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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0074/2017

Sucre, 24 de octubre de 2017

SALA PLENA
Magistrado Relator: Tata Efren Choque Capuma
Acción de inconstitucionalidad concreta

Expediente: 16952-2016-34-AIC
Departamento: La Paz

En la acción de inconstitucionalidad concreta, promovida por la Agencia


Despachante de Aduanas “GNOSIS S.R.L.”, representado legalmente por Santiago
Alberto Goitia Málaga; demandando la inconstitucionalidad del artículo Primero
conducta 3 de la Resolución de Directorio RD 01-021-15 de 15 de septiembre de
2015, emitida por el Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), por ser
presuntamente contraria a los arts. 9.4, 22, 46.I y II, 47.I, 108.1, 2 y 3, 109.II,
115.II, 116.I, 117.I y 410 de la Constitución Política del Estado (CPE); 8.2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); 11 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos (DUDH); y, 14.2 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Por memorial presentado el 18 de octubre de 2016, cursante a fs. 35 a 55 vta.,


dentro del Recurso Jerárquico interpuesto por la entidad accionante, contra la
Resolución ARIT-LPZ/RA 0563/2016 de 4 de agosto, emitida por la Autoridad
Regional de Impugnación Tributaria (ARIT) La Paz, como efecto del Recurso de
Alzada; éste interpuso acción de inconstitucional concreta, con los siguientes
argumentos:

I.1.1. Relación sintética de la acción

Dentro del proceso administrativo contra la Agencia Despachante de Aduana


“GNOSIS S.R.L.”, por el cargo de contravención aduanera del error de
transcripción de datos consignados en la página de documentos adicionales de
105 Declaraciones Únicas de Importaciones (DUIs), de una sola importación,
realizada mediante factura comercial GZDY20150722-01 de 20 de agosto de 2015,

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estando esta conducta incorporada en el artículo primero conducta 3 de la
Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia RD 01-021-15, que
prevé como sanción 500 UFV´s (quinientos unidades de fomento a la vivienda);
en consecuencia, dicha previsión, incorpora una responsabilidad objetiva, que
resulta ser contraria a la presunción de inocencia y al principio de culpabilidad
garantizados por la Constitución Política del Estado y los instrumentos
internacionales, en razón a que, dicha norma administrativa fija que la sanción
sea impuesta sin que la Administración Aduanera, como acusadora, tenga que
probar la culpabilidad del administrador, lo cual hace que el proceso determine
una conducta y se emita una sanción directa, por medio de un mero trámite que
no permite el ejercicio efectivo del derecho a la defensa, mucho menos probar la
no culpabilidad del sujeto por inconcurrencia del elemento volitivo.

La Resolución cuestionada, al establecer la responsabilidad objetiva y atribuir


sanción al error, contraviene la presunción de inocencia; pero además, tampoco
satisface las exigencias de los principios de legalidad, tipicidad, taxatividad,
atentando de este modo la libertad y dignidad del ser humano, al no versar sobre
una conducta que guiada por la voluntad, permita al administrado dimensionar las
consecuencias de sus actos, sino que, un resultado “error” se constituye en el
presupuesto para la imposición de la sanción establecida en la norma objetada. La
referida previsión, a la vez, da cabida a la más amplia gama de equivocaciones
imaginables y carentes de precisión; por tanto, carece de claridad y no permite a
las personas comprender el alcance de lo proscrito, bajo amenaza de sanción.

La norma impugnada resulta inconstitucional, no observa la razonabilidad y


proporcionalidad; por cuanto, el establecer sanción por un error de escritura,
resulta irrelevante para el control aduanero ya que para su validación por la ANB
va ineludiblemente aparejada de los documentos soporte por medio digital; pero
además se debe tomar en cuenta que, la conducta humana es falible y el derecho
no pude sancionar la falibilidad, más aún, cuando el ordenamiento normativo
procesal boliviano, prevé la corrección de los errores ya sea de oficio o por
petición de las partes, sin que traiga como consecuencia la punición; y por otro
lado, el ejercicio de la facultad punitoria, no pude constituirse en un mecanismo
recaudatorio, que priorice la aplicación de la sanción pecuniaria, frente a función
correctiva de las conductas que se consideran lesivas.

Asimismo, la RD atacada de inconstitucional, resulta irracional, al establecer


sanción en los casos en los que el error, no produce lesión derechos o afectación
a los intereses públicos o de terceros; en tal mérito, para que opere esta
consecuencia jurídica “sanción”, el presupuesto elemental es la existencia de una
lesión real y efectiva, que en el presente caso, no se hace referencia, por lo que,
sancionar por errores inocuos, resultaría irracional. A su vez; en el caso
denunciado, el procedimiento administrativo establecido para la aplicación de la
norma debatida, se aparta de las exigencias del debido proceso, al no dar cabida
a la valoración de la conducta del administrado y la lesividad de aquella;
convirtiendo de este modo, en irrelevante el derecho a la defensa y el ejercicio de

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los medios recursivos o de impugnación, menoscabando en consecuencia, todos
los derechos y garantías protegidos por estas.

I.1.2. Resolución de la autoridad consultante

Promovida la acción de inconstitucionalidad concreta; Daney David Valdivia Coria,


Director Ejecutivo a.i de la Autoridad General de Impugnación Tributaria, por
Resolución AGIT-RAIC/0006/2016 de 25 de octubre, cursante de fs. 76 a 85;
RECHAZÓ la solicitud formulada por la Agencia Despachante de Aduanas
“GNOSIS S.R.L.”, de promover la acción de inconstitucionalidad concreta;
expresando como argumentos, la transgresión de los arts.: 24, 78.II.1 y 2, y no
cumplir con las condiciones y requisitos previstos en los arts. 73.2 y 79 todos del
Código Procesal Constitucional (CPCo). Disponiendo se eleve obrados al Tribunal
Constitucional Plurinacional, para su revisión.

I.2. Admisión y citaciones

Mediante Auto Constitucional (AC) 0270/2016-CA de 7 de noviembre, cursante de


fs. 88 a 94, la Comisión de Admisión del Tribunal Constitucional Plurinacional,
Revocó la Resolución AGIT-RAIC/0006/2016 de 25 de octubre; consecuentemente
admitió la acción de inconstitucionalidad concreta, interpuesta por la Agencia
Despachante de Aduanas “GNOSIS S.R.L.” representada legalmente por Santiago
Alberto Goitia Málaga; y, en consecuencia, dispuso se ponga en conocimiento de
Marlene Ardaya Vásquez, Presidenta Ejecutiva a.i. de la Aduana Nacional de
Bolivia, como personera del Órgano que generó la norma impugnada, a objeto de
su apersonamiento y formulación de alegatos en el pazo de quince días;
notificaciones que se cumplieron el 4 de mayo de 2017, conforme se evidencia de
las diligencias cursantes de fs. 289 y 290.

