Sie sind auf Seite 1von 10

Universidad Nacional del Comahue

Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Navarrete, Maximiliano
La aceleración social de la contemporaneidad:
En el presente trabajo intento analizar el concepto de aceleración social tal como es
presentado por Hartmut Rosa en Aceleración y Alienación. Hacía una teoría crítica de la
temporalidad en la Modernidad Tardía1.
Desde un abordaje de la Escuela Crítica, el sociólogo Rosa sostiene que la
aceleración social es un fruto acabado del proyecto modernizador europeo. Su valioso
aporte se centra en la identificación de los vectores sociales que profundizan la
aceleración. Así mismo, la vinculación de dicho fenómeno temporal con la alienación de
los sujetos.

La aceleración del tiempo histórico:


En los últimos años se ha escrito mucho sobre la aceleración. Desde inicios de la
Modernidad o incluso antes, se reflexionaba al respecto. “Desde Shakespeare a Rousseau, y
de Marx a Marinetti, pasando por Charles Baudelaire, Goethe, Proust o Thomas Mann”2 .
Resulta necesario remitirse a los escritos del historiador alemán Reinhart Koselleck, quien
pondera la relevancia del factor tiempo en la configuración de la modernidad como
proyecto. En este sentido, destaca el movimiento, dinamismo y orientación al futuro de
ciertos cambios experimentados en la temporalización en la Europa Occidental. Así mismo,
encuentra complementariedad con dicho proceso en la democratización, la ideologización y
la politización, entre otros. La clave para R. Koselleck estaría en pensar que “aunque el
tiempo de la naturaleza permanezca igual a sí mismo, el contenido creado por los hombres
se realiza de manera acelerada.”3 Así afirma que:
“El futuro de este progreso se caracteriza por dos momentos: primero, por la
aceleración con la que viene a nuestro encuentro y, por otra parte, por su carácter
desconocido, pues el tiempo acelerado en sí, (…), acorta los espacios de
experiencia, los priva de su constancia y pone en juego continuamente nuevas
incógnitas, de modo que incluso el presente rehúye lo no experimentable, debido
a la complejidad de estas incógnitas.”4

