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¿Por qué se añade NaCl a la reacción de saponificación del aceite de oliva?

En la reacción de saponificación del aceite de oliva con hidróxido sódico se añade NaCl. ¿Cuál es la función de esta sal en
la reacción?

El proceso de fabricación de jabón es, a grandes rasgos, el siguiente: se coloca el aceite o grasa en un recipiente de acero
inoxidable, llamado paila, que puede ser calentado mediante un serpentín perforado por el que se hace circular vapor.
Cuando la grasa se ha fundido ±8Oº, o el aceite se ha calentado, se agrega lentamente y con agitación una solución
acuosa de sosa. La agitación se continúa hasta obtener la saponificación total. Se agrega una solución de sal común
(NaCl) para que el jabón se separe y quede flotando sobre la solución acuosa.

Se recoge el jabón y se le agregan colorantes, perfumes, medicinas u otros ingredientes, dependiendo del uso que se le
quiera dar. El jabón se enfría y se corta en porciones, las que enseguida se secan y prensan, dejando un material con un
contenido de agua superior al 25%.

Se agrega una solución de sal común (NaCl) para que el jabón se separe y quede flotando sobre la
solución acuosa.
El jabón obtenido se deposita en la superficie en forma de gránulos. Para que cuaje de una manera
completa se le añade sal común (NaCl). Esta operación recibe el nombre de sangrado o salado y con ella
se consigue la separación total del jabon que flotará sobre la disolución de glicerina, de sosa que no ha
reaccionado y de agua
mira aqui esta el proceso completo pero si lo que tu quieres es como se lleva acabo la reaccion de

(ACIDO GRASO + HIDROXIDO) + NaCl---------> JABON PURO no la tengo


La fabricación de jabones consta de las siguientes etapas.
* Saponificación o empaste: las materias primas (grasas o aceites) se funden en calderas de forma
cilíndrica y fondo cónico. Se agrega una solución concentrada de un hidróxido fuerte (lejía). La masa se
mezcla y agita mediante vapor de agua inyectado en el seno del líquido. Después de unas cuatro horas,
se ha formado el jabón.
* Salado: consiste en el agregado de una solución concentrada de sal común (cloruro de sodio, NaCl)
para separar el jabón de la glicerina formada y del exceso de hidróxido de sodio. Como el jabón es
insoluble en el agua salada, se acumula en forma de grumos y sube a la superficie por su menor
densidad. Después de varias horas, se extrae por la parte inferior la mezcla de glicerol y agua salada.
* Cocción: al jabón formado en la caldera se le agregan nuevas cantidades de Na(OH) para lograr una
saponificación completa, y se calienta. Al enfriarse, se separan nuevamente dos capas: la superior, de
jabón, y la inferior, de lejía. Al jabón se le agrega agua y se cuece nuevamente; de esta manera se
eliminan los restos de sal, glicerina y lejía.
* Amasado: tiene por objeto lograr una textura homogénea, sin gránulos. Durante esta etapa se le
incorporan a la pasta sustancias tales como perfumes, colorantes y resinas, para favorecer la formación
de espuma persistente.
* Moldeado: el jabón fundido se vuelca en moldes de madera donde, por enfriamiento lento, toma la
forma de panes o pastillas; mediante equipos desecadores, se disminuye el contenido de humedad hasta
el 20%.
Jabones - Introducción
Introducción

Este artículo familiar principalmente usado para lavar y emulsionar se compone de las sales de sodio (o de
potasio) de ácidos grasos de 12 a 18 átomos de carbono. Las sales de sodio fabricadas en grandes cantidades son
los jabones duros, y los de potasio se denominan jabones blandos. Se obtienen saponificando grasas o aceites, o
neutralizando ácidos grasos, con hidróxidos o carbonato de sodio o de potasio.

La mejor clasificación de los jabones se basa en el uso para que han sido fabricados. Los de mejor calidad son
los jabones de tocador, que contienen muy poco álcali y se utilizan grasas y aceites de color mucho más claro.
Los que le siguen en calidad son los jabones de servicio ligero, que se prestan en forma de pastillas, polvos,
gránulos y escamas. Se usan para lavar la vajilla, tejidos de lana, etc. Aquí se usan grasas con un color un tanto
más oscuras.

Las grasas más oscuras se emplean en la fabricación de jabones para el lavado de ropa en el hogar doméstico.
Existen también los jabones industriales que se fabrican para fines específicos.

Método básico de fabricación:

La mayor parte de los jabones se fabrican por uno de los dos métodos básicos siguientes:

1. Saponificacióni de grasas y aceites


2. Neutralización de ácidos grasos

El más utilizado es el primero porque el equipo requerido para obtener productos de buena calidad es
realtivamente sencillo y poco costoso. La producción y manipulación de ácidos grasos requiere metales
resistentes a los ácidos, caros y difíciles de conseguir. Por ello, resulta más fácil fabricar jabones de alta calidad
con grasas y aceites neutros que instalar equipos especiales para hacer jabón con equipos especiales.

Composición y carácteres del jabón:

La reacción química que se verifica en la fabricación de jabones de grasas y aceites neutros (triglicéridos) se
expresa en la forma siguiente:

La glicerina se aprovecha como subproducto. La cantidad de NaOH requerida para saponificar una cantidad
dada de grasa neutra, se calcula por el índice de saponificación de la grasa, el cual se expresa como el número
de miligramos de KOH (a base de 100%) necesarios para saponificar un gramo de grasa. El índice de
saponificación se multiplica por el factor 0,715 para obtener el número necesario de miligramos de NaOH.
En la neutralización de los ácidos grasos, la reacción química se expresa en la siguiente forma:

RCOOH + NaOH NaCOOR + H2O

En esta última reacción no se forma glicerina.

La acción de los jabones en la limpieza a sido tema de varias teorías. Según la teoría de McBain, los jabones en
solución acuosa existen en forma de electrolitos coloides; es decir, que actúan a la vez como coloides y como
electrolitos.

La concentración de los jabones en las soluciones utilizadas para limpiar es suficientemente grande para
originar la aglomeración de las moléculas del jabón en forma de micelas. Éstas tienen un papel muy importante
en la eliminación de la suciedad en el lavado y en mantener en suspensión las partículas de mugre. Además, las
micelas hacen posible la disolución de varias sustancias en los disolventes, fenómeno muy utilizado en los
procesos industriales.

En las aguas duras los jabones ordinarios reaccionan y forman los jabones de calcio y magnesio. Éstos forman
los grumos que flotan en el agua jabonosa de las máquinas lavadoras, en las tinas de baño, etc. Al agregar el
jabón al agua dura, las sales de calcio y de magnesio que forman la dureza son precipitadas y consumen jabón
antes de que éste se incorpore a la solución para producir la concentración requerida por el lavado.