I.3. Alegaciones del representante del Órgano que generó la norma


impugnada

Marlene Danitza Ardaya Vasquez, Presidenta Ejecutiva de la Aduana Nacional,


mediante informe de fs. 371 a 386 vta., manifestó lo siguiente: a) En el apartado
VI del memorial por el que cual se cuestiona la constitucionalidad de la Resolución
de Directorio RD 01-021-15 de 15 de septiembre, refiriéndose al impacto de la
aplicación de la norma cuestionada en el caso concreto, se limitó a considerar la
”conducta 3”, y no consideró que dicha resolución, contiene cuatro conductas,
omitiendo en consecuencia expresar de qué manera cada una de ellas infringe los
preceptos constitucionales dado que las 105 Resoluciones, se encuentran en
estado de ejecución; b) El accionante, al haber registrado y validado la
Declaración Única de Importación DUI 2016/235/C-555 el “25/01/2016” (sic), por
cuenta de su comitente, para la importación de 105 motocicletas marca DAYUN,
asumió la responsabilidad de la correcta aplicación de la normativa aduanera, en
ese sentido la RD 01-024-15 aprueba el procedimiento del Régimen de
Importación para el Consumo, por tanto debió haber elaborado los documentos
de manera completa, correcta y exacta sobre la base de la documentación soporte

3
proporcionada, sin embargo, el demandante registró en la página de documentos
adicionales la planilla de gastos portuarios con fecha “24/10/2015” (sic), siendo lo
correcto “27/10/2015” (sic), por tanto los 105 trámites ingresaron a la comisión
de contravención aduanera; c) En aplicación de la presunción de inocencia en el
ámbito administrativo, se inició el proceso conforme al art. 69 de la Ley 2492 de 2
de agosto de 2003, emitiendo acta de reconocimiento pertinentes a las 105
DUI´s, haciendo constar el error de transcripción referido, el mismo que no fue
desvirtuado por el accionante, dentro del plazo legal previsto en el proceso y se
aplicó el art. 76 del Código Tributario Boliviano (CTB), que establece que la carga
de la prueba corresponde al encausado, por tal motivo la emisión de las
resoluciones sancionatorias que declararon probada la comisión de contravención
en aplicación de la RD 01-021-15, no vulnera la garantía de la presunción de
inocencia establecida en el art. 116 de la CPE; d) En cuanto al debido proceso,
conforme el art. 72 del CPCo, las acciones de inconstitucionalidad que se
plantean, deben contradecir el orden constitucional y no como interpreta el
accionante, para la vulneración de sus derechos constitucionales, el Código
Procesal Constitucional prevé otro típico de acciones de defensa, como la acción
de Amparo Constitucional, instancia a la que ya acudió, no pudiendo solicitar
mediante la acción de defensa busque, la revisión de fallos que fueron emitidos
anteriormente; e) El art. 285 del Decreto Supremo (DS) 25870, dispone que la
Aduana Nacional mediante Resolución de Directorio, aprobará la clasificación de
contravenciones y la graduación en la aplicación de la misma, en ese sentido el
error de transcripción en la página de documentos adiciones, es llanamente
reincidente, conducta debidamente sancionada mediante la RD 01-021-15 de 15
de septiembre de 2015, que se enmarca en la RA-PE 01-012-13 de 20 de agosto
de 2013, por lo referido este tipo de errores merecen sanción, con el pago de 500
UFV´s. f) La máxima autoridad de la Aduana Nacional y el Directorio, en uso de
sus atribuciones conferidas por ley, aprobó la Resolución de Directorio RD 01-021-
15, como autoridad competente para emitir normativas especializadas de
aplicación general, conforme determina el art. 31 del DS 25870, no pudiendo
argumentar que ha transgredido el principio de legalidad, puesto que la Ley 2492
tipifica contravenciones, asimismo el art. 86 de la Ley general de Aduanas (LGA),
siendo la conducta 3, error de transcripción de datos consignados en la página de
documentos adicionales de la RD 01-021-15, no hace más que tipificar la
conducta y las sanciones para los mismos de manera taxativa, que
reincidentemente los sujetos pasivos cometen; g) La tipificación de error de
transcripción en la Resolución de Directorio RD 01-021-15, emerge de lo previsto
en el art. 165 del CTB y art. 186 LGA, normativa que establece de manera
expresa que los errores de transcripción se constituyen en contravenciones, son
sancionados conforme art. 165 ter del CTB, gozando de legalidad, el error se
constituye en un resultado y no en una conducta, no existe falta de taxatividad, la
sanción no es oscilatoria, toda vez que la Administración Aduanera, mediante la
Resolución ahora impugnada, dejo expresamente establecido que el error de
transcripción de datos consignados en la página de documentos adicionales, se
encuentra sancionado con el pago de la multa de UFV´s 500; h) No existe la
violación al principio de tipicidad, toda vez que, la RD 01-021-15, claramente
sanciona como contravención aduanera el error de transcripción de datos

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consignados en la página de documentos adicionales, con una multa de UFV´s
500, por lo que se tiene certeza de la conducta sancionada y no una prohibida;
i) Respecto al principio de proporcionalidad, de la lectura de la RD 01-021-15, se
establece de manera clara y concreta la contravención aduanera y la sanción de la
misma, sin dar lugar a discrecionalidad por parte de la Administración Aduanera
en cuanto a su aplicación. Es necesario efectuar un tratamiento diferente a los
errores cometidos por los sujetos pasivos en operaciones aduaneras y los errores
por servidores públicos en la emisión de actos administrativos, la primera se
encuentra claramente tipificados por las leyes de carácter nacional; j) Es evidente
que el error sancionado no ocasiona lesión a los intereses del Estado; empero, la
Administración Aduanera, identificó que las Agencias Despachantes de Aduana,
como auxiliares de la función pública, incurrieron en forma frecuente en este tipo
de irregularidades en la elaboración de DUIs, por lo que, la RD 01-021-15 tiene
por finalidad orientar los procedimientos a ser instaurados en ejercicio de la
potestad administrativa sancionatoria, inherente a la Administración Pública; k) La
Resolución Administrativa AN-SCRZI-RA-1165/2016 de 12 de septiembre, emitida
en otro caso, no tiene ninguna relación con el presente y no resulta aplicable sus
razonamientos, por cuanto no goza de los efectos vinculantes; y, l) En relación a
la vulneración al debido proceso, la Administración Aduanera cuenta con la
potestad sancionatoria para imponer sanciones a través de un procedimiento
administrativo, conforme el art. 66.9 del CTB, el hecho de error de la fecha de la
planilla de gastos en la página de documentos adicionales de 105 DUI´s, se
acomoda a la RD 01-021-15, munido de toda la legalidad de respeto al debido
proceso, más aún cuando el accionante no tomó en cuenta que, la normativa
señalada de inconstitucional, fue emitida dentro del ámbito tributario aduanero,
en el entendido que tiene que ver con la declaración de mercancías.

I.4. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Mediante AC 027/2017-CA-MC/S de 17 de mayo, la Comisión de Admisión del


Tribunal Constitucional Plurinacional, rechazó la aplicación de la medida cautelar
solicitado por el demandante, por no haber incumplido los requisitos establecidos
en la SC 0664/2010-R de 19 de julio (fs. 392 a 395).

II. CONCLUSIONES

De la revisión y análisis de los antecedentes que cursan en el expediente se


establece lo siguiente:

II.1. La presente acción de inconstitucionalidad concreta, se promovió dentro del


trámite del Recurso Jerárquico contra la Resolución ARIT-LPZ/RA 0563/2016 de 4
de agosto, emitida por la Autoridad Regional de Impugnación Tributaria (ARIT) La
Paz, como efecto del proceso sumario contravencional iniciado por la
Administración de la Aduanera Zona Franca Comercial e Industrial Patacamaya de
la Aduana Nacional contra el accionante (fs. 35 a 55).

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II.2. Los 105 sumarios contravencionales fueron iniciados por la Administración
de Aduana Zona Franca Comercial e Industrial Patacamaya de la Aduana Nacional
contra el accionante, por la comisión de contravención aduanera, “Error de
transcripción de datos consignados en la página de documentos adicionales” y fue
sancionado con 500 UFVs por cada proceso, en aplicación de la Resolución de
Directorio RD 01-021-15 de 15 de septiembre 2015. Todas las Resoluciones
fueron recurridas mediante un solo recurso de alzada (fs. 371 a 386 vta.).

