Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
C a p ít u l o i
ENTRE LA S BRUMAS
DEL TIEM PO
L a ú lt im a r e u n ió n
Los antiguos dirigentes del PSR conocían bien el lugar. Alzaban a los
niños con familiaridad, recibían los refregones afectuosos del perro Ney,
M a r ía T il a U r ib i
Para nosotros y para Ney las reuniones de los mayores nos parecían
una fiesta porque los visitantes nos llevaban bizcochos; en la mesa había más
pan que de costumbre y de remate era día de ponerse los vestidos de cuello
marinero. Ney era un perro de mirada expresiva, inmenso, amarillo y con
personalidad acentuada. Para 1935, con 11 ó 12 años encima, ya estaba reti
rado pero había vivido la época revolucionaria como cualquier mortal: aquel
tiempo en que lo sacaban a las manifestaciones en primera fila y él compar
tía la conciencia colectiva porque no le aullaba a la luna sino a la policía, se
regocijaba alrededor de las banderas de 3 ochos ladrando con voz afectiva
y yo llegué a creer que lo único que le faltaba era cantar La Internacional.
Más que un perro lo sentíamos como una especie de hermano bueno que nos
acompañaba en cuanta aventura o juego iniciábamos. ¡Cuántas cometas se
hubiera llevado el viento de no haber sido porque Ney sujetaba las cuerdas
con su hocico! De él quedaron historias sin fin, como también de las palomas,
que habían cargado mensajes de los revolucionarios con más efectividad y
seguridad que el correo. Los niños nos sentíamos importantes, nos pedían
que recitáramos el Rui Rin Renacuajo, La pobre vicjecita y festejaban el avance
de nuestro deletreo. Las letras las reconocíamos en los libros, había muchos,
pero no sólo en la biblioteca sino distribuidos en el comedor, las mesitas de
noche, el cuarto de la plancha y hasta en los anaqueles de la despensa: en la
parte de abajo estaban las mazorcas, el banano y la yuca y de ahí para arriba
l a Divina Comedia, Crimen y Castigo y textos de Alejandra Kolontay...
26
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
Nunca como ese día debieron estar todos tan convencidos de la nece
sidad de vivir, pero a Tomás le quedaba poco tiempo de vida y aquella fue su
última reunión y también la del grupo. El creía que cada quien debía tomar
su decisión, continuar con sus ideales y avanzar, era lo que recomendaba. Por
supuesto, si algunos resolvían ingresar al Partido Comunista Colombiano,
27
M a r ía T ila U r ib e
28
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
29
M a r Ia T il a U r ib e
Pero había otras razones que agudizaban más la situación: según los
veteranos, se había apagado el fuego de la lucha, la CON había desaparecido
30
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
31
M a r ía T ila U r ib e
Pero la vida allí no fue rutina; hasta 1936 los fines de semana la casa
se volvía lugar de reunión, de intercambio con diversos visitantes o com
pañeros de anteriores luchas que no podían dejar sus hábitos de conversar,
leer, estudiar y debatir los problemas del día. Tomás los atendía poniendo a
su disposición sus libros y su experiencia; era imposible ignorarlo, borrar su
autoridad política y moral o desconocer el cúmulo de su información sobre
geografía, historia, tradición y cultura de nuestro país y del movimiento de
masas que había florecido en sus entrañas. Por eso acudían a él compañeros
del campo y dirigentes obreros que fraguaban la famosa Fedenal*, o jóvenes
estudiosos, inclusive los que se acercaban al Partido Comunista. Porque en
todo momento Tomás fue profundamente respetuoso de quienes le habían
impuesto forzado marginamiento político.
Tampoco todo era rigor. Entre sus v isitan tes estaban, adem ás,
otros amigos; allí llegaban su hermano Jorge Uribe Márquez, José Vicente
Combariza (“José M ar”), el poeta De Greiff y otros más, por lo general
en grupo. O tras veces esperaba a Juan C. Dávila que casi siempre traía un
soneto nuevo, al maestro Uribe Holguín y demás contertulios de “La gruta
simbólica”. En la espaciosa sala se escuchaba entonces recitar la poesía de
José Asunción Silva y Rubén Darío y era inevitable la música de entonces,
los danzones cubanos de Barbarito Diez entreverados con los inmortales
“Coro de los Martillos”, “La marcha triunfal de Aída” o el “Brindis de la
Traviata”, favoritas de Tomás; y con las nacionales del m aestro Luis A.
Calvo y de los propios músicos visitantes. Innumerables son los recuerdos
personales y colectivos en torno del nombre de Tomás.
P r i m e r o s p a s o s d e u n a v id a
32
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas de! tiempo
L a e x c o m u n ió n
33
M a r ía T ila U r ib e
La guerra de los Mil Días se inició en 1899 y term inó en 1902, pero sus secuelas fueron
de larga duración pues la guerra continuó en los espíritus. En ella tom aron las armas
105.000 hombres: 70.000 por el gobierno conservador y 35.000 por los liberales cuyo jefe
m áxim o fue el general Uribe Uribe. Se libraron 218 com bates entre los dos bandos: las
batallas de “Peralonso” y “Palonegro” fueron las más grandes. La derrota política fue de
los liberales que iban tras el poder, en lo m ilitar fue considerada un em pate. Colombia
quedó en ruinas, los campos desolados, la población enferma. Los historiadores han esti
mado entre 80 y 100 mil los m uertos en esa guerra.
34
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Entre las brumas deI tiempo
Uno o dos años después Tomás salía para Londres com o sólo podían
hacerlo pocos, muy pocos m uchachos de su tiempo, pues era reducido el
número de aquellos que podían estudiar en universidades extranjeras o si
quiera conocer otras latitudes. Para sostener hijos en el Viejo Continente, la
familia debía poseer negocios de exportación y de im portación, que dejaban
inmensas ganancias. Don Luis exportaba café y traía mercancías, además,
contaba con parientes en cargos diplomáticos. Veinte años después, en su
época política de penurias, en los días de hambre con sus compañeros, Tom ás
solía reflexionar sobre los privilegios con los que contó hasta su juventud, a
los que renunció precisamente en su última etapa de Barcelona.
35
M a r ía T ila U r ib e
E u r o p a , un g r a n m u r a l
Esa variedad le dio la oportunidad a él, sus dos herm anos, un primo
y un grupo de amigos estudiantes de enterarse de acontecim ientos tras
cendentales. Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Rusia Zarista,
Francia e Italia enviaban tropas o misiones a China desencadenando una
de las más grandes torm entas de fuego de la humanidad. Por su parte, el
pueblo chino deseaba acabar con el feudalismo y en su suelo se fraguaban
muchas insurrecciones populares. Eran tiempos, además, de otros aconte
cim ientos históricos, com o el desarrollo del socialismo inglés y el inicio del
hundimiento del imperio Austro-H úngaro.
36
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
hacía sentir su presencia. Quizá todos estos hechos pesaban mucho más que
los recuerdos de la Bella Epoca del siglo anterior.
No fue Londres sino París su centro vital; a esta ciudad acudía en los
veranos durante su vida de estudiante; después fue su centro de actividades
y proyectos. Desde allí despegó para Egipto con su hermano Gabriel -estu
diante de Filosofía, también en Londres- y decidió, allí mismo, su etapa final de
Barcelona. París -d ecía- fue mí universidad, y también el punto de encuentro con
sus principales amigos latinoamericanos, sus dos hermanos Gabriel y Jorge (el
menor de los Uribe Márquez, hacía poco había llegado a Europa para estudiar
Derecho Penal en Roma) y Francisco De Heredia. El grupo se relacionó a través
de afines y variadas inquietudes y se citaba en los sitios de rigor de entonces:
el parque de Luxemburgo, el cementerio de Pére Lachaise o ciertos cafés que
— según expresión de Tomás— eran centros de inteligencia y osadía. En torno
a las discusiones sus integrantes acordaron, en especie de pacto, leer y estudiar
filosofía antigua y moderna, occidental u oriental; a los fundadores, continua
dores y reformadores políticos y filosóficos. Tomás recordaba esas reuniones
medio bohemias con emoción, donde nombraban al influyente filósofo Carlos
Marx, al que, a propuesta de Tomás, empezaron a conocer.
37
M a r ía T ila U r ib e
Gracias a ese viaje, Tomás pudo ver sobre el terreno las infamias del
colonialismo, fenómeno en el que nunca antes había meditado, y acercarse a
su hermano en el terreno de las preferencias políticas. Esta etapa fraterna ha
bría de quebrarse muy pronto con la trágica m uerte de Gabriel en Londres
en 1909; Tom ás lo recordaba con una visión fugaz hecha de retazos en los
que se fundían num erosos recuerdos personales, su pensamiento -co n tab a
de Gabriel-se encontraba crispado por insatisfacciones, búsquedas e impotencias:
empecinado en variar el curso de los acontecimientos pero sin respuestas políticas
y en darle un timonazo a su vida pero sin precisar hasta qué punto.
Desde el último cuarto de siglo pasado, los grandes estados del mundo
se han lanzado a la búsqueda de colonias. Hasta entonces solamente
Inglaterra, Rusia y en parte Francia, tenían colonias. De 1884 a 1900
aparecieron en la escena Alemania, los EE.UU. y el Japón. Durante este
período han sido conquistadas Asia, Africa y América, territorios de una
población de 570 millones de habitantes.
Gran Bretaña tiene 46 millones de habitantes, y sus colonias 429. Por cada
inglés 9 esclavos coloniales. Francia, con 39 millones, tiene 45 de súbditos.
Bélgica, con 7, tiene 17.5 millones de súbditos coloniales. Holanda, con
7, tiene 49.5 millones de esclavos coloniales.
38
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
E n B a r c e lo n a
T o m á s en B a rce lo n a
39
M a r ia T ila U r ib e
40
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Entre las brumas del tiempo
41
C a p ít u l o II
EL SOCIALISMO NO E S
COMO LA IMAGEN DE UN LAGO
A n teced en tes
45
M a r ía T il a U r ib e
socialism o.* Durante los años Veinte aum entó el número de personas
que principiaron a nuclearse en los grupos socialistas, lo cual contribu
yó a que tom ara form a el proceso que desem bocó en la conform ación
del PSR.
' Cuando Luis Tejada le propuso a Jorge Eliécer Gaitán en 1924 que ingresara a las filas del
socialismo, éste sostuvo, en respuesta, que sería a través del partido liberal que se podría
hacer esa revolución en que pensaba Tejada. Y precisamente en su libro "Las Ideas S ocia
listas en C olom bia" hizo la siguiente afirm ación: “No es destrozando la corriente política
que en Colom bia representa al partido avanzado o de oposición como m ejor se labora por
el triunfo de los altos principios que guían hoy los anhelos reformadores de los pueblos.
Pensamos que es m ejor luchar porque las fuerzas progresistas de Colom bia inscriban en
sus novelas de batalla la lucha por las nuevas ideas, por la salud del proletariado y por la
reivindicación necesaria de los actuales siervos del capital”.
46
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El socialismo no es como la imagen de un lago
C o r r ie n t e s d iv e r s a s
‘ El Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, tuvo su origen en la famosa Huelga
General Obrera que estalló en Chicago en 1886 para conseguir la jornada de ocho horas.
Ese día más de sesenta mil trabajadores salieron a la calle con sus familias: habían
47
M a r ía T ila U r ib e
Karl M arx en 1891, Com posición hecha por Irene Von Treskov (Holanda)
48
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El socialisttto no es como la imagen de un lago
‘ El libro "El Retorno de la Tierra" de Orlando Fals Borda ilustra las luchas sociales de la
región y el destacado papel de Juana Julia Guzm án y Vicente Adamo.
’ Entrevista realizada por Marcel Silva a Carlos Cuéllar cedida para este libro. 1960.
49
M a r ía T il a U r ib e
El co m ie n z o d e u n a é p o c a
50
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ El socialismo no es como la imagen de un lago
T o m á s en M é x ic o
51
M ar J a T ila U r ib e
52
Los a ñ o s e s c o n d ld o s ] [ El socialismo no es como la imagen de un lago
F in a l m e n t e en C o l o m b ia
53
M a r ía T ila U r ib e
54
C a p í t u l o iii
57
M a r ía T ila U r ib e
58
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
por los dos gobiernos de ese decenio (Pedro Nel Ospina 1922-1926 y Miguel
Abadía Méndez 1926-1930). Aquí se hace imperioso entreverar algunas cifras
mientras llegamos a una que otra historia menos solemne y aburrida. Para
empezar, la suma de la deuda dio origen a los nombres con los cuales se
bautizó el decenio, pues literalmente fue así: “la danza de los millones” o la
época de “la prosperidad al debe”. Por concepto de empréstitos extranjeros
entraron al país 203 millones de dólares; por el rapto del Canal de Panamá
25 millones que el gobierno norteamericano pagó a plazos; otros cuantos
millones de dólares nunca conocidos con precisión, por concepto de inver
siones en la Zona Bananera y en petróleos, estos últimos entregados con
unos beneficios de oro a las compañías extranjeras mediante las concesiones
de “Mares” y “Barco”. El círculo de los millones se completó con el notable
aumento del precio del café en el exterior, que permitió buen incremento de
divisas. Al decir de los entendidos, la suma era descomunal para ese tiempo,
hubiera facilitado salir de la crisis anterior, agilizar el mercado e impulsar
las exportaciones. Estas, en su totalidad, alcanzaban sólo 60 millones de
dólares, cifra que contrasta con los empréstitos alcanzados.
59
M a r ía T il a U r ib e
60
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
N ace la c la se o brera
61
M a r ía T il a U r ib e
4 Bejarano, Jesús Antonio. La economía colombiana entre 1922 y 1929, en Nueva Historia de
Colombia, tomo V, Planeta Colombiana Editorial, Bogotá, 1989, pág. 65.
5 Datos de Alejandro López citados por Bejarano, op. cit., pág. 65.
6 Intervención de Raúl Eduardo Mahecha en la Conferencia de la IC, Buenos Aires, Ar
gentina, 1929.
7 En 1925, con una población total aproximada de 6’729 mil, la Población Económicamente
Activa (PEA) era de 2 ’505 mil trabajadores. De éstos, el 31.4% (o sea, más o menos 788 mil)
estaban ubicados en ramas no agropecuarias (minería, industria manufacturera, construc
ción, transporte, comercio y otros). Archila Neira, Mauricio. La otra opinión, Universidad
Nacional, pág. 210.
62
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
Vale la pena anotar en este punto, que la clase obrera que se formaba
en Colombia (como en toda América Latina) tenía particularidades propias,
estaba lejos de ser la clase obrera fabril que previo Carlos Marx para Europa;
y aunque siempre ha sido difícil precisar los límites del término, en el Viejo
Continente se identificaba al obrero con la persona que trabajaba frente a
una máquina, o que fuera indispensable para la producción y distribución
de la mercancía. Por lo tanto, decir obrero en Europa era bien distinto a decir
campesino y completamente diferente a decir artesano: cada sector tenía
connotaciones propias. Aquí, en cambio, las fronteras entre los diferentes
sectores no podían trazarse de la misma manera, los veteranos socialistas
de los años Veinte afirmaban que obrero, campesino o artesano eran
sinónimos de pobreza y marginación social crecientes y esas condi
ciones, sus tradiciones y costum bres y su grado de conciencia eran los
elementos de identificación.
63
M a r Ia T il a U r ib e
P r e s e n c ia y l id e r a z g o d e l a r t e s a n a d o
64
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
65
M a r ía T il a U r ib e
L a a r is to c r a c ia b o g o ta n a
66
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
67
M a r ía T ua U r ib e
gruesa y por lo general oscura, llevaba sus niños a colegios privados, sus
jóvenes niñas se casaban de punta en blanco y observaban todas las reglas
que les venían de arriba. Sin embargo, muchos hijos de estas familias, evi
dentemente no tan “felices” como las oligárquicas, aparecieron asociados a
las nuevas ideas, al periodismo crítico, a la intelectualidad, al sindicalismo
y al obrerismo; valoraban ese espíritu y esa formación sólida que no pasaba
por la escuela. Algunos grupos o personas de esa generación de clase media
bogotana, que se meció entre tendencias, contrastes y rupturas, simpatizó
con el socialismo-revolucionario, se adhirió o ingresó a él. Pero dentro de ella
las mujeres estaban ausentes, porque su realidad era muy diferente a la del
hombre: vivían separadas de la producción material e intelectual, sólo unas
pocas excepciones arrojaron a un lado las toneladas de convencionalismos
para incorporarse a un cambio radical que en últimas fue subversivo, al lado
de cientos de mujeres de extracción popular.
In t e l e c t u a l e s y t r a b a ja d o r e s d e la c u ltu r a
68
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
sabía frente a quién estaba porque no eran muchos los que jugaran a dos o
más aguas. Los hubo, claro está, que querían quedar a paz con Dios y con
el Diablo, bien por dinero o falta de conciencia (pero de la inconciencia no
me ocupo en este libro). Entre las razones que llevaron a esos grupos a la
inconformidad quiero destacar algunas.
69
M a r ía T ila U r ib e
70
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La imagen de los Veinte
L O S GRUPOS DE SA V IN SK I
71
M a r ía T il a U r ib e
Luis Tejada (pariente cercano de María Cano) fue uno de los hom
bres brillantes de su época, sus amenos y profundos escritos orientaron
y ejercieron influencia favorable a las nuevas perspectivas y definiciones
políticas; su relación con los socialistas fue de respeto recíproco, de diálogo,
de entendimiento.
