Sie sind auf Seite 1von 14

EL JUEGO EN LA EDUCACION INICIAL

Documento 22 – MEN (Síntesis)

UNA VENTANA PARA OBSERVAR EL JUEGO


Las primeras interacciones del niño están cargadas de un espíritu lúdico por ejemplo
las cosquillas, los balanceos, todo ello a partir de juego corporal, el cual les permite
relacionarse con las personas y el mundo. El juego es un momento para descubrir,
crear e imaginar. Camels (2010): “Los juegos de crianza dan nacimiento a lo que se
denominó juego corporal” en donde se toma el cuerpo como motor y objeto del
jugar. Esto quiere decir que el juego está presente en las relaciones que tiene el
niño con el mundo. Para Winnicott (1982), “el juego es una experiencia siempre
creadora, y es una experiencia en el continuo espacio-tiempo.
El juego desde el punto de vista social es el reflejo de la cultura y la sociedad, pues
los niños juegan a lo que ven y juegan lo que viven elaborando el mundo, por ello
toman valor los juegos tradicionales ya que configuran una identidad particular y
son transmitidos de generación en generación promoviendo vínculos familiares. Los
niños en los juegos de reglas comparten el mundo de las reglas sociales debido a
que el juego es de gran importancia pues tiene gran fuerza socializadora y le permite
al niño armar su propio mundo, destruirlo y reconstruirlo como en el juego de
construir y destruir torres (Aucoturier, 2004)
A las niñas y a los niños les interesa jugar jugando, no haciendo como si jugaran,
enfrentándose a los retos y desafíos con seriedad absoluta, encontrando soluciones,
lanzando hipótesis, ensayando y equivocándose.
Bruner (1995) propone una serie de características inherentes a la actividad lúdica:
no tiene consecuencias frustrantes para la niña o el niño; hay una pérdida de
vínculos ente medios y fines; no está vinculada excesivamente a los resultados;
permite la flexibilidad; es una proyección del mundo interior y proporciona placer,
por lo tanto este permite desarrollar estructuras de pensamiento, desarrollando su
capacidad de observar, de investigar, de asombrarse, de resignificar los objetos y
los ambientes y de crear estrategias. Es a partir del juego como un lenguaje en
donde le permite al niño comunicar sus intenciones, deseos, emociones y
sentimientos por medio del cuerpo como lo afirma Bruner (1995): “el juego que está
controlado por el propio jugador, le proporciona a este la primera y más importante
oportunidad de pensar, de hablar e incluso de ser él mismo”

El juego es una de las actividades rectoras junto al arte, la literatura y la exploración


del medio ya que sustentan las acciones pedagógicas en educación inicial y
potencian el desarrollo integral de los niños, por ello debe estar presente en todos
los ámbitos en que el niño se encuentre. El juego se convierte en un “contexto de
escucha” de las capacidades y potencialidades de las niñas y los niños, donde las y
los maestros y los agentes educativos pueden realmente reconocerlos desde la
multiplicidad de sus lenguajes, como sostiene Malaguzzi (2001) dando una idea de
la importancia y el valor que tiene el juego en la infancia para generar una actitud
crítica y reflexiva frente a las condiciones y espacios que se le dan al juego infantil.

