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Introducción

En nuestra vida diaria tenemos en nuestras manos diversas decisiones que tomar con gran
seriedad o muy a la ligera, dependiendo de las circunstancias en que nos encontremos, donde
ir, cuando ir, que comprar, y es en esta última en la que más nos vemos influenciados por la
cantidad de recursos que poseemos ya que debemos decidir qué cantidad entregar por un
bien o servicio, cuanto podemos obtener por los recursos que tenemos. son estas las
decisiones que son estudiadas por una ciencia social que determina precios, recursos y
demás en un mundo que está lleno de decisiones a cada momento, esta ciencia social es la
Economía.

La economía es la ciencia social que estudia la utilización de los recursos de los cuales
disponemos las personas para satisfacer nuestras necesidades, esta ciencia social también se
encarga de observar los comportamientos de la sociedad; las tomas de decisiones, las
necesidades, los escases. Utilizando esta información para designar los recursos necesarios
para satisfacer la oferta y la demanda que exista en un mercado.

La encomia está centrada en el comportamiento de la sociedad y la interacción que tiene


ante diversos sucesos y efectos que ocurren en su entorno, los precios, la producción, la
riqueza. La economía es quien se encarga del estudio de todas las fases relacionadas con el
proceso de producción de bienes y servicios, desde la extracción de materias primas hasta
su uso por el consumidor final, determinando la manera en que se asignan los recursos
limitados en las sociedades que poseen necesidades ilimitadas.

La economía como tal no posee una definición exacta los distintos enfoques económicos
que han sido desarrollados a lo largo de la historia aportan definiciones específicas
atendiendo al centro de su ideología. Entre las corrientes más importantes que han existido
se encuentran: El mercantilismo, Fisiocracia, Escuela Clásica, Escuela Marxista, Escuela
Austríaca, Escuela Neoclásica, Escuela Keynesiana, Escuela Monetarista entre otras.

En nuestro coso tomaremos como tema de estudio la ideología económica de la escuela


Keynesiana el estímulo de la economía en épocas de crisis. El principio central de esta
escuela de pensamiento es que la intervención del Estado puede estabilizar la economía.
La Escuela Keynesiana

El Keynesianismo es una de las teorías económicas más


conocidas, su principal característica es que apoya el
intervencionismo como mejor manera para salir de una
crisis. Debe su nombre al economista británico John
Maynard Keynes, que centró su carrera en estudiar los
agregados económicos y los ciclos económicos.

Esta disciplina económica produjo una auténtica


“revolución keynesiana”, que aparcó los pensamientos
económicos clásicos. El keynesianismo prometía una
solución para el mayor enemigo del capitalismo, los ciclos económicos.

Keynes creía que la principal causa de las crisis es la baja demanda, derivada de las bajas
expectativas de los consumidores. Propuso el intervencionismo como mecanismo para
estimular la demanda y regular la economía en momentos de depresión. Keynes estudió los
problemas agregados de la economía, como el paro, la inversión, el consumo, la producción
y el ahorro de un país. Sus argumentos construyeron la base de la Macroeconomía.

El keynesianismo se basa en el intervencionismo del Estado, defendiendo la política


económica como la mejor herramienta para salir de una crisis económica. Su política
económica consiste en aumentar el gasto público para estimular la demanda agregada y así
aumentar la producción, la inversión y el empleo.

El objetivo de la ciencia económica es estudiar la asignación de recursos. Hasta entonces la


mayoría de los economistas se habían centrado en la escasez de recursos. Keynes, por el
contrario, se centró en el exceso de recursos. Años antes, Karl Marx ya había dicho que “la
crisis es el resultado de la imposibilidad de vender”. Keynes se preguntó cómo era posible
que habiendo demasiados recursos hubiera crisis. La conclusión encontrada fue estimular la
demanda para que se consuman esos recursos sobrantes.

El desempleo es uno de los principales problemas de las crisis, Keynes argumentó que el
paro no existe debido a la escasez de recursos, sino por la escasez de demanda, que provoca
que no se consuma los suficiente como para tener que producir una cantidad de bienes que
de trabajo a todos. Dicho de otra manera, el problema del paro es la falta de demanda y no
la falta de recursos.

