫רְּלאדנֶ ִ֖יָךְּהנ֣הְּ ֽאלי‬
ֽ ַ ‫וְּעַתָ ה֙ ְּאַ ָ ֣תהְּא ֵ֔מרְּלְִּ֛ךְּא ֱֹ֥מ‬
vê'atah atáh omér, léj emór ládonéja hinéh éliáhu; váharagáni.

Y ahora tú dices: 'Ve y di a tu señor: 'Aquí está Elías.'' ¡Él me matará!


(15)
ְּ‫ֲשרְּע ַ ִָ֖מדתיְּלְּפָנָ ִ֑יוְּ ֹ֥כיְּהַ יִ֖ ֹום‬
ֹ֥ ֶ ‫ְּאל ֵָ֔יהוְּחֶַ֚ יְּיהוָ ֣הְּצְּבָ ֵ֔אֹותְּא‬
ֽ ֙‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר‬
:ְּ‫ֽא ָר ֶ ֹ֥אהְּא ָ ֽליו‬
vaiómer éliáhu, jái Adonai tzêvaót, ashér 'amádti lêfanáv; kí haióm éraéh eláv
.

Y Elías dijo: –¡Vive el Eterno de los Ejércitos, a quien sirvo, que hoy me
presentaré a él!
(16)
ְּ‫ְֶךְּעבַ דיָ ִּ֛הוְּלק ַ ֹ֥ראתְּאַ ח ָ ִ֖אבְּ ַו ַיגֶד־לִ֑ ֹוְּוַיֹ֥לְֶךְּאַ ח ָ ִ֖אבְּלק ַ ֹ֥ראת‬
ֽ ‫וַיֹּ֧ל‬
:‫ֽאל ָיֽהו‬

628
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 18

vaiélej 'óvadiáhu liqrát ajáv vaiaged-ló; vaiélej ajáv liqrát éliáhu.

Entonces Abdías fue al encuentro de Acab y le informó. Acab fue al encuentro


de Elías;
(17)
ְּ‫יוְּהאַ ָ ֹ֥תהְּזֶ ִ֖הְּעכֹ֥ר‬
ֽ ַ ‫ת־אליָ ִ֑הוְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּאַ חאָ ב֙ ְּא ֵָ֔ל‬
ֽ ֶ‫וַי ִּ֛היְּכר ֹ֥אֹותְּאַ ח ָ ִ֖אבְּא‬
:‫יש ָר ֽאל‬
vaihí kirót ajáv et-éliáhu; vaiómer ajav eláv, háatáh zéh 'ojér israél.

y sucedió que cuando Acab vio a Elías, le dijo: –¿Eres tú, el que está
trastornando a Israel?
(18)
ְּ ֙‫יָךְּבעֲזְּבכֶם‬
ֽ ַ ‫לְּכיְּאם־אַ ָ ִ֖תהְּוב֣יתְּאָ ִ֑ב‬ֹ֥ ‫רְּלאְּ ָע ַֻּ֨כרתי֙ ְּאֶ ת־יש ָר ֵ֔א‬ֶּ֤ ֶ‫ו ַָ֗יאמ‬
:ְּ‫ְֶךְּאח ֲֹ֥ריְּהַ בְּע ָֽלים‬
ֽ ַ ‫אֶ ת־מצְֹּ֣ותְּיה ֵ֔ ָוהְּו ִַ֖תל‬
vaiómer ló 'ajártí et-israél, kí im-atáh uvéit avíja; bá'azovjem et-mitzót
Adonai, vatélej ájaréi habê'alím .

Y él respondió: –Yo no he trastornado a Israel, sino tú y tu casa paterna, al


haber abandonado los mandamientos del Eterno y al haber seguido a los
Baales.
(19)
‫ל־ה֣רְּהַ כַר ֶ ִ֑מלְּוְּאֶ ת־‬
ַ ֶ‫וְּע ָ֗ ַָתהְּשְּ ַֻּ֨לחְּקְּ ֹ֥בץְּאלַ ִּ֛יְּאֶ ת־כְּל־יש ָר ִ֖אלְּא‬
ְּ‫יְּהאֲש ָרה֙ ְּאַ ר ַב֣עְּמ ֵ֔אֹות‬
ֽ ָ ‫יא‬
ֶּ֤ ‫ֹותְּוחֲמ ָ֗שיםְּונב‬
ֽ ַ ‫יאיְּהַ ָ֜ ַבעַלְּאַ ר ַבֹּ֧עְּמ ֣א‬ ֻּ֨ ‫נְּ ב‬
:‫ֽאכְּלִ֖יְּשל ַחֹ֥ןְּא ָיזֽבֶ ל‬
vê'atáh shêláj qêvótz elái et-kol-israél el-hár hakarmél; vêet-nêviéi habá'al
arbá' meót vájamishím unviéi háasherah arbá' meót, ójêléi shulján izável.

Ahora pues, manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todo Israel,
los 450 profetas de Baal y los 400 profetas de Asera que comen de la mesa de
Jezabel.
(20)
ְּ‫ל־הֹ֥ר‬
ַ ֶ‫יאיםְּא‬
ִ֖ ‫וַישלַ ֹ֥חְּאַ ח ָ ִ֖אבְּבְּכְּל־בְּנ֣יְּיש ָר ִ֑אלְּוַיק ֹ֥בץְּאֶ ת־הַ נְּב‬
:‫הַ כַר ֶ ֽמל‬
vaishláj ajáv bêjol-bênéi israél; vaiqbótz et-hanêviím el-hár hakarmél.

Entonces Acab convocó a todos los Hijos de Israel y reunió a los profetas en
el monte Carmelo.

629
18 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(21)
ְּ‫םְּפסְּחים֮ ְּעַל־שְּ ֣תי‬ ֽ ‫שְּאל ָָ֜יהוְּאֶ ל־כְּל־הָ ָָ֗עםְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּעַד־מָ ׁ֞ ַתיְּאַ ֶ ֣ת‬ ֽ ‫וַי ֻּ֨ ַג‬
ְּ‫וְּאח ָ ֲִ֑ריו‬
ֽ ַ ֣‫וְּאח ָ ֲֵ֔ריוְּוְּאם־הַ ַ ִ֖בעַלְּלְּכ‬
ֽ ַ ֣‫ֶּ֤הְּהאֱלהים֙ ְּלְּכ‬ֽ ָ ָ‫הַ סְּעפיםְּ֒אם־יהו‬
:ְּ‫וְּ ֽלא־עָנֹ֥ וְּהָ עָ ִּ֛םְּא ִ֖תֹוְּדָ ָ ֽבר‬
vaigásh éliáhu el-kol-ha'ám vaiómer 'ad-matái atém pósêjim 'al-shêtéi
hasê'ipim im-Adonai háelohim lêjú ájaráv, vêim-habá'al lêjú ájaráv; vêló-'anú
ha'ám otó davár .

Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: –¿Hasta cuándo estaréis cojeando entre
dos opiniones? Si el Eterno es Elohim, ¡seguidle! Y si Baal, ¡seguidle! Pero el
pueblo no le respondió nada.
(22)
ְּ‫יאי‬
֣ ‫יאְּליהוָ ִ֖הְּלְּבַ ִ֑דיְּונב‬
ֽ ַ ‫יְּנֹותרתיְּנ ִָּ֛ב‬
ֹּ֧ ַ ‫רְּאל ָֻּ֨יהו֙ ְּאֶ ל־הָ ֵָ֔עםְּא ֲׁ֞נ‬
ֽ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמ‬
:ְּ‫יםְּאיש‬ֽ ‫ֹותְּוחֲמ ִ֖ש‬
ֽ ַ ‫הַ ֵ֔ ַבעַלְּאַ רבַ ע־מ ֹ֥א‬
vaiómer éliáhú el-ha'ám, aní notárti naví láAdonai lêvadí; unviéi habá'al,
arba'-meót vájamishím ísh .

Entonces Elías volvió a decir al pueblo: –Sólo yo he quedado como profeta


del Eterno, pero de los profetas de Baal hay 450 hombres.
(23)
ְּ ֙‫דְּוינַתְּ ָ֗חהוְּוְּי ָֻּ֨שימו‬
ֽ ‫וְּיתְּנו־ ָָ֜לנוְּשְּנַ ַֽ֣יםְּפ ָָ֗ריםְּוְּיבח ֲ֣רוְּלָהֶ םְּ֩הַ ָֻּ֨פרְּ ָ ֽהאֶ ָ֜ ָח‬
ְּ ֙‫֣רְּהאֶ ָ֗ ָחדְּוְּ ָנֽתַ תי‬
ֽ ָ ָ‫יְּאע ֶ ֱ֣שהְּ׀ְּאֶ ת־הַ פ‬ ֽ ֶ ‫ימוְּוא ֲׁ֞נ‬
ֽ ַ ‫שְּלאְּי ִָ֑ש‬
֣ ‫ַל־ה֣ע ֵ֔ציםְּוְּ ִ֖א‬ ָ ‫ע‬
:‫שְּלאְּאָ ֽשים‬
ֹ֥ ‫ַל־ה֣ע ֵ֔ציםְּוְּ ִ֖א‬ָ ‫ע‬
vêitênu-lánu shênáim parím vêivjarú lahem hapár háejád vínatêjúhu vêiasímú
'al-há'etzím, vêésh ló iasímu; váaní é'eséh | et-hapár háejád vênátatí 'al-
há'etzím, vêésh ló asím.

Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y
pónganlo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo
pondré sobre la leña, pero no pondré fuego.
(24)
ְּ‫ֱלהים‬ ִּ֛ ‫ֹּ֧הְּהא‬
ֽ ָ ָ‫םְּואֲני֙ ְּאֶ ק ָ ֣ראְּבְּשם־יה ֵ֔ ָוהְּוְּהָ י‬ ֽ ַ ‫אתםְּבְּ ֣שםְּאֱלֽ הי ֶָ֗כ‬ ֶ ׁ֞ ‫וק ָר‬
: ‫ֱלהיםְּוַיַ ֹּ֧עַןְּכְּל־הָ עָ ִּ֛םְּו ַֽיאמְּ ִ֖רוְּ ֹ֥טֹובְּהַ דָ ָ ֽבר‬
ְּ ִ֑ ‫ר־יעֲנֶ ֹ֥הְּבָ ִ֖אשְּ ֣הואְּ ָ ֽהא‬
ֽ ַ ֶ‫אֲש‬
uqratém bêshém elóheijém váaní eqrá vêshem-Adonai, vêhaiáh háelohím
asher-iá'anéh vaésh hú háelohím; vaiá'an kol-ha'ám vaiómêrú tóv hadavár .

Luego invocad vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre


del Eterno. El Elohim que responda con fuego, ¡ése es Elohim! Todo el
pueblo respondió y dijo: –¡Bien dicho!

630
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 18

(25)
ְּ‫ֶּ֤רְּהאֶ חָ ד֙ ַ ְּֽוע ֲ֣שו‬
ֽ ָ ָ‫ַלְּבח ֲֻּ֨רוְּ ָל ֶָ֜כםְּהַ פ‬
ֽ ַ ‫יאיְּהַ ָ֗ ַבע‬
֣ ‫רְּאל ָָ֜יהוְּלנב‬ ֽ ֶ‫ו ַֻּ֨יאמ‬
:‫שְּלאְּתָ ֽשימו‬
ֹ֥ ‫םְּה ַר ִ֑ביםְּוְּקראו֙ ְּבְּ ֣שםְּאֱלֽ הי ֵֶ֔כםְּוְּ ִ֖א‬ ֽ ָ ‫הְּכיְּאַ ֶ ִ֖ת‬
ֹ֥ ‫ֽראש ֵָ֔נ‬
vaiómer éliáhu linviéi habá'al bájarú lajém hapár háejad vá'asú ríshonáh, kí
atém hárabím; vêqirú bêshém elóheijém, vêésh ló tasímu.

Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: –Escogeos el toro y preparadlo


vosotros primero, porque vosotros sois la mayoría. Invocad el nombre de
vuestro dios, pero no pongáis fuego.
(26)
ְּ‫ם־הַ בַ עַל‬
ַ֠ ‫ַַ֠ויקחוְּאֶ ת־הַ ָֻּ֨פרְּאֲשֶ ר־נ ַ ָ֣תןְּלָהֶ ם֮ ְַּוַֽֽ ַיעֲשוְּ֒וַיקרְּ ֣אוְּבְּש‬
ְּ‫יןְּקֹולְּוְּ ֣איןְּענֶ ִ֑ה‬
ִ֖ ‫ֽמהַ ֻּ֨בקֶ רְּוְּעַד־הַ ָ ֽצהְּ ַ ֶּ֤ריםְּלאמר֙ ְּהַ ַ ֣בעַלְּע ֲֵ֔ננוְּוְּ ֹ֥א‬
:‫ָשה‬ ֽ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫ַוַֽֽיְּפַסְּ ֵ֔חוְּעַל־הַ מזבִ֖חַ ְּא‬
váiqju et-hapár asher-natán lahem váia'asú vaiqrêú vêshem-hába'al méhabóqer
vê'ad-hatzáhoráim lemor habá'al 'anénu, vêéin qól vêéin 'onéh; váifasêjú, 'al-
hamizbéaj ashér 'asáh.

Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo prepararon. Luego invocaron el
nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: –¡Oh Baal,
respóndenos! Pero no hubo voz ni quien respondiese. Mientras tanto ellos
danzaban junto al altar que habían hecho.
(27)
‫ְּ֙כי־‬ֽ ‫֣םְּאל ָָ֗יהוְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּקר ֶּ֤אוְּבְּקֹול־גָדֹול‬ ֽ ‫יְּבצָ הְּ ַ ָ֜ריםְּוַיהַ ֹּ֧תלְּבָ ֶה‬
ֽ ַ ‫וַי ֻּ֨ה‬
: ‫י־ד ֶרְךְּלִ֑ ֹוְּאולַ ִּ֛יְּי ָֹ֥שןְּ ִ֖הואְּוְּי ָ ֽקץ‬
ְּ ֣ ֶ ‫י־שיגְּלִ֖ ֹוְּוְּכ‬
ִּ֛ ‫יחְּוְּכ‬
ְַּ ‫ואְּכיְּ ֹּ֧ש‬
֣ ‫יםְּה‬ ֵ֔ ‫ֱלה‬ ֣ ‫א‬
vaihí vátzahoráim vaihatél bahém éliáhu vaiómer qirú vêqol-gadol kí-elohím
hú, kí síaj vêji-síg ló vêji-dérej ló; ulái iashén hú vêiqátz .

Y sucedió que hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo: –¡Gritad a


gran voz, porque es un dios! Quizás está meditando, o está ocupado, o está de
viaje. Quizás está dormido, y hay que despertarle.
(28)
‫ֹותְּוב ְּרמָ ִ֑חיםְּעַד־‬
ָֽ ‫םְּבח ֲָר ִ֖ב‬
ֽ ַ ‫ַוַֽֽיקרְּאו֙ ְּבְּ ֣קֹולְּגָדֵ֔ ֹולְּוַית ֽגדְּדו֙ ְּכְּמשפ ֵ֔ ָָט‬
:‫יהם‬ ֽ ֶ ‫ְָך־דםְּעֲל‬ ִ֖ ָ ‫שְּפ‬
váiqrêú bêqól gadól, vaitgódêdú kêmishpatám, bájaravót uvárêmajím; 'ad-
shêfaj-dám 'aleihém.

Ellos clamaban a gran voz y se sajaban el cuerpo con espadas y con lanzas,
conforme a su costumbre, hasta hacer chorrear la sangre sobre ellos.

631
18 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(29)
‫ין־קֹולְּוְּאין־‬ ֽ ַ ַ‫רְּהצָ הְּ ַ ֵ֔ריםְּו ַֽיתְּנַבְּ ֵ֔אוְּע‬
ֹ֥ ‫ִ֖דְּלעֲל֣ ֹותְּהַ מנ ָחִ֑הְּוְּ ֽא‬ ֽ ַ ‫ְּכע ֲ֣ב‬
ֽ ַ ֙‫ַוַֽֽיהי‬
:‫יןְּקשֶ ב‬
ֽ ָ ‫ענֶ ִ֖הְּוְּ ֹ֥א‬
váihí ká'avór hátzahoráim, vaítênabêú, 'ád lá'alót haminjáh; vêéin-qól vêein-
'onéh vêéin qáshev.

Y sucedió que cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando


frenéticamente hasta la hora de ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni
quien respondiese ni escuchase.
(30)
ְּ‫רְּאליָ ֶּ֤הוְּלְּכְּל־הָ עָם֙ ְּגְּ ֣שוְּא ֵַ֔ליְּוַיגְּ ֹ֥שוְּכְּל־הָ עָ ִ֖םְּאלָ ִ֑יוְּוַי ַרפִּ֛א‬
ֽ ֶ‫ו ַֻּ֨יאמ‬
:ְּ‫ִ֖הְּההָ ֽרוס‬
ֽ ֶ ָ‫אֶ ת־מז ַבֹ֥חְּיהו‬
vaiómer éliáhu lêjol-ha'am gêshú elái, vaigêshú jol-ha'ám eláv; vairapé et-
mizbáj Adonai héharús .

Entonces Elías dijo a todo el pueblo: –¡Acercaos a mí! Todo el pueblo se


acercó a él. Luego él reparó el altar del Eterno que estaba arruinado.
(31)
ְּ֩‫חְּאל ָָ֗יהוְּשְּ ֶּ֤תיםְּעֶשרה֙ ְּאֲבָ ֵ֔ניםְּכְּמספַ ִ֖רְּשב ֣טיְּבְּנֽי־ ַיע ֲִ֑קבְּאֲשֶ ר‬
ֽ ‫וַי ַ ֣ק‬
:ְּ‫לְּיהיֶ ֹ֥הְּשְּ ֶ ֽמָך‬
ֽ ‫אמרְּיש ָר ִ֖א‬
ֵ֔ ‫הָ ָֻּ֨יהְּדְּבַ ר־יהוָ ֶּ֤הְּאלָיו֙ ְּל‬
vaiqáj éliáhu shêtéim 'esreh avaním, kêmispár shivtéi vênéi-ia'aqóv; asher
haiáh dêvar-Adonai elav lemór, israél íhiéh shêméja .

Elías tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de
Iaacov [Jacob], a quien le vino palabra del Eterno diciendo: 'Israel será tu
nombre.'
(32)
ְּ‫אתים‬
֣ ַ ָ‫ת־האֲבָ נִּ֛יםְּמזבִ֖חַ ְּבְּ ֣שםְּיהוָ ִ֑הְּוַיַ ֣עַשְּתְּ ָע ָָ֗להְּכְּבית֙ ְּס‬
ֽ ָ ֶ‫וַיבנֶ ֹּ֧הְּא‬
:ְּ ַ‫ֵֶ֔ז ַרעְּסָ ִ֖ביבְּלַמז ֽבח‬
vaivnéh et-háavaním mizbéaj bêshém Adonai; vaiá'as tê'aláh kêveit satáim
zéra', savív lamizbéaj .

Y edificó con las piedras un altar en el nombre del Eterno. Después hizo una
zanja alrededor del altar, en la cual pudiesen caber dos medidas de semilla.
(33 / 9286)
:‫ַל־הע ֽצים‬
ֽ ָ ‫ת־הע ִ֑ציםְּוַינַתַ ח֙ ְּאֶ ת־הַ ֵָ֔פרְּוַיָ ִ֖שֶ םְּע‬
ֽ ָ ֶ‫ַוַֽֽ ַיע ֲִ֖רְךְּא‬
váia'arój et-há'etzím; vainataj et-hapár, vaiásem 'al-há'etzím.

Luego arregló la leña, cortó el toro en pedazos y los puso sobre la leña.

632
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 18

(34)
ְּ‫ַל־הע ִ֑צים‬
ֽ ָ ‫ַל־העלָ ִ֖הְּוְּע‬
ֽ ָ ‫ְּמיםְּוְּ ֽיצְּ ֹ֥קוְּע‬
ַ ֵ֔ ֙‫ו ַָ֗יאמֶ רְּמל ֻּ֨אוְּאַ רבָ עָ ֶּ֤הְּכַדים‬
:‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּשְּנו֙ ְּוַישנֵ֔ וְּו ַֹ֥יאמֶ רְּשַ לִ֖שוְּוַישַ ֽלשו‬
vaiómer milú arba'áh jadim máim, vêítzêqú 'al-há'oláh vê'al-há'etzím; vaiómer
shênú vaishnú, vaiómer shaléshu vaishaléshu.

Entonces dijo: –Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el


holocausto y sobre la leña. Luego dijo: –Hacedlo por segunda vez. Y lo
hicieron por segunda vez. Dijo aún: –Hacedlo por tercera vez. Y lo hicieron
por tercera vez,
(35)
:‫א־מים‬
ֽ ָ ‫וַיֽלְּכ֣ וְּהַ ֵ֔ ַמיםְּסָ ִ֖ביבְּלַמזבִ֑חַ ְּוְּגַ ֹ֥םְּאֶ ת־הַ תְּעָלָ ִ֖הְּמל‬
vaiélêjú hamáim, savív lamizbéja; vêgám et-hatê'aláh mile-máim.

de modo que el agua corría alrededor del altar y llenó también la zanja.
(36)
ְּ ֙‫שְּאליָ ֣הוְּהַ נָביא֮ ְּוַיאמַ רְּ֒יה ָ֗ ָוהְּאֱלהי‬ֽ ‫יְּ׀ְּבעֲל֣ ֹותְּהַ מנ ָ֗ ָחהְּוַי ׁ֞ ַג‬
ֽ ַ ‫וַי ֣ה‬
ְּ‫ֱלהיםְּבְּיש ָר ִ֖אל‬ ִּ֛ ‫עְּכי־אַ ָ ֹּ֧תהְּא‬
ֽ ‫אַ ב ָרהָ ם֙ ְּיצ ָח֣קְּוְּיש ָר ֵ֔אלְּהַ י֣ ֹוםְּיו ָ֗ ַָד‬
:ְּ‫יְּאתְּכְּל־הַ דְּבָ ִ֖ריםְּהָ ֽאלֶה‬
ֹ֥ ‫ַ ֽואֲנ֣יְּעַב ֶ ִ֑דָךְּובדבריךְּ(ובד ָ ֽב ְּרָך֣ )ְּע ֵָ֔שית‬
vaihí | bá'alót haminjáh vaigásh éliáhu hanavi vaiomar Adonai eloheí avraham
itzjáq vêisraél, haióm ivadá' kí-atáh elohím bêisraél váaní 'avdéja; vvdvrij
(uvidvárêjá) 'asíti, ét kol-hadêvarím haéleh .

Cuando llegó la hora de presentar la ofrenda vegetal, se acercó el profeta Elías


y dijo: –¡oh Eterno, Elohim de Avraham [Abraham], de Itzjaq [Isaac] y de
Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Elohim en Israel y que yo soy tu siervo;
y que por tu palabra he hecho todas estas cosas!
(37)
‫ֱלהיםְּוְּאַ ָ ִּ֛תה‬
ִ֑ ‫ִ֖הְּהא‬
ֽ ָ ָ‫הְּכי־אַ ָ ֹ֥תהְּיהו‬
ֽ ‫עֲנֶּ֤ניְּיהוָה֙ ְּע ֲֵ֔נניְּוְּ ֽיַֽדְּעו֙ ְּהָ עָ ֣םְּהַ ֵֶ֔ז‬
:ְּ‫הֲס ֹ֥בתָ ְּאֶ ת־ל ָבִ֖םְּא ֲֽח ַר ֽנית‬
'anéni Adonai 'anéni, vêiédê'ú ha'ám hazéh, kí-atáh Adonai háelohím; vêatáh
hasibóta et-libám ajóranít .

Respóndeme, oh Eterno; respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú,
oh Eterno, eres Elohim, y que tú haces volver el corazón de ellos.
(38)
ְּ‫ת־האֲבָ נִ֖ים‬
ֽ ָ ֶ‫ת־הע ֵ֔ציםְּוְּא‬
ֽ ָ ֶ‫ת־העלָה֙ ְּוְּא‬ֽ ָ ֶ‫וַת ֣פלְּאש־יה ָ֗ ָוהְּו ֶַּ֤תאכַלְּא‬
:ְּ‫ת־העָפָ ִ֑רְּוְּאֶ ת־הַ ַ ֹ֥מיםְּאֲשֶ ר־בַ תְּעָלָ ִ֖הְּל ֽחכָה‬
ֽ ֶ ֶ‫וְּא‬

633
18 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vatipól esh-Adonai vatójal et-há'olah vêet-há'etzím, vêet-háavaním vêet-


hé'afár; vêet-hamáim asher-batê'aláh lijéjah .

Entonces cayó fuego del Eterno, que consumió el holocausto, la leña, las
piedras y el polvo; y lamió el agua que estaba en la zanja.
(39)
ְּ‫להים‬
ֵ֔ ֱ‫ואְּהא‬
ֽ ָ ‫יהִ֑םְּו ַ֣יאמ ֵ֔רוְּיהוָה֙ ְּ֣ה‬
ֶ ‫םְּוַֽֽיפְּלִ֖ וְּעַל־פְּנ‬
ַ ‫ַויַרא֙ ְּכְּל־הָ ֵָ֔ע‬
:ְּ‫ֱלהים‬ ֽ ‫ואְּהא‬ֽ ָ ‫ִ֖הְּה‬
ֹ֥ ָ‫יהו‬
vaiar kol-ha'ám, váipêlú 'al-pêneihém; vaiómrú, Adonai hú háelohím, Adonai
hú háelohím .

Al verlo toda la gente, se postraron sobre sus rostros y dijeron: –¡el Eterno es
Elohim! ¡el Eterno es Elohim!
(40)
ְּ‫ַלְּאישְּאַ ל־ימָ לֹ֥ט‬
ִּ֛ ‫יאיְּהַ ָ֗ ַבע‬
֣ ‫ְּ֩אל ָֻּ֨יהוְּל ָ֜ ֶָהםְּתפ ֣שוְּ׀ְּאֶ ת־נְּב‬ ֽ ‫וַיאמֶ ר‬
:‫םְּשם‬
ֽ ָ ‫ישֹוןְּוַישחָ ִ֖ט‬
ֵ֔ ‫ִ֖םְּוַֽֽיתפְּ ִ֑שוםְּוַיֽ ֹור ֶּ֤דםְּ ֽאל ָֻּ֨יהו֙ ְּאֶ ל־נַ ֣חַ לְּק‬
ַ ‫מ ֶה‬
vaiomer éliáhu lahém tifsú | et-nêviéi habá'al ísh al-imalét mehém váitpêsúm;
vaióridém éliáhú el-nájal qishón, vaishjatém shám.

Entonces Elías les dijo: –¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que no escape
ninguno de ellos! Los prendieron, y Elías los hizo descender al arroyo de
Quisón, y allí los degolló.
(41)
:‫י־קֹולְּה ֲֹ֥מֹוןְּהַ ָגֽשֶ ם‬
ִ֖ ‫רְּאל ָֻּ֨יהו֙ ְּלְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּעֲלִ֖הְּא ֱ֣כלְּוש ִ֑תהְּכ‬
ֽ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמ‬
vaiómer éliáhú lêajáv, 'aléh ejól ushtéh; ki-qól hamón hagáshem.

Entonces Elías dijo a Acab: –Sube, come y bebe; porque se oye el ruido de
una fuerte lluvia.
(42)
ְּ֙‫ל־ראשְּהַ כַרמֶ ל‬
ֶּ֤ ֶ‫בְּלא ֱ֣כלְּוְּלש ִ֑תֹותְּוְּ ֻּ֨אל ָָ֜יהוְּ ָע ָֻּ֨להְּא‬
ֽ ֶ ‫ו ַ ַֽיעֲלֶ ֹ֥הְּאַ ח ָ ִ֖א‬
:‫֣רְּארצָ הְּוַיָ ֹ֥שֶ םְּפָנָ ִ֖יוְּבֹ֥יןְּבר ָ ֽכו‬
ַ ֵ֔ ‫וַיג ַה‬
vaiá'aléh ajáv léejól vêlishtót; vêéliáhu 'aláh el-rósh hakarmel vaighár ártzah,
vaiásem panáv béin birkáv.

Acab subió para comer y beber. Entonces Elías subió a la cumbre del
Carmelo, y postrándose en tierra puso su rostro entre sus rodillas.
(43)
ְּ‫רְּאין‬
֣ ֶ‫֣טְּד ֶרְך־ ֵָ֔יםְּ ַו ַֻּ֨י ַעלְּ֙ ַוי ֵַ֔בטְּו ִַ֖יאמ‬
ֽ ֶ ‫רְּאל־ ַנע ֲָ֗רֹוְּעֲלה־נָא֙ ְּהַ ב‬
ֽ ֶ ֶ‫ו ַ֣יאמ‬
:‫ִ֖בְּשבַ עְּפְּע ָֽמים‬
ֹ֥ ֶ ‫מְּ ִ֑אומָ הְּו ַָּ֕יאמֶ רְּש‬
634
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 18, 19

vaiómer él-na'aró 'aleh-na habét dérej-iám, vaiá'al vaiabét, vaiómer éin


mêúmah; vaiómer shúv shéva' pê'amím.

Luego dijo a su criado: –Sube, por favor, y mira hacia el mar. Él subió, miró y
dijo: –No hay nada. Él le volvió a decir: –Vuelve siete veces.
(44)
ְּ‫ַף־אישְּעלָ ֣הְּמיָ ִ֑םְּו ַָ֗יאמֶ ר‬
ִ֖ ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּבַ שְּב ֵ֔עיתְּו ַָ֗יאמֶ רְּהנה־עָ ִּ֛בְּקְּטַ נָ ֹ֥הְּכְּכ‬
:‫אְּיעֲצְּרכָ ִ֖הְּהַ ָגֽשֶ ם‬
ֽ ַ ‫ע ֲֻּ֨להְּא ֱֶּ֤מרְּאֶ ל־אַ חאָ ב֙ ְּא ֱ֣סרְּו ֵָ֔רדְּוְּ ֹ֥ל‬
váihí bashêvi'ít, vaiómer hineh-'áv qêtanáh kêjaf-ísh 'oláh miám; vaiómer 'aléh
emór el-ajav esór varéd, vêló iá'atzorjáh hagáshem.

A la séptima vez dijo: –He aquí, veo una pequeña nube, como la palma de la
mano de un hombre, que sube del mar. Entonces él dijo: –Ve y di a Acab:
'Unce tu carro y desciende, no sea que te detenga la lluvia.'
(45)
ְּ‫ד־כהְּוְּהַ שָ ֻּ֨ ַמים֙ ְּֽהתְּקַ דְּרו֙ ְּע ָ֣ביםְּוְּ ֵ֔רוחַ ְּוַי ִ֖היְּגֶ ֣שֶ ם‬
ָ֗ ‫ַד־כהְּוְּ ַע‬
֣ ‫וַי ֣היְּ׀ְּע‬
:‫ג ִָ֑דֹולְּוַירכַ ֹ֥בְּאַ ח ָ ִ֖אבְּוַיֹ֥לְֶךְּיזרְּ ֶ ֽעאלָה‬
vaihí | 'ad-kóh vê'ad-kóh vêhashamáim hítêqadêrú 'avím vêrúaj, vaihí géshem
gadól; vairkáv ajáv vaiélej izrê'élah.

Y aconteció que mientras tanto los cielos se oscurecieron con nubes y viento,
y cayó una fuerte lluvia. Acab subió al carro y fue a Jezreel;
(46)
‫ל־אל ֵָ֔יהוְּוַישַ נִ֖סְּמְּתנָ ִ֑יוְּ ַו ָֻּ֨י ָרץ֙ ְּלפנ֣יְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּעַד־‬
֣ ֶ‫הְּהיְּתָ ה֙ ְּא‬
ֽ ָ ‫וְּיַד־יה ָ֗ ָו‬
:ְּ‫ֽבאֲכָ ִ֖הְּיז ְּר ֶ ֽעאלָה‬
vêiad-Adonai háiêtah el-éliáhu, vaishanés motnáv; vaiáratz lifnéi ajáv, 'ad-
bóajáh izrê'élah .

pero la mano del Eterno estuvo sobre Elías, quien ciñó sus lomos y fue
corriendo delante de Acab hasta la entrada de Jezreel.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 19


(1)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫הְּאליָ ִ֑הוְּוְּ ֻּ֨אתְּכְּל־א‬
ֽ ‫ָש‬ ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
ֹ֥ ֶ ‫לְּאתְּכְּל־א‬ ִּ֛ ֶ‫ַויַגֶּ֤דְּאַ חאָ ב֙ ְּלְּאי ֵֶ֔זב‬
:‫יאיםְּבֶ ָ ֽח ֶרב‬ִ֖ ‫הָ ַ ִּ֛רגְּאֶ ת־כְּל־הַ נְּב‬
vaiagéd ajav lêizével, ét kol-ashér 'asáh éliáhu; vêét kol-ashér harág et-kol-
hanêviím bejárev.

635
19 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Acab informó a Jezabel de todo lo que Elías había hecho y de cómo había
matado a espada a todos los profetas.
(2)
ְּ‫רְּכה־ ַיע ֲֶּ֤שוןְּאֱלהים֙ ְּוְּ ֣כה‬ ֽ ‫אמ‬ ִ֑ ‫ל־אליָ ִ֖הוְּל‬
ֽ ֶ‫וַתשלַ ֶּ֤חְּאי ֶֻּ֨זבֶ לְּ֙מַ ל ֵ֔ ָאְךְּא‬
:ְּ‫יםְּאת־נַפשְּ ֵָ֔ךְּכְּנֶ ִ֖פֶשְּאַ ַחֹ֥דְּמ ֶ ֽהם‬ֽ ֶ ‫וןְּכי־כָעֶּ֤תְּמָ חָ ר֙ ְּאָ ֣ש‬ֽ ‫יֽ ֹוס ֵ֔פ‬
vatishláj izével maláj, el-éliáhu lemór; kóh-ia'asún elohim vêjóh íosifún, kí-
ja'ét majar asím ét-nafshêjá, kênéfesh ajád mehém .

Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: '¡Así me hagan los


dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he hecho tu vida como
la vida de uno de ellos!'
(3)
ְּ‫יהודהְּ ַויַנַ ֹ֥ח‬
ִ֑ ָ ‫רְּל‬
ֽ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫רְּשבַ עְּא‬
ִ֖ ֶ ‫ַו ַָ֗יראְּ ַו ָֻּ֨יקָ ם֙ ְּוַי֣לְֶךְּאֶ ל־נַפ ֵ֔שֹוְּ ַוי ָָּ֕באְּבְּ ֹ֥א‬
:‫ֹוְּשם‬
ֽ ָ ‫ֶ ֽאת־ ַנע ֲִ֖ר‬
vaiár vaiáqam vaiélej el-nafshó, vaiavó bêér shéva' ashér líhudáh; vaianáj ét-
na'aró shám.

Entonces él vio, y se levantó y fue a su alma. Así llegó a Beer Sheva, que
pertenece a Iehudá [Judá]. Dejó allí a su criado,
(4)
ְּ)‫תְּרתֶ םְּאחתְּ(אֶ ָחִ֑ד‬ ֣ ַ‫בְּתח‬
ִ֖ ַ ֶ‫ְּד ֶרְךְּיֵ֔ ֹוםְּ ַוי ָָּ֕באְּו ַָּ֕יש‬
֣ ֶ ֙‫וְּ ֽהוא־הָ לַ ְֶּ֤ךְּבַ מדבָ ר‬
‫יְּכי־לא־‬ ֽ ‫ְּקחְּנַפ ֵ֔ש‬
֣ ַ ֙‫רְּ׀ְּרבְּ ַע ָ ֶּ֤תהְּיהוָה‬
ָ֗ ַ ֶ‫וַיש ַ ֶּ֤אלְּאֶ ת־נַפשֹו֙ ְּל ֵָ֔מותְּו ַ֣יאמ‬
:ְּ‫יְּמאֲב ָ ֽתי‬
ֽ ‫ֹובְּאנ ִ֖כ‬
ֽ ָ ‫ֹ֥ט‬
vêhú-haláj bamidbar dérej íom, vaiavó vaiéshev tájat rótem jt (ejád); vaishál
et-nafshó lamút, vaiómer | ráv 'atáh Adonai qáj nafshí, kí-lo-tóv ánojí
méavotái .

y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un


arbusto de retama y ansiando morirse dijo: –¡Basta ya, oh Eterno! ¡Quítame la
vida, porque yo no soy mejor que mis padres!
(5)
ְּ‫ְַּבֹוְּו ַֹ֥יאמֶ רְּלִ֖ ֹו‬
ֵ֔ ‫תְּרתֶ םְּאֶ ָחִ֑דְּוְּהנה־זֶ ֶּ֤הְּמַ לאָ ְך֙ ְּנ ֣גע‬
֣ ַ‫ןְּתח‬
ִ֖ ַ ֵַ֔‫וַישכַב֙ ְּוַייש‬
:‫ֹ֥קוםְּאֱכֽ ֹול‬
vaishkav vaishán, tájat rótem ejád; vêhineh-zéh malaj nogé'a bó, vaiómer ló
qúm ejól.

Se recostó debajo del arbusto y se quedó dormido. Y he aquí que un enviado


le tocó y le dijo: –Levántate, come.

636
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 19

(6)
ְּ‫תְּמיםְּו ַ֣יאכַלְּו ֵַ֔ישת‬
ִ֑ ָ ַ‫ֹ֥תְּרצָ ִ֖פיםְּוְּצַ פַ ֣ח‬
ְּ ַ‫ַוי ַָּ֕בטְּוְּהנֹּ֧הְּמְּ ַ ֽראֲש ָ ִּ֛תיוְּעג‬
:‫וַיָ ִ֖שְּבְּוַיש ָ ֽכב‬
vaiabét vêhinéh mêráashotáv 'ugát rêtzafím vêtzapájat máim; vaiójal vaiésht,
vaiáshov vaishkáv.

Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre las
brasas y una cantimplora de agua. Luego comió, bebió y se volvió a recostar.
(7)
ְּ ִ֖‫יְּרבְּממְָּך‬
ֹ֥ ַ ‫לְּכ‬
ִּ֛ ‫רְּקוםְּא ֱִ֑כ‬
֣ ֶ‫ַע־בֹוְּו ִַ֖יאמ‬
ֵ֔ ‫ַויָשָ בְּ֩מַ ל ֻּ֨ ַאְךְּיהוָ ֶּ֤הְּ׀ְּשנית֙ ְּוַיג‬
:ְּ‫הַ ָ ֽד ֶרְך‬
vaiashav maláj Adonai | shenit vaiga'-bó, vaiómer qúm ejól; kí ráv mimêjá
hadárej .

Entonces el enviado del Eterno volvió por segunda vez, y le tocó diciendo: –
Levántate, come, porque el camino es demasiado largo para ti.
(8)
ְּ ֙‫ְּ׀ְּהאֲכילָ ֣הְּהַ ָ֗היאְּאַ רבָ ֹ֥עיםְּיֹום‬
ֽ ָ ַ‫וַיָ ִַֽ֖קְּםְּו ַ֣יאכַלְּוַיש ֶ ִ֑תהְּו ַָ֜ילְֶךְּבְּ ֣כח‬
:ְּ‫ֱלהיםְּח ֽרב‬
ִ֖ ‫ֹ֥רְּהא‬
ֽ ָ ‫ִּ֛דְּה‬
ַ ַ‫וְּאַ רבָ ֣עיםְּ ֵַ֔לילָהְּע‬
vaiáqom vaiójal vaishtéh; vaiélej bêjóaj | háajiláh hahí arba'ím iom vêarba'ím
láilah, 'ád hár háelohím jorév .

Se levantó, comió y bebió. Luego, con las fuerzas de aquella comida, caminó
cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Elohim.
(9)
ְּ‫רְּלֹו‬
ֵ֔ ֶ‫ֶּ֤הְּדבַ ר־יהוָה֙ ְּא ֵָ֔ליוְּו ַ֣יאמ‬
ְּ ‫ֶןְּשםְּוְּהנ‬
ִ֑ ָ ‫א־שםְּאֶ ל־הַ מְּע ָ ִָ֖רהְּוַיָ ֣ל‬
ֹ֥ ָ ‫ו ַָיֽב‬
:ְּ‫הְּאל ָיֽהו‬ ֽ ‫מַ ה־לְָּךֹ֥ ְִּ֖פ‬
vaiávo-shám el-hamê'aráh vaiálen shám; vêhinéh dêvar-Adonai eláv, vaiómer
ló, mah-lêjá fóh éliáhu .

Allí se metió en la cueva, donde pasó la noche. Y he aquí que vino a él la


palabra del Eterno, y le preguntó: –¿Qué haces aquí, Elías?
(10)
ְּ‫ֹותְּכי־עְּזְּ ֶּ֤בוְּבְּ ֽריתְָּך֙ ְּבְּנ֣י‬
ֽ ‫יְּליהוָ ֣הְּ׀ְּאֱלה֣יְּצְּבָ ָ֗א‬ ֽ ַ ‫וַיאמֶ רְּ֩קַ ֻּ֨נאְּק ָ֜נאת‬
ְּ‫בְּוֽאו ֶָּ֤תר‬
ָ ‫יאיָךְּ ָ ֽה ְּרג֣ וְּבֶ ָח ִֶ֑ר‬
ִ֖ ֶ ‫יש ָר ֵ֔אלְּאֶ ת־מזבְּח ֶ ֣תיָךְּהָ ָ ֵ֔רסוְּוְּאֶ ת־נְּב‬
:ְּ‫אֲני֙ ְּלְּבַ ֵ֔דיְּוַיבַ ק ֹ֥שוְּאֶ ת־נַפ ִ֖שיְּלְּקַ ח ָ ֽתּה‬
vaiomer qanó qinéti láAdonai | elohéi tzêvaót kí-'ozêvú vêrítêjá bênéi israél,
et-mizbêjotéja harásu, vêet-nêviéja hárêgú vejárev; váivatér aní lêvadí,

637
19 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaivaqshú et-nafshí lêqajtáĥ .

Y él respondió: –He sentido un vivo celo por el Eterno Elohim de los


Ejércitos, porque los Hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado
tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me
buscan para quitarme la vida.
(11)
ְּ‫ו ַָ֗יאמֶ רְּצ֣אְּוְּ ָ ֽעמַ ד ָ ֣תְּבָ הָ ר֮ ְּלפנ֣יְּיה ָוהְּ֒וְּהנֹּ֧הְּיהוָ ֣הְּע ָ֗ברְּוְּ ֣רוחַ ְּגְּדֹו ִָּ֡לה‬
ְּ‫הְּלאְּבָ ִ֖רוחַ ְּיהוָ ִ֑ה‬ ֹ֥ ‫וְּחָ ָׁ֞זקְּמְּפָרקְּ֩הָ ֻּ֨ריםְּומשַ בֶּ֤רְּסְּלָעים֙ ְּלפנ֣יְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫הוֽה‬ ָ ‫ַשְּלאְּבָ ַ ִ֖רעַשְּי‬
ֹ֥ ‫ְּרע‬ ֵ֔ ַ ‫וח‬ ַ֙ ‫וְּאַ ַחֶּ֤רְּהָ ֻּ֨ר‬
vaiómer tzé vê'ámadtá vahar lifnéi Adonai vêhinéh Adonai 'ovér vêrúaj
gêdoláh vêjazáq mêfareq harím umshabér sêla'im lifnéi Adonai, ló varúaj
Adonai; vêajár harúáj rá'ash, ló vará'ash Adonai .

Él le dijo: –Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante del Eterno. Y he


aquí que el Eterno pasaba. Un grande y poderoso viento destrozaba las
montañas y rompía las peñas delante del Eterno, pero el Eterno no estaba en el
viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Eterno no estaba en el
terremoto.
(12)
:ְּ‫שְּקֹולְּדְּמָ ָ ֹ֥מהְּדַ ָ ֽקה‬
ִ֖ ‫שְּלאְּבָ ִ֖אשְּיהוָ ִ֑הְּוְּאַ ַח֣רְּהָ ֵ֔א‬
ֹ֥ ‫ְּא‬
ֵ֔ ֙‫וְּאַ ַחֶּ֤רְּהָ ַ ֻּ֨רעַש‬
vêajár hará'ash ésh, ló vaésh Adonai; vêajár haésh, qól dêmamáh daqáh .

Después del terremoto hubo un fuego, pero el Eterno no estaba en el fuego.


Después del fuego hubo un sonido de silencio fino.
(13)
ְּ‫אְּוַֽֽ ַיע ֲִ֖מדְּפֶ ֣תַ ח‬
ַ ‫ְַּאל ָָ֗יהוְּוַיָ ֶּ֤לֶטְּ ָפנָיו֙ ְּבְּאַ דַ ר ֵ֔תֹוְּוַי ָּ֕צ‬
ֽ ‫וַי ֣היְּ׀ְּכש ֣מע‬
:‫הְּאל ָיֽהו‬ ֽ ‫ְּקֹולְּו ַָּ֕יאמֶ רְּמַ ה־לְָּךֹ֥ ְִּ֖פ‬ ֵ֔ ֙‫הַ מְּע ָ ִָ֑רהְּוְּהנֶּ֤הְּאלָיו‬
vaihí | kishmó'a éliáhu vaiálet panav bêadartó, vaietzé váia'amód pétaj
hamê'aráh; vêhinéh elav qól, vaiómer mah-lêjá fóh éliáhu.

Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de
pie a la entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó: –¿Qué
haces aquí, Elías?
(14)
ְּ‫ֹותְּכי־עְּזְּ ֶּ֤בוְּבְּ ֽריתְָּך֙ ְּבְּנ֣י‬
ֽ ‫יְּליהוָ ֣הְּ׀ְּאֱלה֣יְּצְּבָ ָ֗א‬ ֽ ַ ‫וַיאמֶ רְּ֩קַ ֻּ֨נאְּק ָ֜נאת‬
ְּ‫בְּוֽאו ֶָּ֤תר‬
ָ ‫יָךְּה ְּרג֣ וְּבֶ ָח ִֶ֑ר‬
ֽ ָ ‫יא‬ ִ֖ ֶ ‫יש ָר ֵ֔אלְּאֶ ת־מזבְּח ֶ ֣תיָךְּהָ ָ ֵ֔רסוְּוְּאֶ ת־נְּב‬
‫ ס‬:ְּ‫אֲני֙ ְּלְּבַ ֵ֔דיְּוַיבַ ק ֹ֥שוְּאֶ ת־נַפ ִ֖שיְּלְּקַ ח ָ ֽתּה‬
vaiomer qanó qinéti láAdonai | elohéi tzêvaót kí-'ozêvú vêrítêjá bênéi israél,
et-mizbêjotéja harásu, vêet-nêviéja hárêgú vejárev; váivatér aní lêvadí,
638
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 19

vaivaqshú et-nafshí lêqajtáĥ .

Él respondió: –He sentido un vivo celo por el Eterno Elohim de los Ejércitos,
porque los Hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares
y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para
quitarme la vida.
(15)
ְּ‫ְּומשַ ח ָ ֹּ֧ת‬
ֽ ָ ָ‫קְּובאת‬
ָ ָ֗ ֶ‫ְךְּשובְּלְּדַ רכְָּךִ֖ ְּמד ַב ָ֣רהְּדַ ָ ִ֑מש‬
ֹ֥ ‫יוְּל‬
ְִּּ֛ ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּיהוָה֙ ְּא ֵָ֔ל‬
:ְּ‫אֶ ת־ ֲחז ִָּ֛אלְּלְּ ֶ ִ֖מלְֶךְּעַל־א ָ ֲֽרם‬
vaiómer Adonai eláv, léj shúv lêdarkêjá midbárah damáseq; uváta umáshajtá
et-jazaél lêmélej 'al-arám .

Y el Eterno le dijo: –Ve, regresa por tu camino, por el desierto, a Damasco.


Cuando llegues, ungirás a Hazael como rey de Siria.
(16)
‫ישעְּבֶ ן־‬
ֶּ֤ ָ ‫וְּאת֙ ְּי ֣הואְּבֶ ן־נמ ֵ֔שיְּתמ ַ ֹ֥שחְּלְּ ֶ ִ֖מלְֶךְּעַל־יש ָר ִ֑אלְּוְּאֶ ת־אֱל‬
:‫ְּמאָ ֣בלְּמְּחֹו ֵָ֔להְּתמ ַ ֹ֥שחְּלְּנ ִָ֖ביאְּתַ ח ֶ ֽתיָך‬
ֽ ֙‫שָ פָט‬
vêet iehú ven-nimshí, timsháj lêmélej 'al-israél; vêet-elishá' ben-shafat méavél
mêjoláh, timsháj lênaví tajtéja.

También a Iehú [Jehú] hijo de Nimsi ungirás como rey de Israel; y ungirás a
Eliseo hijo de Safat, de Abel-mejola, como profeta en tu lugar.
(17)
ְּ‫וְּהָ ָָ֗יהְּהַ נמלָ ִּ֛טְּמ ֶח ֶֹ֥רבְּ ֲחז ִָ֖אלְּי ָ֣מיתְּי ִ֑הואְּוְּהַ נמלָ ִּ֛טְּמ ֶח ֶֹ֥רבְּי ִ֖הואְּי ָֹ֥מית‬
:‫ישע‬ ֽ ָ ‫אֱל‬
vêhaiáh hanimlát mejérev jazaél iamít iehú; vêhanimlát mejérev iehú iamít
elishá'.

Y sucederá que al que escape de la espada de Hazael, lo matará Iehú [Jehú]; y


al que escape de la espada de Iehú [Jehú], lo matará Eliseo.
(18)
ְּ ֙‫א־כ ְּרעו‬
ֽ ָ ‫ֲשרְּל‬
ֶּ֤ ֶ ‫וְּהשאַ ר ֹ֥תיְּבְּיש ָר ִ֖אלְּשבעַ ֣תְּ ֲאל ִָ֑פיםְּכְּל־הַ בר ַָ֗כיםְּא‬
:‫ָשקְּלֽ ֹו‬
ִ֖ ַ ‫רְּלא־נ‬
ֽ ‫ֲש‬ֹ֥ ֶ ‫ל ֵ֔ ַַב ַעלְּוְּ ָֻּ֨כל־הַ ֵֶ֔פהְּא‬
vêhishartí vêisraél shiv'át alafím; kol-habirkáim ashér lo-járê'ú labá'al, vêjál-
hapéh, ashér ló-nasháq ló.

Pero yo he hecho que queden en Israel 7000, todas las rodillas que no se han
doblado ante Baal y todas las bocas que no lo han besado.

639
19, 20 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(19)
ְּ‫ָשר‬
ֶּ֤ ָ ‫ישעְּבֶ ן־שָ פָט֙ ְּוְּ ֣הואְּח ֵ֔רשְּשְּנים־ע‬ ֶּ֤ ָ ‫ְֶךְּמשְּםְּוַימ ׁ֞ ָצאְּאֶ ת־אֱל‬
ַ֠ ‫וַי֣ל‬
ְּ‫רְּאל ָֻּ֨יהו֙ ְּא ֵָ֔ליוְּ ַויַשלְֹ֥ך‬
ֽ ‫ָשרְּו ַ ַֽיע ֲֶּ֤ב‬
ִ֑ ָ ‫֣יםְּהע‬
ֽ ֶ ‫צְּמָ דים֙ ְּלְּ ָפ ֵָ֔ניוְּוְּ ִ֖הואְּבשנ‬
:‫אַ דַ ר ִ֖תֹוְּא ָ ֽליו‬
vaiélej míshom vaimtzá et-elishá' ben-shafat vêhú jorésh, shêneim-'asár
tzêmadim lêfanáv, vêhú bishnéim hé'asár; vaiá'avór éliáhú eláv, vaiashléj
adartó eláv.

Cuando se fue de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando con doce
yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la duodécima. Pasando Elías
hacia él, echó su manto sobre él.
(20)
ְּ‫יְּאל ֵָ֔יהוְּו ַָ֗יאמֶ רְּאֶ שְּקָ ה־נָא֙ ְּלְּאָ ֣בי‬
ֽ ‫ְּאח ֲ֣ר‬
ֽ ַ ֙‫ו ַ ַֽיע ֲ֣זבְּאֶ ת־הַ בָ ָ֗ ָקרְּ ַו ָֻּ֨י ָרץ‬
:‫יְּלְך‬
ֽ ָ ‫ובְּכיְּ ֶ ֽמה־ע ִָ֖שית‬
ֹ֥ ‫ְ֣ךְּש‬ ֵ֔ ‫ִ֖הְּאח ֶ ֲִ֑ריָךְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּלֹו֙ ְּל‬
ֽ ַ ָ‫ולא ֵ֔מיְּוְּ ֽאלְּכ‬
vaiá'azóv et-habaqár vaiáratz ájaréi éliáhu, vaiómer eshêqah-na lêaví ulimí,
vêélêjáh ájaréja; vaiómer ló léj shúv, kí méh-'asíti láj.

Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo tras Elías y dijo: –Permíteme besar
a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Elías le dijo: –Ve y vuelve; pues,
¿qué te he hecho yo?
(21)
ְּ ֙‫ת־צֹּ֧מֶ דְּהַ בָ ָ ֣קרְּוַיזבָ ָ֗חהוְּובכ ֶּ֤ליְּהַ בָ קָ ר‬ ֶ ֶ‫ַו ָֻּ֨ישְּבְּמ ַ ֽאח ָ ֲָ֜ריוְּוַי ַ ֣קחְּא‬
ְּ‫יְּאליָ ִ֖הו‬
ֽ ‫ְּאח ֲֹ֥ר‬
ֽ ַ ‫בשְּלָ ֣םְּהַ בָ שֵָ֔ רְּוַי ֹ֥תןְּלָעָ ִ֖םְּוַיאכִ֑לוְּ ַו ָָ֗יקְּםְּוַיִּ֛לְֶך‬
‫ פ‬:‫ַוַֽֽישְּ ְּר ֽתהו‬
vaiáshov meájaráv vaiqáj et-tzémed habaqár vaizbajéhu uvijlí habaqar
bishêlám habasár, vaitén la'ám vaiojélu; vaiáqom vaiélej ájaréi éliáhu
váishorêtéhu.

Eliseo dejó de ir tras él. Luego tomó la yunta de bueyes y los mató. Y con el
arado de los bueyes cocinó su carne y la dio a la gente para que comiesen.
Después se levantó, fue tras Elías y le servía.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 20


(1)
ְּ‫םְּמלְֶך‬
ִּ֛ ֶ ‫לשיםְּושנַ ַֹֽ֥י‬ ֻּ֨ ‫דְּמלְֶך־ ֲא ָ ָ֗רםְּקָ בַ ץ֙ ְּאֶ ת־כְּל־ח ֵ֔ילֹוְּוש‬ ֽ ֶ ‫ובֶ ן־ה ַ ֲ֣ד‬
:‫םְּבּה‬
ֽ ָ ֶ‫ַל־שמ ֵ֔רֹוןְּוַילָ ִ֖ח‬
֣ ‫א ִ֖תֹוְּוְּ ֣סוסְּו ָ ִָ֑רכֶבְּ ַו ַָ֗יעַלְּ ַו ָֻּ֨יצַ ר֙ ְּע‬

640
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 20

uven-hadád mélej-arám qavatz et-kol-jeiló, ushloshím ushnáim mélej itó


vêsús varájev; vaiá'al vaiátzar 'al-shómrón, vailájem báĥ.

Entonces Ben-hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército. Estaban con él


treinta y dos reyes, con caballos y carros. Luego subió, sitió Shomrón
[Samaria] y combatió contra ella.
(2)
:‫בְּמלְֶך־יש ָר ִ֖אלְּהָ ֽע ָירה‬
ֽ ֶ ‫וַישלַ ֹּ֧חְּמַ לאָ ִּ֛כיםְּאֶ ל־אַ ח ָ ֹ֥א‬
vaishláj malajím el-ajáv mélej-israél ha'írah.

Después envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciendo:


(3)
ְּ‫ָשיָךְּובָ נֶ ִּ֛יָך‬
ֹּ֧ ֶ ‫י־הואְּוְּנ‬
ִ֑ ‫ֹוְּכהְּאָ ַ ֣מרְּבֶ ן־ה ֵ֔ ֲַדדְּכַספְָּךֹ֥ ְּוֽ זהְּבְָּךִ֖ ְּל‬
ֶ֚ ‫רְּל‬
ָ֗ ֶ‫ו ַ֣יאמ‬
:‫י־הם‬ֽ ‫טֹוביםְּל‬
ִ֖ ַ‫ה‬
vaiómer ló kóh amár ben-hadád, kaspêjá úzhovêjá li-hú; vênashéja uvanéja
hatovím li-hém.

'Así ha dicho Ben-hadad: 'Tu plata y tu oro son míos; tus mujeres y los
mejores de tus hijos son míos.''
(4)
‫ַןְּמלְֶך־יש ָראלְּ֙ו ֵַ֔יאמֶ רְּכד ָ ֽב ְּרָךִ֖ ְּאֲדנ֣יְּהַ ֶ ִ֑מלְֶךְּלְָּךֹ֥ ְּאֲנִ֖יְּוְּכְּל־אֲשֶ ר־‬
ֽ ֶ ‫וַיַ ֶּ֤ע‬
:‫ֽלי‬
vaiá'an mélej-israel vaiómer, kidvárêjá adoní hamélej; lêjá aní vêjol-asher-lí.

El rey de Israel respondió diciendo: 'Como tú dices, oh mi señor el rey, yo soy


tuyo con todo lo que tengo.'
(5)
ְּ‫רְּכי־שָ לַ ֶּ֤חתי‬
ֽ ‫אמ‬ ִ֑ ‫וְּכה־אָ ַ ֹ֥מרְּבֶ ן־ה ַ ֲִ֖דדְּל‬ ֽ ‫ַוי ָֻּ֨שבו֙ ְּהַ מַ לאָ ֵ֔כיםְּו ַ֣יאמ ֵ֔ר‬
:‫ִ֖יָךְּליְּת ֽתן‬
ֹ֥ ֶ‫ָשיָךְּובָ נ‬ ֹ֥ ֶ ‫אמרְּכַספְָּךֹּ֧ ְּוֽ זהְּבְָּךִּ֛ ְּוְּנ‬
ֵ֔ ‫א ֶֻּ֨ליָך֙ ְּל‬
vaiashúvú hamalajím, vaiómrú, kóh-amár ben-hadád lemór; kí-shalájti eléjá
lemór, kaspêjá úzhovêjá vênashéja uvanéja lí titén.

Volvieron otra vez los mensajeros y dijeron: 'Así dice Ben-hadad: 'Por cierto,
te envié a decir que me dieras tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos.
(6)
ְּ‫ת־בית ֵָ֔ך‬
֣ ֶ‫֣כיְּ׀ְּאם־כָע֣תְּמָ ָ֗ ָחרְּאֶ שלַ ֶּ֤חְּאֶ ת־עֲבָ דַ י֙ ְּא ֵֶ֔ליָךְּוְּחפְּשו֙ ְּא‬
:‫וְּ ִ֖אתְּבְּ ֣תיְּעֲבָ ֶ ִ֑דיָךְּוְּהָ יָה֙ ְּכְּל־מַ ח ַ ֣מדְּעי ֵֶ֔ניָךְּי ָֹ֥שימוְּבְּי ְִָָּ֖דםְּוְּל ָ ָֽקחו‬
kí | im-ka'ét majár eshláj et-'avadaí eléja, vêjipêsú et-béitjá, vêét botéi
'avadéja; vêhaiah kol-majmád 'einéja, iasímu vêiadám vêlaqáju.

641
20 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Mañana a estas horas te enviaré mis servidores, los cuales registrarán tu casa y
las casas de tus servidores. Y sucederá que tomarán con sus manos y se
llevarán todo lo precioso que tengas.''
(7)
ְּ‫וְּכי‬
ֹ֥ ‫אְּמלְֶך־יש ָראלְּ֙לְּכְּל־זקנ֣יְּהָ ֵ֔ ָא ֶרץְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּדְּעו־נָ ֣אְּור ֵ֔א‬ ֽ ֶ ‫וַיק ָ ֶּ֤ר‬
ְּ‫ָשיְּולבָ נַי֙ ְּולכַס ֣פיְּוְּלזהָ ֵ֔ביְּוְּ ֹ֥לא‬ ֶּ֤ ַ ‫שְּכי־שָ ַֻּ֨לחְּא ַָ֜ליְּלְּנ‬
ֽ ‫ָרעָ ִ֖הְּזֶ ֣הְּמְּבַ ִ֑ק‬
:‫מָ נַ ִ֖עתיְּמ ֶ ֽמנו‬
vaiqrá mélej-israel lêjol-ziqnéi haáretz, vaiómer dê'u-ná urú, kí ra'áh zéh
mêvaqésh; kí-shaláj elái lênashái ulvanaí uljaspí vêlizhaví, vêló maná'ti
miménu.

El rey de Israel llamó a todos los ancianos del país y les dijo: –Sabed, pues, y
ved cómo éste no busca sino el mal; porque ha enviado por mis mujeres y mis
hijos, y por mi plata y mi oro; y yo no se lo he negado.
(8)
:‫אבה‬
ֽ ֶ ‫ו ַֽיאמְּ ֹ֥רוְּאלָ ִּ֛יוְּכְּל־הַ זְּקנִ֖יםְּוְּכְּל־הָ עָ ִ֑םְּאַ ל־תש ַ ִ֖מעְּוְּלֹ֥ ֹואְּת‬
vaiómêrú eláv kol-hazêqením vêjol-ha'ám; al-tishmá' vêló tovéh.

Y todos los ancianos y todo el pueblo respondieron: –No le escuches ni


accedas.
(9)
ְּ ָ‫וְּלאדנֶּ֤יְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּכלְּ֩אֲשֶ ר־שָ ַֻּ֨לחת‬
ֽ ַ ‫ו ַָ֜יאמֶ רְּלְּמַ לאֲכ֣יְּבֶ ן־ה ָ֗ ֲַדדְּאמ ׁ֞ר‬
ְּ ֙‫ִ֖לְּלע ֲִ֑שֹותְּוַיֽלְּכו‬
ֽ ַ ַ‫הְּלאְּאוכ‬ ֹ֥ ‫ְּאעֱשֵֶ֔ הְּוְּהַ דָ ָב֣רְּהַ ֵֶ֔ז‬ֽ ֶ ֙‫אֶ ל־עַבדְָּךֶּ֤ ְּבָ ֽראשנָה‬
:‫הַ מַ לאָ ֵ֔כיםְּוַישבִ֖הוְּדָ ָ ֽבר‬
vaiómer lêmalajéi ven-hadád imrú ládoní hamélej kol asher-shalájta el-'avdêjá
varíshonah é'eséh, vêhadavár hazéh, ló ujál lá'asót; vaiélêjú hamalajím,
vaishivúhu davár.

Entonces Acab respondió a los mensajeros de Ben-hadad: –Decid a mi señor


el rey: 'Haré todo lo que enviaste a exigir a tu siervo al principio, pero esto no
lo puedo hacer.' Los mensajeros fueron y le dieron la respuesta,
(10)
ְּ‫הְּיֹוספו‬
ִ֑ ‫ֱלהיםְּוְּ ֣כ‬ ִ֖ ‫וןְּליְּא‬
ִּ֛ ‫רְּכה־ ַיע ֲֹ֥ש‬
ֽ ֶ‫וַישלַ ֶּ֤חְּאלָיו֙ ְּבֶ ן־ה ֵ֔ ֲַדדְּו ַָּ֕יאמ‬
:ְּ‫ֲשרְּבְּ ַרג ָ ֽלי‬
ֹ֥ ֶ ‫֣רְּשמְּ ֵ֔רֹוןְּלשע ָָּ֕ליםְּלְּכְּל־הָ עָ ִ֖םְּא‬
ֽ ַ‫אם־ישפק֙ ְּעֲפ‬
vaishláj elav ben-hadád, vaiómer kóh-ia'asún lí elohím vêjóh iosífu; im-ispoq
'afár shómêrón, lish'alím lêjol-ha'ám ashér bêraglái .

y Ben-hadad envió a decirle: 'Así me hagan los dioses y aun me añadan, si el


polvo de Shomrón [Samaria] basta para llenar las manos de todo el pueblo que
me sigue.'
642
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 20

(11)
: ַ‫ַןְּמלְֶך־יש ָראלְּ֙ו ַ֣יאמֶ רְּדַ בְּ ֵ֔רוְּאַ ל־יתהַ לֹ֥לְּחגִ֖רְּכמפ ַֽתח‬
ֽ ֶ ‫וַיַ ֶּ֤ע‬
vaiá'an mélej-israel vaiómer dabêrú, al-ithalél jogér kimfatéja.

El rey de Israel respondió y dijo: 'Decidle: 'No se jacte tanto el que se ciñe
como el que se desciñe.''
(12)
ְּ‫הְּהואְּוְּהַ מְּל ִָ֖כיםְּבַ סכִ֑ ֹות‬
ֹ֥ ‫וַי ָ֗היְּכש ֻּ֨מ ֙ ַעְּאֶ ת־הַ דָ ָב֣רְּהַ ֵֶ֔זהְּוְּ ֹ֥הואְּש ֶ ִּ֛ת‬
:‫ְּשימוְּ ַוי ִָ֖שימוְּעַל־הָ ֽעיר‬ ֵ֔ ֙‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאֶ ל־עֲבָ דָ יו‬
vaihí kishmó'á et-hadavár hazéh, vêhú shotéh hú vêhamêlajím basukót;
vaiómer el-'avadav símu, vaiasímu 'al-ha'ír.

Y sucedió que cuando él oyó estas palabras, mientras bebía con los reyes en
las cabañas, dijo a sus servidores: –¡Tomad posiciones! Y tomaron posiciones
contra la ciudad.
(13)
ְּ‫רְּכהְּאָ ַ ֣מר‬ ֶ֚ ֶ‫בְּמלְֶך־יש ָראלְּ֒ו ַָ֗יאמ‬ ֽ ֶ ‫וְּ הנ֣הְּ׀ְּנ ָ֣ביאְּאֶ ָ֗ ָחדְּנגַש֮ ְּאֶ ל־אַ ח ָ ֣א‬
ְּ‫יְּנתְּנֶּ֤ ֹוְּבְּ ָ ֽיַֽדְָּך֙ ְּהַ יֵ֔ ֹום‬
ֽ ‫ל־ההָ ֹ֥מֹוןְּהַ ג ִָ֖דֹולְּהַ זֶ ִ֑הְּהנְּ ֻּ֨נ‬
ֽ ֶ ְּ‫ְּאתְּכ‬ִּ֛ ָ‫יה ֵ֔ ָוהְּה ֲָֽר ֵ֔אית‬
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫ְּכי־אֲנֹ֥יְּי‬
ֽ ‫וְּ ָ ֽיַֽדַ עְּ ָ ִ֖ת‬
vêhinéh | naví ejád nigash el-ajáv mélej-israel vaiómer kóh amár Adonai,
háraíta, ét kol-héhamón hagadól hazéh; hinêní nótênó vêiádêjá haióm,
vêiáda'tá kí-aní Adonai .

He aquí, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: –Así ha dicho el


Eterno: '¿Has visto toda aquella gran multitud? He aquí, yo la entregaré hoy
en tu mano, para que reconozcas que yo soy el Eterno.'
(14)
ְּ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאַ חאָ ב֙ ְּבְּ ֵ֔מיְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּֽכה־אָ ַ ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּבְּ ַ ֽנע ֲִ֖ריְּשָ ֣ריְּהַ מְּדינִ֑ ֹות‬
:ְּ‫רְּאתָ ה‬ֽ ָ ֶ‫רְּמי־יֶא ֹ֥סרְּהַ מלחָ ָ ִ֖מהְּו ַֹ֥יאמ‬ ֽ ֶ‫ו ִַּ֛יאמ‬
vaiómer ajav bêmí, vaiómer kóh-amár Adonai, bêná'aréi saréi hamêdinót;
vaiómer mí-iesór hamiljamáh vaiómer átah .

Acab preguntó: –¿Por medio de quién? Y él respondió: –Así ha dicho el


Eterno: 'Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias.' Y Acab
preguntó: –¿Quién comenzará la batalla? Él respondió: –Tú.
(15)
ְּ‫לשים‬
ִ֑ ‫אתיםְּשְּנַ ַֽ֣יםְּוש‬ ִ֖ ַ ָ‫דְּאת־ ַנעֲרי֙ ְּשָ ֣ריְּהַ מְּדינֵ֔ ֹותְּו ַֽיהיָּ֕ וְּמ‬
ֽ ֶ ‫וַיפ ָ֗ק‬
:ְּ‫יהםְּפ ַ ָֹּ֧קדְּאֶ ת־כְּל־הָ עָ ִּ֛םְּכְּל־בְּנֹ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּשבעַ ֹ֥תְּ ֲאל ָֽפים‬ ֶ ָ֗ ‫וְּ ַ ֽאחֲר‬

643
20 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaifqód ét-na'areí saréi hamêdinót, vaíhíu matáim shênáim ushloshím;


vêájareihém paqád et-kol-ha'ám kol-bênéi israél shiv'át alafím .

Acab pasó revista a los jóvenes de los jefes de las provincias, los cuales eran
232 Después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, a todos los Hijos de Israel,
que eran 7000
(16)
ְּ‫ֹותְּהואְּוְּהַ מְּל ִָּ֛כים‬
ֹּ֧ ָ֗‫וְּבצָ הְּ ָ ִ֑ריםְּובֶ ן־הֲדַ דְּ֩ש ֻּ֨ ֶתהְּשכָ֜ ֹורְּבַ סכ‬
ֽ ַ ‫וַיֽצְּ ִ֖א‬
:‫םְּמלְֶךְּעזֹ֥רְּא ֽתֹו‬ִ֖ ֶ ‫לשים־ושנַ ַֹֽ֥י‬ ֽ ְּ‫ש‬
vaiétzêú bátzahoráim; uven-hadad shotéh shikór basukót hú vêhamêlajím
shêloshím-ushnáim mélej 'ozér otó.

Y éstos salieron al mediodía, mientras Ben-hadad estaba bebiendo hasta


emborracharse en las cabañas con los reyes, los treinta y dos reyes que habían
venido en su ayuda.
(17)
ְּ ֙‫וְּנע ֲִּ֛ריְּשָ ֹ֥ריְּהַ מְּדינִ֖ ֹותְּבָ ֽראשנָ ִ֑הְּוַישלַ ֣חְּבֶ ן־ה ָ֗ ֲַדדְּ ַויַגֶּ֤ידוְּלֹו‬
ֽ ַ ‫וַיֽצְּ ָ֗א‬
:‫יםְּיֽצְּ ִ֖אוְּמ ֽשמְּ ֽרֹון‬
ָ ‫אמרְּ ֲאנ ָָּ֕ש‬ ֵ֔ ‫ל‬
vaiétzêú ná'aréi saréi hamêdinót baríshonáh; vaishláj ben-hadád vaiagídu ló
lemór, anashím iátzêú mishómêrón.

Los jóvenes de los jefes de las provincias salieron primero. Ben-hadad había
enviado a algunos, quienes le informaron diciendo: –Unos hombres han salido
de Shomrón [Samaria].
(18)
ְּ‫ו ִַּ֛יאמֶ רְּאם־לְּשָ לֹ֥ ֹוםְּי ָָצִ֖אוְּתפ ֣שוםְּחַ יִ֑יםְּוְּ ֹּ֧אםְּלְּמלחָ ָ ִּ֛מהְּי ָָצִ֖אוְּחַ יֹ֥ים‬
:‫תפ ֽשום‬
vaiómer im-lêshalóm iatzáu tifsúm jaím; vêím lêmiljamáh iatzáu jaím tifsúm.

Él dijo: –Si han salido para hacer la paz, prendedlos vivos. Y si han salido
para combatir, prendedlos vivos.
(19)
:‫יהם‬
ֽ ֶ ‫רְּאחֲר‬
ֽ ַ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫ירְּנע ֲִ֖ריְּשָ ֣ריְּהַ מְּדינִ֑ ֹותְּוְּהַ ַחִ֖ילְּא‬
ֽ ַ ‫וְּ ֻּ֨אלֶה֙ ְָּיֽצְּ ֣אוְּמן־הָ ֵ֔ע‬
vêéleh iátzêú min-ha'ír, ná'aréi saréi hamêdinót; vêhajáil ashér ájareihém.

Salieron, pues, de la ciudad los jóvenes de los jefes de las provincias, y tras
ellos salió el ejército.
(20)
ְּ‫ְּמלְֶך‬
֣ ֶ ֙‫םְּוַֽֽירדְּפִ֖םְּיש ָר ִ֑אלְּוַימָ ָ֗לטְּבֶ ן־הֲדַ ד‬
ַ ‫ישֹוְּ ַויָנ ֽ֣סוְּא ָ ֲֵ֔ר‬
ֵ֔ ‫ְּאישְּא‬
֣ ֙‫ַויַכו‬
:‫וסְּופ ָר ֽשים‬
ָֽ ‫ַל־ס‬
ִ֖ ‫א ָ ֲֵ֔רםְּע‬
644
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 20

vaiakú ísh ishó, vaianúsú arám, váirdêfém israél; vaimalét ben-hadad mélej
arám, 'al-sús ufárashím.

Y cada uno mató al que venía contra él; y los sirios huyeron, e Israel los
persiguió. Pero Ben-hadad, rey de Siria, se escapó a caballo con algunos
jinetes.
(21)
ְּ‫ֹ֥הְּבא ָ ֲִ֖רםְּמַ כָ ֹ֥ה‬
ֽ ַ ָ‫ְּמלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּוַיַ ְַֹֽ֥ךְּאֶ ת־הַ ִ֖סוסְּוְּאֶ ת־הָ ָ ִ֑רכֶבְּוְּהכ‬
֣ ֶ ֙‫וַיצא‬
:‫דֹולה‬
ֽ ָ ְּ‫ג‬
vaietze mélej israél, vaiáj et-hasús vêet-harájev; vêhikáh váarám makáh
gêdoláh.

Entonces salió el rey de Israel, atacó los caballos y los carros, y ocasionó a los
sirios una gran derrota.
(22)
ְּ‫ל־מלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּלֹו֙ ְּלְ֣ךְּהתחַ ֵַ֔זקְּוְּ ַ ֹ֥דעְּור ִ֖אה‬
֣ ֶ ֶ‫וַיגַ ֶּ֤שְּהַ נָביא֙ ְּא‬
‫ פ‬:‫הְּמלְֶךְּא ָ ֲִ֖רםְּעלֶ ֹ֥הְּע ֶ ָֽליָך‬
ֹ֥ ֶ ‫שוב֣תְּהַ שָ ֵָ֔נ‬
ַ ‫הְּכיְּלת‬ ֶ֚ ‫ר־תע ֶ ֲִ֑ש‬
ֽ ַ ֶ‫֣אתְּאֲש‬
vaigásh hanavi el-mélej israél, vaiómer ló léj hitjazáq, vêdá' uréh ét asher-
tá'aséh; kí litshuvát hashanáh, mélej arám 'oléh 'aléja.

Luego se acercó el profeta al rey de Israel y le dijo: –Ve, cobra ánimo;


considera y mira lo que has de hacer, porque el rey de Siria volverá contra ti el
próximo año.
(23)
ְּ‫ִ֖ןְּחזְּ ֣קו‬
ֽ ָ ‫יהםְּעַל־כ‬ ֶ ֵ֔ ‫םְּאמְּ ֣רוְּא ָָ֗ליוְּאֱלהֶּ֤יְּהָ רים֙ ְּאֱל֣ ה‬
ֽ ָ ‫וְּעַב ֻּ֨דיְּ ֶ ֽמלְֶך־א ָ ֲָ֜ר‬
:‫אְּנחֱזַ ִ֖קְּמ ֶ ֽהם‬
ֽ ֶ ‫ם־ל‬
ֹ֥ ‫ישֹורְּא‬ ֵ֔ ‫מ ֶ ִ֑מנוְּוְּאו ָָ֗לםְּנלָחֶּ֤םְּאתָ ם֙ ְּבַ מ‬
vê'avdéi mélej-arám ámêrú eláv elohéi harim elóheihém, 'al-kén jázêqú
miménu; vêulám nilajém itam bamishór, im-ló néjezáq mehém.

Los servidores del rey de Siria le dijeron: –Sus dioses son dioses de las
montañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero si combatimos contra
ellos en la llanura, sin duda seremos más fuertes que ellos.
(24)
ְּ‫ְּאישְּממְּק ֵ֔מֹוְּוְּ ֹ֥שיםְּפ ִַ֖חֹות‬
֣ ֙‫וְּאֶ ת־הַ דָ ָבֹ֥רְּהַ זֶ ִ֖הְּע ֲִ֑שהְּהָ ֶּ֤סרְּהַ מְּלָכים‬
:‫יהם‬ ֽ ֶ ‫תַ חת‬
vêet-hadavár hazéh 'aséh; hasér hamêlajim ísh mimêqomó, vêsím pajót
tajteihém.

Haz, pues, así: Saca a cada uno de los reyes de su puesto, y pon gobernadores
en su lugar.

645
20 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(25)
ְּ‫אֹותְךְּוְּ ֹ֥סוסְּכ ַ֣סוסְּ׀ְּוְּ ֶ ֣רכֶב‬
ָ ָ֜ ‫לְּמ‬
ֽ ‫ְּ׀ְּחילְּכַחַ ילְּ֩הַ נ ֻּ֨פ‬
ַ ִּ֡ ֣‫הְּתמְּ ֶנֽה־לְָּך‬ ֽ ‫וְּאַ ָ ֣ת‬
ְּ‫אְּנחֱזַ ִ֖קְּמ ֶהִ֑םְּוַיש ַ ֹ֥מעְּלְּקלָ ִ֖ם‬ֽ ֶ ‫ם־ל‬
ֹ֥ ‫ישֹורְּא‬ ֵ֔ ‫כ ֶ ָָ֗רכֶבְּוְּ ֽנ ָלח ָ ֲֶּ֤מהְּאֹותָ ם֙ ְּבַ מ‬
‫ פ‬:‫שְּכן‬ ֽ ‫וַיַ ֹ֥ ַע‬
vêatáh tímênéh-lêjá | jáil kajail hanofél méotáj vêsús kasús | vêréjev karéjev
vênílajamáh otam bamishór, im-ló néjezáq mehém; vaishmá' lêqolám vaiá'as
kén.

Y tú, organiza otro ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo y
carro por carro. Luego combatiremos contra ellos en la llanura, y sin duda
seremos más fuertes que ellos. Él les prestó atención, y lo hizo así.
(26)
ְּ‫שוב֣תְּהַ שָ ֵָ֔נהְּוַיפ ֹ֥קדְּבֶ ן־ה ַ ֲִ֖דדְּאֶ ת־א ָ ֲִ֑רםְּוַיַ ֣עַלְּא ֲֵ֔פקָ ה‬
ַ ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּלת‬
:‫לַמלחָ ָ ִ֖מהְּעם־יש ָר ֽאל‬
váihí litshuvát hashanáh, vaifqód ben-hadád et-arám; vaiá'al aféqah,
lamiljamáh 'im-israél.

Y aconteció, al año siguiente, que Ben-hadad pasó revista a los sirios y fue a
Afec para combatir contra Israel.
(27)
ְּ‫אתםְּו ַ ַֽיחֲנֻּ֨ וְּבְּנֽי־יש ָר ָ֜אל‬
ִ֑ ָ ‫ובנ֣יְּיש ָר ָ֗אלְּהְּת ָ ֽפקְּדו֙ ְּוְּכְּלכְּ ֵ֔לוְּוַיֽלְּכִ֖ וְּלק ָר‬
:‫יםְּוא ָ ֲִ֖רםְּמל ֹ֥אוְּאֶ ת־הָ ָ ֽא ֶרץ‬ ֽ ַ ‫נֶג ָ֗ ָדםְּכשני֙ ְּחֲשפ֣יְּע ֵ֔ז‬
uvnéi israél hotpáqêdú vêjolkêlú, vaiélêjú liqratám; vaiájanú vênéi-israél
negdám kishneí jasiféi 'izím, váarám milú et-haáretz.

También se pasó revista a los Hijos de Israel, y tomando provisiones les


salieron al encuentro. Los Hijos de Israel acamparon frente a ellos y eran
como dos pequeños rebaños de cabras, mientras que los sirios llenaban el
campo.
(28)
ְּ‫רְּכה־אָ ַ ֣מר‬ ֽ ֶ‫ל־מלְֶךְּיש ָראלְּ֒ו ַָ֜יאמ‬ ֣ ֶ ֶ‫ֱלהיםְּוַיאמֶ ר֮ ְּא‬ ָ֗ ‫שְּאישְּ ָ ֽהא‬
֣ ‫וַי ׁ֞ ַג‬
ְּ‫רְּאמְּ ֶּ֤רוְּא ֲָרם֙ ְּאֱלהֶּ֤יְּהָ רים֙ ְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּ ֽלא־אֱלהֹ֥יְּעֲמָ ִ֖קים‬ ֽ ָ ֶֻּ֨‫יה ָ֗ ָוהְּ ַַ֠יעַןְּאֲש‬
ְּ‫םְּכי־א ְֲֹּ֥ני‬
ֽ ‫ָךְּוידַ ע ֶ ִ֖ת‬
ֽ ‫ל־ההָ ֻּ֨מֹוןְּהַ גָ ֶּ֤דֹולְּהַ זֶה֙ ְּבְּי ֵ֔ ֶָד‬
ֽ ֶ ְּ‫ואְּו ָנֽתַ תיְּאֶ ת־כ‬ְַּ֠ ‫ִ֑ה‬
:ְּ‫הוֽה‬ ָ ‫י‬
vaigásh ísh háelohím vaiomer el-mélej israel vaiómer kóh-amár Adonai iá'an
ashér ámêrú aram elohéi harim Adonai, vêló-elohéi 'amaqím hú; vênátati et-
kol-héhamón hagádol hazeh bêiadéja, vída'tém kí-aní Adonai .

646
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 20

Entonces el hombre de Elohim se acercó al rey de Israel y le habló diciendo: –


Así ha dicho el Eterno: 'Porque los sirios han dicho: 'el Eterno es un dios de
las montañas; no es un dios de los valles', yo entregaré a toda esta gran
multitud en tu mano, para que reconozcas que yo soy el Eterno.'
(29)
ְּ ֙‫יעיְּוַתק ַרב‬ ָ֗ ‫ַח־אלֶהְּשבעַ ֣תְּי ִָ֑מיםְּוַי ֣היְּ׀ְּבַ י֣ ֹוםְּהַ שְּב‬
ִ֖ ‫ֶהְּנכ‬ ֽ ‫וְּאל‬ ֹ֦ ֹּ֧‫ַוַֽֽ ַיחֲנ‬
:‫ֶףְּרג ִ֖ליְּבְּיֹ֥ ֹוםְּאֶ ָ ֽחד‬
ַ ‫ה־אל‬ֹ֥ ֶ ָ‫םְּמא‬ ֽ ‫הַ מלחָ ֵ֔ ָמהְּ ַויַכֻּ֨ וְּבְּנֽי־יש ָר ֹּ֧אלְּאֶ ת־א ָ ֲִּ֛ר‬
váiajanú éleh nójaj-éleh shiv'át iamím; vaihí | baióm hashêvi'í vatiqrav
hamiljamáh, vaiakú vênéi-israél et-arám méah-élef raglí bêíom ejád.

Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros. Y sucedió que al
séptimo día se dio la batalla. Entonces los Hijos de Israel mataron en un día a
100000 hombres de infantería de los sirios.
(30)
ְּ‫חֹומהְּעַל־עֶש ֻּ֨רים‬
ָ ֵ֔ ‫ְּ֙ה‬ֽ ַ ‫ַוי ָֻּ֨נסוְּהַ נֽ ֹותָ ֹ֥ריםְּ׀ְּאֲפקָ ה֮ ְּאֶ ל־הָ עירְּ֒וַתפל‬
ְּ‫ירְּחֹ֥דֶ ר‬
ֶ ‫ֶףְּאישְּהַ נֽ ֹותָ ִ֑ריםְּובֶ ן־ה ַ ֲ֣דדְּ ֵָ֔נסְּ ַוי ָֹ֥באְּאֶ ל־הָ ִ֖ע‬
ִ֖ ‫ֹ֥הְּאל‬
ִּ֛ ֶ ָ‫וְּ שבע‬
:‫בְּ ָ ֽחדֶ ר‬
vaianúsu hanótarím | afeqah el-ha'ir vatipol hájomáh, 'al-'esrím vêshiv'áh élef
ísh hanótarím; uven-hadád nás, vaiavó el-ha'ír jéder bêjáder.

Los demás huyeron a la ciudad de Afec, pero el muro cayó encima de 27000
hombres que habían quedado. También Ben-hadad fue huyendo a la ciudad y
se escondía de cuarto en cuarto.
(31)
‫לְּכי־‬ֽ ‫נוְּכיְּמַ לכי֙ ְּב֣יתְּיש ָר ֵ֔א‬
ָ֗ ‫ו ַֽיאמְּ ֣רוְּאלָיו֮ ְּעֲבָ דָ יוְּ֒הנה־נָ ֣אְּשָ ֵ֔ ַמע‬
ְּ ֙‫אשנוְּוְּנצא‬
ָ֗ ‫ינוְּוחֲבָ ֣ליםְּבְּר‬
ֽ ַ ‫ֹ֥יְּחִ֖סֶ דְּהִ֑םְּנ ָ֣שימָ הְּ ָנאְּ֩שַ ֻּ֨קיםְּבְּמְּת ָ֜נ‬
ֶ ‫מַ לכ‬
:‫ל־מלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּאולַ ִ֖יְּיְּחַ יֶ ֹ֥הְּאֶ ת־נַפ ֶ ֽשָך‬
֣ ֶ ֶ‫א‬
vaiómêrú elav 'avadav hineh-ná shamá'nu, kí maljeí béit israél, kí-maljéi jésed
hém; nasímah na saqím bêmotnéinu vájavalím bêroshénu vênetze el-mélej
israél, ulái iêjaiéh et-nafshéja.

Sus servidores dijeron a Ben-hadad: –He aquí, hemos oído que los reyes de la
casa de Israel son reyes clementes. Pongamos, pues, cilicio sobre nuestras
espaldas y sogas a nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel; quizás nos
perdone la vida.

647
20 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(32)
ְּ‫ל־מלְֶך‬
֣ ֶ ֶ‫יהםְּ ַוי ָֻּ֨באו֙ ְּא‬ ֶ ָ֗ ‫םְּוחֲבָ ֣ליםְּבְּ ָ ֽראש‬ֽ ַ ‫יה‬ֶ ָ֜ ‫ַויַחגְּרוְּ֩שַ ֻּ֨קיםְּבְּמְּתנ‬
ְּ‫יש ָר ֵ֔אלְּו ַ֣יאמ ֵ֔רוְּעַבדְָּךֹּ֧ ְּבֶ ן־ה ַ ֲִּ֛דדְּאָ ַ ִ֖מרְּתְּחי־נָ ֣אְּנַפ ִ֑שיְּו ִַּ֛יאמֶ ר‬
:‫יְּהוא‬
ֽ ‫נוְּחִ֖יְּאָ ֹ֥ח‬
ַ ‫עֹוד‬ ֹ֥ ֶ ַ‫ה‬
vaiajgêrú saqím bêmotneihém vájavalím bêrásheihém vaiavóú el-mélej israél,
vaiómrú, 'avdêjá ven-hadád amár têji-ná nafshí; vaiómer ha'odénu jái ají hú.

Entonces se ciñeron sus lomos con cilicio y pusieron sogas a sus cuellos, y
fueron al rey de Israel y dijeron: –Tu siervo Ben-hadad dice: 'Por favor,
perdóname la vida.' Y él respondió: –¿Todavía vive? ¡Es mi hermano!
(33)
ְּ‫וְּוַֽֽימַ ה ֲָ֜רוְּ ַויַחלְּ ֣טוְּהֲמ ָ֗ ֶמנוְּו ַֽיאמְּרו֙ ְּאָ ֣חיָךְּבֶ ן־ה ֵ֔ ֲַדד‬
ַ ‫וְּ ָ ֽה ֲאנָשיםְּ֩יְּ ַ ֽנח ֲֻּ֨ש‬
:‫דְּוַֽֽ ַיעֲלִ֖הוְּעַל־הַ מֶ רכ ָ ָֽבה‬
ַ ‫רְּבאוְּקָ חִ֑הוְּוַיצֶּ֤אְּאלָיו֙ ְּבֶ ן־ה ֵ֔ ֲַד‬ ֣ ֶ‫ו ִַ֖יאמ‬
vêháanashim iênájashú váimaharú vaiajlêtú hamiménu vaiómêrú ajíja ven-
hadád, vaiómer bóu qajúhu; vaietzé elav ben-hadád, váia'aléhu 'al-
hamerkaváh.

Aquellos hombres tomaron esto como buen augurio y se apresuraron a


tomarle la palabra, diciendo: –¡Tu hermano es Ben-hadad! Él dijo: –Id y
traedle. Ben-hadad se presentó ante Acab, quien le hizo subir en su carro.
(34)
ְּ‫יבְּוחצֹות‬
ְַּ֠ ‫ר־לקַ ח־אָ ביְּ֩מ ֻּ֨אתְּאָ ָ֜ביָךְּאָ ָ֗ש‬ ֽ ָ ֶ‫יוְּהע ָ֣ריםְּאֲש‬ ֽ ֶ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּא ִָּ֡ל‬
ְּ‫ֹוןְּואֲנִ֖יְּבַ בְּ ֣רית‬
ֽ ַ ‫ר־שםְּאָ בי֙ ְּבְּ ֣שמ ֵ֔ר‬
ֶּ֤ ָ ֶ‫תָ ֻּ֨שיםְּלְָּךֶּ֤ ְּבְּדַ ֻּ֨ ֶמשֶ ק֙ ְּ ַ ֽכאֲש‬
‫ ס‬:‫יתְּוַֽֽישַ לְּ ֽחהו‬ַ ‫אֲשַ לְּ ֶ ִ֑חךְָּוַיכרְּת־לֹ֥ ֹוְּבְּ ִ֖ר‬
vaiómer eláv hé'arím asher-láqaj-aví meét avíja ashív vêjutzot tasím lêjá
vêdaméseq káasher-sám aví bêshómrón, váaní babêrít ashalêjéka; vaijrot-ló
vêrít váishalêjéhu.

Luego le dijo Ben-hadad: –Yo restituiré las ciudades que mi padre tomó a tu
padre. Tú también podrás establecer centros comerciales en Damasco, como
mi padre hizo en Shomrón [Samaria]. –Entonces con este convenio yo te
dejaré ir libre. Hizo, pues, un convenio con él y le dejó ir.
(35)
ְּ‫יאיםְּאָ ַ ֹּ֧מרְּאֶ ל־רעִּ֛הוְּבד ַבֹ֥רְּיהוָ ִ֖הְּהַ כ֣יניְּנָ ִ֑א‬
ָ֗ ‫וְּ ֻּ֨אישְּאֶ ָ֜ ָחדְּמבְּנ֣יְּהַ נְּ ב‬
:ְּ‫וַימָ ֹ֥אןְּהָ ִ֖אישְּלְּהַ כ ֽתֹו‬
vêísh ejád mibênéi hanêviím amár el-re'éhu bidvár Adonai hakéini ná;
vaimaén haísh lêhakotó .

648
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 20

Entonces un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero, por


mandato del Eterno: –¡Golpéame, por favor! Pero el hombre rehusó golpearle.
(36)
ְּ‫ְּמא ֵ֔תי‬
ֽ ֙‫רְּלא־שָ ֻּ֨ ַמע ָ֙תְּבְּ ֣קֹולְּיה ֵ֔ ָוהְּהנְָּךֶּ֤ ְּהֹולְך‬
ֽ ‫ֲש‬ ֶּ֤ ֶ ‫רְּלֹוְּ ֶַ֚יעַןְּא‬
ָ֗ ֶ‫ו ַ֣יאמ‬
:ְּ‫הוְּהאַ ריִ֖הְּ ַוי ַֽכהו‬
ֽ ָ ‫ְּמאֶ צ ֵ֔לֹוְּוַימצָ ֹ֥א‬ ֽ ֙‫ְּהאַ ריִ֑הְּו ַֻּ֨ילְֶך‬ ֽ ָ ִ֖‫וְּהכְָּך‬
vaiómer ló iá'an ashér ló-shamá'tá bêqól Adonai, hinêjá holej méití, vêhikêjá
háariéh; vaiélej méetzló, vaimtzaéhu háariéh vaiakéhu .

Y él le dijo: –Porque no has obedecido la voz del Eterno, he aquí que cuando
te apartes de mí, te matará un león. Cuando se apartó de él, lo encontró un
león y lo mató.
(37)
:‫ְּאישְּאַ ֵ֔חרְּו ִַ֖יאמֶ רְּהַ כ֣יניְּנָ ִ֑אְּ ַויַכֹ֥הוְּהָ ִ֖אישְּהַ כֹ֥הְּופ ָֽצ ַע‬
֣ ֙‫וַימצָ א‬
vaimtza ísh ajér, vaiómer hakéini ná; vaiakéhu haísh hakéh ufatzó'a.

Luego se encontró con otro hombre y le dijo: –¡Golpéame, por favor! El


hombre le dio un golpe y le ocasionó una herida.
(38)
:‫ֹ֥שְּבאֲפִ֖רְּעַל־ע ָינֽיו‬
ֽ ָ ‫ו ַֻּ֨ילְֶך֙ ְּהַ נ ֵָ֔ביאְּו ַ ַֽיע ֲֹ֥מדְּל ֶ ִַ֖מלְֶךְּעַל־הַ ָ ִ֑ד ֶרְךְּוַיתחַ פ‬
vaiélej hanaví, vaiá'amód lamélej 'al-hadárej; vaitjapés báafér 'al-'eináv.

Entonces el profeta se fue y se puso de pie delante del rey en el camino,


disfrazándose con una venda sobre los ojos.
(39)
ְּ‫וַי ֶּ֤היְּהַ ֻּ֨ ֶמלְֶך֙ ְּע ֵ֔ברְּוְּ ִ֖הואְּצָ עַ ֣קְּאֶ ל־הַ ֶ ִ֑מלְֶךְּו ַָ֜יאמֶ רְּעַבדְָּך֣ ְּ׀ְּי ָָצ֣א‬
‫֣יְּאישְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּשְּמר֙ ְּאֶ ת־‬ָ֗ ַ‫ישְּסרְּ ַויָבֹּ֧אְּאל‬ ָ ָ֜ ‫ֽה־א‬ ֻּ֨ ‫בְּ ֶ ֽק ֶרב־הַ מלחָ ָ֗ ָמהְּוְּהנ‬
‫ֹוְּאֹוְּככַר־‬ ֹ֥ ‫ְּתחַ תְּנַפ ֵ֔ש‬֣ ַ ֙‫הָ ֣אישְּהַ ֵֶ֔זהְּאם־הפָ קד֙ ְּיפ ֵָ֔קדְּוְּ ָ ֽהיְּ ָ ֶּ֤תהְּנַפשְָּך‬
:‫כֶ ִ֖סֶ ףְּתש ֽקֹול‬
vaihí hamélej 'ovér, vêhú tza'áq el-hamélej; vaiómer 'avdêjá | iatzá vêqérev-
hamiljamáh vêhinéh-ísh sár vaiavé elái ísh vaiómer shêmor et-haísh hazéh,
im-hipaqed ipaqéd, vêháiêtáh nafshêjá tájat nafshó, ó jikar-késef tishqól.

Sucedió que cuando el rey pasaba, aquél gritó al rey y dijo: –¡Tu siervo estuvo
en medio de la batalla, y he aquí que uno se apartó trayéndome a un hombre y
me dijo: 'Guarda a este hombre, porque si llega a escapar, tu vida responderá
por la suya o pagarás un talento de plata.'
(40)
ְּ‫ֹּ֧יוְּמלְֶך־יש ָר ִּ֛אל‬
ֽ ֶ ָ‫הְּהנָהְּו ִָ֖הנָהְּוְּ ֣הואְּאינֶ ִ֑נוְּו ַֻּ֨יאמֶ רְּאל‬
ִּ֛ ‫וַי ֣היְּעַבדְּ ָָ֗ךְּע ֹ֥ש‬
: ָ‫כֹ֥ןְּמשפ ֶ ִָ֖טָךְּאַ ָ ֹ֥תהְּחָ ָ ֽרצְּת‬
649
20, 21 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vaihí 'avdêjá 'oséh hénah vahénah vêhú einénu; vaiómer eláv mélej-israél kén
mishpatéja atáh jarátzêta.

Pero sucedió que mientras tu siervo estaba ocupado en una y otra cosa, él
desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: –¡Ésa será tu sentencia! ¡Tú
mismo la has pronunciado!
(41)
ְּ‫ְּמלְֶך‬
֣ ֶ ֙‫רְּמעלְּ(מעֲלִ֖י)ְּעינָ ִ֑יוְּ ַויַכֶּ֤רְּאתֹו‬
ֽ ‫ת־הא ֲֵ֔פ‬
֣ ָ ֶ‫וַימַ ָּ֕הרְּ ַו ָֻּ֨יסַ ר֙ ְּא‬
:‫יםְּהוא‬
ֽ ‫יא‬ ִ֖ ‫יְּמהַ נְּב‬
ֽ ‫יש ָר ֵ֔אלְּ ֹ֥כ‬
vaimahér vaiásar et-háafér, m'l (mé'aléi) 'eináv; vaiakér otó mélej israél, kí
méhanêviím hú.

Entonces se quitó apresuradamente la venda de sus ojos, y el rey de Israel


reconoció que era uno de los profetas.
(42)
ְּ‫יוְּכהְּאָ ַ ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּיַ ִּ֛עַןְּשלַ ֹ֥חתָ ְּאֶ ת־איש־חֶ ר ִ֖מיְּמיָ ִ֑ד‬
ֶ֚ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּא ָָ֗ל‬
:ְּ‫ְּתחַ תְּע ַֽמֹו‬
ֹ֥ ַ ִ֖‫ְּתחַ תְּנַפ ֵ֔שֹוְּוְּעַמְָּך‬
֣ ַ ֙‫וְּ ָ ֽהיְּ ָ ֶּ֤תהְּנַפשְָּך‬
vaiómer eláv kóh amár Adonai, iá'an shilájta et-ish-jermí miád; vêháiêtáh
nafshêjá tájat nafshó, vê'amêjá tájat 'amó .

Y éste dijo al rey: –Así ha dicho el Eterno: '¡Por cuanto soltaste de la mano al
hombre que yo había designado como anatema, tu vida responderá por la
suya, y tu pueblo por el suyo!'
(43)
‫ פ‬:‫אְּשמְּ ֽרֹונָה‬
ֽ ‫ֹוְּסרְּוְּזָעִ֑ףְּ ַוי ִָ֖ב‬
֣ ַ ‫ְֶךְּמלְֶך־יש ָר ִּ֛אלְּעַל־ב ִ֖ית‬
ֽ ֶ ‫וַיֹּ֧ל‬
vaiélej mélej-israél 'al-beitó sár vêza'éf; vaiavó shómêrónah.

El rey de Israel se fue a su casa decaído y enfadado, y llegó a Shomrón


[Samaria].

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 21


(1)
ְּ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫אליְּא‬
ִ֖ ‫וַי ָ֗היְּאַ חַ ר֙ ְּהַ דְּבָ ֣ריםְּהָ ֵ֔אלֶהְּכֶ ֶֹּ֧רםְּהָ יָ ִּ֛הְּלְּנ ָֹ֥בֹותְּהַ יזרְּע‬
:‫ְֶךְּשמְּ ֽרֹון‬
ֽ ‫בְּמל‬ ִ֖ ֶ ‫ִ֑אלְּאצֶ לְּהיכַ ֣לְּאַ ח ֵ֔ ָא‬
ֶ֚ ֶ‫בְּיז ְּרע‬
vaihí ajar hadêvarím haéleh, kérem haiáh lênavót haizrê'elí ashér bêizrê'él;
étzel heijál ajáv, mélej shómêrón.

650
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 21

Pasadas estas cosas aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña en Jezreel,
junto al palacio de Acab, rey de Shomrón [Samaria].
(2)
ְּ‫י־לי‬
֣ ‫יְּאת־כַרמְּ ָָ֜ך ְּֽויה‬ ֽ ֶ ‫ָה־ל‬
ֻּ֨ ‫וַידַ ב֣רְּאַ ח ָ ֣אבְּאֶ ל־נ ָ֣בֹותְּ׀ְּלאמרְּ֩׀ְּתְּנ‬
ְּ‫םְּטֹוב‬
֣ ‫ְּאצֶ לְּב ֵ֔יתיְּוְּאֶ תְּנָ ֶּ֤הְּלְָּך֙ ְּתַ ח ֵ֔ ָתיוְּכֶ ִֶ֖ר‬
֣ ֙‫יְּהואְּקָ רֹוב‬
ֶּ֤ ‫קְּכ‬
֣ ‫לְּגַן־י ָ ָָ֗ר‬
:‫ירְּזֽה‬
ֶ ‫םְּטֹובְּבְּעי ֵֶ֔ניָךְּאֶ תְּנָה־לְָּךֹ֥ ְּכֶ ִ֖סֶ ףְּמְּ ֹ֥ח‬
֣ ‫נוְּא‬
ֶ֚ ‫מ ֶ ִ֑מ‬
vaidabér ajáv el-navót | lemor | tênah-lí ét-karmêjá víhi-lí lêgan-iaráq kí hú
qarov étzel beití, vêetênáh lêjá tajtáv, kérem tóv miménu; ím tóv bê'einéja,
etênah-lêjá jésef mêjír zéh.

Y Acab habló a Nabot diciendo: –Dame tu viña para que me sirva como
huerto de verduras, porque está junto a mi casa, y yo te daré por ella otra viña
mejor que ésta. O si te parece mejor, te pagaré su precio en dinero.
(3)
ְּ‫ת־נחֲלַ ֹ֥תְּאֲב ְִַּ֖תי‬
ֽ ַ ֶ‫ְּמיְּה ֵ֔ ָוהְּמת ִּ֛תיְּא‬
ֽ ֙‫ו ַֹ֥יאמֶ רְּנ ִָ֖בֹותְּאֶ ל־אַ ח ָ ִ֑אבְּחָ ֶּ֤לילָהְּלי‬
:ְּ‫ָ ֽלְך‬
vaiómer navót el-ajáv; jalílah lí méiêhváh, mitití et-nájalát avotái láj .

Nabot respondió a Acab: –¡Guárdeme el Eterno de darte la heredad de mis


padres!
(4)
ְּ ֙‫ֹוְּסרְּוְּז ָָ֗עףְּ ַעל־הַ דָ בָ ר֙ ְּאֲשֶ ר־ד ֶב֣רְּא ָָ֗ליוְּנָבֹות‬
֣ ַ ‫ַויָבאְּ֩אַ ח ֻּ֨ ָאבְּאֶ ל־ב ָ֜ית‬
‫ֲבֹותיְּוַישכַב֙ ְּעַל־‬
ִ֑ ָ ‫ת־נחֲלַ ֣תְּא‬ ֽ ַ ֶ‫רְּלא־אֶ ֹ֥תןְּלְָּךִ֖ ְּא‬ ֽ ֶ‫אליְּו ַָּ֕יאמ‬ֵ֔ ‫הַ יזרְּע‬
:‫ַלְּלחֶ ם‬
ֽ ָ ‫א־אכ‬ ֹ֥ ָ ‫מטָ ֵ֔תֹוְּ ַוי ַֹ֥סבְּאֶ ת־פָנָ ִ֖יוְּוְּל‬
vaiavo ajáv el-beitó sár vêza'éf 'al-hadavar asher-dibér eláv navot haizrê'elí,
vaiómer ló-etén lêjá et-nájalát avotái; vaishkav 'al-mitató, vaiasév et-panáv
vêlo-ájal lájem.

Acab se fue a su casa decaído y enfadado por las palabras que le había
respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho: 'No te daré la heredad de
mis padres.' Se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimentos.
(5)
ְּ ִ֖‫וַתָ ֹ֥באְּאלָ ִ֖יוְּאיזֶ ֣בֶ לְּאש ִ֑תֹוְּוַתְּדַ ב֣רְּא ָָ֗ליוְּמַ ה־זֶה֙ ְּֽרוחֲָך֣ ְּסָ ָ ֵ֔רהְּוְּ ֽאינְָּך‬
:‫ֹ֥לְּלחֶ ם‬
ֽ ָ ‫אכ‬
vatavó eláv izével ishtó; vatêdabér eláv mah-zeh rújajá saráh, vêéinêjá ojél
lájem.

Jezabel, su mujer, fue a él y le preguntó: –¿Por qué está decaído tu espíritu, y


no tomas alimentos?

651
21 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(6)
ְּ‫ָה־לי‬
ֶּ֤ ‫רְּלֹוְּתְּנ‬ ָ֗ ַ‫אליְּו ָ֣אמ‬ ָ֜ ‫ְּכי־ ַ֠ ֲאדַ ברְּאֶ ל־נ ָֻּ֨בֹותְּהַ יזרְּע‬ ֽ ָ‫וַידַ ב֣רְּא ֶָ֗ליה‬
ְּ‫ףְּאֹוְּאם־חָ פ֣ץְּאַ ֵ֔ ָתהְּאֶ תְּנָה־לְָּךֹ֥ ְּכֶ ִֶ֖רםְּתַ ח ָ ִ֑תיו‬ ֶ֚ ֶ‫ֶ ֽאת־כַרמְָּך֙ ְּבְּ ֵֶ֔כס‬
:‫רְּלא־אֶ ֹ֥תןְּלְָּךִ֖ ְּאֶ ת־כַר ֽמי‬ ֽ ֶ‫ו ַָּ֕יאמ‬
vaidabér eléiha kí-ádaber el-navót haizrê'elí vaómar ló tênah-lí ét-karmêjá
bêjésef, ó im-jafétz atáh, etênah-lêjá jérem tajtáv; vaiómer ló-etén lêjá et-
karmí.

Y él le respondió: –Porque hablé con Nabot de Jezreel y le dije: 'Dame tu viña


por dinero; o si te parece mejor, te daré otra viña por ella.' Y él respondió: 'No
te daré mi viña.'
(7)
ְּ‫הְּתע ֶ ֲֹ֥שהְּמְּלוכָ ִ֖הְּעַל־יש ָר ִ֑אל‬
ֽ ַ ‫ו ֶַּ֤תאמֶ רְּאלָיו֙ ְּאיזֶ ֣בֶ לְּאש ֵ֔תֹוְּאַ ָּ֕ ָתהְּע ָ ִַּ֛ת‬
ְּ‫ֶּ֤קוםְּאֱכְּל־ ֶֻּ֨לחֶ ם֙ ְּוְּי ַ ֣טבְּל ֵ֔ ֶבָךְּאֲני֙ ְּאֶ ֣תןְּלְּ ֵָ֔ךְּאֶ ת־כֶ ִֶ֖רםְּנ ָֹ֥בֹות‬
:‫אלי‬
ֽ ‫הַ יזרְּע‬
vatómer elav izével ishtó, atáh 'atáh tá'aséh mêlujáh 'al-israél; qúm ejol-léjem
vêitáv libéja, aní etén lêjá, et-kérem navót haizrê'elí.

Su mujer Jezabel le dijo: –¿Tú actúas ahora como rey sobre Israel?
¡Levántate, toma alimentos, y alégrese tu corazón! ¡Yo te daré la viña de
Nabot de Jezreel!
(8)
ְּ‫וַתכ ֶּ֤תבְּסְּפָרים֙ ְּבְּ ֣שםְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּוַתַ ח ִ֖תםְּבְּ ֽחתָ ִ֑מֹוְּוַתשלַ ֣חְּהספרים‬
‫ירֹוְּהַ ֽישְּ ִ֖ביםְּאֶ ת־‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּבְּע‬
֣ ֶ ‫ל־החרים֙ ְּא‬
ֽ ַ ֶ‫(סְּפ ָָ֗רים)ְּאֶ ל־הַ זְּקנֶּ֤יםְּוְּא‬
:‫נ ָֽבֹות‬
vatijtóv sêfarim bêshém ajáv, vatajtóm bêjótamó; vatishláj hsfrym (sêfarím)
el-hazêqením vêel-hájorim ashér bê'iró, haióshêvím et-navót.

Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo y las
envió a los ancianos y principales que habitaban en su ciudad con Nabot.
(9)
ְּ‫או־צֹוםְּוְּה ֹ֥שיבוְּאֶ ת־נ ִָ֖בֹותְּבְּ ֹ֥ראש‬
ֵ֔ ‫רְּק ְּר‬
ֽ ‫אמ‬ִ֑ ‫וַתכ ֹ֥תבְּבַ סְּפ ִָ֖ריםְּל‬
:‫הָ ָ ֽעם‬
vatijtóv basêfarím lemór; qírêu-tzóm, vêhoshívu et-navót bêrósh ha'ám.

Las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno y haced que Nabot se
siente frente al pueblo.

652
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 21

(10)
ְּ ָ‫אמרְּב ַ ֹ֥רכת‬
ֵ֔ ‫ְַּ֠והֹושיבוְּשְּ ַֻּ֨ניםְּ ֲאנ ָֹ֥שיםְּבְּנֽי־בְּל ַי ַעלְּ֮נֶגדֹו ְּֽ֒ויעד֣הוְּל‬
:ְּ‫ֱלהיםְּו ֶ ִָ֑מלְֶךְּוְּ ֽהֹוציאֹ֥הוְּוְּסקלִ֖הוְּוְּי ָֽמת‬
ִ֖ ‫א‬
vêhoshivu shênáim anashím bênéi-vêlia'al negdó ví'idúhu lemór, berájta
elohím vamélej; vêhótziúhu vêsiqlúhu vêiamót .

Haced que se sienten frente a él dos hombres perversos para que testifiquen
contra él diciendo: '¡Tú has bendecido a Elohim y al rey!' Entonces sacadlo y
apedreadlo, y que muera.
(11)
ְּ‫ֲשר‬
ִּ֛ ֶ ‫ֹוְּכא‬
ֽ ַ ‫יר‬ֵ֔ ‫ֲשרְּהַ ֽישְּבים֙ ְּבְּע‬ ֶּ֤ ֶ ‫ירֹוְּהַ זְּקנ֣יםְּוְּ ַ ֽהח ָ֗ריםְּא‬ ָ֜ ‫ו ַ ַֽיעֲשוְּ֩אַ נ ֻּ֨שיְּע‬
ְּ‫רְּשלְּ ָחִ֖ה‬
ֽ ָ ‫ֲש‬
ֹ֥ ֶ ‫ֲשרְּכָתוב֙ ְּבַ סְּפ ֵָ֔ריםְּא‬ ֶּ֤ ֶ ‫יהִ֖םְּאיזָ ִ֑בֶ לְּ ַ ֽכא‬
ֶ ‫ָ ֽשלְּ ָחֹ֥הְּאֲל‬
:‫יהם‬ ֽ ֶ ‫אֲל‬
vaiá'asú anshéi 'iró hazêqením vêhájorím ashér haióshêvim bê'iró, káashér
shálêjáh aleihém izável; káashér katuv basêfarím, ashér shálêjáh aleihém.

Los hombres de su ciudad, los ancianos y los principales que vivían en su


ciudad hicieron como les mandó Jezabel. Conforme a lo escrito en las cartas
que ella había enviado,
(12)
:‫וְּצֹוםְּוְּה ֹ֥שיבוְּאֶ ת־נ ִָ֖בֹותְּבְּ ֹ֥ראשְּהָ ָ ֽעם‬
ִ֑ ‫ָ ֽק ְּר ִ֖א‬
qárêú tzóm; vêhoshívu et-navót bêrósh ha'ám.

proclamaron ayuno e hicieron sentar a Nabot frente al pueblo.


(13)
ְּ‫יְּה ֲאנ ָֹ֥שיםְּבְּנֽי־בְּל ַי ַעלְּ֮וַיֽשְּ ֣בוְּנֶגדֹוְּ֒וַיעדהוְּ֩אַ נ ֻּ֨שי‬ ֽ ָ ‫ַַ֠ויָבאוְּשְּ ֻּ֨נ‬
ְּ‫ֱלהיםְּו ֶ ִָ֑מלְֶך‬
ִ֖ ‫אמרְּב ַ ֹ֥רְךְּנ ִָּ֛בֹותְּא‬
ֵ֔ ‫הַ בְּ ל ַָ֜יעַלְּאֶ ת־נ ָָ֗בֹותְּנֶ ֶַּֽ֤גֶדְּהָ עָם֙ ְּל‬
:ְּ‫ֹ֥הוְּבאֲבָ נִ֖יםְּ ַוי ָֽמת‬
ֽ ָ ‫הוְּמ ֣חוץְּל ֵָ֔עירְּוַיסקְּל‬ ְּ֙ ‫ו ַֽיצ ֻּ֨א‬
váiavou shênéi háanashím bênéi-vêlia'al vaiéshêvú negdó vai'iduhú anshéi
habêliá'al et-navót néged ha'am lemór, beráj navót elohím vamélej; vaiótziúhú
mijútz la'ír, vaisqêlúhu váavaním vaiamót .

Luego vinieron los dos hombres perversos y se sentaron frente a él. Y estos
hombres perversos dieron testimonio contra Nabot frente al pueblo, diciendo:
–Nabot ha bendecido a Elohim y al rey. Lo sacaron de la ciudad y lo
apedrearon, y murió.
(14)
:‫אמרְּס ַ ֹ֥קלְּנ ִָ֖בֹותְּ ַוי ָֽמת‬
ִ֑ ‫ַוַֽֽישְּלְּ ִ֖חוְּאֶ ל־איזֶ ֣בֶ לְּל‬

653
21 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

váishlêjú el-izével lemór; suqál navót vaiamót.

Después enviaron a decir a Jezabel: 'Nabot ha sido apedreado y ha muerto.'


(15)
ְּ‫לְּכי־ס ַ ֹ֥קלְּנ ִָ֖בֹותְּ ַוי ִָ֑מתְּו ַֻּ֨תאמֶ רְּאי ֶָ֜זבֶ לְּאֶ ל־אַ ח ָ֗ ָאב‬
ֽ ֶ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּכש ֣מעְַּאי ֵֶ֔זב‬
ְּ‫ְּלתֶ ת־לְָּך֣ ְּבְּ ֵֶ֔כסֶ ף‬
ֽ ָ ֙‫ֲשרְּמאן‬ֶּ֤ ֶ ‫אליְּא‬
ָ֗ ‫וםְּרשְּאֶ ת־כֶ ֶ֣רםְּ׀ְּנ ָ֣בֹותְּהַ יזרְּע‬ ׁ֞ ‫֣ק‬
:‫י־מת‬
ֽ ‫ֹותְּחִ֖יְּכ‬
ַ ‫יְּאיןְּנ ִָּ֛ב‬
ֹ֥ ‫֣כ‬
váihí kishmó'a izével, kí-suqál navót vaiamót; vatómer izével el-ajáv qúm résh
et-kérem | navót haizrê'elí ashér meen látet-lêjá vêjésef, kí éin navót jái ki-
mét.

Sucedió que cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y que había
muerto, Jezabel dijo a Acab: –Levántate y toma posesión de la viña de Nabot
de Jezreel, quien no te la quiso dar por dinero. Nabot ya no vive; ha muerto.
(16)
ְּ‫יְּמתְּנ ִָ֑בֹותְּוַיָ ַֽ֣קְּםְּאַ ח ָ֗ ָאבְּל ֶ ִָּ֛רדֶ תְּאֶ ל־כֶ ִֶּ֛רם‬
֣ ‫בְּכ‬
֣ ‫וַי ִּ֛היְּכש ֹ֥מעְַּאַ ח ָ ִ֖א‬
‫ פ‬:‫אליְּלְּרש ֽתֹו‬
ִ֖ ‫נ ָֹ֥בֹותְּהַ יזרְּע‬
vaihí kishmó'a ajáv kí mét navót; vaiáqom ajáv larédet el-kérem navót
haizrê'elí lêrishtó.

Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó Acab
para descender a la viña de Nabot de Jezreel a fin de tomar posesión de ella.
(17)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫ל־אליָ ֹ֥הוְּהַ תש ִ֖ביְּל‬
ֽ ֶ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּדְּבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְּא‬
váihí dêvar-Adonai, el-éliáhu hatishbí lemór .

Aconteció que vino la palabra del Eterno a Elías el tisbita, diciendo:


(18)
ְּ‫ֲשרְּבְּ ֽשמְּ ִ֑רֹוןְּהנה֙ ְּבְּכֶ ֶ֣רם‬
֣ ֶ ‫בְּמלְֶך־יש ָר ִ֖אלְּא‬
ֽ ֶ ‫וםְּרדְּלק ַ ִּ֛ראתְּאַ ח ָ ֹ֥א‬
ָ֗ ‫֣ק‬
:‫דְּשםְּלְּרש ֽתֹו‬ִ֖ ָ ‫נ ֵָ֔בֹותְּאֲשֶ ר־יָ ֹ֥ ַַֽר‬
qúm réd liqrát ajáv mélej-israél ashér bêshómêrón; hineh bêjérem navót,
asher-iárad shám lêrishtó.

–Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, que reside en


Shomrón [Samaria]. He aquí que está en la viña de Nabot, a donde ha
descendido para tomar posesión de ella.

654
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 21

(19)
ְּ‫רְּכהְּאָ ַ ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּה ֲָר ַצִ֖חתָ ְּוְּגַם־י ָ ִָ֑רשתָ ְּוְּדבַ ר ֻּ֨ ָת‬
ֶ֚ ‫אמ‬ָ֗ ‫וְּדבַ ר ֻּ֨ ָתְּא ָָ֜ליוְּל‬
ְּ‫ת־דם‬
֣ ַ ֶ‫רְּלקְּ ֶּ֤קוְּהַ כְּלָבים֙ ְּא‬ ֽ ָ ֶֻּ֨‫רְּכהְּאָ ַ ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּבמ ָ֗קֹוםְּאֲש‬ ֶ֚ ‫אמ‬ ָ֗ ‫א ָָ֜ליוְּל‬
:ְּ‫ַם־אתָ ה‬
ֽ ָ ‫ת־דמְָּךִ֖ ְּג‬ ֽ ָ ֶ‫נ ֵָ֔בֹותְּיָלֹּ֧ קוְּהַ כְּל ִָּ֛ביםְּא‬
vêdibartá eláv lemór kóh amár Adonai, haratzájta vêgam-iaráshta; vêdibartá
eláv lemór kóh amár Adonai, bimqóm ashér láqêqú hakêlavim et-dám navót,
ialóqu hakêlavím et-dámêjá gam-átah .

Le hablarás diciendo: 'Así ha dicho el Eterno: '¿Has asesinado y también has


tomado posesión?'' Luego le hablarás diciendo: 'Así ha dicho el Eterno: 'En el
lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán
también tu sangre, tu misma sangre.''
(20)
ְּ‫יְּאיְּ ִ֑ביְּו ַ֣יאמֶ רְּמָ ֵ֔ ָצאתיְּ ֶַ֚יעַן‬
ֽ ‫אתנ‬ ִ֖ ַ ָ‫הוְּהמְּצ‬
ְַּֽ ‫ל־אל ֵָ֔י‬
֣ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאַ חאָ ב֙ ְּא‬
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫ְּלע ֲֹ֥שֹותְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינֹ֥יְּי‬
ֽ ַ ‫התמַ כֶר ֵָ֔ך‬
vaiómer ajav el-éliáhu, hámêtzatáni óiêví; vaiómer matzáti, iá'an hitmakerjá,
lá'asót hará' bê'einéi Adonai .

Acab dijo a Elías: –¿Así que me has encontrado, enemigo mío? Él respondió:
–Te he encontrado, porque te has vendido para hacer lo malo ante los ojos del
Eterno.
(21)
ְּ‫יְּאח ֶ ֲִ֑ריָךְּוְּהכ ַר ֶּ֤תיְּלְּאַ חאָ ב֙ ְּמַ ש ֣תין‬
ֽ ַ ‫הְּובעַר ִ֖ת‬
ֽ ‫הנְּ ֻּ֨ניְּמ ֶּ֤ביְּא ֶֻּ֨ליָך֙ ְָּר ֵָ֔ע‬
:‫בְּ ֵ֔קירְּוְּע ָֹ֥צורְּוְּעָזִ֖ ובְּבְּיש ָר ֽאל‬
hinêní meví eléjá ra'áh, uví'artí ájaréja; vêhijratí lêajav mashtín bêqír, vê'atzúr
vê'azúv bêisraél.

Así dice el Eterno: 'He aquí, yo traeré el mal sobre ti y te barreré por
completo. Eliminaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al
libre.
(22)
ְּ‫ת־ביתְּ ָָ֗ךְּכְּבית֙ ָ ְּֽיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ֵ֔ ָבטְּוכבִ֖יתְּבַ ע ָ ֣שאְּבֶ ן־אֲחיָ ִ֑ה‬ֽ ֶ‫וְּ ָנֽתַ ֣תיְּא‬
:‫ֲשרְּהכ ֵַ֔עסתָ ְַּוֽתַ ח ֲִ֖טאְּאֶ ת־יש ָר ֽאל‬ ֣ ֶ ‫אֶ ל־הַ ַֻּ֨כעַס֙ ְּא‬
vênátatí et-béitêjá kêveit iárovê'ám ben-nêvát, ujvéit ba'shá ven-ajiáh; el-
haká'as ashér hij'ásta, vátajatí et-israél.

Yo haré a los de tu casa como a los de la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a


los de la casa de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con que me has
provocado a ira y con que has hecho pecar a Israel.'

655
21 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(23)
ְּ‫יםְּיאכְּלֹ֥ וְּאֶ ת־איזֶ ִ֖בֶ לְּבְּחֹ֥ל‬
ֽ ‫אמרְּהַ כְּל ִָּ֛ב‬
ִ֑ ‫וְּ ֻּ֨ ַגם־לְּאי ֵֶ֔זבֶ לְּד ֶבֹ֥רְּיהוָ ִ֖הְּל‬
:ְּ‫יז ְּר ֶ ֽעאל‬
vêgám-lêizével, dibér Adonai lemór; hakêlavím yójêlú et-izével bêjél izrê'él .

También de Jezabel ha hablado el Eterno diciendo: 'Los perros comerán a


Jezabel en la parcela de Jezreel.
(24)
ְּ‫הְּיאכְּלִ֖ וְּעֹ֥ ֹוף‬
ֽ ‫ירְּיאכְּלִ֖ וְּהַ כְּל ִָ֑ביםְּוְּהַ מת֙ ְּבַ שָ ֵ֔ ֶד‬
ֽ ‫הַ ֶּ֤מתְּלְּאַ חאָ ב֙ ְּבָ ֵ֔ע‬
:‫הַ שָ ָ ֽמים‬
hamét lêajav ba'ír, yójêlú hakêlavím; vêhamet basadéh, yójêlú 'óf hashamáim.

Al que de Acab muera en la ciudad, lo comerán los perros; y al que muera en


el campo, lo comerán las aves del cielo.'
(25)
ְּ‫רְּלע ֲֹ֥שֹותְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑ה‬
ֽ ַ ‫ֲשרְּהתמַ ֵ֔כ‬֣ ֶ ‫קְּלא־הָ יָ ֣הְּכְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּא‬
ֽ ‫ֶַ֚ר‬
:ְּ‫אֲשֶ ר־ה ַ ֹ֥סתָ הְּא ִ֖תֹוְּאיזֶ ֹ֥בֶ לְּאש ֽתֹו‬
ráq ló-haiáh jêajáv, ashér hitmakér, lá'asót hará' bê'einéi Adonai; asher-
hesátah otó izével ishtó .

No hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante
los ojos del Eterno, pues su mujer Jezabel lo incitaba.
(26)
ְּ ֙‫וְּהאֱמ ֵ֔ריְּאֲשֶ ר‬
ֽ ָ ‫ֲשרְּע ָ֣ש‬
֣ ֶ ‫ַויַתע֣בְּמְּ ֵ֔אדְּלָלֶ ִ֖ כֶתְּ ַ ֽאח ֲ֣ריְּהַ גל ִ֑ליםְּכְּכלְּ֙א‬
‫ פ‬:ְּ‫הֹורישְּיה ֵ֔ ָוהְּמפְּנִ֖יְּבְּנֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬ ֣
vaiat'év mêód, laléjet ájaréi hagilulím; kêjol ashér 'asú háemorí, asher horísh
Adonai, mipênéi bênéi israél .

Él actuó de manera muy abominable, yendo tras los ídolos, conforme a todo lo
que hacían los amorreos, a los cuales el Eterno había echado de delante de los
Hijos de Israel.
(27)
ְּ‫ם־שק‬
ֹ֥ ַ ֶ‫וַיהיְּ֩כש ֻּ֨מעְַּאַ ח ָ֜ ָאבְּאֶ ת־הַ דְּבָ ֶּ֤ריםְּהָ ֻּ֨אלֶה֙ ְּוַיק ַ ֣רעְּבְּג ֵ֔ ָָדיוְּו ַָיֽש‬
‫ פ‬:‫ְִ֖ךְּאט‬
ֽ ַ ‫עַל־בְּשָ ִ֖רֹוְּ ַוי ִָ֑צֹוםְּוַישכַ ֣בְּבַ שֵָ֔ קְּוַיהַ ל‬
vaihí jishmó'a ajáv et-hadêvarím haéleh vaiqrá' bêgadáv, vaiásem-sáq 'al-
bêsaró vaiatzóm; vaishkáv basáq, vaihaléj át.

Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestiduras, puso
cilicio sobre su cuerpo, ayunó y se acostó con el cilicio; y andaba humillado.

656
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 21, 22

(28)
:ְּ‫אמר‬
ֽ ‫ל־אליָ ֹ֥הוְּהַ תש ִ֖ביְּל‬
ֽ ֶ‫ַוַֽֽיהי֙ ְּדְּבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְּא‬
váihí dêvar-Adonai, el-éliáhu hatishbí lemór .

Entonces vino la palabra del Eterno a Elías el tisbita, diciendo:


(29)
ְּ ֙‫יְּה ָרעָה‬
ֽ ָ ‫יְּלא־אָ ֶּ֤ב‬
ֽ ‫ַןְּכי־נכנַ ֣עְּמ ָפ ַָ֗נ‬
ֽ ‫ה ֲָֽר ֵ֔איתָ ְּֽכי־נכנַ ֹ֥עְּאַ ח ָ ִ֖אבְּמלְּפָנָ ִ֑יְּ ַָ֜יע‬
:‫יאְּה ָרעָ ִ֖הְּעַל־ב ֽיתֹו‬ ֽ ָ ‫ימיְּבְּנֵ֔ ֹוְּאָ ֹ֥ב‬
֣ ‫בְּי ֵ֔ ָָמיוְּב‬
háraíta, kí-nijná' ajáv milêfanái; iá'an kí-nijná' mipanái ló-aví hára'ah bêiamáv,
biméi vênó, aví hára'áh 'al-beitó.

–¿Has visto cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto se ha


humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo
traeré el mal sobre su casa.

Melajím Alef – I de Reyes Capitulo 22


(1)
‫ פ‬:‫ִ֑יםְּאיןְּמלחָ ֵ֔ ָמהְּבֹ֥יןְּא ָ ֲִ֖רםְּובֹ֥יןְּיש ָר ֽאל‬
ֶ֚ ‫וַיֽשְּ ִ֖בוְּשָ ל֣ שְּשָ נ‬
vaiéshêvú shalósh shaním; éin miljamáh, béin arám uvéin israél.

Tres años pasaron sin que hubiera guerra entre Siria e Israel.
(2)
ְּ‫ל־מלְֶך‬
ֹ֥ ֶ ֶ‫הודהְּא‬
ִ֖ ָ ְּ‫ֹ֥טְּמלְֶך־י‬
ֽ ֶ ָ‫ישיתְּוַיִּ֛ ֶַֽרדְּיְּ ֽהֹושָ פ‬
ִ֑ ‫וַי ִ֖היְּבַ שָ נָ ֣הְּהַ שְּל‬
:‫יש ָר ֽאל‬
vaihí bashanáh hashêlishít; vaiéred iêhóshafát mélej-iêhudáh el-mélej israél.

Y aconteció al tercer año que Josafat, rey de Iehudá [Judá], descendió a visitar
al rey de Israel.
(3)
ְּ‫רְּמלְֶך־יש ָראלְּ֙אֶ ל־עֲבָ ֵ֔ ָדיוְּהַ ידַ ע ָּ֕ ֶתםְּכי־לָ ִ֖נוְּ ָר ֣מתְּגלעָ ִ֑ד‬ ֽ ֶ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמ‬
:‫ִ֖דְּמלְֶךְּא ָ ֲֽרם‬
ֹ֥ ֶ ַ‫ַ ֽואֲנַ ֣חנוְּמַ ח ֵ֔שיםְּמ ַ ֣קחַ תְּא ֵ֔ ָתּהְּמי‬
vaiómer mélej-israel el-'avadáv, haida'tém ki-lánu ramót gil'ád; váanájnu
majshím, miqájat otáĥ, miád mélej arám.

Entonces el rey de Israel dijo a sus servidores: –¿Sabéis que Ramot de Galaad
nos pertenece? Y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey
de Siria!

657
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(4)
ְּ‫הְּר ֣מתְּגלעָ ִ֑דְּו ֶַּ֤יאמֶ ר‬
ָ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּאֶ ל־יְּ ֣הֹושָ ֵָ֔פטְּהֲתלְֹ֥ךְּא ִּ֛תיְּלַמלחָ ָ ִ֖מ‬
ְּ‫סוסי‬
ֹ֥ ַ ְּ‫ל־מלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּכ ָֹּ֧מֹוניְּכ ִָּ֛מֹוָךְּכְּע ַֹ֥מיְּכְּע ֶ ִַ֖מָךְּכ‬
֣ ֶ ֶ‫יְּ ֽהֹושָ פָט֙ ְּא‬
:‫סוסיָך‬ ֽ ֶ ְּ‫כ‬
vaiómer el-iêhóshafát, hateléj ití lamiljamáh ramót gil'ád; vaiómer iêhóshafat
el-mélej israél, kamóni jamója kê'amí jê'améja kêsusái kêsuséja.

Luego preguntó a Josafat: –¿Irás conmigo a la guerra a Ramot de Galaad? Y


Josafat respondió al rey de Israel: –Yo soy como eres tú, y mi pueblo como tu
pueblo, y mis caballos como tus caballos.
(5)
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫ל־מלְֶךְּיש ָר ִ֑אלְּדְּ ָרש־נָ ֹ֥אְּכַיִ֖ ֹוםְּאֶ ת־דְּ ַבֹ֥רְּי‬
֣ ֶ ֶ‫ו ַֹ֥יאמֶ רְּיְּ ֽהֹושָ פָ ִ֖טְּא‬
vaiómer iêhóshafát el-mélej israél; dêrash-ná jaióm et-dêvár Adonai .

Además, Josafat dijo al rey de Israel: –Por favor, consulta hoy la palabra del
Eterno.
(6)
ְּ‫לְּאת־הַ נְּביאים֮ ְּכְּאַ ר ַב֣עְּמ ֣אֹותְּאישְּ֒ו ַ֣יאמֶ ר‬ ֽ ֶ ‫ץְּמלְֶך־יש ָר ֹ֥א‬ ֽ ֶ ‫וַיק ֻּ֨ב‬
ְּ‫ַל־ר ֹ֥מתְּגלעָ ִּ֛דְּלַמלחָ ָ ִ֖מהְּאם־אֶ ח ָ ִ֑דלְּו ַֽיאמְּ ֣רוְּע ֲֵ֔לה‬
ָ ‫םְּהא ׁ֞לְךְּע‬ ֽ ַ ‫אֲל ָ֗ ֶה‬
:‫וְּי ֹ֥תןְּאֲדנָ ִ֖יְּבְּיַ ֹ֥דְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiqbótz mélej-israél ét-hanêviim kêarbá' meót ish vaiómer alehém háeléj 'al-
ramót gil'ád lamiljamáh im-ejdál; vaiómêrú 'aléh, vêitén adonái bêiád
hamélej.

Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos 400 hombres, y les
preguntó: –¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiré? Ellos
respondieron: –Sube, porque el Señor la entregará en mano del rey.
(7)
:ְּ‫הְּמא ֽתֹו‬
ֽ ‫יאְּליהוָ ִ֖הְּעִ֑ ֹודְּוְּנד ְּר ָ ִ֖ש‬
ֽ ַ ‫יןְּפהְּנ ִָּ֛ב‬
ֹ֥ ‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּיְּ ֣הֹושָ ֵָ֔פטְּהַ ֻּ֨א‬
vaiómer iêhóshafát, haéin póh naví láAdonai 'ód; vênidrêsháh méotó .

Entonces preguntó Josafat: –¿No hay aquí todavía algún profeta del Eterno,
para que consultemos por medio de él?
(8)
‫לְּ׀ְּאל־יְּהֹושָ ִָּ֡פטְּע֣ ֹודְּאיש־אֶ ִּ֡ ָחדְּלדרשְּ֩אֶ ת־‬ ֽ ֶ ‫רְּמלְֶך־יש ָר ֣א‬ ֽ ֶ ֶ‫ו ַ֣יאמ‬
ְּ‫ם־רע‬
ֵ֔ ָ ‫ְּכיְּא‬֣ ֙‫יוְּכיְּ ֽלא־יתנ ַֻּ֨באְּעָלַ ֹ֥יְּטֹוב‬
ַ֠ ‫את‬ ָ֗ ‫ֹוְּואֲנ֣יְּשְּנ‬
ֽ ַ ‫הְּמא ָ֜ת‬
ֽ ‫יה ֻּ֨ ָו‬
:ְּ‫אמרְּהַ ֶ ִ֖מלְֶך ֽכן‬
ֹ֥ ַ ‫מיכָ ִ֖יהוְּבֶ ן־ימלָ ִ֑הְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּיְּ ֣הֹושָ ֵָ֔פטְּאַ ל־י‬

658
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 22

vaiómer mélej-israél | él-iêhoshafát 'ód ish-ejád lidrosh et-Adonai méotó váaní


sênetív kí ló-itnabé 'alái tov kí im-rá', mijáihu ben-imláh; vaiómer iêhóshafát,
al-iomár hamélej kén .

El rey de Israel respondió a Josafat: –Todavía hay un hombre por medio del
cual podríamos consultar al Eterno; pero yo le aborrezco, porque no me
profetiza el bien, sino el mal. Es Micaías hijo de Imla. Josafat respondió: –No
hable así el rey.
(9)
‫רְּמה ָ ֲִ֖רהְּמיכָ ֹ֥יהוְּבֶ ן־‬
ֽ ַ ֶ‫יסְּא ָחִ֑דְּו ַָּ֕יאמ‬
ְֶּ ‫ְּמלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּאֶ ל־סָ ִ֖ר‬
֣ ֶ ֙‫וַיק ָרא‬
:‫ימ ָ ֽלה‬
vaiqra mélej israél, el-sarís ejád; vaiómer máharáh mijáihu ven-imláh.

Entonces el rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo: –Trae pronto a


Micaías hijo de Imla.
(10)
ְּ‫ְּ֩אישְּעַל־כס ָ֜אֹו‬ ֻּ֨ ‫הְּישְּבים‬ ֽ ‫הוד‬
ָ ִּ֡ ְּ‫֣טְּמלְֶך־י‬
ֽ ֶ ָ‫יהֹושָ פ‬ ֽ ‫ומלְֶךְּיש ָר ִּ֡אלְּו‬ ֶ֣
ְּ‫יאים‬
ֵ֔ ‫ַרְּשמְּ ִ֑רֹוןְּוְּ ָֻּ֨כל־הַ נְּב‬
ֽ ‫חְּשע‬ ֣ ַ ַ‫מְּלבָ ֶּ֤שיםְּבְּגָדים֙ ְּבְּ ֵ֔ג ֶרןְּפֶ ִ֖ת‬
:‫יהם‬ ֽ ֶ ‫ֽמתְּנַבְּ ִ֖איםְּלפנ‬
umélej israél vihóshafát mélej-iêhudáh yóshêvim ísh 'al-kisó mêlubashím
bêgadim bêgóren, pétaj shá'ar shómêrón; vêjál-hanêviím, mítênabêím
lifneihém.

El rey de Israel y Josafat, rey de Iehudá [Judá], vestidos con sus vestiduras
reales, estaban sentados, cada uno en su trono, en la era a la entrada de la
puerta de Shomrón [Samaria]; y todos los profetas profetizaban delante de
ellos.
(11)
ְּ‫֣יְּברזֶ ִ֑לְּו ַֻּ֨יאמֶ ר֙ ְּֽכה־אָ ַ ֣מרְּיה ֵ֔ ָוה‬
ְַּ ‫ֹ֥הְּבן־כְּ ַנעֲנָ ִ֖הְּקַ רנ‬
ֽ ֶ ָ‫וַיַ ֹ֥עַשְּלִּ֛ ֹוְּצדקי‬
:ְּ‫ַֹּלתם‬
ֽ ָ ‫בְּ ִּ֛אלֶהְּתְּנַגַ ֹ֥חְּאֶ ת־א ָ ֲִ֖רםְּעַד־כ‬
vaiá'as ló tzidqiáh vén-kêna'anáh qarnéi varzél; vaiómer kóh-amár Adonai,
bêéleh tênagáj et-arám 'ad-kalotám .

Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y decía: –


Así ha dicho el Eterno: '¡Con éstos embestirás a los sirios, hasta acabar con
ellos!'
(12)
ְּ‫הְּר ֶּ֤מתְּגלעָד֙ ְּוְּהַ צ ֵַ֔לחְּוְּנ ַ ָֹ֥תןְּיהוָ ִ֖ה‬
ָ ‫אמרְּע ֲׁ֞ל‬
ִ֑ ‫וְּ ָֻּ֨כל־הַ נְּב ֵ֔איםְּנבְּ ֹ֥איםְּכִ֖ןְּל‬
:ְּ‫בְּיַ ֹ֥דְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
659
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

vêjál-hanêviím, nibêím kén lemór; 'aléh ramót gil'ad vêhatzláj, vênatán


Adonai bêiád hamélej .

Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: –Sube a


Ramot de Galaad y triunfa, porque el Eterno la entregará en mano del rey.
(13)
ְּ‫אמרְּהנה־ ָׁ֞נא‬ ֵ֔ ‫וְּהַ מַ ל ׁ֞ ָאְךְּאֲשֶ ר־הָ לַ ְ֣ךְּ׀ְּלק ֣ראְּמי ָָ֗כיהוְּד ֶבֶּ֤רְּאלָיו֙ ְּל‬
ְּ)‫ֹ֥דְּטֹובְּאֶ ל־הַ ֶ ִ֑מלְֶךְּיְּהי־נָ ֣אְּדבריךְּ(דְּ ָ ֽב ְּר ָָ֗ך‬
ִ֖ ‫יםְּפה־אֶ ָח‬ ֽ ֶ ‫יא‬ ִּ֛ ‫דב ֹּ֧ריְּהַ נְּב‬
:‫כד ַבִּ֛רְּאַ ַחֹ֥דְּמ ֶהִ֖םְּוְּד ַבֹ֥רתָ ְּֽטֹוב‬
vêhamaláj asher-haláj | liqró mijáihu dibér elav lemór, hineh-ná divréi
hanêviím péh-ejád tóv el-hamélej; iêhi-ná dvryj (dêvárêjá) kidvár ajád mehém
vêdibárta tóv.

El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo: –He aquí, las
palabras de los profetas unánimemente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu
palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien.
(14)
: ‫אמרְּיהוָ ִּ֛הְּאלַ ִ֖יְּא ֹ֥תֹוְּאֲדַ ֽבר‬
ְּ ֹּ֧ ַ ‫הְּכיְּאֶ ת־אֲשֶֻּ֨ רְּי‬
ַ֠ ‫ו ִַ֖יאמֶ רְּמיכָ ִ֑יהוְּחַ י־יה ָּ֕ ָו‬
vaiómer mijáihu; jai-Adonai kí et-ashér iomár Adonai elái otó adabér .

Pero Micaías respondió: –¡Vive el Eterno, que lo que el Eterno me diga, eso
hablaré!
(15)
ְּ‫ל־ר ֹ֥מת‬ָ ֶ‫ַויָבֹוא֮ ְּאֶ ל־הַ מֶ ֶלְךְּ֒ו ַֻּ֨יאמֶ רְּהַ ָ֜ ֶמלְֶךְּא ָָ֗ליוְּמי ָֻּ֨כיהו֙ ְּהֲנ ׁ֞לְךְּא‬
ְּ‫גלעָ ִּ֛דְּלַמלחָ ָ ִ֖מהְּאם־נֶח ָ ִ֑דלְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּאלָיו֙ ְּעֲל֣הְּוְּהַ צ ֵַ֔לחְּוְּנ ַ ָֹ֥תןְּיהוָ ִ֖ה‬
:ְּ‫בְּיַ ֹ֥דְּהַ ֶ ֽמלְֶך‬
vaiavo el-hamelej vaiómer hamélej eláv mijáihú haneléj el-ramót gil'ád
lamiljamáh im-nejdál; vaiómer elav 'aléh vêhatzláj, vênatán Adonai bêiád
hamélej .

Llegó al rey, y el rey le preguntó: –Micaías, ¿iremos a la guerra contra Ramot


de Galaad, o desistiremos? Él respondió: –Sube y triunfa, porque el Eterno la
entregará en mano del rey.
(16)
‫רְּלא־‬
ֽ ֶ‫ו ֶַּ֤יאמֶ רְּאלָיו֙ ְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּעַד־כ ֶ ַֹ֥מהְּפְּע ִָ֖מיםְּאֲנ֣יְּמַ שביעֶ ִָ֑ךְּ ַ֠ ֲאש‬
:ְּ‫הוֽה‬ ָ ְּ‫ִּ֛יְּרק־א ֶ ֱִ֖מתְּבְּ ֹ֥שםְּי‬
ַ ַ‫תְּדַ בֹ֥רְּאל‬
vaiómer elav hamélej, 'ad-kaméh fê'amím aní mashbi'éja; ásher ló-têdabér elái
raq-emét bêshém Adonai .

660
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 22

El rey le dijo: –¿Cuántas veces tengo que hacerte jurar que no me digas sino la
verdad en el nombre del Eterno?
(17)
ְּ‫ֲשר‬
ֹ֥ ֶ ‫ל־ההָ ֵ֔ריםְּכ ַָּ֕צאןְּא‬
ֽ ֶ ֶ‫רְּר ֶּ֤איתיְּאֶ ת־כְּל־יש ָראלְּ֙נְּפ ֣ציםְּא‬ ָ ֶ‫ו ַָ֗יאמ‬
ְּ‫ְּלא־אֲדנ֣יםְּל ֵָ֔אלֶהְּי ָֹ֥שובוְּאיש־לְּב ִ֖יתֹו‬ ֽ ֙‫אין־ל ֶָהִ֖םְּרעֶ ִ֑הְּו ֶַּ֤יאמֶ רְּיהוָה‬
:ְּ‫בְּשָ לֽ ֹום‬
vaiómer raíti et-kol-israel nêfotzím el-héharím, katzón ashér ein-lahém ro'éh;
vaiómer Adonai ló-adoním laéleh, iashúvu ish-lêveitó bêshalóm .

Entonces respondió: –He visto a todo Israel dispersado por los montes como
ovejas que no tienen pastor. Y el Eterno dijo: 'Éstos no tienen señor; vuélvase
cada uno a su casa en paz.'
(18)
‫רְּמלְֶך־יש ָר ִ֖אלְּאֶ ל־יְּ ֽהֹושָ פָ ִ֑טְּהֲלֹוא֙ ְּאָ ַ ֣מרתיְּא ֵֶ֔ליָךְּלֽ ֹוא־‬
ֽ ֶ ֶ‫ו ַֹ֥יאמ‬
‫ ס‬:‫ם־רע‬ ֽ ָ ‫ֹובְּכיְּא‬
ֹ֥ ‫ִּ֛יְּט‬
ִ֖ ַ‫יתנַבֹ֥אְּעָל‬
vaiómer mélej-israél el-iêhóshafát; halo amárti eléja, ló-itnabé 'alái tóv kí im-
rá'.

Entonces el rei de Israel dijo a Josafat: –¿No te dije que no profetizaría acerca
de mí el bien, sino el mal?
(19)
ְּ‫ִ֑הְּר ֶּ֤איתיְּאֶ ת־יהוָה֙ ְּי ֣שבְּעַל־כס ֵ֔אֹו‬
ָ ָ‫ו ַָּ֕יאמֶ רְּלָכִ֖ןְּשְּ ַ ֣מעְּדְּבַ ר־יהו‬
:ְּ‫יוְּמימינִ֖ ֹוְּומשְּמאלֽ ֹו‬
ֽ ‫וְּכְּל־צְּ ָבֶּ֤אְּהַ שָ ֻּ֨ ַמים֙ ְּע ֣מדְּ ָע ֵָ֔ל‬
vaiómer lajén shêmá' dêvar-Adonai; raíti et-Adonai ioshév 'al-kisó, vêjol-
tzêvá hashamáim 'oméd 'aláv, míminó umisêmoló .

Luego dijo Micaías: –Escucha, pues, la palabra del Eterno: Yo he visto al


Eterno sentado en su trono; y todo el ejército de los cielos estaba de pie junto
a él, a su derecha y a su izquierda.
(20)
ְּ‫הְּמיְּיְּפַתֶ ה֙ ְּאֶ ת־אַ ח ֵ֔ ָאבְּוְּ ַָּ֕י ַעלְּוְּי ִ֖פלְּבְּ ָר ֣מתְּגלעָ ִ֑דְּו ֶַּ֤יאמֶ ר‬
ֶּ֤ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּיה ָ֗ ָו‬
:ְּ‫זֶה֙ ְּבְּ ֵ֔כהְּוְּזֶ ֹ֥הְּא ִ֖מרְּבְּ ֽכה‬
vaiómer Adonai mí iêfateh et-ajáv, vêiá'al vêipól bêramót gil'ád; vaiómer zeh
bêjóh, vêzéh omér bêjóh .

Entonces el Eterno preguntó: '¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga
en Ramot de Galaad?' Y uno respondía de una manera, y otro respondía de
otra manera.

661
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(21)
ְּ‫וַיצ֣אְּהָ ָ֗רוחַ ְַּוַֽֽ ַיעֲמד֙ ְּ לפנ֣יְּיה ֵ֔ ָוהְּו ִַ֖יאמֶ רְּאֲנ֣יְּ ֲאפ ֶ ִַ֑תנוְּו ַֹּ֧יאמֶ רְּיהוָ ִּ֛ה‬
:ְּ‫אלָ ִ֖יוְּבַ ָ ֽמה‬
vaietzé harúaj váia'amod lifnéi Adonai, vaiómer aní afaténu; vaiómer Adonai
eláv bamáh .

Entonces salió un espíritu, se puso delante del Eterno y dijo: 'Yo le induciré.'
el Eterno le preguntó: '¿De qué manera?'
(22)
ְּ ֙‫יאיוְּו ַָ֗יאמֶ רְּתְּפַתֶ ה‬
ִ֑ ָ ‫ו ַָ֗יאמֶ רְּאצא֙ ְּוְּהָ ֻּ֨ייתי֙ ְּ֣רוחַ ְּשֵֶ֔ קֶ רְּבְּ ִ֖פיְּכְּל־נְּב‬
:‫ה־כן‬ֽ ‫ִ֖אְּועֲש‬ ֽ ַ ‫וְּגַם־תו ֵָ֔כלְּצ‬
vaiómer etze vêhaítí rúaj shéqer, bêfí kol-nêviáv; vaiómer têfateh vêgam-tujál,
tzé vá'aseh-jén.

Y él le respondió: 'Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus


profetas.' Y el Eterno dijo: 'Tú lo inducirás, y también prevalecerás. Sal y
hazlo así.'
(23)
ְּ‫ֶהְּוֽיה ֵ֔ ָוהְּד ֶבֹ֥ר‬
ַ ‫יָךְּאל‬
ִ֑ ‫יא‬֣ ֶ ‫וְּע ָ֗ ַָתהְּה ֻּ֨נהְּנ ַ ֶָּ֤תןְּיהוָה֙ ְּ֣רוחַ ְּשֵֶ֔ קֶ רְּבְּ ִ֖פיְּכְּל־נְּב‬
:ְּ‫ִ֖יָךְּר ָ ֽעה‬
ָ ֶ‫עָל‬
vê'atáh hinéh natán Adonai rúaj shéqer, bêfí kol-nêviéja éleh; váAdonai, dibér
'aléja ra'áh .

Ahora pues, he aquí que el Eterno ha puesto un espíritu de mentira en la boca


de todos estos tus profetas, porque el Eterno ha decretado el mal con respecto
a ti.
(24)
‫֣הוְּבן־כְּ ַנ ֲע ֵָ֔נהְּ ַויַכֶ ֹ֥הְּאֶ ת־מיכָ ִ֖יהוְּעַל־הַ לֶ ִ֑חיְּו ַָּ֕יאמֶ רְּאי־‬
ֽ ֶ ָ‫וַיגַש֙ ְּצדקי‬
:ְּ‫ֹ֥רְּאֹותְך‬
ָֽ ‫ִּ֛הְּמא ִ֖תיְּלְּדַ ב‬ ֽ ָ‫ֹּ֧רְּרוחַ ־יהו‬
ֽ ‫ֶֻּ֨זהְּע ַָב‬
vaigash tzidqiáhu vén-kêna'anáh, vaiakéh et-mijáihu 'al-haléji; vaiómer ei-zéh
'avár rúaj-Adonai méití lêdabér otáj .

Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la


mejilla, diciéndole: –¿Por qué camino se apartó de mí el espíritu del Eterno,
para hablarte a ti?
(25)
ְּ‫אְּחֹ֥דֶ רְּבְּ ֶחִ֖דֶ ר‬
ֶ ‫ֲשרְּתָ ִּ֛ב‬
ֹ֥ ֶ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּמי ֵָ֔כיהוְּהנְָּךֹ֥ ְּר ֶ ִ֖אהְּבַ י֣ ֹוםְּהַ ִ֑הואְּא‬
:‫לְּ ֽהחָ ֽבה‬

662
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 22

vaiómer mijáihu, hinêjá roéh baióm hahú; ashér tavó jéder bêjéder lêhéjavéh.

Y Micaías respondió: –¡He aquí, tú lo verás aquel día, cuando te metas de


cuarto en cuarto para esconderte!
(26)
‫הוְּוהֲשיבִ֖הוְּאֶ ל־אָ ֣מןְּשַ ר־‬
ֽ ַ ‫ְּמלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּקֶַ֚ חְּאֶ ת־מי ֵָ֔כי‬
֣ ֶ ֙‫ו ַֻּ֨יאמֶ ר‬
:‫ל־יֹואשְּבֶ ן־הַ ֶ ֽמלְֶך‬
ִ֖ ָ ֶ‫הָ ִ֑עירְּוְּא‬
vaiómer mélej israél, qáj et-mijáihu, váhashivéhu el-amón sar-ha'ír; vêel-ioásh
ben-hamélej.

Entonces dijo el rey de Israel: –Toma a Micaías y hazlo volver a Amón,


alcalde de la ciudad, y a Ihoash [Joás], hijo del rey.
(27)
ְּ‫ְֶךְּשימוְּאֶ ת־זֶ ִ֖הְּב֣יתְּהַ כֶ ִ֑ לֶאְּוְּ ַ ֽהאֲכ ֻּ֨להוְּלֶ ֶּ֤חֶ ם‬
ֹ֥ ‫וְּ ָ ֽאמַ ר ָ֗ ָת ְֶּ֚כהְּאָ ַ ֣מרְּהַ ֵ֔ ֶמל‬
:‫ְּומיםְּ ֵַ֔לחַ ץְּעַ ִ֖דְּב ֹ֥איְּבְּשָ לֽ ֹום‬
֣ ַ ֙‫ַֻּ֨לחַ ץ‬
vêámartá kóh amár hamélej, símu et-zéh béit hakéle; vêháajilúhu léjem lájatz
umáim lájatz, 'ád boí vêshalóm.

Y di: 'El rey ha dicho así: 'Poned a éste en la cárcel y mantenedle con una
escasa ración de pan y de agua, hasta que yo llegue en paz.''
(28)
ְּ‫ִ֖הְּביְּו ַָּ֕יאמֶ ר‬
ִ֑ ָ‫ֹוםְּלא־ד ֶבֹ֥רְּיהו‬
ֽ ‫ם־שֹובְּתָ שוב֙ ְּבְּשָ ֵ֔ל‬
ֶּ֤ ‫ו ַ֣יאמֶ רְּמי ֵָ֔כיהוְּא‬
:ְּ‫שמעִ֖ וְּע ַֹ֥מיםְּכ ָ ֽלם‬
vaiómer mijáihu, im-shóv tashuv bêshalóm, ló-dibér Adonai bí; vaiómer
shim'ú 'amím kulám .

Y Micaías dijo: –Si logras volver en paz, el Eterno no ha hablado por medio
de mí. –Y añadió–: ¡Oídlo, pueblos todos!
(29)
:‫הְּר ֹ֥מתְּגל ָ ֽעד‬
ָ ‫הוד‬
ִ֖ ָ ְּ‫ֹ֥טְּמלְֶך־י‬
ֽ ֶ ָ‫יהֹושָ פ‬
ֽ ‫לְּמלְֶך־יש ָר ִּ֛אלְּו‬
ֽ ֶ ‫וַיַ ֹּ֧ ַע‬
vaiá'al mélej-israél vihóshafát mélej-iêhudáh ramót gil'ád.

El rey de Israel subió con Josafat, rey de Iehudá [Judá], a Ramot de Galaad.
(30)
ְּ‫ְּ֩מלְֶךְּיש ָר ָ֜אלְּאֶ ל־יְּ ֽהֹושָ ָָ֗פטְּהתחַ פש֙ ְּו ָ֣באְּבַ מלחָ ֵ֔ ָמהְּוְּאַ ָ ִ֖תה‬ ֶ ֻּ֨ ‫וַיאמֶ ר‬
:‫ְּמלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּ ַוי ִָ֖בֹואְּבַ מלחָ ָ ֽמה‬
֣ ֶ ֙‫לְּ ַב֣שְּבְּג ֶ ִָ֑דיָךְּוַיתחַ פש‬
vaiomer mélej israél el-iêhóshafát hitjapes vavó vamiljamáh, vêatáh lêvásh
bêgadéja; vaitjapes mélej israél, vaiavó bamiljamáh.

663
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

El rey de Israel dijo a Josafat: –Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; pero


tú, vístete con tus vestiduras. Entonces el rey de Israel se disfrazó y entró en la
batalla.
(31)
ְּ‫אמר‬
ֵ֔ ‫לשיםְּוש ַֻּ֨נים֙ ְּל‬ ֶּ֤ ְּ‫ר־לֹוְּש‬
ָ֜ ֶ‫ומלְֶךְּא ָ ֲִּ֡רםְּצוָ ֣הְּאֶ ת־שָ ריְּ֩הָ ֶ ֻּ֨רכֶבְּאֲש‬
ֶ֣
:‫ת־מלְֶךְּיש ָר ִ֖אלְּלְּבַ ֽדֹו‬
ֹ֥ ֶ ֶ‫יְּאם־א‬
ֽ ‫ֹולְּכ‬
ִּ֛ ‫ֶ֚לאְּתלָ ֣ ח ֲֵ֔מוְּאֶ ת־קָ ִ֖טןְּוְּאֶ ת־ג ִָ֑ד‬
umélej arám tziváh et-sareí haréjev asher-ló shêloshím ushnáim lemór, ló
tilájamú, et-qatón vêet-gadól; kí ím-et-mélej israél lêvadó.

Ahora bien, el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos jefes de los
carros que tenía, diciendo: 'No luchéis contra chico ni contra grande, sino sólo
contra el rey de Israel.'
(32)
‫ְךְּמלְֶך־‬
ֽ ֶ ‫ְּא‬
֣ ַ ֙‫הְּאמְּרו‬
ֽ ָ ָ‫וַי ִּ֡היְּכראֹותְּ֩שָ ֻּ֨ריְּהָ ֶ ָ֜רכֶבְּאֶ ת־יְּ ֽהֹושָ ָָ֗פטְּוְּהֶּ֤מ‬
:‫לְּהואְּ ַויָסֹ֥רוְּעָלָ ִ֖יוְּלְּהלָחִ֑םְּוַיזעַ ִ֖קְּיְּ ֽהֹושָ ָ ֽפט‬
ֵ֔ ‫יש ָר ֣א‬
vaihí kirot saréi haréjev et-iêhóshafát vêhémah ámêrú áj mélej-israél hú,
vaiasúru 'aláv lêhilajém; vaiz'áq iêhóshafát.

Y sucedió que cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: –
¡Ciertamente éste es el rey de Israel! Entonces se dirigieron hacia él para
atacarle, pero Josafat gritó.
(33)
ְּ‫לְּהואְּ ַוי ִָ֖שובו‬
ִ֑ ‫א־מלְֶךְּיש ָר ִ֖א‬
ֹ֥ ֶ ‫ֶבְּכי־ל‬
ֽ ‫וַי ָ֗היְּכראֹות֙ ְּשָ ֣ריְּהָ ֶ ֵ֔רכ‬
:‫מ ַ ֽאח ָ ֲֽריו‬
vaihí kirot saréi haréjev, kí-lo-mélej israél hú; vaiashúvu meájaráv.

Y sucedió que al ver los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se
apartaron de él.
(34)
ְּ‫ת־מלְֶךְּיש ָר ֵ֔אלְּבֹ֥יןְּהַ דְּבָ ִ֖קים‬ ֣ ֶ ֶ‫וְּ ָ֗אישְּמָ ַ ֶּ֤שְךְּבַ ֻּ֨ ֶקשֶ ת֙ ְּלְּת ֵ֔מֹוְּ ַו ַיכֶה֙ ְּא‬
ְּ‫ִ֖הְּכי‬
ֹ֥ ֶ‫ן־המַ חֲנ‬ ֽ ַ ‫יאניְּמ‬ ֹ֥ ‫ְךְּיַֽדְָּךִּ֛ ְּוְּ ֽהֹוצ‬
ֽ ָ ‫וב֣יןְּהַ שריָ ִַֽ֑ןְּו ַ֣יאמֶ רְּלְּ ַרכ ָָ֗בֹוְּה ֲֹ֥פ‬
:‫ָ ֽהחְּ ֽליתי‬
vêísh masháj baqéshet lêtumó, vaiakeh et-mélej israél, béin hadêvaqím uvéin
hashirián; vaiómer lêrakavó hafój iádêjá vêhótziéni min-hámajanéh kí
hájoléiti.

Entonces un hombre tiró con su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por
entre las junturas de la armadura y la coraza. Y él dijo al que guiaba su carro:
–¡Da la vuelta y sácame de la batalla, porque he sido herido!

664
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 22

(35)
ְּ‫ִ֖הְּנכַח‬
֣ ‫ֹּ֧הְּמעְּ ָ ִּ֛מדְּבַ מֶ רכ ָָב‬
ֽ ָ ָ‫ו ַ ַֽתעֲלֶ ֶּ֤הְּהַ מלחָ מָ ה֙ ְּבַ י֣ ֹוםְּהַ ֵ֔הואְּוְּהַ ָ֗ ֶמלְֶךְּהָ י‬
:‫קְּדם־הַ מַ כָ ִ֖הְּאֶ ל־חֹ֥יקְּהָ ָ ֽרכֶב‬ ֽ ַ ֶ‫א ָ ֲִ֑רםְּוַיָ ֣מָ תְּבָ ֵֶ֔ע ֶרבְּוַיֹ֥צ‬
vatá'aléh hamiljamah baióm hahú, vêhamélej haiáh má'omád bamerkaváh
nójaj arám; vaiámat ba'érev, vaítzeq dám-hamakáh el-jéiq harájev.

La batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en pie en el carro, frente a
los sirios. Y murió al atardecer. La sangre de la herida corría hasta el fondo
del carro.
(36)
ְּ‫רְּאישְּאֶ ל־ע ִ֖ירֹוְּוְּ ֹ֥איש‬
ֹ֥ ‫אמ‬ִ֑ ‫ְּבמַ ֲח ֵֶ֔נהְּכְּ ֹ֥באְּהַ ֶ ִ֖שמֶ שְּל‬
ֽ ַ ֙‫רְּהרנָה‬
ֽ ָ ‫ו ַ ַֽיע ֲֶּ֤ב‬
:‫אֶ ל־אַ ר ֽצֹו‬
vaiá'avór hárinah bámajanéh, kêvó hashémesh lemór; ísh el-'iró vêísh el-
artzó.

A la puesta del sol salió una proclama por todo el campamento, diciendo: –
¡Cada uno a su ciudad! ¡Cada uno a su tierra!
(37)
:‫ֹואְּשמְּ ִ֑רֹוןְּוַיקבְּ ֹ֥רוְּאֶ ת־הַ ֶ ִ֖מלְֶךְּבְּ ֽשמְּ ֽרֹון‬
ֽ ‫וַיָ ֣מָ תְּהַ ֵ֔ ֶמלְֶךְּ ַוי ִָ֖ב‬
vaiámat hamélej, vaiavó shómêrón; vaiqbêrú et-hamélej bêshómêrón.

Murió, pues, el rey y fue llevado a Shomrón [Samaria]; luego sepultaron al


rey en Shomrón [Samaria].
(38)
ְּ‫֣תְּשמְּ ָ֗רֹוןְּ ַויָלֶּ֤ קוְּהַ כְּלָבים֙ ְּאֶ ת־דָ ֵ֔מֹו‬
ֽ ַ‫וַיש ֻּ֨טףְּאֶ ת־הָ ֶ ָ֜רכֶבְּעַ ֣לְּ׀ְּבְּרכ‬
:ְּ‫ֲשרְּד ֽבר‬ ֹ֥ ֶ ‫ֹותְּר ָחִ֑צוְּכד ַבֹ֥רְּיהוָ ִ֖הְּא‬
ָ ִ֖‫וְּהַ זנ‬
vaishtóf et-haréjev 'ál | bêreját shómêrón vaialóqu hakêlavim et-damó,
vêhazonót rajátzu; kidvár Adonai ashér dibér .

Lavaron el carro junto al estanque de Shomrón [Samaria] [donde las


prostitutas se lavaban], mientras los perros lamían su sangre, conforme a la
palabra que el Eterno había hablado.
(39)
‫ֲשרְּבָ ֵָ֔נהְּוְּכְּל־‬
֣ ֶ ‫ֲשרְּעָשָָ֗ הְּובֶּ֤יתְּהַ שן֙ ְּא‬
֣ ֶ ‫וְּיֶתֶ רְּ֩דב ֻּ֨ריְּאַ ח ָ֜ ָאבְּוְּכְּל־א‬
ְּ‫ַל־ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מים‬ִּ֛ ‫תוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫ֲלֹוא־הםְּכ‬
֣ ‫ֲשרְּבָ נָ ִ֑הְּה‬ ֣ ֶ ‫ֶ ֽהע ִָ֖ריםְּא‬
:‫לְּמַ לכֹ֥יְּיש ָר ֽאל‬
vêieter divréi ajáv vêjol-ashér 'asáh uvéit hashen ashér banáh, vêjol-hé'arím
ashér banáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

665
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil y todas las
ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel?
(40)
‫ פ‬:‫וַישכַ ֹ֥בְּאַ ח ָ ִ֖אבְּעם־אֲב ָ ִ֑תיוְּוַימלִּ֛ ְךְּאֲחַ זיָ ֹ֥הוְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
vaishkáv ajáv 'im-avotáv; vaimlój ajaziáhu vênó tajtáv.

Acab reposó con sus padres, y su hijo Ajaziá [Ocozías] reinó en su lugar.
(41)
ְּ‫בְּמלְֶך‬
ֹ֥ ֶ ‫הודהְּבשנַ ֣תְּאַ ר ֵ֔ ַבעְּלְּאַ ח ָ ִ֖א‬
ִ֑ ָ ְּ‫יהֹושָ פָט֙ ְּבֶ ן־אָ ֵ֔ ָסאְּמָ לַ ְִ֖ךְּעַל־י‬
ֽ ‫ו‬
:‫יש ָר ֽאל‬
vihóshafat ben-asá, maláj 'al-iêhudáh; bishnát arbá', lêajáv mélej israél.

Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Iehudá [Judá] en el cuarto año de
Acab rey de Israel.
(42)
ְּ‫לשיםְּוְּחָ ֶּ֤משְּשָ נָה֙ ְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּעֶש ֶּ֤ריםְּוְּחָ מש֙ ְּשָ ֵָ֔נה‬
ֻּ֨ ְּ‫יְּ ֽהֹושָ ָָ֗פטְּבֶ ן־ש‬
:‫ֲזובִ֖הְּבַ ת־של ֽחי‬ ָ ‫מָ לַ ְִ֖ךְּב ֽירושָ לָ ִ֑ םְּוְּ ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּע‬
iêhóshafát ben-shêloshím vêjamésh shanah bêmoljó, vê'esrím vêjamesh
shanáh, maláj birúshaláim; vêshém imó, 'azuváh bat-shiljí.

Josafat tenía 35 años cuando comenzó a reinar, y reinó 25 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Azuba hija de Silji.
(43)
ְּ‫נוְּלע ֲֹ֥שֹותְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינֹ֥י‬
ֽ ַ ‫א־סרְּמ ֶ ִ֑מ‬
֣ ָ ‫ל־ד ֶרְךְּאָ ָ ֹ֥סאְּאָ ִ֖ביוְּל‬
ִּ֛ ֶ ְּ‫ו ַָ֗ילְֶךְּבְּכ‬
:ְּ‫הוֽה‬
ָ ‫י‬
vaiélej bêjol-dérej asá avív lo-sár miménu; lá'asót haiashár bê'einéi Adonai.

Él anduvo en todo el camino de su padre Asa, sin apartarse de él, haciendo lo


recto ante los ojos del Eterno.
(44)
:‫א־סרוְּעֹ֥ ֹודְּהָ עָ ִּ֛םְּמְּזַבְּ ֹ֥חיםְּוֽ מקַ טְּ ִ֖ריםְּבַ בָ ֽמֹות‬
ִ֑ ָ ‫ֹותְּל‬
ֽ ‫ַ ֹ֥אְךְּהַ בָ ִ֖מ‬
áj habamót ló-sáru; 'ód ha'ám mêzabêjím úmqatêrím babamót.

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo continuaba
ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos.
(45)
:‫ם־מלְֶךְּיש ָר ֽאל‬
ֹ֥ ֶ ‫ַויַשלֹ֥םְּיְּ ֽהֹושָ פָ ִ֖טְּע‬
vaiashlém iêhóshafát 'im-mélej israél.

666
‫ְּמל ִָ֖כיםְּא‬ Melajím Alef/I de Reyes 22

Y Iosafat hizo paz con el rey de Israel.


(46)
ְּ‫ֲשרְּנל ָחִ֑םְּהֲלא־ה֣ם‬
֣ ֶ ‫הְּוא‬
ֽ ַ ‫ָש‬
ִ֖ ָ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ רְּדב ֹּ֧ריְּיְּ ֽהֹושָ פָ ִּ֛טְּוג ֽב ָור ֹ֥תֹוְּאֲשֶ ר־ע‬
:‫הודה‬
ֽ ָ ְּ‫ַל־ספֶרְּדב ֹ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכֹ֥יְּי‬
ִּ֛ ‫תוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫כ‬
vêiéter divréi iêhóshafát ugvúrató asher-'asáh váashér niljám; halo-hém
kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Josafat, el poderío que logró y las guerras que llevó a
cabo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá
[Judá]?
(47)
:‫ימיְּאָ ָ ֣סאְּאָ ִ֑ביוְּבעִ֖רְּמן־הָ ָ ֽא ֶרץ‬
ִ֖ ‫ֲשרְּנש ֵ֔ ַארְּב‬
֣ ֶ ‫וְּ ֶֻּ֨יתֶ ר֙ ְּהַ קָ ֵ֔דשְּא‬
vêiéter haqadésh, ashér nishár, biméi asá avív; bi'ér min-haáretz.

Él eliminó del país el resto de los varones consagrados a la prostitución ritual


que habían quedado del tiempo de su padre Asa.
(48)
:‫ֹ֥בְּמלְֶך‬
ֽ ֶ ‫יןְּבא ֱִ֖דֹוםְּנ ָצ‬
ֽ ֶ ‫ְֶךְּא‬
ִּ֛ ‫ומל‬
ֹ֥ ֶ
umélej éin béedóm nitzáv mélej.

No había entonces rey en Edom; sólo había un gobernador de parte del rey.
(49)
ְּ‫ִ֖בְּו ֣לא‬
ְּ ‫יְּ ֽהֹושָ ִָּ֡פטְּעשרְּ(עָ שָ ה֩)ְּאְּניֻּ֨ ֹותְּתַ ר ָ֜שישְּלָלֶ ֹּ֧ כֶתְּא ִּ֛פ ָירהְּ ַלז ָָה‬
:‫ֹוןְּגֽבֶ ר‬
ָ ֹ֥‫ְִ֑ךְּכי־נשברהְּ(נשבְּ ֹ֥רו)ְּאְּניִ֖ ֹותְּבְּעֶצי‬ ֽ ָ‫הָ ל‬
iêhóshafát 'sr ('asah) oniót tarshísh laléjet ofírah lazaháv vêló haláj; kí-nsvrh
(nishbêrú) oniót bê'etzíon gáver.

Josafat hizo barcos como los de Tarsis, para ir a Ofir por oro. Pero no fueron,
pues los barcos se destrozaron en Ezión-geber.
(50)
ְּ‫ַ֠אָ זְּאָ ׁ֞ ַמרְּאֲחַ זיָ ֶּ֤הוְּבֶ ן־אַ חאָ ב֙ ְּאֶ ל־יְּ ֣הֹושָ ֵָ֔פטְּיֽלְּכֹּ֧ וְּעֲבָ ַ ִּ֛דיְּעם־עֲבָ ֶ ִ֖דיָך‬
:‫ָ ֽבאְּניִ֑ ֹותְּוְּ ֹ֥לאְּאָ ָבִ֖הְּיְּ ֽהֹושָ ָ ֽפט‬
áz amár ajaziáhu ven-ajav el-iêhóshafát, iélêjú 'avadái 'im-'avadéja báoniót;
vêló aváh iêhóshafát.

Entonces Ajaziá [Ocozías] hijo de Acab dijo a Josafat: 'Que vayan mis
servidores con tus servidores en los barcos.' Pero Josafat no quiso.

667
22 Melajím Alef/I de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּא‬

(51)
ְּ‫וַישכַ ֶּ֤בְּיְּ ֽהֹושָ פָט֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בר֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּבְּ ִ֖עירְּדָ ו֣דְּאָ ִ֑ביו‬
‫ ס‬:‫הֹורםְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ֽתיו‬
ֹ֥ ָ ְּ‫וַימלִּ֛ ְךְּי‬
vaishkáv iêhóshafat 'im-avotáv, vaiqaver 'im-avotáv, bê'ír davíd avív; vaimlój
iêhorám bênó tajtáv.

Josafat reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David,
su padre. Y su hijo Ioram [Joram] reinó en su lugar.
(52)
ְּ‫אֲחַ זיָ ֣הוְּבֶ ן־אַ ח ָ֗ ָאבְּמָ לַ ְֶּ֤ךְּעַל־יש ָראלְּ֙בְּ ֣שמ ֵ֔רֹוןְּבשנַת֙ ְּשְּ ַב֣עְּעֶש ֵ֔רה‬
:‫הודהְּוַימלֹ֥ ְךְּעַל־יש ָר ִ֖אלְּשְּנ ָ ָֽתים‬
ִ֑ ָ ְּ‫ִ֖טְּמלְֶךְּי‬
֣ ֶ ָ‫יהֹושָ פ‬ ֽ ‫ל‬
ajaziáhu ven-ajáv maláj 'al-israel bêshómrón, bishnat shêvá' 'esréh, lihóshafát
mélej iêhudáh; vaimlój 'al-israél shênatáim.

Ajaziá [Ocozías] hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel, en Shomrón


[Samaria], en el año 17 de Josafat, rey de Iehudá [Judá], y reinó 2 años sobre
Israel.
(53)
ְּ ֙‫וַיַ ֹ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֣יְּיהוָ ִ֑הְּו ַָ֗ילְֶךְּבְּ ֶ ֶּ֤ד ֶרְךְּאָ ביו֙ ְּוב ֶ ֣ד ֶרְךְּא ֵ֔מֹוְּוב ֻּ֨ ֶד ֶרְך‬
:ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיאְּאֶ ת־יש ָר ֽאל‬ ֽ ֶ ‫ֲש‬ ֹ֥ ֶ ‫ָ ֽיַֽרְּבְּעָ ֣םְּבֶ ן־נְּ ֵ֔ ָבטְּא‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; vaiélej bêdérej aviv uvdérej imó, uvdérej
iárovê'ám ben-nêvát, ashér héjetí et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno y anduvo en el camino de su padre, en
el camino de su madre y en el camino de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo
pecar a Israel.
(54)
ְּ‫ַוַֽֽ ַיעֲבד֙ ְּאֶ ת־הַ ֵ֔ ַבעַלְּו ַֽישְּתַ חֲוֶ ִ֖הְּלִ֑ ֹוְּ ַויַכ ָ֗עסְּאֶ ת־יהוָה֙ ְּאֱלה֣יְּיש ָר ֵ֔אל‬
:ְּ‫ָשהְּאָ ֽביו‬ ִ֖ ָ ‫כְּ ֹ֥כלְּאֲשֶ ר־ע‬
váia'avod et-habá'al, vaíshêtajavéh ló; vaiaj'és et-Adonai elohéi israél, kêjól
asher-'asáh avív .

Sirvió a Baal y lo adoró, y provocó a ira al Eterno Elohim de Israel, conforme


a todas las cosas que su padre había hecho.

668
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet /II de Reyes 1

‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬
Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 1
(1)
:‫יְּמֹותְּאַ ח ָ ַֽאב‬
֥ ‫לְּאח ֲִ֖ר‬
ַֽ ַ ‫וַיפ ַ ַׁ֤שעְּמֹואָ ב֙ ְּבְּיש ָר ֵ֔א‬
vaifshá' moav bêisraél, ájaréi mót ajáv.
Después de la muerte de Ajáv [Acab], Moab se rebeló contra Israel.
(2)
ְּ‫ֲשרְּבְּ ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּוַיָ ָּ֑חַ לְּוַישלַ ַ֣ח‬
֥ ‫הְּבעֲלי ָ֛תֹוְּא‬
ַֽ ַ ‫וַי ֹּ֨פלְּאֲחַ ז ָָ֜יהְּבְּעַ ַ֣דְּהַ שְּבָ ָָ֗כ‬
‫מַ לאָ ֵ֔כיםְּו ַַׁ֤יאמרְּאֲלהם֙ ְּלְּכַ֣ ּוְּדר ָ֗שּוְּבְּ ַ ַׁ֤ב ַעלְּזְּבּוב֙ ְּאֱֹלהַ֣יְּעק ֵ֔רֹוןְּאם־‬
‫ ס‬:‫ִ֖הְּמחְּ ֥ליְּזַֽה‬ ַֽ ‫ַֽאחְּי‬
vaipól ajaziáh bê'ád hasêvajáh bá'aliató ashér bêshómêrón vaiájal; vaishláj
malajím, vaiómer alehem lêjú dirshú bêvá'al zêvuv elohéi 'eqrón, im-éjêiéh
méjolí zéh.
Ajaziá [Ocozías] se cayó por la celosía de su sala en el piso superior, en
Shomrón [Samaria], y quedó malherido. Entonces envió mensajeros
diciéndoles: –Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de
esta enfermedad.
(3)
ְּ‫יְּקּוםְּע ֲֵ֔להְּלק ַ ִ֖ראתְּמַ לאֲכַ֣י‬
ַ֣ ‫ל־אליָ ַ֣הְּהַ תש ֵ֔ב‬
ַֽ ‫ּומַ ל ַ ַ֣אְךְּיה ָ֗ ָוהְּדבר֙ ְּא‬
ְּ ֙‫ְַּֽמלְך־שמ ָּ֑רֹוןְּוְּדַ בַ֣רְּאֲל ֵ֔הםְּהֲֽמבְּ ַׁ֤ליְּאין־אֱֹלהים֙ ְּבְּיש ָר ֵ֔אלְּאַ תם‬
:ְּ‫ַֽהלְּ ֵ֔כיםְּלד ֹ֕רשְּבְּ ַ ֥ב ַעלְּזְּ ִ֖בּובְּאֱֹלה֥יְּעק ַֽרֹון‬
umaláj Adonai diber el-éliáh hatishbí, qúm 'aléh, liqrát malajéi mélej-
shomrón; vêdabér alehém, hámibêlí ein-elohim bêisraél, atem hólêjím, lidrósh
bêvá'al zêvúv elohéi 'eqrón.
Entonces el enviado del Eterno dijo a Eliáh [Elías] el tisbita: –Levántate, sube
al encuentro de los mensajeros del rey de Shomrón [Samaria] y diles: '¿Acaso
no hay Elohim en Israel para que vosotros vayáis a consultar a Baal-zebub,
dios de Ecrón?
(4)
ְּ‫ָהְּכי‬
ַ֣ ‫םְּלא־ת ֥רדְּמ ִ֖מנ‬
ַֽ ‫ְּש‬
֛ ָ ָ‫וְּלָכן֙ ְַּֽכה־אָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּהַ מ ָּ֞ ָטהְּאֲשר־ ָע ֥לית‬
:ְּ‫ְךְּאל ָיַֽה‬
ַֽ ‫ַ֣מֹותְּתָ ָּ֑מּותְּוַיִ֖ל‬
vêlajen kóh-amár Adonai, hamitáh asher-'alíta shám ló-teréd miménah kí mót
tamút; vaiélej éliáh.

Por tanto, así ha dicho el Eterno: 'De la cama a la cual subiste no descenderás,
sino que ciertamente morirás.'' Entonces Eliáh [Elías] se fue.

665
1 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(5)
:‫ַוי ָ֥שּובּוְּהַ מַ לאָ ִ֖כיםְּאלָ ָּ֑יוְּו ַ֥יאמרְּאֲליהִ֖םְּמַ ה־ז֥הְּשַ ב ַֽתם‬
vaiashúvu hamalajím eláv; vaiómer aleihém mah-zéh shavtém.

Y cuando los mensajeros regresaron al rey, éste les preguntó: –¿Por qué
habéis regresado?
(6)
‫אתנּוְּו ַַ֣יאמרְּאלינּוּ֮ ְּלְּכַ֣ ּוְּשּובּוּ֮ ְּאל־‬ ָ֗ ‫יוְּאישְּ׀ְּעָלָ ַ֣הְּלק ָר‬
ַ֣ ‫ו ַַֽיאמְּ ֹּ֨רּוְּא ָָ֜ל‬
ְּ‫יוְּכהְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּהֲֽמבְּ ַׁ֤לי‬
ֹּ֚ ‫הַ ַ֣מלְךְּאֲשר־שָ לַ ַ֣חְּאתכםְּ֒וְּדבַ ר ַ֣תםְּא ָָ֗ל‬
ְּ‫אין־אֱֹלהים֙ ְּבְּיש ָר ֵ֔אלְּאַ ָ ַ֣תהְּש ֵ֔לחַ ְּלד ֹ֕רשְּבְּ ַ ֥בעַלְּזְּ ִ֖בּובְּאֱֹלהַ֣יְּעק ָּ֑רֹון‬
:ְּ‫י־מֹותְּתָ ַֽמּות‬ ֥ ‫םְּלא־ת ֥רדְּמ ִ֖מנָהְּכ‬ ַֽ ‫ְּש‬֛ ָ ָ‫ָ֠ ָלכןְּהַ מ ָּ֞ ָטהְּאֲשר־ע ָ֥לית‬
vaiómêrú eláv ísh | 'aláh liqraténu vaiómer eleinú lêjú shuvú el-hamélej asher-
shaláj etjem vêdibartém eláv kóh amár Adonai, hámibêlí ein-elohim bêisraél,
atáh sholéaj, lidrósh bêvá'al zêvúv elohéi 'eqrón; lájen hamitáh asher-'alíta
shám ló-teréd miménah ki-mót tamút.

Ellos le respondieron: –Un hombre vino a nuestro encuentro y nos dijo: 'Id,
regresad al rey que os envió y decidle que así ha dicho el Eterno: '¿Acaso no
hay Elohim en Israel, para que tú mandes a consultar a Baal-zebub, dios de
Ecrón? Por tanto, de la cama a la cual subiste no descenderás, sino que
ciertamente morirás.''
(7)
ְּ‫ֲשרְּעָלָ ִ֖הְּלק ַראתכָּ֑םְּוַידַ בַ֣ר‬
֥ ‫םְּמהְּמשפַ ַ֣טְּהָ ֵ֔אישְּא‬
ֹּ֚ ‫וַידַ בַ֣רְּאֲל ֵ֔ה‬
:‫יכםְּאת־הַ דְּבָ ִ֖ריםְּהָ ַֽאלה‬ ֵ֔ ‫אֲל‬
vaidabér alehém, méh mishpát haísh, ashér 'aláh liqratjém; vaidabér aleijém,
et-hadêvarím haéleh.

Entonces él les preguntó: –¿Qué aspecto tenía aquel hombre que vino a
vuestro encuentro y os dijo estas palabras?
(8)
ְּ‫אמר‬
ַ ֹ֕ ‫ישְּב ַעלְּש ֵָ֔ערְּוְּאז֥ ֹורְּעִ֖ ֹורְּאָ זַ֣ ּורְּבְּמְּתנָ ָּ֑יוְּוַי‬
ַ֣ ַ ‫יוְּא‬ֹּ֚ ‫ו ַַֽיאמְּ ַ֣רּוְּא ָָ֗ל‬
:‫יְּהּוא‬
ַֽ ‫ַֽאליָ ֥הְּהַ תש ִ֖ב‬
vaiómêrú eláv ísh bá'al se'ár, vêezór 'ór azúr bêmotnáv; vaiomár éliáh hatishbí
hú.

Ellos le respondieron: –Era un hombre velludo, que tenía ceñido un cinto de


cuero a la cintura. Entonces dijo: –Él es Eliáh [Elías] el tisbita.

666
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet /II de Reyes 1

(9)
‫וַישלַ ֥חְּאלָ ֛יוְּשַ ר־חֲמ ִ֖שיםְּ ַ ַֽוחֲמ ָ ָּ֑שיוְּוַיַ ַ֣עַלְּא ָָ֗ליוְּוְּהנה֙ ְּישב֙ ְּעַל־‬
:ְּ‫ִ֖רְּרדָ ה‬
ַֽ ‫ֱֹלהיםְּהַ ֥מלְךְּדב‬ ֵ֔ ‫ישְּהא‬ ַֽ ָ ‫יוְּא‬ ֹּ֚ ‫ַ֣ראשְּהָ ֵ֔ ָהרְּוַידַ בַ֣רְּא ֵָ֔ל‬
vaishláj eláv sar-jamishím vájamisháv; vaiá'al eláv vêhineh ioshev 'al-rósh
hahár, vaidabér eláv, ísh háelohím, hamélej dibér rédah .

Entonces Ajaziá [Ocozías] envió a Eliáh [Elías] un jefe de cincuenta con sus
cincuenta hombres. Éste fue a él, y he aquí que él estaba sentado en la cumbre
del monte, y le dijo: –Oh hombre de Elohim, el rey ha dicho: '¡Desciende!'
(10)
ְּ‫ְּאני‬
ָ ֵ֔ ֙‫ם־אישְּאֱֹלהים‬
ַׁ֤ ‫ְּ֒וא‬
ְּ ‫רְּהחֲמשים‬ ַֽ ַ ‫ל־ש‬
ַ֣ ַ ‫ַ֣הְּאל ָָ֗יהּוְּוַידַ ברּ֮ ְּא‬
ַֽ ‫ו ַ ַַֽיעֲנ‬
‫֥לְּאתְּךִ֖ ְּוְּאת־חֲמ ָּ֑שיךְּו ַַׁ֤תרדְּאש֙ ְּמן־‬
ַֽ ַ‫ַׁ֤תרדְּאש֙ ְּמן־הַ שָ ֵ֔ ַמיםְּוְּתאכ‬
:ְּ‫הַ שָ ֵ֔ ַמיםְּו ַ֥תאכַלְּא ִ֖תֹוְּוְּאת־חֲמ ָ ַֽשיו‬
vaiá'anéh éliáhu vaidaber el-sár hájamishim vêim-ísh elohim áni, téred esh
min-hashamáim, vêtojál ótêjá vêet-jamishéja; vatéred esh min-hashamáim,
vatójal otó vêet-jamisháv.

Eliáhu [Elías] respondió y dijo al jefe de cincuenta: –Si yo soy hombre de


Elohim, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti con tus cincuenta.
Entonces descendió fuego del cielo y lo consumió a él con sus cincuenta.
(11)
ְּ‫ִ֖רְּוחֲמ ָ ָּ֑שיוְּ ַו ַֹּ֨יעַן֙ ְּוַידַ בַ֣רְּא ֵָ֔ליו‬
ַֽ ַ ‫שיםְּאַ ח‬ְּ֥ ‫ַו ָָ֜ישְּבְּוַישלַ ֥חְּאלָ ֛יוְּשַ ר־חֲמ‬
:ְּ‫הְּרדָ ה‬
ַֽ ‫יםְּכה־אָ ַ ֥מרְּהַ ִ֖מלְךְּמְּה ָ ֥ר‬
ַֽ ‫ֱֹלה‬ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ֹּ֚א‬
vaiáshov vaishláj eláv sar-jamishím ajér vájamisháv; vaiá'an vaidabér eláv, ísh
háelohím, kóh-amár hamélej mêheráh rédah.

El rey volvió a enviarle otro jefe de cincuenta con sus cincuenta, y éste le
habló diciendo: –Oh hombre de Elohim, el rey ha dicho así: '¡Desciende
pronto!'
(12)
‫יְּתרדְּאש֙ ְּמן־‬ ַׁ֤ ‫ְּאנ‬
ָ ֵ֔ ֙‫ישְּהאֱֹלהים‬
ַֽ ָ ‫ם־א‬ ַׁ֤ ‫ַןְּאליָהּ֮ ְּוַידַ בַ֣רְּאֲליהםְּ֒א‬
ַֽ ‫וַיַ ַ֣ע‬
ְּ‫֥לְּאתְּךִ֖ ְּוְּאת־חֲמ ָּ֑שיךְּו ַַׁ֤תרדְּאש־אֱֹלהים֙ ְּמן־הַ שָ ֵ֔ ַמים‬
ַֽ ַ‫הַ שָ ֵ֔ ַמיםְּוְּתאכ‬
:ְּ‫ו ַ֥תאכַלְּא ִ֖תֹוְּוְּאת־חֲמ ָ ַֽשיו‬
vaiá'an éliah vaidabér aleihem im-ísh háelohim áni, téred esh min-hashamáim,
vêtojál ótêjá vêet-jamishéja; vatéred esh-elohim min-hashamáim, vatójal otó
vêet-jamisháv.

667
1 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Eliáhu [Elías] respondió y les dijo: –Si yo soy hombre de Elohim, que
descienda fuego del cielo y te consuma a ti con tus cincuenta. Entonces
descendió del cielo fuego de Elohim y lo consumió a él con sus cincuenta.
(13)
‫יםְּוחֲמ ָ ָּ֑שיוְּ ַו ַַּ֡יעַלְּ ַויָבאְּ֩שַ ר־‬
ַֽ ַ ‫ַו ָָ֗ישְּבְּוַישלַ ֛חְּשַ ר־חֲמ ֥שיםְּשְּל ִ֖ש‬
ְּ ֙‫דְּאל ָָ֗יהּוְּוַיתחַ ַׁ֤נֶ֣ןְּאלָיו‬
ַֽ ‫ישיְּוַיכ ַ ֥רעְּעַל־ברכָ ַ֣יוְּ׀ְּלְּ ַ֣נֶ֣ג‬ ָ֜ ‫ַ ַֽהחֲמ ֹּ֨שיםְּהַ שְּל‬
ְּ‫ְּאלה‬ ֛ ַֽ‫יםְּתיקַ ר־נָ ַ֣אְּנַפ ָ֗שיְּוְּ ֹּ֨נפשְּעֲבָ ֥דיך‬
ַֽ ‫ֱֹלה‬
ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫יוְּא‬ ֹּ֚ ‫וַידַ בַ֣רְּא ֵָ֔ל‬
:ְּ‫שיםְּבְּעינַֽיך‬ ְִּ֖ ‫חֲמ‬
vaiáshov vaishláj sar-jamishím shêlishím vájamisháv; vaiá'al vaiavo sar-
hájamishím hashêlishí vaijrá' 'al-birkáv | lênéged éliáhu vaitjanén elav
vaidabér eláv, ísh háelohím, tíqar-ná nafshí vênéfesh 'avadéjá éleh jamishím
bê'einéja.

Volvió a enviar un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta. Aquel tercer
jefe de cincuenta subió, y al llegar se hincó de rodillas ante Eliáhu [Elías] y le
rogó diciendo: –¡Oh hombre de Elohim, te ruego que sea de valor a tus ojos
mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos!
(14)
ְּ‫יְּהחֲמ ֛שים‬
ַֽ ַ ‫ָ֠הנהְּיָ ֶַׁ֤֣רדָ הְּאש֙ ְּמן־הַ שָ ֵ֔ ַמיםְּ ַָ֠ותאכַלְּאת־שְּ ָּ֞ניְּשָ ֵ֧ר‬
‫ ס‬:‫יקרְּנַפ ִ֖שיְּבְּעינַֽיך‬ ֥ ַ ‫הָ ַֽראשנִ֖יםְּוְּאת־חֲמשיהָּ֑םְּוְּע ֹ֕ ַָתהְּת‬
híneh iárdah esh min-hashamáim, vátojal et-shênéi saréi hájamishím
haríshoním vêet-jamisheihém; vê'atáh tiqár nafshí bê'einéja.

He aquí, ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros


jefes de cincuenta con sus cincuenta. ¡Sea ahora mi vida de valor a tus ojos!
(15)
ְּ‫יראְּמפָנָ ָּ֑יוְּוַיָ ֶ֛֣קְּם‬
ִ֖ ָ ‫דְּאֹותֹוְּאַ ל־ת‬
ֵ֔ ‫הּוְּר‬
ַ֣ ‫ל־אל ֵָ֔י‬
ַ֣ ‫וַידַ ָּ֞ברְּמַ ל ַ ַׁ֤אְךְּיהוָה֙ ְּא‬
:ְּ‫דְּאֹותֹוְּאל־הַ ַֽמלְך‬
ִ֖ ‫וַיֶ֥֣ר‬
vaidabér maláj Adonai el-éliáhu, réd otó, al-tirá mipanáv; vaiáqom vaiéred otó
el-hamélej.

Entonces el enviado del Eterno dijo a Eliáhu [Elías]: –Desciende con él; no le
tengas miedo. Eliáhu [Elías] se levantó, fue con él al rey
(16)
ְּ ּ֮‫יוְּכה־אָ ַ ַ֣מרְּיה ָ֗ ָוהְּ ַָ֜יעַןְּאֲשר־שָ לַ ַ֣חתָ ְּמַ לאָ כיםּ֮ ְּלדרש‬
ַֽ ‫וַידַ ֹּ֨ברְּא ָָ֜ל‬
ְּ‫בְּ ַ ַ֣ב ַעלְּזְּבּובּ֮ ְּאֱֹלהַ֣יְּעקרֹוןְּ֒הֲֽמבְּ ַׁ֤ליְּאין־אֱֹלהים֙ ְּבְּיש ָר ְֵּ֔אלְּלד ִ֖רש‬
ְּ‫י־מֹות‬
֥ ‫םְּלא־ת ֥רדְּמ ִ֖מנָהְּכ‬ ַֽ ‫ְּש‬
֛ ָ ָ‫בדבָ ָּ֑רֹוְּ ָ֠ ָלכןְּהַ מ ָּ֞ ָטהְּאֲשר־ע ָ֥לית‬
‫ פ‬:ְּ‫תָ ַֽמּות‬
668
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 1, 2

vaidabér eláv kóh-amár Adonai iá'an asher-shalájta malajim lidrosh bêvá'al


zêvuv elohéi 'eqron hámibêlí ein-elohim bêisraél, lidrósh bidvaró; lájen
hamitáh asher-'alíta shám ló-teréd miménah ki-mót tamút .

y le dijo: –Así ha dicho el Eterno: 'Por cuanto enviaste mensajeros a consultar


a Baal-zebub, dios de Ecrón [¿acaso no hay Elohim en Israel para consultar su
palabra?], por tanto, de la cama a la cual subiste no descenderás, sino que
ciertamente morirás.'
(17)
ְּ‫הֹורם֙ ְּתַ ח ֵ֔ ָתיו‬
ָ ְּ‫ַ֣רְּאל ָָ֗יהּוְּוַימֹלַׁ֤ ְךְּי‬
ַֽ ‫ַו ָ֜ ְָּימָ תְּכד ַב֥רְּיהוָ ַ֣הְּ׀ְּאֲשר־דב‬
ְּ‫א־היָה‬
֥ ָ ‫הְּכיְּל‬ ֛ ‫הּוד‬ ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖טְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫יהֹורםְּבן־יְּ ַֽהֹושָ פ‬
֥ ָ ‫םְּל‬
ַֽ ‫{פ}בשנַ ַ֣תְּשְּ ֵ֔ ַתי‬
‫ ס‬:ְּ‫ֹוְּבן‬
ַֽ ִ֖‫ל‬
vaiámat kidvár Adonai | asher-dibér éliáhu vaimlój iêhoram tajtáv,
{f}bishnát shêtáim, líhorám ben-iêhóshafát mélej iêhudáh; kí lo-háiah ló bén .

Y Ajaziá [Ocozías] murió, conforme a la palabra del Eterno que Eliáhu [Elías]
había hablado. En su lugar comenzó a reinar Ioram [Joram], en el segundo año
de Ioram [Joram] hijo de Iehoshafát [Josafat], rey de Iehudá [Judá], porque
Ajaziá [Ocozías] no tenía hijo.
(18)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלֹוא־הַ֣מָ הְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּאֲחַ זיָ ִ֖הּוְּא‬
‫ פ‬:‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêiéter divréi ajaziáhu ashér 'asáh; halo-hémah jêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Las demás cosas que hizo Ajaziá [Ocozías], ¿no están escritas en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel?

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 2


(1)
ְּ‫ְךְּאליָ ֛הּו‬
ַֽ ‫הּוְּבסְּע ָ ִָ֖רהְּהַ שָ ָ ָּ֑מיםְּוַיֵ֧ל‬
ַֽ ַ ‫ת־אל ֵָ֔י‬
ַ֣ ‫וַי ָ֗היְּבְּ ַ ַֽהעֲלַׁ֤ ֹותְּיהוָה֙ ְּא‬
:ְּ‫ישעְּמן־הַ גל ָגַֽל‬ ִ֖ ָ ‫ַֽואֱל‬
vaihí bêhá'alót Adonai et-éliáhu, básê'aráh hashamáim; vaiélej éliáhu véelishá'
min-hagilgál.

Aconteció que cuando el Eterno iba a arrebatar a Eliáhu [Elías] al cielo en un


torbellino, Eliáhu [Elías] venía de Gilgal con Elishá [Eliseo].

669
2 Melajím Bet /II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(2)
‫ַד־בית־‬
ַֽ ‫הְּכיְּיהוָה֙ ְּשְּל ַָחַ֣ניְּע‬ַׁ֤ ‫ַ֣אְּפ‬
ָ֗ ָ‫ְּ֩אל ָֹּ֨יהּוְּאל־אֱלישָָ֜ עְּ ַֽשב־נ‬
ַֽ ‫וַיאמר‬
‫ּוְּבית־‬
ַֽ ‫ֶ֣ר ִ֖ד‬
ְּ ‫ם־אעז ָּ֑בךְָּו ַַֽי‬
ַֽ ‫ֵ֔אלְּו ַַ֣יאמרְּאֱלישֵָ֔ עְּחַ י־יהוָ ֥הְּוְּ ַֽחי־נַפשְּךִ֖ ְּא‬
:ְּ‫ַֽאל‬
vaiomer éliáhu el-elishá' shév-ná fóh kí Adonai shêlajáni 'ad-béit-él, vaiómer
elishá', jai-Adonai vêjéi-nafshêjá im-é'ezvéka; vaiérêdú béit-él .

Y Eliáhu [Elías] dijo a Elishá [Eliseo]: –Por favor, quédate aquí, porque el
Eterno me ha enviado a Betel. Elishá [Eliseo] dijo: –¡Vive el Eterno, y vive tu
alma, que no te dejaré! Entonces descendieron a Betel.
(3)
ְּ‫ר־בית־אלְּּ֮אל־אֱלישָ עְּ֒ו ַַֽיאמְּ ַ֣רּוְּא ֵָ֔ליו‬ַֽ ‫יאיםְּאֲש‬ ֥ ‫וַיַֽצְּ ֹּ֨אּוְּבְּנַֽי־הַ נְּב‬
‫אשךְּו ַ֛יאמרְּגַם־‬ ָּ֑ ‫֛הְֹּלקחַ ְּאת־אֲדנִ֖יךְּמעַ ַ֣לְּר‬
֥ ָ‫ְּכיְּהַ יָ֗ ֹוםְּיהו‬
ַ֣ ָ‫ֲהי ֹ֕ ַָדעת‬
:ְּ‫יְּהח ֱַֽשּו‬
ַֽ ‫אֲנ֥יְּי ַ ִָ֖דעת‬
vaiétzêú vênéi-hanêviím asher-béit-el el-elisha' vaiómêrú eláv, haiadá'ta kí
haióm Adonai loqéaj et-adonéja me'ál roshéja; vaiómer gam-aní iadá'ti
héjeshú .

Y los hijos de los profetas que estaban en Betel salieron al encuentro de Elishá
[Eliseo], y le preguntaron: –¿Sabes que hoy el Eterno arrebatará a tu señor por
encima de tu cabeza? Él respondió: –Sí, yo lo sé. Callad.
(4)
ְּ‫יחֹו‬
ֵ֔ ‫הְּכיְּיהוָה֙ ְּשְּל ַָחַ֣ניְּיְּר‬ ַׁ֤ ‫ַ֣אְּפ‬ָ֗ ָ‫עְּ׀ְּשב־נ‬
ַֽ ‫יש‬
ַ֣ ָ ‫ֹוְּאל ָָ֜יהּוְּאֱל‬
ַֽ ‫ְּ֩ל‬
ֹּ֨ ‫וַיאמר‬
:ְּ‫יחֹו‬ ַֽ ‫ם־אעז ָּ֑בךְָּ ַוי ִָ֖באּוְּיְּר‬
ַֽ ‫ו ַֹ֕יאמרְּחַ י־יהוָ ֥הְּוְּ ַֽחי־נַפשְּךִ֖ ְּא‬
vaiomer ló éliáhu elishá' | shév-ná fóh kí Adonai shêlajáni iêrijó, vaiómer jai-
Adonai vêjéi-nafshêjá im-é'ezvéka; vaiavóu iêrijó .

Eliáhu [Elías] le volvió a decir: –Elishá [Eliseo], por favor, quédate aquí,
porque el Eterno me ha enviado a Jericó. Y él dijo: –¡Vive el Eterno, y vive tu
alma, que no te dejaré! Y fueron a Jericó.
(5)
ְּ‫ר־ביריחֹוְּּ֮אל־אֱלישָ עְּ֒ו ַַֽיאמְּ ַ֣רּוְּא ֵָ֔ליו‬
ַֽ ‫יאיםְּאֲש‬ ֥ ‫וַיגְּ ֹּ֨שּוְּבְּנַֽי־הַ נְּב‬
‫אשךְּו ַ֛יאמרְּגַם־‬ ָּ֑ ‫֛הְֹּלקחַ ְּאת־אֲדנִ֖יךְּמעַ ַ֣לְּר‬
֥ ָ‫ְּכיְּהַ יָ֗ ֹוםְּיהו‬
ַ֣ ָ‫ֲהי ֹ֕ ַָדעת‬
:ְּ‫יְּהח ֱַֽשּו‬
ַֽ ‫אֲנ֥יְּי ַ ִָ֖דעת‬
vaigêshú vênéi-hanêviím asher-bírijó el-elisha' vaiómêrú eláv, haiadá'ta kí
haióm Adonai loqéaj et-adonéja me'ál roshéja; vaiómer gam-aní iadá'ti
héjeshú .

670
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet /II de Reyes 2

Entonces los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Elishá
[Eliseo] y le preguntaron: –¿Sabes que hoy el Eterno arrebatará a tu señor por
encima de tu cabeza? Y él respondió: –Sí, yo lo sé. Callad.
(6)
‫ְּשל ַָחַ֣ניְּהַ יַר ֵ֔דנָהְּו ַֹ֕יאמרְּחַ י־‬
ְּ ֙‫הְּכיְּיהוָה‬ ַׁ֤ ‫ַ֣אְּפ‬ ָ֗ ָ‫הּוְּשב־נ‬
ַֽ ‫ֹוְּאל ָָ֜י‬
ַֽ ‫ְּ֩ל‬
ֹּ֨ ‫וַיאמר‬
:ְּ‫יהם‬ ַֽ ‫ם־אעז ָּ֑בךְָּוַיַֽלְּכִ֖ ּוְּשְּנ‬
ַֽ ‫יהוָ ֥הְּוְּ ַֽחי־נַפשְּךִ֖ ְּא‬
vaiomer ló éliáhu shév-ná fóh kí Adonai shêlajáni haiardénah, vaiómer jai-
Adonai vêjéi-nafshêjá im-é'ezvéka; vaiélêjú shêneihém .

Luego le dijo Eliáhu [Elías]: –Por favor, quédate aquí, porque el Eterno me ha
enviado al Jordán. Y él dijo: –¡Vive el Eterno, y vive tu alma, que no te
dejaré! Fueron, pues, los dos.
(7)
ְּ‫דְּמ ָר ָּ֑חֹוק‬
ַֽ ‫ְּהלְּכֵ֔ ּוְּו ַ ַַֽיעַמ ֥דּוְּמ ִ֖נֶ֣ג‬
ַֽ ָ ֙‫יםְּאישְּמבְּנַׁ֤יְּהַ נְּביאים‬
ָ֜ ‫ַ ַֽוחֲמ ֹּ֨ש‬
:‫ִ֖םְּעמְּ ֥דּוְּעַל־הַ יַר ַֽדן‬
ַֽ ָ ‫ּושניה‬
vájamishím ísh mibênéi hanêviim hálêjú, vaiá'amdú minéged mérajóq;
ushneihém 'ámêdú 'al-haiardén.

Y llegaron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon al


frente, a lo lejos. También ellos dos se pararon junto al Jordán.
(8)
ְּ‫ּוְּהנָהְּו ָָּ֑הנָה‬
ַ֣ ‫וַיקַ ְּ֩חְּ ַֽאל ָֹּ֨יהּוְּאת־אַ דַ ר ַׁ֤תֹוְּוַיגֹלם֙ ְּ ַויַכַ֣הְּאת־הַ ֵ֔ ַמיםְּוַיַֽחָ ִ֖צ‬
:‫ו ַ ַַֽיעַב ֥רּוְּשְּניהִ֖םְּב ָ ַֽח ָר ָ ַֽבה‬
vaiqaj éliáhu et-adartó vaiglom vaiakéh et-hamáim, vaiéjatzú hénah vahénah;
vaiá'avrú shêneihém bejáraváh.

Entonces Eliáhu [Elías] tomó su manto, lo dobló y golpeó las aguas, las cuales
se apartaron a uno y a otro lado; y ambos pasaron en seco.
(9)
ְּ‫הְּאעֱשה־ ֵָ֔לְך‬ ַֽ ‫ְּ֙מ‬
ַ֣ ָ ‫וַי ַ֣היְּכְּעְּב ָ ָ֗רםְּוְּ ֹּ֨אל ָָ֜יהּוְּאָ ַ ַׁ֤מרְּאל־אֱלישָ ע֙ ְּשְּאַ ל‬
ְּ ִ֖‫֛אְּפי־שְּנַ ֶ֥֣יםְּבְּ ַֽרּוחֲך‬
ַֽ ָ‫בְּ ִ֖טרםְּאל ַ ַָ֣קחְּ ַֽמע ָ ָּ֑מְךְּו ַַ֣יאמרְּאֱלישֵָ֔ עְּו֥יהיְּנ‬
:‫א ָ ַֽלי‬
vaihí jê'ovrám vêéliáhu amár el-elisha' shêal máh é'eseh-láj, bêtérem elaqáj
mé'imáj; vaiómer elishá', víhi ná pí-shênáim bêrújajá elái.

Y sucedió que cuando habían pasado, Eliáhu [Elías] dijo a Elishá [Eliseo]: –
Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado.
Elishá [Eliseo] dijo: –Te ruego que pase a mí una doble porción de tu espíritu.

671
2 Melajím Bet /II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(10)
ְּ‫חְּמאתָ ְך֙ ְּיְּ ַֽהי־לְּךַ֣ ְֵּ֔כן‬
ַֽ ‫ו ִַ֖יאמרְּהק ַ֣שיתָ ְּלש ָּ֑אֹולְּאם־תר ֹּ֨אהְּא ָ֜תיְּל ָ ַֻׁ֤ק‬
:ְּ‫אְּיהיַֽה‬
ַֽ ‫ןְּל‬
֥ ‫ם־אי‬
ִ֖ ַ ‫וְּא‬
vaiómer hiqshíta lishól; im-tiréh otí luqáj méitaj iêhí-lêjá jén, vêim-áin ló
íhiéh .

Él dijo: –Has pedido algo difícil. Si me ves cuando sea arrebatado de tu lado,
te será concedido; si no, no.
(11)
ְּ‫יְּאשְּ ַויַפ ִ֖רדּו‬
ֵ֔ ‫ַׁ֤הְּרכב־אש֙ ְּוְּ ַ֣סּוס‬
ַֽ ‫הְּהלְּ ַׁ֤כיםְּהָ לֹוְך֙ ְּוְּדַ ֵ֔ברְּוְּהנ‬ ַֽ ָ‫וַי ָ֗היְּהַ֣מ‬
:‫הּוְּבסְּע ָ ִָ֖רהְּהַ שָ ָ ַֽמים‬
ַֽ ַ ‫ְּ֙אל ֵָ֔י‬
ַ֣ ‫בַ֣יןְּשְּניהָּ֑םְּ ַו ַֹּ֨י ַעל‬
vaihí hémah hólêjím haloj vêdabér, vêhinéh réjev-esh vêsúsei ésh, vaiafrídu
béin shêneihém; vaiá'al éliáhu, básê'aráh hashamáim.

Aconteció que mientras ellos iban y conversaban, he aquí un carro de fuego


con caballos de fuego los separó a los dos, y Eliáhu [Elías] subió al cielo en
un torbellino.
(12)
ְּ‫יְּרכבְּיש ָראלְּּ֙ופָ ַָ֣רשֵָ֔ יוְּוְּ ֥לא‬ ַׁ֤ ‫ישעְּר ָ֗אהְּוְּ ַׁ֤הּואְּמְּצַ עק֙ ְּאָ ַ֣ביְּ׀ְּאָ ָ֗ב‬
ַ֣ ָ ‫ַֽואֱל‬
:‫ֹודְּוֶַֽ֣ ַיחֲזק֙ ְּבבג ֵ֔ ָָדיוְּוַיק ָרעִ֖םְּלשנַ ֶ֥֣יםְּקְּ ָר ַֽעים‬
ַ ָּ֑‫ָר ָ ִ֖אהּוְּע‬
véelishá' roéh vêhú mêtza'eq aví | aví réjev israel ufárasháv, vêló raáhu 'ód;
váiajazeq bivgadáv, vaiqra'ém lishnáim qêra'ím.

Elishá [Eliseo], al verlo, gritó: –¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel, y sus
jinetes! Nunca más le vio. Y agarrando sus ropas, las rasgó en dos partes.
(13)
ְּ‫בְּוֶַֽ֣ ַיע ֲִ֖מדְּעַל־שְּפַ ֥ת‬
ַ ְּ‫ִ֖הְּמעָלָ ָּ֑יוְּוַיָ ֥ש‬
ַֽ ָ‫ֲשרְּ ָנַֽפְּל‬
֥ ‫תְּאל ֵָ֔יהּוְּא‬
ַֽ ‫ַו ָֹּ֨ירם֙ ְּאת־אַ ַ֣דר‬
:‫הַ יַר ַֽדן‬
vaiárem et-adéret éliáhu, ashér náfêláh mé'aláv; vaiáshov váia'amód 'al-sêfát
haiardén.

Entonces Elishá [Eliseo] recogió el manto de Eliáhu [Elías], que se le había


caído, y regresó. Luego, deteniéndose a la orilla del Jordán,
(14)
ְּ‫ַׁ֤הְּמ ָעלָיו֙ ְּ ַויַכַ֣הְּאת־הַ ֵ֔ ַמים‬
ַֽ ָ‫ר־נַֽפְּל‬
ָ ‫תְּאל ָָ֜יהּוְּאֲש‬ ַֽ ‫וַיקַ חְּ֩את־אַ ֹּ֨דר‬
ְּ ֙‫ף־הּואְּ׀ְּ ַויַכַ֣הְּאת־הַ ָ֗ ַמיםְּוַיַֽחָ צּו‬
ַ֣ ַ‫ַ֣יְּאליָ ָּ֑הּוְּא‬
ַֽ ‫אמרְּאַ ֹ֕יהְּיהוָ ִ֖הְּאֱֹלה‬ ַ ֹ֕ ‫וַי‬
:ְּ‫ישע‬ַֽ ָ ‫ַ֣הנָהְּו ֵָ֔הנָהְּ ַוֶַֽ֣ ַיע ֲִ֖ברְּאֱל‬

672
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet /II de Reyes 2

vaiqaj et-adéret éliáhu asher-náfêláh mé'alav vaiakéh et-hamáim, vaiomár aiéh


Adonai elohéi éliáhu; af-hú | vaiakéh et-hamáim vaiéjatzú hénah vahénah,
váia'avór elishá' .

tomó el manto de Eliáhu [Elías] que se le había caído, golpeó las aguas y dijo:
–¿Dónde está el Eterno, el Elohim de Eliáhu [Elías]? Y cuando él también
golpeó las aguas, éstas se apartaron a uno y a otro lado; y Elishá [Eliseo]
cruzó.
(15)
ְּ ַ‫הְּרּוח‬
֥ ָ‫ר־ביריחֹו֙ ְּמ ֵ֔נגדְּו ַַ֣יאמ ֵ֔רּוְּנָ ֛ח‬
ְַּֽ ‫יאיםְּאֲש‬ ַׁ֤ ‫וַיר ֹֻּ֨אהּוְּבְּנַֽי־הַ נְּב‬
:‫ֹוְּארְּצָ ה‬
ַֽ ָ ִ֖‫אתֹוְּוַיש ַ ַֽתחֲוּו־ל‬ֵ֔ ‫ישעְּ ַוי ָֹּ֨באּו֙ ְּלק ָר‬ ָּ֑ ָ ‫ַֽאליָ ִ֖הּוְּעַל־אֱל‬
vairúhu vênéi-hanêviím asher-bírijó minéged, vaiómrú, nájah rúaj éliáhu 'al-
elishá'; vaiavóú liqrató, vaishtájavu-ló árêtzah.

Lo vieron los hijos de los profetas que estaban en Jericó, al otro lado, y
dijeron: –¡El espíritu de Eliáhu [Elías] reposa sobre Elishá [Eliseo]! Entonces
fueron hacia él, se postraron ante él en tierra,
(16)
ְּ‫י־חיל‬ַ ָ֗ ‫ו ַַֽיאמְּ ַ֣רּוְּא ַָּ֡ליוְּהנה־נָ ַ֣אְּיַֽש־את־עֲבָ דיךְּ֩חֲמ ֹּ֨שיםְּ ֲאנ ָָ֜שיםְּבְּנ‬
ְּ‫יַ֣לכּוְּנָאּ֮ ְַּֽויבַ ק ַ֣שּוְּאת־אֲדניךְּ֒פן־נְּשָ אֹו֙ ְַּ֣רּוחַ ְּיה ֵ֔ ָוהְּ ַויַשל ֹּ֨כהּו֙ ְּבְּאַ ַחַ֣ד‬
:ְּ‫רְּלאְּתש ָ ַֽלחּו‬ ֥ ‫יםְּאֹוְּבְּאַ ַחַ֣תְּהגיאותְּ(הַ גיאָ יָּ֑ ֹות)ְּו ִַ֖יאמ‬
ִ֖ ‫ַֽההָ ֵ֔ר‬
vaiómêrú eláv hineh-ná iésh-et-'avadejá jamishím anashím bênei-jáil iélju na
vívaqshú et-adonejá pen-nêsaó rúaj Adonai, vaiashlijéhú bêajád héharím, ó
bêaját hgyvt (hageiaíot); vaiómer ló tishláju .

y le dijeron: –He aquí, con tus siervos hay cincuenta hombres valerosos. Que
vayan ellos y busquen a tu señor; no sea que el espíritu del Eterno lo haya
levantado y lo haya arrojado en alguna montaña o en algún valle. Él dijo: –No
los mandéis.
(17)
ְּ‫יםְּאישְּוַיבַ ק ֥שּו‬
ֵ֔ ‫חּוְּחֲמ ַ֣ש‬
ְּ֙ ְּ‫ָּ֑חּוְּוֶַֽ֣ישל‬
ַ ָ‫ַד־בשְּו ַַ֣יאמרְּשְּל‬ ִ֖ ‫רּו־בֹוְּע‬ ֥ ְּ‫וַיפצ‬
:‫ֹלשה־י ִָ֖מיםְּוְּ ֥לאְּמְּצָ ֻ ַֽאהּו‬
ַֽ ָ ְּ‫ש‬
vaiftzêru-vó 'ad-bósh vaiómer shêláju; váishlêjú jamishím ísh, vaivaqshú
shêlosháh-iamím vêló mêtzaúhu.

Ellos insistieron hasta que sintiéndose él avergonzado, dijo: –Enviadlos.


Entonces enviaron a cincuenta hombres, los cuales lo buscaron durante tres
días, pero no lo hallaron.

673
2 Melajím Bet /II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(18)
ְּ‫יחֹוְּו ַַ֣יאמרְּאֲל ֵ֔הםְּה ֲַֽלא־אָ ַ ֥מרתי‬
ָּ֑ ‫בְּביר‬
ַֽ ‫ַוי ָֻשַ֣בּוְּא ֵָ֔ליוְּוְּ ִ֖הּואְּי ַ֣ש‬
‫ ס‬:‫אֲליכִ֖םְּאַ ל־ת ַֽלכּו‬
vaiashúvu eláv, vêhú ioshév bírijó; vaiómer alehém, haló-amárti aleijém al-
teléju.

Cuando volvieron a él, que se había quedado en Jericó, les dijo: –¿No os dije
que no fueseis?
(19)
ְּ‫ֲשר‬
֥ ‫ֹובְּכא‬
ַֽ ַ ‫ְּט‬
ֵ֔ ֙‫אְּמֹושבְּהָ עיר‬
ַׁ֤ ַ ‫ו ַֹּ֨יאמ ָ֜רּוְּאַ נ ַׁ֤שיְּהָ עיר֙ ְּאל־אֱלישֵָ֔ עְּהנה־ ָָּ֞נ‬
:‫םְּר ִ֖עיםְּוְּהָ ָ ֥ארץְּמְּשַ ָ ַֽכלת‬
ָ ‫אֲדנִ֖יְּר ָּ֑אהְּוְּהַ ַ ֥מי‬
vaiómrú anshéi ha'ir el-elishá', hineh-ná mosháv ha'ir tóv, káashér adoní roéh;
vêhamáim ra'ím vêhaáretz mêshakálet.

Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Elishá [Eliseo]: –He aquí, el lugar
de esta ciudad es bueno, como lo ve mi señor; pero las aguas son malas, y la
tierra es estéril.
(20)
:‫םְּמלַחְּוַיק ִ֖חּוְּא ָ ַֽליו‬
ָּ֑ ‫ימּוְּש‬
ִ֖ ָ ‫ֹלחיתְּחֲדָ שֵָ֔ הְּוְּ ֥ש‬
ַ֣ ְּ‫ו ַָ֗יאמרְּקְּחּו־לי֙ ְּצ‬
vaiómer qêju-lí tzêlojít jadasháh, vêsímu shám mélaj; vaiqjú eláv.

Entonces él dijo: –Traedme una vasija nueva y poned en ella sal. Se la


trajeron.
(21)
ְּ‫רְּכה־אָ ַ ַ֣מרְּיה ָ֗ ָוה‬
ַֽ ‫םְּמלַחְּו ַָ֜יאמ‬
ָּ֑ ‫ְך־ש‬
ִ֖ ָ ‫ל־מֹוצַ֣אְּהַ ֵ֔ ַמיםְּ ַויַשל‬
ָ ‫וַיצא֙ ְּא‬
:ְּ‫ֹודְּמותְּּומשַ ָ ַֽכלת‬
֥ ָ ִ֖‫הְּלא־יהי֥הְּמ ָ ֛שםְּע‬ַֽ ‫ר ֹּ֨פאתי֙ ְּל ַ ַַ֣מיםְּהָ ֵ֔אל‬
vaietze el-motzá hamáim, vaiashlej-shám mélaj; vaiómer kóh-amár Adonai
ripítí lamáim haéleh, ló-ihiéh mishám 'ód mávet umshakálet .

Y salió al manantial de las aguas, echó dentro la sal y dijo: –Así ha dicho el
Eterno: 'Yo saneo estas aguas, y no habrá en ellas más muerte ni esterilidad.'
(22)
‫ פ‬:‫ֲשרְּד ַֽבר‬
֥ ‫ישעְּא‬
ִ֖ ָ ‫ו ַַֽי ֶָ֣ר ַ֣פּוְּהַ ֵ֔ ַמיםְּעַ ִ֖דְּהַ יַ֣ ֹוםְּהַ זָּ֑הְּכד ַב֥רְּאֱל‬
vaiérafú hamáim, 'ád haióm hazéh; kidvár elishá' ashér dibér.

Y así fueron saneadas las aguas hasta el día de hoy, conforme a las palabras
que Elishá [Eliseo] pronunció.

674
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 2, 3

(23)
‫יםְּ ָיַֽצְּ ַ֣אּוְּמן־‬
ְּ֙ ‫ית־אלְּוְּ ַ֣הּואְּ׀ְּעלַ֣הְּבַ ָ֗דרְךְּּונע ַָׁ֤ריםְּקְּטַ נ‬
ָּ֑ ‫םְּב‬
ַֽ ‫וַיַ ֥ ַעלְּמ ָ ִ֖ש‬
: ַ‫רּוְּלֹוְּעֲל֥הְּק ִ֖רחַ ְּעֲל֥הְּק ַֽרח‬
ֵ֔ ‫הָ ֵ֔עירְּוַיתקַ לְּסּו־בֹו֙ ְּו ַַ֣יאמ‬
vaiá'al mishám béit-él; vêhú | 'oléh vadérej un'arím qêtanim iátzêú min-ha'ír,
vaitqalêsu-vó vaiómru ló, 'aléh qeréaj 'aléh qeréja.

Después fue de allí a Betel; y cuando subía por el camino, salieron unos
muchachos de la ciudad y se burlaban de él diciéndole: –¡Sube, calvo! ¡Sube,
calvo!
(24)
‫םְּוֶַֽ֣יקַ לְּלִ֖םְּבְּ ַ֣שםְּיהוָ ָּ֑הְּוַת ָ֜צאנָהְּשְּ ַ ַׁ֤תיםְּדֻבים֙ ְּמן־‬
ַ ‫ןְּאח ֲָריו֙ ְּוַיר ֵ֔א‬
ַֽ ַ ‫וַיַׁ֤פ‬
:ְּ‫הַ ֵַ֔יעַרְּוַתְּבַ ַ ְַּ֣קענָהְּמ ֵ֔הםְּאַ רבָ ֥עיםְּּושנִ֖יְּיְּל ַָֽדים‬
vaífen ájarav vairém, váiqalêlém bêshém Adonai; vatetzénah shêtáim dubim
min-haiá'ar, vatêvaqá'nah mehém, arba'ím ushnéi iêladím .

Volviéndose hacia atrás, los vio y los maldijo en el nombre del Eterno.
Entonces salieron dos osas del bosque y despedazaron a cuarenta y dos de
aquellos niños.
(25)
‫ פ‬:‫בְּשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫םְּש‬
֥ ָ ‫ל־הַ֣רְּהַ כַר ָּ֑מלְּּומ ָ ִ֖ש‬
ַ ‫וַי֥לְךְּמ ָ ִ֖שםְּא‬
vaiélej mishám el-hár hakarmél; umishám sháv shómêrón.

De allí fue al monte Carmelo, y de allí volvió a Shomrón [Samaria].

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 3


(1)
ְּ‫יהֹורםְּבן־אַ ח ָ֗ ָאבְּמָ לַ ְַׁ֤ךְּעַל־יש ָראלְּ֙בְּ ַ֣שמ ֵ֔רֹוןְּבשנַת֙ ְּשְּמנַ֣הְּעש ֵ֔רה‬
ַ֣ ָ ‫ַֽו‬
:‫הּודהְּוַימֹלִ֖ ְךְּשְּתים־עש ֥רהְּשָ ָנַֽה‬ ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖טְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫יהֹושָ פ‬ַֽ ‫ל‬
víhorám ben-ajáv maláj 'al-israel bêshómrón, bishnat shêmonéh 'esréh,
lihóshafát mélej iêhudáh; vaimlój shêteim-'esréh shanáh.

Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab] comenzó a reinar sobre Israel en Shomrón
[Samaria], en el año 18 de Iehoshafát [Josafat], rey de Iehudá [Judá]; y reinó
12 años.
(2)
ְּ‫קְּלאְּכְּאָ ִ֖ביוְּּוכא ָּ֑מֹוְּ ַו ָֹּ֨יסַ ר֙ ְּאת־מַ צְּ ַבַ֣ת‬
֥ ‫הְּר‬
ֹ֕ ַ ‫ו ַ ַַֽיע ֲַׁ֤שהְּהָ ַרע֙ ְּבְּעינַ֣יְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫ָשהְּאָ ַֽביו‬ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
֥ ‫הַ ֵ֔ ַבעַלְּא‬
675
3 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiá'aséh hara' bê'einéi Adonai, ráq ló jêavív ujimó; vaiásar et-matzêvát


habá'al, ashér 'asáh avív .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, aunque no como su padre y su madre,
porque quitó la piedra ritual de Baal que había hecho su padre.
(3)
‫ר־הח ֱ֥טיאְּאת־יש ָר ִ֖אלְּדָ בָּ֑קְּלא־‬
ַֽ ‫ֵ֧םְּבן־נְּ ָב֛טְּאֲש‬
ַֽ ָ‫ַָ֠רקְּבְּחַ ָּ֞טאותְּ ָ ַֽיֶ֣רְּבְּע‬
‫ פ‬:‫ָ ִ֖סרְּמ ַֽמנָה‬
ráq bêjatóvt iárovê'ám bén-nêvát asher-héjetí et-israél davéq; lo-sár miménah.

Sin embargo, persistió en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo
pecar a Israel, y no se apartó de ellos.
(4)
ְּ‫ה־אלף‬
ַ֣ ָ‫ְּ֙מא‬
ַֽ ‫ְך־מֹואבְּהָ יָ ַ֣הְּנ ָּ֑קדְּוְּה ַׁ֤שיבְּלְּ ַֽמלְך־יש ָראל‬
ִ֖ ָ ‫עְּמל‬
ַֽ ‫יש‬֥ ַ ‫ּומ‬
:‫יםְּצמר‬ ַֽ ָ ‫יל‬ ֥ ‫הְּאלףְּא‬ִ֖ ָ‫יםְּּומא‬
֥ ‫כ ֵָ֔ר‬
umeishá' mélej-moáv haiáh noqéd; vêheshív lêmélej-israel méah-élef karím,
uméah élef eilím tzámer.

Mesa, rey de Moab, que era ganadero, pagaba al rey de Israel como tributo
100000 corderos, más la lana de otros 100000 carneros.
(5)
:‫ְך־מֹואבְּבְּ ֥מלְךְּיש ָר ַֽאל‬
ִ֖ ָ ‫עְּמל‬
ַֽ ‫וַי ִ֖היְּכְּ ַ֣מֹותְּאַ ח ָ ָּ֑אבְּוַיפ ַ ֥ש‬
vaihí kêmót ajáv; vaifshá' mélej-moáv bêmélej israél.

Pero sucedió que cuando murió Ajáv [Acab], el rey de Moab se rebeló contra
el rey de Israel.
(6)
:‫הֹורםְּבַ י֥ ֹוםְּהַ ִ֖הּואְּמ ַֽשמְּ ָּ֑רֹוןְּוַיפ ִ֖קדְּאת־כְּל־יש ָר ַֽאל‬
֛ ָ ְּ‫וַי ָּ֞צאְּהַ ֵ֧מלְךְּי‬
vaietzé hamélej iêhorám baióm hahú mishómêrón; vaifqód et-kol-israél.

Entonces el rey Ioram [Joram] salió de Shomrón [Samaria] y pasó revista a


todo Israel.
(7)
ְּ‫עְּבי‬
ֵ֔ ‫ָש‬ ַ֣ ַ ‫רְּמלְךְּמֹואָ ב֙ ְּפ‬
ַׁ֤ ‫אמ‬
ָ֗ ‫הּודהְּל‬
ָ ָ֜ ְּ‫טְּמלְך־י‬ ַֽ ‫ו ַַּ֡ילְךְּוַיש ַלחְּ֩אל־יְּ ַֽהֹושָ ָֹּ֨פ‬
ְּ‫רְּאע ֱֵ֔להְּכ ֵָ֧מֹוניְּכ ָ֛מֹוךְּכְּע ַ֥מי‬
ַֽ ‫ל־מֹואבְּלַמלחָ ָ ָּ֑מהְּו ַַ֣יאמ‬ִ֖ ָ ‫הֲתלְ֥ךְּא ֛תיְּא‬
:‫סּוסיך‬ ַֽ ְּ‫סּוסיְּכ‬
֥ ַ ְּ‫כְּע ִַ֖מךְּכ‬
vaiélej vaishlaj el-iêhóshafát mélej-iêhudáh lemór mélej moav pashá' bí,
hateléj ití el-moáv lamiljamáh; vaiómer é'eléh, kamóni jamója kê'amí jê'améja
kêsusái kêsuséja.

676
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 3

También fue y envió a decir a Iehoshafát [Josafat], rey de Iehudá [Judá]: –El
rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irás conmigo a la guerra contra
Moab? Él respondió: –Sí, iré. Yo soy como tú eres; mi pueblo es como tu
pueblo, y mis caballos son como tus caballos.
(8)
:‫רְּדרְךְּמד ַב֥רְּא ֱַֽדֹום‬
ִ֖ ‫ְךְּנעֲלָּ֑הְּו ַֹ֕יאמ‬
ַֽ ַ ‫ו ַֹ֕יאמרְּאי־ז֥הְּהַ ִ֖דר‬
vaiómer ei-zéh hadérej ná'aléh; vaiómer dérej midbár edóm.

–Y añadió–: ¿Por qué camino iremos? Ioram [Joram] respondió: –Por el


camino del desierto de Edom.
(9)
ְּ‫בּוְּדרְךְּשבעַ ַ֣ת‬
ִ֖ ‫ְּּומלְךְּאֱדֵ֔ ֹוםְּ ַוי ָֹ֕ס‬
ַ֣ ֙‫לְּּומלְך־יְּהּודָ ה‬ ַֽ ‫ְּ֩מלְךְּיש ָר ַׁ֤א‬ ֹּ֨ ‫וַילְך‬
:‫יהם‬
ַֽ ‫ֲשרְּבְּ ַרגל‬ ֥ ‫םְּלמַ חֲנ֛הְּוְּלַבְּה ָ ִ֖מהְּא‬
ַֽ ַ ‫הְּמי‬
ֵ֧ ַ ‫י ָָּ֑מיםְּוְּ ַֽלא־הָ ָֹּ֨י‬
vaielej mélej israél umélej-iêhudah umélej edóm, vaiasóbu dérej shiv'át
iamím; vêló-haiáh máim lámajanéh vêlabêhemáh ashér bêragleihém.

Partieron, pues, el rey de Israel, el rey de Iehudá [Judá] y el rey de Edom, y


dieron un rodeo de siete días, hasta que les faltó agua para el ejército y para
los animales que les acompañaban.
(10)
ְּ‫ּהְּכי־קָ ָ ַ֣ראְּיה ָ֗ ָוהְּלש ֹֹּ֨לשת֙ ְּהַ מְּל ַָ֣כיםְּהָ ֵ֔אלה‬
ַֽ ‫רְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּא ֹ֕ ֲָה‬ ַ֣ ‫ו ִַ֖יאמ‬
‫ ס‬:ְּ‫ַד־מֹואב‬
ַֽ ָ ‫אֹותםְּבְּי‬
ִ֖ ָ ְּ‫ל ָ֥תת‬
vaiómer mélej israél; aháĥ kí-qará Adonai lishlóshet hamêlajím haéleh, latét
otám bêiad-moáv .

Entonces el rey de Israel dijo: –¡Ay! ¡el Eterno ha traído a estos tres reyes
para entregarlos en mano de los moabitas!
(11)
ְּ‫אֹותֹו‬
ָּ֑ ‫ִ֖הְּמ‬
ַֽ ָ‫הְּונד ְּר ָ ֥שהְּאת־יהו‬
ְּ ‫ְּליה ֵ֔ ָו‬
ַֽ ַ ֙‫יןְּפהְּנָביא‬ַׁ֤ ‫ו ַַ֣יאמרְּיְּ ַֽהֹושָ ָָ֗פטְּהַ ֹּ֨א‬
ְּ‫ישעְּבן־שָ ֵָ֔פט‬
ַ֣ ָ ‫רְּפהְּאֱל‬
ֹּ֚ ‫יְּמלְך־יש ָראלְּ֙ו ֵַ֔יאמ‬ ַֽ ‫דְּמעַב ַׁ֤ד‬ ַֽ ‫ַָ֠ו ַיעַןְּא ָּ֞ ָח‬
:ְּ‫יְּאל ָיַֽהּו‬
ַֽ ‫קְּמיםְּעַל־יְּ ֥ד‬ ִ֖ ַ ַ‫אֲשר־יָ ֥צ‬
vaiómer iêhóshafát haéin póh navi láAdonai, vênidrêsháh et-Adonai méotó;
váia'an ejád mé'avdéi mélej-israel vaiómer, póh elishá' ben-shafát, asher-
iátzaq máim 'al-iêdéi éliáhu .

Y Iehoshafát [Josafat] preguntó: –¿No hay aquí algún profeta del Eterno, para
que consultemos al Eterno por medio de él? Uno de los servidores del rey de
Israel respondió diciendo: –Aquí está Elishá [Eliseo] hijo de Safat, el que solía
verter agua en las manos de Eliáhu [Elías].

677
3 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(12)
ְּ‫יוְּמלְךְּיש ָר ֛אל‬
ֵ֧ ‫ֶ֣ר ַ֣דּוְּא ָָ֗ל‬
ְּ ‫֥שְּאֹותֹוְּדְּבַ ר־יהוָ ָּ֑הְּו ַַֽי‬
ִ֖ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּיְּ ַ֣הֹושָ ֵָ֔פטְּי‬
:ְּ‫ִ֖טְּּומלְךְּא ֱַֽדֹום‬
֥ ָ‫יהֹושָ פ‬
ַֽ ‫ו‬
vaiómer iêhóshafát, iésh otó dêvar-Adonai; vaiérêdú eláv mélej israél
vihóshafát umélej edóm .

Y Iehoshafát [Josafat] dijo: –La palabra del Eterno está con él. El rey de
Israel, Iehoshafát [Josafat] y el rey de Edom fueron a él,
(13)
ְּ‫יאיְּאָ ֵ֔ביך‬ַ֣ ‫ְךְּלְךְּאל־נְּב‬ ֹּ֚ ‫ה־ליְּ ָו ֵָ֔ל‬
ַ֣ ַ‫ל־מלְךְּיש ָראלְּ֙מ‬ ַׁ֤ ‫ו ַֹּ֨יאמרְּאֱלישָָ֜ עְּא‬
ְּ ֙‫לְּכי־קָ ָ ַׁ֤ראְּיהוָה‬
ַֽ ‫לְּא‬ַ ָ֗ ‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔א‬ַ֣ ֙‫יאיְּא ָּ֑מךְּו ַַׁ֤יאמרְּלֹו‬ִ֖ ‫וְּאל־נְּב‬
:ְּ‫ַד־מֹואב‬
ַֽ ָ ‫תְּאֹותםְּבְּי‬
ִ֖ ָ ‫לש ֹֹּ֨לשת֙ ְּהַ מְּל ַָ֣כיםְּהָ ֵ֔אלהְּל ָ֥ת‬
vaiómer elishá' el-mélej israel mah-lí valáj, léj el-nêviéi avíja, vêel-nêviéi
iméja; vaiómer ló mélej israél, ál kí-qará Adonai lishlóshet hamêlajím haéleh,
latét otám bêiad-moáv .

y Elishá [Eliseo] dijo al rey de Israel: –¿Qué tengo yo que ver contigo? ¡Vete
a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre! Pero el rey de Israel le
respondió: –No, porque el Eterno ha convocado a estos tres reyes para
entregarlos en mano de los moabitas.
(14)
ְּ‫יוְּכיְּלּול֛יְּפְּנ֛י‬
ָ֗ ‫ֲשרְּע ַ ַָ֣מדתיְּלְּ ָפ ֵָ֔נ‬
ַ֣ ‫ו ַַ֣יאמרְּאֱלישָָ֗ עְּחַ י־יהוָ ַׁ֤הְּצְּבָ אֹות֙ ְּא‬
:ְָּ‫הּודהְּאֲנַ֣יְּנ ָּ֑שאְּאם־אַ ֥ביטְּאלִ֖יךְּוְּאם־אר ַֽאך‬ ִ֖ ָ ְּ‫֥טְּמלְך־י‬
ַֽ ָ‫יְּ ַֽהֹושָ פ‬
vaiómer elishá' jai-Adonai tzêvaot ashér 'amádti lêfanáv, kí luléi pênéi
iêhóshafát mélej-iêhudáh aní nosé; im-abít eléja vêim-eréka .

Entonces Elishá [Eliseo] dijo: –¡Vive el Eterno de los Ejércitos, a quien sirvo,
que si yo no tuviese respeto por Iehoshafát [Josafat], rey de Iehudá [Judá], no
te atendería ni te miraría.
(15)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֶ֣ןְּהמְּנ ֵַ֔גןְּוַתְּ ֥היְּעָלָ ִ֖יוְּיַד־י‬
ַֽ ַ ‫חּו־ליְּמְּנ ַָּ֑גֶ֣ןְּוְּהָ יָה֙ ְּכְּנ ַַ֣ג‬
ַ֣ ְּ‫וְּע ָ ִַ֖תהְּק‬
vê'atáh qêju-lí mênagén; vêhaiah kênagén hámênagén, vatêhí 'aláv iad-Adonai.

Pero ahora, traedme un músico. Sucedió que mientras el músico tañía, la


mano del Eterno vino sobre Elishá [Eliseo],
(16)
:ְּ‫רְּכהְּאָ ַ ַ֣מרְּיהוָ ָּ֑הְּע ָ֛שהְּהַ נַ ֥חַ לְּהַ זִ֖הְּג ֥ביםְּ׀ְּג ַֽבים‬
ִ֖ ‫ו ַֹ֕יאמ‬
vaiómer kóh amár Adonai; 'asóh hanájal hazéh gevím | gevím .

y éste dijo: –Así ha dicho el Eterno: 'Haced varios diques en este valle.
678
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 3

(17)
ְּ‫ּוְּגשםְּוְּהַ נַ ֥חַ לְּהַ ִ֖הּוא‬
ֵ֔ ‫ּוחְּוְּ ַֽלא־תר ַ֣א‬
ַ֙ ‫ּוְּר‬
ֹּ֨ ‫הְּלא־תר ֥א‬
ַֽ ‫י־כהְּ׀ְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ָ֗ ָו‬ַ֣ ‫ַֽכ‬
:ְּ‫יתםְּאַ ֥תםְּּומקניכִ֖םְּּוַֽ בהמתְּ ַֽכם‬
֛ ‫אְּמיםְּּושת‬ ָּ֑ ָ ‫י ָ ַ֣מל‬
kí-jóh | amár Adonai ló-tirú rúáj vêló-tirú géshem, vêhanájal hahú imále
máim; ushtitém atém umiqneijém úvhemtêjém .

Porque así ha dicho el Eterno: No veréis viento ni lluvia, pero este valle se
llenará de agua; y beberéis vosotros, vuestros animales y vuestro ganado.'
(18)
:ְּ‫ת־מֹואבְּבְּיד ַֽכם‬
ִ֖ ָ ‫לְּזאתְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּוְּנ ַ ָ֥תןְּא‬
ִ֖ ‫וְּנ ַ ָ֥ק‬
vênaqál zót bê'einéi Adonai; vênatán et-moáv bêiedjém .

Esto es poca cosa a los ojos del Eterno; él también entregará a los moabitas en
vuestra mano.
(19)
ְּ‫ל־עירְּמב ֵ֔חֹורְּוְּכְּל־ע֥ץְּטֹוב֙ ְּתַ ֵ֔פילּו‬ַ֣ ְּ‫ל־עירְּמבצָ ר֙ ְּוְּכ‬
ַׁ֤ ְּ‫וְּהכ ָּ֞יתםְּכ‬
:‫בּוְּבאֲבָ ַֽנים‬
ַֽ ָ ‫טֹובהְּתַ כ ִ֖א‬
ָ ֵ֔ ַ‫ְּ֙החל ָ ַ֣קהְּה‬
ַֽ ַ ‫י־מיםְּתס ָּ֑תמּוְּוְּכל‬ִ֖ ַ ‫וְּכְּל־מַ עיְּנ‬
vêhikitém kol-'ír mivtzar vêjol-'ír mivjór, vêjol-'étz tov tapílu, vêjol-ma'iênei-
máim tistómu; vêjol hájelqáh hatováh, tajívu báavaním.

Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda ciudad importante. Derribaréis


todos los árboles buenos, cegaréis todos los manantiales de agua y arruinaréis
con piedras todo campo fértil.
(20)
ְּ‫ה־מיםְּבָ ִ֖איםְּמ ַ֣דרְךְּא ֱָּ֑דֹוםְּוַתמָ ל֥א‬
֥ ַ ‫ְּכעֲלַ֣ ֹותְּהַ מנ ֵ֔ ָחהְּוְּהנ‬
ַֽ ַ ֙‫וַי ַׁ֤היְּבַ ֹּ֨בקר‬
:‫הָ ָ ִ֖ארץְּאת־הַ ָ ַֽמים‬
vaihí vabóqer ká'alót haminjáh, vêhineh-máim baím midérej edóm; vatimalé
haáretz et-hamáim.

Aconteció que por la mañana, a la hora en que se suele presentar la ofrenda


vegetal, he aquí que llegaron las aguas por el camino de Edom, y la tierra se
llenó de agua.
(21)
ְּ‫םְּבָּ֑םְּוַי ָ ַֽצע ֲָ֗קּוְּמ ֹּ֨כלְּחגַׁ֤ר‬
ָ ‫ּוְּכי־עָל֥ ּוְּהַ מְּל ִָ֖כיםְּלְּהלָ ַ֣ח‬ַֽ ‫ְּשמְּ ֵ֔ע‬ַֽ ָ ֙‫וְּכְּל־מֹואָ ב‬
:‫ּוְּעל־הַ גְּ ַֽבּול‬
ַֽ ַ ‫חֲג ָרה֙ ְּו ֵ֔ ַָמעלָהְּו ַ ַַֽיעַמ ִ֖ד‬
vêjol-moav shámê'ú, kí-'alú hamêlajím lêhilájem bám; vaitzá'aqú mikól jogér
jagorah vamá'lah, vaiá'amdú 'ál-hagêvúl.

679
3 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Cuando todos los de Moab oyeron que los reyes subían para combatir contra
ellos, convocaron a todos, desde los que apenas podían ceñirse las armas en
adelante, y se situaron en la frontera.
(22)
‫ּוְּמֹואבְּמ ֛נֶ֣גדְּאת־‬
ָ֥ ‫ֶ֣ר ָחַ֣הְּעַל־הַ ָ ָּ֑מיםְּוַיר ֹּ֨א‬
ְּ ‫שְּז‬
ַֽ ָ ‫ַויַש ַ֣כימּוְּבַ ֵ֔בקרְּוְּהַ ִ֖שמ‬
:‫הַ ַ ִ֖מיםְּ ֲאד ֻ֥מיםְּכ ָ ַַֽדם‬
vaiashkímu vabóqer, vêhashémesh zárêjáh 'al-hamáim; vairú moáv minéged
et-hamáim adumím kadám.

Cuando se levantaron temprano por la mañana y el sol resplandeció sobre las


aguas, los de Moab vieron desde lejos las aguas rojas como sangre.
(23)
ְּ‫ּוְּאישְּאת־רעָּ֑הּוְּוְּע ָ ַ֥תה‬
ַ֣ ִ֖‫הְּהחְּ ַׁ֤רבְּנַֽחרבּו֙ ְּהַ מְּל ֵָ֔כיםְּ ַויַכ‬
ַֽ ָ ‫םְּז‬
ֵ֔ ‫ְּד‬ ַ֣ ָ ֙‫ו ַַֽיאמְּרּו‬
:‫ִ֖לְּמֹואב‬
ַֽ ָ ָ‫לַשָ ל‬
vaiómêrú dám zéh, hájorév néjervú hamêlajím, vaiakú ísh et-re'éhu; vê'atáh
lashalál moáv.

Entonces dijeron: –Esto es sangre. Sin duda, los reyes han peleado entre sí, y
cada uno ha dado muerte a su compañero. ¡Ahora pues, Moab, al botín!
(24)
ְּ‫ת־מֹואבְּ ַו ָי ֻנ ִ֖סּו‬
ָ ֵ֔ ‫ל־מחֲנַ֣הְּיש ָראלְּ֒ ַוי ֻ ַָׁ֤קמּוְּיש ָראלְּ֙ ַויַכַ֣ ּוְּא‬ ַֽ ַ ‫ַויָבאּוּ֮ ְּא‬
:‫ת־מֹואב‬ַֽ ָ ‫כּו־)ְּבּהְּוְּהַ כִ֖ ֹותְּא‬
ָ ֵ֔ ‫מפְּניהָּ֑םְּויבו־ְּ( ַו ַֹּ֨י‬
vaiavoú el-májanéh israel vaiaqúmu israel vaiakú et-moáv, vaianúsu
mipêneihém; vivv- (vaiáku-) váĥ, vêhakót et-moáv.

Pero cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y


atacaron a los de Moab, los cuales huyeron ante ellos. E invadieron el país,
matando a los de Moab
(25)
ְּ ָ‫הְּטֹובָ הְּיַש ֹּ֨ליכּוְּאיש־אַ בנָ֜ ֹוְּּומל ָ֗אּוה‬ ָ֠ ‫יםְּיה ֲַּ֡רסּוְּוְּכְּל־חל ָ ַ֣ק‬
ַֽ ַ ‫וְּ ַֽהע ַָ֣ר‬
ְּ ָ‫ץ־טֹובְּי ֵַ֔פילּוְּעַד־הש ֵ֧אירְּאֲבָ נ֛יה‬ ַ֣ ‫ל־ע‬ ַֽ ְּ‫ַן־מיםְּיס ֹּ֨תמּו֙ ְּוְּכ‬ַׁ֤ ַ ‫וְּכְּל־מַ עי‬
: ָ‫בַ ִ֖קירְּח ָ ֲָּ֑רשתְּ ַוי ָ֥סבּוְּהַ קַ ל ִָ֖עיםְּ ַויַכַֽ ּוה‬
vêhé'arím iáharósu vêjol-jelqáh tóvah iashlíju ish-avnó umilúha vêjol-ma'ian-
máim istómú vêjol-'étz-tóv iapílu, 'ad-hishír avanéiha baqír jaráset; vaiasóbu
haqala'ím vaiakúha.

y desolando las ciudades. Cada uno echó su piedra en todas las tierras fértiles,
y las llenaron. También cegaron todos los manantiales de agua y derribaron
todos los árboles buenos, hasta que sólo Quir-jaréset quedó con sus piedras,
pero los que tiraban la honda la rodearon y la atacaron.
680
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 3, 4

(26)
ְּ‫חְּאֹותֹוְּשְּבַ ע־מ ֹּ֨אֹות‬
ָ֠ ‫בְּכי־חָ זַ ֥קְּמ ִ֖מנּוְּהַ מלחָ ָ ָּ֑מהְּוַי ַ ַ֣ק‬
ַֽ ‫ְךְּמֹוא‬
ָ ֵ֔ ‫ְּמל‬ַ֣ ֙‫ַויַרא‬
:‫ל־מלְךְּא ֱִ֖דֹוםְּוְּ ֥לאְּי ַָֽכלּו‬
֥ ‫ףְּחרבְּלְּהַ ב ֛קיעְַּא‬ ָ֗ ‫ישְּש ַֽל‬
ַ֣ ‫ָ֜א‬
vaiar mélej moáv, kí-jazáq miménu hamiljamáh; vaiqáj óto shêva'-meót ísh
shóléf jérev lêhavqí'a el-mélej edóm vêló iajólu.

Cuando el rey de Moab vio que la batalla se le hacía demasiado difícil, tomó
consigo a 700 hombres que sacaban espada, para irrumpir contra el rey de
Edom; pero no pudieron.
(27)
ְּ‫ַל־הַ֣ח ֵ֔ ָמה‬
ַ ‫וַיקַ חְּ֩את־בְּנֹּ֨ ֹוְּהַ בְּכָ֜ ֹורְּאֲשר־ימֹלַ֣ ְךְּתַ ח ָ֗ ָתיוְּו ַ ַַֽיעֲלַׁ֤הּוְּעלָה֙ ְּע‬
‫ פ‬:‫ְּמ ָע ֵָ֔ליוְּ ַוי ָֻשִ֖בּוְּל ָ ַָֽארץ‬
ַֽ ֙‫יְּקצף־ג ִָ֖דֹולְּעַל־יש ָר ָּ֑אלְּוַיסעּו‬ ַֽ ‫וַי ֥ה‬
vaiqaj et-bênó habêjór asher-imlój tajtáv vaiá'aléhu 'olah 'al-hájomáh, vaihí
qétzef-gadól 'al-israél; vais'ú mé'aláv, vaiashúvu laáretz.

Entonces él tomó a su hijo primogénito, el que había de reinar en su lugar, y lo


ofreció en holocausto sobre el muro. Y hubo gran ira contra los israelitas,
quienes se retiraron de allí y regresaron a su tierra.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 4


(1)
ְּ ַׁ֤‫אמרְּעַבדְּך‬ ָ֗ ‫יםְּצע ֹּ֨ ֲָקהְּאל־אֱלישָָ֜ עְּל‬ ַֽ ָ ‫ַֽי־הַ נְּביא‬ ָ֠ ‫וְּא ָ ַ֣שהְּאַ ַחַ֣תְּמנְּ ַ֣שיְּבְּנ‬
ְּ‫הְּבא‬
ָ ָ֗ ‫ְּכיְּעַבדְּ ֵ֔ךְּהָ יָ ֥הְּי ִָ֖ראְּאת־יהוָ ָּ֑הְּוְּ ֹּ֨ ַהנ ֵ֔ש‬
ַ֣ ָ‫אישי֙ ְֵּ֔מתְּוְּאַ ָ ַ֣תהְּי ֵ֔ ַָדעת‬
:ְּ‫ֹוְּלעֲבָ ַֽדים‬
ַֽ ַ ִ֖‫ל ָ֜ ַָקחַ תְּאת־שְּנֵ֧יְּיְּל ַ ָ֛דיְּל‬
vêisháh aját minêshéi vênéi-hánêviim tzá'aqáh el-elishá' lemór 'avdêjá ishí
mét, vêatáh iadá'ta, kí 'avdêjá, haiáh iaré et-Adonai; vêhánoshéh, bá laqájat et-
shênéi iêladái ló lá'avadím .

Entonces una mujer, que fuera esposa de uno de los hijos de los profetas,
clamó a Elishá [Eliseo] diciendo: –Tu siervo, mi marido, ha muerto. Tú sabes
que tu siervo era temeroso del Eterno, pero el acreedor ha venido para llevarse
a mis dos hijos como esclavos suyos.
(2)
ְּ)‫יְּליְּמַ ה־יש־לכיְּ(לָ ְִ֖ך‬
ֵ֔ ‫הְּאעֱשה־ ֵָ֔לְךְּהַ גַ֣יד‬
ַֽ ‫ְּמ‬ ַ֣ ָ ֙‫ו ַֹּ֨יאמרְּאלַׁ֤יהָ ְּאֱלישָ ע‬
:‫ּוְךְּשמן‬
ַֽ ָ ‫תְּכיְּאם־אָ ֥ס‬
ִ֖ ‫רְּאיןְּלְּשפ ָ ַֽחתְּך֥ ְּכלְּ֙בַ ֵ֔ ַבי‬
ַ֣ ‫בַ ָבָּ֑יתְּו ַָ֗תאמ‬

681
4 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiómer eléiha elisha' máh é'eseh-láj, hagídi lí, mah-iesh-lji (láj) babáit;
vatómer éin lêshifjátêjá jol babáit, kí im-asúj shámen.

Y Elishá [Eliseo] le preguntó: –¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en
casa. Ella respondió: –Tu sierva no tiene ninguna cosa en casa, excepto un
frasco de aceite.
(3)
ְּ)‫יְּשאֲלי־לָ ְַׁ֤ךְּכלים֙ ְּמן־הַ ֵ֔חּוץְּמ ִ֖אתְּכְּל־שכנכיְּ(שְּכנָ ֶָּ֑֣יְך‬
ַֽ ַ ‫ו ַָ֗יאמרְּלְּ ֹּ֨כ‬
:‫כ ֥ליםְּר ִ֖קיםְּאַ ל־תַ מ ַֽעיטי‬
vaiómer lêjí sháali-láj kelim min-hajútz, meét kol-sjnji (shêjenáij); kelím
reqím al-tam'íti.

Él le dijo: –Ve y pide prestadas vasijas de fuera, de todas tus vecinas, vasijas
vacías; no pidas pocas.
(4)
ְּ‫ְּבע ֲַ֣דְךְּּובעַד־בָ ֵַ֔ניְךְּוְּי ֹ֕ ַָצקתְּעַ ֥לְּכְּל־הַ כ ִ֖לים‬
ַֽ ַ ֙‫ּובאתְּוְּסָ גַ ֶַׁ֤֣רתְּהַ ֹּ֨דלת‬
ָ ָ֗
:‫הָ ָּ֑אלהְּוְּהַ מָ לִ֖אְּתַ ַֽסיעי‬
uvát vêsagárt hadélet bá'adéj uv'ad-banáij, vêiatzáqt 'ál kol-hakelím haéleh;
vêhamalé tasí'i.

Luego entra, cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos, y vierte el aceite en


todas esas vasijas. Y cuando una esté llena, ponla aparte.
(5)
ְּ ָ‫ישיםְּאלִ֖יה‬
֥ ‫תְּבע ָ ֲִ֖דּהְּּובעַ ַ֣דְּבָ נָּ֑יהָ ְּה֛םְּמַ ג‬
ַֽ ַ ‫ְּמא ֵ֔תֹוְּוַתס ַ֣גרְּהַ ֵ֔דל‬
ַֽ ֙‫ו ַֹּ֨תלְך‬
:)‫יאְּמיצקתְּ(מֹוצקת‬
ַֽ ָ ‫וְּ ֥ה‬
vatélej méitó, vatisgór hadélet, bá'adáĥ uv'ád banéiha; hém magishím eléiha
vêhí mitzqt (motzáqet).

Ella se apartó de él y cerró la puerta detrás de sí y de sus hijos. Ellos le traían


las vasijas, y ella vertía el aceite.
(6)
ְּ‫וַי ַ֣היְּ׀ְּכמ ַ֣לאתְּהַ כ ָ֗ליםְּו ַַׁ֤תאמרְּאל־בְּנָּה֙ ְּהַ ֹּ֨גישָ הְּאלַ ֥יְּעֹוד֙ ְֵּ֔כלי‬
:‫יְּוֶַֽ֣ ַיע ֲִ֖מדְּהַ ָ ַֽשמן‬
ַ ‫ְּאיןְּעִ֖ ֹודְּכָּ֑ל‬
֥ ָ‫ו ַַ֣יאמרְּא ֵ֔ליה‬
vaihí | kimlót hakelím vatómer el-bênaĥ hagíshah elái 'od kéli, vaiómer eléiha,
éin 'ód kéli; váia'amód hashámen.

Y sucedió que cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: –
Tráeme otra vasija. Y le respondió: –No hay más vasijas. Entonces el aceite
cesó.

682
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 4

(7)
ְּ‫ֱֹלהיםְּו ַָ֗יאמרְּלְּכי֙ ְּמכ ַ֣ריְּאת־הַ ֵ֔שמןְּוְּשַ לְּ ִ֖מי‬ֵ֔ ‫ישְּהא‬ ַֽ ָ ‫וַתָ ָ֗באְּוַתַ גד֙ ְּלְּ ַ֣א‬
‫ פ‬:ְּ‫נֹותר‬
ַֽ ָ ַ‫ְך)ְּתחְּיִ֖יְּב‬
ַֽ ‫את־נשיכיְּ(נשיְֶָּ֑֣ך)ְּוְּ ַ ַ֣אתְּבניכיְּ(ּובָ ֵַ֔ני‬
vatavó vataged lêísh háelohím, vaiómer lêjí mijrí et-hashémen, vêshalêmí et-
nsiji (nishiéj); vêát vniji (uvanáij), tíjêí banotár .

Luego ella fue y se lo contó al hombre de Elohim, quien dijo: –Anda, vende el
aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
(8)
ְּ‫ק־בֹו‬
ִ֖ ‫ל־שּונםְּוְּשָ ם֙ ְּא ָ ַ֣שהְּגְּדֹו ֵָ֔להְּו ַ ַַֽתחֲז‬
ָ֗ ‫ישעְּא‬ ַ֣ ָ ‫וַי ֹּ֨היְּהַ יָ֜ ֹוםְּו ַ ַַֽיע ֲֵ֧ברְּאֱל‬
:‫ל־לחם‬ ַֽ ָ ְּ‫הְּלאֱכ‬ַֽ ָ‫֥רְּשמ‬
ִ֖ ָ ֻ‫םְּוֶַֽ֣יהי֙ ְּמ ַ֣דיְּעְּב ֵ֔רֹוְּיָס‬
ַ ‫ַֽלאֱכְּל־לָ ָּ֑ח‬
vaihí haióm vaiá'avór elishá' el-shuném vêsham isháh gêdoláh, vatájazeq-bó
léejol-lájem; váihí midéi 'ovró, iasúr shámah léejol-lájem.

Aconteció que cierto día pasaba Elishá [Eliseo] por Sunem. Y había allí una
mujer importante, quien le invitó insistentemente a comer. Y sucedía que cada
vez que él pasaba, entraba allí a comer.
(9)
ְּ‫ֹושְּהּוא‬
ָּ֑ ‫ֱֹלהיםְּקָ ַ֣ד‬
ִ֖ ‫יְּאישְּא‬
֥ ‫יְּכ‬
֛ ‫ו ַֹּ֨תאמר֙ ְּאל־אישֵָ֔ ּהְּהנה־נָ ַ֣אְּי ֵ֔ ַָדעת‬
:ְּ‫עב֥רְּעָלִ֖ינּוְּתָ ַֽמיד‬
vatómer el-isháĥ, hineh-ná iadá'ti, kí ísh elohím qadósh hú; 'ovér 'aléinu tamíd.

Entonces ella dijo a su marido: –He aquí, yo sé que este hombre que siempre
pasa por nuestra casa es un santo hombre de Elohim.
(10)
ְּ‫ֹוְּשםְּמ ָ ֥טהְּוְּשֻ ל ָחִ֖ןְּוְּכ ַ֣סא‬
֛ ָ ֥‫ַ ַֽנעֲשה־נָ ַׁ֤אְּעֲליַת־קיר֙ ְּקְּטַ ֵָ֔נהְּוְּנ ָֹּ֨שיםְּל‬
:‫ּורְּשמָ ה‬
ַֽ ָ ‫נֹורהְּוְּהָ יָ ֛הְּבְּב ֥אֹוְּאלִ֖ינּוְּי ָ֥ס‬
ָּ֑ ָ ‫ּומ‬
ná'aseh-ná 'aliat-qir qêtanáh, vênasím ló shám mitáh vêshulján vêjisé
umnoráh; vêhaiáh bêvoó eléinu iasúr shámah.

Hagamos un pequeño cuarto en la azotea, y pongamos allí una cama, una


mesa, una silla y una lámpara para él, a fin de que cuando venga a nosotros,
pueda quedarse allí.
(11)
:‫ַב־שמָ ה‬
ַֽ ָ ‫ל־העֲליָ ִ֖הְּוַישכ‬
ַֽ ָ ‫אְּשמָ הְּוַיָ ֥סַ רְּא‬
ָּ֑ ָ ‫וַי ֥היְּהַ יִ֖ ֹוםְּוַיָ ַ֣ב‬
vaihí haióm vaiávo shámah; vaiásar el-há'aliáh vaishkav-shámah.

Aconteció que cierto día él llegó por allí, subió al cuarto y se acostó allí.

683
4 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(12)
ְּ‫ּהְּוַֽתַ ע ֲִ֖מד‬
ַ ‫ַ֣יְּנע ֲֵ֔רֹוְּקְּ ָ ִ֖ראְּל ַַֽשּונ ַַ֣מיתְּהַ ָּ֑זאתְּו ַֹּ֨יק ָרא־ ֵָ֔ל‬
ַֽ ַ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאל־גַֽיחֲז‬
:‫לְּפ ָָנַֽיו‬
vaiómer el-géijazí ná'aró, qêrá lashúnamít hazót; vaíqra-láĥ, váta'amód
lêfanáv.

Entonces dijo a Guejazi, su criado: –Llama a esta sunamita. Cuando la llamó,


ella se presentó delante de él;
(13)
ְּ‫ל־הח ֲָר ָ ַ֣דה‬
ַֽ ַ ְּ‫יהְּהנַ֣הְּחָ ַ ַ֣רדתְּ׀ְּאלינּוּ֮ ְּאת־כ‬ ָּ֮ ‫רְּלֹוְּאֱמְּר־נָ ַ֣אְּאל‬
ָ֗ ‫ו ַַ֣יאמ‬
ְּ‫ל־שר‬ַ֣ ַ ‫ְךְּאֹוְּא‬
ִ֖ ‫הְּלע ֲַ֣שֹותְּ ֵָ֔לְךְּהֲיַׁ֤שְּלְּדַ בר־לְָך֙ ְּאל־הַ ֵ֔מל‬ ַֽ ַ ‫הַ זאת ְֹּּ֚֒מ‬
:‫הַ צָ ָבָּ֑אְּו ַֹ֕תאמרְּבְּ ֥תֹוְךְּע ִַ֖מיְּ ָ ַֽאנ ֥כיְּי ָ ַֽשבת‬
vaiómer ló emor-ná eleihá hinéh jarádt | eleinú et-kol-hájaradáh hazot méh
lá'asót láj, haiésh lêdaber-laj el-hamélej, ó el-sár hatzavá; vatómer bêtój 'amí
ánojí ioshávet.

y Elishá [Eliseo] dijo a Guejazi: –Dile: 'He aquí, tú te has preocupado de


nosotros con todo este cuidado. ¿Qué se puede hacer por ti? ¿Necesitas que
hable por ti al rey, o al jefe del ejército?' Pero ella respondió: –Yo habito en
medio de mi pueblo.
(14)
ְּ‫ישּה‬
֥ ָ ‫֥ןְּאין־לָ ִּ֖הְּוְּא‬
ַֽ ‫רְּּומהְּ ַ ַֽלע ֲַ֣שֹותְּלָ ָּּ֑הְּו ַַ֣יאמרְּגַֽיח ֲָ֗זיְּא ֲָב֛לְּב‬
ִ֖ ‫ו ַֹ֕יאמ‬
:‫ז ַָֽקן‬
vaiómer uméh lá'asót láĥ; vaiómer géijazí avál bén éin-láĥ vêisháĥ zaqén.

Elishá [Eliseo] preguntó: –¿Qué, pues, haremos por ella? Y Guejazi


respondió: –A la verdad, ella no tiene hijos, y su marido es viejo.
(15)
:‫ּהְּוַֽתַ ע ֲִ֖מדְּבַ ָ ַֽפתַ ח‬
ַ ‫ו ִַ֖יאמרְּקְּ ָרא־לָ ָּּ֑הְּו ַֹּ֨יק ָרא־ ֵָ֔ל‬
vaiómer qêra-láĥ; vaíqra-láĥ, váta'amód bapátaj.

Entonces Elishá [Eliseo] dijo: –Llámala. Él la llamó, y ella se detuvo a la


puerta.
(16)
‫הְּאתיְּ(את)ְּחבַ֣קתְּבָּ֑ןְּו ַָ֗תאמרְּאַ ל־‬
ִ֖ ַ ‫ו ַָ֗יאמרְּלַמֹועַׁ֤דְּהַ זה֙ ְּכָעַ֣תְּחַ ֵָ֔י‬
:ְּ‫ֱֹלהיםְּאַ ל־תְּכַזִ֖בְּבְּשפחָ ַֽתך‬ ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ְּא‬
ַ֣ ֙‫אֲדני‬
vaiómer lamo'éd hazeh ka'ét jaiáh, ti (át) jovéqet bén; vatómer al-adoní ísh
háelohím, al-têjazév bêshifjatéja .

684
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 4

Entonces él dijo: –El año que viene, por este tiempo, tú abrazarás un hijo. Ella
dijo: –¡No, señor mío, hombre de Elohim! ¡No engañes a tu sierva!
(17)
ְּ ָ‫ו ַ ַ֥תהַ רְּ ָ ַֽהא ָ ִ֖שהְּו ַַ֣תלדְּבָּ֑ןְּלַמֹועַׁ֤דְּהַ זה֙ ְּכָעַ֣תְּחַ ֵָ֔יהְּאֲשר־דב֥רְּאלִ֖יה‬
:‫ישע‬ ַֽ ָ ‫אֱל‬
vatáhar háisháh vatéled bén; lamo'éd hazeh ka'ét jaiáh, asher-dibér eléiha
elishá'.

Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente, por el tiempo que
Elishá [Eliseo] le había dicho.
(18)
:‫וַיג ַ ִ֖דלְּהַ יָ ָּ֑לדְּוַי ַ֣היְּהַ יֵ֔ ֹוםְּוַיצ֥אְּאל־אָ ִ֖ביוְּאל־הַ ַֽקצְּ ַֽרים‬
vaigdál haiáled; vaihí haióm, vaietzé el-avív el-haqótzêrím.

Cuando el niño creció, sucedió cierto día que fue a donde estaban su padre y
los segadores.
(19)
‫אשיְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאל־הַ ֵַ֔נעַרְּשָ ִ֖אהּוְּאל־‬
ָּ֑ ‫אשיְּ׀ְּר‬
ַ֣ ‫ו ַ֥יאמרְּאל־אָ ִ֖ביוְּר‬
:‫א ַֽמֹו‬
vaiómer el-avív roshí | roshí; vaiómer el-haná'ar, saéhu el-imó.

Y dijo a su padre: –¡Mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a su criado: –


Llévalo a su madre.
(20)
:‫ַד־הצָ הְּ ַ ִ֖ריםְּ ַוי ַָֽמת‬
ַֽ ַ ‫יאהּוְּאל־א ָּ֑מֹוְּוַיֵ֧שבְּעַל־ברכ֛יהָ ְּע‬
ִ֖ ‫ו ַֹּ֨ישָ ֵ֔אהּוְּוַיב‬
vaísaéhu, vaiviéhu el-imó; vaiéshev 'al-birkéiha 'ad-hátzahoráim vaiamót.

Lo tomó y lo llevó a su madre. El niño estuvo recostado sobre las rodillas de


ella hasta el mediodía; luego murió.
(21)
:ְּ‫רְּבע ֲִ֖דֹוְּוַת ַֽצא‬
ַֽ ַ ‫ֱֹלהיםְּוַתס ֥ג‬
ָּ֑ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫תְּא‬
ַ֣ ‫ו ֹּ֨ ַַת ַעלְּ֙וַתַ שכ ֵ֔בהּוְּעַל־מ ַ ִ֖ט‬
vatá'al vatashkivéhu, 'al-mitát ísh háelohím; vatisgór bá'adó vatetzé .

Entonces ella subió, lo acostó sobre la cama del hombre de Elohim, cerró la
puerta y salió.
(22)
ְּ‫וַתק ָראּ֮ ְּאל־אישָ ּהְּ֒ו ַָ֗תאמרְּשל ֹּ֨ ָחהְּנָ ֥אְּלי֙ ְּא ָחַ֣דְּמן־הַ נְּע ֵָ֔ריםְּוְּאַ ַחִ֖ת‬
:ְּ‫ֱֹלהיםְּוְּאָ ַֽשּובָ ה‬
ִ֖ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ַד־א‬
֥ ‫ָ ַֽהאֲתנָּ֑ ֹותְּוְּאָ ֛רּוצָ הְּע‬

685
4 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vatiqra el-ishaĥ vatómer shiljáh ná lí ejád min-hanê'arím, vêaját háatonót;


vêarútzah 'ad-ísh háelohím vêashúvah .

Después llamó a su marido y le dijo: –Te ruego que me mandes uno de los
criados y una de las asnas, para que yo corra hacia el hombre de Elohim y
regrese.
(23)
ְּ‫א־חדש‬
ִ֖ ‫ְַּאתיְּ(את)ְּהלכתיְּ(הלַׁ֤כת)ְּאלָיו֙ ְּהַ יֵ֔ ֹוםְּל‬
ַ֣ ַ ‫רְּמַ דּוע‬ ָ֠ ‫ו ַָ֗יאמ‬
:‫וְּ ַ֣לאְּשַ ָבָּ֑תְּו ִַ֖תאמרְּשָ לַֽ ֹום‬
vaiómer mádu'a ti (át) hljti (holéjet) elav haióm, lo-jódesh vêló shabát;
vatómer shalóm.

Él preguntó: –¿Para qué vas a verle hoy? No es luna nueva ni shabbat. Y ella
respondió: –Paz.
(24)
ְּ‫ר־ליְּלר ֵ֔כב‬
ַ֣ ְּ‫רְּאל־ ַנע ָ ֲִ֖רּהְּנְּ ַהַ֣גְּוָלְָּ֑ךְּאַ ל־תַ עֲצ‬
ַֽ ‫ְּהאָ ֵ֔תֹוןְּו ַ֥תאמ‬
ַֽ ָ ֙‫ַוַֽתַ חֲבש‬
:‫יְּלְך‬
ַֽ ָ ‫ִ֖כיְּאם־אָ ַ ֥מרת‬
vátajavosh háatón, vatómer él-na'aráĥ nêhág valéj; al-ta'atzor-lí lirkóv, kí im-
amárti láj.

Después hizo aparejar el asna y dijo a su criado: –Toma la rienda y anda. No


te detengas por mí en el viaje, a menos que yo te lo diga.
(25)
ְּ‫ל־הַ֣רְּהַ כַר ָּ֑מלְּ ַָ֠ויהיְּכר ֹּ֨אֹות‬
ַ ‫ֱֹלהיםְּא‬
ִ֖ ‫ישְּהא‬ ַֽ ָ ‫ל־א‬ ֥ ‫ו ַָ֗תלְךְּוַתָ ֛באְּא‬
ְּ‫ַ֣יְּנע ֲֵ֔רֹוְּהנִ֖הְּהַ ַֽשּונ ַ֥מית‬
ַֽ ַ ‫ֱֹלהיםְּאתָ ּה֙ ְּמ ֵ֔נגדְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאל־גַֽיחֲז‬
ַׁ֤ ‫יש־הא‬
ַֽ ָ ‫א‬
:ְּ‫הַ ָ ַֽלז‬
vatélej vatavó el-ísh háelohím el-hár hakarmél; váihi kirót ish-háelohím otaĥ
minéged, vaiómer el-géijazí ná'aró, hinéh hashúnamít haláz .

Ella se marchó y llegó a donde estaba el hombre de Elohim, en el monte


Carmelo. Y sucedió que cuando el hombre de Elohim la vio de lejos, dijo a su
criado Guejazi: –He allí la sunamita.
(26)
ְּ‫ישְך‬
ִ֖ ‫ְּ֒ואֱמְּר־ ָָ֗לּהְּהֲשָ ל֥ ֹוםְּלָ ְ֛ךְּהֲשָ ל֥ ֹוםְּלְּא‬
ַֽ ‫עַתָ הּ֮ ְַּֽרּוץ־נָ ַ֣אְּלק ָראתָ ּה‬
:‫הֲשָ לַ֣ ֹוםְּלַיָ ָּ֑לדְּו ִַ֖תאמרְּשָ לַֽ ֹום‬
'atah rútz-ná liqrataĥ véemor-láĥ hashalóm láj hashalóm lêishéj hashalóm
laiáled; vatómer shalóm.

Ahora, por favor, corre a su encuentro y pregúntale: '¿Te va bien? ¿Le va bien
a tu marido? ¿Le va bien a tu hijo?' Y ella respondió: –Bien.
686
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 4

(27)
ְּ‫רְּוַֽתַ חֲזִ֖קְּבְּ ַרגלָ ָּ֑יוְּוַי ֹּ֨ ַגשְּגַֽיח ֲָ֜זי‬
ַ ‫ישְּהאֱֹלהים֙ ְּאל־הָ ֵ֔ ָה‬
ַֽ ָ ‫ל־א‬ ַׁ֤ ‫וַתָ ָּ֞באְּא‬
ְּ‫ֱֹלהיםְּהַ רפה־לָּה֙ ְַּֽכי־נַפ ָ ַ֣שּהְּ ָ ַֽמ ָרה־ ֵָ֔לּה‬ ַׁ֤ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ְּ֩א‬ ֹּ֨ ‫לְּהְּד ָָ֗פּהְּוַיאמר‬
:ְּ‫ִ֖ידְּלי‬
ַֽ ‫ַוַֽיהוָה֙ ְּהע ַ֣ליםְּמ ֵ֔מניְּוְּ ֥לאְּהג‬
vatavó el-ísh háelohim el-hahár, vátajazéq bêragláv; vaigásh géijazí lêhodfáĥ
vaiomer ísh háelohím harpeh-laĥ kí-nafsháĥ márah-láĥ, váAdonai he'lím
miméni, vêló higíd lí .

Cuando ella llegó al monte, al hombre de Elohim, se asió de sus pies. Guejazi
se acercó para apartarla, pero el hombre de Elohim le dijo: –Déjala, porque su
alma está en amargura. El Eterno me ha encubierto el motivo, y no me lo ha
revelado.
(28)
:‫יְּלאְּתַ שלִ֖הְּא ַֽתי‬
֥ ‫ו ַֹ֕תאמרְּהֲשָ ַ ֥אלְּתיְּבִ֖ןְּמ ַ֣אתְּאֲדנָּ֑יְּה ֲַ֣לאְּאָ ֵ֔ ַמרת‬
vatómer hashaálti vén meét adoní; haló amárti, ló tashléh otí.

Ella dijo: –¿Acaso pedí yo un hijo a mi señor? ¿No te dije que no me llenaras
de falsas esperanzas?
(29)
ְּ‫ְּ֒כי־תמ ָצ֥א‬
ַֽ ‫ו ַֹּ֨יאמרְּלְּגַֽיח ֲָ֜זיְּח ֲַ֣גרְּמְּת ָ֗ניךְּוְּ ֹּ֨ ַקחְּמשעַנ ַ֣תיְּבְּ ָ ַֽיֶ֣דְּךּ֮ ְּוָלְך‬
‫אְּתעֲנָּ֑נּוְּוְּשַ מ ָ ֥תְּמשעַנ ִ֖תיְּעַל־‬ ַֽ ַ ‫ישְּל‬
ַ֣ ‫ְּא‬
ִ֖ ֥‫ְּלאְּתְּ ָ ַֽב ְּר ֵ֔כנּוְּוְּ ַֽכי־יְּבָ רכך‬ַ֣ ֙‫איש‬
:‫פְּנ֥יְּהַ ָ ַֽנעַר‬
vaiómer lêgéijazí jagór motnéja vêqáj mish'antí vêiádêjá valej kí-timtzá ish ló
têvárêjénu, vêjí-iêvarejjá ísh ló tá'anénu; vêsamtá mish'antí 'al-pênéi haná'ar.

Entonces él dijo a Guejazi: –Ciñe tus lomos, toma mi bastón en tu mano y


anda. Si encuentras a alguien, no le saludes. Si alguien te saluda, no le
respondas. Y pon mi bastón sobre la cara del niño.
(30)
ְּ‫ם־אעז ָּ֑בךְָּוַיָ ִֶ֖֣קְּםְּוַי֥לְך‬
ַֽ ‫ְּאםְּהַ ֵַ֔נעַרְּחַ י־יהוָ ֥הְּוְּ ַֽחי־נַפשְּךִ֖ ְּא‬
ַ֣ ֙‫ו ַֹּ֨תאמר‬
:ְּ ָ‫ַ ַֽאח ֲַֽריה‬
vatómer ém haná'ar, jai-Adonai vêjéi-nafshêjá im-é'ezvéka; vaiáqom vaiélej
ájaréiha .

La madre del niño dijo: –¡Vive el Eterno, y vive tu alma, que no me apartaré
de ti!
(31)
ְּ‫יןְּקֹול‬
ִ֖ ‫יהםְּוַיָ ַׁ֤שםְּאת־הַ מש ֹּ֨ענת֙ ְּעַל־פְּנַ֣יְּהַ ֵַ֔נ ַערְּוְּ ֥א‬ ָ֗ ‫וְּ ַֽגח ֲָּ֞זיְּע ַָבַ֣רְּלפנ‬
:‫רְּלאְּה ִ֖קיץְּהַ ָ ַֽנעַר‬ ֥ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫יןְּקשבְּוַיָ ַׁ֤שְּבְּלקרְּאתֹו֙ ְּ ַויַגד־לַ֣ ֹוְּל‬
ָּ֑ ָ ‫וְּ ַ֣א‬
687
4 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vêgéjazí 'avár lifneihém vaiásem et-hamish'énet 'al-pênéi haná'ar, vêéin qól


vêéin qáshev; vaiáshov liqrotó vaiaged-ló lemór, ló heqítz haná'ar.

Entonces él se levantó y la siguió. Guejazi se adelantó a ellos y puso el bastón


sobre la cara del niño. Pero éste no habló ni reaccionó, de modo que Guejazi
volvió al encuentro de Elishá [Eliseo] y le dijo: –El niño no se ha despertado.
(32)
:‫ְּמתְּמֻשכָ ִ֖בְּעַל־מטָ ַֽתֹו‬
ֵ֔ ֙‫ישעְּהַ ָבָּ֑יתָ הְּוְּהנַׁ֤הְּהַ ַֹּ֨נעַר‬
ִ֖ ָ ‫ַוי ָ֥באְּאֱל‬
vaiavó elishá' habáitah; vêhinéh haná'ar mét, mushkáv 'al-mitató.

Cuando Elishá [Eliseo] llegó a la casa, he aquí que el niño estaba muerto,
tendido sobre su cama.
(33)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ַוי ָֹ֕באְּוַיס ֥גרְּהַ ִ֖דלתְּבְּעַ ַ֣דְּשְּניהָּ֑םְּוַיתפַלִ֖לְּאל־י‬
vaiavó vaisgór hadélet bê'ád shêneihém; vaitpalél el-Adonai .

Entonces entró, cerró la puerta detrás de ellos dos, y oró al Eterno.


(34)
ְּ‫ַל־פיוְּוְּעינָ ַׁ֤יוְּעַל־עינָיו֙ ְּוְּכַפָ ַ֣יו‬
ָ֜ ‫ְּ֩פיוְּע‬ֹּ֨ ‫ַו ַָ֜יעַלְּוַישכַ ַ֣בְּעַל־הַ ָ֗ילדְּ ַויָשם‬
:‫עַל־ ַכ ֵָ֔פוְּוַיג ַהִ֖רְּעָלָ ָּ֑יוְּוַיָ ִ֖חְּםְּבְּ ַ ֥שרְּהַ ָיַֽלד‬
vaiá'al vaishkáv 'al-haiéled vaiasem pív 'al-pív vê'eináv 'al-'einav vêjapáv 'al-
kapáv, vaighár 'aláv; vaiájom bêsár haiáled.

Después subió y se echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre
sus ojos, y sus manos sobre sus manos. Así se tendió sobre él, y el cuerpo del
niño entró en calor.
(35)
ְּ‫זֹורר‬
ַׁ֤ ‫ַ֣תְּהנָהְּוַיַ ִ֖עַלְּוַיג ַהַ֣רְּעָלָ ָּ֑יוְּוַי‬
ֵ֔ ‫֥תְּהנָה֙ ְּוְּאַ ַח‬
ֹּ֨ ‫ַו ָָ֜ישְּבְּוַיַ֣לְךְּבַ ָ֗ ַביתְּאַ ַח‬
:‫ַד־שבַ עְּפְּעָ ֵ֔מיםְּוַיפ ַ ֥קחְּהַ נַ ִ֖עַרְּאת־ע ָינַֽיו‬
ַ֣ ‫הַ ַֹּ֨נעַר֙ ְּע‬
vaiáshov vaiélej babáit aját hénah vêaját hénah, vaiá'al vaighár 'aláv; vaizorér
haná'ar 'ad-shéva' pê'amím, vaifqáj haná'ar et-'eináv.

Luego se volvió y se paseaba por la casa de un lado a otro. Después subió y se


tendió sobre el niño, y el niño estornudó siete veces. Luego el niño abrió sus
ojos.
(36)
ְּ‫וַיק ָ ַ֣ראְּאל־גַֽיח ֲָ֗זיְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּקְּ ָרא֙ ְּאל־הַ ֻ ַֽשנ ַַ֣מיתְּהַ ֵ֔זאתְּוַיק ָר ִ֖אהָ ְּוַתָ ַ֣בא‬
:‫אלָ ָּ֑יוְּו ִַ֖יאמרְּשְּ ֥איְּבְּנְֶַֽ֣ך‬

688
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 4

vaiqrá el-géijazí vaiómer qêra el-hashúnamít hazót, vaiqraéha vatavó eláv;


vaiómer sêí vênéj.

Entonces Elishá [Eliseo] llamó a Guejazi y le dijo: –Llama a esta sunamita. Él


la llamó, y cuando ella entró, Elishá [Eliseo] le dijo: –Toma a tu hijo.
(37)
‫ פ‬:‫חּוְּארצָ הְּוַת ָ ֥שאְּאת־בְּנָ ִּ֖הְּוַת ַֽצא‬
ָּ֑ ָ ‫ַל־רג ֵָ֔ליוְּוַתש ַ ִ֖ת‬
ַ ‫וַתָ בא֙ ְּוַת ַ֣פלְּע‬
vatavo vatipól 'al-ragláv, vatishtáju ártzah; vatisá et-bênáĥ vatetzé.

Cuando ella entró, se echó a los pies de él, y se postró en tierra. Después tomó
a su hijo y salió.
(38)
ְּ‫יםְּישְּ ִ֖ביםְּלְּפָנָ ָּ֑יו‬
ַֽ ‫יא‬ ֵ֔ ‫עְּשבְּהַ גל ֹּ֨ ָגלָה֙ ְּוְּ ָ ַֽה ָרעָ ַ֣בְּבָ ֵ֔ ָארץְּּובני֙ ְּהַ נְּב‬
ַׁ֤ ָ ָָּ֞‫ַֽואֱליש‬
:‫ו ַַ֣יאמרְּלְּ ַ ַֽנע ֲָ֗רֹוְּשְּפת֙ ְּהַ ַ֣סירְּהַ גְּדֹו ֵָ֔להְּּובַ ֥שלְּנָזִ֖ידְּלבנ֥יְּהַ נְּב ַֽיאים‬
véelishá' sháv hagilgálah vêhára'áv baáretz, uvneí hanêviím, ióshêvím lêfanáv;
vaiómer lêná'aró shêfot hasír hagêdoláh, uvashél nazíd livnéi hanêviím.

Elishá [Eliseo] regresó a Gilgal, cuando había hambre en el país. Los hijos de
los profetas estaban sentados delante de él. Entonces dijo a su criado: –Pon la
olla grande y prepara un guiso para los hijos de los profetas.
(39)
ְּ‫וַי ֹּ֨צאְּא ָחַ֣דְּאל־הַ שָ דהּ֮ ְּלְּל ַַ֣קטְּארתְּ֒וַימצָ א֙ ְּגַ֣פןְּשָ ֵ֔דהְּוַיל ַ֥קטְּמ ֛מנּו‬
:‫י־לאְּי ָ ַָֽדעּו‬
֥ ‫ל־סירְּהַ נָזִ֖ידְּכ‬
֥ ‫פַקֻ ֥עתְּשָ ִ֖דהְּמְּ ַ֣לאְּבג ָּ֑דֹוְּ ַוי ָָ֗באְּוַיפַלַ ֛חְּא‬
vaietzé ejád el-hasadeh lêlaqét orot vaimtza géfen sadéh, vailaqét miménu
paqu'ót sadéh mêló vigdó; vaiavó vaifaláj el-sír hanazíd ki-ló iadá'u.

Uno de ellos salió al campo para recoger hierbas, y halló una vid silvestre.
Tomó de ella calabazas silvestres llenando su falda; y cuando regresó, las
cortó en tajadas echándolas en la olla del guiso, aunque no sabía qué eran.
(40)
ְּ ֙‫םְּמהַ נ ָָ֜זידְּוְּהַ֣מָ הְּצָ ָָ֗עקּוְּו ַַֽיאמְּרּו‬
ַֽ ‫יםְּלאֱכָּ֑ ֹולְּ ַָ֠ויהיְּכְּאְּכ ָֹּ֨ל‬ ַֽ ַ ‫ו ַַֽיצְּ ֥ק‬
ַֽ ‫ּוְּל ֲאנ ִָ֖ש‬
:ְּ‫ּוְּלא ֱַֽכל‬
ַֽ ִ֖‫אְּיַֽכְּל‬
ָ ‫ֱֹלהיםְּוְּ ֥ל‬ֵ֔ ‫ישְּהא‬ַֽ ָ ‫ְּא‬
ַ֣ ֙‫ָ ַׁ֤מותְּבַ סיר‬
vaítzêqú láanashím léejól; váihi kêojlám méhanazíd vêhémah tza'áqu
vaiómêrú mávet basir ísh háelohím, vêló iájêlú léejól .

Luego lo sirvieron para que comieran los hombres. Pero sucedió que cuando
comían del guiso, ellos gritaron diciendo: –¡Oh hombre de Elohim, hay
muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.

689
4, 5 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(41)
ְּ‫אכלּוְּוְּ ֥לא‬
ֵ֔ ‫רְּצַׁ֤קְּ ָלעָם֙ ְּוְּי‬
ַ ‫חּו־קמַ חְּ ַויַשלְִ֖ךְּאל־הַ ָּ֑סירְּו ַָ֗יאמ‬
ֵ֔ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּּוק‬
‫ ס‬:‫֥רְּרעְּבַ ַֽסיר‬
ִ֖ ָ ‫הָ יָ ֛הְּדָ ָב‬
vaiómer uqju-qémaj, vaiashléj el-hasír; vaiómer tzáq la'am vêiojélu, vêló
haiáh davár rá' basír.

Entonces Elishá [Eliseo] dijo: –Traed harina. La esparció en la olla y dijo: –


Sirve a la gente para que coman. Y ya no hubo nada malo en la olla.
(42)
ְּ ֙‫ֱֹלהיםְּלַׁ֤חםְּבכּורים‬ ָ֜ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ישְּבאְּמ ַ ַ֣בעַלְּשָ ָ֗לשָ הְּ ַויָבאְּ֩לְּ ֹּ֨א‬
ָ ָ֜ ‫וְּ ֹּ֨א‬
:ְּ‫אכלּו‬ ַֽ ‫רְּתןְּלָעָ ִ֖םְּוְּי‬
֥ ‫עש ַֽרים־לַ֣חםְּשְּע ֵ֔ריםְּוְּכַר ִ֖מלְּבְּצקֹלנָּ֑ ֹוְּו ַֹ֕יאמ‬
vêísh bá mibá'al shalíshah vaiave lêísh háelohím léjem bikurim 'esrím-léjem
sê'orím, vêjarmél bêtziqlonó; vaiómer tén la'ám vêiojélu .

Entonces vino un hombre de Baal-salisa, trayendo en su alforja alimentos de


primicias para el hombre de Elohim: veinte panes de cebada y espigas de
grano nuevo. Y Elishá [Eliseo] dijo: –Da a la gente para que coma.
(43)
ְּ ֙‫רְּתןְּ ָלעָם‬
ַׁ֤ ‫הְּאישְּו ַָ֗יאמ‬
ָּ֑ ָ‫ִ֖יְּמא‬
ַ֣ ‫ןְּזהְּלפנ‬ ֵ֔ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּמְּ ָ ַ֣שר ֵ֔תֹוְּמָֹּ֚ הְּא ַ֣ת‬
:ְּ‫הֹותר‬
ַֽ ְּ‫יְּכהְּאָ ַ ֛מרְּיהוָ ִ֖הְּאָ ֥כלְּו‬֥ ‫לּוְּכ‬
ַ֣ ‫אכ‬ ֵ֔ ‫וְּי‬
vaiómer mêshártó, máh etén zéh, lifnéi méah ísh; vaiómer tén la'am vêiojélu,
kí jóh amár Adonai ajól vêhotér .

Y su criado respondió: –¿Cómo voy a poner esto delante de 100 hombres?


Pero él volvió a decir: –Da a la gente para que coma, porque así ha dicho el
Eterno: 'Comerán, y sobrará.'
(44)
‫ פ‬:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ַיֹותרּוְּכד ַב֥רְּי‬
ִ֖ ‫וַי ֵ֧תןְּלפניה֛םְּו ַַֽיאכְּל֥ ּוְּו‬
vaitén lifneihém vaiójêlú vaiotíru kidvár Adonai .

Entonces él lo puso delante de ellos. Y comieron, y sobró, conforme a la


palabra del Eterno.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 5


(1)
ְּ‫אְּמלְך־א ָ ֲָ֜רםְּהָ יָ ַ֣הְּאישְּ֩גָדֹּ֨ ֹולְּלפנַׁ֤יְּאֲדנָיו֙ ְּּונ ֻשַ֣א‬
ַֽ ‫ְָּ֠ו ַ ַֽנעֲמְּןְּשַ ר־צְּ ֹּ֨ ָב‬
ְּ‫ֹורְּחִ֖יל‬
ַ ‫ִ֖הְּלא ָ ֲָּ֑רםְּוְּהָ ָ֗אישְּהָ יָ ֛הְּג ֥ב‬
ַֽ ַ ָ‫ֹוְּנַֽתַ ן־יהוָ ֥הְּתְּשּוע‬ ָ ‫י־ב‬
֛ ‫פ ֵָ֔ניםְּכ‬
:ְּ‫מְּצ ָ ַֽרע‬
690
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 5

vêná'amon sar-tzêvá mélej-arám haiáh ish gadól lifnéi adonav unsú faním, ki-
vó nátan-Adonai têshu'áh láarám; vêhaísh haiáh gibór jáil mêtzorá' .

Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un hombre muy importante
delante de su señor y tenido en gran estima, porque por medio de él el Eterno
había librado a Siria. El hombre era un guerrero valiente, pero leproso.
(2)
ְּ‫לְּנע ָ ֲַ֣רהְּקְּטַ נָ ָּ֑הְּוַתְּ ֹ֕היְּלפנִ֖י‬
ַֽ ַ ‫דּודיםְּוַיש ֛בּוְּמ ֥ארץְּיש ָר ִ֖א‬
ֵ֔ ְּ‫ַ ַֽוא ֲָרם֙ ְָּיַֽצְּ ַ֣אּוְּג‬
:‫תְּנע ָ ֲַֽמן‬
ַֽ ַ ‫֥אש‬
váaram iátzêú gêdudím, vaishbú meéretz israél ná'aráh qêtanáh; vatêhí lifnéi
éshet ná'amán.

Los sirios habían salido en incursiones y habían llevado cautiva de la tierra de


Israel a una muchacha, la cual servía a la esposa de Naamán.
(3)
ְּ‫ֹוןְּאז‬
֛ ָ ‫ֲשרְּבְּ ַֽשמְּ ָּ֑ר‬
ַ֣ ‫ּהְּאחֲלַ֣יְּאֲד ֵ֔ניְּלפנ֥יְּהַ נ ִָ֖ביאְּא‬
ַֽ ַ ‫ו ַֹּ֨תאמר֙ ְּאל־גְּבר ֵ֔ ָת‬
:‫ַֽיא ֱ֥סףְּא ִ֖תֹוְּמ ָ ַֽצ ַרע ַֽתֹו‬
vatómer el-gêvirtáĥ, ájaléi adoní, lifnéi hanaví ashér bêshómêrón; áz iéesóf
otó mitzára'tó.

Ella dijo a su señora: –¡Ojalá mi señor se presentase al profeta que está en


Shomrón [Samaria]! Pues él lo sanaría de su lepra.
(4)
ְּ‫הְּה ַנע ָ ֲֵ֔רהְּאֲ ִ֖שרְּמ ֥ארץ‬
ַֽ ַ ‫אמרְּכ ַָׁ֤זאתְּוְּכָזאת֙ ְּדבְּ ָ ַ֣ר‬
ָּ֑ ‫֥דְּלאדנָ ִ֖יוְּל‬
ַֽ ַ ‫ַוי ָֹ֕באְּ ַויַג‬
:‫יש ָר ַֽאל‬
vaiavó vaiagéd ládonáv lemór; kazót vêjazot dibêráh hána'aráh, ashér meéretz
israél.

Naamán entró y habló a su señor, diciendo: –Así y así ha dicho la muchacha


que es de la tierra de Israel.
(5)
ְּ֩‫ל־מלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּוַילְך‬
ַ֣ ‫֥הְּספרְּא‬ ִ֖ ‫ְך־באְּוְּאשלְּ ָח‬ֵ֔ ‫רְּמלְך־א ֲָרם֙ ְּל‬
ַֽ ‫ו ַַׁ֤יאמ‬
ְּ‫יפֹות‬
֥ ‫י־כסףְּוְּ ַׁ֤ששתְּ ֲאלָפים֙ ְּז ֵ֔ ָָהבְּוְּעִ֖שרְּ ְֲּחל‬
ָ֗ ‫וַי ֹּ֨ ַקחְּבְּיָדָ֜ ֹוְּעַ֣שרְּככְּר‬
:‫בְּג ַָֽדים‬
vaiómer mélej-aram lej-bó, vêeshlêjáh séfer el-mélej israél; vaielej vaiqáj
bêiadó 'éser kikêrei-jésef vêshéshet alafim zaháv, vê'éser jalifót bêgadím.

El rey de Siria le dijo: –Anda, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel.
Partió, pues, llevando consigo 10 talentos de plata, 6000 siclos de oro y 10
vestidos nuevos.
691
5 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(6)
ְּ ֙‫אמרְּוְּע ָ֗ ַָתהְּכְּ ֹּ֨בֹואְּהַ ַׁ֤ספרְּהַ זה‬
ָּ֑ ‫ל־מלְךְּיש ָר ִ֖אלְּל‬ ֥ ‫ַויָבַ֣אְּהַ ֵ֔ספרְּא‬
:‫יְּואֲסַ פ ִ֖תֹוְּמ ָ ַֽצ ַרע ַֽתֹו‬
ַֽ ַ ‫ת־נע ָ ֲַ֣מןְּעַב ֵ֔ד‬
ַֽ ַ ‫א ֵ֔ליךְּ ה ֹּ֨נהְּשָ לַ ַׁ֤חתיְּא ֹּ֨ליך֙ ְּא‬
vaiavé haséfer, el-mélej israél lemór; vê'atáh kêvó haséfer hazeh eléja, hinéh
shalájti eléjá et-ná'amán 'avdí, váasaftó mitzára'tó.

También llevó la carta para el rey de Israel, la cual decía así: Ahora, cuando
esta carta llegue a ti, sabrás que yo te he enviado a mi servidor Naamán, para
que lo sanes de su lepra.
(7)
ְּ ֙‫ְּ֩מלְך־יש ָר ֹּ֨אלְּאת־הַ ָ֜ספרְּוַיק ַ ַ֣רעְּבְּג ָ֗ ָָדיוְּו ַֹּ֨יאמר‬ ַֽ ‫וַי ַּ֡היְּכקרא‬
ְּ‫ףְּאיש‬ִ֖ ‫יְּלא ֱ֥ס‬ַֽ ‫ֱֹלהיםְּ ֹּ֨ ָאני֙ ְּלְּהָ ַ֣מיתְּּוַֽ להַ חֲיֵ֔ ֹותְּכי־זה֙ ְּשלַ֣חַ ְּא ֵַ֔ל‬
֥ ‫הַ א‬
:ְּ‫ּואְּלי‬
ַֽ ‫֥הְּה‬ ִ֖ ‫ּוְּכי־מתאַ נ‬ ַֽ ‫ֹוְּכיְּאַ ְך־דְּעּו־נָא֙ ְּּור ֵ֔א‬
ַׁ֤ ‫מ ָ ַֽצ ַרע ָּ֑ת‬
vaihí kiqro mélej-israél et-haséfer vaiqrá' bêgadáv vaiómer haelohím ání
lêhamít úlhajaíot, ki-zeh sholéaj elái, léesóf ísh mitzára'tó; kí aj-dê'u-na urú,
kí-mitanéh hú lí .

Y sucedió que cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y dijo:
–¿Acaso soy yo Elohim, para dar la muerte o dar la vida, y para que éste me
envíe un hombre, a fin de que yo lo sane de su lepra? ¡Considerad, pues, y ved
cómo él busca ocasión contra mí!
(8)
‫עְּמלְך־יש ָראלְּ֙את־‬ ַֽ ‫יםְּכי־קָ ַ ַׁ֤ר‬
ַֽ ‫ֱֹלה‬ָ֗ ‫יש־הא‬
ַֽ ָ ‫ישעְּא‬ ַ֣ ָ ‫וַי ָּ֞היְּכש ַ֣מעְַּ׀ְּאֱל‬
ְּ‫יךְּיַֽבא־נָ ַ֣אְּא ֵַ֔לי‬
ָ ‫אמרְּלָ ֥מָ הְּקָ ַ ִ֖רעתָ ְּבְּג ָָּ֑ד‬ֵ֔ ‫בְּג ֵ֔ ָָדיוְּוַישלַח֙ ְּאל־הַ ַ֣מלְךְּל‬
:ְּ‫עְּכיְּי֥שְּנ ִָ֖ביאְּבְּיש ָר ַֽאל‬
֛ ‫וְּי ֹ֕ ַד‬
vaihí kishmó'a | elishá' ish-háelohím kí-qará' mélej-israel et-bêgadáv, vaishlaj
el-hamélej lemór, lámah qará'ta bêgadéja; iávo-ná elái, vêiedá' kí iésh naví
bêisraél .

Pero sucedió que cuando Elishá [Eliseo], el hombre de Elohim, oyó que el rey
de Israel había rasgado sus vestiduras, envió a decir al rey: '¿Por qué has
rasgado tus vestiduras? ¡Que venga a mí, y sabrá que hay profeta en Israel!'
(9)
:‫ישע‬
ַֽ ָ ‫תְּלאֱל‬
ַֽ ‫דְּפתַ ח־הַ ַבִ֖י‬
ַֽ ‫סּוסוְּּוברכ ָּ֑בֹוְּו ַ ַַֽיע ֲ֥מ‬
ַ֣ ָ ְּ‫אְּנע ָ ֲִ֖מןְּב‬
ַֽ ַ ‫ַוי ָ֥ב‬
vaiavó ná'amán bêsusáv uvrijbó; vaiá'amód pétaj-habáit léelishá'.

Entonces Naamán llegó con sus caballos y su carro, y se detuvo ante la puerta
de la casa de Elishá [Eliseo].

692
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 5

(10)
ְּ ֙‫ְּשבַ ע־פְּעָמים‬
ַֽ ‫אמרְּהָ ָ֗לֹוְךְּוְּ ָ ַֽרחַ צ ָ ַׁ֤ת‬
ָּ֑ ‫ישעְּמַ ל ָ ַ֣אְךְּל‬ ִ֖ ָ ‫וַישלַ ֥חְּאלָ ֛יוְּאֱל‬
:‫בַ יַר ֵ֔דןְּוְּי ֵָ֧שבְּבְּ ָ ַֽש ְּרך֛ ְּלְּךִ֖ ְּּוט ָ ַֽהר‬
vaishláj eláv elishá' maláj lemór; halój vêrájatztá shéva'-pê'amim baiardén,
vêiashóv bêsárêjá lêjá uthár.

Y Elishá [Eliseo] le envió un mensajero que le dijo: –Ve, lávate siete veces en
el Jordán, y tu carne te será restaurada, y serás limpio.
(11)
ְּ ֙‫ףְּנע ָ ֲִ֖מןְּוַילַ ְָּ֑ךְּוַיאמרְּ֩ה ֹּ֨נהְּאָ ָ֜ ַמרתיְּאלַ ַ֣יְּ׀ְּיצַ֣אְּי ָָ֗צֹואְּוְּעָמַ ד‬
ַֽ ַ ‫וַיק ֥צ‬
:ְּ‫ֱֹלהיוְּוְּהנ֥יףְּי ָ֛דֹוְּאל־הַ מָ ִ֖קֹוםְּוְּאָ ַס֥ףְּהַ מְּצ ָ ַֽרע‬ָ ֵ֔ ‫וְּקָ ָרא֙ ְּבְּשם־יהוָ ַ֣הְּא‬
vaiqtzóf ná'amán vaieláj; vaiomer hinéh amárti elái | ietzé iatzó vê'amad
vêqara bêshem-Adonai eloháv, vêheníf iadó el-hamaqóm vêasáf hamêtzorá' .

Naamán se enfureció y se fue diciendo: –He aquí, yo pensaba que


seguramente él saldría, que puesto de pie invocaría el nombre del Eterno su
Elohim, y que moviendo su mano sobre el lugar, sanaría la parte leprosa.
(12)
ְּ‫ימיְּיש ָר ֵ֔אל‬
ַ֣ ‫רְּנה ֲַ֣רֹותְּדַ ָ֗משקְּמכלְּ֙מ‬
ַֽ ַ ‫ה ֲַּ֡לאְּטֹובְּ֩אבנהְּ(אֲמָ ָֹּ֨נה)ְּּופַר ַָ֜פ‬
:‫ה ֲַֽלא־אר ַח֥ץְּבָ הִ֖םְּוְּטָ ָהָּ֑רתיְּוַיִ֖פןְּוַי֥לְךְּבְּח ָ ַֽמה‬
haló tov vnh (amanáh) ufarpár náharót daméseq mikol meiméi israél, haló-
erjátz bahém vêtahárti; vaífen vaiélej bêjemáh.

¿No son los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, mejores que todas las
aguas de Israel? ¿No podría yo lavarme en ellos y ser limpio? Y dando la
vuelta, se iba enojado.
(13)
ְּ‫וַיגְּ ַ֣שּוְּעֲבָ דָ יוּ֮ ְּוַידַ בְּ ַ֣רּוְּאלָיוְּ֒ו ַַֽיאמְּ ָ֗רּוְּאָ בי֙ ְּדָ ָבַ֣רְּגָדָ֗ ֹולְּהַ נ ָ֛ביאְּדב֥ר‬
:‫ִ֖יךְּר ַח֥ץְּּוט ָ ַֽהר‬
ְּ ‫ףְּכי־אָ ַ ֥מרְּאל‬ ַֽ ‫ֹואְּתע ֲָּ֑שהְּוְּ ַ ֛א‬
ַֽ ַ ַ֣‫אלִ֖יךְּהֲל‬
vaigêshú 'avadav vaidabêrú elav vaiómêrú aví davár gadól hanaví dibér eléja
haló tá'aséh; vêáf kí-amár eléja rêjátz uthár.

Pero sus siervos se acercaron a él y le hablaron diciendo: –Padre mío, si el


profeta te hubiera mandado alguna cosa grande, ¿no la habrías hecho? Con
mayor razón si él te dice: 'Lávate y serás limpio.'
(14)
ְּ‫ֱֹלהיםְּוַיָ ַ֣שְּב‬
ָּ֑ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ִ֖רְּא‬
ַ֣ ‫ְּשבַ עְּפְּע ֵָ֔מיםְּכד ַב‬ַ֣ ֙‫ו ַָ֗ירדְּוַיט ַׁ֤בלְּבַ יַרדן‬
:ְּ‫בְּשָ ָ֗רֹוְּכב ַ ֛שרְּנַ ֥עַרְּקָ ִ֖טןְּוַיט ָ ַֽהר‬

693
5 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiéred vaitból baiarden shéva' pê'amím, kidvár ísh háelohím; vaiáshov bêsaró
kivsár ná'ar qatón vaithár .

Entonces él descendió y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la


palabra del hombre de Elohim. Y su carne se volvió como la carne de un niño
pequeño, y quedó limpio.
(15)
ְּ֒‫יםְּהּואְּוְּ ָ ַֽכל־מַ ח ֲָ֗נהּוְּ ַויָבאּ֮ ְּו ַ ַַֽיע ֲַ֣מדְּלְּ ָפנָיו‬
ַ֣ ‫ֱֹלה‬ָ֜ ‫ישְּהא‬ ַֽ ָ ‫ל־א‬ ֹּ֨ ‫ַויָשָ בְּ֩א‬
‫ץְּכיְּאם־‬ִ֖ ‫יְּאיןְּאֱֹלהים֙ ְּבְּכְּל־הָ ֵ֔ ָאר‬ ַׁ֤ ‫ְּכ‬
ַ֣ ֙‫ו ַָ֗יאמרְּהנה־נָ ַׁ֤אְּי ֹּ֨ ַָדעתי‬
:ְּ‫בְּיש ָר ָּ֑אלְּוְּע ָ ַ֛תהְּקַ ח־נָ ֥אְּבְּ ָרכָ ִ֖הְּמ ֥אתְּעַב ַֽדך‬
vaiashav el-ísh háelohím hú vêjál-majanéhu vaiavo vaiá'amód lêfanav
vaiómer hineh-ná iadá'tí kí éin elohim bêjol-haáretz, kí im-bêisraél; vê'atáh
qaj-ná vêrajáh meét 'avdéja .

Luego Naamán volvió al hombre de Elohim, él con toda su comitiva. Llegó y


se detuvo delante de él, y dijo: –¡He aquí, yo reconozco que no hay Elohim en
toda la tierra, sino en Israel! Ahora pues, acepta, por favor, un presente de
parte de tu siervo.
(16)
ְּ‫ר־בֹוְּל ַ ִָ֖קחַ ת‬
֥ ַ‫ו ַֹ֕יאמרְּחַ י־יהוָ ֛הְּאֲשר־ע ַ ָ֥מדתיְּלְּפָנָ ִ֖יוְּאם־א ָ ָּ֑קחְּוַיפצ‬
:ְּ‫וַימָ ַֽאן‬
vaiómer jai-Adonai asher-'amádti lêfanáv im-eqáj; vaiftzar-bó laqájat vaimaén.

Pero Elishá [Eliseo] dijo: –¡Vive el Eterno, a quien sirvo, que no aceptaré
nada! Naamán le insistió para que lo aceptase, pero él rehusó.
(17)
ְּ‫הְּכי‬
ַּ֡ ‫אְּצמד־פְּ ָר ִ֖דיםְּאֲדָ ָ ָּ֑מ‬
ַֽ ‫וַיאמרּ֮ ַ ְַּֽנעֲמָ ןְּ֒ו ָֹ֕לאְּיֻתַ ן־נָ ַ֣אְּלְּעַבדְּ ֵ֔ךְּמַ ָ ֥ש‬
: ‫יהוַֽה‬
ְּ ָ ‫ם־ל‬ַֽ ַ ‫יםְּכיְּא‬ִ֖ ‫אֹלהיםְּאֲח ֵ֔ר‬
ַ֣ ‫ְּל‬ ַֽ ֙‫ְּ֩עֹודְּעַ בדְּ ָ֜ךְּעלָ ַׁ֤הְּו ָֹּ֨זבַ ח‬
ֹּ֨ ‫לַֽ ֹוא־ ַיעֲשה‬
vaiomer ná'aman való iutan-ná lê'avdêjá, masá tzémed-pêradím adamáh; kí ló-
ia'aseh 'ód 'avdêjá 'oláh vazévaj lélohím ajerím, kí im-láAdonai .

Entonces Naamán dijo: –Si no, por favor, sea dada a tu siervo una carga de
esta tierra, que pueda ser llevada por un par de mulas; porque de aquí en
adelante tu siervo no ofrecerá holocausto ni sacrificio a dioses ajenos, sino
sólo al Eterno.
(18)
ְּ‫לַדָ ָבַ֣רְּהַ ֵ֔זהְּיסלַ ֥חְּיהוָ ִ֖הְּלְּעַב ָּ֑דךְּבְּ ַ֣בֹואְּאֲדנַ֣יְּבית־רמֹוןְּ֩לְּהש ַ ַֽת ֲחְֹֹּּ֨ות‬
ְּ ֙‫שָָ֜ מָ הְּוְּ ַ֣הּואְּ׀ְּנשעָ ַ֣ןְּעַל־י ָָ֗דיְּוְּ ַֽהשְּתַ ח ֲֹּ֨ויתי֙ ְּבַ֣יתְּר ֵ֔מןְּבְּהש ַ ַֽת ֲח ָו ָֹּ֨יתי‬
:ְּ‫בַ֣יתְּר ֵ֔מןְּיסלַח־נאְּ(ְּ)ְּיהוָ ֥הְּלְּעַבדְּךִ֖ ְּבַ דָ ָב֥רְּהַ זַֽה‬
694
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 5

ladavár hazéh, isláj Adonai lê'avdéja; bêvó adoní veit-rimon lêhishtájaót


shámah vêhú | nish'án 'al-iadí vêhíshêtajavéití béit rimón, bêhishtájavaiátí béit
rimón, islaj-n ( ) Adonai lê'avdêjá badavár hazéh .

Pero el Eterno perdone esto a tu siervo: Cuando mi señor entre en el templo de


Rimón para arrodillarse allí, y él se apoye en mi brazo y yo me incline en el
templo de Rimón [cuando yo tenga que inclinarme en el templo de Rimón],
que el Eterno perdone esto a tu siervo.
(19)
‫ ס‬:‫ת־ארץ‬
ַֽ ָ ‫ְךְּמא ִ֖תֹוְּכב ַר‬
ַֽ ‫ו ַ֥יאמרְּלִ֖ ֹוְּלְַ֣ךְּלְּשָ לָּ֑ ֹוםְּוַי֥ל‬
vaiómer ló léj lêshalóm; vaiélej méitó kivrat-áretz.

Y le dijo: –Ve en paz. Cuando Naamán se alejó de él y había recorrido cierta


distancia,
(20)
‫יש־האֱֹלהיםְּ֒הנַ֣הְּ׀ְּחָ ַ ַ֣שְךְּאֲד ָ֗ניְּ ַֽאת־‬
ַֽ ָ ‫ישעְּא‬ ַ֣ ָ ‫ו ַַ֣יאמרְּגַֽיח ֲָ֗זיְּ ַנעַרּ֮ ְּאֱל‬
‫ֹוְּאתְּאֲשר־ה ָּ֑ביאְּחַ י־יהוָה֙ ְַּֽכי־אם־‬ ַ֣ ‫ןְּהא ֲַרמי֙ ְּהַ ֵ֔זהְּמ ַ ֥קחַ תְּמי ִָ֖ד‬ ַֽ ָ ‫ַנע ָ ֲַׁ֤מ‬
:ְּ‫יְּמא ִ֖תֹוְּמְּ ַֽאּומָ ה‬
ַֽ ‫יְּאח ָ ֲֵ֔ריוְּוְּ ָ ַֽלקַ ח ֥ת‬
ַֽ ַ ‫ַ ַ֣רצת‬
vaiómer géijazí na'ar elishá' ish-háelohim hinéh | jasáj adoní ét-na'amán
háaramí hazéh, miqájat miadó ét asher-heví; jai-Adonai kí-im-rátzti ájaráv,
vêláqajtí méitó mêúmah .

Guejazi, criado de Elishá [Eliseo], el hombre de Elohim, pensó: 'He aquí que
mi señor ha eximido a este sirio Naamán y no ha tomado de su mano las cosas
que él trajo. ¡Vive el Eterno, que ciertamente correré tras él y conseguiré de él
alguna cosa!'
(21)
ְּ‫ץְּאח ָ ֲֵ֔ריוְּוַי ָּ֞פלְּמעַ ֵ֧ל‬
ַֽ ַ ‫ְּר‬
ַ֣ ָ ֙‫הְּנעֲמָ ן‬
ַֽ ַ ‫יְּנע ָ ֲָּ֑מןְּוַיר ַׁ֤א‬
ַֽ ַ ‫ִ֖יְּאח ֲַ֣ר‬
ַֽ ַ ‫וַיר ֥דףְּגַֽיחֲז‬
:‫אתֹוְּו ַ֥יאמרְּהֲשָ לַֽ ֹום‬ ִ֖ ‫הַ מרכ ָָב֛הְּלק ָר‬
vairdóf géijazí ájaréi ná'amán; vairéh ná'aman rátz ájaráv, vaipól me'ál
hamerkaváh liqrató vaiómer hashalóm.

Guejazi siguió a Naamán; y cuando Naamán vio que venía corriendo tras él,
se bajó del carro para recibirle y le preguntó: –¿Está todo bien?
(22)
‫הְּבַ֣אּוְּאלַ ֵ֧יְּשְּנַֽי־‬
ָ ‫הְּז‬
ָ֠ ‫ו ַַ֣יאמרְּ׀ְּשָ ָ֗לֹוםְּאֲדניּ֮ ְּשְּל ַָחַ֣ניְּלאמרְּ֒הנַ֣הְּע ַּ֡ ַָת‬
ְּ‫ַר־כסף‬ ֵ֔ ‫יאיםְּתְּנָה־נָ ַׁ֤אְּלָהם֙ ְּככ‬ ָּ֑ ‫נְּע ָ֛ריםְּמ ַה֥רְּאפ ַ ִ֖ריםְּמבְּנַ֣יְּהַ נְּב‬
:‫ּוש ִ֖תיְּחֲל ֥פֹותְּבְּג ַָֽדים‬
vaiómer | shalóm adoní shêlajáni lemor hinéh 'atáh zéh báu elái shênéi-nê'arím
mehár efráim mibênéi hanêviím; tênah-ná lahem kikar-késef, ushtéi jalifót
695
5 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

bêgadím.

Y él respondió: –Sí, pero mi señor me envía a decir: 'He aquí, en este


momento han llegado a mí dos jóvenes de los hijos de los profetas, de la
región montañosa de Efraín. Te ruego que des para ellos un talento de plata y
dos vestidos nuevos.'
(23)
ְּ‫םְּכסףְּבשנַ֣י‬ ָ֜ ‫ץ־בֹוְּ ַויָצַ רְּ֩ככְּ ַ ֹּ֨רי‬
ָ֗ ְּ‫לְּקחְּככ ָ ָָּ֑ריםְּוַיפר‬
ַ֣ ַ ‫ןְּהֹוא‬
ִ֖ ‫רְּנע ֵ֔ ֲָמ‬
ַֽ ַ ‫ו ַַ֣יאמ‬
:‫חֲר ָ֗טיםְּּושתי֙ ְּחֲלפַ֣ ֹותְּבְּג ֵָ֔דיםְּוַיתן֙ ְּאל־שְּנַ֣יְּנְּע ָ ֵָ֔ריוְּוַיש ִ֖אּוְּלְּפ ָָנַֽיו‬
vaiómer ná'amán, hoél qáj kikaráim; vaifrotz-bó vaiatzar kikêráim késef
bishnéi jaritím ushteí jalifót bêgadím, vaiten el-shênéi nê'aráv, vaisú lêfanáv.

Entonces Naamán dijo: –Dígnate aceptar dos talentos. Él le insistió y ató en


dos bolsas dos talentos y dos vestidos nuevos. Y los entregó a dos de sus
criados para que los llevasen delante de él.
(24)
ְּ‫ת־ה ֲאנ ִָ֖שים‬
ַֽ ָ ‫ַויָבא֙ ְּאל־הָ ֵ֔עפלְּוַי ַ ֥קחְּמי ָ ִָ֖דםְּוַיפ ַ֣קדְּבַ ָבָּ֑יתְּוַישַ לַ ֥חְּא‬
:‫וַי ַֽלכּו‬
vaiavo el-ha'ófel, vaiqáj miadám vaifqód babáit; vaishaláj et-háanashím
vaieléju.

Cuando llegaron a la colina, él los tomó de sus manos y los guardó en casa.
Luego despidió a los hombres, y se fueron.
(25)
ְּ‫ן)ְּגחֲזָּ֑י‬
ַֽ ‫וְּהּוא־בָ א֙ ְּו ַ ַַֽיע ֲַ֣מדְּאל־אֲד ֵָ֔ניוְּו ַַׁ֤יאמרְּאלָיו֙ ְּאֱלישֵָ֔ עְּמאןְּ(מ ַ ִ֖אי‬
:‫ְּאנהְּו ָ ַָֽאנָה‬֥ ָ ִ֖‫רְּלא־הָ לַ ְ֥ךְּעַבדְּך‬
ַֽ ‫ו ַֹ֕יאמ‬
vêhu-va vaiá'amód el-adonáv, vaiómer elav elishá', mn (meáin) géjazí;
vaiómer ló-haláj 'avdêjá áneh vaánah.

Entonces él entró y se puso de pie delante de su señor. Y Elishá [Eliseo] le


preguntó: –¿De dónde vienes, Guejazi? Y él respondió: –Tu siervo no ha ido a
ninguna parte.
(26)
ְּ‫ְַך־אישְּמעַ ֥לְּמרכַבְּ ִ֖תֹו‬ ֛ ‫רְּהפ‬ ַֽ ָ ‫ֲש‬ ֵ֧ ‫ְךְּכא‬
ַֽ ַ ‫ְּלא־ל ַ֣ביְּהָ ֵַ֔ל‬
ַֽ ֙‫ו ַַׁ֤יאמרְּאלָיו‬
ְּ ֙‫יתיםְּּוכ ָרמים‬ ַׁ֤ ‫אתךְּהַ ָּ֞עתְּל ַ ַָׁ֤קחַ תְּאת־הַ ֹּ֨כסף֙ ְּוְּל ַ ַָ֣קחַ תְּבְּג ֵָ֔דיםְּוְּז‬ ָּ֑ ‫לק ָר‬
:‫רְּועֲבָ ִ֖דיםְּּושפ ַָֽחֹות‬
ַֽ ַ ‫וְּ ַ֣צאןְּּובָ ֵ֔ ָק‬
vaiómer elav ló-libí haláj, káashér háfaj-ísh me'ál merkavtó liqratéja; ha'ét
laqájat et-hakésef vêlaqájat bêgadím, vêzeitím ujramim vêtzón uvaqár,
vá'avadím ushfajót.

696
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 5, 6

Entonces Elishá [Eliseo] le dijo: –¿No estuvo allí mi corazón cuando el


hombre volvió de su carro a tu encuentro? ¿Es ésta la ocasión de aceptar
dinero o de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, vacas, siervos y siervas?
(27)
ְּ‫ַתְּנעֲמָ ן֙ ְַּֽתדְּבַ ק־בְּ ֵ֔ךְּּוַֽ בזַרע ְֲִּ֖ךְּלְּעֹולָ ָּ֑םְּוַיצ֥אְּמלְּפָנָ ִ֖יוְּמְּצ ָ ֥רע‬
ַֽ ַ ‫וְּצָ ַ ַׁ֤רע‬
:ְּ‫כ ָ ַַֽשלג‬
vêtzará'at ná'aman tídêbaq-bêjá, úvzar'ajá lê'olám; vaietzé milêfanáv mêtzorá'
kasháleg .

Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes, para


siempre. Entonces salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 6


(1)
ְּ‫ישעְּהנה־נָ ַ֣אְּהַ מָ ָ֗קֹוםְּא ֲֹּ֨שרְּ ֲא ַָ֜נחנּו‬
ָּ֑ ָ ‫יאיםְּאל־אֱל‬ ִ֖ ‫ו ַַֽיאמְּ ֥רּוְּבְּנַֽי־הַ נְּב‬
:‫ִ֖יךְּצ֥רְּמ ַֽמנּו‬
ַ ‫יםְּשםְּלְּפָנ‬ ֛ ָ ‫ַֽישְּ ֥ב‬
vaiómêrú vênéi-hanêviím el-elishá'; hineh-ná hamaqóm ashér anájnu ióshêvím
shám lêfanéja tzár miménu.

Los hijos de los profetas dijeron a Elishá [Eliseo]: –He aquí que el lugar en
que habitamos contigo es demasiado estrecho para nosotros.
(2)
ְּ‫ישְּקֹורהְּא ֵ֔ ָחתְּוְּ ַ ַֽנעֲשה־לָ ֥נּו‬
ַ֣ ָ ‫נַֽלְּכָה־נָ ַ֣אְּ ַעד־הַ יַר ָ֗דןְּוְּנק ָחַׁ֤הְּמשָ ם֙ ְֹּּ֚א‬
:‫רְּלכּו‬ ַֽ ‫תְּשםְּו ִַ֖יאמ‬ָּ֑ ָ ‫ָשב‬ ַ֣ ‫ָ ֛שםְּמָ ִ֖קֹוםְּל‬
nélêjah-ná 'ad-haiardén vêniqjáh misham ísh qoráh eját, vêná'aseh-lánu shám
maqóm lashévet shám; vaiómer léju.

Permite que vayamos al Jordán, que tomemos de allí cada uno un tronco y que
nos hagamos allí un lugar donde podamos habitar. Él dijo: –Id.
(3)
:‫דְּהֹואלְּנָ ִ֖אְּוְּלְַ֣ךְּאת־עֲבָ ָּ֑דיךְּו ִַ֖יאמרְּאֲנ֥יְּא ַֽלְך‬
֥ ‫ְּהא ֵ֔ ָח‬
ַֽ ָ ֙‫ו ַֹּ֨יאמר‬
vaiómer háejád, hóel ná vêléj et-'avadéja; vaiómer aní eléj.

Luego uno dijo: –Por favor, dígnate venir con tus siervos. Y él respondió: –Yo
iré.
(4)
:‫ּוְּהע ַֽצים‬
ַֽ ָ ‫ָהְּוֶַֽ֣יגזְּ ִ֖ר‬
ַ ‫וַיִ֖לְךְּא ָ ָּ֑תםְּ ַוי ָֹּ֨באּו֙ ְּהַ יַר ֵ֔דנ‬

697
6 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiélej itám; vaiavóú haiardénah, váigzêrú há'etzím.

Entonces fue con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron los árboles.
(5)
ְּ‫קֹורהְּוְּאת־הַ בַ רזִ֖לְּנָפַ ַ֣לְּאל־הַ ָ ָּ֑מיםְּוַיצעַ ֥ק‬
ֵ֔ ָ ַ‫יְּהאחָ ד֙ ְּמַ ַ֣פילְּה‬ַֽ ָ ‫וַי ַׁ֤ה‬
:‫ו ַ֛יאמרְּא ֲָהּ֥הְּאֲדנִ֖יְּוְּ ֥הּואְּשָ ַֽאּול‬
vaihí háejad mapíl haqoráh, vêet-habarzél nafál el-hamáim; vaitz'áq vaiómer
aháĥ adoní vêhú shaúl.

Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, se le cayó
el hierro del hacha al agua, y dio voces diciendo: –¡Ay, señor mío! ¡Era
prestada!
(6)
ְּ ֙‫יםְּאנָהְּנָפָ ָּ֑לְּ ַויַר ֹּ֨אהּו֙ ְּאת־הַ מָ ֵ֔קֹוםְּוַיקצְּב־עץ‬
ַ֣ ָ ‫ֱֹלה‬ִ֖ ‫יש־הא‬ ַֽ ָ ‫ו ַ֥יאמרְּא‬
:ְּ‫ַויַשלְך־שֵָ֔ מָ הְּוַיָ ִ֖צףְּהַ בַ רזַֽל‬
vaiómer ish-háelohím ánah nafál; vaiaréhú et-hamaqóm, vaiqtzov-'etz
vaiashlej-shámah, vaiátzef habarzél .

El hombre de Elohim preguntó: –¿Dónde cayó? Le mostró el lugar. Y él cortó


un palo, lo echó allí e hizo flotar el hierro.
(7)
‫ פ‬:‫רְּהַ֣רםְּלָ ְָּ֑ךְּוַישלַ ֥חְּי ִָ֖דֹוְּוַיקָ ַֽחהּו‬
ָ ‫ו ִַ֖יאמ‬
vaiómer hárem láj; vaishláj iadó vaiqajéhu.

Entonces dijo: –Tómalo. Y él extendió la mano y lo tomó.


(8)
‫אמרְּאל־‬
ֵ֔ ‫ּומלְךְּא ָ ֲֵ֔רםְּהָ יָ ֥הְּנל ָחִ֖םְּבְּיש ָר ָּ֑אלְּוַי ָּועַץ֙ ְּאל־עֲבָ ָ ַ֣דיוְּל‬
ַ֣
:‫ִ֖יְּתחֲנ ַֽתי‬
ַֽ ַ ‫מְּ ֛קֹוםְּפְֹּלנ֥יְּאַ למנ‬
umélej arám, haiáh niljám bêisraél; vaiva'atz el-'avadáv lemór, el-mêqóm
pêloní almoní tájanotí.

El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y tomó consejo con sus servidores,
diciendo: –En tal y tal lugar estará mi campamento.
(9)
ְּ‫רְּמע ֲִ֖בר‬
ַֽ ‫אמרְּהשָֹ֕ מ‬
ֵ֔ ‫ל־מלְךְּיש ָראלְּ֙ל‬ַׁ֤ ‫ֱֹלהיםְּא‬ ָ֗ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫חְּא‬ ַ֣ ‫וַיש ַָּ֞ל‬
:ְּ‫י־שםְּא ָ ֲ֥רםְּנְּח ַֽתים‬
ִ֖ ָ ‫הַ מָ ַ֣קֹוםְּהַ זָּ֑הְּכ‬
vaishláj ísh háelohím el-mélej israel lemór, hishámer mé'avór hamaqóm
hazéh; ki-shám arám nêjitím .

698
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 6

Pero el hombre de Elohim mandó a decir al rey de Israel: 'Guárdate de pasar


por tal lugar, porque los sirios van a descender allí.'
(10)
ְּ‫ֱֹלהים‬
֛ ‫יש־הא‬
ַֽ ָ ‫רְּאמַ ר־לֵ֧ ֹוְּא‬
ַֽ ָ ‫לְּאל־הַ מָ ָּ֞קֹוםְּא ֲֹּ֨ש‬
ַֽ ‫חְּמלְךְּיש ָר ָ֗א‬ ַ֣ ‫וַיש ַָּ֞ל‬
:ְּ‫םְּלאְּאַ ַחִ֖תְּוְּ ֥לאְּשְּ ָ ַֽתים‬
֥ ‫רְּש‬
ָּ֑ ָ ‫וְּהזה ִ֖ירהְּוְּנש ַ ַ֣מ‬
vaishláj mélej israél él-hamaqóm ashér ámar-ló ish-háelohím vêhizhiróh
vênishmár shám; ló aját vêló shêtáim .

Y el rey de Israel enviaba gente al lugar que el hombre de Elohim le indicaba


y advertía, de modo que tomaba precauciones allí, no una ni dos veces.
(11)
ְּ‫ַ֣בְּמלְך־א ָ ֲֵ֔רםְּעַל־הַ דָ ָבִ֖רְּהַ זָּ֑הְּוַיק ָ ַׁ֤ראְּאל־עֲבָ דָ יו֙ ְּו ַַ֣יאמר‬
ַֽ ‫וַיסָ ער֙ ְּל‬
:‫ל־מלְךְּיש ָר ַֽאל‬֥ ‫יְּמיְּמשלָ ִ֖נּוְּא‬ ֥ ‫ַ֣ידּוְּל‬
ֵ֔ ‫יהםְּהֲלֹוא֙ ְּתַ ג‬ ֵ֔ ‫אֲל‬
vaisa'er lév mélej-arám, 'al-hadavár hazéh; vaiqrá el-'avadav vaiómer aleihém,
halo tagídu lí, mí mishelánu el-mélej israél.

Entonces el corazón del rey de Siria se turbó por esto, y llamando a sus
servidores les preguntó: –¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros
está de parte del rey de Israel?
(12)
ְּ‫ֲשר‬
ַ֣ ‫ישעְּהַ נָביא֙ ְּא‬ ַׁ֤ ָ ‫ְךְּכי־אֱל‬
ַֽ ‫ַ֣דְּמעֲבָ ֵ֔ ָדיוְּלִ֖ ֹואְּאֲדנַ֣יְּהַ ָּ֑מל‬
ַֽ ‫ְּא ַח‬
ְַּ ֙‫ו ַֹּ֨יאמר‬
ְּ‫ִ֖רְּבח ַ ֲ֥דר‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּתְּדַ ב‬ ֥ ‫לְּאת־הַ דְּבָ ֵ֔ריםְּא‬
ֹּ֨ ‫בְּיש ָר ֵ֔אלְּיַגיד֙ ְּלְּ ַ֣מלְךְּיש ָר ֵ֔א‬
:‫משכ ַָֽבך‬
vaiómer ajád mé'avadáv, ló adoní hamélej; kí-elishá' hanavi ashér bêisraél,
iagid lêmélej israél, ét-hadêvarím, ashér têdabér bájadár mishkavéja.

Entonces respondió uno de sus servidores: –Ninguno, oh mi señor el rey; sino


que el profeta Elishá [Eliseo], que está en Israel, le declara al rey de Israel las
palabras que hablas en tu dormitorio.
(13)
ְּ‫אמרְּהנ֥ה‬
ִ֖ ‫הְּהּואְּוְּאשלַ ִ֖חְּוְּאקָ חָּ֑הּוְּ ַויֻגַד־ל֥ ֹוְּל‬
ֵ֔ ‫יכ‬ַ֣ ‫ו ַָ֗יאמרְּלְּכַׁ֤ ּוְּּוראּו֙ ְּא‬
:‫בְּד ָ ַֽתן‬
vaiómer lêjú urú eijóh hú, vêeshláj vêeqajéhu; vaiugad-ló lemór hinéh
vêdotán.

Entonces él dijo: –Id, mirad dónde está, y yo enviaré a capturarlo. Le


informaron diciendo: –He aquí, está en Dotán.

699
6 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(14)
‫הְּסּוסיםְּוְּ ִ֖רכבְּוְּ ַחַ֣ילְּכָבָּ֑דְּ ַוי ַָ֣באּוְּ ֵַ֔לילָהְּ ַוי ִַ֖קפּוְּעַל־‬
֥ ָ‫ַח־שמ‬
֛ ָ ‫וַישל‬
:‫הָ ַֽעיר‬
vaishlaj-shámah susím vêréjev vêjáil kavéd; vaiavóu láilah, vaiaqífu 'al-ha'ír.

Y el rey envió allá gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales
llegaron de noche y rodearon la ciudad.
(15)
‫ה־ח֛ילְּסֹוב֥בְּאת־‬ַ ‫תְּאישְּ ָ ַֽהאֱֹלהיםּ֮ ְּלָקּוםְּ֒וַי ֹ֕צאְּוְּהנ‬ ֥ ‫ַָ֠ויַשכםְּמְּשָ ֹּ֨ר‬
:ְּ‫֥הְּנע ֲַֽשה‬
ַֽ ַ ָ‫רְּנע ֲ֥רֹוְּאלָ ֛יוְּא ֲָהּ֥הְּאֲדנִ֖יְּאיכ‬
ַֽ ַ ‫הָ ִ֖עירְּוְּ ַ֣סּוסְּו ָ ָָּ֑רכבְּו ַֹּ֨יאמ‬
váiashkem mêsharét ísh háelohim laqum vaietzé vêhineh-jáil sovév et-ha'ír
vêsús varájev; vaiómer ná'aró eláv aháĥ adoní eijáh ná'aséh .

Cuando el que servía al hombre de Elohim madrugó para partir y salió, he


aquí que un ejército tenía cercada la ciudad con gente de a caballo y carros.
Entonces su criado le dijo: –¡Ay, señor mío! ¿Qué haremos?
(16)
:‫רְּאֹותם‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
ִ֖ ‫נּוְּמא‬
ַֽ ‫ֲשרְּא ֵ֔ ָת‬
ַ֣ ‫יְּרבים֙ ְּא‬
ַ ‫אְּכ‬
ַׁ֤ ‫יר‬
ָּ֑ ָ ‫ו ִַ֖יאמרְּאַ ל־ת‬
vaiómer al-tirá; kí rabim ashér itánu, méashér otám.

Él le respondió: –No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros
que los que están con ellos.
(17)
ְּ‫אמרְּיה ֹ֕ ָוהְּפְּקַ ח־נָ ֥אְּאת־עינָ ִ֖יוְּוְּיר ָּ֑אהְּוַיפ ַ ַׁ֤קח‬ ַ ֵ֔ ‫וַיתפַלַׁ֤לְּאֱלישָ ע֙ ְּוַי‬
ְּ‫בְּאש‬ ִ֖ ‫אְּסּוסיםְּוְּ ֛רכ‬
֥ ‫יהוָה֙ ְּאת־עינַ֣יְּהַ ֵַ֔נעַ רְּ ַו ַָ֗יראְּוְּה ֹּ֨נהְּהָ ָ֜ ָהרְּמָ ֹּ֨ל‬
:ְּ‫ישע‬ ַֽ ָ ‫סְּב ֥יבתְּאֱל‬
vaitpalél elisha' vaiomár, Adonai pêqaj-ná et-'eináv vêiréh; vaifqáj Adonai et-
'einéi haná'ar, vaiár vêhinéh hahár malé susím vêréjev ésh sêvivót elishá' .

Entonces Elishá [Eliseo] oró diciendo: –Te ruego, oh Eterno, que abras sus
ojos para que vea. El Eterno abrió los ojos del criado, y éste miró; y he aquí
que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de
Elishá [Eliseo].
(18)
‫אמרְּהַ ְך־נָ ֥אְּאת־הַ גֹוי־‬
ַ ֵ֔ ‫ישעְּאל־יהוָה֙ ְּוַי‬ ַׁ֤ ָ ‫ֶ֣רדּוּ֮ ְּאלָיוְּ֒וַיתפ ַֹּ֨ללְּאֱל‬
ְּ ‫ו ַַֽי‬
:ְּ‫ישע‬ ַֽ ָ ‫הַ זִ֖הְּבַ סַ נו ָּ֑ריםְּ ַויַכ֥םְּבַ סַ נו ִ֖ריםְּכד ַב֥רְּאֱל‬
vaiérêdú elav vaitpalél elishá' el-Adonai vaiomár, haj-ná et-hagoy-hazéh
basanverím; vaiakém basanverím kidvár elishá' .

700
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 6

Y cuando los sirios descendieron hacia él, Elishá [Eliseo] oró al Eterno y dijo:
–Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera,
conforme a la palabra de Elishá [Eliseo].
(19)
ְּ‫ּוְּאח ַ ֲֵ֔רי‬
ַֽ ַ ַ֣‫אְּזהְּהָ עירְּ֒לְּכ‬
ַ֣ ‫עְּלאְּזַ֣הְּהַ דרְךּ֮ ְּוְּ ַ֣ל‬
ַ֣ ָָ֗‫ו ַֹּ֨יאמרְּאֲל ָ֜הםְּאֱליש‬
:‫םְּשמְּ ַֽרֹונָה‬ַֽ ‫ְךְּאֹות‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּתְּבַ ק ָּ֑שּוןְּו ַ֥יל‬ ַ֣ ‫אֹוליכָהְּאת ֵ֔כםְּאל־הָ ִ֖אישְּא‬
ַ֣ ְּ‫ו‬
vaiómer alehém elishá' ló zéh haderej vêló zóh ha'ir lêjú ájarái, vêolíjah etjém,
el-haísh ashér têvaqeshún; vaiólej otám shómêrónah.

Luego Elishá [Eliseo] les dijo: –Éste no es el camino, ni ésta es la ciudad.


Seguidme, y yo os guiaré a donde está el hombre que buscáis. Entonces los
guió a Shomrón [Samaria].
(20)
ְּ‫י־אלה‬ִ֖ ‫ת־עינ‬ ַֽ ‫םְּשמְּרֹוןְּ֒ו ַַ֣יאמרְּאֱלישֵָ֔ עְּיה ֹ֕ ָוהְּפְּ ַ ֥קחְּא‬
ַֽ ‫וַיהיּ֮ ְּכְּב ָ ַ֣א‬
:ְּ‫ֹוְךְּשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫יהםְּוַיר ֹ֕אּוְּוְּהנִ֖הְּבְּ ֥ת‬ ֵ֔ ‫וְּיר ָּ֑אּוְּוַיפ ַ ַׁ֤קחְּיהוָה֙ ְּאת־עַ֣ינ‬
vaihí kêvoám shómêron vaiómer elishá', Adonai pêqáj et-'éinei-éleh vêirú;
vaifqáj Adonai et-'éineihém, vairú vêhinéh bêtój shómêrón .

Y sucedió que cuando llegaron a Shomrón [Samaria], Elishá [Eliseo] dijo: –oh
Eterno, abre los ojos de éstos para que vean. El Eterno abrió sus ojos, y
miraron; y he aquí que se hallaban en medio de Shomrón [Samaria].
(21)
:‫םְּהאַ כ֥הְּאַ כִ֖הְּאָ ַֽבי‬
ַֽ ַ ‫ֹוְּאֹות‬
ָּ֑ ָ ‫ו ַַׁ֤יאמרְּ ַֽמלְך־יש ָראלְּ֙אל־אֱלישֵָ֔ עְּכרא ִ֖ת‬
vaiómer mélej-israel el-elishá', kirotó otám; háakéh akéh aví.

Cuando el rey de Israel los vio, preguntó a Elishá [Eliseo]: –¿Los mato, padre
mío? ¿Los mato?
(22)
ְּ֩‫ֲשרְּשָ ֛ביתָ ְּבְּחַ רבְּך֥ ְּּוַֽ בקַ שתְּךִ֖ ְּאַ ָ ַ֣תהְּמַ כָּ֑הְּשים‬ ֥ ‫הְּהא‬
ַֽ ַ ‫ְּלאְּתַ ֵ֔כ‬
ַ֣ ֙‫ו ַֹּ֨יאמר‬
:‫יהם‬ ַֽ ‫יהםְּוְּ ַֽיאכְּלּו֙ ְּוְּיש ֵ֔תּוְּוְּיַֽלְּכִ֖ ּוְּאל־א ֲַֽדנ‬ ָ֗ ‫ֹּ֨לחםְּו ָ֜ ַָמיםְּלפנ‬
vaiómer ló takéh, háashér shavíta bêjarbêjá úvqashtêjá atáh makéh; sim léjem
vamáim lifneihém vêiójêlú vêishtú, vêiélêjú el-adóneihém.

Él le respondió: –No los mates. ¿Matarías a los que tomas cautivos con tu
espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua para que coman y
beban, y se vuelvan a su señor.
(23)
‫ּוְּוֶַֽ֣ישַ לְּ ֵ֔חםְּוַיַֽלְּכִ֖ ּוְּאל־‬
ַ ‫וַיכ ֹּ֨רהְּל ָָ֜הםְּכ ָ ַ֣רהְּגְּדֹו ָָ֗להְּו ַַֽיאכְּלּו֙ ְּוַיש ֵ֔ת‬
‫פ‬:‫דּודיְּא ָ ֲֵ֔רםְּל ִָ֖בֹואְּבְּ ֥ארץְּיש ָר ַֽאל‬ ַ֣ ְּ‫א ֲַֽדניהָּ֑םְּוְּלא־יָ ַׁ֤ספּוְּעֹוד֙ ְּג‬
701
6 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaijréh lahém keráh gêdoláh vaiójêlú vaishtú, váishalêjém, vaiélêjú el-


adóneihém; vêlo-iásfu 'od gêdudéi arám, lavó bêéretz israél.

Entonces les hizo un gran banquete. Y cuando habían comido y bebido, los
dejó ir; y se volvieron a su señor. Y las bandas armadas de Siria no volvieron
a hacer incursiones en la tierra de Israel.
(24)
ְּ‫ל־מחֲנָּ֑הּוְּ ַו ַֹ֕יעַל‬
ַֽ ַ ְּ‫דְּמלְך־א ָ ֲִ֖רםְּאת־כ‬
ַֽ ‫י־כןְּוַיק ֛בץְּבן־ה ַ ֲ֥ד‬ ֵ֔ ‫ְּאחֲר‬
ַֽ ַ ֙‫ַוֶַֽ֣יהי‬
:‫ַל־שמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫וַיָ ִ֖צַ רְּע‬
váihí ájarei-jén, vaiqbótz ben-hadád mélej-arám et-kol-májanéhu; vaiá'al
vaiátzar 'al-shómêrón.

Aconteció después de esto que Ben-hadad, rey de Siria, reunió todo su


ejército, y subió y sitió a Shomrón [Samaria].
(25)
ְּ ֙‫יְּרעָ ַׁ֤בְּגָדֹולְּ֙בְּ ַ֣שמ ֵ֔רֹוןְּוְּהנִ֖הְּצָ ַ֣ריםְּעָלָּ֑יהָ ְּעַ ַ֣דְּהֱיַׁ֤ ֹותְּראש־חֲמֹור‬
ָ ‫וַי ֹּ֨ה‬
:‫ה־כסף‬
ַֽ ָ ָ‫ַ֣יםְּכסףְּוְּ ֛רבַ עְּהַ ַ ֥קבְּחריְּ(דב־)ְּיֹונִ֖יםְּ ַ ַֽבחֲמש‬ ֵ֔ ‫בשמנ‬
vaihí ra'áv gadol bêshómrón, vêhinéh tzarím 'aléiha; 'ád heíot rosh-jamor
bishmoním késef, vêróva' haqáv jri (div-) ioním bájamishah-jásef.

Y he aquí que mientras la tenían sitiada, había mucha hambre en Shomrón


[Samaria], tanto que la cabeza de un asno era vendida por 80 siclos de plata, y
la cuarta parte de un cab de estiércol de paloma por 5 siclos de plata.
(26)
ְּ‫אמר‬
ֵ֔ ‫הְּצע ָ ֲַׁ֤קהְּאלָיו֙ ְּל‬
ַֽ ָ ָָ֗‫ַל־הח ָ ָּ֑מהְּוְּאש‬
ַֽ ַ ‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔אלְּעבִ֖רְּע‬
ַ֣ ֙‫ַוֶַֽ֣יהי‬
:‫הֹושיעָהְּאֲדנ֥יְּהַ ַֽמלְך‬
ִ֖
váihí mélej israél, 'ovér 'al-hájomáh; vêisháh tzá'aqáh elav lemór, hoshí'ah
adoní hamélej.

Sucedió que cuando el rey de Israel pasaba por el muro, una mujer gritó
diciéndole: –¡Socórreme, oh mi señor el rey!
(27)
:ְּ‫ןְּאֹוְּמן־הַ ָ ַֽיֶ֣קב‬
֥ ‫ןְּאֹושיעְָּ֑ךְּהֲמן־הַ ִ֖גר‬
ַֽ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאַ ל־יַֽ ֹושעְַ֣ךְּיה ֵ֔ ָוהְּמ ַ ִ֖אי‬
vaiómer al-íoshi'éj Adonai, meáin óshi'éj; hamin-hagóren ó min-haiáqev .

Él dijo: –Si no te socorre el Eterno, ¿de dónde te he de socorrer yo? ¿De la


era, o del lagar?
(28)
ְּ‫אתְּאמְּ ָ ַ֣רהְּא ַָ֗ליְּתְּנַׁ֤י‬
ַֽ ָ ‫רְּהאשָֹּ֨ הְּהַ ָ֜ז‬
ַֽ ָ ‫ו ַַֽיאמר־לָ ּ֥הְּהַ ִ֖מלְךְּמַ ה־לָ ְָּ֑ךְּו ַָ֗תאמ‬
:‫את־בְּנְך֙ ְּוְּ ַֽנאכְּלַ֣נּוְּהַ יֵ֔ ֹוםְּוְּאת־בְּנִ֖יְּנאכַ ֥לְּמָ ָ ַֽחר‬
702
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 6

vaiómer-láĥ hamélej mah-láj; vatómer háisháh hazót ámêráh elái têní et-bênej
vênójêlénu haióm, vêet-bêní nojál majár.

–El rey añadió–: ¿Qué quieres? Ella respondió: –Esta mujer me dijo: 'Entrega
tu hijo para que lo comamos hoy, y mañana comeremos el mío.'
(29)
ְּ ֙‫ֹוםְּהאַ ָ֗חרְּתְּנַׁ֤יְּאת־בְּנְך‬
ַֽ ָ ַ֣‫ָּ֑הּוְּוַֽא ֹּ֨ ַמרְּא ָ֜ליהָ ְּבַ י‬
ָ ‫וַנְּבַ ֥שלְּאת־בְּנִ֖יְּו ַַֽנאכְּל‬
:‫וְּ ַ֣נאכ ֵ֔לנּוְּוַתַ ח ִ֖באְּאת־בְּ ָנַּֽה‬
vanêvashél et-bêní vanójêléhu; váomár eléiha baióm háajér têní et-bênej
vênójlénu, vatajbí et-bênáĥ.

Cocimos, pues, a mi hijo y lo comimos. Al día siguiente yo le dije a ella:


'Entrega tu hijo para que lo comamos.' Pero ella ha escondido a su hijo.
(30)
ְּ‫יְּהאשָ ה֙ ְּוַיק ַ ַ֣רעְּאת־בְּג ֵ֔ ָָדיוְּוְּ ִ֖הּואְּעבַ֣ר‬
ַֽ ָ ‫וַיהיְּ֩כש ֹּ֨מעְַּהַ ָ֜מלְךְּאת־דב ַׁ֤ר‬
:‫ַל־הח ָ ָּ֑מהְּוַיַ ֶַ֣֣ראְּהָ ֵָ֔עםְּוְּהנ֥הְּהַ ַ ֛שקְּ ַעל־בְּשָ ִ֖רֹוְּמ ָ ַֽבית‬
ַֽ ַ ‫ע‬
vaihí jishmó'a hamélej et-divréi háishah vaiqrá' et-bêgadáv, vêhú 'ovér 'al-
hájomáh; vaiár ha'ám, vêhinéh hasáq 'al-bêsaró mibáit.

Sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestiduras y
pasaba así por el muro. Entonces el pueblo miró, y he aquí que debajo llevaba
cilicio sobre su cuerpo.
(31)
ְּ‫ישע‬
ֵ֧ ָ ‫דְּראשְּאֱל‬
ַ֣ ‫ףְּאם־ ַיע ֲָּ֞מ‬
ַֽ ‫הְּיֹוס‬
ָּ֑ ‫ֱֹלהיםְּוְּ ַ֣כ‬
ִ֖ ‫ה־ליְּא‬
֥ ‫רְּכה־ ַיעֲש‬ ַֽ ‫ו ַֹ֕יאמ‬
:ְּ‫בן־שָ פָ ֛טְּעָלָ ִ֖יוְּהַ יַֽ ֹום‬
vaiómer kóh-ia'aseh-lí elohím vêjóh iosíf; ím-ia'amód rósh elishá' ben-shafát
'aláv haióm .

Luego dijo: –¡Así me haga Elohim y aun me añada, si la cabeza de Elishá


[Eliseo] hijo de Safat queda hoy en su lugar!
(32)
ְּ‫חְּאישְּמלְּ ָפ ָָ֗ניו‬ָ֜ ‫ִ֖יםְּישְּ ַ֣ביםְּא ָּ֑תֹוְּוַיש ַֹּ֨ל‬
ַֽ ‫ַֽואֱלישָ ע֙ ְּי ַ֣שבְּבְּב ֵ֔יתֹוְּוְּהַ זְּקנ‬
‫ְּכי־‬
ַֽ ֙‫בְּ ַ֣טרםְּיָבאְּ֩הַ מַ ל ֹּ֨ ָאְךְּא ָָ֜ליוְּוְּ ַ֣הּואְּ׀ְּאָ ַ ַ֣מרְּאל־הַ זְּק ָ֗ניםְּהַ ְּראיתם‬
ְּ‫יְּר ַ֣אּוְּ׀ְּכְּ ַ֣באְּהַ מַ ל ָ֗ ָאְך‬
ְּ ‫אש‬ֵ֔ ‫ן־המְּ ַרצַׁ֤חַ ְּהַ זה֙ ְּלְּהָ ַ֣סירְּאת־ר‬
ַֽ ַ ‫שָ ַָּ֞לחְּב‬
:‫ִ֖יוְּאח ָ ֲַֽריו‬
ַֽ ַ ָ‫ֹולְּרגל֥יְּאֲדנ‬
ַ ‫ֹואְּק‬ ֛ ‫סג ַׁ֤רּוְּהַ ֹּ֨דלת֙ ְּּולחַ צ ַׁ֤תםְּאתֹו֙ ְּבַ ֵ֔דלתְּה ֲָ֗ל‬
véelisha' ioshév bêveitó, vêhazêqením ióshêvím itó; vaishláj ísh milêfanáv
bêtérem iavo hamaláj eláv vêhú | amár el-hazêqením harêitem kí-shaláj ben-
hámêratzéaj hazeh lêhasír et-roshí, rêú | kêvó hamaláj sigrú hadélet uljatztém

703
6, 7 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

otó badélet, haló qól ragléi adonáv ájaráv.

Elishá [Eliseo] estaba sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con
él, cuando el rey envió a uno de sus hombres. Pero antes que el mensajero
llegase a él, Elishá [Eliseo] dijo a los ancianos: –¿Veis cómo este hijo de
homicida envía para que me quiten la cabeza? Mirad, pues, y cuando llegue el
mensajero, cerrad la puerta e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido
de los pasos de su señor?
(33)
ְּ‫ה־זאת‬
ַׁ֤ ‫עֹודנּו֙ ְּמְּדַ בַ֣רְּע ֵ֔ ָמםְּוְּהנ֥הְּהַ מַ ל ָ ִ֖אְךְּי ַ֣רדְּאלָ ָּ֑יוְּו ַָ֗יאמרְּהנ‬
ֹּ֨
‫ פ‬:ְּ‫ילְּליהוָ ִ֖הְּעַֽ ֹוד‬ ַֽ ַ ‫ה־אֹוח‬ ֥ ‫הְּמ‬
ַֽ ָ ‫ָ ַֽה ָרעָה֙ ְּמ ַ֣אתְּיה ֵ֔ ָו‬
'odénú mêdabér 'imám, vêhinéh hamaláj ioréd eláv; vaiómer hineh-zót hára'ah
meét Adonai, máh-ojíl láAdonai 'ód .

Mientras él estaba hablando con ellos, he aquí que el mensajero descendía


hacia él y dijo: '¡Ciertamente este mal proviene del Eterno! ¿Qué puedo aún
esperar del Eterno?'

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 7


(1)
ְּ ֙‫ָּ֑הְּכהְּ׀ְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ָ֗ ָוהְּכָעַׁ֤תְּ׀ְּמָ חָ ר‬
ַ֣ ָ‫ו ַַ֣יאמרְּאֱלישֵָ֔ עְּשמעִ֖ ּוְּדְּבַ ר־יהו‬
:ְּ‫ַרְּשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫אתיםְּשְּע ֛ריםְּבְּ ִ֖שקלְּבְּ ַ ֥שע‬ ֵ֧ ַ ָ‫ה־סלתְּבְּ ָ֗שקלְּוְּס‬
ַ֣ ָ‫סְּא‬
vaiómer elishá', shim'ú dêvar-Adonai; kóh | amár Adonai ka'ét | majar sêah-
sólet bêshéqel vêsatáim sê'orím bêshéqel bêshá'ar shómêrón .

Entonces Elishá [Eliseo] dijo: –Oíd la palabra del Eterno: Así ha dicho el
Eterno: 'Mañana a estas horas, en la puerta de Shomrón [Samaria], se venderá
una medida de harina refinada por un siclo, y dos medidas de cebada por un
siclo.'
(2)
ְּ ּ֮‫ישְּהאֱֹלהים‬
ַֽ ָ ‫ת־א‬ ַ֣ ‫וַיַ ַ֣עַןְּהַ שָ ַּ֡לישְּאֲשר־לַמלְךְּ֩נש ָֹּ֨עןְּעַל־יָדָ֜ ֹוְּא‬
ְּ‫וַיאמַ רְּ֒הנַ֣הְּיה ָ֗ ָוהְּע ַׁ֤שהְּאֲרֻ בֹות֙ ְּבַ שָ ֵ֔ ַמיְּםְּה ֲַֽיהְּיִ֖הְּהַ דָ ָבַ֣רְּהַ זָּ֑הְּו ַָ֗יאמר‬
‫ פ‬:ְּ‫אכל‬ ַֽ ‫םְּלאְּת‬֥ ‫הנְּכָ ַׁ֤הְּראה֙ ְּבְּע ֵ֔יניךְּּומ ָ ִ֖ש‬
vaiá'an hashalísh asher-lamelej nish'án 'al-iadó et-ísh háelohim vaiomar hinéh
Adonai 'oséh arubot bashamáim, haíhêiéh hadavár hazéh; vaiómer hinêjáh
roeh bê'einéja, umishám ló tojél .

El comandante, en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de


Elohim y dijo: –He aquí, aun cuando el Eterno hiciese ventanas en los cielos,

704
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 7

¿sería esto posible? Y él dijo: –¡He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero no
comerás de ello!
(3)
‫ְּאישְּאל־‬
ַ֣ ֙‫וְּאַ רבָ עָ ֵ֧הְּ ֲאנ ָ֛שיםְּהָ י֥ ּוְּמְּ ַֽצ ָר ִ֖עיםְּפַ֣תַ חְּהַ ָ ָּ֑שעַרְּו ַַֽיאמְּרּו‬
:‫ַד־מתְּנּו‬
ַֽ ָ ‫יםְּפהְּע‬
ִ֖ ‫נּוְּישְּ ֥ב‬ ַֽ ‫הּוְּמהְּ ֲאנַ ֛ח‬
ָ ָ֗ ‫ר ֵ֔ע‬
vêarba'áh anashím haíu mêtzóra'ím pétaj hashá'ar; vaiómêrú ísh el-re'éhu, máh
anájnu ióshêvím póh 'ad-mátênu.

Había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta de la ciudad, los


cuales se dijeron unos a otros: –¿Para qué nos quedamos aquí hasta morir?
(4)
ְּ‫נּוְּפה‬
ִ֖ ‫אם־אָ מַ רנּוְּ֩נ ָֹּ֨בֹואְּהָ ָ֜עירְּוְּ ָ ַֽה ָרעָ ַׁ֤בְּבָ עיר֙ ְּו ַ ַָ֣מתנּוְּשֵָ֔ םְּוְּאם־י ַ ָ֥שב‬
‫ַ֣נּוְּנחְּ ֵ֔יהְּוְּאם־‬
ַֽ ‫ל־מחֲנַ֣הְּאֲ ָ ֵ֔רםְּאם־יְּחַ ֻי‬
ַֽ ַ ‫ו ָ ָָּ֑מתנּוְּוְּע ָ֗ ַָתהְּלְּכּו֙ ְּוְּנפְּלָה֙ ְּא‬
:‫יתִ֖נּוְּו ָ ַָֽמתְּנּו‬
ֻ ‫יְּמ‬
im-amarnú navó ha'ír vêhára'áv ba'ir vamátnu shám, vêim-iashávnu fóh
vamátnu; vê'atáh lêjú vênipêlah el-májanéh arám, im-iêjaiúnu níjêiéh, vêim-
iêmitúnu vamátênu.

Si decimos: 'Entremos en la ciudad', el hambre está en la ciudad, y moriremos


allí; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Ahora pues, vayamos y
pasemos al campamento de los sirios. Si nos conceden la vida, viviremos; y si
nos matan, moriremos.
(5)
ְּ‫ְּמחֲנַ֣הְּא ָ ֲֵ֔רם‬
ַֽ ַ ֙‫ל־מחֲנַ֣הְּא ָ ֲָּ֑רםְּ ַוי ָָ֗באּוְּעַד־קְּצה‬
ַֽ ַ ‫ַוי ֻ ַָ֣קמּוְּבַ ֵ֔נשףְּל ִָ֖בֹואְּא‬
:‫םְּאיש‬
ַֽ ‫ין־ש‬ ִ֖ ָ ‫֥הְּא‬
ַֽ ‫וְּהנ‬
vaiaqúmu vanéshef, lavó el-májanéh arám; vaiavóu 'ad-qêtzeh májanéh arám,
vêhinéh éin-shám ísh.

Al anochecer se levantaron para ir al campamento de los sirios. Y cuando


llegaron a un extremo del campamento de los sirios, he aquí que no había
nadie allí.
(6)
ְּ‫ֹולְּחַ֣יל‬
ַ ‫ּוסְּק‬
ִ֖ ‫ֹולְּס‬
ֵ֔ ‫ֹולְּרכב֙ ְַּ֣ק‬ ֹּ֨ ‫םְּק‬ ֥ ‫ת־מחֲנַ֣הְּא ָ ֲָ֗ר‬
ַֽ ַ ‫ַוַֽאד ָָּ֞ניְּ הש ַ֣מיעְַּ׀ְּא‬
‫ְּ֩מלְךְּיש ָר ָ֜אלְּאת־‬
ֹּ֨ ‫ַ֣הְּשכַר־עָלינּו‬ ַֽ ָ ‫ּוְּאישְּאל־אָ ָ֗חיוְּהנ‬ ַ֣ ‫ג ָָּ֑דֹולְּו ַַֽיאמְּ ָּ֞ר‬
:‫ֵ֧יְּהח ֛תיםְּוְּאת־מַ לכ֥יְּמצ ַ ִ֖ריםְּל ָ֥בֹואְּע ַָֽלינּו‬ ַֽ ַ ‫מַ לכ‬
vádonái hishmí'a | et-májanéh arám qól réjev qól sús, qól jáil gadól; vaiómêrú
ísh el-ajív hinéh sájar-'aleinú mélej israél et-maljéi hájitím vêet-maljéi
mitzráim lavó 'aléinu.

705
7 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Porque el Señor había hecho que en el campamento de los sirios se oyera el


estruendo de carros, el estruendo de caballos y el estruendo de un gran
ejército, y se dijeron unos a otros: 'He aquí, el rey de Israel ha contratado
contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios para que
vengan contra nosotros.'
(7)
‫ת־סּוסיהם֙ ְּוְּאת־‬
ַֽ ‫יהםְּוְּא‬ ָ֗ ‫ת־אהְּל‬
ַֽ ָ ‫ַויָקּומּוּ֮ ְּ ַויָנַ֣ ּוסּוְּבַ נשףְּ֒ו ַ ַַֽיעַז ַ֣בּוְּא‬
:‫ר־היאְּ ַו ָי ֻנ ִ֖סּוְּאל־נַפ ָ ַֽשם‬
ָּ֑ ‫ִ֖הְּכאֲש‬ַֽ ַ ‫םְּהמַ חֲנ‬
ַֽ ַ ‫יה‬ ֵ֔ ‫ח ֲַ֣מר‬
vaiaqumú vaianúsu vaneshef vaiá'azvú et-áholeihém vêet-súseihem vêet-
jamóreihém, hámajanéh káasher-hí; vaianúsu el-nafshám.

Así que se habían levantado y huido al anochecer dejando sus tiendas, sus
caballos, sus asnos y el campamento intacto. Y habían huido para salvar sus
vidas.
(8)
ְּ ֙‫ל־אהלְּאחָ ד‬ ַׁ֤ ‫ַ֣הְּהמַ ח ֲָ֗נהְּ ַוי ָָ֜באּוְּא‬ַֽ ַ ‫ְּ֩המְּצ ָר ֹּ֨עיםְּהָ ָ֜אלהְּעַד־קְּצ‬ ַֽ ַ ‫ַויָבאּו‬
ְּ‫ו ַַֽיאכְּלַ֣ ּוְּוַיש ֵ֔תּוְּוַיש ַ֣אּוְּמשָָ֗ םְּכַׁ֤סףְּוְּזָהָ ב֙ ְּּובג ֵָ֔דיםְּוַיַֽלְּכִ֖ ּוְּ ַויַט ָּ֑מנּו‬
:‫ל־אהלְּאַ ֵ֔חרְּוַיש ַ֣אּוְּמְּשֵָ֔ םְּוַיַֽלְּכִ֖ ּוְּ ַויַט ַֽמנּו‬ ַ֣ ‫ַויָשָֻ֗ בּוְּ ַוי ָֹּ֨באּו֙ ְּא‬
vaiavoú hámêtzora'ím haéleh 'ad-qêtzéh hámajanéh vaiavóu el-óhel ejad
vaiójêlú vaishtú, vaisú mishám késef vêzahav uvgadím, vaiélêjú vaiatmínu;
vaiashúvu vaiavóú el-óhel ajér, vaisú mishám, vaiélêjú vaiatmínu.

Cuando estos leprosos llegaron al extremo del campamento, entraron en una


tienda, comieron y bebieron y tomaron de allí plata, oro y ropa; y fueron y los
escondieron. Luego regresaron y entraron en otra tienda; también de allí
tomaron, y fueron y lo escondieron.
(9)
‫ְּ֩אישְּאל־ר ָ֜עהּוְּלא־כַ֣ןְּ׀ְּאֲנַ ַ֣חנּוְּע ָ֗שיםְּהַ יַׁ֤ ֹוםְּהַ זה֙ ְּיֹום־‬ ֹּ֨ ‫ו ַַֽיאמְּרּו‬
ְּ‫ַד־אֹורְּהַ ִ֖בקרְּּומצָ ָ ַ֣אנּוְּעָוָּ֑ ֹון‬
֥ ‫ּואְּואֲנַ ַ֣חנּוְּמַ ח ָ֗שיםְּוְּח ֛כינּוְּע‬
ַֽ ַ ‫הְּה‬ ֵ֔ ‫בְּש ָ ַ֣ר‬
:‫הְּביתְּהַ ַֽמלְך‬ ֥ ָ‫וְּעַתָ ה֙ ְּלְּכַ֣ ּוְּוְּנ ֵָ֔באָ הְּוְּנַגִ֖יד‬
vaiómêrú ísh el-re'éhu lo-jén | anájnu 'osím haióm hazeh iom-bêsoráh hú,
váanájnu majshím vêjikínu 'ad-ór habóqer umtzaánu 'avón; vê'atah lêjú
vênavóah, vênagídah béit hamélej.

Luego se dijeron unos a otros: –No estamos haciendo bien. Hoy es día de
buenas nuevas, y nosotros estamos callados. Si esperamos hasta la luz de la
mañana, nos alcanzará la maldad. Ahora pues, vayamos, entremos y demos la
noticia a la casa del rey.

706
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 7

(10)
ְּ‫ל־מחֲנַ֣ה‬
ַֽ ַ ‫אמרְּבָֹּ֚ אנּוְּא‬ ֵ֔ ‫אּוְּוֶַֽ֣יקרְּאּוּ֮ ְּאל־שעַ֣רְּהָ עירְּ֒ ַויַגַׁ֤ידּוְּלָהם֙ ְּל‬
ַ ‫ַוי ָָ֗ב‬
ְּ‫םְּכיְּאם־הַ ַׁ֤סּוסְּאָ סּור֙ ְּוְּ ַ ַֽהח ֲַ֣מֹור‬
ַ֣ ‫םְּאישְּוְּ ַ֣קֹולְּאָ ָ ָּ֑ד‬
ִ֖ ‫ין־ש‬
֛ ָ ‫ֵ֧הְּא‬
ַֽ ‫א ָ ֲֵ֔רםְּוְּהנ‬
:‫ר־המָ ה‬
ַֽ ‫יםְּכאֲש‬
ַֽ ַ ‫אָ ֵ֔סּורְּוְּ ַֽאהָ ִ֖ל‬
vaiavóu váiqrêú el-sho'ér ha'ir vaiagídu lahem lemór, bánu el-májanéh arám,
vêhinéh éin-shám ísh vêqól adám; kí im-hasús asur vêhájamór asúr, vêóhalím
káasher-hémah.

Entonces fueron y dieron voces a los porteros de la ciudad, y les informaron


diciendo: –Fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no había nadie,
ni la voz de nadie, sino sólo caballos y asnos atados; y las tiendas estaban
intactas.
(11)
:‫וַיק ָ ִ֖ראְּהַ ַֽשע ֲָּ֑ריםְּ ַוי ַֹ֕גידּוְּב֥יתְּהַ ִ֖מלְךְּפְּ ַֽנימָ ה‬
vaiqrá hashó'arím; vaiagídu béit hamélej pênímah.

Los porteros lo proclamaron y lo anunciaron dentro de la casa del rey.


(12)
‫םְּאתְּאֲשר־‬ ֛ ‫ַו ָֹּ֨יקְּםְּהַ ָ֜מלְךְּ ַָ֗לילָהְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאל־עֲבָ ֵ֔ ָדיוְּאַ ַֽגידָ ה־נָ ַ֣אְּל ֵָ֔כ‬
ְּ‫ן־המַ חֲנה֙ ְּלְּ ַֽהחָ בַׁ֤ה‬
ַֽ ַ ‫י־רע ַ֣ביםְּ ֲא ַָ֗נחנּוְּוַיַֽצְּ ַׁ֤אּוְּמ‬
ְּ ‫ּוְּכ‬
ַֽ ‫םְּיֶ֣דְּ ָּ֞ע‬
ַֽ ָ ‫עָ ֥שּוְּלָ ִ֖נּוְּא ָ ֲָּ֑ר‬
‫רְּכי־יצ ַׁ֤אּוְּמן־הָ עיר֙ ְּוְּנתפְּ ַ֣שםְּחַ ֵ֔ייםְּוְּאל־‬ ַֽ ‫אמ‬ֵ֔ ‫בהשדהְּ(בַ שָ דה֙ )ְּל‬
:‫הָ ִ֖עירְּנ ַָֽבא‬
vaiáqom hamélej láilah vaiómer el-'avadáv, agídah-ná lajém, ét asher-'ásu lánu
arám; iádê'ú kí-rê'evím anájnu vaiétzêú min-hámajaneh lêhéjavéh vhsdh
(vasadeh) lemór, kí-ietzú min-ha'ir vênitpêsém jaím, vêel-ha'ír navó.

Entonces el rey se levantó de noche y dijo a sus servidores: –Yo os diré lo que
nos han hecho los sirios: Ellos saben que tenemos hambre y han salido de sus
tiendas para esconderse en el campo diciendo: 'Cuando salgan de la ciudad,
los prenderemos vivos y entraremos en la ciudad.'
(13)
ְּ ּ֮‫דְּמעֲבָ ָ֜ ָדיוְּו ַָ֗יאמרְּוְּיקחּו־ ָָּ֞נאְּחֲמ ָ ַ֣שהְּמן־הַ סּוסים‬
ַֽ ‫ַו ַי ַעןְּ֩א ֹּ֨ ָח‬
ְּ֙‫ֲשרְּנשאֲרּו־בָ ּהְּ֒ה ָָ֗נםְּכְּכְּל־ההמוןְּ(ה ֲַׁ֤מֹון)ְּיש ָראל‬ ַ֣ ‫ַ ַֽהנשאָ ריםּ֮ ְּא‬
ְּ‫ר־תמּוְּוְּנשלְּ ָחִ֖ה‬
ָּ֑ ָ ‫ֲרּו־בּהְּה ָֹ֕נםְּכְּכְּל־ה ֲ֥מֹוןְּיש ָר ִ֖אלְּאֲש‬
ָ ֵ֔ ‫ֲשרְּנשא‬ ַ֣ ‫א‬
:‫וְּנר ַֽאה‬
vaia'an ejád mé'avadáv vaiómer vêiqju-ná jamisháh min-hasusim hánisharim
ashér nisharu-vaĥ hinám kêjol-hhmvn (hamón) israel ashér nisharu-váĥ,

707
7 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

hinám kêjol-hamón israél asher-támu; vênishlêjáh vêniréh.

Entonces intervino uno de sus servidores y dijo: –Que se tomen cinco de los
caballos que han quedado en la ciudad [a los que quedan les sucederá como a
toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; les sucederá como a toda la
multitud de Israel que ya ha perecido], y mandemos a ver.
(14)
ְּ‫אמר‬
ִ֖ ‫יְּמחֲנה־א ָ ֲ֛רםְּל‬
ַֽ ַ ‫ְךְּאח ֲֵ֧ר‬
ַֽ ַ ‫בְּסּוסיםְּוַיש ַֹּ֨לחְּהַ ָ֜מל‬
ָּ֑ ‫ִ֖יְּרכ‬
ַ֣ ‫וַיק ֹ֕חּוְּשְּנ‬
:‫לְּכ֥ ּוְּּור ַֽאּו‬
vaiqjú shênéi réjev susím; vaishláj hamélej ájaréi májaneh-arám lemór lêjú
urú.

Tomaron, pues, dos carros tirados por caballos; y el rey envió mensajeros tras
el ejército de los sirios, diciéndoles: –Id y ved.
(15)
ְּ‫ּוְּאחֲריהםּ֮ ְּעַד־הַ יַרדןְּ֒וְּהנַ֣הְּכְּל־הַ ָ֗דרְךְּמְּל ָ ַׁ֤אהְּבְּגָדים֙ ְּוְּכ ֵ֔לים‬ ַֽ ַ ַ֣‫וַיַֽלְּכ‬
ְּ‫אֲשר־הש ֥ליכַֽ ּוְּא ָ ֲִ֖רםְּבהחפזםְּ(בְּחְּפזָ ָּ֑ם)ְּ ַויָשֹֻּ֨ בּו֙ ְּהַ מַ לאָ ֵ֔כיםְּ ַויַגִ֖דּו‬
:‫ל ַַֽמלְך‬
vaiélêjú ájareihem 'ad-haiarden vêhinéh jol-hadérej mêleáh vêgadim vêjelím,
asher-hishlíjú arám vhjfzm (bêjofzám); vaiashúvú hamalajím, vaiagídu
lamélej.

Fueron tras ellos hasta el Jordán, y he aquí que todo el camino estaba lleno de
prendas de vestir y equipo que los sirios habían arrojado en su
apresuramiento. Los mensajeros volvieron e informaron al rey.
(16)
ְּ‫אתים‬
ֵ֧ ַ ָ‫ה־סלתְּבְּ ָ֗שקְּלְּוְּס‬
ָ֜ ָ‫תְּמחֲנַ֣הְּא ָ ֲָּ֑רםְּוַי ֹּ֨היְּסְּא‬
ַֽ ַ ‫זּוְּא‬
ִ֖ ‫וַיצַ֣אְּהָ ֵָ֔עםְּ ַוי ָֹ֕ב‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫שְּע ֛ריםְּבְּ ִ֖שקלְּכד ַב֥רְּי‬
vaietzé ha'ám, vaiavózu ét májanéh arám; vaihí sêah-sólet bêshéqel vêsatáim
sê'orím bêshéqel kidvár Adonai .

Entonces el pueblo salió y saqueó el campamento de los sirios. Y sucedió que


se vendía una medida de harina refinada por un siclo, y dos medidas de
cebada por un siclo, conforme a la palabra del Eterno.
(17)
ְּ‫וְּהַ מלְךְּ֩הפ ֹּ֨קידְּאת־הַ שָ ָ֜לישְּאֲשר־נשעָ ַׁ֤ןְּעַל־יָדֹו֙ ְּעַל־הַ שֵַ֔ עַר‬
ְּ‫ֲשרְּד ֵ֔בר‬
ַ֣ ‫ֱֹלהיםְּא‬ֵ֔ ‫ישְּהא‬ַֽ ָ ‫ְּא‬
ַ֣ ֙‫ֲשרְּדבר‬ ַׁ֤ ‫וַירמְּסֻ ֵ֧הּוְּהָ עָ ֛םְּבַ ַ ִ֖שעַרְּ ַוי ָָּ֑מתְּ ַ ַֽכא‬
:ְּ‫בְּ ֥רדתְּהַ ִ֖מלְךְּא ָ ַֽליו‬

708
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 7, 8

vêhamelej hifqíd et-hashalísh asher-nish'án 'al-iadó 'al-hashá'ar, vairmêsúhu


ha'ám bashá'ar vaiamót; káashér diber ísh háelohím, ashér dibér, bêrédet
hamélej eláv .

El rey puso a cargo de la puerta de la ciudad a aquel comandante en cuyo


brazo se apoyaba. Pero el pueblo lo atropelló junto a la puerta; y murió,
conforme a lo que había dicho el hombre de Elohim cuando el rey fue a él.
(18)
ְּ‫אתיםְּשְּע ָ֜רים‬ ַ ֹּ֨ ָ‫אמרְּס‬
ָּ֑ ‫ֱֹלהיםְּאל־הַ ִ֖מלְךְּל‬ ֵ֔ ‫ישְּהא‬ ַֽ ָ ‫ְּא‬ ַ֣ ֙‫וַי ָ֗היְּכְּדַ בר‬
:ְּ‫ַרְּשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫לְּיהיה֙ ְּכָעַ֣תְּמָ ֵ֔ ָחרְּבְּ ַ ִ֖שע‬
ַֽ ‫ה־סלת֙ ְּבְּ ֵ֔שק‬ֹּ֨ ָ‫בְּ ָ֗שקלְּּוַֽ סא‬
vaihí kêdaber ísh háelohím, el-hamélej lemór; satáim sê'orím bêshéqel úsah-
sólet bêshéqel, íhieh ka'ét majár, bêshá'ar shómêrón .

Sucedió, pues, tal como el hombre de Elohim había hablado al rey, diciendo:
'Mañana a estas horas, en la puerta de Shomrón [Samaria], se venderán dos
medidas de cebada por un siclo y una medida de harina refinada por un siclo.'
(19)
ְּ ֙‫ישְּהאֱֹלהיםּ֮ ְּוַיאמַ רְּ֒וְּהנַ֣הְּיה ָ֗ ָוהְּע ַׁ֤שהְּאֲרֻ בֹות‬ַֽ ָ ‫ת־א‬ ַ֣ ‫ַו ַֹּ֨יעַןְּהַ שָ ָ֜לישְּא‬
ְּ‫בַ שָ ֵ֔ ַמיםְּה ֲַֽיהְּיִ֖הְּכַדָ ָבַ֣רְּהַ זָּ֑הְּו ַָ֗יאמרְּהנְּךַׁ֤ ְּראה֙ ְּבְּע ֵ֔יניךְּּומ ָ ִ֖שםְּ ֥לא‬
:ְּ‫אכל‬ ַֽ ‫ת‬
vaiá'an hashalísh et-ísh háelohim vaiomar vêhinéh Adonai 'oséh arubot
bashamáim, haíhêiéh kadavár hazéh; vaiómer hinêjá roeh bê'einéja, umishám
ló tojél .

Aquel comandante había respondido al hombre de Elohim y había dicho: 'He


aquí, aun cuando el Eterno hiciese ventanas en los cielos, ¿sería esto posible?'
Y Elishá [Eliseo] le había dicho: '¡He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero
no comerás de ello!'
(20)
‫ ס‬:‫ַוֶַֽ֣יהי־לִ֖ ֹוְּכָּ֑ןְּוַירמְּ ֹּ֨סּוְּא ֥תֹוְּהָ עָ ֛םְּבַ ַ ִ֖שעַרְּ ַוי ַָֽמת‬
váihi-ló kén; vairmêsú otó ha'ám bashá'ar vaiamót.

Y así le ocurrió, porque el pueblo lo atropelló junto a la puerta, y murió.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 8


(1)
ְּ ֙‫רְּקּומיְּּולכי‬ַׁ֤ ‫אמ‬ ָ֗ ‫ר־ה ֱח ָֹּ֨יהְּאת־בְּ ָָ֜נּהְּל‬
ַֽ ‫ל־האשָ הְּ֩אֲש‬ ַֽ ָ ‫ַֽואֱלישַָּ֡ עְּדבַ֣רְּא‬
‫ְּל ָר ֵָ֔עבְּוְּגַם־‬
ַֽ ָ ֙‫יְּכי־קָ ָ ַׁ֤ראְּיהוָה‬
ַֽ ‫ֲשרְּתָ גָּ֑ ּור‬
ַ֣ ‫יְּבא‬
ַֽ ַ ‫אתיְּ(את)ְּּוב ֵ֔יתְךְּוְּגִ֖ ּור‬
ַ֣ ַ
:ְּ‫ץְּשבַ עְּשָ ַֽנים‬ ֥ ‫ָב֥אְּאל־הָ ָ ִ֖אר‬
709
8 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

véelishá' dibér el-háishah asher-héjeiáh et-bênáĥ lemór qúmi uljí ti (át)


uveitéj, vêgúri báashér tagúri; kí-qará Adonai lára'áv, vêgam-bá el-haáretz
shéva' shaním .

Elishá [Eliseo] habló a aquella mujer a cuyo hijo había hecho revivir,
diciendo: –Levántate tú con toda tu familia y ve a residir donde puedas, pues
el Eterno ha llamado al hambre, y vendrá sobre la tierra durante siete años.
(2)
ְּ‫יתּהְּו ָ ַ֥תגְּר‬
ָ ֵ֔ ‫יאְּּוב‬
ְּ֙ ‫ֱֹלהיםְּו ַַׁ֤תלְךְּה‬
ָּ֑ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ִ֖רְּא‬
ַ֣ ‫ְּהאשֵָ֔ הְּו ֹ֕ ַַתעַשְּכד ַב‬
ַֽ ָ ֙‫ו ֹּ֨ ַָתקָ ם‬
:ְּ‫יםְּשבַ עְּשָ ַֽנים‬
֥ ‫בְּ ַֽארץ־פְּלש ִ֖ת‬
vatáqam háisháh, vatá'as kidvár ísh háelohím; vatélej hi uveitáĥ, vatágor
bêéretz-pêlishtím shéva' shaním .

Entonces la mujer se levantó e hizo como le dijo el hombre de Elohim. Ella


con su familia partió y se fue a residir en la tierra de los filisteos durante siete
años.
(3)
ְּ ֙‫בְּהא ָ ִ֖שהְּמ ַ֣ארץְּפְּלש ָּ֑תיםְּוַתצא‬
ַֽ ָ ְּ‫ְּשבַ עְּשָ ֵ֔ניםְּו ָ ַ֥תש‬
ַ֣ ֙‫וַי ָ֗היְּמקצה‬
:‫יתּהְּוְּאל־שָ ָ ַֽדּה‬ ִ֖ ָ ‫לצ ַ֣עקְּאל־הַ ֵ֔מלְךְּאל־ב‬
vaihí miqtzeh shéva' shaním, vatáshov háisháh meéretz pêlishtím; vatetze
litz'óq el-hamélej, el-beitáĥ vêel-sadáĥ.

Y sucedió que cuando pasaron los siete años, la mujer volvió de la tierra de
los filisteos y fue a clamar al rey por su casa y por su campo.

(4)
ְּ‫ַ֣אְּלי‬
ֵ֔ ָ‫אמרְּסַ פְּ ָרה־נ‬
ָּ֑ ‫ֹלהיםְּל‬
ִ֖ ֱ‫יש־הא‬
ַֽ ָ ‫ל־גח ֲֵ֔זיְּנַ ֥עַרְּא‬
ַ֣ ‫וְּהַ ָ֗מלְךְּמְּדַ בר֙ ְּא‬
‫ ס‬:ְּ‫ישע‬ ַֽ ָ ‫ָשהְּאֱל‬
֥ ָ ‫֥אתְּכְּל־הַ גְּדלִ֖ ֹותְּאֲשר־ע‬
vêhamélej mêdaber el-géjazí, ná'ar ish-háelohím lemór; sapêrah-ná lí, ét kol-
hagêdolót asher-'asáh elishá' .

El rey estaba hablando con Guejazi, el criado del hombre de Elohim, y le


decía: –Cuéntame, por favor, todas las grandes cosas que ha hecho Elishá
[Eliseo].
(5)
ְּ‫הְּהאשָָ֜ ה‬ ַֽ ָ ‫ר־החֱיָ ַ֣הְּאת־הַ מתְּ֒וְּה ֹּ֨נ‬
ַֽ ‫ְּאתְּאֲש‬ַ֣ ּ֮‫יְּהּואְּמְּסַ פַ֣רְּלַמלְך‬
֥ ‫ַָ֠ויה‬
ְּ‫יתּהְּוְּעַל־שָ ָ ָּ֑דּה‬ ִ֖ ָ ‫ר־החֱיָ ַׁ֤הְּאת־בְּנָּה֙ ְּצעַ֣קתְּאל־הַ ֵ֔מלְךְּעַל־ב‬
ַֽ ‫אֲש‬
ְּ‫ר־החֱיָ ֥ה‬
ַֽ ‫ֹּ֚אתְּהאשֵָ֔ הְּוְּזה־בְּנָ ִּ֖הְּאֲש‬
ַֽ ָ ‫רְּגחֲזי֙ ְּאֲדנַ֣יְּהַ ֵ֔מלְךְּז‬
ַֽ ‫ו ַַׁ֤יאמ‬
:‫ישע‬ ַֽ ָ ‫אֱל‬
710
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 8

váihi hú mêsapér lamelej ét asher-héjeiáh et-hamet vêhinéh háisháh asher-


héjeiáh et-bênaĥ tzo'éqet el-hamélej, 'al-beitáĥ vê'al-sadáĥ; vaiómer géjazí
adoní hamélej, zót háisháh, vêzeh-bênáĥ asher-héjeiáh elishá'.

Y sucedió que mientras él contaba al rey cómo había hecho revivir a un


muerto, he aquí la mujer, a cuyo hijo había hecho revivir, vino para clamar al
rey por su casa y por su campo. Entonces Guejazi dijo: –¡Oh mi señor el rey!
¡Ésta es la mujer, y éste es su hijo a quien Elishá [Eliseo] hizo revivir!
(6)
ְּ‫ְךְּלא ָ ִ֖שהְּוַתְּסַ פר־לָּ֑ ֹוְּוַיתן־לָ ַּ֣הְּהַ מלְךְּ֩סָ ֹּ֨ריסְּא ָ֜ ָחד‬
ַֽ ָ ‫וַיש ַ ֥אלְּהַ ֛מל‬
ְּ‫בּואתְּהַ שָ ֵ֔דהְּמי֛ ֹום‬ ַ֣ ְּ‫אמרְּהָ ַׁ֤שיבְּאת־כְּל־אֲשר־לָּה֙ ְּוְּאת֙ ְּכְּל־ת‬ ָ֗ ‫ל‬
‫ פ‬:‫ַד־עתָ ה‬
ַֽ ָ ‫עְּז ָב֥הְּאת־הָ ָ ִ֖ארץְּוְּע‬
vaishál hamélej láisháh vatêsaper-ló; vaiten-láĥ hamelej sarís ejád lemór
hashéiv et-kol-asher-laĥ vêet kol-têvuót hasadéh, mióm 'ozváh et-haáretz
vê'ad-'átah.

El rey preguntó a la mujer, y ella se lo contó. Entonces el rey le asignó un


funcionario, diciendo: –Haz que le sean devueltas todas las cosas que eran
suyas, y todos los productos del campo, desde el día que dejó el país, hasta
ahora.
(7)
ְּ‫רְּב֛א‬
ָ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫דְּמלְך־א ָ ֲִ֖רםְּחלָּ֑הְּ ַויֻגַד־לַ֣ ֹוְּל‬
ַֽ ‫ַוי ַָׁ֤באְּאֱלישָ ע֙ ְּדַ ֵ֔משקְּּובן־ה ַ ֲ֥ד‬
:ְּ‫ַד־הנָה‬
ַֽ ‫ֱֹלהיםְּע‬ ִ֖ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫֥א‬
vaiavó elisha' daméseq, uven-hadád mélej-arám joléh; vaiugad-ló lemór, bá
ísh háelohím 'ad-hénah .

Después Elishá [Eliseo] fue a Damasco, y como Ben-hadad, rey de Siria,


estaba enfermo, le informaron diciendo: –El hombre de Elohim ha venido
aquí.
(8)
ְּ‫אתְּאיש‬
ַ֣ ‫לְּקחְּבְּ ָ ַֽיֶ֣דְּך֙ ְּמנ ֵ֔ ָחהְּוְּ ֹ֕לְךְּלק ַ ִ֖ר‬
ַׁ֤ ַ ‫ָהא‬
ָ֗ ‫ו ַֹּ֨יאמרְּהַ ָ֜מלְךְּאל־ ֲחז‬
:ְּ‫ִ֖הְּמחְּ ֥ליְּזַֽה‬
ַֽ ‫אמרְּהַ ַֽאחְּי‬ ֵ֔ ‫ַׁ֤הְּמאֹותֹו֙ ְּל‬ ַֽ ָ‫ֱֹלהיםְּוְּ ָ ַֽד ַרש ֹּ֨ ָתְּאת־יהו‬
ָּ֑ ‫ָ ַֽהא‬
vaiómer hamélej el-jazahél qáj bêiádêjá minjáh, vêléj liqrát ísh háelohím;
vêdárashtá et-Adonai méotó lemór, haéjêiéh méjolí zéh .

Entonces el rey dijo a Hazael: –Toma contigo un presente y ve al encuentro


del hombre de Elohim; consulta al Eterno por medio de él y pregunta:
'¿Sanaré de esta enfermedad?'

711
8 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(9)
ְּ‫ל־טּובְּדַ ֵ֔משקְּמַ ָ ִ֖שא‬ ַ֣ ְּ‫וַיַ֣לְךְּ ֲחזָאלְּּ֮לקרְּאתֹוְּ֒וַי ֹּ֨ ַקחְּמנ ָחַׁ֤הְּבְּיָדֹו֙ ְּוְּכ‬
ְּ ֙‫דְּמלְך־א ֲָרם‬ ַֽ ‫אַ רבָ ַ֣עיםְּג ָ ָָּ֑מלְּ ַויָבא֙ ְּו ַ ַַֽיע ֲַ֣מדְּלְּ ָפ ֵָ֔ניוְּו ַָ֗יאמרְּבנ ֹּ֨ךְּבן־ה ַ ֲַׁ֤ד‬
:‫ִ֖הְּמחְּ ֥ליְּזַֽה‬
ַֽ ‫אמרְּהַ ַֽאחְּי‬ ֵ֔ ‫שְּל ַָחַׁ֤ניְּא ֹּ֨ליך֙ ְּל‬
vaiélej jazael liqrotó vaiqáj minjáh vêiadó vêjol-túv daméseq, masá arba'ím
gamál; vaiavo vaiá'amód lêfanáv, vaiómer binjá ven-hadád mélej-aram
shêlajáni eléjá lemór, haéjêiéh méjolí zéh.

Hazael tomó consigo un presente de todo lo mejor de Damasco, cuarenta


camellos cargados, y fue a su encuentro. Cuando llegó, se detuvo delante de él
y dijo: –Ben-hadad, tu hijo, rey de Siria, me ha enviado para preguntarte:
'¿Sanaré de esta enfermedad?'
(10)
ְּ‫הְּתחְּיָּ֑הְּוְּהר ַ ֥אניְּיהוָ ִ֖ה‬
ַֽ ‫ו ַַׁ֤יאמרְּאלָיו֙ ְּאֱלישֵָ֔ עְּלְ֥ךְּאֱמְּר־לאְּ(לִ֖ ֹו)ְּחָ ַ֣י‬
:ְּ‫י־מֹותְּי ַָֽמּות‬
֥ ‫כ‬
vaiómer elav elishá', léj emor-l (ló) jaióh tíjêiéh; vêhiráni Adonai ki-mót
iamút .

Elishá [Eliseo] le respondió: –Ve y dile: '¡Ciertamente sanarás!' Pero el Eterno


me ha mostrado que de cierto morirá.
(11)
:ְּ‫ֱֹלהים‬
ַֽ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ְּא‬
֥ ‫ַד־בשְּוַיִ֖בך‬
ָּ֑ ‫ו ַ ַַֽיע ֲ֥מדְּאת־פָנָ ִ֖יוְּוַיָ ַ֣שםְּע‬
vaiá'améd et-panáv vaiásem 'ad-bósh; vaiévk ísh háelohím .

Entonces el hombre de Elohim se puso de pie y miró fijamente a Hazael, hasta


avergonzarlo. Y el hombre de Elohim lloró.
(12)
ְּ֩‫ר־תעֲשה‬
ַֽ ַ ‫יְּאתְּאֲש‬
ַ֣ ‫רְּכי־י ַּ֡ ַָדעת‬ַֽ ‫ו ַַ֣יאמרְּ ֲחז ֵָ֔אלְּמַ ִ֖דּועְַּאֲדנַ֣יְּבכָּ֑הְּו ַַּ֡יאמ‬
ְּ‫יהםְּתְּשַ לַ ַׁ֤חְּבָ אש֙ ְּּובַ ֻ ַֽחריהם֙ ְּבַ חַ֣רב‬
ָּ֞ ‫לְּר ָָ֗עהְּמבצְּר‬ָ ‫לב ֹּ֨ניְּיש ָר ָ֜א‬
:ַ‫ַ ַֽתה ֲֵ֔רגְּוְּ ַֽעלְּליהַ֣םְּתְּ ַר ֵ֔טשְּוְּהָ ַֽרתיהִ֖םְּתְּבַ ַֽקע‬
vaiómer jazaél, madú'a adoní vojéh; vaiómer kí-iadá'ti ét asher-tá'aseh livnéi
israél ra'áh mivtzêreihém têshaláj baesh uvajúreihem bajérev táharóg,
vê'ólêleihém têratésh, vêharóteihém têvaqé'a.

Hazael le preguntó: –¿Por qué llora mi señor? Él respondió: –Porque sé el mal


que harás a los Hijos de Israel. Prenderás fuego a sus fortificaciones, matarás
a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños y abrirás el vientre a sus mujeres
encintas.

712
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 8

(13)
ְּ‫יְּיע ֲֵ֔שהְּהַ דָ ָב֥רְּהַ ג ִָ֖דֹולְּהַ זָּ֑ה‬
ַֽ ַ ‫בְּכ‬
ַ֣ ‫יְּמהְּעַבדְּך֙ ְּהַ ֵ֔כל‬
ַׁ֤ ָ ‫לְּכ‬
ַ֣ ‫ָהא‬
ֵ֔ ‫ו ַַ֣יאמרְּ ֲחז‬
:ְּ‫ְּמלְךְּעַל־א ָ ֲַֽרם‬ ֥ ִ֖‫֛הְּאתְּך‬
ַֽ ָ‫ו ַַ֣יאמרְּאֱלישֵָ֔ עְּהר ַ ֵ֧אניְּיהו‬
vaiómer jazahél, kí máh 'avdêjá hakélev, kí iá'aséh, hadavár hagadól hazéh;
vaiómer elishá', hiráni Adonai ótêjá mélej 'al-arám .

Hazael dijo: –¿Qué es tu siervo sino un perro, para que haga semejante cosa?
Entonces Elishá [Eliseo] respondió: –el Eterno me ha mostrado que tú serás
rey de Siria.
(14)
ְּ ִ֖‫ֹוְּמה־אָ ַ ֥מרְּלְּך‬
ַֽ ָ ‫רְּל‬
ֵ֔ ‫וַיַ֣לְךְּ׀ְּמ ַ֣אתְּאֱלישָָ֗ עְּ ַויָבא֙ ְּאל־אֲד ֵָ֔ניוְּו ַַ֣יאמ‬
:‫הְּתחְּיַֽה‬
ַֽ ‫רְּליְּחָ ֥י‬
ִ֖ ַ‫רְּאמ‬ ֥ ָ ‫ישעְּו ַֹ֕יאמ‬
ָּ֑ ָ ‫אֱל‬
vaiélej | meét elishá' vaiavo el-adonáv, vaiómer ló, máh-amár lêjá elishá';
vaiómer ámar lí jaióh tíjêiéh.

Hazael se alejó de Elishá [Eliseo] y regresó a su señor, quien le preguntó: –


¿Qué te ha dicho Elishá [Eliseo]? Él respondió: –Me dijo que ciertamente
sanarás.
(15)
ְּ‫יְּממָ חְּ ָ ָ֗רתְּוַי ַ ַׁ֤קחְּהַ מַ כבר֙ ְּוַיט ַ֣בלְּבַ ֵ֔ ַמיםְּוַיפ ֥רשְּעַל־פָנָ ִ֖יוְּ ַוי ָָּ֑מת‬
ַֽ ‫וַי ַ֣ה‬
‫ פ‬:‫ָהאלְּתַ ח ָ ַֽתיו‬ ִ֖ ‫וַימֹל֥ ְךְּ ֲחז‬
vaihí mímajorát vaiqáj hamajber vaitból bamáim, vaifrós 'al-panáv vaiamót;
vaimlój jazahél tajtáv.

Pero al día siguiente tomó un paño, lo empapó en agua y lo extendió sobre la


cara de Ben-hadad; y éste murió. Y Hazael reinó en su lugar.
(16)
ְּ‫ִ֖טְּמלְך‬
ַ֣ ָ‫יהֹושָ פ‬
ַֽ ‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔אלְּו‬ַ֣ ֙‫יֹורםְּבן־אַ חאָ ב‬
ַׁ֤ ָ ְּ‫ּובשנַ ַ֣תְּחָ ָ֗משְּל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫ִ֖טְּמלְךְּי‬
֥ ָ‫הֹורםְּבן־יְּ ַֽהֹושָ פ‬֥ ָ ְּ‫הּודהְּמָ לַ ְ֛ךְּי‬
ָּ֑ ָ ְּ‫י‬
uvishnát jamésh lêiorám ben-ajav mélej israél, vihóshafát mélej iêhudáh;
maláj iêhorám ben-iêhóshafát mélej iêhudáh.

En el quinto año de Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab], rey de Israel, y siendo
Iehoshafát [Josafat] rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Ioram [Joram] hijo
de Iehoshafát [Josafat], rey de Iehudá [Judá].
(17)
ְּ‫ֹלשיםְּּוש ַ ֛תיםְּשָ נָ ִ֖הְּהָ יָ ַ֣הְּבְּמְּלכָּ֑ ֹוְּּושמנַ֣הְּשנהְּ(שָ ֵ֔נים)ְּמָ לַ ְִ֖ך‬
֥ ְּ‫בן־ש‬
:‫ב ַֽירּושָ ָ ַֽלם‬

713
8 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

ben-shêloshím ushtáim shanáh haiáh vêmoljó; ushmonéh snh (shaním), maláj


birúshaláim.

Tenía 32 años cuando comenzó a reinar, y reinó 8 años en Ierushalaim


[Jerusalén].
(18)
ְּ‫בְּכיְּבַ ת־אַ ח ֵ֔ ָאב‬
ֹּ֚ ‫ֲשרְּעָשּו֙ ְּבַ֣יתְּאַ ח ֵ֔ ָא‬ַׁ֤ ‫לְּכא‬
ַֽ ַ ‫ו ַָ֜ילְךְּבְּ ַ֣דרְךְּ׀ְּמַ לכַ֣יְּיש ָר ָ֗א‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ָה֥יתָ הְּלִ֖ ֹוְּלְּא ָ ָּ֑שהְּוַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינ֥יְּי‬
vaiélej bêdérej | maljéi israél káashér 'asú béit ajáv, kí bat-ajáv, háitah ló
lêisháh; vaiá'as hará' bê'einéi Adonai .

Él anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Ajáv


[Acab], porque tenía por mujer a una hija de Ajáv [Acab]. E hizo lo malo ante
los ojos del Eterno.
(19)
ְּ‫ֲשר‬
ַ֣ ‫ֹוְּכא‬
ַֽ ַ ‫הּודהְּלְּ ַ ִ֖מעַןְּדָ וַ֣דְּעַב ָּ֑ד‬
ָ ֵ֔ ְּ‫וְּ ַֽלא־אָ ָבַׁ֤הְּיהוָה֙ ְּלְּהַ ש ַ֣חיתְּאת־י‬
:ְּ‫ר־לֹוְּל ָֹּ֨תתְּל֥ ֹוְּנ֛ירְּלְּבָ נָ ִ֖יוְּכְּל־הַ י ַָֽמים‬
ָ֗ ַ‫ָ ַֽאמ‬
vêló-aváh Adonai lêhashjít et-iêhudáh, lêmá'an davíd 'avdó; káashér ámar-ló
latét ló nír lêvanáv kol-haiamím .

Sin embargo, el Eterno no quiso destruir a Iehudá [Judá], por amor a su siervo
David. Porque había prometido darle una lámpara a él, y a sus hijos,
continuamente.
(20)
:‫ִ֖םְּמלְך‬
ַֽ ‫הּודהְּ ַויַמ ֥לכּוְּעֲליה‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ָשעְּאֱדֵ֔ ֹוםְּמ ַ ִ֖תחַ תְּיַד־י‬
ַ֣ ַ ‫בְּיָמָ יו֙ ְּפ‬
bêiamav pashá' edóm, mitájat iad-iêhudáh; vaiamlíju 'aleihém mélej.

En sus días Edom se rebeló contra el dominio de Iehudá [Judá], y


constituyeron un rey sobre ellos.
(21)
ְּ‫ּואְּקםְּ ַָ֗לילָהְּ ַוי ַֹּ֨כה‬
ַ֣ ָ ‫י־ה‬
ָּ֞ ‫ֹוְּוֶַֽ֣יה‬
ַ ‫רְּיֹורם֙ ְּצָ ֵ֔ע ָירהְּוְּכְּל־הָ ִ֖רכבְּע ָּ֑מ‬
ָ ‫ו ַ ַַֽיע ֲַׁ֤ב‬
:‫את־אֱדָ֜ ֹוםְּהַ ס ַׁ֤ביבְּאלָיו֙ ְּוְּאת֙ ְּשָ ַ֣ריְּהָ ֵ֔רכבְּוַיָ ֥נְּסְּהָ עָ ִ֖םְּלְּ ַֽאהָ ָ ַֽליו‬
vaiá'avór ioram tza'írah, vêjol-haréjev 'imó; váihi-hú qám láilah vaiakéh et-
edóm hasovéiv elav vêet saréi haréjev, vaiános ha'ám lêóhaláv.

Entonces Ioram [Joram] fue a Zaír con todos sus carros. Y sucedió que,
levantándose de noche, atacó a los edomitas que les habían cercado a él y a los
jefes de los carros; pero el pueblo huyó a sus moradas.

714
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 8

(22)
ְּ‫ָּ֑הְּאזְּתפ ַ ֥שעְּלבנָ ִ֖ה‬
֛ ָ ‫הּודהְּעַ ִ֖דְּהַ יַ֣ ֹוםְּהַ ז‬
ָ ֵ֔ ְּ‫וַיפ ַ ַ֣שעְּאֱדָ֗ ֹוםְּמ ֹּ֨ ַתחַ ת֙ ְּיַד־י‬
:‫בָ ע֥תְּהַ ַֽהיא‬
vaifshá' edóm mitájat iad-iêhudáh, 'ád haióm hazéh; áz tifshá' livnáh ba'ét
hahí.

Así se rebeló Edom contra el dominio de Iehudá [Judá], hasta el día de hoy.
Por aquel tiempo, también Libna se rebeló contra su dominio.
(23)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫יְּיֹורםְּוְּכְּל־א‬
ִ֖ ָ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ר‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi iorám vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Ioram [Joram] y todas las cosas que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(24)
ְּ‫ַׁ֤בְּיֹורם֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ ב֥רְּעם־אֲב ָ ִ֖תיוְּבְּ ַ֣עירְּדָ ָּ֑ודְּוַימֹל֛ ְך‬
ָ ַ‫וַישכ‬
‫ פ‬:‫אֲחַ זיָ ֥הּוְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv ioram 'im-avotáv, vaiqavér 'im-avotáv bê'ír davíd; vaimlój ajaziáhu
vênó tajtáv.

Ioram [Joram] reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de
David. Y su hijo Ajaziá [Ocozías] reinó en su lugar.
(25)
ְּ‫בְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּמָ לַ ְ֛ך‬
ַ֣ ‫יֹורםְּבן־אַ ח ָ ִ֖א‬
֥ ָ ְּ‫בשנַת֙ ְּשְּתים־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫םְּמלְךְּי‬
֥ ‫הֹור‬ִ֖ ָ ְּ‫אֲחַ זיָ ֥הּוְּבן־י‬
bishnat shêteim-'esréh shanáh, lêiorám ben-ajáv mélej israél; maláj ajaziáhu
ven-iêhorám mélej iêhudáh.

En el año 12 de Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab], rey de Israel, comenzó a


reinar Ajaziá [Ocozías] hijo de Ioram [Joram], rey de Iehudá [Judá].
(26)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּּוש ַ ַׁ֤תיםְּשָ נָה֙ ְּאֲחַ זיָ ַ֣הּוְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּשָ נָ ַ֣הְּאַ ֵ֔ ַחתְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫יְּמלְךְּיש ָר ַֽאל‬ ֥ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַׁ֤שםְּאמֹו֙ ְּעֲתַ ל ֵָ֔יהּוְּבַ ת־עְּמְּ ִ֖ר‬
ben-'esrím ushtáim shanah ajaziáhu vêmoljó, vêshanáh aját, maláj
birúshaláim; vêshém imó 'ataliáhu, bat-'omêrí mélej israél.

715
8 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Ajaziá [Ocozías] tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en


Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Atalía hija de Omri, rey
de Israel.
(27)
ְּ‫בְּכי‬
֛ ‫ו ַָ֗ילְךְּבְּ ֹּ֨דרְך֙ ְּבַ֣יתְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּוַיַ ֵ֧עַשְּהָ ַ ֛רעְּבְּעינ֥יְּיהוָ ִ֖הְּכְּבַ֣יתְּאַ ח ָ ָּ֑א‬
:ְּ‫בְּהּוא‬ַֽ ‫ח ַ ֲ֥תןְּבית־אַ ח ָ ִ֖א‬
vaiélej bêdérej béit ajáv, vaiá'as hará' bê'einéi Adonai kêvéit ajáv; kí jatán
beit-ajáv hú .

Él anduvo en el camino de la casa de Ajáv [Acab]. E hizo lo malo ante los


ojos del Eterno, como la casa de Ajáv [Acab], porque había emparentado con
la casa de Ajáv [Acab].
(28)
ְּ‫לְּמלְך־אֲ ָ ִ֖רםְּבְּ ָר ַ֣מת‬
ַֽ ‫ת־יֹורםְּבן־אַ ח ָ֗ ָאבְּלַמלחָ ָ ֛מהְּעם־ ֲחז ָ֥א‬
ַ֣ ָ ‫ו ַָ֜ילְךְּא‬
:‫ת־יֹורם‬
ַֽ ָ ‫גלעָ ָּ֑דְּ ַויַכ֥ ּוְּא ֲַר ִ֖מיםְּא‬
vaiélej et-iorám ben-ajáv lamiljamáh 'im-jazaél mélej-arám bêramót gil'ád;
vaiakú aramím et-iorám.

Ajaziá [Ocozías], con Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab], fue a la guerra
contra Hazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad. Los sirios hirieron a Ioram
[Joram],
(29)
ְּ‫ְּ֩יֹורםְּהַ ָ֜מלְךְּלְּהת ַרפַ֣אְּבְּיז ְּר ָ֗עאלְּמן־הַ מַ כים֙ ְּא ֲֹּ֨שרְּיַכֻ ַׁ֤הּו‬ ֹּ֨ ָ ‫ַויָשָ ב‬
‫םְּואֲחַ ז ָֹּ֨יהּוְּבן־‬ַֽ ַ ‫לְּמלְךְּא ָ ֲָּ֑ר‬ַ֣ ‫ָהא‬
ִ֖ ‫ְּב ָר ֵ֔ ָמהְּבְּהלָ ַ֣ ח ֲֵ֔מֹוְּאת־ ֲחז‬ַֽ ָ ֙‫א ֲַרמים‬
ְּ‫ת־יֹורםְּבן־אַ ח ָ ֛אבְּבְּיז ְּרעִ֖אל‬ ֵ֧ ָ ‫הּודהְּי ַ ַָּ֡רדְּלר ָּ֞אֹותְּא‬
ָ ָ֗ ְּ‫םְּמלְךְּי‬ ַ֣ ‫הֹור‬
ָ֜ ָ ְּ‫י‬
‫ פ‬:‫֥הְּהּוא‬
ַֽ ‫ַֽכי־חל‬
vaiashav iorám hamélej lêhitrapé vêizrê'él min-hamakim ashér iakúhu aramim
báramáh, bêhilájamó, et-jazahél mélej arám; váajaziáhu ven-iêhorám mélej
iêhudáh iarád lirót et-iorám ben-ajáv bêizrê'él kí-joléh hú.

y el rey Ioram [Joram] volvió a Jezreel para curarse de las heridas que le
habían ocasionado los sirios en Ramot, cuando combatía contra Hazael, rey de
Siria. Entonces Ajaziá [Ocozías] hijo de Ioram [Joram], rey de Iehudá [Judá],
descendió a Jezreel para ver a Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab], porque éste
estaba enfermo.

716
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 9

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 9


(1)
ְּ‫רְּלֹוְּח ֲַ֣גרְּמְּת ָ֗ניך‬
ָ֜ ‫יאיםְּו ַֹּ֨יאמ‬
ָּ֑ ‫ַֽואֱלישָ ע֙ ְּהַ נ ֵָ֔ביאְּקָ ָ ֹ֕ראְּלְּאַ ַחִ֖דְּמבְּנַ֣יְּהַ נְּב‬
:‫ְִ֖ךְּר ֥מתְּגל ָ ַֽעד‬
ָ ‫ְָּ֠וקַ חְּפַ ְַ֣ךְּהַ ַׁ֤שמןְּהַ זה֙ ְּבְּי ֵָ֔דךְּוְּל‬
véelisha' hanaví, qará lêajád mibênéi hanêviím; vaiómer ló jagór motnéja
vêqaj páj hashémen hazeh bêiadéja, vêléj ramót gil'ád.

Entonces el profeta Elishá [Eliseo] llamó a uno de los hijos de los profetas y le
dijo: –Cíñete los lomos, toma este frasco de aceite en tu mano, y ve a Ramot
de Galaad.
(2)
ְּ‫את‬
ָ֙ ‫יְּּוב‬ ָ֠ ‫־שמָ הְּּורא‬
ָ ֹּ֨ ‫ה־שָ םְּי ֹּ֨הּואְּבן־יְּ ַֽהֹושָ ָָ֜פטְּבן־נמ ָ֗ש‬ ָּ֑ ָ ָ‫ּובִ֖את‬
ָ
:‫יאתְּא ִ֖תֹוְּח֥דרְּבְּ ָ ַֽחדר‬
֥ ָ ‫ַוה ֲַֽקמתֹו֙ ְּמ ַ֣תֹוְךְּא ֵ֔ ָחיוְּוְּ ַֽהב‬
uváta-shámah; ureh-shám iehú ven-iêhóshafát ben-nimshí uvátá vahaqémotó
mitój ejáv, vêhéveitá otó jéder bêjáder.

Cuando llegues allá, verás allí a Iehú [Jehú] hijo de Iehoshafát [Josafat], hijo
de Nimsi. Entra, haz que se levante de entre sus compañeros y llévalo a una
habitación interior.
(3)
ְּ‫אשֹוְּוְּ ָ ַֽאמַ ר ָ֙ת ְַּֽכה־אָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוה‬
ֵ֔ ‫וְּ ָ ַֽלקַ ח ָ ַׁ֤תְּפְַך־הַ ֹּ֨שמן֙ ְּוְּ ָיַֽצַ ק ָ ַ֣תְּעַל־ר‬
:ְּ‫לְּּופתַ ח ָ ֥תְּהַ ֛דלתְּוְּנַ ִ֖סתָ הְּוְּ ֥לאְּתְּחַ ַֽכה‬
ַֽ ָ ‫מְּשַ ח ֥תיךְּלְּ ִ֖מלְךְּאל־יש ָר ָּ֑א‬
vêláqajtá faj-hashémen vêiátzaqtá 'al-roshó, vêámartá kóh-amár Adonai,
mêshajtíja lêmélej el-israél; ufátajtá hadélet vênástah vêló têjakéh .

Luego toma el frasco de aceite y derrámalo sobre su cabeza diciendo: 'Así ha


dicho el Eterno: 'Yo te he ungido rey de Israel.'' Luego abre la puerta y
escápate. ¡No esperes!
(4)
:‫יאְּר ֥מתְּגל ָ ַֽעד‬
ָ ‫וַיֵ֧לְךְּהַ נַ ֛עַרְּהַ נַ ֥עַרְּהַ נ ִָ֖ב‬
vaiélej haná'ar haná'ar hanaví ramót gil'ád.

Aquel joven, el criado del profeta, fue a Ramot de Galaad.


(5)
ְּ‫֥רְּליְּאלִ֖יךְּהַ ָ ָּ֑שרְּו ַַׁ֤יאמר‬
֛ ‫ַוי ָָ֗באְּוְּה ֹּ֨נהְּשָ ַׁ֤ריְּהַ ֹּ֨ ַחיל ְַּֽ֙ישְּ ֵ֔ביםְּו ַֹ֕יאמרְּדָ ָב‬
:‫ל־מיְּמ ֻכ ֵָ֔לנּוְּו ִַ֖יאמרְּאל֥יךְּהַ ָ ַֽשר‬ ַ֣ ‫יהּוא֙ ְּא‬

717
9 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiavó vêhinéh saréi hajáil ióshêvím, vaiómer davár lí eléja hasár; vaiómer
iehu el-mí mikulánu, vaiómer eléja hasár.

Entonces entró, y he aquí que los jefes del ejército estaban sentados. Y dijo: –
Jefe, tengo un mensaje para ti. Iehú [Jehú] preguntó: –¿Para cuál de todos
nosotros? Y él respondió: –Para ti, jefe.
(6)
ְּ‫ֹוְּכה־אָ ַ ַׁ֤מר‬
ַֽ ‫רְּל‬
ָ֗ ‫אשֹוְּו ַַ֣יאמ‬
ָּ֑ ‫ַו ָֹּ֨יקָ ם֙ ְּ ַוי ַָ֣באְּהַ ֵ֔ ַביתָ הְּוַי ֥צקְּהַ ִ֖שמןְּאל־ר‬
:ְּ‫יהוָה֙ ְּאֱֹלהַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּמְּשַ ח ֵ֧תיךְּלְּ ֛מלְךְּאל־עַ ֥םְּיהוָ ִ֖הְּאל־יש ָר ַֽאל‬
vaiáqam vaiavó habáitah, vaitzóq hashémen el-roshó; vaiómer ló kóh-amár
Adonai elohéi israél, mêshajtíja lêmélej el-'ám Adonai el-israél .

Iehú [Jehú] se levantó y entró en la casa, y el joven derramó el aceite sobre su


cabeza y le dijo: –Así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'Yo te he ungido
rey del pueblo del Eterno, de Israel.
(7)
ְּ‫יאים‬
ָ֗ ‫יתהְּאת־ב֥יתְּאַ ח ָ ִ֖אבְּאֲדנָּ֑יךְּוְּנקַ מ ָּ֞תיְּדְּ ַ֣מיְּ׀ְּעֲבָ ַ ַ֣דיְּהַ נְּב‬ ָ ֵ֔ ‫וְּ ֹּ֨הכ‬
:ְּ‫ּוד ֛מיְּכְּל־עַב ֥דיְּיהוָ ִ֖הְּמיַ ֥דְּא ָיזַֽבל‬
vêhíkitáh, et-béit ajáv adonéja; vêniqamtí dêméi | 'avadái hanêviím udméi kol-
'avdéi Adonai miád izável .

Tú herirás a los de la casa de Ajáv [Acab], tu señor, para que yo vengue la


sangre de mis siervos los profetas y la sangre de todos los siervos del Eterno
derramada por mano de Jezabel.
(8)
ְּ‫וְּאָ ַבִ֖דְּכְּל־בַ֣יתְּאַ ח ָ ָּ֑אבְּוְּהכ ַר ַׁ֤תיְּלְּאַ חאָ ב֙ ְּמַ ש ַ֣תיןְּבְּ ֵ֔קירְּוְּע ָ֥צּורְּוְּעָזִ֖ ּוב‬
:‫בְּיש ָר ַֽאל‬
vêavád kol-béit ajáv; vêhijratí lêajav mashtín bêqír, vê'atzúr vê'azúv bêisraél.

Toda la casa de Ajáv [Acab] perecerá; exterminaré a todo varón de Ajáv


[Acab] en Israel, tanto a los esclavos como a los libres.
(9)
‫ִ֖יתְּיֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ָבָּ֑טְּּוכבִ֖יתְּבַ ע ָ ֥שאְּבן־‬
ַֽ ָ ‫וְּ ָנַֽתַ תי֙ ְּאת־בַ֣יתְּאַ ח ֵ֔ ָאבְּכְּב‬
:‫אֲח ָיַֽה‬
vênátatí et-béit ajáv, kêvéit iárovê'ám ben-nêvát; ujvéit ba'shá ven-ajiáh.

Yo haré a su casa como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a la casa de


Baasa hijo de Ajías.

718
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 9

(10)
ְּ‫לְּיאכְּלֵ֧ ּוְּהַ כְּל ָ֛ביםְּבְּח֥לקְּיז ְּרעִ֖אלְּוְּ ַ֣איןְּקבָּ֑רְּוַיפ ַ ֥תח‬
ַֽ ‫וְּאת־א ָ֜יזב‬
:‫הַ ִ֖דלתְּ ַוי ַָֽנס‬
vêet-izével iójêlú hakêlavím bêjéleq izrê'él vêéin qovér; vaiftáj hadélet
vaianós.

Y a Jezabel la comerán los perros en la parcela de Jezreel. No habrá quien le


dé sepultura.' En seguida abrió la puerta y huyó.
(11)
ְּ‫וְּ י ָ֗הּואְּיָצָ א֙ ְּאל־עַב ַ֣דיְּאֲד ֵָ֔ניוְּו ַַׁ֤יאמרְּלֹו֙ ְּהֲשָ ֵ֔לֹוםְּמַ ֛דּועְַּ ָ ַֽבא־הַ משֻ גָ ֥ע‬
:‫יחֹו‬
ַֽ ‫יהםְּאַ ֛תםְּיְּדַ ע ֥תםְּאת־הָ ִ֖אישְּוְּאת־ש‬ ֵ֔ ‫הַ זִ֖הְּאלָּ֑יךְּו ַַ֣יאמרְּאֲל‬
vêiehú iatza el-'avdéi adonáv, vaiómer ló hashalóm, madú'a bá-hamshugá'
hazéh eléja; vaiómer aleihém, atém iêda'tém et-haísh vêet-sijó.

Después Iehú [Jehú] salió a donde estaban los servidores de su señor, y le


preguntaron: –¿Todo va bien? ¿Para qué vino a ti ese loco? Y él les dijo: –
Vosotros conocéis a ese hombre y sus palabras.
(12)
ְּ‫אמר‬
ֵ֔ ‫ּוְּשקרְּהַ גד־נָ ִ֖אְּלָ ָּ֑נּוְּו ַָ֗יאמרְּכ ַָׁ֤זאתְּוְּכָזאת֙ ְּאָ ַ ַׁ֤מרְּאלַי֙ ְּל‬
ֵ֔ ‫ו ַַֽיאמְּ ַ֣ר‬
:ְּ‫ֹּ֚כהְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּמְּשַ ח ֥תיךְּלְּ ִ֖מלְךְּאל־יש ָר ַֽאל‬
vaiómêrú shéqer, haged-ná lánu; vaiómer kazót vêjazot amár elaí lemór, kóh
amár Adonai, mêshajtíja lêmélej el-israél .

Ellos dijeron: –¡Mentira! ¡Decláranoslo, por favor! Y él dijo: –Así y así me


habló diciendo: 'Así ha dicho el Eterno: 'Yo te he ungido rey de Israel.''
(13)
ְּ‫םְּהמַ עֲלָּ֑ ֹות‬
ַֽ ַ ‫ל־גֶ֣ר‬
ַ֣ ‫ְּאישְּבגדֵ֔ ֹוְּ ַוי ָ֥שימּוְּתַ ח ָ ִ֖תיוְּא‬ ַ֣ ֙‫ַוֶַֽ֣ימַ ה ֲָ֗רּוְּוַיקחּו‬
:‫ַוֶַֽ֣יתקְּעּו֙ ְּבַ שֹו ֵָ֔פרְּו ַַֽיאמְּ ִ֖רּוְּמָ לְְַּ֥ךְּי ַֽהּוא‬
váimaharú vaiqjú ísh bigdó, vaiasímu tajtáv el-gérem háma'alót; váitqê'ú
bashofár, vaiómêrú maláj iehú.

Entonces tomaron rápidamente cada uno su manto y lo tendieron debajo de


Iehú [Jehú] sobre las gradas desnudas. Luego tocaron el shofar y proclamaron:
–¡Iehú [Jehú] reina!
(14)
ְּ‫יֹורםְּ֩הָ ָֹּ֨יהְּש ָ֜מר‬
ָ ְּ‫ל־יֹורםְּו‬
ָּ֑ ָ ‫וַיתקַ ָ֗שרְּי ֛הּואְּבן־יְּ ַֽהֹושָ פָ ֥טְּבן־נמ ִ֖שיְּא‬
:‫לְּמלְך־א ָ ֲַֽרם‬
ַֽ ‫דְּהּואְּוְּכְּל־יש ָר ֵ֔אלְּמפְּנִ֖יְּ ֲחז ָ֥א‬
ֹּ֚ ‫בְּ ָר ַ֣מתְּגל ָָ֗ע‬

719
9 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaitqashér iehú ben-iêhóshafát ben-nimshí el-iorám; vêioram haiáh shomér


bêramót gil'ád hú vêjol-israél, mipênéi jazaél mélej-arám.

Así conspiró Iehú [Jehú] hijo de Iehoshafát [Josafat], hijo de Nimsi, contra
Ioram [Joram]. Ioram [Joram] había estado guardando Ramot de Galaad con
todo Israel, por causa de Hazael, rey de Siria.
(15)
ְּ‫ֲשרְּיַכֻ ַ֣הּו‬
ַ֣ ‫הֹורםְּהַ ָ֜מלְךְּלְּהת ַרפַ֣אְּבְּיז ְּר ָ֗עאלְּמן־הַ מַ כים֙ ְּא‬ ֹּ֨ ָ ְּ‫ַויָשָ בְּ֩י‬
ְּ‫לְּמלְךְּא ָ ֲָּ֑רםְּו ַַׁ֤יאמרְּיהּוא֙ ְּאם־יַ֣ש‬
ַ֣ ‫א ֲַר ֵ֔מיםְּבְּהלָ ַ֣ ח ֲֵ֔מֹוְּאת־ ֲחז ִָ֖א‬
:‫נַפשְּ ֵ֔כםְּאַ ל־יצַׁ֤אְּפָליט֙ ְּמן־הָ ֵ֔עירְּלָלִ֖כתְּלגידְּ(לְּהַ ג֥יד)ְּבְּיז ְּר ַֽעאל‬
vaiashav iêhorám hamélej lêhitrapé vêizrê'él min-hamakim ashér iakúhu
aramím, bêhilájamó, et-jazaél mélej arám; vaiómer iehu im-iésh nafshêjém,
al-ietzé falit min-ha'ír, laléjet lgid (lêhagíd) bêizrê'él.

Pero el rey Ioram [Joram] había regresado a Jezreel para curarse de las heridas
que le habían ocasionado los sirios cuando combatía contra Hazael, rey de
Siria. Entonces Iehú [Jehú] dijo: –Si es vuestro deseo, que nadie se escape de
la ciudad para ir a dar las noticias en Jezreel.
(16)
ְּ‫ְּמלְך‬
ַ֣ ֙‫הְּואֲחַ זיָה‬
ַֽ ַ ָ‫ַ֣בְּשמ‬
ָּ֑ ָ ‫יְּיֹורםְּשכ‬
ִ֖ ָ ‫ָהְּכ‬
֥ ‫וַירכַ ַׁ֤בְּיהּוא֙ ְּוַיַ֣לְךְּיזרְּ ֵ֔עאל‬
:‫ת־יֹורם‬
ַֽ ָ ‫הּודהְּי ַ ִָ֖רדְּלר ֥אֹותְּא‬ ָ ֵ֔ ְּ‫י‬
vairkáv iehu vaiélej izrê'élah, kí iorám shojév shámah; váajaziah mélej
iêhudáh, iarád lirót et-iorám.

Luego Iehú [Jehú] mismo cabalgó y fue a Jezreel, porque Ioram [Joram]
estaba allí, en cama. También Ajaziá [Ocozías], rey de Iehudá [Judá], había
descendido para ver a Ioram [Joram].

(17)
ְּ‫וְּהַ צפהְּ֩ע ֹּ֨מדְּ ַ ַֽעל־הַ מג ָ֜ ָדלְּבְּיז ְּר ָ֗עאלְּ ַו ַָּ֞יראְּאת־שפעַ ַׁ֤תְּיהּוא֙ ְּבְּב ֵ֔אֹו‬
ְּ‫אתם‬ ִ֖ ָ ‫חְּרכָ ֛בְּּוַֽ שלַ ֥חְּלק ָר‬
ַ ‫םְּק‬
֥ ַ ‫הֹור‬
ָ֗ ָ ְּ‫ו ַֹ֕יאמרְּשפעַ ִ֖תְּאֲנַ֣יְּר ָּ֑אהְּו ַַ֣יאמרְּי‬
:‫אמרְּהֲשָ לַֽ ֹום‬ ֥ ַ ‫וְּי‬
vêhatzofeh 'oméd 'ál-hamigdál bêizrê'él vaiár et-shif'át iehu bêvoó, vaiómer
shif'át aní roéh; vaiómer iêhorám qáj rakáv úshláj liqratám vêiomár
hashalóm.

Entonces el centinela que estaba apostado en la torre de Jezreel vio al grupo


de gente de Iehú [Jehú] que venía, y dijo: –¡Veo un grupo de gente! Ioram
[Joram] dijo: –Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que les pregunte:
'¿Hay paz?'

720
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 9

(18)
ְּ‫אתֹוְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְַּֽכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּהֲשָ ֵ֔לֹוםְּו ֵַ֧יאמר‬
ָ֗ ‫וַילְךְּ֩ר ֹּ֨כבְּהַ ָ֜סּוסְּלק ָר‬
‫רְּבא־‬ ַֽ ָ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫בְּאל־אַ ח ָ ֲָּ֑ריְּ ַויַגַׁ֤דְּהַ צפה֙ ְּל‬ַֽ ‫ֹוםְּס‬
ַ֣ ִ֖‫י ֛הּואְּמַ ה־לְּך֥ ְּּולשָ ל‬
:‫א־שב‬ ַֽ ָ ‫ַד־הםְּוְּל‬
ִ֖ ‫הַ מַ ל ָ ֥אְךְּע‬
vaielej rojév hasús liqrató vaiómer kóh-amár hamélej hashalóm, vaiómer iehú
mah-lêjá ulshalóm sóv él-ajarái; vaiagéd hatzofeh lemór, bá-hamaláj 'ad-hém
vêlo-sháv.

Fue el jinete a caballo a su encuentro, y le dijo: –Así ha dicho el rey: '¿Hay


paz?' Y Iehú [Jehú] respondió: –¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete
conmigo! Entonces el centinela informó diciendo: –¡El mensajero llegó hasta
ellos, pero no regresa!
(19)
ְּ‫רְּכה־אָ ַ ֥מרְּהַ ִ֖מלְךְּשָ לָּ֑ ֹום‬
ַֽ ‫וַיש ַָ֗לחְּרכַ֣בְּסּוסּ֮ ְּשניְּ֒ ַוי ַָ֣באְּאֲל ֵ֔הםְּו ַ֛יאמ‬
:‫בְּאל־אַ ח ָ ֲַֽרי‬
ַֽ ‫ֹוםְּס‬
֥ ִ֖‫ו ֵַ֧יאמרְּי ֛הּואְּמַ ה־לְּך֥ ְּּולשָ ל‬
vaishláj rojév sus shení vaiavó alehém, vaiómer kóh-amár hamélej shalóm;
vaiómer iehú mah-lêjá ulshalóm sóv él-ajarái.

Envió otro jinete a caballo, el cual llegó hasta ellos y dijo: –Así ha dicho el
rey: '¿Hay paz?' Y Iehú [Jehú] respondió: –¿Qué te importa a ti la paz?
¡Vuélvete conmigo!
(20)
ְּ‫א־שבְּוְּהַ מנ ָ֗ ָהגְּכְּמנהַ ג֙ ְּי ַ֣הּוא‬
ָּ֑ ָ ‫רְּב֥אְּעַד־אֲליהִ֖םְּוְּל‬ ָ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫ַויַגַׁ֤דְּהַ צפה֙ ְּל‬
:‫יְּכיְּבְּשגָעִ֖ ֹוןְּינ ָ ַֽהג‬
֥ ‫בן־נמ ֵ֔ש‬
vaiagéd hatzofeh lemór, bá 'ad-aleihém vêlo-sháv; vêhaminhág kêminhag iehú
ven-nimshí, kí vêshiga'ón inhág.

También el centinela informó diciendo: –¡Ese llegó hasta ellos, pero no


regresa! Y la manera de conducir del que viene es como la de Iehú [Jehú] hijo
de Nimsi, porque conduce como un loco.
(21)
ְּ‫ְך־יש ָראל‬ ָ֠ ‫םְּמל‬ַֽ ‫הֹור‬ַ֣ ָ ְּ‫הֹורם֙ ְּא ֱֵ֔סרְּוַיא ִ֖סרְּרכ ָּ֑בֹוְּוַיצַ֣אְּי‬
ָ ְּ‫ו ַַׁ֤יאמרְּי‬
ְּ‫הְּאישְּבְּרכ ָ֗בֹוְּוַיַֽצְּאּו֙ ְּלק ַ ַ֣ראתְּי ֵ֔הּואְּו ַֹּ֨ימצָ ֵֻ֔אהּו‬
ַ֣ ‫הּוד‬
ָ ָ֜ ְּ‫הּוְּמלְך־י‬
ַֽ ‫ַ ַֽואֲחַ ז ָֹּ֨י‬
:‫אלי‬
ַֽ ‫בְּחל ַ ִ֖קתְּנ ָ֥בֹותְּהַ יזרְּע‬
vaiómer iêhoram esór, vaiesór rijbó; vaietzé iêhorám mélej-ísrael váajaziáhu
mélej-iêhudáh ísh bêrijbó vaiétzêú liqrát iehú, vaímtzaúhu, bêjelqát navót
haizrê'elí.

721
9 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Entonces Ioram [Joram] dijo: –¡Unce el carro! Cuando unció su carro, Ioram
[Joram] rey de Israel y Ajaziá [Ocozías] rey de Iehudá [Judá], cada uno en su
carro, salieron al encuentro de Iehú [Jehú], y lo encontraron en la parcela de
Nabot de Jezreel.
(22)
ְּ‫ְּמה‬
ַ֣ ָ ֙‫הֹורם֙ ְּאת־י ֵ֔הּואְּו ִַ֖יאמרְּהֲשָ לַ֣ ֹוםְּי ָּ֑הּואְּו ַֹּ֨יאמר‬ ָ ְּ‫וַי ָ֗היְּכר ַׁ֤אֹותְּי‬
:‫ְּה ַר ַֽבים‬ַֽ ָ ָ‫נּוניְּאיזֵ֧בלְּאמְּך֛ ְּּוכשָ פִ֖יה‬
ָּ֞ ְּ‫הַ שָ ֵ֔לֹוםְּעַד־ז‬
vaihí kirót iêhoram et-iehú, vaiómer hashalóm iehú; vaiómer máh hashalóm,
'ad-zênunéi izével imêjá ujshaféiha hárabím.

Y cuando Ioram [Joram] vio a Iehú [Jehú], le preguntó: –¿Hay paz, Iehú
[Jehú]? Y él respondió: –¿Cómo va a haber paz, mientras continúen las
fornicaciones y las muchas hechicerías de tu madre Jezabel?
(23)
:‫הֹורםְּי ָ ִָ֖דיוְּ ַוי ָָּ֑נסְּו ַ֥יאמרְּאל־אֲחַ זיָ ִ֖הּוְּמר ָ ֥מהְּאֲחַ ז ָיַֽה‬
֛ ָ ְּ‫ו ַ ַַֽיה ֲֵ֧פְךְּי‬
vaiáhafój iêhorám iadáv vaianós; vaiómer el-ajaziáhu mirmáh ajaziáh.

Entonces Ioram [Joram], volviendo las riendas, huyó diciendo a Ajaziá


[Ocozías]: –¡Traición, Ajaziá [Ocozías]!
(24)
ְּ‫הֹורם֙ ְּבַ֣יןְּזְּר ֵָ֔עיוְּוַיצ֥אְּהַ חִ֖צי‬
ָ ְּ‫וְּי ָּ֞הּואְּמלֵ֧אְּי ַָ֣דֹוְּבַ ָ֗קשתְּוַיַ ְֶַׁ֤֣ךְּאת־י‬
:‫מל ָּ֑בֹוְּוַיכ ַ ִ֖רעְּבְּרכ ַֽבֹו‬
vêiehú milé iadó vaqéshet vaiáj et-iêhoram béin zêro'áv, vaietzé hajétzi
milibó; vaijrá' bêrijbó.

Pero Iehú [Jehú] puso la flecha en su arco e hirió a Ioram [Joram] por la
espalda. La flecha le atravesó el corazón, y él cayó sobre sus rodillas en su
carro.
(25)
ְּ‫ְּשל ֵ֔שהְּשָֹּ֚ אְּהַ של ֵ֔כהּוְּבְּחל ֹ֕ ַקתְּשְּ ִ֖דהְּנ ַָ֣בֹות‬ ַֽ ָ ֙‫ו ַָ֗יאמרְּאל־בדקַ ר‬
ְּ‫ְּאחֲרי֙ ְּאַ ח ָ ַ֣אב‬ַֽ ַ ֙‫תְּרכְּ ַׁ֤ביםְּצְּמָ דים‬
ַֽ ‫הְּא‬
ַ֣ ָ‫יְּכי־זְּ ָּ֞כרְּאֲנַ֣יְּו ָ֗ ַָאת‬ ַֽ ‫אל‬ ָּ֑ ‫הַ יזרְּע‬
:ְּ‫ָשאְּ ָע ֵָ֔ליוְּאת־הַ מַ ָ ִ֖שאְּהַ זַֽה‬ ַ֣ ָ ‫יוְּוַֽיהוָה֙ ְּנ‬
ַ ‫אָ ֵ֔ב‬
vaiómer el-bidqar shálishóh, sá hashlijéhu, bêjelqát sêdéh navót haizrê'elí; kí-
zêjór aní vaátah ét rójêvím tzêmadim ájareí ajáv avív, váAdonai nasá 'aláv, et-
hamasá hazéh .

Luego Iehú [Jehú] dijo a Bidcar, uno de sus comandantes: –¡Tómalo y


arrójalo en la parcela del campo de Nabot de Jezreel! Acuérdate que cuando tú
y yo íbamos juntos cabalgando detrás de su padre Ajáv [Acab], el Eterno
pronunció contra él esta sentencia:

722
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 9

(26)
ְּ‫יְּאמש֙ ְּנְּאֻם־יה ֵ֔ ָוה‬ֹּ֨ ‫יוְּר ַׁ֤אית‬
ָ ‫ם־לאְּאת־דְּ ַ֣מיְּנָבֹותְּ֩וְּאת־דְּ ֹּ֨מיְּבָ ָָ֜נ‬ ַּ֡ ‫א‬
ְּ‫הְּשאְּהַ שלכ֛הּו‬
ֵ֧ ָ ‫וְּשלַמ ֥תיְּלְּך֛ ְּבַ חל ָ ֥קהְּהַ ִ֖זאתְּנְּאֻם־יהוָ ָּ֑הְּוְּע ָ֗ ַָת‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫בַ חל ָ ִ֖קהְּכד ַב֥רְּי‬
im-ló et-dêméi navot vêet-dêméi vanáv raíti émesh nêum-Adonai, vêshilamtí
lêjá bajelqáh hazót nêum-Adonai; vê'atáh sá hashlijéhu bajelqáh kidvár
Adonai .

'Ciertamente vi ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice el


Eterno. Y tengo que darte la retribución en esta parcela, dice el Eterno.' Ahora
pues, tómalo y arrójalo en la parcela, conforme a la palabra del Eterno.
(27)
ְּ‫ףְּאח ָ ֲָ֜ריוְּי ָ֗הּוא‬
ַֽ ַ ‫סְּדרְךְּבַ֣יתְּהַ גָ ָּ֑ ֶ֣ןְּוַיר ֹּ֨ד‬
ִ֖ ְּ‫ַׁ֤הְּמלְך־יְּהּודָ ה֙ ְָּר ֵ֔ ָאהְּ ַו ָֹ֕ינ‬
ַֽ ָ‫ַ ַֽואֲחַ זי‬
‫רְּאת־‬ ַֽ ‫ֲש‬ ַ֣ ‫ַָ֠ויאמרְּגַם־א ָּ֞תֹוְּהַ כֻ ַ֣הּוְּאל־הַ מרכ ָ֗ ָָבהְּבְּ ַ ַֽמעֲלה־גּור֙ ְּא‬
:‫תְּשם‬ ַֽ ָ ָ‫יבלְּ ֵָ֔עםְּוַיָ ֥נְּסְּמְּג ִ֖דֹוְּוַיָ ֥מ‬
váajaziáh mélej-iêhudah raáh, vaiános dérej béit hagán; vairdóf ájaráv iehú
váiomer gam-otó hakúhu el-hamerkaváh bêmá'aleh-gur ashér ét-ivlê'ám,
vaiános mêgidó vaiámat shám.

Al ver esto Ajaziá [Ocozías], rey de Iehudá [Judá], huyó por el camino de Bet-
hagan, y Iehú [Jehú] lo persiguió diciendo: –¡Matad también a ése! Y le
hirieron en el carro en la cuesta de Gur, junto a Ibleam; pero huyó a Meguido,
donde murió.
(28)
ְּ‫ַויַר ֵ֧כבּוְּא ֛תֹוְּעֲבָ ָ ִ֖דיוְּיְּ ַֽרּושָ ָּ֑ ָלְָ֑מָ הְּוַיְּקבְּ ֹּ֨רּוְּא ֵ֧תֹוְּבק ֻ ַֽב ָר ֛תֹוְּעם־אֲב ָ ִ֖תיו‬
‫ פ‬:‫בְּ ֥עירְּדָ ַֽוד‬
vaiarkívu otó 'avadáv iêrúshalámah; vaiqbêrú otó viqvúrató 'im-avotáv bê'ír
davíd.

Entonces sus servidores le llevaron a Ierushalaim [Jerusalén] en un carro, y le


dieron sepultura con sus padres en su sepulcro en la Ciudad de David.
(29)
‫יֹורםְּבן־אַ ח ָ ָּ֑אבְּמָ לַ ְ֥ךְּאֲחַ זיָ ִ֖הְּעַל־‬
ִ֖ ָ ְּ‫ּובשנַת֙ ְּאַ ַחַ֣תְּעש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫י‬
uvishnat aját 'esréh shanáh, lêiorám ben-ajáv; maláj ajaziáh 'al-iêhudáh.

En el año 11 de Ioram [Joram] hijo de Ajáv [Acab] había comenzado a reinar


Ajaziá [Ocozías] sobre Iehudá [Judá].

723
9 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(30)
ְּ‫יהְּו ַַ֣תיטב‬
ָ֙ ‫לְּשמְּ ָָ֗עהְּו ֹּ֨ ַָתשםְּבַ ַׁ֤פּוְךְּע ֹּ֨ינ‬
ַֽ ָ ‫ַוי ָ֥בֹואְּי ִ֖הּואְּיז ְּרעָּ֑אלָהְּוְּאיזַ֣ב‬
:‫את־ראשֵָ֔ ּהְּוַתַ ש ִ֖קףְּבְּעַ ֥דְּ ַ ַֽהחַ לַֽ ֹון‬
vaiavó iehú izrê'élah; vêizével shámê'áh vatásem bapúj 'einéihá vatéitev et-
rosháĥ, vatashqéf bê'ád hájalón.

Iehú [Jehú] fue después a Jezreel. Y cuando lo oyó Jezabel, se pintó los ojos,
arregló su cabello y miró por la ventana.
(31)
:‫ּואְּבַ֣אְּבַ ָ ָּ֑שעַרְּו ַַ֣תאמרְּהֲשָ ֵ֔לֹוםְּזמ ִ֖ריְּה ֥רגְּאֲד ָנַֽיו‬
ָ ‫וְּ י ִ֖ה‬
vêiehú bá vashá'ar; vatómer hashalóm, zimrí horég adonáv.

Cuando Iehú [Jehú] entraba por la puerta de la ciudad, ella dijo: –¿Cómo le va
a Zimri, asesino de su señor?
(32)
ְּ‫יְּמיְּ ַויַש ַ֣קיפּוְּא ֵָ֔ליוְּשְּנַ ֶ֥֣ים‬
ָּ֑ ‫רְּמיְּא ִ֖ת‬
֥ ‫ל־הַ֣חַ ֵ֔לֹוןְּו ַֹ֕יאמ‬
ַ ‫וַי ָ ַׁ֤שאְּ ָפנָיו֙ ְּא‬
:‫יסים‬ ַֽ ‫הְּסר‬
ַֽ ָ ‫ֹלש‬
ִ֖ ָ ְּ‫ש‬
vaisá fanav el-hájalón, vaiómer mí ití mí; vaiashqífu eláv, shênáim shêlosháh
sárisím.

Iehú [Jehú] levantó la cara hacia la ventana y dijo: –¿Quién está conmigo?
¿Quién? Miraron hacia él dos o tres funcionarios,
(33)
‫)ְּוֶַֽ֣ישמְּ ָּ֑טּוהָ ְּו ַֹּ֨יזְּמדָ ָ ֵ֧מּהְּאל־הַ ֛קירְּוְּאל־‬
ַ ָ‫ו ַ֥יאמרְּשמטהוְּ(שמ ִ֖טּוה‬
:‫יםְּוֶַֽ֣ירמְּ ַֽסנָה‬
ַ ‫סּוס‬
ִ֖ ַ‫ה‬
vaiómer smthv (shimtúha) váishmêtúha; vaíz midamáĥ el-haqír vêel-hasusím
váirmêsénah.

y él les dijo: –¡Echadla abajo! La echaron, y parte de su sangre salpicó la


pared y los caballos, los cuales la atropellaron.
(34)
ְּ ָ‫ֲרּורהְּהַ זאת֙ ְּוְּקב ֵ֔רּוה‬
ַׁ֤ ָ ‫ת־הא‬
ַֽ ָ ‫ַוי ִָ֖באְּו ַַ֣יאכַלְּוַיָּ֑שתְּו ַָ֗יאמרְּפקדּו־ ָָּ֞נאְּא‬
:‫ְךְּהיא‬
ַֽ ‫ת־מל‬
ִ֖ ַ‫֥כיְּב‬
vaiavó vaiójal vaiésht; vaiómer piqdu-ná et-háaruráh hazot vêqivrúha, kí vat-
mélej hí.

Luego entró, y después que comió y bebió, dijo: –Ocupaos de esa maldita y
sepultadla, pues es hija de rey.

724
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 9, 10

(35)
ְּ‫ּהְּכיְּאם־הַ גֻל ֛גלתְּוְּ ָ ַֽה ַרגלַ ִ֖יםְּוְּכ ַ֥פֹות‬
ֵ֧ ‫אּוְּב‬
ָ ָ֗ ‫א־מצ‬
ַ֣ ָ ‫וַיַֽלְּכִ֖ ּוְּלְּקְּב ָ ָּ֑רּהְּוְּל‬
:‫הַ י ָ ַָֽדים‬
vaiélêjú lêqovráĥ; vêlo-mátzu váĥ kí im-hagulgólet vêháragláim vêjapót
haiadáim.

Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que el cráneo, los
pies y las palmas de las manos.
(36)
ְּ‫ֲשרְּד ָ֗ברְּבְּיַד־עַב ֛דֹו‬ַ֣ ‫ַ֣הְּהּואְּא‬
ֵ֔ ָ‫ַויָשֻ בּוּ֮ ְּ ַויַגַ֣ידּוְּלֹוְּ֒ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּדְּבַ ר־יהו‬
ְּ‫אלְּיאכְּל֥ ּוְּהַ כְּל ִָ֖ביםְּאת־בְּ ַ ֥שר‬
ַֽ ‫אמרְּבְּחַ֣לקְּיז ְּר ֵ֔ע‬
ָּ֑ ‫ַֽאליָ ֥הּוְּהַ תש ִ֖ביְּל‬
:ְּ‫א ָיזַֽבל‬
vaiashuvú vaiagídu ló vaiómer dêvar-Adonai hú, ashér dibér bêiad-'avdó
éliáhu hatishbí lemór; bêjéleq izrê'él, iójêlú hakêlavím et-bêsár izável .

Volvieron y se lo informaron. Y él dijo: –¡Ésta es la palabra que el Eterno


habló por medio de su siervo Eliáhu [Elías] el tisbita, diciendo: 'En la parcela
de Jezreel, los perros comerán la carne de Jezabel;
(37)
ְּ‫והיתְּ(והְּי ָּ֞ ָתה)ְּנבלַ ַ֣תְּא ָ֗יזבלְּכְּ ֛דמןְּעַל־פְּנ֥יְּהַ שָ ִ֖דהְּבְּחַ֣לקְּיז ְּרעָּ֑אל‬
ְַּֽ
‫ ס‬:‫ּוְּזאתְּא ָיזַֽבל‬ ֥ ‫רְּלא־יאמ ִ֖ר‬ ַֽ ‫ֲש‬
֥ ‫א‬
vhit (vêhoytáh) nivlát izével kêdómen 'al-pênéi hasadéh bêjéleq izrê'él; ashér
ló-iomrú zót izável.

y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la


parcela de Jezreel, de modo que nadie pueda decir: 'Ésta es Jezabel.''

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 10


(1)
ְּ‫ּולאַ ח ָ ֛אבְּשב ֥עיםְּבָ נִ֖יםְּבְּ ַֽשמְּ ָּ֑רֹוןְּוַיכתבְּ֩י ֹּ֨הּואְּסְּפ ָָ֜ריםְּוַישלַ ַ֣ח‬
:‫אמר‬ַֽ ‫ַֽשמְּ ָ֗רֹוןְּאל־שָ ַׁ֤ריְּיז ְּרעאלְּ֙הַ זְּק ֵ֔ניםְּוְּאל־הָ ַֽאמְּנ֥יםְּאַ ח ָ ִ֖אבְּל‬
ulajáv shiv'ím baním bêshómêrón; vaijtov iehú sêfarím vaishláj shómêrón el-
saréi izrê'el hazêqením, vêel-haómêním ajáv lemór.

Ajáv [Acab] tenía setenta hijos en Shomrón [Samaria]. Y Iehú [Jehú] escribió
cartas y las envió a Shomrón [Samaria] a los principales de la ciudad, a los
ancianos y a los tutores de los hijos de Ajáv [Acab], diciendo:

725
10 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(2)
ְּ‫יכםְּוְּאתְּכִ֖םְּבְּנַ֣יְּא ֲַֽדניכָּ֑םְּוְּאתְּכם֙ ְּהָ ַ֣רכב‬
ֵ֔ ‫וְּע ָ֗ ַָתהְּכְּ ֹּ֨באְּהַ ַׁ֤ספרְּהַ זה֙ ְּאֲל‬
:‫סּוסיםְּוְּ ֥עירְּמב ָצִ֖רְּוְּהַ ָנַֽשק‬ֵ֔ ַ‫וְּה‬
vê'atáh kêvó haséfer hazeh aleijém, vêitêjém bênéi adóneijém; vêitêjem
haréjev vêhasusím, vê'ír mivtzár vêhanásheq.

Ahora, cuando esta carta llegue a vosotros, puesto que tenéis con vosotros a
los hijos de vuestro señor, y tenéis con vosotros los carros, los caballos, una
ciudad fortificada y las armas,
(3)
ְּ‫יכםְּוְּשַ מ ִ֖תםְּעַל־כ ַ֣סאְּאָ ָּ֑ביו‬
ֵ֔ ‫ּורא ָּ֞יתםְּהַ ַׁ֤טֹובְּוְּהַ יָשָ ר֙ ְּמבְּנַ֣יְּא ֲַֽדנ‬
:‫יכם‬ַֽ ‫ַל־ביתְּא ֲַֽדנ‬֥ ‫וְּ ַֽה ָלח ֲִ֖מּוְּע‬
uritém hatóv vêhaiashar mibênéi adóneijém, vêsamtém 'al-kisé avív;
vêhílajamú 'al-béit adóneijém.

mirad cuál es el mejor y más apto de los hijos de vuestro señor, y ponedlo en
el trono de su padre, y combatid por la casa de vuestro señor.
(4)
ְּ‫אְּעמְּ ִ֖דּוְּלְּפָנָ ָּ֑יוְּוְּ ִ֖איְך‬ ֥ ‫ו ַַֽירְּאּו֙ ְּמְּ ַ֣אדְּמְּ ֵ֔אדְּו ַַ֣יאמ ֵ֔רּוְּהנה֙ ְּשְּנַ֣יְּהַ מְּל ֵָ֔כ‬
ַֽ ָ ‫יםְּל‬
:‫ַ ַֽנע ֲ֥מדְּ ֲא ָנַֽחְּנּו‬
vaírêú mêód mêód, vaiómrú, hineh shênéi hamêlajím, ló 'ámêdú lêfanáv; vêéij
ná'amód anájênu.

Pero ellos tuvieron mucho temor y se dijeron: 'He aquí que dos reyes no
pudieron resistirle; ¿cómo podremos resistir nosotros?'
(5)
‫ֲשרְּעַל־הָ ִ֟עירְּוְּהַ זְּקניםְּ֩וְּהָ ַֽאמְּ ֹּ֨ניםְּאל־‬
ֶׁ֪ ‫תְּוא‬
ַֽ ַ ‫וַישלַ ַ֣חְּאֲשר־עַל־הַ ַבַ֣י‬
‫הְּלא־‬
ַֽ ‫ִ֖ינּוְּנע ֲָּ֑ש‬
ַֽ ַ ‫אמרְּאל‬ ֥ ַ ‫י ַׁ֤הּואְּ׀ְּלאמר֙ ְּעֲבָ ַ֣דיךְּ ֲא ֵַ֔נחנּוְּוְּ ֛כלְּאֲשר־ת‬
:‫ְךְּאישְּהַ ֥טֹובְּבְּעינִ֖יךְּע ֲַֽשה‬
ֵ֔ ‫נַמ ַ֣ל‬
vaishláj asher-'al-habáit váashér 'al-ha'ír vêhazêqenim vêhaómêním el-iehú |
lemor 'avadéja anájnu, vêjól asher-tomár eléinu ná'aséh; ló-namlíj ísh, hatóv
bê'einéja 'aséh.

Entonces el administrador del palacio, el alcalde de la ciudad, los ancianos y


los tutores enviaron a decir a Iehú [Jehú]: 'Nosotros somos tus siervos y
haremos todo lo que nos digas. No pondremos a ninguno como rey; haz lo que
te parezca bien.'

726
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 10

(6)
ְּ‫ם־ליְּאַ ָ֜תםְּּולק ַ֣ליְּ׀ְּאַ ַ֣תם‬ ֹּ֨ ‫אמרְּא‬ ָ֗ ‫ְּ֩ספרְּ׀ְּש ָ֜ניתְּל‬ ֹּ֨ ‫וַיכ ַ֣תבְּאֲליהם‬
ְּ‫םְּּובאּוְּאלַ ֛יְּכָע֥תְּמָ ָחִ֖ר‬
ֵ֧ ‫יכ‬ ֵ֔ ‫ת־ראשי֙ ְּאַ נ ַ֣שיְּבְּני־א ֲַֽדנ‬
ָ ‫ַֽשמְּ ָ֗עיםְּקְּחּו֙ ְּא‬
ְּ‫יםְּאישְּאת־גְּדל֥יְּהָ ִ֖עירְּמְּגַדְּ ֥לים‬ ֵ֔ ‫יז ְּרעָּ֑אלָהְּּובנַׁ֤יְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּשב ַ֣ע‬
:‫אֹותם‬
ַֽ ָ
vaijtóv aleihem séfer | shenít lemór im-lí atém ulqolí | atém shómê'ím qêjú et-
rasheí anshéi vênei-adóneijém, uvóu elái ka'ét majár izrê'élah; uvnéi hamélej
shiv'ím ísh, et-gêdoléi ha'ír mêgadêlím otám.

Entonces les escribió una segunda carta diciendo: Si estáis de mi parte y


obedecéis mi voz, tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor y
venid a mí mañana a estas horas, a Jezreel. Los hijos del rey, setenta hijos
varones, estaban allí con los principales de la ciudad que los criaban.
(7)
ְּ‫יהםְּוַיקחּו֙ ְּאת־בְּנַ֣יְּהַ ֵ֔מלְךְּ ַוֶַֽ֣ישח ֲִ֖טּוְּשב ַ֣עים‬
ֵ֔ ‫וַי ָ֗היְּכְּ ַׁ֤באְּהַ ֹּ֨ספר֙ ְּאֲל‬
:‫דּודיםְּוַישלְּ ֥חּוְּאלָ ִ֖יוְּיז ְּר ַֽעאלָה‬
ֵ֔ ַ‫ת־ראשיהם֙ ְּב‬ ַֽ ָ ‫ָּ֑אישְּ ַוי ַָׁ֤שימּוְּא‬
vaihí kêvó haséfer aleihém, vaiqjú et-bênéi hamélej, váishjatú shiv'ím ísh;
vaiasímu et-rásheihem badudím, vaishlêjú eláv izrê'élah.

Y sucedió que cuando les llegó la carta, tomaron a los hijos del rey y
degollaron a los setenta hijos varones. Luego pusieron sus cabezas en canastas
y las enviaron a Iehú [Jehú], a Jezreel.
(8)
ְּ‫אשיְּבְּנַֽי־הַ ָּ֑מלְךְּו ַָ֗יאמר‬
ְַּ֣ ‫יאּוְּר‬
ָ ‫אמרְּה ִ֖ב‬ ֵ֔ ‫ַוי ַָׁ֤באְּהַ מַ לאָ ְך֙ ְּ ַויַגד־לַ֣ ֹוְּל‬
:‫ַ֣שימּוְּא ָּ֞ ָתםְּשְּנֵ֧יְּצב ֻ֛ריםְּפ֥תַ חְּהַ ַ ִ֖שעַרְּעַד־הַ ַֽבקר‬
vaiavó hamalaj vaiaged-ló lemór, hevíu rashéi vênéi-hamélej; vaiómer símu
otám shênéi tziburím pétaj hashá'ar 'ad-habóqer.

Entonces llegó el mensajero y le informó diciendo: –Han traído las cabezas de


los hijos del rey. Y él dijo: –Ponedlas en dos montones a la entrada de la
puerta de la ciudad, hasta mañana.
(9)
ְּ‫ַ֣אְּוֶַֽ֣ ַיע ֲֵ֔מדְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּאל־כְּל־הָ ֵָ֔עםְּצַ ד ִ֖קיםְּאַ ָּ֑תםְּה ֹּ֨נה‬
ַ ‫וַי ַׁ֤היְּבַ ֹּ֨בקר֙ ְּוַיצ‬
:‫ל־אלה‬ַֽ ְּ‫הּוְּּומיְּהכָ ִ֖הְּאת־כ‬
֥ ‫א ֲָ֜ניְּקָ ַ ַׁ֤שרתיְּעַל־אֲדני֙ ְָּוַֽאה ְּר ֵ֔ג‬
vaihí vabóqer vaietzé váia'amód, vaiómer el-kol-ha'ám, tzadiqím atém; hinéh
aní qashárti 'al-adoní váehrêgéhu, umí hikáh et-kol-éleh.

727
10 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Cuando llegó la mañana, Iehú [Jehú] salió, se puso de pie y dijo a todo el
pueblo: –Vosotros sois inocentes. He aquí, yo soy el que ha conspirado contra
mi señor y lo he matado. Pero, ¿quién ha matado a todos éstos?
(10)
‫ְּארצָ הְּאֲשר־דב֥רְּיהוָ ִ֖הְּעַל־‬ ַ ֵ֔ ֙‫ְּ֩לאְּי ָ֜פלְּמדְּ ַבַׁ֤רְּיהוָה‬ ֹּ֨ ‫דְּעַ֣ ּוְּא ָ֗פֹואְּכי‬
:ְּ‫ֹוְּאל ָיַֽהּו‬
ַֽ ‫ֲשרְּד ֵ֔ברְּבְּיַ ִ֖דְּעַב ֥ד‬ ַ֣ ‫הְּאתְּא‬ ֹּ֚ ֵָ֔‫בְּוַֽיהוָ ַ֣הְּעָש‬
ַ ‫בַ֣יתְּאַ ח ָ ָּ֑א‬
dê'ú efó kí ló ipól midêvár Adonai ártzah, asher-dibér Adonai 'al-béit ajáv;
váAdonai 'asáh, ét ashér dibér, bêiád 'avdó éliáhu .

Sabed, por tanto, que de la palabra del Eterno, de lo que ha hablado el Eterno
contra la casa de Ajáv [Acab], nada caerá a tierra; y que el Eterno ha hecho lo
que había dicho por medio de su siervo Eliáhu [Elías].
(11)
ְּ‫ּואְּאתְּכְּל־הַ נשאָ ַׁ֤ריםְּלְּבית־אַ חאָ ב֙ ְּבְּיז ְּר ֵ֔עאלְּוְּכְּל־גְּדלָ ִ֖יו‬
ַ֣ ‫וַיַ ְֶַ֣֣ךְּי ָ֗ה‬
:‫ּומיֻדָ עָ ַ֣יוְּוְּ ַֽכהֲנָ ָּ֑יוְּעַד־בל ֥תיְּהש ַֽאיר־לִ֖ ֹוְּשָ ַֽריד‬
vaiáj iehú ét kol-hanisharím lêveit-ajav bêizrê'él, vêjol-gêdoláv umiuda'áv
vêjóhanáv; 'ad-biltí hishír-ló saríd.

Así Iehú [Jehú] mató a todos los que habían quedado de la casa de Ajáv
[Acab] en Jezreel, a todos sus principales, a sus amigos íntimos y a sus
sacerdotes, hasta no dejarle ningún sobreviviente.
(12)
:‫דְּהר ִ֖עיםְּבַ ָ ַֽדרְך‬
ַֽ ָ ‫ּואְּבית־ע֥ק‬
ַֽ ‫ֹוןְּה‬
֛ ‫ְךְּשמְּ ָּ֑ר‬
ַֽ ‫ַו ָֹּ֨יקָ ם֙ ְּ ַוי ֵָ֔באְּוַיִ֖ל‬
vaiáqam vaiavó, vaiélej shómêrón; hú béit-'éqed háro'ím badárej.

Iehú [Jehú] partió y se dirigió a Shomrón [Samaria], y en el camino llegó a


Bet-equed de los pastores.
(13)
ְּ‫רְּמיְּאַ ָּ֑תםְּו ַַֽיאמְּ ָ֗רּו‬
ַ֣ ‫הּודהְּו ִַ֖יאמ‬ָ ֵ֔ ְּ‫וְּי ָ֗הּואְּמָ צָ א֙ ְּאת־אֲחי֙ ְּאֲחַ זיָ ַ֣הּוְּ ַֽמלְך־י‬
:‫ירה‬ַֽ ָ ‫אֲחַׁ֤יְּאֲחַ ז ָֹּ֨יהּו֙ ְּ ֲא ֵַ֔נחנּוְּו ַ֛נֶ֣רדְּלשל֥ ֹוםְּבְּנַֽי־הַ ִ֖מלְךְּּובנ֥יְּהַ גְּב‬
vêiehú matza et-ajeí ajaziáhu mélej-iêhudáh, vaiómer mí atém; vaiómêrú ajéi
ajaziáhú anájnu, vanéred lishlóm bênéi-hamélej uvnéi hagêviráh.

Y Iehú [Jehú] encontró allí a los hermanos de Ajaziá [Ocozías], rey de Iehudá
[Judá], y les preguntó: –¿Quiénes sois vosotros? Ellos respondieron: –Somos
hermanos de Ajaziá [Ocozías] y hemos descendido para saludar a los hijos del
rey y a los hijos de la reina madre.
(14)
‫ֹורְּבית־‬
ַֽ ‫ל־ב‬ ַ֣ ‫יםְּוֶַֽ֣יתפְּ ִ֖שּוםְּחַ יָּ֑יםְּוַישחָ ָּ֞טּוםְּא‬
ַ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּתפ ַ֣שּוםְּחַ ֵ֔י‬
‫ ס‬:‫ירְּאישְּמ ַֽהם‬
ִ֖ ‫ְּאישְּוְּ ַֽלא־הש ֥א‬ ֵ֔ ֙‫ָ֗עקדְּאַ רבָ ַׁ֤עיםְּּוש ַֹּ֨נים‬
728
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 10

vaiómer tifsúm jaím, váitpêsúm jaím; vaishjatúm el-bór béit-'éqed arba'ím


ushnáim ísh, vêló-hishír ísh mehém.

Entonces él dijo: –¡Prendedlos vivos! Y después que los prendieron vivos,


degollaron junto al pozo de Bet-equed a cuarenta y dos hombres, sin dejar con
vida a ninguno de ellos.
(15)
ְּ‫ֹוְּוֶַֽ֣יבְּ ְּר ָ֗כהּוְּו ַֹּ֨יאמר‬
ַ ‫את‬ ָ֜ ‫וַיַ֣לְךְּמשַָּ֡ םְּוַימ ָצַ֣אְּאת־יְּ ַֽהֹונָדָ בְּ֩בן־ר ָֹּ֨כבְּלק ָר‬
ְּ‫רְּי ַֽהֹונ ָ ָ֥דב‬
ְּ ‫ֲשרְּלְּבָ בי֙ ְּעם־לְּבָ ֵ֔בךְּו ַֹּ֨יאמ‬ ַׁ֤ ‫רְּכא‬ַֽ ַ ָָ֗‫א ָָ֜ליוְּהֲיֵ֧שְּאת־לְּ ָ ַֽבבְּךַ֣ ְּיָש‬
:‫י֛שְּוָיִ֖שְּתְּנָ ַ֣הְּאת־י ָָּ֑דךְּוַי ַ֣תןְּיָדֵ֔ ֹוְּו ַ ַַֽיעֲל֥הּוְּאלָ ִ֖יוְּאל־הַ מרכ ָ ַָֽבה‬
vaiélej mishám vaimtzá et-iêhónadav ben-rejáv liqrató váivorêjéhu vaiómer
eláv haiésh et-lêvávêjá iashár káashér lêvaví 'im-lêvavéja, vaiómer iêhónadáv
iésh vaiésh tênáh et-iadéja; vaitén iadó, vaiá'aléhu eláv el-hamerkaváh.

Iehú [Jehú] partió de allí y encontró a Jonadab hijo de Recab, que venía a su
encuentro. Y después de saludarle, le preguntó: –¿Es recto tu corazón, como
mi corazón es recto con tu corazón? Jonadab respondió: –Sí, lo es. Entonces
Iehú [Jehú] dijo: –Si lo es, ¡dame la mano! Y le dio la mano. Luego le hizo
subir con él al carro,
(16)
:ְּ‫יְּליהוָ ָּ֑הְּ ַויַר ֥כבּוְּא ִ֖תֹוְּבְּרכ ַֽבֹו‬
ַֽ ַ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּלְּכָ ַ֣הְּא ֵ֔תיְּּור ִ֖אהְּבְּקנאָ ַ֣ת‬
vaiómer lêjáh ití, uréh bêqinatí láAdonai; vaiarkívu otó bêrijbó .

y dijo: –Ven conmigo y verás mi celo por el Eterno. Y le hizo subir a su carro.
(17)
ְּ‫ְּשמְּ ֵ֔רֹוןְּ ַָ֠ויְַךְּאת־כְּל־הַ נשאָ ֵ֧ריםְּלְּאַ ח ָ ֛אבְּבְּ ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּעַד־השמ ָּ֑דֹו‬
ַֽ ֙‫ַויָבא‬
‫ פ‬:ְּ‫ל־אל ָיַֽהּו‬
ַֽ ‫ֲשרְּדבִ֖רְּא‬
֥ ‫כד ַבַ֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּא‬
vaiavo shómêrón, váiaj et-kol-hanisharím lêajáv bêshómêrón 'ad-hishmidó;
kidvár Adonai, ashér dibér el-éliáhu .

Entonces, cuando Iehú [Jehú] llegó a Shomrón [Samaria], mató a todos los de
Ajáv [Acab] que habían quedado allí, hasta exterminarlos, conforme a la
palabra que el Eterno había hablado a Eliáhu [Elías].
(18)
ְּ‫וַיק ַׁ֤בץְּיהּוא֙ ְּאת־כְּל־הָ ֵָ֔עםְּו ַַ֣יאמרְּאֲל ֵ֔הםְּאַ ח ֹ֕ ָאבְּע ַָב֥דְּאת־הַ ַ ִ֖בעַל‬
:‫ּואְּיעַב ֥דנּוְּהַ ר ַֽבה‬
ַֽ ַ ‫מְּעָ ָּ֑טְּי ִ֖ה‬
vaiqbótz iehu et-kol-ha'ám, vaiómer alehém, ajáv 'avád et-habá'al mê'át; iehú
iá'avdénu harbéh.

729
10 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Entonces Iehú [Jehú] reunió a todo el pueblo y les dijo: –Ajáv [Acab] sirvió
poco a Baal; Iehú [Jehú] le servirá mucho.
(19)
ְּ‫יְּאיש‬ַ֣ ‫ל־כ ֲהנָיוְּ֩קר ֹּ֨אּוְּא ַָ֜ל‬
ַֽ ְּ‫ל־עבְּ ָ ַ֣דיוְּוְּכ‬
ַֽ ְּ‫יאיְּהַ ַּ֡ ַב ַעלְּכ‬
ַ֣ ‫וְּע ָ ַַ֣תהְּכְּל־נְּב‬
ְּ ֙‫אְּיחְּיָּ֑הְּוְּיהּוא‬
ַֽ ‫דְּל‬
ַ֣ ‫ַלְּכלְּאֲשר־יפ ִָ֖ק‬ ֥ ‫אַ ל־יפ ָָ֗קדְּכי ְֹּּ֨֩זבַ חְּג ָ֥דֹולְּלי֙ ְּל ֵ֔ ַַבע‬
:‫ת־עבְּ ֥דיְּהַ ָ ַֽבעַל‬
ַֽ ‫ַןְּהא ֲִ֖בידְּא‬ַֽ ַ ‫ָשהְּבְּעְּק ֵ֔ ָבהְּלְּ ַ ֥מע‬
ַ֣ ָ ‫ע‬
vê'atáh jol-nêviéi habá'al kol-'óvêdáv vêjol-kóhanav qirú elái ísh al-ipaqéd kí
zévaj gadól lí labá'al, kól asher-ipaqéd ló íjêiéh; vêiehu 'asáh vê'oqbáh,
lêmá'an háavíd et-'óvêdéi habá'al.

Ahora pues, convocadme a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a
todos sus sacerdotes, sin que falte ni uno; porque voy a ofrecer un gran
sacrificio a Baal. Cualquiera que falte no vivirá. Iehú [Jehú] hacía esto con
astucia, para destruir a los que rendían culto a Baal.
(20)
:‫ו ַַ֣יאמרְּי ָ֗הּואְּקַ דְּ ֵ֧שּוְּעֲצָ ָ ֛רהְּל ַ ִַ֖ב ַעלְְַּּויק ָ ַֽראּו‬
vaiómer iehú qadêshú 'atzaráh labá'al vaiqráu.

Entonces dijo Iehú [Jehú]: –¡Consagrad una asamblea festiva para Baal! Y
ellos la convocaron.
(21)
ְּ‫ל־עבְּ ַ֣דיְּהַ ֵ֔ ַב ַעלְּוְּ ַֽלא־נש ַ ֥אר‬
ַֽ ְּ‫וַישלַ ַׁ֤חְּיהּוא֙ ְּבְּכְּל־יש ָר ֵ֔אלְּ ַוי ָֹּ֨באּו֙ ְּכ‬
:‫א־בָּ֑אְּ ַוי ָֹּ֨באּו֙ ְּבַ֣יתְּהַ ֵ֔ ַבעַלְּוַימָ ל֥אְּבית־הַ ַ ִ֖בעַלְּפ֥הְּל ַָֽפה‬
ָ ‫ֲשרְּל‬ ַ֣ ‫ִ֖אישְּא‬
vaishláj iehu bêjol-israél, vaiavóú kol-'óvêdéi habá'al, vêló-nishár ísh ashér lo-
vá; vaiavóú béit habá'al, vaimalé veit-habá'al péh laféh.

Entonces Iehú [Jehú] envió mensajeros por todo Israel, y todos los siervos de
Baal llegaron, sin que nadie dejase de venir. Y entraron en el templo de Baal,
el cual se llenó de extremo a extremo.
(22)
ְּ‫לְּעבְּ ַ֣דיְּהַ ָ ָּ֑ב ַעלְּוַיצ֥א‬
ַֽ ‫רְּלאֲשר֙ ְּעַל־הַ מלתָ ֵ֔ ָחהְּהֹוצַ֣אְּלְּ ֵ֔בּושְּלְּ ִ֖כ‬
ַֽ ַ ‫ו ַָ֗יאמ‬
:‫לָהִ֖םְּהַ מַ ל ַֽבּוש‬
vaiómer láasher 'al-hameltajáh, hotzé lêvúsh, lêjól 'óvêdéi habá'al; vaiotzé
lahém hamalbúsh.

Entonces Iehú [Jehú] dijo al que estaba a cargo del vestuario: –Saca vestiduras
para todos los siervos de Baal. Y él sacó las vestimentas para ellos.

730
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 10

(23)
ְּ‫יהֹונ ָ ָ֥דבְּבן־רכָ ִ֖בְּבַ֣יתְּהַ ָ ָּ֑ב ַעלְּו ַָ֜יאמרְּלְּ ַֽעבְּ ַ֣דיְּהַ ָ֗ ַבעַל‬
ַֽ ‫ַוי ָ֥באְּי ֛הּואְּו‬
ְּ‫ם־עבְּ ֥דיְּהַ ַ ִ֖בעַל‬
ַֽ ‫הְּכיְּא‬ ֛ ‫ְּמעַב ַ֣דיְּיה ֵ֔ ָו‬ ַֽ ֙‫ש־פהְּעמָ כם‬ַׁ֤ ‫חַ פְּ ַׁ֤שּוְּּוראּו֙ ְּפן־י‬
:ְּ‫לְּבַ ָ ַֽדם‬
vaiavó iehú vihónadáv ben-rejáv béit habá'al; vaiómer lê'óvêdéi habá'al japêsú
urú pen-iesh-póh 'imajem mé'avdéi Adonai, kí im-'óvêdéi habá'al lêvadám .

Luego entró Iehú [Jehú] con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y
dijo a los siervos de Baal: –Buscad y ved que no haya aquí entre vosotros
ninguno de los siervos del Eterno, sino sólo los siervos de Baal.
(24)
ְּ‫ַ֣יםְּאיש‬
ֵ֔ ‫ּואְּשם־לַׁ֤ ֹוְּבַ חּוץ֙ ְּשְּמנ‬
ַֽ ָ ‫אּוְּלע ֲִ֖שֹותְּזְּבָ ַ֣חיםְּוְּעלָּ֑ ֹותְּוְּי ָּ֞ה‬
ַֽ ַ ‫ַוי ָֹ֕ב‬
‫ֲשרְּאֲני֙ ְּמ ַ֣ביאְּעַל־‬
ַׁ֤ ‫ן־ה ֲאנ ָָ֗שיםְּא‬
ַֽ ָ ‫ו ַָ֗יאמרְּהָ ַׁ֤אישְּאֲשר־ימָ לט֙ ְּמ‬
:‫ֹוְּתחַ תְּנַפ ַֽשֹו‬
֥ ַ ‫יכםְּנַפ ִ֖ש‬ֵ֔ ‫יְּד‬
vaiavóu lá'asót zêvajím vê'olót; vêiehú sám-ló vajutz shêmoním ísh, vaiómer
haísh asher-imalet min-háanashím ashér aní meví 'al-iêdeijém, nafshó tájat
nafshó.

Cuando entraron para ofrecer los sacrificios y los holocaustos, Iehú [Jehú]
colocó afuera ochenta hombres diciéndoles: –¡Cualquiera que deje escapar a
alguno de los hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida
responderá por la de él!

(25)
ְּ‫יםְּבאּו‬
ַׁ֤ ‫הּואְּל ָר ֹּ֨ציםְּוְּל ָ ַַֽשל ָ֜ש‬
ַֽ ָ ‫רְּי‬
ָ֠ ‫ֹותְּהע ָָ֗להְּו ַַ֣יאמ‬
ַֽ ָ ‫ַֹּלתֹוְּ׀ְּ ַ ַֽלע ֲַ֣ש‬
ַ֣ ‫וַי ָּ֞היְּכְּכ‬
ְּ‫כּוְּה ָרצים֙ ְּוְּהַ ָ ַ֣של ֵ֔שים‬
ַֽ ָ ‫י־חָּ֑רבְּ ַויַש ָ֗ל‬
ָ ‫ְּאישְּאַ ל־י ֵ֔צאְּ ַויַכִ֖ ּוםְּלְּפ‬ ַ֣ ֙‫הַ כּום‬
:‫ַד־עירְּבית־הַ ָ ַֽב ַעל‬ ֥ ‫וַיַֽלְּכִ֖ ּוְּע‬
vaihí kêjalotó | lá'asót há'oláh vaiómer iéhu láratzím vêlashálishím bóu hakum
ísh al-ietzé, vaiakúm lêfi-járev; vaiashlíju háratzim vêhashálishím, vaiélêjú
'ad-'ír beit-habá'al.

Y sucedió que cuando ellos acabaron de hacer el holocausto, Iehú [Jehú] dijo
a los de su escolta y a los comandantes: –¡Entrad y matadlos; que no salga
ninguno! Los de la escolta y los comandantes los mataron a filo de espada y
los echaron fuera. Avanzaron hasta el interior del templo de Baal,
(26)
: ָ‫ַלְּוֶַֽ֣ישרְּפַֽ ּוה‬
ַ ‫וַי ֛צאּוְּאת־מַ צְּ ֥בֹותְּבית־הַ ַ ִ֖בע‬
731
10 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiotzíu et-matzêvót beit-habá'al váisrêfúha.

sacaron el árbol ritual del templo de Baal y lo quemaron.


(27)
ְּ‫ת־ביתְּהַ ֵ֔ ַבעַלְּוַישמֻ ֥הּו‬
ַ֣ ‫ַלְּוֶַֽ֣יתְּצּו֙ ְּא‬
ַ ‫ּוְּאתְּמַ צְּ ַבַ֣תְּהַ ָ ָּ֑בע‬
ִ֖ ‫ַוֶַֽ֣יתְּ ֵ֔צ‬
:‫למחראותְּ(לְּ ַֽמֹוצָ ִ֖אֹות)ְּעַד־הַ יַֽ ֹום‬
váitêtzú, ét matzêvát habá'al; váitêtzú et-béit habá'al, vaisimúhu lmjrvt
(lêmótzaót) 'ad-haióm.

Destrozaron la piedra ritual de Baal, destrozaron el templo y lo convirtieron


en letrina hasta el día de hoy.
(28)
:‫ַויַש ֥מדְּי ֛הּואְּאת־הַ ַ ִ֖בעַלְּמיש ָר ַֽאל‬
vaiashméd iehú et-habá'al miisraél.

Así Iehú [Jehú] erradicó a Baal de Israel.


(29)
ְּ‫א־סרְּי ִ֖הּוא‬
֥ ָ ‫רְּהח ֱַ֣טיאְּאת־יש ָר ֵ֔אלְּל‬
ַֽ ‫ֲש‬ַ֣ ‫יְּיֶ֣רְּבְּעָ ַׁ֤םְּבן־נְּבָ ט֙ ְּא‬
ַֽ ָ ‫ַָ֠רקְּחֲטָ ָּ֞א‬
‫פ‬:‫ֲשרְּבְּ ָ ַֽדן‬
֥ ‫לְּוא‬
ַֽ ַ ‫ית־א‬
ִ֖ ‫רְּב‬
ַֽ ‫ֲש‬ ֥ ‫מ ַ ַֽאחֲריהָּ֑םְּעגלי֙ ְּהַ ז ֵ֔ ָָהבְּא‬
ráq jataéi iárovê'ám ben-nêvat ashér héjetí et-israél, lo-sár iehú meájareihém;
'egleí hazaháv, ashér béit-él váashér bêdán.

Con todo eso, Iehú [Jehú] no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de
Nabat, quien hizo pecar a Israel. Iehú [Jehú] no se apartó de ir en pos de los
becerros de oro que estaban en Betel y en Dan.
(30)
ְּ‫ְּלע ֲַׁ֤שֹותְּהַ יָשָ ר֙ ְּבְּעי ֵַ֔ני‬
ַֽ ַ ‫יב ָ֙ת‬
ֹּ֨ ‫ו ַֹּ֨יאמרְּיה ָ֜ ָוהְּאל־י ָ֗הּואְּיַ ַׁ֤עַןְּאֲשר־הֱט‬
‫ַ֣יְּרב ֵ֔עיםְּיַֽשְּ ֥בּוְּלְּךִ֖ ְּעַל־‬
ְּ ‫ֲשרְּבלבָ ֵ֔ביְּע ִָ֖שיתָ ְּלְּבַ֣יתְּאַ ח ָ ָּ֑אבְּבְּנ‬ ַ֣ ‫כְּכלְּ֙א‬
:ְּ‫כ ֥סאְּיש ָר ַֽאל‬
vaiómer Adonai el-iehú iá'an asher-hetivótá lá'asót haiashar bê'einái, kêjol
ashér bilvaví, 'asíta lêvéit ajáv; bênéi rêvi'ím, iéshêvú lêjá 'al-kisé israél .

Entonces el Eterno dijo a Iehú [Jehú]: –Porque has actuado bien haciendo lo
recto ante mis ojos y has hecho a la casa de Ajáv [Acab] conforme a todo lo
que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la
cuarta generación.
(31)
ְּ‫ֱֹלהי־יש ָר ִ֖אלְּבְּכְּל־לְּבָ ָּ֑בֹו‬
ַֽ ‫ּואְּלאְּשָ ַ ֛מרְּלָל֛כתְּבְּ ַֽת ַֹורת־יהוָ ֥הְּא‬
֥ ‫וְּי ָ֗ה‬
:ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיאְּאת־יש ָר ַֽאל‬
ַֽ ‫ֲש‬ ֥ ‫אותְּיֶ֣רְּבְּ ֵָ֔עםְּא‬
ַֽ ָ ‫אְּסרְּמ ַעלְּ֙חַ ַ֣ט‬
ָ ָ֗ ‫ַ֣ל‬
732
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 10

vêiehú ló shamár laléjet bêtórat-Adonai elohéi-israél bêjol-lêvavó; ló sár me'al


jatóvt iárovê'ám, ashér héjetí et-israél .

Pero Iehú [Jehú] no se cuidó de andar con todo su corazón en la Torá del
Eterno Elohim de Israel, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, quien hizo
pecar a Israel.
(32)
ְּ‫בַ י ַָ֣מיםְּהָ ֵ֔הםְּהחַ֣לְּיה ֵ֔ ָוהְּלְּקַ ִ֖צֹותְּבְּיש ָר ָּ֑אלְּ ַויַכ֥םְּ ֲחז ִָ֖אלְּבְּכְּל־גְּ ֥בּול‬
:ְּ‫יש ָר ַֽאל‬
baiamím hahém, hejél Adonai, lêqatzót bêisraél; vaiakém jazaél bêjol-gêvúl
israél .

En aquellos días el Eterno comenzó a reducir a Israel. Hazael los derrotó en


todo el territorio de Israel,
(33)
ְּ‫ל־ארץְּהַ גל ֵָ֔עדְּהַ ג ָ֥דיְּוְּהָ ַֽראּובנִ֖י‬ ַ֣ ְּ‫שְּאתְּכ‬ ֹּ֚ ‫מן־הַ יַרדן֙ ְּמז ַ ַ֣רחְּהַ ֵ֔שמ‬
:‫יְּמעֲרער֙ ְּאֲ שר־עַל־נַ ַ֣חַ לְּאַ ר ֵ֔נןְּוְּהַ גלעָ ִ֖דְּוְּהַ בָ ָ ַֽשן‬ ַֽ ‫וְּ ַ ַֽהמְּנ ַָּ֑ש‬
min-haiarden mizráj hashémesh, ét kol-éretz hagil'ád, hagadí vêharuvení
vêhámênashí; mé'aro'er asher-'al-nájal arnón, vêhagil'ád vêhabashán.

desde el Jordán al oriente, en todas las tierras de Galaad, Gad, Rubén y


Menashé [Manasés]; y desde Aroer, que está junto al río Arnón, hasta Galaad
y Basán.

(34)
ְּ‫תּובים‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּוְּכְּל־גְּ ַֽב ָּור ָּ֑תֹוְּהֲלֹוא־הַ֣םְּכ‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
֥ ‫וְּ ֹּ֨יתרְּדב ֥ריְּי ֛הּואְּוְּכְּל־א‬
:‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
֛ ‫ע‬
vêiéter divréi iehú vêjol-ashér 'asáh vêjol-gêvúrató; halo-hém kêtuvím 'al-
séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Iehú [Jehú], todas las cosas que hizo y todo su poderío,
¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(35)
ְּ‫וַישכַ ַׁ֤בְּיהּוא֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקבְּ ֥רּוְּא ִ֖תֹוְּבְּ ַֽשמְּ ָּ֑רֹוןְּוַימֹל֛ ְךְּיְּ ַֽהֹואָ ָח֥זְּבְּנִ֖ ֹו‬
:‫תַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv iehu 'im-avotáv, vaiqbêrú otó bêshómêrón; vaimlój iêhóajáz bênó
tajtáv.

733
10, 11 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Iehú [Jehú] reposó con sus padres, y lo sepultaron en Shomrón [Samaria]. Y


su hijo Joacaz reinó en su lugar.
(36)
ְּ‫וְּ הַ י ָָ֗מיםְּא ֲֹּ֨שרְּמָ לַ ְַׁ֤ךְּיהּוא֙ ְּעַל־יש ָר ֵ֔אלְּעש ַֽרים־ּושמנ֥הְּשָ נָ ִ֖ה‬
‫ פ‬:‫בְּ ַֽשמְּ ַֽרֹון‬
vêhaiamím ashér maláj iehu 'al-israél, 'esrím-ushmonéh shanáh bêshómêrón.

El tiempo que reinó Iehú [Jehú] sobre Israel en Shomrón [Samaria] fue de 28
años.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 11


(1)
ְּ‫יְּמתְּבְּנָ ָּּ֑הְּו ֹּ֨ ַָתקָ ם֙ ְּוַתְּאַ ֵ֔בד‬
ַ֣ ‫ה)ְּכ‬
ַ֣ ‫הּוְּוראתהְּ(רא ָ ֲִ֖ת‬
ַֽ ָ ‫ְּאםְּאֲחַ ז ֵָ֔י‬
ַ֣ ֙‫ַ ַֽועֲתַ ליָה‬
:‫ִ֖אתְּכְּל־ז֥ ֶַ֣רעְּהַ מַ מל ָ ַָֽכה‬
vá'ataliah ém ajaziáhu, vrth (ráatáh) kí mét bênáĥ; vatáqam vatêabéd, ét kol-
zéra' hamamlajáh.

Cuando Atalía, madre de Ajaziá [Ocozías], vio que su hijo había muerto, se
levantó y exterminó a toda la descendencia real.
(2)
‫ת־יֹואשְּבן־‬ ַ֣ ָ ‫ְך־יֹורְּםְּא ֲֹּ֨חֹותְּאֲחַ ז ָָ֜יהּוְּא‬
ָ֠ ‫הֹושבַ עְּבַ ת־הַ ַֽמל‬ ַ֣ ְּ‫וַת ַ ַ֣קחְּי‬
ְּ‫אֲחַ ז ָָ֗יהְּוַתג ַׁ֤נבְּאתֹו֙ ְּמ ַׁ֤תֹוְךְּבְּנַֽי־הַ ֹּ֨מלְך֙ ְּהממותתיםְּ(הַ ַ֣מּומָ ֵ֔תים)ְּא ֥תֹו‬
ְּ‫ֹוְּבח ַ ֲַ֣דרְּהַ מ ָּ֑טֹותְּ ַויַס ֵ֧תרּוְּא ֛תֹוְּמפְּנ֥יְּעֲתַ ליָ ִ֖הּוְּוְּ ֥לא‬
ַֽ ַ ‫ת־מינק ִ֖ת‬
ַֽ ‫וְּא‬
:‫הּומת‬
ַֽ ָ
vatiqáj iêhoshéva' bat-hamélej-íorom ajót ajaziáhu et-ioásh ben-ajaziáh
vatignóv otó mitój bênéi-hamélej hmmvttym (hamúmatím), otó vêet-méiniqtó
bájadár hamitót; vaiastíru otó mipênéi 'ataliáhu vêló humát.

Pero Iehosheva [Josabet], hija del rey Ioram [Joram] y hermana de Ajaziá
[Ocozías], tomó a Ihoash [Joás] hijo de Ajaziá [Ocozías], lo sacó a escondidas
de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y puso a él y a su
nodriza en el recinto de las camas [dormitorio]. Así lo escondió de Atalía, y
no fue muerto.
(3)
‫ָּ֑יםְּועֲתַ ליָ ִ֖הְּמל֥כתְּעַל־‬
ַֽ ַ ‫ִ֖אְּששְּשָ נ‬
ַ֣ ‫וַי ַׁ֤היְּאתָ ּה֙ ְּבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּמתחַ ב‬
‫ פ‬:ְּ‫הָ ָ ַֽארץ‬

734
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 11

vaihí itaĥ béit Adonai, mitjabé shésh shaním; vá'ataliáh moléjet 'al-haáretz .

Y estuvo escondido con ella en la casa del Eterno seis años. Entre tanto, Atalía
reinaba en el país.
(4)
ְּ‫ַ֣הְּהַ שְּביעיתְּשָ ַֹּ֨לחְּיְּ ַֽהֹוי ָ֜ ָָדעְּוַי ַ ַ֣קחְּ׀ְּאת־שָ ַ֣ריְּהמאיות‬ ָ֠ ָ‫ּובַ שָ נ‬
ְּ‫(הַ מ ָ֗אֹות)ְּ ַלכָרי֙ ְּוְּלָ ַָ֣ר ֵ֔ציםְּ ַויָב֥אְּא ָ ֛תםְּאלָ ִ֖יוְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּוַיכרתְּ֩ל ָֹּ֨הם‬
:ְּ‫בְּ ָ֜ריתְּ ַויַש ַבַׁ֤עְּאתָ ם֙ ְּבְּבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּוַיַ ֶ֥֣ראְּא ָ ִ֖תםְּאת־בן־הַ ַֽמלְך‬
uvashanáh háshêvi'it shaláj iêhóiadá' vaiqáj | et-saréi hmyvt (hameót) lakarí
vêláratzím, vaiavé otám eláv béit Adonai; vaijrot lahém bêrít vaiashbá' otam
bêvéit Adonai, vaiár otám et-ben-hamélej .

Al séptimo año, Iehoiadá [Joyada] trajo a los jefes de centenas de los careos y
de los de la escolta real, y los llevó con él a la casa del Eterno. Entonces hizo
un convenio con ellos, les hizo prestar juramento en la casa del Eterno y les
mostró al hijo del rey.
(5)
ְּ‫רְּתע ֲָּ֑שּוןְּהַ שְּל ַׁ֤שיתְּמכם֙ ְּבָ ַ֣איְּהַ שַ ֵ֔ ָבת‬
ַֽ ַ ‫ֲש‬ַ֣ ‫אמרְּז֥הְּהַ דָ ָבִ֖רְּא‬
ֵ֔ ‫וַיצַ ּוַ֣םְּל‬
:‫וְּ ַ֣שמ ֵ֔ריְּמש ִ֖מרתְּב֥יתְּהַ ַֽמלְך‬
vaitzavém lemór, zéh hadavár ashér tá'asún; hashêlishít mikem baéi hashabát,
vêshómréi, mishméret béit hamélej.

Y les mandó diciendo: –Esto es lo que habéis de hacer: Una tercera parte de
vosotros, los que entráis de turno el shabbat, tendréis la guardia de la casa del
rey.

(6)
ְּ‫ַ֣רְּה ָר ָּ֑ציםְּּושמַ ר ֛תם‬
ַֽ ָ ‫ַרְּסּורְּוְּהַ שְּ ל ֥שיתְּבַ ַ ִ֖שעַרְּאַ ַח‬
ֵ֔ ‫וְּהַ שְּלשית֙ ְּבְּ ַ ַ֣שע‬
:‫את־מש ֥מרתְּהַ ַבִ֖יתְּמַ ָ ַֽסח‬
vêhashêlishit bêshá'ar súr, vêhashêlishít bashá'ar ajár háratzím; ushmartém et-
mishméret habáit masáj.

Otra tercera parte estará junto a la puerta Sur, y la otra tercera parte estará en
la puerta detrás de la escolta real. Así guardaréis el palacio por turno.
(7)
‫לְּיצְּ ַ֣איְּהַ שַ ָבָּ֑תְּוְּ ָ ֥שמ ֛רּוְּאת־מש ֥מרתְּבית־‬
ַֽ ‫םְּכ‬
ִ֖ ‫ּוש ַׁ֤תיְּהַ יָדֹות֙ ְּבָ ֵ֔כ‬
:ְּ‫יהוָ ִ֖הְּאל־הַ ַֽמלְך‬
ushtéi haiadot bajém, kól iótzêéi hashabát; vêshámrú et-mishméret beit-
Adonai el-hamélej .

735
11 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Y dos partes de vosotros, todos los que salís de turno el shabbat, tendréis la
guardia de la casa del Eterno junto al rey.
(8)
ְּ‫יבְּאישְּוְּכלָ ַ֣יוְּבְּיָדֵ֔ ֹוְּוְּהַ ָב֥אְּאל־הַ שְּד ִ֖רֹות‬
ֹּ֚ ‫וְּהקַ פ ֹּ֨תםְּעַל־הַ ָ֜מלְךְּסָ ָ֗ב‬
:‫אתֹוְּּובְּב ַֽאֹו‬
֥ ‫תְּוהי֥ ּוְּאת־הַ ִ֖מלְךְּבְּצ‬ ַֽ ‫יּומ‬
ָּ֑ ָ
vêhiqaftém 'al-hamélej savív ísh vêjeláv bêiadó, vêhabá el-hasêderót iumát;
víhíu et-hamélej bêtzetó uvêvoó.

Formaréis un círculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en su mano.
Cualquiera que se meta en las filas morirá. Estaréis con el rey cuando salga y
cuando entre.
(9)
ְּ֒‫ַוֶַֽ֣ ַיע ֲָּ֞שּוְּשָ ַ֣ריְּהמאיותְּ(הַ מ ָ֗אֹות)ְּכְּ ַ֣כלְּאֲשר־צּוָהּ֮ ְּיְּ ַֽהֹוי ָ ַָ֣דעְּהַ כהן‬
‫םְּיצְּ ַ֣איְּהַ שַ ָבָּ֑תְּ ַוי ִָ֖באּוְּאל־‬
ַֽ ‫תְּע‬
ִ֖ ‫ְּאישְּאת־ ֲאנָשֵָ֔ יוְּבָ ַ֣איְּהַ שַ ֵ֔ ָב‬ ַ֣ ֙‫וַיקחּו‬
:‫יְּ ַֽהֹוי ָ ָ֥דעְּהַ כ ַֽהן‬
váia'asú saréi hmyvt (hameót) kêjól asher-tzivah iêhóiadá' hakohen vaiqjú ísh
et-anasháv, baéi hashabát, 'ím iótzêéi hashabát; vaiavóu el-iêhóiadá' hakohén.

Los jefes de centenas hicieron conforme a todo lo que había mandado el


sacerdote Iehoiadá [Joyada]. Tomaron cada uno a sus hombres, a los que
habían de entrar el shabbat y a los que habían de salir el shabbat, y fueron al
sacerdote Iehoiadá [Joyada].

(10)
ְּ‫ֹות)ְּאת־הַ חֲנית֙ ְּוְּאת־הַ שְּל ֵָ֔טים‬
ַֽ ‫וַי ֹּ֨תןְּהַ כ ָ֜הןְּלְּשָ ַ֣ריְּהמאיותְּ(הַ מ ָ֗א‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֲשרְּבְּב֥יתְּי‬
ִ֖ ‫ֲשרְּל ַַ֣מלְךְּדָ ָּ֑ודְּא‬
ִ֖ ‫א‬
vaitén hakohén lêsaréi hmyvt (hameót) ét-hajanit vêet-hashêlatím, ashér
lamélej davíd; ashér bêvéit Adonai .

El sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos que habían
sido del rey David, y que estaban en la casa del Eterno.
(11)
ְּ‫ּוְּה ָר ָ֜ציםְּ ַ֣אישְּ׀ְּוְּכלָ ַ֣יוְּבְּיָדָ֗ ֹוְּמ ֹּ֨כתףְּהַ ַבַׁ֤יתְּהַ ימָ נית֙ ְּעַד־כַׁ֤תף‬
ַֽ ָ ֹּ֨‫ו ַ ַַֽיעַמד‬
:‫אליתְּלַמזבִ֖חַ ְּוְּל ַָבָּ֑יתְּעַל־הַ ִ֖מלְךְּסָ ַֽביב‬ ֵ֔ ָ‫הַ ֹּ֨ ַבית֙ ְּהַ שְּמ‬
vaiá'amdú háratzím ísh | vêjeláv bêiadó mikétef habáit haimanit 'ad-kétef
habáit hasêmalít, lamizbéaj vêlabáit; 'al-hamélej savív.

736
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 11

Entonces los de la escolta real se apostaron, cada uno con sus armas en su
mano, desde el lado sur del templo hasta el lado norte del templo, entre el altar
y el templo, alrededor del rey.
(12)
ְּ‫ת־הַ֣עדֵ֔ ּותְּ ַויַמ ֥לכּו‬
ָ ‫ַיֹוצאְּאת־בן־הַ ָ֗מלְךְּוַי ַׁ֤תןְּ ָעלָיו֙ ְּאת־הַ ֹּ֨נזר֙ ְּוְּא‬ ַ֣ ‫ו‬
‫ ס‬:‫א ִ֖תֹוְּוַימשָ חֻ ָּ֑הּוְּ ַו ַֹּ֨יכּו־ ֵָ֔כףְּו ַַֽיאמְּ ִ֖רּוְּיְּ ֥חיְּהַ ַֽמלְך‬
vaiotzí et-ben-hamélej vaitén 'alav et-hanézer vêet-há'edút, vaiamlíju otó
vaimshajúhu; vaiáku-jáf, vaiómêrú iêjí hamélej.

Luego sacó al hijo del rey y puso sobre él la corona y el testimonio, y le


proclamaron rey; y lo ungieron y le aplaudieron diciendo: –¡Viva el rey!
(13)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֹולְּה ָר ִ֖ציןְּהָ עָ ָּ֑םְּוַתָ ֥באְּאל־הָ עָ ִ֖םְּב֥יתְּי‬
ַֽ ָ ‫ת־ק‬
֥ ‫וַתש ַ ַ֣מעְּעֲתַ ל ֵָ֔יהְּא‬
vatishmá' 'ataliáh, et-qól háratzín ha'ám; vatavó el-ha'ám béit Adonai .

Cuando Atalía oyó el bullicio de la escolta y de la gente, se acercó a la gente


en la casa del Eterno.
(14)
ְּ ֙‫דְּעל־הָ ע ַָ֜מּודְּכַמש ָָ֗פטְּוְּהַ שָ ַׁ֤ריםְּוְּהַ ח ֲַֽצצְּרֹות‬ ַֽ ַ ‫ו ַַּ֡תראְּוְּהנַ֣הְּהַ מלְךְּ֩ע ֹּ֨מ‬
ְּ ֙‫אל־הַ ֵ֔מלְךְּוְּכְּל־עַ ַׁ֤םְּהָ ֹּ֨ ָארץ֙ ְּשָ ֵ֔מחַ ְּוְּת ִ֖ק ַעְּבַ ח ֲַֽצצְּ ָּ֑רֹותְּוַתק ַ ַׁ֤רעְּעֲתַ ליָה‬
:‫רְּקשר‬ ַֽ ָ ‫אְּקש‬ ֥ ‫את־בְּג ֵָ֔דיהָ ְּוַתק ָ ִ֖ר‬
vatére vêhinéh hamelej 'oméd 'ál-ha'amúd kamishpát vêhasarím
vêhajatzótzêrot el-hamélej, vêjol-'ám haáretz saméaj, vêtoqé'a bajatzótzêrót;
vatiqrá' 'ataliah et-bêgadéiha, vatiqrá qésher qásher.

Y cuando miró, he aquí que el rey estaba de pie junto a la columna, según la
costumbre. Los magistrados y los que tocaban las trompetas estaban junto al
rey. Todo el pueblo de la tierra se regocijaba y tocaba las trompetas. Entonces
Atalía rasgó sus vestidos y gritó: –¡Conspiración! ¡Conspiración!
(15)
ְּ‫וַיצַ וְּ֩יְּ ַֽהֹוי ֹּ֨ ָָדעְּהַ כ ָ֜הןְּאת־שָ ֥ריְּהמאיותְּ(הַ מ ַ֣אֹותְּ׀)ְּפְּקֻ ַ֣דיְּהַ ָ֗ ַחיל‬
ְּ ָ‫֥אְּאח ֲִ֖ריה‬
ַֽ ַ ‫ְּהֹוציאּוְּאתָ ּה֙ ְּאל־מבַ֣יתְּלַשְּד ֵ֔רתְּוְּהַ ָב‬
ַׁ֤ ֙‫ו ַַׁ֤יאמרְּאֲליהם‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ל־תּומתְּב֥יתְּי‬
ִ֖ ַ ַ‫בְּכיְּאָ ַ ַ֣מרְּהַ כ ֵ֔הןְּא‬
ֹּ֚ ‫הָ ַ֣מתְּב ָחָּ֑ר‬
vaitzav iêhóiadá' hakohén et-saréi hmivt (hameót |) pêqudéi hajáil vaiómer
aleihem hotzíu otaĥ el-mibéit lasêderót, vêhabá ájaréiha hamét bejárev; kí
amár hakohén, al-tumát béit Adonai .

Luego el sacerdote Iehoiadá [Joyada] dio orden a los jefes de centenas que
estaban al mando del ejército, y les dijo: –¡Sacadla de entre las filas; y al que

737
11 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

la siga, matadle a espada! Porque el sacerdote había dicho que no la matasen


en la casa del Eterno.
(16)
ְּ‫ַתּומת‬
ִ֖ ַ ‫סּוסיםְּבַ֣יתְּהַ ָּ֑מלְךְּו‬
ִ֖ ַ‫ֹואְּדרְך־מְּ ֥בֹואְּה‬
ַֽ ‫ַוי ַָׁ֤שמּוְּלָּה֙ ְּי ֵ֔ ַָדיםְּוַתָ ֛ב‬
‫ ס‬:‫ָ ַֽשם‬
vaiasímu laĥ iadáim, vatavó dérej-mêvó hasusím béit hamélej; vatumát shám.

Entonces le echaron mano, y cuando ella llegó a la casa del rey, por el camino
de la entrada de los caballos, allí fue muerta.
(17)
ְּ‫םְּלהְּי֥ ֹות‬
ַֽ ‫עְּאת־הַ בְּ ָ֗ריתְּבַׁ֤יןְּיהוָה֙ ְּּובַׁ֤יןְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּּובַ֣יןְּהָ ֵָ֔ע‬ ַֽ ‫וַיכ ֹּ֨רתְּיְּ ַֽהֹוי ָ֜ ָָד‬
:ְּ‫ִ֖םְּליהוָ ָּ֑הְּּוב֥יןְּהַ ִ֖מלְךְּּוב֥יןְּהָ ָ ַֽעם‬ַֽ ַ ָ‫לְּע‬
vaijrót iêhóiadá' ét-habêrít béin Adonai uvéin hamélej uvéin ha'ám, líhêíot
lê'ám láAdonai; uvéin hamélej uvéin ha'ám .

Iehoiadá [Joyada] hizo un pacto entre el Eterno, el rey y el pueblo, de que


serían el pueblo del Eterno. También hizo pacto entre el rey y el pueblo.
(18)
‫ַלְּוֶַֽ֣יתְּ ָֻ֗צהּוְּאת־מזבְּח ָ ַׁ֤תוְּוְּאת־‬
ַ ‫ַוי ַָ֣באּוְּכְּל־ ַעםְּ֩הָ ֹּ֨ ָארץְּבית־הַ ָ֜ ַבע‬
ְּ‫ַ֣יְּהמזבְּ ָּ֑חֹות‬
ַֽ ַ ‫ַלְּה ְּרגִ֖ ּוְּלפנ‬
ַֽ ָ ‫יטבְּוְּ ָ֗אתְּמַ תָ ן֙ ְּכהַ֣ןְּהַ ֵ֔ ַבע‬
ֵ֔ ‫צְּלָמָ יו֙ ְּשבְּ ַ֣רּוְּה‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫וַיָ ֵ֧שםְּהַ כה֛ןְּפְּקֻ ִ֖דתְּעַל־ב֥יתְּי‬
vaiavóu jol-'am haáretz beit-habá'al váitêtzúhu et-mizbêjotáv vêet-tzêlamav
shibêrú heitév, vêét matan kohén habá'al, hárêgú lifnéi hámizbêjót; vaiásem
hakohén pêqudót 'al-béit Adonai .

Después todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo


destruyeron. Rompieron por completo sus altares y sus imágenes, y delante de
los altares mataron a Matán, sacerdote de Baal. Luego el sacerdote designó
oficiales para la casa del Eterno.
(19)
ְּ‫ת־ה ָר ָ֜ציםְּוְּ ַ֣אתְּ׀ְּכְּל־עַ ַ֣ם‬
ַֽ ָ ‫יְּהַ מאֹותְּוְּאת־הַ כ ָֹּ֨ריְּוְּא‬ ָ֠ ‫וַי ַ ַ֣קחְּאת־שָ ַ֣ר‬
ְּ‫ַרְּה ָר ִ֖צים‬
ַֽ ָ ‫ְך־שע‬
֥ ַ ‫ֹואּוְּדר‬
ַֽ ‫הָ ָ֗ ָארץְּוַי ַׁ֤רידּוְּאת־הַ ֹּ֨מלְך֙ ְּמבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּ ַוי ָ֛ב‬
:ְּ‫ַ֣ביתְּהַ ָּ֑מלְךְּוַיִ֖שבְּעַל־כ ֥סאְּהַ מְּל ַָֽכים‬
vaiqáj et-saréi hámeot vêet-hakarí vêet-háratzím vêét | kol-'ám haáretz
vaiorídu et-hamélej mibéit Adonai, vaiavóu dérej-shá'ar háratzím béit
hamélej; vaiéshev 'al-kisé hamêlajím .

Después tomó a los jefes de centenas, a los careos, a los de la escolta real y a
todo el pueblo de la tierra; e hicieron descender al rey desde la casa del

738
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 11, 12

Eterno. Entraron en la casa del rey por el camino de la puerta de los de la


escolta real. Entonces el rey se sentó en el trono real.
(20)
ְּ‫וַיש ַ ֥מחְּכְּל־עַם־הָ ָ ִ֖ארץְּוְּהָ ַ֣עירְּשָ ָ ָּ֑קטָ הְּוְּאת־עֲתַ ליָ ֛הּוְּה ֥מיתּוְּבַ חִ֖רב‬
‫ ס‬:)‫ב֥יתְּמלךְּ(הַ ַֽמלְך‬
vaismáj kol-'am-haáretz vêha'ír shaqátah; vêet-'ataliáhu hemítu vajérev béit
mlj (hamélej).

Todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estaba en calma, después


que a Atalía le habían dado muerte a espada en la casa del rey.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 12


(1)
‫ פ‬:‫הֹואשְּבְּמְּלכַֽ ֹו‬
֥ ָ ְּ‫ן־שבַ עְּשָ נִ֖יםְּי‬
֥ ‫ב‬
ben-shéva' shaním iêhoásh bêmoljó.

Ihoash [Joás] era de siete años cuando comenzó a reinar


(2)
ְּ‫הֹואשְּוְּאַ רבָ ַ֣עיםְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ךְּב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ ם‬
ָ ֵ֔ ְּ‫ַת־שבַ עְּלְּיהּוא֙ ְּמָ לַ ְַ֣ךְּי‬
ַׁ֤ ‫בשנ‬
:‫רְּשבַ ע‬
ַֽ ָ ‫וְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּצביָ ִ֖הְּמבְּ ֥א‬
bishnat-shéva' lêiehu maláj iêhoásh, vêarba'ím shanáh, maláj birúshaláim;
vêshém imó, tziviáh mibêér sháva'.

Ihoash [Joás] comenzó a reinar en el séptimo año de Iehú [Jehú], y reinó 40


años en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Sibia, de Beer
Sheva.
(3)
ְּ‫רְּהֹורהּוְּיְּ ַֽהֹוי ָ ִָ֖דע‬
ֵ֔ ָ ‫ֲש‬
ַ֣ ‫הֹואשְּהַ י ָ ָ֛שרְּבְּעינ֥יְּיהוָ ִ֖הְּכְּל־י ָ ָָּ֑מיוְּא‬
ֵ֧ ָ ְּ‫ַו ַֹּ֨יעַשְּי‬
:ְּ‫הַ כ ַֽהן‬
vaiá'as iêhoásh haiashár bê'einéi Adonai kol-iamáv; ashér horáhu, iêhóiadá'
hakohén .

Ihoash [Joás] hizo lo recto ante los ojos del Eterno, todo el tiempo en que le
instruyó el sacerdote Iehoiadá [Joyada].
(4)
:‫א־סרּוְּע֥ ֹודְּהָ עָ ֛םְּמְּזַבְּ ֥חיםְּּוַֽ מקַ טְּ ִ֖ריםְּבַ בָ ַֽמֹות‬
ָּ֑ ָ ‫ַ ֥רקְּהַ בָ ִ֖מֹותְּל‬
ráq habamót lo-sáru; 'ód ha'ám mêzabêjím úmqatêrím babamót.

739
12 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún ofrecía
sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.
(5)
‫ר־יּובַׁ֤אְּבית־‬
ָ ‫הֹואשְּאל־הַ ַֽכה ֲָ֗ניםְּכל ֩ ְֹּּ֨כסףְּהַ קְּדָ ָ֜שיםְּאֲש‬
ָ ָ֜ ְּ‫ו ַֹּ֨יאמרְּי‬
ְּ‫רְּיעֲלה֙ ְּעַ ַ֣ל‬
ַֽ ַ ‫ֲש‬ַׁ֤ ‫ל־כסףְּא‬
ָ֗ ְּ‫רְּאישְּכ֥סףְּנַפ ִ֖שֹותְּערכָּ֑ ֹוְּכ‬ ֹ֕ ‫ףְּעֹוב‬
ֵ֔ ‫יהוָה֙ ְּכַ֣ס‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ב־אישְּלְּהָ ִ֖ביאְּב֥יתְּי‬ ֵ֔ ‫ל‬
vaiómer iêhoásh el-hakóhaním kol késef haqodashím asher-iuvá veit-Adonai
késef 'ovér, ísh késef nafshót 'erkó; kol-késef ashér iá'aleh 'ál lev-ísh, lêhaví
béit Adonai .

Entonces Ihoash [Joás] dijo a los sacerdotes: –Todo el dinero de las cosas
consagradas que se trae a la casa del Eterno, tanto el dinero estipulado a cada
hombre [el dinero del rescate de las personas] como todo el dinero que cada
uno traiga voluntariamente a la casa del Eterno,
(6)
ְּ‫יםְּאישְּמ ַ֣אתְּמַ כ ָָּ֑רֹוְּוְּ ָ֗הםְּיְּחַ זְּקּו֙ ְּאת־בַ֣דקְּהַ ֵ֔ ַבית‬
ִ֖ ‫יק ַׁ֤חּוְּלָהם֙ ְּהַ ַ֣כה ֲֵ֔נ‬
‫ פ‬:‫םְּבדק‬ַֽ ָ ‫֥אְּש‬
ִ֖ ָ ‫לְּ ֛כלְּאֲשר־ימָ צ‬
iqjú lahem hakóhaním, ísh meét makaró; vêhém iêjazêqú et-bédeq habáit, lêjól
asher-imatzé shám bádeq.

tómenlo para sí los sacerdotes, cada uno de parte de su administrador, y


reparen ellos las grietas del templo donde éstas se encuentren.
(7)
ְּ‫הֹואשְּ ַֽלא־חזְּ ֥קּוְּהַ ַֽכהֲנִ֖ים‬
ָּ֑ ָ ְּ‫וַי ָ֗היְּבש ַֹּ֨נתְּעש ֵ֧ריםְּוְּשָ ֹל֛ שְּשָ נָ ִ֖הְּל ַַ֣מלְךְּי‬
:‫את־ב֥דקְּהַ ָ ַֽבית‬
vaihí bishnát 'esrím vêshalósh shanáh lamélej iêhoásh; ló-jizêqú hakóhaním
et-bédeq habáit.

Pero sucedió que hasta el año 23 del rey Ihoash [Joás], los sacerdotes aún no
habían reparado las grietas del templo.
(8)
ְּ‫יהֹוי ָ ַָׁ֤דעְּהַ כהן֙ ְּוְּל ַַ֣כה ֲֵ֔ניםְּו ַַ֣יאמרְּאֲל ֵ֔הם‬
ַֽ ‫הֹואשְּל‬
ָ ָ֜ ְּ‫וַיק ָראְּ֩הַ ֹּ֨מלְךְּי‬
ְּ‫ּו־כסף֙ ְּמ ַ֣את‬
ֹּ֨ ‫ְַּאינְּכ֥םְּמְּחַ זְּ ִ֖קיםְּאת־בַ֣דקְּהַ ָבָּ֑יתְּוְּע ָ֗ ַָתהְּאַ ל־תק ַֽח‬ ַֽ ‫מַ ֛דּוע‬
:‫םְּכי־לְּב֥דקְּהַ ַבִ֖יתְּתתְּ ֻנַֽהּו‬ַֽ ‫יכ‬ ֵ֔ ‫מַ ָ ַֽכר‬
vaiqra hamélej iêhoásh lihóiadá' hakohen vêlakóhaním, vaiómer alehém,
madú'a éinêjém mêjazêqím et-bédeq habáit; vê'atáh al-tiqjú-jésef meét
makáreijém, kí-lêvédeq habáit titênúhu.

740
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 12

Entonces el rey Ihoash [Joás] llamó al sacerdote Iehoiadá [Joyada] y a los


demás sacerdotes, y les dijo: –¿Por qué no reparáis las grietas del templo?
Ahora pues, no toméis el dinero de vuestros administradores, sino dadlo para
reparar las grietas del templo.
(9)
‫ת־כסף֙ ְּמ ַ֣אתְּהָ ֵָ֔עםְּּולבל ֥תיְּחַ זִ֖קְּאת־‬
ֹּ֨ ַ‫וַיְּ ִ֖אתּוְּהַ ַֽכהֲנָּ֑יםְּלְּבל ַׁ֤תיְּקְּח‬
:‫ב֥דקְּהַ ָ ַֽבית‬
vaieótu hakóhaním; lêviltí qêjat-késef meét ha'ám, ulviltí jazéq et-bédeq
habáit.

Los sacerdotes consintieron en no tomar dinero del pueblo, ni reparar las


grietas del templo.
(10)
ְּ‫ְּ֩אצל‬
ֹּ֨ ‫בְּחרְּבְּדַ ל ָּ֑תֹוְּוַי ַ֣תןְּאתֹו‬
ִ֖ ‫וַי ָּ֞ ַקחְּיְּ ַֽהֹוי ָ ַָׁ֤דעְּהַ כהן֙ ְּא ֲַ֣רֹוןְּא ֵ֔ ָחדְּוַי ֥ק‬
ְּ‫נּו־שמָ ה‬
ַׁ֤ ָ ְּ‫הַ מז ָ֜בחַ ְּבימיןְּ(מי ָָ֗מין)ְּבְּבֹוא־איש֙ ְּבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּ ָנַֽת‬
:ְּ‫הוַֽה‬ָ ‫מּוב֥אְּבית־י‬ ָ ַ‫ְּשמְּ ַ֣ריְּהַ ֵ֔ ַסףְּאת־כְּל־הַ כִ֖סףְּה‬ ַֽ ֙‫הַ ַֽכהֲנים‬
vaiqáj iêhóiadá' hakohen arón ejád, vaiqóv jór bêdaltó; vaitén otó étzel
hamizbéaj vymyn (miamín) bêvo-ish béit Adonai, vênátênu-shámah
hakóhanim shómêréi hasáf, et-kol-hakésef hamuvá veit-Adonai .

El sacerdote Iehoiadá [Joyada] tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa y


lo puso junto al altar, a la derecha, según uno entra en la casa del Eterno. Los
sacerdotes que guardaban la puerta depositaban en él todo el dinero que era
llevado a la casa del Eterno.
(11)
ְּ‫ףְּבאָ ָּ֑רֹוןְּ ַו ַֹּ֨יעַלְּספַׁ֤רְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּוְּהַ כהַ֣ן‬
ַֽ ָ ‫י־רבְּהַ כִ֖ס‬
֥ ַ ‫אֹותםְּכ‬
ָ ֵ֔ ‫ַוֶַֽ֣יהי֙ ְּכר‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫הַ גָדֵ֔ ֹולְּ ַו ָי ֹֻּ֨צרּו֙ ְּוַימנֵ֔ ּוְּאת־הַ כִ֖סףְּהַ נמ ָצ֥אְּבית־י‬
váihí kirotám, ki-ráv hakésef báarón; vaiá'al sofér hamélej vêhakohén
hagadól, vaiatzúrú vaimnú, et-hakésef hanimtzá veit-Adonai .

Y sucedía que cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del
rey y el sumo sacerdote iban y contaban el dinero que se hallaba en la casa del
Eterno, y lo guardaban en bolsas.
(12)
ְּ‫ףְּהמְּתֻ ֵָ֔כןְּעַל־ידְּ(יְּדי֙ )ְּע ַ֣שיְּהַ מְּלָא ֵָ֔כהְּהפקדים‬ ַֽ ַ ‫וְּ ָנַֽתְּנּו֙ ְּאת־הַ כַ֣ס‬
ְּ‫יםְּהע ִ֖שים‬
ַֽ ָ ‫(הַ מֻפקָ ִ֖דים)ְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּוַיַֽ ֹוצי ָֻ֜אהּוְּלְּ ָ ַֽח ָר ַׁ֤שיְּהָ עץ֙ ְּוְּלַב ֵ֔נ‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ב֥יתְּי‬
vênátênú et-hakésef hámêtukán, 'al-yd (iêdeí) 'oséi hamêlajáh, hfqdym
(hamufqadím) béit Adonai; vaiótziúhu lêjárashéi ha'etz vêlaboním, há'osím

741
12 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

béit Adonai .

Entregaban el dinero contado en manos de los que hacían la obra, los que
estaban encargados de la casa del Eterno; y ellos lo gastaban en pagar a los
carpinteros y a los constructores que reparaban la casa del Eterno,
(13)
‫וְּל ַַֽגדְּרים֙ ְּּול ַֽחצְּבַ֣יְּהָ ֵ֔אבןְּוְּלקנַׁ֤ ֹותְּעצים֙ ְּוְּאַ בנַ֣יְּמַ ח ֵ֔צבְּלְּחַ זִ֖קְּאת־‬
:ְּ‫בַ֣דקְּבית־יהוָ ָּ֑הְּּול ֛כלְּאֲשר־יצ֥אְּעַל־הַ ַבִ֖יתְּלְּחְּז ָ ַֽקה‬
vêlagódêrim uljótzêvéi haéven, vêliqnót 'etzim vêavnéi majtzév, lêjazéq et-
bédeq beit-Adonai; uljól asher-ietzé 'al-habáit lêjozqáh .

a los albañiles y a los canteros, y para la compra de madera y piedra labrada, a


fin de reparar las grietas de la casa del Eterno, y para todo lo que se gastaba en
la reparación del templo.
(14)
ְּ‫ֹותְּכסף֙ ְּמְּזַמְּ ַׁ֤רֹותְּמז ָרקֹות֙ ְּח ֲַ֣צצ ֵ֔רֹות‬
ֹּ֨ ‫אְּיע ָָ֜שהְּבַ֣יתְּיה ָ֗ ָוהְּס ֥פ‬
ַֽ ‫ְּ֩ל‬
ֹּ֨ ‫אַ ְך‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫מּוב֥אְּבית־י‬ ָ ַ‫כְּל־כְּ ֥ליְּז ָָהִ֖בְּּוכלי־כָ ָּ֑סףְּמן־הַ כִ֖סףְּה‬
aj ló ié'aséh béit Adonai sipót késef mêzamêrót mizraqot jatzótzrót, kol-kêlí
zaháv ujli-jásef; min-hakésef hamuvá veit-Adonai .

Pero con el dinero que se llevaba a la casa del Eterno no hacían tazas de plata,
ni despabiladeras, ni tazones, ni trompetas, ni ningún otro objeto de oro ni de
plata para la casa del Eterno,
(15)
:ְּ‫הוַֽה‬ ִ֖ ְּ‫ַֽכי־לְּע ֥שיְּהַ מְּלָאכָ ִ֖הְּיתְּ ֻנ ָּ֑הּוְּוְּחז‬
ָ ‫קּו־בֹוְּאת־ב֥יתְּי‬
kí-lê'oséi hamêlajáh itênúhu; vêjizêqu-vó et-béit Adonai .

porque lo daban a los que hacían la obra y con él reparaban la casa del Eterno.
(16)
ְּ‫ת־ה ֲאנ ָָ֗שיםְּא ֲֹּ֨שרְּיתְּנַׁ֤ ּוְּאת־הַ ֹּ֨כסף֙ ְּעַל־י ֵ֔ ָָדםְּל ִָ֖תת‬
ַֽ ָ ‫וְּ ֵ֧לאְּיְּחַ שְּ ַ֣בּוְּא‬
:‫יְּב ֱאמֻנָ ִ֖הְּה֥םְּע ַֽשים‬ ַֽ ‫ָּ֑הְּכ‬
֥ ָ‫לְּע ַ֣שיְּהַ מְּלָאכ‬
vêló iêjashêvú et-háanashím ashér itênú et-hakésef 'al-iadám, latét lê'oséi
hamêlajáh; kí véemunáh hém 'osím.

Tampoco se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos era entregado el


dinero para darlo a los que hacían la obra, pues ellos actuaban con honestidad.
(17)
‫ פ‬:ְּ‫ִ֖יםְּיהיַֽ ּו‬
ַֽ ‫אְּיּובִ֖אְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּל ַַֽכהֲנ‬
ָ ‫ֹותְּל‬
֥ ‫כַׁ֤סףְּאָ שָ ם֙ ְּוְּכַ֣סףְּחַ טָ ֵ֔א‬
késef asham vêjésef jataót, ló iuvá béit Adonai; lakóhaním íhíu .

742
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 12

El dinero del sacrificio por la culpa y el dinero del sacrificio por el pecado no
era traído a la casa del Eterno, porque era para los sacerdotes.
(18)
ְּ֙‫ִ֖תְּוֶַֽ֣ילכְּ ָ ָּ֑דּהְּוַיָ ַׁ֤שםְּ ֲחזָאל‬
ַ ַ‫ְּ֙מלְךְּא ָ ֲֵ֔רםְּוַילָ ֥חםְּעַל־ג‬ַ֣ ‫זְּיע ֲָ֗להְּ ֲחזָאל‬
ַֽ ַ ‫ָ ַ֣א‬
:‫יוְּלעֲלִ֖ ֹותְּעַל־יְּ ַֽרּושָ ָ ַֽלם‬
ַֽ ַ ‫ָפ ֵָ֔נ‬
áz iá'aléh jazael mélej arám, vailájem 'al-gát váilkêdáĥ; vaiásem jazael panáv,
lá'alót 'al-iêrúshaláim.

Por aquel entonces subió Hazael, rey de Siria, combatió contra Gat y la tomó.
Luego Hazael decidió subir contra Ierushalaim [Jerusalén].
(19)
ְּ‫הְּאתְּכְּל־הַ קְּדָ ַּ֡שיםְּאֲשר־הק ַ֣דישּו‬ ַ֣ ‫הּוד‬
ָ ָ֗ ְּ‫שְּמלְך־י‬ ַֽ ‫הֹוא‬
ַ֣ ָ ְּ‫וַי ָּ֞ ַקחְּי‬
ְּ‫יהֹורםְּ֩ ַ ַֽואֲחַ ז ָֹּ֨יהּוְּאֲב ָ֜ ָתיוְּמַ לכַׁ֤יְּיְּהּודָ ה֙ ְּוְּאת־קְּדָ שֵָ֔ יוְּוְּ ַ֣את‬
ָ ‫ַ֣טְּו‬ַֽ ָ‫יְּ ַֽהֹושָ פ‬
ְּ֙‫חְּל ֲחזָאל‬ַֽ ַ ‫כְּל־הַ ז ָ֗ ָָהבְּהַ נמ ָצ֛אְּבְּ ַֽאצְּ ֥רֹותְּבית־יהוָ ִ֖הְּּובַ֣יתְּהַ ָּ֑מלְךְּוַיש ַָ֗ל‬
:ְּ‫ַ֣מלְךְּא ָ ֲֵ֔רםְּוַיַ ִ֖עַלְּמעַ ֥לְּיְּ ַֽרּושָ ָ ַֽלם‬
vaiqáj iêhoásh mélej-iêhudáh ét kol-haqodashím asher-hiqdíshu iêhóshafát
víhoram váajaziáhu avotáv maljéi iêhudah vêet-qodasháv, vêét kol-hazaháv
hanimtzá bêótzêrót beit-Adonai uvéit hamélej; vaishláj lájazael mélej arám,
vaiá'al me'ál iêrúshaláim .

Y Ihoash [Joás], rey de Iehudá [Judá], tomó todas las cosas sagradas que
habían consagrado Iehoshafát [Josafat], Ioram [Joram] y Ajaziá [Ocozías] sus
padres, reyes de Iehudá [Judá], las que él mismo había consagrado y todo el
oro que se halló en los tesoros de la casa del Eterno y de la casa del rey, y las
envió a Hazael, rey de Siria. Así se alejó éste de Ierushalaim [Jerusalén].
(20)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלֹוא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ְַּ֣ ‫יְּיֹואשְּוְּכְּל־א‬
ִ֖ ָ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ר‬
:‫הּודה‬ַֽ ָ ְּ‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi ioásh vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Ihoash [Joás] y todas las cosas que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(21)
:‫ת־יֹואשְּב֥יתְּמ ִ֖לאְּהַ י ֥רדְּס ָ ַֽלא‬
ָ ֵ֔ ‫רּו־קשרְּ ַויַכּו֙ ְּא‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ַוי ֻ ָ֥קמּוְּעֲבָ ָ ִ֖דיוְּוַיקש‬
vaiaqúmu 'avadáv vaiqshêru-qásher; vaiakú et-ioásh, béit miló haioréd silá.

Sus servidores se levantaron, hicieron una conspiración y mataron a Ihoash


[Joás] en Bet-milo, en el camino que desciende a Sila.

743
12, 13 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(22)
ְּ‫תְּוֶַֽ֣יקבְּ ֥רּו‬
ַ ‫יהֹוז ֹּ֨ ָָבדְּבן־ש ַׁ֤מרְּ׀ְּעֲבָ דָ יו֙ ְּהכֻ ַ֣הּוְּ ַוי ֵָ֔מ‬
ַֽ ‫ן־שמ ָעתְּו‬ ָ֠ ‫וְּיַֽ ֹוזָכָ ַ֣רְּב‬
‫ פ‬:‫א ֛תֹוְּעם־אֲב ָ ִ֖תיוְּבְּ ַ֣עירְּדָ ָּ֑ודְּוַימֹל֛ ְךְּאֲמַ ציָ ֥הְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vêíozajár ben-shím'at vihózavád ben-shomér | 'avadav hikúhu vaiamót,
váiqbêrú otó 'im-avotáv bê'ír davíd; vaimlój amatziáh vênó tajtáv.

Sus servidores Josacar hijo de Simeat y Jozabad hijo de Somer lo hirieron, y


murió. Luego lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Y su hijo
Amasías reinó en su lugar.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 13


(1)
ְּ‫הְּמָ לְַך‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הּוְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫יֹואשְּבן־אֲחַ זי‬ ֥ ָ ְּ‫בש ַֹּ֨נתְּעש ַׁ֤ריםְּוְּשָ ֹלש֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּל‬
:‫יְּ ַֽהֹואָ ֹּ֨ ָחזְּבן־י ַׁ֤הּואְּעַ ל־יש ָראלְּ֙בְּ ַ֣שמ ֵ֔רֹוןְּשְּ ַב֥עְּעש ִ֖רהְּשָ ָנַֽה‬
bishnát 'esrím vêshalosh shanáh, lêioásh ben-ajaziáhu mélej iêhudáh; málaj
iêhóajáz ben-iehú 'al-israel bêshómrón, shêvá' 'esréh shanáh.

En el año 23 de Ihoash [Joás] hijo de Ajaziá [Ocozías], rey de Iehudá [Judá],


comenzó a reinar Joacaz hijo de Iehú [Jehú] sobre Israel en Shomrón
[Samaria], y reinó 17 años.
(2)
‫אתְּיֶ֣רְּבְּעָ ֵ֧םְּבן־נְּ ָב֛טְּאֲשר־‬
ַֽ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּ ַָ֠וילְךְּאַ ֹּ֨ ַחרְּחַ ָ֜ט‬
:ְּ‫א־סרְּמ ַֽמנָה‬ ֥ ָ ‫ַֽהח ֱ֥טיאְּאת־יש ָר ִ֖אלְּל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; váielej ajár jatót iárovê'ám ben-nêvát asher-
héjetí et-israél lo-sár miménah .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno y siguió tras los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos.
(3)
‫לְּמלְך־א ָ ֲָ֗רםְּּוביַ ֛דְּבן־‬
ַֽ ‫לְּוֶַֽ֣יתְּ ָּ֞נםְּבְּיַ ַ֣דְּ׀ְּ ֲחז ַָ֣א‬ ֥ ַ ַ‫ו ַַֽיח‬
ַ ‫ר־אףְּיהוָ ִ֖הְּבְּיש ָר ָּ֑א‬
:ְּ‫ה ַ ֲ֥דדְּבן־ ֲחז ִָ֖אלְּכְּל־הַ י ַָֽמים‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél; váitêném bêiád | jazaél mélej-arám uviád ben-hadád
ben-jazaél kol-haiamím .

Por eso se encendió el furor del Eterno contra Israel, y los entregó en mano de
Hazael, rey de Siria, y en mano de Ben-hadad hijo de Hazael, por mucho
tiempo.

744
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 13

(4)
ְּ‫יְּראָ ה֙ ְּאת־לַ ַ֣חַ ץ‬
ָ ‫הְּכ‬
ַׁ֤ ‫וַי ַח֥לְּיְּ ַֽהֹואָ ָחִ֖זְּאת־פְּנַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּוַיש ַ ַׁ֤מעְּאלָיו֙ ְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫םְּמלְךְּא ָ ֲַֽרם‬֥ ‫לְּכי־ל ַָח֥ץְּא ָ ִ֖ת‬ַֽ ‫יש ָר ֵ֔א‬
vaijál iêhóajáz et-pênéi Adonai; vaishmá' elav Adonai, kí raah et-lájatz israél,
kí-lajátz otám mélej arám .

Pero Joacaz imploró el favor del Eterno, y el Eterno le escuchó, porque vio la
opresión de Israel, pues el rey de Siria los oprimía.
(5)
‫ְּ֙מֹושיעְַּוַיַ֣צ ֵ֔אּוְּמ ַ ִ֖תחַ תְּיַד־א ָ ֲָּ֑רםְּוַיַֽשְּ ֵ֧בּוְּבְּנַֽי־‬
ֵ֔ ‫וַי ֹּ֨תןְּיהוָ ַׁ֤הְּלְּיש ָראל‬
:ְּ‫יש ָר ֛אלְּבְּ ָ ַֽאהְּליהִ֖םְּכת ֥מֹולְּשל ַֽשֹום‬
vaitén Adonai lêisrael moshí'a, vaiétzú, mitájat iad-arám; vaiéshêvú vênéi-
israél bêáholeihém kitmól shilshóm .

Entonces el Eterno dio un libertador a Israel, y salieron del dominio de los


sirios. Así habitaron los Hijos de Israel en sus moradas, como antes.
(6)
ְּ‫לְּבַּ֣ה‬
ָ ‫ר־הח ֱ֥טיְּאת־יש ָר ִ֖א‬
ַֽ ‫ית־יֶ֣רְּבְּעָ ֛םְּאֲש‬
ַֽ ָ ‫א־סרּוְּ ַֽמחַ ֵ֧טאתְּב‬ ָ ָ֜ ‫ָ֠אַ ְךְּל‬
:‫הְּעמְּ ָ ִ֖דהְּבְּ ַֽשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ָ ‫ְּהאֲש ָ ֵ֔ר‬
ַֽ ָ ֙‫הָ לָ ְָּ֑ךְּוְּגַם‬
áj lo-sáru méjatót beit-iárovê'ám asher-héjetí et-israél báĥ haláj; vêgam
háasheráh, 'ámêdáh bêshómêrón.

Sin embargo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, quien


hizo pecar a Israel; y anduvieron en ellos. También el árbol ritual de Asera
seguía en pie en Shomrón [Samaria].
(7)
ְּ‫הְּרכב‬
ֵ֔ ‫ֲש ָר‬ְַָּ֣ ‫יםְּפ ָרשים֙ ַ ְַּֽוע‬
ַֽ ָ ‫םְּכיְּאם־חֲמ ַׁ֤ש‬ ַ֣ ‫יהֹואָ ָ֜ ָחזְּ ָָ֗ע‬
ַֽ ‫ַ֣כיְּלאְּ֩הש ֹּ֨אירְּל‬
:‫םְּכעָפָ ִ֖רְּל ָֻדַֽש‬ ַֽ ‫ְּמלְךְּא ָ ֲֵ֔רםְּוַיש ֥מ‬
ַ֣ ֙‫יְּכיְּאבְּדָ ם‬
ַׁ֤ ‫יםְּרג ָּ֑ל‬
ַ ‫ַ ַֽוע ֲ֥שרתְּ ֲאל ִָ֖פ‬
kí lo hishír lihóajáz 'ám kí im-jamishím párashim vá'asárah réjev, vá'aséret
alafím raglí; kí ibêdam mélej arám, vaisimém ké'afár ladúsh.

No le había quedado gente a Joacaz, salvo 50 jinetes, 10 carros y 10000


hombres de infantería. Porque el rey de Siria los había destruido y los había
dejado como polvo de la trilla.
(8)
ְּ‫תּובים‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּּוג ַֽב ָּור ָּ֑תֹוְּהֲלֹוא־הַ֣םְּכ‬ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
֥ ‫וְּ ֹּ֨יתרְּדב ֵ֧ריְּיְּ ַֽהֹואָ ָח֛זְּוְּכְּל־א‬
:‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬ ֛ ‫ע‬

745
13 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vêiéter divréi iêhóajáz vêjol-ashér 'asáh ugvúrató; halo-hém kêtuvím 'al-séfer


divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Joacaz, todas las cosas que hizo y su poderío, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(9)
ְּ‫ְךְּיֹואשְּבְּנִ֖ ֹו‬
ָ֥ ֛‫יוְּוֶַֽ֣יקבְּ ֻ ִ֖רהּוְּבְּ ַֽשמְּ ָּ֑רֹוןְּוַימֹל‬
ַ ‫וַישכַ ַׁ֤בְּיְּ ַֽהֹואָ חָ ז֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָת‬
‫ פ‬:‫תַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv iêhóajaz 'im-avotáv, váiqbêrúhu bêshómêrón; vaimlój ioásh bênó
tajtáv.

Joacaz reposó con sus padres, y lo sepultaron en Shomrón [Samaria]. Y su


hijo Ihoash [Joás] reinó en su lugar.
(10)
‫הֹואשְּבן־‬
ָ ֹּ֨ ְּ‫הְּמָ לְַךְּי‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫שְּמלְךְּי‬
ַ֣ ‫יֹוא‬
ִ֖ ָ ְּ‫ֹלשיםְּו ָֹּ֨שבַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּל‬
ַׁ֤ ְּ‫בש ַֹּ֨נתְּש‬
:‫ֹוןְּששְּעש ִ֖רהְּשָ ָנַֽה‬
֥ ‫יְּ ַֽהֹואָ ָחַׁ֤זְּעַל־יש ָראלְּ֙בְּ ַ֣שמ ֵ֔ר‬
bishnát shêloshím vashéva' shanáh, lêioásh mélej iêhudáh; málaj iêhoásh ben-
iêhóajáz 'al-israel bêshómrón, shésh 'esréh shanáh.

En el año 37 de Ihoash [Joás], rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Ihoash


[Joás] hijo de Joacaz sobre Israel en Shomrón [Samaria], y reinó 16 años.
(11)
ְּ‫אותְּיֶ֣רְּבְּעָ ֵ֧םְּבן־נְּ ָב֛ט‬
ַֽ ָ ‫אְּסָ רְּמכְּל־חַ ָּ֞ט‬ ָ֠ ‫ָּ֑הְּל‬
ַ֣ ָ‫ו ַ ַַֽיע ֲ֥שהְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
:ְּ‫לְּבּ֥הְּהָ ָ ַֽלְך‬
ָ ‫ר־הח ֱ֥טיאְּאת־יש ָר ִ֖א‬ ַֽ ‫אֲש‬
vaiá'aséh hará' bê'einéi Adonai; ló sár mikol-jatóvt iárovê'ám ben-nêvát asher-
héjetí et-israél báĥ haláj .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno. No se apartó de todos los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.
(12)
ְּ‫םְּעם‬ִ֖ ‫ֲשרְּנל ֵ֔ ַח‬
ַ֣ ‫ֲשרְּעָשֵָ֔ הְּּוג ַ֣ב ָּור ֵ֔תֹוְּא‬
ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨יתרְּדב ַׁ֤ריְּיֹואָ ש֙ ְּוְּכְּל־א‬
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מים‬
֛ ‫תּוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫א־הםְּכ‬ ַ֣ ‫הּודהְּהֲל‬ ָּ֑ ָ ְּ‫ַ֣הְּמלְך־י‬ַֽ ָ‫אֲמַ צי‬
:‫לְּמַ לכ֥יְּיש ָר ְַּֽאל‬
vêiéter divréi ioash vêjol-ashér 'asáh, ugvúrató, ashér niljám, 'ím amatziáh
mélej-iêhudáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Ihoash [Joás], todas las cosas que hizo y el poderío con
que luchó contra Amasías, rey de Iehudá [Judá], ¿no están escritos en el libro
de las crónicas de los reyes de Israel?

746
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 13

(13)
ְּ ֙‫וַישכַ ַׁ֤בְּיֹואָ ש֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוְּ ָ ַֽיֶ֣רְּבְּעָ ִ֖םְּי ַ ַָ֣שבְּעַל־כס ָּ֑אֹוְּוַיקָ בַׁ֤רְּיֹואָ ש‬
‫ פ‬:‫ֹוןְּעםְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬ ִ֖ ‫בְּ ַ֣שמ ֵ֔ר‬
vaishkáv ioash 'im-avotáv, vêiárovê'ám iasháv 'al-kisó; vaiqavér ioash
bêshómrón, 'ím maljéi israél.

Ihoash [Joás] reposó con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono. Y


Ihoash [Joás] fue sepultado en Shomrón [Samaria], con los reyes de Israel.
(14)
‫שְּמלְך־‬ ַֽ ‫יוְּיֹוא‬
ַ֣ ָ ‫ּותְּבֹוְּו ַֹּ֨ירדְּא ָָ֜ל‬
ָּ֑ ‫ֲשרְּי ִָ֖מ‬
֥ ‫ַֽואֱלישָ ע֙ ְּחָ לָ ַ֣הְּאת־חְּלְּיֵ֔ ֹוְּא‬
:‫לְּּופ ָר ָ ַֽשיו‬
ַֽ ָ ‫יְּרכבְּיש ָר ִ֖א‬֥ ‫אמרְּאָ ַ֣ביְּ׀ְּאָ ֵ֔ב‬ ַ ֵ֔ ‫יש ָר ָ֗אלְּוַיַׁ֤בךְּעַל־ ָפנָיו֙ ְּוַי‬
véelisha' jaláh et-jolêío, ashér iamút bó; vaiéred eláv ioásh mélej-israél vaiévk
'al-panav vaiomár, aví | aví, réjev israél ufárasháv.

Elishá [Eliseo] se enfermó de la enfermedad de la que moriría. Entonces


Ihoash [Joás], rey de Israel, descendió a él y llorando en su presencia, dijo: –
¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel, y sus jinetes!
(15)
:‫ִ֖יוְּקשתְּוְּח ַֽצים‬
֥ ָ‫חְּקשתְּוְּח ָּ֑ציםְּוַי ַ ְּ֥קחְּאל‬
ַ֣ ‫עְּק‬
ִ֖ ַ ֵָ֔‫ו ַַׁ֤יאמרְּלֹו֙ ְּאֱליש‬
vaiómer ló elishá', qáj qéshet vêjitzím; vaiqáj eláv qéshet vêjitzím.

Elishá [Eliseo] le dijo: –Toma un arco y flechas. Él tomó un arco y flechas,

(16)
ְּ‫ַׁ֤בְּיֶ֣דְּך֙ ְּעַל־הַ ֵ֔קשתְּ ַויַרכִ֖בְּי ָָּ֑דֹוְּוַיָ ֵ֧שם‬
ַֽ ָ ‫ו ַַ֣יאמרְּ׀ְּלְּ ַ֣מלְךְּיש ָר ָ֗אלְּהַ רכ‬
:‫ישעְּי ָ ִָ֖דיוְּעַל־יְּ ֥דיְּהַ ַֽמלְך‬
֛ ָ ‫אֱל‬
vaiómer | lêmélej israél harkév iádêjá 'al-haqéshet, vaiarkév iadó; vaiásem
elishá' iadáv 'al-iêdéi hamélej.

y Elishá [Eliseo] dijo al rey de Israel: –Pon tu mano sobre el arco. Cuando
puso su mano, Elishá [Eliseo] puso sus manos sobre las manos del rey.
(17)
ְּ‫ישעְּיְּרה֙ ְּוַיֵ֔ ֹורְּו ַָ֗יאמר‬
ַׁ֤ ָ ‫ֹוןְּקדמָ הְּוַיפ ָ ָּ֑תחְּו ַֹּ֨יאמרְּאֱל‬
ִ֖ ֛‫חְּהחַ ל‬ ַֽ ַ ‫ו ַָ֗יאמרְּפְּ ַ ֵ֧ת‬
ְּ‫םְּבאֲפִ֖ק‬
ַֽ ַ ‫יתְּאת־א ָ ֲ֛ר‬ ֵ֧ ָ ‫ַ֣הְּבא ָ ֲֵ֔רםְּוְּהכ‬
ַֽ ַ ָ‫חץ־תְּשּועָ ַׁ֤הְּ ַ ַֽליהוָה֙ ְּוְּחַ֣ץְּתְּשּוע‬
:ְּ‫עַד־כ ַַֽלה‬
vaiómer pêtáj hájalón qédmah vaiftáj; vaiómer elishá' iêreh vaiór, vaiómer
jetz-têshu'áh láAdonai vêjétz têshu'áh váarám, vêhikitá et-arám báaféq 'ad-

747
13 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

kaléh .

Luego dijo: –Abre la ventana que da al oriente. Él la abrió, y Elishá [Eliseo]


dijo: –¡Tira! Y él tiró. Entonces Elishá [Eliseo] dijo: –¡Flecha de victoria del
Eterno! ¡Flecha de victoria contra Siria! Porque derrotarás a Siria en Afec,
hasta acabar con ella.
(18)
ְּ‫ְך־ארצָ הְּוַיַ ְֶ֥֣ך‬
ַ ֵ֔ ַ‫רְּקחְּהַ ח ִ֖ציםְּוַי ָ ָּ֑קחְּו ַַׁ֤יאמרְּלְּ ַֽמלְך־יש ָראלְּ֙ה‬
֥ ַ ‫ו ַ֛יאמ‬
:‫יםְּוֶַֽ֣ ַיע ֲַֽמד‬
ַ ‫ָ ַֽשֹלש־פְּע ִָ֖מ‬
vaiómer qáj hajitzím vaiqáj; vaiómer lêmélej-israel haj-ártzah, vaiáj shálosh-
pê'amím váia'amód.

Volvió a decir: –Toma las flechas. Las tomó, y Elishá [Eliseo] dijo al rey de
Israel: –¡Golpea la tierra! Él golpeó la tierra tres veces y se detuvo.
(19)
ְּ‫ֱֹלהיםְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּלְּהַ כֹּ֨ ֹותְּחָ ַׁ֤משְּאֹו־שש֙ ְּפְּע ֵָ֔מים‬
ָ֗ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫יוְּא‬
ַ֣ ‫וַיק ֹּ֨צףְּ ָע ָָ֜ל‬
ְּ‫ָ ֛אזְּה ֥כיתָ ְּאת־א ָ ֲִ֖רםְּעַד־כַלָּ֑הְּוְּע ֹ֕ ַָתהְּשָ ֹל֥ שְּפְּע ִָ֖מיםְּתַ כ֥הְּאת־א ָ ֲַֽרם‬
‫פ‬:
vaiqtzóf 'aláv ísh háelohím vaiómer lêhakót jamésh o-shesh pê'amím, áz hikíta
et-arám 'ad-kaléh; vê'atáh shalósh pê'amím takéh et-arám .

Entonces el hombre de Elohim se enojó contra él y dijo: –De haber golpeado


cinco o seis veces, entonces habrías derrotado a Siria hasta acabar con ella.
Pero ahora la derrotarás sólo tres veces.

(20)
:‫ץְּב֥אְּשָ ָנַֽה‬
ָ ‫יְּמֹואבְּי ָ֥באּוְּבָ ָ ִ֖אר‬
ָ֛ ‫דּוד‬
֥ ‫עְּוֶַֽ֣יקבְּ ֻ ָּ֑רהּוְּּוג‬
ַ ‫יש‬ִ֖ ָ ‫וַיָ ֥מָ תְּאֱל‬
vaiámat elishá' váiqbêrúhu; ugdudéi moáv iavóu vaáretz bá shanáh.

Murió Elishá [Eliseo], y lo sepultaron. Al año siguiente llegaron al país unas


bandas armadas de los moabitas.
(21)
ְּ‫ּוְּאת־הַ גְּדֵ֔ ּודְּ ַויַש ֥ליכּוְּאת־הָ ִ֖איש‬ ַֽ ‫יםְּאישְּוְּהנה֙ ְָּר ַ֣א‬ ָ֗ ‫ַ֣םְּ׀ְּקבְּ ַ֣ר‬
ַֽ ‫וַי ָּ֞היְּה‬
‫ישעְּו ַָ֜ילְךְּוַיגַ ַׁ֤עְּהָ איש֙ ְּבְּעַצ ַ֣מֹותְּאֱלישֵָ֔ עְּוַי ִ֖חיְּוַיָ ֶ֥֣קְּםְּעַל־‬
ָּ֑ ָ ‫בְּ ַ֣קברְּאֱל‬
‫ פ‬:‫ַרג ָ ַֽליו‬
vaihí hém | qóvêrím ísh vêhineh raú ét-hagêdúd, vaiashlíju et-haísh bêqéver
elishá'; vaiélej vaigá' haish bê'atzmót elishá', vaijí vaiáqom 'al-ragláv.

748
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 13

Y aconteció que mientras algunos sepultaban a un hombre, he aquí que vieron


una banda armada y arrojaron al muerto dentro del sepulcro de Elishá
[Eliseo]. Y cuando el muerto cayó y tocó los restos de Elishá [Eliseo], aquél
revivió y se puso de pie.
(22)
:‫לְּכלְּיְּ ֥מיְּיְּ ַֽהֹואָ ָ ַֽחז‬
ִ֖ ‫ְּ֙מלְךְּא ָ ֲֵ֔רםְּל ַָחִ֖ץְּאת־יש ָר ָּ֑א‬
ַ֣ ‫ַ ַֽו ֲחזָאל‬
vájazael mélej arám, lajátz et-israél; kól iêméi iêhóajáz.

Hazael, rey de Siria, oprimió a los israelitas todos los días de Joacaz.
(23)
ְּ‫יהםְּלְּ ַ ַ֣מעַןְּבְּר ֵ֔יתֹוְּאת־אַ ב ָר ָהִ֖ם‬
ֵ֔ ‫םְּוֶַֽ֣י ַרחֲמם֙ ְּוַיַ֣פןְּאֲל‬
ַ ‫ַויָחָ ןְּ֩יה ֹּ֨ ָוהְּא ָ ַׁ֤ת‬
‫֥םְּמעַל־פָנָ ִ֖יוְּעַד־‬
ַֽ ָ‫יתםְּוְּ ַֽלא־השליכ‬ ָ ֵ֔ ‫יצ ָחַ֣קְּוְּ ַ ַֽיע ֲָּ֑קבְּוְּ ַׁ֤לאְּאָ בָ ה֙ ְּהַ שח‬
:ְּ‫ָ ַֽעתָ ה‬
vaiajan Adonai otám váirajamem vaífen aleihém, lêmá'an bêritó, et-avrahám
itzjáq vêiá'aqóv; vêló avah hashjitám, vêló-hishlijám mé'al-panáv 'ad-'átah .

Pero el Eterno fue generoso con ellos y les mostró misericordia. Se volvió
hacia ellos a causa de su pacto con Avraham [Abraham], Itzjaq [Isaac] y
Iaaqov [Jacob], y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta ahora.
(24)
:‫לְּמלְך־א ָ ֲָּ֑רםְּוַימֹל֛ ְךְּבן־ה ַ ֲ֥דדְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ַֽ ‫וַיָ ִ֖מָ תְּ ֲחז ַָ֣א‬
vaiámat jazaél mélej-arám; vaimlój ben-hadád bênó tajtáv.

Después murió Hazael, rey de Siria, y su hijo Ben-hadad reinó en su lugar.


(25)
ְּ‫ת־העָרים֙ ְּמיַד֙ ְּבן־ה ַ ֲַ֣דדְּבן־ ֲחז ֵָ֔אל‬ ַֽ ‫הֹואשְּבן־יְּ ַֽהֹואָ ָ֗ ָחזְּוַי ַ ַׁ֤קחְּא‬ַ֣ ָ ְּ‫ַו ָָ֜ישְּבְּי‬
ְּ‫ַ֣הּוְּיֹואש‬
ָ ֵ֔ ָ‫ֲשרְּל ָ֗ ַָקחְּמיַ ֛דְּיְּ ַֽהֹואָ ָח֥זְּאָ ִ֖ביוְּבַ מלחָ ָ ָּ֑מהְּשָ ֹלַׁ֤ שְּפְּעָמים֙ ְּהכ‬
ַ֣ ‫א‬
‫ פ‬:‫וַיָ ִ֖שבְּאת־ע ָ֥ריְּיש ָר ַֽאל‬
vaiáshov iêhoásh ben-iêhóajáz vaiqáj et-hé'arim miad ben-hadád ben-jazaél,
ashér laqáj miád iêhóajáz avív bamiljamáh; shalósh pê'amim hikáhu ioásh,
vaiáshev et-'aréi israél.

Entonces Ihoash [Joás] hijo de Joacaz volvió a tomar de mano de Ben-hadad


hijo de Hazael las ciudades que éste había tomado en la guerra, de mano de su
padre Joacaz. Tres veces lo derrotó Ihoash [Joás] y recuperó las ciudades de
Israel.

749
14 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 14


(1)
‫ִ֖זְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּמָ לַ ְ֛ךְּאֲמַ ציָ ֥הּוְּבן־‬
ַ֣ ‫יֹואשְּבן־יַֽ ֹואָ ָח‬
֥ ָ ְּ‫בשנַ ַ֣תְּשְּ ֵ֔ ַתיםְּל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫שְּמלְךְּי‬
֥ ‫יֹוא‬ ִ֖ ָ
bishnát shêtáim, lêioásh ben-íoajáz mélej israél; maláj amatziáhu ven-ioásh
mélej iêhudáh.

En el segundo año de Ihoash [Joás] hijo de Joacaz, rey de Israel, comenzó a


reinar Amasías hijo de Ihoash [Joás], rey de Iehudá [Judá].
(2)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּחָ ַׁ֤משְּשָ נָה֙ ְּהָ יָ ַ֣הְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּעש ַׁ֤ריםְּו ָֹּ֨תשַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּיהועדיןְּ(יְּ ַֽהֹוע ָ ִַ֖דן)ְּמן־יְּ ַֽרּושָ ָ ַֽלם‬
ben-'esrím vêjamésh shanah haiáh vêmoljó, vê'esrím vatésha' shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, yhv'dyn (iêhó'adán) min-iêrúshaláim.

Tenía 25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 29 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Joadán, de Ierushalaim [Jerusalén].
(3)
ְּ‫ָשה‬
֛ ָ ‫קְּלאְּכְּדָ וַ֣דְּאָ ָּ֑ביוְּכְּ ֵ֧כלְּאֲשר־ע‬
ִ֖ ‫הְּר‬
ֹ֕ ַ ‫וַיַ ַׁ֤עַשְּהַ יָשָ ר֙ ְּבְּעינַ֣יְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫ָשה‬ַֽ ָ ‫יֹואשְּאָ ִ֖ביוְּע‬
ָ֥
vaiá'as haiashar bê'einéi Adonai, ráq ló kêdavíd avív; kêjól asher-'asáh ioásh
avív 'asáh .

Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, aunque no como su padre David.
Hizo conforme a todas las cosas que había hecho su padre Ihoash [Joás].
(4)
:‫א־סרּוְּע֥ ֹודְּהָ עָ ֛םְּמְּזַבְּ ֥חיםְּּוַֽ מקַ טְּ ִ֖ריםְּבַ בָ ַֽמֹות‬
ָּ֑ ָ ‫ַ ֥רקְּהַ בָ ִ֖מֹותְּל‬
ráq habamót lo-sáru; 'ód ha'ám mêzabêjím úmqatêrím babamót.

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún ofrecía
sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.
(5)
‫רְּחזְּ ָ ֥קהְּהַ מַ מלָכָ ִ֖הְּבְּי ָָּ֑דֹוְּ ַויְַך֙ ְּאת־עֲבָ ֵ֔ ָדיוְּהַ מַ ִ֖כיםְּאת־‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬֛ ‫וַי ֹ֕היְּ ַ ַֽכא‬
:‫הַ ֥מלְךְּאָ ַֽביו‬
vaihí káashér jázêqáh hamamlajáh bêiadó; vaiaj et-'avadáv, hamakím et-
hamélej avív.

750
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 14

Sucedió que cuando el reino se consolidó en su mano, mató a sus servidores


que habían herido de muerte al rey, su padre.
(6)
ְּ‫ת־משהְּאֲשר־צ ֹּ֨ ָּוה‬ ָ֠ ‫ר־ת ַֹור‬
ַֽ ‫יםְּלאְּה ָּ֑מיתְּ ַככ ַָ֣תּובְּבְּ ַֽספ‬ַ֣ ‫וְּאת־בְּנ֥יְּהַ מַ ִ֖כ‬
‫ְּלא־יּומ ַ֣תּוְּעַל־‬
ַֽ ֙‫רְּלא־יּומ ֹּ֨תּוְּאָ ַׁ֤בֹותְּעַל־בָ נים֙ ְּּובָ נים‬
ַֽ ‫אמ‬ ָ֗ ‫יה ָ֜ ָוהְּל‬
:ְּ)‫ֹוְּימותְּ(יּומת‬
ַֽ ָ ‫ם־אישְּבְּחט ִ֖א‬ ֥ ‫ֹותְּכיְּא‬ ֛ ‫אָ ֵ֔ב‬
vêet-bênéi hamakím ló hemít; kakatúv bêséfer-tórat-mósheh asher-tziváh
Adonai lemór ló-iumtú avót 'al-banim uvanim ló-iumtú 'al-avót, kí im-ísh
bêjetó imvt (iumát) .

Pero no dio muerte a los hijos de los que le habían dado muerte, conforme a lo
que está escrito en el libro de la Torá de Moshé [Moisés], donde el Eterno
mandó diciendo: Los padres no serán muertos por culpa de los hijos, ni los
hijos serán muertos por culpa de los padres; sino que cada cual será muerto
por su propio pecado.
(7)
ְּ‫י־המלחְּ(מלַח֙ )ְּע ֲַ֣שרתְּ ֲאל ֵָ֔פיםְּוְּתָ פַ ֥ש‬
ֹּ֨ ‫הּוא־ה ָֹּ֨כהְּאת־א ֱַׁ֤דֹוםְּבְּג‬
‫ פ‬:‫ְּיקתְּ ֵ֔אלְּעַ ִ֖דְּהַ י֥ ֹוםְּהַ זַֽה‬
ְּ ֙‫את־הַ ִ֖סלַעְּבַ מלחָ ָ ָּ֑מהְּוַיק ָ ַׁ֤ראְּאת־שְּמָ ּה‬
hu-hikáh et-edóm bêgei-hmlj (mélaj) 'aséret alafím, vêtafás et-haséla'
bamiljamáh; vaiqrá et-shêmaĥ ioqtêél, 'ád haióm hazéh.

Él derrotó a 10000 edomitas en el valle de la Sal. También tomó Sela por


medio de la guerra y la llamó Jocteel, hasta el día de hoy.
(8)
ְּ‫ּואְּמלְך‬
֥ ‫הֹואשְּבן־יְּ ַֽהֹואָ ָחֵ֧זְּבן־י ֛ה‬
ָ ֹּ֨ ְּ‫ָ ַ֣אזְּשָ לַ ַׁ֤חְּאֲמַ ציָה֙ ְּמַ לאָ ֵ֔כיםְּאל־י‬
:‫אמרְּלְּכָ ִ֖הְּנת ָר ֥אהְּפ ַָֽנים‬
ָּ֑ ‫יש ָר ִ֖אלְּל‬
áz shaláj amatziah malajím, el-iêhoásh ben-iêhóajáz ben-iehú mélej israél
lemór; lêjáh nitraéh faním.

Por aquel entonces Amasías envió mensajeros a Ihoash [Joás] hijo de Joacaz,
hijo de Iehú [Jehú], rey de Israel, diciendo: '¡Ven, y veámonos las caras!'
(9)
ְּ֒‫ַ֣הּוְּמלְך־יְּהּודָ הּ֮ ְּלאמר‬
ַֽ ָ‫שְּמלְך־יש ָר ָ֗אלְּאל־אֲמַ צי‬ ַֽ ‫הֹוא‬ַ֣ ָ ְּ‫וַיש ַָּ֞לחְּי‬
‫אמרְּתְּ ָנַֽה־‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּבַ לְּבָ נֹון֙ ְּל‬
ַׁ֤ ‫ֹוןְּשָ לַחְּאל־הָ ָ֜ארזְּא‬ ָ֠ ָ֗‫ֲשרְּבַ לְּבָ נ‬ ַ֣ ‫הַ ָ֜חֹוחַ ְּא‬
ְּ‫ֲשרְּבַ לְּבָ נֵ֔ ֹוןְּוַתר ִ֖מס‬
ַ֣ ‫הְּוַֽתַ ע ֲָּ֞ברְּחַ יַ ַׁ֤תְּהַ שָ דה֙ ְּא‬
ַ ‫את־בתְּך֥ ְּלבנִ֖יְּלְּא ָ ָּ֑ש‬
: ַ‫את־הַ ַֽחֹוח‬
vaishláj iêhoásh mélej-israél el-amatziáhu mélej-iêhudah lemor hajóaj ashér
balêvanón shálaj el-haérez ashér balêvanon lemór, tênáh-et-bitêjá livní

751
14 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

lêisháh; váta'avór jaiát hasadeh ashér balêvanón, vatirmós et-hajója.

Y Ihoash [Joás], rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Iehudá [Judá]:
'El cardo que está en el Líbano mandó a decir al cedro que está en el Líbano:
'Da tu hija a mi hijo por mujer.' Entonces pasó una fiera salvaje del Líbano y
pisoteó el cardo.
(10)
ְּ‫יתְּאת־אֱדֵ֔ ֹוםְּּוַֽ נשָ אֲךִ֖ ְּלבָּ֑ךְּהכָבד֙ ְּוְּ ַ֣שבְּבְּב ֵ֔יתךְּוְּלָ ַׁ֤מָ ה‬ ָ֙ ‫הַ כַׁ֤הְּה ֹּ֨כ‬
:‫יהּודהְּע ָ ַֽמְך‬
֥ ָ ‫הְּו‬ַֽ ‫תתגָרה֙ ְּבְּ ָר ֵָ֔עהְּוְּנָ ַ֣פַל ֵ֔ ָתהְּאַ ָ ִ֖ת‬
hakéh hikítá et-edóm, únsaajá libéja; hikaved vêshév bêveitéja, vêlámah
titgareh bêra'áh, vênáfaltáh, atáh víhudáh 'imáj.

Ciertamente has derrotado a Edom, y tu corazón se ha envanecido. Disfruta de


tu gloria, pero quédate en tu casa. ¿Por qué provocas un mal en que puedas
caer tú y Iehudá [Judá] contigo?'
(11)
ְּ‫יםְּהּוא‬
ִ֖ ‫שְּמלְך־יש ָראלְּ֙וַית ָר ַ֣אּוְּפ ֵָ֔נ‬
ַֽ ‫הֹוא‬
ַׁ֤ ָ ְּ‫וְּ ַֽלא־שָ ַ ַ֣מעְּאֲמַ צ ֵָ֔יהּוְּ ַו ַֹּ֨יעַלְּי‬
:‫יהּודה‬
ַֽ ָ ‫רְּל‬
ַֽ ‫ֲש‬
֥ ‫֥יתְּשמשְּא‬
ִ֖ ‫הּודהְּבְּב‬ ָּ֑ ָ ְּ‫ַ ַֽואֲמַ ציָ ַ֣הּוְּ ַֽמלְך־י‬
vêló-shamá' amatziáhu, vaiá'al iêhoásh mélej-israel vaitraú faním, hú
váamatziáhu mélej-iêhudáh; bêvéit shémesh ashér líhudáh.

Pero Amasías no quiso escuchar. Entonces Ihoash [Joás], rey de Israel, subió;
y se enfrentaron él y Amasías, rey de Iehudá [Judá], en Bet-semes, que
pertenece a Iehudá [Judá].
(12)
֥ ‫הּודהְּלפנַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּ ַו ָי ֻנ‬
:‫ִ֖סּוְּאישְּלְּ ַֽאהָ ָ ַֽלו‬ ִ֖ ָ ְּ‫וַינָ ֶ֥֣גףְּי‬
vainágef iêhudáh lifnéi israél; vaianúsu ísh lêóhaláv.

Los de Iehudá [Judá] fueron derrotados ante Israel y huyeron, cada uno a su
morada.
(13)
ְּ‫הֹואש‬ ֥ ָ ְּ‫הֹואשְּבן־אֲחַ ז ָָ֗יהּוְּתָ פַ ֛שְּי‬ ַ֣ ָ ְּ‫הּודהְּבן־י‬
ָ ָ֜ ְּ‫הּוְּמלְך־י‬
ַֽ ‫וְּאתְּ֩אֲמַ צ ָֹּ֨י‬
ְּ‫חֹומת‬
ַ ֹּ֨ ְּ‫ַ֣יתְּשמשְּויבאוְּ( ַויָבא֙ )ְּיְּ ַ֣רּושָ ֵ֔ ַלםְּוַיפרץְּ֩ב‬ ָּ֑ ָ ‫ַֽמלְך־יש ָר ִ֖אלְּבְּב‬
:‫ַד־שעַרְּהַ פ ֵָ֔נהְּאַ ר ַב֥עְּמ ִ֖אֹותְּאַ ָ ַֽמה‬
ַ֣ ַ ‫יְּ ַֽרּושָ ָ֜ ַלםְּבְּ ַ ַׁ֤שעַרְּאפ ַ ֹּ֨רים֙ ְּע‬
vêet amatziáhu mélej-iêhudáh ben-iêhoásh ben-ajaziáhu tafás iêhoásh mélej-
israél bêvéit shámesh; vivv (vaiavo) iêrúshaláim, vaifrotz bêjomát iêrúshaláim
bêshá'ar efráim 'ad-shá'ar hapináh, arbá' meót amáh.

Entonces Ihoash [Joás], rey de Israel, prendió en Bet-semes a Amasías, rey de


Iehudá [Judá] e hijo de Ihoash [Joás], hijo de Ajaziá [Ocozías]; y vino a

752
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 14

Ierushalaim [Jerusalén]. Y abrió una brecha en el muro de Ierushalaim


[Jerusalén], desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina, 400 codos.
(14)
‫ב־ו ְַּהכסףְּוְּ ֹּ֨אתְּכְּל־הַ כ ָ֜ליםְּהַ נמצְּ ַ֣איםְּבית־‬ ְָּ֠ ְּ‫וְּל ַ ַָ֣קחְּאת־כְּל־הַ ָזַֽה‬
:ְּ‫בְּשמְּ ַֽרֹונָה‬
ַֽ ְּ‫יה ָ֗ ָוהְּּוב ַֽאצְּרֹות֙ ְּבַ֣יתְּהַ ֵ֔מלְךְּוְּ ִ֖אתְּבְּנַ֣יְּהַ ַ ַֽתעֲרֻ ָּ֑בֹותְּוַיָ ִ֖ש‬
vêlaqáj et-kol-hazáhov-vêhakesef vêét kol-hakelím hanimtzêím beit-Adonai
uvótzêrot béit hamélej, vêét bênéi hatá'aruvót; vaiáshov shómêrónah .

Luego tomó todo el oro, la plata y todos los utensilios que se hallaban en la
casa del Eterno y en los tesoros de la casa del rey. También tomó rehenes y
regresó a Shomrón [Samaria].
(15)
ְּ‫םְּעםְּאֲמַ ציָ ַ֣הּו‬
ִ֖ ‫ֲשרְּנל ֵ֔ ַח‬ ַ֣ ‫ֹוְּוא‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּעָשָ ה֙ ְּּוג ַ֣ב ָּור ֵ֔ת‬
ַׁ֤ ‫הֹואשְּא‬
ָ ָ֜ ְּ‫וְּיתרְּ֩דב ֹּ֨ריְּי‬
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥י‬ ֛ ‫תּוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫א־הםְּכ‬
ַ֣ ‫הּודהְּהֲל‬ ָּ֑ ָ ְּ‫ַֽמלְך־י‬
:‫יש ָר ַֽאל‬
vêieter divréi iêhoásh ashér 'asah ugvúrató, váashér niljám, 'ím amatziáhu
mélej-iêhudáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Ihoash [Joás], las cosas que hizo, su poderío y cómo
luchó contra Amasías, rey de Iehudá [Judá], ¿no están escritos en el libro de
las crónicas de los reyes de Israel?
(16)
ְּ‫ֹוןְּעםְּמַ לכַ֣יְּיש ָר ָּ֑אל‬
ִ֖ ‫וַישכַ ַׁ֤בְּיְּהֹואָ ש֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בר֙ ְּבְּ ַ֣שמ ֵ֔ר‬
‫ פ‬:‫ְךְּיֶ֣רְּבְּעָ ֥םְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ַֽ ָ ֛‫וַימֹל‬
vaishkáv iêhoash 'im-avotáv, vaiqaver bêshómrón, 'ím maljéi israél; vaimlój
iárovê'ám bênó tajtáv.

Ihoash [Joás] reposó con sus padres y fue sepultado en Shomrón [Samaria],
con los reyes de Israel. Y su hijo Jeroboam reinó en su lugar.
(17)
ְּ‫הֹואשְּבן־יְּ ַֽהֹואָ ָחִ֖ז‬
֥ ָ ְּ‫יְּמֹותְּי‬
ֵ֔ ‫הְּאח ֲַ֣ר‬
ַֽ ַ ‫הּוד‬
ָ ֵ֔ ְּ‫ְּמלְךְּי‬ַ֣ ֙‫וַי ֹּ֨חיְּאֲמַ ציָ ַׁ֤הּוְּבן־יֹואָ ש‬
:‫ַ֣מלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּח ֲ֥משְּעש ִ֖רהְּשָ ָנַֽה‬
vaijí amatziáhu ven-ioash mélej iêhudáh, ájaréi mót, iêhoásh ben-iêhóajáz
mélej israél; jamésh 'esréh shanáh.

Amasías hijo de Ihoash [Joás], rey de Iehudá [Judá], vivió quince años
después de la muerte de Ihoash [Joás] hijo de Joacaz, rey de Israel.

753
14 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(18)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מים‬
֛ ‫א־הםְּכְּתֻ ָ֗ביםְּע‬
ַ֣ ‫וְּיִ֖תרְּדב ַ֣ריְּאֲמַ ציָ ָּ֑הּוְּהֲל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫לְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi amatziáhu; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi
iêhudáh.

Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de
los reyes de Iehudá [Judá]?
(19)
ְּ ֙‫ּוְּאח ֲָריו‬
ַֽ ַ ‫֥יוְּקשרְּב ַֽירּושָ לַ ִ֖ םְּוַיָ ַ֣נְּסְּל ָָּ֑כישָ הְּוַישלְּ ַׁ֤ח‬
֛ ָ‫וַיקשְּ ֹּ֨רּוְּעָל‬
:‫ִ֖הּוְּשם‬
ַֽ ָ ‫ל ֵָ֔כישָ הְּוַימ ֻת‬
vaiqshêrú 'aláv qésher birúshaláim vaiános lajíshah; vaishlêjú ájarav lajíshah,
vaimitúhu shám.

Hicieron una conspiración contra él en Ierushalaim [Jerusalén]. Huyó a


Laquis, pero enviaron gente tras él a Laquis, y lo mataron allí.
(20)
:‫סּוסיםְּוַיקָ בֵ֧רְּב ַֽירּושָ לַ ֛ םְּעם־אֲב ָ ִ֖תיוְּבְּ ֥עירְּדָ ַֽוד‬
ָּ֑ ַ‫וַיש ֥אּוְּא ִ֖תֹוְּעַל־ה‬
vaisú otó 'al-hasusím; vaiqavér birúshaláim 'im-avotáv bê'ír davíd.

Después lo llevaron sobre caballos, y fue sepultado en Ierushalaim [Jerusalén]


con sus padres, en la Ciudad de David.
(21)
ְּ‫ן־ששְּעש ִ֖רהְּשָ נָ ָּ֑ה‬
֥ ‫וַיק ָּ֞חּוְּכְּל־עַ ַׁ֤םְּיְּהּודָ ה֙ ְּאת־ ֲעזַר ֵָ֔יהְּוְּ ֹ֕הּואְּב‬
:‫ֹוְּתחַ תְּאָ ֥ביוְּאֲמַ צ ָיַֽהּו‬
ִ֖ ַ ‫ַויַמ ַ֣לכּוְּא ֵ֔ת‬
vaiqjú kol-'ám iêhudah et-'azariáh, vêhú ben-shésh 'esréh shanáh; vaiamlíju
otó, tájat avív amatziáhu.

Entonces todo el pueblo de Iehudá [Judá] tomó a Azarías, que tenía 16 años
de edad, y lo proclamaron rey en lugar de su padre Amasías.
(22)
‫הְּאח ֲ֥ריְּשְּ ַ ַֽכב־הַ ִ֖מלְךְּעם־‬
ַֽ ַ ‫יהּוד‬
ָּ֑ ָ ‫ְּל‬
ַֽ ָ‫ֹּ֚הּואְּבָ נָ ַ֣הְּאת־אי ֵַ֔לתְּוַישבִ֖ה‬
‫ פ‬:‫אֲב ָ ַֽתיו‬
hú banáh et-eilát, vaishivéha líhudáh; ájaréi shêjáv-hamélej 'im-avotáv.

Él reedificó Eilat y la restituyó a Iehudá [Judá], después que el rey reposó con
sus padres.

754
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 14

(23)
ְּ‫הְּמָ לְַך‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫שְּמלְךְּי‬
ַ֣ ‫ן־יֹוא‬
ִ֖ ָ ‫בשנַת֙ ְּחֲמש־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּ ַ ַֽלאֲמַ ציָ ֥הּוְּב‬
:‫שְּמלְך־יש ָראלְּ֙בְּ ַ֣שמ ֵ֔רֹוןְּאַ רבָ ֥עיםְּוְּאַ ַחִ֖תְּשָ ָנַֽה‬ ַֽ ‫ן־יֹוא‬
ַׁ֤ ָ ‫ָ ַֽיֶ֣רְּבְּ ָֹּ֨עםְּב‬
bishnat jamesh-'esréh shanáh, láamatziáhu ven-ioásh mélej iêhudáh; málaj
iárovê'ám ben-ioásh mélej-israel bêshómrón, arba'ím vêaját shanáh.

En el año 15 de Amasías hijo de Ihoash [Joás], rey de Iehudá [Judá], comenzó


a reinar en Shomrón [Samaria] Jeroboam hijo de Ihoash [Joás], rey de Israel, y
reinó 41 años.
(24)
ְּ‫ָּ֑הְּלאְּ ָ֗ ָסרְּמכְּל־חַ טאות֙ ָ ְַּֽיֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ֵ֔ ָבט‬
ַ֣ ָ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
:ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיאְּאת־יש ָר ַֽאל‬ ַֽ ‫ֲש‬
֥ ‫א‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; ló sár mikol-jatovt iárovê'ám ben-nêvát, ashér
héjetí et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, y no se apartó de todos los pecados
de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel.
(25)
ְּ‫ַ֣םְּהע ֲָר ָבָּ֑הְּכד ַבַׁ֤ר‬
ַֽ ָ ָ‫ָ֗הּואְּהשיב֙ ְּאת־גְּ ַ֣בּולְּיש ָר ֵ֔אלְּמלְּ ֥בֹואְּח ָ ֲִ֖מתְּעַד־י‬
ְּ‫ֲשרְּד ָ֗ברְּבְּיַד־עַבדָּ֞ ֹוְּיֹונָ ַׁ֤הְּבן־אֲמתַ י֙ ְּהַ נ ֵָ֔ביא‬
ַ֣ ‫יהוָה֙ ְּאֱֹלהַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּמגַ ֥תְּהַ ַֽחפר‬ ִ֖ ‫א‬
hú heshiv et-gêvúl israél, milêvó jamát 'ad-iám há'araváh; kidvár Adonai
elohéi israél, ashér dibér bêiad-'avdó ionáh ven-amitaí hanaví, ashér migát
hajéfer .

Él restauró las fronteras de Israel, desde Lebo-hamat hasta el mar del Arabá,
conforme a la palabra que el Eterno Elohim de Israel había hablado por medio
de su siervo, el profeta Jonás hijo de Amitai, de Gat-jefer.
(26)
ְּ‫י־ר ָ ֵ֧אהְּיהוָ ֛הְּאת־עְּנ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּמ ַ֣רהְּמְּ ָּ֑אדְּוְּ ַׁ֤אפסְּעָצּור֙ ְּוְּ ַ֣אפסְּעָזֵ֔ ּוב‬
ָ ‫ַֽכ‬
:ְּ‫וְּ ֥איןְּעזִ֖רְּלְּיש ָר ַֽאל‬
kí-raáh Adonai et-'oní israél moréh mêód; vêéfes 'atzur vêéfes 'azúv, vêéin
'ozér lêisraél .

Porque el Eterno vio la aflicción de Israel que era muy amarga, y que no había
nadie, ni esclavo ni libre, que diese ayuda a Israel.

755
14, 15 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(27)
ְּ‫יעם‬
ֵ֔ ‫ת־שםְּיש ָר ֵ֔אלְּמ ַ ִ֖תחַ תְּהַ שָ ָ ָּ֑מיםְּוַיַ֣ ֹוש‬
ַ֣ ‫וְּ ַֽלא־דבַ֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּלמחֹות֙ ְּא‬
:ְּ‫ן־יֹואש‬
ַֽ ָ ‫ִ֖דְּיֶ֣רְּבְּעָ ֥םְּב‬
ַֽ ָ ַ‫בְּי‬
vêló-dibér Adonai, limjot et-shém israél, mitájat hashamáim; vaióshi'ém,
bêiád iárovê'ám ben-ioásh .

El Eterno no había determinado borrar el nombre de Israel de debajo del cielo;


por eso los libró por medio de Jeroboam hijo de Ihoash [Joás].
(28)
ְּ‫םְּוא ֲֹּ֨שר‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּעָשָ ה֙ ְּּוג ַֽב ָּור ַ֣תֹוְּאֲשר־נל ֵ֔ ָח‬ַׁ֤ ‫יְּיֶ֣רְּבְּ ָָ֜עםְּוְּכְּל־א‬
ַֽ ָ ‫וְּיתרְּ֩דב ֹּ֨ר‬
ְּ‫תּובים‬
ָ֗ ְּ‫א־הםְּכ‬ ַ֣ ‫יהּודהְּבְּיש ָר ָּ֑אלְּהֲל‬ ִ֖ ָ ‫תְּל‬
ַֽ ‫ה ָ֜שיבְּאת־דַ ֵ֧משקְּוְּאת־ח ָ ֲ֛מ‬
:‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬ ֛ ‫ע‬
vêieter divréi iárovê'ám vêjol-ashér 'asah ugvúrató asher-niljám, váashér
heshív et-daméseq vêet-jamát líhudáh bêisraél; halo-hém kêtuvím 'al-séfer
divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Jeroboam, todas las cosas que hizo, el poderío con que
combatió y cómo restituyó Damasco y Hamat a Israel, ¿no están escritos en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(29)
ְּ‫יוְּעםְּמַ לכַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּוַימֹל֛ ְךְּזְּכַריָ ֥הְּבְּנִ֖ ֹו‬
ִ֖ ‫ַׁ֤בְּיֶ֣רְּבְּעָם֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָת‬
ַֽ ָ ַ‫וַישכ‬
‫ פ‬:‫תַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv iárovê'am 'im-avotáv, 'ím maljéi israél; vaimlój zêjariáh vênó tajtáv.

Jeroboam reposó con sus padres, con los reyes de Israel. Y su hijo Zacarías
reinó en su lugar.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 15


(1)
ְּ‫ִ֖םְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּמָ לַ ְ֛ךְּ ֲעזַריָ ֥ה‬
ַ֣ ָ‫בש ַֹּ֨נתְּעש ַׁ֤ריםְּו ָֹּ֨שבַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּלְּ ָ ַֽיֶ֣רְּבְּע‬
:‫הּודה‬ַֽ ָ ְּ‫ִ֖הְּמלְךְּי‬
֥ ָ‫בן־אֲמַ צי‬
bishnát 'esrím vashéva' shanáh, lêiárovê'ám mélej israél; maláj 'azariáh ven-
amatziáh mélej iêhudáh.

En el año 27 de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Azarías hijo de


Amasías, rey de Iehudá [Judá].

756
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 15

(2)
ְּ‫ֹוְּוחֲמ ַׁ֤שיםְּּוש ֹּ֨ ַתים֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
ַֽ ַ ֵ֔‫ן־ששְּעש ַׁ֤רהְּשָ נָה֙ ְּהָ יָ ַ֣הְּבְּמְּלכ‬ ֹּ֨ ‫ב‬
:‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּיְּכְּליָ ִ֖הּוְּמ ַֽירּושָ ָ ַֽלם‬
ben-shésh 'esréh shanah haiáh vêmoljó, vájamishím ushtáim shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, iêjoliáhu mirúshaláim.

Tenía 16 años cuando comenzó a reinar, y reinó 52 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Jecolía, de Ierushalaim [Jerusalén].
(3)
:ְּ‫ָשהְּאֲמַ ציָ ֥הּוְּאָ ַֽביו‬
ִ֖ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע‬
vaiá'as haiashár bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asáh amatziáhu avív .

Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que había
hecho su padre Amasías.
(4)
:‫א־סרּוְּע֥ ֹודְּהָ עָ ֛םְּמְּזַבְּ ֥חיםְּּוַֽ מקַ טְּ ִ֖ריםְּבַ בָ ַֽמֹות‬
ָּ֑ ָ ‫ַ ֥רקְּהַ בָ ִ֖מֹותְּל‬
ráq habamót lo-sáru; 'ód ha'ám mêzabêjím úmqatêrím babamót.

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún ofrecía
sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos.
(5)
ְּ‫וַי ַנ ֹּ֨ ַגעְּיה ָ֜ ָוהְּאת־הַ ָ֗מלְךְּוַי ַׁ֤היְּמְּצ ָרע֙ ְּעַד־יַ֣ ֹוםְּמ ֵ֔תֹוְּוַיִ֖שבְּבְּבַ֣ית‬
:ְּ‫יֹותםְּבן־הַ ֹּ֨מלְך֙ ְּעַל־הַ ֵ֔ ַביתְּשפִ֖טְּאת־עַ ֥םְּהָ ָ ַֽארץ‬ ַׁ֤ ָ ְּ‫הַ חְּפ ָּ֑שיתְּו‬
vainagá' Adonai et-hamélej vaihí mêtzora' 'ad-íom motó, vaiéshev bêvéit
hajofshít; vêiotám ben-hamélej 'al-habáit, shofét et-'ám haáretz .

El Eterno hirió al rey, y quedó leproso hasta el día de su muerte, habitando


aislado en una casa. Jotam, hijo del rey, tenía a su cargo la casa del rey y
gobernaba al pueblo de la tierra.
(6)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּ ֲעזַריָ ִ֖הּוְּוְּכְּל־א‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi 'azariáhu vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Azarías y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en
el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?

757
15 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(7)
ְּ‫וַישכַ ַׁ֤בְּ ֲעזַריָה֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקבְּ ֥רּוְּא ֛תֹוְּעם־אֲב ָ ִ֖תיוְּבְּ ַ֣עירְּדָ ָּ֑וד‬
‫ פ‬:‫ְךְּיֹותםְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ָ֥ ֛‫וַימֹל‬
vaishkáv 'azariah 'im-avotáv, vaiqbêrú otó 'im-avotáv bê'ír davíd; vaimlój
iotám bênó tajtáv.

Azarías reposó con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de
David. Y su hijo Jotam reinó en su lugar.
(8)
ְּ‫הְּמָ לְַךְּזְּכַר ָֹּ֨יהּו‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הּוְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫הְּל ֲעזַרי‬ַֽ ַ ‫ֹלשיםְּּושמנה֙ ְּשָ ֵָ֔נ‬
ַׁ֤ ְּ‫בש ַֹּ֨נתְּש‬
:‫ן־יֶ֣רְּבְּעָ ֵ֧םְּעַל־יש ָר ֛אל בְּ ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּש ָ ֥שהְּחְּדָ ַֽשים‬
ַֽ ָ ‫ב‬
bishnát shêloshím ushmoneh shanáh, lá'azariáhu mélej iêhudáh; málaj
zêjariáhu ven-iárovê'ám 'al-israél bêshómêrón shisháh jodashím.

En el año 38 de Azarías, rey de Iehudá [Judá], Zacarías hijo de Jeroboam


reinó sobre Israel en Shomrón [Samaria] seis meses.
(9)
ְּ ֙‫רְּמחַ טאות‬
ַֽ ‫אְּס‬
ָ ָ֗ ‫יוְּל‬
ַ֣ ‫ֲשרְּע ִָ֖שּוְּאֲב ָ ָּ֑ת‬
֥ ‫הְּכא‬
ַֽ ַ ‫וַיַ ַׁ֤עַשְּהָ ַרע֙ ְּבְּעינַ֣יְּיה ֵ֔ ָו‬
:ְּ‫רְּהח ֱִ֖טיאְּאת־יש ָר ַֽאל‬ ַֽ ‫ֲש‬ ֥ ‫ָ ַֽיֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ֵ֔ ָבטְּא‬
vaiá'as hara' bê'einéi Adonai, káashér 'asú avotáv; ló sár méjatovt iárovê'ám
ben-nêvát, ashér héjetí et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, como habían hecho sus padres. No se
apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel.
(10)
ְּ‫יתהּוְּוַימֹלִ֖ ְך‬
ָּ֑ ‫֥הּוְּקבְּל־עָ ִ֖םְּוַימ‬
ַֽ ָ ‫וַיק ַׁ֤שרְּ ָעלָיו֙ ְּשַ לֻ ַ֣םְּבן־י ֵָ֔בשְּ ַויַכ‬
:‫תַ ח ָ ַֽתיו‬
vaiqshór 'alav shalúm ben-iavésh, vaiakéhu qávol-'ám vaimitéhu; vaimlój
tajtáv.

Entonces Salum hijo de Iaveish [Jabes] conspiró contra él, lo hirió en


presencia del pueblo y lo mató; y reinó en su lugar.
(11)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥י‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫וְּיִ֖תרְּדב ַ֣ריְּזְּכַריָ ָּ֑הְּהנָ ַ֣םְּכ‬
:‫יש ָר ַֽאל‬
vêiéter divréi zêjariáh; hinám kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Zacarías, he aquí que están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel.

758
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 15

(12)
ְּ ִ֖‫יעיםְּיַֽשְּ ֥בּוְּלְּך‬
ֵ֔ ‫ַ֣יְּרב‬
ְּ ‫אמרְּבְּנ‬
ֵ֔ ‫ַ֣הּואְּדְּבַ ר־יה ָ֗ ָוהְּאֲ ֹּ֨שרְּדבַׁ֤רְּאל־יהּוא֙ ְּל‬
‫ פ‬:ְּ‫י־כן‬
ַֽ ‫לְּוֶַֽ֣יה‬
ַ ‫עַל־כ ַ֣סאְּיש ָר ָּ֑א‬
hú dêvar-Adonai ashér dibér el-iehu lemór, bênéi rêvi'ím, iéshêvú lêjá 'al-kisé
israél; váihi-jén .

