Sie sind auf Seite 1von 9

Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

Quingnam 5: 131-146, 2019 ISSN 2414-0570 (ed. impresa)


http://doi.org/10.22497/quingnam.05.0505 ISSN 2414-8768 (ed. electrónica)

Distintas imágenes para un mismo ente; íconos en la


ideología de los Andes septentrionales:
analogías sincrónicas y diacrónicas

Different images for the same entity; icons in the ideology of the
northern Andes:
Synchronic and diachronic analogies

Denis Vargas Salvador1, Guillermo Gayoso Bazán2


1 Arqueólogo. Proyecto Qhapaq Ñan. Perú. pachacuty@outlook.com
2 Arqueólogo. Universidad Privada Antenor Orrego. Trujillo, Perú. ggayoso@upao.edu.pe

Recibido: 26 de junio 2019, aceptado: 4 de julio 2019

Resumen
El presente artículo trata sobre la importancia de los íconos como medios de expresión
y comunicación en las poblaciones ancestrales de los Andes centrales. Se revisa y analiza
bibliografía y propuestas sobre el elemento iconográfico denominado “animal lunar”, tan
presente en material arqueológico de diversas tradiciones culturales.
Palabras clave: iconografía, Andes centrales, prehispánicos.

Abstract
This article discusses the importance of icons as means of expression and communication
in the ancestral populations of the central Andes. It reviews and analyzes literature and pro-
posals related to the iconographic element called “lunar animal”, so present in archaeological
material from different cultural traditions.
Keywords: iconography, central Andes, pre-Columbian.

Quingnam 5: 131-146, 2019 131


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

Introducción cuales son maneras de decir cosas sin usar de exteriorizar una idea, interesándoles la Los símbolos tienen dimensiones po-
palabras, los artífices plásticos utilizan las capacidad de sugerir, de establecer corres- líticas e ideológicas, que van a influir in-
El puente comunicativo entre el mun-
imágenes llenas de formas, colores, tama- pondencias entre los objetos y las sensa- conscientemente en la sociedad que los
do supraterreno –propio de la conciencia
ños, texturas para contar y expresar sus ciones, el misterio, el ocultismo. crea. Debido a este significado escondido,
mítica de los pueblos– y los mismos mor-
ideas, emociones, preocupaciones y fan- los arqueólogos tienen dificultades para
tales fue estructurándose paulatinamente El artista figurativo usualmente debe
tasías. encontrar acceso a los aspectos simbólicos
teniendo a la ideología como vehículo de tener al modelo que va representar delante
de las sociedades pasadas; sin embargo,
enlace y al rito como conductor de la di- Creatividad y tecnología fueron los in- de él (entiéndase como modelo a la obje-
estos aspectos pueden ser reconstruidos o
námica entre ambos actores protagónicos. gredientes principales en la elaboración de tividad física y tangible de la naturaleza)
al menos interpretados por la arqueología
Sin embargo, para mantener una interacti- los dos tipos de representación simbólica con lo cual podía comprobar el aspecto de
a través de las analogías etnográficas, y
va comunión con las creencias se tuvo que con mayor aceptación en los Andes cen- dicho modelo a medida que iba realizando
también por medio de la cultura material.
recurrir a la expresión comunicadora más trales; ambos como parte de un sistema de su obra. Sin embargo, también para crear
sublime dentro de la acción transformado- comunicación no verbal entre los hombres este tipo de obras se utiliza la memoria, Aunque no se preserva el aspecto mí-
ra del hombre: el arte. y también emitidos para los seres y esce- invitando a la subjetividad de la mente tico-simbólico, pueden permanecer los
narios propios de su mundo mitológico; la (mundus imaginalis) a plasmar también la restos materiales de los ritos realizados, y
Dentro de este proceso creativo car-
imagen figurativa y la imagen ideográfica, figura. Es dentro de este ámbito en que el es esa dualidad entre mito y rito que los
gado de simbolismo, los mensajes son
ambos tipos de expresiones propias del arte sacro recrea y exalta la perfección que arqueólogos deben investigar.1
trasmitidos a través de distintos vehículos
arte figurativo y del arte abstracto. Si bien poseían las entidades divinas y los paisa-
y variados canales. El mito refrescado a Ya en la plástica del Paleolítico, la na-