El desempleo surge además por la rigidez de los salarios a la baja. Al bajar los precios
aumenta el poder adquisitivo de los trabajadores, pero, por otro lado, resultan demasiado
caros para las empresas, que comienzan a despedir, provocando paro. Al haber menos
empleados en una economía, baja el consumo agregado y, por tanto, bajan de nuevo los
precios, dirigiendo la economía a un círculo vicioso, del que, según el keynesianismo, solo
se puede salir estimulando la demanda, para generar el proceso inverso y aumentar el
consumo, los precios y el empleo.

El keynesianismo se basa en estimular la demanda para provocar un aumento del consumo


y el empleo en momentos de crisis mediante políticas monetarias y fiscales. Keynes fue
partidario de utilizar las políticas fiscales. Aunque a finales del siglo XX, las deudas de los
países occidentales comenzaron a crecer de tal manera que los keynesianistas pasaron a
recomendar las políticas monetarias como mecanismo para estimular la demanda.

Principal aporte del keynesianismo


El gran aporte de Keynes en este sentido fue abogar por una salida concreta a la crisis
económica que se presentó en 1929 a nivel mundial, y que a partir de ese momento se
convirtió en una receta aplicada por muchos países.
Ante los altísimos niveles de desempleo registrados en Estados Unidos y en buena parte de
las potencias europeas, Keynes propuso aumentar el gasto público para que, a su vez,
aumentara el empleo y se consiguiera un punto de equilibrio.
Más tarde, esta teoría fue duramente criticada por un grupo de economistas de la línea del
libre mercado, para quienes la solución radicaba fundamentalmente en eliminar los salarios
mínimos y flexibilizar las condiciones de contratación: De este modo, muchos empresarios
se animarían a contratar más personal.
El keynesianismo ha derivado en algo que ahora se conoce como neo keynesianismo, es
decir, una adaptación de los postulados de Keynes en el contexto actual. Prueba de ello es
que prestigiosos economistas trabajan hoy día en esta línea, entre ellos el economista Paul
Krugman, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2008.
Características

Fija objetivos a corto plazo.

Se opone al liberalismo.

La demanda mantiene el empleo.

El estado debe tener un papel contra cíclico en la economía, gastando más en tiempos
recesivos.

El estado debe ser un facilitador de la economía y debe actuar para generar pleno empleo.

Aumentar los impuestos luego de las crisis para pagar el endeudamiento.

La liquidez tiene un papel muy importante en la teoría keynesiana.

La principal amenaza de la economía es el desempleo y la recesión.


Creación del keynesianismo

Durante la Gran Depresión de los años treinta, la teoría económica del momento no pudo
explicar las causas del grave derrumbe económico mundial ni tampoco brindar una solución
adecuada de políticas públicas para reactivar la producción y el empleo.

El economista británico John Maynard Keynes encabezo una revolución del pensamiento
económico que descalifico la idea entonces vigente de que el libre mercado automáticamente
generaría pleno empleo, es decir, que toda persona que buscara trabajo lo obtendría en tanto
y en cuanto los trabajadores flexibilizaran sus demandas salariales. El principal postulado
de la teoría de Keynes es que la demanda agregada la sumatoria del gasto de los hogares, las
empresas y el gobierno es el motor más importante de una economía. Keynes sostenía
asimismo que el libre mercado carece de mecanismos de auto-equilibrio que lleven al pleno
empleo. Los economistas keynesianos justifican la intervención del Estado mediante
políticas publicas orientadas a lograr el pleno empleo y la estabilidad de precios.

Keynes argumentaba que una demanda general inadecuada podría dar lugar a largos
periodos de alto desempleo. El producto de bienes y servicios de una economía es la suma
de cuatro componentes: consumo, inversión, compras del gobierno y exportaciones netas.
Cualquier aumento de la demanda tiene que provenir de uno de esos cuatro componentes.
Pero durante una recesión, suelen intervenir fuerzas poderosas que deprimen la demanda al
caer el gasto. Por ejemplo, al caer la economía la incertidumbre a menudo erosiona la
confianza de los consumidores, que reducen entonces sus gastos, especialmente en compras
discrecionales como una casa o un automóvil.

