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Amazonía en peligro:

Registran dos nuevos casos de contaminación por petróleo

La Amazonía del Perú se vuelve a teñir de negro. Esta vez el petróleo se ha


esparcido en la región Loreto. El primer caso fue ocasionado por una nueva
ruptura en el Oleoducto Nor Peruano, cerca de la comunidad nativa
Monterrico de pueblos indígenas kukama y urarinas en el distrito de
Urarinas; el segundo se produjo por un rebalse de petróleo de un pozo en la
batería Capahuari Sur, cerca de la comunidad nativa Nuevo Andoas del
pueblo indígena quechua.
Los dos casos fueron vistos por monitores ambientales indígenas y personal
de Petroperú el sábado 24 de setiembre, sin embargo, pobladores deducen
que los accidentes ambientales se han dado con anterioridad debido a que
cuando se acercaron a las zonas afectadas, la mancha de petróleo tenía
varios metros de extensión.
A continuación conozcamos con detalle los dos nuevos casos de
contaminación de petróleo:
Petróleo en la comunidad de Monterrico
“Hasta el momento sigue brotando el petróleo. No sabemos qué hacer.
Nadie nos, ayuda, nadie viene”, dice a Mongabay Latam, el apu de la
comunidad nativa de Monterrico, Pastor Dahua. El sábado 24 de setiembre
a las dos de la tarde, un helicóptero de Petroperú dio dos vueltas alrededor
de la comunidad indígena. El poblado dispone de un teléfono público como
único medio de comunicación con el exterior, el cual sonó ese mismo día a
las seis de la tarde. “Ahí nos comentaron los de Petroperú que había un
nuevo derrame de petróleo a la altura del kilómetro 66-67 del Oleoducto Nor
Peruano. De inmediato fui yo, como presidente comunal, junto con el
teniente gobernador, Eduardo Vaquero, y el agente municipal, Raúl
Paredes”, agrega el líder indígena.
Fue en ese momento que Pastor Dahua observó un manto de petróleo con
una extensión de un kilómetro alrededor de una fisura del Oleoducto Nor
Peruano. El líder señala a Mongabay Latam que la profundidad del derrame
alcanza el metro y 50 centímetros y que este se encuentra a solo 3
kilómetros de distancia de Monterrico. “Como el nombre lo dice, estamos en
un monte y el derrame se ha dado en la parte de arriba. Si empieza a llover,
el agua puede alcanzar más rápido a nuestra gente. También está a unos
metros de la quebrada Patuyacu, la cual lleva al río Marañón”, dice Pastor
Dahua. En Monterrico viven 486 personas, según el apu.

Nuevo Andoas, la crisis del Lote 192


En el campamento Capahuari Sur del Lote 192, administrado en la
actualidad por la empresa Pacific Energy, una lluvia intensa hizo rebalsar el
día sábado el petróleo que se almacena en los pozos de dicho
campamento. Los almacenes del crudo son conocidos popularmente por los
indígenas de Nuevo Andoas y de otras comunidades como ‘Tantán’.
“Si bien la Estación de Andoas de Pacific está paralizada, como todo el
oleoducto, aún queda petróleo almacenado porque sirve para generar
energía para las comunidades como la nuestra y para el personal de la
petrolera que todavía queda por aquí. No olvidemos que tenemos energía
eléctrica entre las tres de la tarde y las nueve de la noche”, explica a
Mongabay Latam el apu de Nuevo Andoas, Teddy Guerra Magin.
Según Guerra Magin, el derrame de petróleo alcanza 40 metros de
extensión alrededor del campamento Capahuari Sur. Ni personal de
Petroperú ni los propios comuneros pueden ingresar al lugar debido a que
los pobladores indígenas de la vecina comunidad nativa de Los Jardines no
los dejan entrar.
“Ellos pertenecen a la Organización Interétnica del Alto Pastaza (ORIAP),
organización que está apoyando la movilización por la contaminación del
Lote 8, pero solo están bloqueando la carretera de ingreso a Capahuari Sur
por protagonismo, de esa forma no podemos ingresar con los de Petroperú
para poder contener el petróleo rebalsado”, dice Guerra Magin.
Los Jardines es una comunidad nativa que no pertenece a la Federación
Indígena Quechua del Pastaza (Fediquep), a la que sí pertenece la
comunidad de Nuevo Andoas. Los Jardines, junto con otras comunidades
nativas, continúan una protesta en el poblado de Saramurillo por la
remediación ambiental del Lote 8 y por la exigencia de acceso a los
servicios básicos.

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