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PROBLEMÁTICAS

PSICOSOCIALES EN LA
ADOLESCENCIA A LA BASE DE
TRASTORNOS DE LA
CONDUCTA ALIMENTARIA

Camila Maldonado
Viviana Oyarzún
María José Cadet
Diego González
Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades
Psicología Vespertina
Introducción

Sobre la base de información investigada y entregada por cada miembro del grupo a

continuación se presentara una de las áreas problemáticas en cuanto a riesgos psicosociales

que se manifiestan durante el periodo de la adolescencia, se abordaran los Trastornos de la

Conducta de Ingesta o Alimentaria (TCA) para explicar sus rasgos, conductas y los factores

de riesgo psicológico que afectan al desarrollo de los jóvenes adolescentes, además de

exponer, describir para posteriormente discutir acerca de los programas de prevención e

intervención de riesgos psicosociales.

Para comenzar los trastornos de la conducta alimentaria se definen, según un estudio en el

año 2008, por Méndez, Vázquez y García quienes entienden los trastornos de la conducta

alimentaria como alteraciones específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas

en personas que presentan patrones distorsionados en la ejecución de comer y estas se

caracterizan, bien sea el exceso de comer o el hecho de dejar de hacerlo; todo esto producto

de un impulso psíquico y no por una necesidad metabólica o biológica.

Además, producto de investigaciones a finales del siglo XX y en el siglo XXI, estos

padecimientos conductuales han sido considerados como entidades estrechamente ligadas a

la idolatría por la delgadez, las revisiones históricas han revelado que los trastornos de la

conducta alimentaria (TCA) han existido desde tiempos remotos, en particular la anorexia

nerviosa. (Bosque & Caballo, 2008)


Aunque se sigue encontrando distintas variables que determinan estas conductas, pues se ha

indagado que “Los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en las mujeres

y, generalmente, se inician durante la adolescencia o la juventud temprana, aunque existen

reportes de casos donde aparecen en la infancia o en la vida adulta” (Méndez et al., 2008)

Por lo general los trastornos de la conducta alimentaria más comunes son la anorexia y la

bulimia, el primero se refiere a la represión obsesiva en cuanto a la conducta de ingesta,

aunque también se conoce como, “un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por

la autoinanición, cuando los órganos vitales no reciben la nutrición que necesitan para

funcionar correctamente”. (Berger, 2007, p460)

El segundo manifiesta conductas obsesivas-compulsivas también al momento de ingerir

alimentos, seguido a su vez de purgas o alternativas excesivas para eliminar lo que han

consumido.

Las características que presenta una persona diagnosticada con anorexia es el constante

miedo a subir de peso incluso aunque estén físicamente delgadas, debido a esto estudios

destacan que “La anorexia nerviosa es un trastorno mental que se caracteriza por una

importante y deliberada pérdida de peso, intenso temor a la obesidad y alteraciones en la

percepción de la figura corporal y el peso”. (Ángel, Martínez & Gómez, 2008)

Se presentan síntomas como piel y pelo secos, tanto manos como pies fríos, debilidad

general, estreñimiento en conjunto con problemas digestivos, insomnio y pérdida de

menstruación (amenorrea). En casos más extremos aparece una mayor susceptibilidad a las

infecciones, crisis nerviosas, alteraciones metabólicas y debilidad de los músculos cardiacos,

que pueden causar la muerte.


El rechazo a mantener un peso corporal normal es notable, tal y como sucede con el miedo a

subir de peso o convertirse en sujetos obesos. Este trastorno se divide en dos subtipos, según

la predominancia sintomática: el restrictivo y el compulsivo/purgativo. (Bosque & Caballo,

2008)

Por otro lado, las personas diagnosticadas con bulimia a pesar de tener un peso normal

manifiestan conductas de ingesta compulsivas como los continuos atracones y las purgas en

secreto, además tienen un anormal aumento y disminución de peso, estudios han revelado

que “La bulimia nerviosa es un síndrome de episodios incontrolados de ingesta de comida

seguidos por vómito autoinducido, uso de laxantes y otros métodos dirigidos a prevenir el

aumento de peso”. (Ángel et al., 2008)

Debido a los métodos para eliminar los alimentos ingeridos suelen provocar una

predisposición a padecer enfermedades médicas ligadas a la deshidratación, estreñimiento,

problemas digestivos, dentales acompañados de una debilidad muscular constante. En casos

graves el riesgo de contraer úlceras e irregularidades cardíacas aumenta drásticamente.