M a p a p o l ít ic o d e l o s a ñ o s v e in t e
72
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La imagen de los Veinte
73
M a r ía T il a U r ib e
74
Los a n o s e s c o n d id o s ][ U i imagen de los Veinte
75
C a p ít ulo IV
79
M a r ía T ila U r ibe
* Elaboraban los capachos con hojas de juncos o de m imbres para proteger las botellas.
80
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Alu¡eres y vida cotidiana
81
M a r ía T ila U r ibe
82
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Mu¡eres y vida cotidiana
Muchos años más tarde ella contaba así la vida de las mujeres de su
tiempo: partíam os de un difuso sentimiento de inconformidad... de ira frente a
las injusticias que sentíamos en carne propia... llegamos a considerar inútiles las
costumbres arraigadas por la enseñanza religiosa, no queríamos seguir apoyando
la vida con reglas morales de tiempos remotos... Y nos fuimos acercando a la
fuerza política masiva y beligerante que no se podía ignorar (el PSR) y una vez
militantes, no nos quedamos solamente bordando banderas. Generamos cambios,
algunos equivalían a mencionar la sexualidad, tema intocable en ese entonces...
L a s p r im e r a s h u e l g a s f e m e n in a s
Una agitada vida popular inundó ese primer año de la década y sur
gieron situaciones que se robaron la atención y los comentarios de la gente,
83
M a r ía T ila U ribe
9 Archila Neira. Mauricio. Cultura e iden tidad obrera. Colombia 1910-1947, Cinep, Bogotá,
1991.
84
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Mujeres y vida cotidiana
' Dato cedido por Pepe Romero. Archivo de Juan de Dios Romero.
85
M a r ía T ila U r ibe
E n l a s c a s a s d e l p u e b lo
La Liga de Inquilinos había tomado cuerpo, era una casa bien admi
nistrada con vida intensa los fines de semana, situada en la Carrera 9a.
entre calles 2a. y 3a. Cerca a ésta, otra sede popular marchaba viento en
popa, era la Casa del Pueblo, abierta por esa figura democrática que fue
Carlos E. Restrepo en 1921. Ambas tomaron un carácter cultural desde su
fundación: se dictaban conferencias, se citaban los músicos para ensayar,
los domingos se abrían los programas de tiple, bandola y guitarra y se
alternaban los declamadores a mitad de la tarde. Estas casas llegaron a
ser insuficientes porque se convirtieron en punto de encuentro no solo de
gremios y sindicatos sino de familias enteras, para quienes el sentido de
solidaridad era sagrado. El pago de los arrendamientos corría por cuenta
de los sindicatos en ciernes o ya establecidos; las alcancías, que siempre
estuvieron presentes, se abrían cada mes para gastos menudos y el resto o
lo que hiciera falta lo ponía la gente: un butaco, unas tablas, dos manteles,
86
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ Mujeres y vida cotidiana
una lámpara, bombillas. Por lo que hacía a las reparaciones se las repartían
los expertos; los arreglos estaban a cargo de manos femeninas, el transporte
que se necesitara lo hacían los aurigas y así todo lo demás.
87
M a r ía T ila U r ibe
Presentimiento
Sin saber que existías te deseaba/Y antes de conocerte te adiviné,/Llegaste
en el momento en que te esperaba,/No hubo sorpresa alguna cuando te
hallé./El día en que cruzaste por mi camino/Tuve el presentimiento de
algo fatal/Esos ojos, me dije, son mi destino/Y esos brazos morenos son
mi dogal./Son tan tristes y breves nuestras vidas/Y es tan dulce soñar
con las quimeras, Y aunque tú me aseguras que si me olvidas/Sé que es
mío tu amor, aunque lo niegas.11
La cercanía de las tres sedes hacía posible que la gente saliera de uno
a otro sitio o se repartiera para asistir a los distintos actos. A veces, uno que
otro dirigente venía de alguna región a exponer problemas e iniciativas; así
llegó de visita a Bogotá la dinámica Belarmina González, presidenta de la
Sociedad de Obreras “Redención de la M ujer” de Girardot. Belarmina y sus
compañeras habían trabajado en la elaboración de una "Ley que reglamente el
trabajo de las mujeres y de los menores de edad". Al presentarse ella y sus com
pañeras en la Casa del Pueblo buscaban ampliar y mejorar la iniciativa.
88
Los años e s c o n d id o s ] [ Mujeres y vida cotidú
M a r ía T i ia U ribe
90
L o s a ñ o s e s c o n d id o s ][ Mujeres y vida cotidiana
91
M aría T ila U ribe
de Alejandro Lombo (calle 2a. carrera 5a.). Allí se reunía parte del gremio
de vendeperiódicos con Erasmo Valencia, Carlos F. León y Luis A. Rozo,
hombres preparados que empujaban una franja anarquista (era un grupo
alejado de los anarquistas doctrinarios, que en la Costa del Caribe dejaron
escuela). En la peluquería de marras se discutían los puntos que llevaba
Juan de Dios Romero, el “raro” del grupo por su espíritu de contradicción,
pero el hombre que obstinadamente sacaba las hojitas para los artesanos
y los borradores indicando cómo organizar un sindicato o cómo hacer un
pliego de peticiones. De otra parte, el almacén “Egipto” se volvió sitio de
encuentro del grupo femenino.
92
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Mujeres y vida cotidiana
De izquierda a derecha: M a ría Triviño, presidenta teléfono s; Julia B ohórquez; una d irig e n te de las
costureas y bordadoras de B ogotá, cuyo n om bre p erm anece en el a n o n im a to ; C arlina de m ancera,
presidenta ca je tilleras y Elvira M ed in a.
“El 8 de marzo de 1911, en un mal ventilado taller que ocupaba los tres
últimos pisos de un edificio de diez, de la Triangle Shrwaist Company, de
Nueva York, estalló un incendio que atrapó a unas 500 muchachas inmi
grantes que trabajaban promiscuamente, con el suelo lleno de materiales
inflamables, la basura amontonada por todas partes, sin escapes para
casos de incendio ni mangueras para agua; para peor, por aquello que la
empresa llamaba “impedir la interrupción del trabajo” la puerta de acero
que conducía hacia la salida había sido cerrada con llave. Para cuando pu
dieron intervenir los bomberos, 147 obreras habían muerto carbonizadas
o al saltar desesperadamente hacia la calle”.1’
93
M a r ía T ila U ribe
querido cortar las alas. En ese proceso se formaron las mujeres que más
tarde harían parte del socialismo revolucionario.
Por lo que hace a las huelgas eran en sí una escuela. Enriqueta anotaba
que la primera cosa im portante que había hecho en su vida había sido la
de participar en ellas. A hí se sentía crecer Ia personalidad... la confianza en
las propias capacidades, se sentía independencia y se conocían nuevos y buenos
amigos, compartíamos vivencias y problemas comunes... La participación sindical
la veían los hombres sobre todo en un sentido político y para nosotras, siendo una
vía de esclarecimiento, era más una forma de am pliar las perspectivas de vivir
fuera de los muros de las fábricas y de las paredes de la casa.
Un p e rs o n a je
94
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Mujeres y vida cotidiana
A “Juan del Diablo que era como lo llamaban sus superiores delante
de los demás niños, le dieron la oportunidad de ser recibido como católico
y para eso se ofició una misa especial en la que debía comulgar de primero.
Pero sucedió que el niño al regresar a su puesto cometió el sacrilegio de sa
carse la hostia de la boca... Aquel acto y sus consecuencias lo volvieron triste,
silencioso y aquietado, pero de inmediato su padrino lo rescató y tranquilizó
diciéndole que más bien aquel había sido un acto de amor.
95
M a r Ia T ila U ribe
96
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Mujeres y vida cotidiana
97
M a r ía T ila U ribe
Las proveedoras de títeres para los grupos escénicos de las Casas del
Pueblo eran tres ancianas señoritas de apellido Meló, que vivían al revés de
los demás mortales: trabajaban y cocinaban de noche y dormían de día. Las
señoritas Meló hacían muñecas y otras preciosuras cuando en las madrugadas
empezaron a observar en el límite del solar de su casa cierta fosforescencia
que no desaparecía ni con agua bendita, rezos y otros remedios que les
aconsejaron para conjurar el “maleficio”. Con los pelos de punta resolvieron
marcharse a otra casa y quienes vinieron a enriquecerse con el “entierro” fue
ron los nuevos inquilinos, precisamente una familia de titiriteros, socialista.
Triste fue el epílogo para las señoritas Meló porque murieron una tras otra
de melancolía al saber que la cal de los huesos y los metales produjeron los
fenómenos físicos de las luces moradas; pero afortunado para la causa, por
las anualidades que donaron los nuevos ricos de ahí en adelante.
98
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Mujeres y vida cotidiana
Ese dinero no salía todo del negocio de muebles que tenía en la ca
rrera 9a, entre calles cuarta y quinta, porque el local se cerraba casi a diario
para dar espacio a las reuniones masculinas, sino de otro oficio respetable
y semiclandestino: poner el naipe. Julia era entonces una pitonisa-política
que escribía contra las injusticias, creía en la reencarnación y decía ver el
cordón de plata de ciertas personas; lectora de notables espiritistas franceses
y admiradora de Sir Arthur Conan Doyle, el creador de “Sherlock Holmes”,
según las lenguas socialistas, ella en varias ocasiones alertó sobre una huelga
muy grande al pie del mar y al final de la década... diciendo que así como
en el pasado lo habían hecho los Centuriones de Roma, así mismo unos
hombres rubios ordenarían a sus subalternos morenos que hicieran de la
muerte su oficio y lo organizaran a lo grande. Después de la masacre de
las Bananeras todo el mundo recordó esa predicción.
99
M a r ía T ila U ribe
100
C a p ít u l o V
HISTORIA Y BIOGRAFÍAS S E
ENCUENTRAN Y ENTRELAZAN
DE MUCHAS MANERAS
De aquella década remota y actual son estas evocaciones, Ellas nos
remiten a entrañables escenarios y a seres lanzados, decididos, que dialoga
ron desde sus sentimientos y convicciones. ¿En qué momento se cruzaron
sus vidas¿ ¿Cómo fueron las relaciones de estos personajes que vivieron
para la imposibilidad pero hicieron posibles tantas cosas¿
R aúl E duardo y su h er m a n a M a r ía C l a u d in a
Mahecha era un hombre intuitivo, con sentido del mito, amante e in
fluenciado por la naturaleza. Tenía un rostro moreno y en su piel le quedaban
103
M a r ía T il a U r ib e
104
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran >• entrelazan Je muchas maneras
C am peó n d e l a l i b e r t a d d e c o n c ie n c ia
105
M a r ia T il a U ribe
106
L o s AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
F r a n c i s c o D e H e r e d i a M á r q u e z ( 1889 - 1927 )
107
M a r ia T il a U rjbe
17 M edina, M edófilo Historia ¡iel Partido Comunista de Colombia, C en tro de Estudios e Inves
tigaciones Sociales. CHIS, B ogotá. 1980. págs. 81 y 82.
108
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
Gabriel De Heredia. Liberal. M urió en la Batalla de Palonegro, Guerra de los Mil Días.
109
M a r ía T il a U r ib e
L a s dos ca ra s de “E l L ib r o A zu l”
110
Los AÑOS ESCO ND ID OS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
I l l
M a r ía T il a U r ib e
El título debía ser algo así como El libro azul de Venezuela. Teniendo
en mente su misión política, Tomás se presentó y fue escogido entre varios
periodistas. Así obtuvo el contrato que, a la palabra (en esos tiempos la
palabra valía), debía cumplir en 3 ó 4 meses, una buena remuneración y
una casa para ubicarse adecuadamente en Maracay, para donde salió muy
pronto. Los primeros cinco días lo alojaron en la mismísima Hacienda de
“El Paraíso”18propiedad del General, luego lo reubicaron en una casa central
de la ciudad, con todo y ujier.
Cada página del Libro Azul, no el titular sino el secreto, que escribía
con ritm o acelerado, era una patética denuncia de la situación interna con
toda su corrupción y perversión. Una vez terminado iría a su destino (Ca
racas) para salir a la luz. Simultáneamente, el escrito oficial lo hacía lento,
y de él, Tomás recordaría después: "...Casi me cuesta "un cariño" de don Juan
Vicente porque no le puse adjetivos como los estilados por los muchos Vallenitas
Lanz* que explotan a los tiranos".
112
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
113
M a r ía T il a U r jb e
M a r ía C a n o s e e n c u e n t r a co n s u s p r im o s
HERMANOS
114
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de michas maneras
rabietas de Jorge, las trenzas de María y las novias del “M ico”. Además de
los recuerdos familiares estaban plenos de felicidad por la resurrección de
Tomás y llenos de emoción por ese encuentro que consideraban demasia
do importante; nada casual sino producto de una circunstancia que entre
todos crearon mediante su anterior comunicación y conocimiento de lo
que se proponían. Querían sus vidas sencillas y entregadas a la suerte de
su pueblo, dispuestos a entrar y salir de sus luchas con el mismo ritmo del
aire en los pulmones.
115
M a r Ia T il a U r ib e
116
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
P r e s e n c ia d e T omás
’ D ocu m en tos de esas fechas in cau tad os en el allanam iento m ilitar de 1977.
117
M a r ía T ila U r ib e
118
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Historia y biografías se encuentran y entrelazan de muchas maneras
119
M a r ía T il a U r ib e
120
C apítulo V I
ENHEBRANDO HISTORIAS
“N u e stra p a la b ra ” y 1924
123
M a r ía T ila U ribe
124
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
125
M a r ía T ila U ribe
Dejemos por un momento las memorias de Carlos para ver los si
guientes aspectos: para ese momento Bogotá concentraba un buen número
de trabajadores oficiales y empleados públicos que iniciaban el sindicalismo
dentro de los aparatos del Estado. En el sindicalismo eran m uy importantes
el gremio de la construcción y sectores de la naciente industria manufactu
rera. De los trabajadores urbanos los más organizados, que irían a convertirse
en verdadero fortín de resistencia, eran: el sindicato de la industria harinera
que incluía a todos lo panaderos y a los obreros de fábricas de pastas; los tran
viarios, el sindicato de la Energía Eléctrica, el sindicato de Bavaria, albañiles
y similares y los ferroviarios de la línea de Cundinamarca. Con la misma
vehemencia se veía la participación de los artesanos.
126
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Enhebrando historias
O t r a s m u je r e s o l v id a d a s
127
M a r ía T ila U ribe
* Se sabe que las conclusiones fueron llevadas a la C asa del Pueblo donde funcionaba la
U nión Local, y entregadas bajo responsabilidad de Patrocinio Rey. C om o tan tos otros
docum entos, se tuvo noticia de ellos hasta 1930 por el propio Patrocinio Rey, pero
después desaparecieron. La hipótesis m ás segura, que no es otra cosa que un llamado de
atención para las futuras investigaciones, es que toda la historia de los 20 fue entregada
por Patrocinio Rey a la reunión del PCC denominada Am pliado en julio de 1930. Patro
cinio ingresó al PCC a su fundación, ese año.
128
Los ANOS ESCONDIDOS ] [ Enhebrando historias
Se n e c e s it a b a un p a r t id o p a r a d a r l e f o r m a a l
SOCIALISM O
129
M a r ía T ila U ribe
130
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
P r e s e n c ia y r a str o de Q u in t ín L am e
131
M a r ía T ila U r iíf .
132
L o s a ñ o s ESCONDIDOS ][ Enhebrando historias
Quintín Lame, a quien Tomás definía como hombre más bien calla
do pero contundente a la hora de la reflexión, empezó dando las gracias
al Congreso por haberle dado voz y voto para exponer la situación de los
miles de indígenas que lo tenían a él como jefe. Luego, en un discurso lleno
de equilibrio entre la naturaleza y el progreso, hizo historia desde 1788,
refirió su viaje a Quito para buscar los títulos coloniales que favorecían a
los indígenas, así como el sufrimiento que le había ocasionado el ser llevado
a prisión veintiséis veces por defender lo que en justicia le pertenecía a su
gente. Contó costumbres por cierto muy democráticas de sus pueblos y citó
casos concretos de persecución a los indígenas. Se extendió en denuncias
contra alcaldes y autoridades que les arrebataban tierras y herramientas.
133
M a r ía T il a U ribe
Los antecedentes del odio que Guillermo Valencia sentía por Quintín
Lame se remontaban a muchos años antes. Según las memorias escritas
del dirigente indígena, en una ocasión en que se encontraba encalabozado y
amarrado, se presentó en persona el doctor Guillermo Valencia para golpearlo.
Y en otra ocasión fue más drástico:
Así deseó el doctor Guillermo Valencia unido con un puñado de hombres
no indígenas que lo secundaron, de la alta aristocracia del Cauca, destruir
mi pensamiento por medio de la barbarie y el cinismo, mandándome a
encerrar en un calabozo y ordenando se me pusiera en los pies una barra de
grillos de 28 libras durante un año incomunicado, orden que fue cumplida
y consta en auto en el proceso que está archivado.21
Agregó Lame que luego Valencia hizo correr la especie de que el indio
había sido desterrado o había muerto.
21 Lame, Manuel Quintín. En defensa de mi raza, (recopilación), Com ité de Defensa del
Indio, Bogotá, 1971, pág. 57.
