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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

CONDUCTA PROSOCIAL EN ADOLESCENTES

Trabajo Especial de Grado presentado por:

ELYMAR ANDREINA RONDÓN GIL

TUTOR: PSIC. LISBETH MORENO

MARACAIBO, ENERO 2015


CONDUCTA PROSOCIAL EN ADOLESCENTES

Trabajo Especial de Grado para optar


al Título de Psicóloga:

Elymar Andreina Rondón Gil


CI v- 19.540.262

ii
DEDICATORIA

Al Universo y a Dios por haber conspirado a mi favor para ayudarme a lograr mis

sueños, teniendo en cuenta que mi perseverancia, mis intenciones y deseos sean para el

beneficio de la humanidad y de mi Ser, existiendo como ser vivo, ser humano y mujer.

A mi bella familia, mis tíos y primos, que han estado interesados en mi bienestar,

alentándome con su cariño y su aprecio.

A mi hermosamadre, y en memoria de mi abuela, por haberme brindado desde

siempre su amor, su apoyo, sus enseñanzas, y haber sembrado en mí la importancia de

defender mis valores y principios. Sus palabras y recuerdos son luz en mi vida.

A mi padre, mi hermana y hermano, por ser parte de mi vida, darme su cariño de

forma particular, y su apoyo en las buenas y en las malas.

A todas aquellas personas que me han enseñado de una u otra manera el valor de la

amistad, el amor, la paz, la verdad, la sabiduría, el respeto, la solidaridad, la belleza, el

crecimiento personal.

Gracias a todos, son personas importantes en mi vida. Mi amor y agradecimiento

para uds.

iii
AGRADECIMIENTOS

A la Universidad Rafael Urdaneta, por ser mi casa de estudios superiores, por

haberme dado la oportunidad de estudiar el arte de la Psicología.

A mis tutores, Héctor Peña y Lisbeth Moreno, por haberme guiado en mi trabajo de

grado, por su paciencia, aclarar mis dudas, y corregirme cuando era necesario. Gracias por

compartir sus conocimientos conmigo, ha sido un honor para mí.

A las instituciones educativas y sus alumnos, quienes participaron en la presente

investigación. No se hubiese podido lograr sin su colaboración.

Muchas gracias a todos.

iv
INDICE GENERAL

Pág.
TITULO II
DEDICATORIA III
AGRADECIMIENTO IV
INDICE GENERAL V
INDICE DE CUADROS VI
INDICE DE TABLAS VII
INDICE DE GRAFICOS VIII
INDICE DE ANEXOS IX
RESUMEN X

CAPITULO I: FUNDAMENTACION
Planteamiento y Formulación del Problema 1
Objetivos de la Investigación 5
Objetivo General 5
Objetivos Específicos 5
Justificación de la Investigación 6
Delimitación de la Investigación 9

CAPITULO II: MARCO TEÓRICO 10


Antecedentes de la Investigación 10
Bases Teóricas de la Investigación 17
La Conducta Prosocial y su estudio 17
Definición de Conducta Prosocial 20
Toma de Perspectiva o Empatía 22

v
Solidaridad, Respuesta de Ayuda, y Asistencia 23
Adolescencia 24

Mapa de Variables 28

CAPITULO III: MARCO METODOLOGICO 29


Tipo y nivel de Investigación 29
Diseño de la Investigación 29
Sujetos de la Población 30
Población 30
Definición Operacional de la Variable 32
Técnicas de Recolección de Datos 32
Descripción del Instrumento 32
Propiedades Psicométricas 34
Procedimiento 37
Consideraciones Éticas 39

CAPÍTULO IV: RESULTADOS Y DISCUSIÓN 41


Análisis y Discusión de Resultados 41

Conclusiones 50

Recomendaciones 51

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS

vi
ÍNDICE DE CUADROS

Pág.
Cuadro N° 1: Mapa de Variables 29
Cuadro N° 2: Estructura de la Población 31
Cuadro N° 3: Estructura de la Escala 33
Cuadro N° 4: Baremo de Interpretación por cada Factor 33
Cuadro N° 5: Índices de Consistencia Interna por cada Factor 36
Cuadro N° 6: Relación de Escala de Autoeficacia General y EHP-A 36
Cuadro N° 7: Estadísticos Descriptivos de la Puntuación por factores de las HP 44
Cuadro N° 8: Estadísticos Descriptivos por factores tomando en cuenta la edad 48

vii
ÍNDICE DE ANEXOS

Pág.
Anexo A: Escala de Habilidades Prosociales en Adolescentes. 57
Anexo B: Permisos 58
Anexo C: Consentimiento Informado 59

viii
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

CONDUCTA PROSOCIAL EN ADOLESCENTES

Autor: Elymar A. Rondón G.

Tutor: Psic. Lisbeth Moreno

Fecha: Enero de 2015

RESUMEN

La presente investigación tuvo como objetivo determinar cómo es la presencia de la


conducta prosocial en adolescentes escolarizados. El tipo y nivel de la investigación fue
descriptivo con diseño no experimental, transeccional. La población estuvo conformada por
100 adolescentesentre 11 y 14 años de edad, estudiantes de la Escuela Básica Estadal 23 de
Enero y la Unidad Educativa Nacional (UEN) Dr. Francisco Ochoa. Se administró la Escala
de Habilidades Prosociales para Adolescentes EHP-A, desarrollada por Morales y Suárez
(2011), siendo un formato Likert conformado por 20 ítems. Estos están distribuidos en
cuatro dimensiones: Toma de Perspectiva, Solidaridad y Respuesta de Ayuda, Altruismo, y
Asistencia, contiene 4 opciones de respuestas que van desde el Me Describe Bien hasta el
No Me Describe. Los resultados indicaron que lo adolescentes evaluados presentan
medianamente altas conductas prosociales, manifiestas a través de cada una de las
dimensiones que comprende la variable.

Email: elymar319@hotmail.com

Palabras Clave: Conducta Prosocial, Habilidades Prosociales, Adolescentes,


Escolarizados
CAPÍTULOI

FUNDAMENTACIÓN

Planteamiento y Formulación del Problema

A través del tiempo la sociedad ha ido presentando cambios en diversos aspectos,

entre los cuales se pueden mencionar la cultura, la tecnología, el acceso a la información,

los modelos sociales, las creencias individuales, la alimentación, las actividades humanas,

entre otros. Dentro de estos cambios podemos incluir los valores de las personas, es decir,

el respeto, la solidaridad, la generosidad, el amor, la paz, la justicia, también han cambiado.

Dichos elementos, permiten una mejor convivencia con los demás, una armonía, que

conlleva a un bienestar social. Existen personas que promueven los valores a través de

conductas que benefician a otros y a sí mismos, y existen otras personas que quebrantan los

valores con conductas delictivas o antisociales.

Muchas investigaciones se enfocan en determinar el grado o desarrollo de conductas

disociales, antisociales, consumo de drogas, agresividad y violencia, acoso escolar, entre

otros, examinando la “parte negativa” de la sociedad. De esta manera, los resultados

arrojados serán negativos en torno al análisis de valores y conductas beneficiosas para la

1
2

sociedad,pudiendo estar recalcando que existe una sociedad con un número elevado de

personas con conductas inadecuadas y dañinas para sí mismas y su entorno.

Es común encontrar frases que aluden a la “pérdida de valores”, a comportamientos

menos cooperativos entre individuos, a más agresividad, a más delincuencia y corrupción,

por tanto se concluye que existe un aumento de conductas antisociales y poca cooperación,

lo cual conlleva a estigmatizar al ser humano actual y la humanidad. Sin embargo,

observando el comportamiento social humano desde un punto de vista positivo, cambia la

percepción de una sociedad sin cura o “enferma”. Es importante, tomar en cuenta aquellas

conductas que son realizadas con el fin del beneficio social y la buena convivencia. De este

modo, se estudiaría el “vaso medio lleno” que refleja la humanidad y aquella posición

positiva en la que está, contribuyendo a reflexionar sobre la responsabilidad que cada

individuo tiene dentro de su ámbito social para ser participante y no espectador de acciones

en pro de la sociedad.

Conducta prosocial es un término general que se refiere a toda conducta social

positiva que beneficie a otro, por ejemplo, reciclar la basura o donar un órgano (González,

1992). Muchas veces las personas pueden actuar de manera benévola para los demás con

simples acciones -cuyas raíces se pueden relacionar con valores- que mantienen o mejoran

un estado social actual, tal es el caso de reciclar basura, que mejora en cierta medida el

estado social y ambiental local, pues clasificar los desechos permite una mejor condición

ambiental que resulta en un bienestar social.


3

La conducta prosocial está influenciada por factores sociales, morales, emocionales,

cognitivos y biológicos, y su desarrollo comienza a temprana edad. La regularidad de las

conductas prosociales aumenta con la edad, y al ser ejecutadas pueden presentar un

componente emocional significativo, o un fundamento cognitivo preferencial, según

Eisenberg 1986 (citado por Páez, 2004)

La empatía juega un papel importante en el desarrollo de la ética y la moral del ser

humano. La actitud empática interviene una y otra y vez en los juicios morales, esto es

debido a que los dilemas morales de la persona involucran a otras como víctimas en

potencia (Goleman, 1996). Es tomar la perspectiva de la persona que puede ser víctima en

potencia y compartir su angustia lo que mueve a la persona con habilidades prosociales a

asistirla.