es cierto que dentro de la plástica todo di- jes que rodeaban a esas entidades, lo cual
través del rito y la ceremonia, la trova y turaleza puede ser representada, según An-
seño es considerado como una figura ya tiene como objetivo la veneración de una
la danza van retando constantemente al dré Leroi-Gourhan (1971), en tres catego-
sean abstractas (como opuesto a la imagen entidad sagrada o divina.
espíritu creativo del especialista plástico, rías de diseños: animales, seres humanos
figurativa) o se trate de copias realísticas o
el cual reacciona modelando las ideas abs- Los simbolistas consideran que la obra (seres animados) y signos, argumentando
verosímiles de la naturaleza, la clasifica-
tractas en iconos y resumiéndolos muchas de arte equivale a una emoción provocada de nuestra parte que en la segunda cate-
ción aquí utilizada define al tema figurati-
veces en signos altamente codificados. por la experiencia. Sienten la necesidad de goría puede incluirse a los seres sobrena-
vo como la copia objetiva del mundo real
expresar una realidad distinta a lo tangible turales tomados del ámbito mitológico y
El concepto de icono deviene del arte en el cual también se incluye al universo
y tienden hacia la espiritualidad. Tratan su personalizada interpretación llegando
cristiano y representaba en sus albores a de lo sobrenatural, incuestionable en la
de exteriorizar una idea, interesándoles la a una composición de elementos propios
la figura de la Virgen y de los santos. Sin vida espiritual de los hombres; a diferen-
capacidad de sugerir, de establecer corres- del contexto ecológico caracterizados por
embargo, se da este nombre también por cia de las imágenes abstractas las cuales
pondencias entre los objetos y las sensa- seres animados (antropozoomorfo, antro-
extensión a los artefactos y signos asocia- no representan figuras u objetos, copias de
ciones, el misterio, el ocultismo. pofitomorfo y/o mezcla de estos), o como
dos a estos y a su culto, los cuales termi- lo natural, sino ideogramas propios de un
producto de la simplificación de la forma,
nan también siendo venerados. Lo mismo lenguaje visual en el cual se expresa una Para Braithwaite (1982), los símbolos
para el caso de los signos.
es pues aplicable al estudio de las demás realidad distinta a lo tangible, y establece y los sistemas simbólicos tienen la capaci-
religiones incluyendo, en este marco, la en la imagen una realidad muy distinta a dad no solo de expresar y comunicar, sino Dentro de la plástica andina, los di-
imagen de divinidades y demás elementos la que vemos, con un lenguaje visual con también de guiar y efectuar una acción. seños abstractos (termino prestado a las
del contexto donde se desenvuelven. un propio significado, reemplazando toda artes visuales actuales, solo como oposi-
Según Braithwaite, el sistema simbóli-
clase de figuración. ción al realismo de lo figurativo) lo son
Dentro de las expresiones espirituales co tiene tres funciones: una forma de co-
más por su contemporánea y ambigua in-
del hombre, las abstracciones de los seres La connotación altamente simbólica municación, como un instrumento para el
terpretación que por su definición misma.
supranaturales han sido siempre materiali- en ambos tipos de imágenes (figurativas conocimiento y construcción de un mundo
Alejados cultural y temporalmente de los
zadas por símbolos de igual significancia, y abstractas), como parte de la comuni- objetivo, y como instrumento de domina-
artífices y de los cánones (que codifican
a veces diversos, pero que en conjunto for- cación del ser humano (comunicación no ción al establecer y legitimar, a través de
sentimientos, color, ideas y pensamientos)
man parte de todo el discurso mítico. verbal), expresa una emoción provocada su efecto ideológico, a la cultura domi-
quienes crearon estos discursos planos a
por la experiencia a través de un signo de nante y conciliar los métodos culturales de
Esta forma de reemplazo simbólico de través de abstracciones geométricas sim-
conceptos o cosas. Sienten la necesidad de división.
los conceptos referidos al plano visual que ples y compuestas a partir del círculo, la
expresar una realidad distinta a lo tangible
sufre las creencias ha dado consecuente-
y tienden hacia la espiritualidad. Tratan
mente paso a la figura y a la imagen, las 1 Recuperado de http://www.anthroblogs.org/antropologia/archives/2005/09/simbolismo_en_l.html

