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TEORICO

AGHULON
1848.Cambio de régimen político: de monarquía a republica.
republicanos por la fuerza de las cosas -se dirá "republicanos de mañana"
sobrentendiendo por ello "de larevolución"-, no son en el origen los más fuertes. La
República se proclama el 25 de febrero de 1848 en París por los republicanos "de ayer",
gente efusiva y convencida, que la querían por ella misma.
Imagen y recuerdo
la libertad política y la igualdad civil, las instituciones modernas y el orgullo nacional
común se conciliaron con un régimen monarquico(1789).Ser republicano era querer algo
más.
ANTES.Ser republicano era ser el hombre de la guillotina, y del máximo,un opresor
policíaco de personas y bienes, un "hombre de sangre".
1815,IMAGEN REPULSIVA DE LA REPUBLICA
debemos pensar en las influencias que pudieron ejercer en asociaciones tales como logias
masónicas, sociedades secretas o en simples círculos. En esos lugares, los veteranos de la
República, que se codeaban con otros libre-pensadores, otros amigos de la libertad
política, otros patriotas,pudieron convencer a más de un orléanista o bonapartista
desilusionado.

El rol de los historiadores y de la historia


la suma de estas influencias de memorias individuales habría sido insuficiente, si la
literatura no hubiera suscitado una memoria colectiva.
La Historia de la Revolución nació después de mucho tiempo, bajo la Restauración, en la
época que los hombres de la bandera blanca estaban en el poder.
La Historia que la revolución de Julio había movilizado contra el espíritu reaccionario o
retrógrado de la monarquía restaurada, se volvió contra su propio conservadurismo.
Era muy difícil homenajear a la Revolución militante sin exaltar la República.
Y es así que la República, desconocida o deshonrada treinta años antes, pudo tener, en
vísperas de 1848, como todo otro régimen, un pasado honorable, partidarios, un auditorio
de prensa, de opinión, de tribuna; en síntesis, una credibilidad.

La decadencia de las dinastías


Francia tiene, al menos, tres dinastías disponibles.
Borbones-antirevolucion,conservadurismo
Bonaparte-Napoleón no dejaba de inspirar reservas a los verdaderos amigos de la libertad.
ladinastía es más bien perjudicada por su representante, el príncipe Luis
Orleans-decadencia de actitudes políticas:anti reformistas, conservadurismo, corrupto.
La República era una solución que se beneficiaba, al mismo tiempo, de un público propio
y del debilitamiento de los prestigios rivales.

Una sociedad en crisis


Las esperanzas que contenía eran más que liberales y patrióticas, también eran
sociales.Corregir el funcionamiento de la sociedad humana.
El problema obrero
La precarización laboral(las concentraciones en grandes talleres, el alargamiento de la
jornada de trabajo, y todas las nuevas formas de "pauperismo") fue dada a conocer a la
opinión publica entre 1930 y 1940.Formulada por Republicanos y legitimistas.
Los opositores al régimen, debían estar naturalmente también tentados de imputarle todas
las miserias conocidas, y mucho más aún si se trataba de la miseria obrera, puesto que el
régimen se jactaba de representar a la "clase media", la industria y los negocios.
No todas las denuncias de los males sociales provenían de la oposición.Estudio del
pauperismo.
Luis Felipe es presentado como víctima del impulso dado por su reinado, en los inicios
de la década de 1830, a la historia nacional y al patriotismo; de la misma manera, el que
incentivó todo tipo de estudios, a la administración positiva que observa y censa todo,
desde registros financieros al número de niños abandonados o de indigentes asistidos; en
una palabra, a la Estadística.
La cuestión social había invadido la prensa y la literatura, huelga general de los
carpinteros de París aparecía como un evento.