Según Goleman (1996), la ausencia prolongada de sintonía entre padres e hijos

(sincronización emocional) supone un gran perjuicio a nivel emocional en los niños. Es

decir, una negligencia emocional deteriora la empatía, lo que puede contribuir a desarrollar

personas agresivas, violentas, o carentes de remordimiento, una incapacidad para la

conexión emocional con otros. Del mismo modo en que un abandono emocional perjudica

el aspecto emocional en los niños, el abuso en éstos últimos puede corresponder a una

hipervigilancia de las emociones en los demás, una preocupación obsesiva, que al

convertirse en adolescentes o adultos poseen la capacidad para percibir lo que sienten las

personas que los rodean, no obstante desde una perspectiva traumática.


4

Lo anteriormente expuesto, señala versiones extremas de la variable a estudiar,

personas con ausencia de conductas prosociales y personas con excesiva preocupación por

los demás. Es importante conocer las puntas extremas de la línea prosocial porque

proporciona información sobre lo que un desequilibrio de moralidad pudiese ocasionar,

desde una base importante de la prosocialidad que es la empatía. Es decir, el nivel de

desarrollo de valores de una persona viene de su grupo familiar y relaciones con sus pares,

que conociendo un rango de prosocialidad en la adolescencia permitiría analizar la

influencia de los factores sociales como moduladores del desarrollo de ésta capacidad, e

incluso las consecuencias que se estén presenciando, tanto por bienestar o perjuicio.

En la Adolescencia, la empatía, los valores morales, la responsabilidad de preservar

los derechos de las demás personas y atender sus necesidades es el fundamento que poseen

para actuar de manera prosocial. El valor hedonista de la prosocialidad, es decir, actuar de

forma que no haya riesgos para quien ofrece la ayuda, va quedando de lado en la

adolescencia, y se actúa más por factores internos. Es importante resaltar que la conducta

prosocial es reforzada de manera vicaria, la recompensa o rechazo de las demás personas

ante ciertas conductas, jugaran un papel importante en el desarrollo de la conducta

prosocial (Sánchez-Queija, 2006; Weiten, 2006)

Se puede llegar a pensar que en épocas anteriores las personas solían actuar de

buena manera, y que la sociedad ha fallado en algo que produjo personas indiferentes al

malestar de otros, pero se ha detallado tanto, he investigado tanto sobre hechos


5

catastróficos para la humanidad que diera la impresión que ya no hay nada que hacer, o que

se debe actuar para remediar problemas, en vez de prevenirlos.

Indagar la benevolencia de los jóvenes hoy en día permite buscar soluciones a los

problemas de la sociedad desde el otro lado del camino, que no es mirar lo aberrado de las

personas, sino su capacidad de contribuir a una mejor sociedad. Tener un punto de partida

para reflexionar sobre la humanidad. Tomando en cuenta los planteamientos presentados, se

formula la siguiente interrogante: ¿Cómo es la conducta prosocial en adolescentes?

Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Determinar cómo es la presencia de conducta prosocial en adolescentes

escolarizados.

Objetivos Específicos

Describir la presencia de toma de perspectiva en adolescentes escolarizados.

Caracterizar la presencia de solidaridad y respuestas de ayuda en adolescentes

escolarizados.

Identificar el nivel de altruismo en adolescentes escolarizados.

Conocer el nivel de asistencia en adolescentes escolarizados.


6

Justificación de la Investigación

La investigación desarrollada busca determinar la conducta prosocial presente en los

adolescentes marabinos de 11 a 14 años de edad, pues se hace importante indagar sobre los

comportamientos sociales positivos en la actualidad por parte de los adolescentes,

arrojando datos estadísticos de una realidad que puede hacer reflexionar a la población

marabina. Es posible dilucidar la perspectiva positiva de una sociedad llena de cifras

relacionadas a lo antisocial, abriendo el camino a nuevas investigaciones sobre la conducta

social positiva y el estudio de la parte sana del ser humano.

El ser humano es significativamente afectado o influenciado por las relaciones

interpersonales, por lo que el conjunto de factores sociales existentes en su propia cultura,

región, país, y últimamente la globalización, conduce a ciertos comportamientos. La

conducta agresiva y prosocial, se ve influenciada por diferentes condiciones tanto

personales como sociales.

La investigación de la conducta prosocial surge debido a la impresión que ha dado

el ser humano, a través del tiempo, la impresión de que se ha ido pervirtiendo, pues

ciertamente se ha observado la deshumanización que ha producido el desarrollo de las

grandes ciudades, así como el crecimiento de los medios de comunicación, que han hecho

aumentar el contacto con todo tipo de información sin su debido tratamiento, y también el

aumento y reducción convergentes de la sensibilidad de la sociedad ante situaciones de

emergencia y de necesidad experimentadas por otros.


7

Por su parte, la conducta prosocial arroja cifras que posicionan a un individuo o

grupo de individuos, en el lugar diferente al de individuos agresivos, sin valores,

deshumanizados. Incluso, da un carácter de persona social que se encuentra encaminada al

bienestar de las personas. Es una perspectiva diferente de ver la sociedad de hoy día,

partiendo de la interrogante ¿Qué conductas de solidaridad, ayuda, asistencia y empatía

tenemos?, y desde allí desarrollar habilidades prosociales en vez de reducir las conductas

agresivas específicamente, ya que está implícito en el desarrollo de las primeras.

Tomando en cuenta lo anteriormente señalado, desde una perspectiva humana,

social y familiar, los aportes relacionados a la investigación pueden sugerir mecanismos

para incentivar la conducta prosocial, haciendo partícipe a la comunidad adulta para que

actúe de manera proactiva en el desarrollo de dicha conducta. Ya que es un aspecto social

que atañe al ser humano, conocer en qué punto se encuentra cierta población adolescente en

cuanto a conductas benéficas para otros, es punto de partida para continuar la enseñanza de

valores que aseguren una buena convivencia social. En tal efecto, pueden aumentar los

sentimientos de solidaridad, la empatía, el respeto, la colaboración, y demás valores

sociales. Que la población adulta actúe según la responsabilidad que está en sus manos con

respecto a los valores presentes en la juventud de hoy, para trabajar hacia un futuro mejor.

Desde una perspectiva educativa, es considerable acotar que la conducta prosocial

puede ser incrementada y está de parte de los entes académicos complementar la enseñanza

de buenas acciones en pro de la sociedad, promoviendo dichas conductas con el ejemplo y


8

actividades académicas, que permitan al adolescente aprender a actuar tanto por su

bienestar como por el de los demás.

Desde una perspectiva teórica, se hace necesario examinar en qué grado se

encuentran las conductas prosociales de los adolescentes marabinos, ya que próximamente

pasarán a ser los adultos que construyan el futuro, y conocer el interés que tienen por el

beneficio social es relevante. Esto permite analizar la conducta prosocial desde un punto de

vista local, tomando en cuenta las características propias de la cultura venezolana que son

añadidas por los adolescentes en la ejecución de dichas conductas, así como la prevalencia

según el género masculino o femenino.

La investigación aporta beneficios en el sentido de determinar la situación actual de

conductas prosociales en una población adolescente marabina, recalcando que existe pocas

o ninguna investigación de ésta índole. De tal manera se hace novedoso el presente estudio

en la ciudad de Maracaibo, permitiendo una referencia para las personas interesadas en

estudiar la presente variable, y continuar profundizando en cuanto a la perspectiva positiva

del comportamiento de una sociedad, arrojando resultados que demuestren que los valores

no se han perdido, y pueden ser incrementados y fortalecidos por cada uno de los

individuos de la comunidad.
9

Delimitación de la Investigación

La investigación se encuentra limitada en el Municipio Maracaibo con énfasis en

adolescentes entre 11 a 14 años de edad de la Escuela Básica Estadal 23 de Enero y la

Unidad Educativa Nacional (UEN) Dr. Francisco Ochoa. Se llevó a cabo en el lapso de

Septiembre de 2013- Agosto 2014. Identificando la Conducta Prosocial en adolescentes

escolarizados, tomando como fundamento teórico los lineamientos planteados por

González (1992).
CAPÍTULOII

MARCO TEÓRICO

Antecedentes

Redondo (2012), realizó un estudio sobre la conducta prosocial y la conducta

agresiva teniendo en cuenta las diferencias estadísticas en población adolescente

colombiana. El estudio es de tipo descriptivo, y se utilizaron 1878 estudiantes con edades

comprendidas entre 11 y 17 años de edad. Para la investigación se utilizó el Inventario de

Habilidades Sociales para Adolescentes, de Hidalgo et al. (2003), cuya prueba evalúa la

capacidad social de los adolescentes en las relaciones con sus semejantes.

Los resultados arrojan una mayor prevalencia de conductas prosociales en mujeres

que en hombres, mientras que en los hombres los resultados en conductas agresivas son

más altos, y que las cifras de conductas agresivas en las mujeres disminuía con el paso del

tiempo. En general, las conductas prosociales fueron ligeramente superiores a las agresivas,

resultando alentador ya que existe una creciente preocupación en relación a las tasas de

agresividad juvenil en la actualidad. Una explicación a los resultados es que las mujeres

10
11

tienen mayor predisposición bilógica a la empatía, que motiva a las conductas prosociales.