Materias Primas

En la fabricación del jabón, los carácteres físicos y químicos del producto dependen directamente de las
materias primas empleadas. De las grasas y aceites se emplean el sebo, la manteca, aceite de nueces, los
residuos de la refinación y del endurecimiento de aceites de semilla y algunos aceites marinos.

Álcalis.

En la mayor parte de los jabones se utiliza el NaOH como álcali saponificador o neutralizante. En el
procedimiento ordinario para hacer jabón se usa el cloruro de sodio en grandes cantidades para precipitar el
jabón de su solución en la lejía.

Los jabones potásicos, que se hacen empleando como álcali la potasa cáustica, son más solubles en agua que los
de sodio, y son los denominados jabones blandos. No pueden precipitarse de la lejía por el cloruro de sodio,
porque se formaría jabón de sodio.

Las combinaciones de las dos clases de jabones tienen las deseables características de los jabones duros mas la
rápida solubilidad y la facilidad de formar gran cantidad de espuma, peculiar de los jabones blandos.

Grasas y Aceites.

Los ácidos grasos más convenientes en los jabones son el láurico, el mirístico, el palmítico y el oleico, que
contienen de 12 a 18 átomos de carbono. Es evidente que los carácteres de los jabones están directamente
relacionados con los ácidos grasos de las materias primas utilizadas.

Los ácidos mencionados anteriormente son saturados, excepto el oleico, forman la mayor parte de la materia del
sebo y del aceite de coco. Este aceite y el sebo, en relaciones de 3:1 y 4:1, se utilizan en la mayoría de los
jabones fabricados para lavanderías y para el tocador. Las fórmulas dependen de la calidad deseada sobre el
producto terminado.
Sebo.

El sebo se utiliza en la fabricación de jabones en mayor cantidad que cualquier otra grasa. Se obtiene fundiendo
grasas de ganado vacuno, lanar, caballar, etc., y se clasifica en dos grados comerciales: comestible y no
comestible. La mayor parte del sebo utilizado es no comestible.

Los sebos se clasifican por el American Institute of Meat Packers según su color, su título, su porcentaje de
ácidos grasos libres y su contenido de humedad, materia insoluble y materia insaponificable.

El título del sebo crudo es un factor importante para determinar la calidad del sebo y la dureza del jabón que
éste producirá. El título se define como el punto de solidificación de los ácidos grasos contenidos en el sebo,
expresado en grados centígrados. Una grasa cuyo título excede los 40ºC, se clasifica como sebo, y hasta 40ºC se
considera como grasa o manteca. El contenido de humedad, materia insoluble y materia insaponificable es
material que no produce jabón.

El sebo de alto título produce jabones duros y el de título bajo, jabones blandos.

Grasa.

La grasa o manteca ocupa el segundo lugar en importacia entre las materias grasas utilizadas para producir
jabón. La grasa pocas veces se utiliza sola en las calderas de saponificación; generalmente se utiliza combinada
con el sebo. Los jabones hechos con manteca son algo mas blandos que los fabricados con sebo y no tienen el
olor y la estabilidad peculiares de los fabricados con sebo. La manteca contiene mayor porcentaje de ácidos
grasos sin saturar que el sebo.

Aceites.

Estos aceites, a saber: de coco, de palma, marinos, de oliva, de cacahuate, de maíz, o de sésamo, se utilizan
combinados con las grasas ordinarias utilizadas en la fabricación de jabón. Se utilizan para jabones especiales
con propiedades distintas a las de los jabones comunes. Estos jabones no tienen mucha salida debido a que son
muy caros por las materias primas utilizadas.

Materiales no grasos.

Las principales no grasas son: la colofina, el aceite de pino y ácidos nafténicos. Estos materiales no grasos no
son triglicéridos, y por consiguiente no se forma glicerina cuendo se transforman en jabón. Estos jabones se
mezclan en pequeñas cantidades con los jabones ordinarios para el uso en lavanderías y jabones industriales.

Tratamiento de Grasas y Aceites

Las grasas y los aceites utilizados en la fabricación de jabones se transportan en barcos, camiones-tanques,
tambores metálicos. Al ser recibidos en las fábricas o áreas de almacenamiento las grasas y aceites solidificados
se funden por calentamiento con serpentines de vapor cerrados y se bombean a los tanques de almacenaje. Estos
tanques tienen el fondo en forma cónica, para la sedimentación del exceso de humedad y de los materiales
insolubles.

El tratamiento de las materias primas después de la sedimentación depende del jabón que se intenta producir, y
del tiempo que están almacenadas antes de la saponificación. Pueden ser refinadas y blanqueadas antes de
bombearlas a la caldera del jabón.
Es muy importante, al almacenar las grasas y aceites para la fabricación del jabón, conservarlos tan secos como
sea posible, para evitar su alteración por la hidrólisis. Como resultado de la formación de ácidos grasos libres
durante la hidrólisis, se oscurece el aceite. Además, se forma glicerina; ésta se pierde en crudo, al derretirse más
tarde la materia prima, pues se disuelve en el agua del fondo del tanque.

Una vez almacenado el sebo blanco se refina de nuevo y se blanquea antes de ser saponificado. El sebo de color
se somete a cualquiera de los diversos tratamientos descolorantes. El aceite de coco se refina y blanquea si ha de
ser usado para obtener productos de alta calidad.

Refinación

La mayor parte de la materia prima se refina por medio de un álcali cáustico para mejorar la calidad. Las heces,
es decir, los residuos de la refinación cáustica que se asientan en el fondo del tanque de refinación, contienen
algo de aceite neutro. Si la masa de residuos ha de ser convertida en ácidos grasos, se saponifica el aceite neutro
y luego se hidroliza la masa para liberar los ácidos grasos.

Blanqueo

Terminada la refinación, la materia grasa se blanquea con una tierra absorbente para producir un jabón de
caldera o de color blanco. El blanqueo puede hacerse en vasija abierta bajo la presión atmosférica, o en tanque
cerrado y con vacío. Es mejor el método al vacío porque quita el olor a la materia grasa a la vez que la
blanquea. La materia grasa blanqueada se filtra en prensas-filtros de placas y se almacenan para el posterior
suministro.

Las materias de grado medio o bajo se decoloran por blanqueo químico.

Hidrogenación

Las grasas blandas y los aceites marinos, compuestos de glicéridos, con elevado contenido de ácidos grasos sin
saturar, pueden ser mejorados por hidrogenación. La hidrogenación elimina olores inconvenientes y endurece la
materia grasa.