1
Rosa, H. Alienación y aceleración. Hacía una teoría crítica de la temporalidad en la Modernidad Tardía.
Buenos Aires, Katz, 2016.
2
Op. Cit. Rosa, H.
3
Koselleck, Reinhart. Aceleración, prognosis y secularización. Valencia, Pre-textos, 2003. Pp. 40
4
Koselleck, Reinhart. Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Barcelona, Paidós,
1991.Pp.37
En este sentido, es pertinente comprender que, para Koselleck, la aceleración
compromete a la experiencia de los progresos de la ciencia y la técnica así como también al
estancamiento o avance con lentitud, del progreso moral y político. El futuro modificaría a
la sociedad más rápidamente tal como fue esbozado en la Ilustración tardía. Aquí surgiría
un altercado por efecto del abismo que se crea entre la experiencia precedente y la
expectativa venidera. Esto mismo, conllevaría a que sea vivido como una época
transicional, una ruptura en donde lo novedoso se manifiesta permanentemente y de manera
inesperada. Podría ser relacionado también, con la idea inicial de que el progreso es
movimiento. Y, a partir de esto, comprender cómo ha llegado a tener un lugar
preponderante en el proyecto de la modernidad. En este sentido, la experiencia de
aceleración acaecida en los acontecimientos de la Revolución francesa, influyeron de
manera tal, que dicha temporalidad exige una dinámica y una conceptualización que denote
movimiento y acción. El individuo se torna central, dado que puede configurar el futuro,
por ende hacer la historia. De este modo, se le quita de las manos el futuro a Dios, para
quedar completamente en las de la humanidad. De allí que la preocupación por el porvenir
como programática, en todos los –ismos, se desprende directamente de la idea de progreso.
En tanto las acciones son más convulsas e inesperadas, la historia cambia cada vez
más rápido. “Antaño los cambios experienciales acontecían a lo largo de siglos, más hoy se
precipitan de una manera tan comprimida y en intervalos tan cortos, que injertan en
nuestras vidas retos y cometidos inextricables desde la experiencia previa. “5 Es por ello
que el autor destaca el concepto de aceleración como categoría histórica, dado que facilita
el estudio del movimiento del progreso. “A partir del siglo XVIII la tesis de la experiencia
de aceleración se ha, por decirlo así, autonomizado. Ella ha podía sostenerse
independientemente de las derivaciones cristianas.”6 Respecto a ello, en el estudio de la
aceleración, Koselleck compara el acortamiento del tiempo en el horizonte escatológico del
juicio final y la aceleración en el horizonte del progreso. Para el autor, las diferencias
residen en que la acción humana es separada de la acción divina, por ende las acciones
mundanas de las personas se convertirían en el motor de la historia. De esta manera, el
accionar humano podía ser medido cronológicamente a través del uso de tiempo natural.
Por otro lado, las esperanzas progresistas generan un anhelo y una actitud positiva
frente al ideal de cambio y/o avance, en términos económicos, políticos, sociales,
individuales, etc. En este sentido, la idea de que la historia por sí misma tiene como fin
propiciar el avance de la felicidad absoluta como esperanza secularizada máxima. En este
eje de la discusión, Koselleck presenta el concepto de secularización, el cual ha sido
ampliamente debatido. En este trabajo, no tomaremos tal categoría de análisis, pero para
una mayor claridad en el tema revisar.7 Así mismo, la categoría prognosis, es empleada
para dar referencia al intento de adelantar los sucesos. Podría pensarse como uno de los
vectores de la aceleración, puesto que la prognosis, permite insertar el futuro en el presente.
De este modo, el pasado cumpliría un rol fundamental dado que provee de base a los
posibles futuros a construir. Dicho de otro modo, en la Ilustración, para Koselleck, la
proyección de futuros permitió experimentar al presente con la mayor prisa posible.
Durante la mitad del siglo XVII emerge la idea de un nuevo tiempo, en donde las
profecías se suplen por el pronóstico científico y la filosofía de la historia. El autor

5
Op. Cit. Koselleck, 2003. Pp. 26
6
Op. Cit. Koselleck, 2003. Pp. 63
7
Op. Cit. Koselleck, 2003. Pp. 41
considera que la aceleración fue privada de su herencia apocalíptica y extrapolada al
contexto de la expectativa progresiva/progresista para erigirse como principio de la
experiencia histórica de la modernidad. El acortamiento del tiempo puesto antes extra
históricamente devino en aceleración intrahistórica. No obstante, Koselleck identifica que
existe una analogía formal entre la filosofía de la historia y la tradición cristiana, puesto que
ambas trazan una meta que se debe alcanzar con prisa. De todos modos, cabe resaltar que la
aceleración no tiene nada que ver con escrituras bíblicas, sino con un núcleo científico-
técnico que permite la puesta en marcha de ese progreso tan planeado.
Los avances de la industria y la tecnología han complejizado nuestra manera de
estar en el mundo, acortando los lapsos de experiencia así como los espaciales. No obstante
es preciso mencionar que “no tener tiempo por correr demasiado deprisa, en pos de una
incógnita, esta hoy de moda, pese a que una de las certezas de las invenciones técnicas era
precisamente poner más tiempo a nuestra predisposición.”8 Aquellos modelos de vida que
parecían inalterables, han ido mutando cada vez con más prisa. Lo cierto es que existen
diferentes velocidades de cambio. Algunos ejemplos de estructuras que poseen un cambio
lento son las condiciones geográficas, las condiciones jurídicas e institucionales, las
mentalidades, etc. La evidencia de que existen diferentes estratos de velocidad de cambio,
permite comparar su persistencia, singularidad y duración. Así mismo, poner de manifiesto
como la hipertrofia del futuro y la atrofia del pasado, impiden recordar y esperar, es decir,
los plazos de adaptación son cada vez más cortos y compulsivos. “En esta edad veloz
somos ya seres póstumos ansiosos fáusticamente de una nueva vida plena a la que también
llegaremos tarde apenas la inauguremos”.9 Esto representa una ruptura en el aprendizaje,
una pérdida de vigencia de lo aprendido. Es por ello que el autor sostiene la importancia del
análisis de la aceleración, dado que permitiría amortiguar de algún modo, el curso frenético
de nuestro presente.