Esa reducción del gasto de consumo puede llevar a las empresas a invertir menos, como
respuesta a una menor demanda de sus productos. Así, la tarea de hacer crecer el producto
recae en el Estado. Según la teoría keynesiana, la intervención estatal es necesaria para
moderar los auges y caídas de la actividad económica, es decir, el ciclo económico.
Principal Representante De La Escuela Keynesiana

John Maynard Keynes


John Maynard Keynes (1883-1946) nació y estudió en
Cambridge, de cuya Universidad su padre, también
economista, fue profesor de filosofía y lógica,
administrador y, más tarde, secretario general de la
Universidad. Keynes estudió inicialmente matemáticas,
filosofía y lógica, en el King’s College donde ingresó en
1902; posteriormente se orientó hacia la economía bajo el
influjo de su maestro Alfred Marshall.

Al terminar la universidad, en 1906, hizo oposiciones para


la administración pública; obtuvo plaza en la India Office.
En 1909 aceptó el cargo de profesor ayudante a sueldo del peculio personal del profesor
Marshall y, luego, de Pigou. Desde entonces hasta su muerte seguiría vinculado al King’s
College de Cambridge, del que fue tesorero.

De 1911 a 1945 fue director de The Economic Journal, órgano de expresión de la Royal
Economic Society, de la que fue secretario. En 1913 se le nombró miembro de la Real
Comisión sobre la Moneda y la Hacienda de la India; allí tuvo la oportunidad de aplicar sus
conocimientos teóricos a la resolución de problemas prácticos, como sus recomendaciones
sobre la elección del patrón oro.

Durante la I Guerra Mundial, en 1915, el Tesoro reclamó a Keynes sus servicios,


prestándolos en el negociado de exteriores del Consejo Financiero del Ministerio de
Hacienda y del Tesoro1. En 1917 se le recompensó confiriéndole el título de caballero de la
Orden del Baño. Al acabar la guerra se le nombró representante financiero en la Conferencia
de la Paz de París; sin embargo, por discrepancias de pareceres económico-financieros con
sus jefes en la Comisión de Reparaciones, dimitió de su cargo.

Su dimisión le apartó casi definitivamente de la administración pública. Únicamente al


declararse la II Guerra Mundial el gobierno requirió nuevamente sus servicios como asesor
del ministro de Hacienda y del Tesoro. También en esta ocasión se le recompensó por los
servicios prestados con el título de barón Keynes de Tilton en 1942. Antes de finalizar la II
Guerra Mundial se le nombró representante británico en la conferencia de Bretton Woods
para el restablecimiento de un orden monetario internacional. Keynes presentó el
denominado Plan Keynes, por parte del gobierno británico, y los americanos el Plan White
con su propuesta del Fondo Monetario Internacional y la oferta a Lord Keynes de ser su
primer gobernador. Evidentemente, cada plan defendía más los intereses de su nación y el
peso específico de Estados Unidos inclinó la balanza hacia la aceptación básica del Plan
White, con las pertinentes concesiones propias de una negociación.
Las dificultades financieras del Reino Unido obligaron a Keynes a viajar varias veces a
Estados Unidos para negociar un préstamo. Un último viaje a ese país tuvo que hacer poco
después de la finalización de la II Guerra Mundial para asistir, como gobernador del Fondo
Monetario Internacional, a las inauguraciones de las instituciones acordadas en las
conferencias de Bretton Woods. Unos meses más tarde, en abril de 1946, fallece Keynes de
un ataque al corazón en su casa de Tilton.

Las Obras Más Representativas De Keynes

Moneda India y Hacienda (1913).


Fue el primer libro de Keynes anteriormente sólo había publicado artículos. En él trató el
«patrón divisa convertible» al que consideró el patrón monetario del futuro. Efectivamente,
fue adoptado por muchos países a partir de 1920. Este patrón consistía en mantener como
reservas del Banco Central una divisa fuerte (por ejemplo, el dólar) cuyo país tuviera
declarada su convertibilidad en oro; así en caso necesario se podría acudir a ese país para
convertir en oro su divisa.

