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GENTE SANTA EN EL SIGLO XXI

¿Es posible que nosotros siendo hombres y mujeres en pleno siglo XXI, en medio de
nuestro actual mundo moderno y tecnificado podamos ser santos?,

sobre todo en un mundo que le ha dado la espalda a Dios, un mundo que cree que ya no
necesita a Dios y por tanto que se ha alejado de sus leyes, un mundo que ha sacado a
Dios de su ecuación ¿es posible ser santos en este mundo?

Repasemos un poco el concepto de santidad:

¿Qué es ser santo?.

DRAE:

Santo, ta Del lat. sanctus

1. adj. Perfecto y libre de toda culpa.


2. adj. En el mundo cristiano, dicho de una persona: Declarada santa por l
a Iglesia, que manda que se le dé culto universalmente. U. t. c. s. (esta
definición es obviamente teniendo en cuenta conceptos del catolicismo)
3. adj. Dicho de una cosa: Que está especialmente dedicada o
consagrada a Dios.

Ahora yendo al origen del termino traducido como “santo” en la Biblia


La palabra “santo” es una traducción del término hebreo «kadosh» que
quiere decir Apartado, separado, distinto, especial, reservado, distinguido,
puro, diferente. Esta palabra hebrea se traduce como: “santo, consagrar,
santificar.” Esto es siempre la idea básica de una persona o cosa que es
santa, consagrada, separada, o santificada.

La Biblia deja claro que Santo es un adjetivo que indica una cualidad fundamental de Dios

Lev 11:44a Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os
santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; (Hasta ahí) así
que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se
arrastre sobre la tierra.
Aquí vemos el ser santos como un mandato de Dios para su pueblo y la causa de esto es
porque Él es Santo. La expresión “sed o seréis Santos porque yo soy Santo” aparece
muchas veces en la Biblia (ej: Levítico 19:2, Levítico 20:26, 1 Pedro 1:16, Levítico 21:8)

Ahora, cuando se habla de la santidad de Dios se está hablando de su absoluta pureza


moral, es decir, de su perfección desde el punto de vista moral.

1Pe 1:14-16: como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos


que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel
que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra
manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo.

Estos pasajes dejan claro que Dios es santo, esa es una cualidad invariable en Él y además
nos ordena que nosotros como pueblo suyo, debemos ser santos también.

Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la


eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la
santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir
el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados.

Vemos aquí el termino “Santo” aparece como un Nombre o sustantivo de Dios y no como
una cualidad o adjetivo, dice: “cuyo nombre es el Santo”. Notemos que la palabra “Santo”
aquí aparece con mayúscula por lo que se refiere a un nombre propio, en los pasajes que
leímos anteriormente aparecía “santo” con minúscula. Este pasaje reafirma el concepto
que Dios en su esencia es Santo, es una cualidad invariable en Él.
Ahora vemos que este texto también dice que: Dios habita en la santidad, es por eso que
al cielo no puede entrar nada inmundo, nada que no sea santo, porque Dios habita en la
santidad.

Apocalipsis 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que


hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en
el libro de la vida del Cordero.
Ahora como un adjetivo para un ser humano, de acuerdo con la Biblia, santo es toda
aquella persona que ha decidido consagrarse, apartarse o dedicarse para Dios, y por
consecuencia que ha decidido alejarse de todo tipo de pecado, para vivir según los
lineamientos divinos expuestos en la Palabra escrita de Dios, que es la Biblia. Bíblicamente
santo no tiene que ver con imágenes, ni tampoco la biblia enseña que estas personas
deban ser veneradas o adoradas. Con todo respeto si hay personas católicas aquí: la Biblia
no enseña que santos son las personas canonizadas o beatificadas por la iglesia católica.
Ser santo implica ser justo, íntegro y obediente a Dios.

Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie
verá al Señor.

Aquí vemos que ser santo es una condición para ir al cielo, una condición para
poder ver a Dios

Ahora: ¿Cómo podemos llegar a ser santos, nosotros siendo hombres y mujeres en pleno
siglo XXI? donde hay tanta tentación por todas partes, somos bombardeados casi
constantemente por todas partes de información que nos puede dañar, de material que
nos aleja de Dios y de su propósito para con nosotros. Las personas que navegan
regularmente por internet, por ejemplo, saben que esto es así. Hoy en día desde una
celular con conexión a internet nos podemos comunicar con el mundo y acceder a todo
tipo de material que puede dañarnos y desviarnos del camino de la Verdad. Entonces
¿qué se puede hacer para lograr ser santos en pleno siglo XXI?

2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

2 Corintios 7:1 (BAD) Como tenemos estas promesas, queridos


hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el
espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra
*santificación.

O sea: La santidad se perfecciona en el temor de Dios. Es decir, de qué manera podemos


ser santos? La respuesta es teniendo temor de Dios en nuestra vida. Y qué es temor de
Dios? Vale la pena recordar el concepto de temor de Dios. Hay un pasaje en la biblia que
define claramente que es “el temor de Dios”

Proverbios 8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y


la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
Es conocido que uno de los usos del punto y coma es para separar ideas generales, por
tanto aquí el punto y como está separando dos ideas generales. En la primera parte ya se
define que es el temor de Dios. Es decir, “El temor de Jehová es aborrecer el mal”

Aborrecer (RAE): Tener aversión a alguien o algo.