El problema campesino
El proletariado era demasiado minoritario, y el movimiento obrero demasiado
embrionario como para amenazar a las instituciones vigentes.
La cuestión social no estaba limitada a los suburbios de las ciudades manufactureras,
existía también en el campo.
La Revolución no suprimió todos los conflictos, ni todos los arcaísmos. Pudo abolir
la "feudalidad", la forma de explotación de los bienes comunes es siempre un punto de
discordia; finalmente y, quizás, el más importante, el de los derechos de las comunidades
rurales a utilizar los bosques (antes) señoriales continúa.
Los campesinos pobres siempre necesitan para vivir de la masa de recursos
complementarios que ofrecen los bosques y las tierras desocupadas:pastura, recolecciones
diversas, toma gratuita de madera seca o para hacerherramientas, etc. Ahora bien, estos
problemas son, cada vez, más insoportables para los grandes propietarios quienes
están, cada vez, más apasionados por la agronomía racional y lucrativa, en especial
en un momento en que los combustibles locales se venden bien. En "Los Campesinos",
Balzac ubica la lucha de clases, en estado puro, en los bosques y no sin razón.
Un nuevo Código Forestal, votado a fines de la Restauración, había restablecido una
policía rural rigurosa, y el régimen de Julio se encargó de hacerla respetar. Es este otro
aspecto de la cuestión campesina de 1848: mientras que el pauperismo y arcaísmo rurales
apenas se atenúan, los motivos de queja son numerosos y tanto más irritantes cuanto más
cerca se hallan el gran propietario, el guarda, el recolector de impuestos.
El paria social es más el campesino que el obrero.

El romanticismo y la educación del pueblo


En el mundo intelectual, el clima dominante era humanitario, siendo éste también un
aspecto de los orígenes de la Revolución.

Romanticismo y populismo
Los románticos triunfan en la Francia profunda, cuya vocación parecía suscitada por el
incipiente interés sobre la cuestión social.La poesía obrera de los años 1840 procedía de
la expansión de la asociaciones obreras, de la difusión del hábito de lectura de periódicos
en los cafés e, incluso, de los primeros efectos de la ley Guizot sobre instrucción primaria;
en síntesis, de todo este confuso ascenso de las masas hacia la cultura, que es el gran don
de la época y, quizás, un poco del régimen.

El descubrimiento de Francia
El folclore es descubierto y apreciado aparentemente tuvo una suerte de apogeo durante
la primera mitad del siglo XIX.La clase cultivada descubrió, en ese momento, al folclore
y también a su país.
El largo viaje por las provincias dejó de ser una rareza, una expedición excepcional, para
convertirse en una forma de ocio cultivado.
Muchos
burgueses en 1820 pensaban aún en Francia como en una minoritaria élite
esclarecida, constituida por los burgueses instruidos y los comerciantes de las
grandes ciudades-justificando unas leyes electorales extraordinariamente oligárquicas-,
todo ello en gran peligro de ser sumergido por una Francia de masas, enmarcada por
hidalgüellos y sacerdotes.Un cuarto de siglo después esta noción no podía admitirse mas.
Muchas grandes corrientes políticas o espirituales parecen conducir hacia la República de
1848: el progreso de la idea republicana, la aspiración de mejoramiento social, la apertura
del espíritu; en fin, la disponibilidad, la generosidad, que son el real aporte del
romanticismo a la vida colectiva.

Incertidumbres y confusiones...
No todos los escritores románticos evolucionaron hacia el populismo ni hacia la crítica
política. No todos los republicanos estaban convencidos de la necesidad de una reforma
social.
Muchas convergencias (república - socialismo - romanticismo) que hoy nos
parecen, a la distancia y desde arriba, lógicamente evidentes, solo se concretaron
después del evento.
Predominaba la idea de que era necesario buscar el remedio en la ampliación de las bases
del poder.
Era entre los hombres del poder en donde se veía el autoritarismo. Y el consenso que se
formaba en el país en su contra estaba por la vuelta y la acentuación del movimiento
liberal, al cual la monarquía de Julio debía sus orígenes 18 años antes.

... y democratismo difuso


El sufragio universal debía acompañar inmediatamente a la proclamación de la República
y darle lo esencial de su contenido político. Reconocerle dignidad y madurez “al Pueblo”
se produciría el arribo de los verdaderos representantes del pueblo a las cámaras; el
trabajo hará escuchar su voz al lado de la fortuna, y finalmente se podrán
armonizar los intereses.Este razonamiento configuró la base de la esperanza de 1848.
El principio republicano que ve un ciudadano en todo hombre.
Politica de Felipe: revisar la Carta, cuya disposición decisiva era bajar a 200 francos el
censo electoral legislativo.
El justo medio se vuelve prosaico debido a la desventaja intelectual clásica de todo
liberalismo moderado; especialmente cuando, erigiendo en dogma sus antiguos
compromisos históricos, se niega a evolucionar.
Conquistas de 1831: la disminución del censo,legislativo y la supresión de la herencia de
títulos, la elección para la designación de dos consejeros municipales.Provocando que
toda la pequeña burguesía y los sectores más acomodados de las clases populares,
excluidos de la elección de diputados, comenzaron a iniciarse en la política, eligiendo
a sus administradores locales y a los oficiales de la "milicia ciudadana".
el mantenimiento de las conquistas institucionales de 1831 y todo el efecto de
progresiva democratización de la vida del país que éstas provocaron.
El Espíritu de 1848 es la voluntad de reanimar el espíritu de las revoluciones de 1789,
1792, 1830, cuyo contenido humano potencial no ha sido revelado por completo.

