se entregan en la intimidad de sus cuerpos y almas, ya no hay reflejos en esa acción, el reflejo es anulado por la energía del amor… No hay defectos que mostrar el uno al otro ni lugar para nada más que la plenitud de la complacencia mutua. Nuestras esencias más terrenas son absorbidas por lo sublime, nuestras almas superiores toman control y se unen en la dimensión Divina del amor…