Ésta fue la palabra que el Eterno había hablado a Iehú [Jehú], diciendo: 'Tus
hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación.' Y fue así.
(13)
ְּ‫ִ֖הְּמלְך‬
ַ֣ ָ‫ֹלשיםְּו ָֹּ֨תשַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּלְּעֻזי‬
ַׁ֤ ְּ‫שַ לַׁ֤ ּוםְּבן־יָביש֙ ְּמָ ֵַ֔לְךְּבש ַֹּ֨נתְּש‬
:‫ְךְּי ֶַ֣רח־י ִָ֖מיםְּבְּ ַֽשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ֥‫הּודהְּוַימֹל‬
ָּ֑ ָ ְּ‫י‬
shalúm ben-iaveish maláj, bishnát shêloshím vatésha' shanáh, lê'uziáh mélej
iêhudáh; vaimlój iéraj-iamím bêshómêrón.

Salum hijo de Iaveish [Jabes] comenzó a reinar en el año 39 de Azarías, rey de


Iehudá [Judá]. Y reinó en Shomrón [Samaria] un mes.
(14)
ְּ‫ְּשמְּ ֵ֔רֹוןְּוַיַ ְֶ֛֣ךְּאת־שַ ל֥ ּוםְּבן־יָבִ֖יש‬
ַֽ ֙‫ַו ַי ַעלְּ֩מְּנ ַֹּ֨חםְּבן־ג ָָ֜דיְּמתר ָ֗ ָצהְּ ַויָבא‬
:‫יתהּוְּוַימֹל֥ ְךְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ִ֖ ‫בְּ ַֽשמְּ ָּ֑רֹוןְּוַימ‬
vaia'al mênajém ben-gadí mitirtzáh vaiavo shómêrón, vaiáj et-shalúm ben-
iavéish bêshómêrón; vaimitéhu vaimlój tajtáv.

Entonces Menajem hijo de Gadi subió de Tirsa y fue a Shomrón [Samaria], e


hirió a Salum hijo de Iaveish [Jabes] en Shomrón [Samaria]; lo mató y reinó
en su lugar.
(15)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ֲשרְּקָ ָ ָּ֑שרְּהנָ ַ֣םְּכ‬
ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨יתר֙ ְּדב ַ֣ריְּשַ ֵ֔לּוםְּוְּקש ִ֖רֹוְּא‬
‫ ס‬:‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêiéter divréi shalúm, vêqishró ashér qashár; hinám kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Salum y la conspiración que hizo, he aquí que están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
(16)
ְּ‫יה‬
ָ֙ ‫בּול‬
ֹּ֨ ְּ‫ר־בַּׁ֤הְּוְּאת־ג‬
ָ ‫ה־מנַחםְּאת־תפ ֹּ֨ ַסחְּוְּאת־כְּל־אֲש‬ ְּ ָ֠ ‫ָ ַ֣אזְּי ַַֽכ‬
‫ פ‬:ַ‫יהְּב ַֽקע‬
ְָּ ‫֥רֹות‬
ִ֖ ‫ְֶ֣ךְּאתְּכְּל־ה ָה‬
֛ ָּ֑ ַ‫יְּלאְּפ ַ ִָ֖תחְּוַי‬
֥ ‫הְּכ‬֛ ‫מתר ֵ֔ ָצ‬
áz iakéh-mênajem et-tifsáj vêet-kol-asher-báĥ vêet-gêvuléihá mitirtzáh, kí ló
fatáj vaiáj; ét kol-hehárotéiha biqé'a.

759
15 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Por aquel entonces Menajem atacó Tifsaj y a todos los que estaban en ella y
en sus territorios, desde Tirsa. La atacó porque no le habían abierto las
puertas, y abrió el vientre a todas sus mujeres encintas.
(17)
‫הְּמָ לְַךְּמְּנ ַֹּ֨חםְּבן־‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫הְּל ֲעזַרי‬ ַֽ ַ ‫ֹלשיםְּו ָֹּ֨תשַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נ‬
ַׁ֤ ְּ‫בש ַֹּ֨נתְּש‬
:‫ג ֵָ֧דיְּעַל־יש ָר ֛אלְּע֥שרְּשָ נִ֖יםְּבְּ ַֽשמְּ ַֽרֹון‬
bishnát shêloshím vatésha' shanáh, lá'azariáh mélej iêhudáh; málaj mênajém
ben-gadí 'al-israél 'éser shaním bêshómêrón.

En el año 39 de Azarías, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Menajem hijo


de Gadi sobre Israel, y reinó 10 años en Shomrón [Samaria].
(18)
ְּ‫אותְּיֶ֣רְּבְּעָ ֵ֧םְּבן־נְּ ָב֛ט‬
ַֽ ָ ‫אְּסָ רְּמ ַֹּ֨עלְּחַ ָ֜ט‬
ָ֠ ‫ָּ֑הְּל‬
ַ֣ ָ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
:ְּ‫ר־הח ֱ֥טיאְּאת־יש ָר ִ֖אלְּכְּל־י ָ ַָֽמיו‬ ַֽ ‫אֲש‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; ló sár me'ál jatóvt iárovê'ám ben-nêvát asher-
héjetí et-israél kol-iamáv .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno. En todos sus días no se apartó de los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel.
(19)
ְּ‫ּולְּאלףְּככַר־כָ ָּ֑סף‬
ִ֖ ‫ּולְּמלְך־אַ שּור֙ ְּעַל־הָ ֵ֔ ָארץְּוַי ַׁ֤תןְּמְּנַחם֙ ְּלְּ ֵ֔פ‬ ַֽ ‫ַ֣אְּפ‬
ַׁ֤ ‫ָב‬
:‫ַֽלהְּיַׁ֤ ֹותְּיָדָ יו֙ ְּא ֵ֔תֹוְּלְּ ַ ַֽהחֲז֥יקְּהַ מַ מלָכָ ִ֖הְּבְּי ַָֽדֹו‬
bá fúl mélej-ashur 'al-haáretz, vaitén mênajem lêfúl, élef kikar-kásef; líhêíot
iadav itó, lêhájazíq hamamlajáh bêiadó.

Entonces Tiglat-pileser, rey de Asiria, vino contra el país, y Menajem dio a


Tiglat-pileser 1000 talentos de plata para que le ayudara a consolidar el reino
en su mano.

(20)
ְּ ֙‫בֹוריְּהַ ֵ֔ ַחילְּלָתת‬ ַ֣ ‫וַיצאְּ֩מְּנ ַֹּ֨חםְּאת־הַ ָ֜כסףְּעַל־יש ָר ָ֗אלְּ ַֹּ֚עלְּכְּל־ג‬
ְּ‫לְּ ַ֣מלְךְּאַ ֵ֔שּורְּחֲמ ֵ֧שיםְּשְּקָ ֛ליםְּכִ֖סףְּלְּ ַ֣אישְּא ָחָּ֑דְּ ַו ָֹּ֨ישָ ב֙ ְּ ַ֣מלְךְּאַ ֵ֔שּור‬
:‫דְּשםְּבָ ָ ַֽארץ‬
ִ֖ ָ ַ‫וְּלא־עָ ֥מ‬
vaiotze mênajém et-hakésef 'al-israél 'ál kol-giboréi hajáil, latet lêmélej ashúr,
jamishím shêqalím késef lêísh ejád; vaiáshav mélej ashúr, vêlo-'ámad shám
baáretz.

760
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 15

Menajem exigió el dinero a Israel, es decir, a todos los pudientes, 50 siclos de


plata a cada uno, para dárselo al rey de Asiria. Así que el rey de Asiria regresó
y no se detuvo allí en el país.
(21)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלֹוא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּמְּנַחִ֖םְּוְּכְּל־א‬
:‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêiéter divréi mênajém vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Menajem y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos
en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
(22)
‫ פ‬:‫וַישכַ ֥בְּמְּנַחִ֖םְּעם־אֲב ָ ָּ֑תיוְּוַימֹל֛ ְךְּפְּקַ חיָ ֥הְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv mênajém 'im-avotáv; vaimlój pêqajiáh vênó tajtáv.

Menajem reposó con sus padres, y su hijo Pecaías reinó en su lugar.


(23)
ְּ‫הְּמָ לְַךְּפְּ ַ ַֽקחְּ ָֹּ֨יהְּבן־מְּנַחֵ֧ם‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫הְּל ֲעזַרי‬ ַֽ ַ ‫בשנַת֙ ְּחֲמ ַ֣שיםְּשָ ֵָ֔נ‬
:‫עַל־יש ָר ֛אלְּבְּ ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּשְּנ ָ ַָֽתים‬
bishnat jamishím shanáh, lá'azariáh mélej iêhudáh; málaj pêqájêiáh ven-
mênajém 'al-israél bêshómêrón shênatáim.

En el año 50 de Azarías, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Pecaías hijo


de Menajem sobre Israel en Shomrón [Samaria], y reinó dos años.
(24)
ְּ‫ֲשר‬
֥ ‫רְּמחַ טאות֙ ָ ְַּֽיֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ֵ֔ ָבטְּא‬
ַֽ ‫אְּס‬
ָ ָ֗ ‫ָּ֑הְּל‬
ַ֣ ָ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
:ְּ‫ַֽהח ֱִ֖טיאְּאת־יש ָר ַֽאל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; ló sár méjatovt iárovê'ám ben-nêvát, ashér héjetí
et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno. No se apartó de los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel.
(25)
ְּ‫ישֹוְּ ַוי ַֹּ֨כהּוְּבְּ ַֽשמְּ ָ֜רֹוןְּבְּאַ ר ַׁ֤מֹון‬ ָ֗ ‫הּוְּשל‬
ַֽ ָ ‫ן־רמַ ל ָָ֜י‬
ְּ ‫ְּ֩פקַ חְּב‬ ֹּ֨ ‫וַיק ַ֣שרְּ ָעלָיו‬
ְּ‫יםְּאיש‬ִ֖ ‫ת־האַ ר ֵ֔יהְּוְּע ֛מֹוְּחֲמ ֥ש‬ ַֽ ָ ‫בית־מלךְּ(הַ ֹּ֨מלְך֙ )ְּאת־אַ ר ַ֣גבְּוְּא‬
:‫מבְּנַ֣יְּגלע ָָּ֑דיםְּוַימ ִ֖תהּוְּוַימֹל֥ ְךְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaiqshór 'alav péqaj ben-rêmaliáhu shálishó vaiakéhu vêshómêrón bêarmón
beit-mlj (hamélej) et-argóv vêet-háariéh, vê'imó jamishím ísh mibênéi

761
15 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

gil'adím; vaimitéhu vaimlój tajtáv.

Contra él conspiró Pécaj hijo de Remalías, que era un comandante suyo; e


hirió a Pecaías en Shomrón [Samaria], en la ciudadela de la casa del rey, junto
con Argob y Arié. Con él iban cincuenta hombres de los hijos de Galaad. Le
dio muerte y reinó en su lugar.
(26)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהנָ ַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּפְּקַ חיָ ִ֖הְּוְּכְּל־א‬
‫ פ‬:‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêiéter divréi fêqajiáh vêjol-ashér 'asáh; hinám kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Pecaías, y todas las cosas que hizo, he aquí que están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
(27)
‫הְּמָ לְַךְּפַ֣קַ חְּבן־‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫הְּל ֲעזַרי‬
ַֽ ַ ‫בש ַֹּ֨נתְּחֲמ ַׁ֤שיםְּּוש ֹּ֨ ַתים֙ ְּשָ ֵָ֔נ‬
:‫ְּרמַ ליָ ֵ֧הּוְּעַל־יש ָר ֛אלְּבְּ ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּעש ֥ריםְּשָ ָנַֽה‬
bishnát jamishím ushtáim shanáh, lá'azariáh mélej iêhudáh; málaj péqaj ben-
rêmaliáhu 'al-israél bêshómêrón 'esrím shanáh.

En el año 52 de Azarías, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Pécaj hijo de


Remalías sobre Israel en Shomrón [Samaria], y reinó 20 años.
(28)
ְּ‫ֲשר‬
֥ ‫אְּסרְּמן־חַ טאות֙ ָ ְַּֽיֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ֵ֔ ָבטְּא‬
ָ ָ֗ ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּ ַ֣ל‬
:ְּ‫ַֽהח ֱִ֖טיאְּאת־יש ָר ַֽאל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; ló sár min-jatovt iárovê'ám ben-nêvát, ashér
héjetí et-israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno. No se apartó de los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel.
(29)
‫ְּמלְךְּאַ שּורְּ֒וַי ַ ַ֣קחְּאת־‬
ַ֣ ּ֮‫חְּמלְך־יש ָר ָ֗אלְּבָ אּ֮ ְּתגלַ ַ֣תְּפלאסר‬ ַֽ ַ‫ימיְּפַ֣ק‬ָּ֞ ‫ב‬
‫ת־קדשְּוְּאת־חָ ַׁ֤צֹורְּוְּאת־‬ ֹּ֨ ‫ַ֣לְּבית־מַ ֲע ַָּ֡כהְּוְּאת־ ָָ֠ינֹוחַ ְּוְּא‬
ַֽ ‫עיַּ֡ ֹוןְּוְּאת־אָ ב‬
:‫לְּארץְּנַפתָ ָּ֑ליְּ ַויַגלִ֖םְּאַ ַֽש ָּורה‬
ַ֣ ‫ָהְּכ‬ ִ֖ ‫הַ גלעָד֙ ְּוְּאת־הַ ג ֵָ֔ליל‬
biméi péqaj mélej-israél ba tiglát pileser mélej ashur vaiqáj et-'ión vêet-avél
béit-ma'ajáh vêet-iánoaj vêet-qédesh vêet-jatzór vêet-hagil'ad vêet-hagalílah,
kól éretz naftalí; vaiaglém ashúrah.

762
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 15

En los días de Pécaj, rey de Israel, vino Tiglat-pileser, rey de Asiria, y tomó
gente de Ijón, Abel-bet-maaca, Janóaj, Quedes, Hazor, Galaad, Galilea y de
toda la tierra de Neftalí; y la llevó cautiva a Asiria.
(30)
ְּ‫ן־רמַ ל ֵָ֔יהּוְּ ַוי ַֹּ֨כהּו֙ ְּוַימ ֵ֔יתהּו‬
ְּ ‫ַל־פקַ ח֙ ְּב‬
ֹּ֨ ‫רְּהֹוש ְַּעְּבן־א ָָ֗להְּע‬
ַ֣ ‫ר־קש‬ ָ֜ ְּ‫וַיקש‬
:‫יֹותםְּבן־עֻז ָיַֽה‬
ִ֖ ָ ְּ‫וַימֹלִ֖ ְךְּתַ ח ָ ָּ֑תיוְּבשנַ ַ֣תְּעש ֵ֔ריםְּל‬
vaiqshor-qésher hoshé'a ben-eláh 'al-péqaj ben-rêmaliáhu, vaiakéhú
vaimitéhu, vaimlój tajtáv; bishnát 'esrím, lêiotám ben-'uziáh.

Oseas hijo de Ela hizo una conspiración contra Pécaj hijo de Remalías, y lo
hirió y le dio muerte. Y reinó en su lugar en el año 20 de Jotam hijo de
Azarías.
(31)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהנָ ַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֥תרְּדברי־פִ֖קַ חְּוְּכְּל־א‬
‫ פ‬:‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêiéter divrei-féqaj vêjol-ashér 'asáh; hinám kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím
lêmaljéi israél.

Los demás hechos de Pécaj, y todas las cosas que hizo, he aquí que están
escritos en las crónicas de los reyes de Israel.
(32)
‫ְ֛ךְּיֹותםְּבן־‬
ָ֥ ַ‫ִ֖הּוְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּמָ ל‬
ַ֣ ָ‫ן־רמַ לי‬
ְּ ‫בשנַ ַ֣תְּשְּ ֵ֔ ַתיםְּלְּפ֥קַ חְּב‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫ִ֖הּוְּמלְךְּי‬
֥ ָ‫עֻזי‬
bishnát shêtáim, lêféqaj ben-rêmaliáhu mélej israél; maláj iotám ben-'uziáhu
mélej iêhudáh.

En el segundo año de Pécaj hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar


Jotam hijo de Azarías, rey de Iehudá [Judá].
(33)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּחָ ַׁ֤משְּשָ נָה֙ ְּהָ יָ ַ֣הְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּשש־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫רּושאְּבַ ת־צָ ַֽדֹוק‬ ִ֖ ָ ְּ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּי‬
ben-'esrím vêjamésh shanah haiáh vêmoljó, vêshesh-'esréh shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, iêrushá bat-tzadóq.

Tenía 25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 16 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Jerusa hija de Tzadoc [Sadoc].
(34)
:ְּ‫ָשה‬
ַֽ ָ ‫ָשהְּעֻזיָ ֥הּוְּאָ ִ֖ביוְּע‬
֛ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֵ֧כלְּאֲשר־ע‬
vaiá'as haiashár bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asáh 'uziáhu avív 'asáh .

763
15 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que había
hecho su padre Azarías.
(35)
ְּ‫ֹותְּהּוא‬
ָ֗ ‫רּוְּעֹודְּהָ עָ ֛םְּמְּזַבְּ ֥חיםְּּוַֽ מקַ טְּ ִ֖ריםְּבַ בָ ָּ֑מ‬
ָ֗ ‫אְּס‬ָ ֵ֔ ‫ְּל‬
ַ֣ ֙‫ַ ַׁ֤רקְּהַ בָ מֹות‬
:ְּ‫ִ֖הְּהעליַֽ ֹון‬
ַֽ ָ ָ‫ת־שעַרְּבית־יהו‬ ֥ ַ ‫בָ נָ ֛הְּא‬
ráq habamot ló sáru, 'ód ha'ám mêzabêjím úmqatêrím babamót; hú banáh et-
shá'ar beit-Adonai há'elíon .

Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún ofrecía
sacrificios y quemaba incienso en los lugares altos. Él edificó la puerta
superior de la casa del Eterno.
(36)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫א־הםְּכ‬
ַ֣ ‫ָשהְּהֲל‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫יְּיֹותםְּא‬
ִ֖ ָ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ר‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi iotám ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím
lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Jotam, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en
el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(37)
ְּ‫יןְּמלְךְּא ָ ֲָּ֑רםְּוְּ ִ֖את‬
ַ֣ ‫הְּר ִ֖צ‬
ְּ ‫יהּוד‬
ָ ֵ֔ ‫יח ְַּֽב‬
ַ֙ ‫בַ י ַָ֣מיםְּהָ ֵ֔הםְּהחַ֣לְּיה ָ֗ ָוהְּלְּהַ ש ֹּ֨ל‬
:ְּ‫ן־רמַ ל ָיַֽהּו‬
ְּ ‫פ֥קַ חְּב‬
baiamím hahém, hejél Adonai lêhashlíáj bíhudáh, rêtzín mélej arám; vêét
péqaj ben-rêmaliáhu .

En aquel tiempo el Eterno comenzó a enviar contra Iehudá [Judá] a Rezín, rey
de Siria, y a Pécaj hijo de Remalías.

(38)
ְּ‫וַישכַ ַׁ֤בְּיֹותָ ם֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ בר֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּבְּ ִ֖עירְּדָ וַ֣דְּאָ ָּ֑ביו‬
‫ פ‬:‫וַימֹל֛ ְךְּאָ ָח֥זְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv iotam 'im-avotáv, vaiqaver 'im-avotáv, bê'ír davíd avív; vaimlój ajáz
bênó tajtáv.

Jotam reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David,
su padre. Y su hijo Acaz reinó en su lugar.

764
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 16

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 16


(1)
ְּ‫ן־יֹותם‬
ִ֖ ָ ‫ן־רמַ ליָ ָּ֑הּוְּמָ לַ ְ֛ךְּאָ ָח֥זְּב‬
ְּ ‫בשנַת֙ ְּשְּ ַ ַֽבע־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּלְּפִ֖קַ חְּב‬
:‫הּודה‬ַֽ ָ ְּ‫֥מלְךְּי‬
bishnat shêvá'-'esréh shanáh, lêféqaj ben-rêmaliáhu; maláj ajáz ben-iotám
mélej iêhudáh.

En el año 17 de Pécaj hijo de Remalías, comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam,


rey de Iehudá [Judá].
(2)
ְּ‫בן־עש ַׁ֤ריםְּשָ נָה֙ ְּאָ ָחַ֣זְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּשש־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ךְּב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ ם‬
:ְּ‫ֱֹלהִ֖יוְּכְּדָ ו֥דְּאָ ַֽביו‬
ָ ‫ָשהְּהַ יָשָָ֗ רְּבְּעינ֛יְּיהוָ ֥הְּא‬
ַ֣ ָ ‫וְּ ַֽלא־ע‬
ben-'esrím shanah ajáz bêmoljó, vêshesh-'esréh shanáh, maláj birúshaláim;
vêló-'asáh haiashár bê'einéi Adonai eloháv kêdavíd avív .

Acaz tenía 20 años cuando comenzó a reinar, y reinó 16 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. Él no hizo lo recto ante los ojos del Eterno su Elohim, en
contraste con su padre David.
(3)
ְּ ֙‫ְּהע ֱַ֣בירְּבָ ֵ֔אשְּכְּ ַֽתעֲבֹות‬
ַֽ ֙‫ו ַֹ֕ילְךְּבְּ ִ֖דרְךְּמַ לכַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּוְּגַ ַׁ֤םְּאת־בְּנֹו‬
:ְּ‫רְּהֹורישְּיהוָה֙ ְּא ֵ֔ ָתםְּמפְּנִ֖יְּבְּנ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
ַׁ֤ ‫גֹויםְּא ֲֹּ֨ש‬
ֵ֔ ַ‫ה‬
vaiélej bêdérej maljéi israél; vêgám et-bênó hé'evír baésh, kêtó'avot hagoím,
ashér horísh Adonai otám, mipênéi bênéi israél .

Anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su
hijo, conforme a las prácticas abominables de las naciones que el Eterno había
echado de delante de los Hijos de Israel.
(4)
:ְּ‫֥ץְּרע ֲָנֶַֽ֣ן‬
ַֽ ַ ‫וַיזַבֵ֧חַ ְּוַיקַ ֛טרְּבַ בָ ִ֖מֹותְּוְּעַל־הַ גְּבָ עָּ֑ ֹותְּוְּ ַ ִ֖תחַ תְּכְּל־ע‬
vaizabéaj vaiqatér babamót vê'al-hagêva'ót; vêtájat kol-'étz rá'anán .

Asimismo, ofreció sacrificios y quemó incienso en los lugares altos, sobre las
colinas y debajo de todo árbol frondoso.
(5)
ְּ‫ֵ֧הּוְּמלְך־יש ָר ֛אל‬
ַֽ ָ‫ן־רמַ לי‬ ְּ ‫םְּּופקַ חְּב‬ֹּ֨ ְּ‫יןְּמלְך־ ָ֠ ֲאר‬ ַֽ ‫ַ֣הְּר ַ֣צ‬
ְּ ‫זְּיעֲל‬ ַֽ ַ ‫ָ ַ֣א‬
:‫אְּיַֽכְּלִ֖ ּוְּלְּהל ַָֽחם‬
ָ ‫יְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ םְּלַמלחָ ָ ָּ֑מהְּ ַו ָי ֹֻּ֨צרּו֙ ְּעַל־אָ ֵ֔ ָחזְּוְּ ֥ל‬

765
16 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

áz iá'aléh rêtzín mélej-árom uféqaj ben-rêmaliáhu mélej-israél iêrúshaláim


lamiljamáh; vaiatzúrú 'al-ajáz, vêló iájêlú lêhilajém.

Entonces Rezín, rey de Siria, y Pécaj hijo de Remalías, rey de Israel, subieron
a Ierushalaim [Jerusalén] para hacer la guerra. Sitiaron a Acaz, pero no
pudieron vencerle.
(6)
‫ְּלא ָ ֲֵ֔רםְּוַינ ַ֥שלְּאת־‬ ַֽ ַ ֙‫יןְּמלְך־א ָ ֲַׁ֤רםְּאת־אילַת‬
ַֽ ‫יבְּר ֹּ֨צ‬
ְּ ‫יאְּהש‬ ָ֠ ‫בָ עַ֣תְּהַ ָ֗ה‬
ְּ‫)ְּבַ֣אּוְּאי ֵַ֔לתְּוַיַ֣שבּוְּשֵָ֔ םְּעַ ִ֖ד‬
ָ ֙‫ֹותְּוארמיםְּ(ואֲדמים‬
ַֽ ַ ָּ֑‫יםְּמאיל‬
ַֽ ‫הּוד‬ִ֖ ְּ‫הַ י‬
‫ פ‬:‫הַ י֥ ֹוםְּהַ זַֽה‬
ba'ét hahí héshiv rêtzín mélej-arám et-eilat láarám, vainashél et-haiêhudím
méeilót; vrmim (váadomim) báu eilát, vaiéshvu shám, 'ád haióm hazéh.

En aquel tiempo Rezín, rey de Siria, recuperó Eilat para Siria, y echó de Eilat
a los judíos. Después los edomitas fueron a Eilat y habitaron allí hasta el día
de hoy.
(7)
ְּ ֥‫אמרְּעַבדְּך‬ ֵ֔ ‫רְּמלְך־אַ שּור֙ ְּל‬ַֽ ‫ל־תגלַתְּפְּלַׁ֤ס‬ָ֠ ‫וַיש ַֹּ֨לחְּאָ ָ֜ ָחזְּמַ לאָ ָ֗כיםְּא‬
ְּ‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔אל‬ ַ֣ ֙‫ַ֣ףְּמלְך־א ָ ֲָ֗רםְּּומכַף‬
ַֽ ַ‫ְּאניְּע ֲֹּ֨להְּוְּ ַֽהֹוש ָ֜עניְּמכ‬
ָּ֑ ָ ִ֖‫ּובנך‬
:‫קֹומיםְּע ָ ַָֽלי‬ ִ֖ ַ‫ה‬
vaishláj ajáz malajím el-tíglat pêléser mélej-ashur lemór, 'avdêjá uvinjá áni;
'aléh vêhóshi'éni mikáf mélej-arám umikaf mélej israél, haqomím 'alái.

Entonces Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, para decirle:


'Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube y defiéndeme de mano del rey de Siria y de
mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.'
(8)
ְּ‫ְּביתְּיה ֵ֔ ָוהְּּוב ַֽאצְּ ִ֖רֹות‬
ַ֣ ֙‫וַי ֹּ֨ ַקחְּאָ ָ֜ ָחזְּאת־הַ כַ֣סףְּוְּאת־הַ ז ָ֗ ָָהבְּהַ נמצָ א‬
:ְּ‫ּורְּשחַ ד‬
ַֽ ‫בַ֣יתְּהַ ָּ֑מלְךְּוַישלַ ֥חְּלְּ ַֽמלְך־אַ ִ֖ש‬
vaiqáj ajáz et-hakésef vêet-hazaháv hanimtza béit Adonai, uvótzêrót béit
hamélej; vaishláj lêmélej-ashúr shójad .

Acaz tomó la plata y el oro que se hallaban en la casa del Eterno y en los
tesoros de la casa del rey, y envió al rey de Asiria un presente.
(9)
ְּ ָ‫ְּמלְךְּאַ ַׁ֤שּורְּאל־דַ ֹּ֨משק֙ ְַּוֶַֽ֣יתפְּ ֵ֔שה‬
ֹּ֨ ֩ ‫ְּמלְךְּאַ ֵ֔שּורְּ ַו ַי ַעל‬
ַ֣ ֙‫וַיש ַ ַׁ֤מעְּאלָיו‬
:‫ת־ר ִ֖ציןְּה ַֽמית‬ ְּ ‫ְּק ָירהְּוְּא‬
ָּ֑ ָ‫ַויַגלִ֖ה‬

766
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 16

vaishmá' elav mélej ashúr, vaia'al mélej ashúr el-daméseq váitpêséha,


vaiagléha qírah; vêet-rêtzín hemít.

El rey de Asiria le atendió; subió el rey de Asiria contra Damasco, la tomó y


llevó cautivos a sus habitantes a Quir. Y también mató a Rezín.
(10)
ְּ‫ְּדּומשק‬
ֵ֔ ֙‫רְּמלְך־אַ שּור‬ ַֽ ‫זְּלק ַראתְּתג ַֹּ֨לתְּפל ַׁ֤אס‬ ָ֠ ‫וַיַ֣לְךְּהַ ַ֣מלְךְּאָ ַּ֡ ָח‬
ְּ‫ל־אּוריָ ַ֣ה‬
ַֽ ‫ֲשרְּבְּדַ ָ ָּ֑משקְּוַיש ַלחְּ֩הַ ֹּ֨מלְךְּאָ ָ֜ ָחזְּא‬
ַ֣ ‫ִ֖חְּא‬
ְַּ ‫וַיַ ֶ֥֣ראְּאת־הַ מזב‬
:‫ֹוְּל ָ ַֽכל־מַ ע ֲַֽשהּו‬
ְּ ‫ית‬ִ֖ ‫הַ כ ָ֗הןְּאת־דְּ ֵ֧מּותְּהַ מזב֛חַ ְּוְּאת־תַ בנ‬
vaiélej hamélej ajáz líqrat tiglát piléser mélej-ashur duméseq, vaiár et-
hamizbéaj ashér bêdamáseq; vaishlaj hamélej ajáz el-úriáh hakohén et-dêmút
hamizbéaj vêet-tavnitó lêjál-ma'aséhu.

El rey Acaz fue a Damasco, al encuentro de Tiglat-pileser, rey de Asiria. Y


cuando vio el altar que estaba en Damasco, el rey Acaz envió al sacerdote
Urías el diseño y el modelo del altar, conforme a toda su construcción.
(11)
ְּ‫ןְּאּוריָ ֥הְּהַ כהִ֖ןְּאת־הַ מזבָּ֑חַ ְּכְּ ַ֣כלְּאֲשר־שָ ַלחְּ֩הַ ֹּ֨מלְךְּאָ ָ֜ ָחז‬
ַֽ ‫וַי֛ב‬
:‫ַד־בֹואְּהַ ַֽמלְך־אָ ָחִ֖זְּמדַ ָ ַֽמשק‬
֥ ‫מדַ ָ֗משקְּכַׁ֤ןְּעָשָ ה֙ ְַּֽאּוריָ ַ֣הְּהַ כ ֵ֔הןְּע‬
vaíven úriáh hakohén et-hamizbéja; kêjól asher-shalaj hamélej ajáz
midaméseq kén 'asah úriáh hakohén, 'ad-bó hamélej-ajáz midamáseq.

El sacerdote Urías construyó el altar de acuerdo con todo lo que el rey Acaz
había enviado de Damasco. Así lo hizo el sacerdote Urías antes que el rey
Acaz volviera de Damasco.
(12)
‫ַוי ַָׁ֤באְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּמדַ ֵ֔משקְּוַיַ ֶ֥֣ראְּהַ ִ֖מלְךְּאת־הַ מזבָּ֑חַ ְּוַיק ַ ֥רבְּהַ ֛מלְךְּעַל־‬
:‫הַ מזבִ֖חַ ְּוַיַ ֥עַלְּע ָ ַָֽליו‬
vaiavó hamélej midaméseq, vaiár hamélej et-hamizbéja; vaiqráv hamélej 'al-
hamizbéaj vaiá'al 'aláv.

Cuando el rey volvió de Damasco y vio el altar, el rey se acercó a él y ofreció


sobre él un holocausto.
(13)
‫ת־דם־‬
ַֽ ַ ‫ת־עלָתֹו֙ ְּוְּאת־מנחָ ֵ֔תֹוְּ ַוי ִַ֖סְךְּאת־נסכָּ֑ ֹוְּוַיז ֛רקְּא‬
ַֽ ‫ַויַק ַׁ֤טרְּא‬
: ַ‫הַ שְּל ָ֥מיםְּאֲשר־לִ֖ ֹוְּעַל־הַ מז ַֽבח‬
vaiaqtér et-'ólató vêet-minjató, vaiaséj et-niskó; vaizróq et-dám-hashêlamím
asher-ló 'al-hamizbéja.

767
16 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Quemó su holocausto y su ofrenda vegetal, derramó su libación y esparció la


sangre de sus sacrificios de paz sobre el altar.
(14)
ְּ‫ֲשרְּלפנַ֣יְּיה ָוהְּ֒ ַויַק ָ֗רבְּמאת֙ ְּפְּנַ֣יְּהַ ֵ֔ ַבית‬ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨אתְּהַ מז ַבַ֣חְּהַ נְּחשתּ֮ ְּא‬
:ְּ‫מבין֙ ְּהַ מז ֵ֔בחַ ְּּומבִ֖יןְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּוַי ֥תןְּא ֛תֹוְּעַל־יֶ֥֣רְךְּהַ מזבִ֖חַ ְּצָ ַֽפֹונָה‬
vêét hamizbáj hanêjoshet ashér lifnéi Adonai vaiaqrév meet pênéi habáit,
mibein hamizbéaj, umibéin béit Adonai; vaitén otó 'al-iérej hamizbéaj
tzafónah .

El altar de bronce que estaba delante del Eterno, él lo quitó de delante del
templo, de entre su altar y la casa del Eterno, y lo puso en el lado norte de su
altar.
(15)
ְּ ַ‫אמרְּעַ ַ֣לְּהַ מזבַ֣ח‬ ָ֗ ‫ת־אּור ָֹּ֨יהְּהַ כ ָ֜הןְּל‬
ַֽ ‫ְך־אָ חְּזְּא‬ ָ֠ ‫ויצוהוְּ(וַיצַ ּוַ֣ה)ְּהַ ַֽמל‬
ְּ‫בְּואת־עלַ ֵ֧ת‬
ְַּֽ ‫ת־עלַת־הַ בקרְּ֩וְּאת־מנ ֹּ֨ ַחתְּהָ ָ֜ער‬ ַֽ ‫הַ גָדַּ֡ ֹולְּהַ ק ַ֣טרְּא‬
ְּ‫יהם‬ ֵ֔ ‫ֹוְּואתְּע ַָּ֞לתְּכְּל־עַ ַׁ֤םְּהָ ֹּ֨ ָארץ֙ ְּּומנחָ ָ ַ֣תםְּוְּנסכ‬
ְָּ֠ ‫הַ ַ֣מלְךְּוְּאת־מנחָ ָ֗ת‬
ְּ‫ה־לי‬
ִ֖ ‫תְּיהי‬ ַֽ ‫ל־דםְּעלָ ֛הְּוְּכְּל־דַ ם־זִ֖בַ חְּעָלָ ַ֣יוְּתז ָּ֑רקְּּומז ַבֵ֧חְּהַ נְּ ֛חש‬ ֥ ַ ְּ‫וְּכ‬
:ְּ‫לְּבַ ַֽקר‬
vitzvhv (vaitzavéh) hamélej-ájoz et-úriáh hakohén lemór 'ál hamizbéaj
hagadól haqtér et-'ólat-haboqer vêet-minját ha'érev vêet-'olát hamélej vêet-
minjató vêet 'olát kol-'ám haáretz uminjatám vêniskeihém, vêjol-dám 'oláh
vêjol-dam-zévaj 'aláv tizróq; umizbáj hanêjóshet íhieh-lí lêvaqér .

Luego el rey Acaz dio orden al sacerdote Urías, diciendo: 'En el altar grande
quema el holocausto de la mañana y la ofrenda vegetal de la tarde, así como el
holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto de todo el pueblo de la tierra y
su ofrenda y su libación. Esparce sobre él toda la sangre del holocausto y toda
la sangre del sacrificio. Pero el altar de bronce será mío, para que yo
determine.'
(16)
:‫ַשְּאּוריָ ַ֣הְּהַ כהָּ֑ןְּכְּ ֥כלְּאֲשר־צּוָ ִ֖הְּהַ ֥מלְךְּאָ ָ ַֽחז‬
ַֽ ‫וַיַ ִ֖ע‬
vaiá'as úriáh hakohén; kêjól asher-tziváh hamélej ajáz.

Y el sacerdote Urías hizo conforme a todas las cosas que le ordenó el rey
Acaz.
(17)
ְּ‫רְּמעֲליהם֙ ְּואת־‬ ַֽ ַ‫כֹונתְּוַיָ ַׁ֤ס‬
ָ֗ ְּ‫וַיקַ צץְּ֩הַ ֹּ֨מלְךְּאָ ָ֜ ָחזְּאת־הַ מסגְּ ַ֣רֹותְּהַ מ‬
ְּ ָ‫ֲשרְּתַ ח ָּ֑תיה‬
ַ֣ ‫ַ֣םְּהֹורדְּמעַ ֛לְּהַ בָ ָ ֥קרְּהַ נְּ ִ֖חשתְּא‬
ֵ֔ ָ‫(את־)ְּהַ כ ֵ֔ירְּוְּאת־הַ י‬
:ְּ‫וַי ַ֣תןְּא ֵ֔תֹוְּעַ ִ֖לְּמַ רצ֥פתְּאֲבָ ַֽנים‬
768
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 16, 17

vaiqatzetz hamélej ajáz et-hamisgêrót hamêjonót vaiásar mé'aleihem vt- (et-)


hakiór, vêet-haiám horíd, me'ál habaqár hanêjóshet ashér tajtéiha; vaitén otó,
'ál martzéfet avaním .

El rey Acaz también desmontó los marcos de las bases de las pilas móviles y
quitó de encima de ellas las pilas. También bajó la fuente de encima de los
bueyes de bronce que estaban debajo de ella, y la puso sobre el pavimento de
piedra.
(18)
ְּ ֙‫ת־מיסךְּ(מּוסְך)ְּהַ שַ ָ֜ ָבתְּאֲשר־בָ נַ֣ ּוְּבַ ָ֗ ַביתְּוְּאת־מְּ ַׁ֤בֹואְּהַ ֹּ֨מלְך‬
ַ ֹּ֨ ‫וְּא‬
:ְּ‫ִ֖יְּמלְךְּאַ ַֽשּור‬ ֥ ‫בְּביתְּיהוָ ָּ֑הְּמפְּנ‬
ַ֣ ‫יצֹונָהְּה ִ֖ס‬
ֵ֔ ‫ַ ַֽהח‬
vêet-misj (musáj) hashabát asher-banú vabáit vêet-mêvó hamélej hájitzónah,
hesév béit Adonai; mipênéi mélej ashúr .

Asimismo, a causa del rey de Asiria, quitó de la casa del Eterno el dosel para
el shabbat que habían hecho en la casa y el pasadizo exterior del rey.
(19)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ‫םְּכ‬
ְּ ‫א־ה‬
ַ֣ ‫ָשהְּהֲל‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּאָ ָחִ֖זְּא‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi ajáz ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím
lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Acaz, las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro
de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(20)
ְּ‫וַישכַ ַׁ֤בְּאָ חָ ז֙ ְּעם־אֲ ב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ ב֥רְּעם־אֲב ָ ִ֖תיוְּבְּ ַ֣עירְּדָ ָּ֑ודְּוַימֹל֛ ְך‬
‫ פ‬:‫חזקיָ ֥הּוְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv ajaz 'im-avotáv, vaiqavér 'im-avotáv bê'ír davíd; vaimlój jizqiáhu
vênó tajtáv.

Acaz reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David.
Y su hijo Jizkiá [Ezequías] reinó en su lugar.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 17


(1)
ְּ‫ְַךְּהֹושעְַּבן־אלָ ֵ֧ה‬
ֹּ֨ ‫הְּמָ ל‬
ָ֠ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖זְּמלְךְּי‬
ַ֣ ‫בשנַת֙ ְּשְּ ַ֣תיםְּעש ֵ֔רהְּלְּאָ ָח‬
:‫לְּתשַ עְּשָ ַֽנים‬
֥ ‫בְּ ַֽשמְּ ֛רֹוןְּעַל־יש ָר ִ֖א‬

769
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

bishnat shêtéim 'esréh, lêajáz mélej iêhudáh; málaj hoshé'a ben-eláh


vêshómêrón 'al-israél tésha' shaním.

En el año 12 de Acaz, rey de Iehudá [Judá], comenzó a reinar Oseas hijo de


Ela sobre Israel en Shomrón [Samaria], y reinó 9 años.
(2)
:ְּ‫ֲשרְּהָ יִ֖ ּוְּלְּפ ָָנַֽיו‬
֥ ‫קְּלאְּכְּמַ לכַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּא‬
ֹּ֚ ‫ָּ֑הְּר‬
ָ֗ ַ ָ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; ráq ló kêmaljéi israél, ashér haíu lêfanáv .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, aunque no como los reyes de Israel
que habían reinado antes de él.
(3)
ְּ‫ֹוְּהֹוש ֙ ַע ְֵּ֔עבדְּוַיָ ֥שבְּלִ֖ ֹו‬
ֹּ֨ ַׁ֤‫ּורְּוֶַֽ֣יהי־ל‬
ַ ‫רְּמלְךְּאַ ָּ֑ש‬
ַ֣ ‫עָלָ ַ֣יוְּ ָע ֵָ֔להְּשַ למַ נ ִ֖אס‬
:‫מנ ָ ַֽחה‬
'aláv 'aláh, shalmanéser mélej ashúr; váihi-ló hoshé'á 'éved, vaiáshev ló
minjáh.

Salmanazar, rey de Asiria, subió contra él, y Oseas fue hecho su siervo y le
pagaba tributo.
(4)
ְּ‫ל־סֹוא‬
ַ֣ ‫ְַּקשרְּא ֲֹּ֨שרְּשָ לַ ַׁ֤חְּמַ לאָ כים֙ ְּא‬ ָ֗ ‫הֹושע‬
ָ֜ ְּ‫ְּ֩מלְך־אַ ֹּ֨שּורְּב‬ ַֽ ‫וַימצָ א‬
ְּ‫ַֽמלְך־מצ ַ ֵ֔ריםְּוְּ ַֽלא־העֱלָ ֥הְּמנ ָח֛הְּלְּ ֥מלְךְּאַ ִ֖שּורְּכְּשָ נָ ַ֣הְּבְּשָ נָ ָּ֑ה‬
:‫֥יתְּכלא‬
ַֽ ‫ְּמלְךְּאַ ֵ֔שּורְּו ַַיַֽאַ ס ִ֖רהּוְּב‬
ַ֣ ֙‫ַוֶַֽ֣ ַיעַצ ֹּ֨רהּו‬
vaimtza mélej-ashúr bêhoshé'a qésher ashér shaláj malajim el-só mélej-
mitzráim, vêló-he'eláh minjáh lêmélej ashúr kêshanáh vêshanáh; váia'atzréhú
mélej ashúr, vaiáasréhu béit kéle.

Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, porque éste había
enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y porque no había pagado el tributo
anual al rey de Asiria. Por ello el rey de Asiria lo detuvo y le metió preso en
una cárcel.
(5)
ְּ‫ְּ֙שמְּ ֵ֔רֹוןְּוַיָ ֥צַ רְּעָלִ֖יהָ ְּשָ ֹל֥ ש‬
ַֽ ‫לְּמלְך־אַ ִ֖שּורְּבְּכְּל־הָ ָ ָּ֑ארץְּ ַו ַֹּ֨י ַעל‬
ַֽ ‫וַיַ ֥ ַע‬
:‫שָ ַֽנים‬
vaiá'al mélej-ashúr bêjol-haáretz; vaiá'al shómêrón, vaiátzar 'aléiha shalósh
shaním.

Después el rey de Asiria invadió todo el país. Subió contra Shomrón


[Samaria] y la sitió durante tres años.

770
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17

(6)
‫ת־שמ ֵ֔רֹוןְּוַיֶ֥֣גלְּאת־‬ ַ֣ ‫הֹוש ַעְּלָכַ ַׁ֤דְּ ַֽמלְך־אַ שּור֙ ְּא‬
ָ֗ ְּ‫בש ַֹּ֨נתְּהַ תְּש ָ֜עיתְּל‬
ְּ‫בְּאֹותםְּבַ חלַ ֵ֧חְּּובחָ ֛בֹורְּנְּ ַה֥רְּגֹוזָ ִֶ֖֣ןְּוְּע ָ֥רי‬
ָ ָ֜ ‫יש ָר ִ֖אלְּאַ ָּ֑ש ָּורהְּו ַֹּ֨יש‬
‫ פ‬:‫מָ ָ ַֽדי‬
bishnát hatêshi'ít lêhoshé'a lajád mélej-ashur et-shómrón, vaiégel et-israél
ashúrah; vaióshev otám bajláj uvjavór nêhár gozán vê'aréi madái.

En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria tomó Shomrón [Samaria], llevó


cautivos a los israelitas a Asiria y los estableció en Halaj y en el Habor, río de
Gozán, y en las ciudades de los medos.
(7)
ְּ‫יהםְּהַ ַ ַֽמעֲלַׁ֤הְּאתָ ם֙ ְּמ ַ֣ארץ‬
ֵ֔ ‫ְּ֙ליהוָ ַ֣הְּאֱֹלַֽ ה‬
ַֽ ַ ‫יְּכי־חְּטְּ ַׁ֤אּוְּבְּנַֽי־יש ָראל‬
ַֽ ‫וַי ָ֗ה‬
֥ ‫הְּמלְך־מצ ָ ָּ֑ריםְּו ַַֽיירְּ ִ֖אּוְּא‬
:ְּ‫ֱֹלהיםְּאֲח ַֽרים‬ ַֽ ‫מצ ַ ֵ֔ריםְּמ ֹ֕ ַתחַ תְּיַ ִ֖דְּפַר ַ֣ע‬
vaihí kí-jotêú vênéi-israel láAdonai elóheihém, hamá'aléh otam meéretz
mitzráim, mitájat iád par'óh mélej-mitzráim; vaírêú elohím ajerím .

Esto aconteció porque los Hijos de Israel pecaron contra el Eterno su Elohim,
que los había sacado de la tierra de Egipto, del poder del faraón, rey de
Egipto, y porque veneraron a dioses ajenos.
(8)
ְּ‫ְּהֹורישְּיה ֵ֔ ָוהְּמפְּנִ֖יְּבְּנַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּּומַ לכ֥י‬
ַ֣ ֙‫גֹויםְּאֲשר‬
ֵ֔ ַ‫וַיַֽלְּכּו֙ ְּבְּח ַֻ֣קֹותְּה‬
:ְּ‫ֲשרְּע ַָֽשּו‬
֥ ‫יש ָר ִ֖אלְּא‬
vaiélêjú bêjuqót hagoím, asher horísh Adonai, mipênéi bênéi israél; umaljéi
israél ashér 'asú .

También anduvieron según las prácticas de las naciones que el Eterno había
echado de delante de los Hijos de Israel, y en las que establecieron los reyes
de Israel.
(9)
ְּ‫א־כןְּעַל־יהוָ ִ֖הְּאֱֹלַֽ היהָּ֑םְּוַיבנֹּ֨ ּו‬
ֵ֔ ‫ֲשרְּל‬ ַ֣ ‫וַיחַ פְּ ַ֣אּוְּבְּנַֽי־יש ָר ָ֗אלְּדְּבָ רים֙ ְּא‬
:ְּ‫ַד־עירְּמב ָ ַֽצר‬
֥ ‫יהםְּממג ַ ֥דלְּנַֽ ֹוצ ִ֖ריםְּע‬ֵ֔ ‫לָהַׁ֤םְּבָ מֹות֙ ְּבְּכְּל־עָ ַ֣ר‬
vaijapêú vênéi-israél dêvarim ashér lo-jén, 'al-Adonai elóheihém; vaivnú
lahém bamot bêjol-'áreihém, mimigdál nótzrím 'ad-'ír mivtzár .

Los Hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra el Eterno su


Elohim; se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de
los centinelas hasta las ciudades fortificadas.

771
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(10)
ְּ‫ֹותְּואֲש ָּ֑ריםְּ ַֹּ֚עלְּכְּל־גבעָ ַ֣הְּגְּב ֵ֔ ָההְּוְּ ַ ִ֖תחַ תְּכְּל־ע֥ץ‬
ַֽ ַ ‫ַוי ֵַ֧צבּוְּלָה֛םְּמַ צ ִ֖ב‬
:ְּ‫ַ ַֽרע ֲָנֶַֽ֣ן‬
vaiatzívu lahém matzevót váasherím; 'ál kol-giv'áh gêvoháh, vêtájat kol-'étz
rá'anán .

Se erigieron piedras rituales y árboles rituales de Asera sobre toda colina alta
y debajo de todo árbol frondoso.
(11)
ְּ ֙‫ָּ֑םְּוֶַֽ֣ ַיעֲשּו‬
ַ ‫ַגֹויםְּאֲשר־הגלָ ֥הְּיהוָ ִ֖הְּמפְּניה‬
ֹ֕ ‫וַיקַ טְּרּו־שָ ם֙ ְּבְּכְּל־בָ ֵ֔מֹותְּכ‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫יםְּר ֵ֔עיםְּלְּהַ כ ִ֖עיסְּאת־י‬
ָ ‫דְּבָ ַ֣ר‬
vaiqatêru-sham bêjol-bamót, kagoím asher-hegláh Adonai mipêneihém;
váia'asú dêvarím ra'ím, lêhaj'ís et-Adonai .

Quemaron allí incienso en todos los lugares altos, así como las naciones que el
Eterno había desterrado de delante de ellos. Hicieron cosas malas provocando
a ira al Eterno,
(12)
: ‫אְּתע ֲִ֖שּוְּאת־הַ דָ ָב֥רְּהַ זַֽה‬
ְּ ַֽ ַ ‫םְּל‬
֥ ‫ו ַ ַַֽיעַב ִ֖דּוְּהַ גל ָֻּ֑ליםְּא ֲֹּ֨שרְּאָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּל ֵָ֔ה‬
vaiá'avdú hagilulím; ashér amár Adonai lahém, ló tá'asú et-hadavár hazéh .

pues rindieron culto a los ídolos, acerca de los cuales el Eterno les había
dicho: 'Vosotros no haréis tal cosa.'
(13)
ְּ‫יאי)ְּכְּל־ח ָ֜זה‬ ֹּ֨ ‫יהּודהְּבְּ ַידְּ֩כְּל־נביאוְּ(נְּב‬
ָ ַּ֡ ‫לְּּוב‬ ַֽ ‫וַיָ ַ֣עַדְּיה ַּ֡ ָוהְּבְּיש ָר ַ֣א‬
ְּ‫תֹורה‬
ֵ֔ ָ ַ‫ֻקֹותיְּכְּ ָֹּ֨כל־ה‬ ַ ֵ֔ ‫ַׁ֤םְּה ָרעים֙ ְּוְּשמרּו֙ ְּמצֹו ַ ַ֣תיְּח‬
ַֽ ָ ‫רְּשֻ בּוְּמדַ רכיכ‬ ָ֜ ָ֠ ‫אמ‬ָ֗ ‫ל‬
ְּ‫יכםְּבְּיַ ִ֖דְּעֲבָ ַ ֥די‬ ֵ֔ ‫ָּ֑םְּואֲשר֙ ְּשָ לַ ַ֣חתיְּאֲל‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּצ ִּ֖ויתיְּאת־א ֲַֽבתיכ‬ ֥ ‫א‬
:ְּ‫הַ נְּב ַֽיאים‬
vaiá'ad Adonai bêisraél uvíhudáh bêiad kol-nviv (nêviéi) jol-jozéh lemór
shúvu midarjeijém hára'im vêshimrú mitzotái juqotái, kêjál-hatoráh, ashér
tzivíti et-avóteijém; váasher shalájti aleijém, bêiád 'avadái hanêviím .

El Eterno advertía a Israel y a Iehudá [Judá] por medio de todos los profetas y
de todos los videntes, diciendo: 'Volveos de vuestros malos caminos y
guardad mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la Torá que
mandé a vuestros padres y que os envié por medio de mis siervos los profetas.'
(14)
ְּ‫אְּהא ֱֵ֔מינּו‬
ַֽ ‫ְּל‬
ַ֣ ֙‫ֲבֹותםְּאֲשר‬
ָ ֵ֔ ‫וְּ ִ֖לאְּשָ ָּ֑מעּוְּ ַויַק ַׁ֤שּוְּאת־עְּ ְּרפָם֙ ְּכְּ ַ֣ערףְּא‬
:ְּ‫יהם‬ ַֽ ‫ַ ַֽביהוָ ִ֖הְּאֱֹלַֽ ה‬
772
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17

vêló shamé'u; vaiaqshú et-'orêpam kê'óref avotám, asher ló héemínu,


báAdonai elóheihém .

Pero ellos no obedecieron, sino que endurecieron su cerviz, como la cerviz de


sus padres, los cuales no creyeron en el Eterno su Elohim.
(15)
ְּ ֙‫ֲבֹותםְּוְּאת‬ ָ ֵ֔ ‫ֲשרְּכ ַ ַָ֣רתְּאת־א‬ ַ֣ ‫וַימא ֲַ֣סּוְּאת־ח ָ֗ ָֻקיוְּוְּאת־בְּריתֹו֙ ְּא‬
ְּ ֙‫ְּאח ֲַׁ֤ריְּהַ ֹּ֨הבלְּ֙וַיה ֵ֔ ָבלּוְּוְּ ַ ַֽאח ֲַׁ֤ריְּהַ גֹוים‬
ַֽ ַ ָ֜‫ידְּבָּ֑םְּו ַֹּ֨ילכּו‬
ָ ‫ֲשרְּה ִ֖ע‬
֥ ‫ַֽעדְֹּו ֵ֔ ָתיוְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּסְּ ַֽביב ֵ֔ ָתםְּא ֲֹּ֨שרְּצּוָ ַׁ֤הְּיהוָה֙ ְּא ֵ֔ ָתםְּלְּבל ִ֖תיְּע ֲ֥שֹותְּכ ַָֽהם‬ ַ֣ ‫א‬
vaimasú et-juqáv vêet-bêritó ashér karát et-avotám, vêet 'édêotáv, ashér he'íd
bám; vaiéljú ájaréi hahével vaiehbálu, vêájaréi hagoim ashér sêvívotám, ashér
tziváh Adonai otám, lêviltí 'asót kahém .

También desecharon sus leyes y el pacto que él había hecho con sus padres, y
sus amonestaciones con que los había amonestado. Fueron tras la
insignificancia y se hicieron vanos. Imitaban a las naciones que estaban a su
alrededor, de las cuales el Eterno les había mandado no actuar como ellas.
(16)
ְּ‫יהםְּו ַ ַַֽיע ֲ֥שּוְּלָה֛םְּמַ סכָ ִ֖הְּשנים‬ ֵ֔ ‫ו ַ ַַֽיעַז ָ֗בּוְּאת־כְּל־מצֹות֙ ְּיהוָ ַ֣הְּאֱֹלַֽ ה‬
ְּ‫ירהְּו ַַֽישְּ ְַּתחֲוּו֙ ְּלְּכְּל־צְּ ָבַ֣אְּהַ שָ ֵ֔ ַמיםְּו ַ ַַֽיעַב ִ֖דּו‬
ָ֗ ָ ‫(שְּנַ֣י)ְּ ֲעג ָָּ֑ליםְּו ַ ַַֽיע ֲַ֣שּוְּאֲש‬
:ְּ‫את־הַ ָ ַֽבעַל‬
vaiá'azvú et-kol-mitzot Adonai elóheihém, vaiá'asú lahém masejáh snym
(shênéi) 'agalím; vaiá'asú asheiráh vaíshêtajavú lêjol-tzêvá hashamáim,
vaiá'avdú et-habá'al .

Abandonaron todos los mandamientos del Eterno su Elohim, se hicieron dos


becerros de fundición y un árbol ritual de Asera, se postraron ante todo el
ejército de los cielos y sirvieron a Baal.
(17)
ְּ‫ַָֽ֠ ַו ַיעֲבירּוְּאת־בְּניהַׁ֤םְּוְּאת־בְּנַֽ ֹותיהם֙ ְּבָ ֵ֔אשְּוַיקסְּ ֥מּוְּקְּסָ ִ֖מיםְּוַינַחָּ֑שּו‬
ַֽ ַ ‫ו ַַֽיתְּמַ כְּ ָ֗ר‬
:ְּ‫ּוְּלע ֲ֥שֹותְּהָ ַ ֛רעְּבְּעינ֥יְּיהוָ ִ֖הְּלְּהַ כע ַֽיסֹו‬
váía'aviru et-bêneihém vêet-bênóteihem baésh, vaiqsêmú qêsamím
vainajéshu; vaítêmakêrú lá'asót hará' bê'einéi Adonai lêhaj'isó .

Hicieron pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron los
encantamientos y las adivinaciones, y se entregaron a hacer lo malo ante los
ojos del Eterno, provocándole a ira.

773
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(18)
ְּ‫רְּרק‬
֛ ַ ‫ָּ֑יוְּלאְּנש ֵ֔ ַא‬
ַ֣ ָ‫וַיתאַ ַֹּ֨נףְּיהוָ ַׁ֤הְּמְּאד֙ ְּבְּיש ָר ֵ֔אלְּוַיס ִ֖רםְּמעַ ַ֣לְּפָנ‬
:ְּ‫הּודהְּלְּבַ ַֽדֹו‬
ִ֖ ָ ְּ‫֥שבטְּי‬
vaitanáf Adonai mêod bêisraél, vaisirém me'ál panáv; ló nishár, ráq shévet
iêhudáh lêvadó .

Por tanto, el Eterno se enojó en gran manera contra Israel, y los quitó de su
presencia. No quedó sino sólo la tribu de Iehudá [Judá].
(19)
ְּ‫הְּלאְּשָ ֵ֔ ַמרְּאת־מצוְִּ֖תְּיהוָ ַ֣הְּאֱֹלַֽ היהָּ֑םְּוַיַ֣לכֵ֔ ּוְּבְּח ֻ֥קֹות‬
ַ֣ ‫הּוד‬
ָ ֹ֕ ְּ‫גַם־י‬
:ְּ‫ֲשרְּע ַָֽשּו‬֥ ‫יש ָר ִ֖אלְּא‬
gam-iêhudáh ló shamár, et-mitzvót Adonai elóheihém; vaiéljú, bêjuqót israél
ashér 'asú .

Pero tampoco Iehudá [Judá] guardó los mandamientos del Eterno su Elohim,
sino que anduvieron en las prácticas que Israel había establecido.
(20)
ְּ‫ֲשר‬
֥ ‫םְּוֶַֽ֣יתְּנִ֖םְּבְּיַד־ש ָּ֑סיםְּעַ ֛דְּא‬
ַ ‫וַימ ֹּ֨ ַאסְּיה ָ֜ ָוהְּבְּכְּל־זַׁ֤ ֶַ֣רעְּיש ָראלְּ֙וַיע ֵַ֔נ‬
:ְּ‫השליכָ ִ֖םְּמפ ָָנַֽיו‬
vaimás Adonai bêjol-zéra' israel vai'aném, váitêném bêiad-shosím; 'ád ashér
hishlijám mipanáv .

El Eterno desechó a toda la descendencia de Israel. Los afligió y los entregó


en mano de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.
(21)
ְּ‫ת־יֶ֣רְּבְּעָ ַ֣םְּבן־נְּ ָבָּ֑טְּוידא‬
ַֽ ָ ‫ַֽכי־קָ ַ ַ֣רעְּיש ָר ָ֗אלְּמ ַעלְּ֙בַ֣יתְּדָ ֵ֔ודְּ ַויַמ ִ֖ליכּוְּא‬
‫דֹולה‬
ְַּֽ ָ ְּ‫יאםְּחֲטָ ָ ֥אהְּג‬ִ֖ ָ ‫( ַוי ֹּ֨ ַַדח)ְּ ָ ַֽיֶ֣רְּבְּעָ ַׁ֤םְּאת־יש ָראלְּ֙מ ַ ַֽאח ֲַ֣ריְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּ ַֽהחֱט‬
:
kí-qará' israél me'al béit davíd, vaiamlíju et-iárovê'ám ben-nêvát; vyd
(vaiadáj) iárovê'ám et-israel meájaréi Adonai, vêhéjetiám jataáh gêdoláh .

Cuando arrancó a Israel de la casa de David, proclamaron rey a Jeroboam hijo


de Nabat; pero Jeroboam apartó a Israel de seguir al Eterno y les hizo cometer
un gran pecado.
(22)
ְּ‫א־סרּו‬
ִ֖ ָ ‫ָשהְּל‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫אותְּיֶ֣רְּבְּעָ ִ֖םְּא‬
ַֽ ָ ‫וַיַֽלְּכּו֙ ְּבְּנַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּבְּכְּל־חַ ֥ט‬
:‫מ ַֽמנָה‬

774
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17

vaiélêjú bênéi israél, bêjol-jatóvt iárovê'ám ashér 'asáh; lo-sáru miménah.

Los Hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que cometió Jeroboam,
sin apartarse de ellos,
(23)
‫ֲשרְּד ֵ֔ברְּבְּיַ ִ֖דְּכְּל־‬ ַ֣ ‫יוְּכא‬
ַֽ ַ ‫ָ֠ ַעדְּאֲשר־ה ֹּ֨סירְּיהוָ ַׁ֤הְּאת־יש ָראלְּ֙מעַ ַ֣לְּ ָפ ֵָ֔נ‬
ְּ‫יאיםְּו ַֹּ֨יגלְּיש ָר ָ֜אלְּמעַ ַׁ֤לְּאַ דמָ תֹו֙ ְּאַ ֵ֔ש ָּורהְּעַ ִ֖דְּהַ י֥ ֹוםְּהַ זַֽה‬
ָּ֑ ‫עֲבָ ָ ַ֣דיוְּהַ נְּב‬
‫פ‬:
'ád asher-hesír Adonai et-israel me'ál panáv, káashér dibér, bêiád kol-'avadáv
hanêviím; vaígel israél me'ál admató ashúrah, 'ád haióm hazéh .

hasta que el Eterno quitó a Israel de su presencia, como lo había dicho por
medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado cautivo de su
tierra a Asiria, hasta el día de hoy.
(24)
ְּ ֙‫ַׁ֤אְּּומחֲמָ ת֙ ְּּוספַר ֵ֔ ַויםְּו ַֹּ֨ישב‬
ַֽ ָ‫הְּּומעַּו‬
ַֽ ָ‫לְּּומכּות‬ ָ֠ ‫ַ֣אְּמלְך־אַ ַּ֡שּורְּמבָ ַּ֡ב‬
ַֽ ‫ַויָב‬
ַ֣ ‫ֹוןְּתחַ תְּבְּנַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּו ַַֽירְּשּו֙ ְּא‬
: ָ‫ת־שמ ֵ֔רֹוןְּוַיַֽשְּ ִ֖בּוְּבְּע ַָֽריה‬ ִ֖ ַ ‫יְּשמְּ ֵ֔ר‬
ַֽ ‫בְּע ַָ֣ר‬
vaiavé mélej-ashúr mibavél úmikutah umé'avá uméjamat usfarváim, vaióshev
bê'aréi shómêrón, tájat bênéi israél; vaírêshú et-shómrón, vaiéshêvú bê'aréiha.

El rey de Asiria trajo gentes de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de


Sefarvaim; y las estableció en las ciudades de Shomrón [Samaria] en lugar de
los Hijos de Israel. Ellas tomaron posesión de Shomrón [Samaria] y habitaron
en sus ciudades.
(25)
ְּ ֙‫אְּיֶ֣רְּ ִ֖אּוְּאת־יהוָ ָּ֑הְּוַישַ ַֹּ֨לחְּיהוָ ַׁ֤הְּבָ הם‬
ַֽ ָ ‫םְּל‬
֥ ֵָ֔‫וַי ָ֗היְּבתחלַת֙ ְּשב ָ ַ֣תםְּש‬
ַֽ ֥‫ת־הא ֲָריֵ֔ ֹותְּו ַַֽיהי‬
:ְּ‫ּוְּהרְּגִ֖יםְּבָ ַֽהם‬ ַ֣ ָ ‫א‬
vaihí bitjilat shivtám shám, ló iárêú et-Adonai; vaishaláj Adonai bahem et-
háaraíot, vaíhíu hórêgím bahém .

Y aconteció, cuando comenzaron a habitar allí, que como no reverenciaban al


Eterno, envió el Eterno contra ellas leones que las mataban.
(26)
ְּ‫יתְּו ַֹּ֨תֹושב֙ ְּבְּע ַָ֣רי‬
ָ֙ ‫ֲשרְּהג ֹּ֨ל‬
ַׁ֤ ‫גֹויםְּא‬
ָ֗ ַ‫ו ַַֽיאמְּ ָ֗רּוְּלְּ ַ֣מלְךְּאַ שּורּ֮ ְּלאמרְּ֒ה‬
‫ַח־בַ֣םְּאת־‬
ָ ‫אְּיֶ֣דְּ ֵ֔עּוְּאת־משפַ ִ֖טְּאֱֹלהַ֣יְּהָ ָ ָּ֑ארץְּוַישַ ל‬ַֽ ָ ‫ֹוןְּל‬
ַ֣ ‫ַֽשמְּ ֵ֔ר‬
ְּ‫ַ֣םְּידְּ ֵ֔עיםְּאת־משפַ ִ֖ט‬ ַֽ ָ‫םְּכאֲשר֙ ְּאינ‬
ַֽ ַ ‫יםְּאֹות‬
ָ ֵ֔ ‫ית‬ַ֣ ‫ָ ַֽהא ֲָריָ֗ ֹותְּוְּהנָם֙ ְּמְּמ‬
:‫אֱֹלה֥יְּהָ ָ ַֽארץ‬

775
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiómêrú lêmélej ashur lemor hagoím ashér higlítá vatóshev bê'aréi


shómêrón, ló iádê'ú, et-mishpát elohéi haáretz; vaishalaj-bám et-háaraíot
vêhinam mêmitím otám, káasher einám iódê'ím, et-mishpát elohéi haáretz.

Entonces ellas enviaron a decir al rey de Asiria: 'Las gentes que tú trajiste
cautivas y estableciste en las ciudades de Shomrón [Samaria] no conocen la
costumbre del dios del país, y él ha enviado leones contra ellas. Y he aquí que
las matan, porque no conocen la costumbre del dios del país.'
(27)
ְּ‫ֲשר‬ַ֣ ‫אמרְּה ַׁ֤ליכּוְּשָֹּ֨ מָ ה֙ ְּא ָחַׁ֤דְּמהַ ַֽכהֲנים֙ ְּא‬
ָ֗ ‫וְּמלְך־אַ ָ֜שּורְּל‬ ַֽ ‫וַי ֹּ֨ ַצ‬
:‫בּוְּשםְּוְּי ֹ֕רםְּאת־משפַ ִ֖טְּאֱֹלה֥יְּהָ ָ ַֽארץ‬ ָּ֑ ָ ‫יתםְּמשֵָ֔ םְּוְּיַֽלְּכִ֖ ּוְּוְּיַ֣ש‬
ַ֣ ‫הגל‬
vaitzáv mélej-ashúr lemór holíju shámah ejád mehakóhanim ashér higlitém
mishám, vêiélêjú vêiéshvu shám; vêiorém et-mishpát elohéi haáretz.

El rey de Asiria mandó decir: 'Llevad allí a uno de los sacerdotes que trajisteis
cautivos de allá. Que vaya y habite allí, y que les enseñe la costumbre del dios
del país.'
(28)
ְּ ֙‫לְּוֶַֽ֣יהי‬
ַ ‫ית־א‬
ָּ֑ ‫ֲשרְּהגלּו֙ ְּמ ַ֣שמ ֵ֔רֹוןְּוַיִ֖שבְּבְּ ַֽב‬
ַׁ֤ ‫ַוי ָָּ֞באְּא ָחַ֣דְּמהַ ַֽכה ֲָ֗ניםְּא‬
:ְּ‫הוַֽה‬ָ ‫יר ֥אּוְּאת־י‬
ְּ ‫יְךְּי‬
ַֽ ‫םְּא‬ ִ֖ ‫מֹורהְּא ֵ֔ ָת‬
ַ֣
vaiavó ejád mehakóhaním ashér higlú mishómrón, vaiéshev bêvéit-él; váihí
moréh otám, éij írêú et-Adonai .

Entonces fue uno de los sacerdotes que habían sido llevados cautivos de
Shomrón [Samaria] y habitó en Betel. Él les enseñó cómo debían reverenciar
al Eterno.
(29)
ְּ ֙‫ֲשרְּעָשּו‬ ָ ‫ו ַַֽיהיַ֣ ּוְּע ֵ֔שיםְּג֥ ֹויְּגִ֖ ֹויְּא‬
ַׁ֤ ‫ֱֹלהָּ֑יוְּ ַויַנַ֣יחּוְּ׀ְּבְּ ַ֣ביתְּהַ בָ ָ֗מֹותְּא‬
:ְּ‫יםְּשם‬
ַֽ ָ ‫֥םְּישְּ ִ֖ב‬
ַֽ ‫ֲשרְּה‬ ֛ ‫יהםְּא‬ ֵ֔ ‫הַ ַ֣שמר ֵ֔ניםְּג֥ ֹויְּגֹוי֙ ְּבְּעָ ַ֣ר‬
vaíhíu 'osím, góy góy eloháv; vaianíju | bêvéit habamót ashér 'asú
hashómroním, góy goí bê'áreihém, ashér hém ióshêvím shám .

Pero cada pueblo seguía haciendo sus propios dioses y los ponía en los
santuarios de los lugares altos que habían hecho los de Shomrón [Samaria].
Cada pueblo hizo así en la ciudad donde habitaba.
(30)
ְּ‫ֶַֽ֣רגַ ָּ֑ל‬
ְּ ‫וְּאַ נ ַ֣שיְּבָ ָ֗בלְּעָשּו֙ ְּאת־סֻכַ֣ ֹותְּבְּנֵ֔ ֹותְּוְּ ֹּ֨ ַאנשי־כֵ֔ ּותְּע ִָ֖שּוְּאת־נ‬
:‫ימא‬ ַֽ ָ ‫וְּאַ נ ֥שיְּח ָ ֲִ֖מתְּע ָ֥שּוְּאת־אֲש‬

776
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17

vêanshéi vavél 'asú et-sukót bênót, vêánshei-jút, 'asú et-nérêgál; vêanshéi


jamát 'asú et-ashimá.

Los hombres de Babilonia hicieron una imagen de Sucot-benot; los de Cuta


hicieron una imagen de Nergal; los de Hamat hicieron una imagen de Asima;
(31)
ְּ ֙‫יםְּש ְּר ַׁ֤פיםְּאת־בְּניהם‬
ַֽ ‫וְּ ָ ַֽהע ַּ֛ויםְּע ָ֥שּוְּנב ַחִ֖זְּוְּאת־תַ ר ָ ָּ֑תקְּוְּ ַ ַֽהסְּפַר ָ֗ו‬
:)‫בָ ֵ֔אשְּלְּאַ ד ַר ֥מלְךְּ ַ ַֽו ֲענ ִַ֖מלְךְּאלהְּספריםְּ(אֱֹלה֥יְּסְּפַר ָוֶַֽ֣ים‬
vêhá'avím 'asú nivjáz vêet-tartáq; vêhásêfarvím sórêfím et-bêneihem baésh,
lêadramélej vá'anamélej lh sfrym (elohéi sêfarváim).

los aveos hicieron imágenes de Nibjaz y de Tartac; y los de Sefarvaim


quemaban a sus hijos en el fuego en honor de Adramelec y Anamelec, dioses
de Sefarvaim.
(32)
ְּ‫ו ַַֽיהי֥ ּוְּיְּר ִ֖איםְּאת־יהוָ ָּ֑הְּו ַ ַַֽיע ֲֹּ֨שּוְּלָהַׁ֤םְּמקצֹותָ ם֙ ְַּֽכהֲנַ֣יְּבָ ֵ֔מֹותְּו ַַֽיהי֛ ּו‬
:ְּ‫ע ֥שיםְּלָהִ֖םְּבְּב֥יתְּהַ בָ ַֽמֹות‬
vaíhíu iêreím et-Adonai; vaiá'asú lahém miqtzotam kóhanéi vamót, vaíhíu
'osím lahém bêvéit habamót .

También temían al Eterno e hicieron para sí, de entre ellos mismos, sacerdotes
de los lugares altos, que oficiaban por ellos en los santuarios de los lugares
altos.
(33)
ְּ‫גֹוים‬
ֵ֔ ַ‫ּוְּעבְּ ֵ֔דיםְּכְּמשפַט֙ ְּה‬
ַֽ ַ֣‫את־יהוָ ִ֖הְּהָ יַ֣ ּוְּיְּר ָּ֑איםְּוְּאת־אֱֹלַֽ היהם֙ ְּהָ י‬
:ְּ‫אֲשר־הגל֥ ּוְּא ָ ִ֖תםְּמ ָ ַֽשם‬
et-Adonai haíu iêreím; vêet-elóheihem haíu 'óvêdím, kêmishpat hagoím,
asher-higlú otám mishám .

Temían al Eterno, pero servían a sus dioses, según las prácticas de los pueblos
de donde habían sido trasladados.
(34)
‫עַ ַ֣דְּהַ יַׁ֤ ֹוםְּהַ זה֙ ְּהַ֣םְּע ֵ֔שיםְּכַמשפ ִָ֖טיםְּהָ ַֽראשנָּ֑יםְּאינָ ַׁ֤םְּיְּראים֙ ְּאת־‬
ְּ‫ַתֹורהְּוְּכַמצ ָ֗ ָוהְּא ֲֹּ֨שר‬
ַ֣ ָ ‫יה ֵ֔ ָוהְּוְּאינָ ַ֣םְּע ָ֗שיםְּכְּחֻקתָ ם֙ ְּּוכמשפ ֵ֔ ָָטםְּוְּכ‬
:ְּ‫ר־שםְּשְּ ִ֖מֹוְּיש ָר ַֽאל‬
֥ ָ ‫ַ֣יְּיע ֲֵ֔קבְּאֲש‬
ַֽ ַ ‫צּוָ ַׁ֤הְּיהוָה֙ ְּאת־בְּנ‬
'ád haióm hazeh hém 'osím, kamishpatím haríshoním; einám iêreim et-Adonai,
vêeinám 'osím kêjuqotam ujmishpatám, vêjatoráh vêjamitzváh ashér tziváh
Adonai et-bênéi iá'aqóv, asher-sám shêmó israél .

777
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Hasta el día de hoy persisten en sus prácticas antiguas: No temen al Eterno; no


actúan conforme a sus decretos ni a sus sentencias, ni conforme a la Torá y el
mandamiento que el Eterno mandó a los hijos de Iaacov [Jacob], a quien puso
por nombre Israel,
(35)
ְּ‫ֱֹלהיםְּאֲח ָּ֑רים‬
ַ֣ ‫אְּתירְּ ִ֖אּוְּא‬ ַֽ ‫רְּל‬
֥ ‫אמ‬ ֵ֔ ‫וַיכ ֹּ֨רתְּיהוָ ַׁ֤הְּאתָ ם֙ ְּבְּ ֵ֔ריתְּוַיצַ ּוַ֣םְּל‬
:ְּ‫אְּתעַבדֵ֔ ּוםְּוְּ ֥לאְּתזבְּ ִ֖חּוְּל ַָֽהם‬
ַֽ ַ ‫וְּ ַֽלא־תשתַ חֲוַ֣ ּוְּל ֵָ֔הםְּוְּ ַ֣ל‬
vaijrót Adonai itam bêrít, vaitzavém lemór, ló tírêú elohím ajerím; vêló-
tishtajavú lahém, vêló tá'avdúm, vêló tizbêjú lahém .

y con quienes el Eterno hizo un pacto y les mandó diciendo: 'No temeréis a
dioses ajenos, ni os arrodillaréis a ellos, ni los serviréis, ni les ofreceréis
sacrificio.
(36)
ְּ‫ְּ֩ה ֱע ָֹּ֨להְּאת ָ֜כםְּמ ֵ֧ארץְּמצ ַ ֛ריםְּבְּ ֵ֧כחַ ְּג ָ֛דֹול‬ ַֽ ‫יְּאם־את־יה ָ֗ ָוהְּאֲשר‬ ַֽ ‫ַ֣כ‬
:ְּ‫ֹוְּתשְּתַ חֲוִ֖ ּוְּוְּל֥ ֹוְּתז ָ ַֽבחּו‬
ַֽ ֥‫יראּוְּוְּל‬ָּ֑ ָ ‫ּובז ֥רֹועְַּנְּטּויָ ִ֖הְּא ַ֣תֹוְּת‬
kí ím-et-Adonai asher hé'eláh etjém meéretz mitzráim bêjóaj gadól uvizró'a
nêtuiáh otó tiráu; vêló tíshêtajavú vêló tizbáju .

Más bien, al Eterno, que os sacó de la tierra de Egipto con gran poder y con
brazo extendido, a Él temeréis, ante Él os arrodillaréis y a Él ofreceréis
sacrificios.
(37)
ְּ‫ֲשרְּכ ַ ַָ֣תבְּל ֵָ֔כם‬
ַ֣ ‫תֹורהְּוְּהַ מצוָה֙ ְּא‬
ַׁ֤ ָ ַ‫ת־הח ֹֻּ֨קיםְּוְּאת־הַ משפ ָָ֜טיםְּוְּה‬ ַֽ ַ ‫וְּא‬
:ְּ‫ֱֹלהיםְּאֲח ַֽרים‬ ֥ ‫אְּתירְּ ִ֖אּוְּא‬ַֽ ‫ּוןְּלע ֲִ֖שֹותְּכְּל־הַ י ָָּ֑מיםְּוְּ ֥ל‬
ַֽ ַ ‫תשמְּ ֥ר‬
vêet-hájuqím vêet-hamishpatím vêhatoráh vêhamitzvah ashér katáv lajém,
tishmêrún lá'asót kol-haiamím; vêló tírêú elohím ajerím .

Cuidaréis siempre de poner por obra los decretos, las sentencias, la Torá y el
mandamiento que escribió para vosotros; y no temeréis a dioses ajenos.
(38)
ְּ‫ֱֹלהים‬
֥ ‫אְּתירְּ ִ֖אּוְּא‬
ַֽ ‫ִ֖םְּלאְּתשכָ ָּ֑חּוְּוְּ ֥ל‬
ַ֣ ‫וְּהַ בְּ ֛ריתְּאֲשר־כ ַ ָ֥רתיְּאתְּכ‬
:ְּ‫אֲח ַֽרים‬
vêhabêrít asher-karáti itêjém ló tishkáju; vêló tírêú elohím ajerím .

No olvidaréis el pacto que hice con vosotros ni temeréis a dioses ajenos.


(39)
‫יראּוְּוְּהּוא֙ ְּי ַַ֣צילְּאת ֵ֔כםְּמיַ ִ֖דְּכְּל־‬
ָּ֑ ָ ‫יְּאם־את־יהוָ ֥הְּאֱֹלַֽ היכִ֖םְּת‬ַֽ ‫֛כ‬
:ְּ‫יכם‬
ַֽ ‫ַֽאיְּב‬
778
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17

kí ím-et-Adonai elóheijém tiráu; vêhu iatzíl etjém, miád kol-óiêveijém .

Sólo temed al Eterno vuestro Elohim, y él os librará de mano de todos


vuestros enemigos.'

779
17 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(40)
:‫אשֹוןְּה֥םְּע ַֽשים‬
ִ֖ ‫םְּהר‬
ַֽ ָ ‫יְּאם־כְּמשפ ָ ָ֥ט‬
ַֽ ‫עּוְּכ‬
֛ ‫וְּ ִ֖לאְּשָ ָּ֑מ‬
vêló shamé'u; kí ím-kêmishpatám hárishón hém 'osím.

Pero ellos no escucharon; antes bien, hicieron según su antigua costumbre.


(41)
ַֽ ַ֣‫ו ַַֽיהיַ֣ ּוְּ׀ְּהַ גֹויַ֣םְּהָ ָ֗אלהְּיְּראים֙ ְּאת־יה ֵ֔ ָוהְּוְּאת־פְּ ַֽסיליהִ֖םְּהָ י‬
ְּ‫ּוְּעבְּ ָּ֑דים‬
ְּ‫םְּכא ֲֹּ֨שרְּע ַָׁ֤שּוְּאֲבתָ ם֙ ְּהַ֣םְּע ֵ֔שיםְּעַ ִ֖דְּהַ י֥ ֹום‬
ַֽ ַ ‫יה‬
ָ֗ ‫גַם־בְּניהַ֣םְּ׀ְּּובנַ֣יְּבְּנ‬
‫ פ‬:ְּ‫הַ זַֽה‬
vaíhíu | hagoím haéleh iêreim et-Adonai, vêet-pêsíleihém haíu 'óvêdím; gam-
bêneihém | uvnéi vêneihém káashér 'asú avotam hém 'osím, 'ád haióm hazéh .

Así aquellos pueblos temían al Eterno, y al mismo tiempo rendían culto a sus
imágenes. Lo mismo hicieron sus hijos y los hijos de sus hijos; como hicieron
sus padres, así hacen ellos hasta el día de hoy.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 18


(1)
‫ִ֖הְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּמָ לַ ְ֛ךְּחזקיָ ֥הְּבן־‬
ַ֣ ָ‫הֹוש ַעְּבן־אל‬
֥ ְּ‫ַוֶַֽ֣יהי֙ ְּבשנַ ַ֣תְּשָ ֵֹ֔לשְּל‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫ִ֖זְּמלְךְּי‬
֥ ‫אָ ָח‬
váihí bishnát shalósh, lêhoshé'a ben-eláh mélej israél; maláj jizqiáh ven-ajáz
mélej iêhudáh.

Aconteció que en el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a
reinar Jizkiá [Ezequías] hijo de Acaz, rey de Iehudá [Judá].
(2)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּחָ ַׁ֤משְּשָ נָה֙ ְּהָ יָ ַ֣הְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּעש ַׁ֤ריםְּו ָֹּ֨תשַ ע֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּא ֲִ֖ביְּבַ ת־זְּכַר ָיַֽה‬
ben-'esrím vêjamésh shanah haiáh vêmoljó, vê'esrím vatésha' shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, aví bat-zêjariáh.

Tenía 25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 29 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Abi hija de Zacarías.
(3)
:ְּ‫ָשהְּדָ ו֥דְּאָ ַֽביו‬
ִ֖ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע‬
vaiá'as haiashár bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asáh davíd avív .

780
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 17, 18

Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que había
hecho su padre David.
(4)
ְּ‫ת־האֲש ָ ָּ֑רה‬ ַֽ ָ ‫ַ֣הּואְּ׀ְּה ַ֣סירְּאת־הַ בָ ָ֗מֹותְּוְּשבַ ר֙ ְּאת־הַ מַ צ ֵ֔בתְּוְּכ ַ ִָ֖רתְּא‬
ְּ‫הְּכיְּעַד־הַ י ַָׁ֤מיםְּהָ ֹּ֨המָ ה֙ ְּהָ יַׁ֤ ּו‬
ַ֣ ‫ָשהְּמ ָ֗ש‬ ַ֣ ָ ‫וְּכתַ תְּ֩נְּ ֹּ֨ ַחשְּהַ נְּ ָ֜חשתְּאֲשר־ע‬
:‫יםְּלֹוְּוַיק ָרא־לִ֖ ֹוְּנְּחֻש ָ ַֽתן‬
ֵ֔ ‫בְּנַֽי־יש ָראלְּ֙מְּקַ טְּ ַ֣ר‬
hú | hesír et-habamót vêshibar et-hamatzevót, vêjarát et-háasheráh; vêjitat
nêjásh hanêjóshet asher-'asáh moshéh kí 'ad-haiamím hahémah haíu vênéi-
israel mêqatêrím ló, vaiqra-ló nêjushtán.

Quitó los lugares altos, rompió las piedras rituales, cortó los árboles rituales
de Asera e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moshé
[Moisés], porque hasta aquel entonces los Hijos de Israel le quemaban
incienso. Y la llamó Nejustán.
(5)
ְּ‫יוְּלא־הָ יָ ַ֣הְּכ ָָ֗מהּוְּבְּכלְּ֙מַ לכַ֣י‬
ַֽ ‫ֱֹלהי־יש ָר ִ֖אלְּבָ ָ ָּ֑טחְּוְּ ַ ַֽאח ָ ֲָּ֞ר‬ ַֽ ‫ַ ַֽביהוָ ֥הְּא‬
:ְּ‫ֲשרְּהָ יִ֖ ּוְּלְּפ ָָנַֽיו‬֥ ‫הְּוא‬
ַֽ ַ ‫הּוד‬
ָ ֵ֔ ְּ‫י‬
báAdonai elohéi-israél batáj; vêájaráv ló-haiáh jamóhu bêjol maljéi iêhudáh,
váashér haíu lêfanáv .

Jizkiá [Ezequías] puso su esperanza en el Eterno Elohim de Israel. Ni antes ni


después de él hubo otro como él entre todos los reyes de Iehudá [Judá],
(6)
ְּ‫א־סרְּמ ַ ַֽאח ָ ֲָּ֑ריוְּוַישמר֙ ְּמצֹו ֵ֔ ָתיוְּאֲשר־צּוָ ֥הְּיהוָ ִ֖ה‬
ִ֖ ָ ‫ְּביה ֵ֔ ָוהְּל‬
ַֽ ַ ֙‫וַידבַ ק‬
:ְּ‫את־מ ַֽשה‬
vaidbaq báAdonai, lo-sár meájaráv; vaishmor mitzotáv, asher-tziváh Adonai
et-moshéh .

porque fue fiel al Eterno y no se apartó de él, sino que guardó los
mandamientos que el Eterno había mandado a Moshé [Moisés].
(7)
ְּ‫וְּהָ יָ ַׁ֤הְּיהוָה֙ ְּע ֵ֔מֹוְּבְּ ֥כלְּאֲשר־יצִ֖אְּיַש ָּ֑כילְּוַימ ֥רדְּבְּ ַֽמלְך־אַ ִ֖שּורְּוְּ ֥לא‬
:ְּ‫עֲבָ ַֽדֹו‬
vêhaiáh Adonai 'imó, bêjól asher-ietzé iaskíl; vaimród bêmélej-ashúr vêló
'avadó .

El Eterno estaba con él, y tuvo éxito en todas las cosas que emprendió. Se
rebeló contra el rey de Asiria y dejó de servirle.

781
18 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(8)
ְּ‫ַֽהּוא־הכָ ֵ֧הְּאת־פְּלש ֛תיםְּעַד־עַזָ ִ֖הְּוְּאת־גְּבּולָּ֑יהָ ְּממג ַ ֥דלְּנַֽ ֹוצ ִ֖רים‬
‫ פ‬:‫ַד־עירְּמב ָ ַֽצר‬
֥ ‫ע‬
hú-hikáh et-pêlishtím 'ad-'azáh vêet-gêvuléiha; mimigdál nótzrím 'ad-'ír
mivtzár.

Derrotó a los filisteos hasta Gaza y sus territorios, desde las torres de los
centinelas hasta la ciudad fortificada.
(9)
ְּ‫ַׁ֤הְּה ְּרביעית֙ ְּל ַַ֣מלְךְּחזק ֵָ֔יהּוְּ ֹּ֚היאְּהַ שָ נָ ַ֣הְּהַ שְּב ֵ֔יעית‬
ַֽ ָ ָ‫וַי ָּ֞היְּבַ שָ נ‬
‫רְּמלְך־אַ ֛שּורְּעַל־‬ַֽ ‫ִ֖הְּמלְךְּיש ָר ָּ֑אלְּ ָע ָָּ֞להְּשַ למַ נ ֵ֧אס‬ ַ֣ ָ‫הֹוש ַעְּבן־אל‬ ֥ ְּ‫ל‬
: ָ‫ַֽשמְּ ִ֖רֹוןְּוַיָ ֥צַ רְּע ַָֽליה‬
vaihí bashanáh hárêvi'it lamélej jizqiáhu, hí hashanáh hashêvi'ít, lêhoshé'a
ben-eláh mélej israél; 'aláh shalmanéser mélej-ashúr 'al-shómêrón vaiátzar
'aléiha.

Aconteció en el cuarto año del rey Jizkiá [Ezequías], que era el séptimo año
de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, que Salmanazar, rey de Asiria, subió
contra Shomrón [Samaria] y la sitió.
(10)
ְּ‫ַת־תשַ ע‬
ָ֗ ‫ָּ֑הְּהיאְּשְּנ‬
ַ֣ ָ‫ַת־ששְּלְּחזקי‬
ִ֖ ‫ַוֶַֽ֣ילכְּ ָֻ֗דהָ ְּמקצה֙ ְּשָ ֹלַ֣ שְּשָ ֵ֔ניםְּבשנ‬
:‫הְּשמְּ ַֽרֹון‬
ַֽ ‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔אלְּנלכְּ ָ ִ֖ד‬
ַ֣ ‫הֹוש ֙ ַע‬
ֹּ֨ ְּ‫ל‬
váilkêdúha miqtzeh shalósh shaním, bishnat-shésh lêjizqiáh; hí shênat-tésha'
lêhoshé'á mélej israél, nilkêdáh shómêrón.

La tomaron al cabo de tres años; es decir, Shomrón [Samaria] fue tomada en


el sexto año de Jizkiá [Ezequías], que era el noveno año de Oseas, rey de
Israel.
(11)
ְּ‫לְּמלְך־אַ ֛שּורְּאת־יש ָר ִ֖אלְּאַ ָּ֑ש ָּורהְּ ַויַנ ָּ֞חםְּבַ חלַ ֵ֧חְּּובחָ ֛בֹורְּנְּ ַה֥ר‬ ַֽ ‫וַיֵֶ֧֣ג‬
:‫גֹוזָ ִֶ֖֣ןְּוְּע ָ֥ריְּמָ ָ ַֽדי‬
vaiégel mélej-ashúr et-israél ashúrah; vaianjém bajláj uvjavór nêhár gozán
vê'aréi madái.

El rey de Asiria llevó cautivos a los israelitas a Asiria y los puso en Halaj y en
el Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos;
(12)
ְּ‫יהםְּו ַ ַַֽיעַברּו֙ ְּאת־בְּר ֵ֔יתֹו‬ ֵ֔ ‫רְּלא־שְּמְּ ָ֗עּוְּבְּקֹולְּ֙יהוָ ַ֣הְּאֱֹלַֽ ה‬
ַֽ ‫ֲש‬ ַ֣ ‫עַ ַ֣לְּ׀ְּא‬
‫ פ‬:ְּ‫אְּשמְּעִ֖ ּוְּוְּ ֥לאְּע ַָֽשּו‬
ַֽ ָ ‫ֲשרְּצ ֵ֔ ָּוהְּמ ִ֖שהְּעַ֣בדְּיהוָ ָּ֑הְּוְּ ֥ל‬ַ֣ ‫ֹּ֚אתְּכְּל־א‬
782
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 18

'ál | ashér ló-shomê'ú bêqol Adonai elóheihém, vaiá'avrú et-bêritó, ét kol-ashér


tziváh, moshéh 'éved Adonai; vêló shámê'ú vêló 'asú .

por cuanto no obedecieron la voz del Eterno su Elohim, sino que quebrantaron
su pacto. No escucharon ni pusieron por obra todas las cosas que había
mandado Moshé [Moisés], siervo del Eterno.
(13)
ְּ‫יבְּמלְך־אַ שּור֙ ְּעַ ַ֣ל‬
ַֽ ‫ּובאַ רבַ עְּ֩עש ֹּ֨רהְּשָ ָָ֜נהְּל ַַ֣מלְךְּחזק ָָ֗יהְּ ָע ָָּ֞להְּסַ נח ַׁ֤ר‬
:‫ֹותְּוֶַֽ֣יתפְּ ַֽשם‬
ַ ‫הּודהְּהַ בְּצ ִֻ֖ר‬ ֛ ָ ְּ‫כְּל־ע ֵָ֧ריְּי‬
uvarba' 'esréh shanáh lamélej jizqiáh 'aláh sanjerív mélej-ashur 'ál kol-'aréi
iêhudáh habêtzurót váitpêsém.

En el año 14 del rey Jizkiá [Ezequías] subió Senaquerib, rey de Asiria, contra
todas las ciudades fortificadas de Iehudá [Judá], y las tomó.
(14)
ְּ‫אמרְּ׀‬ ַׁ֤ ‫ל־מלְך־אַ שּורְּ֩׀ְּל ָֹּ֨כישָ הְּ׀ְּל‬ ַֽ ‫הּודהְּא‬
ַ֣ ָ ְּ‫ַ֣הְּמלְך־י‬ַֽ ָ‫וַישלַ ַ֣חְּחזקי‬
ְּ‫םְּמלְך־אַ ָ֜שּור‬ ַֽ ‫יְּאתְּאֲשר־ת ֥תןְּעָלַ ִ֖יְּא ָ ָּ֑שאְּ ַו ָֹּ֨יש‬ ֛ ‫ּובְּמ ָע ֵַ֔ל‬
ַֽ ‫ְּש‬ַ֣ ֙‫חָ ֹּ֨ ָטאתי‬
ְּ‫ֹלשיםְּככַ ֥ר‬ ִ֖ ‫ַר־כסףְּּוש‬ ֵ֔ ‫הּודהְּשְֹּלַׁ֤ שְּמאֹות֙ ְּככ‬ ָ ָ֗ ְּ‫ַ֣הְּמלְך־י‬
ַֽ ָ‫עַל־חזקי‬
:‫ז ָ ַָֽהב‬
vaishláj jizqiáh mélej-iêhudáh el-mélej-ashur | lajíshah | lemór | jatátí shúv
mé'alái, ét asher-titén 'alái esá; vaiásem mélej-ashúr 'al-jizqiáh mélej-iêhudáh
shêlósh meot kikar-késef, ushloshím kikár zaháv.

Entonces Jizkiá [Ezequías], rey de Iehudá [Judá], envió a decir al rey de


Asiria, en Laquis: 'Yo he fallado. Apártate de mí, y pagaré lo que me
impongas.' El rey de Asiria impuso a Jizkiá [Ezequías], rey de Iehudá [Judá],
300 talentos de plata y 30 talentos de oro.
(15)
ְּ‫וַיתן֙ ְּחזק ֵָ֔יהְּאת־כְּל־הַ כִ֖סףְּהַ נמ ָצַ֣אְּבית־יהוָ ָּ֑הְּּוב ַֽאצְּ ִ֖רֹותְּב֥ית‬
:ְּ‫הַ ַֽמלְך‬
vaiten jizqiáh, et-kol-hakésef hanimtzá veit-Adonai; uvótzêrót béit hamélej .

Entonces le dio Jizkiá [Ezequías] toda la plata que se hallaba en la casa del
Eterno y en los tesoros de la casa del rey.
(16)
ְּ‫בָ עַ֣תְּהַ ָ֗היאְּק ֹּ֨ ַצץְּחזק ָָ֜יהְּאת־דַ ל ֹּ֨תֹותְּהיכַ ַׁ֤לְּיהוָה֙ ְּוְּאת־הָ ַ֣אמנֵ֔ ֹות‬
‫ פ‬:ְּ‫הְּוֶַֽ֣יתְּנִ֖םְּלְּ ֥מלְךְּאַ ַֽשּור‬
ַ ‫הּוד‬
ָּ֑ ָ ְּ‫ִ֖הְּמלְךְּי‬
ַ֣ ָ‫ֲשרְּצ ֵָ֔פהְּחזקי‬
ַ֣ ‫א‬

783
18 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

ba'ét hahí qitzátz jizqiáh et-daltót heijál Adonai vêet-haómnót, ashér tzipáh,
jizqiáh mélej iêhudáh; váitêném lêmélej ashúr .

En aquel tiempo Jizkiá [Ezequías] desmanteló las puertas del templo del
Eterno y sus marcos, que el mismo Jizkiá [Ezequías], rey de Iehudá [Judá],
había recubierto de oro, y se los dio al rey de Asiria.
(17)
ְּ‫ת־רבשָ ֹּ֨קה‬ ַ ‫ת־רב־סָ ַ֣ריסְּ׀ְּוְּא‬ ַ ‫ַ֣חְּמלְך־אַ ַּ֡שּורְּאת־תַ ר ָ ַ֣תןְּוְּא‬ ַֽ ַ‫וַישל‬
ְּ‫םְּוֶַֽ֣ ַיעֲלּו֙ ְּ ַוי ַָ֣באּו‬
ַ ָּ֑ ָ‫מן־ל ָָ֜כישְּאל־הַ ֵ֧מלְךְּחזקיָ ֛הּוְּבְּח֥ילְּכָבִ֖דְּיְּ ַֽרּושָ ל‬
ְּ‫ַ֣הְּהעליֹו ֵָ֔נהְּא ֲֹ֕שר‬ ַֽ ָ ָ‫יְּ ַֽרּושָ ֵ֔ ַלםְּו ַ ַַֽיעֲלַ֣ ּוְּ ַוי ָָ֗באּוְּו ַ ַַֽיעַמדּו֙ ְּבת ָעלַת֙ ְּהַ בְּרכ‬
:‫במסלַ ִ֖תְּשְּ ֥דהְּכ ַֽבס‬
vaishláj mélej-ashúr et-tartán vêet-rav-sarís | vêet-ravshaqéh min-lajísh el-
hamélej jizqiáhu bêjéil kavéd iêrúshaláim; váia'alú vaiavóu iêrúshaláim,
vaiá'alú vaiavóu vaiá'amdú bit'alat habêrejáh há'elionáh, ashér bimsilát sêdéh
jovés.

Después el rey de Asiria envió al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces, con un


poderoso ejército, desde Laquis al rey Jizkiá [Ezequías], en Ierushalaim
[Jerusalén]. Subieron y llegaron a Ierushalaim [Jerusalén]. Y habiendo subido
y llegado, se detuvieron junto al acueducto del estanque de arriba, que está en
el camino del Campo del Lavador.
(18)
‫ֲשרְּעַל־‬
ַ֣ ‫ַוֶַֽ֣יקרְּאּו֙ ְּאל־הַ ֵ֔מלְךְּוַיצֵ֧אְּאֲלה֛םְּאלי ָ֥קיםְּבן־חלקיָ ִ֖הּוְּא‬
:‫יֹואחְּבן־אָ ָסִ֖ףְּהַ מַ ז ַֽכיר‬
֥ ָ ְּ‫הַ ָבָּ֑יתְּוְּשבנָה֙ ְּהַ ס ֵ֔פרְּו‬
váiqrêú el-hamélej, vaietzé alehém eliaqím ben-jilqiáhu ashér 'al-habáit;
vêshevnah hasofér, vêioáj ben-asáf hamazkír.

Luego llamaron al rey, y salieron hacia ellos Eliaquim hijo de Hilquías, el


administrador del palacio; Sebna, el escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista.
(19)
ְּ‫ָּ֑הּוְּכה־אָ ָּ֞ ַמרְּהַ ַׁ֤מלְך‬
ַֽ ָ‫ו ַַׁ֤יאמרְּאֲליהם֙ ְַּרבשָ ֵ֔קהְּאמרּו־נָ ִ֖אְּאל־חזקי‬
: ָ‫ֲשרְּבָ ָ ַֽטחְּת‬
֥ ‫ּורְּמהְּהַ בטָ ֛חֹוןְּהַ זִ֖הְּא‬
ְֵָּ֧ ‫ְּ֙מלְךְּאַ ֵ֔ש‬
ַ֣ ‫הַ גָדֹול‬
vaiómer aleihem ravshaqéh, imru-ná el-jizqiáhu; kóh-amár hamélej hagadol
mélej ashúr, máh habitajón hazéh ashér batájêta.

Entonces les dijo el Rabsaces: –Decid a Jizkiá [Ezequías] que así ha dicho el
gran rey, el rey de Asiria: '¿Qué confianza es esa en que confías?

784
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 18

(20)
ְּ‫ַל־מי‬
ַ֣ ‫בּורהְּלַמלחָ ָ ָּ֑מהְּעַתָ ה֙ ְּע‬
ִ֖ ָ ‫אָ ֹּ֨ ַמר ָ֙תְּאַ ְך־דְּבַ ר־שְּפ ֵ֔ ַָתיםְּע ָצ֥הְּּוג‬
:‫ְּכיְּמָ ַ ִ֖רדתָ ְַּֽבי‬
֥ ָ‫בָ ֵ֔ ַטחת‬
amártá aj-dêvar-sêfatáim, 'etzáh ugvuráh lamiljamáh; 'atah 'al-mí vatájta, kí
marádta bí.

Tú has dicho tener plan y poderío para la guerra, pero sólo son palabras de
labios. Pero ahora, ¿en quién confías para que te hayas rebelado contra mí?
(21)
ְּ‫ע ַּ֡ ַָתהְּהנַ֣הְּבָ ַטַ֣חתָ ְּלְּ ַּ֡ךְּעַל־משענתְּ֩הַ קָ ֹּ֨נהְּהָ ָר ַׁ֤צּוץְּהַ זה֙ ְּ ַעל־מצ ַ ֵ֔רים‬
ְּ‫הְּמלְך־מצ ַ ֵ֔רים‬
ַֽ ‫ָּּ֑הְּכןְּפַר ַ֣ע‬
ֹּ֚ ‫יוְּּוב֥אְּבְּכַפִ֖ ֹוְּּונקָ ָב‬
ָ ‫א ֲֹּ֨שרְּיסָ ֥מְךְּאיש֙ ְּ ָע ֵָ֔ל‬
:‫לְּ ָ ַֽכל־הַ בט ִ֖חיםְּע ָ ַָֽליו‬
'atáh hinéh vatájta lêjá 'al-mish'enet haqanéh haratzútz hazeh 'al-mitzráim,
ashér isaméj ish 'aláv, uvá vêjapó unqaváĥ; kén par'óh mélej-mitzráim, lêjál-
habotjím 'aláv.

He aquí que ahora tú confías en Egipto, en ese bastón de caña cascada, que a
cualquiera que se apoye sobre ella, le entrará por la mano y se la atravesará.
Así es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.
(22)
ְּ‫ֲלֹוא־הּואְּא ֲֹּ֨שרְּה ַׁ֤סיר‬
ָ֗ ‫וְּ ַֽכי־תאמ ַ֣רּוןְּא ֵַ֔ליְּאל־יהוָ ֥הְּאֱֹלהִ֖ינּוְּבָ ָטָּ֑חנּוְּה‬
ְּ‫רְּליהּודָ ה֙ ְּוְּל ַ֣ירּושָ ֵ֔ ַלם‬
ַֽ ‫ת־במ ָ ַ֣תיוְּוְּאת־מזבְּח ֵ֔ ָתיוְּו ַַׁ֤יאמ‬ ַֽ ָ ‫חזק ָֹּ֨יהּו֙ ְּא‬
:ְּ‫הְּתשְּתַ חֲוִ֖ ּוְּב ַֽירּושָ ָ ַֽלם‬
ְַּֽ ‫לפני֙ ְּהַ מזבַ֣חַ ְּהַ ֵ֔ז‬
vêjí-tomrún elái, el-Adonai elohéinu batájnu; halo-hú ashér hesír jizqiáhú et-
bámotáv vêet-mizbêjotáv, vaiómer líhudah vêlirúshaláim, lifneí hamizbéaj
hazéh, tíshêtajavú birúshaláim .

Pero si me decís: 'Confiamos en el Eterno nuestro Elohim', ¿no es éste aquel


cuyos lugares altos y cuyos altares ha quitado Jizkiá [Ezequías], y ha dicho a
Iehudá [Judá] y a Ierushalaim [Jerusalén]: 'Delante de este altar os
arrodillaréis en Ierushalaim [Jerusalén]'?'
(23)
ְּ‫ת־מלְךְּאַ ָּ֑שּורְּוְּאתְּנָ ַׁ֤הְּלְּך֙ ְּאַ לפַ ַ֣ים‬
ַ֣ ‫וְּעַתָ ה֙ ְּהתעָ ַ֣רבְּ ֵָ֔נאְּאת־אֲדנִ֖יְּא‬
:‫יהם‬ ַֽ ‫סּוסיםְּאם־תּו ַֹ֕כלְּלָ ֥תתְּלְּךִ֖ ְַּֽרכְּ ֥ביםְּעֲל‬
ֵ֔
vê'atah hit'árev ná, et-adoní et-mélej ashúr; vêetênáh lêjá alpáim susím, im-
tujál látet lêjá rójêvím 'aleihém.

Ahora pues, comprométete con mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré 2000


caballos, si acaso tú puedes proveer quienes cabalguen sobre ellos.

785
18 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(24)
ְּ ֙‫יבְּאתְּפְּ ֹּ֨ניְּפ ַַח֥תְּאַ ַח֛דְּעַב ֥דיְּאֲדנִ֖יְּהַ קְּטַ נָּ֑יםְּוַתב ַטַׁ֤חְּלְּך‬
ָ֠ ‫וְּ ַ֣איְךְּתָ ָ֗ש‬
:‫עַל־מצ ַ ֵ֔ריםְּלְּ ִ֖רכבְּּול ָ ַֽפ ָר ַֽשים‬
vêéij tashív ét pênéi faját ajád 'avdéi adoní haqêtaním; vativtáj lêjá 'al-
mitzráim, lêréjev ulfárashím.

¿Cómo podrás resistir a un oficial de uno de los más insignificantes servidores


de mi señor, confiando en Egipto por carros y jinetes?
(25)
ְּ‫עַתָ ה֙ ְּהֲמבַ לע ֲַ֣דיְּיה ֵ֔ ָוהְּע ָ֛ליתיְּעַל־הַ מָ ֥קֹוםְּהַ זִ֖הְּלְּהַ שח ָּ֑תֹוְּיהוָה֙ ְּאָ ַ ַ֣מר‬
:ְּ‫יתּה‬ַֽ ָ ‫א ֵַ֔ליְּעֲל֛הְּעַל־הָ ָ ֥ארץְּהַ ִ֖זאתְּוְּהַ שח‬
'atah hamibal'adéi Adonai, 'alíti 'al-hamaqóm hazéh lêhashjitó; Adonai amár
elái, 'aléh 'al-haáretz hazót vêhashjitáĥ .

Y ahora, ¿acaso he subido contra este lugar para destruirlo sin que haya
intervenido el Eterno? el Eterno me ha dicho: 'Sube contra esa tierra y
destrúyela.'
(26)
ְּ‫ל־רבשָ ָ֗קהְּדַ בר־נָ ַׁ֤א‬ ַ ‫יֹואחְּא‬ ָ ָ֜ ְּ‫ן־חלקיָהּוְּוְּשב ָֹּ֨נהְּו‬ ָ֠ ‫ו ַַ֣יאמרְּאלי ַָ֣קיםְּב‬
ְּ‫הּודית‬ֵ֔ ְּ‫יְּשמְּ ִ֖עיםְּאֲנָ ָּ֑חנּוְּוְּאַ ל־תְּדַ בַׁ֤רְּע ֹּ֨ ָמנּו֙ ְּי‬
ַֽ ‫יתְּכ‬
֥ ‫אל־עֲבָ ֹּ֨דיך֙ ְּא ֲָר ֵ֔מ‬
:‫ַל־הח ָ ַֽמה‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּע‬ ִ֖ ‫בְּאְּזנַ֣יְּהָ ֵָ֔עםְּא‬
vaiómer eliaqím ben-jílqiahu vêshevnáh vêioáj el-ravshaqéh daber-ná el-
'avadéjá aramít, kí shómê'ím anájnu; vêal-têdabér 'imánú iêhudít, bêoznéi
ha'ám, ashér 'al-hájomáh.

Entonces Eliaquim hijo de Hilquías, Sebna y Jóaj dijeron al Rabsaces: –Por


favor, habla a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No
hables con nosotros en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla.
(27)
ְּ‫םְּרבשָ ָ֗קהְּהַ ַֹּ֨עלְּאֲדנַׁ֤יךְּוְּא ֹּ֨ליך֙ ְּשְּל ַָחַ֣ניְּאֲד ֵ֔ניְּלְּדַ בִ֖ר‬
ַ ‫יה‬ ָ֜ ‫ו ַֹּ֨יאמרְּאֲל‬
ְּ‫הְּלא ֱַ֣כל‬
ַֽ ‫ַל־הַ֣ח ֵ֔ ָמ‬
ַ ‫ַל־האֲ נ ָָ֗שיםְּהַ ַֽישְּבים֙ ְּע‬ ַֽ ָ ‫את־הַ דְּבָ ַ֣ריםְּהָ ָּ֑אלהְּה ֲַ֣לאְּע‬
ְּ)‫יְּרגליהִ֖ם‬ ַ ‫ת־שניהםְּ(מימ‬
ַֽ ‫ת־חריהםְּ(צֹואָ ָ֗ ָתם)ְּוְּלש ֛תֹותְּא‬
ַֽ ‫א‬
:‫עמָ ַֽכם‬
vaiómer aleihém ravshaqéh ha'ál adonéja vêeléjá shêlajáni adoní, lêdabér et-
hadêvarím haéleh; haló 'al-háanashím haióshêvim 'al-hájomáh, léejól et-jrihm
(tzóatám) vêlishtót et-snihm (méimei ragleihém) 'imajém.

786
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 18

Pero el Rabsaces les dijo: –¿Acaso me ha enviado mi señor para decir estas
palabras sólo a tu señor y a ti? ¿No les concierne también a los hombres que
están sobre la muralla, quienes, como vosotros, han de comer sus propios
excrementos y beber su propia orina?
(28)
ְּ‫הּודיתְּוַידַ בַ֣רְּו ֵַ֔יאמרְּשמע֛ ּו‬
ָּ֑ ְּ‫ַוֶַֽ֣ ַיעֲמד֙ ְַּרבשָ ֵ֔קהְּוַיק ָ ֥ראְּבְּקֹול־ג ִָ֖דֹולְּי‬
:‫ֹולְּמלְךְּאַ ַֽשּור‬
֥ ‫דְּבַ ר־הַ ֥מלְךְּהַ ג ִָ֖ד‬
váia'amod ravshaqéh, vaiqrá vêqol-gadól iêhudít; vaidabér vaiómer, shim'ú
dêvar-hamélej hagadól mélej ashúr.

Entonces el Rabsaces se puso de pie, gritó a gran voz en hebreo y habló


diciendo: –¡Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria!
(29)
ְּ‫י־לאְּיּו ֵַ֔כלְּלְּהַ ֥צילְּאתכִ֖ם‬
ַ֣ ‫ֹּ֚כהְּאָ ַ ַ֣מרְּהַ ֵ֔מלְךְּאַ ל־י ַ֥שאְּלָכִ֖םְּחזקיָ ָּ֑הּוְּכ‬
:‫מי ַָֽדֹו‬
kóh amár hamélej, al-iashí lajém jizqiáhu; ki-ló iujál, lêhatzíl etjém miadó.

Así ha dicho el rey: 'No os engañe Jizkiá [Ezequías], porque él no os podrá


librar de mi mano.
(30)
ְּ‫אמרְּהַ צ֥לְּיַצילִ֖נּוְּיהוָ ָּ֑הְּוְּ ַׁ֤לא‬
ֵ֔ ‫וְּ אַ ל־יַב ֹּ֨ ַטחְּאתכַׁ֤םְּחזק ָֹּ֨יהּו֙ ְּאל־יהוָ ַ֣הְּל‬
:ְּ‫ִ֖דְּמלְךְּאַ ַֽשּור‬
֥ ַ‫תנָתן֙ ְּאת־הָ ַ֣עירְּהַ ֵ֔זאתְּבְּי‬
vêal-iavtáj etjém jizqiáhú el-Adonai lemór, hatzél iatzilénu Adonai; vêló
tinaten et-ha'ír hazót, bêiád mélej ashúr .

Tampoco os haga confiar Jizkiá [Ezequías] en el Eterno, diciendo:


'Ciertamente el Eterno nos librará, y esta ciudad no será entregada en mano
del rey de Asiria.''
(31)
ְּ ֙‫רְּמלְךְּאַ ָ֗שּורְּע ֲַֽשּו־א ַׁ֤תיְּבְּ ָרכָה‬
ַ֣ ‫ַ ַֽאל־תשמְּעִ֖ ּוְּאל־חזקיָ ָּ֑הּוְּכיְּ֩ ֹּ֨כהְּאָ ָ֜ ַמ‬
:‫ישְּמי־ב ַֽרֹו‬
ַֽ ‫ּוְּא‬ ֥ ‫ּוצ ַ֣אּוְּא ֵַ֔ליְּוְּאכלַׁ֤ ּוְּאיש־גַפנֹו֙ ְּוְּ ַ֣אישְּתְּ ַֽאנ ֵָ֔תֹוְּּוש ִ֖ת‬
ál-tishmê'ú el-jizqiáhu; kí jóh amár mélej ashúr 'asú-ití vêrajah utzú elái, vêijlú
ish-gafnó vêísh têénató, ushtú ísh méi-voró.

¡No escuchéis a Jizkiá [Ezequías]! Porque así ha dicho el rey de Asiria:


'Haced la paz conmigo y rendíos a mí. Y comerá cada uno de su vid y de su
higuera, y beberá cada uno de las aguas de su pozo,

787
18 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(32)
ְּ‫ירֹוש‬ ָ֜ ‫ל־ארץְּכְּאַ רצְּ ָ֗כםְּארץְּ֩דָ ֹּ֨ ָגןְּוְּת‬ ַ֣ ‫עַד־באיְּ֩וְּ ָ ַֽלקַ ח ֹּ֨תיְּאת ָ֜כםְּא‬
‫שְּוחיִ֖ ּוְּוְּ ַ֣לאְּתָ מֻ ָּ֑תּוְּוְּ ַ ַֽאל־‬
ַֽ ‫יםְּארץְּזַׁ֤יתְּיצהָ ר֙ ְּּוד ֵ֔ ַב‬
ַ֣ ‫ֵ֧ארץְּלַ֣חםְּּוכ ָר ָ֗מ‬
:ְּ‫ילנּו‬
ַֽ ‫אמרְּיהוָ ִ֖הְּיַצ‬ ֵ֔ ‫הּוְּכי־י ַַׁ֤סיתְּאתכם֙ ְּל‬ַֽ ‫תשמְּעּו֙ ְּאל־חזק ֵָ֔י‬
'ad-boí vêláqajtí etjém el-éretz kêartzêjém eretz dagán vêtirósh éretz léjem
ujramím éretz zéit itzhar udvásh, víjíu vêló tamútu; vêál-tishmê'ú el-jizqiáhu,
kí-iasít etjem lemór, Adonai iatzilénu .

hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de
vino, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite de olivo y de miel. Así viviréis y
no moriréis. No escuchéis a Jizkiá [Ezequías], porque os engaña diciendo: 'el
Eterno nos librará.'
(33)
:‫ִ֖דְּמלְךְּאַ ַֽשּור‬
֥ ַ‫ִ֖םְּאישְּאת־אַ ר ָּ֑צֹוְּמי‬
ַ֣ ‫ַ ַֽההַ ֥צלְּה ֛צילּוְּאֱֹלה֥יְּהַ גֹוי‬
háhatzél hitzílu elohéi hagoím ísh et-artzó; miád mélej ashúr.

¿Acaso alguno de los dioses de las naciones libró su tierra de la mano del rey
de Asiria?
(34)
ְּ‫ָּ֑הְּכי־ה ֥צילּו‬
ַֽ ָ‫ֱֹלהיְּח ָ֜ ֲָמתְּוְּאַ ר ָָ֗פדְּאַ י֛הְּאֱֹלה֥יְּסְּפַרוַ ִֶ֖֣יםְּהנַ ַ֣עְּוְּעּו‬
ֹּ֨ ‫אַ יהְּ֩א‬
:‫ת־שמְּ ִ֖רֹוןְּמי ַָֽדי‬
ַֽ ‫א‬
aieh elohéi jamát vêarpád aiéh elohéi sêfarváim hená' vê'iváh; kí-hitzílu et-
shómêrón miadí.

¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de
Sefarvaim, de Hena y de Ivá? ¿Acaso libraron éstos a Shomrón [Samaria] de
mi mano?
(35)
ְּ‫יְּכי־י ֵַ֧ציל‬
ַֽ ‫ַ֣יְּהא ֲָר ֵ֔צֹותְּאֲשר־ה ֥צילּוְּאת־אַ ר ָצִ֖םְּמי ָָּ֑ד‬
ַֽ ָ ‫ֹּ֚מיְּבְּכְּל־אֱֹלה‬
:ְּ‫יהוָ ֛הְּאת־יְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ םְּמי ַָֽדי‬
mí bêjol-elohéi háaratzót, asher-hitzílu et-artzám miadí; kí-iatzíl Adonai et-
iêrúshaláim miadí .

¿Cuáles de entre todos los dioses de estas tierras libraron sus tierras de mi
mano, para que el Eterno libre a Ierushalaim [Jerusalén] de mi mano?'
(36)
ְּ‫אמר‬
ִ֖ ‫ְךְּהיאְּל‬
֛ ‫ָּ֑רְּכי־מצ ֹּ֨ ַותְּהַ ֥מל‬
ַֽ ‫וְּ ַֽהח ֱַ֣רישּוְּהָ ֵָ֔עםְּוְּ ַֽלא־עָנ֥ ּוְּא ִ֖תֹוְּדָ ָב‬
:‫אְּת ֲע ֻנַֽהּו‬
ַֽ ַ ‫֥ל‬

788
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 18

vêhéjeríshu ha'ám, vêló-'anú otó davár; kí-mitzvát hamélej hí lemór ló


tá'anúhu.

Pero el pueblo calló y no le respondió ni una palabra, porque había una orden
del rey que decía: 'No le respondáis.'
(37)
ְּ‫יֹואח‬
ָ ֹּ֨ ְּ‫ַל־הַ בַ יתְּוְּשב ָֹּ֨נאְּהַ ס ָ֜פרְּו‬
ָ֠ ‫ַוי ַָ֣באְּאלי ַָ֣קיםְּבן־חלקיָ ַ֣הְּאֲשר־ע‬
ְּ‫ַ֣דּוְּלֹוְּדב ִ֖רי‬
ֵ֔ ‫בן־אָ ָסֵ֧ףְּהַ מַ ז ֛כירְּאל־חזקיָ ִ֖הּוְּקְּרּועַ֣יְּבְּג ָָּ֑דיםְּ ַויַג‬
:‫ַרבשָ ַֽקה‬
vaiavó eliaqím ben-jilqiáh asher-'al-hábait vêshevná hasofér vêioáj ben-asáf
hamazkír el-jizqiáhu qêru'éi vêgadím; vaiagídu ló, divréi ravshaqéh.

Entonces Eliaquim hijo de Hilquías, el administrador del palacio; Sebna, el


escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista, fueron a Jizkiá [Ezequías] con sus
vestiduras rasgadas, y le declararon las palabras del Rabsaces.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 19


(1)
ְּ‫וַי ָ֗היְּכש ֹּ֨מ ֙ ַעְּהַ ַ֣מלְךְּחזק ֵָ֔יהּוְּוַיק ַ ִ֖רעְּאת־בְּג ָ ָָּ֑דיוְּוַיתכַ ַ֣סְּבַ שֵָ֔ קְּ ַוי ִָ֖בא‬
:ְּ‫הוַֽה‬ ָ ‫ב֥יתְּי‬
vaihí kishmó'á hamélej jizqiáhu, vaiqrá' et-bêgadáv; vaitkás basáq, vaiavó béit
Adonai .

Aconteció que cuando el rey Jizkiá [Ezequías] lo oyó, rasgó sus vestiduras, y
cubierto de cilicio entró en la casa del Eterno.
(2)
ְּ‫ַָ֠וישלַחְּאת־אלי ָֹּ֨קיםְּאֲשר־עַל־הַ ָ֜ ַביתְּוְּשבנָ ַ֣אְּהַ ס ָ֗פרְּוְּאת֙ ְּזקנַ֣י‬
:‫הַ ַֽכה ֲֵ֔ניםְּמתכ ִַ֖סיםְּבַ שַ ָּ֑קיםְּאל־יְּשַ עיָ ֥הּוְּהַ נ ִָ֖ביאְּבן־אָ ַֽמֹוץ‬
váishlaj et-eliaqím asher-'al-habáit vêshevná hasofér vêet ziqnéi hakóhaním,
mitkasím basaqím; el-iêsha'iáhu hanaví ben-amótz.

Luego envió, cubiertos de cilicio, a Eliaquim el administrador del palacio, a


Sebna el escriba y a los ancianos de los sacerdotes a donde estaba el profeta
Ieshaiáhu [Isaías] hijo de Amoz.
(3)
ְּ‫יוְּכהְּאָ ַ ַ֣מרְּחזק ֵָ֔יהּוְּיֹום־צָ ָ ֵ֧רהְּוְּ ַֽתֹוכ ָח֛הְּּונאָ ָצִ֖הְּהַ יַ֣ ֹום‬
ֹּ֚ ‫ו ַַֽיאמְּ ַ֣רּוְּא ָָ֗ל‬
:‫ְּאיןְּלְּל ָ ַֽדה‬ ִ֖ ַ ַ‫יְּבַׁ֤אּוְּבָ נים֙ ְּעַד־מַ ש ֵ֔ברְּוְּ ֥כח‬
ָ ‫ָּ֑הְּכ‬
ַ֣ ‫הַ ז‬
789
18, 19 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiómêrú eláv kóh amár jizqiáhu, iom-tzaráh vêtójejáh unatzáh haióm hazéh;
kí váu vanim 'ad-mashbér, vêjóaj áin lêledáh.

Y le dijeron: –Así ha dicho Jizkiá [Ezequías]: 'Este día es día de angustia, de


reprensión y de vergüenza; porque los hijos están a punto de nacer, pero no
hay fuerzas para dar a luz.
(4)
ְּ‫יְּרבשָ ָ֗קהְּאֲשרְּ֩שְּל ָֹּ֨חֹו‬ ַ ‫יךְּאתְּ׀ְּכְּל־דב ַ֣ר‬ ַ֣ ‫ֱֹלה‬ ָ֜ ‫אּו ַַּ֡ליְּישמַ עְּ֩יה ֹּ֨ ָוהְּא‬
ְּ‫ֲשר‬ ֥ ‫יחְּבַ דְּבָ ֵ֔ריםְּא‬
ַ֙ ‫הֹוכ‬
ֹּ֨ ‫יְּו‬
ְּ ‫יםְּח‬
ַ ֵ֔ ‫ֱֹלה‬ַ֣ ‫ַֽמלְך־אַ ַׁ֤שּורְּ׀ְּאֲדנָיו֙ ְּלְּחָ רף֙ ְּא‬
:ְּ‫ָשאתָ ְּתְּפ ֵָ֔להְּבְּעַ ֥דְּהַ שְּא ִ֖ריתְּהַ נמצָ ָ ַֽאה‬
ַ֣ ָ ‫שָ ַ ִ֖מעְּיהוָ ַ֣הְּאֱֹלהָּ֑יךְּוְּנ‬
ulái ishma' Adonai elohéja ét | kol-divréi ravshaqéh asher shêlajó mélej-ashúr |
adonav lêjaref elohím jái, vêhojíáj badêvarím, ashér shamá' Adonai elohéja;
vênasáta têfiláh, bê'ád hashêerít hanimtzaáh .

Quizás el Eterno tu Elohim habrá escuchado todas las palabras del Rabsaces,
al cual ha enviado su señor, el rey de Asiria, para afrentar al Elohim vivo; y le
reprenderá a causa de las palabras que el Eterno tu Elohim ha escuchado.
Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda.'
(5)
:‫ִ֖הּוְּאל־יְּשַ ע ָיַֽהּו‬
ַֽ ָ‫ַוי ָָ֗באּוְּעַב ֛דיְּהַ ֥מלְךְּחזקי‬
vaiavóu 'avdéi hamélej jizqiáhu él-iêsha'iáhu.

Fueron, pues, a Ieshaiáhu [Isaías] los servidores del rey Jizkiá [Ezequías],
(6)
ְּ‫ָּ֑םְּכהְּ׀ְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ָ֗ ָוה‬
ַ֣ ‫הְּתאמְּ ִ֖רּוןְּאל־א ֲַֽדניכ‬ַֽ ‫הּוְּכ‬
֥ ‫ו ַַׁ֤יאמרְּלָהם֙ ְּיְּ ַ ַֽשעְּ ֵָ֔י‬
‫יְּמלְך־‬ ַֽ ‫ּוְּנע ֲ֥ר‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּגדְּ ֛פ‬
ֵ֧ ‫ֲשרְּשָ ָ֗ ַמעתָ ְּא‬
ַ֣ ‫אַ ל־ת ָירא֙ ְּמפְּנַׁ֤יְּהַ דְּבָ רים֙ ְּא‬
:ְּ‫אַ ִ֖שּורְּא ַֽתי‬
vaiómer lahem iêshá'êiáhu, kóh tómêrún el-adóneijém; kóh | amár Adonai al-
tira mipênéi hadêvarim ashér shamá'ta ashér gidêfú ná'aréi mélej-ashúr otí .

e Ieshaiáhu [Isaías] les dijo: –Así diréis a vuestro señor: 'Así ha dicho el
Eterno: 'No temas por las palabras que has oído, con las que me han injuriado
los criados del rey de Asiria.
(7)
ְּ‫יוְּבחִ֖רב‬
ְַּ ‫ְּרּוחַ ְּוְּשָ ַ ֥מעְּשְּמּועָ ִ֖הְּוְּ ָ ַ֣שבְּלְּאַ ר ָּ֑צֹוְּוְּהפַל ֥ת‬
ֵ֔ ֙‫הנְּ ֹּ֨ניְּנ ֥תןְּבֹו‬
:‫בְּאַ ר ַֽצֹו‬
hinêní notén bó rúaj, vêshamá' shêmu'áh vêsháv lêartzó; vêhipaltív bajérev
bêartzó.

790
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 19

He aquí, yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor y se volverá a su tierra.


Y haré que en su tierra caiga a espada.''
(8)
ְּ‫ָּ֑הְּכיְּשָ ֵ֔ ַמע‬
ַ֣ ָ‫ת־מלְךְּאַ ֵ֔שּורְּנל ָחִ֖םְּעַל־לבנ‬
ַ֣ ‫ַו ָֹּ֨ישָ ב֙ ְַּרבשָ ֵ֔קהְּוַימצָ א֙ ְּא‬
:‫֥כיְּנ ַ ִָ֖סעְּמל ַָֽכיש‬
vaiáshav ravshaqéh, vaimtza et-mélej ashúr, niljám 'al-livnáh; kí shamá', kí
nasá' milajísh.

Cuando el Rabsaces oyó que el rey de Asiria había partido de Laquis, regresó
y halló al rey combatiendo contra Libna.
(9)
ְּ‫אמרְּהנ֥הְּי ָָצִ֖אְּלְּהל ַָ֣חםְּא ָ ָּ֑תְך‬
ֵ֔ ‫הְּמלְך־כּוש֙ ְּל‬
ַֽ ָ‫וַיש ָ֗ ַמעְּאל־תר ָהַׁ֤ק‬
:‫אמר‬
ַֽ ‫ַו ָֹּ֨ישָ ב֙ ְּוַישלַ ַ֣חְּמַ לאָ ֵ֔כיםְּאל־חזקיָ ִ֖הּוְּל‬
vaishmá' el-tirháqah mélej-kush lemór, hinéh iatzá lêhilajém itáj; vaiáshav
vaishláj malajím, el-jizqiáhu lemór.

Luego el rey oyó hablar acerca de Tirhaca, rey de Etiopía: 'He aquí que él ha
salido para combatir contra ti.' Entonces volvió a enviar mensajeros a Jizkiá
[Ezequías], diciendo:
(10)
ְּ‫ֱֹלהיך‬
ֵ֔ ‫אמרְּאַ ל־י ַַֽשאֲךַ֣ ְּא‬ ֵ֔ ‫ַׁ֤הּוְּמלְך־יְּהּודָ ה֙ ְּל‬
ַֽ ָ‫הְּתאמְּ ָ֗רּוןְּאל־חזקי‬ ַֽ ‫ַ֣כ‬
:‫ִ֖דְּמלְךְּאַ ַֽשּור‬
֥ ַ‫רְּלאְּתנָתן֙ ְּיְּ ַ֣רּושָ ֵ֔ ַלםְּבְּי‬
ַׁ֤ ‫אמ‬ָּ֑ ‫ֲשרְּאַ ָ ֛תהְּב ֥טחַ ְִּ֖בֹוְּל‬
֥ ‫א‬
kóh tómêrún el-jizqiáhu mélej-iêhudah lemór, al-iashíajá elohéja, ashér atáh
botéaj bó lemór; ló tinaten iêrúshaláim, bêiád mélej ashúr.

'Así diréis a Jizkiá [Ezequías], rey de Iehudá [Judá]: 'No te engañe tu dios, en
quien tú confías, al decirte que Ierushalaim [Jerusalén] no será entregada en
mano del rey de Asiria.
(11)
ְּ‫ל־הא ֲָר ִ֖צֹות‬
ַֽ ָ ְּ‫הנַ֣הְּ׀ְּאַ ָ ַ֣תהְּשָ ָ֗ ַמעתָ ְּאתְּ֩א ֲֹּ֨שרְּע ָָ֜שּוְּמַ לכ֥יְּאַ ֛שּורְּלְּכ‬
:‫ימםְּוְּאַ ָ ִ֖תהְּתנ ַָֽצל‬ָּ֑ ָ ‫לְּ ַ ַֽהחֲר‬
hinéh | atáh shamá'ta et ashér 'asú maljéi ashúr lêjol-háaratzót lêhájarimám;
vêatáh tinatzél.

He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todos los países,
destruyéndolos por completo. ¿Y serás librado tú?
(12)
ְּ‫ֲבֹותיְּאת־גֹוזָ ִֶ֖֣ןְּוְּאת־חָ ָ ָּ֑רן‬
ַ ֵ֔ ‫רְּשח ֲַ֣תּוְּא‬
ַֽ ‫ֲש‬ַ֣ ‫ַ ַֽהה ֹּ֨צילּוְּא ָ֜ ָתםְּאֱֹלהַׁ֤יְּהַ גֹוים֙ ְּא‬
:‫ַאשר‬ַֽ ָ ‫וְּ ֥רצףְּּובני־עִ֖דןְּאֲ ֥שרְּבתל‬
791
19 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

háhitzílu otám elohéi hagoim ashér shíjatú avotái, et-gozán vêet-jarán;


vêrétzef uvnei-'éden ashér bitlasár.

¿Acaso los dioses de las naciones, que mis padres destruyeron, libraron a
Gozán, a Harán, a Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar?
(13)
:‫דְּּומלְךְּל ַָ֣עירְּסְּפַרוָ ֶָּ֑֣יםְּהנַ ִ֖עְּוְּע ָּוַֽה‬
ִ֖ ‫ְּּומלְךְּאַ ר ֵָ֔פ‬
ַ֣ ֙‫ֹוְּמלְך־חֲמָ ת‬
ַֽ ַׁ֤‫אַ י‬
aió mélej-jamat umélej arpád, umélej la'ír sêfarváim; hená' vê'iváh.

¿Dónde están el rey de Hamat, el rey de Arfad y el rey de la ciudad de


Sefarvaim, de Hena y de Ivá?''
(14)
ְּ‫וַי ֹּ֨ ַקחְּחזקיָ ֵ֧הּוְּאת־הַ סְּפ ָ֛ריםְּמיַ ֥דְּהַ מַ לאָ ִ֖כיםְּוַיק ָר ָּ֑אםְּ ַו ַֹּ֨י ַעלְּ֙בַ֣ית‬
‫ פ‬:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫יה ֵ֔ ָוהְּוַיפרְּ ֥שהּוְּחזקיָ ִ֖הּוְּלפנ֥יְּי‬
vaiqáj jizqiáhu et-hasêfarím miád hamalajím vaiqraém; vaiá'al béit Adonai,
vaifrêséhu jizqiáhu lifnéi Adonai .

Entonces Jizkiá [Ezequías] tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó.


Luego Jizkiá [Ezequías] subió a la casa del Eterno, y la extendió delante del
Eterno.
(15)
ְּ‫וַיתפ ַֹּ֨ללְּחזק ָָ֜יהּוְּלפנַ֣יְּיהוָהּ֮ ְּוַיאמַ רְּ֒יה ָּ֞ ָוהְּאֱֹלהַׁ֤יְּיש ָראלְּ֙י ַ֣שב‬
ְּ‫ּואְּהאֱֹלהים֙ ְּלְּבַ דְּ ֵ֔ךְּלְּ ִ֖כלְּמַ מלְּכַ֣ ֹותְּהָ ָ ָּ֑ארץְּאַ ָ ַ֣תה‬
ַֽ ָ ‫ה־ה‬
ַׁ֤ ָ‫הַ כְּרֻ ֵ֔ביםְּאַ ת‬
:ְּ‫ע ֵָ֔שיתָ ְּאת־הַ שָ ַ ִ֖מיםְּוְּאת־הָ ָ ַֽארץ‬
vaitpalél jizqiáhu lifnéi Adonai vaiomar Adonai elohéi israel ioshév
hakêruvím, atah-hú háelohim lêvadêjá, lêjól mamlêjót haáretz; atáh 'asíta, et-
hashamáim vêet-haáretz .

Y Jizkiá [Ezequías] oró delante del Eterno y dijo: 'oh Eterno Elohim de Israel,
que tienes tu trono entre los querubines: Sólo tú eres el Elohim de todos los
reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra.
(16)
ְּ‫עְּאתְּדב ַ֣רי‬
ֹּ֚ ‫הַ ֹּ֨טהְּיהוָ ַׁ֤הְּ׀ְּאְּזנְּך֙ ְּּוַֽ ש ֵ֔ ָמעְּפְּ ַ ֵ֧קחְּיהוָ ֛הְּעינִ֖יךְּּור ָּ֑אהְּּוש ָ֗ ַמ‬
:ְּ‫יםְּחי‬
ַֽ ָ ‫ֱֹלה‬
֥ ‫ֲשרְּשְּל ֵָ֔חֹוְּלְּחָ ִ֖רףְּא‬ ַ֣ ‫סַ נח ֵ֔ריבְּא‬
hatéh Adonai | oznêjá úshmá', pêqáj Adonai 'einéja uréh; ushmá' ét divréi
sanjerív, ashér shêlajó, lêjaréf elohím jái .

Inclina, oh Eterno, tu oído y escucha; abre, oh Eterno, tus ojos y mira.


Escucha las palabras que Senaquerib ha mandado decir para afrentar al
Elohim vivo.

792
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 19

(17)
:ְּ‫ָּ֑הְּהח ֱָ֜ריבּוְּמַ לכ֥יְּאַ ֛שּורְּאת־הַ גֹויִ֖םְּוְּאת־אַ ר ָ ַֽצם‬
ַֽ ָ‫אְּמנָ ִ֖םְּיהו‬
omnám Adonai; héjerívu maljéi ashúr et-hagoím vêet-artzám .

Es verdad, oh Eterno, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus
tierras,
(18)
‫ם־מע ֲֵ֧שהְּיְּ ַֽדי־‬
ַֽ ַ ‫הְּכיְּא‬
ַ֣ ָ‫יםְּהמ‬
ָ֗ ‫ֱֹלה‬
ָ֜ ‫ְּ֩לאְּא‬
ֹּ֨ ‫וְּ ָנַֽתְּ נ֥ ּוְּאת־אֱֹלַֽ היהִ֖םְּבָ ָּ֑אשְּכי‬
:ְּ‫ןְּוֶַֽ֣יאַ בְּ ַֽדּום‬
ַ ‫אָ ָ ֛דםְּע֥ץְּו ִָ֖אב‬
vênátênú et-elóheihém baésh; kí ló elohím hémah kí im-má'aséh iêdéi-adám
'étz vaéven váiabêdúm .

y que han entregado al fuego sus dioses y los destruyeron; porque éstos no
eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y de piedra.
(19)
ְּ‫ינּוְּהֹושיע֥נּוְּנָ ִ֖אְּמי ָָּ֑דֹוְּוְּ ַֽיֶ֣דְּעּו֙ ְּכְּל־מַ מלְּכַ֣ ֹותְּהָ ֵ֔ ָארץ‬
ַֽ ‫ֱֹלה‬ ֵ֔ ‫וְּעַתָ ה֙ ְּיהוָ ַ֣הְּא‬
‫ ס‬:ְּ‫ֱֹלהיםְּלְּבַ ַֽדך‬
ִ֖ ‫֥כיְּאַ ָ ֛תהְּיהוָ ֥הְּא‬
vê'atah Adonai elohéinu, hóshi'énu ná miadó; vêiédê'ú kol-mamlêjót haáretz,
kí atáh Adonai elohím lêvadéja .

Ahora pues, oh Eterno, Elohim nuestro, por favor, sálvanos de su mano, para
que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú, oh Eterno, eres Elohim.'
(20)
ְּ‫רְּכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּאֱֹלהַ֣י‬
ַֽ ‫אמ‬
ָּ֑ ‫וַישלַח֙ ְּיְּשַ עיָ ַ֣הּוְּבן־אָ ֵ֔מֹוץְּאל־חזקיָ ִ֖הּוְּל‬
:ְּ‫בְּמלְך־אַ ִ֖שּורְּשָ ָ ַֽמעְּתי‬
ַֽ ‫יש ָר ֵ֔אלְּא ֲֹּ֨שרְּהתפַלַ ֵ֧לתָ ְּאלַ ֛יְּאל־סַ נח ֥ר‬
vaishlaj iêsha'iáhu ven-amótz, el-jizqiáhu lemór; kóh-amár Adonai elohéi
israél, ashér hitpalálta elái el-sanjerív mélej-ashúr shamá'êti .

Entonces Ieshaiáhu [Isaías] hijo de Amoz mandó a decir a Jizkiá [Ezequías]:


'Así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'He escuchado lo que me has pedido
en oración acerca de Senaquerib, rey de Asiria.
(21)
‫זַ֣הְּהַ דָ ֵ֔ ָברְּאֲשר־דב֥רְּיהוָ ִ֖הְּעָלָ ָּ֑יוְּבָ ָֹּ֨זהְּלְּ ָ֜ךְּ ָ ַֽלעֲגָ ַ֣הְּלְּ ָ֗ךְּבְּתּולַת֙ ְּבַ ת־‬
:ְּ‫ָהְּבִ֖תְּיְּ ַֽרּושָ ָ ַֽלם‬ַ ‫ֹוןְּאח ֲֹּ֨ריך֙ ְַּ֣ראשְּה ֵ֔ניע‬
ַֽ ַ ֵ֔‫צי‬
zéh hadavár, asher-dibér Adonai 'aláv; bazáh lêjá lá'agáh lêjá bêtulat bat-tzión,
ájaréjá rósh hení'ah, bát iêrúshaláim .

Ésta es la palabra que el Eterno ha hablado acerca de él: ''La virgen hija de
Tzión [Sion] te menosprecia; hace burla de ti. Mueve su cabeza a tus espaldas
la hija de Ierushalaim [Jerusalén].
793
19 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(22)
ְּ‫ימֹותָ ְָּּ֑קֹולְּוַת ָ ֥שאְּמָ ֛רֹוםְּעינִ֖יך‬
ַ֣ ‫ַל־מיְּהֲר‬
ִ֖ ‫ת־מיְּח ַ ֹּ֨רפ ָ֙תְּוְּג ֵ֔ ַדפתָ ְּוְּע‬
ַׁ֤ ‫א‬
:‫עַל־קְּ ֥דֹושְּיש ָר ַֽאל‬
et-mí jeráftá vêgidáfta, vê'al-mí harimóta qól; vatisá maróm 'einéja 'al-qêdósh
israél.

¿A quién has afrentado e injuriado? ¿Contra quién has levantado la voz y


alzado tus ojos con altivez? ¡Contra el Santo de Israel!
(23)
ְּ‫בְּיַ ַ֣דְּמַ לאָ כיךּ֮ ְּח ַ ַ֣רפתָ ְּ׀ְּאֲד ָניְּ֒ו ַָ֗תאמרְּברכבְּ(בְּ ֥רב)ְּרכ ֛ביְּאֲנ֥י‬
ְּ‫תְּקֹומתְּא ֲָרזָיו֙ ְּמב ַ֣חֹור‬
ַׁ֤ ַ ‫ע ָ֛ליתיְּמְּ ֥רֹוםְּהָ ִ֖ריםְּיַרכְּ ַ֣תיְּלְּבָ נָּ֑ ֹוןְּוְּאכ ָּ֞ר‬
:‫בְּרשֵָ֔ יוְּוְּאָ ֹּ֨בֹואָ ה֙ ְּמְּלַ֣ ֹוןְּק ֵ֔צהְּיַ ִ֖עַרְּכַרמלַֽ ֹו‬
bêiád malajejá jeráfta | adonaí vatómer vrjv (bêróv) rijbí aní 'alíti mêróm
harím iarkêtéi lêvanón; vêejrót qomát arazav mivjór bêrosháv, vêavóah mêlón
qitzóh, iá'ar karmiló.

''Por medio de tus mensajeros has afrentado al Señor y has dicho: Con la
multitud de mis carros yo ascendí a las cumbres de los montes, a las regiones
más remotas del Líbano. Corté sus más altos cedros y sus cipreses escogidos.
Llegué hasta su morada más lejana, al bosque más exuberante.
(24)
:‫יְּכלְּיְּא ֥ריְּמָ ַֽצֹור‬
ִ֖ ‫יְּמיםְּז ָָּ֑ריםְּוְּאַ חרב֙ ְּבְּ ְַּכף־פְּע ֵ֔ ַָמ‬
ַ֣ ַ ‫ַ֣יְּקרתיְּוְּשָ ִ֖תית‬
ַ ֵ֔ ‫אֲנ‬
aní qárti, vêshatíti máim zarím; vêajriv bêjaf-pê'amái, kól iêoréi matzór.

Yo cavé y bebí aguas extranjeras, y con las plantas de mis pies hice secar
todas las corrientes de Egipto.
(25)
ְּ‫םְּויצַ ר ָּ֑תיהָ ְּע ָ ַַ֣תה‬
ַֽ ‫יְּקד‬ִ֖ ‫חֹוקְּא ָ ַ֣תּהְּע ֵָ֔שיתיְּלְּ ֥מימ‬
ְּ֙ ‫ה ֲַֽלא־שָ ַ ַׁ֤מעתָ ְּלְּ ַֽמ ָר‬
:‫יאתיהָ ְּּות ָ֗היְּלַה ֛שֹותְּג ַ֥ליםְּנ ִ֖ציםְּע ָ֥ריםְּבְּצ ַֻֽרֹות‬ ֵ֔ ‫הֲב‬
haló-shamá'ta lêmérajoq otáĥ 'asíti, lêmímei qédem vítzartíha; 'atáh haveitíha,
uthí lahshót galím nitzím 'arím bêtzurót.

''¿Acaso no lo has oído? Hace mucho tiempo que lo determiné; desde los días
de la antigüedad lo dispuse. Y ahora he hecho que suceda, para hacer de las
ciudades fortificadas montones de ruinas.
(26)
ְּ‫קְּדשאְּח ֲַ֣ציר‬
ֵ֔ ‫דְּחִ֖תּוְּוַי ָּ֑בשּוְּהָ יָּ֞ ּוְּעַׁ֤שבְּשָ דה֙ ְַּ֣ו ַיר‬
ַ ‫וְּ ַֽישְּביהן֙ ְּקצרי־ ֵָ֔י‬
:‫גַגֵ֔ ֹותְּּושדפָ ִ֖הְּלפנ֥יְּקָ ָ ַֽמה‬

794
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 19

vêióshêveihen qitzrei-iád, játu vaievóshu; haíu 'ésev sadeh víraq déshe, jatzír
gagót, ushdefáh lifnéi qamáh.

Y sus habitantes, sin poder hacer nada, son aterrorizados y avergonzados. Son
como la planta del campo o el verdor del pasto, como la hierba de los terrados
que es quemada antes de madurar.
(27)
:‫תְּהתְּ ַרגזך֥ ְּא ָ ַֽלי‬
ַֽ ‫ְּּובאֲךִ֖ ְּי ָ ָָּ֑דעתיְּוְּ ִ֖א‬
ַֽ ֥‫וְּשבתְּך֛ ְּוְּ ַֽצאתְּך‬
vêshivtêjá vêtzétêjá uvóajá iadá'ti; vêét hítêragezjá elái.

''Yo conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y también tu furor contra mí.


(28)
ְּ ֙‫ַֹּ֚יעַןְּהת ַרגזךַ֣ ְּא ֵַ֔ליְּוְּ ַ ַֽש ֲאנַנךִ֖ ְּעָלָ ַ֣הְּבְּאְּזנָ ָּ֑יְּוְּשַ מ ֹּ֨תיְּחַ ָ֜חיְּבְּאַ ָ֗פךְּּומתגי‬
:‫ְּבּה‬
ַֽ ָ ָ‫ר־ב֥את‬ ָ ‫בשפ ֵָ֔תיךְּ ַוה ֲַ֣שב ֵ֔תיךְּבַ ִ֖דרְךְּאֲש‬
iá'an hitragezjá elái, vêsháananjá 'aláh vêoznái; vêsamtí jají bêapéja umitgí
bisfatéja, vahashívotíja, badérej asher-báta báĥ.

Porque te has enfurecido contra mí y tu arrogancia ha subido a mis oídos,


pondré mi gancho en tu nariz y mi freno en tus labios. Y te haré regresar por
el camino por donde has venido.'
(29)
ְּ‫וְּזה־לְּ ךַ֣ ְּהָ ֵ֔אֹותְּאָ כַׁ֤ ֹולְּהַ שָ נָה֙ ְּסָ ֵ֔פיחַ ְּּובַ שָ נָ ֥הְּהַ שנִ֖יתְּסָ ָּ֑חישְּּובַ שָ נָ ַ֣ה‬
:‫ישיתְּזרעֵ֧ ּוְּוְּקצ ֛רּוְּוְּנטע֥ ּוְּכְּ ָר ִ֖מיםְּוְּאכל֥ ּוְּפר ָיַֽם‬ ָ֗ ‫הַ שְּל‬
vêzeh-lêjá haót, ajól hashanah safíaj, uvashanáh hashenít sajísh; uvashanáh
hashêlishít zir'ú vêqitzrú vênit'ú jêramím vêijlú firiám.

'Y esto te servirá de señal, oh Jizkiá [Ezequías]: Este año comeréis de lo que
brote de por sí, y el segundo año de lo que crezca de aquello. Pero en el tercer
año sembrad y segad; plantad viñas y comed de su fruto.
(30)
ְּ‫ָשהְּפְּ ִ֖רי‬
֥ ָ ‫הְּשרשְּלְּ ָ ָּ֑מטָ הְּוְּע‬
ַ֣ ‫הּודהְּהַ נשאָ ָ ִ֖ר‬
֛ ָ ְּ‫יטתְּבית־י‬
ֵ֧ ַ ‫וְּ ָֹּ֨יס ָָ֜פהְּפְּל‬
:‫לְּ ָ ַֽמעְּלָה‬
vêiásfáh pêleitát beit-iêhudáh hanisharáh shóresh lêmátah; vê'asáh fêrí
lêmá'êlah.

Y los sobrevivientes de la casa de Iehudá [Judá], los que habrán quedado,


volverán a echar raíces por debajo y a dar fruto por arriba.
(31)
ְּ‫יטִ֖הְּמ ַהַ֣רְּציָּ֑ ֹוןְּקנ ַ ֛אתְּיהוָ ֥ה‬
ָ ‫ַׁ֤כיְּמ ַֽירּושָ ֹּ֨ ַלם֙ ְּתצַ֣אְּשְּא ֵ֔ריתְּּופל‬
‫ ס‬:ְּ‫ה־זאת‬ ַֽ ‫ִ֖אֹות)ְּתעֲש‬
ַֽ ַ ‫(צְּ ָב‬
795
19 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

kí mirúshaláim tetzé shêerít, ufleitáh mehár tzión; qinát Adonai (tzêváot)


tá'aseh-zót .

Porque de Ierushalaim [Jerusalén] saldrá un remanente, y del monte Tzión


[Sion] los sobrevivientes. ¡El celo del Eterno de los Ejércitos hará esto!
(32)
ְּ‫ּורְּלאְּיָבא֙ ְּאל־הָ ַ֣עירְּהַ ֵ֔זאת‬ ַׁ֤ ‫ל־מלְךְּאַ ֵ֔ש‬ ַ֣ ‫ןְּכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּא‬ַֽ ‫ל ָָ֗כ‬
:ְּ‫הְּשםְּחָּ֑ץְּוְּ ַֽלא־יְּקַ דְּ ַ֣מנָהְּמָ ֵ֔גןְּוְּ ַֽלא־יש ֥פְךְּעָלִ֖יהָ ְַּֽסלְּ ָ ַֽלה‬
ִ֖ ָ ‫א־יֹור‬
֥ ‫וְּ ַֽל‬
lajén kóh-amár Adonai el-mélej ashúr, ló iavo el-ha'ír hazót, vêló-ioréh shám
jétz; vêló-iêqadêménah magén, vêló-ishpój 'aléiha sólêláh .

'Por tanto, así ha dicho el Eterno acerca del rey de Asiria: 'No entrará en esta
ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente a ella con escudo,
ni construirá contra ella terraplén.
(33)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫אתְּלאְּי ִָ֖באְּנְּאֻם־י‬
֥ ‫אְּבַּ֣הְּי ָָּ֑שּובְּוְּאל־הָ ֥עירְּהַ ֛ז‬
ָ ‫בַ ֥דרְךְּאֲשר־י ִָ֖ב‬
badérej asher-iavó báĥ iashúv; vêel-ha'ír hazót ló iavó nêum-Adonai .

Por el camino por donde vino, por él se volverá; y no entrará en esta ciudad,
dice el Eterno.
(34)
:‫ַנֹותיְּאל־הָ ֥עירְּהַ ִ֖זאתְּלְּ ַֽהֹושיעָ ָּּ֑הְּלְּ ַ ַֽמע ֲֵ֔ניְּּול ַ ִ֖מעַןְּדָ ו֥דְּעַב ַֽדי‬
֛ ‫וְּג‬
vêganotí el-ha'ír hazót lêhóshi'áĥ; lêmá'aní, ulmá'an davíd 'avdí.

Pues defenderé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a
mi siervo David.''
(35)
ְּ‫וַיהיּ֮ ְּבַ לַ ַ֣ילָהְּהַ הּואְּ֒וַיצַ֣אְּ׀ְּמַ ל ַ ַ֣אְךְּיה ָ֗ ָוהְּ ַויְַך֙ ְּבְּ ַ ַֽמחֲנַ֣הְּאַ ֵ֔שּורְּמ ָ ֛אה‬
:ְּ‫רְּוהנ֥הְּכֻלָ ִ֖םְּפְּג ָ֥ריםְּמ ַֽתים‬ ְּ ‫הְּאלףְּ ַויַש ַ֣כימּוְּבַ ֵ֔בק‬ ָּ֑ ָ ‫֥יםְּוחֲמ ָ ִ֖ש‬
ַֽ ַ ‫שְּמֹונ‬
vaihí baláilah hahu vaietzé | maláj Adonai vaiaj bêmájanéh ashúr, meáh
shêmoním vájamisháh álef; vaiashkímu vabóqer, vêhinéh julám pêgarím
metím .

Aconteció que aquella misma noche salió el enviado del Eterno e hirió a
185000 en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he
aquí que todos ellos eran cadáveres.
(36)
:‫יבְּמלְך־אַ ָּ֑שּורְּוַיִ֖שבְּבְּ ַֽנינְּוַֽה‬
ַֽ ‫וַי ַ ַ֣סעְּו ֵַ֔ילְךְּוַיָ ִ֖שְּבְּסַ נח ַ֣ר‬
vaisá' vaiélej, vaiáshov sanjerív mélej-ashúr; vaiéshev bênínêvéh.

Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó, y permaneció en Nínive.


796
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 19

(37)
ְּ‫יוְּואַ ד ַר ֹּ֨מלְךְּוְּשַ ר ַׁ֤אצר‬
ְַּֽ ‫ֱֹלה‬
ָ ָ֗ ‫ּואְּמשְּתַ ח ֲָ֜והְּבַ֣יתְּ׀ְּנס ַ֣רְךְּא‬
ַֽ ‫ְּ֩ה‬ ֹּ֨ ‫וַיהי‬
ְּ‫ְךְּאסַ ר־חַ ֥דן‬
ַֽ ֛‫ּוְּארץְּא ֲָר ָ ָּ֑רטְּוַימֹל‬ ַ֣ ‫(בָ נָיו֙ )ְּהכֻ ַ֣הּוְּבַ ֵ֔חרבְּוְּה֥מָ הְּנמלְּ ִ֖ט‬
‫ פ‬:‫בְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaihí hú míshêtajavéh béit | nisrój eloháv vêadramélej vêsarétzer (banav)
hikúhu vajérev, vêhémah nimlêtú éretz ararát; vaimlój ésar-jadón bênó tajtáv.

Pero sucedió que mientras se arrodillaba en el templo de Nisroc, su dios, sus


hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat.
Y su hijo Esarjadón reinó en su lugar.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 20


(1)
ְּ‫אְּאלְּיוְּיְּשַ ע ָֹּ֨יהּוְּבן־אָ ָ֜מֹוץ‬
ָ֠ ‫בַ י ַָ֣מיםְּהָ ֵ֔הםְּחָ לָ ֥הְּחזקיָ ִ֖הּוְּל ָָּ֑מּותְּ ַוי ַָ֣ב‬
ְּ‫הְּו ֥לא‬
ְּ ‫יְּמתְּאַ ָ ִ֖ת‬
֥ ‫ךְּכ‬ ֛ ‫ַ֣וְּלב ֵ֔ית‬
ְּ ‫יוְּכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְַּצ‬ ַֽ ‫הַ נ ָָ֗ביאְּו ַֹּ֨יאמרְּא ָָ֜ל‬
:ְּ‫ַֽתחְּיַֽה‬
baiamím hahém, jaláh jizqiáhu lamút; vaiavó éloiv iêsha'iáhu ven-amótz
hanaví vaiómer eláv kóh-amár Adonai tzáv lêveitéja, kí mét atáh vêló tíjêiéh .

En aquellos días Jizkiá [Ezequías] cayó enfermo de muerte. Entonces el


profeta Ieshaiáhu [Isaías] hijo de Amoz fue a él y le dijo: –Así ha dicho el
Eterno: 'Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás.'
(2)
:ְּ‫אמר‬
ַֽ ‫ַוי ַ֥סבְּאת־פָנָ ִ֖יוְּאל־הַ ָּ֑קירְּו ַֹּ֨יתפ ֵַ֔ללְּאל־יהוָ ִ֖הְּל‬
vaiasév et-panáv el-haqír; vaítpalél, el-Adonai lemór .

Entonces él volvió su cara hacia la pared y oró al Eterno diciendo:


(3)
ְּ‫יךְּבאֱמת֙ ְּּובל ָבַ֣ב‬
ַֽ ‫ֲשרְּהתהַ לַ ַ֣כתיְּלְּפ ָָ֗נ‬ ֵ֧ ‫אְּאתְּא‬
ַ֣ ‫אְּנָ ַ֣הְּיה ָ֗ ָוהְּזְּכְּר־ ָָּ֞נ‬
‫ס‬:ְּ‫שָ ֵ֔לםְּוְּהַ ֥טֹובְּבְּעינִ֖יךְּע ָָּ֑שיתיְּוַי֥בךְּחזקיָ ִ֖הּוְּבְּ ֥כיְּג ַָֽדֹול‬
onáh Adonai zêjor-ná ét ashér hithalájti lêfanéja béemet uvleváv shalém,
vêhatóv bê'einéja 'asíti; vaiévk jizqiáhu bêjí gadól .

–oh Eterno, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y


con corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante tus ojos. Jizkiá [Ezequías]
lloró con gran llanto.

797
19, 20 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(4)
ְּ‫הּוְּלאְּי ֵ֔ ָָצאְּהעירְּ(חָ צִ֖ר)ְּהַ ַֽתיכנָ ָּ֑הְּּוֹּ֨ דבַ ר־יה ֵ֔ ָוהְּהָ יָ ֥ה‬
ַ֣ ‫וַי ַ֣היְּיְּ ַ ַֽשעְּ ֵָ֔י‬
:ְּ‫אמר‬ַֽ ‫אלָ ִ֖יוְּל‬
vaihí iêshá'êiáhu, ló iatzá, h'ir (jatzér) hatíjonáh; údvar-Adonai, haiáh eláv
lemór .

Y sucedió que antes que Ieshaiáhu [Isaías] saliese del patio central, le vino la
palabra del Eterno, diciendo:
(5)
ְּ‫יְּכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּאֱֹלהי֙ ְּדָ ַ֣וד‬
ַֽ ‫ַ֣שּובְּוְּ ָ ַֽאמַ ר ָּ֞ ָתְּאל־חזקיָ ַ֣הּוְּנְּגיד־ע ַָ֗מ‬
ְּ‫ךְּר ִ֖איתיְּאת־דמע ָָּ֑תךְּהנְּני֙ ְַּ֣רפאְּ ֵָ֔לְך‬ ָ ‫אָ ֵ֔ביךְּשָ ֹּ֨ ַמעתי֙ ְּאת־תְּפל ֵָ֔ת‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫יְּתעֲלִ֖הְּב֥יתְּי‬
ַֽ ַ ‫יש‬
ֵ֔ ‫בַ יֹום֙ ְּהַ שְּל‬
shúv vêámartá el-jizqiáhu nêgid-'amí kóh-amár Adonai eloheí davíd avíja,
shamá'tí et-têfilatéja, raíti et-dim'atéja; hinêní rófe láj, baiom hashêlishí,
tá'aléh béit Adonai .

–Vuelve y di a Jizkiá [Ezequías], el soberano de mi pueblo: 'Así ha dicho el


Eterno, Elohim de tu padre David: 'He oído tu oración y he visto tus lágrimas.
He aquí, te voy a sanar; al tercer día subirás a la casa del Eterno.
(6)
ְּ‫ַׁ֤ףְּמלְך־אַ שּור֙ ְּאַ ַ֣ציל ֵ֔ך‬ ַֽ ַ‫וְּ ַֽהסַ פ ַ֣תיְּעַל־י ָָ֗מיךְּח ֲַׁ֤משְּעשרה֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּּומכ‬
ְּ‫וְּ ִ֖אתְּהָ ַ֣עירְּהַ ָּ֑זאתְּוְּגַנֹותי֙ ְּעַל־הָ ַ֣עירְּהַ ֵ֔זאתְּלְּ ַ ַֽמע ֲֵ֔ניְּּול ַ ִ֖מעַןְּדָ ֥וד‬
:‫עַב ַֽדי‬
vêhósaftí 'al-iaméja jamésh 'esreh shanáh, umikáf mélej-ashur atzíljá, vêét
ha'ír hazót; vêganotí 'al-ha'ír hazót, lêmá'aní, ulmá'an davíd 'avdí.

Añadiré quince años a tus días, y libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey
de Asiria. Defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo
David.''
(7)
ְּ‫ימּוְּעל־הַ שְּ ִ֖חין‬
ַֽ ַ ‫ו ַַ֣יאמרְּיְּשַ ע ֵָ֔יהּוְּקְּ ִ֖חּוְּדְּבַ֣לתְּתְּאנָּ֑יםְּוַיק ֛חּוְּ ַוי ָ֥ש‬
:‫וַיַֽחי‬
vaiómer iêsha'iáhu, qêjú dêvélet têením; vaiqjú vaiasímu 'ál-hashêjín vaiéji.

Entonces Ieshaiáhu [Isaías] dijo: –Tomad pasta de higos... La tomaron y la


pusieron sobre la llaga; luego sanó.

798
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 20

(8)
ְּ‫ִ֖הְּליְּוְּע ָ֛ליתי‬
ָּ֑ ָ‫ֹותְּכי־ירפָ ֥אְּיהו‬
ַֽ ‫הְּא‬ֵ֔ ‫הּוְּמ‬
ַ֣ ָ ‫ְּאל־יְּשַ ע ֵָ֔י‬
ַֽ ֙‫ו ַַׁ֤יאמרְּחזק ָֹּ֨יהּו‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ישיְּב֥יתְּי‬ ִ֖ ‫בַ י֥ ֹוםְּהַ שְּל‬
vaiómer jizqiáhú él-iêsha'iáhu, máh ót, kí-irpá Adonai lí; vê'alíti baióm
hashêlishí béit Adonai .

Entonces Jizkiá [Ezequías] preguntó a Ieshaiáhu [Isaías]: –¿Cuál será la señal


de que el Eterno me sanará y de que subiré a la casa del Eterno al tercer día?
(9)
‫יְּיע ֲַ֣שהְּיה ֵ֔ ָוהְּאת־‬
ַֽ ַ ‫הְּכ‬
ֹּ֚ ‫ו ַַ֣יאמרְּיְּשַ ע ָָ֗יהּוְּזה־לְּךַׁ֤ ְּהָ אֹות֙ ְּמ ַ֣אתְּיה ֵ֔ ָו‬
: ‫ֲשרְּדבָּ֑רְּהָ לַ ְַׁ֤ךְּהַ צלְּ֙עַ֣שרְּ ַ ַֽמע ֲֵ֔לֹותְּאם־י ִָ֖שּובְּע֥שרְּ ַ ַֽמעֲלַֽ ֹות‬
ְּ ַ֣ ‫הַ דָ ָבִ֖רְּא‬
vaiómer iêsha'iáhu zeh-lêjá haot meét Adonai, kí iá'aséh Adonai, et-hadavár
ashér dibér; haláj hatzel 'éser má'alót, im-iashúv 'éser má'alót .

E Ieshaiáhu [Isaías] respondió: –Esta señal tendrás de parte del Eterno, de que
él hará esto que ha dicho: ¿Puede avanzar la sombra diez gradas o retroceder
diez gradas?
(10)
ְּ‫אְּכיְּי ָ֥שּובְּהַ צ֛ל‬
ֵ֔ ‫ֹותְּל‬
ַ֣ ָּ֑‫רְּמעֲל‬
ַֽ ַ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּיְּחזק ֵָ֔יהּוְּנ ַָ֣קלְּל ֵַ֔צלְּלנ ִ֖טֹותְּעַ֣ש‬
:‫רְּמעֲלַֽ ֹות‬
ַֽ ַ ‫א ֲַֽח ַרנִ֖יתְּע֥ש‬
vaiómer iêjizqiáhu, naqél latzél, lintót 'éser má'alót; ló jí, iashúv hatzél
ajóranít 'éser má'alót.

Jizkiá [Ezequías] respondió: –Es cosa fácil que la sombra avance diez gradas;
pero no que retroceda diez gradas.
(11)
ְּ‫לְּבמַ עֲלֹותְּא ֲֹּ֨שר‬
ַֽ ַ ָ֠ ‫וַיק ָ ֛ראְּיְּ שַ עיָ ֥הּוְּהַ נ ִָ֖ביאְּאל־יהוָ ָּ֑הְּוַיָ ַ֣שבְּאת־הַ ָ֗צ‬
‫ פ‬:ְּ‫רְּמעֲלַֽ ֹות‬
ַֽ ַ ‫ֶ֣ר ָ֜ ָדהְּבְּ ַ ַֽמעֲל֥ ֹותְּאָ ָח֛זְּא ֲַֽח ַרנִ֖יתְּע֥ש‬
ְּ ‫ָ ַֽי‬
vaiqrá iêsha'iáhu hanaví el-Adonai; vaiáshev et-hatzél báma'alot ashér iárêdáh
bêmá'alót ajáz ajóranít 'éser má'alót .

Entonces el profeta Ieshaiáhu [Isaías] invocó al Eterno, y él hizo que la


sombra retrocediese diez gradas, por las gradas que había avanzado en la
gradería de Acaz.
(12)
ְּ‫ןְּמלְך־בָ ב֛לְּסְּפ ָ֥רים‬
ַֽ ‫ְךְּבַ לאֲדְּןְּ ַֽבן־בַ לא ָ ֲֵ֧ד‬
ָ֠ ‫אד‬ַ֣ ַ ‫בָ עַ֣תְּהַ ַּ֡היאְּשָ ַַּ֡לחְּבְּר‬
:‫עְּכיְּחָ לָ ִ֖הְּחזק ָיַֽהּו‬
֥ ‫ָּ֑הּוְּכיְּשָ ֵ֔ ַמ‬
ַ֣ ָ‫ּומנ ָחִ֖הְּאל־חזקי‬

799
20 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

ba'ét hahí shaláj bêrodáj báladon bén-baladán mélej-bavél sêfarím uminjáh el-
jizqiáhu; kí shamá', kí jaláh jizqiáhu.

En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió


cartas y un presente a Jizkiá [Ezequías], porque había oído que Jizkiá
[Ezequías] había estado enfermo.
(13)
ְּ֩‫וַיש ַ ַ֣מעְּעֲליהםּ֮ ְּחזקיָהּוְּ֒ ַויַר ַ֣אםְּאת־כְּל־בַ֣יתְּנְּכ ַּ֡תהְּאת־הַ כסף‬
ְּ‫תְּ׀ְּשמןְּהַ ָ֗טֹובְּוְּאת֙ ְּבַ֣יתְּכ ֵָ֔ליוְּוְּ ֛את‬
ַ֣ ‫וְּאת־הַ ז ֹּ֨ ָָהבְּוְּאת־הַ בְּשָ ָ֜מיםְּוְּ ַ֣א‬
ְּ‫רְּלא־הר ָ ֵ֧אם‬ ַֽ ‫יוְּלא־הָ יָ ַ֣הְּדָ ָ֗ ָברְּ ָ֠ ֲאש‬ַֽ ‫ֲשרְּנמ ָצִ֖אְּבְּ ַֽאֹוצר ָ ָּ֑ת‬ ֥ ‫כְּל־א‬
:‫יתֹוְּּובכְּל־ממשַ ל ַֽתֹו‬ ִ֖ ‫חזקיָ ֛הּוְּבְּב‬
vaishmá' 'aleihem jizqiahú vaiarém et-kol-béit nêjotóh et-hakesef vêet-
hazaháv vêet-habêsamím vêét | shémen hatóv vêet béit keláv, vêét kol-ashér
nimtzá bêótzrotáv; ló-haiáh davár ásher ló-herám jizqiáhu bêveitó uvjol-
memshaltó.

Jizkiá [Ezequías] se alegró por ellos y les mostró toda la casa de sus tesoros:
la plata, el oro, los perfumes y los ungüentos finos, su armería y todo lo que
había en sus depósitos. No hubo cosa que Jizkiá [Ezequías] no les mostrase en
su casa y en todos sus dominios.
(14)
ְּ‫הְּאמְּ ַ֣רּוְּ׀‬
ַֽ ָ ‫יוְּמ‬
֥ ָ ‫ַויָבא֙ ְּיְּשַ עיָ ַ֣הּוְּהַ נ ֵָ֔ביאְּאל־הַ ִ֖מלְךְּחזקיָ ָּ֑הּוְּו ַֹּ֨יאמרְּא ָָ֜ל‬
ְּ‫חֹוקה‬
֛ ָ ‫ץְּר‬
ְּ ‫ָ ַֽה ֲאנ ַָ֣שיםְּהָ ָ֗אלהְּּומ ֹּ֨ ַאין֙ ְּי ַָ֣באּוְּא ֵ֔ליךְּו ַֹּ֨יאמר֙ ְּחזק ֵָ֔יהּוְּמ ֵ֧אר‬
:‫ָבִ֖אּוְּמבָ ַֽבל‬
vaiavo iêsha'iáhu hanaví, el-hamélej jizqiáhu; vaiómer eláv máh ámêrú |
háanashím haéleh umeáin iavóu eléja, vaiómer jizqiáhu, meéretz rêjoqáh báu
mibavél.

Entonces el profeta Ieshaiáhu [Isaías] fue al rey Jizkiá [Ezequías] y le


preguntó: –¿Qué dijeron aquellos hombres, y de dónde vinieron a ti? Jizkiá
[Ezequías] respondió: –Han venido de un país lejano, de Babilonia.
(15)
ְּ‫ֲשרְּבְּביתי֙ ְָּר ֵ֔אּו‬
ַׁ֤ ‫הּוְּאתְּכְּל־א‬
ַ֣ ‫יתךְּו ַַ֣יאמרְּחזק ָָ֗י‬
ָּ֑ ‫הְּר ִ֖אּוְּבְּב‬
ָ ‫רְּמ‬
֥ ָ ‫ו ַֹ֕יאמ‬
:‫יתםְּבְּ ַֽאצְּר ָ ַֽתי‬
ִ֖ ‫רְּלא־הרא‬ ַֽ ‫ֲש‬
֥ ‫ַֽלא־הָ יָ ֥הְּדָ ָב֛רְּא‬
vaiómer máh raú bêveitéja; vaiómer jizqiáhu ét kol-ashér bêveití raú, ló-haiáh
davár ashér ló-hiritím bêótzêrotái.

Él preguntó: –¿Qué han visto en tu casa? Y Jizkiá [Ezequías] respondió: –Han


visto todo lo que hay en mi casa; nada hay en mis depósitos que no les haya
mostrado.
800
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 20

(16)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ו ַ֥יאמרְּיְּשַ עיָ ִ֖הּוְּאל־חזקיָ ָּ֑הּוְּשְּ ַ ִ֖מעְּדְּבַ ר־י‬
vaiómer iêsha'iáhu el-jizqiáhu; shêmá' dêvar-Adonai .

Entonces Ieshaiáhu [Isaías] dijo a Jizkiá [Ezequías]: –Escucha la palabra del


Eterno:
(17)
ְּ‫רְּאצְּ ֵ֧רּוְּאֲב ֛תיך‬
ַֽ ָ ‫ךְּוא ֲֹּ֨ש‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּבְּב ָ֗ית‬ ַ֣ ‫הנהּ֮ ְּי ַָ֣מיםְּבָ איםְּ֒וְּנ ָ ַ֣שאְּ׀ְּכְּל־א‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ָהְּלא־יּו ָ֥תרְּדָ ָבִ֖רְּאָ ַ ֥מרְּי‬
ַֽ ‫עַד־הַ י֥ ֹוםְּהַ זִ֖הְּבָ ָּ֑בל‬
hineh iamím baim vênisá | kol-ashér bêveitéja váashér átzêrú avotéja 'ad-
haióm hazéh bavélah; ló-ivatér davár amár Adonai .

'He aquí, vienen días en que todo lo que hay en tu casa, lo que tus padres han
atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, ha
dicho el Eterno.
(18)
ְּ‫יסים‬
ֵ֔ ‫ְּסר‬
ַֽ ָ ֙‫רְּתֹולידְּיקחְּ(י ָ ָּ֑קחּו)ְּוְּהָ יּו‬
ִ֖ ‫ֲש‬
֥ ‫ּומבָ ָ֜ניךְּא ֲֹּ֨שרְּיַֽצְּ ֵ֧אּוְּממְּך֛ ְּא‬
:‫ִ֖לְּמלְךְּבָ ַֽבל‬ ֥ ַ‫בְּהיכ‬
umibanéja ashér iétzêú mimêjá ashér tolíd iqj (iqáju); vêhaiú sárisím, bêheijál
mélej bavél.

Y de tus hijos que procederán de ti, que tú habrás engendrado, tomarán para
que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia.'
(19)
ְּ‫ֲשרְּד ַבָּ֑רתָ ְּו ַֹ֕יאמר‬
ַ֣ ‫הּוְּטֹובְּדְּבַ ר־יהוָ ִ֖הְּא‬֥ ‫ְּאל־יְּשַ ע ֵָ֔י‬
ַֽ ֙‫ו ַַׁ֤יאמרְּחזק ָֹּ֨יהּו‬
:ְּ‫תְּיהי֥הְּבְּי ָ ַָֽמי‬
ַֽ ‫ֹוםְּוא ֱִ֖מ‬
ַֽ ֥‫הֲל֛ ֹואְּאם־שָ ל‬
vaiómer jizqiáhú él-iêsha'iáhu, tóv dêvar-Adonai ashér dibárta; vaiómer haló
im-shalóm véemét íhiéh vêiamái .

Jizkiá [Ezequías] dijo a Ieshaiáhu [Isaías]: –La palabra del Eterno que has
hablado es buena. Porque pensó: '¿No habrá paz y estabilidad en mis días?'
(20)
‫ֲשרְּעָשָָ֗ הְּאת־הַ בְּרכָה֙ ְּוְּאת־‬
ַ֣ ‫ֹוְּוא‬
ַֽ ַ ‫וְּ ֹּ֨יתרְּדב ַׁ֤ריְּחזק ָֹּ֨יהּו֙ ְּוְּכְּל־גְּ ַ֣ב ָּור ֵ֔ת‬
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬֛ ‫תּוביםְּע‬ָ֗ ְּ‫הַ תְּ ָע ֵָ֔להְּ ַויָב֥אְּאת־הַ ַ ִ֖מיםְּהָ ָּ֑ע ָירהְּהֲלא־הַ֣םְּכ‬
:‫הּודה‬ ַֽ ָ ְּ‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi jizqiáhú vêjol-gêvúrató, váashér 'asáh et-habêrejah vêet-
hatê'aláh, vaiavé et-hamáim ha'írah; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

801
20 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Los demás hechos de Jizkiá [Ezequías] y todo su poderío, cómo construyó el


estanque y el acueducto, e introdujo las aguas en la ciudad, ¿no están escritos
en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(21)
‫ פ‬:‫ַשהְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
֥ ‫וַישכַ ֥בְּחזקיָ ִ֖הּוְּעם־אֲב ְָָּּ֑תיוְּוַימֹל֛ ְךְּמְּנ‬
vaishkáv jizqiáhu 'im-avotáv; vaimlój mênashéh vênó tajtáv.

Jizkiá [Ezequías] reposó con sus padres, y su hijo Menashé [Manasés] reinó
en su lugar.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 21


(1)
ְּ‫ֹוְּוחֲמ ַׁ֤שיםְּוְּחָ מש֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
ַֽ ַ ֵ֔‫ַשהְּבְּמְּלכ‬ ַ֣ ‫בן־שְּ ֹּ֨תיםְּעש ַׁ֤רהְּשָ נָה֙ ְּמְּנ‬
:‫י־בּה‬
ַֽ ָ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ֥שםְּא ִ֖מֹוְּחפצ‬
ben-shêtéim 'esréh shanah mênashéh vêmoljó, vájamishím vêjamesh shanáh,
maláj birúshaláim; vêshém imó jeftzi-váĥ.

Menashé [Manasés] tenía 12 años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años


en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Jeftzí Bá [Hefsiba].
(2)
ְּ‫ְּהֹורישְּיה ֵ֔ ָוהְּמפְּנִ֖י‬
ַ֣ ֙‫גֹויםְּאֲשר‬
ֵ֔ ַ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ַֽתֹועֲבת֙ ְּה‬
:ְּ‫בְּנ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; kêtó'avot hagoím, asher horísh Adonai, mipênéi
bênéi israél .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, conforme a las prácticas abominables
de las naciones que el Eterno había echado de delante de los Hijos de Israel.
(3)
ְּ‫ֲשרְּא ַבִ֖דְּחזקיָ ַ֣הּוְּאָ ָּ֑ביוְּ ַו ָֹּ֨יקםְּמזבְּ ָ֜חת‬֥ ‫ַו ָָ֗ישְּבְּו ַֹּ֨יבן֙ ְּאת־הַ בָ ֵ֔מֹותְּא‬
ְּ ֙‫ְּמלְךְּיש ָר ֵ֔אלְּוַיש ֹּ֨ ַתחּו‬ ַ֣ ֙‫ֲשרְּעָשָָ֗ הְּאַ חאָ ב‬
ַ֣ ‫ְּכא‬ ַֽ ַ ֙‫ל ָ֗ ַַבעַלְּוַיַ ַׁ֤עַשְּאֲש ָרה‬
:‫םְּוֶַֽ֣ ַיע ֲִ֖בדְּא ָ ַֽתם‬
ַ ‫לְּכְּל־צְּ ָבַ֣אְּהַ שָ ֵ֔ ַמי‬
vaiáshov vaíven et-habamót, ashér ibád jizqiáhu avív; vaiáqem mizbêjót
labá'al vaiá'as asherah káashér 'asáh ajav mélej israél, vaishtájú lêjol-tzêvá
hashamáim, váia'avód otám.

Volvió a edificar los lugares altos que su padre Jizkiá [Ezequías] había
destruido. Erigió altares a Baal e hizo un árbol ritual de Asera, como había

802
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 20, 21

hecho Ajáv [Acab], rey de Israel. Se postró ante todo el ejército de los cielos y
les rindió culto.
(4)
‫ּובָ נָ ֥הְּמזבְּ ִ֖חתְּבְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּאֲשר֙ ְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּב ַֽירּושָ לַ ִ֖ םְּאָ ֥שיםְּאת־‬
:ְּ‫שְּ ַֽמי‬
uvanáh mizbêjót bêvéit Adonai; asher amár Adonai, birúshaláim asím et-
shêmí .

También edificó altares en la casa del Eterno, de la cual el Eterno había dicho:
'En Ierushalaim [Jerusalén] pondré mi nombre.'
(5)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫וַי֥בןְּמזבְּ ִ֖חֹותְּלְּכְּל־צְּ ָבַ֣אְּהַ שָ ָ ָּ֑מיםְּבש ִ֖תיְּחַ צ ֥רֹותְּבית־י‬
vaíven mizbêjót lêjol-tzêvá hashamáim; bishtéi jatzrót beit-Adonai .

Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa del
Eterno.
(6)
ְּ‫הְּאֹובְּוְּידְּענָּ֑יםְּהר ָ֗ ָבה‬
ִ֖ ָ‫עֹונֶ֣ןְּוְּנ ֵ֔חשְּוְּעָ ֥ש‬
ַ֣ ְּ‫וְּ ַֽהע ֱַׁ֤בירְּאת־בְּנֹו֙ ְּבָ ֵ֔אשְּו‬
:ְּ‫ַ ַֽלע ֲ֥שֹותְּהָ ַ ֛רעְּבְּעינ֥יְּיהוָ ִ֖הְּלְּהַ כ ַֽעיס‬
vêhé'evír et-bênó baésh, vê'onén vênijésh, vê'ásah óv vêidê'oním; hirbáh
lá'asót hará' bê'einéi Adonai lêhaj'ís .

"Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la magia e hizo encantamientos,


evocó a los ""espíritus"" y fue agorero. Abundó en hacer lo malo ante los ojos
del Eterno, provocándole a ira."
(7)
‫ָשהְּבַ ָ֗ ַביתְּא ֲֹּ֨שרְּאָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּאל־‬ ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫לְּהאֲש ָ ִ֖רהְּא‬ ַֽ ָ ‫ַו ָֹ֕ישםְּאת־פ֥ס‬
ְּ֙‫ֲשרְּבָ ֹּ֨ ַחרתי֙ ְּמכל‬
ַׁ֤ ‫ֹלמהְּבְּנֵ֔ ֹוְּבַ ֹּ֨ ַביתְּהַ ָ֜זהְּּוב ַֽירּושָ ָ֗ ַלםְּא‬
ַ֣ ְּ‫דָ וד֙ ְּוְּאל־ש‬
:ְּ‫עֹולם‬
ַֽ ָ ְּ‫שב ַ֣טיְּיש ָר ֵ֔אלְּאָ ֥שיםְּאת־שְּ ִ֖מיְּל‬
vaiásem et-pésel háasheráh ashér 'asáh; babáit ashér amár Adonai el-david
vêel-shêlomóh vênó, babáit hazéh uvirúshaláim ashér bajártí mikol shivtéi
israél, asím et-shêmí lê'olám .

Puso la imagen tallada de Asera que había hecho, en la casa de la cual el


Eterno había dicho a David y a su hijo Shelomó [Salomón]: 'En esta casa y en
Ierushalaim [Jerusalén], que he elegido entre todas las tribus de Israel, pondré
mi nombre para siempre.

803
21 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(8)
ְּ‫ֲבֹותם‬
ָּ֑ ָ ‫יְּלא‬ַֽ ַ ‫ֲשרְּנ ַ ִָ֖תת‬
֥ ‫ן־האֲדָ ֵ֔ ָמהְּא‬
ַ֣ ָ ‫ְּרגלְּיש ָר ֵ֔אלְּמ‬ ַ֣ ֙‫וְּ ַ֣לאְּא ָ֗סיףְּלְּ הָ ניד‬
‫תֹורהְּאֲשר־‬
ֵ֔ ָ ַ‫ֲשרְּצּו ֵ֔יתיםְּּול ָֹּ֨כל־ה‬ ַ֣ ‫ּוְּלע ֲָ֗שֹותְּכְּכלְּ֙א‬
ַֽ ַ ‫ַ ַ֣רקְּ׀ְּאם־ישמְּ ַ֣ר‬
:‫צּוָ ֥הְּא ָ ִ֖תםְּעַב ֥דיְּמ ַֽשה‬
vêló osíf lêhanid régel israél, min-háadamáh, ashér natáti láavotám; ráq | im-
ishmêrú lá'asót kêjol ashér tzivitím, uljál-hatoráh, asher-tziváh otám 'avdí
moshéh.

No volveré a desplazar los pies de Israel de la tierra que he dado a sus padres,
con tal de que procuren hacer conforme a todas las cosas que les he mandado,
y conforme a toda la Torá que les mandó mi siervo Moshé [Moisés].'
(9)
ְּ ֙‫גֹויםְּאֲשר‬
ֵ֔ ַ‫עְּמן־ה‬
ֹּ֨ ‫ְּלע ֲַ֣שֹותְּאת־הָ ָ ֵ֔ר‬
ַֽ ַ ֙‫וְּ ִ֖לאְּשָ ָּ֑מעּוְּ ַויַתעַׁ֤םְּמְּנַשה‬
:ְּ‫הש ַ֣מידְּיה ֵ֔ ָוהְּמפְּנִ֖יְּבְּנ֥יְּיש ָר ַֽאל‬
vêló shamé'u; vaiat'ém mênasheh lá'asót et-hará', mín-hagoím, asher hishmíd
Adonai, mipênéi bênéi israél .

Pero ellos no escucharon, y Menashé [Manasés] hizo que se desviaran, e


hicieron lo malo, más que las naciones que el Eterno había destruido ante los
Hijos de Israel.
(10)
:ְּ‫אמר‬
ַֽ ‫יאיםְּל‬
ִ֖ ‫וַידַ בֵ֧רְּיהוָ ֛הְּבְּיַד־עֲבָ ָ ֥דיוְּהַ נְּב‬
vaidabér Adonai bêiad-'avadáv hanêviím lemór .

Entonces el Eterno habló por medio de sus siervos los profetas, diciendo:
(11)
ְּ‫הְּמלְך־יְּהּודָ ה֙ ְּהַ ַֽתע ַ֣בֹותְּהָ ֵ֔אלהְּה ַ ֹ֕רעְּמ ֛כל‬ ַֽ ‫ַש‬ ַׁ֤ ‫ַי ַעןְּ֩א ֲֹּ֨שרְּעָשָָ֜ הְּמְּנ‬
‫ ס‬:‫לּוליו‬
ַֽ ָ ‫הּודהְּבְּג‬
ִ֖ ָ ְּ‫אְּגַֽם־את־י‬ַ ‫ֲשרְּלְּפָנָ ָּ֑יוְּו ַ ַַֽיח ֲ֥ט‬
ַ֣ ‫ּוְּהאֱמ ִ֖ריְּא‬
ַֽ ָ ‫אֲשר־ע ָ֥ש‬
ia'an ashér 'asáh mênashéh mélej-iêhudah ható'evót haéleh, herá' mikól asher-
'asú háemorí ashér lêfanáv; vaiájatí gám-et-iêhudáh bêgiluláv.

'Por cuanto Menashé [Manasés], rey de Iehudá [Judá], ha hecho estas


abominaciones y ha hecho más mal que todo el que hicieron los amorreos que
le precedieron, y ha hecho también pecar a Iehudá [Judá] con sus ídolos,
(12)
ְּ‫יאְּר ֵָ֔עהְּעַל־יְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ ם‬ָ ‫ןְּכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּאֱֹלהַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּהנְּני֙ ְּמ ַ֣ב‬
ַֽ ‫ל ָָ֗כ‬
:ְּ‫ל־שמעיוְּ(שמ ֵָ֔עּה)ְּת ַצִ֖לנָהְּשְּ ֥תיְּאְּז ָנַֽיו‬
ַ֣ ְּ‫יהּודהְּאֲשר֙ ְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ַֽו‬

804
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 21

lajén kóh-amár Adonai elohéi israél, hinêní meví ra'áh, 'al-iêrúshaláim


víhudáh; asher kol-sm'iv (shóm'áĥ), titzálnah shêtéi oznáv .

por tanto, así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'He aquí, yo traigo tal mal
sobre Ierushalaim [Jerusalén] y sobre Iehudá [Judá], que al que lo oiga le
retiñirán ambos oídos.
(13)
ְּ‫תְּקוְּ ַֽשמְּ ֵ֔רֹוןְּוְּאת־מש ִ֖קלתְּבַ֣יתְּאַ ח ָ ָּ֑אב‬ ַ֣ ָ ‫םְּא‬ֹּ֚ ‫וְּנ ַָ֣טיתיְּעַל־יְּ ַֽרּושָ ָ֗ ַל‬
‫םְּכאֲשר־ימחַׁ֤הְּאת־הַ צַ ַֹּ֨לחַ ת֙ ְּמָ ֵ֔ ָחהְּוְּהָ פַ ְִ֖ךְּעַל־‬
ַֽ ַ ‫ּומָ ֹּ֨חיתיְּאת־יְּ ַֽרּושָ ָ֜ ַל‬
: ָ‫פָנַֽיה‬
vênatíti 'al-iêrúshaláim ét qáv shómêrón, vêet-mishqólet béit ajáv; umajíti et-
iêrúshaláim káasher-imjéh et-hatzalájat majáh, vêhafáj 'al-panéiha.

Extenderé sobre Ierushalaim [Jerusalén] el cordel de Shomrón [Samaria] y la


plomada de la casa de Ajáv [Acab], y limpiaré a Ierushalaim [Jerusalén] como
cuando se limpia un plato; se limpia y luego se lo pone boca abajo.
(14)
ְּ‫ַ֣דְּאיְּביהָּ֑םְּוְּהָ י֥ ּוְּלְּ ַב֛ז‬
ַֽ ַ‫יתְּנ ֲחל ֵָ֔תיְּּונתַ ִ֖תיםְּבְּי‬
ַֽ ַ ‫יְּאתְּשְּא ַ֣ר‬ ֹּ֚ ‫וְּ ָנַֽטַ ש ָ֗ת‬
:‫יהם‬ ַֽ ‫ל־איְּב‬
ַֽ ְּ‫וְּלמש ָסִ֖הְּלְּכ‬
vênátashtí ét shêerít nájalatí, untatím bêiád óiêveihém; vêhaíu lêváz
vêlimshisáh lêjol-óiêveihém.

Desampararé al remanente de mi heredad y lo entregaré en mano de sus


enemigos, y serán presa y despojo para todos sus enemigos.
(15)
ְּ‫ַָ֗יעַןְּא ֲֹּ֨שרְּע ַָׁ֤שּוְּאת־הָ ַרע֙ ְּבְּעי ֵַ֔ניְּו ַַֽיהי֥ ּוְּמַ כע ִ֖סיםְּא ָּ֑תיְּמן־הַ יָ֗ ֹום‬
:ְּ‫רְּיַֽצְּ ַׁ֤אּוְּאֲבֹותָ ם֙ ְּממצ ַ ֵ֔ריםְּוְּעַ ִ֖דְּהַ י֥ ֹוםְּהַ זַֽה‬
ָ ‫א ֲֹּ֨ש‬
iá'an ashér 'asú et-hara' bê'einái, vaíhíu maj'isím otí; min-haióm ashér iátzêú
avotam mimitzráim, vê'ád haióm hazéh .

Porque han hecho lo malo ante mis ojos y me han provocado a ira desde el día
en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy.''
(16)
ְּ‫ְּ֩דםְּנ ָָ֜קיְּשָ פַ ְַׁ֤ךְּמְּנַשה֙ ְּהַ רבַ֣הְּמְּ ֵ֔אדְּעַ ֛דְּאֲשר־מל֥אְּאת־יְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ ם‬
ָ ֹּ֨ ‫וְּ ַגם‬
ְּ‫הְּלע ֲ֥שֹותְּהָ ַ ִ֖רע‬
ַֽ ַ ‫הּוד‬
ָ ֵ֔ ְּ‫רְּהח ֱַ֣טיאְּאת־י‬
ַֽ ‫ֲש‬ַ֣ ‫ַׁ֤דְּמחַ טְּאתֹו֙ ְּא‬
ַֽ ‫פַ֣הְּלָפָּ֑הְּלְּ ַב‬
:ְּ‫הוַֽה‬ָ ‫בְּעינ֥יְּי‬
vêgam dám naqí shafáj mênasheh harbéh mêód, 'ád asher-milé et-iêrúshaláim
péh laféh; lêvád méjatotó ashér héjetí et-iêhudáh, lá'asót hará' bê'einéi Adonai.

805
21 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Aparte de esto, Menashé [Manasés] derramó muchísima sangre inocente,


hasta llenar Ierushalaim [Jerusalén] de un extremo a otro, además de su
pecado con el que hizo pecar a Iehudá [Judá], para que hiciese lo malo ante
los ojos del Eterno.
(17)
ְּ‫ֲשרְּחָ ָ ָּ֑טאְּהֲלא־הַ֣ם‬
ַ֣ ‫אתֹוְּא‬ ִ֖ ָ‫ֲשרְּעָשֵָ֔ הְּוְּחַ ט‬
ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨יתרְּדב ַׁ֤ריְּמְּנַשה֙ ְּוְּכְּל־א‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬ ָ֗ ְּ‫כ‬
vêiéter divréi mênasheh vêjol-ashér 'asáh, vêjatató ashér jatá; halo-hém
kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Menashé [Manasés], todas las cosas que hizo y el
pecado que cometió, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes
de Iehudá [Judá]?
(18)
ְּ‫וַישכַ ַׁ֤בְּמְּנַשה֙ ְּעם־אֲב ֵ֔ ָתיוְּוַיקָ ב֥רְּבְּגַן־ב ִ֖יתֹוְּבְּגַן־עֻזָ ָּ֑אְּוַימֹל֛ ְךְּאָ ֥מֹון‬
‫ פ‬:‫בְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv mênasheh 'im-avotáv, vaiqavér bêgan-beitó bêgan-'uzá; vaimlój
amón bênó tajtáv.

Menashé [Manasés] reposó con sus padres y fue sepultado en el jardín de su


casa, en el jardín de Uza. Y su hijo Amón reinó en su lugar.
(19)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּּוש ַ ַׁ֤תיםְּשָ נָה֙ ְּאָ ַ֣מֹוןְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּּוש ַ ַ֣תיםְּשָ ֵ֔ניםְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּמְּשֻ ל֥מתְּבַ ת־חָ ִ֖רּוץְּמן־יְּטְּ ָ ַֽבה‬
ben-'esrím ushtáim shanah amón bêmoljó, ushtáim shaním, maláj birúshaláim;
vêshém imó, mêshulémet bat-jarútz min-iotêváh.

Amón tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y reinó 2 años en Ierushalaim


[Jerusalén]. El nombre de su madre era Mesulemet hija de Haruz, de Jotba.
(20)
:ְּ‫ַשהְּאָ ַֽביו‬
֥ ‫ָשהְּמְּנ‬
ִ֖ ָ ‫ֲשרְּע‬
֥ ‫ָּ֑הְּכא‬
ַֽ ַ ָ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהו‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; káashér 'asáh mênashéh avív .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, como había hecho su padre Menashé
[Manasés].
(21)
ְּ‫ֲשרְּע ַָבַ֣ד‬
ַ֣ ‫יוְּוֶַֽ֣ ַיע ֲָ֗בדְּאת־הַ גלֻלים֙ ְּא‬
ַ ‫ו ַֹ֕ילְךְּבְּכְּל־הַ ִ֖דרְךְּאֲשר־הָ לַ ְַ֣ךְּאָ ָּ֑ב‬
:‫אָ ֵ֔ביוְּוַיש ַ ִ֖תחּוְּל ַָֽהם‬

806
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 21

vaiélej bêjol-hadérej asher-haláj avív; váia'avód et-hagilulim ashér 'avád avív,


vaishtáju lahém.

Anduvo en todo el camino en el que había andado su padre, rindió culto a los
ídolos a los que su padre había rendido culto, y se postró ante ellos.
(22)
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ו ַ ַַֽיע ֲֹ֕זבְּאת־יהוָ ִ֖הְּאֱֹלהַ֣יְּאֲב ָ ָּ֑תיוְּוְּ ֥לאְּהָ לַ ְִ֖ךְּבְּ ֥דרְךְּי‬
vaiá'azóv et-Adonai elohéi avotáv; vêló haláj bêdérej Adonai .

Abandonó al Eterno, el Elohim de sus padres, y no anduvo en el camino del


Eterno.
(23)
:‫יתֹו‬
ַֽ ‫וַיקשְּ ֥רּוְּעַב ַֽדי־אָ ִ֖מֹוןְּעָלָ ָּ֑יוְּ ַוי ָ֥מיתּוְּאת־הַ ִ֖מלְךְּבְּב‬
vaiqshêrú 'avdéi-amón 'aláv; vaiamítu et-hamélej bêveitó.

Los servidores de Amón conspiraron contra él y mataron al rey en su casa.


(24)
‫ץְּאתְּכְּל־הַ ַֽקשְּ ִ֖ריםְּעַל־הַ ַ֣מלְךְּאָ ָּ֑מֹוןְּ ַויַמ ֵ֧ליכּוְּעַם־‬ ֥ ‫ַויְַך֙ ְּעַם־הָ ֵ֔ ָאר‬
:‫ת־יאשיָ ֥הּוְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ַֽ ‫הָ ָ ֛ארץְּא‬
vaiaj 'am-haáretz, ét kol-haqóshêrím 'al-hamélej amón; vaiamlíju 'am-haáretz
et-ióshiáhu vênó tajtáv.

Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el
rey Amón. Luego, en su lugar, el pueblo de la tierra proclamó rey a su hijo
Ióshiáhu [Josías].
(25)
ְּ‫ַל־ספרְּדב ֥רי‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫א־הםְּכ‬
ַ֣ ‫ָשהְּהֲל‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּאָ ִ֖מֹוןְּא‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫הַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi amón ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi haiamím
lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Amón, las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro
de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(26)
‫ פ‬:‫ְךְּיאשיָ ֥הּוְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
ַֽ ֛‫וַיק ֥ברְּא ֛תֹוְּבק ֻב ַָֽר ִ֖תֹוְּבְּגַן־עֻזָ ָּ֑אְּוַימֹל‬
vaiqbór otó biqvúrató bêgan-'uzá; vaimlój ióshiáhu vênó tajtáv.

Fue sepultado en su sepulcro, en el jardín de Uza. Y su hijo Ióshiáhu [Josías]


reinó en su lugar.

807
21 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 22


(1)
ְּ‫ֹלשיםְּוְּאַ חַ ת֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬ ַׁ֤ ‫בן־שְּמנַׁ֤הְּשָ נָה֙ ְַּֽיאשיָ ַ֣הּוְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּּוש‬
:‫ידהְּבַ ת־עֲדָ יָ ִ֖הְּמ ָ ַֽבצְּ ַ ַֽקת‬֥ ָ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּיְּד‬
ben-shêmonéh shanah ióshiáhu vêmoljó, ushloshím vêajat shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, iêdidáh vat-'adaiáh mibátzêqát.

Ióshiáhu [Josías] tenía 8 años cuando comenzó a reinar, y reinó 31 años en


Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Iedidá hija de Adaías, de
Boscat.
(2)
ְּ‫א־סרְּי ָ֥מין‬
ִ֖ ָ ‫ל־דרְך֙ ְּדָ וַ֣דְּאָ ֵ֔ביוְּוְּל‬
ֹּ֨ ְּ‫וַיַ ֥עַשְּהַ י ָ ִָ֖שרְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּו ַָ֗ילְךְּבְּכ‬
‫ פ‬:ְּ‫ּוש ַֽמאול‬
vaiá'as haiashár bê'einéi Adonai; vaiélej bêjol-dérej davíd avív, vêlo-sár iamín
usmóvl .

Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, y anduvo en todo el camino de su
padre David, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
(3)
ְּ‫ַ֣חְּהַ מלְךְּאת־שָ ָֹּ֨פן‬
ָ֠ ַ‫ְךְּיאשיָ ָּ֑הּוְּשָ ל‬
ַֽ ‫וַי ָ֗היְּבשמנַׁ֤הְּעשרה֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּל ִַ֖מל‬
:ְּ‫אמר‬ ַֽ ‫בן־אֲצַ ליָ ַׁ֤הּוְּבן־מְּשֻ לָם֙ ְּהַ ס ֵ֔פרְּב֥יתְּיהוָ ִ֖הְּל‬
vaihí bishmonéh 'esreh shanáh, lamélej ióshiáhu; shaláj hámelej et-shafán
ben-atzaliáhu ven-mêshulam hasofér, béit Adonai lemór .

Sucedió que en el año 18 del rey Ióshiáhu [Josías] el rey envió a Safán hijo de
Azalías, hijo del escriba Mesulam, a la casa del Eterno, diciendo:
(4)
ְּ‫מּובִ֖אְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑ה‬
ָ ַ‫ע ֲָ֗להְּאל־חלק ָֹּ֨יהּו֙ ְּהַ כהַ֣ןְּהַ גָדֵ֔ ֹולְּוְּי ַַ֣תםְּאת־הַ ֵ֔כסףְּה‬
:ְּ‫ּוְּשמְּ ֥ריְּהַ ַ ִ֖סףְּמ ֥אתְּהָ ָ ַֽעם‬ ַֽ ‫רְּאסְּ ֛פ‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
֥ ‫א‬
'aléh el-jilqiáhú hakohén hagadól, vêiatém et-hakésef, hamuvá béit Adonai;
ashér ásêfú shómêréi hasáf meét ha'ám .

–Ve al sumo sacerdote Hilquías y dile que vacíe el dinero que ha sido traído a
la casa del Eterno y que los guardias de la puerta han recogido del pueblo.
(5)
ְּ)‫ויתנהְּ(וְּיתְּנּוָ֗ הּו)ְּעַל־יַד֙ ְּע ַ֣שיְּהַ מְּלָא ֵָ֔כהְּהַ מֻפקָ ִ֖דיםְּבביתְּ(בַ֣ית‬
ְּ‫יהוָ ָּ֑הְּוְּיתְּנַ֣ ּוְּא ָ֗תֹוְּלְּע ַׁ֤שיְּהַ מְּלָאכָה֙ ְּאֲשר֙ ְּבְּבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּלְּחַ זִ֖קְּב֥דק‬
:ְּ‫הַ ָ ַֽבית‬
808
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 22

vitnh (vêitênúhu) 'al-iad 'oséi hamêlajáh, hamufqadím vvit (béit) Adonai;


vêitênú otó lê'oséi hamêlajah asher bêvéit Adonai, lêjazéq bédeq habáit .

Que lo entreguen en manos de los que hacen la obra, los que están encargados
de la casa del Eterno, para que lo entreguen a los que hacen la obra en la casa
del Eterno, con el propósito de reparar las grietas de la casa
(6)
ְּ‫ל ָח ַָ֣ר ֵ֔שיםְּוְּלַבנִ֖יםְּוְּל ַַֽגדְּ ָּ֑ריםְּוְּלקנַׁ֤ ֹותְּעצים֙ ְּוְּאַ בנַ֣יְּמַ ח ֵ֔צבְּלְּחַ זִ֖ק‬
:‫את־הַ ָ ַֽבית‬
lejárashím, vêlaboním vêlagódêrím; vêliqnót 'etzim vêavnéi majtzév, lêjazéq
et-habáit.

[es decir, a los carpinteros, a los constructores y a los albañiles], a fin de


comprar madera y piedra labrada para reparar la casa.
(7)
:‫יְּבאֱמּונָ ִ֖הְּה֥םְּע ַֽשים‬
ַֽ ‫םְּכ‬
֥ ‫ְךְּלא־יַֽחָ ַ֣שבְּא ֵ֔ ָתםְּהַ כִ֖סףְּהַ נ ָ ַ֣תןְּעַל־י ָ ָָּ֑ד‬
ַֽ ַֹּ֚‫א‬
áj ló-iéjashév itám, hakésef hanitán 'al-iadám; kí véemunáh hém 'osím.

Pero que no se les pida cuenta del dinero cuyo manejo se les confía, porque
ellos proceden con fidelidad.
(8)
ְּ‫תֹורהְּמָ ָצִ֖אתי‬
֛ ָ ַ‫רְּספרְּה‬ ֵ֧ ‫ַָ֠ויאמרְּחלק ָָ֜יהּוְּהַ כהַׁ֤ןְּהַ גָדֹולְּ֙עַל־שָ פָ ַ֣ןְּהַ ס ֵ֔פ‬
:ְּ‫בְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּוַי ֹּ֨תןְּחלקיָ ֵ֧הְּאת־הַ ֛ספרְּאל־שָ פָ ִ֖ןְּוַיק ָר ַֽאהּו‬
váiomer jilqiáhu hakohén hagadol 'al-shafán hasofér, séfer hatoráh matzáti
bêvéit Adonai; vaitén jilqiáh et-haséfer el-shafán vaiqraéhu .

Entonces el sumo sacerdote Hilquías dijo al escriba Safán: –He hallado el


libro de la Torá en la casa del Eterno. E Hilquías entregó el libro a Safán, y
éste lo leyó.
(9)
ְּ‫ַוי ָָּ֞באְּשָ פָ ַׁ֤ןְּהַ ספר֙ ְּאל־הַ ֵ֔מלְךְּוַיָ ֥שבְּאת־הַ ִ֖מלְךְּדָ ָבָּ֑רְּו ַָ֗יאמרְּה ַׁ֤תיכּו‬
ְּ‫תְּוֶַֽ֣יתְּ ָֻ֗נהּוְּעַל־יַד֙ ְּע ַ֣שיְּהַ מְּלָא ֵָ֔כה‬
ַ ‫עֲבָ ֹּ֨דיך֙ ְּאת־הַ ֹּ֨כסף֙ ְּהַ נמ ָצַ֣אְּבַ ֵ֔ ַבי‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫הַ מֻפקָ ִ֖דיםְּב֥יתְּי‬
vaiavó shafán hasofer el-hamélej, vaiáshev et-hamélej davár; vaiómer hitíju
'avadéjá et-hakésef hanimtzá vabáit, váitênúhu 'al-iad 'oséi hamêlajáh,
hamufqadím béit Adonai .

Entonces el escriba Safán fue al rey y le dio informes diciendo: –Tus siervos
han vaciado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en manos
de los que hacen la obra, los que están encargados de la casa del Eterno.

809
22 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(10)
ְּ‫ןְּליְּחלקיָ ִ֖הְּהַ כהָּ֑ן‬
ֵ֔ ַ‫רְּספרְּנָ ַ֣ת‬
ֹּ֚ ‫אמ‬
ֵ֔ ‫ַוי ַָּ֞גדְּשָ פָ ַׁ֤ןְּהַ ספר֙ ְּל ַַ֣מלְךְּל‬
:‫וַיק ָר ֥אהּוְּשָ פָ ִ֖ןְּלפנ֥יְּהַ ַֽמלְך‬
vaiagéd shafán hasofer lamélej lemór, séfer nátan lí, jilqiáh hakohén;
vaiqraéhu shafán lifnéi hamélej.

–Asimismo, el escriba Safán declaró al rey diciendo–: El sacerdote Hilquías


me ha dado un libro. Y Safán lo leyó en presencia del rey.
(11)
:‫תֹורהְּוַיק ַ ִ֖רעְּאת־בְּג ָ ַָֽדיו‬
ָּ֑ ָ ַ‫יְּספרְּה‬
ַ֣ ‫ַוֶַֽ֣יהי֙ ְּכש ַ֣מעְַּהַ ֵ֔מלְךְּאת־דב ִ֖ר‬
váihí kishmó'a hamélej, et-divréi séfer hatoráh; vaiqrá' et-bêgadáv.

Y sucedió que cuando el rey escuchó las palabras del libro de la Torá, rasgó
sus vestiduras.
(12)
ָ֠ ‫יקםְּב‬
ְּ‫ן־שָ פְּןְּוְּאת־עַכ ֹּ֨בֹור‬ ַ֣ ָ ‫וַי ַצַ֣וְּהַ ַּ֡מלְךְּאת־חלקיָ ַ֣הְּהַ כ ַּ֡הןְּוְּאת־אֲח‬
:‫אמר‬
ַֽ ‫֥הְּעבד־הַ ִ֖מלְךְּל‬
ַֽ ָ‫ן־מי ָכ ָָ֜יהְּוְּ ַ֣אתְּ׀ְּשָ פָ ַ֣ןְּהַ ס ָ֗פרְּוְּ ֛אתְּעֲשָ י‬
ַֽ ‫ב‬
vaitzáv hamélej et-jilqiáh hakohén vêet-ajiqám ben-sháfon vêet-'ajbór ben-
míjaiáh vêét | shafán hasofér vêét 'asaiáh 'éved-hamélej lemór.

Luego el rey mandó al sacerdote Hilquías, a Ajicam hijo de Safán, a Acbor


hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, el siervo del rey, diciendo:
(13)
ְּ‫הּודהְּעַל־דב ֛רי‬ ָ ֵ֔ ְּ‫הְּבע ֲַ֣דיְּּובעַד־הָ עָָ֗ םְּּובעַד֙ ְּכְּל־י‬
ַֽ ַ ‫לְּכּוְּ֩דר ֹּ֨שּוְּאת־יה ָ֜ ָו‬
ְּ‫הְּבנּו‬
ָ ֵ֔ ‫הַ ֥ספרְּהַ נמ ָצִ֖אְּהַ זָּ֑הְּ ַֽכי־גְּדֹו ָָּ֞להְּח ַ ֲַ֣מתְּיה ָ֗ ָוהְּאֲשר־היא֙ ְּנצְּ ָ ַ֣ת‬
‫הְּלע ֲִ֖שֹותְּכְּכְּל־‬ ַֽ ַ ‫רְּלא־שְּמְּ ָ֜עּוְּאֲב ָ֗תינּוְּעַל־דברי֙ ְּהַ ַ֣ספרְּהַ ֵ֔ז‬ ַֽ ‫ַעלְּ֩א ֲֹּ֨ש‬
:ְּ‫הַ כ ָ֥תּובְּע ַָֽלינּו‬
lêjú dirshú et-Adonai bá'adí uv'ad-ha'ám uv'ad kol-iêhudáh, 'al-divréi haséfer
hanimtzá hazéh; kí-gêdoláh jamát Adonai asher-hi nitzêtáh vánu, 'al ashér ló-
shomê'ú avotéinu 'al-divreí haséfer hazéh, lá'asót kêjol-hakatúv 'aléinu .

–Id y consultad al Eterno por mí, por el pueblo y por todo Iehudá [Judá],
respecto a las palabras del libro que ha sido hallado. Porque grande es la ira
del Eterno que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no
han obedecido los mandamientos de este libro de hacer conforme a todo lo
que ha sido escrito acerca de nosotros.

810
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 22

(14)
ְּ‫ַ֣ןְּועֲשָ ָָ֗יהְּאל־חֻל ֹּ֨ ָדה‬
ַֽ ַ ָ‫יקםְּוְּעַכ ָ֜בֹורְּוְּשָ פ‬ ָ ֹּ֨ ‫ןְּואֲח‬
ַֽ ַ ‫ַ֣הּוְּהַ כה‬
ָ֠ ָ‫וַיַ֣לְךְּחלקי‬
ְּ‫הְּאשתְּ׀ְּשַ לֻ ַ֣םְּבן־תק ָ֗ ָוהְּבן־חַ רחַ ס֙ ְּש ַ֣מרְּהַ בְּג ֵָ֔דיםְּוְּ ֛היא‬ ַ֣ ‫יא‬
ָ ָ֜ ‫הַ נְּב‬
: ָ‫ָּ֑הְּוֶַֽ֣ידַ בְּ ִ֖רּוְּא ַֽליה‬
ַ ‫י ֥שבתְּב ַֽירּושָ לַ ִ֖ םְּבַ משנ‬
vaiélej jilqiáhu hákohen váajiqám vê'ajbór vêshafán vá'asaiáh el-juldáh
hanêviáh éshet | shalúm ben-tiqváh ben-jarjas shomér habêgadím, vêhí
ioshévet birúshaláim bamishnéh; váidabêrú eléiha.

Entonces el sacerdote Hilquías, Ajicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la


profetisa Hulda, esposa de Salum hijo de Ticva, hijo de Jarjas, guarda de las
vestiduras, la cual vivía en el Segundo Barrio de Ierushalaim [Jerusalén]; y
hablaron con ella.
(15)
‫םְּכה־אָ ַ ֥מרְּיהוָ ִ֖הְּאֱֹלהַ֣יְּיש ָר ָּ֑אלְּאמ ַ֣רּוְּל ֵָ֔אישְּאֲשר־‬
ְַּֽ ‫יה‬ ֵ֔ ‫ו ַַ֣תאמרְּאֲל‬
:ְּ‫שָ לַ ֥חְּאתכִ֖םְּא ָ ַֽלי‬
vatómer aleihém, kóh-amár Adonai elohéi israél; imrú laísh, asher-shaláj
etjém elái .

Y ella les dijo: –Así ha dicho el Eterno Elohim de Israel: 'Decid al hombre que
os ha enviado a mí,
(16)
ְּ‫ָּ֑יוְּאת‬
ֹּ֚ ‫ַל־ישְּ ָב‬
ַֽ ‫יאְּרעָ ֛הְּאל־הַ מָ ֥קֹוםְּהַ זִ֖הְּוְּע‬
ָ ‫ֹּ֚כהְּאָ ַ ַ֣מרְּיה ֵ֔ ָוהְּהנְּ ֹּ֨ניְּמ ֥ב‬
:ְּ‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫אְּמלְךְּי‬
֥ ‫ֲשרְּקָ ָ ִ֖ר‬
֥ ‫כְּל־דב ַ֣ריְּהַ ֵ֔ספרְּא‬
kóh amár Adonai, hinêní meví ra'áh el-hamaqóm hazéh vê'al-ióshêváv; ét kol-
divréi haséfer, ashér qará mélej iêhudáh .

que así ha dicho el Eterno: 'He aquí yo traeré el mal sobre este lugar y sobre
sus habitantes, es decir, todas las palabras del libro que el rey de Iehudá [Judá]
ha leído.
(17)
ְּ‫יסני‬
ֵ֔ ‫אֹלהיםְּאֲח ֵ֔ריםְּלְּ ֹּ֨ ַמעַן֙ ְּהַ כע‬
ַ֣ ‫ְּל‬ ַֽ ֙‫ֲשרְּ ֲעז ָָ֗בּוניְּ ַוֶַֽ֣יקַ טְּרּו‬
ַ֣ ‫ַ ַ֣תחַ תְּ׀ְּא‬
:ְּ‫לְּמע ֲַ֣שהְּיְּדיהָּ֑םְּוְּנצְּ ָ ֵ֧תהְּחֲמָ ֛תיְּבַ מָ ֥קֹוםְּהַ זִ֖הְּוְּ ֥לאְּתכ ַֽבה‬ַֽ ַ ‫בְּ ִ֖כ‬
tájat | ashér 'azavúni váiqatêrú lélohím ajerím, lêmá'an haj'iséni, bêjól má'aséh
iêdeihém; vênitzêtáh jamatí bamaqóm hazéh vêló tijbéh .

Porque me han abandonado y han quemado incienso a dioses ajenos,


provocándome a ira con todas las obras de sus manos. Por eso se ha encendido
mi ira contra este lugar, y no será apagada.''

811
22 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(18)
ְּ‫הְּתאמְּ ִ֖רּוְּאלָ ָּ֑יו‬
ַֽ ‫הְּכ‬ ֥ ‫הּודהְּהַ שלַׁ֤חַ ְּאתכם֙ ְּלד ַ֣רשְּאת־יה ֵ֔ ָו‬ ָ ָ֗ ְּ‫ל־מלְךְּי‬ַ֣ ‫וְּא‬
:ְּ ָ‫ֲשרְּשָ ָ ַֽמעְּת‬
֥ ‫ַֽכה־אָ ַ ַׁ֤מרְּיהוָה֙ ְּאֱֹלהַ֣יְּיש ָר ֵ֔אלְּהַ דְּבָ ִ֖ריםְּא‬
vêel-mélej iêhudáh hasholéaj etjem lidrósh et-Adonai, kóh tómêrú eláv; kóh-
amár Adonai elohéi israél, hadêvarím ashér shamá'êta .

Así diréis al rey de Iehudá [Judá] que os ha enviado para consultar al Eterno:
'Así ha dicho el Eterno Elohim de Israel con respecto a las palabras que has
escuchado:
(19)
‫ֲשרְּדבַ רתיְּ֩עַל־‬ַ֣ ‫הְּבשְּמְּע ֲַּ֡ךְּא‬
ְַּֽ ‫ַןְּרְך־לְּ ֹּ֨ ָבב ָ֜ךְּוַתכָנַ ַ֣עְּ׀ְּמפְּנַ֣יְּיה ָ֗ ָו‬
ַ ‫ַָ֠יע‬
‫יוְּלהְּיַׁ֤ ֹותְּלְּשַ מָ ה֙ ְּוְּלק ָל ֵָ֔להְּוַתק ַרע֙ ְּאת־‬ַֽ ‫ַל־ישְּ ָ֗ ָב‬
ַֽ ‫הַ מָ ֹּ֨קֹוםְּהַ ָ֜זהְּוְּע‬
:ְּ‫הוַֽה‬ָ ‫ֵ֧םְּאנ ֛כיְּשָ ַ ִ֖מעתיְּנְּאֻם־י‬ ַֽ ָ ַ‫בְּג ֵָ֔דיךְּוַתבכִ֖הְּלְּפָנָ ָּ֑יְּוְּג‬
iá'an raj-lêvávjá vatikaná' | mipênéi Adonai bêshomê'ajá ashér dibartí 'al-
hamaqóm hazéh vê'al-ióshêváv líhêíot lêshamah vêliqlaláh, vatiqra' et-
bêgadéja, vativkéh lêfanái; vêgám ánojí shamá'ti nêum-Adonai .

'Por cuanto tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante del Eterno


cuando escuchaste lo que he pronunciado contra este lugar y contra sus
habitantes [que vendrían a ser objeto de horror y maldición], y por cuanto
rasgaste tus vestiduras y lloraste en mi presencia, yo también te he escuchado,
dice el Eterno.
(20)
‫יְּאספ ָ֜ךְּעַל־אֲב ָ֗תיךְּוְּ ַֽנאֱסַ פ ָ ַ֣תְּאל־קברתיךּ֮ ְּבְּשָ לֹוםְּ֒וְּ ַֽלא־‬ ַֽ ‫לָכןְּ֩הנְּ ֹּ֨נ‬
ְּ‫ְּ֙ה ָר ֵָ֔עהְּאֲשר־אֲנ֥יְּמ ִ֖ביאְּעַל־הַ מָ ַ֣קֹוםְּהַ זָּ֑ה‬ ַֽ ָ ‫תר ַ֣אינָהְּע ֵ֔יניךְּבְּכל‬
:‫ַוי ָ֥שבּוְּאת־הַ ִ֖מלְךְּדָ ָ ַֽבר‬
lajen hinêní ósifjá 'al-avotéja vênéesaftá el-qivrotejá bêshalom vêló-tiréinah
'einéja, bêjol hára'áh, asher-aní meví 'al-hamaqóm hazéh; vaiashívu et-hamélej
davár.

Por tanto, he aquí que yo te reuniré con tus padres, y serás reunido en tu
sepulcro en paz. Tus ojos no verán todo el mal que traeré sobre este lugar.'' Y
ellos dieron la respuesta al rey.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 23


(1)
:‫הּודהְּו ַֽירּושָ ָ ַֽלם‬
ִ֖ ָ ְּ‫וַישלַ ִ֖חְּהַ ָּ֑מלְךְּו ַַיַֽאַ ס ַ֣פּוְּא ֵָ֔ליוְּכְּל־זקנ֥יְּי‬
812
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 22, 23

vaishláj hamélej; vaiáasfú eláv, kol-ziqnéi iêhudáh virúshaláim.

Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Iehudá [Judá] y
de Ierushalaim [Jerusalén].
(2)
ְּ‫ל־ישְּ ֹּ֨ביְּיְּ ַֽרּושָ ָ֜ ַלםְּא ָ֗תֹו‬
ַֽ ְּ‫ל־אישְּיְּהּודָ הְּ֩וְּכ‬
ַ֣ ְּ‫וַיַ ַ֣עַלְּהַ ַ֣מלְךְּבית־יה ַּ֡ ָוהְּוְּכ‬
ְּ‫יהם‬ ָ֗ ‫ןְּועַד־ג ָָּ֑דֹולְּוַיק ָ ַ֣ראְּבְּאְּזנ‬ ְּ ‫יאיםְּוְּכְּל־הָ עָ ִ֖םְּלְּמקָ ַ֣ט‬ֵ֔ ‫וְּהַ ַֽכהֲנים֙ ְּוְּהַ נְּב‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ְּספרְּהַ בְּ ֵ֔ריתְּהַ נמ ָצִ֖אְּבְּב֥יתְּי‬ ַ֣ ֙‫את־כְּל־דברי‬
vaiá'al hamélej beit-Adonai vêjol-ísh iêhudah vêjol-ióshêvéi iêrúshaláim itó
vêhakóhanim vêhanêviím, vêjol-ha'ám lêmiqatón vê'ad-gadól; vaiqrá
vêozneihém et-kol-divreí séfer habêrít, hanimtzá bêvéit Adonai .

Luego el rey subió a la casa del Eterno, y con él todos los hombres de Iehudá
[Judá], todos los habitantes de Ierushalaim [Jerusalén], los sacerdotes, los
profetas y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor. Y leyó a oídos de
ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa
del Eterno.
(3)
ְּ‫תְּאת־הַ בְּ ַ֣ריתְּ׀ְּלפנַ֣יְּיה ָ֗ ָוהְּל ָָ֜לכת‬ ַֽ ‫ל־הע ַָ֜מּודְּוַיכ ֥ר‬
ָ ֹּ֨ ‫ְךְּע‬
ַֽ ַ ‫דְּהַ מל‬
ָ֠ ‫ו ַ ַַֽיע ֲַ֣מ‬
ְּ‫ת־עדְֹּו ָ ַׁ֤תיוְּוְּאת־חֻקתָ יו֙ ְּבְּכְּל־לַ֣ב‬
ַֽ ‫אַ ַחַׁ֤רְּיהוָה֙ ְּוְּלש ֹּ֨מרְּמצֹו ָ֜ ָתיוְּוְּא‬
ְּ‫ל־נפשְּלְּהָ ָ֗קיםְּאת־דברי֙ ְּהַ בְּ ַ֣ריתְּהַ ֵ֔זאתְּהַ כְּתֻ ִ֖ביםְּעַל־הַ ַ֣ספר‬ ֵ֔ ְּ‫ּובכ‬
:ְּ‫הַ זָּ֑הְּו ַ ַַֽיע ֲ֥מדְּכְּל־הָ עָ ִ֖םְּבַ בְּ ַֽרית‬
vaiá'amód hámelej 'ál-há'amúd vaijrót ét-habêrít | lifnéi Adonai laléjet ajár
Adonai vêlishmór mitzotáv vêet-'édêotáv vêet-juqotav bêjol-lév uvjol-néfesh,
lêhaqím et-divreí habêrít hazót, hakêtuvím 'al-haséfer hazéh; vaiá'amód kol-
ha'ám babêrít .

El rey se puso de pie junto a la columna e hizo pacto delante del Eterno, de
andar en pos del Eterno y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus
estatutos con todo el corazón y con toda el alma, para cumplir las palabras de
este pacto escritas en este libro. Entonces todo el pueblo se puso de pie a favor
del pacto.
(4)
‫ת־כהֲנַ֣יְּהַ משנהּ֮ ְּוְּאת־‬ ַֽ ‫וַי ַצַ֣וְּהַ ַּ֡מלְךְּאת־חלקיָהּוְּ֩הַ כ ֹּ֨הןְּהַ גָדָ֜ ֹולְּוְּא‬
ְּ‫יםְּהעֲשּוים֙ ְּל ַ ַַ֣בעַל‬ ַֽ ָ ‫הְּאתְּכְּל־הַ כ ָ֗ל‬ ַ֣ ‫ְּמהיכַ ַ֣לְּיה ֵ֔ ָו‬ ַֽ ֙‫ַֽשמְּ ַ֣ריְּהַ סַ ףְּ֒לְּהֹוציא‬
ְּ‫םְּוֶַֽ֣ישרְּ ָּ֞פםְּמ ַׁ֤חּוץְּל ַֽירּושָ ֹּ֨ ַלם֙ ְּבְּשַ ד ַ֣מֹות‬
ַ ‫וְּ ָ ַֽלאֲש ָ ֵ֔רהְּּול ִ֖כלְּצְּ ָבַ֣אְּהַ שָ ָ ָּ֑מי‬
:ְּ‫ית־אל‬
ַֽ ‫םְּב‬ ַֽ ‫ָשאְּאת־ ֲעפ ָ ִָ֖ר‬ ֥ ָ ‫קד ֵ֔רֹוןְּוְּנ‬

813
23 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaitzáv hamélej et-jilqiahú hakohén hagadól vêet-kóhanéi hamishneh vêet-


shómêréi hasaf lêhotzi méheijál Adonai, ét kol-hakelím há'asuim labá'al
vêláasheráh, uljól tzêvá hashamáim; váisrêfém mijútz lirúshaláim bêshadmót
qidrón, vênasá et-'afarám béit-él .

Entonces el rey mandó al sumo sacerdote Hilquías, a los sacerdotes de


segundo orden y a los guardias de la puerta, que sacasen del santuario del
Eterno todos los objetos que habían sido hechos para Baal, para Asera y para
todo el ejército de los cielos. Los quemó fuera de Ierushalaim [Jerusalén] en
los campos del Quedrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel.
(5)
ְּ ֙‫הּודהְּוַיקַ ַׁ֤טרְּבַ בָ מֹות‬
ָ ֵ֔ ְּ‫רְּנַֽתְּנּו֙ ְּמַ לכַ֣יְּי‬
ָ ‫ֲש‬ ַׁ֤ ‫וְּהש ַ֣ביתְּאת־הַ כְּמָ ָ֗ריםְּא‬
ְּ‫ַשמש‬ ַׁ֤ ‫ת־המְּקַ טְּ ַ֣ריםְּל ָ֗ ַַבעַלְּל‬
ַֽ ַ ‫הּודהְּּומסבִ֖יְּיְּ ַֽרּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּא‬
ָ ֵ֔ ְּ‫בְּע ַָ֣ריְּי‬
:‫וְּ ַלי ָֹּ֨ר ַ֙חְּוְּלַמַ ז ֵָ֔לֹותְּּול ִ֖כלְּצְּ ָב֥אְּהַ שָ ָ ַֽמים‬
vêhishbít et-hakêmarím ashér nátênú maljéi iêhudáh, vaiqatér babamot bê'aréi
iêhudáh, umsibéi iêrúshaláim; vêet-hámêqatêrím labá'al lashémesh vêlaiaréáj
vêlamazalót, uljól tzêvá hashamáim.

Quitó a los sacerdotes idólatras que los reyes de Iehudá [Judá] habían puesto
para que quemasen incienso en los lugares altos de las ciudades de Iehudá
[Judá] y en los alrededores de Ierushalaim [Jerusalén]; también a los que
quemaban incienso a Baal, al sol, a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el
ejército de los cielos.
(6)
ְּ‫ת־האֲש ָרהְּ֩מ ֹּ֨ביתְּיה ָ֜ ָוהְּמ ַׁ֤חּוץְּל ַֽירּושָ ֹּ֨ ַלם֙ ְּאל־נַ ַ֣חַ לְּקד ֵ֔רֹון‬ ַֽ ָ ‫וַיצַ֣אְּא‬
‫וַיש ֥רףְּא ָ ֛תּהְּבְּנַ ֥חַ לְּקד ִ֖רֹוןְּוַיָ ֶַ֣֣דקְּלְּעָפָ ָּ֑רְּ ַויַשלְך֙ ְּאת־ ֲעפ ָ ֵָ֔רּהְּעַל־‬
:ְּ‫ִ֖קברְּבְּנ֥יְּהָ ָ ַֽעם‬
vaiotzé et-háasherah mibéit Adonai mijútz lirúshaláim el-nájal qidrón, vaisróf
otáĥ bênájal qidrón vaiádeq lê'afár; vaiashlej et-'afaráĥ, 'al-qéver bênéi ha'ám.

También sacó de la casa del Eterno el árbol ritual de Asera, fuera de


Ierushalaim [Jerusalén], al arroyo de Quedrón; y lo quemó en el arroyo de
Quedrón. Lo redujo a polvo y arrojó su polvo sobre el sepulcro de los hijos del
pueblo.
(7)
ְּ‫יםְּא ְּרג֥ ֹות‬
ַֽ ‫ֲשרְּהַ נ ָָ֗ש‬
ַ֣ ‫ֲשרְּבְּבַ֣יתְּיהוָ ָּ֑הְּא‬
ִ֖ ‫וַיתץ֙ ְּאת־בְּ ַ֣תיְּהַ קְּד ֵ֔שיםְּא‬
:ְּ‫יםְּלאֲש ָ ַֽרה‬
ַֽ ָ ‫ָ ֛שםְּבְּ ִ֖ת‬
vaitotz et-botéi haqêdeshím, ashér bêvéit Adonai; ashér hanashím órêgót shám
botím láasheráh .

814
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 23

Y destruyó las habitaciones de los varones consagrados a la prostitución ritual,


las cuales estaban en la casa del Eterno, donde las mujeres hacían tejidos para
Asera.
(8)
ְּ‫ֲשר‬ַׁ֤ ‫הּודהְּוַיטַ ַ֣מאְּאת־הַ בָ ָ֗מֹותְּא‬ ָ ֵ֔ ְּ‫ְּמע ַָ֣ריְּי‬
ַֽ ֙‫ַויָבַׁ֤אְּאת־כְּל־הַ ַֽכהֲנים‬
ְּ‫רְּשבַ עְּוְּנ ָּ֞ ַָתץְּאת־בָ ַ֣מֹות‬
ָּ֑ ָ ‫קטְּרּו־שָֹּ֨ מָ ה֙ ְּהַ ַ֣כה ֲֵ֔ניםְּמגִ֖בַ עְּעַד־בְּ ַ֣א‬
ְּ‫ֲשר־עַ ל־שְּ ֥מאול‬ ַֽ ‫חְּשעַרְּיְּהֹושֹֻּ֨ ֙ ַעְּשַ ר־הָ ֵ֔עירְּא‬
ַׁ֤ ַ ַ‫ר־פת‬
ָ֜ ‫הַ שְּע ָָ֗ריםְּאֲש‬
:‫ִ֖אישְּבְּ ַ ֥שעַרְּהָ ַֽעיר‬
vaiavé et-kol-hakóhanim mé'aréi iêhudáh, vaitamé et-habamót ashér qitêru-
shámah hakóhaním, migéva' 'ad-bêér sháva'; vênatátz et-bamót hashê'arím
asher-pétaj shá'ar iêhoshú'á sar-ha'ír, ashér-'al-sêmóvl ísh bêshá'ar ha'ír.

Hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Iehudá [Judá] y profanó
los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta
Beer Sheva. Destruyó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la
puerta de Iehoshua [Josué], gobernador de la ciudad, los cuales estaban a la
izquierda, según uno entra por la puerta de la ciudad.
(9)
‫םְּכיְּאם־‬
֛ ָּ֑ ָ‫אְּיעֲלּו֙ ְַּֽכהֲנַ֣יְּהַ בָ ֵ֔מֹותְּאל־מז ַב֥חְּיהוָ ִ֖הְּב ַֽירּושָ ל‬
ַֽ ַ ‫ְךְּל‬
ַׁ֤ ‫ָ֗ ַא‬
:ְּ‫יהם‬
ַֽ ‫ָ ַֽאכְּל֥ ּוְּמַ ִ֖צֹותְּבְּ ֥תֹוְךְּאֲח‬
áj ló iá'alú kóhanéi habamót, el-mizbáj Adonai birúshaláim; kí im-ájêlú
matzót bêtój ajeihém .

Sin embargo, los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar del Eterno
en Ierushalaim [Jerusalén]; sólo comían panes sin levadura entre sus
hermanos.
(10)
ְּ‫ירְּאיש‬
ָ֜ ‫ֲשרְּבְּגַ֣יְּבני־ְּ(בן־)ְּה ָּ֑נםְּלְּבל ָ֗תיְּלְּ ַ ַֽהע ֲֹּ֨ב‬
ִ֖ ‫וְּט ַ֣מאְּאת־הַ ֵ֔תפתְּא‬
:‫את־בְּנֵ֧ ֹוְּוְּאת־ב ֛תֹוְּבָ ִ֖אשְּל ַַֽמלְך‬
vêtimé et-hatófet, ashér bêgéi vny- (ven-) hinóm; lêviltí lêhá'avír ísh et-bênó
vêet-bitó baésh lamólej.

También profanó el Tófet, que estaba en el valle del hijo de Hinom, para que
ninguno pasase por fuego a su hijo o a su hija en honor a Moloc.
(11)
‫הּודהְּל ַֹּ֨שמש֙ ְּמ ַ֣באְּבית־‬ַׁ֤ ָ ְּ‫רְּנַֽתְּנּוְּ֩מַ ל ֹּ֨כיְּי‬
ָ ‫ֲש‬ ַ֣ ‫סּוסיםְּא‬
ָ֗ ַ‫ַויַשבַ֣תְּאת־ה‬
ְּ‫ֲשרְּבַ פַרו ָָּ֑ריםְּוְּאת־מַ רכְּ ֥בֹות‬ ִ֖ ‫ן־מלְךְּהַ סָ ֵ֔ריסְּא‬ ַ֣ ַ‫יה ֵ֔ ָוהְּאל־לשכַת֙ ְּנְּת‬
:ְּ‫הַ ִ֖שמשְּשָ ַ ֥רףְּבָ ַֽאש‬
815
23 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vaiashbét et-hasusím ashér nátênú maljéi iêhudáh lashémesh mibó veit-


Adonai, el-lishkat nêtan-mélej hasarís, ashér baparvarím; vêet-markêvót
hashémesh saráf baésh .

Y quitó de la entrada de la casa del Eterno los caballos que los reyes de Iehudá
[Judá] habían dedicado al sol. Estaban junto a la cámara del funcionario
Natán-melec, que estaba en las dependencias. Y quemó en el fuego los carros
del sol.
(12)
ְּ‫ֲשרְּעַל־הַ ָגגְּ֩עֲל ַֹּ֨יתְּאָ ָ֜ ָחזְּאֲשר־ע ַָ֣שּוְּ׀ְּמַ לכַ֣י‬
ַ֣ ‫ת־המזבְּ ַּ֡חֹותְּא‬ ַֽ ַ ‫וְּא‬
‫ָשהְּמְּנ ֵַ֔שהְּבש ֛תיְּחַ צ ֥רֹותְּבית־‬ ַ֣ ָ ‫ת־המזבְּחֹות֙ ְּאֲשר־ע‬ ַֽ ַ ‫הּודהְּוְּא‬ ָ ָ֗ ְּ‫י‬
‫יהוָ ִ֖הְּנ ַ ַָ֣תץְּהַ ָּ֑מלְךְּוַיָ ֶַ֣֣רְּץְּמשֵָ֔ םְּוְּהש ֥ליְךְּאת־ ֲעפ ָ ִָ֖רםְּאל־נַ ֥חַ לְּקד ַֽרֹון‬
ְּ

:
vêet-hámizbêjót ashér 'al-hagag 'aliát ajáz asher-'asú | maljéi iêhudáh vêet-
hámizbêjot asher-'asáh mênashéh, bishtéi jatzrót beit-Adonai natátz hamélej;
vaiárotz mishám, vêhishlíj et-'afarám el-nájal qidrón .

También demolió los altares que los reyes de Iehudá [Judá] habían hecho, que
estaban en la azotea de la Sala de Acaz, y los altares que Menashé [Manasés]
había hecho en los dos atrios de la casa del Eterno. Los destrozó allí y arrojó
su polvo en el arroyo de Quedrón.
(13)
ְּ֒‫ימיןְּלְּהַ ר־הַ מַ שחית‬
ַ֣ ‫ֲשרְּ׀ְּעַל־פְּנַ֣יְּיְּ ַֽרּושָ ָ֗ ַלםְּאֲשרּ֮ ְּמ‬ ַ֣ ‫ְַּֽואת־הַ בָ ָּ֞מֹותְּא‬
ְּ‫ץְּציד ָ֗נים‬
ַֽ ‫הְּמלְך־יש ָר ָ֜אלְּלְּעַש ַ֣תרתְּ׀ְּש ֻ ַ֣ק‬ ַֽ ‫ֹלמ‬ ֹּ֨ ְּ‫רְּבָ נָהְּש‬
ָ֠ ‫ֲש‬
ַ֣ ‫א‬
:‫םְּתֹוע ֲַבַ֣תְּבְּנַֽי־ע ַָּ֑מֹוןְּט ִ֖מאְּהַ ַֽמלְך‬
ַֽ ‫ץְּמֹואבְּּולמל ִ֖כ‬
ָ ֵ֔ ‫וְּלכמֹוש֙ ְּש ֻ ַ֣ק‬
vêet-habamót ashér | 'al-pênéi iêrúshaláim asher mimín lêhar-hamashjit ashér
bánah shêlomóh mélej-israél lê'ashtóret | shiqútz tzídoním vêlijmosh shiqútz
moáv, ulmilkóm tó'avát bênéi-'amón; timé hamélej.

Profanó los lugares altos que estaban al este de Ierushalaim [Jerusalén], al sur
del monte de la Destrucción, los cuales había edificado Shelomó [Salomón],
rey de Israel, para Astarte, ídolo detestable de los sidonios; para Quemós,
ídolo detestable de Moab; y para Moloc, ídolo abominable de los hijos de
Amón.
(14)
ְּ‫קֹומם‬
ִ֖ ָ ְּ‫ת־האֲש ָּ֑ריםְּוַימַ ל֥אְּאת־מ‬
ַֽ ָ ‫וְּשבַ ר֙ ְּאת־הַ מַ צ ֵ֔בֹותְּוַיכ ִ֖רתְּא‬
:‫עַצ ֥מֹותְּאָ ָ ַֽדם‬
vêshibar et-hamatzevót, vaijrót et-háasherím; vaimalé et-mêqomám 'atzmót
adám.

816
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 23

Destrozó las piedras rituales, cortó los árboles rituales de Asera y llenó sus
lugares con huesos humanos.
(15)
‫הְּיֶ֣רְּבְּעָ ַׁ֤םְּבן־‬
ַֽ ָ ָָ֜‫ית־אלְּהַ בָ מָ ה֙ ְּא ֲֹּ֨שרְּעָש‬
ָ֗ ‫ֲשרְּבְּ ַֽב‬ ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨ ַגםְּאת־הַ מז ָ֜בחַ ְּא‬
ְּ‫רְּהח ֱַ֣טיאְּאת־יש ָר ֵ֔אלְּגַ ַ֣םְּאת־הַ מזבֵ֧חַ ְּהַ ֛הּואְּוְּאת־הַ בָ ָ ִ֖מה‬ ַֽ ‫ֲש‬ַ֣ ‫נְּ בָ ט֙ ְּא‬
:‫נ ָ ָָּ֑תץְּוַיש ֵ֧רףְּאת־הַ בָ ָ ֛מהְּה ַ ֥דקְּלְּעָפָ ִ֖רְּוְּשָ ַ ֥רףְּאֲש ָ ַֽרה‬
vêgám et-hamizbéaj ashér bêvéit-él habamah ashér 'asáh iárovê'ám ben-nêvat
ashér héjetí et-israél, gám et-hamizbéaj hahú vêet-habamáh natátz; vaisróf et-
habamáh hedáq lê'afár vêsaráf asheráh.

También destruyó el altar que había en Betel y el lugar alto que había hecho
Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel; destruyó ese altar y el lugar
alto. Quemó el lugar alto y lo convirtió en polvo, y quemó el árbol ritual de
Asera.
(16)
ְּ‫ןְּיאש ָָ֗יהּוְּ ַו ַֹּ֨יראְּאת־הַ קְּבָ ַׁ֤ריםְּאֲשר־שָ ם֙ ְּבָ ֵ֔ ָהרְּוַיש ַָ֗לחְּוַי ַ ַׁ֤קח‬ ַֽ ‫וַיַ֣פ‬
ְּ‫ת־העֲצָ מֹות֙ ְּמן־הַ קְּבָ ֵ֔ריםְּוַיש ֥רףְּעַל־הַ מזבִ֖חַ ְַּוֶַֽ֣יטַ מְּ ָּ֑אהּוְּכד ַבַ֣ר‬ ַֽ ָ ‫א‬
:ְּ‫ֲשרְּקָ ָ ֵ֔ראְּאת־הַ דְּבָ ִ֖ריםְּהָ ַֽאלה‬ ַ֣ ‫ֱֹלהיםְּא‬
ֵ֔ ‫ישְּהא‬
ַֽ ָ ‫ְּא‬ַ֣ ֙‫ֲשרְּקָ ָרא‬ ַׁ֤ ‫יה ָ֗ ָוהְּא‬
vaífen ióshiáhu vaiár et-haqêvarím asher-sham bahár, vaishláj vaiqáj et-
há'atzamot min-haqêvarím, vaisróf 'al-hamizbéaj váitamêéhu; kidvár Adonai
ashér qara ísh háelohím, ashér qará, et-hadêvarím haéleh .

Y al volverse Ióshiáhu [Josías], vio los sepulcros que estaban allí en el monte.
Entonces mandó sacar los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar
para profanarlo, conforme a la palabra del Eterno que había proclamado el
hombre de Elohim que había anunciado estas cosas.
(17)
ְּ‫ֲשרְּאֲנַ֣יְּר ָּ֑אהְּו ַַֽיאמְּ ֹּ֨רּוְּא ָָ֜ליוְּאַ נ ַ֣שיְּהָ ָ֗עיר‬
ִ֖ ‫ו ַֹ֕יאמרְּמָֹּ֚ הְּהַ ציַ֣ ּוןְּהַ ֵָ֔לזְּא‬
ְּ‫יהּודהְּוַיק ָ ָ֗ראְּאת־הַ דְּבָ ַׁ֤רים‬ ָ ֵ֔ ‫ַ֣אְּמ‬
ַֽ ‫ר־ב‬ ָ ‫יש־האֱֹלהים֙ ְּאֲש‬ ַֽ ָ ‫הַ ַׁ֤קברְּא‬
:ְּ‫ית־אל‬ ַֽ ‫֥חְּב‬
ַֽ ‫ֲשרְּע ֵָ֔שיתָ ְּעַ ִ֖לְּהַ מז ַב‬ ַ֣ ‫הָ ֹּ֨אלה֙ ְּא‬
vaiómer máh hatziún haláz, ashér aní roéh; vaiómêrú eláv anshéi ha'ír haqéver
ish-háelohim asher-bá míhudáh, vaiqrá et-hadêvarím haéleh ashér 'asíta, 'ál
hamizbáj béit-él .

Después preguntó: –¿Qué es aquel monumento que veo? Y los hombres de la


ciudad le respondieron: –Es el sepulcro del hombre de Elohim que vino de
Iehudá [Judá] y anunció estas cosas que tú has hecho contra el altar de Betel.

817
23 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(18)
ְּ‫יוְּאת‬
ֹּ֚ ‫מֹות‬
ָ ֵ֔ ‫יוְּוֶַֽ֣ימַ לְּטּו֙ ְּעַצ‬
ַ ‫מֹות‬
ָּ֑ ָ ‫ֹוְּאישְּאַ ל־יָנַ ַ֣עְּעַצ‬
ִ֖ ‫ו ַֹּ֨יאמר֙ ְּהַ נַ֣יחּוְּ ֵ֔ל‬
:‫ר־בִ֖אְּמ ַֽשמְּ ַֽרֹון‬
ָ ‫עַצ ַ֣מֹותְּהַ נ ֵָ֔ביאְּאֲש‬
vaiómer haníju ló, ísh al-ianá' 'atzmotáv; váimalêtú 'atzmotáv, ét 'atzmót
hanaví, asher-bá mishómêrón.

Entonces dijo: –Dejadlo. Nadie mueva sus restos. Así fueron preservados sus
restos junto con los restos del profeta que vino de Shomrón [Samaria].
(19)
ְּ‫יְּשמְּ ָ֗רֹוןְּא ֲֹּ֨שרְּע ָָ֜שּוְּמַ לכַׁ֤י‬
ַֽ ‫ֲשרְּ׀ְּבְּע ַָ֣ר‬ ַ֣ ‫וְּ ַגםְּ֩את־כְּל־בְּ ֹּ֨תיְּהַ בָ ָ֜מֹותְּא‬
ְּ‫ֲשר‬ ֥ ‫ל־המַ ע ֲֵ֔שיםְּא‬
ַֽ ַ ְּ‫ירְּיאשיְָָּּ֑הּוְּוַיַ ַ֣עַשְּל ֵָ֔הםְּכְּכ‬
ַֽ ‫יש ָראלְּ֙לְּהַ כ ֵ֔עיסְּה ִ֖ס‬
:‫ית־אל‬ ַֽ ‫ָשהְּבְּ ַֽב‬
ִ֖ ָ ‫ע‬
vêgam et-kol-botéi habamót ashér | bê'aréi shómêrón ashér 'asú maljéi israel
lêhaj'ís, hesír ióshiáhu; vaiá'as lahém, kêjol-háma'asím, ashér 'asáh bêvéit-él.

Ióshiáhu [Josías] también quitó todos los santuarios de los lugares altos que
estaban en las ciudades de Shomrón [Samaria], que habían hecho los reyes de
Israel, provocando a ira al Eterno. Hizo con ellos conforme a todo lo que
había hecho en Betel.
(20)
‫ַל־המזב ֵ֔חֹות וַיש ֛רף‬
ַֽ ַ ‫ם ע‬ ְּ֙ ָ‫ַָ֠ויזבַ ח את־כָל־כה ֲֹּ֨ני הַ בָ ֹּ֚מֹות אֲשר־ש‬
: ְּ‫את־עַצ ֥מֹות אָ ָ ִ֖דם עֲליהָּ֑ם וַיָ ִ֖שָ ב ירּושָ ָ ַֽלם‬
vaizebaj et-kol-kohane habamot asher-sham al-hamizbejot vaiserif
et-atzmut adam aleijem vaishav ierushalaim.

Además, mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que
estaban allí, y sobre ellos quemó huesos humanos. Después regresó a
Ierushalaim [Jerusalén].
(21)
ְּ‫חְּליהוָ ִ֖הְּאֱֹלַֽ היכָּ֑ם‬
ַֽ ַ ַ‫ּוְּפס‬
ֵ֔ ‫אמרְּע ֲַ֣ש‬
ֵ֔ ‫וַי ַצַׁ֤וְּהַ ֹּ֨מלְך֙ ְּאת־כְּל־הָ עָ ַ֣םְּל‬
:ְּ‫֛לְּספרְּהַ בְּ ִ֖ריתְּהַ זַֽה‬
֥ ַ‫ַככ ָֹ֕תּובְּע‬
vaitzáv hamélej et-kol-ha'ám lemór, 'asú fésaj, láAdonai elóheijém; kakatúv
'ál séfer habêrít hazéh .

Entonces el rey mandó a todo el pueblo, diciendo: –Celebrad Pesaj al Eterno


vuestro Elohim, conforme a lo que está escrito en este libro del pacto.

818
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 23

(22)
ְּ‫רְּשפְּ ִ֖טּוְּאת־יש ָר ָּ֑אל‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬
֥ ‫אְּנעֲשָ ה֙ ְּכַפַ֣סַ חְּהַ ֵ֔זהְּמימי֙ ְּהַ ַ֣שפ ֵ֔טיםְּא‬
ַֽ ַ ‫יְּל‬
ַׁ֤ ‫ַ֣כ‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫וְּ ָ֗כלְּיְּ ֛מיְּמַ לכ֥יְּיש ָר ִ֖אלְּּומַ לכ֥יְּי‬
kí ló ná'asah kapésaj hazéh, mimeí hashóftím, ashér sháfêtú et-israél; vêjól
iêméi maljéi israél umaljéi iêhudáh.

En verdad, no había sido celebrada un Pesaj como éste desde el tiempo de los
jueces que gobernaron a Israel, ni en todo el tiempo de los reyes de Israel y de
los reyes de Iehudá [Judá].
(23)
ְּ‫ָּ֑הּוְּנעֲשָָּ֞ הְּהַ פֵ֧סַ חְּהַ ז֛ה‬
ַֽ ַ ָ‫ָ֗כיְּאם־בשמנַׁ֤הְּעשרה֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּל ִַ֖מלְךְּ ַֽיאשי‬
:ְּ‫ַ ַֽליהוָ ִ֖הְּב ַֽירּושָ ָ ַֽלם‬
kí im-bishmonéh 'esreh shanáh, lamélej ióshiáhu; ná'asáh hapésaj hazéh
láAdonai birúshaláim .

Este Pesaj al Eterno fue celebrada en Ierushalaim [Jerusalén] en el año 18 del


rey Ióshiáhu [Josías].
(24)
ְּ‫ת־הַ ידְּעניםְּוְּאת־הַ ְּת ָר ֹּ֨פיםְּוְּאת־הַ גל ָֻ֜ליםְּוְּ ַ֣את‬ ָ֠ ‫ת־הא ַ֣בֹותְּוְּא‬
ַֽ ָ ‫וְּגַ ַ֣םְּא‬
ְּ‫ִ֖רְּיאשיָ ָּ֑הּו‬
ַֽ ‫ֲשרְּנראּו֙ ְּבְּ ַׁ֤ארץְּיְּהּודָ ה֙ ְּּוב ַ֣ירּושָ ֵ֔ ַלםְּבע‬ ַׁ֤ ‫כְּל־הַ שקֻ ָ֗ציםְּא‬
ְּ‫ֲשרְּמָ ָצ֛א‬ ֥ ‫תֻביםְּעַל־הַ ֵ֔ספרְּא‬ ַ֣ ְּ‫תֹורה֙ ְּהַ כ‬
ָ ַ‫ָ֠ ְּלמַ עַןְּהָ ָּ֞קיםְּאת־דב ַׁ֤ריְּה‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫חלקיָ ֥הּוְּהַ כהִ֖ןְּב֥יתְּי‬
vêgám et-háovót vêet-háidê'onim vêet-hatêrafím vêet-hagilulím vêét kol-
hashiqutzím ashér nirú bêéretz iêhudah uvirúshaláim, bi'ér ióshiáhu; lêma'an
haqím et-divréi hatorah hakêtuvím 'al-haséfer, ashér matzá jilqiáhu hakohén
béit Adonai .

"Asimismo, Ióshiáhu [Josías] eliminó a los que evocaban a los ""espíritus"" y


a los adivinos, los ídolos domésticos, los ídolos repugnantes y todos los ídolos
detestables que se veían en la tierra de Iehudá [Judá] y en Ierushalaim
[Jerusalén], para cumplir las palabras de la Torá que estaban escritas en el
libro que el sacerdote Hilquías había hallado en la casa del Eterno."
(25)
ְּ‫ר־שבְּאל־יהוָה֙ ְּבְּכְּל־לְּבָ ַׁ֤בֹו‬ ַׁ֤ ָ ‫יוְּמלְךְּאֲש‬ ָ֗ ‫ְּ֩לא־הָ ָֹּ֨יהְּלְּ ָפ ָָ֜נ‬
ַֽ ‫וְּכָמהּו‬
: ‫א־קםְּכ ַָֽמהּו‬
ְּ ֥ ָ ‫לְּתֹורתְּמ ָּ֑שהְּוְּ ַ ַֽאח ָ ֲִ֖ריוְּל‬
ַ֣ ַ ‫ּובכְּל־נַפשֹו֙ ְּּובכְּל־מְּאדֵ֔ ֹוְּכְּ ִ֖כ‬
vêjamohú ló-haiáh lêfanáv mélej asher-sháv el-Adonai bêjol-lêvavó uvjol-
nafshó uvjol-mêodó, kêjól torát moshéh; vêájaráv lo-qám kamóhu .

819
23 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

No hubo un rey antes de él que se volviera como él al Eterno con todo su


corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la Torá de
Moshé [Moisés]; ni tampoco se levantó otro igual después de él.
(26)
ְּ‫יהּודה‬
ָּ֑ ָ ‫ֹוְּב‬
ַֽ ‫הְּמח ֲַׁ֤רֹוןְּאַ פֹו֙ ְּהַ גָדֵ֔ ֹולְּאֲשר־חָ ָ ֥רהְּאַ ִ֖פ‬
ַֽ ‫א־שבְּיה ָ֗ ָו‬
ַ֣ ָ ‫ַ ַ֣אְךְּ׀ְּל‬
:ְּ‫ֲשרְּהכע ִ֖יסֹוְּמְּנ ַַֽשה‬ ֥ ‫ַֹּ֚עלְּכְּל־הַ כְּע ֵָ֔סיםְּא‬
áj | lo-sháv Adonai méjarón apó hagadól, asher-jaráh apó bíhudáh; 'ál kol-
hakê'asím, ashér hij'isó mênashéh .

Con todo eso, el Eterno no desistió del ardor de su gran ira, ya que su ira se
había encendido contra Iehudá [Judá], por todas las cosas con que Menashé
[Manasés] le había provocado.
(27)
‫ֲשרְּהֲס ִ֖רתיְּאת־‬ ֥ ‫ו ַַ֣יאמרְּיה ָ֗ ָוהְּגַ ַׁ֤םְּאת־יְּהּודָ ה֙ ְּאָ סיר֙ ְּמעַ ַ֣לְּ ָפ ֵַ֔ניְּ ַ ַֽכא‬
ְּ‫לְּּומָ אַ סתיְּאת־הָ ֹּ֨עירְּהַ ַׁ֤זאתְּאֲ שר־בָ ֹּ֨ ַחרתי֙ ְּאת־יְּ ַ֣רּושָ ֵ֔ ַלם‬ ָ֠ ‫יש ָר ָּ֑א‬
:ְּ‫יְּשם‬ ַֽ ָ ‫יְּיהי֥הְּשְּ ִ֖מ‬
ַֽ ‫ֲשרְּאָ ֵ֔ ַמרת‬
ַ֣ ‫וְּ ֹּ֨את־הַ ֵ֔ ַביתְּא‬
vaiómer Adonai gám et-iêhudah asir me'ál panái, káashér hasiróti et-israél;
úmaasti et-ha'ír hazót asher-bajártí et-iêrúshaláim, vêét-habáit, ashér amárti,
íhiéh shêmí shám .

Entonces dijo el Eterno: 'También quitaré de mi presencia a Iehudá [Judá],


como quité a Israel. Desecharé esta ciudad que escogí, a Ierushalaim
[Jerusalén], y la casa de la cual había dicho: 'Allí estará mi nombre.''
(28)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫יְּיאשיָ ִ֖הּוְּוְּכְּל־א‬
ַֽ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ר‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi ióshiáhu vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Ióshiáhu [Josías] y todas las cosas que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(29)
‫ַל־מלְךְּאַ ִ֖שּורְּעַל־נְּהַ ר־‬ ֥ ‫הְּמלְך־מצ ַ ֛ריםְּע‬ ַֽ ‫בְּי ַּ֡ ָָמיוְּ ָע ָלהְּ֩פַר ֹּ֨עהְּנְּ ֵ֧כ‬
:‫אתֹוְּוַימ ֹּ֨יתהּו֙ ְּבמגדֵ֔ ֹוְּכרא ִ֖תֹוְּא ַֽתֹו‬
ֵ֔ ‫ְךְּיאש ָֹּ֨יהּו֙ ְּלק ָר‬
ַֽ ‫פְּ ָ ָּ֑רתְּו ַֹּ֨ילְךְּהַ ַׁ֤מל‬
bêiamáv 'alah far'óh nêjóh mélej-mitzráim 'al-mélej ashúr 'al-nêhar-pêrát;
vaiélej hamélej ióshiáhú liqrató, vaimitéhú bimgidó, kirotó otó.

En sus días el faraón Necao, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria, junto
al río Éufrates. El rey Ióshiáhu [Josías] fue a su encuentro, pero cuando el
faraón le vio, le dio muerte en Meguido.
820
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 23

(30)
ְּ‫םְּוֶַֽ֣יקבְּ ֻ ִ֖רהּוְּבק ֻ ַֽב ָר ָּ֑תֹו‬
ַ ‫ַויַרכ ֹֻּ֨בהּוְּעֲבָ ָ ֥דיוְּמְּת֙ ְּממְּגדֵ֔ ֹוְּוַיב ֹֻּ֨אהּו֙ ְּיְּ ַ֣רּושָ ֵ֔ ַל‬
ְּ‫ן־יאש ֵָ֔יהּוְּוַימשְּ ֥חּוְּא ֛תֹוְּ ַויַמ ֥ליכּו‬ ַ֣ ‫וַי ַ ַ֣קחְּעַם־הָ ָ֗ ָארץְּאת־יְּ ַֽהֹואָ חָ ז֙ ְּב‬
‫ פ‬:‫ֹוְּתחַ תְּאָ ַֽביו‬
֥ ַ ‫א ִ֖ת‬
vaiarkivúhu 'avadáv met mimêgidó, vaiviúhú iêrúshaláim, váiqbêrúhu
biqvúrató; vaiqáj 'am-haáretz et-iêhóajaz ben-ióshiáhu, vaimshêjú otó
vaiamlíju otó tájat avív.

Sus servidores lo pusieron en un carro y lo llevaron muerto de Meguido a


Ierushalaim [Jerusalén], y lo sepultaron en su sepulcro. Luego el pueblo de la
tierra tomó a Joacaz hijo de Ióshiáhu [Josías], y le ungieron y le proclamaron
rey en lugar de su padre.
(31)
ְּ‫ֹלשהְּחְּדָ ֵ֔שיםְּמָ לַ ְִ֖ך‬ַ֣ ָ ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּשָ ֹלַׁ֤ שְּשָ נָה֙ ְּיְּ ַֽהֹואָ ָחַ֣זְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּּוש‬
:‫לְּבת־ירמְּיָ ִ֖הּוְּמלב ָנַֽה‬ ַֽ ַ ‫ֲמּוט‬
֥ ַ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּח‬
ben-'esrím vêshalósh shanah iêhóajáz bêmoljó, ushlosháh jodashím, maláj
birúshaláim; vêshém imó, jamutál bát-irmêiáhu milivnáh.

Joacaz tenía 23 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en


Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Hamutal hija de Irmiá
[Jeremías], de Libna.
(32)
:ְּ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע ִָ֖שּוְּאֲב ָ ַֽתיו‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asú avotáv .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que
habían hecho sus padres.
(33)
ְּ)‫ו ַַיַֽאַ סרהּוְּ֩פַר ֹּ֨עהְּנְּ ַׁ֤כהְּבְּרבלָה֙ ְּבְּ ַ֣ארץְּח ֵ֔ ֲָמתְּבמלךְּ(ממְֹּלִ֖ ְך‬
:‫ן־ענש֙ ְּעַל־הָ ֵ֔ ָארץְּמ ָ ֥אהְּככַר־כִ֖סףְּוְּככַ ֥רְּז ָ ַָֽהב‬ ֹּ֨ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוַית‬
vaiáasrehú far'óh nêjóh vêrivlah bêéretz jamát, vmlj (mimêlój) birúshaláim;
vaiten-'ónesh 'al-haáretz, meáh jikar-késef vêjikár zaháv.

El faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la tierra de Hamat, para que no


reinara en Ierushalaim [Jerusalén]; e impuso sobre el país una multa de 100
talentos de plata y un talento de oro.

821
23 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(34)
ְּ‫תְּיאשיָ ַ֣הּוְּאָ ֵ֔ביו‬
ַֽ ַ‫ן־יאש ָָ֗יהּוְּתַֹּ֚ ח‬ ַֽ ‫ַויַמלְךְּ֩פַר ֹּ֨עהְּנְּ ָ֜כהְּאת־אלי ַָ֣קיםְּב‬
ְּ‫ַוי ַ֥סבְּאת־שְּ ִ֖מֹוְּיְּ ַֽהֹוי ָָּ֑קיםְּוְּאת־יְּ ַֽהֹואָ ָחַ֣זְּל ֵ֔ ַָקחְּ ַוי ָ֥באְּמצ ַ ִ֖ריםְּוַיָ ֥מָ ת‬
:‫ָ ַֽשם‬
vaiamlej par'óh nêjóh et-eliaqím ben-ióshiáhu tájat ióshiáhu avív, vaiasév et-
shêmó iêhóiaqím; vêet-iêhóajáz laqáj, vaiavó mitzráim vaiámat shám.

El faraón Necao proclamó rey a Eliaquim hijo de Ióshiáhu [Josías] en lugar de


Ióshiáhu [Josías] su padre, pero le cambió su nombre por el de Iehoiaqím
[Joacím]. Y tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, donde murió.
(35)
ְּ‫ְךְּהע ֱַ֣ריְךְּאת־הָ ֵ֔ ָארץְּל ָ֥תת‬
ַֽ ַֹּ֚‫וְּהַ כַ֣סףְּוְּהַ ז ָ֗ ָָהבְּנ ַ ַָׁ֤תןְּיְּ ַֽהֹויָקים֙ ְּלְּפַר ֵ֔עהְּא‬
ְּ ֙‫הְּאישְּכְּערכָ֗ ֹוְּ ָנ ָּ֞ ַגשְּאת־הַ כַׁ֤סףְּוְּאת־הַ זָהָ ב‬
ַ֣ ‫ַל־פיְּפַר ָּ֑ע‬ ַ֣ ‫את־הַ כִ֖סףְּע‬
‫ ס‬:‫את־עַ ַ֣םְּהָ ֵ֔ ָארץְּל ִָ֖תתְּלְּפַר ֥עהְּנְּ ַֽכה‬
vêhakésef vêhazaháv natán iêhóiaqim lêfar'óh, áj hé'eríj et-haáretz, latét et-
hakésef 'al-pí far'óh; ísh kê'erkó nagás et-hakésef vêet-hazahav et-'ám haáretz,
latét lêfar'óh nêjóh.

Iehoiaqím [Joacím] pagó al faraón la plata y el oro, pero tuvo que imponer un
impuesto al país para dar el dinero conforme al mandato del faraón. Exigió la
plata y el oro al pueblo de la tierra, a cada uno según la estimación de su
patrimonio, para darlo al faraón Necao.
(36)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּחָ ַׁ֤משְּשָ נָה֙ ְּיְּ ַֽהֹוי ַָ֣קיםְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּאַ ַחַׁ֤תְּעשרה֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫ן־רּומה‬
ַֽ ָ ‫בּודה)ְּבַ ת־פְּדָ יָ ִ֖הְּמ‬ ֥ ָ ְּ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּזבידה (ז‬
ben-'esrím vêjamésh shanah iêhóiaqím bêmoljó, vêaját 'esreh shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, zvidh (zêvudáh) vat-pêdaiáh min-rumáh.

Iehoiaqím [Joacím] tenía 25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años en


Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Zebuda hija de Pedaías,
de Ruma.
(37)
:ְּ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע ִָ֖שּוְּאֲב ָ ַֽתיו‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asú avotáv .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que
habían hecho sus padres.

822
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 23

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 24


(1)
ְּ‫יםְּעבד֙ ְּשָ ֹלַ֣ ש‬
ֹּ֨ ‫י־לֹוְּיְּ ַֽהֹוי ָ֥ק‬
ֹּ֨ ‫ִ֖רְּמלְךְּבָ בָּ֑לְּוַיה‬
ַ֣ ‫אצ‬ ַ ‫בְּי ָ ַָ֣מיוְּ ָע ֵָ֔להְּנְּ ֻ ַֽבכַדנ‬
:‫ד־בֹו‬
ַֽ ְּ‫שָ ֵ֔ניםְּוַיָ ִ֖שְּבְּוַימר‬
bêiamáv 'aláh, nêvújadnetzár mélej bavél; vaihi-ló iêhóiaqím 'éved shalósh
shaním, vaiáshov vaimrod-bó.

En sus días subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Iehoiaqím [Joacím] fue


su vasallo durante tres años. Luego cambió de parecer y se rebeló contra él.
(2)
ְּ‫דּודיְּא ָ ֲָ֜רםְּוְּ ַ֣אתְּ׀‬
ֹּ֨ ְּ‫דּודיְּכַשדיםְּ֩וְּאת־ג‬ ַ֣ ְּ‫ַ֣הְּ׀ְּבֹוְּאת־ג‬ַּ֡ ָ‫וַישַ לַ ַ֣חְּיהו‬
ְּ‫יהּודהְּלְּ ַ ַֽהאֲב ָּ֑ידֹו‬
ִ֖ ָ ‫֥םְּב‬ַֽ ‫דּודיְּבְּנַֽי־ע ֵַ֔מֹוןְּוַישַ לְּח‬ ַ֣ ְּ‫מֹואבְּוְּאת֙ ְּג‬ ָ ָ֗ ְּ‫דּודי‬
ַ֣ ְּ‫ג‬
:ְּ‫ֲשרְּד ֵ֔ברְּבְּיַ ִ֖דְּעֲבָ ָ ֥דיוְּהַ נְּב ַֽיאים‬ ַ֣ ‫כד ַבַ֣רְּיה ֵ֔ ָוהְּא‬
vaishaláj Adonai | bó et-gêdudéi jasdim vêet-gêdudéi arám vêét | gêdudéi
moáv vêet gêdudéi vênéi-'amón, vaishalêjém bíhudáh lêháavidó; kidvár
Adonai, ashér dibér, bêiád 'avadáv hanêviím .

Entonces el Eterno envió contra él tropas de los caldeos, de los sirios, de los
moabitas y de los amonitas; y las envió contra Iehudá [Judá] para destruirla,
conforme a la palabra que el Eterno había hablado por medio de sus siervos
los profetas.
(3)
ְּ‫יהּודהְּלְּהָ ִ֖סירְּמעַ ַ֣לְּפָנָ ָּ֑יוְּבְּחַ ַ֣טאת‬
ָ ֵ֔ ‫הְּהיְּתָ ה֙ ְַּֽב‬
ַֽ ָ ‫ַל־פיְּיה ָ֗ ָו‬
ַ֣ ‫ַ ַ֣אְךְּ׀ְּע‬
:ְּ‫ָשה‬
ַֽ ָ ‫ֲשרְּע‬ ֥ ‫מְּנ ֵַ֔שהְּכְּ ִ֖כלְּא‬
áj | 'al-pí Adonai háiêtah bíhudáh, lêhasír me'ál panáv; bêjatót mênashéh, kêjól
ashér 'asáh .

Ciertamente esto vino contra Iehudá [Judá] por mandato del Eterno, para
quitarla de su presencia por los pecados de Menashé [Manasés], por todo lo
que él había hecho,
(4)
ְּ‫םְּדםְּנ ָָּ֑קיְּוְּ ַֽלא־אָ ָב֥ה‬
ַ֣ ָ ִ֖ ַ‫ֲשרְּשָ ֵָ֔פְךְּוַימַ ל֥אְּאת־יְּ ַֽרּושָ ל‬
ַ֣ ‫ַׁ֤םְּדם־הַ נָקי֙ ְּא‬
ַֽ ַ ַ‫וְּג‬
:ְּ ַ‫יהוָ ִ֖הְּלסֹלַֽ ח‬
vêgám dám-hanaqí ashér shafáj, vaimalé et-iêrúshaláim dám naqí; vêló-aváh
Adonai lislóaj .

823
24 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

así como por la sangre inocente que había derramado; pues había llenado
Ierushalaim [Jerusalén] de sangre inocente. Por eso el Eterno no estuvo
dispuesto a perdonar.
(5)
ְּ‫ַל־ספר‬
֛ ‫תּוביםְּע‬
ָ֗ ְּ‫ָשהְּהֲלא־הַ֣םְּכ‬
ָּ֑ ָ ‫ֲשרְּע‬
ַ֣ ‫וְּי֛תרְּדב ֥ריְּיְּ ַֽהֹוי ִָ֖קיםְּוְּכְּל־א‬
:‫הּודה‬
ַֽ ָ ְּ‫דב ֥ריְּהַ י ִָ֖מיםְּלְּמַ לכ֥יְּי‬
vêiéter divréi iêhóiaqím vêjol-ashér 'asáh; halo-hém kêtuvím 'al-séfer divréi
haiamím lêmaljéi iêhudáh.

Los demás hechos de Iehoiaqím [Joacím] y todas las cosas que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Iehudá [Judá]?
(6)
:‫וַישכַ ֥בְּיְּ ַֽהֹוי ִָ֖קיםְּעם־אֲב ָ ָּ֑תיוְּוַימֹל֛ ְךְּיְּ ַֽהֹוי ָ֥כיןְּבְּנִ֖ ֹוְּתַ ח ָ ַֽתיו‬
vaishkáv iêhóiaqím 'im-avotáv; vaimlój iêhóiajín bênó tajtáv.

Iehoiaqím [Joacím] reposó con sus padres, y su hijo Iehoiajín [Joaquín] reinó
en su lugar.
(7)
ְּ‫חְּמלְךְּבָ ָ֗בל‬
ַ֣ ‫ֹוְּכי־ל ָּ֞ ַָק‬
ַֽ ‫ִ֖אתְּמאַ ר ָּ֑צ‬
ַֽ ‫ְּמלְךְּמצ ַ ֵ֔ריםְּלָצ‬ַ֣ ֙‫וְּ ַֽלא־ה ֥סיףְּעֹוד‬
‫ פ‬:‫רְּהיְּ ָ ִ֖תהְּלְּ ֥מלְךְּמצ ָ ַֽרים‬
ַֽ ָ ‫ֲש‬ ֥ ‫תְּכלְּא‬
֛ ‫מנַ ַׁ֤חַ לְּמצ ַ ֹּ֨רים֙ ְּעַד־נְּהַ ר־פְּ ָ ֵ֔ר‬
vêló-hosíf 'od mélej mitzráim, latzét méartzó; kí-laqáj mélej bavél minájal
mitzráim 'ad-nêhar-pêrát, kól ashér háiêtáh lêmélej mitzráim.

El rey de Egipto no volvió a salir de su tierra, porque el rey de Babilonia había


tomado todo lo que era del rey de Egipto, desde el arroyo de Egipto hasta el
río Éufrates.
(8)
ְּ‫ֹלשהְּחְּדָ ֵ֔שיםְּמָ לַ ְִ֖ך‬
ַ֣ ָ ‫בן־שְּמ ֹּ֨נהְּעש ַׁ֤רהְּשָ נָה֙ ְּיְּ ַֽהֹוי ַָ֣כיןְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּּוש‬
:‫ּוש ָ ַֽלם‬
ְָּ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּנְּחֻש ָ ֥תאְּבַ ת־אלנ ָ ִָ֖תןְּמ ַֽיר‬
ben-shêmonéh 'esréh shanah iêhóiajín bêmoljó, ushlosháh jodashím, maláj
birúshaláim; vêshém imó, nêjushtá vat-elnatán mirúshaláim.

Iehoiajín [Joaquín] tenía 18 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses
en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Nejusta hija de
Elnatán, de Ierushalaim [Jerusalén].
(9)
:ְּ‫ָשהְּאָ ַֽביו‬
ִ֖ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asáh avív .

824
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 24

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que había
hecho su padre.
(10)
ְּ‫֥רְּמלְך־בָ בִ֖לְּיְּ ַֽרּושָ לָ ָּ֑ ם‬
ַֽ ‫אצ‬ ַ ‫בָ עַ֣תְּהַ ֵ֔היאְּעלהְּ(ע ָָ֗לּו)ְּעַב ֛דיְּנְּ ֻ ַֽבכַדנ‬
:‫וַתָ ֥באְּהָ ִ֖עירְּבַ מָ ַֽצֹור‬
ba'ét hahí, 'lh ('alú) 'avdéi nêvújadnetzár mélej-bavél iêrúshaláim; vatavó ha'ír
bamatzór.

En aquel tiempo los servidores de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron


contra Ierushalaim [Jerusalén]; y la ciudad fue sitiada.
(11)
: ָ‫ירְּועֲבָ ָ ִ֖דיוְּצָ ֥ריםְּע ַָֽליה‬
ַֽ ַ ‫֥רְּמלְך־בָ בִ֖לְּעַל־הָ ָּ֑ע‬
ַֽ ‫אצ‬ ַ ‫ַוי ָ֛באְּנְּ ֻ ַֽבכַדנ‬
vaiavó nêvújadnetzár mélej-bavél 'al-ha'ír; vá'avadáv tzarím 'aléiha.

También Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino contra la ciudad, cuando sus


servidores la tenían sitiada.
(12)
ְּ‫ֹוְּועֲבָ ָ ִ֖דיוְּוְּשָ ָ ַ֣ריו‬
ַֽ ַ ‫לְּהּואְּוְּא ֵ֔מ‬
ַ֣ ‫ַל־מלְךְּבָ ֵ֔ב‬
ַ֣ ‫יןְּמלְך־יְּהּודָ ה֙ ְּע‬
ַֽ ‫וַי ָּ֞צאְּיְּ ַֽהֹוי ַָׁ֤כ‬
:‫ְּמלְךְּבָ ֵ֔בלְּבשנַ ֥תְּשְּמנִ֖הְּלְּמְּלכַֽ ֹו‬
ַ֣ ֙‫יסיוְּוַי ַ ַׁ֤קחְּאתֹו‬ָּ֑ ָ ‫וְּ ָ ַֽסר‬
vaietzé iêhóiajín mélej-iêhudah 'al-mélej bavél, hú vêimó, vá'avadáv vêsaráv
vêsárisáv; vaiqáj otó mélej bavél, bishnát shêmonéh lêmoljó.

Entonces Iehoiajín [Joaquín], rey de Iehudá [Judá], se entregó al rey de


Babilonia, él con su madre, sus servidores, sus oficiales y sus funcionarios. El
rey de Babilonia lo apresó en el octavo año de su reinado.
(13)
ְּ‫ל־אֹוצרֹות֙ ְּבַ֣יתְּיה ֵ֔ ָוהְּוְּ ַֽאֹוצ ִ֖רֹותְּבַ֣יתְּהַ ָּ֑מלְך‬
ַֽ ְּ‫וַיֹוצַ֣אְּמשָָ֗ םְּאת־כ‬
ְּ‫הְּמלְך־יש ָראלְּ֙בְּהיכַ ַ֣ל‬ ַֽ ‫ֹלמ‬ ַׁ֤ ְּ‫וַיקַ ָּ֞צץְּאת־כְּל־כְּלַ֣יְּהַ ז ָ֗ ָָהבְּא ֲֹּ֨שרְּעָשָָ֜ הְּש‬
:ְּ‫הוַֽה‬
ָ ‫ֲשרְּדב֥רְּי‬ ִ֖ ‫הְּכא‬
ַֽ ַ ‫יה ֵ֔ ָו‬
vaiotzé mishám et-kol-ótzrot béit Adonai, vêótzrót béit hamélej; vaiqatzétz et-
kol-kêléi hazaháv ashér 'asáh shêlomóh mélej-israel bêheijál Adonai, káashér
dibér Adonai .

Luego sacó de allí todos los tesoros de la casa del Eterno y los tesoros de la
casa del rey. Rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho
Shelomó [Salomón], rey de Israel, para la casa del Eterno, como el Eterno
había dicho.

825
24 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(14)
ְּ‫בֹוריְּהַ ָ֗ ַחיל‬
ַ֣ ‫םְּואת־כְּל־הַ שָ ָּ֞ריםְּוְּ ַ֣אתְּ׀ְּכְּל־ג‬ְַּֽ ‫ל־י ַֽרּושָ ַל‬
ְָּ֠ ְּ‫וְּהגלָ ַ֣הְּאת־כ‬
ְּ‫ָּ֑רְּלאְּנש ֵ֔ ַאר‬
ַ֣ ‫ל־החָ ָ ִ֖רשְּוְּהַ מַ סג‬ ַֽ ְּ‫ְּגֹולהְּוְּכ‬
ֵ֔ ֙‫עשרהְּ(ע ֲַׁ֤שרת)ְּאֲ לָפים‬
:‫זּולַ ִ֖תְּדַ לַ ֥תְּעַם־הָ ָ ַֽארץ‬
vêhigláh et-kol-iêrúshalaim vêet-kol-hasarím vêét | kol-giboréi hajáil 'srh
('aséret) alafim goléh, vêjol-héjarásh vêhamasgér; ló nishár, zulát dalát 'am-
haáretz.

Y llevó en cautiverio a toda Ierushalaim [Jerusalén]: a todos los magistrados,


a todos los guerreros valientes [un total de 10000 cautivos], y a todos los
herreros y artesanos. No quedó nadie, excepto la gente más pobre del pueblo
de la tierra.
(15)
‫םְּהַ מלְךְּוְּאת־נְּ ֹּ֨שיְּהַ ָ֜מלְךְּוְּאת־‬ ָ֠ ‫ת־א‬
ַ֣ ‫וַיֶ֥֣גלְּאת־יְּ ַֽהֹוי ִָ֖כיןְּבָ ָּ֑בלָהְּוְּא‬
:‫ץְּהֹוליְךְּגֹולָ ֥הְּמ ַֽירּושָ לַ ִ֖ םְּבָ ַֽבלָה‬
֛ ‫יסיוְּוְּאת֙ ְּאוליְּ(אילַ֣י)ְּהָ ֵ֔ ָאר‬ָ ָ֗ ‫ָ ַֽסר‬
vaiégel et-iêhóiajín bavélah; vêet-ém hámelej vêet-nêshéi hamélej vêet-sárisáv
vêet vli (eiléi) haáretz, holíj goláh mirúshaláim bavélah.

También llevó cautivos a Babilonia a Iehoiajín [Joaquín], a la madre del rey, a


las mujeres del rey, a los funcionarios del rey y a los poderosos del país; los
llevó cautivos de Ierushalaim [Jerusalén] a Babilonia.
(16)
ְּ‫ְּאלףְּהַ ֹ֕כל‬
ֵ֔ ֙‫וְּאתְּ֩כְּל־אַ נ ֹּ֨שיְּהַ ָ֜ ַחילְּשבעַ ַ֣תְּ ֲאל ָָ֗פיםְּוְּ ַֽהחָ ָ ַׁ֤רשְּוְּהַ מַ סגר‬
:‫םְּמלְך־בָ ב֛לְּגֹולָ ִ֖הְּבָ ַֽבלָה‬ ַֽ ‫יא‬ ֵ֧ ‫בֹוריםְּע ַ֣שיְּמל ְָּח ָ ָּ֑מהְּוַיב‬
ִ֖ ‫ג‬
vêet kol-anshéi hajáil shiv'át alafím vêhéjarásh vêhamasger élef, hakól
giborím 'oséi miljamáh; vaiviém mélej-bavél goláh bavélah.

El rey de Babilonia llevó cautivos a Babilonia a todos los hombres de guerra,


que eran 7000, a los artesanos, y herreros, que eran 1000, y a todos los
valientes ejercitados para la guerra.
(17)
ְּ‫ְֵ֧ךְּמלְך־בָ ב֛לְּאת־מַ תַ ניָ ֥הְּד ִ֖דֹוְּתַ ח ָ ָּ֑תיוְּ ַוי ַ֥סבְּאת־שְּ ִ֖מֹו‬
ַֽ ‫ַויַמל‬
‫ פ‬:‫צדק ָיַֽהּו‬
vaiamléj mélej-bavél et-mataniáh dodó tajtáv; vaiasév et-shêmó tzidqiáhu.

El rey de Babilonia proclamó rey en su lugar a su tío Matanías, y cambió su


nombre por el de Tzidqiáhu [Sedequías].

826
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 24

(18)
ְּ‫בן־עש ֹּ֨ריםְּוְּאַ ַחַׁ֤תְּשָ נָה֙ ְּצדקיָ ַ֣הּוְּבְּמְּלכֵ֔ ֹוְּוְּאַ ַחַׁ֤תְּעשרה֙ ְּשָ ֵָ֔נהְּמָ לַ ְִ֖ך‬
:‫ל)ְּבת־ירמְּיָ ִ֖הּוְּמלב ָנַֽה‬ַֽ ַ ‫ֲמּוט‬ ֥ ַ ‫ב ַֽירּושָ לָ ָּ֑ םְּוְּ ַ֣שםְּא ֵ֔מֹוְּחמיטלְּ(ח‬
ben-'esrím vêaját shanah tzidqiáhu vêmoljó, vêaját 'esreh shanáh, maláj
birúshaláim; vêshém imó, jmitl (jamutál) bát-irmêiáhu milivnáh.

Tzidqiáhu [Sedequías] tenía 21 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años


en Ierushalaim [Jerusalén]. El nombre de su madre era Hamutal hija de Irmiá
[Jeremías], de Libna.
(19)
:ְּ‫ָשהְּיְּ ַֽהֹוי ַָֽקים‬
ִ֖ ָ ‫וַיַ ֥עַשְּהָ ַ ִ֖רעְּבְּעינַ֣יְּיהוָ ָּ֑הְּכְּ ֥כלְּאֲשר־ע‬
vaiá'as hará' bê'einéi Adonai; kêjól asher-'asáh iêhóiaqím .

Él hizo lo malo ante los ojos del Eterno, conforme a todo lo que había hecho
Iehoiaqím [Joacím].
(20)
ְּ‫יהּודהְּעַד־השלכ֥ ֹוְּא ָ ִ֖תם‬
ָ ֵ֔ ‫ְּּוב‬
ַ֣ ֙‫הְּהיְּ ָ ַׁ֤תהְּב ַֽירּושָ ֹּ֨ ַלם‬
ַֽ ָ ‫ַל־אףְּיה ָ֗ ָו‬
ַ֣ ַ ‫ַ֣כיְּ׀ְּע‬
‫ ס‬:ְּ‫מעַ ַ֣לְּפָנָ ָּ֑יוְּוַימ ֥רדְּצדקיָ ִ֖הּוְּבְּ ֥מלְךְּבָ ַֽבל‬
kí | 'al-áf Adonai háiêtáh virúshaláim uvíhudáh, 'ad-hishlijó otám me'ál panáv;
vaimród tzidqiáhu bêmélej bavél .

Ciertamente el furor del Eterno estaba contra Ierushalaim [Jerusalén] y Iehudá


[Judá], hasta que los echó de su presencia. Entonces Tzidqiáhu [Sedequías] se
rebeló contra el rey de Babilonia.

Melajím Bet – II de Reyes Capitulo 25


(1)
ְּ‫ְּבע ַָ֣שֹורְּלַחדש ְָּ֠֒בָ א‬ ַֽ ּ֮‫שְּהעֲשירי‬ַֽ ָ ‫יעיתְּלְּמְּלכָ֗ ֹוְּבַ ַ֣חד‬ ָ֜ ‫וַיהיְּ֩בש ַֹּ֨נתְּהַ תְּש‬
ְּ ָ‫לְּהּואְּוְּכְּל־חיל֛ ֹוְּעַל־יְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ םְּוַיַ֣חַ ןְּעָלָּ֑יה‬ֵ֧ ‫רְּמלְך־בָ ָ֜ב‬ ַֽ ‫אצ‬ ַ ֹּ֨ ‫נְּ ֻ ַֽבכַדנ‬
:‫וַיבנ֥ ּוְּעָל֛יהָ ְּדָ יִ֖קְּסָ ַֽביב‬
vaihí vishnát hatêshi'ít lêmoljó bajódesh há'asirí bé'asór lajodesh bá
nêvújadnetzár mélej-bavél hú vêjol-jeiló 'al-iêrúshaláim vaíjan 'aléiha; vaivnú
'aléiha daiéq savív.

Y aconteció el 10 del mes décimo del noveno año de su reinado que


Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra
Ierushalaim [Jerusalén]. Luego acamparon contra ella y construyeron muros
de asedio contra ella en derredor.

827
24, 25 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(2)
:‫וַתָ ֥באְּהָ ִ֖עירְּבַ מָ ָּ֑צֹורְּ ַֹּ֚עדְּעַש ַ֣תיְּעש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נהְּל ִַ֖מלְךְּצדק ָיַֽהּו‬
vatavó ha'ír bamatzór; 'ád 'ashtéi 'esréh shanáh, lamélej tzidqiáhu.

La ciudad estuvo sitiada hasta el año 11 del rey Tzidqiáhu [Sedequías].

(3)
:‫א־היָהְּלִ֖חםְּלְּעַ ֥םְּהָ ָ ַֽארץ‬
֥ ָ ‫֥קְּה ָרעָ ִ֖בְּבָ ָּ֑עירְּוְּל‬
ַֽ ָ ַ‫בְּתשעָ ַ֣הְּל ֵַ֔חדשְּו ַַֽיחֱז‬
bêtish'áh lajódesh, vaiéjezáq hára'áv ba'ír; vêlo-háiah léjem lê'ám haáretz.

En el noveno día del mes cuarto prevaleció el hambre en la ciudad, y no había


alimentos para el pueblo de la tierra.
(4)
ְּ‫ְךְּשעַרְּ׀ְּבַ֣ין‬
ַ֣ ַ ‫וַתבָ ַ ַ֣קעְּהָ ָ֗עירְּוְּכְּל־אַ נ ֹּ֨שיְּהַ מלחָ ָ ַׁ֤מהְּ׀ְּהַ ַֹּ֨לילָה֙ ְָּ֜דר‬
ְּ‫ְךְּדרְך‬
֥ ‫הַ ַֽחמ ָ֗ ַתיםְּאֲשר֙ ְּעַל־גַ ַ֣ ֶ֣ןְּהַ ֵ֔מלְךְּוְּכַש ֥דיםְּעַל־הָ ִ֖עירְּסָ ָּ֑ביבְּוַיִ֖ל‬
:‫ָ ַֽהע ֲָר ָ ַֽבה‬
vatibaqá' ha'ír vêjol-anshéi hamiljamáh | haláilah dérej shá'ar | béin
hajómotáim asher 'al-gán hamélej, vêjasdím 'al-ha'ír savív; vaiélej dérej
há'araváh.

Entonces se abrió una brecha en la ciudad, y huyeron de noche el rey y todos


los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos
muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban junto y alrededor
de la ciudad. Se dirigieron hacia el Arabá,
(5)
‫וַירדְּ ַׁ֤פּוְּחיל־כַשדים֙ ְּאַ ַחַ֣רְּהַ ֵ֔מלְךְּ ַוי ַ֥שגּוְּא ִ֖תֹוְּבְּ ַ ַֽע ְּר ַ֣בֹותְּיְּר ָּ֑חֹוְּוְּ ָֹּ֨כל־‬
:‫צּוְּמע ָ ַָֽליו‬
ַֽ ‫ח ֵ֔ילֹוְּנ ִָ֖פ‬
vairdêfú jeil-kasdim ajár hamélej, vaiasígu otó bê'árêvót iêrejó; vêjál-jeiló,
nafótzu mé'aláv.

pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y lo alcanzó en las llanuras de


Jericó; y todo su ejército fue dispersado de su lado.
(6)
ְּ‫ל־מלְךְּבָ בִ֖לְּרבלָ ָּ֑תָ הְּוַידַ בְּ ֥רּו‬
֥ ‫ַוֶַֽ֣יתפְּשּו֙ ְּאת־הַ ֵ֔מלְךְּו ַ ַַֽיעֲל֥ ּוְּא ֛תֹוְּא‬
:‫א ִ֖תֹוְּמש ָ ַֽפט‬
váitpêsú et-hamélej, vaiá'alú otó el-mélej bavél rivlátah; vaidabêrú itó
mishpát.

Entonces prendieron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, en Ribla, y


éste pronunció sentencia contra aquél.
828
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 25

(7)
ְּ ֙‫הּוְּשח ֲִ֖טּוְּלְּעינָ ָּ֑יוְּוְּאת־עינַׁ֤יְּצדק ָֹּ֨יהּו֙ ְּע ֵּ֔ורְּו ַַיַֽאַ ס ֹּ֨רהּו‬
ַֽ ָ ‫וְּאת־בְּני֙ ְּצדק ֵָ֔י‬
‫ ס‬:‫ַ ַֽבנְּחֻש ֵ֔ ַתיםְּוַיב ִ֖אהּוְּבָ ַֽבל‬
vêet-bêneí tzidqiáhu, shájatú lê'eináv; vêet-'einéi tzidqiáhú 'ivér, vaiáasréhú
bánêjushtáim, vaiviéhu bavél.

Degollaron a los hijos de Tzidqiáhu [Sedequías] en su presencia. Y a


Tzidqiáhu [Sedequías] le sacó los ojos, le aprisionó con cadenas de bronce y
lo hizo llevar a Babilonia.
(8)
ְּ‫יאְּשנַת֙ ְּתְּ ַ ַֽשע־עש ַ֣רהְּשָ ֵָ֔נה‬
ְּ ‫שְּה‬ ָ֗ ‫שְּהחֲמישי֙ ְּבְּשבעָ ַ֣הְּל ֵַ֔חד‬ ַֽ ַ ‫ּובַ ַׁ֤חד‬
ְּ‫ןְּרב־טַ בָ ֛חיםְּע֥בד‬ ַ ‫ָּ֑לְּבאְּנְּ ַֽבּוזַרא ָ ֲֵ֧ד‬
ָ ָּ֞ ‫ַ֣רְּמלְך־בָ ב‬
ַֽ ‫אצ‬ ַ ‫ל ִַ֖מלְךְּנְּ ֻ ַֽבכַדנ‬
:‫ַֽמלְך־בָ בִ֖לְּיְּ ַֽרּושָ ָ ַֽלם‬
uvajódesh hájamishí bêshiv'áh lajódesh, hí shênat têshá'-'esréh shanáh, lamélej
nêvújadnetzár mélej-bavél; bá nêvúzaradán rav-tabajím 'éved mélej-bavél
iêrúshaláim.

El séptimo día del mes quinto del año 19 de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
vino a Ierushalaim [Jerusalén] Nabuzaradán, capitán de la guardia, servidor
del rey de Babilonia.
(9)
ְּ‫ת־ביתְּהַ ָּ֑מלְךְּוְּ ֹּ֨אתְּכְּל־בְּ ֵ֧תיְּיְּ ַֽרּושָ לַ ֛ ם‬
ַ֣ ‫וַיש ֥רףְּאת־בית־יהוָ ִ֖הְּוְּא‬
:ְּ‫וְּאת־כְּל־ב֥יתְּג ִָ֖דֹולְּשָ ַ ֥רףְּבָ ַֽאש‬
vaisróf et-beit-Adonai vêet-béit hamélej; vêét kol-botéi iêrúshaláim vêet-kol-
béit gadól saráf baésh .

Incendió la casa del Eterno, la casa del rey y todas las casas de Ierushalaim
[Jerusalén]; incendió todo edificio grande.
(10)
‫רְּרב־‬
ַ ‫ֲש‬ִ֖ ‫יבְּנַֽתְּצּו֙ ְּכְּל־חַ֣ילְּכַש ֵ֔דיםְּא‬
ָ ‫ת־חֹומתְּיְּ ַֽרּושָ לַ ִ֖ םְּסָ ָּ֑ב‬
֥ ‫וְּא‬
:‫טַ בָ ַֽחים‬
vêet-jomót iêrúshaláim savív; nátêtzú kol-jéil kasdím, ashér rav-tabajím.

Todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia demolió
los muros alrededor de Ierushalaim [Jerusalén].
(11)
‫רְּנַֽפְּלּו֙ ְּעַל־‬
ָ ‫ֲש‬ ַׁ֤ ‫וְּאת ְֹּּ֨֩יתרְּהָ ָָ֜עםְּהַ נשאָ ַ֣ריםְּבָ ָ֗עירְּוְּאת־הַ ַֽנפְּלים֙ ְּא‬
:‫ןְּרב־טַ בָ ַֽחים‬ ַ ‫רְּההָ ָּ֑מֹוןְּהג ָֹ֕להְּנְּ ַֽבּוזַרא ָ ֲִ֖ד‬
ַֽ ‫הַ ַ֣מלְךְּבָ ֵ֔בלְּוְּ ִ֖אתְּיַ֣ת‬
829
25 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

vêet iéter ha'ám hanisharím ba'ír vêet-hanófêlim ashér náfêlú 'al-hamélej


bavél, vêét iéter héhamón; hegláh nêvúzaradán rav-tabajím.

Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo llevar cautivo al resto del pueblo que
había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de
Babilonia y al resto de la gente.
(12)
:‫ירְּרב־טַ בָ ָּ֑חיםְּלְּ ַֽכ ְּר ִ֖מיםְּּול ַֽיגְּ ַֽבים‬
ַ ‫ּומדַ לַ ַ֣תְּהָ ֵ֔ ָארץְּהש ִ֖א‬
umidalát haáretz, hishír rav-tabajím; lêjórêmím uliógêvím.

Sin embargo, el capitán de la guardia hizo quedar una parte de la gente más
pobre de la tierra, como viñadores y labradores.
(13)
ְּ‫הְּואת־הַ מְּכנָּ֞ ֹותְּוְּאת־יָ ֵ֧ם‬
ְַּֽ ‫ֲשרְּבית־יה ָ֗ ָו‬ ַ֣ ‫ַמּודיְּהַ נְּ ָ֜חשתְּא‬
ֹּ֨ ‫וְּאת־ע‬
ְּ‫ֲשרְּבְּבית־יהוָ ִ֖הְּשבְּ ַ֣רּוְּכַש ָּ֑דיםְּוַיש ֥אּוְּאת־נְּחֻש ָ ִ֖תם‬ ֥ ‫הַ נְּ ֛חשתְּא‬
:ְּ‫ְָּב ַֽבלָה‬
vêet-'amudéi hanêjóshet ashér beit-Adonai vêet-hamêjonót vêet-iám
hanêjóshet ashér bêveit-Adonai shibêrú jasdím; vaisú et-nêjushtám bavélah .

Los caldeos destrozaron las columnas de bronce que estaban en la casa del
Eterno, así como las bases de las pilas móviles y la fuente de bronce que
estaban en la casa del Eterno; y se llevaron el bronce a Babilonia.
(14)
‫ת־המְּזַמְּ ַ֣רֹותְּוְּאת־הַ כ ַָ֗פֹותְּוְּ ֹּ֨אתְּכְּל־‬
ַֽ ַ ‫ירתְּוְּאת־הַ י ָָ֜עיםְּוְּא‬
ֹּ֨ ‫וְּאת־הַ ס‬
:‫תּו־בִ֖םְּל ָ ַָֽקחּו‬
ָ ‫ֲשרְּיְּ ָ ַֽש ְּר‬
֥ ‫כְּלֵ֧יְּהַ נְּ ֛חשתְּא‬
vêet-hasirót vêet-haia'ím vêet-hámêzamêrót vêet-hakapót vêét kol-kêléi
hanêjóshet ashér iêshárêtu-vám laqáju.

También se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, los cucharones y
todos los utensilios de bronce con que servían.
(15)
ְּ‫בְּואֲשר־כִ֖סףְּכָ ָּ֑סף‬
ַֽ ַ ‫ֲשרְּזָהָ ב֙ ְּז ֵ֔ ָָה‬
ַׁ֤ ‫וְּאת־הַ מַ חתֹות֙ ְּוְּאת־הַ מז ָר ֵ֔קֹותְּא‬
:‫חְּרב־טַ בָ ַֽחים‬ַ ‫ל ַ ִָ֖ק‬
vêet-hamajtot vêet-hamizraqót, ashér zahav zaháv, váasher-késef kásef; laqáj
rav-tabajím.

El capitán de la guardia se llevó también los incensarios y los tazones para la


aspersión, tanto los de oro como los de plata.

830
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 25

(16)
ְּ‫ֹלמהְּלְּבַ֣ית‬
ִ֖ ְּ‫ָשהְּש‬
֥ ָ ‫ַׁ֤םְּהאחָ ד֙ ְּוְּהַ מְּכנֵ֔ ֹותְּאֲשר־ע‬
ַֽ ָ ָ‫ַמּודיםְּ׀ְּשְּ ַָ֗ניםְּהַ י‬
ַ֣ ‫ָ ַֽהע‬
:ְּ‫ָּ֑הְּלא־הָ יָ ַ֣הְּמש ֵ֔ ָקלְּלנ ִ֖חשתְּכְּל־הַ כ ֥ליםְּהָ ַֽאלה‬ַֽ ָ‫יהו‬
há'amudím | shênáim haiám háejad vêhamêjonót, asher-'asáh shêlomóh lêvéit
Adonai; ló-haiáh mishqál, linjóshet kol-hakelím haéleh .

En cuanto a las dos columnas, la fuente y las bases de las pilas móviles que
Shelomó [Salomón] había hecho para la casa del Eterno, no hubo manera de
pesar el bronce de todos estos objetos.
(17)
ְּ ּ֮‫ּודְּהא ָ֗ ָחדְּוְּכ ֹּ֨תרתְּעָלָ ֥יוְּ׀ְּנְּחשת‬
ַֽ ָ ‫תְּ׀ְּהע ַַ֣מ‬
ַֽ ָ ‫הְּקֹומ‬
ַ֣ ַ ‫שְּמנהְּ֩עש ֹּ֨רהְּאַ ָ֜ ָמ‬
ְּ‫ֵ֧יםְּעל־הַ כ ֛תרת‬
ַֽ ַ ‫קֹומתְּהַ כתרתּ֮ ְּשָ ֹלַ֣ שְּאמהְּ(אַ מֹות֒)ְּּושבָ ָֹּ֨כהְּוְּרמנ‬ ַ֣ ַ ְּ‫ו‬
:‫הְּלע ַ֥מּודְּהַ שנִ֖יְּעַל־הַ שְּבָ ָ ַֽכה‬ַֽ ַ ‫סָ ִ֖ביבְּהַ ַ֣כלְּנְּ ָּ֑חשתְּוְּכ ָ֛אל‬
shêmoneh 'esréh amáh qomát | há'amúd háejád vêjotéret 'aláv | nêjoshet
vêqomát hakoteret shalósh mh (amot) usvajáh vêrimoním 'ál-hakotéret savív
hakól nêjóshet; vêjaéleh lá'amúd hashení 'al-hasêvajáh.

La altura de cada columna era de 18 codos. Encima tenían un capitel de


bronce de 3 codos de alto y alrededor, sobre el capitel, había una red y
granadas, todo de bronce. La segunda columna tenía una labor igual, con la
red.
(18)
ְּ‫וַי ַ ַ֣קחְּ ַרב־טַ בָ ָ֗חיםְּאת־שְּ ָריָה֙ ְּכהַ֣ןְּהָ ֵ֔ראשְּוְּאת־צְּפַניָ ִ֖הּוְּכהַ֣ןְּמשנָּ֑ה‬
:‫תְּשמְּ ֥ריְּהַ ַ ַֽסף‬
ַֽ ‫וְּאת־שְֹּלִ֖ ש‬
vaiqáj rav-tabajím et-sêraiah kohén harósh, vêet-tzêfaniáhu kohén mishnéh;
vêet-shêlóshet shómêréi hasáf.

El capitán de la guardia tomó también a Seraiah [Seraías], el sacerdote


principal; a Tzefaniáhu [Sofonías], el segundo sacerdote; y a tres guardias de
la puerta.
(19)
ְּ‫ר־הּואְּפ ַָ֣קידְּ׀ְּעַל־אַ נ ַ֣שי‬ ֥ ‫ּומן־הָ ַּ֡עירְּלָקַ חְּ֩סָ ֹּ֨ריסְּא ָ֜ ָחדְּאֲֽש‬
ְּ‫ֲשרְּנמצְּ ַ֣אּוְּבָ ֵ֔עיר‬
ַ֣ ‫יםְּמר ַׁ֤איְּפְּנַֽי־הַ ֹּ֨מלְך֙ ְּא‬
ַֽ ‫הַ מלחָ ָ֗ ָמהְּ ַ ַֽוחֲמשָֹּ֨ הְּ ֲאנ ָָ֜ש‬
ְּ‫ְּשרְּהַ צָ ֵ֔ ָבאְּהַ מַ צ ִ֖באְּאת־עַ ַ֣םְּהָ ָ ָּ֑ארץְּוְּש ֥שיםְּאיש֙ ְּמעַ ַ֣ם‬ ַ֣ ַ ֙‫וְּ ָ֗אתְּהַ ספר‬
:‫ץְּהנמצְּ ִ֖איםְּבָ ַֽעיר‬ ַֽ ַ ‫הָ ֵ֔ ָאר‬
umin-ha'ír laqaj sarís ejád ásher-hú faqíd | 'al-anshéi hamiljamáh vájamisháh
anashím méroéi fênéi-hamélej ashér nimtzêú va'ír, vêét hasofer sár hatzavá,

831
25 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

hamatzbí et-'ám haáretz; vêshishím ish me'ám haáretz, hánimtzêím ba'ír.

Y de la ciudad tomó a un funcionario que estaba encargado de los hombres de


guerra; a cinco hombres de los más íntimos del rey que se hallaban en la
ciudad y al escriba principal de la milicia, quien reclutaba al pueblo de la
tierra, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban en la ciudad.
(20)
ְּ‫ַל־מלְךְּבָ בִ֖ל‬
֥ ‫ןְּרב־טַ בָ ָּ֑חיםְּו ֵַ֧ילְךְּא ָ ֛תםְּע‬
ַ ‫וַי ַ ַ֣קחְּא ֵ֔ ָתםְּנְּ ַֽבּוזַרא ָ ֲִ֖ד‬
:‫רב ָ ַֽלתָ ה‬
vaiqáj otám, nêvúzaradán rav-tabajím; vaiólej otám 'al-mélej bavél rivlátah.

Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó ante el rey de


Babilonia, en Ribla.
(21)
ְּ‫הּודה‬
ִ֖ ָ ְּ‫יתםְּבְּרבלָ ִ֖הְּבְּ ַ֣ארץְּח ָ ֲָּ֑מתְּוַי֥גלְּי‬
֛ ‫ְּ֩מלְךְּבָ בֵ֧לְּוַימ‬
ֹּ֨ ‫וַיַ ְֶַ֣֣ךְּאתָ ם‬
:‫מעַ ֥לְּאַ דמָ ַֽתֹו‬
vaiáj otam mélej bavél vaimitém bêrivláh bêéretz jamát; vaígel iêhudáh me'ál
admató.

El rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en la tierra de Hamat. Así
fue llevado cautivo Iehudá [Judá] lejos de su tierra.
(22)
ְּ‫ִ֖רְּמלְךְּבָ בָּ֑ל‬
ַ֣ ‫אצ‬ ַ ‫ֲשרְּהש ֵ֔אירְּנְּ ַֽבּוכַדנ‬ ַ֣ ‫הּודהְּא‬
ָ ֵ֔ ְּ‫וְּהָ ָָ֗עםְּהַ נשאָ ר֙ ְּבְּ ַ֣ארץְּי‬
:‫יקםְּבן־שָ ָ ַֽפן‬ ֥ ָ ‫יהםְּאְּת־גְּדַ ליָ ִ֖הּוְּבן־אֲח‬ ֵ֔ ‫ַויַפ ַ֣קדְּעֲל‬
vêha'ám hanishar bêéretz iêhudáh, ashér hishír, nêvújadnetzár mélej bavél;
vaiafqéd 'aleihém, et-gêdaliáhu ben-ajiqám ben-shafán.

Sobre la gente que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dejado en la tierra


de Iehudá [Judá], el rey puso a Gedaliáhu [Gedalías] hijo de Ajicam, hijo de
Safán.
(23)
ְּ֙‫יםְּכי־הפ ַׁ֤קידְּ ַֽמלְך־בָ בל‬ ַֽ ‫יְּה ֲחי ָָ֜ליםְּהַ֣מָ הְּוְּ ָ ַֽה ֲאנ ָָ֗ש‬
ַֽ ַ ‫וַישמְּעּוְּ֩כְּל־שָ ֹּ֨ר‬
ְּ‫את־גְּדַ ל ֵָ֔יהּוְּ ַוי ָ֥באּוְּאל־גְּדַ ליָ ִ֖הּוְּהַ מצפָ ָּ֑הְּוְּישמָ עַ֣אלְּבן־נְּתַ נ ַָּ֡יה‬
ְּ‫ן־קָ רחַ ְּּוש ָר ָֹּ֨יהְּבן־תַ נ ָֻ֜חמתְּהַ נְּ ַֽטפ ָָ֗תיְּוְּ ַ ַֽי ֲאזַנ ָֹּ֨יהּו֙ ְּבן־הַ ַ ַ֣מ ֲעכ ֵָ֔תי‬ ָ֠ ‫וְּיַֽ ֹוחָ נָ ֶַ֣֣ןְּב‬
:‫יהם‬ ַֽ ‫הִ֖מָ הְּוְּאַ נש‬
vaishmê'ú jol-saréi hájaialím hémah vêháanashím kí-hifqíd mélej-bavel et-
gêdaliáhu, vaiavóu el-gêdaliáhu hamitzpáh; vêishma'él ben-nêtaniáh vêíojanán
ben-qáreaj usraiáh ven-tanjúmet hanêtófatí vêiáazaniáhú ben-hamá'ajatí,

832
‫ְּמל ִָ֖כיםְּב‬ Melajím Bet / II de Reyes 25

hémah vêansheihém.

Todos los jefes de los soldados, ellos y sus hombres [Ishmael [Ismael] hijo de
Netaniáh [Netanías], Iojanán [Johanán] hijo de Qáreaj [Carea], Seraiá
[Seraías] hijo de Tanjúmet, de Netofatí [Netofa], y Iaazaniáhu [Jazanías] hijo
de cierto hombre de Maajá [Maaca]] se enteraron de que el rey de Babilonia
había puesto por gobernador a Gedaliáhu [Gedalías]. Ellos y sus hombres
fueron a él en Mizpa.
(24)
ְּ‫ּוְּמעַב ַ֣די‬
ַֽ ‫יר ִ֖א‬
ְּ ‫ל־ת‬
ַֽ ַ‫יהםְּו ַַ֣יאמרְּל ֵָ֔הםְּא‬ ֵ֔ ‫וַישָ ֹּ֨ ַבעְּלָהַׁ֤םְּגְּדַ ל ָֹּ֨יהּו֙ ְּּולאַ נש‬
‫ פ‬:‫ת־מלְךְּבָ בִ֖לְּוְּי ַ ֥טבְּל ַָֽכם‬
֥ ‫הַ כַש ָּ֑דיםְּשְּ ַ֣בּוְּבָ ָ֗ ָארץְּוְּעב ֛דּוְּא‬
vaishavá' lahém gêdaliáhú ulansheihém, vaiómer lahém, al-tírêú mé'avdéi
hakasdím; shêvú vaáretz vê'ivdú et-mélej bavél vêitáv lajém.

Entonces Gedaliáhu [Gedalías] les juró a ellos y a sus hombres, diciéndoles:


'No tengáis temor a los servidores de los caldeos. Habitad en la tierra y servid
al rey de Babilonia, y os irá bien.'
(25)
ְּ‫יְּבַ֣אְּישמָ עַ֣אלְּבן־נְָּ֠תַ ניָהְּבן־א ֱֹּ֨לישָ ָ֜ ָמע‬ ָ ‫יע‬ ָ֗ ‫וַי ַ֣היְּ׀ְּבַ ַ֣חדשְּהַ שְּב‬
‫הְּועֲשָ ָ ַׁ֤רהְּ ֲאנָשים֙ ְּא ֵ֔תֹוְּ ַויַכ֥ ּוְּאת־גְּדַ ליָ ִ֖הּוְּ ַוי ָָּ֑מתְּוְּאת־‬
ַֽ ַ ‫מ ַ֣ז ֶַ֣רעְּהַ מְּלּו ָָ֗כ‬
:‫הַ יְּהּודים֙ ְּוְּאת־הַ כַש ֵ֔דיםְּאֲשר־הָ י֥ ּוְּא ִ֖תֹוְּבַ מצ ָ ַֽפה‬
vaihí | bajódesh hashêvi'í bá ishma'él ben-nêtaniah ben-elíshamá' mizéra'
hamêlujáh vá'asaráh anashim itó, vaiakú et-gêdaliáhu vaiamót; vêet-
haiêhudim vêet-hakasdím, asher-haíu itó bamitzpáh.

Pero aconteció en el mes séptimo que Ishmael [Ismael] hijo de Netaniáh


[Netanías], hijo de Elishamá [Elisama], de la descendencia real, fue con diez
hombres, e hirieron y dieron muerte a Gedaliáhu [Gedalías] y a los judíos y
caldeos que estaban con él en Mizpa.
(26)
ְּ‫יְּה ֲחי ֵָ֔ליםְּ ַוי ִָ֖באּוְּמצ ָ ָּ֑ריםְּ ֥כי‬
ַֽ ַ ‫ַוי ֹּ֨ ָֻקמּוְּכְּל־הָ ָָ֜עםְּמקָ ַׁ֤טןְּוְּעַד־גָדֹולְּ֙וְּשָ ַ֣ר‬
‫ ס‬:‫ֶ֣ר ִ֖אּוְּמפְּנ֥יְּכַש ַֽדים‬
ְּ ‫ָ ַֽי‬
vaiaqúmu jol-ha'ám miqatón vê'ad-gadol vêsaréi hájaialím, vaiavóu mitzráim;
kí iárêú mipênéi jasdím.

Entonces todo el pueblo se levantó, desde el menor hasta el mayor, con los
jefes de los soldados, y se fueron a Egipto, porque tenían temor a los caldeos.

833
25 Melajím Bet / II de Reyes ‫מְּל ִָ֖כיםְּב‬

(27)
ְּ‫הּודהְּבשנַׁ֤ים‬ ָ ֵ֔ ְּ‫יןְּמלְך־י‬
ַֽ ‫ֹלשיםְּו ָָ֜שבַ עְּשָ ָָ֗נהְּלְּגָלּות֙ ְּיְּ ַֽהֹוי ַָ֣כ‬
ֹּ֨ ‫וַיהיְּ֩בש‬
ְּ‫ְּ֩מלְךְּבָ ָ֜בל‬
ֹּ֨ ‫ְּחדשְּבְּעש ֥ריםְּוְּשבעָ ִ֖הְּל ַָּ֑חדשְּנָשַָּ֡ אְּא ֱַ֣וילְּמְּרדַ ְך‬ ֵ֔ ֙‫עָשָ ר‬
:‫֥יתְּכלא‬ ַֽ ‫הּודהְּמב‬ ִ֖ ָ ְּ‫יןְּמלְך־י‬ ַֽ ‫ת־ראשְּיְּ ַֽהֹוי ָ֥כ‬֛ ‫בשנַ ַ֣תְּמְּלכָ֗ ֹוְּא‬
vaihí vishloshím vashéva' shanáh lêgalut iêhóiajín mélej-iêhudáh, bishnéim
'asar jódesh, bê'esrím vêshiv'áh lajódesh; nasá evíl mêrodaj mélej bavél
bishnát moljó et-rósh iêhóiajín mélej-iêhudáh mibéit kéle.

Aconteció el 27 del mes duodécimo del año 37 de la cautividad de Iehoiajín


[Joaquín], rey de Iehudá [Judá], que Evil-merodac, rey de Babilonia, en el
primer año de su reinado, indultó a Iehoiajín [Joaquín], rey de Iehudá [Judá], y
lo sacó de la cárcel.
(28)
ְּ‫ֲשרְּא ִ֖תֹו‬
֥ ‫וַידַ ב֥רְּא ִ֖תֹוְּט ָּ֑בֹותְּוַיתן֙ ְּאת־כס ֵ֔אֹוְּמ ַָ֗עלְּכ ֵ֧סאְּהַ מְּל ָ֛כיםְּא‬
:‫בְּבָ ַֽבל‬
vaidabér itó tovót; vaiten et-kisó, me'ál kisé hamêlajím ashér itó bêvavél.

Habló con Iehoiajín [Joaquín] amigablemente y puso su sitial más alto que los
sitiales de los reyes que estaban con él en Babilonia.
(29)
‫ ש‬:‫אְּאתְּבג ַ֣דיְּכל ָּ֑אֹוְּוְּאָ ַֹּ֨כלְּלֵ֧חםְּתָ ֛מידְּלְּפָנָ ִ֖יוְּכְּל־יְּ ֥מיְּחַ ָיַֽיו‬
ִ֖ ‫וְּש ָֹ֕נ‬
vêshiná ét bigdéi jiló; vêajál léjem tamíd lêfanáv kol-iêméi jaiáv.

Cambió su ropa de prisión, y Iehoiajín [Joaquín] comía en la presencia del rey


siempre, todos los días de su vida.
(30)
ְּ‫ֹוְּכל‬
ִ֖ ‫יֹומ‬
ָּ֑ ְּ‫ַוא ֻ ֲַֽרחָ ָ֗תֹוְּאֲרֻ ֹּ֨ ַחתְּתָ ֵ֧מידְּנתְּנָה־ל֛ ֹוְּמ ֥אתְּהַ ִ֖מלְךְּדְּבַ ר־יַ֣ ֹוםְּב‬
:}‫יְּ ֥מיְּחַ ָיַֽוְּ{ש‬
vaarújató aruját tamíd nitênah-ló meét hamélej dêvar-íom bêiomó; kól iêméi
jaiáv {s}.

En cuanto a su ración, le fue dada una ración continua de parte del rey, cada
cosa en su día, todos los días de su vida.

834
1 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬
Shofetim – Jueces capítulo 1
(1)
ְ‫רְמי‬
֣ ִ ‫ֵאמ‬ ֹֽׁ ‫הֹושעְוַֹֽֽׁיִ שאֲלו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
ֹ֑ ‫לְביהוָ ָ֖הְל‬ ֻׁ֔ ְ‫ְמֹותְי‬֣ ֙‫יְאח ֲֵרי‬
ֹֽׁ ‫וַֹֽֽׁי ִִ֗ה‬
:ְ‫םְבֹו‬ ֹֽׁ ֶ‫ל־הכְנע ֲִנִ֛יְבתְחִ לָ ָ֖הְלְהִ לָ ָּ֥ח‬
ֹֽׁ ֶ‫ֹֽׁי ֲעלֶה־לָ ָּ֧נוְא‬
váihí ájareí mót iêhoshú'a, váishalú bênéi israél, báAdonai lemór; mí iá'aleh-
lánu el-hákêna'aní batêjiláh lêhilájem bó .

Aconteció, después de la muerte de Iehoshúa [Josué], que los Hijos de Israel


consultaron al Eterno preguntando: –¿Quién subirá primero por nosotros para
combatir contra los cananeos?
(2)
:ְ‫הְיעֲלֶ ֹ֑הְהִ נֵ ִ֛הְנ ָָּ֥ת ִתיְאֶ ת־הָ ָ ָ֖א ֶרץְבְי ָֹֽׁדֹו‬
ֹֽׁ ‫הוד‬
֣ ָ ְ‫ו ָּ֥יאמֶ רְיהוָ ָ֖הְי‬
vaiómer Adonai iêhudáh iá'aléh; hinéh natáti et-haáretz bêiadó .

Y el Eterno respondió: –Iehudá [Judá] subirá. He aquí que yo he entregado la


tierra en su mano.
(3)
ְ‫ְבכְנע ֻׁ֔ ֲִני‬
ֹֽׁ ֙‫ָּ֧הְא ִ ֣תיְבְ ֹֽׁג ָרלִִ֗ יְוְ ִ ֹֽׁנ ָלחֲמָ ה‬
ִ ֵ‫ו ֣יאמֶ רְיְהודָ הְ֩לְ ִשמ ֨עֹוןְאָ ִִ֜חיוְעֲל‬
:‫ֹוְשמעֹֽׁ ֹון‬ ִ ‫ְֶךְא ָ֖ת‬ִ ‫ִ֛יְאתְךָ֖ ְבְגֹֽׁ ָֹורלֶ ֹ֑ךְויֵ ָּ֥ל‬
ִ ‫וְ ָ ֹֽׁהלכ ִ ָּ֧תיְגם־א ֲִנ‬
vaiómer iêhudah lêshim'ón ajív 'aléh ití vêgóralí vênílajamah bákêna'aní,
vêhálajtí gam-aní itêjá bêgóraléja; vaiélej itó shim'ón.

Entonces Iehudá [Judá] dijo a Simeón su hermano: –Sube conmigo a mi


territorio y combatamos contra los cananeos, y después yo también iré contigo
a tu territorio. Y Simeón fue con él.
(4)
ְ‫הודהְויִ ֵ ָּ֧תןְיהוָ ִ֛הְאֶ ת־הכְ ֹֽׁנע ֲִנָּ֥יְוְה ְפ ִרזִ ָ֖יְבְי ָ ָֹ֑דםְויכ֣ וםְבְ ֻׁ֔ ֶבזֶק‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫וי֣עלְי‬
:ְ‫יםְאיש‬ ֹֽׁ ִ ‫ע ֶ ֲָּ֥ש ֶרתְ ֲאל ִ ָָ֖פ‬
vaiá'al iêhudáh, vaitén Adonai et-hakêná'aní vêhapêrizí bêiadám; vaiakúm
bêvézeq, 'aséret alafím ísh .

Entonces subió Iehudá [Judá], y el Eterno entregó en su mano a los cananeos


y a los ferezeos; y derrotaron en Bezec a 10000 hombres de ellos.
(5)
‫ת־הכְנע ֲִנָ֖יְוְאֶ ת־‬ ֹ֑ ‫ָּ֥יְבזֶק֙ ְבְ ֻׁ֔ ֶבזֶקְו ִ ֹֽׁי ָלח ֲָ֖מ‬
ֹֽׁ ֶ‫וְבֹוְויכּ֕ וְא‬ ֶ ֨ ‫ַֹֽֽׁ֠ויִ מצְאוְאֶ ת־אֲד ִנ‬
:‫הפְ ִר ִ ֹֽׁזי‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 1

váímtzêu et-adoní vézeq bêvézeq, vaílajamú bó; vaiakú et-hákêna'aní vêet-


hapêrizí.

En Bezec hallaron a Adonibezec y combatieron contra él. Y derrotaron a los


cananeos y a los ferezeos.
(6)
ְ‫אֹותֹוְוַֹֽֽׁיקצְ ֻׁ֔צוְאֶ ת־בְהנָּ֥ ֹות‬ ֹֽׁ ‫יְבזֶקְוַֹֽֽׁיִ רדְ ָ֖פ‬
ֻׁ֔ ְ‫וְאח ָ ֲֹ֑ריוְו ֹֽׁיאחֲז֣ ו‬ ֶ ֻׁ֔ ִ‫ו ָ֨ינָס֙ ְא ֲ֣דנ‬
:‫י ָ ָָ֖דיוְוְרג ָ ֹֽׁליו‬
vaiánas adóni vézeq, váirdêfú ájaráv; vaiójazú otó, váiqatzêtzú, et-bêhonót
iadáv vêragláv.

Adonibezec huyó, pero lo persiguieron, lo capturaron y le cortaron los


pulgares de sus manos y de sus pies.
(7)
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ִ֜ ‫יהםְוְרגל‬
ֶ ֨ ֵ‫ֶקְשב ִ ֣עיםְ׀ְמְל ִ֡ ִָכיםְבְֹֽׁהנֹותְ֩יְד‬ ִ ‫י־בז‬ ֶ ִ֗ ִ‫ו ֣יאמֶ רְא ֲֹֽׁדנ‬
ְ‫ם־לי‬
ָ֖ ִ ‫ָּ֥ןְשל‬
ִ ֵ‫יתיְכ‬
ִ ‫ֲשרְע ֻׁ֔ ִָש‬
֣ ֶ ‫יְכא‬
ֹֽׁ ‫ְתחתְשלחָ ֻׁ֔ ִנ‬ ֣ ֙‫מְקצָ ִ֗ ִציםְהָ י֤ וְמְלקְ ִטים‬
‫ פ‬:ְ‫תְשם‬ ֹֽׁ ָ ָ‫ֱֹלהיםְויבִ יאָּ֥הוְיְ ֹֽׁרושָ ָ֖ל ִםְויָ ָּ֥מ‬ ֹ֑ ִ ‫א‬
vaiómer adóni-vézeq shiv'ím | mêlajím bêhonot iêdeihém vêragleihém
mêqutzatzím haíu mêlaqêtim tájat shuljaní, káashér 'asíti, kén shilam-lí
elohím; vaiviúhu iêrúshaláim vaiámat shám .

Entonces dijo Adonibezec: 'Setenta reyes con los pulgares de sus manos y de
sus pies cortados recogían las migajas debajo de mi mesa. Tal como yo hice,
así me ha pagado Elohim.' Y lo llevaron a Ierushalaim [Jerusalén], donde
murió.
(8)
ְ‫י־ח ֶֹ֑רב‬
ָ ִ‫וְאֹותּהְויכָ֖ והָ ְלְפ‬
ָ ֻׁ֔ ‫ויִ ָ ֹֽׁלח ֲ֤מוְבְ ֵנֹֽׁי־יְהודָ ה֙ ְבִ ֣ירושָ ֻׁ֔ל ִםְויִ לכְ ֣ד‬
:‫ירְשלְ ָּ֥חוְבָ ֵ ֹֽׁאש‬
ִ ‫וְאֶ ת־הָ ִ ָ֖ע‬
vailájamú vênéi-iêhudah birúshaláim, vailkêdú otáĥ, vaiakúha lêfi-járev; vêet-
ha'ír shilêjú vaésh.

Entonces los hijos de Iehudá [Judá] combatieron contra Ierushalaim


[Jerusalén], la tomaron, la hirieron a filo de espada y prendieron fuego a la
ciudad.
(9)
ְ‫ֹ֑יְיֹושבְהָ ֻׁ֔ ָהרְוְהנֶ ַָֽ֖גֶב‬
֣ ֵ ‫ָ֖םְבכְנע ֲִנ‬
ֹֽׁ ‫הודהְלְהִ ל ֵָח‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫ַֽרדו֙ ְבְנֵ ֣יְי‬
ְ ‫רְי‬
ֹֽׁ ָ ‫וְא ִ֗ח‬
:‫וְהשְפ ָ ֵֹֽׁלה‬
vêajár iárêdú bênéi iêhudáh, lêhilajém bákêna'aní; ioshév hahár, vêhanégev
vêhashêfeláh.
1 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Y después los hijos de Iehudá [Judá] descendieron para combatir contra los
cananeos que habitaban en la región montañosa, en el Néguev y en la Sefela.
(10)
ְ‫יֹושבְבְחֶ ב ֻׁ֔רֹוןְוְשֵ ם־חֶ ב ָּ֥רֹוןְלְפ ִָנָ֖ים‬
֣ ֵ ‫ל־הכְנעֲנִ י֙ ְה‬
ֹֽׁ ֶ‫הודהְא‬
ָ ִ֗ ְ‫ויֵ ֣לְֶךְי‬
:‫ימןְוְאֶ ת־תל ָ ֹֽׁמי‬
ָ֖ ִ‫קִ רי֣תְארבֹ֑עְויכִ֛ וְאֶ ת־שֵ ָּ֥שיְוְאֶ ת־אֲח‬
vaiélej iêhudáh el-hákêna'aní haioshév bêjevrón, vêshem-jevrón lêfaním qiriát
arbá'; vaiakú et-sheshái vêet-ajimán vêet-talmái.

Luego marchó Iehudá [Judá] contra los cananeos que habitaban en Hebrón y
derrotó a Sesai, a Ajimán y a Talmai. [Antes el nombre de Hebrón era Quiriat-
arba.]
(11)
:‫ת־ספֶר‬
ֹֽׁ ֵ ‫ְֶךְמשָֻׁ֔ םְאֶ ל־יֹֽׁ ֹוש ֵבָ֖יְדְ ִ ֹ֑בירְוְשֵ ם־דְ ִ ָּ֥בירְלְפ ִָנָ֖יםְקִ רי‬
ִ ‫ויֵ ֣ל‬
vaiélej mishám, el-íoshvéi dêvír; vêshem-dêvír lêfaním qiriat-séfer.

De allí marchó contra los habitantes de Debir. [Antes el nombre de Debir era
Quiriat-séfer.]
(12)
‫ת־ספֶרְולכ ָ ָֹ֑דּהְוְנ ָָּ֥ת ִתיְלִ֛ ֹוְאֶ ת־‬
ָ֖ ֵ ‫ו ֣יאמֶ רְ ָכ ֵֻׁ֔לבְאֲשֶ ר־יכֶ ָּ֥הְאֶ ת־קִ רי‬
:‫עכ ָסָּ֥הְבִ ִ ָ֖תיְלְ ִא ָ ֹֽׁשה‬
vaiómer kalév, asher-iakéh et-qiriat-séfer uljadáĥ; vênatáti ló et-'ajsáh vití
lêisháh.

Entonces Caleb dijo: –Al que ataque y tome Quiriat-séfer, yo le daré por
mujer a mi hija Acsa.
(13)
‫ןְמ ֶ ֹ֑מנוְויִ תֶ ן־לִ֛ ֹוְאֶ ת־‬
ִ ‫יאלְבֶ ן־קְ ֻׁ֔נזְא ִ ֲָּ֥חיְכָלֵ ָ֖בְהקָ ֣ט‬ ֣ ֵ ִ‫וַֹֽֽׁיִ לכְדָ ּה֙ ְעְתנ‬
:‫עכ ָסָּ֥הְבִ ָ֖תֹוְלְ ִא ָ ֹֽׁשה‬
váilkêdaĥ 'otniél ben-qênáz, ají jalév haqatón miménu; vaiten-ló et-'ajsáh vitó
lêisháh.

Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, fue quien la tomó. Y Caleb
le dio por mujer a su hija Acsa.
(14)
ְ‫יהְהשָ ֻׁ֔ ֶדהְו ִתצנָ֖חְמֵ ע֣ל‬
ָ֙ ‫לְמאֵ ת־אָ ִ֨ב‬
ֹֽׁ ֵ ‫יתהו֙ ְלִ ש ֤א‬ ֵ ֨ ‫בֹואּהְותְ ִס‬
ָ ִ֗ ְ‫וי ִ ֣היְב‬
:‫ה־לְך‬ ֹֽׁ ָ ‫ֹֽׁהח ֲֹ֑מֹורְו ֹֽׁיאמֶ ר־לָ ָּּ֥הְכָלֵ ָ֖בְמ‬
vaihí bêvoáĥ vatêsitéhú lishól méet-avíhá hasadéh, vatitznáj me'ál hájamór;
vaiómer-láĥ kalév mah-láj.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 1

Y aconteció que cuando ella llegó, le persuadió a que pidiese a su padre un


campo. Entonces ella hizo señas desde encima del asno, y Caleb le preguntó:
–¿Qué quieres?
(15)
ְ‫הְליְגל֣ ת‬
ָ֖ ִ ‫יְא ֶרץְה ֶ֨נגֶב֙ ְנְת ֻׁ֔ ָתנִ יְוְ ָנֹֽׁת ָ ָּ֥ת‬
֤ ֶ ‫הְכ‬
֣ ִ ‫ה־ליְבְ ָר ִָ֗כ‬
֣ ִ ָ‫רְלֹוְ ָ ֹֽׁהב‬
ִ֜ ֶ‫ו ֨תאמ‬
‫פ‬:‫ָ ֹ֑מיִ םְויִ תֶ ן־לָ ּ֣הְ ָכ ִֵ֗לבְאֵֵ֚ תְגל֣ תְעִ לִֻׁ֔ יתְוְ ֵ ָ֖אתְגלָּ֥ תְתח ִ ֹֽׁתית‬
vatómer ló hávah-lí vêrajáh kí éretz hanégev nêtatáni, vênátatáh lí gulót máim;
vaiten-láĥ kalév ét gulót 'ilít, vêét gulót tajtít.

Ella le respondió: –Hazme un favor: Ya que me has dado tierra en el Néguev,


dame también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y
las fuentes de abajo.
(16)
ְ‫הְמדב֣ר‬
ִ ‫הוד‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫ובנֵ ֣יְקֵ ינִ יְ֩ח ֨ ֵתןְמשִֶ֜ הְע ָ֨לוְמֵ ִ ֤עירְהתְמָ ִרים֙ ְאֶ ת־בְנֵ ֣יְי‬
:‫ֲשרְבְנֶ ַֽ֣גֶבְע ָ ֲֹ֑רדְויֵ ָ֖לְֶךְויֵ ָּ֥שֶ בְאֶ ת־הָ ָ ֹֽׁעם‬
ָ֖ ֶ ‫הודהְא‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫י‬
uvnéi qeiní jotén moshéh 'alú me'ír hatêmarim et-bênéi iêhudáh, midbár
iêhudáh, ashér bênégev 'arád; vaiélej vaiéshev et-ha'ám.

Los descendientes del queneo, suegro de Moshé [Moisés], subieron con los
hijos de Iehudá [Judá] de la Ciudad de las Palmeras al desierto de Iehudá
[Judá] que está en el Néguev de Arad, y fueron y habitaron con el pueblo.
(17)
ְ‫ָ֖יְיֹושבְצְפֹ֑ת‬
֣ ֵ ‫ת־הכְנע ֲִנ‬ ֹֽׁ ֶ‫ת־שמע֣ ֹוןְאָ ִֻׁ֔חיוְויכּ֕ וְא‬
ִ ֶ‫ויֵ ֤לְֶךְיְהודָ ה֙ ְא‬
:‫ימוְאֹותּהְויִ ק ָ ָּ֥ראְאֶ ת־שֵ ם־הָ ִ ָ֖עירְחְר ָ ֹֽׁמה‬
ָ ֻׁ֔ ‫ו ֹֽׁיח ִ ֲ֣ר‬
vaiélej iêhudah et-shim'ón ajív, vaiakú et-hákêna'aní ioshév tzêfát; vaiájarímu
otáĥ, vaiqrá et-shem-ha'ír jormáh.

Después fue Iehudá [Judá] con su hermano Simeón, y derrotaron a los


cananeos que habitaban en Sefat, y la destruyeron. Y pusieron por nombre a la
ciudad Horma.
(18)
ְ‫ויִ ל ֤כדְיְהודָ ה֙ ְאֶ ת־עזָ ֣הְוְאֶ ת־גְבו ָֻׁ֔לּהְוְ ֶ ֹֽׁאת־אשקְלָ֖ ֹוןְוְאֶ ת־גְבולָ ֹּ֑ה‬
:‫בולּה‬
ֹֽׁ ָ ְ‫וְאֶ ת־עֶק ָ֖רֹוןְוְאֶ ת־ג‬
vailkód iêhudah et-'azáh vêet-gêvuláĥ, vêét-ashqêlón vêet-gêvuláĥ; vêet-
'eqrón vêet-gêvuláĥ.

Iehudá [Judá] también tomó Gaza con su territorio, Ascalón con su territorio y
Ecrón con su territorio.
1 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(19)
ְ‫ת־ישְ ֵב֣י‬
ֹֽׁ ֶ‫הֹוריש֙ ְא‬
ִ ְ‫יְלאְל‬
֤ ‫ֹ֑רְכ‬
֣ ִ ‫הודהְו ָ֖י ֶרשְאֶ ת־הָ ָה‬ ָ ֻׁ֔ ְ‫וי ִ ֤היְיהוָה֙ ְאֶ ת־י‬
:ְ‫י־רכֶבְברזֶ ָ֖לְל ֶ ָֹֽׁהם‬ ָּ֥ ֶ ִ‫הָ ֵֻׁ֔עמֶ קְכ‬
vaihí Adonai et-iêhudáh, vaióresh et-hahár; kí ló lêhorish et-ióshêvéi ha'émeq,
ki-réjev barzél lahém .

El Eterno estaba con Iehudá [Judá], y éste tomó posesión de la región


montañosa. Pero no pudo echar a los habitantes del valle, porque éstos tenían
carros de hierro.
(20)
‫שְמשָֻׁ֔ םְאֶ ת־‬
ִ ‫רְד ֶב֣רְמ ֶ ֹ֑שהְוי֣ ֶֹור‬
ִ ‫ֲש‬ ֹֽׁ ‫ויִ תְנ֤ וְלְ ָכלֵב֙ ְאֶ ת־חֶ ב ֻׁ֔ר‬
ָ֖ ֶ ‫ֹוןְכא‬
:‫ָּ֥יְהע ֲָנֹֽׁק‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ֹלשהְבְנ‬
ָ֖ ָ ְ‫ש‬
vaitênú lêjalev et-jevrón, káashér dibér moshéh; vaióresh mishám, et-
shêlosháh bênéi há'anáq.

Después dieron Hebrón a Caleb, como Moshé [Moisés] había dicho. Y él echó
de allí a los tres hijos de Anac.
(21)
ְ‫בוסי‬
ִִ֜ ‫אְהֹורישוְבְנֵ ֣יְבִ ני ִ ָֹ֑מןְו ֵ֨ישֶ בְהי‬
ָ֖ ִ ‫םְל‬
ָּ֥ ִ ‫בוסי֙ ְי ֵ ֣שבְיְ ֹֽׁרושָ ֻׁ֔ל‬
ִ ‫וְאֶ ת־הי‬
‫ פ‬:‫אֶ ת־בְנֵ ֤יְבִ ני ִָמן֙ ְבִ ֣ירושָ ֻׁ֔ל ִםְעָ֖דְהיָּ֥ ֹוםְה ֶזֹֽׁה‬
vêet-haivusí ioshév iêrúshaláim, ló horíshu bênéi viniamín; vaiéshev haivusí
et-bênéi viniamin birúshaláim, 'ád haióm hazéh.

Pero los hijos de Benjamín no pudieron echar a los jebuseos que habitaban en
Ierushalaim [Jerusalén]. Así que los jebuseos han habitado con los hijos de
Benjamín en Ierushalaim [Jerusalén], hasta el día de hoy.
(22)
:ְ‫ית־אלְוֹֽׁיהוָ ָ֖הְעִ ָ ֹֽׁמם‬
ֹ֑ ֵ ‫ָ֖םְב‬
ֹֽׁ ֵ ‫ם־ה‬
ֵ ‫ית־יֹוסףְג‬
ִ֛ ֵ ֵ‫ו ֹֽׁיעֲלָּ֧ וְב‬
vaiá'alú veit-ioséf gam-hém béit-él; váAdonai 'imám .

También los de la casa de Iosef [José] subieron contra Betel, y el Eterno


estuvo con ellos.
(23)
:‫ית־אלְוְשֵ ם־הָ ִ ָּ֥עירְלְפ ִָנָ֖יםְלֹֽׁ וז‬
ֹ֑ ֵ ‫ית־יֹוסףְבְ ֵ ֹֽׁב‬
ָ֖ ֵ ֵ‫וי ִ ָָּ֥תירוְב‬
vaiatíru veit-ioséf bêvéit-él; vêshem-ha'ír lêfaním lúz.

Los de la casa de Iosef [José] hicieron un reconocimiento de Betel. [Antes el


nombre de la ciudad era Luz.]
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 1

(24)
‫רוְלֹוְהר ֵ ֤אנוְנָא֙ ְאֶ ת־‬
ִ֗ ‫֣אְמן־הָ ִ ֹ֑עירְו ֣יאמ‬
ִ ‫יֹוצ‬ ֵ ְ‫יםְאיש‬ָ֖ ִ ‫ויִ ראו֙ ְה ֣שמ ִ ֻׁ֔ר‬
:‫ְחסֶ ד‬
ֹֽׁ ָ ָ֖‫מְ ֣בֹואְהָ ֻׁ֔ ִעירְוְע ִ ָָּ֥שינוְעִ מְך‬
vairú hashómrím, ísh iotzé min-ha'ír; vaiómru ló harénu na et-mêvó ha'ír,
vê'asínu 'imêjá jásed.

Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: 'Por favor,
muéstranos la entrada de la ciudad, y tendremos misericordia de ti.'
(25)
ְ‫י־ח ֶֹ֑רבְוְאֶ ת־הָ ִ ָּ֥איש‬
ָ ִ‫ויראֵ ם֙ ְאֶ ת־מְ ֣בֹואְהָ ֻׁ֔ ִעירְויכָּ֥ וְאֶ ת־הָ ִ ָ֖עירְלְפ‬
:‫ֹוְש ֵ ֹֽׁלחו‬
ִ ‫ל־משפח ָ֖ת‬ ִ ְ‫וְאֶ ת־כ‬
vaiarem et-mêvó ha'ír, vaiakú et-ha'ír lêfi-járev; vêet-haísh vêet-kol-mishpajtó
shiléju.

Él les mostró la entrada de la ciudad, y ellos la hirieron a filo de espada; pero


dejaron libre a aquel hombre y a toda su familia.
(26)
֣ ‫ןְעירְויִ ק ָ ֤ראְשְמָ ּה֙ ְֻׁ֔ל‬
ְ‫וזְהואְשְ ֻׁ֔ ָמּה‬ ִ ִ֗ ֶ‫ץְהחִ ִ ֹ֑תיםְו ִי֣ב‬
ֹֽׁ ‫ישְא ֶר‬
ָ֖ ֶ ‫ויֵ ֣לְֶךְהָ ִֻׁ֔א‬
‫ פ‬:‫עָ֖דְהיָּ֥ ֹוםְה ֶזֹֽׁה‬
vaiélej haísh, éretz hájitím; vaíven 'ír vaiqrá shêmaĥ lúz, hú shêmáĥ, 'ád haióm
hazéh.

El hombre se fue a la tierra de los heteos y edificó una ciudad a la que llamó
Luz; éste es su nombre hasta el día de hoy.
(27)
‫יהְוְאֶ ת־תע ֣נְַֽךְוְאֶ ת־‬ ָָ֮ ֶ‫א־הֹורישְמְנשִֶ֗ הְאֶ ת־בֵ ית־שְ ָ ֣אןְוְאֶ ת־בְנֹות‬ ִ֣ ‫וְ ֹֽׁל‬
ְ ֙‫נֹותיהָ ְוְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֵב֤יְיִ בלְעָם‬ ֶ ִ֗ ְ‫בְנתֶ יהָ ְוְאֶ ת־יושבְ(יֹֽׁ ֹוש ֨ ֵבי)ְדִ֜ ֹורְוְאֶ ת־ב‬
ְ‫ָשבֶ ת‬ָ֖ ֶ ‫ְ֙הכְנע ֻׁ֔ ֲִניְל‬
ֹֽׁ ‫נֹותיהָ ְוי֨ ֹואֶ ל‬ֹ֑ ֶ ְ‫וְאֶ ת־בְנ ֻׁ֔ ֶתיהָ ְוְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֵבָּ֥יְמְגִ ָ֖דֹוְוְאֶ ת־ב‬
:‫בָ ָ ָּ֥א ֶרץְה ֹֽׁזאת‬
vêló-horísh mênashéh et-beit-shêán vêet-bênoteihá vêet-ta'náj vêet-bênoteihá
vêet-ivsv (íoshvéi) dór vêet-bênotéiha vêet-íoshvéi ivlê'am vêet-bênotéiha,
vêet-íoshvéi mêgidó vêet-bênotéiha; vaióel hákêna'aní, lashévet baáretz
hazót.

Pero Menashé [Manasés] no pudo echar a los habitantes de Bet-seán y sus


aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los de
Ibleam y sus aldeas, ni a los de Meguido y sus aldeas. Más bien, los cananeos
persistieron en habitar en aquella tierra.
1 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(28)
ְ‫ישְלא‬
ָּ֥ ‫הֹור‬
ָ֖ ֵ ְ‫ת־הכְנע ֲִנָ֖יְל ָֹ֑מסְו‬
ֹֽׁ ֶ‫ְכי־חָ ז֣קְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְויָ ָּ֥שֶ םְא‬
ֹֽׁ ִ ֙‫וַֹֽֽׁיהִ י‬
‫ ס‬:‫ישֹו‬ ֹֽׁ ‫ֹֽׁה ִֹור‬
váihí kí-jazáq israél, vaiásem et-hákêna'aní lamás; vêhoréish ló hórishó.

Sin embargo, aconteció que cuando Israel llegó a ser fuerte, sometió a los
cananeos a tributo laboral, pero no los echó del todo.
(29)
ְ‫בְהכְנע ֲִנִ֛י‬
ֹֽׁ ֶ‫יֹושבְבְגָ ַֹֽ֑זֶרְויֵ ָּ֧ש‬
֣ ֵ ‫ת־הכְנע ֲִנָ֖יְה‬
ֹֽׁ ֶ‫אְהֹורישְא‬
ֻׁ֔ ִ ‫ְל‬ ֣ ֙‫וְאֶ פ ֨ריִ ם‬
‫ ס‬:‫בְקִ ר ָ֖בֹוְבְ ָגַֹֽֽׁזֶר‬
vêefráim ló horísh, et-hákêna'aní haioshév bêgázer; vaiéshev hákêna'aní
bêqirbó bêgázer.

Tampoco Efraín pudo echar a los cananeos que habitaban en Gezer, sino que
los cananeos habitaron en medio de ellos, en Gezer.
(30)
ְ‫ָ֖יְנהֲֹלֹ֑ לְויֵ ֤שֶ ב‬
ֹֽׁ ‫אְהֹוריש֙ ְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֵב֣יְקִ ט ֻׁ֔רֹוןְוְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֵב‬ ִ ‫ןְל‬
֤ ‫בול‬ ִ֗ ְ‫ז‬
‫ ס‬:ְ‫ֹֽׁהכְנעֲנִ י֙ ְבְקִ ר ֻׁ֔בֹוְו ִ ֹֽׁיהיָ֖ וְל ָֹֽׁמס‬
zêvulún ló horish et-íoshvéi qitrón, vêet-íoshvéi náhalól; vaiéshev hákêna'aní
bêqirbó, vaíhíu lamás .

Tampoco Zabulón pudo echar a los habitantes de Quitrón ni a los habitantes


de Nahalal. Los cananeos habitaron en medio de ellos, pero fueron sometidos
a tributo laboral.
(31)
ְ‫ת־ישְ ֵב֣יְעכֻׁ֔ ֹוְוְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֵבָ֖יְצִ ֹ֑ידֹוןְוְאֶ ת־אחלָ ֤ב‬
ֹֽׁ ֶ‫אְהֹוריש֙ ְא‬
ִ ‫רְל‬
֤ ִֵ֗‫אָ ש‬
:‫ת־ר ֹֽׁחב‬
ְ ֶ‫וְאֶ ת־אכזִיב֙ ְוְאֶ ת־חֶ ל ֻׁ֔ ָבהְוְאֶ ת־א ִ ֲָ֖פיקְוְא‬
ashér ló horish et-ióshêvéi 'akó, vêet-íoshvéi tzidón; vêet-ajláv vêet-ajziv vêet-
jelbáh, vêet-afíq vêet-rêjóv.

Tampoco Aser pudo echar a los habitantes de Aco, ni a los habitantes de


Sidón, ni de Ajlab, ni de Acziv, ni de Helba, ni de Afec, ni de Rejob.
(32)
‫ ס‬:‫ישֹו‬
ֹֽׁ ‫אְה ִֹור‬
ֹֽׁ ‫יְל‬
ָּ֥ ‫ץְכ‬
ָ֖ ִ ‫ָ֖יְישְ ֵב֣יְהָ ָ ֹ֑א ֶר‬
ֹֽׁ ‫בְהכְנע ֲִנ‬
ֹֽׁ ‫ו ֵ֨ישֶ ב֙ ְהָ ָ ֣אשֵ ִ ֻׁ֔ריְבְ ֶ ָּ֥ק ֶר‬
vaiéshev haásherí, bêqérev hákêna'aní ióshêvéi haáretz; kí ló hórishó.

Los de Aser vivieron entre los cananeos, habitantes de aquella tierra, porque
no los pudieron echar.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 1, 2

(33)
ְ‫ת־ישְ ֵב֣יְבֵ ית־ ֲע ָֻׁ֔נת‬
ֹֽׁ ֶ‫֤יְבית־שֶ֨ מֶ ש֙ ְוְא‬ ֹֽׁ ֵ ‫ת־ישְ ֵב‬ ֹֽׁ ֶ‫א־הֹורישְא‬ ִ֞ ִ ‫יְל‬ ֹֽׁ ִִ֗‫נפתָ ל‬
ְ‫ְוב֣יתְ ֲע ָֻׁ֔נת‬
ֵ ֙‫֤יְבית־שֶ֨ מֶ ש‬
ֹֽׁ ֵ ‫ָ֖יְישְ ֵב֣יְהָ ָ ֹ֑א ֶרץְוְ ֹֽׁישְ ֵב‬
ֹֽׁ ‫בְהכְנע ֲִנ‬ ֹֽׁ ‫ו ֵּ֕ישֶ בְבְ ֶ ָּ֥ק ֶר‬
:‫הָ יָּ֥ וְל ֶָהָ֖םְל ָֹֽׁמס‬
naftalí ló-horísh et-ióshêvéi véit-shémesh vêet-ióshêvéi veit-'anát, vaiéshev
bêqérev hákêna'aní ióshêvéi haáretz; vêióshêvéi véit-shémesh uvéit 'anát, haíu
lahém lamás.

Tampoco Neftalí pudo echar a los habitantes de Bet-semes, ni a los de Bet-


anat, sino que habitó entre los cananeos que habitaban en la tierra. Los
habitantes de Bet-semes y los de Bet-anat fueron sometidos a tributo laboral.
(34)
:‫י־לאְנְתָ נָ֖ ֹוְל ֶ ָָּ֥רדֶ תְל ֵ ָֹֽׁעמֶ ק‬
ָּ֥ ִ‫ֵי־דןְהָ ָה ָֹ֑רהְכ‬ ֹֽׁ ָ ‫ויִ לח ֲָּ֧צ‬
ָ֖ ָ ‫וְהאֱמ ִ ִ֛ריְאֶ ת־בְנ‬
vailjatzú háemorí et-bênei-dán hahárah; ki-ló nêtanó larédet la'émeq.

Los amorreos contuvieron a los hijos de Dan en la región montañosa, y no


permitieron que bajaran al valle.
(35)
ְ‫ר־ח ֶרסְבְאיָלָ֖ ֹוןְוב ֹֽׁשעל ִ ֹ֑ביםְו ִתכבד֙ ְי֣ד‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ָשבֶ תְבְה‬ ֣ ֶ ‫לְהאֱמ ִרי֙ ְל‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫וי֤ ֹוא‬
:ְ‫ית־יֹוסףְו ִ ֹֽׁיהיָ֖ וְל ָֹֽׁמס‬
ֵ ֻׁ֔ ֵ‫ב‬
vaióel háemorí lashévet bêhar-jéres, bêaialón uvshá'alvím; vatijbad iád beit-
ioséf, vaíhíu lamás .

Los amorreos persistieron en habitar en el monte Heres, en Ajalón y en


Saalbín. Pero al llegar a ser fuerte la casa de Iosef [José], aquéllos fueron
sometidos a tributo laboral.
(36)
‫ פ‬:‫יםְמה ֶ ָ֖סלעְו ָ ָֹֽׁמעְלָה‬
ֹֽׁ ֵ ‫יְממעֲלֵ ָ֖הְעקר ִ ֹ֑ב‬
ֹֽׁ ִ ‫ְ֙האֱמ ִ ֻׁ֔ר‬
ֹֽׁ ָ ‫וגבול‬
ugvul háemorí, míma'aléh 'aqrabím; méhaséla' vamá'êlah.

La frontera de los amorreos se extendía desde la cuesta de Acrabim, desde


Sela hacia arriba.

Shofetim – Jueces Capitulo 2


(1)
ְ‫ְ֩א ֲע ֶ֨לה‬
ֹֽׁ ‫ִ֛הְמן־הגִ לגָ ָ֖לְאֶ ל־הב ִ ֹ֑כיםְ{פ}ויאמֶ ר‬ ִ ָ‫ויָּ֧עלְמלאְך־יהו‬
ְ ֙‫ֲשרְנִ ש ֨בע ִתי‬ ֤ ֶ ‫םְמ ִמצ ִ֗ריִ םְ ָוֹֽׁאָ ִ ֤ביאְאֶ תכֶם֙ ְאֶ ל־הָ ִ֗ ָא ֶרץְא‬
ִ ‫אֶ ת ִֶ֜כ‬
:ְ‫עֹולם‬
ֹֽׁ ָ ְ‫יְאתְכֶ ָ֖םְל‬ ִ ‫ית‬ ִ֛ ִ ‫רְלא־אָ פֵ ָּ֧רְבְ ִר‬
ֹֽׁ ‫םְוֹֽׁא ּ֕מ‬
ָ ‫לא ֲ֣בתֵ י ֶֻׁ֔כ‬
2 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiá'al malaj-Adonai min-hagilgál el-habojím; {f}vaiomer á'aléh etjém


mimitzráim váaví etjem el-haáretz ashér nishbá'tí laavóteijém, váomár ló-afér
bêrití itêjém lê'olám .

El enviado del Eterno subió de Gilgal a Boquim, y dijo: –Yo os saqué de


Egipto y os introduje en la tierra acerca de la cual había jurado a vuestros
padres diciendo: 'No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,
(2)
ְ‫יהָ֖ם‬
ֶ ֵ‫אתְמזבְ ֹֽׁחֹות‬
ִ ‫א־תכרְ ֤תוְבְ ִרית֙ ְלְיֹֽׁ ֹושבֵ י֙ ְהָ ָ ֣א ֶרץְה ֻׁ֔ז‬
ִ ‫םְל‬ ֹֽׁ ‫וְא ִ֗ ֶת‬
:‫יתם‬
ֹֽׁ ֶ ‫ה־זאתְע ֲִש‬ ָּ֥ ‫קֹוליְמ‬ ָ֖ ִ ְ‫ִתת ֹ֑צוןְוְ ֹֽׁלא־שְמע ֶ ָּ֥תםְב‬
vêatém ló-tijrêtú vêrit lêíoshveí haáretz hazót, mizbêjóteihém titotzún; vêló-
shêma'tém bêqolí mah-zót 'asitém.

con tal que vosotros no hagáis una alianza con los habitantes de esta tierra,
cuyos altares habréis de derribar.' Pero vosotros no habéis obedecido mi voz.
¿Por qué habéis hecho esto?
(3)
ְ‫םְמפְנֵיכֶ ֹ֑םְוְהָ י֤ וְ ָלכֶם֙ ְלְצִ ִֻׁ֔דים‬
ִ ‫שְאֹות‬
ָ֖ ָ ‫יְלא־ ֲאג ֵ ָָּ֥ר‬
ֹֽׁ ‫וְג֣םְאָ ֻׁ֔מר ִת‬
:ְ‫מֹוקש‬ֹֽׁ ֵ ְ‫םְיהיָּ֥ וְלָכֶ ָ֖םְל‬
ֹֽׁ ִ ‫יה‬
ֶ ֻׁ֔ ֵ‫וֵאֹל֣ ה‬
vêgám amárti, ló-agarésh otám mipêneijém; vêhaíu lajem lêtzidím,
velóheihém, íhíu lajém lêmoqésh .

Por eso yo digo también: No los echaré de delante de vosotros, sino que os
serán adversarios, y sus dioses os servirán de tropiezo.
(4)
ְ‫ֶהְאל־כְל־בְנֵ ָ֖יְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אל‬
ֹֽׁ ֶ ‫וי ִִ֗היְכְד ִ֞ ֵברְמל ֤אְךְיהוָה֙ ְאֶ ת־הדְבָ ִ ֣ריםְהָ ֻׁ֔ ֵאל‬
:ְ‫ויִ ש ָּ֥אוְהָ עָ ִ֛םְאֶ ת־קֹולָ ָ֖םְויִ בכֹֽׁ ו‬
vaihí kêdabér maláj Adonai et-hadêvarím haéleh, él-kol-bênéi israél; vaisú
ha'ám et-qolám vaivkú .

Aconteció que cuando el enviado del Eterno acabó de decir estas palabras a
todos los Hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.
(5)
‫ פ‬:ְ‫יהוֹֽׁה‬
ָ ‫םְל‬ ָ֖ ָ ְ‫וְשם־המָ ָּ֥קֹוםְה ָ֖הואְב ִ ֹ֑כיםְויִ זב‬
ֹֽׁ ‫חו־ש‬ ֹֽׁ ֵ ‫וַֹֽֽׁיִ קרְ ִ֛א‬
váiqrêú shém-hamaqóm hahú bojím; vaizbêju-shám láAdonai .

Por eso llamaron a aquel lugar Boquim. Y ofrecieron allí sacrificios al Eterno.
(6)
ְ‫לְאישְלְ ֹֽׁנ ֲחל ָָ֖תֹוְל ֶ ָָּ֥רשֶ ת‬
ָּ֥ ִ ‫וישלָּ֥חְיְהֹושָ֖עְאֶ ת־הָ עָ ֹ֑םְו ֵיֹֽׁלְכָּ֧ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛א‬
:‫אֶ ת־הָ ָ ֹֽׁא ֶרץ‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 2

vaishaláj iêhoshú'a et-ha'ám; vaiélêjú vênéi-israél ísh lênájalató laréshet et-


haáretz.

Cuando Iehoshúa [Josué] ya había despedido al pueblo, los Hijos de Israel se


fueron cada uno a su heredad para tomar posesión de la tierra.
(7)
ְ‫ְו ֣כלְ׀ְיְ ֵ ֣מיְהזְקֵ ִ֗ ִניםְאֲשֶ֨ ר‬
ְ ‫הְכלְיְ ֵ ֣מיְיְהֹושֹ֑ע‬ ָ֖ ‫ויֹֽׁעב ֤דוְהָ עָם֙ ְאֶ ת־יה ֻׁ֔ ָו‬
ְ ֙‫ל־מע ֵ ֲ֤שהְיהוָה‬ֹֽׁ ְ‫וְאתְכ‬ ֣ ֵ ‫רְר ִ֗א‬
ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫הֹושועְא‬ ֻׁ֔ ְ‫ְאח ֵ ֲ֣ריְי‬ ֹֽׁ ֙‫ֶ ֹֽׁהא ִ ֱ֤ריכוְי ִָמים‬
:ְ‫ָשהְלְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬ ָּ֥ ֶ ‫הגָדֻׁ֔ ֹולְא‬
vaiá'avdú ha'am et-Adonai, kól iêméi iêhoshú'a; vêjól | iêméi hazêqením ashér
héeríju iamim ájaréi iêhoshú'a, ashér raú ét kol-má'aséh Adonai hagadól, ashér
'asáh lêisraél .

El pueblo sirvió al Eterno todo el tiempo de Iehoshúa [Josué] y todo el tiempo


de los ancianos que sobrevivieron a Iehoshúa [Josué], quienes habían visto
todas las grandes obras que el Eterno había hecho por Israel.
(8)
:ְ‫ויָ ִ֛מָ תְיְהֹושָּ֥עְבִ ן־נָ֖ וןְעֶ ֣בֶ דְיהוָ ֹ֑הְבֶ ן־מֵ ָ ָּ֥אהְוָעֶ ָ֖שֶ רְשָ ִ ֹֽׁנים‬
vaiámat iêhoshú'a bin-nún 'éved Adonai; ben-meáh va'éser shaním .

Iehoshúa [Josué] hijo de Nun, siervo del Eterno, murió cuando tenía 110 años.
(9)
ְ‫םְמצְ ָ֖פֹון‬ ֶ ‫ויִ קבְ ֤רוְאֹותֹו֙ ְבִ ג ֣בולְ ֹֽׁנ ֲחל ָֻׁ֔תֹוְבְ ִתמנ‬
ִ ִ‫ת־ח ֶָ֖רסְבְה֣רְאֶ פ ָ ֹ֑רי‬
:‫ר־גֹֽׁעש‬
ָ ‫לְה‬
vaiqbêrú otó bigvúl nájalató, bêtimnat-jéres bêhár efráim; mitzêfón lêhar-
gá'ash.

Y lo sepultaron en el terreno de su heredad en Timnat-séraj, en la región


montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.
(10)
ְ‫יהם‬
ֶ ִ֗ ‫רְאח ֲֵר‬
ֹֽׁ ‫ֲבֹותיוְויָקָ םְ֩ד֨ ֹורְא ִ֜ ֵח‬ֹ֑ ָ ‫ואְנֹֽׁאֶ ס ָ֖פוְאֶ ל־א‬
ֶ ‫וְגם֙ ְכְל־ה ֣דֹורְה ֻׁ֔ה‬
ְ‫ָשהְלְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬
ָּ֥ ֶ ‫ת־המעֲשֶֻׁ֔ הְא‬ֹֽׁ ֶ‫א־יַֽדְעו֙ ְאֶ ת־יה ֻׁ֔ ָוהְוְגם֙ ְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲשרְל‬
ֶ֤ ‫א‬
‫פ‬:
vêgam kol-hadór hahú, néesfú el-avotáv; vaiaqam dór ajér ájareihém ashér lo-
iádê'ú et-Adonai, vêgam et-háma'aséh, ashér 'asáh lêisraél .

Y toda aquella generación fue también reunida con sus padres. Después de
ellos se levantó otra generación que no conocía al Eterno, ni la obra que él
había hecho por Israel.
2 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(11)
:ְ‫ו ֹֽׁיע ֲָּ֧שוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְאֶ ת־הָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְויֹֽׁעב ָ֖דוְאֶ ת־הבְע ִ ָֹֽׁלים‬
vaiá'asú vênéi-israél et-hará' bê'einéi Adonai; vaiá'avdú et-habê'alím .

Los Hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Eterno y sirvieron a los
Baales.
(12)
ְ‫ץְמצריִ ם‬ ִ ‫מֹוציאְאֹותָ םָ֮ ְמֵ ֶ ֣א ֶר‬ ֣ ִ ‫ֲבֹותםְה‬ ָ ִ֗ ‫ֱֹלה֣יְא‬
ֵ ‫ויֹֽׁעז ִ֞בוְאֶ ת־יהוָ ֣הְ׀ְא‬
ְ‫יהם‬
ֶ ֻׁ֔ ֵ‫֤יְהע ִמים֙ ְאֲשֶ ר֙ ְסְבִ ֣יבֹות‬
ֹֽׁ ָ ‫ֱֹלה‬
ֵ ‫יםְמא‬
ֹֽׁ ֵ ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ִ֗ר‬ ֣ ִ ‫וְאח ֵ ֲ֣ריְ׀ְא‬
ֹֽׁ ִ֞‫ו ֵיֹֽׁלְכ‬
:ְ‫הוֹֽׁה‬ ָ ‫ו ִ ֹֽׁישְתחֲוָ֖ וְל ֶָהֹ֑םְויכ ִ ָ֖עסוְאֶ ת־י‬
vaiá'azvú et-Adonai | elohéi avotám hamotzí otam meéretz mitzraim vaiélêjú
ájaréi | elohím ajerím méelohéi há'amim asher sêvivóteihém, vaíshêtajavú
lahém; vaiaj'ísu et-Adonai .

Abandonaron al Eterno, el Elohim de sus padres, que los había sacado de la


tierra de Egipto, y se fueron tras dioses ajenos, entre los dioses de los pueblos
que estaban en sus alrededores, ante los cuales se arrodillaron; y provocaron a
ira al Eterno.
(13)
:ְ‫ויֹֽׁעז ָ֖בוְאֶ ת־יהוָ ֹ֑הְויֹֽׁעב ָּ֥דוְלבָ֖עלְוְ ָ ֹֽׁלעשתָ ֹֽׁרֹות‬
vaiá'azvú et-Adonai; vaiá'avdú labá'al vêlá'ashtarót .

Abandonaron al Eterno, y sirvieron a Baal y a las Astartes.


(14)
ְ‫סוְאֹותםְוַֹֽֽׁיִ מכְ ֵ ִ֞רם‬
ֹ֑ ָ ‫ר־אףְיהוָה֙ ְבְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוַֹֽֽׁיִ תְנֵם֙ ְבְיד־ש ִֻׁ֔סיםְוי ָָ֖ש‬
֤ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
:ְ‫יהם‬ ֹֽׁ ֶ ֵ‫ָּ֥יְאֹויב‬
ֹֽׁ ֵ‫ֹודְלע ֲָ֖מדְלִ פנ‬
ֹֽׁ ‫וְע‬
ֻׁ֔ ֣‫ְמסָ ִֻׁ֔ביבְוְ ֹֽׁלא־יְכְל‬ ִ ֙‫֤דְאֹויבֵ יהֶ ם‬
ֹֽׁ ‫בְי‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél, váitênem bêiad-shosím, vaiashósu otám; váimkêrém
bêiád óiveihem misavív, vêló-iojêlú 'ód, lá'amód lifnéi óiveihém .

El furor del Eterno se encendió contra Israel, y los entregó en mano de


saqueadores que los saqueaban. Los abandonó en mano de sus enemigos de
alrededor, y ellos no pudieron resistir más ante sus enemigos.
(15)
ְ‫הְכאֲשֶ ר֙ ְִד ֶב֣רְיה ֻׁ֔ ָוה‬
ֹֽׁ ‫֣םְל ָר ָֻׁ֔ע‬
ְ ‫ה־ב‬ָ ָ‫ְהיְת‬ ֹֽׁ ָ ֙‫רְיֹֽׁצְ ִ֗אוְיד־יהוָה‬
ָ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫בְ ֣כלְ׀ְא‬
:ְ‫ֲשרְנִ שבָּ֥עְיהוָ ָ֖הְל ֶָהֹ֑םְויֵ ָּ֥צֶ רְל ֶָהָ֖םְמְ ֹֽׁאד‬ִ֛ ֶ ‫וְ ֹֽׁכא‬
bêjól | ashér iátzêú iad-Adonai háiêtah-bám lêra'áh, káasher dibér Adonai,
vêjáashér nishbá' Adonai lahém; vaiétzer lahém mêód .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 2

Dondequiera que salían, la mano del Eterno estaba contra ellos para mal,
como el Eterno les había dicho y como el Eterno les había jurado. Así los
afligió en gran manera.
(16)
:ְ‫יהם‬
ֹֽׁ ֶ ֵ‫ָ֖דְשס‬
ֹֽׁ ‫וםְמי‬
ִ ‫יע‬ֻׁ֔ ‫ֹוש‬
ִ ֣‫ָ֖הְשפְ ִ ֹ֑טיםְוי‬
ֹֽׁ ָ‫ויָ ַָּֽ֥קֶ םְיהו‬
vaiáqem Adonai shófêtím; vaióshi'úm, miád shóseihém .

Entonces el Eterno levantó jueces que los librasen de mano de los que les
saqueaban.
(17)
ְ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ֻׁ֔רים‬
֣ ִ ‫וְאח ֲֵרי֙ ְא‬ ֹֽׁ ִ֗‫עוְכיְזָנ‬
֣ ִ ‫ְלאְשָ ֻׁ֔ ֵמ‬ ֣ ֙‫ל־שפְטֵ יהֶ ם‬
ֹֽׁ ֶ‫וְג֤םְא‬
ְ‫ֲבֹותםְלִ ש ָּ֥מע‬ ִ֛ ָ ‫רְהלְכָּ֧ וְא‬
ֹֽׁ ָ ֶ֨‫רְמן־ה ִ֜ ֶד ֶרְךְאֲ ש‬
ִ ‫ֹ֑םְס֣רוְמ ִ֗ ֵה‬ ָ ‫ו ִ ֹֽׁישְתחֲוָ֖ וְל ֶָה‬
:ְ‫ָּ֥שוְכן‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫ִמצֹות־יהוָ ָ֖הְלא־ע‬
vêgám el-shófêteihem ló shamé'u, kí zanú ájareí elohím ajerím, vaíshêtajavú
lahém; sáru mahér min-hadérej ashér hálêjú avotám lishmó'a mitzot-Adonai
lo-'ásu jén .

Pero tampoco escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían tras dioses
ajenos ante los cuales se arrodillaban. Se apartaron pronto del camino por el
que habían andado sus padres, quienes habían obedecido los mandamientos
del Eterno. Ellos no lo hicieron así.
(18)
ְ ֙‫ֹושיעָם‬
ִ ‫ְשפְ ִטיםְוְהָ יָ ֤הְיהוָה֙ ְעִ ם־הש ֵֻׁ֔פטְוְ ֹֽׁה‬ ֹֽׁ ָ֮‫וְ ִ ֹֽׁכי־הֵ ֨ ִקיםְיהוָ ָּ֥הְ׀ְלָהֶ ם‬
ְ‫םְמפְנֵ ָּ֥י‬
ִ ‫ְמ ֹֽׁנאֲקָ ֻׁ֔ ָת‬
ִ ֙‫ֹ֑טְכי־יִ נ ֵָח֤םְיהוָה‬
ֹֽׁ ִ ֵ‫םְכלְיְ ֵ ֣מיְהשֹופ‬ ָ֖ ‫יה‬ ֶ ֻׁ֔ ֵ‫֣דְאיְב‬
ֹֽׁ ‫ִמי‬
:ְ‫יהם‬ֹֽׁ ֶ ֵ‫יהָ֖םְוְ ֹֽׁדחֲק‬ ֶ ֵ‫ֹלֹֽׁ חֲצ‬
vêjí-heqím Adonai | lahem shófêtim vêhaiáh Adonai 'im-hashofét, vêhóshi'am
miád óiêveihém, kól iêméi hashofét; kí-inajém Adonai mináaqatám, mipênéi
lójatzeihém vêdójaqeihém .

Cuando el Eterno les levantaba jueces, el Eterno estaba con el juez y los
libraba de mano de sus enemigos todo el tiempo de aquel juez. Porque el
Eterno se conmovía ante sus gemidos, a causa de los que los oprimían y
afligían.
(19)
ְ ֙‫ֶתְאח ֲֵרי‬
ֹֽׁ ‫ֲבֹותםְ ָל ִֶ֗לכ‬
ָ ֻׁ֔ ‫יתוְמא‬
ֹֽׁ ֵ ‫וְהָ יָ ֣הְ׀ְבְ ֣מֹותְהשֹו ִֵ֗פטְי ָ֨שבו֙ ְוְהִ ש ִ ֣ח‬
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ְמ ֣מעלְל‬ ִ ֙‫ֹ֑םְלאְהִ ֨ ִפילו‬֤ ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ֻׁ֔ריםְלְעְב ָ ָ֖דםְולהִ ש ֹֽׁתחֲוְ֣תְל ֶָה‬ ִ֣ ‫א‬
:ְ‫ומדרכָ ָ֖םְהקָ ָ ֹֽׁשה‬ִ
vêhaiáh | bêmót hashofét iashúvú vêhishjítu méavotám, laléjet ájareí elohím
ajerím, lê'ovdám ulhishtájavót lahém; ló hipílú mimá'alêleihém, umidarkám
2 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

haqasháh .

Pero acontecía que cuando moría el juez, ellos volvían atrás y se corrompían
más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles y para postrarse
ante ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino.
(20)
‫רְעבְ ִ֜רוְהג֣ ֹויְה ִֶ֗זהְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ָ ֶ֨‫ר־אףְיהוָ ָ֖הְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְו ִ֗יאמְֶרְיעןְ֩אֲש‬ָּ֥ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
:ְ‫קֹולי‬
ֹֽׁ ִ ְ‫אְשמְעָ֖ וְל‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲבֹותםְוְ ָּ֥ל‬
ָ ֻׁ֔ ‫יתיְאֶ ת־א‬ ִ ‫ֲשרְצִ ִ ֣ו‬
֣ ֶ ‫יתי֙ ְא‬
ִ ‫בְ ִר‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél; vaiómer ia'an ashér 'ávêrú hagói hazéh et-bêrití
ashér tzivíti et-avotám, vêló shámê'ú lêqolí .

Entonces el furor del Eterno se encendió contra Israel, y dijo: 'Puesto que este
pueblo ha quebrantado mi pacto que yo establecí con sus padres, y no ha
obedecido mi voz,
(21)
ְ‫גֹויִ֛םְאֲשֶ ר־עָזָּ֥ב‬
ִ ‫ֹ֑םְמן־ה‬
ִ ‫ֵיה‬ ֶ ‫ישְמפְנ‬
ִ ‫ישְא‬
ָ֖ ִ ‫הֹור‬
ָּ֥ ִ ְ‫אְאֹוסיףְל‬
ִֻׁ֔ ‫ְל‬
֣ ֙‫גם־אֲנִ י‬
:‫יְהֹושָ֖עְוי ָֹֽׁמת‬
gam-aní ló osíf, lêhorísh ísh mipêneihém; min-hagoím asher-'azáv iêhoshú'a
vaiamót.

tampoco yo volveré a echar de delante de ellos a ninguna de las naciones que


Iehoshúa [Josué] dejó cuando murió,
(22)
ְ‫ת־ד ֶרְךְיה ִ֜ ָוהְלָלֶ ֣ כֶת‬
ֶ ֨ ֶ‫ֹותְבָ֖םְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְה ֲֹֽׁשמְ ִ ֣ריםְהֵ םְ֩א‬
ָ ‫לְ ִ֛מעןְנ ָּ֥ס‬
:ְ‫ם־לא‬ ֹֽׁ ‫םְא‬ ִ ‫ֲבֹות‬ ָ֖ ָ ‫רְשמְ ָּ֥רוְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲש‬
ִ֛ ֶ ‫םְכא‬
ֹֽׁ ‫ִ֗ ָב‬
lêmá'an nasót bám et-israél; hashómêrím hem et-dérej Adonai laléjet bám
káashér shámêrú avotám im-ló .

para que por medio de ellas yo pruebe si Israel va a guardar o no el camino del
Eterno andando por él, como sus padres lo guardaron.'
(23)
ְ‫ישםְמ ֵהֹ֑רְוְ ָּ֥לאְנְתָ נָ ָ֖ם‬
ָ֖ ָ ‫יְה ִֹור‬
ֹֽׁ ‫גֹוי֣םְהָ ֻׁ֔ ֵאלֶהְלְבִ ל ִ ָּ֥ת‬
ִ ‫וינ֤חְיהוָה֙ ְאֶ ת־ה‬
‫ פ‬:ְ‫הֹושע‬
ֹֽׁ ְ‫בְיד־י‬
vaianáj Adonai et-hagoím haéleh, lêviltí hórishám mahér; vêló nêtanám bêiad-
iêhoshú'a .

Por eso el Eterno dejó allí a aquellas naciones y no las arrojó de una vez, ni las
entregó en mano de Iehoshúa [Josué].
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 3

Shofetim – Jueces Capitulo 3


(1)
ְ‫ְ֩א ֲע ֶ֨לה‬
ֹֽׁ ‫ִ֛הְמן־הגִ לגָ ָ֖לְאֶ ל־הב ִ ֹ֑כיםְ{פ}ויאמֶ ר‬ ִ ָ‫ויָּ֧עלְמלאְך־יהו‬
ְ ֙‫ֲשרְנִ ש ֨בע ִתי‬ ֤ ֶ ‫םְוֹֽׁאָ ִ ֤ביאְאֶ תכֶם֙ ְאֶ ל־הָ ִ֗ ָא ֶרץְא‬ ָ ִ‫םְמ ִמצ ִ֗רי‬
ִ ‫אֶ ת ִֶ֜כ‬
:ְ‫עֹולם‬
ֹֽׁ ָ ְ‫יְאתְכֶ ָ֖םְל‬ ִ ‫ית‬ ִ֛ ִ ‫רְלא־אָ פֵ ָּ֧רְבְ ִר‬
ֹֽׁ ‫םְוֹֽׁא ּ֕מ‬
ָ ‫לא ֲ֣בתֵ י ֶֻׁ֔כ‬
vaiá'al malaj-Adonai min-hagilgál el-habojím; {f}vaiomer á'aléh etjém
mimitzráim váaví etjem el-haáretz ashér nishbá'tí laavóteijém, váomár ló-afér
bêrití itêjém lê'olám .

El enviado del Eterno subió de Gilgal a Boquim, y dijo: –Yo os saqué de


Egipto y os introduje en la tierra acerca de la cual había jurado a vuestros
padres diciendo: 'No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,
(2)
ְ‫יהָ֖ם‬
ֶ ֵ‫אתְמזבְ ֹֽׁחֹות‬
ִ ‫א־תכרְ ֤תוְבְ ִרית֙ ְלְיֹֽׁ ֹושבֵ י֙ ְהָ ָ ֣א ֶרץְה ֻׁ֔ז‬
ִ ‫םְל‬ ֹֽׁ ‫וְא ִ֗ ֶת‬
:‫יתם‬
ֹֽׁ ֶ ‫ה־זאתְע ֲִש‬ ָּ֥ ‫קֹוליְמ‬ ָ֖ ִ ְ‫ִתת ֹ֑צוןְוְ ֹֽׁלא־שְמע ֶ ָּ֥תםְב‬
vêatém ló-tijrêtú vêrit lêíoshveí haáretz hazót, mizbêjóteihém titotzún; vêló-
shêma'tém bêqolí mah-zót 'asitém.

con tal que vosotros no hagáis una alianza con los habitantes de esta tierra,
cuyos altares habréis de derribar.' Pero vosotros no habéis obedecido mi voz.
¿Por qué habéis hecho esto?
(3)
ְ‫םְמפְנֵיכֶ ֹ֑םְוְהָ י֤ וְ ָלכֶם֙ ְלְצִ ִֻׁ֔דים‬
ִ ‫שְאֹות‬
ָ֖ ָ ‫יְלא־ ֲאג ֵ ָָּ֥ר‬
ֹֽׁ ‫וְג֣םְאָ ֻׁ֔מר ִת‬
:ְ‫מֹוקש‬ֹֽׁ ֵ ְ‫םְיהיָּ֥ וְלָכֶ ָ֖םְל‬
ֹֽׁ ִ ‫יה‬
ֶ ֻׁ֔ ֵ‫וֵאֹל֣ ה‬
vêgám amárti, ló-agarésh otám mipêneijém; vêhaíu lajem lêtzidím,
velóheihém, íhíu lajém lêmoqésh .

Por eso yo digo también: No los echaré de delante de vosotros, sino que os
serán adversarios, y sus dioses os servirán de tropiezo.
(4)
ְ‫ֶהְאל־כְל־בְנֵ ָ֖יְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אל‬
ֹֽׁ ֶ ‫וי ִִ֗היְכְד ִ֞ ֵברְמל ֤אְךְיהוָה֙ ְאֶ ת־הדְבָ ִ ֣ריםְהָ ֻׁ֔ ֵאל‬
:ְ‫ויִ ש ָּ֥אוְהָ עָ ִ֛םְאֶ ת־קֹולָ ָ֖םְויִ בכֹֽׁ ו‬
vaihí kêdabér maláj Adonai et-hadêvarím haéleh, él-kol-bênéi israél; vaisú
ha'ám et-qolám vaivkú .

Aconteció que cuando el enviado del Eterno acabó de decir estas palabras a
todos los Hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.
3 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(5)
‫ פ‬:ְ‫יהוֹֽׁה‬
ָ ‫םְל‬ ָ֖ ָ ְ‫וְשם־המָ ָּ֥קֹוםְה ָ֖הואְב ִ ֹ֑כיםְויִ זב‬
ֹֽׁ ‫חו־ש‬ ֹֽׁ ֵ ‫וַֹֽֽׁיִ קרְ ִ֛א‬
váiqrêú shém-hamaqóm hahú bojím; vaizbêju-shám láAdonai .

Por eso llamaron a aquel lugar Boquim. Y ofrecieron allí sacrificios al Eterno.
(6)
ְ‫לְאישְלְ ֹֽׁנ ֲחל ָָ֖תֹוְל ֶ ָָּ֥רשֶ ת‬
ָּ֥ ִ ‫וישלָּ֥חְיְהֹושָ֖עְאֶ ת־הָ עָ ֹ֑םְו ֵיֹֽׁלְכָּ֧ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛א‬
:‫אֶ ת־הָ ָ ֹֽׁא ֶרץ‬
vaishaláj iêhoshú'a et-ha'ám; vaiélêjú vênéi-israél ísh lênájalató laréshet et-
haáretz.

Cuando Iehoshúa [Josué] ya había despedido al pueblo, los Hijos de Israel se


fueron cada uno a su heredad para tomar posesión de la tierra.
(7)
ְ‫ְו ֣כלְ׀ְיְ ֵ ֣מיְהזְקֵ ִ֗ ִניםְאֲשֶ֨ ר‬
ְ ‫הְכלְיְ ֵ ֣מיְיְהֹושֹ֑ע‬ ָ֖ ‫ויֹֽׁעב ֤דוְהָ עָם֙ ְאֶ ת־יה ֻׁ֔ ָו‬
ְ ֙‫ל־מע ֵ ֲ֤שהְיהוָה‬ֹֽׁ ְ‫וְאתְכ‬ ֣ ֵ ‫רְר ִ֗א‬
ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫הֹושועְא‬ ֻׁ֔ ְ‫ְאח ֵ ֲ֣ריְי‬ ֹֽׁ ֙‫ֶ ֹֽׁהא ִ ֱ֤ריכוְי ִָמים‬
:ְ‫ָשהְלְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬ ָּ֥ ֶ ‫הגָדֻׁ֔ ֹולְא‬
vaiá'avdú ha'am et-Adonai, kól iêméi iêhoshú'a; vêjól | iêméi hazêqením ashér
héeríju iamim ájaréi iêhoshú'a, ashér raú ét kol-má'aséh Adonai hagadól, ashér
'asáh lêisraél .

El pueblo sirvió al Eterno todo el tiempo de Iehoshúa [Josué] y todo el tiempo


de los ancianos que sobrevivieron a Iehoshúa [Josué], quienes habían visto
todas las grandes obras que el Eterno había hecho por Israel.
(8)
:ְ‫ויָ ִ֛מָ תְיְהֹושָּ֥עְבִ ן־נָ֖ וןְעֶ ֣בֶ דְיהוָ ֹ֑הְבֶ ן־מֵ ָ ָּ֥אהְוָעֶ ָ֖שֶ רְשָ ִ ֹֽׁנים‬
vaiámat iêhoshú'a bin-nún 'éved Adonai; ben-meáh va'éser shaním .

Iehoshúa [Josué] hijo de Nun, siervo del Eterno, murió cuando tenía 110 años.
(9)
ְ‫םְמצְ ָ֖פֹון‬
ִ ִ‫ת־ח ֶָ֖רסְבְה֣רְאֶ פ ָ ֹ֑רי‬ ֹֽׁ ‫ויִ קבְ ֤רוְאֹותֹו֙ ְבִ ג ֣ב‬
ֶ ‫ולְנ ֲחל ָֻׁ֔תֹוְבְ ִתמנ‬
:‫ר־גֹֽׁעש‬
ָ ‫לְה‬
vaiqbêrú otó bigvúl nájalató, bêtimnat-jéres bêhár efráim; mitzêfón lêhar-
gá'ash.

Y lo sepultaron en el terreno de su heredad en Timnat-séraj, en la región


montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 3

(10)
ְ‫יהם‬
ֶ ִ֗ ‫רְאח ֲֵר‬
ֹֽׁ ‫ֲבֹותיוְויָקָ םְ֩ד֨ ֹורְא ִ֜ ֵח‬ֹ֑ ָ ‫ואְנֹֽׁאֶ ס ָ֖פוְאֶ ל־א‬
ֶ ‫וְגם֙ ְכְל־ה ֣דֹורְה ֻׁ֔ה‬
ְ‫ָשהְלְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬
ָּ֥ ֶ ‫ת־המעֲשֶֻׁ֔ הְא‬ֹֽׁ ֶ‫א־יַֽדְעו֙ ְאֶ ת־יה ֻׁ֔ ָוהְוְגם֙ ְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲשרְל‬
ֶ֤ ‫א‬
‫פ‬:
vêgam kol-hadór hahú, néesfú el-avotáv; vaiaqam dór ajér ájareihém ashér lo-
iádê'ú et-Adonai, vêgam et-háma'aséh, ashér 'asáh lêisraél .

Y toda aquella generación fue también reunida con sus padres. Después de
ellos se levantó otra generación que no conocía al Eterno, ni la obra que él
había hecho por Israel.
(11)
:ְ‫ו ֹֽׁיע ֲָּ֧שוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְאֶ ת־הָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְויֹֽׁעב ָ֖דוְאֶ ת־הבְע ִ ָֹֽׁלים‬
vaiá'asú vênéi-israél et-hará' bê'einéi Adonai; vaiá'avdú et-habê'alím .

Los Hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Eterno y sirvieron a los
Baales.
(12)
ְ‫ץְמצריִ ם‬ ִ ‫מֹוציאְאֹותָ םָ֮ ְמֵ ֶ ֣א ֶר‬ ֣ ִ ‫ֲבֹותםְה‬ ָ ִ֗ ‫ֱֹלה֣יְא‬
ֵ ‫ויֹֽׁעז ִ֞בוְאֶ ת־יהוָ ֣הְ׀ְא‬
ְ‫יהם‬
ֶ ֻׁ֔ ֵ‫֤יְהע ִמים֙ ְאֲשֶ ר֙ ְסְבִ ֣יבֹות‬
ֹֽׁ ָ ‫ֱֹלה‬
ֵ ‫יםְמא‬
ֹֽׁ ֵ ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ִ֗ר‬ ֣ ִ ‫וְאח ֵ ֲ֣ריְ׀ְא‬
ֹֽׁ ִ֞‫ו ֵיֹֽׁלְכ‬
:ְ‫הוֹֽׁה‬ ָ ‫ו ִ ֹֽׁישְתחֲוָ֖ וְל ֶָהֹ֑םְויכ ִ ָ֖עסוְאֶ ת־י‬
vaiá'azvú et-Adonai | elohéi avotám hamotzí otam meéretz mitzraim vaiélêjú
ájaréi | elohím ajerím méelohéi há'amim asher sêvivóteihém, vaíshêtajavú
lahém; vaiaj'ísu et-Adonai .

Abandonaron al Eterno, el Elohim de sus padres, que los había sacado de la


tierra de Egipto, y se fueron tras dioses ajenos, entre los dioses de los pueblos
que estaban en sus alrededores, ante los cuales se arrodillaron; y provocaron a
ira al Eterno.
(13)
:ְ‫ויֹֽׁעז ָ֖בוְאֶ ת־יהוָ ֹ֑הְויֹֽׁעב ָּ֥דוְלבָ֖עלְוְ ָ ֹֽׁלעשתָ ֹֽׁרֹות‬
vaiá'azvú et-Adonai; vaiá'avdú labá'al vêlá'ashtarót .

Abandonaron al Eterno, y sirvieron a Baal y a las Astartes.


(14)
ְ‫סוְאֹותםְוַֹֽֽׁיִ מכְ ֵ ִ֞רם‬
ֹ֑ ָ ‫ר־אףְיהוָה֙ ְבְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוַֹֽֽׁיִ תְנֵם֙ ְבְיד־ש ִֻׁ֔סיםְוי ָָ֖ש‬
֤ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
:ְ‫יהם‬ ֹֽׁ ֶ ֵ‫ָּ֥יְאֹויב‬
ֹֽׁ ֵ‫ֹודְלע ֲָ֖מדְלִ פנ‬
ֹֽׁ ‫וְע‬
ֻׁ֔ ֣‫ְמסָ ִֻׁ֔ביבְוְ ֹֽׁלא־יְכְל‬ ִ ֙‫֤דְאֹויבֵ יהֶ ם‬
ֹֽׁ ‫בְי‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél, váitênem bêiad-shosím, vaiashósu otám; váimkêrém
bêiád óiveihem misavív, vêló-iojêlú 'ód, lá'amód lifnéi óiveihém .
3 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

El furor del Eterno se encendió contra Israel, y los entregó en mano de


saqueadores que los saqueaban. Los abandonó en mano de sus enemigos de
alrededor, y ellos no pudieron resistir más ante sus enemigos.
(15)
ְ‫הְכאֲשֶ ר֙ ְִד ֶב֣רְיה ֻׁ֔ ָוה‬
ֹֽׁ ‫֣םְל ָר ָֻׁ֔ע‬
ְ ‫ה־ב‬ָ ָ‫ְהיְת‬ ֹֽׁ ָ ֙‫רְיֹֽׁצְ ִ֗אוְיד־יהוָה‬
ָ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫בְ ֣כלְ׀ְא‬
:ְ‫ֲשרְנִ שבָּ֥עְיהוָ ָ֖הְל ֶָהֹ֑םְויֵ ָּ֥צֶ רְל ֶָהָ֖םְמְ ֹֽׁאד‬ִ֛ ֶ ‫וְ ֹֽׁכא‬
bêjól | ashér iátzêú iad-Adonai háiêtah-bám lêra'áh, káasher dibér Adonai,
vêjáashér nishbá' Adonai lahém; vaiétzer lahém mêód .

Dondequiera que salían, la mano del Eterno estaba contra ellos para mal,
como el Eterno les había dicho y como el Eterno les había jurado. Así los
afligió en gran manera.
(16)
:ְ‫יהם‬
ֹֽׁ ֶ ֵ‫ָ֖דְשס‬
ֹֽׁ ‫וםְמי‬
ִ ‫יע‬ֻׁ֔ ‫ֹוש‬
ִ ֣‫ָ֖הְשפְ ִ ֹ֑טיםְוי‬
ֹֽׁ ָ‫ויָ ַָּֽ֥קֶ םְיהו‬
vaiáqem Adonai shófêtím; vaióshi'úm, miád shóseihém .

Entonces el Eterno levantó jueces que los librasen de mano de los que les
saqueaban.
(17)
ְ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ֻׁ֔רים‬
֣ ִ ‫וְאח ֲֵרי֙ ְא‬ ֹֽׁ ִ֗‫עוְכיְזָנ‬
֣ ִ ‫ְלאְשָ ֻׁ֔ ֵמ‬ ֣ ֙‫ל־שפְטֵ יהֶ ם‬
ֹֽׁ ֶ‫וְג֤םְא‬
ְ‫ֲבֹותםְלִ ש ָּ֥מע‬ ִ֛ ָ ‫רְהלְכָּ֧ וְא‬
ֹֽׁ ָ ֶ֨‫רְמן־ה ִ֜ ֶד ֶרְךְאֲ ש‬
ִ ‫ֹ֑םְס֣רוְמ ִ֗ ֵה‬ ָ ‫ו ִ ֹֽׁישְתחֲוָ֖ וְל ֶָה‬
:ְ‫ָּ֥שוְכן‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫ִמצֹות־יהוָ ָ֖הְלא־ע‬
vêgám el-shófêteihem ló shamé'u, kí zanú ájareí elohím ajerím, vaíshêtajavú
lahém; sáru mahér min-hadérej ashér hálêjú avotám lishmó'a mitzot-Adonai
lo-'ásu jén .

Pero tampoco escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían tras dioses
ajenos ante los cuales se arrodillaban. Se apartaron pronto del camino por el
que habían andado sus padres, quienes habían obedecido los mandamientos
del Eterno. Ellos no lo hicieron así.
(18)
ְ ֙‫ֹושיעָם‬
ִ ‫ְשפְ ִטיםְוְהָ יָ ֤הְיהוָה֙ ְעִ ם־הש ֵֻׁ֔פטְוְ ֹֽׁה‬ ֹֽׁ ָ֮‫וְ ִ ֹֽׁכי־הֵ ֨ ִקיםְיהוָ ָּ֥הְ׀ְלָהֶ ם‬
ְ‫םְמפְנֵ ָּ֥י‬
ִ ‫ְמ ֹֽׁנאֲקָ ֻׁ֔ ָת‬
ִ ֙‫ֹ֑טְכי־יִ נ ֵָח֤םְיהוָה‬
ֹֽׁ ִ ֵ‫םְכלְיְ ֵ ֣מיְהשֹופ‬ ָ֖ ‫יה‬ ֶ ֻׁ֔ ֵ‫֣דְאיְב‬
ֹֽׁ ‫ִמי‬
:ְ‫יהם‬ֹֽׁ ֶ ֵ‫יהָ֖םְוְ ֹֽׁדחֲק‬ ֶ ֵ‫ֹלֹֽׁ חֲצ‬
vêjí-heqím Adonai | lahem shófêtim vêhaiáh Adonai 'im-hashofét, vêhóshi'am
miád óiêveihém, kól iêméi hashofét; kí-inajém Adonai mináaqatám, mipênéi
lójatzeihém vêdójaqeihém .

Cuando el Eterno les levantaba jueces, el Eterno estaba con el juez y los
libraba de mano de sus enemigos todo el tiempo de aquel juez. Porque el
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 3

Eterno se conmovía ante sus gemidos, a causa de los que los oprimían y
afligían.
(19)
ְ ֙‫ֶתְאח ֲֵרי‬
ֹֽׁ ‫ֲבֹותםְ ָל ִֶ֗לכ‬
ָ ֻׁ֔ ‫יתוְמא‬
ֹֽׁ ֵ ‫וְהָ יָ ֣הְ׀ְבְ ֣מֹותְהשֹו ִֵ֗פטְי ָ֨שבו֙ ְוְהִ ש ִ ֣ח‬
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ְמ ֣מעלְל‬ ִ ֙‫ֹ֑םְלאְהִ ֨ ִפילו‬֤ ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ֻׁ֔ריםְלְעְב ָ ָ֖דםְולהִ ש ֹֽׁתחֲוְ֣תְל ֶָה‬ ִ֣ ‫א‬
:ְ‫ומדרכָ ָ֖םְהקָ ָ ֹֽׁשה‬ִ
vêhaiáh | bêmót hashofét iashúvú vêhishjítu méavotám, laléjet ájareí elohím
ajerím, lê'ovdám ulhishtájavót lahém; ló hipílú mimá'alêleihém, umidarkám
haqasháh .

Pero acontecía que cuando moría el juez, ellos volvían atrás y se corrompían
más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles y para postrarse
ante ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino.
(20)
‫רְעבְ ִ֜רוְהג֣ ֹויְה ִֶ֗זהְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ָ ֶ֨‫ר־אףְיהוָ ָ֖הְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְו ִ֗יאמֶ רְיעןְ֩אֲש‬ָּ֥ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
:ְ‫קֹולי‬
ֹֽׁ ִ ְ‫אְשמְעָ֖ וְל‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲבֹותםְוְ ָּ֥ל‬
ָ ֻׁ֔ ‫יתיְאֶ ת־א‬ ִ ‫ֲשרְצִ ִ ֣ו‬
֣ ֶ ‫יתי֙ ְא‬
ִ ‫בְ ִר‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél; vaiómer ia'an ashér 'ávêrú hagói hazéh et-bêrití
ashér tzivíti et-avotám, vêló shámê'ú lêqolí .

Entonces el furor del Eterno se encendió contra Israel, y dijo: 'Puesto que este
pueblo ha quebrantado mi pacto que yo establecí con sus padres, y no ha
obedecido mi voz,
(21)
ְ‫גֹויִ֛םְאֲשֶ ר־עָזָּ֥ב‬
ִ ‫ֹ֑םְמן־ה‬
ִ ‫ֵיה‬ ֶ ‫ישְמפְנ‬
ִ ‫ישְא‬
ָ֖ ִ ‫הֹור‬
ָּ֥ ִ ְ‫אְאֹוסיףְל‬
ִֻׁ֔ ‫ְל‬
֣ ֙‫גם־אֲנִ י‬
:‫יְהֹושָ֖עְוי ָֹֽׁמת‬
gam-aní ló osíf, lêhorísh ísh mipêneihém; min-hagoím asher-'azáv iêhoshú'a
vaiamót.

tampoco yo volveré a echar de delante de ellos a ninguna de las naciones que


Iehoshúa [Josué] dejó cuando murió,
(22)
ְ‫ת־ד ֶרְךְיה ִ֜ ָוהְלָלֶ ֣ כֶת‬
ֶ ֨ ֶ‫ֹותְבָ֖םְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְה ֲֹֽׁשמְ ִ ֣ריםְהֵ םְ֩א‬
ָ ‫לְ ִ֛מעןְנ ָּ֥ס‬
:ְ‫ם־לא‬ ֹֽׁ ‫םְא‬ ִ ‫ֲבֹות‬ ָ֖ ָ ‫רְשמְ ָּ֥רוְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲש‬
ִ֛ ֶ ‫םְכא‬
ֹֽׁ ‫ִ֗ ָב‬
lêmá'an nasót bám et-israél; hashómêrím hem et-dérej Adonai laléjet bám
káashér shámêrú avotám im-ló .

para que por medio de ellas yo pruebe si Israel va a guardar o no el camino del
Eterno andando por él, como sus padres lo guardaron.'
3, 4 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(23)
ְ‫ישםְמ ֵהֹ֑רְוְ ָּ֥לאְנְתָ נָ ָ֖ם‬
ָ֖ ָ ‫יְה ִֹור‬
ֹֽׁ ‫גֹוי֣םְהָ ֻׁ֔ ֵאלֶהְלְבִ ל ִ ָּ֥ת‬
ִ ‫וינ֤חְיהוָה֙ ְאֶ ת־ה‬
‫ פ‬:ְ‫הֹושע‬
ֹֽׁ ְ‫בְיד־י‬
vaianáj Adonai et-hagoím haéleh, lêviltí hórishám mahér; vêló nêtanám bêiad-
iêhoshú'a .

Por eso el Eterno dejó allí a aquellas naciones y no las arrojó de una vez, ni las
entregó en mano de Iehoshúa [Josué].

Shofetim – Jueces Capitulo 4


(1)
‫ֹותְבָ֖םְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְאֵֵ֚ תְכְל־‬
ָ ‫ֲשרְהִ ִנ֣יחְיה ֻׁ֔ ָוהְלְנ ָּ֥ס‬ ֣ ֶ ‫וְ ֵ ֤אלֶהְהגֹויִ ם֙ ְא‬
:ְ‫ל־מלח ֲָּ֥מֹותְכְ ָנֹֽׁען‬
ִ ְ‫וְאתְכ‬ ָ֖ ֵ ‫ֲשרְ ֹֽׁלא־יְדְ ֻׁ֔ע‬
ֶ֣ ‫א‬
vêéleh hagoim ashér hiníaj Adonai, lênasót bám et-israél; ét kol-ashér ló-
iodê'ú, ét kol-miljamót kêná'an .

Éstas son las naciones que el Eterno dejó para probar por medio de ellas a
Israel–a todos los que no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán–,
(2)
‫הְרקְאֲשֶ ר־‬
ָּ֥ ‫םְמלחָ ָ ֹ֑מ‬
ִ ‫ִ֗רקְלְ ֨מען֙ ְֵ֚דעתְד ֣רֹותְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְלְלמְ ָ ָ֖ד‬
:‫ָ֖יםְלאְיְדָ עֹֽׁ ום‬
ָּ֥ ‫לְפ ִָנ‬
ráq lêmá'an dá'at dorót bênéi-israél, lêlamêdám miljamáh; ráq asher-lêfaním ló
iêda'úm.

sólo para que las generaciones de los Hijos de Israel conociesen la guerra y la
enseñasen a los que antes no la habían conocido:
(3)
ְ‫ל־הכְנעֲנִ י֙ ְוְה ִ ֣ציד ֻׁ֔ ִניְוְה֣חִ ִֻׁ֔ויְי ֵ ָ֖שבְה֣ר‬
ֹֽׁ ְ‫ח ֵ ֲ֣משֶ תְ׀ְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ִ֗ ִתיםְוְכ‬
:‫הלְבָ נֹ֑ ֹוןְמֵ הר֙ ְב֣עלְחֶ ר ֻׁ֔מֹוןְעָ֖דְלְ ָּ֥בֹואְח ָ ֲֹֽׁמת‬
jaméshet | sarnéi fêlishtím vêjol-hákêna'aní vêhatzídoní, vêhájiví, ioshév hár
halêvanón; mehar bá'al jermón, 'ád lêvó jamát.

los cinco jefes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos
que habitaban en la región montañosa del Líbano, desde el monte Baal-
hermón hasta Lebo-hamat.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 4

(4)
ְ‫ת־מצוְ֣תְיה ֻׁ֔ ָוה‬ ָ ‫ו ִ ֹֽׁיהיּ֕ וְלְנ ָּ֥ס‬
ִ ֶ‫ֹותְבָ֖םְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְל ִָ֗דעתְהֲיִ שמְעו֙ ְא‬
:ְ‫בֹותםְבְיד־מ ֶ ֹֽׁשה‬ ָ֖ ָ ‫אֲשֶ ר־צִ וָ ָּ֥הְאֶ ת־ ֲא‬
vaíhíu lênasót bám et-israél; ladá'at haishmê'ú et-mitzvót Adonai, asher-tziváh
et-avotám bêiad-moshéh .

Éstos estaban para probar por medio de ellos a Israel, para saber si éste
obedecería los mandamientos que el Eterno había dado a sus padres por medio
de Moshé [Moisés].
(5)
ְ‫ֹ֑יְהחִ ִ ֤תיְוְ ָ ֹֽׁהאֱמ ִרי֙ ְוְהפְ ִר ֻׁ֔ ִזיְוְ ֹֽׁהחִ ִ ָ֖וי‬
ֹֽׁ ‫בְהכְנע ֲִנ‬
ֹֽׁ ‫לְיֹֽׁשְ ָ֖בוְבְ ֶ ֣ק ֶר‬
ָ ‫ובנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
:‫בוסי‬
ֹֽׁ ִ ‫וְהי‬
uvnéi israél, iáshêvú bêqérev hákêna'aní; hájití vêháemorí vêhapêrizí, vêhájiví
vêhaivusí.

Así es que los Hijos de Israel habitaban entre los cananeos, los heteos, los
amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.
(6)
ְ‫ֵיהֹ֑ם‬
ֶ ‫ָ֖םְנֹֽׁתְנ֣ וְלִ בנ‬
ָ ‫יה‬ ֶ ֵ‫יה֤םְלָהֶ ם֙ ְלְנ ֻׁ֔ ִָשיםְוְאֶ ת־בְנֹֽׁ ֹות‬ ֶ ֵ‫ויִ ק ֨חוְאֶ ת־בְנֹֽׁ ֹות‬
‫ פ‬:‫יהם‬ ֹֽׁ ֶ ֵ‫ויֹֽׁעב ָ֖דוְאֶ ת־אֱֹלֹֽׁ ה‬
vaiqjú et-bênóteihém lahem lênashím, vêet-bênóteihém nátênú livneihém;
vaiá'avdú et-elóheihém.

Además, tomaron a sus hijas por mujeres, dieron sus hijas a los hijos de ellos
y sirvieron a sus dioses.
(7)
ְ‫ו ֹֽׁיע ֲ֨שוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ֤אלְאֶ ת־הָ רע֙ ְבְעֵינֵ ֣יְיה ֻׁ֔ ָוהְוַֹֽֽׁיִ שכְ ָ֖חוְאֶ ת־יהוָ ֣ה‬
:ְ‫ת־האֲשֵ ֹֽׁרֹות‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫יהֹ֑םְויֹֽׁעב ָּ֥דוְאֶ ת־הבְע ִ ָָ֖ליםְוְא‬ ֶ ֵ‫אֱֹלֹֽׁ ה‬
vaiá'asú vênéi-israél et-hara' bê'einéi Adonai, váishkêjú et-Adonai elóheihém;
vaiá'avdú et-habê'alím vêet-háasherót .

Los Hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Eterno. Olvidaron al
Eterno su Elohim y sirvieron a los Baales y a las Aseras.
(8)
ְ‫םְמלְֶךְא ֲ֣רם‬ָ֖ ֶ ִ‫ןְרשע ָֻׁ֔תי‬
ִ ‫ְכוש‬
֣ ֙‫ר־אףְיהוָה֙ ְבְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוַֹֽֽׁיִ מכְ ֵ ִ֗רםְבְיד‬֤ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
:ְ‫ןְרשע ָָ֖תיִ םְשְמנֶ ָּ֥הְשָ ִ ֹֽׁנים‬
ִ ‫ת־כוש‬
ָּ֥ ֶ‫ֹֽׁנה ָ ֲֹ֑ריִ םְויֹֽׁעב ָּ֧דוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְא‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél, váimkêrém bêiad kushán rish'atáim, mélej arám
náharáim; vaiá'avdú vênéi-israél et-kushán rish'atáim shêmonéh shaním .
4 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Así que el furor del Eterno se encendió contra Israel, y los abandonó en manos
de Cusán-risataim, rey de Siria mesopotámica. Los Hijos de Israel sirvieron a
Cusán-risataim durante ocho años.
(9)
ְ‫ָּ֥הְמֹושיעְלִ בנֵ ָּ֥יְיִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬
ִ֛ ִ ָ‫ויִ זע ֲ֤קוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ לְ֙אֶ ל־יה ֻׁ֔ ָוהְו ָ֨יקֶ םְיהו‬
:ְ‫ןְמ ֶ ֹֽׁמנו‬
ִ ‫ֲחיְכָלֵ ָ֖בְהקָ ָּ֥ט‬
ְָּ֥ ִ ‫יאלְבֶ ן־קְ ֻׁ֔נזְא‬
֣ ֵ ִ‫ו ֹֽׁי ִשיעֵ ֹ֑םְאֵֵ֚ תְעְתנ‬
vaiz'aqú vênéi-israel el-Adonai, vaiáqem Adonai moshí'a livnéi israél
vaióshi'ém; ét 'otniél ben-qênáz, ají jalév haqatón miménu .

Pero cuando los Hijos de Israel clamaron al Eterno, el Eterno levantó un


libertador a los Hijos de Israel, quien los libró. Éste fue Otoniel hijo de
Quenaz, hermano menor de Caleb.
(10)
ְ‫ָּ֥יוְרוח־יהוָהָ֮ ְויִ ש ֣פטְאֶ ת־יִ ש ָראֵ לְויֵצֵ א֙ ְל ִמלחָ ֻׁ֔ ָמהְויִ ֵ ֤תן‬
ֹֽׁ ָ‫ותְ ִ֨היְעָל‬
ְ‫ָ֖לְכושן‬
ָּ֥ ‫םְמלְֶךְא ָ ֲֹ֑רםְו ָ ֣תעְזְיָדֻׁ֔ ֹוְע‬
֣ ֶ ִ‫ןְרשע ָָ֖תי‬
ִ ‫ת־כוש‬
ָּ֥ ֶ‫יהוָה֙ ְבְיָדֻׁ֔ ֹוְא‬
:ְ‫ִרשע ָ ָֹֽׁתיִ ם‬
vatêhí 'aláv rúaj-Adonai vaishpót et-israel vaietze lamiljamáh, vaitén Adonai
bêiadó, et-kushán rish'atáim mélej arám; vatá'oz iadó, 'ál kushán rish'atáim .

El espíritu del Eterno vino sobre él, y juzgó a Israel. Salió a la guerra, y el
Eterno entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Siria mesopotámica; y su
mano prevaleció contra Cusán-risataim.
(11)
‫ פ‬:‫יאלְבֶ ן־קְנֹֽׁז‬
ָּ֥ ֵ ִ‫ו ִתש ָּ֥קטְהָ ָ ָ֖א ֶרץְארבָ ִ ֣עיםְשָ נָ ֹ֑הְויָ ָ֖מָ תְעְתנ‬
vatishqót haáretz arba'ím shanáh; vaiámat 'otniél ben-qênáz.

Así reposó la tierra durante cuarenta años. Y murió Otoniel hijo de Quenaz.
(12)
‫לְלע ֲָּ֥שֹותְהָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְויח ֵ֨זקְיה ִ֜ ָוהְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ‫וי ִ֨ספו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
:ְ‫הוֹֽׁה‬
ָ ‫ִ֛לְכי־ע ָָּ֥שוְאֶ ת־הָ ָ֖רעְבְעֵ ינֵ ָּ֥יְי‬
ֹֽׁ ִ ‫ֹוןְמלְֶך־מֹואָ ב֙ ְעל־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְע‬ ֹֽׁ ֶ ֤‫עֶגל‬
vaiosífú bênéi israél, lá'asót hará' bê'einéi Adonai; vaijazéq Adonai et-'eglón
mélej-moav 'al-israél, 'ál kí-'asú et-hará' bê'einéi Adonai .

Los Hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Eterno. Y el
Eterno fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, porque habían hecho lo
malo ante los ojos del Eterno.
(13)
ְ‫ֹוןְועֲמָ לֵ ֹ֑קְו ִֵ֗ילְֶךְויְך֙ ְאֶ ת־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְו ִ ֹֽׁיירְ ָ֖שו‬
ֹֽׁ ‫ו ֶ ֹֽׁיא ֱ֣סףְאֵ ָֻׁ֔ליוְאֶ ת־בְנֵ ָּ֥יְע ָ֖מ‬
:‫ת־עירְהתְמָ ִ ֹֽׁרים‬
ָּ֥ ִ ֶ‫א‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 4

vaiéesóf eláv, et-bênéi 'amón vá'amaléq; vaiélej vaiaj et-israél, vaírêshú et-'ír
hatêmarím.

El rey reunió consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y fue y derrotó a


Israel; y tomaron posesión de la Ciudad de las Palmeras.
(14)
:‫ְֶך־מֹואבְשְמֹונֶ ָּ֥הְעֶש ֵ ָ֖רהְשָ ָנֹֽׁה‬
ָ ֻׁ֔ ‫ֹוןְמל‬
ֹֽׁ ֶ ֣‫ויֹֽׁעב ֤דוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ לְ֙אֶ ת־עֶגל‬
vaiá'avdú vênéi-israel et-'eglón mélej-moáv, shêmonéh 'esréh shanáh.

Y los Hijos de Israel sirvieron a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.
(15)
ְ‫םְמֹושיעְאֶ ת־אֵ ֤הוד‬ִ ִ֗ ‫ויִ זע ֲ֣קוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ ל ְָ֮אֶ ל־יהוָהְויָקֶ םְ֩יה ֨ ָוהְל ִ֜ ֶָה‬
ְ ֙‫ישְא ֵ ָ֖טרְיד־יְ ִמינֹ֑ ֹוְויִ שלְ ֨חוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ֤אלְבְיָדֹו‬
ִ ‫יְא‬ ָּ֥ ִ ‫בֶ ן־ג ֵָרא֙ ְבֶ ן־הי ִמ ֻׁ֔ ִינ‬
:ְ‫ְֶךְמֹואב‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹוןְמל‬ ָּ֥ ֶ ָ֖‫ִמנ ֻׁ֔ ָחהְלְעֶגל‬
vaiz'aqú vênéi-israel el-Adonai vaiaqem Adonai lahém moshí'a et-ehúd ben-
gera ben-haiminí, ísh itér iad-iêminó; vaishlêjú vênéi-israél bêiadó minjáh,
lê'eglón mélej moáv .

Pero los Hijos de Israel clamaron al Eterno, y el Eterno les levantó un


libertador: Ehud hijo de Gera, un hombre de Benjamín, que era zurdo. Los
Hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón, rey de Moab.
(16)
ְ ֙‫ֹותְגמֶ דְאְרכָ ֹּ֑הְויח ֤גרְאֹותָ ּה‬
֣ ָ֖‫ודְח ֶרבְוְלָ ִּ֛הְשְנֵ ָּ֥יְפֵי‬ ֶ ִ֗ ‫ויעש ְ֨֩לֹוְאֵ ִ֜ה‬
:‫ִמ ֣תחתְלְמ ֻׁ֔ ָדיוְעָ֖לְיֶ ָּ֥ ֶַֽרְךְיְ ִמינֹֽׁ ֹו‬
vaia'as ló ehúd jérev vêláĥ shênéi feíot gómed orkáĥ; vaiajgór otaĥ mitájat
lêmadáv, 'ál iérej iêminó.

Ehud se había hecho un puñal de doble filo y de un gomed de largo, y se lo


ciñó debajo de su ropa, sobre su muslo derecho.
(17)
:‫ֹוןְאישְבָ ִ ָ֖ריאְמְ ֹֽׁאד‬
ָּ֥ ִ ‫ְֶךְמֹואבְוְעֶג ּ֕ל‬
ֹ֑ ָ ‫ֹוןְמל‬
֣ ֶ ָ֖‫ויק ֵרב֙ ְאֶ ת־ה ִמנ ֻׁ֔ ָחהְלְעֶגל‬
vaiaqrev et-haminjáh, lê'eglón mélej moáv; vê'eglón ísh barí mêód.

Él entregó el presente a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy obeso.

(18)
ְ‫םְנשְ ֵ ָ֖אי‬
ֹֽׁ ָֻׁ֔‫ֲשרְכִ ָֻׁ֔להְלְהק ִ ָ֖ריבְאֶ ת־ה ִמנ ָחֹ֑הְוישלח֙ ְאֶ ת־הָ ע‬
֣ ֶ ‫ְכא‬
ֹֽׁ ֙‫וַֹֽֽׁיהִ י‬
:‫ה ִמנ ָ ֹֽׁחה‬
4 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

váihí káashér kiláh, lêhaqrív et-haminjáh; vaishalaj et-ha'ám, nósêéi


haminjáh.

Aconteció que después de haber entregado el presente, Ehud despidió a la


gente que lo había traído.
(19)
ְ‫רְלי‬
ִ֛ ִ ֶ‫ר־סת‬
ָּ֥ ֵ ‫ֲשרְאֶ ת־הגִ ל ֻׁ֔ ָגלְו ּ֕יאמֶ רְדְב‬ ֣ ֶ ‫בְמן־הפְ ִסילִ ים֙ ְא‬ ִ ִָ֗‫וְ ֣הואְש‬
:‫ְמ ָע ָֻׁ֔ליוְכְל־הָ ֹֽׁעמְ ִ ָ֖דיםְע ָ ָֹֽׁליו‬
ֹֽׁ ֵ ֙‫רְהסְו ֵיֹֽׁצְאו‬
ָ ֻׁ֔ ֶ‫אֵ לֶ ָ֖יךְה ֶ ֹ֑מלְֶךְו ֣יאמ‬
vêhú sháv min-hapêsilim ashér et-hagilgál, vaiómer dêvar-séter lí eléja
hamélej; vaiómer hás, vaiétzêú mé'aláv, kol-ha'ómêdím 'aláv.

Pero él se volvió desde los ídolos que están cerca de Gilgal, y le dijo: –Oh rey,
tengo un mensaje secreto para ti. Entonces él dijo: –¡Calla! Luego salieron de
su presencia todos los que estaban con él.
(20)
ְ‫בְבעֲלִ ֨יתְהמְקֵ ָ ֤רהְאֲשֶ ר־לֹו֙ ְלְבדֻׁ֔ ֹו‬ ֹֽׁ ֵ‫וא־יש‬
ַֽ֠ ‫ודְ׀ְב֣אְאֵ ִָ֗ליוְוְ ֹֽׁה‬
ָ ‫וְאֵ ֣ה‬
:ְ‫ַֽקםְמֵ עָּ֥לְהכִ ֵ ֹֽׁסא‬
ְ ָ֖ ָ‫יםְליְאֵ לֶ ֹ֑יךְוי‬
ָ֖ ִ ‫ֱֹלה‬
ָּ֥ ִ ‫ו ֣יאמֶ רְאֵ ֻׁ֔הודְדְבר־א‬
vêehúd | bá eláv vêhú-ióshev bá'aliát hamêqeráh asher-ló lêvadó, vaiómer
ehúd, dêvar-elohím lí eléja; vaiáqom me'ál hakisé .

Y Ehud se acercó a él, quien estaba sentado en una sala de verano que tenía
para él solo. Ehud le dijo: –Tengo un mensaje de Elohim para ti. Entonces él
se levantó de su silla,
(21)
ְ‫אלֹוְויִ קח֙ ְאֶ ת־ה ֻׁ֔ ֶח ֶרבְמֵ עָ֖לְיֶ ֣ ֶַֽרְךְיְ ִמינֹ֑ ֹו‬
ֻׁ֔ ‫ויְִשל֤חְאֵ הוד֙ ְאֶ ת־י֣דְשְמ‬
:‫ויִ תקָ עֶ ָ֖הָ ְבְבִ טנֹֽׁ ֹו‬
vaishláj ehud et-iád sêmoló, vaiqaj et-hajérev, me'ál iérej iêminó; vaitqa'éha
bêvitnó.

pero Ehud extendió su mano izquierda, tomó el puñal de su muslo derecho y


se lo hundió en el vientre.
(22)
ְ‫יְלאְשָ לִ֛ף‬ ֣ ִ ‫וי ָ֨באְגֹֽׁם־הנִ ִ֜ ָצבְאח֣רְה ִ֗להבְויִ ס ֤גרְה ֨ ֵחלֶב֙ ְבְע֣דְה ֻׁ֔לה‬
ָּ֥ ‫בְכ‬
:‫ָ֖אְהפרשְ ֹֽׁדנָה‬
ֹֽׁ ‫בְמבִ טנֹ֑ ֹוְוי ֵֵצ‬
ִ ‫ה ֶח ֶָ֖ר‬
vaiavó gám-hanitzáv ajár haláhav vaisgór hajélev bê'ád haláhav, kí ló shaláf
hajérev mibitnó; vaietzé háparshêdónah.

El mango entró tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el


puñal de su vientre; y le salió por detrás.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 4

(23)
:‫ִ֛הְבע ֲָ֖דֹוְוְנ ָ ָֹֽׁעל‬ ֹֽׁ ָ ‫ודְה ִמסדְ ֹ֑רֹונָהְויִ ס ִ֞גרְדל ָּ֧ת‬
ֹֽׁ ָ‫ֹותְהעֲלִ י‬ ֹֽׁ ‫וי ֵֵצָּ֥אְאֵ ָ֖ה‬
vaietzé ehúd hámisdêrónah; vaisgór daltót há'aliáh bá'adó vêna'ál.

Luego Ehud salió al pórtico, cerró tras sí las puertas de la sala de verano y
puso el cerrojo.
(24)
ֹֽׁ ָ ‫יוְבאוְויִ ר ּ֕אוְוְהִ נֵ ִ֛הְדל ָּ֥ת‬
ְ‫ֹותְהעֲלִ יָ ָ֖הְנְעלֹ֑ ֹותְו ֣יאמ ֻׁ֔רו‬ ָ ֻׁ֔ ‫וְ ֤הואְיָצָ א֙ ְֹֽׁועֲבָ ָ ֣ד‬
:‫ָ֖יוְבח ֲָּ֥דרְהמְקֵ ָ ֹֽׁרה‬
ֹֽׁ ָ‫יְךְהואְאֶ ת־רגל‬ ִ֛ ‫֣אְךְמֵ ִ ָּ֥ס‬
vêhú iatza vá'avadáv báu, vairú vêhinéh daltót há'aliáh nê'ulót; vaiómrú, áj
mesíj hú et-ragláv bájadár hamêqeráh.

Cuando él salió, fueron los siervos del rey y miraron; y he aquí que las puertas
de la sala estaban cerradas con cerrojo. Ellos dijeron: –Sin duda está haciendo
sus necesidades en el interior de la sala de verano.
(25)
‫ֹותְהעֲלִ יָ ֹ֑הְויִ ק ֤חוְאֶ ת־‬ֹֽׁ ָ ‫ד־בֹושְוְהִ נֵ ִ֛הְאֵ ינֶ ָּ֥נוְפ ֵ ָ֖תחְדל ֣ת‬ֻׁ֔ ‫וי ִ ָ֣חילוְע‬
:‫הְמת‬ ֹֽׁ ֵ ָ‫ָּ֥לְארצ‬
ָ֖ ֵ‫ֵיהםְנפ‬ ֶ ֻׁ֔ ‫המפ ֨ ֵת ֙חְויִ פ ֻׁ֔ ָתחוְוְהִ נֵה֙ ְאֲ ֣דנ‬
vaiajílu 'ad-bósh, vêhinéh einénu fotéaj daltót há'aliáh; vaiqjú et-hamaftéáj
vaiftáju, vêhineh adóneihém, nofél ártzah mét.

Esperaron hasta quedar desconcertados. Pero viendo que él no abría las


puertas de la sala, tomaron la llave y la abrieron. Y he aquí que su señor
estaba caído sobre el suelo, muerto.
(26)
ְ‫֣דְהתְמהמְ ָהֹ֑םְוְהוא֙ ְעָב֣רְאֶ ת־הפְ ִסילִֻׁ֔ יםְויִ מָ לֵ ָ֖ט‬
ֹֽׁ ִ ‫וְאֵ ָּ֥הודְנִ מלָ֖טְע‬
:‫ירתָ ה‬ ֹֽׁ ָ ִ‫השְע‬
vêehúd nimlát 'ád hítêmahmêhám; vêhu 'avár et-hapêsilím, vaimalét
hasê'irátah.

Mientras ellos esperaban, Ehud se escapó. Luego pasó los ídolos y se escapó
hacia Seirat.
(27)
ְ ‫בֹואֹוְויִ ת ָּ֥קעְבשֹופָ ָ֖רְבְה֣רְאֶ פ ָ ֹ֑ריִ םְו ֵ ֹֽׁי‬
ְ‫ַֽרד֨ וְעִ ָּ֧מֹוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אל‬ ֻׁ֔ ְ‫וי ִ ֣היְב‬
:‫ֵיהם‬
ֹֽׁ ֶ ‫ִמן־הָ ָהָ֖רְוְ ָּ֥הואְלִ פנ‬
vaihí bêvoó, vaitqá' bashofár bêhár efráim; vaiérêdú 'imó vênéi-israél min-
hahár vêhú lifneihém.

Cuando llegó, tocó el shofar en la región montañosa de Efraín. Entonces los


Hijos de Israel descendieron con él de los montes, y él iba delante de ellos.
4 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(28)
ְ‫ת־מֹואב‬
ָ֖ ָ ֶ‫ת־איְבֵ יכֶ ִ֛םְא‬
ֹֽׁ ֶ‫יְכי־נ ָ֨תןְיהוָ ָּ֧הְא‬ ֹֽׁ ִ ‫וְאח ֲֻׁ֔ר‬
ֹֽׁ ‫ו ֤יאמֶ רְ ֲאלֵהֶ ם֙ ְִרד ֣פ‬
‫מֹואבְוְ ֹֽׁלא־‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫וְאת־מעבְ ֤רֹותְהְירדֵ ן֙ ְל‬ ֹֽׁ ֶ ִ֞‫וְאח ָ ֲִ֗ריוְוַֹֽֽׁיִ לכְד‬
ֹֽׁ ‫ַֽר ֣ד‬
ְ ‫בְיֶדכֶ ֹ֑םְו ֵ ֹֽׁי‬
:ְ‫ישְלע ֲֹֽׁבר‬
ֹֽׁ ‫וְא‬ ָ֖ ִ ָּ֥‫נְתְנ‬
vaiómer alehem ridfú ájarái, kí-natán Adonai et-óiêveijém et-moáv bêiedjém;
vaiérêdú ájaráv váilkêdú ét-ma'bêrót haiarden lêmoáv, vêló-notênú ísh lá'avór.

Después él les dijo: –¡Seguidme, porque el Eterno ha entregado en vuestra


mano a vuestros enemigos, los moabitas! Ellos fueron tras él, tomaron los
vados del Jordán que conducen a Moab y no dejaron pasar a nadie.
(29)
‫ְאישְכְל־שָ ֵ ָ֖מןְוְכְל־‬
ִֻׁ֔ ֙‫יאְכע ֶ ֲ֤ש ֶרתְ ֲאלָפִ ים‬
ֹֽׁ ‫ת־מֹואבְבָ עֵ ֣תְה ִִ֗ה‬
ָ ִ֜ ֶ‫ויכ֨ וְא‬
:‫ָ֖טְאיש‬
ֹֽׁ ִ ‫ישְחֹ֑יִ לְוְ ָּ֥לאְנִ מל‬
ָ ‫ִ ֣א‬
vaiakú et-moáv ba'ét hahí ká'aséret alafim ísh, kol-shamén vêjol-ísh jáil; vêló
nimlát ísh.

En aquella ocasión mataron como a 10000 hombres de los moabitas, todos


hombres robustos y valientes. No escapó ninguno.
(30)
ְ‫מֹונָּ֥ים‬
ִ ְ‫ואְתחתְי֣דְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְו ִתש ָּ֥קטְהָ ָ ָ֖א ֶרץְש‬
ָ֖ ‫ו ִתכָנ֤עְמֹואָ ב֙ ְבי֣ ֹוםְה ֻׁ֔ה‬
‫ פ‬:‫שָ ָנֹֽׁה‬
vatikaná' moav baióm hahú, tájat iád israél; vatishqót haáretz shêmoním
shanáh.

Así quedó Moab, aquel día, sometido bajo la mano de Israel. Y la tierra
reposó durante ochenta años.
(31)
ְ‫ֹותְאיש‬
ִֻׁ֔ ‫ְשש־מֵ ֣א‬
ֹֽׁ ֵ ֙‫וְ ֹֽׁאח ָ ֲ֤ריוְהָ יָה֙ ְשמג֣רְבֶ ן־ ֲע ָֻׁ֔נתְויְַֽ֤ךְאֶ ת־פְלִ ש ִתים‬
‫ פ‬:‫ם־הואְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָ֖ ‫בְמל ָ֖מדְהבָ ָ ֹ֑קרְויָּ֥ ֹושעְג‬
vêájaráv haiah shamgár ben-'anát, vaiáj et-pêlishtim shésh-meót ísh,
bêmalmád habaqár; vaiósha' gam-hú et-israél.

Después de él vino Samgar hijo de Anat, quien mató a 600 hombres de los
filisteos con una aguijada de buey. Él también libró a Israel.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 5

Shofetim – Jueces Capitulo 5


(1)
:ְ‫ודְמת‬
ֹֽׁ ֵ ‫לְלע ֲָּ֥שֹותְהָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְוְאֵ ָ֖ה‬
ֹֽׁ ‫וי ִ֨ספו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
vaiosífú bênéi israél, lá'asót hará' bê'einéi Adonai; vêehúd mét .

Después de la muerte de Ehud, los Hijos de Israel volvieron a hacer lo malo


ante los ojos del Eterno.
(2)
ְ ֙‫ֲשרְמָ לְָ֖ךְבְחָ ֹ֑צֹורְוְשר־צְבָ אֹו‬ ֹֽׁ ֶ ‫ויִ מכְ ֵ ֣רםְיה ִ֗ ָוהְבְיד֙ ְי ִ ָ֣ב‬
ָּ֥ ֶ ‫יןְמלְֶך־כְ ֻׁ֔נעןְא‬
:ְ‫גֹוים‬
ֹֽׁ ִ ‫בְבח ֲָּ֥רשֶ תְה‬
ֹֽׁ ‫ואְיֹוש‬
ָ֖ ֵ ‫ִ ֹֽׁסיסְ ָ ֻׁ֔ראְוְ ָּ֥ה‬
vaimkêrém Adonai bêiad iavín mélej-kêná'an, ashér maláj bêjatzór; vêsar-
tzêvaó sísêrá, vêhú ioshév bájaróshet hagoím .

Entonces el Eterno los abandonó en mano de Jabín, rey de Canaán, el cual


reinaba en Hazor. El jefe de su ejército era Sísara, y habitaba en Haroset-
goím.
(3)
ֹֽׁ ֶ ‫ויִ צע ֲָּ֥קוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְאֶ ל־יהוָ ֹ֑הְכִַֽ֠ יְתְ ֨שעְמֵ ֤א‬
ְ‫ֹותְרכֶב־בר ֶזל ְֻׁ֔֙לֹוְוְַֽ֠הוא‬
‫ פ‬:ְ‫ל ִָ֞חץְאֶ ת־בְנֵ ָּ֧יְיִ ש ָר ֵ ִ֛אלְבְחְז ָ ָ֖קהְעֶש ִ ָּ֥ריםְשָ ָנֹֽׁה‬
vaitz'aqú vênéi-israél el-Adonai; kí têshá' meót réjev-barzel ló, vêhu lajátz et-
bênéi israél bêjozqáh 'esrím shanáh .

Los Hijos de Israel clamaron al Eterno, porque aquél tenía 900 carros de
hierro y había oprimido con crueldad a los Hijos de Israel durante veinte años.
(4)
ְ‫יאְשפְ ָטָּ֥הְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְבָ עֵ ָּ֥ת‬
ֹֽׁ ‫ֹותְה‬
ִ֛ ִ ‫הְאשֶ תְלפִ ֹ֑יד‬
ָ֖ ֵ ‫יא‬
ָ ֻׁ֔ ִ‫ְא ָ ֣שהְנְב‬
ִ ֙‫בֹורה‬
ָ ‫וד‬
:‫ה ִ ֹֽׁהיא‬
udvorah isháh nêviáh, éshet lapidót; hí shófêtáh et-israél ba'ét hahí.

En aquel tiempo gobernaba a Israel Débora, profetisa, esposa de Lapidot.


(5)
ְ‫ית־אלְבְה֣ר‬
ָ֖ ֵ ‫ָּ֥יןְב‬
ֹֽׁ ֵ ‫וב‬ֵ ְ‫ָּ֧יןְה ָר ָ ִ֛מה‬
ֹֽׁ ָ ‫הְב‬
ֵ ‫בֹור‬
ִ֗ ָ ְ‫ת־תמֶ רְד‬ ִ֜ ‫תְתח‬ ֹֽׁ ֶ‫וְַֽ֠הִ יאְיֹושֶ֨ ב‬
:‫אֶ פ ָ ֹ֑ריִ םְו ֹֽׁיעֲלָּ֥ וְאֵ לֶ ִ֛יהָ ְבְנֵ ָּ֥יְיִ ש ָר ֵ ָ֖אלְל ִמש ָ ֹֽׁפט‬
vêhi ioshévet tájat-tómer dêvoráh béin háramáh uvéin béit-él bêhár efráim;
vaiá'alú eléiha bênéi israél lamishpát.

Ella solía sentarse debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la


región montañosa de Efraín. Y los Hijos de Israel acudían a ella para juicio.
5 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(6)
ְ‫םְמ ֶ ָ֖קדֶ שְנפתָ ִ ֹ֑ליְו ֨תאמֶ רְאֵ ִָ֜ליו‬ ִ ‫ו ִתש ִ֗לחְו ִתק ָרא֙ ְלְבָ ָ ֣רקְבֶ ן־אֲבִ ֻׁ֔ינע‬
ְ‫ְ֤ךְומשכ ָ֙תְבְה֣רְתָ בֻׁ֔ ֹורְוְ ָ ֹֽׁלקח ָ ֣ת‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ֱֹלהי־יִ ש ָר ִ֗ ֵאלְל‬
ֹֽׁ ֵ ‫ה ֲָּ֥לאְצִ וָ ֣הְ׀ְיהוָ ֣הְא‬
:ְ‫יְומבְנֵ ָּ֥יְזְבלֹֽׁ ון‬
ִ ‫ישְמבְנֵ ָּ֥יְנפתָ ִ ָ֖ל‬
ִ ‫ְא‬ ִֻׁ֔ ֙‫עִ מְ ִ֗ךְע ֶ ֲ֤ש ֶרתְ ֲאלָפִ ים‬
vatishláj vatiqra lêvaráq ben-avinó'am, miqédesh naftalí; vatómer eláv haló
tziváh | Adonai elohéi-israél léj umáshajtá bêhár tavór, vêláqajtá 'imêjá 'aséret
alafim ísh, mibênéi naftalí umibênéi zêvulún .

Entonces ella mandó llamar a Barac hijo de Abinoam, de Quedes de Neftalí, y


le dijo: –¿No te ha mandado el Eterno Elohim de Israel, diciendo: 'Ve, toma
contigo a 10000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón,
reúnelos en el monte Tabor,
(7)
‫יס ָרא֙ ְשר־צְ ָב֣אְי ִָֻׁ֔ביןְוְאֶ ת־‬
ְ ‫ת־ס‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫ישֹוןְא‬ ִ֗ ִ‫ומשכ ֨ ִתיְאֵ ִֶ֜ליךְאֶ ל־נ֣חלְק‬ ֹֽׁ ָ
:‫ִרכ ָ֖בֹוְוְאֶ ת־הֲמֹונֹ֑ ֹוְונת ִ ָ֖תיהוְבְי ֶ ָֹֽׁדך‬
umáshajtí eléja el-nájal qishón et-sísêra sar-tzêvá iavín, vêet-rijbó vêet-
hamonó; untatíhu bêiadéja.

y yo atraeré hacia ti, al arroyo de Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Jabín,
con sus carros y sus escuadrones, y lo entregaré en tu mano'?
(8)
ְ‫יְלא‬
ָּ֥ ‫אְתלְ ִ ִ֛כיְעִ ִ ָ֖מ‬
ֹֽׁ ֵ ‫ם־ל‬
ָּ֥ ‫ם־תלְ ִ ָּ֥כיְעִ ִ ָ֖מיְוְהָ לָ ֹ֑כ ִתיְוְ ִא‬
ֹֽׁ ֵ ‫קְא‬
ִ ‫יהְבָ ָ ֻׁ֔ר‬
ָ֙ ‫ו ֤יאמֶ רְאֵ ֶ֨ל‬
:‫אֵ ֵ ֹֽׁלְך‬
vaiómer eléihá baráq, im-télêjí 'imí vêhalájti; vêim-ló télêjí 'imí ló eléj.

Barac le respondió: –Si tú vas conmigo, yo iré. Pero si no vas conmigo, no iré.
(9)
ְ ֙‫הְתפְארתְ ִ֗ךְעל־ה ֨ ֶד ֶרְך‬ ֹֽׁ ִ ‫אְתהְ ִֶ֜י‬
ֹֽׁ ִ ‫ְ֩ל‬
֨ ‫ו ִ֜תאמֶ רְהָ ֹלָּ֧ ְךְאֵ לֵ ְ֣ךְעִ ִ֗ ָמְךְאֵֶ֚ פֶסְכִ י‬
ְ‫ת־סיסְ ָ ֹ֑ראְו ָ ָּ֧תקְם‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫ד־אשָֻׁ֔ הְיִ מ ָּ֥כרְיהוָ ָ֖הְא‬
ִ ‫ְךְכיְבְֹֽׁי‬ ֣ ִ ‫ֲשרְא ָ ֣תהְהֹו ֵֻׁ֔ל‬ ֶ֣ ‫א‬
:ְ‫קְקדְשָ ה‬ ֹֽׁ ֶ ‫בֹורהְו ֵ ָּ֥תלְֶךְעִ ם־בָ ָ ָ֖ר‬ִ֛ ָ ְ‫ד‬
vatómer halój eléj 'imáj éfes kí ló tíhêiéh tífêartêjá 'al-hadérej ashér atáh holéj,
kí vêíad-isháh, imkór Adonai et-sísêrá; vatáqom dêvoráh vatélej 'im-baráq
qédêshah .

Ella le dijo: –¡Ciertamente iré contigo! Sólo que no será tuya la gloria, por la
manera en que te comportas; porque en manos de una mujer entregará el
Eterno a Sísara. Débora se levantó y fue con Barac a Quedes.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 5

(10)
ְ‫ְקדשָ הְוי֣עלְבְרג ָֻׁ֔ליוְע ֶ ֲָּ֥ש ֶרת‬
ֶ ֻׁ֔ ֙‫ויז ֵ֨עקְבָ ָ ִ֜רקְאֶ ת־זְבול֤ןְוְאֶ ת־נפתָ לִ י‬
:‫בֹורה‬
ֹֽׁ ָ ְ‫ָ֖יְאישְו ָּ֥תעלְעִ ָ֖מֹוְד‬
ֹ֑ ִ ֵ‫אלפ‬
vaiaz'éq baráq et-zêvulún vêet-naftalí qédshah, vaiá'al bêragláv, 'aséret alféi
ísh; vatá'al 'imó dêvoráh.

Entonces Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Quedes, y le siguieron


10000 hombres. Y Débora fue con él.
(11)
‫֣טְאהְ ֻׁ֔לֹוְעד־‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ןְמבְנֵ ָּ֥יְח ָבָ֖בְח ֵ ֣תןְמ ֶ ֹ֑שהְוי‬
ִ ִ‫דְמ ֻׁ֔קי‬
ִ ‫וְ ֶח֤בֶ רְהקֵ ינִ י֙ ְנִ פ ָ ֣ר‬
:‫ת־קדֶ ש‬ֹֽׁ ֶ ֶ‫ֲשרְא‬
ָּ֥ ֶ ‫אֵ ילָּ֥ ֹוןְבצעניםְ(בְצעֲנ ִנָ֖ים)ְא‬
vêjéver haqeiní nifrád miqáin, mibênéi jováv jotén moshéh; vaiét áholó, 'ad-
eilón vtz'nim (bêtza'ananím) ashér et-qédesh.

Heber el queneo se había apartado de los queneos descendientes de Hobab,


suegro de Moshé [Moisés], y había ido instalando sus tiendas hasta la encina
de Zaananim, que está junto a Quedes.
(12)
:‫וי ִגָ֖דוְלְ ִ ֹֽׁסיסְ ָ ֹ֑ראְ ִ ָּ֥כיְעָלָ ִ֛הְבָ ָ ָּ֥רקְבֶ ן־אֲבִ ָ֖ינעםְהר־תָ ֹֽׁבֹור‬
vaiagídu lêsísêrá; kí 'aláh baráq ben-avinó'am har-tavór.

Cuando comunicaron a Sísara que Barac hijo de Abinoam había subido al


monte Tabor,
(13)
‫ְרכֶבְבר ֶֻׁ֔זלְוְאֶ ת־כְל־‬ ֣ ֶ ֙‫ל־רכ ִ֗בֹוְתְ ֤שעְמֵ אֹות‬
ִ ְ‫קְסיסְ ָ ִ֜ראְאֶ ת־כ‬ ֹֽׁ ִ ‫ויז ֵ֨ע‬
:‫ישֹון‬
ֹֽׁ ִ‫גֹויָ֖םְאֶ ל־נָּ֥חלְק‬
ִ ‫ֹוְמח ֲָּ֥רשֶ תְה‬
ֹֽׁ ֵ ‫רְא ֹ֑ת‬
ִ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫הָ עָ ָ֖םְא‬
vaiaz'éq sísêrá et-kol-rijbó têshá' meot réjev barzél, vêet-kol-ha'ám ashér itó;
méjaróshet hagoím el-nájal qishón.

Sísara reunió todos sus carros, 900 carros de hierro, con todo el pueblo que
estaba con él, desde Haroset-goím hasta el arroyo de Quisón.
(14)
‫וםְכיְזֶ ֤הְהיֹום֙ ְאֲשֶ רְ֩נ ָ֨תןְיהוָ ֤הְאֶ ת־‬ ֣ ִ ‫קְק‬ ִ֗ ‫ותאמֶ רְ֩דְב ָ ֨רהְאֶ ל־בָ ָ ִ֜ר‬
ְ‫ִ ֹֽׁסיסְ ָרא֙ ְבְי ֻׁ֔ ֶָדךְה ֲָּ֥לאְיהוָ ָ֖הְי ָָצ֣אְלְפָנֶ ֹ֑יךְויֵ ַֽ֤ ֶרדְבָ ָרק֙ ְמֵ ה֣רְתָ ֻׁ֔בֹור‬
:ְ‫ישְאח ָ ֲֹֽׁריו‬
ֹֽׁ ‫יםְא‬
ָ֖ ִ ‫ֹֽׁוע ֶ ֲָּ֧ש ֶרתְ ֲאל ִ ִָ֛פ‬
vatomer dêvoráh el-baráq qúm kí zéh haiom asher natán Adonai et-sísêra
bêiadéja, haló Adonai iatzá lêfanéja; vaiéred baraq mehár tavór, vá'aséret
alafím ísh ájaráv .
5 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Entonces Débora dijo a Barac: –¡Levántate, porque éste es el día en que el


Eterno ha entregado a Sísara en tu mano! ¿No ha salido el Eterno delante de
ti? Barac descendió del monte Tabor con los 10000 hombres detrás de él.
(15)
‫ל־המחֲנֶ ִ֛הְלְפִ י־‬
ֹֽׁ ְ‫ת־סיסְ ָ ֨ראְוְאֶ ת־כְל־הָ ֶ ָּ֧רכֶבְוְאֶ ת־כ‬ ֹֽׁ ִ ֶ‫םְיהוָהְא‬ ַֽ֠ ְ‫ויָ ֣ה‬
:ְ‫דְסיסְ ָ ִ֛ראְמֵ עָּ֥לְהמֶ רכ ָָבָ֖הְויָ ָּ֥נְסְבְרג ָ ֹֽׁליו‬
ֹֽׁ ִ ‫ֶח ֶָ֖רבְלִ פנֵ ֣יְבָ ָ ֹ֑רקְויֵ ָּ֧ ֶַֽר‬
vaiáhom Adonai et-sísêrá vêet-kol-haréjev vêet-kol-hámajanéh lêfi-jérev lifnéi
varáq; vaiéred sísêrá me'ál hamerkaváh vaiános bêragláv .

Y el Eterno desbarató a filo de espada a Sísara con todos sus carros y todo su
ejército, delante de Barac. Sísara mismo se bajó del carro y huyó a pie.
(16)
ְ‫יְהמ ֲח ֶֻׁ֔נהְעָ֖דְח ֲ֣רשֶ תְהגֹויִ ֹ֑םְויִ ִ֞פל‬
ֹֽׁ ‫ףְאח ֵ ֲ֤ריְהָ ֶ ֨רכֶב֙ ְוְ ֹֽׁאח ֵ ֲ֣ר‬
ֹֽׁ ‫קְר ִ֞ד‬ָ ‫ובָ ָ ִ֗ר‬
:‫בְלאְנִ ש ָ֖ארְעד־אֶ ָ ֹֽׁחד‬ָּ֥ ‫י־ח ֶר‬ ֶ ֻׁ֔ ִ‫֤הְסיסְ ָרא֙ ְלְפ‬ ֹֽׁ ִ ֵ‫ל־מחֲנ‬
ֹֽׁ ְ‫כ‬
uvaráq radáf ájaréi haréjev vêájaréi hámajanéh, 'ád jaróshet hagoím; vaipól
kol-májanéh sísêra lêfi-jérev, ló nishár 'ad-ejád.

Entonces Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goím. Todo el


ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.
(17)
ְ‫ֹ֑יְכיְשָ ִ֗לֹוםְבֵֵ֚ ין‬
֣ ִ ‫תְח֣בֶ רְהקֵ ִינ‬
ֶ ֶ‫לְאש‬ ָ֖ ֵ ‫ל־אהֶ לְ ָי ֵֻׁ֔ע‬
֣ ֶ‫וְ ִ ֹֽׁסיסְ ָרא֙ ְנָ ֣סְבְרג ָֻׁ֔ליוְא‬
:‫ָ֖יתְחָּ֥בֶ רְהקֵ ִ ֹֽׁיני‬
ֶ ‫יןְב‬ֵ ‫ֹורְוב‬
ֵ ּ֕ ‫יןְמלְֶך־חָ ֻׁ֔צ‬
ֹֽׁ ֶ ‫י ִ ָ֣ב‬
vêsísêra nás bêragláv, el-óhel ia'él, éshet jéver haqeiní; kí shalóm béin iavín
mélej-jatzór, uvéin béit jéver haqeiní.

Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había
paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo.
(18)
ְ‫ִ֛יְסורהְאֵ לָ֖י‬
ָּ֥ ָ ‫יוְסורהְאֲד ִנ‬
ָּ֧ ָ ‫אתְסיסְ ָראְו ֣תאמֶ רְאֵ ִָ֗ל‬ֹֽׁ ִ ‫ותֵ ֵצ֣אְ ָי ֵעל ְָ֮לִ ק ֣ר‬
:‫יכה‬
ֹֽׁ ָ ‫יהְהָ ֻׁ֔א ֱהלָהְותְכ ֵ ָ֖סהוְבשְ ִמ‬
ָ֙ ‫יראְויָ ֤סרְאֵ ֶ֨ל‬ ֹ֑ ָ ‫ל־ת‬
ִ ‫א‬
vatetzé ia'el liqrát sísêra vatómer eláv suráh adoní suráh elái al-tirá; vaiásar
eléihá haóhelah, vatêjaséhu basêmijáh.

Jael salió para recibir a Sísara y le dijo: –¡Ven, señor mío! Ven a mí; no
tengas temor. Él entró en la tienda con ella, y ella le cubrió con una manta.
(19)
ְ‫ת־נאוד‬
ָּ֧ ֶ‫אתיְו ִתפ ִ֞תחְא‬
ִ ‫םְכיְצָ ֵ ֹ֑מ‬
֣ ִ ִ‫ט־מי‬
ָ֖ ‫ו ָּ֧יאמֶ רְאֵ לֶ ִ֛יהָ ְהש ִ ֹֽׁקינִ י־נָ ָּ֥אְמְע‬
:‫ֶ ֹֽׁהחָ לָ ִ֛בְותש ֵ ָ֖קהוְותְכ ֵ ֹֽׁסהו‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 5

vaiómer eléiha hashqíni-ná mê'at-máim kí tzaméti; vatiftáj et-nóvd héjaláv


vatashqéhu vatêjaséhu.

Y él le dijo: –Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed. Ella abrió
un odre de leche y le dio de beber, y lo volvió a cubrir.
(20)
ְ‫ְךְואָ ִ֛מר‬
ְ ‫ם־אישְי ִָ֜באְושאֵ ִֵ֗ל‬
ִ֨ ‫ְ֩א‬
ִ ‫ו ֣יאמֶ רְאֵ ֶֻׁ֔ליהָ ְע ֲָ֖מדְפֶ ֣תחְהָ ֹ֑אהֶ לְוְהָ ָיה‬
:‫ְאיִ ן‬ֹֽׁ ָ ‫הְאישְוְאָ ָּ֥מרת‬
ָ֖ ִ ‫ֹֽׁש־פ‬
ָּ֥ ‫ה ֲֵי‬
vaiómer eléiha, 'amód pétaj haóhel; vêhaiah im-ísh iavó usheléj vêamár
haiésh-póh ísh vêamárt áin.

Entonces él le dijo: –Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te


pregunta diciendo: '¿Hay alguno aquí?', responderás que no.
(21)
ְ‫תְבי ִ֗ ָָדּה‬
ְ ֶ‫ת־חֶ בֶ רְאֶ ת־יְ ֨תדְהָ ִ֜אהֶ לְו ָ ָּ֧תשֶ םְאֶ ת־המ ֶ ֣קב‬ ַֽ֠ ֶ‫֣לְאש‬ֹֽׁ ֵ ֵ‫ו ִת ֣קחְיָע‬
ְ‫ותָ ֤בֹואְאֵ לָיו֙ ְב ָֻׁ֔לאטְו ִתת ֤קעְאֶ ת־היָתֵ ד֙ ְבְרקָ ֻׁ֔תֹוְו ִתצנָ֖חְבָ ָ ֹ֑א ֶרץ‬
:‫וְ ֹֽׁהוא־נִ ר ָ ָּ֥דםְויָ ָ֖עףְוי ָֹֽׁמת‬
vatiqáj ia'él éshet-jéver et-iêtád haóhel vatásem et-hamaqévet bêiadáĥ vatavó
elav balát, vatitqá' et-haiated bêraqató, vatitznáj baáretz; vêhú-nirdám vaiá'af
vaiamót.

Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando un mazo
en su mano fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes,
clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado.
Así murió.
(22)
ְ‫רְלֹוְלֵ ְ֣ך‬
ֻׁ֔ ֶ‫אתֹוְו ֣תאמ‬ ֻׁ֔ ‫ת־סיסְ ָראְותֵ ֵצ֤אְ ָי ֵעלְ֙לִ ק ָר‬ֹֽׁ ִ ֶ‫וְהִ נֵ ֣הְבָ ָרקָ֮ ְר ֵ ֣דףְא‬
ְְ֙‫֤הְסיסְ ָרא‬ֹֽׁ ִ ֵ‫וְאר ֻׁ֔ ֶאךְָאֶ ת־הָ ִ ָ֖אישְאֲשֶ ר־א ָ ֣תהְמְב ֵ ֹ֑קשְוי ָ֣באְאֵ ֶֻׁ֔ליהָ ְוְהִ נ‬
:‫֣לְמתְוְהי ֵ ָָ֖תדְבְרקָ ֹֽׁתֹו‬
ֵ ֻׁ֔ ֵ‫נפ‬
vêhinéh varaq rodéf et-sísêra vatetzé ia'el liqrató, vatómer ló, léj vêaréka, et-
haísh asher-atáh mêvaqésh; vaiavó eléiha, vêhinéh sísêra nofél mét, vêhaiatéd
bêraqató.

Y he aquí que cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su


encuentro y le dijo: –Ven, y te mostraré al hombre que buscas. Él entró con
ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca clavada en su sien.
(23)
:ְ‫יןְמלְֶך־כְנָ ֹ֑עןְלִ פנֵ ָ֖יְבְנֵ ָּ֥יְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ֹֽׁ ֶ ‫ואְאתְי ִ ָ֣ב‬
ָ֖ ֵ ‫ויכנ֤עְאֱֹלהִ ים֙ ְבי֣ ֹוםְה ֻׁ֔ה‬
vaiajná' elohim baióm hahú, ét iavín mélej-kêná'an; lifnéi bênéi israél .
5, 6 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Así sometió Elohim aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los Hijos de Israel.
(24)
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ןְעדְא‬
ֵ֚ ‫יןְמלְֶך־כְנָ ֹ֑ע‬
ֹֽׁ ֶ ‫ו ִ֜ ֵתלְֶךְי֤דְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ לְ֙הָ ל֣ ֹוְךְוְקָ שָֻׁ֔ הְעָ֖לְי ִ ָ֣ב‬
‫ ש‬:‫יןְמלְֶך־כְ ָנֹֽׁען‬ ֹֽׁ ֶ ‫יתוְאתְי ִ ָָּ֥ב‬
ָ֖ ֵ ‫הִ כ ִ ֻׁ֔ר‬
vatélej iád bênéi-israel halój vêqasháh, 'ál iavín mélej-kêná'an; 'ád ashér
hijrítu, ét iavín mélej-kêná'an.

Y la mano de los Hijos de Israel comenzó a endurecerse más y más contra


Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Shofetim – Jueces Capitulo 6


(1)
‫ ס‬:‫ֵאמר‬
ֹֽׁ ‫בֹורהְובָ ָ ָ֖רקְבֶ ן־אֲבִ ֹ֑ינעםְ{ס}ְביָּ֥ ֹוםְה ָ֖הואְ{ר}ל‬
ֻׁ֔ ָ ְ‫ו ָ ֣תשרְד‬
vatáshar dêvoráh, uvaráq ben-avinó'am; {s} baióm hahú {r}lemór.

Aquel día cantó Devorá / Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:
(2)
‫ ס‬:ְ‫הוֹֽׁה‬
ָ ‫ֹ֑םְב ְרכָ֖ וְי‬
ֹֽׁ ָ ָ‫בִ פ ֤רעְפְ ָרעֹות֙ ְבְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְ{ס}ְבְהִ תנ ֵ ָ֖דבְ{ר}ע‬
bifró'a pêra'ot bêisraél, {s} bêhitnadév {r}'ám; bárêjú Adonai .

'Cuando se revelan desgracias en Israel, cuando se ofrece el pueblo


voluntariamente, ¡bendecid al Eterno!
(3)
ְ‫ְאנ ִ ֣כיְאָ ֻׁ֔ ִש ָירה‬
ֹֽׁ ָ ֙‫יְליהוָה‬
ֹֽׁ ‫ֹ֑יםְ{ס}ְאנ ִ֗ ִכ‬
ֹֽׁ ָ ‫ָ֖ינוְ{ר}רזְ ִנ‬
ֹֽׁ ִ‫יםְהאֲז‬
ֹֽׁ ‫ִשמע֣ וְמְל ֻׁ֔ ִָכ‬
‫ ס‬:ְ‫ֱֹלהָּ֥יְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ֵ ‫רְ{ר}ליהוָ ָ֖הְא‬
ֹֽׁ ‫{ס}ְאֲז ּ֕ ֵמ‬
shim'ú mêlajím, háazínu {r}rózêním; {s} ánojí láAdonai ánojí ashírah, {s}
azamér {r}láAdonai elohéi israél .

'Oíd, oh reyes; escuchad, oh gobernantes: Yo al Eterno, yo cantaré; cantaré


cánticos al Eterno Elohim de Israel.
(4)
ְ‫ֹוםְ{ס}ְא ֶרץ‬
ֶ֣ ֻׁ֔‫ְמשְ ֵ ֣דהְאֱד‬
ִ ֙‫ְ{ר}משֵ עִ יר֙ ְ{ס}ְבְצעדְך‬ ִ ֤‫יה ִ֗ ָוהְבְ ֵ ֹֽׁצאתְך‬
‫ ס‬:ְ‫פוְ{ר}מיִ ם‬
ֹֽׁ ָ ‫{ר}ר ָֻׁ֔עשָ הְגם־שָ ָ֖מיִ םְנ ָ ָֹ֑טפוְ{ס}ְגם־ע ִ ָָ֖ביםְנָ ָּ֥ט‬
ָ
Adonai bêtzétêjá {r}mise'ir {s} bêtza'dêjá misêdéh edóm, {s} éretz
{r}ra'áshah, gam-shamáim natáfu; {s} gam-'avím nátfu {r}máim .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 6

'Oh Eterno, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo de


Edom, la tierra tembló; también los cielos gotearon, y las nubes gotearon
agua.
(5)
ְ‫ֱֹלהָּ֥י‬
ֵ ‫יְמפְ ֵּ֕ניְיהוָ ָ֖הְא‬
ִ ‫֣הְ{ר}ס ֻׁ֔ינ‬
ִ ֶ‫וְמפְנֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְ{ס}ְז‬
ִ ָ֖‫יםְנַֹֽֽׁזְל‬
ָ ‫הָ ִ ָּ֥ר‬
‫ ס‬:ְ‫יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
harím názêlú mipênéi Adonai; {s} zéh {r}sinái, mipênéi Adonai elohéi israél.

Los montes temblaron delante del Eterno; el mismo Sinaí, delante del Eterno
Elohim de Israel.
(6)
ְ}‫לְחדְלָ֖ וְאְ ָר ֹ֑חֹותְ{ס‬
ֹֽׁ ָ ‫ימיְ ָי ֵֻׁ֔ע‬
֣ ֵ ִ‫ימיְשמג֤רְבֶ ן־ְ{ר} ֲענָת֙ ְ{ס}ְב‬ ֵ ִ֞ ִ‫ב‬
‫ ס‬:‫ֹותְיֹֽׁלְכּ֕ וְאְ ָר ָ֖חֹותְעֲקלקלֹֽׁ ֹות‬
ֵ ‫יב‬
ֻׁ֔ ‫וְ ֹֽׁהלְכֵ ֣יְ{ר}נְ ִת‬
biméi shamgár ben- {r}'anat {s} biméi ia'él, jádêlú orajót; {s} vêhólêjéi
{r}nêtivót, iélêjú orajót 'aqalqalót.

'En los días de Shamgar / Samgar hijo de Anat, en los días de Iael / Jael, los
caminos quedaron abandonados, y los caminantes iban por sendas retorcidas.
(7)
ְ‫בֹורהְש ָּ֥קמ ִתי‬
ֻׁ֔ ָ ְ‫ָ ֹֽׁחדְלָּ֧ וְפְ ָרזִ֛ ֹוןְבְיִ ש ָר ֵ ָ֖אלְ{ר}חָ ֵ ֹ֑דלוְ{ס}ְע֤דְש ֨קמ ִתי֙ ְד‬
‫ ס‬:‫ֵ ָ֖אםְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
jádêlú fêrazón bêisraél {r}jadélu; {s} 'ád shaqámtí dêvoráh, shaqámti ém
bêisraél.

Quedaron abandonadas las aldeas en Israel; quedaron abandonadas hasta que


yo, Devorá / Débora, me levanté. ¡Me levanté como madre en Israel!
(8)
ְ ֙‫ם־י ַָֽראֶ ה‬
ֹֽׁ ֵ ‫ַֽןְא‬
ִ ֤ ֵ‫יםְאזְל ֶָח֣םְשְע ִ ָֹ֑ריםְ{ס}ְמָ ג‬ ָ֖ ָ ‫ֱֹלהיםְחֲדָ ֻׁ֔ ִש‬
֣ ִ ‫יִ בחר֙ ְ{ר}א‬
‫ ס‬:ְ‫יםְאלֶףְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָ֖ ֶ ‫{ר}ו ָֻׁ֔רמחְ{ס}ְבְארבָ ִ ָּ֥ע‬
ivjar {r}elohím jadashím, áz lajém shê'arím; {s} magén im-iéraeh {r}varómaj,
{s} bêarba'ím élef bêisraél .

'Cuando escogían dioses nuevos, la guerra estaba a las puertas; y no se veía ni


lanza ni escudo entre cuarenta mil en Israel.
(9)
ְ‫הוֹֽׁה‬
ָ ְ‫ֹ֑םְב ְרכָ֖ וְ{ר}י‬
ֹֽׁ ָ ָ‫לִ בִ י֙ ְ{ר}לְ ֹֽׁחֹוקְ ֵ ֣קיְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְ{ס}ְה ִ ֹֽׁמתְנדְ ִ ָ֖ביםְבָ ע‬
‫ס‬:
libí {r}lêjóqêqéi israél, {s} hamítênadêvím ba'ám; bárêjú {r}iêhváh .
6 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

¡Mi corazón está con los líderes de Israel! Los que voluntariamente se
ofrecieron entre el pueblo: ¡Bendecid al Eterno!
(10)
ְ‫ל־ד ֶרְך‬
ָ֖ ֶ ‫ל־מ ִ ִ֛דיןְוְ ֹֽׁהלְכֵ ָּ֥יְע‬
ִ ‫ֹותְ{ס}ְישְ ֵבָּ֧יְ{ר}ע‬
ֹֽׁ ‫ֹֽׁרכְבֵ יְ֩אֲתנ֨ ֹותְצְח ִ֜ר‬
‫ ס‬:‫ִ ֹֽׁשיחו‬
rójêveí atonót tzêjorót {s} ióshêvéi {r}'al-midín vêhólêjéi 'al-dérej síju.

'Los que cabalgáis sobre asnas blancas, los que os sentáis sobre tapices, y los
que vais por el camino, contadlo.
(11)
ְ‫יםְ{ס}ְשםְיְתנו֙ ְצִ ד ֣קֹותְיה ֻׁ֔ ָוה‬
ָ֤ ‫ִמ ֣קֹולְמְ ֹֽׁחצְ ִ֗ ִציםְבֵֵ֚ יןְ{ר}משא ִֻׁ֔ב‬
ְ‫ַֽר ָּ֥דוְלשְע ִ ָָ֖ריםְעם־‬ ְ ‫זְי‬
ֹֽׁ ָ ‫לְ{ס}ְא‬
ִ֛ ָ ‫{ס}ְצִ ד ָּ֥קתְ{ר}פִ רזֹונָ֖ ֹוְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑א‬
‫ ס‬:ְ‫הוֹֽׁה‬ ָ ְ‫{ר}י‬
miqól mêjátzêtzím béin {r}mashabím, {s} shám iêtanú tzidqót Adonai, {s}
tzidqót {r}pirzonó bêisraél; {s} áz iárêdú lashê'arím 'am- {r}iêhváh .

[más alto] que la voz de los arqueros junto a los abrevaderos, donde recitan
los justos hechos del Eterno, los justos hechos a sus aldeanos que moran en las
aldeas en Israel. Entonces descendió a las puertas el pueblo del Eterno.
(12)
ְ‫{ס}ְקום‬
ָּ֥ ְ‫י־שיר‬
ֹ֑ ִ ‫בֹורהְ{ס}ְעָּ֥ ִוריְ{ר}עָ֖ ִוריְדבְ ִר‬ֻׁ֔ ָ ְ‫יְעורי֙ ְד‬
ִ ‫עור‬ ִ֤
‫ ס‬:‫בָ ָ ִ֛רקְוֹֽׁ ש ֵבָּ֥הְשֶ ביְךָ֖ ְבֶ ן־ְ{ר}אֲבִ ֹֽׁינעם‬
'urí 'urí dêvoráh, {s} 'úri {r}'úri dabêri-shír; {s} qúm baráq úshvéh sheviêjá
ben- {r}avinó'am.

'¡Despierta, despierta, oh Devorá / Débora! ¡Despierta, despierta! ¡Entona un


cántico! ¡Levántate, oh Barac! ¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam!
(13)
‫ ס‬:ְ‫בֹורים‬
ֹֽׁ ִ ִ‫ד־ליְבג‬
ָ֖ ִ ‫אֵָ֚ זְיְ ֣רדְשָ ִ ֻׁ֔רידְלְא ִד ִ ָ֖יריםְעָ ֹ֑םְ{ס}ְיה ּ֕ ָוהְ{ר}יְר‬
áz iêrád saríd, lêadirím 'ám; {s} Adonai {r}iêrad-lí bagiborím .

Entonces descendió el remanente de los grandes del pueblo. El Eterno hizo


descender a mí a los poderosos.
(14)
ְ‫יןְבעֲמָ ֶ ֹ֑מיך‬
ֹֽׁ ‫קְ{ס}ְאח ֶ ֲָּ֥ריךְבִ ני ִ ָָ֖מ‬
ֹֽׁ ‫ְ{ר}בעֲמָ ֵֻׁ֔ל‬
ֹֽׁ ֙‫ִמ ִנ֣יְאֶ פ ִ֗ריִ םְשְרשָ ם‬
ְ‫ןְמשְ ִ ָ֖כיםְבְ ֵ ָּ֥שבֶ ט‬
ֹֽׁ ‫בול‬ ֻׁ֔ ְ‫יםְ{ס}ְומז‬
ִ֨ ‫ַֽרדו֙ ְמְ ֣חקְ ֻׁ֔ ִק‬ְ ‫ירְי‬
ֹֽׁ ָ ‫{ס}ְמ ִנ֣יְ{ר}מָ ִ֗ ִכ‬
ִ
‫ ס‬:‫{ר}ס ֵ ֹֽׁפר‬
miní efráim shorsham {r}bá'amaléq, {s} ájaréja viniamín bá'amaméja; {s}
miní {r}majír iárêdú mêjóqêqím, {s} umízêvulún, móshêjím bêshévet
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 6

{r}sofér.

'De Efraim / Efraín los que estaban enraizados en [lucha con] Amalec; detrás
tuyo Biniamín / Benjamín, entre tu pueblo; de Majir / Maquir descendieron
los líderes; de Zebulún / Zabulón vinieron los que llevan la vara de escriba.
(15)
ְ‫וְשָ ֤ריְבְיִ שָ שכָר֙ ְעִ ם־דְב ָ ֻׁ֔רהְ{ס}ְוְיִ שָ שכָר֙ ְ{ר}כֵ ֣ןְבָ ָ ֻׁ֔רקְבָ עֵ ָ֖מֶ ק‬
‫ ס‬:‫י־ְ{ר}לב‬ ֹֽׁ ֵ ֵ‫אובןְגְד ִ ָ֖ליםְחִ קְק‬
ֵ ֻׁ֔ ‫ֹותְר‬
ְ ֣‫של֣חְבְרגלָ ֹ֑יוְ{ס}ְבִ פְלג‬
vêsarái bêisasjar 'im-dêvoráh, {s} vêisasjar {r}kén baráq, ba'émeq shuláj
bêragláv; {s} biflagót rêuvén, gêdolím jiqêqei- {r}lév.

Y los jefes de Isajar / Isacar fueron con Devorá / Débora. Así como Isajar /
Isacar, también fue Barac. Al valle fue enviado tras sus pies. En las divisiones
de Reuvén / Rubén hubo grandes deliberaciones del corazón.
(16)
ְ}‫יןְה ִמשפְ ֻׁ֔תיִ םְ{ס}ְלִ ש ָ֖מעְ{ר}שְ ִר ֣קֹותְעֲדָ ִ ֹ֑ריםְ{ס‬
ֹֽׁ ֵֵ֚‫לָ ֣מָ הְי ִָ֗שבתָ ְב‬
‫ ס‬:‫י־ְ{ר}לב‬
ֹֽׁ ֵ ‫דֹוליםְחִ ק ֵר‬
ָ֖ ִ ְ‫אובןְג‬
ֵ ֻׁ֔ ‫ֹותְר‬
ְ ֣‫לִ פלג‬
lámah iashávta béin hámishpêtáim, {s} lishmó'a {r}shêriqót 'adarím; {s}
liflagót rêuvén, gêdolím jiqrei- {r}lév.

¿Por qué te quedaste entre los rediles para escuchar los balidos de los
rebaños? ¡En las divisiones de Reuvén / Rubén hubo grandes deliberaciones
del corazón!
(17)
ְ}‫גִ ל ִָ֗עדְבְעֵ ֤בֶ רְהירדֵ ן֙ ְשָ ֵֻׁ֔כןְ{ס}ְוְ ּ֕ ָדןְ{ר}לָ ָּ֥מָ הְיָגָ֖ ורְאְנִ יֹ֑ ֹותְ{ס‬
‫ס‬:‫ָּ֥לְמפ ָר ָצָ֖יוְיִ שכֹֽׁ ֹון‬ִ ‫אָ שִֵ֗ רְיָשב֙ ְלְ ֣חֹוףְ{ר}י ִֻׁ֔מיםְ{ס}ְוְע‬
gil'ád bê'éver haiarden shajén, {s} vêdán {r}lámah iagúr oniót; {s} ashér
iashav lêjóf {r}iamím, {s} vê'ál mifratzáv ishkón.

'Guilead / Galaad se quedó al otro lado del Iardén / Jordán. Y Dan, ¿por qué se
quedó en los navíos? También Asher / Aser se mantuvo en la costa del mar, y
se quedó habitando en sus bahías.
(18)
ְ‫רֹומי‬
ָּ֥ ֵ ְ‫זְב ִ֗לוןְ{ר}ע֣םְחֵ ֵ ָּ֥רףְנפ ִ֛שֹוְל ָָ֖מותְ{ס}ְוְנפתָ ִ ֹ֑ליְעָ֖לְמ‬
‫ ס‬:‫{ר}שָ ֶ ֹֽׁדה‬
zêvulún {r}'ám jeréf nafshó lamút {s} vênaftalí; 'ál mêroméi {r}sadéh.

'Zebulún / Zabulón es el pueblo que expuso su vida hasta la muerte; así mismo
Naftalí / Neftalí sobre las alturas del campo.
6 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(19)
ְ‫מוְ{ס}ְאזְ{ר}נִ לחֲמו֙ ְמלכֵ ֣יְכְ ֻׁ֔נעןְ{ס}ְבְתע ָ֖נְַֽך‬
ָ֤ ‫ָב֤אוְמְלָכִ ים֙ ְנִ ל ֻׁ֔ ָח‬
‫ ס‬:‫ףְלאְל ָ ָֹֽׁקחו‬
ָּ֥ ֶ‫ֹוְ{ס}ְבָּ֥צעְכֶ ָ֖ס‬
ֶ ‫ל־מיְ{ר}מְגִ ֹ֑ד‬ ֵ֣ ‫ע‬
báu mêlajim niljámu, {s} áz {r}niljamú maljéi jêná'an, {s} bêta'náj 'al-méi
{r}mêgidó; {s} bétza' késef ló laqáju.

'Vinieron los reyes y combatieron; entonces combatieron los reyes de Jenaan /


Canaán en Ta’naj / Taanac, junto a las aguas de Meguido, ¡pero no se llevaron
botín de plata!
(20)
ְ‫לֹותםְנִ לח ֲָ֖מוְעִ ם־‬
ָ ֻׁ֔ ‫ְממְ ִס‬
ִ ֙‫ִמן־ְ{ר}שָ ָ֖מיִ םְנִ ל ָחֹ֑מוְ{ס}ְהכֹֽׁ ֹוכָבִ ים‬
‫ ס‬:‫{ר}סיסְ ָ ֹֽׁרא‬
ֹֽׁ ִ
min- {r}shamáim niljámu; {s} hakójavim mimêsilotám, niljamú 'im-
{r}sísêrá.

'Desde los cielos combatieron; las estrellas desde sus órbitas combatieron
contra Sisrá / Sísara.
(21)
ְ}‫ישֹוןְ{ס‬
ֹ֑ ִ‫דומיםְנ֣חלְק‬
ָ֖ ִ ְ‫נ֤חלְקִ ישֹון֙ ְגְ ָר ָֻׁ֔פםְ{ס}ְנָּ֥חלְ{ר}ק‬
‫ ס‬:‫יְ{ר}עז‬
ֹֽׁ ‫ִתד ְר ִ ָּ֥כיְנפ ִ ָ֖ש‬
nájal qishon gêrafám, {s} nájal {r}qêdumím nájal qishón; {s} tidrêjí nafshí
{r}'óz.

El torrente de Kishón / Quisón los arrastró, el antiguo torrente, el torrente de


Kishón / Quisón. ¡Pisotea mi alma con poder!
(22)
‫ ס‬:‫יריו‬
ֹֽׁ ָ ִ‫ֹותְ{ר}דה ֲָּ֥רֹותְאב‬
ֹֽׁ ‫וסְ{ס}ְמדה ֲָ֖ר‬
ֹֽׁ ִ ‫י־ס‬
ֹ֑ ֵ‫זְהלְ ָ֖מוְעִ קְב‬
ֹֽׁ ָ ‫ָ ָּ֥א‬
áz hálêmú 'iqêvei-sús; {s} mídaharót {r}dáharót abiráv.

Entonces resonaron los cascos de los caballos, por las cabriolas, cabriolas de
los corceles nobles.
(23)
‫יְלא־‬
ֹֽׁ ‫ְ{ס}ְכ‬
ִ֤ ָ‫ֹורְ{ר}ישְ ֶבֹ֑יה‬
ֹֽׁ ‫הְארוְאָ ָ֖ר‬
ָּ֥ ‫֣אֹורוְמֵ ִ֗רֹוזְאָ מר֙ ְמל ֣אְךְיה ֻׁ֔ ָו‬
‫ ס‬:ְ‫בֹורים‬ ֹֽׁ ִ ִ‫֨ ָבאו֙ ְלְעֶז ֣רתְיה ֻׁ֔ ָוהְ{ס}ְלְעֶז ָּ֥רתְ{ר}יְהוָ ָ֖הְבג‬
óru meróz amar maláj Adonai, óru arór {r}ióshêvéiha; {s} kí ló-váú lê'ezrát
Adonai, {s} lê'ezrát {r}iêhváh bagiborím .

''¡Maldecid a Meroz!', dijo el enviado del Eterno. 'Maldecid severamente a sus


moradores, porque no vinieron en ayuda del Eterno, en ayuda del Eterno
contra los poderosos.'
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 6

(24)
ְ‫ֹ֑יְ{ס}ְמנ ִ ָָּ֥שיםְבָ ָ֖אהֶ ל‬
ִ ‫תְח֣בֶ רְ{ר}הקֵ ִינ‬
ֶ ֶ‫לְאש‬
ָ֖ ֵ ‫ְמנ ֻׁ֔ ִָשיםְ ָי ֵּ֕ע‬
ִ ֙‫תְ ברְך‬
‫ ס‬:‫תְב ָ ֹֽׁרְך‬
têvoraj minashím, ia'él éshet jéver {r}haqeiní; {s} minashím baóhel têvoráj.

'¡Bendita entre las mujeres sea Iael / Jael, mujer de Jeber / Heber el queneo.
Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas.
(25)
ְ‫ָּ֥מיִ םְ{ר}שָ ָ֖אלְחָ לָ ֣בְנ ָ ָֹ֑תנָהְ{ס}ְבְ ֵ ָּ֥ספֶלְא ִד ִ ָ֖יריםְהִ ק ִ ָּ֥ריבָ ה‬
‫ ס‬:‫{ר}חֶ מ ָ ֹֽׁאה‬
máim {r}shaál jaláv natánah; {s} bêséfel adirím hiqrívah {r}jemáh.

Él pidió agua, y ella le dio leche; en taza de nobles le sirvió nata.


(26)
ְ}‫ימינָ ָּ֖הְ{ר}לְהל ֣מותְעֲמֵ ִ ֹ֑ליםְ{ס‬ ִ ‫ָהְ{ס}ְו‬
ֹֽׁ ִ ‫דְתש ֻׁ֔לחנ‬ ִ ‫יָדָ ּה֙ ְלי ֵ ָ֣ת‬
‫ ס‬:‫ֹוְ{ס}ְומח ֲָצָּ֥הְוְ ָ ֹֽׁחלְפָ ָ֖הְרקָ ֹֽׁתֹו‬
ֹֽׁ ָ ‫אש‬
ֻׁ֔ ‫ְמח ָ ֲ֣קהְ{ר}ר‬
ֹֽׁ ָ ֙‫הְסיסְ ָרא‬
ֹֽׁ ִ ‫וְ ָ ֹֽׁהלְ ָ ֤מ‬
iadaĥ laiatéd tishlájnah, {s} vímináĥ {r}lêhalmút 'amelím; {s} vêhálêmáh
sísêra májaqáh {r}roshó, {s} umájatzáh vêjálêfáh raqató.

Con su mano tomó la estaca, y con su derecha el mazo de obrero. Golpeó a


Sisrá / Sísara, machacó su cabeza, perforó y atravesó su sien.
(27)
ְ‫יהְכ ָ֣רעְ{ר} ָנ ָֻׁ֔פל‬
ָ֙ ‫ֹ֑בְ{ס}ְב֤יןְרג ֶ֨ל‬
ֵ ָ‫ֵב֣יןְ{ר}רג ֶֻׁ֔ליהָ ְכ ָָּ֥רעְנָפָ֖לְשָ כ‬
‫ ס‬:‫עְשםְנָפָּ֥לְשָ ֹֽׁדוד‬ָ֖ ָ ‫ֲשרְכ ָֻׁ֔ר‬ ֣ ֶ ‫{ס}ְבא‬
ֹֽׁ
béin {r}ragléiha, kará' nafál shajáv; {s} béin ragléihá kará' {r}nafál, {s}
báashér kará', shám nafál shadúd.

A los pies de ella se encorvó y cayó; quedó tendido. A los pies de ella se
encorvó y cayó. Donde se encorvó, allí cayó abandonado.
(28)
ְ}‫֣דְהאֶ שנָ ֹ֑בְ{ס‬ ֹֽׁ ָ ‫םְסיסְ ָ ָ֖ראְבְע‬ ֹֽׁ ִ ‫ִ֛בְא‬
ָּ֥ ֵ ‫ְ֩{ר}הח ֨לֹוןְנִ שקְפָ ָּ֧הְותְי ֵב‬
ֹֽׁ ‫בְעד‬
ְ‫וְפע ֵ ֲָ֖מי‬ ֹֽׁ ‫ְאח ֱֻׁ֔ר‬
ֹֽׁ ֶ ‫מדִ֗ ועְב ֵ ֤ששְ ִרכבֹו֙ ְ{ר}ל ָֻׁ֔בֹואְ{ס}ְמ ֣דוע‬
‫ ס‬:‫בֹותיו‬
ֹֽׁ ָ ְ‫מרכ‬
bê'ad {r}hájalón nishqêfáh vatêiabév ém sísêrá bê'ád háeshnáv; {s} madú'a
boshésh rijbó {r}lavó, {s} madú'a éjerú, pá'améi markêvotáv.
6, 7 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Por la ventana se asoma y grita, la madre de Sisrá / Sísara mirando por la


celosía: '¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué se retrasan los pasos de
sus carros?'
(29)
ְ ָ‫ף־היאְתָ ִ ָּ֥שיבְאֲמָ ֶ ָ֖ריה‬
ִּ֕ ‫ְתעֲנֶ ֹ֑ינָהְ{ס}ְא‬
ֹֽׁ ָ‫רֹותיה‬
ָ֖ ֶ ‫ֹותְ{ר}ש‬
ֹֽׁ ָ ‫חכ ָּ֥מ‬
‫ ס‬:‫{ר}לּה‬
ֹֽׁ ָ
jajmót {r}sárotéiha tá'anéinah; {s} af-hí tashív amaréiha {r}láĥ.

Las más sabias de sus damas le responden, también ella se responde a sí


misma.
(30)
ְ‫םְ{ר}רחֲמָ ֨תיִ ם֙ ְלְ ֣ראשְ ֻׁ֔ ֶגבֶ ר‬
ֹֽׁ ‫לְ{ס}ְרח‬
֤ ‫ה ֲ֨לאְיִ מצְ ִ֜אוְיְחלְ ֣קוְשָ ִָ֗ל‬
ְ}‫יםְרק ָ ֹ֑מהְ{ס‬ ִ ‫{ס}ְשְל֤לְצְבָ עִ ים֙ ְ{ר}לְ ִ ֣סיס ָ ֻׁ֔ראְ{ס}ְשְלָּ֥לְצְבָ ִ ָ֖ע‬
‫ ס‬:‫אריְשָ ָ ֹֽׁלל‬
ָּ֥ ֵ ‫עְ{ר}רקמָ ָ֖תיִ םְלְצו‬
ִ ‫ֶצָּ֥ב‬
haló imtzêú iêjalêqú shalál {s} rájam {r}rájamatáim lêrósh géver, {s} shêlál
tzêva'im {r}lêsísrá, {s} shêlál tzêva'ím riqmáh; {s} tzéva' {r}riqmatáim
lêtzauréi shalál.

'¿No habrán capturado botín y se lo estarán repartiendo? Por cabeza de varón


una joven, o dos; un botín de ropas de colores para Sisrá / Sísara; un botín de
bordados de colores, botín de bordados dobles para los cuellos.'
(31)
ְ‫ל־אֹוי ֨ ֶביך֙ ְיה ֻׁ֔ ָוהְ{ר}וְ ֣אה ֻׁ֔ ֲָביוְכְ ֵצָּ֥אתְה ֶ ָ֖שמֶ שְבִ גב ָר ֹ֑תֹו‬
ֹֽׁ ְ‫ןְיאבְ ֤דוְכ‬
ֹֽׁ ‫ַֽ֠ ֵכ‬
‫ ש‬:ְ‫{ס}ְו ִתש ָּ֥קטְהָ ָ ָ֖א ֶרץְארבָ ִ ָּ֥עיםְשָ ָנֹֽׁה‬
kén ióvêdú jol-óivéjá Adonai, {r}vêóhaváv, kêtzét hashémesh bigvurató; {s}
vatishqót haáretz arba'ím shanáh .

'¡Perezcan así todos tus enemigos, oh Eterno! Pero los que te aman sean como
el sol cuando se levanta en su poderío.' Y la tierra reposó durante cuarenta
años.'

Shofetim – Jueces Capitulo 7


(1)
ְ‫ַֽןְשבע‬ ִ ‫ו ֹֽׁיע ֲָּ֧שוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְהָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְויִ תְנֵ ָּ֧םְיהוָ ִ֛הְבְי‬
ָּ֥ ֶ ָ֖ ָ‫ד־מדי‬
:ְ‫שָ ִ ֹֽׁנים‬
vaiá'asú vênéi-israél hará' bê'einéi Adonai; vaitêném Adonai bêiad-midián
shéva' shaním .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 7

Los Hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Eterno. Entonces el
Eterno los entregó en mano de Madián durante siete años,
(2)
ְ‫יְמד ִָ֜יןְע ָָּ֥שוְל ֶָה֣םְ׀ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ִ֗ ֵאל‬
ִ ‫לְמפְ ֵ֨נ‬
ִ ‫ד־מדיָ ַָֽ֖ןְעל־יִ ש ָר ֵ ֹ֑א‬
ִ ‫ו ָ ָּ֥תעְזְי‬
:‫רְבהָ ִ ֻׁ֔ריםְוְאֶ ת־המְע ָָ֖רֹותְוְאֶ ת־המְצָ ֹֽׁדֹות‬ ֹֽׁ ֶ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫אֶ ת־ה ִמנהָ רֹות֙ ְא‬
vatá'oz iad-midián 'al-israél; mipênéi midián 'asú lahém | bênéi israél et-
haminharot ashér béharím, vêet-hamê'arót vêet-hamêtzadót.

y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas los
Hijos de Israel se hicieron escondrijos en las montañas, y cuevas y lugares
fortificados.
(3)
:‫ֵי־קדֶ םְוְעָלָּ֥ וְע ָ ָֹֽׁליו‬
ָ֖ ֶ ‫ַֽןְועֲמָ לֵ ִ֛קְובנ‬
ֹֽׁ ָּ֧ ָ‫הְמדי‬
ִ ‫ָ֖הְאם־ז ָ֣רעְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְוְ ָע ָ֨ל‬
ִ ָ‫וְהָ י‬
vêhaiáh im-zará' israél; vê'aláh midián vá'amaléq uvnei-qédem vê'alú 'aláv.

Porque sucedía que cuando Israel sembraba, subían contra él los madianitas,
los amalequitas y los hijos de Kedem.
(4)
‫ד־בֹואֲךָ֖ ְעזָ ֹ֑הְוְ ֹֽׁלא־‬
ֹֽׁ ‫ֵיהםְויש ִ֨חיתו֙ ְאֶ ת־יְ ֣בולְהָ ֻׁ֔ ָא ֶרץְע‬ ֶ ִ֗ ‫ו ֹֽׁיחֲנ֣ וְ ֲעל‬
:‫ירוְמחְיָה֙ ְבְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוְ ֶ ָּ֥שהְו ָָ֖שֹורְ ֹֽׁוח ֲֹֽׁמֹור‬
ֹֽׁ ִ ‫יש ִ ֤א‬
vaiájanú 'aleihém vaiashjítú et-iêvúl haáretz, 'ad-bóajá 'azáh; vêló-iashíru
míjêiah bêisraél, vêséh vashór vájamór.

Y acampando contra ellos, arruinaban las cosechas de la tierra hasta cerca de


Gaza. No dejaban qué comer en Israel: ni ovejas, ni toros, ni asnos;
(5)
ְ‫םְיבאוְ(וב֤או)ְכְ ֵ ֹֽׁדי־ארבֶ ה֙ ְל ָֻׁ֔רב‬
ָ ‫ֵיה‬
ֶ ִ֗ ‫םְיע ֲִ֜לוְוְ ָ ֹֽׁאהְל‬
ֹֽׁ ‫ֵיה‬
ֶ ֨ ‫ְ֩ומקנ‬
ִ ‫ִ֡ ִכיְהֵ ם‬
:‫יןְמספָ ֹ֑רְוי ָָּ֥באוְבָ ָ ָ֖א ֶרץְלְ ֹֽׁשח ָ ֲֹֽׁתּה‬ ִ ‫ָ֖םְא‬֣ ֵ ‫ֵיה‬ֶ ‫וְל ֶָהָּ֥םְוְלִ גמל‬
kí hem umiqneihém iá'alú vêáholeihém ivv (uváu) jêdéi-arbeh laróv, vêlahém
vêligmaleihém éin mispár; vaiavóu vaáretz lêshájatáĥ.

porque venían con sus ganados y con sus tiendas, siendo como langostas por
su multitud. Ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para
devastarla.
(6)
ָ ‫֣יְמדיָ ַֹֽ֑ןְויִ זע ֲָּ֥קוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְאֶ ל־י‬
‫ פ‬:ְ‫הוֹֽׁה‬ ִ ‫ויִ ָּ֧דלְיִ ש ָר ֵ ִ֛אלְמְ ָ֖א‬
ִ ֵ‫דְמפְנ‬
vaidál israél mêód mipênéi midián; vaiz'aqú vênéi-israél el-Adonai .

Israel era empobrecido en gran manera por causa de los madianitas. Y los
Hijos de Israel clamaron al Eterno.
7 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(7)
:ְ‫ֹותְמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
ִ ‫יְכי־ ָזע ֲָּ֥קוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְאֶ ל־יהוָ ֹ֑הְעָ֖לְא ָּ֥ד‬
ֹֽׁ ִ ‫וי ִּ֕ה‬
vaihí kí-za'aqú vênéi-israél el-Adonai; 'ál odót midián .

Y sucedió que cuando los Hijos de Israel clamaron al Eterno a causa de los
madianitas,
(8)
ְ‫ִ֛הְאישְנ ִ ָָ֖ביאְאֶ ל־בְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְו ֨יאמֶ רְל ִ֜ ֶָהםְ ֹֽׁכה־אָ ָּ֥מר‬ ָּ֥ ִ ָ‫ויִ שלָּ֧חְיהו‬
ְ‫םְוֹֽׁא ִ ָּ֥ציא‬
ָ ִ‫ְמ ִמצ ֻׁ֔רי‬
ִ ֙‫֤יתיְאֶ תכֶם‬
ִ ֵ‫יְהעֱל‬ ֹֽׁ ֶ ‫לְאנ ִ֞ ִכ‬
ֹֽׁ ָ ‫ֱֹלה֣יְיִ ש ָר ִ֗ ֵא‬ֵ ‫יהוָ ֣הְ׀ְא‬
:ְ‫ָ֖םְמ ֵבָּ֥יתְעֲבָ ִ ֹֽׁדים‬
ִ ֶ‫אֶ תכ‬
vaishláj Adonai ísh naví el-bênéi israél; vaiómer lahém kóh-amár Adonai |
elohéi israél ánojí hé'eléiti etjem mimitzráim, váotzí etjém mibéit 'avadím .

El Eterno envió a los Hijos de Israel un profeta, que les dijo: –Así ha dicho el
Eterno Elohim de Israel: 'Yo os hice subir de Egipto y os saqué de la casa de
esclavitud.
(9)
ְ ֙‫ֹ֑םְו ֲאג ֵ ָ֤רשְאֹותָ ם‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫םְומיָ֖דְכְל־ֹלֹֽׁ חֲצֵ יכ‬
ִ ִ‫֣דְמצ ֻׁ֔רי‬
ִ ‫ְמי‬ ִ ֙‫ָוֹֽׁא ִ ֤צלְאֶ תכֶם‬
:‫םְוֹֽׁאֶ תְנָ ָּ֥הְלָכֶ ָ֖םְאֶ ת־אר ָ ֹֽׁצם‬
ָ ‫ִמפְנֵי ֶֻׁ֔כ‬
váatzíl etjem miád mitzráim, umiád kol-lójatzeijém; váagarésh otam
mipêneijém, váetênáh lajém et-artzám.

Os libré de mano de los egipcios y de mano de todos los que os oprimían, a


los cuales eché de delante de vosotros y os di su tierra.
(10)
ְ‫֣יְהאֱמ ִ ֻׁ֔רי‬
ֹֽׁ ָ ‫ֱֹלה‬
ֵ ‫אְתירְאו֙ ְאֶ ת־א‬ ֹֽׁ ִ ‫םְל‬
֤ ‫ָוֹֽׁאמ ָ ֣רהְ ָל ִֶ֗כםְאֲנִ י֙ ְיהוָ ֣הְאֱֹלֹֽׁ הֵ י ֶֻׁ֔כ‬
‫ פ‬:ְ‫קֹולי‬
ֹֽׁ ִ ְ‫ֲשרְא ֶ ָ֖תםְיֹֽׁ ֹוש ִ ֣ביםְבְאר ָצֹ֑םְוְ ָּ֥לאְשְמע ֶ ָ֖תםְב‬ ָּ֥ ֶ ‫א‬
váomráh lajém aní Adonai elóheijém, ló tírêú et-elohéi háemorí, ashér atém
íoshvím bêartzám; vêló shêma'tém bêqolí .

Y os dije: 'Yo soy el Eterno vuestro Elohim; no veneréis a los dioses de los
amorreos en cuya tierra habitáis.' Pero no habéis obedecido mi voz.'
(11)
ְ‫יֹואש‬
ָ֖ ָ ְ‫ֲשרְל‬ ָּ֥ ֶ ‫ֲשרְבְעְפ ָ ֻׁ֔רהְא‬
֣ ֶ ‫תְהאֵ לָה֙ ְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ְתח‬
֤ ֙‫וי ִָ֞באְמל ֣אְךְיה ִ֗ ָוהְו ֵ֨ישֶ ב‬
:ְ‫ָּ֥יְמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
ִ ֵ‫ָ֖יסְמפְנ‬
ִ ‫יְהעֶז ִ ֹ֑ריְוְגִ דע֣ ֹוןְבְנִ֗ ֹוְח ֵב֤טְחִ ִטים֙ ְב ֻׁ֔גתְלְהָ ִנ‬
ֹֽׁ ָ ‫א ִ ֲ֣ב‬
vaiavó maláj Adonai vaiéshev tájat háelah ashér bê'ofráh, ashér lêioásh aví
há'ezrí; vêgid'ón bênó jovét jitim bagát, lêhanís mipênéi midián .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 7

Entonces el enviado del Eterno fue y se sentó debajo de la encina que está en
Ofra, que pertenecía a Ihoash [Joás] el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba
desgranando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
(12)
:ְ‫וי ָ ֵָּ֥ראְאֵ לָ ָ֖יוְמל ֣אְךְיהוָ ֹ֑הְו ֣יאמֶ רְאֵ ָֻׁ֔ליוְיהוָ ָּ֥הְעִ מְךָ֖ ְגִ ָּ֥בֹורְהֶ ָ ֹֽׁחיִ ל‬
vaierá eláv maláj Adonai; vaiómer eláv, Adonai 'imêjá gibór hejáil .

Y se le apareció el enviado del Eterno, y le dijo: –¡el Eterno está contigo, oh


valiente guerrero!
(13)
‫ְביְאֲד ֻׁ֔ ִניְוְיֵ ֤שְיהוָה֙ ְעִ ֻׁ֔ ָמנוְוְלָ ָּ֥מָ הְמְצָ ָ֖אתנוְכְל־‬ ֣ ִ ֙‫ו ֨יאמֶ רְאֵ לָ ֤יוְגִ דעֹון‬
ְ‫ֵאמרְה ֲ֤לא‬ ִ֗ ‫ֲבֹותינוְל‬
ֵ ִ֜ ‫ְ֩ספְרו־ ָ֨לנוְא‬ ִ ‫֣הְכל־נִ פלְא ִ֡ ָתיוְאֲשֶ ר‬ ֹֽׁ ָ ֵ‫ֹ֑זאתְוְאי‬
ִ ‫ְהעֱלָ ֣נוְיה ֻׁ֔ ָוהְוְעתָ ה֙ ְנְטָ ָ ֣שנוְיה ֻׁ֔ ָוהְוַֹֽֽׁיִ תְנֵ ָ֖נוְבְכ‬
:ְ‫ף־מד ָ ֹֽׁיַֽן‬ ֹֽׁ ֶ ֙‫ִמ ִמצ ֨ריִ ם‬
vaiómer eláv gid'on bí adoní, vêiésh Adonai 'imánu, vêlámah mêtzaátnu kol-
zót; vêaiéh jál-niflêotáv asher sipêru-lánu avotéinu lemór haló mimitzráim
hé'elánu Adonai, vê'atah nêtashánu Adonai, váitênénu bêjaf-midián .

Y Gedeón le respondió: –¡Oh, señor mío! Si el Eterno está con nosotros, ¿por
qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que
nuestros padres nos han contado diciendo: '¿No nos sacó el Eterno de Egipto?'
Ahora el Eterno nos ha desamparado y nos ha entregado en mano de los
madianitas.
(14)
ִ ‫ו ִ ֤יפֶןְאֵ לָיו֙ ְיה ֻׁ֔ ָוהְו ִ֗יאמֶ רְ ֵֵ֚לְךְבְ ֹֽׁכחֲך֣ ְ ֶֻׁ֔זהְוְ ֹֽׁהֹושע ָ ָּ֥תְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
ְ‫לְמכ֣ף‬
:ְ‫ִמדיָ ַֹֽ֑ןְה ֲָ֖לאְשְלח ִ ֹֽׁתיך‬
vaífen elav Adonai, vaiómer léj bêjójajá zéh, vêhósha'tá et-israél mikáf
midián; haló shêlajtíja .

El Eterno le miró y le dijo: –Ve con esta tu fuerza y libra a Israel de mano de
los madianitas. ¿No te envío yo?
(15)
ְ‫הְאֹושיעְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְהִ נֵ ֤הְאלפִ י֙ ְה ֣דל‬ָ֖ ִ ‫ְביְאֲד ָֻׁ֔ניְב ָ ָּ֥מ‬
֣ ִ ֙‫ו ֤יאמֶ רְאֵ לָיו‬
:‫בִ מנשֶֻׁ֔ הְוְ ָ ֹֽׁאנ ִ ָּ֥כיְהצָ ִ ָ֖עירְבְ ֵבָּ֥יתְאָ ִ ֹֽׁבי‬
vaiómer elav bí adonái, bamáh oshí'a et-israél; hinéh alpí hadál bimnashéh,
vêánojí hatza'ír bêvéit aví.

Entonces le respondió: –¡Oh, Señor mío! ¿Con qué podré yo librar a Israel?
He aquí que mi familia es la más insignificante de Menashé [Manasés], y yo
soy el más pequeño en la casa de mi padre.
7 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(16)
:ְ‫ת־מדיָ ַָֽ֖ןְכְ ִ ָּ֥אישְאֶ ָ ֹֽׁחד‬
ִ ֶ‫יתְא‬
ָּ֥ ָ ִ‫יְאהְיֶ ָ֖הְעִ ָ ֹ֑מְךְוְהִ כ‬
ֹֽׁ ֶ ‫הְכ‬
ָּ֥ ִ ‫ו ֤יאמֶ רְאֵ לָיו֙ ְיה ֻׁ֔ ָו‬
vaiómer elav Adonai, kí éhêiéh 'imáj; vêhikitá et-midián kêísh ejád .

Pero el Eterno le dijo: –Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los


madianitas como a un solo hombre.
(17)
ְ‫ֹותְשא ָ ָ֖תה‬
ֹֽׁ ָ ‫ְא‬
ֻׁ֔ ֙‫יְחָ֖ןְבְעֵינֶ ֹ֑יךְוְע ִ ָ֤שיתָ ְלִ י‬
ֵ ‫ָּ֥את‬
ִ ‫יוְאם־נָ ִ֛אְמָ ָצ‬
ִ ‫ו ֣יאמֶ רְאֵ ָֻׁ֔ל‬
:‫מְד ֵבָּ֥רְעִ ִ ֹֽׁמי‬
vaiómer eláv, im-ná matzáti jén bê'einéja; vê'asíta lí ót, sháatáh mêdabér 'imí.

Y él le respondió: –Si he hallado gracia ante tus ojos, dame, por favor, una
señal de que eres tú el que hablas conmigo.
(18)
ְ‫ת־מנחָ ֻׁ֔ ִתיְוְהִ נח ִ ָ֖תי‬
ִ ֶ‫אתי֙ ְא‬
ִ ֵ‫֤שְמזֶה֙ ְעד־ב ִ ֣איְאֵ ֶֻׁ֔ליךְוְ ֹֽׁהצ‬ ִ ‫אל־ ָ֨נאְתָ מ‬
:‫ָּ֥דְשובך‬
ֹֽׁ ֶ ‫רְאנ ִ ָּ֥כיְאֵ ֵ ָ֖שבְע‬
ֹֽׁ ָ ‫אמ‬
ּ֕ ‫לְפָנֶ ֹ֑יךְוי‬
al-ná tamúsh mizeh 'ad-boí eléja, vêhótzetí et-minjatí, vêhinajtí lêfanéja;
vaiomár ánojí eshév 'ád shuvéja.

Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que yo vuelva a ti y traiga mi presente


y lo ponga delante de ti. Él respondió: –Yo me quedaré hasta que vuelvas.
(19)
ְ‫ת־קמחְמ ֻׁ֔צֹותְהבָ שָ ר֙ ְ ָ ֣שםְב ֻׁ֔סל‬ ֣ ֶ ‫ֹוןְבאְוי֤עשְגְ ִ ֹֽׁדי־עִ זִים֙ ְוְאֵ יפ‬
ָ ִ֗ ֣‫וְגִ דע‬
‫ פ‬:‫תְהאֵ לָ ָ֖הְויגֹֽׁש‬ ֹֽׁ ָ ‫ל־תח‬
ָּ֥ ֶ‫יֹוצָּ֥אְאֵ לָ ִ֛יוְא‬
ֵ ‫קְשםְבפ ָֹ֑רורְו‬ ֣ ָ ‫וְהמָ ָ֖ר‬
vêgid'ón bá vaiá'as gêdí-'izim vêeifat-qémaj matzót, habasar sám basál,
vêhamaráq sám baparúr; vaiotzé eláv el-tájat háeláh vaiagásh.

Gedeón entró, y preparó un cabrito y panes sin levadura de un efa de harina.


Puso la carne en una canasta y puso el caldo en una olla; luego se los trajo y se
los presentó debajo de la encina.
(20)
ְ ֙‫יםְקחְאֶ ת־הבָ ָ ֤שרְוְאֶ ת־המצֹות֙ ְוְהנח‬ ֣ ‫ֱֹלה‬
ִִ֗ ‫ְךְהא‬
ֹֽׁ ָ ‫ו ֨יאמֶ רְאֵ ִָ֜ליוְמל ֣א‬
:ְ‫שְכן‬
ֹֽׁ ֵ ‫אֶ ל־ה ֶ ֣סלעְה ָֻׁ֔לזְוְאֶ ת־המָ ָ֖רקְשְ ֹ֑פֹוְךְויָ֖ע‬
vaiómer eláv maláj háelohím qáj et-habasár vêet-hamatzot vêhanaj el-haséla'
haláz, vêet-hamaráq shêfój; vaiá'as kén .

Y el enviado de Elohim le dijo: –Toma la carne y los panes sin levadura;


ponlos sobre esta peña y vierte el caldo. Él lo hizo así.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 7

(21)
ְ‫ֲשרְבְיָדֻׁ֔ ֹוְויִ גָּ֥עְבבָ ָ ָ֖שר‬
֣ ֶ ‫ויִ ש ִ֞לחְמל ֣אְךְיה ִ֗ ָוהְאֶ ת־קְ ֵצ֤הְה ִמשעֶ֨ נֶת֙ ְא‬
ְ‫שְמן־ה ִ֗צורְו ֤תאכלְאֶ ת־הבָ שָ ר֙ ְוְאֶ ת־המ ֻׁ֔צֹות‬ ִ ‫ובמ ֹ֑צֹותְו ֨תעלְהָ ִ֜ ֵא‬
:ְ‫ֵינֹֽׁיו‬
ָ ‫ְָ֖ךְמע‬
ֹֽׁ ֵ ‫ומל ֣אְךְיה ֻׁ֔ ָוהְהָ ל‬
vaishláj maláj Adonai et-qêtzéh hamish'énet ashér bêiadó, vaigá' babasár
uvamatzót; vatá'al haésh min-hatzúr vatójal et-habasar vêet-hamatzót, umaláj
Adonai, haláj mé'eináv .

Entonces el enviado del Eterno extendió el cayado que tenía en la mano, y con
la punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, que
consumió la carne y los panes sin levadura. Y el enviado del Eterno
desapareció de su vista.
(22)
ְ‫הוה‬
ִֻׁ֔ ‫ָ֖הְהואְו ֣יאמֶ רְגִ ד ִ֗עֹוןְאֲהָ ּה֙ ְאֲדנָ ֣יְי‬
ֹ֑ ָ‫ֹוןְכי־מל ָּ֥אְךְיהו‬ ֹֽׁ ִ ‫ויַֽ֣ראְ גִ ד ֻׁ֔ע‬
:ְ‫יתי֙ ְמל ֣אְךְיה ֻׁ֔ ָוהְפ ִָנָ֖יםְאֶ ל־פ ִ ָֹֽׁנים‬
ִ ‫֤ןְר ִ֨א‬
ָ ֵ‫ִ ֹֽׁכי־על־כ‬
vaiár gid'ón, kí-maláj Adonai hú; vaiómer gid'ón ahaĥ adonái yhvíh, kí-'al-kén
raítí maláj Adonai, paním el-paním .

Dándose cuenta Gedeón de que era el enviado del Eterno, exclamó: –¡Ay,
Señor Elohim! ¡Pues he visto cara a cara al enviado del Eterno!
(23)
:ְ‫אְלאְתָ ֹֽׁמות‬
ָ֖ ‫יר‬
ֹ֑ ָ ‫ל־ת‬
ִ ‫ו ֨יאמֶ רְלָּ֧ ֹוְיהוָ ִ֛הְשָ לָּ֥ ֹוםְלְךָ֖ ְא‬
vaiómer ló Adonai shalóm lêjá al-tirá; ló tamút .

El Eterno le dijo: –La paz sea contigo. No temas; no morirás.


(24)
ֵ֚ ֹ֑‫ְליה ֻׁ֔ ָוהְויִ ק ָרא־לָּ֥ ֹוְיהוָ ָ֖הְשָ ל‬
ְ‫ֹוםְעדְהי֣ ֹום‬ ִ ֤‫ויִ בֶ ןְ֩שָ֨ םְגִ דע‬
ֹֽׁ ‫ֹוןְמז ֨ ֵב ֙ח‬
‫ ס‬:ְ‫יְהעֶז ִ ֹֽׁרי‬
ֹֽׁ ָ ‫הְעֹודנוְבְעְפ ָ ָ֖רתְא ִ ֲָּ֥ב‬
ֶ ּ֕ ‫ה ֶֻׁ֔ז‬
vaiven shám gid'ón mizbéáj láAdonai, vaiqra-ló Adonai shalóm; 'ád haióm
hazéh, 'odénu bê'ofrát aví há'ezrí .

Entonces Gedeón edificó allí un altar al Eterno, y lo llamó el Eterno-shalom.


Éste permanece hasta el día de hoy en Ofra de los abiezeritas.
(25)
ְ‫ֲשר‬ ֣ ֶ ‫הְקחְאֶ ת־פר־השֹור֙ ְא‬ ֤ ‫ויהִ יָ֮ ְבל֣ילָהְההואְו ָּ֧יאמֶ רְל֣ ֹוְיה ִ֗ ָו‬
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ת־מזב֤חְה ֨בעלְ֙א‬
ִ ֶ‫ָ֖יְשבעְשָ ִנֹ֑יםְוְ ָ ֹֽׁהרס ִ֗ ָתְא‬
֣ ֶ ‫לְאָ ִֻׁ֔ביךְופָּ֥רְהשֵ ִנ‬
:ְ‫ָ֖יוְתכ ֹֽׁרת‬
ִ ָ‫ת־האֲשֵ ָ ָּ֥רהְאֲשֶ ר־עָל‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫לְאָ ִֻׁ֔ביךְוְא‬
vaihí baláilah hahu vaiómer ló Adonai qáj et-par-hashor ashér lêavíja, ufár
hashení shéva' shaním; vêhárastá et-mizbáj habá'al ashér lêavíja, vêet-
7 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

háasheráh asher-'aláv tijrót .

Aconteció aquella misma noche que el Eterno le dijo: –Toma un toro del hato
que pertenece a tu padre, y un segundo toro de siete años. Luego derriba el
altar de Baal que tiene tu padre, y corta el árbol ritual de Asera que está junto
a él.
(26)
ְ‫֣לְראשְהמָ עִ֛ ֹוזְהזֶ ָ֖הְב ֹֽׁמע ֲָרכָ ֹ֑ה‬ ָּ֧ ‫ֱֹלהיךְע‬ ֶ ִ֗ ‫ְליהוָ ֣הְא‬ ֹֽׁ ‫ְמז ִ֜ ֵבח‬
ִ ָ‫ובָ ֨ ִנית‬
: ‫ֲשרְ ִתכ ֹֽׁרת‬
ְ ָּ֥ ֶ ‫וְ ָ ֹֽׁלקח ְָ֙תְאֶ ת־הפָ ֣רְהשֵ ֻׁ֔ ִניְוְ ֹֽׁהע ִ ֲ֣ליתְְָעֹו ָֻׁ֔להְ ֹֽׁבע ֲֵצָּ֥יְ ָ ֹֽׁהאֲשֵ ָ ָ֖רהְא‬
uvaníta mizbéaj láAdonai elohéja 'ál rósh hama'óz hazéh bamá'arajáh;
vêláqajtá et-hapár hashení, vêhá'alíta 'oláh, bá'atzéi háasheráh ashér tijrót .

Edifica ordenadamente un altar al Eterno tu Elohim en la cumbre de este


peñasco. Luego toma el segundo toro y sacrifícalo en holocausto sobre la leña
del árbol ritual de Asera que habrás cortado.
(27)
ְ‫ֲשרְדְִ ֶבָּ֥רְאֵ לָ ָ֖יוְיהוָ ֹ֑ה‬
ִ֛ ֶ ‫שְכא‬ ֹֽׁ ֵ ֙‫ויִ ֨קחְגִ ד ִ֜עֹוןְעֲשָ ָ ֤רהְ ֲאנ ִָשים‬
ֹֽׁ ‫ְמעֲבָ ֻׁ֔ ָדיוְו ּ֕יע‬
ְ‫ֹותְיֹומם‬
ָ֖ ָ ‫ירְמע ֲָּ֥ש‬
ֹֽׁ ֵ ‫ת־ביתְאָ ִִ֜ביוְוְאֶ ת־אנ ֵ ָּ֥שיְהָ ִ ִ֛ע‬ ֵ ֨ ֶ‫ֲשרְי ֵָראְ֩א‬ ֣ ֶ ‫יְכא‬ ֹֽׁ ‫וי ִִ֡ה‬
:ְ‫שְליְלָה‬ֹֽׁ ָ ‫ויָּ֥ע‬
vaiqáj gid'ón 'asaráh anashim mé'avadáv, vaiá'as káashér dibér eláv Adonai;
vaihí káashér iare et-béit avív vêet-anshéi ha'ír mé'asót iomám vaiá'as láiêlah .

Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Eterno le
había dicho. Pero sucedió que temiendo hacerlo de día, por causa de la casa de
su padre y de los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.
(28)
ְ‫ְמזב֣חְה ֻׁ֔בעלְוְ ָ ֹֽׁהאֲשֵ ָ ָּ֥רה‬
ִ ֙‫ויש ִ֜ ִכימוְאנ ֵ ֤שיְהָ עִ יר֙ ְב ֻׁ֔בקֶ רְוְהִ נֵ ֤הְנתץ‬
:‫יְה ֲע ָֻׁ֔להְעל־ה ִמז ֵבָ֖חְהבָ נֹֽׁ וי‬
ֹֽׁ ‫אֲשֶ ר־עָלָ ָ֖יוְכ ָ ֹ֑רתָ הְוְאֵ ת֙ ְהפָ ֣רְהשֵ ֻׁ֔ ִנ‬
vaiashkímu anshéi ha'ir babóqer, vêhinéh nutatz mizbáj habá'al, vêháasheráh
asher-'aláv korátah; vêet hapár hashení, hó'aláh, 'al-hamizbéaj habanúy.

Cuando por la mañana se levantaron los hombres de la ciudad, he aquí que el


altar de Baal había sido derribado, el árbol ritual de Asera que estaba junto a
él había sido cortado, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto
sobre el altar edificado.
(29)
ְ‫ָשהְהדָ ָב֣רְהזֶ ֹ֑הְוַֹֽֽׁיִ דרְשו֙ ְויבק ֻׁ֔שו‬ ָ֖ ָ ‫הוְמיְע‬ָּ֥ ִ ‫ל־ר ֵֻׁ֔ע‬
ֵ ֶ‫ְאישְא‬ ֣ ִ ֙‫ו ֹֽׁיאמְרו‬
:‫ָשהְהדָ ָבָּ֥רְה ֶזֹֽׁה‬ ָ֖ ָ ‫ן־יֹואשְע‬
ָ ֻׁ֔ ֶ‫ו ֣יאמ ֻׁ֔רוְגִ דעֹון֙ ְב‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 7

vaiómêrú ísh el-re'éhu, mí 'asáh hadavár hazéh; váidrêshú vaivaqshú, vaiómrú,


gid'on ben-ioásh, 'asáh hadavár hazéh.

Entonces se preguntaban unos a otros: –¿Quién ha hecho esto? Cuando


indagaron y buscaron, dijeron: –Gedeón hijo de Ihoash [Joás] ha hecho esto.
Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Ihoash [Joás]:
(30)
‫תְכיְנָתץ֙ ְאֶ ת־‬
֤ ִ ‫שְהֹוצָּ֥אְאֶ ת־בִ נךָ֖ ְוְי ָֹ֑מ‬
ֵ ‫ל־יֹוא‬
ָ ֻׁ֔ ֶ‫ו ֨יאמ ִ֜רוְאנ ֵ ֤שיְהָ עִ יר֙ ְא‬
:‫ִמזב֣חְה ֻׁ֔בעלְוְ ִ ָּ֥כיְכ ָָ֖רתְ ָ ֹֽׁהאֲשֵ ָ ָּ֥רהְאֲשֶ ר־ע ָ ָֹֽׁליו‬
vaiómrú anshéi ha'ir el-ioásh, hotzé et-binjá vêiamót; kí natatz et-mizbáj
habá'al, vêjí jarát háasheráh asher-'aláv.

–Saca fuera a tu hijo, para que muera; porque ha derribado el altar de Baal y
ha cortado el árbol ritual de Asera que estaba junto a él.
(31)
‫לְאם־‬
ִ ‫יוְהא ֶ ֣תםְ׀ְתְ ִר ֣יבוןְל ִ֗בע‬
ֹֽׁ ‫ר־עמְד֨ וְ ָע ִָ֜ל‬ֹֽׁ ָ ֶ‫רְיֹואשְלְכל ְ֩אֲש‬ ָ ִ֡ ֶ‫ו ֣יאמ‬
ְ‫ֱֹלהים‬
ָּ֥ ִ ‫רְאם־א‬
ִ ֶ‫ֹוְיומתְעד־ה ֹ֑בק‬ָ֖ ִ֛‫וןְאֹותֹוְאֲשֶ֨ רְי ִ ָָּ֥ריבְל‬
ֻׁ֔ ֣‫ֹושיע‬ ִ ‫אתֶ ם֙ ְֹֽׁת‬
:ְ‫ת־מזבְ ֹֽׁחֹו‬ ִ ‫ץְא‬ ֹֽׁ ֶ ‫ֹוְכיְנ ָָ֖ת‬
ָּ֥ ִ ‫בְל‬ֻׁ֔ ‫הוא֙ ְיָ ֣ ֶַֽר‬
vaiómer ioásh lêjol asher-'ámêdú 'aláv háatém | têrivún labá'al im-atem
tóshi'ún otó, ashér iarív ló yumát 'ad-habóqer; im-elohím hu iárev ló, kí natátz
ét-mizbêjó .

Ihoash [Joás] respondió a todos los que estaban frente a él: –¿Contenderéis
vosotros por Baal? ¿Vosotros lo defenderéis? ¡El que contienda por Baal, que
muera antes de mañana! Si es un dios, que contienda por sí mismo, porque
alguien ha derribado su altar.
(32)
‫ץְאת־‬
ֹֽׁ ֶ ‫לְכיְנ ָָ֖ת‬ ֹ֑ ‫ויִ ק ָרא־לָּ֥ ֹוְביֹום־ה ָ֖הואְיְרב֣עלְל‬
ָּ֥ ִ ‫ֵאמרְיָ ֤ ֶַֽרבְבֹו֙ ְה ֻׁ֔בע‬
‫ ס‬:‫ִמזבְ ֹֽׁחֹו‬
vaiqra-ló vaiom-hahú iêrubá'al lemór; iárev bó habá'al, kí natátz ét-mizbêjó.

Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, que quiere decir: 'Que Baal contienda
con él', por cuanto derribó su altar.

(33)
ְ‫םְנֹֽׁאֶ ס ֣פוְיח ָ ֹ֑דוְויֹֽׁעב ָּ֥רוְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ וְבְעֵ ָּ֥מֶ ק‬
ֶ ֶ‫ֵי־קד‬
ָ֖ ֶ ‫ַֽןְועֲמָ לֵ ִ֛קְובנ‬
ֹֽׁ ָּ֧ ָ‫ל־מדי‬
ִ ְ‫וְכ‬
:‫יִ ז ְר ֶ ֹֽׁעאל‬
7 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vêjol-midián vá'amaléq uvnei-qédem néesfú iajdáv; vaiá'avrú váiajanú


bê'émeq izrê'él.

Todos los madianitas, los amalequitas y los hijos de Kedem se reunieron, y


cruzando el río acamparon en el valle de Jezreel.
(34)
ְ‫הְלבְ ָ ָ֖שהְאֶ ת־גִ דעֹ֑ ֹוןְויִ תקע֙ ְבשֹו ָֻׁ֔פרְויִ זָעֵ ָּ֥קְאֲבִ יעֶ ָ֖ זֶר‬
ֹֽׁ ָ ‫וְ ֣רוחְיה ֻׁ֔ ָו‬
:ְ‫ֹֽׁאח ָ ֲֹֽׁריו‬
vêrúaj Adonai, lávêsháh et-gid'ón; vaitqa' bashofár, vaiza'éq avi'ézer ájaráv.

Entonces Gedeón fue investido por el espíritu del Eterno. Él tocó el shofar, y
los de Abiezer acudieron para ir tras él.
(35)
ְ‫ואְאח ָ ֲֹ֑ריוְומלאָ ִ ֣כים‬ ָ֖ ‫ומלאָ כִ ים֙ ְשָ ל֣חְבְכְל־מְנשֶֻׁ֔ הְויִ זָעֵ ָּ֥קְג‬
ֹֽׁ ‫ם־ה‬
:‫אתם‬ ֹֽׁ ָ ‫שָ ִ֗לחְבְאָ ֵ ֤שרְובִ זבלון֙ ְובנפתָ לִֻׁ֔ יְוַֹֽֽׁיעֲלָ֖ וְלִ ק ָר‬
umalajim shaláj bêjol-mênashéh, vaiza'éq gam-hú ájaráv; umalajím shaláj
bêashér uvizvulun uvnaftalí, váia'alú liqratám.

Envió mensajeros por todo Menashé [Manasés], y los de Menashé [Manasés]


también acudieron para ir tras él. Asimismo, envió mensajeros a Aser, a
Zabulón y a Neftalí, los cuales subieron a su encuentro.
(36)
ְ‫ְמֹושיעְבְי ִ ִָ֛דיְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬
ָּ֧ ִ ‫יםְאם־יֶש ִ֞ך‬
ִ ‫ֱֹלה‬
ֹ֑ ִ ‫ל־הא‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ו ָּ֥יאמֶ רְגִ דעָ֖ ֹוןְא‬
:ְ ָ‫רְד ֹֽׁב ְרת‬
ִ ‫ֲש‬
ָּ֥ ֶ ‫ֹֽׁכא‬
vaiómer gid'ón el-háelohím; im-yeshjá moshí'a bêiadí et-israél káashér
dibárêta .

Pero Gedeón dijo a Elohim: –Si has de librar a Israel por mi mano, como has
dicho,
(37)
ְ‫ןְאםְטל ִ ְֹֽׁ֩יה ֶ֨יהְ ֹֽׁעל־הגִ ִָ֜זה‬ִִ֡ ‫֣הְאנ ִ֗ ִכיְמ ִ ִ֛ציגְאֶ ת־גִ זָּ֥תְה ֶצָ֖מֶ רְב ֹ֑ג ֶר‬ ֹֽׁ ָ ֵ‫הִ נ‬
ְ‫י־תֹושיעְבְי ִ ִָ֛דיְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬ ָּ֧ ִ ‫יְכ‬
ֹֽׁ ִ ‫ְח ֶרבְוְ ָ ֹֽׁיַֽדע ִ֗ ִת‬
ֻׁ֔ ֙‫לְב ִ֗ ָדּהְוְעל־כְל־הָ ֨ ָא ֶרץ‬
:ְ ָ‫רְד ֹֽׁב ְרת‬
ִ ‫ֲש‬ ָּ֥ ֶ ‫ֹֽׁכא‬
hinéh ánojí matzíg et-gizát hatzémer bagóren; ím tal íhiéh 'ál-hagizáh lêvadáĥ
vê'al-kol-haáretz jórev, vêiáda'tí kí-toshí'a bêiadí et-israél káashér dibárêta .

he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era. Si el rocío está sólo en el


vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi
mano, como has dicho.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 7, 8

(38)
ִ ‫ויהִ י־ ֵּ֕כןְוישכֵם֙ ִ ְֹֽׁממָ חְ ָ ֻׁ֔רתְויָ ַָֽ֖זרְאֶ ת־הגִ זָ ֹ֑הְו ִי֤מֶ ץְטל‬
ְ‫ְ֙מן־הגִ ָֻׁ֔זהְמְלָּ֥ ֹוא‬
:‫לְמיִ ם‬
ֹֽׁ ָ ‫ה ֵ ָ֖ס ֶפ‬
vaihi-jén vaiashkem mímajorát, vaiázar et-hagizáh; vaímetz tal min-hagizáh,
mêló haséfel máim.

Y aconteció así. Cuando se levantó muy de mañana, exprimió el vellón y sacó


de él el rocío, una taza llena de agua.
(39)
ְ‫הְאְךְהפָ ֹ֑עם‬
֣ ‫יְואֲדבְ ָ ָ֖ר‬ ֹֽׁ ‫ְב‬
ִֻׁ֔ ֙‫ל־י֤חרְאפְך‬
ִ ‫ֱֹלהיםְא‬ ִֻׁ֔ ‫ל־הא‬
֣ ָ ֶ‫ו ֤יאמֶ רְגִ דעֹון֙ ְא‬
‫אְח ֶרבְאֶ ל־הגִ זָה֙ ְלְב ֻׁ֔ ָדּהְוְעל־‬֤ ‫אֲנ ֶ ֤סהְנָא־רק־ה ֨פעם֙ ְבגִ ָֻׁ֔זהְיְהִ י־ ָ֨נ‬
:ְ‫ֶה־טל‬
ֹֽׁ ָ ‫ץְיהי‬
ֹֽׁ ִ ‫כְל־הָ ָ ָ֖א ֶר‬
vaiómer gid'on el-háelohím, al-íjar apêjá bí, váadabêráh áj hapá'am; anaséh
na-raq-hapá'am bagizáh, iêhi-ná jórev el-hagizah lêvadáĥ, vê'al-kol-haáretz
íhyeh-tál .

Pero Gedeón dijo a Elohim: –No se encienda tu ira contra mí; permite que
hable una vez más. Sólo probaré una vez más con el vellón: Por favor, que
sólo el vellón quede seco y que el rocío esté sobre todo el suelo.
(40)
‫י־ח ֶרבְאֶ ל־הגִ זָה֙ ְלְב ֻׁ֔ ָדּהְוְעל־‬
֤ ִ‫ֱֹלהיםְכֵ ָ֖ןְבל֣ילָהְהְ ֹ֑הואְוַֹֽֽׁיה‬ ִ֛ ִ ‫ויָּ֧עשְא‬
‫ פ‬:ְ‫ָהְטל‬
ֹֽׁ ָ ‫ץְהי‬
ָּ֥ ָ ‫כְל־הָ ָ ָ֖א ֶר‬
vaiá'as elohím kén baláilah hahú; váihi-jórev el-hagizah lêvadáĥ, vê'al-kol-
haáretz háiah tál .

Y Elohim lo hizo así aquella noche. Sucedió que sólo el vellón quedó seco y
que el rocío estuvo sobre todo el suelo.

Shofetim – Jueces Capitulo 8


(1)
ְ‫רְא ֻׁ֔תֹוְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ וְעל־עֵ ֣ין‬
ִ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫לְהואְגִ ד ִ֗עֹוןְוְכְל־הָ עָם֙ ְא‬ ֣ ‫ויש ֵ֨כםְיְר ִ֜בע‬
‫ ס‬:‫מֹורהְבָ ֵ ֹֽׁעמֶ ק‬
ָ֖ ֶ ‫ֹוןְמגִ בעָּ֥תְה‬
ִ ‫ֹוְמצָ ֻׁ֔פ‬
ִ ֣‫ְהיָה־ל‬ ֹֽׁ ָ ֙‫֤הְמדיָן‬
ִ ֵ‫דְומחֲנ‬
ֹֽׁ ‫ח ֲֹ֑ר‬
vaiashkém iêrubá'al hú gid'ón vêjol-ha'am ashér itó, váiajanú 'al-'éin jaród;
umájanéh midian háiah-ló mitzafón, migiv'át hamoréh ba'émeq.

Jerobaal [es decir, Gedeón] se levantó muy de mañana con todo el pueblo que
estaba con él, y acamparon junto al manantial de Harod. El campamento de
los madianitas estaba al norte del suyo, cerca de la colina de Moré, en el valle.
8 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(2)
ְ‫ת־מדיָ ַָֽ֖ן‬
ִ ֶ‫ְךְמ ִת ִ ָּ֥תיְא‬
ִ ‫רְא ֻׁ֔ ָת‬
ִ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫ֹוןְרבְהָ עָם֙ ְא‬
ִ֗ ‫ו ֤יאמֶ רְיהוָה֙ ְאֶ ל־גִ ד ֻׁ֔ע‬
:ְ‫ָהְלי‬
ֹֽׁ ִ ‫יְהֹושיע‬
ָּ֥ ִ ‫ֵאמרְי ִ ָָ֖ד‬ֻׁ֔ ‫בְ י ָ ָֹ֑דםְפֶן־יִ תפ ֨ ֵָארְעָל֤יְיִ ש ָראֵ לְ֙ל‬
vaiómer Adonai el-gid'ón, ráv ha'am ashér itáj, mitití et-midián bêiadám; pen-
itpaér 'alái israel lemór, iadí hoshí'ah lí .

Y el Eterno dijo a Gedeón: –El pueblo que está contigo es demasiado


numeroso para que yo entregue a los madianitas en su mano. No sea que Israel
se jacte contra mí diciendo: 'Mi propia mano me ha librado.'
(3)
ְ‫רְמי־י ֵ ָ֣ראְוְחָ ֵ ֻׁ֔רדְי ָָּ֥שבְוְיִצ ָ֖פרְמֵ ה֣ר‬
ֹֽׁ ִ ‫ֵאמ‬
ֻׁ֔ ‫וְע ִ֗ ָתהְקְ ָ ֨ראְ ִָ֜נאְבְאְזנֵ ֤יְהָ עָם֙ ְל‬
ְ‫ֶףְוע ֶ ֲָּ֥ש ֶרתְ ֲאל ִ ָָ֖פים‬
ֹֽׁ ‫ְאל‬
ֶ ֻׁ֔ ֙‫בְמן־הָ ִָ֗עםְעֶש ִ ֤ריםְוש ֨ניִ ם‬ ִ ְ‫הגִ לעָ ֹ֑דְויָ ֣ש‬
‫ ס‬:‫נִ ש ָ ֹֽׁארו‬
vê'atáh qêrá ná bêoznéi ha'am lemór, mí-iaré vêjaréd, iashóv vêitzpór mehár
hagil'ád; vaiáshov min-ha'ám 'esrím ushnáim élef, vá'aséret alafím nisháru.

Ahora pues, pregona a oídos del pueblo, y di: '¡Quien tema y tiemble, que se
vuelva!' Entonces Gedeón los probó, y se volvieron 22000 de ellos, y se
quedaron 10000
(4)
ְ‫ְהֹורדְאֹותָ ם֙ ְאֶ ל־ה ֻׁ֔מיִ ם‬ ֤ ֵ ‫֣םְרב‬ ָ ָ‫ו ֨יאמֶ רְיה ִ֜ ָוהְאֶ ל־גִ ד ִ֗עֹוןְעֹודָ֮ ְהָ ע‬
ְ‫ְךְהואְיֵלֵ ְ֣ך‬ ֵ֚ ‫ְ֣ךְא ִ֗ ָת‬
ִ ֵ‫ְשםְוְהָ ִָ֡יהְאֲשֶ רְ֩א ֨מרְאֵ ִֶ֜ליךְזֶ ֣הְ׀ְיֵל‬ ֹ֑ ָ ָ֖‫וְאֶ צ ְרפֶ ָּ֥נוְלְך‬
:ְ‫ואְלאְי ֵ ֵֹֽׁלְך‬
ָּ֥ ‫ְךְה‬
ָ֖ ‫הְלא־יֵלֵ ְ֣ךְעִ ֻׁ֔ ָמ‬
ֹֽׁ ‫ִא ֻׁ֔ ָתְךְוְ ֨כלְאֲשֶ ר־א ִ֜מרְאֵ ִֶ֗ליךְ ֵֶ֚ז‬
vaiómer Adonai el-gid'ón 'od ha'ám rav horéd otam el-hamáim, vêetzrêfénu
lêjá shám; vêhaiáh asher omár eléja zéh | yeléj itáj hú yeléj itáj, vêjól asher-
omár eléja zéh ló-yeléj 'imáj, hú ló yeléj .

Pero el Eterno dijo a Gedeón: –El pueblo aún es demasiado numeroso. Hazlos
descender a las aguas y allí te los probaré. Del que yo te diga: 'Éste irá
contigo', ése irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: 'Éste no irá
contigo', el tal no irá.

(5)
ְ֩‫ֹוןְכלְאֲשֶ ר־יָֹלק‬
֣ ‫ויָּ֥ ֶֹורדְאֶ ת־הָ עָ ָ֖םְאֶ ל־ה ָ ֹ֑מיִ םְו ֨יאמֶ רְיה ִ֜ ָוהְאֶ ל־גִ ד ִ֗ע‬
‫ֲשרְיָֹל֣ קְה ִֶ֗כלֶבְת ִ ֤ציגְאֹותֹו֙ ְלְ ֻׁ֔ ָבדְוְ ִ֛כלְאֲשֶ ר־‬
ָּ֧ ֶ ‫םְכא‬
ֹֽׁ ִ‫ֹוְמן־ה ִ֜מי‬ִ ֨‫בִ לשֹונ‬
:ְ‫יִ כ ָּ֥רעְעל־בִ רכָ ָ֖יוְלִ ש ֹֽׁתֹות‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 8

vaióred et-ha'ám el-hamáim; vaiómer Adonai el-gid'ón kól asher-ialoq


bilshonó min-hamáim káashér ialóq hakélev tatzíg otó lêvád, vêjól asher-ijrá'
'al-birkáv lishtót .

Entonces hizo descender el pueblo a las aguas, y el Eterno dijo a Gedeón: –A


todo el que lama el agua con su lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte.
Asimismo, a cualquiera que se doble sobre sus rodillas para beber.
(6)
ְ֙‫ֹותְאישְוְכל‬
ֹ֑ ִ ‫יהםְשְֹלָּ֥ שְמְֵ ָ֖א‬ ֶ ֻׁ֔ ִ‫רְהמְלקְ ִ ֤קיםְבְיָדָ ם֙ ְאֶ ל־פ‬
ֹֽׁ ‫יְמס ִ֞פ‬ ִ ‫וי ִִ֗ה‬
‫ ס‬:‫ֹותְמיִ ם‬
ֹֽׁ ָ ‫ֵיהָ֖םְלִ ש ָּ֥ת‬ ֶ ‫םְכ ְרעָּ֥ וְעל־בִ רכ‬ֹֽׁ ָ ‫יֶ ֣תֶ רְהָ ָֻׁ֔ע‬
vaihí mispár hámêlaqêqím bêiadam el-pihém, shêlósh meót ísh; vêjol iéter
ha'ám, kárê'ú 'al-birjeihém lishtót máim.

El número de los hombres que lamieron el agua, llevándola a su boca con la


mano, fue de 300 Todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para
beber agua.
(7)
ְ‫ְאֹושיע‬
֣ ִ ֙‫ישְהמְלקְקִ ים‬ ֹֽׁ ‫ו ֨יאמֶ רְיה ִ֜ ָוהְאֶ ל־גִ ד ִ֗עֹוןְבִ שֹלשְ֩מֵ ֨אֹותְהָ ִ ֤א‬
:ְ‫וְאישְלִ מק ֹֽׁמֹו‬
ָּ֥ ִ ָ֖‫םְיֹֽׁלְכ‬
ֵ ‫ת־מדיָ ַָֽ֖ןְבְי ֶ ָֹ֑דךְוְ ָ֨כל־הָ ָֻׁ֔ע‬
ִ ֶ‫אֶ ת ֶֻׁ֔כםְוְ ָנֹֽׁת ִ ָּ֥תיְא‬
vaiómer Adonai el-gid'ón bishlosh meót haísh hámêlaqêqim oshí'a etjém,
vênátatí et-midián bêiadéja; vêjál-ha'ám, iélêjú ísh limqomó .

Entonces el Eterno dijo a Gedeón: –Con los 300 hombres que lamieron el
agua os libraré y entregaré a los madianitas en tu mano. El resto del pueblo,
que se vaya cada uno a su lugar.
(8)
ְ‫ל־איש‬
֤ ִ ְ‫יהםְוְ ֨ ֵאתְכ‬ ֶ ִ֗ ֵ‫ויִ ק ֣חוְאֶ ת־צֵ דָ הְ֩הָ ָ֨עםְבְי ִ֜ ָָדםְוְ ֵ ֣אתְשֹופ ֹֽׁרת‬
ְ‫ֹ֑יקְומחֲנֵ ֣ה‬
ֹֽׁ ִ‫ישְהחֱז‬
ֹֽׁ ֶ ‫ְאישְלְ ֹֽׁאהָ ָֻׁ֔ליוְובִ שֹלש־מֵ ָּ֥אֹותְהָ ִ ָ֖א‬ ֣ ִ ֙‫ְ֙שלח‬
ִ ‫יִ ש ָראֵ ל‬
‫ פ‬:‫ֹוְמ ָּ֥תחתְבָ ֵ ֹֽׁעמֶ ק‬ ִ ָ֖‫ןְהיָהְל‬
ָּ֥ ָ ‫ִמד ָֻׁ֔י‬
vaiqjú et-tzedah ha'ám bêiadám vêét shofróteihém vêét kol-ísh israel shilaj ísh
lêóhaláv, uvishlosh-meót haísh héjezíq; umájanéh midián, háiah ló mitájat
ba'émeq.

Tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y las cornetas. Y él despidió
a todos aquellos hombres de Israel, cada uno a su morada; pero retuvo a los
300 hombres. El campamento de Madián estaba abajo, en el valle.
(9)
ְ‫ֹ֑הְכיְנְת ִ ָ֖תיו‬
ָּ֥ ִ ֶ‫דְבמחֲנ‬
ֹֽׁ ‫וםְר‬
֣ ֵ ‫הְק‬
ָ֖ ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ְבל֣ילָהְה ֻׁ֔הואְו ֤יאמֶ רְאֵ לָיוְְ֙יה ֻׁ֔ ָו‬
:ְ‫בְי ֶ ָֹֽׁדך‬
8 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

váihí baláilah hahú, vaiómer elav Adonai, qúm réd bámajanéh; kí nêtatív
bêiadéja .

Aconteció que aquella noche el Eterno le dijo: –Levántate y desciende contra


el campamento, porque yo lo he entregado en tu mano.
(10)
:‫ל־המח ֲֶנֹֽׁה‬
ֹֽׁ ֶ‫תְרדְא ָ ִ֛תהְופ ָ ָּ֥רהְנֹֽׁערךָ֖ ְא‬
ָּ֥ ֵ ֶ‫וְ ִאם־י ֵ ָָּ֥ראְא ָ ָ֖תהְל ֶ ָֹ֑רד‬
vêim-iaré atáh larédet; réd atáh ufuráh ná'arjá el-hámajanéh.

Y si tienes miedo de descender, desciende al campamento tú con tu criado


Fura,
(11)
ְ ֙‫ְבמחֲנֶ ֹ֑הְויֵ ֤ ֶַֽרדְהוא‬
ֹֽׁ ‫ְתחֱזַֽ֣קנָהְי ֻׁ֔ ֶָדיךְוְ ָ ֹֽׁיַֽרד ָ ָ֖ת‬ ֹֽׁ ֶ ֙‫וְ ָ ֹֽׁשמע ָ֙תְמה־יְד ֻׁ֔ ֵברוְוְאחר‬
:‫רְבמח ֲֶנֹֽׁה‬ ֹֽׁ ‫ֲש‬ ָּ֥ ֶ ‫ָּ֥הְהחֲמ ִ ָ֖שיםְא‬
ֹֽׁ ‫הְנע ֲֻׁ֔רֹוְאֶ ל־קְ ֵצ‬
ֹֽׁ ‫ופ ָ ֣ר‬
vêsháma'tá mah-iêdabéru, vêajar téjezáqnah iadéja, vêiáradtá bámajanéh;
vaiéred hu ufuráh ná'aró, el-qêtzéh hájamushím ashér bámajanéh.

y oirás lo que conversan. Luego tus manos se fortalecerán, y descenderás


contra el campamento. Entonces descendió él con su criado Fura hasta uno de
los puestos avanzados de la gente armada del campamento.
(12)
ְ‫קְכאר ֶבָ֖הְל ָֹ֑רב‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ֵי־קדֶ ם֙ ְֹֽׁנפְ ִ ֣ליםְבָ ֵֻׁ֔עמ‬
ֶ ֨ ‫ןְועֲמָ לֵ ֤קְוְכְל־בְנ‬
ֹֽׁ ‫ומד ָ֨י‬
ִ
:ְ‫ֹולְשעל־שְפָּ֥תְהיָ ָ֖םְל ָֹֽׁרב‬ ֹֽׁ ֶ ‫יןְמס ָֻׁ֔פרְכ ִ֛ח‬
ִ ‫ְא‬ ֣ ֵ ֙‫וְלִ גמלֵיהֶ ם‬
umidián vá'amaléq vêjol-bênei-qédem nófêlím ba'émeq, káarbéh laróv;
vêligmaleihem éin mispár, kajól shé'al-sêfát haiám laróv .

Los madianitas, los amalequitas y todos los hijos de Kedem se extendían por
el valle, numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables,
numerosos como la arena que está a la orilla del mar.
(13)
ְ‫ֵה־אישְמְספֵ ָּ֥רְלְ ֵרעֵ ָ֖הוְחֲלֹ֑ ֹוםְו ִ֜יאמֶ רְהִ נֵ ָּ֧הְחֲל֣ ֹום‬ ִֻׁ֔ ‫וי ָ֣באְגִ ד ֻׁ֔עֹוןְוְ ִ֨הנ‬
‫֣הְמד ָֻׁ֔יןְוי ָ֣באְעד־‬
ִ ֵ‫ְמתהפְֵך֙ ְבְ ֹֽׁמחֲנ‬ ִ ֙‫חָ ִ֗למ ִתיְוְהִ ֵ֨נהְצְלִִ֜ ילְלֶ ֤חֶ םְשְע ִרים‬
:‫ַֽ֠הָ אהֶ לְויכֵ ָּ֧הוְויִ ִ֛פלְויֹֽׁהפכֵ ָּ֥הוְלְ ָ֖מעלָהְוְנ ְָָּ֥פלְהָ ֹֽׁאהֶ ל‬
vaiavó gid'ón, vêhíneh-ísh, mêsapér lêre'éhu jalóm; vaiómer hinéh jalóm
jalámti vêhinéh tzêlíl léjem sê'orim mithapej bêmájanéh midián, vaiavó 'ad-
háohel vaiakéhu vaipól vaiáhafjéhu lêmá'lah vênafál haóhel.

Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando un sueño a su


compañero y decía: –He aquí, he tenido un sueño. Veía un pan de cebada que
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 8

rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda, y la golpeó de


tal manera que cayó. Le dio la vuelta de arriba abajo, y la tienda cayó.
(14)
ְ‫שְאיש‬
֣ ִ ‫ן־יֹוא‬
ָ֖ ָ ֶ‫ם־ח ִֶ֛רבְגִ דעָּ֥ ֹוןְב‬
ֶ ‫יְא‬ִ ‫יןְזאתְבִ ל ִ֗ ִת‬
ֻׁ֔ ‫ְא‬
֣ ֵ ֙‫ןְרעֵ ֤הוְו ֨יאמֶ ר‬
ֵ ‫ו ֨יע‬
‫ פ‬:ְ‫ל־המח ֲֶנֹֽׁה‬ֹֽׁ ְ‫ת־מדיָ ַָֽ֖ןְוְאֶ ת־כ‬
ִ ֶ‫ןְהאֱֹלהִ ים֙ ְבְיָדֻׁ֔ ֹוְא‬
ֹֽׁ ָ ‫יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְנ ָ֤ת‬
vaiá'an re'éhu vaiómer éin zót, biltí im-jérev gid'ón ben-ioásh ísh israél; natán
háelohim bêiadó, et-midián vêet-kol-hámajanéh .

Su compañero respondió y dijo: –¡Esto no es otra cosa que la espada de


Gedeón hijo de Ihoash [Joás], hombre de Israel! ¡Elohim ha entregado en su
mano a los madianitas con todo el campamento!
(15)
ְ ֙‫ת־שב ָ֖רֹוְויִ ש ָ ֹ֑תחוְו ָ֨ישָ ב‬
ִ ֶ‫ָּ֧רְהחֲלִ֛ ֹוםְוְא‬
ֹֽׁ ‫ת־מספ‬ִ ֶ‫ויהִ יְ֩כִ ש ֨מעְגִ ד ִ֜עֹוןְא‬
ְ‫ת־מחֲנֵ ָּ֥ה‬
ֹֽׁ ֶ‫ומוְכי־נ ָָּ֧תןְיהוָ ִ֛הְבְיֶדכֶ ָ֖םְא‬
ֹֽׁ ִ ‫רְק‬ ֻׁ֔ ֶ‫ל־מחֲנֵ ֣הְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְו ֣יאמ‬
ֹֽׁ ֶ‫א‬
:ְ‫ִמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
vaihí jishmó'a gid'ón et-mispár hájalóm vêet-shivró vaishtáju; vaiáshav el-
májanéh israél, vaiómer qúmu, kí-natán Adonai bêiedjém et-májanéh midián .

Y aconteció que cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación,


adoró. Después volvió al campamento de Israel y dijo: –¡Levantaos, porque el
Eterno ha entregado el campamento de Madián en vuestra mano!
(16)
ֹֽׁ ‫אשיםְויִ ֨ ֵת‬
‫ןְשֹופ ָ֤רֹותְבְיד־‬ ֹ֑ ִ ‫הְר‬
ָ ‫ֹלש‬ ֣ ָ ְ‫ויִ֛חץְאֶ ת־שְֹלש־מֵ ָּ֥אֹותְהָ ִ ָ֖אישְש‬
:‫יקיםְוְלפִ ִ ָ֖דיםְבְ ָּ֥תֹוְךְהכ ִ ֹֽׁדים‬
ִ ֻׁ֔ ‫יםְר‬
ֵ ‫כלָם֙ ְוְכ ִ ֣ד‬
vaiájatz et-shêlosh-meót haísh shêlosháh rashím; vaitén shófarót bêiad-kulam
vêjadím reiqím, vêlapidím bêtój hakadím.

Gedeón dividió los 300 hombres en tres escuadrones, puso en la mano de


todos ellos cornetas y cántaros vacíos con teas encendidas dentro de los
cántaros,
(17)
ְ‫הְאנ ִ ָּ֥כיְבָ א֙ ְבִ ק ֵצ֣ה‬
ֹֽׁ ָ ‫֣ןְתע ֲֹ֑שוְוְהִ ֵ֨נ‬
ֹֽׁ ֵ‫יְתר ָ֖אוְוְכ‬
ִ ִ‫םְמ ֶ ָּ֥מנ‬
ִ ‫ֵיה‬ֶ ֻׁ֔ ‫ו ֣יאמֶ רְ ֲאל‬
:‫ָּ֥ןְתע ֲֹֽׁשון‬
ֹֽׁ ֵ‫ָּ֥הְכאֲשֶ ר־אֶ ע ֶ ֱָ֖שהְכ‬
ֹֽׁ ָ‫ֹֽׁהמ ֲח ֶֻׁ֔נהְוְהָ י‬
vaiómer aleihém, miméni tirú vêjén tá'asú; vêhinéh ánojí va biqtzéh
hámajanéh, vêhaiáh jáasher-e'eséh kén tá'asún.

y les dijo: –Miradme a mí y haced lo que yo haga. Y he aquí que cuando yo


llegue a las afueras del campamento, lo que yo haga, hacedlo también
vosotros.
8 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(18)
‫רְא ִ ֹ֑תיְותקע ֨ ֶתםְב ֹֽׁשֹופ ִָ֜רֹותְגם־‬
ִ ‫ֲש‬ ֣ ֶ ‫רְאנ ִ ָ֖כיְוְכְל־א‬ֹֽׁ ָ ‫וְ ָ ֹֽׁתקע ִתי֙ ְבשֹו ָֻׁ֔פ‬
‫פ‬:ְ‫םְליהוָ ָּ֥הְולגִ דעֹֽׁ ֹון‬
ֹֽׁ ‫הְואֲמר ֶ ָ֖ת‬ֹֽׁ ‫ל־המ ֲח ֶֻׁ֔נ‬
ֹֽׁ ְ‫א ִ֗ ֶתםְסְבִ יבֹות֙ ְכ‬
vêtáqa'tí bashofár, ánojí vêjol-ashér ití; utqa'tém bashófarót gam-atém sêvivot
kol-hámajanéh, váamartém láAdonai ulgid'ón .

Cuando yo toque el shofar con todos los que están conmigo, vosotros que
estaréis alrededor de todo el campamento también tocaréis las cornetas y
gritaréis: '¡Por el Eterno y por Gedeón!'
(19)
ְ‫הְראש‬ ֵ֚ ‫֣הְהמ ֲח ִֶ֗נ‬
ֹֽׁ ‫ר־א ִ֜תֹוְבְִק ֵצ‬ִ ֶ‫ה־אישְאֲש‬ ִ֨ ָ‫וי ָ֣באְגִַֽ֠ דעֹוןְומֵ א‬
ְ ֙‫הְאְךְהָ ֵ ָּ֥קםְהֵ ִ ָ֖קימוְאֶ ת־ה ֹֽׁשמְ ִ ֹ֑ריםְוַֹֽֽׁיִתקְעו‬
ִ֛ ‫ָ ֹֽׁהאש ֣מ ֶרתְה ִ ֹֽׁתיכֹו ָֻׁ֔נ‬
:‫ֲשרְבְי ָ ָֹֽׁדם‬
ָּ֥ ֶ ‫ב ֣שֹופ ָֻׁ֔רֹותְוְנ ָָּ֥פֹוץְהכ ִ ָ֖דיםְא‬
vaiavó gíd'on umeah-ísh asher-itó biqtzéh hámajanéh rósh háashmóret
hatíjonáh, áj haqém heqímu et-hashómêrím; váitqê'ú bashófarót, vênafótz
hakadím ashér bêiadám.

Llegaron, pues, Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo a las afueras
del campamento, al comienzo de la vigilia intermedia, cuando acababan de
relevar los guardias. Entonces tocaron las cornetas y quebraron los cántaros
que llevaban en sus manos.
(20)
ְ‫אשיםְב ֹֽׁשֹופָרֹותָ֮ ְויִ שבְ ֣רוְהכ ִדיםְו ֹֽׁיחֲזִ ֤יקו‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫ַֹֽֽׁ֠ויִ תקְעוְשְ ֹ֨לש‬
ָּ֥ ִ ‫תְה ָר‬
ְ‫בְיד־שְמאולָם֙ ְבלפִ ִֻׁ֔דיםְו֨ ביד־יְ ִמי ָֻׁ֔נםְה ֹֽׁשֹופ ָָ֖רֹותְלִ ת ֹ֑קֹועְוַֹֽֽׁיִ קרְ ֻׁ֔או‬
:ְ‫בְליהוָ ָ֖הְולגִ דעֹֽׁ ֹון‬
ֹֽׁ ‫ֶח ֶָּ֥ר‬
váítqê'u shêlóshet hárashím bashófarot vaishbêrú hakadim vaiájazíqu vêiad-
sêmovlam balapidím, úviad-iêminám, hashófarót litqó'a; váiqrêú, jérev
láAdonai ulgid'ón .

Los tres escuadrones tocaron las cornetas, y quebrando los cántaros tomaron
las teas con su mano izquierda mientras que con la derecha tocaban las
cornetas y gritaban: –¡La espada por el Eterno y por Gedeón!

(21)
ְ‫ל־המחֲנֶ ִ֛הְוי ִ ָָ֖ריעו‬
ֹֽׁ ְ‫יבְלמחֲנֶ ֹ֑הְויָ ַָּֽ֧רְץְכ‬
ֹֽׁ ‫ְאישְתח ֻׁ֔ ָתיוְסָ ִ ָ֖ב‬ ֣ ִ ֙‫ויֹֽׁעמדו‬
:)‫ויניסוְ(ויָנֹֽׁ וסו‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 8

vaiá'amdú ísh tajtáv, savív lámajanéh; vaiárotz kol-hámajanéh vaiarí'u vinisv


(vaianúsu).

Cada uno permaneció en su lugar alrededor del campamento. Pero todo el


ejército echó a correr gritando y huyendo.
(22)
ְ‫בְאישְבְ ֵרעֵ ָ֖הו‬
ִ֛ ִ ‫תְח ֶָּ֥ר‬
ֶ ‫הְא‬ ֣ ֵ ‫וַֹֽֽׁיִ תקְעוָ֮ ְשְֹלש־מֵ ֣אֹותְה ֹֽׁשֹופָרֹותְויָ ֣שֶ םְיה ִ֗ ָו‬
‫ְצ ֵר ָ ֻׁ֔רתָ הְעִ֛דְשְפת־‬
ְֹֽׁ ֙‫ד־ביתְה ִשטָ ה‬ ֤ ֵ ‫סְהמ ֲח ִֶ֜נהְע‬
ֹֽׁ ְ‫ל־המחֲנֶ ֹ֑הְו ָ֨ינ‬
ֹֽׁ ְ‫ובכ‬
:ְ‫אָ ֵ ָּ֥בלְמְחֹולָ ָ֖הְעל־ט ָ ֹֽׁבת‬
váitqê'ú shêlosh-meót hashófarot vaiásem Adonai ét jérev ísh bêre'éhu uvjol-
hámajanéh; vaiános hámajanéh 'ad-béit hashitah tzêrerátah, 'ád sêfat-avél
mêjoláh 'al-tabát .

Mientras los 300 hombres tocaban las cornetas, el Eterno puso la espada de
cada uno contra su compañero en todo el campamento. El ejército huyó hasta
Bet-sita, hacia Zereda, y hasta el límite de Abel-mejola junto a Tabat.
(23)
ְ‫רְומן־כְל־מְנ ֶ ֹ֑שהְוַֹֽֽׁיִ רדְ ָ֖פו‬
ִ ‫יְומן־אָ ֵ ָ֖ש‬
ִ ‫לְמנפתָ ִ ָּ֥ל‬
ִ ‫ָּ֧קְאיש־יִ ש ָר ֵ ִ֛א‬ ֹֽׁ ִ ֵ‫ויִ צָ ע‬
:‫יְמד ָ ֹֽׁיַֽן‬ ִ ‫ֹֽׁאח ֵ ֲָּ֥ר‬
vaitza'éq ísh-israél minaftalí umin-ashér umin-kol-mênashéh; váirdêfú ájaréi
midián.

Y una vez convocados, los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Menashé


[Manasés] persiguieron a los madianitas.
(24)
ְ ֙‫אתְמדיָן‬
ִ ‫רְרדִ֞ וְלִ ק ֤ר‬ ְ ‫ֵאמ‬ ִ֗ ‫ל־הרְאֶ פ ִ֜ריִ םְל‬
֨ ְ‫ומלאָ ִ֡ ִכיםְשָ ל֣חְגִ דעֹוןְ֩בְכ‬
ְ‫ל־איש‬ ֤ ִ ְ‫ִ֛דְבָּ֥יתְבָ ָ ָ֖רהְוְאֶ ת־היר ֵ ֹ֑דןְויִ צָ ִֵ֞עקְכ‬
ֵ ‫וְלִ כ ֤דוְלָהֶ ם֙ ְאֶ ת־ה ֻׁ֔מיִ םְע‬
ֵ ‫אֶ פ ֨ריִ ם֙ ְויִ לכְ ֣דוְאֶ ת־ה ֻׁ֔מיִ םְע‬
:‫ִ֛דְבָּ֥יתְבָ ָ ָ֖רהְוְאֶ ת־היר ֵ ֹֽׁדן‬
umalajím shaláj gid'on bêjol-hár efráim lemór rêdú liqrát midian vêlijdú
lahem et-hamáim, 'ád béit baráh vêet-haiardén; vaitza'éq kol-ísh efráim
vailkêdú et-hamáim, 'ád béit baráh vêet-haiardén.

Entonces Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín,


diciendo: 'Descended al encuentro de los madianitas y tomad antes que ellos
los vados hasta Bet-bara y el Jordán.' Y convocados todos los hombres de
Efraín, tomaron los vados hasta Bet-bara y el Jordán.
8, 9 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(25)
ְ‫ת־עֹורב‬
ֵ֤ ֶ‫ת־ז ִ֗ ֵאבְויֹֽׁהרג֨ וְא‬
ְ ֶ‫יְמד ִָ֜יןְאֶ ת־ע ֵ ֣רבְוְא‬ ִ ‫וַֹֽֽׁיִ לכְדִ֡ וְשְ ֵנֹֽׁי־שָ ֵ ֨ר‬
ִ ֶ‫ְה ְרג֣ וְבְ ֶ ֹֽׁיַֽקֶ ב־זְ ֻׁ֔ ֵאבְוַֹֽֽׁיִ רדְ ָ֖פוְא‬
‫ל־מדיָ ַֹֽ֑ןְוְראש־‬ ֹֽׁ ָ ֙‫צור־עֹורב֙ ְוְאֶ ת־זְאֵ ב‬
ֵ ְ‫ב‬
:‫ע ֵ ֣רבְוז ֻׁ֔ ֵאבְהֵ ִ֨ביאו֙ ְאֶ ל־גִ ד ֻׁ֔עֹוןְמֵ עֵ ָ֖בֶ רְליר ֵ ֹֽׁדן‬
váilkêdú shênéi-saréi midián et-'orév vêet-zêév vaiáhargú et-'orév bêtzur-'orev
vêet-zêev hárêgú vêiéqev-zêév, váirdêfú el-midián; vêrosh-'orév uzév, hevíú
el-gid'ón, me'éver laiardén.

Entonces capturaron a dos jefes de los madianitas: a Oreb y a Zeeb. Mataron a


Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Siguieron
persiguiendo a los madianitas y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y de
Zeeb, al otro lado del Jordán.

Shofetim – Jueces Capitulo 9


(1)
ְ ֙‫םְמה־הדָ ָב֤רְהזֶה֙ ְע ִ ָ֣שיתָ ְ ָֻׁ֔לנוְלְבִ ל ִתי‬ ֹֽׁ ָ ִ‫יוְאישְאֶ פ ִ֗רי‬֣ ִ ‫ו ֹֽׁיאמְ ֨רוְאֵ ִָ֜ל‬
:‫וןְא ָ֖תֹוְבְחְז ָ ֹֽׁקה‬
ִ ‫נוְכיְהָ לָ֖כתָ ְלְהִ ל ֵָח֣םְבְ ִמדיָ ַֹֽ֑ןְוי ִר ָּ֥יב‬
ָּ֥ ִ ‫קְ ֣ראותְ ָֻׁ֔ל‬
vaiómêrú eláv ísh efráim máh-hadavár hazeh 'asíta lánu, lêviltí qêróvt lánu, kí
halájta lêhilajém bêmidián; vairivún itó bêjozqáh.

Entonces los hombres de Efraín dijeron a Gedeón: –¿Qué es esto que has
hecho con nosotros, de no llamarnos cuando ibas a combatir contra Madián?
Discutieron fuertemente con él.
(2)
ְ‫ֹובְעלְלָּ֥ ֹותְאֶ פ ָ֖ריִ ם‬
ֹֽׁ ‫אְט‬
ִ֛ ‫יתיְע ָ ָ֖תהְכָכֶ ֹ֑םְה ֲִ֗ל‬
ִ ‫םְמה־ע ִ ָָּ֥ש‬
ֹֽׁ ֶ ‫ֵיה‬ ֶ ֻׁ֔ ‫ו ֣יאמֶ רְ ֲאל‬
:‫יעזֶר‬ֹֽׁ ֶ ִ‫ִמב ִ ָּ֥צירְאֲב‬
vaiómer aleihém, méh-'asíti 'atáh kajém; haló tóv 'ólêlót efráim mivtzír
avi'ézer.

Y les respondió: –¿Qué he hecho yo ahora, comparado con vosotros? ¿No ha


sido mejor el rebusco de Efraín que la vendimia de Abiezer?
(3)
ְ‫יְמדיָן֙ ְאֶ ת־ע ֵ ֣רבְוְאֶ ת־זְ ֻׁ֔ ֵאבְומה־י ָָ֖כל ִתי‬ ִ ‫ֱֹלהיםְאֶ ת־שָ ֵ ֤ר‬ ִִ֜ ‫בְיֶד ֶכםְ֩נ ָ֨תןְא‬
:ְ‫ְמ ָע ָֻׁ֔ליוְבְדבְ ָ֖רֹוְהדָ ָבָּ֥רְה ֶזֹֽׁה‬
ֹֽׁ ֵ ֙‫זְרפְ ָ ֤תהְרוחָ ם‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹ֑םְא‬
ָ ִ֗ ֶ‫ע ֲ֣שֹותְכָכ‬
bêiedjem natán elohím et-saréi midian et-'orév vêet-zêév, umah-iajólti 'asót
kajém; áz ráfêtáh rujam mé'aláv, bêdabêró hadavár hazéh .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 9

Elohim ha entregado en vuestra mano a Oreb y a Zeeb, jefes de Madián. ¿Qué


pude yo hacer comparado con vosotros? Después que él dijo estas palabras, se
aplacó el enojo de ellos contra él.
(4)
ְ‫רְא ֻׁ֔תֹו‬
ִ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫֣רְהואְושֹלש־מֵ ֤אֹותְהָ ִאיש֙ ְא‬
ִ֗ ‫וי ָָּ֥באְגִ דעָ֖ ֹוןְהיר ֵ ֹ֑דנָהְע ֵב‬
:‫ֲעי ִ ֵָ֖פיםְוְ ֹֽׁרדְ ִ ֹֽׁפים‬
vaiavó gid'ón haiardénah; 'ovér hú ushlosh-meót haish ashér itó, 'aiefím
vêródêfím.

Gedeón llegó para cruzar el Jordán, él y los 300 hombres que traía consigo,
cansados, pero todavía persiguiendo.
(5)
‫ֹ֑יְכי־‬
ֹֽׁ ִ ָ‫ֲשרְבְרגל‬ ֣ ֶ ‫ו ֨יאמֶ ר֙ ְלְאנ ֵ ֣שיְסכֻׁ֔ ֹותְתְנו־נָא֙ ְכִ כְ ֣רֹותְ ֶֻׁ֔לחֶ םְלָעָ ָ֖םְא‬
:‫ָּ֥יְמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
ִ ֵ‫ףְאח ֵ ֲִ֛ריְזֶ ָּ֥בחְוְצלמנָ ָ֖עְמלכ‬ ֹֽׁ ‫יםְהםְוְ ָ ֹֽׁאנ ִ֗ ִכיְר ֵ ִ֛ד‬
ֵ ֻׁ֔ ‫ֲעי ִ ֵ֣פ‬
vaiómer lêanshéi sukót, tênu-na kikêrót léjem, la'ám ashér bêraglái; kí-'aiefím
hém, vêánojí rodéf ájaréi zévaj vêtzalmuná' maljéi midián.

Y dijo a los hombres de Sucot: –Dad, por favor, tortas de pan a la gente que
me acompaña, porque ellos están cansados. Yo estoy persiguiendo a Zébaj y a
Zalmuna, reyes de Madián.
(6)
ְ ָ֖‫ןְל ְצבָ אֲך‬
ֹֽׁ ִ ‫ךְכי־נִ ֵ ָּ֥ת‬
ֹֽׁ ִ ‫ו ֨יאמֶ ר֙ ְשָ ֵ ֣ריְסכֻׁ֔ ֹותְ ַֽ֠ ֲהכףְזֶ ָּ֧בחְוְצלמנָ ִ֛עְע ָ ָ֖תהְבְי ֶ ָֹ֑ד‬
:‫ָ ֹֽׁלחֶ ם‬
vaiómer saréi sukót, hájaf zévaj vêtzalmuná' 'atáh bêiadéja; kí-nitén lítzêvaajá
lájem.

Los jefes de Sucot le respondieron: –¿Están ya las manos de Zébaj y de


Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?
(7)
ְ ֙‫ו ֣יאמֶ רְגִ ד ֻׁ֔עֹוןְ ָל ִֵ֗כןְבְ ֵ ָּ֧תתְיהוָ ִ֛הְאֶ ת־זֶ ָּ֥בחְוְאֶ ת־צלמנָ ָ֖עְבְי ִ ָֹ֑דיְוְדש ִתי‬
:ְ‫ת־הברקְ ִ ֹֽׁנים‬
ֹֽׁ ֶ‫ת־קֹוצָּ֥יְה ִמד ָבָ֖רְוְא‬
ֵ ֶ‫אֶ ת־בְשר ֶֻׁ֔כםְא‬
vaiómer gid'ón, lajén bêtét Adonai et-zévaj vêet-tzalmuná' bêiadí; vêdashtí et-
bêsarjém, et-qotzéi hamidbár vêet-hábarqoním .

Y Gedeón les dijo: –Pues bien, cuando el Eterno haya entregado en mi mano a
Zébaj y a Zalmuna, azotaré vuestra carne con espinas y cardos del desierto.
(8)
ְ‫נואל‬
ֵ ֻׁ֔ ְ‫ֵיהָ֖םְכ ָֹ֑זאתְו ֹֽׁיעֲנ֤ וְאֹותֹו֙ ְאנ ֵ ֣שיְפ‬
ֶ ‫נואלְויד ֵבָּ֥רְ ֲאל‬
ֵ ֻׁ֔ ְ‫לְמשָ ם֙ ְפ‬ִ ‫וי֤ע‬
:‫ֲשרְעָנָ֖ וְאנ ֵ ָּ֥שיְסכֹֽׁ ֹות‬
ָּ֥ ֶ ‫ֹֽׁכא‬
9 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiá'al misham pênuél, vaidabér aleihém kazót; vaiá'anú otó anshéi fênuél,
káashér 'anú anshéi sukót.

De allí subió a Peniel y les dijo las mismas palabras. Pero los de Peniel le
respondieron como le habían respondido los de Sucot.
(9)
ְ‫שוביְבְשָ ֻׁ֔לֹוםְאֶ ָ֖תץְאֶ ת־ה ִמג ָ ָּ֥דל‬
֣ ִ ְ‫ֵאמרְב‬
ֹ֑ ‫נואלְל‬
ָ֖ ֵ ְ‫ו ִ֛יאמֶ רְגם־לְאנ ֵ ָּ֥שיְפ‬
‫ פ‬:‫ה ֶזֹֽׁה‬
vaiómer gam-lêanshéi fênuél lemór; bêshuví vêshalóm, etótz et-hamigdál
hazéh.

Y él habló también a los de Peniel, diciendo: –Cuando yo regrese en paz,


derribaré esta torre.
(10)
ְ‫ֶףְכל‬
ֵ֚ ‫ְכח ֵ ֲ֤משֶ תְעָשָ ר֙ ְ ֻׁ֔ ֶאל‬
ֹֽׁ ֙‫ֵיה֤םְעִ מָ ם‬
ֶ ‫רְומ ֲחנ‬
ֹֽׁ ‫וְ ֶ֨זבחְוְצלמ ִָ֜נעְבקר ִ֗ק‬
ְ‫ֶףְאיש‬
ָ֖ ִ ‫יםְאל‬
ִ֛ ֶ ‫ֵי־קדֶ םְוְה ֣נפלִֻׁ֔ יםְמֵ ֨ ָאהְוְעֶש ִ ָּ֥ר‬
ֹ֑ ֶ ‫לְמחֲנֵ ֣הְבְנ‬
ֹֽׁ ‫יםְמ ָ֖כ‬
ִ ‫הנ֣ ֹותָ ִ ֻׁ֔ר‬
:‫ףְח ֶרב‬
ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥ש ֵ ֹֽׁל‬
vêzévaj vêtzalmuná' baqarqór umájaneihém 'imam kájaméshet 'asar élef, kól
hanótarím, mikól májanéh vênei-qédem; vêhanóflím, meáh vê'esrím élef ísh
shóléf járev.

Zébaj y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de unos 15000


hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los hijos de
Kedem, porque los caídos habían sido 120000 hombres que sacaban espada.
(11)
‫יםְמ ֶ ָּ֥קדֶ םְלְ ָ֖נבחְוְיְגבְ ָהֹ֑הְויְך֙ ְאֶ ת־‬
ִ ִֻׁ֔‫֣יְבאְהָ ל‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫וי֣עלְגִ ד ִ֗עֹוןְדֵֶ֚ ֶרְךְהשְכונ‬
:‫ָהְבטח‬ ֹֽׁ ֶ ‫ָ֖הְהי‬
ָּ֥ ָ ֶ‫ֹֽׁהמ ֲח ֶֻׁ֔נהְוְ ֹֽׁהמחֲנ‬
vaiá'al gid'ón dérej hashêjunéi váohalím, miqédem lênóvaj vêiogbêháh; vaiaj
et-hámajanéh, vêhámajanéh háiah vétaj.

Entonces Gedeón subió por la ruta de los que habitan en tiendas, al este de
Nóbaj y Jogbea, y atacó el campamento cuando éste no estaba en guardia.
(12)
ִ ֵ‫יהֹ֑םְויִ ל ִ֞כדְאֶ ת־שְנֵ ֣יְ׀ְמלכ‬
ְ‫֣יְמד ִָ֗ין‬ ֶ ‫ףְאח ֲֵר‬ֹֽׁ ‫וי ִָ֗נסוְ ֵֶ֚זבחְוְצלמ ָֻׁ֔נעְויִ ר ָ֖ד‬
:‫ָ֖הְהח ִ ֱֹֽׁריד‬
ֹֽׁ ֶ ֶ‫ל־המחֲנ‬
ֹֽׁ ְ‫אֶ ת־ ֶ֨זבח֙ ְוְאֶ ת־צלמ ָֻׁ֔נעְוְכ‬
vaianúsu zévaj vêtzalmuná', vairdóf ájareihém; vailkód et-shênéi | maljéi
midián et-zévaj vêet-tzalmuná', vêjol-hámajanéh héjeríd.

Zébaj y Zalmuna huyeron, pero él los persiguió. Luego capturó a Zébaj y a


Zalmuna, los dos reyes de Madián, y causó pánico en todo el campamento.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 9

(13)
:‫הְמלְמעֲלֵ ָ֖הְהֶ ָ ֹֽׁח ֶרס‬
ֹֽׁ ִ ‫שְמן־ה ִמלחָ ָ ֹ֑מ‬
ִ ‫ן־יֹוא‬
ָ֖ ָ ֶ‫ויָ ִ֛שְבְגִ דעָּ֥ ֹוןְב‬
vaiáshov gid'ón ben-ioásh min-hamiljamáh; mílêma'aléh hejáres.

Entonces Gedeón hijo de Ihoash [Joás] volvió de la batalla por la cuesta de


Heres.
(14)
ְ ֙‫רְמאנ ֵ ָּ֥שיְסכָ֖ ֹותְויִ שאָ לֵ ֹ֑הוְויִ כ ֨תבְאֵ ִָ֜ליוְאֶ ת־שָ ֵ ֤ריְסכֹות‬
ֹֽׁ ֵ ‫ויִ לכְד־נִ֛ע‬
:‫ָ֖הְאיש‬ ֹֽׁ ִ ָ‫ְשב ִ ָּ֥עיםְוְ ִשבע‬
ִ ָ‫וְאֶ ת־זְקֵ ֶֻׁ֔ניה‬
vailkod-ná'ar méanshéi sukót vaishaléhu; vaijtóv eláv et-saréi sukot vêet-
zêqenéiha, shiv'ím vêshiv'áh ísh.

Y capturó a un joven de los hombres de Sucot y le interrogó. Él le dio por


escrito los nombres de los jefes de Sucot y de sus ancianos: setenta y siete
hombres.
(15)
ְ‫ְ֩חרפ ֨ ֶתם‬ ֹֽׁ ֵ ‫ויָבא֙ ְאֶ ל־אנ ֵ ֣שיְסכֻׁ֔ ֹותְו ּ֕יאמֶ רְהִ נֵ ָ֖הְזֶ ֣בחְוְצלמנָ ֹ֑עְאֲשֶ ר‬
ְ‫ָשיך‬ָּ֥ ֶ ‫ןְל ֲאנ‬
ֹֽׁ ‫ךְכיְנִ ֵ ִ֛ת‬
ָּ֥ ִ ‫ֵאמרְ ַֽ֠ ֲהכףְזֶ ֣בחְוְצלמנָ ֤עְעתָ ה֙ ְבְי ֻׁ֔ ֶָד‬ִ֗ ‫אֹותיְל‬ִ ִ֜
:‫יםְלחֶ ם‬ֹֽׁ ָ ‫היְע ִ ֵָ֖פ‬
vaiavo el-anshéi sukót, vaiómer hinéh zévaj vêtzalmuná'; asher jéraftém otí
lemór hájaf zévaj vêtzalmuná' 'atah bêiadéja, kí nitén láanashéja haiê'efím
lájem.

Luego fue a los hombres de Sucot y dijo: –Aquí están Zébaj y Zalmuna,
acerca de los cuales me afrentasteis diciendo: '¿Están ya las manos de Zébaj y
de Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tus hombres cansados?'
(16)
ְ‫ת־הברקְ ִנֹ֑יםְו ֣ידע‬
ֹֽׁ ֶ‫ת־קֹוצָּ֥יְה ִמד ָבָ֖רְוְא‬
ֵ ֶ‫ויִ קח֙ ְאֶ ת־זִקנֵ ֣יְהָ ֻׁ֔ ִעירְוְא‬
:‫םְאתְאנ ֵ ָּ֥שיְסכֹֽׁ ֹות‬ָ֖ ֵ ‫בָ ֻׁ֔ ֶה‬
vaiqaj et-ziqnéi ha'ír, vêet-qotzéi hamidbár vêet-hábarqoním; vaióda' bahém,
ét anshéi sukót.

Entonces tomó a los ancianos de la ciudad, y azotó con espinas y cardos del
desierto a los hombres de Sucot.
(17)
:‫נואלְנ ָ ָֹ֑תץְוַֹֽֽׁיה ֲָ֖רגְאֶ ת־אנ ֵ ָּ֥שיְהָ ִ ֹֽׁעיר‬
ָ֖ ֵ ְ‫ת־מג ָּ֥דלְפ‬
ִ ֶ‫וְא‬
vêet-migdál pênuél natátz; váiaharóg et-anshéi ha'ír.

Asimismo, derribó la torre de Peniel y mató a los hombres de la ciudad.


9 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(18)
ְ‫ֲשרְהֲרג ֶ ָ֖תםְבְתָ ֹ֑בֹור‬
ָּ֥ ֶ ‫ְה ֲאנ ֻׁ֔ ִָשיםְא‬ ֹֽׁ ָ ֙‫ו ִ֗יאמֶ רְאֶ ל־ ֶ֨זבח֙ ְוְאֶ ל־צלמ ָֻׁ֔נעְאֵ יפה‬
:‫מֹוהםְאֶ ּ֕ ָחדְכְ ָ֖תארְבְנֵ ָּ֥יְה ֶ ֹֽׁמלְֶך‬
ֶ ֻׁ֔ ְ‫וֹֽׁיאמרו֙ ְכ ָ֣מֹוךְכ‬
vaiómer el-zévaj vêel-tzalmuná', eifoh háanashím, ashér haragtém bêtavór;
váiomrú kamója jêmohém, ejád kêtóar bênéi hamélej.

Luego preguntó a Zébaj y a Zalmuna: –¿Qué aspecto tenían aquellos hombres


que matasteis en Tabor? Ellos respondieron: –Como tú, así eran ellos; cada
uno parecía ser hijo de rey.
(19)
ְ‫םְלאְהָ ָ֖רג ִתי‬
ָּ֥ ‫םְאֹות‬
ָ ֻׁ֔ ‫וְהחֲיִ ֶ ֣ת‬
ֹֽׁ ‫הְל‬
ֵ֚ ‫יְהֹ֑םְחי־יה ִ֗ ָו‬
ֵ ‫ֹֽׁי־א ִ ָ֖מ‬
ִ ‫אמרְאחָּ֥יְבְ ֵנ‬ ּ֕ ‫וי‬
:ְ‫אֶ ת ֶ ֹֽׁכם‬
vaiomár ajái bênéi-imí hém; jai-Adonai lú hájaitém otám, ló harágti etjém .

Él dijo: –¡Eran mis hermanos, hijos de mi madre! ¡Vive el Eterno, que si les
hubierais perdonado la vida, yo no os mataría!
(20)
ְ‫ְכי‬
֣ ִ ֙‫גְאֹותםְוְ ֹֽׁלא־שָ ֨לףְהנ֤ערְחרבֹו‬
ֹ֑ ָ ‫ֹוְקוםְה ֲ֣ר‬
ָ֖ ‫כֹור‬
ֻׁ֔ ְ‫ו ֨יאמֶ ר֙ ְלְיֶ ֣תֶ רְב‬
:‫נוְנֹֽׁער‬
ָ ‫עֹוד‬
ָ֖ ֶ ְ‫אְכי‬ָּ֥ ִ ‫י ֵ ָֻׁ֔ר‬
vaiómer lêiéter bêjoró, qúm haróg otám; vêló-shaláf haná'ar jarbó kí iaré, kí
'odénu ná'ar.

Entonces dijo a Iter [Jeter], su primogénito: –¡Levántate y mátalos! Pero el


joven no desenvainó su espada, porque tenía temor, pues todavía era un
muchacho.
(21)
ְ‫נוְכיְכ ִ ָָ֖אישְגְ ֹֽׁב ָור ֹ֑תֹוְויָ ַֽ֣קְם‬
ָּ֥ ִ ‫ע־ב‬
ָ ֻׁ֔ ‫עְקוםְאתָ ה֙ ְופג‬
֤ ‫ו ִ֜יאמֶ רְזֶ ֣בחְוְצלמ ִָ֗נ‬
ְ‫ֲשר‬ ָ֖ ֶ ‫גִ ד ִ֗עֹוןְוַֹֽֽׁיהֲרג֙ ְאֶ ת־זֶ ֣בחְוְאֶ ת־צלמ ָֻׁ֔נעְויִ קח֙ ְאֶ ת־ה ֣שהֲר ֻׁ֔ ִניםְא‬
‫ פ‬:‫ֵיהם‬ֹֽׁ ֶ ‫אריְגְמל‬ָּ֥ ֵ ‫בְצו‬
vaiómer zévaj vêtzalmuná' qúm atah ufga'-bánu, kí jaísh gêvúrató; vaiáqom
gid'ón váiaharog et-zévaj vêet-tzalmuná', vaiqaj et-hasáharoním, ashér
bêtzauréi gêmaleihém.

Entonces Zébaj y Zalmuna dijeron: –Levántate tú y mátanos; porque como es


el hombre, así es su valentía. Entonces se levantó Gedeón y mató a Zébaj y a
Zalmuna, y tomó las lunetas que sus camellos traían al cuello.
(22)
ְ‫ל־בנו֙ ְגם־א ֻׁ֔ ָתהְגם־בִ נךָ֖ ְג֣ם‬
ָ ֨ ְ‫וְאיש־יִ ש ָראֵ לְ֙אֶ ל־גִ ד ֻׁ֔עֹוןְמְש‬ ֹֽׁ ִ ‫ו ֹֽׁיאמְ ֤ר‬
:‫ָּ֥דְמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
ִ ‫נוְמי‬ִ ‫ַֽךְכיְ ֹֽׁהֹושע ָ ָ֖ת‬
ָּ֥ ִ ֹ֑ ֶ‫בֶ ן־בְנ‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 9

vaiómêrú ísh-israel el-gid'ón, mêshol-bánú gam-atáh, gam-binjá gám ben-


bênéja; kí hósha'tánu miád midián.

Los israelitas dijeron a Gedeón: –Gobiérnanos tanto tú como tu hijo y tu nieto,


pues nos has librado de mano de Madián.
(23)
ְ‫ֹוןְלא־אֶ מ ֤שלְאֲנִ י֙ ְבָ ֶֻׁ֔כםְוְ ֹֽׁלא־יִ מ ָּ֥שלְבְ ִנָ֖יְבָ כֶ ֹ֑ם‬
ֹֽׁ ‫ו ֤יאמֶ רְ ֲאלֵהֶ ם֙ ְגִ ד ֻׁ֔ע‬
:ְ‫יהוָ ָ֖הְיִ מ ָּ֥שלְבָ ֶ ֹֽׁכם‬
vaiómer alehem gid'ón, ló-emshól aní bajém, vêló-imshól bêní bajém; Adonai
imshól bajém .

Pero Gedeón les respondió: –Yo no os gobernaré a vosotros, ni tampoco os


gobernará mi hijo. El Eterno os gobernará.
(24)
ְ‫יְאישְנֶ ַֽ֣זֶם‬
ָ֖ ִ ִּ֕‫֤הְמכֶם֙ ְשְאֵ ָֻׁ֔להְותנו־ל‬
ִ ָ‫ו ֨יאמֶ רְ ֲאל ִ֜ ֵֶהםְגִ ד ִ֗עֹוןְאֶ שאֲל‬
:‫יםְהם‬
ֹֽׁ ֵ ‫ֵאל‬ ָ֖ ִ ‫םְכיְיִ שמְע‬
ָּ֥ ִ ‫ֹוְכי־נִ ז ֵ ֤מיְזָהָ ב֙ ְל ֻׁ֔ ֶָה‬
ֹֽׁ ִ ֹ֑‫שְלָל‬
vaiómer alehém gid'ón eshaláh mikem shêeláh, utnu-lí ísh nézem shêlaló; kí-
nizméi zahav lahém, kí ishmê'elím hém.

–Y Gedeón añadió–: Quiero haceros una petición: que cada uno me dé un


arete de oro de su botín. Los madianitas llevaban aretes de oro, porque eran
Ismaelitas.
(25)
ָ֖ ִ ָ‫ו ֹֽׁיאמְ ָ֖רוְנ ָ֣תֹוןְנִ ֵ ֹ֑תןְוַֹֽֽׁיִ פרְשו֙ ְאֶ ת־ה ִשמ ָֻׁ֔להְויש ִ ֣ליכוְשָֻׁ֔ מ‬
ְ‫הְאישְנֶ ַָּֽ֥זֶם‬
:‫שְלָלֹֽׁ ֹו‬
vaiómêrú natón nitén; váifrêsú et-hasimláh, vaiashlíju shámah, ísh nézem
shêlaló.

Y ellos respondieron: –De buena gana te los daremos. Tendieron un manto, y


cada uno echó allí un arete de su botín.
(26)
ְ‫ֹ֑בְלבד‬
ְ ַֽ֠ ‫לְאלֶףְושבע־מֵ ָ֖אֹותְז ָָה‬ ָּ֥ ֶ ‫ֲשרְשָ ֻׁ֔ ָא‬ ֣ ֶ ‫יְמש ִ֞קלְנִ ז ֵ ֤מיְהזָהָ ב֙ ְא‬ ִ ‫וי ִִ֗ה‬
ְ ֙‫יְהארג ִ֗ ָָמןְשֶ עלְ֙מלכֵ ֣יְ ִמד ָֻׁ֔יןְולבד‬ ֹֽׁ ָ ‫ִמן־ה ֹֽׁשהֲר ֨ ִניםְוְהנְ ִט ִ֜יפֹותְובִ ג ֵ ֣ד‬
:‫ֵיהם‬
ֹֽׁ ֶ ‫אריְגְמל‬ ָּ֥ ֵ ‫ֲשרְבְצו‬ָ֖ ֶ ‫ן־ה ֲענ ָֻׁ֔קֹותְא‬
֣ ָ ‫ִמ‬
vaihí mishqál nizméi hazahav ashér shaál, élef ushva'-meót zaháv; lêvad min-
hasáharoním vêhanêtifót uvigdéi háargamán she'al maljéi midián, ulvad min-
há'anaqót, ashér bêtzauréi gêmaleihém.
9 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

El peso de los aretes de oro que él pidió fue de 1700 siclos de oro, sin contar
las lunetas, los pendientes y las vestiduras de púrpura que llevaban los reyes
de Madián, ni los collares que sus camellos traían al cuello.
(27)
ֹֽׁ ָ ָּ֧‫גְאֹותֹוְבְעִ ירֹו֙ ְבְעְפ ָ ֻׁ֔רהְויִ זנ‬
‫וְכל־‬ ֤ ‫ְ֩אֹותֹוְגִ ד ִ֜עֹוןְלְאֵ ִ֗פֹודְוי ֨ ֵצ‬
֨ ‫ויעש‬
:‫מֹוקש‬ֹֽׁ ֵ ְ‫יוְשםְוי ִ ִ֛היְלְגִ דעָּ֥ ֹוןְולבֵ ָ֖יתֹוְל‬
ֹ֑ ָ ‫לְאח ָ ֲָ֖ר‬
ֹֽׁ ‫יִ ש ָר ֵ ִ֛א‬
vaia'as otó gid'ón lêefód vaiatzég otó vê'iró bê'ofráh, vaiznú jál-israél ájaráv
shám; vaihí lêgid'ón ulveitó lêmoqésh.

Con ellos Gedeón hizo un efod, que expuso en Ofra, su ciudad. Y todo Israel
se prostituyó tras ese efod en aquel lugar, y sirvió de tropiezo a Gedeón y a su
familia.
(28)
ְ‫אשםְו ִתש ָּ֥קט‬
ֹ֑ ָ ‫ָשאתְר‬
֣ ֵ ‫אְיֹֽׁסְ ָ֖פוְל‬ ִ ‫ויִ כָנ‬
ָ ‫֣עְמד ִָ֗יןְלִ פנֵי֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוְ ָּ֥ל‬
‫ פ‬:‫ימיְגִ דעֹֽׁ ֹון‬ ָּ֥ ֵ ִ‫הָ ָ ִ֛א ֶרץְארבָ ִ ָּ֥עיםְשָ נָ ָ֖הְב‬
vaikaná' midián lifneí bênéi israél, vêló iásêfú lasét roshám; vatishqót haáretz
arba'ím shanáh biméi gid'ón.

Así fue sometido Madián ante los Hijos de Israel, y nunca más volvió a
levantar cabeza. Y la tierra reposó durante cuarenta años en los días de
Gedeón.
(29)
:‫ן־יֹואשְויֵ ָּ֥שֶ בְבְבֵ ֹֽׁיתֹו‬
ָ֖ ָ ֶ‫ויֵ ִ֛לְֶךְיְרבָּ֥עלְב‬
vaiélej iêrubá'al ben-ioásh vaiéshev bêveitó.

Jerobaal hijo de Ihoash [Joás] fue y habitó en su casa.


(30)
:‫ֹותְהָּ֥יוְלֹֽׁ ֹו‬
ָ ‫ֹוְכי־נ ִ ָָּ֥שיםְר ָ֖ב‬
ֹֽׁ ִ ֹ֑‫יםְיצְ ֵ ָ֖איְיְ ֵרכ‬
ֹֽׁ ‫ְשב ִ ֣עיםְבָ ֻׁ֔ ִנ‬
ִ ֙‫ולגִ ד ִ֗עֹוןְהָ יו‬
ulgid'ón haiú shiv'ím baním, iótzêéi iêrejó; kí-nashím rabót háiu ló.

Gedeón tenía setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo
muchas mujeres.
(31)
ְ‫יאְבֹ֑ןְויָ ָּ֥שֶ םְאֶ ת־שְ ָ֖מֹו‬
ֵ ‫ם־ה‬ָ֖ ִ ‫םְיֹֽׁלְדָ ה־לָּ֥ ֹוְג‬
ָ ‫ֲשרְבִ ש ֶֻׁ֔כ‬
֣ ֶ ‫ופילגשֹו֙ ְא‬ ֹֽׁ ִ
:‫ימלְֶך‬ֹֽׁ ֶ ִ‫אֲב‬
ufílagshó ashér bishjém, iálêdah-ló gam-hí bén; vaiásem et-shêmó avimélej.

También su concubina que estaba en Siquem le dio a luz un hijo, y él le puso


por nombre Abimelec.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 9, 10

(32)
֣ ָ ֙‫֣הְטֹובֹ֑הְויִ קָ ִ֗ ֵברְבְ ֨ ֶקבֶ ר‬
ְ‫ְיֹואשְאָ ִֻׁ֔ביו‬ ָ ‫יב‬ָ ֵ‫ן־יֹואשְבְש‬
ָ֖ ָ ֶ‫ויָ ִ֛מָ תְגִ דעָּ֥ ֹוןְב‬
‫ פ‬:‫יְהעֶז ִ ֹֽׁרי‬
ֹֽׁ ָ ‫בְעְפ ָ ָ֖רהְא ִ ֲָּ֥ב‬
vaiámat gid'ón ben-ioásh bêseiváh továh; vaiqavér bêqéver ioásh avív,
bê'ofráh aví há'ezrí.

Gedeón hijo de Ihoash [Joás] murió en buena vejez, y fue sepultado en el


sepulcro de su padre Ihoash [Joás], en Ofra de los abiezeritas.
(33)
ֹֽׁ ָ֖‫ְמתְגִ ד ֻׁ֔עֹוןְוי ָ֨שובו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְויִ זנ‬
ְ‫וְאח ֵ ֲ֣ריְהבְע ִ ָֹ֑לים‬ ֣ ֵ ֙‫יְכאֲשֶ ר‬
ֹֽׁ ‫וי ִִ֗ה‬
:ְ‫אֹלהים‬ ֹֽׁ ִ ‫יתְל‬
ֹֽׁ ֵ ‫וי ִ ָָּ֧שימוְל ֶָהִ֛םְבָּ֥עלְבְ ִ ָ֖ר‬
vaihí káasher mét gid'ón, vaiashúvú bênéi israél, vaiznú ájaréi habê'alím;
vaiasímu lahém bá'al bêrít lélohím .

Aconteció que cuando murió Gedeón, los Hijos de Israel volvieron a


prostituirse tras los Baales, y adoptaron por dios a Baal-berit.
(34)
‫םְמיָּ֥דְכְל־‬
ִ ‫ילְאֹות‬
ִ֛ ָ ‫יהֹ֑םְהמ ִ ָּ֥צ‬
ֶ ֵ‫אְזֹֽׁכְרו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְאֶ ת־יהוָ ָ֖הְאֱֹלֹֽׁ ה‬
ָ ‫וְ ֤ל‬
:ְ‫ָ֖םְמסָ ִ ֹֽׁביב‬
ִ ‫יה‬ ֶ ֵ‫ֹֽׁאיְב‬
vêló zájêrú bênéi israél, et-Adonai elóheihém; hamatzíl otám miád kol-
óiêveihém misavív .

Los Hijos de Israel no se acordaron del Eterno su Elohim que los había librado
de mano de todos sus enemigos de alrededor,
(35)
ְ‫ָשה‬
ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬
ָּ֥ ֶ ‫טֹובהְא‬
ָ ֻׁ֔ ‫ם־בָּ֥יתְיְרבָ֖עלְגִ דעֹ֑ ֹוןְכְ ָ֨כל־ה‬
ֵ ִ‫וְחסֶ דְע‬
ֶ ֻׁ֔ ‫וְ ֹֽׁלא־ע ָ֣ש‬
‫ פ‬:‫עִ ם־יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vêló-'asú jésed, 'im-béit iêrubá'al gid'ón; kêjál-hatováh, ashér 'asáh 'im-israél.

ni correspondieron con bondad a la casa de Jerobaal, es decir, Gedeón, por


todo el bien que él había hecho a Israel.

Shofetim – Jueces Capitulo 10


(1)
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ָ֖יְא ֹ֑מֹוְויד ֵב֣רְ ֲאל‬
ִ ‫ימלְֶךְבֶ ן־יְר ֨בעלְ֙שְ ֶֻׁ֔כמָ הְאֶ ל־א ֲֵח‬
֤ ֶ ִ‫ו ֵ֨ילְֶךְאֲב‬
:‫ֵאמר‬
ֹֽׁ ‫יְא ָ֖מֹוְל‬
ִ ‫ל־משפִ֛חתְבֵ ית־א ִ ֲָּ֥ב‬ ִ ְ‫וְאֶ ל־כ‬
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiélej avimélej ben-iêrubá'al shêjémah, el-ajéi imó; vaidabér aleihém, vêel-


kol-mishpájat beit-aví imó lemór.

Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló


con ellos y con toda la familia de la casa paterna de su madre, diciendo:
(2)
ְ‫ה־טֹובְ ָלכֶםְהמ ֨שלְבָ ִֶ֜כם‬
֣ ‫ל־בעֲלֵ ֣יְשְכֶםָ֮ ְמ‬ ֹֽׁ ְ‫דבְרו־ ִָ֞נאְבְאְז ֵ֨ניְכ‬
ְ‫ָ֖םְאישְאֶ ָחֹ֑דְוזכר ּ֕ ֶתם‬
֣ ִ ֶ‫לְאם־מְ ָּ֥שלְבָ כ‬
ִ ‫ישְכלְבְנֵ ֣יְיְר ֻׁ֔בע‬ ֵ֚ ‫יםְא‬
ִִ֗ ‫ִשב ִ ֣ע‬
:‫ָ֖םְאנִ י‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ִ ֹֽׁכי־עצמְכֶ ָּ֥םְובשרכ‬
dabêru-ná bêoznéi jol-bá'aléi shêjem mah-tóv lajem hamshól bajém shiv'ím
ísh kól bênéi iêrubá'al, im-mêshól bajém ísh ejád; uzjartém kí-'atzmêjém
uvsarjém áni.