Y otra explicación es que los cambios hormonales influyen significativamente en el

aumento de la agresividad e irritabilidad en hombres, lo que podría inhibir el actuar de

forma prosocial.

Morales et al (2011), diseñaron un instrumento válido y confiable que evalúa

conducta prosocial en adolescentes. Se trata de una investigación cuantitativa de diseño no

experimental de alcance descriptivo correlacional. La población está conformada por 1172

participantes entre 11 y 25 años de edad. Se obtuvo la Escala de Habilidades Prosociales

para Adolescentes EHP-A, conformada por 20 ítems distribuidos en 4 factores: Toma De

Perspectiva, Solidaridad y Respuesta De Ayuda, Altruismo, y Asistencia. El índice de

confiabilidad es de α= 0.859, y la varianza total explicada de 47.15%.

Los resultados obtenidos fueron favorables en relación a la validez y confiabilidad

del instrumento, cuyos reactivos cuentan con suficiente robustez metodológica haciendo la

escala un instrumento de calidad. Además los resultados señalaron que los más jóvenes se

muestran más prosociales. Asimismo en zonas rurales se fomenta y se expresa más la

cooperación, por ende más conductas prosociales, ya que a los niños les enseñan a cuidar

de los más pequeños y a ayudar en las tareas del hogar.

Mestre et al. (2006) realizaron un estudio para analizar los procesos psicológicos

implicados en la conducta prosocial, tales como variables de personalidad, procesos de

razonamiento, y variables comportamentales (agresividad y prosocialidad), a través de un


12

estudio longitudinal durante 3 años, en 499 adolescentes españoles con edades

comprendidas entre 12 y 14 años de edad.

Las técnicas de recolección de datos fueron la Medida Objetiva del Razonamiento

Prosocial (PROM) de Carlo Eisenberg y Knight (1992); Mestre et al (2002), cuyo Alfa de

Cronbach oscila entre 0.60 y 0.76; Índice de Empatía para Niños y Adolescentes (IECA) de

Bryant (1982), Mestre et al (1999), su fiabilidad estuvo entre 0.64- 0.77; Índice de

Reactividad Interpersonal (IRI) de Davis (1980), Mestre et al (2004), con coeficiente de

Alfa de Cronbach entre 0.60- 0.76; Escala de Agresividad Física y Verbal (AFV), cuyo

coeficiente Alfa estuvo entre 0.84- 0.87; Escala de Conducta Prosocial (CP), con Alfa de

Cronbach desde 0.74- 0.76, y Escala de Inestabilidad Emocional (IE), cuyo Alfa de

Cronbach osciló entre 0.78- 0.80, éstos últimos tres instrumentos de Caprara & Pastorelli

(1993), Del Barrio et al. (2001).

Los resultados obtenidos permiten concluir que la conducta prosocial autoinformada

por los propios sujetos no presenta diferencias significativas a largo de la etapa adolescente

evaluada. Si bien la tendencia es ligeramente ascendente, parece indicar que la respuesta

prosocial se vuelve relativamente estable durante los últimos años de la infancia y los

primeros años de la adolescencia. En cuanto a los procesos cognitivos y emocionales

relacionados con la conducta prosocial destaca la empatía, que aparece como el principal

motivador de la conducta prosocial, en sus componentes cognitivos (la comprensión del

otro y la capacidad para ponerse en su lugar), pero en especial en sus componentes

emocionales (la preocupación por el otro).


13

Asimismo, la conducta prosocial está más relacionada con el razonamiento

internalizado, y de forma negativa con el razonamiento hedonista y la agresividad física y

verbal. Por tanto, si mantenemos la importancia de desarrollar la conducta prosocial como

facilitadora de las relaciones sociales e inhibidora de conductas desadaptadas, destaca la

necesidad de educar en la empatía y en los estilos de razonar ante problemas sociales para

potenciar el desarrollo prosocial de los adolescentes.

Sánchez (2006), analizó la relación qué variables demográficas, familiares y del

contexto de los iguales guardan con la empatía y la conducta prosocial, así como la relación

entre estas dos variables. Es un estudio correlacional y transversal, que utilizó 513

adolescentes entre 13 años y 19 años de edad de Sevilla, España. Los instrumentos usados

fueron el Cuestionario de empatía de Mehrabian et al. (1972) con fiabilidad de α= 0.76. Un

cuestionario de Prosocialidad realizado ad hoc con fiabilidad de α= 0.67. La Escala de

adaptabilidad y cohesión de la Familia (FACES II) de Olson et al. (1985), cuyo Alfa es de

α=0.75. El Estilo Educativo Parental, adaptación del instrumento de Lamborn et al. ( 1991),

su fiabilidad oscila entre α=0.70 y α=0.71. Escala de Comunicación con los Padres,

elaborada ad hoc, de Parra et al. (2002), su Alfa es de α= 0.88. Escala de Conflictos en las

relaciones con los padres, con características similares a la escala anterior, elaborada por

Parra et al. (2002), cuyo Alfa es de α= 0.81. Y la Escala de Amistad Íntima de Sharabany

(1994), su Alfa es de α= 0.90.


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Los resultados arrojan que la Prosocialidad aumenta en la adolescencia solo en las

mujeres, mientras que en los hombres disminuye. Asímismo, las mujeres demuestran más

empatía que los hombres. En los adolescentes ente 12 y 14 años de edad, el

comportamiento prosocial parece tener similares puntuaciones. En cuanto a la empatía, es

la variable que más influye en el comportamiento prosocial. En cuanto a la influencia de los

iguales, los adolescentes mas empáticos y mas prosociales, son aquellos que tienen una

mejor relación con su mejor amigo, siendo la intimidad desarrolla en dicha relación lo que

correlaciona mejor con la empatía presente en el sujeto. En relación a la familia, el apoyo

familiar fue más significativo en el caso de los hombres, sin embargo expresan menor

empatía; y en el caso de las mujeres fue más influyente la intimidad con la amiga, todo esto

relacionado a la empatía.

Ruiz (2005), realizó un estudio para evaluar si promover valores humanos positivos

en personas pertenecientes a una Organización No Gubernamental (en este caso el

Movimiento Boy Scout en Córdoba, España) se traduce en una mayor manifestación de

conductas prosociales-altruistas, que aquellas que no pertenecen a una ONG. La

investigación es una tesis doctoral valorada a través de un Diseño Prospectivo. En la cual se

seleccionaron aleatoriamente 100 sujetos escolarizados con edades comprendidas entre 6 y

18 años, de los cuales 50 son pertenecientes al Movimiento Boy Scout, y 50 sujetos no

pertenecientes a ninguna ONG, con variables similares relacionadas a la conducta

prosocial (edad, sexo, numero de hermanos, posición entre los hermanos…).


15

Los instrumentos utilizados fueron un cuestionario sociodemográfico; el

Cuestionario de Autoevaluación (Roche, 1998), donde la persona se autoevalúa en

conductas prosociales-altruistas; de igual manera el Cuestionario para el docente, para el

compañero, para los padres, y para el educador “scout” de Roche (1998), donde dichas

personas evaluaban las conductas prosociales del niño scout o no scout. Los cuestionarios

fueron adaptados en su vocabulario con relación a la persona que evaluaba al niño.

Asimismo, presentan una escala tipo Likert de valoración de 0 a 4, para niños mayores de

10 años con un total de 40 ítems. El Cuestionario para Evaluar la Conducta Prosocial-

Altruista de los Padres de López (1994), componiéndose de 34 ítems con valoración del 0

al 2, a partir del cual el sujeto evalúa las conductas prosociales-altruistas de sus padres.

Los resultados obtenidos reflejan que los sujetos que pertenecen al Movimiento Boy

Scout muestran una puntuación más alta en conductas prosociales-altruistas que los sujetos

que no pertenecen al mismo. En relación a las conductas prosociales-altruistas de los padres

de los niños Scouts y no Scouts, se obtuvieron resultados de forma equiparable, lo que hace

necesario realizar investigaciones al respecto, ya que la familia es un modelo a seguir. Cabe

resaltar, que las madres altamente valoradas como prosociales-altruistas tienen una

probabilidad más alta de tener hijos prosociales-altruistas.

En relación a las variables como edad, sexo, número de hermanos, etc., de manera

individual no parecen ejercer tanta influencia como cuando se valoran de forma conjunta.
16

Como conclusión, el Movimiento Boy Scout es una actividad alternativa para el desarrollo

de comportamientos positivos que repercutan en la sociedad, y se abre una brecha de

investigaciones relacionadas al movimiento educativo y el desarrollo de la persona como

prosocial-altruista.

Garaigordobil (2005) diseñó un programa de evaluación e intervención

socioemocional para promover la conducta prosocial y prevenir la violencia, usando

diversidad de pruebas para medir la dimensión socioemocional, y como método de

intervención, actividades lúdicas cooperativas y de creatividad. El estudio empleó un

diseño experimental de medidas repetidas pretest-postest con grupo de control. Para evaluar

la Conducta Prosocial se seleccionaron 139 sujetos escolarizados de 10 a 12 años de edad.