II.3. Por memorial de 18 de octubre de 2016, Santiago Alberto Goitia Malaga en


representación legal de Agencia Despachante de Aduana GNOSIS S.R.L.,
demanda la inconstitucionalidad concreta contra la sanción establecida en el
artículo 1, conducta 3) de la Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de
Bolivia RD 01-021-15 de 15 de septiembre, en consideración a que la misma es
aplicada dentro del proceso administrativo aperturado contra la Agencia
Despachante referida. (fs. 35 a 55).

II.4. Mediante Resolución AGIT-RAIC/0006/2016 de 25 de octubre, el Director


Ejecutivo a.i de la Autoridad General de Impugnación Tributaria, RECHAZÓ la
solicitud de promover la acción de inconstitucionalidad concreta, por no haberse
fundamentado la inconstitucionalidad alegada, ni la relevancia que tendría la
Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia RD 01-021-15 de 15 de
septiembre, a tiempo de resolver el Recurso Jerárquico Planteado (fs. 76 a 85).

II.5. Normas impugnadas de inconstitucionales

Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia RD 01-021-15 de 15 de


septiembre

“RESUELVE:

PRIMERO. Aprobar la inclusión de (4) nuevas conductas al Anexo de Clasificación


de Contravenciones Aduaneras y Graduación de Sanciones, aprobado mediante
Resolución de Directorio RD 01-012-07 de 04/10/2007, referido al Régimen
Aduanero de importación al Consumo y Admisión Temporal, con el siguiente
texto:
(…)
Conducta 3: Régimen Aduanero: Importación al Consumo y Admisión Temporal
Sujeto: Declarante

Descripción de la contravención: Error de transcripción de datos consignados en la


Página de Documentos Adicionales

Sanción: 500 UFV´s”

II.6. Normas de la constitución consideradas infringidas

6
“Artículo 9. Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que
establece la Constitución y la ley:

(…)

4. Garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes


reconocidos y consagrados en esta Constitución.

“Artículo 22.
La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas
es deber primordial del Estado.”

“Artículo 46.
I. Toda persona tiene derecho:
1. Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin
discriminación, y con remuneración o salario justo, equitativo y
satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna.
2. A una fuente laboral estable, en condiciones equitativas y satisfactorias.

II. El Estado protegerá el ejercicio del trabajo en todas sus formas.”

“Artículo 47.
I. Toda persona tiene derecho a dedicarse al comercio, la industria o a cualquier
actividad económica lícita, en condiciones que no perjudiquen al bien
colectivo.”

“Artículo 108.
Son deberes de las bolivianas y los bolivianos:
1. Conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.
2. Conocer, respetar y promover los derechos reconocidos en la Constitución.
3. Promover y difundir la práctica de los valores y principios que proclama la
Constitución.”
(…)
“Artículo 109
(…)

II. Los derechos y sus garantías sólo podrán ser regulados por la ley”.

“Artículo 115.
(…)
II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones.”

“Artículo 116.
I. Se garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso duda
sobre la norma aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado.”

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“Artículo 117.
I. Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada
previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya
sido impuesta por autoridad judicial competente en sentencia ejecutoriada.”

“Artículo 410.

I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos,
funciones públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente
Constitución.

II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y


goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de
constitucionalidad está integrado por los Tratados y Convenios internacionales
en materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho Comunitario,
ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas se regirá por la
siguiente jerarquía, de acuerdo a las competencias de las entidades
territoriales:

1. Constitución Política del Estado.


2. Los tratados internacionales.
3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el
resto de legislación departamental, municipal e indígena.
4. Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos
ejecutivos correspondientes”.

II.7. Normas de Instrumentos Internacionales que se denuncia como


infringidos

II.7.1. Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH)

“Artículo 8. Garantías Judiciales


(…)
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad…”

II.7.2. Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH)

“Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia


mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en
el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de


cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional.

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Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la
comisión del delito”.

II.7.3. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)

“Artículo 14
(…)
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley”.

III.FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Se cuestiona la constitucionalidad del artículo primero, conducta 3 de la


Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia RD 01-021-15 de 15 de
septiembre, por infringir las normas contenidas en los arts. 9.4, 22, 46.I y II, 47.I,
108.1, 2 y 3, 109.II, 115.II, 116.I, 117.I, y 410 de la CPE, sosteniendo que la
norma impugnada, al establecer sanción por error en la transcripción de datos
consignados en la página de documentos adicionales, sin contemplar el análisis de
la culpabilidad, ni mucho menos de la lesividad de la conducta, incorpora la
responsabilidad objetiva, vulnerando la presunción de inocencia, la legalidad,
tipicidad, taxatividad, proporcionalidad y razonabilidad, así como el debido
proceso; en este último caso, por la ineficacia del procedimiento para garantizar el
derecho a la defensa.

En consecuencia, corresponde en ejercicio del control de constitucionalidad,


analizar los argumentos expuestos, mediante una contrastación de los extremos
denunciados con los valores, principios y preceptos constitucionales e
instrumentos internacionales invocados.

III.1. Naturaleza jurídica y alcances de la acción de


inconstitucionalidad concreta

El art. 196.I de la CPE, señal que: “El Tribunal Constitucional Plurinacional


vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de
constitucionalidad, y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y
las garantías constitucionales.” En este marco, para el cuestionamiento de
la inconstitucionalidad de una ley y otros instrumentos normativos de
carácter abstracto, la Norma Suprema en el art. 132, establece que: “Toda
persona individual o colectiva afectada por norma jurídica contraria a la
Constitución tendrá derecho a presentar la Acción de Inconstitucionalidad,
de acuerdo con los procedimientos establecidos por la ley.”

Ahora bien, según el art. 73. del CPCo, las acciones de


inconstitucionalidad podrán ser de dos tipos: a) El de carácter abstracto
contra leyes, estatutos autonómicos, cartas orgánicas, decretos,

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ordenanzas y todo género de resoluciones no judiciales; y, b) El de
carácter concreto, que procederá en el marco de un proceso judicial
o administrativo cuya decisión dependa de la constitucionalidad
de las leyes, estatutos autonómicos, cartas orgánicas, decretos,
ordenanzas y todo género de resoluciones no judiciales” (negrillas
son añadidas)

En relación al último inciso, la SCP 0253/2013 de 8 de marzo, estableció


que: “… cuando se hace referencia a la acción de inconstitucionalidad
concreta, corresponde interpretar el término proceso en su vertiente más
amplia que abarca y conglomera a procesos y procedimientos judiciales y
administrativos, ello en razón a que: 1) Si bien el incidente de
inconstitucionalidad proviene de una situación particular, el interés de
sanear el ordenamiento jurídico de normas inconstitucionales trasciende el
interés particular y alcanza al colectivo -orden público constitucional-…”.

Este mecanismo constitucional de defensa, tiene como objeto el velar por


la supremacía de la Constitución Política del Estado, declarando la
inconstitucionalidad de toda norma jurídica que pueda resultar contraria a
los valores supremos, principios y preceptos constitucionales, y se activa
a instancia de parte o de oficio por las autoridades jurisdiccionales o
administrativas encargadas de resolver una controversia en particular en
la cual se aplicará la norma cuestionada.

De acuerdo al art. 24.I.4 del CPCo, uno de los principales requisitos que
deben contener este tipo de acciones, es la identificación de la disposición
legal impugnada, así como las normas constitucionales que se consideren
infringidas, formulando con claridad los motivos por los que aquella
resulta contraria a la Constitución Política del Estado. Esto implica exponer
el o los enunciados jurídicos concretos relacionados con el mandato,
prohibición o permisión de conducta del precepto jurídico cuestionado de
inconstitucional que vulneren específicamente el contenido de las
disposiciones constitucionales. En esta dirección, el AC 0042/2010-CA de 5
de abril determinó que: “…La expresión de los fundamentos jurídico-
constitucionales es esencial, pues no es suficiente la mera identificación de
las normas constitucionales que se considera estarían siendo infringidas
(…) también es imprescindible que se exprese y justifique en qué medida
la decisión que debe adoptar el Juez o Tribunal depende de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la disposición legal
impugnada; por lo que la inobservancia de estos requisitos, hace inviable
el ejercicio de control de constitucionalidad …”. Esta línea jurisprudencial
es seguida por la SCP 0099/2014 de 10 de enero.

