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papeles Reflexión de fin de año de CJ

CRISTIANISME I JUSTÍCIA

Transformemos
el mundo desde el
afecto y la ternura
Suplemento del Cuaderno n. 197 de CJ - (n. 231) - Enero 2016
Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona - 93 317 23 38 - info@fespinal.com
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Mirando el mundo tal y como está no hay tra soledad esencial. Nos necesitamos para
duda de que necesita una revolución. Ne- sentirnos vivos, nos necesitamos para estar
cesita una revolución ecológica, política, vivos.
social y económica, pero fundamentalmen- No hay afecto sin el otro a quien amar.
te necesita una revolución del afecto y la El afecto se expresa con palabras, gestos,
ternura. No nos podemos permitir ni un actitudes y hechos. El afecto coge a toda la
minuto más amar y amarnos tan poco y tan persona, transforma la cabeza, el corazón y
mal. Nuestro cuerpo, nuestra psicología y los sentidos. En el abrazo, nos abrazan; en
nuestro corazón ya no resisten más odio, la mirada a los ojos, nos miran; en la cor-
desesperanza y egoísmo. No podemos con dialidad, el corazón se calienta; en la ca-
más desconfianza, más miedo y más indife- ricia, nuestra piel se siente reconfortada...
rencia. Estamos hechos para el amor. No hay riqueza que compre el afecto o que
Somos seres limitados. Vivimos en un destierre el odio, ni hay dinero que cons-
cuerpo con necesidades concretas e inelu- truya la esperanza y la confianza. Es tarea
dibles que van cambiando a lo largo de la de cada uno de nosotros en la desnudez de
vida. No podemos vivir ignorando la reali- nuestra humanidad y es tarea de toda la co-
dad de nuestra fragilidad y finitud. No po- munidad humana, confiando, eso sí, en que
demos eludir nuestra necesidad de los de- en el corazón de cada hombre y cada mujer
más, porque no podemos vivir sin amor ni Dios ha sembrado ya la simiente del Amor.
reconocimiento. Nos necesitamos los unos Sin afecto y ternura, sin dedicar tiempo y
a los otros, para sentir el calor de la estima energía a cuidarnos, estamos externalizan-
y la amistad, para consolarnos de nuestra do costes. Lo pagan nuestro cuerpo y nues-
contingencia, para acompañarnos en nues- tra psicología, lo pagan los más vulnerables
y los excluidos de este mundo, lo paga la liberación para nosotros mismos. Tenemos
naturaleza, lo pagan las mujeres, lo pagan que redescubrir la dimensión profética de
los niños y las niñas, las relaciones de ve- los pequeños gestos cotidianos para mos-
cindad, la familia, los amigos. trar que otras maneras de vivir son posi-
En un mundo hostil a la Vida y a la hu- bles. Así se va creando una cultura com-
manidad, que nos endurece el corazón y partida de respeto a todo lo que nos rodea
nos desintegra, reivindicamos la revolución (consumo, hábitos, redes comunitarias...).
del afecto y la ternura como punto de parti- Nos tenemos que dar cuenta de que nuestra
da, como lentes con las que mirar el mundo manera de relacionarnos con la naturaleza
y las personas. Es desde aquí, desde donde no es diferente de nuestra manera de re-
acabando ya el año 2015 queremos poner el lacionarnos entre nosotros. Las relaciones
foco sobre cinco realidades que necesitan humanas interpersonales, las relaciones de
ser transformadas o acogidas. género, las relaciones entre las culturas, los
pueblos, los Estados, pueden ser de domi-
nio, de explotación, de falta de escucha... o
1. La cuestión ecológica al contrario.
Los síntomas de agotamiento que sufre La casa común necesita afecto y ter-
la tierra (escasez de agua potable, pérdi- nura, necesita cuidados urgentes y esto se
da de biodiversidad, pérdida de tierras de tiene que traducir en una nueva manera de
vivir, consumir y pensar el mundo y las
cultivo...) y los signos de alerta que cons-
relaciones, y también en nuevas formas de
tantemente da aquí y allá (desertificación,
participación social y acción política.