La aceleración social en Rosa:

Harmut Rosa es un sociólogo alemán que, para analizar los cambios de las
condiciones normativas y la calidad de vida en las sociedades contemporáneas, encuentra
en el concepto de “aceleración social” un buen camino para dar cuenta de los mismos. Es
decir, sostiene que la dinámica de la aceleración es nodal para abordar a los mismos. Rosa
considera que la sociedad moderna está estructurada bajo una fuerza normativa silenciosa
de reglas temporales. “(…) las fuerzas de la aceleración, por más que no estén articuladas y
sean completamente despolitizadas, al grado de que parecen axiomas naturales, ejercen una
presión uniforme sobre el individuo moderno que llega a configurar un régimen acelerador
totalitario”.10 Bajo este supuesto, el régimen temporal descripto por Rosa, se erige no sólo
como el mediador sino como el transformador de nuestro estar en el mundo. Esto implica
que dicho régimen vertebra el mundo subjetivo, objetivo y social de una persona.
Para Rosa es interesante también pensar en cómo la dinámica de la aceleración
impacta en la concepción que se tiene del espacio. Éste parece achicarse y perder su
vastedad. El tiempo en el que se viajaba a tal distancia hace algunos años, se ha achicado.
Lo cierto es que hoy por hoy, los obstáculos para quien viaja son muy distintos a los de

8
Op. Cit. Koselleck, 1991. Pp. 28
9
Op. Cit. Koselleck, 1991.Pp.23
10
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 72.
antaño. Como por ejemplo, las filas en los aeropuertos, los retrasos de vuelo o los asuntos
burocráticos, entre otros11. Por otro lado, la distancia espacial se ha encogido sí se piensa en
el mundo laboral o de las relaciones. Pensemos en una persona que es oriunda de Santiago
de Chile, trabaja para una empresa multinacional y viaja mensualmente de manera rotativa
a Buenos Aires o Lima. En principio, la distancia no le impide avanzar en sus quehaceres,
dado la conectividad a Internet. Por otra parte, pensemos en los vínculos significativos que
puede generar en un año, tanto en la ciudad en la que vive como en las que visita.
Posiblemente, no tenga casi vínculo alguno con sus vecinos del edificio en donde habita,
pero si con colegas que viven fuera de su país. Si bien dicho ejemplo es muy específico,
sirve para reflexionar en torno cómo ciertos avances en el transporte y la comunicación,
han modificado virtualmente las características del espacio, digo virtualmente, puesto que
la medida de un kilometro sigue siendo la misma, pero lo que ha cambiado es la percepción
que tenemos del mismo.
Los cambios en la estructura cultural se dan cada vez con más prisa que no llegan a
ser asimilados en una sola generación. En palabras de Rosa, “que el mundo social ya no
permanece estable a lo largo de la vida de un individuo”12. La insistente idea moderna de
un plan de vida que implique trabajo fijo, familia y vivienda, son formulaciones bastante
difíciles en la actualidad. Cada una de las tres metas mencionadas han sido transformadas.
Es por ello que hoy para una persona joven que ronde los 20/35 años, provenga de sectores
medios, posea formación universitaria o no y viva en Argentina, para poner un ejemple
cercano, difícilmente pueda acceder a una vivienda propia. El matrimonio es un contrato
bastante en desuso, fruto del avance del debate en torno a la monogamia heteropatriarcal.
Por último, la propia dinámica de la oferta laboral sumergida en la crisis económica actual,
impiden generar estabilidad económica y por ende social. Este aspecto será profundizado
más adelante, cuando hablemos de los valores propios del círculo de la aceleración social.
En suma, los cambios intrageneracionales han alcanzado una velocidad tal que las personas
viven bajo una sensación de cambio que carece de propósito, “los actores sociales
experimentan sus vidas individuales y políticas como procesos volátiles y sin dirección, en
otras palabras, como un estado de detención hiperacelerada”.13

