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Ponencia
Resumen
El tema que ocupa la reflexión para esta ponencia en el marco del Programa Escenario
Urbano: Revitalización del espacio público y comunitario a través del arte, que
adelanta IUDANZA, tiene que ver con la descripción y análisis de las marcas físicas y
simbólicas que se han dibujado en la ciudad de Caracas, para expresar cómo ha sido el
comportamiento de sus habitantes en términos de confrontación y convivencia, y
particularmente, cómo ha sido la relación cuerpo, arte y ciudad en la conformación de
cartografías alternativas para dibujar recorridos y espacios públicos dedicados a la
práctica de una cultura por la paz.
En tal sentido, es importante decir, que la metáfora de los mapas se utiliza para ilustrar
cuál ha sido la influencia de la globalización en la configuración espacial que hoy se
observa en la ciudad y sus efectos en el afianzamiento de cartografías de segregación
urbana y pobreza; cartografías de conflictividad socio-política entre los actores y
finalmente, cartografías alternativas de resistencia, que buscan recomponer la
fragmentación socio-espacial de la ciudad.
Para ello y en primer lugar, se tratará de describir brevemente algunos antecedentes que
explican la configuración socio-espacial de las ciudades en el mundo global y el tipo de
conflictos sociopolíticos que las caracterizan. En segundo lugar, y del mismo modo se
detallarán las formas en las que se han expresado este tipo de conflictos en la ciudad de
Caracas, en momentos como el llamado “Caracazo” del año 1989. En tercer lugar, se
hablará del despliegue de conflictos socio-políticos asociados a la figura del Presidente
Chávez a partir del año 1999; y finalmente, se tocará el punto relacionado con la
emergencia y el desarrollo en este contexto de movimientos sociales alternativos de arte
urbano como la Red de la Calle.
De esa manera, dentro de este proceso de asignación de los roles y funciones de las
ciudades en el mundo global, es fundamental considerar la variable tecnológica porque es
lo que permite entender el tipo de patrones de urbanización, consumo y uso de los
espacios para el asentamiento de la población según los bienes y servicios requeridos por
el modelo informativo que implica la intensificación del proceso globalizador.
En el mapa de las competencias y roles de las ciudades del mundo global, puede
observarse físicamente cuales son las ciudades que manejan la dirección y gestión de las
transacciones internacionales, en lo que podría considerarse ciudades de primer nivel que
funcionan como sedes corporativas: New York, Londres, Paris y Tokio, por ejemplo. Todas
ellas, megaciudades que ejecutan su poder de intervención económica a través de la
conexión de redes de telecomunicaciones altamente eficientes dentro del sistema
productivo informativo.
Se producen situaciones que algunos autores, como Nora Rabonitkof (1993), definen
como ciudadanías de baja intensidad concentradas en espacios urbanos en los que el
Estado no garantiza el ejercicio de los derechos ciudadanos y, por otra parte, el
surgimiento de rasgos heterogéneos en esa pobreza urbana donde se observan los
“nuevos pobres”, los que han sido afectados por la disminución de oportunidades de
educación y empleo dentro de los sectores medios, y los que sufren mayor vulnerabilidad
dadas las variables de edad (jóvenes) y género (mujeres).
Los problemas que se generaron en Caracas, debido a la manera como se llevó a cabo el
proceso de urbanización (privilegiando el crecimiento económico sobre el crecimiento
humano), se reflejaron en el aumento de los índices de pobreza y los indicadores
asociados sobre delincuencia y violencia urbanas.
En tal sentido, puede decirse que pese a que la pobreza urbana no constituía un
fenómeno inédito en nuestro país. Para comienzos de los ochenta existían algunos
factores de cohesión social alrededor de espacios institucionales como las universidades
públicas, que aún representaban, en el “deseo colectivo” de la mayoría, una posibilidad
cierta de movilización social ascendente a través de la educación.
Sin embargo, esos hilos de esperanza se fueron deshilachando a la par que la ciudad
global generaba pautas culturales, patrones de consumo y estilos de vida asociados a las
características de una urbe fragmentada y desdibujada de una identidad integradora.