El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Conducta Prosocial de Weir y

Duveen (1981), cuyo coeficiente Alpha de Cronbach= 0,94. Dicha prueba consta de 20

afirmaciones a ser cumplimentadas por los profesores, sin embargo en este estudio, también

se ha solicitado a los padres evaluar la conducta prosocial de sus hijos. Cabe destacar que

las actividades lúdicas estaban enfocadas en desarrollar la conducta prosocial relacionada

con la creatividad verbal, creatividad dramática, creatividad gráfico-figurativa y creatividad

plástico-constructiva. Los resultados manifiestan que después de la intervención se produjo

un incremento de la conducta prosocial tanto desde la observación de los padres como de

los profesores, asimismo el programa mejoró la imagen de los compañeros del grupo, ya

que aumentó el número de compañeros nominados como prosociales.


17

Las investigaciones señaladas en este capítulo son de gran utilidad ya que

proporcionan información pertinente relacionada a la conducta prosocial, y sus posibles

factores relacionados, tales como la empatía, así como su posible desarrollo. Es importante

resaltar que existe poca información relacionada con la conducta prosocial en adolescentes

en la ciudad de Maracaibo, por tanto se trata de una investigación de caracter relativamente

novedoso. Cabe resaltar el estudio realizado por Morales (2011), debido a que de dicha

investigación, se obtuvo el instrumento de medición de las habilidades prosociales en

adolescentes, abordando la variable como toda conducta social positiva realizada con o sin

motivación altruista.

Bases Teóricas de la Investigación

La Conducta Prosocial y su estudio

Desde tiempos remotos ha existido un interés por descubrir y conocer las razones, e

incluso como se le podría llamar, a las conductas que tienen el fin de ayudar o beneficiar a

otros. William McDougall, 1908 (citado por Morales et al., 1999) comenzó a examinar el

impacto ejercido por las variables sociales del comportamiento, en un Manual de

Introducción a la Psicología Social, y entre las variables se hablaba de Conducta Prosocial.

McDougall señalaba que esta conducta era consecuencia del instinto parental.
18

Un instinto parental sugiere un instinto de protección y resguardo, con el fin de

favorecer al otro en alguna situación particular. Años después de la propuesta de

McDougall, se comenzaron a escribir monografías relacionadas a las conductas de ayuda y

altruismo. A mediados del siglo XX, un acontecimiento fatal abre innumerables incógnitas

sobre el comportamiento de ayuda y asistencia en el hombre, y la Psicología comienza a

tratar de dar respuestas. Muchos autores coinciden en señalar la muerte de Kitty Genovese

en 1964 (Nueva York), como el inicio por el interés en desarrollar teorías que explicaran los

comportamientos de ayuda.

Kitty Genovese fue atacada por un violador con un arma punzante cuando ella

regresaba a su hogar. Los vecinos observaban desde las ventanas, como pedía auxilio. El

ataque duró 35 minutos, en los cuales ella luchaba por liberarse, y aun así, de las 38

personas que observaban el acto, ninguna tuvo la capacidad de llamar a la policía, sólo

después de que el atacante se marchara. Kitty Genovese muere al rato. Una emergencia

estaba ocurriendo, y nadie hizo nada por ayudar a la víctima (Morales et al, 1999).

Es por ello que Latané y Darley, 1970 (citado por Morales et al., 1999), comenzaron

a indagar acerca del Efecto Espectador, que consiste en que cuantas más personas se

encuentren presentes en una situación que requiera la participación de ayuda, es menor la

probabilidad de que alguien decida ayudar, y tardará más tiempo en ejecutar la conducta de

ayuda necesaria. Básicamente se habla de conductas de ayuda, altruismo y el beneficio de

los otros, lo cual son factores relacionados a lo que Conducta Prosocial viene a ser.
19

Según Morales et al (1999), a través del tiempo se han propuesto diversas teorías

que explican la razón, o las razones que generan la conducta de ayuda en el ser humano.

Principalmente se han propuesto 3 mecanismos explicativos: El aprendizaje, los valores

morales sociales y personales, y la activación o la emoción. La explicación concerniente al

Aprendizaje está relacionada con el Condicionamiento Operante y el Aprendizaje Social,

los cuales se basan en la adquisición de destrezas para la ejecución de conductas

prosociales a través del refuerzo y el modelado.

La explicación basada en los valores morales sociales y personales sostiene que hay

normas interiorizadas que guían al individuo sobre cuando ayudar o no a otra persona, ya

que las personas construyen sus normas para situaciones específicas, por lo que el

individuo puede actuar de manera diferente en distintas situaciones; siendo ésta perspectiva

la que explica que el comportamiento prosocial altruista se basa más que todo en factores

sociales. La explicación que defiende la Activación y la Emoción, tiene que ver con la

empatía y la reacción ante el malestar de otros, ya sea para disminuir el malestar propio

originado por la situación (motivación egoísta), o porque la persona “se pone” en el lugar

de quien necesita la ayuda (motivación altruista).

Definición de Conducta Prosocial

González (1992) define la Conducta Prosocial como “toda conducta social positiva

con o sin motivación altruista”. Aquellas conductas que favorecen de forma positiva una

necesidad de otras personas, son consideradas conductas prosociales. Autores señalan una
20

distinción entre la motivación intrínseca que conlleva a dichas conductas, para definir con

especificidad la conducta prosocial. El altruismo es usado para clarificar el criterio

motivacional de la conducta de beneficiar a otro.

Baron (1996) explica el altruismo como la preocupación desinteresada que tiene un

sujeto por los demás. El altruismo surge como contraposición a la idea de egoísmo. Por

tanto se hablaría de Conducta Prosocial y Conducta Prosocial Altruista, resaltando que toda

conducta prosocial altruista es prosocial, pero no toda conducta prosocial es altruista. Otros

autores defienden la conducta prosocial positiva en términos más conductuales, en tanto

que indique un beneficio para el otro, sin distinguir el carácter motivacional que este

contenga.

Como se ha señalado anteriormente, la consideración de conductas prosociales

altruistas incluyen el componente motivacional, sin embargo se sabe que pueden generarse

conductas prosociales sin sufrir algún costo e incluso recibiendo beneficios por ello, se

toma un término general que incluya acciones voluntarias en beneficio de otros, excluyendo

la motivación del donante de ayuda por no ser observable directamente; el término

adecuado sería Conducta Prosocial, pues abarca dichos lineamientos. (González, 1992;

Paéz et al., 2004)

Garaigordobil (2005) entiende por Conducta Prosocial toda conducta social

positiva, que se realiza para beneficiar a otro con/sin motivación altruista, incluyendo

conductas como dar, ayudar, cooperar, compartir, consolar. Strayer, 1981 (citado por

Garaigordobil, 2005) clarifica las conductas prosociales en 4 tipos de actividades: a)


21

Actividades con objetos, tales como ofrecer, dar, compartir, intercambiar o cambiar objetos

con otras personas; b) Actividades cooperativas, que se refieren a tareas y juegos de

cooperación; c) Tareas y juegos de ayuda, donde el objetivo no es trabajar por una meta

grupal, sino ayudar a otro o ser ayudado, es decir, un miembro da la ayuda y el otro

miembro la recibe; d) Actividades empáticas, como mirar o aproximarse a alguien que se

siente mal, consolarlo o confortarlo.

Las habilidades sociales son un conjunto de comportamientos

interpersonales complejos, ejecutados al relacionarse con otra persona. Se habla de

habilidades, ya que son adquisiciones realizadas en procesos de aprendizaje, naturalmente

durante el desarrollo del ser humano, y no es basado exclusivamente en rasgos de

personalidad (Peñafiel, 2010). La conducta prosocial son habilidades sociales que se

realizan en beneficio de otro u otros, en pocas palabras son Habilidades Prosociales.

Las habilidades prosociales contienen un predisponente, el cual son los valores, que

aunque pueda ubicar la conducta prosocial en altruista si ésta es movida por los valores,

sigue existiendo un conjunto de creencias que moviliza a la persona para actuar en pro de

otra. En el contexto Ético, según Cardona (2000) los valores “son convicciones acerca de

las acciones, atributos humanos o condiciones vinculadas con el bien hacer y el desarrollo

del hombre, en armonía con su entorno”.


22

Toma de Perspectiva o Empatía

La Toma de perspectiva o empatía se ha definido como la capacidad social

que tiene una persona para anticiparse a lo que otras personas piensan y sienten, y así

comprender y experimentar su punto de vista. Batson y cols. (1991) definen empatía como

“la capacidad que consiste en inferir los pensamientos y sentimientos de otros, lo cual

genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura”. En general, se acepta que existen

dos tipos de empatía: Cognitiva y Emocional. La empatía cognitiva es relacionada a tomar

la perspectiva, el punto de vista, de la otra persona. La empatía emocional tiene dos

variantes: empatía paralela, la cual es experimentar las mismas respuestas emocionales que

está experimentando la otra persona; empatía reactiva, es aquella reacción emocional ante

la experiencia que vive la otra persona (Morales, 1999). La empatía cognitiva es conocida

también como Toma de Perspectiva, y la Empatía emocional como Simpatía, Respuesta

emocional o Toma de Perspectiva Afectiva.

Según Batson, 1987 (citado por Batson, 1991) existen tres caminos que la persona

puede tomar para emitir la conducta prosocial. Esta el egoísta, relacionado con que la

persona evita la culpa y el castigo relacionado a no ayudar, así como la búsqueda de

recompensa o reciprocidad, cuando la persona observa oportunidades de ganar material,

social o personal. Esta la persona que evita las emociones negativas que ha provocado la

empatía, es decir, la disminución de arousal. Y la persona que actua en base a la motivación

altruista, es una empatía enfocada en disminuir la necesidad del otro.