Acabado del Jabón


El jabón limpio producido por tares de cochura o de modo continuo con materias grasas neutras, o con ácidos
grasos es sometido a elaboración antes de ser transformado en barras, escamas, o polvo.

El jabón limpio contiene 30%, aproximadamente, de humedad y se seca por aire caliente o en tubos calentados
por vapor.

El jabón limpio procedente de una caldera o de un tanque de almacenaje se hecha en la parte superior de un
cilindro helado por enfriamiento interior. Una tenue película de jabón solidificada en el rodillo grande se separa
en forma de cintas mediante una cuchilla dentada. Las cintas caen sobre un delantal transportador, son llevadas
a la abertura superior de la cámara secadora y caen en un transportador de tela metálica sin fin que recorre en un
plano horizontal toda la longitud del secadero. Sobre el transportador pasa una corriente de aire caliente, y las
cintas de jabón parcialmente secas, al llegar al extremo del secadero, caen sobre otra tela metálica sin finque se
mueve en dirección opuesta en un nivel más bajo. Después de haber pasado dos veces más por la cámara de
desecación, se enfrían las cintas con aire y se descargan sobre un transportador de husillo que las quiebra en
forma de virutas y las lleva a los depósitos de almacenaje en que se guardan para ulterior tratamiento. En este
punto la humedad es del 12% aproximadamente.
Las virutas de jabón de tocador se cargan en mezcladores de tarea, donde se agregan preservativos, pigmentos,
colorantes y perfumes. Como preservativos del jabón, pueden usarse antioxidantes, pero con mayor frecuencia
se emplean compuestos de quelación, que evitan el enranciamiento al combinarse con los vestigios de metales.
Si no se hiciera eso, los metales actuarían como catalizadores en el desarrollo de la rancidez. A continuación la
masa mezclada de jabón se descarga en una tolva de molino. Los molinos de jabón son máquinas grandes que
suelen tener de 3 a 5 pesados cilindros de acero o de granito que giran a velocidades distintas. El jabón es
estrujado por los dos primeros cilindros y del cilindro de mayor velocidad pasa en forma de película a un tercer
cilindro. Cada vez que el jabón es estrujado entre dos cilindros, se hace más uniforme. Del cilindro final se
separa el jabón por medio de una cuchilla. El jabón molido es un producto uniforme, bien trabajado.

Jabones de Tocador. Las virutas de jabón molido se convierten en barras de jabón de tocador por medio de una
máquina de extrusión. Las virutas se echan en una tolva en cuyo fondo hay un gran husillo que las lleva
continuamente a una cámara de compresión. En ésta se verifica la desaereación y el jabón se aprieta y consolida
formando una masa plástica compacta. En el extremo opuesto de la cámara existe un caño troncocónico con una
matriz, por la cual sale a gran presión una barra continua de jabón plástico caliente que tiene la forma final de la
deseada barra de tocador. Sobre la mesa de corte adjunta a la máquina se corta la barra de jabón en trozos, que
se enfrían, estampan, envuelven y empaquetan para su despacho como pastillas de jabón.

En estos últimos años algunos fabricantes han instalado "refinadoras", para sustituir a los molinos, los cuales
consisten en cámaras de compresión con alimentador de husillo y placas con finos orificios por los cuales pasa
el jabón a presión.

Escamas de jabón. Para la producción de escamas, el jabón molido pasa por molinos de acabado. Mediante la
regulación de la temperatura y el cuidadoso ajuste del espacio entre los cilindros, se produce una película
lustrosa. La película de jabón del último cilindro es marcada por cortadores giratorios que determinan la forma
de la escama final. La película se separa del cilindro con una cuchilla y se deja caer en un transportador, en el
que es enfriada y transportada a la tolva de la máquina envasadora.

Productos secados por aspersión. Hay jabones en polvo ligeramente perfumados y hay polvos para
lavanderías que contienen un elevado porcentaje de coadyuvantes.

Para hacer los compuestos de lavandería, se hecha el jabón limpio de los tanques de almacenamiento en la
máquina mezcladora provista de camisa de vapor, donde se mezcla con relleno. Al funcionar la máquina el
husillo eleva el material desde el fondo de la sección hemisférica y lo lleva hasta lo alto de la mezcladora.
Dicho material es mezclado en el espacio anular por la barredera y gradualmente retorna hacia el fondo. Así se
obtiene mezclas excelentes. Los rellenos coadyuvantes pueden ser de carbonato de sodio, silicato de sodio y
pirofosfato tetrasódico. El jabón así elaborado es bombeado a tanques pequeños de almacenamiento, donde se
mantiene agitado para llevarlo con bombas de lta presión a las toberas situadas cerca de la cima de una torre de
aspersión. Esta torre es cilíndrica y puede estar diseñada para corriente en el mismo sentido del jabón y gases
calientes, o para que estos obren en contracorriente del jabón. El polvo seco que sale por el fondo de la torre es
enfriado por aire, cernido y transportado al equipo automático de pesada y envasado.

Jabones moldeados. En todo el mundo se fabrica jabón en barras para el lavado doméstico. Estas barras se
cortan de los jabones moldeados. Se moldean los jabones del procedimiento sin caldeo, de semicocción y el
jabón limpio. El jabón limpio de caldera se hecha en una máquina mezcladora, donde se mezcla con el relleno.
La mezcla se vierte en los moldes y se deja en reposo varios días hasta que se enfríe.

El molde para jabón consta de una fuerte plataforma de madera colocada sobre ruedas. Cuando se ha enfriado la
masa de jabón, se quitan los costados y los testeros de la caja y queda en la plataforma de madera un sólido
bloque rectangular de jabón. Ese bloque es empujado hacia un aparato que corta horizontalmente por medio de
una serie de alambres paralelos fuertemente atesados entre dos postes. Las planchas de jabón se secan a mano y
se colocan en una mesa horizontal, en la que se cortan en barras por medio de alambres paralelos
perpendiculares al plano de la mesa. Las barras se estampan en una prensa para jabón, se envuelven y se
empaquetan para su embarque.

Tintes Fluorescentes. En estos últimos tiempos se han agregado colorantes a los producto9s para lavandería y
para servicio ligero. Estos tintes, en muy pequeñas cantidades, reflejan las radiaciones del espectro visible e
imparten considerablemente blancura y brillantez a los tejidos lavados. Otro ingrediente, el CMC (Carboxil
Metil Celulosa), se añade al jabón de lavandería para evitar que se vuelva a depositar en las telas la suciedad
que flota en el agua del lavado.