Los vectores de la aceleración social:

El círculo de la aceleración social posee tres vectores medibles: la aceleración del


cambio tecnológico, la aceleración del ritmo de vida y la aceleración del cambio social.
Estas dimensiones de análisis permiten abordar los niveles micro y macro de las estructuras
temporales de las sociedades. No obstante, en palabras de Rosa “no queda claro si podemos
realmente hablar de un proceso de aceleración social, en singular, cuando lo único que
podemos ver es un conjunto de fenómenos de aceleración posiblemente no relacionados;
por ejemplo, en el deporte, la moda, el trabajo, el transporte, junto con algunos fenómenos
de desaceleración o esclerosis”14. Por consiguiente, conceptualiza un régimen temporal,
gobernado por la lógica de la aceleración social con el cual intenta teorizar sobre la forma
de vida alienada que genera. En este sentido, el totalitarismo que maneja el régimen

11
Cfr. Op. Cit. Rosa, H. 2016. Pp. 20.
12
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 76.
13
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 78
14
Op. Cit. Rosa, 2016.Pp. 19
temporal vislumbra la importancia conceptual de la alienación para Rosa, en tanto permite
reinterpretar ciertos aspectos de la vida. Claro está que no todos los procesos de la vida
social se aceleran. Por eso mismo, la aceleración conlleva un grado de complejidad a la
hora de asirse del concepto. Para ello Rosa, identifica en el cambio tecnológico, del ritmo
de vida y del cambio social, tres ejes en los cuales es posible reconocer lo que se acelera.
La aceleración tecnológica, reside en el aumento volitivo de la velocidad de
procesos tales como la producción, el transporte y la comunicación. “Los efectos de la
aceleración tecnológica sobre la realidad social son, ciertamente, tremendos”.15 Es posible
ejemplificar como actualmente un equipo de diseñadores gráficos en Barcelona puede
organizar y llevar a cabo una campaña publicitaria que inunde las calles del DF mexicano,
sin que éstos se muevan de su Cataluña natal. Aquí es donde se habilitan nuevas formas de
trabajo, producción y comunicación. Siguiendo este caso, pensemos como un turista de
Beijing llega a la ciudad de México y queda fascinado con las esculturas publicitarias en el
metro, y no sólo se hace una selfie que sube a su cuenta de Instagram, sino que también
toma referencias de diseño que envía instantáneamente a su equipo de trabajo en China.
Esta vida cosmopolita o hiperglobalizada (que ya comienza a ser criticada por su impacto
ecológico) es posible gracias a los avances en transporte y comunicación. Otro factor
relevante es la transformación de manera radical en la relación espacio-tiempo. Por
ejemplo, el espacio ha sido modificado debido a la contracción virtual de poder recorrer los
mismos kilómetros en menos tiempo. “Las operaciones y los desarrollos ya no están
localizados, y las localizaciones concretas tales como hoteles, bancos, universidades y
plantas industriales tienden a transformarse en non lieux, es decir, lugares sin historia,
identidad ni relación.”16
La aceleración del cambio social, se halla en la transformación creciente y
permanente de las formas de vincularse y asociarse así como en las formas que toman la
práctica y sustancia del conocimiento. Es decir, es la sociedad per se la que se acelera.
“Esto significa que las actitudes y valores, además de las modas y los estilos de vida, las
relaciones y las obligaciones sociales, además de los grupos, clases, entornos, lenguajes
sociales, formas de práctica y hábitos, están cambiando con rapidez cada vez mayor”.17
Para abordar esta dimensión, el sociólogo alemán se vale del concepto contracción del
presente de Hermann Lubbe18. Con ello intenta sistematizar desde la sociología, un acuerdo
que posibilite comprender empíricamente, la velocidad del cambio en el ámbito de la
familia y laboral, los cuales representan instituciones que organizan el proceso de
producción y reproducción. Las transformaciones en ambas esferas se han acelerado de un
ritmo inetergeneracional en la modernidad temprana, generacional en la modernidad clásica
y a un paso intergeneracional en la modernidad tardía. Para ejemplificar, es posible pensar
en los cambios de dispositivos de comunicación, el acceso y la velocidad de los mismos, en
los últimos años y comparar, en la forma de comunicarse y vincularse de la generación
conocida como baby boomers y los millennials. Considero que en esta dimensión se
desprenden un sinfín de ejemplos cotidianos que permiten ver la distancia entre una
generación y otra, o inclusive las diferencias entre los segmentos de una generación y otra.