En este orden de la interpretación del art. 79 y ss. del CPCo; se advierte


que la acción concreta de inconstitucionalidad tiene la finalidad de
someter al control de constitucionalidad una disposición legal, sobre cuya
constitucionalidad surge una duda razonable y fundada, en aquellos casos

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concretos en los que debe ser aplicada para resolver una cuestión
jurisdiccional o administrativo.

Por su parte, la SCP 0686/2012 de 2 de agosto, recopilando los


razonamientos desarrollados desde la vigencia de la jurisdicción
constitucional, señaló: “Respecto a los alcances del control de
constitucionalidad, el anterior Tribunal Constitucional en la SC 0019/2006
de 5 de abril, siguiendo el criterio expresado por la SC 0051/2005 de 18
de agosto, precisó: ‘…el control de constitucionalidad abarca los siguientes
ámbitos: a) La verificación de la compatibilidad o incompatibilidad de las
disposiciones legales impugnadas con las normas de la Constitución
Política del Estado, lo que incluye el sistema de valores supremos,
principios fundamentales, así como los derechos fundamentales
consagrados en dicha Ley Fundamental; b) La interpretación de las
normas constitucionales así como de la disposición legal sometida al
control desde y conforme a la Constitución Política del Estado; c) El
desarrollo de un juicio relacional para determinar si una norma legal es o
no conforme con las normas constitucionales; determinando previamente
el significado de la norma legal por vía de interpretación; y, d) La
determinación de mantener las normas de la disposición legal sometida al
control. De lo referido se concluye que el control de constitucionalidad no
alcanza a la valoración de los fines, los propósitos, la conveniencia o
beneficios que pudiese generar la disposición legal sometida a control; lo
que significa que el Tribunal Constitucional, como órgano encargado del
control de constitucionalidad, no tiene a su cargo la evaluación de si son
convenientes, oportunos o benéficos los propósitos buscados por las
normas impugnadas, su labor se concentra en el control objetivo de
constitucionalidad de las disposiciones legales objetadas…’.

‘En ese entendido, el control de constitucionalidad de las normas jurídicas


de alcance general, a través de un proceso judicial o administrativo,
faculta a la parte legitimada a promover un incidente dentro del proceso
respectivo, cuando dichas normas tengan vinculación directa con la
resolución de su caso; es así que, el Tribunal Constitucional, sólo se
pronunciará sobre las normas impugnadas compatibilizándolas con los
valores, principios, derechos y normas reconocidos en la Constitución
Política del Estado, para determinar su correspondencia…’ (SC 0011/2010
de 20 de septiembre).

De acuerdo a la jurisprudencia señalada, la acción de inconstitucionalidad


concreta, es la vía de control de constitucionalidad que tiene como objeto,
que el Tribunal Constitucional Plurinacional, confronte la compatibilidad o
incompatibilidad de la disposición legal impugnada de inconstitucional con
los principios, valores y normas de la Constitución Política del Estado
Plurinacional; en ese marco, la labor del Tribunal sólo se circunscribe al
examen de las disposiciones alegadas de lesivas a las normas y preceptos
de la Norma Suprema, con el fin de establecer su constitucionalidad o
11
inconstitucionalidad, y de ninguna manera realizar análisis alguno respecto
al caso en concreto”.

III.2. Sobre la presunción de inocencia

La Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que el derecho


a "la presunción de inocencia constituye un fundamento de las
garantías", que no perturba la persecución penal, pero sí la racionaliza y
encausa. Así la presunción de inocencia, es una garantía básica y vertebral
del proceso penal, constituyendo un criterio normativo del derecho penal
sustantivo y adjetivo, descartando toda normativa que implique una
presunción de culpabilidad y establezcan la carga al imputado de probar
su inocencia.

La consideración de la presunción de inocencia como un derecho


fundamental, implica que sólo puede ser regulado por la potestad
legislativa, la que tiene como límite la no afectación de su contenido
esencial; como derecho es de aplicación directa e inmediata y obliga a
todos los órganos y agentes del Estado. Este derecho se encuentra
relacionado con el principio in dubio pro reo como criterio auxiliar;
constituye además un criterio básico que condiciona la interpretación de
las normas jurídicas en cuanto ellas deben interpretarse conforme a la
Constitución Política del Estado y los derechos fundamentales en una
interpretación finalista y sistemática.

Al respecto, la SCP 1050/2013 de 28 de junio, sostuvo que: “La


Constitución Política del Estado, dentro el Título IV Garantías
Constitucionales y Acciones de defensa, ha instituido, a la presunción de
inocencia, dentro del referido título, como una garantía constitucional, así
el art. 116 de la norma fundamental, señala: ‘I. Se garantiza la presunción
de inocencia. Durante el proceso en caso de duda sobre la norma
aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado’.

La jurisprudencia constitucional, considerando no solamente una garantía


a la presunción de inocencia, sino concibiéndola en su triple dimensión,
como principio, derecho y garantía la configura, como un estado de
inocencia que debe ser conservado durante todo el trámite procesal, en la
SCP 2055/2012 de 16 de octubre, señala: ‘En este cometido, siguiendo el
desarrollo jurisprudencial realizado por el anterior Tribunal Constitucional y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la presunción de
inocencia, en su triple dimensión –principio, derecho y garantía-
configura un estado de inocencia que acompaña al acusado desde
el inicio de la acción penal hasta el pronunciamiento de la
sentencia firme y definitiva de culpabilidad, ello obliga a imponer
límites y, en su caso, a proscribir aquellos actos y medidas de
carácter preventivo que impliquen una anticipación de la pena o

12
sanción respecto de aquellas personas cuya responsabilidad o
culpabilidad no ha sido establecida aún.

De producirse ello –una sanción anticipada- no sólo se afectaría la


presunción de inocencia sino que implicaría, además, un quiebre con el
valor justicia y el principio de razonabilidad, circunstancia no acorde con
un Estado respetuoso de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, pues como se señaló, la presunción de inocencia en su
triple dimensión: a) impide que los órganos encargados de la persecución
penal realicen actos que presuman la culpabilidad del imputado; b) exige
que la misma sea desvirtuada con certeza plena y determinante
sobre la culpabilidad; c) obliga al acusador a probar la culpabilidad del
encausado, sin perjuicio de los mecanismos de defensa que puedan ser
utilizados por quien es acusado de la comisión de un delito; y, d) impele
a considerarla como un estado de inocencia, que debe ser
conservado durante todo el trámite procesal no sólo respecto de
los procesos penales, sino también en todo sistema sancionador,
disciplinario, administrativo, contravencional, constituyéndose en
una exigencia que debe ser respetada por todas los servidores públicos y
autoridades encargados de ejercitar la potestad punitiva del Estado’.