–Hablad, por favor, a oídos de todos los señores de Siquem: '¿Qué es mejor
para vosotros: que todos los setenta hijos de Jerobaal os gobiernen, o que un
solo hombre os gobierne? Acordaos de que yo soy hueso vuestro y carne
vuestra.'
(3)
ְ‫םְאתְכְל־הדְבָ ִ ָ֖רים‬
ָּ֥ ֵ ‫ל־בעֲלֵ ֣יְשְ ֶֻׁ֔כ‬ ֹֽׁ ְ‫י־א ִ֜מֹוְ ָע ִָ֗ליוְבְאְזנֵי֙ ְכ‬
ִ ‫וידבְ ֨רוְא ֵ ֲֹֽׁח‬
:‫ינוְהוא‬
ֹֽׁ ‫יְאמְ ָ֖רוְאָ ִ ָּ֥ח‬ ֹֽׁ ָ ‫ְֶךְכ‬
ָּ֥ ִ ‫ימל‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫ְאח ֵ ֲ֣ריְאֲב‬
ֹֽׁ ֙‫הָ ֵ ֹ֑אלֶהְויֵ ֤טְלִ בָ ם‬
vaidabêrú ajéi-imó 'aláv bêozneí kol-bá'aléi shêjém, ét kol-hadêvarím haéleh;
vaiét libam ájaréi avimélej, kí ámêrú ajínu hú.

Los hermanos de su madre dijeron todas estas cosas a favor de él a oídos de


todos los señores de Siquem. Y el corazón de ellos se inclinó a favor de
Abimelec, porque decían: 'Es nuestro hermano.'
(4)
ֶ ִ֗ ִ‫ףְמ ֵבָ֖יתְב֣עלְבְ ִ ֹ֑ריתְויִ ש ֨כרְבָ ִ֜ ֶהםְאֲב‬
ְ‫ימלְֶך‬ ִ ֶ‫ְשב ִ ֣עיםְ ֶֻׁ֔כס‬ ִ ֙‫ויִ תְנו־לֹו‬
:‫וְאח ָ ֲֹֽׁריו‬
ֹֽׁ ָ֖‫ְופ ֲח ֻׁ֔ ִזיםְו ֵיֹֽׁלְכ‬
֣ ֙‫יםְריקִ ים‬
ֵ ‫ֲאנ ִ ָ֤ש‬
vaitênu-ló shiv'ím késef, mibéit bá'al bêrít; vaiskór bahém avimélej anashím
reiqim ufójazím, vaiélêjú ájaráv.

Le dieron 70 piezas de plata del templo de Baal-berit, con las cuales Abimelec
contrató a sueldo a hombres ociosos y temerarios, que le siguieron.
(5)
ְ‫לְשב ִ ָּ֥עים‬
ִ ‫וי ָ֤באְבֵ ית־אָ בִ יו֙ ְעְפ ָ ֻׁ֔רתָ הְוַֹֽֽׁיה ֲִ֞רגְאֶ ת־אֶ ָחָּ֧יוְבְ ֵנֹֽׁי־יְרבִ֛ע‬
‫ ס‬:‫ןְכיְנֶח ָ ֹֽׁבא‬ ָּ֧ ָ ‫ל־אבֶ ןְאֶ ָחֹ֑תְויִ ו ִ֞ ֵָת‬
ָּ֥ ִ ‫רְיֹותםְבֶ ן־יְרבִ֛עלְהקָ ָ֖ט‬ ֣ ֶ ‫ִ ָ֖אישְע‬
vaiavó veit-aviv 'ofrátah, váiaharóg et-ejáv bênéi-iêrubá'al shiv'ím ísh 'al-éven
eját; vaivatér iotám ben-iêrubá'al haqatón kí nejbá.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10

Él fue a la casa de su padre en Ofra y mató a sus hermanos, los hijos de


Jerobaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Pero quedó Jotam, el hijo
menor de Jerobaal, porque se escondió.
(6)
‫֣יתְמ ֻׁ֔לֹואְויֵ ֣לכֻׁ֔ וְוימ ִ ָּ֥ליכוְאֶ ת־‬
ִ ‫ל־ב‬ ֵ ְ‫ל־בעֲלֵ ֤יְשְכֶם֙ ְוְכ‬ ֹֽׁ ְ‫וי ֨ ֵָאס ִ֜פוְכ‬
:‫ֲשרְבִ ש ֶ ֹֽׁכם‬ ָּ֥ ֶ ‫ימלְֶךְלְ ֶ ֹ֑מלְֶךְעִ ם־אֵ לָּ֥ ֹוןְמ ָצָ֖בְא‬
ָ֖ ֶ ִ‫אֲב‬
vaieásfú kol-bá'aléi shêjem vêjol-béit miló, vaiéljú, vaiamlíju et-avimélej
lêmélej; 'im-elón mutzáv ashér bishjém.

Entonces se reunieron todos los señores de Siquem con todos los de Bet-milo.
Y fueron y proclamaron a Abimelec como rey, junto a la encina que está al
lado de la piedra ritual en Siquem.
(7)
ְ‫יֹותםְו ֵ֨ילְֶך֙ ְוַֹֽֽׁיעֲמדְְ֙בְ ֣ראשְהר־גְ ִר ֻׁ֔ ִזיםְויִ ָ ָּ֥שאְקֹולָ֖ ֹוְויִ ק ָ ֹ֑רא‬
ָ ִ֗ ְ‫וי ִג֣דוְל‬
:ְ‫ֱֹלהים‬ ֹֽׁ ִ ‫ְבעֲלֵ ֣יְשְ ֶֻׁ֔כםְוְיִ ש ָּ֥מעְ ֲאלֵיכֶ ָ֖םְא‬
ֹֽׁ ֙‫םְשמע֤ וְאֵ לי‬ ִ ‫ו ֣יאמֶ רְל ִ֗ ֶָה‬
vaiagídu lêiotám vaiélej váia'amod bêrósh har-gêrizím, vaisá qoló vaiqrá;
vaiómer lahém shim'ú elaí bá'aléi shêjém, vêishmá' aleijém elohím .

Cuando se lo dijeron a Jotam, él fue y se puso en la cumbre del monte


Gerizim. Y alzando su voz gritó diciéndoles: –¡Escuchadme, oh señores de
Siquem, y que Elohim os escuche a vosotros!
(8)
ְ‫ָ֖םְמלְֶךְו ֹֽׁיאמְ ָּ֥רוְל ָ֖זַֽיִתְמלוכה‬
ֹ֑ ֶ ‫ֵיה‬
ֶ ‫ֹוְךְהלְכו֙ ְ ָ ֹֽׁהע ֻׁ֔ ִֵציםְלִ מ ָּ֥שחְ ֲעל‬
ֹֽׁ ָ ֤‫הָ ל‬
:‫(מְלכָ ָּ֥ה)ְע ֵ ָֹֽׁלינו‬
halój hálêjú há'etzím, limshóaj 'aleihém mélej; vaiómêrú lazáit mlvjh (moljáh)
'aléinu.

Los árboles iban a ungir un rey sobre ellos y dijeron al olivo: '¡Reina sobre
nosotros!'
(9)
ְ‫ֱֹלהים‬
ָ֖ ִ ‫ר־ביְיְכבְ ָּ֥דוְא‬
ִ֛ ִ ֶ‫ת־דש ֻׁ֔ ִניְאֲש‬
ִ ֶ‫תְהחְ ֨דל ִתי֙ ְא‬ֹֽׁ ֶ ִ‫ו ֤יאמֶ רְלָהֶ ם֙ ְה ֻׁ֔זי‬
:ְ‫ל־הע ִ ֵֹֽׁצים‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹֽׁו ֲאנ ִ ָֹ֑שיםְוְ ָה֣לכ ֻׁ֔ ִתיְלָנָ֖ ועְע‬
vaiómer lahem hazáit, héjodáltí et-dishní, asher-bí iêjabêdú elohím
váanashím; vêhálajtí, lanú'a 'al-há'etzím .

Pero el olivo les respondió: '¿He de renunciar a mi aceite con el cual son
honrados Elohim y los hombres, para ir a mecerme por encima de los
árboles?'
(10)
:‫י־אתְמְל ִ ָּ֥כיְע ֵ ָֹֽׁלינו‬
ָ֖ ִ‫וְהע ִ ֵָ֖ציםְלתְאֵ נָ ֹ֑הְלְכ‬
ֹֽׁ ָ ‫ו ֹֽׁיאמְ ָּ֥ר‬
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiómêrú há'etzím latêenáh; lêji-át moljí 'aléinu.

Luego dijeron los árboles a la higuera: '¡Ven tú, y reina sobre nosotros!'
(11)
ְ‫טֹובֹ֑ה‬
ָ ‫הְהחְ ֨דל ִתי֙ ְאֶ ת־מְתְ ֻׁ֔ ִקיְוְאֶ ת־תְנֹֽׁ ובָ ִ ָ֖תיְה‬
ֹֽׁ ֶ ‫ו ֤תאמֶ רְלָהֶ ם֙ ְהתְאֵ ָֻׁ֔נ‬
:‫ל־הע ִ ֵֹֽׁצים‬
ֹֽׁ ָ ‫וְ ָה֣לכ ֻׁ֔ ִתיְלָנָ֖ ועְע‬
vatómer lahem hatêenáh, héjodáltí et-motêqí, vêet-tênúvatí hatováh; vêhálajtí,
lanú'a 'al-há'etzím.

Pero la higuera les respondió: '¿He de renunciar a mi dulzura y a mi buen


fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?'
(12)
:‫י־אתְמלוכיְ(מְל ִ ָּ֥כי)ְע ֵ ָֹֽׁלינו‬
ָ֖ ִ‫וְהע ִ ֵָ֖ציםְלגָ ֹ֑פֶןְלְכ‬
ֹֽׁ ָ ‫ו ֹֽׁיאמְ ָּ֥ר‬
vaiómêrú há'etzím lagáfen; lêji-át mlvjy (moljí) 'aléinu.

Luego dijeron los árboles a la vid: '¡Ven tú, y reina sobre nosotros!'
(13)
ְ‫ֱֹלהים‬
ָ֖ ִ ‫יְהמְש ֵ ָּ֥מחְא‬
ֹֽׁ ‫ירֹוש‬
ִ ֻׁ֔ ‫ת־ת‬
֣ ִ ֶ‫ֶןְהחְ ֨דל ִתי֙ ְא‬
ֹֽׁ ֶ ‫ו ֤תאמֶ רְלָהֶ ם֙ ְה ֻׁ֔ ֶגפ‬
:ְ‫ל־הע ִ ֵֹֽׁצים‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹֽׁו ֲאנ ִ ָֹ֑שיםְוְ ָה֣לכ ֻׁ֔ ִתיְלָנָ֖ ועְע‬
vatómer lahem hagéfen, héjodáltí et-tíroshí, hámêsaméaj elohím váanashím;
vêhálajtí, lanú'a 'al-há'etzím .

Pero la vid les respondió: '¿He de renunciar a mi vino nuevo que alegra a
Elohim y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?'
(14)
:‫ל־האָ ָ ֹ֑טדְלֵ ְָּ֥ךְא ָ ָ֖תהְמְלְָך־ע ֵ ָֹֽׁלינו‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ל־הע ִ ֵָ֖ציםְא‬
ֹֽׁ ָ ְ‫ו ֹֽׁיאמְ ָּ֥רוְכ‬
vaiómêrú jol-há'etzím el-háatád; léj atáh mêlaj-'aléinu.

Entonces todos los árboles dijeron a la zarza: '¡Ven tú, y reina sobre nosotros!'
(15)
ְ ֙‫ְ֩משְ ִ֨חיםְא ִ ֤תיְלְ ֨ ֶמלְֶך‬
ֹֽׁ ‫םְבא ֶ ֱ֣מתְאתֶ ם‬
ֹֽׁ ֶ ‫ְא‬ִִ֡ ‫ל־העֵצִ ים‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫רְהאָ טָ דָ֮ ְא‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫ו ֣יאמ‬
‫ן־ה֣אָ ֻׁ֔ ָטדְוְתאכָ֖לְאֶ ת־‬ ָ ‫ְמ‬ ִ ֙‫ןְתצֵ אְאֵ ש‬
֤ ֵ ִ‫ם־אי‬ּ֕ ‫םְבאוְח ֲ֣סוְבְצִ ִ ֹ֑ליְוְ ִא‬ ָ֖ ‫ֲעלֵי ֶֻׁ֔כ‬
:‫ארזֵ ָּ֥יְהלְבָ נֹֽׁ ֹון‬
vaiómer háatad el-há'etzim ím béemét atem móshêjím otí lêmélej 'aleijém, bóu
jasú vêtzilí; vêim-áin tétze esh min-háatád, vêtojál et-arzéi halêvanón.

Pero la zarza respondió a los árboles: 'Si en verdad me ungís como rey sobre
vosotros, venid y refugiaos a mi sombra. Y si no, ¡salga fuego de la zarza y
devore los cedros del Líbano!'
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10

(16)
‫ימלְֶךְוְ ִאם־‬ ֹ֑ ֶ ִ‫יתםְותמ ִ ָ֖ליכוְאֶ ת־אֲב‬ ֶ ֻׁ֔ ‫ם־בא ֶ ֱ֤מתְובתָ ִמים֙ ְע ֲִש‬
ֹֽׁ ֶ ‫הְא‬
ִ ‫וְע ִ֗ ָת‬
ְ‫טֹוב֤הְע ֲִשיתֶ ם֙ ְעִ ם־יְרב֣עלְוְעִ ם־בֵ ֻׁ֔יתֹוְוְ ִאם־כִ ג ָּ֥מולְי ָ ָָ֖דיוְע ִ ֲָּ֥שיתֶ ם‬ ָ
:‫לֹֽׁ ֹו‬
vê'atáh im-béemét uvtamim 'asitém, vatamlíju et-avimélej; vêim-továh 'asitem
'im-iêrubá'al vê'im-beitó, vêim-kigmúl iadáv 'asítem ló.

Ahora pues, si habéis procedido de buena fe y con integridad al proclamar


como rey a Abimelec; si habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa; si le
habéis recompensado conforme a la obra de sus manos
(17)
ְ‫ָ֖םְמיָּ֥ד‬
ִ ֶ‫ְמ ֶֻׁ֔נגֶדְוי ֵצָּ֥לְאֶ תכ‬
ִ ֙‫אֲשֶ ר־נִ לחָּ֥םְאָ ִ ָ֖ביְ ֲעלֵיכֶ ֹ֑םְוישלֵ ְ֤ךְאֶ ת־נפשֹו‬
:‫ִמד ָ ֹֽׁיַֽן‬
asher-niljám aví 'aleijém; vaiashléj et-nafshó minéged, vaiatzél etjém miád
midián.

[pues mi padre luchó por vosotros arriesgando su vida para libraros de mano
de Madián,
(18)
ְ‫יםְאיש‬ ָ֖ ִ ‫ִ֛יוְשב ִ ָּ֥ע‬
ִ ָ‫ל־ב֤יתְאָ בִ י֙ ְהיֻׁ֔ ֹוםְו ֹֽׁתהרגָּ֧ וְאֶ ת־בָ נ‬
ֵ ‫וְ א ִ֞ ֶתםְקמ ֨ ֶתםְע‬
ְ‫םְכי‬
ָּ֥ ִ ‫ל־בעֲלֵ ֣יְשְ ֶֻׁ֔כ‬
ֹֽׁ ‫ימלְֶךְבֶ ן־אֲמָ תֹו֙ ְע‬ ֤ ֶ ִ‫ל־אבֶ ןְאֶ ָחֹ֑תְותמלִִ֜ יכוְאֶ ת־אֲב‬
ֶ֣ ‫ע‬
:‫ָ֖םְהוא‬
ֹֽׁ ֶ‫אֲחִ יכ‬
vêatém qamtém 'al-béit aví haióm, vatáhargú et-banáv shiv'ím ísh 'al-éven
eját; vatamlíju et-avimélej ben-amató 'al-bá'aléi shêjém, kí ajijém hú.

pero vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, habéis


matado a sus hijos, a setenta hombres sobre una misma piedra, y habéis puesto
por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el hijo de su criada, porque
él es vuestro hermano];
(19)
ְ‫יתֹוְהי֣ ֹוםְהזֶ ֹ֑ה‬
ָ֖ ֵ‫יתםְעִ ם־יְרבָּ֥עלְוְעִ ם־ב‬ִ֛ ֶ ‫ם־בא ֨ ֱֶמתְובתָ ִ ָּ֧מיםְע ֲִש‬ ֹֽׁ ֶ ‫וְ ִא‬
:‫ם־הואְבָ ֶ ֹֽׁכם‬
ָ֖ ‫ימלְֶךְוְיִ ש ָּ֥מחְג‬ ֶ ֻׁ֔ ִ‫ְבאֲב‬
ֹֽׁ ֙‫ִשמחו‬
vêim-béemét uvtamím 'asitém 'im-iêrubá'al vê'im-beitó haióm hazéh; simjú
báavimélej, vêismáj gam-hú bajém.

si pues de buena fe y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con
su casa, entonces gozad de Abimelec, y que él también goce de vosotros.
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(20)
ְ‫ת־בית‬ ֣ ֵ ֶ‫ת־בעֲלֵ ָּ֥יְשְכֶ ָ֖םְוְא‬
ֹֽׁ ֶ‫ימלְֶךְוְתאכִ֛לְא‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫ְמאֲב‬
ֹֽׁ ֵ ֙‫ןְתצֵ אְאֵ ש‬
֤ ֵ ִ‫ם־אי‬ּ֕ ‫וְ ִא‬
:‫ימלְֶך‬
ֹֽׁ ֶ ִ‫֣יתְמ ֻׁ֔לֹואְוְתאכָ֖לְאֶ ת־אֲב‬
ִ ‫ְומ ֵב‬
ִ ֙‫שְמ ֹֽׁבעֲלֵ ֤יְשְכֶם‬ ִ ‫אְא‬ֵ ִ֜ ‫ִמלֹ֑ ֹואְוְתֵ ֨ ֵצ‬
vêim-áin tétze esh méavimélej, vêtojál et-bá'aléi shêjém vêet-béit miló;
vêtetzé ésh mibá'aléi shêjem umibéit miló, vêtojál et-avimélej.

Y si no, ¡que salga fuego de Abimelec, y consuma a los señores de Siquem y a


Bet-milo! ¡Y que salga fuego de los señores de Siquem y de Bet-milo, y
consuma a Abimelec!
(21)
‫ פ‬:‫ימלְֶךְאָ ִ ֹֽׁחיו‬ ִ ָֻׁ֔‫סְיֹותםְויִ ב ָ֖רחְויֵ ֣לְֶךְבְ ֵ ֹ֑א ָרהְויֵ ֣שֶ בְש‬
ָּ֥ ֶ ִ‫םְמפְנֵ ָ֖יְאֲב‬ ָ ֻׁ֔ ְ‫ויָ ֣נ‬
vaiános iotám, vaivráj vaiélej bêérah; vaiéshev shám, mipênéi avimélej ajív.

Jotam huyó, se fugó y se fue a Beer, donde vivió, por causa de su hermano
Abimelec.
(22)
:‫ימלְֶךְעל־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְשָ ֹלָּ֥ שְשָ ִ ֹֽׁנים‬
ִ֛ ֶ ִ‫ויָ ָּ֧שרְאֲב‬
vaiásar avimélej 'al-israél shalósh shaním.

Después que Abimelec había gobernado a Israel tres años,


(23)
ְ‫ָ֖יןְבעֲלֵ ֣יְשְכֶ ֹ֑םְויִ בגְ ָּ֥דו‬
ֹֽׁ ‫ְֶךְוב‬
ֵ ‫ימל‬ ֵ ‫ויִ של֤חְאֱֹלהִ ים֙ ְ֣רוח ְָר ָֻׁ֔ע‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫הְב֣יןְאֲב‬
:ְ‫ימלְֶך‬ ֹֽׁ ֶ ִ‫ָ֖םְבאֲב‬
ֹֽׁ ֶ‫ֹֽׁב ֲעלֵי־שְכ‬
vaishláj elohim rúaj ra'áh, béin avimélej, uvéin bá'aléi shêjém; vaivgêdú
vá'alei-shêjém báavimélej .

Elohim envió un mal espíritu entre Abimelec y los señores de Siquem. Y los
señores de Siquem traicionaron a Abimelec,
(24)
ְ ֙‫ימלְֶךְאֲחִ יהֶ ם‬֤ ֶ ִ‫סְשב ִ ֣עיםְבְ ֵנֹֽׁי־יְר ָבֹ֑עלְוְדָ ִ֗ ָמםְל ִָ֞שוםְעל־אֲב‬ ִ ‫ל ָּ֕בֹואְח ֲָ֖מ‬
‫יוְלה ֲָּ֥רגְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ‫ְ֙בעֲלֵ ֣יְשְ ֶֻׁ֔כםְאֲשֶ ר־חִ זְ ָּ֥קוְאֶ ת־י ָ ָָ֖ד‬
ֹֽׁ ‫גְאֹותםְוְעל‬
ָ ֻׁ֔ ‫ֲשרְהָ ֣ר‬ ֶ֣ ‫א‬
:‫אֶ ָ ֹֽׁחיו‬
lavó jamás shiv'ím bênéi-iêrubá'al; vêdamám lasúm 'al-avimélej ajihem ashér
harág otám, vê'al bá'aléi shêjém, asher-jizêqú et-iadáv láharóg et-ejáv.

de modo que el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerobaal, es decir,
su sangre, recayera sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los
señores de Siquem que fortalecieron sus manos para que él matase a sus
hermanos.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10

(25)
ִ֛ ֵ ‫יְההָ ִ ֻׁ֔ריםְויִ גזְ ֻׁ֔ל‬
‫וְאתְכְל־‬ ֹֽׁ ֶ ‫אש‬
֣ ֵ ‫לְר‬ ָ ‫יםְע‬
ֵ֚ ‫ְ֩ב ֲע ֵ֨ליְשְ ִֶ֜כםְמְ ָ ֹֽׁא ְר ִִ֗ב‬
ֹֽׁ ‫וי ִ ָ֣שימוְלֹו‬
‫ פ‬:‫ימלְֶך‬ ֹֽׁ ֶ ִ‫ָ֖דְלאֲב‬
ֹֽׁ ‫ֵיהָ֖םְב ָ ֹ֑ד ֶרְךְויג‬ֶ ‫ר־יע ֲָּ֥ברְ ֲעל‬
ֹֽׁ ֶ‫אֲש‬
vaiasímu ló vá'aléi shêjém mêárêvím 'ál rashéi héharím, vaigzêlú, ét kol-
asher-iá'avór 'aleihém badárej; vaiugád láavimélej.

Los señores de Siquem pusieron contra él, en las cumbres de los montes,
hombres al acecho, los cuales despojaban a todos los que pasaban junto a ellos
por el camino. Y le fue dado informe de ello a Abimelec.
(26)
:‫ֹוְבעֲלֵ ָּ֥יְשְ ֶ ֹֽׁכם‬ ָ֖ ְ‫וי ִָ֞באְג֤עלְבֶ ן־ ֶ֨עבֶ ד֙ ְוְאֶ ֻׁ֔ ָחיוְויֹֽׁעב ָ֖רוְבִ שכֶ ֹ֑םְויִ בט‬
ֹֽׁ ‫חו־ב‬
vaiavó gá'al ben-'éved vêejáv, vaiá'avrú bishjém; vaivtêju-vó bá'aléi shêjém.

También Gaal hijo de Ebed fue con sus hermanos, y se pasaron a Siquem; y
los señores de Siquem pusieron su confianza en él.
(27)
ֹ֑ ִ ִ‫ו ֵיֹֽׁצְ ֨אוְהשָ ִ֜ ֶדהְוַֹֽֽׁיִ בצְ ֤רוְאֶ ת־כרמֵ יהֶ ם֙ ְוַֹֽֽׁיִ דרְכֻׁ֔ וְוַֹֽֽׁיע ֲָ֖שוְה‬
ְ ֙‫לוליםְוי ָ֨באו‬
:‫ימלְֶך‬ ֹֽׁ ֶ ִ‫יהםְו ֹֽׁיאכְלו֙ ְויִ ש ֻׁ֔תוְוַֹֽֽׁיקלְלָ֖ וְאֶ ת־אֲב‬ ֶ ֻׁ֔ ֵ‫ֵב֣יתְאֱֹֽלה‬
vaiétzêú hasadéh váivtzêrú et-karmeihem váidrêjú, váia'asú hilulím; vaiavóú
béit éloheihém, vaiójêlú vaishtú, váiqalêlú et-avimélej.

Y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron una


fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y
maldijeron a Abimelec.
(28)
‫ְכיְנֹֽׁעב ֻׁ֔ ֶדנוְה ֲָּ֥לאְבֶ ן־‬
֣ ִ ֙‫ְֶךְומי־שְכֶם‬
ֹֽׁ ִ ‫ימל‬
֤ ֶ ִ‫דְמי־אֲב‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫ו ֣יאמֶ רְ׀ְג֣עלְבֶ ן־ ִֶ֗עב‬
ְ‫יְרבָ֖עלְוזב֣לְפְקִ ֹ֑ידֹוְעִ בדִ֗ וְאֶ ת־אנ ֵ ֤שיְחֲמֹור֙ ְא ִ ֲ֣ביְשְ ֶֻׁ֔כםְומ ָ֖דוע‬
:‫נֹֽׁעב ֶ ָּ֥דנוְ ֲא ָנֹֽׁחְנו‬
vaiómer | gá'al ben-'éved mí-avimélej umí-shêjem kí ná'avdénu, haló ven-
iêrubá'al uzvúl pêqidó; 'ivdú et-anshéi jamor aví shêjém, umadú'a ná'avdénu
anájênu.

Gaal hijo de Ebed dijo: –¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem para que
nosotros le sirvamos? ¿No deberían el hijo de Jerobaal y Zebul, su oficial,
servir a los hombres de Hamor, padre de Siquem? ¿Por qué, pues, hemos de
servirle nosotros a él?
(29)
ְ ֙‫ימלְֶךְו ֨יאמֶ ר‬
ֹ֑ ֶ ִ‫ומיְיִ ִ֜ ֵתןְאֶ ת־הָ עָ ֤םְהזֶה֙ ְבְי ִָֻׁ֔דיְוְאָ ִ ָ֖ס ָירהְאֶ ת־ ְֲאב‬ ִ֨
:‫ימלְֶךְר ֶבָּ֥הְצְ ָ ֹֽׁבאֲךָ֖ ְו ֵ ָֹֽׁצאָ ה‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫ֹֽׁלאֲב‬
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

umí itén et-ha'ám hazeh bêiadí, vêasírah et-avimélej; vaiómer láavimélej,


rabéh tzêváajá vatzéah.

¡Quién pusiera este pueblo bajo mi mano! ¡Yo echaría a Abimelec! Le diría a
Abimelec: '¡Aumenta tu ejército y sal!'
(30)
:‫ת־דב ֵ ָ֖ריְג֣עלְבֶ ן־עָ ֹ֑בֶ דְו ִיָ֖חרְא ֹֽׁפֹו‬
ִ ֶ‫ויִ ש ִ֗מעְזְבלְ֙שר־הָ ֻׁ֔ ִעירְא‬
vaishmá' zêvul sar-ha'ír, et-divréi gá'al ben-'áved; vaíjar apó.

Cuando Zebul, alcalde de la ciudad, oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se
encendió en ira
(31)
ְ‫ְ֩געלְבֶ ן־עֶ ֤בֶ ד‬
֨ ‫ֵאמרְהִ ֵנה‬ ֹ֑ ‫ימלְֶךְבְתְר ָ ֣מהְל‬ ָ֖ ֶ ִ‫ויִ שלָּ֧חְמלאָ ִ ִ֛כיםְאֶ ל־אֲב‬
:‫וְאֶ חָ יו֙ ְבָ ִ ֣איםְשְ ֶֻׁ֔כמָ הְוְהִ נָ ִ֛םְצָ ִ ָּ֥ריםְאֶ ת־הָ ִ ָ֖עירְע ֶ ָֹֽׁליך‬
vaishláj malajím el-avimélej bêtormáh lemór; hineh gá'al ben-'éved vêejav
baím shêjémah, vêhinám tzarím et-ha'ír 'aléja.

y envió astutamente mensajeros a Abimelec para decirle: 'He aquí que Gaal
hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y están sublevando la
ciudad contra ti.
(32)
:‫ְךְוא ֱָ֖רבְבשָ ֶ ֹֽׁדה‬
ֹֽׁ ֶ ‫ר־א ָ ֹ֑ת‬
ִ ֶ‫וםְלילָהְא ָ ָ֖תהְוְהָ עָ ֣םְאֲש‬
ֻׁ֔ ‫וְעתָ ה֙ ְ֣ק‬
vê'atah qúm láilah, atáh vêha'ám asher-itáj; véeróv basadéh.

Por tanto, vete de noche, tú y la gente que está contigo, y pon emboscadas en
el campo.
(33)
ְ‫ֵה־הוא‬
ִ֞ ‫יםְופשט ָ ֣תְעל־הָ ִ ֹ֑עירְוְהִ נ‬ ֹֽׁ ָ ‫וְהָ יָ ֤הְב ֨בקֶ ר֙ ְכִ ז ֣רחְהשֶֻׁ֔ מֶ שְתש ִ ָ֖כ‬
:‫רְתמ ָצָּ֥אְי ֶ ָֹֽׁדך‬
ִ ‫ֲש‬ָ֖ ֶ ‫ֹוְכא‬
ֹֽׁ ‫ר־אתֹו֙ ְֹֽׁיצְ ִ ֣איםְאֵ ֶֻׁ֔ליךְוְע ִ ָ֣שיתָ ְֻׁ֔ל‬
ִ ֶ‫וְהָ עָ ֤םְאֲש‬
vêhaiáh vabóqer kizróaj hashémesh, tashkím ufáshattá 'al-ha'ír; vêhineh-hú
vêha'ám asher-itó iótzêím eléja, vê'asíta ló, káashér timtzá iadéja.

Por la mañana, al salir el sol, levántate y ataca la ciudad. Y he aquí que


cuando él y la gente que está con él salgan contra ti, tú harás con él según se te
ofrezca.'

(34)
ְ‫ימלְֶךְוְכְל־הָ עָ ָּ֥םְאֲשֶ ר־עִ ָ֖מֹוְלָ ֹ֑ילָהְו ֶיֹֽׁאֶ ר ֣בוְעל־שְ ֶֻׁ֔כם‬ ִ֛ ֶ ִ‫ויָ ַָּֽ֧קְםְאֲב‬
:‫אשים‬ ֹֽׁ ִ ‫ָ֖הְר‬
ָ ָ‫ארבָ ע‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10

vaiáqom avimélej vêjol-ha'ám asher-'imó láilah; vaiéervú 'al-shêjém, arba'áh


rashím.

Abimelec y toda la gente que estaba con él se levantaron de noche y pusieron


una emboscada contra Siquem con cuatro escuadrones.
(35)
ְ‫ְֶךְוהָ עָ ָּ֥ם‬
ְ ‫ימל‬ ִ֛ ֶ ִ‫חְשערְהָ ִ ֹ֑עירְויָ ַָּֽ֧קְםְאֲב‬
֣ ‫ויֵצֵ א֙ ְג֣עלְבֶ ן־ ֶֻׁ֔עבֶ דְו ֹֽׁיע ֲּ֕מדְפֶ ָ֖ת‬
:‫ֹוְמן־המא ָ ֹֽׁרב‬ ִ ‫ר־א ָ֖ת‬
ִ ֶ‫אֲש‬
vaietze gá'al ben-'éved, vaiá'amód pétaj shá'ar ha'ír; vaiáqom avimélej
vêha'ám asher-itó min-hamaráv.

Gaal hijo de Ebed salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad.


Entonces Abimelec y toda la gente que estaba con él salieron de la
emboscada.
(36)
ְ‫אשי‬
ָ֖ ֵ ‫֣םְיֹורדְ ֵ ֹֽׁמ ָר‬
ֻׁ֔ ֵ ָ‫וירא־געל ְָ֮אֶ ת־הָ עָ םְו ֣יאמֶ רְאֶ ל־זְ ֻׁ֔בלְהִ נֵה־ע‬
:‫הְכ ֲאנ ִ ָֹֽׁשים‬
ֹֽׁ ָ ‫ָּ֧לְההָ ִ ִ֛ריםְא ָ ָּ֥תהְר ֶ ָ֖א‬
ֹֽׁ ֶ ‫תְצ‬
ֵ ‫לְא‬֣ ֵ ‫ֶ ֹֽׁההָ ִ ֹ֑ריםְו ֤יאמֶ רְאֵ לָיו֙ ְזְ ֻׁ֔ב‬
vaiar-ga'al et-ha'am vaiómer el-zêvúl, hineh-'ám ioréd, mérashéi héharím;
vaiómer elav zêvúl, ét tzél héharím atáh roéh káanashím.

Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: –¡He allí gente que desciende de las
cumbres de las montañas! Y Zebul le respondió: –Tú ves la sombra de las
montañas, como si fueran hombres.
(37)
ְ‫ו ֨יסֶ ףְע֣ ֹודְגעל ְָ֮לְדבֵ רְו ּ֕יאמֶ רְהִ נֵה־עָ ם֙ ְיֹֽׁ ֹור ִֻׁ֔דיםְמֵ ִ ָ֖עםְט ֣בורְהָ ָ ֹ֑א ֶרץ‬
:‫אְמ ֶ ָ֖ד ֶרְךְאֵ לָּ֥ ֹוןְמְעֹֽׁ ֹונְ ִ ֹֽׁנים‬
ִ ‫֣דְב‬
ָ ֻׁ֔ ‫וְראש־אֶ ָח‬
vaiósef 'ód ga'al lêdaber vaiómer hineh-'am íordím, me'ím tabúr haáretz;
vêrosh-ejád bá, midérej elón mê'ónêním.

Pero Gaal volvió a hablar diciendo: –He allí gente que desciende por Tabur-
haárets y un escuadrón que viene por el camino de la encina de los Adivinos.
(38)
ְ‫ְֶךְכי‬
֣ ִ ‫ימל‬ ָ֖ ֶ ִ‫רְמיְאֲב‬
ָּ֥ ִ ‫אמ‬ ֻׁ֔ ‫ֲשרְת‬ ֣ ֶ ‫ֹואְפיך֙ ְא‬
ִ ֨ ‫ו ֨יאמֶ רְאֵ ִָ֜ליוְזְ ִ֗בלְא ֵ֨יהְאֵ ָּ֥פ‬
:‫םְבֹו‬
ֹֽׁ ֶ‫הְבֹוְצֵ א־נָ ָּ֥אְע ָ ָ֖תהְוְהִ לָ ָּ֥ח‬
ֻׁ֔ ָ‫ֲשרְמָ ֣אסת‬ ֣ ֶ ‫נֹֽׁעב ֶ ֹ֑דנוְה ֲ֨לאְזֶ ֤הְהָ עָם֙ ְא‬
vaiómer eláv zêvúl aiéh efó fíjá ashér tomár, mí avimélej kí ná'avdénu; haló
zéh ha'am ashér maástah bó, tze-ná 'atáh vêhilájem bó.

Entonces Zebul le respondió: –¿Dónde está, pues, aquel hablar tuyo, cuando
decías: '¿Quién es Abimelec, para que le sirvamos?' ¿No es ésa la gente que
tenías en poco? ¡Sal, pues, ahora y lucha contra él!
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(39)
:‫ימלְֶך‬ ֹֽׁ ֶ‫ָ֖יְבעֲלֵ ֣יְשְכֶ ֹ֑םְויִ לָ ָ֖ח‬
ֹֽׁ ֶ ִ‫םְבאֲב‬ ֹֽׁ ֵ‫אְגעלְלִ פנ‬
ֻׁ֔ ֵ‫ויֵ ֣צ‬
vaiétze gá'al, lifnéi bá'aléi shêjém; vailájem báavimélej.

Gaal salió al frente de los señores de Siquem y luchó contra Abimelec.


(40)
ְ‫סְמפָנָ ֹ֑יוְוַֹֽֽׁיִ פְלִ֛ וְ ֲחל ִ ָָּ֥ליםְר ִ ָ֖ביםְעד־פֶ ָּ֥תח‬ ֶ ֻׁ֔ ִ‫ויִ רדְפֵ ֣הוְאֲב‬
ִ ְ‫ימלְֶךְויָ ָ֖נ‬
:‫ה ָ ֹֽׁשער‬
vairdêféhu avimélej, vaiános mipanáv; váipêlú jalalím rabím 'ad-pétaj
hashá'ar.

Pero Abimelec le persiguió, y Gaal huyó de delante de él. Y muchos cayeron


muertos, hasta la entrada de la puerta.
(41)
ְ‫ָ֖יוְמ ֶ ָּ֥שבֶ ת‬
ִ ‫ארומהְויגָ ָּ֧ ֶַֽרשְזְבִ֛לְאֶ ת־גָּ֥עלְוְאֶ ת־אֶ ָח‬
ֹ֑ ָ ‫ְֶךְב‬
ֹֽׁ ָ ‫ימל‬
ָ֖ ֶ ִ‫ויֵ ָּ֥שֶ בְאֲב‬
‫ ס‬:‫בִ ש ֶ ֹֽׁכם‬
vaiéshev avimélej bárumáh; vaigáresh zêvúl et-gá'al vêet-ejáv mishévet
bishjém.

Entonces Abimelec se quedó en Aruma, y Zebul echó fuera a Gaal y a sus


hermanos, para que no habitasen en Siquem.
(42)
:‫ימלְֶך‬
ֹֽׁ ֶ ִ‫ָ֖דוְלאֲב‬
ֹֽׁ ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ִ ְֹֽׁממָ חְ ָ ֻׁ֔רתְוי ֵֵצָּ֥אְהָ עָ ָ֖םְהשָ ֶ ֹ֑דהְוי ִג‬
váihí mímajorát, vaietzé ha'ám hasadéh; vaiagídu láavimélej.

Aconteció que al día siguiente el pueblo salió al campo, y le informaron a


Abimelec.
(43)
ְ‫אשיםְו ֶ ֹֽׁיא ֱָ֖רבְבשָ ֶ ֹ֑דהְו ִ֗יראְוְהִ נֵ ֤ה‬ ִ ֻׁ֔ ‫הְר‬ ֣ ָ ‫ויִ ֣קחְאֶ ת־הָ ִָ֗עםְו ֶ ֹֽׁיחֱצֵ ם֙ ְלִ ש‬
ָ ‫ֹלש‬
:‫ֵיהָ֖םְוי ֵ ֹֽׁכם‬
ֶ ‫֣אְמן־הָ ֻׁ֔ ִעירְויָ ַָּֽ֥קְםְ ֲעל‬
ִ ‫הָ עָם֙ ְי ֵצ‬
vaiqáj et-ha'ám vaiéjetzem lishlosháh rashím, vaiéeróv basadéh; vaiár vêhinéh
ha'am iotzé min-ha'ír, vaiáqom 'aleihém vaiakém.

Él tomó a la gente, la repartió en tres escuadrones y puso emboscadas en el


campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, se levantó contra ellos y
los atacó.
(44)
ְ‫חְשערְהָ ִ ֹ֑עיר‬
֣ ‫ֹוְפשְ ּ֕טוְוי֣עמדֻׁ֔ וְפֶ ָ֖ת‬ ֹֽׁ ָ ‫ֲשרְעִ ֻׁ֔מ‬
֣ ֶ ‫אשים֙ ְא‬ִ ‫ימלְֶךְוְ ָ ֹֽׁה ָר‬ ֶ ִ֗ ִ‫ֹֽׁואֲב‬
:‫ֲשרְבשָ ֶ ָ֖דהְויכֹֽׁ ום‬ָּ֥ ֶ ‫וְעל־כְל־א‬ ֹֽׁ ‫אשיםְפָ ָּ֥ש ִ֛ט‬ ִ ִ֗ ‫֣יְה ָר‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ושנ‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10

váavimélej vêhárashim ashér 'imó, páshêtú vaiá'amdú, pétaj shá'ar ha'ír;


ushnéi hárashím páshtú 'ál-kol-ashér basadéh vaiakúm.

Abimelec y el escuadrón que iba con él acometieron con ímpetu y tomaron


posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Los otros dos escuadrones
acometieron contra todos los que estaban en el campo y los mataron.
(45)
ְ‫ירְכלְהי֣ ֹוםְה ֻׁ֔הואְויִ לכד֙ ְאֶ ת־הָ ֻׁ֔ ִעירְוְאֶ ת־הָ עָ ָּ֥ם‬ ֵ֚ ‫ימלְֶךְנִ ל ָח֣םְבָ ִ֗ ִע‬ֶ ִ֜ ִ‫ֹֽׁואֲב‬
‫ פ‬:‫ְמלח‬ ֹֽׁ ֶ ָ‫ר־בָּ֖הְהָ ָ ֹ֑רגְויִ תץ֙ ְאֶ ת־הָ ְִֻׁ֔עירְויִ ז ָרעֶ ָ֖ה‬
ָ ֶ‫אֲש‬
váavimélej niljám ba'ír kól haióm hahú, vailkod et-ha'ír, vêet-ha'ám asher-báĥ
harág; vaitotz et-ha'ír, vaizra'éha mélaj.

Abimelec combatió contra la ciudad todo aquel día, tomó la ciudad y mató a
la gente que estaba en ella. También demolió la ciudad y la sembró de sal.
(46)
:‫ָ֖יתְאלְבְ ִ ֹֽׁרית‬
ָּ֥ ֵ ‫ָ֖יְמגְדל־שְכֶ ֹ֑םְוי ָ֣באוְאֶ ל־צְ ִ ֻׁ֔ריח ְֵב‬ ֹֽׁ ָ ‫וַֹֽֽׁיִ שמְ ֻׁ֔ע‬
ֹֽׁ ִ ֵ‫וְכל־בעֲל‬
váishmê'ú, kál-ba'aléi mígêdal-shêjém; vaiavóu el-tzêríaj, béit él bêrít.

Cuando oyeron esto todos los señores que estaban en la torre de Siquem,
entraron en la fortaleza del templo del dios Berit.
(47)
:‫ָ֖יְמגְדל־שְ ֶ ֹֽׁכם‬
ֹֽׁ ִ ֵ‫וְכל־בעֲל‬
ֹֽׁ ָ ‫יְהתְקבְ ֻׁ֔צ‬
ֹֽׁ ִ ‫ְֶךְכ‬
֣ ִ ‫ימל‬
ֹ֑ ֶ ִ‫ָ֖דְלאֲב‬
ֹֽׁ ‫ויג‬
vaiugád láavimélej; kí hítêqabêtzú, kál-ba'aléi mígêdal-shêjém.

E informaron a Abimelec que todos los señores de la torre de Siquem estaban


reunidos.
(48)
ְ֩‫ר־אתֹוְויִ קח‬ ִ ֶ‫ימלְֶךְהר־צל ִ֗מֹוןְהואָ֮ ְוְכְל־הָ עָ ֣םְאֲש‬ ֶ ִ֜ ִ‫ו ֨יעלְאֲב‬
ְ‫ימלְֶךְאֶ ת־הקרד ִ֜מֹותְבְיָדִ֗ ֹוְויִ כרת֙ ְשֹוכ֣תְע ֻׁ֔ ִֵציםְו ִ֨ישָ ֻׁ֔ ֶאהָ ְויָ ָ֖שֶ ם‬ ֶ ֨ ִ‫אֲב‬
ְ‫יְמה ֲָ֖רו‬
ֹֽׁ ‫ית‬ִ ‫הְר ִאיתֶ ם֙ ְע ֻׁ֔ ִָש‬ ְ ‫ֹוְמ‬
֤ ָ ‫ל־שכ ֹ֑מֹוְו ִ֜יאמֶ רְאֶ ל־הָ עָ ֣םְאֲשֶ ר־עִ ִ֗מ‬ ִ ‫ע‬
:‫ע ֲָּ֥שוְכ ָֹֽׁמֹונִ י‬
vaiá'al avimélej har-tzalmón hu vêjol-ha'ám asher-itó vaiqaj avimélej et-
haqardumót bêiadó vaijrot soját 'etzím, vaísaéha, vaiásem 'al-shijmó; vaiómer
el-ha'ám asher-'imó máh rêitem 'asíti, máharú 'asú jamóni.

Entonces subió Abimelec al monte Salmón, él con toda la gente que estaba
con él. Abimelec tomó en su mano un hacha y cortó una rama de los árboles;
la levantó, la puso sobre su hombro y dijo a la gente que estaba con él: –¡Lo
que me habéis visto hacer, hacedlo rápidamente vosotros de la misma manera!
10 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(49)
ְ‫ימלְֶך֙ ְוי ִ ָ֣שימו‬
ֶ ֨ ִ‫וְאח ֵ ֲ֤ריְאֲב‬
ֹֽׁ ִ֜‫ישְשֹוכהְו ֵ֨ילכ‬
ִ֗ ֣ ִ ִָ֜‫ויִ כרְ ֨תוְגם־כְל־הָ ע‬
‫םְא‬
ְ‫ִ֛םְאת־הצְ ִ ָ֖ריחְבָ ֵ ֹ֑אשְוי ִָ֜מתוְג֣םְכְל־אנ ֵ ָּ֧שי‬ ֹֽׁ ֶ ‫ֵיה‬
ֶ ‫ֹֽׁעל־הצְ ִ ֻׁ֔ריחְוי ִ ָּ֧ציתוְ ֲעל‬
‫ פ‬:‫ֶףְאישְוְ ִא ָ ֹֽׁשה‬ָּ֥ ִ ‫ִ ֹֽׁמגְדל־שְכֶ ִ֛םְכְ ֶ ָ֖אל‬
vaijrêtú gam-kol-ha'ám ísh sojóh vaiéljú ájaréi avimélej vaiasímu 'ál-hatzêríaj,
vaiatzítu 'aleihém ét-hatzêríaj baésh; vaiamútu gám kol-anshéi mígêdal-
shêjém kêélef ísh vêisháh.

Así que toda la gente cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec.
Las pusieron junto a la fortaleza y con ellas prendieron fuego a la fortaleza, de
modo que también murieron todos los que estaban en la torre de Siquem,
como unos mil hombres y mujeres.
(50)
:‫ימלְֶךְאֶ ל־תֵ ֵבֹ֑ץְו ִיָּ֥חןְבְתֵ ֵבָ֖ץְוַֹֽֽׁיִ לכְ ָ ֹֽׁדּה‬
ָ֖ ֶ ִ‫ויֵ ָּ֥לְֶךְאֲב‬
vaiélej avimélej el-tevétz; vaíjan bêtevétz váilkêdáĥ.

Después Abimelec fue a Tebes. Luego acampó contra Tebes y la tomó.


(51)
ְ‫ל־ה ֲאנ ִ ָ֣שיםְוְהנ ִ֗ ִָשים‬
ֹֽׁ ָ ְ‫ומגדל־עזָ֮ ְהָ יָ ֣הְבְתֹוְך־הָ עִ ירְוי ָ֨נסוְשִָ֜ מָ הְכ‬ ִ
ֹֽׁ ‫ְ֙בעֲלֵ ֣יְהָ ֻׁ֔ ִעירְוַֹֽֽׁיִ סגְ ָ֖ר‬
:‫וְבע ָ ֲֹ֑דםְוַֹֽֽׁיעֲלָ֖ וְעל־גָּ֥גְה ִמג ָ ֹֽׁדל‬ ֹֽׁ ‫וְכל‬
umigdal-'oz haiáh vêtoj-ha'ir vaianúsu shámah kol-háanashím vêhanashím
vêjol bá'aléi ha'ír, váisgêrú bá'adám; váia'alú 'al-gág hamigdál.

En medio de aquella ciudad había una torre fortificada en la cual se refugiaron


todos los hombres y las mujeres, con todos los señores de la ciudad. Cerraron
tras sí las puertas, y subieron a la azotea de la torre.
(52)
ְ‫םְבֹוְויִ גִ֛שְעד־פֶ ָּ֥תחְה ִמג ָ ָ֖דל‬
ֹ֑ ֶ‫ימלְֶך֙ ְעד־ה ִמג ֻׁ֔ ָדלְויִ לָ ָ֖ח‬
ֶ ֨ ִ‫וי ָ֤באְאֲב‬
:‫לְשְר ָּ֥פֹוְבָ ֵ ֹֽׁאש‬
vaiavó avimélej 'ad-hamigdál, vailájem bó; vaigásh 'ad-pétaj hamigdál lêsorfó
vaésh.

Abimelec fue a la torre, la atacó y se acercó a la puerta de la torre para


prenderle fuego.
(53)
‫ימלְֶךְו ָ ָ֖ת ִרץְאֶ ת־‬
ֹ֑ ֶ ִ‫ל־ראשְאֲב‬
֣ ‫חְרכֶבְע‬
ָ֖ ֶ ‫ְךְא ָ ָּ֥שהְאחִ֛תְפֶ ָּ֥ל‬
ִ ‫ותש ִֵ֞ל‬
:‫גלגְלְ ֹֽׁתֹו‬
vatashléj isháh aját pélaj réjev 'al-rósh avimélej; vatáritz et-gulgolêtó.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 10, 11

Pero una mujer dejó caer una piedra de molino sobre la cabeza de Abimelec y
le destrozó el cráneo.
(54)
ְ ֙‫ויִ ק ָ ֨ראְמְהֵ ָ ִ֜רהְאֶ ל־הנ֣ערְ׀ְנ ֵ ֣שאְ ֵכ ִָ֗ליוְו ֤יאמֶ רְלֹו֙ ְשְֹל֤ ףְחרבְך‬
ֹֽׁ ‫יְא ָ ֣שהְה ֲָרגָ ֹ֑תהוְויִ דקְ ֵ ָּ֥ר‬
:‫הוְנע ֲָ֖רֹוְוי ָֹֽׁמת‬ ִ ‫רוְל‬
ָ֖ ִ ‫ֶן־יאמ‬
ָּ֥ ‫ומֹותְ ֻׁ֔ ֵתנִ יְפ‬
֣
vaiqrá mêheráh el-haná'ar | nosé jeláv vaiómer ló shêlóf jarbêjá umótêténi,
pen-iómru lí isháh haragáthu; vaidqêréhu ná'aró vaiamót.

Entonces él llamó apresuradamente al joven, su escudero, y le dijo: –Saca tu


espada y mátame, para que no se diga de mí: 'Una mujer lo mató.' Su escudero
lo atravesó, y él murió.
(55)
:‫וְאישְלִ מק ֹֽׁמֹו‬
ָּ֥ ִ ָ֖‫ימלְֶךְו ֵיֹֽׁלְכ‬
ֹ֑ ֶ ִ‫יְמתְאֲב‬
֣ ֵ ‫לְכ‬ ֹֽׁ ִ ‫ויִ ר ָּ֥א‬
֣ ִ ‫וְאיש־יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
vairú ísh-israél kí mét avimélej; vaiélêjú ísh limqomó.

Y cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, se fue
cada uno a su lugar.
(56)
‫יוְלה ֲָ֖רגְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ‫ֲשרְעָשָ ה֙ ְלְאָ ִֻׁ֔ב‬
֤ ֶ ‫ימלְֶךְא‬
ֹ֑ ֶ ִ‫תְרע֣תְאֲב‬
ָ ‫יםְא‬
ָ֖ ֵ ‫ֱֹלה‬ ִֻׁ֔ ‫ויָ ֣שֶ בְא‬
:ְ‫ִשב ִ ָּ֥עיםְאֶ ָ ֹֽׁחיו‬
vaiáshev elohím, ét ra'át avimélej; ashér 'asah lêavív, láharóg et-shiv'ím ejáv .

Así Elohim devolvió a Abimelec el mal que él había hecho contra su padre,
cuando mató a sus setenta hermanos.
(57)
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ֻׁ֔ ‫אשםְותָ ֣באְ ֲאל‬
ֹ֑ ָ ‫ֱֹלהיםְבְר‬
ָ֖ ִ ‫ל־רעת֙ ְאנ ֵ ֣שיְשְ ֶֻׁ֔כםְהֵ ִ ָּ֥שיבְא‬ָ ְ‫וְ ִ֗ ֵאתְכ‬
‫ פ‬:ְ‫ָ֖תְיֹותםְבֶ ן־יְר ָ ֹֽׁבעל‬
ָּ֥ ָ ‫ִ ֹֽׁקלְל‬
vêét kol-ra'at anshéi shêjém, heshív elohím bêroshám; vatavó aleihém, qílêlát
iotám ben-iêrubá'al .

Elohim hizo que toda la maldad de los hombres de Siquem volviera sobre sus
cabezas. Y cayó sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.

Shofetim – Jueces Capitulo 11


(1)
‫ן־פואהְבֶ ן־‬
ִ֛ ָ ֶ‫הֹושיעְאֶ ת־יִ ש ָר ִ֗ ֵאלְתֹולָ ָּ֧עְב‬ ֣ ִ ְ‫ימלְֶךְל‬ֶ ִ֜ ִ‫ְ֩אח ֵ ֲ֨ריְאֲב‬
ֹֽׁ ‫ויָקָ ם‬
:‫ֹוְאישְיִ שָ שכָ ֹ֑רְוְ ֹֽׁהוא־י ֵ ָּ֥שבְבְשָ ִ ָ֖מירְבְהָּ֥רְאֶ פ ָ ֹֽׁריִ ם‬ ֣ ִ ‫דֹוד‬
ָ֖
11 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiaqam ájaréi avimélej lêhoshí'a et-israél tolá' ben-puáh ben-dodó ísh isasjár;
vêhú-ioshév bêshamír bêhár efráim.

Después de Abimelec se levantó, para librar a Israel, Tola hijo de Fúa, hijo de
Dodo, hombre de Isacar. Habitaba en Samir, en la región montañosa de
Efraín.
(2)
‫ פ‬:‫ויִ שפט֙ ְאֶ ת־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְעֶש ִ ָּ֥ריםְוְשָ ֹלָ֖ שְשָ נָ ֹ֑הְויָ ָ֖מָ תְויִ קָ ֵבָּ֥רְבְשָ ִ ֹֽׁמיר‬
vaishpot et-israél, 'esrím vêshalósh shanáh; vaiámat vaiqavér bêshamír.

Y juzgó a Israel durante veintitrés años. Entonces murió y fue sepultado en


Samir.
(3)
ְ‫םְאח ָ ֲֻׁ֔ריוְי ִ ָָ֖אירְהגִ לע ִ ָֹ֑דיְויִ שפט֙ ְאֶ ת־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְעֶש ִ ָּ֥ריםְוש ָ֖תיִ ם‬
ֹֽׁ ְ‫ויָ ַֽ֣ק‬
:‫שָ ָנֹֽׁה‬
vaiáqom ájaráv, iaír hagil'adí; vaishpot et-israél, 'esrím ushtáim shanáh.

Después de él se levantó Jaír el galadita, quien juzgó a Israel durante veintidós


años.
(4)
ְ‫ֹלשים‬ ָּ֥ ִ ‫ֹלשיםְ ֲעי ִ ָֻׁ֔ריםְוש‬
֣ ִ ְ‫ֹלשיםְבָ ִ֗ ִניםְ ֹֽׁרכְבִ ים֙ ְעל־ש‬ ֣ ִ ְ‫י־לֹוְש‬
ִ֞ ִ‫וַֹֽֽׁיה‬
ְ‫ירְעדְהי֣ ֹוםְה ֶֻׁ֔זהְ ֲא ֶ ָ֖שרְבְ ֶ ָּ֥א ֶרץ‬
ֵ֚ ‫ֲעי ִ ָָ֖ריםְל ֶָהֹ֑םְל ִ֞ ֶָהםְיִ ק ְר ֣אוְ׀ְחוְ֣תְי ִִָ֗א‬
:‫הגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
váihi-ló shêloshím baním rójêvim 'al-shêloshím 'aiarím, ushloshím 'aiarím
lahém; lahém iqrêú | jaúot iaír 'ád haióm hazéh, ashér bêéretz hagil'ád.

Éste tuvo treinta hijos que montaban sobre treinta asnos, y tenían treinta villas,
que se llaman Havot-jaír, hasta el día de hoy, las cuales están en la tierra de
Galaad.
(5)
‫ פ‬:‫ויָ ֣מָ תְי ִָֻׁ֔אירְויִ קָ ֵבָ֖רְבְקָ ֹֽׁמֹון‬
vaiámat iaír, vaiqavér bêqamón.

Entonces Jaír murió y fue sepultado en Camón.


(6)
‫לְלע ֲ֣שֹותְהָ רעָ֮ ְבְעֵינֵ ֣יְיהוָהְויֹֽׁעב ֣דוְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ‫וי ִ ֣סיפוְ׀ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ִ֗ ֵא‬
ְ‫ֱֹלהיְצִ ידִ֜ ֹון‬
ֵ ֨ ‫ֱֹלה֣יְא ֲָרםְ֩וְאֶ ת־א‬
ֵ ‫ת־העשתָ ִ֡רֹותְוְאֶ ת־א‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫הבְע ִ ָ֣ליםְוְא‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 11

ְ‫ֱֹלה֣יְפְלִ ש ִ ֹ֑תים‬
ֵ ‫ֱֹלה֣יְבְ ֵנֹֽׁי־ע ֻׁ֔מֹוןְוְ ֵ ָ֖אתְא‬
ֵ ‫֣יְמֹואבְוְאֵ ת֙ ְא‬
ָ ִ֗ ‫ֱֹלה‬
ֵ ‫וְ ֵ ֣אתְ׀ְא‬
:ְ‫ויֹֽׁעז ָּ֥בוְאֶ ת־יהוָ ָ֖הְוְ ָּ֥לאְעֲבָ ֹֽׁדוהו‬
vaiosífu | bênéi israél lá'asót hara' bê'einéi Adonai vaiá'avdú et-habê'alím vêet-
há'ashtarót vêet-elohéi aram vêet-elohéi tzidón vêét | elohéi moáv vêet elohéi
vênéi-'amón, vêét elohéi fêlishtím; vaiá'azvú et-Adonai vêló 'avadúhu .

Los Hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Eterno y
sirvieron a los Baales, a las Astartes, a los dioses de Siria, a los dioses de
Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses
de los filisteos. Abandonaron al Eterno y no le sirvieron.
(7)
:ְ‫ר־אףְיהוָ ָ֖הְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְוַֹֽֽׁיִ מכְ ֵרם֙ ְבְיד־פְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְוביָ֖דְבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
ָּ֥ ‫ו ִ ֹֽׁיח‬
vaíjar-áf Adonai bêisraél; váimkêrem bêiad-pêlishtím, uviád bênéi 'amón .

La ira del Eterno se encendió contra Israel, y él los entregó en mano de los
filisteos y en mano de los hijos de Amón.
(8)
ְ‫וַֹֽֽׁיִ רע ֲ֤צוְוי ֹֽׁרצְצו֙ ְאֶ ת־בְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְבשָ נָ ָ֖הְה ִ ֹ֑היאְשְמ ֶ֨נהְעֶ ש ֵ ִ֜רהְשָ ִָ֗נה‬
ְ‫ֲשר‬
ָּ֥ ֶ ‫ץְהאֱמ ִ ָ֖ריְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֶ ֹֽׁאת־כְל־בְנֵ ֤יְיִ ש ָראֵ לְ֙אֲשֶ ר֙ ְבְעֵ ֣בֶ רְהיר ֻׁ֔ ֵדןְבְ ֶ ָּ֥א ֶר‬
:‫בגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
váir'atzú vairótzêtzú et-bênéi israél, bashanáh hahí; shêmonéh 'esréh shanáh
ét-kol-bênéi israel asher bê'éver haiardén, bêéretz háemorí ashér bagil'ád.

Y en aquel tiempo, éstos castigaron y oprimieron durante dieciocho años a los


Hijos de Israel, a todos los Hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán,
en la tierra de los amorreos que está en Galaad.
(9)
ְ‫יהודהְובְבִ ני ִ ָָ֖מין‬
ָּ֥ ָ ‫ם־ב‬
ֹֽׁ ִ ‫ויֹֽׁעב ֤רוְבְ ֵנֹֽׁי־עמֹון֙ ְאֶ ת־היר ֻׁ֔ ֵדןְלְהִ ל ֵָחִ֛םְג‬
:‫ובְ ֵב֣יתְאֶ פ ָ ֹ֑ריִ םְו ֵ ָּ֥תצֶ רְלְיִ ש ָר ֵ ָ֖אלְמְ ֹֽׁאד‬
vaiá'avrú vênéi-'amon et-haiardén, lêhilajém gam-bíhudáh uvêviniamín
uvêvéit efráim; vatétzer lêisraél mêód.

Luego los hijos de Amón cruzaron el Jordán para hacer también la guerra
contra Iehudá [Judá], contra Benjamín y contra la casa de Efraín; e Israel fue
afligido en gran manera.
(10)
ֹ֑ ‫וַֹֽֽׁיִ זעֲקו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְאֶ ל־יהוָ ָ֖הְל‬
‫ֵאמרְחָ ָט֣אנוְ ָֻׁ֔לְךְוְ ִ ֤כיְע ָ֨זבנו֙ ְאֶ ת־‬
‫ פ‬:ְ‫ֱֹלהינוְוֹֽׁנע ֲָ֖בדְאֶ ת־הבְע ִ ָֹֽׁלים‬ ֵ ֻׁ֔ ‫א‬
11 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

váiz'aqú bênéi israél, el-Adonai lemór; jatánu láj, vêjí 'azávnú et-elohéinu,
vána'avód et-habê'alím .

Entonces los Hijos de Israel clamaron al Eterno diciendo: –Hemos pecado


contra ti, porque hemos abandonado a nuestro Elohim y hemos servido a los
Baales.
(11)
ְ‫יְומן־בְנֵ ָּ֥י‬
ִ ‫ן־האֱמ ִ ֻׁ֔ר‬
֣ ָ ‫ְומ‬
ִ ֙‫אְמ ִמצ ֨ריִ ם‬
ִ ‫וָּ֥יאמֶ רְיהוָ ָ֖הְאֶ ל־בְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְה ֲ֤ל‬
:ְ‫ֹוןְומן־פְלִ ש ִ ֹֽׁתים‬
ִ ‫ע ָ֖מ‬
váiomer Adonai el-bênéi israél; haló mimitzráim umin-háemorí, umin-bênéi
'amón umin-pêlishtím .

Y el Eterno respondió a los Hijos de Israel: –Cuando erais oprimidos por


Egipto, por los amorreos, por los amonitas, por los filisteos,
(12)
ְ‫ֹֽׁאֹושיעָה‬
ָּ֥ ִ ‫יְו‬
ָ ‫ֹוןְלח ֲָ֖צוְאֶ תכֶ ֹ֑םְו ִתצע ֲ֣קוְאֵ ֻׁ֔ל‬
ֹֽׁ ָ ‫֤יםְועֲמָ לֵק֙ ְומָ ֻׁ֔ע‬
ֹֽׁ ‫ידֹונ‬ ִ ‫וְ ִ ֹֽׁצ‬
:‫ָ֖םְמי ָ ָֹֽׁדם‬
ִ ֶ‫אֶ תכ‬
vêtzídoním vá'amaleq uma'ón, lájatzú etjém; vatitz'aqú elái, váoshí'ah etjém
miadám.

por los de Sidón, por los de Amalec y por los de Maón, y clamasteis a mí, ¿no
os libré yo de su mano?
(13)
ְ‫א־אֹוסיף‬
ָ֖ ִ ‫ָּ֥ןְל‬
ֹֽׁ ֵ‫ֱֹלהיםְאֲחֵ ִ ֹ֑ריםְלָכ‬
֣ ִ ‫םְאֹותיְו ֹֽׁתעב ָ֖דוְא‬
ִ ֻׁ֔ ‫וְאתֶ ם֙ ְעֲזב ֶ ֣ת‬
:ְ‫הֹושיעְאֶ ת ֶ ֹֽׁכם‬ ָּ֥ ִ ְ‫ל‬
vêatem 'azavtém otí, vatá'avdú elohím ajerím; lajén ló-osíf lêhoshí'a etjém .

Pero vosotros me habéis abandonado y habéis servido a dioses ajenos. Por


eso, no os libraré más.
(14)
ְ‫הְיֹושיעוְלָכֶ ָ֖ם‬
ָּ֥ ִ ָ‫ֹ֑םְהִ֛מ‬
ֵ ‫םְב‬ ָ ‫ֲשרְבְחר ֶ ָ֖ת‬
ָּ֥ ֶ ‫ֱֹלהיםְא‬
ִֻׁ֔ ‫ל־הא‬
֣ ָ ֶ‫לְכִ֗ וְוְ ֹֽׁזעֲקו֙ ְא‬
:ְ‫ָּ֥תְצרת ֶ ֹֽׁכם‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫בְע‬
lêjú vêzá'aqú el-háelohím, ashér bêjartém bám; hémah ioshí'u lajém bê'ét
tzáratjém .

¡Id y clamad a los dioses que os habéis elegido! Que ellos os libren en el
tiempo de vuestra aflicción.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 11, 12

(15)
ְ‫ו ֹֽׁיאמְ ֨רוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ֤אלְאֶ ל־יהוָה֙ ְחָ ֻׁ֔ ָטאנוְעֲשֵ ה־א ָ ֣תהְ ָֻׁ֔לנוְכְכְל־ה ָ֖טֹוב‬
:ְ‫ֹ֑יךְאְךְהצִ ילֵ ָּ֥נוְנָ ָ֖אְהיָּ֥ ֹוםְה ֶזֹֽׁה‬
ִ֛ ֶ‫בְעֵינ‬
vaiómêrú vênéi-israél el-Adonai jatánu, 'aseh-atáh lánu, kêjol-hatóv bê'einéja;
áj hatzilénu ná haióm hazéh .

Y los Hijos de Israel respondieron al Eterno: –Hemos pecado. Haz tú con


nosotros todo lo que te parezca bien. Pero, por favor, líbranos en este día.
(16)
ְ‫ְמקִ ר ֻׁ֔ ָבםְויֹֽׁעב ָ֖דוְאֶ ת־יהוָ ֹ֑הְו ִתקצָּ֥רְנפ ָ֖שֹו‬
ִ ֙‫ֱֹלה֤יְה ֵנכָר‬
ֵ ‫וי ִִָ֜סירוְאֶ ת־א‬
‫ פ‬:ְ‫ֹֽׁבע ֲָּ֥מלְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vaiasíru et-elohéi hanejar miqirbám, vaiá'avdú et-Adonai; vatiqtzár nafshó
bá'amál israél .

Entonces quitaron de en medio de ellos los dioses extraños y sirvieron al


Eterno. Y él no pudo soportar más la aflicción de Israel.
(17)
ְ‫ויִ ָ ֹֽׁצעֲקו֙ ְבְנֵ ֣יְע ֻׁ֔מֹוןְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ וְבגִ לעָ ֹ֑דְוי ָ ֵֹֽׁאסְפו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ ו‬
:‫ב ִמצ ָ ֹֽׁפה‬
vaitzá'aqú bênéi 'amón, váiajanú bagil'ád; vaieásêfú bênéi israél, váiajanú
bamitzpáh.

Entonces los hijos de Amón fueron convocados y acamparon en Galaad.


Asimismo, se reunieron los Hijos de Israel y acamparon en Mizpa.
(18)
ְ‫ֲשרְי ֻׁ֔ ֵָחל‬
֣ ֶ ‫הוְמיְהָ ִֻׁ֔אישְא‬ ֣ ִ ‫ל־ר ֵֻׁ֔ע‬
ֵ ֶ‫ְאישְא‬ ֣ ִ ֙‫ו ֹֽׁיאמְ ֨רוְהָ ִָ֜עםְשָ ֵ ֤ריְגִ לעָד‬
‫ פ‬:ְ‫לְישְ ֵבָּ֥יְגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
ֹֽׁ ‫ֹוןְיהיֶ ֣הְלְ ֻׁ֔ראשְלְ ָ֖כ‬
ֹֽׁ ִ ‫לְהִ ל ֵָחָ֖םְבִ בנֵ ֣יְע ֹ֑מ‬
vaiómêrú ha'ám saréi gil'ad ísh el-re'éhu, mí haísh, ashér iajél, lêhilajém
bivnéi 'amón; íhiéh lêrósh, lêjól ióshêvéi gil'ád .

Y los jefes del pueblo de Galaad se dijeron unos a otros: –Cualquiera que sea
el hombre que comience a combatir contra los hijos de Amón, él será el
caudillo de todos los habitantes de Galaad.

Shofetim – Jueces Capitulo 12


(1)
ְ‫ן־א ָ ֣שהְזֹונָ ֹ֑הְויָּ֥ ֹולֶדְגִ לעָ ָ֖ד‬
ִ ֶ‫ֹורְחיִ לְוְ ָ֖הואְב‬
ֻׁ֔ ‫וְיִ פ ָ ֣תחְהגִ לע ִִָ֗דיְהָ יָה֙ ְגִ ֣ב‬
:‫אֶ ת־יִ פ ָ ֹֽׁתח‬
12 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vêiftáj hagil'adí haiah gibór jáil, vêhú ben-isháh zonáh; vaióled gil'ád et-iftáj.

Jefté el galadita era un guerrero valiente. Él era hijo de una mujer prostituta, y
el padre de Jefté era Galaad.
(2)
ְ ‫ֶדְאשֶ ת־גִ לעָ ִ֛דְלָ֖ ֹוְבָ ִנֹ֑יםְויִ גדְ ֨לוְבְֹֽׁנֵי־הָ ִאשִָ֜ הְוי ָג‬
ְ‫ַֹֽֽׁר ֣שוְאֶ ת־יִ פ ִ֗ ָתח‬ ֹֽׁ ֵ ‫ו ֵ ָּ֧תל‬
:‫תְאתָ ה‬ֹֽׁ ָ ‫ן־א ָ ָּ֥שהְא ֶח ֶָ֖ר‬
ִ ֶ‫א־תנח֣לְבְבֵ ית־אָ ִֻׁ֔בינוְ ִ ִ֛כיְב‬ ִ ‫ְל‬ ֹֽׁ ֙‫ו ֤יאמרוְלֹו‬
vatéled éshet-gil'ád ló baním; vaigdêlú vênei-haisháh vaigárêshú et-iftáj
vaiómru ló ló-tinjál bêveit-avínu, kí ben-isháh ajéret átah.

Pero la mujer de Galaad también le había dado hijos, los cuales, cuando
crecieron, echaron a Jefté y le dijeron: 'Tú no heredarás en la casa de nuestro
padre, porque eres hijo de otra mujer.'
(3)
ְ ֙‫ץְטֹובְו ִ ֹֽׁיתְלקְ ֤טוְאֶ ל־יִ פתָ ח‬ ִ ֙‫ויִ ב ֤רחְיִ פתָ ח‬
ֹ֑ ‫ְמפְנֵ ֣יְאֶ ֻׁ֔ ָחיוְויֵ ָ֖שֶ בְבְ ֶ ֣א ֶר‬
‫ פ‬:‫יקיםְו ֵיֹֽׁצְ ָ֖אוְעִ ֹֽׁמֹו‬ ִ ֻׁ֔ ‫יםְר‬
ֵ ‫ֲאנ ִ ָ֣ש‬
vaivráj iftaj mipênéi ejáv, vaiéshev bêéretz tóv; vaítêlaqêtú el-iftaj anashím
reiqím, vaiétzêú 'imó.

Entonces Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y se


juntaron con Jefté hombres ociosos que salían con él.
(4)
:‫וי ִ ָ֖היְ ִמי ִ ָֹ֑מיםְויִ ָ ֹֽׁלח ֲָּ֥מוְבְ ֵנֹֽׁי־ע ָ֖מֹוןְעִ ם־יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vaihí miamím; vailájamú vênéi-'amón 'im-israél.

Aconteció después de un tiempo que los hijos de Amón hicieron la guerra


contra Israel.
(5)
ְ‫יְכאֲשֶ ר־נִ לח ֲָּ֥מוְבְ ֵנֹֽׁי־ע ָ֖מֹוןְעִ ם־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְו ֵיֹֽׁלְכו֙ ְזִקנֵ ֣יְגִ ל ָֻׁ֔עד‬ֹֽׁ ‫וי ִּ֕ה‬
:‫ץְטֹוב‬ֹֽׁ ‫ל ָָּ֥קחתְאֶ ת־יִ פ ָ ָ֖תחְמֵ ֶ ָּ֥א ֶר‬
vaihí káasher-niljamú vênéi-'amón 'im-israél; vaiélêjú ziqnéi gil'ád, laqájat et-
iftáj meéretz tóv.

Y cuando los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel, los ancianos de
Galaad fueron para traer a Jefté de la tierra de Tob.
(6)
:‫ו ֹֽׁיאמְ ֣רוְלְיִ פ ֻׁ֔ ָתחְלְ ָּ֕כהְוְהָ ִיָּ֥יתָ הְלָ ָ֖נוְלְקָ ִ ֹ֑ציןְוְ ִ ֹֽׁנ ָלח ָ ֲָ֖מהְבִ בנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
vaiómêrú lêiftáj, lêjáh vêhaítah lánu lêqatzín; vênílajamáh bivnéi 'amón.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 12

Y dijeron a Jefté: –Ven, y serás nuestro jefe, para que combatamos contra los
hijos de Amón.
(7)
ְ‫ַֹֽֽׁר ָ֖שונִ י‬
ְ ‫םְאֹותיְותְ ָג‬
ִ ֻׁ֔ ‫ֵאת‬
֣ ֶ ‫ו ֤יאמֶ רְיִ פתָ ח֙ ְלְזִקנֵ ֣יְגִ ל ָֻׁ֔עדְה ֲ֤לאְאתֶ ם֙ ְשְנ‬
:‫ֲשרְצָּ֥רְל ֶ ָֹֽׁכם‬ָ֖ ֶ ‫הְכא‬
ֹֽׁ ָ‫אתםְאֵ לי֙ ְֻׁ֔עת‬
֤ ֶ ָ‫ִמ ֵב֣יתְאָ ִ ֹ֑ביְומדִ֜ ועְב‬
vaiómer iftaj lêziqnéi gil'ád, haló atem sênetém otí, vatêgárêshúni mibéit aví;
umadú'a batém elaí 'átah, káashér tzár lajém.

Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: –¿No sois vosotros los que me
odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís a mí
ahora, cuando estáis en aflicción?
(8)
ְ‫ְשבנוְאֵ ֶֻׁ֔ליךְוְ ָ ֹֽׁהלכ ָ ֣תְעִ ֻׁ֔ ָמנו‬ ֣ ֙‫ו ֹֽׁיאמְרוְ֩זִק ֵ֨ניְגִ ל ִָ֜עדְאֶ ל־יִ פ ִ֗ ָתחְ ָלכֵן֙ ְעתָ ה‬
:‫לְישְ ֵבָּ֥יְגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
ֹֽׁ ‫אשְל ָ֖כ‬
ְ ‫וְנִ לחמ ָ ָ֖תְבִ בנֵ ֣יְע ֹ֑מֹוןְוְהָ ִי֤יתָ ְ ָ֨לנו֙ ְלְ ֻׁ֔ר‬
vaiómêrú ziqnéi gil'ád el-iftáj lajen 'atah shávnu eléja, vêhálajtá 'imánu,
vêniljamtá bivnéi 'amón; vêhaíta lánú lêrósh, lêjól ióshêvéi gil'ád.

Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: –Por esta misma razón


volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y combatas contra los
hijos de Amón y seas nuestro caudillo, el de todos los habitantes de Galaad.
(9)
ְ ֙‫אֹותי֙ ְלְהִ לָחֵ ם‬
ִ ְ‫יביםְא ֶ ֤תם‬ ִ֨ ‫דְאם־מְ ִש‬ ִ ‫ו ֨יאמֶ רְיִ פ ִ֜ ָתחְאֶ ל־זִקנֵ ֣יְגִ ל ִָ֗ע‬
:ְ‫יְאהְיֶ ָּ֥הְלָכֶ ָ֖םְלְ ֹֽׁראש‬
ֹֽׁ ֶ ‫ֹ֑יְאנ ּ֕ ִכ‬
ֹֽׁ ָ ָ‫ִ֛הְאֹותםְלְפָנ‬
ָ֖ ָ ָ‫בִ בנֵ ֣יְע ֻׁ֔מֹוןְוְנ ָָּ֧תןְיהו‬
vaiómer iftáj el-ziqnéi gil'ád im-mêshivím atém otí lêhilajem bivnéi 'amón,
vênatán Adonai otám lêfanái; ánojí éhêiéh lajém lêrósh .

Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad: –Si me hacéis volver para que
combata contra los hijos de Amón, y el Eterno los entrega en mi mano, yo
seré vuestro caudillo.
(10)
ְ‫ם־לא‬
ָּ֥ ‫ינוְא‬
ִ ‫ינֹות‬
ֵ ֻׁ֔ ‫הְיהיֶ ֤הְש ֨ ֵמ ֙עְ ֵ ֹֽׁב‬
ֹֽׁ ִ ‫ו ֹֽׁיאמְ ָּ֥רוְזִק ֵנֹֽׁי־גִ לעָ ָ֖דְאֶ ל־יִ פ ָ ֹ֑תחְיה ִ֗ ָו‬
:ְ‫ָּ֥ןְנע ֶ ֲֹֽׁשה‬
ֹֽׁ ֵ‫כִ ד ָ ֹֽׁב ְרךָ֖ ְכ‬
vaiómêrú ziqnéi-gil'ád el-iftáj; Adonai íhiéh shomé'á béinotéinu, im-ló
jidvárêjá kén ná'aséh .

Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: –el Eterno sea testigo entre
nosotros, si no hacemos como tú dices.
12 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(11)
ְ‫ֵיהָ֖םְלְ ֣ראש‬ֶ ‫ָּ֥םְאֹותֹוְ ֲעל‬
ִ֛ ָ‫ויֵ ֤לְֶךְיִ פתָ ח֙ ְעִ ם־זִקנֵ ֣יְגִ ל ָֻׁ֔עדְוי ֨ ִָשימוְהָ ע‬
‫ פ‬:ְ‫ולקָ ִ ֹ֑ציןְויד ֨ ֵברְיִ פ ָ ָּ֧תחְאֶ ת־כְל־דְבָ ָ ִ֛ריוְלִ פנֵ ָּ֥יְיהוָ ָ֖הְב ִמצ ָ ֹֽׁפה‬
vaiélej iftaj 'im-ziqnéi gil'ád, vaiasímu ha'ám otó 'aleihém lêrósh ulqatzín;
vaidabér iftáj et-kol-dêvaráv lifnéi Adonai bamitzpáh .

Entonces Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo puso como su
caudillo y jefe. Jefté repitió todas sus palabras delante del Eterno en Mizpa.
(12)
‫ְךְכי־‬
ֹֽׁ ִ ‫ה־ליְ ָו ָֻׁ֔ל‬
֣ ִ ‫ֵאמרְמ‬ ָּ֥ ֶ ֶ‫ויִ של֤חְיִ פתָ ח֙ ְמלאָ ֻׁ֔ ִכיםְא‬
ֹ֑ ‫ל־מלְֶךְבְ ֵנֹֽׁי־ע ָ֖מֹוןְל‬
:‫ָבָּ֥אתָ ְאֵ לָ֖יְלְהִ ל ֵָחָּ֥םְבְאר ִ ֹֽׁצי‬
vaishláj iftaj malajím, el-mélej bênéi-'amón lemór; mah-lí valáj, kí-váta elái
lêhilajém bêartzí.

Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Amón, diciendo: '¿Qué hay entre
tú y yo, para que vengas a hacerme la guerra en mi tierra?'
(13)
‫חְכי־ל ָ֨קחְיִ ש ָר ֵ ֤אלְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ִ ‫ְ֩מלְֶךְבְ ֵנֹֽׁי־ע ִ֜מֹוןְאֶ ל־מלאֲכֵ ֣יְיִ פ ִ֗ ָת‬ֶ ֨ ‫ויאמֶ ר‬
ְ‫םְמארנָּ֥ ֹוןְוְעד־הי ָ֖בקְוְעד־היר ֵ ֹ֑דןְוְע ּ֕ ָתה‬ ֹֽׁ ֵ ִ‫ֹוְמ ִמצ ֻׁ֔רי‬
ִ ‫ֲלֹות‬
֣ ‫ְבע‬ ֹֽׁ ֙‫ארצִ י‬
:‫הָ ִ ָּ֥שיבָ הְאֶ ת ֶהָ֖ןְבְשָ לֹֽׁ ֹום‬
vaiomer mélej bênéi-'amón el-malajéi iftáj kí-laqáj israél et-artzí bá'alotó
mimitzráim, méarnón vê'ad-haiabóq vê'ad-haiardén; vê'atáh hashívah ethén
bêshalóm.

Y el rey de los hijos de Amón respondió a los mensajeros de Jefté: 'Que Israel
tomó mi tierra cuando subía de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el
Jordán. Por eso, devuélvela ahora en paz.'
(14)
ָ֖ ֶ ֶ‫ויָּ֥ ֹוסֶ ףְעָ֖ ֹודְיִ פ ָ ֹ֑תחְויִ שלח֙ ְמלאָ ֻׁ֔ ִכיםְא‬
:‫ל־מלְֶךְבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
vaiósef 'ód iftáj; vaishlaj malajím, el-mélej bênéi 'amón.

Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Amón.


(15)
‫ץְמֹואבְוְאֶ ת־‬
ָ ֻׁ֔ ‫ת־א ֶר‬
֣ ֶ ֶ‫חְלא־ל ָ֤קחְיִ ש ָראֵ לְ֙א‬
ֹֽׁ ‫ֹוְכהְאָ ֣מרְיִ פ ָ ֹ֑ת‬ ָ֖ ‫רְל‬
ֻׁ֔ ֶ‫ו ֣יאמ‬
:‫ֶ ָ֖א ֶרץְבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
vaiómer ló, kóh amár iftáj; ló-laqáj israel et-éretz moáv, vêet-éretz bênéi
'amón.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 12

Y le dijeron: 'Así ha dicho Jefté: Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra


de los hijos de Amón.
(16)
ְ‫ם־סוףְוי ָָ֖בא‬
ֻׁ֔ ‫םְמ ִמצ ָ ֹ֑ריִ םְו ֵ֨ילְֶךְיִ ש ָר ֵ ֤אלְב ִמדבְָר֙ ְעד־י‬
ִ ‫ֲלֹות‬
֣ ָ ‫יְבע‬ֹֽׁ ‫ִ ָ֖כ‬
:‫קָ ֵ ֹֽׁדשָ ה‬
kí bá'alotám mimitzráim; vaiélej israél bamidbar 'ad-iam-súf, vaiavó
qadéshah.

Porque cuando subieron de Egipto, Israel fue por el desierto hasta el mar de
las Cañas y llegó a Cades.
(17)
ְ‫ֵאמרְאֶ עבְ ָרה־נָ ֣א‬ִ֜ ‫ויִ של֣חְיִ ש ָר ֵ ֣אלְמלאָ ִ ֣כיםְ׀ְאֶ ל־מֶ ֶלְךְ֩אֱד֨ ֹוםְ׀ְל‬
ְ‫ְֶךְמֹואבְשָ לָ֖חְוְ ֣לאְאָ ָבֹ֑ה‬
ִ֛ ָ ‫ל־מל‬
ָּ֧ ֶ ֶ‫ְמלְֶךְאֱדֻׁ֔ ֹוםְוְ ֨גםְא‬
֣ ֶ ֙‫בְאר ִ֗ ֶצךְוְ ֤לאְשָ מע‬
:‫ויֵ ָּ֥שֶ בְיִ ש ָר ֵ ָ֖אלְבְקָ ֵ ֹֽׁדש‬
vaishláj israél malajím | el-melej edóm | lemór e'bêrah-ná vêartzéja vêló
shama' mélej edóm, vêgám el-mélej moáv shaláj vêló aváh; vaiéshev israél
bêqadésh.

Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: 'Por favor, déjame
pasar por tu tierra.' Pero el rey de Edom no les escuchó. Envió también al rey
de Moab, y él tampoco quiso. Por eso Israel se quedó en Cades.
(18)
ְ‫ץְמֹואבְוי ָ֤בא‬
ָ ֻׁ֔ ‫ת־א ֶר‬
֣ ֶ ֶ‫ת־א ֶרץְאֱדֹום֙ ְוְא‬ ֤ ֶ ֶ‫ויֵ ֣לְֶךְב ִמד ִ֗ ָברְו ִָ֜יסְבְא‬
ְ‫א־באו֙ ְבִ ג ֣בול‬
ָ ֨ ‫ץְמֹואבְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ וןְבְעֵ ֣בֶ רְארנֹ֑ ֹוןְוְ ֹֽׁל‬
ָ ֻׁ֔ ‫ִמ ִמזרח־שֶ֨ מֶ ש֙ ְלְ ֶ ֣א ֶר‬
:‫ולְמֹואב‬
ֹֽׁ ָ ‫בְכיְארנָ֖ ֹוןְגְ ָּ֥ב‬
ָּ֥ ִ ‫מֹוא‬
ָ ֻׁ֔
vaiélej bamidbár vaiásov et-éretz edom vêet-éretz moáv, vaiavó mimizraj-
shémesh lêéretz moáv, váiajanún bê'éver arnón; vêló-váú bigvúl moáv, kí
arnón gêvúl moáv.

Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y


viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado del
Arnón, sin entrar en el territorio de Moab, porque el Arnón era la frontera de
Moab.
(19)
ְ‫ֹוןְמלְֶך־הָ אֱמ ִ ָ֖ריְ ֶ ֣מלְֶךְחֶ ש ֹ֑בֹון‬
ֹֽׁ ֶ ‫יח‬ ִ ֶ‫ויִ של֤חְיִ ש ָראֵ לְ֙מלאָ ֻׁ֔ ִכיםְא‬
ָּ֥ ‫ל־ס‬
:‫קֹומי‬
ֹֽׁ ִ ְ‫ו ֤יאמֶ רְלֹו֙ ְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְנעבְ ָרה־נָ ָּ֥אְבְארצְךָ֖ ְעד־מ‬
vaishláj israel malajím, el-sijón mélej-haemorí mélej jeshbón; vaiómer ló
israél, na'bêrah-ná vêartzêjá 'ad-mêqomí.
12 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Entonces Israel envió mensajeros a Sejón rey de los amorreos, rey de Hesbón,
y le dijo Israel: 'Por favor, déjame pasar por tu tierra hasta mi lugar.'
(20)
‫ףְסיחֹון֙ ְאֶ ת־‬
ִ ‫יחֹוןְאֶ ת־יִ ש ָראֵ לְ֙ע ֲ֣ברְבִ גב ֻׁ֔לֹוְו ֶ ֹֽׁיא ֱ֤ס‬ ֤ ‫יןְס‬
ִ ‫וְ ֹֽׁלא־הֶ א ֱִ֨מ‬
:‫כְל־ע ֻׁ֔מֹוְוַֹֽֽׁיחֲנָ֖ וְבְיָ ֹ֑הצָ הְויִ לָ ָ֖חֶ םְעִ ם־יִ שְ ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vêló-heemín sijón et-israel 'avór bigvuló, vaiéesóf sijon et-kol-'amó, váiajanú
bêiáhtzah; vailájem 'im-israél.

Pero Sejón no se fió de Israel para darle paso por su territorio; sino que,
reuniendo Sejón a toda su gente, acampó en Iahatz y combatió contra Israel.
(21)
ְ‫יחֹוןְוְאֶ ת־כְל־ע ִ֛מֹוְבְיָּ֥דְיִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬ ָּ֧ ‫ת־ס‬ ֹֽׁ ֵ ‫ַֽ֠ויִ תֵ ןְיה ֨ ָוהְא‬
ִ ֶ‫ֱֹלהי־יִ ש ָר ִ֜ ֵאלְא‬
:ְ‫יְיֹושבְהָ ָ ָּ֥א ֶרץְה ִ ֹֽׁהיא‬
ָ֖ ֵ ‫ץְהאֱמ ִ ֻׁ֔ר‬ ֣ ֶ ְ‫ויכֹ֑ וםְויִ ירש֙ ְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְאֵֵ֚ תְכ‬
ֹֽׁ ָ ‫ל־א ֶר‬
váiten Adonai elohéi-israél et-sijón vêet-kol-'amó bêiád israél vaiakúm;
vairash israél, ét kol-éretz háemorí, ioshév haáretz hahí .

Pero el Eterno Elohim de Israel entregó a Sejón y a toda su gente en mano de


Israel, que los derrotó. E Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos
que habitaban en aquella región.
(22)
ְ‫קְומן־ה ִמד ָבָ֖ר‬
ִ ‫יְמארנֹון֙ ְוְעד־הי ֻׁ֔ב‬
ֹֽׁ ֵ ‫ולְהאֱמ ִ ֹ֑ר‬
ֹֽׁ ָ ‫וְאתְכְל־גְ ֣ב‬ ָ֖ ֵ ‫ו ִי֣יר ֻׁ֔ש‬
:‫וְעד־היר ֵ ֹֽׁדן‬
vaírshú, ét kol-gêvúl háemorí; méarnon vê'ad-haiabóq, umin-hamidbár vê'ad-
haiardén.

Y ellos tomaron posesión de todo el territorio de los amorreos desde el Arnón


hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.
(23)
ְ‫יְמפְנֵ ָ֖יְע ֣מֹוְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אל‬
ִ ‫ת־האֱמ ִ ֻׁ֔ר‬
֣ ָ ֶ‫לְהֹוריש֙ ְא‬
ִ ‫ֱֹלה֣יְיִ ש ָר ִ֗ ֵא‬
ֵ ‫וְע ִ֞ ָתהְיהוָ ֣הְ׀ְא‬
:ְ‫הְת ָיר ֶ ֹֽׁשנו‬
ֹֽׁ ִ ‫וְא ָ ָ֖ת‬
vê'atáh Adonai | elohéi israél horish et-háemorí, mipênéi 'amó israél; vêatáh
tírashénu .

Ahora pues, lo que el Eterno Elohim de Israel quitó de los amorreos delante
de su pueblo Israel, ¿vas a poseerlo tú?
(24)
ְ‫ירשְוְאֵ תְ֩כְל־אֲשֶ֨ ר‬
ֹ֑ ָ ‫ֹוְת‬
ִ ‫ָ֖יךְאֹות‬
֣ ‫ֱֹלה‬
ֶ ‫רְיֹורישְךִ֛ ְכְ ָּ֥מֹושְא‬
ֹֽׁ ִ ‫ֲש‬ ָּ֧ ֶ ‫אְאתְא‬
֣ ֵ ‫ה ֲִ֞ל‬
:ְ‫ירש‬
ֹֽׁ ָ ִ‫ָ֖ינוְאֹותֹוְנ‬
ָּ֥ ֵ‫ִ֛ינוְמפָנ‬
ִ ‫ֱֹלה‬ ֵ ‫הֹורישְיהוָ ָּ֧הְא‬
ִ֜ ִ
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 12

haló ét ashér ioríshêjá kêmósh elohéja otó tirásh; vêet kol-ashér horísh Adonai
elohéinu mipanéinu otó nirásh .

¿No poseerás tú lo que Quemós, tu dios, te haga poseer? Nosotros, pues,


poseeremos todo lo que el Eterno nuestro Elohim les quitó delante de
nosotros.
(25)
‫ֹובְרב֙ ְעִ ם־‬
ָ ‫ְֶךְמֹואבְה ֲָּ֥ר‬
ֹ֑ ָ ‫ֹורְמל‬
֣ ֶ ‫הְמבָ לָ ָּ֥קְבֶ ן־צִ ָ֖פ‬ִ ‫וְע ִ֗ ָתהְה ֲָּ֥טֹובְטֹוב֙ ְא ֻׁ֔ ָת‬
:‫ָ֖םְבם‬ֹֽׁ ָ ‫לְאם־נִ ל ָּ֥חםְנִ לח‬ִ ‫יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
vê'atáh hatóv tov atáh, mibaláq ben-tzipór mélej moáv; haróv rav 'im-israél,
im-niljóm niljám bám.

Y ahora, ¿eres tú acaso en algún sentido mejor que Balac hijo de Zipor, rey de
Moab? ¿Tuvo él pleito con Israel, o hizo la guerra contra él?
(26)
‫נֹותיהָ ְוב ְכל־‬
ֶ ִ֗ ‫נֹותיהָ ְובערע֣ ֹורְובִ ב‬ ֶ ִ֜ ‫בְ ֶ ֣שבֶ תְיִַֽ֠ ש ָראֵ לְבְחֶ ש ֨בֹוןְובִ ב‬
ְ‫ְלא־הִ צל ֶ ָ֖תם‬ ֹֽׁ ‫ֶ ֹֽׁהע ִָרים֙ ְאֲשֶ ר֙ ְעל־יְ ֵ ֣דיְארנֻׁ֔ ֹוןְשְֹלָּ֥ שְמֵ ָ֖אֹותְשָ נָ ֹ֑הְומ ָּ֥דוע‬
:‫בָ עֵ ָּ֥תְה ִ ֹֽׁהיא‬
bêshévet ísrael bêjeshbón uvivnotéiha uv'ar'ór uvivnotéiha uvjol-hé'arim asher
'al-iêdéi arnón, shêlósh meót shanáh; umadú'a ló-hitzaltém ba'ét hahí.

Israel ha estado habitando 300 años en Hesbón y sus aldeas, en Aroer y sus
aldeas y en todas las ciudades que están junto al Arnón. ¿Por qué no las has
recuperado en este tiempo?
(27)
ְ‫םְביְיִ ש ֨פט‬
ֹ֑ ִ ֶ‫יְרעָ ָ֖הְלְהִ לָ ֣ח‬ָ ‫הְא ִ ִ֛ת‬
ִ ‫אתיְ ָֻׁ֔לְךְוְא ִ֞ ָתהְע ֶ ָּ֥ש‬
ִ ‫ְלא־חָ ָ ֣ט‬ ֹֽׁ ֙‫וְ ָ ֹֽׁאנכִ י‬
:ְ‫לְובָ֖יןְבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
ֵ ‫יהוָ ֤הְהשפֵט֙ ְהיֻׁ֔ ֹוםְבֵֵ֚ יןְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
vêánojí ló-jatáti láj, vêatáh 'oséh ití ra'áh lêhilájem bí; ishpót Adonai hashofet
haióm, béin bênéi israél, uvéin bênéi 'amón .

Así que yo no he pecado contra ti, pero tú te comportas mal conmigo,


haciéndome la guerra. Que el Eterno, el Juez, juzgue hoy entre los Hijos de
Israel y los hijos de Amón.'
(28)
‫ פ‬:‫ֲשרְשָ לָ֖חְאֵ ָ ֹֽׁליו‬
ָּ֥ ֶ ‫ל־דב ֵ ֣ריְיִ פ ֻׁ֔ ָתחְא‬
ִ ֶ‫עְמלְֶךְבְנֵ ֣יְע ֹ֑מֹוןְא‬
ָ֖ ֶ ‫וְ ֣לאְשָ ֻׁ֔מ‬
vêló shamá', mélej bênéi 'amón; el-divréi iftáj, ashér shaláj eláv.

Sin embargo, el rey de los hijos de Amón no hizo caso del mensaje que Jefté
le envió.
12 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(29)
ְ ֙‫ותְ ִ ֤היְעל־יִ פתָ ח֙ ְ֣רוחְיה ֻׁ֔ ָוהְו ֹֽׁיע ֲָּ֥ברְאֶ ת־הגִ לעָ ָ֖דְוְאֶ ת־מְנ ֶ ֹ֑שהְוַֹֽֽׁיעֲבר‬
:ְ‫דְומ ִמצפֵ ֣הְגִ ל ָֻׁ֔עדְ ָעבָ֖רְבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
ִ ‫ת־מצפֵ ֣הְגִ ל ָֻׁ֔ע‬
ִ ֶ‫א‬
vatêhí 'al-iftaj rúaj Adonai, vaiá'avór et-hagil'ád vêet-mênashéh; váia'avor et-
mitzpéh gil'ád, umimitzpéh gil'ád, 'avár bênéi 'amón .

Entonces el espíritu del Eterno vino sobre Jefté, quien pasó por Galaad y
Menashé [Manasés], y de allí pasó a Mizpa en Galaad, y de Mizpa en Galaad
fue hacia los hijos de Amón.
(30)
ְ‫ֹוןְת ֵ ִ֛תןְאֶ ת־בְנֵ ָּ֥יְע ָ֖מֹוןְבְי ִ ָֹֽׁדי‬
ִ ‫רְאם־נ ָָּ֥ת‬
ִ ‫אמ‬ ֹֽׁ ֶ‫ויִ דְ֨רְיִ פ ָ ָּ֥תחְנֶ ִַֽ֛ד‬
ֹ֑ ‫רְליהוָ ָ֖הְוי‬
:
vaidár iftáj néder láAdonai vaiomár; im-natón titén et-bênéi 'amón bêiadí .

Y Jefté hizo un voto al Eterno diciendo: 'Si de veras entregas en mi mano a los
hijos de Amón,
(31)
ְ‫שוביְבְשָ לָ֖ ֹום‬
ָּ֥ ִ ְ‫אתיְב‬
ִ ֻׁ֔ ‫יתי֙ ְלִ ק ָר‬
ִ ֵ‫אְמדל ֵ ֤תיְב‬ ִ ‫יֹוצאְאֲשֶ֨ רְי ִ֜ ֵֵצ‬ ֵ ִ֗ ‫וְהָ יָ ֣הְה‬
‫ פ‬:ְ‫יתיהוְע ָ ֹֽׁלה‬ ָ֖ ִ ִ‫ְליה ֻׁ֔ ָוהְוְ ֹֽׁהעֲל‬
ֹֽׁ ֙‫ִמבְנֵ ֣יְע ֹ֑מֹוןְוְהָ יָה‬
vêhaiáh haiotzé ashér yetzé midaltéi veití liqratí, bêshuví vêshalóm mibênéi
'amón; vêhaiah láAdonai, vêhá'alitíhu 'oláh .

cualquiera que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro, cuando yo


vuelva en paz de los hijos de Amón, será del Eterno; y lo ofreceré en
holocausto.'
(32)
:ְ‫םְבֹ֑םְויִ תְנֵ ָּ֥םְיהוָ ָ֖הְבְי ָֹֽׁדֹו‬
ָ ֶ‫ו ֹֽׁיע ֲָּ֥ברְיִ פ ָ ִ֛תחְאֶ ל־בְנֵ ָּ֥יְע ָ֖מֹוןְלְהִ לָ ֣ח‬
vaiá'avór iftáj el-bênéi 'amón lêhilájem bám; vaitêném Adonai bêiadó .

Jefté fue hacia los hijos de Amón para combatir contra ellos, y el Eterno los
entregó en su mano.
(33)
ְ‫יםְעירְוְעד֙ ְאָ ֵב֣לְכְ ָר ִֻׁ֔מים‬ ִ ִ֗ ‫ְמ ִ֜ ִניתְעֶש ִ ֣ר‬ִ ‫ד־בא ֲ֨ך‬
ֹֽׁ ‫םְמעֲרֹו ֵערְ֩וְע‬ ֹֽׁ ֵ ‫וי ִֵ֡כ‬
ִ ‫מכָ ָ֖הְגְדֹולָ ֣הְמְ ֹ֑אדְויִ ָ ֹֽׁכנְעו֙ ְבְנֵ ֣יְע ֻׁ֔מ‬
‫פ‬:‫ֹוןְמפְנֵ ָ֖יְבְנֵ ָּ֥יְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vaiakém mé'aro'er vê'ad-bóajá minít 'esrím 'ír vê'ad avél kêramím, makáh
gêdoláh mêód; vaikánê'ú bênéi 'amón, mipênéi bênéi israél.

Él los venció con una gran derrota desde Aroer hasta la entrada de Minit,
veinte ciudades; y hasta Abel-queramim. Así fueron sometidos los hijos de
Amón por los Hijos de Israel.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 12

(34)
ְ‫אתֹוְבְת ִ ָ֖פים‬
ֻׁ֔ ‫וי ָ֨באְיִ פ ָ ֣תחְה ִמצפָהָ֮ ְאֶ ל־בֵ יתֹוְוְהִ נֵ ֤הְבִ תֹו֙ ְי ֵצ֣אתְלִ ק ָר‬
:‫ָ֖ןְאֹו־בת‬
ֹֽׁ ‫נוְב‬
ֵ ‫ֹוְמ ֶ ִ֛מ‬
ִ ָּ֥‫הְאין־ל‬ ֹֽׁ ֵ ‫יד‬
ָ ֻׁ֔ ִ‫ְהיאְיְח‬
֣ ִ ֙‫ובִ מחלֹ֑ ֹותְוְרק‬
vaiavó iftáj hamitzpah el-beitó vêhinéh vitó iotzét liqrató, bêtupím uvimjolót;
vêraq hí iêjidáh, éin-ló miménu bén o-vát.

Entonces Jefté llegó a su casa en Mizpa. Y he aquí que su hija salió a su


encuentro con panderos y danzas. Ella era su única hija; aparte de ella no tenía
hijo ni hija.
(35)
ְ‫ֹוְאֹותּהְויִ ק ֣רעְאֶ ת־בְג ִ֗ ָָדיוְו ֨יאמֶ ר֙ ְא ֲָהּ֤הְבִ ִתי֙ ְהכ ֵ ֣רע‬ ָ ִ֜ ‫אֹות‬
֨ ‫ויהִ יְ֩כִ ר‬
ְ‫יתיְפִ י֙ ְאֶ ל־יה ֻׁ֔ ָוהְוְ ָּ֥לאְאוכָ֖ל‬
ִ ‫הִ כרע ֻׁ֔ ִתנִ יְוְ ָ֖אתְהָ ִי֣יתְבְ ֹֽׁעכְ ָ ֹ֑ריְוְ ָ ֹֽׁאנ ִ֗ ִכיְפ ִ ָ֤צ‬
:ְ‫ל ָֹֽׁשוב‬
vaihí jirotó otáĥ vaiqrá' et-bêgadáv vaiómer aháĥ bití hajré'a hijra'tíni, vêát
haít bê'ójêrái; vêánojí patzíti fí el-Adonai, vêló ujál lashúv .

Y sucedió que cuando él la vio, rasgó sus ropas y dijo: –¡Ay, hija mía! ¡De
veras me has abatido y estás entre los que me afligen! Porque he abierto mi
boca ante el Eterno y no podré retractarme.
(36)
ְ‫ֲשרְי ָָצ֣א‬ָ֖ ֶ ‫יְכא‬
ֹֽׁ ִֻׁ֔‫ת־פיך֙ ְאֶ ל־יה ֻׁ֔ ָוהְע ֵ ֲ֣שהְל‬
ִ ֨ ֶ‫ו ֣תאמֶ רְאֵ ִָ֗ליוְאָ בִ י֙ ְפ ִ ָ֤ציתָ הְא‬
:ְ‫ָ֖יךְמבְנֵ ָּ֥יְע ֹֽׁמֹון‬
ִ ‫ֲשרְעָשָ הְ֩לְ ֨ךְיהוָ ָּ֧הְנְקָ ִ֛מֹותְמֵ ֹֽׁאיְ ֶב‬ ֣ ֶ ‫יךְאח ֵ ֲִ֡ריְא‬
ֹֽׁ ‫ִמ ִ ֹ֑פ‬
vatómer eláv aví patzítah et-píjá el-Adonai, 'aséh lí, káashér iatzá mipíja;
ájaréi ashér 'asah lêjá Adonai nêqamót meóiêvéja mibênéi 'amón .

Entonces ella le respondió: –Padre mío, puesto que has abierto tu boca ante el
Eterno, haz conmigo de acuerdo con lo que salió de tu boca, ya que el Eterno
ha hecho venganza contra tus enemigos, los hijos de Amón.
(37)
ְ‫הְמ ִ֜ ֶמנִ יְשְ ֣נַֽיִ ם‬
ִ ‫הְליְהדָ ָב֣רְהזֶ ֹ֑הְהר ֵ֨פ‬ָ֖ ִ ֶ‫ו ֨תאמֶ ר֙ ְאֶ ל־אָ ִֻׁ֔ביהָ ְיֵעָ ָּ֥ש‬
ְ‫יְאנ ִ ָ֖כי‬
ֹֽׁ ָ ‫תול‬
ֻׁ֔ ְ‫ל־ההָ ִ ֻׁ֔ריםְוְאֶ בכֶה֙ ְעל־ב‬
ֹֽׁ ֶ ‫חְדָ ִ֗ ִשיםְוְ ֵ ֹֽׁאלְכָה֙ ְוְ ָ ֹֽׁיַֽרד ִ ֣תיְע‬
:)‫עֹותי‬ֹֽׁ ָ ‫ורעיתיְ(וְ ֵ ֹֽׁר‬
vatómer el-avíha, ye'áseh lí hadavár hazéh; harpéh miméni shênáim jodashím
vêélêjah vêiáradtí 'al-héharím, vêevkeh 'al-bêtulái, ánojí vr'iti (vêré'otái).

–Además dijo a su padre–: Que se me conceda esta petición: Déjame sola


durante dos meses para que vaya y ande por los montes y llore mi virginidad,
yo y mis compañeras.
12 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 12

(38)
ְ‫עֹותיהָ ְו ֵ ָּ֥תבך‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ָּ֥חְאֹותּהְשְנֵ ֣יְחְדָ ִ ֹ֑שיםְו ֵ ֤תלְֶךְהִ יא֙ ְוְ ֵ ֣ר‬
ָ֖ ָ ‫ו ֣יאמֶ רְ ֵֻׁ֔לכִ יְויִ של‬
:‫ל־ההָ ִ ֹֽׁרים‬
ֹֽׁ ֶ ‫על־בְתולֶ ָ֖יהָ ְע‬
vaiómer léji, vaishláj otáĥ shênéi jodashím; vatélej hi vêré'otéiha, vatévk 'al-
bêtuléiha 'al-héharím.

Y él dijo: –Ve. La dejó ir por dos meses. Y ella se fue con sus compañeras por
los montes, y lloró su virginidad.
(39)
ְ‫יְמ ֵ ֣קץְ׀ְשְ ֣נַֽיִ םְחְדָ ִ֗ ִשיםְו ֨ ָתשָ ב֙ ְאֶ ל־אָ ִֻׁ֔ביהָ ְוי֣עשְ ָֻׁ֔לּהְאֶ ת־נִ ד ָ֖רֹו‬ִ ‫וי ִִ֞ה‬
:‫י־חקְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ָ֖ ִ‫֣הְאישְותְה‬ ִֻׁ֔ ָ‫ְלא־יְדְע‬ֹֽׁ ֙‫ֲשרְנ ָ ָֹ֑דרְוְהִ יא‬
ֶ֣ ‫א‬
vaihí miqétz | shênáim jodashím vatáshav el-avíha, vaiá'as láĥ, et-nidró ashér
nadár; vêhi ló-iodê'áh ísh, vatêhi-jóq bêisraél.

Pasados los dos meses ella volvió a su padre, y él cumplió con ella el voto que
había hecho. Ella no conoció varón.
(40)
ְ‫לְלתנּ֕ ֹותְלְבת־יִ פ ָ ָ֖תחְהגִ לע ִ ָֹ֑די‬
ְ ‫ִמי ִ ָ֣מיםְ׀ְי ִִָ֗מימָ הְתֵ לְ֨כנָה֙ ְבְנ֣ ֹותְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
‫ פ‬:‫ארבָּ֥עתְי ִ ָָ֖מיםְבשָ ָנֹֽׁה‬
miamím | iamímah telájnah bênót israél, lêtanót lêvat-iftáj hagil'adí; arbá'at
iamím bashanáh.

De aquí proviene la costumbre en Israel, de que año tras año las jóvenes de
Israel van a entonar lamentos por la hija de Jefté el galadita, cuatro días al
año.

Shofetim – Jueces Capitulo 13


(1)
ְ ָ‫ְאישְאֶ פ ֻׁ֔ריִ םְוַֹֽֽׁיע ֲָ֖ברְצָ ֹ֑פֹונָהְו ֹֽׁיאמְ ֨רוְלְיִ פ ִ֜ ָתחְמ ֣דועְ׀ְעָב֣רת‬ ֣ ִ ֙‫ויִ צָ עֵק‬
ְ‫ְךְביתְ ּ֕ךְנִ ש ָּ֥רף‬
ֹֽׁ ֵ ‫אתְלָלֶ ֣ כֶתְעִ ֻׁ֔ ָמ‬
ָ֙ ‫ְלאְקָ ָ ֨ר‬
֤ ֙‫׀ְלְהִ ל ֵָח֣םְבִ ב ֵנֹֽׁי־ע ִ֗מֹוןְוְ ָ֨לנו‬
:‫עָלֶ ָ֖יךְבָ ֵ ֹֽׁאש‬
vaitza'eq ísh efráim, váia'avór tzafónah; vaiómêrú lêiftáj madú'a | 'avárta |
lêhilajém bivnéi-'amón vêlánú ló qarátá laléjet 'imáj, béitêjá nisróf 'aléja
baésh.

Los hombres de Efraín fueron convocados, cruzaron hacia Zafón y dijeron a


Jefté: –¿Por qué fuiste a hacer la guerra contra los hijos de Amón y no nos
12, 13 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

llamaste para que fuéramos contigo? ¡Nosotros incendiaremos tu casa, contigo


dentro!
(2)
ְ‫ִ֛יתיְא ֲִנִ֛יְוְע ִ ָּ֥מיְוב ֵנֹֽׁי־ע ָ֖מֹוןְמְ ֹ֑אד‬
ִ ‫ישְריבְהָ ִי‬
ִ֗ ִ ‫םְא‬ ֣ ִ ‫ֵיה‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ו ֤יאמֶ רְיִ פתָ ח֙ ְ ֲאל‬
:‫יְמי ָ ָֹֽׁדם‬
ִ ‫םְאֹות‬
ָ֖ ִ ‫ָוֹֽׁאֶ זע֣קְאֶ ת ֶֻׁ֔כםְוְ ֹֽׁלא־הֹושע ֶ ָּ֥ת‬
vaiómer iftaj aleihém, ísh rív haíti aní vê'amí uvnéi-'amón mêód; váez'áq
etjém, vêló-hosha'tém otí miadám.

Jefté les respondió: –Yo, juntamente con mi pueblo, he tenido una gran
contienda contra los hijos de Amón. Yo os convoqué, pero no me librasteis de
su mano.
(3)
ְ‫ְמֹושיע ְָוֹֽׁאָ ֨ ִשימָ הְנפ ִ ֤שיְבְכפִ י֙ ְָוֹֽׁאֶ עבְ ָרה֙ ְאֶ ל־בְנֵ ֣י‬ ִ ִ֗ ֣‫ָוֹֽׁאֶ ר ִ֞ ֶאהְ ִ ֹֽׁכי־אֵ ינך‬
:ְ‫םְבי‬ ָּ֥ ֶ ִ‫ע ֻׁ֔מֹוןְויִ תְנֵ ָּ֥םְיהוָ ָ֖הְבְי ִ ָֹ֑דיְוְל ִ֞ ָָמהְעֲל‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫יתםְאֵ לִ֛יְהיָּ֥ ֹוםְהזֶ ָ֖הְלְהִ לָ ָּ֥ח‬
váeréh kí-einjá moshí'a váasímah nafshí vêjapí váe'bêrah el-bênéi 'amón,
vaitêném Adonai bêiadí; vêlamáh 'alitém elái haióm hazéh lêhilájem bí .

Viendo, pues, que no me librabais, arriesgué mi vida y fui contra los hijos de
Amón, y el Eterno los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy
contra mí para combatir conmigo?
(4)
ְ‫ויִ ק ֤בץְיִ פתָ ח֙ ְאֶ ת־כְל־אנ ֵ ֣שיְגִ ל ָֻׁ֔עדְויִ לָ ָ֖חֶ םְאֶ ת־אֶ פ ָ ֹ֑ריִ םְויכוְ֩אנשֵ֨ י‬
ְ‫יטיְאֶ פ ֨ריִ ם֙ ְא ֻׁ֔ ֶתםְגִ ל ָּ֕עדְבְ ָּ֥תֹוְך‬
֤ ֵ ִ‫יְאמְרו֙ ְפְל‬
ֹֽׁ ָ ‫םְכ‬
֤ ִ ִ‫גִ ל ִָ֜עדְאֶ ת־אֶ פ ִ֗רי‬
:‫אֶ פ ָ֖ריִ םְבְ ָּ֥תֹוְךְמְנ ֶ ֹֽׁשה‬
vaiqbótz iftaj et-kol-anshéi gil'ád, vailájem et-efráim; vaiakú anshéi gil'ád et-
efráim kí ámêrú pêlitéi efráim atém, gil'ád bêtój efráim bêtój mênashéh.

Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y combatió contra


Efraín. Y los hombres de Galaad derrotaron a Efraín, porque habían dicho:
'Vosotros, los de Galaad, sois unos fugitivos de Efraín que estáis en medio de
Efraín y de Menashé [Manasés].'
(5)
ְ‫יטי‬
֤ ֵ ִ‫יְיאמְ ִ֞רוְפְל‬ ֹֽׁ ‫ָהְכ‬
֣ ִ ‫םְוהָ י‬ ֹֽׁ ֶ ָ‫ויִ ל ָּ֥כדְגִ לע‬
ְַֹֽֽׁ֠ ִ‫ִ֛דְאת־מעבְ ָּ֥רֹותְהיר ֵ ָ֖דןְלְאֶ פ ָ ֹ֑רי‬
ְ‫אמרְ׀‬ ֹֽׁ ֶ ‫יְאתָ הְו ָּ֥י‬ָ֖ ‫ִ֛דְהאֶ פ ָר ִ ָּ֥ת‬ֹֽׁ ָ‫ְאע ֱֻׁ֔ב ָרהְו ֨יאמרוְלָּ֧ ֹוְאנ ֵ ֹֽׁשי־גִ לע‬
ֹֽׁ ֶ ֙‫אֶ פ ֨ריִ ם‬
:‫ֹֽׁלא‬
vailkód gil'ád ét-ma'bêrót haiardén lêefráim; vêhaiah kí iómêrú pêlitéi efráim
é'evórah, vaiómru ló anshéi-gil'ád háefratí átah vaiómér | ló.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 13

Luego los de Galaad tomaron los vados del Jordán a los de Efraín. Y sucedió
que cuando alguno de los fugitivos de Efraín decía: 'Dejadme cruzar', los
hombres de Galaad le preguntaban: '¿Eres tú efrateo?' Si decía: 'No',
(6)
ְ‫רְס ִ֗בלֶתְוְ ֤לאְיָכִ ין֙ ְלְד ֵב֣רְ ֵֻׁ֔כן‬
ִ ֶ‫אְש ִ֜בלֶתְו ֣יאמ‬ ִ ‫ו ֣יאמרוְלֹוְ֩אֱמְר־ ָ֨נ‬
ְ ֙‫וְאֹותֹוְויִ שחָ טְָ֖והוְאֶ ל־מעבְ ֣רֹותְהיר ֵ ֹ֑דןְויִ ִ֞פלְבָ עֵ ֤תְההִ יא‬ ֻׁ֔ ֣‫ו ֹֽׁיאחֲז‬
:‫םְאלֶף‬
ֹֽׁ ָ ִ‫ֵ ֹֽׁמאֶ פ ֻׁ֔ריִ םְארבָ ִ ָּ֥עיםְוש ָ֖נַֽי‬
vaiómru ló emor-ná shibólet vaiómer sibólet vêló iajin lêdabér kén, vaiójazú
otó, vaishjatúhu el-ma'bêrót haiardén; vaipól ba'ét hahi méefráim, arba'ím
ushnáim álef.

entonces le decían: 'Por favor, di 'Shibólet'.' Si él decía 'Sibólet', porque no lo


podía pronunciar correctamente, entonces lo capturaban y lo degollaban junto
a los vados del Jordán. En aquel tiempo perecieron 42000 de Efraín.
(7)
ְ‫לְששְשָ ִנֹ֑יםְו ִָ֗ימָ תְיִ פתָ ח֙ ְהגִ לע ִָֻׁ֔דיְויִ קָ ֵבָ֖ר‬
֣ ֵ ‫ויִ ש ָּ֥פטְיִ פ ָ ִ֛תחְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
‫ פ‬:‫בְע ֵ ָָּ֥ריְגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
vaishpót iftáj et-israél shésh shaním; vaiámat iftaj hagil'adí, vaiqavér bê'aréi
gil'ád.

Jefté juzgó a Israel durante seis años. Luego murió Jefté el galadita y fue
sepultado en su ciudad, en Galaad.
(8)
:‫ָּ֥יתְלחֶ ם‬
ֹֽׁ ָ ‫ָ֖ןְמ ֵב‬
ִ ‫לְאב ָצ‬ ֹֽׁ ‫ויִ ש ֤פ‬
ִ ‫טְאח ֲָריו֙ ְאֶ ת־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
vaishpót ájarav et-israél, ivtzán mibéit lájem.

Después de Jefté juzgó a Israel Ibzán, de Belén,


(9)
ְ‫ֹלשים‬
֣ ִ ‫ְשל֣חְה ֻׁ֔חוצָ הְוש‬ ִ ֙‫ֹלשיםְבָ נֹות‬ ֤ ִ ‫ֹלשיםְבָ ִ֗ ִניםְוש‬
֣ ִ ְ‫י־לֹוְש‬ ִ֞ ִ‫וַֹֽֽׁיה‬
ָּ֥ ֶ ‫ָ֖יוְמן־ה ֹ֑חוץְויִ ש ָּ֥פטְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
:‫לְשבעְשָ ִ ֹֽׁנים‬ ִ ָ‫בָ נֻׁ֔ ֹותְהֵ ִ ָּ֥ביאְלְבָ נ‬
váihi-ló shêloshím baním ushloshím banot shiláj hajútzah, ushloshím banót,
heví lêvanáv min-hajútz; vaishpót et-israél shéva' shaním.

quien tenía treinta hijos y treinta hijas. A éstas las casó con gente de fuera, y
trajo de fuera treinta mujeres para sus hijos. Él juzgó a Israel durante siete
años.

(10)
ֹֽׁ ָ ‫תְאב ֻׁ֔ ָצןְויִ קָ ֵבָ֖רְבְ ֵב‬
‫ פ‬:‫ָּ֥יתְלחֶ ם‬ ִ ָ‫ויָ ֣מ‬
13 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiámat ivtzán, vaiqavér bêvéit lájem.

Entonces murió Ibzán y fue sepultado en Belén.


(11)
ְ‫וֹלנֹ֑יְויִ ש ָּ֥פטְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬ ֹֽׁ ‫ויִ ש ֤פ‬
ִ ‫טְאח ֲָריו֙ ְאֶ ת־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְאֵ ילָ֖ ֹוןְהזְ ֹֽׁב‬
:‫עֶ ָּ֥שֶ רְשָ ִ ֹֽׁנים‬
vaishpót ájarav et-israél, eilón hazêvúloní; vaishpót et-israél 'éser shaním.

Después de él juzgó a Israel Elón el zabulonita, quien juzgó a Israel durante


diez años.
(12)
‫ פ‬:‫וֹלנֹ֑יְויִ קָ ֵבָּ֥רְבְאיָלָ֖ ֹוןְבְ ֶ ָּ֥א ֶרץְזְבולֹֽׁן‬
ִ ‫ויָ ָ֖מָ תְאֵ יל֣ ֹוןְהזְ ֹֽׁב‬
vaiámat eilón hazêvúloní; vaiqavér bêaialón bêéretz zêvulún.

Entonces murió Elón el zabulonita y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de


Zabulón.
(13)
:‫תֹוני‬ ֹֽׁ ‫ויִ ש ָּ֥פ‬
ֹֽׁ ִ ‫טְאח ָ ֲָ֖ריוְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְעב ָּ֥דֹוןְבֶ ן־הִ לֵ ָ֖לְהפִ ר ָ ֹֽׁע‬
vaishpót ájaráv et-israél; 'avdón ben-hilél hapir'átoní.

Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, de Piratón.


(14)
ְ‫ל־שב ִ ֣עים‬
ִ ‫יםְרכְ ִ ָ֖ביםְע‬
ֹֽׁ ‫ֹלשים֙ ְבְנֵ ֣יְבָ ֻׁ֔ ִנ‬
ִ ‫י־לֹוְארבָ ִ ֣עיםְבָ ִ֗ ִניםְוש‬ ִ֞ ִ‫וַֹֽֽׁיה‬
:‫ֲעי ִ ָֹ֑רםְויִ ש ָּ֥פטְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְשְמנֶ ָּ֥הְשָ ִ ֹֽׁנים‬
váihi-ló arba'ím baním ushloshim bênéi vaním, rójêvím 'al-shiv'ím 'aiarím;
vaishpót et-israél shêmonéh shaním.

Él tenía cuarenta hijos y treinta nietos que montaban setenta asnos. Juzgó a
Israel durante ocho años.
(15)
ְ‫תֹונֹ֑יְויִ קָ ֵב֤רְבְפִ רעָתֹון֙ ְבְ ֶ ֣א ֶרץְאֶ פ ֻׁ֔ריִ ם‬
ִ ‫ויָ ִ֛מָ תְעב ָּ֥דֹוןְבֶ ן־הִ לֵ ָ֖לְהפִ ר ָ ֹֽׁע‬
‫ פ‬:‫ָ֖רְהע ָ ֲֹֽׁמל ִ ֵֹֽׁקי‬
ֹֽׁ ָ ‫בְה‬
vaiámat 'avdón ben-hilél hapir'átoní; vaiqavér bêfir'aton bêéretz efráim, bêhár
há'amáleqí.

Entonces murió Abdón hijo de Hilel, de Piratón. y fue sepultado en Piratón, en


la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 13

Shofetim – Jueces Capitulo 14


(1)
‫לְלע ֲָּ֥שֹותְהָ ָ֖רעְבְעֵינֵ ֣יְיהוָ ֹ֑הְויִ תְנֵ ָּ֧םְיהוָ ִ֛הְבְיד־‬
ֹֽׁ ‫וי ִ֨סיפו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
‫ פ‬:ְ‫פְלִ ש ִ ָ֖תיםְארבָ ִ ָּ֥עיםְשָ ָנֹֽׁה‬
vaiosífú bênéi israél, lá'asót hará' bê'einéi Adonai; vaitêném Adonai bêiad-
pêlishtím arba'ím shanáh .

Los Hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Eterno, y los
entregó el Eterno en mano de los filisteos durante cuarenta años.
(2)
ְ‫ִ֛הְמ ִמשפָּ֥חתְהדָ ִנָ֖יְוש ֣מֹוְמָ נֹ֑ ֹוחְוְ ִאש ָּ֥תֹו‬
ִ ָ‫ָּ֧דְמצְ ְרע‬
ִ ‫ְ֩אישְאֶ ָח‬ ִ֨ ‫ויהִ י‬
:‫עֲקָ ָ ָ֖רהְוְ ָּ֥לאְי ָ ָֹֽׁלדָ ה‬
vaihí ísh ejád mitzorê'áh mimishpájat hadaní ushmó manója; vêishtó 'aqaráh
vêló ialádah.

Había un hombre de Zora, de la familia de los danitas, que se llamaba Manoa.


Su mujer era estéril y nunca había dado a luz.
(3)
ְ ֙‫ל־ה ִא ָ ֹ֑שהְו ֣יאמֶ רְאֵ ִֶ֗ליהָ ְהִ נֵה־נָ ֤אְאתְ־עֲקָ ָרה‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫וי ָ ֵָּ֥ראְמלאְך־יהוָ ָ֖הְא‬
:ְ‫וְ ֣לאְי ָֻׁ֔לדתְוְהָ ִ ָ֖ריתְוְיָלָּ֥דתְ ֵ ֹֽׁבן‬
vaierá malaj-Adonai el-háisháh; vaiómer eléiha hineh-ná atê-'aqarah vêló
ialádt, vêharít vêialádt bén .

Y el enviado del Eterno se apareció a la mujer y le dijo: –He aquí que tú eres
estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo.
(4)
:‫ל־תאכְ ִ ָ֖ליְכְל־טָ ֵ ֹֽׁמא‬
ֹֽׁ ‫ל־תש ִ ָ֖תיְיַֽ֣יִ ןְוְשֵ כָ ֹ֑רְוְא‬
ִ ‫וְעתָ ה֙ ְהִ ָ ֣שמ ִריְ ָֻׁ֔נאְוְא‬
vê'atah hishámri ná, vêal-tishtí iáin vêshejár; vêal-tójêlí kol-tamé.

Ahora, guárdate, por favor, y no bebas vino ni licor. Tampoco comas nada
impuro,
(5)
ְ‫ֹוְכי־נְזִ ָּ֧יר‬
ֹֽׁ ִ ‫אש‬
ֻׁ֔ ‫ְלא־יעֲלֶ ֣הְעל־ר‬ ֹֽׁ ֙‫ןְומֹורה‬
ָ ‫ְב‬
ֵ ִ֗ ‫כִ יְ֩הִ ָ֨נְךְהָ ָ ִ֜רהְוְיל֣דת‬
ְ‫לְמיָּ֥ד‬
ִ ‫הֹושיעְאֶ ת־יִש ָר ֵ ָ֖א‬ ָּ֥ ִ ְ‫רְמן־ה ָבֹ֑טֶ ןְוְ ִ֗הואְי ֵָחִ֛לְל‬ ִ ‫יםְיהיֶ ָּ֥הְהנָ֖ע‬
ֹֽׁ ִ ‫ֱֹלה‬
ִ֛ ִ ‫א‬
:ְ‫פְלִ ש ִ ֹֽׁתים‬
kí hináj haráh vêioládt bén umorah ló-ia'aléh 'al-roshó, kí-nêzír elohím íhiéh
haná'ar min-habáten; vêhú iajél lêhoshí'a et-israél miád pêlishtím .
14 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

porque he aquí que concebirás y darás a luz un hijo sobre cuya cabeza no
pasará navaja, porque el niño será nazareo de Elohim desde el vientre de su
madre. Él comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos.
(6)
ְ‫ישְהאֱֹלהִ ים֙ ְָב֣אְאֵ ֻׁ֔לי‬
ֹֽׁ ָ ‫ְא‬
֤ ִ ‫אְה ִאשִָ֗ הְו ֣תאמֶ רְלְ ִאישָ ּהָ֮ ְלֵאמר‬ ֹֽׁ ָ ‫ותָ ֣ב‬
‫ְאי־‬
ֹֽׁ ֵ ֙‫יםְנֹוראְמְ ֹ֑אדְוְ ֤לאְשְ ִאל ֨ ִתיהו‬
ָ֣ ‫ֱֹלה‬
ָ֖ ִ ‫ְךְהא‬
ֹֽׁ ָ ‫ומר ּ֕ ֵאהוְכְמר ֵ ִ֛אהְמל ָּ֥א‬
:ְ‫ָּ֥ידְלי‬
ֹֽׁ ִ ‫ֹוְלא־הִ ִג‬ ֹֽׁ ‫֣הְהואְוְאֶ ת־שְ ָ֖מ‬ֻׁ֔ ֶ‫ִמז‬
vatavó háisháh vatómer lêishaĥ lemor ísh háelohim bá elái, umaréhu kêmaréh
maláj háelohím norá mêód; vêló shêiltíhú éi-mizéh hú, vêet-shêmó ló-higíd lí.

La mujer fue y se lo contó a su marido diciendo: –Un hombre de Elohim ha


venido a mí, y su aspecto era como el aspecto de un enviado de Elohim,
imponente en gran manera. No le pregunté de dónde era, y él no me dijo su
nombre.
(7)
‫ל־תש ִ ֣תיְ׀ְיַֽ֣יִ ןְוְשֵ ִָ֗כרְוְאל־‬
ִ ‫ו ֣יאמֶ רְלִֻׁ֔ יְהִ נָ ְַָּֽ֥ךְהָ ָ ָ֖רהְוְיל֣דת ְֵבֹ֑ןְוְע ִ֞ ָתהְא‬
ְ‫רְמן־ה ֶבָ֖טֶ ןְעד־יָּ֥ ֹום‬ִ ‫הְכי־נְזִ ֤ירְאֱֹלהִ ים֙ ִ ְֹֽׁיהיֶ ֣הְה ֻׁ֔נע‬
ֹֽׁ ִ ‫ֹֽׁתאכְלִ י֙ ְכְל־טמ ֻׁ֔ ָא‬
‫ פ‬:ְ‫מֹותֹו‬ ֹֽׁ
vaiómer lí, hináj haráh vêioládt bén; vê'atáh al-tishtí | iáin vêshejár vêal-tójêlí
kol-tumáh, kí-nêzír elohim íhiéh haná'ar, min-habéten 'ad-íom motó .

Pero me dijo: 'He aquí que concebirás y darás a luz un hijo. Ahora pues, no
bebas vino ni licor; no comas nada impuro, porque el niño será nazareo de
Elohim desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte.'
(8)
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֱֹלהיםְא‬ ִִ֞ ‫ישְהא‬
ֹֽׁ ָ ‫יְא‬ ֣ ִ ‫רְביְאֲדֹו ָֻׁ֔נ‬ ֣ ִ ‫אמ‬
ֹ֑ ‫ויֶע ָּ֥תרְמָ נִ֛ ֹוחְאֶ ל־יהוָ ָ֖הְוי‬
:ְ‫יולד‬ֹֽׁ ָ ‫נוְמה־נע ֶ ֲָ֖שהְלנָּ֥ערְה‬ ֹֽׁ ‫יֹור‬
ּ֕ ֵ ְ‫שָ ִ֗לחתָ ְיָבֹוא־נָ ָּ֥אְעֹוד֙ ְאֵ ֵֻׁ֔לינוְו‬
vaie'tár manóaj el-Adonai vaiomár; bí adonái, ísh háelohím ashér shalájta
iavo-ná 'od eléinu, vêiorénu máh-na'aséh laná'ar haiulád .

Entonces Manoa imploró al Eterno y dijo: –Oh Señor, te ruego que aquel
hombre de Elohim que enviaste venga de nuevo a nosotros y nos enseñe lo
que debemos hacer con el niño que ha de nacer.
(9)
‫יםְעֹודְאֶ ל־‬
ִ֜ ‫ֱֹלה‬ ִ֨ ‫ְ֩הא‬ ֹֽׁ ָ ‫ֱֹלהיםְבְ ֣קֹולְמָ נֹ֑ ֹוחְוי ָ֣באְמלאְך‬ ֹֽׁ ָ ‫ויִ ש ָּ֥מ‬
ָ֖ ִ ‫עְהא‬
:ְ‫ּהְאיןְעִ ָ ֹֽׁמּה‬
ָּ֥ ֵ ‫יש‬ ָ֖ ָ ‫ְא‬
ִ ‫ְיֹושבֶ תְבשָ ֻׁ֔ ֶדהְומָ נָּ֥ ֹוח‬
֣ ֶ ֙‫ָ ֹֽׁה ִאשִָ֗ הְוְהִ יא‬
vaishmá' háelohím bêqól manója; vaiavó malaj háelohím 'ód el-háisháh vêhi
ioshévet basadéh, umanóaj isháĥ éin 'imáĥ .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 14

Elohim escuchó la voz de Manoa, y el enviado de Elohim volvió otra vez a la


mujer, cuando ella estaba sentada en el campo, pero Manoa su marido no
estaba con ella.
(10)
ְ ֙‫ישּהְו ֣תאמֶ רְאֵ ָֻׁ֔ליוְהִ ֵ֨נהְנִ ר ָ ֤אהְאֵ לי‬
ֹ֑ ָ ‫ְה ִאשָֻׁ֔ הְו ָ ָ֖תרְץְותגֵ ֣דְלְ ִא‬
ֹֽׁ ָ ֙‫ותְמהֵ ר‬
:‫ר־בָּ֥אְביָ֖ ֹוםְאֵ ָ ֹֽׁלי‬
ָ ֶ‫הָ ִֻׁ֔אישְאֲש‬
vatêmaher háisháh, vatárotz vatagéd lêisháĥ; vatómer eláv, hinéh niráh elaí
haísh, asher-bá vaióm elái.

La mujer se apresuró, corrió y avisó a su marido diciéndole: –¡He aquí que se


me ha aparecido el hombre que vino a mí el otro día!
(11)
ְ‫ֹוְהא ָ ָּ֥תה‬
ֹֽׁ ‫רְל‬
ִ֗ ֶ‫יְאש ֹ֑תֹוְויָבא֙ ְאֶ ל־הָ ִֻׁ֔אישְו ֣יאמ‬ ִ ‫ְאח ֵ ֲ֣ר‬
ֹֽׁ ‫ויָ ִַֽ֛קְ םְויֵ ָּ֥לְֶךְמָ נָ֖ ֹוח‬
:‫רְאנִ י‬ֹֽׁ ָ ֶ‫ל־ה ִא ָ ָ֖שהְו ָּ֥יאמ‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ר־דבָּ֥רתָ ְא‬ ִ ֶ‫הָ ִ ִ֛אישְאֲש‬
vaiáqom vaiélej manóaj ájaréi ishtó; vaiavo el-haísh, vaiómer ló háatáh haísh
asher-dibárta el-háisháh vaiómer áni.

Manoa se levantó y siguió a su mujer; y cuando llegó al hombre, le preguntó:


–¿Eres tú el hombre que habló a la mujer? Él respondió: –Sí, yo soy.
(12)
:ְ‫רְומע ֵ ֲֹֽׁשהו‬
ֹֽׁ ‫ָּ֥הְמשפט־הנָ֖ע‬ ֹֽׁ ִ ‫ו ֣יאמֶ רְמָ נֻׁ֔ ֹוחְע ָ ָ֖תהְי ָ֣באְדְבָ ֶ ֹ֑ריךְמ‬
ִ ֶ‫ה־יהי‬
vaiómer manóaj, 'atáh iavó dêvaréja; mah-íhiéh mishpat-haná'ar umá'aséhu .

Entonces Manoa dijo: –Cuando tu palabra se cumpla, ¿cuál será la norma de


vida del niño, y qué se le ha de hacer?
(13)
ְ‫ל־ה ִא ָ ָ֖שה‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ְמ ִ֛כלְאֲשֶ ר־אָ ָּ֥מר ִתיְא‬
ִ ‫ו ִ֛יאמֶ רְמל ָּ֥אְךְיהוָ ָ֖הְאֶ ל־מָ נֹ֑ ֹוח‬
:ְ‫ִתשָ ֵ ֹֽׁמר‬
vaiómer maláj Adonai el-manója; mikól asher-amárti el-háisháh tishamér .

Y el enviado del Eterno respondió a Manoa: –La mujer se guardará de todas


las cosas que le dije:
(14)
‫ל־תשתְוְכְל־‬
ֵ ֻׁ֔ ‫אכלְוְיַֽ֤יִ ןְוְשֵ כָר֙ ְא‬ִ֗ ‫ןְלאְת‬ ֣ ִ‫ְ֩מ ֨ ֶגפֶןְה ִ֜יי‬
ִ ‫ִמ ֣כלְאֲשֶ ר־יֵצֵ א‬
‫ ס‬:‫ְתש ֹֽׁמר‬ ִ ָ‫יתיה‬
ָ֖ ִ ִ‫ֹ֑לְכלְאֲשֶ ר־צִ ו‬
ָּ֥ ‫טמ ָ ָ֖אהְאל־תאכ‬
mikól asher-yetze migéfen haiáin ló tojál vêiáin vêshejar al-tésht, vêjol-tumáh
al-tojál; kól asher-tzivitíha tishmór.

Que no coma nada que provenga de la vid, ni beba vino ni licor, ni coma nada
impuro. Ha de guardar todo lo que le he mandado.
14 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(15)
ְ‫֣אְאֹותְךְוְ ֹֽׁנע ֶ ֲָּ֥שהְלְפָנֶ ָ֖יךְגְ ִ ָּ֥די‬
ָ ֻׁ֔ ָ‫ו ָּ֥יאמֶ רְמָ נָ֖ ֹוחְאֶ ל־מל ֣אְךְיהוָ ֹ֑הְנעצְ ָרה־נ‬
:ְ‫עִ ִ ֹֽׁזים‬
vaiómer manóaj el-maláj Adonai; na'tzêrah-ná otáj, vêná'aséh lêfanéja gêdí
'izím .

Entonces Manoa dijo al enviado del Eterno: –Permítenos detenerte y preparar


para ti un cabrito del rebaño.
(16)
‫ְלא־אכ֣לְבְלח ֻׁ֔ ֶמךְוְ ִאם־‬ ֹֽׁ ֙‫ְאם־תעצְ ֵ ֨רנִ י‬ ִ ‫ויאמֶ רְ֩מל ֨אְךְיה ִ֜ ָוהְאֶ ל־מָ נִ֗ ֹוח‬
: ‫יְלא־י ָ֣דעְמָ נֻׁ֔ ֹוחְְ ִ ֹֽׁכי־מל ָּ֥אְךְיהוָ ָ֖הְ ֹֽׁהוא‬
ְ ֹֽׁ ‫ָהְכ‬
ִ ֵ֚ ‫ָ֖הְתעֲלֶ ֹ֑ נ‬
ֹֽׁ ָ‫הְליהו‬ ֹֽׁ ‫ֹֽׁתע ֶ ֲ֣שהְע ָֻׁ֔ל‬
vaiomer maláj Adonai el-manóaj im-ta'tzêréní ló-ojál bêlajméja, vêim-tá'aséh
'oláh, láAdonai tá'alénah; kí ló-iadá' manóaj, kí-maláj Adonai hú .

Y el enviado del Eterno respondió a Manoa: –Aunque me detengas, no


comeré de tu comida. Pero si quieres ofrecer holocausto, ofrécelo al Eterno.
Manoa no sabía que él era el enviado del Eterno.
(17)
ְ) ָ֖‫ךְכי־י ָָּ֥באְדבריךְ(דְ ָ ֹֽׁב ְרך‬
ֹֽׁ ִ ‫ָ֖הְמיְשְ ֶ ֹ֑מ‬
֣ ִ ָ‫ו ָּ֧יאמֶ רְמָ נִ֛ ֹוחְאֶ ל־מל ָּ֥אְךְיהו‬
:ְ‫וְכִ בדנֹֽׁ וך‬
vaiómer manóaj el-maláj Adonai mí shêméja; kí-iavó dvrij (dêvárêjá)
vêjibadnúja .

Entonces Manoa preguntó al enviado del Eterno: –¿Cuál es tu nombre, para


que te honremos cuando se cumpla tu palabra?
(18)
‫ פ‬:ְ‫הוא־פלִ אי‬
ֹֽׁ ֶ ְ‫ָ֖הְתש ֣אלְלִ ש ִ ֹ֑מיְו‬
ִ ֶ‫ו ֤יאמֶ רְלֹו֙ ְמל ֣אְךְיה ֻׁ֔ ָוהְלָ ָּ֥מָ הְז‬
vaiómer ló maláj Adonai, lámah zéh tishál lishmí; vêhu-féliy .

El enviado del Eterno le respondió: –¿Por qué preguntas por mi nombre? Es


Peli -Oculto-.
(19)
ְ‫ורְליהוָ ֹ֑ה‬ ֹֽׁ ָ ‫ויִ ֨קחְמָ נִ֜ ֹוחְאֶ ת־גְ ִ ֤ד‬
ֹֽׁ ‫יְהעִ זִים֙ ְוְאֶ ת־ה ִמנ ֻׁ֔ ָחהְויָּ֥עלְעל־ה ָ֖צ‬
:ְ‫אְלע ֲֻׁ֔שֹותְומָ נָּ֥ ֹוחְוְ ִאש ָ֖תֹוְר ִ ֹֽׁאים‬
ֹֽׁ ‫ומפ ִ ֣ל‬
vaiqáj manóaj et-gêdí há'izim vêet-haminjáh, vaiá'al 'al-hatzúr láAdonai;
umaflí lá'asót, umanóaj vêishtó roím .

Manoa tomó un cabrito del rebaño con su ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre
la peña al Eterno. Entonces él hizo un prodigio ante la vista de Manoa y de su
mujer.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 14

(20)
ְ‫ְ֩בע ֲ֨לֹותְה ִ֜להבְמֵ ע֤לְה ִמז ֨ ֵב ֙חְהשָ ֻׁ֔מימָ הְויָּ֥עלְמלאְך־יהוָ ָ֖ה‬ ֹֽׁ ‫ויהִ י‬
:ְ‫ָ֖םְא ְרצָ ה‬ ֶ ‫בְל֣הבְה ִמז ֵבֹ֑חְומָ נ֤ ֹוחְוְ ִאשתֹו֙ ְר ִֻׁ֔איםְויִ פְלָּ֥ וְעל־פְנ‬
ֹֽׁ ָ ‫ֵיה‬
vaihí vá'alót haláhav me'ál hamizbéáj hashamáimah, vaiá'al malaj-Adonai
bêláhav hamizbéja; umanóaj vêishtó roím, vaipêlú 'al-pêneihém árêtzah .

Aconteció que mientras la llama subía del altar hacia el cielo, el enviado del
Eterno subió en la llama del altar ante la vista de Manoa y de su mujer,
quienes se postraron en tierra sobre sus rostros.
(21)
ְ‫ל־אש ֹ֑תֹוְאֵָ֚ זְי ָ֣דע‬
ִ ֶ‫וְלא־יָ ֤סףְעֹוד֙ ְמל ֣אְךְיה ֻׁ֔ ָוהְלְ ֵ ֹֽׁה ָר ָ֖אהְאֶ ל־מָ נ֣ ֹוחְוְא‬
:ְ‫ָ֖הְהוא‬ ֹֽׁ ָ‫מָ נֻׁ֔ ֹוחְ ִ ֹֽׁכי־מל ָּ֥אְךְיהו‬
vêlo-iásaf 'od maláj Adonai, lêhéraóh el-manóaj vêel-ishtó; áz iadá' manóaj,
kí-maláj Adonai hú .

El enviado del Eterno no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces


Manoa se dio cuenta de que era el enviado del Eterno,
(22)
:ְ‫יםְר ִ ֹֽׁאינו‬
ָ ‫ֱֹלה‬
ָ֖ ִ ‫ותְכיְא‬
ָּ֥ ִ ‫ֹוְמֹותְנ ָֹ֑מ‬
֣ ‫ל־אש ָ֖ת‬
ִ ֶ‫ו ָּ֧יאמֶ רְמָ נִ֛ ֹוחְא‬
vaiómer manóaj el-ishtó mót namút; kí elohím raínu .

y Manoa dijo a su mujer: –¡Ciertamente moriremos, porque hemos visto a


Elohim!
(23)
ְ‫חְמי ֨ ֵָדנו֙ ְעלָ ֣ה‬
ִ ‫ְלא־ל ָ֤ק‬ֹֽׁ ֙‫יתנו‬ֵ ֨ ‫֤הְלה ֲִמ‬
ֹֽׁ ָ‫ֹוְאש ִ֗תֹוְלוְ֩חָ ֵ֨פץְיהו‬
ִ ֣‫ו ָּ֧תאמֶ רְל‬
:ְ‫תְלאְהִ ש ִמיעָ ָ֖נוְכ ָֹֽׁזאת‬ ָּ֥ ‫ל־אלֶהְוְ ָכ ֵּ֕ע‬
ֹ֑ ֵ ְ‫ומנ ֻׁ֔ ָחהְוְ ָּ֥לאְהֶ ר ָ ָ֖אנוְאֶ ת־כ‬
ִ
vatómer ló ishtó lú jafétz Adonai láhamiténú ló-laqáj miadénú 'oláh uminjáh,
vêló heránu et-kol-éleh; vêja'ét ló hishmi'ánu kazót .

Pero su mujer le respondió: –Si el Eterno hubiera querido matarnos, no habría


aceptado de nuestras manos el holocausto y la ofrenda. No nos habría
mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
(24)
ְ‫ֹוְשמ ֹ֑שֹוןְויִ ג ֣דלְה ֻׁ֔נערְוַֹֽֽׁיבְ ְרכֵ ָ֖הו‬
ִ ‫ְבןְו ִתק ָ ָּ֥ראְאֶ ת־שְ ָ֖מ‬
ֵ ֻׁ֔ ֙‫ֶדְה ִאשָ ה‬
ֹֽׁ ָ ‫ו ֵ ֤תל‬
:ְ‫הוֹֽׁה‬
ָ ‫י‬
vatéled háishah bén, vatiqrá et-shêmó shimshón; vaigdál haná'ar, váivorêjéhu
Adonai .

La mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño creció, y el
Eterno lo bendijo.
14 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(25)
‫ פ‬:ְ‫ָ֖הְובָּ֥יןְאֶ שתָ ֹֽׁאל‬
ֵ ָ‫ןְבָּ֥יןְצְרע‬
ֵ ‫ֵה־ד‬
ֹ֑ ָ ‫ו ֨ ָתחֶ ל ְ֣֙רוחְיה ֻׁ֔ ָוהְלְ ֹֽׁפע ֲָ֖מֹוְבְ ֹֽׁמ ֲחנ‬
vatájel rúaj Adonai, lêfá'amó bêmájaneh-dán; béin tzor'áh uvéin eshtaól .

El espíritu del Eterno comenzó a manifestarse en él en el campamento de Dan,


entre Zora y Estaol.

Shofetim – Jueces Capitulo 15


(1)
:‫הְמבְנָּ֥ ֹותְפְלִ ש ִ ֹֽׁתים‬
ִ ָ‫אְא ָ ִ֛שהְבְ ִתמנָ ָ֖ת‬
ִ ‫ֹוןְתמנָ ֹ֑תָ הְויַָּֽ֥ר‬
ִ ‫דְשמ ָ֖ש‬
ִ ‫ויֵ ָּ֥ ֶַֽר‬
vaiéred shimshón timnátah; vaiár isháh bêtimnátah mibênót pêlishtím.

Entonces Sansón descendió a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas
de los filisteos.
(2)
ְ‫הְמבְנ֣ ֹות‬
ִ ָ‫יתיְבְ ִתמנָ ָ֖ת‬
ִ ‫הְר ִ ָּ֥א‬
ָ ‫רְא ָ ִ֛ש‬ ִ ֶ‫ו ִ֗יעלְויגֵד֙ ְלְאָ ִ ֣ביוְול ִא ֻׁ֔מֹוְו ִ֗יאמ‬
:‫ּהְליְלְ ִא ָ ֹֽׁשה‬
ָ֖ ִ ‫חו־אֹות‬
ָּ֥ ָ ְ‫פְלִ ש ִ ֹ֑תיםְוְע ּ֕ ָתהְק‬
vaiá'al vaiaged lêavív ulimó, vaiómer isháh raíti vêtimnátah mibênót
pêlishtím; vê'atáh qêju-otáĥ lí lêisháh.

Cuando regresó, se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: –He visto en


Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tomádmela por
mujer.
(3)
‫הְכי־‬
ֹֽׁ ִ ָֻׁ֔‫ְאש‬
ִ ֙‫רְלֹוְאָ ִ ֣ביוְוְ ִא ִ֗מֹוְהאֵ יןְ֩בִ בנ֨ ֹותְא ֶח֤יךְובכְל־ע ִמי‬ ִ֜ ֶ‫ו ֨יאמ‬
‫רְשמ ֤שֹוןְאֶ ל־‬ ִ ֶ‫יםְהע ֲֵר ִ ֹ֑ליםְו ֨יאמ‬
ֹֽׁ ָ ‫הְמפְלִ ש ִ ָ֖ת‬
ִ ָֻׁ֔‫תְאש‬
ִ ‫א ָ ֤תהְהֹולְֵך֙ ְל ָ֣קח‬
:‫ֵינֹֽׁי‬
ָ ‫יאְיֹֽׁשְ ָ ָּ֥רהְבְע‬
ָ ‫י־ה‬
ָ֖ ִ ִ‫ּהְקח־לִֻׁ֔ יְכ‬
ֹֽׁ ‫ְאֹות‬
֣ ָ ֙‫אָ בִ יו‬
vaiómer ló avív vêimó haein bivnót ajéja uvjol-'amí isháh, kí-atáh holej
laqájat isháh, mipêlishtím há'arelím; vaiómer shimshón el-aviv otáĥ qáj-lí, ki-
hí iáshêráh vê'einái.

Pero su padre y su madre le dijeron: –¿No hay una mujer entre las hijas de tus
parientes, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los
filisteos incircuncisos? Pero Sansón dijo a su padre: –Tómala para mí, porque
ella me gusta.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 14, 15

(4)
ְ‫ָּ֥הְהוא־מְב ֵ ָ֖קש‬ ֹֽׁ ָ‫יאְכי־תאֲנ‬ ֹֽׁ ִ ‫ְה‬ ִֻׁ֔ ֙‫יְמיְהוָה‬
ֹֽׁ ֵ ‫וְכ‬
֤ ִ ‫אְיַֽדְ ִ֗ע‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹוְל‬
֣ ‫וְאָ ִ֨ביוְוְ ִא ִ֜מ‬
:ְ‫יםְמשְ ִ ָּ֥ליםְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ֹֽׁ ‫ִמפְלִ ש ִ ֹ֑תיםְובָ עֵ ֣תְה ִֻׁ֔היאְפְלִ ש ִ ָ֖ת‬
vêavív vêimó ló iádê'ú kí méiêhvah hí, kí-toanáh hú-mêvaqésh mipêlishtím;
uva'ét hahí, pêlishtím móshêlím bêisraél .

Su padre y su madre no sabían que esto provenía del Eterno, quien buscaba un
motivo contra los filisteos. En aquel tiempo los filisteos dominaban sobre
Israel.
(5)
ְ ֙‫יְתמ ָֻׁ֔נתָ הְוְהִ נֵה‬
ִ ‫ֹוְתמנָ ֹ֑תָ הְוי ָ֨באו֙ ְעד־כר ֵ ֣מ‬
ִ ‫דְשמ ִ֛שֹוןְוְאָ ִ ָּ֥ביוְוְ ִא ָ֖מ‬
ִ ‫ויֵ ָּ֧ ֶַֽר‬
:‫אתֹו‬
ֹֽׁ ‫כְ ִ ֣פירְא ֲָריֻׁ֔ ֹותְש ֵ ָ֖אגְלִ ק ָר‬
vaiéred shimshón vêavív vêimó timnátah; vaiavóú 'ad-karméi timnátah,
vêhineh kêfír araíot, shoég liqrató.

Entonces Sansón descendió con su padre y su madre a Timnat. Cuando


llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león venía rugiendo
hacia él.
(6)
ְ‫הְאיןְבְי ָֹ֑דֹו‬
֣ ֵ ָ‫יוְרוחְיה ִ֗ ָוהְוַֹֽֽׁישסְ ֵ֨עהו֙ ְכְשס֣עְהגְ ִֻׁ֔דיְומ ָ֖אומ‬ ֣ ‫ו ִתצ ֨לחְ ָע ִָ֜ל‬
:ְ‫ָשה‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲשרְע‬
ָּ֥ ֶ ‫ֹוְאתְא‬
ָ֖ ֵ ‫וְ ֤לאְהִ גִ יד֙ ְלְאָ ִ ֣ביוְול ִא ֻׁ֔מ‬
vatitzláj 'aláv rúaj Adonai váishasê'éhú kêshasá' hagêdí, umúmah éin bêiadó;
vêló higid lêavív ulimó, ét ashér 'asáh .

Y el espíritu del Eterno descendió con poder sobre Sansón, quien, sin tener
nada en su mano, despedazó al león como quien despedaza un cabrito. Pero no
contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.
(7)
:‫ָּ֥יְשמ ֹֽׁשֹון‬
ִ ֵ‫ישרְבְעֵינ‬
ָ֖ ‫֣רְל ִא ָ ֹ֑שהְו ִת‬
ֹֽׁ ָ ‫ויֵ ָ֖ ֶַֽרדְויד ֵב‬
vaiéred vaidabér láisháh; vatishár bê'einéi shimshón.

Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella le agradó a Sansón.


(8)
ְ‫ֹותְאתְמפֶ ֣ לֶתְ ָ ֹֽׁהאריֵ ֹ֑הְוְהִ ֵ֨נהְע ֲָּ֧דת‬
ָ֖ ֵ ‫בְמי ִָמים֙ ְלְקח ֻׁ֔ ָתּהְויָ ֣סרְלִ ר ֻׁ֔א‬ִ ְ‫ויָ ֤ש‬
:‫ָּ֥תְהאריֵ ָ֖הְוד ָ ֹֽׁבש‬
ֹֽׁ ָ ‫בֹוריםְבִ גוִ י‬
ִ֛ ִ ְ‫ד‬
vaiáshov miamim lêqajtáĥ, vaiásar lirót, ét mapélet háariéh; vêhinéh 'adát
dêvorím bigviát háariéh udvásh.
15 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Al regresar después de algunos días para tomarla por mujer, se apartó para ver
el cuerpo muerto del león. Y he aquí que en el cadáver del león había un
enjambre de abejas y miel.
(9)
ְ‫ל־א ֻׁ֔מֹוְויִ ֵ ָּ֥תן‬
ִ ֶ‫ויִ ר ֵ ֣דהוְאֶ ל־כ ִָ֗פיוְויֵ ֤לְֶךְהָ לֹוְך֙ ְוְאָ ֻׁ֔כלְו ֵ֨ילְֶך֙ ְאֶ ל־אָ ִ ֣ביוְוְא‬
:‫ָ֖הְר ָ ָּ֥דהְהדְ ָ ֹֽׁבש‬
ָ ֵ‫ָּ֥תְהארי‬
ֹֽׁ ָ ‫יְמגְוִ י‬
ִ ‫םְכ‬ ִ֛ ִ ‫ל ֶָהָ֖םְויאכֵ ֹ֑לוְוְ ֹֽׁלא־הִ ִג֣ידְל ֻׁ֔ ֶָה‬
vairdéhu el-kapáv vaiélej haloj vêajól, vaiélej el-avív vêel-imó, vaitén lahém
vaiojélu; vêló-higíd lahém, kí migêviát háariéh radáh hadêvásh.

Él la recogió con sus manos, y se fue comiéndola por el camino. Cuando


alcanzó a su padre y a su madre, les dio a ellos, y ellos comieron. Pero no les
contó que había recogido la miel del cadáver del león.
(10)
ְ‫ָּ֥ןְיע ֲָ֖שו‬
ֹֽׁ ֵ‫הְכיְכ‬
ִ֛ ִ ‫ְמש ֻׁ֔ ֶת‬
ִ ֙‫םְשמשֹון‬
ִ ‫שְש‬
֤ ָ ‫ל־ה ִא ָ ֹ֑שהְו ֨יע‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫ויֵ ָּ֥ ֶַֽרדְאָ ִ ָ֖ביהוְא‬
:‫חורים‬ ֹֽׁ ִ ‫ה ֹֽׁב‬
vaiéred avíhu el-háisháh; vaiá'as shám shimshon mishtéh, kí kén iá'asú
habájurím.

Su padre descendió a donde estaba la mujer. Luego Sansón hizo allí un


banquete, porque así lo solían hacer los novios.
(11)
ִ ָ֖‫יםְמ ֵר ֻׁ֔ ִעיםְו ִ ֹֽׁיהי‬
:ְ‫וְא ֹֽׁתֹו‬ ֣ ִ ְ‫םְאֹותֹוְויִ קחו֙ ְש‬
ֹֽׁ ֵ ‫ֹלש‬ ֹ֑ ‫אֹות‬
֣ ָ ‫וי ִ ָ֖היְכִ ר‬
vaihí kirotám otó; vaiqjú shêloshím mére'ím, vaíhíu itó .

Y sucedió que cuando le vieron, trajeron a treinta compañeros para que


estuviesen con él.
(12)
ְ‫ְ֩אֹותּה‬
ָ ֨ ‫הְאם־הגֵ ֣דְתגִ ידו‬ ִ ‫יד‬ ֹ֑ ָ ִ‫ְשמ ֻׁ֔שֹוןְאָ ֹֽׁחודָ ה־נָ ָּ֥אְלָכֶ ָ֖םְח‬
ִ ֙‫ו ֤יאמֶ רְלָהֶ ם‬
ְ‫ֹלשיםְסְ ִד ֻׁ֔ ִינים‬
֣ ִ ְ‫אתםְוְ ָנֹֽׁת ִ ֤תיְ ָלכֶם֙ ְש‬
ֶ ֻׁ֔ ָ‫יְשב ֨עתְיְ ֵ ֤מיְה ִמשתֶ ה֙ ְומצ‬ ִ ִִ֜‫ל‬
:‫ֹלשיםְחֲלִ ָּ֥פתְבְג ִ ָֹֽׁדים‬
ָ֖ ִ ‫וש‬
vaiómer lahem shimshón, ajúdah-ná lajém jidáh; im-hagéd tagidú otáĥ lí
shiv'át iêméi hamishteh umtzatém, vênátatí lajem shêloshím sêdiním,
ushloshím jalifót bêgadím.

Y Sansón les dijo: –Permitid que os proponga una adivinanza. Si en los siete
días del banquete la interpretáis acertadamente y me la descubrís, os daré
treinta prendas de lino y treinta vestidos finos.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 15

(13)
ְ‫ֹלשיםְסְ ִד ֻׁ֔ ִינים‬ ֣ ִ ְ‫אְתוכלוָ֮ ְלְה ִג֣ידְלִ יְונת ֨ ֶתםְא ֶ ָּ֥תםְלִ י֙ ְש‬ֹֽׁ ‫ם־ל‬
֣ ‫וְ ִא‬
:‫ידתְךָ֖ ְוְנִ שמָ ֶ ֹֽׁענָה‬ ֹֽׁ ָ ִ‫ֹוְחודָ הְח‬
ָּ֥ ‫יפֹותְבְג ִ ָֹ֑דיםְו ֣יאמרוְ ֻׁ֔ל‬
֣ ִ‫ֹלשיםְחֲל‬
ָ֖ ִ ‫וש‬
vêim-ló tújlú lêhagíd lí untatém atém lí shêloshím sêdiním, ushloshím jalifót
bêgadím; vaiómru ló, júdah jidátêjá vênishma'énah.

Pero si no me la podéis interpretar, vosotros me daréis a mí las treinta prendas


de lino y los treinta vestidos finos. Ellos respondieron: –Dinos la adivinanza, y
la escucharemos.
(14)
ְ‫אְיֹֽׁכְלִ֛ וְלְה ִגָּ֥יד‬
ָ ‫֣אְמ ֲא ָֻׁ֔כלְומֵ עָ֖זְי ָָצ֣אְמָ ֹ֑תֹוקְוְ ָּ֥ל‬
ֹֽׁ ‫ו ֣יאמֶ רְל ִ֗ ֶָהםְמֵ ָ ֹֽׁהא ֵכלְ֙י ָָצ‬
:‫ידהְשְֹלָּ֥ שֶ תְי ִ ָֹֽׁמים‬
ָ֖ ָ ִ‫ֹֽׁהח‬
vaiómer lahém meháojel iatzá máajál, ume'áz iatzá matóq; vêló iájêlú lêhagíd
hájidáh shêlóshet iamím.

Entonces les dijo: –Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura.
Ellos no pudieron interpretar la adivinanza en tres días.
(15)
ְ‫ת־אישִֵ֗ ְך‬
ִ ֶ‫ת־שמשֹון֙ ְפ ִ ֣תיְא‬ ִ ֶ‫יעיְו ֹֽׁיאמְ ֤רוְלְ ֵ ֹֽׁאש‬ ִ ִ֗ ִ‫וי ִ ֣היְ׀ְבי֣ ֹוםְהשְב‬
ְ‫ת־בָּ֥יתְאָ ִ ָ֖ביְךְבָ ֵ ֹ֑אש‬
ֵ ֶ‫ףְאֹותְךְוְא‬
ִ֛ ָ ‫ידהְפֶן־נִ ש ָּ֥ר‬ ָ ֻׁ֔ ִ‫וְיגֶד־ ָ֨לנו֙ ְאֶ ת־ה֣ח‬
:‫אתםְלָ ָ֖נוְה ֲֹֽׁלא‬ ָּ֥ ֶ ‫הליְ ְרשֵּ֕ נוְקְ ָר‬
vaihí | baióm hashêvi'í vaiómêrú lêéshet-shimshon patí et-ishéj vêiaged-lánú
et-hájidáh, pen-nisróf otáj vêet-béit avíj baésh; haliorêshénu qêratém lánu
haló.

Y sucedió que en el cuarto día dijeron a la mujer de Sansón: –Persuade a tu


marido para que nos interprete la adivinanza. Si no, te quemaremos a ti y a la
casa de tu padre. ¿Será que nos habéis invitado aquí para despojarnos?
(16)
ְ‫ֵאתנִ י֙ ְוְ ֣לאְאֲהב ֻׁ֔ ָתנִ י‬
֨ ‫תְשמ ִ֜שֹוןְ ָע ִָ֗ליוְו ֨תאמֶ ר֙ ְרק־שְנ‬ ִ ֶ‫ְ֩אש‬ ֵ ֨ ‫ותֵ בך‬
ְ‫יְלאְהִ ֹ֑גַֽדתָ הְו ֣יאמֶ רְ ִָ֗לּהְהִ ֵ֨נהְלְאָ ִ ָּ֧בי‬
֣ ‫הְחד ָ֙תְלִ בנֵ ֣יְע ִֻׁ֔מיְוְ ִ ָ֖ל‬
֨ ‫יד‬ ָּ֥ ָ ִ‫ֹֽׁהח‬
:‫יְלאְהִ ָ֖גַֽד ִתיְוְלָ ְָּ֥ךְא ִ ֹֽׁגיד‬
ָּ֥ ‫ול ִא ִ ִ֛מ‬
vatevk éshet shimshón 'aláv vatómer raq-sênetání vêló ahavtáni, hájidáh jádtá
livnéi 'amí, vêlí ló higádtah; vaiómer láĥ hinéh lêaví ulimí ló higádti vêláj
agíd.

La mujer de Sansón lloró delante de él y le dijo: –Tú sólo me odias y no me


amas. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la has
15 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

interpretado a mí. Él le respondió: –He aquí que ni a mi padre ni a mi madre


se la he interpretado, y ¿te la había de interpretar a ti?
(17)
ְ‫ְשבע֣תְהי ִָֻׁ֔מיםְאֲשֶ ר־הָ יָ ָּ֥הְל ֶָהָ֖םְה ִמש ֶ ֹ֑תהְוי ִ ֣היְ׀ְבי֣ ֹום‬ ִ ֙‫ו ֵ ֤תבךְ ָעלָיו‬
:‫ידהְלִ בנֵ ָּ֥יְע ָ ֹֽׁמּה‬
ָ֖ ָ ִ‫ָּ֥דְהח‬
ֹֽׁ ֵ‫יקתהוְותג‬ ֻׁ֔ ִ‫ְכיְהֱצ‬
֣ ִ ֙‫יעיְויגֶד־לָּה‬ ִ ִ֗ ִ‫השְ ב‬
vatévk 'alav shiv'át haiamím, asher-haiáh lahém hamishtéh; vaihí | baióm
hashêvi'í vaiaged-laĥ kí hetziqáthu, vatagéd hájidáh livnéi 'amáĥ.

Ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete. Y aconteció
que al séptimo día él se la interpretó, porque ella le presionaba. Entonces ella
explicó la adivinanza a los hijos de su pueblo.
(18)
‫יְב ֨ ֶט ֶרם֙ ְי ָ֣באְה ֻׁ֔חרסָ הְמה־‬
ְ ‫יע‬ ִ ִ֗ ִ‫ו ֣יאמרוְלֹוְ֩אנשֵ֨ יְהָ ִ֜ ִעירְבי֣ ֹוםְהשְב‬
ְ‫ָ֖זְמא ִ ֲֹ֑ריְו ֣יאמֶ רְל ֻׁ֔ ֶָהםְלולֵא֙ ְחֲרש ֶ ֣תםְבְעֶגל ֻׁ֔ ִָתי‬
ֹֽׁ ֵ ‫שְומהְע‬ ָּ֥ ֶ ‫ֹוקְמדְ ֻׁ֔ב‬
ִ ‫מָ ֣ת‬
:‫םְחידָ ִ ֹֽׁתי‬ֹֽׁ ִ ‫את‬
ָ֖ ֶ ָ‫ָּ֥לאְמְצ‬
vaiómru ló anshéi ha'ír baióm hashêvi'í bêtérem iavó hajársah, mah-matóq
midêvásh, uméh 'áz méarí; vaiómer lahém, lule jarashtém bê'eglatí, ló
mêtzatém jídatí.

Y al séptimo día, antes de la puesta del sol, los hombres de la ciudad le


contestaron: –¿Qué cosa es más dulce que la miel? ¿Y qué cosa es más fuerte
que el león? Él les respondió: –Si no hubierais arado con mi vaquilla, no
habríais descubierto mi adivinanza.
(19)
ְ‫יםְאיש‬
ִִ֗ ‫ֹלש‬֣ ִ ְ‫יוְרוחְיה ִ֗ ָוהְויְֵ֨ ֶרדְאשקְ ִ֜לֹוןְויְַָּֽ֥ךְמֵ ֶה֣םְ׀ְש‬֣ ‫ו ִתצ ֨לחְ ָע ִָ֜ל‬
ְ‫ידהְו ִי֣חרְא ֻׁ֔פֹו‬
ֹ֑ ָ ִ‫יְהח‬
ֹֽׁ ‫יד‬ ֹֽׁ ֙‫יצֹותםְויִ תֵ ן‬
ָ֖ ֵ ִ‫ְהחֲלִ ֻׁ֔יפֹותְלְמג‬ ָ ֻׁ֔ ‫ויִ קח֙ ְאֶ ת־ח ִ ֲ֣ל‬
:ְ‫לְבָּ֥יתְאָ ִ ֹֽׁביהו‬
ֵ ‫ויָ֖ע‬
vatitzláj 'aláv rúaj Adonai vaiéred ashqêlón vaiáj mehém | shêloshím ísh
vaiqaj et-jalítzotám, vaiten hájalifót, lêmagidéi hájidáh; vaíjar apó, vaiá'al béit
avíhu .

Entonces el espíritu del Eterno descendió con poder sobre él. Y él bajó a
Ascalón, mató a treinta hombres de ellos, y tomando sus despojos, dio los
vestidos finos a los que habían interpretado la adivinanza. Encendido en ira,
regresó a la casa de su padre.
(20)
‫ פ‬:‫רְרעָ ָ֖הְלֹֽׁ ֹו‬
ֵ ‫ֲש‬
ָּ֥ ֶ ‫תְשמ ֹ֑שֹוןְלְ ֵ ֣מ ֵר ֵֻׁ֔עהוְא‬
ִ ֶ‫יְאש‬
֣ ֵ ‫ותְ ִ ָ֖ה‬
vatêhí éshet shimshón; lêmére'éhu, ashér re'áh ló.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 15

Entonces la mujer de Sansón fue dada a su compañero que le había asistido en


sus bodas.

Shofetim – Jueces Capitulo 16


(1)
ְ‫ת־אשתֹו֙ ְבִ ג ִ ֣די‬ ִ ֶ‫דְשמ ֤שֹוןְא‬ ִ ‫ימיְקְצִ יר־חִ ִִ֗טיםְויִ פ ֨ק‬
֣ ֵ ִ‫יְמי ִִָ֜מיםְב‬
ִ ‫וי ִ֨ה‬
:‫ל־אש ִ ָ֖תיְהֶ ָחֹ֑ד ָרהְוְ ֹֽׁלא־נְתָ נָּ֥ ֹוְאָ ִ ָ֖ביהָ ְל ָֹֽׁבֹוא‬
ִ ֶ‫עִ ֻׁ֔ ִזיםְו ּ֕יאמֶ רְאָ ָּ֥באָ הְא‬
vaihí miamím biméi qêtzir-jitím vaifqód shimshón et-ishtó bigdí 'izím,
vaiómer avóah el-ishtí hejádrah; vêló-nêtanó avíha lavó.

Después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, Sansón fue a visitar
a su mujer llevándole un cabrito del rebaño. Y pensó: 'Me uniré a mi mujer en
el cuarto.' Pero el padre de ella no le dejó entrar.
(2)
ְ‫ּהְוֹֽׁאֶ תְנֶ ָ֖נָהְלְ ֵ ֹֽׁמ ֵרעֶ ֹ֑ךְה ֲ֨לא‬
ָ ‫ֵאת‬
ָ ֻׁ֔ ‫ו ֣יאמֶ רְאָ ִִ֗ביהָ ְאָ ֤מרְאָ ֨מר ִתי֙ ִ ְֹֽׁכי־שָ ֣נאְשְנ‬
: ָ‫֣הְמ ֻׁ֔ ֶמנָהְתְהִ י־נָ ָּ֥אְלְךָ֖ ְתח ֶ ֹֽׁתיה‬
ִ ‫ְטֹוב‬
ָ ֙‫ֲחֹותּהְהקְטנָה‬ ָ֤ ‫א‬
vaiómer avíha amór amártí kí-sanó sênetáĥ, váetênénah lêmére'éja; haló
ajotáĥ haqêtanah továh miménah, têhi-ná lêjá tajtéiha.

El padre de ella dijo: –Pensé que la aborrecías del todo y se la di a tu


compañero. Pero su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala,
por favor, para ti en su lugar.
(3)
ְ‫יםְכי־ע ֶ ָּ֥שהְא ֲִנִ֛יְעִ ָ ָ֖מם‬
ֹֽׁ ִ ‫םְמפְלִ ש ִ ֹ֑ת‬
ִ ‫יתיְהפָ֖ע‬
ִ ‫ְשמ ֻׁ֔שֹוןְנִ ֵ ָּ֥ק‬
ִ ֙‫ו ֤יאמֶ רְלָהֶ ם‬
:‫ָר ָ ֹֽׁעה‬
vaiómer lahem shimshón, niqéiti hapá'am mipêlishtím; kí-'oséh aní 'imám
ra'áh.

Sansón le respondió: –¡Esta vez yo quedaré sin culpa ante los filisteos, si les
hago algún mal!
(4)
ְ ֙‫ֹותְשוע ִ ָֹ֑ליםְויִ ֣קחְלפִ ִִ֗דיםְויֶ ֤פֶןְ ָזנָב‬ֹֽׁ ‫ְֶךְשמ ֻׁ֔שֹוןְויִ ל ָ֖כדְשְֹלש־מֵ ֣א‬ ִ ‫ויֵ ֣ל‬
:‫אֶ ל־ ָז ָֻׁ֔נבְו ָ֨ישֶ םְל ִ ָּ֥פידְאֶ ָחִ֛דְבֵ ין־שְנֵ ָּ֥יְהזְנ ָָ֖בֹותְב ָ ֹֽׁתוְֶך‬
vaiélej shimshón, vailkód shêlosh-meót shú'alím; vaiqáj lapidím vaiéfen zanav
el-zanáv, vaiásem lapíd ejád bein-shênéi hazênavót batávej.

Sansón se fue, atrapó 300 zorras, tomó teas, y atando las zorras por las colas,
puso una tea entre cada dos colas.
16 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(5)
ְ‫ִ֛רְמג ִ ָָּ֥דיש‬
ִ ֵ‫ויבעֶר־אֵ ש֙ ְבלפִ ִֻׁ֔ידיםְוישלָ֖חְבְקָ ֣מֹותְפְלִ ש ִ ֹ֑תיםְויבע‬
:‫םְזַֽיִ ת‬
ֹֽׁ ָ ‫וְעד־קָ ָ ָ֖מהְוְעד־כֶ ֶָּ֥ר‬
vaiav'er-esh balapidím, vaishaláj bêqamót pêlishtím; vaiav'ér migadísh vê'ad-
qamáh vê'ad-kérem záit.

Después prendió fuego a las teas, soltó las zorras en los trigales de los
filisteos, y quemó las gavillas y la mies por segar, y hasta las viñas y los
olivares.
(6)
ְ‫יְכי‬
ִ ֵ֚ ‫ְמיְעָ ֣שָ הְזאתְו ֹֽׁיאמְ ִ֗רוְ ִשמשֹון֙ ְח ֲ֣תןְה ִתמ ֻׁ֔ ִנ‬ ֣ ִ ָ֮‫ו ֹֽׁיאמְ ֣רוְפְלִ ש ִתים‬
ְ‫וְאֹותּה‬
ִ֛ ָ ָּ֥‫ת־אש ֻׁ֔תֹוְוַֹֽֽׁיִ תְנָ ָּ֖הְלְ ֵ ֹֽׁמ ֵרעֵ ֹ֑הוְו ֹֽׁיעֲל֣ וְפְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְויִ שרְפ‬
ִ ֶ‫ל ָ֣קחְא‬
:‫וְאֶ ת־אָ ִ ָ֖ביהָ ְבָ ֵ ֹֽׁאש‬
vaiómêrú fêlishtim mí 'ásah zot vaiómêrú shimshon jatán hatimní, kí laqáj et-
ishtó, váitênáĥ lêmére'éhu; vaiá'alú fêlishtím, vaisrêfú otáĥ vêet-avíha baésh.

Entonces los filisteos preguntaron: –¿Quién ha hecho esto? Y les


respondieron: –Sansón, el yerno del timnateo, porque éste le quitó su mujer y
se la dio a su compañero. Los filisteos fueron y quemaron a la mujer y a su
padre.
(7)
ְ‫יְאם־נִ ָּ֥קמ ִתיְבָ כֶ ָ֖םְוְאחָּ֥ר‬
ִ ‫אתְכ‬
ִ֛ ִ ‫ֹוןְאם־תע ֲָ֖שוןְכ ָֹ֑ז‬
ֹֽׁ ִ ‫ְשמ ֻׁ֔ש‬
ִ ֙‫ו ֤יאמֶ רְלָהֶ ם‬
:‫אֶ ח ָ ֹֽׁדל‬
vaiómer lahem shimshón, ím-ta'asún kazót; kí im-niqámti vajém vêajár ejdál.

Entonces Sansón les dijo: –Puesto que habéis actuado así, ¡ciertamente no
pararé hasta haberme vengado de vosotros!
(8)
ְ‫יףְסלע‬
ָּ֥ ֶ ‫םְשֹוקְעל־י ֵ ָָ֖רְךְמכָ ֣הְגְדֹולָ ֹ֑הְויֵ ֣ ֶַֽרדְו ֵֻׁ֔ישֶ בְבִ ס ִ ָ֖ע‬
ִ֛ ‫ְךְאֹות‬
ָּ֥ ָ ‫ו ֨י‬
‫ פ‬:‫ֵיטם‬ֹֽׁ ָ ‫ע‬
vaiáj otám shóq 'al-iaréj makáh gêdoláh; vaiéred vaiéshev, bis'íf séla' 'eitám.

Entonces les golpeó en el muslo y en la cadera, con gran mortandad. Luego


descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.
(9)
:‫יהודהְויִ ָנֹֽׁטְ ָ֖שוְב ֶ ֹֽׁלחִ י‬
ֹ֑ ָ ‫וְב‬
ֹֽׁ ִ ָ֖‫ו ֹֽׁיעֲל֣ וְפְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְוַֹֽֽׁיחֲנ‬
vaiá'alú fêlishtím, váiajanú bíhudáh; vainátêshú baléji.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 16

Entonces los filisteos subieron y acamparon en Iehudá [Judá], extendiéndose


hasta Leji.
(10)
‫וְלא ֱ֤סֹורְאֶ ת־‬
ֹֽׁ ֶ ‫יתםְעָלֵ ֹ֑ינוְו ֹֽׁיאמְ ִ֗ר‬ ֣ ֶ ִ‫הודהְל ָ ָָ֖מהְעֲל‬ ָ ֻׁ֔ ְ‫ְאישְי‬ ֣ ִ ֙‫ו ֹֽׁיאמְרו‬
:‫הְלנו‬ ֹֽׁ ָ ָ‫ֲשרְעָ ָּ֥ש‬
ָ֖ ֶ ‫ֹותְלֹוְ ֹֽׁכא‬
ֻׁ֔ ‫ינוְלע ֲ֣ש‬ֹֽׁ ִֻׁ֔‫ִשמשֹון֙ ְעָל‬
vaiómêrú ísh iêhudáh, lamáh 'alitém 'aléinu; vaiómêrú léesór et-shimshon
'alínu, lá'asót ló, káashér 'ásah lánu.

Y los hombres de Iehudá [Judá] les preguntaron: –¿Por qué habéis subido
contra nosotros? Ellos respondieron: –Hemos subido para prender a Sansón, a
fin de hacerle lo mismo que él nos ha hecho.
(11)
ְ‫ְסלעְעֵיטָ םְו ֹֽׁיאמְ ֣רו‬
֣ ֶ ָ֮‫יהודהְאֶ ל־סְעִ יף‬ ָ ִ֗ ‫ישְמ‬ ֹֽׁ ִ ‫יםְא‬
ִִ֜ ‫ַֽרדִ֡ וְשְֹלשֶ תְ֩ ֲאל ֨ ִָפ‬ ְ ‫ו ֵ ֹֽׁי‬
ְ ָ‫ה־זאתְע ִ ָ֣שית‬ָ֖ ‫יםְבנו֙ ְפְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְומ‬ ָ ֨ ‫ְכי־מש ִ ָּ֥ל‬ ֹֽׁ ִ ‫לְ ִשמ ִ֗שֹוןְה ֲ֤לאְי ָ֨דע ָ֙ת‬
:‫יתיְל ֶ ָֹֽׁהם‬
ִ ‫םְכאֲשֶ ר֙ ְעָ ֣שוְלִֻׁ֔ יְכֵ ָ֖ןְע ִ ָָּ֥ש‬ ֹֽׁ ‫לָ ֹ֑נוְו ֣יאמֶ רְל ֻׁ֔ ֶָה‬
vaiérêdú shêloshet alafím ísh míhudáh el-sê'if séla' 'eitam vaiómêrú
lêshimshón haló iadá'tá kí-moshlím bánú pêlishtím, umah-zót 'asíta lánu;
vaiómer lahém, káasher 'ásu lí, kén 'asíti lahém.

Entonces bajaron 3000 hombres de Iehudá [Judá] a la cueva de la peña de


Etam y preguntaron a Sansón: –¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre
nosotros? ¿Qué es esto que nos has hecho? Él les respondió: –Lo mismo que
ellos me han hecho a mí, eso les he hecho yo a ellos.
(12)
ְ ֙‫ְלאֱסְרך֣ ְי ָֻׁ֔רדנוְלְ ִתתְךָ֖ ְבְיד־פְלִ ש ִ ֹ֑תיםְו ֤יאמֶ רְלָהֶ ם‬ ֹֽׁ ֶ ְ֙‫ו ֤יאמרוְלֹו‬
:‫וןְביְא ֶ ֹֽׁתם‬
ָ֖ ִ ָּ֥‫ן־תפגְע‬
ִ ‫יְפ‬ ֹֽׁ ֶ ִֻׁ֔‫ִשמ ֻׁ֔שֹוןְהִ ָ ֹֽׁשבְע֣ וְל‬
vaiómru ló léesorjá iarádnu, lêtitêjá bêiad-pêlishtím; vaiómer lahem shimshón,
hishávê'ú lí, pén-tifgê'ún bí atém.

Entonces le dijeron: –Hemos venido para prenderte y entregarte en mano de


los filisteos. Y Sansón les dijo: –Juradme que vosotros no me mataréis.
(13)
ְ‫תְלא‬
֣ ‫רְנאֱסְרך֙ ְונתנ֣ וךְבְי ֻׁ֔ ָָדםְוְהָ ֵ ָ֖מ‬ ֹֽׁ ֶ ‫אְכי־אָ ֤ס‬
ֹֽׁ ִ ‫רְל‬
ֵ֚ ‫ֵאמ‬
ִ֗ ‫ו ָּ֧יאמרוְל֣ ֹוְל‬
:‫והוְמן־ה ָ ֹֽׁסלע‬
ִ ָ֖‫יתךְויֹֽׁאס ִ֗רהוְבִ ש ֨ניִ ם֙ ְעֲב ִ ֣תיםְחֲדָ ֻׁ֔ ִשיםְוַֹֽֽׁיעֲל‬
ֹ֑ ֶ ‫נְ ִמ‬
vaiómru ló lemór ló kí-asór néesorjá untanúja vêiadám, vêhamét ló nêmitéja;
vaiáasrúhu bishnáim 'avotím jadashím, váia'alúhu min-hasála'.

Le respondieron: –No; de ninguna manera te mataremos. Sólo te ataremos


bien y te entregaremos en su mano. Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas
y lo hicieron subir de la peña.
16 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(14)
ְ‫יוְרוח‬ ֣ ‫אתֹוְו ִתצ ֨לחְ ָע ִָ֜ל‬
ֹ֑ ‫הוא־ב֣אְעד־ ֶֻׁ֔לחִ יְופלִ ש ִ ָ֖תיםְהֵ ִ ֣ריעוְלִ ק ָר‬ ָ
ְ‫רְבע ֲ֣רו‬
ֹֽׁ ָ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫ֹועֹותיוְכפִ ש ִתים֙ ְא‬
ָ ִ֗ ‫ֲשרְעל־זְ ֹֽׁר‬֣ ֶ ‫ָהְהעֲב ִ֜ ִתיםְא‬ ֹֽׁ ָ ‫יה ִ֗ ָוהְו ִ ֹֽׁתהְ ֶ֨יינ‬
ָ֖ ָ ‫בָ ֻׁ֔ ֵאשְויִ ָּ֥מסוְא‬
:ְ‫ֱסוריוְמֵ עָּ֥לְי ָ ָֹֽׁדיו‬
hu-vá 'ad-léji, uflishtím herí'u liqrató; vatitzláj 'aláv rúaj Adonai vatíhêiéinah
há'avotím ashér 'al-zêró'otáv kapishtim ashér bá'arú vaésh, vaimásu esuráv
me'ál iadáv .

Cuando llegaba hasta Leji, los filisteos salieron a su encuentro con


estridencias. Entonces el espíritu del Eterno descendió con poder sobre él, las
cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y
las ataduras se cayeron de sus manos.
(15)
:‫ֶףְאיש‬
ֹֽׁ ִ ‫ָּ֖הְאל‬ ָ ‫ויִ מ ָצָּ֥אְלְ ִ ֹֽׁחי־ח ֲָ֖מֹורְטְ ִריָ ֹ֑הְויִ של֤חְיָדֹו֙ ְויִ קָ ֻׁ֔ ֶחהָ ְוי‬
ָּ֥ ֶ ‫ְך־ב‬
vaimtzá lêjí-jamór têriáh; vaishláj iadó vaiqajéha, vaiaj-báĥ élef ísh.

Y hallando una quijada de asno todavía fresca, extendió la mano, la tomó y


mató con ella a mil hombres.
(16)
ְ‫ָ֖יתי‬
ִ ֵ‫יְהח ֲֻׁ֔מֹורְהִ כ‬
ֹֽׁ ‫יְהח ֲֻׁ֔מֹורְח ֲָ֖מֹורְח ֲֹֽׁמ ָר ָ ֹ֑תיִ םְבִ ל ִ ֣ח‬
ֹֽׁ ‫רְשמ ֻׁ֔שֹוןְבִ ל ִ ֣ח‬
ִ ֶ‫ו ֣יאמ‬
:‫ֶףְאיש‬
ֹֽׁ ִ ‫ֶ ָּ֥אל‬
vaiómer shimshón, biljí hájamór, jamór jamóratáim; biljí hájamór, hikéiti élef
ísh.

Entonces dijo Sansón: –Con una quijada de asno los amontoné a montones;
con una quijada de asno he matado a mil varones.
(17)
ָּ֥ ָ ‫יְמי ָֹ֑דֹוְויִ ק ָ ִ֛ראְלמָ ָּ֥קֹוםְה ָ֖ה‬
ְ‫ואְרמת‬ ִ ‫לתֹוְלְד ֻׁ֔ ֵברְוישלֵ ְָּ֥ךְהלְ ִ ָ֖ח‬
֣ ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ְכְכ‬
:‫ֶ ֹֽׁלחִ י‬
váihí kêjalotó lêdabér, vaiashléj halêjí miadó; vaiqrá lamaqóm hahú rámat
léji.

Cuando acabó de hablar, arrojó la quijada de su mano. Y llamó a aquel lugar


Ramat-leji.
(18)
‫אמרְאתָ ה֙ ְנ ָ֣תתָ ְבְיֹֽׁד־עבדְ ֻׁ֔ךְאֶ ת־‬ ֻׁ֔ ‫ויִ צמָ אָ֮ ְמְאדְויִ ק ָ ֤ראְאֶ ל־יהוָה֙ ְוי‬
: ‫התְשועָ ָּ֥הְהגְדלָ ָ֖הְה ֹ֑זאתְוְעתָ ה֙ ְאָ ֣מותְבצָ ֻׁ֔ ָמאְוְ ָנֹֽׁפל ִ ָ֖תיְבְיָּ֥דְ ָ ֹֽׁהע ֲֵר ִ ֹֽׁלים‬
ְ
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 16

vaitzma mêod vaiqrá el-Adonai vaiomár, atah natáta vêiád-'avdêjá, et-


hatêshu'áh hagêdoláh hazót; vê'atah amút batzamá, vênáfaltí bêiád há'arelím .

Teniendo mucha sed, Sansón clamó al Eterno diciendo: –Tú has dado esta
gran liberación por mano de tu siervo; y ahora, ¿he de morir de sed y caer en
mano de los incircuncisos?
(19)
ְ‫נוְמיִ ם֙ ְו ֵֻׁ֔ישת‬
֨ ‫וְמ ֶ ֤מ‬ִ ‫ֱֹלהיםְאֶ ת־המכ ֵ ֣תשְאֲשֶ ר־ב ִֶ֗לחִ יְו ֵיֹֽׁצְ ֨א‬ ִִ֜ ‫ויִ ב ֨קעְא‬
ְ‫ֲשרְב ֶֻׁ֔לחִ יְעָ֖ד‬
֣ ֶ ‫קֹורא֙ ְא‬
ֵ ‫בְרוחֹוְויֶ ֹ֑חִ יְעל־כֵ ֣ןְ׀ְקָ ָ ֣ראְשְ ִ֗ ָמּהְעֵ ֤יןְה‬
ָ֖ ְ‫ו ָ ָּ֥תש‬
:ְ‫היָּ֥ ֹוםְה ֶזֹֽׁה‬
vaivqá' elohím et-hamajtésh asher-baléji vaiétzêú miménu máim vaiésht,
vatáshov rujó vaiéji; 'al-kén | qará shêmáĥ 'éin haqore ashér baléji, 'ád haióm
hazéh .

Entonces Elohim abrió la hondonada que hay en Leji, y de allí salió agua. Él
bebió, recobró su fuerza y se reanimó. Por eso llamó el nombre de aquel lugar
En-haKoraj [Coré], que está en Leji hasta el día de hoy.
(20)
ָּ֥ ֵ ִ‫ויִ ש ָּ֧פטְאֶ ת־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְב‬
‫ פ‬:‫ימיְפְלִ ש ִ ָ֖תיםְעֶש ִ ָּ֥ריםְשָ ָנֹֽׁה‬
vaishpót et-israél biméi fêlishtím 'esrím shanáh.

Sansón juzgó a Israel durante veinte años, en los días de los filisteos.

Shofetim – Jueces Capitulo 17


(1)
: ָ‫ְא ָ ֣שהְזֹו ָֻׁ֔נהְוי ָָ֖באְאֵ ֶ ֹֽׁליה‬
ִ ֙‫ְֶךְשמ ָ֖שֹוןְעזָ ֹ֑תָ הְוירא־שָ ם‬
ִ ‫ויֵ ָּ֥ל‬
vaiélej shimshón 'azátah; vaiar-sham isháh zonáh, vaiavó eléiha.

Sansón fue a Gaza y vio allí a una mujer prostituta, y se unió a ella.
(2)
ְ‫ְהנָהְוי ִָ֛סבוְו ֶיֹֽׁאֶ רבו־לָּ֥ ֹוְכְל־הלָ֖ילָה‬
ֵ ֻׁ֔ ֙‫֤אְשמשֹון‬
ִ ‫רְב‬ָ ‫ֵאמ‬ ִ֗ ‫ֹֽׁלעז ִ ָ֣תיםְ׀ְל‬
ְ‫ד־אֹורְה ָ֖בקֶ ר‬
ָּ֥ ‫ֵאמרְע‬ ֻׁ֔ ‫בְ ֣שערְהָ ִ ֹ֑עירְויִ ת ָ ֹֽׁחרְ ֤שוְכְל־ה ֨לילָה֙ ְל‬
:‫ֹֽׁוהֲרגנֹֽׁהו‬
lá'azatím | lemór bá shimshon hénah, vaiasóbu vaiéervu-ló jol-haláilah
bêshá'ar ha'ír; vaitjárêshú jol-haláilah lemór, 'ad-ór habóqer váharagnúhu.

Y fue dicho a los de Gaza: 'Sansón ha venido acá.' Entonces ellos lo rodearon
y lo estuvieron acechando toda la noche, junto a la puerta de la ciudad. Éstos
16, 17 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

estuvieron en silencio toda la noche, diciendo: 'Cuando aparezca la luz de la


mañana, entonces lo mataremos.'
(3)
ְ‫םְ׀ְבח ִ ֲ֣ציְה ִ֗לילָהְו ֶ ֹֽׁיא ֱִ֞חז‬
ֹֽׁ ְ‫֣בְשמשֹוןָ֮ ְעד־ח ִ ֲ֣ציְהלילָהְויָ ַֽ֣ק‬ ִ ‫ויִ שכ‬
ְ‫ְעם־הבְ ִ ֻׁ֔ריחְויָ ָ֖שֶ ם‬ ֹֽׁ ִ ֙‫ֹותְשער־הָ עִ יר֙ ְובִ ש ֵ ֣תיְהמְזזֻׁ֔ ֹותְויִ סָ עֵם‬ ֹֽׁ ‫בְדל ֤ת‬
‫ פ‬:‫ל־ראשְהָ ֻׁ֔ ָהרְ ֲא ֶ ָ֖שרְעל־פְנֵ ָּ֥יְחֶ ב ֹֽׁרֹון‬ ֣ ֶ‫על־כְתֵ פָ ֹ֑יוְוַֹֽֽׁי ֲעלֵם֙ ְא‬
vaishkáv shimshon 'ad-jatzí halailah vaiáqom | bájatzí haláilah vaiéejóz
bêdaltót shá'ar-ha'ir uvishtéi hamêzuzót, vaisa'em 'ím-habêríaj, vaiásem 'al-
kêtefáv; váia'alem el-rósh hahár, ashér 'al-pênéi jevrón.

Pero Sansón estuvo acostado solamente hasta la medianoche. Se levantó a la


medianoche, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos postes, las
arrancó con cerrojo y todo. Las puso sobre sus hombros y las subió a la
cumbre del monte que mira hacia Hebrón.
(4)
:‫ילה‬
ֹֽׁ ָ ִ‫ָּ֥בְא ָ ָ֖שהְבְנ֣חלְש ֵ ֹ֑רקְוש ָ ָ֖מּהְדְל‬
ִ ‫ְאח ֲֵרי־ ֵֻׁ֔כןְו ֶ ֹֽׁיאֱה‬
ֹֽׁ ֙‫וַֹֽֽׁיהְִי‬
váihí ájarei-jén, vaiéeháv isháh bênájal soréq; ushmáĥ dêliláh.

Aconteció después de esto que Sansón se enamoró de una mujer del valle de
Sorec, cuyo nombre era Dalila.
(5)
ְ‫יְאֹותֹוְור ִאי֙ ְבמֶ ה֙ ְכ ֣חֹו‬
ִ֗ ‫ו ֹֽׁיע ֲ֨לוְאֵ ִֶ֜ליהָ ְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ִ֗ ִתיםְו ֨יאמרוְ ִָ֜לּהְפ ִ ֣ת‬
ְ‫ישְאלֶף‬
ָּ֥ ֶ ‫ְךְא‬
ִּ֕ ‫ֹוְוא ֲ֨נחנו֙ ְנִ תן־ ָֻׁ֔ל‬
ֹֽׁ ‫נֹות‬ֹ֑ ‫ֹוְואֲסרנוָ֖ הוְלְע‬
ֹֽׁ ‫לְל‬
ֻׁ֔ ‫גָדֻׁ֔ ֹולְובמֶ ה֙ ְנ֣ וכ‬
:‫הְכסֶ ף‬ ֹֽׁ ָ ‫ומֵ ָ ָ֖א‬
vaiá'alú eléiha sarnéi fêlishtím vaiómru láĥ patí otó urí bameh kojó gadól,
uvameh nújal ló, váasarnúhu lê'anotó; váanájnú nitan-láj, ísh élef umeáh
kásef.

Y fueron a ella los jefes de los filisteos y le dijeron: –Persuádele y averigua en


qué consiste su gran fuerza, y con qué lo podríamos dominar para atarlo y
atormentarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1100 piezas de plata.
(6)
ְ‫הְכחֲך֣ ְג ָֹ֑דֹולְוב ֶ ָּ֥מה‬
ֹֽׁ ‫ל־שמ ֻׁ֔שֹוןְה ִ ֹֽׁגידָ ה־נָ ֣אְלִֻׁ֔ יְב ֶ ָ֖מ‬
ִ ֶ‫ו ֤תאמֶ רְדְ לִ ילָה֙ ְא‬
:‫נֹותך‬
ֹֽׁ ֶ ‫ֵ ֹֽׁתאָ ֵ ָ֖סרְלְע‬
vatómer dêlilah el-shimshón, hagídah-ná lí, baméh kójajá gadól; uvaméh
téasér lê'anotéja.

Y Dalila dijo a Sansón: –Dime, por favor, en qué consiste tu gran fuerza, y
con qué podrías ser atado para ser atormentado.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 17

(7)
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫ֹוןְאם־יֹֽׁאס ִ֗רנִ יְבְ ִשבעָ ִ֛הְיְתָ ִ ָּ֥ריםְל ִ ָ֖חיםְא‬
ִ ‫ְשמ ֻׁ֔ש‬ ִ ‫יה‬ ָ֙ ‫ו ֤יאמֶ רְאֵ ֶ֨ל‬
:‫ָּ֥דְהאָ ָ ֹֽׁדם‬
ֹֽׁ ָ ‫ָ֖יתיְכְאח‬
ִ ‫יתיְוְהָ ִי‬
ִ ‫ֹֽׁלא־ח ָ ֹ֑רבוְוְחָ ִ ָּ֥ל‬
vaiómer eléihá shimshón, im-iáasrúni bêshiv'áh iêtarím lajím ashér ló-jorávu;
vêjalíti vêhaíti kêajád háadám.

Sansón le respondió: –Si me atan con siete cuerdas de arco frescas que aún no
estén secas, entonces me debilitaré y seré como un hombre cualquiera.
(8)
ְ‫רְלא־ח ָ ֹ֑רבו‬
ֹֽׁ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫יםְשבעָ ִ֛הְיְתָ ִ ָּ֥ריםְל ִ ָ֖חיםְא‬
ִ ‫ו ֹֽׁיעֲלו־ ִָ֞לּהְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ִ֗ ִת‬
:‫ו ֹֽׁתאס ֵ ָ֖רהוְבָ ֶ ֹֽׁהם‬
vaiá'alu-láĥ sarnéi fêlishtím shiv'áh iêtarím lajím ashér ló-jorávu; vatáasréhu
bahém.

Los jefes de los filisteos le llevaron siete cuerdas de arco frescas que aún no
estaban secas, y ella lo ató con ellas.
(9)
ְ‫ָ֖יךְשמ ֹ֑שֹון‬
ִ ֶ‫וְ ָ ֹֽׁהא ֵ ִ֗רבְי ֵ ָּ֥שבְלָּה֙ ְב ֻׁ֔ ֶחדֶ רְו ֣תאמֶ רְאֵ ָֻׁ֔ליוְפְלִ ש ִ ָּ֥תיםְעָל‬
ְ‫ֹוְאשְוְ ָּ֥לא‬ ֵ ֻׁ֔ ‫יח‬֣ ‫ְבה ֲִר‬ֹֽׁ ֙‫יםְכאֲשֶ֨ רְיִ נ ֵ ָ֤תקְפְ ִ ֹֽׁתיל־הנְ ֨ע ֶרת‬
ֹֽׁ ‫וינתֵ ק֙ ְאֶ ת־היתָ ִ ֻׁ֔ר‬
:‫נֹודעְכ ֹֽׁחֹו‬ָ֖
vêháorév ioshév laĥ bajéder, vatómer eláv, pêlishtím 'aléja shimshón; vainateq
et-haitarím, káashér inatéq pêtíl-hanê'óret báharijó ésh, vêló nodá' kojó.

Ella tenía personas acechando en un cuarto. Entonces ella le dijo: –¡Sansón,


los filisteos sobre ti! Pero él rompió las cuerdas como un cordel de estopa se
rompe cuando toca el fuego. Y no se supo en qué consistía su fuerza.
(10)
ְ‫ְביְותְד ֵבָּ֥רְאֵ לָ֖יְכְז ִ ָֹ֑בים‬
ִֻׁ֔ ָ‫ל־שמ ֻׁ֔שֹוןְהִ נֵה֙ ְהֵ ֣תלת‬ ִ ֶ‫ו ֤תאמֶ רְדְלִ ילָה֙ ְא‬
:‫הְתאָ ֵ ֹֽׁסר‬
ֹֽׁ ֵ ‫עתָ ה֙ ְה ִ ֹֽׁגידָ ה־נָ ֣אְלִֻׁ֔ יְב ֶ ָ֖מ‬
vatómer dêlilah el-shimshón, hineh hetálta bí, vatêdabér elái kêzavím; 'atah
hagídah-ná lí, baméh téasér.

Entonces Dalila dijo a Sansón: –He aquí que te has burlado de mí y me has
dicho mentiras. Ahora dime, por favor, con qué podrías ser atado.
(11)
‫רְלא־‬
ֹֽׁ ‫ֲש‬
ִ֛ ֶ ‫ְבעֲב ִ ֣תיםְחֲדָ ֻׁ֔ ִשיםְא‬
ֹֽׁ ֙‫ְאם־אָ ֤סֹורְיֹֽׁאס ֨רונִ י‬ ִ ָ‫ו ֣יאמֶ רְאֵ ֶֻׁ֔ליה‬
:‫ָּ֥דְהאָ ָ ֹֽׁדם‬
ֹֽׁ ָ ‫ָ֖יתיְכְאח‬
ִ ‫יתיְוְהָ ִי‬
ִ ‫נע ָ ֲָּ֥שהְבָ ֶהָ֖םְמְלָאכָ ֹ֑הְוְחָ ִ ָּ֥ל‬
17 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiómer eléiha, im-asór iáasrúní bá'avotím jadashím, ashér ló-na'asáh vahém


mêlajáh; vêjalíti vêhaíti kêajád háadám.

Él le dijo: –Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no hayan sido
usadas, entonces me debilitaré y seré como un hombre cualquiera.
(12)
ְ ֙‫ו ִת ֣קחְדְ לִ י ָלהְ֩עֲב ֨ ִתיםְחֲדָ ִ֜ ִשיםְו ֹֽׁתאס ֵ ֣רהוְבָ ִ֗ ֶהםְו ֤תאמֶ רְאֵ לָיו‬
ְ‫ְשמ ֻׁ֔שֹוןְוְ ָ ֹֽׁהא ֵ ָ֖רבְי ֵ ֣שבְבֶ ָחֹ֑דֶ רְוַֹֽֽׁינתְ ֵ ִ֛קםְמֵ עָּ֥לְזְ ֹֽׁרע ָ ָ֖תיו‬
ִ ֙‫פְלִ ש ִ ֤תיםְ ָע ֶ֨ליך‬
:‫כ ֹֽׁחוט‬
vatiqáj dêlilah 'avotím jadashím vatáasréhu vahém vatómer elav pêlishtím
'aléjá shimshón, vêháorév ioshév bejáder; váinatêqém me'ál zêró'otáv kajút.

Luego Dalila tomó sogas nuevas y lo ató con ellas. Y le dijo: –¡Sansón, los
filisteos sobre ti! Y había personas acechando en el cuarto. Pero él rompió las
sogas de sus brazos como un hilo.
(13)
ְ‫ד־הנָהְהֵ ֤תלתָ ְבִ י֙ ְותְד ֵב֤רְאֵ לי֙ ְכְז ִָֻׁ֔בים‬
ֵ ִ֜ ‫ל־שמ ִ֗שֹוןְע‬ ִ ֶ‫ו ֨תאמֶ רְדְלִ י ִָ֜להְא‬
ְ‫ת־שבע‬ ִ֛ ֶ ֶ‫ם־תאר ִִ֗גיְא‬ ֹֽׁ ‫הְתאָ ֵ ֹ֑סרְו ֣יאמֶ רְאֵ ֶֻׁ֔ליהָ ְ ִא‬
ֹֽׁ ֵ ‫ה ִג֣ידָ הְלִֻׁ֔ יְב ֶ ָ֖מ‬
:‫אשיְעִ ם־המ ָ ֹֽׁסכֶת‬ ָ֖ ִ ‫מחלְ ָּ֥פֹותְר‬
vatómer dêliláh el-shimshón 'ad-hénah hetálta bí vatêdabér elaí kêzavím,
hagídah lí, baméh téasér; vaiómer eléiha, im-táargí et-shéva' majlêfót roshí
'im-hamasájet.

Entonces Dalila dijo a Sansón: –Hasta ahora te has burlado de mí y me has


dicho mentiras. Dime, pues, con qué podrías ser atado. Él entonces le dijo: –Si
tejes los siete mechones de mi cabellera entre la urdimbre, y los aseguras con
la clavija del telar contra la pared, me debilitaré y seré como un hombre
cualquiera. Dalila lo hizo dormir y tejió los siete mechones de su cabellera
entre la urdimbre.
(14)
ִ ֙‫ָ֖יךְשמ ֹ֑שֹוןְויִ יקץ‬
ְ‫ְמשְנ ָֻׁ֔תֹו‬ ִ ֶ‫ו ִתתקע֙ ְבי ֻׁ֔ ֵָתדְו ֣תאמֶ רְאֵ ָֻׁ֔ליוְפְלִ ש ִ ָּ֥תיםְעָל‬
:‫ויִ ִ֛סעְאֶ ת־הי ָּ֥תדְהָ ֶ ָ֖א ֶרגְוְאֶ ת־המ ָ ֹֽׁסכֶת‬
vatitqa' baiatéd, vatómer eláv, pêlishtím 'aléja shimshón; vaiqatz mishênató,
vaisá' et-haitád haéreg vêet-hamasájet.

Luego ella aseguró la clavija y le dijo: –¡Sansón, los filisteos sobre ti! Pero al
despertar de su sueño, él arrancó la clavija del telar con la tela.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 17

(15)
ְ‫יןְא ִ ֹ֑תיְזֶ ֣הְשָ ֹל֤ ש‬
ִ ‫ְא‬ ֣ ֵ ָ֖‫אמרְאֲהב ֻׁ֔ ִתיְךְוְלִ בְך‬ ֣ ‫ו ֣תאמֶ רְאֵ ִָ֗ליוְאֵֵ֚ יְךְת‬
:‫הְכחֲךָּ֥ ְג ָֹֽׁדֹול‬ ֹֽׁ ‫ְביְוְ ֹֽׁלא־הִ ֣גַֽדתָ ְלִֻׁ֔ יְב ֶ ָ֖מ‬
ִֻׁ֔ ָ‫פְע ִָמים֙ ְהֵ ֣תלת‬
vatómer eláv éij tomár ahavtíj, vêlibêjá éin ití; zéh shalósh pê'amim hetálta bí,
vêló-higádta lí, baméh kójajá gadól.

Y ella le dijo: –¿Cómo, pues, dices: 'Yo te amo', siendo que tu corazón no está
conmigo? Ya son tres veces las que te has burlado de mí, y no me has
revelado en qué consiste tu gran fuerza.
(16)
ְ‫יְכי־הֵ ֨ ִציקָ הְלָּ֧ ֹוְבִ דבָ ֶ ִ֛ריהָ ְכְל־הי ִ ָָ֖מיםְותְ ֹֽׁאלְ ֵצֹ֑הוְו ִתקצָּ֥רְנפ ָ֖שֹו‬
ֹֽׁ ִ ִ‫ַֽ֠ויה‬
:‫ל ָֹֽׁמות‬
váihi kí-hetzíqah ló vidvaréiha kol-haiamím vatêálêtzéhu; vatiqtzár nafshó
lamút.

Y aconteció que como ella le presionaba todos los días con sus palabras y le
importunaba, el alma de él fue reducida a mortal angustia.
(17)
‫יְכי־‬
ֹֽׁ ִ ‫אש‬ ִ ֻׁ֔ ‫ְלא־עָלָ ֣הְעל־ר‬ ֹֽׁ ֙‫ְמֹורה‬
ָ ֙‫ויגֶד־לָ ּ֣הְאֶ ת־כְל־לִ ִ֗בֹוְו ֤יאמֶ רְלָּה‬
ְ‫יתי‬
ִ ‫רְמ ֶ ֣מנִ יְכ ִֻׁ֔חיְוְחָ ִ ָּ֥ל‬
ִ ‫ןְא ִ ֹ֑מיְ ִאם־ג ֨לח ִתי֙ ְוְ ָ ֣ס‬
ִ ֶ‫ָ֖יְמ ֶב֣ט‬
ִ ‫ֱֹלהיםְא ֲִנ‬ ִ֛ ִ ‫נְזִ ָּ֧ירְא‬
:ְ‫ל־האָ ָ ֹֽׁדם‬
ֹֽׁ ָ ְ‫ָ֖יתיְכְכ‬
ִ ‫וְהָ ִי‬
vaiaged-láĥ et-kol-libó vaiómer laĥ morah ló-'aláh 'al-roshí, kí-nêzír elohím
aní mibéten imí; im-gulájtí vêsár miméni jojí, vêjalíti vêhaíti kêjol-háadám .

Entonces le descubrió todo su corazón y le dijo: –Nunca pasó una navaja


sobre mi cabeza, porque soy nazareo de Elohim desde el vientre de mi madre.
Si soy rapado, entonces mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y seré como
un hombre cualquiera.
(18)
ְ‫הְכי־הִ ִג֣ידְלָּהָ֮ ְאֶ ת־כְל־לִ בֹוְו ִתש ִ֡לחְו ִתק ָראְ֩לְסר ֵ֨ני‬ ֹֽׁ ִ ‫ו ֵ ֣ת ֶראְדְלִ י ִָ֗ל‬
ְ‫ָּ֥ידְלהְ(לי)ְאֶ ת־כְל־לִ ֹ֑בֹוְוְעָל֤ ו‬
ָ֖ ִ ‫םְכי־הִ ִג‬
ֹֽׁ ִ ‫פְלִ ש ִ ֤תיםְלֵאמר֙ ְעֲל֣ וְה ֻׁ֔פע‬
:‫יהְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְו ֹֽׁיעֲלָּ֥ וְהכֶ ָ֖סֶ ףְבְי ָ ָֹֽׁדם‬ ָ֙ ‫אֵ ֶ֨ל‬
vatére dêliláh kí-higíd laĥ et-kol-libó vatishláj vatiqra lêsarnéi fêlishtím lemor
'alú hapá'am, kí-higíd lh (lí) et-kol-libó; vê'alú eléihá sarnéi fêlishtím, vaiá'alú
hakésef bêiadám.

Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los
jefes de los filisteos, diciendo: 'Venid esta vez, porque él me ha descubierto
17 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

todo su corazón.' Entonces los jefes de los filisteos fueron a ella, llevando el
dinero en la mano.
(19)
ְ‫ת־שבעְמחלְ ֣פֹות‬
ָ֖ ֶ ֶ‫ותְישְ ֵ֨נהו֙ ְעל־בִ ר ֶֻׁ֔כיהָ ְו ִתק ָ ֣ראְל ִָֻׁ֔אישְותְג ּ֕לחְא‬
:‫ֹוְמע ָ ָֹֽׁליו‬
ֹֽׁ ֵ ‫נֹותֹוְויָ ָּ֥סרְכ ָ֖ח‬
ֻׁ֔ ‫אשֹוְו ֨ ָתחֶ לְ֙לְע‬
ֹ֑ ‫ר‬
vatêiashênéhú 'al-birkéiha, vatiqrá laísh, vatêgaláj et-shéva' majlêfót roshó;
vatájel lê'anotó, vaiásar kojó mé'aláv.

Ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas. Llamó a un hombre, quien le
rapó los siete mechones de su cabeza. Entonces ella comenzó a atormentarlo,
pues su fuerza se había apartado de él.
(20)
ְ‫ץְמשְנ ִָ֗תֹוְו ֨יאמֶ ר֙ ְאֵ ִ֞ ֵצאְכְפ֤עם‬ִ ‫ָ֖יךְשמ ֹ֑שֹוןְויִ ֣ק‬
ִ ֶ‫ו ּ֕תאמֶ רְפְלִ ש ִ ָּ֥תיםְעָל‬
:ְ‫רְמע ָ ָֹֽׁליו‬
ֹֽׁ ֵ ‫ָ֖הְס‬
ָּ֥ ָ ָ‫עְכיְיהו‬
ָּ֥ ִ ‫ְלאְי ָֻׁ֔ד‬
֣ ֙‫בְ ֨פעם֙ ְוְ ִא ָנ ֵֻׁ֔ערְוְהוא‬
vatómer pêlishtím 'aléja shimshón; vaiqátz mishênató vaiómer etzé kêfá'am
bêfá'am vêina'ér, vêhu ló iadá', kí Adonai sár mé'aláv .

Y ella le dijo: –¡Sansón, los filisteos sobre ti! Él se despertó de su sueño y


pensó: 'Saldré como las otras veces y me escaparé.' Pero no sabía que el
Eterno ya se había apartado de él.
(21)
ְ‫ידוְאֹותֹוְע ִָ֗זתָ ה‬
ִ֜ ‫יֹור‬
֨ ִ ‫ו ֹֽׁיאחֲז֣ והוְפְלִ ש ֻׁ֔ ִתיםְוַֹֽֽׁינקְ ָ֖רוְאֶ ת־עֵינָ ֹ֑יוְו‬
:)‫ֲסורים‬
ֹֽׁ ִ ‫ָּ֥יתְהאסיריםְ(הא‬
ֹֽׁ ָ ‫יְטֹוחָ֖ןְבְ ֵב‬
ֵ ‫ְבנְחש ֻׁ֔תיִ םְוי ִ ָּ֥ה‬ֹֽׁ ֙‫ויֹֽׁאס ֨רוהו‬
vaiójazúhu fêlishtím, váinaqêrú et-'eináv; vaiorídu otó 'azátah vaiáasrúhú
bánêjushtáim, vaihí tojén bêvéit hsirim (háasurím).

Entonces los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos y lo llevaron a


Gaza. Y lo ataron con cadenas de bronce, para que moliese en la cárcel.
(22)
‫ פ‬:‫ֲשרְג ָ ֹֽׁלח‬
ָּ֥ ֶ ‫אשֹוְלְצ ֵ ָ֖מחְ ֹֽׁכא‬
ִ֛ ‫ויָ ָּ֧חֶ לְשְער־ר‬
vaiájel sê'ar-roshó lêtzaméaj káashér guláj.

Sin embargo, después que fue rapado, el cabello de su cabeza comenzó a


crecer.
(23)
ְ‫יהָ֖םְול ִשמ ָחֹ֑ה‬
ֶ ֵ‫יםְנֹֽׁאֶ ספו֙ ְלִ ז ָּ֧בח ְֶזֹֽׁבח־ג ִָ֛דֹולְלְדָ גָּ֥ ֹוןְאֱֹלֹֽׁ ה‬
ֶ ‫וְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ִ֗ ִת‬
:‫ֹוןְאֹוי ֵ ֹֽׁבנו‬
ֹֽׁ ‫תְשמ ָּ֥ש‬
ִ ‫נוְא‬ ָ֖ ֵ ‫ֱֹלהינו֙ ְבְי ֻׁ֔ ֵָד‬
ֵ ֨ ‫ו ֣יאמ ֻׁ֔רוְנ ָ֤תןְא‬
vêsarnéi fêlishtím néesfú lizbóaj zévaj-gadól lêdagón elóheihém ulsimjáh;
vaiómrú, natán elohéinú bêiadénu, ét shimshón óivénu.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 17

Entonces los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a
Dagón su dios y para regocijarse. Y decían: –¡Nuestro dios ha entregado en
nuestra mano a Sansón, nuestro enemigo!
(24)
ְ‫ֱֹלה֤ינו‬ ֵ ‫יְאמְ ִ֗רוְנ ָ֨תןְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹ֑םְכ‬ ֣ ִ ‫יה‬ ֶ ֵ‫ויִ ר ֤אוְאתֹו֙ ְהָ ָֻׁ֔עםְוַֹֽֽׁיהלְלָ֖ וְאֶ ת־אֱֹלֹֽׁ ה‬
:‫ֲשרְהִ ר ָבָ֖הְאֶ ת־ ֲחל ֵ ָֹֽׁלינו‬ ָּ֥ ֶ ‫נוְוא‬
ֹֽׁ ‫ְמח ִ ֲ֣ריבְאר ֻׁ֔ ֵצ‬
ֹֽׁ ֙‫ת־אֹוי ֻׁ֔ ֵבנוְוְאֵ ת‬
֣ ֶ‫בְי ֨ ֵָדנו֙ ְא‬
vairú otó ha'ám, váihalêlú et-elóheihém; kí ámêrú natán elohéinu vêiadénú et-
óivénu, vêet májarív artzénu, váashér hirbáh et-jalaléinu.

Al verlo el pueblo, alabó a su dios diciendo: –¡Nuestro dios ha entregado en


nuestra mano a nuestro enemigo, al destructor de nuestra tierra, que había
matado a muchos de los nuestros!
(25)
ְ‫ישחֶ ק־לָ ֹ֑נו‬ ֹֽׁ ִ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ְכיְטובְ(כְ ֣טֹוב)ְלִ ֻׁ֔ ָבםְו ֣יאמ ֻׁ֔רוְקִ ר ָּ֥אוְלְ ִשמ ָ֖שֹוןְו‬
ְ‫ֵיהם‬ֶ ֻׁ֔ ‫ֲסורים)ְויצחֵ ק֙ ְלִ פנ‬ ִ֗ ִ ‫֣יתְהאסיריםְ(הא‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹוןְמ ֵב‬ִ ‫ויִ קרְ ֨אוְלְ ִשמ ִ֜ש‬
:‫מודים‬ֹֽׁ ִ ‫ָּ֥יןְהע‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹוְב‬
ֵ ‫ידוְאֹות‬
ָ֖ ‫ו ֹֽׁיע ִ ֲָּ֥מ‬
váihí ji tvv (kêtóv) libám, vaiómrú, qirú lêshimshón visájeq-lánu; vaiqrêú
lêshimshón mibéit hsirim (háasurím) vaitzajeq lifneihém, vaiá'amídu otó béin
há'amudím.

Y aconteció que cuando el corazón de ellos estaba alegre, dijeron: –Llamad a


Sansón para que nos sirva de espectáculo. Llamaron a Sansón de la cárcel, y
servía de espectáculo delante de ellos. Lo pusieron entre las columnas.
(26)
ְ‫הְאֹותיְוהימשני‬ ִ ָ‫רְשמ ִ֜שֹוןְאֶ ל־ה ֨נערְה ֹֽׁמחֲזִ ֣יקְבְיָדֹוְָ֮ה ִנ֣יח‬ ִ ֶ‫ו ֨יאמ‬
:‫ֵיהם‬
ֹֽׁ ֶ ‫ֵיהֹ֑םְוְאֶ שָ עֵ ָ֖ןְ ֲעל‬
ֶ ‫ֲשרְהבָ֖יִ תְנָכ֣ ֹוןְ ֲעל‬ ָּ֥ ֶ ‫ת־העמ ִֻׁ֔דיםְא‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫(וה ֲִמישֵ֨ נִ י֙ )ְא‬
ֹֽׁ
vaiómer shimshón el-haná'ar hamájazíq bêiadó haníjah otí vhymsny
(váhamishéní) et-há'amudím, ashér habáit najón 'aleihém; vêesha'én 'aleihém.

Y Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: –Déjame palpar las


columnas sobre las cuales descansa el edificio, para que me apoye en ellas.
(27)
ְ‫הְכלְסרנֵ ֣יְפְלִ ש ִ ֹ֑תיםְוְעל־ה ִ֗ ָגג‬
ָ֖ ָ‫֤אְה ֲאנ ִָשים֙ ְוְהנ ֻׁ֔ ִָשיםְוְשָּ֕ מ‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫וְה ִ֗ביִ תְמָ ל‬
:‫ֹוקְשמ ֹֽׁשֹון‬
ִ ‫הְהר ִ ָ֖איםְבִ ש ָּ֥ח‬
ֹֽׁ ָ ָֻׁ֔‫ְאישְוְ ִאש‬
֣ ִ ֙‫כִ שֹל֤ שֶ תְ ֲאלָפִ ים‬
vêhabáit malé háanashim vêhanashím, vêshámah kól sarnéi fêlishtím; vê'al-
hagág kishlóshet alafim ísh vêisháh, hároím bisjóq shimshón.

El edificio estaba lleno de hombres y mujeres. Todos los jefes de los filisteos
estaban allí, y en la azotea había como 3000 hombres y mujeres que estaban
mirando el espectáculo de Sansón.
17 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(28)
ְ‫הוהְזְכ ֵ ֣רנִ יְ ָנאְ֩וְחזְ ֨ ֵקנִ יְ ִָ֜נא‬
ִִ֡ ‫אמרְאֲדנָ ֣יְי‬
ֹ֑ ‫אְשמ ִ֛שֹוןְאֶ ל־יהוָ ָ֖הְוי‬ ִ ‫ויִ ק ָ ָּ֥ר‬
ְ‫ִ֛תְמשְ ֵ ָּ֥תיְעֵינָ֖י‬
ִ ‫ֹלהיםְוְ ִא ָנַֹֽֽׁקְ ָ ָּ֧מהְנְקם־אח‬
ִֻׁ֔ ֱ‫ְהא‬
ֹֽׁ ָ ֙‫֣אְךְהפ֤עםְהזֶה‬
:ְ‫ִמפְלִ ש ִ ֹֽׁתים‬
vaiqrá shimshón el-Adonai vaiomár; adonái ihvíh zojréni na vêjazêqéni ná áj
hapá'am hazeh háelohím, vêináqêmáh nêqam-aját mishêtéi 'einái mipêlishtím.

Entonces Sansón clamó al Eterno diciendo: –¡Señor Elohim, por favor,


acuérdate de mí! Dame, te ruego, fuerzas solamente esta vez, oh Elohim, para
que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.
(29)
ְ‫ֵיהם‬
ֶ ֻׁ֔ ‫ֲשרְה ֨ביִ ת֙ ְנָכ֣ ֹוןְ ֲעל‬
֤ ֶ ‫מודיְה ִ֗ ָתוְֶךְא‬
֣ ֵ ‫תְשמ ִ֜שֹוןְאֶ ת־שְנֵ ֣יְ׀ְע‬ ִ ‫ויִ ל ֨פ‬
:‫ימינָ֖ ֹוְוְאֶ ָחָּ֥דְבִ שמאלֹֽׁ ֹו‬
ִ ‫ָּ֥דְב‬ ֶ ‫ויִ סָ ֵ ָ֖מְךְ ֲעל‬
ֹֽׁ ִ ‫ֵיהֹ֑םְאֶ ָח‬
vailpót shimshón et-shênéi | 'amudéi hatávej ashér habáit najón 'aleihém,
vaisaméj 'aleihém; ejád bíminó vêejád bismoló.

En seguida Sansón palpó las dos columnas de en medio, sobre las cuales
descansaba el edificio; y se apoyó contra ellas, contra una con su mano
derecha y contra la otra con su mano izquierda.
(30)
ְ ֙‫רְשמ ִ֗שֹוןְתָ ֣מֹותְנפ ִשיָ֮ ְעִ ם־פְלִ ש ִתיםְויֵ ֣טְבְ ֻׁ֔כחְויִ ֤פלְה ֨ביִ ת‬ ִ ֶ‫ו ֣יאמ‬
ְ‫ֲשרְהֵ ִ ֣מית‬ ֣ ֶ ‫ר־בֹוְו ִ ֹֽׁיהי֤ וְהמֵ ִתים֙ ְא‬
ֹ֑ ֶ‫על־הסְ ָר ֻׁ֔ ִניםְוְעל־כְל־הָ עָ ָ֖םְאֲש‬
:ְ‫ֲשרְהֵ ִ ָ֖מיתְבְח ָיֹֽׁיו‬
ָּ֥ ֶ ‫יםְמא‬
ֹֽׁ ֵ ‫מֹותֹוְר ִּ֕ב‬
ֻׁ֔ ְ‫ב‬
vaiómer shimshón tamót nafshí 'im-pêlishtim vaiét bêjóaj, vaipól habáit 'al-
hasêraním, vê'al-kol-ha'ám asher-bó; vaíhíu hametim ashér hemít bêmotó,
rabím méashér hemít bêjaiáv .

Y dijo Sansón: –¡Muera yo con los filisteos! Entonces empujó con fuerza, y el
edificio cayó sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba en él. Y fueron
más los que mató al morir que los que había matado durante su vida.
(31)
ְ‫וְאֹותֹו‬
ִ֗ ‫ל־ב֣יתְאָ בִ יהוָ֮ ְויִ ש ֣אוְאתֹוְוַֹֽֽׁיעֲל֣ וְ׀ְויִ קבְ ֣ר‬ ֵ ְ‫ַֽרד֨ וְאֶ ִ֜ ָחיוְוְכ‬
ְ ‫ו ֵ ֹֽׁי‬
‫ְוב֣יןְאֶ שתָ ֻׁ֔אלְבְ ֶ ָ֖קבֶ רְמָ נ֣ ֹוחְאָ ִ ֹ֑ביוְוְ ִ֛הואְשָ פָּ֥טְאֶ ת־‬
ֵ ֙‫ֵב֤יןְצְרעָה‬
‫ פ‬:‫יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְעֶש ִ ָּ֥ריםְשָ ָנֹֽׁה‬
vaiérêdú ejáv vêjol-béit avihú vaisú otó váia'alú | vaiqbêrú otó béin tzor'ah
uvéin eshtaól, bêqéver manóaj avív; vêhú shafát et-israél 'esrím shanáh.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 17

Sus hermanos y toda la casa de su padre fueron y lo recogieron. Luego lo


llevaron y lo sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa.
Él juzgó a Israel durante veinte años.

Shofetim – Jueces Capitulo 18


(1)
:‫יכיְהו‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹוְמ‬
ִ ‫ישְמהר־אֶ פ ָ ָ֖ריִ םְוש ָּ֥מ‬
ֹֽׁ ֵ ‫י־א‬
ָּ֥ ִ ִ‫וַֹֽֽׁיה‬
váihi-ísh méhar-efráim ushmó mijáiêhu.

Había un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llamaba Micaías.


(2)
ְ ֙‫ֲשרְל ֹֹֽֽׁׁקח־ ִָ֗לְךְואתיְ(וְ ֤את)ְאָ לִ ית‬֣ ֶ ‫ו ֣יאמֶ רְלְ ִא ִ֡מֹוְאֶ ֶלףְ֩ומֵ ֨ ָאהְה ִֶ֜כסֶ ףְא‬
ְ‫רְא ֻׁ֔מֹו‬
ִ ֶ‫ףְא ִ ָ֖תיְאֲ ִנ֣יְלְקח ִ ֹ֑תיוְו ֣תאמ‬
ִ ֶ‫וְגם֙ ְאָ ֣מרתְבְאְז ֻׁ֔ניְהִ ֵנֹֽׁה־הכֶ ָּ֥ס‬
:ְ‫יהוֹֽׁה‬ָ ‫ָ֖יְל‬
ֹֽׁ ‫בָ ָּ֥רוְךְבְ ִנ‬
vaiómer lêimó elef umeáh hakésef ashér lúqáj-láj vti (vêát) alit vêgam amárt
bêoznái, hinéh-hakésef ití aní lêqajtív; vatómer imó, barúj bêní láAdonai .

Y éste dijo a su madre: –Las 1100 piezas de plata que te fueron tomadas y por
las que tú maldecías y hablabas en mi presencia, he aquí que la plata está en
mi poder; yo la había tomado. Entonces su madre dijo: –¡el Eterno te bendiga,
hijo mío!
(3)
ְ‫רְא ִ֡מֹוְהק ֵ ֣דשְהִ ק ֣דש ִתי‬ ִ ֶ‫ת־אלֶף־ומֵ ָ ָּ֥אהְהכֶ ָ֖סֶ ףְלְ ִא ֹ֑מֹוְו ֣תאמ‬ ֹֽׁ ֶ ֶ‫ויָ ִ֛שֶ בְא‬
ְ‫יבָּ֥נו‬
ֶ ‫הְמי ִִָ֜דיְלִ ב ִ֗ ִניְ ֹֽׁלעֲשֹות֙ ְפֶ ֣סֶ לְומסֵ ָֻׁ֔כהְוְע ָ ָ֖תהְא ֲִש‬
ִ ‫ְ֩ליה ֨ ָו‬
ֹֽׁ ‫אֶ ת־הכֶסֶ ף‬
:ְ‫ָ ֹֽׁלְך‬
vaiáshev et-élef-umeáh hakésef lêimó; vatómer imó haqdésh hiqdáshti et-
hakesef láAdonai miadí livní lá'asot pésel umasejáh, vê'atáh ashivénu láj .

Cuando él devolvió a su madre las 1100 piezas de plata, su madre dijo: –


Solemne y espontáneamente he dedicado la plata al Eterno, por mi hijo, para
hacer una imagen tallada y de fundición. Ahora pues, yo te la devuelvo.
(4)
ְ‫צֹורף‬
ִ֗ ֵ ‫אתיִ םְ ִֶ֜כסֶ ףְו ִתתְנֵ ֣הוְל‬
֨ ָ‫חְאמֹוְ֩מ‬
ִ ‫ויָ ָּ֥שֶ בְאֶ ת־הכֶ ָ֖סֶ ףְלְ ִא ֹ֑מֹוְו ִת ֣ק‬
:‫יכיְהו‬ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥יתְמ‬
ִ ‫וַֹֽֽׁיעֲשֵ֨ הו֙ ְפֶ ֣סֶ לְומסֵ ָֻׁ֔כהְוַֹֽֽׁי ִ ָ֖היְבְ ֵב‬
vaiáshev et-hakésef lêimó; vatiqáj imó matáim késef vatitênéhu latzoréf
váia'aséhú pésel umasejáh, váihí bêvéit mijáiêhu.
18 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Pero él devolvió la plata a su madre. Y su madre tomó 200 piezas de plata y


las dio al fundidor. Éste hizo con ellas una imagen tallada y de fundición, y
fue puesta en la casa de Micaías.
(5)
ְ‫ֱֹלהיםְוי֤עשְאֵ פֹוד֙ ְות ָר ֻׁ֔ ִפיםְוימ ִֵ֗לאְאֶ ת־י֤ד‬
ֹ֑ ִ ‫ֹוְב֣יתְא‬ ֵ ָ֖‫ישְמי ָֻׁ֔כהְל‬ ִ ‫וְהָ ִ ֣א‬
:ְ‫ְמבָ ָֻׁ֔ניוְוַֹֽֽׁיהִ י־לָ֖ ֹוְלְכ ֵ ֹֽׁהן‬
ִ ֙‫אחד‬
vêhaísh mijáh, ló béit elohím; vaiá'as efod utrafím, vaimalé et-iád ajad
mibanáv, váihi-ló lêjohén .

Este hombre, Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos


domésticos, e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.
(6)
‫ פ‬:‫ָ֖יוְיע ֶ ֲֹֽׁשה‬
ֹֽׁ ָ‫לְאישְהי ָ ָָּ֥שרְבְעֵינ‬
ִ֛ ִ ‫יןְמלְֶךְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑א‬
ָ֖ ֶ ‫םְא‬
ָּ֥ ֵ ‫בי ִ ָ֣מיםְהָ ֻׁ֔ ֵה‬
baiamím hahém, éin mélej bêisraél; ísh haiashár bê'eináv iá'aséh.

En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía
recto ante sus propios ojos.
(7)
ְ‫הודהְוְ ָּ֥הואְל ִ ֵָ֖ויְוְ ָּ֥הוא‬
ֹ֑ ָ ְ‫הְמ ִמשפָ֖חתְי‬
ִ ‫הוד‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫רְמ ֵ ָּ֥ביתְ ֶ֨לחֶ ם֙ ְי‬
ִ ‫י־נע‬
ִ֗ ִ‫וַֹֽֽׁיה‬
:‫ֹֽׁר־שם‬
ֹֽׁ ָ ‫ָג‬
váihi-ná'ar mibéit léjem iêhudáh, mimishpájat iêhudáh; vêhú leví vêhú gár-
shám.

Había un joven de Belén de Iehudá [Judá], de la tribu de Iehudá [Judá], que


era levita y vivía allí como forastero.
(8)
ְ‫ֲשרְיִ מ ָצֹ֑אְוי ָָּ֧בא‬
֣ ֶ ‫ורְבא‬
ֹֽׁ ָ֖‫הודהְלָג‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫ירְמ ֵבָּ֥יתְ ֶ֨לחֶ ם֙ ְי‬
ִ ‫ישְמהָ ִ֗ ִע‬
ֹֽׁ ֵ ‫ו ֵ֨ילְֶךְהָ ִִ֜א‬
:‫ָ֖הְלע ֲָּ֥שֹותְדרכֹֽׁ ֹו‬
ֹֽׁ ָ‫יתְמיכ‬ ִ ‫ד־ב‬
ָּ֥ ֵ ‫הר־אֶ פ ִ֛ריִ םְע‬
vaiélej haísh méha'ír mibéit léjem iêhudáh, lagúr báashér imtzá; vaiavó har-
efráim 'ad-béit mijáh lá'asót darkó.

Este hombre había partido de la ciudad de Belén de Iehudá [Judá] para ir a


residir donde encontrase lugar. Y en su caminar por la región montañosa de
Efraín, llegó a la casa de Micaías.
(9)
ְ ֙‫יְמ ֵבָּ֥יתְ ֶ֨לחֶ ם‬
ִ ִ‫ֹוְמיכָ ָ֖הְמֵ ֣איִ ןְתָ ֹ֑בֹואְו ֨יאמֶ רְאֵ ִָ֜ליוְל ִ ֵ֣ויְאָ ִ֗נכ‬
ִ ָּ֥‫ו ֹֽׁיאמֶ ר־ל‬
:‫ֲשרְאֶ מ ָ ֹֽׁצא‬ָּ֥ ֶ ‫ורְבא‬
ֹֽׁ ָ֖‫הודהְוְ ָ ֹֽׁאנ ִ ֣כיְה ֵֻׁ֔לְךְלָג‬
ָ ֻׁ֔ ְ‫י‬
vaiómer-ló mijáh meáin tavó; vaiómer eláv leví anóji mibéit léjem iêhudáh,
vêánojí holéj, lagúr báashér emtzá.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 18

Y Micaías le preguntó: –¿De dónde vienes? Él le respondió: –Soy un levita de


Belén de Iehudá [Judá], y voy a residir donde encuentre lugar.
(10)
ְ‫יְאתֶ ן־לְ ִ֜ך‬
ֹֽׁ ֶ ‫יְוֹֽׁהיֵה־לִ יָ֮ ְלְ ָ ֣אבְולכהֵ ןְוְ ָ ֹֽׁאנ ֨ ִכ‬
ֶ ‫ֹוְמי ִָ֜כהְשְ ָב֣הְעִ מָ ִִ֗ד‬ ִ ‫ְ֩ל‬ ֨ ‫ויאמֶ ר‬
:‫יםְומחְי ֶ ָֹ֑תךְויֵ ָ֖לְֶךְהל ִ ֵֹֽׁוי‬
ֹֽׁ ִ ‫ע ֶ ֲ֤ש ֶרתְ ֶ֨כסֶ ף֙ ְלי ִָֻׁ֔מיםְוְעֵ ֶָּ֥רְךְבְג ִ ָָ֖ד‬
vaiomer ló mijáh shêváh 'imadí véhyeh-lí lêáv uljohen vêánojí éten-lêjá 'aséret
késef laiamím, vê'érej bêgadím umíjêiatéja; vaiélej haleví.

Entonces le dijo Micaías: –Quédate conmigo y sé para mí como padre y


sacerdote. Yo te daré 10 piezas de plata por año, y tu ropa y tu comida. El
levita entró.
(11)
:‫ָ֖דְמבָ ָנֹֽׁיו‬
ִ ‫ָשבֶ תְאֶ ת־הָ ִ ֹ֑אישְוי ִ ֤היְה ֨נער֙ ְֻׁ֔לֹוְכְאח‬
֣ ֶ ‫ויָּ֥ ֹואֶ לְהל ִֵוָ֖יְל‬
vaióel haleví lashévet et-haísh; vaihí haná'ar ló, kêajád mibanáv.

El levita convino en habitar con aquel hombre, y el joven llegó a ser para él
como uno de sus hijos.
(12)
:‫יכה‬
ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥יתְמ‬
ִ ‫֤אְמיכָה֙ ְאֶ ת־י֣דְהל ִֵֻׁ֔ויְוַֹֽֽׁיהִ י־לָּ֥ ֹוְהנָ֖ערְלְכ ֵהֹ֑ןְוי ִ ָ֖היְבְ ֵב‬
ִ ֵ‫וימל‬
vaimalé mijah et-iád haleví, váihi-ló haná'ar lêjohén; vaihí bêvéit mijáh.

Micaías invistió al levita, el cual le servía de sacerdote y vivía en la casa de


Micaías.
(13)
ְ‫ָה־ליְהל ִ ֵָ֖וי‬
ִ֛ ִ ‫יְהי‬
ֹֽׁ ָ ‫יְכ‬
ָּ֧ ִ ‫ָ֖הְל‬
ֹ֑ ִ ָ‫ֵיטיבְיהו‬
ָּ֥ ִ ‫יְכי־י‬
ֹֽׁ ִ ‫רְמי ָֻׁ֔כהְע ָ ֣תהְי ָֻׁ֔דע ִת‬
ִ ֶ‫ו ֣יאמ‬
‫ פ‬:ְ‫לְכ ֵ ֹֽׁהן‬
vaiómer mijáh, 'atáh iadá'ti, kí-ieitív Adonai lí; kí háiah-lí haleví lêjohén .

Micaías dijo: –¡Ahora sé que el Eterno me prosperará, porque un levita ha


venido a ser mi sacerdote!

Shofetim – Jueces Capitulo 19


(1)
‫םְשבֶ טְהדָ ִ֞ ִניְמְבקֶ ש־‬
֣ ֵ ‫יןְמלְֶךְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְובי ִ ָ֣מיםְהָ ִ֗ ֵה‬
ָ֖ ֶ ‫םְא‬
ָּ֥ ֵ ‫בי ִ ָ֣מיםְהָ ֻׁ֔ ֵה‬
ְ‫תֹוְך־שב ֵ ָּ֥טי‬
ִ ְ‫ָהְלֹוְעד־היָּ֥ ֹוםְה ִ֛הואְב‬
ִ֜ ‫ֹוְנ ֲחלָה֙ ְלָשֶֻׁ֔ בֶ תְכִ יְ֩לא־ ָ֨נפל‬ ֹֽׁ ֤‫ל‬
‫ פ‬:‫יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְבְ ֹֽׁנח ָ ֲֹֽׁלה‬
baiamím hahém, éin mélej bêisraél; uvaiamím hahém shévet hadaní
mêvaqesh-ló nájalah lashévet, kí lo-náflah ló 'ad-haióm hahú bêtoj-shivtéi
18, 19 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

israél bênájaláh.

En aquellos días no había rey en Israel. También en aquellos días, la tribu de


Dan buscaba una heredad para sí, donde establecerse, porque hasta entonces
no le había tocado una heredad entre las tribus de Israel.
(2)
ְ‫יםְמקצֹותָ םְ֩ ֲאנ ֨ ִָשים‬ ִ ‫ןְ׀ְמ ִמשפח ִ֡ ָתםְח ֲִמ ָ ֣שהְ ֲאנ ִ ָ֣ש‬ ֣ ָ ‫ויִ שלְ ֣חוְבְנ‬
ֹֽׁ ִ ‫ֵי־ד‬
ְ‫֣הְומאֶ שתָ ִ֗אלְלְרגֵ ֤לְאֶ ת־הָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְולחְקְ ָ ֻׁ֔רּהְו ֹֽׁיאמְ ֣רו‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫לְמצְ ְרע‬ִ ִ‫ֵי־חי‬ִ֜ ‫בְנ‬
ְ‫יתְמי ָֻׁ֔כה‬
ִ ‫ד־ב‬ ֣ ֵ ‫ֲאל ֻׁ֔ ֵֶהםְלְכָ֖ וְחִ ק ֣רוְאֶ ת־הָ ָ ֹ֑א ֶרץְוי ָ֤באוְהר־אֶ פ ֨ריִ ם֙ ְע‬
:‫ינוְשם‬
ֹֽׁ ָ ‫וי ִ ָָ֖ל‬
vaishlêjú vênei-dán | mímishpajtám jamisháh anashím miqtzotam anashím
bênei-jáil mitzorê'áh uméeshtaól lêragél et-haáretz uljoqêráĥ, vaiómêrú
alehém, lêjú jiqrú et-haáretz; vaiavóu har-efráim 'ad-béit mijáh, vaialínu
shám.

Entonces los hijos de Dan enviaron de sus clanes a cinco hombres de entre
todos ellos, hombres valientes de Zora y de Estaol, para reconocer la tierra y
para explorarla. Y les dijeron: –Id y explorad la tierra. Ellos llegaron, en la
región montañosa de Efraín, hasta la casa de Micaías, y pasaron allí la noche.
(3)
ְ‫ת־קֹולְהנָ֖ערְהל ִ ֵֹ֑ויְוי ָ֣סורו‬ ָּ֥ ֶ‫֣יתְמי ָֻׁ֔כהְוְ ֵה֣מָ הְהִ ֻׁ֔ ִכירוְא‬
ִ ‫ם־ב‬ ֵ ִ‫הֵֵ֚ מָ הְע‬
ְ ָּ֥‫םְומה־א ָ ָּ֥תהְע ֶ ִ֛שהְבָ זֶ ָ֖הְומה־לְך‬
ֹֽׁ ָ ‫שִָ֗ םְו ֤יאמרוְלֹו֙ ִ ְֹֽׁמי־הֱבִ יאֲך֣ ְה ֲֹֻׁ֔ל‬
:‫ֹֽׁפה‬
hémah 'im-béit mijáh, vêhémah hikíru, et-qól haná'ar haleví; vaiasúru shám
vaiómru ló mí-heviajá halóm, umáh-atáh 'oséh bazéh umah-lêjá fóh.

Y cuando estaban junto a la casa de Micaías, reconocieron la voz del joven


levita. Se acercaron allí y le dijeron: –¿Quién te ha traído aquí? ¿Qué estás
haciendo en este lugar? ¿Qué tienes que ver tú aquí?

(4)
ֹֽׁ ָ ִ‫יְמיכָ ֹ֑הְויִ שכְ ֵ ּ֕רנ‬
:‫יְואֱהִ י־לָ֖ ֹוְלְכ ֵ ֹֽׁהן‬ ִ ‫הְל‬
ָ֖ ִ ָ‫ו ֣יאמֶ רְ ֲאל ֻׁ֔ ֵֶהםְכ ָ֣זהְוְ ָכ ֶֻׁ֔זהְעָ ָּ֥ש‬
vaiómer alehém, kazóh vêjazéh, 'ásah lí mijáh; vaiskêréni váehi-ló lêjohén.

Y él les respondió: –De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaías, y


me ha empleado para que sea su sacerdote.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 19

(5)
ְ‫ֲשרְאֲנָ֖חנו‬
ָּ֥ ֶ ‫אֹלהיםְוְנֵ ַֽ֣ד ָֻׁ֔עהְהֲתצ ִ ֣לחְדר ֵֻׁ֔כנוְא‬
ֹ֑ ִ ‫֣אְב‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫ו ָּ֥יאמרוְלָ֖ ֹוְשְאל־נ‬
:ְ ָ‫ֹֽׁהלְ ִ ָּ֥כיםְע ֶ ָֹֽׁליה‬
vaiómru ló shêal-ná vélohím; vênéd'áh, hatatzlíaj darkénu, ashér anájnu
hólêjím 'aléiha .

Ellos le dijeron: –Por favor, consulta a Elohim, para que sepamos si ha de


prosperar el viaje que estamos haciendo.
(6)
ְ‫כו־בּה‬
ֹֽׁ ָ ְ‫רְתל‬
ֹֽׁ ֵ ‫ֲש‬
ָּ֥ ֶ ‫ֹוםְנכחְיה ֻׁ֔ ָוהְדרכְכֶ ָ֖םְא‬
֣ ֹ֑‫ו ָּ֧יאמֶ רְל ֶָהִ֛םְהכ ֵהָ֖ןְלְכ֣ וְלְשָ ל‬
‫פ‬:
vaiómer lahém hakohén lêjú lêshalóm; nójaj Adonai, darkêjém ashér télêju-
váĥ .

Y el sacerdote les respondió: –Id en paz, porque el viaje que estáis haciendo
goza de la aprobación del Eterno.
(7)
‫תְה ֲאנ ֻׁ֔ ִָשיםְוי ָָ֖באוְלָ ֹ֑ישָ הְויִ ר ֣אוְאֶ ת־הָ עָ ֣םְאֲשֶ ר־‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫ו ֵיֹֽׁלְכו֙ ְח ֵ ֲ֣מש‬
ְ‫טְצד ִ֜ ִניםְש ֵ ֣קטְ׀ְוב ִ֗ ֵטחְוְאֵ ין־מכלִ֨ ים‬ ֹֽׁ ִ ‫ּ֣הְיֹושבֶ ת־ ַֽ֠ ָלבֶ טחְכְ ִמש ֨פ‬
ֹֽׁ ֶ ‫בְקִ ר ָב‬
ְ‫ְמ ִ ֣ציד ֻׁ֔ ִניםְוְדָ ָבָּ֥רְאֵ ין־ל ֶָהָ֖ם‬
ִ ֙‫יםְהמָ ה‬
ֵ ֨ ‫חֹוק‬ ָּ֥ ִ ‫ְיֹורשְ ֶֻׁ֔עצֶ רְור‬֣ ֵ ֙‫דָ ָב֤רְבָ ֨ ָא ֶרץ‬
:‫עִ ם־אָ ָ ֹֽׁדם‬
vaiélêjú jaméshet háanashím, vaiavóu láishah; vairú et-ha'ám asher-bêqirbáĥ
ioshévet-lávetaj kêmishpát tzídoním shoqét | uvotéaj vêein-majlím davár
baáretz iorésh 'étzer, urjoqím hémah mitzídoním, vêdavár ein-lahém 'im-
adám.

Entonces partieron aquellos cinco hombres y llegaron a Lais. Y vieron que la


gente que habitaba en ella vivía segura, tranquila y confiada, a la manera de
los sidonios. No había en la tierra quien les hiciera ningún daño, ni quien les
desplazara ni oprimiera. Además, estaban lejos de los sidonios y no tenían
trato con nadie.

(8)
ְ‫ָ֖םְמה‬
ָּ֥ ָ ‫יה‬
ֶ ֵ‫יהםְצְרעָ ָ֖הְוְאֶ שתָ ֹ֑אלְו ֹֽׁיאמְ ָּ֥רוְל ֶָהִ֛םְאֲח‬
ֶ ֻׁ֔ ֵ‫וי ָ֨באו֙ ְאֶ ל־אֲח‬
:‫א ֶ ֹֽׁתם‬
vaiavóú el-ajeihém, tzor'áh vêeshtaól; vaiómêrú lahém ajeihém máh atém.
19 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Entonces se volvieron a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les


preguntaron: –¿Qué hay? Ellos respondieron:
(9)
ְ‫ָּ֥הְטֹובָ֖ה‬
ָ ֵ‫יְר ִ֨אינו֙ ְאֶ ת־הָ ֻׁ֔ ָא ֶרץְוְהִ נ‬
ָ ‫םְכ‬
֤ ִ ‫ֵיה‬ ֶ ֻׁ֔ ‫וְקומָ הְוְ ֹֽׁנעֲלֶ ֣הְ ֲעל‬
ֵ֚ ‫ו ֹֽׁיאמְ ִ֗ר‬
:‫מְ ֹ֑אדְוְ א ֶ ֣תםְמח ֻׁ֔ ִשיםְאל־תֵ עָ ֣צ ֻׁ֔לוְלָלֶ ָּ֥ כֶתְל ָָ֖באְל ֶ ָָּ֥רשֶ תְאֶ ת־הָ ָ ֹֽׁא ֶרץ‬
vaiómêrú qúmah vêná'aléh 'aleihém, kí raínú et-haáretz, vêhinéh továh mêód;
vêatém majshím, al-te'átzlú, laléjet lavó laréshet et-haáretz.

–¡Levantaos, subamos contra ellos, porque hemos visto la tierra, y he aquí que
es muy buena! Vosotros, ¿por qué os quedáis quietos? ¡No vaciléis para
poneros en marcha a fin de entrar y tomar posesión de la tierra!
(10)
ְ‫םְכי־נְתָ נָ ָּּ֥ה‬ ֹֽׁ ִ ִ‫כְ ֹֽׁב ֲא ִֶ֞כםְתָ ֣באוְ׀ְאֶ ל־ע֣םְב ִ֗ ֵטחְוְהָ ֨ ָא ֶרץ֙ ְֹֽׁרחֲב֣תְי ָֻׁ֔די‬
:‫ֲשרְבָ ָ ֹֽׁא ֶרץ‬ ָּ֥ ֶ ‫ין־שםְמח ֻׁ֔סֹורְכְל־דָ ָבָ֖רְא‬ ֣ ָ ‫ֲשרְ ֵ ֹֽׁא‬ ֣ ֶ ‫ֱֹלהיםְבְיֶדכֶ ֹ֑םְמָ קֹוםְְ֙א‬
ָ֖ ִ ‫א‬
kêvóajém tavóu | el-'ám botéaj vêhaáretz rájavát iadáim, kí-nêtanáĥ elohím
bêiedjém; maqom ashér éin-shám majsór, kol-davár ashér baáretz .

Cuando vayáis allá, llegaréis a una gente confiada y a una tierra extensa que
Elohim ha entregado en vuestra mano. Es un lugar donde no falta ninguna
cosa de lo que hay en la tierra.
(11)
ְ‫ֹותְאיש‬
ִֻׁ֔ ‫לְשש־מֵ ֣א‬
ֹֽׁ ֵ ‫ָ֖הְומאֶ שתָ ֹ֑א‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫יְמצְ ְרע‬
ִ ‫ְמ ִמשפ֣חתְהדָ ֻׁ֔ ִנ‬ ִ ֤‫ויִ סע‬
ִ ֙‫וְמשָ ם‬
:‫ָּ֥יְמלחָ ָ ֹֽׁמה‬
ִ ֵ‫חָ גָ֖ ורְכְל‬
vais'ú misham mimishpájat hadaní, mitzorê'áh uméeshtaól; shésh-meót ísh,
jagúr kêléi miljamáh.

Entonces 600 hombres de la familia de los danitas, armados para la guerra,


partieron de allí, de Zora y de Estaol.
(12)
ְ‫יהודהְעל־ ִֵ֡כןְ ָ ֹֽׁק ְראוְ֩למָ ֨קֹוםְה ִ֜הוא‬
ֹ֑ ָ ‫יםְב‬ ֹֽׁ ִ ‫וַֹֽֽׁיע ֲִ֗לוְוַֹֽֽׁיחֲנִ֛ וְבְקִ ריָּ֥תְיְע ִ ָָ֖ר‬
:‫הְאח ֵ ֲָ֖ריְקִ ריָּ֥תְיְע ִ ָֹֽׁרים‬
ֹֽׁ ‫ןְעדְהי֣ ֹוםְה ֶֻׁ֔זהְהִ ֵּ֕נ‬ ֵ֚ ‫ֵה־ד‬
ָ ִ֗ ‫ֹֽׁמ ֲחנ‬
váia'alú váiajanú bêqiriát iê'arím bíhudáh; 'al-kén qárêú lamaqóm hahú
májaneh-dán 'ád haióm hazéh, hinéh ájaréi qiriát iê'arím.

Subieron y acamparon en Quiriat-jearim, en Iehudá [Judá], por lo que aquel


lugar fue llamado Campamento de Dan, hasta el día de hoy. He aquí que está
al oeste de Quiriat-jearim.
(13)
:‫יכה‬
ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥יתְמ‬
ִ ‫ד־ב‬ ֵ ‫וְמ ָ ָ֖שםְהר־אֶ פ ָ ֹ֑ריִ םְוי ָָ֖באוְע‬
ִ ‫ויֹֽׁעב ָּ֥ר‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 19

vaiá'avrú mishám har-efráim; vaiavóu 'ad-béit mijáh.

De allí pasaron a la región montañosa de Efraín y llegaron hasta la casa de


Micaías.
(14)
ְ ֙‫אמרו‬
ְ ‫תְה ֲאנ ִ֗ ִָשיםְה ֹֽׁהלְכִ יםָ֮ ְלְר ֵגל ְָ֮אֶ ת־הָ ָ ֣א ֶרץְליִ שְו ֹֽׁי‬ ֹֽׁ ָ ֶ‫וַֹֽֽׁיעֲנִ֞ וְח ֵ ֲ֣מש‬
ְ‫יהםְהידע ִ֗ ֶתםְכִַֽ֠ יְיֵ ֣שְבבְ ִ ֤תיםְהָ ֨ ֵאלֶה֙ ְאֵ ֣פֹודְות ָר ֻׁ֔ ִפיםְופֶ ָ֖סֶ ל‬ ֶ ֻׁ֔ ֵ‫אֶ ל־אֲח‬
:‫וְמה־תע ֲֹֽׁשו‬ ֹֽׁ ָּ֥‫ומסֵ כָ ֹ֑הְוְע ָ ָ֖תהְדְע‬
váia'anú jaméshet háanashím hahólêjim lêragel et-haáretz laish vaiómêrú el-
ajeihém, haida'tém kí iésh babotím haéleh efód utrafím, ufésel umasejáh;
vê'atáh dê'ú máh-ta'asú.

Entonces intervinieron aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la


tierra de Lais, y dijeron a sus hermanos: –¿Sabéis que en estas casas hay un
efod, ídolos domésticos y una imagen tallada y de fundición? Ahora pues,
vosotros sabéis lo que habéis de hacer.
(15)
ְ‫֣יתְמיכָ ֹ֑הְויִ שאֲלו־לָ֖ ֹו‬
ִ ‫יְב‬ ֵ ‫ל־בית־הנָּ֥ערְהל ִ ֵָ֖ו‬
ֹֽׁ ֵ ֶ‫וי ָ֣סורוְשָֻׁ֔ מָ הְוי ִָ֛באוְא‬
:‫לְשָ לֹֽׁ ֹום‬
vaiasúru shámah, vaiavóu el-béit-haná'ar haleví béit mijáh; vaishalu-ló
lêshalóm.

Entonces se acercaron allí, llegaron a la casa del joven levita, en casa de


Micaías, y le saludaron deseándole paz.
(16)
ְ‫֣יְמלחמ ֻׁ֔ ָתםְנִ צָ ִ ָ֖ביםְפֶ ֣תחְה ָ ֹ֑שער‬
ִ ֵ‫ֲגורים֙ ְכְל‬
ִ ‫ֹותְאישְח‬
ִִ֗ ‫וְשֵ ש־מֵ ֣א‬
:‫ֵי־דן‬
ֹֽׁ ָ ‫רְמבְנ‬
ִ ‫ֲש‬ָ֖ ֶ ‫א‬
vêshesh-meót ísh jagurim kêléi miljamtám, nitzavím pétaj hashá'ar; ashér
mibênei-dán.

Los 600 hombres de los hijos de Dan, ceñidos con sus armas de guerra,
estaban a la entrada de la puerta.

(17)
ְ‫תְה ֲאנ ִ֗ ִָשיםְה ֹֽׁהלְכִ יםָ֮ ְלְרגֵ ֣לְאֶ ת־הָ אָ ֶרץ ְָב֣אוְשָֻׁ֔ מָ ה‬
ֹֽׁ ָ ֶ‫וַֹֽֽׁיע ֲִ֞לוְח ֵ ֲ֣מש‬
ְ‫ת־ה֣אֵ ֻׁ֔פֹודְוְאֶ ת־התְ ָר ִ ָ֖פיםְוְאֶ ת־המסֵ כָ ֹ֑הְוְהכ ִ֗ ֵהן‬ ָ ֶ‫ָ ֹֽׁלקְ ִ֗חוְאֶ ת־ה ֶ֨פסֶ לְ֙וְא‬
:‫ישְהחָ גָ֖ ורְכְלֵ ָּ֥יְה ִמלחָ ָ ֹֽׁמה‬
ֹֽׁ ֶ ‫נִ צָ ב֙ ְפֶ ֣תחְה ֻׁ֔שערְוְשֵ ש־מֵ ֣אֹותְהָ ִֻׁ֔א‬
19 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

váia'alú jaméshet háanashím hahólêjim lêragél et-haaretz báu shámah, láqêjú


et-hapésel vêet-háefód, vêet-hatêrafím vêet-hamasejáh; vêhakohén nitzav
pétaj hashá'ar, vêshesh-meót haísh, héjagúr kêléi hamiljamáh.

Mientras el sacerdote estaba a la entrada de la puerta con los 600 hombres


ceñidos con sus armas de guerra, los cinco hombres que habían ido a
reconocer la tierra subieron, entraron allí y tomaron la imagen tallada y de
fundición, el efod y los ídolos domésticos.
(18)
ֹֽׁ ָ ֶ‫֣יתְמי ָֻׁ֔כהְויִ קחו֙ ְאֶ ת־פֶ ֣ס‬
‫לְהאֵ ֻׁ֔פֹודְוְאֶ ת־התְ ָר ִ ָ֖פיםְוְאֶ ת־‬ ִ ‫אוְב‬ֵ ֵָ֚‫וְ ִ֗ ֵאלֶהְב‬
:‫ןְמהְא ֶ ָ֖תםְע ִ ֹֽׁשים‬ָּ֥ ָ ‫המסֵ כָ ֹ֑הְו ֤יאמֶ רְ ֲאלֵיהֶ ם֙ ְהכ ֻׁ֔ ֵה‬
vêéleh báu béit mijáh, vaiqjú et-pésel háefód, vêet-hatêrafím vêet-hamasejáh;
vaiómer aleihem hakohén, máh atém 'osím.

Y cuando entraron estos hombres en la casa de Micaías, y tomaron la imagen


tallada y de fundición, el efod, los ídolos domésticos, el sacerdote les
preguntó: –¿Qué estáis haciendo?
(19)
ְ‫נוְוֹֽׁהיֵה־לָ ָ֖נוְלְ ָ ֣אב‬ ֶ ‫ל־פיך֙ ְוְלֵ ְ֣ךְעִ ֻׁ֔ ָמ‬
ִ ֨ ‫שְשים־יְדְך֤ ְע‬ ֹֽׁ ִ ‫ֹוְהח ֵ ֲִ֜ר‬
ֹֽׁ ‫ְ֩ל‬
֨ ‫ו ֹֽׁיאמְרו‬
ְ‫דְאֹוְהֱיֹֽׁ ֹותך֣ ְכ ֻׁ֔ ֵהןְלְ ֵ ָּ֥שבֶ ט‬ֵ֚ ‫ְאישְאֶ ֻׁ֔ ָח‬֣ ִ ֙‫ולכ ֵהֹ֑ןְה ֲ֣טֹובְ׀ְהֱיֹֽׁ ֹותך֣ ְכ ִ֗ ֵהןְלְבֵ ית‬
:‫ול ִמשפ ָָחָ֖הְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vaiómêrú ló hájarésh sím-iodêjá 'al-píjá vêléj 'imánu, véhyeh-lánu lêáv
uljohén; hatóv | heíotjá johén lêveit ísh ejád, ó heíotjá johén, lêshévet
ulmishpajáh bêisraél.

Ellos le respondieron: –¡Cállate! Pon la mano sobre tu boca, vente con


nosotros y sé para nosotros como padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas
sacerdote de la casa de un solo hombre, o que seas sacerdote de una tribu y de
un clan de Israel?
(20)
ָ ֶ‫ויִ יטב֙ ְלֵ ֣בְהכ ֻׁ֔ ֵהןְויִ קח֙ ְא‬
ְ‫ת־ה֣אֵ ֻׁ֔פֹודְוְאֶ ת־התְ ָר ִ ָ֖פיםְוְאֶ ת־הפָ ֹ֑סֶ לְוי ָָ֖בא‬
:‫בְ ֶ ָּ֥ק ֶרבְהָ ָ ֹֽׁעם‬
vaitav lév hakohén, vaiqaj et-háefód, vêet-hatêrafím vêet-hapásel; vaiavó
bêqérev ha'ám.

Se alegró el corazón del sacerdote; y tomó el efod, los ídolos domésticos y la


imagen tallada, y se fue en medio de aquella gente.
(21)
ָ֖ ָ ְ‫ויִ פנָ֖ וְויֵלֵ ֹ֑כוְוי ֨ ִָשימוְאֶ ת־ה ָּ֧טףְוְאֶ ת־ה ִמקנֶ ִ֛הְוְאֶ ת־הכ‬
ְ‫בודה‬
:‫ֵיהם‬ ֹֽׁ ֶ ‫לִ פנ‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 19

vaifnú vaieléju; vaiasímu et-hatáf vêet-hamiqnéh vêet-hakêvudáh lifneihém.

Ellos se volvieron y partieron, poniendo delante de ellos a los niños, el ganado


y las posesiones.
(22)
ְ‫ם־בית‬
֣ ֵ ִ‫ֲשרְבבְ ִתים֙ ְאֲשֶ ר֙ ְע‬
֤ ֶ ‫֣יתְמיכָ ֹ֑הְוְ ָ ֹֽׁה ֲאנ ִ֗ ִָשיםְא‬
ִ ‫יקוְמ ֵב‬
ִ ‫ֵהָּ֥מָ הְהִ ר ִ ָ֖ח‬
:‫ֵי־דן‬ ֹֽׁ ָ ‫הְנזְע ֲֻׁ֔קוְויד ִ ָ֖ביקוְאֶ ת־בְנ‬
ֹֽׁ ִ ‫ִמי ָֻׁ֔כ‬
hémah hirjíqu mibéit mijáh; vêháanashím ashér babotim asher 'im-béit mijáh,
nízê'aqú, vaiadbíqu et-bênei-dán.

Cuando ya se habían alejado de la casa de Micaías, los hombres que habitaban


en las casas cercanas a la casa de Micaías fueron convocados y alcanzaron a
los hijos de Dan.
(23)
ְ‫ְכי‬
ָּ֥ ִ ָ֖‫ֵיהֹ֑םְו ֹֽׁיאמְ ֣רוְלְ ִמי ָֻׁ֔כהְמה־לְך‬ ָ ֻׁ֔ ‫וַֹֽֽׁיִ קרְאו֙ ְאֶ ל־בְנ‬
ֶ ‫ֵי־דןְוי ֵ ָ֖סבוְפְנ‬
: ָ‫נִ ז ָ ֹֽׁעקְת‬
váiqrêú el-bênei-dán, vaiasébu pêneihém; vaiómêrú lêmijáh, mah-lêjá kí
niz'áqêta.

Entonces gritaron a los hijos de Dan, quienes volvieron la cara y preguntaron


a Micaías: –¿Qué te pasa que has convocado gente?
(24)
‫יתיְלְקח ֶ ָּ֧תםְוְֹֽׁאֶ ת־הכ ֵהִ֛ןְו ֵ ֹֽׁתלְכָ֖ וְומה־‬ ִ ‫ו ִ֡יאמֶ רְאֶ ת־אֱֹלהיְ֩אֲשֶ ר־ע ֨ ִָש‬
:‫ה־לְך‬
ֹֽׁ ָ ‫ִ֛הְתאמְ ָּ֥רוְאֵ לָ֖יְמ‬
ֹֽׁ ֶ‫ִ ֣ליְעֹ֑ ֹודְומה־ז‬
vaiómer et-elohaí asher-'asíti lêqajtém vêet-hakohén vatélêjú umah-lí 'ód;
umah-zéh tómêrú elái mah-láj.

Él respondió: –¡Tomasteis mis dioses que yo hice y al sacerdote, y os fuisteis!


¿Qué más me queda? ¿Por qué, pues, me preguntáis: '¿Qué te pasa?'
(25)
ְ‫נוְפן־יִ פגְע֣ וְבָ ִֶ֗כם‬
ֹֽׁ ֶ ‫עְקֹולךָ֖ ְעִ ָ ֹ֑מ‬ ֹֽׁ ‫ֵי־דןְאל־תש ָּ֥מ‬ ָ ֻׁ֔ ‫ו ֹֽׁיאמְ ֤רוְאֵ לָיו֙ ְבְנ‬
:‫יתך‬ ֹֽׁ ֶ ֵ‫ְמ ֵריְ ֶֻׁ֔נפֶשְוְ ָ ֹֽׁאספ ָ ָּ֥תהְנפשְךָ֖ ְוְנֶ ָּ֥פֶ שְב‬
֣ ָ ֙‫ֲאנ ִָשים‬
vaiómêrú elav bênei-dán, al-tashmá' qóljá 'imánu; pén-ifgê'ú vajém anashim
márei néfesh, vêásaftáh nafshêjá vênéfesh beitéja.

Los hijos de Dan le dijeron: –¡Que no se oiga tu voz entre nosotros! No sea
que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida y la vida de
los de tu familia.
19 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(26)
ְ‫ְמ ֻׁ֔ ֶמנוְו ִ ָ֖יפֶן‬
ִ ֙‫יםְהמָ ה‬
ֵ ֨ ‫הְכי־ ֲחז ִ ָָּ֥ק‬
ֹֽׁ ִ ‫אְמי ִָ֗כ‬
ִ ‫ֵי־דןְלְדרכָ ֹ֑םְויַֽ֣ר‬ָ֖ ָ ‫ו ֵיֹֽׁלְכָּ֥ וְבְנ‬
:‫יתֹו‬
ֹֽׁ ֵ‫ויָ ָּ֥שְבְאֶ ל־ב‬
vaiélêjú vênei-dán lêdarkám; vaiár mijáh kí-jazaqím hémah miménu, vaífen
vaiáshov el-beitó.

Los hijos de Dan prosiguieron su camino. Y viendo Micaías que ellos eran
más fuertes que él, se volvió y regresó a su casa.
(27)
ְ‫רְהיָה־לֹו‬ ֹֽׁ ָ ‫ֲש‬֣ ֶ ‫הְמי ִָ֗כהְוְֹֽׁאֶ ת־הכהֵ ןָ֮ ְא‬
ִ ‫ָש‬ ֣ ָ ‫וְאתְאֲשֶ ר־ע‬ ָּ֧ ֵ ‫הְלקְ ִ֜ח‬ ֹֽׁ ָ ָ‫וְ ֨ ֵהמ‬
‫י־ח ֶֹ֑רבְוְאֶ ת־‬ ָ ִ‫וְאֹותםְלְפ‬ָ֖ ָ ָּ֥‫ל־ליִ שְעל־עם֙ ְש ֵ ֣קטְוב ֻׁ֔ ֵטחְויכ‬ ִ֗ ‫וי ָ֣באוְע‬
:‫ירְש ְר ָּ֥פוְבָ ֵ ֹֽׁאש‬
ֹֽׁ ָ ‫הָ ִ ָ֖ע‬
vêhémah láqêjú ét asher-'asáh mijáh vêet-hakohen ashér háiah-ló vaiavóu 'al-
láish 'al-'am shoqét uvotéaj, vaiakú otám lêfi-járev; vêet-ha'ír sárêfú vaésh.

Los hijos de Dan se llevaron las cosas que había hecho Micaías, junto con el
sacerdote que tenía, y llegaron a Lais, a una gente tranquila y confiada. Los
mataron a filo de espada y prendieron fuego a la ciudad.
(28)
ְ‫יאְמצִ ידִ֗ ֹוןְוְדָ ָב֤רְאֵ ין־לָהֶ ם֙ ְעִ ם־אָ ֻׁ֔ ָדםְוְ ִּ֕היא‬
ִ ‫ה־ה‬ ֣ ִ ָ‫יְרחֹוק‬
ְ ֹֽׁ ‫ילְכ‬
ָּ֧ ִ ‫וְ ֨ ֵאיןְמ ִ֜ ִצ‬
ֹֽׁ ָ ‫ית־ר ֹ֑חֹובְויִ בנָּ֥ וְאֶ ת־הָ ִ ָ֖עירְויֵ ָּ֥ש‬
:‫בוְבּה‬ ְ ֵ‫ֲשרְלְב‬ ֣ ֶ ‫בָ עֵ ָ֖מֶ קְא‬
vêéin matzíl kí rêjoqah-hí mitzidón vêdavár ein-lahem 'im-adám, vêhí
ba'émeq ashér lêveit-rêjóv; vaivnú et-ha'ír vaiéshvu váĥ.

No hubo quien los socorriese, porque estaban lejos de Sidón y no tenían tratos
con nadie. La ciudad estaba en el valle que hay cerca de Bet-rejob. Después
ellos reedificaron la ciudad y habitaron en ella.
(29)
ְ‫ֲשרְיולָ֖דְלְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אל‬
ָּ֥ ֶ ‫יהםְא‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫ְדןְאֲב‬ ָ ֻׁ֔ ֙‫ויִ קרְ ֤אוְשֵ ם־הָ עִ יר‬
֣ ָ ֙‫ְדןְבְשֵ ם‬
:‫וְאולָ ִ֛םְלָּ֥יִ שְשֵ ם־הָ ִ ָ֖עירְל ִ ָֹֽׁראש ָנֹֽׁה‬
vaiqrêú shem-ha'ir dán, bêshem dán avihém, ashér yulád lêisraél; vêulám láish
shem-ha'ír laríshonáh.

Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, según el nombre de su padre


Dan, que le había nacido a Israel; aunque antes la ciudad se llamaba Lais.
(30)
ְ‫הְהוא‬
֣ ִֶ֜‫ַֹֽֽׁר ֨שםְבֶ ן־מְנש‬ְ ‫ן־ג‬
ֵ ֶ‫יהֹונָתְןְב‬ ֹֽׁ ‫לְו‬
ִ ַֽ֠ ֶ‫ֵי־דןְאֶ ת־הפָ ֹ֑ס‬
ָ֖ ָ ‫וי ִ ָָּ֧קימוְל ֶָהִ֛םְבְנ‬
:‫ֹוםְגלָּ֥ ֹותְהָ ָ ֹֽׁא ֶרץ‬
ְ ָ֖‫וְכהֲנִ ים֙ ְלְ ֵ ֣שבֶ טְהדָ ֻׁ֔ ִניְעד־י‬
ֹֽׁ ֤‫ובָ ִָ֗ניוְהָ י‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 19

vaiaqímu lahém bênei-dán et-hapásel; víhónaton ben-gérêshóm ben-mênashéh


hú uvanáv haíu jóhanim lêshévet hadaní, 'ad-íom gêlót haáretz.

Los hijos de Dan erigieron para sí la imagen tallada; y Iehonatán [Jonatán]


hijo de Guershom [Gersón], hijo de Moshé [Moisés], él y sus hijos fueron
sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo del exilio de la tierra.
(31)
‫ָשהְכְל־יְ ֵ ִ֛מיְהֱיָּ֥ ֹותְבֵ ית־‬
ֹ֑ ָ ‫ֲשרְע‬
֣ ֶ ‫לְמיכָ ָ֖הְא‬
ִ ֶ‫וי ִ ָ֣שימוְל ֻׁ֔ ֶָהםְאֶ ת־פֶ ָּ֥ס‬
‫ פ‬:ְ‫ֱֹלהיםְבְ ִשֹלֹֽׁ ה‬ ָ֖ ִ ‫ָ ֹֽׁהא‬
vaiasímu lahém, et-pésel mijáh ashér 'asáh; kol-iêméi heíot beit-háelohím
bêshilóh .

Así tuvieron instalada para ellos la imagen tallada que Micaías había hecho,
todo el tiempo que la casa de Elohim estuvo en Shiló [Silo].

Shofetim – Jueces Capitulo 20


(1)
ְ‫יְ׀ְאישְל ִִֵ֗ויְ ֵָ֚גרְבְירכְ ֵ ֣תי‬ ֣ ִ ‫ְֶךְאיןְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְוי ִ ֣ה‬
֣ ֵ ‫ומל‬ ָ֖ ֶ ְ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ְבי ִ ָ֣מיםְהָ ֻׁ֔ ֵהם‬
:‫הודה‬ ֹֽׁ ָ ְ‫ֶשְמ ֵבָּ֥יתְלֶ ָ֖חֶ םְי‬ ִ ֙‫הר־אֶ פ ֻׁ֔ריִ םְו ִ ֹֽׁי ֹֽׁקח־לֹו‬
ִ ‫ְא ָ ֣שהְפִ י ֶֻׁ֔לג‬
váihí baiamím hahém, umélej éin bêisraél; vaihí | ísh leví gár bêiarkêtéi har-
efráim, vaíqáj-ló isháh filégesh, mibéit léjem iêhudáh.

En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un hombre de Leví que
habitaba como forastero en la parte más remota de la región montañosa de
Efraín. Éste había tomado para sí como concubina a una mujer de Belén de
Iehudá [Judá].
(2)
ְ‫ל־בָּ֥יתְלֶ ָ֖חֶ ם‬
ֵ ֶ‫ל־ב֣יתְאָ ִֻׁ֔ביהָ ְא‬
ֵ ֶ‫ְֶךְמ ִאתֹו֙ ְא‬ ֹֽׁ ֵ ‫ו ִתזנֶ ֤הְ ָעלָיו֙ ִ ְֹֽׁפילג ֻׁ֔שֹוְו ֵ ֤תל‬
:‫הודהְותְהִ י־שָּ֕ םְי ִ ָָ֖מיםְארבָ עָ ָּ֥הְחְדָ ִ ֹֽׁשים‬ ֹ֑ ָ ְ‫י‬
vatiznéh 'alav pílagshó, vatélej méitó el-béit avíha, el-béit léjem iêhudáh;
vatêhi-shám iamím arba'áh jodashím.

Su concubina se enfadó con él y se fue de su lado para irse a la casa de su


padre, a Belén de Iehudá [Judá], y estuvo allá durante cuatro meses.
(3)
ְ)‫יבּה‬
ָ ֻׁ֔ ‫ְלהשיבוְ(לה ֲִש‬
ֹֽׁ ֙‫ְֶךְאח ֶ ֲִ֗ריהָ ְלְד ֵב֤רְעל־לִ בָ ּה‬
ֹֽׁ ‫םְאישִָ֜ ּהְויֵ ֣ל‬
ִ ְ‫ו ָ֨יק‬
ְ‫יאהו֙ ְֵב֣יתְאָ ִֻׁ֔ביהָ ְויִ ר ֨ ֵאהו֙ ְא ִ ֲ֣בי‬ֵ ֨ ִ‫וְ ֹֽׁנע ֲָּ֥רֹוְעִ ָ֖מֹוְוְ ֶצ֣מֶ דְחֲמ ִ ֹ֑ריםְותְב‬
ֹֽׁ ‫ֹֽׁהנע ָ ֲֻׁ֔רהְויִ ש ָ֖מחְלִ ק ָר‬
:‫אתֹו‬
19, 20 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiáqom isháĥ vaiélej ájaréiha lêdabér 'al-libaĥ lhsivv (láhashiváĥ), vêná'aró


'imó vêtzémed jamorím; vatêviéhú béit avíha, vairéhú aví hána'aráh, vaismáj
liqrató.

Su marido se levantó y la siguió para hablarle amorosamente y hacerla volver.


Llevó consigo a un criado suyo y un par de asnos. Ella lo hizo entrar en la
casa de su padre.
(4)
ְ ֙‫בְא ָ֖תֹוְשְֹל֣ שֶ תְי ִ ָֹ֑מיםְו ֹֽׁיאכְלו‬
ִ ֶ‫יְהנע ָ ֲֻׁ֔רהְויֵ ָּ֥ש‬
ֹֽׁ ‫ֹוְחתְנֹו֙ ְא ִ ֲ֣ב‬
ֹֽׁ ‫ֶק־ב‬
֤ ‫ו ֹֽׁי ֲחז‬
:‫ינוְשם‬ ֹֽׁ ָ ‫ויִ ש ֻׁ֔תוְוי ִ ָָ֖ל‬
vaiájazeq-bó jótênó aví hána'aráh, vaiéshev itó shêlóshet iamím; vaiójêlú
vaishtú, vaialínu shám.

Y al verlo el padre de la joven, salió a recibirlo gozoso. Su suegro, el padre de


la joven, le insistió, y se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y
alojándose allí.
(5)
ְ‫יעיְויש ִ ָּ֥כימוְב ָ֖בקֶ רְויָ ַֽ֣קְםְלָלֶ ֹ֑ כֶתְויאמֶ רְ֩א ֲִ֨בי‬ ִ ֻׁ֔ ִ‫ֹוםְה ְרב‬
ֹֽׁ ָ ֣‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ְבי‬
:‫ֹֽׁהנע ָ ֲִ֜רהְאֶ ל־חֲתָ נִ֗ ֹוְסְעָ ָּ֧דְלִ בְךִ֛ ְפת־לֶ ָ֖חֶ םְוְאחָּ֥רְתֵ ֵ ֹֽׁלכו‬
váihí baióm hárêvi'í, vaiashkímu vabóqer vaiáqom laléjet; vaiomer aví
hána'aráh el-jatanó sê'ád libêjá pat-léjem vêajár teléju.

Y sucedió que al cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana, el levita se


dispuso a partir. Pero el padre de la joven dijo a su yerno: –Fortalécete con un
poco de pan, y después os iréis.
(6)
ֹֽׁ ‫ֵיהִ֛םְיח ָ ָ֖דוְויִ ש ֹ֑תוְו ִ֜יאמֶ רְא ִ ֲ֤ב‬
ְ‫יְהנע ֲָרה֙ ְאֶ ל־הָ ִֻׁ֔איש‬ ֶ ‫ו ֵיֹֽׁשְ ִ֗בוְו ֹֽׁיאכְלָּ֧ וְשְנ‬
:‫ֹֽׁהֹואֶ ל־נָ ָּ֥אְוְ ִ ָ֖ליןְוְיִ יטָּ֥בְלִ ֶ ֹֽׁבך‬
vaiéshêvú vaiójêlú shêneihém iajdáv vaishtú; vaiómer aví hána'arah el-haísh,
hóel-ná vêlín vêitáv libéja.

Se sentaron los dos juntos, y comieron y bebieron. Entonces el padre de la


joven dijo al hombre: –Quédate, por favor, a pasar la noche, y alégrese tu
corazón.
(7)
ֹֽׁ ָ ‫ויָ ַָּֽ֥קְםְהָ ִ ָ֖אישְלָלֶ ֹ֑ כֶתְויִ פצר־בֹו֙ ְֹֽׁחתְנֻׁ֔ ֹוְויָ ָ֖שְבְויָ ָּ֥ל‬
:‫ֶןְשם‬
vaiáqom haísh laléjet; vaiftzar-bó jótênó, vaiáshov vaiálen shám.

El hombre se levantó para irse, pero su suegro le insistió, y se quedó otra vez a
pasar la noche allí.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 20

(8)
ְ ֙‫יְהנע ָ ֲִ֗רהְסְעְד־נָא‬
ֹֽׁ ‫ישיָ֮ ְ ָל ֶלכֶתְו ֣יאמֶ רְ׀ְא ִ ֲ֣ב‬
ִ ‫ֹוםְהח ֲִמ‬
ֹֽׁ ֣‫ויש ֵ֨כםְב ִ֜בקֶ רְבי‬
:‫ֵיהם‬
ֹֽׁ ֶ ‫לְ ָב֣ב ֻׁ֔ךְוְ ִ ֹֽׁהתְמהמְ ָ֖הוְעד־נְ ֣טֹותְהיֹ֑ ֹוםְו ֹֽׁיאכְלָ֖ וְשְנ‬
vaiashkém babóqer baióm hájamishí lalejet vaiómer | aví hána'aráh sê'od-na
lêvávjá, vêhítêmahmêhú 'ad-nêtót haióm; vaiójêlú shêneihém.

Al quinto día, se levantó muy de mañana para irse, y el padre de la joven le


dijo: –Por favor, fortalécete; y esperad hasta que decline el día. Y comieron
los dos.
(9)
ְ‫ֹוְחתְנ֣ ֹוְא ִ ֲ֣בי‬ ֹֽׁ ֣‫ואְופילג ָ֖שֹוְוְ ֹֽׁנע ֲֹ֑רֹוְו ֣יאמֶ רְל‬
ֹֽׁ ִ ‫ֶתְה‬
ָּ֥ ‫ויָ ַֽ֤קְםְהָ ִאיש֙ ְ ָל ֶֻׁ֔לכ‬
ְ‫ְלין‬
ָּ֥ ִ ֙‫ֹובְלינו־ ִָ֞נאְהִ ֵ֨נהְחֲנ֤ ֹותְהיֹום‬ ֹֽׁ ִ ‫ֹוםְלע ֲִ֗ר‬
ֹֽׁ ִ֜‫ֹֽׁהנע ָ ֲִ֡רהְהִ נֵ ֣הְ ָנאְ֩ ָר ָ֨פהְהי‬
:‫יטבְלְבָ ֻׁ֔ ֶבךְוְהִ שכמ ֶ ֤תםְמָ חָ ר֙ ְלְדר ְכ ֶֻׁ֔כםְוְ ָ ֹֽׁהלכ ָ ָ֖תְלְ ֹֽׁאהָ ֶ ֹֽׁלך‬֣ ִ‫פה֙ ְוְי‬
vaiáqom haish laléjet, hú ufílagshó vêná'aró; vaiómer ló jótênó aví hána'aráh
hinéh na rafáh haióm lá'aróv línu-ná hinéh janót haiom lín poh vêitáv
lêvavéja, vêhishkamtém majar lêdarkêjém, vêhálajtá lêóhaléja.

Entonces se levantó el hombre para irse con su concubina y su criado. Pero su


suegro, el padre de la joven, le dijo: –He aquí que el día se acaba, y está
anocheciendo. Por favor, pasad aquí la noche, porque el día ya ha declinado.
Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana os levantaréis temprano
para vuestro viaje, y te irás a tu morada.
(10)
ְ‫וסְהיא‬
ָ֖ ִ ‫ד־נכחְיְ ֻׁ֔ב‬ ֣ ‫וְ ֹֽׁלא־אָ ָב֤הְהָ ִאיש֙ ְל ָֻׁ֔לוןְויָ ַֽ֣קְםְו ִֵ֗ילְֶךְויָבא֙ ְע‬
:‫יםְופילג ָ֖שֹוְעִ ֹֽׁמֹו‬
ֹֽׁ ִ ‫ֲבוש‬
ִ ֻׁ֔ ‫ֲמֹורים֙ ְח‬
ִ ‫ֹוְצ֤מֶ דְח‬ ֶ ‫יְ ֹֽׁרושָ לָ ֹ֑ ִםְוְעִ ִ֗מ‬
vêló-aváh haish lalún, vaiáqom vaiélej vaiavo 'ad-nójaj iêvús, hí iêrúshaláim;
vê'imó tzémed jamorim javushím, ufílagshó 'imó.

Pero el hombre no quiso pasar la noche allí, sino que se levantó y partió.
Llegó frente a Jebús, que es Ierushalaim [Jerusalén], con su par de asnos
aparejados y con su concubina.

(11)
ְ‫ֹוםְרדְמְ ֹ֑אדְו ֨יאמֶ רְה ִ֜נערְאֶ ל־אֲדְ ִָ֗ניוְלְכָה־נָ ִ֛א‬ ֣ ָ֖‫ֵה֣םְעִ ם־יְ ֻׁ֔בוסְוְהי‬
:‫יןְבּה‬
ֹֽׁ ָ ‫בוסיְה ָ֖זאתְוְנ ִ ָָּ֥ל‬
ָּ֥ ִ ‫ל־עיר־הי‬ֹֽׁ ִ ֶ‫וְנ ִָ֛ס ָורהְא‬
hém 'im-iêvús, vêhaióm rád mêód; vaiómer haná'ar el-adonáv lêjah-ná
vênasúrah el-'ír-haivusí hazót vênalín báĥ.
20 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Cuando estaban cerca de Jebús, el día había declinado mucho. Entonces el


criado dijo a su señor: –Ven, por favor, vayamos a esta ciudad de los jebuseos
y pasemos la noche en ella.
(12)
ְ‫א־מבְנֵ ָּ֥י‬
ִ ‫רְל‬
ֹֽׁ ‫ֲש‬
ִ֛ ֶ ‫ל־עירְנְכ ִ ֻׁ֔ריְא‬
֣ ִ ֶ‫יוְלאְנָסור֙ ְא‬ ֤ ‫ו ֤יאמֶ רְאֵ לָיו֙ ְאֲד ָֻׁ֔נ‬
:‫לְהנָהְוְעָבָ֖רנוְעד־גִ ב ָ ֹֽׁעה‬ ֹ֑ ֵ ‫יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
vaiómer elav adonáv, ló nasur el-'ír nojrí, ashér ló-mibênéi israél hénah;
vê'avárnu 'ad-giv'áh.

Su señor le respondió: –No iremos a ninguna ciudad de extraños en la que no


hay Hijos de Israel. Más bien, pasaremos hasta Gabaa. –Dijo además a su
criado–:
(13)
ְ‫ָ֖הְאֹו‬
ָּ֥ ָ‫ו ֣יאמֶ רְלְ ֹֽׁנע ֲֻׁ֔רֹוְלְךָּ֥ ְוְנִ ק ְר ָבָ֖הְבְאח֣דְהמְק ֹ֑מֹותְוְלָּ֥נוְבגִ בע‬
:‫ָ ֹֽׁב ָר ָ ֹֽׁמה‬
vaiómer lêná'aró, lêjá vêniqrêváh bêajád hamêqomót; vêlánu vagiv'áh ó
váramáh.

Ven y acerquémonos a uno de esos lugares para pasar la noche en Gabaa o en


Ramá.
(14)
:‫ֲשרְלְבִ ני ִ ָֹֽׁמן‬
ָּ֥ ֶ ‫שְאצֶ לְהגִ בעָ ָ֖הְא‬
ָּ֥ ֵ ֶ‫ויֹֽׁעב ָ֖רוְויֵלֵ ֹ֑כוְותָ ֤באְלָהֶ ם֙ ְהשֶֻׁ֔ מ‬
vaiá'avrú vaieléju; vatavó lahem hashémesh, étzel hagiv'áh ashér lêviniamín.

Pasando de largo, caminaron; y el sol se puso cuando estaban junto a Gabaa,


que pertenece a Benjamín.
(15)
ְ‫יןְאיש‬
ִ֛ ִ ‫ויָס֣רוְשָֻׁ֔ םְל ָָ֖בֹואְלָל֣ וןְבגִ בעָ ֹ֑הְוי ִָ֗באְו ֵ֨ישֶ ב֙ ְבִ ר ֣חֹובְהָ ֻׁ֔ ִעירְוְ ֵ ָּ֥א‬
:‫ף־אֹותםְהבָ֖יתָ הְלָלֹֽׁ ון‬
ָּ֥ ָ ‫מְא ֵ ֹֽׁס‬
vaiasúru shám, lavó lalún bagiv'áh; vaiavó vaiéshev birjóv ha'ír, vêéin ísh
mêaséf-otám habáitah lalún.

Entonces allí se apartaron del camino para entrar y pasar la noche en Gabaa.
Entraron y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los
recibiese en su casa para pasar la noche.
(16)
ְ‫הוְמן־השָ דֶ ה֙ ְבָ ֶֻׁ֔ע ֶרבְוְהָ ִאיש֙ ְמֵ ה֣ר‬ ִ ‫֣אְמן־מע ֵ ֲ֤ש‬ ֹֽׁ ִ ‫ןְב‬
ָ ‫וְהִ נֵ ֣הְ׀ְ ִ ֣אישְז ִ֗ ֵָק‬
:‫אֶ פ ֻׁ֔ריִ םְוְהוא־גָ ָ֖רְבגִ בעָ ֹ֑הְוְאנ ֵ ָּ֥שיְהמָ ָ֖קֹוםְבְנֵ ָּ֥יְיְ ִמ ִ ֹֽׁיני‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 20

vêhinéh | ísh zaqén bá mín-ma'aséhu min-hasadeh ba'érev, vêhaish mehár


efráim, vêhu-gár bagiv'áh; vêanshéi hamaqóm bênéi iêminí.

Pero he aquí que al atardecer un anciano volvía de trabajar en el campo. Este


hombre era de la región montañosa de Efraín y habitaba como forastero en
Gabaa, pues los habitantes de aquel lugar eran de los hijos de Benjamín.
(17)
ֹֽׁ ָ ‫ויִ ָ ֣שאְעֵי ִָ֗ניוְויִַֽ֛ראְאֶ ת־הָ ִ ָּ֥א‬
ְ‫ישְהא ֵ ָ֖רחְבִ ר ֣חבְהָ ִ ֹ֑עירְו ֨יאמֶ רְהָ ִ ָּ֧איש‬
:‫ןְאנָהְתֵ לֵ ְָ֖ךְומֵ ָּ֥איִ ןְתָ ֹֽׁבֹוא‬
ָּ֥ ָ ‫הז ֵ ִָ֛ק‬
vaisá 'eináv vaiár et-haísh háoréaj birjóv ha'ír; vaiómer haísh hazaqén ánah
teléj umeáin tavó.

Alzando los ojos, vio a aquel viajero en la plaza de la ciudad; y el anciano le


preguntó: –¿A dónde vas y de dónde vienes?
(18)
‫נוְמ ֵ ֹֽׁבית־לֶ ֣חֶ םְיְהודָ הָ֮ ְעד־ירכְ ֵ ֣תיְהר־‬
ִ ‫יוְעבְ ִ ֨ריםְא ֲִ֜נח‬ ֹֽׁ ‫ו ֣יאמֶ רְאֵ ִָ֗ל‬
ְ ֙‫ת־ב֤יתְיהוָה‬
ֵ ֶ‫הודהְוְא‬
ֹ֑ ָ ְ‫ד־בָּ֥יתְלֶ ָ֖חֶ םְי‬
ֵ ‫יְוֹֽׁאֵ ֵּ֕לְךְע‬
ָ ִ‫ְמ ָ ֣שםְאָ ֻׁ֔נכ‬ ִ ‫אֶ פריִ ם‬
:ְ‫ףְאֹותיְה ָ ֹֽׁביְתָ ה‬
ָ֖ ִ ‫יןְאישְמְא ֵ ָּ֥ס‬ ִֻׁ֔ ‫א ֲִנ֣יְה ֵֻׁ֔לְךְוְ ֵ ֣א‬
vaiómer eláv 'óvêrím anájnu mibéit-léjem iêhudah 'ad-iarkêtéi har-efraim
mishám anóji, váeléj 'ad-béit léjem iêhudáh; vêet-béit Adonai aní holéj, vêéin
ísh, mêaséf otí habáiêtah .

Él le respondió: –Pasamos de Belén de Iehudá [Judá] hasta las partes más


remotas de la región montañosa de Efraín, de donde soy. Fui hasta Belén de
Iehudá [Judá] y voy a mi casa, pero no hay quien me reciba en su casa.
(19)
ְ‫ֲמֹורינוְוְַֽ֠גםְלֶ ֣חֶ םְוָיַֽ֤יִ ןְיֶש־לִ י֙ ְוְ ֹֽׁלאֲמָ ֻׁ֔ ֶתך‬
ֻׁ֔ ֵ ‫֣שְלח‬
ֹֽׁ ֵ‫ם־מספֹוא֙ ְי‬ ִ ‫ם־תבֶ ןְג‬
֤ ֶ ‫וְג‬
:‫יךְאיןְמח ָ֖סֹורְכְל־דָ ָ ֹֽׁבר‬ָּ֥ ֵ ‫וְלנָ֖ערְעִ ם־עֲבָ ֶ ֹ֑ד‬
vêgam-téven gam-mispo iésh lájamoréinu, vêgam léjem vaiáin yesh-lí
vêláamatéja, vêlaná'ar 'im-'avadéja; éin majsór kol-davár.