GIRANDO ALREDEDOR DEL JUEGO COMO EL TROMPO SOBRE SÍ MISMO


El juego surge espontáneamente de las relaciones de niños y niñas con el espacio y
los objetos, por ello los niños de educación inicial van a la escuela a jugar ya que el
juego se convierte en un dispositivo dirigido, orientado y simplista que lleva a un
aprendizaje concreto por medio de la participación y la diversión. Desde el punto de
vista pedagógico el juego debe pensarse como herramienta y como estrategia de
enseñanza. Ya que los niños expresan a través de juego la cultura y nos permite
aproximarnos a su realidad a la manera que la asumen y la transforman pues el
juego es producto de identidad y subjetividad desde los distintos marcos de
interacción en la vida cotidiana.
Desde la perspectiva pedagógica se han identificado dos orientaciones en el juego:
La primera: En la escuela activa con autores como Decroly quien retoma los
planteamientos de Fröebel, apuesta por la experiencia y la educación de los sentidos,
ya que el supuesto básico del que se parte es que manipular es aprender (Michelet,
1998), así mismo María Montessori considera el juego como una manera de enseñar
a las niñas y a los niños pequeños una mayor gama de habilidades.
La segunda: Es el juego-trabajo desarrollado por Freinet (1971) quien plantea el
juego como actividad placentera y el trabajo como tarea para llegar a un fin. Un
juego que merece tener un lugar, un tiempo, unas condiciones para su despliegue
y unos adultos sensibles, con una actitud de acompañamiento, de empatía y de
escucha, en cualquiera de los entornos en los que las niñas y los niños habitan y
reciben atención.
LA PUESTA DE ESCENA DE JUEGO
El juego se potencia dependiendo de las condiciones de contexto, se orienta según
la cultura y las costumbres y se vive de acuerdo con los saberes específicos de cada
territorio, del grupo poblacional, de las niñas, los niños, las maestras, los maestros
y agentes educativos, en donde sus protagonistas juegan con su cuerpo, comunican
con su cuerpo unas maneras particulares de ser, de existir, de actuar, de entender
el mundo y de estar en él, por medio del movimiento expresando lo que le interesa
comunicar.
Los niños juegan explorando pues es la manera por la cual conocen el mundo, a los
otros a sí mismos por medio de los sentidos. Juegan imitando y simbolizando, la
imitación es el proceso por el cual se llega a conocer a profundidad los fenómenos
de la vida cotidiana y a resignificarlos, imitar implica movilizar estructuras de
pensamiento, esta es la base del juego simbólico ya que ayuda a reinventar los
objetos, a elaborar nuevos significados. Juegan construyendo, son juegos en los que
los niños se entregan con gran concentración, posibilitan la resolución de problemas
y brindan conocimientos de los objetos. Juegan desde la tradición, los juegos
tradicionales son el lenguaje de una cultura, de la historia y la sociedad y ellos tienen
relación directa con los juegos corporales, por ejemplo las rondas y los arrullos.
Juegan construyendo la regla, en este tipo de juegos los niños construyen variadas
rutas que reconocen a los otros como adversarios y que implican razonamientos
para pensar en qué y cómo lograr cooperar con el fin de llegar a la meta del juego
y resolver el problema que este plantea.
La escenografía
Cabanellas y Eslava (2005): El ambiente lo debemos concebir como copartícipe del
proyecto pedagógico. ambiente o microclima entendido como una elección
consciente de espacios, formas relacionales, vacíos, llenos, materiales, texturas,
colores, luces, sombras, olores, etc., que deben potenciar, ayudar y reflejar la
convivencia pedagógica y cultural que se construye en las instituciones educativas,
creando vínculos que hagan posible la definición de las diversas identidades.
La organización del espacio debe favorecer el trabajo individual y grupal haciéndole
una estrategia pedagógica para posibilitar un trabajo libre, autónomo y diferenciado
de las niñas y niños, donde cada uno pueda estar en el espacio que elija, respetando
sus particularidades y sus ritmos, lo que a su vez le permite al maestro conocer los