Un "partido republicano"
El punto de llegada de todas estas evoluciones es la existencia de un "partido
republicano".
Ninguna organización estable agrupaba, entonces, a los sostenedores de un mismo ideal
político. No había,entonces, más que acuerdos ocasionales, informales y parciales.
Tres centros posibles de atracción y de impulso: la cámara, los periódicos y las
asociaciones.

Los Diputados
En la Cámara de Diputados había sólo una media docena de republicanos;incluso, no
podían denominarse de esta manera, bajo pena de ser perseguidos, la alusión a la
República era considerado un atentado al principio de las instituciones vigentes.
Demasiado pocos para jugar un rol apreciable entre los votos de la Cámara, estos hombres
no están, de todas maneras, totalmente aislados. Constituyen un polo virtual de atracción
para los elegidos que se desligan del régimen.

Los periódicos
lugar permanente de encuentro, discusión y, a veces, acuerdos.

Las Asociaciones?
En realidad, sólo quedaban algunos reducidos fragmentos de ellas. Siempre habían sido
jurídicamente ilegales. En vísperas de 1848, los grandes rebeldes están presos,
condenados a cadena perpetua, algunos con la salud ya deteriorada. Continúan
existiendo,entonces, algunas sociedades secretas revolucionarias, pero que ya no actúan
desde hace tiempo puesto que en sus dirigencias, se han infiltrado traidores, agentes de la
policía. En el interior, las asociaciones son acorraladas de igual manera que en París.
Muchos de los futuros militantes de la República eran masones.
Ninguna organización disponía de una red completa y coherente que cubriera al conjunto
de Francia, ni se encontraba en condiciones de unir a todos los republicanos.
Lo que se acercaba más a un partido moderno era la prensa, muchos antiguos
combatientes de sociedades secretas se volvieron hacia la prensa por considerarla la única
arma eficaz. Este rol de la prensa era un "organizador colectivo".

Cuáles vías de influencia?


La República tiene un montón de adeptos en el barrio Latino, entre la "juventud de las
escuelas". Allí, decirse republicano significa, entonces, exactamente lo que podrá
significar más tarde sentirse "de izquierda" o "revolucionario": algo muy confuso, muy
diverso, pero muy profundo y vuelto casi instintivo.
La República es también el "partido" de la clase obrera. Su desvinculación con la
monarquía no dejaba duda. La prensa republicana era conocida y leída por los obreros de
París. Pero ya comenzaba a competir con la prensa comunista o socialista. Si en el interior
muchos obreros aún no habían tomado conciencia de la política y del republicanismo más
elemental, en París toda una parte del mundo obrero ya lo había hecho.

Obreros y republicanos
Dentro de la clase obrera parisina existe mucha disponibilidad y mucha división. y
destaquemos, por ejemplo, sus relaciones con los republicanos burgueses. Estos últimos,
frecuentemente provenientes de profesiones liberales, tienen un pasar acomodado e,
incluso, son francamente ricos-humanitarios, son naturalmente filántropos y
bienhechores- en relación a la clase obrera. Voluntariamente, aclama al burgués que se
hace "elpadre de los obreros" (término de la época que traducía, quizás, influencias de las
asociaciones obreras). Incluso, los grandes burgueses republicanos de la Cámara pueden
beneficiarse de esta devoción con sólo decir una palabra de piedad respecto del pueblo o
de adhesión a la idea de una legislación social.

Capítulo 4: "Orden o democracia social: Francia ante el gran debate".


