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Me siento presa en mi propia casa, mis hermanos se pelean unos con otros.

Yo he preferido no hablar, me da miedo sugerir, me da miedo opinar y que me


manden a callar.

Hay alguien que domina mi casa mientras mi madre esta muy enferma, esta rota,
llora y a veces sangra de muchas partes de su anatomía.

Esas personas extrañas dicen que mamá esta bien que hay alguien que la esta
manipulando.

Trato de dormir y los gritos de un lado a otro me aturden.

Unos se culpan con otros y las personas que dicen cuidarnos nunca se ponen de
acuerdo y pienso que me mienten.

Veo la agonía de mi madre pronunciarse más, llora sin explicarme qué pasa,
intente defender a mi madre en varias oportunidades… Como siempre, me callaron.

Hay hermanos que no viven conmigo, tengo hermanos que son callados por
nuestros tutores, conozco a muchos que lloran de desesperación, yo lo he hecho.

No sé quedarme callada, estoy apunto de no saber, sufro de apnea de sueño, si en


algún momento no estoy de acuerdo recibo puñaladas en la moral.

Tengo tantas heridas que no sé que forma tenía mi conciencia antes de conocer
la discordia.

Me estoy quedando sola, el silencio se empieza a prolongar cuando todos


quieren cambiar su dirección.
Mi madre sigue agonizando mientras yo trato de leer sus señales.

Alguien susurro a mis espaldas “Venezuela se esta muriendo”.

Sentí correr un frió por mi espalda y mis ojos dejaron escapar una lagrima que
gritaba lo que no puedo decir.

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