Aversión (RAE): Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo.

Proverbios 8:13a (NTV): Todos los que temen al SEÑOR odiarán la maldad.
Proverbios 8:13a (DHH): Honrar al Señor es odiar el mal.

O sea el real temor de Dios es odiar, rechazar, repugnar el pecado. Pero ahora surge una
pregunta: ¿cómo conseguimos eso?, ¿cómo vamos a lograr odiar el pecado? ¿Cómo
vamos a lograr conseguir aborrecer el pecado?

Obviamente nosotros solos no vamos a lograr conseguir odiar el pecado, necesitamos la


ayuda del Espíritu Santo de Dios, pero además de la ayuda del Espíritu Santo hay una
parte que nos corresponde a nosotros, porque todos sabemos que Dios no nos obliga a
nada, Él no nos obliga a obedecerle.

Es necesario adquirir buenos hábitos que nos ayuden a desarrollar este rechazo por el
pecado. Entonces es necesario que tomemos la decisión de adquirir esos buenos hábitos.
Aquí están algunos de esos buenos hábitos:

1. Conocer a Dios a través de tiempos de intimidad y de su palabra.

ISAÍAS 6:1-5 como sucedió aquí con el profeta Isaías al ver la grandeza y santidad de Dios
no pudo dejar de pensar en su imperfección como ser humano leamos otra vez el
versículo 5. Cuando nos acercamos a Dios la luz de Dios deja ver todo lo que está mal en
nosotros, eso fue lo que sucedió con Isaías en esta visión, por eso es importante conocer
a Dios personalmente a través de los tiempos de intimidad.. Saquemos tiempo para estar
con Dios a solas, ¿cómo vamos a conocer a Dios si no nos acercamos a Él?

Llegamos a entender lo malo que es el pecado, cuando comenzamos a conocer a Dios a


través de la Biblia, cuando comenzamos a estudiar las Escrituras, a través de su palabra
podemos llegar conocer su extrema santidad, su grandeza, su majestad, su pureza,
Dediquemos tiempo para conocer a Dios, su grandeza, su santidad. ¿Cómo? estudiando
su palabra, dejando que nuestro espíritu sea alimentado y fortalecido con la palabra de
Dios.
Igualmente la intimidad con Dios constantemente nos va a ayudar a no caer en la
tentación:

Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu


a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Mateo 26:41a (DHH) 41 Manténganse despiertos y oren, para que no


caigan en tentación.

2. Otro hábito: debemos todos los días considerar el sacrificio de Cristo en la cruz.
El pecado fue la causa de la muerte de Jesús. Jesús murió para salvarnos del castigo por
nuestros pecados. Amemos a Jesús, si amamos a Jesús vamos a odiar aquello que causó su
muerte. Ahora amar no es un sentimiento, no se trata que sintamos que amamos a Jesús,
el amor consta de acciones que demuestren ese amor.

1 Juan 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus


mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

1 Juan 5:3 (BAD) En esto consiste el amar a Dios: en que obedezcamos


sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir,

Si obedecemos a Dios lo amaremos realmente y esto nos hará odiar lo que


causó la muerte de Jesús.

3. Otro hábito: Considerar siempre y recordar que somos templo del Espíritu Santo
de Dios, Todos sabemos por 1 Corintios 3:16 que nosotros los hijos de Dios somos templo
del Espíritu Santo; pero debemos saber también que Él está constantemente
intercediendo a Dios por nosotros para que el propósito de Dios con nosotros se cumpla.

Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra


debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los
santos.

Al considerar esto comenzaremos a odiar el pecado porque sabemos que el pecado nos
alejará del propósito de Dios, y si seguimos pecando estaremos llevando a cabo la tarea
contraria a lo que está haciendo el Espíritu Santo en nosotros.
Hay un aspecto importante que se debe tener en cuenta para que como
hijos de Dios podamos llevar una vida de santidad:

Consumamos material que nos edifique: de la abundancia del corazón habla la boca (que
es lo que abunda en nuestro corazón, ¿qué estamos consumiendo? ¿De qué nos estamos
llenando?)

Lucas 6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y
el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la
abundancia del corazón habla la boca.

Esto tiene que ver también con No proveer para los deseos de la carne:

Romanos 13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los
deseos de la carne.

1. Hay que desechar las excusas sin fundamento. A veces a nuestra


mente se nos vienen excusas para intentar justificar lo que
sabemos que está mal. Un ejemplo práctico: Por ejemplo vamos
por la calle y nos encontramos una billetera con mucho dinero, la
billetera tiene la cédula de la persona, documentos con el teléfono
de la persona, es más tú has visto a esa persona que se le
extravió y tú dices: bueno en realidad es justo que yo me quede
con este dinero porque tengo tantas necesidades, en mi casa
nadie está trabajando, etc, debemos desechar toda excusa
mental que nosotros sabemos que no tienen fundamento

Conclusión

1. y jamás debemos dejar de considerar la obra de Jesús al morir para borrar nuestros
pecados, si amamos a Jesús odiaremos lo que causó su muerte.
2. Ser conscientes todo el tiempo de la labor del E.S. en nosotros. Pues Él
constantemente, dentro de nosotros está intercediendo para que el propósito de
Dios se cumpla en nosotros.
3. Y no dejar de conocer a Dios a través de su palabra y de forma personal a través de
nuestros tiempos de intimidad con Él.

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