Método de Mazzoni. Es un método continuo de dar el acabado al jabón limpio. Éste se lanza por bombeo
mediante unas toberas pulverizadoras contra la pared interior de una cámara desecadora al vacío. La película de
jabón se raspa continuamente de la pared con cuchillos, se extrae por el fondo de la cámara y se comprime con
una prensa de husillo. En la cámara mezcladora se le agregan perfumes y rellenos, y por medio de una máquina
de extrusión se le da forma de barras.

Análisis

En la manufactura de jabones se realizan ciertos ensayos analíticos en el transcurso de las operaciones y cuando
éstas han sido terminadas. Algunos de los ensayos más importantes que se realizan con los jabones son:

1. Contenido total de ácidos grasos.


2. Color de los ácidos grasos.
3. Álcali libre.
4. Sal
5. Glicerol

Las lejías se someten a ensayo para determinar la alcalinidad, la sal y el glicerol.

A continuación describiremos algunos de los ensayos:

Total de Ácidos Grasos. La muestra se hidroliza con ácido, se extraen con éter los ácidos grasos, se evapora el
éter y se pesa el residuo.

Color. El color del jabón está relacionado con el color de los ácidos grasos obtenidos de la muestra por
hidrólisis y lavados. El color de los ácidos grasos se compara con colores típicos. Los ácidos grasos de colores
claros se comparan en columna de 5,25" (13,3 cm) con los colores tipo en el tintómetro de Lovibond. Los
ácidos de color oscuro se comparan con los tubos de color FAC, que cumplen las especificaciones del Fat
Analysis Commitee de la American Oil Chemists' Society.

Álcali libre. Se disuelve una muestra en alcohol y se valora con solución volumétrica de ácido empleando
fenolftaleína como indicador. El resultado se expresa en Na2O.

Sal. Se determina la sal por análisis volumétrico con nitrato de plata empleando el cromato de potasio como
indicador.

Glicerol. El jabón se descompone con ácido mineral y se determina el glicerol en fase acuosa por oxidación con
K2Cr2O7 o con peryodato de sodio.
Fabricación de jabón en pequeña escala.

A continuación damos a conocer la técnica utilizada para la fabricación del jabón.

Técnica.

En un vaso de precipitados se funde la grasa. De este sebo de vaca se obtuvieron los ácidos grasos, necesarios
para la saponificación, los cuales son de 16 a 18 átomos de carbono.

La saponificación fue realizada con una solución de NaOH al 40%. La saponificación se realiza de la siguiente
manera:

Se le agrega a los ácidos grasos la solución de NaOH y se calienta constantemente hasta que se produce la
saponificación, esto se comprueba cuando al extraer la varilla del vaso (donde se esta realizando la producción
del jabón) ésta sale completamente limpia. Finalizada esta etapa se realiza un filtrado para separar el jabón
realizado, de la glicerina (formada como subproducto) y excesos de NaOH.

A continuación se toma el pH del jabón y como debe ser muy elevado, se realizan sucesivos lavados con
soluciones sobresaturadas de NH4Cl y NaCl para poder disminuir el pH del jabón.

Terminada esta etapa se procede a colocar los jabones en moldes.

Fabricación de jabones
La fabricación de jabones puede hacerse por método de tareas (intermitente) o por método contínuo. La
elección del procedimiento y de las materias primas dependen de la calidad que se quiera obtener, de la
instalación para el manejo y tratamiento de las materias primas y de los medios para producir el jabón y
recuperar la glicerina.

La mayor parte de las fábricas de jabón operan por el método de Calderas de plena cocción con materias grasas
neutras. Con este procedimiento se producen jabones de alta calidad y productos industriales de calidad inferior
y se aprovecha la glicerina.

Las principales objeciones que se oponen a los métodos continuos de fabricación de jabones son:

1. No proporcionan la flexibilidad de operación que es posible obtener con la caldera.


2. Están muy mecanizados y requieren operarios especializados.
3. No permiten cambiar de una fórmula a otra sin rehacer cantidades sustanciales de jabón.
4. Consumen mucho tiempo en poner en movimiento y en para las unidades.

Este método es ventajoso cuando se desea acrecentar la capacidad productiva de una fábrica, sin aumentar las
dimensiones de sus edificios, especialmente si la fábrica puede funcionar largo tiempo sin parar.

Las lejías de glicerina se tratan con sales solubles de hierro o de aluminio y se filtran para eliminar las
impurezas precipitadas y luego se evaporan para formar una glicerina cruda, que contiene 82% de glicerol. La
venta de glicerina es importante fuente de ingresos.

Por Neutralización de los ácidos grasos se produce importante tonelaje de jabón, ya sea por proceso continuo o
por tareas. Normalmente se utiliza la sosa cáustica paras la neutralización, pero también se usa el carbonato de
sodio. En este método se produce glicerina y nada se pierde en el producto, al contrario de lo que ocurre en el
proceso de cocción total.
Fabricación intermitente con materias grasas neutras:

Método de la cocción total. El método de la caldera o de cocción total consta de varios tiempos u operaciones,
mediante los cuales se efectúa la saponificacióni de las materias grasas, la precipitación del jabón en la lejía de
jabón concentrada o cola de jabón, la separación de la glicerina y las materias coloreadas de la masa jabonosa
por el lavado, y la cocción de acabado para dar el punto a la masa de modo que por el reposo forme un jabón
limpio.

El proceso de cocción total puede ser aplicado por lavados directos o por el sistema de lejía a contracorriente.
En el procedimiento de lavados directos, es necesario un número menor de calderas y de tanques de lejía,
porque cada cambio requiere el empleo de lejía fresca durante el proceso de la cocción. En el sistema de
contracorriente, la lejía procedente de un cambio en una caldera se emplea en un cambio distinto en otra
caldera. Sólo los grandes fabricantes de jabón utilizan el método de la contracorriente por razón de los muchos
tanques que son precisos para su aplicación.

Las calderas utilizadas en el proceso de cocción total varían en tamaño considerable, según las exigencias de la
producción. Las calderas pueden ser de sección transversal, circular o cuadrada, pero generalmente se emplean
tanques cilíndricos con fondo cónico. A veces, las calderas tienen tapa metálica que permite la ebullición con
vapor de agua, al que se da salida por la techumbre del departamento de calderas. Esta ventilación evita la
condensación del vapor y la formación de bruma en tiempo frío. El calor necesario para la cocción es
suministrado por serpentinas de vapor instalados en la parte cónica del fondo, los cuales son abiertos o cerrados.
Cada caldera tiene un tubo oscilante que permite extraer el jabón acabado situado encima de la capa de jabón
sucio. Este y la lejía se descargan por la llave del fondo.