La opinión pública, muy dividida, seguía dos tendencias fundamentales: el "partido del
orden", y el de la democracia social.
Cada partido representaba a su vez un determinado concepto de la República, el
primero conservadora, el otro progresista. los dem-soc. eran en la época los únicos
partidarios de la República; la aceptación formal del régimen por los representantes del
orden no hacía más que cubrir provisoriamente el interés común inmediato de los
partidarios de dos o tres monarquías posibles.
la idea de República comienza a ligarse intimamente a aquella de progreso humano y
social.
la naturaleza jurídica del régimen no era oficialmente puesta en discusión, y por esta razón
el debate se mantenía elevado sólo por momentos. El nivel era bajo en tanto los partidos
discutían diariamente las leyes o los actos del ejecutivo, era al mismo tiempo elevado ya
que la intención de cada propuesta revelaban toda una filosofía de la sociedad y del
hombre.
El debate de la derecha y de la izq.: la filosofía liberal de 1789 es la ultima instancia de
un orden preestablecido o es un punto de partida.
Francia parecía instalada en el seno de una interminable crisis económica y social.

Las condiciones económicas en 1849 y 1850.


Recuperación limitada
La reactivación de la producción de bienes de consumo, lo que equivale decir el
artesanado y la pequeña y mediana industria. Quedaba estancado en cambio las
inversiones en los sectores más avanzados y progresistas.La gran cantidad de trabajos
públicos junto a la construcción de ferrocarriles impulsaron en forma decisiva la
metalurgia, la industria pesada y de a poco la totalidad de la maquinaria económica.
1852-Es necesario rejuvenecer, modernizar o simplemente crear el sistema de crédito,
para lo cual debe aparecer una nueva generación de inversores. La totalidad de los
inversores encontraran confianza en el futuro clima político y social. Estos serán
precisamente los dos logros del golpe de estado del 2 de diciembre.

Un capitalismo sin lideres ni confianza.


todos los saintsimonianos eran profundamente anticlericales- lo cual hacía difícil que se
identificaran con la rancia de 1850, donde el "orden" impuesto parece dictado cada vez
más por la Iglesia católica.Nada hacía pensa todavía en la posibilidad de insertarse en el
poder a favor de un cambio político por el cual el presidente Bonaparte realizara su juego
personal por fuera del partido del orden.
No creían en la posible duración de la República tal como existía en el momento.
Ubicados entre la esperanza de un "buen" golpe de estado y el temor por el
progreso de la montaña en la opinión pública.
Mientras tanto el segndo impulso de la revolución industrial seguía demorándose.

Una agricultura deprimida.


La crisis se extendía por las zonas rurales, manteniendo bajos los precios de su
producción. los productos agrícolas se venden mal, la renta campesina cae, el
endeudamiento aumenta, lo cual genera que, en virtud de las hipotecas y la usura, hasta
la misma propiedad de la tierra se encuentra amenazada.
Un decreto del 30 de octubre de 1848 implantó un orignal sistema de tres niveles: una
"escuela-granja" departamental, concebidas a partir de un esquema hábil y flexible, no
eran más que granjas pertenecientes a propietarios ricos interesados por la agronomía,
sustentadas en parte por el estado que abonaba el arancel de los alumnos. A pesar de lo
poco que significaba este financiamiento para los campesinos, era más de lo que recibían
los obreros.
En 1849, 1850 y 1851, el problema campesino fue decisivo. Los partidos disputaban
esta plebe rural inquieta.

La "Montaña".
Su estrategia
El respeto por la ley era inherente a su filosofía política(encaró este combate pacífico con
optimismo). Pronto resultó evidente que los prefectos de Bonaparte y de León Faucher se
aprovechaban del desorden, irritaban a los demócratas con una guerra de "pinchazos de
alfiler" capaz de generar reacciones temperamentales, que a su vez darían lugar a
represiones más duras.
campesinos poco instruidos habían adherido a los montañeses con entusiasmo, no era
difícil comprometer a las masas. su acción de educadores de las masas era realizada en
dos tiempos, que transmitían a su vez dos lecciones: la primera por alejarlos de los viejos
conformismos e inculcarles la necesidad de la lucha, la otra para alejarlos de los
comportamientos habituales y transmitirles una forma de lucha=cédula electoral.

Sus diarios y sus hombres.


