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Los trastornos afectivos comprenden una serie de entidades clínicas que tienen en común la
alteración del estado del ánimo. Por estado del ánimo o humor (mood) se entiende un estado emocional
persistente en el tiempo y así diferente del afecto como emoción o sentimiento, fluctuante como reacción
inmediata. Como estado emocional persistente (timos) influye en todas las esferas vitales del sujeto, o sea,
se refleja en el pensamiento, la conducta, la actividad psicomotora, las manifestaciones somáticas y en la
manera como se relaciona y percibe el medio ambiente..
HISTORIA: Los trastornos afectivos tienen antiguo registro en la historia de la medicina. Hipócrates (460
a.C. - 370 a.C.), el primero que consideró los trastornos mentales como entidades naturales y no obra de
los dioses, denominó Melancolía a cuadros depresivos e hipocondríacos, porque pensaba que respondían
al predominio de la bilis negra (melanchos), dentro de su teoría de los humores. Luego, el término
“Melancolía” fue empleado a lo largo de la historia para identificar cuadros psicopatológicos heterogéneos.
Por su parte, el término “Manía” se usó para denominar cuadros diversos que, en general, presentaban un
carácter de agitación y excitación psicomotriz, aunque tan polimorfos, que manía se hizo sinónimo de
locura. Aquí cabe la advertencia de Berrios, distinguido psiquiatra y epistemólogo español, de que todo
término psiquiátrico tiene un significado según el contexto histórico.
Es en el siglo XIX cuando los psiquiatras comenzaron a registrar la asociación de ambos cuadros y se
aíslan los rasgos típicos de la enfermedad. Falret describió un cuadro alternante de depresión y manía que
denominó folie circulaire (1851) y en 1882, Kahlbaum utilizó el término “ciclotimia” para describir un cuadro
similar en sus pacientes.
Sin embargo corresponde a Emil Kraepelin la identificación y la clasificación nosográfica de esta entidad.
Aplicando su investigación longitudinal (diacrónica), Kraepelin dividió el campo de las psicosis en aquellas
que evolucionaban con déficit, como la demencia precoz, y aquellas que evolucionaban por episodios con
recuperación sin déficit entre los episodios. Llamó “psicosis maniaco-depresiva” a esta enfermedad porque
su método también pudo captar la alternancia de los episodios maníacos y depresivos, y resaltó que se
diferenciaba de la demencia precoz (esquizofrenia) por la ausencia de curso deteriorante. En 1899 des-
cribió el cuadro que contenía la mayoría de los criterios diagnósticos que actualmente corresponden al
Trastorno Bipolar I.
La necesidad clasificatoria lo llevó a amplificar las diferencias en su dicotomía fundamental, hecho del
que se hizo cierto reconocimiento póstumo. Su división tajante, basada en la presencia o ausencia de
evolución con deterioro, en el campo de las psicosis entre esquizofrenia y psicosis maniaco-depresiva está
actualmente cuestionada por la clínica de la bipolaridad. Numerosos estudios han comprobado el curso
deteriorante de los trastornos afectivos. Se han descrito cuadros intermedios como las psicosis cicloideas
de Leonard o los trastornos esquizoafectivos de Kasanin.
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El problema de la clasificación de los trastornos afectivos según los criterios utilizados en el DSM se
presentó desde el comienzo y puede proponerse como ejemplo de las dificultades de una nosografía
basada en sistema categorial. Las diferencias entre Depresión Mayor, Trastorno Bipolar I y II, Distimia y
Ciclotimia se sostienen sobre bases endebles, en una combinación de criterios cuantitativos y cualitativos.
Los criterios cuantitativos, gravedad y duración, sirven para distinguir entre trastornos mayores (depresivo
mayor, bipolar I y II) de “menores” (distimia, ciclotimia). Pero se sabe que la cuantificación, aunque
necesaria, es muy difícil de establecer en el campo de los fenómenos psíquicos, y, por consiguiente, de
utilidad relativa como criterio básico para la validez y fiabilidad de las categorías. Por ejemplo, se ha
cuestionado la gravedad como criterio diferencial entre depresión mayor y distimia (Pichot, 1995).
El cuestionamiento desde la clínica dio origen al concepto de espectro bipolar (Akiskal), tema que
desarrollaremos en profundidad en siguientes seminarios
CASO CLÍNICO
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