132 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 133


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

línea, el espiral, el triángulo, entre otras, considerado como absolutamente verda- vasta versatilidad escénica al ser utilizado ter reiterativo de su mensaje, propio de las
las cuales bien podrían corresponder a dero a la sociedad a la que le corresponde como elemento protagónico debido a su imágenes iterativas y diferentes de las re-
representaciones geomorfas que tratan de (Eliade, 1968: 31). Esta expresión plástica inherente elocuencia; factor esencial al presentaciones figurativas (escénicas), que
esquematizar a la naturaleza y la compo- cuenta con sus mejores exponentes en los discurso narrativo de elementos y perso- entablan una mayor dinámica narrativa y
sición anímica de esta, consignándole una Andes, en la pintura, la escultura, el mode- najes los cuales y cada uno de ellos tienen un más amplio discurso. Sin embargo, las
simplificada grafía a partir de diseños li- lado y el tramado de urdimbres y la misma una respectiva correspondencia simbólica. manifestaciones de elementos aislados en
neales, representando a la montaña como composición urbano/arquitectónica, entre Por esto deducimos que en la narración las representaciones figurativas son utili-
un simple triangulo, o al río como líneas otros. de escenas mitológicas la figura zoomorfa zadas con frecuencia como estructuras de
paralelas onduladas, o las mismas estrellas adopta una condición o rasgos fisiológicos diseño meramente decorativo, que si bien
La representación de figuras cuyas
esquematizadas bajo el signo de la cruz, o psicosomáticos de carácter antropomor- se encuentran condenados a la estática co-
formas nos permiten identificarlas como
tratando de esta forma, plasmar simbóli- fo en una clara intención de interactuar municativa, no son inadvertidos a las con-
seres antropomorfos y/o zoomorfos (y
camente sus caracteres más significativos con humanos o ejecutar acciones propias mociones psíquicas, ya que la iconografía
otros) se remiten a escenificar actividades,
(Funes, 1997: 24). de los hombres. Es para interactuar con cumple una doble función, una comuni-
tal vez cotidianas, pero de singular signi-
los hombres que los peces tienen brazos cativa y otra estética, ambas inherentes a
En esta categoría de abstraccionismo (o ficancia en la conciencia del grupo el cual
y manos que portan objetos culturales, los la cultura que las crea. Los signos, entre
mejor dicho, igualmente difíciles de com- colinda con lo sobrenatural. Nos referimos
zorros y los cerros hablan y combaten y el otros, son las más representativas manifes-
prender), podemos incluir diseños menos particularmente a rasgos y acciones de un
mar se torna iracundo; o contrariamente, taciones de este tipo de simbología, la cual
geométricos, propios de la abstracción mundano quehacer como escenas de caza,
pacífico. suele ser asumida como elemento distin-
simplificada de elementos reales que que- siembra y cosecha, pesca, combate, rito,
tivo del grupo. Las características hieráti-
dan resumidos a diseños alegóricos como sexo, curanderismo, homicidio, pero de un Por otro lado, consideramos dentro del
cas de estos signos son asumidas muchas
cabezas, extremidades, garras, colmillos, metafórico simbolismo, codificado e infe- tipo de representaciones abstractas a los
veces por el sincretismo político-religioso
etc., los cuales si bien no se representan a rido por personas inmersas en una misma diseños y modelos con esquemas como los
a nivel de emblemas, siendo utilizados
través de caracteres geométricos, tampo- y particular ideología ideogramas y que se manifiestan abstrusa-
como símbolos de identidad social en el
co reflejan la composición objetiva de su mente, reflejo de una realidad simbólica
De la misma manera, la representación proceso de justificación de la ideología de
verdadera estructura. (Funes, 1997: 27). altamente codificada, difícil de compren-
de animales tendría como inherente justi- poder (Berenger, 1998: 23).
De esta forma, no solo objetos son sim- der sin el conocimiento adecuado de los
ficación de exaltar a la importancia vital
plificados, sino además conceptos e ideas necesarios decodificadores estilísticos y Consideramos que una gran parte de la
del elemento representado como objeto de
vinculadas a la necesidad de las creencias culturales. Dentro de este tipo de represen- producción artística fundamentada en la
caza y elemental alimento, llevado a un
y sentimientos del grupo. tación consideramos a los diseños usual- utilización de similares y reconocidos ico-
nivel de participación mitológica. Otras
mente llamados geométricos y a aquellos nos dentro del área de los Andes centrales
Desconocemos por el momento quien veces, los animales (o las figuras de estos)
sujetos a la idealización de la forma, lle- refleja la expresión simbólica de una simi-
precede a quien, o si surgieron colateral- representan a las divinidades primordiales
gando a reemplazar el lugar de la imagen lar estructura ideológica de los pueblos,
mente en un mismo plano de soluciones o son los entes utilizados por deidades,
figurativa sin trastocar su significado por basados en la creencia generalizada de
plásticas, pero determinamos dentro de para a través de ellos interactuar o comu-
efectos de la simplificación de la figura o similares comportamientos genésicos (tó-
nuestra propuesta que el tipo de repre- nicarse con los hombres (oráculos). En
de la codificación del contenido del men- tem, pacarinas, ancestros y demiurgos),
sentación figurativa (comprendido como estas prácticas mágico-religiosas y la in-
saje. El diseño y trazo de este grupo de fi- mágicos (huacas, oráculos y shamanes) y
una expresión realista o naturalista) se ex- gesta de psicoactivos, los animales suelen
guras tienen como principal característica otros elementos propios de la imaginería
presa a través de imágenes propias de la personificar al elemento que define su en-
la esquematización de la forma con base extraídos de las fuerzas de la naturaleza
realidad, como personas, animales, obje- torno, ya sea el agua para peces y reptiles;
en trazos lineales, sinuosos y/o rectos, in- (el jaguar, la serpiente, el mar, el rayo, la
tos y paisajes, tal y como son asimilados o el aire (o los cielos), en el caso de aves y
tegrados a otros por medio de ángulos que tierra, el maíz, otros), todos ellos con un
por nuestra vista y conciencia. Incluimos quirópteros. En la mayoría de argumentos,
caracterizan su rigidez estructural; motivo místico control y poder sobre la vida de
en este grupo a lo seres sobrenaturales de el animal sindicado simbolizaría el puen-
por el cual (también) se le denomina deco- los hombres. Aceptar la existencia de un
configuración antropomorfa y/o zoomor- te o intermediario entre los hombres y el
ración geométrica. sistema en común de similares códigos de
fa, fitomorfa (y una serie de amalgamas, mundo supranatural. (Cané, 1986: 90).
carácter cultural que incluirían a similares
entre los mismos), como rasgos propios Una de las características de este tipo
El tipo de representación figurativa valores simbólicos producto de un com-
de la abstracción ideológica de nuestras de representación responde a una limitante
antropomorfa (en contraste con las figu- partido uso de creencias animistas, podría
creencias, que como en el caso del mito es estática comunicativa, producto del carác-
ras puramente zoomorfas) cuenta con una tentativamente explicar la continuidad en