La saponificación de la materia grasa debe hacerse con alguna rapidez, aunque regulada. La reacción es
exotérmica y se verifica entre la grasa y la solución de sosa cáustica en la interfase o superficie de separación
entre el aceite y el agua. Al mezclarse el aceite con el álcali cáustico, se produce el primer jabón, el cual
emulsiona el aceite sin saponificar y expone así grandes superficies de este a la acción de la sosa cáustica. La
saponificación avanza rápidamente cuando se ha formado cantidad de jabón suficiente para emulsionar todo el
aceite.

Los ácidos grasos libres contenidos en el aceite, inician la reacción antes que los glicéridos, porque obran por
simple neutralización. El jabón así formado es el agente emulsionante necesario para principiar la
saponificación del aceite neutro.

En este proceso suele agregarse, la materia grasa al, jabón sucio, procedente de un proceso anterior. El
contenido de jabón de este jabón sucio basta para promover la rápida emulsión y saponificación de la nueva
carga .Si los aceites o grasas muy refinados que contienen poca cantidad de ácidos grasos libres o carecen de
ellos, se echan en una caldera limpia, es a veces difícil iniciar la saponificación . A veces se agrega una pequeña
cantidad de jabón para facilitar la saponificación.

Durante la saponificación se añade sal a la caldera para producir grumos o gránulos. Como la sal es electrolito,
reduce la solubilidad del jabón en la fase acuosa o lejía, por lo que el jabón se separa de la solución. Esta
precipitación del jabón se llama saladura o graneado del jabón. Manteniendo un grano blando en el jabón
durante la saponificación se evita el espesamiento de la masa, con formación de nódulos duros que ocluyen
grasas sin saponificar y que dificultan la producción de un jabón de buena calidad.

En la caldera existen diversas formas físicas de jabón:

Jabón granulado: es un jabón grumoso precipitado de la lejía acuosa por saladura o por la adición de soda
cáustica. Los jabones con fórmulas de producción básicamente distintas requieren soluciones de electrolitos de
distinta fuerza para originar el mismo tipo de grano.
Jabón limpio: es el producto acabado de la caldera de jabón. Contiene 63% de total de ácidos grasos y
cantidades pequeñas de Na2O libre, NaCl y glicerina. El total de ácidos grasos es también influido por el tipo de
acabado y la duración de la sedimentación después del acabado.

Jabón gomoso: es una solución viscosa de jabón que se forma si el contenido de electrolito de la fase acuosa o
lejía cae por bajo de cierto nivel. Este jabón es difícil de manejar por su alta viscosidad.

Jabón sucio: (o jabón negro): es una solución de color oscuro que contiene algo de jabón y que cae goteando
de la masa de jabón después del acabado. Su color varía entre el gris y el negro según las impurezas que se
sedimentan de la masa de jabón mientras ésta permanece en el estado de grano blando propio del acabado.
Generalmente el jabón sucio se une a la carga de una cocción subsiguiente para obtener un jabón de calidad
igual o inferior.

En la cocción de los jabones la relación de lejía es muy importante, porque está íntimamente unida a la
recuperación de la glicerina. La relación de lejía se define como "las libras de lejía consumidas por libra de
jabón limpio de 63% de total de ácidos grasos". A veces se llama relación de lejía, a la relación entre la lejía
gastada y la grasa saponificada. Generalmente se mantiene baja la relación para evitar el costo de evaporar gran
cantidad de agua de las lejías glicéricas y el manejo de cantidades grandes de sal recuperada.

La fabricación de jabón basada en un método de lejías en contracorriente entre diversas calderas, es más
económica que el método de lejías de lavado directo. El primer método permite emplear menor volumen total
de lejía y produce lejías mas ricas en glicerina que las procedentes del lavado directo.

Método continuo con materias grasas neutras

En los últimos años, se han instalado en todo el mundo fábricas de jabón basadas en el proceso continuo. Las
fases básicas de fabricación son análogas a las operaciones que se realizan en el método de caldera, a saber:

1) Saponificación

2) Lavado del jabón para recuperar la glicerina

3) Acabado

Se opera en contracorriente, y el número de lavados depende de la cantidad de glicerina que ha de ser


recuperada del jabón.

Método de Sharples. En este método se usan centrífugas de gran velocidad para separar la lejía del jabón. El
método comprende:

1) Saponificación

2) Lavados

3) Acabado y lavado

Una mezcla caliente de grasa y aceite junto con lejía caliente de sosa cáustica es bombeada continuamente y
entre en una cámara cerrada de saponificación, la cual se mantiene llena de una mezcla caliente de lejía y
grumos de jabón, en rápida circulación por medio de una bomba y tuberías externas. Los materiales frescos que
entran en la cámara, reaccionan prontamente en condiciones ideales de saponificación y desalojan iguales
cantidades de la mezcla de lejía y de jabón. Esta se enfría y se centrifuga separando del sistema la lejía gastada.
La lejía procedente de la tercera etapa se pone en contacto con el jabón de la primera para completar la
saponificación, y la mezcla de lejía y jabón se centrifuga. Jabón totalmente saponificado y lejía son productos
de la segunda etapa. La lejía procedente de esta etapa se refuerza con soda cáustica y se emplea para la
saponificación de la mezcla fresca de grasa y aceite en la primera etapa.

La lejía de la cuarta etapa, se pone en contacto con el jabón de la segunda y mezcla de jabón y lejía de esta
tercera etapa se centrifuga; los productos son los grumos de jabón lavado y lejía. Esta lejía se emplea en la
segunda etapa en la forma dicha.

El jabón de la tercera etapa se pone en contacto con solución fresca de soda cáustica y sal, y la mezcla se
resuelve en jabón limpio y lejía en las centrífugas de la cuarta etapa; la lejía se usa en la tercera etapa para
extraer glicerina por lavado. El proceso da un jabón limpio de buena calidad sin separación de jabón sucio. Sin
embargo, es posible en la cuarta etapa reajustar el contenido de electrolito de la solución fresca de sosa y sal
para que se separe jabón sucio en lugar de lejía.

Todos los ingredientes se distribuyen automáticamente en el sistema. La producción de jabón limpio de estas
instalaciones es de unos 550 Kg/hora y por centrífuga en la etapa final o de acabado de jabones de tocador, y de
unos 1100 Kg/hora y por centrífuga de acabado de jabones de lavandería.

Método Mon Savon. Este método se aplica a la manufactura continua de jabón pulido con materias grasas
neutras y comprende:

1. Saponificación
2. Lavado para la extracción de glicerina de los grumos de jabón
3. Acabado

En la etapa de la saponificación, cantidades exactamente proporcionales de materias grasas y de solución de


soda cáustica se juntan en un homogeneizador de gran velocidad. La emulsión de agua en aceite que se forma,
se descarga en una cámara caliente provista de camisa de vapor, donde la reacción se verifica rápidamente. La
saponificación es completa, cuando la masa deja la cámara de reacción y cae en un tanque auxiliar.