Aquí es interesante señalar que, desde el punto de vista simbólico, la ruptura definitiva de
ese ideal igualitario se materializó el 27 de febrero del año 1989, cuando a pocos días de
la puesta en práctica del paquete de medidas de ajuste estructural implantado en el
segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, se desató una reacción social sin precedentes
por parte de los conglomerados urbanos de Caracas. Esta reacción ha sido conocida
como EL CARACAZO o “el día que los pobres bajaron de los cerros”.
Esta explosión social reveló entre otras cosas, rasgos de una cultura urbana-petrolera
montada en torno a imaginarios sobre estilos de vida y patrones de consumo que no se
habían analizado con detenimiento hasta entonces. Puede decirse, que ese imaginario de
la Gran Venezuela venía frenando esas reacciones de conflictividad colectiva que la
escritora venezolana Elisa Lerner describe como una especie de metafísica social donde
“el inteligente hijo de Catia tenía la posibilidad de acceder no solo a la educación superior
en su país sino a otras universidades de excelencia como las de Harvard, gracias a una
beca Ayacucho”.[5]
También es posible entender que muchos de los fenómenos socio-políticos que derivan
de este derrumbe del ideal igualitario como los golpes de Estado del año 1992, el juicio y
salida de Carlos Andrés Pérez, el segundo gobierno de Caldera y el triunfo político del
Presidente Chávez el año 1998, tienen su explicación en las condiciones históricas y de
cultura política propias de nuestra realidad particular como país petrolero, insertas dentro
de lo que significa la implantación del modelo espacial de globalización neoliberal.
Si hay algo que pueda describir con propiedad a la ciudad de Caracas de finales de la
década de los noventa y comienzos del nuevo milenio, es una ciudad profundamente
fragmentada. Por ejemplo, si vemos cómo se ha expresado esta fragmentación en
nuestra ciudad, encontramos que:
Las características de este mapa fragmentado exponen cuáles son las confluencias entre
la polarización social y la polarización política que comenzó a visibilizarse con la entrada
al poder de Hugo Chávez en 1998. A partir de ese momento, puede observarse con
nitidez un fenómeno que ha sido interpretado por el Sociólogo Miguel Ángel Contreras
como la oposición de dos proyectos diferenciados: uno tecnocrático-neoliberal y otro
democrático-nacionalista, cada uno de los cuales posee estéticas, discursos y acciones
claramente diferenciadas (Contreras, 2005).
Así vemos –pese a los matices- que los dos municipios más populosos de la ciudad de
Caracas, Municipio Libertador y Municipio Sucre, son al mismo tiempo los que contienen
mayor población en condición de pobreza y mayores índices de apoyo al Presidente
Chávez[7]. En el resto (Baruta, Chacao y El Hatillo) predomina la población de ingresos
medios y altos, siendo éstos los lugares de residencia y recreación de las clases medias
altas, en su mayoría opositores al proyecto chavista.[8]
En ese sentido, la ciudad ha sido el escenario de una sucesión de conflictos que gravitan
en torno a esos imaginarios y a sus prácticas socio-políticas. Especialmente podemos
señalar los eventos ocurridos durante los años 2001, 2002, 2003 y 2004, hechos como el
primer paro empresarial de FEDECAMARAS (en diciembre de 2001), el Golpe de Estado
de Abril de 2002, el paro petrolero de finales de 2002 y primeros meses de 2003, el
Revocatorio Presidencial (agosto de 2004), y más recientemente el asesinato del Fiscal
Danilo Anderson. Asimismo, el año 2006 (año electoral) se presenta con los casos de
secuestro y asesinato del empresario Sindoni y los niños del empresario Faddoul, así
como el uso actual de las Universidades como espacios de conflicto asociados a grupos
de oposición.
Es en este panorama (el re-calentamiento del conflicto político en la calle con el tema de
la violencia urbana, los jóvenes, las universidades y la organización de una mesa de
diálogo por la paz) donde vale la pena hacerse algunas preguntas que sirven de
plataforma para pensar e intervenir el espacio público, fundamentalmente las siguientes:
¿Es con la cultura y desde el arte que pueden dibujarse cartografías alternativas
para Caracas?