134 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 135


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

el uso de símbolos y signos con una am- Esta imagen de un mamífero cuadrúpe- Casma, así como en Punkurí (valle de Ne- brado como “felino de la luna”, “dragón
plia difusión geográfica y un extenso pe- do con cola presenta postura generalizada peña), los cuales son concebidos por Tello crestado” (Lavallée, 1970), “monstruo
riodo de tiempo, todo esto bajo una misma de perfil, por lo que en su versión pictórica como propios de una iconografía anterior lunar” (Donnan,1992), “dragón marino”,
tradición cultural andina (Willey, 1971). solo puede apreciarse con par de miem- a Chavín, donde al felino plasmado de for- “animal lunar” (Bruhns,1976), “perro lu-
bros (superiores e inferiores). Presenta ma natural y con pronunciadas garras de nar” (Campana, 1997), “dragón Recuay”,
Los elementos y personajes que con-
casi siempre un gran hocico, ojo circular tres falanges (Choque, 2009: 48) fue con- “felino rampante” (Makowski y Rucaba-
forman el corpus iconográfico en el área
y prominente, orejas triangulares. No obs- siderado como una entidad predominante do, 2000) (esta última denominación de-
andina son considerados extensos y varia-
tante, investigadores como Karen O. Bru- de un estilo naturalista que sustentó su terminada por analogía a los felinos de la
dos, motivados por distintos procesos des-
hns, opinan que, si bien los dientes de por culto, particularmente en la costa, en so- heráldica europea, los cuales adoptan la
criptivos, inducidos por disímiles estilos
sí ya son prominentes, no corresponderían ciedades estructuradas a partir de alguna posición de perfil, erguidos y con las patas
y por su variada caracterización morfoló-
a colmillos (Bruhns, 1976: 22); anatomía forma de liderazgo teocrático corporativo delanteras en posición de ataque, postura
gica; lo cual ha generado una diversidad
típica de felinos y/o cánidos. (Burguer, 1989), en valles ubicados a un demás importante porque es la que adop-
de denominaciones por parte de investiga-
par de cientos de kilómetros al norte de la tan algunos seres cuadrúpedos en otras
dores enfocados en particulares contextos Una de sus atributos más constantes
cuna de la civilización andina: Caral. representaciones plásticas de otros estilos
culturales y regionales, bajo distintos con- corresponde a una banda que se proyecta
y culturas) y demás nombres con los cua-
ceptos convencionales artísticos, tecnoló- de la cabeza, denominada como “cresta”, Esta entidad es tempranamente descrita
les se conoce a este ente, el cual tiende a
gicos y cronológicos. A continuación, de- llegando a ser el único elemento que le por G. Kutscher a mediados del siglo pa-
confundir su identificación entre las de un
sarrollamos las reflexiones que ayudarán a otorga apariencia sobrenatural, constitu- sado, recibiendo a partir del momento una
felino, cánido y/o reptil, no descartándose
demostrar como una misma entidad, al ser yéndose en uno de los atributos sacrali- variedad de denominaciones por quienes
la posibilidad de representar un ser híbrido
documentada bajo diversas perspectivas y zantes, al igual que la amplificación des- se detuvieron a describirlo; consecuencia
que mixture rasgos de las especies men-
enfoques, puede generar una pluralidad de proporcionada de las garras. Simplificada de distintas interpretaciones devenidas
cionadas y otras más (Makowski y Ruca-
imágenes independientes con identidades en sí misma, adquiere una connotación de disímiles figuras con las que aparen-
bado, 2000: 213).
individuales. simbólica transformándose en un icono, temente se le representaba. Así, es nom-
el cual dentro de su simplificación de la
Análisis forma haría alusión al ente.
Una de las representaciones iconográ- Esta entidad “felínica”, cuya figura se
ficas más conspicuas y ambiguas, presente cree tener identificada sobre diversos so-
en la diversa área de co-tradición cultu- portes como tejidos, calabazas, metales,
ral de la parte septentrional de los Andes madera, piedra, tejido dérmico, el soporte
centrales y desplegada entre el Horizonte mural de edificios públicos y hasta en el
Temprano y el Intermedio Tardío (más de modelo arquitectónico-urbano2, encontró
2500 años), corresponde a una entidad en la decoración de la cerámica (pintura,
sustentada en la figura zoomorfa de con- relieve, escultura y una mezcla de estas
notaciones sobrenaturales, cuya caracte- manifestaciones plásticas) su mejor vehí-
rística principal responde a una boca con culo de difusión.
dientes prominentes, los cuales tienden a
La idealización del felino es la relación
configurarse en colmillos; símbolo sobre
más aceptable entre quienes, al igual que
lo cual fundamentó Julio C. Tello (1923)
Tello (1923), ven en la figura del felino el
su propuesta del culto panandino sobre
fundamento del culto al jaguar; esto in-
el “felino idealizado”, donde el jaguar y
terpretado a partir de fauces y garras en
su hábitat dio sustento a su propuesta del
la decoración mural del templo de Cerro
origen selvático de la civilización andina
Sechín (1800-1200 a. C.) en el valle de
(Bruhns, 1976).

2 Como el caso de la figura felina reflejada en la planta del diseño urbano de la ciudad del Cusco Fig. 1. Animal lunar, réplica, representación del diseño mural en el edificio de Cao Viejo,
imperial, mencionada ya desde el siglo XVI, por Juan de Betanzos (1551) y Pedro Sarmiento de
complejo arqueológico El Brujo, valle del Chicama. Estilo cultural Moche.
Gamboa (1572) (Kauffmann, 2011, p. 167).