contaminación de ríos y mares...), son pre-
ocupantes. Creer que la tecnología y la cien-
cia arreglarán el problema ecológico en el 2. La insoportable desigualdad
futuro es una falacia que nos anestesia y nos
desresponsabiliza. Nos jugamos la vida en Concluimos el año 2015 con unas cotas
ello, la presente y la futura. de desigualdad inéditas hasta hoy: el 1% de
la población ya tiene tanta riqueza como el
Ya sufrimos los efectos: enfermamos y 99% restante. El número de ricos (aquellos
tenemos peor calidad de vida. Pero lo que que tienen más de un millón de dólares)
aquí es una afectación que puede pasar de- crece un 40% en España desde el inicio
sapercibida, en otros lugares es cuestión de de la crisis. 6 billones de dólares se mue-
vida o muerte. Hay lugares en los que el ven en estos momentos de manera opaca
cambio climático y la acción irresponsable en paraísos fiscales. Al mismo tiempo la
del ser humano sobre la tierra, matan. El pobreza en nuestras ciudades se cronifica:
abuso y su efecto no coinciden en el espa- más de 1/3 de los hogares españoles tienen
cio y en el tiempo. Por ello tenemos que ingresos medios inferiores a los 800 euros
superar la «miopía espacial» y la «miopía mensuales; el paro disminuye solo a base
temporal», y cambiar la mirada utilitarista de creación de puestos de trabajo precarios
y fragmentada de la realidad por una mira- y mal pagados... y podríamos seguir.
da sapiencial y holística. La utopía de los más ricos tiene la for-
La revolución ecológica comienza por ma de la peor distopía para los pobres, in-
nosotros mismos. La conversión a la so- conscientes los primeros de que el bienes-
briedad compartida no solo permitirá que tar de los últimos es la única clave para el
viviendo nosotros con menos, otros puedan bienestar de todos. Somos conscientes de la
vivir, sino que se revelará como factor de dificultad de cambiar un sistema económi-
co hegemónico a nivel mundial y enraizado no puede seguir en este desgobierno e in-
culturalmente. El capitalismo solo es legíti- diferencia, lavándose las manos cuando es
mo si es capaz de mejorar la vida de los que parte activa en la creación de estos desequi-
están peor. Cuando no lo hace, merece ser librios a escala mundial.
claramente cuestionado. Pero será necesario un trabajo de aba-
Ahora sabemos que no podemos seguir jo a arriba que vaya generando una cultura
viviendo así si queremos que otros puedan de la hospitalidad que se oponga a la de la
vivir mejor. Pero tampoco podemos seguir hostilidad. Habrá que combatir a aquellos
viviendo así porque este modelo de vida no que quieren pescar políticamente en el río
nos hace más felices, más solidarios ni más de los discursos xenófobos, que se aprove-
humanos. chan del miedo, y que solo buscan levantar
En el «mientras tanto» de esta historia muros entre las personas. Venimos de una
de dolor y sufrimiento, el afecto y la ternura tradición bíblica en la que las referencias a
que mueven a la compasión nos obligan a la hospitalidad son constantes, porque para
examinarnos. ¿Qué es aquello que me enca- aquel que vivía en el desierto la hospitali-
dena y me deshumaniza? ¿Cómo puedo vi- dad era sinónimo de supervivencia. Actual-
vir de manera más solidaria y comunitaria? mente es así para millones de personas, que
solo tienen en nuestra acogida una posibi-
lidad de futuro. Estamos obligados a ello,
3. De la hostilidad y el rechazo a la por una ley de humanidad escrita en nues-
hospitalidad y la acogida tros corazones y que va más allá de cual-
Asistimos hoy en día a un desplazamiento quier ordenamiento jurídico. Este cambio
forzado de personas que no tiene parangón solo se producirá si logramos ir diluyendo
con ninguna situación pasada. Por un lado la frontera que separa el «nosotros» de los
las desigualdades económicas se han vuel- «otros», y somos capaces de ver en estos
to abismales; el capitalismo con la compra «otros» a «nuestro hermano».
masiva de tierras, y la explotación de los
recursos materiales, ha dejado inmensos te-
4. La revolución de los cuidados
rritorios sin ningún tipo de perspectiva de
futuro. Por otro lado, el incremento del nú- Cuidado, afecto y ternura son valores atá-
mero de conflictos armados ha provocado vicamente atribuidos a las mujeres pero ni
que el número de refugiados se disparase el mundo se puede permitir que el 50% de
hasta superar los 60 millones de personas. la humanidad delegue estos valores en las
Ante esta situación las zonas «ricas y mujeres, ni los hombres se pueden permitir
con estabilidad» de nuestro mundo, en vez renunciar a los beneficios que para su vida
de abordar las causas de los desplazamien- puede suponer cuidar a los demás.