23

Asimismo, el estado de ánimo del sujeto puede evocar una conducta de ayuda, o

inhibirla. Un sujeto con estado de ánimo positivo tiene mayores probabilidades de ayudar a

otra persona (Morales et al, 1999). La empatía, por tanto, tiene una alta influencia

motivacional en la conducta prosocial. Diversos estudios han señalado que altos índices de

empatía, se relaciona con personas prosociales, que ejecutan comportamientos en base al

beneficio del otro, ya sea por tomar su perspectiva como por simpatía.

Solidaridad, Respuesta de Ayuda, y Asistencia.

Según Villar y García (2004), solidaridad se entiende como “disposición moral de

ayuda desinteresada y gratuita hacia el otro”. El sujeto se encuentra en la disposición moral

que yace en su consciencia, cristalizandose en comportamientos altruistas, relaciones

personales de donación, o disponibilidad para compartir lo propio con quien está en

necesidad. Es una expresión ética que hace el individuo de manera voluntaria y generosa.

Por tanto, se entiende como solidaridad a la virtud de disposición personal de un individuo

en relación a otro que necesita ayuda, consolidando de esa manera los comportamientos

altruistas. Abarca términos como opción moral, altruismo filantropía.


24

Las conductas o respuesta de ayuda son más específicas que las conductas

prosociales, y se refieren a la ejecución de una acción que busca el beneficio o mejora del

bienestar de otra persona en particular, en un momento dado, según Schroeder et al., 1995

(citado por Morales et al., 1999). Como ejemplo se encuentra ayudar a recoger los libros

que se le han caído a alguien, es decir, implica un carácter circunstancial. La cooperación

está relacionada con la participación de varias personas que actúan en función de una meta

que producirá un beneficio para todos (Morales et al., 1999). El trabajo en equipo con

buenos resultados está basado en un comportamiento de cooperación. Por otro lado, la

asistencia es la ayuda física que se le proporciona a alguien en alguna situación de

emergencia, está más enfocada al acto de asistir a una persona en dificultades, es decir, de

servir para ayudarle a atravesar o superar alguna situación, por ejemplo los grupos de

asistencia tales como la cruz roja (Morales et al., 2011)

Adolescencia

Según la Organización Mundial de la Salud (2014), la adolescencia es una etapa de

vida de todo ser humano, en un periodo de tiempo comprendido entre los 10 y 20 años, es

decir que finaliza a los 19 años y 11 meses. El cual comienza con diversas variaciones tanto

físicas como mentales. Existe más vulnerabilidad emocional ante el ambiente, y los

pensamientos e ideales comienzan a construirse a partir de las experiencias. Es una etapa

que se caracteriza por el desarollo y maduración en el área física, que comprende pubertad,
25

desarrollo sexual, y desarrollo cerebral; psicológica, que abarca el desarrollo cognitivo y

afectivo; y social, referido a las relaciones interpersonales.

El desarrollo psicosocial durante la adolescencia, se entiende según Erik Erikson,

1963, 1968, (citado por Stassen, 2007), como una búsqueda de identidad para una

definición que le de sentido a sí mismo. Es la quinta crisis psicológica de la vida, Identidad

versus Difusión (denominada anteriormente Confusión de roles). Es una lucha por la

individualidad en base a la experiencia y la solidaridad con los ideales de un grupo, la

búsqueda de la mezcla adecuada entre autoafirmación y solidaridad grupal. El adolescente

busca conciliar emociones, el pensamiento y la conducta de modo que haya congruencia y

armonía en su Ser.

Marcia, 1966, 1980, 1994, (citado por Weiten, 2006) el adolescente experimenta la

presencia o ausencia del sentido de compromiso, con objetivos de vida, metas y valores, y

una sensación de crisis, es decir dudar, interrogar, explorar; de esta manera se producen 4

estados de Identidad, que son orientaciones mas no fases que vive el sujeto.

Difusión de Identidad: existe apatía. Puede haber negación y evitación a aceptar

elegir una meta, un sueño, seguir una ideología. Ayuda a manejarla crisis de identidad, pero

no tener una dirección en la vida puede acarrear problemas sociales y psicológicos.


26

Exclusión de Identidad: compromiso prematuro con visiones, valores y roles, que

han sido impuestos, por lo general por figuras parentales. Ayuda a evadir la lucha por

encontrar una identidad, actuando de forma moldeada por los demás.

Moratoria de Identidad: es posponer el compromiso durante cierto tiempo, con el

fin de experimentar otras ideologías o carreras. Puede ser útil pues toma experiencia, y

podría elegir en base a preferencias personales, que dirección tomar. Sin embargo, el sujeto

puede permanecer en este estado y no decidir qué camino tomar. Por otro lado, el individuo

experimenta confusión y duda de su propia persona.

Logro de Identidad: es alcanzar el sentido del yo, tomar una dirección de vida

después de haber analizado otras opciones, de esta manera se asume el compromiso por

convicción. Es la identidad que le ayudara a afrontar las diferentes situaciones que vendrán

junto con la adultez.

Por otro lado, los trabajos de Kohlberg, 1969, 1982, (citado por Garaigordobil,

2005) presentan el desarrollo moral como un proceso que sigue estadios de forma

invariante, y van en paralelo al desarrollo intelectual. Existen 6 estadios descritos,

agrupados en tres niveles, cada uno con dos estadios, que difieren en la concepción de lo

que está bien, las razones que dan para hacer lo que suponen esta bien y a la perspectiva
27

social. El nivel preconvencional, se da entre los 4 y los 9 años. El nivel Convencional, de

los 10 a los 19 años. El nivel postconvencional, en la adultez. El nivel convencional es el

estadio del desarrollo moral en el que los adolescentes suelen ubicarse, y se caracteriza por:

 Identificación con las normas y expectativas convencionales de la sociedad o

autoridad.

 El sometimiento a las normas se opera desde acuerdos compartidos para el

buen funcionamiento social e institucional.

 Es la moralidad del acuerdo interpersonal, del respeto a la ley y de la

responsabilidad hacia el orden social.

Por último, los adolescentes situados en los niveles superiores de juicio moral,

suelen ejecutar más conductas prosociales. Aunado a ello, tienen una alta capacidad de

empatía y orientación hacia los demás. A una menor edad, es poco probable que el estado

de Logro de Identidad esté presente, por lo tanto se hablaría de ejecución de conducta en

base a criterios parentales, una evitación por encontrar criterios propios, o una exploración

y juicio de creencias e ideologías. Es importante tomar las perspectivas tomadas por los

adolescentes, ya que al momento de profundizar las causas que conducen a la conducta

prosocial, esta está relacionada a factores internos como externos, por tanto, puede ser

variable la prevalencia y causa motivacional de las conductas de ayuda en la adolescencia.


28

Cuadro N° 1

Mapa de Variables

Variable Dimensión Ítems

Toma de Perspectiva- TDP 9, 16, 17, 18, 19

Solidaridad y Respuesta de 1, 2, 3, 4, 5, 14

Conducta Prosocial Ayuda- SYRA

Altruismo- ALT 8, 10, 11, 12, 13

Asistencia- AST 6, 7, 15, 20

Fuente: Morales y cols. (2011)


CAPÍTULO III

MARCOMETODOLÓGICO

Tipo y Nivel de Investigación

La presente investigación sobre la conducta prosocial en adolescentes es de tipo y

nivel descriptivo, cuyo propósito se basa en describir y determinar la presencia de la

conducta prosocial en la muestra seleccionada, según Dankhe, 1989 (citado por Hernández,

Fernández y Baptista, 2006) se trata de un estudio que busca especificar las propiedades, las

características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos o

cualquier otro fenómeno que ha sido sometido a análisis. El modelo de la presente

investigación es Estudio de Campo, en el cual el investigador obtiene los datos a estudiar

de fuentes directas en su contexto natural, por lo que es un diseño más realista e involucra

aspectos que son imposibles de replicar en el laboratorio. (Hurtado, 2010)

Diseño de la Investigación

La presente investigación utilizó un diseño de investigación No Experimental, el

cual no manipula la variable a estudiar, sino que analiza su presencia tal cual como sucede

29
30

en su ambiente natural. Según Hurtado (2010) en el diseño no experimental el investigador

no manipula las variables independientes, ya sea porque éstas han ocurrido o porque están

fuera de su alcance. Hernández y otros (2006) definen el Diseño No Experimental de

investigación transeccional o transversal como la recopilación de datos en un momento

único, cuyo propósito se basa en describir una variable y analizar su incidencia en un

momento dado.

Diagrama del Diseño

= Adolescentes

= Conducta Prosocial

Sujetos de la Investigación

Población:

La población es definida, según Arnau, 1980 (citado por Hurtado, 2010) como un

conjunto de elementos o seres que comparten entre sí una serie de características comunes,

de las cuales se desea obtener información. Es la unidad de estudio de una investigación. La

población de la presente investigación estuvo conformada por adolescentes estudiantes de


31

ambos sexos entre 11 y 14 años de edad, cursantes de 6to Grado, 1er y 2do Año de

Bachillerato de la Escuela Básica Estadal 23 de Enero y la Unidad Educativa Nacional

(UEN) Dr. Francisco Ochoa ubicadas en Maracaibo. Esta investigación prescinde del

muestreo, y se usó el Censo Poblacional definido por Tamayo y Tamayo (2001) como “el

recuento de todos los elementos de la población”.