15
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 22
16
Augé, 1992 en Rosa, H. Alienación y aceleración. Hacía una teoría crítica de la temporalidad en la
Modernidad Tardía. Buenos Aires, Katz, 2016. Pp. 23.
17
OP. Cit. Rosa, 2016. Pp. 24
18
Cfr. Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 25.
En relación a esto, es posible imaginar las formas de vinculación sexo/afectiva de la
generación del ’60 con la del ’80, a las aplicaciones de encuentros actuales tales como
Tinder, Happn, Grindr, etc. Marcan una clara diferencia a la hora de entablar una relación.
Cabe resaltar que siempre es preciso situar los ejemplos, dado que no da por igual un
pequeño pueblo patagónico a una ciudad como Buenos Aires o Rosario, ahora bien, por
dispersos y generales que suenen estos ejemplos, cabe mencionar que según datos del
INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) o ENACOM (Ente Nacional de
Comunicaciones), Argentina lidera el ranking dentro de los países latinoamericanos con
mayor uso de datos móviles en apps y acceso a Internet.19 En 2015 se estimaba un total de
5 millones de usuarios de conectividad móvil 4G a una cifra que ronda los 29 millones en
2018. Estos datos permiten pensar en el alcance y acceso a nuevas formas de vinculación,
intermediadas por aplicaciones que fomentan una vinculación más laxa fruto de la alta
diversidad de potenciales opciones. “(…) A través de las tecnologías del siglo, la cantidad y
variedad de las relaciones en las que nos involucramos, la frecuencia potencial de contacto,
la intensidad expresada de la relación y su perdurabilidad a través del tiempo tienden a
incrementarse constantemente. En la medida que este incremento se hace extremo,
llegamos a un estado de saturación social”20 ¿Cómo opera la aceleración en todo esto? Pues
frente a tal saturación resulta poco probable una vinculación profunda. Esto da paso a una
forma completamente express de vivir un vínculo.
Por último, la aceleración del ritmo de vida se vislumbra en la multiplicación a gran
escala de posibilidades de acción o experiencia por unidad de tiempo. En otras palabras,
como la sensación de falta temporal se vincula directamente a la posibilidad de elegir
múltiples tareas al mismo tiempo o en lapsos de tiempo cortos. Cada vez resulta más
acertado pensar como la globalización y la revolución digital de los últimos años ha
generado un embate más acentuado de la aceleración social. El autor encuentra una doble
vía para abordar la cuestión del cambio en el ritmo de vida. Por un lado, un enfoque
subjetivo implica el análisis de cómo las personas experimentan el tiempo. Por ejemplo,
vivir bajo la presión de la rutina, con el estrés que genera percibir que cada vez transcurre
más rápido que antes, etc. Y desde un enfoque objetivo, la aceleración del ritmo de vida
estaría configurada por el aumento volitivo de acciones en menos tiempo o también,
identificar la “compresión” de acciones y experiencias. Tener más experiencias en un
determinado periodo temporal, mediante la realización de varias tareas a la vez. Según el
autor, pareciera que existe una tendencia a comer más rápido, dormir menos o cocinar, ver
la televisión y usar redes sociales al mismo tiempo. “Sin embargo, es preciso ser muy
cautelosos con esta clase de resultados. Primero porque los datos para estudios
longitudinales de uso del tiempo son sumamente limitados, y segundo, porque siempre
encontramos instancias contrarias”.21

Los motores del ciclo de aceleración:

Rosa afirma que tanto la competencia como la promesa de eternidad son respuestas
analíticas independientes al problema de la aceleración, más allá de que se vinculen
empíricamente.