tos y buscar la protección de todas estas Para poder hacer realidad la revolución
personas, han corrido a proteger sus fronte- de los cuidados, para poder construir unas
ras para dificultarles el paso. Esta actuación relaciones humanas más justas e igualita-
por parte de algunos estados es simplemen- rias, hay que desenmascarar las desigual-
te criminal. En todo el mundo, sin embar- dades que nos atraviesan. Por lo tanto, hay
go, se va despertando la conciencia de que que buscar la encrucijada entre una vida
por mucho que levantemos muros no solu- basada en la igualdad entre mujeres y hom-
cionaremos el problema de fondo. Harán bres, en los derechos sociales, políticos y
falta soluciones políticas globales. Europa económicos, en la libertad, en la redistribu-
ción de la riqueza y del trabajo, en el for- Jesús. También debemos tener una mirada
talecimiento de los servicios públicos, etc., de misericordia cuando los que fracasamos
y una vida centrada en el cuidado y en la somos nosotros o la propia Iglesia.
interdependencia. Porque no puede haber La misericordia va más allá de la justi-
una verdadera justicia social si por el ca- cia. Un mundo justo eliminaría la gran ma-
mino dejamos de cuidar a las persones que yoría de problemas de la humanidad actual.
nos rodean... o si los cuidados recaen ex- Pero la justicia según la cual se tiene que
clusivamente en las mujeres. «dar a cada uno según lo que le correspon-
Solo restableciendo el equilibrio entre de» nos aboca a una meritocracia religio-
identidades relacionales (tradicionalmente sa o económica que requiere sistemas de
vinculadas con la feminidad) e identidades compensación para todos aquellos que no
individualizadas (ostentadas históricamente consiguen «hacer méritos». Sin misericor-
por los hombres a través del mantenimiento dia, un sistema de justicia se vuelve cruel
del poder y el privilegio y de su apropiación hacia los más débiles. Un Dios exclusiva-
del espacio público), encontraremos la vía mente justo acaba siendo implacable con
para desarrollar esta ética del cuidado y de los pecadores. Jesús, en cambio, se rodeó
la responsabilidad colectiva que tan acerta- de gente que no tenía ningún mérito ante
damente describe la filósofa Carol Gilligan: la sociedad: pecadores, ladrones, leprosos,
ciegos, prostitutas...
En un contexto democrático, el cuidado
La mirada de misericordia es necesaria
es una ética humana. Cuidar es lo que
para dejar de mirar a todos los marginados
hacen los seres humanos; cuidarse de uno
de nuestra sociedad como culpables y me-
mismo y de los demás es una capacidad
recedores de su propia suerte y pide al ser
humana natural. La diferencia no estaba
humano una acogida sin condiciones. Para
entre el cuidado y la justicia, entre las mu-
lograr esta mirada de misericordia, también
jeres y los hombres, sino entre la demo-
la Iglesia necesita una revolución de afec-
cracia y el patriarcado.
to y ternura, para mirar al mundo y para
Socializar el cuidado es, por lo tanto, la mirarse a sí misma y para actuar desde la
clave para «hacerse cargo, cargar y encar- compasión.
garse de la realidad» de forma colectiva y
para construir una verdadera democracia. ******
Por eso hay que concienciarse de que so-
Acabamos el año 2015 particularmen-
mos seres vulnerables y de que la atención
te «maltrechos y desesperanzados, como
a esta vulnerabilidad es una responsabili-
ovejas sin pastor» y con la tentación de en-
dad social.
cerrarnos en nosotros mismos y dejar para
otro año la lucha por el otro mundo posible
5. El año de la misericordia que anhelamos. Sin duda es ahora, cuando
el mal nos deja desnudos y a la intemperie,
El Papa Francisco quiere que la Iglesia mi- cuando tenemos que confiar en el poder del
re el mundo desde esta perspectiva especial. afecto y de la ternura, y desde lo más pe-
Esta mirada misericordiosa ha de ser la que queño de nuestras relaciones y vidas coti-
la Iglesia y el pueblo de Dios tienen que tener dianas, transformar el mundo.
hacia todos aquellos que fracasan en el inten-
to de lograr el ideal evangélico propuesto por Cristianisme i Justícia

Imprime: Ediciones Rondas S.L. - ISSN: 1135-7584 - D. L.: B-45397-95

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