¿Quiénes son los artistas que dibujan otra ciudad posible? ¿Cuáles sus
propuestas?
Este mapa tiene que ver con el relato de pequeñas historias de ciudad que ocurren a la
par de los procesos de conflictividad social y política que se describieron anteriormente.
Son historias que se desplazan dentro los mapas precedentes, pero haciendo uso de otro
tipo de recursos estéticos para la acción política, fundamentalmente constituyen el mapa
de arte, cuerpo y ciudad, porque desde una perspectiva integral y superando las
diferencias, son capaces de crear visiones compartidas que trascienden las distintas
expresiones de la polarización.
En este punto, se trata entonces de contar algunos momentos de esa historia –por lo
demás con algunos elementos autobiográficos- que probablemente no cubren toda la
diversidad y riqueza de los movimientos de arte urbano nacidos en y por la ciudad de
Caracas[9], pero sí permiten ilustrar algunos enfoques políticos presentes en los discursos
y prácticas de estos movimientos, respecto a lo que significan sus acciones de resistencia
al impacto de la globalización en la configuración espacial de la ciudad.
A este respecto, es interesante considerar, dentro del espíritu libertario de la mayor parte
de los jóvenes artistas que siempre se han resistido a las organizaciones formales[12],
que justamente se hayan articulado como movimiento social a partir del 11 de abril de
2002 cuando ocurre el golpe de Estado al Presidente Chávez. A partir de ese momento, la
mayor parte de los jóvenes de esa red –algunos de los cuales se relacionan con medios
alternativos- se sensibilizaron alrededor de la idea de romper con las conductas de
intolerancia que se estaban expresando en los espacios públicos de la ciudad, y
comenzaron a reunirse consecutivamente todas las semanas, para debatir los temas
asociados a la democracia y al rol del artista en situaciones como las que estaba viviendo
el país.
Con las comunidades llegaron al consenso de actuar de acuerdo con lo que consideraban
era el respeto hacia ellos mismos en su diversidad y el respeto hacia cualquier
manifestación política, cultural y social de las comunidades urbanas y rurales del país, de
Latinoamérica y del mundo, como expresiones del acervo cultural y los valores de
solidaridad y convivencia pacífica de la Red de la Calle. En este aspecto, los artistas
querían ejercer su derecho al pensamiento crítico y a la democracia participativa, sin
afectar los valores trascendentales de la red referidos a la tolerancia, al respeto a las
diferencias, la paz y ciudadanía protagónica, la solidaridad social hacia las comunidades
más vulnerables y la valoración de los talentos.
Con las empresas privadas, el acuerdo fue que sólo los grupos dispuestos a realizar
trabajos para las marcas comerciales, podían hacerlo sin comprometer el marco filosófico
integral de la red que se orientaba más a la idea de “no logo” y fundamentalmente en
contra de las trasnacionales. Es decir, los que quisieran hacerlo podían realizar sus
trabajos de promoción de marcas, pero nunca con el nombre de la Red de la Calle.
Una vez definidos esos principios de la Red de la Calle, la intervención de los artistas para
dibujar cartografías y recorridos de paz comenzó con una primera caravana en contra de
la intolerancia política que ellos calificaron como de limpieza de lo malo, realizada el 14 de
diciembre de 2002 siguiendo la ruta del metro desde la estación de Petare a la estación
La Hoyada. Esta primera incursión de la red en los espacios públicos de la ciudad fue
muy significativa, precisamente porque se llevó a cabo una semana después de ocurrir la
tragedia de la Plaza Altamira del 06 de diciembre.
En tal sentido, fue una intervención muy valiente debido a la atmósfera de tensión que se
percibía en toda la ciudad en contraste con las acciones lúdicas y coloridas que dejaba a
su paso la caravana de arte. Por ejemplo, fue muy interesante observar lo ocurrido en una
de las paradas de la caravana que fue la Plaza Candelaria, donde estaban concentradas
en ambos lados de la plaza personas de oposición y otras del chavismo. Cuando ambos
grupos se acercaron con cierto recelo a la Rueda de Capoeira que se estaba presentando
en el lugar, pasó poco tiempo para que terminaran compenetrados plenamente con la
actividad.