Representantes electos por la montaña :se trataba de un grupo numeroso, ardiente y
combativo, cuyos portavoces se renovaban frecuentemente. Luego de sucesivas
proscripciones, los mayores demócratas de 1848 se encontraban en Londres (cada vez
más la única ciudad de la libertad en Europa), o bien en prisión. En las bancas de la
Montaña se se sentaban ya nuevos dirigentes. En primer lugar, se ha dicho ya, son
abogados. Sabemos que la defensa legal de los militantes o de los diarios era
frecuentemente la vía de acceso principal a la notoriedad política y por consiguiente a la
diputación, pero un buen líder en una asamblea electa debía ser un buen orador.

Medios de acción y de organización


La base del partido son evidentemente los lectores de los diarios y los electores
de representantes, aunque también contaban con la clientela de alguno de los
electos, ya que los Montañeses pasaban para sí la popularidad apersonal de que
gozaban los médicos de pobres y abogados filántropos. la Montaña contaba con menos
notables que el partido del orden, y los que tenía eran menos ricos.
Las sociedades secretas serán importantes luego de la amputación del sufragio universal,
a mediados de 1850 y en 1851. En la fase típicamente optimista y de ascenso de la
Montaña, de fines de 1848 al verano de 1950, los demócratas sociales buscaron la victoria
electoral, en consecuencia utilizaban la propaganda a gran escala junto al
reclutamiento masivo.
Hacia mediados de siglo, los círculos estaban de moda, tanto entre la burguesía
como entre las clases medias. En algunas regiones, los sectores populares
imitaban estos círculos a los que nombraban de diferentes maneras.
Objetivo: suscripción común a los diarios que solían ser caros, y su lectura colectiva (que
en los grupos populares donde había iletrados se hacía en voz alta).
Esta es otra razón por la cual los círculos, que en principio eran sólo "sociedades
recreativas" se interesaran por la política, dado que en ese tiempo la política era
un a preocupación general.
Se tenía la impresión de que los redactores jefes de los diarios rojos, más que los
representantes electos, constituían el centro nervioso del "partido", impresión reforzada
cuando el diario tenía como cajero viajante, representante o agente, un militante obreo
despedido de su fábrica, que pasaba asi a ganarse un sueldo sirviendo al mismo tiempo a
la causa.

Vida política y vida cotidiana en las regiones rojas.


En los departamentos rojos comenzaban a surgir organizaciones, alianza espontánea entre
una nueva opinión pública y estructuras de la vida social cotidianas que por su naturaleza,
no podían cambiar con demasiada rapidez.
la actuación de los mismos campesinos que, impedidos de realizar legalmente sus
reuniones, aprovechaban las fiestas folkloricas para hacer sus manifestaaciones rojas. En
efecto, promediando el siglo XIX el folklore se encuentra más vivo que en ningún otro
período de nuestra historia. La práctica tradicional del canto popular, comunmente
dialectales,reivindicativos, quejosos o agresivos, se mezclaban en la agenda de la
represión.
La mezcla de folklore y política da a esta época un savor raro para los historiadores que
pueden vivirla a través de textos y documentos. Atestigua por si sola la profundidad con
la cual la democracia se había enraizado en cierta regiones.
El folklore adquiría un cierto matiz político.
El cierre de círculos, la persecución de los cantores, las censuras al carnaval y las
procesiones, llevaba a los aldeanos, espantadísimos (y absolutamente inocentes en
términos personales), a suponer que las autoridades se oponían a sus costubres.Con todo
esto el partido rojo salía ganando

La asociación como instrumento y como ideal social


Una de las razones del éxito en los medios obreros o en las regiones rurales con estructuras
comunales fuertes, era su gusto por la asociación. A las palabras Libertad, Igualdad y
Fraternidad ya incorporadas a la divisa oficial, al término Progreso , que ya aparecía con
frequencia en las proclamas, ya se podría agregar,como lo harán los radicales a fin de
siglo, la palabra Solidaridad…
La "asociación obrera", que en la actualidad nosotros llamamos más precisamente
cooperativas de producción, eran el ideal montañés. Los montañeses eran mutualistas y
sindicalistas en formación. Cualquier organización obrera, antigua o reciente, era
considerada "roja", y como tal perseguida. Si de hecho no era "roja", muy pronto pasaba
a serlo…
Hasta en los medios rurales los rojos se esforzaron para inspirar o cultivar una mentalidad
colectivista., estimulando la ayuda mutua. El diario que apoyaba todas las formas de
asociacionismo rural, por ejemplo, incitando a los campesinos a trabajar los
domingos por la mañana en forma conjunta en el campo de cualquiera de ellos que
no pudiera hacerlo por cuestiones de salud. En efecto, el reformismo práctico e inmediato
despertaba en ellos grandes esperanzas; era percibido por los conservadores de la época
como la propia Revolución , por el simple hecho de provenir de la ética socialista.