136 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 137


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

Identificado ampliamente como un to creciente. Esta asociación, además, se ción, los cuales fueron utilizados acertada- gráficamente por bandas adyacentes, de-
ente lunar, debido al complemento sele- manifiesta exclusivamente en la plástica mente por Bruhns (1976) para una plena finidas como una cresta provista en oca-
nita que le confiere la denominación, que mochica, tan solo evidente a partir del esti- identificación comparativa. La autora ade- siones por motivos triangulares o escalo-
fue asignada por G. Kutscher; no obstante, lo cerámico propuesto por R. Larco como más sostiene el origen estilístico Recuay nados, que definen un aserrado alegórico
dicho vínculo selenita corresponde a una Moche III, hasta el Moche IV (400 a 550 de la figura. y utilizados en el arte simbólico andino
asociación tardía de la imagen, la cual d. C.), cuando menos en la decoración ce- como un elemento sacralizante (C. Cam-
Emparentado casi siempre con el cuer-
se yergue sobre una media luna en cuar- rámica (Bruhns, 1976: 21) (Fig. 2). pana, comunicación personal, agosto,
po de un mamífero cuadrúpedo, con cola
2000), representarían una expresión de po-
(Makowski y Rucabado, 2000: 213), pre-
der (Golte, 1994: 36); tan al igual que las
senta una postura muy generalizada que
lenguas flamígeras ubicadas sobre las ca-
lo representa de perfil, por lo que tan solo
bezas de personajes espirituales en el arte
puede apreciarse con par de miembros, un
icónico musulmán o las aureolas de los
gran hocico, ojo circular y prominente,
santos en el arte cristiano medieval. Estos
orejas triangulares y dientes prominentes,
atributos resplandecientes otorgarían una
indistintamente vinculados al felino, perro
connotación sobrenatural a los personajes
o zorro, aunque casi siempre se haga refe-
que los poseen.
rencia con un felino y, en especial, el gato
andino (Oncifelis colocolo), analogía he- En las apreciaciones iconográficas
cha por C. Mackey y M. Vogel (2003). Las de A. Narváez (2014), la significación
autoras hacen mención sobre la naturaleza de motivos aserrados configurados por
pluricultural de la entidad, ya que la figura triángulos consecutivos (o sus analogías
presenta lógicas variantes propias de cada a triángulos escalonados) dispuestos so-
Fig. 2. El animal lunar, pictografía cerámica del estilo cultural Moche (tomado de Campana, particular materialización estilística. Sus bre el lomo o dorso de algunos animales y
2015, p. 111, Fig. 62). más característicos atributos están referi- objetos de la iconografía de tradición mo-
dos a sus zarpas y sus dientes prominentes, chica (serpientes, felino, olas marinas y
Sin embargo, aunque clasificada casi corpus de figuras identificadas como divi- lo que ha conllevado a una constante vin- algunos tocados que incluyen a los estilos
siempre (por extensión) como una figura nidades, donde sitúa a esta entidad como culación con la figura del jaguar (Panthe- Lambayeque-Chimú) confieren efectos de
felínica, algunos de los investigadores ob- un ente híbrido de connotaciones quimé- ra onca); ser mítico presente, según J. C resplandor o luminosidad (Narváez, 2014:
servan otras especies en su composición. ricas descrito como divinidad h-F (hibri- Tello (1923), en la cosmovisión desde las 81-82), correspondiendo al carbúnculo
Las muchas nominaciones surgen de una da-F); describiéndola como “animal rapaz épocas de la formación de las grandes cul- (carbunclo); entidad más próxima a los
compleja identificación, las cuales pasan con anexo (apéndice) lleno de adorno de turas sudamericanas y elevado a un nivel seres que despiden emisiones luminosas y
de un felino a un cánido y/o reptil, no des- escalera y (también) volutas” (Lieske, de divinidad ya desde antes del periodo resplandecientes.
cartándose por algunos la representación 2009: 332, citado en Golte, 1994), refi- Formativo (Fujii, 1994). A esto debe agre-
de un ser híbrido que combine rasgos de riéndose estos últimos detalles al símbolo El carbunclo, o gema mitológica pro-
garse la presencia de manchas en el cuerpo
las diversas especies mencionadas y otras escalonado y la ola. pia de las fábulas del medioevo europeo,
que suelen ser representadas por círculos,
más (Makowski y Rucabado, 2000: 213), fue utilizado por los primeros cronistas
Presente en la producción artística de rayas, puntos, o cruces, las que son enten-
como lo manifestado por Lavallée, quien para denominar al ente andino, el cual, tan
muchas regiones culturales, adopta otros didas por Tello como las manchas en el pe-
distingue rasgos de reptil (saurio), el cual igual a la gema, “brillaba en la oscuridad,
rasgos particulares (variantes) que le otor- laje que presenta el jaguar. Estas “pintas”
ha sido felinizado, y deduce la denomi- como un carbón encendido” (Narváez,
gan una definida apariencia estilística son interpretadas como cuerpos celestes
nación de dragón creté (dragón crestado, 2014: 74-75). La alusión de esta piedra lu-
propia del grupo cultural referido, pero que se consolidan como símbolos lumino-
Lavallée, 1970). Esta inferencia da susten- minosa es conferida por extensión a esta
sin trastocar la estructura primordial, tor- sos, al igual que el gran ojo redondo y la
to a la analogía con el dios cocodrilo de entidad vinculada al felino.
nándose sumamente difícil la tarea de su cresta (Tello, 1923: 209, citado en Bruhns,
la cultura mesoamericana Coclé (Bruhns, 1976: 35). Este ser mitológico vinculado gene-
identificación comparativa entre otras re-
1976: 38). ralmente a la imagen de un gato, perro o
presentaciones culturales. Algunas carac- Tanto la dentadura prominente, enten-
Estos préstamos morfológicos de otras terísticas constantes convertidas en rasgos zorro, de pelaje negro y mediana altura y
dida como dientes felínicos, al igual que
especies fueron observados en la clasifica- casi invariables de este elemento se trans- de una exclusiva manifestación nocturna,
las emanaciones cefálicas representadas
ción que utilizó Lieske (2009) dentro del forman en elementos de plena identifica- posee una gema (o faro) en la frente la