El lavado del sistema Mon Savon se hace en una torre cilíndrica dividida en cuatro compartimientos. Cada uno
de éstos tiene una zona de mezcla y una zona de sedimentación. En la primera etapa se mezclan los grumos de
jabón con la salmuera, y en la segunda se separa y sedimenta la salmuera. Se opera en contracorriente; el jabón
crudo, procedente de la etapa de saponificación entra en la torre por el fondo y la salmuera entra por la parte
superior para la extracción de la glicerina. Al ascender el jabón se mezcla con la salmuera, la cual lo lava y se
lleva la glicerina. Por medio de bombas se mantiene la corriente apropiada de salmuera. De la parte superior de
la torre se descargan continuamente grumos de jabón lavados, y por el fondo se extrae la salmuera para la
recuperación de la glicerina.

El jabón en grumos procedente de la torre Mon Savon se elabora continuamente mediante la adición de agua.
Este acabado es regulado por un operador y debe ser comprobado con frecuencia. El jabón elaborado se
descarga en un tanque de sedimentación, en que se separa por gravedad y de modo continuo el jabón sucio del
limpio. Este se saca por la parte superior del tanque para su tratamiento y aquél se extrae por el fondo para la
recirculación en la torre de lavado.

Fabricación de Jabón con ácidos grasos

Los ácidos grasos se obtienen por hidrólisis de las grasas y aceites naturales. Los productos de la hidrólisis son
ácidos grasos y agua dulce que contiene la glicerina. Pueden utilizarse ácidos grasos destilados para la
fabricación de jabones especiales. Los ácidos grasos sin destilar se emplean en jabones para la industria y
lavandería.
La neutralización de los ácidos grasos para transformarlos en jabón se hace por método intermitente o continuo.
Los ácidos se neutralizan con carbonato de sodio o sosa cáustica.

Método Intermitente.

Se utilizan las calderas ordinarias. El carbonato de sodio neutraliza el grueso de la carga de ácidos grasos y con
la sosa cáustica se hace el ajuste final, pero también puede hacerse la neutralización entera con soda cáustica.
En la práctica, se calienta en la caldera hasta ebullición, la solución de carbonato de sodio anhidro, y se
incorporan bombeándoles lentamente, los ácidos grasos fundidos. La neutralización se verifica inmediatamente
con desprendimiento de gas carbónico. Terminada la reacción, se granea el jabón con soda cáustica o con sal y
se deja sedimentar la lejía. Esta se extrae por el fondo de la caldera y se hace el acabado del jabón como en el
método de la caldera con materias grasas neutras.

Método Continuo.

Por la facilidad con que los ácidos grasos se combinan con la sosa cáustica para formar jabones, se usa
comúnmente el método continuo de saponificación. Cantidades de ácidos grasos calientes y de solución caliente
de soda cáustica, exactamente proporcionadas, se juntan en un aparato mezclador de gran velocidad. La
concentración de la solución de soda cáustica, es tal, que el jabón tendrá el deseado contenido de humedad. La
reacción se verifica rápidamente y el jabón producido se descarga en un tanque que es mantenido en agitación.
Se hecha en el tanque sal o salmuera para producir jabón limpio con el deseado contenido de electrolito. Se
hacen ensayos analíticos con el jabón de este tanque y se realizan los ajustes necesarios antes de bombear el
jabón limpio a los tanques de elaboración.

Procedimientos modificados

Procedimiento de Semicocción. La materia grasa se mezcla con una cantidad de soda cáustica suficiente para
saponificarla por completo. La saponificación se verifica mediante agitación y calentamiento con vapor cerrado.
En la masa de jabón se deja la glicerina.

Procedimiento sin caldera. En este proceso, el calor generado por la reacción exotérmica producida entre las
grasas y el álcali se utiliza para llegar a su término la saponificación. La materia grasa se clienta hasta la
temperatura conveniente y se mezcla con el álcali cáustico. Si se deja la mezcla en un recipiente aislado en el
que la reacción de saponificación se produce lentamente. Este método no produce jabones de alta calidad,
porque en las masas de jabón queda algo de materia grasa no saponificada.

Procedimiento de la Autoclave. El álcali reacciona con la materia grasa a temperatura y presión elevadas. Se
agita la mezcla bombeándola con serpentines calentados exotérmicamente. En estas condiciones la
saponificación es muy rápida. La masa caliente se somete a expansión instantánea en una cámara de vacío, en la
que caen las partículas de jabón, y gran parte de la glicerina y la humedad se eliminan en fase de vapor. La
glicerina se condensa de la mezcla de vapores y se recoge. Por razón de la gran temperatura aplicada, los
jabones producidos por este método suelen ser mas oscuros. Este método no es de uso general.

Procedimiento del éster metílico. En estos últimos años se ha trabajado en un procedimiento para hacer jabón
transformando en ésteres metílicos los triglicéridos. Estos se tratan con alcohol metílico en presencia de un
catalizador. Se separa la glicerina, se destilan los ésteres metílicos y se saponifican con soda cáustica.

Saponificación en chorros. La materia grasa caliente y la soda cáustica se ajustan de un modo continuo en
aberturas anulares de una boquilla por cuya abertura central sale una corriente de vapor que emulsiona la
mezcla y la deja caer en una caldera. En ésta se produce la saponificación completa con elevación de
temperatura. Los lavados y el acabado se realizan en la forma ordinaria o por método continuo. La
saponificación en chorro se emplea mucho en Inglaterra con métodos modificados de lavado y de
sedimentación

Factores Sanitarios y de Seguridad | Aplicaciones

Factores Sanitarios y de Seguridad

La manipulación de soluciones concentradas de soda cáustica encierra probablemente el mayor peligro en la


industria jabonera. La sosa, generalmente se almacena y se emplea en solución de 50ºBé (50% p/p de NaOH,
1,54 de densidad). Esta lejía es muy corrosiva de los tejidos del cuerpo humano y causa grave daño a los ojos.
Las partes del cuerpo en que por accidente caiga la lejía, debe lavarse rápidamente con agua abundante. Se
deben utilizar anteojos de seguridad.

Donde se maneja jabón en polvo y en escamas, la inhalación del polvo irrita las mucosas de la nariz y la
garganta. Esta irritación es molesta, pero no se considera especialmente dañina. El polvo de jabón afecta
principalmente a los nuevos operarios, que invariablemente estornudan (At chú), al estar en un principio
expuestos a él. Las molestias surgen de la irritación y sequedad de las mucosas, a veces con descargas excesivas
de exudado mucoso. Los trabajadores que actúan en las zonas de polvo usan máscaras para evitar la irritación.
Se puede quitar a los preparados de jabón el polvo muy fino haciéndolos caer por una torre contra una corriente
de aire ascendente, el cual se lleva el polvo flotante.