Haber trabajado en la India Office y llegar a ser un experto en finanzas indias le sirvió para
su designación en el ministerio de Hacienda y del Tesoro.

Las consecuencias económicas de la paz (1919).


Al terminar la I Guerra Mundial Keynes participó, como representante financiero, en la
comisión inglesa de la Conferencia de la Paz de París. En este foro, los países aliados
negociaron las compensaciones de guerra que se debían imponer a Alemania para resarcirse
de los ingentes gastos y destrucciones sufridos durante la guerra. A punto de concluirse las
negociaciones que culminaron en la firma del Tratado de Versalles (el 28 de junio de 1919),
Keynes dimitió de su cargo por no estar de acuerdo con las exigencias y los términos en que
debían cumplirse esas compensaciones, llamadas reparaciones de guerra. Keynes había
reiterado en vano que estaban calculadas por exceso y que su exigencia provocaría una
inflación (Lekachman, 1966).

No siendo ya funcionario público se dedicó a escribir este libro durante el verano y lo editó
a finales de diciembre. En él expone sus opiniones sobre esa "paz cartaginesa" injusta e
imposible de cumplir en la práctica que establecía el Tratado de Versalles en el Tratado se
acordaba el reparto entre los aliados de las colonias alemanas; la cesión a Francia de Alsacia
y Lorena, la margen izquierda del Rin y la cuenca del Sarre; la cesión a Polonia de la Alta
Silesia y otros territorios; también perdía Alemania algunas zonas del norte, pero quedaba
pendiente de plebiscitos su adjudicación a Bélgica, Dinamarca y Polonia. Una comisión
fijaría el reparto de casi toda la flota mercante y pesquera alemana y la deuda a largo plazo
que Alemania amortizaría anualmente tanto en especie como en metálico.
Keynes suponía que estas draconianas condiciones destruirían los pilares de la economía de
Alemania y, si bien podrían impedir su resurgimiento bélico, sobre todo, le imposibilitarían
atender las reparaciones de guerra. Keynes las había calculado razonablemente en la cuarta
parte de lo que figuraba en el Tratado de Versalles. Las estimaciones keynesianas eran que
Alemania a lo sumo podría pagar anualmente el 5% de la deuda, es decir, que sólo cubriría
los intereses. Y ello, a costa de una reducción de la importación de alimentos y materias
primas cuya escasez sería causa de un incremento general de los precios. A su vez la
producción se reduciría y, además, Alemania tendría dificultades para exportar parte de su
producción por ser competitiva con la británica. La consecuencia de todo esto sería una
depreciación de la divisa alemana y una inflación.

La polémica que el libro de Keynes suscitó le otorgó gran fama, aunque no exenta de serias
controversias, ataques personales y acusaciones de ser pro alemán.

La realidad posterior confirmó la tesis de Keynes cuando, en la década de los 20, Alemania
no pagó las reparaciones y, a causa de una monstruosa inflación, el marco alemán llegó a
valer cero y el sistema económico alemán llegó a derrumbarse.

En 1923 el presidente americano, Calvin Coolidge, designó a Charles Gates Dawes para
que, con una comisión de expertos, formulara una propuesta viable sobre el pago de las
reparaciones sin provocar la quiebra alemana.

El Plan Dawes pretendía estabilizar la moneda alemana poniendo bajo control aliado al
Banco Central alemán, rebajando drásticamente el pago anual de las reparaciones y
concediendo a Alemania un cuantioso préstamo, del cual más de la mitad era de financiación
americana.

