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FUENTE 1: El Hospicio Ruiz Dávila

El Hospicio Ruiz Dávila, ubicado en la cuadra 5 del Jirón Ancash, es un hermoso ejemplo de la
arquitectura de principios de la república, con sus claustros y patio. Adquirida por el Congreso
de la República a la Beneficencia Pública de Lima, se inició su restauración y puesta en valor.

El terreno para este Hospicio fue comprado por don Juan Ruiz Dávila, por escritura del 03 de
junio de 1817, ante el Notario José María La Rosa, área que fue aumentada con la donación
que, por la misma escritura, hizo el Convento de San Francisco.

Por escritura del 13 de Julio de 1837, ante el Notario público don José Simeón Ayllón Salazar
indicó que el referido Ruiz Dávila le había comunicado que todas sus propiedades pasarán a la
Beneficencia Pública de Lima para el sostenimiento de la Casa de Misericordia que debía
edificarse para albergue de mujeres pobres y honradas, viudas de comerciantes.
Capilla del Hospicio, hoy ya restaurada. Foto: Cayetana, fotothing.com
Segunda planta del Hospicio. Foto: asterion.almadark.com

En la memoria Institucional de 1858, se da cuenta del inicio de este Hospicio, actualmente


denominado Hospicio «Ruiz Dávila», funciona en la finca del Jr. Ancash No. 569, con un total
de 70 habitaciones.

De su arquitectura, Héctor Velarde señala en sus itinerarios de Lima:

"Aquí el visitante se siente poderosamente atraído por una sucesión de claustros en profundidad
y arquerías que se quiebran y unen a diferentes distancias hasta llevarlo al fondo del recinto,
donde se abre un extenso patio como un remanso de paz. Los claustros forman arquerías de
medio punto que, por sus gruesas proporciones, parecen no soportar los arcos superiores de
madera, que dan una impresión de arquitectura aérea. Las habitaciones bajo los claustros, con
sus pequeñas puertas y ventanas, tienen una expresión de sencillez franciscana que da al
ambiente una atmosfera de quietud y poesía.

El Hospicio Ruiz Dávila fue fundado por la donación de quien lleva su nombre como digno
refugio para señoras ancianas. Desde su fundación a mediados del siglo XIX el local continúa
prestando su función humanitaria y puede verse allí un aspecto intacto de la vida apacible de la
Lima de antaño".

Por gestión del presidente del Congreso durante el segundo gobierno aprista, Luis Alva Castro,
en el año 2010 se inició su restauración y puesta en valor. Finalizado estos trabajos sera usado
como oficinas administrativas del Parlamento Nacional.
FUENTE 2: Una visita al Hospicio Ruíz Dávila
Hace décadas el Arq. Hector Velarde escribió en su libro "Itinerarios de Lima", que cruzar la
avenida Abancay hacia los Barrios Altos era hacer un viaje en el tiempo, por la cantidad de
construcciones y espacios, que pocas alteraciones han tenido con el paso de los siglos. Y esto
es cierto, aun hasta el día de hoy, donde a pesar del avance incontrolable de la destrucción de
casonas para nuevos edificios de depósitos comerciales en esta zona, es posible encontrar
espacios donde poco ha sido el cambio en el aspecto que tuvieron en sus mejores años. Y uno
de ellos es el antiguo Hospicio Ruíz Davila, que hoy visité.

Este año 2017 se cumplen 200 años de la construcción de este lugar, luego de la compra del
terreno a los franciscanos, por don Juan Ruiz Dávila, piadoso hombre de fé, que según cuenta
la historia, había hecho la promesa de dedicar su fortuna a atender a la gente necesitada, tras
salvar la vida en un naufragio en uno de los viajes que él hacia. Con el paso del tiempo, había
olvidado su promesa, sin embargo, recibió la visita de una anciana viuda, que lo buscaba por
encargo de un sacerdote franciscano que le pedía que no olvide su promesa. Sorprendido Ruiz
Dávila, pues nadie conocía mas que él de la promesa hecha, le pide a la anciana que lo lleve al
Convento de San Francisco a buscar al sacerdote que le envió el mensaje. Grande fue su
sorpresa cuando la anciana se detuvo ante un cuadro de San Francisco de Asís, y le dijo que
él la había enviado. Conmovido por este suceso, Ruíz Dávila cumplió la palabra empeñada, y
al morir dejo buena parte de su fortuna y esta propiedad para obras de beneficencia. Así, en
1858, se da cuenta del inicio de esta Casa de Misericordia y Hospicio de Ruiz Dávila.
Con el paso de los años, y luego de ser uno de los principales hospicios antiguos de los Barrios
Altos, el tiempo y el olvido hizo lo suyo en este lugar. Ocupado por algunas ancianas en el año
2009, el predio es alquilado por el Congreso de la República a la Sociedad de Beneficencia
Publica de Lima, y se inicia su recuperación. Las ancianas son trasladadas a otro albergue con
mejores condiciones para poder residir, y el Arq. Aldo Lertora con su equipo de trabajo inicia la
restauración de este antiguo lugar. Cabe mencionar que el proyecto de recuperación del
Hospicio Ruiz Dávila ganó el Primer Premio en la categoría de Restauración del Patrimonio del
Concurso anual de Calidad Arquitectónica, organizado por el Colegio de Arquitectos del Perú,
Premio CELIMA (año 2012). También fue sido escogido para representar al Perú entre las diez
obras enviadas a la Bienal Iberoamericana de Arquitectura en Cádiz, España y fue merecedor
del Primer Premio en su campo, en la Bienal Nacional de Arquitectura (año 2012).
En la Capilla, uno de los mas importantes espacios en toda edificación antigua de nuestra
ciudad, se restauró el techo que se hallaba completamente colapsado, se conserva el retablo
principal, de estilo neoclásico, donde hoy podemos encontrar una talla de Cristo Rey. A la
izquierda, un lienzo de Nuestra Señora del Carmen, y a la derecha San José con el Niño y Santo
Toribio de Mogrovejo. A los lados, dos tallas de los principales santos peruanos: a la derecha
San Martín de Porras, y a la izquierda Santa Rosa de Lima. Otras pinturas religiosas y la
tradicional serie de las estaciones en la vida de Jesús completan la decoración de este espacio.
Un coro donde hoy encontramos un moderno órgano eléctrico tiene su acceso por una pequeña
puerta en el segundo piso del primer patio.
Hoy el Hospicio es ocupado por trabajadores del Congreso de la República, donde se
encuentran oficinas administrativas y también despachos de algunos congresistas. Los antiguos
espacios interiores de cada habitación de las ancianas desamparadas en otra época, se han
conservado. Quizá lo único moderno en este lugar son las escaleras metálicas colocadas en un
lugar donde no alteran el aspecto general de este antiguo hospicio limeño. Esperamos que la
Oficina de Imagen del Congreso tenga a bien en algún momento programar visitas publicas a
este lugar, que en realidad vale la pena conocer para entender nuestro pasado y amarlo en el
presente.

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