No obstante, nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también


tenemos pan y vino para mí, para tu sierva y para el criado que está con tus
siervos. No nos falta nada.
(20)
ְ‫קְב ְר ָ֖חֹוב‬
ֹֽׁ ָ ‫ֹ֑יְר‬
ָּ֥ ָ‫ְךְרקְכְל־מח ֹֽׁסֹורךָ֖ ְעָל‬
ָּ֥ ‫ו ֨יאמֶ רְהָ ִ ֤אישְהזָקֵ ן֙ ְשָ ל֣ ֹוםְ ָֻׁ֔ל‬
:‫אל־תָ ֹֽׁלן‬
vaiómer haísh hazaqen shalóm láj, ráq kol-majsórjá 'alái; ráq bárêjóv al-talán.
20 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

El anciano dijo: –La paz sea contigo. Lo que te falte quede todo a mi cargo,
pero no pases la noche en la plaza.
(21)
ֶ ֻׁ֔ ‫ֲמֹוריםְוַֹֽֽׁיִ רחֲצו֙ ְרגל‬
ְ‫ֵיהםְו ֹֽׁיאכְלָ֖ ו‬ ֹ֑ ִ ‫ל)ְלח‬
ֹֽׁ ְ‫יאהוְלְבֵ ֻׁ֔יתֹוְויבולְ(ויָ ָ֖ב‬
֣ ֵ ִ‫ויב‬
:‫ויִ ש ֹֽׁתו‬
vaiviéhu lêveitó, vivvl (vaiávol) lájamorím; váirjatzú ragleihém, vaiójêlú
vaishtú.

Los hizo entrar en su casa y dio forraje a los asnos. Y ellos se lavaron los pies,
comieron y bebieron.
(22)
ְ‫יביםְאֶ ת־לִ בָ םְוְהִ ֵנהְ֩אנשֵ֨ יְהָ ִ֜ ִעירְאנ ֵ ֣שיְבְ ֵנֹֽׁי־בְלִ ִ֗יעל‬ ֣ ִ ‫יט‬
ִ ‫ְמ‬
ֹֽׁ ֵ ָ֮‫הֵ מָ ה‬
ְ‫ל־הָ ִאישְב֣על‬ ַֽ֠ ֶ‫תְמתְדפְ ִ ָ֖קיםְעל־ה ָ ֹ֑דלֶתְו ֹֽׁיאמְ ִ֗רוְא‬
ֹֽׁ ִ ִ‫נ ָ֨סבו֙ ְאֶ ת־ה ֻׁ֔בי‬
:‫ל־ביתְךָ֖ ְוְ ֵנַֹֽֽׁדָ ֶ ֹֽׁענו‬
ֹֽׁ ֵ ֶ‫ר־בָּ֥אְא‬ָ ֶ‫רְהֹוצאְאֶ ת־הָ ִ ִ֛אישְאֲש‬ ֵ ִ֗ ‫ֵאמ‬
ֻׁ֔ ‫הב֤יִ תְהזָקֵ ן֙ ְל‬
hemah méitivím et-libam vêhineh anshéi ha'ír anshéi vênéi-vêliá'al nasábú et-
habáit, mítêdapêqím 'al-hadálet; vaiómêrú el-háish bá'al habáit hazaqen lemór,
hotzé et-haísh asher-bá el-béitêjá vênéda'énu.

Cuando estaban alegrándose, he aquí que los hombres de la ciudad, hombres


pervertidos, rodearon la casa y golpearon la puerta diciendo al anciano, dueño
de la casa: –¡Saca fuera al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo
conozcamos!
(23)
ְ‫ֵיהםְהָ ִאיש֙ ְב֣עלְה ֻׁ֔ביִ תְו ֣יאמֶ רְ ֲאל ֻׁ֔ ֵֶהםְאל־אחָ֖יְאל־תָ ֵ ֣רעו‬
ֶ ִ֗ ‫וי ֵֵצ֣אְ ֲאל‬
ְ‫יְאל־תע ֲָ֖שוְאֶ ת־הנְבָ לָ ָּ֥ה‬
ֹֽׁ ‫ית‬
ִ ֻׁ֔ ֵ‫ר־באְהָ ִ ֤אישְהזֶה֙ ְאֶ ל־ב‬
ָ ִ֞ ֶ‫ֹ֑אְאח ֲֵריְאֲש‬
ֹֽׁ ַֽ֠ ָ‫נ‬
:‫ה ֹֽׁזאת‬
vaietzé aleihém haish bá'al habáit, vaiómer alehém, al-ajái al-taré'u ná; ájarei
asher-bá haísh hazeh el-beití, ál-ta'asú et-hanêvaláh hazót.

Aquel hombre, dueño de la casa, salió a ellos y les dijo: –¡No, hermanos míos!
Por favor, no cometáis esta maldad, porque este hombre ha entrado en mi
casa. No cometáis esta vileza.

(24)
ְ‫םְוע ֲ֣שו‬
ֹֽׁ ‫וְאֹות‬
ָ ֻׁ֔ ֣‫הוְאֹוציאָ ה־נָ ֤אְאֹותָ ם֙ ְוְענ‬
ֹֽׁ ִ ִֵ֗‫הְופילגש‬ֹֽׁ ִ ‫הִ ֵנהְ֩בִ ֨ ִתיְהבְתו ִָ֜ל‬
:‫אְתע ֲֻׁ֔שוְדְבָ֖רְהנְבָ לָ ָּ֥הְה ֹֽׁזאת‬ ֹֽׁ ‫ְל‬
֣ ֙‫ל ֻׁ֔ ֶָהםְה ָ֖טֹובְבְ ֵ ֹֽׁעינֵיכֶ ֹ֑םְוְל ִ ָ֤אישְהזֶה‬
hineh vití habêtuláh ufílagshéhu otzíah-ná otam vê'anú otám, vá'asú lahém,
hatóv bê'éineijém; vêlaísh hazeh ló tá'asú, dêvár hanêvaláh hazót.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 20

He aquí mi hija virgen y la concubina de él. Yo os las sacaré; humilladlas y


haced con ellas lo que os parezca bien. Pero no hagáis esta vileza a este
hombre.
(25)
ְ‫ֵיהָ֖ם‬
ֶ ‫וְה ֲאנ ִָשים֙ ְלִ ש ֣מ ֹֽׁע ְֻׁ֔לֹוְו ֹֽׁיחֲזֵ ֤קְהָ ִאיש֙ ְבְ ִ ֣פילג ֻׁ֔שֹוְוי ֵצָּ֥אְ ֲאל‬
ֹֽׁ ָ ‫וְ ֹֽׁלא־אָ ֤ב‬
ְ ָ‫לו־בּ֤הְכְל־ה ֨לילָה֙ ְעד־ה ֻׁ֔בקֶ רְוַֹֽֽׁישלְ ָ֖חוה‬ ָ ְ‫וְאֹותָ ּהְו ִ ֹֽׁיתְעל‬ ַֽ֠ ֣‫ה ֹ֑חוץְו ֵ ֹֽׁיַֽדְע‬
:‫בעלותְ(כעֲלָּ֥ ֹות)ְה ָ ֹֽׁשחר‬
ֹֽׁ
vêló-avú háanashim lishmó'á ló, vaiájazéq haish bêfílagshó, vaiotzé aleihém
hajútz; vaiédê'ú ótaĥ vaítê'alêlu-váĥ kol-haláilah 'ad-habóqer, váishalêjúha
v'lvt (ká'alót) hashájar.

Pero aquellos hombres no le quisieron escuchar; por lo cual, tomando el


hombre a su concubina, la sacó afuera. Ellos la violaron y abusaron de ella
toda la noche hasta el amanecer, y la dejaron cuando rayaba el alba.
(26)
ְ ָ‫אְה ִא ָ ָ֖שהְלִ פנ֣ ֹותְה ֹ֑בקְֶרְו ִת ִ֞פלְפֶ ָּ֧תחְבֵ ית־הָ ִ ִ֛אישְאֲשֶ ר־אֲדֹונֶ ָּ֥יה‬
ֹֽׁ ָ ‫ותָ ָּ֥ב‬
:‫ָ ָ֖שםְעד־הָ ֹֽׁאֹור‬
vatavó háisháh lifnót habóqer; vatipól pétaj beit-haísh asher-adonéiha shám
'ad-haór.

Cuando amanecía, la mujer vino y cayó delante de la puerta de la casa de


aquel hombre donde estaba su señor, hasta que fue de día.
(27)
ְ‫ו ָ֨יקְםְאֲד ִֶ֜ניהָ ְב ִ֗בקֶ רְויִ פתח֙ ְדל ֣תֹותְה ֻׁ֔ביִ תְוי ֵֵצָ֖אְלָלֶ ֣ כֶתְלְדרכֹ֑ ֹוְוְהִ נֵ ָּ֧ה‬
:‫הְפילג ִ֗שֹוְנ ֶ֨פלֶת֙ ְפֶ ֣תחְה ֻׁ֔ביִ תְוְי ֶ ָָ֖דיהָ ְעל־ה ֹֽׁסף‬
ֹֽׁ ִ ‫ָ ֹֽׁה ִא ָ ֣ש‬
vaiáqom adonéiha babóqer vaiftaj daltót habáit, vaietzé laléjet lêdarkó;
vêhinéh háisháh fílagshó nofélet pétaj habáit, vêiadéiha 'al-hasáf.

Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa y salió para


seguir su camino. Y he aquí la mujer, su concubina, estaba tendida delante de
la puerta de la casa, con sus manos sobre el umbral.

(28)
ֹֽׁ ‫ומיְוְנֵלֵ ָ֖ כָהְוְ ֵ ֣איןְענֶ ֹ֑הְויִ קָ ֨ ֶח ָ֙ה‬
ְ‫ְעל־הח ֲֻׁ֔מֹורְויָ ַֽ֣קְם‬ ִ ‫ו ָּ֧יאמֶ רְאֵ לֶ ִ֛יהָ ְָּ֥ק‬
:‫הָ ִֻׁ֔אישְויֵ ָ֖לְֶךְלִ מק ֹֽׁמֹו‬
vaiómer eléiha qúmi vêneléjah vêéin 'onéh; vaiqajéhá 'ál-hajamór, vaiáqom
haísh, vaiélej limqomó.
20 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Él le dijo: –Levántate, y vámonos. Pero no hubo respuesta. Entonces el


hombre la cargó sobre el asno, se puso en camino y se fue a su pueblo.
(29)
ֹֽׁ ֶ‫יתֹוְויִ ֤קחְא‬
ְ‫ת־המ ֲא ֶ֨כלֶת֙ ְו ֹֽׁיחֲזֵ ֣קְבְ ִ ֹֽׁפילג ֻׁ֔שֹוְוַֹֽֽׁינתְ ֨ ֶח ָ֙ה‬ ִ֗ ֵ‫וי ָ֣באְאֶ ל־ב‬
:‫ָשרְנְתָ ִ ֹ֑חיםְוַֹֽֽׁישלְ ֻׁ֔ ֶחהָ ְבְ ָ֖כלְגְ ָּ֥בולְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָ֖ ָ ‫ֹֽׁלעֲצָ ֻׁ֔ ֶמיהָ ְלִ שנֵ ָּ֥יםְע‬
vaiavó el-beitó vaiqáj et-hámaajélet vaiájazéq bêfílagshó, váinatêjéhá
lá'atzaméiha, lishnéim 'asár nêtajím; váishalêjéha, bêjól gêvúl israél.

Cuando llegó a su casa, tomó un cuchillo, y sujetando firmemente a su


concubina, la desmembró en doce pedazos y los envió por todo el territorio de
Israel.
(30)
ְ‫ְלא־נִ היְ ָ ֤תהְוְ ֹֽׁלא־נִ ראֲתָ ה֙ ְכ ָֻׁ֔זאתְלְ ִמיִ֞ ֹום‬
ֹֽׁ ֙‫ל־הר ִ֗ ֶאהְוְאָ מר‬
ֹֽׁ ָ ְ‫וְהָ יָ ֣הְכ‬
ְ ָ‫ֹ֑הְשימו־לָכֶ ָּ֥םְעָלֶ ָ֖יה‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫ץְמצ ֻׁ֔ריִ םְעָ֖דְהי֣ ֹוםְהז‬ ִ ‫עֲל֤ ֹותְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ לְ֙מֵ ֶ ֣א ֶר‬
‫ פ‬:‫עָּ֥צוְוְד ֵ ֹֽׁברו‬
vêhaiáh jol-hároéh vêamar ló-nihiêtáh vêló-niratah kazót, lêmióm 'alót bênéi-
israel meéretz mitzráim, 'ád haióm hazéh; símu-lajém 'aléiha 'útzu vêdabéru.

Y sucedió que todo el que lo veía, decía: –¡Jamás se ha hecho ni visto cosa
semejante, desde el día en que los Hijos de Israel subieron de la tierra de
Egipto, hasta el día de hoy! ¡Consideradlo, deliberad y manifestaos!

Shofetim – Jueces Capitulo 21


(1)
ְ‫לְהע ִ֜ ֵָדהְכְ ִ ֣אישְאֶ ִ֗ ָחדְלְ ִמדָ ן֙ ְוְעד־בְ ֵ ֣אר‬
ֹֽׁ ָ ‫ו ֵיֹֽׁצְאוָ֮ ְכְל־בְנֵ ֣יְיִ ש ָראֵ לְו ִתקָ ֨ ֵה‬
:ְ‫שֶֻׁ֔ בעְוְ ֶ ָ֖א ֶרץְהגִ לעָ ֹ֑דְאֶ ל־יהוָ ָ֖הְה ִמצ ָ ֹֽׁפה‬
vaiétzêú kol-bênéi israel vatiqahél há'edáh kêísh ejád lêmidan vê'ad-bêér
shéva', vêéretz hagil'ád; el-Adonai hamitzpáh .

Entonces todos los Hijos de Israel salieron, desde Dan hasta Beer Sheva y la
tierra de Galaad, y la asamblea acudió como un solo hombre al Eterno en
Mizpa.
(2)
ְ‫ֱֹלהים‬
ֹ֑ ִ ‫לְשב ֵ ֣טיְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְבִ קהָ֖לְע֣ם ָ ֹֽׁהא‬ ִ ‫םְכ‬ ֵ֚ ‫ו ִ ֹֽׁיתְיצְ ִ֞בוְפִ נ֣ ֹותְכְל־הָ ִָ֗ע‬
‫ פ‬:ְ‫ףְח ֶרב‬ ֹֽׁ ָ ‫יְש ֵ ֹֽׁל‬
ָּ֥ ‫ֶףְאישְרג ִ ָ֖ל‬ ָּ֥ ִ ‫ֹותְאל‬
ִ֛ ֶ ‫אר ֨בעְמֵ ָּ֥א‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 20, 21

vaítêiatzêvú pinót kol-ha'ám kól shivtéi israél, biqhál 'ám háelohím; arbá'
meót élef ísh raglí shóléf járev .

Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, estaban presentes en
la reunión del pueblo de Elohim, 400000 hombres de infantería que sacaban
espada.
(3)
ְ‫ןְכי־עָלָּ֥ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְה ִמצפָ ֹ֑הְו ֹֽׁיאמְרו֙ ְבְנֵ ֣י‬ ֹֽׁ ִ ‫וַֹֽֽׁיִ שמְעו֙ ְבְנֵ ֣יְבִ ני ִָֻׁ֔מ‬
:‫הְה ָרעָ ָּ֥הְה ֹֽׁזאת‬ ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥הְנהְי ָ ָ֖ת‬
ֹֽׁ ִ ָ‫יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְדבְ ּ֕רוְאֵ יכ‬
váishmê'ú bênéi viniamín, kí-'alú vênéi-israél hamitzpáh; vaiómêrú bênéi
israél, dabêrú eijáh níhêitáh hára'áh hazót.

Y los hijos de Benjamín oyeron que los Hijos de Israel habían subido a Mizpa.
Entonces dijeron los Hijos de Israel: –Decid cómo fue cometido este crimen.
(4)
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫אמרְהגִ ב ָ֨עתָ ה֙ ְא‬
ֹ֑ ‫ישְה ִא ָ ָּ֥שהְהנִ רצָ ָחָ֖הְוי‬
ֹֽׁ ָ ‫יְא‬ ִ֛ ִ ‫ו ִ֜יעןְהָ ִ ֣אישְהל ִִֵ֗ו‬
:‫ופילג ִ ָ֖שיְלָלֹֽׁ ון‬ ֹֽׁ ִ ְ‫ִ֛אתיְא ֲִנָּ֥י‬
ִ ‫ןְב‬
ָ ‫לְבִ ני ִָֻׁ֔מ‬
vaiá'an haísh haleví ísh háisháh hanirtzajáh vaiomár; hagiv'átah ashér
lêviniamín, báti aní ufílagshí lalún.

El levita, marido de la mujer asesinada, respondió y dijo: –Yo llegué con mi


concubina a Gabaa de Benjamín para pasar la noche.
(5)
ְ‫ָהְאֹותי֙ ְִד ֣מו‬
ִ ‫ְבעֲלֵ ֣יְהגִ ב ָֻׁ֔עהְוי ָָּ֧סבוְעָלִ֛יְאֶ ת־הבָ֖יִ תְלָ ֹ֑יל‬ ֹֽׁ ֙‫וי ָ֤קמוְעָלי‬
:‫ת־פילג ִ ָּ֥שיְעִ נָ֖ וְותָ ֹֽׁמת‬
ֹֽׁ ִ ֶ‫ֹֽׁלה ֲֻׁ֔רגְוְא‬
vaiaqúmu 'alaí bá'aléi hagiv'áh, vaiasóbu 'alái et-habáit láilah; otí dimú
láharóg, vêet-pílagshí 'inú vatamót.

Entonces se levantaron contra mí los hombres de Gabaa y rodearon la casa por


causa mía, por la noche, con la idea de matarme. Violaron a mi concubina de
tal manera que ella murió.

(6)
ְ‫לְכי‬
ָּ֥ ִ ‫הְנחֲל֣תְיִ ש ָר ֵ ֹ֑א‬
ֹֽׁ ‫ָוֹֽׁא ֵח֤זְבְ ִ ֹֽׁפילג ִשי֙ ָ ְֹֽׁואֲנתְ ֻׁ֔ ֶחהָ ָ ְֹֽׁואֲשלְ ֻׁ֔ ֶחהָ ְבְכְל־שְ ֵ ָ֖ד‬
:‫ע ִָ֛שוְז ָ ִָּ֥מהְונבָ לָ ָ֖הְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
váojéz bêfílagshí váanatêjéha, váashalêjéha, bêjol-sêdéh nájalát israél; kí 'asú
zimáh unvaláh bêisraél.
21 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

Después sujeté a mi concubina, la corté en pedazos y los envié por todo el


territorio de la heredad de Israel, por cuanto habían cometido una infamia y
una vileza en Israel.
(7)
:‫הִ נֵ ָּ֥הְכלְכֶ ָ֖םְבְנֵ ֣יְיִש ָר ֵ ֹ֑אלְהָ ָּ֥בוְלָכֶ ִ֛םְדָ ָבָּ֥רְְוע ֵָצָ֖הְהֲֹלֹֽׁ ם‬
hinéh julêjém bênéi israél; havú lajém davár vê'etzáh halóm.

He aquí, todos vosotros, oh Hijos de Israel, dad aquí vuestro parecer y


consejo.
(8)
ְ‫ְאישְלְ ָ ֹֽׁאהְ ֻׁ֔לֹוְוְ ָּ֥לאְנ ָָ֖סור‬
֣ ִ ֙‫רְלאְ ֵנלְֵך‬
֤ ‫ֵאמ‬
ֹ֑ ‫ו ָ֨יקָ ם֙ ְכְל־הָ ָֻׁ֔עםְכְ ִ ָּ֥אישְאֶ ָחָ֖דְל‬
:‫ִ ָּ֥אישְלְבֵ ֹֽׁיתֹו‬
vaiáqam kol-ha'ám, kêísh ejád lemór; ló nelej ísh lêáholó, vêló nasúr ísh
lêveitó.

Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó y dijo: –¡Ninguno


de nosotros irá a su morada, ni nadie regresará a su casa!
(9)
:‫גֹורל‬
ֹֽׁ ָ ְ‫רְנע ֶ ֲָ֖שהְלגִ בעָ ֹ֑הְעָלֶ ָ֖יהָ ְב‬
ֹֽׁ ‫וְע ּ֕ ָתהְזֶ ֣הְהדָ ֻׁ֔ ָברְאֲ ֶ ָּ֥ש‬
vê'atáh zéh hadavár, ashér ná'aséh lagiv'áh; 'aléiha bêgorál.

Y ahora, esto es lo que haremos a Gabaa: Subiremos por sorteo contra ella.
(10)
ְ ֙‫לְ׀ְשב ֵ ֣טיְיִ ש ָר ִ֗ ֵאלְומֵ ָ ֤אהְל ֨ ֶָאלֶף‬
ִ ‫וְל ָ֣קחנוְעֲשָ ָרהְ֩ ֲאנ ֨ ִָשיםְלמֵ ִ֜ ָאהְלְ ֣כ‬
ְ‫ֹ֑םְלע ֲִ֗שֹותְלְבֹואָ ם֙ ְלְגֶ ֣בעְבִ ני ִָֻׁ֔מן‬
ֹֽׁ ָ‫ֶףְל ְרבָ ֻׁ֔ ָבהְל ָָּ֥קחתְצֵ ָ ָ֖דהְלָע‬ ֹֽׁ ָ ‫וְ ֶ ֣אל‬
:‫ָשהְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָ֖ ָ ‫ֲשרְע‬ָּ֥ ֶ ‫כְ ָ֨כל־הנְבָ ָֻׁ֔להְא‬
vêlaqájnu 'asarah anashím lameáh lêjól | shivtéi israél umeáh laélef vêélef
lárêvaváh, laqájat tzedáh la'ám; lá'asót lêvoam lêgéva' biniamín, kêjál-
hanêvaláh, ashér 'asáh bêisraél.

De todas las tribus de Israel tomaremos 10 hombres de cada 100 y 100 de


cada 1000 y 1000 de cada 10000, que lleven provisiones al pueblo, para que
yendo a Gabaa de Benjamín, le hagan conforme a toda la vileza que ha
cometido en Israel.
(11)
‫ פ‬:‫ל־אישְיִ ש ָראֵ לְ֙אֶ ל־הָ ֻׁ֔ ִעירְכְ ִ ָּ֥אישְאֶ ָחָ֖דְחֲבֵ ִ ֹֽׁרים‬
֤ ִ ְ‫ו ֵיֹֽׁאָ ִ֞ ֵסףְכ‬
vaiéaséf kol-ísh israel el-ha'ír, kêísh ejád javerím.

Todos los hombres de Israel se juntaron contra la ciudad, unidos como un solo
hombre.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 21

(12)
ְ‫ֵאמרְמֵָ֚ ה‬
ֹ֑ ‫ל־שב ֵ ָּ֥טיְבִ ני ִ ָָ֖מןְל‬ ִ ‫וַֹֽֽׁיִ שלְ ִ֞ח‬
ִ ְ‫וְשב ֵ ֤טיְיִ ש ָראֵ לְ֙ ֲאנ ֻׁ֔ ִָשיםְבְכ‬
:‫רְנהְי ָ ָ֖תהְבָ ֶ ֹֽׁכם‬
ֹֽׁ ִ ‫ֲש‬
ָּ֥ ֶ ‫ָ ֹֽׁה ָרעָ ֣הְה ֻׁ֔זאתְא‬
váishlêjú shivtéi israel anashím, bêjol-shivtéi viniamín lemór; máh hára'áh
hazót, ashér níhêitáh bajém.

Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín,


diciendo: –¿Qué crimen es éste, que se ha cometido entre vosotros?
(13)
ְ‫יתם‬ ֵ ֻׁ֔ ‫ֲשרְבגִ בעָה֙ ְונ ִמ‬ ֤ ֶ ‫ת־ה ֲאנ ֨ ִָשיםְבְ ֵנֹֽׁי־בְלִ ִ֜יעלְא‬ֹֽׁ ָ ֶ‫וְע ִ֡ ָתהְתְנוְ֩א‬
ְ‫ָ֖הְמיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְוְ ֤לאְאָ בו֙ ְ(בְנֵ ֣י)ְבִ ני ִָֻׁ֔מןְלִ ש ּ֕מעְבְ ָ֖קֹול‬ ִ ָ‫הְרע‬ ָ ‫ונ ֹֽׁבע ָ ֲָּ֥ר‬
:‫יהָּ֥םְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬ ֶ ֵ‫אֲח‬
vê'atáh tênú et-háanashím bênéi-vêliá'al ashér bagiv'ah unmitém, unvá'aráh
ra'áh miisraél; vêló avú (bênéi) viniamín, lishmó'a bêqól ajeihém bênéi-israél.

Ahora pues, entregad a esos hombres perversos que están en Gabaa, para que
los matemos y extirpemos el mal de en medio de Israel. Pero los hijos de
Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los Hijos de Israel.
(14)
ְ‫ן־הע ִ ָָ֖ריםְהגִ בעָ ֹ֑תָ הְל ֵָצָּ֥אתְל ִמלחָ ָ ָ֖מהְעִ ם־בְנֵ ָּ֥י‬
ֹֽׁ ֶ ‫ןְמ‬
ִ ‫וי ָ ֵֹֽׁאסְ ָּ֧פוְבְ ֵנֹֽׁי־בִ ני ִ ִָ֛מ‬
:‫יִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
vaieásêfú vênéi-viniamín min-hé'arím hagiv'átah; latzét lamiljamáh 'im-bênéi
israél.

Más bien, los hijos de Benjamín vinieron de sus ciudades y se reunieron en


Gabaa para salir a la guerra contra los Hijos de Israel.
(15)
ְ‫הְאלֶף‬ ִ֛ ֶ ‫ויִ ת ָ ֹֽׁפקְדוְ֩בְ ֵ֨ניְבִ ני ִִָ֜מןְבי֤ ֹוםְההוא֙ ְמֵ ֶה֣עָ ִ ֻׁ֔ריםְעֶש ִ ֨ריםְוְ ִש ָ ָּ֥ש‬
ְ‫ֹותְאיש‬
ָּ֥ ִ ‫דְמ ֹֽׁישְ ֵב֤יְהגִ בעָה֙ ְהִ תפָ ֣קדֻׁ֔ וְשְבָּ֥עְמֵ ָ֖א‬ ִ ‫בְלב‬
ְ ַֽ֠ ‫ףְח ֶֹ֑ר‬
ָ ‫ישְש ֵ ֹֽׁל‬
֣ ‫ִ ָ֖א‬
:‫בָ ֹֽׁחור‬
vaitpáqêdú vênéi viniamín baióm hahu mehé'arím, 'esrím vêshisháh élef ísh
shóléf járev; lêvad mióshêvéi hagiv'ah hitpáqdú, shêvá' meót ísh bajúr.

Aquel día fueron contados los hijos de Benjamín: 26000 hombres de las
ciudades, que sacaban espada, sin contar a los habitantes de Gabaa, que fueron
700 hombres escogidos.
21 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(16)
ְ‫ורְא ֵ ָ֖טרְיד־יְ ִמינֹ֑ ֹוְכְל־ ִֶ֗זה‬
ִ ‫ְאישְבָ ֻׁ֔ח‬ ֣ ִ ֙‫ִמ ֣כלְ׀ְהָ עָ ֣םְה ִֶ֗זהְשְב֤עְמֵ אֹות‬
‫ פ‬:‫אְיח ִ ֲֹֽׁטא‬ֹֽׁ ‫ל־השע ָ ֲָ֖רהְוְ ָּ֥ל‬
ֹֽׁ ֶ‫קלֵ ָּ֧עְבָ ֶ ִ֛אבֶ ןְא‬
mikól | ha'ám hazéh shêvá' meot ísh bajúr, itér iad-iêminó; kol-zéh qolé'a
baéven el-hása'aráh vêló iájatí.

Entre toda aquella gente había 700 hombres escogidos que eran zurdos, todos
los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no fallaban.
(17)
ְ‫ישְש ֵ ֹֽׁלף‬
֣ ‫ֶףְא‬
ָ֖ ִ ‫ֹותְאל‬
ִ֛ ֶ ‫ְמבִ ני ִָֻׁ֔מןְאר ֨בעְמֵ ָּ֥א‬
ִ ֙‫וְ ִ֨אישְיִ ש ָר ִ֜ ֵאלְהִ ת ָ ֹֽׁפקְדִ֗ וְלְבד‬
:‫ישְמלחָ ָ ֹֽׁמה‬
ִ ‫ָ֖הְא‬ ָּ֥ ִ ֶ‫ָח ֶֹ֑רבְכְל־ז‬
vêísh israél hitpáqêdú lêvad mibiniamín, arbá' meót élef ísh shóléf járev; kol-
zéh ísh miljamáh.

Fueron contados los hombres de Israel, excluyendo a los de Benjamín: 400000


hombres que sacaban espada, todos hombres de guerra.
(18)
ְ‫לְמי‬ִ ֵ֚ ‫וְבית־אֵ ל ְָ֮ויִ שאֲל֣ וְ ֵ ֹֽׁבאֹלהִ יםְו ֹֽׁיאמְרו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
ֹֽׁ ֵ ֣‫וי ִָ֜קמוְו ֹֽׁיעֲל‬
ְ‫הודה‬
ָּ֥ ָ ְ‫ֹֽׁי ֲעלֶה־לָ ֣נוְבתְחִ ָֻׁ֔להְל ִמלחָ ָ ָ֖מהְעִ ם־בְנֵ ֣יְבִ ני ִ ָֹ֑מןְו ָּ֥יאמֶ רְיהוָ ָ֖הְי‬
:ְ‫בתְחִ ָ ֹֽׁלה‬
vaiaqúmu vaiá'alú véit-el vaishalú vélohim vaiómêrú bênéi israél, mí iá'aleh-
lánu vatêjiláh, lamiljamáh 'im-bênéi viniamín; vaiómer Adonai iêhudáh
vatêjiláh .

Luego se levantaron los Hijos de Israel, subieron a Betel y consultaron a


Elohim diciendo: –¿Quién subirá primero por nosotros a la batalla contra los
hijos de Benjamín? Y el Eterno respondió: –Iehudá [Judá] subirá primero.
(19)
:‫וי ָָּ֥קומוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְב ֹ֑בקֶ רְו ֹֽׁיחֲנָ֖ וְעל־הגִ ב ָ ֹֽׁעה‬
vaiaqúmu vênéi-israél babóqer; vaiájanú 'al-hagiv'áh.

Los Hijos de Israel se levantaron por la mañana y acamparon frente a Gabaa.

(20)
‫םְאיש־‬
ֹֽׁ ִ ‫וְא ָ ָּ֧ת‬
ִ ֨‫ְאישְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְל ִמלחָ ָ ָ֖מהְעִ ם־בִ ני ִ ָֹ֑מןְויֹֽׁערכ‬
֣ ִ ֙‫ויֵצֵ א‬
:‫לְמלחָ ָ ָ֖מהְאֶ ל־הגִ ב ָ ֹֽׁעה‬ִ ‫יִ ש ָר ֵ ִ֛א‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 21

vaietze ísh israél, lamiljamáh 'im-biniamín; vaiá'arjú itám ísh-israél miljamáh


el-hagiv'áh.

Salieron los Hijos de Israel a la batalla contra Benjamín. Y los hombres de


Israel dispusieron la batalla contra ellos junto a Gabaa.
(21)
ְ‫ןְמן־הגִ בעָ ֹ֑הְויש ִ֨חיתוְבְיִ ש ָר ִ֜ ֵאלְבי֣ ֹוםְה ִ֗הוא‬ִ ‫ו ֵיֹֽׁצְ ָּ֥אוְבְ ֵנֹֽׁי־בִ ני ִ ָָ֖מ‬
:‫ישְא ְרצָ ה‬
ֹֽׁ ָ ‫ֶףְא‬
ָ֖ ִ ‫יםְאל‬
ִ֛ ֶ ‫שְ ֨ניִ םְוְעֶש ִ ָּ֥ר‬
vaiétzêú vênéi-viniamín min-hagiv'áh; vaiashjítu vêisraél baióm hahú shênáim
vê'esrím élef ísh árêtzah.

Pero los hijos de Benjamín salieron de Gabaa y aquel día dejaron muertos en
tierra a 22000 hombres de Israel.
(22)
‫ְךְמלחָ ֻׁ֔ ָמהְבמָ ּ֕קֹוםְאֲשֶ ר־‬
ִ ‫ְלע ֲ֣ר‬
ֹֽׁ ֙‫ָ֖םְאישְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְוי ִ֨ספו‬ ֣ ִ ָ‫ויִ תחזֵ ָּ֥קְהָ ע‬
:‫אשֹון‬ ֹֽׁ ‫ֹוםְה ִר‬
ֹֽׁ ָ ָּ֥‫כוְשםְבי‬
ָ֖ ָ ‫עָ ָּ֥ר‬
vaitjazéq ha'ám ísh israél; vaiosífú lá'arój miljamáh, bamaqóm asher-'árju
shám baióm hárishón.

Sin embargo, el pueblo se fortaleció, y los hombres de Israel volvieron a


disponer la batalla en el mismo lugar donde la habían dispuesto el primer día.
(23)
ֹֽׁ ֤‫ו ֹֽׁיעֲל֣ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ִ֗ ֵאלְויִ בכ֣ וְלִ פ ֵנֹֽׁי־יהוָהָ֮ ְעד־הָ ע ֶֶרבְויִ שאֲל‬
ְ ֙‫וְביהוָה‬
ְ‫אֹוסיףְ ָל ֨ ֶגשֶ ת֙ ְל ִמלחָ ֻׁ֔ ָמהְעִ ם־בְנֵ ָּ֥יְבִ ני ִ ָָ֖מןְאָ ִ ֹ֑חיְו ָּ֥יאמֶ רְיהוָ ָ֖ה‬
ִִ֗ ‫רְה‬
ֹֽׁ ‫ֵאמ‬ ֻׁ֔ ‫ל‬
‫ פ‬:ְ‫עֲלָּ֥ וְאֵ ָ ֹֽׁליו‬
vaiá'alú vênéi-israél vaivkú lifnéi-Adonai 'ad-ha'erev vaishalú váAdonai
lemór, háosíf lagéshet lamiljamáh, 'im-bênéi viniamín ají; vaiómer Adonai 'alú
eláv .

Los Hijos de Israel subieron y lloraron delante del Eterno hasta el atardecer, y
consultaron al Eterno diciendo: –¿Volveremos a la batalla contra los hijos de
Benjamín, nuestros hermanos? Y el Eterno les respondió: –Subid contra ellos.
(24)
:‫ויִ קרְ ָּ֧בוְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְאֶ ל־בְנֵ ָּ֥יְבִ ני ִ ָָ֖מןְביָּ֥ ֹוםְהשֵ ִ ֹֽׁני‬
vaiqrêvú vênéi-israél el-bênéi viniamín baióm hashení.

El segundo día, los Hijos de Israel se acercaron a los hijos de Benjamín.


21 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(25)
ְ‫םְ׀ְמן־הגִ בעָהָ֮ ְבי֣ ֹוםְהשֵ נִ יְוישחִ יתוְ֩בִ ב ֵ֨ני‬
ֹֽׁ ִ ‫את‬ ָּ֥ ָ ‫ויֵצֵ אְ֩בִ ני ִָ֨מןְ׀ְלִ ק ָר‬
:‫ֵיְח ֶרב‬ֹֽׁ ָ ‫ֶהְשלפ‬
ָּ֥ ‫ל־אל‬
ָ֖ ֵ ְ‫ישְארצָ הְכ‬
ֹ֑ ָ ‫ֶףְא‬ ָ֖ ִ ‫רְאל‬
ִ֛ ֶ ‫ָש‬ ָּ֥ ָ ‫לְעֹודְשְמ ֨נתְע‬ ִ֗ ‫יִ ש ָר ִ֜ ֵא‬
vaietze viniamín | liqratám | mín-hagiv'ah baióm hashení vaiashjitú vivnéi
israél 'ód shêmonát 'asár élef ísh ártzah; kol-éleh shólfei járev.

Aquel segundo día los de Benjamín salieron de Gabaa contra ellos y dejaron
muertos en tierra a otros 18000 de los Hijos de Israel, todos los cuales sacaban
espada.
(26)
ְ ֙‫ית־אלְויִ בכו֙ ְויֵ ֤שבוְשָ ם‬ ֵ ִ֗ ‫אוְב‬ ֹֽׁ ֵ ‫ו ֹֽׁיעֲל֣ וְכְל־בְ ֵניְ֩יִ ש ָר ֨ ֵאלְוְכְל־הָ ִָ֜עםְוי ָ֣ב‬
ְ‫לִ פנֵ ֣יְיה ֻׁ֔ ָוהְוי ָָּ֥צומוְביֹום־ה ָ֖הואְעד־הָ עָ ֶֹ֑רבְוַֹֽֽׁיעֲלִ֛ וְעלָּ֥ ֹותְושל ִ ָָ֖מים‬
:ְ‫הוֹֽׁה‬
ָ ‫לִ פנֵ ָּ֥יְי‬
vaiá'alú jol-bêneí israél vêjol-ha'ám vaiavóu véit-él vaivkú vaiéshvu sham
lifnéi Adonai, vaiatzúmu vaiom-hahú 'ad-ha'árev; váia'alú 'olót ushlamím
lifnéi Adonai .

Entonces subieron todos los Hijos de Israel y todo el pueblo, y fueron a Betel.
Lloraron, permanecieron allí delante del Eterno, ayunaron aquel día hasta el
atardecer y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante del Eterno.
(27)
ְ‫ֱֹלהיםְבי ִ ָָ֖מים‬
ִֻׁ֔ ‫יתְהא‬ ֹֽׁ ‫ויִ שאֲלָּ֥ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
ֹֽׁ ָ ‫לְביהוָ ֹ֑הְוְשִָ֗ םְאֲרֹון֙ ְבְ ִ ֣ר‬
:ְ‫הָ ֵ ֹֽׁהם‬
vaishalú vênéi-israél báAdonai; vêshám aron bêrít háelohím, baiamím hahém.

Los Hijos de Israel consultaron al Eterno. [El arca del pacto de Elohim estaba
allí en aquellos días;
(28)
ְ‫רְבן־אה ֲִ֜רןְע ֵ ֣מדְ׀ְלְ ָפ ִָ֗ניוְבי ִ ָ֣מיםְהָ הֵ םָ֮ ְלֵאמר‬ ֹֽׁ ֶ ‫ַֽ֠ו ִ ֹֽׁפינְחְסְבֶ ן־אֶ ל ָע ָ֨ז‬
ְ‫יְאם־אֶ ח ָ ֹ֑דל‬
ִ ‫ףְעֹודְל ֵ ָָּ֧צאתְל ִמלחָ ָ ִ֛מהְעִ ם־בְ ֵנֹֽׁי־בִ ני ִ ָָּ֥מןְאָ ִ ָ֖ח‬ ִ֜ ‫אֹוס‬
ִ֨ ‫ֹֽׁה‬
:ְ‫וְכיְמָ ָחָ֖רְאֶ תְנֶ ָּ֥נוְבְי ֶ ָֹֽׁדך‬ ָּ֥ ִ ‫ו ֤יאמֶ רְיהוָה֙ ְע ֲֻׁ֔ל‬
úfínêjos ben-el'azár bén-aharón 'oméd | lêfanáv baiamím hahem lemor háosíf
'ód latzét lamiljamáh 'im-bênéi-viniamín ají im-ejdál; vaiómer Adonai 'alú, kí
majár etênénu vêiadéja .

y Pinejás [Fineas] hijo de Eleazar, hijo de Aarón, servía delante de ella en


aquellos días.] Ellos preguntaron: –¿Volveremos a salir a la batalla contra los
hijos de Benjamín, nuestros hermanos; o desistiremos? Y el Eterno respondió:
–Subid, porque mañana yo los entregaré en vuestra mano.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 21

(29)
‫ פ‬:‫ויָ ֤שֶ םְיִ ש ָראֵ ל ְֹֽׁ֙א ְר ִֻׁ֔ביםְאֶ ל־הגִ בעָ ָ֖הְסָ ִ ֹֽׁביב‬
vaiásem israel órêvím, el-hagiv'áh savív.

Entonces Israel puso gente emboscada alrededor de Gabaa.


(30)
‫ישיְויֹֽׁערכָּ֥ וְאֶ ל־‬
ֹ֑ ִ ִ‫ו ֹֽׁיעֲלָּ֧ וְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְאֶ ל־בְנֵ ָּ֥יְבִ ני ִ ָָ֖מןְבי֣ ֹוםְהשְל‬
:‫הגִ בעָ ָ֖הְכְפָּ֥עםְבְ ָ ֹֽׁפעם‬
vaiá'alú vênéi-israél el-bênéi viniamín baióm hashêlishí; vaiá'arjú el-hagiv'áh
kêfá'am bêfá'am.

Y el tercer día, cuando los Hijos de Israel subieron contra los hijos de
Benjamín, dispusieron la batalla frente a Gabaa, como las otras veces.
(31)
ְ֩‫וְמן־הָ ִ ֹ֑עירְוי ִ֡ ֵָחלוְלְהכֹות‬
ִ ‫ו ֵיֹֽׁצְ ֤אוְבְ ֵנֹֽׁי־בִ ני ִָמן֙ ְלִ ק ֣ראתְהָ ָֻׁ֔עםְהְנתְ ָ֖ק‬
ְ‫ית־אל‬
ֵ ִ֗ ‫֣הְב‬
ֹֽׁ ֵ ָ‫םְבמְ ִסלֹות֙ ְאֲשֶ֨ רְא ִ֜חתְעל‬ ֹֽׁ ‫ֵ ֹֽׁמהָ ָ֨עםְ ֲחלָלִִ֜ יםְכְפ֣עםְ׀ְבְ ִ֗פע‬
:‫יםְאישְבְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָ֖ ִ ‫ֹלש‬ ָּ֥ ִ ‫וְאח֤תְגִ ב ָ֨עתָ ה֙ ְבשָ ֻׁ֔ ֶדהְכִ ש‬
vaiétzêú vênéi-viniamin liqrát ha'ám, hontêqú min-ha'ír; vaiajélu lêhakot
méha'ám jalalím kêfá'am | bêfá'am bámêsilot ashér aját 'oláh véit-él vêaját
giv'átah basadéh, kishloshím ísh bêisraél.

Los hijos de Benjamín salieron para enfrentar al pueblo y fueron alejados de


la ciudad. Como las otras veces, comenzaron a matar a algunos de ellos en el
campo, por los caminos, uno de los cuales sube a Betel y otro a Gabaa. Habían
matado a unos treinta hombres de Israel,
(32)
ְ‫יםְהִ֛םְלְפָנֵ ָ֖ינוְכְבָ ִ ֹֽׁראשנָ ֹ֑הְובנֵ ָּ֧יְיִ ש ָר ֵ ֣אל‬
ֵ ‫ו ֹֽׁיאמְרו֙ ְבְנֵ ֣יְבִ ני ִָֻׁ֔מןְנִ ג ִ ָָּ֥פ‬
:‫ל־המְ ִסלֹֽׁ ֹות‬ֹֽׁ ֶ‫והוְמן־הָ ִ ָ֖עירְא‬
ִ ֻׁ֔‫ָ ֹֽׁאמְ ִ֗רוְנָנ֨ וסָ ה֙ ְוֹֽׁ נתקְנ‬
vaiómêrú bênéi viniamín, nigafím hém lêfanéinu kêvaríshonáh; uvnéi israél
ámêrú nanúsah úntaqênúhu, min-ha'ír el-hámêsilót.

y los hijos de Benjamín decían: '¡Son vencidos delante de nosotros, como la


primera vez!' Pero los Hijos de Israel habían dicho: 'Huiremos y los
alejaremos de la ciudad, hasta los caminos.'
(33)
ְ‫קֹומֹוְויֹֽׁערכָ֖ וְבְב֣עלְתָ ָ ֹ֑מרְוְא ֵ ָּ֧רב‬
ֻׁ֔ ְ‫מוְממ‬
ִ ֵָ֚‫לְ׀ְאישְיִ ש ָר ִ֗ ֵאלְק‬֣ ִ ‫וְ ֣כ‬
:‫הְגֹֽׁבע‬
ָ ‫ֹוְמ ָּ֥מע ֲֵר‬
ִ ‫ְממְק ָ֖מ‬ ִ ‫יִ ש ָר ֵ ִ֛אלְמֵ ִגָּ֥יח‬
21 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vêjól | ísh israél qámu mimêqomó, vaiá'arjú bêvá'al tamár; vêorév israél
megíaj mimêqomó mimá'areh gáva'.

Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de su lugar, y dispusieron


la batalla en Baal-tamar. La gente emboscada de Israel se lanzó desde su
lugar, al oeste de Gabaa,
(34)
ְ‫ְמכְל־יִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאל‬ ִ ֙‫יםְאישְבָ חור‬
֤ ִ ‫ְ֩מ ֶ֨נגֶדְלגִ ב ִָ֜עהְעֲשֶ ֶרתְ֩ ֲאל ֨ ִָפ‬ ִ ‫ויָבאו‬
‫פ‬:‫ָ֖םְה ָר ָ ֹֽׁעה‬
ֹֽׁ ָ ‫ֵיה‬
ֶ ‫וְכי־נגָּ֥עתְ ֲעל‬
ֹֽׁ ִ ‫אְיַֽדְ ֻׁ֔ע‬
ֹֽׁ ָ ‫ְל‬
֣ ֙‫וְה ִמלחָ ָ ָ֖מהְכ ֵָבֹ֑דָ הְוְהֵ ם‬
vaiavoú minéged lagiv'áh 'aseret alafím ísh bajur mikol-israél, vêhamiljamáh
kavédah; vêhem ló iádê'ú, kí-nogá'at 'aleihém hára'áh.

y fueron ante Gabaa 10000 hombres escogidos de todo Israel. La batalla


comenzó a arreciar, pero ellos no se daban cuenta de que el desastre se les
venía encima.
(35)
ְ‫ָּ֥הְ׀ְאת־בִ ני ִָמןָ֮ ְלִ פנֵ ֣יְיִ ש ָראֵ לְוישחִ יתוְ֩בְ ֵ֨ניְיִ ש ָר ֵ ֤אל‬
ֹֽׁ ֶ ָ‫ויִ ֨גףְיהו‬
ְ‫ל־אלֶה‬
ָ֖ ֵ ְ‫הְאישְכ‬ ֹ֑ ִ ‫הְאלֶףְומֵ ָ ָ֖א‬
ִ֛ ֶ ‫יםְוח ֲִמ ָ ָּ֥ש‬
ֹֽׁ ‫בְ בִ ני ִָמן֙ ְבי֣ ֹוםְה ֻׁ֔הואְעֶש ִ ֨ר‬
:ְ‫ףְח ֶרב‬
ֹֽׁ ָ ‫ָּ֥ש ֵ ֹֽׁל‬
vaigóf Adonai | ét-biniamin lifnéi israel vaiashjitú vênéi israél bêviniamin
baióm hahú, 'esrím vájamisháh élef umeáh ísh; kol-éleh shóléf járev .

El Eterno derrotó a Benjamín ante Israel, y los Hijos de Israel mataron aquel
día a 25100 hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.
(36)
ְ‫ןְכי‬
֤ ִ ‫וְאיש־יִ ש ָר ֵ ֤אלְמָ קֹום֙ ְלְבִ ני ִָֻׁ֔מ‬ ֹֽׁ ִ ֨‫ןְכיְנִ גָ ֹ֑פוְויִ תְנ‬
֣ ִ ‫ויִ ר ָּ֥אוְבְ ֵנֹֽׁי־בִ ני ִ ָָ֖מ‬
:‫ר־שמוְאֶ ל־הגִ ב ָ ֹֽׁעה‬ ָ֖ ָ ֶ‫ל־ה֣א ֵ ֻׁ֔רבְאֲש‬ ָ ֶ‫ָ ֹֽׁבטְחו֙ ְא‬
vairú vênéi-viniamín kí nigáfu; vaitênú ísh-israél maqom lêviniamín, kí vátêjú
el-háorév, asher-sámu el-hagiv'áh.

Entonces los hijos de Benjamín vieron que estaban derrotados. Los hombres
de Israel habían cedido terreno a Benjamín, porque estaban confiados en la
gente emboscada que habían puesto contra Gabaa.
(37)
ֹֽׁ ָ ֙‫וְ ָ ֹֽׁהא ֵ ֣רבְהֵ ִֻׁ֔חישוְוַֹֽֽׁיִ פשְ ָ֖טוְאֶ ל־הגִ בעָ ֹ֑הְויִ משְך‬
‫ְהא ֵ ֻׁ֔רבְויְַָּֽ֥ךְאֶ ת־כְל־‬
:‫י־ח ֶרב‬ֹֽׁ ָ ִ‫הָ ִ ָ֖עירְלְפ‬
vêháorév hejíshu, váifshêtú el-hagiv'áh; vaimshoj háorév, vaiáj et-kol-ha'ír
lêfi-járev.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 21

La gente de la emboscada se apresuró y acometió contra Gabaa. La gente de la


emboscada se desplegó y mató a filo de espada a toda la ciudad.
(38)
ְ‫ֲלֹותםְמש ָּ֥את‬
ִ֛ ָ ‫בְה ֶרבְלְ ֹֽׁהע‬
ֶ ּ֕ ‫ם־הא ֵ ֹ֑ר‬
ֹֽׁ ָ ִ‫וְהמֹו ִֵ֗עדְהָ יָ ִ֛הְלְ ִ ָּ֥אישְיִ ש ָר ֵ ָ֖אלְע‬
:‫ןְמן־הָ ִ ֹֽׁעיר‬ ִ ‫ָש‬ ָ֖ ָ ‫ֶ ֹֽׁהע‬
vêhamo'éd haiáh lêísh israél 'im-háorév; hérev lêhá'alotám masát hé'ashán
min-ha'ír.

Los hombres de Israel tenían un acuerdo con los de la emboscada: que se


hiciera subir una gran columna de humo desde la ciudad.
(39)
ְ‫ְךְאיש־יִ ש ָר ֵ ָ֖אלְב ִמלחָ ָ ֹ֑מהְובִ ני ִִָ֡מןְהֵ חְֵל ְ֩לְהכ֨ ֹותְ ֲחל ִ ָ֤לים‬ ֹֽׁ ִ ‫ו ֹֽׁיה ֲָּ֥פ‬
ְ‫יְאמְ ֻׁ֔רוְאְךְ֩נִ ג֨ ֹוףְנִ גָ ָּ֥ ַֽףְהוא֙ ְלְ ָפ ֵֻׁ֔נינו‬
ֹֽׁ ָ ‫ישְכ‬
֣ ִ ‫יםְא‬
ִֻׁ֔ ‫ֹלש‬
֣ ִ ‫בְ ִ ֹֽׁאיש־יִ ש ָראֵ לְ֙כִ ש‬
:‫כ ִמלחָ ָ ָ֖מהְהָ ִ ֹֽׁראש ָנֹֽׁה‬
vaiáhafój ísh-israél bamiljamáh; uviniamín hejel lêhakót jalalím bêísh-israel
kishloshím ísh, kí ámêrú, aj nigóf nigáf hu lêfanéinu, kamiljamáh haríshonáh.

Cuando los hombres de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín


comenzaron a derribar muertos a unos treinta hombres de Israel y decían:
'Ciertamente son vencidos delante de nosotros, como en la primera batalla.'
(40)
ֹֽׁ ֙‫ָשןְו ִ ֤יפֶןְבִ ני ִָמן‬
ְ‫ְאח ָ ֲֻׁ֔ריו‬ ֹ֑ ָ ‫ֹותְמן־הָ ִ ָ֖עירְע ֣מודְע‬
ִ ָּ֥‫ָהְלעֲל‬ֹֽׁ ‫וְהמש ִ֗ ֵאתְהֵ ֵ ִ֛חל‬
:‫וְהִ נֵ ִ֛הְעָלָ ָּ֥הְכְלִ יל־הָ ִ ָ֖עירְהשָ ָ ֹֽׁמיְמָ ה‬
vêhamasét hejélah lá'alót min-ha'ír 'amúd 'ashán; vaífen biniamin ájaráv,
vêhinéh 'aláh jêlil-ha'ír hashamáiêmah.

Pero cuando la señal, una columna de humo, comenzó a subir de la ciudad,


entonces Benjamín miró hacia atrás, y he aquí que el fuego de la ciudad entera
subía al cielo.
(41)
ְ‫הְכי־נְגְעָ ָּ֥הְעָלָ ָ֖יו‬
ֹֽׁ ִ ‫יְר ֻׁ֔ ָא‬ ֣ ִ ‫וְ ִ ֤אישְיִ ש ָראֵ לְ֙הָ ֻׁ֔פְךְויִ בָ ֵהָ֖לְ ִ ֣אישְבִ ני ִ ָֹ֑מ‬
ָ ‫ןְכ‬
:‫ָ ֹֽׁה ָר ָ ֹֽׁעה‬
vêísh israel hafáj, vaibahél ísh biniamín; kí raáh, kí-nogê'áh 'aláv hára'áh.

Entonces los hombres de Israel se volvieron, y los de Benjamín se


aterrorizaron, porque vieron que el desastre se les había venido encima.
(42)
ְ‫יקתהו‬
ֹ֑ ָ ִ‫ל־ד ֶרְךְה ִמד ֻׁ֔ ָברְוְה ִמלחָ ָ ָ֖מהְהִ דב‬ ֤ ִ ‫ויִ פנִ֞ וְלִ פ ֵ֨נ‬
֣ ֶ ֶ‫יְאישְיִ ש ָראֵ לְ֙א‬
:‫יםְאֹותֹוְבְתֹוכֹֽׁ ֹו‬
ָ֖ ‫ית‬
ָּ֥ ִ ִ‫ֹֽׁואֲשֶ ר֙ ְמֵ ֶ ֣הע ִ ָֻׁ֔ריםְמשח‬
21 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaifnú lifnéi ísh israel el-dérej hamidbár, vêhamiljamáh hidbiqáthu; váasher


mehé'arím, mashjitím otó bêtojó.

Luego volvieron las espaldas ante los hombres de Israel, hacia el camino del
desierto. Pero la batalla los alcanzó, y los que venían de las ciudades los
destruían en medio de ellos.
(43)
ְ‫ִ֛דְנכחְהגִ בעָ ָ֖ה‬
ָּ֥ ‫נוחָ֖הְהִ ד ִריכֹ֑הוְע‬
ָ ְ‫כִ תְ ֤רוְאֶ ת־בִ ני ִָמן֙ ְהִ ר ִד ֻׁ֔יפהוְמ‬
:‫ח־שמֶ ש‬ ֹֽׁ ָ ‫ִמ ִמזר‬
kitêrú et-biniamin hirdifúhu, mênujáh hidrijúhu; 'ád nójaj hagiv'áh mimizraj-
shámesh.

Así cercaron a los de Benjamín, los persiguieron desde Noja, y los acosaron
hasta la misma Gabaa, por el lado oriental.
(44)
:‫י־חיִ ל‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ל־אלֶהְאנש‬
ָ֖ ֵ ְ‫ֶףְאישְאֶ ת־כ‬
ֹ֑ ִ ‫רְאל‬
ָ֖ ֶ ‫ָש‬ ִ ֙‫וַֹֽֽׁיִ פְלו‬
ָּ֥ ָ ‫ְמבִ ני ִָֻׁ֔מןְשְמ ָנֹֽׁה־ע‬
váipêlú mibiniamín, shêmonáh-'asár élef ísh; et-kol-éleh anshei-jáil.

Cayeron 18000 hombres de Benjamín, todos ellos hombres de valor.


(45)
ְ‫ְבמְ ִס ֻׁ֔לֹותְח ֵ ֲָּ֥משֶ ת‬
ֹֽׁ ֙‫עְה ִר ֻׁ֔מֹוןְוי ֹֽׁעלְ ֨להו‬ ֣ ֶ ֶ‫ויִ פנִ֞ וְויָנ ֤סוְה ִמד ֨ ָב ָרה֙ ְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ל־סל‬
:‫םְאיש‬ ֹֽׁ ִ ִ‫וְמ ֶ ָ֖מנוְאלפָּ֥י‬
ִ ָּ֥‫יקוְאח ֲָריו֙ ְעד־גִ ד ֻׁ֔עםְויכ‬
ֹֽׁ ‫יםְאישְויד ִ ֤ב‬
ֹ֑ ִ ‫ֲאל ִ ָָ֖פ‬
vaifnú vaianúsu hamidbárah el-séla' hárimón, vai'ólêlúhú bámêsilót, jaméshet
alafím ísh; vaiadbíqu ájarav 'ad-gid'óm, vaiakú miménu alpáim ísh.

Entonces se dirigieron hacia el desierto, y huyeron a la peña de Rimón; y


fueron muertos otros 5000 hombres en los caminos. Continuaron acosándolos
hasta Gidom y mataron a otros 2000 hombres de ellos.
(46)
ְ‫ףְח ֶָ֖רב‬
ֶ ‫ישְש ֵ ֹֽׁל‬
ָּ֥ ‫ֶףְא‬
ִ֛ ִ ‫הְאל‬
ָּ֥ ֶ ָ֨‫ְ֩וח ֲִמש‬
ֹֽׁ ‫יםְמבִ ני ִִָ֗מןְעֶש ִרים‬
ִ ִִ֜‫ויהִ יְ֩כְ ל־ה ֨נפל‬
:‫י־חיִ ל‬ֹֽׁ ָ ֵ‫ל־אלֶהְאנש‬ָ֖ ֵ ְ‫בי֣ ֹוםְה ֹ֑הואְ ֶ ֹֽׁאת־כ‬
vaihí jol-hanóflím mibiniamín 'esrim vájamisháh élef ísh shóléf jérev baióm
hahú; ét-kol-éleh anshei-jáil.

Y todos los que cayeron de Benjamín aquel día fueron 25000 hombres que
sacaban espada, todos hombres de valor.

(47)
ְ ֙‫ֹותְאישְו ֵיֹֽׁשְבו‬
ֹ֑ ִ ‫ֹוןְששְמֵ ָ֖א‬
ָּ֥ ֵ ‫עְה ִר ֻׁ֔מ‬ ֣ ֶ ֶ‫ויִ פנִ֞ וְויָנ ֤סוְה ִמד ֨ ָב ָרה֙ ְא‬
ֹֽׁ ָ ‫ל־סל‬
:‫עְר ֻׁ֔מֹוןְארבָ עָ ָ֖הְחְדָ ִ ֹֽׁשים‬
ִ ‫בְ ֶ ֣סל‬
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 21

vaifnú vaianúsu hamidbárah el-séla' hárimón, shésh meót ísh; vaiéshêvú


bêséla' rimón, arba'áh jodashím.

Pero 600 hombres se dirigieron al desierto y huyeron a la peña de Rimón, y


permanecieron en la peña de Rimón durante cuatro meses.
(48)
ְ ֙‫י־ח ֶרבְמֵ ִ ֤עירְמְתם‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫לְשבוְאֶ ל־בְנֵ ֤יְבִ ני ִָמן֙ ְויכ֣ וםְלְפ‬
֣ ָ ‫וְ ִ֨אישְיִ ש ָר ִ֜ ֵא‬
ְ‫ֹותְשלְ ָּ֥חו‬
ִ ‫ל־העָ ִ ָּ֥ריםְהנִ מצָ ָ֖א‬
ֹֽׁ ֶ ְ‫עד־בְהֵ ֻׁ֔ ָמהְעָ֖דְכְל־הנִ מ ָצֹ֑אְגִ֛םְכ‬
‫ פ‬:‫בָ ֵ ֹֽׁאש‬
vêísh israél shávu el-bênéi viniamin vaiakúm lêfi-jérev, me'ír mêtom 'ad-
bêhemáh, 'ád kol-hanimtzá; gám kol-hé'arím hanimtzaót shilêjú vaésh.

Los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y en las


ciudades hirieron a filo de espada tanto a hombres como animales, y todo lo
que fue hallado. Asimismo, prendieron fuego a todas las ciudades que
hallaron.

Shofetim – Jueces Capitulo 22


(1)
ְ‫נוְלא־יִ ֵ ָּ֥תןְבִ ִ֛תֹו‬
ֹֽׁ ‫ישְמ ֻׁ֔ ֶמ‬
ִ ‫רְא‬֣ ִ ‫ֵאמ‬
ֹ֑ ‫וְ ִ ֣אישְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְנִ שבָּ֥עְב ִמצפָ ָ֖הְל‬
:‫לְבִ ני ִ ָָ֖מןְלְ ִא ָ ֹֽׁשה‬
vêísh israél, nishbá' bamitzpáh lemór; ísh miménu, ló-itén bitó lêviniamín
lêisháh.

Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: 'Ninguno de


nosotros dará su hija por mujer a los de Benjamín.'
(2)
ְ‫ֱֹלהיםְויִ ש ֣או‬
ֹ֑ ִ ‫ָ֖יְהא‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ית־אלְויֵ ֤שבוְשָ ם֙ ְעד־הָ ֶֻׁ֔ע ֶרבְלִ פנ‬ֵ ֻׁ֔ ‫ְב‬ ֹֽׁ ֵ ֙‫וי ָ֤באְהָ עָם‬
:ְ‫קֹו ָֻׁ֔לםְויִ בכָ֖ וְבְ ִ ָּ֥כיְג ָֹֽׁדֹול‬
vaiavó ha'am béit-él, vaiéshvu sham 'ad-ha'érev, lifnéi háelohím; vaisú qolám,
vaivkú bêjí gadól .

Entonces el pueblo fue a Betel, y ellos permanecieron allí, delante de Elohim,


hasta el atardecer. Y alzando su voz lloraron amargamente y dijeron:
(3)
ְ‫לְהָּ֥יתָ הְ ָ֖זאתְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑אלְלְהִ פ ֵ ָָּ֥קד‬
ָ ‫ֱֹלה֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
ֵ ‫ו ֣יאמ ֻׁ֔רוְל ִ֗ ָָמהְיהוָה֙ ְא‬
ָּ֥ ֵ ‫ֹוםְמיִ ש ָר ֵ ָ֖א‬
:ְ‫לְשבֶ טְאֶ ָ ֹֽׁחד‬ ִ ִ֛‫הי‬
21, 22 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

vaiómrú, lamáh Adonai elohéi israél, háitah zót bêisraél; lêhipaqéd haióm
miisraél shévet ejád .

–oh Eterno Elohim de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy
una tribu de Israel?
(4)
ְ‫םְמז ֵבֹ֑חְו ֹֽׁיעֲלָּ֥ וְעלָ֖ ֹות‬ ָ֖ ָ ‫וַֹֽֽׁיהִ י֙ ִ ְֹֽׁממָ חְ ָ ֻׁ֔רתְויש ִ ֣כימוְהָ ָֻׁ֔עםְויִ ב‬
ִ ‫נו־ש‬
‫ פ‬:‫ושל ִ ָֹֽׁמים‬
váihí mímajorát, vaiashkímu ha'ám, vaivnu-shám mizbéja; vaiá'alú 'olót
ushlamím.

Al día siguiente, el pueblo se levantó muy de mañana. Edificaron allí un altar,


y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz.
(5)
ְ‫ל־שב ֵ ָּ֥טיְיִ ש ָר ֵ ָ֖אל‬
ִ ְ‫ִ֛לְמכ‬
ִ ‫רְלא־עָלָ ָּ֧הְבקָ ָה‬ ֹֽׁ ֶ֨‫לְמיְאֲש‬ ִַֽ֠ ‫ו ֹֽׁיאמְרו֙ ְבְנֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵא‬
ְ‫רְלא־ ָע ָ֨להְאֶ ל־יהוָ ָּ֧ה‬
ֹֽׁ ֶ‫הְלאֲש‬
ֹֽׁ ַֽ֠ ‫הְהיְ ִ֗ ָת‬
ֹֽׁ ָ ‫אֶ ל־יהוָ ֹ֑הְכִ יְ֩השְבו ָ֨עהְהגְדֹו ִָ֜ל‬
:ְ‫ֹותְיומת‬
ֹֽׁ ָ ‫רְמ‬
ָּ֥ ‫ֵאמ‬
ָ֖ ‫ה ִמצפָ ִ֛הְל‬
vaiómêrú bênéi israél, mí ashér ló-'aláh vaqahál mikol-shivtéi israél el-
Adonai; kí hashêvu'áh hagêdoláh háiêtáh láasher ló-'aláh el-Adonai hamitzpáh
lemór mót yumát .

Y los Hijos de Israel dijeron: –¿Quién de entre todas las tribus de Israel no ha
venido a la congregación, al Eterno? Porque se había hecho un juramento
solemne contra quien no subiera ante el Eterno en Mizpa, diciendo: 'Morirá
irremisiblemente.'
(6)
ְ‫ֹוםְשבֶ ט‬
ָּ֥ ֵ ִ֛‫ויִ ָ ֹֽׁנחֲמו֙ ְבְ נֵ ֣יְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְאֶ ל־בִ ני ִ ָָ֖מןְאָ ִ ֹ֑חיוְו ֣יאמ ֻׁ֔רוְנִ ג ָּ֥דעְהי‬
:‫ָ֖דְמיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ִ ‫אֶ ָח‬
vainájamú bênéi israél, el-biniamín ajív; vaiómrú, nigdá' haióm shévet ejád
miisraél.

Los Hijos de Israel se lamentaban por causa de Benjamín su hermano, y


decían: –¡Una tribu ha sido cortada hoy de Israel!
(7)
ְ‫נוְביה ֻׁ֔ ָוהְלְבִ ל ִ ִ֛תי‬
ֹֽׁ ‫יםְוא ֲ֨נחנו֙ ְנִ שב֣ע‬
ֹֽׁ ‫ה־נע ֶ ֲָּ֥שהְל ֶָהִ֛םְלנֹֽׁ ֹותָ ִ ָ֖ריםְלְנ ִ ָֹ֑ש‬
ֹֽׁ ‫מ‬
:ְ‫נֹותינוְלְנ ִ ָֹֽׁשים‬ָ֖ ֵ ְ‫ָּ֥םְמב‬
ִ ‫תֵ ת־ל ֶָה‬
mah-ná'aséh lahém lanótarím lênashím; váanájnú nishbá'nu váAdonai, lêviltí
tet-lahém mibênotéinu lênashím .
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 22

¿Qué haremos en cuanto a conseguir mujeres para los que han quedado?
Porque nosotros hemos jurado por el Eterno que no les daremos por mujeres a
nuestras hijas.
(8)
ְ‫רְלא־עָלָ ָּ֥הְאֶ ל־יהוָ ָ֖הְה ִמצפָ ֹ֑ה‬
ֹֽׁ ‫ֲש‬
ִ֛ ֶ ‫ְמ ִשב ֵ ֣טיְיִ ש ָר ֻׁ֔ ֵאלְא‬
ִ ֙‫וְמיְאֶ חָ ד‬
ִִ֗ ‫ו ֣יאמ ֻׁ֔ר‬
:ְ‫ִ֛הְמי ֵָבָּ֥ישְגִ לעָ ָ֖דְאֶ ל־הקָ ָ ֹֽׁהל‬
ִ ֶ‫ל־המחֲנ‬ ֹֽׁ ֶ‫א־אישְא‬ ָּ֧ ִ ָ‫ֵהְלאְב‬
֣ ‫וְַֽ֠הִ נ‬
vaiómrú, mí ejad mishivtéi israél, ashér ló-'aláh el-Adonai hamitzpáh; vêhineh
ló va-ísh el-hámajanéh miavéish gil'ád el-haqahál .

–Y añadieron–: ¿Hay alguno de entre las tribus de Israel que no haya subido al
Eterno, en Mizpa? Y he aquí, hallaron que ninguno de Iaveish [Jabes], en
Galaad, había ido al campamento, a la congregación.
(9)
:‫ישְמיֹֽׁ ֹוש ֵבָ֖יְי ֵָבָּ֥שְגִ ל ָ ֹֽׁעד‬
ִ ‫ְא‬ ֹֽׁ ֵ ֵ‫ויִ תפ ֵ ָָ֖קדְהָ עָ ֹ֑םְוְהִ נ‬
ִֻׁ֔ ֙‫֤הְאין־שָ ם‬
vaitpaqéd ha'ám; vêhinéh éin-sham ísh, mióshvéi iavésh gil'ád.

Cuando el pueblo fue contado, he aquí que no había allí ningún hombre de los
habitantes de Iaveish [Jabes], en Galaad.
(10)
ְ‫ישְמבְנֵ ֣יְהֶ ָחֹ֑יִ לְויצו֨ ו‬
ִ ‫ֶףְא‬ָ֖ ִ ‫רְאל‬ִ֛ ֶ ‫ָש‬ ָּ֥ ָ ‫םְהע ִ֗ ֵָדהְשְנֵים־ע‬
ֹֽׁ ָ ‫חו־ש‬ ֣ ָ ְ‫ויִ של‬
ְ‫י־ח ֶרב‬
ֶ ֻׁ֔ ִ‫יתםְאֶ ת־יֹֽׁ ֹוש ֨ ֵביְי ֵָב֤שְגִ לעָד֙ ְלְפ‬ ֶ ִ֞ ִ‫רְלכוְוְהִ כ‬
ְ ַֽ֠ ‫ֵאמ‬ ִ֗ ‫אֹותםְל‬ ָ ִ֜
:‫וְהנ ִ ָָ֖שיםְוְה ָ ֹֽׁטף‬
vaishlêju-shám há'edáh shêneim-'asár élef ísh mibênéi hejáil; vaitzaúu otám
lemór lêju vêhikitém et-íoshvéi iavésh gil'ad lêfi-jérev, vêhanashím vêhatáf.

Entonces la asamblea envió allá a 12000 hombres de los valientes. Y les


mandaron diciendo: –Id y matad a filo de espada a los habitantes de Iaveish
[Jabes], en Galaad, con las mujeres y los niños.
(11)
ְ‫תְמשכב־זָכָ ָ֖ר‬
ִ ‫ל־א ָ ִ֛שהְי ָּ֥דע‬
ִ ְ‫רְתע ֲֹ֑שוְכְל־ ָז ִָ֗כרְוְכ‬
ֹֽׁ ‫ֲש‬
֣ ֶ ‫וְזֶ ָּ֥הְהדָ ָבָ֖רְא‬
:‫ֹֽׁתח ִ ֲֹֽׁרימו‬
vêzéh hadavár ashér tá'asú; kol-zajár vêjol-isháh iodá'at mishkav-zajár
tájarímu.

Esto es lo que habéis de hacer: Eliminaréis a todo hombre, y a toda mujer que
haya tenido unión sexual con varón.
22 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

(12)
ְ‫ֲשר‬ ִ ‫וַֹֽֽׁיִ מצְ ִ֞א‬
ָּ֧ ֶ ‫וְמיֹֽׁ ֹוש ֵב֣יְ׀ְי ֵָב֣ישְגִ ל ִָ֗עדְארב֤עְמֵ אֹות֙ ְֹֽׁנע ָ ֲ֣רהְבְתו ָֻׁ֔להְא‬
ְ‫ֲשר‬
ָ֖ ֶ ‫ְש ֹֻׁ֔להְא‬
ִ ֙‫ל־המ ֲחנֶה‬ ֹֽׁ ֶ‫אוְאֹותםְא‬ָ֤ ‫ִ֛הְאישְלְ ִמשכ֣בְזָכָ ֹ֑רְוי ִָ֨ב‬
ָ֖ ִ ָ‫ֹֽׁלא־יְדְע‬
‫ פ‬:‫בְ ֶ ָּ֥א ֶרץְכְ ָנֹֽׁען‬
váimtzêú mióshvéi | iavéish gil'ád arbá' meot ná'aráh vêtuláh, ashér ló-iodê'áh
ísh lêmishkáv zajár; vaiavíu otám el-hámajaneh shilóh, ashér bêéretz kêná'an.

Entre los habitantes de Iaveish [Jabes], en Galaad, hallaron a 400 muchachas


vírgenes, que no habían tenido unión sexual con varón; y las llevaron al
campamento en Shiló [Silo], en tierra de Canaán.
(13)
ְ‫עְר ֹ֑מֹון‬
ִ ‫ֲשרְבְ ֶ ֣סל‬ ֣ ָ ְ‫וַֹֽֽׁיִ שלְחו֙ ְכ‬
ָ֖ ֶ ‫ל־הע ֻׁ֔ ֵָדהְוַֹֽֽׁידבְרו֙ ְאֶ ל־בְנֵ ֣יְבִ ני ִָֻׁ֔מןְא‬
:‫ויִ קרְ ָּ֥אוְל ֶָהָ֖םְשָ לֹֽׁ ֹום‬
váishlêjú kol-há'edáh, váidabêrú el-bênéi viniamín, ashér bêséla' rimón;
vaiqrêú lahém shalóm.

Entonces toda la asamblea envió un mensaje a los hijos de Benjamín que


estaban en la peña de Rimón, y les proclamaron la paz.
(14)
ְ‫וְמנְ ֵ ָ֖שיְי ֵָב֣ש‬ ֣ ֶ ‫ויָ ֤שְבְבִ ני ִָמן֙ ְבָ עֵ ֣תְה ִֻׁ֔היאְויִ תְנ֤ וְלָהֶ ם֙ ְהנ ֻׁ֔ ִָשיםְא‬
ִ ֻׁ֔‫ֲשרְחִ י‬
:‫ָ֖םְכן‬
ֹֽׁ ֵ ‫גִ לעָ ֹ֑דְוְ ֹֽׁלא־מְצְ ָּ֥אוְל ֶָה‬
vaiáshov biniamin ba'ét hahí, vaitênú lahem hanashím, ashér jiú, minêshéi
iavésh gil'ád; vêló-motzêú lahém kén.

En aquel tiempo volvieron los de Benjamín, y les dieron por mujeres a las que
habían conservado vivas de las mujeres de Iaveish [Jabes], en Galaad. Pero
éstas no fueron suficientes para ellos.
(15)
:ְ‫ָשהְיהוָ ִ֛הְפֶ ֶָ֖רץְבְ ִשב ֵ ָּ֥טיְיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ָּ֧ ָ ‫ןְכי־ע‬
ֹֽׁ ִ ‫וְהָ עָ ָּ֥םְנִ ָחָ֖םְלְבִ ני ִ ָֹ֑מ‬
vêha'ám nijám lêviniamín; kí-'asáh Adonai péretz bêshivtéi israél .

El pueblo se lamentaba por causa de Benjamín, porque el Eterno había abierto


una brecha en las tribus de Israel.
(16)
ְ‫יםְכי־נִ שמְ ָ ָּ֥דה‬
ֹֽׁ ִ ‫ה־נע ֶ ֲָּ֥שהְלנֹֽׁ ֹותָ ִ ָ֖ריםְלְנ ִ ָֹ֑ש‬
ֹֽׁ ‫֣יְהע ֻׁ֔ ֵָדהְמ‬
ֹֽׁ ָ ֵ‫ו ֹֽׁיאמְרו֙ ְזִקנ‬
:‫ןְא ָ ֹֽׁשה‬
ִ ‫ִמבִ ני ִ ָָ֖מ‬
vaiómêrú ziqnéi há'edáh, mah-ná'aséh lanótarím lênashím; kí-nishmêdáh
mibiniamín isháh.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 22

Entonces los ancianos de la asamblea dijeron: –¿Qué haremos en cuanto a


conseguir mujeres para los que han quedado? Porque las mujeres de Benjamín
han sido exterminadas.
(17)
:‫טְמיִ ש ָר ֵ ֹֽׁאל‬
ִ ֶ‫ָּ֥הְשב‬
ָ֖ ֵ ‫ֵיטָ֖הְלְבִ ני ִ ָֹ֑מןְוְ ֹֽׁלא־יִ מָ ֶח‬
ָ ‫ו ֣יאמ ֻׁ֔רוְיְר ָּ֥שתְפְל‬
vaiómrú, iêrushát pêleitáh lêviniamín; vêló-imajéh shévet miisraél.

–Y dijeron–: Lo que era de Benjamín sea herencia de sus sobrevivientes, para


que no sea exterminada una tribu de Israel.
(18)
‫ינוְכי־נִ שבְע֤ וְבְ ֵנֹֽׁי־‬
ֹֽׁ ִ ‫נֹות‬
ֹ֑ ֵ ְ‫יםְמב‬ ִ ‫ִ֛לְלתֵ ת־ל ֶָהָּ֥םְנ ִ ָָ֖ש‬
ֹֽׁ ָ ‫נוְלאְנוכ‬
ָּ֥ ‫ֹֽׁוא ֲִ֗נח‬
‫ ס‬:‫ןְא ָ ָ֖שהְלְבִ ני ִ ָֹֽׁמן‬
ִ ‫ֵאמרְאָ ּ֕רורְנ ֵ ָּ֥ת‬
ֻׁ֔ ‫יִ ש ָראֵ לְ֙ל‬
váanájnu ló nujál látet-lahém nashím mibênotéinu; kí-nishbê'ú vênéi-israel
lemór, arúr notén isháh lêviniamín.

Pero nosotros no les podemos dar mujeres de nuestras hijas. Porque los Hijos
de Israel habían jurado diciendo: '¡Maldito el que dé mujer a los de Benjamín!'
(19)
ְ‫רְמצְ ֤פֹונָה‬
ִ ִֶ֞‫ו ֹֽׁיאמְ ִ֡רוְהִ ֵנהְ֩חג־יה ֨ ָוהְבְ ִש ִ֜לֹוְ ִמי ִ ָ֣מיםְ׀ְי ִִָ֗מימָ הְאֲש‬
ְ‫הְומנֶ ַָֽ֖גֶב‬
ִ ָ‫ית־אלְשְכֶ ֹ֑מ‬
ָ֖ ֵ ‫ָּ֥הְמ ֵ ֹֽׁב‬
ִ ָ‫הְהעל‬ ֹֽׁ ָ ‫ְ֙מז ְר ָח֣הְהשֶֻׁ֔ מֶ שְלִ֨ מ ִס ָֻׁ֔ל‬
ִ ‫לְ ֵ ֹֽׁבית־אֵ ל‬
:ְ‫בֹונֹֽׁה‬
ָ ‫לִ ל‬
vaiómêrú hineh jag-Adonai bêshiló miamím | iamímah ashér mitzêfónah
lêvéit-el mizrêjáh hashémesh, límsiláh, há'oláh mibéit-él shêjémah; uminégev
lilvonáh .

Y dijeron: –He aquí que cada año hay fiesta del Eterno en Shiló [Silo]. Shiló
[Silo] está al norte de Betel, al lado oriental del camino que sube de Betel a
Siquem, y al sur de Lebona.
(20)
:‫וְואֲרב ֶ ָּ֥תםְבכְ ָר ִ ֹֽׁמים‬
ֹֽׁ ָ֖‫ֵאמרְלְכ‬
ֹ֑ ‫ויצוְ(ויצוּ֕ ו)ְאֶ ת־בְנֵ ָּ֥יְבִ ני ִ ָָ֖מןְל‬
vitzv (vaitzaúu) et-bênéi viniamín lemór; lêjú váaravtém bakêramím.

Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: –Id y poned emboscada en las


viñas.
(21)
‫ְמן־‬
ִ ֙‫נֹות־שילֹוְָ֮ל ָ֣חולְבמְחלֹות ִ ְֹֽׁויצָ אתֶ ם‬
ִ ְ‫ֵהְאם־ ֵ֨יצ ָּ֥אוְב‬ִ ‫יתםְוְַֽ֠הִ נ‬
ֶ ִ֗ ‫ור ִא‬
ְ‫םְא ֶרץ‬
ָּ֥ ֶ ‫ֹוְוהֲלכ ֶ ָ֖ת‬
ֹֽׁ ֹ֑‫ֹותְשיל‬
ִ ֣‫ֹוְמבְנ‬
ִ ‫ישְאש ָ֖ת‬
ִ ‫ִ֛םְא‬
ָּ֥ ִ ֶ‫יםְוחֲטפ ֶ ָּ֥תםְלָכ‬
ֹֽׁ ‫הכְ ָר ִֻׁ֔מ‬
:‫בִ ני ִ ָֹֽׁמן‬
22 Shofetim/Jueces ְ‫ֹֽׁשפְ ִטים‬

uritém vêhineh im-iétzú vênot-shiló lajúl bamêjolot vítzatem min-hakêramím,


vájataftém lajém ísh ishtó mibênót shiló; váhalajtém éretz biniamín.

Mirad; y he aquí que cuando las jóvenes de Shiló [Silo] salgan a bailar en
círculos, vosotros saldréis de las viñas y arrebataréis cada uno una mujer para
sí de las jóvenes de Shiló [Silo], y os iréis a la tierra de Benjamín.
(22)
ְ‫יהםְלרובְ(ל ִ ָ֣ריבְ׀)ְאֵ ִֵ֗לינוְוְאָ ֤מרנו‬ ֶ ִ֜ ֵ‫ְ֩אֹוְאֲח‬֨ ‫הְכי־י ָ֣באוְאֲבֹותָ ם‬ ֹֽׁ ִ ‫וְהָ ִָ֡י‬
ְ‫יְלא‬
ָּ֥ ‫הְכ‬
֣ ִ ‫ישְאש ָ֖תֹוְב ִמלחָ ָ ֹ֑מ‬
ִ ‫נוְא‬
ָּ֥ ִ ‫יְלאְל ִָ֛קח‬ ָּ֥ ‫םְכ‬
֣ ִ ‫ונוְאֹות‬
ָ ֻׁ֔ ֣‫ֲאלֵיהֶ ם֙ ְחְנ‬
‫ ס‬:‫א ֶ ִ֛תםְנְת ֶ ָּ֥תםְל ֶָהָ֖םְכָעֵ ָּ֥תְתֶ א ָ ֹֽׁשמו‬
vêhaiáh kí-iavóu avotam ó ajeihém lrvv (larív |) eléinu vêamárnu aleihem
jonúnu otám, kí ló laqájnu ísh ishtó bamiljamáh; kí ló atém nêtatém lahém
ka'ét teshámu.

Y sucederá que cuando sus padres o sus hermanos vengan a pleito ante
nosotros, les diremos: 'Hacednos el favor de concedérnoslas, porque nosotros
no conseguimos en la guerra mujeres para todos ellos. Además, vosotros no
sois culpables, porque no se las habéis dado.'
(23)
ְ‫ֲשר‬
֣ ֶ ‫םְמן־המְ ֹֽׁחלְלָ֖ ֹותְא‬ ִ ‫ו ֹֽׁיעֲשו־כֵן֙ ְבְנֵ ֣יְבִ ני ִָֻׁ֔מןְויִ ש ֤אוְנ ִָשים֙ ְלְ ִמספ ָ ָֻׁ֔ר‬
֣ ֶ ֶ‫ל־נ ֲחל ֻׁ֔ ָָתםְויִ בנו֙ ְא‬
:‫ת־הע ִ ָֻׁ֔ריםְו ֵיֹֽׁשְ ָ֖בוְבָ ֶ ֹֽׁהם‬ ֣ ֶ‫גָזָ ֹ֑לוְו ֵיֹֽׁלְכִ֗ וְוי ָ֨שובו֙ ְא‬
vaiá'asu-jen bênéi viniamín, vaisú nashim lêmisparám, min-hamêjólêlót ashér
gazálu; vaiélêjú vaiashúvú el-nájalatám, vaivnú et-hé'arím, vaiéshêvú bahém.

Los hijos de Benjamín lo hicieron así, y tomaron mujeres, una cada uno,
raptándolas de entre las que danzaban. Después se fueron, volvieron a sus
heredades, reedificaron las ciudades y habitaron en ellas.
(24)
ְ‫יאְאישְלְ ִשב ָ֖טֹוְול ִמשפח ֹ֑תֹו‬ ִ ֨‫ויִ תהלְכ‬
ָּ֥ ִ ‫וְמ ָ ֤שםְבְ ֵנֹֽׁי־יִ ש ָראֵ לְ֙בָ עֵ ֣תְה ִֻׁ֔ה‬
‫ ש‬:‫םְאישְלְ ֹֽׁנ ֲחל ָֹֽׁתֹו‬
ָ֖ ִ ָֻׁ֔‫וְמש‬
ִ ‫ו ֵיֹֽׁצְ ֣א‬
vaithalêjú mishám bênéi-israel ba'ét hahí, ísh lêshivtó ulmishpajtó; vaiétzêú
mishám, ísh lênájalató.

También los Hijos de Israel partieron de allí, cada uno a su tribu o clan; y se
fueron de allí, cada uno a su heredad.
(25)
:}‫ָ֖יוְיע ֶ ֲֹֽׁשהְ{ש‬
ֹֽׁ ָ‫לְאישְהי ָ ָָּ֥שרְבְעֵינ‬
ִ֛ ִ ‫יןְמלְֶךְבְיִ ש ָר ֵ ֹ֑א‬
ָ֖ ֶ ‫םְא‬
ָּ֥ ֵ ‫בי ִ ָ֣מיםְהָ ֻׁ֔ ֵה‬
baiamím hahém, éin mélej bêisraél; ísh haiashár bê'eináv iá'aséh {s}.
ְ‫ֹֽׁש ְפ ִטים‬ Shofetim/Jueces 22

En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía
recto ante sus propios ojos.
Anexos

Los 24 Libros del Tanaj

Los Autores de los Libros del Tanaj y sus Respectivas Épocas

El Talmud nos enseña a apreciar la relación especial que nosotros, el pueblo de Israel,
tenemos con el Tanaj (la Biblia hebrea). En él está escrito: "Bendito es D's Quien dio
una Torá triple a su pueblo, que está compuesto por tres partes". Las palabras "una
Torá triple" se refieren a las tres categorías de los libros sagrados en la Biblia hebrea:
la Torá, los Profetas y las Escrituras. Esta es la razón por la cual nosotros llamamos a
la Biblia "TaNa’J". Un acrónimo de: Torá, Nevi’im y Ketuvim.”El pueblo que está
compuesto por tres partes" se refiere al pueblo de Israel que están divididos en
Kohanim (Sacerdotes), Leviím (Levitas), e Israelitas.

Las Tres Partes del Tanaj (Biblia Hebrea)

Estas tres divisiones correspondientes a tres niveles de santidad no son coincidencia,


sino que ellas implican una profunda conexión entre el Tanaj y el pueblo de Israel. Los
dos son interdependientes. A través del pueblo de Israel, el Tanaj es percibido en este
mundo. Al mismo tiempo, el pueblo de Israel es protegido por el Tanaj.

Había una división similar en el Templo Sagrado. El Templo estaba dividido en tres
áreas, cada una más sagrada que la que la precedía. Primero estaba el patio externo,
el cual contenía el altar en el que se ofrecían los sacrificios. Luego estaba el santuario,
en el que estaba el candelabro (menorá), el altar del incienso, y la mesa con los
panes. Finalmente, estaba el Kodesh Hakodashim - el lugar más santo del Templo - en
el que se encontraba sólo una cosa, el arca que contenía las Tablas de la Torá, que
Moshé recibió en el Monte Sinai.

Muchas cosas en la Torá se relacionan con el número tres: hay tres divisiones en la
Biblia, la Torá fue dada a los hijos de los tres patriarcas - Abraham, Itzjaq e Iaaqov - a
través de tres hijos de Amram - Moshé, Aharón y Miriam. Además, fue dada en el
tercer mes, y los hijos de Israel se prepararon tres días para recibirla.

El número tres es muy especial: Adam tuvo tres hijos, y toda la humanidad descendió
de su tercer hijo, Shet; Moshé, el más grandioso de los tres hijos de Amram, también
fue el tercero; Leví, el padre de los sacerdotes, fue el tercer hijo de Iaaqov; hay tres
rezos cada día: en la noche, en la mañana y en la tarde; los kohanim - sacerdotes -
bendicen al pueblo con una bendición triple; y tanto Israel como los ángeles santifican
a D'os mediante una alabanza triple: "Santo, Santo, Santo".

Hay también tres niveles de significado que están a disposición de todos en las
palabras del Tanaj. Ellos son: un significado simple - peshat, el significado insinuado -
remez, y el significado alegórico - drash. (Hay también un cuarto nivel, el significado
secreto - sod, pero sólo los más sabios y piadosos tienen permitido profundizar en él).
981
La naturaleza triple del Tanaj también nos facilita el estudio de ella. Los rabinos
dicen: "Una persona puede sólo aprender lo que su corazón desea". Si la persona no
está interesada en algo, su mente no lo absorberá. Él escuchará pero no entenderá y al
día siguiente se olvidará de todo lo que ha estudiado. Si la persona verdaderamente
quiere aprender Torá, entonces, él debe prepararse a sí mismo para encontrar un área
de estudio que le interese. Si la Torá fuera muy pequeña, o fuese toda igual, entonces
sería muy difícil, pues lo que una persona encuentra interesante, no lo es para la otra y
lo que ella encuentra interesante un día, puede no encontrarlo atractivo al día
siguiente.

Es por eso que D'os nos dio una Torá que es amplia y variada y se puede entender en
tres niveles; tiene algo para todo el mundo, en todo momento. Este es uno de los
significados de las palabras del Talmud que dice:

"Rabí Janania ben Akashia dice: D'os le quiso dar a Israel la oportunidad de obtener
mucho mérito, y es por eso que Él les dio muchas enseñanzas y muchos mandamientos,
así como está escrito: 'D'os desea que él sea recto, entonces Él hizo la Torá grande e
imponente'" (Isaías 42:21).

Los 24 Libros del Tanaj

Los libros del Tanaj son conocidos como los "veinticuatro libros de las Escrituras",
pero si tú los cuentas encontrarás que hay veinticinco realmente.

La primera sección, la Torá, consiste en los cinco libros de Moshé.

La segunda sección consiste de ocho libros conocidos como los Profetas. Los primeros
cuatro libros de esta sección son los primeros profetas: Iehoshúa, Shofetim, Shemuel y
Melajim. Los libros de Shemuel y Melajim son tan largos que fueron divididos en dos
secciones, pero esto sólo fue un asunto de practicidad y se siguen contando como un
libro cada uno. Los cuatro libros restantes son los últimos profetas: Ieshaiahu,
Irmiahu, Iejezqel y los Teré Asar (una recopilación de doce libros de profetas, que por
ser muy cortos han sido reunidos formando un solo libro. Estos son los doce libros: 1)
Hoshea - Oseas, 2) Ioel - Joel, 3) Amós, 4) Ovadiá - Abdías, 5) Ioná - Jonás, 6) Mijá -
Miqueas, 7) Najum - Nahum, 8) Jabakuk - Habacuc, 9) Tzefaniá - Sofonías, 10) Jagái -
Ageo, 11) Zejariá - Zacarías, 12) Malají - Malaquías).

Las Escrituras están compuestas por doce libros. Ellos son: las cinco meguilot (rollos):
Shir Hashirim, Kohelet, Rut, Ejá y Ester; los libros de Iov, Mishlé y Tehilim; y
finalmente están los libros de Daniel, Ezrá, Nejemiá y Crónicas. Así como los libros de
Shemuel y Melajim, Crónicas está dividido en dos secciones, pero se considera un solo
libro. Entonces llegamos a un total de 25 libros.

Sin embargo, en tiempos pretéritos, el libro de Nejemiá era considerado parte del
libro de Ezrá. Ambos se refieren al mismo período - el tiempo del regreso de los
judíos de Babilonia y la reconstrucción del Segundo Templo de Jerusalem. Ellos

982
realmente son dos libros, así como los consideramos actualmente: uno fue escrito por
Ezrá, quien fue el líder espiritual de su generación, y el otro por Nejemiá, quien fue el
líder comunal.

Pero Nejemiá/Nehemías escribió dos cosas en su libro que los Rabinos no


aprobaron. Primero, él escribió: "Recuérdame, D'os, para bien!" (Nejemiá 5:19) y
no fue considerado apropiado que un gran hombre como él aparezca pidiéndole a D'os
que lo recompense por sus buenas acciones. Él también criticó a los líderes que lo
precedieron diciendo que ellos habían exigido demasiado de las personas, pero él no
había hecho eso porque era piadoso y temeroso de D'os. A pesar de que todo lo que él
dijo era verdad, no era correcto que él se eleve a sí mismo señalando los defectos que
los otros tenían, y es por eso que los Rabinos se negaron a honrarlo acreditándole un
libro propio. Por esta razón ellos incluyeron su libro junto con el libro de Ezrá, y a
pesar de que hoy nosotros los consideramos como dos libros, los contamos como uno
solo.

Los Autores de los Libros del Tanaj y sus Respectivas Épocas

Hablando ampliamente, los libros del Tanaj cubren tres períodos de la historia de
Israel. El primero es el período anterior a que los israelitas entren a la Tierra Sagrada
(los cinco libros de Moshé). El segundo, es el período en el cual ellos vivieron en la
Tierra Sagrada hasta el exilio babilónico (los Profetas). El tercero es el período del
exilio y la subsecuente reconstrucción del Templo, relatada en varios libros de los
Ketuvim. Durante este último período, la Tierra Sagrada no pudo ser llamada la Tierra
de Israel, pues el pueblo judío estaba bajo el dominio de los persas

Los cinco libros de la Torá fueron escritos por Moshé Rabenu. Ellos fueron escritos
con el nivel más alto de profecía que un ser humano puede alcanzar. (Hay quienes
opinan que los últimos ocho versículos de la Torá, que describen la muerte de Moshé,
también fueron escritos por él; pero otros dicen que Iehoshúa los escribió).

Los libros de Iehoshúa, Shofetim, Shemuel y Melajim cronológicamente son la


continuación de los cinco libros de Moshé - y el período de los últimos cuatro profetas
se superpone con el final del período histórico cubierto por el libro de Melajim.

Iehoshúa Bin Nun, el sucesor de Moshé en el liderazgo del pueblo, escribió la mayoría
del libro de Iehoshúa con excepción de los últimos versículos, que describen su
muerte y la muerte de Elazar, el hijo de Aharón HaKohén.

Shemuel escribió el libro de los Shofetim (los Jueces) y el comienzo de su libro - que
fue terminado por Gad y Natan, quienes eran profetas en el tiempo del rey David.

983
Los cuatro últimos profetas no fueron dispuestos en un orden cronológico estricto,
pues el profeta Hoshea (cuyo libro es uno de los doce profetas menores), realmente
precedió al profeta Ieshaiahu.

Los libros de Melajim e Irmiahu fueron escritos por el profeta Irmiahu. Ieshaiahu, por
otro lado, no escribió siquiera sus propias profecías. Los profetas sólo registraron sus
revelaciones a edad avanzada, pero Ieshaiahu fue asesinado por el malvado rey
Menashé antes de tener la oportunidad de escribirlas, y sus profecías fueron escritas
por los seguidores del rey Jizkiá, después de la muerte del profeta.

El libro del profeta Iejezqel fue escrito por los Sabios de la Gran Asamblea.

Las Escrituras fueron ordenadas después de los libros de los Profetas. Ellas no fueron
escritas mediante la profecía (nevuá), sino con un nivel más bajo de inspiración Divina
(Ruaj haKodesh).

El libro de Tehilim fue compilado por el rey David. Algunos de los salmos fueron
escritos por David, otros por sus contemporáneos y otros por profetas de
generaciones anteriores como Adam y Moshé.

Luego tenemos el libro de Mishlé - los Proverbios del rey Shelomó.

Después figura el libro de Iov, quien es atribuido a la autoría de Moshé Rabenu.

Luego aparecen las cinco meguilot ordenadas de acuerdo al orden de su lectura


durante el año: Shir Hashirim - compuesta por el rey Shelomó - que es leída en Pesaj;
Rut - compuesta por el profeta Shemuel - que es leída en Shavuot; Ejá - compuesta por
el profeta Irmiahu - que es leída en Tishá BeAv; Kohelet - compuesta también por el
rey Shelomó - que es leída en Sukot; y por último el libro de Ester - compuesto por los
Sabios de la Gran Asamblea - que es leído en Purim.

Los libros que restan son: Daniel, Ezrá/Esdras y Nejemiá/Nehemías - que están
ordenados cronológicamente - y el último libro del Tanaj, Crónicas, cubre todo el
período de la historia del mundo, desde el primer hombre hasta el decreto del rey Ciro
de Persia de reconstruir el Templo, el cual marcó el final del exilio babilónico.

Estos libros fueron escritos por los miembros de la Gran Asamblea en el tiempo del
regreso del exilio babilonio y la reconstrucción del Templo. El más grande de estos
líderes fue Ezrá, el sofer. Él escribió el libro de Ezrá y la mayor parte de Crónicas, que
fue terminado por Nejemiá.

Cuando el Templo estaba en pie, los sacrificios y los otros servicios eran la expiación
por los pecados del pueblo de Israel. Después de la destrucción del Templo, el estudio
del Tanaj tomó su lugar. A pesar de que ella no puede realmente ser igualada al
servicio del Templo, de todas maneras ella sirve como una expiación para nosotros
hoy en día, así como dice D'os: "Yo pongo Mi Torá en medio de ustedes… pues

984
perdonaré sus pecados" (Jeremías 31:32-33), y fue por el mérito del estudio del
Tanaj que los judíos fueron redimidos del exilio babilónico y fueron merecedores de
ver la reconstrucción del Templo Sagrado.

Cuando el Segundo Bet HaMiqdash/Templo fue destruido, el Tanaj otra vez tomó su
lugar, protegiendo a los judíos en el exilio donde sea que estaban.

Breve historia del idioma hebreo

El hebreo tiene casi treinta siglos de historia escrita, a lo largo de los cuales
obviamente se han dado diversos procesos de cambio lingüístico, por lo que se puede
considerar que el hebreo antiguo y el hebreo moderno, más que una única lengua, son
más bien dos lenguas emparentadas. Sobre todo si se tiene en cuenta que durante
muchos siglos el uso del hebreo antiguo quedó limitado a la literatura, a la liturgia y a
la academia, por lo que no tuvo la evolución continua y constante que suelen tener las
lenguas con su uso a lo largo del tiempo.
Se suele considerar que el período del hebreo antiguo se extiende del siglo X a. C.
hasta el siglo IV d. C, durante los que se distinguen 4 etapas, ya que obviamente sufrió
cambios a lo largo de esos catorce siglos:

1. hebreo bíblico arcaico, siglo X a. C. al siglo VI a. C. (del período monárquico


hasta el exilio en Babilonia);
2. hebreo bíblico tardío, siglo V a. C. al siglo III a. C. (época de la dominación
persa);
3. hebreo de los Rollos del Mar Muerto, siglos III a. C. al siglo I d. C. (período
helenístico y romano anterior a la destrucción del templo de Jerusalén);
4. hebreo de la Mishná, siglo I d. C. al siglo III o IV d. C. (período helenístico y
romano posterior a la destrucción del templo de Jerusalén);

El Hebreo es una de las lenguas semitas noroccidentales que como el Fenicio, el


Amoneo y el Moabita presentan marcadas influencias del Canaaneo. Sabemos que el
Antiguo Testamento (la Torá o Pentateuco) de la Biblia fue escrito originalmente en
hebreo.
En el libro II de Reyes, cap. 18, 26 y en el libro del Profeta Isaías cap. 36, 11 (siglo 8vo.
A.C.) Se menciona claramente la diferencia entre el arameo y la lengua que se hablaba
en Judea durante la invasión de Sanaquerib cuando los consejeros del rey Ezequías en
Jerusalén le dicen al emisario del rey de Asiria: "Por favor háblanos a nosotros tus
siervos en arameo que lo entendemos, no nos hables en la lengua de judea para que
no te oiga el pueblo que está sobre la muralla"...
Al volver a Judea del exilio de Babilonia (siglo 6to. A.C.) Se utilizaron los "Targum" en
arameo para enseñarle al pueblo la Torá. Quinientos años después las cosas habían
cambiado y para el siglo I de la era cristiana se hablaba desde hacía mucho tiempo el
hebreo.

985
La Profesora Sara Lipkin, especialista en lengua hebrea, en su estudio: "El hebreo,
historia por capítulos" (1992) nos dice que "el hebreo arcaico de la Mikrá, que se
hablaba en la época del Rey Salomón tal y como aparece en el Pentatéuco, las Crónicas
y los Profetas fue sustituido unos 300 años antes de Cristo por un hebreo hablado que
utilizaban palabras, modismos, pronunciación y expresiones un tanto diferentes y que
se conoce como "Lashón Jazal" o la Lengua de los Sabios. Este hebreo se habló en
Judea hasta el año 200 después de Cristo". La profesora Sara Lipkin señala que
durante ese período el arameo era una lengua internacional que se hablaba y se
escribía desde la India y hasta Kush (Sudán). En esta época, concluye Sara Lipkin, los
judíos hablaban 3 lenguas: el hebreo, el arameo y el griego. Había quien sabía
hablar las tres y había quien solo hablaba una de éllas.

Por su parte, el Profesor David Flusser de la Universidad Hebrea de Jerusalén concluye


que: “Después del descubrimiento del Libro de Ben Sira en hebreo entre los
Manuscritos del Mar Muerto y del hallazgo de las Cartas de Bar Kojbá y a la luz de
estudios más profundos del lenguaje de los sabios judíos, se acepta que la mayor parte
del pueblo hablaba bien el hebreo". El Profesor M.H. Segal, una autoridad en hebreo
Mishnaico, opina lo mismo. Es preciso señalar que entre los Manuscritos del Mar
Muerto todos los textos tales como himnos, comentarios sobre las Escrituras,
correspondencia, la regla de la comunidad, la profecía apocalíptica y el Pesher
Habakuk, entre otros, fueron redactados en lo que el erudito John Meiers llama un
"hebreo post-bíblico" que estaba en uso en los siglos primero antes y primero después
de Cristo.

El Libro de Ben Sira se escribió en hebreo entre el 190 y el 180 antes de Cristo en la
época de la sofocante ocupación de Judea por los griegos. Con este texto los maestros
y ancianos judíos enseñaban la sabiduría mosaíca y las virtudes a los jóvenes. Fue
traducido al griego por el nieto de Ben Sira quien dice en la introducción:”Pues no
tienen la misma fuerza las cosas expresadas originalmente en hebreo que cuando se
traducen a otra lengua”. Este libro es considerado un texto canónico en la
Biblia cristiana (Eclesiástico).

Durante el reinado de los reyes de la dinastía Jasmonea (141 al 63 A.C.) las monedas,
salvo contadas excepciones, se acuñaron con inscripcio- nes en griego y en hebreo.

El historiador judío Yosef Ben Matitiahu o Flavius Josefus en su libro "La Guerra de los
Judíos contra los romanos" (Tomo 6, cap. 2) relata cómo el General Tito lo envió a él a
las murallas a negociar la rendición con el pueblo sitiado en Jerusalén en el año 70. En
algunas traducciones tendenciosas aparece que lo hizo en "la lengua de sus
antepasados" que según eruditos de la iglesia es el arameo (como John Meier en su
libro "Un judío marginal"). Josefus escribió textualmente que él le habló al pueblo en
hebreo y así aparece en la traducción al inglés de William Whiston (hacer click) en
"The Genuine Works of Flavius Josephus" de 1824, así como en la traducción al hebreo
del Dr. Yaacob Naftalí Simjoni de 1923 y lo confirma el historiador inglés Desmond
Seward en su libro "Jerusalem's Traitor", 2009. Josefus que escribió sus obras en

986
Koiné hace una clara distinción entre el hebreo y el arameo al que llama "Συριστί =
Siristi o lengua siria".

Los rebeldes judíos que defendieron la fortaleza de Masada fueron derrotados por las
legiones romanas en el año 73 de la era cristiana. Entre los hallazgos arqueológicos se
encontraron fragmentos de cerámica con los nombres de algunos combatientes
escritos en hebreo.
Entre los nombres aparece el nombre BEN YAIR del comandante judío ELEAZAR BEN
YAIR mencionado por el historiador Flavius Josefus en su relato sobre la caída de
Masada en su obra la Guerra de los Judíos contra los romanos.

Las cartas de Simón Bar Kojbá o Bar Kosiba halladas en el Desierto de Judea y
expuestas en el Museo arqueológico de Israel en Jerusalén fueron escritas en hebreo
cotidiano durante la segunda revuelta de la Judea monoteísta contra la Roma pagana
entre el 132 y el 135 de la era cristiana. Esas cartas demuestran que unos 100 años
después de la Crucifixión de Ieshúa (Jesús) todavía se hablaba hebreo en Judea. Sin
embargo, una generación después de esa aplastante derrota los judíos de la
Galilea pasaron paulatinamente a hablar el arameo y el hebreo dejó de hablarse
aproximadamente en el año 200 D.C…

El Profesor David Flusser afirma en su libro “El judaísmo y las raíces del Cristianismo”
que las Parábolas (en hebreo Mashal) de la literatura rabínica fueron relatadas al
pueblo por los rabínos (maestros) solo en hebreo durante todas las épocas.

La Mishná es la recopilación hecha en la Galilea por Rabi Yehudá Hanasí alrededor del
año 200 D.C. que resume los lineamientos de la ancestral sabiduría oral de los sabios
(Tanaim) para la práctica correcta de los mandamientos de la Torá. Fue escrita en el
hebreo hablado en Judea durante los siglos I y II D.C. conocido como "Hebreo
Mishnaico". Józef Tadeusz Milik, catedrático bíblico polaco y exsacer-dote católico que
formó parte del equipo de especialistas que descifró los Manuscritos del Mar
Muerto afirmó en su libro que el Hebreo Mishnaico era la lengua hablada por los
habitantes de Judea a finales de la época del Segundo Templo ("Ten Years of Discovery
in the Wilderness of Judaea", 1959).

El hebreo que antes se hablaba en Judea se convirtió con los siglos en lengua sacra
utilizada solo para orar en las sinagogas de la "Diáspora" así como para estudiar la
Torá. Los judíos dispersos por el planeta adoptaron las lenguas de las tierras donde
habitan. Casi dos mil años después de la destrucción del Templo de Jerusalén en el año
70 de la era cristiana, los judíos que retornan a Sión-Israel, eligen espontáneamente el
hebreo como su lengua nacional. Pudieron haber elegido el arameo pero más pudo el
llamado de la "lengua madre".

Es un hebreo que tuvo que ser actualizado y al que se le agregaron nuevos vocablos
pero que se basa en el hebreo que hablaba Bar Kojbá en el año 132 D.C... Hoy día los

987
judíos israelíes leen la prensa, conversan y escriben en la lengua de sus antepasados
enriquecida por el uso cotidiano.

Los hebreos vuelven a hablar el hebreo en su Tierra.

Con el advenimiento del período Bizantino (siglo IV d. C.), el idioma hebreo


desaparece como lengua de uso común, luego de un período de decadencia que se
había iniciado con la última de las guerras judeo-romanas (la rebelión de Bar Kojba) y
su posterior exilio de la población judía y prohibición de la religión. Su lugar lo ocupa
el arameo, que ya coexistía con el hebreo.
Durante la diáspora judía las lenguas principales del pueblo judío, además de las de
las sociedades en las que vivían, fueron el yiddish en el caso de los judíos ashkenazíes
(provenientes de Europa Central y del Este) y el ladino en el caso de los sefardíes
(provenientes de la Península Ibérica), mientras que el hebreo pasó a desarrollarse
principalmente como lengua litúrgica, literaria y académica, viéndose una cierta
evolución por la necesaria incorporación de nuevos términos, pero sin volver a ser
una lengua hablada hasta fines del siglo XIX y la Primera Aliá (vuelta del pueblo judío
a la Palestina otomana).
Un rol central en este resurgimiento lo cumplió Eliezer Ben-Iehudá, quien inmigró en
1881 y comenzó a dedicarse a convertir la lengua literaria y litúrgica en una
vernácula, construyendo escuelas y escribiendo libros de texto con este fin. Con la
Segunda Aliá (1904-1914) este proceso se fortaleció gracias al involucramiento en
esta causa de un número cada vez mayor de inmigrantes. Si bien al comienzo este
proceso tuvo sus opositores, pronto se reconoció la necesidad de un idioma único
para la gran cantidad de inmigrantes que provenían de distintos países y por tanto
hablaban distintos idiomas.
En 1922, el Mandato Británico de Palestina reconoció al hebreo como uno de sus tres
idiomas oficiales (inglés, árabe y hebreo), lo que contribuyó fuertemente a su difusión
y resurgimiento como lengua moderna construida con un vocabulario y una escritura
semíticos. Para esta época, el hebreo moderno ya era el idioma común de la mayoría
de la población judía de Israel Luego de la creación del Estado de Israel (1948) se creó
la Academia del Idioma Hebreo, y hoy en día el hebreo moderno es hablado por el
95% de la población de Israel (junto al árabe es una de las dos lenguas oficiales del
país) y por varias comunidades judías en el mundo, con lo que se puede decir que con
el hebreo moderno, el hebreo, que había sido considerado una lengua muerta durante
siglos, ha recuperado su lugar entre las lenguas nacionales.

988
Alefato Hebreo

Ot / Señal-Letra Nombre Transliteración Valor numérico

‫א‬ ALEF MUDA 1

‫ב‬ VET V 2

‫בּ‬ BET B 2

‫ג‬ GUIMEL G 3

‫ד‬ DALET D 4
H
‫ה‬ HE (sonido J suave) 5

‫ו‬ VAV V 6
Sonido de O cuan-
‫וֹ‬ VAV / O
do el daguesh (.)
está arriba de Vav 6
Sonido de U cuan-
‫וּ‬ VAV / U
do el daguesh (.)
está debajo de Vav 6

‫ז‬ ZAIN Z 7
J
‫ח‬ JET Sonido J fuerte 8

989
‫ט‬ TET T 9

‫י‬ IOD Y- I 10

‫כּ‬ KAF K 20

‫כ‬ JAF J 20
JAF J
‫ך‬ SOFIT - FINAL Al final de una
palabra
20

‫ל‬ LAMED L 30

‫מ‬ MEM M 40
MEM M
‫ם‬ SOFIT - FINAL Al final de una
palabra
40

‫נ‬ NUM N 50
NUM N
‫ן‬ SOFIT- FINAL Al final de una
palabra
50

‫ס‬ SAMEJ S 60

‫ע‬ AIN MUDA 70

990
‫ּפ‬ PE P 80

‫פ‬ FE F 80
FE F
‫ף‬ SOFIT - FINAL Al final de una
palabra
80

‫צ‬ TZADI TZ - TS 90
TZADI TZ – TS
‫ץ‬ SOFIT - FINAL Al final de una
palabra
90

‫ק‬ KOF K-Q 100


R
‫ר‬ RESH Sonido de R
francesa
200

‫ש‬ SHIN - SIN SH -S 300

‫שׁ‬ SHIN SH 300

‫שׂ‬ SIN S 300


T
‫ּת‬ TAV Con daguesh (.) se
acentúa fuerte
400

T
‫ת‬ Sin daguesh (.) se
acentúa suave
400

991
Las Tenuot / las vocales hebreas.

El hebreo es una lengua consonantal, es decir, las letras que se usan para formar las
palabras, son exclusivamente consonantes, en nuestro idioma (español) es casi
imposible poder dar una explicación a la naturaleza del lenguaje hebreo, ya que
nuestro idioma se compone de vocales y consonantes. En la antiguedad el Griego era
el idioma que tenía representadas las vocales con caracteres, de ahí que nosotros, a
través del Latín, tengamos en nuestro idioma las vocales representadas por
caracteres, pero el hebreo y algunos otros no las tenían.

Ya que el hebreo Paleo (y por consecuencia también el hebreo cuadrado o arameo) no


poseía (técnicamente) vocales, se tomaron algunas letras y funcionaban como vocales,
fueron denominadas Matres Lectionis o "Madres de Lectura". Y son las que se
muestran en la tabla de abajo.

Caracter Nombre Uso

‫א‬ ALEF a, e, o, i

‫ו‬ VAV u, o

‫ה‬ HE a, e

‫י‬ IOD i, e

La AIN ‫ ע‬aparece en muchas palabras y funciona para apoyar casi cualquier vocal,
pero no fue denominada Madre Lectura.

Las Matres Lectionis funcionaron en el hebreo pre-masoreta, este modo se puede ver
en las muestras de los rollos del Mar Muerto. Posteriormente se formalizaron con la
técnica Masoreta.

Es por eso incluso los Masorim (Masoretas) tenían bases sólidas para la vocalización
del hebreo para ser exportado al mundo entero. Así es como aparecen las NIQUDOT
marcas diacríticas que funcionan como vocales [TENUOT].

992
Los Masorim (Masoretas) introdujeron el uso de las vocales [TENUOT] en forma de
marcas diacríticas que actualmente son llamadas Niqudot [Plural]. La palabra tenuot
se refiere a vocales. Debemos conocer algunas reglas para su uso.

Tabla de Tenuot (vocales)

Forma de las tenuot Vocal en español Nombre de la tenuot

ַ vocal corta "a" como


en 'padre'
Pataj

ֶ vocal corta "e" como


en 'set'
Segol

ִ vocal corta "i" como


en 'hit'
Jiriq Hazer

ָ vocal corta "o" como


en 'top
Qamatz Qatan

ֻ vocal corta "u" como


en 'luz'
Qubutz

ָ vocal larga "a" como


en 'tomar'
Qamatz Gadol

993
ֵ vocal larga "e" como
en 'el'
Tzere Jaser

‫ֵי‬ vocal larga "ei" como


en 'ley
Tzere Malé

‫ִי‬ vocal larga "i" como


en 'Israelí'
Jiriq Malé

ֹ vocal larga "o" como


en 'sobre'
Jolam Jaser

‫ֹו‬ vocal larga "o" como


en 'pobre
Jolam Malé

‫ּו‬ vocal larga "u" como


en 'tú'
Shuruq

ְ Silencio o vocal muy


corta "e" la segunda Shevá
en 'detergente'

ֲ vocal muy corta "a"


como en 'camión'
Jataf Pataj

ֱ vocal muy corta "e"


como la primera en Jataf Segol
'legumbre'

994
ֳ vocal muy corta "o"
como la primera en Jataf Qamatz
'consumidor'

El hebreo es un lenguage fonético, o sea, que se pronuncia como se escribe, así que al
final de la lección usted será hábil para leer casi cualquier texto que contenga las
marcas diacríticas [NIQUDOT, NIQUD singular], se denominan NIQUDOT a los puntos
colocados por debajo y por encima de las consonantes hebreas. En un libro o
periódico moderno Israelí, las NIQUDOT son omitidas, a excepción de las palabras
inusuales, donde las NIQUDOT reaparecen para recordar la pronunciación correcta de
tal palabra. Después de algún tiempo de familiaridad con el lenguage, usted será capaz
de omitir las NIQUDOT [MARCAS], anticipando mentalmente las TENUOT [VOCALES]
apropiadas.

Esencialmente el hebreo es un lenguage consonantal, con vocales colocadas entre las


consonantes para auxiliar en la pronunciación. En consecuencia, es inusual para
nosotros pronunciar dos consonantes juntas una después de la otra, pero cuando esto
es necesario, se usa un dispositivo llamado "SHEVA" con lo que se hace una breve
pausa entre ambas consonantes.

Como ya mencionamos anteriormente, las TENUOT [vocales hebreas] fueron


inventadas alrededor del siglo XIII de nuestra era por un grupo llamado Los
MASORETAS, como una ayuda para la correcta pronunciación de la mayoría de las
palabras, porque no todas las conservaron en su originalidad. Ellos inventaron un
esquema con signos, para señalar las vocales (Previamente suplidas por un lector
íntimamente familiarizado con los textos) explícitamente escritas por debajo y por
encima del sagrado (y más tarde inalterable) texto de consonantes. Hoy en día un rollo
de la Toráh [Pentatéuco: Bereshit / Génesis - Devarim / Deuteronomio] está
estrictamente escrito sin NIQUDOT y debe ser leído por un experto [o bien entrenado]
lector.

Dese cuenta que las NIQUDOT no necesariamente son indispensables, el pueblo de


Israel satisfactoriamente lo escribió y lo leyó por alrededor de 2000 años sin haber
marcado las vocales en ninguna ocasión. Esto fue posible porque algunas letras
hebreas, especialmente la ‫' א‬alef', ‫' ה‬he', ‫' ו‬vav' y ‫' י‬iod' pueden ser usadas incluso como
vocales, ya se ha hablado de esto anteriormente. Ejemplo:

Veámos la ‫ י‬iod para la palabra IEHUDÍ [Judío] " ‫הּודי‬


ִ ְ‫ " י‬donde la primera iod
funciona como consonante y la segunda iod como vocal.

(El hebreo se lee de derecha a izquierda).


995
Sílabas Hebreas

Todas las sílabas hebreas comienzan con una consonante cuando se escriben, cuando
se pronuncian, parece que algunas comienzan con vocal, pero es de hecho una
consonante de cualquiera de las 22 letras hebreas, Ejemplo:

En la palabra Emuná, se translitera como vocal la primera sílaba, pero es una


consonante, la 'alef' ‫ ֱאמּונָה‬.
Existen dos tipos básicos de sílabas:

1) Abiertas: TERMINAN CON UNA VOCAL Ejemplos: ַ‫ֲח | נִ | לי | א | ש‬


2) Cerradas: TERMINAN CON UNA CONSONANTE, PERO TIENEN UNA VOCAL EN
MEDIO

Ejemplos: ‫שַ ו | ֶרי | נָן | יָד‬


Si una sílaba es cerrada y no está acentuada, debe tener una vocal corta.
Una sílaba abierta usualmente tiene una vocal larga, a menos que tenga el acento
cuando pueda tomar una vocal corta. Contrariamente, una sílaba cerrada usualmente
tiene una vocal corta, aunque puede tener una vocal larga si el acento cae sobre esta
sílaba.

*[Note que así es como se distingue una 'Qamatz Qatan' de una 'Qamatz Gadol',
cuando la sílaba que contiene la Qamatz es abierta y no se acentúa, entonces la
Qamatz es Qatán y suena como O. Ejemplo: ‫ | אָ זְנִ י‬OZNÍ (Mi oreja)].

996
Sustantivos

Un sustantivo es la palabra con la que nombramos a las cosas o al nombre que


generlamente le damos a las personas, de acuerdo a su función en la sociedad, o su
edad, etc.

Ejemplos de sustantivos en nuestro lenguaje serían:


Casa, hombre, niño, escuela, maetro, lugar, fecha, carro, caballo, rey, pan, pantalla,
esposo, mujer, anciano, etc.

Los sustantivos hebreos pueden ser masculinos o femeninos al igual que en español.
Pueden aparecer en forma singular (1), en forma dual (2) o plural (más de 2).

Generalmente el género (masculino o femenino) y el número (uno, dos o más) de un


sustantivo puede fácilmente ser reconocido por sus letras terminales. Así como en
Español o en Inglés la 's' indica plural generalmente y la 'a' en español indica en la
mayoría de los casos género femenino, como en casas y maestra. Ejemplos en hebreo:

Sustantivo
hebreo
Transliteación Traducción Terminación Género Número

‫מֶ לֶך‬ mélej rey ---- Masculino Singular

‫ְמלָכִ ים‬ melajím reyes


‫ִ ים‬ Masculino Plural

‫מַ לְ כָה‬ malkáh reina ‫ָה‬ Femenino Singular

‫ְמלָכֹות‬ melajót reinas ‫ֹות‬ Femenino Plural

‫שַ ד‬ shad pecho ---- Masculino Singular

‫שָ דַ יִ ם‬ shadáim pechos ‫יִ ם‬ Masculino Dual

‫אזֶן‬ ózen oreja ---- Femenino Singular

‫אָ ְזנַיִ ם‬ oznáim orejas ‫יִ ם‬ Femenino Dual

997
‫סּוס‬ sus caballo ---- Masculino Singular

‫סּוסים‬
ִ susím caballos ‫ִ ים‬ Masculino Plural

Así vemos que la forma más común para las terminaciónes masculinas en plural, sería
"im" o " yim " y para las formas femeninas plurales, sería " ot ", hay excepciones, se
tratarán más adelante.

En un diccionario hebreo, solo aparecen los sustantivos en forma singular. Así que
necesitarás reconocer el sustantivo en su forma fundamental para encontrarlo en su
forma plural. Por ejemplo para emcontrar "‫סּוסים‬ִ " (caballos) deberás buscar "‫"סּוס‬
(caballo). Es recomendable dado el caso, obtener un pequeño diccionario hebreo-
español. Más adelante se agregará más vocabulario hebreo y es importanate que el
lector este familiarizado con los términos. Recordemos que entre más hebreo
memoricemos, es más fácil poder identificar las palabrás de la Toráh.

En un diccionario vas a notar que los sustantivos están marcados con una ‫ ז‬o con
una ‫ נ‬lo cual indica el género de la palabra, o sea Masculino o Femenino. Los
sustantivos que terminan en ‫ ה‬son usualmente femeninos, aunque existen algunas
ecepciones con vocabulario de origen antiguo (en las escrituras). Por esta razón es
mejor aprender cada sustantivo acompañandolo de un adjetivo.

Por ahora poner atención al género de estos sustantivos.

Note que la forma dual (ejemplo: 'dos orejas', 'dos ojos', 'dos manos', 'dos alas', etc.) se
aplica para ambos, Masculino y Femenino, ‫ ָזכָר‬y ‫ נְ קֵ בָ ה‬respectivamente.
Debemos saber que algunas palabras solo aparecen en forma dual, por
ejemplo: ‫פָריִ ים‬
ַ ‫( ִמ ְס‬Tijeras).
Existen algunas ligeras variaciones entre el hebreo bíblico y el hebreo moderno o
llamado Israelí, estas diferencias existen debido a cambios en las reglas de ortografía
del hebreo. En Israel actualmente existe un órgano llamado "La Academia del lenguaje
Hebreo" que emite pautas para dichas reglas ortográficas.

998
A continuación un ejemplo de las diferencias:

‫( אוזניים‬Oznaím) -Dos orejas-. En el Texto Estándar Israelí la


(Texto Israelí sin "‫ "ו‬es realmente una " ‫" ו‬
niqudot)

Texto Bíblico (Masorético), la primera


‫( אָ ְזנַיִ ם‬Oznáim) Niqud es una Qamatz Qatán

‫( אָ ְזנַיִ ם‬Oznáiyim) ‫י‬


Aquí la es doble, porque se usa una
Daguesh.

Texto Israelí Estándar "PLENE". Todas

las : silentes son omitidas cuando en la


‫( אֹוזנַיִ ים‬Oznayím) forma masoreta aparecen debajo de la ‫ י‬y de
‫ו‬
la .

‫( אזֶן‬Ozen) -oreja-, escrito en forma "defectuosa".

‫( אֹוזֶן‬Ozen) -oreja-, escrito en forma "completa".

Se dice que la forma completa de una palabra debe incluir para apoyar el sonido de las
vocales " i " y " o " una ‫ ו‬o una ‫י‬.
Existen muchos comunes sustantivos masculinos que no terminan en su forma plural
normal, o sea " im " por ejemplo el sustantivo masculino ‫( אָ ב‬Padre) en forma plural
es ‫( אָ בֹות‬Padres) la terminación es femenina, aunque el sustantivo es masculino.

De la misma manera existe un buen número de sustantivos comunes femeninos que


no terminan en la forma normal plural (ot), ejemplo: ‫( עִ יר‬Ciudad) en su forma plurar
sería ‫עָרים‬
ִ (ciudades) sustantivo femenino con terminación masculi- na.
999
Aquí se proporciona una lista de sustantivos masculinos comunes con terminación
femenina en su forma plural, o sea terminan en ‫ֹות‬.

Sustantivo
Forma Plural Traducción
masculino

‫אָ ב‬ ‫אָ בֹות‬ Padre(s)

‫חֲלֹום‬ ‫מֹותֹל ֲח‬ Sueño(s)

‫ לֵב‬- ‫לַבָ ב‬ ‫ לִ ּבֹות‬- ‫לְ בָ בֹות‬ Corazón(es)

‫מָ קֹום‬ ‫ְמקמֹות‬ Lugar(es)

Letra(s), Signo(s),
‫אֹות‬ ‫אֹותת‬ Señal(es)

‫עֹור‬ ‫ערת‬ Piel(es)

‫קֹול‬ ‫קלֹות‬ Voz(ces)

‫שֻ לחָ ן‬ ‫שֻ לְ חֲנֹות‬ Mesa(s)

‫שֵ ם‬ ‫ְשמֹות‬ Nombre(s)

‫כִ סֵ א‬ ‫כִ ְסאֹות‬ Silla(s), Trono(s)

‫לַיְ לָה‬ ‫לֵילֹות‬ Noche(s)

1000
Sustantivo
Forma Plural Traducción
femenino

‫עִ יר‬ ‫ע ִָרים‬ Ciudad(des)

‫אֶ בֶ ן‬ ‫אֲבָ נִ ים‬ Piedra(s)

‫ִאשָ ה‬ ‫נ ִָשים‬ Mujer(es)

‫ִמלָה‬ ‫ִמלִ ים‬ Palabra(s)

‫שָ נָה‬ ‫שָ נִ ים‬ Año(s)

No a todos los sustantivos en hebreo se los puede identificar el género que son,
porque hay intercambios en las terminaciones masculinas y femeninas. Puede
confundir el hecho de pensar que los sustantivos se pueden reconocer completamente
por sus terminaciones, por eso se verá el tema de 'El adjetivo.

1001
TABLAS DE VOCABULARIO HEBREO

Tablas de vocabulario tomadas del folleto en inglés Language/30 Hebrew,


de Charles Berlitz.

PRACTICANDO EL HEBREO
Bóqer tov, David Buenos días, David
Érev tov, Shelomóh Buenas tardes, Salomón
Láila tov, Rajél Buenas noches, Rajél
Ma shlomjá? ¿Cómo te va?

PRACTICANDO EL HEBREO
Naím meód lehakirjá. Mucho gusto en conocerle.
Todáh rabáh. Muchas gracias.
Bevakasháh. Por nada. (también: con permiso)
Ma nishmáh? ¿Cómo estás?

PRACTICANDO EL HEBREO
Atáh makír otáh? ¿La conoces a ella?
Atá makír otó? ¿Lo conoces a él?
Na, lehakír Moshé. Por favor, conoce a Moisés.
Shalóm, shmí David. Hola, me llamo David.
Mah shimjá, bevaqashá? ¿Cómo te llamas, por favor?

PRACTICANDO EL HEBREO
Hiné, kartisí. Aquí está mi tarjeta.
Haím atáh mar Kátz? ¿Es usted el Sr. Katz?
Meéifo atá? ¿De dónde es usted?
Aní miTel-Avív. Yo soy de Tel-Avív.
Éifo atáh gár? ¿Dónde usted vive?

PRÁCTICA DE HEBREO CONVERSACIONAL


Atáh makír otáh? ¿La conoces a ella?
Atá makír otó? ¿Lo conoces a él?
Na, lehakír Moshé. Por favor, conoce a Moisés.
Shalóm, shmí David. Hola, me llamo David.
Mah shimjá, bevaqashá? ¿Cómo te llamas, por favor?

1002
PRÁCTICA DE HEBREO CONVERSACIONAL
Ken, lo. Sí, no.
Bevaqasháh. Por favor.
Toda rabáh Muchas gracias
Al lo davár De nada (No hay que hablar)
Aní mitstaér Lo siento
Einí iodéa Yo no sé
Joshváni shekén Creo que sí.
Aní joshév sheló Yo creo que no.

PRÁCTICA DE HEBREO CONVERSACIONAL


Eifó janút hashúq ¿Dónde está el mercado?
Aní rotsé liqnót Quiero comprar....
Banánot bananos (guineos)
Shuít habichuelas (frijoles)
Bíra cerveza
Gazóz soda (gaseosa)
Léjem pan
Krúv repollo (col)

PRÁCTICA DE HEBREO CONVERSACIONAL


Eifó hateatron? ¿Dónde está el teatro?
Bet hakolnóa El cine
Moadón haláila El cabaret
Breiját khamishí La piscina
Ze makóm tov Este es un buen asiento
Eifó hamalón? ¿Dónde está el hotel?
Kamá olé kán? ¿Cuál es el precio?
Leióm? ¿Por día?
Leshavúa? ¿Por semana?
Lejódesh? ¿Por mes?

SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO – VOCABULARIO


Pronunciación Traducción
Ma shlomjá? ¿Cómo te va? (a él)
Ma shloméj? ¿Cómo te va? (a ella)
Ma nishmá? ¿Cómo estás?
Bevaqashá Por favor
Todá rabá Muchas gracias
Al lo davár Por nada (ni hablar)
Aní mitztaér Lo siento (disculpe)
Einí iodéa Yo no sé
Joshváni shekén Pienso que sí
Aní joshév sheló Yo pienso que no.

1003
SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO – VOCABULARIO
Pronunciación Traducción
Eifó iesh misadá ... ¿Dónde hay un restaurante ...
Jalavít toba? lácteo bueno?
Haujál lirót ... ¿Puedo ver ...
et hatafrít? el menu?
Efshár lekabél séfel? Favor de traerme una copa.
Mazlég, sakín ... Un tenedor, un cuchillo ...
Kapí, káf ... Una cucharita, cuchara sopera

Tzalájat, téi ( té) Un plato, té...


Pilpél, mélaj Pimienta, sal ...
Sukár, jómetz Azúcar, vinagre
Léjem bejemá Pan y mantequilla
Ierakót memulaím Vegetales rellenos
jatzíl Berenjena (eggplant)

NOTA: Verán que hay dos maneras de saludar en hebreo (entre otras)
que ameritan una explicación. “Ma nishmá?” está preguntando por la
“neshamá.” La neshamá es el alma, los sentimientos; así que equivale a
decir en español: “¿Cómo te sientes?” Mientras que “Ma shlomjá?”
pregunta literalmente “¿Cómo está tu shalóm, tu paz?” O sea, que
equivale en español a preguntar: “¿Cómo te va?” “¿Cómo están las
cosas?” Y usted debe decir: “Tov;” o “Tov meód.” (Muy bien). Y recuerda
que cuando te preguntan: “¿Cómo estás?” no te están pidiendo un
informe detallado de tu historial médico; ¡es simplemente un saludo!
(¿Ok?)

NOTAS: (Después seguimos con el menú del restaurante.)

1. Fíjense bien en los acentos, son MUUUY importantes para la


pronunciación correcta del hebreo.

La jota española representa la Jet hebrea y se pronuncia igual que la jáf.

La “z” hebrea (záin) no se pronuncia como pronuncian los españoles su


“z”, poniendo la lengua entre los dientes; ni como pronunciamos los
latinoamericanos nuestra “z”, como una “s”. Se pronuncia como
pronuncian los ingleses su “z”, como una “s” con vibración de las cuerdas
vocales, como cuando imitamos el sonido de la abeja. Practíquenlo.

1004
SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO – VOCABULARIO
Pronunciación Traducción
Efshár lekabél ...? Favor de traerme ...
pilpél iarók pimiento verde
Júmus mojo de guisantes
Tejína salsa de ajonjolí
Faláfel pattés fritas de guisantes
Qusqús plato de carne con guisantes
Qubéh pastelería rellena de carne
Qíshqe derma rellena
Qréplaj un tipo de ravioli
Qaféh café (¿quién no lo conoce?
qaféh hafúj café con leche
qaféh shajór café negro
qaféh turkí café turco

En hebreo no se puede decir “Yo tengo,” como en español. Por ejemplo:


para decir “Yo tengo un libro,” se dice “Iesh lí séfer,” que literalmente dice
“Hay para mí un libro.” “Iesh li báit,” “Hay para mí una casa” = “Tengo una
casa.” “Iesh lí ben, [bat]” (Hay para mí un hijo [una hija] = tengo un hijo
[una hija].)

NOTAS:
1. Otra vez: fíjense bien en los acentos; son ABSOLUTAMENTE
importantes para la pronunciación correcta del hebreo.

2. La mejor transliteración de la Iod hebrea es con la “ie” española


(cuando es consonante).

3. Fíjense que las nikudót (vocales) casi no hacen falta en el hebreo


moderno. Se hace mucho uso de lo que los gramáticos llaman “matres
lectionis,” (matrices de lectura). Estas son las consonantes álef, Iod, Vav,
he, y áin, que ejercen la función de vocales.
Una nota sobre la “resh.” En Israel se pronuncia la “Resh” diferente a
como la pronunciamos nosotros en el Galut. Allá se pronuncia como los
franceses pronuncian su “r”. Es muy difícil de explicar por escrito. No es
velar como la “jet,” ni linguo-alveolar como nuestra “r”. Se logra más
bien pegando el velo a la espalda de la lengua y vibrándolo.

1005
SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO
Vocabulario — Conceptos de tiempo
Pronunciación Traducción
Iom rishón Domingo
Iom shení Lunes
Iom shlishí Martes
Iom revi’í Miércoles
Iom jamishí Jueves
Iom shishí Viernes
Shabát Sábado
Bejól ióm Cada día
Haióm Hoy
Majár Mañana
Etmól Ayer
Hashavúa Esta semana
Bashavúa habá La semana que viene
Bashavúa sheavár La semana pasada
Hajódesh Este mes
Bajódesh habá El mes que viene
Bajódesh sheavár El mes pasado
Hashaná Este año
Bashaná sheavráh El año pasado
Bashaná haba’áh El año que viene

Los de ustedes que no sean judíos, alléguense a un judío y pídanle que les
pronuncie estas letras difíciles: la “jet,” la “Jáf”, y la “resh” israelí sabra.

NOTAS:
1. Fíjense que los nombres de los días de la semana en hebreo son
números ordinales, Día Primero, Segundo, etc., excepto el Séptimo Día que
se llama Shabát (Reposo).
2. Las palabras iom (día) y jódesh (mes) son masculinas; mientras que las
palabras shavúah (semana) y shanáh (año) son femeninas. Así habá es “el
que viene,” mientras que haba’áh es “la que viene.”
3. Generalmente las palabras hebreas que terminan en (ah) o en (at) son
femeninas;
como shanáh, Saráh, shabát, etc. Pero a veces la terminación en (at) es
indicativo del genitivo, como en kehilát shalóm, que significa “congregación
de paz.”

No olvide que cuando transcribimos el hebreo en letras latinas la “h”


siempre suena cuando está al comienzo de sílaba. Así habá se pronuncia
jabá pero con la jota suve aspirada, sin vibrar el velo del paladar como en
la pronunciación de la jet hebrea. Exactamente como la “h” inglesa en
house.
Los plurales en hebreo se forman añadiendo la terminación –ím si la

1006
palabra es masculina, y –ót si la palabra es femenina. Ejemplos: iom >
iomím; shabát > shabatót.

SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO


Vocabulario — Las estaciones y el tiempo
Pronunciación Traducción
Avív primavera
Qáitz verano
Stáv otoño
Jóref Invierno
Eij mézeg haióm? ¿Como está el tiempo hoy?
Iafé, bahír Bonito, claro
Meunán, karír Nublado, frío
Mejusé kfór Helado (escarchado)
Arpilí brumoso
Ioréd guéshem Lluvioso
Ioréd shéleg Nevado
Reamín uvrakím Truenos y rayos
Noshévet rúaj Ventoso
Naé Chévere (bonito)
Guéshem, rúaj Lluvia, viento
Shéleg, barád Nieve, granizo
Shémesh, iaréaj Sol, luna
Kojavím Estrellas

NOTAS:
1. Note que Avív es el nombre del primer mes del año religioso y
también el nombre de la primera estación.
2. Note que la palabra hebrea para “viento” y para “espíritu” es la
misma: rúaj.
3. Hay 10 palabras llanas en el vocabulario de hoy; encuéntralas
(contando una sola de las que estén repetidas).
4. Las palabras llanas son minoría en hebreo, pues la mayoría de las
palabras hebreas son agudas.

SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO BÁSICO


Vocabulario — La hora
Pronunciación Traducción
daká minuto
sh’niá segundo
sha’á hora
sh’niá aját un segundo
sh’téi sh’niót dos segundos
éser sh’niót diez segundos

1007
sha’á aját una hora
seatáim dos horas
samésh shaót cinco horas
éser dakót diez minutos
sh’loshím dakót treinta minutos
Ma hasha’á ajsháv? ¿Qué hora es ahora?
Ajsháv esrím leéser Diez minutos para las 11.

SEGUIMIENTO AL CURSO DE HEBREO BÁSICO


Vocabulario — Los colores
Pronunciación Traducción
Tséva ze hu adóm Este color es rojo
kajól azul
tejélet morado (azure)
tzaóv amarillo
laván blanco
shajór negro
iaróq verde
sagól púrpura (violeta)
júm brown (café, castaño)
varód rosado
afór gris
shazúf bronceado (tan)
katóm anaranjado (china)

NOTAS:
1. Cuando practique el vocabulario, comience leyendo la
transliteración y luego trate de leer el hebreo sin mirar la
transliteración, hasta que se acostumbre a las palabras.

VOCABULARIO: –Manejando dinero –En Aduana


Pronunciación Traducción
Eifó habánk? ¿Dónde está el banco?
Avakésh lifrót lí et Por favor, cámbieme el dinero.
hakésef
Avakésh shekalím. Quiero shékels (moneda
israelí)
Ma sháar hajalilím? ¿Cuál es la tasa de cambio?
Haím atém mojrím ... ¿Venden ustedes …
hamjaót nos’ím? cheques de viajero?

hamjaót késef? giros?


Eifó haméjesh? ¿Dónde es la Aduana?
Éle jafatzái Ese es mi equipaje
Darkón pasaporte
1008
Ein lí al ma lehatz’ír No tengo nada que declarar.
Haím ze patúr miméjes? ¿Está esto libre de impustos?
Haukhál lisgór et ¿Puedo cerrar ya mi baúl?
hamizvadá?
hamizvadá? maleta?
hatíq bolso de mano
Haqáv hayaróq La fila verde *

NOTAS:
1. La “fila verde” es la fila expreso para pasajeros que no tienen
nada que declarar en Aduana.
2. Note que la palabra “hamizvadá” significa tanto “baúl” como “maleta.”
3. Traduje “baúl” del inglés “trunk”, y “maleta” del inglés “suitcase.”
Este baúl es el baúl del automóvil.
4. Entiendo que en algunos países llaman con otros nombres a las
maletas. Cada cual supla el nombre que se da en su país a estas
cosas.

VOCABULARIO: –Medios de transporte


Pronunciación Traducción
Eifó efshár liskór ... ¿Dónde puedo alquilar ...
ofanáim? una bicicleta?
sirá un bote.
mejonít un carro (automóvil).
réjev nigrar un trailer (rastra).
qarón dirá casita móvil (camper).
Eifó tajanát harakévet? ¿Dónde es la estación del tren?
Eifó tajanát haotobús? ¿Dónde es la estación del
autobús?
Eifó hamodi’ín? ¿Dónde es el centro de
información?
Efshár leqabél et lúaj Favor de darme
zemané hanesiót. un itinerario.
Kamá olé kartís ... ¿Cuánto cuesta un boleto ...
lirushaláim? a Jerusalem?
halój vashóv de ida y vuelta.
makóm shamúr asiento (lugar) reservado.

NOTAS:

1. “Ofanáim” significa literalmente “dos ruedas.” Es el nombre para


“bicicleta.”
2. “Lirushaláim” es una forma usual de apócope. Debería ser “le
Ierushaláim,” pero no se dice así.
3. “Makóm” significa simplemente “lugar.” También es la palabra
para “omnipresente.”

1009
VOCABULARIO: –Medios de transportación
Pronunciación Traducción
Haím zot hi ... ¿Es este el tren ...
harakévet lenetánya? a Netánya?
Haím ze haotobús ¿Es este el autobús a Haifa?
lejeifá?
Haím zot rakévet ¿Es este un tren expreso?
ieshirá?
Haím ze otobús ¿Es este un autobús expreso?
iashír?
Mataí iotzét ... ¿Cuándo parte ...
harakévet livér shéva? el tren para Ber-Shéva?
Mataí iotzé ... ¿Cuándo parte ...
haotobús lejeifá? el autobús para Haifa?
Haím yesh qarón ... ¿Hay un carro ...
misadá berakévet zo? comedor en este tren?
Haím mutár leashén ¿Se permite fumar aquí?
kan?
Ma shém hamaqóm ¿Cómo se llama este lugar?
hazé?
Bevaqashá laqájat et ... Por favor, lleve…
jafatsaí lamonít. mi equipaje a un taxi.
letajanát haotobús. a la parada del autobús.
lesheirút a un taxi compartido.

NOTAS:

1. El único signo de interrogación que se escribe en hebreo es el final,


como en inglés.
2. El prefijo “le” o “li” en hebreo significa “hacia” o “a.”
3. El hebreo “otobús” es obviamente un calco del español “autobús.”

VOCABULARIO: En el aeropuerto
Pronunciación Traducción
Eifó sde hateufá? ¿Dónde es el aeropuerto?
Kamá olá monít ... ¿Cuánto cuesta un taxi ...
lisdé hateufá? al aeropuerto?
Eifó bikóret ¿Dónde es el punto de chequeo …
hadarkoním ...
uvdiqát haméjes? para pasaporte y aduana?
Mataí mamrí ... ¿A qué hora sale ...
hamatós le’eilát? el avión para Eilát?
Heiján hashá’ar ¿Dónde está la puerta ...
hamovíl lamatós de salida del avión a Eilát?
le’eilát?

1010
NOTAS:

1. Hay dos palabras en hebreo para aeroplano: “avirón” y “matós.” La


primera es obviamente un calco de nuestro “avión.” La segunda parece
que se usa más, y es más “hebrea.”
2. Algunas oraciones no se pueden traducir literalmente con la misma
sintaxis hebrea. Al traducir tenemos que respetar la sintaxis española, a
menos que sea en una versión interlineal.
3. No se olviden de los acentos; son indispensables para la
pronunciación correcta.

VOCABULARIO: Manejando un automóvil


Pronunciación Traducción
Éize kvish móvil ¿Conoces el camino al sur?
daróma?
Haím hakvísh tov? ¿Es bueno el camino?

patúaj litnuá? salúl? ¿abierto al tránsito?


¿pavimentado?
Eifó tsad tsafón? ¿Dónde está el norte?
daróm? mizráj? ¿el sur? ¿el este? ¿el oeste?
maaráv?
Leéizo ir ... ¿A cuál pueblo ...
movilá dérej zo? conduce este camino?
Kamá kilometrím ... ¿Cuántos kilómetros ...
mikán leéven iehudá? hay hasta Even-Iehudá
Slijá, taíti badérej ... Disculpe, perdí el camino ...

haím tujál laazór li? ¿puede ayudarme?

Efshár leqabél et ... ¿Tiene usted un ...

mapát hamaqóm? ¿Tiene usted un ...

NOTAS:

1. Nota la palabra “daróma” en la primera línea. “Sur” es daróm; la “a”


final es un antiguo sufijo que indica dirección, “hacia”. De ahí surge
obviamente la errónea forma griega del nombre “Sodoma.” En hebreo es
“Sedóm”, “Sodoma” significa “hacia Sedóm.”

1011
2. Note la palabra móvil, que significa “que conduce.” Note movilá, “a
dónde conduce,” en la línea 7. Muy latina, ¿no?
4. Es importante aprenderse los puntos cardinales. Aquí los tiene todos.
5. En hebreo la misma palabra, ir, significa ciudad y pueblo.
6. ¿Le suena familiar kilometrím? Es un calco del griego aceptado en casi
todas las naciones.
7. Note la palabra slijá, (o: selijá) significa, perdón, disculpa, dispensa. Es
palabra de cortesía.
8. El hebreo mapa es un calco del español “mapa;” mapát” significa
“mapa de.” La “t” al final es un genitivo, indica posesión. Así Parashát
Bereshít significa “la Parashá (Porción) de Génesis.” Pero la “t” en
Bereshít es diferente porque es parte de la palabra.

VOCABULARIO: Mantenimiento del automóvil


Pronunciación Traducción
Eifó efshár limtsó musáj? ¿Dónde puedo hallar un
garage?
Haím iesh lejá jalaqím ... ¿Tiene usted piezas ...
limjonít zo? para este automóvil?
Eifó efshár ... ¿Dónde puedo ...
limtsó mejonaí? hallar un mecánico?
Efshár letaqén et hatsamíg? ¿Puede por favor reparar mi
llanta?
Kamá taalé haavodá? ¿Cuánto costará el trabajo?
Na lirjóts et hamjonít? ¿Quiere por favor lavarme el
carro?
Na lemalót et ... Por favor, llene ...
et hameijál bedéleq. el tanque de gasolina.
Na leshamén et hamjonít. Por favor, engráseme el carro.
Na lehosíf máim ... Por favor, eche agua ...
bamatsnén uvamatzbér. al radiador y a la batería.
Todá. Gracias

NOTAS:
Note en el segundo renglón la frase “iesh lejá.” Significa “hay para ti.” En
hebreo no hay una palabra para decir “tengo” o “tienes.” En su lugar se
usa la frase “iesh li,” o “iesh lejá;” “hay para mí,” o “hay para ti.”

Note en la quinta línea la terminación de la palabra “mejonaí.” El acento


va en la “i”, a diferencia de la palabra Sinái (), donde el acento recae en la
“a”, no en la “i”. La combinación se le nái, mientras se lee naí (con acento
en la i). La álef es la que hace la diferencia.

En la línea 11, el verbo “leshamén” viene de “shémen” que significa


aceite. Así que “leshamén” es aceitar, engrasar.

1012
Números en hebreo

En hebreo se utiliza el sistema numérico arábigo común en todo el mundo, 1, 2, 3,


4, 5, 6…. Aunque para fechas puede usarse la numeración alfabética: ‫ ה”תשע‬5775, o
para numeración de listas ‫ד ג ב א‬.
Los números tienen género, masculino y femenino: 1 ‫אֶ חַ ד‬, ejad, uno, masculino; 1
‫אַ חַ ת‬, ajat, uno femenino. Igual los cardinales, como en españól: 1ro ‫ ִראשֹון‬rishón,
primero, 1ra ‫ ִראשֹונָה‬primera.

Del 1-100:

Cardinal Ordinal
Decimal
Masculino Femenino Masculino Femenino

0
efes ‫אֶ פֶס‬ –

ejad ajat rishon rishona


1
‫אֶ חַ ד‬ ‫אַ חַ ת‬ ‫ִראשֹון‬ ‫ִראשֹונָה‬
shnayim shtayim sheni shniya
2
‫ְשנַיִ ם‬ ‫ְשתַ יִ ם‬ ‫שֵ נִ י‬ ‫ְשנִ יָה‬
shlosha shalosh shlishi shlishit
3
‫שָ לֹוש ְשלֹושָ ה‬ ‫ישי‬
ִ ִ‫ְשל‬ ‫ישית‬
ִ ִ‫ְשל‬
arba’a arba’ revi’i revi’it
4
‫אַ ְרּבַ ע אַ ְרּבָ עָה‬ ‫ְרבִ יעִ י‬ ‫ְרבִ יעִ ית‬
hamisha hamesh hamishi hamishit
5
‫ח ֲִמשָ ה‬ ‫חָ מֵ ש‬ ‫ישי‬
ִ ‫ח ֲִמ‬ ‫ישית‬
ִ ‫ח ֲִמ‬

1013
shisha shesh shishi shishit
6
‫ִששָ ה‬ ‫שֵ ש‬ ‫ִש ִשי‬ ‫ִש ִשית‬
shiv’a sheva’ shvi’i shvi’it
7
‫ִשבְ עַה‬ ‫שֶ בַ ע‬ ‫ְשבִ יעִ י‬ ‫ְשבִ יעִ ית‬
shmona shmone shmini shminit
8
‫ְש ִמינִ י ְשמֹונֶה ְשמֹונָה‬ ‫ְש ִמינִ ית‬
tish’a tesha’ tshi’i tshi’it
9
‫ִת ְשעָה‬ ‫תֵ שַ ע‬ ‫ְת ִשיעִ י‬ ‫ְת ִשיעִ ית‬
assara eser asiri asirit
10
‫עֲשָ ָרה‬ ‫עֶשֶ ר‬ ‫ע ֲִש ִירי‬ ‫ע ֲִש ִירית‬
esrim
20
‫ע ְֶש ִרים‬
shloshim
30
‫לֹושים‬
ִ ‫ְש‬
arba’im
40
‫אַ ְרּבָ עִ ים‬
hamishim
50
‫ח ֲִמ ִשים‬

1014
shishim
60
‫ִש ִשים‬
shivim
70
‫ִשבְ עִ ים‬
shmonim
80
‫ְשמֹונִ ים‬
tishim
90
‫ִת ְשעִ ים‬
mea
100 ‫מֵ אָ ה‬

1015
A

Glosario

Abandonar, dejar: Heb. ַ‫ זבע‬- azab dejar, abandonar, aplazar, renunciar, soltar».
El vocablo aparece en acádico, en hebreo posbíblico y en arameo. Palabras
semejantes aparecen en arábigo y etiópico. El vocablo figura en el hebreo bíblico
unas 215 veces y durante todos los períodos.

Básicamente ˓azab significa «salir de algo» o «dejar». Este es el sentido del término
la primera vez que aparece en el Tanaj: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a
su madre, y se unirá a su mujer» (Gn 2.24). El vocablo adquiere particularmente el
matiz de «dejar a alguien plantado», o dejar a alguien que depende de sus servicios.
Es así como Moshé/Moisés le dice a Hobab el madianita (ceneo): «Te ruego que no
nos dejes [plantado]; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el
desierto, y nos serás en lugar de ojos» (Nm 10.31).

La palabra también implica «abandonar», o «dejar completamente», en ciertos


pasajes que llevan implícito el sentido de finalizar, terminar, acabar. Por eso
Ieshaiá/Isaías proclamaría que «la tierra de los dos reyes que tú temes será
abandonada» (Is 7.16). En otros pasajes el abandono es completo aunque no
necesariamente permanente. Dios dice que llama a Israel «como a mujer
abandonada y triste de espíritu… Por un breve momento te abandoné, pero te
recogeré con grandes misericordias» (Is 54.6–7). En acádico, la palabra encierra un
significado técnico de «completa y permanentemente abandonada» o «divorciada».
Isaías lo usa con el mismo sentido en 62.4: «Nunca más te llamarán Desamparada…
sino que serás llamada [Mi deleite está en ella]… y tu tierra será desposada».

Otro uso especial del término es «no hacer caso»: «Pero él dejó el consejo que los
ancianos le habían dado» (1 R 12.8).

Un segundo énfasis de ˓azab es «abandonar», o sea, dejar algo mientras se sale de


algún lugar. En Gn 39.12, Iosef/José «dejó» su ropa en las manos de la mujer de
Potifar y huyó. La palabra también puede significar el acto intencional de «entregar
lo que se posee al cuidado de otra persona» o «pasar alguna responsabilidad a otra
persona». Potifar «dejó todo lo que tenía en mano de José» (Gn 39.6).

El vocablo tiene un matiz un tanto diferente cuando significa «dejar solo a alguien
o algo con un problema»: «Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su
carga, ¿le dejarás sin ayuda?» (Éx 23.5). En forma figurativa azab significa
«apartarse de» en un sentido espiritual o intelectual: «Deja la ira, y desecha el
enojo» (Sal 37.8).

El tercer énfasis de la palabra es «apartar» o «tomar gran parte de algo y dejar de


lado el resto»: «No rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el
pobre y el extranjero lo dejarás [de lado]» (Lv 19.10).

Finalmente, azab puede significar «dejar», «soltar» o «liberar». Las personas


«insensatas y necias» son las que no hacen provisión para el futuro; mueren y

1016
A

«dejan a otros sus riquezas» (Sal 49.10). Rut 2.16 matiza el término en el sentido
de «dejar caer [sobre el suelo]» algún objeto. Azab puede significar «abandonar»:
«Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien: el que las confiesa y abandona [deja
de lado], obtendrá piedad» (Pr 28.13 BJ). En 2 Cr 28.14 significa «liberar»: «El
ejército dejó los cautivos y el botín delante de los príncipes y de toda la multitud».

Azab puede significar «soltar» o «hacer que se vaya».

Hablando acerca del mal, Zofar observa: «[Al malvado] le parecía bien, y no lo
dejaba, sino que lo detenía en su paladar» (Job 20.13).

Azab puede significar «dejar hacer», como en 2 Cr 32.31; Dios «dejó» a Ezequías
hacer lo que quería. O «quitar» o «eliminar» en el sentido de discontinuar una
acción: «Quitémosle este gravamen» (Neh 5.10).

En ciertas ocasiones ˓azab tiene la acepción técnica y jurídica de «ser libre», o sea,
lo opuesto de estar en esclavitud. El Señor reivindicará a su pueblo y tendrá
compasión de sus siervos «cuando viere que la fuerza pereció, y que no queda ni
siervo ni libre» (Dt 32.36).

Abominación: Heb. ַ‫ הּתֹו ֵעב‬- To’eváh «abominación; asqueroso, cosa detestable».


Aparecen cognados de este vocablo únicamente en fenicio y en el arameo del
tárgum. La palabra aparece 117 veces en todos los períodos.

Primero, to’eváh define a las personas y los objetos como esencialmente únicos en
el sentido de ser «peligrosos», «siniestros», «repulsivos» y «abominables» desde la
perspectiva de otros. Este significado lo vemos por primera vez en Bereshit / Gn
43.32: «Los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación
a los egipcios». Debido a sus diferencias culturales o sociales, a los egipcios les
repugnaba comer pan con extranjeros (cf. Bereshit / Gn 46.34; Tehilim / Sal 88.8).
Otra ilustración clara de este choque fundamental de voluntades aparece en
Mishlei / Pr. 29.27: «Abominación es a los justos el hombre inicuo; y abominación
es al impío el de caminos rectos». Al referirse a Dios, el término adquiere un matiz
particular: describe a personas, cosas, hechos, relaciones y características que le
son «detestables» o «abominables» porque son contrarias a su naturaleza. Dios
abomina lo que tiene que ver con muerte e idolatría: «Nada abominable comerás»
(Devarim / Dt 14.3). Los que tienen hábitos que Dios aborrece también le son
detestables: «La mujer no llevará ropa de hombre, ni el hombre se pondrá vestidos
de mujer, porque el que hace esto es una abominación para IHVH tu Dios»
(Devarim /Dt 22.5 bj). Lo contrario de to’evah son reacciones como «deleite» y
«amor» (Mishlei / Pr. 15.8, 9 lba).

En segundo lugar, to’eváh se usa en algunos contextos para describir prácticas y


objetos paganos: «Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás
plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es
abominación a IHVH tu Dios; y no traerás cosa abominable a tu casa» (Devarim /
Dt 7.25, 26). En otros contextos, to’evah describe repetidos fracasos en la
observación de los reglamentos divinos: «Porque vuestro tumulto es mayor que el
de las naciones que os rodean, porque no os habéis conducido según mis decretos

1017
A

ni habéis observado mis normas, y ni siquiera os habéis ajustado a las normas de


las naciones que os rodean… a causa de todas tus abominaciones» (Iejezqel / Ez.
5.7, 9 bj).

To’eváh puede representar los propios cultos paganos, como en Devarim / Dt.
12.31, o el pueblo que los practica: «Porque todo el que hace estas cosas es una
abominación para IHVH tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja IHVH
tu Dios a esas naciones delante de ti» (Devarim / Dt 18.12 bj). Por otro lado, si los
israelitas son culpables de tales idolatrías, su fin será peor que el cautiverio: ser
apedreados hasta la muerte (Devarim / Dt 17.2–5).

En tercer lugar, to’eváh se usa en la esfera de la jurisprudencia y de las relaciones


familiares y tribales. Ciertos actos o características destruyen la armonía social y
familiar; a estos actos y a las personas que los practican se les aplica el término
to’evah: «Seis cosas hay que aborrece IHVH, y siete son abominación para su alma:
ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón
que fragua planes perversos… y el que siembra pleitos entre los hermanos»
(Mishlei / Pr. 6.16–19 bj). Dios dice: «Abominación a los hombres [es] el
escarnecedor» (Mishlei / Pr. 24.9), porque siembra su amargura entre el pueblo de
Dios, quebrantando la unidad y la armonía.

Verbo en manera abominable». Este verbo aparece 21 veces, comenzando con


Devarim / Dt. 7.26: «No traerás cosa abominable a tu casa».

Aceite (de Oliva): Heb. ַ‫ןמַש‬-Shémen «aceite (de oliva); aceituna; perfume; madera
de olivo». Este vocablo tiene cognados en ugarítico, acádico, fenicio, siríaco,
arábigo y arameo. La palabra aparece unas 190 veces y durante todos los períodos
del hebreo bíblico.

Shémen significa «aceite» de oliva: «Y se levantó Iaaqov/Jacob de mañana, y tomó


la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite
encima de ella» (Gn 28.18). El «aceite» de oliva se usaba también para ungir a un
futuro líder (Éx 25.6; 2 R 9.6); se ungían personas en la cabeza como señal de luto
(2 S 14.2) o en señal de regocijo (Sal 23.5). También se ungía el lóbulo de la oreja y
los pulgares de la mano y del pie como una purificación ritual (Lv 14.17). El
shemen se usaba para preservar el cuero de un escudo (2 S 1.21), en el proceso de
hacer pan (Éx 29.2) y como un medicamento (Ez 16.9). Por sus múltiples usos, el
aceite fue un producto de alto valor comercial (Ez 27.17).

En muchos contextos shémen tal vez puede referirse a la propia oliva o aceituna:
«Vosotros tomad el vino, los frutos del verano y el aceite, y ponedlos en vuestros
almacenes» (Jer 40.10).

Hay una ocasión en que el término aparece como «manjares suculentos» o platos
mezclados con mucho aceite: «Y IHVH de los ejércitos hará en este monte a todos
los pueblos banquete de manjares suculentos» (Is 25.6).

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A

Shémen es también «una clase de perfume», o aceite de oliva mezclado con ciertas
fragancias para hacer perfume, en pasajes como Cnt 1.3: «A más del olor de tus
suaves ungüentos, tu nombre es como ungüento derramado».

Verbo: El verbo shaman, que aparece 5 veces, tiene cognados en arameo, siríaco y
arábigo. El vocablo significa «crecer o engordar» (Neh 9.25 bj, lba, bla; Jer 5.28).

Adjetivo: El adjetivo shamen, el cual aparece 10 veces, con cognados ugaríticos,


significa «gordo» (Ez 34.16); «sustancioso» (Gn 49.20: la primera vez que aparece);
«fértil» (Nm 13.20); «robusto o musculoso» (Jue 3.29 lba); y «abundante» (Hab
1.16 BL, lba).

Aceptar: Heb. ‫ רצה‬- ratzáh estar contento, ser favorecido, sentirse complacido,
ver con agrado, satisfacer». Este es un término común tanto en el hebreo bíblico
como en el moderno. Se encuentra aproximadamente 60 veces en el texto
veterotestamentario; uno de los primeros ejemplos es Bereshit/Gn 33.10: «Con
tanto favor me has recibido». En este texto, «favor» aparece dos veces, siendo el
primero una traducción de jen. Cuando ratzáh indica que Dios se complace con
alguien, generalmente las traducciones en castellano expresan la idea de «deleite»,
«encanto», «gozo», describen un sentimiento de gran placer (cf. Is 42.1; Sal 44.3).
Este matiz se refleja también en Pr 3.12, donde ratzáh se expresa paralelamente
con ahab, «amar»: «Porque IHVH reprende a los que ama, como un padre al hijo
preferido» (NBE).

Por otro lado, cuando uno necesita cumplir con algún requisito para merecer
ratzáh, puede ser más lógico traducirlo como «agradar» o «aceptar». Por ejemplo:
«¿Se agradará IHVH de millares de carneros… ?» (Miq 6.7); «No me complazco en
vuestras oblaciones» (Am 5.22 BJ).

Ratzáh puede usarse en el sentido de «pagar» o de «cancelar una deuda», en


particular cuando se refiere a tierras que están en barbecho durante los años
shabáticos (cf. Lv 26.34). La RVR traduce ratzáh en este pasaje como «gozar»; la NBE
«disfrutar» y la BLA «gozar». La BJ de acuerdo al contexto traduce: «Entonces pagará
la tierra sus sábados, durante todos los días que esté desolada… entonces sí que
descansará la tierra y pagará sus sábados». En el mismo sentido, la frase «su
pecado es perdonado» (Is 40.2), debe significar que «su iniquidad (o deuda) ha
sido cancelada» o que su castigo ha sido «satisfactorio».

Acercar, Aproximar: Heb. ַ‫ׁשנג‬-Nagash «aproximarse, acercarse, traer, presentar».


El término se encuentra mayormente en el hebreo de la Biblia y también se puede
encontrar en ugarítico antiguo. Nagash aparece 125 veces en el texto del Tanaj y
por primera vez en Gn 18.23, donde se dice que Avraham se «acerca» a Dios para
interceder por Sedom / Sodoma.

El vocablo se usa a menudo para describir el «contacto» ordinario de una persona


con otra (Gn 27.22; 43.19). A veces Nagash alude al «contacto» sexual (Éx 19.15).
Con mayor frecuencia se usa para hablar de sacerdotes que «se acercarán» a la
presencia de Dios (Ez 44.13) o los sacerdotes que «se aproximan» al altar (Éx
30.20). También los ejércitos en contienda «se acercan» para entablar lucha (Jue

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A

20.23; rv «subir»). Objetos inanimados, tales como las escamas del cocodrilo se
hallan tan «cerca» que «el uno se junta con el otro, que viento no entra entre ellos»
(Job 41.15–16 rv). A veces se usa el término para referirse a «traer» (nbe),
«ofrecer» (rv) o «presentar» (bj, bla) una ofrenda ante el altar (Mal 1.7)

Aconsejar: Verbo - heb. ‫ יעץ‬- ia’atz, «aconsejar, explicar, anunciar, consultar». El


vocablo se ha usado durante toda la historia de la lengua hebrea y aparece en el
Tanaj unas 80 veces. Ya˓ats se encuentra primero en Éx 18.19, en donde Itró/Jetro
le dice a su yerno Moshé/Moisés: «Te aconsejaré, y Dios estará contigo» (Éx 18.19).
El vocablo se encuentra solo una vez más en el Pentateuco, en Nm 24.14: «Te
indicaré» (RV), «voy a anunciar» (BJ, BLA), «te explicaré» (NBE).

Aunque ia’atz describe con mayor frecuencia «ofrecer buenos consejos», a veces
ocurre lo contrario. Un ejemplo trágico es el caso de Acab, rey de Iehudá/Judá, cuya
madre «le aconsejaba a que actuase impíamente» (2 Cr 22.3). En Is 23.9 se expresa
la idea de una «decisión»: «IHVH de los ejércitos lo decretó» (RV, NBE), «planear» (BJ),
«tramar» (BLA).

Nombre: Heb. ‫ יֹ עֵ ץ‬- io’etz, «consejero». Tal vez la forma más conocida de esta raíz
sea la modalidad sustantiva que se encuentra en el pasaje mesiánico, Is 9.6:
«Admirable-Consejero» (NBE), «Consejero admirable (BLA), «Maravilla de Consejero»
(9.5 BJ). El término también se encuentra separado de admirable: «Admirable,
Consejero» (RV).

Ia’atz ‫ יעץ‬aquellos que dan consejos». Con frecuencia, ia’atz se usa en forma de
participio, traducido como «los que aconsejan», especialmente a líderes políticos y
militares (2 S 15.12; 1 Cr 13.1).

Adivinación, Adivino: Heb. ‫קֹ ֵ֣סם‬-qosém, «adivinar, practicar la adivinación».


Cognados de este vocablo aparecen en arameo tardío, en cóptico, siríaco,
mandeano, etiópico y arábigo, así como la lengua de Palmira. La raíz hebrea
aparece 31 veces en el texto bíblico: 11 veces como verbo, 9 como participio y 11
como nombre.

La adivinación era un paralelo pagano de la profecía: «No sea hallado en ti quien


haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación…

Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no
te ha permitido esto IHVH tu Dios. Profeta de en medio de ti, de tus hermanos,
como yo, te levantará IHVH tu Dios; a Él oiréis» (Dt 18.10, 14–15: primer uso del
término).

El término qosém se refiere al acto de buscar la voluntad de los dioses a fin de


conocer sus acciones futuras o conseguir su bendición para alguna acción
propuesta (Jos 13.22).

En ciertos casos, la práctica de adivinación involucraba ofrendas y sacrificios sobre


un altar a la divinidad (Nm 23.1ss). A través de un hueco en la tierra, el adivinador

1020
A

se comunicaba también con los muertos (1 S 28.8). O sacudía saetas, consultaba


ídolos domésticos y estudiaba los hígados de animales muertos (Ez 21.21).

La adivinación era uno de los intentos humanos de conocer y controlar el mundo y


el futuro, dejando de lado al Dios verdadero. Era lo opuesto a la verdadera profecía,
la cual es esencialmente sumisión a la soberanía de Dios (Dt 18.14).

Tal vez el uso más ambiguo y complicado del término aparece en Nm 22—23 y Pr
16.10, en donde parece ser equivalente a «profecía». Balaam tenía fama de adivino
entre los paganos; al mismo tiempo, reconocía a IHVH como su Dios (Nm 22.18).
Aceptó dinero por sus servicios y probablemente no tenía problemas con ajustar
su mensaje al agrado de sus clientes. Esto explicaría el porqué Dios se enojó con él
y lo confrontó (Nm 22.22ss), aun cuando ya le había dicho que aceptara la
comisión y acompañara a los enviados del rey (22.20). Según parece, Bilam había
resuelto agradar a sus clientes. Pero, una vez que esa actitud se volvió sumisión,
Dios le permitió seguir su camino (Nm 22.35).

Adorar: heb. ַ‫ חהׁש‬- shajah, «adorar, postrarse, bajarse, inclinarse». Esta palabra se
encuentra en el hebreo moderno con el sentido de «inclinarse o agacharse», pero
no en el sentido general de «adorar». El hecho de encontrarse más de 170 veces en
el Tanaj demuestra un poco de su significado cultural. Lo encontramos por primera
vez en Bereshit/Gn 18.2 en donde Avraham «se postró en tierra» delante de los
tres mensajeros que le anunciaron que Sará tendría un hijo.

El acto de inclinarse en homenaje o reconocimiento de autoridad y sumisión se


hace generalmente delante de un superior o un gobernante. Por eso David se
«inclinó» ante Shaúl (1 S 24.8). A veces alguien se inclina ante uno que es social o
económicamente superior, como cuando Rut se «inclinó» delante de Booz (Rt
2.10).

Iosef/José vio en un sueño que las gavillas de sus hermanos se «inclinaban» ante su
gavilla (Gn 37.7–10). Shajah es el término que comúnmente se usa para llegar ante
Dios en adoración (como en 1 S 15.25 y Jer 7.2). A veces se usa otro verbo que
significa inclinarse físicamente, seguido por «adorar», como en Éx 34.8: «Y
entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró». Otros
dioses e ídolos también son objetos de adoración, postrándose delante de ellos (Is
2.20; 44.15, 17).

Adquirir, comprar: Heb. ‫ קנה‬- qanáh, «obtener, comprar, crear». El vocablo


semítico qanáh es muy frecuente, tanto en el hebreo antiguo como el moderno, y
también en el antiguo acádico y ugarítico. Aparece 84 veces en el Tanaj. El primer
caso veterotestamentario de qanáh está en Bereshit/Gn 4.1: «He adquirido
[creado] un varón con la ayuda de IHVH» (LBA). En este pasaje, el término expresa
el significado fundamental del acto divino de «engendrar» («crear»); o sea, que lo
que Javá/Eva en realidad dice es: «He adquirido [creado] un varón de parte de
IHVH» (LBA). Este significado se confirma en Gn 14.19, 22 en donde ambos
versículos se refieren a Dios como «creador del cielo [o «cielos»] y de la tierra» (RVA,
NRV, BJ, BLA, NBE, BLP). En Dt 32.6 a Dios se le llama el «padre» que «creó» a Israel; un
padre engendra o «crea» hijos, no los «adquiere». En la versión sapiencial del

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A

relato de la creación (Pr 8.22–36), la Sabiduría misma dice que «IHVH me creó…
antes que sus hechos más antiguos» (RVA). La traducción «poseer» (RVR, LBA) no
parece ser adecuada al contexto.

Cuando el salmista le dice a Dios «Tú formaste mis entrañas» (Sal 139.13, RVA, BLA),
posiblemente quiso decir «crear» (NBE).

Qanáh se usa varias veces para expresar la actividad redentora de Dios a favor de
Israel, aludiendo una vez más al tema de la «creación» en lugar de «adquisición».
Éxodo 15.16 debería traducirse: «El pueblo que tú creaste», en vez de «que tú has
adquirido» (RVA; «comprado» BLA, BJ, etc.; cf. Sal 74.2 RVR).

La acepción «comprar» o «adquirir» para qanáh la encontramos a menudo cuando


dos personas cierran un trato de compra y venta. El término se usa en el caso de
«comprar» un esclavo (Éx 21.2) y tierra (Gn 47.20).

Aflicción: Heb. ‫צָ ַ֥רת‬-Tzarat, «aflicción, angustia, aprietos». Los 70 casos de tzarat
aparecen durante todos los períodos de la literatura bíblica, aunque la mayoría de
los usos son en poesía (literatura poética, profética y sapiencial). Tzarat significa
«aprietos» o «aflicción» en un sentido sicológico o espiritual, y este es su
significado la primera vez que se usa, en Gn 42.21: «Verdaderamente hemos
pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos
rogaba, y no le escuchamos».

Tzar, Heb. ‫ צר‬- «angustia». Este vocablo también aparece mayormente en textos
poéticos. En Pr 24.10, tsar significa «escasez» o la «angustia» que esta ocasiona. El
énfasis del nombre a veces recae sobre el sentimiento de «consternación» que
viene de una situación que causa tensión (Job 7.11). De acuerdo a este uso la
palabra tzar se refiere a un estado sicológico o espiritual. En Is 5.30 el vocablo
describe condiciones angustiantes: «Entonces mirará hacia la tierra, y he aquí
tinieblas de tribulación» (cf. Is 30.20). Este matiz parece ser el uso más frecuente
de tzar.

Verbo: Heb. ‫ צרר‬- Tzarar, «envolver, atar, estrecho, estar afligido, sentir dolores de
parto». Este verbo, que aparece en el Tanaj 54 veces, tiene cognados en arameo,
siríaco, acádico y arábigo. En Shoftím/Jue 11.7, el vocablo significa «estar en una
situación angustiosa».

Adjetivo: Heb. ‫ צר‬- Tzar, «estrecho». Tzar describe un espacio angosto que
fácilmente puede obstruirse con una sola persona (Nm 22.26).

Agua: Heb. ‫ מיִ ם‬- maím, «agua; torrente». El término tiene cognados en ugarítico y
en sudarábigo. Aparece unas 580 veces y durante todos los períodos del hebreo
bíblico. Primero, «agua» es una de las sustancias básicas originales. Este es su
significado cuando aparece por vez primera, en Bereshit/ Gn 1.2: «Y el Espíritu de
Dios se movía sobra la faz de las aguas». En Gn 1.7 Dios separó las «aguas» de
encima de las «aguas» debajo (cf. Éx 20.4) de la bóveda celeste (LVP). Segundo, el
vocablo representa aquello que está dentro de un pozo, por ejemplo, «agua» para

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A

beber (Gn 21.19). Las «aguas vivas» son las que fluyen: «Cuando los siervos de
Itzjaq/Isaac cavaron en el valle… hallaron un pozo de aguas vivas» (Gn 26.19). Al
agua que se bebe en la prisión se le denomina «agua de aflicción»: «Echad a este en
la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo
vuelva en paz» (1 R 22.27). Job 9.30 habla de agua de nieve: «Aunque me lave con
aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma».

Tercero, maím puede representar figuradamente cualquier líquido: «Dios nos ha


destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas de hiel, porque hemos pecado
contra IHVH» (Jer 8.14). La frase, en 2 R 18.27, mereglaím («agua de los pies»)
significa orina: «¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor,
y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio estiércol
y beber su propia orina con vosotros?» (cf. Is 25.10).

Cuarto, en el culto de Israel el «agua» se vertía o rociaba (no se sumergía a nadie)


simbolizando la purificación. Es así como Aharón y sus hijos debían lavarse
ritualmente con «agua» como parte del rito de consagración al sacerdocio: «Y
llevarás a Aharón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás
con agua» (Éx 29.4). Ciertas partes del animal sacrificado debían lavarse con
«agua» durante el culto: «Y lavará con agua los intestinos y las piernas» (Lv 1.9).
Los ritos israelitas a veces incluían «agua santificada»: «Luego tomará el sacerdote
del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que
hubiere en el suelo del tabernáculo y lo echará en el agua» (Nm 5.17). En el ritual
de Israel también se usaban «aguas amargas»: «Y hará el sacerdote estar en pie a la
mujer delante de IHVH, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá en sus manos
la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano
las aguas amargas que acarrean maldición» (Nm 5.18). Esta era «agua» que
causaba maldición y amargura a quien la bebía (Nm 5.24).

Quinto, en nombres propios el vocablo se usa en relación con fuentes, arroyos o


mares, y las regiones que están en el vecindario inmediato de estas aguas: «Di a
Aharón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos,
sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas,
para que se conviertan en sangre» (Éx 7.19).

Sexto, el término se usa en sentido figurado de muchas maneras. Maím alude al


peligro o aflicción: «Envió de lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas» (2 S
22.17). En 2 S 5.20 Maím representa una fuerza que irrumpe: «Quebrantó IHVH a
mis enemigos delante de mí, como corriente impetuosa».

Las «muchas aguas» pueden referirse a la insurgencia de las naciones impías en


contra de Dios: «Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas» (Is
17.13). El vocablo, por tanto, describe un ímpetu violento y sobrecogedor: «Se
apoderarán de él terrores como de aguas; torbellino lo arrebatará de noche» (Job
27.20). En otros pasajes «agua» se usa para representar la timidez: «Por lo que el
corazón de ellos desfalleció y vino a ser como agua» (Jos 7.5). Relacionado un poco
con este sentido está la connotación de «transitorio»: «Y olvidarás tu miseria, o te
acordarás de ella como de aguas que pasaron» (Job 11.16). En Is 32.2 «agua»
representa refrigerio: «Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y

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A

como refugio contra el turbión; como arroyos de agua en tierras de sequedad,


como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». Los remansos apacibles o las
aguas quietas simbolizan el descanso y la paz: «Junto a aguas de reposo me
pastoreará» (Sal 23.2). Se usan términos semejantes para describir los encantos de
la esposa como «aguas de vida» o «aguas vivificantes»: «Bebe el agua de tu misma
cisterna, y los raudales de tu propio pozo» (Pr 5.15). El «agua» derramada
representa derramamiento de sangre (Dt 12.16), ira (Os 5.10), justicia y juicio (Am
5.24) y sentimientos de dolor (Job 3.24).

Tehôm Heb. ‫ ְתום‬aguas profundas, océano; abismos, agua subterránea, aguas,


diluvios y torrentes». Se encuentran cognados de esta palabra en ugarítico, acádico
(desde Ebla, alrededor de 2400-2250 a.C.) y arábigo. En las 36 veces que aparece el
término es en su mayoría en pasajes poéticos en todos los períodos históricos.

El término representa las «aguas profundas» cuyas superficies se congelan por el


frío: «Las aguas se endurecen a manera de piedra, y se congela la faz del abismo»
(Job 38.30). En Sal 135.6 tehôm significa el océano en oposición a los mares: «Todo
lo que IHVH quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los
abismos [en todos los océanos]» (cf. Sal 148.7s).

El vocablo se refiere de manera particular a los torrentes profundos o fuentes de


las aguas. Cuando los marineros se aventuran al mar en medio de una violenta
tormenta, «suben a los cielos, descienden a los abismo» (Sal 107.26). Esta es una
expresión hiperbólica o de exageración poética, pero presenta los «abismos» como
lo contrario a los cielos. Este énfasis está bien presente en el Cántico de Moshé, en
donde el término representa la amenaza de las «profundidades». Los «abismos»,
que siempre han existido (sin ser eternos), son un elemento de la naturaleza
esencialmente peligroso: «Los abismos los cubrieron; descendieron a las
profundidades como piedra» (Éx 15.5). Por otro lado, tehôm puede significar nada
más que «aguas profundas» en las que los objetos pesados se hunden rápidamente.
Tehôm puede representar también una fuente inacabable de agua o, a manera de
comparación poética, de bendición: «Con bendiciones de los cielos de arriba, con
bendiciones del abismo que está debajo» (Gn 49.25). En estos casos el término se
refiere a «aguas subterráneas» que siempre están disponibles: que se podían
explotar cabando pozos de los que brotaban manantiales y que formaban parte de
las aguas debajo de océanos, lagos, mares y ríos. Esto fue lo que Dios abrió junto
con las aguas por encima de la bóveda celeste (Gn 7.11; cf. 1.7) y que más tarde
cerró para terminar el gran diluvio (Gn 8.2; cf. Sal 37.7; 104.6; Ez 26.19). En tales
contextos la palabra denota un «montón de aguas»: «Él junta como montón las
aguas» (Sal 33.7).

En Bereshit/ Gn 1.2 (primer caso del término) tehôm se refiere a «todas las aguas»
que en el comienzo cubrían todo el globo terrestre: «Las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo» (cf. Pr 3.20; 8.24, 27–28).

Alabar: Heb. ‫ הלל‬- halal, verbos, «alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear». El
sentido de «alabar» es, en efecto, la acepción de la forma intensiva del verbo
hebreo halal, que en su modalidad activa simple significa «alardear». Este último
sentido se encuentra en las formas cognadas del acádico antiguo, cuyos dialectos

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A

son las lenguas de Babilonia y de Asiria. En ugarítico, el vocablo tiene la acepción


de «gritos» y tal vez de «júbilo». Encontramos halal más de 160 veces en el Tanaj y
por primera vez en Gn 12.15, en donde se indica que, debido a la gran belleza de
Sará, los príncipes del faraón la «alabaron» («la ponderaron», bj, nbe) delante de él.

Aunque halal se usa a menudo solo para indicar la «alabanza» que se hace a
personas, incluyendo al rey (2 Cr 23.12) o la belleza de Avshalón (2 S 14.25), el
término se usa mayormente para «alabar» a Dios. Es más, a todo ser viviente y
todas las cosas creadas, incluyendo el sol y la luna, se les llaman a «alabar» a Dios
(Sal 148.2–5, 13; 150.1). Típicamente, tal «alabanza» se expresa en el santuario,
sobre todo durante las grandes fiestas (Is 62.9).

El nombre hebreo para el libro de Salmos es sencillamente el equivalente del


vocablo «alabanzas». Tiene un sentido más apropiado que «Salmos», lo cual
proviene del griego y tiene que ver con cánticos acompañados por algún
instrumento de cuerda. No es de extrañarse que el libro de Salmos contenga más
de la mitad de los casos de halal en sus varias modalidades. A los Salmos 113—118
se les denomina tradicionalmente los «Salmos Hallel», pues tienen que ver con la
alabanza a Dios por la liberación de la esclavitud egipcia bajo Moshé / Moisés. Por
esta razón, estos salmos forman una parte importante del culto tradicional de la
Pascua. No cabe duda que se tratan de los himnos que Jesús y sus discípulos
cantaron en la noche en que instituyó la Cena del Señor (Mt 26.30).

De la palabra halal proviene «Aleluiáh» (aleluya), una expresión hebrea de


«alabanza» a Dios que se ha incorporado a casi todos los idiomas del mundo. El
término hebreo se traduce más exactamente como «Alabemos a Iah» (o «Yah»), la
forma abreviada de «Iah» (IHVH), el nombre particular hebreo de Dios.

‫ ידה‬- Iadáh, «dar gracias, loor y alabanza». Este es un vocablo hebreo muy común a
todos los períodos y un término muy importante en el lenguaje de la alabanza.
Iadáh se encuentra casi 120 veces en el Tanaj. El primero de estos casos lo
encontramos en la historia del nacimiento de Iehudá / Judá, el hijo de Iaaqov /
Jacob y Leá: «Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a IHVH;
por esto llamó su nombre Iehudá» (Gn 29.35).

Como era de esperarse, esta palabra aparece con mayor frecuencia en el Libro de
Tehilim / Salmos (unas 70 veces). Como expresión de gratitud o alabanza, es un
elemento natural del culto ritual público, así como de la alabanza personal a Dios
(Sal 30.9, 12; 35.18). Muy a menudo las alabanzas se encaminan en nombre del
Señor (Sal 106.47; 122.4).

Cierta variación en las traducciones puede percibirse en 1 R 8.33: «confesar» (rv,


nbe, bla), «alabar» (bj) su nombre.

Nombres: Heb. ‫ ְּתהִ לה‬-Tehiláh, «gloria; alabanza; canción de loor; acciones loables».
Tehiláh aparece 57 veces durante todos los períodos de la historia bíblica hebrea.

Primero, el término denota una cualidad o atributo de alguna persona o cosa;


significa «gloria» o «loable»: «Él es el objeto de tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha

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A

hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto» (Dt 10.21).
Israel es la «gloria» de Dios cuando existe en un estado de exaltación y de
bendición divina: «Ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga
por alabanza en la tierra» (Is 62.7; cf. Jer 13.11).

Segundo, en algunos casos tehiláh representa las palabras o la canción en la que a


Dios se alaba en público, o mediante las cuales su «gloria» se declara públicamente:
«De ti será mi alabanza [es el Mesías que habla] en la gran congregación» (Sal
22.25). El Sal 22.22 es aún más claro: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en
medio de la congregación te alabaré».

Tercero, con un matiz particular, tehiláh se usa como término técnico musical para
una canción (sir) que exalta o alaba a Dios: «Salmo de alabanza de David»
(encabezamiento del Sal 145, que en hebreo es el v. 1). Tal vez Neh 11.17 se refiere
a un director de coro o alguien que dirige las canciones de «alabanzas»: «Y
Matanías… hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de
gracias al tiempo de la oración [quien al principio dirigía la alabanza a la hora de la
oración]».

Por último, tehiláh puede representar acciones dignas de «alabanza», o acciones


por las que el responsable merece «alabanza y gloria». Esta acepción se encuentra
en la primera vez que el vocablo aparece en la Biblia: « ¿Quién como tú IHVH entre
los dioses? ¿Quién como tú magnífico en santidad, temible en maravillosas hazañas
[hechos loables], hacedor de prodigios?» (Éx 15.11).

Dos nombres relacionados son mahaalal e hillu. Mahaalal aparece una vez (Pr
27.21) y se refiere al grado de intensidad de la «alabanza» o bien su ausencia. Hillu,
que aparece 2 veces, significa «jubilación festiva» durante la cosecha del cuarto
año (Lv 19.24; Jue 9.27).

‫תודה‬-todáh: «acción de gracias». Esta importante modalidad sustantiva, que se


encuentra unas 30 veces en el Tanaj, se usa con el sentido de «agradecer». El
término se ha preservado en el hebreo moderno como la palabra usual para «dar
gracias». En el texto hebreo, todá se usa para señalar «acción de gracias» mediante
canciones de adoración (Sal 26.7; 42.4). A veces el vocablo se usa para referirse a
un coro o procesión de alabanza (Neh 12.31, 38). Una de las ofrendas del sacrificio
de paz se denominaba la ofrenda «en acción de gracias» (Lv 7.12).

Alma, Ser, Vida: Heb. ‫נֶ ֵ֣פֶׁש‬-Nefesh. El significado fundamental parece tener
relación con la forma verbal poco frecuente: nafash. El nombre se refiere a la
esencia de la vida, la respiración, tomar aliento. Sin embargo, de este concepto
concreto se fueron desarrollando una cantidad de significados más abstractos. El
nombre aparece por primera vez, en su acepción primaria, en Gn 1.20: «seres
vivientes». Aparece por segunda vez en Gn 2.7: «ser viviente».

Sin embargo, en más de 400 casos subsiguientes, el término se ha traducido como


«alma». Aunque ayuda a entender la mayoría de los pasajes, es en realidad una
traducción pobre. Desafortunadamente, las numerosas traducciones no han
logrado encontrar un equivalente que les sirva en todos los casos; ni siquiera

1026
A

existe un pequeño grupo de palabras de uso frecuente. Por ejemplo, la rv hace uso
de varios términos diferentes para traducir este vocablo hebreo. El problema
fundamental es que no existe en castellano un equivalente exacto en hebreo ni del
vocablo ni de la idea de «alma». El sistema de pensamiento hebreo no conoce la
combinación u oposición de los términos «cuerpo» y «alma» que son de origen
griego y latino. Más bien en el hebreo se contraponen dos conceptos que no se
encuentran en la tradición grecolatina: «el ser interior» y «la apariencia externa», o
puesto de otra manera: «lo que somos para nosotros mismos», en contraposición a
«lo que otros creen ver en nosotros». El ser interior es nefesh, mientras que el ser
externo, la reputación, es shem, cuya traducción más frecuente es «nombre». En los
pasajes narrativos o históricos del Tanaj, nefesh puede traducirse como «vida» o
«ser» (en el sentido de personalidad o de identidad), como en Lv 17.11: «Porque la
vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación por
[vosotros mismos]». Sobra decir que el término «alma» no tiene sentido en este
texto («vidas»).

La situación en los numerosos pasajes poéticos paralelos en que aparece el


término es mucho más complicada. Tanto la Septuaginta (griego) y la Vulgata
(latín) usan los equivalentes de «alma», en particular en los Salmos. El primer caso,
Sal 3.2, la lba traduce: «Muchos son los que dicen de mi alma: para él no hay
salvación en Dios» (también nbe; «dicen de mi vida» bj, bla). El siguiente caso es
Sal 6.3: «Mi alma también está muy turbada; y tú IHVH, ¿hasta cuándo?» En ambos
pasajes, el contraste paralelo es entre nepesh y algún aspecto del ser, que en el
Salmo 3.2 (rv, bj, nbe) se traduce «mí» y en 6.3 «alma».

No se distingue si el vocablo corresponde a «A» o «B» en el paralelismo. No


obstante, debido a que en la poesía hebrea no se repite el mismo nombre en las dos
partes de un verso, a menudo se usa nefesh como paralelo del sujeto principal o
personal, y aun para Dios, como en Sal 11.5: «IHVH prueba el justo; pero al malo y
al que ama la violencia, su alma [el mismo] los aborrece». Hay muchos pasajes
como estos y una comprensión adecuada del término nefesh ilumina muchos
pasajes muy conocidos, como por ejemplo Sal 119.109: «Mi vida está de continuo
en peligro, mas no me he olvidado de tu Torá / instrucción-ley».

Las lecturas de nefesh en las diversas versiones son muy variadas, particularmente
en las más modernas que procuran una mayor amplitud de acepciones.

Verbo: Nafash significa «respirar; tomar aliento; descansar». Este verbo, que
parece tener una relación con nefesh, se encuentra 3 veces en el Tanaj (Éx 23.12;
31.17). El otro caso es 2 S 16.14: «Y el rey y todo el pueblo que con él estaba,
llegaron fatigados, y descansaron allí» (rv, cf. nbe; «tomaron aliento» bj;
«recuperaron las fuerzas» bla).

Altar: Heb. ַ‫ ִמזְבֵ ח‬-Mizbeaj, «altar». Este nombre tiene cognados en arameo, siríaco
y arábigo. En cada una de estas lenguas la raíz es mdbj. Mizbeaj se encuentra unas
396 veces en el Tanaj.

El vocablo denota un lugar alto en el que se hacen sacrificios, como en Gn 8.20 (el
primer caso): «Y edificó Noaj / Noé un altar a IHVH, y tomó de todo animal limpio y

1027
A

de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar». Más adelante el término se


referirá a una mesa sobre la que se quema incienso: «Harás asimismo un altar para
quemar el incienso; de madera de acacia lo harás» (Éx 30.1).

Desde la alborada de la historia humana se hicieron ofrendas sobre una mesa


levantada de piedra o montículo de tierra (Gn 4.3). Al principio, los altares de
Israel debían hacerse de tierra, o sea, de un material hecho directamente por la
mano de Dios. Si los Israelitas querían labrar piedras para construir altares en el
desierto, tendrían forzosamente que usar herramientas de guerra. (Es más, en Éx
20.25 el término que se usa para «herramienta» es jereb, «espada».)

En Sinaí, Dios ordenó que los israelitas tallasen altares de maderas y metales finos.
Esto era para enseñarles que el verdadero culto requiere lo mejor y que debía de
estar estrictamente de acuerdo con las ordenanzas divinas. Dios, y no los seres
humanos, origina y controla el culto. El altar que se encontraba delante del Lugar
Santo (Éx 27.1–8) y el altar de incienso dentro del mismo (Éx 30.1–10) tenían
«cuernos». Estos cumplían funciones vitales en algunas ofrendas (Lv 4.30; 16.18).
Por ejemplo, el animal sacrificial se ataba a estos cuernos de modo que se
desangrara completamente (Sal 118.27).

Mizbeaj se usa también en relación con altares paganos: «Derribaréis sus altares, y
quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera» (Éx 34.13).

El nombre se deriva del verbo hebreo zabaj, el cual significa literalmente «matar
para comer» o «matar para sacrificar». Zabaj tiene cognados en ugarítico y arábigo
(dbj), acádico (zibu) y fenicio (zbj). Otro nombre veterotestamentario derivado de
zabaj es zebaj (162 veces), que generalmente se refiere a un sacrificio que
establece comunión entre Dios y los que comen del sacrificio.

Año: Heb. ַ‫הנַש‬-Shaná, «año». Esta palabra tiene cognados en ugarítico, acádico,
arábigo, arameo y fenicio. En el hebreo bíblico aparece unas 887 en todos los
períodos. El término significa «año» en hebreo: «Dijo luego Dios, haya lumbreras
en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales
para las festividades, para días y años» (Gn 1.14; el primer caso). Hay varias formas
de determinar lo que significa «año». Primero, puede ser el «año» solar, basado en
la relación entre las estaciones y el sol. Segundo, puede referirse al «año» lunar o la
correlación entre las estaciones y la luna. Tercero, el «año» puede decidirse en
base a la relación entre el movimiento de la tierra y las estrellas (año estelar). En
varios momentos el pueblo de Israel fijó las estaciones de acuerdo con el clima y
con hechos relacionados con la agricultura; el año concluía con la vendimia y la
cosecha de frutas en el mes de Elul: «[Guardarás] también la fiesta de la siega, los
primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la
cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del
campo» (Éx 23.16).

El calendario de Gezer demuestra que, durante el período en que se escribió


(aproximadamente en el siglo diez a.C.), algunos pueblos en Palestina usaban el
calendario lunar, pues se nota el intento de correlacionar la agricultura con los
sistemas lunares. El calendario lunar comenzaba en la primavera (el mes de Nisán,

1028
A

marzo-abril) y consistía de doce lunaciones o períodos entre las lunas nuevas.


Periódicamente, era necesario añadir un mes decimotercero con el fin de
sincronizar el calendario lunar con el número de días en el año solar. Tal parece
que el calendario lunar subyace en el sistema religioso israelita, pues se celebraba
cada primer día de un mes lunar (Nm 28.11–15; Ez 46.6, 7; Is 1.13, 14). Sin
embargo, las fiestas mayores se basarían en el ciclo agrícola y, por ende, la fecha de
celebración variaba de año en año según las labores en el campo (p. ej., Dt 16.9–
12). El año solar-agrícola que se iniciaba en la primavera se parece al calendario
babilónico, y tal vez se derive de él, porque los nombres de los meses proceden de
esta lengua. Estos dos sistemas, por tanto, existieron lado a lado a lo menos desde
los tiempos de Moshé / Moisés.

Arca: Heb. ‫אָ ֖רֹון‬-Aron. En Gn 50.26 la palabra representa un ataúd o sarcófago


(tiene el mismo significado en fenicio): «Y murió Iosef/ José a la edad de ciento
diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto». Este sarcófago
fue quizás uno bien trabajado, como los tantos que se han encontrado en Egipto.

Durante el reinado de Ioash / Joás, cuando se reparó el templo, el dinero de los


trabajos se depositaron en un «cofre» con un agujero en la tapa. El sumo sacerdote
Iehoiadá / Joiada lo preparó y colocó en la entrada del templo (2 R 12.9).

En la mayoría de los casos, aron se refiere al arca del testimonio. Este mueble
funcionaba principalmente como un receptáculo. Como tal, la palabra se modifica a
menudo por los nombres o atributos divinos. En 1 S 3.3, el nombre divino modifica
primero a aron en: «Samuel estaba durmiendo en el templo de IHVH, donde estaba
el arca de Dios». El nombre de Dios que se relaciona con el pacto, IHVH, modifica a
aron por vez primera en Iehoshúa / Jos 4.5. En Shofetim / Jue 20.27 se encuentra la
primera ocasión en que figura la frase el «arca del pacto de Elohe». Primero de
Samuel 5.11 usa la frase «el arca del Dios [Elohe] de Israel» y 1 Cr 15.12 emplea «el
arca de IHVH Dios [Elohe] de Israel».

A veces los atributos divinos reemplazan el nombre divino: «Levántate, oh IHVH, al


lugar de tu reposo, tú y el arca de tu poder» (Sal 132.8). Otro grupo de adjetivos
enfocan en la redención divina (cf. Heb 8.5). Es así como

Éxodo 25.10–22 nos dice que el arca se construyó de madera de acacia con una
medida de 1,80 m (largo) por 1,35 (ancho) por 1.35 (alto). Estaba forrado de oro
por dentro y por fuera, y con su moldura de oro. En cada una de sus cuatro patas
había una argolla de oro en la parte superior atravezadas con varas de acacia en
oro, que no podían quitarse y que servían para cargar el arca. La tapa de oro o
propiciatorio tenía las mismas dimensiones que la superficie del arca. Dos
querubines de oro estaban sentados encima del arca frente a frente, en
representación de la majestad celestial (Ez 1.10) que rodea al Dios viviente.

Además de contener memoriales de la redención divina, el arca representaba la


presencia de Dios. Estar delante del arca equivalía a estar en la presencia de Dios
(Nm 10.35), aunque su presencia no se limitaba a la misma (cf. 1 S 4.3– 11; 7.2, 6).
El arca dejó de tener esta función sacramental cuando Israel comenzó a
considerarlo como una caja mágica con poder sagrado (palladium).

1029
A

Dios prometió reunirse con Moshé / Moisés frente al arca (Éx 25.22). De esta
manera, el arca funcionaba como un lugar donde se recibía la revelación divina (Lv
1.1; 16.2; Nm 7.89). El arca sirvió de instrumento mediante el cual Dios guiaba y
defendía a Israel durante su peregrinaje en el desierto (Nm 10.11). En fin, fue
sobre esta misma arca que el más insigne de los sacramentos de Israel, la sangre de
propiciación, se presentaba y recibía cada año (Lv 16.2ss).

Asamblea: Heb. ‫ קהל‬- qahal, «asamblea; congregación». Cognados que se derivan


de este nombre se encuentran en arameo y siríaco. Qahal aparece 123 veces en
todos los períodos del hebreo del Tanaj.

En muchos contextos, el vocablo significa una asamblea que se congrega para


planificar o llevar a cabo un consejo de guerra. Uno de los primeros ejemplos se
encuentra en Gn 49.6. En 1 R 12.3, «toda la congregación de Israel» pidió que
Roboam aligerase la carga de impuestos que les había dejado Salomón. Cuando
Roboam rehusó, se apartaron de él y rechazaron su alianza feudal (militar) con él.
Qahal tiene la acepción de «ejército» en Ez 17.17: «Y ni con gran ejército ni con
mucha compañía hará Faraón nada por él en la batalla».

A menudo, qahal sirve para denotar una reunión para juzgar o deliberar. Este
énfasis aparece primero en Ez 23.45–47, donde la «tropa» (rv) o «asamblea» (bj)
juzga y ejecuta el juicio. En muchos pasajes el vocablo significa una asamblea que
representa a un grupo mayor: «Entonces David tomó consejo con los capitanes de
millares y de centenas, y con todos los jefes. Y dijo David a toda la asamblea de
Israel» (1 Cr 13.1–2). Aquí «toda la asamblea» se refiere a los líderes reunidos (cf. 2
Cr 1.2). Es así como en Lv 4.13 encontramos que el pecado de toda la congregación
de Israel puede pasar inadvertido por la «asamblea» (los jueces o ancianos que
representan a la congregación).

A veces qahal representa todos los varones de Israel con derecho a ofrecer
sacrificios al Señor: «No entrará a la congregación de IHVH el que tenga magullado
los testículos, o amputado su miembro viril» (Dt 23.1). Los únicos con derecho a
pertenecer a la asamblea eran varones que estaban ligados ritualmente bajo el
pacto, que no eran ni extranjeros (residentes no permanentes), ni residentes
permanentes no hebreos (Nm 15.15). En Nm 16.3, 33 se pone de manifiesto que la
«asamblea» consistía de una comunidad adorante y votante (cf. 18.4). En otros
pasajes, el término qahal significa todo el pueblo de Israel. Toda la congregación de
los hijos de Israel se quejaron de que Moshé / Moisés los había llevado al desierto
para matar de hambre a toda la asamblea (Éx 16.3; «multitud» rv). La primera vez
que se usa el vocablo tiene también un significado de un grupo grande: «Y el Dios
omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser
multitud [qahal] de pueblos» (Gn 28.3).

Verbo: qahal, «congregar». El verbo qahal, que aparece 39 veces, se deriva del
nombre qahal. Al igual que el nombre, el término se usa en todos los períodos del
hebreo bíblico. Significa «congregarse» como un qahal en situaciones de conflicto o
guerra, con fines religiosos y para juicios: «Entonces Shelomo / Salomón reunió
ante sí en Jerusalén los ancianos [qahal] de Israel» (1 R 8.1).

1030
A

Atardecer, Anochecer: Heb. ‫ ֶֶ֔ע ֶרב‬-erev, «atardecer, anochecer, noche». El nombre


erev se encuentra unas 130 veces y en todos los períodos. El término se refiere a la
etapa del día inmediatamente antes y después de la puesta del sol. Durante este
tiempo, la paloma regresó al arca de Noaj / Noé (Gn 8.11). Las mujeres iban a los
pozos a buscar agua al «atardecer» (rva), cuando estaba más fresco (Gn 24.11). Fue
«al caer la tarde» que David anduvo en la azotea de su palacio para refrescarse y
observó a Betsabé que se bañaba (2 S 11.2). La primera vez que aparece en la
Biblia, erev indica el «inicio de un día»: «Y fue la tarde y la mañana un día» (Gn
1.5). La frase «entre las dos tardes» significa el período entre la caída y la puesta
del sol, el «crepúsculo» (Éx 12.6; «atardecer» rva, nbe; «anochecer» bla).

Segundo, según uso poético tardío, el vocablo puede significar «noche»: «Cuando
estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Más la noche es larga y estoy lleno de
inquietudes hasta el alba» (Job 7.4).

Atrio, Campamento: Heb. ‫ חצֵ ר‬- jatzer, «atrio; recinto». Este vocablo está
relacionado con un verbo semítico común que tiene dos significados: «estar
presente», en el sentido de morar en un lugar determinado (campamento,
asentamiento, residencia), y «encerrar, rodear, apretar». En el hebreo
veterotestamentario, jatzer aparece unas 190 veces bien distribuidas por todo el
texto, excepto en los profetas menores. En algunos diccionarios hebreos el uso de
jatzer como «morada permanente», «poblado» o «aldea» se trata aparte de «atrio».
Sin embargo, la mayoría de los diccionarios modernos identifican solo una raíz con
dos significados relacionados.

Jatzer aparece por primera vez en la Torá en Gn 25.16: «Estos fueron los hijos de
Ishmael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus
naciones». Aquí jatzer se refiere al primer significado del radical hebreo, que
aparece con menor frecuencia que «atrio». El jatzer («asentamiento») era un lugar
en el que moraba el pueblo sin un recinto que le protegiera. En Lv 25.31 se explica
el término: «Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor, serán
consideradas como campo abierto; tienen derechos de redención, y son
recuperadas en el jubileo» (lba).

Jatzer significa «asentamientos» de pueblos seminómadas: ishmaelitas (Gn 25.15),


aveos (Dt 2.23) y Cedar (Is 42.11). Jatzer también denota un «asentamiento»
extramuros. Las ciudades de Kenaán / Canaán eran relativamente pequeñas y no
tenían capacidad para toda la población. En tiempos de paz, los residentes de la
ciudad podían construir sus casas y talleres formando un sector aparte. Si la
población aumentaba, el rey o gobernador a menudo decidía encerrar el nuevo
barrio con un muro y así lo incorporaba a la ciudad existente a fin de proteger la
población de bandidos y guerreros. Jerusalén fue creciendo paulatinamente hacia
el oeste; en tiempos de Ezequías llegó a ser una ciudad grande. Hulda la profetiza
moraba en un asentamiento como este, conocido en hebreo como misneh: «En el
Segundo Barrio de Jerusalén» (2 R 22.14 rva; «segundo sector», lba).

El libro de Iehoshúa / Josué incluye las victorias de Israel sobre las ciudades
principales de Kenaán / Canaán, con sus suburbios: «Ain, Rimón, Eter y Asán;
cuatro ciudades con sus aldeas» (19.7 lba; 15.45, 47; 21.12).

1031
A-B

La acepción principal de jatzer es «atrio», ya sea de una casa, un palacio o un


templo. Por lo general, cada casa tenía un «atrio» o patio rodeado por un muro o
varias casas compartían uno: «Pero un muchacho los vio e informó a Absalón. Por
tanto, los dos se dieron prisa y llegaron a la casa de un hombre en Bajurim, quien
tenía un pozo en su patio, y se metieron dentro de él» (2 S 17.18 rva). El palacio de
Shelomo / Salomón tenía varios «atrios»: un «atrio» exterior, un «atrio» que
rodeaba el palacio y un «atrio interior» en medio del palacio. En forma similar, el
templo tenía varios atrios. El salmista expresa su gozo por estar en los «atrios» del
templo, donde las aves construían sus nidos (Sal 84.3); «Porque mejor es un día en
tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi
Dios, que habitar en las moradas de maldad» (Sal 84.10). El pueblo de Dios
anhelaba la reunión de todo el pueblo en los «atrios» de Dios: «En los atrios de la
casa de IHVH, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluiáh!» (Sal 116.19).

Las traducciones en la Septuaginta son: aule («patio; granja; casa; atrio exterior;
palacio»), epaulis («granja; estancia; residencia») y kome («aldea; pueblo
pequeño»). En la rv encontramos «atrio; aldea; pueblo».

Ba’al, señor: Heb. ‫בַּ֛על‬-ba'al «señor; baal». En acádico, el nombre belu («señor»)
dio lugar al verbo belu («gobernar»). En otras lenguas del semítico nordoccidental,
el nombre ba'al tiene un significado un tanto diferente, puesto que otros términos
han asumido el significado de «señor» (cf. heb. adón.) con los cuales el vocablo
hebreo ba'al parece guardar relación.

La palabra ba'al aparece 84 veces en el Tanaj; 15 veces significa «marido» y 50


veces se refiere a una divinidad. El nombre ba'al aparece por primera vez en Gn
14.13: «Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Avram el hebreo, que
habitaba en el encinar de Mambre el amorreo, hermano de Eshjol y hermano de
Aner, los cuales eran aliados de [literalmente «baales» del pacto con] Avram».

El significado primario de ba'al es «poseedor». Ieshaiá / Isaías usa a ba'al con


sentido paralelo a qanáh, lo cual pone en claro el significado básico de ba'al: «El
buey conoce a su dueño [qanáh], y el asno el pesebre de su señor [ba'al]; Israel no
entiende, mi pueblo no tiene conocimiento» (Is 1.3). Un individuo puede ser dueño
[ba'al] de un animal (Éx 22.10), una casa (Éx 22.7), una cisterna (Éx 21.34) y hasta
de una esposa (Éx 21.3).

Una acepción secundaria, «marido», se expresa con claridad mediante la frase ba'al
ha-ishshá (literalmente, «dueño de la mujer»). Por ejemplo: «Si algunos riñen, y
hieren a una mujer embarazada, y esta aborta, pero sin causarle ningún otro daño,
serán penados conforme a lo que les imponga el marido [ba'al ha-ishshá] de la
mujer y juzguen los jueces» (Éx 21.22 rv-95). El significado de ba'al está
estrechamente ligado al de ish («hombre»), como se puede apreciar en dos
ejemplos en el pasaje siguiente: «Oyendo la mujer de Urías que su marido [is] Urías
era muerto, hizo duelo por su marido [ba'al]» (2 S 11.26).

El término ba'al junto con otro nombre puede significar una característica o
cualidad peculiar: «Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador» (Gn 37.19;
literalmente, «el maestro de sueños»).

1243
B

En tercer lugar, la palabra ba'al puede denotar cualquier divinidad ajena al Dios de
Israel. Baal fue un nombre común para el dios de la fertilidad de Kenaán / Canaán,
sobre todo en la ciudad cananea de Ugarit. El Tanaj registra que «Ba’al» era el dios
de los cananeos. Durante el tiempo de los jueces, los israelitas adoraron a Baal (Jue
6.25–32) y también durante el reinado de Acab. Elías se levantó en oposición a los
sacerdotes de Baal en el monte Carmelo (1 R 18.21ss). Muchas ciudades
consagraron a Baal como un dios local mediante actos especiales de culto: Baal-
peor (Nm 25.5), Baal-berit en Siquem (Jue 8.33), Ba’al-zebub (2 R 1.2–16) en
Ecrón, Ba’al-zefón (Nm 33.7) y Baal-hermón (Jue 3.3).

Entre los profetas, Irmiá / Jeremías y Oshea / Oseas mencionan a Ba’al con mayor
frecuencia. Oseas describe a Israel que se ha vuelto a los baales y que solo se
vuelve al Señor después de un tiempo de desesperación (Os 2.13, 17). Dice que el
nombre de ba'al no se usará más, ni siquiera con el significado de «Señor» o «amo»,
por la contaminación del término por prácticas idólatras: «En aquel tiempo, dice
IHVH, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. Porque quitaré de su boca
los nombres de los baales [ba'alim], y nunca más se mencionarán sus nombres»
(Os 2.16–17). En días de Oshea / Oseas y Irmiá / Jeremías aún se adoraban ídolos
de ba'al porque la gente sacrificaba, construía lugares altos y fabricaba imágenes
de ba'alim (plural).

En la Septuaginta, el término ba'al no se traduce de manera uniforme: kurios


(«señor», «dueño»); aner («hombre», «marido»); la simple transliteración; y ba'al.
La rv lo traduce así: «Baal, hombre, dueño, marido, señor».

Bendecir: Heb. verbo ‫ברְך‬-baraj, «arrodillarse, bendecir, ser bendecido, maldecir».


La raíz de esta palabra se encuentra en otras lenguas semíticas, las cuales, como la
hebrea, lo usan con mayor frecuencia con referencia a un dios. Existen también
paralelos del vocablo en egipcio.

Baraj aparece unas 330 veces en el Tanaj, comenzando por Gn 1.22: «Y Dios los
bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos». Las primeras palabras que Dios
dirige al hombre comienza de la misma manera: «Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos» (v. 28). De esta manera se demuestra que toda la
creación depende de Dios para su continua existencia y multiplicación (cf. Sal
104.27–30). Baraj se usa otra vez en relación al género humano en Gn 5.2, al
principio de la historia de los hombres de fe, y de nuevo después del diluvio en Gn
9.1: «Bendijo Dios a Noaj / Noé y a sus hijos». El elemento central del pacto de Dios
con Avram es: «Te bendeciré… y serás bendición. Bendeciré a los que te
bendijeren… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» (Gn 12.2–3). Esta
«bendición» sobre las naciones se repite en Gn 18.18; 22.18; y 28.14 (cf. Gn 26.4;
Jer 4.2). En todos estos casos, la bendición de Dios se dirige a las naciones a través
de Avraham o su simiente. La Septuaginta traduce todos estos casos de baraj en el
pasivo, como lo hacen también algunas traducciones modernas.

La promesa del pacto convocó a las naciones a buscar la «bendición» (cf. Is 2.2–4),
pero dejando bien en claro que la iniciativa para la bendición proviene de Dios, y
que Avraham y su simiente debían ser instrumentos de bendición. Dios, ya sea en
forma directa o a través de sus representantes, aparece más de 100 veces como el

1244
B

sujeto de este verbo. La bendición levítica está basada en esta orden: «Así
bendeciréis a los hijos de Israel… IHVH te bendiga… y pondrán mi nombre sobre
los hijos de Israel, y yo los bendeciré» (Nm 6.23–27).

Se usa la forma pasiva de baraj cuando Malki-tzédeq / Melquisedec pronuncia la


«bendición de Dios sobre la humanidad»: «Bendito sea Avram del Dios Altísimo»
(Gn 14.19). «Bendito por IHVH mi Dios sea Shem» (Gn 9.26) es una expresión de
alabanza. «Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano» (Gn
14.20) es alabanza con acción de gracias.

Una forma común de saludarse era: «Bendito seas tú de IHVH» (1 S 15.13; cf. Rt
2.4). Shaúl «salió a recibir [a Shemuel], para saludarle» (1 S 13.10).

En 2 Cr 6.13 se usa la forma simple del verbo: «Se arrodilló». Seis veces se usa el
vocablo para indicar el acto de maldecir, como en Iov / Job 1.5: «Quizá habrán
pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones».

Nombre

‫בְּ ָר ָ ָֽכה‬-berajá, «bendición». La forma del radical de esta palabra se encuentra en las
lenguas semíticas del noroeste y del sur de la región semítica. Se usa
conjuntamente con el verbo baraj («bendecir») 71 veces en el Tanaj. El término
aparece con mayor frecuencia en Génesis y en Deuteronomio. La primera vez es el
caso de la bendición de Dios sobre Avram: «Y haré de ti una nación grande y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición [berajá]» (Gn 12.2).

Cuando la expresa el hombre, «bendición» es un deseo o una súplica en pro de


bendición futura: «Y [Dios] te dé la bendición de Avraham, y a tu descendencia
contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Avraham» (Gn
28.4). Esto se refiere a la «bendición» que los patriarcas antes de morir solían
pronunciar sobre los hijos de Israel. La «bendición» de Iaaqov / Jacob a las tribus
(Gn 49) y la «bendición» de Moshé / Moisés (Dt 33.1ss) son otros ejemplos bien
conocidos de este hecho.

Bendición era lo contrario a maldición (qelaláh): «Quizá me palpará mi padre, y me


tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición» (Gn 27.12). Una
forma concreta de presentar una bendición era mediante un regalo. Por ejemplo:
«Acepta, te ruego, el regalo que te he traído, pues Dios me ha favorecido y todo lo
que hay aquí es mío. E insistió hasta que Esav lo tomó» (Gn 33.11 rv-95). La
«bendición» dirigida a Dios es una expresión de alabanza y gratitud, como en el
caso siguiente: «Levantaos, bendecid a IHVH vuestro Dios desde la eternidad hasta
la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y
alabanza» (Neh 9.5).

La bendición del Señor descansa sobre quienes le son fieles: «La bendición, si
oyereis los mandamientos de IHVH vuestro Dios, que yo os prescribo hoy» (Dt
11.27). Su bendición trae justicia (Sal 24.5), vida (Sal 133.3), prosperidad (2 S
7.29) y salvación (Sal 3.8). La «bendición» es como lluvia o rocío: «Y daré
bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su

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B

tiempo; lluvias de bendición serán» (Ez 34.26; cf. Sal 84.6). El Señor envía su
«bendición» en la comunión de los santos: «Como el rocío de Hermón, que
desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía IHVH bendición, y vida
eterna» (Sal 133.3).

En contados casos se dice que el Señor hizo que personas fuesen de «bendición» a
otros. Avraham es bendición a las naciones (Gn 12.2). Se espera que sus
descendientes sean de bendición a las naciones (Is 19.24; Zac 8.13).

La Septuaginta traduce berajá como eulogia («alabanza; bendición»). Varias


versiones modernas lo traducen como «bendición o regalo».

Bienaventurado: Heb. ‫אש ֵרי‬


ְ - ashré, «bienaventurado, feliz». De las 44 veces que
aparece este nombre, 40 están en pasajes poéticos: 26 veces en los Salmos y 8 en
Proverbios.

El término comunica básicamente la «prosperidad» o «felicidad» que


experimentan los que son favorecidos (bendecidos) por alguien superior. En la
mayoría de los pasajes, quien otorga el favor es Dios mismo: «Bienaventurado tú,
oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por IHVH» (Dt 33.29). La persona
bienaventurada no siempre goza de una situación «feliz»: «He aquí bienaventurado
[feliz] es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menospreciéis la corrección
del Todopoderoso, porque Él es quien hace la llaga, y Él la vendará» (Job 5.17–18).
Elifaz no quiso decir que la condición de Job era, en sí, «feliz»; sino que Dios estaba
preocupado por él, por tanto era «bienaventurado». Su situación era «feliz» porque
el resultado sería bueno. Job, por tanto, debería reírse de su adversidad (Job 5.22).

A juzgar por las palabras lisonjeras de la reina de Sabá a Shelomo / Salomón (1 R


10.8), no siempre es Dios el causante de la «buenaventura».

Ser «bienaventurado» ante Dios puede que no siempre tenga relación con las
situaciones sociales o personales que hoy en día consideramos necesarias para
alcanzar la «felicidad». Si bien «bienaventurado» es la traducción correcta de
<ashréja, hoy no se puede decir lo mismo de «feliz», que no tiene el mismo peso
para los lectores modernos de la Biblia.

Boca: Heb. ַ‫הפ‬-péh, «boca; orilla; filo; abertura; entrada; collar; palabra; orden;
mandamiento; evidencia». Este vocablo tiene cognados en ugarítico, acádico,
arábigo, arameo y amorita. En el hebreo bíblico aparece unas 500 veces durante
todos los períodos.

En primer lugar, el término significa «boca», a menudo la «boca» humana: «Y él


hablará por ti al pueblo: él te será a ti en lugar de boca» (Éx 4.16). En pasajes como
Nm 22.28 el vocablo se refiere a la «boca» de un animal: «Entonces IHVH abrió la
boca al asna, la cual dijo a Bilám». Cuando se menciona la boca de un ave, se tiene
en mente el pico: «Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía
una hoja de olivo en el pico» (Gn 8.11). La misma palabra puede servir de metáfora.
En Gn 4.11 (la primera cita), «la boca de la tierra», alude a la tierra que traga un
líquido que se derrama: «Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su

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B

boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano». Un caso semejante aparece


en Sal 141.7: «Son esparcidos nuestros huesos a la boca del Sheol». En este caso,
Sheol se concebiría como una fosa que personificadamente abre su «boca» para
consumir a los que mueren.

Segundo, el término puede usarse de manera impersonal, o sentido no


personificado, como una «abertura»: «Vio un pozo en el campo; y he aquí tres
rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los
ganados… y había una gran piedra sobre la boca del pozo» (Gn 29.2). En Ieshaiá /
Is 19.7 la misma palabra representa la «orilla» de un río: «Las praderas junto al río,
junto a las riberas del río, y toda sementera del río se secarán, se perderán y no
serán más» (rv-95. Génesis 42.27 usa péh para referirse a un orificio, o sea, el
espacio entre los bordes de un costal: «Vio su dinero que estaba en la boca de su
costal». Un caso similar aparece en Iehoshúa / Jos 10.18, donde el vocablo se
refiere a la «boca» o «abertura» de una cueva. No solo péh significa una abertura
que se cierra de todos lados, sino también una puerta de ciudad que se abre desde
arriba: «Junto a las puertas, a la entrada de la ciudad» (Pr 8.3 rv-95). Éxodo 28.32
se vale de este término para significar la «abertura» en una túnica con cuello
tejido: «En su centro, por arriba, habrá una abertura, alrededor de la cual tendrá
un borde de obra tejida, como el cuello de un coselete, para que no se rompa» (rv-
95). Iov / Job 30.18 usa el vocablo para referirse solamente al «cuello»: «La
violencia deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica» (cf. Sal
133.2).

En varios pasajes péh significa filo de espada, tal vez porque con ello se consume
y/o muerde: «Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada» (Gn
34.26).

Varias expresiones idiomáticas dignas de mención incorporan a péh. En Iehoshúa /


Jos 9.2 «concertar» o «de común acuerdo» es literalmente «con una sola boca»: «Se
concertaron para pelear contra Iehoshúa / Josué e Israel». En Nm 12.8 «cara a
cara», la frase que traduce el hebreo «boca a boca», describe la insólita
comunicación divina. Una construcción semejante aparece en Irmiá / Jer 32.4 (cf.
34.3, que tiene la misma fuerza): «Y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano
de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y
hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos». La frase «de boca en boca» o
«boca a boca» puede significar «de punta a punta»: «Y entraron en el templo de
Baal, el cual se llenó de extremo a extremo» (2 R 10.21 rva). La frase «a boca llena»
hace hincapié en el consumo egoísta: «Del oriente los sirios, y los filisteos del
poniente; y a boca llena devorarán a Israel» (Is 9.12). «Taparse la boca con la
mano» es un gesto de silencio (Job 29.9). «Preguntar a la boca de alguien» es
indagarle personalmente: «Vamos a llamar a la muchacha y a preguntarle su
opinión [preguntar a su boca]» (Gn 24.57 nbe).

Este vocablo también puede representar «palabra» u «orden»: «Tú estarás sobre
mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo» (Gn 41.40). «Por dicho
[boca] de testigos» significa «testimonio»: «Cualquiera que diere muerte a alguno,
por dicho [boca] de testigos morirá el homicida» (Nm 35.30). En Jer 36.4, «de boca

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B

de» significa «dictar»: «Y escribió Baruj de boca de Irmiá / Jeremías, en un rollo de


libro, todas las palabras que IHVH le había hablado».

Péh, cuando se usa con varias preposiciones, tiene significados particulares. (1)
Con ke, significa «según». En Lv 25.52 esta misma construcción se matiza como
«conforme a»: «Y si queda poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un
cálculo con él, y devolverá su rescate conforme [en proporción a] a los años que
falten» (rv-95). «Según» aparece también en pasajes como Nm 7.5: «Recíbelos de
ellos: serán para el servicio del tabernáculo de reunión. Los darás a los levitas, a
cada uno según [rv-95; «conforme a» rvr; «de acuerdo con» rva] su ministerio». En
Éx 16.21, peh, con el sentido de «cuanto», se traduce como «según» en la mayoría
de las versiones (rvr, rva, rv-95, bj, nbe). Un matiz diferente se encuentra en Iov/
Job 33.6: «Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho [«como tú» bj, rva;
«lo mismo que tú» rv-95, nbe; «igual que tú» bla]». (2) Cuando a la palabra la
precede un le, tiene significados bastante parecidos a los anteriores. En Lv 25.51
significa «conforme a». Irmiá / Jeremías 29.10 le da al vocablo el sentido de
«según»: «Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años», puede leerse
literalmente «según el cumplimiento de los setenta años de Babilonia». (3) En
relación con >al, el vocablo significa «según» o «en proporción a» (Lv 27.18).

La frase pí shenáim (literalmente, «dos bocas») tiene dos acepciones diferentes. En


Dt 21.17 quiere decir «doble porción» (dos partes): «Reconocerá al hijo de la mujer
aborrecida como primogénito para darle una doble porción de todo lo que tiene»
(rva). La misma frase también puede significar «tres partes»: «Y acontecerá en
toda la tierra, dice IHVH, que dos tercios serán exterminados y se perderán, más el
otro tercio quedará en ella» (Zac 13.8 rv-95).

Brazo: Heb. ַ‫זְרֹוע‬-Zero’a, «brazo; poder; fuerza; ayuda; socorro». Hay cognados de
zero’a en los lenguajes del noroeste y sur semítico. Son 92 los casos de zero’a a
través de todos los períodos del hebreo bíblico. Un cognado, ezro’a>, aparece dos
veces (Job 31.22; Jer 32.21). En el arameo bíblico encontramos los términos dra y
edra una vez cada uno.

Zero’a` significa «brazo», una extremidad del cuerpo: «Dijo acerca de Gad: ¡Bendito
el que hizo ensanchar a Gad! Como león habita, y arrebata el brazo y aun la
coronilla» (Dt 33.20 rva). En Gn 49.24 (primera mención), el vocablo se refiere a
brazos: «Mas su arco se mantuvo poderoso, y los brazos de sus manos se
fortalecieron». La fuerza de sus brazos le permitió tensar el arco. En algunos
pasajes, zero’a se refiere específicamente al antebrazo: «Será como cuando el
segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas» (Is 17.5). En otros casos, el
vocablo representa el hombro: «Pero Iehú / Jehú tensó su arco e hirió a Ioram /
Joram por la espalda» (2 R 9.24 rv-95).

Zero’a connota el «origen de la fuerza»: «Quien adiestra mis manos para la batalla,
para entesar con mis brazos el arco de bronce» (Sal 18.34). En Iov / Job 26.2, los
pobres que no tienen poder son como brazos sin fuerza.

La fuerza de Dios se describe metafóricamente mediante antropomorfismos


(atribución de partes del cuerpo humano), tales como «brazo extendido» (Dt 4.34)

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B

o «brazo fuerte» (Jer 21.5). En Is 30.30, el término pareciera representar


relámpagos: «Y el Eterno hará oír su majestuosa voz, mostrará el descenso de su
brazo, con ira encendida y llama de fuego consumidor; con torbellino, tempestad y
granizo» (nrv; cf. Job 40.9).

Con frecuencia, el brazo es símbolo de fuerza, tanto del hombre (1 S 2.31) como de
Dios: «Aun en la vejez y en las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que
proclame a la posteridad las proezas de tu brazo [«tu poder» rv-95, nrv], tu
poderío a todos los que han de venir» (Sal 71.18 rva). En Iejezqel / Ez 22.6 zero’a
puede traducirse «poder»: «He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su
poder, se esfuerzan en derramar sangre». «Ayuda» («socorro») es un tercer matiz:
«También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot» (Sal
83.8).

El término puede también representar fuerzas políticas o militares: «Y las fuerzas


del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas
para resistir» (Dn 11.15; cf. Ez 17.9).

En Nm 6.19 zero’a> es el muslo o espaldilla de un animal: «Después tomará el


sacerdote la espaldilla del carnero cocido» (cf. Dt 18.3).

Buscar: Heb. verbo ‫ בקש‬- Baqash, «buscar, procurar, consultar». Este verbo
aparece en ugarítico, fenicio y hebreo (tanto bíblico como posbíblico). Se encuentra
en la Biblia unas 220 veces y en todos los períodos.

Fundamentalmente Baqash significa «buscar» con el fin de hallar algo que está
perdido o que falta, o al menos cuya ubicación se desconoce. En Gn 37.15 un
hombre le pregunta a José: « ¿Qué buscas?» Un matiz particular de esta acepción es
«buscar dentro de un grupo; escoger, seleccionar» a algo o a alguien aún no
identificado, como en el caso de 1 S 13.14: «IHVH se ha buscado un varón conforme
a su corazón». Buscar el rostro o cara de alguien es «procurar» entrar en su
presencia o tener una audiencia favorable con él; todo el mundo «procuraba ver»
la cara de Shelomo / Salomón (1 R 10.24 nrv). En un sentido similar uno puede
«consultar» el rostro de Dios orando en la presencia de Dios en el templo (2 S
21.1).

El sentido de «procurar para asegurase» enfatiza la búsqueda de un deseo o el


logro de un plan. Moisés preguntó a los levitas que se habían revelado en contra de
la posición privilegiada de Aharón/Aarón y sus hijos: « ¿Procuráis también el
sacerdocio?» (Nm 16.10). Esto puede tener un matiz emotivo (antes que
informativo), tal como, «aspirar o dedicarse a» y «estar preocupado por». Dios
pregunta a los hijos de los hombres (seres humanos): « ¿Hasta cuándo volveréis mi
honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?» (Sal 4.2). En un
contexto cultual se puede «procurar» o «asegurarse» del favor o ayuda de Dios: «Y
se reunieron los de Judá para pedir socorro a IHVH» (2 Cr 20.4). En estos casos, el
elemento intelectual no es, por lo general, de interés primordial; no es información
lo que se busca. Hay una excepción en Jue 6.29: «Y buscando [vaqésh] e
inquiriendo [darash], les dijeron: Gedeón hijo de Ioash / Joás lo ha hecho». En
contadas ocasiones el verbo se usa con el sentido de buscar información de Dios

1249
B

(Éx 33.7). Con un sentido parecido se puede «buscar» el rostro de Dios (2 S 21.1).
En este caso baqash claramente connota procurar información (una búsqueda
cognitiva). Véase también la búsqueda de sabiduría (Pr 2.4).

La connotación de «buscar seguridad» puede referirse a la búsqueda de la vida


(nefesh). Dios dijo a Moshé / Moisés: «Vé y vuélvete a Egipto, porque han muerto
todos los que procuraban tu muerte» (Éx 4.19).

Baqash puede usarse con este mismo matiz, pero sin nefesh (como cuando Faraón
«procuró matar a Moisés» [Éx 2.15]). Solo hay dos casos en que este matiz del
vocablo se refiere a procurar el bien, como, por ejemplo, en Sal 122.9: «Por amor a
la casa de IHVH nuestro Dios buscaré tu bien» (en general se usa darash cuando se
trata de procurar el bien propio).

Unas 20 veces baqash tiene la acepción de responsabilizar a alguien por algo sobre
lo cual el sujeto tiene un derecho legal (real o imaginario). En Gn 31.39 (el primer
caso del verbo en el Tanaj) Iaaqov / Jacob se defiende con Laván: «A mí me lo
cobrabas», refiriéndose a animales destrozados por fieras.

Muy pocas veces vaqésh se refiere a buscar o trasladarse hacia algún lugar. Iosef /
José «buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí» (Gn 43.30).

El verbo puede usarse teológicamente, no solo en el sentido de procurar un espacio


delante del Señor (o sea, estar delante de Él en el templo buscando su bendición),
pero también puede referirse a una actitud: «Pero cuando desde allí busques a
IHVH tu Dios, lo hallarás, si lo buscas de todo tu corazón y con toda tu alma» (Dt
4.29 rva). En casos como este donde el verbo se usa en un paralelismo sinónimo
con darash, ambos verbos tienen el mismo significado.

Darash: «buscar, indagar, consultar, preguntar, requerir, frecuentar». Este verbo es


un término semítico común que se encuentra en ugarítico y siríaco, y también en el
hebreo de varios períodos. En hebreo moderno se usa comúnmente en los verbos,
«interpretar» y «exponer», y también en los derivados de los nombres «sermón» y
«predicador». Darash aparece más de 160 veces en el Tanaj, comenzando con Gn
9.5: «Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas». A menudo tiene
la connotación de venganza por ofender a Dios o por derramamiento de sangre
(véase Ez 33.6).

Un uso bastante frecuente del término es en la expresión «consultar a Dios», que a


veces indica una búsqueda en oración privada de la dirección divina (Gn 25.22); a
menudo se involucra un profeta como instrumento de la revelación divina (1 S 9.9;
1 R 22.8). En otras ocasiones la expresión se usa en relación con el Urim y el
Tumim cuando el sumo sacerdote procuraba descubrir la voluntad de Dios
lanzando las piedras sagradas (Nm 27.21). Exactamente lo que esto involucraba no
está claro, pero suponemos que las respuestas serían «sí» o «no» según cayeran las
piedras. Los pueblos paganos y aun israelitas apóstatas «indagaban» de dioses
paganos. Por lo que el rey Ocozías instruyó a sus mensajeros: «Id y consultad a
Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad» (2 R 1.2). En
flagrante violación de la Ley Mosaica (Dt 18.10–11), Saúl acudió a la adivina de

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B-C

Endor para «consultar» (rva) con ella, lo cual en este caso implicaba convocar al
difunto profeta Shemuel / Samuel (1 S 28.3ss). Shaúl procuró a la adivina de Endor
como último recurso, diciendo: «Buscadme una mujer que tenga espíritu de
adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte» (1 S 28.7;
«consulte» rva).

Con frecuencia, el vocablo se usa para describir la «búsqueda» del Señor en el


sentido de establecer con Él una relación de pacto. A menudo los profetas se
valieron de darash mientras convocaban al pueblo a dar un giro completo en sus
vidas, diciendo: «Buscad a IHVH mientras puede ser hallado» (Is 55.6).

Nombre: Heb. Midrash puede significar «estudio; comentario; historia». El vocablo


aparece unas pocas veces en el hebreo bíblico tardío (2 Cr 13.22); se usa
corrientemente en el judaísmo posbíblico para referirse a los diversos comentarios
tradicionales por los sabios judíos. Un ejemplo de cómo el término se encuentra
está en 2 Cr 24.27: «En cuanto a los hijos de Ioash / Joás, y la multiplicación que
hizo de las rentas… he aquí está escrito en la historia [comentario] del libro de los
reyes».

Canaán, Cananeos: Heb. ‫ כְ נען‬- Kena’án, «Canaán»; kenaaní «cananeo; mercader».


En 9 ocasiones «Canaán» es el nombre de una persona y 80 tiene que ver con un
lugar. A los descendientes de «Canaán», habitantes de la tierra del mismo nombre,
se les llaman 72 veces «cananeos». La mayoría de los casos aparecen de Génesis a
Jueces, aunque también están diseminados por todo el Tanaj.

La primera vez que una persona lleva el nombre de «Kena’án / Canaán» es en Gn


9.18: «Jam / Cam fue el padre de Kena’án / Canaán» (cf. Gn 10.6). Al final de una
lista de las naciones que descendieron de «Canaán», Gn 10.18–19 añade: «Después
se dispersaron los clanes de los cananeos. La frontera de los cananeos abarcaba
desde Sidón hasta Gaza» (rva). «Canaán» es la tierra al oeste del Jordán, como lo
indica Nm 33.51: «Cuando hayáis cruzado el Jordán a la tierra de Canaán» (cf. Jos
22.9–11). Cuando Dios lo llamó, Avram partió «hacia la tierra de Canaán. Después
llegaron a la tierra de Canaán… Los cananeos estaban entonces en la tierra» (Gn
12.5–6). Más adelante, Dios prometería a Avram: «A tus descendientes daré esta
tierra… [la tierra de los] cananeos» (Gn 15.18–20; cf. Éx 3.8, 17; Jos 3.10).

«Cananeo» es un término general para todos los hijos de «Canaán»: «Cuando IHVH
tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual entrarás para tomarla en posesión,
y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones… [de los] cananeos» (Dt 7.1
rva). Uno de estos pueblos son los amorreos, cuya maldad, le dice Dios a Avram,
«no ha llegado al colmo» (Gn 15.16; cf. Jos 24.15, 18).

«Cananeo» tiene también especificidad como nombre de un pueblo: «Los cananeos


habitan junto al mar y en la ribera del Jordán» (Nm 13.29 rva; cf. Jos 5.1; 2 S 24.7).
Puesto que eran comerciantes, «cananeo» llega a ser símbolo de «mercader», en Pr
31.24 y Job 41.6. Es notable que Oseas, al referirse a los pecados de Israel, dice:
«Como mercader [cananeo] que tiene en su mano balanza falsa, él ama la
opresión» (Os 12.7 rva; cf. Sof 1.11).

1251
C

Bereshit/Génesis 9.25–27 imprime desde el principio un significado teológico


sobre «Canaán»: «Maldito sea Kena’án / Canaán. Sea el siervo de los siervos de sus
hermanos… Bendito sea IHVH, el Dios de Shem, y sea Kena’án / Canaán su siervo.
Engrandezca Dios a Iafet/Jafet… y sea Kena’án/Canaán su siervo». Proféticamente,
Noé impuso está maldición sobre «Canaán» porque su padre vio la desnudez de
Noaj / Noé y se lo contó sin pudor a sus hermanos. El pecado de Jam / Cam,
profundamente arraigado en su hijo menor, se puede ver en la historia posterior
de los cananeos. Con la amonestación: «Tampoco haréis como hacen en la tierra de
Kena’an / Canaán a la cual os llevo», Lv 18.3ss enumera extensamente las
perversiones que se les prohibió a Israel. La lista concluye con otra amonestación:
«No os contaminaréis con ninguna de estas cosas, porque con todas estas cosas se
han contaminado los pueblos que yo echo de delante de vosotros» (Lv 18.24 rva).

Fue muy específica la orden de destruir a los «cananeos»: «Cuando IHVH tu Dios
las haya… derrotado, entonces destrúyelas por completo… Derribaréis sus altares,
romperéis sus piedras rituales… Porque tú eres un pueblo santo para IHVH tu
Dios» (Dt 7.2–6 rva). Sin embargo, demasiado a menudo la casa de David y Iehudá
/ Judá «edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en toda colina
alta y debajo de todo árbol frondoso. También había en el país varones
consagrados a la prostitución ritual, e hicieron conforme a todas las prácticas
abominables de las naciones que IHVH había echado de delante de los hijos de
Israel» (1 R 14.23–24 rva; cf. 2 R 16.3–4; 21.1–15). Las naciones que se mencionan
eran «cananeos»; en esta forma «cananeo» llegó a ser sinónimo de toda suerte de
perversión moral y religiosa.

Este hecho se refleja en Zac 14.21: «Y en aquel día no habrá más mercaderes
[«cananeos»] en la casa de IHVH de los Ejércitos». A un «cananeo» no se le permitía
entrar en el tabernáculo o templo; nunca más podría entrar en la casa del Señor
uno de su pueblo que practicase las abominaciones de los «cananeos».

Cantar: Verbo heb. ‫ רנן‬- ranan, «cantar, gritar, clamar». Este verbo se encuentra
tanto en hebreo antiguo como moderno, en el que tiene el sentido de «salmodiar,
cantar». Aparece alrededor de 50 veces en el Tanaj; cerca de la mitad de estos
casos están en los Salmos donde hay un énfasis particular sobre «cantar» y «gritar»
loores al Señor. Ranan aparece por primera vez en Lv 9.24 al final de la
consagración de Aharón y de sus hijos al sacerdocio. Cuando el fuego cayó y
consumió el sacrificio, el pueblo «gritó de gozo, y se postraron sobre sus rostros
[rva; «dio gritos de júbilo» bla, bj, «alabaron» rvr]»

Ranan sirve a menudo para expresar gozo, júbilo, según parece con canciones a
viva voz particularmente en alabanza a Dios: «Grita y canta, oh habitante de Sion,
pues el Santo de Israel es grande en medio de ti» (Is 12.6 rva). Cuando la Sabiduría
convoca, clama a viva voz a todos los que quieren escuchar (Pr 8.3). ¡Gritar de
júbilo (Sal 32.11 lbd) es permitir que nuestro gozo se exteriorice!

ִַ‫ ירׁש‬- shir, «cantar». Este vocablo aparece con frecuencia en el hebreo antiguo y
moderno, así como en el antiguo ugarítico. Aunque aparece casi 90 veces en el
Tanaj, no se comienza a usar sino hasta Éx 15.1: «Entonces Moshé/Moisés y los

1252
C

hijos de Israel cantaron este cántico a IHVH». ¡Tal vez fuera necesario el milagro
del éxodo de Egipto para que los israelitas tuvieran de qué «cantar»!

Más de veinticinco por ciento de los ejemplos de shiráh se encuentran en los


Salmos, a menudo en forma imperativa, como convocatoria al pueblo a expresar su
loor a Dios en cánticos. Uno de estos ejemplos se puede encontrar en Sal 96.1:
«¡Cantad a IHVH un cántico nuevo! ¡Cantad a ihvh, toda la tierra!» (rva). A menudo
shiráh está en paralelismos con zamar, «cantar» (Sal 68.4, 32).

Participio: Heb. shir, «cantantes». En los libros de Crónicas, shiráh se usa unas 33
veces como participio con referencia los «cantores» levíticos (1 Cr 15.16). De vez
en cuando se mencionan «cantoras» (2 S 19.35; 2 Cr 35.25; Ec 2.8).

Nombre: shir, «canción». El nombre se halla unas 30 veces en el título de algunos


salmos, así como en otras partes del Antiguo Testamento. Shiráh tiene la acepción
de «canción» gozosa en Gn 31.27: « ¿Por qué has huido a escondidas,
engañándome, sin avisarme? Yo te habría despedido con alegría y cantares, con
tamborín y con arpa». En Shofetim / Jue 5.12 el término se refiere a un «cántico»
triunfal y en Nejemiá / Neh 12.46 el vocablo se usa con relación a una «canción»
religiosa de adoración.

Carga: Heb. ‫ משא‬- masá, «carga; peso; tributo; deleite». Los 43 casos de este
vocablo están diseminados a través del Tanaj.

El término se refiere a lo que porta una persona, un asno, una mula o un camello:
«Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin
ayuda?» (Éx 23.5: primera mención del término). Se puede colgar la «carga» de un
clavo (Is 22.25). El término se aplica metafóricamente a las «cargas» espirituales:
«Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se
han agravado sobre mí» (Sal 38.4).

Masá significa «carga» en el sentido de una responsabilidad pesada, difícil de


sobrellevar. Moshé / Moisés pregunta a Dios: « ¿Por qué has hecho mal a tu siervo?
¿Por qué no he hallado gracia ante tus ojos, para que hayas puesto la carga de todo
este pueblo sobre mí?» (Nm 11.11 rva).

Una vez el término representa el «tributo» que se lleva («carga») a un señor: «Y


traían de los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata» (2 Cr 17.11).

En Iejezqel / Ez 24.25 masá tiene una acepción singular: «Y con respecto a ti, oh
hijo de hombre, el día en que yo quite de ellos su poderío, el gozo de su esplendor,
la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas [el deseo de su corazón], y también a
sus hijos y a sus hijas» (rva).

Masá, «expresión; oráculo». Este nombre, que se relaciona muy de cerca con lo
anterior, se usa 21 veces. Masá significa «expresión», «sentencia» u «oráculo»:
«Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos cabalgando detrás de su padre Acab,
IHVH pronunció contra él esta sentencia» (2 R 9.25 rva). En Jer 23.33–38 el
término pareciera connotar una carga y también un oráculo.

1253
C

Carne: Heb. ‫ בשר‬- basár «carne; pene». Hay cognados de este término en ugarítico,
arábigo y arameo. Aparece unas 270 veces durante todos los períodos del hebreo
bíblico.

El vocablo significa la «parte carnosa del cuerpo humano con la piel»: «Entonces
IHVH Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía,
tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar» (Gn 2.21: primer uso del
término). El vocablo puede aplicarse también a la «parte carnosa» de los animales
(Dt 14.8). Génesis 41.2 habla de siete vacas «hermosas a la vista, y muy gordas». En
Nm 11.33 basar se refiere a la «carne» de las codornices que Israel aún masticaba.
De modo que «carne» se refiere tanto a los vivos como a los muertos.

Basár a menudo se refiere a la «parte comestible» de los animales. Los hijos de Elí
no conocían la Ley de Dios concerniente a la porción de los sacerdotes, de modo
que «mientras era cocida la carne, el criado del sacerdote [Elí] iba con un tenedor
de tres dientes en su mano» (1 S 2.13 rva). Sin embargo, insistían «aun antes que
quemaran el sebo… «Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti carne
cocida, sino cruda»» (literalmente «viviente», 1 S 2.15 rva). Basár representa
entonces la «carne» animal comestible, ya sea cocida (Dn 10.3) o cruda. A veces el
término tiene la acepción de «carne» vedada (cf. Éx 21.28).

El vocablo puede representar solo una parte del cuerpo. En ciertos casos se
considera que el cuerpo consiste de dos partes, «carne» y hueso: «Esta es hueso de
mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del
hombre» (Gn 2.23 rva). Esa porción del elemento «carnal», el prepucio, debía
removerse mediante circuncisión (Gn 17.11). En otro grupo de pasajes se habla de
tres elementos del cuerpo: «carne», «piel» y «huesos» (Lm 3.4). Números 19.5
menciona la «carne», el «cuero», la «sangre» y el «estiércol» de una novilla. En Iov /
Job 10.11 leemos: «De piel y de carne me vestiste, y me entretejiste con huesos y
tendones».

«Carne» a veces se refiere a «pariente consanguíneo»: «Laván le dijo [a Iaaqov]:


Ciertamente eres hueso mío y carne mía» (Gn 29.14). Por sí solas, las frases «tu
carne» o «nuestra carne» pueden tener la misma acepción: «Venid, vendámoslo a
los ismaelitas. No pongamos nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano,
nuestra carne» (Gn 37.27 rva). La frase see<r basar se traduce como una parienta
«consanguínea» (Lv 18.6 bj; «parienta próxima» rv-95, rvr; «parienta cercana» nrv,
rva; «pariente directa» bla).

Unas 50 veces «carne» se refiere al «aspecto físico» de seres humanos o animales,


en contraposición al espíritu, alma y, metafóricamente, corazón. Refiriéndose a
seres humanos, encontramos este uso en Nm 16.22 (rva): «Oh Dios, Dios de los
espíritus de todo ser humano [«toda carne» nrv]: Cuando un solo hombre peca, ¿te
has de enfurecer contra toda la congregación?» En pasajes como este, basar resalta
la «parte visible y estructural» de una persona o de un animal.

En unos pocos pasajes el vocablo parece significar «piel» o la parte visible del
cuerpo: «Por la voz de mi gemido, mis huesos se han pegado a mi carne» (Sal

1254
C

102.5; 119.120). En un pasaje como Lv 13.2 se distingue claramente entre los


respectivos significados de «carne» y «piel»

A veces basar representa el «pene u órgano masculino»: «Hablad a los hijos de


Israel y decidles que cualquier hombre cuyo cuerpo [carne] tiene flujo seminal,
quedará impuro a causa de su flujo» (Lv 15.2).

El término «toda carne» tiene varios significados. En Dt 5.26 quiere decir «toda la
humanidad»: «Porque, ¿quién es el ser humano para que oiga, como nosotros, la
voz del Dios vivo… ?» En otro lugar esta frase se refiere a «todo ser viviente dentro
del cosmos», es decir, a todas las personas y los animales (Gn 6.17).

Carnero: Heb. ‫ איִ ל‬- áil, «carnero». Este vocablo, que tiene cognados en ugarítico,
egipcio y cóptico, aparece en el hebreo bíblico unas 164 veces durante todos los
períodos.

Áil se refiere a un bovino masculino o «carnero». El término aparece por vez


primera en Gn 15.9 donde Dios dice a Avram: «Tráeme una vaquilla de tres años,
una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón» (rva).
Estos animales se usaban a menudo para sacrificios (cf. Gn 22.13). Se comían (Gn
31.38) y la lana se usaba para hacer ropa (cf. 2 R 3.4). De ahí que, por su gran valor,
Iaaqov / Jacob escogiera «carneros» como parte de su ofrenda de paz a Esav (Gn
32.14).

Muchos pasajes usan áil como metáfora para hombres déspotas o poderosos: «Los
jefes de Edom se aterran; los poderosos de Moav son presas del pánico» (Éx
15.15). El rey de Babilonia deportó a los reyes de Judá, a sus príncipes y «a los
poderosos del país» (Ez 17.13). En la primera cita, el término representa a jefes, en
el sentido de líderes políticos supremos, mientras que la segunda cita parece
indicar personajes de rango inferior. Un personaje más poderoso aparece en Ez
31.11, donde Áil representa a un ser humano poderoso y de gran envergadura que
destruiría a Asiria implacablemente: «Yo lo entregaré en manos del poderoso de
las naciones, que de cierto le tratará según su maldad. Yo lo he desechado».

‫ יובֵ ל‬- Iovel, «carnero; cuerno de carnero, trompeta; año de jubileo». En arameo
tardío, fenicio y arábigo hay cognados de este vocablo. Los 27 casos del nombre
aparecen todos antes del libro de Jueces.

En primer término, este vocablo significa «cuerno de carnero», o corneta, como en


Éx 19.13 (la primera vez que se usa): «Solo podrán subir al monte cuando la
corneta suene prolongadamente» (rva; «bocina» rvr; «cuerno» bj, nbe, bla, nrv). En
Jos 6.5, «cuerno de carnero» lo compone el término hebreo para «cuerno» con
iovel como modificador.

Segundo, el vocablo significa «año de jubileo». La ley concerniente a esta


institución se encuentra en Lv 25.8–15; 27.16–25. El cincuentenario del Día de
Expiación se declararía año del jubileo. Todas las tierras debían devolverse a los
propietarios originales de la heredad, ya sean individuos o familias, aun cuando
fuesen esclavos. El valor de un terreno con miras a venderlo o dedicarlo a Dios se

1255
C

basaba en la productividad prevista antes del año de jubileo. Entre jubileos la


tierra se podía redimir según su valor productivo. La propiedad urbana, sin
embargo, se debía redimir dentro de un año de su venta o pérdida. La propiedad
levítica no estaba sujeta a estas reglas. Los israelitas que cayeran en la esclavitud
tendrían que liberarlos durante el año de jubileo o bien redimirlos en el intervalo.

Casa: Heb. ‫ ביִ ת‬- bait, «casa o edificio; hogar; familia; tierra». Este nombre tiene
cognados en casi todas las lenguas semíticas incluyendo el arameo bíblico. Hay
2.048 casos de bait en hebreo bíblico (44 en arameo), en todas las épocas.

En primer lugar, el nombre denota una estructura fija y estable hecha de algún tipo
de material. Por lo general, como «lugar permanente de habitación», se hace una
distinción entre una casa y una tienda (2 S 16.21; cf. v. 22). El vocablo puede
también denotar una casa de una sola habitación: « [Lot] les dijo: He aquí, señores
míos, venid, por favor, a la casa de vuestro siervo» (Gn 19.2). Bait se distingue
también de enramadas o chozas provisionales: «Entonces Iaaqov / Jacob se dirigió
a Sukot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado» (Gn
33.17). En Sal 132.3 el término significa «lugar de morada y vivienda» en relación
estrecha con «tienda» (literalmente «tienda de mi casa»): «No entraré en mi
morada [«la morada de mi casa» rvr; «el techo de mi casa» bj], ni subiré a mi cama»
(rva). Un caso semejante se encuentra en 1 Cr 9.23 (rva): «Así ellos y sus hijos
fueron porteros por turno en la casa de IHVH, es decir, en la casa del tabernáculo»
(literalmente «la casa tienda»).

Segundo, en muchos pasajes (sobre todo cuando este término va acompañado del
vocablo Dios) bait se refiere a un lugar de adoración o «santuario»: «Traerás lo
mejor de las primicias de tu tierra a la casa de HVH tu Dios» (Éx 23.19). En otros
pasajes este nombre tiene que ver con el templo de Dios en Jerusalén: «Contra el
muro del edificio construyó galerías alrededor de los muros del templo, es decir,
del lugar santo y del santuario interior» (1 R 6.5). A veces el término tiene esta
acepción aunque sin definirlo (cf. Ez 41.7).

Tercero, bait puede significar las habitaciones y/o alas de una casa: «Nombre el rey
oficiales en todas las provincias de su reino, para que reúnan en Susa, la capital, a
todas las jóvenes vírgenes de hermosa apariencia, en el harén» (literalmente «la
casa de las mujeres»; Est 2.3). De la misma manera, bait puede referirse al interior,
a diferencia del exterior, de una casa u otra estructura: «Hazte un arca de madera
de árbol conífero. Haz compartimentos al arca, y cúbrela con brea por dentro y por
fuera» (Gn 6.14: la primera vez que aparece el término).

Cuarto, bait a veces señala el lugar en que algo o alguien mora o descansa. Es así
como el submundo, el Sheol, se denomina «casa»: «Aunque espere, el Sheol será mi
casa; tenderé mi cama en las tinieblas» (Job 17.13 rva). La «casa eterna» es la
tumba: «El hombre se va a su morada eterna, y los que hacen duelo rondan
alrededor de la plaza» (Ec 12.5 rva). «Casa» puede también significar «lugar»
cuando se usa con «tumba», como en Neh 2.3: «Viva el rey para siempre. ¿Cómo no
estará triste mi rostro, cuando la ciudad donde están los sepulcros de mis padres
está destruida… ?» En Is 3.20 bait significa un receptáculo [«frasquito» rva, nbe;
«frasco» bla; «pomito» rvr, nrv]. En 1 R 18.32, «casas de semilla» se traduce

1256
C

«medidas» (rvr, nrv, rva), «arrobas» (bj) o «fanegas» (nbe) de «grano, semilla o
sembrado». «Casas» se llama en hebreo donde se empotran los travesaños de una
construcción: «Recubrirás de oro los tablones. Harás también de oro sus aros
[«casas»] en los cuales se han de meter los travesaños. También recubrirás de oro
los travesaños» (Éx 26.29 rva). En sentido similar, ver «los lugares [casas] de los
dos caminos» o la encrucijada de dos caminos en Pr 8.2. Una estepa o lugar
desértico lleva el nombre de «casa de bestias»: «Yo puse el Arabá como su casa, y
las tierras saladas como su morada [casa de bestias]» (Job 39.6 rva).

Quinto, bait a menudo se refiere a quienes moran en una casa, toda la familia que
vive junta: «Entra en el arca tú, y toda tu familia» (Gn 7.1). En pasajes como
Iehoshúa / Jos 7.14 el vocablo significa «familia»: «Os acercaréis, pues, mañana,
por vuestras tribus. La tribu que IHVH tome se acercará por sus clanes. El clan que
IHVH tome se acercará por sus familias [literalmente, por casa o por los que viven
bajo el mismo techo]» (rva). Con un matiz similar el término significa
«descendientes»: «Cierto hombre de la tribu [familia, rv; casa, bj] de Leví tomó por
esposa a una mujer levita» (Éx 2.1 rva). El vocablo puede referirse a la familia
extendida y aun a todos los habitantes de una localidad en particular: «Vinieron los
hombres de Judá y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá» (2 S 2.4).
Por otro lado, Gn 50.4 usa a bait con el sentido de «corte real», es decir, todos los
cortesanos de un rey: «Y pasados los días de su duelo, Iosef / José habló a los de la
casa del faraón». Se juntan las dos acepciones de «corte real» y «descendencia» en
1 S 20.16: «Así Iehonatan / Jonatán hizo un pacto con la casa de David».

En un grupo de pasajes bait significa «territorio» o «país»: «¡Lleva la corneta a tus


labios! Viene como un águila contra la casa de IHVH» (Os 8.1; 9.15; Jer 12.7; Zac
9.8).

Celar, Celo: Verbo, heb. ‫ קנא‬- qaná, «tener celos, envidia; ser celoso, apasionado».
Estos dos verbos se derivan del nombre qin’ah, que aparece 34 veces en el Tanaj.
La raíz se encuentra en varias lenguas semíticas con el significado de «ser celoso»
(arameo y etiópico). La raíz se encuentra en ugarítico o arábigo, es cuestionable si
el radical tiene el significado de «ser celoso»; en ugarítico el significado es incierto
y el significado en arábigo, «enrojeció intensamente», no se explica
etimológicamente. El verbo qana aparece en el hebreo rabínico.

A un nivel interhumano qaná tiene un sentido altamente competitivo. En su


acepción más positiva el término significa «estar lleno de celo de justicia». La Torá
/ ley permite que un marido que sospecha de su esposa de adulterio puede llevarla
a un sacerdote que le administra una prueba de verificación. Fueran o no fundadas
sus acusaciones, el marido tendría un medio legítimo de asegurarse de la verdad.
Se dice de él que «un espíritu de celos» le ha sobrevenido porque se siente «celoso»
de su mujer (Nm 5.30). Sin embargo, aun en este contexto (Nm 5.12–31), los
«celos» provienen de un espíritu de rivalidad que no puede tolerarse en una
relación conyugal. Los celos deben aclararse mediante una vía establecida por la
Torá/ley y administrarse por kohanim/sacerdotes. Por lo tanto, el significado
esencial de qana es la defensa de los derechos propios en exclusión de los derechos
de los demás: «Efraím no tendrá más celos de Iehudá/Judá, ni Iehudá hostilizará a
Efraím» (Is 11.13 rva). Shaúl intentó asesinar el enclave gabaonita «debido a su

1257
C

celo por los hijos de Israel y de Judá» (2 S 21.2). El término también significa una
actitud de envidia de un rival. Rajel, en su estado de esterilidad, «tuvo envidia de su
hermana» (Gn 30.1) y bajo ese estado se acercó a Iaaqov/Jacob: « ¡Dame hijos; o si
no, me muero!» Los filisteos envidiaron a Itzjaq/Isaac por la multitud de sus
rebaños y ganado (Gn 26.14).

Encontramos en el Tanaj una severa advertencia en cuanto a sentir envidia de los


pecadores, que tal vez prosperen y sean fuertes, pero desaparecerán mañana: «No
envidies al hombre violento, ni escojas ninguno de sus caminos» (Pr 3.31 rva; cf.
Sal 37.1).

En cuanto a las relaciones de seres humanos con Dios, el celo tiene un alcance más
positivo; connota la promoción de Dios y de su gloria por encima de cualquier
sustituto. La tribu de Leví obtuvo el derecho de servir porque «tuvo celo por su
Dios» (Nm 25.13). Eliyáh/Elías pensó que era el único siervo fiel que quedaba en
Israel: «He sentido un vivo celo por IHVH Dios de los Ejércitos, porque los hijos de
Israel han abandonado tu pacto» (1 R 19.10). No obstante, el sentido de qana es
«poner celoso» o «provocar a ira»: «Le provocaron a celos con dioses ajenos; le
enojaron con abominaciones» (Dt 32.16).

La connotación negativa del verbo no contamina a Dios. Su santidad no tolera


competencia ni a los que pecan contra Él. En ningún pasaje de todo el Tanaj se dice
que Dios siente envidia. Aun en los pasajes donde el adjetivo «celoso» se usa, es
más apropiado no entenderlo como envidia. Cuando Dios es el sujeto del verbo
qana, significa «ser celoso» en sentido positivo y la preposición le («a, por»)
precede al objeto: su santo nombre (Ez 39.25); su tierra (Jl 2.18); y su heredad (Zac
1.14). Cf. Zac 8.2: «Así ha dicho IHVH de los Ejércitos: Yo tuve un gran celo por
Sion; con gran enojo tuve celo por ella».

En la Septuaginta, el término celos («celo, ardor, celos») revela las acepciones


hebreas, así como los términos en castellano (al contrario del inglés en que los
términos se confunden).

Nombre: Heb. ‫ קִ נְ אה‬- qin’áh, «ardor; celo; celos, envidia». El nombre aparece 43
veces en el hebreo del Tanaj. Deuteronomio 29.20 es un ejemplo: «IHVH no estará
dispuesto a perdonarle, sino que subirán entonces cual humo el furor y el celo de
IHVH contra ese hombre» (rva).

Adjetivo: Heb. ‫ קנא‬- qaná, «celoso». Este adjetivo aparece 6 veces en el Tanaj. El
término se refiere directamente a los atributos divinos de justicia y santidad,
puesto que Él es el único objeto de la adoración humana y no tolera los pecados de
la humanidad. Encontramos un ejemplo en Éx 20.5: «Porque yo soy IHVH tu Dios,
un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera
y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen».

El adjetivo qano también significa «celoso». El vocablo aparece solo dos veces con
implicaciones semejantes a qaná. Iehoshúa / Josué 24.19 es un ejemplo: «Entonces
Iehoshúa / Josué dijo al pueblo: No podréis servir a , porque IHVH Él es un Dios

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santo y un Dios celoso. Él no soportará vuestras rebeliones ni vuestros pecados»


(rva). El otro ejemplo de qano está en Nah 1.2.

Cielos: Heb. ‫שמיִ ם‬ - shamaim, «cielos; cielo, bóveda celeste». La forma plural
de ‫“ שמיִ ם‬Shamaim” (cielos) se debe, según el comentarista Seforno, a la visión
equidistante que ha tenido el ser humano desde la primera vez que ha elevado sus
ojos hacia los cielos desde cualquier punto del planeta, por el hecho de circundar
los mismos al globo terráqueo.

Según ‘el comentarista Rashí la palabra ‫¨ שמיִ ם‬Shamaim¨ sería, (basándose en el


Midrash) una contracción de la palabras ‫“ אש‬Esh” (fuego) y ‫“ מים‬Maim” (aguas).

Por último, la forma plural de la palabra “Shamaim” condiciona a los verbos que la
suceden, como vemos por ejemplo en: I Reyes 8.27 y Salmos 148.4.

Circuncidar: Heb. ‫ מול‬- Mul «circuncidar, cortar». Este verbo aparece más de 30
veces en el Tanaj. Su uso continúa en el hebreo rabínico y moderno. Sin embargo, el
verbo «cortar» no se encuentra en otras lenguas semíticas.

La mayoría de los casos en el Tanaj están en Jumash (Torá, Pentateuco) (20 veces)
y Iehoshúa / Josué (8). Milá aparece con mayor frecuencia en Bereshit / Génesis
(17 veces, con 11 de estas solamente en Génesis 17) y Iehoshúa / Josué (8 veces).
Muel aparece en 3 de las 7 formas de verbos y en varias que son poco comunes. No
tiene derivados a no ser mulót en Éx 4.26: «Ella había dicho «esposo de sangre» a
causa de la circuncisión» (rva).

Dios introdujo el acto físico de circuncisión como señal del pacto avrahámico:
«Este será mi pacto entre yo y vosotros… y tus descendientes después de ti: Todo
varón de entre vosotros será circuncidado. Circuncidaréis vuestros prepucios, y
esto será la señal del pacto entre yo y vosotros» (Gn 17.10–11 rva). El «corte» del
prepucio del varón era permanente y, como tal, serviría de recordatorio de la
perpetuidad de la relación mediada por el pacto. Se insta a Israel a «circuncidar»
fielmente a todos los varones; todo varón recién nacido debía «circuncidarse» en el
octavo día (Gn 17.12; Lv 12.3). No solamente se «circuncidaron» los descendientes
sanguíneos de Avraham, sino también sus siervos, esclavos y extranjeros que
moraban dentro de la comunidad del pacto (Gn 17.13–14).

Este acto especial de circuncisión era una señal de la promesa gratuita de Dios. Con
esta promesa y las relaciones del pacto, Dios esperaba que su pueblo cumpliera,
con gozo y de buena gana, sus expectativas, y así demostrara el reinado divino
sobre la tierra. Varios autores bíblicos usan el verbo «circuncidar» para describir
las actitudes del «corazón». La «circuncisión» del cuerpo es una señal física del
compromiso con Dios. Deuteronomio en particular tiene una afinidad hacia el uso
espiritual de «circuncidar»: «Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y
no endurezcáis más vuestra cerviz» (Dt 10.16; cf. 30.6). Irmiá / Jeremías adopta el
mismo lenguaje: «Circuncidaos para IHVH; quitad el prepucio de vuestro corazón,
oh hombres de Judá… por la maldad de vuestras obras» (Jer 4.4 rva).

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Son pocas las veces en que el verbo se aparta de los usos físico y espiritual de
«circuncidar». Mul en el libro de Salmos significa «cortar, destruir; circuncidar»:
«Todas las naciones me rodearon; en el nombre de IHVH yo las destruiré» (Sal
118.10 rva; «yo los romperé» rv; cf. vv. 11–12).

El verbo se traduce como peritemno en la Septuaginta. El verbo y el nombre


peritome se usan para el sentido físico y el espiritual.

En las versiones en castellano, el verbo se representa como «circuncidar», «cortar»,


«cercenar», «destruir», «destrozar», «rechazar» (rv, bj, bla, nbe).

Clamar: Heb. ‫ צעק‬- tz’aq, «gritar, clamar, llamar». Este vocablo, que está presente
tanto en el hebreo bíblico como en el moderno, tiene el sentido de «gritar,
vociferar». El término es casi paralelo al vocablo de sonido muy similar, sha’aq, que
también se traduce como «clamar». El verbo tz’aq se encuentra unas 55 veces en
Tanaj y aparece por primera vez en Gn 4.10: «La voz de la sangre de tu hermano
clama a mí desde la tierra».

A menudo se usa este término con el sentido de «grito de auxilio». A veces es el ser
humano que «clama» a otro ser humano: «El pueblo clamaba al faraón por
alimentos» (Gn 41.55). Con mayor frecuencia es el ser humano que «clama» a Dios
por ayuda: «Entonces los hijos de Israel temieron muchísimo y clamaron a IHVH»
(Éx 14.10 rva). Los profetas siempre se refieren con sarcasmo a los que adoran
ídolos: «Aunque alguien le invoque, no responde» (Is 46.7). El mismo término se
usa a menudo para expresar «angustia» o «necesidad»: «Esav… profirió un grito
fuerte y muy amargo» (Gn 27.34).

Tz’aq, «gritar, clamar, llamar». Este término está diseminado a lo largo de toda la
historia de la lengua hebrea, incluyendo el hebreo moderno. Se encuentra
alrededor de 70 veces en el Tanaj. Por primera vez aparece en el relato del
sufrimiento durante el cautiverio israelita en Egipto: «Los hijos de Israel gemían a
causa de la esclavitud y clamaron a Dios» (Éx 2.23).

Tz’aq es tal vez el vocablo más usado para indicar un «grito de auxilio» por una
emergencia, especialmente «clamar» por ayuda divina. Dios a menudo escuchó
este «clamor» en el tiempo de los jueces, cuando Israel se encontraba en
problemas debido a su desobediencia (Jue 3.9, 15; 6.7; 10.10). El vocablo también
se usa en súplicas encaminadas a dioses paganos (Jue 10.14; Jer 11.12; Jn 1.5). Que
tz’aq significa más que un volumen normal de comunicación, lo indica la forma de
apelar al rey (2 S 19.28).

El término puede connotar un «grito» de angustia (1 S 4.13), un «grito» de horror


(1 S 5.10) o de tristeza (2 S 13.19). En sentido figurado, se dice de una casa que se
ha edificado con «injusta ganancia», que «la piedra clamará desde el muro» (Hab
2.9–11).

Codo: Heb. ‫ אמה‬- amáh, «codo, medida lineal». El término tiene cognados en
acádico, ugarítico y arameo. Se encuentra unas 245 veces en todos los períodos del
hebreo bíblico, pero en particular en Shemot/Éx 25-27; 37-38 (las medidas del

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C

tabernáculo); 1 R 6-7 (medidas del templo y palacio de Shelomo/Salomón); y Ez


40-43 (medidas del templo de Iejezqel / Ezequiel).

Hay un pasaje en que amáh significa «pivote» (gozne): «Los quicios de las puertas
se estremecieron con la voz del que clamaba» (Is 6.4 rv-95).

En casi todos los demás casos, el vocablo significa «codo», la unidad primaria de
medida lineal en el Tanaj. Algunos estudiosos mantienen que el sistema israelita de
medición lineal estaba fundamentalmente basado en el egipcio. Tomando en
cuenta la historia de Israel, esta es una posición razonable. En términos generales,
un «codo» era la distancia entre el codo (del brazo humano) hasta la punta del
dedo del medio. Puesto que esta distancia variaba de individuo en individuo, el
«codo» era una medida un tanto imprecisa. Sin embargo, la primera vez que
aparece amáh (Gn 6.15) tiene que ver con las medidas del arca de Noé, lo cual
sugiere que el término se refiere a una medida más exacta que el «codo» común y
corriente.

En Egipto existía un «codo» oficial. Para ser exactos, había tanto un «codo» más
corto (45 cm) como uno más largo (53 cm). La inscripción de Siloé declara que el
acueducto de Siloé medía 1.200 codos. Si dividimos su longitud en metros (533,45)
por esta medida, podemos deducir que ya para la época de Ezequías (cf. 2 Cr 32.4)
el «codo» medía aproximadamente 44, 5 cm, a saber el «codo» más corto. Ezequiel
probablemente usó el «codo» babilónico en su descripción del templo. El «codo»
egipcio más corto medía apenas unos 8 cm menos que el «codo» más largo,
mientras que el «codo» babilónico corto medía más o menos 80% (el ancho de una
mano) del «codo» real u oficial: «He aquí que por fuera y alrededor del templo
había un muro. En la mano del hombre había una caña para medir, la cual tenía 6
codos (de un codo regular más un palmo menor)» (Ez 40.5 rva). En otras palabras,
su anchura era siete palmos en lugar de seis.

Compasión, Misericordia: Heb. verbo ‫ רחם‬- rajam, «tener compasión, ser


misericordioso, sentir lástima». Las palabras que se derivan de esta raíz se
encuentran 125 veces en todas partes del Tanaj. El radical también se halla en
asirio, acádico, etiópico y arameo.

Una vez el verbo se traduce «amor»: «Te amo, oh IHVH» (Sal 18.1). Rajam también
se encuentra en la promesa que Dios hace a Moshé / Moisés de declararle su
nombre: «Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre
de IHVH delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré
clemente para con el que seré clemente» (Éx 33.19). Por eso oramos: «Acuérdate,
oh IHVH, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas» (Sal 25.6); y
también Ieshaiá / Isaías profetiza la restauración mesiánica: «Con gran compasión
te recogeré… pero con misericordia eterna me compadeceré de ti, dice tu Redentor
IHVH» (Is 54.7–8 rva).

Nombre: Heb. ‫ רחם‬- réjem, «entrañas; misericordia». El primer uso de réjem es


con su significado principal de «vientre»: «Porque IHVH había cerrado por
completo toda matriz en la casa de Avimelej a causa de Sará, mujer de Avraham»
(Gn 20.18). En otro sentido metafórico, 1 R 3.26 dice: «Sus entrañas se

1261
C

conmovieron por su hijo» (rv). Una traducción más idiomática sería: la madre se
sintió «conmovida por la suerte que iba a correr su hijo» (bla). A decir verdad, la
gran mayoría de los casos son referencias metafóricas a un «tierno amor» como el
que siente una madre por el hijo que ha parido.

Heb. ‫ רח ֲִמים‬- Rájamim, «entrañas; misericordia; compasión». Este nombre, que


siempre se usa en el plural intensivo, aparece en Bereshit/Gn 43.14: «Que el Dios
Todopoderoso os conceda hallar misericordia». En Bereshit/Gn 43.30 el término
se usa con referencia a los sentimientos de Iosef/José hacia Biniamín: «Se
conmovió profundamente a causa de su hermano». Rájamim se usa con mayor
frecuencia acerca de Dios, como lo hace David en 2 S 24.14: «Caigamos en mano de
IHVH, porque grande es su misericordia». Encontramos el término arameo
equivalente en la plegaria de Daniel para que sus amigos implorasen misericordia
del Dios de los cielos con respecto a este misterio (Dn 2.18).

La versión griega del rajam del Tanaj consiste principalmente de tres grupos de
vocablos que se ven en los KeTeR (Nuevo Testamento). Eleos, el más importante,
se usa para traducir varios términos hebraicos. La canción de Miriam/María nos
recuerda la promesa de Sal 103.11, 17, donde se emplea eleos para traducir rejem
y jesed como «misericordia»: «Su misericordia es de generación en generación,
para con los que le temen» (Lc 1.50). Rájem está quizás detrás de la plegaria a
menudo oída: « ¡Ten misericordia de nosotros, hijo de David!» (Mt 9.27).

Adjetivo: Heb. ‫ רחום‬- rájum, «compasivo; misericordioso». Este adjetivo aparece


en la importante proclamación del nombre de Dios a Moshé/Moisés: «IHVH, IHVH,
Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad»
(Éx 34.6 rva).

Confesar: Heb. ‫ ידה‬- iadáh, «confesar, alabar, agradecer». Esta raíz, que muchas
veces la rvr traduce «confesar» o «confesión», a menudo tiene también la acepción
de «alabar» o «dar gracias». A primera vista, estos significados no parecen tener
ninguna relación. Pero, si ahondamos un poco más nos daremos cuenta de que
estos significados se interpretan mutuamente.

Los significados de iadáh coinciden en parte con varios vocablos hebreos que
significan «alabanza», como es el caso con halal (del cual proviene aleluiáh). A
veces, los objetos de iadáh son seres humanos, pero es mucho más común que el
objeto sea Dios.

El contexto suele ser la adoración pública en la que los adoradores afirman y


renuevan su relación con Dios. El sujeto no es, en primera instancia, el individuo
aislado, sino la congregación. Particularmente en los himnos y acciones de gracias
de los Salmos es evidente que iadáh es un recuento y consiguiente acción de
gracias a IHVH por sus grandes obras de salvación.

La afirmación o confesión de la inmerecida bondad de Dios dramatiza la indignidad


del ser humano. De ahí que una confesión de pecado puede articularse con el
mismo aliento que una confesión de emuná (fe) o expresión de alabanza y gratitud.

1262
C

Esta confesión no es un catálogo moralista y autobiográfico de pecados cometidos


(infracciones individuales de un código legal), sino más bien una confesión de la
pecaminosidad fundamental en que toda la humanidad está sumergida,
separándonos de un Dios santo. Aun por sus juicios, que despiertan en nosotros
arrepentimiento, Dios debe ser alabado (p. ej. Sal 51.4). Así que nadie debe
sorprenderse de encontrar alabanzas en contextos penitenciales y viceversa (1 R
8.33ss; Neh 9.2ss; Dn 9.4ss). Si la alabanza inevitablemente trae consigo la
confesión de pecado, lo contrario también es cierto. La palabra segura de perdón
provoca la alabanza y acción de gracias del confesante. Estas expresiones brotan
casi automáticamente del nuevo ser de la persona arrepentida.

A menudo el objeto directo de iadáh es el «nombre» de IHVH (p. ej., Sal 105.1; Is
12.4; 1 Cr 16.8). En un sentido, esta expresión sencillamente es sinónima de alabar
a IHVH. Sin embargo, hay otro sentido en que ello introduce toda la dimensión de
lo que el «nombre» evoca en el lenguaje bíblico. Nos hace recordar que una
humanidad pecaminosa no puede aproximarse a un Dios santo. Únicamente lo
podrá hacer por su «nombre. Dios se revela solo en su «nombre» y particularmente
en el santuario que Él ha escogido para «poner en él su nombre» (una frase que es
muy frecuente, sobre todo en Deuteronomio).

El panorama de iadáh se extiende tanto vertical como horizontal; verticalmente


hasta abarcar a toda la creación y extendiéndose horizontalmente en el tiempo
hasta aquel día en que la adoración y la acción de gracias serán eternas (p. ej. Sal
29; 95.10; 96.7–9; 103.19–22).

Congregación: Heb. ‫ עֵ דח‬- edáh «congregación». Etimológicamente, este vocablo


significaría una «congregación de personas» reunidas con algún propósito. Se
asemeja en esto a los términos griegos synagoge y ekklesia, de los cuales provienen
«sinagoga» e «iglesia». En uso corriente, edáh se refiere a un «grupo de personas».
Aparece 140 veces en el Tanaj, con mayor frecuencia en el libro de Bemidbar/
Números. Aparece por primera vez en Shemot/Éx 12.3, donde el término es un
sinónimo de qahal, «asamblea».

La acepción más generalizada de edáh es «grupo», ya sea de animales (un


enjambre de abejas [Jue 14.8], una manada de toros [Sal 68.30], una bandada de
aves [Os 7.12]) o de personas, por ejemplo de justos (Sal 1.5), malhechores (Sal
22.16) y de naciones (Sal 7.7).

Las menciones más frecuentes son de la «congregación de Israel» (9 veces), «la


congregación de los hijos de Israel» (26 veces), «la congregación» (24 veces) o
«toda la congregación» (30 veces). Moshé / Moisés colocó a ancianos (Lv 4.15),
cabezas de familia (Nm 31.26) y príncipes (Nm 16.2; 31.13; 32.2) sobre la
«congregación» con el fin de ayudarle con un gobierno justo. La Septuaginta
traduce el término como synagoge («lugar de asamblea»). La rv, en sus varias
revisiones, lo traduce como «concurso» y «congregación»; otras versiones usan los
términos «asamblea» (bj, nbe), «comunidad» (bla) y «pueblo» (lvp).

Conocer, Saber: Heb. ‫ נכר‬- nakar, «conocer, considerar, reconocer, atender». Este
verbo, que se encuentra tanto en hebreo moderno como antiguo, aparece

1263
C

aproximadamente 50 veces en el Tanaj. La primera vez es en Gn 27.23: «No lo


reconoció» (lba).

El significado básico del término tiene que ver con percepción mediante la vista, el
tacto o el oído. A veces la oscuridad hace imposible el reconocimiento (Rt 3.14). A
menudo se reconocen a las personas por sus voces (Jue 18.3). Nakar a veces tiene
la acepción de «prestar atención a»; es una forma especial de reconocimiento:
« ¡Bendito sea el que se haya fijado en ti!» (Rt 2.19 rva).

El verbo puede significar «reconocer» una especie de percepción intelectual: «Ni su


lugar lo volverá a reconocer» (Job 7.10 rva; cf. Sal 103.16). El sentido «distinguir»
se encuentra en Ezrá / Esd 3.13: «Y por causa del griterío, el pueblo no podía
distinguir la voz de los gritos de alegría de la voz del llanto del pueblo» (rva).

Ieda: Heb. ‫ ידע‬- «saber, entender, comprender, conocer». Este verbo aparece en
ugarítico, acádico, fenicio, arábigo (infrecuentemente) y en hebreo en todos los
períodos. En el Tanaj, el vocablo aparece unas 1.040 veces (995 en hebreo y 47 en
arameo).

En esencia, ieda significa: (1) saber por observación y reflexión, y (2) saber por
experiencia. Un ejemplo de la primera acepción sería Gn 8.11, donde Noaj / Noé
«entendió o comprendió » que las aguas habían disminuido después de ver la hoja
de olivo en el pico de la paloma; lo «supo» después de observar y reflexionar sobre
lo que había visto. En efecto, no vio ni experimentó personalmente que las aguas
habían menguado. En contraste con este «saber» que es fruto de la reflexión,
encontramos el «saber» que viene de la experiencia con los cinco sentidos, de
examinar y demostrar, de reflexionar y considerar (saber de primera mano). Por
tanto ieda se usa como un paralelismo sinónimo de «oír» (Éx 3.7), «ver» (Gn
18.21), «percibir» y «ver» (Job 28.7). Iosef/José informó a sus hermanos que uno
de ellos tendría que permanecer en Egipto para que él pudiera «saber» si ellos eran
o no hombres honrados (Gn 42.33). En el huerto de Edén, a Adám y Javá/Eva se les
prohibió comer del árbol cuyo fruto les daría la experiencia del mal y, por ende, el
conocimiento del bien y del mal. Por lo general, el corazón juega un papel
importante en «saber» (comprender). Debido a que experimentaron la presencia
sustentadora de Dios durante su peregrinaje en el desierto, los israelitas
«comprendieron» en sus corazones que Dios les estaba disciplinando y cuidando
como un padre vela por un hijo (Dt 8.5). Un corazón desviado puede estorbar esta
comprensión (Sal 95.10).

Hay un tercer significado que apunta al tipo de «saber» que uno aprende y puede
expresar. Por ejemplo, Qaín dijo que no «sabía» que era guarda de su hermano (Gn
4.9) y Avram le dijo a Sarai que «reconocía» que ella era una mujer hermosa (Gn
12.11 rva). Uno puede llegar a «saber» cuando se lo cuentan, en Lv 5.1 un testigo
ve o de alguna manera «sabe» (porque se lo contaron). En esta acepción «saber»
tiene un sentido paralelo a «reconocer» (Dt 33.9) y «aprender» (Dt 31 12–13). De
ahí que los niños pequeños que aún no saben hablar no «distinguen» (rva;
«conocen» lba; «saben» rv) el bien y el mal (Dt 1.39), porque no lo han aprendido
de modo que lo puedan comunicar a otros. En otras palabras, su conocimiento no
es tal como para distinguir entre el bien y el mal.

1264
C

Además del «saber» esencialmente cognoscitivo ya discutido, el verbo tiene un


lado que es puramente empírico. El que «sabe» se involucra con (o en) el objeto de
este «saber». Este es el caso de Potifar que «no se preocupaba de nada» (lba)
(literalmente no «sabía de nada» (rv) acerca de lo que había en su casa (Gn 39.6),
no tenía contacto personal con ello. En Gn 4.1, cuando Adám «conoce» [iadá] a
Javá/Eva, es porque también ha tenido un contacto directo o relación sexual con
ella. En Bereshit/Gn 18.19 Dios dice que «conoce» (rv) a Avraham; se preocupa por
él en el sentido de haberle escogido de entre otros hombres y se aseguró de que
ciertas cosas le sucedieran. Lo que se subraya es que Dios le «conoce» íntima y
personalmente. Por cierto, este es un concepto paralelo a «santificar» (cf. Jer 1.5).
De modo similar, el término se usa para connotar la relación de Dios con Israel
como nación escogida o elegida (Am 3.2 rva).

Ieda, en su radical intensivo y causativo, se usa para expresar un concepto


particular de revelación.

Dios no se dio a conocer por su nombre IHVH a Avraham, Itzjaq/Isaac y Iaaqov/


Jacob, aunque sí les reveló [el contenido de] este nombre mostrándoles que era el
Dios del pacto. No obstante, el pacto no se cumplió (no poseyeron la tierra
prometida) sino hasta el tiempo de Moshé/Moisés. La declaración en Shemot/Éx
6.3 sugiere que desde ahora Él se revelaría por «su nombre»; los guiaría hasta
poseer la tierra. Dios se da a conocer mediante hechos de revelación, por ejemplo,
ejecutando juicio contra los impíos (Sal 9.16) y liberando a su pueblo (Is 66.14).
También se revela a través de la palabra hablada, por ejemplo, los mandamientos
que dio a través de Moshé/Moisés (Ez 20.11) por las promesas como las que dio a
David (2 S 7.21). Dios así revela su persona por la ley y la promesa.

«Conocer a Dios» es tener un íntimo conocimiento práctico de Él. Es así que Faraón
niega conocer a IHVH (Éx 5.2) y rehúsa reconocer su autoridad sobre él. En sentido
positivo, «conocer» a Dios es lo mismo que temer (1 R 8.43), servir (1 Cr 28.9) y
confiar (Is 43.10).

Nombre: Heb. ‫ דעת‬- Da’at: «conocimiento». Varios nombres se derivan de iadá> y


el más frecuente es da’at, que aparece 90 veces en el Tanaj. Un ejemplo está en
Bereshit/Gn 2.9: «El árbol del conocimiento del bien y del mal» (rva). El vocablo
también aparece en Shemot/Éx 31.3.

Participio: Heb. ‫ מדוע‬- Madu’a: «por qué». Este término, que aparece 72 veces, está
relacionado con el verbo iadá. Shemot / Éxodo 1.18 es un ejemplo: « ¿Por qué
habéis hecho esto de dejar con vida a los niños varones?»

Corazón: Heb. ‫ לֵב‬- lev, «corazón; mente; en medio de». Lev y su sinónimo levab
aparecen 860 veces en el Tanaj. La Torá, los profetas y los salmos hablan a menudo
acerca del «corazón». La raíz aparece también en acádico, asirio, egipcio, ugarítico,
arameo, arábigo y en el hebraico postanajico. Los nombres arameos
correspondientes aparecen siete veces en el libro de Daniel.

1265
C

La primera vez que aparece «corazón» es en relación con seres humanos, en


Bereshit/Gn 6.5: «Y vio IHVH que la maldad de los hombres era mucha en la tierra,
y que todo designio de los pensamientos del corazón era de ellos era de continuo
solamente el mal». En Bereshit/Gn 6.6 leb se usa en relación con Dios: «Y se
entristeció IHVH de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón».

«Corazón» puede referirse al órgano del cuerpo: «Y llevará Aharón/Aarón los


nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón» (Éx
28.29); «Ioav/Joab… tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de
Absalón» (2 S 18.14); «Mi corazón está acongojado» (Sal 38.10).

Lev también puede referirse al interior («en medio») de algo: «Se cuajaron los
abismos en el corazón del mar» (Éx 15.8 lba); «El monte ardía con fuego hasta el
corazón de los cielos» (Dt 4.11 rva); «Serás como el que yace en medio del mar»
(Pr 23.34).

Levab puede señalar el fuero interno, en contraste con lo externo, como en Dt


30.14: «Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que
la cumplas» (cf. Jl 2.13); «El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
IHVH mira el corazón» (1 S 16.7). A menudo lebab y «alma» se usan juntos para
mayor énfasis, como en 2 Cr 15.12: «E hicieron pacto para buscar al Señor, Dios de
sus padres, con todo su corazón y con toda su alma» (lba; cf. 2 Cr 15.15). Nefesh
(«alma»; vida; ser) se traduce varias veces como «corazón» en la rv. En cada caso,
connota el «fuero interno» («hombre interior»): «Porque cuál es su pensamiento
en su corazón [nefesh]), tal es él» (Pr 23.7; «en su alma» rv; «en su mente» rva;
«íntimos» rv-95; «dentro de sí» lba; «en sí mismo» LBL).

Lev puede referirse a la persona o a su personalidad: «Entonces Avraham se postró


sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón» (Gn 17.17 rva); también, «mi
corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia» (Ec 1.16). Lev se usa además en
este sentido en cuanto a Dios: «Os daré pastores según mi corazón» (Jer 3.15).

«Corazón» puede connotar la fuente de deseo, inclinación o voluntad: «El corazón


de Faraón es terco» (Éx 7.14 lba); «todo aquel que sea de corazón generoso,
traiga… ofrenda al Señor» (Éx 35.5 lba; cf. vv. 21, 29); «Te alabaré, oh IHVH, Dios
mío, con todo mi corazón» (Sal 86.12). Lev se usa también cuando Dios se expresa:
«Ciertamente los plantaré en esta tierra, con todo mi corazón y con toda mi alma»
(Jer 32.41 lba). Cuando dos personas están de acuerdo se dice que sus «corazones»
están bien el uno con el otro: «¿Es recto tu corazón, como mi corazón es recto con
tu corazón?» (2 R 10.15 rva). En 2 Cr 24.4 (rv), «Ioash/Joas tuvo voluntad de
reparar la casa de IHVH» (en heb.: «tuvo en su corazón»).

El «corazón» se tiene como el centro de las emociones: «Amarás a IHVH tu Dios de


todo tu corazón» (Dt 6.5); «Al verte, [Aharón] se alegrará en su corazón» (Éx 4.14;
cf. 1 S 2.1). De la misma suerte hay corazones «alegres» (Jue 16.25), corazones
«temerosos» (Is 35.4) y corazones que «tiemblan» (1 S 4.13).

El «corazón» se tiene como el centro del conocimiento y de la sabiduría y como


sinónimo de «mente». Esta acepción aparece a menudo cuando los verbos

1266
C

«conocer» y «saber» acompañan a «corazón»: «Reconoce asimismo en tu corazón»


(Dt 8.5); y «Pero hasta hoy IHVH no os ha dado corazón para entender» (Dt 29.4).
Salomón oró: «Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y
para discernir entre lo bueno y lo malo» (1 R 3.9; cf. 4.29). La memoria es una
actividad del «corazón», como en Iov/Job 22.22: «Pon sus palabras en tu corazón».

El «corazón» se tiene como el centro de la conciencia y del carácter moral. ¿Cómo


responde uno a la revelación de Dios y del mundo que nos rodea? Iov/Job
responde: «No me reprochará mi corazón en todos mis días» (27.6). Lo contrario
aparece con David al que «le pesó en su corazón» (2 S 24.10 lba). El «corazón» es la
fuente de las acciones del ser humano: «En la integridad de mi corazón y con
manos inocentes yo he hecho esto» (Gn 20.5 lba; cf. v. 6). David anduvo «con
rectitud de corazón» (1 R 3.6); y Ezequías «con corazón íntegro» delante de Dios
(Is 38.3). Únicamente la persona «de manos limpias y corazón puro» (Sal 24.4 lba)
puede estar en la presencia de Dios.

Lev puede referirse al centro de la rebelión y del orgullo. Dijo Dios: «Porque la
intención del corazón del hombre es mala desde su juventud» (Gn 8.21 lba). Tiro es
como todo ser humano: «Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de
ser hombre y no Dios, dijiste: «Yo soy un dios… »» (Ez 28.2 rva). Todos llegan a ser
como Judá cuyo pecado «está grabado en la tabla de su corazón» (Jer 17.1).

Dios controla el «corazón». Por su «corazón» natural, la única esperanza del ser
humano está en la promesa de Dios: «Os daré corazón nuevo… y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ez 36.26). Por esto el
pecador ora: «Crea en mí, oh Dios, un corazón puro» (Sal 51.10); y «Afirma mi
corazón para que tema tu nombre» (Sal 86.11). También, como dice David: «Yo sé,
oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud» (1 Cr 29.17).
Por tanto, el pueblo de Dios busca su aprobación: «Escudriña mi mente y mi
corazón» (Sal 26.2). El «corazón» simboliza el fuero interno del ser humano, su
propia persona. Como tal, es la fuente de todo lo que hace (Pr 4.4). Todos sus
pensamientos, deseos, palabras y acciones fluyen desde lo más profundo de su ser.
Con todo, ninguna persona logra entender su propio «corazón» (Jer 17.9). Al seguir
el ser humano su propio camino, su «corazón» se endurece cada vez más. Pero Dios
circuncidará (recortará la inmundicia) del «corazón» de su pueblo, para que le
amen y obedezcan con todo su ser (Dt 30.6).

Adverbio: Heb. ‫ לֵב‬- Lev, «tiernamente; amistosamente; confortablemente». Lev se


usa como adverbio en Gn 34.3: «Pero se sintió ligado a Dina… se enamoró de la
joven y habló al corazón de ella» (rva; «le habló tiernamente lba»). En Rt 2.13, «al
corazón» (rv, rva, nrv) significa «amistosamente» o «bondadosamente»: «Has
hablado con bondad a tu sierva». El vocablo significa «confortablemente» en 2 Cr
30.22 y en Is 40.2.

Cordero: Heb. ‫ כבש‬- keves, «cordero; cabrito; chivito». El cognado acádico de este
nombre significa «cordero», mientras que el cognado arábigo quiere decir
«carnero joven». El término aparece 107 veces en el hebreo veterotestamentario y
sobre todo en el Jumash/Torá, Pentateuco.

1267
D

El keves es un «corderito» que casi siempre sirve para fines sacrificiales. La


primera vez que se usa en Shemot / Éxodo tiene que ver con Pesaj: «El cordero
será sin defecto, macho de un año; tomaréis un cordero o un cabrito» (Éx 12.5 rva).
El vocablo gedé, «chivito», es un sinónimo de keves: «Entonces el lobo habitará con
el cordero [keves], y el leopardo se recostará con el cabrito [gedé]. El ternero y el
cachorro del león crecerán juntos, y un niño pequeño los conducirá» (Is 11.6 rva).
La traducción tradicional de «cordero» no deja en claro su género. En hebreo el
término keves es maculino, mientras que el femenino es kivsah, «cordera»; véase
Gn 21.28: «Entonces puso Avraham siete corderas del rebaño aparte».

En la Septuaginta encontramos las siguientes traducciones: amnos («cordero»),


probaton («oveja») y arnos («cordero»). Las diferentes versiones de la rv se valen
de los dos sentidos: «cordero; oveja».

Crear: Heb. ‫ בָ ָ ֵ֣רא‬-bará. El verbo bará, tiene tres acepciones en el idioma hebreo de
acuerdo al Diccionario Gramático de Rabí David Kimhi (Radak).

A) Creación atribuída en el Tanaj exclusivamente a la creación por D’s, o sea la


creación ex-Nihilo, a partir de la nada. En hebreo Iesh-Meain - ‫מאיןַיש‬

B) Albedrío y elección

C) Talar y destruir

Por eso dice Abarbanel: “Yo digo que el verbo Bará debe tomarse aquí de acuerdo a
la acepción primera, es decir la existencia y la creación a partir de la nada y no hay
que aceptar otro significado para este verbo.”

El mismo criterio semántico había ya adoptado Maimónides en el siglo XII respecto


al verbo “Bará”. De aquí deriva el atributo de D’s acuñado por los sabios de la
Tradición Oral “Ha-Boré - Itbaraj”, El Creador que sea Bendecido.” (Véase: los trece
principios de la fé judaica, enunciados por Maimónides).