Aplicaciones

Aunque el jabón es generalmente conocido como agente de limpieza y la mayor parte del jabón que actualmente
se produce, se utiliza para éste fin, tiene también otros usos importantes como emulsivo.

Limpieza y Lavandería. Para el aseo y el lavado doméstico y para las empresas comerciales de lavandería se
destina elevado porcentaje del jabón que se fabrica. En la mayoría de las empresas de lavado de ropa se emplea
agua ablandada y el lavado se realiza a alta temperatura.

Textiles. En la industria textil se emplean los jabones en las operaciones de lavado, remojo, enfurtido,
impermeabilización, abrillantado y apresto.

Alimentos. En la elaboración de alimentos son extraordinariamente importantes las elevadas normas de


limpieza. Los jabones se emplean para tener a los operarios y sus ropas en buen estado de limpieza, para limpiar
el equipo, los locales en que se almacenan los alimentos y en muchos casos, para limpiar la superficie exterior
de los productos sometidos a elaboración. Los jabones se usan para lavar las frutas y legumbres a fin de
eliminar los insecticidas, la suciedad y las materias extrañas de origen orgánico.

Jabones Sanitarios. Los jabones de potasa son utilizados en la limpieza de hoteles, fábricas, restaurantes,
tiendas y edificios de oficinas. Se utilizan también jabones líquidos para las manos en los cuartos de aseo,
fabricados con aceite de coco y potasa cáustica. Los jabones para el fregado de los suelos se fabrican con aceites
de maíz o de soja y potasa cáustica.

Jabones Medicinales. Se fabrican muchos jabones que contienen ingredientes medicinales para destruir las
bacterias y los hongos que no hayan sido eliminados por el lavado o para producir efectos especiales en la piel.
Tales ingredientes son: Fenoles, Ácidos cresílicos, Compuestos de mercurio, Azufre, G 11 [bis(2 hidroxi 3,5,6
tri cloro fenilo)] y clorofila. Algunos jabones medicinales acortan la limpieza requerida por los cirujanos como
preparación para sus operaciones quirúrgicas.
Caucho Sintético. Se utiliza para emulsionar los ingredientes en agua. Se polimeriza la emulsión hasta formar
un látex líquido artificial que se coagula y se somete a proceso para la transformación en caucho.

Pinturas. El jabón es importante ingrediente de las pinturas, del popular tipo de emulsión acuosa, que son
resinas sintéticas emulsionadas en agua. Los jabones se emplean también con cierta extensión en la elaboración
de pigmentos para las pinturas.

Plásticos. Se ha tenido buen éxito en la polimerización de emulsiones gracias al empleo del jabón. El producto
es una dispersión en agua.

Papel. Se utiliza como detergentes, emulsivo y lubricante. Su función más importante es la emulsiva y se utiliza
en la fabricación de aprestos, acabados y revestimientos. Es importante la cualidad lubricante para papeles
resistentes a la humedad.

Producción de petróleo. El jabón se usa en lodos de perforación para aumentar la producción de petróleo de
los pozos por su propiedad característica de formar espuma, en la recuperación de petróleo residual de los
pozos, para impedir la formación de ceras en las arenas petrolíferas y en las tuberías, y en la recuperación del
petróleo del cieno.

Agricultura. Se utiliza en la fabricación de insecticidas y para evitar las infecciones en el ganado.

Cosméticos. En la manufactura de los cosméticos, el jabón es, por su poder emulsivo, ingrediente importante en
casi todas las fórmulas. La mayor parte de los jabones empleados se forman in situ durante la mezcla de la fase
acuosa y oleosa

¿Qué es la Saponificación?

Si hay un concepto inequívocamente ligado a la palabra jabón, es la llamada saponificación. En términos muy sencillos, podríamos definir la
saponificación como el proceso que convierte "mágicamente" la grasa o el aceite, en jabón limpiador. Esta transformación mágica no es otra cosa que
una reacción química muy común, y que consiste básicamente en:

ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA

Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales componentes de las grasas animales y de los aceites vegetales) con una solución alcalina (hecha a
partir de una mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la sosa), se obtiene el jabón (que será realmente suave, porque además el otro subproducto
que se obtiene de esta reacción es la glicerina).

El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy
peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados en la
fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH) y la potasa (hidróxido potásico, KOH).

Por eso, es necesario tener mucha experiencia y unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus reacciones químicas, para proceder a
realizar una saponificación que ofrezca totales garantías de que el producto final obtenido no entrañe riesgo alguno para la piel.

Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente peligroso, sino más bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si en la
reacción anterior hay un exceso de sosa, el producto resultante será una masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la cantidad de sosa
es insuficiente, el producto resultante será una mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón.

Es por eso que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con unas excelentes cualidades limpiadoras y emolientes, aparte de
una gran experiencia y conocimientos de la saponificación, se necesita conocer también una serie de tablas con parámetros y proporciones muy
concretas de cada uno de los elementos que constituyen la reacción, así como su correcta formulación. El conjunto de dichas tablas imprescindibles
para la elaborar cualquier tipo de jabón, es lo que se conoce como tablas de saponificación.

Tablas de saponificación

Las Tablas de Saponificación, son tablas que recogen, como su nombre indica, los índices de saponificación de cada tipo de grasa. En general, su
aplicación más extendida en el campo de la jabonería, es para conocer la cantidad exacta de sosa, dependiendo del tipo de aceite que vayamos a
utilizar, necesaria para que el jabón resultante esté completamente saponificado. En química, se define el índice de saponificación de una grasa, como
el número que indica la cantidad en miligramos de hidróxido potásico, necesaria para saponificar por completo un gramo de esa grasa en concreto. Sin
embargo, para elaborar el jabón tradicional, el álcali más utilizado normalmente es la sosa (hidróxido sódico), por lo que será necesario transformar el
índice de saponificación de cada grasa, en otro tipo de índice alternativo que esté expresado en peso de sosa. Para ello, bastará con multiplicar el índice
de saponificación de cada grasa concreta por la masa molar de la sosa (hidróxido sódico) y dividir por la masa molar del hidróxido potásico. La tabla que
os mostraremos a continuación es la más utilizada en jabonería y sus parámetros están basados en los valores medios de los índices de saponificación
reales de cada grasa, donde se han convertidos algunos parámetros para evitar los cálculos.