Plan Young de 1929 revisó a la baja la deuda alemana dejándola en la cifra estimada por
Keynes en su libro; se ampliaba a 58 años el plazo de la devolución y se fijaba el interés en
el 5,5%. A la vez, este plan exigía la devolución de los préstamos que Estados Unidos había
concedido a los aliados durante la contienda. Como Alemania apenas podía vender en el
exterior sus productos (por la animadversión hacia los productos alemanes que los
americanos y británicos fomentaban) no obtenía divisas, por lo que pagó la deuda con el
importe de los créditos oro concedidos por Estados Unidos; los aliados con ese mismo dinero
recibido de Alemania saldaban la deuda con los Estados Unidos. Esta grotesca situación sólo
podía mantenerse con la aquiescencia americana, pero la situación se hizo insostenible
después del crac del 29, durante la Gran Depresión. La extensión por todo el mundo de la
crisis económica trajo, como una de sus consecuencias, el cese de los pagos de las deudas.
Alemania, para remontar la depresión y ante la imposibilidad de exportar, llevó a cabo una
política de pleno empleo incentivando la producción de material bélico. Esto llevó al rearme
que culminó con el estallido de la II Guerra Mundial.

La vasta polémica que originó el libro de Keynes contribuyó en gran medida al cambio de
actitud de los aliados, de la intolerancia a la permisividad de los sucesos económicos y
políticos en Alemania. Por ello el economista belga Etiènne Mantoux que en 1945 murió en
combate en la II Guerra Mundial culpó a Keynes del fatal desarrollo de los acontecimientos
en su libro, que se publicó póstumamente, La paz cartaginesa, o las consecuencias
económicas de Mr. Keynes (1946).

Tratado sobre probabilidad (1920).


Ampliando la regla de Laplace, entre otras muchas, aplicándolas a problemas económicos
reales. Realizando importantes contribuciones a la estadística y las matemáticas, bases
fundamentales de la teoría económica

Tratado sobre la reforma monetaria (1923).


Inglaterra estaba dispuesta a restablecer el patrón oro para remediar los desórdenes
monetarios internacionales acaecidos por las dificultades económicas de la I Guerra Mundial
y su postguerra. Keynes no era partidario de la adopción de esa medida porque “el valor del
oro ha dejado de ser el resultado de los regalos fortuitos de la Naturaleza y del juicio de
numerosas autoridades e individuos actuando de forma independiente”, ahora depende del
Consejo de la Reserva Federal de los Estados Unidos en cuyas arcas existía una cantidad
ingente de oro y, a lo sumo, de los tres o cuatro bancos centrales más poderosos, que pueden
mantener artificialmente cualquier tipo de valor del oro.

La rigidez de un patrón oro, para mantener la paridad de la moneda nacional, exigiría


sacrificar la estabilidad interna de los precios. Para Keynes, uno de los principales objetivos
de la política monetaria era conseguir dicha estabilidad, aunque con matizaciones: prefería
una ligera inflación a una deflación, porque, de entre los males que ambas pueden acarrear,
es peor el paro, propio de la deflación, que la injusta redistribución en contra de los rentistas,
propia de la inflación. Por eso, Keynes argumentaba que era adecuado un expreso patrón
monetario dirigido y sometido a un inteligente control estatal. No obstante, en esto Keynes
pasó por alto que la inflación también causa un ahorro forzoso sufragado por los asalariados
en su perjuicio.
Pese a esas razones, poco después, ministro de Hacienda del gobierno conservador, Winston
Churchill, asesorado por economistas partidarios de la teoría económica ortodoxa,
restablecía el patrón oro con la paridad de la libra de la anteguerra.
Las consecuencias económicas de Mr. Churchill (1925).
Es el libro que contiene el análisis de Keynes sobre las repercusiones de la decisión de
Churchill de restablecer el patrón oro. Keynes estimaba muy alta la paridad de la libra por
lo que pronosticó dificultades de compensación en la balanza de pagos ya que los productos
británicos resultarían encarecidos en los mercados exteriores. Este hecho a su vez arrastraría
a la economía británica a funestos resultados. La realidad de los acaecimientos futuros se
impuso dando la razón a Keynes: la disminución de las ventas en el extranjero provocó en
Gran Bretaña la acumulación de excedentes sin vender. Para superar la coyuntura estaba
claro que los productos ingleses debían ser más baratos, pero el Gobierno, poco innovador,
y con el mismo tipo de asesores que en otras ocasiones, adoptó la medida clásica de forzar
los salarios a la baja para lograr por esa vía la competitividad de las exportaciones.