gustos, intereses, formas de jugar, aprender y trabajar de cada uno, la ambientación
de los rincones debe ser neutral para posibilitar su uso para niños y niñas.
La utilería, objetos, enseres y accesorios
La principal característica de los objetos es que tengan un gran potencial lúdico, que
abra el campo de juego, no deben ser necesariamente juguetes elaborados sino
objetos que tengan significado y le dé posibilidades de imaginar y crear. Los juguetes
diseñados a partir de investigaciones sobre el desarrollo infantil que buscan
enriquecer las experiencias de los bebés, como los juguetes para incentivar la
relación causa-efecto.
Existe una estrategia metodológica llamada el cesto de los tesoros diseñada para
trabajar con bebés la cual contiene objetos que proporcionan sensaciones de tipo
táctil, sonoro, olfativo y visual. Para las niñas y los niños más grandes se proponen
los juegos heurísticos (Goldschmied y Jackson, 2007), en los que las niñas y los
niños descubren por sí mismos las características de los objetos: estos, en general,
son los mismos que se plantean en el cesto de los tesoros, sin embargo aquí lo que
varía es la cantidad y su organización.
Los escenógrafos y escenógrafas: la actitud de escucha y
acompañamiento
El maestro debe estar impregnado de ese espíritu lúdico que le permita conectarse
con sus estudiantes, comprender su juego e involucrarse en él. El acompañamiento
del docente en el juego infantil como el ser corporal, las interacciones en el juego
se relacionan con el placer que produce estar con otros, comunicarse con ellos,
interpretar sus gustos, intereses, necesidades y expectativas; esa comunicación
debe ser realmente efectiva, oportuna y pertinente, es importante la empatía, el
conocimiento y el lazo afectivo que se haya construido entre las personas que
interactúan en el juego por lo que se hace importante la presencia del adulto ya que
fortalece y enriquece los momentos de juego de los niños y las niñas pues fomenta
el diálogo, los vínculos, la risa, la complicidad y la sensibilidad a la construcción de
significados dentro del mismo.
El acompañamiento por medio de la observación: La observación que hace el
maestro a sus estudiantes da la posibilidad de diseñar estrategias y ambientes que
potencialicen sus intereses y necesidades de aprendizaje, por su parte el
acompañamiento por medio de la interacción tiene gran carga afectiva porque
posibilita el contacto afectivo y proporciona seguridad y confianza entre el profesor
y el estudiante y de esta forma se enriquece el juego.
Otro tipo de acompañamiento que hace el profesor es el de intencionalidad
específica, tiene que ver con la observación, la exploración, la construcción de
estrategias y la transformación de objetos y espacios que posibilita el maestro para
obtener por medio del juego aprendizajes significativos de sus estudiantes.
El acompañamiento del maestro en la enseñanza de los juegos es vital ya que es
una labor del docente el enseñar a sus estudiantes, ya que el juego está presente
en la vivencia diaria del niño
LUCES, CÁMARA, ACCION PEDAGÓGICA
Así mismo es importante el conocimiento de las facetas del juego en el desarrollo
del niño y la niña, el juego se transforma a lo largo del proceso de desarrollo del
niño, se inicia con el juego sensorio motor a la imitación en donde el cuerpo tiene el
protagonismo y la acción lúdica es desarrollada por el mismo, luego pasa al juego
de la imitación a la simbolización en el cual se evocan acciones, personajes y se
resignifican los objetos, los animales, de esta faceta de juego se pasa de la
simbolización a los roles más estructurados, en este encontramos el juego de roles
en el cual se llevan a cabo acciones de representación y actuación y por último de
los roles a las reglas, en el cual se llevan a cabo más ajustes del juego y se crean
los turnos, el reconocimiento del otro, la calidad del ambiente, crece la exigencia.
CITAS
Camels (2010): “Los juegos de crianza dan nacimiento a lo que denominó juego
corporal [...] nombrarlos como juegos corporales remite a la presencia del cuerpo y
sus manifestaciones. Implica esencialmente tomar y poner el cuerpo como objeto y
motor del jugar” (p. 1).