(…)

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, desarrolló esta garantía


en los casos Suárez Rosero vs. Ecuador [14]; Chaparro Álvarez y Lapo
Iñiguez vs. Ecuador [15]; Cabrera García y Montiel Flores vs. México [16];
Ricardo Canesse vs. Paraguay [17] y Rosendo Cantú y otra vs. México
[18], entre otros, en este contexto, en la última Sentencia citada, define al
principio de inocencia en los siguientes términos: ‘…este Tribunal ha
señalado que este principio constituye un fundamento de las garantías
judiciales que implica que el acusado no debe demostrar que no ha
cometido el delito que se le atribuye, ya que el onus probando
corresponde a quien acusa y que exige que una persona no pueda ser
condenada mientras no exista prueba plena de su responsabilidad penal.
Asimismo, la Corte ha establecido que este principio es un elemento
esencial para la realización efectiva del derecho a la defensa y acompaña
al acusado durante toda la tramitación del proceso hasta que una
sentencia condenatoria que determine su culpabilidad quede firme. En
este sentido, la presunción de inocencia se vulnera si antes de que el
acusado sea encontrado culpable una decisión judicial relacionada con él
refleja la opinión de que es culpable’

(…).

Por lo referido y en este estado de cosas, se establece que a la luz de las


disposiciones del bloque de constitucionalidad, uno de los elementos que
forma parte del contenido esencial del ‘estado de inocencia’, es el
13
referente al juicio previo, el cual, garantiza el derecho a no ser
considerado culpable o responsable de un acto u omisión antijurídica,
mientras no exista un procesamiento concluido y desarrollado con todos
los derechos y garantías constitucionales” (las negrillas son agregadas).

En la SCP 0910/2014 de 14 de mayo, se indicó lo siguiente: “En el


ordenamiento jurídico boliviano, la presunción de inocencia con su triple
valor, se encuentra reconocida por norma suprema al señalar en su art.
116.I que: ‘Se garantiza la presunción de inocencia’ cuyo contenido ha
sido desarrollado por la jurisprudencia constitucional de la siguiente
forma:

a). En su dimensión de principio-garantía, que no es el imputado el que


debe probar su inocencia, sino que es el acusador el que debe probar la
culpabilidad del encausado o procesado.

(…)

b). La presunción de inocencia sólo es vencible con una sentencia


condenatoria con calidad de cosa juzgada formal y material,
conforme señaló la SC 0012/2006-R de 4 de enero, al determinar que:
‘Este es un postulado básico de todo ordenamiento jurídico procesal,
instituido generalmente como garantía constitucional en diversos países. El
principio está dirigido a conservar el estado de inocencia de la persona
durante todo el trámite procesal. La vigencia del principio determina
que un procesado no puede ser considerado ni tratado como
culpable, menos como delincuente, mientras no exista una
sentencia condenatoria que adquiera la calidad de cosa juzgada
formal y material. Esto implica que únicamente la sentencia
condenatoria firme es el instrumento idóneo capaz de vencer el
estado de presunción de inocencia del procesado…’.

(…)

c) El principio – garantía de la presunción de inocencia impide a


que los órganos de la persecución penal realicen actos que
presuman la culpabilidad del imputado. Con este razonamiento se
pronunció la SC 0165/2010-R de 17 de mayo, al señalar lo siguiente: ‘…la
presunción de inocencia implica que todo imputado debe ser considerado
inocente y tratado como tal en todo momento, mientas no se declare su
culpabilidad en sentencia ejecutoriada (art. 6 CPP, SSCC 0690/2007-R,
0747/2002-R 0012/2006-R), garantía de la cual deriva la prohibición de
obligar al imputado a declarar contra sí mismo; que la carga de la prueba
corresponda a los acusadores, y que la libertad sólo pueda ser restringida
de manera extraordinaria en las medidas cautelares (SSCC 0048/2000-R,
0439/2003-R).

14
Debe entenderse, entonces que la presunción de inocencia
impide que los órganos de la persecución penal y las autoridades
jurisdiccionales, realicen actos que presuman la culpabilidad del
imputado, conforme establece el art. 6 del CPP.

d) La presunción de inocencia como parte del debido proceso es


extensible a todo proceso –judicial o administrativo-…” (las
negrillas corresponden al texto original)

En la SCP 0052/2015 de 4 de mayo, se indicó que: “…el estado de


inocencia sólo es posible desvirtuar a través de una sentencia
condenatoria pasada en autoridad de cosa juzgada formal y
material, emergente de un debido proceso. Entonces, entre tanto
no se obtenga la sentencia condenatoria ejecutoriada que
establezca o constituya la culpabilidad del encausado, el
inculpado debe ser merecedor y gozar de un trato de inocente; es
decir, mientras el poder sancionador del Estado, a través de los órganos
de persecución penal no logre una condena firme en contra del
encausado, éste no está sujeto a sufrir el reproche o la censura social,
menos puede merecer un trato diferente al sujeto inocente, lo que impide
que el procesado sea considerado como culpable y como delincuente. En
este sentido, a tiempo de considerar el alcance de la presunción de
inocencia, la SC 0012/2006-R de 4 de enero, declaró que: “Este es un
postulado básico de todo ordenamiento jurídico procesal, instituido
generalmente como garantía constitucional en diversos países. El principio
está dirigido a conservar el estado de inocencia de la persona durante
todo el trámite procesal. La vigencia del principio determina que un
procesado no puede ser considerado ni tratado como culpable,
menos como delincuente, mientras no exista una sentencia
condenatoria que adquiera la calidad de cosa juzgada formal y
material. Esto implica que únicamente la sentencia condenatoria
firme es el instrumento idóneo capaz de vencer el estado de
presunción de inocencia del procesado…” (las negrillas nos
corresponden).

III.3. Del principio de legalidad, taxatividad y tipicidad

La SCP 0394/2014 de 25 de febrero, en relación al principio de legalidad y


su incidencia en la potestad administrativa sancionatoria, señaló que: “A
este respecto, la SCP 0137/2013 (…) ha dejado precisado que la potestad
administrativa sancionatoria, se configura como: 'una «potestad reglada»,
a partir de la cual, encuentra razón de ser el principio de legalidad, el cual,
en un Estado Constitucional de Derecho como es el caso del Estado
Plurinacional de Bolivia, expande su contenido dogmático para configurar
el «principio de constitucionalidad», en virtud del cual, todos los actos de
la administración, incluidos por supuesto aquellos que emanen de la
potestad administrativa sancionatoria, se someten no solamente a un
15
bloque de legalidad imperante, sino a la Constitución, entendiendo que en
esta nueva visión de Estado, la Constitución tiene un «valor normativo»,
es decir constituye fuente directa de derecho, presupuesto a partir del
cual, se concibe la aplicación directa de los derechos fundamentales y la
eficacia del fenómeno de constitucionalización del ordenamiento jurídico,
es decir, la irradiación de contenidos constitucionales y en particular de
lineamientos insertos en la parte dogmática de la Constitución en todos los
actos de la vida social y por supuesto en aquellos emergentes de la
función administrativa'.

Asimismo, el extinto Tribunal Constitucional, mediante la SC 062/2002 del


31 de julio, señaló que dicho principio adquiere una vertiente procesal y
otra sustantiva. Respecto a las cuales puntualizó, que: “ …en su vertiente
penal (sustantiva), prohíbe que una conducta, por reprochable que
parezca y por mucho que lesione un derecho, pueda conceptuarse como
falta o delito, si la ley no la describe de manera taxativa como tal. En este
sentido, corresponde precisar si la conducta objeto del juzgamiento se
encuentra descrita en la ley o reglamento, y si la sanción que se ha
aplicado es la que corresponde, conforme al orden jurídico vigente”
En consecuencia el principio de legalidad, implica un límite a la facultad
punitiva o sancionatoria del Estado, en virtud al cual, solo los actos o
hechos expresamente descritos como delitos en materia penal, o como
contravenciones y faltas, pueden ser objeto de sanción. En tal sentido, el
principio de legalidad, no solamente alcanza al ámbito penal, sino al
contravencional, disciplinario y administrativo sancionador.
La misma Sentencia Constitucional Plurinacional extractada supra,
refiriéndose al principio de taxatividad, citó a la SC 0022/2006 de 18 de
abril, que señala: “…´Del principio de legalidad emerge el principio de
taxatividad de la norma penal o disciplinaria, que implica la suficiente
predeterminación normativa de los ilícitos y sus consecuencias
jurídicas;(…)'.