Otros factores de la bulimia nerviosa es que pueden estar inducidos por afectos, emociones

o estados de ánimo, lo que se conoce como alimentación emocional. Desde esta perspectiva,

la sobreingesta (atracón) puede ser utilizada por algunas personas bulímicas como un medio

de distracción o alivio de los estados de ánimo negativos (ansiedad, tristeza, aburrimiento,

etc.). (Rodríguez, Mata & Morena, 2007)

En cuanto a estudios referentes entre los trastornos de la conducta alimentaria y la

personalidad se le ha atribuido que a la anorexia nerviosa se le ha relacionado con el


perfeccionismo y la rigidez, a la bulimia nerviosa se le asocia con la impulsividad y con el

perfeccionismo. (Bosque & Caballo, 2008)

En cuanto a anorexia nerviosa restrictiva se refiere, se observa una relación con el trastorno

obsesivo-compulsivo en un 100%, pero cabe resaltar que se presentan como trastornos de la

personalidad asociados en un 50% de las mujeres, el trastorno de la personalidad

esquizotípico(25%), y el trastorno de la personalidad Evitativo(25%).

En la bulimia nerviosa purgativa se observa una relación del 50% con el trastorno de la

personalidad histriónico, una relación del 20% con el trastorno de la personalidad límite y un

30% con el trastorno de la personalidad evitativo. Como trastorno de la personalidad

secundario se observa que un 40% de las mujeres con bulimia nerviosa tienen el trastorno de

la personalidad límite (20%) y el trastorno de la personalidad narcisista (20%). Por lo tanto

en la figura podemos observar que las relaciones más significativas son la relación de la

anorexia nerviosa restrictiva con el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo

(100%), y la relación entre la bulimia nerviosa purgativa y el trastorno de la personalidad

histriónico (50%). También es importante resaltar que el trastorno de la personalidad

evitativo es el único trastorno que se relaciona tanto con la anorexia nerviosa restrictiva

(25%) y con la bulimia nerviosa purgativa (30%). (Pardo & Hurtado, 2005)

Sin embargo, es necesario incluir dentro de los factores de riesgo psicológicos aspectos como

el apego, pues investigaciones que han influido en semblantes genéticos mencionan que la

formación del vínculo confiable y seguro depende de un cuidador constante y atento que

pueda comunicarse con el bebé de pocos meses y no solo se preocupe de cubrir sus
necesidades de limpieza o alimentación, como se entiende popularmente. Esta necesidad de

atención permanente sugiere una entrega casi total por parte de la madre o el cuidador. Lo

que no se sabe, es que esta demanda del bebé obedece a una necesidad biológica de

comunicarse para la cual estamos programados genéticamente. (Moneta, 2014)

Programas de prevención

Objetivos:

 Recomendaciones para ayudar a cuidar su salud.

 Consejos para relacionarse consigo y con los demás

 Información para conocerse mejor ayudando a la evolución de la adolescencia

 Conceptos para adquirir una visión crítica con los mensajes que transmiten los medios

de comunicación

En el Taller de prevención de los trastornos de conducta alimentaria lo que busca como

principal objetivo es que el adolescente sea capaz de reconocer cuáles son las características

del trastorno y cuáles son las consecuencias que trae esta enfermedad, para esto se aprecian

los niveles de autoestima, se entrega una retroalimentación para responder confusiones y se

integra de manera más activa el pensamiento crítico del adolescente mediantes diversas

reflexiones o dinámicas enfocadas en el procesamiento afectivo de las emociones.(Quiles,

2017)

Programa de intervención

En el taller de Cuidado colaborativo en familias de personas con trastorno alimenticio su

principal objetivo mediante talleres es mejorar la comunicación que existe entre las familias
que viven con personas TCA, Dándole una información correcta sobre el trastorno rompiendo

mitos, comparando distintas experiencias, siendo principalmente el vínculo familiar el más

afectado tras este trastorno por lo cual se enfoca entre la relación de la familia y el paciente

para que produzca un mismo rumbo hacia una mejora.( Dirección general de salud pública,

2011)

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