134
Los AÑOS e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
F ogatas o breras
Archila Neira, Mauricio. Cultura e identidad obrera, op. cit. págs. 435-439-
135
M a r ía T il a U ribe
en los datos escuetos. Lo que podría llamarse la primera gran fogata obrera
de Barranca fue la huelga de los 3.000 trabajadores en octubre de 1924
convocada por el incumplimiento de parte de la empresa de lo pactado en
enero: el reintegro de los obreros despedidos, la demanda de un mejor trato
y la solicitud de libertad para leer los periódicos. El ministro de Gobierno
viajó entonces a esa ciudad y desde un balcón notificó a la multitud que la
huelga había sido declarada fuera de la Ley. La silbatina no se hizo esperar
ni los murmullos y gritos de protesta de quienes oían la sentencia desde
abajo. De repente se oyó un disparo que salió de entre la algarabía callejera.
Nunca se pudo establecer quién lo hizo pero acto seguido el ejército, prestos
sus fusiles disparó contra la multitud y quedaron tendidos varios muertos
y heridos en medio de gran confusión.
136
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
Esa práctica siguió hasta los primeros años del siglo con otros des
dichados que llevaban encadenados hasta las selvas del Darién, o hasta el
mismo territorio panameño para luego abandonarlos a su suerte. En la dé
cada de los Veinte cambiaron la ruta: a los desterrados se les embarcaba en
la Costa Atlántica con dirección a diferentes islas caribeñas. Así lo hicieron
con los indígenas que resistieron los ataques de las autoridades del resguardo
de la sal y de las perlas; con algunos huelguistas de la Zona Bananera en
ese mismo año 24 y con unos cuantos rebeldes de Santander al final de la
década. También se aplicó el destierro de manera individual, hubo casos en
que ese castigo se veía venir inevitablemente, entonces la persona señalada
se ahuyentaba del país. Bajo ese riesgo años más tarde salió de Colombia
Torres Giraldo; para Mahecha fue igual después de la masacre de la Zona
Bananera en 1928, sólo que ninguno de los dos resaltó esa circunstancia ni
en su historia quedó ninguna crónica de un destierro anunciado.
Ley de los Caballos, 1888: penas de confinamiento, expulsión del territorio, prisión o
pérdida de los derechos políticos por tiempo indefinido.
137
M a r ía T o a U ribe
pero confrontaban el doble problema de lucha con los patrones y con sus
compañeros, los cargadores del muelle. Estos últimos eran muy numerosos
y estaban en una situación de privilegio respecto de los demás obreros. Por
la versión que los dirigentes sindicales de la zona dieron a Pablo E. Mance-
ra, el socialista que se desplazaba hasta allí como emisario de la incipiente
organización de Bogotá, éste presentó el siguiente balance:
El problema es ante todo de moralidad -dijo Mancera- porque siendo
los que mejores salarios devengan, son disipados, y los que, inconscien
temente tal vez, sirven de instrumento a la compañía imperialista que
tiene el nombre de United Fruit Co.., para destruir o debilitar toda la
organización de los obreros dignos... las familias de los cargadores viven
en la miseria porque ellos apenas destinan a las necesidades de su hogar
una centésima parte de su jornal y el resto, al llegar el fin de semana, lo
dedican a orgías y bacanales increíbles en las cuales el brandy y el whisky
no escasean, esfumándose así el producto del trabajo humano sin prove
cho para nadie y como una ironía y un insulto para los trabajadores dignos
y laboriosos que en la misma región defienden con energía y abnegación
los derechos de todos.24
138
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Enhebrando historias
“C a m in a n t e n o h a y c a m in o , s e h a c e c a m in o a l
andar”
139
M a r ía T ila U ribe
y ante la indiferencia de los funcionarios del Estado para con los derechos
mínimos de los trabajadores colombianos. Durante esa década la Oficina
del Trabajo no solucionó conflicto alguno, los proyectos y solicitudes de
los trabajadores generalmente los declaraba cuestión de orden público-, los
problemas pasaban a manos del director de la policía, general Jiménez, un
tipo hecho de alambre de púas, sabueso censor de inquisición que arremetía
contra los trabajadores sin pensarlo dos veces.
L a b o r e s y c o n d u c ta s d e l o s s o c i a l i s t a s en
1925
(Relatos de un veterano). Cerca a una de las "C asas del Pueblo”, por
la calle del Divi-Divi -calle 4a entre 7a y 8a- unos cuantos socialistas al
quilaron una pieza a donde llevaron la primera herramienta moderna que
tuvieron para imprimir: un mimeògrafo, pues hasta ese tiempo lo conocido
era el planígrafo: dos tablillas de madera con una mallita y entintando a
mano cada hoja. Allí sacaron reclamos, denuncias, vida sindical, manifiestos
e hicieron conocer aspectos de lo que sucedía en otras partes, hablaban de
Juana Julia Guzmán, Vicente Adamo y los líderes agrarios del Sinú encar
celados en la ciudad de Cartagena. Por nombre le pusieron La Chispa. Este
boletincito iría a ser precursor de uno de los periódicos del PSR.
Aquella labor nació secreta: tuvo que ser así porque en las primeras
de cambio se llevaron a uno de los muchachos que estaba distribuyendo
hojas por debajo de las puertas. Se trataba del ya mencionado joven Miguel
Angel, quien se ufanaba de que a pesar de ser un “piernipeludo” de panta
lones cortos y cachucha, resistió azotes y amenazas... sin hablar.
140
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Enhebrando historias
141
M a r ía T ila U ribe
Uribe Márquez y pasaban horas enteras escribiendo juntos para los mi-
meógrafos, papeles que yo debía llevar corriendo de un lugar a otro.
Lo de los seudónimos se volvió de concurso. Recuerdo a Marcos, después
del segundo congreso su trabajo era organizar a la gente en los comités
que se formaron en los barrios por las libertades públicas, eran comités
de socialistas, liberales y también conservadores, ahí cabía toda la gente
que rechazaba la pena de muerte. Ese Marcos era joyero, callado, y de
pronto salieron llamándolo “Vasilovich”. A Bemal, el joven gordito que
tenía la cabeza entre los hombros y hablaba y hablaba sin parar lo pu
sieron “Cucarronov”... también estaba “Burroienko” un tipo que escribía
letreros en las paredes, cosa que se consideraba un anatema. Una vez,
cuando la palabra control salía de la boca del ministro Rengifo a cada
rato y se había puesto de moda, lo cogieron escribiendo: “el ministrillo
tiene el control de la mentira “, pero mire dónde, en una pared de Pala
cio. La policía lo soltó por bruto. Lo de los sobrenombres fue por toda
la década; a Ismael Toledo el dirigente de El Líbano le dijeron siempre
“Corazón de León”. Un tipo bien parecido era “Navares” nada “mono” a
pesar de ser gringo; se le notaba, eso sí, el timbre extranjero pero eso no
importaba porque con él el diálogo era corazón a corazón. El se casó en
“ceremonia" con Eufrosina Forero dos años después, la hija de un líder
zapatero-filósofo. Era muchacha previsiva pero todo lo contrario de su
compañero en el aspecto, es decir, de una fealdad perfecta, por eso les
decían “el hombre y el monstruo”. “Navares” tuvo sus altercados por
amor propio con D ’Achiardi, él era el que había bautizado a la pareja así.
Es que DAchiardi era tipo de muchas picardías pero al mismo tiempo
un gran amigo, alegre y generoso, inseparable con Servio Tulio Sánchez
y Patrocinio Rey; los tres tenían a su cargo un mimeògrafo y trabajaban
muy cerca de Tomás, a quien querían y respetaban mucho.
En 1925 se estrenaron cuatro mimeógrafos y empezaron a pagar una im
prenta con los dineros de los ocho sindicatos que funcionaban en la sede
de la Unión Local, sede que atendía Tomás, donde funcionaban los tran
viarios, “Bavaria”, Tipógrafos, los obreros de la construcción, la industria
harinera y otros. Bueno, se avanzaba; la Liga de Inquilinos obtuvo un radio
Philco de los primeros que llegaron al país, donado por el “Mico” Fieredia...
Imagínese las caras de los obreros, de las señoras y de los niños... oíamos
boquiabiertos ese aparato. En la Casa del Pueblo se abrió bibliotequita ahí
leíamos Raza de Bronce del boliviano Alcides Arguedas; Los de Abajo, una
novela del mexicano Mariano Azuela y otras de la Revolución Francesa.
Pero nadie se quedaba sin leer Ante los Bárbaros de Vargas Vila, hacíamos
corrillos para hablar de lo que ahí decía:
“¿Cuál es el peligro de América Latinad El peligro yanqui... He ahí cerca
de seis lustros que vengo anunciando a los pueblos de América Latina
el peligro yanqui... Ante las hordas del Norte que se aprestan a avanzar
sobre nosotros, demos el grito de ¡Alerta! La fuerza se repele con la fuerza.
Bolívar dio la palabra salvadora, en los espasmos de la muerte... ¡Unión!
142
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
143
M a r ía T ila U ribe
144
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
O r d e n d e e x p r o p ia c ió n
En los barrios orientales casi todas las casas eran propias; ya por la
ocupación de pedacitos de tierra sin dueño conocido, donde las familias
iniciaban la construcción adobe tras de adobe para parar su casa; o por
145
M a r ía T i i a U ribe
146
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
La belleza de lo r o m á n t ic o
147
M a r ía T ila U ribe
Enriqueta quería ser ella misma pero no le fue fácil salir de su cára
mental. Sin embargo, sus ojos, acostum brados por tantos años a mirar h
cia el suelo y a girar entre las cosas de la casa ya se habían levantado par
observar los espacios abiertos, las plazas, las calles y su mirada ganó e
profundidad; su personalidad había sufrido un cambio desde aquel tiemp<
cinco años atrás, en que no sospechaba que la vida prometía algo mejo
había aprendido a pensar y estaba enamorada.
148
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Enhebrando historias
hacia ella desde la tarde en que la vio plena sobre la tribuna improvisada, así
como aquella dualidad inicial que se expresaba en sus ojos: con la mirada
lo aceptaba, lo involucraba o lo rechazaba. Luego entrecomillaba: "parecía
desarmada pero en realidad era desarmante"... m ás adelante recordaba la
línea de su espalda, el collar de la coquetería, la sombra de sus ojos... su
difumado. "Pareces hecha de porcelana perfecta" escribió en el doblez de una
página del diario.
Aparte del diario, las más bellas referencias del amor entre Tomás y
Enriqueta estuvieron a cargo de sus compañeros y amigos, a uno de ellos
le decía en una carta: "no es bella pero sí brillante y apasionada, que es lo mis
mo". También de sus hijos y por supuesto de ella misma que vibraba aún
después de muchos años con un verso, un objeto o un aroma que expresara
los sentimientos que él le hizo sentir... y le era imposible escuchar música
sin caer en evocaciones.
149
C apítulo V II
153
M a r ía T il a U r ib e
154
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Segundo congreso obrero
■
•y
A M E R IC A N C O lk
L /*'•«►
■> B a r r a a q u l l l a , C o l o a b la . 1
, • / , ¿ - '• S a p t a a b a r 1 » , X9tb.
Subjccti E x p a l a lo n fro ta O o la a M e ot R a a a l a a a « l t a t o r .
• ftt l*
La -
T h * Howohabíjc i
T mi Scckctaity or Sr*r*.
*- - W ashington
Swti
I h a v a th » honor t o r a p o r t th a t t u "D ia r ia O flo la i1
tb a p r a o t l e a a f d e o t r l n e e a u b v a r a lv a t o th e e o e l a l o r d e r , a h í oh
o o v a re auofc d o o t r l a e e a a a n a ra lg r o r o o ta o n a la a . £
ja v a tn a b a ñ a r t e be. 8i r , «. 3
r ^ b e d le a t e e rr w rt. (1 £J
43 f r a l ."bao . B u r r t
, >a A m arloen C onaul
r '.. -
B í f W l « l Of St»tt
In fo rm e del consulado de los
E.E.U.U. sobre la expulsión de
Savinsky de Colom bia, 1925
155
M a r ía T il a U rib e
156
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Segundo congreso obrero
157
M a r ía T ila U r ib e
C re a ció n de l a CON
M om ento estelar del Congreso fue la fundación de la Confederación
Obrera Nacional (CON), cuya primera labor fue su propio fortalecimiento
y la incorporación de nuevos sectores. No creo que haya respuesta cate
górica si se trata de considerar aquella como la primera Central Obrera
Nacional. El hecho real es que la CON superó una simple confederación
158
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Segundo congreso obrero
sindical por sus características pues allí estaban representados los obre
ros, los artesanos, las mujeres, el movimiento campesino, los indígenas,
el sindicalismo y los sectores populares que en ese tiempo constituían
una sola fuerza. Además, la CON fue el espacio por excelencia que hizo
posible el proyecto socialista-revolucionario, aunque entre la creación de
la primera y la fundación del partido transcurrió un año largo, proceso
que Tomás explicaba así:
“Los socialistas no podíamos dar los dos pasos al tiempo: para la CON
había ya circunstancias maduras mientras que el partido debía darse
como resultado de un paciente proceso porque se precisaba calibrar,
tener prudencia y esperar el momento propicio para que su nacimiento
y vida fueran firmes”.
La d if u s ió n d e l a s i d e a s s o c i a l i s t a s , un d e l it o
159
M a r ía T il a U r ib e
160
L o s a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Segundo congreso obrero
161
M a r ía T il a U r ib e
162
Los AÑOS e s c o n d id o s ] [ Segundo congreso obrero
E l p r o y e c t o f e m e n i n o y e l m u n d il l o d e l a
AGUJA
163
M a r ía T il a U r ib e
iniciada por las socialistas, a quienes es preciso dedicar unas líneas en esta
historia.
Ese vocabulario era el usual porque no era fácil distinguir la línea divi
soria entre las dos actitudes que expresaban simultáneamente las costureras:
164
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Segundo congreso obrero
por una parte, la idea de organizarse o demandar mejor pago era ajena en
su trayectoria de sumisión, supersticiones y sacrificios. Por otra, entendían
los cambios que estaban ocurriendo, surgía entre ellas la conciencia de su
propia explotación y deseaban cambiar lo injusto de sus vidas. Las afecciones
comunes en las costureras eran las deformaciones en la columna vertebral
o los accidentes, cuando se les encajaban las agujas en los dedos. Los ojos
también sufrían, no era extraño que en la noche cosieran o bordaran a la luz
de un quinqué; también era frecuente para las planchadoras, consideradas
como ayudantes de costura, la artritis y el reumatismo.
A c t u a n d o p ú b l ic a y l e g a l m e n t e
165
M a r ía T il a U r ib e
Era el tiem po del primer año de vida de la CON, ahora los dirigentes
ya no actuaban de manera aislada en sus regiones, lo hacían públicamente
porque en buena medida tenían como garantía el respaldo de la Confede
ración. Teniendo en cuenta la inexperiencia organizativa de sus dirigentes
y las dificultades de comunicación, ésta se apersonaba en la medida de sus
posibilidades de los conflictos sociales en su conjunto: tomas de tierra de
los indígenas, organización campesina, reclamos barriales, concentraciones
de protesta, huelgas en varios puntos del país. En ese primer año de vida
la CON realizó encuentros regionales ágiles y representativos en varios
departamentos, y conformó, antes de la trascendental reunión de Venadillo.
166
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Segundo congreso obrero
El P lan d e V e n a d il l o
167
M a r ía T il a U r ib e
cuando se hacían tertulias con tiple, añoradas hasta muchos años después.
El “M ono” Dávila recordaba la inevitable pregunta de Elvirita al entrar:
¿Cómo estam os hoy de presos¿ y añadía que al verla se sentía atravesado
como corazón de cupido. Ella a su vez contaba que a esas tertulias se lle
gaba sin afán y el humor permanecía al acecho. Disfrutaban de una buena
conversación, repasaban o jugaban con las palabras ejercitando acertijos
mentales: acrósticos, charadas y otros retruécanos de tradición santafereña.
Luego venía lo inevitable: terminaban precisando ideas y dándole vueltas
a los problemas del país.
168
Los AÑOS ESCO ND ID OS ] [ Segundo congreso obrero
R e d d e a p o y o e c o n ó m ic o
169
M a r ía T il a U r ib e
170
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Segundo congreso obrero
171
M a r ía T il a U r ib e
172
C a p ítu lo VIII
BAJO EL SIGNO DE
LA ESPERANZA
( A ño d e l T e r c e r C o n g r e s o )
C ontactos d ir e c t o s
Todos los que seguían con atención el rumbo que tomaba América
Latina en 1926, encontraban un proceso paralelo o parecido en muchos
sentidos al que se vivía en Colombia. Era un ramillete de realidades similares
en cuanto a historia, desarrollo y vida de sus pueblos, unos más adelante,
otros menos y cada cual con sus propias características; éstas incidían en el
pensamiento y la acción de los socialistas colombianos que se empeñaban
en hacer posible sus sueños, al querer dejar el mundo diferente a como lo
encontraron. Las noticias llegaban, pero era necesario profundizar algunos
acontecimientos y sólo existían unos pocos aunque importantes canales
directos. Con los socialistas ecuatorianos Ignacio sostenía correspondencia,
había estado allí intercambiando experiencias con sus dirigentes y conocía
la situación. En el hermano país estaba creciendo la simpatía por las ideas
socialistas y se preparaba la fundación del Partido Socialista Revolucio
nario Ecuatoriano para el mes de mayo. Pero a diferencia de Colombia,
era el movimiento estudiantil y sus campañas contra los retardatarios y
anquilosados profesores quienes jalonaban ese proceso, apoyados por un
Núcleo Central-, el movimiento obrero y popular estaba aún lejos de tener
la magnitud que aquí ya existía y el Ecuador no había emprendido su
etapa de industrialización. La otra diferencia era el clero, más sectario y
omnipotente que el colombiano, inquisitorial si se quiere, porque azuzaba
y hacía salir a la gente armada de palos y piedras para atacar a quienes se
dijeran socialistas. Sin embargo el P S R y el PSRE, guardadas proporciones,
tuvieron vidas paralelas y finales políticos con una misma particularidad:
fueron suprimidos por mandato de la IC en 1930.
