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La
Ecuación
Correcta
del
Éxito
En
todos
los
cursos
y
en
la
mayoría
de
los
libros,
la
ecuación
para
conseguir
éxito
empieza
con
el
Pensamiento,
seguido
por
la
Emoción
y
por
último,
la
Acción.
Esto
lo
que
nos
viene
a
decir
es
que
si
cambiamos
la
forma
de
pensar,
cambiará
las
emociones
que
sentimos,
y
por
tanto
la
forma
de
actuar
también
cambiará.
Pensamiento
à
Emoción
à
Acción
Pero
en
la
práctica,
esta
ecuación
no
funciona,
es
falsa.
Porque
nuestras
emociones
están
ligadas
a
nuestras
experiencias
pasadas
y
aunque
tratemos
de
cambiar
el
pensamiento
y
lo
consigamos,
con
el
paso
del
tiempo
las
emociones
que
están
ancladas
al
pasado
vuelven
a
nosotros
para
recordarnos
que
aquella
vez
no
funcionó.
Al
cabo
del
tiempo,
por
mucho
pensamiento
positivo
que
trates
tener,
la
emoción
nos
recordará
las
experiencias
del
pasado
en
las
que
no
lo
conseguiste.
El
Objetivo
En
el
Método
Ama,
la
Emoción
es
lo
más
importante.
La
Ecuación
Correcta
del
Éxito
comenzaría
primero
con
el
Objetivo
que
queremos
conseguir.
Tenemos
que
tener
muy
claro
cuál
es
nuestro
sueño,
aquello
donde
vamos
a
enfocarnos.
Una
vez
que
tenemos
el
Objetivo,
el
siguiente
paso
sería
el
Pensamiento
y
la
Emoción
para
trabajarlas
a
la
vez.
En
muchas
ocasiones
lo
trabajamos
de
forma
natural
cuando
alineamos
nuestros
pensamientos
y
emociones
para
un
objetivo
común,
y
al
hacerlo
de
esta
manera,
terminamos
consiguiendo
aquello
en
lo
que
nos
enfocamos.
El
Pensamiento
debe
alimentar
la
Emoción,
y
la
Emoción
debe
alimentar
el
Pensamiento.
El
último
paso
es
la
Convicción
de
que
vamos
a
lograrlo,
estar
100%
convencido
de
que
lo
conseguiremos.
Esto
quiere
decir
que
nos
vamos
a
anclar
ese
futuro
en
el
presente,
vivir
con
la
certeza
de
que
lo
vamos
a
conseguir
con
fe
absoluta.
A
partir
de
aquí,
dejaremos
que
la
vida
nos
sorprenda.
En
esta
Ecuación
del
Éxito
no
hemos
incluído
la
Acción,
porque
no
es
necesaria.
Las
oportunidades
van
a
llegar
y
las
vas
a
poder
reconocer.
No
es
una
cuestión
de
buscar
oportunidades
y
pensar
en
cómo
podemos
conseguir
nuestro
objetivo.
Es
una
cuestión
de
trabajarte
tú
con
la
ecuación
y
dejar
que
la
vida
te
refleje
los
cambios
que
has
experimentado.
La
vida
es
un
reflejo
de
ti
mismo.