19
https://datosabiertos.enacom.gob.ar/dashboards/20000/acceso-a-internet/
20
Geergen, 2000. Pp. 61 en Rosa, 2016. Pp. 173
21
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 33.
La competencia es un motor social que se encuentra directamente conectada a las
directrices capitalistas. “La ecuación simple entre el tiempo y el dinero que encontramos en
el famoso precepto de Benjamin Franklin es válida de muchas y muy distintas maneras”22.
En principio, el tiempo del trabajo supone un factor imprescindible de la producción. Por
ende el ahorro de tiempo implica ajustar costos y conseguir mayores ventajas competitivas.
También la lógica de crédito/interés permite a los inversores aumentar el ritmo de
circulación de capital, lo cual acelera tanto la producción como el consumo. Así mismo,
sacar ventaja en innovaciones, es menester para generar mayor flujo de dinero que ayuda al
empresario posicionarse dentro del rubro. De este modo, es posible vislumbrar como la
aceleración es una consecuencia directa de las directrices del mercado capitalista
competitivo. A diferencia de las sociedades pre-modernas, en donde quien nacía
campesino, moría campesino. Es decir los privilegios, derechos y bienes eran dictaminados
por nacimiento y pertenencia corporativa, en la modernidad, el principio básico dominante
de asignación en casi todas las esferas de la vida social “(…) es la lógica de la
competencia”.23 Por ejemplo, la competencia en la arena política y militar de los estados,
condujo al aceleramiento de las innovaciones tecnológicas. Desde otra perspectiva, la
competencia en redes sociales por seguidores y likes que califican físicamente a las
personas, permite “observar algunas de las formas insólitas que adopta esta lucha social en
la modernidad tardía”24. Esto demuestra como la posición social que ocupa una persona en
la actualidad, esta marcadamente determinada por una negociación competitiva. También
es posible ejemplificar, como en tiempos de recorte en políticas de bienestar, se agudiza la
sensación de aceleración social en las personas dado el grado de competitividad que exige
el entorno.
En suma, las personas tienden a aumentar sus acciones por unidad de tiempo, lo
cual implica una sensación de aceleración, sólo para continuar siendo competentes a ojo del
mercado. Quien se estanca, pierde; aunque ir rápido tampoco indica desplazamiento, pero sí
quizás una permanencia en una determinada posición social.
La promesa de eternidad es el motor cultural que opera en la sociedad secular
moderna como contracara de la versión religiosa de la vida eterna. Puesto que el acento se
halla en la vida antes de la muerte, habilitando una carrera a las ofertas, aspiraciones y
riquezas de este mundo. “Ahora bien, la riqueza, plenitud o calidad de una vida, de acuerdo
con la lógica cultural dominante de la modernidad occidental, pueden ser medidas por
medio de la suma y la profundidad de las experiencias acumuladas durante dicha vida”25.
Por ende, el deseo que mueve a la persona a una completa realización en vida, se encuentra
íntimamente relacionada a acumular la mayor cantidad de experiencias en relación a la
diversidad de ofertas que tiene el mundo para dar.
Según Rosa este motor cultural daría sentido al vector de la aceleración de ritmo de
vida, el cual recordemos, plantea un aumento de la velocidad en la que vivimos y una
búsqueda de multiplicar y/o combinar tareas para así poder duplicar las experiencias, y por
ende, nuestro periodo vital. Bajo esta lógica cabe pensar como se desprende la idea de
intentar vivir varias vidas en una misma vida. El problema reside en que las innovaciones
del mundo plantean una instancia inagotable, que terminan decantando en una frustración

22
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 42
23
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 43.
24
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 44
25
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 47.
por parte de la persona, dado que le resulta imposible abarcar todo en relación a su periodo
vital.
Para el sociólogo alemán, los vectores de la aceleración social han alcanzado un
gran de desarrollo que le permiten hablar de un ciclo de aceleración, en donde esta triada se
retroalimenta y se impulsan permanentemente. “Es fácil comprender como y por que la
aceleración tecnológica es propensa a ir de la mano de la aceleración del cambio social,
bajo la forma de modificaciones en las estructuras, patrones y orientaciones sociales, y en la
evaluación de las acciones. Más aún, si la aceleración del cambio social conlleva a una
contracción del presente (…), esto lleva naturalmente a una aceleración del ritmo de
vida.”26 Es por ello, que Rosa sostiene que el ciclo de la aceleración se erige como un
sistema cerrado, totalitario y autopropulsado.