Como reacción contra esta política económica se desencadenó una huelga general en 1926,
a causa de la cual sobrevino una crisis económica con elevado paro y gran decaimiento del
comercio exterior.

Tratado sobre el dinero (2 vols. 1930).


En esta obra Keynes analiza una amplia gama de temas relacionados con el dinero: moneda;
banca; el Banco de Inglaterra y sus funciones; números índice; cambio de divisas; inflación
(incluso la de beneficios); inversiones en el extranjero; efectos del oro español proveniente
de América y otras cuestiones históricas.

El tratamiento de algunos temas, como el ahorro y la inversión, sus relaciones con el tipo de
interés y sus efectos sobre la actividad económica y el empleo, ya constituye un anticipo de
las posteriores ideas más elaboradas de su Teoría general. En concreto, discrepaba
absolutamente de la opinión generalizada sobre la necesaria igualdad entre el ahorro y la
inversión, que, aunque se expresaba en dinero, pertenecía al campo de la economía real. Sus
razones eran obvias: quienes ahorran son individuos distintos de los que invierten y no hay
ningún elemento económico que garantice la coincidencia de los resultados de decisiones
totalmente descoordinadas. Keynes no aceptaba que el tipo de interés fuera ese elemento
económico como aseguraban los economistas clásicos ya que para él el interés era un
fenómeno puramente monetario.

Para Keynes, la inversión es el motor del desarrollo económico. El ahorro es importante,


pero por sí sólo no incrementa la riqueza, ya que puede servir a este fin o a aumentar el
consumo de otras personas. Cuando la empresa se adelanta tirando del ahorro se consigue
una mejora en la acumulación de la riqueza. En caso contrario, cuando el ahorro se adelanta
a la inversión, la riqueza languidece.
Keynes se muestra partidario de una economía dirigida y controlada por los poderes públicos
en algunos asuntos que el liberalismo económico había excluido de la actuación
gubernamental. Según Keynes, la libre decisión de la iniciativa privada no lograba
reconducir la economía adecuadamente. Además del control monetario por los poderes
públicos, propone la inclusión del tipo de cambio y la balanza comercial. Esta idea la amplia
al ámbito mundial mediante la institución de una Autoridad Monetaria internacional.
Justifica el intervencionismo público por la necesidad de evitar la depresión económica, la
ociosidad de los recursos y, sobre todo, el paro.

Teoría General del empleo, el interés y el dinero (1936).


Sin lugar a dudas su obra maestra. En la que explicaba el devenir económico mundial en
base a la demanda agregada, realizando un sesudo análisis sobre el comportamiento de la
economía mundial a lo largo de la década de 1930. Y lo que fue más importante, destacó la
importancia del estado en la economía, sobre todo con su capacidad de generar ‘riqueza’ en
épocas áridas con un elevado desempleo. De manera que este puede ‘dirigir’ la economía
con la política fiscal, estimulando aquellos objetivos de política económica más interesantes.
Con esta obra ‘chocó’ contra los denominados economistas clásicos, con una teoría sobre el
mercado de trabajo, considerada de revolucionaria aún para su época. Además de analizar
que el ahorro y la inversión de la economía se determinan de forma independiente

¿Cómo pagar la guerra? (1942).


En la que Keynes defendía que para salir del agujero financiero en el que se encontraba
sumido el Reino Unido con la segunda guerra mundial, había que aumentar los impuestos,
y aumentar su hegemonía en las colonias africanas, en lugar del recurso al endeudamiento,
que generaría más inflación.
Representantes Destacados De La Escuela Keynesiana

Alvin Harvey Hansen


Economista estadounidense, considerado uno de los
representantes destacados de la escuela keynesiana y
autor de importantes trabajos sobre los ciclos
económicos y la teoría monetaria. Inició estudios
superiores en el Yankton Collage, donde se graduó en
1910, y posteriormente en la Universidad de Wisconsin,
en la que obtuvo el doctorado en Economía en 1918.