Los juegos de crianza invitan al niño a que conozca y explore su cuerpo,


(desplazamiento, contacto, arrullo, etc.) y que a partir de su propio cuerpo como
herramienta explore el mundo, entonces desde el inicio sugiere juegos corporales,
que los objetos pasen por su cuerpo para hacer representaciones mentales del
mundo que los rodea

Winnicott (1982), “el juego es una experiencia siempre creadora, y es una


experiencia en el continuo espacio-tiempo. Una forma básica de vida” (p. 75).

El momento del juego como periodo privilegiado para el disfrute de aprender sin
saber que se está aprendiendo, descubrir, crear, imaginar, desde actividad
espontanea en tiempo real y que a través de repeticiones placenteras el niño
descubrirá habilidades corporales y las características de las cosas.

Sarlé (2010): En los niños pequeños […] suponen un momento particular en su


proceso de desarrollo evolutivo y sociocultural, y no se adquieren tempranamente.
Para jugar juegos con reglas se necesita la compañía del adulto o un par más
competente. En el aprendizaje de los mismos es frecuente que las reglas se
“reinterpreten” para hacer posible el juego, adaptándolas y dando lugar
progresivamente a mayores niveles de complejidad hasta llegar a jugar tal y como
las mismas reglas lo establecen (p. 21).

Importante en el desarrollo evolutivo porque el niño adquiere el desarrollo de


habilidades, capacidades que le servirán para el desarrollo de su vida en el mundo,
y socioculturales porque le brindaron todos los avances de la sociedad en su
evolución, costumbres y reglas para poder desenvolverse en él. De esta manera el
niño elabora concepciones del mundo desde su formación cultural resignificándolo.

El juego les permite a las niñas y a los niños expresar su forma particular de ser, de
identificarse, de experimentar y descubrir sus capacidades y sus limitaciones. Armar
su propio mundo, destruirlo y reconstruirlo como en el juego de construir y destruir
torres (Aucoturier, 2004)

En el juego el niño puede aflorar todo su ser y mostrar cómo percibe el mundo desde
su manera tan particular como personal no solo empieza a ser parte del mundo sino
también empieza a reflexionar sobre él y experimentar quien es él y que puede logar
a ser en él.
Bruner (1995) propone una serie de características inherentes a la actividad lúdica:
no tiene consecuencias frustrantes para la niña o el niño; hay una pérdida de
vínculos ente medios y fines; no está vinculada excesivamente a los resultados;
permite la flexibilidad; es una proyección del mundo interior y proporciona placer.

El niño juega jugando es capaz de meterse de lleno en el juego como también capaz
de salirse de él de una manera tan rápida como entro, meterse en un ambiente tan
lleno de imaginación sucesos situaciones personajes y salir como si nada no se aferra
ni crea vínculos para el solo es un juego que ya paso no hay traumas si se pierde o
glorias si se gana cuando el juego termina solo basta con pensar en jugar otro. Pero
el trasfondo está en las estructuras de pensamiento que el niño moviliza desde el
juego, hipotetiza, resuelve problemas, deduce, pregunta, resignifica objetos, etc.

Bruner (1995): “el juego que está controlado por el propio jugador, le proporciona
a este la primera y más importante oportunidad de pensar, de hablar e incluso de
ser él mismo” (p. 219).

El juego al ser espontaneo es una actividad voluntaria desde unos interese a demás
autorregulada pues el niño se rige y empieza a tener un dominio propio en
interpretación y expresión, ya el niño propone desde sus pensamiento y acción
reafirmando su autonomía

Consideramos que el juego es un escenario donde comienza la participación infantil,


ya que dentro de él es posible escuchar las voces de niños y niñas con naturalidad,
conocer sus experiencias personales, sus intereses individuales, colectivos y las
relaciones que se dan entre ellos; donde la palabra y la acción dan cuenta de la
implicación y compromiso de ellos y ellas dentro del juego. Solo se aprende a
participar participando (Peña y Castro: 2012, p. 128).

Es a través del juego que niño narra su realidad y se puede mostrar así mismo, como
es su realidad o de los que lo rodean, que le molesta o gusta de su entorno incluso
su parte afectiva emocional, desde el juego el niño muestra no solo sus intereses
sino también sus necesidades

Entonces, el juego se convierte en un “contexto de escucha” de las capacidades y


potencialidades de las niñas y los niños, donde las y los maestros y los agentes
educativos pueden realmente reconocerlos desde la multiplicidad de sus lenguajes,
como sostiene Malaguzzi (2001).