Derramar: Heb. ‫ יצק‬- Iatzaq, «verter, derramar, fundir, fluir». Un término de uso
común durante toda la historia de la lengua hebrea, se encuentra en el antiguo
ugarítico. Iatzaq aparece en el Tanaj un poco más de 50 veces. El vocablo aparece
por primera vez en Gn 28.18, donde se dice que, después que Iaaqov / Jacob
durmió en Bet-El con la cabeza recostada sobre una piedra, «derramó aceite sobre
ella». Veinte años después vuelve a «derramar» aceite sobre un «pilar» de piedra
en Betel al regresar a casa (Gn 35.14 lba). La idea que se expresa en estos dos casos
y en otros (Lv 8.12; 21.10) es ungir con aceite. Este no es el vocablo que
generalmente se traduce «ungir». (El término corriente para «ungir» es mashaj, del
cual proviene la palabra «mesías».)

Muchas cosas pueden «verterse», tales como el aceite de sacrificio (Lv 2.1), el agua
para lavar (2 R 3.11) y potaje para comer (2 R 4.41). Se usa el verbo para expresar
la idea de «verter» o «fundir» metales (Éx 25.12; 26.37; 1 R 7.46). El concepto de

1268
D

«derramar» se encuentra en Sal 41.8: «Algo abominable se ha derramado sobre él.


El que cayó en la cama, no se volverá a levantar» (rva). El contexto al parecer
sugiere inocular una enfermedad, como lo interpreta la rv: «Cosa pestilencial de él
se ha apoderado».

Shafaj Heb. ‫« שפך‬derramar, verter». Este es un verbo semítico común que se


encuentra en el antiguo acádico y ugarítico y a lo largo del hebreo. Shafaj aparece
un poco más de 100 veces en el texto del Tanaj. La primera vez que se usa en el
Tanaj, el vocablo forma parte del principio general sobre el respeto a la vida
humana: «El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por
hombre» (Gn 9.6). Aunque se usa a menudo con este sentido de «derramar»
sangre, el uso común del término tiene que ver con «verter» el contenido de un
receptáculo, p. ej. agua (Éx 4.9; 1 S 7.6), raspaduras de yeso (Lv 14.41) y libaciones
ofrecidas a falsos dioses (Is 57.6).

Metafóricamente, shafaj señala el «derramamiento» de la ira de Dios (Os 5.10), del


desprecio (Job 12.21), de la maldad (Jer 14.16) y del Espíritu de Dios (Ez 39.29). El
salmista describe su condición de abandono con esta frase pintoresca: «Derramado
como el agua» (Sal 22.14 rva, lba, nrv; «como el agua que se vierte» bj; «como agua
derramada» nbe; «Heme escurrido como aguas» rv).

Descender: Heb. ‫ ירד‬- iarad, «descender, bajar». Este verbo aparece en la mayoría
de las lenguas semíticas (incluyendo en el hebreo posbíblico) y durante todos los
períodos. En el hebreo bíblico aparece alrededor de 380 veces y en todos los
períodos.

Básicamente, el verbo denota «movimiento» desde un punto alto a uno más bajo.
En Gn 28.12, Iaaqov/Jacob vio «una escalera puesta en la tierra, cuya parte
superior alcanzaba el cielo. He aquí que los mensajeros de Dios subían y
descendían por ella» (rva). En este caso, el que habla u observa describe la acción
desde el punto de partida y el movimiento es descendente hacia él. Por otro lado, el
interlocutor puede hablar como el que se ubica en el punto de partida desde donde
el movimiento puede ser «hacia abajo» o bajo la superficie de la tierra (Gn 24.16).

Como un dato interesante se puede «descender» a un lugar más bajo para alcanzar
las puertas de una ciudad (Jue 5.11) o viajar a una ciudad que está ubicada más
abajo de la carretera principal (1 S 10.8); generalmente se asciende a una ciudad y
se «desciende» para salir de ella (1 S 9.27). Se habla del viaje de kena’án a Egipto
como un «descenso» (Gn 12.10). Esto no se refiere a un desplazamiento desde un
lugar más elevado a otro más bajo; es más bien un uso técnico del verbo.

Iarad a menudo tiene que ver con «morir». Uno «desciende» a la tumba. Aquí
también está presente la idea de desplazamiento espacial, pero como antecedente.
El «descenso» tiene que ver más con ser removido del mundo de existencia
consciente: «Porque el Sheol no te agradecerá, ni la muerte te alabará. Tampoco los
que descienden a la fosa esperarán en tu fidelidad. El que vive, el que vive es el que
te agradece» (Is 38.18–19). Por otro lado, «descender al polvo» implica un regreso
al suelo, esto es, el regreso del cuerpo a la tierra de la que vino (Gn 3.19). «Se
doblegarán ante Él todos los que descienden al polvo» (Sal 22.29). También existe

1269
D

la idea del «descenso» del alma humana al reino de los muertos. Cuando Iaaqov/
Jacob lloró por Iosef/José, pensando que estaba muerto, dijo: «¡Enlutado
descenderé hasta mi hijo, al Sheol!» (Gn 37.35 rva). Puesto que se puede
«descender» vivo al Sheol como castigo (Nm 16.30), esta frase abarca más que el
fin de la vida humana. Este significado se refuerza con la experiencia de Janoj/Enoc
cuya recompensa fue sacarle de la tierra: «Caminó, pues, Janoj/Enoc con Dios y
desapareció, porque Dios lo llevó consigo» (Gn 5.24); fue recompensado al no
tener que «descender» al Sheol.

Iarad puede significar, también, un «descenso» hacia el interlocutor. En Gn 11.5


(primer uso del vocablo): «El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que
habían edificado los hijos de los hombres» (lba). El término puede significar el
«descenso» desde la cima de una montaña, como lo hizo Moshé / Moisés desde el
Sinaí (Éx 19.14). También se usa para describir la acción de «desmontar»: «Cuando
Avigaíl vio a David, se apresuró y bajó del asno» (1 S 25.23 rva). Puesto que,
después de desmontarse el cuerpo de Avigaíl no estaba físicamente más abajo que
antes, la expresión no indica necesariamente un desplazamiento desde una
ubicación más elevada a una más baja. El verbo aquí significa no tanto
«descender», sino «bajarse» o «apearse». Encontramos un matiz un tanto parecido
en el uso de «bajarse» (en castellano, levantarse) de la cama. Eliyáh / Elías le dijo a
Azarías: «De la cama a la cual subiste no descenderás» (2 R 1.4 rva). Una vez más,
este uso de iarad no significa literalmente «descender» del lecho, ya que al
«levantarse» uno queda de pie, en una posición más alta de la que estaba; de ahí
que su significado en este caso es «salirse» de la cama. El mismo verbo se usa para
describir lo que hace el aceite que se derrama sobre la barba: «desciende» (Sal
133.2).

Iarad tiene además el significado de «retirarse» del altar: «Después Aharón/Aarón


alzó sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Y descendió después de ofrecer el
sacrificio por el pecado» (Lv 9.22 rva). Este uso particular se podría tomar como lo
contrario de «ascender» al altar, lo cual no solo es un desplazamiento físico desde
un plano más bajo a uno más elevado, sino un ascenso a una dimensión espiritual
más alta. «Subir» delante de Dios (representado por el altar) es presentarse
delante de Él en un plano espiritual más elevado. Estar delante de Dios es estar en
su presencia, delante de su trono, en una dimensión más alta. En este contexto,
iarad puede interpretarse como la expresión de un acercamiento a Él en humildad.
Dios informa a Moshé/Moisés que los egipcios «descenderán» a Él y se postrarán
delante de Él (Éx 11.8). Igualmente interesante es el uso ocasional del verbo para
expresar «descenso» a un santuario conocido (cf. 2 R 2.2).

El verbo tiene muchos usos en sentido figurado. Aunque a veces no se perciba en


las traducciones al castellano, puede denotar la «caída» y destrucción de una
ciudad (Dt 20.20 bj), o el «declinar» de un día (Jue 19.11), o el «retroceder» de una
sombra (2 R 20.11 (lvp) o «descenso» en posición social (Dt 28.43).

Al menos una vez significa «subir y bajar». La hija de Jefté dijo: «Primero déjame
que suba [«vaya y descienda» rvr] a los montes y llore con mis amigas mi
virginidad» (Jue 11.37 lbd).

1270
D

Desnudez: Heb. ‫ ע ְרוה‬- erváh, «desnudez; indecencia». Treinta y dos de las 53


veces que aparece este nombre se encuentran en las leyes sociales de Lv 18 y 20. El
resto de los casos están diseminados por los varios períodos de la literatura
veterotestamentaria, con la notable excepción de la literatura poética.

Este término se usa para los órganos sexuales masculinos y femeninos. En la


primera ocasión en que se usa, ervát implica exhibición vergonzosa: «Jam/Cam, el
padre de Kena’án/Canaán, vio la desnudez de su padre… Entonces Shem y Iafet
tomaron un manto, lo pusieron sobre sus propios hombros, y yendo hacia atrás,
cubrieron la desnudez de su padre. Como tenían vuelta la cara, ellos no vieron la
desnudez de su padre (Gn 9.22–23 rva). Este vocablo se usa a menudo para
significar la «desnudez» femenina (los órganos sexuales descubiertos) y simboliza
la vergüenza. En Lm 1.8 Jerusalén asolada y devastada se describe como una mujer
cuya desnudez ha sido expuesta. Descubrir la desnudez es un eufemismo frecuente
para la cohabitación: «Ningún hombre se acerque a una mujer que sea su parienta
cercana para descubrir su desnudez» (Lv 18.6).

La frase «cosa indecente» se refiere a cualquier inmundicia en un campamento


militar o a la violación de las leyes de abstinencia sexual: emisiones nocturnas sin
purificar, cohabitación sexual y otras leyes de pureza (p. ej., excremento enterrado
dentro del campamento): «Porque IHVH tu Dios anda en medio de tu campamento
para librarte y para derrotar a tus enemigos de delante de ti, por tanto, tu
campamento debe ser santo; y Él no debe ver nada indecente en medio de ti, no sea
que se aparte de ti (Dt 23.14 lba). En Dt 24.1 ervát parece apoyar este énfasis en
cualquier violación de las leyes de pureza: si un novio se siente insatisfecho con su
novia «por haber hallado en ella alguna cosa indecente», puede divorciarse.
Obviamente no se trata de evidencia de su cohabitación con otro hombre, ya que
este pecado merecía la muerte (Dt 22.13ss).

Erváh también tiene que ver con las partes indefensas o «desnudas» de una ciudad,
según Gn 42.9: « ¡Sois espías! habéis venido para ver las partes desprotegidos del
país habéis venidos.

Otros nombres relacionados con este vocablo aparecen con menor frecuencia.
Ma’ar, que se refiere a la desnudez sexual, aparece en sentido metafórico en Nah
3.5. Eirom se encuentra en varios casos como nombre abstracto. El término
expresa la idea general de desvestirse, sin implicaciones vergonzosas;
sencillamente se refiere a estar «desarropado». En Ez 16.7, 39 el vocablo eirom se
traduce «desnuda», aunque también puede traducirse como «desnudez» o alguien
que «está en su desnudez».

Dos nombres, ta’ar y moeráh, tienen otro sentido. Ta’ar, que se repite 13 veces,
quiere decir «navaja» (Nm 6.5) o un cuchillo para afilar las plumas de los escribas
(Jer 36.23). El significado «vaina de espada» (1 S 17.51) tiene un cognado en
ugarítico. Moeráh también significa «navaja» (1 S 1.11).

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D

Adjetivo: Heb. ‫ – ערום‬arôm o ‫ ערֹ ם‬- arom, «desnudo». El vocablo aparece 16 veces.
El primer caso es en Gn 2.25: «Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y
no se avergonzaban».

Otro adjetivo, del cual hay 6 ejemplos en la poesía bíblica, es eriáh. Parece ser una
variante de erváh y aparece, por ejemplo, en Ez 16.22: «Cuando estabas desnuda y
descubierta».

Verbo: Heb. ‫ ערה‬- aráh, «verter, descubrir, destruir, extenderse». Este verbo, que
aparece 14 veces en el hebreo del Tanaj, tiene cognados en acádico, fenicio, egipcio
y siríaco. En Is 32.15, el término significa «verter» o «derramar»: «Hasta que se
derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto» (lba). El verbo indica «descubrir»
en Lv 20.19. Aráh tiene la acepción de «destruir» en Is 3.17 (rvr): «Por tanto, el
Señor raerá la cabeza de las hijas de Tzion, y IHVH descubrirá sus vergüenzas». En
Sal 37.35, el término significa «extenderse».

Despertar: Heb. ‫ עור‬- ur, «despertar, despertarse, remover, provocar». El vocablo


se halla tanto en el hebreo antiguo como en el moderno y también en el antiguo
ugarítico. Se encuentra unas 80 veces en el Tanaj. Aparece por primera vez con la
acepción de «despertar» («provocar») a alguien para la acción: « ¡Despierta,
despierta, oh Débora!» (Jue 5.12 rva). Encontramos este mismo sentido en Sal 7.6,
donde se usa paralelamente con «levántate»: « ¡Levántate, oh IHVH, con tu furor …
Despierta el juicio que has ordenado para mí» (rva).

Por lo general, ur significa despertarse de un sueño natural (Zac 4.1) o del sueño
de los muertos (Job 14.12). En Job 31.29, el término expresa la idea de «provocar»
alguna emoción, de sentirse «emocionado: «Si me he alegrado por el infortunio del
que me aborrece» (rva). El verbo aparece varias veces en Cantares, por ejemplo,
contrapuesto con dormir: «Yo dormía, pero mi corazón velaba» (Cnt 5.2). El
término aparece tres veces como parte de una idéntica frase: «No despertaréis ni
provocaréis el amor, hasta que quiera» (Cnt 2.7; 3.5; 8.4 rva).

Despreciar: Heb. ‫ מאס‬- ma’as, «rechazar, desechar, rehusar, despreciar». Este


verbo existe tanto en el hebreo bíblico como en el moderno. Aparece unas 75 veces
en el Tanaj y se encuentra por primera vez en Lv 26.15: «Si despreciáis [lba;
«rechazáis» rva; «abominaréis» rv] mis estatutos». Dios no obliga a nadie a hacer
su voluntad, por lo que Él a veces tiene que «rechazar»: «Por cuanto tú has
rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi
sacerdote» (Os 4.6 lba). Aunque Dios ha escogido a Shaúl para ser rey, la respuesta
de este causa que Dios cambie de actitud: «Por cuanto tú has desechado la palabra
de IHVH, Él también te ha desechado a ti, para que no seas rey» (1 S 15.23).

Como creatura con libre albedrío, el ser humano puede «rechazar» a Dios: «Habéis
rechazado al Señor que está entre vosotros» (Nm 11.20 lba; «menospreciado» rva).
Por otro lado, los seres humanos pueden «rechazar» el mal (Is 7.15–16).

Cuando lo que Dios demanda se hace con motivos o actitudes equivocados, Él


«desprecia» estas acciones: «Aborrezco, desprecio («rechazo» rva; «abominé» rv)

1272
D

vuestras fiestas» (Am 5.21 lba). Dios considera la pureza del corazón y de nuestras
actitudes más importantes que la perfección o belleza de nuestros ritos.

Destruir: Heb. ‫ שמד‬- shamad, «destruir, aniquilar, exterminar». Este vocablo


bíblico también se usa en el hebreo moderno donde la raíz denota «persecución
religiosa» o «conversión forzada». Shamad aparece 90 veces en el Tanaj, la primera
vez en Gn 34.30 «seré destruido».

El término siempre indica completa «destrucción» o «aniquilación». Aunque el


vocablo a menudo expresa literalmente la destrucción de un pueblo (Dt 2.12; Jue
21.16), shamad con frecuencia forma parte de una amenaza o advertencia abierta
de «destrucción» al pueblo de Israel si abandona a Dios por los ídolos (cf. Dt 4.25–
26). El término también se refiere a la «destrucción» completa de los lugares altos
paganos (Os 10.8) de Baal y sus imágenes (2 R 10.28). Cuando Dios quiere
«destruir» totalmente, barerrá «con la escoba de la destrucción» (Is 14.23 rva).

Shajat: «corromper, pudrir, arruinar, estropear, destruir». El término se usa


principalmente en el Tanaj, aunque tiene formas cognadas en algunas lenguas
semíticas como arameo y etiópico. Se usa unas 150 veces en el Tanaj y por primera
vez en Gn 6, donde se repite 4 veces en relación con la «corrupción» que obligó a
Dios a lanzar el diluvio sobre la tierra (Gn 6.11–12, 17).

Cualquier cosa buena puede «corromperse», «destruirse», «arruinarse» o


«pudrirse», como el cinto de Jeremías (Jer 13.7), una viña (Jer 12.10), ciudades (Gn
13.10) y un templo (Lm 2.6). Shajat tiene el significado de «desperdiciar» o
«malgastar» cuando se refiere a palabras habladas en vano (Pr 23.8 rv-95, lba).
Como participio, el vocablo se usa para describir a un «león destrozador» (Jer 2.30
rvr, nrv; «destructor» rva) y al «ángel destructor» (1 Cr 21.15 lba). En Irmiá / Jer
5.26 el término significa «trampa». Los profetas se valen a menudo de shajat para
comunicar la idea de «corrupción moral» (Is 1.4; Ez 23.11; Sof 3.7).

Día: Heb. ‫יַ֥ ֹום‬-iom, «luz del día; día; tiempo; momento; año; era». Este vocablo
también aparece en ugarítico, hebreo extrabíblico o cananeo (p. ej., la inscripción
de Siloé), acádico, fenicio y arábigo. Se encuentra además en hebreo posbíblico.
Iom aparece cerca de 2.304 veces en todos los períodos del hebreo del Tanaj.

Iom tiene varias acepciones. El término representa el período diurno de «luz» en


contraste con la oscuridad de la noche: «Mientras la tierra permanezca, la siembra
y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán»
(Gn 8.22 lba). El vocablo denota un período de veinticuatro horas: «Sucedió que
ella insistía a Iosef / José día tras día» (Gn 39.10 rva). Iom también puede significar
un período indefinido: «Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él
cesó de toda la obra que había hecho en la creación» (Gn 2.3). En este versículo,
«día» se refiere a todo el período del cese de Dios desde la creación del universo.
Compárese Gn 2.4: «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando
fueron creados, el día [beiom] que IHVH Dios hizo la tierra y los cielos» (lba). En
este pasaje, «día» se refiere a todo el período que abarca los seis días de la
creación. Otro matiz se encuentra en Gn 2.17, donde el término representa un
«punto en el tiempo» o un «momento» preciso: «Pero del árbol del conocimiento

1273
D

del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás»
(rva). Finalmente, en plural, el vocablo puede significar un «año»: «Por tanto, tú
guardarás este rito en su tiempo de año en año ["Miamim iamimáh"]» (Éx 13.10).

Iom adquiere otros matices particulares cuando se usa con diversas preposiciones.
En primer lugar, cuando va acompañado de ke («como»), puede denotar el término
«primero»: «Y Iaaqov / Jacob respondió: Véndeme primero tu primogenitura» (Gn
25.31 rva). También puede significar «un día» o «un día cualquiera»: «Aconteció
que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí»
(Gn 39.11). Iosef / José usa el término indicando el «resultado de una acción»:
«Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo
que vemos [literalmente, «como están las cosas»] hoy: mantener con vida a un
pueblo numeroso (Gn 50.20 rva). Adonías se valió de esta misma expresión para
expresar el sentido de «hoy»: «Júreme hoy el rey Shelomo / Salomón que no
matará a espada a su siervo» (1 R 1.51 rvr). Otro matiz más aparece en 1 S 9.13:
«Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis». Cuando va acompañado del
artículo definido ha, el nombre puede significar «hoy» (como en el caso de Gn 4.14)
o bien referirse a un día en particular (1 S 1.4) o indicar «durante el día» (Neh
4.16).

La primera vez que se usa iom en el Tanaj es en Gn 1.5: «Dios llamó a la luz Día, y a
las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día». Esto
presenta uno de los debates más grandes en torno al vocablo, a saber, cuánto
duraron los días de la creación. Tal vez las explicaciones más frecuentes son: que
estos días duraron 24 horas, por tiempo indefinido (o sea, edades o eras), o son
categorías lógicas más bien que temporales (es decir que expresan categorías
teológicas en lugar de períodos).

En realidad los días de la creación no son días literales. ¡El relato de la creación del
libro de Bereshit es un midrash! (véase midrash en glosario)

El autor de Bereshit explica desde una perspectiva de comprensión según lo que


entiende, en base a los recursos intelectuales que posee en su época y no da un
registro integral de todos los sucesos acaecidos en la creación, pues es totalmente
imposible registrar todos estos sucesos en un texto tan corto y solo se remitió a
transmitirnos lo esencial.

Por esta razón el asumir que se tiene una fecha exacta desde el momento de la
creación hasta nuestros días no es coherente. El tiempo no existía antes de la
designación y labor de las lumbreras.

El Eterno es intemporal y no se rige por las leyes espacio/físico/tiempo (En el olam


rujani / mundo espiritual no existe ni el tiempo ni el espacio), IHVH no se rigió por
las leyes que El mismo crea para el hombre (Él no es regido por nada y Él lo rige
todo), por ejemplo crea las especies vegetales en el “tercer evento” (Bereshit 1.11-
12) cuando aún no existían elementos esenciales para su existencia (la luz solar, el
ciclo del día, las estaciones, etc.) que fueron creadas en el subsiguiente “cuarto
evento”... esperaron “muchos millones de años” para recibir “luz, lluvia, calor,

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D

gravedad” y todo lo demás que requieren para su supervivencia ya que todo esto
depende exclusivamente del sol y la luna…

Las leyes relativas de la física: el tiempo/espacio son creadas para regirnos a


nosotros en el “cuarto evento” de la creación y estas leyes no existían antes de este
suceso.

El «día del Señor» denota tanto el fin de una edad (en sentido escatológico), como
algún acontecimiento (no escatológico) durante la era presente. Puede ser un día
de juicio o de bendición, o ambas a la vez (cf. Is 2).

Cabe mencionar que mientras el pueblo hebreo no tenía dividido el día en horas,
dividía la noche en tres vigilias (Éx 14.24; Jue 7.19).

Diestra, Derecha: Heb. ‫ י ִמין‬- iamín, «diestra, derecha, mano derecha». Se han
encontrado cognados de este vocablo en ugarítico, arábigo, siríaco, arameo y
etiópico. Hay unos 137 casos del término durante todos los períodos del hebreo
bíblico.

Primero, el vocablo se refiere a la «mano derecha» de un ser humano: «Y Iosef /


José tomó a los dos, a Efraím con la derecha, hacia la izquierda de Israel, y a
Menashé / Manasés con la izquierda, hacia la derecha de Israel» (Gn 48.13 lba).
Aod tuvo «cerrada la mano derecha» (era zurdo): «Y clamaron los hijos de Israel a
IHVH; y IHVH les suscitó salvador, a Aod, hijo de Gera, Biniamita, el cual tenía
cerrada la mano derecha» (Jue 3.15 rv; cf. «era zurdo» rvr). Iamín se usa también
en sentido figurado. Cuando Dios toma a alguien de la «mano derecha» le imparte
su fuerza: «Porque yo, IHVH, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano
derecha y te dice: «No temas; yo te ayudo»» (Is 41.13 rva). El Tanaj enseña que
Dios es ruaj / espíritu y que no tiene órganos ni cuerpo (cf. Éx 20.4; Dt 4.15–19).
Sin embargo, usando lenguaje antropomórfico, atribuye a Dios órganos humanos y,
en particular, una «mano derecha» (Éx 15.6). A veces se refiere a que Dios hace su
voluntad entre los hombres y actúa a favor de algunos o les muestra su favor:
«Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo» (Sal 77.10).

Segundo, iamín se refiere a la ubicación espacial, «derecha», de algo o de alguien:


«Pero los hijos de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las
aguas como muro a su derecha y a su izquierda» (Éx 14.29 rva). En otros contextos
iamín significa movimiento espacial, especifica «dirección»: «¿No está toda la tierra
delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré
a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda» (Gn 13.9: primer caso del
vocablo).

Tercero, iamín puede referirse a otras partes del cuerpo además de la mano
derecha. En Jue 3.16 el término se refiere a la cadera derecha (lit. «cadera de la
mano derecha»): «Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo;
y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho». El vocablo se usa en 1 S 11.2
para referirse a un ojo y en Éx 29.22 a la cadera.

1275
D

Cuarto, el término se usa con el significado de «sur», puesto que este punto
cardinal queda a mano derecha cuando uno se orienta de cara al este: «Los de Zif
subieron a decir a Shaúl, en Gabaa: ¿No está David escondido entre nosotros, en los
lugares de difícil acceso de Hores, en la colina de Haquila, que está al sur de
Jesimón?» (1 S 23.19 rva).

Iemaní: Heb. ‫« יְ מנִ י‬mano derecha; lado derecho; costado derecho (del cuerpo);
sur». Este nombre se encuentra 25 veces en el Tanaj. Iemané quiere decir «mano
derecha» en Shemot/Éx 29.20, la primera vez que aparece. En Melajím Alef /1 R
7.21 el término indica el «lado derecho» en términos de ubicación. Iemaní aparece
en Iejezqel/Ez 4.6 con la acepción de «costado derecho» del cuerpo. El vocablo
indica «sur» en 1 R 6.8: «La puerta del aposento de en medio estaba al lado
derecho de la casa» (rvr; «al lado sur del templo» rva).

Teman: Heb. ‫« תֵ מן‬sur; barrio sur; hacia el sur». Este nombre aparece 22 veces en
el Tanaj. La primera vez (Éx 26.18), el término sirve para orientar «hacia el sur».
Teman puede significar llanamente «sur» y también el «barrio sur» de una ciudad,
como en Jos 15.1.

Efod: Heb. ‫ אֵ פוד‬- efod. El vocablo, que aparece en asirio y (tal vez) ugarítico,
aparece 49 veces en el hebreo bíblico, 31 en las prescripciones legales en Éxodo-
Levítico y una sola vez en la poesía tanajica (Os 3.4).

El término se refiere a una vestimenta externa ajustada que se relaciona con el


culto. Era una especie de chaleco largo que por lo general llegaba hasta las caderas.
El «efod» del kohen gadol/sumo sacerdote se sujetaba con una faja hermosamente
bordada (Éx 28.27–28); tenía hombreras montadas con piedras de ónice en las que
se grabaron los nombres de las doce tribus de Israel. Sobre el pecho del sumo
sacerdote estaba el pectoral, también con doce piedras grabadas con los nombres
de las tribus. Estaba atado al efod con anillos. Además, ligados al pectoral estaban
el Urim y el Tumim.

Tal parece que el «efod» y sus accesorios se destacaban ampliamente en el


miqdash/santuario. David lo consultó para averiguar si el pueblo de Keila le
entregaría a Shaúl (1 S 23.9–12); sin lugar a duda, el Urim y el Tumim se usaron. La
primera vez que el término aparece se refiere al «efod» del kohen gadol/sumo
sacerdote: «Piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral» (Éx
25.7). Tanto se veneraba este «efod» que a veces se hacían réplicas de él y se
adoraban (Jue 8.27; 17.1–5). Los kohanim/sacerdotes de menor grado (1 S 2.28) y
aprendices vestían unos menos trabajados, de lino, cuando se presentaban delante
del altar.

Afudáh significa «efod»; cobertor». Es la modalidad femenina de efod. El vocablo


aparece 3 veces, comenzando con Éx 28.8: Su ceñidor para ajustar el efod, que
estará sobre éste, será de su misma hechura y de los mismos materiales: oro, azul,
púrpura, carmesí y lino torcido.

1276
E

El: Heb. - ‫ אֵ ל‬dios. Este término fue la forma más común de denominar a una
divinidad en el Oriente Medio antiguo. Aunque muy a menudo aparece solo, el se
combinaba también con otras palabras para formar un término compuesto
referente a la deidad o para identificar de alguna manera la naturaleza y las
funciones del «dios». De ahí que la expresión El Elohim Israel («Dios, el Dios de
Israel»; Bereshit/Gn 33.20) identifique las actividades específicas del Elohim/Dios
de Israel. En la antigüedad, se creía que conocer el nombre de una persona le
otorgaba poder sobre ella. Se consideraba que el conocimiento del carácter y
atributos de los «dioses» paganos permitiría a los adoradores manipular o influir
en las deidades en formas más eficaces que si sus nombres permanecieran
desconocidos. Hasta cierto punto, la ambigüedad del término ˒el frustraba a las
personas que esperaban obtener de algún modo poder sobre la divinidad, porque
el nombre prácticamente no indicaba cosa alguna sobre el carácter del «dios». Esto
se ajusta en particular a ˒El, principal «dios» cananeo. Los antiguos semitas se
mantenían espantados ante los poderes superiores de los dioses y hacían cuanto
estuviera a su alcance para propiciarlos. Generalmente asociaban a las divinidades
con la manifestación y uso de un enorme poder. Tal vez esto se refleje en la curiosa
frase hebrea: «Poder [El] hay en mi mano» (Gn 31.29 RV-95, RVR; «tengo poder»
LBA, RVA; «podría hacerte mal»

BJ; BLA; cf. Dt 28.32). Algunas frases hebreas en los Salmos asocian a El con
aspectos impresionantes de la naturaleza, como los cedros del Líbano (Sal 80.10) o
montañas (Sal 36.6). En estos casos, es clara la connotación de magnificencia y
majestad.

Los nombres compuestos con El eran comunes en el Oriente Medio durante el


segundo milenio a.C.

Metusha’el (Gn 4.18) e Ishma’el (Gn 16.11) son dos nombres que provienen de un
período muy temprano.

Durante el período mosaico, El era sinónimo del Señor que libró a los israelitas de
la esclavitud de Egipto y les ayudó a vencer en batalla (Nm 24.8). Esta tradición del
El hebraico como un «Dios» que se revela a sí mismo en poder y establece relación
de pacto con su pueblo es muy prominente tanto en la poesía (Sal 7.11; 85.8) como
en la profecía (Is 43.12; 46.9). Los israelitas hacían uso común del nombre de El
para denotar la provisión o el poder sobrenatural. Esto era a la vez normal y
legítimo, puesto que el pacto entre Dios e Israel aseguraba a un pueblo obediente y
santo que las fuerzas creativas del universo le sostendrían y protegerían en todo
momento. A la inversa, si desobedecían y apostataban, estas mismas fuerzas les
castigarían severamente.

Elah: Heb. - ‫ אֱלה‬dios». Este vocablo arameo equivale al término hebreo elôah. Es
una expresión general para «Dios» en los pasajes arameos del Tanaj y también una
forma cognada del vocablo aláh, que los árabes usan para hablar de Dios. El
término se emplea ampliamente en Esrá/Esdras: Aparece no menos de 43 veces
entre Esd 4.24 y 7.26. En cada caso, se refiere al «Dios» del pueblo judío, fuese o no
un judío el que lo usara. Este es el caso cuando el gobernador de la provincia de

1277
E

«Más Allá del Río» (es decir, al oeste del río Éufrates) le habló a Darío el rey acerca
de «la casa del gran Dios» (Esd 5.8). Asimismo, Ciro instruyó a Sesbasar,
gobernador, «que la casa de Dios sea reedificada» (Esd 5.15) en Jerusalén.

Aunque los persas sin duda no adoraban al «Dios» de Israel, le otorgaban la


dignidad que correspondía al «Dios de los cielos» (Esd 6.10). Lo hacían en parte
por superstición; aunque la naturaleza pluralista del recién conquistado Imperio
Persa exigía que honrasen a los dioses de los pueblos conquistados, en aras de la
paz y de la armonía social. Cuando Esdras usa el término Eláh, a menudo especifica
el Dios de los judíos. Habla, por ejemplo, del «Dios de Israel» (5.1; 6.14), el «Dios
del cielo» (5.12; 6.9) y el «Dios de Jerusalén» (7.19). Asocia además a «Dios» con su
casa en Jerusalén (5.17; 6.3).

En el decreto de Artajerjes se habla del «sacerdote Esdras, escriba de la Torá del


Dios de los cielos» (7.12, 21). Esta designación parecería extraña viniendo de un
rey persa pagano, si no fuese por la política de tolerancia religiosa que practicó la
dinastía Aqueménide. En otras partes de Esdras, Eláh se asocia con el templo, tanto
en su construcción (5.2, 13) como un edificio concluido y consagrado para el culto
divino (6.16).

En el único versículo de Jeremías escrito en arameo (10.11), el vocablo Eláh se


encuentra en su forma plural para describir a los «dioses» que nada tuvieron que
ver con la creación del universo. Aunque estos «dioses» falsos los adoraban
naciones paganas (y hasta reverenciados por algunos hebreos en el cautiverio
babilónico), esas deidades acabarían pereciendo porque no eran eternas.

El libro de Daniel se vale de Eláh para hablar tanto de los «dioses» paganos, como
del único «Dios» verdadero. Los sacerdotes caldeos dijeron a Nabucodonosor:
«Además, el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay delante del rey quien lo
pueda declarar, salvo los dioses, cuya morada no está con los mortales» (Dn 2.11
RVA). Los caldeos se refirieron a esos «dioses» cuando informaron que Sadrac,
Mesac y Abed-nego rehusaban participar en idolatría en la llanura de Dura (Dn
3.12). Daniel enumera estos «dioses» cuando condenó el abandono de
Nabucodonosor por el culto al único y verdadero «Dios» de Israel (Dn 5.23). En Dn
3.25, el término se refiere a un ser o mensajero divino enviado a proteger a los tres
jóvenes hebreos (Dn 3.28). En Dn 4.8–9, 18; y 5.11, aparece la frase «espíritu de los
dioses santos» (RV, RVA, RV-95, LBA, BLA; «Dios Santo» NRV). Las menciones
restantes de Eláh se refieren al «Dios» viviente a quien Daniel adora».

Elôáh: Heb. - ‫ אֱלוה‬dios». Este nombre hebreo para «Dios» corresponde al término
arameo Eláh y al ugarítico il (o tratándose de una diosa, ilt). El origen del término
se desconoce y se usa pocas veces en las Escrituras como un apelativo divino. Por
cierto, su distribución en los varios libros del Tanaj es curiosamente desigual.
Aparece Elôáh 40 veces en Iov/Job entre 3.4 y 40.2; en el resto del Tanaj el término
no se usa más de 15 veces.

Algunos eruditos consideran que el vocablo Elôáh es la versión singular de la


forma plural común Elôhîm, plural de majestad. Se suele pensar que Elôáh es
vocativo, con el significado de «Oh Dios».

1278
E

Pero no está muy claro por qué se necesitó tener una forma vocativa especial para
dirigirse a Dios, puesto que el plural Elôhîm se traduce a menudo como vocativo
cuando el adorador se dirige directamente a Dios, como en Sal 79.1. Es obvio que
hay una relación lingüística entre Elôáh y Elôhîm, pero no es fácil precisarlo.

El vocablo Elôáh predomina más en la poesía que en la prosa, lo que es


particularmente cierto en Iov/Job. Algunos eruditos han sugerido que el autor de
Job escogió a propósito una descripción de la divinidad que evitara las
asociaciones históricas que se encuentran en frases como «el Dios de Bet’El» (Gn
31.13) o «Dios de Israel» (Éx 24.10). Pero aun el libro de Iov/Job no es
históricamente neutral, puesto que en la introducción se mencionan lugares y
personas (cf. Job 1.1, 15, 17). Tal vez el autor consideró que Elôáh fuese un término
adecuado a lo poético y por consiguiente lo usó consecuentemente. Esto, al
parecer, es el caso también en Sal 18.31, donde encontramos Elôáh en lugar de El,
como en el pasaje paralelo en 2 S 22.32). También aparece Elôáh como un término
para «Dios» (Sal 50.22; 139.19; y Pr 30.5). Aunque Elôáh como nombre divino
apenas se usa fuera de Iov/Job, su historia literaria se extiende desde a lo menos el
segundo milenio a.C. (como en Dt 32.15) hasta el siglo V a.C. (como en Neh 9.17).

El shadai: Heb.- ‫ אֵ ל שדי‬/ Dios Todopoderoso. La combinación de El con un término


calificativo representa una tradición religiosa que quizás estuvo presente entre los
israelitas desde el tercer milenio a.C. Algunos siglos después, shadai aparece en
nombres personales hebreos tales como Tzurishadai (Nm 1.6) y Amishadai (Nm
1.12). El uso más antiguo del apelativo como título de divinidad («Dios
Todopoderoso») se encuentra en Bereshit/Gn 17.1, cuando «Dios» se identifica con
Avraham.

Lamentablemente, no se encuentra ninguna explicación del nombre; tampoco las


indicaciones que se dan «camina delante de mí y sé perfecto» no aclaran el
significado de shadday. Los estudiosos han intentado entender el nombre
relacionándolo con el término acádico shadu («montaña»); porque «Dios» reveló
su gran poder con fenómenos relacionados con montañas como erupciones
volcánicas o tal vez porque se le consideraba fuerte e inmutable como las
«montañas eternas» en la bendición de Jacob (Gn 49.26 RVA). Por cierto que un
aspecto importante de la religión mesopotámica fue la asociación de la divinidad
con montes. Se creía que los «dioses» preferían morar sobre los picos de los
montes y los templos que los sumerios construyeron en forma de torres
escalonadas, los zigurats, eran montes artificiales con propósitos cúlticos. Se
acostumbraba construir un pequeño templo en la cúspide del zigurat para que la
deidad patronal descendiera del cielo a morar allí. Los hebreos comenzaron su
propia tradición de la revelación a partir de los montes poco después del éxodo,
pero para entonces el nombre El shadai se había reemplazado por el tetragrama
IHVH (Éx 3.15; 6.3).

El shadai fue el nombre de «Dios» que los patriarcas usaron en relación con el
pacto hasta el tiempo de Moshé/Moisés, cuando se dio una nueva revelación (Éx
6.3). El pacto abrahámico se caracterizó por un grado de aproximación entre
«Dios» y los protagonistas humanos que sobresale en la historia de los hebreos. El
«Dios Todopoderoso» se reveló como una deidad poderosa capaz de realizar todo

1279
E

lo que se propone. Sin embargo, el grado de intimidad entre El shadai y los


patriarcas en varias etapas de su peregrinaje demuestra que el pacto involucró el
cuidado y amor de Dios para la creciente familia que Él escogió, protegió y
prosperó. Condujo a la familia del pacto de lugar en lugar, estando claramente
presente con ellos en todo momento. Las formulaciones del pacto muestran que
Dios no estaba preocupado con ritos cúlticos ni celebraciones orgiásticas. Más bien
demandó un grado de obediencia tal que permitiría a Avraham y a sus
descendientes caminar en su presencia, y tener vidas morales y espirituales sin
tacha (Gn 17.1). Por tanto, el verdadero servicio a El shadai no fue cúltico ni
ritualista, sino de carácter moral y ético.

Durante el temprano período mosaico, el nuevo nombre redentor de «Dios» y la


formulación del pacto sinaítico hizo que El shadai pasara a ser casi obsoleto como
apelativo de divinidad. Más adelante, en el Tanaj, el nombre aparece unas 35 veces,
la mayoría en Iov/Job. De vez en cuando el nombre se usa como sinónimo del
tetragrama IHVH (Rt 1.21; Sal 91.1–2) para subrayar el poder y la fuerza de «Dios»
en la forma usual.

El ˓ôlam: Heb. - ‫ עולםַאֵ ל‬/ Dios de la eternidad; Dios eterno; Dios sempiterno». Hay
formas relacionadas con el término ˓ôlam en varias lenguas del Oriente Medio
antiguo; todas se refieren a la extensión del tiempo o al tiempo muy distante. La
idea parece ser cuantitativa en vez de metafísica. Por eso, en la literatura ugarítica,
˓bd ˓lm significa «esclavo permanente»; el término ˓lm (al igual que el hebreo
˓ôlam) expresa un período inmensurable o de larga duración.

Únicamente en contados pasajes poéticos, como Tehilím/Sal 90.2, se juzga que


estas categorías temporales no alcanzan a describir la naturaleza de la existencia
de «Dios» como ˒el ˓ôlam. En estos casos, se considera que el Creador ha sido
«desde la eternidad hasta la eternidad»; pero aun este uso de ˓ôlam expresa la idea
de una existencia continua y mensurable en vez de una condición idependiente de
consideraciones temporales.

El nombre de El ˓ôlam se asoció predominantemente con Beerseba (Gn 21.21–34).


El asentamiento de Beerseba se fundó quizás en la Edad de Bronce temprana, y la
narración de Génesis explica que el término significa «pozo del juramento» (Gn
21.31). Sin embargo, también podría significar «pozo de los siete», debido a los
siete corderos que se apartaron como testigos del juramento.

Avraham plantó un árbol conmemorativo en Beerseba e invocó el nombre de IHVH


como El ˓ôlam.

El hecho que Avraham permaneciera muchos días en la tierra de los «filisteos»


parece sugerir que asociaba continuidad y estabilidad con El ˓ôlam, quien no lo
limitaba las vicisitudes del tiempo. Aunque Beerseba tal vez fuera en su origen un
lugar en que los cananeos adoraban, el local se asoció más tarde con la veneración
al Dios de Avraham.

Más tarde Iaaqov/Jacob viajó a Beerseba para ofrecer sacrificios al Dios de su


padre Itzjaq/Isaac. Sin embargo, no ofreció sacrificios a El ˓ôlam por nombre; y

1280
E

aunque tuvo una visión de Dios, no recibió una revelación que este fuese el Dios
que Avraham veneró en Beerseba. Es más, Dios omitió mencionar el nombre de
Avraham declarando que era el Dios del padre de Iaaqov/Jacob.

Bereshit/Génesis 21.33 es el único lugar en del Tanaj en el que aparece el título de


El ˓ôlam.

Ieshaiá/Isaías 40.28 es el único caso donde ˓ôlam se usa junto con un nombre que
significa «Dios».

Elevar, Exaltar: Heb. ‫ רום‬- rum, verbo «elevar, exaltar». Esta raíz se encuentra
también en ugarítico (con los radicales ‫)רם‬, fenicio, arameo (incluyendo en el
Tanaj, 4 veces), arábigo y etiópico. En el arameo extrabíblico se escribe ‫רם‬. La
palabra se halla en todos los períodos del hebreo del Tanaj unas 190 veces. Tiene
un parentesco cercano con la raíz ‫רמם‬, «levantarse, apartarse», que únicamente
aparece 4 veces.

Básicamente, rom representa «estar en un plano más alto» o bien un


«desplazamiento hacia arriba». La primera de estas acepciones se encuentra la
primera vez en que el término aparece en el Tanaj: «El diluvio duró cuarenta días
sobre la tierra. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y se elevó sobre la tierra»
(Gn 7.17 rva). Cuando se trata de seres humanos, el verbo puede referirse a «su
estatura física»; por ejemplo, los espías enviados a Kena’án/Canaán informaron
que «este pueblo es más grande y más alto que nosotros. Las ciudades son grandes
y fortificadas hasta el cielo» (Dt 1.28 rva).

El segundo énfasis expresa el enaltecimiento (o autoexaltación) de alguna persona


u objeto: «Cercando andan los malos, cuando la vileza es exaltada entre los hijos de
los hombres» (Sal 12.8 rvr). El salmista reconoce que Dios le «pondrá en alto sobre
una roca», fuera de todo peligro (Sal 27.5). Un viento tempestuoso (Sal 107.25)
«eleva» las olas del mar. RuÆm se usa también en cuanto a construir un edificio.
Esdras confiesa que Dios renovó al pueblo de Israel, «dándonos ánimo para
levantar la casa de nuestro Dios y para restaurar sus ruinas, y dándonos una
muralla en Judá y en Jerusalén» (Esd 9.9 lba; cf. Gn 31.45). En Ez 31.4, el término se
usa en el sentido de «hacer crecer a una planta»: «Las aguas lo hicieron crecer y las
corrientes profundas lo encumbraron» (lba). Puesto que en Dt 1.28 gadal («más
grande») y rom («más alto») se usan en estrecha relación, se podría traducir
Iejezqel/Ez 31.4 de la siguiente manera: «Las aguas causaron que [el cedro del
Líbano] se hiciera más grande y las corrientes profundas que creciera más alto».
Muy cercano a este matiz está el uso de rom para referirse al proceso de criar a un
hijo. Dios dice mediante Ieshaiá/Isaías: «Crié [gadal] hijos y los engrandecí [rom],
pero ellos se rebelaron contra mí» (Is 1.2 rva).

Rum a veces quiere decir «levantar y quitar», como en Ieshaiá/Is 57.14: « ¡Allanad,
allanad [«construid, construid» lba] la calzada! ¡Preparad el camino! ¡Quitad los
obstáculos del camino de mi pueblo!» (rva). En el contexto de las ofrendas, el
vocablo significa «tomar una porción» (Lv 2.9). A veces se habla de «alzar» o
«elevar» toda la ofrenda a Dios (Nm 15.19 rva; cf. lba).

1281
E

Más allá de las acepciones básicas, rom se usa tanto negativa como positivamente.
En sentido positivo, la palabra puede significar «elevar a una posición de honor».
Dice Dios: «He aquí que mi siervo triunfará. Será engrandecido y exaltado, y será
muy enaltecido» (Is 52.13). Encontramos esta misma connotación en 1 S 2.7,
cuando Ana testifica que «IHVH empobrece, y Él enriquece; abate y enaltece». En
sentido negativo, rom indica «altivez»: «Salvas al pueblo humilde; pero tus ojos
humillan a los altivos» (2 S 22.28 rva).

Rum se usa junto a otros términos en sentidos idiomáticos. Por ejemplo, «elevar»
la voz es «gritar». La mujer de Potifar informó que cuando Iosef/José la atacó,
«alzó» su voz y gritó («vociferó»). Los dos términos, (rom y «voz») se usan juntos
con el sentido de «a viva voz» o «en alta voz» (Dt 12.14).

Elevar la mano es un símbolo de poder y fuerza y significa ser «poderoso» o


«triunfante»: «Si no temiera la saña del enemigo, y que sus adversarios entiendan
mal. No sea que ellos digan: Nuestra mano enaltecida hizo todo esto, y no IHVH»
(Dt 32.27). Elevar la mano en contra de alguien es señal de rebelión: «Jeroboam…
alzó su mano contra el rey» (1 R 11.26 rv).

Ensalzar el cuerno de uno sugiere la imagen de un toro salvaje en todo su vigor.


Simboliza «triunfar» sobre el enemigo: «Mi corazón se regocija en IHVH, mi cuerno
es ensalzado en IHVH» (1 S 2.1 rv). Además, los cuernos simbolizan el centro del
poder de una persona. Así, cuando se «ensalza» el cuerno de alguien, también se
«ensalza» su fuerza: «IHVH juzgará los términos de la tierra, y dará fortaleza a su
Rey, y ensalzará el cuerno [«poder» rva] de su Mesías» (1 S 2.10 rv).

Levantar la cabeza puede ser un gesto público de «triunfo y supremacía», como en


Sal 110.7 donde se dice que después de destruir a todos sus enemigos IHVH
«levantará cabeza». A veces este matiz se usa transitivamente, o sea, «levantar» la
cabeza de otro. Algunos estudiosos sugieren que en estos casos el verbo expresa la
acción de un juez que pronuncia inocente a un acusado levantándole la cabeza.
Esta frase también adquirió el significado de «destacar», «honrar» o «fortalecer»:
«Pero tú, oh IHVH, eres escudo alrededor de mí; eres mi gloria y el que levanta mi
cabeza» (Sal 3.3).

Levantar o alzar los ojos o el corazón denota «orgullo» y «arrogancia»: «Y se eleve


luego tu corazón, y te olvides de IHVH tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de
casa de siervos» (Dt 8.14 rv; «enorgullecer» rvr, lba; «enaltecer» rva;
«ensoberbecer» rv-95).

Nombre: Heb. ‫ רום‬- Rum, «altura, altivez». Este vocablo aparece 6 veces. En Pr 25.3
significa «altura» y en Is 2.11 «altivez».

Marom: Heb. ‫« מרום‬plano más alto; altura; alta posición social». Marom se
encuentra unas 54 veces en el hebreo del Tanaj. También se ha comprobado en
ugarítico y en antiguo sudarábigo. La primera vez que se usa (Jue 5.18) alude a
«una superficie más elevada». En Job 16.19 y 33.5 el término tiene la acepción de
«altura» refiriéndose a la morada de Dios. Job 5.11 usa el vocablo con la

1282
E

connotación de una «alta posición social». Marom puede también significar


«exaltarse a sí mismo» (2 R 19.22; Sal 73.8).

Engrandecer, Enaltecer, Magnificar: Heb. ‫ָדל‬ ֖ ‫ ג‬- gadal, verbo «hacerse fuerte,
crecer, ser grande o rico, engrandecer, enaltecer (demostrar grandeza), magnificar,
ser poderoso, importante o valioso». Este verbo aparece en otras lenguas solo en
ugarítico y arábigo; no se encuentra ni en arameo bíblico ni en hebreo posbíblico.
En otras lenguas semíticas el significado del vocablo generalmente se representa
con raíces que tienen los radicales ‫ ;הבר‬esta raíz también se encuentra en hebreo
bíblico como sinónimo de igdal. Sin embargo, los dos sinónimos difieren en que
gadal no alude a un crecimiento numérico (con la posible excepción de Gn 48.19).
Se han comprobado en el Tanaj 120 casos de gadal en todos los períodos.

El verbo puede significar aumento de tamaño y edad como parte del proceso de
maduración de la vida humana: «El niño creció y fue destetado» (Gn 21.8 rva). El
vocablo también tiene que ver con el «crecimiento» de animales (2 S 12.3) y de
plantas (Is 44.14), así como de los cuernos de animales (Dn 8.9) y de otros objetos
vivientes. En su modo intensivo, gadal indica participación en el proceso de
crecimiento: «Crié hijos» (Is 1.2). La misma modalidad puede sugerir
consentimiento para determinada acción: «Dejará crecer libremente el cabello de
su cabeza» (Nm 6.5).

Una acepción de gadal es posición de ser «grande o rico». El siervo de Avraham le


dijo: «IHVH ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha enriquecido» (Gn 24.35
rva); en este caso, el vocablo alude a la conclusión de un proceso. En la modalidad
intensiva el verbo presenta un hecho, como cuando dice Dios: «Yo haré de ti una
gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre» (Gn 12.2: primera mención
del verbo en el Tanaj).

El término se usa a veces con el significado de «ser grande, engrandecer,


enaltecer»: «Ahora pues, sea engrandecido el poder del Señor, de acuerdo con lo
que has hablado» (Nm 14.17). Moshé/Moisés ora para que Dios demuestre que es
en verdad grande, tal como lo ha dicho, y que lo haga sin destruir a su pueblo. De
otra manera, cualquier espectador se sentiría obligado a concluir que Dios era
incapaz de cumplir con lo que prometió. Lo contrario, conducir a Israel a Palestina,
demostrará la grandeza de Dios delante de las naciones. El mismo sentido se halla
en 2 S 7.22, con el matiz añadido de «magnificar» («alabar por ser grande»): «Por
tanto, tú eres grande, oh IHVH Dios; porque no hay nadie como tú, ni hay Dios
aparte de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos».

Otro énfasis de gadal es «ser grande, poderoso, importante o valioso». Este matiz
se aplica en particular a reyes. Faraón dice a Iosef/José: «Tú estarás sobre mi casa,
y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor
[más poderoso, con mayor honra] que tú» (Gn 41.40; «te precederé» nbe). El
Mesías «se levantará y los apacentará con el poder de IHVH, con la grandeza del
nombre de IHVH su Dios, y se establecerán, porque entonces será engrandecido
hasta los fines de la tierra» (Miq 5.4 rva). Él será poderoso hasta los fines de la
tierra. El matiz «ser valioso» aparece en 1 S 26.24, donde David dice a Shaúl: «Y he
aquí, como tu vida ha sido valiosa ante mis ojos en este día, así sea valiosa mi vida

1283
E

ante los ojos de IHVH, y Él me libre de toda aflicción» (rva). La segunda vez que se
usa gadal en esta declaración es en su forma intensiva, por lo que la frase se podría
traducir con mayor precisión: «Para que mi vida sea altamente valorada».

En el modo reflexivo gadal puede significar «engrandecerse». Dios dice: «Mostraré


mi grandeza y mi santidad. Así me daré a conocer ante los ojos de muchas
naciones» (Ez 38.23 rva). El contexto muestra que Él traerá juicio; de esta manera
se «engrandece», o sea, demuestra que es grande y poderoso. Por otro lado, una
declaración falsa de grandeza y poder es un alarde sin contenido. Así gadal puede
significar «jactarse, vanagloriarse»: « ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella
corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve?» (Is 10.15). En modo
causativo el verbo puede significar «darse aires de grandeza»: «Pero si vosotros os
engrandecéis contra mí, y contra mí alegáis mi oprobio» (Job 19.5). En Iov/Job
encontramos también otro matiz que sugiere una estimación de grandeza cuando
igdal está en modo intensivo: « ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y
para que pongas sobre él tu corazón?» (7.17; cf. Sal 8.4). Si el ser humano es tan
insignificante, ¿por qué le considera Dios tan importante?

Nombre: Heb. ‫ גְ דולה‬- Gedulah, «grandeza; gran dignidad; grandes cosas». Este
nombre aparece 12 veces. En Sal 71.21 significa «grandeza»: «Aumentarás mi
grandeza, y volverás a consolarme». Gedulah se puede referir también a gran
«dignidad» (Est 6.3 bj) y a «grandes cosas» (2 S 7.21).

Godel: Heb. ‫« ְּגֹ דל‬grandeza». Este nombre se encuentra 13 veces. Godeljá quiere
decir «grandeza» en relación con tamaño (Ez 31.7) o con atributos divinos como
poder (Sal 79.11), dignidad (Dt 32.3), majestad (Dt 3.24) y misericordia (Nm
14.19); también con falsa grandeza de corazón (insolencia; Is 9.9).

Migdal: Heb. ‫ ִּמג ָ ָּ֑דל‬: «lugar fuerte; púlpito de madera». Este nombre, que aparece 49
veces, a menudo se refiere a una torre o «lugar fuerte» (Gn 11.4–5), aunque
también tiene que ver con un «púlpito de madera»: «Y Esdras el escriba estaba
sobre un púlpito [«estrado» lba] de madera» (Neh 8.4 rvr).

Adjetivo: Heb. Gadol - ‫ג ַָ֥דֹול‬: «grande, gran». El adjetivo gadol es la palabra que más
aparece relacionada con el verbo gadal (alrededor de 525 veces). Gadol se refiere a
las dimensiones de tamaño (Gn 1.21), número (Gn 12.2), poder (Dt 4.37), castigo
(Gn 4.13) y valor o importancia (Gn 39.9).

El verbo gadal y su adjetivo afín gadol pueden usarse para hacer declaraciones
distintivas. En hebreo se puede decir «él es grande» con solo el verbo o,
alternativamente, con el adjetivo gadol y un pronombre como prefijo. En el primer
caso se resalta una condición dada o existente (como en Mal 1.5): «Sea IHVH
engrandecido más allá de los límites de Israel». La segunda construcción anuncia al
receptor una nueva experiencia, como en Is 12.6: «Grande es en medio de ti el
Santo de Israel». Se trata de información que se conocía antes, pero actos divinos
recientes hacen que se vuelva a experimentar. El énfasis está sobre la frescura de la
experiencia.

1284
E

Otro adjetivo, ‫ג ֶָ֔דל‬-gadel, quiere decir «llegar a ser grande; crecer». Este adjetivo
verbal se usa 4 veces, una de ellas en Gn 26.13: «El varón se enriqueció, y fue
prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso».

Escoger: Verbo, heb. ַ‫ חרב‬- bajar, «escoger, hacer una opción». Este verbo se
encuentra 170 veces en todo el Tanaj. También lo encontramos en arameo, siríaco
y asirio. El vocablo tiene términos paralelos en egipcio, acádico y en las lenguas
cananeas.

El primer caso de bajar en el Tanaj se encuentra en Gn 6.2: «Tomaron para sí


mujeres, escogiendo entre todas» (rva). A menudo se usa cuando el sujeto es un
hombre: «Y escogió Lot para sí todo el valle del Jordán» (Gn 13.11 lba). En más de
la mitad de los casos, Dios es el sujeto de bajar, como en Nm 16.5: «IHVH dará a
conocer mañana por la mañana a los que son suyos… y a quien escoja lo hará que
se acerque a Él» (rva).

Nejemiá/Nehemías 9.7–8 describe cómo Dios «escoge» (elección) a personas


desde Avram: «Tú, eres oh IHVH, el Dios que escogiste a Avram… e hiciste un pacto
con él». Bajar se usa 30 veces en Deuteronomio y con solo dos excepciones se
refiere a que Dios «escogió» a Israel o algo en la vida de Israel. «Y por cuanto Él
amó a tus padres… escogió a sus descendientes después de ellos» (Dt 4.37). El
hecho de ser «escogidos» por Dios acerca a las personas a una relación más íntima
con Él: «Sois hijos del Señor vuestro Dios… y el Señor te ha escogido para que le
seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz
de la tierra» (Dt 14.1–2 lba).

Las «opciones» de Dios formaron la historia de Israel; fue su «opción» guiarlos en


su redención de Egipto (Dt 7.7–8), enviar a Moshé/Moisés y Aharón/Aarón para
hacer milagros en Egipto (Sal 105.26–27) y les dio a los levitas «para bendecir en el
nombre del Señor» (Dt 21.5 lba). «Escogió» su heredad (Sal 47.4), incluyendo
Jerusalén, donde moró entre ellos (Dt 12.5; 2 Cr 6.5, 21). Sin embargo, «ellos
escogieron sus propios caminos… yo también escogeré tratarlos con penurias y
traeré sobre ellos lo que temen» (Is 66.3–4 rva). El pacto llamó a los seres
humanos a responder a la elección divina: «Os he puesto delante la vida y la
muerte, la bendición y la maldición, escoge pues la vida» (Dt 30.19; cf. Jos 24.22).

La versión Septuaginta (griega) traduce bajar mayormente como eklegein, y por


medio de su palabra el concepto teológico importante de la «elección» divina entró
al KeTeR / Escrito de los primeros discípulos (Nuevo Testamento).

Nombre: Heb. ַ‫ חִ ירב‬- Bajir: «escogidos». Otro nombre, bajér, se usa 13 veces y
siempre acerca de los «escogidos» del Señor: «Shaúl, el escogido de IHVH» (2 S
21.6); «hijos de Iaaqov / Jacob, sus escogidos» (1 Cr 16.13).

Espíritu, Hálito: Heb. ְּ‫ ֵ֣רּוח‬- ruaj, «aliento; hálito, aire; viento; brisa; espíritu;
coraje; temperamento; Espíritu». Este nombre tiene cognados en ugarítico, arameo
y arábigo. El término se encuentra unas 378 veces en todos los períodos del hebreo
bíblico.

1285
E

Primero, el vocablo significa «hálito» o «aliento», el «aire» que se respira. Esta


acepción se destaca en Jer 14.6: «Los asnos monteses se ponen sobre los cerros y
aspiran el viento como los chacales» (rva). «Recobrar el aliento» es revivirse:
«Cuando [Sansón] bebió [agua], recobró sus fuerzas [aliento] y se reanimó» (Jue
15.19 lba). «Quedar sin aliento» es sentir asombro: «Y cuando la reina de Sabá vió
toda la sabiduría de Shelomo/Salomón, y la casa que había edificado, asimismo la
comida de su mesa… se quedó asombrada» (1 R 10.4–5 rvr; «sin aliento» rva, lba).
Ruaj también puede referirse a hablar o al «hálito» de la boca: «Por la palabra del
Señor fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca»
(Sal 33.6; «soplo» rva; «espíritu» rv; cf. Éx 15.8; Job 4.9; 19.17).

Segundo, el término se usa con un énfasis particular en la calidad invisible,


intangible y fugaz del «aire»: «Acuérdate de que mi vida es un soplo; mis ojos no
volverán a ver el bien» (Job 7.7). A veces ruaj puede sugeir falta de propósito o
inutilidad, aun vanidad (vacuidad): «Los profetas serán convertidos en viento,
puesto que la palabra no está en ellos» (Jer 15.13). Las «palabras ventosas» (Job
16.3 rv) son «palabras vacías» (rvr); de la misma manera en que el «conocimiento
ventoso» es «conocimiento vacío» (Job 15.2; cf. Ec 1.14, 17) «correr tras el viento»
(lba); «aflicción de espíritu» (rva, rv-95). En Pr 11.29 ruaj significa «nada»: «El que
turba su casa heredará viento». Este matiz se percibe muy claramente en Kohelet /
Ec 5.15–16: «Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá; tal como
vino, se irá. Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya. Este
también es un grave mal: que de la misma manera que vino, así vuelva. ¿Y de qué le
aprovecha afanarse para el viento?» (rva).

Tercero, ruaj significa «viento». En Bereshit/Gn 3.8 el término parece referirse a la


brisa suave y refrescante del atardecer que es muy propia del Oriente Medio:
«Oyeron la voz de IHVH Dios que se paseaba en el jardín en el fresco [literalmente,
«aire» rvr] del día» (rva). Puede significar un viento fuerte y constante: «Y el Señor
hizo soplar un viento del oriente sobre la tierra todo aquel día y toda aquella
noche» (Éx 10.13 lba). También puede referirse a un viento sumamente fuerte:
«IHVH hizo soplar un fortísimo viento del occidente» (Éx 10.19 rva). En Jer 4.11 el
término parece referirse a un vendaval o tornado (cf. Os 8.7). Dios es el Creador
(Am 4.13) y soberano Controlador de los vientos (Gn 8.1; Nm 11.31; Jer 10.13).

Cuarto, el viento representa orientación. En Irmiá/Jer 49.36 los cuatro vientos son
los cuatro confines de la tierra, es decir, los cuatro puntos cardinales: «Sobre Elam
traeré los cuatro vientos [gentes de los cuatro puntos cardinales] de los cuatro
extremos del cielo, y los dispersaré en todas las direcciones. No habrá nación a
donde no vayan los desplazados de Elam» (Jer 49.36 rva). Esta misma frase, con el
mismo significado, se ha encontrado en acádico; a decir verdad, la expresión
comienza a aparecer en hebreo durante el período en que se hace más frecuente el
contacto con los pueblos de lengua acádica.

1286
E-H
Quinto, ruaj a menudo indica el elemento de vida en el ser humano, su «espíritu»
natural: «Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra… Todo lo que tenía
aliento de espíritu de vida en sus narices» (Gn 7.21–22). En estos versículos los
animales tienen «espíritu» (cf. Sal 104.29). Por otro lado, en Pr 16.2 el vocablo
parece significar más que el simple «hálito» de la vida; tal vez el «alma»: «Todo
camino del hombre es limpio en su propia opinión, pero IHVH es el que examina
los espíritus» (rva; «intenciones» lvp). Por esto, Is 26.9 usa nefesh, «alma», y ruaj
paralelamente como sinónimos: «Mi alma te espera en la noche; mientras haya
aliento en mí, madrugaré a buscarte» (rva. El «espíritu» de la persona regresa a
Dios (Ec 12.7).

Sexto, con frecuencia se usa ruaj para hablar de la mente (intención), disposición o
«temperamento» de alguna persona: «Bienaventurado el hombre a quien IHVH no
culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño» (Sal 32.2 rv-95). En Ez 13.3
la palabra se usa en el sentido de «inclinación»: « ¡Ay de los profetas necios que
siguen su propio espíritu y no han visto nada!» (lba; cf. Pr 29.11). Ruaj puede
indicar ciertos estados de ánimo, como en el caso de Jos 2.11: «Al oír esto, nuestro
corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en ninguno a causa de vosotros»
(rva; cf. Jos 5.1; Job 15.13). El «temperamento» (mal genio) de una persona es otro
uso de ruaj: «Si el ánimo del gobernante se excita contra ti, no abandones tu
puesto; porque la serenidad apacigua grandes ofensas» (Ec 10.4 rva). David oró
para que Dios le devolviera «el gozo de tu salvación, y un espíritu generoso me
sustente» (Sal 51.12 rva). En este versículo, «gozo de salvación» y «espíritu
generoso» («libre» rv; «noble» rvr; rv-95; «de poder» lba) están en paralelo, o sea,
son sinónimos. Por tanto, «espíritu» se refiere al ánimo interior así como «gozo»
alude a una emoción interna.

Séptimo, el Tanaj habla a menudo acerca del «Espíritu» de Dios. Este es el


significado de ruaj la primera vez que aparece el término: «Y la tierra estaba
informe y desordenada, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el viento
de Dios se movía sobre la faz de las aguas» (Gn 1.2 rvr). Isaías 63.10–11 y Sal 51.12
hablan específicamente del «Ruaj HaKodesh/Espíritu de Santidad».

Octavo, a los seres inmateriales (mal’ajim/mensajeros, ángeles) en el cielo se les


llama a veces «espíritus»: «Y salió un espíritu y se puso delante de IHVH, y dijo: Yo
le induciré» (1 R 22.21; cf. 1 S 16.14).

Noveno, también se usa «espíritu» para expresar la capacidad o dotación de alguna


persona para cierta tarea o bien la esencia de una de sus cualidades: «Y
Iehoshúa/Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu/ruaj de sabiduría, porque
Moshé/Moisés había puesto sus manos sobre él» (Dt 34.9 rva). Elishá/Eliseo pidió
a Eliyáh/Elías una doble porción de su «espíritu» (2 R 2.9) y lo recibió.

Hechicería: Heb. ‫ בֹוא‬- ob, «ánima; hechicería, nigromancia; adivinación; hoyo».


Este vocablo tiene cognados en sumerio, acádico y ugarítico, donde se encuentran
las acepciones «hoyo» y «espíritu de algún difunto». En los casos más antiguos (en
sumerio), ob se refiere a un «hoyo o fosa» del que pueden convocarse los espíritus
de los muertos. En textos asirios tardíos se usa el vocablo para referirse a un

1287
H

simple agujero en la tierra. Los textos acádicos describen una divinidad que
personifica el «hoyo» y a quien se dirigía un rito particular de exorcismo. En el
hebreo del Tanaj se constatan 16 ejemplos del vocablo.

El término generalmente se relaciona con el espíritu (espíritu o fantasma)


atribulado de un muerto. Este significado se encuentra sin lugar a duda en Is 29.4:
«Tu voz subirá de la tierra como la de un fantasma; desde el polvo susurrará tu
habla».

La segunda acepción, «hechicero» (o adivino), se refiere a un profesional que dice


poder convocar los espíritus cuando se lo soliciten o le contraten para hacerlo: «No
recurráis a los que evocan a los muertos ni busquéis a los adivinos» (Lv 19.31 rva:
primer ejemplo del término). Estos «médium» llamaban a sus «guías» de un
agujero en la tierra. Saúl solicitó a la «médium» de Endor: «Te ruego que evoques
por mí a un espíritu [lit. «del hoyo»], y que hagas subir al que yo te diga» (1 S 28.8
lba).

Dios le prohibió a Israel buscar información por este medio, común entre los
paganos (Lv 19.31; Dt 18.11). Tal vez la creencia pagana de manipular a los dioses
para provecho personal explica el relativo silencio del Tanaj acerca de la vida de
ultratumba. No obstante, desde los primeros tiempos, el pueblo de Dios creía en
vida después de la muerte (p. ej., Gn 37.35; Is 14.15ss).

La hechicería (o adivinación) era tan contraria a la voluntad de Dios que quienes lo


practicaban estaban bajo pena de muerte (Dt 13). Las experiencias insólitas de los
hechiceros o adivinos no comprueban que ellos realmente tenían poder para
convocar a los muertos. Por ejemplo, la médium o pitonisa de Endor no pudo
arrebatar a Shemuel/Samuel de las manos de Dios en contra de la voluntad de Él.
Aunque en este caso particular, parece que Dios reprendió la apostasía de Shaúl, ya
sea con un Shemuel revivido o mediante una visión de él. Los médium no tienen la
potestad de llamar a los espíritus, ya que esto es reprobable ante Dios y contrario a
su voluntad.

Heredar: Verbo, heb. ‫ נחל‬- najal, «heredar, recibir por posesión, tomar posesión».
El término se encuentra en hebreo antiguo y también moderno, así como en
antiguo ugarítico. Hay unos 60 casos del verbo en el Tanaj. El primer caso está en
Éx 23.30: «tomar la tierra por heredad» (rv). Es más exacta la traducción «poseer»
(rvr, rva, nrv y lba) en este caso, puesto que la tierra de Canaán no era literalmente
una heredad, en el sentido extricto de la palabra, sino una posesión que Israel
recibiría por intervención directa de Dios. A decir verdad, en la mayoría de los
casos en que se usa najal en el Tanaj, el vocablo tiene el significado básico de
«poseer» más bien que «heredar» por voluntad de un testamento. Uno de los pocos
casos cuando es así está en Dt 21.16: «El día que hiciere heredar a sus hijos lo que
tuviere». Más precisamente: «El día que reparta lo que tiene entre sus hijos» (lba).

Cuando Moshé/Moisés oró: «Señor… tómanos por tu heredad» (Éx 34.9), no quiso
decir que Dios les «heredaría» mediante un testamento, sino que Él los «tomaría
por posesión suya» (lba). La acepción «recibir por posesión» tiene aquí un sentido
figurado. Por ejemplo: «Los sabios poseerán honra» (Pr 3.35 rva; «son dignos de

1288
H

honra» nvi); «los perfectos heredarán el bien» (Pr 28.10); «mentira poseyeron
nuestros padres» (Jer 16.19); «el que turba su casa heredará viento» (Pr 11.29).

Nombre: Heb. ‫ נחֲלה‬- Najaláh: «posesión; propiedad; herencia». Este nombre es de


uso frecuente (220 veces), aunque principalmente en la Torá y en Iehoshúa/Josue.
Casi no se encuentra en los libros históricos. El nombre se usa por primera vez en
Bereshit/Gn 31.14: Rajel y Leá respondieron, y le dijeron: «¿Tenemos todavía
nosotras parte o herencia alguna en la casa de nuestro padre?» (lba).

La traducción básica de najaláh es «herencia»: «Nabot respondió a Acab:


¡Guárdeme IHVH de darte la heredad de mis padres!» (1 R 21.3 rva). Con más
precisión el vocablo se refiere a una «posesión» sobre la que se tiene derecho. El
uso de najaláh en la Torá y en Iehoshúa/Josué a menudo denota la «posesión» que
Israel, una tribu o un clan recibió como su porción de la tierra prometida. Dicha
porción se determinó por sorteo (Nm 26.56) poco antes de la muerte de Moshé /
Moisés y le tocó a Iehoshúa/Josué ejecutar la distribución de la «posesión»: «Así
tomó Iehoshúa/Josué toda la tierra, conforme a todo lo que IHVH había dicho a
Moshé/Moisés. Iehoshúa/Josué la entregó como heredad a Israel, conforme a la
distribución de sus tribus» (Jos 11.23 rva). Después de la conquista, el término
«herencia» deja de referirse a territorio conquistado en batalla. Una vez que se
tomó «posesión» de la tierra, entró en vigencia el proceso legal que pretendía
mantener la propiedad hereditaria dentro de la misma familia. Por esta razón,
Nabot no podía traspasar sus derechos a Acab (1 R 21.3–4). Siempre era posible
redimir la propiedad, cuando hubiese caído en otras manos, como lo hizo Booz con
el fin de mantener el nombre del difunto: «También adquiero, para que sea mi
mujer, a Rut la moabita, que fuera mujer de Majlón, para restaurar el nombre del
difunto a su heredad, a fin de que el nombre del difunto no se borre de entre sus
hermanos ni de la puerta de su ciudad» (Rt 4.10 rva).

Se dice que Israel es la «posesión» de Dios: «Pero a vosotros IHVH os tomó, y os ha


sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como
en este día» (Dt 4.20 rvr, nrv).

Dentro de la relación especial del pacto los hijos en Israel se consideraban un don
especial del Señor (Sal 127.3). Sin embargo, el Señor abandonó a Israel, su
«posesión», a la merced de las naciones (cf. Is 47.6), y permitió que un remanente
de esta «posesión» regresara: «¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida
el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque
se deleita en misericordia» (Miq 7.18).

Por otro lado, se puede también decir que el Señor es la «posesión» de su pueblo. A
los kohanim/sacerdotes y levitas, cuyas «posesiones» terrenales estaban limitadas,
se les asegura que su «posesión» es el Señor: «Por esto Leví no ha tenido parte ni
heredad entre sus hermanos: IHVH es su heredad, como IHVH tu Dios se lo ha
prometido» (Dt 10.9; cf. Nm 18.23).

En la Septuaginta encontramos las siguientes traducciones del vocablo: kleronomia


(«heredad; posesión; propiedad») y kleros («suerte; posición; parte»).

1289
H

Hermana: Heb. ‫ א ֲַ֥חֹות‬- ajot, «hermana». Al igual que los vocablos para «hermano»
y «padre», muchas lenguas semíticas comparten este nombre. Mientras que
«hermano» aparece 629 veces, «hermana» se encuentra solo 114 veces. El uso es
raro en la literatura poética, excepto Cantares (7 veces). La primera vez que se usa
el vocablo es en Bereshit / Gn 4.22: «Tzilá también dio a luz a Tubal-caín, artífice
de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naamá».

La traducción de «hermana» por ajot es solo al comienzo. Según la costumbre


hebraica, el vocablo era un término que se usaba para referirse a la hija del padre y
la madre de uno (Gn 4.22) o a la hermanastra (Gn 20.12). Puede también referirse
a la tía por parte de padre (Lv 18.12; 20.19) o de la madre (Lv 18.13; 20.19).

Por regla general, ajot denota parientes del género femenino: «Y bendijeron a
Rebeca diciéndole: Tú eres nuestra hermana. Que seas madre de millares de
decenas de millares. Que tus descendientes posean las ciudades de sus enemigos»
(Gn 24.60). Esta acepción se extiende al uso metafórico, donde dos divisiones de
una nación (Judá e Israel; Jer 3.7) y dos ciudades (Sodoma y Samaria; Ez 16.46) se
describen como hermanas, ya que los nombres geográficos en hebreo son
femeninos.

El significado más especializado que quiere decir «amada, amado» se encuentra


únicamente en Cnt 4.9: «Has cautivado mi corazón, hermana [o amada] mía, esposa
mía; has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos, con una sola hebra
de tu collar» (lba). En este caso <ajot se usa como una expresión de afecto en lugar
de un término de relación sanguínea.

La Septuaginta traduce el vocablo como adelfe («hermana»).

Hermano: Heb. ַ‫ חא‬- aj, «hermano». Esta palabra tiene cognados en ugarítico y en
la mayoría de las demás lenguas semíticas. Se constata unas 629 veces en hebreo
bíblico, en todos los períodos.

La acepción básica de aj es de «hermano varón» y este es su significado la primera


vez que aparece en el texto: «Después dio a luz a su hermano» (Gn 4.2). El vocablo
puede aludir a un hermano consanguíneo o a un hermanastro: «Anda, por favor, y
mira cómo están tus hermanos» (Gn 37.14 rva).

Otro matiz de aj es «pariente consanguíneo». El término «hermano» se aplica al


sobrino de Avraham: «Así recobró todos los bienes y también recobró a su sobrino
Lot, sus bienes, y también a las mujeres y a la gente» (Gn 14.16 rva; «hermano» rv;
«pariente» rvr, rv-95). Al mismo tiempo, este pasaje puede reflejar el sentido de un
pacto entre «aliados» (cf. Gn 13.8). En Bereshit / Gn 9.25, aj claramente quiere
decir «pariente»: «Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos».
Labán trata a su sobrino Iaaqov / Jacob como aj: «Entonces dijo Laván a Iaaqov /
Jacob: « ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario»»
(Gn 29.15; cf. nrv; «sobrino» rva; «pariente» lba). Antes de esto, Iaaqov/Jacob se
refiere a sí mismo como el <aj del padre de Rajel/Raquel (Gn 29.12).

1290
H

Las tribus tienen una relación de ajém: «Judá dijo a [la tribu de] Shim’on/Simeón
su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado» (Jue 1.3). El
término aj puede usarse con respecto a alguien de la misma tribu: «Aquel en cuyo
poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que
yo tenga tuyo» (Gn 31 32; cf. nrv; «parientes» rva, lba). En otros pasajes el vocablo
se refiere a un compatriota: «En aquellos días sucedió que crecido ya Moshé/
Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas» (Éx 2.11).

En varios pasajes, el vocablo aj expresa «compañero» o «colega», o sea, un


hermano por opción. Un ejemplo aparece en 2 R 9.2: «Cuando llegues allá, verás allí
a Iehú hijo de Iehoshafat/Josafat hijo de Nimsi. Entra, haz que se levante de entre
sus hermanos, y llévalo a otra habitación» (rv-95; «compañeros» rva; cf. Is 41.6;
Nm 8.26). Más o menos en la misma línea se encuentra otra vez la acepción de
«aliados»: «Entonces Lot salió a ellos a la puerta, cerró la puerta detrás de sí y dijo:
¡Por favor, hermanos míos, no hagáis tal maldad!» (Gn 19.6–7 rva). Nótese este
mismo uso en Nm 20.14 y 1 R 9.13.

Aj puede ser un apelativo de cortesía, como es el caso en Bereshit/Gn 29.4: «Y les


dijo Iaaqov/Jacob: Hermanos míos [cuya identidad desconocía], ¿de dónde sois
vosotros?»

El vocablo aj a veces se refiere simplemente a lo más próximo o al prójimo:


«Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo
animal la demandaré, y de mano… del varón su hermano demandaré la vida del
hombre» (Gn 9.5–6).

Hombre: Heb. ‫ אָ ָ֗ ָדם‬- adam, «hombre; humanidad; gente; alguien». Este nombre se
encuentra en ugarítico, fenicio y púnico. Un término con los mismos radicales se
encuentra en antiguo arábigo meridional con el significado de «siervo». En arábigo
tardío los mismos radicales significan tanto «la humanidad» como «toda la
creación». El término acádico admu significa «niño». El vocablo hebreo aparece
unas 562 veces y en todos los períodos del hebreo bíblico.

Este nombre está relacionado con el nombre adom, «estar rojo», que puede ser una
alusión a la tez rojiza o curtida de los hombres en la antigüedad. El nombre expresa
el «hombre» como creatura a la imagen de Dios, la corona de toda la creación. En la
primera vez que aparece «hombre» se refiere al género humano, es decir, el
«hombre» en sentido genérico: «Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza» (Gn 1.26). En Bereshit/Gn 2.7 el vocablo
se refiere al primer «hombre», Adám: «Entonces IHVH Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente».

Entre Bereshit/Gn 2.5 y 5.5 hay un constante cambio e interrelación entre el uso
genérico e individual. El «hombre» se distingue del resto de la creación en que se
creó por un acto especial e inmediato de Dios: solo él fue creado a imagen de Dios
(Gn 1.27). Estaba formado por dos elementos, lo material y lo inmaterial (Gn 2.7).
Desde el comienzo ocupó una posición por encima del resto de la creación terrenal
y se le prometió una posición aún más exaltada (vida eterna) si obedecía a Dios:

1291
H

«Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra;
sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los
animales que se desplazan sobre la tierra» (Gn 1.28 rva; cf. 2.16–17). En Gn 1 el
«hombre» se describe como meta y corona de la creación, mientras que en Gn 2
vemos que el mundo se creó como la escena de la actividad humana. La imagen de
Dios en el «hombre» se refiere a su alma y/o espíritu. (Es esencialmente espiritual;
tiene una dimensión invisible e inmortal que es indivisible.) Otros elementos de
esta imagen son: (1) mente y voluntad, (2) integridad intelectual y moral (se creó
con verdadero conocimiento, justicia y santidad), (3) cuerpo (órgano considerado
apto para compartir la inmortalidad del ser humano; y también para actuar como
agente de Dios en la creación), así como (4) dominio sobre el resto de la creación.

La «caída» afectó profundamente al «hombre», sin embargo, no perdió la imagen


de Dios (Gn 9.6). Después de la caída, el «hombre» ocupa una nueva posición,
inferior, delante de Dios: «IHVH vio que la maldad del hombre era mucha en la
tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo
solo al mal» (Gn 6.5 rva; cf. 8.21). El «hombre» deja de tener comunión perfecta
con el Creador; está ahora bajo la maldición del pecado y de la muerte.

En algunos de los pasajes posteriores del Tanaj, es difícil distinguir entre adam e
ésh, el «hombre» como contraparte de la mujer y/o en su virilidad.

A veces adam se refiere a un grupo limitado y particular de «hombres»: «He aquí,


avanzan aguas del norte, se convierten en torrente e inundan la tierra y su
plenitud, la ciudad y sus habitantes. Entonces los hombres gritan, y gime todo
habitante de la tierra» (Jer 47.2 rva). Cuando se refiere a un grupo en particular de
individuos («hombres»), el nombre se encuentra en la frase «hijos de los
hombres»: «Y descendió IHVH para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos
de los hombres» (Gn 11.5). La frase «hijo del hombre» generalmente señala a un
individuo en particular: «Dios no es hombre [ésh] para que mienta, ni hijo de
hombre [adam] para que se arrepienta» (Nm 23.19; cf. Ez 2.1). Hay una única y
notable excepción del uso de este término en Dn 7.13–14: «Estaba yo mirando en
las visiones de la noche, y he aquí que en las nubes del cielo venía alguien como un
Hijo del Hombre [enosh]… su dominio es dominio eterno, que no se acabará; y su
reino, uno que no será destruido» (rva). En este caso, la frase se refiere a un ser
divino.

Adam se usa también para referirse a «cualquier hombre», a cualquier persona,


varón o hembra: «Cuando alguien [«un hombre» lba] tenga en la piel de su cuerpo
hinchazón, costra o mancha clara y se convierta en la piel de su cuerpo en llaga de
lepra, será traído al sacerdote Aharón» (Lv 13.2 rva). El nombre odem quiere decir
«rubí», vocablo que se encuentra 3 veces y solo en hebreo. En Éx 28.17
encontramos a esta piedra preciosa de color rojo vivo, un «rubí»: «La primera
hilera tendrá un rubí [odem], un topacio y un berilo» (rva).

Gever: Heb. ַ‫« רבַג‬hombre, varón». Este vocablo se encuentra 60 veces en el Tanaj;
más de la mitad de los casos (32 veces) están en los libros poéticos. La primera vez
que se usa es en Éx 10.11: « ¡No será así! Id vosotros los varones y servid a IHVH,
pues esto es lo que vosotros habéis pedido» (rva).

1292
H

El significado de la raíz «ser fuerte» ya no es evidente en el uso de gever, puesto


que es un sinónimo de ésh: «Así ha dicho IHVH: Inscribid a este hombre [ésh] como
uno privado de descendencia. Será un hombre [gever] que no prosperará en los
días de su vida. Porque ningún hombre [ésh] de su descendencia logrará sentarse
en el trono de David ni gobernar de nuevo en Judá» (Jer 22.30 rva). Otros
sinónimos son zajar, «varón» (Jer 30.6); enosh, «hombre» (Job 4.17); y adam,
«hombre» (Job 14.10). Un gever denota un «varón», como antónimo de «hembra» o
«mujer»; cf. «La mujer [ishá] no se vestirá con ropa de hombre [gever], ni el
hombre [gever] se pondrá vestido de mujer [ishá]; porque cualquiera que hace
esto es una abominación a IHVH tu Dios» (Dt 22.5 rva).

En expresiones generalizadas de maldición y bendición, geber también actúa como


sinónimo de ésh, «hombre». La expresión puede comenzar con «maldito el
hombre» (gever; Jer 17.5) o «bienaventurado el hombre» (gever; Sal 34.8). Sin
embargo, estas mismas expresiones también aparecen con ésh (Sal 1.1; Dt 27.15).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: aner («hombre»); anthropos


(«ser humano; hombre»); y dunatos («los poderosos o fuertes»).

Ish: Heb. ‫« ִאיׁש‬hombre; marido; pareja; ser humano; humano; alguien; cada uno;
todos». Hay cognados de esta palabra en fenicio, púnico, arameo antiguo y arábigo
meridional antiguo. El nombre aparece unas 2.183 veces y en todos los períodos
del hebreo bíblico. El plural de este nombre usualmente es <anashém, aunque 3
veces es éshém (Sal 53.3).

Básicamente el término significa el «hombre» en su relación con la mujer; o sea, el


«hombre» es una criatura que se distingue por su virilidad. Este es el énfasis en Gn
2.24 (primer caso): «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá
a su mujer». Algunas veces la frase «hombre y mujer» puede significar individuos
de cualquier edad, incluyendo niños: «Cuando un buey acornee a un hombre o a
una mujer, y como consecuencia muera, el buey morirá apedreado» (Éx 21.28 rva).
Puede también expresar un grupo inclusivo, con niños: «Destruyeron a filo de
espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta
los bueyes, las ovejas, y los asnos» (Jos 6.21). A veces esta misma idea se expresa
más explícitamente mediante la serie de vocablos «hombres, mujeres y niños»:
«Harás congregar al pueblo, los hombres, las mujeres, los niños y los forasteros
que estén en tus ciudades» (Dt 31.12 rva).

Ish se usa a menudo en contextos conyugales (cf. Gn 2.24) con el sentido de


«marido» o «compañero»: «Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas, tomad
mujeres para vuestros hijos y dad vuestras hijas a maridos para que den a luz hijos
e hijas» (Jer 29.6 lba). Una virgen se describe como una joven que no ha conocido
«varón» («marido»): «Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los
montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al
voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón» (Jue 11.38–39). La acepción
«pareja» aparece en Gn 7.2, donde el vocablo se refiere a animales masculinos: «De
todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra».

1293
H

Un matiz especial de ésh aparece en pasajes como Bereshit/Gn 3.6, donde significa
«marido» un «hombre» que tiene la responsabilidad de una esposa o mujer y esta
le venera: «Y dio también a su marido, cual comió así como ella». Este énfasis se
encuentra también en Os 2.16 donde se refiere a Dios (cf. el vocablo hebreo ba>al).

A veces el término indica que alguna persona en particular es un «verdadero


hombre». Como tal, es fuerte, influyente y diestro en batalla: «Esforzaos, oh
filisteos, y sed hombres, para que no sirváis a los hebreos como ellos os han
servido a vosotros. ¡Sed hombres y combatid!» (1 S 4.9 rva).

En unos pocos casos ésh se usa como sinónimo de «padre»: «Todos nosotros
somos hijos de un mismo hombre» (Gn 42.11 rva). En otros pasajes, el término
quiere decir «hijo» (cf. Gn 2.24).

En plural el vocablo puede referirse a grupos de hombres que sirven u obedecen a


un superior. Los hombres del faraón escoltaron a Abram: «Y el faraón ordenó a su
gente que escoltara a Abram y a su mujer, con todo lo que tenía» (Gn 12.20 rv-95).
En un sentido similar, pero más general, el vocablo puede referirse a personas que
pertenecen a otro o a algo: «Porque todas estas abominaciones hicieron los
hombres de aquella tierra, que fueron antes de vosotros, y la tierra fue
contaminada» (Lv 18.27).

En muy pocos casos (y en la literatura histórica tardía), este vocablo se usa como
un nombre colectivo que se refiere a todo un grupo: «Y respondió su sirviente:
¿Cómo pondré esto delante de cien hombres?» (2 R 4.43).

Muchos pasajes usan ésh en el sentido genérico más general de «hombre» (adam),
un ser humano: «El que hiriere a alguno [ésh], haciéndole así morir, él morirá» (Éx
21.12). Aunque alguien golpeara o matara a una mujer o a un niño, el culpable
debía morir. Véase Devarim / Dt 27.15: «Maldito el hombre que hiciere escultura o
imagen de fundición». Se usa el término cuando se quiere establecer un contraste
entre personas y animales: «Pero entre todos los hijos de Israel, ni un perro les
ladrará, ni a los hombres ni a los animales» (Éx 11.7 rva). El mismo matiz sirve
para contrastar entre Dios y el ser humano: «Dios no es hombre, para que mienta»
(Nm 23.19).

A veces ésh es indefinido, con el significado de «alguno» o «alguien» («ellos»): «Yo


haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el
polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada» (Gn 13.16 rva;
«alguno» rvr). En otros pasajes el término tiene el significado de «cada uno» (Gn
40.5) o «cada cual» (Jer 23.35).

El vocablo ishon significa «hombre pequeño». Este diminutivo del nombre, que
aparece 3 veces, tiene un cognado en arábigo. Aunque literalmente significa
«hombre pequeño», se refiere a la pupila del ojo y es así como se traduce (cf. Dt
32.10; «la niña de sus ojos»).

Enosh: Heb. ‫אנ‬


ֱ ‫« ׁשֹו‬hombre». Esta palabra semítica común es la que se usa en el
arameo bíblico como el genérico para «hombre» (equivalente hebreo de <adam).

1294
H

Aparece 25 veces en el arameo bíblico y 42 en el hebreo bíblico. El hebreo utiliza


enosh exclusivamente en textos poéticos. La única excepción aparente está en 2 Cr
14.11. Sin embargo, ese versículo es parte de una oración, por lo cual utiliza
lenguaje poético.

El término enosh nunca aparece con el artículo definido y siempre, salvo una
excepción (Sal 144.3), presenta una idea colectiva del «hombre». En la mayoría de
los casos en que aparece en Iov/Job y en los Salmos, el vocablo sugiere, a diferencia
de Dios, la fragilidad, vulnerabilidad y limitación del «hombre» en el tiempo y el
espacio: «El hombre, como la hierba son sus días. Florece como la flor del campo»
(Sal 103.15). Por tanto, el «hombre» no puede ser justo ni santo delante de Dios:
«¿Será el mortal [enosh] más justo que Dios? ¿Será el hombre [geber] más puro
que el que lo hizo?» (Job 4.17 rv-95). En los Salmos la palabra se usa para indicar
un enemigo: « ¡Levántate, oh IHVH! ¡Que no prevalezca el hombre! Sean juzgadas
las naciones delante de ti» (Sal 9.19 rva). Aquí el paralelismo muestra que enosh es
sinónimo de «naciones» o del enemigo. Por tanto, se representa a estas naciones
como débiles, vulnerables y finitas: «Pon, oh IHVH, temor en ellos; conozcan las
naciones que no son sino hombres» (Sal 9.20).

La acepción enosh puede ser «hombres» débiles, pero no necesariamente débiles


en cuanto a moral: «Bienaventurado el hombre [enosh] que hace esto, y el hijo de
hombre [adam] que persevera en ello» (Is 56.2 rva). En este pasaje el enosh recibe
bendición porque ha sido moralmente fuerte.

En algunos lugares el término no implica matices éticos ni se refiere al «hombre»


en un sentido paralelo a adam. Es finito a diferencia de un Dios infinito: «Los haré
pedazos, borraré la memoria de ellos de entre los hombres» (Dt 32.26 lba: primer
caso bíblico del vocablo).

Bajur: Heb. ‫« רּוחב‬joven». Los 44 casos de este vocablo están esparcidos por todos
los períodos del hebreo bíblico.

El término significa un hombre completamente desarrollado, vigoroso y soltero. La


primera vez que se encuentra bajur se contrapone a betuláh, «doncella» o
«virgen»: «Afuera desolará la espada, y adentro el espanto, tanto a los jóvenes
como a las vírgenes, al que mama y al hombre con canas» (Dt 32.25 rva). La fuerza
de un «joven» se contrapone a las canas (corona de honra) del anciano (Pr 20.29).

Hay dos nombres bejurím y bejurot; aparecen una sola vez para describir el
período cuando el «joven» está en la flor de la vida (¿tal vez durante el período en
que es elegible para el servicio militar, es decir, entre los 20 y los 50 años?).
Bejurím se encuentra en Nm 11.28.

Verbo: Heb. ‫ חרב‬- Bajar, «examinar, escoger, seleccionar, elegir, preferir». Este
verbo, que aparece 146 veces en hebreo bíblico, tiene cognados en arameo tardío y
cóptico. El nombre poético bajir, «los escogidos», también se deriva de este verbo.
No todos los estudiosos están de acuerdo en que estos vocablos tienen relación con
el nombre bajur. Prefieren relacionarlos con el primer sentido de la raíz ‫בהר‬, cuyo

1295
H

cognado en acádico se refiere a hombres de guerra. El término significa «escoger o


seleccionar» en Gn 6.2: «Tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas».

Honrar: Verbo heb.ְּ‫ ָכְּבֵ ד‬- kaved, «honrar». Este verbo aparece unas 114 veces en
todos los períodos del hebreo bíblico. Sus cognados están en las mismas lenguas
que el nombre kavod. Un ejemplo de kabed aparece en Dt 5.16: «Honra a tu padre y
a tu madre, como IHVH tu Dios te ha mandado».

Hadar: Heb. ‫« הדר‬honrar, preferir, enaltecerse, comportarse arrogantemente». Este


vocablo, que se halla 8 veces en el Tanaj, tiene cognados solo en arameo, aunque
algunos estudiosos creen haber hallado cognados en egipcio y siríaco.

El término significa «honrar» o «preferir» en Shemot / Éx 23.3: «Tampoco harás


favoritismo al pobre en su pleito» (rva). En Mishlé / Pr 25.6 hadar quiere decir
«enaltecerse» o «comportarse con arrogancia».

Nombre: Heb. ‫ ָכְּדֹוב‬- kavod, «honor; honra, gloria; gran cantidad; multitud; riqueza;
reputación [majestad]; esplendor». Hay cognados de este vocablo en ugarítico,
fenicio, arábigo, etiópico y acádico. Se encuentra 200 veces en todos los períodos
del hebreo bíblico.

Kavod se refiere al gran peso físico de algún objeto. Najum 2.9 debe leerse así: «No
hay límite a los tesoros; [una gran cantidad] de toda clase de objetos codiciables»
(cf. lba). Ieshaiá/Isaías 22.24 (rva) dice que Eliaquim se asemeja a una «estaca en
lugar firme» del que colgarán «toda la gloria [las cosas de peso] de la casa de su
padre». Oshea/Oseas 9.11 exige una acepción similar; kabod se refiere a una gran
multitud de personas («muchedumbre»): «La gloria [muchedumbre] de Efraím
volará cual ave». El término no quiere decir simplemente «pesado», sino también
una cantidad de cosas (personas, objetos, conceptos) imponentes o «de peso».

A menudo, kavod se refiere tanto a «riqueza» como (en sentido concreto) a una
«reputación» significativa y positiva. Como ejemplo del primer énfasis, los hijos de
Laván se quejan que «Iaaqov/Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y
de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza» (Gn 31.1: primer
caso). El segundo énfasis se encuentra en Gn 45.13 donde Iosef/José ordenó a sus
hermanos que informasen a su padre «acerca de toda mi gloria [«honra»] en
Egipto». Aquí el mensaje de Iosef/José incluye un informe sobre su posición y la
promesa de que en Egipto estaría en condiciones de suplir sus necesidades. Los
árboles y los bosques son imponentes, ricos y «esplendorosos». Dios va a castigar
al rey de Asiria con la destrucción de la mayoría de los árboles en sus bosques. «La
gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá… los árboles que queden en su
bosque serán en número que un niño los pueda contar» (Is 10.18–19). En Sal 85.9
predomina la idea de riqueza o abundancia: «Ciertamente cercana está su
salvación para los que le temen, para que habite la gloria [abundancia] en nuestra
tierra». El Sal 85.12 comunica la misma idea en otros términos: «IHVH dará
también el bien; y nuestra tierra dará su fruto».

1296
H

Kavod puede también portar un énfasis abstracto de «gloria» (u «honra») en el


sentido de imponer presencia o posición. La mujer de Finees llamó a su hijo Icabod,
diciendo: « ¡Traspasada es la gloria de Israel! Por haber sido tomada el arca de
Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido» (1 S 4.21). En Is 17.3 kabod
contiene la idea más concreta de plenitud de cosas como ciudades fortificadas,
soberanía y pueblo. Entre estas cualidades se hallan el «honor» o respeto a rango y
posición. En Is 5.13 kavod contiene la idea de «honor» u «honra»: «Sus nobles [los
hombres «honorables»] están muertos de hambre, y su multitud reseca de sed»
(rva). Aquí, el vocablo kavod y su término paralelo (multitud) representan a todo
el pueblo de Israel, las clases altas y la gente común. En muchos pasajes el vocablo
presenta una realidad futura más bien que presente: «En aquel tiempo el renuevo
de IHVH será para hermosura y gloria» (Is 4.2).

Hay dos matices de la palabra que expresan «honra» o «importancia» (cf. Gn


45.13). En primer lugar, kabod puede destacar la posición de un individuo dentro
de la esfera en que vive (Pr 11.16). La «honra» puede perderse debido a obras y
actitudes erróneas (Pr 26.1, 8), o bien demostrarse mediante buenas acciones (Pr
20.3; 25.2). El énfasis, entonces, es sobre las relaciones interpersonales. Segundo,
muchos usos del término sugieren nobleza, como por ejemplo en 1 R 3.13 que
destaca la «honra» que le corresponde a la familia real. O sea, kabod puede resaltar
la posición de respeto y distinción social del que goza la nobleza.

En lo que a Dios se refiere, el vocablo denota una cualidad suya por la que se le
reconoce. Iehoshúa/Josué ordenó a Acán dar gloria a Dios en reconocimiento de su
importancia, valor y de lo que Él significa (Jos 7.19). En este y otros ejemplos
semejantes, «honrar» quiere decir hacer algo; lo que Acán tuvo que hacer fue decir
la verdad. En otros pasajes, «honrar» a Dios es un reconocimiento cúltico y la
confesión de que Dios es Dios (Sal 29.1). Algunos sugieren que en estas y otras
citas, cuando el cultuante ve la «gloria» de Dios y lo confiesa en adoración, se alaba
su soberanía sobre la naturaleza. En otros pasajes, el término señala la soberanía
de Dios sobre la historia y específicamente apunta hacia una futura manifestación
de su «gloria» (Is 40.5). En fin, encontramos también casos que relacionan la
revelación de la «gloria» divina a las manifestaciones de antaño de su soberanía en
la historia y sobre los pueblos (Éx 16.7; 24.16).

Hadar: Heb. ‫ הדר‬- «honra, honor, esplendor». Hay cognados de esta palabra
únicamente en arameo. Los 31 casos en el Tanaj están solo en pasajes poéticos en
todos los períodos.

Primero, hadar se refiere al «esplendor» de la naturaleza: «Y tomaréis el primer día


ramas con fruto de árbol hermoso [lit., árboles de esplendor o belleza]» (Lv 23.40:
primer caso). Segundo, el término es el equivalente de vocablos hebreos como
«gloria» y «dignidad». Así, hadar no significa una combinación de atractivo físico y
posición social más que una hermosura sobrecogedora. Se dice del Mesías que «no
hay parecer en Él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le
deseemos» (Is 53.2 rv). La humanidad está coronada de «gloria y honra», en las
prioridades divinas y en rango (Sal 8.5). En Pr 20.29 hadar enfoca la misma idea
(las señales de rango y privilegio de un anciano son sus canas). Estos casos reflejan
un tema que está presente en toda la Biblia: una larga vida es signo de bendición

1297
H

divina y que resulta (a menudo) de ser fiel a Dios; en cambio, la muerte prematura
es juicio divino. Cuando se aplica a la naturaleza de Dios, hadar comunica las ideas
de brillo esplendoroso, preeminencia y señorío: «Alabanza y magnificencia delante
de Él; poder y alegría en su morada» (1 Cr 16.27). Estas son las características de
su santuario (Sal 96.6) y también Dios se reviste de ellas (Sal 104.1). Este uso de
hadar tiene su origen en el concepto que se tenía de un rey o una ciudad real.
Todas las cosas buenas de David, Dios se las dio: corona de oro en su cabeza, larga
vida y gloria («esplendor»; Sal 21.3–5). La belleza y el fulgor de los reyes de la
tierra proviene, generalmente, de su medio. Así, Dios dice al respecto de Tiro:
«Persas, lidios y libios estaban en tu ejército como tus hombres de guerra. Escudos
y cascos colgaban en ti; ellos te daban tu esplendor. Los hijos de Arvad estaban con
tu ejército sobre tus muros en derredor, y los gamadeos estaban en tus torreones.
Colgaban sus escudos sobre tus muros en derredor; ellos hacían completa tu
hermosura» (Ez 27.10–11 rva). Por el contrario, la «gloria» y el «esplendor» de
Dios procede de Dios mismo.

El nombre hadaráh significa «majestad; esplendor, exaltación; adorno». Este


nombre aparece 5 veces en el Tanaj. El vocablo quiere decir «majestad» o
«exaltación» en Pr 14.28 (lba): «En la multitud del pueblo está la gloria del rey,
pero en la falta de pueblo está la ruina del príncipe» («el pánico del funcionario»
rva; «un príncipe sin súbditos está arruinado» nvi). Hadarah significa «adorno» en
Sal 29.2.

Adjetivo: Heb. ‫ ָכְּבֵ ד‬- kaved, «pesado; numeroso; severo; rico». El adjetivo kaved
aparece unas 40 veces. Básicamente este vocablo expresa la idea de «pesado». En
Éx 17.12 el término se refiere a peso físico: «Y las manos de Moshé/Moisés se
cansaban [«estaban pesadas» (rv)]; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron
debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aharón y Hur sostenían sus manos» (rvr). Esta
pesadez puede ser perenne: una cualidad duradera, siempre presente. Cuando el
vocablo se usa en un sentido negativo y extensivo, puede describir al pecado, por
ejemplo, como un yugo siempre agobiante: «Porque mis iniquidades han
sobrepasado mi cabeza; como carga pesada me agobian» (Sal 38.4 rva; «me
abruman» nvi). Las tareas y responsabilidades suelen ser «pesadas» (Éx 18.18).
Moshé / Moisés argumentó su incapacidad de conducir al pueblo de Dios al salir de
Egipto porque era «tardo en el habla y torpe de lengua» (rvr, nrv); o sea, no había
fluidez en su hablar ni en su lengua; era vacilante («pesado»; Éx 4.10). Esta
acepción de kabed se encuentra, con una aclaración, en Ez 3.6 cuando Dios
describe al pueblo a quien el profeta va a ministrar: «No a muchos pueblos de
habla misteriosa [«incomprensible» lba] y de lengua difícil, cuyas palabras no
entiendes» (rva; cf. nrv). Otro matiz del vocablo se halla en Éx 7.14, refiriéndose al
corazón del faraón: «Se ha endurecido, y rehúsa dejar ir al pueblo» (rva). En todos
estos contextos kabed describe la carga que pesa sobre el cuerpo (o sobre una de
sus partes) de modo que uno queda incapacitado o sin poder actuar
adecuadamente.

En una segunda serie de pasajes, la palabra se refiere a lo que cae sobre uno y le
vence. Así, Dios envió un «granizo muy pesado» sobre Egipto (Éx 9.18 lba), un gran
enjambre de insectos (8.24), una gravísima pestilencia (9.3) y numerosísimas

1298
H

langostas (10.14). El primer ejemplo de este matiz del vocablo se encuentra en Gn


12.10: «Era grande el hambre en la tierra» («severa» lba).

Con connotación positiva, kaved puede describir la cantidad de «riquezas» que se


posee: «Avram era riquísimo en ganado, en plata y oro» (Gn 13.2). En Gn 50.9, el
término se usa como calificativo de un grupo de personas: «un numeroso cortejo»
(rva). En el siguiente versículo tiene el sentido de «imponente» o «pesado»:
«Hicieron grande y muy triste lamentación» (nrv; «grande y solemne» bj; «solemne
y magnífico» nbe).

El adjetivo nunca se usa acerca de Elohim (Dios).

Humildad, Aflicción: Heb. ‫כ ָָ֗נע‬: verbo kana, «ser humilde, humillar, sojuzgar,
someter». Este vocablo bíblico también se encuentra en hebreo moderno. El
término puede significar «humillar, someter (sojuzgar), al mismo tiempo que en
los modos pasivo o reflexivo tienen las acepciones de «ser humilde» o
«humillarse». Aunque kana aparece unas 35 veces en el Tanaj, no lo encontramos
sino hasta Devarim/Dt 9.3: «IHVH tu Dios… los destruirá y humillará» (rvr, nrv;
«someterá» rva). Kana se usa con frecuencia en este sentido de «someter,
humillar» a enemigos (2 S 8.1; 1 Cr 17.10; Sal 81.14). «Humillarse a sí mismo» ante
Dios en arrepentimiento es un tema común en el antiguo Israel (Lv 26.41; 2 Cr
7.14; 12.6–7, 12).

Shapel: Heb. ַ‫« פֵלׁש‬ser humilde, derribar, rebajar, abatir». Esta raíz se encuentra
en la mayoría de las lenguas semíticas (excepto en etiópico) con el significado
básico de «rebajar» o «rebajarse». Shapel aparece unas 25 veces en el Tanaj. Es un
término poético.

Como era de esperarse con términos poéticos, este se usa generalmente en sentido
metafórico. Pocas veces shapel denota literalmente «bajeza». Y aun en pasajes
donde el vocablo puede interpretarse de manera textual, el profeta está
comunicando una verdad espiritual: «He aquí el Señor, IHVH de los ejércitos,
desgajará el ramaje con violencia: y los árboles de gran altura serán cortados, y los
altos serán humillados» (Is 10.33; «abatidos» rva; «derribados» nrv). O bien:
«¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados!» (Is 40.4). Isaías en
particular presenta el pecado de Iehudá/Judá como rebelión, altivez y orgullo
(2.17; 3.16–17). En su segundo capítulo reitera el enjuiciamiento divino a la
soberbia humana. Cuando el Señor venga en gloria no tolerará el orgullo: «La
altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será
humillada» (Is 2.11); entonces «día de IHVH de los ejércitos vendrá sobre todo
soberbio [«arrogante» rva] y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido
[«humillado» rva]» (2.12 rvr). Ieshaiá/Isaías está aplicando a Iehudá/Judá el
principio que se encuentra en Proverbios: «El altivo será humillado, pero el
humilde será enaltecido» (29.23 nvi).

El orgullo y la altivez no tienen lugar alguno en la vida de los justos, puesto que el
Señor «abate» a personas, ciudades y naciones: «IHVH empobrece, y Él enriquece;
abate, y enaltece» (1 S 2.7).

1299
H

Los profetas llaman al pueblo a arrepentirse y a demostrar su conversión a Dios


humillándose. En general, no se hizo caso al llamado. Finalmente llegó el cautiverio
y los babilonios humillaron a Israel. Todo esto, no obstante, les hizo llegar la
promesa que, sin importar las circunstancias, Dios iniciaría la redención de su
pueblo. Isaías expresó la magnitud de esta redención de la siguiente manera:
«Preparad el camino de IHVH… ¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina
rebajados! … Entonces se manifestará la gloria de IHVH» (Is 40.3–5 rva).

En la Septuaginta shapel se traduce tapeino («nivelar, ser humilde, humillar»). En


las diferentes versiones en castellano se traduce como «abatir, bajar, derribar,
humillar, rebajar, etc.».

Anáh: Heb. ‫« ענה‬estar afligido, doblegarse, ser humillado, ser manso». Este vocablo,
que es común tanto en el hebreo moderno como en el antiguo, es la fuente de
varios términos importantes en la historia y experiencia del judaísmo: «humilde,
manso, pobre y aflicción». Anáh aparece aproximadamente 80 veces en el Tanaj. Se
encuentra por primera vez en Bereshit/Gn 15.13: «Será oprimida cuatrocientos
años».

A menudo anáh expresa un tratamiento duro y penoso. Como Sarai la afligía, ella
huyó de su presencia. (Gn 16.6). Cuando vendieron a Iosef/José como esclavo, los
grillos le lastimaron sus pies (Sal 105.18). Con frecuencia el verbo expresa la idea
de que Dios envía aflicción con propósitos disciplinarios: «El Señor tu Dios te ha
traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a
fin de saber lo que había en tu corazón» (lba; véanse también 1 R 11.39; Sal 90.15).
«Humillar» (bj) o «deshonrar» (rvr, nrv) a una mujer significa violarla (Gn 34.2
rva). Al guardar del Día de Expiación, la «humillación propia» quizás se relacione
con el requerimiento del ayuno del día (Lv 23.28–29 rva).

Nombre: Ani - ‫« ענִַי‬pobre; humilde; manso». Sobre todo durante la historia tardía
de Israel, inmediatamente antes y después del cautiverio, este nombre llegó a
relacionarse de manera especial con los fieles de quienes los ricos abusaban y se
aprovechaban (Is 29.19; 32.7; Am 2.7). La referencia del profeta Tzefaniá/Sofonías
a los «mansos de la tierra».

Algunos nombres relacionados con el verbo shapel son poco frecuentes. Shepel
quiere decir «abatimiento, estado inferior». Aparece solo dos veces (Sal 126.23; Ec
10.6). El nombre shiplah significa un «estado de humillación». El nombre aparece
una vez: «Aunque caiga granizo cuando el bosque caiga, y la ciudad sea derribada
por completo» (Is 39.19 lba). Shepeláh quiere decir «bajura». Más que nada, este
vocablo designa técnicamente la franja de valles semifértiles y de montes de poca
elevación que separa la costa de Iehudá/Judea de la región de cerros escarpados
que bordea la ribera occidental del Iardén/Jordán y Mar Muerto (cf. Dt 1.7; Jos 9.1).
Shiplut expresa «hundimiento». El único caso en el Tanaj está en Kohelet/Ec 10.18:
«Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa».
El término sugiere negligencia, o sea, un «decaimiento» de manos.

1300
H-I

Adjetivo: Heb. ַ‫ פלׁש‬- shapal, significa «bajo; humilde». En Iejezqel/Ez 17.24, esta
palabra quiere decir «bajo»: «Y sabrán todos los árboles del campo que yo IHVH
abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo». En Is 57.15 shapal se traduce
«humilde»: »Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu».

Ídolo: Heb. ‫ְּר ִּ ֖פים‬


ָ ‫ ת‬- terafim, «ídolo; ídolo doméstico; máscara cúltica; símbolo
divino». Este vocablo se ha prestado a la lengua hitita-hurrita (tarfish) que en
semítico occidental adquiere la forma básica de tarfi. Su significado fundamental es
«espíritu» o «demonio». El término figura en hebreo bíblico 15 veces.

Terafim aparece primero en Gn 31.19: «Pero Laván había ido a trasquilar sus
ovejas; y Rajel hurtó los ídolos [domésticos] de su padre». Las leyes hurritas de
este período consideraban que los «ídolos domésticos» eran bienes sujetos a las
leyes de herencia. De ahí la gran importancia que tenían en todo sentido para
Laván los terafim (quizás este sea un plural de majestad como ocurre con elohim,
cuando se usa para dioses falsos; cf. 1 R 11.5, 33).

En Shemuel Bet/1 S 19.13 leemos que «Mijal tomó un ídolo doméstico y lo puso
sobre la cama, acomodándole a la cabecera una almohada de cuero de cabra y
cubriéndolo con la ropa». De 1 S 19.11 se deduce que los terafim se encontraban en
las habitaciones privadas de David lo cual crea dificultades de interpretación;
¿serían «ídolos domésticos» o, como algunos sugieren, se refiere el término a una
máscara que se usaba en el culto a Dios?

Cualquiera de las suposiciones anteriores se ajusta al incidente con Micaías que se


narra en Shoftim/Jue 17–18. Obsérvese Shoftim/Jue 17.5: «Micaías, tenía un
santuario. Mandó hacer un efod e ídolos domésticos [terafim], e invistió a uno de
sus hijos para que fuera su sacerdote» (rva). En Shoftim/Jue 18.14, parece haber
distinción entre los terafim y los ídolos: « ¿Sabéis que en estas casas hay un efod,
ídolos domésticos y una imagen tallada y de fundición?» (rva). Los versículos
siguientes parecen indicar que las imágenes talladas y de fundición eran el mismo
objeto. Shoftim/Jueces 18.17 usa los cuatro términos cuando describe lo que
hurtaron los danitas; Shoftim/Jue 18.20 omite la frase «imagen de fundición» de la
lista; y Shoftim/Jue 18.31 informa que solo se instaló la imagen de talla. Sabemos
que el efod era una vestimenta sacerdotal especial. ¿Sería, entonces, el terafim una
«máscara cúltica» o algún otro símbolo de la presencia divina?

Por tanto, terafim puede significar un «ídolo», una «máscara cúltica» o tal vez
algún símbolo de la presencia divina. De todas maneras el objeto se asoció con el
culto pagano y quizás con el culto a Dios.

Elil: Heb. ‫« אֱלִ יל‬ídolo; dioses; nada; vano». Los 20 casos de este nombre se
encuentran principalmente en el código legal de Israel y en los escritos proféticos
(sobre todo en Ieshaiá/Isaías). Existen cognados del vocablo en acádico, siríaco y
arábigo.

1301
I

Este término peyorativo quiere decir «ídolo» o «dios falso». Aparece primero elél
en Lv 19.4: «No recurráis a los ídolos/elilím, ni os hagáis dioses/eloheí de
fundición». En Lv 26.1 se prohíbe que Israel fabrique elilím: «No os haréis ídolos»
(rva). Hay una ironía mordaz en la similitud entre <elilím y el término usual para
Dios (elohim; cf. Sal 96.5): «Todos los dioses [elohim] de los pueblos son ídolos
[elilím], pero IHVH hizo los cielos» (1 Cr 16.26 rva).

Segundo, este vocablo puede significar «nada» o «vano». El pasaje anterior podría
traducirse: «Porque todos los dioses de los pueblos son nada» (rv). Este es el matiz
que claramente se percibe en Iov/Job 13.4: «Ciertamente vosotros sois fraguadores
de mentira; sois todos vosotros médicos nulos». Irmiá/Jeremías anunció a Israel
que sus profetas «profetizan visión mentirosa, adivinación vana» (Jer 14.14 rva).

Gilúlím: Heb. ‫ גִ לולִ ים‬- «ídolos». De los 48 casos de este vocablo solamente 9 no
están en Iejezqel/Ezequiel. Este término para «ídolos» es desdeñoso y
originalmente puede haber significado «bolitas de estiércol»: «Destruiré vuestros
lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré
vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os
abominará» (Lv 26.30 rva).

Este término y otros que significan «ídolo» demuestran el horror y el desprecio


que los escritores bíblicos sentían por ellos. En pasajes como Ieshaiá/Is 66.3 el
término para «ídolo», aven, significa «extraño, misterioso o maldad». En Irmiá / Jer
50.38 encontramos el vocablo emém, que significa «susto u horror». El término elél
significa «ídolo» en Lv 19.4 y expresa «nulidad o debilidad». En 1 R 15.13 se usa el
vocablo hebreo mipletzet, que quiere decir «cosa horrible, causa de temblor». Una
raíz que significa hacer o formar una imagen, ‫ב‬i‫( ְּצ‬homónima de la raíz que
significa «tristeza y dolor»), se usa en varios pasajes (cf. 1 S 31.9).

Inclinarse, Arrodillarse: Heb. ‫ כ ַָ֨רע‬- kará, «inclinarse, agacharse, arrodillarse,


encorvarse». Este término está tanto en hebreo moderno como ugarítico. En el
Tanaj aparece alrededor de 35 veces. Kará se encuentra por primera vez en la
bendición de Iaaqov/Jacob sobre su lecho de muerte dirigida a Iehudá/Judá: «Se
encorvó, se echó como león» (Gn 49.9 rvr; «se agazapa» lba; «se agacha» rva).

La implicación de kará parece ser doblar las piernas o rodillas, puesto que un
nombre que quiere decir «pierna» se deriva del mismo vocablo. Una de las pruebas
eliminatorias para el ejército de Gedeón fue «agacharse» para beber (Jue 7.5–6).
«Arrodillarse» era un gesto común en la adoración a Dios (1 R 8.54; Esd 9.5; Is
45.23).

El rey de Persia ordenó que todos se «inclinasen» ante Hamán (Est 3.2–5 lba;
«arrodillarse» rvr, rva, nrv). «Encorvarse» o «inclinarse» sobre una mujer era un
eufemismo para relaciones sexuales (Job 31.10). Idiomáticamente, una mujer que
estaba en proceso de dar a luz «se encorvaba» o «arrodillaba» (1 S 4.19). Las
«rodillas que se doblaban» era por enfermedad o vejez (Job 4.4).

1302
I

Iniquidad: Verbo, heb. ‫ עוה‬- aváh, «hacer iniquidad». Este verbo se encuentra en el
Tanaj 17 veces. En arábigo tiene el significado de «doblar» o «desviarse del
camino». Aváh se usa a menudo como sinónimo de jatá, «pecar», como en
Tehilím/Sal 106.6: «Hemos pecado [jatá] como nuestros padres; hemos hecho
iniquidad [avá]; hemos actuado impíamente [rasha]» (rva).

Nombre: Heb. ‫א ֘בֹון‬


ֲ - Avon, «iniquidad; culpa; castigo». Este nombre, que se
encuentra 231 veces en el Tanaj, se limita al hebreo y arameo bíblico. Los libros
proféticos y poéticos usan avon con frecuencia. En todo el Jumash (La Torá) hay
unos 50 casos del vocablo. Además, el uso en los libros históricos es infrecuente. La
primera enunciación de avon proviene de los labios de Qaín, con la connotación
especial de «castigo»: «Y dijo Qaín a IHVH: Grande es mi castigo para ser
soportado» (Gn 4.13).

El significado básico de avon es «iniquidad». El término indica una ofensa,


intencional o no, en contra de la Torá (Instrucción) de Dios. Posee el mismo
significado veterotestamentario fundamental con jatá, «pecado», por lo que los
vocablos jatá y avon son virtualmente sinónimos: «He aquí que esto [el carbón
encendido] ha tocado tus labios [los de Ieshaiá/Isaías]; tu culpa [avon] ha sido
quitada, y tu pecado [jatá] ha sido perdonado (Is 6.7 rva).

La «iniquidad» merece castigo porque es una ofensa a la santidad de Dios. Se


advierte que Dios castiga nuestras transgresiones: «Cada cual morirá por su propia
maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la
dentera» (Jer 31.30). Hay además un sentido colectivo en que el uno es
responsable por los muchos: «No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto,
porque yo soy IHVH tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres
sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me
aborrecen» (Éx 20.5 rva). Ninguna generación, no obstante, debe considerarse bajo
el juicio de Dios por la «iniquidad» de otra generación: «Y si preguntáis: ¿Por qué
es que el hijo no cargará con el pecado de su padre? Es porque el hijo practicó el
derecho y la justicia, guardó todos mis estatutos y los puso por obra; por eso vivirá.
El alma que peca, esa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre
cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del
impío será sobre él» (Ez 18.19–20 rva).

Israel fue llevada al cautiverio por los pecados de los padres y los suyos: «Las
naciones sabrán también que la casa de Israel fue llevada cautiva por causa de su
pecado. Porque se rebelaron contra mí, yo escondí de ellos mi rostro y los entregué
en mano de sus enemigos; y todos ellos cayeron a espada» (Ez 39.23 rva).

A pesar de la seriedad con que Dios trata la «iniquidad» dentro de la relación del
pacto entre Él y su pueblo, se le recuerda al pueblo que Él es el Dios viviente y que
está dispuesto a perdonar la «iniquidad»: «¡IHVH, Dios compasivo y clemente,
lento para la ira y grande en misericordia y verdad, que conserva su misericordia
por mil generaciones, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que
de ninguna manera dará por inocente al culpable; que castiga la maldad de los
padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre la tercera y sobre la

1303
I

cuarta generación!» (Éx 34.67 rva). Dios requiere confesión de pecado: «Mi pecado
te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis rebeliones a IHVH y tú
perdonaste la maldad de mi pecado» (Sal 32.5 rva); Él también espera una actitud
de confianza y fe cuando le pedimos con humildad: «Lávame más y más de mi
maldad, y límpiame de mi pecado» (Sal 51.2).

En Ieshaiá/Is 53 aprendemos que Dios colocó sobre el siervo sufriente nuestras


«iniquidades» (v. 6), para que Él, herido por nuestras «iniquidades» (v. 5),
justificara los que en Él creyeren: «Verá el fruto de la aflicción de su alma y
quedará satisfecho: por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará sobre sí las iniquidades de ellos» (Is 53.11 nrv).

El sentido de avon abarca las dimensiones de pecado, juicio y «castigo» por el


pecado. El Tanaj enseña que el perdón divino de nuestra «iniquidad» incluye el
propio pecado, la culpa del pecado, el juicio de Dios sobre este pecado y el castigo
divino por el pecado: «Bienaventurado el hombre a quien IHVH no atribuye
iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño» (Sal 32.2 rva).

En la Septuaginta el vocablo tiene las siguientes acepciones: adikia («maldad;


iniquidad»); hamartia («pecado; error») y anomia («sin ley; anarquía»). En las
traducciones en castellano (sobre todo en las protestantes) el término «iniquidad»
es bastante uniforme, aunque también se encuentra el vocablo «pecado» y
términos más especializados como «culpa», «delito», «maldad» y «falta»
(particularmente en traducciones católicas).

Aven: Heb. ְּ‫ ַ֨ ָאוֶן‬- «iniquidad; infortunio, desgracia». Este nombre se deriva de una
raíz que significa «fuerte», y que se encuentra únicamente en las lenguas semíticas
nordoccidentales. El término aparece unas 80 veces y casi exclusivamente en
lenguaje profético-poético. Ieshaiá/Isaías se destaca por su uso del vocablo. La
primera vez que se encuentra es en Nm 23.21: «Él no ha notado iniquidad en
Iaaqov/Jacob, ni ha visto maldad en Israel. IHVH su Dios está con él; en medio de él
hay júbilo de rey» (rva).

La acepción «desgracia» o «infortunio» se pone de manifiesto en las


maquinaciones de los malos en contra de los justos: «Si alguien viene a verme,
habla mentira. Su corazón acumula iniquidad para sí, y saliendo afuera, lo divulga»
(Sal 41.6 rva). Aven en este sentido es sinónimo de ed, «desastre» (Job 18.12). En
un sentido muy real <awen es parte de la existencia humana, y como tal el vocablo
es idéntico a amál, «trabajo», como en Sal 90.10: «Los días de nuestra vida son
setenta años; y en los más robustos, ochenta años. La mayor parte de ellos es duro
trabajo y vanidad; pronto pasan, y volamos» (rva).

Aven, en un sentido más profundo, caracteriza el estilo de vida de los que no tienen
a Dios: «Porque el vil habla vilezas; su corazón trama la iniquidad para practicar la
impiedad y hablar perversidades contra IHVH, a fin de dejar vacía al alma
hambrienta y privar de bebida al sediento» (Is 32.6 rva). El ser del hombre se ha
corrompido por la «iniquidad». Aunque toda la humanidad está sujeta a aven
(«trabajo, afán»), hay quienes se deleitan en causar dificultades y «desgracias»
para otros, tramando, mintiendo y comportándose engañosamente. El salmista

1304
I

describe la iniquidad como estilo de vida de la siguiente manera: «He aquí que
gesta maldad, concibe afanes y da a luz mentira» (Sal 7.14 rva; cf. Job 15.35).

Aquellos que participan en las obras de las tinieblas son «obreros de iniquidad»,
hacedores de maldad o causantes de «desgracia» y desastre. Aven tiene sinónimos
que comunican este sentido: ra, «maldad», y rasha, «malos» (antónimos de
«rectitud» y «justicia»). Ellos buscan la perdición de los justos (Sal 141.9). Entre Sal
5.5 y 141.9 el número de alusiones a «los que obran iniquidad» llega a 16 (cf. «Los
insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen
iniquidad», Sal 5.5). En el contexto de este pasaje, el mal del que se habla es
mentira, derramamiento de sangre y engaño (v. 6). El aspecto calificativo de
«iniquidad» llega a su máxima expresión en los verbos que acompañan a aven. Los
malos obran, hablan, engendran, piensan, conciben, recogen, cosechan y aran aven.
La «iniquidad» se manifiesta en la «desgracia» e «infortunio» que sobreviene a los
justos. A la larga, cuando las fiestas religiosas de Israel (Is 1.13) y sus leyes (Is
10.1) se vieron afectadas por su estilo de vida apóstata, acabaron actuando y
viviendo como los gentiles. La esperanza profética se afianzó en el período
posterior a la purificación de Israel, cuando el reino mesiánico traería una era de
justicia y rectitud (Is 32) y la vanidad e impiedad de los malos se pondría de
manifiesto.

La Septuaginta tiene varias traducciones: anomia («sin ley»); kopos («trabajo;


obra; afán»); mataios («vacío; estéril; vano; impotente»); poneria («maldad;
malicia; injusticia»); y adikia («impiedad; maldad; injusticia»). Las revisiones de la
rv favorecen las siguientes traducciones: «iniquidad; vanidad; impiedad».

Inmundo: Verbo, heb. ‫ טָ ֖מא‬- tamé, «estar/ser inmundo». Esta raíz se limita al
hebreo, arameo y arábigo. El verbo aparece 160 veces en hebreo bíblico y
principalmente en Levítico, por ejemplo en Lv 11.26: «Todo animal que tiene
pezuñas no partidas, que no las tiene hendidas en mitades, o que no rumia, os será
inmundo. Todo el que los toque quedará impuro» (rva). Tame< es lo contrario de
taher, «estar/ser puro».

Nombre: Heb. ‫ טֻמ ָ ֖אה‬- tum’áh, «inmundicia». El nombre tum’áh, que se deriva de
tamé, aparece 37 veces en el Tanaj. El termino lo encontramos en Bemidbar/Nm
5.19: «Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no
te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que
traen maldición» (rva). Aquí la palabra se refiere a impureza sexual. Tum’áh se
encuentra dos veces en Lv 16.16 y se refiere a «inmundicia» moral y religiosa.

Adjetivo: Heb. ‫ טָ ֖מא‬- tamé, «inmundo». El adjetivo aparece 89 veces en el Tanaj,


sobre todo en Levítico, donde se encuentra el primer ejemplo: «El que haya tocado
cualquier cosa inmunda, sea el cadáver de un animal inmundo no doméstico, o el
cadáver de un animal doméstico inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo,
aunque no se haya dado cuenta de ello, será impuro y culpable» (Lv 5.2 rva).

El uso de tamé en el Tanaj se asemeja al de tahor, «puro». En primer lugar,


«inmundo» es una condición del ser, por lo que el leproso tenía que anunciar su

1305
I

inmundicia a dondequiera que fuese (Lv 13.45). Al mismo tiempo, esta condición
tenía matices religiosos ya que su inmundicia era ritual, por lo que se puede
concluir que este segundo uso del vocablo es el más fundamental. En el sentido
cúltico-religioso, tame es un término técnico que denota el estado de ser
ceremonialmente deficiente. Los animales y cadáveres, las personas y los objetos
inmundos contaminaban con su impureza a quienes los tocaran: «Todo lo que el
impuro toque será inmundo. Y la persona que lo toque quedará impura hasta el
anochecer» (Nm 19.22 rva). El flujo de semen (Lv 15.2) y la menstruación (Lv
15.25) también causaban impurezas; y todo lo que una persona impura tocase se
tornaba también impura.

Las traducciones en la Septuaginta son: akathartos («impuro; inmundo») y miaino


(«mancha, impureza»).

Inocente, Sin Culpa: Verbo, Heb. ‫ נִ ָּ֔קה‬- niqáh, «ser puro, inocente». Este verbo
significa «inocente» únicamente en hebreo. En arameo y arábigo tiene la acepción
de estar «limpio». El verbo se encuentra 44 veces en el Tanaj. Ieshaiá/Isaías
describe el futuro de Israel en términos de una ciudad vacía («depurada de su
población»): «Sus puertas lamentarán y se enlutarán; y abandonada, ella se sentará
en tierra» (Is 3.26 rva). Desde una perspectiva más positiva, una tierra puede
también ser «limpiada» de ladrones: «Todo aquel que roba… será excluido… y todo
el que jura en vano… será excluido» (Zac 5.3).

El verbo se usa más a menudo con la acepción de «libre» (con la preposición mim).
Esto aparece por primera vez en Gn 24.8 y es un buen ejemplo de este uso.
Avraham ordenó a su siervo que buscara una esposa para Itzjaq/Isaac. El siervo
prometió cumplir su misión; sin embargo, si no tenía éxito, es decir, en el caso de
que la mujer no quisiera hacer el largo viaje de regreso con él, Avraham lo libraría
de su promesa: «Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este
juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo» (rva). Puede tratarse
de ser «libre» de un juramento (cf. Gn 24.8, 41), de culpa (Nm 5.31) o de castigo
(Éx 21.19; Nm 5.28). Las traducciones en este contexto son muy variadas.

El verbo niqáh también aparece con la connotación de «inocencia». Primero, una


persona puede ser declarada «inocente» o «absuelta». David oró: «Preserva a tu
siervo de la insolencia… así quedaré libre e inocente de grave pecado» (Sal 19.13
nbe; «absuelto» lba; «limpio» rva; «libre» nrv, nvi). Por otro lado, el pecador no es
«absuelto» por Dios: «Temeroso estoy de todos mis dolores, sé que tú no me
absolverás» (Job 9.28 lba; «no me tendrás por inocente» rvr). El castigo de la
persona que «no es absuelta» se expresa con el verbo naqah en negativo: «No dará
por inocente IHVH al que tomare su nombre en vano» (Éx 20.7 rvr; «no dejará sin
castigo» bj). «Te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente»
(Jer 30.11 rva). La suerte de los malvados es el juicio de Dios. «El malvado no
quedará sin castigo, mas la descendencia de los justos será librada [malat]» (Pr
11.21 lba; «impune» rva, nvi).

En la Septuaginta el verbo generalmente se traduce como athos («ser inocente,


estar sin culpa»). Sin embargo, la gama de significados del hebreo es más amplia.
Se extiende desde «vaciar [limpiar]» hasta la jerga legal de «absolución». En las

1306
I

versiones en castellano (como en las versiones en inglés) no hay uniformidad de


traducción.

Adjetivo: Heb. ‫ נ ִ֗ ִקי‬- Naqí, «inocente». Este adjetivo aparece 43 veces en el Tanaj. Un
ejemplo está en Sal 15.5 que dice acerca del hombre justo: «Ni contra el inocente
acepta soborno» (rva).

Instrucción: Heb. ‫מּוסר‬


֖ - musar, «instrucción; castigo; advertencia». Este nombre
aparece 50 veces, la mayoría en Proverbios. Aparece por primera vez en Dt 11.2:
«Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto
el castigo de IHVH vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo
extendido».

Uno de los propósitos principales de la literatura sapiencial era enseñar sabiduría


y musar (Pr 1.2). Musares disciplina y algo más. Como «disciplina» enseña a vivir
correctamente en el temor de IHVH, para que el sabio aprenda la lección antes de
que lo tienten y pongan a prueba: «Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; miré, y
recibí instrucción» (Pr 24.32 lba). Se trata de una disciplina para toda la vida; de
ahí la importancia de prestar atención a musar: El Tanaj se vale de muchos verbos
para subrayar la necesidad de una respuesta adecuada: «oír, obedecer, amar,
recibir, obtener, captar, defender, guardar». Asimismo, el rechazo de la instrucción
queda evidente mediante diversos términos relacionados con musar: «rechazar,
odiar, obviar, no amar, detestar, abandonar». Cuando musar se imparte como
«instrucción», pero no se observa, el musar del «castigo» o de la «disciplina»
pueden ser el paso siguiente: «La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara
de la disciplina la corrige» (Pr 22.15 nvi).

Prestar atención cuidadosa a la instrucción trae honra (Pr 1.9), vida (Pr 4.13) y
sabiduría (Pr 8.33), pero sobre todo agrada a Dios: «Porque el que me halla, halla
la vida y obtiene el favor de IHVH» (Pr 8.35 rva). No observar la «instrucción»
acarrea sus debidos resultados: muerte (Pr 5.23), pobreza y vergüenza (Pr 13.18);
a la larga, esto indica un menosprecio a la propia vida (Pr 15.32).

La receptividad a la «instrucción» de padres, maestros, sabios o rey está


directamente relacionada con someterse a la disciplina divina. Los profetas
acusaron a Israel de no recibir la disciplina de Dios: «Oh IHVH, ¿no buscan tus ojos
la fidelidad? Tú los azotaste, y no les dolió; los consumiste, pero rehusaron recibir
corrección. Endurecieron sus caras más que la piedra y rehusaron volver» (Jer 5.3).
Irmiá/Jeremías exhorta a los hombres de Iehudá/Judá y a los habitantes de la
ciudad asediada de Ierushalaim/Jerusalén a prestar atención a lo que estaba
aconteciendo en derredor suyo y que se sometieran a la «instrucción» de IHVH
(35.13). Ieshaiá/Isaías predice que el castigo de Dios hacia los hombres lo llevaba
el Siervo Sufriente, trayendo paz para quienes creyeran en Él: «Mas Él herido fue
por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz
fue sobre Él; y por su llaga fuimos nosotros curados» (Is 53.5).

La Septuaginta tiene la traducción paideia («educación; capacitación;


instrucción»). Este término griego es la base de nuestra palabra pedagog#233; a, o
sea, «educación del niño».

1307
I

Verbo: Iasar, «disciplinar». Este verbo se encuentra en hebreo y ugarítico con la


acepción de «disciplinar». La raíz no se halla fuera de estas lenguas. El vocablo
aparece 42 veces en el Tanaj; cf. Pr 19.18: «Corrige a tu hijo mientras aún pueda
ser corregido, pero no vayas a matarlo a causa del castigo» (bvp).

Ira, Enojo: Heb. ‫ֲמת‬


ַ֥ ‫ ח‬- jemát, «ira; calor; furia, rabia; cólera, enojo». Este nombre
se encuentra en las lenguas semíticas con acepciones como «calor, ira, ponzoña,
veneno». El nombre y también el verbo iajam denotan un alto grado de emotividad.
El nombre se usa 120 veces, por lo general en la literatura poética y profética,
particularmente en Iejezqel/Ezequiel.

El primer uso de jemát acontece en la historia de Esav y Iaaqov/Jacob. Este recibe


el mensaje de viajar a Jarán con la esperanza que la «ira» de Esav se disipara: «Y
mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue» (Gn 27.44).

El término indica un estado de «ira». La mayoría de los usos involucra la «ira» de


Dios. Su «ira» se dirige hacia el pecado de Israel en el desierto: «Porque temí a
causa del furor y de la ira con que IHVH estaba enojado contra vosotros para
destruiros» (Dt 9.19). El salmista ruega por la misericordia de Dios en la hora de su
«ira»: «IHVH, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira» (Sal 6.1). La
«ira» de Dios contra Israel finalmente se manifestó en el cautiverio de los judíos a
Babilonia: «Cumplió IHVH su enojo, derramó el ardor de su ira; y encendió en Sion
fuego que consumió hasta sus cimientos» (Lm 4.11).

La metáfora «cáliz» denota el juicio de Dios sobre su pueblo. Su «ira» se derrama:


«Derramó sobre él el ardor de su ira y la violencia de la batalla; le prendió fuego
por todos lados, pero él no se dio cuenta; lo consumió, pero él no hizo caso» (Is
42.25 lba). El «cáliz de su ira» se tiene que beber: «¡Despierta! ¡Despierta!
Levántate, oh Jerusalén, que de la mano de IHVH bebiste la copa de su furor y que
bebiste hasta la última gota de la copa del vértigo» (Is 51.17 rva).

De esta manera, Dios el Adonaí Todopoderoso se enoja por los pecados y el orgullo
de su pueblo porque son un insulto a su santidad. En un sentido derivado también
se dice que los reyes de la tierra están airados, pero su «ira» surge de
circunstancias sobre las que no tienen control. Naamán se enojó con el consejo de
Elías (2 R 5.11–12; en paralelo con qatsap); Asuero se enfureció cuando Vasti
rehusó mostrar su belleza delante de sus hombres (Est 1.12; en paralelo con
qatsap).

Jemát también denota la reacción de los seres humanos ante circunstancias


cotidianas. La «ira» del hombre es una manifestación peligrosa de su estado
emocional porque inflama a todos los que se acercan al enfurecido. La «ira» puede
surgir por varias razones. Proverbios establece en términos muy enfáticos la
relación entre jemah y los celos (6.34); cf. «Cruel es la ira e impetuoso el furor;
pero, ¿quién podrá mantenerse en pie delante de los celos?» (Pr 27.4 rva;
«enfrentarse a la envidia» nvi; cf. Ez 16.38). A una persona furibunda se le puede
culpar de un crimen y condenarla: «Temed la espada por vosotros mismos, porque
el furor trae el castigo de la espada para que sepáis que hay juicio» (lba). La

1308
I

respuesta sabia a la «ira» es una respuesta suave: «La blanda respuesta quita la ira:
Mas la palabra áspera hace subir el furor» (Pr 15.1).

Jemát está asociado con qin’áh, «celos», y también con naqam, «venganza», pues la
persona airada se propone salvaguardar su honor o vengarse con la persona que le
provocó. En su tratamiento con Israel, Dios siente celo por su santo nombre, por lo
que tiene que enfrentar con justicia la idolatría de Israel vengándose: «Para hacer
que mi ira suba y tome venganza, he puesto su sangre sobre la roca desnuda, para
que no sea cubierta» (Ez 24.8 rva). Sin embargo, también se venga de los enemigos
de su pueblo: «¡Dios celoso y vengador es IHVH! Vengador es IHVH, y está
indignado. IHVH se venga de sus adversarios y guarda su enojo contra sus
enemigos» (Nah 1.2). Otros sinónimos de jemát son ap, «enojo» y qetzef, «ira»,
como en Dt 29.27 y Jer 21.5.

Hay dos acepciones especiales de jemát. Una es «calor» como en: «Yo iba con
amargura y con mi espíritu enardecido, pero la mano de IHVH era fuerte sobre mí»
(Ez 3.14 rva). El otro es «ponzoña» o «veneno», como en Dt 32.33: «Veneno de
serpientes es su vino, y ponzoña cruel de áspides» (rva).

En la Septuaginta encontramos las siguientes traducciones: orge («enojo;


indignación; ira») y thumos («pasión; enojo; furia»).

Qetzef: Heb. ‫« קצף‬ira». Este nombre aparece 28 veces en el Tanaj con referencia
particular a Dios. Un caso de la «ira» divina se encuentra en 2 Cr 29.8: «Por tanto,
la ira de IHVH ha venido sobre Iehudá/Judá y Ierushalaim/Jerusalén». En Est 1.18
encontramos un ejemplo de «ira» humana: «Y entonces dirán esto las señoras de
Persia y de Media que oigan el hecho de la reina, a todos los príncipes del rey; y
habrá mucho menosprecio y enojo» (cf. Ec 5.17).

Jaron: Heb. ‫« ןֹוחר‬ira ardiente». Los 41 casos de este vocablo abarcan todos los
períodos bíblicos. El término se refiere exclusivamente a la «ira ardiente» de Dios.
Jaron se encuentra por primera vez en Shemot/Éx 32.12: «Desiste del ardor de tu
ira [jaron] y cambia de parecer en cuanto a hacer mal a tu pueblo» (rva).

Verbo: Heb. ‫ חרה‬- jaráh, «airarse, estar airado». Este verbo aparece 92 veces en el
Tanaj. En su radical básico, el vocablo quiere decir «arder de ira» o enojo como en
Ioná/Jon 4.1. En el radical causativo, jaráh significa «fervor para el trabajo» o sea
«tener celo para la obra» (Neh 3.20).

Qatzaf: Heb. ‫« קצף‬enojarse, airarse, enfurecerse». Este verbo aparece 34 veces, con
mayor frecuencia en el Pentateuco (Torá) y en los profetas, y unas cuantas veces
en los libros históricos y en la literatura poética. El término se usa en hebreo
rabínico, pero se ha desplazado por otros verbos en el hebreo moderno. Es una
antigua palabra cananea; una glosa en las tablillas de El Amarna tiene el significado
de «preocuparse» y también de «sentirse amargado». La relación del vocablo con el
término arábigo qasafa es discutible.

1309
J

En general, qatzaf expresa una fuerte explosión emocional de ira, en particular


cuando el sujeto es un varón. Esto queda claro desde el primer caso en que se
menciona: «Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales… y los puso en prisión» (Gn
40.2–3; cf. 41.10). Moisés se enfureció con los israelitas desobedientes (Éx 16.20).
Los líderes filisteos «se enojaron» contra Aquis (1 S 29.4), Naamán «se fue
enojado» por la falta de respeto de Eliseo (2 R 5.11; en paralelo con jemah). y este
profeta se airó contra Joás, rey de Israel (2 R 13.19). Asuero «se enojó mucho» y
«su ira se encendió» contra Vasti su mujer y la destituyó (Est 1.12; en paralelo con
jemah). En todos estos ejemplos, una persona encumbrada (generalmente un rey)
expresa su ira con medidas radicales en contra de sus subordinados. Su posición le
permite «airarse» ante la respuesta de sus súbditos. No es usual en el Tanaj que
una persona se enoje con otro de igual a igual. Es menos frecuente aun que un
súbdito se enfurezca contra alguien superior: «Se enojaron [«estaban irritados» bj;
«descontentos» nbe]… dos eunucos del rey… y procuraban poner mano en el rey
Asuero» (Est 2.21 rvr).

El nombre derivado de qatzaf se refiere en particular a la ira de Dios. El verbo


qatzaf se usa 11 veces para describir la ira humana y 18 la ira de Dios. Esto, junto
con lo anterior, que el verbo se expresa generalmente desde un gobernante hacia
sus súbditos, explica por qué el texto bíblico usa más a menudo qatsap para
describir la ira de Dios. El objeto de la ira se indica a menudo por la preposición al
(«contra»). «Porque tenía mucho miedo de la ira [af] y del furor [jemát] que
irritaba [qatzaf] a IHVH contra [al] vosotros hasta querer destruiros» (Dt 9.19 bj).
La ira de Dios se expresa en contra de la desobediencia (Lv 10.6) y el pecado (Ec
5.5ss). El pueblo mismo puede ser también objeto de la ira de Dios (Sal 106.32).
Los israelitas provocaron la ira de Dios en el desierto por su desobediencia y falta
de emuná / fidelidad, firmeza (fe): «Acuérdate, no olvides que has provocado la ira
de IHVH tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta
que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a IHVH» (Dt 9.7; cf. vv. 8, 22).
Moshé/Moisés habla de la ira de Dios en contra de la desobediencia de Israel que
finalmente causaría el cautiverio (Dt 29.27), y los profetas amplían la
amonestación de Moisés advirtiendo acerca del «furor y enojo e ira grande» que
vendría (Jer 21.5). Después del cautiverio, Dios tuvo compasión de Israel y volcó su
ira sobre los enemigos de Israel (Is 34.2).

En la versión griega encontramos las siguientes traducciones: orgizomai («estar


enojado» o «airado») y lupev (forma verbal de «afligido, adolorido, triste»).

Iajam: Heb. ‫« יחם‬arder, enardecerse». Este verbo, que aparece únicamente 10


veces en hebreo bíblico, es la raíz del nombre jemát.

En Devarím/Dt 19.6 iajam significa «enardecer»: «No sea que cuando su corazón
arda en ira, el vengador de la sangre persiga al homicida, le alcance por ser largo el
camino» (rva).

Juntos: Adverbio heb. ‫ י֖חד‬- Iájad, «juntos; parecido; a la misma vez; todos juntos».
Iájad se encuentra unas 46 veces durante todos los períodos del hebreo bíblico.

1310
I-J

Como adverbio, el vocablo enfatiza la pluralidad en medio de la unidad. En algunos


contextos lo que se quiere destacar es la comunidad en acción. Goliat desafió a los
israelitas diciendo: «Hoy yo he desafiado el campo de Israel; dadme un hombre que
pelee conmigo» (1 S 17.10). A veces el énfasis está sobre un lugar compartido: «Y
sucedió que los que quedaron se dispersaron de tal manera que no quedaron dos
de ellos juntos» (1 S 11.11 rva). El término puede significar estar en un mismo
lugar al mismo tiempo: «Los entregó en mano de los gabaonitas, y ellos los
ahorcaron en el monte delante de IHVH; y murieron los siete juntos» (2 S 21.9). En
otros pasajes iájad quiere decir «al mismo tiempo»: « ¡Ah, si pudiera pesarse mi
aflicción, si mis males se pusieran en la balanza juntos!» (Job 6.2 bj).

En muchos contextos poéticos iájad es casi un sinónimo de kulam, «del todo,


completamente». Iájad sin embargo es más enfático, significando «todos a la misma
vez, todos juntos». En Dt 33.5 (primera cita con adverbio) el vocablo se usa en
forma enfática queriendo decir «todos juntos» o «todos ellos juntos»: «Él era rey en
Ieshurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, juntamente con las tribus de
Israel» (lba). Compárece: «Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres,
mentira los hijos de varón; pesándolos a todos igualmente en la balanza; serán
menos que nada» (Sal 62.9). En contextos como este, iájad subraya la totalidad de
un determinado grupo (cf. Sal 33.15).

Iájad a veces enfatiza que ciertas cosas son «iguales» (parecidas) o que lo mismo va
a acontecer a todos ellos: «El torpe y el necio perecen de igual manera» (Sal 49.10
lba).

Iajdav: Heb. ‫« יחְ דו‬asimismo; igualmente; también; a la misma vez; todos juntos».
Esta segunda modalidad adverbial, iajdav, se encuentra unas 92 veces. También
denota comunidad en acción (Dt 25.11), lugar (Gn 13.6: primer caso de esta
modalidad) y tiempo compartidos (Sal 4.8). En otros casos este también es
sinónimo de kulam, «del todo, completamente». En Is 10.8 iajdav quiere decir
«todos iguales» o «igualmente»: «Mis príncipes ¿no son todos [igualmente] reyes?»
(Is 10.8). En Éx 19.8 el término denota «a la misma vez» y «todos juntos»: «Todo el
pueblo respondió a una». El sentido de «igualmente» o «también» se encuentra en
Dt 12.22 (rv): «Lo mismo que se come el corzo y el ciervo, así las comerás; el
inmundo y el limpio comerán también de ellas».

Verbo, iájad significa «estar unidos, encontrarse». Este verbo se encuentra en el


Tanaj 4 veces y tiene cognados en arameo, ugarítico, arábigo, etiópico y acádico.
Tenemos un ejemplo en Bereshit/Gn 49.6 (lba): «En su consejo no entre mi alma, a
su asamblea no se una mi gloria».

Nombre: Heb. ‫ י ִחיד‬- iajid, «ser; único; solitario». El vocablo aparece 12 veces como
un nombre o un adjetivo. Iajid tiene cognados en ugarítico, arameo y siríaco. El
término puede significar «mi ser, mi alma»: «Libra mi alma [nefesh] de la espada;
libra mi única vida [iajid] de las garras de los perros» (Sal 22.20 rva; cf. Sal 35.17).

A veces el término quiere decir «único»: «Toma ahora tu hijo, tu único, Itzjaq/
Isaac, a quien amas» (Gn 22.2: primer caso en la Biblia). En dos pasajes este

1311
J

vocablo quiere decir «solo» o «solitario»: «Mírame y ten misericordia de mí,


porque estoy solitario y afligido» (Sal 25.16 rva; cf. Sal 68.6).

El nombre iajid aparece una sola vez con la acepción de «unidad». David dijo a los
benjamitas: «Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá con
vosotros» (1 Cr 12.17 lba). El uso de este término como nombre es insólito.

Jurar: Heb. ‫ שַָ֨ בעָה‬- shav’áh, «jurar; juramentar». Este es un término común a
través de la historia de la lengua hebrea. El hecho de que aparezca más de 180
veces en el Tanaj, es testimonio de su importancia en las Escrituras. Shav’áh se
encuentra por primera vez en Bereshit/Gn 21.23–24 (lba), donde Avimelej ruega a
Avraham: «Júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi
descendencia… Y Avraham dijo: Yo lo juro».

A menudo «jurar o juramentar» indica la afirmación decidida de una promesa. De


esta manera, Josué instruye a sus espías sobre Rajav en Ierijo/Jericó: «Entrad en la
casa de la mujer prostituta, y sacad de allí a ella y todo lo que sea suyo, como se lo
habéis jurado» (Jos 6.22). David y Iehonatán afirmaron la fuerza de su amor el uno
hacia el otro mediante un juramento (1 S 20.17). La lealtad a Dios se afirma
mediante un juramento (Is 19.18). Tzefaniá/Sofonías condena a los sacerdotes
idólatras «que se postran y juran por IHVH, y al mismo tiempo juran por Molej»
(Sof. 1.5 rva). Cuando hace y mantiene sus promesas a los hombres, Dios a menudo
«jura» por sí mismo: «Por mí mismo he jurado, dice IHVH, que por cuanto has
hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré» (Gn
22.16–17; cf. Is 45.23; Jer 22.5). Dios también «jura» por su santidad (Am 4.2).

La raíz hebrea de «jurar» y de «siete» es la misma. Puesto que siete en hebreo es el


«número de la perfección», algunos conjeturan que «jurar» es, de alguna manera,
«septuplicarse», o sea, atarse a sí mismo con siete cosas. Tal vez encontramos un
paralelo de este uso del «siete» en las acciones de Shimshon/Sansón cuando se
dejó amarrar con siete cuerdas frescas de arco (Jue 16.7 rva) y que le ataran siete
mechones de su cabeza (Jue 16.13 rva). No obstante, la relación entre «jurar» y
«siete» aún no es muy clara.

Justicia, Justificación: Verbo, heb. ‫ צדק‬- tzadaq, «ser recto, tener razón, ser
justificado, ser justo». Este verbo, que aparece menos de 40 veces en el hebreo
bíblico, se deriva del sustantivo tzedeq. No hay mejor lugar para entender el
problema del sufrimiento de los justos que en Iov/Job, donde el término se
encuentra 17 veces. Aparte del libro de Iov/Job, tzadaq es poco frecuente en los
demás libros. La primera vez que lo hallamos es en Gn 38.26 (rva), aquí Judá
admite que Tamar es «justa» en sus demandas: «Más justa es ella que yo, porque
no se la he dado a mi hijo Shelá».

El significado básico de tzadaq es «ser recto» o «justo». Es un término jurídico que


involucra todo el proceso de justicia. Dios «es justo» en todas sus relaciones, y
comparado con Él ningún ser humano es «justo»: « ¿Será el hombre más justo que
Dios?» (Job 4.17). En un sentido derivado, una causa puede considerarse «justa»
cuando todos los hechos indican que el acusado va a ser exonerado de todos los

1312
J

cargos. Isaías desafió a las naciones a presentar testigos que pudieran comprobar
que su causa era justa: «Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que
escuchen, y digan: Es verdad» (Is 43.9 rva). Iov/Job se preocupó por su causa y la
defendió delante de sus amigos: «Aunque fuese yo justo, no respondería; antes
habría de rogar a mi juez» (Job 9.15 rva). Tzadaq también puede denotar el
resultado del veredicto, cuando al justo se declara «justo» y jurídicamente
exonerado de todos los cargos. Iov/Job creyó que el Eterno finalmente le vindicaría
en contra de sus opositores (Job 13.18).

En su modalidad causativa, el significado del verbo destaca con aun mayor claridad
el sentido de un pronunciamiento jurídico de inocencia: «Cuando haya pleito entre
algunos y acudan al tribunal para que los juzguen, absolverán [tzediqu] al justo
[tzadíq] y condenarán al culpable» (Dt 25.1 rva). Los israelitas tenían la
responsabilidad de mantener la «rectitud» o «justicia» en todas las esferas de la
vida. Cuando el sistema jurídico fracasó debido a la corrupción, los malvados
fueron falsamente «justificados» y a los pobres se les robó la justicia con cargos
inventados. Un grupo numeroso se adhirió a Avshalóm cuando prometió justicia a
los propietarios de tierras (2 S 15.4). Sin embargo, Dios aseguró a Israel que se
haría justicia al fin: «No pervertirás el derecho del necesitado en su pleito. Te
alejarás de las palabras de mentira, y no condenarás a morir al inocente y al justo;
porque yo no justificaré al culpable» (Éx 23.6–7 rva). Las personas justas seguían
el ejemplo divino. El salmista exhorta a su pueblo a cambiar su sistema jurídico:
«Defended al pobre y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso» (Sal
82.3).

La esperanza final de Iov/Job reposaba en la declaración divina de «justificación».


El Tanaj concuerda con esta esperanza. Cuando la injusticia prevalece, es Dios el
que «justifica».

La Septuaginta traduce el verbo por dikaiao («hacer justicia; justamente;


vindicar»). La traducción más frecuente en las versiones en castellano es
«justificar». Otras versiones lo traducen «dar razón» (bj), «absolver» (nbe, bpd,
sbp), «declarar justo» (bla); «declarar inocente» (bvp).

Nombre: Heb. ‫ צדק‬- tzedeq; ‫ צְ דפה‬- tzedaqáh, «justicia, rectitud». Estos nombres
provienen de una raíz semítica que se encuentra, con una connotación jurídica, en
hebreo, fenicio y arameo. En fenicio y en arameo antiguo implica el sentido de la
«lealtad» o «pleitesía» de un rey o sacerdote al servicio de su propio dios. En estas
lenguas alguna modalidad de la raíz se combina con otros términos o nombres, de
reyes especialmente, con los apelativos de divinidades. Está, por ejemplo, el
nombre veterotestamentario de Malki-tzedeq («rey de justicia»). Una expresión
más limitada de esta raíz («veracidad» en las declaraciones) se halla en arábigo,
lengua semítica septentrional. En hebreo rabínico tzedaqáh quiere decir
«limosnas» u «obras de caridad».

Los 157 casos del término tzedaqáh se encuentran a través de todo el Tanaj
(excepto Éx, Lv, 2 R, Ec, Lm, Hab, y Sof). Tzedeq, que aparece 119 veces, se
encuentra mayormente en la literatura poética. El primer uso de tzedeq es: «No
harás injusticia en el juicio. No favorecerás al pobre, ni tratarás con deferencia al

1313
J

poderoso. Juzgarás a tu prójimo con justicia» (Lv 19.15 rva). El primer caso de
tsedaqah es: « [Avraham] creyó a IHVH, y le fue contado por justicia» (Gn 15.6 rva).

Ha sido difícil para los expertos traducir estos dos vocablos prácticamente
sinónimos. Las versiones más antiguas basaron sus traducciones en el término
diakaiosune («rectitud») en la Septuaginta (versión en griego) y sobre el término
en la Vulgata (en latín), iustitia («justicia»). En estas traducciones se transfieren, en
sentido absoluto, las relaciones jurídicas propias de seres humanos al Dios
Legislador, el cual es perfecto en «justicia» y «rectitud».

Los exégetas han derramado mucha tinta en sus intentos de interpretar


contextualmente los términos tzedeqi, tzedaqáh. Las conclusiones de los
investigadores apuntan en dos direcciones. Por un lado, las relaciones entre
personas y entre un ser humano y su Dios, habiendo fidelidad entre ellos, pueden
describirse como tzedeq o tzedaqáh. Según esta traducción, son términos
relacionales. En la propuesta de Iaaqov/Jacob a Laván, el vocablo tzedaqáh indica
la calidad de la relación que había entre ellos. La rv ofrece la siguiente traducción
de tzedaqáh: «Así responderá por mí mi justicia mañana, cuando me viniere mi
salario delante de ti» (Gn 30.33). Por otro lado, versiones más recientes, como rvr,
bvp, rva, nrv, lba y versiones católicas, optan por una traducción más relacional,
«honradez». No obstante, la preponderancia de este énfasis, «rectitud» o «justicia»
en sentido abstracto o jurídico de una relación, no deja de estar presente en el
Tanaj. El locus clãsicus es Gn 15.6: «Creyó a IHVH, y le fue contado por justicia».

Lamentablemente, en una discusion sobre la dinamica (relacional) versus el


sentido estático (abstracto) del vocablo, uno de los dos gana en las traducciones, a
pesar de que ambos elementos están presentes en los vocablos hebreos. Los
Salmos y los profetas en particular se refieren a «rectitud» o «justicia» como un
estado o una condición (sentido abstracto): «Escuchadme, vosotros que seguís la
justicia, los que buscáis al Señor. Mirad la roca de donde fuisteis tallados, y la
cantera de donde fuisteis excavados» (Is 51.1 lba). Y también: «Mi justicia está
cercana; la salvación ya se ha iniciado, y mis brazos juzgarán a los pueblos. En mí
esperarán las costas, y en mis brazos pondrán su esperanza» (Is 51.5). La nbe
ilustra esta tensión entre el sentido estático y dinámico al traducir tsedeq: «En un
momento haré llegar mi victoria [en lugar de tzedeq] amanecerá como el día mi
salvación, mi brazo gobernará los pueblos: me están aguardando las islas, ponen su
esperanza en mi brazo» (Is 51.5). O sea que en cualquier discusión sobre los dos
términos siguientes, sus significados se encuentran entre lo dinámico y lo estático.

Tzedeq y tzedaqáh son términos jurídicos que se refieren a la justicia en relación


con un código legal (la Torá; Dt 16.20), el proceso jurídico (Jer 22.3), la justicia del
rey como juez (1 R 10.9); Sal 119.121; Pr 8.15), así como la fuente de la justicia,
Dios mismo: «Júzgame conforme a tu justicia, IHVH Dios mío; y no se alegrende mí
… Y mi lengua hablará de tu justicia, y de tu alabanza todo el día» (Sal 35.24, 28).

El término «justicia» o «rectitud» también incorpora todo lo que Dios espera de su


pueblo. Los verbos asociados con «justicia» ilustran lo concreto que es este
concepto, por ejemplo, juzgar, tratar, sacrificar y hablar rectamente. También la
justicia se aprende, se enseña y se persigue. Sobre la base de una relación especial

1314
J

con Dios, los santos en el Tanaj le piden tratos justos: «Oh Dios, da tus juicios al
rey, y tu justicia al hijo del rey» (Sal 72.1).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: dikaios («los que son rectos,
justos, conforme a las leyes de Dios») y dikalosume («justicia, rectitud»); y
eleemosune («título de propiedad; limosnas; obras de caridad»).

Adjetivo: Heb. ‫ צ ִדיק‬- tzadiq, «recto; justo». La modalidad adjetiva aparece 206
veces en hebreo bíblico. En antiguo arameo el término denota la «lealtad» de un
rey o sumo sacerdote a su deidad personal, que se manifiesta a menudo en
ofrendas. En fenicio, de manera similar, el nombre y el adjetivo tienen que ver con
la relación de un monarca con sus dioses. En Shemot/Éx 9.27 el vocablo se usa en
relación a Dios: «He pecado esta vez. IHVH es el justo; yo y mi pueblo somos los
culpables» (rva). Tzadiq se usa para referirse a una nación en Bereshit/Gn 20.4
(rva): «Dijo: Señor, ¿acaso has de matar a la gente inocente?»

Juventud: Heb. ‫ נַּ֛ער‬- ná’ar, «juventud; muchacho; joven». El vocablo se encuentra


en ugarítico y se cree que el término egipcio na-arma («criados armados») puede
también tener relación con el uso semítico occidental. La raíz con el significado de
«juventud» se encuentra solamente en forma de nombre. En hebreo aparece tanto
en el género femenino (na’aráh, «una joven») como en masculino (p. ej. Gn 24.14).

Ná’ar se encuentra 235 veces en el Tanaj, particularmente en el Pentateuco (Torá)


y en los libros históricos. El primer caso es Bereshit/Gn 14.23–24: «Nada tomaré…
excepto solamente lo que comieron los jóvenes».

El significado básico de ná’ar es «joven» en contraposición a un hombre adulto. A


veces puede significar un niño pequeño: «Ciertamente, antes que el niño sepa
desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes a quienes tienes
miedo será abandonada» (Is 7.16 rva). Por lo general, na’ar denota un «joven» de
edad casadera, aunque soltero. Hay que tener en mente la contraposición de
«juventud» y vejez si queremos entender lo que alegaba Irmiá/Jeremías cuando
dijo que era solo un «joven». No estaba argumentando que era apenas un
muchacho, sino más bien que no tenía la experiencia de un hombre mayor cuando
dijo: « ¡Ah! ¡ah, Adonai IHVH! He aquí, no sé hablar, porque soy niño» (Jer 1.6).

Avshalóm fue considerado un na’ar a pesar de tener edad suficiente para


encabezar tropas en una rebelión contra David: «Y el rey mandó a Ioav, a Avishai y
a Itai, diciendo: Tratad benignamente al joven Avshalóm, por consideración a mí»
(2 S 18.5 rva).

Un significado derivado de na’ar es «siervo». Iehonatán/Jonatán usó un «siervo»


como escudero: «Aconteció cierto día que Iehonatán/Jonatán hijo de Shaúl dijo a
su escudero: Ven, pasemos hasta el destacamento de los filisteos que está al otro
lado» (1 S 14.1 rva). El ná’ar («siervo») trataba a su patrón como «señor»: «Cuando
estaban cerca de Jebús, el día había declinado mucho. Entonces el criado dijo a su
señor: Ven, por favor, vayamos a esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en
ella» (Jue 19.11 rva). Los reyes y otros oficiales tenían «sirvientes» cuyo título era
ná’ar. Tal vez sería mejor, en este contexto, traducir el término como «cortesanos»

1315
J

que aconsejaban al rey, como en el caso del rey Asuero: «Entonces los cortesanos
[«jóvenes» rv] al servicio del rey, dijeron: Búsquense para el rey jóvenes vírgenes y
de buen parecer» (Est 2.2 lba). Cuando se comisiona a un ná’ar a llevar mensajes,
es un «mensajero». Esto nos permite deducir que «sirviente» en relación al vocablo
ná’ar no denota un «esclavo» que realizaba tareas domésticas o serviles. Un ná’ar
portaba documentos importantes, estaba entrenado en el arte de guerra y podía
ser consejero del rey.

Otro nombre, no’ar, significa «joven». Aparece solo 4 veces en el Tanaj, una de ellas
es Sal 88.15 (lba): «He estado afligido y a punto de morir desde mi juventud; sufro
tus terrores, estoy abatido» (cf. 36.14).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: paidarion («rapazuelo;


muchacho, niño, joven esclavo»); neos («novato»); neaniskos («mozo; joven;
sirviente»); paidion («bebé; menor de edad; niño»); pais («niño; criatura») y
neanias («joven»).

Juzgar: Verbo, heb. ‫ שפט‬- shapat, «juzgar, liberar, gobernar». Este verbo también
aparece en ugarítico, fenicio, arábigo, acádico y en hebreo posbíblico. Están
constatados alrededor de 125 casos del verbo durante todos los períodos del
hebreo bíblico.

En muchos contextos esta raíz tiene un sentido jurídico. Shapat se refiere a la


actividad de una persona que actúa como intermediaria entre dos partes que están
en conflicto. El mediador (actuando simultáneamente como juez y jurado) escucha
los argumentos de los litigantes para llegar a un veredicto justo y determinar las
acciones que deben tomarse. Así Sarai le dijo a Avram: «Mi agravio recaiga sobre ti.
Yo puse a mi sierva en tu seno; y ella, viéndose encinta, me mira con desprecio.
IHVH juzgue entre tú y yo» (Gn 16.5: primer caso del vocablo). Sarai había
entregado Hagar a Avram en lugar suyo. Este acto estaba de acuerdo con la antigua
ley de Nuzi, que al parecer Avram conocía y practicaba. Según esta ley, el derecho
sobre el niño le correspondía a Sarai, lo cual significaba que Hagar «hizo todo el
trabajo» sin recibir privilegio alguno. Como resultado de tal situación, Hagar
atormentaba a Sarai. Por ser cabeza de la familia tribal le correspondía a Avram
mantener el orden, pero no lo hizo. Esto explica por qué Sarai dice que es inocente
de cualquier maldad; no había hecho nada para merecer el hostigamiento de
Hagar; Abram tiene la culpa por no mantener el orden en la familia extendida. Su
apelación se formula en los siguientes términos: puesto que Avram (quien
normalmente hubiera sido el juez sobre los asuntos de la tribu) no ha cumplido
con su deber, «IHVH juzgue» [jurídicamente] quién tiene la razón entre nosotros.
Avram reconoció la legitimidad de la causa y le entregó a Hagar para que la pusiera
en orden (Gn 16.6).

Shapat también tiene que ver con cumplir una sentencia. Esta acepción se
encuentra en Gn 18.25 a la par de la idea de pronunciar un veredicto; Avraham
habla del «Juez [literalmente: «Aquel que juzga»] de toda la tierra». En 1 S 3.13 el
énfasis está únicamente sobre «sentenciar»: «Y le mostraré que yo juzgaré su casa
para siempre, por la iniquidad que él sabe» (nrv).

1316
J-L

En algunos casos el verdadero significado de «juzgar» es «liberar» de injusticia y


opresión. David dice a Shaúl: «Que IHVH sea el juez y juzgue entre tú y yo. Que Él
vea y contienda por mi causa, y me defienda de tu mano» (1 S 24.15 rva). Este
doble matiz («liberar», junto con el sentido jurídico) se entiende al hablar de los
jueces de Israel (Jue 2.16): «Y IHVH levantó jueces que los librasen de mano de los
que los despojaban».

Shapat puede indicar, además de un acto de liberación, el proceso por el cual se


mantienen la ley y el orden dentro de un grupo. La función de los jueces de Israel
también incluye esta idea: «Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en
aquel tiempo» (Jue 4.4 lba). Dicha actividad era jurídica e implicaba un cierto tipo
de gobierno sobre Israel. Por cierto, de «gobernar» se trata en Nm 25.5: «Entonces
Moshé/Moisés dijo a los jueces de Israel: Cada uno mate a los hombres suyos que
se han adherido al Ba’al de Peor» (cf. 1 S 8.1 rva).

El libertador militar encabezaba un ejército de voluntarios (una milicia) que se


convocaba ante amenaza de peligro. Durante el período de Shemuel/Samuel este
procedimiento resultó inadecuado para Israel. El pueblo quería un líder capaz de
organizar y encabezar un ejército permanente. Por tanto, pidieron a Shemuel un
rey semejante al de otras naciones, alguien que fuera apto y preparado en guerra, y
cuyo sucesor (el hijo) fuera cuidadosamente entrenado tambien. Este nuevo orden
facilitaría la continuidad en el liderazgo. Incluido en este concepto del rey como
«juez», como con las otras naciones, estaba la idea del rey como «gobernante»;
para mantener y entrenar un ejército permanente, el pueblo tendría que ser
organizado para los tributos y la conscripción. Estas son las implicaciones que
Shemuel expone en 1 S 8.6–18.

Nombre: heb. ‫ ִמ ְשפט‬- mishpat, «juicio; derechos». Este vocablo, que se encuentra
unas 420 veces, también aparece en ugarítico.

El término tiene dos acepciones principales; la primera se relaciona con las


funciones de un juez: escuchar una causa y emitir un veredicto justo. Uno de varios
ejemplos de este uso está en Ec 12.14: «Porque Dios traerá toda obra a juicio,
juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala».

Mishpat puede referirse también a los «derechos» de alguna persona (Éx 23.6).
Esta segunda acepción tiene varios matices: relación equitativa entre realidad y
expectativa (Gn 18.19: primera vez que se usa el término); dictamen judicial (Dt
17.9); exposición de la causa del acusado (Nm 27.5); y reglamento establecido (Éx
21.1).

El nombre shepatím se refiere a «actos de justicia». Uno de los 16 casos de este


vocablo se encuentra en Nm 33.4: «Los egipcios estaban enterrando a todos sus
hijos mayores, pues el Señor los había hecho morir, con lo cual había dictado
sentencia contra sus dioses» (bvp).

Lamentar, Luto: Heb. ‫ אבל‬- aval, «lamentar, llorar, estar de luto»). Este término es
común tanto en hebreo antiguo como moderno y se encuentra 39 veces en el Tanaj.

1317
L

En los libros poéticos se usa la forma verbal simple activa y, por lo general, tiene
un significado figurado. Cuando se refiere literalmente a llorar por los muertos, el
vocablo se encuentra en los escritos en prosa y en su forma reflexiva, lo cual indica
que la acción se revierte al sujeto. Se encuentra por primera vez en Bereshit/Gn
37.34: «Entonces Iaaqov/Jacob… guardó luto por su hijo muchos días» (rvr;
«enlutóse» rv).

En sentido metafórico, abal expresa el «luto» por las puertas (Is 3.26), por la tierra
(Is 24.4) y por los prados (Am 1.2). Además de llorar por los muertos, el «luto»
puede ser por Jerusalén (Is 66.10), el pecado (Esd 10.6) o el juicio de Dios (Éx
33.4). El luto puede fingirse (2 S 14.2) simplemente con vestirse de luto.

Lavar: Heb. ‫ רחץ‬- rajatz, «lavar, bañar». El hebreo antiguo y el moderno tienen en
común este vocablo que se encuentra también en el antiguo ugarítico. Se usa unas
72 veces en el texto del Tanaj. En su primera mención encontramos una ilustración
de uno de sus usos más comunes: «Que se traiga un poco de agua para que lavéis
vuestros pies» (Gn 18.4 rva).

Cuando el término se usa metafóricamente para expresar venganza, las imágenes


son un poco más escalofriantes: «Lavará sus pies en la sangre del impío» (Sal 58.10
rva). La acción de Pilato en Mt 27.24 evoca la declaración del salmista: «Lavaré en
inocencia mis manos» (Sal 26.6). Los trozos de un animal sacrificado generalmente
se lavaban antes de quemarse sobre el altar (Éx 29.17). Rajatz se usa a menudo con
el sentido de «bañarse» o «lavarse» (Éx 2.5; 2 S 11.2). En sentido figurado se dice
de los ojos hermosos que son «lavados con leche» (Cnt 5.12).

Kavas: Heb. ‫« כבס‬lavar». Este vocablo es un término común a lo largo de la historia


de la lengua hebrea para denotar el «lavado» de ropa. También se encuentra en dos
lenguas muy antiguas, ugarítico y acádico, donde se destaca el aspecto de trabajar
la ropa con los pies (pisotear). Kavas aparece en el Tanaj 51 veces. Su primera
mención es en Bereshit/Gn 49.11 como parte de la bendición de Iaaqov/Jacob a
Iehudá/Judá: «Lavó en el vino su vestido».

En el Tanaj, el vocablo se usa principalmente con el significado de «lavar» ropa,


tanto en el uso ordinario (2 S 19.24) como en un sentido ritual (Éx 19.10; 14; Lv
11.25). A menudo se usa en un paralelismo con «lavarse a sí mismo», como en
Vaiqrá/Lv 14.8–9. Kavas se usa con la connotación de «lavarse» o «bañarse» a sí
mismo solo metafóricamente y como expresión poética, por ejemplo, Irmiá/Jer
4.14: «Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, para que seas salva» (nrv).

Lengua: Heb. ‫ָׁשֹון‬


֖ ‫ ל‬- lashon, «lengua; lenguaje; habla». Se conjetura que este
vocablo podría tener su raíz en el término «lamer». El nombre se halla en ugarítico,
acádico (lishanu), fenicio y arábigo. Aparece 115 veces en el Tanaj, sobre todo en
los libros poéticos (ketuvím/escritos) y, en menor grado, en los proféticos
(neviím/ profetas). Su primera mención es en Bereshit/Gn 10.5: «De estos, las
costas de las naciones se dividieron en sus tierras, cada uno conforme a su lengua,
según sus familias, en sus naciones» (lba).

1318
L

El significado básico de lashon es «lengua», con referencia al órgano humano (Lm


4.4) y de animales (Éx 11.7; Job 41.1). El significado derivado de «lengua» como
órgano de comunicación oral es más frecuente. Uno puede ser «tardo» (rva) o
«torpe» (rvr, nrv) de lengua (Éx 4.10); o hablar con soltura: «El corazón de los
imprudentes entenderá para comprender, y la lengua de los tartamudos hablará
con fluidez y claridad» (Is 32.4 rva). Véase la descripción de la «lengua» en Sal 45.1
(rva): «Mi corazón rebosa de palabras buenas; dedico al rey mi canto. Mi lengua es
como pluma de un veloz escriba». Por razón de las asociaciones positivas y
negativas de lashon, este a menudo denota el nombre «habla». En la literatura
sapiencial (ketuvím/escritos) en particular, la manera de hablar se tiene como la
expresión externa del carácter del que habla. No se puede confiar en la «lengua»
del necio (Sal 5.9), porque es engañosa (Sal 109.2; 120.2–3; Pr 6.17), jactanciosa
(Sal 140.11), mentirosa y lisonjera (Pr 26.28), difamadora (Sal 15.3), subversiva y
perversa (Pr 10.31). Por otro lado, la «lengua» del justo comunica vida (Pr 15.4).
Aunque la «lengua» se describe «como espada afilada» (Sal 57.4), es portadora de
vida para los justos y de muerte para los injustos: «La muerte y la vida están en el
poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto» (Pr 18.21; cf.
21.23; 25.15). Para los autores bíblicos, cuando Dios da la capacidad de hablar, hay
inspiración divina: «El Espíritu de IHVH ha hablado por mí, y su palabra ha estado
en mi lengua» (2 S 23.2; cf. Pr 16.1). «Lengua», con el significado de «habla», tiene
como sinónimos a péh, «boca» (Sal 66.17), y menos frecuentemente a sapáh,
«labio» (Job 27.4).

Otra extensión del significado básico es «lenguaje». En hebreo, tanto sapáh como
lashon denotan una «lengua» extranjera: «Porque en lengua de tartamudos, y en
extraña lengua hablará a este pueblo» (Is 28.11). Las siguientes palabras describen
muy bien la situación de quienes se sienten extraños a una «lengua»: «No verás
más al pueblo feroz, pueblo de habla incomprensible, que nadie entiende, de
lengua tartamuda, que nadie comprende» (Is 33.19 lba).

Lashon también se refiere a objetos que tienen la forma de una lengua. Resaltan las
«lenguas de fuego» que también poseen la característica de «comer» o «devorar»:
«Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja»
(Is 5.24). Esta asociación de Ieshaiá/Isaías entre la venida de Dios en juicio con
humo y fuego dio lugar a una aguda descripción literaria de la ira de Dios: «He aquí
que el nombre de IHVH viene de lejos. Arde su furor y levanta densa humareda. Sus
labios están llenos de ira, y su lengua es como fuego consumidor» (Is 30.27).
Obsérvese aquí que los términos «labios» y «lengua» expresan el significado de
«lenguas de fuego», al mismo tiempo que el lenguaje sugiere tanto la «lengua»
(órgano del cuerpo) como «lengua de fuego». También se denominaban lashon a
un lingote de oro (Jos 7.21) y una bahía en forma de lengua (Is 11.15).

En la Septuaginta, el vocablo se traduce glossa («lengua; lenguaje»).

Levantarse: Verbo, heb. ‫ קּוְּם‬qum, «levantarse, erguirse; suceder, acontecer». El


vocablo se halla en casi todas las lenguas semíticas, incluyendo hebreo y arameo
bíblico. Aparece unas 630 veces en hebreo y 39 veces en arameo.

1319
L

El término tiene varias aplicaciones. Denota cualquier movimiento hacia una


posición vertical, tal como levantarse de la cama (Gn 19.33); o bien lo contrario de
estar sentado o arrodillado, como cuando Avram «se levantó de delante de su
difunta» (Gn 23.3). Puede referirse también al resultado de «levantarse», como
cuando Iosef/José vio en un sueño su gavilla levantarse y mantenerse «erguida»
(Gn 37.7 rva).

Qum tiene un uso intransitivo, sin un complemento directo que indique el punto de
partida de la acción, como cuando Ieshaiá/Isaías dice: «No sucederá [«no
subsistirá» rv], ni será así» (Is 7.7 rva). A veces qum se usa en modo intensivo para
expresar las acciones de «facultar» o «fortalecer»: «De tristeza llora mi alma;
fortaléceme conforme a tu palabra» (Sal 119.28 lba). También sirve para denotar
un acontecimiento inevitable o algún hecho preanunciado o arreglado (Ez 13.6).

En un contexto militar, qum puede significar «entablar un combate». En Sal 18.38


(rva), por ejemplo, Dios dice: «Los golpeé, y no pudieron levantarse» (cf. 2 S 23.10).

Otros usos de qum son: «continuidad», en forma muy parecida a amad, por
ejemplo: «Pero ahora tu reino no perdurará» (1 S 13.14 lba); y «validez», como
cuando los votos de una mujer no serán «firmes» (rvr; «válidos» rva) si su padre se
lo prohíbe (Nm 30.5). Véase también Dt 19.15, que declara que un asunto puede
«confirmarse» únicamente con dos o más testigos. En algunos pasajes, qum
significa «inmóvil», como se dice de los ojos de Elí (1 S 4.15).

Otra acepción especial de qum es «volver a levantar», como cuando una viuda sin
hijos se queja ante los ancianos: «Mi cuñado rehúsa levantar nombre en Israel a su
hermano» (Dt 25.7 rva). En otras palabras, el hermano se niega a continuar
(«volver a levantar») el nombre de la familia.

En compañía de otro verbo, qum puede sugerir simplemente el inicio de una


acción. Cuando la Escritura dice que «[Jacob] se levantó, cruzó el río [Éufrates]»
(Gn 31.21), no significa que literalmente se puso de pie, solo que comenzó a cruzar
el río.

Algunas veces qum forma parte de un verbo compuesto sin mantener un


significado propio. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de una orden. Por eso,
Bereshit/Gn 28.2 podría traducirse: «Ve a Padan-aram», en lugar de «Levántate,
ve». Otras acepciones especiales aparecen cuando qum se usa con ciertas
partículas. Con al, «contra», a menudo significa «luchar contra » o «atacar»:
«Cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata» (Dt 22.26 lba). Tiene el
mismo significado en Bereshit/Gn 4.8, primera mención del vocablo. Con la
partícula be («contra»), qum significa «presentar una acusación formal»: «No se
levantará un solo testigo contra un hombre» (Dt 19.15 lba). Con le («para»), qum
significa «testificar en favor»: «¿Quién se levantará por mí contra los
malhechores?» (Sal 94.16 rva). La misma construcción puede significar el
«traspaso» de un título de propiedad, como en el caso del campo de Efrón (Gn
23.17).

1320
L

Nombre: Heb. ‫ מָ ֵ֣קֹום‬- maqom, «lugar; altura; estatura; posición». En el Tanaj hay
tres nombres que tienen relación con qum. El más importante es maqom, que
aparece 401 veces en el Tanaj. Se refiere al sitio en el que algo o alguien está
levantado (1 S 5.3), sentado (1 R 10.19), mora (2 R 8.21) o simplemente está (Gn
1.9). Puede además referirse a una localidad más amplia, tal como un país (Éx 3.8),
o a un espacio intermedio no determinado (1 S 26.13). «Lugar» puede también
referirse a una tarea u oficio (Ec 10.4). El nombre además tiene la acepción de
«santuario», o sea, un «lugar» de culto (Gn 22.3).

Ley: Nombre ‫ תורה‬- toráh, «ley; dirección; instrucción». Este nombre aparece 220
veces en el Tanaj.

En la literatura sapiencial, donde toráh no aparece con artículo definido, el


significado principal de este nombre es «dirección, enseñanza, instrucción»: «La
instrucción del sabio es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la
muerte» (Pr 13.14 rva); también: «Toma, pues, de su boca la instrucción y pon sus
dichos en tu corazón» (Job 22.22 rva). El objetivo de la «instrucción» de los sabios
de Israel, que tenían a su cargo la instrucción de los jóvenes, era cultivar en ellos el
temor de IHVH para que pudieran vivir conforme a lo que Dios esperaba de ellos.
El sabio era como padre de sus pupilos: «El que guarda la toráh/instrucción/ley es
hijo inteligente, pero el que se junta con glotones avergüenza a su padre» (Pr 28.7
lba; cf. 3.1; 4.2; 7.2). El padre natural también instruía a sus hijos en cómo vivir
sabiamente, de la misma manera que una mujer temerosa de Dios era ejemplo de
«enseñanza» bondadosa: «Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad
en su lengua» (Pr 31.26 rva).

La «instrucción» que Dios dio a Moshé/Moisés y a los israelitas llegó a conocerse


como «la ley» o «la dirección» (ha-toráh), y muy a menudo como «la ley del Señor»:
«¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la
toráh/instrucción/ley de IHVH!» (Sal 119.1 lba), o «la toráh/instrucción/ley de
Dios»: «Esdras leía día tras día en el libro de la Ley de Dios, desde el primero hasta
el último día» (Neh 8.18 rva); y también como «la toráh/instrucción/ley de [dada
por] Moshé/Moisés»: «Acordaos de la toráh/instrucción/ley de mi siervo Moshé/
Moisés, a quien encargué en Horeb toratot/leyes y decretos para todo Israel» (Mal
4.4 rva). El término puede referirse a toda «la toráh/instrucción/ley»: «Él
estableció su testimonio en Iaaqov/Jacob y puso la toráh/instrucción/ley en Israel.
Mandó a nuestros padres que lo hicieran conocer a sus hijos» (Sal 78.5 rva).
También puede indicar ciertas leyes en particular: «Esta es la toráh/instrucción/
ley que Moshé/Moisés puso ante los hijos de Israel» (Dt 4.44 rva).

Dios comunicó la «toráh/instrucción/ley» para que Israel pudiera obedecer y vivir:


«¿Qué nación hay tan grande que tenga toratot/leyes y decretos tan justos como
toda esta toráh/instrucción/ley que yo pongo hoy delante de vosotros?» (Dt 4.8
rva). Se instruye al rey que debe recibir una copia de «la toráh/instrucción/ley» en
ocasión de su coronación (Dt 17.18). Los kohaním/sacerdotes estaban encargados
de estudiar y enseñar «la toráh/instrucción/ley», así como la jurisprudencia que se
fundamentaba en ella (Jer 18.18). Por causa de la apostasía desenfrenada, en los
últimos días de Iehudá/Judá no había kohaním/sacerdotes docentes (2 Cr 15.3); es
más, durante el reinado de Josías «la toráh/instrucción/ley» (fuese esta toda la

1321
L

Torá, un libro entero o solo una parte) se recobró: «Hilcías, dijo al escriba Safán: Yo
he hallado el libro de la toráh/instrucción/ley en la casa de IHVH. Y dio Hicías el
libro a Safán» (2 Cr 34.15).

Los neviím/profetas desafiaron a Israel a arrepentirse regresando a la toráh


(«instrucción») de Dios (Is 1.10). Irmiá/Jeremías profetizó acerca de la nueva
forma de Dios tratar a su pueblo, en términos del nuevo pacto o alianza en que su
«toráh/instrucción/ley» la asimilaría un pueblo que obedecería a Dios de buena
voluntad: «Porque este será el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice IHVH: Pondré mi toráh/instrucción/ley en su interior y la
escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo» (Jer 31.33 rva).El
último profeta del Tanaj recuerda a los kohaním/sacerdotes sus obligaciones (Mal
2) y reta al pueblo de Dios a recordar la «toráh/instrucción/ley» de Moshé/Moisés
en preparación para el Mashíaj/Mesías que habría de venir (Mal 4.4).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: nomos («ley; regla»); nominos


(«de acuerdo con la ley»); entole («mandar, mandamiento, orden») y prostagma
(«orden; mandamiento; mandato; requerimiento»).

Verbo: heb. ‫ ירה‬- iaráh, «lanzar, arrojar, erigir, dirigir, enseñar, instruir». El nombre
toráh se deriva de esta raíz. El significado «erigir» se encuentra en Bereshit/Gn
31.51: «Dijo más Laván a Iaaqov/Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal,
que he erigido entre tú y yo». Iaráh significa «enseñar» en 1 S 12.23: «Os instruiré
en el camino bueno y recto».

Libro: Heb. ‫ ספר‬- sefer, «libro; documento; escritura». Sefer parece ser prestado
del término acádico sifru («mensaje escrito, documento»). El vocablo aparece 187
veces en el Tanaj, y el primer caso está en Bereshit/Gn 5.1: «Este es el libro de los
descendientes de Adám: Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios»
(rva). A excepción de Devarím/Deuteronomio (11 veces), hay muy pocos ejemplos
del término en la Toráh, jumash (Pentateuco). Es más frecuente en los libros
históricos tardíos (Reyes 60 veces, pero en Crónicas 24 veces; cf. Ester 11 veces y
Nejemiá/Nehemías 9 veces).

La traducción más común de sefer es «libro». Un manuscrito se escribe (Éx 32.32;


Dt 17.18) y se sella (Is 29.11) para que lo lea el destinatario (2 R 22.16). El sentido
de seper es semejante al de «rollo o pergamino» (megiláh): «Entra tú pues, y lee de
este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de IHVH a los oídos del pueblo, en
la casa de IHVH, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de
Iehudá/Judá que vienen de sus ciudades» (Irmiá/Jer 36.6). Sefer está también
estrechamente relacionado con sipra («libro»; Sal 56.8).

Se mencionan muchos «libros» en el Tanaj: el «libro» de memorias (Mal 3.16),


«libro» de la vida (Sal 69.28), «libro» de Jaser (Jos 10.13), «libro» de las
generaciones (Gn 5.1),«libro» de IHVH, «libro» de las crónicas de los reyes de Israel
y Iehudá/Judá, y las anotaciones del «libro» de los reyes (2 Cr 24.27). Los profetas
escribieron «libros» mientras vivieron. La profecía de Najúm comienza con la
siguiente introducción: «La profecía acerca de Nínive. Libro de la visión de Najúm,
de Elcós» (1.1 rva).

1322
L

Irmiá/Jeremías escribió varios «libros» además de su carta a los cautivos. Escribió


un libro sobre los desastres que caerían sobre Jerusalén, pero el «libro» lo
destruyó el rey Joacim (Jer 36). En este contexto aprendemos algo del proceso de
escribir un «libro». Irmiá/Jeremías dictó a Baruj, quien escribió con tinta sobre el
rollo (36.18). Baruj llevó el libro a los judíos que fueron al templo a ayunar. Cuando
confiscaron y quemaron el «libro», Irmiá/Jeremías escribió en otro rollo un «libro»
con una fuerte condenación a Joacim y su familia: «Entonces Irmiá/Jeremías tomó
otro rollo y lo dio al escriba Baruj hijo de Nerías. Este escribió en él, al dictado de
Irmiá/Jeremías, todas las cosas del libro que Joacim rey de Iehudá/Judá había
quemado en el fuego; y además, fueron añadidas muchas otras palabras
semejantes» (Jer 36.32).

Iejezqel/Ezequiel recibió la orden de comer un «libro» (Ez 2.8; 3.1) como un acto
simbólico del juicio de Dios sobre Iehudá/Judá y su restauración.

Sefer puede también significar «carta». El profeta Irmiá/Jeremías escribió una


carta a los cautivos en Babilonia, indicando que debían acomodarse, pues
permanecerían allí 70 años: «Estas son las palabras de la carta que el profeta
Irmiá/Jeremías envió de Jerusalén al resto de los ancianos de la cautividad, a los
sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo, que Nabucodonosor había llevado
cautivo de Jerusalén a Babilonia» (Jer 29.1 rva).

Es variado el contenido de un sefer. Podría contener una orden escrita, una


comisión, una solicitud o un decreto, como en la siguiente cita: «Mardoqueo
escribió las cartas [seper] en el nombre del rey Asuero, las selló con el anillo del
rey y las envió por medio de mensajeros a caballo, que cabalgaban los veloces
corceles de las caballerizas reales» (Est 8.10 rva). Si divorciaba a su mujer, un
hombre le presentaba un documento legal conocido como seper de divorcio (Dt
24.1). Aquí seper significa «certificado»o «documento legal». A algunos otros
documentos legales también se les podria llamar seper. Como documento legal, el
seper podía publicarse o bien esconderse hasta un tiempo más apropiado: «Así ha
dicho IHVH de los Ejércitos, Dios de Israel: Toma estos documentos (el documento
de compra sellado y la copia abierta), y ponlos en una vasija de cerámica para que
se conserven por mucho tiempo» (Jer 32.14 rva).

La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: biblion («rollo») y gramma


(«carta; documento; escritura; libro»).

Limpiar, Limpio: Verbo, heb. ‫ טהֵ ר‬- taher, «estar limpio, puro». La raíz de este
vocablo aparece más de 200 veces en varias formas: verbo, adjetivo o nombre.

Desde la caída de Adám y Javá/Eva, ninguno de sus descendientes está «limpio»


(«es puro») ante la presencia de un Dios santo: «¿Quién podrá decir: Yo he
limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?» (Pr 20.9). Elifaz amonesta a Job
al decir que nadie es inocente delante de Dios: «¿Será el hombre más justo que
Dios? ¿Será el varón más puro que su Hacedor?» (Job 4.17 rva).

Sin embargo, hay esperanza, porque Dios promete a un Israel arrepentido que los
limpiará «de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus

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L

pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron» (Jer 33.8).
Ha dicho Dios: «Yo los salvaré de todas sus rebeliones con que han pecado, y los
purificaré. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios» (Ez 37.23 rva).

El efecto funesto del pecado se reconoce en la temible enfermedad de la lepra.


Después que el sacerdote diagnosticaba el mal, podía declarar «limpio» al doliente
únicamente después de realizar ceremonias de purificación: «Y lavará sus vestidos,
y lavará su cuerpo en agua, y será limpio» (Lv 14.9).

Dios demanda que su pueblo observe ritos de purificación antes de entrar en su


presencia para el culto. En el Día de Expiación, por ejemplo, se prescribían ciertas
ceremonias con el fin de «limpiar» el altar de «las impurezas de los hijos de Israel»
y «santificarlo» (Lv 16.17–19; cf. Éx 29.36ss). Los kohaním/sacerdotes debían
purificarse antes de llevar a cabo sus tareas sagradas. Moshé/Moisés debía tomar a
los levitas y purificarlos (Nm 8.6; cf. Lv 8.5–13). Después del cautiverio en la tierra
impura de Babilonia, «los sacerdotes y los levitas se purificaron y purificaron al
pueblo, las puertas y la muralla [reconstruida de Jerusalén]» (Neh 12.30).

«Purificar» a veces exigía que se expurgaran físicamente ciertos objetos. Durante la


reforma del rey Ezequías, «los sacerdotes entraron en la parte interior de la casa
de IHVH para limpiarla. Sacaron al atrio de la casa de IHVH toda la inmundicia que
hallaron en el templo de IHVH» (2 Cr 29.16 rva).

Algunos ritos requerían sangre como agente purificador: «Rociará sobre él la


sangre siete veces con su dedo, y lo purificará y santificará de las impurezas de los
hijos de Israel» (Lv 16.19 rva). Después de un parto se ofrecían sacrificios de
propiciación para la madre: «Traerá… el uno para el holocausto y el otro para el
sacrificio por el pecado. El sacerdote hará expiación por ella, y quedará purificada»
(Lv 12.8 rva).

Adjetivo: tahor - ‫טָ ֶ֔הֹור‬, «limpio; puro». El vocablo denota la ausencia de impureza,
suciedad, contaminación o imperfección. Tiene que ver concretamente con
sustancias genuinas y sin adulterar, asimismo con una condición espiritual y
cúltica sin mácula.

El oro es visto como un material libre de impurezas. Por eso, el arca del testimonio,
el altar de incienso y el pórtico del templo se recubrieron «de oro puro» (Éx 25.11;
37.11, 26; 2 Cr 3.4). Algunos de los muebles y utensilios en el templo tales como: el
propiciatorio, el candelabro, las fuentes, vasijas, tazones, jarros, despaviladeras,
platillos, eran de «oro puro» (Éx 37.6, 16–24). Entre las vestimentas del sumo
sacerdote se encontraban «dos cadenillas de oro puro» y un «pectoral… de oro
puro» (Éx 28.14, 22, 36).

Dios demanda que su pueblo tenga pureza espiritual y moral, sin mancha de
pecado. Cualquiera que no estuviere limpio de pecado está sujeto al rechazo y
castigo divino. Esta contaminación no se pierde con el correr del tiempo ni uno se
sobrepone a ella. Puesto que el pecado contamina una generación tras otra, Job
pregunta: «¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie» (Job 14.4). A pesar de las
apariencias, no se puede decir «que a todos les sucede lo mismo… al puro y al

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impuro» (Ec 9.2 rva). Por otro lado, hay esperanza aun para el peor de los
pecadores porque cualquiera puede apelar a la misericordia de Dios diciendo:
«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí»
(Sal 51.10).

En marcado contraste con las acciones y la naturaleza contaminada de los seres


humanos, «las palabras de IHVH son palabras puras» (Sal 12.6 rva). El Señor «es
demasiado limpio como para mirar el mal» (Hab 1.13 rva).

El adjetivo «limpio» describe a menudo la pureza que se mantiene al evitar


contacto con otros seres humanos, al abstenerse de comer animales y no usar
objetos que se han declarado ritualmente impuros. La «purificación», por el
contrario, se logra cuando se observan procedimientos rituales que simbolizan la
remoción de la contaminación.

Al pueblo del antiguo pacto se le informó que «el que toque el cadáver de cualquier
persona quedará impuro durante siete días» (Nm 19.11). Un sacerdote no podía
contaminarse «a causa de algún difunto de su pueblo», excepto si era «un pariente
cercano» (Lv 21.1–2 rva). Pero esta exención de la regla se le negaba al sumo
sacerdote y también a los nazareos «durante todo el tiempo de su consagración a
IHVH» (Nm 6.6ss).

Los ritos de purificación enfatizaban el hecho de que a los seres humanos nos
concibieron y parieron en pecado. Aunque la concepción y el nacimiento no se
tacharon de inmorales (de la misma manera que morir no era inmoral), una mujer
que acababa de dar a luz permanecía impura hasta sujetarse a los ritos de
purificación prescritos (Lv 12). El capítulo 15 de Levítico prescribe la purificación
ritual de las mujeres durante su flujo menstrual, también de los hombres con
emisiones seminales, así como «para la mujer con quien el varón tuviera
ayuntamiento de semen» (Lv 15.18 rv).

Para ser ceremonial o cúlticamente «limpio», un israelita tenía que abstenerse de


comer ciertos animales y aun de tocarlos (Lv 11; Dt 14.3–21). Después que los
israelitas se asentaron en la tierra prometida, se hicieron algunas modificaciones
en los reglamentos (Dt 12.15, 22; 15.22).

Los ritos de purificación a menudo requerían agua. Para purificarse, una persona
tenía que lavarse a sí mismo y toda su ropa (Lv 15.27). Se rociaba agua sobre el
individuo, su tienda y todos sus enseres: «Una persona que esté pura tomará
hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la tienda, todos los utensilios, a las
personas presentes, y al que tocó un hueso o a uno que ha sido matado o un
cadáver o una tumba» (Nm 19.18 rva). A veces el que se purificaba tenía también
que cambiar sus ropas (Lv 6.11).

A pesar de la importancia de los ritos, estos no acumulaban méritos que ganaran el


favor y el perdón de Dios. Los ritos tampoco cumplirían su función si se realizaban
en forma mecánica. A menos que los ritos expresaran el deseo contrito y sincero de
la persona de ser purificada de la mácula del pecado, estos eran una abominación a
Dios y solo contribuían a agravar la culpabilidad del penitente. Cualquiera que

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apareciese delante de Él durante un rito o ceremonia con «manos … llenas de


sangre» (Is 1.15) y no clamara por la purificación de su crimen, lo juzgarían tan
malvado como la gente de Sodoma y Gomorra. La esperanza de Sion se encuentra
en la purificación mediante una ofrenda: «Y traerán a todos vuestros hermanos de
entre todas las naciones, como ofrenda a IHVH, a mi santo monte en Jerusalén,
tanto en caballos como en carros… de la misma manera que los hijos de Israel
traen su ofrenda en vasijas limpias a la casa de IHVH» (Is 66.20 rva).

Luchar, Combatir: Verbo, ‫ לחם‬- lajam, «luchar, batallar, combatir, pelear». Este
vocablo se encuentra en todos los períodos del hebreo, así como en el antiguo
ugarítico. Se halla en el texto del Tanaj más de 170 veces. Lajamaparece por
primera vez en Shemot/Éx 1.10, donde el faraón de Egipto expresa sus temores de
que los esclavos israelitas, al multiplicarse, se unan a algún enemigo para luchar
contra los egipcios.

Aunque el término se aplica comúnmente a «batallas campales» entre dos ejércitos


(Nm 21.23; Jos 10.5; Jue 11.5), también se usa para describir «combates mano a
mano» entre dos personas (1 S 17.32–33). Con frecuencia, Dios «pelea» una batalla
en favor de Israel (Dt 20.4). En lugar de espadas, las palabras que pronuncia una
lengua mentirosa suelen usarse para «combatir» a los siervos de Dios (Sal 109.2).

Se suele decir popularmente que lajam tiene alguna relación etimológica con lejem,
el término hebreo para pan, ya que, según la etimología popular, las guerras se
pelean a menudo por pan. Sin embargo, esta etimología no tiene buen fundamento.

Nombre: Heb. ‫ ִמלְ חמה‬- miljamah, «batalla; guerra». Este nombre aparece más de
300 veces en el Antiguo Testamento, lo cual indica el papel preponderante que
tuvo la experiencia y terminología militar en la vida de los antiguos israelitas. Uno
de los primeros casos de miljamah se encuentra en Bereshit/Gn 14.8 (rva):
«Entonces salieron el rey de Sedom/Sodoma [y] el rey de Amoráh/Gomorra… y
dispusieron la batalla contra ellos en el valle de Sidim».

Lugar Alto: Heb. ‫ ָבְּמה‬- bamáh, «lugar alto». Este nombre se halla en otras lenguas
semíticas con el significado del lomo de un animal o la espalda de un hombre
(ugarítico), la ladera o «lomo» de una montaña (acádico) o el «bloque» de piedra o
tumba de un santo (árabico). En hebreo bíblico, bamáh se usa unas 100 veces y por
primera vez en Vaiqrá/Lv 26.30 (rva): «Destruiré vuestros lugares altos, derribaré
vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes
sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominará». La mayoría
de los casos se encuentran en los libros de Reyes y Crónicas, con el significado de
un «lugar alto» de culto. Son contadas las veces que el término se encuentra en el
Pentateuco o en la literatura poética o profética.

Bamáh con la simple acepción de «espalda» o «lomo» también se halla en el Tanaj:


«Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú pisotearás sus lugares altos» (Dt
33.29 rva nrv; «alturas» rvr; «espaldas» bj).

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El uso metafórico en el Tanaj de los «lomos» (bamáh) de las nubes y de las olas del
mar causa problemas a los traductores: «Sobre las alturas [«el dorso» nbe] de las
nubes subiré, y seré semejante al Altísimo» (Is 14.14 rvr), y «Por sí solo extiende
los cielos y camina sobre las ondas [«alturas» rv; «dorso» nbe] del mar» (Job 9.8).
Un problema parecido se encuentra en Sal 18.33 (rva) (cf. 2 S 22.34; Hab 3.19):
«Hace que mis pies sean ágiles como los del venado, y me mantiene firme sobre
mis alturas». En estos pasajes, bamáh se debe entender como una expresión
idiomática que expresa «autoridad».

Metafóricamente el vocablo sirve para describir a IHVH que provee para su pueblo:
«Le hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, y le hizo comer los productos del
campo. Hizo que chupara miel de la peña, aceite del duro pedernal» (Dt 32.13 rva;
cf. Is 58.14). El modismo, «cabalgar sobre las alturas de la tierra», expresa, en
términos hebreos, cómo protege Dios a su pueblo. Señala la naturaleza exaltada de
Israel, cuyo Dios es el Señor.

No todos los bamáh fueron literalmente «lugares altos» cúlticos; el término puede
referirse sencillamente a una unidad geográfica; cf.: «Por tanto, por culpa de
vosotros Sion será arada como campo. Jerusalén será convertida en un montón de
ruinas; y el monte del templo, en cumbres boscosas» (Miq 3.12 rva; cf. Am 4.13).

Antes de llegar los israelitas, los cananeos sirvieron a sus dioses sobre estos
montes, en los que sacerdotes paganos presentaban sus sacrificios a los dioses:
Israel imitó tal práctica (1 R 3.2), aun cuando sacrificaban al Señor. Los lugares
altos de las naciones circunvecinas estaban dedicados a Kemósh (1 R 11.7 rva),
Ba’al (Jer 19.5) y otras divinidades. Sobre el «lugar alto» se construía un templo
que se consagraba al dios: «También hizo [Jeroboam] santuarios en los lugares
altos e instituyó sacerdotes de entre la gente común, que no eran hijos de Leví» (1
R 12.31 rva). Los santuarios se decoraban con símbolos cúlticos; por lo que los
pilares sagrados (asheráh) y los árboles y palos sagrados (matztzebáh) se
asociaban con templos: «También se edificaron lugares altos, piedras rituales y
árboles de Asera, en toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso» (1 R 14.23
rva; cf. 2 R 16.4).

Antes de la construcción del templo, Shelomó/Salomón adoró a IHVH en el gran


bamáh de Gabaón (1 R 3.4). Esto se permitió hasta la consagración del templo; sin
embargo, la historia demuestra que Israel no tardó en apropiarse de los «lugares
altos» para usos paganos. Hubo bamáh en las ciudades de Samaria (2 R 23.19),
Judá (2 Cr 21.11) y hasta en Jerusalén (2 R 23.13). Los bamáh fueron sitios de
prostitución ritual: «Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos,
y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven,
profanando mi santo nombre. Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a
cualquier altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses» (Am 2.7–
8).

La Septuaginta usa los siguientes términos griegos: hupselos («alto; altivo;


elevado»), bamáh (transliteración del hebreo), bomos («altar»), stele («pilar») y
hupsos («altura; lugar alto»).

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Madre: Heb. ‫ אֵ ם‬- em, «madre; abuela; suegra». Casi todas las lenguas semíticas
tienen este vocablo, incluyendo ugarítica y aramea. En hebreo bíblico el término
aparece 220 veces durante todos los períodos.

El significado básico del vocablo tiene que ver con la relación física que se tiene con
una persona denominada «madre». La primera vez que aparece el término, en
Bereshit/Gn 2.24, hallamos esta acepción: «Por tanto, dejará el hombre a su padre
y a su madre, y se unirá a su mujer». A veces em tiene que ver con «madre» de la
especie animal: «Lo mismo harás con el de tu buey y de tu oveja: siete días estará
con su madre, y al octavo día me lo darás» (Éx 22.30). La frase «padre y madre» en
la Biblia quiere decir «padres»: «Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su
tío, porque era huérfana [de padre y madre]… Cuando su padre y madre murieron»
(Est 2.7). «Hijo de su madre», en Bereshit/Gn 43.29, significa «su hermano», así
como «hija de mi padre» es «mi hermana» (Gn 20.12). Por lo general, estas frases
se refieren únicamente a hermanos consanguíneos, mientras que los términos aj
(«hermano») y ajot («hermana») pueden significar tanto hermanastros como
hermanos consanguíneos (por ambos padres). Por otro lado, en Bereshit/Gn 27.29,
<em parece referirse a una descendencia mucho más distante: «Sírvante pueblos, y
naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, y se inclinen ante ti los hijos de
tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren».

Em puede referirse a parientes sanguíneos menos allegados que una «madre». En 1


R 15.10, el término significa «abuela»: «Y reinó 41 años en Jerusalén. El nombre de
su madre [abuela, cf. 1 R 15.2] era Maaca hija de Avshalóm» (rva). El vocablo
también puede significar «madrastra». Cuando José contó su sueño a su familia «su
padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo
y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?» (Gn 37.10; cf. 35.16–19
que relata la muerte de Rajel, madre de Iosef/José). También se usa el término
para indicar una suegra o la madre de la esposa: «El que tomare mujer y a la madre
de ella comete vileza» (Lv 20.14). También se llama «madre» la antepasada de un
pueblo, la primera «madre» tribal: «Así ha dicho IHVH el Señor sobre Jerusalén: Tu
origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo y tu madre
hetea» (Ez 16.3). Remontándonos hasta el principio, Eva es «madre de todos los
vivientes» (Gn 3.20).

Em puede denotar a todas nuestras antepasadas: «Venga en memoria ante IHVH la


maldad de sus padres, y el pecado de su madre no sea borrado» (Sal 109.14 rv 95).

Un grupo de personas o una ciudad, personificados, reciben el apelativo de


«madre». Oshea/Oseas (tal vez) se refiere a los sacerdotes como la «madre» de
Israel: «Caerás por tanto en el día, y caerá también contigo el profeta de noche; y a
tu madre destruiré» (Os 4.5). Israel, el reino del norte, según Ishaiá/Is 50.1, es la
«madre» de Iehudá/Judá: «¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la
cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores a quienes yo os he vendido? He
aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue
repudiada vuestra madre» (cf. Os 2.4, 7).

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M

Se considera que una ciudad importante es «madre» de sus ciudadanos: «Tú


procuras destruir una ciudad que es madre en Israel» (2 S 20.19).

En los tiempos de Débora, «madre de Israel» era un título de respeto (Jue 5.7).

La «madre de un camino» se refiere al punto de partida de un camino: «Porque el


rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio [la «madre»] de los
dos caminos, para usar de adivinación» (Ez 21.21).

Mago: Heb.ְּ ‫ ְּאׁשָ ף‬- ashaf, «mago». Se encuentran cognados de este término en
acádico, siríaco y arameo bíblico (6 veces). El nombre solo aparece un par de veces
en hebreo bíblico y únicamente en el libro de Daniel.

La vocación de un ashifu se conocía desde muy temprano en la antigua sociedad


acádica (babilónica). No se sabe si los ashifu eran asistentes de una orden
particular de sacerdotes babilónicos (los mashmashu) o una orden paralela a este
sacerdocio. Sea como fuere, los ashifu hacían conjuros para librar a las personas de
las fuerzas malignas. A menudo se intervenían quirúrgicamente a los enfermos
mientras se pronunciaban palabras mágicas.

En el Tanaj, el término ashaf se encuentra por primera vez en Dn 1.20: «En todo
asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces
mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino».

Maldecir: Verbo heb. ‫ קלל‬- qalal, «ser insignificante, liviano, ligero, veloz;
maldecir». Este vocablo de gran amplitud se encuentra tanto en hebreo antiguo
como moderno, en antiguo acádico y (según algunos expertos) en antiguo
ugarítico. El término aparece unas 82 veces en el Tanaj. Como se podrá percibir,
sus diversos matices surgen de la idea básica de ser «insignificante o ligero», con
connotaciones un tanto negativas.

Qalal se encuentra por primera vez en Bershit/Gn 8.8: «Para ver si las aguas se
habían retirado» (rvr, rv 95; «disminuido» rva, lba; «bajado» lvp; «menguado» bj;
«secado» bpd, sbp). Todos estos términos indican la disminución (o aligeramiento)
de una condición anterior.

La idea de «ser veloz» se usa en la forma comparativa del hebreo. Por lo que Shaúl
y Jonatán eran «más veloces que las águilas» (2 S 1.23 rva: literalmente, «más
ligeros eran que águilas» rvr, lba). Una idea parecida se expresa en 1 S 18.23: «¿Os
parece poca cosa ser yerno del rey … ?» (rva, lba).

A menudo qalal adquiere la idea de «maldecir», tratar como «insignificante» o


despreciable (o sea «mal-decir»): «Igualmente el que maldijere [«trate sin respeto»
bj; cf. bla] a su padre o a su madre, morirá» (Éx 21.17 rvr). «Maldecir» significa
«jurar» cuando se trata de alguna divinidad: «El filisteo maldijo a David por sus
dioses» (1 S 17.43). El aspecto negativo de «bendición» se expresa en el modo
pasivo: «El más joven morirá a los cien años, y el [«pecador» rvr] que no llegue a
los cien años [por lo tanto] será considerado maldito» (Is 65.20 rva). Un uso
semejante se puede ver en: «Su porción es maldita en la tierra» (Job 24.18).

1329
M

La forma causativa del verbo a veces expresaba la idea de «aligerar, quitar una
carga»: «Quizás aligere el peso de su mano sobre vosotros» (1 S 6.5 rva); «Así
aliviarás la carga que hay sobre ti» (Éx 18.22 rva).

Arar: Heb. ‫ארר‬, «maldecir». Esta raíz se encuentra en sudarábigo, etiópico y


acádico. El vocablo aparece 60 veces en el Tanaj.

Se encuentra por primera vez en Bereshit/Gn 3.14 y 17 (rva): «Serás maldita entre
todos los animales domésticos… Sea maldita la tierra por tu causa». Más de la
mitad de todos los casos se encuentran en esta modalidad. Es una declaración de
juicio sobre los que quebrantan el pacto, como por ejemplo en Dt 27.15–26, donde
se repite doce veces: «Maldito el hombre».

«Maldecir» a menudo aparece en paralelo con «bendecir». Las dos «maldiciones»


en Gn 3 están en marcado contraste con las dos bendiciones en Gn 1 («Y Dios los
bendijo»). El pacto abrahámico incluye: «Bendeciré a los que te bendigan, y a los
que te maldigan maldeciré [son dos raíces diferentes]» (Gn 12.3 rva). Comparar en
Jer 17: «Maldito el varón que confía en el hombre» (v. 5) con «Bendito el varón que
confía en IHVH» (v. 7).

Los paganos se valían del poder de la «maldición» para deshacerse de sus


enemigos, como cuando Balac procuró a Balaam: «Ven y maldíceme a este pueblo»
(Nm 22.6 rva). Israel usaba en sus ceremoniales «el agua amarga que acarrea
maldición» (Nm 5.18ss rva).

Solo Dios puede efectivamente «maldecir». Es una revelación de su justicia en


apoyo a su derecho a la obediencia absoluta. Los seres humanos pueden hacer
suyas las «maldiciones» de Dios encomendándoles sus agravios y confiando en sus
juicios justos (cf. Sal 109.26–31).

La Septuaginta traduce arar con epikatarasthai. «Maldición» en el Tanaj se resume


en la siguiente declaración: «Maldito el varón que no obedeciere las palabras de
este pacto» (Jer 11.3).

Nombre: Heb. ‫ אְּלה‬- aláh, «maldición; juramento». Hay cognados de este vocablo
en fenicio y arábigo. Los 36 casos veterotestamentarios del nombre se encuentran
en todos los períodos de la literatura bíblica.

A diferencia de arar («maldecir o anatemizar») y qalal («maldecir abusando o


empequeñeciendo»), alah se refiere fundamentalmente a «la ejecución del
juramento requerido para validar un pacto o acuerdo». Como nombre, aláh se
refiere propiamente al «juramento»: «Entonces, cuando hayas llegado a mi familia,
quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de
mi juramento» (Gn 24.41 rva: primer caso). El «juramento» consistía de una
«maldición» sobre la cabeza del que quebrantara el acuerdo. Este mismo sentido
aparece en Vaiqrá/Lv 5.1 con referencia a una «maldición» general contra
cualquiera que testificara falsamente en un caso jurídico.

1330
M

Por tanto, aláh denota una «maldición» que sirve para dar validez a un
compromiso o nombramiento y que puede servir de conclusión a cualquier
acuerdo o pacto. Por otro lado, el vocablo expresa una «maldición» en contra de
otro, se conozca o no su identidad.

Mandamiento: Heb. ִַ‫ הוַצְַמ‬- mitzváh, «mandamiento». Este nombre aparece 181
veces en el Tanaj. Se encuentra por primera vez en Bereshit/Gn 26.5 (rva), donde
mitzváh es sinónimo de joq («estatuto») y de toráh/instrucción («ley»): «Porque
Avraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis
estatutos y mis instrucciones».

En el Jumash/Pentateuco (Torá), Dios es siempre el Dador del mitzváh: «Cuidaréis


de poner por obra todo mandamiento que yo os mando hoy, para que viváis y seáis
multiplicados, y para que entréis y toméis posesión de la tierra que IHVH juró dar a
vuestros padres. Acuérdate de todo el camino por donde te ha conducido IHVH tu
Dios estos cuarenta años por el desierto, con el fin de humillarte y probarte, para
saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus mandamientos, o no» (Dt
8.1–2 rva). El «mandamiento» puede ser una prescripción («haréis») o una
proscripción («no haréis»). Los mandamientos se dieron al alcance del oído de los
israelitas (Éx 15.26; Dt 11.13), quienes los debían «hacer» (Lv 4.2ss) y «guardar»
(Dt 4.2; Sal 78.7). Cualquier incumplimiento significaría un rompimiento del pacto
(Nm 15.31), transgresión (2 Cr 24.20) y apostasía (1 R 18.18).

El plural de mitzváh (mitzvot) a menudo denota una recopilación de leyes


impartidas por revelación divina. Son la «palabra» de Dios: «¿Con qué limpiará el
joven su camino? Con guardar tu palabra» (Sal 119.9). También se les llama
«mandamientos de Dios».

Fuera del Jumash/Pentateuco hay «mandamientos» emitidos por reyes (1 R 2.43),


padres (Jer 35.14), gente (Is 29.13) y maestros de sabiduría (Pr 6.20; cf. 5.13). Solo
un diez por ciento de todos los casos del término en el Tanaj pertenecen a esta
categoría.

Las traducciones en la Septuaginta son: entole («mandamiento; orden») y


prostagma («orden; mandamiento; mandato; requerimiento»).

Mano: Heb. ‫ יד‬- iad, «mano; lado; borde; al lado de; mano (medida), porción;
soporte; monumento; virilidad (órgano sexual); poder; dominio». Este vocablo
tiene cognados en la mayoría de las demás lenguas semíticas. En hebreo bíblico se
constatan 1.618 casos del término durante todos los períodos.

El significado básico del término es «mano»: «Y dijo IHVH Dios: He aquí el hombre
es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, que no alargue su
mano, y tome también del árbol de la vida» (Gn 3.22: primera mención del
vocablo). La palabra a veces se usa junto a un objeto que puede asirse con una
«mano»: «Si lo hiere con una piedra en la mano [literalmente «piedra de mano»]»
(Nm 35.17 rva). En un uso similar, el término quiere decir «humano»: «Con su
sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá,
y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes,

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pero será quebrantado, aunque no por mano humana» (Dn 8.25 rvr; literalmente
«sin mano será quebrantado» rv; cf. Job 34.20).

En Ieshaiá/Is 49.2, «mano» se refiere a Dios que le dice a Moshé/Moisés que


pondrá su «mano» sobre la entrada de la cueva para protegerle. Esta es una figura
retórica, un antropomorfismo, mediante el cual Dios promete su protección. La
«mano» de Dios es otra manera de decir su «poder» (cf. Jer 16.21). La frase «entre
tus manos» puede significar «sobre tu pecho»: «Y le preguntarán: ¿Qué heridas son
estas en tus manos [lit. «entre tus manos» bj]? Y Él responderá: Con ellas fui herido
en casa de mis amigos» (Zac 13.6 rvr; «en tu cuerpo» bla, cf. LBP).

Iad se usa retóricamente en otras frases que merecen mencionarse. «Levantar la


mano» puede tener relación con «juramentar» (Gn 14.22). «Sacudir» (literalmente,
«dar la mano») es otro gesto relacionado con «juramentos» (cf. Pr 11.21). «Poner la
mano sobre alguien» (Gn 37.27; Éx 7.4) quiere decir hacerle daño. «Tomarse de las
manos con alguien» significa «hacer causa común» con él: «No te concertarás [lit.
«juntarás las manos»] con el impío para ser testigo falso» (Éx 23.1). Si la mano de
una persona no «alcanza» un objeto, quiere decir que «no puede pagar» por ello
(Lv 5.7). Cuando un compatriota «no puede extender su mano hacia ti», es porque
«no puede mantenerse» (Lv 25.35; cf. nbe).

«Taparse la boca con la mano» es un gesto de silencio (Pr 30.32). «Poner la mano
debajo de alguien» es señal de sumisión (1 Cr 29.24). «Poner algo en la mano de
otro» es confiar en él (Gn 42.37).

Un segundo grupo importante de pasajes usa iad para indicar la ubicación y los
usos de la mano. Primero, el término puede significar el «lado» en que está la
mano: «Y Avshalóm se levantaba temprano y se situaba juntoal camino de la
puerta» (2 S 15.2 lba). En 2 Cr 21.16 el vocablo quiere decir «borde, orilla»: «IHVH
despertó contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban al lado
[lit. «a la mano»] de los etíopes» (rva). En Éx 2.5 (rva) hay un uso similar que tiene
que ver con el río Nilo: «Entonces la hija del faraón descendió al Nilo para bañarse.
Y mientras sus doncellas se paseaban por la ribera [«a la mano»] del Nilo».
También con un sentido de ubicación, yad puede indicar «longitud y anchura». En
Gn 34.21 (rva) leemos que la tierra era (literalmente) «amplia de manos»: «Estos
hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que
negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también».

Segundo, el vocablo puede significar «parte» o «fracción» ya que esto es todo lo


que la mano puede recibir: «Él tomó porciones de delante de sí para ellos, e hizo
que la porción de Biniamín/Benjamín fuese cinco veces mayor que la de los
demás» (Gn 43.34 rva).

Tercero, iad adquiere el significado de sostener, como por ejemplo el «soporte» de


un mueble (1 R 7.35ss rva); o «soporte para los brazos» (1 R 10.19 rva).

Cuarto, puesto que una mano se puede levantar para «señalar», iad puede
significar un «monumento» o «estela»: «Shaúl se fue a Carmel, y he aquí que se
erigió un monumento» (1 S 15.12 rva).

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Quinto, iad a veces representa el «órgano sexual masculino»: «Has subido y


ensanchado tu cama; de ellos has logrado pacto a tu favor, has amado su cama, has
contemplado su virilidad» (Is 57.8 lba; cf. v. 10; 6.2; 7.20: «hallaste mucha
vitalidad» rva o «hallaste nuevo vigor en tu mano» rvr, nrv).

En varios pasajes, yad se usa con el sentido de «poder» o «dominio»: «También


derrotó David a Hadad-ezer, rey de Soba, en Hamat, cuando este iba a establecer su
dominio hasta el río Éufrates» (1 Cr 18.3 rva). «Ser entregado en la mano» de
alguien quiere decir «entregarlo a su poder»: «Dios lo ha entregado en mi mano,
pues él se ha encerrado a sí mismo al entrar en una ciudad con puertas y cerrojos»
(1 S 23.7 rva; cf. Pr 18.21).

«Llenar la mano» de alguien puede servir como una frase técnica que significa
«instalarle» en un puesto: «Con ellos vestirás a tu hermano Aharón, y con él a sus
hijos. Los ungirás, los investirás y los consagrarás para que me sirvan como
kohaním/sacerdotes» (Éx 28.41 rva).

Iad se encuentra a menudo ligado a la preposición be y a otras preposiciones como


una extensión; el significado no cambia, solo es más extensa la forma: «¿Por qué
persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué maldad hay en mi mano?»
(1 S 26.18 rva).

Meditar: Heb. ‫ הגה‬- hagáh, «meditar; gemir; llorar, rugir; pronunciar; hablar». El
vocablo es común tanto en hebreo antiguo como moderno. Propio únicamente en
el Tanaj, parece ser un término onomatopéyico que refleja los suspiros y
murmullos que los antiguos hacían cuando meditaban. Este es el significado que se
encuentra en el primer caso del verbo: «Este libro de la Torá no se apartará de tu
boca, sino que meditarás en él día y noche» (Jos 1.8 lba). Tal vez la cita más famosa
sobre «meditar» sobre la Torá de día y de noche sea Sal 1.2.

Hagáh también expresa el «rugido» de leones (Is 31.4) y el «lamento» de palomas


(Is 38.14). Cuando el vocablo se usa con el significado de «lamentar» o «llorar», al
parecer tiene que ver con los sonidos quejumbrosos del antiguo lamento semítico,
como se puede ver en el siguiente paralelismo: «Por tanto, yo aullaré sobre Moav;
sobre todo Moav haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré» (Jer
48.31). Proverbios 24.1–2 parece referirse a «mascullar», hablar entre dientes al
hacer ejercicio mental o planificar,: «No tengas envidia de los hombres malos …
porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan [mascullan] sus labios».

Mesías: Heb. ְּ‫ׁשיח‬


ַּ֛ ִּ ָ‫ מ‬- mashiaj, «ungido; Mesías». De los 39 casos de mashiaj, ninguno
se encuentra en la literatura sapiencial. Aparecen diseminados en la literatura
bíblica restante en todos los períodos.

Primero, mashiaj se refiere a alguien que han ungido con aceite, simbolizando la
unción de la Ruaj Ha’Kodesh/Inspiración de Santidad para tareas específicas. Se
ungían a reyes (1 S 24.6), sumo sacerdotes y algunos profetas (1 R 19.16). «Si el
sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo» (Lv 4.3: primer ejemplo
bíblico). En el caso de Ciro, la Ruaj Ha’Kodesh lo ungió con la comisión especial de

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ser libertador de Israel (Is 45.1). A los patriarcas también se les llama «ungidos»:
«¡No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas!» (Sal 105.15).

Segundo, el vocablo a veces se translitera «Mesías». Después de la promesa a David


(2 S 7.13), mashiaj se refiere inmediatamente a la dinastía davídica, pero al final
apunta hacia el «Mesías»: «Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes
consultan unidos contra IHVH y su Ungido» (Sal 2.2 rva). Daniel 9.25 contiene una
transliteración del término: «Conoce, pues, y entiende que desde la salida de la
palabra para restaurar y edificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe».

Mishjáh: Heb. ‫« ִּמׁש ֶ֔ ָחה‬unción». Este nombre aparece 21 veces y únicamente en


Éxodo, Levítico y Números. Siempre sigue al término hebraico «aceite» u «óleo». La
primera vez que se encuentra es en Éx 25.6: «Aceite para la iluminación, especias
aromáticas para el aceite de la unción y para el incienso aromático».

Verbo: Heb. ‫ מַׁשְּח‬- mashaj, «untar con aceite o pintura, ungir». Este verbo, que
aparece 69 veces en hebreo bíblico tiene cognados en ugarítico, acádico, arameo y
arábigo. Los complementos del verbo son personas, animales para sacrificio y
objetos cúlticos. En Éx 30.30 (rva) se ungen a Aharón y sus hijos: «También ungirás
a Aharón y a sus hijos, y los consagrarás, para que me sirvan como sacerdotes».

Ministrar, Servir: Verbo, heb. ‫שְּרת‬ ָ - sharat, «ministrar, servir, oficiar». Este
término es de uso corriente en hebreo bíblico y moderno, en diferentes
modalidades verbales y sustantivas. Se encuentra en el antiguo fenicio, y según
algunos, en ugarítico también. Sharat se halla cerca de 100 veces en el Tanaj. La
primera vez que se usa es en la historia de Iosef/José cuando lo venden a Potifar
como esclavo: «Así halló Iosef/José gracia ante los ojos de Potifar y le servía» (Gn
39.4 rva; «llegó a ser su siervo personal» lba).

Sharat a menudo denota «servicio» brindado en relación con la adoración que


ofrecía Israel; en 60 de las 97 veces que aparece tiene este significado. Cuando
Samuel era todavía niño, «ministraba a IHVH delante del sacerdote Elí» (1 S 2.11),
y IHVH lo llamó mientras «ministraba a IHVH en presencia de Elí» (1 S 3.1). Este
tipo de «servicio» era para honrar solo a IHVH, porque Israel no debía ser «como
las naciones, como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra»
(Ez 20.32). En el Bet HaMiqdash/templo de la visión de Iejezqel/Ezequiel, a los
levitas que «sirvieron delante de sus ídolos» IHVH les prohibió servir como
kohaním/sacerdotes (Ez 44.12). Además, IHVH separó «la tribu de Leví para que
llevase el arca del pacto de IHVH… para servirle, y para bendecir en su nombre»
(Dt 10.8). De la tribu de Leví, Moshé/Moisés debía ungir a Aharón e hijos y
consagrarlos para que «sirvieran» como sacerdotes (Éx 29.30). Los que no fueran
de la familia de Aharón, aunque habían sido escogidos para ministrar para Él por
siempre, actuarían como ayudantes de sacerdotes, y realizarían tareas físicas como
guardar las puertas, matar el holocausto, cuidar los altares y utensilios del
santuario (1 Cr 15.2; Ez 44.11). Sin embargo, Isaías predice que llegará el día en
que «extranjeros… te servirán» (Is 60.10).

1334
M

En diferentes circunstancias, la palabra se usa para denotar el «servicio» que se ha


prestado a otro ser humano. Aunque la persona «servida» suele ser de más alto
rango, esta palabra jamás se refiere al trabajo a que se obligaba a un esclavo. A
Moisés se le dijo: «Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del
sacerdote Aharón, para que le sirvan» (Nm 3.6; cf. 8.26). Eliseo «servía» a Elías (1 R
19.21). Se dice que Abisag «servía» a David (1 R 1.15). Varios tipos de funcionarios
«servían» a David (1 Cr 28.1). Amón el hijo de David tenía un «criado que le servía»
(2 S 13.17). Había «siete eunucos que servían delante del rey Asuero» (Est 1.10).

Avad: ‫« עבד‬servir, labrar, esclavizar, trabajar». Esta raíz se utiliza mucho en las
lenguas semíticas y cananeas. Este verbo aparece como 290 veces por todo el
Tanaj.

Aparece por primera vez en Bereshit/Gn 2.5: «Ni había hombre para que labrase la
tierra». Dios le dio al hombre la tarea de labrar la tierra (Gn 2.15; 3.23; cf. 1.28). En
Gn 14.4 «habían servido a Quedorlaomer» quiere decir que eran sus vasallos. Dios
le dijo a Avraham: «Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y
será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años» (Gn 15.13).

Avad se usa a menudo con referencia a Dios: «Serviréis a Dios sobre este monte»
(Éx 3.12), o sea, que lo adoraría allí, como dicen algunas versiones. La palabra se
usa frecuentemente con otros verbos: «A IHVH tu Dios temerás, y a Él solo
servirás» (Dt 6.13), o «Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que
yo os prescribo hoy, amando a IHVH vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro
corazón» (Dt 11.13). A todas las oraciones se les manda «servir» a Dios con alegría
(Sal 100.2). En el reino del Mesías, «todas las naciones le servirán» (Sal 72.11). El
verbo y el nombre pueden usarse juntos como en Nm 8.11: «Y ofrecerá Aharón los
levitas delante de IHVH en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio
de IHVH».

Nombre: Heb. ‫עַבֹ דה‬


ֲ - avodáh, «trabajo; labores, servicio». Este nombre aparece 145
veces en el Tanaj, casi todas en Números y Crónicas. Aparece por primera vez en
Bereshit/Gn 29.27: «Se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo
otros siete años».

El sentido más generalizado de avodáh se acerca bastante a «trabajo». Se aplica a


labores agrícolas (1 Cr 27.26), al trabajo de sol a sol (Sal 104.23), y a las labores en
la industria del lino (1 Cr 4.21). A esto hemos de añadir que avodáh puede referirse
también al trabajo obligado del esclavo (Lv 25.39) o de los israelitas en Egipto: «Id
vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra
tarea» (Éx 5.11). El sentido más limitado de avodáh es «servicio» en relación al
servicio a Dios: «Sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre
los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de IHVH
delante de Él con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz; y no digan
mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte en IHVH» (Jos
22.27). Cuando el pueblo de Dios no dependía enteramente de IHVH, tenía que
elegir entre servir a IHVH Dios o a los reyes humanos con sus exigencias de trabajo
obligatorio y tributos: «Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a
mí, y qué es servir a los reinos de las naciones» (2 Cr 12.8).

1335
M

El uso más especializado de esta palabra tiene que ver con el tabernáculo y el
templo. Los kohaním/sacerdotes se escogieron para el «servicio» de IHVH:
«Desempeñen el encargo de Él, y el encargo de toda la congregación delante del
tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo» (Nm 3.7). Los
levitas tenían también muchas funciones importantes en el Bet HaMiqdash/templo
y sus alrededores: cantaban, tocaban instrumentos musicales, y eran secretarios,
escribas y porteros (2 Cr 34.13; cf. 8.14). Todo, lo mismo personas que objetos (1
Cr 28.13), si tenía que ver con el templo se decían que estaba al «servicio» de IHVH.
Lo que entendemos por «adoración», con todos sus componentes, se acerca
bastante al sentido de avodáh como «servicio»; cf. «Así fue preparado todo el
servicio de IHVH en aquel día, para celebrar la pesaj y para sacrificar los
holocaustos sobre el altar de IHVH, conforme al mandamiento del rey Josías» (2 Cr
35.16).

La Septuaginta la traduce así: leitourgia («servicio»); doulia («esclavitud»); ergon


(«trabajo; obra; ocupación»), y ergasia («empeño; práctica; trabajo, utilidad,
ganancia»).

Eved - ‫« עבד‬siervo». Este nombre aparece más de 750 veces en el Tanaj. La primera
vez es en Bereshit/Gn 9.25: «Siervo de siervos será [Canaán] a sus hermanos», o
sea, el más bajo de los esclavos. Un siervo podía comprarse con dinero (Éx 12.44) o
contratarse (1 R 5.6). La muy repetida declaración de la redención divina de un
Israel sometido a servidumbre es: «Habéis salido de Egipto de la casa de
servidumbre, pues IHVH os ha sacado de aquí con mano fuerte» (Éx 13.3; Heb
2.15). Eved se usaba en expresiones de humildad y cortesía, como en Bereshit/Gn
18.3: «Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu
siervo» (cf. Gn 42.10). Moshé/Moisés le dijo al Señor: «¡Ay, Señor! Nunca he sido
hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy
tardo en el habla y torpe de lengua» (Éx 4.10). Es la marca de las personas que Dios
llama, como en Éx 14.31: «Y creyeron a IHVH y a Moshe/Moisés su siervo».
«Porque mis siervos son los hijos de Israel» (Lv 25.55; cf. Is 49.3). «Habló, pues,
IHVH por medio de sus siervos los profetas» (2 R 21.10). El salmista dijo: «Yo soy
tu siervo» (Sal 116.16), con lo que indicaba que era un título apropiado para todos
los creyentes.

De suprema importancia es el uso de «mi siervo» para referirse al Mesías en Isaías


(42.1–7; 49.1–7; 50.4–10; 52.13–53.12). Israel era un siervo ciego y sordo (Is
42.18–22). Entonces IHVH llamó a su «siervo justo» (Is 53.11; cf. 42.6) para que
llevara el pecado de muchos y (Is 53.12), para que fuera «mi salvación hasta lo
postrero de la tierra» (Is 49.6).

El «siervo» no era libre. Estaba sujeto a la voluntad y a las órdenes de su amo. Pero
uno podía someterse voluntaria y amorosamente a su amo (Éx 21.5), y permanecer
en su servicio aunque no estuviera obligado a hacerlo. Esta es una perfecta
descripción de la relación entre el hombre y Dios.

La Septuaginta traduce abad y sus nombres con 7 diferentes raíces griegas que dan
un sentido más definido al término.

1336
M

Participio: Heb. ‫ׁשְּרת‬


ָ - sharat, «servidor; ministro». Esta palabra por lo general se
traduce «servidor» o «ministro»; por ejemplo, Iehoshúa/Jos 1.1 dice: «Aconteció
después de la muerte de Moshé/Moisés… que IHVH habló a Iehoshúa/Josué hijo de
Nun, servidor de Moshé/Moisés». Iejezqel/Ezequiel 46.24 se refiere a un lugar en
el templo que estaba reservado para «los servidores de la casa».

El privilegio de servir a IHVH no se limita a los seres humanos: «Bendecid a IHVH,


vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos que hacéis su voluntad» (Sal 103.21).
El fuego y el viento, concebidos poéticamente como personas, son también
«ministros» de Dios (Sal 104.3–4).

Iehoshúa/Josué era el «siervo»de Moshé/Moisés (Éx 24.13), y Elías tenía un


«sirviente» (2 R 4.43); «criado» (rva).

Misericordia, Bondad: Heb. ‫ חסד‬- jesed, «bondad; amor constante; gracia;


misericordia; fidelidad; devoción». Este vocablo se usa 240 veces en el Tanaj, con
particular frecuencia en los salmos. El término es uno de los más importantes en el
vocabulario teológico y ético del Tanaj.

La Septuaginta casi siempre traduce jesed con eleos («misericordia»). Las


traducciones modernas, por otro lado, generalmente prefieren acepciones más
próximas a «gracia». Las versiones católicas más recientes usan «amor» o
«clemencia».

En general, es posible identificar tres significados fundamentales del vocablo (que


siempre interactúan): «fuerza», «constancia» y «amor». Cualquier traducción del
término que no expresa las tres acepciones inevitablemente perderá algo de su
riqueza. El «amor» de por sí se sentimentaliza o universaliza si se desconecta del
pacto. Al mismo tiempo, «fuerza» o «constancia» solo comunican el cumplimiento
de una obligación, legal o de algún otro tipo.

El vocablo tiene que ver sobre todo con los derechos y las responsabilidades
recíprocas entre las partes de una relación (en particular, de IHVH de Israel). Pero
jesed no es únicamente un asunto de obligación; también tiene que ver con
generosidad. No solo entra en juego la lealtad, sino también la misericordia. La
parte más débil busca la protección y bendición de su patrocinador o protector,
pero no puede exigir derechos absolutos. La parte más fuerte permanece
comprometida con cumplir su palabra, pero mantiene su libertad, sobre todo en
relación de cómo llevará a cabo sus promesas. Jesed indica involucramiento y
compromiso personal en una relación que sobrepasa los límites de la ley.

El amor conyugal a menudo se relaciona con jesed. Por cierto, el matrimonio es un


compromiso legal y cuando este se infringe, la ley lo sanciona. Con todo, la relación,
cuando es sana y fuerte, va mucho más allá de un asunto legal. El profeta Oseas
aplica la analogía al jesed de IHVH para con Israel dentro del pacto (p. ej. 2.21). No
hay una sola palabra en castellano que sea capaz de captar los matices del original.
La frase que tal vez más se aproxima es «amor constante». Los escritores hebreos a
menudo subrayaban el elemento de constancia (o fuerza) ligando a jesed con emet
(«verdad, veracidad») y emuná («firmeza, fidelidad»).

1337
M

El Tanaj se refiere a menudo a personas que «hacen», «demuestran» o «guardan»


jesed. En plural se entiende mejor el contenido concreto del vocablo. Las
«misericordias», «bondades» y «fidelidades» de Dios son sus hechos específicos de
redención en el cumplimiento de su promesa. Encontramos un ejemplo en Is
55.3:«Y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David».

Los sujetos de jesed son Dios y los hombres. Cuando el hombre es sujeto de jesed,
el vocablo generalmente describe la bondad o lealtad de una persona hacia otra; cf.
2 S 9.7: «No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por
amor de Iehonatán/Jonatán tu padre». Contadas son las veces en que el término se
refiere explícitamente al afecto o fidelidad del hombre hacia Dios; el ejemplo más
claro de esto tal vez sea Jer 2.2 (rva): «Ve, proclama a los oídos de Jerusalén y diles
que así ha dicho IHVH: Me acuerdo de ti, de la lealtad de tu juventud, del amor de
tu noviazgo, cuando andabas en pos de mí en el desierto».

Como seres humanos, practicamos jesed con los varios componentes de la


sociedad hacia familia y parientes, así como con amistades, huéspedes, patrones y
sirvientes. A menudo se requiere jesed hacia los humildes y necesitados. La Biblia
distingue el término jesed para resumir y caracterizar la vida de santidad interior y
en respuesta al pacto. Por eso, Os 6.6 declara que Dios desea «misericordia [«amor
constante»] y no sacrificios», es decir, lo que Él quiere son vidas de fidelidad y no
solo culto. En términos parecidos, Miq 6.8 destaca jesed en el resumen que el
profeta hace de la ética bíblica: «Él te ha declarado lo que es bueno… solamente
hacer justicia, y amar misericordia».

Sin embargo, por detrás de estos casos del hombre como sujeto de jesed se
encuentran todas las ocasiones cuando se habla del jesed de Dios. Es una de sus
características más destacadas. Dios ofrece «misericordia» y «amor constante» a su
pueblo tan necesitado de redención del pecado y liberación de sus enemigos y sus
tribulaciones. Una frase recurrente que describe la naturaleza de Dios es
«abundante [grande] en jesed» (Éx 34.6; Neh 9.17; Sal 103.8; Jon 4.2). La totalidad
de la historia de la relación de Dios con Israel en el pacto puede resumirse en
términos de jesed. Este es el único dato permanente en todo el flujo de la historia
del pacto. Aun la creación es el resultado del jesed divino (Sal 136.5–9). Su amor
dura hasta «mil generaciones» (Dt 7.9; cf. Dt 5.10 y Éx 20.6) o «para siempre»
(véase particularmente los refranes de algunos salmos, como Sal 136).

Hay palabras usadas en paralelismo sinónimo con jesed que lo ayudan a explicar.
El vocablo que con más frecuencia se asocia con jesed es emet («verdad»): «Que tu
misericordia y tu verdad me guarden siempre» (Sal 40.11). Otro término, emuná,
que tiene un significado similar, es también común: «Se ha acordado de su
misericordia [jesed] y de su fidelidad [emuná] para con la casa de Israel» (Sal 98.3
rva). Este énfasis es sobre todo significativo cuando Dios es el sujeto porque el
jesed divino es más constante que el del hombre. La investigación etimológica
sugiere que el significado primitivo de jesed puede haber sido «fuerza» o
«constancia». Si es así, esto explicaría un uso enigmático de jesed en Is 40.6: «Toda
carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo».

1338
M

La asociación de jesed con «pacto» evita que se confunda con una simple
providencia o amor por toda criatura; se aplica en primer término al amor especial
y compromiso (pacto) de Dios hacia su pueblo escogido. El «pacto» también
enfatiza la reciprocidad de esta relación; sin embargo, puesto que a la larga el jesed
de Dios va más allá del pacto, no se deja de lado, aun cuando el interlocutor
humano le sea infiel y tenga que disciplinarlo (Is 54.8; 10). Puesto que su triunfo y
cumplimiento final son escatológicos, jesedpuede expresar la meta y fin de la
historia de la salvación (Sal 85.7, 10; 130.7; Miq 7.20).

El nombre propio Jasadías (1 Cr 3.20 bj) está relacionado con jesed. El nombre del
hijo de Zerubavel quiere decir «IHVH es fiel/misericordioso», un resumen
apropiado del mensaje profético.

Adjetivo: heb. ‫ ח ִסיד‬- jasid, «piadoso; devoto; fiel; santo». El adjetivo jasid, derivado
de jesed, se usa a menudo para describir a un israelita fiel. El jesed divino ofrece el
patrón, modelo y fuerza que debe orientar la vida del jasid. Encontramos una
mención del hombre «santo» en Sal 12.1 (rva): «Salva, oh IHVH, porque se han
acabado los piadosos. Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre».
Por lo general un pronombre posesivo se prefija al vocablo para señalar la relación
especial que Él guarda con los que le tienen como patrón de sus vidas: «Amad a
IHVH, todos vosotros sus santos. A los fieles guarda IHVH, pero retribuye en
abundancia al que actúa con soberbia» (Sal 31.23 rva).

Siguiendo la terminología griega (hosios) y latina (sanctus), la rv a menudo traduce


el término como «santos». Esto se debe entender en el contexto de la santificación
que es de gracia y no una cualidad innata ni una conducta moralista.

Morar: Verbo, heb. ‫ ישב‬- iashav, «morar, sentarse, permanecer, habitar, quedar,
esperar». El vocablo se encuentra más de 1.100 veces en todo el Antiguo
Testamento y su raíz está grandemente diseminada en otras lenguas semíticas.

Iashav está por primera vez en Bereshit/Gn 4.16, con su acepción más común,
«morar»: «Partió Qaín… y habitó [«se estableció» lba, bj] en la tierra de Nod» (rva).
El término reaparece en Gn 18.1 (rva): «[Avraham] estaba sentado en la entrada de
la tienda». En Bereshit/Gn 22.5, yashab se traduce: «Esperad [«quedaos» lba] aquí
con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a
vosotros» (rva). El vocablo tiene el sentido de «permanecer»: «Permanece viuda en
la casa de tu padre» (Gn 38.11 rva); se usa con casi el mismo sentido al respecto de
Dios: «Mas tú, IHVH, permanecerás para siempre. Tu trono de generación en
generación» (Lm 5.19). La promesa de regreso del cautiverio reza así: «Y edificarán
casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas» (Is 65.21).

Iashav se combina a veces con otras palabras para formar expresiones idiomáticas
de uso común. Por ejemplo: «Cuando se siente sobre el trono de su reino» (Dt
17.18; cf. 1 R 1.13, 17, 24), tiene el significado de «comenzar a reinar». «Sentarse a
la puerta» significa «presidir en audiencia pública» o «decidir un caso», como en Rt
4.1–2 y 1 R 22.10. «Siéntate a mi diestra» (Sal 110.1) significa asumir el segundo
puesto. «Allí me sentaré para juzgar a todas las naciones» (Jl 3.12) fue una promesa

1339
M

acerca del juicio escatológico. «Sentarse en el polvo» o «sentarse en la tierra» (Is


47.1 rvr, cf. rva) era señal de humillación y pena.

Iashav se usa a menudo metafóricamente en relación a Dios. Las oraciones: «Yo vi a


IHVH sentado en su trono» (1 R 22.19); «El que se sienta en los cielos se ríe» (Sal
2.4 lba); y «Dios se ha sentado sobre su santo trono» (Sal 47.8), describen a Dios
como gobernante supremo del universo. Este verbo también comunica la idea de
que Dios «mora» entre los hombres: «¿Me edificarás tú [David] una casa en la que
yo habite?» (2 S 7.5 rva; cf. Sal 132.14). El uso de yashab en la siguiente cita
describe la presencia de Dios sobre el arca del testimonio en el tabernáculo y el
templo: «IHVH de los ejércitos, que moraba entre los querubines» (1 S 4.4).

El vocablo también se usa para hablar de «estar» en la presencia de Dios: «Una


cosa he demandado a IHVH, esta buscaré; que esté yo en la casa de IHVH todos los
días de mi vida» (Sal 27.4; cf. Sal 23.6). «Tú los introducirás y los plantarás en el
monte de tu heredad, en el lugar que has preparado como tu habitación, oh IHVH,
en el santuario que establecieron tus manos, oh Señor» (Éx 15.17 rva).

‫ ָׁשְּכן‬- shakan, «morar, habitar, asentarse, permanecer, quedar». Este vocablo se


encuentra en muchas lenguas semíticas, incluyendo el antiguo acádico y ugarítico;
también está por todos los niveles de la historia hebraica. Shakan aparece casi 130
veces en hebreo veterotestamentario.

Shakan se usa por primera vez con en el significado de «habitar» en Gn 9.27: «Y


habite en las tiendas de Shem». Moisés recibe una orden: «Que me hagan un
miqdash/santuario, y yo habitaré en medio de ellos» (Éx 25.8 rva).

Shakan proviene de la vida nómada y significa «morar en una tienda». Es así que
Balaam «vio a Israel acampado según sus tribus» (Nm 24.2 rva). En esta cita el
término quiere decir «morar provisionalmente» o «acampar», aunque también
puede indicar «permanencia» (Sal 102.28). Dios promete seguridad para Israel
«para que habite en su lugar, y nunca más sea removido» (2 S 7.10).

La versión Septuaginta se vale de un gran número de términos griegos para


traducir iashav y shakan. Con todo, el vocablo kaitoikein se usa más que cualquier
otro. Esta palabra también expresa en los KeTeR (N.T) la «morada» de la Ruaj
Ha’Kodesh en la comunidad (Ef 3.17). Comparte este sentido con el término griego
skenein («vivir en una tienda»), que se usa como traducción más directa de
shakan).

Nombre: Heb. ‫ ִּמׁש ֶָ֔כן‬- mishkan, «morada; tienda». Este vocablo se encuentra casi
140 veces y con frecuencia se refiere al «tabernáculo» en el desierto (Éx 25.9). Más
tarde mishkan se usó para referirse al «templo». Esta acepción tal vez preparó el
camino para el conocido término shekináh, de amplio uso en el judaísmo tardío
para referirse a la «presencia» de Dios.

1340
M

Participio: Heb. ‫ ישב‬- iashav, «permaneciendo; habitante». Este participio a veces


se usa como frase adjetival: «Iaaqov/Jacob… era hombre tranquilo y solía
permanecer en las tiendas» (Gn 25.27 rva). Sin embargo, Bereshit/Gn 19.25 (rva)
ilustra el uso más frecuente del término: «Todos los habitantes de las ciudades».

Muerte, Morir: Heb. ַ‫ תוַמ‬- mavet, «muerte». Este vocablo se encuentra 150 veces
en el Tanaj. El término mavet aparece a menudo como antónimo de jaím («vida»):
«Llamo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que he puesto
delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la
vida para que vivas, tú y tus descendientes» (Dt 30.19 rva). Mavet se usa más en
lenguaje poético que en los libros históricos: de Job a Proverbios unas 60 veces,
entre Iehoshúa/Josué y Ester 40 veces; pero en los profetas mayores, unas 25
veces.

La «muerte» es el fin natural de la vida humana sobre esta tierra; es una dimensión
del castigo de Dios sobre los hombres: «Pero del árbol del conocimiento del bien y
del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás» (Gn 2.17
rva). Por tanto, todos los seres humanos mueren: «Si estos mueren como mueren
todos los hombres… entonces IHVH no me ha enviado» (Nm 16.29 rva). El Tanaj
usa «muerte» en frases como «el día de mi muerte» (Gn 27.2) y «año de muerte»
(Is 6.1); y también usa el término en relación con algún acontecimiento previo (Gn
27.7, 10) o posterior (Gn 26.18) a la defunción de alguna persona.

La «muerte» puede sobrevenir a cualquiera violentamente o como ajusticiamiento:


«Si un hombre ha cometido pecado que merece la muerte, por lo cual se le ha dado
la muerte, y le has colgado de un árbol, no quedará su cuerpo en el árbol durante la
noche» (Dt 21.22–23 rva). Saúl se refirió a David como «hijo de muerte» [«reo de
muerte» bj] porque tenía la intención de matarlo (1 S 20.31; cf. Pr 16.14).
Reflexionando sobre una de sus experiencias, David compone un salmo en el que
relata su cercanía con la muerte: «Ciertamente me rodearon las olas de la muerte, y
los torrentes de la perversidad me atemorizaron. Me rodearon las ligaduras del
Seol; me confrontaron los lazos de la muerte» (2 S 22.5–6 rva; cf. Sal 18.5–6). Isaías
predijo que el Siervo Sufriente tendría una muerte violenta: «Se dispuso con los
impíos su sepultura, y con los ricos estuvo en su muerte. Aunque nunca hizo
violencia, ni hubo engaño en su boca» (Is 53.9 rva).

Otra causa de «muerte» puede ser una plaga. En una ciudad asediada, debilitada
por pésimas condiciones sanitarias, la población diezmaría. Irmiá/Jeremías se
refiere a esta clase de muerte en Mitzráim/Egipto y lo atribuye al juicio de Dios
(Jer 43.11); en este caso se trata de «muerte» por causa de hambre y pestilencia.
Lamentaciones describe la situación de Jerusalén antes de su caída frente a los
caldeos: «En la calle la espada priva de hijos; en la casa es como la muerte» (Lm
1.20 rva; cf. también Jer 21.8–9).

Finalmente, el vocablo mavet denota el «reino de los muertos» o sheol. Este lugar
de muerte tiene puertas (Sal 9.13; 107.18) y cámaras (Pr 7.27); el camino de los
malos conduce a esta morada (Pr 5.5).

1341
M

Ieshaiá/Isaías esperaba el fin de la «muerte» cuando se restableciera plenamente


el reinado del Señor: «Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará el Señor toda
lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra;
porque IHVH lo ha dicho» (Is 25.8).

Temutáh significa «muerte». Encontramos un caso en Sal 79.11 (rva): «Llegue a tu


presencia el gemido de los presos. Conforme a la grandeza de tu brazo, preserva a
los sentenciados a muerte [lit. «hijos de muerte»]» (cf. Sal 102.20).

Mamot se refiere también a «muerte». El término aparece en Jer 16.4: «De


enfermedades dolorosas morirán» (cf. Ez 28.8).

Verbo: Heb. ‫ מות‬- mot, «morir, matar». Este verbo se encuentra en todas las
lenguas semíticas (incluyendo en arameo bíblico) desde los tiempos más
tempranos y también en egipcio. Hay unos 850 casos del verbo en hebreo bíblico
durante todos los períodos.

En esencia, mot significa «perder la vida». El término se refiere a «muerte» física,


tanto de hombres como de animales. En Bereshit/Gn 5.5 se relata que Adám vivió
«novecientos treinta años, y murió». Iaaqov/Jacob explica a Esav que los más
tiernos de su ganado podrían «morir» si se les apuraban (Gn 33.13). En un caso
este verbo se usa también para referirse a la cepa de un árbol (Job 14.8). De vez en
cuando, mot se aplica metafóricamente a la tierra (Gn 47.19) o a la sabiduría (Job
12.2). Además, tenemos una expresión única hiperbólica que dice que el corazón
de Nabal había «muerto» dentro de él, como una manera de decir que se sentía
sobrecogido por un gran temor (1 S 25.37).

En el radical intensivo del verbo, esta raíz se refiere al golpe de gracia que se
imparte a alguien que está a punto de «morir». Avimelej, cuando una piedra de
molino destrozo su cabeza, pidió a su escudero que lo matara (Jue 9.54). Es más
usual el radical causativo de este verbo que puede significar «causar la muerte» o
«matar». Dios «causa muerte» y da vida (Dt 32.39). Por lo general, en estos casos el
sujeto y el predicado de las acciones son personas, aunque hay excepciones como
cuando los filisteos personifican el arca del testimonio; quieren deshacerse de él
para que no los «mate» (1 S 5.11). Otra excepción: los animales pueden ser
causantes de «muerte» (Éx 21.29). En fin, el término describe el acto de «matar» en
su sentido más amplio, incluso durante conflictos bélicos y al cumplir sentencias de
ejecución (Jos 10.26).

Dios sin duda es el árbitro final de la vida y la muerte (cf. Dt 32.39). Esta idea se
destaca con particular claridad en el relato de la creación, donde Dios dice al
hombre que de cierto morirá si come de la fruta prohibida (Gn 2.17: primera
mención del vocablo). Al parecer, la muerte no existía antes de esto. En el diálogo
entre la serpiente y Javá/Eva, esta asocia la desobediencia con la muerte (Gn 3.3).
La serpiente repitió las palabras divinas, contradiciéndolas (Gn 3.4). Cuando Adám
y Javá/Eva comieron la fruta, les sobrevino, a ellos y a sus descendientes, la muerte
espiritual y física (cf. Ro 5.12). De inmediato experimentaron la muerte espiritual y
como consecuencia sintieron vergüenza e intentaron cubrir su desnudez (Gn 3.7).
El pecado y/o la presencia de muerte espiritual requiere que se cubra, pero la

1342
M

provisión humana no es suficiente; por tanto, Dios ofrece su vestidura con la


promesa de redención (Gn 3.15) y en forma tipológica, les cubrió con pieles de
animales (Gn 3.21).

Mujer: ‫ ִּאשֶָ֔ ה‬- isháh, «mujer; esposa; prometida; novia; cada una». El vocablo tiene
cognados en acádico, ugarítico, arameo, arábigo y etíope. Aparece unas 781 veces
en hebreo bíblico y en todos los períodos de la lengua.

El término señala a cualquier persona del sexo femenino, sin tener en cuenta edad
o si es virgen o no. De esta manera, se correlaciona con «hombre» (ish): «Esta será
llamada Mujer, porque fue tomada del hombre» (Gn 2.23 rva). Este es su
significado la primera ves que se usa: «Y de la costilla que IHVH Dios tomó del
hombre [adam], hizo una mujer, y la trajo al hombre» (Gn 2.22). Lo que se destaca
aquí es «ser mujer» y no su papel en la familia. El énfasis en el papel de una «mujer
o esposa» en la familia se encuentra en pasajes como Gn 8.16: «Sal del arca tú, tu
mujer, y tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo».

Un matiz especial de «esposa» indica la «mujer» bajo la autoridad y protección del


hombre. Subraya las relaciones de la familia como ente legal y social: «Avram tomó
a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y todos los bienes que habían acumulado» (Gn
12.5).

En Lm 2.20 isháh es sinónimo de «madre»: «¿Han de comer las mujeres el fruto de


sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado?» En Gn 29.21 (cf. Dt 22.24) el
significado parece ser «novia» o «prometida»: «Entonces Jacob dijo a Labán:
Entrégame mi mujer para que conviva con ella, porque mi plazo se ha cumplido».
En Ec 7.26 (rva) se usa el vocablo con el significado genérico de «mujer» en
términos generales o para referirse al sexo «femenino»: «Y yo he hallado más
amarga que la muerte a la mujer que es una trampa» (cf. Gn 31.35).

Son contadas las veces que el vocablo se refiere a animales: «De todo animal limpio
toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son
limpios solo una pareja, el macho y su hembra» (Gn 7.2).

El término también se puede usar en sentido figurado, según una antigua


costumbre semita; «mujeres», con sentido peyorativo, es una forma de burlarse de
guerreros y héroes extranjeros, insinuando que son débiles, afeminados y
cobardes: «En aquel día los egipcios serán como mujeres, pues temblarán y
temerán ante el movimiento de la mano de IHVH de los Ejércitos» (Is 19.16).

En algunos pasajes isháh significa «cada una» o «todas»: «Cada mujer pedirá a su
vecina y a la que habita en su casa» (Éx 3.22 rva; cf. Am 4.3). Este matiz tiene un
uso especial en pasajes como Irmiá/Jer 9.20, donde, conjuntamente con reut
(«vecino»), quiere decir «una» mujer: «Escuchad, oh mujeres, la palabra de IHVH;
reciba vuestro oído la palabra de su boca. Enseñad lamentos a vuestras hijas;
cantos fúnebres, cada una a su compañera».

1343
M

Multiplicar, Crecer: Verbo, Heb. ‫ רבה‬- raváh, «multiplicar, ser numeroso,


engrandecer». Este verbo también se halla en acádico, arábigo, amorreo y arameo
bíblico. En el Tanaj se constatan unos 220 casos durante todas las épocas. El
término debe compararse con gadal y ravav.

Básicamente, el vocablo expresa crecimiento numérico, como hecho y como


proceso. Dios dice a las bestias del mar y del aire: «Fructificad y multiplicad» (Gn
1.22: el primer caso). En Gn 38.12 el término indica la consumación de algo que fue
numeroso (en este caso, años y días): «Pasados muchos años [lit. «y los días se
multiplicaron»], murió Bat-shú’a, la mujer de Iehudá/Judá» (rva). Cuando se usa
con «días», el vocablo también puede significar «larga vida»: «Y como arena
multiplicaré mis días» (Job 29.18; cf. Pr 4.10). A veces raváh se refiere a aumentar
riquezas y, en casos como este, el aspecto concreto siempre se especifica con
claridad (cf. Dt 8.13 rva: «Cuando se multipliquen la plata y el oro»).

El verbo puede expresar «grande» en sentido cuantitativo. En Gn 7.17 (rva) se dice


que «las aguas crecieron y levantaron el arca, y se elevó sobre la tierra». Aquí su
significado es «aumento cuantitativo». Una acepción semejante aparece en Gn 15.1,
donde Dios dice a Avram: «Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera
grande». El primer ejemplo denota el proceso de aumentar y el segundo su
producto final (algo más grande).

Como matiz especial, el verbo apunta al proceso de crecimiento: «Sus hijos se


fortalecen y crecen en campo abierto; luego se van y no vuelven más a ellas» (Job
39.4 rva). Raváh también puede referirse al producto final: «Te hice crecer como la
hierba del campo. Creciste, te desarrollaste y llegaste a la flor de la juventud. Tus
pechos se afirmaron, y tu cabello creció; pero estabas desnuda y descubierta» (Ez
16.7 rva). Un matiz algo diferente aparece en Ez 19.2, donde el verbo habla del
cuidado de una madre por su cría: «Tendida entre los leoncillos criaba sus
cachorros».

Raváh a veces se usa con otro verbo para indicar un incremento en el uso o
frecuencia de este. En algunos pasajes designa un proceso que continúa: «El pueblo
trae mucho más de lo necesario para llevar a cabo la obra» (Éx 36.5 rva);
literalmente, «el pueblo continúa trayendo». El término puede también aludir a un
gran número de veces, o sea, «repetidamente». Se insta al pecador a que regrese a
Dios, «el cual será amplio en perdonar» (Is 55.7). El mismo sentido se explica en
Am 4.4: «Id a Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión».

Nombre: Heb. ‫ אר ֶ֔ ֶבה‬- arbéh, «langosta». Este nombre, que aparece 24 veces, tiene
que ver con enjambres de langostas voladoras: «Extiende tu mano sobre la tierra
de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y
devore toda planta de la tierra» (Éx 10.12 lba).

Son poco frecuentes los casos de otros términos derivados del mismo verbo.
Marbéh, que aparece solo una vez, significa «abundancia» (Is 33.23). Marbit, que se
halla 5 veces, tiene la acepción de «un mayor número» (1 S 2.33) o la «mitad más
grande» (2 Cr 9.6). El único ejemplo de tarbut significa «aumento» (Nm 32.14).

1344
N

Tarbit, que aparece 6 veces, puede significar «interés, incremento, usura» (Lv
25.36).

Nación: Heb. ‫ גֹוי‬- goi, «nación; pueblo; gentiles». Fuera del Tanaj, este nombre se
halla solo en los textos de Mari (acádicos) y tal vez en fenicio y púnico. El vocablo
aparece unas 56 veces y durante todos los períodos del hebreo bíblico.

Goi se refiere a un «pueblo» o a una «nación», casi siempre con matices de


identidad cultural y de integridad territorial o gubernamental. Esta acepción se
encuentra en las «fórmulas de promesa» por las que Dios promete a alguna
persona hacer de él una «nación» grande, poderosa y numerosa (Gn 12.2). Más
adelante, estos adjetivos van a describir a los descendientes de quienes se acogen a
la promesa (cf Nm 14.12). O sea que goi se refiere a un grupo de individuos que
son una unidad en cuanto a origen, idioma, tierra, leyes y gobierno. Encontramos
este énfasis la primera vez que aparece el término, en Gn 10.5 rva: «A partir de
estos fueron pobladas las costas de las naciones, según sus territorios, cada una
según su idioma, conforme a sus familias en sus naciones». En Dt 4.6 se trata no de
la unidad política y nacional, sino más bien de unidad religiosa, sabiduría,
percepción, leyes justas y, en particular, de su relación con Dios: «Guardadlos,
pues, y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia
ante los ojos de los pueblos, los cuales al oír de todas estas leyes dirán:
¡Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio y entendido!» No cabe duda de
que todo esto se considera fruto de la elección divina (Dt 4.32ss). La grandeza de
Israel se debe a la grandeza de su Dios y a los grandes hechos que ha realizado en
pro de este pueblo y a través de él.

El vocablo am, «pueblo, nación», sugiere relaciones personales subjetivas que se


fundamentan en antepasados comunes y/o un mutuo acuerdo, mientras que goi
sugiere un ente político con su propia tierra: «Ahora, pues, si he hallado gracia en
tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle
gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo» (Éx 33.13). Con todo, goi
puede referirse a un pueblo sin mencionar su identidad territorial: «Y vosotros me
seréis un reino de kohaním/sacerdotes y una nación santa» (Éx 19.6 rva).

A veces goi es casi un término peyorativo que se aplica a grupos no israelitas, o sea,
a los «gentiles»: «A vosotros os esparciré entre las naciones. Desenvainaré la
espada» (Lv 26.33 rva). Sin embargo, esta expresión negativa no siempre está
presente al hablar de los gentiles: «Porque desde la cumbre de las peñas lo veo;
desde las colinas lo diviso. He aquí un pueblo que ha de habitar solitario y que no
ha de ser contado entre las naciones» (Nm 23.9 rva). Por cierto, en aquellos
contextos en que se habla de culto, los goim no son israelitas: «Temían a IHVH,
pero servían a sus dioses, según las prácticas de los pueblos de donde habían sido
trasladados» (2 R 17.33 rva). En pasajes como Dt 4.38 goim se refiere
específicamente a los pueblos que habitaban en Canaán antes de la conquista
israelita. Israel debía mantenerse aparte y distanciarse de estos pueblos (Dt 7.1) y
ser un ejemplo de verdadera santidad delante de ellos (Dt 4.6). Por otro lado, para
ser una bendición a todas las naciones (Gn 12.2), en su calidad de «nación» santa y
reino de kohaním/sacerdotes (Éx 19.6), Israel tendría que servir de instrumento

1345
N

para declarar la salvación a las naciones (gentiles), hasta que reconozcan la


soberanía de Dios (Is 60). En resumen, el Mesías es luz a las naciones (Is 49.6).

Nariz: Heb. ‫ אְּף‬- af, «nariz; narices; rostro; ira; enojo». Este término general
semítico tiene cognados en acádico, ugarítico, fenicio, arameo y arábigo. El vocablo
se encuentra unas 277 veces en todos los períodos del hebreo del Tanaj.

La acepción fundamental del término es «nariz», un órgano del cuerpo humano. Af


tiene este significado en singular, mientras que en plural se refiere a las «narices»
por las que el aire se inhala y exhala: «Entonces IHVH Dios formó al hombre del
polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser
viviente» (Gn 2.7 rva: primer caso en la Biblia).

En otros contextos el af plural se refiere a «todo el rostro»: Dios maldijo a Adám


diciendo: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra»
(Gn 3.19). Esta expresión a menudo se encuentra en la frase «inclinar el rostro a
tierra»: «Entonces llegaron los hermanos de Iosef/José y se postraron ante él con
el rostro a tierra» (Gn 42.6 rva).

El modismo «largura de rostro o narices» expresa «sufrido, paciente». Se aplica


tanto a Dios como a los hombres: «El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente,
lento para la ira [lit. «corto de rostro o narices»] y abundante en misericordia y
verdad» (Éx 34.6 lba). La expresión idiomática contraria, que se traduce «pronto
para la ira», significa literalmente «corto de rostro o narices». El modismo sugiere
un rostro cambiante y un carácter caprichoso. En Pr 14.17 se usa esta expresión en
forma más enfática aún: «El hombre pronto a la ira [«irascible» rva] obra
neciamente, y el hombre de malos designios es aborrecido» (lba). La frase paralela,
«hombre malicioso» (rva), apoya la precisión de esta traducción. Af evidentemente
significa algo malo delante de Dios.

Por último, la forma dual puede significar «ira» (aunque solo en 4 pasajes):
«Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, y el que recio se suena las
narices sacará sangre; y el que provoca la ira causará contienda» (Pr 30.33; cf. Éx
15.8).

Unas 25 veces la forma singular del término quiere decir «nariz». En Nm 11.19–20
el vocablo se refiere a una nariz humana: «Comeréis… todo un mes, hasta que os
salga por las narices y os sea aborrecible» (lba). Queda claro en Is 2.22 que el
vocablo indica el lugar en que se ubica el aliento (respiración): «Dejad de
considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en su nariz» (lba). Si la traducción de
lba de ambos pasajes es apta, el primer caso se refiere a los dos huecos de la nariz,
las «narices», mientras que el segundo caso parece referirse a toda la parte frontal
de las fosas nasales (donde se percibe la respiración). Aunque el vocablo también
puede aplicarse a la protuberancia en el rostro: «Te arrancarán la nariz y las orejas,
y tu descendencia caerá a espada» (Ez 23.25 rva: cf. Cnt 7.4). Af se usa también con
relación a las narices de animales. En Job 40.24 (rva), Dios habla de una gran bestia
marítima: «¿Lo atrapan cuando está vigilando? ¿Le perforan la nariz con garfios?»

1346
N

El término puede usarse antropomórficamente en cuanto a Dios. Pasajes como Dt


4.15–19 ponen en claro que Dios es Ruaj/Espíritu y que no tiene cuerpo como los
seres humanos. No obstante, hablando en sentido figurado se puede decir: «Ellos
enseñarán tus juicios a Iaaqov/Jacob, y tu Torá/instrucción/ley a Israel. Pondrán
delante de ti [lit. «en tus narices»] el incienso y sobre tu altar la ofrenda del todo
quemada» (Dt 33.10 rva; cf. Sal 18.8, 15). La expresión idiomática «con la nariz en
alto» quiere decir «altivo»: «El malvado levanta insolente la nariz [«por la altivez
de su rostro» rvr], y no da lugar a Dios en sus pensamientos» (Sal 10.4 nvi).

La forma singular a menudo quiere decir «enojo» o «ira». Esta acepción aparece
por primera vez en Gn 30.2 (rva): «Entonces se encendió la ira de Iaaqov/Jacob
contra Rajel». Este significado se aplica a Dios en sentido figurado, atribuyéndole
emociones humanas (antropopatismo). Dios es infinito, eterno e inmutable y la ira
es una emoción que denota reacciones cambiantes (cf. Nm 25.4); por tanto, Dios
realmente no se enoja; más bien así es como los seres humanos lo perciben (cf. Pr
29.8). Por último, el Espíritu de Dios/Ruaj HaKodesh puede apoderarse de una
persona despertando una «ira» santa (Jue 14.19; 1 S 11.6).

Verbo: Heb. ‫ ָאְּנף‬- anaf, «enojarse». Este verbo, que tiene cognados en la mayoría de
las lenguas semíticas, aparece 39 veces en todos los períodos del hebreo bíblico. El
verbo aparece en Is 12.1 (rva): «¡Te doy gracias, oh IHVH! Aunque te enojaste
contra mí».

No, Nada: Heb. ‫ – ֶ֔איִּ ן‬áin, «no; nada; si no; ni». Se han encontrado cognados de esta
palabra en acádico, ugarítico y fenicio (púnico). El término aparece 789 veces en
hebreo bíblico y durante todos los períodos.

Áin puede usarse en forma absoluta, sin sufijos y sin formar parte de una
construcción compuesta (prefijos, sufijos, etc.). De esta manera, expresa
inexistencia, como en Bereshit/Gn 2.5 (primera vez que el término aparece): «Ni
había hombre para que labrase la tierra». Con el prefijo im, el vocablo adquiere un
tono enfático: «¿Está IHVH entre nosotros, o no?» (Éx 17.7 rva). En Bereshit/Gn
30.1 la misma construcción significa «si no». En otros contextos el término quiere
decir «nada»: «Y mi edad es como nada delante de ti» (Sal 39.5).

Cuando forma parte de una construcción compuesta, áin mantiene el mismo


significado básico. Sin embargo, en un matiz especial, el vocablo casi viene a ser un
predicado cuyo significado es «no hay» o «no tenemos» (Nm 14.42; cf. Gn 31.50).
En varios contextos el término podría traducirse «sin»: «Donde no hay consulta los
planes se frustran» (Pr 15.22 rva: «sin consulta» lba). Cuando la preposición min le
precede, áin puede significar «por tanto» (Jer 7.32). En otros casos, el vocablo
expresa sencillamente una negación: «Tienen oídos, y no oyen; tampoco hay
aliento en su boca» (Sal 135.17 lba).

Con un pronombre como sufijo, áin niega la existencia de la persona u objeto que
este representa: «Caminó, pues, Janoj/Enoc con Dios y desapareció [«no fue más»],
porque Dios lo llevó consigo» (Gn 5.24 rva).

Estos usos del término deben distinguirse de áin, cuando significa «de dónde».

1347
N

Noche: Heb. ‫ ליְ לה‬- lailáh, «noche». Cognados de este nombre aparecen en ugarítico,
moabita, acádico, arameo, siríaco, arábigo y etiópico. El término se encuentra unas
227 veces en todos los períodos del hebreo bíblico.

Lailáh quiere decir «noche», el período de oscuridad en un día: «Y llamó Dios a la


luz Día, y a las tinieblas llamó Noche: y fue la tarde y la mañana un día» (Gn 1.5 rva:
primera vez que aparece en la Torá). En Shemot/Éx 13.21 y en pasajes semejantes
el vocablo significa «por la noche» o «durante la noche»: «IHVH iba delante de
ellos, de día en una columna de nube… y de noche en una columna de fuego para
alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche» (lba). El mismo término se
usa metafóricamente para indicar protección: «Dad consejo; tomad decisión. Haz
tu sombra como noche, en pleno mediodía. Esconde a los desterrados; no
entregues a los que andan errantes» (Is 16.3). Lailáh también es figura de profunda
calamidad y otras angustias sin la presencia confortante y dirección de Dios:
«¿Dónde está Dios, mi Hacedor, que da canciones en la noche … ?» (Job 35.10 rva).

En tiempos veterotestamentarios la «noche» se dividía en tres vigilias: (1) del


atardecer hasta las diez de la noche (Lm 2.19), (2) de diez de la noche a dos de la
madrugada (Jue 7.19) y (3) de dos de la madrugada hasta el amanecer (Éx 14.24).

Nombre: Heb. ‫ׁשם‬ ָּ֑ - shém, «nombre; reputación; memoria; renombre». Hay
cognados de este vocablo en acádico, ugarítico, fenicio, arameo y arábigo. El
vocablo aparece unas 864 veces a través del Tanaj.

No siempre es el caso que los «nombres» personales revelaban la esencia de un


individuo. Ciertos nombres asimilan palabras de otras lenguas o términos muy
antiguos cuyo significado se desconocía. Por cierto, nombres como «perro» (Caleb)
y «abeja» (Débora) no tenían nada que ver con la personalidad de sus dueños. Tal
vez algunos nombres indicaban alguna característica sobresaliente del que lo
llevaba. En otros casos, un «nombre» conmemora un hecho o sentimiento que
experimentaron los padres en torno al nacimiento del niño o cuando le pusieron el
nombre. Otros nombres dicen algo acerca de quien lo recibe que sirve para
identificarlo. Este sentido del nombre como identificación aparece en Bereshit/Gn
2.19 (uno de los primeros casos en el Tanaj): «Todo lo que Adám llamó a los
animales vivientes, ese es su nombre». Por otro lado, los nombres por los que Dios
se autorrevela (IHVH/Adonay, El, Elohím) sí reflejan Su atributos y obra.

Shem puede ser un sinónimo de «reputación» o «fama»: «Venid, edifiquémonos


una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo. Hagámonos un nombre, no sea
que nos dispersemos sobre la faz de toda la tierra» (Gn 11.4 rva). «Darse
renombre» es hacerse «famoso»: «¿Y qué otra nación hay en la tierra como tu
pueblo Israel, al cual Dios fue para rescatarlo como pueblo para sí, a fin de darse
renombre y hacer a favor de Él hechos grandes y temibles?» (2 S 7.23 rva). «Dar
renombre» es dar a conocer su reputación y fama: «Y salió tu renombre [«tu fama
se difundió rva»] entre las naciones a causa de tu hermosura» (Ez 16.14 rvr). La
fama puede estar acompañada de poder: «Y este blandió su lanza contra
trescientos y los mató, y tuvo tanto renombre como los tres» (2 S 23.18 lba). La
expresión «hombres de reputación» se encuentra en Bereshit/Gn 6.4: «Ellos eran
los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre» (lba).

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N

A veces el vocablo es sinónimo de «memoria» o «reputación» (lo que permanece):


«¡Así extinguirán el carbón encendido que me queda, no dejando a mi marido
nombre ni descendencia sobre la tierra!» (2 S 14.7 rva). En este caso «nombre»
puede incluir propiedad o una heredad: «¿Por qué ha de ser quitado el nombre de
nuestro padre de su clan, por no haber tenido un hijo varón? Danos heredad entre
los hermanos de nuestro padre» (Nm 27.4 rva).

Shém puede indicar «renombre» y «continuidad» (los que siguen después de uno):
«Y se levantaron contra Moisés, junto con 250 hombres de los hijos de Israel,
dirigentes de la congregación, nombrados de la asamblea y hombres de renombre»
(Nm 16.2 rva). Las mismas implicaciones se encuentran en la frase «restaurar el
nombre»: «El mismo día que adquieras el campo de manos de Noemí, deberás
también adquirir a Rut la moabita, mujer del difunto, para restaurar el nombre del
difunto a su heredad» (Rt 4.5 rva; cf. Dt 9.14; 25.6).

Nube: Heb. ‫ ענן‬- anan, «nube; niebla; nubarrón; humo». Se encuentran cognados
de esta palabra en arameo y arábigo. Los 87 casos del vocablo están esparcidos en
todo el material veterotestamentario.

Comúnmente el término significa una «masa nubosa». Anan se usa en particular


para indicar la masa de «nubes» por cuyo medio la presencia de Dios insólitamente
se manifestó: «Y IHVH iba delante de ellos de día en una columna de nube, para
guiarlos por el camino» (Éx 13.21 rva). En Éx 34.5, se usa solo anan para hablar de
esta presencia: «Y IHVH descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el
nombre de IHVH».

Cuando el arca del testimonio se llevó al Lugar Santísimo, la nube llenó la casa de
IHVH: «Y los kohaním/sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la
nube, porque la gloria de IHVH había llenado la casa de IHVH» (1 R 8.10–11 rva).
De esta manera la «nube» manifestó la presencia de la gloria de Dios. Asimismo, el
salmista escribe que Dios está rodeado de «nube y oscuridad» (Sal 97.2); Dios se
presenta como el que controla soberanamente la naturaleza. Esta descripción es un
tanto paralela a la descripción en la mitología ugarítica de Ba’al, señor de la
tormenta y dios de la naturaleza. La «nube» es señal de la «protección divina» (Is
4.5); es una barrera que esconde la plenitud de la santidad y gloria divina, a la vez
que impide que el pecador se aproxime a Dios (Lm 3.44). Por tanto, es Dios y no los
hombres, quien inicia y sostiene la relación entre Él y los seres humanos.

La primera vez que aparece anan es en relación con la señal divina que Él nunca
más destruiría la tierra con un diluvio: «Mi arco he puesto en las nubes, el cual será
por señal del pacto entre mí y la tierra» (Gn 9.13). En otros pasajes, la nube
simboliza la naturaleza transitoria de la lealtad (Os 6.4) y existencia de Israel
(13.3). En Ieshaiá/Is 44.22, Dios dice que después del debido castigo Él borrará,
«como a nube tus rebeliones, y como a niebla tus pecados».

Anan puede significar un «nubarrón» y se usa también para simbolizar una «fuerza
invasora»: «Tú subirás; vendrás como una tempestad y serás como una nube que
cubre la tierra, tú con todas tus tropas, y muchos pueblos contigo» (Ez 38.9 rva; cf.
Jer 4.13). En Job 26.8 rva, se dice que el nubarrón es de Dios: «Él encierra las aguas

1349
O

en sus nubes, y las nubes no se rompen a causa de ellas». En varios pasajes, un


denso nubarrón y las tinieblas que lo acompañan son símbolos de «penumbra o
tristeza» (Ez 30.18) y/o «juicio divino» (Ez 30.3).

Anan puede expresar el «humo» que asciende del incienso quemado: «Pondrá el
incienso sobre el fuego delante de IHVH, y la nube de incienso cubrirá el
propiciatorio que está sobre el testimonio; así no morirá» (Lv 16.13 rva). Esta
«nube de humo» tal vez represente la protección que se interpone entre la
presencia de Dios (que está encima del propiciatorio) y el hombre pecaminoso. Si
es así, quizás simbolice también la «gloria divina». Por otro lado, muchos
estudiosos opinan que la «nube de incienso» representa las oraciones del pueblo
que se elevan a Dios.

Odiar: Verbo, heb. ‫שְּנֵא‬


ָ - sane, «odiar, aborrecer, detestar, enemistar». Este verbo
aparece en ugarítico, moabita, arameo y arábigo. Lo vemos en todos los períodos
de la lengua hebrea y unas 145 veces en el Tanaj.

Sane describe una emoción que va desde un «odio» intenso hasta la actitud menos
fuerte de «enemistarse» y se usa para personas y cosas (incluyendo ideas, palabras
y objetos inanimados).

El sentido predominante del término se asocia con los celos; por eso los hermanos
de Iosef/José sintieron sane por el favoritismo de su padre hacia él (Gn 37.4; cf. v.
11). Este «odio» creció cuando Iosef/José les contaba sus sueños (Gn 37.8). Sin
duda, el término abarca emociones desde «profundo desprecio» hasta el «odio
total». En Bereshit/Gn 37.18ss los hermanos de Iosef/José se confabularon para
matarle y al menos lograron deshacerse de él.

Esta idea se hace más intensa cuando la raíz se repite: El suegro de Sansón le dijo:
«Pensé que la aborrecías del todo [lit. «aborreciendo la aborrecías»]» (Jue 15.2
rva).

Un uso de sane indica el inicio de una emoción: «Luego la odió [lit. «la comenzó a
odiar»] Amnón con tal odio, que el odio con que la odió [lit. «la comenzó a odiar»]
fue mayor que el amor con que la había amado» (2 S 13.15 rva). Este énfasis
aparece una vez más en Jer 12.8 (rva): «Mi heredad llegó a ser para mí como el
león en el bosque. Contra mí levantó su voz; por tanto, la aborrecí [lit. «la llegué a
aborrecer»]» (cf. Os 9.15).

Con una connotación menos fuerte, sane quiere decir «ser enemigo» de alguien o
de algo. Itró/Jetro aconsejó a Moshé/Moisés que seleccionara para jueces/shoftim
subalternos sobre Israel a hombres que aborreciesen [lit. «fueran enemigos de»] la
codicia (Éx 18.21). Un uso muy frecuente del verbo, a la vez que especial, es
«despreciado» o «desestimado». Por ejemplo, sane puede indicar que alguien no es
confiable y como enemigo se debe expulsar de algún territorio. Este significado se
encuentra en uno de los primeros casos del vocablo cuando Isaac dice a Avimelej y
a su ejército: «¿Por qué venís a mí, vosotros que me habéis aborrecido y me habéis
echado de en medio de vosotros?» (Gn 26.27 rva). La palabra puede referirse a

1350
O

relaciones conyugales malogradas: «El padre de la joven dirá a los ancianos: Yo di a


mi hija por mujer a este hombre, y él le tiene aversión» (Dt 22.16 rva). El matiz se
presenta claramente en Iejezqel/Ez 23.28 (lba), donde el verbo se encuentra en
paralelismo sinónimo con «alienarse»: «He aquí, yo te entregaré en manos de los
que odias, en manos de aquellos de los que te alejaste». Cuando hay dos esposas en
una misma familia, una puede ser la preferida y la otra «aborrecida» (Dt 21.15).
Este es el caso en Bereshit/Gn 29.31: «Y vio IHVH que Lea era menospreciada
[«aborrecida» rv], y le dio hijos; pero Rajel era estéril» (rvr). Como participio
pasivo el término llega a significar «rechazado»: «La mujer rechazada que llega a
casarse» (Pr 30.23 nvi; «aborrecida» rvr).

Nombre: Heb. ‫ ִּשנ ָ ֖אה‬- sin’áh, «odio». Este nombre aparece 17 veces en el Tanaj. En
Bemidar/Nm 35.20 rva vemos un ejemplo: «Si por odio lo empuja o arroja algo
contra él intencionadamente».

Ofrecer, Acercarse: Verbo, heb. ‫ קָ ֖רב‬- qaráv, «ofrecer, acercarse, aproximar». Este
vocablo se encuentra en casi todas las ramas de las lenguas semíticas, desde los
tiempos más antiguos y a través de la historia. Se constatan además 295 casos del
verbo en todos los períodos (aparece 9 veces en arameo bíblico).

En general qarab quiere decir «aproximarse o acercarse a alguien o a algo» sin


connotaciones de intimidad. En Gn 12.11 (primer caso bíblico) el término tiene que
ver con proximidad espacial: «Y aconteció que cuando estaba por llegar [«se
acercaba a» lba] a Egipto, dijo a Sarai su mujer» (rva). Por lo general, el vocablo se
refiere a estar tan próximo a algo (o a alguien) que el sujeto puede verse (Éx
32.19), hablar con él (Nm 9.6) y aun tocar (Éx 36.2) al objeto o a la persona en
cuestión.

Este verbo se usa además para referirse a proximidad temporal, en el sentido que
algo está a punto de acontecer. Qarav puede usarse para indicar la proximidad de
algún hecho feliz, tal como una fiesta religiosa: «Guárdate de que no haya en tu
corazón pensamiento perverso, para decir: Está cerca el año séptimo, el año de la
remisión» (Dt 15.9). El término se usa también para señalar la inminencia de
acontecimientos aciagos: Esav se dijo: «Los días de luto por mi padre están cerca
[lit. «pronto morirá mi padre»]» (Gn 27.41 lba).

Qaráv se usa en diversos sentidos técnicos. Todos estos casos expresan


involucramiento personal; o sea que, además de estar cerca de algo (o de alguien),
se participa activamente en ellos. En términos militares, el vocablo significa
conflicto armado. En Dt 2.37 (rva) IHVH ordenó a Israel: «Solamente no te
acercaste a la tierra de los hijos de Amón». No obstante, en Dt 2.19 les permitió
«acercarse a la tierra»: «Y cuando llegues frente a los hijos de Amón, no los
molestes ni los provoques» (lba). La primera cita (cronológicamente posterior a la
segunda) usa el término en el sentido técnico de «entablar batalla», por lo que
Israel no se acercó a la tierra de Amón; tampoco entablaron batalla (cf. Jos 8.5). En
algunos pasajes este matiz marcial no es del todo evidente, pero sin embargo está
presente: «Cuando se acercaron a mí los malhechores… para devorar mis carnes»
(Sal 27.2 rva). La frase en Sal 27.3 (rva): «Aunque contra mí se levante guerra»,

1351
O

confirma que el sentido de «acercarse» (v. 2) es «entablar batalla» (cf. Sal 91.10;
119.150).

Qaráv se usa técnicamente en referencia a tener relaciones sexuales. En Gn 20.4,


antes que Avimelej declare su inocencia en cuanto a Sará, leemos que «todavía no
se había acercado a ella» (cf. Dt 22.14; Is 8.3).

En otro uso técnico la palabra describe cada paso que se da en la presentación de


ofrendas y adoración a Dios. Esta idea aparece por primera vez en Éx 3.5 donde
Dios dice a Moshé/Moisés que no «se acerque» sin antes quitarse las sandalias.
Más tarde, el encuentro de Israel con el representante de Dios es un «acercarse» a
Dios (Éx 16.9). En Sinaí se aproximan para recibir la Torá/instrucción/ley de Dios
(Dt 5.23, 27). En su modalidad causativa el verbo se refiere a menudo a la
presentación de ofrendas y sacrificios (Lv 1.14) a través de kohaním/sacerdotes
(Lv 1.5) al Señor (Lv 1.13).

Israel también se acercó al representante de Dios en serios pleitos jurídicos para


que Él, gran Rey y Juez, dictaminase su fallo (Jos 7.14). En el escatón, todos los
pueblos deben congregarse delante de Dios; deben «acercarse» a Él para
escucharle y recibir su juicio (Is 41.1; 48.16).

Nombre: Heb. ‫ קְּר ָב֖ן‬- qorban, «ofrenda; oblación». Este nombre aparece unas 80
veces en hebreo bíblico. El término se encuentra también en etiópico y en antiguo
arábigo meridional. La primera ocasión en que se usa este nombre se refiere a una
«ofrenda» que se presenta en sacrificio: «Cuando alguno de entre vosotros ofrece
ofrenda a IHVH, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda» (Lv 1.2).

Hay otros nombres relacionados que aparecen con menos frecuencia: qarob,
«vecino» (Éx 32.27); qirbáh aparece un par de veces con el significado de acercarse
para adorar a Dios y ofrecer sacrificio (Sal 73.28; Is 58.2); qurban, que se
encuentra también dos veces (y que parece ser una pronunciación tardía de
qorban), quiere decir «oferta, ofrenda» (Neh 10.35; 13.31). El término qerab, que
aparece 8 veces, procede del arameo; significa «guerra, batalla» o el acto de
entablar batalla (Sal 55.18).

Adjetivo: Heb. ‫ קרֹוב‬- qarob, «cerca». Este término aparece unas 77 veces. Qarob
puede referirse tanto a proximidad espacial (Gn 19.20: primer caso en la Torá)
como a aproximación epistemológica (Dt 30.14 rva). El adjetivo también aparece
en Ez 6.12: «El que esté lejos morirá de peste, el que esté cerca caerá a espada».

El adjetivo qareb tiene significados paralelos a qarob. Qareb, que se halla 11 veces,
significa «cerca» y se refiere a una proximidad íntima (generalmente en un
contexto o actividad cúltica). Un ejemplo está en Ez 45.4: «Lo consagrado de esta
tierra será para los kohaním/sacerdotes, ministros del miqdash/santuario, que se
acercan para ministrar a IHVH: y servirá de lugar para sus casas, y como recinto
sagrado para el santuario».

1352
O

Ofrenda: Heb. ‫ ִמנְ חה‬- minjáh, «ofrenda; tributo; presente; don, sacrificio; oblación».
El Tanaj contiene varios nombres que tienen que ver con algún tipo de «ofrenda».
Minjah se encuentra unas 200 veces en el Tanaj, en todos los períodos. También se
usa en hebreo moderno, con el sentido de «don o presente» y de «oraciones
vespertinas». Esta segunda acepción hace eco, sin duda, en la liturgia sacrificial
veterotestamentaria. Minjáh aparece en otras lenguas semíticas, tales como
arábigo y fenicio, y parece haberse usado también en antiguo ugarítico para
significar «tributo o don». El vocablo aparece por primera vez en la Torá en
Bereshit/Gn 4.3: «Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a IHVH».

Primero, minjáh se usa muchas veces en el Tanaj para referirse a un «don» o


«presente» de una persona para otra. Por ejemplo, cuando Iaaqov/Jacob iba de
regreso a casa después de veinte años, su sentimiento de culpa hacia Esav y de
temor le motivó a enviarle un gran «presente» (soborno) de cabras, camellos y
otros animales (Gn 32.13–15). En forma parecida, Iaaqov/Jacob ordenó a sus hijos:
«Llevad a aquel varón un presente» (Gn 43.11) para apaciguar al gobernante
egipcio que resultó ser su hijo Iosef/José. Todos los que vinieron a escuchar la gran
sabiduría de Shelomó/Salomón le llevaron un «presente» apropiado (1 R 10.25)
que le enviaban todos los años.

Segundo, a menudo minjáh se usa indicando el «tributo» que se paga a un rey o


señor. La entrega del «tributo» del pueblo de Israel al rey de Moav fue la
oportunidad que aprovechó Aod, juez liberador de Israel, para asesinar a Eglón,
valiéndose de una artimaña astuta (Jue 3.15–23). Años más tarde, cuando David
conquistó a los moabitas, «fueron hechos siervos de David y le llevaban tributo» (2
S 8.2 rva). Oseas proclamó a Israel que su dios becerro «será llevado a Asiria como
presente para el gran rey» (Os 10.6 rva). Otros pasajes donde minjáh significa
«tributo» son: Sal 72.10; 1 R 4.21; 2 R 17.3–4.

Tercero, minjáh se usa a menudo para referirse a cualquier «ofrenda» o «don» para
Dios, ya fuera vegetal (granos/cereales) o animal («sacrificio de sangre»). El relato
de Qaín y Hevel/Abel es un ejemplo elocuente de este uso generalizado: «Qaín
trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda a IHVH. Hevel/Abel también trajo una
ofrenda de los primerizos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y IHVH miró con agrado
a Hevel/Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Qaín ni su ofrenda» (Gn 4.3–
5 rva). Los sacrificios de animales que malversaron los hijos malvados de Elí se
llamaban simplemente «ofrenda de IHVH» (1 S 2.17). En cada caso «ofrenda» es la
traducción de minjáh. Cuarto, un uso corriente de minjáh, particularmente en
textos veterotestamentarios tardíos, es para indicar «ofrendas» de grano («cereal»,
lba; «vegetal» rva). A veces se refería a las primicias que se ofrecían de grano,
«espigas tostadas al fuego» (Lv 2.14). El aceite y el incienso, quemados junto con el
grano, formaban parte de estas ofrendas. La «ofrenda de grano» podía consistir de
flor de harina sobre la que se vertía también aceite e incienso. O bien el aceite se
mezclaba con la harina del grano en el momento de la «ofrenda» (Lv 14.10, 21;
23.13; Nm 7.13). El kohen/sacerdote tomaba un puñado de la harina refinada, la
quemaba como porción memorial y lo restante le correspondía a él como kohen/
sacerdote (Lv 2.9–10). La «ofrenda de grano» a menudo consistía de tortas
amasadas hechas de flor de harina mezclada con aceite y luego cocidas sobre una
plancha o en una cazuela (Lv 2.4–5; véanse otras descripciones de esta clase de

1353
O

ofrendas en Nm 6.15 y Lv 7.9). Las «ofrendas» de grano amasado se preparaban


siempre sin levadura, sazonadas con sal y aceite (Lv 2.11, 13).