175
M a r ía T il a U r ib e
San José y Panamá para establecer nuevos contactos, viaje que fue pospuesto
para el año siguiente, cuando el PRS estuviera pisando duro en la escena
nacional y se despejara la situación en Panamá, bastante peligrosa en razón
de que los EE.UU. acababan de ampliar los territorios ocupados en la Zona
del Canal mediante nuevo tratado. Esa situación estaba causando malestar
y represión por las protestas callejeras y a nadie se le escapaba que ciertas
autoridades panameñas tenían entre ojos a los colombianos.
Con dos y medio millones de habitantes en los años Veinte, ese país
había vivido de la exportación del cacao y el café hasta que apareció el
petróleo en la Costa O riental del Lago de Maracaibo, en la primera década
del siglo. Como Colombia, era un país rural en un 80% pero su desarrollo
industrial era mínimo. Apareciendo el petróleo y tras una corta pero in
tensa historia de rapiña de las compañías norteamericanas por arrebatarlo,
finalm ente ganaron la partida al imponer a su hombre de confianza en el
poder: Juan Vicente Gómez; por ello el imperialismo no necesitó propiciar
golpes de Estado ni desembarcar marinería, pues contaba con un gobierno
de traición nacional. La “dictadura petrolera” funcionó entonces: "a la sombra
de Ju a n Vicente Gómez la oligarquía caraqueña comenzó a satisfacer sus apetitos
de riqueza a costa de cualquier precio y perdido todo sentimiento de dignidad
n acional"30. El dictador era dueño de la tercera parte de la tierra venezolana
y sus bienes se calculaban en 800 millones de bolívares. Ingresos extras por
vender pedazos de patria llenos de ese barro negro que además
Fue por este tiem po cuando se llevó a cabo el magno robo histórico
a través de barcos con doble fondo: primero llenaban el espacio no oficial
y luego empezaban a cargar los barcos oficialm ente; “La Shell”, la “Con
trolled” y la “Texas” pagaban solamente la cantidad de barriles que estaba
en la parte de arriba, el resto... y esto sucedió por años.
176
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tener congreso)
P r e n s a o b r e r a y p r e n s a a l ia d a
177
M a r ía T il a U r ib e
178
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de Ia esperanza (Año de! tercer congreso)
salir a vocearlo donde no hubiera policías era ya tarea de los “correos rojos”,
aunque no siempre: aún a Francisco De Heredia se le veía abriéndose paso
con el claxon de su Ford tres patadas en sus tardes de libertad para llevar
La Chispa a las concentraciones obreras.
179
M a r ía T il a U r ib e
L os “c o rre o s ro jo s ”
180
Los AÑOS e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
L O S FERROVIARIOS
181
M a r ía T il a U r ib e
En las fogatas nocturnas los obreros más viejos contaban a los jóve
nes su origen, pero tam bién hablaban de lo nuevo; el saludable desorden
182
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Ano del tercer congreso)
socialista del cual formaban parte en las grandes batallas y en las pequeñas
cosas. Contaban los antiguos ferroviarios que en vida del PSR los maqui
nistas llevaban en sacos el correo: cartas, documentos y miles de volantes
que debían llegar a cercanas lejanías para ser leídos por alguien y luego
comentados. Los trenes de Bogotá a Girardot se encontraban a mitad de
camino y con previo pitazo -q u e era su lenguaje- paraban, así los trabaja
dores podían intercambiar periódicos. Otra historia era la de la comida: las
mujeres entregaban a los fogoneros los almuerzos envueltos en hojas de
plátano y el guarapo en zurrones, para que en la parada los pasaran a sus
compañeros que venían en contravía.
183
M a r ía T ua U r ib e
IA GRAN HUELGA
SEGUN UN TE
184
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Baje el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
V e n a d il l o , a n t e s a l a d e l T ercer C o n g reso
El “Negro” vino a ser -veinte años después- quien recordara las sali
das sistemáticas o desorganizadas que hacían, las peripecias de sus viajes,
los nombres de la gente, las anécdotas. De manera muy viva relataba que
Higinio Forero y Piraquive, los líderes socialistas de El Líbano, le regalaron
a Tomás un caballo. Alguna vez al llegar allí les dieron la noticia de que el
animal estaba enfermo, acostado en el solar de la casa donde lo cuidaban.
Tomás que adoraba al jamelgo, decidió por compasión darle dos días de
plazo para suspenderle el sufrimiento con un tiro de gracia. Faltando poco
se presentó Bertilda con un campesino quien propuso aplazar la ejecución
por unas horas, plazo en el cual él con sus rezos lo haría revivir. Bertilda les
dijo: magia blanca! sin más explicación, refiriéndose a la operación oculta del
brujo. Era obvio que en esos lugares los rezos eran mágicos, pero mágico era
solamente una palabra, no una respuesta que explicara nada. Sin embargo,
sabiendo agotados todos los remedios, sin hablar pero incrédulos aceptaron
el rezo; el “Negro” decía que con ojos de clave! vieron al poco tiempo que el
caballo se recuperaba hasta pararse como si nada le hubiera acontecido.
185
M a r ía T il a U r ib e
con más com bustión y durante ese proceso preparatorio -aludido solo en
breves térm inos políticos- surgió un aspecto que vino a plasmarse en esa
Conferencia, luego se convirtió en sello de marca del Tercer Congreso y
term inó haciendo cuerpo con el PSR.
Sucedió que en las cartas y sin saber a qué horas una expresión
empezó a generalizarse reflejando un sentim iento espontáneo y propio
de la gente: la frase que llameara en todos los corazones era la de “Salud y
Revolución Social”, saludo o despedida que en principio solo se dio en las
cartas y después fue verbal. Quienes lo contaban no sabían precisar de donde
llegaron las primeras misivas con ese saludo, posiblemente — decían— fue
iniciativa de los socialistas de El Líbano; el hecho es que en la Conferen
cia de Venadillo el térm ino ya era familiar. Allí mismo se decidió adoptar
como emblema la bandera roja con los tres ochos blancos. Esa bandera era
un distintivo mundial de los trabajadores en su lucha por obtener 8 horas
de trabajo, 8 de descanso y 8 de estudio. Su origen se remontaba más o
menos a 1860, ya había sido adoptada en otros países de América Latina y
en Venadillo alguien se apareció con una.
186
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Ba¡o el signo de Ia esperanza (Año del tercer congreso)
* Tal hecho tuvo lugar en Ibagué, luego de una espléndida recepción popular, cuando
el Cabildo quiso “halagarla” con una copa de champaña en sus salones. El público se
aglomeró junto al edificio, ocupó patio y corredores mientras que los “escogidos” alzaban
sus copas. Como era de rigor, el oferente pronunció un discurso de fronda demagógica
188
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
movió nadie. Resultado, alzando los puños los obreros consiguieron mejor
comida, diez minutos para el desayuno (que antes debían tomar parados),
media hora para el almuerzo, atención en caso de accidente y por primera
vez en la historia del país la siguiente reivindicación:
189
M a r ía T iía U r ib e
La cuididata de la prciua
LLCMlSIWADODELI.DEIIDUSTItlASmiA SIDO IIF B IIIM If lIS E S m iB U C W E IlU r t K M C n i
jefe del EJE«crro eh cibardot asigham a u u t o y e m o « t a a m i a io e u s a u . p u iíu l e s esta*
U S NAVIERAS UMJOU1CIO» DEL PAIOtOMO. El GIIAIKT IHTERESADAS EX ¡jUEJIOSISA U HUELGA
UTIL 1 U *U. Bttft «R WMn U M I4U K El LO* rlHOCMUHIt M 1« nmflUfl 1« COMiSTKN U K l ’M* T MMU
Ll 1 * 0 0 » « L» t'Ttm'CK» Ml ««IlftO U El "»■ HIUMkM. M i l CMUM u a U.TO WDNiH U I M U M IC-
íOWUCT#. ÍIIC t í TOOiVil LM PUMIOtt I M f l l l COW l t [ » .A MCO— BU MJO
190
Los a ñ o s ESCO ND ID OS ] [ Bajo el signo de Ia esperanza (Año del tercer congreso)
El s o l de e s t a h is to ria
191
M a r ía T il a U r ib e
* Esta disiente frase del Himnio Nacional fue suprimida sin saberse cuando ni por quienes.
192
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
Un d e b a te
193
M a r ía T il a U r ib e
194
Los AÑOS ESCO ND ID OS ] [ Bajo el signo de ¡a esperanza (Año del tercer congreso)
de T o rres G ir a l d o
195
M a r ía T i la U r ib e
que los dirigentes del Congreso no teníamos ni pensado ni previsto el caso, los
iniciadores del partido improvisaban y la m asa de los delegados espontaneista
y alegre, aplaudía".
196
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
amable, sospecho que era bastante difícil, frío, pero los hombres que han
influido en las organizaciones avanzadas no siempre han sido personas en
cantadoras. Ignacio (1892-1968) era un hombre de figura elevada, delgado,
con una nuez prominente; hablaba a saltos, repetía las últimas palabras de
sus frases con énfasis y persistencia, se calmaba o enardecía según el caso.
Entonces me parecía que se aumentaba su estatura y a mis ojos de niña su
aspecto me hacía pensar que era un prestidigitador. Unas veces hablaba de
María exaltando su capacidad, otras la minimizaba (y esto hasta el fin de
sus días); si ella estaba presente simulaba no darle importancia; le corregía la
postura, las palabras, le anotaba el más pequeño detalle o se venía lanza en
ristre por su descote, su despeinado o las pepas que a él le parecían impúdicas
en su collar. Era en esos momentos que Enriqueta terciaba solidarizándose
con María, y él, agitando sus brazos como aspas de molino, escampaba los
chaparrones que “Tata” le enviaba con centellas de humor. Mientras tanto
María permanecía callada. No resulta sencillo comprender cómo una mujer
de las ideas y personalidad de María Cano se comportara con él con esa
mansedumbre. Enriqueta lo fustigaba y era directa: ?Y en la casa, cómo va
la democracia^ O ante sus justificaciones de ancestral machismo le decía:
Usted tiene recursos dialécticos para todo.
197
M a r ía T il a U r ib e
A r t is t a s , in t e l e c t u a l e s y m a c h e t e r o s
198
Los AÑOS e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
199
M a r ía T il a U r ib e
200
Los AÑOS e s c o n d i d o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
C o i n c id e n c ia s y d if e r e n c ia s co n l a IC
Pero aquí surge una primera pregunta: ?en qué se identificaban con la
IC y qué los sep araba de ella¿
201
M a r ía T il a U r ib e
m omento por los periódicos, son indicadores que pueden llevar a reflexionar
pese a que no se ha vislumbrado por ninguna parte una polémica rica sobre
estos temas. Es evidente una formulación marxista en su plataforma, por
las conclusiones, necesariamente desprendidas de análisis y además, de
acuerdo con los postulados en aquel m omento de la Tercera Internacional
(línea que vino a ser abandonada en 1935, a raíz del ascenso del fascismo
al poder). Se hablaba por entonces de “clase contra clase” para referirse a la
lucha del proletariado contra la burguesía hacia el socialismo. De acuerdo
con su visión, los socialistas-revolucionarios colombianos al adherirse a la
1C se adherían al mundo del futuro. Cuestión diferente es que como socia
listas no existieran para la IC, puesto que una de las 21 condiciones para el
ingreso a ella era precisamente abolir ese nombre. La respuesta llegó hasta
después de pasados tres años.
202
Los AÑOS ESCO ND ID OS ] [ Bajo el signo de la esperanza (Ano del tercer congreso)
' Luis Tejada en el Primer Congreso anotaba: “Esos 21 puntos no solo dejan la libertad;
sino “que expresan la necesidad de que cada partido socialista afiliado a la Tercera Inter
nacional, conserve o asuma una fisonomía nacional, acorde con los problemas particula
res del país donde exista o nazca". ("El Espectador", mayo 7 de 1924)
203
M a r ia T ua U r ib e
Una segunda pregunta: ¿pasaron por alto la cuestión del nom breí Los
dirigentes del m omento, o por lo menos su núcleo central si bien se defi
nían como revolucionarios se llamaban a sí mismos comunistas, solo que
al interior de su partido. Si no tomaron en consideración ese nombre ni
lo exigieron al conjunto de miembros y no lo hicieron público, fue porque
creyeron que lo acertado para Colombia era la creación de un PSR, que
con un lenguaje propio y una comprensión de la realidad nacional -d e la
que eran capaces- le diera cauce a sus objetivos. "Ese nombre despertaba
resistencias", afirmaban y fueron cautos en aquellos años. El núcleo que
he llamado central no ignoraba que nuestro pueblo y por tanto la base
social de su partido, especialmente la femenina, era católica. O tro de los
razonam ientos fue el de Torres Giraldo: "Los delegados", en su gran mayoría,
estábam os en la brecha del comunismo (...) Sin embargo, recelamos de crear un
partido comunista, sentimos temor de que pudiera aislarnos de las masas, de que
llegáram os a constituir una secta!" (844).
204
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Bajo el signo de la esperanza (Año del tercer congreso)
205
M a r ía T il a U r ib e
206
C a p ít u l o IX
EL ÚLTIMO GOBIERNO
DE LA HEGEMONÍA
S e a b re e l te ló n
\Jn gobierno que no fue respetado ni acatado, una cúpula en el poder donde
cam peaban la zancadilla, el engaño, la m áscara y las influencias, un Alinistro
de Guerra, cabeza de la m aquinaria infernal de las Bananeras, que sin embargo
acabó con fam a de hombre ingenuo y un presidente de caminadito m arcial que
con lo único que se identificaba era con su plata, estuvieron haciendo patria desde
el 20 de julio de 1926.
A grandes rasgos esa fue la visión sobre aquel gobierno y otros que
en América Latina desataron en la misma época la persecución contra todo
lo que se opusiera a sus designios: personas, partidos, sindicatos, grupos
o sectores rebeldes o simplemente en desacuerdo. Si éstos eran fuertes y
amenazaban la alianza, los gobernantes criollos pedían ayuda de sus pro
tectores gringos. Tal el caso del desembarco cómplice de cinco mil marines
a Nicaragua en diciembre de 1926.
Pero a cada caso un tratam iento adecuado. Uno de los países con
más alta inversión norteam ericana era Chile y en el litigio que por aquel
entonces se presentó entre ese país y el Perú, el fallo arbitral lo dio el go
bierno de los Estados Unidos favoreciendo al país austral. Supuestam ente
las intervenciones im perialistas se hacían “en defensa de los intereses de
los ciudadanos estadounidenses”, léase monopolios, por lo que la injerencia
209
M a r ía T ila U r ib e
210
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ El último gobierno de la hegemonía
L a h u e lla de l o s h e ch o s
211
M arla T il a U r ib e
a fin de que hicieran conocer las labores del Tercer Congreso Obrero
reunido recientemente en Bogotá. (...). Como la multitud le pidiera
insistentemente que hablara, la señorita Cano pronunció una vibrante
conferencia acerca de la creación del Partido Socialista Revolucionario
y de la situación de las masas trabajadoras de Boyacá. (...). Después
de pronunciados varios discursos por la señorita Cano y los señores
Torres Giraldo y Mahecha se presentó al salón donde esto tenía lugar,
una comisión de las autoridades locales con orden expresa de arrestar a
los comisionados del Congreso Obrero. A pesar de las protestas de los
asistentes la orden fué cumplida de una manera estricta. (...).
33 Torres Giraldo, Ignacio. Los inconformes, Editorial Latina, tom o 4, pág. 850.
212
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
" Torres Giraldo, Ignacio. M aría Cano. Apostolado Revolucionario, págs. 78 y 79.
213
M a r ía T il a U r jb e
estructura organizativa del partido, tarea que había dejado muy adelantada
en Boyacá. "En esas giras Torres Giraldo y Tomás Uribe M árquez se ocupaban
de resolver los problem as políticos organizativos que se planteaban en los Núcleos
Locales del socialismo revolucionario//3S
Fue por este tiempo que el proceso inició esa dimensión espontánea y
popular sin la cual no hubiera podido ir tan lejos y en ello influyó el hecho
de que los socialistas no hacían de su lucha una actividad aparte, impe
netrable y propia sino que a ella fusionaban hijos, compañeras, cuñados,
padres, amigos, el señor de la esquina, los vecinos. Ya he mencionado que
esta es la historia de familias enteras.
Entre las cosas que alzó el viento y se llevó el olvido están las formas
voluntarias como se agrupaban familias y parejas en los núcleos locales,
que fueron parte de la base popular del PSR y se multiplicaron por todo el
país. El estilo carecía de nombramientos formales: no existía el “compañero
presidente” sino Pedro o José; el “secretario” era quien supiera leer y escribir
mejor, pero le decían Juan o María o como se llamara. Posiblemente así las
relaciones eran menos distantes, más personales y afectivas. Muchos de es
tos núcleos venían de atrás, habían sido comités contra la pena de muerte,
grupos barriales iniciados en la protesta o gremios afines no sindicalizados.