Una combinación de democracia y socialismo.


los democ-soc. contaban sólo con las vías del derecho; y estimaban, con cierta razón, que
la Constitución les abriría este camino. Una vez establecido el sufragio universal, el
número de electores pobres y trabajadores superba en mucho a los parásitos: sólo bastaba
con concientizar a estos electores. de sus propios intereses, objetivo detrás del cual se
lanzaron con determinación. Se percibe toda la carga de espíritu popular y de socialismo
en la esperanza de victoria. Pero se percibe también que esta la victoria era venerada no
sólo por su consecuencia -la felicidad-, sino también por la manera como se conseguiría:
el voto popular, un sistema equitativo y legal.
El liberalismo, aliado a la inspiración humanitaria, contribuyó en gran medida a atraer
hacia el partido rojo a la élite de los republicanos "azules".
Desgraciadamente su elocuencia se encontraba muy pocas veces a la altura de la riqueza
de sus ideas y la generosidad de sus sentimientos. Sus mejores elementos se expresaban
con esa grandilocuencia romántica que los burgueses de provincia y los intelectuales de
pueblo comenzaban a aprender, justamente cuando este estilo era abandonado por las
élites cultivadas.
Los democ-soc eran apenas necios, pero los burgueses eran necios y malvados.

El "partido del orden".


El partido del orden era el partido del odio, en tanto era el partido del miedo.

El antiguo vigor de la polémica anti-republicana.


El partido había heredado de la corriente legitimista, tanto como de las ultrarealistas y las
contrarrevolucionarias, una antigua tradición de polémica excesiva, con frecuencia
calumniaste, que venía principalmente del primer Napoleón y del detestado usurpador
"Felipe". Mientras duró el gobierno provisorio, los detentadores del poder fueron
cubiertos de infamias.
Es posible percibir una especie de ley de la propaganda conservadora: siempre que un
gobierno de extrema izquierda se torna realmente popular y asusta a la burguesía, se
transforma en blanco de críticas y calumnias económicas, se ponen en cuestión las
presuntas delicias y conforts del poder, y se esfuerza por deducir que "Ciertamente no
vale la pena cambiar de gobierno".
En 1848, el analfabetismo todavía extendido, la precariedad de las comunicaciones
en ciertas regiones remotas, llegaban hasta los provincianos ingenuos las imágenes mas
cómicamente deformadas. En las remotas regiones de Auvernia, los campesinos creían
que en Paris reinaba una suerte de dictador erótico.

La historia negra del miedo social.


Pero el avance del peligro social hizo aflorar en la contrarrevolución otro perfil de la
mentalidad burguesa: la fascinación por el horror y la lujuria. Sabemos que durante las
jornadas de Junio corría entre la burguesía de Paris los rumores más terribles. Resulta
muy interesante preguntarse por qué estas fantasías fueron inventadas o aceptadas como
ciertas. El hecho se debía a la miseria de las grandes capitales, donde vivía una escoria
casi tan numerosa como el proletariado activo y menos concentrada y localizada que hoy.
Quien sabe, esa escoria llevase a la confusión entre clases trabajadoras y clases
peligrosas.
"Los contemporáneos, muchos acostumbrados a
las insurrecciones políticas, no podían imaginar que las personas del pueblo se
sublevasen sin tener jefes burgueses y objetivos precisos. Las personas cultas no
tenían idea de los sentimientos de los trabajadores, no tenían ni siquiera esa
noción superficial transmitida por la literatura a nuestra generación; pare elos si
las personas del pueblo luchaban por su propia cuenta sólo podía ser para saquear
y matar." -Chevalier

La época de los grandes malentendidos


El socialismo se encontraba no sólo en la categoría de discutible, sino también en la de
perversión o patología.
Por lo tanto, la batalla ideológica entre democracia social y conservadurismo se
encontraba en un plano de incomunicación, y las polémicas que se desarollaban a
través de la prensa se saturaban de malentendidos generalizados.
El partido del orden se basaba en una tríada de principios: "Religión, Familia y Propiedad"
. So exactamente los mismos valores que -con significativas adiciones y substracciones-
la Constitución erigió como fundamentos de la República: "Familia, trabajo, Propiedad y
Orden Público".
De cualquier modo los partidos no acordaban sobre el contenido de estos términos; más
aún, discordaban sobre todas las palabras del lenguaje político de la época.