Un reto cognitivo-perceptivo para los docente el juego, pues si se logra aprovechar


y apreciar como estrategia pedagógica para evidenciar intereses, necesidades,
comprensión del mundo, etc. en el niño y en el docente externalizar ese niño interior
para que desde el juego se desarrollen las capacidades, facultades y habilidades del
niño, facilitaremos nuestra practica pedagógica
Martha Glanzer (2000) expresa que los juegos han sido infinitamente variados y que
las diferentes comunidades los han ido marcando con sus características étnicas y
sociales específicas

Los juegos muestran las particularidades que caracterizan una determinada sociedad
contextualizada en un momento histórico definido.

Incluso Huizinga (1987), uno de los autores más reconocidos en el tema del juego,
amplia la noción más allá de la niñez, hasta el conjunto de las manifestaciones
humanas, ya que el juego constituye al sujeto y está presente a lo largo de la vida;
lo que sucede es que la manera de jugar se va transformando, así como el modo en
que el sujeto se posiciona frente a él.

Por su parte, desde ciertas perspectivas psicológicas, el juego ha sido más utilizado
como una herramienta, estrategia o instrumento para caracterizar el desarrollo
infantil, y en ese marco, para diseñar propuestas didácticas para la escuela con el
fin de identificar y tratar conductas que se manifiestan a través del mismo (Reyes,
1993)

El juego está presente en todas nuestras etapas de vida aunque cambia al igual que
nosotros: juego con objetos, con el cuerpo, mentales, como entretenimiento, como
disciplina, el juego siempre nos acompañara, somos seres lúdicos por naturaleza y
siempre será más fácil expresarnos desde el juego.

D. W. Winnicott (1982), quien define el juego como esa capacidad de crear un


espacio intermedio entre lo que está afuera y lo que está adentro: el espacio
potencial que existe entre el bebé y la madre, entre las niñas y los niños, entre la
niña o el niño y la familia, entre el individuo y la sociedad o el mundo. En sus
palabras, “el lugar de ubicación de la experiencia cultural es el espacio potencial que
existe entre el individuo y el ambiente (al principio el objeto). Lo mismo puede
decirse acerca del juego” (p. 135).

Desde el juego el niño configura su subjetividad valiéndose de la lectura que desde


su ser y los que los rodean y lo q lo rodea, el niño establece diferencias y semejanzas,
resignifica su mundo

Sarlé (2006) sostiene:


La apelación a lo lúdico (“vamos a jugar a…”) capta rápidamente el interés de los
niños y niñas y, si realmente la situación es un juego, el éxito casi está asegurado.
Sin embargo, el “vamos a jugar a…” no siempre es un juego y como señalamos, tras
la propuesta se esconde una actividad “ludiforme”, es decir, un formato de juego
pero que no es juego para los niños y niñas. Con la misma rapidez con que los niños
y niñas ingresan al territorio lúdico salen de él, apenas perciben que la invitación de
la maestra no es tal […] A veces, los maestros llaman juego a propuestas que no lo
son, dejando a los niños y niñas a mitad de camino entre lo que esperaban que
pasará y la tarea misma. Como ya señalamos, no son precisamente los niños y niñas
a quienes les cuesta reconocer la diferencia entre un juego y otra cosa. En términos
del niño, más bien son los adultos los que parecen no comprender que su juego es
una ocupación tan importante como el resto de las tareas a las que los invitan los
maestros (p. 122-123).