Cuadro n°2

Estructura de la Población

Género/
Hembras Varones Total
Edad

11 años 4 4 8

12 años 7 5 12

13 años 17 9 26

14 años 35 19 54

Total 63 37 100
32

Definición Operacional de la Variable

Se define operacionalmente Habilidades Prosociales como el puntaje obtenido en la

Escala de Habilidades Prosociales para Adolescentes EHP-A, desarrollada por Morales y

Suárez (2011), siendo un formato Likert conformado por 20 ítems. Estos están distribuidos

en cuatro dimensiones: Toma de Perspectiva, Solidaridad y Respuesta de Ayuda, Altruismo,

y Asistencia. Las normas de calificación están basadas en 4 niveles: Alto, Medio Alto,

Medio Bajo, y Bajo, en cada una de las cuatro dimensiones.

Técnicas de Recolección de Datos

Descripción del Instrumento:

Escala de Habilidades Prosociales para Adolescentes EHP-A, Morales y Suárez

(2011), es una escala tipo Likert, que mide las habilidades sociales enfocadas en el

beneficio de otra u otras personas, es decir, habilidades Prosociales. Consta de 20 ítems

distribuidos en 4 factores: Toma De Perspectiva, Solidaridad y Respuesta De Ayuda,

Altruismo, y Asistencia. Todos los ítems son positivos e incluyen cuatro opciones de

respuesta. Las normas de calificación se basan en 4 niveles, que va de Alto, Medio Alto,

Medio Bajo a Bajo en cada uno de los 4 factores.


33

Cuadro n°3

Estructura de la Escala

FACTOR ITEMS

Toma de Perspectiva (TDP) 9, 16, 17, 18, 19

Solidaridad y Respuesta de Ayuda (SYRA) 1, 2, 3, 4, 5, 14

Altruismo (ALT) 8, 10, 11, 12, 13

Asistencia (AST) 6, 7, 15, 20

Fuente: Morales et al (2011)

Cuadro n°4

Baremo de Interpretación por cada Factor

Toma de Solidaridad y
Altruismo Asistencia
Niveles Perspectiva - Respuesta de
-ALT- -AST-
TDP- Ayuda -SYRA-
Alto 20 23-24 18-20 14-16
Medio Alto 18-19 22 16-17 12-13
Medio
16-17 19-21 14-15 10-11
Bajo
Bajo 5-15 6-18 12-13 4-9
Fuente: Morales et al (2011)
34

Propiedades Psicométricas

La Escala de Habilidades Prosociales para Adolescentes EHP-A, comenzó con 52

ítems en totalidad; 4 opciones de respuesta: Siempre, Casi Siempre, Algunas Veces y

Nunca; y 4 factores: Respuesta de Ayuda, Capacidad de Compartir, Naturaleza Humana, y

Empatía y Toma de Perspectiva. El proceso de validación del instrumento inició mediante

Juicio de Expertos, cuyos jueces evaluaron la redacción de los ítems, las opciones de

respuesta, la pertinencia y definición de los factores, así como la pertenencia de los

reactivos en relación a cada factor. Después de la revisión se reconstruye el mapa de

contenidos, se eliminaron reactivos, se modificó la redacción y se reubicaron algunos ítems

en otros factores. Esto en base a la Validez de Contenido. (Morales, 2011)

Las opciones de respuesta fueron cambiadas de Siempre, Casi Siempre, Algunas

Veces y Nunca, por Me Describe Bien, Me Describe Regular, Me Describe Poco y No Me

Describe. Los ítems que se eliminaron fueron el 1, 18, 21, 34, 39 y 48; respecto a la

redacción de los mismos, los que se modifican son el 2, 8, 12, 16, 17, 19, 22, 26, 28, 30, 38,

40, 42, 49 y 51; y los ítems que cambiaron de ubicación en los factores fueron el 5, 6, 24,

29 y 38. Asimismo, el mapa de contenidos se reajusta de la siguiente manera: Respuesta de

Ayuda, Capacidad de Compartir, Conceptualización de la Naturaleza Humana y Empatía y

Toma de Perspectiva. La estructura de la escala queda con 46 ítems en totalidad.

La Varianza Total Explicada arrojó un 47.15%, en la versión final de la Escala, lo

cual indica que el instrumento representa un nivel aceptable en función de la conducta


35

evaluada. Para corroborar la Validez de Constructo, se hizo a partir de Medidas

Relacionadas, aplicándose la prueba de Autoeficacia General, en la cual se encontraron

correlaciones significativas con la Escala de Habilidades Prosociales para Adolescentes.

(Ver Cuadro n°6)

Para el proceso de confiabilidad, la escala fue aplicada a 292 participantes

universitarios, hombres y mujeres destacando una edad promedio de 19 años, la mayoría

del Estado de Michoacán- México. Luego de la Prueba Piloto, se realizó el análisis a través

del programa estadístico SPSS, en donde se eliminan los reactivos 1, 7, 9, 13, 19, 20, 24,

25, 26, 29, 30, 34, 36, 37, 39, 41 y 43, debido a dos motivos: puntaje bajo en la correlación

punto biserial y por cargar en más de un factor. Se modificaron los ítems 4, 12, 15, 17, 21,

23, 31, 32, 33, 38, 42, 44 y 45. La estructura interna del instrumento se conformó en 6

factores: Empatía Situacional, Solidaridad, Asistencia, Altruismo, Respuesta de Ayuda y

Perspectiva Social, con 31 ítems distribuidos. (Morales, 2011)

Se realizó un análisis de discriminación de reactivos con el propósito de conocer el

comportamiento estadístico de los mismos, esto es, identificar su pertinencia en relación al

constructo estudiado. Se eliminaron 11 ítems, los cuales 4 de ellos en relación al puntaje de

la correlación punto biserial ya que puntuaron igual o menor a .200, y se consideran con

muy poca aportación a la medición total.

La Escala de Habilidades Prosociales, quedó conformada finalmente por 20 ítems.

Se obtuvo un Índice de Confiabilidad Alpha de Cronbach de α= 0.859. Dicho valor, fue

corroborado por KMO cuyo índice fue de .895; en la prueba de Barlett se obtuvo un nivel
36

de significancia de .000. Asimismo, se obtuvo un Índice de Consistencia Interna, de niveles

adecuados, por cada uno de los indicadores del instrumento, oscilando entre α= .671 a α=

.710. (Ver Cuadro N° 5)

Cuadro N° 5

Índices de Consistencia Interna por cada Factor

Factores Número de Ítems Confiabilidad por Indicador


Toma de Perspectiva 5 .702
-TDP-
Solidaridad y Respuesta de Ayuda 6 .710
-SYRA-
Altruismo 5 .671
-ALT-
Asistencia 4 .707
-AST-
TOTAL 20 .859
Fuente: Morales et al (2011)

Cuadro N° 6

Relación de Escala de Autoeficacia General y EHP- A

Solidaridad y
Toma de Altruismo Asistencia
Respuesta de
Perspectiva
Ayuda -ALT- -AST-
-TDP-
-SYRA-
Factor 1
Expectativa de r= .163 r= .174 r= .236 r=.194
Eficacia
Factor 2
Expectativa de r= .231 r= .223 r= .259 r=.165
Resultado
Fuente: Morales et al (2011)
37

Procedimiento

Para llevar a cabo esta investigación, se realizaron los siguientes pasos:

 Se indagó sobre instrumentos que evaluaran Conducta Prosocial, seleccionándose

finalmente un instrumento que dispone de buena confiabilidad y validez, además de que la

población a la cual fue aplicado, es similar a la población que requirió esta investigación.

 Se seleccionaron los sujetos de acuerdo a los criterios requeridos para la

investigación (apróx. 100 adolescentes escolarizados entre 11 y 14 años de edad), cursantes

de 6to Grado de Primaria, 7mo y 8vo año de bachillerato.

 Se visitaron las entidades educativas seleccionadas, con el fin de obtener la

autorización mediante una carta que permitiese el acceso de la investigadora a las

instituciones para poder aplicar el instrumento.

 Se aplicó el instrumento a manera de autoinforme, autoaplicado en colectivo. La

información recolectada fue sexo, edad, escolaridad, y lugar de procedencia.

 Se realizó el tratamiento estadístico necesario de la información obtenida, tomando

en consideración los objetivos establecidos (análisis descriptivo)


38

 Se analizaron los resultados arrojados, en relación a los antecedentes y las bases

teóricas descritas en la investigación

 Se elaboraron conclusiones a partir de los datos obtenidos en la población estudiada.

 Se explicaron las limitaciones y recomendaciones pertinentes basadas en el estudio

realizado.
39

Consideraciones Éticas

La investigación de la Conducta Prosocial en adolescentes, se basó en los

parámetros expuestos por la Federación Venezolana de Psicólogos (1984) sobre el

tratamiento ético estimado para la profesión. Se toman en cuenta los siguientes artículos:

El artículo 54 contempla que el estudio de la psique humana estará basado en los

más elevados principios éticos y científicos. Cumpliendo de esta forma con valores tales

como el respeto, la responsabilidad, la consideración, y la estima que merece todo ser

humano que es parte de una investigación.