Fue también muy significativo observar durante todo el recorrido de la caravana, el
contagio de alegría que pueden vivir todos los ciudadanos (el borrachito, el mendigo, la
sifrina y el estudiante, el funcionario y el vendedor), cuando tienen la oportunidad de vivir
la integración con el otro a ritmo caribeño, así como la posibilidad de redescubrir los
espacios y estampas de la ciudad en cada esquina, calle, plaza y avenida recorridas[15].
Por otra parte, esta caravana fue una acción muy importante para el movimiento de
artistas, porque pudieron confirmar el poder simbólico de sus propuestas para la
construcción de visiones de arte y ciudad sustentadas en valores de paz, tolerancia y
respeto a las diferencias, además de concienciar las posibilidades para desplegar
proyectos propios, sin la intermediación de las élites culturales que normalmente controlan
eventos como El Festival Internacional de Teatro de Caracas en el que se les da poco
acceso a los artistas de calle locales.
No es exagerado decir que, a partir de esa primera caravana de diciembre del año 2002,
se dio una especie de explosión de actividades de calle que continuaron con la realización
de la segunda caravana el 15 de febrero del año 2003, en contra de la guerra de Irak.
Para esta caravana también se consideró la ruta del metro, desde Propatria a El Calvario.
También se realizaron otras actividades en plazas y espacios públicos en contra de la
guerra, las trasnacionales y en favor de la paz, que se dieron durante los años siguientes
de manera diversa y consecutiva en toda la ciudad.
Actualmente, la Red de la Calle no existe como grupo específico aunque sigue siendo un
nombre que representa parte del patrimonio intangible del movimiento underground
caraqueño. Puede decirse sin embargo, que la red se irradia en varios proyectos
urbanos[16], demostrando mayor visibilidad y presencia política del movimiento para
mediar situaciones de intolerancia en la ciudad a través de los recursos simbólicos del
arte, el humor y la palabra y, al mismo tiempo, para desplegar potencialidades locales a
través del apoyo a proyectos socio-culturales y socio-productivos de las comunidades
como actualmente ocurre con los artistas del Núcleo Endógeno Cultural Tiuna El
Fuerte[17].
En tal sentido, la Red de la Calle demostró que desde una declaración de principios
trascendentes, es posible fijarse unas normas de convivencia para realizar acciones
colectivas tendientes a la integración social. Por otra parte, desmonta muchas de las
descalificaciones que ha sufrido la cultura de arte underground por algunos actores
sociales, al dejar como lección aprendida el nivel de madurez política con la que han
actuado los artistas de calle para la transformación de las situaciones de intolerancia
social y política que vive la ciudad.
Por esa razón, iniciativas como la del Instituto Universitario de Danza en torno a
desarrollar el Programa Escenario Urbano: Revitalización del espacio público y
comunitario a través del arte, representa una iniciativa de indudable valor estratégico para
seguir visibilizando mapas y recorridos dirigidos al rescate de la vida digna en nuestra
querida ciudad. Creo que de alguna manera, se trata de la reactivación de la Red de la
Calle como espíritu común de todos los artistas que desean alcanzar un mundo mejor.
En ese sentido y a la espera de una próxima caravana de arte, nada más indicado que el
ritual poético que invoca y revela los secretos de ese espíritu de la calle:
Cartografía
Tomo el pulso
a esta fuerza de océanos a la deriva,
juego limpio el juego de los duelos.
Sé que al final nadie quedará ileso
y esa será una ofrenda a las palabras
perdidas, a los amores imposibles,
esta ofensiva que sacude los cimientos
y se aferra a la tierra para no perder
la compostura, para no alterar
los rostros, para atarse a la comisura
de los labios de la tierra,
leer los mapas secretos
que ocultan geografías y misterios,
el color de los ocasos de otoño.
Muchas Gracias
cesur.ciudad@gmail.com
Referencias Bibliográficas
Borja, Jordi y Manuel Castells. (1997). Local y Global. Madrid. Editorial Taurus.