O tros despegaban con gentes agrupadas por oficios: núcleos de músicos,
aguadoras, marchantas, deshollinadores, floristas... y si alguien quería contar
acciones de importancia bastaba con que diera el número de núcleos por él
fundados. Gastón Caicedo, típico personaje del socialismo-revolucionario y
afilador de oficio, no dejó ni un sólo organillero por fuera de los núcleos lo
cales y él llevaba la batuta. Otros muchos compartían la obsesión y llegaron
a calcularse para el año 27 en más de 100 los núcleos locales de Bogotá.
214
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
215
M a r ía T il a U r ib e
Sobre cuál pudo ser el número de militantes del PSR no hay respuesta.
Se conserva otra lista con el título original de “clientes del club rotario”, en
que aparecen 177 poblaciones de 15 departamentos con 563 responsables de
actividades políticas y gremiales. Su encabezamiento es como sigue:
216
Los ANOS ESCONDIDOS ] [ El último gobierno de la hegemonía
ANTIOQUIA
217
M a r ía T il a U r ib e
U na c u ltu r a q ue l l eg ó m u y hondo
218
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
” Tomado de: Correa, Hernán Daño. La cotidianidad cultural y política en los años veintes,
en Jornadas del centenario del natalicio de M aría Cano, Comité Centenario María Cano,
Medellín, 1987, pág. 13.
219
M a r ía T il a U r ib e
220
Los a ñ o s e s c o n d id o s ]f El último gobierno de la hegemonía
no durará igual en todos los hombres y cuando acabe es mejor para ellos
y para la sociedad que acabe el matrimonio.40
Aún se recuerda el desprecio social que existió para los hijos naturales
y para sus madres, y aunque en los sectores populares esta condición era (y
ha sido) común, aquel desprecio no hubiera significado preocupación de no
ser porque tenía consecuencias en la vida diaria, sobre todo para las mujeres
y los niños. Ellas no podían aspirar a ciertos trabajos si no mostraban la
partida de matrimonio; los niños no entraban como gente decente a la escuela
si en su partida de bautismo figuraba la frase "hijo de padre desconocido".
Eran personas en "pecado mortal" y el señalamiento era inevitable.
L a u n ió n l i b r e
Lo del PSR, como se nota, fue toda una cultura que se metió en la
sangre de las mujeres y hombres de la cordillera, el río, los valles y cafetales,
llegó hasta sus más hondas fibras y los condujo no sólo al coraje de la lucha
sino además al baile y la alegría. En Bogotá seis destacados líderes socialistas
decidieron unir sus vidas antes, durante y después del Tercer Congreso Obre
ro41. Pero esa cultura no atravesó impunemente los años de la hegemonía,
fue controlada con severidad cuando trascendió su práctica, sobre todo en
Girardot, los puertos del río y El Líbano. De este último lugar Gonzalo Sán
chez recogió varias actas y cartas ilustrativas en los juzgados o Tribunales,
copias de sentencias de Jueces que calificaron esos hechos como “seducción”
cuando no de “curiosos”42.
1 Lozano, Pedro Pablo. El divorcio en Colombia, tom o 1, Imprenta Nacional, Bogotá, págs.
14,15 Y 17.
1 En la defensa que hace Jorge Eliecer Gaitán de Tomás Uribe Márquez menciona su casa
miento. El texto completo está publicado en El Tiempo, mayo 20 de 1929, pág. 13.
Sánchez, Gonzalo, op. cit., págs. 78,79,82-84.
221
M a r ia T iia U rib h
A lia n z a s d e l PSR
Al empezar 1927 la Hegemonía con 41 años, estaba deteriorada pero
conservaba su poder. Por eso el PSR insistió en alianzas y no en aparecer
como un partido conformado sólo por obreros y los de abajo. No obstante,
como no quedaron documentos de debates, uno se pregunta: ¿Hasta dónde
pudieron tener en cuenta todas las dimensiones de su luchad Se sobreentien
de que el PSR había alcanzado para esas fechas una significación política;
eran fuertes las fuerzas que lo sustentaban, pero ¿midieron el grado de
avance de esas fuerzas^ ¿En qué casos estimaron transitorias o sólidas sus
alianzas^ ¿Calibraron las contradicciones entre las distintas corrientes^ Y
al buscar el debilitamiento político y militar de la Hegemonía ¿previeron
las modificaciones que podrían presentarse^
222
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
223
M a r ía T il a U r ib e
224
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
225
M a r ía T il a U r ib e
226
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
L a p e n e t r a c ió n a l o s c u a r t e l e s
227
M a r ía T il a U r ib e
...El cuartel es un antro de corrupción por donde todos los años desfilan
millares de campesinos que la disciplina militar convierte en muñecos
de resorte, atentos al grito del amo o a la señal caprichosa del sable. En
el servicio militar obligatorio se transforma el trabajador del campo en
un ente servil, sólo atento a las personas interesadas en su mansedum
bre porque saben que así siempre habrá gente dispuesta a sacrificarse
defendiendo los intereses de los privilegiados. Es en el cuartel donde
el hombre se adiestra para matar a sus semejantes; es allí donde se le
enseña al humilde el manejo de las armas que impone la sinrazón del
déspota; es en esos cuarteles donde se fomenta el odio, la vileza y la
insolencia...44
Tropa viene de “troppus” rebaño, pero en los años Veinte ese rebaño
no fue tan pasivo. En parte esa circunstancia permitió que en la segunda
mitad de la década se llevaran a cabo las conferencias privadas de confraterna-
lización en muchos sitios y en los cuarteles circulara la propaganda con una
buena dosis de malicia indígena. Y no era para menos: crecía el descontento
en las fuerzas armadas por los atrasos hasta de diez meses en los pagos, el
trato cruel, el hambre por la falta de raciones... Soldados, policías y guardia
44 Archivo personal.
45 Aparte de la carta enviada por Tomás en 1928 a los dirigentes de la Zona Bananera. Se
puede leer en su totalidad en el capítulo 11 de este libro. Archivo personal.
228
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
229
M a r ía T ila U r ib e
230
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de ¡a hegemonía
231
M a r ía T ib \ U r ib e
escondidos entre los bultos de café o de carbón. Así fuimos a Cali, Honda,
Barranca, Tunja, nos le medimos al Magdalena y recorrimos regiones del
Tolima, Santander, Cundinamarca y otras. Eramos seguramente muchos
pero yo conocí más a los de mi grupo, que recuerde... estaban Pedro,
Guillermito Rodríguez, Hernando Restrepo, Gabrielito Reyna, Leónidas
y otro chiquitín. Encontrábamos descanso, escondite y pan algunas veces
en la casa de Juan de Dios (Romero), aunque él se mantenía a distancia
de la organización y tareas del partido.
Una vez Pedro y yo debíamos ir a Barranca a llevar una carta y razones
a Mahecha. Salimos a la madrugada... era enero de 1927. Llegamos en
mitad de la huelga... aquello fue terrible, quién lo vió no lo pudo olvidar.
Habían nombrado alcalde militar y declarado el Estado de Sitio. La ciu
dadanía estaba del lado de los huelguistas y también los comerciantes
locales, toda esa gente enviaba como 3.000 raciones diarias para el otro
lado, donde estaban los huelguistas. Pero había hambre, mucha hambre
porque los trabajadores eran 8 o 10 mil según decían, más sus familias.
Nosotros teníamos que encontrar a Mahecha y entregarle la carta que
mandaba Tomás. La carta nos la dio el “Mico” Heredia con la adverten
cia de regresar con la respuesta de su puño y letra. No se vengan sin esa
respuesta, carajo, ¡o no vuelvan! nos dijo.
Ya la huelga tenía un apoyo muy fuerte‘ habían parado los ferroviarios en
casi todo el país, los marinos y los braceros de las compañías navieras, mu
cha gente. Esa capacidad del PSR para activar la solidaridad era inmensa.
Antes de salir nosotros de Bogotá ya habían salido más de veinte socialis
tas como delegados a estimular los paros. Tomás, De Heredia, el “Negro”,
las mujeres, nadie paraba y dormían por momentos. El movimiento en
las imprentas era colosal y había que improvisar la gente: llegaba un
grupo de panaderos a ver qué hacían y los ponían a mover la “dúplex",
llegaba un tipo como Sabogal y lo mandaban con las aguadoras a vender
periódico, llegaban los tranviarios y los ponían a escribir...
Nosotros llegamos de mañana a Barranca, sin saber por dónde empezar
a buscar a Mahecha, entonces nos dirigimos donde había gente, al pie
del río, ahí estaban los braceros así en toda la orilla porque llegaba un
barco y querían que se uniera al paro y no descargara, estaban gritando:
¡No descarguen compañeros, no descarguen! Los trabajadores del barco
* ’’Hoy cuentan los huelguistas con 7.000 hombres unidos estrechamente. El comercio co
lombiano, así como la colonia siria, ha contribuido generosamente al sostenimiento de
los trabajadores en paro. El obrerismo ha tomado hoy de los almacenes de aprovisiona
miento $4.589... de Antioquia, Cundinamarca, Santander, Huila, Cauca, Valle, Tolima y
Nariño llegan sin cesar telegramas de adhesión... El entusiasmo es inmenso... Nadie bebe
aguardiente... los obreros de la Andian se han unido al movimiento y acaban de parar
las bombas del oleoducto, los obreros de los barcos de la Tropical acaban de unirse a la
huelga...” (Comunicado de Mahecha en enero 12 de 1927).
232
Los AÑOS e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
233
M a r Ia T il a U r ib e
234
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de Ia hegemonía
235
M a r ía T il a U r ib e
iban Tomás, De Heredia (que hizo su aparición pública en esa fecha), Dávi-
la, los intelectuales y oradores Eliseo Arango y Bernal Azula; el líder obrero
Patrocinio Rey, el “Negro” Guerrero, Enriqueta y Elvira; en ella aparecía el
perro “Ney” a su lado. Esa imagen quedó indeleble en una fotografía que se
conservó por muchos años49, Seguían en el desfile los primeros voluntarios
del contingente para ir a pelear al lado de Sandino, los intelectuales jóvenes,
los obreros, barrios populares, sindicatos y gremios. En el parque de San
tander los manifestantes cantaron por primera vez la Internacional.
Pero a Dios rogando y con el mazo dando. Los socialistas creyeron del
caso mover todos los resortes posibles ante la situación y resolvieron hablar
con el excelentísimo Abadía Méndez, para eso fueron designados Tomás y
Francisco De Heredia. Y fueron con más escepticismo que optimismo pero
ese fue el manejo que en ese m omento el PSR le dio a su política; (estas
acciones irían a ser duramente criticadas por la IC como pruebas de “retro
ceso”) (Ver anexo 2). Armados de honestidad llegaron a Palacio a negociar,
no a transigir, porque sabían que si transigían les cogían ventaja. Iban en
nombre de su gente, no en el de ellos propio y tenían ventajas, sobre todo
por la contradicción pública del ministrillo, que en entrevista a El Tiempo,
después de palabras prepotentes agregó esto:
La solidaridad entre los huelguistas es tan completa, que habiendo el mi
nisterio dispuesto enviar municiones a la compañía que está en Beltrán,
no pudo hacerlo, porque cuando se embarcaron en Girardot las cajas
del parque, la marinería en masa abandonó el barco, declarando que en
ningún caso transportaría las municiones, hubo necesidad de descargarlas
para que el buque pudiera zarpar.50
236
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ El último gobierno de la hegemonía
237
M a r ía T il a U r ib e
238
Los ANOS e s c o n d id o s ] [ El último gobierno tle la hegemonía
239
M a r ía T il a U r ib e
De izquierda a derecha: Maecha, Ricardo López, Floro Piedrahita, Julio Buriticá. Panóptico deTunja, marzo
de 1927. Delitos: asonada, sedición.
Historia de esta foto: Floro Piedrahita, reconocido fotógrafo de la época, vivia en Barranca. En esa ciudad
lo apresaron durante la histórica huelga petrolera que dirigiera Maecha. Los condujeron a pie hasta Tunja
amarrados con cadenas por la cintura. El llevaba su cámara en las manos. Uno de los guardianes, curioso
por esa "máquina", le pidió que le enseñara. Estos iban montados en muías. Ya en el penal y frente a
cepo, Floro le explicó como hacerlo; así que aquel guardián anónimo fué quien tomó esta foto para la
posteridad. (Cedida para este libro por Estela Piedrahita).
240
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ El último gobierno de la hegemonía
Sea como fuere, no es difícil concluir que dentro de los distintos ni
veles de experiencias, limitaciones o apasionamientos un aspecto por demás
evidente los unificaba: no aceptaban la dominación norteamericana, ni su
arrogancia ni su explotación y pensaban que sobre las riquezas naturales el
pueblo colombiano tenía derechos. Es que además de reclamar buen trato,
derecho a la lectura y mejores salarios querían construir una nación.
241
M a r ía T il a U r ib e
V i d a s e n e b u l l ic ió n
242
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ El último gobierno de la hegemonía
hacían en sus horas libres más que todo en los cafés y tertuliaderos santafe-
reños; los cobradores del tranvía ofrecían los periódicos a los parroquianos
que se montaban en los coches; los afiladores y vendedores de cachivaches
los llevaban a las casas de sus clientes. La fiebre cobijaba también a ciertos
personajes de alto vuelo; alguna vez se presentó uno de los parlamentarios
amigos a ver en qué ayudaba, alguien sin conocerlo le preguntó: ?Y usted
qué hace¿ el padre de la patria contestó: soy abogado pero quiero trabajar
de vendeperiódico.
243
M a r ia T ila U r ib e
“El movimiento cooperativista estaba adquiriendo fuerza en el país al punto que de Bu-
caramanga, Manizales y otras ciudades se pedía al secretariado el envío de comisionados
capaces de ayudar a la organización de cooperativas locales. En diciembre (1926) se había
organizado ya una cooperativa obrera en Puerto Berrío. En el Valle se proyectaba ampliar
el radio de las cooperativas de producción y consumo con secciones de crédito popular,
y marchando sobre esta orientación se preparaban los planes...” (Torres Giraldo. libro
citado, p. 855)
244
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ El último gobierno de la hegemonía
245
C a p ít u l o X
249
M a r í a T ila U rjb e
De pie: Rubén A rd ila (Colom bia), José de Paredes (México), General A u g u sto Sandino, G regorio
G ilb e rt (República D om inicana). Sentados: Froylán Turcios (Honduras) y Farabundo M a rtí (El
Salvador).
250
L o s a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
251
M a r ía T ii a U ribe
In d íg e n a s y c a m p e s in o s
Puesto que he vuelto la m irada hacia esas regiones debo an otar que
el PSR había hecho una nueva subdivisión del país en nueve zon as geográ
ficas señalando su propia fuerza o debilidad, la im portancia económ ica, la
m ayor concentración de trabajadores y algunas diferencias culturales. En los
apun tes de Tom ás estaban dem arcadas com o m uy im portantes las regiones
indígenas situ adas en Cauca, Tolima y Huila, dirigidas por Q uintín Lame,
y las tres cam pesin as ya an otadas. En Santander ubicaba la vasta extensión
cuadrangular que iba desde Puerto Wilches, pasando por la G óm ez hasta
Sab an a de Torres y luego al sur en dirección a San Vicente de Chucurí, para
llegar nuevam ente h asta Barrancaberm eja. La segunda región la m arcaba
desde La D orada y Puerto Salgar hacia el sur tom ando el norte del Tolima
con El Líbano, Lérida, Venadillo, A m balem a y vecindades. La tercera era la
región del Tequendam a en Cundinam arca, desde Fusagasugá hasta Girardot,
con sesgos en dirección a Viotá, Tocaim a y otra m edia docena de pueblos
o caseríos aledaños.
252
Los a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
Com o la gota que desbordara el cáliz fue aquella m atanza, las mujeres
indígenas de puntos m uy distan tes se solidarizaron con las guajiras, que
debieron huir de su caserío en circunstancias de angustia y absoluta m ise
ria. Produjeron entonces un m anifiesto que recorrió el país, m arcado con
la firm a o huella dactilar de las indígenas, que evoca a la Gaitana, cuando
los torturadores españoles le dieron m uerte a su hijo. Algunos apartes son
los siguientes:
Ha llegado la hora, que las hijas del país alcen su voz para exigir justicia
social después de 435 años.(...) De las entrañas de la mujer indígena
nacerán nuevas flores, y en medio de la nación colombiana crecerá un
253
M a r ía T il a U r ibe
254
L o s a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
255
M a r ía T ila U ribe
E stas h istorias fueron narradas por una cam pesina nacida en Cóm -
bita (Boyacá) cuyo nom bre fue Adela M olina; nunca supo leer ni escribir
pero a ella acudía la gente para consultarla o pedirle ayuda pues convirtió
su vida en un perenne com prom iso con los desvalidos h asta su m uerte en
los años 50. Adela, m ujer generosa y profundam ente hum ana, incluía en
sus relatos el final de la vida de los líderes. No concibo -d e cía - la ingratitud
humana, no puedo aceptar que se borre de la memoria de la gente nombres como
Jesú s Romero después de una vida de entrega a sus semejantes.
’ Diezmo: Obligación de pagar a la Iglesia la décima parte del producto del trabajo.
256
Los AÑOS ESCONDIDOS ][ Las batallas de 1927
Esa medida, adoptada por las autoridades desde 1922 estaba en vi
gencia, era otra perla del régimen que confundía los térm inos de acuerdo
al caso: mendigos podrían ser los indígenas o los cam pesinos corridos de sus
tierras; vagos aquellos m iles que día a día aum entaban en número por falta
de trabajo. De esa m anera la pobreza se convirtió en un delito que se pagaba
con penas h asta de 18 m eses de confinam iento en la colonia penal.
