LA LECTURA, UNA HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

Nuestro mundo globalizado, tecnológico e informático exige que desarrollemos y fortalezcamos

el maravilloso hábito de la lectura textual (palabras) y extratextual (signos, símbolos, imágenes,
códigos, señales, etc.), con la finalidad de comprender la realidad en que vivimos. Esta actividad
mental, además de brindarnos entretenimiento y conocimiento, es una herramienta para la
construcción del pensamiento crítico, una facultad cognitiva que nos permite dudar metódica y
racionalmente de cualquier percepción sensorial, cuestionar lo establecido, reflexionar
analíticamente y refutar, controvertir, disentir, polemizar, contrastar, debatir y discutir con
fundamentos y razones, escuchando la opinión de los interlocutores, mediante un diálogo
asertivo, empático y respetuoso de las diferencias.

A través del arte de leer nos adentramos en le mente de autores vivos y muertos, obteniendo
sus conocimientos y sus maneras de percibir, interpretar y sistematizar la realidad de su mundo
natural, cultura y social en que viven o vivieron. Leyendo aprendemos a pensar diferente, dejando
de ser tan credulones, y a someter a la criba de la duda racional la información que provenga de
cualquier texto, sin importar quién sea su autor, por más erudito que parezca, por cuanto ninguno
está en poder de “LA VERDAD”, debido a que cada escritor publica “su verdad”, considerada como
“una verdad” más, susceptible de ser refutada y controvertida.

El hábito lector nos posibilita comprender que vivimos en un universo comunicativo, dominado
por el poder mediático (medios masivos de información escritos y audiovisuales), que pretende
imponernos acríticamente todo un torrente de informaciones manipuladoras con las que el poder
dominante (político, económico, religioso e ideológico) quiere que aceptemos sus pretendidos
discursos legitimadores del saber y de la verdad, buscando confundirnos y decirnos qué hacer, qué
pensar, qué consumir, cómo vestir, a dónde ir, por quién votar, quiénes son los “buenos” y
quiénes son los “malos”, a quién querer y a quién odiar.

Si queremos ser personas libres y autónomas, pensar y decidir por nosotros mismos y vivir una
vida auténtica, exenta de condicionamientos y manipulaciones, es necesario que aceptemos el
desafío de la lectura para interpretar y reinterpretar el mundo natural y social que nos han
construido artificialmente quienes detentan el poder en diversos aspectos de la vida en sociedad,
pretendiendo que nos sometamos dócilmente a las condiciones de una existencia inauténtica,
alienada, masificada e instrumentalizada, mientras ellos disfrutan impunemente de su
incontrolable poder dominante.