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-' cÉ.rLLY.

La
demostra,ción
Los matemáticos intentan justificar sus afirmaciones
rnediante demostraciones. La búsqueda de argumentos
racionales irrefutables es la fierzamotriz de las
matemáticas puras. Cadenas de deducciones correctas a
parür de lo q.te se sabe o de lo que se supone c^onducen al
inatemático á una conclusión que luego pasa a formar parte
del depósito de las matemáticas establecidas.

No se liega fácilmente a 1as demostraciones: a menudcl éstas liegan al


final de muchas exploraciones y pistas falsas" [Jna demostración efic:r:
lleva1a impronta de autenticidacl del matemático, c¡.Le separa el teore-
ma establecld.r de la conjetura, de la genial idea o del primer tanteo'

en una demostración son el rigor, 1a


[.¿ls cu¿rLidades L]Lle se busc¿rn
transparencia y (y esto no es menr)s importente) la eieganci:r. An¿da-
le a esto 1a perspicacia. Una buena demostración es «una Llue nos
hace más sabios,, pero también es mejor tener alguna demostración
qlle no tener ninguna en absoluto. Progresar basándose en hechos ncl
demostrados coniieva el peligto de clue se pr-redan constluir teorías
sr¡bre el ecluivalente matem¿itico c1e la arena.

¿Qué es una demostración? Cuan.lo usted lee un resultado


matemático u oye hablar de é1, ¿se 1o creel ¿Qué es io que haría clue
Llsted se 1o creyerai Una respuesta sería: un ¡azonarniento realizadc)
con urra lógica válida qLre progrese a partir cle ideas clue usted acepta
l-rasta ia afirmacitin que ustecl se está planteanclo. Eso sería lo que ios
matem¡iticos llaman una demostración, qr-re en su forma habinral es
una mezcla de lenguaje cotidi¿rno y lógica estricta.

Los principales tipos de c{emostracrón que se emplean en matemáticas


son: ei método del conrraejempl,-r; el método clirecto; e1 método indi-
recto; y el métoc1o .1e inducción matemíitica.

Gnonol
Er¡ Elenentos, Euclides proporcicna Descartes promueve el rigor
75

EI contraejemplo Empecemo,s sienclo escépricos: éste es un


método pirrir rn,rstrar que una afirr,ación es i,correcta. Tomaremos
cle
una afirmacitin concreta corflo ejernplo. Su¡,onga quc usted oye li,t
afirmacirir-r tle q,e cu:rlcluier númerr rrukiphcado por sí mismo ,la
como result:rtfu un núnrero par. ¿Se li¡ cree? Ant.es de averrrurilr Lrnn
respuesta cleberíarnos probar con alsunos ejernplos. si tenemos ulr nú-
mero, por ejempio 6, y lo niultiplicanrr¡s por sí mismo, obreniendo 6 x
6 = 36, ha11a*ios que, en eíecro, 3(i es r.ur núrnero par. pr:olr:rndo co.
9, por ejemplo, trallanros qrre 9 x I : 51. Pero 81 es un núrnerlr impar.
Esto sig.ific;r c|-re 1a afirm:rci,-i, cle que rodo-s los números, cuand,, se
multiplican por sí mismos, dan un núrnero par, es íalsa. Un ejernplcr
como este se opone :¡ i:r afrmación original y se Llenomina contrae-
jernplo. Un contraejemplo para la afÍrmaciain c{e c¡ue .totlos los cisnes
son blanto..'. seria vcr un L.rsn( nL.gfo.

Si no logramos hallar un c.nfraejempl,r, podríamos perls:lr c1.e l;,r afir-


rnación es correcra. En ese caso, el natemático tiene que j*gar a otra
cosa. Se ,,{ebe construir un;r ilern.stración, y el tipr-r rnás sencillo es el
método directo de demostracir-in.