El juego es una actividad sumamente seria para el niño, de disfrute y asombro, y si


se pretende disfrazar trabajo por juego obviamente el niño lo va rechazar sin dar la
oportunidad de conocer lo que se pretendía con él, indisponiéndose y creando
rechazo al falso juego-trabajo

Abad (2008), si se deja que la niña o el niño juegue libre y placentera- mente, el
adulto inmerso en la sociedad de la eficacia se puede sentir culpable. Porque se cree
que el juego libre y espontáneo solo recrea no forja aprendizajes significativos en el
niños a la falta de capacidades del adulto para medir y apreciar los aprendizaje en
el niño o porque nos exige buscara la manera de evidenciar los avances q el niño
presenta con lo que él propone, (observar, analizar, diferir), y se nos es más fácil
plantear una actividad con objetivos y procesos de medición y evaluación que facilita
nuestra labor, desaprovechando así el juego libre como máxima expresión del niño
desde sus facultades

Vale la pena aclarar que una interpretación de lo anterior se hace evidente en


algunas prácticas de las maestras, los maestros y los agentes educativos, cuando
dejan que el juego se dé en una libertad absoluta, casi con cierta apariencia de
abandono, pues se piensa que si se hace algún tipo de acompañamiento se
desdibujan esas características que constituyen la condición misma del juego
(Fandiño, 2001).No podemos irnos a los extremos y confundir libertad con descuido
la responsabilidad y compromiso como docente está en intervenir cuando lo es
necesario y cuando no lo hace estar atento del avance y desempeño de los niños,
que nos puede brindar indicios de cómo van los aprendizajes y desarrollo de
habilidades de ellos

El fenómeno de la exploración, según Garvey (1983), se evidencia cuando un objeto


o juguete no es familiar para la niña o el niño y, por ende, tiende a establecer una
cadena de exploración, familiarización y eventual entendimiento, una secuencia que,
repetida con frecuencia, conduce a conceptos más maduros acerca de las
propiedades físicas (tamaño, textura, forma) de los objetos.

Los niños son curiosos por naturaleza para ello todo es nuevo y por tal razón suscita
curiosidad y exploración de ahí la importancia de material innovador y llamativo para
que el niño sienta el deseo de adquirir del material todo lo que le pueda aportar y
desarrollar en él
Bruner (1984) hace referencia a tres de las características del juego en la primera
infancia: el juego es en sí mismo un motivo de exploración, es una actividad para
uno mismo y no para los otros, es un medio para la invención (p. 164).

Es lo que permite al niño hacer, fabricar sus propias concepciones del mundo que lo
rodea

Vigotsky (1933) Durante el juego, los niños y niñas se proyectan en las actividades
adultas de su cultura y recitan sus futuros papeles y valores. De este modo, el juego
va por delante del desarrollo, ya que así los niños y niñas comienzan a adquirir
motivación, capacidad y actitudes necesarias para su participación social, que
únicamente puede llevarse a cabo de forma completa con la ayuda de sus mayores
y sus semejantes (p. 162)

Martha Glanzer (2000) manifiesta que “tanto la práctica de los juegos como los
juguetes fueron siempre infinitamente variados y las diferentes colectividades los
han ido marcando con sus características étnicas y sociales específicas” (p. 220).

El juego simboliza la cultura y así como ella cambia, cambia el juego y los juguetes
pero entre menos sofisticados sean los juguetes permite al niño imaginar, crear,
proponer, inventar, pero si su cultura le ofrece todo el niño no tendrá necesidad de
hacer nada pues el juguete lo hace todo

Cabanellas y Eslava (2005): El ambiente lo debemos concebir como copartícipe del


proyecto pedagógico.
Ambiente o microclima entendido como una elección consciente de espacios, formas
relacionales, vacíos, llenos, materiales, texturas, colores, luces, sombras, olores,
etc., que deben potenciar, ayudar y reflejar la convivencia pedagógica y cultural que
se construye en las instituciones educativas, creando vínculos que hagan posible la
definición de las diversas identidades (p. 173).