Entre 1916 y 1919 dio clases en la Universidad de


Brown, y entre 1919 y 1937 en la Universidad de
Minnesota. En 1934-1935 trabajó para el gobierno en el Departamento de Economía, formó
parte del comité encargado de crear el sistema de Seguridad Social y durante la Segunda
Guerra Mundial (1940-1945) fue asesor especial en la Reserva Federal.

Su experiencia en organismos estatales le llevó a defender la intervención del Estado en la


economía, y si bien al principio se opuso a J. M. Keynes en cuanto al importante papel que
éste otorgaba a la demanda, posteriormente se convirtió en el más destacado difusor de sus
teorías en Estados Unidos. Su aportación más original al keynesianismo fue la formulación
de la teoría del estancamiento.

En 1937 aceptó el cargo de profesor de Economía Política en la Universidad de Harvard,


donde permaneció hasta su jubilación en 1962. En 1938 fue nombrado presidente de la
Asociación Americana de Economía. Hansen también destacó en la divulgación pedagógica,
especialmente con la obra Guide to Keynes (1953), un manual que se convirtió en
imprescindible para el estudio de esta materia. Además, fue autor de numerosas e
importantes obras de tema económico.

Pensamiento Económico
La contribución más destacada de Hansen a la teoría económica fue la elaboración conjunta
con John Hicks, del llamado Modelo IS-LM, también conocido como Síntesis de Hicks-
Hansen. Este esquema representa las relaciones entre la inversión-ahorro (IS) y la oferta
monetaria (LM) y se utiliza para ilustrar como las políticas monetarias y presupuestarias
pueden influir sobre el PIB.
El libro de Hansen de 1938, Full Recovery or Stagnation basándose en la Teoría General de
Keynes, sostiene la tesis de un estancamiento del crecimiento y del empleo si no hay una
intervención económica del estado para estimular la demanda.

Hansen presentó pruebas en sucesivas ocasiones ante el Congreso para oponerse a la


utilización del desempleo como principal medio de luchar contra la inflación. Pensaba en
cambio que la inflación podría ser controlada por variaciones de los tipos de interés
imposición y por la oferta de moneda, así como por controles de los precios y salarios.

Últimamente, las teorías del estancamiento económico han llegado a estar más asociadas con
las ideas de Hansen que con las de Keynes.

Principales Obras
Estabilización Económica en un mundo desequilibrado, 1932.
Recuperación total o estancamiento 1938.
Política Económica y el pleno empleo, 1946.
Teoría Monetaria y Política Fiscal de 1949.
Una guía para Keynes, 1953. Guía de Keynes; Traducción de Martha
Chávez y Héctor Hernández; México: Fondo de Cultura Económica, 1957.
El dólar y el Sistema Monetario Internacional, 1965.
Paul A. Samuelson

Paul Anthony Samuelson nació en Gary (Indiana) el 15


de mayo de 1915, con padres relativamente
acomodados, dado que su progenitor era farmacéutico
y su madre provenía de una familia industrial con
origen judío. Falleció en Belmont (Massachusetts) el
13 de diciembre de 2009 a los 94 años.

Samuelson inició sus estudios superiores en la


Universidad de Chicago, donde se licenció en 1935.
Después ingresó en la Universidad de Harvard, para
alcanzar el grado de doctor en 1941, teniendo como
mentor a Schumpeter. En 1940, obtuvo una plaza como
profesor asistente de economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT),
organismo donde realizó la mayor parte de su carrera académica.

Desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1952 perteneció a la Oficina del
Tesoro de los Estados Unidos, de la que después fue asesor. Al mismo tiempo, trabajó
intensamente en el departamento de Economía del MIT, siendo sus contribuciones
económicas y su cátedra como profesor hasta su fallecimiento, una figura crucial para que
este centro haya alcanzado el prestigio que actualmente ostenta.