EI método directo En el métoct¡ clrrecro progresamos con ar-


gumentos li>gicos desde li¡ .lue )¡a se ha est¿rhlecido, o se ha supuestlr,
hasta la conclusirin. Si podemos hacer esto, tenemos un reorema. No
podemos demostrar que multiplicar cualquier núrrerc¡ pcr sí rnismo cié
como resultaclo un número par porque ya lo hemos refuraclr¡. perr,, es
posible que p.damos salvar parte de est.. La r.]iferencia entre rruestrrr
primer ejemplo, 6, y el contraejernplo, 9, es que el primer número es
par y el contraejemplo es irnpar. Cambiar la hipétesis es algo que sí
podemos hacer. Nuestra nueva afirnación es: si mtLltiplicamos un r.Lú-
mero pdr por sí misrno, el resultailo es un ntimero par.

Primero probamos con algunos ejemplos nurnéricos distintos y halla-


mos qlre cada vez que lo hacemos esta afirrnacitín queda verificada, y
que sencillanrente no podemos encontrar urr contraejemplo. Cam-
biando de enfoqr:e, intentamos demostrarla. pero, ¿cómo empezarl
Poclrí:rmos empezar con un número ¡:ar gerreral n, per() como esfo p¿r-
fece Lln poco abslracto veremos cí¡mO no-c iría cOn una demoslraci(in
en 1a clue ex:rminásemos un núrmero ccncreto, por ejernplo 6. (lonrr¡
usteLl sabe, un número par es ilno que es múrltiplt.r cle 2, prtr ejempkr 6

De Morgan introduce Bishop demuestra resultados lmre Lakatos publica el influyente


78 l- .'.l.,lii.: :':II ::'r"'

: 2 x 3.Ct¡mc¡ 6 x 6 = 6 + ó + 6'r 6 + 6* 6 r¡, escrito de otra manera,


6 x6 =Zx3 + 7x3 +Z x J + Z x) + Z xi +2 x3 o, reescribiéndo-
[o usatttlr , plréttt.ii>.

6xú.=2x (3 + I + J + I r -l + l)
Esto significa que 6 x 6 es un múritiplo de 2 y, como t:'il, es un númertr
ptrr. Pero en este ral()nitr[iento no se Ltsil el 6 por nad¿r en particlllaf, y
po.lríamos haber empezrtdo con n = Z x k ol¡teniendo
nxn= 2x(k+¡1 r-..+k)
y l1eganc1o a la concL,si(rn cle t.ltie n x n es I'rar' I'iLrestr:I clemostracitirt
ya está completa. En e1 pasado, a matemírlicos c01t1o Euclicles les grrs-
taba escnbir *QED, al tinal de una demost.ración p;rra clecir que el
trabajo ya estaba hecl-ro' es una abreviatr-rra del Latín quod erat demons'
ffLwdL.Lm (1o c}re había rlue dem()strar). Hoy en día us¿ln r-rn cuadraclo
rellenc¡ !. A este se le denomina 'síml¡olo cle Halmos", por Paul
Halmos, que to introdujo.
El rnétOdO indireCtO En este mérodo hacemos cuenta de cl-re
la conclusitin es fz-rLsamediante rin razonarnlento lógico demostra-
1,
mos qlle esto contradice la hiptitesis. Dernostrernos el resuLtado ante-
rior mediante este métoc1o.
Nuestra hipótesis es que n es par y haremos cllenta de que n x n es im-
par. Podemos escribir Lllte n x n = n + n + ... + n y que hay n tle estos'
Esto signilica Llue n no pttecle ser par (porque. si lo ftrera, n x n sería
par). Por consiguiente, n es impar, 1o que contradice 1a hipótesis' f

En realidacl, esro es una forrna suave del méttrdo iniiirecto. El métoclo


inclirecto en su plenitucl se crtn,rce ct¡irto e1 mér,¡tlo c1e reductio ad ab-
sw.dttm (reclucción al absurdo). La clásica dernostraci(rn cle qr-re ltr raíz
cuaclrada de 2 es un númertl irr¿rcional es un ejemplo de esttr forma,
en 1ir que empezamos suponientlo que 1a raíz cu:rdrada de 2 es un nú-
mero racion¿rl y extrayenclo una contradiccitin para esta suposicirin.