Tabla básica de valores de saponificación

• 0,134g Aceite de oliva • 0,190g Aceite de coco

• 0,141g Aceite de palma • 0,134g Aceite de girasol

• 0,128g Aceite de ricino • 0,136g Aceite de almendras

• 0,133g Aceite de aguacate • 0,135g Aceite de soja

• 0,136g Aceite de maíz • 0,133g Aceite de sésamo

• 0,069g Aceite de joroba • 0,156g Aceite de palmiste

• 0,132g Aceite de germen de trigo • 0,069g Cera de abeja

• 0,137g Manteca de cacao • 0,128g Manteca de karité

Forma de Uso:

Para saber cuánta sosa se necesita para saponificar una cantidad de una grasa concreta, sólo hay que multiplicar dicha cantidad por el valor
correspondiente que aparece en la tabla. Por ejemplo, para saponificar totalmente 100 g de aceite de oliva (en la tabla su parámetro es de 0,134) basta
multiplicar 100 x 0,134 = 13,4 g de sosa necesitaremos. En el caso de que vayamos a hacer un jabón con diferentes aceites, habría que buscar la
cantidad necesaria de sosa para cada tipo de aceite concreto, y luego sumarlas todas. También por eso, en las recetas de jabón, si queremos sustituir
un aceite por otro, también habrá que ajustar la cantidad de sosa necesaria.

Origen del Jabón: Historia y Leyendas

En la historia del jabón se entrelazan a menudo la literatura y la leyenda. Ya en el siglo VI a.C, Homero narra en La Odisea cómo Naucasía, hija de
Feacia, junto con sus sirvientas, pateaba en el agua del río la ropa sucia hasta dejarla completamente limpia. Así, a ese primer método detergente se le
llamó "pie de doncella".

Otra leyenda cuenta que el jabón fue descubierto accidentalmente en Roma, por un grupo de mujeres que lavaba su ropa en el río a orillas del Monte
Sapo. En dicho monte se efectuaban diversos sacrificios de animales, y los restos de grasa animal se mezclaban con ceniza y otros restos vegetales, que
al llover eran arrastrados monte abajo. Dicha mezcla de grasa con ceniza acababa en el río, donde las lavanderas observaron que la ropa quedaba más
limpia al frotarla con ella.

Pero dejando al margen estos mitos y leyendas, y centrándonos ahora en la parte histórica, hay indicios de que ya en la antigua Babilonia se usaba el
jabón, y que también los sumerios y los hebreos lo conocían. Así mismo, los egipcios lo utilizaron tanto para lavar la ropa como para fines medicinales.
En el siglo I d.C, el naturalista e historiador romano Plinio, nos habla en sus escritos de un jabón blando conocido por los antiguos pueblos germanos, y
otro jabón más duro utilizado por los inteligentes galos. También en el siglo II d.C., el médico romano Galeno nos facilitó las primeras noticias sobre el
empleo del jabón como medio curativo, así como para la fácil eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos.

La fórmula más antigua conocida del jabón, data aproximadamente del 2250 a.C., pero fue en el siglo VII y precisamente en la ciudad italiana de
Savona (a la cual debe su nombre) donde se empezó a elaborar un jabón a base de aceite de oliva, que también se hacía en España y era conocido
como "Jabón de Castilla". La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de
oliva y la sosa natural, procedente de las cenizas de las algas marinas. En el siglo XV aparece también el famoso y conocido "Jabón de Marsella",
preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. En el siglo XVI el jabón era extremadamente caro, por lo que su uso no
estaba muy difundido. Es por ellos que no fue realmente hasta el siglo XIX, cuando se expandió el uso del jabón a lo largo de Europa y el resto del
mundo.

Desde entonces hasta ahora, lo que ha evolucionado más en el mundo del jabón no ha sido tanto su formulación como su apariencia. Así, los jabones
han pasado de su antiguo tacto rudo y aspecto poco agradable (no olvidemos que seguían elaborándose con grasas animales impuras y ceniza), a la
cuidada presencia del jabón industrial que conocemos actualmente, o las vistosas presentaciones de los jabones artesanales de hoy en día.
Saponificación
La saponificación es una reacción química entre un ácido graso (o un lípido saponificable, portador de residuos
de ácidos grasos) y una base o álcali, en la que se obtiene como principal producto la sal de dicho ácido y de
dicha base. Estos compuestos tienen la particularidad de ser anfipáticos, es decir tienen una parte polar y otra
apolar (o no polar), con lo cual pueden interactuar con sustancias de propiedades dispares. Por ejemplo, los
jabones son sales de ácidos grasos y metales alcalinos que se obtienen mediante saponificación.

El método de saponificación en el aspecto industrial consiste en hervir la grasa en grandes calderas, añadiendo
lentamente sosa cáustica (NaOH), agitandose continuamente la mezcla hasta que comienza esta a ponerse
pastosa.

La reacción que tiene lugar es la saponificación y los productos son el jabón y la glicerina:

Grasa + sosa = jabón + glicerina

Un lípido saponificable sería todo aquel que esté compuesto por un alcohol unido a uno o varios ácidos grasos
(iguales o distintos). Esta unión se realiza mediante un enlace éster, muy difícil de hidrolizar. Pero puede
romperse fácilmente si el lípido se encuentra en un medio básico. En este caso se produce la saponificación
alcalina. En los casos en los que para la obtención del jabón se utiliza un glicérido o grasa neutra, se obtiene
como subproducto el alcohol llamado glicerina, que puede dar mayor beneficio económico que el producto
principal.

En el ejemplo de arriba una molécula de un lípido es tratada con dos de hidróxido de potasio; se obtienen dos
moléculas de palmitato de potasio (un jabón) y una de glicerina.

La acción limpiadora del jabón se debe a su poder emulsionante, esto es, su habilidad para suspender en agua
sustancias que normalmente no se disuelven en agua pura. La cadena hidrocarbonada (parte hidrofóbica) de la
sal (el jabón), tiene afinidad por sustancias no polares, tales como las grasas de los alimentos. El grupo
carboxilato (parte hidrofílica) de la molécula tiene afinidad por el agua.

En la solución de jabón, los iones carboxilato rodean a las gotas de grasa: sus partes no polares se ubican
(disuelven) hacia adentro, mientras que los grupos carboxilatos se ordenan sobre la superficie externa. Así,
reducidas a volúmenes muy pequeños, las gotas pueden asociarse con las moléculas de agua y se facilita la
dispersión de la grasa. Estas pequeñas gotas que contienen las partículas no polares rodeadas de anoiones
carboxilato se denominan micelas. Es la presencia de estos aniones carboxilato la que hace que las superficies
de las micelas estén cargadas negativamente y se repelan entre sí, impidiendo la coalescencia y manteniendo la
emulsión, es decir la dispersión en gotas muy finas

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