En este orden, la citada Sentencia al realizar el juicio de constitucionalidad


del 'numeral' 27 del inc. 'D' del art. 6 del Reglamento de Faltas
Disciplinarias y sus Sanciones de la Policía Nacional, consideró que el texto
de la norma, en su literalidad era ininteligible porque 'no se puede
descifrar cuál es la conducta castigada o el precepto que se pretende
instituir', aspecto discordante con el principio de taxatividad 'que exige
que las conductas tipificadas como faltas disciplinarias, sean
descritas de forma que generen certeza, sin necesidad de
interpretación alguna, sobre el acto o conducta sancionada, así como
sobre la sanción impuesta, pues la existencia de un precepto sancionador
sin la suficiente claridad del acto que describe como lesivo a un bien
jurídico protegido, puede dar lugar a que sean las autoridades encargadas
de aplicar dicho precepto quienes creen el tipo para adecuarlo a la

16
conducta procesada, lo que no coincide con los principios de legalidad y
debido proceso'.

En esta línea de pensamiento la SC 0746/2010-R 26 de julio, al desarrollar


el alcance y los límites de la potestad administrativa sancionatoria,
entendió que: '(…) en resguardo de las garantías tanto formal como
material que estructuran el principio de legalidad en materia
disciplinaria-sancionatoria, no se puede utilizar el método
análogo de interpretación ni suplir de ninguna manera las
conductas no establecidas por ley expresa, entonces, solamente
se establecerán sanciones en la medida que la conducta se
adapte a la tipicidad punitiva-sancionatoria establecida por el
legislador y en tanto y cuanto se utilicen criterios de
interpretación que no excedan los alcances del contenido
esencial del principio de legalidad en la esfera disciplinaria' (las
negrillas corresponden al texto original).

Asimismo determinó que solamente puede imponerse una


sanción administrativa cuando ésta esté específicamente
establecida por ley de acuerdo al principio de taxatividad, por lo
mismo, entendió la legalidad en materia sancionatoria, condicionada al
principio de certeza o taxatividad como garantía material, que garantiza
la previsibilidad de las conductas sancionables y la certeza jurídica
sobre las sanciones establecidas.

Por su parte, la SCP 0770/2012 de 13 de agosto, determinó que 'El


principio de legalidad se encuentra conformado a la vez por varios sub
principios, entre ellos, el de taxatividad, referido precisamente -valga la
redundancia- a la taxatividad de la norma procesal, e implica la suficiente
predeterminación normativa de los ilícitos y sus consecuencias jurídicas;
pues la indeterminación supone una deslegalización material encubierta;
por otra parte se encuentra el principio de tipicidad que desarrolla el
principio fundamental «nullum crimen, nulla poena sine lege», se aplica
como la obligación de que los jueces y tribunales apliquen la ley
sustantiva debidamente enmarcando la conducta del imputado
exactamente en el marco descriptivo de la ley penal a efectos de
no incurrir en calificación errónea que afecte al debido proceso y
devenga en defecto absoluto insubsanable; (…)'.

En el contexto referido concluyó que: '(…) el Estado no puede castigar


una conducta que no está descrita ni penada por la ley,
cimentándose una doble garantía: Por una parte, todas las personas
conocen el ámbito de lo permitido y prohibido y, por la otra, el delincuente
no puede ser castigado más que por las acciones legalmente descritas y
sólo con la pena correspondiente.

17
(…) en aras de la seguridad jurídica es indispensable que la
norma punitiva, sea penal o administrativa, exista y resulte
conocida, o pueda serlo, antes de que ocurran la acción o la
omisión que la contravienen y que se pretende sancionar. La
calificación de un hecho como ilícito y la fijación de sus efectos jurídicos
deben ser preexistentes a la conducta del sujeto al que se considera
infractor. De lo contrario, los particulares no podrían orientar su
comportamiento conforme a un orden jurídico vigente y cierto, en el que
se expresan el reproche social y las consecuencias de éste. Estos son los
fundamentos de los principios de legalidad y de irretroactividad
desfavorable de una norma punitiva'" (las negrillas son nuestras)
(SCP 0060/2015 de 16 de julio).

III.4. El principio de razonabilidad

Este principio general del derecho, viene a ser un límite constitucional al


poder de Estado mediante el cual se van controlando las normas,
buscando que el contenido de las mismas sea acorde a derecho, logrando
así que el contenido esencial de los derechos humanos no sean afectados,
lo que conlleva a la exclusión de todo tipo de arbitrariedad e
irrazonabilidad en el ejercicio de las prerrogativas de los poderes públicos
conforme lo estableció Mariano A. Sapag.

En tal sentido el principio de razonabilidad tiene por finalidad el preservar


el valor justicia, la razonabilidad se controla judicialmente como contenido
de todos los actos y funciones del poder -leyes, reglamentos, actos
administrativos, sentencias, etc.

Al respecto, la jurisprudencia constitucional estableció, que:“…el valor


axiomático y dogmático-garantista de la nueva Constitución Política del
Estado está íntimamente ligado al principio de aplicación directa y eficaz
de los derechos fundamentales plasmado en el art. 109.I de la CPE, en
ese orden de ideas, debe precisarse que el estándar axiomático,
destinado a materializar por parte de las autoridades
jurisdiccionales los valores de igualdad y justicia, es el principio
de razonabilidad.
(…)
Estos estándares axiomáticos, en el orden constitucional imperante en el
Estado Plurinacional de Bolivia, tienen génesis directa en el valor supremo
del Estado, que es el 'vivir bien', valor inserto en el preámbulo de la
Norma Fundamental, a partir del cual deben ser entendidos los valores
ético-morales de la sociedad plural, plasmados en los dos parágrafos del
art. 8 de la CPE. En ese orden, estos parámetros axiomáticos, es
decir, el valor justicia e igualdad que son consustanciales al valor
vivir bien, forman parte del contenido esencial de todos los
derechos fundamentales, por lo que las autoridades
jurisdiccionales en el ejercicio de sus competencias, deben emitir
18
decisiones razonables y acordes con estos principios, asegurando
así una verdadera y real materialización del principio de
aplicación directa de los derechos fundamentales. (las negrillas
corresponden al texto original) (Así, la SCP 0121/2012 de 2 de mayo).

Ahora bien, aunque la razonabilidad y proporcionalidad son conceptos


parecidos y ambas tienen como objetivo evitar la arbitrariedad, lo cierto es
que, estricta y formalmente no son lo mismo, por lo que resulta
inconducente hablar de "principio de proporcionalidad", a menos que nos
situemos en el ámbito del Derecho Penal. La idea de razonabilidad abarca
la proporcionalidad, siendo ésta una consecuencia o manifestación de
aquélla, mediante la cual se puede llegar a determinar si una actuación
estatal es o no jurídicamente la más adecuada para perseguir un
determinado fin; de manera que, mediante ella se trata de determinar
hasta qué punto resulta constitucionalmente admisible una intervención
estatal, o cuál es el grado de intervención compatible con el respeto a los
derechos y garantías.