257
M a r ía T ila U ribe
veía venir la agudización del problem a agrario por la m edida económ ica y
desesperaba con el encarecim iento de la vida m ientras que los salarios no
aum entaban. Sin buscar correctivos para la situación social, la H egem onía
continuó priorizando el rem edio para su desprestigio: ¡m ás represión! y
sobrevino el acontecim iento de las casas m arcadas.
La é tic a d e l E s t a d o P o lic ia l
57 Las citas de este subcapítulo son tom adas de: Rojas Guerra, José María. Documentación de
Ignacio Gómez Rengifo, Cidse, Universidad del Valle, Cali, 1989.
258
Los a n o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
259
M a r ía T il a U r jb e
ju stificó el poder m ilitar para librar la guerra interior. Fue aquella una nueva
concepción de guerra que dividió la época en antes y después: quedaba atrás
el país de las guerras civiles entre liberales y conservadores y aparecían las
raíces de lo que conocem os h asta hoy; los socialistas revolucionarios que
daron ubicados en el lím ite de esos dos períodos históricos.
Los prim eros p asos para defender la patria iban de la m ano del de
creto policial: reducir a la im potencia a los dirigentes para desactivar el
m ovim iento popular. Para juzgarlos y condenarlos era necesario allegar
pruebas y evidencias de culpabilidad; para conseguirlas el m inistro ordenó
a los com an dan tes de los cuerpos de tropa y dem ás oficiales instruir a sus
subalternos en la im plantación de la nueva disciplina, cuyo fundam ento
era la acción contra las doctrinas enem igas, con un ítem: el poder m ilitar
por encim a del procedim iento judicial, porque a este últim o lo consideraba
inocuo. Las órdenes se plasm aron en hechos: el prim er consejo de guerra se
lo acom odaron a M ahecha y sus com pañeros, com o ya vim os.
260
Los a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
261
M a r ía T ila U r ibe
Seguram ente hubo quienes asum ieron ese clim a de guerra com o
an tídoto para el descontento y el auge popular; no faltaron quienes lo con
sideraron com o un aum ento de la calam idad social, de alto costo político
para la Hegem onía; pero otros le sacaron provecho... porque la guerra, la
guerra organizada y declarada, no es un instinto hum ano sino una form a
de robo planificado y coordinado: un negocio.
262
Los a ñ o s e sc o n d id o s ] [ Las batallas de 1927
La c o n v e n c ió n d e La D o r a d a
263
M a r ía T i i a U ribe
264
Los a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
265
M a r ía T u a U ribe
Bien leído, sign ificab a de hecho el cam bio to tal del ap arato del
Estado.
-La creación de la riqueza natural por medio del em pleo del propio
esfuerzo.
-N acionalización de tierras.
-Educación gratuita.
Tom ás term inó de leer. El program a fue aprobado con firm as y pala
bras sinceras. Ya De Heredia no estaba junto a él pero en ese m om ento su
nom bre estuvo m ás presente que nunca.
266
L o s a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 192.7
"La detención": la escena representa a tom as U ribe M árquez y a M aría Cano en la película M aría Cano
(Dirección Cam ila Loboguerrero).
267
M a r ía T ila U r ibe
C o n v e n c ió n e n l a c á r c e l
“En la cárcel, gracias a que se nos hacinó en una sola cuadra o salón,
y gracias también a un poco de ingenio para burlar la vigilancia, logramos re
construir /a convención y dilucidar los problemas esenciales...", escribió Torres
Giraldo en su Historia Política.60
80 Torres Giraldo, Ignacio. Síntesis de historia política de Colombia, tercera edición, pág. 60.
61 Roja... Guerra, op. ci t.
268
Los a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
Pese a la presión de los prim eros los dem ás delegados que estuvieron
en Venadillo no se inclinaron en esa dirección, aunque estaban convenci
dos de dos cosas: la primera, que no había llegado todavía el m om ento de
actuar en form a conspirativa; la segunda, que la ocasión llegaría porque
la insurrección popular sería inevitable. La razón con la que persuadieron
en esa oportunidad a los m ás radicales fue la de que no podían adelantar
perspectivas de ese tipo m ientras no fuera un hecho la fundación del partido,
ni aun en seguida. Dicho a la m anera de los veteranos, no podían ensillar
antes de traer las bestias.
O bviam ente, ese acuerdo operó de hecho en alianza con los sectores
partidarios del levantam iento arm ado. ¿Fue aquella una decisión descabe
llada^ ¿U n a determ inación ingenua^ Las respuestas pueden ser infinitas,
pero lo cierto es que las cosas cam bian y m ás en el péndulo de la política.
Para los revolucionarios de los Veinte, falibles como cualquier m ortal, aque
lla decisión era el paso a seguir; no estaban dispuestos a ser indiferentes
ante lo intolerable, no querían convertirse en el freno de las m ayorías y no
tenían el obstáculo del miedo. Por lo que podem os juzgar hasta ahora, la
269
M a r ía T ila U ribe
insurrección era una prueba m ás del tem peram ento y de la m ente de esa
cultura socialista.
270
L o s a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
de Gobierno para que diera explicaciones. Este dijo que los socialistas se
habían reunido para decretar una huelga general y agregó sin pudor que
en su carácter de conservador reaccionario, enviaba una calurosa felicitación al
Director de la Policía.
Ú l t im a s g ir a s d e M a r ía C ano
271
M a r ía T ila U ribe
272
Los a ñ o s e sc o n d id o s ] [ Las batallas de 1927
condiciones para m ás. En ésta visitó en primer térm ino a Calamar, C artage
na y Barranquilla. Pero los m ejores resultados se vieron en su correría por
Santa M arta, Ciénaga, Sevilla y A racataca, ahí fijó su centro de operaciones
para seguir a El Retén, Fundación y Tucurinca. Los organizadores de esa
segunda etapa fueron los dirigentes socialistas de la Zona, los m ism os que
posteriormente dirigirían la huelga. Del PSR formaban parte principalmente
los obreros y colonos que trabajaban en las plantaciones de la United Fruit
Com pany, pero todos los pobladores se m ovilizaban para escuchar a María;
eso agrandaba el prestigio del socialism o revolucionario y de los dirigentes
de la Unión Sindical de Trabajadores del M agdalena. De paso, ella fundaba
ligas cam pesinas con esos pobladores. En Santa M arta visitó los barrios en
actos populares m uy nutridos e incluso hubo un gesto significativo de parte
de la Unión Obrera, organización sindical distinta a la USTM , en alguna
medida supeditada a la United Fruit, la que se sum ó a las m ovilizaciones
del PSR y facilitó locales para las reuniones, incluyendo un teatro donde
M aría celebró el acto final de su gira.
273
M a r ía T ila U ribe
’ El jefe guerrillero de nuestros días, tomó su nombre en homenaje de aquel líder asesinado
en 1949.
274
L o s AÑOS ESCONDIDOS ] [ Las batallas de 1927
275
M a r ía T ila U ribe
Y tres días an tes del Primero de M ayo C uberos Niño, tam bién pú
blicam ente se dolía de su tradicional m ilitancia por “no poder concebir un
liberalism o que se aparte del pueblo, que haga de su causa, una causa ex
tranjera y mire en él solam ente un aliad o”70, palabras que en boca de quien
era el presidente del Partido Liberal tenían peso.
276
Los a ñ o s e sc o n d id o s ] [ Las batallas de 1927
A parte de los políticos hacia el PSR canalizaron sus sim patías otras
gentes, ingenieros que dirigían obras públicas, abogados de provincia, al
gunos m édicos, farm aceutas, personas todas estas que exteriorizaban su
com placencia verbalm ente y hacían presencia en diferentes actos. Ese tipo
de actitudes o las labores de apoyo al socialism o se sintieron oportunas;
si en trance tan difícil hasta Sanín Cano habló de “pasarse al socialism o”
quería decir que este era el cam ino nuevo y así lo entendía el olfato popular.
La desbandada del liberalism o hacia la joven organización política preocupó
a los dirigentes liberales m ás lúcidos como Alfonso López Pumarejo, quien
señaló en el m om ento la necesidad de darle un viraje a su partido para rescatar
el espacio perdido. En una carta que hizo pública, decía López:
María Cano nos ha colocado a usted y a mí, como a los otros liberales
de Colom bia... en una posición m uy desairada. Confesémoslo cándi
damente. N osotros los liberales jam ás nos habríamos atrevido a llevar
al alm a del pueblo la inconformidad con la miseria... En condiciones
m uy adversas, luchando con todo género de resistencias, Uribe M ár
quez, Torres Giraldo y M aría Cano adelantan la organización de un
nuevo partido político que lleva trazas de poner en jaque al régimen
conservador.71
Ese aum ento cuantitativo colm aba el anhelo del PSR de ser la ex
presión de grandes m asas, pero en m om entos en que se incrementaban
persecuciones y cárceles para los conductores más acatados del Partido
creaba, com o creó, situaciones nada fáciles de resolver. Es el caso de la
llegada de algunos liberales an siosos por encontrar protagonism o al pre
sentir que a la H egem onía le llegaba su hora, pero no de manera sana sino
oportunista. También les preocupaba la entrada de varios estudiantes m uy
fogosos, an gustiados por acabar con ciertas características del socialism o
revolucionario y abrazarse cuanto antes a los m andatos de la IC. El hecho
es im portante en función de las visiones posteriores, cuando algunos de
ellos form aron parte del grupo de censores del año 30. En su diario de
cárcel Tom ás anotó que los problem as em pezaron en tiem pos de la A sam
blea N acional de julio, que desde un com ienzo él desarrolló un persistente
antagon ism o con tales actitudes, cuestionadas también por M ahecha y los
m ás cercanos. Y es así que en el apartam ento de Palermo se reunían diez
o quince socialistas con las debidas precauciones preocupados por esos y
otros m otivos com plem entarios.
277
M a r ía T ila U ribe
Esto últim o era referido por Dávila, Elvira y otras personas, sobre
todo por “T ata” , porque Tom ás llegaba a esas reuniones acom pañado de
su com pañera, de algunos de los hijos de ella y del perro “N e y ” com o si se
tratara de cualquier paseo hogareño. Allí se encontraban con los líderes de
la C O N y entre todos hacían esfuerzos por com binar lo descom unal de la
estrategia con el realism o m ás elem ental de la táctica.
B a jo el terro r de la L ey H e r o ic a
278
Los a ñ o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
279
M a r Ia T ila U ribe
distin guido con el que trabajaban) de: constituir com pañías estatales para
la explotación y refinación de petróleo y construcción de oleoductos. Pero
donde m ás se sintió la actuación pública del PSR fue en la resistencia para
evitar la aprobación del proyecto “Heroico”, llamado por el pueblo liberticida.
La propuesta salió a la calle a través de las organizaciones sindicales y se
form aron com ités y grupos de gentes con cualquier filiación o sin ella; la
cam pañ a fue creciendo y el PSR contribuyó notablem ente a la constitución
de un bloque o C om ité N acional contra la expedición de la Ley Heroica,
organism o en el que participaron Ram ón Bernal A zula y otros por el socia
lism o, personalidades de la m inoría liberal de la Cám ara, generales aliados
y voceros de prensa, Sanín C an o entre ellos; tam bién hubo representación
280
Los a n o s e sc o n d id o s ][ Las batallas de 1927
72 Archivo personal.
281
M a r ía T ila U ribe
Sus denuncias sobre los atropellos a los obreros y sus fam ilias eran
publicadas sim ultáneam ente en: Diario Nacional, G il Blas, La M añana de
C ú cuta y Pluma Libre del Socorro con el título de “Santander en las garras
del fascism o ”. En M edellín batallaba m ientras tan to M aría C an o cuando
La Justicia lograba escapar a la censura, atacaba las form as represivas; con
la Federación Obrera de A n tioquia m antenía el ánim o y la organización.
Torres Giraldo y sus ciento ochenta com pañeros habían logrado la libertad
por el insostenible absurdo jurídico, en Cali irregularm ente se volvía a leer
La Humanidad.
282
C a pít u lo X I
LA INSURRECCIÓN
P ro y contra
Pienso que ese paso riguroso obedeció a que los socialistas no se acos
tumbraron a aceptar la salmuera del abusivo ejercicio del poder y tampoco
formaba parte de su cultura el oponerse a la rebelión, por decir lo menos.
No se trataba de una postura pretenciosa, fue su propósito, en el intento de
solucionar la hecatombe en curso provocada por la Hegemonía, en el que el
PSR seguía siendo el centro del problema. A esto se sumaba la atmósfera que
se vivía en América Latina, aunque... tal vez los revolucionarios no estaban
destinados a actuar como aceleradores en el tren de la historia, sino como
frenos de emergencia, según la expresión de Walter Benjamín.
285
M a r ía T íl a U r ib e
' La crisis del año 29 abarcó el mundo capitalista en su conjunto, particularmente a los
Estados Unidos, pero no se limitó a los países más poderosos, repercutió en los más
débiles aunque con crisis menores. Se comenzó a vislumbrar desde el año 28 y entre el
29 y el 33 tuvo su punto dramático.
286
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
U na d ir e c c ió n f o r m a l y o t r a r e a l
287
M a r ía T il a U r ib e
* No menos de ocho mil dirigentes proletarios activos en las luchas y sus organizaciones
estaban en las cárceles del país al arribo del Primero de Mayo de 1928. (Los Inconformes,
Tomo IV, p. 914)
288
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
S it u a c ió n e n l a z o n a b a n a n e r a
Según el mismo “Rusito" relatara diecisiete años más tarde, uno de los
puntos cruciales de aquella Asamblea era el informe de la Zona Bananera.
289
M a r ía T ila U r ib e
Lo que debía discutirse era el qué hacer ante una situación con muchas
facetas que venía de atrás, pero que día a día se agravó hasta desembocar
en la huelga cuatro meses después.
290
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
“El Infierno”, llamaron los obreros a ese pedazo de patria donde los
consumieron junto con sus familias; historia prohibida en los textos de
estudio hasta que el frío sentido del olvido casi borró la infamia. Historia
contada en un principio por los trabajadores, luego desvanecida; más tarde
reencontrada por algunos autores que consideraron un compromiso histó
rico su divulgación, plasmada en la escultura de Arenas Betancur, relatada
por Alvaro Cepeda Zamudio en "La Casa Grande", recogida por Carlos José
Reyes, reconstruida en la obra teatral "Soldados" de Enrique Buenaventura,
tema de canciones populares, inspiración del Nobel García Márquez en
'Cien Años de Soledad". De ella, un hombre avejentado llamado Sixto Ospino
(1900-1940), quien fuera en su juventud trabajador y dirigente de la huelga,
nos dejó la mejor versión escrita en letra obrera, cuyo texto comienza así:
“En los primeros años de la década de los 20, de una aldea situada en la
margen oriental del río Magdalena, denominada 'Tenerife', de algún abo
lengo histórico pues fue asiento de mando de la corona española y frente
a sus costas se libraron grandes batallas en la gesta emancipadora (...) De
esa aldea, lugar de donde soy oriundo, partimos unos amigos corriendo
la aventura, atraídos por el despertar de las actividades económicas de
la United Fruit Company (... ) Allí nos concentramos; pasan los años
y el trapiche de la U nited Fruit muele generaciones tras generaciones
botando bagazos humanos, viejos prematuros, sobras de paludismo y
de tuberculosis...”
291
M a r Ia T oa U r ib e
C o l o m b ia n o s y v e n e z o l a n o s e n lu c h a
SIMULTÁNEA
292
Los ANOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
Tal afirmación se hizo con base en una frase o respuesta que Tomás
dio a un reportero un año después sobre otros temas; él dijo: “Las zonas
revolucionarias del país siempre han sido las mismas: Cauca Viejo, Tolima
Viejo y Santander Viejo”.
293
M A R fA T ila U r ib e
por varias décadas el significado de la lucha del PSR quedó suspendido sobre
silencios, determinado por la leyenda negra que condenó al PSR y sus diri
gentes a la cola del Partido Liberal como menor de edad (cuando no a cosa
vil, desechable, materia de ninguna estimación como en las definiciones
del “Pequeño Larousse”). -
Hasta ahí el primer rastro. Pienso que sucedió mucho más de lo que
autores y memorialistas dicen que sucedió, pues resulta evidente que esa
doble y ligada historia no fue tan simple como hasta hoy se ha visto (ojalá
algún día pueda desentrañarse esta historia). En todo caso, en Chocontá
quedó pendiente una nueva entrevista que se realizó casi con seguridad
alrededor del 15 de octubre, fecha en la que los venezolanos regresaron
¿Qué sucedió en el lapso de casi tres meses entre la reunión de Chocontá
y la cita de octubre^
294
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La insurrección
4 Vargas Velásquez, Alejandro. Tres momentos de la violencia política en San Vicente cíe Chucurt,
en Revísta Análisis Político, No. Bogotá, pág. 33.