Conclusiones:

La escases de tiempo genera una pérdida de confianza en las experiencias y


expectativas, dado la contracción de los lapsos de tiempo entendidos como presente. Este
deseo/necesidad de realizar más cosas en menos tiempo conlleva a una tendencia de
crecimiento de acciones/experiencias por unidad de tiempo. Aquí Rosa sostiene que por lo
general, las personas tienden a sobrecargarse las agendas. Esa planificación colinda con los
tiempos reales disponibles de acción con los que cuenta la persona. En primera instancia, la
sobrecarga de tareas la llevaría a stressarse o quizás a la frustración de no poder lograr
todos sus cometidos diarios. En segunda instancia, comprimir un gran número de tareas,
implica perder capacidad de aprehensión de dichas experiencias. En otras palabras,
experimentar más en un lapso temporal de tiempo más corto sugiere una superficialidad a la
hora de transitar la experiencia.
Rosa también destaca el valor central que cobran en el contexto de la aceleración, la
premisa de la competencia “individual” y con los demás. Así como también la promesa de
eternidad de la acción. Para ejemplificar, se puede pensar en el postulado cristiano que
sostiene que la pérdida de tiempo, es el más mortal de los pecados. En este sentido, se
desprende la posibilidad de sentir culpa por no poder soportar el ritmo acelerado o enfilarse
cual soldado a las directrices que el régimen temporal imparte, perdiendo todo tipo de
autonomía.
Para Rosa el problema yace en como la impresión de cambio aleatorio o frenético
reemplaza a la esperanza del progreso y las personas experimentan en el nivel micro una
vida volátil y sin dirección. Ese estado de detención hiperacelerada del que habla Rosa, sin
duda es complementario a la idea que sostiene Koselleck de cómo la aceleración dinamita
tanto la experiencia como la expectativa. Ambas posturas permiten pensar en la búsqueda
de una acción autónoma del sujeto frente a la experiencia temporal contemporánea. Ahora
bien, bajo una premisa de que el presente acelerado y frenético, se arrastra desde la
instauración de la modernidad, entonces podría pensarse que ¿Nunca existió una acción
concreta y autónoma? Por otro lado, ¿cómo es posible vivir una vida desacelerada en un
mundo cada vez más globalizado?
Rosa habilita no solo un análisis de lo que él llama la tiranía del tiempo, sino
también normas y pautas para hacer una comprensión sociológica del mismo. Su
diagnostico comprende una fuerte crítica a la alienación que plantea la aceleración en los

26
Op. Cit. Rosa, 2016. Pp. 52.
tiempos actuales. Es por ello que en su libro, inicia diciendo que es una invitación a la
reflexión, evidenciando la dificultad para pensarnos por fuera de dicho régimen temporal.
La importancia del análisis de la aceleración social en la actualidad, según Rosa, se
basa en reconocer las implicancias de la estructura temporal en relación a nuestro modo de
vida. Comprendo que para Rosa, la clave está en reconocer la despolitización y
omnipresencia que caracteriza a dicho régimen temporal. De allí que su diagnóstico es una
arenga a imaginar los posibles caminos que permitan revertir la experiencia alienante.
Bibliografía:

 Koselleck, Reinhart. Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos.
Barcelona, Paidós, 1991.
 Koselleck, Reinhart. Aceleración, prognosis y secularización. Valencia, Pre-textos,
2003.
 Rosa, Hartmut. Alienación y aceleración. Hacía una teoría crítica de la
temporalidad en la Modernidad Tardía. Buenos Aires, Katz, 2016.

Das könnte Ihnen auch gefallen