Pensamiento Económico
“La amplitud de la obra de Samuelson”
Samuelson ha cubierto prácticamente todos los temas de la economía y ha representado una
de las mayores fuerzas para la introducción de la matemática en esta ciencia (esfuerzo que
desde Leon Walras habían hecho varios economistas). Esto tuvo su origen en la publicación,
en 1947, de una de sus grandes obras: Fundamento del análisis económico, la que surgió de
su tesis doctoral. No es exagerado decir que con este libro Samuelson terminó de transformar
el estilo del análisis económico, pasando de uno predominantemente literario a un tratamiento
sistemático y esencialmente matemático. Esto, a pesar de que fue un economista con gran
facilidad para escribir y con grandes dotes de expositor.
Según Samuelson, las personas, actuando de modo racional, eligen la mejor alternativa de
acuerdo a la Escasez de Recursos.
En términos teóricos, la obra de Samuelson ha pretendido configurar lo que él ha llamado la
síntesis neoclásica; esto es, la Integración de la teoría de Keynes en el pensamiento de los
economistas clásicos y en la escuela de Cambridge de Alfred Marshall. El resultado: una
teoría orientada a resaltar las bondades del Mercado, pero, al mismo Tiempo, muy pragmática
para resolver las fallas de éste.

El carácter de sus convicciones desencadenó críticas tanto de los monetaristas, que lo tildaban
de keynesiano intervencionista, como de los keynesianos más fundamentalistas, que le
achacaban haber distorsionado el mensaje de Keynes. Al mismo Tiempo, los planteamientos
de Samuelson chocaron con los de Milton Friedman, al considerar que, a la posición
monetarista de este último, "lo único que importa es el Dinero" para determinar la Inflación.

El análisis neoclásico de Samuelson supone que las personas pueden ser interpretadas como
entidades individuales que tienen determinadas preferencias frente a las diversas alternativas
que se les ofrecen. Tales agentes, actuando de modo racional, eligen la mejor alternativa,
sujeta a las restricciones impuestas por la Escasez.
El pasaje más conocido -aunque evidentemente no el más importante- del manual de
Economía de Samuelson es el ejemplo de los cañones o la mantequilla. Para plantear la
existencia de Recursos escasos con usos alternativos, Samuelson pone como ejemplo que un
país debe decidir entre fabricar cañones (Gasto militar) o mantequilla (Gasto civil). En época
de guerra, probablemente la mayor parte de los Recursos se destinen a fabricar cañones (a
costa de fabricar menos mantequilla). En época de paz, lo probable es que suceda lo contrario.
Con esto quiso poner de manifiesto la "Frontera de Posibilidades de Producción" que existe
en toda economía.
Samuelson también se sintió atraído por la teoría del Comercio Internacional, materia en la
que ha contribuido de manera importante. Además, analizó los problemas de las
economías avanzadas, cuando procuran conseguir el Desarrollo manteniendo la estabilidad.
Para Samuelson, dos son las armas claves en esta tarea: la Política Monetaria y la Política
Fiscal.
Debido a su prolífica obra en temas macroeconómicos, Samuelson se transformó en uno de
los asesores económicos del Presidente John F. Kennedy.

Principales Obras
Fundamentos del Análisis Económico (1947)
Economía: un análisis introductorio (1948)
Intertemporal precio de equilibrio: " Un prólogo a la teoría de la especulación " (1957)
sugiere Que El Precio de los Recursos escasos Deben incrementarse continuamente, a la par
con la Tasa de retorno de capital.
Programación Lineal y Análisis Económico (1958) con Robert Dorfman y Robert M. Solow,
McGraw –Hil.
Dentro de la Mente de The Economist: Conversaciones con eminentes economistas (2007)
con William A. Barnett, Blackwell Publishing.
Bibliografía

What is Keynesian economics? - Chris Papageorgiou - Finanzas & Desarrollo Septiembre de


2014

Del keynesianismo al neoliberalismo: paradigmas cambiantes en economía - Economía


UNAM vol.2 no.4 México ene./abr. 2005

La macroeconomía al comienzo del siglo XXI: una reflexión sobre el uso y posterior
abandono del llamado keynesianismo - D Anisi - Estudios de Economía Política, 2005 -
fundacionsistema.com

La vida de John Maynard Keynes - RF Harrod, AR Oliveira, MM Toledo - 1958 -


revistas.bancomext.gob.mx

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