138 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 139


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

cual irradia luminiscencia (comunicación en algunos autores una posible caracteri- (Cané, 1986: 89) representa en ambas noches (Bruhns,1976: 35). Complementa
personal, Roger Hernández, marzo 1979, zación con algún tipo de saurio en espe- caras un “felino-ave” en actitud de vue- esta particularidad, su asociación al astro
Antonio Vallejo, septiembre 2000). No cial con el caimán negro (Melanosuchus lo, como una configuración simbólica del lunar y ocasionalmente a un par de cuer-
obstante, hemos recogido la versión oral niger), (Fujii, 1994: 255, 264) o tal vez vuelo astral. pos celeste de estructura estrelliforme en
de este ente de parte de otros lugareños del el cocodrilo sudamericano (Crocodylus el discurso iconográfico del estilo Moche
Quizá uno de los atributos de mayor
valle de Chicama, donde el ente es iden- acutus), especie aún presente en la desem- III y IV (Fig.1).
atención corresponda a los apéndices aso-
tificado como un cerdo negro pequeño en bocadura del río Tumbes, y de inobjetable
ciados a la cabeza. Algunos se ubican so- Este haz se encuentra simplificado en
la versión de don Víctor Sánchez (comu- veneración cultista en el norte ecuatoriano
bre el del hocico y se representan bajo dis- su versión pictórica por una banda, la que
nicación personal, febrero, 1997). Sin em- y Centroamérica. Según la tesis de Do-
tintas formas donde las más características puede estar representada sola o estar rema-
bargo, es también una gran ave (¿cóndor?) nald W. Lathrap, el elemento creador de la
corresponden a triángulos llanos, escalo- tada en el diseño de ser animado, bajo un
con grandes garras capaces de raptar hom- América nuclear tienen como prototipo al
nados o aserrados (uno si es pintado y de estilo geométrico (Fig. 1), o terminada en
bres en las ruinas del complejo arqueoló- caimán negro (Lathrap, 1985: 246).
perfil y más de uno si es una representación una representación figurativa de un animal
gico El Brujo, en la margen derecha del
La presencia del cocodrilo como un escultórica). Sin embargo, lo más saltante no identificado, como en el caso de la ima-
bajo Chicama (Teófilo Ascencio, comuni-
símbolo ideológico es frecuente como el es sin lugar a dudas un apéndice cefálico, gen plasmada en la fachada del templo de
cación personal, agosto, 1998).
caso del dios cocodrilo en la cultura pre- el cual suele representarse de muy diver- Huaca de la Luna, en el valle de Moche, en
Esta dificultad de una definitiva identi- hispánica panameña de Coclé, imagen en sas formas. Sin embargo, todas podrían el norte peruano (Fig. 3). Esta figura deno-
ficación del carbunclo en una determinada la cual Lavallé pretende haber encontrado resumirse a una banda la cual puede ser de minada como ser lunar es descrita por los
especie animal es similar a la que se sus- semejanza con el icono de los Andes sep- trazo llano, aserrado o escalonado. Estos investigadores del equipo como “un feli-
cita en la identificación del animal lunar, tentrionales en los análogos de Moche y suelen culminar en el otro extremo en la no con cola de saurio (tal vez por el dorso
confundiéndose en las figuras del jaguar Recuay (Lavallé,1970, citado en Bruhns, representación de un gancho (voluta), o en aserrado de su cola) que remata en la cabe-
(Panthera onca) o un puma (Puma conco- 1976: 35). la representación abstracta de uno de los za de un zorro” (Uceda et al., 2016: 90, 91,
lor) o un gato andino (Oncifelis colocolo); seres animados, mixturando significativa- 94). Así mismo, la figura se presenta con
No obstante, una de las más caracterís-
teniéndose en cuenta la óptima capacidad mente el tipo de representación figurativo una cabeza antropomorfa entre las garras
ticas representaciones de la figura de perfil
plástica del estilo Mochica para copiar con con el abstracto (Fig. 1). de los miembros superiores del ente lunar;
contrapone a la cabeza y el ojo concéntri-
fidelidad el mundo real, sumándose a esto no obstante, damos a notar la propiedad de
co la oreja terminada en punta, la cual ana- Este apéndice es interpretado como
la inexistencia de un estilo representativo coger objetos como la cabeza; propiedad
mórficamente simula el pico en la cabeza un haz luminoso, vertido de la frente del
anamórfico que desvirtúe la imagen de un particular de tan solo algunas escenas de
de un ave. Se debe agregar el detalle de ser, el cual tal vez correspondería a un
ser real. parte de la entidad.
cuatro falanges en las garras sobredimen- resplandor apreciable solamente por las
Para sobredimensionar dicha confu- sionadas similares a aquellas que presen-
sión, Makowski y Rucabado (2000) opi- tan las aves, lo cual por su disposición y
nan sobre la carencia de colmillos en la el número de estas sugieren una connota-
dentadura del icono en mención: “no so- ción ornitomorfa (Makowski y Rucabado,
bresale ningún tipo de colmillo que lo pue- 2000: 215). Así mismo, la oreja triangular
da vincular con felino alguno” (p. 215). A y en punta es una de los atributos parti-
esto debemos agregar otros rasgos, como culares de la iconografía Sicán/Lambaye-
el hocico alargado impropio de los felinos que en la imagen del rostro del personaje
y que le ha valido ser emparentado con al- principal (identificado como el personaje
gún tipo de cánido como el perro calato, central del llamado huaco rey), lo cual se
(Campana, 2015: 111, 279, 306), zorro o entiende como una oreja-ala, emparentan-
roedores como ardilla y la vizcacha (Gam- do su vínculo con el culto ornitomorfo. La
bini, 1983; Makowski y Rucabado, 2000: imagen del ave en la imaginería cultista se
213), entre otros. halla presente en la textilería andina, des-
de el periodo Precerámico, sustentado en
Otro detalle importante es la variante
la presencia del cóndor de Huaca Prieta.
de un dorso aserrado hasta la cola y su Fig. 3. Ser lunar, imagen mural en relieve, fachada norte, templo de Huaca de la Luna, valle
peculiar prognatismo, lo cual no descarta Así mismo, el viejo obelisco Tello de Moche.