El artículo 55 señala que la investigación debe ser supervisada por personas

calificadas en el área, cumpliendo por ende, dicha investigación, ya que una estudiante de

Psicología (Elymar Rondón) está elaborando este estudio, y a su vez esta supervisada por

una Psicólogo especialista en el área de Psicología Clínica Infantil/Adolescente (Psic.

Lisbeth Moreno) y un Psicólogo especialista en el área Clínica y Metodológica (Psic.

Héctor Peña)

El artículo 57 alega la protección física y mental de las personas estudiadas,

tomando en consideración que la persona tuvo la libertad de decidir participar o no en la

investigación, de suspender el estudio en cualquier momento. Asimismo se garantizó la

ayuda psicológica necesaria a quienes la ameriten.


40

El artículo 60 hace referencia al anonimato de las personas estudiadas, y evitar o

frenar un posible daño moral. Por tanto, no se solicitó colocar el nombre del sujeto en el

instrumento a fin de proteger su integridad moral o física.

El artículo 70 expresa que se debe adjudicar justo reconocimiento a las personas que

tomaron parte del proyecto, aclarando la labor ejecutada por los participantes, siendo así se

acredita a las personas que supervisaron y elaboraron esta investigación.


CAPITULO IV

RESULTADOS

Análisis y Discusión de Resultados

Esta sección hace referencia a los resultados y análisis de los datos obtenidos a

través del presente estudio, tomando en cuenta los objetivos planteados. Dichos resultados

fueron analizados utilizando análisis descriptivo a través del programa Microsoft Excel, con

el fin de dar respuesta a los objetivos establecidos, los cuales determinan la presencia de

Conducta Prosocial en adolescentes escolarizados, procedentes de la Escuela Básica

Estadal 23 de Enero y la Unidad Educativa Nacional (UEN) Dr. Francisco Ochoa.

41
42

Cuadro N° 7

Estadísticos Descriptivos de la Puntuación por Factores de las HP

Factor X Categoría

Toma de Perspectiva 18 Medio Alta

Solidaridad 22 Medio Alta

Altruismo 17 Medio Alta

Asistencia 13 Medio Alta

En los datos indicados en el Cuadro N° 7, se observa que los factores toma de

perspectiva, solidaridad, altruismo y asistencia son medianamente altos, es decir, los

adolescentes de este estudio realizan frecuentes acciones encaminadas a beneficiar a otra

persona, concibiendo la Conducta Prosocial como toda conducta social positiva, sin

diferenciación en la motivación, altruista que ésta contenga, según lo puntualizado por

González (1992).

De acuerdo al primer objetivo específico planteado, los datos apuntan que los

adolescentes participantes en este estudio, tienen medianamente alta la capacidad para

inferir los pensamientos y sentimientos de otras personas, generando simpatía, comprensión

y ternura (Batson y cols, 1997).

La Toma de Perspectiva o Empatía, puede tomar la modalidad de Empatía

Cognitiva o Emocional, siendo la empatía cognitiva aquella relacionada con tomar la

perspectiva, el punto de vista cognitivo, de otra persona, mientras que la empatía emocional
43

tiene dos vertientes, la empatía emocional paralela, en la cual se experimenta las mismas

respuestas emocionales que experimenta otra persona; y la empatía reactiva, en la cual

existe reacción emocional ante la experiencia que vive otra persona (Morales, 1999).

Asimismo, los resultados obtenidos de empatía o toma de perspectiva en este estudio,

indican en forma general, la capacidad de inferir pensamientos y sentimientos en otra

persona.

Éstos resultados se relacionan con el estudio realizado por Mestre et al. (2006), en el

cual se evidencia la empatía como principal motivador de la conducta Prosocial, tanto en

sus componentes cognitivos como en sus componentes emocionales, siendo estos últimos

los más resaltantes. Aunado a lo anterior, Mestre et al. (2006) señalan la importancia de

educar en la empatía y estilos de razonamiento ante problemas sociales, para así desarrollar

las conductas prosociales, y de esta manera facilitar las relaciones sociales, e inhibir

conductas desadaptadas en los adolescentes. La empatía juega un papel importante en el

desarrollo de la ética y la moral del ser humano. La actitud empática interviene en los

juicios morales, a consecuencia de que los dilemas morales de la persona involucran a otras

como víctimas en potencia (Goleman, 1996).

En relación al segundo objetivo específico planteado, los resultados obtenidos al

evaluar la solidaridad y respuestas de ayuda, indican que los adolescentes evaluados en el

presente estudio poseen medianamente alta la disposición moral o la virtud de ayuda hacia

el otro (Villar y García, 2004), asimismo son medianamente altas sus conductas

emergentes, de forma individual o grupal, ante la necesidad de otra persona (Morales et al,

1999), son medianamente altas.


44

De acuerdo al tercer objetivo específico planteado, el nivel de altruismo arrojado

por la presente investigación, revela que los adolescentes evaluados expresan una

preocupación desinteresada medianamente alta hacia otros, estando esta preocupación

relacionada con la meta de ayudar a otras personas. Esto incluye motivos y valores

internos, que conducen a ejecutar conductas prosociales.

En el estudio realizado por Ruiz (2005), la conducta prosocial-altruista en

adolescentes pertenecientes al Movimiento Boy Scout arrojaron altos puntajes. Lo cual

indica que ambos grupos estudiados, los adolescentes del presente estudio y los que son

Boy Scout tienen una disposición desinteresada al momento de ayudar a otra persona a

nivel conductual. Por otra parte, los adolescentes Boy Scout están continuamente

sumergidos en un contexto donde los principios morales son reforzados, y la dignidad

humana es respetada sin importar condiciones raciales, religiosas, entre otros, por lo cual

sus intenciones altruistas son una convicción y por ende sus puntajes son altos. Aunado a

ello, las madres valoradas altamente prosociales, tienen más probabilidades de tener hijos

altamente prosociales, lo que indica que puede existir una relación importante en el vínculo

materno y el desarrollo de actividades prosociales.

Lo anteriormente señalado, resalta la importancia del entorno social como

modelador de la conducta prosocial-altruista, por lo que se podría deducir que los

adolescentes estudiados se ubican en un ambiente en el cual la ayuda hacia otras personas

es valorada, sin embargo sería tema para otra investigación. Es significativo el hecho de

arrojar medianamente altas conductas prosociales y altruistas pues demuestra que existe la

semilla de una posible buena relación con el Otro, una relación de ayuda desinteresada, ésta
45

semilla yace en el ser interior de cada adolescente, y es aún más significativo que el

adolescente, la sociedad y el sistema educativo tome responsabilidad de germinarla

En cuanto al cuarto objetivo específico planteado, el nivel de asistencia indicado en

los resultados del presente estudio, demuestra que los adolescentes evaluados poseen

medianamente altas capacidades de ofrecer un servicio o asistir a quien presenta una

situación que amerite la ayuda de otra persona (Morales et al., 2011). Éstos resultados se

asemejan con los de la investigación realizada por Morales et al. (2011), quienes

encontraron medianamente altas capacidades de asistencia en adolescentes con edades

comprendidas entre 11 y 14 años, mientras que las personas de la población restante,

comprendida entre edades de 15 y 28 años, arrojaron bajas y medianamente bajas

capacidades de asistencia.

Sin embargo, al momento de aplicar el instrumento, la población adolescente se

encontraba desorganizada dentro y fuera de sus aulas, demostrando conductas inapropiadas

para una institución educativa, tales como bailes provocativos, piropos en voz alta hacia las

figuras de autoridad, burlas hacia algunas personas, y en algunos de ellos no se observaba

compromiso en la realización del instrumento. Por tanto, existen ciertas diferencias entre

las conductas observadas y los resultados obtenidos en la investigación.

Ésta diferencia entre los resultados y lo observado, puede estar relacionada con la

etapa evolutiva de la población, así como otros factores propios de la cultura, o autoridad

de la institución. En cuanto a la etapa evolutiva, Erik Erikson, 1963, 1968, (citado por

Stassen, 2007), señala que el adolescente se encuentra en una búsqueda de identidad, siendo
46

ésta la quinta crisis psicológica de la vida, que recibe el nombre de Identidad versus

Difusión, en la cual hay una lucha por la individualidad en base a la experiencia y la

solidaridad con los ideales del grupo. Es decir, el adolescente podría actuar más en base a

ideales del grupo que a ideales propios, ya que éstos último aún no están construidos

completamente.

Asimismo, Marcia, 1966, 1980, 1994, (citado por Weiten, 2006) expone que el

adolescente se encuentra en presencia o ausencia de compromiso con la búsqueda de

sentido y dirección de la vida, concluyendo que hay 4 orientaciones o estados de identidad

en los que el sujeto puede ubicarse. Dentro de los cuales, se encuentra Exclusión de

identidad, en el cual hay un compromiso con visiones, valores y roles, sin embargo han

sido impuestos por figuras de autoridad, por lo general figuras parentales; es decir, en el

caso de existir comportamientos Prosociales, estarían encaminados en cumplir con los

mandatos de las figuras de autoridad de los sujetos, con el fin de demostrar una imagen

deseada por otras personas. Pudiendo estar relacionada esta teoría con una parte de los

resultados obtenidos en la investigación, al querer dar una imagen de valores y visiones en

pro o beneficio de otras personas.