El ambiente debe propiciar a la actividad pedagógica

Abad (2008): La configuración de contextos de “belleza y relación”, para favorecer


el juego libre y espontáneo, ya que es en este tipo de situación donde se pueden
expresar y favorecer las propias ideas, los proyectos, y las emociones. Los niños
interpretan las instalaciones que los adultos les proponen, así se pretende que sean
ellos los que, mediante la gestión autónoma del espacio, el tiempo, los objetos y las
relaciones, experimenten la vivencia de transformar libremente el contexto de juego
ofrecido, y ponerse en situación de tomar decisiones, respetar a los demás, etc. (p.
207).
Ulloa (2008), “el principal rasgo que debería mantenerse a la hora de seleccionar
estos objetos es el potencial lúdico del material. Esto es, un objeto que abra el
campo de juego, que permita entradas múltiples a la creación de situaciones lúdicas”
(p. 80).

Los escenarios deben ser muy atractivos para el niño, creativos, lúdicos, también
ser accesibles invitar a lo exterior al contacto con la naturaleza, cultura (teatros,
museos). Que también permitan la actividad individual centros de interés y el juego
cooperativo y mediado
CONCLUSIONES

 El juego es la actividad más importante en la vida del niño, jugando descubre


el mundo que le rodea y su funcionamiento, desarrolla su inteligencia y sus
habilidades motrices. se relaciona con las demás personas, aprende las reglas
de las relaciones humanas, desarrolla vínculos afectivos se relaja, disfruta,
goza, ríe
 El maestro debe estar impregnado de ese espíritu lúdico que le permita
conectarse con sus estudiantes, comprender su juego e involucrarse en él, ya
que el juego del niño y la niña se enriquece con la capacidad de jugar que
tenga quien lo acompaña.

 El juego propicia en el niño crear, imaginar, descubrir experimentar, desde


su sociedad y cultura que configuran su subjetividad, identidad, desde su
carácter socializador, además potencia en el niños sus capacidades mentales;
indagar, dudar, comprender, interpretar, planear, organizar, pues es una
actividad seria que merece tiempo, acompañamiento de una adulto sensible
y condiciones, para que no solo fortalezcan la parte cognitiva del niño sino
también lo socioemocional motivando su autonomía, autoconcepto, empatía,
aprovechando su carácter formativo de aprendizaje (normas reglas
conceptos) educacional (cuerpo mente y sentidos), y enseñanza (habilidades
capacidades y facultades) de estar en el mundo entenderlo, ser, existir actuar.

 La importancia del juego desde sus diferentes tipos; juegos corporales que
propician la interpretación y expresión de ser, existir y estar en el mundo;
juego explorado que facilita en el niño la exploración del medio y del él
mismo; juego imitado donde el niño representa las concepciones que tiene
de su mundo desde el juego simbólico y de roles donde construye se realidad
la reconstruye y has resignifica; juego de construcción donde el niño
interpreta la cualidades físicas de los objetos y llega hacer una planeación,
elaboración, combinación de las construcciones que realiza; y como es un ser
sociable por naturaleza los juegos tradicionales donde el niño da sentido y
significado a las prácticas sociales y culturales; jugar construyendo para
fortalecer las estrategias de pensamiento. Todos estos juegos que con un
excelente uso en las prácticas pedagógicas facilitaran el desarrollo integral de
los niños.

 El juego siempre tiene la intención de posibilitar la espontaneidad del niño y


potencializar su desarrollo, por lo que se hace necesario tener claridad de la
intención y en sentido por el cual se realiza el juego, pues a través de él el
niño se apropia de aprendizajes significativos, realiza la aprehensión del
mundo, y establece relaciones afectivas con quienes juega.
BIBLIOGRAFIA

Abad Molina, J. y Ruiz de Velasco, Á. (2011). El juego simbólico. Barcelona: Graó.