Una buena demostración de que razonabilidad y proporcionalidad no son


lo mismo, aunque se relacionan, se da en aquellos casos en que el acto de
un poder público

III.5. El debido proceso y el derecho a la defensa

Corresponde anotar a manera inicial que el debido proceso fue


consagrado por la Constitución Política del Estado, en su triple dimensión;
así, la Norma Suprema lo concibe como derecho, principio y garantía, esta
comprensión del debido proceso en su triple dimensión, fue explicada en
la SCP 0902/2010-R de 10 de agosto, al señalar que: “…el debido proceso
ha sufrido una transformación de un concepto abstracto que perseguía la
perfección de los procedimientos, es decir que daba preeminencia a la
justicia formal, a un ideal moderno que destaca su rol como única garantía
fundamental para la protección de los derechos humanos. El debido
proceso constitucional no se concreta en las afirmaciones positivizadas en
normas legales codificadas, sino que se proyecta hacia los derechos, hacia
los deberes jurisdiccionales que se han de preservar con la aspiración de
conseguir un orden objetivo más justo, es decir, el debido proceso es el
derecho a la justicia lograda a partir de un procedimiento que supere las
grietas que otrora lo postergaban a una simple cobertura del derecho a la
defensa en un proceso.

(…)

Concluyendo este punto, se debe remarcar que, como se aprecia de las


citas de los artículos 115.II y 117.I de la CPE, efectuadas anteriormente,
la Constitución vigente, en el marco de las tendencias actuales del
Derecho Constitucional ha plasmado de manera expresa el reconocimiento
19
del debido proceso; derecho-garantía-principio, respecto al que existe
consenso en la doctrina y la jurisprudencia en cuanto al contenido e
implicaciones referidos por la jurisprudencia glosada, la que por ello
guarda estrecha congruencia con la carta fundamental vigente y es
plenamente aplicable, a pesar de haber sido desarrollada en el marco de
la abrogada, resaltando que su carácter de derecho fundamental lo hace
exigible ante cualquier procedimiento, sea público o privado”.

En lo que respecta a los elementos constitutivos del debido proceso, la


misma Sentencia, señaló que: “En consonancia con los tratados
internacionales citados, a través de la jurisprudencia constitucional se ha
establecido que los elementos que componen al debido proceso son el
derecho a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la
igualdad procesal de las partes; derecho a no declarar contra sí
mismo; garantía de presunción de inocencia; derecho a la
comunicación previa de la acusación; derecho a la defensa
material y técnica; concesión al inculpado del tiempo y los medios para
su defensa; derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; derecho a la
congruencia entre acusación y condena; el principio del non bis in idem;
derecho a la valoración razonable de la prueba; derecho a la motivación y
congruencia de las decisiones…” (las negrillas nos corresponden).

En relación al derecho de defensa como componente del debido


proceso, la SC 2148/2010-R de 19 de noviembre, determinó que: “Si bien
es parte integrante de la garantía del debido proceso, no
obstante, está normado constitucionalmente dentro de las
garantías jurisdiccionales como un derecho exigible, tal cual
establece el art. 115.II de la CPE, por otro lado el art. 119.II de la
CPE, en definitiva es un derecho que a la vez forma parte de las
garantías jurisdiccionales; y que ha sido definido por la
jurisprudencia constitucional como: '…potestad inviolable del
individuo a ser escuchado en juicio presentando las pruebas que
estime convenientes en su descargo, haciendo uso efectivo de los
recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la observancia
del conjunto de requisitos de cada instancia procesal en las
mismas condiciones con quien lo procesa, a fin de que las
personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo
de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos' (SC
1490/2004-R de 14 de septiembre)”. (el resaltado corresponde al
texto original).

Por su parte, la SC 0250/2010-R de 31 de mayo, señaló que: “Como


garantía en el ámbito penal y sancionatorio administrativo-disciplinario,
halla su consagración en el art. 117.I de la misma Ley Fundamental, al
señalar que: 'Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y
juzgada previamente en un debido proceso…'. En este sentido, el debido
proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un proceso
20
justo, oportuno, gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que, entre
otros aspectos, se garantice al justiciable el conocimiento o
notificación oportuna de la sindicación para que pueda
estructurar eficazmente su defensa, el derecho a ser escuchado,
presentar pruebas, impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se
le dé la posibilidad de defenderse adecuadamente de cualquier tipo de
acto emanado del Estado, donde se encuentren en riesgo sus derechos,
por cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el ámbito judicial, sino a
todos los procesos según la naturaleza de los mismos y las normas que lo
regulan” (las negrillas son nuestras).

Del contexto normativo y jurisprudencial glosado, se infiere que los


elementos que componen el debido proceso, no son extraños en el ámbito
sancionatorio contravencional y disciplinario; por consiguiente, las
emergencias de todo proceso deben ser llevadas a cabo en estricto
cumplimiento de todas las formas del debido proceso, en procura de
consolidar la materialización de la justicia en igualdad de condiciones.

III.6. Análisis del caso concreto

De acuerdo al marco estructural planteado por la entidad accionante,


corresponde inicialmente analizar, la denuncia de contravención al
principio de presunción de inocencia previsto en el art. 116.I de la CPE,
sobre el cual, el entendimiento jurisprudencial mencionado en el
Fundamento Jurídico III.1 de este fallo, dejó establecido que el mismo se
traduce en un principio, derecho y garantía a la vez; y se configura como
un estado de inocencia de la persona sometida a un proceso, que debe
ser conservado durante todo el trámite procesal, hasta el pronunciamiento
de la sentencia firme y definitiva; pero a su vez, la presunción de
inocencia, “es un criterio normativo del derecho penal sustantivo y
adjetivo, que descarta toda normativa que implique una
presunción de culpabilidad o establezcan para el imputado la
carga de probar su inocencia”.

Asimismo, se debe tener en cuenta que, dentro del ámbito del ejercicio del
poder punitivo del Estado, se tienen por un lado el derecho penal
propiamente dicho y el contravencional. El primero, tiene por objeto
regular las conductas punibles, con la finalidad de resguardar los derechos
individuales y colectivos; de manera que, las sanciones o medidas de
seguridad, están destinadas a restituir la seguridad y la armonía social y,
son establecidas en función al grado de participación (dolo o culpa) del
sujeto activo y en atención al nivel de afectación de los bienes
jurídicamente protegidos. Por su parte, el régimen contravencional,
sanciona la inobservancia de las normas de índole administrativo, en
atención al nivel de afectación en el normal desarrollo de los servicios y
funciones estatales; de manera que, en este ámbito, el presupuesto para
la aplicación de la sanción es: 1) La inobservancia de la normativa; y, 2) El

21
perjuicio al correcto desempeño de las funciones estatales. De acuerdo a
este último elemento, la punición de estas debe guardar correspondencia
con la afectación que ciertas conductas provocan a la administración
estatal, tomando en cuenta que su objeto es corregir el accionar del
administrado, por lo que no concierne sancionar aquellas conductas
inocuas.