295
M a r ía T il a U r ib e
Por lo que hace a Bogotá, la dirección tenía sobre sus hombros abru
madoras responsabilidades, empezando por la coordinación de las regiones,
o sea, la conducción del nivel popular que era al fin y al cabo la base que
sustentaba el proyecto insurreccional. El otro aspecto era el desarrollo del
proyecto en la propia ciudad, en otras palabras, no descuidar ciertos niveles
en el manejo de la política abierta, de la que no podían desprenderse hasta
tanto el CCE tuviera toda la información para articular grupos, personas,
cambios de responsables y demás circunstancias propias de una modificación
organizativa. En resumen, el equipo humano de Bogotá era consistente, pero
debía diferenciarse de la Dirección Nacional del CCC, lo que no ocurrió. Cada
militante de cualquier calidad era un todero, los dirigentes debían repicar y
andar en la procesión. La ausencia de los tres miembros del secretariado del
CCC que se fueron para la Zona Bananera constituyó una falla irreparable y
no hubo sustitución. Esta se hizo de manera informal con los líderes locales
que de pronto llegaban o enviaban emisarios. Ocampo Vásquez debía ocupar
uno de esos lugares por su experiencia y capacidad, pero permanecía más en
El Líbano que en la capital y al decir de sus compañeros era un revolucionario
maleducado y obstinado, un fiasco en algunos aspectos: individualista, testa
rudo como una muía y... nunca supo lo que es secreto. Sacaba hojas confidenciales
por su cuenta a las que le colgaba la frase “Salud y Revolución Armada",
hojas que no se sabía adonde iban a parar, por supuesto que no era el único
con ese pecado de divulgar proyectos en ciernes, cuestión incontrolable.
296
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
Los núcleos locales de todo el país habían sido blanco del Gobierno,
durante los cinco meses que duró la discusión de la Ley Heroica. Las listas de
ubicación y nombres de principales cabezas incautadas por imprevisión de
Torres Giraldo, en su detención del 27 de abril en Armenia, proporcionaron
suficiente información. Las organizaciones de base se debilitaron: unas se
disgregaron, otras cansadas de batidas quisieron vencer por resistencia y se
ocultaron; a veces se cambiaban de nombre, células en algunos casos. Fuera
como fuera no se sentía frustración, la resistencia aumentaba con acciones
diarias, pequeñas y sospresivas de los distintos sectores; el lenguaje popular
consignó desde entonces aquella sentencia de "la ley es para los de ruana''.
Torres Giraldo. M aría Cano. Apostolado Revolucionario, pág. 116, citado en Alaría Cano en
el amanecer de la Clase Obrera, op. cit.
297
M a r ía T ila U r ib e
Por otra parte, existía el peligro real de perder el control del movi
miento, era prudente temer el entusismo de ciertas personalidades liberales
del más alto nivel, que él consideraba agazapadas detrás de los radicales
y “Los Panchos". El CCE no envió a Mariquita ningún delegado, lo que se
interpretó como una cobardía frente a la situación del momento. Situación
que Torres Giraldo definió así:
La curva del movimiento revolucionario de las masas trabajadoras entraba
en un período de depresión. Las huelgas se sucedían cada vez con menos
frecuencia y menor solidaridad. Las directivas superiores de la CON y
del PSR caían cada vez más -por la persecución y el encarcelamiento de
los dirigentes obreros- en poder de intelectuales que no iban al pueblo
trabajador ni a sus organizaciones de base, reduciendo en consecuencia
su labor a la fraseología de izquierda, a la estéril relación de grupos a
“alto nivel”.’7
298
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
V i c i s i t u d e s d e l a c l a n d e s t in id a d
299
M a r ía T ila U ribi
Para ese mom ento la correlación de fuerzas entre los colombianos había
variado por el aumento de liberales radicales y la disminución, por fuerza
de las circunstancias, de los socialistas. Prácticamente el peso lo llevaba
Uribe Márquez, que iba acompañado a cada reunión de Urbano Trujillo
y compañeros distintos. Para contrarrestar esa situación de debilidad
Tomás logró un adecuado equilibrio apoyándose en las bases del sector
popular (socialista) que sustentaba el proyecto insurreccional: además
de los eficaces de El Líbano, Santander y en menor proporción Honda
y Girardot, estaban los macheteros de Puerto Tejada, por eso, y casi por
derecho propio, obtuvo para ellos la cuota de armas que debía quedar en
territorio colombiano.
300
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
301
M a r ía T il a U r ib e
302
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
La h u elg a de l a zo n a ba n a n era
303
M a r ía T ila U ribh
304
LOS AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
305
M a r ía T ila U ribe
306
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La insurrección
Cortés Vargas, para quien la vida del hombre no era más que una
lucha entre las especies superiores y las inferiores como sucede en las leyes
de las sociedades animales, tramó entonces el engaño con dos actitudes a
la vez: hacer saber por carteles que se implantaría una más estricta regla
mentación de orden público; un trabajador que se atrevió a romper el aviso
en Riofrío fue muerto a tiros por un oficial de policía. Y citar al general
José del Rosario Durán, único que podía desempeñar la misión que iba a
solicitarle por ser conocido como amigo de los socialistas, para el siguiente
cuento: la necesidad de negociar. La fecha, el 5 de diciembre. El sitio, la
plaza de Ciénaga.
307
M a r ía T il a U rib e
empieza a correr y los trabajadores prenden leña para hacer la comida; esa
noche deberán dormir ahí hombres, mujeres y niños a la espera de Cortés
Vargas y el gobernador que deberán llegar de un momento a otro. Pero si
de una parte hay alegría y hasta baile porque la compañía ha accedido y
eso significa el triunfo, de otra hay indignación por los últimos quinientos
trabajadores presos que se encuentran hacinados entre los vagones a muy
poca distancia de Ciénaga. Que los liberen, será lo primero que van a exigir
antes de entrar a la negociación.
308
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
309
M a r ía T ila U r ib e
V io l e n c ia s , d e s g a r r a d u r a s y e s p e r a n z a s
310
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
Ciénaga o Barranquilla.
...Restablecido orden público en Provincia Santa Marta, Ministerio
cumple grato deber felicitar usted y por su conducto a jefes y oficiales
han actuado bajo su dependencia, por manera inteligente, acertada y
patriótica (...) Supo cumplir la delicada misión que le fue encomendada
(.•• ) La República habrá de premiar algún día los buenos y oportunos
servicios de ustedes. Amigo Servidor, Ignacio Rengifo.
311
M a r ía T ila U r ib e
La r e s is t e n c ia
312
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
En este punto tal vez sea conveniente agregar algo sobre cómo obtu
vieron armas, cuáles fueron y de dónde salieron, pues para los viejos mili
tantes eran familiares algunos episodios que relataban como quien cuenta
una película, sin magnificencia ni mayor precisión en los detalles o en las
fechas. Esas huellas aunadas a trabajos aparecidos posteriormente hacen
posible la ampliación y mejor comprensión de aquel momento.
313
M a r Ia T iia U r ib e
314
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ La insurrección
El hom bre y el m o m e n t o h is t ó r i c o
315
M a r Ia T ila U r ib e
Enriqueta hacía parte de uno de los núcleos de Bogotá, con los Man-
cera, Alejandro Borrero, Patrocinio Rey y otros del gremio, pero asistía con
Tomás a los grupos llamados activos y a los del aparato sindical, lo que hacía
con Juan C. Dávila o el “Negro” por la autoridad que le daba el haber sido
miembro de la Nacional hasta la Asamblea de julio.
316
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ La insurrección
R e g r e s a n l o s v ia je r o s
317
M a r ía T il a U r ib e
“perse”, a pesar de ser ajenos a la situación del país y del PSR. Torres Giraldo
en “Apostolado Revolucionario” anotó refiriéndose a esa reunión, que en
ella no se realizó “ningún examen de la heroica huelga de las Bananeras y
por consiguiente ninguna orientación para las masas que seguían luchando
en diferentes sitios del país, ningún examen del plan de rebelión armada, a
la sazón quebrantado; nada sobre los dirigentes obreros perseguidos y por
centenares encarcelados”, y agregó: "Esa dirección quedó en manos de intelec
tuales que no estaban vinculados a las masas trabajadoras".
318
C a p ít u l o X II
FINAL DE LA DÉCADA
P e q u e ñ o e s l a b ó n d e una c a d en a s in ie s t r a
321
M a r ía T ila U m be
322
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
hasta que apareció la pregunta precisa: iDónde está el tío Totní -así le decían
a Tomás los más cercanos-. Suficiente motivo para despedirse de manera
cortante, obviamente lo desinformó. Por fortuna, pensaba, el hombre no
era más que un accidente chocante y no lo volvería a ver; había repetido
que al otro día saldría de Bogotá.
323
M a r ía T il a U r ib e
Por esos mismos días de enero llegó a Bogotá María Cano para exa
minar las consecuencias de lo acontecido en la Zona. Traía aportes para
el documento que debería llevarse a Buenos Aires, el cual esperaban que
Tomás sustentara. Ella no aceptó la posibilidad de hacer ese viaje a menos
que algo grave ocurriera. Nada era de extrañar para esos momentos en que
habían llegado rumores de que a Uribe Márquez alguien en el Gobierno lo
quería muerto. A pesar de las malas noticias el ánimo se mantenía y en eso
contribuyó la presencia y alta moral de María.
324
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ FinaI de la década
E l d erru m be
325
M a r ía T oa U r ib e
326
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Final de la década
W £N TARDI
EL PRODUCIDO DEL
F.C . DEL PACIFICO
EL MES DE AGOSTO
EL AVANCE RECIENTE DE
Lo» tren«» del F e r r o c a r r il del P a cifico no pudieron «alir hoy do Cali. LAS DIVERSAS OBRAS PU
La» bodega» y oficina* d e la e stació n fu ero n c e rra d a « p o r la p re BLICAS NACIONALES
sión de lo* huelguista». ■ El p a ro e» gen eral a lo la rg o d e la linea
; tam b ién en ei m uelle de B u en av en tu ra. - N um eroso» obrero « de
fa b rica» «e »olidarizan co n lo« ferro v iario «. - L a« fu erza« pública»
ton im p otente« p a ra d om in ar el m ovim iento. • E l G e n eral V áaquez
Cobo ta m p o co pudo h a c e r n ad a por c o n ju rarlo . - L a« co ad icio n e«
que exig e n lo« obrero » en h u e lg a .-E l je fe d e lo« 5 0 0 0 hoelgu U taa
EL PLAN DE OBRAS
• Y DE EMPRESTITO
ESTA TERMINADO
SE P R E S EN TA R A M AÑ AN A
A LA C A M AR A ALÜ UNOS
O f R E G L O DE LOS RUMORES
BOGOTANA
TFRFSt
327
M a r Ia T ila U r ib e
82 El texto completo de la defensa fue publicado en El Tiempo, mayo 20 de 1929, pág. 13.
328
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
"Hablo como defensor de Tomás Uribe M árquez en la causa que por dis
tintos delitos se adelanta contra él, empezó diciendo Jorge Eliécer Gaitán en
uno de esos discursos cuya oratoria lo hicieron famoso desde Roma, cuando
fue discípulo predilecto de los preclaros juristas italianos. Y continuó: Decía
Carrara que 'cuando la Policía se mezcla en las cuestiones jurídicas se atiende
frecuentemente más a la voz de la pasión que a la de la lógica'. Luego atacó
con un primer y demoledor golpe directo contra el Juez, pues tenía en su
mano una carta escrita por el homólogo de Orden Público de Honda al
Prefecto de Detectivism o (o sea, al mismo Rojas Granados), con fecha 22
de noviembre. En ella el juez de Honda le decía a Rojas Granados que tenía
329
M a r ía T il a U r ib e
330
LOS AÑOS ESCONDIDOS ] [ Final de la década
Durante los tres meses que duró este viacrucis aparecía a momentos
un hálito optimista por el curso que tomaban los juicios. La opinión pública
estaba dividida, los mensajes de aliento y la solidaridad nunca faltaron, los
compañeros y amigos respondían y el Maestro Rendón inclinaba la balanza
a favor con sus caricaturas.
331
M a r ía T iia U r ib e
U na f i e l r e p r e s e n t a c ió n d e l m e d io e v o
* Penitenciaría Central de Bogotá. A partir del 9 de abril de 1948 (“El Bogotazo”), se con
vertiría en el Museo Nacional. (Carrera 7a., calle 32)
332
LOS AÑOS ESCONDIDOS ] [ Final de Ia década
C á r c el d e m u je r e s
Rapadas por adúlteras, resultó ser la imagen que más impactó a Enri
queta de algunas de las ochenta mujeres que allí vio reunidas en un corredor
sórdido, a semejanza de un fresco de la miseria humana: ladronas, golfas,
patronas de burdeles, necesitadas y harapientas cuyo único abolengo era la
pobreza; contrabandistas, inocentes, pobres de espíritu que miraban como un
perro cuando suplica desesperadamente. Todas llevaban camisones grises, la
cara lavada. Todas tenían la obligación de coser, bordar, remendar o tejer para
la clientela de las monjas. Ninguna podía bañarse desnuda bajo el chorro de
guadua, ninguna podía pintarse la boca, ninguna faltaba a misa diaria para oír
invariablemente que esta vida es un valle de lágrimas y vinimos aqu í para sufrir.
La rutina no la quebraba nadie, la uniformidad la rompían las cabezas de las
adúlteras, mujeres de toda clase social y condición que por suerte estaban allí
o por bondad del marido pues la ley consagraba (y consagró por muchos años
más) el uxoricidio legalizado (Art. 591 del Código Penal de entonces), que
a la letra decía: "El homicidio es inculpable absolutamente cuando se cometa en la
persona de la mujer legitima o de quien viva a su lado honradamente, a quien se
sorprenda en acto carnal con un hombre que no sea su marido (...) o no en el acto
carnal pero sí en otro deshonesto, aproximado, o preparatorio de aquel, de modo
que no se pueda dudar de! trato ilícito que entre ellos exista".
333
M a r ía T il a U r ib e
"La mujer que cometa adulterio sufrirá una reclusión por el tiempo que quiera el
marido..."-, quedaba libre de adulterio sólo si el marido lo consentía, era una
cosa; pero entre más alta la escala social más placer del señor por someterla
a la muerte en vida de la reclusión.
O r i g e n d e l 8 y 9 d e ju n i o
Los acontecim ientos de junio del año 29 han sido vistos histórica
mente como raíz de los movimientos estudiantiles. Los aniversarios del 8
y 9 de junio y el asesinato de Gonzalo Bravo Pérez se han conmemorado
posteriormente de distintas maneras inclusive luctuosas, por otras muer
tes de otros estudiantes que han donado sus vidas en las mismas aunque
posteriores fechas.
334
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Final de la década
335
M a r ía T il a U r ib e
Pero esa misma noche ocurrían otros hechos en los salones del Jockey
Club y del Gun Club de Bogotá: los políticos liberales comenzaron a reunirse
para conform ar la llamada Junta de Notables, altas figuras de la sociedad
bogotana, como lo describieran los periódicos de su tiempo. Y lo eran. La
nómina de quienes tomaron en sus manos la situación la componían los
doctores Lleras Acosta, Uribe Cualla, Camacho Carreño, Luis Cano, Holguín
y Caro, Enrique Santos, Nieto Caballero y otros importantes personajes
liberales. Aquellos centros sociales y exclusivos se convirtieron en casas de
resistencia al régimen, salían de allí llamamientos, peticiones de renuncias y
comunicados hacia los periódicos. La opinión de cada notable era divulgada
en segundos por más de trescientas personas que permanecían en la calle,
a las puertas del club. Esa misma noche salió de uno de los clubes la orden
de fijar carteles convocando a la manifestación.
Al atardecer del día 6 los atrios del Capitolio estaban colmados. Gaitán
estaba allí, tenía ya una aureola merecida que aclamaba la gente y lo sen
tían auténtico, más cerca de su pueblo que de los notables. Sin embargo su
importante actuación vino a tener dos filos porque a la vez que defendía con
devoción derechos esenciales centrándose en la protesta popular, su carisma
servía de palanca para las segundas intenciones de los socios del Jockey. El
joven inició su discurso; apasionado en el ademán, persuasivo en el dejo de
su voz popular, coherente y claro en el razonamiento:
A esta manifestación de protesta no han debido invitar solamente a
los universitarios (...) No se trata aquí de la queja de un partido, no es
la voz del Partido Liberal o del Partido Conservador aisladamente, es la
336
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
Uno de los sitios más vulnerables era el Diario Nacional (carrera sép
tima, calle 17) sobre todo por el odio que Cortés Vargas le tenía al periódico.
Allí se dieron cita en esos días los socialistas revolucionarios aún buscados;
allí trabajaban varios de los muchachos que se habían desempeñado como
correos rojos; de allí salió la decisión de levantar barricadas para defenderse
de un seguro ataque. En eso estaban con grupos de universitarios cuando
llegó la carga de caballería, que entraba de sur a norte disparando. Dos
jóvenes cayeron heridos por las balas, uno de ellos era Carlos Cuéllar. (ver:
foto superior en “mundo al día”).
337
M a r ía T ila U ribe
Miealrai no u c a a p !* a n U l ’
«o ¿tcLaará aa m im tw * t% m actil»d 4 p rttmlM.
! 4 * .a a dai a »«i.« .
I .•mmmul « fia 4t HNMrJ* «alto*
■ . i* » I r ^ n . j ' « .• m r 'a r e * .