Para los sacrificios en fiestas solemnes, en particular la Fiesta de Shavuot/


Semanas/Primicias o de Pentecostés (Lv 23.18), así como en las «ofrendas diarias»
o «continuas» (Éx 29.38–42) y en todas las «ofrendas encendidas» u holocaustos
generales (Nm 15.1–16). El minjáh se describe como una «ofrenda de flor de
harina» amasada en aceite puro de oliva que formaba parte del holocausto
quemado. Debía verterse además una libación de vino. La «ofrenda de grano» se
quemaba con el animal y al parecer el vino se derramaba al pie del altar con la
sangre del sacrificio.

El minjáh era parte de los sacrificios diarios, mañana y tarde: «ofrenda [vegetal
(rva); cereal (lba); la rv y nrv y las versiones católicas lo omiten] de la mañana» (Éx
29.41; cf. Nm 28.8); y «ofrenda [vegetal o cereal] de la tarde» (2 R 16.15; cf. Esd
9.4–5 y Sal 141.2).

Por último, minjáh ofrece un simbolismo interesante para el profeta cuando


anuncia la restauración de Israel: «Y traerán a todos vuestros hermanos de entre
todas las naciones, como una ofrenda para IHVH, en caballos, en carros, en literas,
en mulos, y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice IHVH, al modo que los
hijos de Israel traen la ofrenda en vasos limpios a la casa de IHVH» (Is 66.20 rvr,
nrv). En su visión de la adoración universal de Dios, aun en tierras gentiles,
Malají/Malaquías vio que creyentes en todas partes presentaban el minjáh como
«ofrenda pura» a Dios (Mal 1.11).

‫רּומה‬
ָּ֑ ָ ‫ ְּת‬- terumáh, «ofrenda alzada; ofrenda; oblación». Este vocablo se halla en la
literatura antigua de Ugarit con el significado de «pan de ofrenda», así como en
todos los períodos del hebreo. En hebreo moderno se usa a menudo con la
connotación de «contribución», parecido al uso que hallamos en Ez 45.13, 16: la
contribución que se hace a un príncipe. Terumáh se encuentra unas 70 veces en el
Tanaj y por primera vez en Shemot/Éx 25.2: «Di a los hijos de Israel que tomen
para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis
mi ofrenda».

El término terumáh se basa en una raíz semítica común (rum) que quiere decir
«exaltar, elevar», por lo que se infiere que estas «ofrendas» eran elevadas en alto
de alguna manera al colocarlas sobre el altar. A esto se debe que la rva (así como la
kjv en inglés) lo traduzca como «ofrenda alzada»: «De lo primero que amaséis
presentaréis una torta como ofrenda alzada de la era; así la presentaréis alzada»
(Nm 15.20 rva; «así la elevaréis» lba; la gran mayoría de versiones en castellano
dicen sencillamente «ofrenda»). De estos textos y otros, pareciera que teruÆmah
se usó desde el principio, cuando la economía israelita se basaba en la agricultura,
con referencia a «contribuciones» o «donativos» del producto de la tierra. Otros
ejemplos son Devarim/Dt 12.6, 11, 17.

Primero, terumáh se usaba a menudo para indicar los donativos o contribuciones a


Dios que no obstante se apartaban específicamente para uso de los kohaním/
sacerdotes: «Toda ofrenda alzada de todas las cosas consagradas que los hijos de

1354
O

Israel presentan al sacerdote será para él» (Nm 5.9 rva). Tales «ofrendas»
correspondían a los sacerdotes por el pacto especial que Dios había hecho con
ellos: «Todas las ofrendas alzadas de las cosas sagradas que los hijos de Israel
presenten a IHVH las he dado para ti, para tus hijos y para tus hijas contigo, como
provisión perpetua. Constituye un perpetuo pacto de sal delante de IHVH, para ti y
para tus descendientes contigo» (Nm 18.19 rva). Las ofrendas o contribuciones a
veces eran de grano y sus derivados: «Junto con las tortas de pan con levadura
ofrecerá su sacrificio de paz en acción de gracias. De cada ofrenda presentará una
parte como ofrenda alzada a IHVH, la cual será para el sacerdote que esparza la
sangre de los sacrificios de paz» (Lv 7.13–14 rva). Una parte de los sacrificios de
animales también se apartaba como teruÆmah para los sacerdotes: «También
daréis al sacerdote, como ofrenda alzada, el muslo derecho de vuestros sacrificios
de paz» (Lv 7.32 rva; cf. Lv 10.14–15; Nm 6.20). Sobra decir que estas
contribuciones a los sacerdotes se daban para suministrar los alimentos básicos
para ellos y sus familias, puesto que su tribu, Leví, no recibió tierra donde pudieran
cultivar su propio sustento.

Aunque todos los kohaním/sacerdotes debían pertenecer a la tribu de Leví, por


herencia paterna, no todos los levitas ejercían el sacerdocio. Por una parte, eran
demasiado numerosos. Es más, se requería que una parte de ellos trabajara en el
tabernáculo y después en el templo, en oficios de mantenimiento y limpieza. Es
fácil de entender el porqué cuando se piensa en todo lo que estaba involucrado en
el sistema de sacrificios (Dt 14.28–29). A decir verdad, los levitas vivían en
diferentes partes de Israel, con la responsabilidad social de las comunidades
israelitas en que moraban. Al igual que las viudas, los huérfanos y los residentes
extranjeros, los levitas debía recibir el diezmo de lo que ofrendaba el pueblo para
IHVH. Una parte de los diezmos consistía del terumáh u «ofrenda alzada» para los
kohaním/sacerdotes, descendientes de Aharón (cf. Nm 18.25–32).

Segundo, con el objeto de conseguir los materiales necesarios para la construcción


del mishkan/tabernáculo en el desierto, se manda a Moshé/Moisés recibir una
«ofrenda» o terumáh. Dicha «ofrenda» consistiría de toda suerte de metales y
piedras preciosas, así como de materiales más corrientes de construcción como
madera y pieles (Éx 25.3–9). Cuando Moshé/Moisés lo anunció al pueblo de Israel,
dijo: «Tomad de entre vosotros ofrenda para IHVH; todo generoso de corazón la
traerá a IHVH; oro, plata, bronce» (Éx 35.5). Y sigue una lista de los materiales que
necesitarían (Éx 35.6–8). Las implicaciones de esta situación son dos: el terumáh
pertenece en realidad a IHVH y debe ofrendarse libremente, de buena voluntad y
con corazón generoso. Durante el período del segundo templo, posterior al
cautiverio, las contribuciones de plata y oro y los vasos del templo se denominan
«ofrenda para la casa de nuestro Dios» (Esd 8.25).

Tercero, el terumáh a veces era una «ofrenda» que cumplía la función de impuesto:
la tasa obligatoria que se cobraba a todo varón israelita mayor de veinte años de
edad. El tributo era para el mantenimiento del tabernáculo y posteriormente el
templo (Éx 30.11–16). El monto del impuesto era el mismo sin importar la
situación económica del contribuyente: «Ni el rico pagará más de cinco gramos ni
el pobre menos cuando den el tributo al Señor como rescate de sí mismos» (Éx
30.15 nbe; «expiación por vuestras personas» rvr). El impuesto se demandó como

1355
O

castigo por el censo de población masculina que David hizo en contra de la


voluntad de Dios (2 S 24.1). La función práctica de todo esto es que el tributo
brindaba el sustento que el santuario necesitaba. Otro ejemplo de terumáh con el
sentido de impuesto se encuentra en Pr 29.4: «Con justicia el rey da estabilidad al
país; cuando lo abruma con tributos, lo destruye» (nvi). Los duros impuestos de
Shelomó/Salomón, que condujo a la division del reino pueden ser un caso de este
tipo (1 R 12).

Finalmente, encontramos un uso muy diferente de terumáh en Iejezqel/Ez 45.1;


48.9, 20–21, donde se llama «oblación» al pedazo de terreno sobre el que se
construiría el templo del poscautiverio, junto con las casas para kohaním/
sacerdotes y levitas. Esta extensión de terreno se denomina «ofrenda santa
reservada» (Ez 48.20 bj; o «porción sagrada» lba; cf. «coto sagrado» nbe; «zona
sagrada» bpd) puesto que pertenece a Dios tanto como el terumáh que se le
entregaba en sacrificio.

‫קְּר ָב֖ן‬
- qorban, «ofrenda; oblación; sacrificio». Qorban se encuentra en varias
lenguas semíticas como derivado del verbo «venir o acercar». Además de
encontrarse en antiguo acádico con la connotación de un «presente», hay una
modalidad del verbo en ugarítico que indica la ofrenda de un sacrificio. Se halla a lo
largo de la historia del hebraico; en hebreo tardío o moderno tiene el significado de
«ofrenda» o «consagración». En la Septuaginta a menudo se traduce como «don».

Aunque la raíz, «venir o acercar», se encuentra prácticamente centenares de veces


en el Tanaj, el nombre derivado, qorban, aparece solamente unas 80 veces. Todos
los casos excepto dos se encuentran en Números y Levítico. Las dos excepciones
están en Ezequiel (20.28; 40.43), un libro que tiene mucha preocupación por lo
litúrgico. El vocablo se usa por primera vez en Lv 1.2.

Qorban puede traducirse como «aquello que se lleva cerca de Dios o del altar». No
debe sorprender, entonces, que este vocablo se use como un término general para
todos los sacrificios, fuesen animales o vegetales. La primera mención de
«sacrificio» en Levítico es sobre el qorban como «holocausto»: «Cuando alguno de
vosotros presente una ofrenda a IHVH, esta será del ganado vacuno u ovino. Si su
ofrenda es holocausto» (Lv 1.2–3 rva; cf. 1.10; 3.2, 6; 4.23). La primera mención de
qorban como «ofrenda de grano» es en Lv 2.1 (rva): «Cuando alguien presente
como ofrenda a IHVH una ofrenda vegetal, esta será de harina fina».

Probablemente la mejor concentración de ejemplos de qorban se encuentra en Nm


7. En un solo capítulo, el término se usa unas 28 veces con referencia a toda clase
de sacrificios de animales y granos, pero con atención especial hacia la vajilla
diversa de plata y oro que ofrecieron al santuario. Por ejemplo, la ofrenda de Eliav
fue «un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta
siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite
para ofrenda; una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso; un becerro, un
carnero, un cordero de un año para holocausto» (Nm 7.25–27).

Los dos casos en que se usa el término en Iejezqel/Ezequiel se refieren a «ofrenda»


en sentido general. En Ez 20.28 el vocablo señala las «ofrendas provocativas» (lba)

1356
O

a otros dioses de Israel en su apostasía. En Ez 40.43, qorbantiene que ver con las
acostumbradas ofrendas en el Bet HaMiqdash/templo.

‫ְַב֖ן‬
ָ ‫קֻ ר‬
- qurban, «ofrenda de leña». Qurban está estrechamente relacionada con
qarban. Se encuentra en Neh 10.34; 13.31, donde se refiere a la «ofrenda de leña»
suministrada para quemar los sacrificios en el segundo templo. Se sorteaba entre
el pueblo, los sacerdotes y los levitas con el fin de determinar quiénes ofrecerían la
«ofrenda de leña» o combustible en las fechas señaladas durante el año.

‫ עֹולה‬- oláh, «sacrificio entero, holocausto». Este vocablo tiene cognados en arameo
tardío y bíblico. Aparece unas 280 veces durante todos los períodos del hebreo del
Tanaj y como tal es la especie de sacrificio más citado en el Tanaj. Se denominaba
«sacrificio entero» (1 S 7.9) porque se quemaba totalmente, menos la sangre.

En la primera vez que aparece, oláh identifica un tipo de «ofrenda» presentada a


Dios: «Y edificó Noaj/Noé un altar a IHVH y tomó de todo animal limpio y de toda
ave limpia, y ofreció holocausto en el altar» (Gn 8.20). El segundo matiz aparece en
Lv 1.4, donde se refiere al propio sacrificio: «Y pondrá su mano sobre la cabeza del
holocausto, y será aceptado para expiación suya».

Esta especie de «ofrenda» podía consistir de un toro (Lv 1.3–5), una oveja, una
cabra (Lv 1.10) o un ave (Lv 1.14), sin mácula. El ofrendante colocaba su mano
sobre la víctima sacrificial, transfiriéndole así simbólicamente su pecado y culpa.
Después de degollarlo (en el costado norte del altar), el sacerdote tomaba la sangre
y la presentaba al Señor antes de rociarlo alrededor del altar. Si se traía al
sacerdote solamente un ave, este le quitaba la cabeza y dejaba que su sangre se
derramara a un lado del altar (Lv 1.15). Este sacrificio efectuaba una expiación del
pecado antes de la presentación formal de la «ofrenda» a Dios. Seguidamente, la
«ofrenda» se partía. Excepto los pedazos que no podían limpiarse, las porciones se
purificaban y se colocaban en orden sobre el altar (Lv 1.6–9, 12–13). Entonces,
todo el sacrificio se consumía con el fuego y su esencia se elevaba hacia Dios como
un olor agradable (apaciguador). La piel del animal correspondía al sacerdote (Lv
7.8).

El vocablo oláah aparece en las listas de prescripciones y descripciones


administrativas del Tanaj con referencia a la ofrenda más frecuente. Cada día
requería, mañana y tarde, la presentación de un cordero, el «holocausto [entero]
continuo» (Éx 29.38–42). Todos los meses se consagraba un «holocausto» de dos
becerros, un carnero y siete corderos (Nm 28.11–14). El mismo sacrificio debía
presentarse durante cada día de la Pesaj y Panes sin Levadura (Nm 28.19–24), así
como en la Fiesta de las Semanas/Shavuot (Nm 28.26–29). Otras fiestas también
requerían holocaustos. Y los diversos ritos de purificación exigían «ofrendas
quemadas» (holocaustos) y de propiciación.

El eje central del significado de oláh como «holocausto entero» era la entrega total
a Dios del corazón y de la vida del ofrendante. Optativamente, el oláh podía
acompañarse de otros sacrificios propiciatorios cuando el ofrendante se sentía
preocupado con expiar su pecado (2 Cr 29–27). También las «ofrendas de paz» o
«acción de gracias» podían acompañar a los holocaustos, resaltando la dimensión

1357
O

de comunión con Dios (2 Cr 29.31–35). En resumen, antes de la Toráh de Moshé el


«holocausto entero» quizás expresaba toda la gama de significados que denotarían
más tarde los diversos sacrificios levíticos.

‫ִּא ֶ ַ֥שה‬
- ishéh, «ofrenda de fuego». De 64 casos de este nombre, 62 están en las
prescripciones sacramentales de Éxodo-Deuteronomio. Las dos excepciones (Jos
13.14; 1 S 2.28) expresan el mismo significado y contexto sacramental.

Todo sacrificio legítimo debía presentarse a Dios en su altar y todos, en diversos


grados, se quemaban. Por eso se les llama «ofrendas de fuego». Ishéh aparece por
primera vez en Shemot/Ex 29.18: «Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es
holocausto de olor grato para IHVH, es ofrenda quemada a IHVH».

‫ְּאָ ָ ָֽׁשם‬- asham,


«ofrenda por reparación, ofensa, culpa; ofrenda de restitución;
ofrenda propiciatoria». El nombre asham aparece 46 veces en hebreo bíblico; 33
de estos casos están en el Jumash/Pentateuco (Torá).

El significado más común del término es «ofrenda por la culpa»: «Traerá a IHVH
como su sacrificio por la culpa, por su pecado cometido» (Lv 5.6 rva). Este tipo
especializado de ofrenda por el pecado (Lv 5.7) se hacía cuando a alguien se le
negaba lo que le correspondía. El valor de lo defraudado debía repararse, más 20
% (Lv 5.16; 6.5). Por lo mismo, las infracciones rituales y períodos de
contaminación (p. ej., lepra) quitaban de Dios un servicio que le pertenecía y
requería reparación y restitución. Cada violación de derechos de propiedad exigía
la reparación, o sea, el pago de la suma total, más el precio de restitución (20 %) al
perjudicado. Además, se demandaba la presentación de una «ofrenda por la culpa»
a Dios como Señor de todos (o sea, el Señor encima de todos, en términos
feudales). Si fallecía la parte perjudicada, se hacía la reparación y restitución a Dios
(es decir, a sus sacerdotes; Nm 5.5–10). Por lo general, la «ofrenda por la culpa»
consistía de un carnero (Lv 5.15) o un cordero. El ofrendante presentaba la víctima
imponiéndole las manos. El sacerdote rociaba la sangre en derredor del altar y
recibía lo restante para su propio sustento (Lv 7.2–7). Cuando un leproso
purificado presentaba esta ofrenda, se le untaba un poco de la sangre del sacrificio
en «el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano
derecha y sobre el pulgar de su pie derecho» (Lv 14.14 lba).

En algunos pasajes, asham se refiere a una ofensa contra Dios y la culpa que esto
acarrea: «Avimelej le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber
dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros
culpabilidad» (Gn 26.10 rva: primera mención). En este pasaje se puede percibir
una connotación adicional que sugiere que la parte ofendida podría castigar al
culpable del crimen.

En dos versículos (Nm 5.7–8 rva), asham indica la reparación que le correspondía a
la persona perjudicada: «Confesará el pecado que haya cometido y hará restitución
completa por el daño que hizo. Sobre ello añadirá la quinta parte y lo dará a aquel a
quien había hecho el daño». A decir verdad, el vocablo hebreo se refiere
concretamente al valor del objeto que se arrebató al damnificado, cuyo valor se le
debía devolver; o sea, el término indica propiamente reparación o restitución al

1358
O

perjudicado. La idea básica se fue ampliando de tal modo que el vocablo llegó a
significar también la ofrenda para Dios que quitaba la culpa (1 S 6.3), o sea, en
propiciación por el pecado (Is 53.10), aparte de las ofrendas específicas que se
ofrecían sobre el altar.

Oir: Verbo, heb. - shama ‫ שמע‬oír, escuchar, atender, obedecer, publicar». El


vocablo se encuentra en la mayoría de las lenguas semíticas, incluyendo en hebreo
y arameo bíblico (9 veces). Shama˓ aparece en todos los períodos históricos del
hebreo y unas 1.160 veces en el Tanaj.

Básicamente este verbo significa «escuchar» con los oídos. Tiene varios matices. En
Gn 37.17 un hombre le cuenta a Iosef/José que «oyó» a sus hermanos decir:
«Vamos a Dotán». En otras palabras, lo que el hombre «oyó» fue por casualidad.
Shama˓ puede también usarse en el sentido de «escuchar indiscretamente» una
conversación como cuando «Sara escuchaba junto a la entrada de la tienda que
estaba detrás de» Avraham (Gn 18.10 RVA).

Iosef/José pidió a sus hermanos que le «escucharan» contar sus sueños (Gn 37.6).
En 1 Cr 28.2, David pidió a su público que le «escuchara», o sea, que le dieran su
total atención.

«Oír» algo puede indicar «tener conocimiento», como cuando Avimelej dice a
Avraham que no sabe de la controversia sobre los pozos porque nadie se lo ha
contado y que tampoco ha «oído» hablar de ello

(Gn 21.26). Shama puede además indicar «llegar a saber» o «llegar a oídos»: «Los
caldeos que tenían sitiada a Jerusalén oyeron la noticia» (Jer 37.5 LBA; cf. RVR).

Por otra parte, el término puede significar «recibir orientación». Moshé/Moisés


pidió que ciertas personas impuras esperasen hasta que IHVH le diera las órdenes
al respecto (Nm 9.8). Su clara intención fue más que un simple «oír» algo; Moshé/
Moisés quería recibir alguna orientación de IHVH.

El verbo puede referirse solamente a «oír», como cuando Adám y Javá/Eva


«oyeron» a Dios que caminaba en el huerto (Gn 3.8: primer caso del verbo en la
Biblia). Ordenar «escuchar», sin especificar el mensaje, expresa «convocar» (1 R
15.22).

«Oír» puede ser un ejercicio intelectual y espiritual. Se puede «oír» la voz de Dios
espiritualmente

(Nm 24.4) o «aprender» de Él. A la inversa, Dios dice a Avraham que ha «oído» su
oración y que tomará cartas en el asunto (Gn 17.20). En este contexto, «oír» no es
solo escuchar lo que se dice; es también afín con la intención de la petición (cf. Gn
16.11). En el caso de «oír» y atender a una autoridad superior, shama puede
significar «obedecer». En la simiente de Avraham, todas las naciones serán
bendecidas porque «oyeron» (obedecieron) la voz de Dios (Gn 22.18).

1359
O

Otro matiz intelectual de «oír» se encuentra en Gn 11.7 (RVA), donde se nos dice
que Dios se propuso confundir las lenguas humanas «para que nadie entienda lo
que dice su compañero».

Tener «un corazón que sabe escuchar» significa tener «entendimiento» o


«discernimiento» (1 R 3.9 RVA, cf. LBA). Por cierto, cuando Moshé/Moisés dijo a
los jueces de Israel que «oyeran» las causas de sus hermanos, se refería a más que
solo escuchar con el oído. Debían examinar cada caso según sus méritos a fin de
dictaminar justamente (Dt 1.16).

Nombres: Heb. - shôma ‫ שומע‬se refiere a «información casual; fama». El vocablo,


poco frecuente en el Tanaj, se halla en Jos 6.27 (RVA): «IHVH estuvo con Iehoshúa/
Josué, y su fama se divulgó por toda la tierra».

Shema: Heb. - ‫ שֵ מע‬información intencional; noticias». Se constatan 17 casos del


nombre en el Tanaj. Encontramos un caso en Gn 29.13 (RVA): «En cuanto Laván
oyó las noticias [shema˓] sobre Iaaqov/Jacob, hijo de su hermana».

Shemû’áh: Heb. – ‫ ְשמועה‬revelación; mensaje; doctrina». El término aparece 27


veces. Un ejemplo es Ieshaiá/Is 28.9: «¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se
hará entender doctrina [shemû’áh]?» (RVR, cf. NRV; «mensaje» RVA, LBA).

Ojo: Heb. ‫ עיִ ן‬- aín, «ojo; pozo; superficie; apariencia; fuente, manantial». Aín tiene
cognados en ugarítico, acádico, arameo, así como en otras lenguas semíticas. Se
encuentra unas 866 veces y durante todos los períodos del hebreo del Tanaj (5
veces en arameo).

Primero, el vocablo se refiere al órgano del cuerpo llamado «ojo». En Gn 13.10, aín
tiene que ver con el «ojo humano»: «Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del
Jordán». También se refiere a los «ojos» de animales (Gn 30.41), ídolos (Sal 115.5)
y Dios (Dt 11.12: un antropomorfismo). La expresión «entre los ojos» significa «en
la frente»: «Esto ha de ser para ti como una señal sobre tu mano y como un
memorial entre tus ojos, para que la ley de IHVH esté en tu boca» (Éx 13.9 rva). Los
«ojos» pueden reflejar «debilidad» o «dolor»: «Aconteció que cuando Itzjaq/Isaac
había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su
hijo mayor» (Gn 27.1 rva). La «niña del ojo» es el componente central, el iris:
«Guárdame como a la niña de tu ojo» (Sal 17.8RVA). A veces sobresale la belleza de
los «ojos»: «Era rubio, de ojos hermosos y bien parecido» (1 S 16.12 lba).

Aín se usa con frecuencia en relación a expresiones que indican «ver»: «He aquí,
vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Biniamín/Benjamín, que mi boca os
habla» (Gn 45.12). La expresión «levantar los ojos» se explica mediante el verbo
que le sigue: uno levanta la vista para hacer algo, lo que el verbo indique «alzó los
ojos» (cf. Gn 13.10). «Poner los ojos» puede indicar un acto de «deseo», «anhelo»,
«devoción»: «Y sucedió después de estas cosas, que la mujer de su señor puso sus
ojos [miró con deseo] en Iosef» (Gn 39.7 rva). Los «ojos» pueden ser instrumentos
de «juicio», de «evaluación» intelectual o para comprobar la veracidad: «Y tú dijiste
a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él» (Gn 44.21).

1360
O

Los «ojos» a veces reflejan actitudes mentales, como preocupación: «Y no os


preocupéis [lit. «no dejéis que vuestros ojos miren con pesar»] por vuestras
posesiones personales, pues lo mejor de toda la tierra de Egipto es vuestro» (Gn
45.20 lba).

«Ojos» se usa metafóricamente acerca de capacidades, hechos y condiciones


mentales y espirituales. Así, en Gn 3.5 (primera vez que aparece el vocablo), «abrir
los ojos» quiere decir adquirir la capacidad (autonomía) de fijar por cuenta propia
normas de bien y mal. En pasajes como Pr 4.25 rva, «ojo» se refiere a una facultad
moral: «Miren tus ojos lo que es recto, y diríjase tu vista a lo que está frente a ti».
En Pr 23.6 se usa el vocablo para describir una condición moral: «No comas pan
con el avaro [lit. «hombre de mal ojo» rv; «el de malas intenciones» rva, bj;
«hombre malo» bla; «egoísta» lba; «tacaño» lvp, nvi] ni codicies sus manjares» (rvr;
cf. nbe). Una persona puede servir de guía o de «ojos» de otro: «Y Moisés le dijo:
Por favor, no nos abandones, ya que tú conoces el lugar donde debemos acampar
en el desierto y nos servirás de ojos» (Nm 10.31 rva).

La frase «en los ojos» significa «según el punto de vista u opinión»: «Y él se llegó a
Hagar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a
[era despreciable en los ojos de] su señora» (Gn 16.4).

Otra frase, «de los ojos», puede significar que el asunto está «velado» o
«escondido» del conocimiento de alguien: «Y alguno cohabitare con ella, y su
marido no lo hubiese visto [lit. «escondido de los ojos de su marido»] por haberse
ella amancillado ocultamente» (Nm 5.13).

En Shemot/Éx 10.5, el término se refiere a la «superficie visible de la tierra»: «Y


cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla» (lba). En
Vaiqrá/Lv 13.5 se usa aín para referirse al «parecer» de alguien: «Al séptimo día el
kohen/sacerdote lo examinará. Si según su parecer [a sus ojos] la llaga se ha
mantenido igual y no se ha extendido en la piel» (rva). Un «brillo» o «centelleo» se
describe con la frase «mostrar los ojos», en pasajes como Pr 23.31: «No te fijes en
lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla [muestra los ojos] en la copa» (nvi).

Aín también se refiere a una «fuente o manantial» (lit., «ojo de agua»): «Pero el
ángel de IHVH la encontró en el desierto junto a un manantial [«fuente» lba] de
agua (el manantial [«fuente» lba] que está en el camino de Shur)» (Gn 16.7 rva).

Máim, heb. ‫« מעיָ ַָ֥֥ן‬fuente, manantial». Este vocablo se encuentra en el Tanaj 23


veces. En Vaiqrá/Lv 11.36, máim quiere decir «fuente»: «Con todo, la fuente y la
cisterna donde se recogen aguas serán limpias: mas el que hubiere tocado en los
cadáveres será inmundo» (rvr; «manantial» rva). Otro ejemplo se encuentra en Gn
7.11: «El año seiscientos de la vida de Noaj/Noé, en el mes segundo, a los diecisiete
días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las
cataratas de los cielos fueron abiertas».

Olvidar: Heb. ‫ ׁשָ כְּח‬- shajaj, «olvidar». El vocablo común que significa «olvidar» se
encuentra en todos los períodos de la lengua hebrea; el término se halla también
en arameo. En el Tanaj, aparece un poco más de 100 veces. Shajaj se usa por

1361
O

primera vez en el jumash/Torá en Bereshit/Gn 27.45 (rva) cuando Rivqá/Rebeca


insta a Iaaqov/Jacob que huya del hogar hasta que Esav «se olvide de lo que le has
hecho».

Cuando Iehudá/Judá adoraba a dioses extraños, Irmiá/Jeremías le recordó que


«todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no te buscan» (Jer 30.14 rva). Sin
embargo, Dios no se olvida de su pueblo: «¿Acaso se olvidará la mujer de su bebé, y
dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque ellas se olviden, yo no me
olvidaré de ti» (Is 49.15 rva). Olvidándose de esta actitud divina, cuando sobrevino
la destrucción, Iehudá/Judá se quejó: «¿Por qué te olvidarás de nosotros para
siempre … ?» (Lm 5.20 rva). A menudo Israel se «olvidaría» de la Torá/Instrucción
de Dios (Os 4.6) y su nombre (Jer 23.27).

Orar: Verbo, heb. ‫ ָפְּלל‬- palal, «orar, interceder, mediar, juzgar». Este verbo, que se
encuentra tanto en hebreo bíblico como moderno, aparece 84 veces en el Tanaj. El
término se usa 4 veces en la modalidad intensiva; los 80 casos restantes se
encuentran en la forma reflexiva o recíproca en la que la acción generalmente
vuelve al sujeto. En la forma intensiva palal expresa la idea de «mediar, colocarse
entre dos partes», refiriéndose siempre a seres humanos. Por eso, «si un hombre
peca contra otro, Dios mediará [«intercederá» rva] por él» (1 S 2.25 lba). «Mediar»
requiere «formarse un criterio», como en Ez 16.52 (rva): «Has hecho que el juicio
fuese favorable para tus hermanas». En los dos casos restantes en que se usa la
forma intensiva del verbo, palal expresa (en Gn 48.11) «expectativas, dar por
sentado» (en Sal 106.30, cf. lba) e «intervenir».

La primera vez que aparece palal en el Tanaj es en Bereshit/Gn 20.7, donde la


forma reflexiva o recíproca del verbo expresa la idea de «interceder u orar» por
alguien: «Y orará por ti». Es frecuente en el Tanaj esta clase de oración intercesora:
Moshé/Moisés «ora» por el pueblo para que Dios los librara de las serpientes
venenosas (Nm 21.7); «ora» por Aharón (Dt 9.20); y Shemuel/Samuel «intercede»
continuamente por Israel (1 S 12.23). La oración no se dirige tan solo a IHVH, sino
también a ídolos paganos (Is 44.17). A veces se ora a IHVH para que actúe en
contra del enemigo: «He escuchado lo que me has pedido en oración acerca de
Senaquerib, rey de Asiria» (2 R 19.20 rva).

No queda bien claro porque, precisamente, se usa esta modalidad del verbo para
expresar la acción de «orar». Puesto que esta forma verbal, en sentido reflexivo,
revierte la acción al sujeto, lo que quizás se quiere es enfatizar el papel que tiene
dentro de la oración la persona que ora. A la vez que la misma forma verbal puede
indicar una acción recíproca entre sujeto y predicado; con esto, tal vez se quiere
señalar que la oración es fundamentalmente una comunicación que, para ser
genuina, siempre tiene que ser de doble vía.

‫ְּתפִּ ֶָ֔לה‬
- Tefiláh, «oración». Este vocablo, que se encuentra 77 veces en hebreo
veterotestamentario, es el término hebraico más común para expresar «oración».
Aparece por primera vez en 1 R 8.28: «Con todo, tú atenderás a la oración de tu
siervo, y a su plegaria». En el escatón, la casa de Dios será una casa de «oración»
para todos los pueblos (Is 56.7); a esta casa vendrán todas las naciones para
adorar a Dios. El término puede referirse tanto a una «oración» litúrgica y poética

1362
O

como a lo contrario. En el primer caso, tefiláh se usa como título de 5 salmos y la


oración de Habacuc (3.1). En estos usos tefiláh se refiere a una oración para
cantarse durante un servicio litúrgico formal. En Sal 72.20 el vocablo describe
todos los salmos y «oraciones» de Salmos 1–72, aunque solo uno lleva el nombre
específico de «oración» (Sal 17.1).

Orgullo, Majestad: Verbo, heb. ‫ָאה‬ ָ ֶ֔ ‫ ג‬- ga’áh, «ser orgulloso, enaltecer». Este verbo
se encuentra 7 veces en hebreo bíblico. Aparece en Shemot/Éx 15.1 en el sentido
de «enaltecer»: «¡Cantaré a IHVH, pues se ha enaltecido grandemente [«ha
triunfado» lba]! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!» (rva).

‫ ְָּג ָֽאְָֹּון‬- ga’ón, «orgullo». Esta raíz se encuentra únicamente en las lenguas semíticas
del noroeste, como ugarítico: gan, «orgullo». El nombre es un término poético que
solo se halla en los libros poéticos, los profetas (12 veces en Isaías), la canción de
Moisés (Éx 15.7) y en Levítico (26.19). En hebreo rabínico, ga’ón se refiere a un
hombre de grandes conocimientos. Un ga’ón encabezaba las academias rabínicas
de Susa y Pumbadita en Babilonia. El ga’ón Saadiá fue uno de los más destacados.

En un sentido positivo ga’ón, como el verbo, quiere decir «excelencia» o


«majestad». La majestad de Dios se manifestó liberando a Israel y atravesando el
Mar Rojo (Éx 15.7). Por tanto, Israel, como pueblo redimido se considera una
expresión de la «majestad» de Dios: «Él nos escoge nuestra heredad, la gloria
[«hermosura» rvr; «orgullo» rva, nvi, bj, nbe] de Jacob a quien Él ama» (Sal 47.4
lba, cf. bla). En este contexto, el significado de ga<oÆn está muy próximo al de
kavod, «gloria».

La acepción «majestad» en relación con ga’ón se atribuye a la naturaleza: poderosa,


exuberante, rica, espesa. Los poetas usan el vocablo para referirse a las olas
soberbias (Job 38.11) o a la espesa maleza en las riberas del Jordán; cf. «Si corriste
con los de a pie y te cansaron, ¿cómo competirás con los caballos? Y si en tierra de
paz te caes al suelo, ¿qué harás en la espesura [lit. «majestad»] del Jordán?» (Jer
12.5; cf. 49.19; 50.44).

La mayoría de los usos de ga’ón son negativos; expresan el orgullo humano como
antónimo de humildad (Pr 16.18). En Proverbios ga’ón equivale a arrogancia,
conducta malvada y lengua perversa. Al independizarse del Señor, Israel una
nación majestuosa, separada por un Dios majestuoso, se apartó de Él,
pretendiendo que la excelencia era de ella. Dios no toleró esta nueva actitud
insolente: «El Señor IHVH ha jurado por su alma; IHVH Dios de los Ejércitos dice:
Abomino la soberbia de Iaaqov/Jacob, y aborrezco sus palacios. Entregaré al
enemigo la ciudad y todo lo que hay en ella» (Am 6.8 rva).

Las traducciones de la Septuaginta son: hubris («insolencia; arrogancia») y


huperefania («arrogancia; altivez; orgullo»).

Hay otros nombres relacionados con ga’ón. Ge’áh aparece una vez con el
significado de «orgullo» (Pr 8.13). El nombre ga’váh, que se halla 19 veces, también
quiere decir «orgullo»: «Todo el pueblo lo supo; Efraín y los habitantes de Samaria
que con soberbia [ga’váh] y altivez de corazón decían» (Is 9.9 rva). Ge’ut se

1363
O-P

encuentra 8 veces y se refiere a «majestad»: «Se mostrará piedad al malvado, y no


aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad
de IHVH» (Is 26.10).

Adjetivo: El adjetivo ge, que puede ser ge’éh, por error de escriba, aparece una sola
vez con el sentido de «orgulloso» (Is 16.6). Ge’éh también quiere decir «orgulloso»
en las 8 veces que aparece, entre ellas Is 2.12: «Porque el día de IHVH de los
ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo».

Ga’ion, se encuentra una vez en hebreo (Sal 123.4), también con el significado de
«orgulloso».

Pacto, Alianza: Heb. ‫ְּרית‬ ִּ ‫ ב‬- berit, «pacto; alianza; convenio; acuerdo;
confederación». Lo más probable es que este nombre se derive de la raíz acádica
que significa «encadenar, poner grillos»; tiene paralelos en hitita, egipcio, asirio y
arameo. Berit se encuentra más de 280 veces en todas las secciones del Tanaj. El
primer caso del vocablo está en Gn 6.18: «Pero estableceré mi pacto contigo [Noé].
Entraréis en el arca tú, tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo».
«Alianza» es la traducción preferida de berit por la rv: «Haced, pues, ahora alianza
con nosotros» (Jos 9.6); sobre todo en el caso de acuerdos políticos internos de
Israel (2 S 3.12–13, 21; 5.3) o entre naciones (1 R 15.19). En estos casos las
revisiones subsiguientes (rvr, rva, nrv) usan «alianza» o «pacto». En Jue 2.2 se
traduce: «Con tal que nosotros no hagais «pacto» con los moradores de esta
tierra», («alianza» rva). El mandamiento también le fue dado a Israel en Éx 23.32;
34.12–16; y en Dt 7.2–6. Otras versiones se valen de diversos términos: «pacto»
(lba, lbp, bla; bpd, sbp), «alianza» (bj), «tratado de paz» (nbe), etc., según el
contexto.

La rvr prefiere el término «pacto» para traducir berit, en particular para denotar
«acuerdos entre hombres», como entre Avraham y Avimelej (Gn 21.32): «Así
hicieron pacto en Beerseba». David y Jonatán hicieron un «pacto» de protección
mutua que comprometía a David y a sus descendientes en perpetuidad (1 S 18.3;
20.8, 16–18, 42). En todos estos casos había acuerdo mutuo que se confirmaba con
un juramento en nombre del Señor. A veces se entregaban prendas materiales
como testimonios del convenio (Gn 21.28–31).

Acab derrotó a los sirios: «Hizo, pues, pacto con él [Ben-adad], y le dejó ir» (1 R
20.34). El rey de Babilonia «tomó también a uno de la descendencia real e hizo
pacto [«un trato» nbe] con él [Sedequías], y le hizo prestar juramento» (Ez 17.13).
En «pactos» como estos, los términos los imponían una potencia militar superior;
no eran acuerdos mutuos.

La monarquía en Israel estaba fundamentada en un «pacto»: «David hizo pacto


[«alianza» rv] con ellos [los ancianos de Israel] en Hebrón, delante de IHVH» (2 S
5.3). Dicho acuerdo se basaba en su reconocimiento de que Dios lo había
nombrado (2 S 5.2), por lo que se hicieron súbditos de David (cf. 2 R 11.4, 17).

1364
P

La gran mayoría de los casos de berit tienen que ver con los «pactos» o «alianzas»
de Dios con hombres, como en el caso de Gn 6.18, ya citado. Son importantes los
verbos que se usan: «Estableceré mi pacto contigo» (Gn 6.18), literalmente,
«mantendré firme» o «confirmaré» mi «alianza». «Y pondré mi pacto entre mí y ti»
(Gn 17.2; «cumpliré» rva; «confirmaré» bla). «Y Él os anunció su pacto» (Dt 4.13).
«Mi pacto que yo les mandé» (Jos 7.11). «Me he acordado de mi pacto. Por tanto…
os librare de su servidumbre» (Éx 6.5–6). Dios no rechazará a Israel por su
desobediencia ni los desechará «hasta consumirlos, invalidando mi pacto con
ellos» (Lv 26.44). «Ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres» (Dt 4.31). El
verbo más común es «cortar» [karat] un pacto, que siempre se traduce como en Gn
15.18: «IHVH hizo un pacto». Este uso parece derivarse de la ceremonia descrita en
Gn 15.9–17 (cf. Jer 34.18), en la que Dios se aparece como «una antorcha de fuego
que pasaba por entre los animales divididos» (Gn 15.17). Todos estos verbos
aclaran que en todos los casos la iniciativa es de Dios; es quien establece y cumple
los pactos.

«Pacto/alianza» es un término paralelo o equivalente a los vocablos hebreos dabar


(«palabra»), joq («estatuto»), piqud («preceptos», Sal 103.18 lba), edáh
(«testimonios» Sal 25.10), toráh («ley» Sal 78.10) y jesed («misericordia» Dt 7.9).
Estos términos enfatizan la autoridad y la gracia de Dios en establecer y cumplir
con el «pacto», a la vez que señalan la responsabilidad humana bajo el «pacto». Las
palabras de la «alianza» se escribieron en un libro (Éx 24.4, 7; Dt 31.24–26) y sobre
tablas de piedra (Éx 34.28).

Los seres humanos «entran en» (Dt 29.12) o se «unen» (Jer 50.5 rva; «juntan» rvr)
al «pacto». Deben «obedecer» (Gn 12.4) y «poner por obra» todos los
mandamientos del «pacto» (Dt 4.6). Pero, encima de todo, la «alianza» es un
llamado a que Israel ame a «IHVH tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y
con todas tus fuerzas» (Dt 6.5). La «alianza» divina es una relación de amor y
lealtad entre el Señor y su pueblo escogido.

«Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis para mí un pueblo


especial entre todos los pueblos… y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y
una nación santa» (Éx 19.5–6 rva). «Cuidaréis de poner por obra todo
mandamiento… para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra
que IHVH prometió con juramento a vuestros padres» (Dt 8.1). En el «pacto» la
respuesta del hombre contribuye a su cumplimiento; no obstante, su acción no es
causativa. La gracia de Dios siempre va delante produciendo la respuesta humana.

De cuando en cuando, Israel «hizo pacto delante de IHVH, de andar en pos de IHVH
y de guardar sus mandamientos… para cumplir las palabras de este pacto escritas
en este libro» (2 R 23.3 rva). Se asemeja a su compromiso original: «¡Haremos todo
lo que IHVH ha dicho!» (Éx 19.8 rva; 24.7). Israel no propuso los términos de una
«alianza» con Dios. Respondió a su «pacto».

La total clemencia y eficacia del carácter del «pacto» de Dios se confirma en la


Septuaginta con la elección de diatheekee para traducir berit. Diatheekee es el
testamento que estipula la distribución de los bienes de un occiso de acuerdo a su
voluntad. Denota una acción totalmente unilateral. Diatheekee se encuentra 33

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veces en los KeTeR (N.T). En su traducción al castellano, las versiones protestantes


prefieren «pacto» y las católicas priorizan el término «alianza».

Padre: Heb. ‫ ָאְּב‬- Av, «padre; abuelo; antepasado; ancestro». Hay cognados de este
vocablo en ugarítico, acádico y fenicio, además de otras lenguas semíticas. Se
constatan unos 1.120 casos en el hebreo de la Biblia y durante todos los períodos.

Fundamentalmente, Av se refiere a la relación familiar que representa el término


«padre». Este es su significado en la primera cita en que aparece el vocablo: «Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una
sola carne» (Gn 2.24). En pasajes poéticos, el vocablo a veces se encuentra
paralelamente con em, «madre»: «A la fosa digo: Tú eres mi padre, y a los gusanos:
Mi madre y mi hermana» (Job 17.14 rva). También se usa av con relación a
«madre» para referirse a padres de familia (Lv 19.3). Sin embargo, a diferencia del
término em, la palabra av jamás se aplica a animales.

Av también quiere decir «abuelo» y/o «bisabuelo», como en Gn 28.13: «Y he aquí,


IHVH estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy IHVH, el Dios de Avraham tu
padre [abuelo], y el Dios de Itzjaq/Isaac». Los progenitores del lado materno se
llamaban «padre de la madre» (Gn 28.2). El nombre puede usarse también para
indicar cualquier antepasado varón: «Y él se fue por el desierto un día de camino, y
vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh IHVH,
quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres» (1 R 19.4). De acuerdo a
este uso, el vocablo puede referirse al primer padre, a un «antepasado» o a una
familia (Jer 35.6), una tribu (Jos 19.47), un grupo con una vocación especial (1 Cr
24.19), una dinastía (1 R 15.3) o a una nación (Jos 24.3). O sea que «padre» no
necesariamente significa el hombre que nos engendró.

Este nombre a veces describe la relación adoptiva, sobre todo cuando se usa con
relación al «fundador de una clase o posición social», como por ejemplo un oficio:
«Y Adá dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas, y crían
ganados» (Gn 4.20).

Av puede ser un título de respeto que por lo general se usa con varones mayores
de edad, como cuando David dijo a Shaúl: «Y mira, padre mío, mira la orilla de tu
manto en mi mano» (1 S 24.11). El término también se usa para maestros: «Elishá/
Eliseo, al verlo, gritó: ¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel, y sus jinetes!» (2 R
2.12). En 2 R 6.21, la palabra se aplica al profeta Eliseo y en Shoftím/Jue 17.10, con
relación a un kohen/sacerdote. El vocablo es también una forma respetuosa de
dirigirse al «marido»: «¿Acaso no me llamas ahora: «Padre mío», o «Tú eres el
amigo de mi juventud»?» (Jer 3.4 rva). En Bereshit/Gn 45.8 el nombre se aplica a
un «consejero»: «Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha
puesto por padre de Faraón, y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda
la tierra de Egipto». En cada caso, el sujeto que se denomina «padre» ocupa una
posición de privilegio y recibe la honra que le corresponde a un «padre».

Junto con bait («casa»), el vocablo av puede significar familia: «Hablad a toda la
congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un

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cordero según las familias de los padres [«casas paternas» rva, lba], un cordero por
familia» (Éx 12.3). Otras veces «familia» se indica con el plural de «padre»: «Y estas
son las cabezas de los padres [«casas paternas» rva, lba] de los levitas por sus
familias [«clanes» rva]» (Éx 6.25 rvr).

Dios es el «padre» de Israel (Dt 32.6). Él los engendró y los protege, el único al que
deben reverenciar y obedecer. En Malají/Mal 2.10 se nos dice que Dios es el
«padre» de todos los pueblos. Es el «protector» o «padre» particular de los que no
tienen padre: «Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su santa
morada» (Sal 68.5 lba). En su calidad de «padre» de un rey, Dios se solidariza en
particular con él y con su reino: «Yo seré para él, padre; y él será para mí, hijo.
Cuando haga mal, yo le corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de
hombre» (2 S 7.14 rva). No todo monarca era hijo de Dios, solo los que Él adoptaba.
En un sentido especial, el rey perfecto fue el Hijo adoptivo de Dios: «Yo publicaré el
decreto; IHVH me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy» (Sal 2.7). La
extensión, el poder y la duración de su reino se garantizan con la soberanía del
Padre (cf. Sal 2.8–9). Por otro lado, uno de los nombres de entronización del Mesías
es «Padre Eterno»: «Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz» (Is 9.6).

Pastorear: Verbo, heb. ‫ רעה‬- ra’áh, «pastar, pacer; pastorear, apacentar». Esta raíz
semítica común se encuentra en acádico, fenicio, ugarítico, arameo y arábigo. En el
Tanaj hay unos 170 casos en todos los períodos del hebreo. (Debe distinguirse este
término de su homónimo ra’áh, «asociarse».)

Ra’áh tiene que ver con la manera en que los animales domésticos se alimentan a
campo abierto bajo el cuidado de un pastor. La primera vez que se usa, Iaaqov/
Jacob dice a los pastores: «He aquí que todavía es temprano; todavía no es tiempo
de reunir todo el rebaño. Dad de beber a las ovejas e id a apacentarlas» (Gn 29.7
rva). Ra’áh puede referirse a toda la actividad de un pastor, como en el caso de
Iosef/José «cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos»
(Gn 37.2 lba). Cuando se usa metafóricamente, el verbo indica la relación de un
líder con su pueblo. En Hebrón, el pueblo dijo a David: «En tiempos pasados,
cuando Shaúl aún reinaba sobre nosotros, tú eras quien sacaba y hacía volver a
Israel. Y IHVH te dijo: Tú pastorearás a mi pueblo Israel, y tú serás el soberano de
Israel» (2 S 5.2 rva). El verbo se usa en sentido figurado con la acepción de
«alimentar» o «animar»: «Los labios del justo apacientan a muchos, pero los
insensatos mueren por falta de entendimiento» (Pr 10.21 rva).

Ra’áh, en su modalidad intransitiva, describe la actividad del ganado cuando se


alimenta en el campo. El faraón soñó que «del Nilo subían siete vacas de hermoso
aspecto y gordas de carne, y pacían entre los juncos» (Gn 41.2 rva). Este mismo uso
se aplica metafóricamente a seres humanos en Is 14.30: «Y los primogénitos de los
pobres serán apacentados, y los menesterosos se acostarán confiados». El término
también puede usarse figurativamente para indicar destrucción: «Aun los hijos de
Menfis y de Tafnes te quebrantaron [lit. «consumieron como un animal doméstico
deja pelado el pasto»] la coronilla» (Jer 2.16).

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‫ רֹ עֵה‬- Ro’éh, «pastor». El nombre se halla unas 62 veces en el Tanaj. Se usa con
referencia a Dios, el Gran Pastor, quien apacienta o alimenta sus ovejas (Sal 23.1–4;
cf. Jn 10.11). Este concepto de Dios el Gran Pastor es muy antiguo; en el Tanaj
Iaaqov/Jacob es el que lo usa por primera vez en Gn 49.24: «Por el nombre del
Pastor, la Roca de Israel».

Cuando se aplica a seres humanos, ro’éh nos remite a los pueblos no israelitas. El
rey es el que encabeza el culto oficial y público y el mediador entre el dios (o
dioses) y el pueblo. Detrás de este uso está la idea de que el rey es el centro de
unidad de una nación, su supremo protector y líder, el que otorga toda bendición
material y administra justicia. Es interesante que ningún rey de Israel se adjudicó
el título de ro’éh (cf. 2 S 5.2). Posteriormente, «pastores» aun se aplica a líderes
que no eran reyes (cf. Is 44.28; Ez 34.2).

Son poco frecuentes otros nombres derivados de ra’áh. Mir’éh, que se encuentra 12
veces quiere decir «pasto o pastizal», el lugar en que los animales «pastan» y el
alimento que comen (Gn 47.4). Mar’it se encuentra 10 veces y se refiere a
«pastizal» (Sal 74.1). Lo mismo quiere decir re’it, que aparece solo una vez (1 R
4.23).

Paz: Heb. ‫ ׁשָ לָּ֑ ֹום‬- shalom, «paz, integridad, bienestar, salud». Esta es una raíz
semítica muy común cuyo significado es «paz» en acádico, ugarítico, fenicio,
arameo, siríaco, arábigo y etiópico.

Shalom es un término muy importante en el Tanaj que se ha conservado en hebreo


mishnáico, rabínico y moderno. Hoy en Israel la gente saluda a un visitante con las
palabras máh sh’lomja (¿cuál es su paz, cómo está?) y le preguntan acerca de la
«paz» («bienestar») de su familia.

El uso de shalom es frecuente (237 veces) y su gama semántica variada. Desde las
dos primeras ocasiones en que se usa el término en Bereshit/Gén, se puede
constatar este hecho: «Pero tú irás a tus padres en paz [shalom en el sentido de
«tranquilo», «a gusto», «despreocupado»] y serás sepultado en buena vejez» (Gn
15.15 rva). O bien, «de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y
como solo te hemos hecho bien y te despedimos en paz [shalom con el significado
de «incólume», «ileso»]» (Gn 26.29 rva). No obstante, ambos usos son en esencia
los mismos, puesto que expresan el significado raíz de «integridad», «bienestar».
Ish shelomé («hombre de mi paz») indica un estado de ánimo que le permite a uno
sentirse a sus anchas, cómodo, con otra persona: «Aun mi amigo íntimo [«hombre
de mi paz» rvr, nrv], en quien yo confiaba y quien comía de mi pan, ha levantado
contra mí el talón» (Sal 41.9 rva, lba; cf. Jer 20.10). Es una relación de armonía y
bienestar, todo lo contrario a un estado de conflicto o guerra: «Yo amo la paz, pero
si hablo de paz, ellos hablan de guerra» (Sal 120.7 nvi). Shalom es una condición
del alma y de la mente que incentiva el desarrollo de facultades y capacidades. Este
estado de bienestar se experimenta tanto en el interior como en el exterior del ser.
En hebreo, esta condición se expresa con la frase beshaloÆm («en paz»): «En paz
[beshalom] me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, IHVH, me haces vivir
confiado» (Sal 4.8).

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En estrecha relación con lo anterior se encuentra el significado de «bienestar»,


sobre todo el «bienestar» o la «salud» personal. Esta acepción se puede encontrar
en la pregunta de Joab a Amasa: «¿Te va bien, hermano mío? Y tomó con la mano
derecha la barba de Amasa para besarlo» (2 S 20.9 rva). O en la frase preposicional
leshalom junto con el verbo preguntar: «Entonces les preguntó José cómo estaban,
y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que me dijisteis, lo pasa bien? ¿vive todavía?» (Gn
43.27).

Shalom también quiere decir «paz» en el sentido de una relación próspera entre
dos o más personas. En esta acepción, shalom no pasa de ser palabrería: «Saeta
mortífera es su lengua, engaño habla; con su boca habla cada uno de paz a su
prójimo, pero dentro de sí le tiende emboscada» (Jer 9.8 lba); diplomacia: «Sísara
huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había paz entre
Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo» (Jue 4.17 rva); o estrategia
bélica: «Si te responde con paz y te abre sus puertas, toda la gente que se halla en
ella te rendirá tributo laboral, y ellos te servirán» (Dt 20.11 rva).

Ieshaiá/Isaías profetizó acerca del «Príncipe de paz/Sar shalom» (Is 9.6), cuyo
reino introduciría un gobierno de «paz» (Is 9.7). Iejezqel/Ezequiel habló en cuanto
al nuevo pacto de «paz»: «Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con
ellos. Los multiplicaré y pondré mi miqdash/santuario dentro ellos para siempre»
(Ez 37.26). El salmo 122 es uno de los grandes salmos de celebración y oración por
la «paz de Jerusalem»:«Pedid por la paz de Jerusalem» (Sal 122.6). En las
bendiciones israelitas se comunicaba la paz de Dios a su pueblo: «¡Sea la paz sobre
Israel!» (Sal 125.5 rva).

En la Septuaginta se encuentran las siguientes traducciones: eirene («paz;


bienestar; salud»), eirenikos («apacible; pacífico»); soteria («liberación;
preservación; salvación») y hugiainein («estar en buena salud; sano»).

Otro nombre hebreo relacionado es shelem, que se encuentra 87 veces y que


significa «ofrenda de paz»: «Y envió jóvenes de los hijos de Israel, que ofrecieron
holocaustos y sacrificaron novillos como ofrendas [«sacrificios» rvr] de paz al
Señor» (Éx 24.5 lba).

Verbo: Heb. ‫ׁשְּלֵם‬


ָ - shalem, «estar completo, sano». El verbo, que aparece 103
veces, significa «estar completo» en 1 R 9.25 (lba): «Después que terminó la casa».

Otro verbo, shalam, quiere decir «hacer las paces»: «Cuando los caminos del
hombre son agradables a IHVH, aun a sus enemigos hace estar en paz con él» (Pr
16.7).

Adjetivo: Heb. ‫ׁשְּלֵם‬


ָ - shalem, «completo; perfecto». Este vocablo se encuentra en
Bereshit/Gn 15.16 con el significado de «no del todo completo»: «En la cuarta
generación volverán acá, pues hasta ahora no ha llegado al colmo [«aun no está
cumplida» rv] la maldad de los amorreos» (rva). En Dt 25.15 el vocablo significa
«perfecto».

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Pecado: Heb. ‫ ָ ֖אוֶן‬- aven, «iniquidad; vanidad; dolor». Este término tiene dos
cognados arábigos, aná («estar fatigado, cansado») y ainun («debilidad; dolor;
pena»); además, está emparentado con el vocablo hebraico aín («nada»). La
relación entre estos cognados, según algunos estudiosos, sugeriría que aven
significa la ausencia de todo lo que tiene verdadero valor. Por tanto, denotaría «sin
valor moral alguno», lo cual es el caso donde hay maldad, designios malvados y
maledicencia.

Otros eruditos aseveran que el término indica una «carga o dificultad penosa», es
decir, que el pecado es un peso arduo y agotador de «penas y dolores», que el
culpable acarrea sobre sí mismo o sobre otros. Esta acepción se encuentra en Sal
90.10: «Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son
ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, pronto pasan, y
volamos». Un significado similar aparece en Pr 22.8: «El que siembra maldad
cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira» (nvi).

Aven puede servir de término general para denotar crimen u ofensa, como en Mijá
/Miq 2.1 (rva): «¡Ay de los que en sus camas planean iniquidad … !» (cf. Is 1.13). En
algunos pasajes, el vocablo se refiere a falsedad o engaño: «Las palabras de su boca
son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien» (Sal 36.3).
«Porque las imágenes han hablado vanidad» (Zac 10.2 rv; «iniquidad» lba). En Is
41.29 (rva) se dice que los ídolos engañan a sus seguidores: «He aquí que todos
son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de
fundición».

‫ אָ ָ ָֽׁשם‬- asham, «pecado; culpa; ofrenda por el pecado; transgresión; ofrenda por
una transgresión». Se encuentran cognados en arábigo: itmun («pecado; ofensa;
delito; crimen»), atimá («pecar, errar, resbalar») y atimun («pecaminoso; criminal;
malvado; perverso»). Sin embargo, los términos arábigos no incluyen la idea de
restitución. En los textos ugaríticos de Ras Shamra, el vocablo ‫ אטם‬se encuentra en
varios pasajes. Aunque no se puede constatar, los estudiosos creen que este
término ugarítico podría significar «ofensa» u «ofrenda por el pecado».

Asham implica la condición de «culpa» debido a una ofensa, como en Gn 26.10:


«Avimelej le dijo… Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu
mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad». La palabra puede referirse a
la propia ofensa que acarrea culpa: «Porque no ha sido abandonado… aunque su
tierra está llena de culpa delante del Santo de Israel» (Jer 51.5 lba). Una acepción
semejante del término se encuentra en Sal 68.21: «Ciertamente Dios herirá la
cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que anda en sus pecados» (rvr;
«delitos» lba; «crímenes» bj; «maldad» bla).

En la mayoría de los casos, asham se refieren a la compensación que se paga para


satisfacer al damnificado o bien a la «ofrenda por culpa u ofensa» que el culpable
arrepentido presentaba después de pagar una compensación equivalente a las seis
quintas partes del daño ocasionado (Nm 5.7–8). Esta «ofrenda por culpa» consistía
del sacrificio de la sangre de un carnero: «Él traerá al sacerdote como sacrificio por
la culpa un carnero del rebaño, sin defecto, evaluado según tú lo estimes. El

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sacerdote hará expiación por él, por su pecado cometido por inadvertencia, y le
será perdonado» (Lv 5.18 rva; cf. Lv 7.5, 7; 14.12–13). La declaración teológica más
significativa que contiene el vocablo <asham está en Is 53.10, que dice que el siervo
de IHVH se declaró asham en favor de una humanidad pecaminosa. Esto sugiere
que su muerte brindó una compensación de 120% por la ley quebrantada de Dios.

‫ עמל‬- amal, «mal; pena; infortunio; daño; queja; maldad; trabajo». Este nombre
está relacionado con el verbo hebreo amal («trabajar»). El cognado arábigo amilá
significa «cansarse de arduo trabajo». El vocablo arameo amal quiere decir
«hacer», pero sin que esto necesariamente involucre ardua labor. El uso fenicio y
cananeo del término se aproxima más al arábigo; el libro de Kohelet/Eclesiastés
(que demuestra una considerable influencia fenicia) es un claro ejemplo de este
uso: «Asimismo, aborrecí todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del
sol» (Ec 2.18 rva). «Y también, que es un don de Dios que todo hombre coma y
beba y goce del fruto de todo su duro trabajo» (Ec 3.13 rva). Un ejemplo
relacionado aparece en Sal 107.12 (rva): «Por eso sometió sus corazones con dura
labor; cayeron, y no hubo quien les ayudase».

En general, amal se refiere a los problemas y sufrimientos que el pecado causa al


pecador o bien a los problemas que esto provoca para otros. En Jer 20.18 se
describe el dolor que recae sobre el pecador: «¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver
trabajo [amal] y dolor [iagón], y que mis días se gastasen en afrenta? Otro caso se
encuentra en Dt 26.7: «Y clamamos a IHVH el Dios de nuestros padres; y IHVH oyó
nuestra voz, y vio nuestra aflicción [oné], nuestro trabajo [amal] y nuestra
opresión [lahas]».

Iov/Job 4.8 (rva) ilustra el significado de problema como malicia contra otros:
«Como he visto, los que aran iniquidad [aven] y siembran sufrimiento [amal]
cosechan lo mismo». El vocablo se encuentra en Sal 140.9 (rva): «En cuanto a los
que me rodean, la maldad de sus propios labios cubrirá sus cabezas». En Hab 1.3
(rva) también se hace referencia a las aflicciones que infligimos a otros: «¿Por qué
me muestras la iniquidad [aven] y me haces ver la aflicción [amal]? He aquí que
surgen pleitos y contiendas; la destrucción y la violencia están delante de mí».

‫ ְּעָֹון‬- avon, «iniquidad». Este vocablo derivado de la raíz aváh, significa «doblado,
doblegado, torcido, pervertido» o bien «torcer y perverso». El cognado arábigo avá
quiere decir «torcer, doblegarse»; algunos estudiosos consideran que el verdadero
cognado es el término arábigo ghara («desviarse del camino»), pero hay menos
justificación para esta interpretación. Avon presenta el pecado como perversión de
la vida («torcerla fuera del camino correcto»), una perversión de la verdad («torcer
hacia el error»),o una perversion de la voluntad («doblar la rectitud a una
desobediencia deliberada»). El vocablo «iniquidad» es la mejor palabra equivalente,
a pesar de que el significado real de la raíz latina iniquitas es «injusticia; falta de
equidad; hostilidad; contrariedad».

Avon aparece a menudo en el Tanaj en paralelismo con otros vocablos que


expresan pecado, tales como jatat («pecado») y peshá («transgresión»). Algunos
ejemplos se encuentran en 1 S 20.1: «David… acudió a Iehonatán/Jonatán y le dijo:
¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad [avon], o cuál es mi pecado [jatat] contra tu

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padre, para que él trate de quitarme la vida?» (cf. Is 43.24; Jer 5.25). Véase también
Job 14.17: «Mi reveldia [pesha] tienes sellada en una bolsa y recubres mi iniquidad
[avon]» (cf. Sal 107.17; Is 50.1).

El malhechor penitente reconoce su «iniquidad» en Ieshaiá / Is 59.12 (rva):


«Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestro
pecado ha testificado contra nosotros. Porque con nosotros permanecen nuestras
transgresiones; reconocemos nuestras iniquidades» (cf.1 S 3.13). La «iniquidad»
debe confesarse: «Aharón pondrá sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío
vivo y confesará sobre él todas las iniquidades, las rebeliones y los pecados de los
hijos de Israel» (Lv 16.21 rva). «Los del linaje de Israel… confesaban sus pecados y
la iniquidad de sus padres» (Neh 9.2 rva; cf. Sal 38.18).

La gracia de Dios puede quitar o perdonar la «iniquidad»: «Y a él le dijo: Mira, he


quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala» (Zac 3.4 rva; cf. 2 S 24.10).
La propiciación divina puede cubrir nuestra «iniquidad»: «Con misericordia y
verdad se expía la falta, y con el temor de IHVH uno se aparta del mal» (Pr 16.6; cf.
Sal 78.38).

Avon puede indicar la «culpa de la iniquidad», como en Ez 36.31: «Y os acordaréis


de vuestros malos caminos… y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras
iniquidades, y por vuestras abominaciones» (cf. Ez 9.9). El vocablo puede también
indicar el «castigo por la iniquidad»: «Entonces Shaúl le juró por IHVH, diciendo:
Vive IHVH, que ningún mal te vendrá por esto» (1 S 28.10). En Éx 28.38, avon sirve
de complemento a nashá («cargar, llevar, perdonar»), y señala cargar el castigo por
la «iniquidad» de otros. En Ieshaiá/Is 53.11 leemos que el siervo de IHVH carga
con las consecuencias de las «iniquidades» de una humanidad pecaminosa,
incluyendo Israel.

‫ָר ָ ָּׁ֑שע‬
- rashá, «malvado; criminal; culpable». Algunos estudiosos relacionan este
vocablo y el término arábigo rash’a («estar flojo, suelto o dislocado»), si bien ese
término es escaso en arábigo literario. El cognado arameo reshá significa «ser
malvado» y el siríaco apel («hacer maldad»).

En general rashá expresa cierta turbulencia y agitación (desasosiego; cf. Is 57.21) o


algo que está dislocado o mal organizado. Por eso, Robert B. Gilderstone sugiere
que el vocablo tiene que ver con la agitación y confusión en la que los malvados
viven y al desasosiego constante que causan en otros.

En algunos casos, rashá tiene el sentido de «ser culpable de un crimen»: «No


suscitarás rumores falsos, ni te pondrás de acuerdo con el impío para ser testigo
perverso» (Éx 23.1 rva); «Quita de la presencia del rey al malvado, y el rey
afirmará su trono en la justicia» (Pr 25.5 nvi). «El testigo perverso se burla del
juicio, y la boca de los impíos expresa iniquidad» (Pr 19.28 rva; cf. 20.26). Indultar
al «malvado» se considera un crimen abominable: «Absolver al culpable y
condenar al inocente son dos cosas que el Señor aborrece» (Pr 17.15 NBI; cf. Éx
23.7).

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El rashá es culpable de hostilidad hacia Dios y su pueblo: «¡Vamos, IHVH,


enfréntate a ellos! ¡Derrótalos! ¡Con tu espada rescátame de los malvados!» (Sal
17.13 nvi); «Acábese ya la maldad de los impíos, y establece al justo» (Sal 7.9 rva).
El vocablo se refiere al pueblo de Babilonia en Is 13.11 y a los caldeos en Hab 1.13.

‫ חטאת‬- jatat, «pecado; pecado-culpa; pecado-purificación; ofrenda por el pecado».


El nombre jatta<taparece unas 293 veces y durante todos los períodos de la
literatura del Tanaj.

El matiz bíblico de este vocablo es «pecado»: errar en el camino o no dar en el


blanco (155 veces). Jatat puede indicar una ofensa en contra del prójimo:
«Entonces Iaaqov/Jacob se enojó, y riñó con Laván; y respondió Iaaqov y dijo a
Laván: ¿Qué transgresión [peshá] es la mía? ¿Cuál es mi pecado [jatat], para que
con tanto ardor hayas venido en mi persecución?» (Gn 31.36). Un pasaje como este
comprueba que jatat no es simplemente otro término general para «pecado»;
puesto que Iaaqov/Jacob usó dos palabras diferentes es probable que quisiera
resaltar dos matices distintos. Además, un estudio a fondo de términos muestra
que jatat tiene diferencias fundamentales con otras palabras que se traducen
«pecado».

En gran parte, el vocablo se refiere a pecado contra Dios (Lv 4.14). Los seres
humanos deben volverse del «pecado», que es un camino, un estilo de vida o una
acción que se aparta de aquello que Dios ha fijado (1 R 8.35). Por tanto, deben
apartarse del «pecado» (2 R 10.31), preocuparse por ello (Sal 38.18) y confesarlo
(Nm 5.7). El nombre se encuentra por primera vez en Gn 4.7, donde Caín recibe la
advertencia de que el «pecado está a la puerta». Quizás esta cita dé paso a un
segundo matiz del término, el «pecado» en general. Sin lugar a dudas, este énfasis
se halla en Sal 25.7 (rva), donde el nombre se refiere al pecado rebelde (que por lo
general se indica con pasha): «No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de
mis rebeliones».

En algunos pasajes el término expresa la culpa o condición de pecado: «Por cuanto


el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta mas y mas, y el pecado de ellos se
ha agravado en extremo» (Gn 18.20).

En dos pasajes, el vocablo también quiere decir «purificación del pecado»: «Así
harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación»
(Nm 8.7 rva; cf. 19.9).

Jatat significa «ofrenda por el pecado» 135 veces. La Torá/instrucción de la


«ofrenda por el pecado» está registrada en Lv 4–5.13; 6.24–30. Esta era una
ofrenda por algún pecado específico que se cometía por ignorancia, sin querer
hacerlo y tal vez sin darse cuenta de ello (Lv 4.2; 5.15).

El nombre Jet, también derivado del verbo jatat, se encuentra 33 veces en hebreo
bíblico. El vocablo significa «pecado» en el sentido de no alcanzar el blanco o
desviarse del camino. Esto puede consistir de algún pecado contra el prójimo (Gn
41.9: primer caso del término) o en contra de Dios (Dt 9.18). Segundo, indica la
«culpa» que acompaña un acto como este (Nm 27.3). El salmista confesó que su

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madre se encontraba en una condición de pecado y culpa cuando lo concibieron


(Sal 51.5; cf. Ro 5.12). Por último, varios pasajes usan este vocablo para comunicar
la idea del «castigo por el pecado» (Lv 20.20).

Además de nombre, jatat, a partir de su raíz, se usa también como adjetivo


(enfático) 119 veces. Se habla de los seres humanos como «pecadores» (1 S 15.18)
que están sujetos al castigo por su ofensa (1 R 1.21). La primera vez que el término
se usa como adjetivo es en Gn 13.13 (rva): «Los hombres de Sedom/Sodoma eran
malos y muy pecadores contra IHVH».

Adjetivo: Heb. ‫ׁשע‬ ָּ֑ ָ ‫ ָר‬- rashá, «malvado; culpable». En el ejemplo típico que
encontramos en Dt 25.2, el adjetivo se refiere a una persona que es «culpable de un
crimen»: «Sucederá que si el delincuente [culpable lba] merece ser azotado, el juez
lo hará… azotar en su presencia» (rva, cf. rvr). Una alusión semejante se halla en
Jer 5.26 (rva): «Porque en mi pueblo se encuentran impíos que vigilan como quien
ha puesto una trampa. Ponen objetos de destrucción y atrapan hombres». En 2 S
4.11 (lba), rasha se refiere específicamente a asesinos: «¿Cuánto más, cuando
hombres malvados han matado a un hombre justo en su propia casa y sobre su
cama?». La expresión «culpable de muerte» (rasha lamut) aparece en Nm 35.31
para indicar un asesino. Faraón reconoce que él y su gente son «impíos», culpables
de hostilidad hacia Dios y su pueblo (Éx 9.27).

‫ רע‬- ra, «malo; maligno; malvado; terrible». Los estudiosos no están de acuerdo en
cuanto a la raíz de este término. Algunos creen que el término acádico raggu
(«perverso; malo») puede ser el cognado. Otros derivan el vocablo de la palabra
hebrea ra’a («quebrar, destrozar, aplastar»), que es un cognado del hebreo ratzatz
(«quebrar, destrozar»); a su vez ratzatz se relaciona con el arábigo radá («aplastar,
magullar»). Si esta derivación fuera exacta, implicaría que la acepción de ra es
pecado en cuanto a sus daños destructivos; pero la significación no es apropiada en
algunos de los contextos en que se halla.

Ra se refiere a lo que es «malo» o «maligno» en una amplia variedad de


aplicaciones. La mayoría de los casos del término significan algo que es
moralmente malo o dañino, a menudo con referencia a seres humanos: «Entonces
intervinieron todos los malos y perversos que había entre los hombres que habían
ido con David» (1 S 30.22 rva). Y Ester dijo: «El enemigo y adversario es este
malvado Amán» (Est 7.6). «Allí claman, pero él no responde, a causa de la soberbia
de los malos» (Job 35.12 rva; cf. Sal 10.15). Ra también sirve para denotar palabras
(Pr 15.26), pensamientos (Gn 6.5) o acciones perversas (Dt 17.5; Neh 13.17).
Iejezqel/Ezequiel en 6.11 (rva) predice consecuencias nefastas para Israel como
resultado de sus acciones: «Así ha dicho el Señor IHVH: Golpea con tu mano y
pisotea con tu pie, y di: ¡Ay de todas las terribles abominaciones de la casa de
Israel! Porque con espada, hambre y peste caerán».

Ra puede significar «malo» o desagradable en el sentido de causar dolor o


infelicidad: «Y Iaaqov/Jacob respondió a Faraón… pocos y malos han sido los días
de los años de mi vida» (Gn 47.9). «Al oír el pueblo esta mala noticia, ellos hicieron
duelo» (Éx 33.4 rva; cf. Gn 37.2). «La disciplina le parece mal al que abandona el
camino, y el que aborrece la reprensión morirá» (Pr 15.10 rva).

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Ra puede también indicar ferocidad o fiereza: «Envió sobre ellos el furor de su ira,
enojo, indignación y angustia, como delegación de mensajeros destructores [ra]»
(Sal 78.49 rva). «Alguna mala fiera lo devoró» (Gn 37.20 rva; cf. Gn 37.33; Lv 26.6).

En casos menos frecuentes, ra sugiere severidad: «Porque así dice el Señor Dios:
¡Cuánto más cuando yo envíe mis cuatro terribles juicios contra Jerusalén!» (Ez
14.21 lba, cf. Dt 6.22); molestia: «Y el Señor apartará de ti toda enfermedad; y no
pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto» (Dt 7.15 lba; cf.
Dt 28.59); muerte: «Cuando yo arroje contra vosotros las flechas malignas del
hambre, que son para destrucción» (Ez 5.16 rva; cf. «maligna espada», Sal 144.10);
o tristeza: «El rey me preguntó: ¿Por qué está triste tu rostro?» (Neh 2.2 rva).

El vocablo se usa también para denotar calidad pobre o inferior, como por ejemplo
una «mala» tierra (Nm 13.19), «higos muy malos» (Jer 24.2), vacas «de mal
aspecto» (Gn 41.3, 19) o un animal sacrificial inaceptable (Lv 27.10, 12, 14).

En Is 45.7 (rva), IHVH describe sus acciones diciendo: «Yo soy… quien hace la paz y
crea la adversidad [ra]». En este contexto, el vocablo no se refiere al «mal» en
sentido ético; se entiende más bien lo contrario de shalom («paz; salud;
bienestar»). Encontramos en todo el versículo la afirmación de que un Dios
soberano absoluto, el Señor, crea un universo bajo el gobierno de un orden moral.
La calamidad y el infortunio provienen sin lugar a duda de la maldad de personas
sin Dios.

Verbo: Heb. ‫ עבר‬- abar, «transgredir, quebrantar, cruzar, sobrepasar». Abar a


menudo entraña el sentido de «transgredir» o «infringir» un pacto (acuerdo o
mandamiento), o sea, que el infractor «sobrepasa» los límites establecidos por la
Ley de Dios y cae en transgresión y culpa. Esta acepción se encuentra en Nm 14.41
(rva): «Pero Moshé/Moisés dijo: ¿Por qué traspasáis el mandato de IHVH? Esto no
os saldrá bien». Otro ejemplo está en Jue 2.20 (rva): «Entonces el furor de IHVH se
encendió contra Israel, y dijo: Puesto que este pueblo ha quebrantado mi pacto que
yo establecí con sus padres, y no ha obedecido mi voz» (cf. 1 S 15.24; Os 8.1).

Más a menudo, abar ilustra la acción de «cruzar» o «sobrepasar». (El término latino
transgredidor, del que se deriva el término transgredir en castellano, tiene el
significado similar de «ir más allá» o «cruzar».) El vocablo tiene que ver con cruzar
un arroyo o límite («pasar», Nm 21.22), invadir un país («cruzar», Jue 11.32 lba),
cruzar una frontera para atacar a un ejército enemigo («atravesar», 1 S 14.4 bla),
pasar encima («sobrepasar», Is 51.23, cf. lvp), desbordar las riberas de un río o de
alguna otra barrera natural («inundar», Is 23.10 lba), pasar una navaja sobre la
cabeza («cortar», Nm 6.5 nbe) y el pasar del tiempo («sobrevenir», 1 Cr 29.30 bj).

‫ַטְּא‬
ָ ‫ ח‬- jatá, «errar, pecar, ser culpable, perder un derecho, purificar». Hay 238 casos
de este verbo en todas las secciones del Tanaj. Se halla también en asirio, arameo,
etiópico, sabeo y arábigo.

Jueces 20.16 (rva) ilustra el significado básico del verbo: había 700 soldados
benjamitas zurdos, «todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello,
y no fallaban». Este significado se amplía en Pr 19.2: «Mucho yerra [«comete

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errores», cf. lvp; «peca» rvr, rva, nrv; «se extravía» bj, lba; «tropieza» nbe] quien
mucho corre» (nvi). En Gn 31.39 (rva) encontramos la forma intensiva: «Jamás te
traje los restos del animal despedazado; yo pagaba el daño».
De este significado básico surge el uso principal de jatá en el Tanaj: fracaso moral
hacia Dios y a los seres humanos e incluso algunas de sus consecuencias.
Encontramos el primer caso del verbo en Bereshit/Gn 20.6, la palabra de Dios a
Avimelej después que tomó a Sará: «No hay otro superior a mí en esta casa; y
ninguna cosa se ha reservado, sino a ti, porque eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría
yo esta gran maldad y pecaría contra Elohim?» (cf Gn 39.9).

Encontramos una definición del pecado contra Dios en Jos 7.11: «Israel ha pecado y
también ha transgredido mi pacto que les ordené» (lba). Véase también Lv 4.27:
«Si alguno del pueblo de la tierra peca por inadvertencia, transgrediendo alguno de
los mandamientos de IHVH respecto a cosas que no se deben hacer, es culpable»
(rva). El mismo verbo puede referirse a los resultados de hacer el mal, como en Gn
43.9: «Seré ante ti el culpable para siempre». Después de prohibir las prácticas
adúlteras, Dt 24.1–4 concluye: «Es abominación delante de IHVH, y no has de
pervertir la tierra» (rvr); dice lba: «No traerás pecado sobre la tierra». En forma
parecida se dice de los que pervierten la justicia «que hacen que una persona sea
acusada por una palabra» (Is 29.21 lba). Esto nos lleva al significado en Lv 9.15
(rva): «Tomó el macho cabrío… lo degolló y lo ofreció por el pecado». El efecto que
causan las ofrendas por el pecado se describe en Sal 51.7: «Purifícame con hisopo,
y seré limpio» (cf. Nm 19.1–13). Otro efecto se halla en la palabra del profeta para
una Babilonia malvada: «Has pecado contra tu vida» (Hab 2.10 rvr; «corrompido»
rva; «malogrado» nbe; «contra ti mismo pecas» bj; «te has echado encima el mal»
bla).

El término se aplica a actos cometidos en prejuicio de personas, como en Gn 42.22


(rva): «¿No os hablé yo, diciendo: No pequéis contra el muchacho… ?»; y en 1 S
19.4: «No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido ningún
pecado contra ti» («daño» bla; «ofender» nbe; «cometer mal» lvp).

La Septuaginta traduce este grupo de términos con hamartanoo y nombres


derivados 540 veces.

Perdonar: Heb. ‫ סלה‬- salaj, «perdonar». el verbo se encuentra 46 veces en el


Tanaj. El significado «perdonar» se limita al hebreo bíblico y rabínico; en acádico,
el vocablo quiere decir «rociar», y en arameo y siríaco significa «verter». No hay
consenso sobre lo que salaj significa en ugarítico, es discutible.

El primer caso bíblico se encuentra en la oración intercesora de Moshé/Moisés a


favor de los israelitas: «Porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra
iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad» (Éx 34.9). Este significado
básico no experimenta ningún cambio fundamental en todo el Tanaj. Dios es
siempre el sujeto del «perdón». Ningún otro término veterotestamentario significa
«perdonar», aunque varios verbos incluyen «perdón» entre una gama de
significados en contextos particulares (p. ej., nasá y avon en Éx 32.32; kapar en
Iejezqel/Ez 16.63).

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El verbo aparece a lo largo del Tanaj. La mayoría de los casos de salaj se


encuentran en las leyes de sacrificio en Levítico y Números, sacrificios; en la
antigua alianza la persona tenía la seguridad de ser perdonado sobre la base del
sacrificio: «El kohen/sacerdote hará expiación por toda la congregación de los
hijos de Israel… por la persona que ha cometido error» (Nm 15.25, 28 lba). «Y será
perdonado» (Lv 4.26 rva; cf. vv. 20, 31, 35; 5.10, 13, 16, 18). Los mediadores de la
propiciación eran los kohaním/sacerdotes que ofrecían el sacrificio. Dios ordenó el
sacrificio como promesa del «perdón» futuro mediante el sacrificio del propio Hijo
de Dios. Asimismo, el sacrificio estaba siempre ligado a la propiciación ya que no
puede haber perdón sin derramamiento de sangre (Lv 4.20; cf. Heb 9.22).

Por su gracia, solo Dios puede «perdonar» pecados. Los israelitas experimentaron
el «perdón» de Dios en el desierto y en la tierra prometida. Mientras el templo se
mantuviera, el sacrificio propiciatorio continuaría y los israelitas tendrían la
seguridad del «perdón» divino. Cuando destruyeron el templo y cesaron los
sacrificios, Dios envió la palabra profética de que en su gracia Él restauraría a
Israel del cautiverio y «perdonaría» sus pecados (Jer 31.34).

El salmista apela al gran nombre de Dios cuando pide «perdón»: «Por amor de tu
nombre, oh IHVH, perdona también mi iniquidad, porque es grande» (Sal 25.11
rva). David alaba a Dios por la seguridad del «perdón» de sus pecados: «Bendice,
alma mía, a IHVH, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona
todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias» (Sal 103.2–3). Los santos de
la primera alianza, aunque involucrados en ritos sacrificiales, pusieron su
confianza en Dios.

En la Septuaginta, la traducción más frecuente de salaj es hileos einai («ser


clemente, misericordioso»), hilaskethai («propiciar, expiar») y apienai («perdonar,
dejar, cancelar»). La mayoría de las versiones en castellano traducen el término
como «perdonar».

Perfecto: Adjetivo, Heb. ‫ְּמים‬ ִ ‫ ָת‬- tamím, «perfecto; sin mácula; sincero; entero;
total; completo; cabal; lleno». Los 91 casos del vocablo están esparcidos en toda la
literatura bíblica; 51 de estos se encuentran en pasajes que tienen que ver con
ofrendas cúlticas.

Tamím quiere decir «completo», o sea, el estado de estar entero o de ser total: «Y
del sacrificio de las ofrendas de paz, traerá una ofrenda encendida a IHVH: el sebo,
la cola entera, que cortará cerca del espinazo» (Lv 3.9 lba). El sol se detuvo por «un
día entero» cuando Iehoshúa/Josué peleaba con los gabaonitas (Jos 10.13). En Lv
23.15 Dios ordena siete shabatot «completos» después de la fiesta de las primicias
más cincuenta días, entonces se ofrecería la ofrenda de las primicias del grano.
Cuando se vendía una casa ubicada dentro de una ciudad amurallada, la misma
podía ser rescatada en el plazo de un año «completo», o de otra manera, esta
pasaría a pertenecer en perpetuidad al nuevo dueño y a sus descendientes (Lv
25.30).

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El término puede significar «intacto» o «íntegro», no cortada en pedazos: «He aquí


que cuando [la madera] estaba íntegra [«intacta» lba; «entera» rvr] no servía para
hacer ningún objeto» (Ez 15.5 rva).

Tamím puede significar incontestable o libre de objeciones. En Devarím/Dt 32.4 el


vocablo califica la obra de Dios: «Él es la Roca, cuya obra es perfecta». El pueblo de
Dios debe rehuir las prácticas idolátricas de los cananeos: «Perfecto serás delante
de IHVH tu Dios» (Dt 18.13). Como calificativo de seres humanos, el término se
refiere a quienes cumplen con todos los requisitos de la Torá/Instrucción de Dios
(cf. Sal 18.23). El mismo vocablo califica (51 veces) a la víctima de un sacrificio
ofrecido a Dios. Indica que el sacrificio sería «sin defecto» (Lv 22.18–21), dentro de
los términos en que Dios define «defecto»: «Para que os sea aceptado será un
macho sin defecto, ya sea toro, cordero o cabrito» (Lv 22.19 rva).

En varios contextos la palabra tiene un antecedente más amplio. Sirve para


describir actividades humanas externas y estados de ánimo internos que Dios no
condena; «Noaj/Noé, varón justo, era perfecto [«cabal» rva] en sus generaciones;
con Dios caminó Noaj/Noé» (Gn 6.9 rvr). Aquí el vocablo indica la totalidad de una
relación con Dios. En Jue 9.16, refiriéndose tamím a una relación entre seres
humanos, evidentemente se está hablando de algo más que una simple actividad
externa: «Ahora pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey
a Avimelej».

Otro adjetivo, tam, se encuentra 15 veces. Tiene un cognado en ugarítico y significa


«completo o perfecto» (Cnt 5.2), «sano o saludable» (Gn 25.27) y «completo,
inocente, íntegro» (Job 1.8).

Nombre: Heb. ֹ‫ תם‬- tom, «totalidad». Este nombre, que tiene 25 casos, significa
«totalidad» con los siguientes matices: llenura (Job 21.23), inocencia o simplicidad
(2 S 15.11), integridad (Gn 20.5).

Verbo: ‫ ָתְּמם‬- tamam, «estar completo, terminado, sin mácula; ser consumado». El
verbo, que se encuentra 64 veces, tiene cognados en arameo, siríaco y arábigo. El
término significa «estar terminado o completo» en Gn 47.18 (rva): «Cuando se
acabó aquel año, fueron a él».

Postrero, último: Adjetivo, heb. ‫ אח ֲֶ֔רֹון‬- ajaron, «último; occidental; tardío;


postrero; futuro». Este vocablo aparece unas 51 veces en hebreo bíblico.

Ajaron tiene, en primer lugar, un significado local y espacial. Básicamente significa


«detrás»: «Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Leá y a sus hijos, y al
final a Rajel y a Iosef (Gn 33.2 rva: primera mención). En los demás casos con esta
acepción, el término significa «occidental»: «Todo lugar que pise la planta de
vuestro pie será vuestro. Vuestro territorio será desde el desierto hasta el Líbano, y
desde el río, el río Éufrates, hasta el mar occidental» (Dt 11.24 rva).

Cuando se usa con sentido temporal, ajaron tiene varios matices. Primero, quiere
decir «último» en contraposición a la primera de dos cosas: «Y sucederá que si no

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te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal» (Éx 4.8


rva). Segundo, puede referirse al «último» en una serie de cosas o personas:
«Vosotros sois mis hermanos, hueso mío y carne mía; ¿por qué, pues, seréis los
últimos en hacer volver al rey?» (2 S 19.12 rva). El vocablo también indica «más
tarde» y/o «después»: «Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la
primera sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo» (Dt 13.9 rva).
Por último, el énfasis puede recaer en la finalidad o las características concluyentes
de algún objeto o persona: «Estas son las últimas palabras de David» (2 S 23.1 rva).

ajaron indica «futuro» o algo que vendrá: «La generación venidera, vuestros hijos
que se levanten después de vosotros y el extranjero que venga de tierra lejana,
cuando vean las plagas de la tierra» (Dt 29.22 rva).

La combinación «primero» y «último» es una expresión idiomática que indica


plenitud: «Los demás hechos de Shelomó/Salomón, los primeros y los últimos, ¿no
están escritos en las palabras del profeta Natán, en la profecía de Ajías de Silo y en
las visiones del vidente Ido acerca de Jeroboam hijo de Nabat?» (2 Cr 9.29 rva). La
frase expresa además la suficiencia de IHVH cuando dice que Él encierra dentro de
su persona lo «primero» y lo «postrero»: «Así dice IHVH Rey de Israel, y su
Redentor, IHVH de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de
mí no hay Dios» (Is 44.6; cf. 48.12). Estas citas afirman que no hay otro Dios
porque todo en Él existe.

Verbo: Heb. ‫ ָאְּחר‬- ajar, «demorar, quedarse atrás, atrasar,retardar». Otros términos
derivados del mismo verbo son: «otro», «después», «hacia atrás». ajar se encuentra
en Éx 22.29 (rva) con el significado siguiente: «No demorarás en presentar las
primicias de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos».

Primogénito, Primicias: Heb. ‫ בְּ ֹ֤ ֹכר‬- bejór, «primogénito». Bejór se encuentra 122
veces en hebreo bíblico y durante todos los períodos. El vocablo se refiere al
«primogénito» de una familia (Gn 25.13); el término puede además referirse, en
forma colectiva, al «primogénito» de una nación (Nm 3.46). En ocasiones se
encuentra el plural de la palabra (Neh 10.36), aunque en este caso, el término se
refiere a animales. En otros pasajes, la forma singular de bejór indica un solo
«primogénito» animal (Lv 27.26; «primerizo rva) o en forma colectiva al
«primogénito» de un rebaño (Éx 11.5).

El hijo mayor o «primogénito» (Éx 6.14) tenía privilegios especiales dentro de una
familia. Recibía la bendición familiar especial, que denotaba liderazgo espiritual y
social y una doble porción de las posesiones del padre, o sea, el doble de lo que
recibían sus hermanos (Dt 21.17). Esta bendición la podía perder como resultado
de sus malas acciones (Gn 35.22) o si decidía venderla (Gn 25.29–34). Dios
reclamó como suyos a todo Israel y sus posesiones. Como prenda, todo Israel debía
dedicarle su «primogénito» (Éx 13.1–16). Los animales primogénitos debían
sacrificarse, redimirse o matarse, mientras que los «primogénitos» varones se
redimían, ya fuera con la sustitución de un levita o con el pago de un precio de
rescate (Nm 3.40ss).

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Israel, como «primogénito» de Dios, gozaba de una posición privilegiada y


bendecida por sobre las demás naciones (Éx 4.22; Jer 31.9).

El «primogénito de la muerte» es un modismo que significa una enfermedad


mortal (Job 18.13); «primogénitos de los pobres» habla de la clase social
paupérrima (Is 14.30).

‫כּורים‬
ָ֗ ִּ ִּ‫ ב‬- bikurím, «primicias». Este nombre se encuentra 16 veces. Las «primicias»
de la cosecha de granos y las frutas se ofrecían a Dios (Nm 28.26) en
reconocimiento a que Él era dueño de la tierra y a su soberanía sobre la naturaleza.
El «pan de las primicias» se amasaba con los primeros granos de la cosecha y se
presentaba a Dios en la fiesta de Pentecostés (Lv 23.20). El «día de las primicias»
era Pentecostés (Nm 28.26).

Procrear, Engendrar: Verbo, heb. ‫ ילד‬- ialad, «procrear, dar a luz, engendrar,
generar». Este verbo se halla en todas las lenguas semíticas y en casi todas las
formas verbales. La excepción más notable es en arameo bíblico. Si embargo, el
verbo arameo se encuentra ampliamente fuera de la Biblia. El verbo ialad está unas
490 veces en el Tanaj.

En esencia, el vocablo se refiere a la acción de «dar a luz» y a su resultado,


«procrear, engendrar» hijos. Dios maldijo a la mujer multiplicando su dolor en el
parto (cf. Gn 3.16: primer caso de ialad). La segunda acepción tiene un ejemplo en
Bereshit/Gn 4.18, donde se registra que Irad «engendró» a Mejuiael. Este verbo
también puede usarse en relación a animales; en Bereshit/Gn 30.39, los fuertes
entre el ganado de Labán «engendraron» crías listadas, pintadas y salpicadas.

Un tema que a menudo aparece en la historia bíblica tiene como tipo a Avraham y
Sará. No teniendo herederos, Dios les hizo una promesa y les dio un hijo (Gn 16.1,
16). Esto comprueba que Dios controla el proceso generativo (Gn 20.17–18) y
concede hijos como señal de su bendición. Los profetas se valen de imágenes de la
procreación para ilustrar el terror que sobrecogerá a los hombres en el día de
IHVH (Is 13.8). Oseas usa imágenes de matrimonio y procreación para describir la
relación de Dios con Israel (Os 1.3, 6, 8). Uno de los pasajes que se debate
acaloradamente es Is 7.14, donde ialad se usa para profetizar el «nacimiento» de
Imanuel. Por último, los profetas a veces llegan a lamentar el día en que «nacieron»
(Jer 15.10).

Ialad describe la relación entre Dios e Israel también en otros pasajes. Esta relación
tiene particular relevancia para el rey que tipifica el Mashíaj/Mesías, el Hijo que
Dios «engendró» (Sal 2.7). Dios también dice que «engendró» a Israel como pueblo
(Dt 32.18). Esta declaración contrasta marcadamente con la aclaración de Moshé
/Moisés de que no fue él quien los engendró (Nm 11.12) y por tanto no quiere
tener nada más que ver con ellos.

Irmiá/Jeremías también se vale del mismo motivo: la «generación» de Israel por


Dios. En Irmiá 31.20, Dios dice que sus entrañas se conmueven por su hijo Efraím
(ieled). Iejezqel/Eze. desarrolla el mismo tema alegóricamente cuando denomina a
Samaria y a Jerusalén las hijas que Dios «engendró», Ahola y Aholiba (Ez 23.4, 37).

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La Septuaginta traduce ialad con términos que expresan «dar a luz» (tinknein) o
«engendrar» (gennaoo).

Nombre: Heb. ַ‫ לדי‬- ieled, «muchacho; niño». El nombre ieled difiere de ben
(«hijo») porque especifica con mayor claridad la relación paternal. Por ejemplo, la
criatura que Noemí crió fue un «niño» (Rt 4.16).

Ieled, que aparece 89 veces en el Tanaj, se traduce con varios vocablos en la


Septuaginta. Otros nombres que se construyen a base de ialad incluyen ialdáh
(«niña»; 3 veces), ialíd («hijo» o «esclavo»: 3 veces), ilod («recién nacido»; 5 veces),
valad («criatura»; una vez), ledáh («dar a luz» o «alumbramiento»; 4 veces),
moledet («progenie, parentesco, linaje»; 22 veces) y toledot («descendientes,
contemporáneos, generación, genealogía, registro familiar»; 39 veces).

Profanar, Contaminar: Heb. ‫ חלל‬- jalal, «contaminar, manchar, profanar,


comenzar». Este vocablo se usa más de 225 veces en el Tanaj. Como verbo, jalal
aparentemente se usa en dos formas muy diferentes. Por un lado tiene el sentido
de «profanar» o «contaminar», por el otro quiere decir «comenzar».

El uso más frecuente de la raíz hebrea tiene la acepción de «profanar, contaminar».


Puede ser una contaminación ritual, como cuando se entra en contacto físico con
un cadáver (Lv 21.4) o la profanación cúltica del altar sagrado cuando una piedra
se talló con herramientas de metal (Éx 20.25). Los lugares santos (Ez 7.24), el
nombre de Dios (Ez 20.9) y Dios mismo (Ez 22.26) pueden profanarse. A menudo
se usa jalalpara describir la contaminación resultante de actos sexuales ilícitos
como la prostitución (Lv 21.9) o, en la primera mención del vocablo, la violación
del lecho paterno (Gn 49.4).

Hay más de 50 ejemplos de jalal con el significado de «comenzar». Tal vez el caso
más importante se encuentra en Gn 4.26. Allí se dice que después del nacimiento
de Set, engendrado por Adám y Javá/Eva después del homicidio de Hevél/Abel a
manos de Qaín, «los hombres comenzaron a invocar el nombre de IHVH». La
Septuaginta lo traduce más o menos así: «Esperaba [confiaba] invocar el nombre
del IHVH». La bj dice: «Este fue el primero en invocar el nombre de IHVH».
Debemos preguntar si tal vez el autor quiso decir que no fue sino hasta que nació
Janoj/Enoc el hijo de Shet que la gente «comenzó» a clamar juntos al nombre de
IHVH; o por otro lado, sí quiso decir que esta fue la primera vez que se usó el
nombre IHVH. En vista del relato en Gn 1–3, ninguna de las dos interpretaciones
parece probable. Quizás el autor simplemente dice que, a diferencia de la aparente
actitud de falta de temor a Dios de Qaín, la generación que comenzó con Shet y su
hijo Janoj/Enoc se reconoció por un estilo de vida temerosa hacia Dios. De ser
cierto, y en vista de la forma pasiva intensiva del verbo en este caso, la cita se
puede traducir así: «Entonces comenzaron de nuevo a invocar el nombre del
Señor».

Profetizar: Verbo, heb. ‫ נבא‬- nava, «profetizar». Este vocablo se encuentra en


todos los períodos de la lengua hebrea. Parece estar relacionado con la antigua
palabra acádica navu, que en su forma pasiva significa «ser llamado». El término se

1381
P

encuentra en el texto del Tanaj unas 115 veces. El primer caso se halla en 1 S 10.6,
donde Shemuel informa a Shaúl que cuando al encontrarse con cierto grupo de
profetas, «profetizarás con ellos; y serás cambiado en otro hombre» (rva). Este
incidente señala el hecho que hay cierta ambigüedad en el Tanaj sobre el uso de
este término, tanto verbo como nombre, como lo hay en los vocablos «profetizar» y
«profeta» en castellano. Por lo que el término veterotestamentario implica una
amplia gama de significados.

Con mayor frecuencia, naba sirve para describir la función del verdadero profeta
cuando comunica el mensaje de Dios al pueblo, bajo la influencia del Espíritu
divino (Ruaj HaKodesh) (1 R 22.8; Jer 29.27; Ez 37.10). «Profetizar» era una tarea
que un profeta no podía evitar: «Si habla el Señor IHVH, ¿quién no profetizará?»
(Am 3.8 rva; cf. Jer 20.7, donde Jeremías confiesa que se siente al mismo tiempo
atraído y forzado a ser profeta). Pese a que la fórmula «la palabra de IHVH vino [al
profeta]» se usa literalmente centenares de veces en el Tanaj, en realidad no hay
indicación alguna de cómo esto acontecía mediante el intelecto, una visión o alguna
otra vía. Algunas veces, sobre todo en los primeros profetas, habría tal vez una
experiencia extática de por medio, como en 1 S 10.6, 11; 19.20. En algunos casos se
menciona la música como un medio de profetizar, como en 1 Cr 25.1–3.

Los falsos profetas también profetizaban, aunque no por el Espíritu divino (Ruaj
HaKodesh): «No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas
ellos profetizaban» (Jer 23.21). Se condena rotundamente a los falsos profetas
porque no hablan la palabra auténtica: «Profetiza contra los profetas de Israel que
profetizan. Di a los que solo profetizan lo que hay en sus propios corazones:
Escuchad la palabra de IHVH… ¡Ay de los profetas insensatos que andan tras su
propio espíritu, y que nada han visto!» (Ez 13.2–3 rva). Particularmente los falsos
profetas eran dados a estados de frenesí que les impulsaba a profetizar, aun
cuando no se especifica con claridad cuál era el contenido de dicha actividad (1 R
22.10). Lo que es importante recordar es que, en el contexto bíblico, «profetizar»
puede referirse a cualquier cosa desde el éxtasis frenético de un falso profeta hasta
la proclamación sobria y mesurada del juicio de Dios a través de un Amós o un
Ieshaiá/Isaías.

«Profetizar» implica mucho más que predecir hechos futuros. A decir verdad, la
primera preocupación del profeta es hablar la Palabra de Dios a la gente de su
tiempo, llamándoles a fidelidad al pacto. El mensaje del Naví/profeta estaba
condicionado a la respuesta del pueblo. O sea que por su respuesta a esta palabra
el pueblo determinaba en gran medida lo que sería el futuro, como lo ilustra la
respuesta de los ninivitas a la predicación de Ioná/Jonás. Con todo, en algunos
momentos hay un elemento de predicción, como cuando Najúm predice la caída de
Nínive (Nah 2.13) y en los varios pasajes mesiánicos (Is 9.1–6; 11.1–9; 52.13–
53.12).

Nombre: heb. ‫ נ ִֶָּ֔ביא‬- naví, «profeta». El vocablo tiene un posible cognado en


acádico. Se encuentra unas 309 veces en hebreo bíblico, en todos los períodos.

Naví quiere decir «profeta», ya sea verdadero o falso (cf. Dt 13.1–5). Los
verdaderos profetas eran portavoces del Dios verdadero. En 1 Cr 29.29 se

1382
P

encuentran tres vocablos que significan «profeta»: «Los hechos del rey David,
primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Shemuel vidente
[roéh], en las crónicas del profeta [naví] Natán, y en las crónicas de Gad vidente
[jozeh]». Los términos que se traducen «vidente» subrayan el medio por el que el
«profeta» se comunicaba con Dios, pero no nos explican en qué se diferenciaban a
otros profetas (cf. 1 S 9.9). El primer caso de naví tampoco contribuye a aclarar
este punto: «Ahora pues, devuelve la mujer a su marido [Avraham], porque él es
profeta y orará por ti, y tú vivirás» (Gn 20.7 rva).

El segundo caso de naví sí aclara el significado del término: «Entonces IHVH dijo a
Moshé/Moisés: Mira, yo te he constituido elohím (autoridad) para Faraón, y tu
hermano Aharón será tu profeta (naví)» (Shemot/Éx 7.1). El antecedente de esta
declaración se encuentra en Shemot/Éx 4.10–16, donde Moshé/Moisés alega su
incapacidad de hablar claramente, por lo que no estaba en condición de entrar en
la presencia del faraón como portavoz de Dios. IHVH prometió designar a Aharón
(hermano de Moshé/Moisés) como portavoz suyo: «Él hablará por ti al pueblo y
será para ti como boca, y tú serás para él como elohim» (Éx 4.16 rva). En Éx 7.1
encontramos la misma idea con palabras diferentes. Queda bien claro que un
«profeta» equivale a uno que habla en nombre de otro, que actúa como su «boca».

Este significado básico de naví encuentra apoyo en otras citas. En el pasaje clásico
de Dt 18.14–22, Dios promete levantar otro «profeta» como Moshé/Moisés para
ser portavoz de Dios (v. 18). El pueblo debía obedecer y rendiría cuentas por lo
que Él les dijera (v. 19). Sin embargo, si las palabras del «profeta» resultaban
falsas, este debía morir (v. 20). En primer lugar, estas palabras constituyen una
promesa y definición de la larga sucesión de profetas de Israel. Al fin y al cabo es
una promesa acerca del Gran Profeta, el Mesías/Mashíaj. Por último, aunque el
«profeta» o vidente hiciera milagros en demostración de ser hombre de Dios, el
pueblo, sin embargo, debía prestar atención primero al mensaje y después fijarse
en el milagro, en lugar de lo contrario (Dt 13.1–5).

En su forma plural naví se usa con referencia a personas que no fungían


precisamente como portavoces de Dios. Shemuel tuvo en sus tiempos su grupo de
seguidores. Alababan a Dios (a menudo con canciones) e intentaban instar al
pueblo a volver a Dios (1 S 10.5, 10; 19.20). Los seguidores de Eliahu/Elías y
Elishá/Eliseo se organizaron en grupos a fin de ayudar a estos maestros y
aprender de ellos. Se les llamaba «hijos de los profetas» (1 R 20.35). Cuando se usa
de esta manera, naví significa un compañero y/o seguidor de un profeta.

También se usa el término en cuanto a «profetas paganos»: «Envía, pues, ahora y


congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta
profetas de Ba’al, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de
Jezabel» (1 R 18.19).

Finalmente, el término tiene su forma femenina, «profetisa» (neviáh), que aparece


6 veces. En Éx 15.20 se denomina «profetisa» a Maríam (hermana de Moshé/
Moisés y Aharón). Lo mismo se dice de la mujer de Ieshaiá/Isaías (Is 8.3). No está
claro si fungían propiamente como «profetizas» o si este uso tiene alguna relación
con la acepción «compañero o seguidor» de un profeta.

1383
Q

Quebrar: Heb. ‫ׁשְּבר‬ָ - shavar, «quebrar, romper, destrozar, despedazar, aplastar,


triturar». A menudo, este término se usa en las lenguas antiguas, acádico y
ugarítico, y es de uso común a través de la historia del hebreo. En el Tanaj se
encuentra casi 150 veces. El primer caso de shabar está en Bereshit/Gn 19.9, que
cuenta cómo los hombres de Sodoma amenazaron con «romper» la puerta de Lot
para llevarse a sus huéspedes.

La palabra popular para «romper cosas», shabar, describe acciones como quebrar
cántaros o vasijas (Jue 7.20; Jer 19.10), arcos (Os 1.5), espadas (Os 2.18 rva),
huesos (Éx 12.46) y yugos (Jer 28.10, 12–13). A veces se usa en sentido figurado
para hablar de un corazón o de un sentimiento «quebrantado» (Sal 69.20; Ez 6.9).
En su modalidad intensiva, shabar se refiere a «quebrar» algún objeto como las
tablas de la Ley (Éx 32.19) o «despedazar» imágenes de ídolos (2 R 11.18), o bien
árboles «destrozados» por el granizo (Éx 9.25).

Quemar: Verbo, heb. ‫שְּרף‬ ָ - saraf, «quemar». Este vocablo, que se basa en un
término semítico común, se encuentra en dos antiguas lenguas, acádico y ugarítico,
así como en toda la historia del idioma hebreo. Su forma verbal aparece casi 120
veces en el Tanaj. La primera mención de saraf está en Gn 11.3 (rva), donde se
relatan los hechos de la torre de Babel: «Venid, hagamos adobes y quemémoslos
con fuego».

Puesto que la característica principal del fuego es quemar, el término saraf se usa
generalmente para describir la destrucción de objetos de todo tipo. Se «quemó» la
puerta de la torre de una ciudad (Jue 9.52), así como varias ciudades (Jos 6.24; 1 S
30.1), carros (Jos 11.6, 9), ídolos (Éx 32.20; Dt 9.21), así como el rollo que Jeremías
dictó a Baruc (Jer 36.25, 27–28). Para los antiguos semitas era un terrible agravio
«quemar» los huesos de un difunto, como hicieron los moabitas con los huesos del
rey de Edom (Am 2.1). «Quemar» cuerpos humanos sobre el altar sagrado era un
tremendo acto de profanación (1 R 13.2). Iejezqel/Ezequiel «quemó» la tercera
parte de su cabello como símbolo de que una parte del pueblo de Israel sería
destruido (Ez 5.4).

Como dato interesante, saraf nunca se usa en relación a «quemar» un sacrificio


sobre el altar, aunque algunas veces sirve para indicar la eliminación de
desperdicios, pedazos no sacrificados y algunas partes malas.

Nombre: heb. ‫שְּרף‬ָ - saraf, «seres ardientes». En Bemidbar/Nm 21.6, 8 el término


saraf describe las serpientes que atacaron a los israelitas en el desierto. Les
nombra como «serpientes ardientes». La palabra aparece en Is 14.29, así como en
Is 30.6, aunque se traduce simplemente «serpiente voladora».

‫ש ָר ַ֨ ִּפים‬
ְּ - Serafím, «ardiente, noble». Serafím se refiere a los seres ministrantes en Is
6.2, 6 y podría sugerir alguna forma serpentina (aunque con alas, manos humanas
y voces) o bien seres «fulgurantes». Uno de los serafím ministró a Isaías llevándole
un carbón encendido del altar.

1384
Q

Quemar Incienso: Verbo, heb. ‫ קטר‬- qatar, «quemar incienso, provocar que el
humo se eleve». La raíz principal de este verbo aparece en acádico. Formas
relacionadas encontramos en ugarítico, fenicio y hebreo posbíblico. En hebreo
bíblico nunca se usa el verbo en su raíz principal, sino solo en las raíces causativa e
intensiva (con sus respectivos pasivos).

El primer caso de qatar está en Éx 29.13: «Tomarás también todo el sebo que cubre
las vísceras, el sebo que está sobre el hígado y los dos riñones con el sebo que los
cubre, y lo harás arder sobre el altar» (rva). Técnicamente este verbo significa
«ofrecer verdaderas ofrendas» cada vez que aparece en su raíz causativa (cf. Os
4.13; 11.2), aunque solo puede referirse a «quemar incienso» (2 Cr 13.11). Las
ofrendas se queman con el fin de que el objeto quemado se transforme en humo
(esencia etérea del ofrendante), a fin de que ascienda a Dios como olor agradable y
acepto. Lo que se sacrificaba consistía en su mayoría de alimentos comunes y de
esta forma Israel ofrecía a Dios la misma vida, las labores y el fruto del trabajo.

Tales ofrendas representan tanto el acto de dar lo ofrecido como la sustitución


vicaria de la ofrenda para el que las ofrece (cf. Jn 17.19; Ef 5.2). Debido al pecado
(Gn 8.21; Ro 5.12), el ser humano fue incapaz de iniciar una relación con Dios. Por
tanto, Dios mismo lo instruye en cómo adorarlo y servirle. Dios especifica que
ofrende solo lo mejor de sus posesiones y que a Él pertenece lo mejor de estas
ofrendas (Lv 4.10). Los únicos que podían ofrecer sacrificios eran los sacerdotes (2
R 16.13). Todas las ofrendas debían ofrecerse en el lugar designado; después de la
conquista de Palestina, en el tabernáculo de reunión (Lv 17.6).

Algunos de los reyes de Israel intentaron legitimizar sus ofrendas idolátricas, en


abierta violación a los mandamientos divinos. Es por esto que la raíz causativa se
usa para describir, por ejemplo, el culto idólatra de Jeroboam: «Sacrificó, pues,
sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes
que él había inventado de su propio corazón; e hizo fiesta a los hijos de Israel, y
subió al altar para quemar incienso» (1 R 12.33; cf. 2 R 16.13; 2 Cr 28.4).

La raíz intensiva (que solo aparece después del Pentateuco) siempre se refiere a
«falsos cultos». Esta forma de qatar puede indicar la «totalidad del culto» (2 Cr
25.14). Por lo general, tales actos eran idolátricos, en imitación del culto cananeo
(Is 65.7). Eran cultos blasfemos y vergonzosos (Jer 11.17). Quienes así «quemaban
incienso» eran culpables de olvidarse de Dios (Jer 19.4) y la práctica en sí no
aportaba esperanza alguna a los involucrados en ella (Jer 11.12). En tono irónico,
Amós dice a los israelitas que vengan a Gilgal y Bet-El (altares idólatras) para
«ofrecer» un sacrificio de gracias. La ironía del caso se percibe con más claridad en
hebreo porque Amós usa la raíz intensiva de qatar.

Nombre: Heb. ‫ קטֹ֖ ֶרת‬- qetoret, «incienso». El primer caso bíblico de qetoret está en
Éx 25.6 y el término se usa un total de 60 veces. En Pr 27.9 el vocablo quiere decir
«perfume».

Qiter significa «incienso». El término aparece una sola vez en el Tanaj, en Jer 44.21.
Otro nombre, qetoráh, significa «incienso» y solo se encuentra en Dt 33.10. Qitor se
refiere al «humo o vapor», no de los sacrificios sino en sus otras manifestaciones.

1385
R

La cita en Sal 148.8 («vapor») es uno de cuatro casos en Tanaj. Muqtar significa
«encender incienso». Se usa una única vez, en Mal 1.11: «Y en todo lugar se ofrece a
mi nombre incienso».

Miqteret quiere decir «incensario, incienso». Aparece dos veces. En 2 Cr 26.19, el


término se refiere a un «incensario». También el término se refiere a «incienso» en
Ez 8.11. Meqateráh guarda relación con un «altar de incienso» y el único caso está
en 2 Cr 26.19. Miqtar significa un «altar donde humea el sacrificio». Se encuentra
una vez, en Éx 30.11.

Querer, Disponer: Heb. ‫ ָאְּבה‬- abáh, «querer, disponer, consentir». Este vocablo es
común a todos los períodos de la lengua hebrea; aparece en la Biblia hebrea un
poco más de 50 veces. La primera mención es en Gn 24.5, cuando el siervo de
Avraham, antes de que lo enviaran a buscar esposa para Isaac, dice: «Quizá la
mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra».

Se debe tomar en cuenta que con solo 2 excepciones (Iov/Job 39.19; Ieshaiá/Is
1.9), el vocablo se usa en el Tanaj en sentido negativo para indicar falta de
voluntad o consentimiento. A decir verdad, aun en los dos casos positivos
pareciera haber alguna expectativa o algún aspecto negativo subyacente. Iov/Job
pregunta: «¿Querrá el búfalo servirte a ti… ?» (Job 39.9); Ieshaiá/Isaías parece casi
desesperanzado cuando dice a Judá: «Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor
de la tierra» (Is 1.19 rva).

Recto, Justo: Adjetivo, heb. ‫ָׁשר‬ֹ֤ ָ ‫ י‬- iashar, «recto; bueno; justo». Este adjetivo
aparece primero en Éxodo con un modismo: «Si escuchas atentamente la voz de
IHVH tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos
y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré
a ti, porque yo soy IHVH tu sanador» (Éx 15.26 rva). El término es raro en el
Pentateuco y en los escritos proféticos. Yasharpredomina en pasajes poéticos y se
usa idiomáticamente («hacer lo que es recto») en los libros históricos; cf. 1 R 15.5:
«Por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de IHVH, y de ninguna cosa
que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a
Urías heteo».

El significado básico está en la raíz «ser recto» en el sentido de «emparejar» o


«nivelar». Los pies de los seres vivientes en la visión de Ezequiel eran derechos (Ez
1.7). Los israelitas llamaban «parejo» a un camino fácil de transitar. Tenía pocos
altibajos en comparación con otros caminos (cf. Jer 31.9): «Vendrán con llanto,
pero con consuelo los guiaré y los conduciré junto a los arroyos de aguas, por un
camino parejo [«derecho» lba] en el cual no tropezarán. Porque yo soy un Padre
para Israel, y Efraín es mi primogénito» (rva).

Iashar con el sentido de «recto» tiene que ver con cosas concretas y conceptos
abstractos. Shemuel se comprometió a instruir al pueblo de Dios «en el camino
bueno y recto» (1 S 12.23). Nejemiá/Nehemías agradeció a Dios por darles sus
rectas ordenanzas: «Descendiste sobre el monte Sinaí y les hablaste desde el cielo.
Les diste decretos rectos, instrucciones fieles, leyes y mandamientos buenos» (Neh

1386
R

9.13 rva). Fundamentado en su revelación Dios esperaba que el pueblo le agradara


al serle obediente a Él: «Harás lo recto y bueno ante los ojos de IHVH, a fin de que
te vaya bien, y entres y tomes posesión de la buena tierra que IHVH juró a tus
padres» (Dt 6.18 rva).

Cuando iashar se refiere a personas, es mejor traducirlo «justo» o «recto». Dios es


la pauta de justicia para su pueblo: «Bueno y recto es IHVH; por eso Él enseñará a
los pecadores el camino» (Sal 25.8). Su palabra (Sal 33.4), sus juicios (Sal 19.9) y
caminos (Os 14.9) revelan su rectitud y son bendición para su pueblo. El creyente
le sigue al ser «recto» de corazón: «Alegraos en IHVH, y gozaos, justos; ¡cantad con
júbilo todos vosotros los rectos de corazón!» (Sal 32.11 nrv; cf. 7.10; 11.2). En su
diario vivir los injustos manifiestan que no andan por el camino estrecho: «Los
impíos desenvainan la espada y entesan el arco para derribar al pobre y al
necesitado, para matar a los de recto proceder» (Sal 37.14 rva). Los «justos» tienen
la promesa de la bendición de Dios sobre sus vidas (Pr 11.10–11).

Finalmente, iashar también es «rectitud» en lo abstracto, sobre todo cuando el


término tiene el artículo definido como prefijo (haiashar, «lo justo»): «Oíd, pues,
esto, oh jefes de la casa de Iaaqov/Jacob y magistrados de la casa de Israel que
hacéis abominable el juicio y pervertís todo lo que es recto» (Mijá/Miq 3.9 rva).

Las traducciones de la Septuaginta son: arestos («agradable»); dikaios («recto;


justo») euthes («recto») y euthus («derecho»).

Verbo: Heb. ‫ָׁשר‬


ֹ֤ ָ ‫ י‬- iashar, «ser o estar recto, parejo, derecho». Aunque este verbo se
usa muy pocas veces en la Biblia, tiene muchos derivados.

En acádico el verbo isharu significa «ser o estar recto; poner en orden», y el


nombre misharum denota justicia y una vida de rectitud. El término hebreo tiene
muchas palabras relacionadas en las lenguas semíticas (fenicio, ugarítico) y aun en
egipcio.

Un caso del verbo está en 1 Cr 13.4 (rva): «Toda la congregación dijo que se hiciese
así, porque el asunto pareció bien a todo el pueblo». Con este uso yashar tiene el
sentido de ser placentero o agradable. En Hab 2.4 el vocablo sugiere rectitud
moral.

Nombre: Heb. ‫יַֹׁשְּר‬


ֶ - iosher, «rectitud». Este nombre aparece una 15 veces. Un caso
es en Pr 2.13: «Los que se apartan del camino recto para andar por sendas
tenebrosas» (nvi).

Otros nombres aparecen con menor frecuencia. Ishráh significa «rectitud» y


aparece una vez (1 R 3.6).

El nombre Ieshurun es un título honorífico para Israel (Dt 32.15; 33.5). Mishor
significa «lugar parejo, rectitud». En 1 R 20.23 (rva) mishor se refiere a una
«llanura». En Is 11.4 el término se refiere a «rectitud»: «Con equidad arbitrará a
favor de los afligidos de la tierra».

1387
R

Redimir: Verbo heb. ‫ גאל‬- ga’al, «redimir, liberar, vengar, asumir responsabilidad
de pariente». Este grupo semántico se usa unas 90 veces, sobre todo en el
Pentateuco, Salmos, Isaías y Rut. La raíz parece ser casi exclusivamente hebrea, ya
que el único cognado que se conoce es un nombre propio amorreo.

La primera cita en que se encuentra go’el es Gn 48.16 (rva): «El mensajero que me
redime [Iaaqov] de todo mal»; en este caso «redimir» quiere decir «liberar». Se usa
básicamente para referirse a la liberación de personas y propiedades vendidas
para cancelar deudas, como se puede ver en Lv 25.25 (rva): «Si tu hermano se
empobrece y vende algo de su posesión, vendrá su pariente más cercano y
rescatará lo que su hermano haya vendido». Si consigue los recursos para hacerlo,
la misma persona puede efectuar la «redención» (Lv 25.26). Por otro lado, un
hombre empobrecido puede venderse a sí mismo a otro israelita (Lv 25.39) o a
algún extranjero que morase en Israel (Lv 25.47). Quien tenía la responsabilidad
de «redimir» era el pariente más cercano: hermano, tío, primo o el pariente varón
más próximo (Lv 25.25, 48–49). La persona (pariente) que «redimía» al que estaba
en dificultades económicas se conocía como «pariente redentor». Esta es la idea
implícita en Rt 2.20. En Dt 19.6 el redentor lleva el nombre de «vengador de la
sangre» o «vengador» y tenía la responsabilidad de ejecutar al homicida de su
pariente. El verbo aparece 12 veces con este significado (p. ej., Nm 35.12, 19, 21,
24, 27).

En el libro de Rut encontramos una hermosa narración acerca del «pariente


redentor». Su responsabilidad se resume en Rt 4.5 (rva): «El mismo día que
adquieras el campo de manos de Noemí, deberás también adquirir a Rut la
moabita, mujer del difunto, para restaurar el nombre del difunto a su heredad». O
sea que el «pariente redentor» tenía la responsabilidad de preservar la integridad,
vida, propiedad y nombre de familia de su pariente cercano, y estar presto a
ajusticiar a su homicida.

La mayoría de los casos en este grupo semántico se refieren a Dios que prometió:
«Yo soy IHVH… Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros»
(Éx 6.6 rva; cf. Sal 77.15). Israel confiesa: «En tu misericordia guías a este pueblo
que has redimido» (Éx 15.13 rva). «Se acordaron de que Dios es su Roca; de que el
Dios Altísimo es su Redentor» (Sal 78.35 rva).

El libro de Ieshaiá/Isaías, entre los capítulos 41–63, usa el término «redentor» en


relación a Dios 13 veces; 9 de ellos son traducciones de goel. El primer ejemplo se
encuentra en 43.1 (rva): «No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por
tu nombre; tú eres mío». El término que se usa en relación a la liberación de Egipto
es go<el (51.10; 63.9) y también en cuanto al cautiverio babilónico (48.20; 52.3, 9;
62.12). «El Santo de Israel es tu Redentor» (41.14), el «Creador de Israel, vuestro
Rey» (43.14–15), «IHVH de los ejércitos» (44.6) y «el Fuerte de Iaaqov/Jacob»
(49.26). Los que tienen su salvación son «los redimidos» (35.9).

El libro de Salmos a menudo coloca la redención espiritual en relación paralela con


la redención física. Por ejemplo: «Acércate a mi alma y redímela; líbrame a causa
de mis enemigos» (Sal 69.18). «Bendice, oh alma mía, a IHVH, y no olvides ninguno

1388
R

de sus beneficios… el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y de
misericordia» (Sal 103.2, 4).

‫ פדה‬- padáh, «redimir, pagar rescate». Originalmente, el significado de este vocablo


coincidía en parte con el de kapar; ambos tuvieron que ver con «pagar rescate». Sin
embargo, las aplicaciones teológicas de estos términos comenzaron a desarrollarse
en diferentes direcciones, a tal grado que en la mayoría de los casos son solo
sinónimos en un sentido muy amplio.

Padáh indica la acción interventora o sustitutiva que logra liberar a alguna persona
de una situación desagradable. En circunstancias más seculares, mediaría la
entrega de algún valor. No obstante esto, 1 S 14.45 (rva) indica que el dinero no es
intrínseco al uso de esta palabra; Saúl se empecina en ejecutar a Jonatán por su
transgresión involuntaria, mas «el pueblo libró a Iehonatan/Jonatán, y este no
murió». Una de las condiciones que exigen «rescate» es la esclavitud (Éx 21.8; Lv
19.20).

El vocablo está relacionado con las instrucciones de primogenitura. Para que no


olvidaran que cuando todos los primogénitos de Egipto murieron, los de Israel se
salvaron, Dios exigió su derecho sobre la vida de los primogénitos de Israel, tanto
de varones como de ganado. Estos últimos a menudo se sacrificaban, pero «rescato
a todo primogénito de mis hijos» (Éx 13.15 rva). La tribu de Leví se apartó para
servicio litúrgico aceptable a Dios en lugar de todos los primogénitos de Israel (Nm
3.40ss). A pesar de esto, los varones israelitas aún necesitaban que se les
«redimiesen» (padah) de este servicio pagando una cantidad designada de «dinero
del rescate» (Nm 3.44–51).

Cuando Dios es el sujeto de padáh, el vocablo resalta su completa y soberana


libertad de rescatar (liberar) a seres humanos. Algunas veces se dice que Dios
«redime» a individuos (Avraham, Is 29.22; David, 1 R 1.29; y a menudo en el
salterio, p. ej., 26.11; 21.5; 71.23), aunque generalmente es Israel, el pueblo
elegido, quien se beneficia de su «redención». Algunas veces la redención o
liberación se proclama en términos absolutos (2 S 7.23; Sal 44.26; Os 7.13); y el
«rescate» tiene que ver con una opresión concreta. En otros casos, la alusión es
menos específica (o más genérica), por ejemplo: «tribulaciones» (Sal 25.22) y «los
malos» (Jer 15.21). Solo en un caso se usa padah para hablar de liberación de
pecado o iniquidad: «Él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Sal 130.8 rva).

‫כפר‬ - kapar, «redimir, propiciar, expiar». Kapar tiene una gama de significados
seculares y no teológicos paralelos a padah. Sin embargo, kapar adquirió un
significado técnico dentro de los ritos judíos. Al nivel más básico de significado,
kapar denota una transacción material o un «rescate».

A veces el hombre es el sujeto de kapar. En 2 S 21.3, David pregunta a los


gabaonitas: «¿Qué debo hacer por vosotros? ¿Y cómo haré restitución para que
bendigáis la heredad del Señor?» (lba). Por respuesta, los gabaonitas piden que
ahorquen a siete de los hijos de Saúl en compensación. En Éx 32.30 (rva), Moshé/
Moisés asciende al monte por tercera vez para «hacer expiación» por los pecados
del pueblo (aunque no se explica, al parecer es solo mediante su intercesión). En Is

1389
R

27.9 (rv) se habla de «purgar» la culpa de Israel a través de la destrucción de


objetos idolátricos. En Nm 25.13 se dice que Pinjas «hizo expiación por los hijos de
Israel» cuando alanceó los cuerpos de una pareja participante de un culto
orgiástico a Ba’al-peor.

A menudo, Dios es el sujeto de kapar, también en sentido genérico. En 2 Cr 30.18,


Ezequías pide a Dios que «perdone» a quienes no estaban ritualmente purificados
para la Pascua. Al final de su cántico, Moshé/Moisés alaba a IHVH porque «hará
expiación por su tierra y su pueblo» (Dt 32.43 lba). Otros casos similares en que el
término se usa en forma general se encuentran en Sal 65.3; 78.38; y Dn 9.24.
Irmiá/Jeremías se vale de kapar una vez para orar amargamente para que Dios no
«perdone» a quienes traman matarlo (Jer 18.23); en Sal 79.9 el término significa
«purgar» el pecado.

Con mayor frecuencia kapar se relaciona con ciertos ritos y el sujeto inmediato es
un sacerdote. Toda clase de ritos sacrificiales se entiende en términos de kapar. Se
denomina kapar a la acción de los sacerdotes cuando untan sangre sobre el altar
durante las «ofrendas por el pecado» (jatta<t) llamadas «propiciación» (Éx 29.36–
37; Lv 4.20, 31; 10.17; Nm 28.22; 29.5; Neh 10.33). No se resalta tanto el uso de
sangre en los sacrificios, aunque la relación con la «propiciación» sigue en pie,
sobre todo con la «ofrenda por la culpa» (Lv 5.16, 18; 6.7; 7.7; 14.21; 19.22; Nm
5.8). El principio se mantiene aún cuando los pobres, que no pueden ofrecer un
animal o un ave, sacrifican un poco de harina: un caso donde queda claro que no
media sangre (Lv 5.11–13). «Propiciar» (kapar) es también el propósito del
«holocausto» (Lv 1.4; Nm 15.25). El único tipo de sacrificio mayor que no se
considera una «propiciación» en Levítico es la «ofrenda de grano» (minjah) en Lv
2, aunque Ez 45.15, 17 sí lo incluye dentro de esta categoría. En 1 Crónicas 6.49 se
aplica el concepto al ministerio sacerdotal en general. Cada año la relación entre
los diversos ritos y kapar llegaba a un clímax en el Día de Expiación (Yom Kippur),
descrita en detalles en Lv 16.

En diferentes versiones, kapar se traduce «propiciar» o «rescatar», ambos


términos neutros. También se usa «expiar» que es en parte sinónimo de
«propiciar». En cualquier sacrificio, la acción se dirige hacia Dios (propiciación) y
hacia la ofensa (expiación). «Expiar», «propiciar» y también «perdonar» (cuando se
relacionan con sacrificios) tienen a Dios como sujeto primario, mientras que
«propiciación» se dirige a Dios como complemento del verbo.

Todos los sacrificios del mundo nunca podrían satisfacer la justicia de Dios (p. ej.,
Miq 6.7; Sal 50.7–15). Por lo tanto, solo Él mismo puede brindar una propiciación y
expiación por el pecado que aplaque su ira. Un Dios justo no puede ser ni
implacable ni caprichoso, por eso Él mismo ofrece el «rescate» o sacrificio
sustitutivo que le satisface. El sacerdote está delante del altar en lugar de Dios
cuando presenta el sacrificio requerido; en otros términos, sacrificar no es
esencialmente una acción humana, sino más bien divina: es la acción de un Dios
misericordioso y perdonador.

Nombre: Heb. ‫לה‬ ְָּ ‫ גְּ ֻא‬- geuláh, «derecho a redención». Este vocablo tiene que ver
con la liberación de personas y de propiedades vendidas para cancelar deudas. La

1390
R

Torá garantizaba el «derecho de redención» de tierras y personas (Lv 25.24, 48). El


precio de redención se determinaba según el número de años que restaban antes
del año del jubileo y de la liberación de las deudas (Lv 25.27–28). El término
geullah también aparece en Jer 32.7 (rva): «He aquí que Hanameel, hijo de tu tío
Salum, viene a ti para decir: Compra mi campo que está en Anatot, porque tuyo es
el derecho de redención para adquirirlo».

El nombre que se deriva de padah es peduÆt. Se encuentra unas 5 veces y quiere


decir «rescate o redención»: «Ha enviado redención a su pueblo; para siempre ha
ordenado su pacto» (Sal 111.9 rva).

Regocijar: Verbo, heb. ‫מח‬


ַ֥ ָ‫ ש‬- samaj, «regocijar, estar gozoso». Este verbo también
aparece en ugarítico (con los radicales ‫ )ה מ ה ׁש‬y tal vez en arameo-siríaco. Se
encuentra en todos los períodos del hebreo y unas 155 veces en el Tanaj.

Por lo general, samaj se refiere a una emoción espontánea, a un gozo intenso


expresado de manera visible y/o externa. No se trata casi nunca de una emoción
perenne ni a un sentimiento de bienestar duradero. Son emociones que surgen
durante fiestas, como de circuncisión, bodas y cosechas, o bien en celebración de
alguna victoria sobre un enemigo. Los hombres de Jabes irrumpieron en alegría
cuando recibieron la noticia de que serían librados de los filisteos (1 S 11.9).

La emoción que samaj comunica generalmente es visible. En Jer 50.11 se acusan a


los babilonios de «regocijarse» por el pillaje a Israel. Exteriorizan sus emociones
revolcándose como «novilla sobre la hierba» y relinchando como caballos. La
emoción que el verbo expresa (concretado en el nombre simjah) irrumpe a veces
en danzas y canciones acompañadas con instrumentos musicales. Esto es lo que
quiere comunicar el relato sobre David y las mujeres de Jerusalén a su regreso de
vencer a los filisteos (1 S 18.6). «Regocijar» se describe casi siempre como el
producto de una situación, circunstancia o experiencia externa, como se puede
apreciar en Éx 4.14, la primera vez que se usa samaj. Dios dijo a Moshé/Moisés que
Aharón venía a su encuentro y «al verte, se alegrará en su corazón». El pasaje habla
de un sentimiento interno que se manifiesta visiblemente. Cuando Aharón vio a
Moshé/Moisés, exteriorizó su gozo besándole (v. 27).

Por tanto, el verbo samaj sugiere tres elementos: (1) sentimiento espontáneo y
momentáneo de júbilo, (2) sentimiento tan fuerte que tiene que exteriorizarse, (3)
sentimiento motivado por algún estímulo externo y momentáneo.

El verbo se usa en forma intransitiva para indicar una acción que se vuelve sobre el
sujeto (cf. 1 S 11.9). Cuando Dios es el sujeto, Él es el que «se regocija lleno de
júbilo»: «Que la gloria del Señor perdure eternamente; que el Señor se regocije en
sus obras» (nvi). Los santos deben «alegrarse en el Señor y regocijarse y dar voces
de júbilo» (cf. Sal 32.11 lba). De ahí que samaj expresa alegría y gozo. En el lugar
que el Señor escogiere, Israel debe «regocijarse» en todas sus bendiciones (Dt
12.7). En este contexto, el verbo describe una situación en que uno se coloca en
circunstancias dadas. Por extensión, el vocablo tiene un significado técnico
relacionado con todo lo que se hace al preparar una fiesta para Dios: «El primer día
tomaréis para vosotros fruto de árbol hermoso: ramas de palmera, ramas de

1391
R

árboles frondosos y de sauces de los arroyos; y os regocijaréis delante de IHVH


vuestro Dios durante siete días» (Lv 23.40 rva).

En algunos casos el verbo describe una situación de regocijo continuo. En 1 R 4.20


se resume el reinado de Salomón en los siguientes términos: «Judá é Israel eran
muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y
alegrándose».

Nombre: Heb. ‫ ִּשמ ָחַ֥ה‬- simjáh, «gozo». Este nombre, que también se halla en
ugarítico, aparece 94 veces en hebreo bíblico. Simjáh es un término técnico para la
expresión externa de «gozo» (Gn 31.27: primer caso en el Tanaj; cf. 1 S 18.6; Jer
50.11) como para el sentimiento y concepto abstracto de «gozo», que es el
significado más usual (Dt 28.47). Expresa también toda la actividad festiva delante
de Dios: «Así todo el pueblo se fue a comer y a beber, a enviar porciones y a
regocijarse con gran alegría» (Neh 8.12 rva).

El nombre capta la especificidad colorida del verbo, como en Is 55.12 (rva):


«Ciertamente, con alegría saldréis y en paz os iréis. Los montes y las colinas
irrumpirán en cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo
aplaudirán».

Adjetivo: Heb. ְּ‫ שָ ָֽמח‬- sameaj, «gozoso, alegre». El adjetivo se encuentra 21 veces en
el Antiguo Testamento. El primer caso está en Dt 16.15: «Siete días celebrarás la
fiesta a IHVH tu Dios en el lugar que IHVH haya escogido. Porque IHVH tu Dios te
habrá bendecido en todos tus frutos y en toda la obra de tus manos, y estarás muy
alegre» (rva)

Reino: Heb. ‫ תמלְ ּכּו‬- malkut, «reino; reinado; gobierno». El vocablo malkut
aparece 91 veces en el Tanaj y parece corresponder al hebreo bíblico tardío. Se
menciona por primera vez en Nm 24.7 (rva): «El agua correrá de sus baldes; su
simiente tendrá agua en abundancia. Su rey será más grande que Agag; su reino
será enaltecido».

El vocablo maljut denota: (1) el territorio de un reino: «Para mostrar él las


riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por
muchos días, ciento ochenta días» (Est 1.4); (2) acceso al trono: «Si te quedas
callada en este tiempo, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otro lugar;
pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¡Y quién sabe si para un tiempo como este
has llegado al reino!» (Est 4.14 rva); (3) año de gobierno: «Ester fue llevada al rey
Asuero, a su palacio real en el mes décimo, el mes de Tebet, del séptimo año de su
reinado» (Est 2.16 rva); y (4) cualquier cosa relacionada con un rey: trono (Est
1.2), vino (Est 1.7), corona (Est 1.11), decreto (Est 1.19), vestimenta (Est 6.8), casa
real (Est 1.9), cetro (Sal 45.6) y gloria (Sal 145.11–12).

Las traducciones de maljut en la Septuaginta son: basileia («realeza; reino; poder


real») y basileus («rey»).

1392
R

‫ המ ְמל ַכ‬- mamlajáh, «reino; soberanía; dominio; reinado». El vocablo se encuentra


unas 115 veces en todo el Tanaj. Mamlajáh se halla primero en Bereshit/Gn 10.10:
«Y fue el comienzo [«fueron las capitales» nbe] de su reino Babel, Erec, y Acad, y
Calne, en la tierra de Sinar».

El significado básico de mamlajáh tiene que ver con el territorio de un «reino». El


término se refiere a naciones no israelitas gobernadas por un melej, «rey»:
«Acontecerá que al fin de los setenta años visitará IHVH a Tiro; y volverá a
comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la
tierra» (Is 23.17). Mamlajáh sirve de sinónimo de am, «gente» o «pueblo», y goi,
«nación»: «Cuando andaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo» (Sal
105.13 rva). Mamlajáh también señala a Israel como el «reino» de Dios: «Vosotros
me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa» (Éx 19.6). El reino davídico
fue el agente teocrático por el que Dios reinaba sobre su pueblo y los bendecía: «Tu
casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí, y tu trono será estable
para siempre» (2 S 7.16). No obstante esto, el mamlajáh unido se dividió después
de Salomón en dos reinos que Iejezqel/Ezequiel predijo se reunirían: «Haré de
ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y todos ellos tendrán un
solo rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos
reinos» (Ez 37.22 rva).

Similar al significado básico es el uso de mamlakah para denotar «rey», puesto que
el rey se consideraba la personificación del «reino». Se le tenía por símbolo del
propio reino: «Así ha dicho IHVH Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto,
librándoos de mano de los egipcios y de mano de todos los reinos que os
oprimieron» (1 S 10.18; en hebreo el nombre «reinos» es femenino, pero el verbo
«oprimir» tiene una forma masculina, lo cual indica que «reinos» significa «reyes»).

La función y la posición de un rey es importante dentro del concepto de «reino».


«Reino» puede indicar la cabeza del reino. El vocablo además tiene el significado
adicional de «gobierno» real, «soberanía» real y «dominio». A Shaúl se le retiró la
«soberanía» real (su «reinado») por su desobediencia (1 S 28.17). Este concepto de
la «soberanía» de un rey subyace en Jer 27.1: «En el principio del reinado de
Joacim hijo de Josías». Es más, el Antiguo Testamento define como manifestaciones
de un «reinado» todas las cosas que se asocian con un rey: (1) el trono: «Y
sucederá que cuando se siente sobre el trono de su reino, él deberá escribir para sí
en un pergamino una copia de esta ley, del rollo que está al cuidado de los
sacerdotes levitas» (Dt 17.18 rva); (2) el santuario (pagano) patrocinado por un
rey: «Y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino»
(Am 7.13); y (3) una ciudad real: «Entonces David dijo a Aquis: Si he hallado ahora
gracia ante tus ojos, por favor, que se me dé un lugar en alguna de las ciudades en
el campo, para que habite allí. ¿Por qué ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad
real?» (1 S 27.5 rva).

Todo dominio humano está bajo el control de Dios. Por consiguiente, Tanaj
reconoce plenamente el reinado de Dios. IHVH gobernó como rey sobre su pueblo
Israel a través de David y sus sucesores hasta el cautiverio (1 Cr 29.11; 2 Cr 13.5).

1393
R

En los KeTeR (N.T) todos los significados analizados se asocian con el término
griego basileia («reino»). Así se traducen la mayoría de los casos de mamlajáh en la
Septuaginta, por lo que no debe sorprender que los autores neotestamentarios
usaran este vocablo para referirse al «reino» de Dios: el dominio, el rey, su
soberanía y nuestra relación con Dios mismo.

‫ מלך‬- melej, «rey». El vocablo se encuentra unas 2.513 veces en el Tanaj. Varias de
ellas en Bereshit/Gn 14.1: «Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, de Arioc
rey de Elasar, de Quedorlaomer rey de Elam, y de Tidal rey de Goím» (rva).

Remanente: Heb. ‫שאֵ ִרי‬ ְ ‫ ת‬- she’erit, «resto; remanente; residuo». La idea del
«remanente» juega un papel prominente en la economía salvífica divina en todo el
Tanaj. El concepto del «remanente» se aplica particularmente a los israelitas que
sobrevivieron calamidades como guerras, pestilencias y hambrunas, gente a la que
IHVH en su misericordia protegió para que fuera su pueblo escogido: «Porque de
Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Tzión los sobrevivientes. ¡El celo de
IHVH de los Ejércitos hará esto!» (2 R 19.31 rva; cf. Esd 9.14).

Reiteradamente los israelitas sufrieron grandes catástrofes que les llevaron hasta
el borde de la extinción. Por eso oraban a menudo como en Jer 42.2: «Acepta ahora
nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a IHVH tu Dios, por todo este
resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos)».

Ieshaiá/Isaías se vale 5 veces del término she’erit para denotar a los que quedarían
después de las invasiones asirias: «Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del
monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo de IHVH de los Ejércitos hará esto!» (Is
37.32 rva).

Mijá/Miqueas también anunció el regreso del pueblo judío después del cautiverio.
Profetizó: «Ciertamente reuniré a todo Iaaqov/Jacob. Ciertamente recogeré al
remanente de Israel» (2.12 rva). También predijo: «De la que cojea haré un
remanente, y de la agobiada haré una nación poderosa. Y IHVH reinará sobre ellos
en el monte Tzión, desde ahora y para siempre» (4.7 rva). En 5.7–8 y 7.18, Mijá
/Miqueas anuncia un concepto similar.

Irmiá/Jeremías discute la difícil situación de los judíos que huyeron a Egipto


después que Nabucodonosor capturara a Jerusalén: «Asimismo, todos los judíos
que estaban en Moav, entre los hijos de Amón y en Edom, y los que estaban en
todos los países, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a
Iehudá/Judá un remanente … Iehonatán/Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en
secreto, en Mizpa, diciendo: –Permite que yo vaya y mate a Ismael … ¿Por qué te ha
de quitar la vida, de modo que todos los judíos que se han agrupado alrededor de ti
sean dispersados y perezca el remanente de Judá?» (Jer 40.11, 15 rva).

Tzefaniá/Sofonías, profeta del siglo siete, identifica el «remanente» con los pobres
y humildes (2.3, 7; 3.12–13). Zejariá/Zacarías anuncia que un «remanente»
presenciará la venida del reino del Mesías (12.10–13.1; 13.8–9).

1394
R

‫ׁש ָ ֹ֤אר‬
ְּ - She’ar, «resto; remanente; residuo». Ieshaiá/Isaías describe el «remanente»
de Israel: «Acontecerá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de
Iaaqov/Jacob que hayan escapado nunca más se apoyarán en el que los golpeó,
sino que verdaderamente se apoyarán en IHVH, el Santo de Israel» (Is 10.20 rva).

Nótese que se puede percibir una doble temática en los pasajes proféticos
relacionados con el «remanente»: (1) Sobrevivirá un «remanente» cuando se
castiga al pueblo, y (2) la sobrevivencia del «remanente» y el hecho de que perdura
contiene una nota de esperanza para el futuro. En Is 10.21 se anuncia: «¡Un
remanente volverá; un remanente de Iaaqov/Jacob volverá al Dios fuerte!» (rva).
En Is 11.11 el profeta proclama: «Asimismo, acontecerá en aquel día que IHVH
volverá a poner su mano para recobrar el remanente que habrá quedado de su
pueblo, desde Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar, Hamat y las costas del
mar» (rva).

ַ‫תרי‬ - ieter, «resto; remanente». Ieter se encuentra 94 veces en el Tanaj. Por lo


general, aparece en los libros históricos (45 veces) en la frase estereotipada «los
demás hechos», como por ejemplo: «Los demás hechos de Salomón, y todo lo que
hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?» (1 R
11.41). En estos versículos, yeter sirve para hacer referencia a los hechos que no se
incluyeron en las obras de los historiógrafos bíblicos.

El significado más general de ieter es «el resto; lo que queda»: del botín (Nm
31.32); de los gigantes (Dt 3.11); del reino (Jos 13.27); y del pueblo (Jue 7.6).
Encontramos una buena ilustración de esto en lo que Ioel/Joel enseña sobre las
langostas: «Lo que quedó de la oruga comió el saltón [la langosta], y lo que quedó
del saltón comió el revoltón [pulgón]; y la langosta comió lo que del revoltón había
quedado» (Jl 1.4).

Los profetas usaron she’erit como un término técnico para «el remanente de
Israel». Predijeron que después del cautiverio un «remanente» de temerosos de
Dios regresarían a la tierra (cf. Hag 2.2–3). Algunos profetas (Miq, Sof 2.9) usaron
ieter con este propósito: «Sin embargo, Dios los abandonará hasta el tiempo en que
dé a luz la que ha de dar a luz, y vuelva el resto [ieter] de sus hermanos para
reunirse con los hijos de Israel (Miq 5.3).

Las traducciones del término en la Septuaginta son: loipos («lo que queda; resto; lo
restante») y kataloipos («lo que queda; sobrante»).

Otros nombres que aparecen con poca frecuencia tienen relación con ieter. Ioter
(«ventaja; exceso; excedente; sobre») se puede encontrar en Ec 6.8 (rva): «¿Qué
ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué gana el pobre que sabe conducirse ante
los demás seres vivientes?» Itra quiere decir «abundancia» o «riquezas» y se
encuentra únicamente en Jer 48.36. Itron puede referirse a «ventaja, ganancia,
lucro» y aparece solamente en Ec 1.3; 2.11. Ioteret, «apéndice del hígado», aparece
unas 10 veces (cf. Éx 29.13, 22; Lv 3.4, 10, 15). Motar, que significa «abundancia,
superioridad, lucro», se encuentra en Pr 14.23.

1395
R

Verbo: Heb. ַ‫ׁשְּרא‬


ָ - sha’ar, «quedar, sobrar». Este verbo y sus nombres derivados
aparecen unas 220 veces en el Tanaj.

Noaj/Noé y su familia se convirtieron en «remanente», las únicas personas que


sobrevivieron el diluvio: «Solo quedaron Noaj/Noé y los que estaban con él en el
arca» (Gn 7.23 rva). En los días de Elishá/Eliseo, cuando el pueblo escogido de Dios
en el reino del norte cayó en apostasía, el Señor anunció: «Pero dejaré siete mil en
Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal» (1 R 19.18 lba).

Durante el período del precautiverio, Isaías hizo hincapié en la idea del remanente.
El profeta habla de juicio sobre la tierra, pero que el remanente «quedaría»: «Por
esta causa una maldición ha devorado la tierra, y los que la habitan son culpables.
Por esta causa han disminuido los habitantes de la tierra, y quedan muy pocos
seres humanos» (Is 24.6 rva). Isaías 4.3 se refiere al «remanente» que comparte
santidad: «Acontecerá que el que se quede [sha’ar] en Tzión, como el que sea
dejado en Ierushalaím/Jerusalén, será llamado santo».

En los escritos de los profetas, la idea del «remanente» fue adquiriendo una
relevancia cada vez mayor. Sin embargo, ya desde el Pentateuco se comenzaba a
manejar el concepto. La idea de «los que quedaron» o «escaparon», en particular
una parte del pueblo de Israel, se remonta hasta Devarim/Dt 4.27 (rva): «IHVH os
esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las
cuales os llevará IHVH» (cf. Dt 28.62). En estos pasajes, Moshé/Moisés advierte
que si Israel deja de cumplir con los requisitos del pacto, el IHVH los esparciría
entre las naciones y entonces volvería a reunir un «remanente».

En Nejemiá/Neh 1.2–3 (rva) se describe la condición del «remanente» de Israel:


«Les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la
cautividad, y por Jerusalén. Ellos me dijeron: «El remanente, los que han quedado
de la cautividad allí en la provincia, está en gran dificultad y afrenta»».

‫ יתר‬- iatar, «sobrar, ser superfluo». Este verbo está relacionado con otras lenguas
semíticas donde la raíz iatar/vatar expresa una condición de abundancia
(ugarítico, fenicio, arábigo). En hebreo, muchas formas se derivan del verbo yatar.
El término se encuentra unas 107 veces, entre ellas en Dn 10.13 (rva): «El príncipe
del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel,
uno de los principales príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de
Persia».

Reposar: Heb. ְּ‫ נּוח‬- nuaj, «descansar, asentar, permanecer, estar quieto». Este
vocablo está presente en hebreo, tanto antiguo como moderno, así como en
acádico y ugarítico. Se encuentra alrededor de 65 veces en el Tanaj, comenzando
con Bereshit/Gn 8.4 rva: «Se asentó el arca sobre los montes de Ararat» («reposó»
rv, rvr, rv-95; «descansó» lba, bla; «se detuvo» lvp; «varó» bj; «encalló» nbe). El
vocablo, con sus múltiples traducciones, ilustra el uso frecuente de este término
que expresa el asentamiento físico de algún objeto en algún lugar determinado.
Otros ejemplos son las aves (2 S 21.10), los insectos (Éx 10.14) y las plantas de los
pies en las aguas del Jordán (Jos 3.13).

1396
R

«Reposar» indica un estado de participación completa y, por tanto, compenetración,


como cuando el espíritu de Eliyáh/Elías «reposó» sobre Eliseo (2 R 2.15), la mano
de Dios «reposará» sobre el monte (Is 25.10) y cuando «en el corazón del prudente
reposa la sabiduría» (Pr 14.33 rvr, lba). A menudo nuaj significa «estar quieto» o
«reposar» después de un trabajo arduo (Éx 20.11), de ataques de los enemigos (Est
9.16), de tribulación (Job 3.26) y al morir (Job 3.17). El vocablo puede significar
«descansar de preocupaciones» cuando se aplica la disciplina paternal (Pr 29.17).
A veces nuaj quiere decir «dejar descansar» o «permitir quedarse». De esta manera
Dios «permitió» que las naciones paganas «se quedaran» en Kena’án/Canaán
mientras viviera Iehoshúa/Josué (Jue 2.23 lba). En un caso contrario, Dios
amenazó con abandonar a los israelitas en el desierto (Nm 32.15).

Es importante señalar que mientras nuaj se usa a veces como sinónimo de shabat,
«cesar, reposar» (Éx 20.11), básicamente, shabat significa «cesar» de trabajar, sin
que ello en realidad implique «reposar». El autor de Gn 2.3 no quiere decir que
Dios reposa de sus labores, sino más bien del trabajo creativo que culminó.

Residir, Morar: Verbo, heb. ‫ רגּו‬- gur, «morar como un forastero, un transeúnte».
Este término solo se encuentra en semítico septentrional y en hebreo extrabíblico
únicamente como nombre. En hebreo bíblico el vocablo gur aparece 84 veces y
durante todos los períodos de la lengua. Esta acepción de gur debe distinguirse de
otra que significa «temer» (Nm 22.3).

El verbo quiere decir «morar en una tierra como huésped». El primer caso del
término está en Bereshit/Gn 12.10, donde se narra que Avram viajó a Egipto y
moró allí como huésped. En Bereshit/Gn 21.23, Avraham pacta con Avimelej, quien
le advierte: «Conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la
tierra en donde has morado».

Nombre: heb. ‫ ר ֵַג‬- ger, «huésped; extranjero». Ger se encuentra unas 92 veces en
todos los períodos del hebreo bíblico.

Un ger no era un simple forastero (nakri) ni extranjero (zar). Era un residente


permanente que, siendo ciudadano de otra tierra, emigró a un nuevo país de
residencia. A menudo, ha abandonado a su tierra natal en circunstancias difíciles,
como cuando Moshé/Moisés huyó a Madián (Éx 2.22). Ya sea que la razón de su
viaje fuera para huir de alguna dificultad o solo porque buscaba un nuevo lugar de
residencia, el ger andaba en busca de aceptación y refugio. Por consiguiente,
podría llamársele también un toshav, un colono. Ni el colono ni el «huésped»
podían poseer tierras. En la tierra de Canaán la posesión de tierra se limitaba a
miembros o descendientes de las tribus originales. Únicamente ellos tuvieron
plena ciudadanía con todos los privilegios, lo que significaba disfrutar de lleno de
la herencia de los dioses y antepasados, privilegios y responsabilidades feudales
(cf. Ez 47.22).

En Israel un ger, al igual que un sacerdote, no podía poseer tierras y gozaba de los
privilegios del tercer diezmo. Cada tres años el diezmo de la cosecha debía
depositarse en la entrada de la ciudad ante los ancianos para que se ditribuyera
entre «el levita que no tiene parte ni heredad contigo, el forastero, el huérfano y la

1397
R

viuda que haya en tus ciudades» (Dt 14.29 rva). En el escatón tales «huéspedes» se
trataban como verdaderos ciudadanos: «Haréis el sorteo de ella para que sea
heredad para vosotros y para los forasteros que residen entre vosotros, quienes
han engendrado hijos entre vosotros, y que son para vosotros como nativos entre
los hijos de Israel. Ellos participarán con vosotros en el sorteo para tener posesión
entre las tribus de Israel» (Ez 47.22 rva). Bajo la Torá/Instrucción de Moshé, los
extranjeros no eran esclavos sino más bien estaban generalmente al servicio de un
israelita de cuya protección disfrutaban (Dt 24.14). Esto, sin embargo, no siempre
era el caso. A veces un «huésped» era rico y los israelitas podían estar a su servicio
(Lv 25.47).

Al ger se le trataba (excepto por privilegios y responsabilidades feudales) como un


israelita amparado por la Torá: «Oíd la causa de vuestros hermanos y juzgad con
justicia entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él» (Dt 1.16 rva);
«Pero vosotros, guardad mis estatutos y mis decretos, y no hagáis ninguna de todas
estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que habita entre vosotros» (Lv
18.26 rva); «Habrá una misma Torá /Instrucción/Ley para vosotros, tanto para el
extranjero como para el natural; porque yo soy IHVH vuestro Dios» (Lv 24.22 rva).
Los ger también disfrutaban del descanso del shabat (Lv 25.6) y de la protección
divina (Dt 10.18). Dios ordena a Israel amar al extranjero como a sí mismo (Lv
19.34).

El ger podía circuncidarse (Éx 12.48) y así gozar de todos los privilegios de la
religión verdadera: la Pesaj (Éx 12.48–49), el Día de Expiación/iom kipur (Lv
16.29), presentar ofrendas (Lv 17.8) y asistir a todas las fiestas (Dt 16.11). Tenía la
obligación de guardar todas las leyes de la pureza (Lv 17.15).

Dios dice a Israel que Él es el verdadero dueño de toda la tierra y que su pueblo,
como «huésped», es vasallo suyo (Lv 19.34; Dt 10.19). Se les advierte que deben
tratar a los «huéspedes» con justicia, equidad y amor porque, como Avraham (Gn
23.4), fueron «huéspedes» en Egipto (Éx 22.21). En casos jurídicos, el «huésped»
podía apelar directamente a Dios el gran Señor feudal (Lv 24.22).

Hay otros dos nombres relacionados con gur que son megurim y gerut. Megurim se
encuentra 11 veces y se refiere «al estado o la condición de ser un huésped» (Gn
17.8) y también «al lugar en que un huésped mora» (Job 18.19). Gerut aparece una
vez para referirse también a «donde un huésped habita» (Jer 41.17). Algunos
peritos piensan que el vocablo es más bien un nombre propio que forma parte del
nombre de un lugar.

Riqueza, Abundancia: Heb. ‫ הֹון‬- jon, «abundancia; fortuna; riqueza; posesiones;


basta». Los 26 casos de este vocablo se encuentran casi todos en la literatura
sapiencial, con 17 en Proverbios. El término aparece únicamente en singular.

Jon se refiere casi siempre a artículos portables de valor («posesiones, riquezas»):


«Si lo atrapan, deberá devolver siete tantos lo robado, aun cuando eso le cueste
todas sus posesiones» (Pr 6.31 nvi; cf. Éx 27.12). Las «riquezas» pueden ser buenas
y señal de bendición: «Bienes y riquezas hay en su casa; su justicia permanece para
siempre» (Sal 112.3). La creación es «riqueza» divina: «Me he gozado en el camino

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R

de tus testimonios más que sobre toda riqueza» (Sal 119.14). En Proverbios, las
«riquezas» generalmente indican maldad: «La fortuna del rico es su fortaleza, la
ruina de los pobres es su pobreza» (Pr 10.15 lba).

El término puede indicar cualquier clase de «propiedad»: «Si el hombre diese todas
las riquezas de su casa para comprar el amor, de cierto lo despreciarían» (Cnt 8.7
rva). Esta es la acepción la primera vez que se usa el vocablo: «Vendes a tu pueblo
a bajo precio, y no te has beneficiado con su venta» (Sal 44.12 lba). Proverbios
12.27 (rva) se refiere a las «riquezas» en general: «El negligente no alcanza presa,
pero el hombre diligente obtendrá preciosa riqueza».

Por último, jon quiere decir «basta» (solo en Pr 30.15–16 rva): «La sanguijuela
tiene dos hijas: Dame y Dame. Tres cosas hay que nunca se sacian, y la cuarta
nunca dice: «¡Basta!» El Sheol, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de agua y el
fuego que jamás dice: «¡Basta!»»

Roca: Heb. ‫ רּוצ‬- tzur, «roca; muro de piedra; acantilado; colina rocosa; montaña;
terreno rocoso; peña; peñasco». Se encuentran cognados de este vocablo en
amorreo, fenicio, ugarítico y arameo. Sin contar los que se encuentran en nombres
de personas y lugares, el término aparece 70 veces en hebreo bíblico y durante
todos los períodos.

Primero, tzur quiere decir «muro de piedra» o «acantilado». Es esto lo que quizás
Moshé/Moisés golpeó con su vara en Éx 17.6 (rva): «He aquí, yo estaré delante de
ti allí sobre la peña de Horeb. Tú golpearás la peña, y saldrá de ella agua». Tiene el
mismo sentido cuando dice que Dios escondió a Moshé/Moisés en la hendidura de
una «peña» (Éx 33.21–22).

Segundo, el vocablo a menudo significa «cerro rocoso» o «montañas». Este énfasis


es muy evidente en Is 2.10, 19 (rva): «Métete en la roca; escóndete en el polvo…
Los hombres se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la
tierra». Un vigía percibe a alguien que se aproxima desde «la cumbre de las peñas…
desde las colinas» (Nm 23.9 rva). La «roca» (montes o colinas) que fluyen miel y
aceite es figura de la abundante y rebosante bendición de Dios (Dt 32.13). La
«roca» o «montaña» es figura de seguridad (Sal 61.2), de firmeza (Job 14.18) y de
algo que perdura (Job 19.24).

Tercero, tzur puede significar terreno rocoso o tal vez una «roca» grande y plana:
«Y Rizpa hija de Ayías tomó una manta de cilicio y se la tendió sobre una roca» (2 S
21.10 rva; cf. Pr 30.19).

Cuarto, en algunos pasajes el término quiere decir «peña, peñasco, canto» de


tamaño suficiente como para servir de altar: «Y subió fuego de la peña, que
consumió la carne y los panes sin levadura» (Jue 6.21 rva).

«Roca» sirve con frecuencia para ilustrar cómo Dios defiende y sustenta a su
pueblo (Dt 32.15). En algunos casos el nombre es un epíteto o nombre significativo
de Dios (Dt 32.4) o de dioses paganos: «La roca de ellos no es como nuestra Roca
[Dios]» (Dt 32.31 rva).

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R

Finalmente, Avraham es la «roca» de la cual Israel se talló (Is 51.1).

Rostro: Heb. ַ‫ םינִַפ‬- paním, «rostro, faz, cara». Este nombre se encuentra en hebreo
bíblico unas 2.100 veces y en todos los períodos; el vocablo siempre se encuentra
en plural, excepto en nombres de personas y lugar. El término aparece también en
ugarítico, acádico, fenicio, moabita y etiópico.

En su acepción más básica, el nombre se refiere a la «cara» de algo. Primero, se


refiere al «rostro» humano: «Avram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él»
(Gn 17.3 rva). En una aplicación más específica, el término indica una expresión en
el «semblante»: «Por eso Qaín se enfureció mucho, y decayó su semblante» (Gn 4.5
rva). Retribuir «en su misma cara» a alguien es dar el pago en persona (Dt 7.10
rva); en contextos como este, el vocablo indica la persona misma. Paním puede
referirse a la parte superficial o visible de las cosas, como en Bereshit/Gn 1.2: «El
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». En otros contextos, el término
se refiere a la «parte frontal» de algo: «Unirás cinco tapices en un conjunto, y seis
tapices en el otro conjunto. Doblarás el sexto tapiz para que vaya en la parte frontal
del tabernáculo» (Éx 26.9 rva). Cuando se refiere al tiempo, el vocablo (con la
preposición le) significa «antes»: «Y en Seir habitaron antes los horeos» (Dt 2.12).

Este nombre se usa a veces antropomórficamente con relación a Dios; el Tanaj


habla de Dios como si tuviera un «rostro»: «El ver tu cara [paním] ha sido como si
hubiera visto el rostro [paním] de Dios» (Gn 33.10). El Tanaj enseña claramente
que Dios es un ser espiritual y que no se le debe representar con imagen ni
representación alguna (Éx 20.4). Por tanto, no había imagen ni semejanza de Dios
en el Kodesh ha’Kodashím/Lugar Santísimo, solo estaba el arca del testimonio y
Dios hablaba desde encima de ello (Éx 25.22). Por esta razón, el término paním se
usaba para denominar el pan que se guardaba en el Lugar Santo. La rvr lo llama
«pan de la proposición» y lba de la «presencia» (Nm 4.7). Este pan se mantenía
continuamente en la presencia de Dios.

Sacerdote, sacerdocio: Heb. ‫ כֹ הַ֥ן‬- Kohen. Este vocablo se encuentra unas 741 veces
en el Tanaj. Más de un tercio de las menciones de «sacerdote/kohen» se hallan en
el Jumash (la Torá). Vaiqrá/Levítico, que contiene unas 185 citas, se ha llamado el
«manual del sacerdocio». Además del sacerdocio hebreo, el término kohen se usaba
también con relación a los «sacerdotes» y al «sacerdocio» egipcio (Gn 41.50; 46.20;
47.26), a los «sacerdotes» filisteos (1 S 6.2) y los de Dagón (1 S 5.5), los
«sacerdotes» de Ba’al (2 R 10.19), de Kemosh (Jer 48.7), así como los «sacerdotes»
de los Ba’al y Asera (2 Cr 34.5). Iosef/José se casó con la hija del «sacerdote» de On
(Gn 41.45), quien le dio dos hijos, Efraím y Menashé/Manases (Gn 46.20). Iosef no
compró las tierras de los «sacerdotes» egipcios porque estos recibían su sustento
diario del Faraón (Gn 47.22).

Un «sacerdote» es un ministro reconocido de una divinidad que oficia ante un altar


y en otros ritos cúlticos. Un «sacerdote» realiza sacrificios, ritos y tareas de
mediación; representa al pueblo delante de Dios y de su pueblo, a diferencia de un
profeta que es un intermediario entre Dios y el pueblo. Dios estableció el oficio
sacerdotal judío en los tiempos de Moshé/Moisés. Pero antes de la institución del
sumo sacerdote/kohen ha’gadol y del oficio sacerdotal, encontramos el sacerdocio

1400
R

de Malki-tzedeq/Melquisedec (Gn 14.18) y a «sacerdotes» madianitas (Éx 2.16;


3.1; 18.11). En Shemot/Éx 19.24, se habla de otros «sacerdotes», que quizás fueron
«sacerdotes» y «sacerdotisas» madianitas en Israel antes de que se estableciera
oficialmente el sacerdocio levítico. No cabe duda de que las funciones sacerdotales
se realizaban en tiempos premosaicos por el cabeza de familia, como Noaj/Noé,
Avraham y Iov/Job. Por ejemplo, después del diluvio, Noaj/Noé construyó un altar
a Dios (Gn 8.20–21). En Bet-El, Mamre y Moriah Avraham construyó altares. En Gn
22.12–13, leemos que el patriarca estuvo anuente a ofrecer a su hijo en sacrificio.
Iov/Job ofreció sacrificios por los pecados de sus hijos.

El sacerdocio/kehuná fue una de las instituciones fundamentales de la religión


veterotestamentaria. En Nm 16.5–7 explica la importancia del sacerdocio: «Y habló
a Coré y a todo su grupo, diciendo: IHVH dará a conocer mañana por la mañana a
los que son suyos. A quien sea santo lo hará que se acerque a Él, y a quien escoja lo
hará que se acerque a Él. Haced esto, Coré y todo tu grupo: Tomad incensarios.
Mañana poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de IHVH.

El hombre a quien IHVH escoja, aquel será kadosh/santo» (RVA). Dios estableció a
Moshé/Moisés, Aharón y sus hijos Nadav, Avihú, Eleazar e Itamar como
«sacerdotes» en Israel (Éx 28.1, 41; 29.9, 29–30). Cuando Nadav y Avihú fueron
fulminados porque «ofrecieron a IHVH fuego extraño», el sacerdocio quedó
limitado a los descendientes de Eleazar e Itamar (Lv 10.1–2; Nm 3.4; 1 Cr 24.2). Sin
embargo, no todos los que nacían en la familia de Aharón pudieron ejercer el
«sacerdocio». Ciertas deformaciones físicas excluían a algunas personas de esa
perfección de santidad que un «sacerdote» debía manifestar en la presencia de
IHVH (Lv 21.17–23). A un sacerdote ritualmente impuro no se le permitía cumplir
con sus funciones sacerdotales. En Lv 21.1–15 hay una lista de prohibiciones
cúlticas que impedían que un «sacerdote» cumpliera con sus funciones.

En Shemot/Éx 29.1–37 y Lv 8 se describen los siete días de la ceremonia de


consagración de Aharón y sus hijos. El sumo sacerdote (kohen ha’gadol) y sus hijos
fueron lavados con agua (Éx 29.4). Entonces Aharón, el kohen ha’gadol, se puso sus
vestimentas sagradas, con un pectoral sobre su corazón y sobre su cabeza se
colocó una corona santa: mitra o turbante (Éx 29.5–6). Después Aharón fue ungido
con aceite sobre su cabeza (Éx 29.7; cf. Sal 133.2). Finalmente, la sangre del
sacrificio se untó en varias partes del cuerpo de Aharón y de sus hijos (Éx 29.20–
21). La marca de sangre se colocaba sobre el lóbulo de la oreja derecha y los
pulgares de la mano y el pie derecho.

Los deberes del sacerdocio se definieron claramente en la Torá de Moshé. Estos


deberes se asumían en el octavo día de la ceremonia de consagración (Lv 9.1).
IHVH dijo a Aharón: «Más tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en
todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis» (Nm 18.7).

Los «sacerdotes» tenían que fungir como maestros de la Torá (Lv 10.10–11; Dt
33.10; 2 Cr 5.3; 17.7–9; Ez 44.23; Mal 2.6–9). No siempre cumplieron con esta
responsabilidad (Miq 3.11; Mal 2.8). En algunos casos de salud y de jurisprudencia,
los «sacerdotes» servían de intérpretes parciales de la voluntad de Dios. Por
ejemplo, el «sacerdote» debía discernir la existencia de lepra y realizar los ritos de

1401
S

purificación (Lv 13–14). Además, fijaban los castigos en casos de asesinato y en


otros asuntos civiles (Dt 21.5; 2 Cr 19.8–11).

Verbo: Heb. kahan - ‫ כהן‬ejercer el sacerdocio». Este verbo, que se encuentra 23


veces en hebreo bíblico, se deriva del sustantivo kohen. Solo se usa en el modo
intensivo. Un caso se encuentra en Éx 28.1 (RVA): «Harás que se acerque a ti, de
entre los hijos de Israel, tu hermano Aharón y sus hijos con él, para que… me sirvan
como sacerdotes».

Sacrificar, Matar: Verbo, ‫ זבח‬- zabaj, «matar, sacrificar».Término semítico que en


genral se refiere a sacrificar, aunque hay varios otros que se emplean en el Tanaj
para referirse a los sacrificios rituales. No cabe duda de que es uno de los términos
más importantes del Tanaj. Aparece más de 130 veces durante todos los períodos
del Tanaj en sus formas verbales y más de 500 en sus formas sustantivas.
Traducida como sustantivo, aparece por primera vez en Gn 31.54 (rva): «Entonces
Iaaqov/Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus parientes a comer.
Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte». En Shemot/Éx 20.24 el
vocablo se usa en relación de los tipos de sacrificios que había que ofrecer.

Si bien la Torá de Moshé requería ofrendas de grano y de incienso (cf. Lv 2), el tipo
principal de «sacrificio» era de sangre, que requería matar un animal (cf. Dt 17.1; 1
Cr 15.26). La sangre se vertía en el altar porque la sangre contenía la vida: «Porque
la vida del cuerpo se encuentra en la sangre, la cual yo os he dado sobre el altar
para hacer expiación por vuestras personas. Porque es la sangre la que hace
expiación por la persona» (Lv 17.11 rva; cf. Heb 9.22). Puesto que la sangre es el
vehículo de la vida, pertenecía solo a Dios. Como la sangre que es vida, y como se
entragaba a Dios al verterse en altar, constituía el medio de hacer expiación de
pecados, pero como ofrenda por el pecado y no porque tomara el lugar del
pecador.

Zabaj quería decir también «matar para comer». Así se usa en 1 R 19.21 (rva):
«Eliseo dejó de ir tras él. Luego tomó la yunta de bueyes y los mató. Y con el arado
de los bueyes cocinó su carne y la dio a la gente para que comiesen». Este uso esta
muy estrechamente ligado a «matar en sacrificio» porque toda comida de carne
entre los antiguos hebreos tenía un sentido sacrificail.

Nombre: heb. ְּ‫ ֶַ֨זבח‬- zebaj, «sacrificio». Este nombre se halla más de 160 veces en
hebreo bíblico. Los «sacrificios» que eran parte de los ritos del pacto incluían el
rosamiento de la sangre sobre el pueblo y alrededor del altar, para simbolizar que
Dios era parte del pacto (véase Éx 24.6–8). Otro gran «sacrificio» era el «sacrificio
de la fiesta de la pascua» (Éx 34.25). En este caso el sacrificio del cordero brindaba
el alimento principal de la comida de la Pascua y la sangre se rociaba sobre los
postes y el dintel de la casa como señal que el ángel de la muerte notaría (Éx
12.27).

Los «sacrificios» de animales no pertenecían únicamente al culto israelita; por lo


genral formaban parte de todos los cultos antiguos. A decir verdad, los
procedimientos rituales eran semejantes, sobretodo entre la religión isrelita y los

1402
S

cultos cananeos. Sin embargo, los significados israelitas varían marcadamente de


los significados paganos, ya que el uno se ofrendaba al único y verdadero Dios que
guarda su pacto con Israel y el otro se ofrecía a los dioses cananeos.

El nombre zebaj se aplica a «sacrificios» al único y verdadero Dios en Bereshit/Gn


46.1 (rva): «Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Bersheva, donde ofreció
sacrificios al Dios de su padre Itzjaq/Isaac» (cf. Éx 10.25; Neh 12.43). El sustantivo
se refiere a «sacrificios» a otras divinidades en Éx 34.15 (rva): «No sea que hagas
alianza con los habitantes de aquella tierra, y cuando ellos se prostituyan tras sus
dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten, y tú comas de sus sacrificios» (cf. Nm
25.2; 2 R 10.19).

ְּ‫ ִּמז ָֽבח‬- mizbeaj, «altar». Este vocablo se usa más de 400 veces en el Tanaj. Su uso
frecuente es otra evidencia bien clara de la importancia del sistema sacrificial en
Israel. El primer caso de mizbeaj se encuentra en Gn 8.20, en donde Noaj/Noé
construyó un «altar» después del diluvio.

Innumerables son los «altares» que se registran en el Tanaj en el devenir de la


historia de la salvación: el «altar» de Noaj/Noé (Gn 8.20); los de Avram en Sijem
(Gn 12.7), en Bet-el (Gn 12.8) y en el monte Moriah (Gn 22.9); el de Itzjaq/Isaac en
Bersheva (Gn 26.25); de Iaaqov/Jacob en Sijem (Gn 33.20); de Moshé/Moisés en
Horeb (Éx 24.4); de Shemuel/Samuel en Ramá (1 S 7.17); del templo de Jerusalén
(1 R 6.20; 8.64); y los dos «altares» previstos por Iejezqel/Ezequiel en el templo
restaurado (Ez 41.22; 43.13–17).

Sacrificio: Heb. ְּ‫ ֶַ֨זבח‬- zebaj, «sacrificio». Esta raíz, en el sentido de «sacrificar» o
«inmolar», se encuentra en otras lenguas semíticas: acádico, ugarítico, fenicio,
arameo y arábigo. Zebaj se continuó usando en el hebreo mishnáico y se sigue
empleando en hebreo moderno, aunque mucho menos porque no hay templo.
Aparece 162 veces en el Tanaj hebreo y en todos los períodos. La primera vez es en
Gn 31.54: «Entonces Iaaqov/Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus
parientes a comer. Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte» (rva).

El significado básico de zebaj es «sacrificio». Después de inmolar el «sacrificio», el


sacerdote lo presentaba a Dios. El propósito no era solo establecer comunión entre
Dios y el hombre; más bien el «sacrificio» representaba el principio de que sin
derramamiento de sangre no había perdón de pecado (Lv 17.11; cf. Heb 9.22). Al
ofrecer su «sacrificio», el israelita fiel se sometía al sacerdote, quien, siguiendo
ciertos reglamentos minuciosos (véase Vaiqrá/Levítico), presentaba el sacrificio en
conformidad con las expectativas divinas.

Los «sacrificios» eran los «sacrificios» de la Pascua (Éx 12.27), los «sacrificios» de
paz (Lv 3.1ss), los «sacrificios» de acción de gracias (Lv 7.12) y los «sacrificios» que
representaba el sacerdote (qarban; Lv 7.16). El zebaj no era como el holocausto
(oláh) que se quemaba completamente sobre el altar; y no se parecía a la ofrenda
por el pecado (jatat) cuya carne se entregaba al sacerdote porque la mayor parte
de la carne se devolvía al ofrendante. La grosura se quemaba en el altar (Lv 3.4–5)
y la sangre se vertía alrededor del mismo (3.2). La persona que ofrecía su zebaj
compartía la carne con el sacerdote oficiante (Éx 29.28; Lv 7.31–35; Dt 18.3).

1403
S

En vista de que el pueblo participaba en comer del zebaj, el «sacrificio» se convirtió


en una comida comunal donde Dios invitaba al pueblo. El mensaje del juicio de
Sofonías se basa en este concepto del «sacrificio»: «Calla en la presencia de IHVH el
Señor, porque el día de IHVH está cercano; porque IHVH ha preperado sacrificio, y
ha dispuesto a sus convidados» (Sof 1.7). El israelita llegaba al templo con el
animal del sacrificio. Este se inmolaba, hervía y comía dentro de los terrenos del
templo (1 S 2.13). Además de rendir culto en los santuarios, los israelitas
festejaban juntos las bondades de Dios en sus propias aldeas. La historia de Samuel
ofrece varias ilustraciones de esta costumbre (cf. 1 S 9.13; 16.2–3).

Los profetas miraban con ojos condenatorios los «sacrificios» de un Israel


apóstata: «¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy
de holocaustosde carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de
bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos» (Is 1.11).

Oseas se refiere a la necesidad de que Israel ame a Dios: «Porque misericordia


quiero, y no sacrificios, y conocimiento de Dios más que holocaustos» (Os 6.6). El
profeta Shemuel amonesta a Shaúl con palabras bien conocidas: «¿Se complace
IHVH tanto en los holocaustos y víctimas como en que se obedezca a las palabras
de IHVH? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros» (1 S 15.22). David supo responder a Dios
cuando pecó: «Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado
no despreciarás tú, oh Dios» (Sal 51.16–17).

La Septuaginta ofrece la siguiente traducción del sustantivo: thusia («sacrificio;


ofrenda»).

Sangre: Heb. ַ‫ םד‬- dam, «sangre». Este es un término semítico común que tiene
cognados en todas las lenguas semíticas. Está constatado unas 360 veces en hebreo
bíblico y durante todos los períodos.

Dam se usa para denotar la «sangre» de animales, aves y seres humanos (nunca de
peces). En Gn 9.4 (rva), la «sangre» es sinónimo de vida: «Pero no comeréis carne
con su vida, es decir, su sangre». El alto precio de la vida como don de Dios lleva a
la prohibición de ingerir «sangre»: «Este será un estatuto perpetuo a través de
vuestras generaciones. En cualquier lugar que habitéis, no comeréis nada de sebo
ni nada de sangre» (Lv 3.17 rva). Son contadas las veces en que el término indica el
color «carmesí»: «Cuando se levantaron temprano por la mañana y el sol
resplandeció sobre las aguas, los de Moav vieron desde lejos las aguas rojas como
sangre» (2 R 3.22 rva). En dos pasajes dam es una metáfora para «vino»: «Lava en
vino su vestidura y en sangre de uvas su manto» (Gn 49.11 rva; cf. Dt 32.14).

Dam tiene varios matices. Primero, puede significar «sangre de violencia»: «No
profanaréis la tierra donde estéis, porque la sangre humana profana la tierra. No se
puede hacer expiación por la tierra, debido a la sangre que fue derramada en ella»
(Nm 35.33 rva). Por esta razón, puede significar «muerte»: «Contra vosotros

1404
S

enviaré hambre y fieras dañinas que te privarán de hijos. Peste y sangre pasarán
por en medio de ti, y traeré contra ti la espada» (Ez 5.17 rva).

Luego, dam puede connotar «quitar la vida» o «derramar sangre»: «Si tienes que
juzgar un caso demasiado difícil para tí, un asunto de sangre» (Dt 17.8 bj; «entre
sangre y sangre» rv; «entre una clase de homicidio y otra» rvr). Derramar sangre
quiere decir «asesinar»: «El que derrame sangre de hombre, su sangre será
derramada por hombre; porque a imagen de Dios Él hizo al hombre» (Gn 9.6 rva).
La segunda cita indicada que el asesino debe sufrir la pena capital. En otros
pasajes, la frase «derramar sangre» tiene que ver con la inmolación no ritual de un
animal: «Cualquier hombre de la casa de Israel que dentro o fuera del campamento
degüelle una vaca, un cordero… y no lo traiga a la entrada del tabernáculo de
reunión para ofrecerlo como sacrificio a IHVH delante del tabernáculo de IHVH, ese
hombre será considerado reo de sangre» (Lv 17.3–4 rva).

En términos jurídicos, «ponerse contra la sangre del prójimo» significa presentarse


ante un tribunal en contra del demandante, como acusador, testigo o juez: «No
andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida [«sangre» rv] de
tu prójimo» (Lv 19.16). La frase «su sangre sea sobre él» quiere decir que la
culpabilidad y la retribución por un acto de violencia recae sobre el culpable:
«Cuando alguna persona maldiga a su padre o a su madre, morirá irremisiblemente.
Ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre será sobre ella» (Lv 20.9 rva).
Indirectamente, y en el contexto de la legislación judía, esta frase sugiere que quien
castiga a un reo de sangre quitándole la vida no será culpado de homicidio. En este
caso, «sangre» indica responsabilidad por la muerte de otros: «Cualquiera que
salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y
nosotros quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano sobre cualquiera que
esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza» (Jos 2.19 rva).

La sangre de algún animal puede sustituir a la sangre de algún pecador en calidad


de propiciación (cobertura) por su pecado: «Porque es la sangre la que hace
expiación por la persona» (Lv 17.11 rva).

Santificar: Verbo, heb. ‫ קדַׁש‬- qadash, «santificar, ser santo». Este verbo también
aparece en fenicio, arameo bíblico y etiópico. En ugarítico ‫ ק ד ׁש‬significa
«santuario», y en babilónico antiguo qadashu quiere decir «brillar». Qadash se
encuentra unas 170 veces durante todos los períodos del hebreo bíblico.

La raíz principal de este verbo denota un acto o estado por el cual personas o cosas
se apartan para el culto a Dios: se consagran o se «hacen sagradas». Para el culto a
Dios. Esta acción o condición significa que el objeto o la persona «consagrada».
Debido a este acto y en ese estado la cosa o persona consagrada no debe emplearse
en trabajos ordinarios (o de uso profano) y deben tratarse con especial cuidado
porque son propiedad de Dios. El primer uso de «qadash» en esta raíz apunta a la
acción: «Luego tomarás parte de la sangre que está sobre el altar y del aceite de la
unción, y los rociarás sobre Aharón y sus vestiduras, y sobre sus hijos y sus
vestiduras. Así serán consagrados Aharón y sus vestiduras, y con él sus hijos y sus
vestiduras» (Éx 29.21 rva). Hay aquí también matices de santidad ética - moral
(espiritual) puesto que la sangre propiciatoria se rociaba también sobre el pueblo

1405
S

que estaba presente. En Éx 29.37 (rva) el énfasis parece recaer sobre la condición
de «consagrado o santificado»: «Durante siete días expiarás el altar y lo
santificarás; así será un altar santísimo. Todo lo que toque al altar será
santificado». Entonces, todo lo que entre en contacto con el altar pasa a un estado o
condición diferente, es «santo». Ahora le pertenece a Dios y está únicamente a su
servicio según a Él le plazca. En algunos casos esto implica destrucción (2 S 6.6ss),
mientras que en otros significa que los objetos solo lo podrán usar quienes son
ritualmente puros (Nm 4.15; 1 S 21.6). En ciertos casos, esto significa que los
objetos se pueden usar únicamente dentro del propio santuario (Nm 16.37ss).

En algunos pasajes qadash pareciera indicar lo contrario de «santo», profanado


con el fin de que Israel (pueblo santo de Dios) no lo pudiera usar: «No sembrarás
en tu viña ninguna otra semilla, porque de hacerlo, tanto los productos de esta
siembra como las uvas de tu viña quedarán prohibidos» (Dt 22.9 bla; «inservibles»
lba; «no sea que se haga sagrada la cosecha» bj; cf. Ez 44.19; 46.20, etc.).

En voz pasiva el verbo quiere decir «manifestar santidad». Es en este sentido que
Moshé/Moisés escribe: «Estas son las Aguas de Meriba, porque allí contendieron
los hijos de Israel contra IHVH y Él manifestó su santidad entre ellos» (Nm 20.13
rva). Esta demostración no indica alguna acción de juicio en contra del pecado (una
santidad ética - moral), sino más bien un acto milagroso de liberación. Algunos
eruditos perciben aquí un énfasis sobre el poder divino, argumentando que en esta
etapa de su historia el concepto que tenía Israel de santidad era semejante al de los
paganos, o sea que «santo», en la mentalidad semita, indica la presencia de algún
poder extraordinario. Un uso similar se halla en la promesa del profeta de una
futura restauración para Israel: «Cuando yo los haya hecho volver de los pueblos…
y haya mostrado mi santidad en ellos a vista de muchas naciones» (Ez 39.27).

Otro énfasis de esta raíz aparece en Lv 10.3 (rva: primer caso bíblico del término)
con la idea de «ser tratado como santo»: «Me he de mostrar como santo en los que
se acercan a mí [en el culto], y he de ser glorificado en presencia de todo el
pueblo». Una vez más, el énfasis parece recaer sobre el poder divino; Dios quiere
un pueblo obediente que le vea como un Dios poderoso (santo). Hay, por supuesto,
en esto un matiz ético-moral, porque Dios también desea que su pueblo le
obedezca, que deteste el pecado y que ame la justicia (cf. Is 5.16). La raíz de la
relación de Israel con su Dios es amor en lugar de temor (Dt 6.3, 5ss).

Por último,esta raíz puede usarse como la voz pasiva de la raíz principal del verbo
con el sentido de «ser consagrado o separado para el uso de Dios»: «También me
encontraré allí con los hijos de Israel, y el lugar será santificado por mi gloria» (Éx
29.43 rva).

Qadash tiene varios énfasis en la raíz intensiva. Primero, puede tener la


connotación de «declarar santo» o sea declarar que el objeto o la persona sirve
exclusivamente para celebrar la gloria de Dios. En Gn 2.3 (rva: primera mención
del término en la Biblia) «Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él cesó
de toda su obra de creación que Dios había hecho». Un significado similar del
vocablo se encuentra en los Diez Mandamientos: «Acuérdate del día del shabat
para santificarlo» (Éx 20.8 rva). Israel debe recordar el shabat manteniéndolo

1406
S

santo, alabando la persona de Dios y adorándole en la forma en que Él lo indica.


Con un matiz un tanto diferente, «santificar» un día especial significa proclamar
que es «santo» y que todo el pueblo se compromete a guardarlo debidamente. El
mismo sentido puede aplicarse también a los días sagrados paganos: «Santificad
un día solemne a Ba’al. Y ellos convocaron» (2 R 10.20). En Jl 1.14 el verbo indica
los días sagrados en Israel: «Proclamad ayuno, convocad a asamblea». El verbo, en
este contexto, pasa a significar «declarar» y «prepararse». A veces, con este mismo
sentido, el verbo se refiere a la guerra: «Anunciad [«preparad» lba] guerra contra
ella» (Jer 6.4; cf. Miq 3.5). Aún los paganos declaran guerra santa: «Alzad bandera
en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella» (Jer
51.27).

Esta raíz puede indicar que personas u objetos han sido consagrados o apartados
exclusivamente a Dios: «Conságrame todo primogénito; todo el que abre la matriz
entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, es mío» (Éx
13.2 rva). El primogénito de toda bestia debía ofrecerse a Dios como ofrenda al
templo o en sacrificio (Shemot/Éx 13.12–13). Un hijo primogénito podía redimirse
[rescatarse o comprarse] del Señor (Nm 18.15–16) o bien donarse al templo (1 S
1.24).

Qadash puede también usarse en el sentido de hacer algo o alguien cúlticamente


puro y reunir todos los requerimientos de Dios en cuanto a pureza en las personas
o cosas usadas en el culto formal a Dios. Esta acción aparece en Éx 19.10 (rva),
donde Dios dice a Moshé/Moisés: «Vé al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y que
laven sus vestidos». Una vez consagrado, el pueblo podía entrar en la presencia de
Dios. En un sentido similar el verbo significa «apartar a una persona para el
servicio divino». Aunque en estos casos el énfasis principal es cúltico, también hay
matices ético-morales. Por eso Dios ordena a Moshé/Moisés que los artesanos
hagan una vestimenta especial para Aharón: «Harán las vestiduras sagradas para
tu hermano Aharón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes» (Éx
28.4 rva). Cuando se hacía la consagración, rociaban a Aharón y sus hijos con la
sangre de la expiación. Tal ofrenda requería la confesión de pecados y el
sometimiento a un sacrificio sustitutivo (aunque tipológico. O sea que el vocablo,
con este sentido, describe el paso necesario que antecede a la ordenación del oficio
sacerdotal.

Qadash también tiene que ver con la consagración de objetos para ubicarlos en una
condición de pureza ritual y cúltica, dedicados al servicio único de Dios en el culto
(Éx 29.36; Lv 16.19). En algunos casos, la consagración de objetos a Dios no
requiere ninguna acción, solamente aislarse de ellos. Este es el caso con el monte
de la Torá. Moshé/Moisés reconoce ante Dios que «el pueblo no podrá subir al
monte Sinaí, porque tú nos has ordenado diciendo: Señala límites al monte y
santifícalo» (Éx 19.23). En Is 29.23–24 (rva) el verbo significa «reconocer que Dios
es santo», la única y verdadera fuente de verdad, y vivir de acuerdo a sus
instrucciones: «Porque sus descendientes [de Iaaqov/Jacob], al ver en medio suyo
la obra de mis manos, santificarán mi nombre. Santificarán al Santo de Iaaqov
/Jacob y temerán al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu conocerán el
entendimiento, y los murmuradores aprenderán la lección». En Iejezqel/Ez 36.23

1407
S

qadash indica «demostrar que uno es santo», o «demostrar y defender su


santidad».

En la raíz causativa el vocablo se refiere a «ofrendar para uso divino»: «Estará


sobre la frente de Aharón, y Aharón cargará con la culpa relacionada con las cosas
sagradas que los hijos de Israel hayan consagrado» (Éx 28.38 rva). Entregar algo a
Dios también se indica por medio de qadash. Los sacerdotes celebraban una
ceremonia de consagración cuando alguna persona decidía ofrendar algo suyo a
Dios: «David también consagró [los vasos] a IHVH» (2 S 8.11). En Lv 27.14ss hay
una lista de varios objetos que se podían ofrendar a Dios y luego redimirlos con
pagos sustitutivos. En Nm 8.17 (rva) Dios equipara «consagrar» con matar a los
primogénitos de Egipto: «El día en que yo hice morir a todos los primogénitos en la
tierra de Egipto, los consagré para mí».

Cuando Dios consagra algún objeto o persona puede significar que Él los acepta
para su servicio: «He santificado esta casa que has edificado para que yo ponga allí
mi nombre para siempre» (1 R 9.3 rva). Con un matiz más enfático, el término es
un correlativo de elección lo cual indica que Dios designa a alguien para su
servicio: «Antes que salieses de la matriz, te consagré y te di por profeta a las
naciones» (Jer 1.5 rva; cf. 12.3). El verbo también significa «preparar para
acercarse a Dios: IHVH ha preparado un sacrificio y ha escogido a sus invitados»
(Sof 1.7 rva). Puesto que en este versículo «preparar» y «escoger» conforman un
paralelismo, «escoger o consagrar» indica también «preparar». En Nm 20.12,
«creer» y «santificar» también son correlativos; Moshé/Moisés no acató la
exigencia divina de perfecta obediencia al no cumplir con las órdenes de Dios (cf. Is
8.13).

Nombre: Heb. ‫ קֹ דַׁש‬- qodesh, «cosa santa». Este sustantivo, que se encuentra unas
470 veces en hebreo bíblico, también aparece en ugarítico. Durante todos los
períodos del hebreo bíblico refleja varios de los significados verbales que hemos
visto. Primero, qodesh se aplica a objetos y personas que pertenecen a Dios. Todo
Israel es «santo», apartado para el servicio de Dios, con el deber de demostrar esta
separación manteniendo la distinción entre lo que es santo (permitido por Dios) y
lo que es impuro (Lv 10.10).

El vocablo también indica la condición de lo que se ha dedicado al uso especial del


pueblo de Dios (Is 35.8). En un sentido estrecho se usa para referirse a lo
«sagrado» o algo separado para el uso en el templo (uso cúltico). Así, el término
describe las vestimentas sacerdotales (sagradas; Éx 28.2). Puede referirse a
objetos sagrados que se han ofrendado al señor (para usarse en el santuario y/o
por los kohaním/sacerdotes y levitas; Éx 28.38), así como a objetos sagrados que
solo sacerdotes y levitas podían usar (Éx 29.32–33). En algunos casos las ofrendas
dedicadas (sagradas) pueden ser para otros según la orientación de Dios (Dt
26.13). Con sentido similar qodesh describe los objetos sagrados que se han
designado para sacrificio y culto ritual (Éx 30.25; Lv 27.10). Israel debe apartar
ciertos días sagrados (los sábados) exclusivamente para el culto divino, descanso
del trabajo (Éx 20.10), descanso en el Señor (Dt 5.14) y convocatorias santas (Éx
12.16).

1408
S

Qodesh puede ser el resultado de una acción divina. Designa una persona, lugar o
cosa como suyo (Éx 3.5: primera mensión del término), o sea, separado y único. Es
más, Dios designa a su santuario como un Lugar Santo. La parte exterior del
santuario es el Lugar Santo y la interior el Lugar Santísimo (Éx 26.33), y el altar es
un lugar muy santo. Todo esto indica que en diversos grados estos lugares se
identifican con el Dios santo (2 S 6.10–11). Aquel que odia y se mantiene aparte de
todo lo que sea muerte o que se asocia con la muerte e idolatría (Ez 39.25). Este
vocablo también se usa pocas veces para describir la santidad majestuaosa de Dios,
que Él no tiene igual e imperfección alguna (Éx 15.11). En al menos un pasaje se
enfatiza la santidad de Dios en términos de poder (Jer 23.9).

El nombre miqdash, aparece en hebreo bíblico unas 74 veces, se encuentra


también en arameo y en hebreo posbíblico. El término significa «lugar sagrado» o
«santuario», un espacio dedicado por los hombres bajo la dirección de Dios y con
su aprobación como el lugar en que Él se encuentra con ellos y recibe su adoración
(Éx 15.17: primer uso del término).

El sustantivo qadesh, se encuentra 11 veces en el hebreo bíblico, se refiere a una


«prostituta o prostituto» sagrado (Gn 38.21: primer caso bíblico). La prostitución
cúltica masculina era sinónima de homosexualidad (1 R 22.46). Este sustantivo se
encuentra en el Pentateuco en todos los períodos de la literatura histórica y en
Oseas y Job.

Santo: Adjetivo, heb. ‫ קדֹוׁש‬- qadosh, «santo». Las lenguas semíticas tienen dos
formas originales de la raíz que son distintas. Una significa «puro» y «consagrado»
como en el acádico qadistu y el hebreo qadesh («santo»). La palabra describe algo
o alguien. La otra quiere decir «santidad» como una circunstancia o como un
abstracto, de la misma manera que en arábigo al-qaddus («lo más santo o puro»).
En hebreo el verbo qadash y la palabra qadesh combinan ambos elementos:
descriptivo y estático. La comprensión tradicional de «separado» es solo un
significado derivado y no el principal.

Qadosh es importante en el Jumash/Torá/Pentateuco, en los escritos poéticos y


proféticos, y se encuentra poco en la literatura histórica. El primero de 116 casos
se encuentra en Éx 19.6 (rva): «Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una
nación santa».

En el Tanaj qadosh tiene una fuerte connotación religiosa. En uno de sus sentidos
el vocablo describe un objeto, lugar o día como «santo», en el sentido de
«dedicado» a un propósito especial: «Luego tomará el kohen/sacerdote del agua
santa en un vaso de barro» (Nm 5.17).

En particular, el shabat se ha «dedicado» como un día de descanso: «Si apartas tu


pie por respeto al sábado, para no hacer tu capricho en mi día santo; si al sábado
llamas delicia, consagrado a IHVH y glorioso; y si lo honras, no haciendo según tus
propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias
palabras, entonces te deleitarás en IHVH» (Is 58.13–14 rva). Esta prescripción se
basa en Gn 2.3, donde IHVH «santificó» o «dedicó» el shabat.

1409
S

Dios dedicó a Israel para que fuera su pueblo. Son «santos» por su relación con el
Dios «santo».

En cierto sentido, todo el pueblo es «santo» por ser miembros de la comunidad del
pacto, independientemente de su fe y obediencia: «Y se juntaron contra Moshé
/Moisés y contra Aharón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la
congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está IHVH; ¿por qué, pues,
os levantáis vosotros sobre la congregación de IHVH?» (Nm 16.3). Dios se propuso
que esta nación «santa» fuera un sacerdocio real «santo» entre las naciones (Éx
19.6). Sobre la base de una íntima relación, Dios esperaba que su pueblo cumpliera
con sus elevadas expectativas para ellos, demostrando que era una una nación
«santa»: «Me seréis santos, porque yo, IHVH, soy santo y os he separado de los
pueblos para que seáis mios» (Lv 20.26 rva).

Los Kohanim/sacerdotes fueron escogidos para servir en el Lugar Santo del


tabernáculo o templo. Por su función de mediadores entre Dios e Israel y por su
cercanía al templo, Dios los dedicó al oficio sacerdotal: «Serán santos para su Dios
y no profanarán el nombre de su Dios; porque ellos presentarán las ofrendas
quemadas, el pan de su Dios; por tanto, serán santos. El sacerdote no tomará mujer
prostituta o privada de su virginidad. Tampoco tomará mujer divorciada de su
marido, porque él está consagrado a su Dios. Por tanto, lo tendrás por santo, pues
él ofrece el pan de tu Dios. Será santo para ti, porque santo soy yo, IHVH, que os
santificó» (Lv 21.6–8 rva). Aharón, el sumo sacerdote, era «el santo de IHVH » (Sal
106.16 lba).

El Tanaj clara y enfáticamente enseña que Dios es «santo» moralmente (Lv 11.44)
y en poder (1 S 6.20). Es el «santo de Israel» (Is 1.4), «Dios santo» (Is 5.16) y «el
Santo» (Is 40.25). Su nombre es «Santo»: «Porque así dijo el Alto y Sublime, el que
habita la eternidad, y cuyo nombre es Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y
con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los
humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados» (Is 57.15). La
declaración negativa: «No hay santo como IHVH, porque no hay ninguno aparte de
ti; no hay roca como nuestro Dios» (1 S 2.2 rva), señala que Él es «santísimo» y que
nadie es tan «santo» como Él. Algunas pocas veces qadoÆsh se aplica a seres no
humanos, alejados de este mundo y dotados de gran poder (Job 5.1; Dn 8.13). Los
ángeles del séquito celestial son «santos»: «Y el valle de los montes será rellenado,
porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Y huiréis como huisteis a causa del
terremoto que hubo en los días de Uzías, rey de Iehudá/Judá. Así vendrá IHVH mi
Dios, y todos sus santos con Él» (Zac 14.5 rva). Los serafines proclamaban el uno al
otro la «santidad» de Dios: «Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo,
santo, IHVH de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria» (Is 6.3).

En la Septuaginta el término hagios («santo») representa el vocablo hebreo


qadosh.

Satán: heb. ‫שְּטן‬


ָ - adversario. Este vocablo aparece 24 veces en el Tanaj.
En Sal 38.20, David clama que sirve de blanco de los ataques de sus «adversarios».
Posiblemente sufria por sus errores; y dentro de su voluntad permisiva, Dios usa a

1410
S

los enemigos de David para disciplinar a su siervo. Otro salmo expresa la angustia
de un hombre santo y su profunda fe en el Señor. El autor ora por los
«adversarios» de su alma: «Sean avergonzados y desfallezcan los adversarios de mi
alma. Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal» (Sal
71.13 rva). El texto habla de la realidad de los poderes de las tinieblas que se
oponen a una persona que quiere vivir para Dios.

Los salmos imprecatorios claman por juicio contra los enemigos, reflejando la
batalla en el mundo invisible entre las tinieblas y la luz. Aunque los enemigos de
David pasaron a ser sus «adversarios», siguió orando por ellos (Sal 109.4). Puesto
que sus enemigos le pagaron mal por bien y odio por amor, el rey ora: «Levanta
contra él a un impío, y un acusador [satan] esté a su mano derecha» (Sal 109.6 rva).
Cuando hablaron mal en contra de su alma, David reclama la retribución del Señor
para sus «adversarios» (Sal 109.20) y, finalmente, debido a que los acusadores de
David tramaban tanto mal en su contra, pide que sus acusadores sean vestidos de
ignominia y confusión (Sal 109.29). En todos estos pasajes, Dios actúa
indirectamente al permitir que se levanten «adversarios» de su pueblo.

En otro caso, David mostró misericordia con los miembros de la casa de Shaúl que
le maldijeron y desearon mala suerte cuando huyó de Absalón (2 S 16.5ss). David
impidió que los jefes de su ejército matasen a los de la familia de Shaúl que se
arrepintieron de sus delitos. El rey no quiso que sus jefes se convirtieran en sus
«adversarios» en un día de victoria y regocijo (2 S 19.22).

Dios también puede ser «adversario». Cuando Balam fue a maldecir a los hijos de
Israel, Dios le advirtió que no lo hiciera. Cuando el profeta se empeñó en hacerlo,
Dios lo disciplinó: «Pero el furor de Dios se encendió cuando él iba, y el ángel de
IHVH se presentó en el camino como un adversario suyo» (Nm 22.22 rva). Dios se
colocó como un «adversario» porque ninguna maldición podría deshacer los
pactos y acuerdos ya hechos con Israel.

Dios entabló una controversia en contra de Salomón. Cuando este añadió cada vez
más mujeres paganas a su harén, Dios se sintió sumamente molesto (Dt 17.17). Sin
embargo, cuando el rey construyó santuarios paganos para sus mujeres, Dios
levantó «adversarios» contra él (1 R 11.14). Esta oposición directa fue la causante
de la insurrección de los edomitas y sirios contra Israel.

Otro caso de intervención especial fue cuando «Satanás [lit. «un adversario»] se
levantó contra Israel e incitó a David a que hiciese un censo de Israel» (1 Cr 21.1
rva). (Puesto que en hebreo no se encuentra en este caso un artículo definido, se
trata literalmente de «un adversario».) En un pasaje paralelo, fue Dios el que
motivó a David a censar a Israel y Judá (2 S 24.1). Como en los casos en que Dios
levanta un «adversario» en contra de Shelomó/Salomón, aquí también Dios actúa
directamente para probar a David con el fin de enseñarle una lección importante.
Dios pone a prueba a creyentes para que puedan tomar decisiones justas y no
depender de sus propias fuerzas.

En el libro de Iov/Job, la palabra satán siempre va precedida del artículo definido


(Job 1.6–12; 2.1–7), por lo que el término aquí enfatiza el papel de satán como «el

1411
S

adversario». Dios permitió que satán probara la emuná/firmeza/fidelidad (fe) de


Iov y el adversario impuso muchos males y dolores sobre el patriarca. satán no era
todopoderoso puesto que admitió su incapacidad de sobreponerse a la protección
de Dios para con Iov (Job 1.10). Penetró la «cerca» solamente con la autorización
divina y únicamente en instancias específicas que demostrarían la justicia de Dios.
Iov fue el campo de batalla entre las fuerzas de las tinieblas y de la luz. Aprendió
que a satán podía derrotar si tomaba buenas decisiones y que Dios se glorifica en
cada circunstancia.

Zejariáh/Zacarías narra una visión en que «Iehoshúa/Josué, kohen ha’gadol/sumo


sacerdote… estaba delante del ángel de IHVH y satán (el adversario, opositor,
acusador) estaba a su mano derecha para acusarle [lit. «en calidad de adversario»]
(Zac 3.1 rva). IHVH reprende al «adversario» (Zac 3.2). Una vez más, satán entra en
conflicto con los propósitos de Dios y de sus ángeles, sin embargo el «adversario»
no es todopoderoso y está sujeto a la reprensión de Dios mismo.

Un uso más genérico de satan («adversario») se encuentra en 1 R 5.4 (rva): «Pero


ahora, IHVH mi Dios me ha dado reposo por todas partes; no existe adversario ni
calamidad». En otro caso, David se pasó al lado de los filisteos; al intentar pelear
con ellos en contra de Israel, algunos de los líderes de los filisteos dudaron de la
sinceridad de David, creyendo que sería un «adversario» en cualquier batalla entre
los dos ejércitos (1 S 29.4).

Señor: Heb. ְּ‫ אָ דֹון‬- adon, o adonai, «señor; amo; Señor». Aparecen cognados de este
vocablo en ugarítico y fenicio. La modalidad adon se encuentra 334 veces y la
forma adonai (usado exclusivamente como un nombre divino) 439 veces.

Básicamente, adon quiere decir «señor» o «amo». Se distingue del término hebreo
ba’al que significa «dueño» o «poseedor». En lo fundamental, 'adon describe al que
ocupa la posición de «amo» o «señor» de un esclavo o siervo: «Entonces el criado
puso su mano debajo del muslo» (Gn 24.9). Se aplica a reyes y a sus asociados más
poderosos. Iosef/José dijo a sus hermanos: «Así, pues, no me enviasteis acá
vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de [consejero] Faraón y por señor
de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto» (Gn 45.8; cf. 42.30).
Solo una vez se usa la palabra con el sentido de «dueño» o «poseedor» (1 R 16.24).

Adon a menudo se usa como un título de respeto. En algunos casos, la persona así
destacada ocupa de veras una posición de autoridad. En Gn 18.12 (primer caso),
Sará llama a Avraham su «señor». Por otro lado, el término se usa como un título
honorífico para indicar sumisión a la persona interpelada de parte del locutor.
Iaaqov/Jacob instruye a sus esclavos cómo deben dirigirse a «mi señor Esav» (Gn
32.18); o sea que Iaaqov/Jacob llama «señor» a su hermano. En estos casos cuando
se llama a una persona «señor» es como llamarle «usted».

Cuando se relaciona con Dios, adon se usa con varias acepciones. Indica su posición
(es amo) sobre su pueblo; tiene autoridad para recompensar a quienes le son
obedientes y castigar a quienes le desobedecen: «Efraím ha provocado a Dios con
amarguras; por tanto, hará recaer sobre él la sangre que ha derramado, y su Señor
le pagará su oprobio» (Os 12.14). En tales contextos se concibe a Dios como un ser

1412
S

que es Rey soberano y todopoderoso amo. El vocablo a menudo se usa como título
de respeto, una manera directa de dirigirse a Dios como parte de una relación de
señor-vasallo o amo-siervo (Sal 8.1). En algunos casos el vocablo parece ser un
título que sugiere la relación de Dios con Israel y la posición que ocupa sobre él:
«Tres veces al año se presentarán todos tus hombres delante de IHVH el Señor»
(Éx 23.17). En estos casos 'adon es un nombre formal de la divinidad y su
transliteración debe hacerse como es debido a fin de mantener el debido énfasis.
En la modalidad de adonai, el vocablo significa claramente «Señor» por excelencia
o «Señor de todos», así como es a veces en la forma de adon (cf. Dt 10.17, donde se
dice que Dios «es Dios de dioses y Señor de señores»; Jos 3.11, en el cual lleva el
apelativo de «Señor de toda la tierra»).

La palabra adonai se encuentra en Gn 15.2: «Y respondió Avram: Señor IHVH ¿qué


me darás, siendo así que ando sin hijo… ?». El término aparece a menudo en los
Salmos (68.17; 86.3) y en Isaías (29.13; 40.10).

IHVH, «Señor». El Tetragrámaton IHVH aparece sin vocales y por eso se debate su
pronunciación exacta. El texto hebraico introduce las vocales de adonai, y los
estudiosos judíos lo pronuncian Adonai cada vez que encuentran el tetragrámaton.
Este uso de la palabra se encuentra 6,828 veces, en todos los períodos del hebreo
bíblico.

El nombre divino se encuentra únicamente en el Tanaj y se debate su significado


exacto. Dios lo escogió como su nombre personal a través del cual se relacionaba
específicamente con su pueblo escogido (del pacto). Se encuentra por primera vez
en Bereshit/Gn 2.4: «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando
fueron creados, el día que IHVH Dios hizo la tierra y los cielos». Tal parece que
Adám conocía a Dios por su nombre personal (o del pacto) desde el principio,
puesto que Shet puso a su hijo el nombre de Enósh (es a saber, un ser débil y
dependiente) y empezó (junto con otras personas piadosas) a «invocar [cultuar] el
nombre de IHVH» (Gn 4.26). Con el pacto el nombre adquirió una expresión y
aplicación más completa cuando Elohim/Dios se reveló a Avraham (Gn 12.8),
prometiéndole redención, es decir, identidad como nación. Esta promesa se hizo
realidad a través de Moshé/Moisés, a quien Dios explicó que Él no era únicamente
«el Dios que existe», sino también «el Dios que cumple su voluntad»: «Así dirás a
los hijos de Israel: IHVH, el Dios de vuestros padres, el Dios de Avraham, el Dios de
Itzjaq y el Dios de Iaaqov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para
siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación. Ve y reúne a
los ancianos de Israel, y diles: IHVH, el Dios de vuestros padres, el Dios de
Avraham, de Itzjaq y de Iaaqov, se me ha aparecido, diciendo: Ciertamente os he
visitado y he visto lo que se os ha hecho en Egipto. Y he dicho: Os sacaré de la
aflicción de Egipto a la tierra del cananeo» (Éx 3.15–17 lba). En esta ocasión, Dios
explica el significado del nombre, «Sere El que Estare [o «Seré El que Sere»]» (Éx
3.14). Habló a los patriarcas en calidad de IHVH, prometiéndoles liberación. Sin
embargo, todavía desconocían la plenitud del significado y de la experiencia del
nombre (Éx 6.2–8).

Seol: Heb. ‫ ְׁש ֣אֹול‬- sheol. Los 65 casos de este vocablo están distribuidos en todos
los períodos del hebreo bíblico.

1413
S

Primero, el vocablo se refiere a un estado de muerte: «Porque en la muerte no hay


memoria de ti; en el Sheol, ¿quién te alabará?» (Sal 6.5; cf. 18.5). Es el lugar de
descanso final de todos los seres humanos: «Pasan sus días en prosperidad, y en
paz descienden al Sheol» (Job 21.13). Ana confesó que es el Dios omnipotente que
traduce a las personas al sheol (muerte); los mata (1 S 2.6). «Sheol» se usa
paralelamente con los términos hebreos «abismo» o «infierno» (Job 26.6),
«corrupción» o «putrefacción» (Sal 16.10) y «destrucción» (Pr 15.11).

Segundo, «Sheol» indica un lugar de existencia consciente después de la muerte. La


primera vez que se usa el término Iaaqov/Jacob dice: «¡Descenderé enlutado a mi
hijo hasta el Sheol!» (Gn 37.35). Todos los seres humanos van después de la
muerte a un lugar «Sheol» en el que estará conscientes (Sal 16.10). Es allí donde
los malvados reciben el castigo (Nm 16.30; Dt 32.22; Sal 9.17). En el «Sheol» serán
avergonzados y silenciados (Sal 31.17). Ieshúa/Jesús menciona un pasaje en
Ieshaía/Isaías (14.13–15) que habla de seol/sheol al pronunciar juicio contra
Capernaum (Mt 11.23); se traduce «Sheol» como «Hades» o «Infierno»,
refiriéndose al lugar de existencia consciente y de juicio. Es un lugar indeseable
para los malvados (Job 24.19) y un refugio para los justos (Job 14.13). Por tanto,
«Sheol» es también un lugar de recompensa para los justos (Os 13.14; cf. 1 Co
15.55).

Sepultar, Enterrar: Verbo, heb. ‫ קבר‬- qabar, «sepultar, enterrar». Este verbo se
encuentra en la mayoría de las lenguas semíticas, incluyendo ugarítico, acádico,
arábigo, arameo, fenicio, así como en el arameo posbíblico. En el hebreo bíblico hay
unos 130 casos del vocablo en todos los períodos.

Esta raíz se usa casi exclusivamente en relación con seres humanos. (La única
excepción es Jer 22.19; véase a continuación). Por lo general, este verbo representa
el acto de colocar un cadáver en una sepultura o tumba. Este es el significado la
primera vez que encontramos qabar: «Y tú vendrás a tus padres en paz y serás
sepultado en buena vejez» (Gn 15.15). Un entierro digno era señal de bondad
especial y de bendición divina. Como tal, era la obligación de los sobrevivientes
responsables. Avraham compró la cueva de Macpela para enterrar a sus muertos.
David agradeció a los hombres de Jabes de Galaad por la forma atrevida en que
rescataron los cuerpos de Saúl y de Jonatán (1 S 31.11–13), y por proporcionarles
una digna «sepultura». Les dijo: «Benditos seáis vosotros de IHVH, que habéis
hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura» (2 S 2.5).
Más tarde, David tomó los huesos de Saúl y de Jonatán y los sepultó en la tumba de
la familia (2 S 21.14); aquí el verbo significa tanto «enterrar» como «volver a
enterrar». Una sepultura digna no era una simple consideración, sino una
necesidad. Para que la tierra se mantuviera pura delante de Dios, los cuerpos
tenían que sepultarse antes del anochecer: «Su cuerpo no colgará del árbol toda la
noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito
de Dios), para que no contamines la tierra que el Señor tu Dios te da en heredad»
(Dt 21.23 lba). O sea que, si no se enterraba el cuerpo, la bendición de Dios era
quitada.

No ser enterrado era señal de desaprobación divina sobre los sobrevivientes y la


nación. Ahías el profeta dijo a Jeroboam: «Todo Israel hará duelo por él [el hijo de

1414
S

Jeroboam] y le sepultará; pues este es el único de los de Jeroboam que será


sepultado, porque de la casa de Jeroboam solo en él se ha hallado algo bueno
delante de IHVH Dios de Israel» (1 R 14.13 rva); y el resto de la familia sería
comida por los perros y las aves de rapiña (v. 11; cf. Jer 8.2). Jeremías profetizó que
Joacim «será enterrado con un entierro de asno, arrastrado y echado más allá de
las puertas de Jerusalén» (Jer 22.19 rva). En general, los cuerpos se «sepultaban»
en cuevas (Gn 25.9) y sepulcros, sepulturas o tumbas (Gn 50.5; Jue 8.32). En
algunos casos, qabar se usa de manera elíptica para referirse a todo el proceso de
muerte. En Job 27.15 (lba) leemos: «Sus sobrevivientes serán sepultados a causa
de la plaga [en muerte] y sus viudas no podrán llorar».

Nombre: Heb. ַ‫ ֶ֨קבר‬- qeber, «tumba; sepulcro». Qeber aparece 67 veces y, la


primera vez que aparece (Gn 23.4), el término se refiere a una tumba o sepultura.
En Jer 5.16, el vocablo tiene el significado de «sepulcro» y, en Sal 88.11, qeber se
refiere al «sepulcro» en el sentido del infierno. En Jue 8.32, el vocablo significa un
«sepulcro familiar»; Jer 26.23 usa el témino indicando «lugar de sepultura» y más
concretamente, una fosa abierta.

Ser: Heb. ‫ היה‬- Haiáh, «ser, acontecer, llegar a ser». Este verbo solo se encuentra en
hebreo y arameo. Se constatan unos 3,560 casos del término en el Tanaj, tanto en
hebreo como en arameo.

A menudo el verbo indica más que existencia o identidad (esto se puede hacer aun
sin el verbo). Más bien, enfatiza de manera muy particular la existencia (ser) o la
presencia de una persona u objeto. Sin embargo, en las versiones en castellano se
suele usar simplemente el término «acontecer».

El verbo puede usarse para resaltar la presencia de una persona (p. ej. el Espíritu
divino Jue 3.10), una emoción (p. ej. temor, Gn 9.2) o una situación (p. ej. maldad,
Am 3.6). El verbo destaca la presencia (u ausencia) de cada uno de estos casos o
sea que es determinante.

Por otro lado, hay algunos casos en que haiáh sí quiere decir sencillamente
«acontecer, ocurrir». Solo se enfatiza el acontecimiento, como se puede observar
en la siguiente declaración inmediatamente después del primer día de la creación:
«Y fue así» (Gn 1.7). Con este mismo sentido, hayah se traduce con frecuencia
«aconteció».

Las diversas partículas que pueden acompañar al verbo matizan su significado. Por
ejemplo, en pasajes que expresan maldición o bendición, el verbo no solo se usa
para especificar el objeto de la acción, sino también las fuerzas dinámicas que
están por detrás y por dentro de la acción. Gn 12.2, para citar un ejemplo, se narra
que Dios dijo a Avram: «Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás [haiáh]
bendición». Avram ya había sido bendecido, así que la declaración divina le otorga
una bendición futura. Cuando haiáh se usa en citas como estas indica que el
cumplimiento está asegurado por el poder y autoridad de quien promete. Avram
será bendecido porque así lo ha establecido Dios.

1415
S

En otro grupo de pasajes, haiáh constituye intención en vez de cumplimiento. O


sea, la bendición se hace promesa y la maldición amenaza (cf. Gn 15.5).

Finalmente, en un uso aun menos marcado de haiáh, la bendición o la maldición


indican apenas un querer o desear (cf. Sal 129.6). Con todo, el verbo sigue siendo
un tanto dinámico, puesto que reconoce la presencia de Dios, la fidelidad del ser
humano (o su rebeldía) y la intención de Dios de lograr lo que se ha propuesto.

En relatos de milagros, haiáh con frecuencia aparece en el clímax de la historia


para confirmar la veracidad del acontecimiento. La mujer de Lot miró hacia atrás y
«se convirtió» [haiáh] en estatua de sal (Gn 19.26); el uso de haiáh confirma que el
hecho en realidad aconteció. Este es también el énfasis del verbo en Gn 1.3, en
donde Dios dice: «Sea la luz». Dios cumplió con su palabra en que «fue la luz».

Los profetas usan haiáh para proyectar hacia el futuro las intervenciones divinas.
Lo emplean no tanto para enfatizar las circunstancias y los hechos anunciados que
en verdad ocurrieron, sino más bien para indicar la fuerza divina subyacente que
hace posible que ello acontezca (cf. Is 2.2).

En pasajes jurídicos que describen la relación divina con el pueblo del pacto se usa
haiáh para establecer el deseo y la intención de Dios (cf. Éx 12.6). Los pactos entre
dos personas casi siempre incluyen hayah en sus fórmulas legales (Dt 26.17–18;
Jer 7.23).

Signo: Heb. ‫ ָּ֔אֹות‬- ot, «signo; marca; señal». Hay cognados de este vocablo en
arameo y arábigo. Aparece 78 veces en todos los períodos del hebreo bíblico.

El término indica alguna marca que caracteriza una persona o a un grupo. Este es
el énfasis en Gn 4.15: «Y el Señor marcó a Qaín, para que, si alguien tropezaba con
él, no lo matara» (nbe). En Éx 8.23 Dios promete hacer una «redención entre mi
pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal» (cf. Éx 12.13). En Nm 2.2 se usa ot para
indicar un estandarte militar, mientras que en Job 21.29 se aplica el término a las
banderas que identifican a tribus nómadas. Rajav solicitó de sus huéspedes
israelitas una «señal segura» (rva; «promesa» lba) y ellos estipularon la cuerda
escarlata con la cual ella les bajó por su ventana, ayudándoles a escapar de Jericó
(Jos 2.12, 18).

El vocablo significa el «signo» que recuerda un compromiso. Este es su significado


en Gn 9.12: «Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo
ser viviente» (cf. vv. 4–15).

La idea de un memorial se enfatiza en Éx 13.9: «Esto ha de ser para ti como una


señal sobre tu mano y como un memorial entre tus ojos, para que la ley de IHVH
esté en tu boca» (rva).

Ot también indica una «señal» («signo») que apunta a una verdad que tiene un
cumplimiento futuro: «Ciertamente yo estaré contigo. Esto te servirá como señal
de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios
en este monte» (Éx 3.12 rva).

1416
S

En pasajes como Éx 4.8 ot se refiere a una «señal» milagrosa: «Si aconteciere, que
no te creyeren, ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la
postrera». Los «signos» ponen el sello de autenticidad sobre el mensaje profético,
aunque no son la prueba máxima ni definitiva de su autoridad; sus palabras deben
concordar con la revelación pasada (cf. Dt 13.1–5).

Varios pasajes usan ot en el sentido de portentos o indicaciones acerca de hechos


futuros: «Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque
IHVH los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal» (1 S 14.10).

Ot puede tambien ser una «señal de advertencia»: «En lo que respecta a los
incensarios de estos que pecaron a costa de sus vidas, de ellos se harán láminas
para cubrir el altar. Por cuanto han sido presentados delante de IHVH, están
santificados; y servirán de advertencia a los hijos de Israel» (Nm 16.38 rva).

El primer caso de ot se encuentra en Gn 1.14, donde se refiere a los astros, «signos»


de las horas del día y de las estaciones.

Suerte: Heb. ‫גֹורל‬


ָ֤ - goral, «suerte». Este término está constatado 77 veces en todos
los períodos de la lengua (si se acepta el punto de vista tradicional sobre la
formación del canon).

Goral indica la «suerte» que se echaba para en ciertas situaciones descubrir la


voluntad de Dios: «Y echará suertes Aharón sobre los dos machos cabríos, una
suerte por IHVH, y otra suerte para el macho cabrío expiatorio» (Lv 16.8 lba:
primer ejemplo bíblico del vocablo). No se sabe exactamente cómo se echaban
«suertes».

Puesto que la tierra de kena’an se repartió entre las tribus echando «suertes», por
«lotería», estas parcelas llegaron a denominarse «lotes»: «La parte que tocó en
suerte a la tribu de los hijos de Iehudá/Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta
la frontera de Edom» (Jos 15.1).

Ampliando un poco su significado, goral indica también la idea de «destino»: «Al


atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es
la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean» (Is 17.14
rva). Puesto que Dios es el que gobierna todas las cosas absolutamente, se
considera que el resultado de «echar suertes» está bajo el control divino: La suerte
se echa en el regazo [«sobre la mesa», nvi]; mas de IHVH es la decisión de ella» (Pr
16.33). A esto se debe la convicción de que nuestra «suerte» está en manos de la
providencia (el control divino de la historia).

Tabernáculo: Heb. ‫ ִמ ְׁש ָּּ֔כן‬- mishkan, «morada; tabernáculo; santuario». El vocablo


se encuentra 139 veces y la primera vez que aparece tiene que ver con el
«tabernáculo»: «Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y
el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis» (Éx 25.9). Mishkan se encuentra
principalmente en Shemot/Éxodo y Bemidbar/Números, y siempre se refiere al
santuario. Con este significado es sinónimo de la frase «tienda de reunión» (bj, lba;
«tienda del encuentro» nbe). En total, 100 de los 139 casos de mishkan en todo el

1417
S

Tanaj significan «morada». Dios habitó en medio de su pueblo en el desierto y su


presencia se manifestó simbólicamente en el tabernáculo de reunión. El vocablo
mishkan realza en forma representativa la presencia de Dios: «Y pondré mi
morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros,
y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Yo IHVH vuestro Dios, que os
saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas
de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido» (Lv 26.11–13). De aquí
que el pecado entre los israelitas profanaba la «morada» de Dios (Lv 15.31; cf. Nm
19.13).

Mientras que el «tabernáculo» era portátil, el templo se construyó con el culto


religioso como su principal objetivo: «No he habitado en casas desde el día en que
saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en
tabernáculo» (2 S 7.6). Shelomó/Salomón construyó el templo y la estructura se
conocía como la «casa», el templo, en lugar de la «morada» (mishkan). En la
literatura tardía mishkan se convertiría en un sinónimo poético de «templo»: «No
daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle lugar
para IHVH, morada para el Fuerte de Iaaqov/Jacob» (Sal 132.4–5). El significado de
mishkan también se ampliaría para incluir toda el área circundante al templo,
abarcando aun la ciudad de Ierushalaím/Jerusalén: «Hay un río cuyas corrientes
alegran la ciudad de Dios, el santuario, morada del Altísimo» (Sal 46.4 rva); «Ama
IHVH las puertas de Sion más que todas las moradas de Iaaqov/Jacob» (Sal 87.2).

La profanación de la ciudad y del área del templo fue causa suficiente para que
Dios abandonara el templo (Ez 10), permitiendo que los brutales babilónicos
destruyeran su «morada»: «Han puesto a fuego tu santuario, han profanado el
tabernáculo [«morada» lba; «residencia» nvi] de tu nombre, echándolo a tierra»
(Sal 74.7). En su divina providencia, Dios se proponía restaurar a su pueblo y al
templo como señal de su presencia continua: «Estará en medio de ellos mi
tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las
naciones que yo IHVH santifico a Israel, estando mi santuario entre ellos para
siempre» (Ez 37.27–28).

En términos seculares, mishkan indica la «morada» de alguna persona (Nm 26.24),


de Israel (Nm 24.5) y de extranjeros (Hab 1.6).

En la Septuaginta la traducción usual de mishkan es skene («morada; enramada»),


que también traduce el término ohel, «tienda». Algunos sugieren que la
pronunciación semejante entre mishkan (hebreo) y skene (griego) ha influido en la
traducción. Otro término griego que se usa es skenoma («tienda; morada;
habitación»).

Verbo: Heb. ַ‫ כןׁש‬- shajan, «morar, habitar». Este verbo, que aparece unas 129 veces
en hebreo bíblico, se halla también en otras lenguas semíticas. En acádico, sajanu,
«poner, colocar, establecer, situarse», tiene muchas formas, tal como el nombre
masjana, «morada». Un caso del verbo hebreo se encuentra en Sal 37.27: «Apártate
del mal y haz el bien, y vivirás [«tendrás morada» lba] para siempre».

1418
T

Temer: Verbo: Heb. ‫ י ִרֵא‬- iaré, «temer, temor reverente, temor». Este verbo se
encuentra en ugarítico y hebreo (bíblico y posbíblico). Hay alrededor de 330 casos
durante todos los períodos del Tanaj.

Básicamente, el verbo connota la reacción sicológica que llamamos «temor». Iaré


puede indicar temor de algo o de alguien. Iaaqov/Jacob oró: «Líbrame ahora de la
mano de mi hermano, de la mano de Esav, porque le temo; no venga acaso, y me
hiera la madre con los hijos» (Gn 32.11).

Cuando se usa con relación a una persona de alto rango, iaré connota «temor
reverente». Es más que simple temor; es la actitud con que una persona reconoce
el poder y la condición de la persona a la que se reverencia y se le rinde el debido
respeto. Con este significado, la palabra puede implicar sumisión en una debida
relación ética con Dios. El ángel de IHVH dijo a Avraham: «Ya conozco que temes a
Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único» (Gn 22.12). El verbo puede usarse
absolutamente con el fin de hacer referencia a los atributos celestiales y santos de
alguna persona u objeto: «¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de
Dios y puerta del cielo» (Gn 28.17). El pueblo que se liberó de Egipto vio el gran
poder de Dios, «temió a IHVH, y creyeron a IHVH y a Moshé/Moisés su siervo» (Éx
14.31). Encontramos aquí más que un temor sicológico. El pueblo demostró
además la debida «reverencia» hacia Dios, con temor hacia Él y su siervo, como lo
demuestra el cántico que entonaron (Éx 15). Después de experimentar los truenos
y relámpagos, el sonido de la trompeta y un monte humeante, los israelitas se
«atemorizaron» y retrocedieron; entonces Moshé/Moisés les dijo que no tuvieran
temor: «No temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor
esté delante de vosotros para que no pequéis» (Éx 20.20 rva). En este pasaje, yare<
quiere decir «temor» o «pavor» del Señor. Este mismo sentido se encuentra en los
pasajes en que Dios dice «no temáis» (Gn 15.1).

Iaré puede usarse absolutamente (sin complemento directo), con el significado de


«sentir temor». Adám dijo a Dios: «Tuve miedo, porque estaba desnudo» (Gn 3.10:
primer caso del vocablo). También se puede sentir «temor» de alguna situación,
como cuando Lot «tuvo miedo de quedarse en Zoar» (Gn 19.30).

Nombre: Heb. ‫ ראֹומ‬- morá, «temor». El nombre morá, que se encuentra 12 veces,
se usa exclusivamente para denotar el «temor» a un ser supremo. Por lo general, se
emplea para describir la reacción que las grandes obras y actos de destrucción de
Dios causan en los seres humanos (Dt 4.24). Por tanto, el término indica un
«temor» muy marcado o «terror». Cuando se encuentra en singular, el vocablo
enfatiza sobre todo las acciones de Dios. También moÆra< puede sugerir una
reacción de animales frente a hombres (Gn 9.2) y de las naciones ante las
conquistas de Israel (Dt 11.25).

‫ יִ ְר ַ֖את‬- Irát, «temor; reverencia». El nombre irát se encuentra 45 veces en el Tanaj.


Puede significar «temor» a los hombres (Dt 2.25), alguna cosa (Is 7.25), situaciones
(Jn 1.10) y Dios (Jn 1.12); también puede significar «reverencia» hacia Dios (Gn
20.11).

1419
T

Templo: Heb. ‫ הֵ יכַ֥ל‬- heijál, «palacio; templo». Esta palabra se deriva indirectamente
del término sumerio égal, «casa grande, palacio», y de manera más directa al
acádico eijalu, «casa grande». La influencia del ekalu acádico se esparció entre el
grupo noroeste de las lenguas semíticas. En hebreo posbíblico el significado quedó
limitado a «templo». El Heijál Sh’lomó («Templo de Salomón») en el Jerusalén
moderno, a falta del verdadero templo, se refiere a la sede del rabinato supremo de
Israel. El vocablo se encuentra 78 veces desde 1 Shemuel/S hasta Mal’ají/Mal y con
mayor frecuencia en Iejezqel/Ez. La primera vez que se usa tiene que ver con el
tabernáculo en Silo (1 S 1.9).

La palabra «palacio» en las versiones en castellano se traduce quizás de tres


palabras hebreas: heijál, bait, o armon. También se encuentra en hebreo bíblico la
acepción «palacio» del término sumero-acádico heijál. Los 15 casos tienen que ver
con los «palacios» de Acav (1 R 21.1), del rey de Babilonia (2 R 20.18) y de Nínive
(Nah 2.6). Los «palacios» estaban lujosamente adornados y los que en ellos
habitaban disfrutaban de cuanto placer se les antojara; cf.: «En sus palacios
aullarán las hienas, y los chacales en las lujosas mansiones. Su tiempo está cercano
para llegar, y sus días no se prolongarán» (Is 13.22 rva). El salmista compara las
jóvenes bellas con las hermosas columnas de un suntuoso «templo»: «Sean
nuestros como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas
labradas como las de un palacio» (Sal 144.12). Amós profetiza que «los cantos del
palacio» (Am 8.3 lba; «cantores del templo rvr») se convertirían en gemidos ante la
destrucción del reino del norte.

Por lo general, se puede distinguir la acepción «templo» al hallarse uno de dos


indicadores a continuación de heijál. La frase «de IHVH» después del término es el
primer indicador. «Y cuando los albañiles del templo de IHVH echaban los
cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a
levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a IHVH, según ordenanza de
David rey de Israel» (Esd 3.10). El segundo indicador es una forma del vocablo
qodesh, «santo»: «Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; han profanado tu
santo templo; redujeron a Jerusalén a escombros» (Sal 79.1). En ciertos casos el
artículo definido basta para señalar el «templo de Jerusalén»: «En el año que murió
el rey Uzías vi yo a IHVH sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo» (Is 6.1). Es este el caso particular cuando se trata de un pasaje
sobre el «templo» (Ez 41).

El Tanaj habla también del heijál celestial, el heijál de Dios. Es difícil saber si se
refiere a «palacio» o «templo». La mayoría de las versiones optan por la idea del
«templo»: «Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; y IHVH el
Señor, IHVH desde su santo templo, sea testigo contra vosotros» (Miq 1.2; cf. Sal
5.7; 11.4; Hab 2.20). «En mi angustia invoqué a IHVH, y clamé a mi Dios; Él oyó mi
voz desde su templo, y mi clamor llegó a sus oídos» (2 S 22.7). Con todo, puesto
que las Escrituras describen al trono real de juicio en el cielo, no es del todo
imposible que los autores originales tuvieron en mente un «palacio» real. Las
imágenes de «palacio» y de juicio parecieran estar como antecedente del Sal 11.4–
5. «IHVH está en su santo templo; IHVH tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus
párpados examinan a los hijos de los hombres. IHVH prueba al justo; pero al malo y
al que ama la violencia, su alma los aborrece».

1420
T

La Septuaginta usa los términos naos («templo») y oikos («casa; palacio; morada;
familia»).

Testigo, Testimonio: Heb. ‫ עֵד‬- ed, «testigo». Los 69 casos de esta palabra están
esparcidos a lo largo de los varios géneros y períodos de la literatura, aun cuando
no se encuentra en los escritos históricos fuera del Jumash (la Torá).

El término se relaciona con el campo legal o jurídico. Primero, en el campo de


asuntos civiles el vocablo puede referirse a alguien que está presente durante un
trámite legal y que puede atestiguar al respecto en caso de necesidad. Por lo
general, se trataba de escribanos o notarios; por ejemplo, para constatar un
acuerdo verbal sobre traspaso de propiedad: «Y la costumbre en tiempos pasados
en Israel tocante a la redención y el intercambio de tierras para confirmar
cualquier asunto… Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros
sois testigos hoy de que he comprado de la mano de Noemí todo lo que pertenecía
a Elimelec y todo lo que pertenecía a Quelión y a Mahlón» (Rt 4.7, 9 lba). Más
adelante los «testigos» no solo testificaban en cuanto a la transacción y lo
confirmaban oralmente, sino firmaban un documento o escritura legal. Es así como
el término adquiere un matiz adicional que indica tanto la capacidad como la
disponibilidad del «testigo», lo cual les permite avalar con su firma: «Entregué el
documento de la compra a Baruc hijo de Nerías… en presencia de Hanameel, hijo
de mi tío, en presencia de los testigos que habían firmado el documento de la
compra» (Jer 32.12 rva). Un objeto o un animal podían testificar de la veracidad de
una acción o de un acuerdo. Su existencia o aceptación por las partes involucradas
servía como «testigo» (así como en el caso de los animales que se entregaron a
Avimelej en Gn 21.30): «Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por
testimonio entre nosotros dos [que atestigüe sobre nuestra mutua relación]» (Gn
31.44: primer pasaje con el término). Iaaqov/Jacob entonces levantó un majano o
montículo de piedras como «testimonio» adicional (Gn 31.48) y apela a Dios como
«testigo» y juez si el pacto no se cumple.

En el derecho penal mosaico el acusado tiene la facultad de carearse con su


acusador y de aportar evidencia en cuanto a su inocencia. En el caso de una mujer
recién casada acusada por su marido de adulterio, el testimonio de este es
suficiente para comprobar la culpabilidad a menos que los padres de la mujer
tengan, antes del matrimonio, claras evidencias de su virginidad (Dt 22.14ss). Por
lo general, confrontaban al acusado con alguien que presenció o escuchó su
culpabilidad: «Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo
que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado» (Lv 5.1). Quien miente en
un tribunal de justicia incurre en severas penalidades. El noveno mandamiento
puede tener como referencia inmediata un contexto concreto como este (Éx 20.16).
De ser así, sirve para sancionar procedimientos jurídicos concretos, salvaguardar a
las personas de acusaciones y condenas secretas y asegurarles su derecho y
privilegio de autodefensa. En el intercambio entre Iaaqov/Jacob y Laván antes
mencionado, el primero también llama a Dios como «testigo» (Gn 31.50), entre
ellos, aquel que vigilará las violaciones y, que al mismo tiempo por ser Dios, es
Juez. Aunque en la mayoría de los casos los tribunales procuraban separar las
funciones de juez y «testigos», estos últimos sí tomaban parte en ejecutar las penas
contra los culpables (Dt 17.7), tal como lo hace Dios.

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T

‫ע ֵַ֥דּות‬- Edut, «testimonio; ordenanza». Los 83 casos de esta palabra se encuentran


a través de todos los tipos de literatura bíblica y en todos los períodos (desde la
Torá/Instrucción/Ley sinaítica en adelante).

El vocablo se refiere a los Diez Mandamientos como mandato o deber de origen


divino. En particular se refiere a los mandamientos escritos sobre tablas de piedra
que perduran como memoria y «testimonio» de la relación de Israel con Dios y su
consiguiente responsabilidad: «Y dio a Moshé/Moisés, cuando acabó de hablar con
él en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo
de Dios» (Éx 31.18). En otros pasajes, estas tablas se indican solamente como «el
testimonio» (Éx 25.16). Debido a que se guardaban en el arca, esta se llegó a
conocer como el «arca del testimonio» (Éx 25.22) o simplemente «el testimonio»:
«Y Aharón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como IHVH lo mandó a
Moshé/Moisés» (Éx 16.34: primera mención del vocablo en el Tanaj). A veces, al
tabernáculo, donde se guardaba el arca con las tablas de la Torá, se le denominaba
«tabernáculo del testimonio» (Éx 38.21) o la «tienda del testimonio» (Nm 9.15).

El término a veces se refiere a toda la Torá de Dios: «La Torá de IHVH es perfecta,
que convierte el alma: El testimonio de IHVH es fiel, que hace sabio al sencillo» (Sal
19.8). En este caso, edut es un paralelismo sinónimo de «Torá/Instrucción/Ley»,
por lo que «testimonio» llega a ser paralelo al concepto más amplio de «Torá». Las
instrucciones especiales o particulares a veces se denominan «testimonios»:
«Guarda los preceptos de IHVH tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus
estatutos y mandamientos» (1 R 2.3). En Sal 122.4, los peregrinajes festivos
anuales se llaman «el testimonio dado a Israel».

Verbo: Heb. ‫ דּוע‬- ud, «aceptar como testigo, testificar, repetir, amonestar, advertir,
prometer protección, aliviar o mitigar». El verbo, que aparece 42 veces en el Tanaj,
tiene cognados en ugarítico (tal vez), arábigo, arameo, siríaco, fenicio y etiópico.

En 1 R 21.10, ud quiere decir «testificar»: «Y poned a dos hombres perversos


delante de él, que atestigüen contra él». En Irmiá/Jer 6.10, el vocablo significa
«amonestar»: «¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan?».

Tiempo: Heb. ‫ ֵעת‬- et, «tiempo; período; tiempo determinado, propicio o


apropiado; estación». El vocablo también se encuentra en fenicio, hebreo
posbíblico, arábigo (los mismos radicales constituyen un verbo cuyo significado es
«aparecer») y acádico (cuyos radicales conforman un adverbio que significa «el
tiempo en que»). Etaparece unas 290 veces en todos los períodos del Tanaj.

Básicamente el nombre connota el «tiempo», como oportunidad o estación.


Primero, el término significa un tiempo o período designado, fijo o determinado.
Esto es lo que los astrólogos decían poder discernir: «Entonces el rey… preguntó a
los sabios conocedores de los tiempos» (Est 1.13 rva). Sin embargo, solo Dios
conoce y revela estos «tiempos determinados»: «En el tiempo de su castigo
tropezarán, ha dicho IHVH» (Jer 8.12 rva).

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El nombre se usa además para indicar el concepto de un tiempo «propicio o


apropiado». Este matiz se aplica al «tiempo» que Dios designó para que muramos:
«No hagas mucho mal, ni seas insensato. ¿Por qué habrás de morir antes de tu
tiempo?» (Ec 7.17). Se usa respecto al «tiempo apropiado o adecuado» para alguna
acción en la vida: «Todo lo hizo hermoso en su tiempo» (Ec 3.11; cf. Sal 104.27).
Por último, et señala el «tiempo determinado» para el juicio divino: «IHVH, ya es
tiempo de que actúes, pues tu Torá está siendo quebrantada» (Sal 119.126 nvi).

Un tercer uso connota «estación», un período fijo como la primavera: «Entonces


dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sará tu mujer
tendrá un hijo» (Gn 18.10). De manera similar se usa el término en relación a la
«estación» lluviosa (Esd 10.13), el «tiempo» de la siega (Jer 50.16), la «temporada»
en que las aves emigran (Jer 8.7) y el «período» de apareamiento de los animales
(Gn 31.10).

El nombre también se aplica a otras «extensiones de tiempo». La primera vez que


se encuentra en el Tanaj, por ejemplo, et indica el «tiempo» (u hora del día) de la
puesta del sol: «La paloma volvió a él a la hora (o tiempo) de la tarde» (Gn 8.11). Se
usa el vocablo para indicar ocasiones especiales como el alumbramiento de un
niño (Miq 5.3) o para señalar períodos en que ciertas condiciones persisten (Éx
18.22; Dn 12.11).

Verbo: anáh significa «ejercitarse, preocuparse». Puede que el nombre et se derive


de este verbo que solo aparece 3 veces en la literatura poética bíblica (cf. Ec 1.13).
También, puede tener relación con una raíz arábiga que significa «estar inquieto o
perturbado», o bien con una raíz etiópica y también del temprano arábigo
meridional que significa «preocuparse o inquietarse». En hebreo tardío el término
significa «estar preocupado».

Tienda: Heb. ‫ אַֹ֖ הל‬- ohel, «tienda; hogar; morada; habitación». Hay cognados de
este vocablo en ugarítico, fenicio y arábigo. Se halla unas 343 veces en todos los
períodos del hebreo bíblico.

Primero, el término se refiere a la estructura portátil que llamamos «tienda». Este


es su significado en Gn 4.20: «Adá dio a luz a Iaval, el cual fue padre de los que
habitan en tiendas y crían ganados». En su carácter de nómadas, los beduinos
generalmente moran en «tiendas». Las «tiendas» también pueden usarse para
resguardar a los animales: «Asimismo, atacaron las cabañas de los que tenían
ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos» (2 Cr 14.15). Durante sus
campañas militares los soldados vivían en «tiendas» (1 S 17.54). Una «tienda» se
armó en la azotea de una casa para que todos vieran cuando Avshalóm «se llegó» a
las concubinas de su padre (2 S 16.22). Esta acción constituyó un rechazo abierto
al dominio de David y una declaración de que él (Avshalóm) estaba tomando el
trono.

Segundo, el vocablo es un sinónimo de «hogar, morada» y de «habitación». Este


énfasis es muy marcado en Jue 19.9 (rva): «He aquí que el día se acaba, y está
anocheciendo. Por favor, pasad aquí la noche, porque el día ya ha declinado. Pasa
aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana os levantaréis temprano para vuestro

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viaje, y te irás a tu morada». Este significado está presente en la frase «cada uno a
su tienda»: «No tenemos nosotros parte en David, ni heredad con el hijo de Ishaí.
¡Cada uno a su tienda, Israel!» (2 S 20.1; «morada» rva). El «tabernáculo»
(«tienda») de David es, por tanto, su morada o palacio (Is 16.5). De manera similar,
el «tabernáculo» («tienda») de la hija de Tzión es su capital, Ierushalaím/Jerusalén,
la «habitación» de Israel (Lm 2.4).

Tercero, ohel puede referirse a los que habitan en las moradas de una región dada
o que integran un conjunto de personas. Por tanto, las «tiendas» de Iehudá/Judá
son sus habitantes: «Y librará IHVH las tiendas de Judá primero, para que la gloria
de la casa de David y del habitante de Ierushalaím/Jerusalén no se engrandezca
sobre Iehudá/Judá» (Zac 12.7; cf. Sal 83.6).

Hoy, al igual que en el pasado, las tiendas de los beduinos se hacen de una tela
negra muy fuerte tejida con pelos de cabra. Tienen varias formas. Las mujeres las
arman extendiendo la tela sobre palos y amarrándola con cuerdas de pelo de cabra
o de cáñamo. Se usan mazos de madera para clavar las estacas en el suelo (Jue
4.21). A veces la estructura se divide en secciones para acomodar a diferentes
familias o separar los animales de las personas (2 Cr 14.15). La «tienda» al fondo
se mantiene cerrada y los pliegues del frente, en la unión de las dos telas, sirven de
entrada (Gn 18.1). La «tienda» y todo su mobiliario se transporta a lomo de una
sola bestia. La gente más pudiente tapiza el suelo con alfombras de diversos
materiales. Un jeque podría tener varias «tiendas» para sí mismo, para sus
mujeres, su familia más allegada y para los animales (Gn 31.33).

Antes de que se construyera el «tabernáculo», Moshé/Moisés armó una «tienda»


afuera del campamento (Éx 33.7). Allí se encontraba con Dios. Esta «tienda» fuera
del campamento se mantuvo como una institución viable por muy poco tiempo,
una vez construido el tabernáculo y hasta la partida del Sinaí (Nm 11.16ss; 12.4ss).
Finalmente el arca del pacto se trasladó al tabernáculo (Éx 40.21) donde el Señor
se reunía con Moshé/Moisés y hablaba a Israel (Éx 29.42). Esta tienda se denominó
tabernáculo de reunión puesto que contenía el arca del pacto y las tablas del
testimonio (Nm 9.15). En su calidad de tienda de reunión, fue allí donde Dios se
reunía con su pueblo a través de Moshé/Moisés (o el sumo sacerdote) y les
revelaba su voluntad (1 S 2.22).

Tierra: Heb. ‫ אֲד ָֽמה‬- adamáh, «suelo; tierra». Este nombre también se encuentra en
arábigo. Los casos en hebreo son alrededor de 224, abarcando todos los períodos
del Tanaj.

Para comenzar, este nombre se refiere a «tierra» cultivable (quizás de color rojizo).
Tiene agua y plantas: «Sino que subía de la tierra un vapor el cual regaba toda la
faz de la tierra» (Gn 2.6). Este mismo significado se encuentra en la primera cita
que contiene el término (Gn 1.25): «Todo animal que se arrastra sobre la tierra». El
vocablo se contrasta con «erial, yermo» (suelo improductivo); es el término
genérico que indica la superficie del planeta «tierra» y que, juntos o por separado,
significa «suelo, tierra». El cuerpo del primer hombre, Adám, se formó solo de
adamáh (cf. Gn 2.9): «Entonces IHVH Dios formó al hombre del polvo de la tierra
[adamáh]» (Gn 2.7).

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Adamáh puede usarse específicamente para describir una «tierra» que un grupo
particular de personas cultiva o que recibe para culivarla: «Mira desde tu morada
santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como
juraste a nuestros padres: una tierra que fluye leche y miel» (Dt 26.15). Una
variante adicional de este matiz tiene que ver con el propio suelo: «Te ruego, pues,
¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas [para erigir un
altar al Señor]?» (2 R 5.17).

En Éx 3.5 adamáh se usa más en el sentido del «suelo» que pisamos, sin tener en
cuenta su productividad: «Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú
estás tierra santa es».

El matiz «propiedad» o «posesión» se destaca con más claridad en pasajes como


Zejariá/Zac 2.12: «IHVH poseerá a Iehudá/Judá como su heredad en la tierra
santa» (rva; cf. Sal 49.11). Aunque adamáh nunca tiene una referencia política, a
veces se usa con el significado de «propiedad» o «patria» (cf. Is 14.2; 19.17; y en
particular Ez 7.2). Otro ejemplo es Is 15.9 (rva): «Pero yo aún traeré sobre Dibón
otras cosas: leones contra los fugitivos de Moav, y contra los sobrevivientes de la
tierra».

En todo el Tanaj existe una relación entre adam («hombre») y adamáh («tierra»).
Tienen una afinidad etimológica puesto que ambos parecen derivarse del verbo
adom («ser rojo»). Mientras que Adám obedeciera a Dios, la «tierra» rendiría su
fruto. Por consiguiente, la «tierra» pertenece a Dios y estando bajo su autoridad
corresponde a los esfuerzos de su siervo (Gn 2.6). Con el pecado se rompe la
armonía entre el hombre y la «tierra», y esta ya no responde a su cuidado. Su vida
se mueve hacia adentro y hacia la muerte en lugar de hacia arriba y hacia la vida. A
medida que crece la rebelión humana disminuye la fertilidad del «suelo» (Gn 4.12,
14; cf. 8.21). En Avraham la redención prometida (Gn 3.15) se manifiesta mediante
una debida relación entre Dios y el hombre y entre este y la «tierra» (Gn 28.14–
15). Bajo Moshé/Moisés la productividad del «suelo» dependía de la obediencia del
pueblo de Dios (cf. Dt 11.17).

‫ארץ‬ - Eretz, «tierra (todo el mundo); tierra firme; suelo; entidad política;
subsuelo». El término tiene cognados en ugarítico, fenicio-púnico, moabita,
acádico, arameo (donde los radicales son resh, qof, resh); y arábigo (resh). eretz
aparece en el Tanaj alrededor de 2.504 veces (22 en arameo bíblico) y en todos los
períodos. Expresa una cosmovisión que contradice los mitos antiguos así como las
teorías modernas que intentan explicar el origen del universo y de las fuerzas que
los sostienen.

La palabra a menudo representa toda la superficie de este planeta y, junto con el


mundo «celestial», describe la creación física total y cada cosa en ella. Esto es lo
que significa la primera vez que se menciona en la Biblia: «En el principio creó Dios
los cielos y la tierra» (Gn 1.1).

En primer lugar, eretz significa «tierra» la escena temporal de la actividad,


experiencia e historia humana. El mundo material comenzó cuando Dios «hizo la
tierra con su poder», la «formó» y «extendió» (Is 40.28; 42.5; 45.12, 18; Jer 27.5;

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51.15). Por consiguiente, «de IHVH es la tierra» (Sal 24.1; Dt 10.1; Éx 9.29; Neh
9.6). Ninguna parte de la «tierra» es independiente de Él porque «los confines de la
tierra son suyos», incluyendo «los montes», «los mares», «la tierra firme», «las
profundidades de la tierra» (Sal 2.8; 95.4–5; Am 4.13; Jn 1.9).

eretz a veces significa «tierra» a diferencia de mar o agua. Este uso se encuentra,
por ejemplo, en Éx 20.11: «Porque en seis días hizo IHVH los cielos y la tierra, el
mar, y todas las cosas que hay en ellos hay, y reposó en el séptimo día». El
significado más restringido aparece por primera vez en Gn 1.10, donde «llamó Dios
a lo seco Tierra». En este contexto, «tierra» incluye desiertos, suelo de cultivo,
valles y montañas, todo lo que hoy conocemos como islas y continentes.

Dios creó la tierra para que se habitara (Is 45.18). Puesto que «tenía autoridad
sobre la tierra», por ser el Creador, decretó: «Produzca la tierra hierba verde…
según su género» (Job 34.13; Gn 1.11). La «tierra» nunca debía dejar de producir
porque «mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor,
el verano y el invierno, el día y la noche» (Gn 8.22 rva). «La tierra está llena de los
beneficios de Dios» y el género humano debía «multiplicarse y llenar la tierra» (Sal
104.24; Gn 1.28; 9.1). Que nadie se imagine que la tierra es un mecanismo
autónomo porque «IHVH reina» y «Él está sentado sobre el círculo de la tierra»,
desde donde hace «llover sobre la faz de la tierra» (Sal 97.1; Is 40.22; 1 R 17.14).

Puesto que «los ojos de IHVH recorren toda la tierra» (2 Cr 16.9 rva; cf. Zac 4.10),
Él observa que «no hay hombre justo en la tierra» (Ec 7.20). En un principio, Dios
se propuso raer «de sobre la faz de la tierra a los hombres» (Gn 6.5–7). Aunque su
ira se aplacó y prometió no volver «más a maldecir la tierra… ni… a destruir todo
ser viviente» (Gn 8.21), podemos estar seguros de que Él viene «a juzgar la tierra»
(Gn 7.16s; Sal 96.13). En aquel momento, a la ira de IHVH «tiembla la tierra», la
«vacía» y la «beberán todos los impíos de la tierra» (Jer 10.10; Jl 2.10; Is 24.1; Sal
75.8). Con todo, Dios brinda una alternativa para todos los que responden a su
promesa: «Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra» (Is 45.22).

El vocablo hebraico eretz se encuentra también a menudo en la frase «cielo y


tierra» o «tierra y cielo». En otros términos, las Escrituras enseñan que nuestro
planeta terráqueo forma parte de una estructura global cosmológica a la que
llamamos universo. Esto no es un accidente ni el resultado de procesos internos;
los insondables confines e innumerables componentes del universo deben su
origen a Dios, «quien hizo los cielos y la tierra» (Sal 121.2; 124.8; 134.3).

Puesto que Dios es el «creador y dueño del cielo y de la tierra», todo el universo
debe retumbar con las alabanzas de su gloria que «es sobre tierra y cielos» (Gn
14.19, 22; Sal 148.13). «Cantad loores, oh cielos… gritad con júbilo profundidades
de la tierra» (Is 44.23); «Alégrense los cielos, y gócese la tierra» (Sal 96.11). Así
rinde culto a Dios toda la creación porque «todo lo que quiso IHVH, ha hecho; en
los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos» (Sal 135.6).

Eretz no solo denota todo el planeta tierra, sino también algunas de las partes que
lo constituyen. Términos como tierra, campo, suelo, terreno y patria comunican el
significado de eretz a nuestra lengua castellana. Eretz es el «suelo» que pisan los

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T

seres humanos y animales; por ejemplo: «Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar… y
en todo animal que se arrastra sobre la tierra» (Gn 1.26). Sobre el eretz hay polvo
(Éx 8.16) y caen la lluvia y el rocío (Gn 2.5).

Con cierta frecuencia eretz se refiere a un territorio nacional o bien al pueblo que
lo habita (una nación o una tribu): «Ya no había alimentos en toda la tierra; y el
hambre se había agravado, por lo que desfallecía de hambre tanto la tierra de
Egipto como la tierra de Canaán» (Gn 47.13 rva). Además de Egipto, encontramos
«tierra de los filisteos», «tierra de Israel»; «tierra de Biniamín/Benjamín»; «tierra
de su nacimiento» (Gn 47.13; Zac 2.5; 2 R 5.2, 4; Jue 21.21; Gn 11.28). Véase
también Nm 32.1 (rva) : «Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían muchísimo
ganado. Y al ver la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, el lugar les pareció
apropiado para el ganado».

Se dice que Israel vive en la «tierra de IHVH» (Os 9.3; cf. Lv 25.33ss). Cuando el
pueblo llega a sus fronteras, Moshé/Moisés les recuerda que la tierra les
pertenecía únicamente porque Dios expulsó a otras naciones para «darles su tierra
por heredad» (Dt 4.38). Moshé/Moisés promete que Dios haría producir la tierra,
porque Él dará «la lluvia de vuestra tierra» para que sea una «buena tierra», «tierra
de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de
miel» y «tierra de abundancia» (Dt 11.13–15; 8.7–9; Jer 2.7).

El nombre hebreo también se puede traducir como «suelo» (Am 3.5; Gn 24.52; Ez
43.14). Cuando Dios ejecuta su juicio, «a los impíos humilla hasta el suelo» (Sal
147.6 rva; «polvo» nvi).

Por último, encontramos un matiz de eretz poco usado, aunque significativo, que se
refiere al «subsuelo o submundo»: «Los que buscan mi alma para destruirla caerán
en las profundidades de la tierra» (Sal 63.9 rva). A veces el término sin calificativos
se usa para hablar del «submundo»: «Descendí a la base de las montañas. La tierra
echó sus cerrojos tras de mí para siempre» (Jn 2.6 rva). Los cognados acádicos a
veces tienen el mismo significado. Algunos estudiosos encuentran esta acepción
también en Éx 15.12; Sal 71.20 y Jer 17.13.

Torre: Heb. ַ‫ ִמגְ דל‬- migdal, «torre; fortín; atalaya; púlpito». Hay cognados de este
vocablo en ugarítico, arameo, siríaco y acádico. El término se encuentra unas 50
veces en hebreo bíblico.

Migdal significa «torre», comenzando con la primera vez que aparece en la Torá
(Gn 11.4): «Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide
llegue al cielo».

El vocablo a menudo se refiere a un «fortín»: «Y de allí subió a Peniel, y les dijo las
mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían respondido los de
Sucot. Y él habló también a los de Peniel, diciendo: Cuando yo vuelva en paz,
derribaré esta torre» (Jue 8.8–9).

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A veces migdal se refiere a una «atalaya», una torre bien fortificada como las que
protegían los pórticos y las murallas de las ciudades: «Uzías también edificó torres
en Jerusalén, junto a la puerta de la Esquina, junto a la puerta del Valle y junto al
ángulo, y las fortificó» (2 Cr 26.9 rva).

En Neh 8.4 el vocablo indica un «púlpito» o una plataforma de madera: «El escriba
Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello».

Trono: Heb. ‫ ּכִ ֵ ַ֖סא‬- kisé, «trono; asiento». Esta palabra, cuyo significado básico es
«asiento de honor», aparece en muchas lenguas semíticas (ugarítico, fenicio,
arameo, siríaco, arábigo), así como en antiguo egipcio.

Kisé aparece 130 veces en el Tanaj y, como era de esperarse, es más frecuente en
los libros históricos que en los proféticos. Pocas veces se halla en el Pentateuco. El
primer caso de kisé' es en Gn 41.40: «Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se
gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú». En hebreo
moderno el significado básico es «asiento» y un trono se denomina un «asiento
real».

En el Tanaj kisé quiere decir básicamente «asiento» o «silla». Se ofrece un


«asiento» a visitantes (1 R 2.19), a huéspedes (2 R 4.10) y a hombres de mayor
edad (1 S 1.9). Cuando un rey o los ancianos se reunían para administrar justicia,
se sentaban sobre un trono de justicia (Pr 20.8; cf. Sal 9.4). En todos estos
contextos kisé se asocia con honor. Por otro lado, como en el caso de la prostituta
(Pr 9.14) o de los soldados que ponen sus sillas (se asientan, acampan) en la
entrada de una ciudad, kisse< significa un lugar y nada más (Jer 1.15: algunas
versiones sí lo traducen «trono» o «asiento»; cf. rva, lba, nbe).

El uso más común de kisé es «trono» o «asiento de honor», que también se conoce
como el «asiento real»: «Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces
escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado
de los sacerdotes levitas» (Dt 17.18; cf. 1 R 1.46). Puesto que la dinastía davídica
recibió la bendición de Dios, hay varias menciones en el Tanaj al «trono de David»
(2 S 3.10; Jer 22.2, 30; 36.30): «Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,
sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y
en justicia desde ahora y para siempre» (Is 9.7). Un sinónimo de «trono de David»
es «trono de Israel» (1 R 2.4; cf. 8.20, 25; 9.5; 10.9; 2 R 10.30; 15.12, etc.).

La apariencia física de un «trono» reflejaba la gloria del rey. El «trono» de Shelomó


/Salomón fue una obra de arte con incrustaciones de marfil en madera enchapada
de oro fino (1 R 10.18).

El vocablo kisé también puede representar «realeza» y sucesión al trono. David


juró a Shelomó/Salomón que se sentaría sobre su «trono» (1 R 1.13; cf. 2 R 10.3).

Por encima de todos los reyes y «tronos» humanos se encontraba el Dios de Israel:
«¡Dios reina sobre las naciones! ¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!» (Sal
47.8 rva). Los israelitas percibían a Dios como un monarca sentado sobre un gran
«trono». En presencia de Acab y de Josafat, el profeta Micaías dijo: «Oye, pues,

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T-U

palabra de IHVH: Yo vi a IHVH sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos


estaba junto a Él, a su derecha y a su izquierda» (1 R 22.19). Ieshaiá/Isaías recibió
una visión de la gloria de Dios estando en el templo (Is 6.1). La presencia de IHVH
en Jerusalén también dio lugar al concepto de que Jerusalén era el trono de Dios
(Jer 3.17).

La Septuaginta traduce el término como thronos («trono; dominio; soberanía»).

Ubicar, Poner: Verbo, heb. ‫ יםׁש‬- shim, «colocar, ubicar, poner, fijar». El vocablo
también aparece en acádico (shamu), arameo (incluyendo arameo bíblico), arábigo
y etiópico. Se encuentra unas 580 veces en hebreo bíblico, durante todos los
períodos y casi exclusivamente en su raíz primaria.

La primera vez que shim se encuentra indica «poner o ubicar» alguna persona u
objeto en algún lugar: «Y IHVH Dios plantó un huerto en Edén al oriente; y puso allí
al hombre que había formado» (Gn 2.8). En Éx 40.8, el verbo significa «poner»
algún objeto en forma vertical o perpendicular: «Finalmente pondrás el atrio
alrededor, y la cortina a la entrada del atrio». Otros objetos se «ponen» en un
sentido figurado, como por ejemplo, un muro. De ahí que Miqueas habla de
«poner» un sitio, un muro, alrededor de una ciudad: «Han puesto sitio contra
nosotros» (Miq 5.1 lba; cf. 1 R 20.12). La misma imagen se usa en sentido figurado
en relación a una muralla humana que se interpone en el camino: «Yo castigaré lo
que hizo Amalej a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto» (1 S
15.2).

Shim algunas veces se usa con el sentido de «imponer» (negativamente):


«Entonces les impusieron jefes de tributo laboral que los oprimiesen con sus
cargas» (Éx 1.11 rva). Un uso más positivo es cuando se «designa» o «nombra»
(con la aprobación de los involucrados). Este es el caso en 1 S 8.5, donde los
ancianos piden a Shemuel/Samuel: «Constitúyenos ahora un rey que nos juzgue,
como tienen todas las naciones». En estos casos, una persona con autoridad
determina, o bien se le pide que determine, algún asunto. Este es el enfoque del
vocablo en Nm 24.23, donde Bilám pregunta: «¿Quién vivirá cuando hiciere Dios
estas cosas?».

El verbo también significa «hacer», como es el caso en Sof 3.19: «Salvaré a la coja y
recogeré a la descarriada, y haré que tengan alabanza y renombre en todos los
países donde fueron confundidas» (bj).

En algunos pasajes shim se usa en sentido figurado de poner un asunto en la


mente: «No han puesto a Dios delante de sí» (Sal 54.3; «no toman en cuenta a Dios»
rva; nvi). La misma frase se usa en sentido literal en (Ez 14.4).

Shim también quiere decir «poner» en el sentido literal de «colocar» un objeto


sobre el suelo, una silla o alguna superficie plana: «Edificó allí Avraham un altar, y
compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña» (Gn 22.9).
En una acepción parecida uno «pone» distancia o espacio entre dos personas:
«[Laván] puso tres días de camino entre sí y Iaaqov/Jacob» (Gn 30.36). En Job 4.18,

1429
U

el término significa «señalar un error» o «ponerlo en contra» de una persona. Muy


parecido a esto es la aplicación jurídica de shim en 1 S 22.15, donde significa
«imputar» o «atribuir a otro una responsabilidad o crimen», y en Dt 22.8, donde
«poner sangre en tu casa» (rv) se refiere a inculparse o incriminarse uno mismo.
Otros pasajes emplean el verbo para vestirse («ponerse la ropa») vestidos (Rt 3.3).
O bien, lo usan para imponer una tarea (Éx 5.8).

Cuando el término se usa con «mano», shim puede significar el acto de poner algo
en la mano de alguien (Éx 4.21) o de tomar con la mano (agarrar) algún objeto (Jue
4.21). «Echar mano» o «arrestar» (2 R 11.16 rva, lba) guarda relación con la misma
idea.

El verbo se puede usar en el sentido de «servir de fiador» de alguna persona. Job


dice: «Deposita [«coloca» lba] contigo una fianza para mí» (Job 17.3 rva).
Estrechamente ligado a esto se encuentra la acción del Siervo de IHVH, quien ha
«puesto su vida en expiación por el pecado» (Is 53.10).

En Dn 1.7, shim significa «nombrar» («poner nombres»). En Job 5.8, el patriarca


«encomienda» su causa a Dios, lo «pone» delante de Él. Éxodo 21.1 indica «poner»
(lba; «proponer» rvr) ampliamente la Palabra de Dios delante de su pueblo para
que tengan la oportunidad de recibirla a plenitud.

«Colocar» o «poner» algo sobre el corazón significa considerarlo (Is 47.7) o


prestarle atención (1 S 21.12).

La acepción «fijar», como en el caso de fijar algún objeto en determinado lugar,


aparece en Gn 24.47: «Le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus
brazos». Asimismo, en Dt 14.1, Dios ordena a Israel no «fijar» una rapadura sobre
la frente por causa de algún muerto. Se «fijan» también «plantas» (Is 28.25) y
«cenizas» (Lv 6.10).

En Shemot/Éx 4.11, el término quiere decir «hacer»: «¿Quién ha hecho la boca del
hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo… ?» (lba). El verbo se usa dos
veces; la primera indica «crear» («fijar» la naturaleza de un objeto») y el segundo
señala el estado del objeto («fijar» su funcionamiento; cf. Gn 13.16). Está
estrechamente relacionado con esto un uso del verbo con el sentido de «establecer,
designar o asignar». En Éx 21.13, Dios va a designar un lugar en el que un homicida
se puede refugiar. Ampliando un poco el sentido de la palabra, shéÆm indica
«establecer continuidad» o «preservar»: «Y Dios me envío delante de vosotros,
para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran
liberación» (Gn 45.7). En este caso, señala que el remanente se mantendrá con
vida. Por lo tanto, shéÆm significa «preservar». Dar gloria y alabanza a Dios es
establecerlas al proclamarlas (Jos 7.19). Las plagas que Dios estableció sobre
Faraón es también «fijar» (Éx 8.12).

Ungir: Verbo, heb. ַ‫ׁשיח‬


ִׁ֛ ִ ‫ מ‬- mashaj, «ungir, untar, consagrar». Este es un verbo
común, tanto en hebreo antiguo como moderno, que también se encuentra en
antiguo ugarítico. Aparece unas 70 veces en el Tanaj.

1430
U

La primera vez que aparece el verbo en el Tanaj es en Gn 31.13: «Donde tú ungiste


la piedra, y donde me hiciste un voto». Ese es un caso de ungir algún objeto o a
alguna persona como un acto de consagración. No obstante, el significado básico
del término es simplemente «untar» algún objeto con alguna sustancia. Por lo
general, se trata de aceite, pero también se «untaba» con otras sustancias como,
por ejemplo, pintura o tinte (cf. Jer 22.14). La expresión «ungid el escudo» en Is
21.5, en el contexto en que se usa, tal vez tenga más que ver con lubricarlo que con
consagrarlo. Las «tortas sin levadura… untadas en aceite» (Éx 29.2 bj) equivale
básicamente a nuestro pan con mantequilla.

El uso más común de mashaj en el Tanaj tiene que ver con «ungir» con el fin de
apartar a alguna persona u objeto para algún ministerio o función. Elishá/Eliseo
fue «ungido» para ser profeta (1 R 19.16). Más típicamente, los reyes se «ungían»
para su oficio (1 S 16.12; 1 R 1.39). Se consagraban los recipientes que se usaban
en el culto en el santuario (tabernáculo o templo), «ungiéndolos» con aceite (Éx
29.36; 30.26; 40.9–10). Es más, encontramos la receta para hacer el aceite de la
«unción» en Éx 30.22–15.

ַ‫מ ִ ִׁׁ֛שיח‬
- mashiaj, «ungido». "Mashiaj" usualmente se traduce al español como
"Ungido", esto es una traducción literal en base a la raíz de Mashaj, que significa
"ungir", ya sea con aceite o alguna especie de perfume, por ende, cualquier persona
o cosa que sea ungida se le llama Mashiaj. Pero además, Mashiaj es un término que
también se usa como Título, y de ahí el término en español "Mesías", que no es una
traducción, sino una transliteración del hebreo Mashiaj.

Está corroborado por la arqueología que la práctica de ungir a ciertas personas que
realizarán funciones muy particulares no era una práctica única de Israel; por
supuesto, esta práctica era simbólica, no había nada mágico en el ceremonial, el
objetivo era mostrar públicamente la ELECCIÓN o la CONSAGRACIÓN.

En los días del Tanaj, leemos que esta práctica era realizada tanto a los Saderdotes
/Kohanim, como los Melajim/Reyes, mostrando una Elección o Consagración por
orden divina.

En el caso de los Kohanim, por ejemplo, en Vaiqrá/Lv 4.3; 16:15, leemos el texto
que identifica al Kohen Gadol (Sumo Sacerdote) como "Ha'Kohen Ha'Mashiaj". En
este caso, el término "Ha'Mashiaj" no se refiere al título del Kohen, como diciendo
el Kohen Mesías, sino mas bien, Ha'Mashiaj es la descripción del Kohen, es decir,
"el Kohen que ha sido ungido....".

En el caso de los Reyes, también leemos la unción que Shemuel Ha'Naví le hace a
Shaul (1 Sam. 10.1) y también a David (1 Sam. 16.12). De manera que, tanto el
Kohen Gadol como el Rey, eran denominados como Mashiaj, Ungidos.

Ahora, debido a que el ceremonial en sí mismo era simbólico, el término Mashiaj


vino a ser usado en un sentido figurativo.

Por ejemplo, leemos en el libro de Ieshaiá/Isaías Ha'Naví, capítulo 61:

1431
V

‫אתי יהוה משח יען עלי יהוה אדני רוח‬


Ruaj Adonai Elohim 'alai, ia'an mashaj Adonai oti

"El espíritu del Eterno esta sobre mí, porque El me ha ungido..."

Claramente, la unción se refiere a la Consagración para una tarea en particular, el


profeta NO está haciendo referencia a una unción física, sino a una unción en
sentido figurativo.

También leemos en Tehilim 105.15/Divre HaIamim Alef 16:22, que Los Patriarcas
son llamados Meshijai ("Mis Ungidos"), de igual manera no en sentido literal.

En Is. 45.1 está escrito en referencia a Ciro el Rey de Persia:

‫למשיחו יהוה אמר כה‬


Ko amar HaShem le-meshijo

"H' ha dicho a su ungido..."

En I Shemuel 24.6,10, David llama a Shaul: "Meshiaj HaShem", y David también es


llamado en II Sam. 19.21: MASHIAJ HASHEM. Es decir: la persona ungida por
HaShem.

Daniel 9.25 menciona al Mashiaj que será cortado, y lo identifica como Mashiaj
Naguid (Mashiaj, el príncipe), note que Mashiaj es un título aquí y no una
descripción. No dice Ha'Naguid Ha'Mashiaj (el príncipe ungido), sino Mashiaj, el
príncipe.

En Tehilim 132:10 se registra una oración en referencia al descendiente de David:


"Por amor a David tu siervo no hagas volver el rostro de tu Mashiaj (ungido)",
haciendo referencia a los reyes de Israel, descendientes de David. Y en el mismo
capítulo, verso 17: "Allí haré surgir un cuerno de David; he preparado una lámpara
a mi ungido".

En I Reyes 19:15-16, HaShem ordena a Eliyahu diciendo: "... ungirás a Jazael por
rey sobre Aram; y a Iehú, hijo de Nimsi, ungirás por rey sobre Israel; y a Elisha, hijo
de Safat de Abel-Mehola, ungirás por profeta en tu lugar". Claramente, podemos
apreciar en estas expresiones un sentido figurativo, haciendo referencia a una
elección divina, a una consagración por orden divina para llevar a cabo una tarea.

Varón: Heb. ‫ זכַ֖ר‬- zajar, «varón». Hay cognados del término en acádico, arameo y
arábigo. Aparece 82 veces y por lo general en la prosa bíblica temprana (Gn—Dt);
solo se halla 5 veces en los profetas y nunca en la literatura poética y sapiencial del
Tanaj.

1432
V

Zajar destaca lo «masculino» en contraste con lo «femenino»; el vocablo indica el


género de una persona nombrada. Por lo tanto, «creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó». El vocablo puede referirse
tanto a un «varón adulto» como a un «niño varón» (Lv 12.7). En muchos pasajes
zakar tiene un sentido colectivo, o sea que el término en singular puede tener un
sentido plural (Jue 21.11).

En algunos contextos el vocablo indica un «animal macho»: «De todo ser viviente,
de toda carne, meterás en el arca dos de cada especie, para que sobrevivan contigo.
Serán macho y hembra» (Gn 6.19 rva).

Adjetivo: Heb. ‫ זכַ֖ר‬- zajar, «masculino». A veces se usa zajar como adjetivo:
«Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes arriba»
(Nm 3.40). El vocablo aparece en Jer 20.15: «Hijo varón te ha nacido, haciéndole
alegrarse así mucho».

Vengar: Verbo, heb. ‫ נקם‬- naqam, «vengar, vengarse, castigar». Esta raíz y sus
derivados aparecen 87 veces en el Tanaj, con mayor frecuencia en el Jumash
/Pentateuco, Ieshaiá/Isaías y Irmiá/Jeremías. Se encuentra a veces en los libros
históricos y en los Salmos. La raíz también aparece en arameo, asirio, arábigo,
etiópico y hebreo tardío.

El canto de Lamej es un desafío desdeñoso a sus prójimos y un ataque patente a la


justicia de Dios: «A un hombre maté por haberme herido y a un joven por haberme
golpeado. Si siete veces será vengado Caín, Lamej lo será setenta veces siete» (Gn
4.23–24 rv-95).

Dios guarda para sí el derecho de vengarse: «Mía es la venganza, yo pagaré…


Porque Él vengará la sangre de sus siervos. Él tomará venganza de sus enemigos y
expiará la tierra de su pueblo» (Dt 32.35, 43 rva). Por esta razón la Ley prohibía la
venganza personal: «No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo,
sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, IHVH» (Lv 19.18). De modo que el
pueblo de Dios encomienda su caso a Él, como lo hizo David: «Juzgue IHVH juzgue
entre tú y yo, y véngueme de ti IHVH; pero mi mano no será contra ti» (1 S 24.12).

IHVH usa a las personas como instrumentos de su venganza; por eso dijo a
Moshé/Moisés: «Lleva a cabo por completo la venganza de los hijos de Israel
contra los madianitas. Entonces Moshé/Moisés habló al pueblo diciendo: Armaos
algunos de vuestros hombres para la guerra e id contra Madián, para llevar a cabo
la venganza de IHVH contra Madián» (Nm 31.2–3 rva). La venganza de Dios es
venganza para Israel.

La Torá/Instrucción/Ley declara: «Si alguien golpea con un palo a su esclavo o


esclava, y lo mata, se le hará pagar su crimen» (Éx 21.20 lvp). En Israel se
encomendaba esta responsabilidad a un «vengador de la sangre» (Dt 19.6). Tenía

1433
V

la responsabilidad de preservar la vida e integridad personal de su pariente más


cercano.

Cuando atacaban a un hombre por ser siervo de Dios, tenía derecho a clamar por
venganza sobre sus enemigos, como cuando Sansón oró que Dios le diera fuerzas
«para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos» (Jue 16.28).

En el pacto (alianza), Dios advierte que su venganza podría recaer sobre su propio
pueblo: «Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto» (Lv
26.25). Es en este contexto que Isaías dice acerca de Judá: «Por tanto, dice el Señor,
IHVH de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos,
me vengaré de mis adversarios» (1.24).

Nombre: Heb. ‫ נקם‬- naqam, «venganza». El nombre se usa por primera vez en la
promesa de Dios a Qaín: «Cualquiera que matare a Qaín, siete veces será castigado
[«sufrirá venganza» lba]» (Gn 4.15).

Hay casos en que alguien clama por «venganza» de sus enemigos, como cuando
otra persona ha cometido adulterio con su mujer: «Porque los celos son el furor del
hombre, y no perdonará en el día de la venganza» (Pr 6.34).

Los profetas aluden con frecuencia a la «venganza» de Dios de sus enemigos (Is
59.17; Miq 5.15; Nah 1.2). Su venganza llega en un tiempo determinado: «Porque
es día de venganza de IHVH, año de retribuciones en el pleito de Sion» (Is 34.8).

Ieshaiá/Isaías reúne la «venganza» divina y la redención en la promesa de


salvación mesiánica: «El Espíritu de IHVH el Señor está sobre mí … porque … me ha
enviado a … proclamar el año de la buena voluntad de IHVH, y el día de venganza
del Dios nuestro» (61.1–2).

Vino: Heb. ‫ ייִ ן‬- iaín, «vino». El término tiene cognados en acádico, ugarítico,
arameo, arábigo y etiópico. Se encuentra unas 141 veces en el hebreo
veterotestamentario y durante todos los períodos.

Esta es la palabra hebrea común para uva fermentada. Por lo general, se trata del
«vino», la bebida que se tomaba como refrigerio: «También Malki-Tzedeq
/Melquisedec, rey de Shalem, quien era kohen/sacerdote del Dios Altísimo, sacó
pan y vino» (Gn 14.18 lba; cf. 27.25). Aprendemos de Ez 27.18 que el «vino» se
comercializaba: «Damasco comerciaba contigo por tus muchos productos, por la
abundancia de toda riqueza; con vino de Helbón y lana blanca negociaban». Las
fortalezas se abastecían de «vino» en caso de sitio (2 Cr 11.11). Proverbios
recomienda que los reyes eviten el «vino» y las bebidas fuertes; que lo ofrezcan
más bien a las personas atribuladas para que bebiendo se olviden de sus
problemas (Pr 31.4–7). El «vino» se usaba para pasarlo bien, para sentirse bien sin
intoxicarse (2 S 13.28).

Segundo, el «vino» se usaba para celebrar en la presencia de IHVH. Israel debía


congregarse una vez al año en Jerusalén. El dinero que ganaban de la venta del

1434
V

diezmo de toda su cosecha se podía gastar en «todo lo que deseas, por vacas, por
ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí
delante de IHVH tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia» (Dt 14.26). El «vino» se
usaba, por orden divino, como parte del culto (Éx 29.40). Era, por tanto, uno de los
artículos que el templo almacenaba y vendía a los peregrinos para sus ofrendas (1
Cr 9.29). Los paganos también usaban «vino» en sus cultos, pero «veneno de
serpientes es su vino, y ponzoña cruel de áspides» (Dt 32.33).

Sin duda, iaín se refiere a una bebida intoxicante. Esto queda bien claro desde la
primera vez que se usa el vocablo: «Después comenzó Noé a labrar la tierra, y
plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó» (Gn 9.20–21). En Os 4.11 el
término se usa como sinónimo de tirosh, «vino nuevo», y es evidente que ambas
formas pueden intoxicar. Tirosh se distingue de iaín en que el primero indica un
vino reciente que no está del todo fermentado, mientras que yayin denota «vino»
en general. El primer uso de tirosh se encuentra en Gn 27.28, donde la bendición
de Iaaqov/Jacob incluye una abundancia de vino nuevo. En 1 S 1.15 iaín tiene como
término paralelo a shejar, «bebida fuerte». En los primeros tiempos shejar incluía
vino (Nm 28.7), pero también denotaba una bebida fuerte hecha de cualquier fruto
o grano (Nm 6.3). A las personas que estaban dedicadas a una tarea muy santa se
les prohibía beber «vino», entre ellos los nazareos (Nm 6.3), la madre de
Shimshóm/Sansón (Jue 13.4) y los kohaním/sacerdotes cuando se acercaban a
Dios (Lv 10.9).

En Bereshit/Gn 9.24 iaín quiere decir «borrachera»: «Y despertó Noaj/Noé de su


embriaguez».

Virgen, Doncella: Heb. ‫ עלְ מה‬- almáh, «virgen; doncella». Este nombre tiene un
cognado ugarítico (en género masculino); también aparece en arameo, siríaco y
arábigo. El género femenino del término se encuentra 9 veces; los únicos dos casos
masculinos (elem) se encuentran en 1 Samuel. Esto sugiere el poco uso que tenía el
vocablo, quizás porque había otras palabras con el mismo significado.

Almáh puede significar «virgen». Esto queda muy claro en Cnt 6.8 en donde se
enumeran todas las mujeres de la corte: «Sesenta son las reinas, y ochenta las
concubinas, y las doncellas [>almah] sin número». El término describe a todas las
mujeres casaderas, es decir, las que no eran ni esposas (reinas) ni concubinas.
Todas las «vírgenes» amaban al rey y soñaban que él las escogiera, como la
sulamita (1.3–4). En Gn 24.43 la palabra describe a Rivqá/Rebeca, de quien se dice
en Gn 24.16 que era una «doncella» que no había tenido relaciones con ningún
hombre. Salomón escribe que el proceso de enamorar a una mujer era un misterio
para él (Pr 30.19). Sin duda que en esos tiempos los hombres enamoraban a
mujeres de «virginidad» comprobada. En resumen, hay varios contextos en que la
virginidad de una joven se expresa con claridad.

Así que almáh se usaba más con el sentido de «virgen» que de «doncella», aunque
siempre con referencia a una mujer que no ha concebido hijos. Esto hace que
almáh sea ideal para lo que quiere comunicar Is 7.14. Otro término, betuláh,
enfatiza más la capacidad de procrear que virginidad (aunque puede usarse en
ambos sentidos). El lector de Is 7.14 en los días anteriores al nacimiento de Jesús

1435
V

leería que una «doncella virgen [alma]» concebiría un hijo. Este fue un posible,
pero irregular, uso de la palabra debido a que la misma puede también significar
mujer soltera. El niño que inmediatamente se ve es el hijo del profeta y su esposa
(cf. Is 8.3) y que sirve como señal a Acaz de que Dios derrotaría a sus enemigos. En
otras palabras, el lector de estos tiempos sin duda se sintió muy incómodo con el
uso del término porque la acepción primaria es «virgen» y no «doncella». De ahí
que la clara traducción del griego en Mt 1.23, según la cual esta palabra significa
«virgen», satisface por completo su implicación. Por lo tanto, Ieshiá/Isaías no se
desconcierta cuando su esposa concibe un hijo suyo, pues almáh lo permite.
Tampoco hay confusión alguna en la comprensión de la palabra en Mateo.

ְַ‫ ה ַלתּוב‬- betuláh, «doncella, virgen». Hay cognados de este vocablo en ugarítico y
acádico. Las 50 veces que aparece están distribuidas en toda la literatura del Tanaj.

El término puede significar «virgen», como es claro en Dt 22.17–21, donde se dice


que si un hombre reclama que «no encontré virgen a tu hija» (nbe), el padre debe
responder: «Pero aquí están las evidencias de la virginidad [betulim] de mi hija»
(rva). El texto continúa: «Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la
ciudad». El marido debía castigarse y multarse (y el dinero entregado al padre),
«porque difamó públicamente a una virgen de Israel» (vv. 18–19 lba). Si se
determinaba que no era «virgen», debía ser apedreada «porque hizo vileza en
Israel fornicando en la casa de su padre» (v. 21 rva).

En varios pasajes el vocablo solo significa una joven o «doncella»; identifica su


edad y que es soltera. Los profetas que denunciaron a Israel por prostituirse
también la llamaron la betuláh de IHVH, o la betuláh (hija) de Israel (Jer 13.14, 21).
A otras naciones también se les denomina betuláh: Sidón (Is 23.12); Babilonia (Is
47.1); Egipto (Jer 46.11). ¡Obviamente no tiene nada que ver con su pureza! En la
literatura de Ugarit el vocablo se usa en relación a la diosa Anat, hermana de Baal,
quien no tenía nada de virgen. Lo que la caracterizaba (y metafóricamente a las
naciones mencionadas, incluyendo a Israel) es que era una joven vigorosa y
también soltera. Por esta razón, betuláh a menudo se usa en paralelismo con el
hebreo bajur, que significa un joven (varón), no necesariamente virgen, que goza
de la plenitud de sus poderes (Dt 32.25). En contextos como estos, a lo que se alude
es virilidad y no virginidad. Debido a esta ambigüedad, Moshé/Moisés, en la
primera vez que se usa el término, describe a Rivqá/Rebeca como una joven
(na’aráh), hermosa, «virgen [betuláh], a quien ningún hombre había conocido» (Gn
24.16: primera vez que aparece).

Tanto las formas masculinas como femeninas aparecen en Is 23.4: «Nunca estuve
con dolores de parto ni di a luz, ni crié jóvenes [betulím], ni hice crecer vírgenes
[betulot]». Hay un uso semejante en Lm 1.18: «Mis vírgenes y mis jóvenes han ido
en cautividad» (cf. Lm 2.21; Zac 9.17).

La edición completa de bdb (léxico hebraico en inglés) observa que el vocablo


aisirio batultu (masc. batulu) es un cognado de betuláh. Este término asirio
significa «doncella» o «joven».

1436
V

La mayoría de los estudiosos concuerdan en que betuláh y batultu están


relacionados fonéticamente; pero no concuerdan si son verdaderos cognados.
Varios contextos veterotestamentarios indican que betuláh debe traducirse como
«doncella» más a menudo que «virgen». Si es así, la etimología de bdb
probablemente sea correcta.

Visión: Nombre, heb. ‫ חזָֽ ֹון‬- jazón, «visión». Ninguno de los 34 casos de esta
palabra aparece antes de 1 Samuel; la gran mayoría se encuentra en los libros
proféticos.

Jazón casi siempre indica un medio de revelación. Primero tiene que ver con el
propio medio, una «visión» profética mediante la cual se comunican mensajes
divinos: «Los días se prolongan, y toda visión se desvanece» (Ez 12.22 rva).
Segundo, el vocablo indica el mensaje que se recibe a través de la «visión»
profética: «Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena» (Pr 29.18 rva). Por
último, jazón puede significar todo el mensaje del profeta tal como está escrito:
«Visión de Ieshaiá/Isaías hijo de Amoz» (Is 1.1). De esta manera el vocablo que
está inseparablemente relacionado con el contenido de una comunicación divina
concentra su atención en el medio por el cual se recibe el mensaje: «La palabra de
IHVH escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia» (1 S 3.1: primera
vez que aparece el vocablo). En Is 29.7 el término significa un sueño que no es
profético.

‫ןחִ זי֣ ֹון‬- jizaión, «visión». Este nombre, que aparece 9 veces, tiene que ver con una
«visión» profética en Jl 2.28: «Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda
carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán
sueños, y vuestros jóvenes verán visiones». En 2 S 7.17 jizaión se refiere a la
comunicación divina (primer caso bíblico) y en Job 4.13 a un sueño ordinario.

Verbo: ‫ חזה‬- jazah, «ver, seleccionar para uso propio». El verbo se encuentra 54
veces y durante todos los períodos del hebreo bíblico. Se constatan cognados del
término en ugarítico, arameo y arábigo. Significa «ver» o «percibir» en general (Pr
22.29), «ver» en visión profética (Nm 24.4) y «seleccionar» (Éx 18.21 primer
ejemplo del verbo).

En Lm 2.14 (rva) la palabra significa «ver» en el contexto de visión profética: «Tus


profetas vieron para ti visiones vanas y sin valor».

Voto: Verbo, heb. ‫ נדר‬- nadar, «hacer voto». Este verbo aparece en varias lenguas
semíticas (ugarítico, fenicio y arameo). En las inscripciones fenicio-púnicas el
verbo y su nombre derivado a menudo se refieren a sacrificios humanos y en un
sentido más general significan una ofrenda. Nadar aparece 31 veces en el Tanaj.

El verbo está distribuido por toda la literatura veterotestamentaria (narrativa,


jurídica, poética, aunque relativamente poco en los libros proféticos). Más allá del
Antiguo Testamento el verbo se encuentra en los rollos del Mar Muerto, en hebreo
rabínico, medieval y moderno. Con todo, su uso declinó después del cautiverio.

1437
V

Tanto mujeres como hombres podían «hacer votos». Números 30 tiene que ver con
las leyes que rigen los votos; cf. Nm 30.2: «Cuando alguno hiciere voto a IHVH, o
hiciere juramento ligando su alma con obligación»; y Nm 30.3: «Mas la mujer,
cuando hiciere voto a IHVH, y se ligare con obligación».

La Septuaginta usa eujomai («desear»).

Nombre: Heb. ַ‫ רדַנ‬- neder, «voto; ofrendas votivas». Este nombre aparece 60 veces
en hebreo bíblico y a menudo (19 veces) se usa junto con el verbo: «Ni los votos
[neder] que prometieres [nadar]» (Dt 12.17). Las versiones modernas traducen
este conjunto de diversas formas: transforman el nombre con el verbo en una
expresión idiomática: «Nada de lo que hayan prometido IHVH» (lvp); adoptan un
uso técnico destacando el nombre: «Ninguna de tus ofrendas votivas» (bj) o bien
traducen ambos términos como nombres: «los votos, las ofrendas» (nbe).

El voto tiene dos formas básicas: incondicional y condicional. El «voto»


incondicional es un «juramento» mediante el cual una persona se compromete sin
esperar recompensa: «Pagaré mis votos a IHVH delante de todo su pueblo» (Sal
116.14). Quien así se compromete está obligado a cumplir. Una vez pronunciada, la
palabra votiva tiene la misma fuerza de un juramento que, en la mayoría de los
casos, no puede violarse: «Cuando alguno hiciere voto a IHVH, o hiciere juramento
ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo
lo que salió de su boca» (Nm 30.2). El «voto» condicional generalmente contiene
una cláusula previa detallando las condiciones necesarias para el cumplimiento del
voto: «E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este
viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en
paz a casa de mi padre, IHVH será mi Dios… y de todo lo que me dieres, el diezmo
apartaré para ti» (Gn 28.20–22).

Los votos, por lo general, se hacían en situaciones muy serias. Jacob necesitaba la
seguridad de la presencia del Señor antes de partir para Padan-aram (Gn 28.20–
22). Jefté hizo un «voto» precipitado antes de salir para la batalla (Jue 11.30; cf. Nm
21.1–3); cuando Ana hizo su «voto», deseaba un niño de todo corazón (1 S 1.11).
Por más que los «votos» condicionados se hacen a menudo por desesperación, esto
no altera el carácter obligatorio del mismo. Eclesiastés amplía la enseñanza
veterotestamentaria sobre el «voto»: «Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en
cumplirlo… Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, a que prometas y
no cumplas … ni digas delante del mensajero que fue un error» (5.4–6 rva).
Primero, un «voto» siempre es para Dios. Aun los gentiles hacían «votos» (Jn 1.16).
Segundo, el «voto» es voluntario y está abierto a cualquiera. En el Tanaj el «voto»
no es patrimonio de personas piadosas ni es un requisito religioso. Tercero, una
vez hecho el «voto» debe cumplirse. Un «voto» no se puede anular. Con todo, el
Tanaj ofrecía la alternativa de «redimir» el «voto»; pagando el equivalente de su
valor en plata, se podían redimir una persona, un campo o una casa dedicados por
«voto» al Señor (Lv 27.1–25).

Esta práctica decayó en el primer siglo. El Talmud, por tanto, desaprueba el «voto»
y llama a «pecadores» a quienes lo hacen.

1438
V

Neder significa también una clase de ofrenda: «Allá llevaréis vuestros holocaustos,
vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos,
vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias» (Dt 12.6 rva). En
particular el vocablo indica algún tipo de ofrenda por la paz u «ofrenda votiva»
(Esd 7.16). Era también una especie de ofrenda de gratitud: «He aquí sobre los
montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh
Judá, tus fiestas, cumple tus votos» (Nah 1.15). En estos casos aun los gentiles
expresaban su gratitud a Dios probablemente con una ofrenda que prometieron a
condición del cumplimiento de una plegaria (cf. Nm 21.1–3). Tales ofrendas podían
también ser expresiones de celo hacia las cosas de Dios (Sal 22.25). A Dios se le
podía ofrendar todo lo que no le fuera abominable (Lv 27.9ss; Dt 23.18),
incluyendo el servicio propio (Lv 27.2). Mientras que los paganos pensaban en
términos de alimentar o cuidar a sus dioses, Dios rechaza esta intención en el
cumplimiento de los «votos» dirigidos a Él (Sal 50.9–13). En el paganismo el dios
recompensa al cultuante por razón de su ofrenda y en proporción a su tamaño. Era
una relación contractual que obligaba al dios a cancelar su deuda con el cultuante.
En Israel nunca existió una relación como esta.

Las expresiones extraordinarias y concretas de Israel de amor hacia Dios


demuestran que con Moshé/Moisés el amor era más que puro legalismo (Dt 6.4);
era devoción espiritual. El Mesías de Dios se compromete a ofrecerse a sí mismo en
sacrificio por el pecado (Sal 22.25; cf. Lv 27.2ss). Este es el único sacrificio que Dios
acepta de manera absoluta y sin condiciones. A la luz de esta realidad, todo ser
humano tiene la obligación de cumplir su «voto» delante de Dios: «A ti, oh Dios de
Sion, te pertenece la alabanza. A ti se deben cumplir los votos. A ti acude todo
mortal» (Sal 65.1–2 nvi).

La Septuaginta usa euje («oración; juramento; voto»).

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