140 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 141


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

Lejos de mostrar una plena estática, de la saga mitológica de los pueblos. de estos seres sobrenaturales en el contex- seres sobrenaturales que ayudaron a ge-
el animal lunar es representado en ciertos to iconográfico sustentaron durante mucho nerar una propuesta politeísta del Olimpo
En la plástica mochica, la imagen de
planos portando un cuchillo ceremonial, tiempo la idea de un nutrido panteón de andino.
un ser sobrenatural con cabeza monstruo-
objeto utilizado en las actividades sacri-
sa se metamorfosea hacia una anatomía
ficiales y rasgo que otorga atribuciones
cada vez más antropomorfa (Figs. 5 y 6),
de decapitador a muchos de los elemen-
tal vez empujada por la necesidad de dejar
tos zoomorfos como antropomorfos en el
su condición de deus absconditus (el dios
corpus andino. De esta forma, el elemento
oculto de Tomás de Aquino) y actuar a fa-
no solo adquiere utensilios instrumentales,
vor de ciertos grupos o castas, justificando
sino que además adquiere atributos anató-
y dictaminando la asimetría social.
micos necesarios para interactuar en esce-
nas con otros personajes dentro del plano Los estudios realizados por Bruhns
mitológico. Por lo tanto, una mano es más (1976), Makowski y Rucabado (2000),
funcional que unas garras para poder su- Smith y Vargas (2000) sobre este elemento
jetar los mencionados objetos rituales y/o han mostrado evidencias de su presencia
sacrificiales. Estas características antropo- en una amplia área de distribución, la cual
morfizantes se dan, entre otras causas, por compromete a estilos y periodos culturales
la necesidad de adquirir una mejor estruc- que abarcan gran parte del área septentrio-
tura anatómica necesaria para poder ingre- nal andina, así como su prolongada exis- Fig. 5. Adversario S, de la clasificación de J. Golte (1994, p. 104, Fig. 20).
sar a una dinámica más narrativa e interre- tencia en el tiempo.
lacionada con otros personajes partícipes
Conclusiones la manipulación de las sinergias sociales
que dependen de los mitos y sus persona-
En los Andes centrales existió una
jes en favor de sus intereses ideológicos.
amplia difusión del elemento conocido
El ente y sus diversas manifestaciones de
como el animal lunar, el cual es una de
diseño es la versión original y primigenia
las muchas representaciones plásticas que
de una fuerza sobrenatural (vinculada a la
tiene una entidad ampliamente difundida
creación y a la fertilidad), el cual a través
entre los Andes durante más de 3500 años,
del tiempo se vio obligado a tornarse a
como resultado de la existencia de un con-
imagen y semejanza del hombre para po-
tundente sistema de creencias enmarcadas
der interactuar en nuevas sagas míticas, al
dentro de una compartida tradición cultu-
reinterpretarse una y otra vez las creencias
ral la cual se sustenta en símbolos relacio-
basadas en la relación esencial de los hom-
nados a conceptos teogónicos y a la repro-
bres con el universo creado por sus dioses.
ducción y fertilidad del universo.
Sus distintas mutaciones no apartan el ver-
La figura del dragón mitológico es una dadero contenido del sacrificio ritual del
Fig. 4. Animal lunar, imagen mural en relieve, conjunto amurallado de Utz An, Chan Chan, de las tantas mutaciones que sufre el ele- cual aparecen los hombres y la fertilidad
valle de Moche. (Tomado del diario El Comercio, 24 de junio de 2018, https://www.elcomer- mento primigenio en su amplia gama de del mundo.
cio.com/tendencias/chan-chan-revela-historiamilenaria.html). estilos culturales a través del tiempo y por

Esta versatilidad gráfica no es un im- ficadores) (Golte, 1994: 26), aunque deno-
pedimento para Golte (1994) identificar ta cierta dificultad cuando estos personajes
de entre un variado corpus de figuras zoo- intercambian de soporte plástico de entre
morfas y antropozoomorfas a un mismo los pictóricos y los escultóricos.
personaje dentro de una saga mitológica a
La diversificada materialización en los
partir de atributos bastante estable (identi-
distintos talleres y la amplia distribución

142 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 143


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

Contribución de los autores Ediciones Guadarrama, Madrid.


D. V. y G. G.: Redacción del trabajo, FALCÓN, V.
revisión de bibliografía, metodología de 1998 El poste sagrado de Playa Grande,
evaluación, registro fotográfico, revisión y Lima. Boletín del Museo de Arqueo-
aprobación del trabajo final. logía y Antropología de la Universi-
dad Nacional Mayor de San Mar-
Referencias bibliográficas cos, pp. 14-15.