■• l|l¡#k>» Ctfrt''' IJ'I- ► 1*OU-
I» • »a r.a \«lv#ráa?
i Ir i. ' rt, b n u m M l i l l i ^ c n I *e
■ «**r»«*• i*tl l'ima » kH an*r*i»r«#
<n^> »•••**•**
338
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Final de la década
El éxito había sido para los Notables, que estructuraron sus orienta
ciones de cara a los hechos y con plena conciencia de sus logros; de ahí en
adelante, si se garantizaba la prestación de los servicios públicos mejoraría
la calidad de vida; y con la caída de la rosca y de los asesinos del Gobierno
aparecía el Partido Liberal, o más propiamente sus más altos jerarcas, como
la alternativa para el país. Por eso no se trató de un simple juego coyuntural
ni de una especulación en el vacío. Fueron cinco días en que las retóricas
de salvación se transformaron en la salvación de los grupos con retórica.
En ese punto ya no había que localizar el problema en la hegemonía sino
en prepararse para abrazar el poder político y por tanto económico dentro
del más puro, ambicioso y ortodoxo capitalismo.
C o n f e r e n c ia d e l a In t e r n a c io n a l C o m u n is t a
en B uen o s A ir e s
339
M a r ía T il a U r ib e
340
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
341
M a r ía T oa U r ib e
Este análisis era el mismo del PSR, sobre esto los dirigentes habían
ido más lejos en sus escritos y conferencias. Dijo también que el carácter de
la revolución para América Latina era democrático-burgués, luego agregó:
"Las conquistas de Ia revolución podrán llevarse a cabo, únicamente si se tiene
en cuenta que las m asas obreras y campesinas serán la fuerza motriz de la mis
ma y bajo la hegemonía del proletariado". Lo de la hegemonía no funcionaba
en el PSR, pues el que luchara por intereses comunes era bienvenido a ese
partido (además la palabreja en Colombia era una calamidad). No habló
del problema indígena, olvidó que para los colombianos era vital. En fin.
las definiciones teóricas de la conferencia quizá no importaran tanto a los
socialistas revolucionarios, lo que dio lugar a que de ellos se afirmara que en
general no habían desarrollado en forma clara estos problem as de la táctica y la
estrategia de un verdadero partido comunista . 8 3 Bien mirada, la afirmación era
cierta pero la conclusión falsa, porque los socialistas sí habían desarrollado
esos problemas pero en form a distinta, mal o bien, según con el criterio
que se le mire.
342
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
C o m e n t a r io a l m a r g e n s o b r e M ah ech a
84 Baquero, Rafael. Treinta años de historia del Partido Comunista de Colombia, Bogotá, 1960,
pág. 15.
343
M a r ía T il a U r ib e
344
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
I n s u r g e n t e s d e E l L íb a n o y L a G ó m e z
Las insurreciones de julio de 1929 quedaron bajo una pátina tan gruesa
que es muy difícil reconocer lo que está debajo. Su significado político, so
ciológico y humano quedó en los archivos judiciales y en la reducida visión
política del libro de Rafael Baquero con esta frase: “Aventuras insensatas
como la de El Líbano y La Gómez"86, cuyo contexto se refería a la tendencia
putchista del PSR. Para las generaciones militantes que siguieron de los Veinte
el tema se traía a cuento sólo de vez en cuando, servía como comentario
intrascendente que se olvida y se ignora y nunca llega a la reflexión, hasta
que apareció en 1976 el libro Los bolcheviques de El Líbano. Gonzalo Sánchez,
investigador e historiador de temas sociales, reconstruyó entonces la historia
de esa región, de infaltable referencia cuando del PSR se trate, con estas
frases: Usualmente descalificado como un movimiento “conspirativo”, el
“Movimiento de los Bolcheviques de El Líbano” tiene el mérito excepcional
de ser, quizá, la primera insurrección armada de América Latina en que un
ejército de campesinos, con dirección y en alianza de sectores urbanos, se
plantea el problema de la toma del poder en nombre de las ideas socialistas.”
Para el siguiente relato me baso en este serio libro; además, quiero explicar
el porqué no llegó orientación alguna a los insurgentes desde Bogotá, hecho
que no ha tenido respuesta, y también haré alusión a algunos sobrevivientes
octogenarios que en 1989 entrevisté en El Líbano.
345
M a r ía T ila U ruse
346
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
Esto lo pude constatar en 1989, pues los ancianos que aún quedaban,
entre ellos un sobrino de Higinio Forero, quien me llevó a conocer el famoso
puente, recordaban los toques de cacho, las banderas, cada una de las actitudes
y los movimientos que allí sucedieron. Otro de los veteranos protagonistas
mostraba con orgullo el libro donde él figura como combatiente.
347
M a r ía T il a U r ib e
Los rebeldes dieron muerte al jefe de los talleres del ferrocarril, in
tentaron cortar las comunicaciones, asaltaron el cuartel de Policía, volaron
la ferro vía con dinamita y finalmente se apoderaron de las instalaciones
de la empresa, que convirtieron en prisión provisional para los enemigos
del movimiento.
348
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
349
M a r ía T ila U r ib e
P e n a s c u m p l id a s
350
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
351
M a r ía T i ia U ríbe
352
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
para pagar los costos del juicio se lo proporcionó una casualidad: al tomar
un periódico encontró el aviso de un concurso que ofrecía cuantioso premio
por una frase o slogan para anunciar un cigarrillo próximo a aparecer. Por
distraerse escribió y envió la que creyó apropiada: "Se empacan como joyas,
se venden como pan", y fue la ganadora. Paulatinamente la normalidad vol
vió a su hogar para estabilizarlo, pero se sentía conmovido por situaciones
que eran irreversibles, como el hecho de comprender que la empresa de la
revolución ya no le pertenecía.
U n n u e v o ju ic io
Después del triunfo que dio nueva vida al partido liberal, llegó a
Bogotá una comisión de la IC con el objeto de protocolizar el fin del PSR
y la fundación del Partido Comunista. Estaba compuesta por el último de
los viajeros que retornaba de Moscú, el abogado Guillermo Hernández
Rodríguez, su esposa, la venezolana Carmen Fortul y otro funcionario co
munista de nacionalidad norteamericana. Ellos instalaron lo que se llamó
“el Pleno Ampliado” el 5 de julio de 1930. El primer punto giró en torno
al enjuiciamiento del socialismo revolucionario y el llamado pul chismo, la
sentencia estaba escrita de antemano y quedó resumida en esta frase: "Esta
política no ha sido otra cosa que la herencia de la ideología del liberalismo
en las filas del proletariado”. Fueron señalados como responsables Tomás
Uribe Márquez, María Cano e Ignacio Torres Giraldo. El único que estaba
en el banquillo de los acusados en este nuevo juicio era Tomás: María no
asistió, Torres Giraldo estaba ausente y Mahecha, acusado posteriormente por
la conducción de la huelga y expulsado de un partido al que no perteneció,
353
M a r ía T ila U r ib e
estaba en la cárcel. Justam ente para asistir a esa reunión había entrado a
Colombia por la frontera ecuatoriana procedente de Europa.
354
Los AÑOS ESCONDIDOS ] [ Final de la década
los desautorizó. Pesó más el respeto que tuvo por la IC, su entusiasmo por
la Rusia Soviética, la comprensión de lo que significaba el marxismo y el
convencimiento en su ciencia. En aras del futuro, ¿quién era él para oponerse
a la orden de pasar la antorcha a manos de ese grupo¿
355
M a r Ia T il a U r ib e
Al lado de Julio Verne y ese otro librito llamado Corazón, que nues
tras madres se turnaban para leer, nos enseñaban a cantar “El ejército del
Ebro”, el himno de los aviadores españoles y otras canciones cuyo contenido
poco a poco iríamos a descubrir, aunque a partir de otras circunstancias.
Simultáneamente nuestras manos armaban esferas con el papel metálico
de las cajetillas de cigarrillos, esferas que iban creciendo y pesando cada
vez más. Cientos de ellas, desde muchas ciudades latinoamericanas, eran
empacadas y enviadas a los republicanos que las convertían en municiones
para su defensa.
Entre las brumas del tiempo aparece aquella modesta casa sabanera
de estilo colonial. Allí se daban cita los fines de semana diversos visitantes
o compañeros de anteriores luchas, lo que me permitió en alguna infantil
medida familiarizarme con el mundo de sus vivencias y de sus proyectos. Fue
en la última reunión de 1935, cuando decidieron continuar con sus ideales
y avanzar, bien en sus espacios populares o ingresando al único partido de
izquierda que existía, el PCC, pues la vida del socialismo revolucionario
había sido segada el 16 de julio de 1930.
356
Los a ñ o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
europa que no pudo ser construido. Ojalá nunca vuelvan a surgir pre
potentes y miopes organismos internacionales, de ninguna naturaleza,
empeñados en impedir a los pueblos la búsqueda de sus propios caminos.
Así mismo, en lo que tiene que ver con esa primera época del PCC, examen
que corresponde a ese partido, a sus nuevas generaciones y a quienes saben
valorar con distinto criterio su experiencia. Anhelo muy sinceramente que
lo consignado no lleve, de ninguna manera, a petrificar la imagen de ese
partido que a través de la historia ha contado con muchos de los mejores
hijos de nuestro país.
F in a l d e u n a v id a
357
M a r Ia T iia U r ib e
las rosas negras, y las rojas con diminutos puntos blancos, le merecieron
comentarios de expertos92 y visitas de entendidos que iban a admirarlas.
358
Los a n o s e s c o n d id o s ] [ Final de la década
Mi querida Pepa:*
359
Le participo -henchido de gozo- que de nuestra unión ha aflorado una
dulce y linda muñequita que lleva el nombre de mi madre: Tilita.
Suyo, afectísimo,
EPÍLOGO
Cito los nombres de quienes tuve noticia hasta el fin de sus días.
362
ANEXO 1
Medellín, octubre 2 - 3 0
He leído el informe de las labores del ampliado en julio del presente año,
y como en él "condenan" actuaciones que se atribuyen exclusivamente a los c.c.
Tomás Uribe Márquez, Ignacio Torres Giraldo y María Cano, me permito hacer
anotaciones a! respecto.
365
M a r ía T il a U r ib e
3 66
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
367
M a r ía T il a U r ib e
Son exactas esas frases a las que a diario lanza el clero y la bur
guesía; las que los oportunistas deslizan en los oídos de los obreros para
que se aparten de nuestro partido y su m ovim iento. Vagancia califican
ellos cuando en el léxico de la burguesía no encuentran el calificativo, que
tienen dentro del partido, el trabajo constante y abnegado en las labores
del mismo.
Sobre los casos de Prieto y Castrillón, sólo tengo que decir que al
analizar las actuaciones de Prieto se analizó sólo al hom bre y m uy som e
ram ente éstas. Seguram ente ellas envuelven a m uchos de los que hoy, sin
censura, militan en el partido.
368
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
Y, term inando con el principio del informe, “La crisis económ ica”,
“Nuestra actitud frente a la concentración”, etc., es de lam entar que el
ampliado, al tratar de la crisis, sólo lo haya hecho desde el punto parcial,
no global, y sólo haya m ostrado la fase del café. Es, en efecto, esta una de
las causas, pero sólo una, y se han dejado en silencio precisamente aquellas
que m ayor labor revolucionaria pudiera dejar en el proletariado, en su lucha
de clases. Tal, el crack bursátil de Estados Unidos, causa m otriz de la crisis
de casi todos los países. (...)
María Cano
369
M a r ía T il a U r ib e
No. 126
The Honorable
W ashington Sir:
No. 168
W ashington
370
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
however, one of great confusion in the public mind nor have the definite
plans of the plotters been made public by the police authcrities. One of
the most sensational events was the arrest and imprisoment in Cúcuta of
General Leandro Cuberos Niño, one of the three directors of the Liberal
party, for alleged connection w ith the com m unists. His arrest appears to
be due to the discovery in bis house of a bomb which, it is asserted by bis
friends, was antiquated and usekless and kept by the General as souvenir
rather than as a weapon of destruction. At first it was charged that bis
arrest was made under the orders of President Abadía and that he was to
be broght to Bogotá for trial. This was, however, subsequently denied and
the Government is giving the impression that he was imprisoned on the
initiative of the local authorities un Cúcuta. Owing to the isolation of that
border city it is extrem ely difficult to ascertain the real facts, evidence and
m otives for bis arrest from this distance. W hatever maybe the significance
of the famous General’s imprisonment the fact remains that he has not
yet been released.
This morging’s press carries an interview w ith Dr. Dávila Tello, the
present D irector of the National Police, together w ith photographs oí te
captured bombs and “elem ents of subversive propaganda”.
371
M a r ía T il a U r ib e
on begin w ith the seizure of the M agdalena River tow n s. The declara
tions of Tom ás Oribe M árquez, apparently the ring leader of the plot
(who visited Russia last year) to the effect th at the w hole schem e was
to o verth row the dictatorship of General Juan Vicente G óm ez and that
the bombs w ere not for use in Colom bia, he categorically qualifies as an
absurd excuse of M árquez to avoid paying the penalty of bis guilt. The
D irector of Police also stated th at there are now about fifty of the leaders
in prison, th at the num ber of bombs found in Bogotá w as betw een 160
and 20 0 , th at Raúl M ahecha, leading agitator of the Santa M arta strike,
appears to have escaped and th at m any of the details of the plot have
been discovered but th at the date on w hich the uprising w as to occur
had not been set by the leaders.
Jefferson Caffery
Enclosures:
1/and 2 /, as stated.
To name
372
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
I H N -0 0 6 2 -9 4
ALFONSO ALEXANDER
A tentam ente,
MARGARITA VANNINI
Directora General
373
ANEXO 2
El g ra n m a e s tro de m a sa s
375
M a r ía T il a U r ib e
P r o p ia y a je n a e x p e r ie n c ia
C o n c e n t r a c ió n d e l a p r o p ie d a d a g r a r ia
A parcero s y a r r e n d a t a r io s
376
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
A b r i m o s l a d is c u s ió n
L os p r o g r a m a s d e l u c e s
El V a lle
377
M a r ía T il a U r ib e
latifundios (...). Es verdad que en este país no los hay tan extensos como
en el Gran Chaco paraguayo, pero sí tenem os latifundios y estancias gana
deras de leguas y leguas, lo mism o que regiones enteras que constituyen
un Estado dentro de otro (...) Los terratenientes Cabal, Molina, Holguín,
Restrepo, Caicedo Lalinde, Sanclemente, ,etc, convirtieron el antiguo Valle
dividido en predios de cultivadores en pequeña escala, en unas cuantas
grandes haciendas de ganadería.
A n t io q u ia
H u il a
C o m u n i d a d e s in d í g e n a s
378
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
El c a s o de V io tá
La e s c la v itu d a g r a r ia
379
M a r ía T il \ U r ib e
L a s e r v i d u m b r e a g r a r i a e n B oy a c á
El peón de en g an ch e
380
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
P a l a d ín d e l a d e m o c r a c i a
(...)
EL GLADIADOR se descubre ante la tumba del amigo, y envía su sincera
expresión de pesar a toda su estimable familia.
(Periódico El Gladiador)
* * *
381
M a r ía T iia U r ib e
(...) tal era Uribe Márquez, un filántropo: todas sus fatigas siempre desin
teresadas; todas sus angustias, sufridas hasta en lo más íntimo; todas las
preocupaciones, llevadas resignadamente; todas sus ambiciones, flor de un
ideal. Todo, todo lo padeció Tomás Uribe Márquez por amor a la humani
dad: las reivindicaciones de las clases desválidas, nervios en el destino de
una nación, fue el único objetivo de aquel querido amigo. Y por ellas luchó,
por ellas fue perseguido, por ellas llegó a las más inmundas mazmorras,
por ellas no surgió como surgen esos copos de espuma que con tanto afán
382
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
Mas él, sin sufrir siquiera el dolor de la ingratitud, que Tomás lo tomaba
como cosa natural, nunca desmayó (...)
Cuando salió de la celda, para pasar al despacho del director del presi
dio, Uribe Márquez llevaba en la mano un libro de Trostki, que había
salvado en los pliegues de su viejo gabán. Y con su charla queda, dijo
simplemente:
Pero la verdad sobre Uribe Márquez era otra. Conspiraba, por afición,
por convicción, pero no dominaba ese difícil oficio más que cualquiera
de sus jóvenes y alegres compañeros de entonces.
383
M a r ía T il a U r ib e
Rindió su ultima jornada este defensor de la clase obrera que supo re
clamar altiva y rebeldemente los derechos negados al pueblo sufrido e
irredento. Su obra tevolucionaria no quedará trunca; su memoria será la
tea que reduzca a cenizas la Sodoma inclemente de la burguesía.
384
Los a n o s e s c o n d id o s ][ Anexos
“Lo que él tenía era una disposición de que todo lo concebía en grande.
(...) Mucho después vine a conocerlo, pero cuando hablé con él lo vi un
hombre muy sincero, muy sano de pensamiento, muy sano de alma, me
gustó mucho esa conversación con él”.
385
ANEXO 3
387
M a r ía T il a U r ib e
388
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
389
M a r ía T il a U r ib e
390
Los a ñ o s e s c o n d id o s ][ Anexos
COBERTURA ORGANIZATIVA
DEL PARTIDO SOCIALISTA REVOLUCIONARIO
No. No.
Unidades No.
de organizaciones de militantes
territoriales de poblaciones
obreras responsables
Antioquia 16 25 13
Atlántico 2 3 1
Bolívar 6 16 5
Boyacá 5 65 32
Caldas 8 30 8
Cauca 4 16 2
Cundinarnarca 17 106 41
Casanare - 6 2
Huila 1 13 7
Magdalena 4 28 10
M eta 1 8 3
Nariño 7 11 3
Santander del Norte 4 14 6
Santander del Sur 15 90 15
Tolima 13 73 15
Valle 17 59 15
391