Abad Molina, J. (2008). “El placer y el displacer en el juego espontáneo infantil”.
Arteterapia. Papeles de arteterapia y educación artística para la inclusión social 3:
167-188.
Bonastre, M. y otros (2007). Psicomotricidad y vida cotidiana (0-3 años). Barcelona:
Graó.
Bruner, J. (1995). Acción, pensamiento y lenguaje. Madrid: Alianza.
Cabanellas, I. y Eslava, C. (coord.) (2005). Territorios de la infancia:diálogos entre
arquitectura y pedagogía. Barcelona: Graó.
Caillois, R. (1986). Los juegos y los hombres. México: Fondo de Cultura Económica.
Camels, D. (2010). “El juego corporal: el cuerpo en los juegos de crianza”. Primer
Seminario Internacional: la Infancia, el Juego y los Juguetes (2010, Buenos Aires,
Argentina).
Flacso Argentina. Recuperado el 10 de noviembre de 2013 en:
http://www.semjuegosyjuguetes.com.ar
Decroly, O. y Monchamp, E. (2002). El juego educativo: iniciación a la actividad
intelectual y motriz. Madrid: Morata.
Duran, S. (2012). Los rostros y las huellas del juego. Tesis doctoral.
Granada, España, Universidad de Granada, Facultad de Ciencias de la Educación.
Fandiño, G. (2001). “El uso del juguete en los jardines infantiles”. Revista Pedagogía
y Saberes (16):71-79.
Freinet, C. (1971). La educación por el trabajo. México: Fondo de Cultura Económica.
Garvey, C. (1983). El juego infantil. Madrid: Morata.
Glanzer, M. (2000). El juego en la niñez. Buenos Aires: Aique. — “Los juguetes:
material lúdico-didáctico autónomo”. El globo rojo, juegos y juguetes, la piedra en
el estanque. Recuperado el 10 de noviembre de 2013 en:
http://www.educared.org.ar/infanciaenred/elgloborojo/piedra/
Goldschmied, E., Jackson, S. y Filella, R. (2007). La educación infantil de 0 a 3 años.
Madrid: Morata.
Harf, R. (2008). El juego en la educación infantil. Crecer jugando y aprendiendo. 0
a 5. Colección La Educación en los Primeros Años. Buenos Aires: Novedades
Educativas.
Huizinga, J. (1987). Homo ludens. Madrid: Alianza.
Majem, T. y otros (2001). Descubrir jugando. Barcelona: Octaedro.
Malaguzzi, L. (2001). La educación infantil en Reggio Emilia. Barcelona: Octaedro.
Michelet, A. (1988). Los útiles de la infancia. Barcelona: Herder. — (2001). El juego
del niño, avances y perspectivas. Québec: OMEP.
Ministerio de Educación Nacional (2012). Una propuesta pedagógica para la
educación de la primera infancia. Documento base para la construcción del
lineamiento pedagógico y curricular para la primera infancia. Colombia. Ofele, R.
(2001). “Juego, cuerpo, movimiento en la institución educativa”. Conferencia
presentada en el marco del Quinto Congreso Argentino de Educación Física y Ciencia.
Universidad de La Plata.
Peña, A. y Castro Á. (2012). Profe: te invito a jugar. El juego un espacio para la
participación infantil. Bogotá: Cinde.
Porstein, A. M. (2009). Cuerpo, juego y movimiento en el nivel inicial. Argentina:
Homo Sapiens.
Reyes, R. M. (1993). El juego, procesos de desarrollo y socialización: contribución
de la psicología. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, Centro de
Investigaciones (CIUP) y Colciencias.
Sarle, P. (2006). Enseñar el juego o jugar la enseñanza. Buenos Aires: Paidós.
Sarlé, P. y otros (2010). El juego en el nivel inicial. Juego reglado, un álbum de
juegos. Buenos Aires: Baires Print. Secretaría Distrital de Integración Social (2010).
Lineamiento pedagógico y curricular para la educación inicial en el Distrito. Bogotá:
SDIS.
Ullúa, J. (2008). Volver a jugar en el jardín. Rosario: Homo Sapiens.
Vigotsky, L. (1933). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona:
Grijalbo.
Winnicot, D. (1982). Realidad y juego. Buenos Aires: Gedisa.

Das könnte Ihnen auch gefallen