BERENGUER, J. FLORES, L. y F. CUYNET


1998 La iconografía del poder en Tiwa- 2017 Cuando el mito se vuelve piedra: me-
naku y su rol en la integración de morias alrededor de estelas Pukara en
zonas de frontera. Boletín del Museo el norte del Titicaca, Perú. Chungara
Chileno de Arte Precolombino 7: 19- 49(1): 35-48.
38. FRANCO, R.; C. GÁLVEZ y S. VÁZQUEZ
BONAVIA, D. 1993 Informe final, temporada 1993.
1985 Mural Painting in Ancient Peru (Pa- Proyecto Arqueológico Complejo El
tricia J. Lyon, trad.). University of In- Brujo, valle de Chicama.
diana Press, Bloomington. 1997 Informe final, temporada 1997. Pro-
grama Arqueológico Complejo El
BRAITHWAITE, M. Brujo, valle de Chicama.
1982 Decoration as ritual symbol: A the-
Fig. 6. El Decapitador, botella escultórica del estilo Moche I (colección privada). orical proposal and an ethnographic FUJlI, T.
study in southern Sudan. En Symbol- 1993 El felino, el mundo subterráneo y el
ic and Structural Archaeology, edit- rito de fertilidad: tres elementos prin-
ado por Ian Hodder, pp. 80-88. Cam- cipales de la ideología andina. En
bridge University Press, Cambridge. Mundo ceremonial andino (Senri
Ethnological Studies 37).
BRUHNS, K.
1976 The Moon animal in the northern Pe- FUNES, M.
ruvian art and culture. Ñawpa Pac- 1997 Arte precolombino ecuatoriano: tor-
cha 14: 21-39. teras del litoral. Parte II. Editorial
Offset Graba, Guayaquil, Ecuador.
CAMPANA, C.
2015 Iconografía del pensamiento andi- GAMBINI, W.
no. Fondo Editorial de la Universi- 1983 Santa y Nepeña: dos valles, dos cul-
dad Privada Antenor Orrego, Trujillo. turas. Imprenta M. Castillo, Lima.

CANÉ, R. GOLTE, J.
1979 Problemas arqueológicos e iconográ- 1994 Iconos y narraciones: la reconstruc-
ficos: enfoques nuevos. Boletín de ción de una secuencia de imágenes
Lima 37: 38-44. Moche. 1a edición. Instituto de Estu-
1986 La iconografía de Chavín: caimanes dios Peruanos IEP, Lima.
o cocodrilos y sus raíces shamánicas. LATHRAP, D.
Boletín de Lima 45: 86-95. 1985 Jaws: The control of power in the
CHOQUE, A. early nuclear American ceremonial
2009 La imagen del felino en el arte del center. En Early ceremonial archi-
antiguo Perú. 1a edición. Lima, Perú. tecture in the Andes, editado por
Christopher B. Donnan, pp. 241-267.
Fig. 7. El animal lunar, botella pictórica del estilo Salinar (colección Museo de Historia ELIADE, M. Dumbarton Oaks Research Library
Natural y Cultural de la Universidad Privada Antenor Orrego). 1968 Mito y realidad (Luis Gil, trad.). and Collection, Washington, D.C.

144 Quingnam 5: 131-146, 2019 Quingnam 5: 131-146, 2019 145


Vargas y Gayoso: Distintas imágenes para un mismo ente; íconos de los Andes septentrionales

LEROI-GOURHAN, A. sented at the 28th Midwest Con-


1971 El gesto y la palabra (Felipe Carrera ference on Andean and Amazonian
D., trad.) Ediciones de la Biblioteca, Archaeology and Ethnohistory, Indi-
Universidad Central de Venezuela. an-Purdue University, Fort Wayne.
MACKEY, C. y M. VOGEL TELLO, J.
2003 La luna sobre los Andes: una revisión 1923 Wira-Kocha. Lima.
del animal lunar. En Moche: hacia el
UCEDA S.; R. MORALES y E. MUJICA
final del milenio, actas del Segundo
2016 Huaca de la Luna: templos y dioses
Coloquio sobre la Cultura Moche,
Moche. World Monument Fund Perú.
Trujillo, 1 al 7 de agosto de 1999,
editado por Santiago Uceda y Elías WILLEY, G.
Mujica. 1971 An introduction to American ar-
chaeology, vol. II. Prentice-Hall,
MAKOWSKI, K. y J. RUCABADO
New Jersey.
2000 Hombres y deidades en la iconogra-
fía Recuay. En Los dioses del anti- Links
guo Perú, vol. 1 (Colección Arte y
http://www.anthroblogs.org/antropologia/
Tesoros del Perú), editado por K.
archives/2005/09/simbolismo_en_l.html
Makowski. Banco de Crédito del
Perú, Lima. https://www.elcomercio.com/tendencias/
chan-chan-revela-historia-milenaria.html
NARVÁEZ, A.
1994 La Mina: una tumba Moche I en el
valle de Jequetepeque. En Moche:
propuestas y perspectivas, actas
del Primer Coloquio sobre la Cul-
tura Moche (Trujillo, 12 al 16 de
abril de 1993) (Travaux de l’Insti-
tute Français d’Etudes Andines 79),
editado por Santiago Uceda y Elías
Mujica, pp. 59-81. Universidad de La
Libertad-Trujillo, Instituto Francés
de Estudios Andinos y Asociación
Peruana para el Fomento de las Cien-
cias Sociales.
2014 Dioses, encantos y gentiles: intro-
ducción a la tradición oral lamba-
yecana. Ediciones Museo de Sitio
Túcume, Unidad Ejecutora 005, Mi-
nisterio de Cultura.
QUILTER, J.
1997 The Narrative Approach to Moche
Iconography. Latin American Antiq-
uity 8(2): 113-33.
SMITH, K. y D. VARGAS
2000 Iconographic evidence for socio-po-
litical shifts on the North Coast of
Peru during Moche III. Paper pre-

146 Quingnam 5: 131-146, 2019

Das könnte Ihnen auch gefallen