Por su parte, Kohlberg, 1969, 1982, (citado por Garaigordobil, 2005), explica el

desarrollo moral en 6 estadios, dentro de los cuales se ubican a los adolescentes en el nivel

convencional, donde éste se identifica con las normas y expectativas convencionales de la

sociedad o autoridad, las cuales se ejecutan con el objetivo del buen funcionamiento social

e institucional, y la moralidad se basa en el respeto a la ley y la responsabilidad del orden

social. Aunque no se hayan demostrado del todo dichas caracterizaciones en las conductas
47

observadas durante la aplicación del instrumento, se observa que la respuesta de puntuación

alta (Me describe bien) esta con frecuencia en ítems de conductas observables, por ejemplo,

ofrezco de mis alimentos cuando hay otras personas; si alguien perdió algún objeto

personal, le ayudo a buscarlo. Lo cual concuerda con lo anteriormente señalado, es decir,

más por expectativas convencionales de la sociedad o autoridad, que por convicción propia

de ejecutar conductas que beneficien a otros.

Asimismo, Batson, 1987 (citado por Batson, 1991), argumenta que existen tres

caminos por los cuales una persona actúa prosocialmente. Esta quien toma el camino

egoísta, que actúa para evitar un castigo o culpa, o recibir recompensa de cualquier tipo;

está la persona que evita las emociones negativas que provoca la empatía; y está, por

último, la persona que actúa por altruismo. Dichos caminos se refieren a la motivación de la

conducta Prosocial, que aunque dos de los caminos no sean altruistas, los tres demuestran

conductas observables que conllevan al beneficio de otra persona así como a un beneficio

propio, pudiendo ser cualquiera de estos caminos, los que los adolescentes de esta

investigación hayan tomado para referir que poseen conductas medianamente altas que

beneficien a otras personas.


48

Cuadro N° 8

Estadísticos Descriptivos por factores tomando en cuenta la Edad

X Categoría
Factor
11-12 13-14 11-12 13-14

Toma de Perspectiva 17 18 Medio Bajo Medio Alto

Solidaridad 21 22 Medio Bajo Medio Alto

Altruismo 17 17 Medio Alto Medio Alto

Asistencia 12 14 Medio Alto Alto

El cuadro n° 8 muestra los datos referentes a los factores de la conducta Prosocial en

adolescentes agrupados de 11 a 12 años, y de 13 a 14 años, hallándose que en toma de

perspectiva y solidaridad del primer grupo (11-12 años) se califica como Medio Bajo, y en

el segundo grupo (13-14 años) como Medio Alto, concluyendo que los más jóvenes son

relativamente menos empáticos y solidarios, entendiendo que la empatía es la capacidad de

inferir pensamientos y sentimientos de otros, y la solidaridad es la expresión moral que

hace el individuo de manera voluntaria y generosa hacia el bien de otro.

En cuanto a la asistencia, se observa una diferencia entre los más jóvenes (11-

12años) y los mayores (13-14años) de esta investigación, señalando que el grupo de 13 a 14

años tiene altas conductas de asistencia, mientras que el grupo de 11 a 12 años tiene

conductas de asistencia medianamente altas. Entendiendo la asistencia como la acción de

ofrecer un servicio a una persona que lo necesite, es decir, proporcionar una ayuda física a
49

través del servicio o asistencia. Dichos resultados se asemejan a la investigación de

Sánchez (2006), en la cual señala que el comportamiento prosocial parece tener similares

puntuaciones en los adolescentes cuyas edades comprenden los 12 y 14 años.


50

CONCLUSIONES

En el primer objetivo específico referido a la toma de perspectiva descrita en

adolescentes escolarizados, se ubica en el nivel Medio Alto. Siendo los más jóvenes (11 a

12 años de edad) menos empáticos.

En cuanto al segundo objetivo específico de la investigación, la solidaridad en

adolescentes escolarizados se caracteriza en el nivel Medio Alto. Siendo los más jóvenes

(11 a 12 años de edad) menos solidarios.

En relación al tercer objetivo planteado que abarca el altruismo identificado en

adolescentes escolarizados, se ubica en el nivel Medio Alto. Encontrándose ambos grupos,

jóvenes de 11-12 años y 13 -14 años, en el mismo nivel.

Por último, con respecto a la asistencia evaluada en adolescentes escolarizados, se

ubica en el nivel Medio Alto. Siendo los adolescentes entre 13 y 14 años de edad los más

dispuestos a proporcionar asistencia o servicio a quien lo necesite.


51

RECOMENDACIONES

Se motiva a los adolescentes a seguir desarrollando conductas prosociales, pues

estas facilitan las relaciones sociales e inhiben conductas desadaptativas que pueden

acarrear consecuencias perjudiciales en sus vidas. El desarrollo de las conductas prosociales

se puede encausar fortaleciendo los valores y principios morales que yacen en su

individualidad, los cuales se fortalecen colaborando en actividades del hogar, de la

comunidad, ofreciendo la ayuda a quien la necesite, compartiendo y respetando las

relaciones sociales ya establecidas, entre otros.

Se invita a los adolescentes a pertenecer a un grupo prosocial, como boy scouts,

cruz roja, grupos de rescate, protección animal, u otros. En caso de no existir un grupo,

fomentar la creación de uno. De otra manera, integrarse a un grupo deportivo, artístico o

intelectual, pues dichos grupos incrementan valores como la responsabilidad, disciplina,

compromiso, perseverancia, que pueden influir en la mejora de relaciones sociales.

Se considera importante la aplicación de cátedras que impulsen el desarrollo de las

habilidades prosociales con motivación altruista, enfatizándose en la enseñanza de valores

morales y su respectiva convicción. Por lo cual se propone incluir en el pensum de estudios

de primaria y secundaria, una materia encargada de orientar y guiar hacia las buenas

costumbres personales y sociales, así como actividades cooperativas, de ayuda, y

empáticas. Cabe resaltar que las instituciones educativas tienen el deber de hacer prevalecer

y suscitar la cultura y la moral, recayendo esto en las autoridades que allí se encuentran,

quienes enseñan a partir de su ejemplo y de las clases impartidas en dichas instituciones.


52

En futuras investigaciones, se recomienda además del autoinforme, la aplicación de

un instrumento en padres y profesores, para así recolectar información de diferentes

perspectivas.

El instrumento podría ser usado en investigaciones como indicador psicométrico de

las habilidades prosociales, bien sea para desarrollar la conducta prosocial, estudiar los

niveles de empatía, la correlación entre prosocialidad y el vínculo materno, personalidad y

habilidades prosociales, u otros.

Se insta a utilizar o diseñar un instrumento de habilidades prosociales en niños,

adolescentes o adultos con el fin de examinar diversos temas, siendo algunos de ellos, la

diferencia de conductas prosociales en grupos con diferente etapa de vida o estadios

morales, motivación hacia la prosocialidad, entre otros.

Las habilidades prosociales podrían ser desarrolladas a través de actividades lúdicas,

pudiendo tomar el instrumento utilizado para pretest- postest.

Se recomienda utilizar una muestra más amplia en edades, y más homogénea para

investigaciones similares a la presente.


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ANEXOS
EHP-A
Género Edad Escolaridad Lugar de Procedencia

INSTRUCCIONES Las siguientes afirmaciones se refieren a lo que haces cotidianamente, o qué harías en una
variedad de situaciones. No hay respuestas buenas ni malas, lo más importante es que respondas con sinceridad.

Lee cuidadosamente cada frase y elije la opción que más te describa. Cuando hayas elegido tu respuesta,
marca con una cruz (X) la casilla correspondiente, en una de las cuatro opciones.

NO DEJES NINGUNA AFIRMACIÓN SIN CONTESTAR.

Me Me Me No Me
Describe Describe describe Describe
Bien Regular Poco
1 Si alguien perdió algún objeto personal, le ayudo a buscarlo.
2 Cuando ofendo a una persona, procuro disculparme.
3 Doy mi asiento a personas que lo requieren.
4 Colaboraría con instituciones de beneficencia.
5 Ante una catástrofe, pienso que unidos podemos salir adelante.
6 Trabajaría como voluntario (a) en grupos como cruz roja o
bomberos.
7 Acostumbro a donar dinero o en especie, para apoyar a las
personas necesitadas.
8 Ayudo a personas de la tercera edad y con capacidades
diferentes a cruzar la calle.
9 Si una persona es ofendida, imagino lo mal que se siente.
10 Cuando me percato de un robo doy aviso a las autoridades.
11 Brindaría alimento a personas que vienen de afuera.
12 Acostumbro reunir ropa en buen estado, que no uso, para
regalarla.
13 Cuando veo un accidente en carretera inmediatamente actúo,
llamo a emergencias.
14 Si una persona olvida algún objeto, lo recojo y se lo entrego.
15 Me gustaría ser paramédico aunque no reciba sueldo.
16 Comprendo cómo se siente una persona cuando es rechazada.
17 Ofrezco de mis alimentos cuando hay otras personas.
18 Comprendo cuando alguien esta pasando por un mal momento.
19 Antes de criticar a alguien me imagino cómo se sentiría si
estuviera en su lugar.
20 Cuidaría enfermos sin recibir un pago.

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