En este contexto, nuestro ordenamiento normativo aduanero, hace una


diferencia entre delitos y contravenciones aduaneras. Así, el art. 186 de la
LGA, refiriéndose a esta última señala: “Comete contravención aduanera
quien en el desarrollo de una operación o gestión aduanera incurra en
actos u omisiones que infrinjan o quebranten la presente Ley y
disposiciones administrativas de índole aduanera que no
constituyan delitos aduaneros”. La misma disposición legal, incorpora
un listado enunciativo de las contravenciones aduaneras, entre las cuales
en su inc. “a) Los errores de transcripción en declaraciones aduaneras…”.
A su turno, el Reglamento a la Ley General de Aduanas, aprobado
mediante Decreto Supremo 25870, en su art. 285, establece que: “La
Aduana Nacional, mediante Resolución de su Directorio, aprobará la
clasificación de contravenciones y la graduación en la aplicación de
sanciones previstas en la Ley y el presente reglamento, en
consideración a la gravedad de las mismas y los criterios de
reincidencia, objetividad, generalidad, equidad y no discrecionalidad”

Ahora bien, la RD 01-021-15, en su artículo Primero, al incorporar cuatro


nuevas conductas en el anexo de clasificación de Contravenciones
Aduaneras, estableciendo en la conducta 3 que el “Error de transcripción
de datos consignados en la Página de Documentos Adicionales” (sic),
merecerá una sanción de 500 UFV´s; no hace otra cosa que modificar la
RD 01-012-07 de 4 de octubre de 2007; y a su vez, “establece una
sanción fija”, aspecto este que será objeto de análisis en otro apartado
posterior. Empero, este ejercicio de la facultad de clasificación de las
contravenciones y establecimiento de una sanción, en si misma no
conlleva la contravención del principio de presunción de inocencia
reconocido en la Norma Suprema del ordenamiento jurídico Boliviano y los
Instrumentos internacionales de Derechos Humanos; toda vez que, del
análisis de la descripción genérica de la conducta y la fijación de una
“sanción fija” no se advierte la existencia de ningún elemento que haga
entender la presunción de culpabilidad del administrado o establezca para
aquel la carga de probar su no participación en la conducta sancionada;
más aún, si tomamos en cuenta que, la Resolución de Directorio de la
Aduana Nacional de Bolivia cuestionada, como se tiene señalado,
solamente modificó la clasificación de la conducta ya descrita por la Ley
General de Aduanas y de acuerdo a lo establecido en su Reglamento,
normas legales que no son objeto del presente análisis de control de
constitucionalidad.

22
En lo referente a los principios de legalidad, tipicidad y taxatividad,
conforme se extrae de lo expresado en el Fundamento Jurídico III.2, de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, estos constituyen un
límite a la facultad punitiva o sancionatoria del Estado, en virtud al cual,
sólo los actos, hechos o conductas descritos de manera expresa y con
suficiente claridad y precisión por la Ley, pueden ser objeto de sanción o
tratándose de contravenciones esta descripción taxativa, pueden ser
mediante Norma Administrativa dando cumplimiento a una previsión legal.
De acuerdo a lo señalado, las conductas contravencionales deben
encontrarse descritas con antelación de forma que generen certeza, sin
que puedan ser deducidas mediante la discrecionalidad de la autoridad
encargada de su aplicación. De la misma manera, el establecimiento de
una sanción debe estar sustentado en la lesión que una determinada
conducta provoca a un bien jurídicamente protegido y su aplicación
deberá responder a la gravedad de la afectación en cada caso concreto.

En el caso analizado, la legalidad de la RD 01-021-15, debe ser analizada


en el marco establecido en su art. 285 del DS 25870, determina que será
una Resolución de Directorio, la que apruebe la clasificación de
contravenciones y la graduación de las sanciones, en consideración a la
gravedad de las mismas y los criterios de reincidencia, objetividad,
generalidad, equidad y no discrecionalidad. Asimismo, es el art. 186 de la
LGA, la que incorpora un listado enunciativo de las contravenciones
aduaneras, entre las cuales el inciso a) referido a “Los errores de
transcripción en declaraciones aduaneras…”.

De acuerdo a lo anotado, el Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia en


sujeción a la Normativa establecida, a tiempo de clasificar las
contravenciones, debió establecer una graduación de las sanciones para la
conducta contravencional descrita. Ello implica, que para una misma
conducta como es el “Error en la transcripción de datos…”, se debió
establecer un rango de sanción que contemple un mínimo y un máximo,
de manera que para su aplicación a los casos concretos, dependerá de la
valoración de las circunstancias y los criterios establecidos en la norma,
entre ellos, la gravedad de la afectación, la reincidencia, entre otros;
debiendo ser este, el objeto del proceso sancionatorio. Lo contrario,
convertiría en inocuo el proceso administrativo, al igual que los
mecanismos de defensa e impugnación.

La conducta “3: Error de transcripción de datos consignados en la Página


de Documentos Adicionales” (sic), con una sanción de 500 UFV´s, al igual
que las otras tres, incorporadas mediante la RD 01-021-15 al anexo de
Clasificación de Contravenciones Aduaneras y Graduación de sanciones;
no incorpora ninguna graduaciones de las sanciones, sino por el contrario
establece una sanción fija, para una conducta descrita de manera
genérica; de ello resulta, que el Directorio de la Aduana Nacional de
Bolivia, se aparta del marco normativo establecido en el art. 285 del

23
DS 25870 Reglamentario de la Ley General de Aduanas, que le impone
establecer no solamente una clasificación de las contravenciones- en este
caso la señalada en el art. 186 inc. a) de la LGA- sino establecer una
graduación de las sanciones, permitiendo que, tenga que ser el Juzgador
administrativo quien determine la sanción en función a la gravedad de la
afectación que provoque aquel error de transcripción de datos, la
reincidencia y otros criterios que pueden concurrir en cada caso concreto.

Relacionando lo analizado precedentemente, con los principios de


razonabilidad y proporcionalidad, que tiene como finalidad preservar el
valor justicia en los actos tanto públicos como privados, lo que implica que
toda norma incorporada al ordenamiento jurídico, no resulte lesiva a los
derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, cuyos objetivos,
medios y fines no resulten excesivos a los fines y funciones estatales; se
tiene que la Resolución de Directorio de la Aduana Nacional de Bolivia RD
01-021-15 de 15 de septiembre, al determinar una sanción fija para el
error de transcripción de datos consignados en la página de documentos
adicionales, y no permitir su determinación en función a la gravedad de la
lesión, dando lugar a la aplicación desproporcionada de la medida frente a
diferentes niveles de lesividad que podrían resultar de aquel error de
trascripción de datos, contraviene el principio de razonabilidad y
proporcionalidad.

De las circunstancias anotadas, resulta también que, al no existir la


posibilidad de cuestionar la gravedad de la conducta, ni la reincidencia,
entre otros, el proceso administrativo establecido para la determinación de
la conducta y aplicación de la sanción, resultaría un mero trámite,
irrelevante en términos del derecho a la defensa; por cuanto, no existiría
siquiera la posibilidad real de demostrar la inconcurrencia de las
circunstancias de gravedad de la afectación, y tampoco la no reincidencia;
dando lugar de este modo, que un administrado que por vez primera
incurra en un error cualquiera e inclusive el más inocuo, tenga que ser
sancionado de la misma manera que aquel reincidente en errores de
mayor gravedad.

Por todo lo expuesto, este Tribunal Constitucional Plurinacional llega a la


conclusión de que la disposición legal impugnada de inconstitucional, contraviene
los principios de legalidad, razonabilidad y proporcionalidad que rigen el orden
constitucional; de manera que el Artículo Primero, conducta 3 de la RD 01-025-15
de 15 de septiembre de 2015, emitida por el Directorio de la Aduana Nacional de
Bolivia (ANB), en lo que respecta a la gradación de las sanción, debe ser
reformulado, en observancia a los razonamientos expuestos en la presente
Resolución.

POR TANTO

24
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Plena; en virtud a la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Estado y conforme a los arts. 202.1 de
la CPE y 84.I con relación al 78.II.3 del CPCo, resuelve declarar la:
INCONSTITUCIONALIDAD del Artículo Primero, conducta 3 de la RD 01-025-
15 de 15 de septiembre de 2015, emitida por el Directorio de la Aduana Nacional
de Bolivia (ANB).

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

CORRESPONDE A LA SCP 0074/2017 (viene de la pág. 24).

No intervienen los Magistrados Dra Neldy Virginia Andrade Martínez, Dr. Ruddy
José Flores Monterrey, Dr. Macario Lahor Cortez chavez

Fdo. Tata Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado


MAGISTRADO

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

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