Cariola, Cecilia y Miguel Lacabana. (2005). Pobreza, nueva pobreza y exclusión social.
Los múltiples rostros de Caracas. Caracas. Ediciones BCV.
Contreras, Miguel Angel. (2005). Del 11 al 13 de abril. Del efecto de una condena a la
revuelta política: imaginarios en desacuerdo en una época de transición político cultural.
En Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, vol. 11 N·3. FACES-UCV.
Lerner, Elisa. (1984). Venezolanos de hoy en día: del silencio gomecista al ruido
mayamero. En: El caso Venezuela: Una ilusión de armonía. Naím/Piñango (coord.).
Caracas. IESA.
Rabonitkof, Nora. (1993). Lo público y sus problemas: notas para una reconsideración.
Madrid. Revista Internacional de Filosofía Política N·2.
Valdivia, Roberto. (2004). Posibles argumentos que dan pie a la desarticulación de la Red
de la Calle como colectivo para la apropiación de los espacios públicos. Ensayo para la
materia “Recorridos por la ciudad global. Cultura, ciudadanía y mundos cotidianos en la
fragmentación social de la ciudad de Caracas” conducida por la Profesora Irama La Rosa.
Escuela de Sociología de la Universidad Central de Venezuela.
Zambrano, Gregory. (2005). Los mapas secretos. Mérida. Ediciones Mucuglifo. CONAC.
Consulta Web:
es.wiquipedia.org
Portal del Consejo Nacional Electoral www.cne.gov.ve
Núcleo Endógeno Cultural Tiuna El Fuerte www.tiunaelfuerte.org
[1] “La humanidad se encamina hacia un mundo de urbanización generalizada. No sólo porque los datos indican que la
mayoría de la población del planeta vivirá en áreas urbanas a principios del siglo XXI, sino porque las áreas urbanas
formarán parte del sistema de relaciones económicas, políticas, culturales y de comunicación organizado a partir de los
centros urbanos.” (Borja y Castells, 1997: 11)
[2] Umberto Eco (1998), es otro de los autores que sostienen que los nuevos señores feudales bien podrían llamarse:
Mitsubitshi; Hiunday; Halliburton, Enron, etc.
[3] En suma, la globalización de la economía, y en particular de los servicios avanzados que organizan y gestionan el
conjunto del sistema, no conduce a la dispersión espacial de funciones, ni tampoco a la concentración exclusiva de las
funciones direccionales en unas pocas áreas metropolitanas. La ciudad global no es Nueva York, Londres o Tokio,
aunque sean los centros direccionales más importantes del sistema. La ciudad global es una red de nodos urbanos de
distinto nivel y con distintas funciones que se extiende por todo el planeta y que funciona como centro nervioso de la
nueva economía, en un sistema interactivo de geometría variable al cual deben constantemente adaptarse de forma
flexible empresas y ciudades. (Borja y Castells, 1997: 43)
[4] Para la religión rastafari, Babilonia representa la corrupción de lo actualmente establecido. Simboliza al sistema y a
sus instituciones. Representa todo lo que es malo, de hecho se dice que Nueva York, y como consecuencia EEUU,
representa la nueva Babilonia del Mundo. http://es.wikipedia.org/wiki/Babilonia En las investigaciones
realizadas por la autora de este texto, el concepto es utilizado por muchos jóvenes para referirse efectivamente al
“Imperio” y las tentaciones del consumo, por lo tanto es más que un lugar físico. No obstante, para este ensayo se
utiliza como metáfora para ilustrar un momento histórico específico de la ciudad de Caracas, en el que “explotan” todas
las distorsiones culturales del modelo rentista en la ciudad capital.
[5] LERNER, Elisa (1984). Venezolanos de hoy día: Del Silencio PosGomecista al Ruido Mayamero, En El caso
Venezuela Una Ilusión de Armonía. Caracas, Ediciones IESA.
* En el mismo ensayo, Elisa Lerner califica con la denominación de burguesías presupuestarias a los “nuevos ricos”
favorecidos por el sistema clientelar de partidos políticos tradicionales (AD y COPEI) a través del cual accedieron
numerosos sectores sociales a la riqueza petrolera.