El rnétodo de inducción rnatemática La inclucción r¡iate-


mática es un:r poderosa forma de demostra¡ que una secuenci¿r de afir-
maciones P1, P,, P.... son tod:rs vercladeras. Esta técnictr concret:r (.1ue
no htry qtre confundir con 1a indr-rcción científica) se usa mucho para
clemostrar afirmacir¡nes r-1ue implican números ent¿ros. Reslr1ta espe-
ciahnenre íttil en ia teorí¡r .le graftls, en la teoría cle números, y en la
inli¡rrnática en general. Con-rtr ejemplo práctico, piense en e1 proble-
ma .1e sttmtrr los núttnerr¡s iu¡rlres. Pc.r ejeinpl.¡, la suma cle los tres
primeros números impares 1 + J + 5 es 9, nientras Lltte ia s,-rnra cle ltls
primeroscuitffo 1 +3 +-5 + 7 es 16. Bien,9es 3 x J = 3ry 16es4 x 4
ejemplo n = 7, haliamos, en efecto, que 1a surna tle los prirneros siete
es 1 + I + 5 + 7 + 9 + li + 13 = 49, q¡e es 7r. Per' ¿se sigue esre pa-
üí¡n en el caso de rodo.s l,¡s val.'rres cle n? ¿Cómi-, p()L]ernos estar st:gu-
ros ?

Aquí es donde entra er-r juego 1a lnducción rnarem;itica. ]nforr¡ial-


mente es el método c1e clemostración clei <lonrinri. Esta metáfora se
aplica a rrna iila de fich¡,s de dominó gue esrán dispuesras en verrical.
Si una {icha de dominó cae, derribará a la siguiente. Lo írnico que:
necesitarnc¡s para hacer qlle rod,¡s c:llgan es que c;riga 1:r primera. Po,
demos aplicar este pensamiento :rl problerna de los números impares.
La afirmacicin P. dice que la suma de los prirneros rr núnreros impares
suman rrr. La inclucción matemática arrna una reaccirin en cadena por
la cual Pr, P., P).." serán ¡odas verdaderas. La afirmac.iórr P, es banal-
mente verd:rdera porque 1 = 1r. Luego, P, es verJ.rd(r:r porqrre I "r _l =
lj +. -1 = 2r, P, es verdadera porque 1 + 3 + 5 = 21 + 5 = ll yir*esver-
dadera porque 1 + J + 5 + 7 = J2 + 7 = {r. l-js..rrrros el resultaio.tbte-
nido en una etapa par:r saltar a 1a siguiente. Esr:e proceso se puede
formalizar para ftrrmular el métoclo de inilucción matenliitica.

Dificultacles con las demostraciones l-¿rs clem¡-;srraciones


se presentan en todo tipo de esrilos y tanlaños. Algunas son breves,
concrsas y vigorosas, especialmente las clue se hallan en los hbros de
rexto" C)tras en las que se detallan las últimas investigacione-* han
ocupaclo números enteros de publicaciones y se han extendido a 1o
largo ,.1e miles de páginas. En estos casos, muy [)oc¿1s persorlas tenc]rán
una comprensiírr-r cabal de la totalidacl de1 razonar¡ientr.

Tarnbién hay problemas rel:rckrnaclos con los fiLnd¿rmenros ,:lel rnéro"


dt¡. Por ejemplo, un peqr-reño número de rnatemátic.)s no están con.-
tentos con e1 métoclo de clemostración inclirecr¡r de reciuctio ad absur-
dr-rm cuandt¡ éste se aplica a la existencia. Si la suposición .1e quc. r-rn:r
sol-rción cle una ecuaci«in no existe con.luce a una contraclicci,-in,
¿basta esto para demostrar que sí existe r.rna soluciiini Outenes se opo-
nen a esre método de prueb:r afirmarían que 1a lírgica es rnera prestidi,
gitaciírn y que no nos <lice cómr> constniir re:rlmente ¡"rn:r sr¡lución
concret¿I. Se denomir-ia «constructivistas" (en diversos grados) a
quienes clicen que eL rrérocli¡ de demostraci(rn no pro¡rurclüna *sisrli-
frcaclo nr-unéricoo. Éstos ciescleñan al m¿rtenrátic. ci:isico .1.," ,.,.,r-rri,"l*-
ra ipe el método de reLlucrio es un arma fundament:rl del :rrsenrrl nre-
temiiticcr.

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