[6] En el texto de Cariola y Lacabana: Pobreza, nueva pobreza y exclusión social. Los Múltiples rostros de
Caracas. (2005), los autores hacen un excelente análisis de cómo ese avance de la polarización social metropolitana se
hace más compleja y heterogénea, debido al tránsito hacia la pobreza que han venido experimentando sectores medios
de la población, quienes pese a sus condiciones actuales de vulnerabilidad, continúan manteniendo su peso e identidad
social propios.
[7] Esta afirmación deriva de los resultados obtenidos en el referendo revocatorio presidencial realizado el año 2004
donde el apoyo al Presidente Chávez fue contundente en las zonas populares de la ciudad. (Ver Datos, del Consejo
Nacional Electoral (CNE).
[8] Es importante destacar, que estos Municipios se han conformado de acuerdo a la lógica global que exige para sus
nodos territoriales, espacios con baja densidad poblacional y existencia de infraestructura adecuada para garantizar la
calidad de vida de sus habitantes. Por ejemplo el Municipio Chacao se corresponde con el concepto de Central
Business District de la capital, que desde el punto de vista estético y de visión gerencial más cercana a la gestión
empresarial sin –aparentemente- los vicios políticos del “subdesarrollo”. (Sierra, 2006).
[9] Autores como Roberto Valdivia establecen algunos antecedentes de Red de la Calle asociados a movimientos
conocidos como anarco-punk y ferias editoriales alternativas. (Valdivia, 2003),
[10] En ese contexto, en el que realizaba la investigación para mi tesis de Maestría: Uso y sentido de los espacios
públicos en la construcción de la ciudadanía. Cultura y visiones cotidiana de la ciudad de Caracas (1999-2001),
comencé a trabajar con uno de esos jóvenes que puede decirse es co-autor de la investigación, llamado Piki Figueroa
del grupo Sontizón y más adelante una vez culminada la tesis a partir del año 2001 con un grupo más amplio
básicamente conformado por los artistas: Niky Garcia, Catalina Del Castillo; Arnoldo Mall; Marisol Martínez; Emiliano
Montes; Jorge Heli; Alejandro Valderrama; Jorge Parra (Mondongo); Maia Korón; Ernesto Figueroa; Aidana Chávez;
Claudio Amico, Valentina Siegel, Malena D´Alessio, y Vladimir Sosa, quienes nos reuníamos semanalmente en el
Instituto Orange de Plaza Venezuela cedido por el Prof. José Gregorio Linares.
[11] Este intercambio cultural tiene especial énfasis en la música, particularmente el hip-hop como expresión de poesía
urbana y denuncia de los más excluidos. Por otra parte, las canciones e historias de músicos como Manu Chau, los
grupos de arte de calle, el movimiento de los revolucionarios zapatistas y los debates sobre la legalización de la
marihuana son algunos de los tópicos habituales de la generación underground.
[12] Para ellos, formalizarse en organizaciones muy estructuradas, significa someterse a situaciones burocráticas
castradoras de la creatividad.
[13] La filosofía que inspira este movimiento se identifica más con las consignas y propuestas del Foro Social Mundial
que con algún tipo de organización político-partidista.
[14] La polarización política también se expresaba en las opiniones y preferencias de los jóvenes, es decir, algunos se
sentían plenamente identificados con el Presidente Chávez y otros lo rechazaban. Sin embargo, lo interesante era que
pese a estas diferencias lograban mantener en común su rechazo a las expresiones de intolerancia.
[15] Se trata de la práctica de una mirada sensible que se detiene en cada rincón, para activar los sentidos que evocan
la memoria de la ciudad.
[16] Algunos de los proyectos son el Núcleo Endógeno Cultural Tiuna El Fuerte ubicado en el Valle Longaray y los
proyectos socio-culturales relacionados en las parroquias Valle y Coche como la Escuela de Circo en el barrio El Topito;
Escuela de Danza en el Barrio Negro Primero, la Escuela de Circo de 23 de Enero; la Carpa del Paraíso; La Convención
de Circo; Rescate del Nuevo Circo de Caracas con la creación de un Núcleo Endógeno Cultural etc.