Orden
El orden -que para los demócratas tenía que ser necesariamente el de la ley- era
para los conservadores el de la obediencia y el del inmovilismo.
Los grupos de campesinos que, llenos de celo socialista, iban los domingos a trabajar la
tierra de algún compañero enfermo. Esos grupos eran motivo de crítica, lo que parecía
para los interesados un bello momento de acción moral, era visto por el poder con muy
malos ojos.

Asociación- Conspiración.
Para los demócratas la asociación representaba casi la virtud suprema, por ser la expresión
viva de la fraternidad y del progreso social. Cualquier agrupación era a priori
sospechada por conspiración. En la época la asociación política no constaba en el derecho
común, y como se prohibía la política en las sociedades "recreativas", toda asociación
política sería considerada ilícita por definición y necesitaba ser más o menos disimulada
o negada.
La obsesión por las conspiraciones estaba arraigada en la mentalidad burguesa de la
época, así como la obsesión por el crimen; y tal vez ambas estaban ligadas a una
concepción novelesca de la historia. Tan arraigada se encontraba que ningún discurso
democrático consiguió jamás ablandarla. Esta concepción contrariaba los intereses de los
propios burgueses conservadores, dado que mientras los trabajadores se ocuparan en
construir empresas mutualistas o cooperativas, no estarían alzando barricadas. Con el
tiempo algunos burgueses llegarían a reconocer este hecho.
A la vuelta de 1850 se acusaba a todas las cooperativas de servir de pretexto o de fachada
para alguna sociedad secreta.
Propiedad
Cualquiera que atacase el principio, sugiriendo la posibilidad de una eventual propiedad
común de las tierras y oficinas, era acusado de estar abriendo camino al más brutal de los
ataques sobre la propiedad: el robo.
Familia
Haciendo ver que la unión conyugal igualitaria y fundada en el amor era mucho mas
moral, incluso en el sentido cristiano y clásico del término, que los casamientos burgueses
realizados por acuerdos y conveniencias, y que solían terminar en el adulterio y alentaba
la prostitución ;eran acusados de favorecer el vicio y la desvergüenza. Quien hablara de
instruir a las mujeres, de sindicalizarlas o de informarlas sobre cuestiones políticas, era
acusado de instigar a la perversión.

Violencia, guillotina y matarifes.


El principal malentendido era el referido a la violencia: la sangre era la mayor obsesión
del partido del orden. En 1852, más de un militante republicano vería a la policía allanar
su casa debido a rumores de que allí se estaría preparando en secreto la guillotina que
"cortaría la cabeza de los ricos".
El partido de la sangre era, en verdad, el partido del orden, al cual no le horrorizaba la
sangre derramada por vías legales, sólo rechazaban la sangre ilegalmente derramada por
las rebeliones.
Los burgueses conservadores temían la violencia popular espontánea, pues atribuían
instintos sanguinarios al "populacho"(al cual generalmente confundían con el pueblo).
La violencia visible generaba inquietud a izquierda y derecha. Las inquietudes, con todo,
diferían: la derecha temía que la izquierda recurriese a la violencia; la izquierda se
defendía de la violencia. La preocupación por suavizar las costumbres del pueblo y de
los niños fue una de las razones de la adopción de la ley Gramont, que a pesar de ser
conservador era muy independiente y original; la Montaña, apoyó su propuesta, a la cual
se opusieron algunos representantes de la derecha junto a algunos puristas. Estos
objetaban, en nombre de la Santa Propiedad, que tal vez no fuera lícito que el poder
público interfiriera en el modo en que un cochero chicoteaba a sus caballos. La mayoría
votó en favor de un mejor tratamiento para los animales, o tal vez contra los espectáculos
crueles en las calles.

Fobia a los rojos.


El rojo no fue utilizado más que como "símbolo de unión", pero se lo utilizó mucho. Ya
sea que se encontrara en banderas, flores del campo, corbatas o tocados, se produjeron
innumerables procesos contra las exhibiciones más o menos intencionadas del color
socialista. Simples escaramuzas ,es cierto, pero revela la lucha sin tregua de los partidos.
O mejor, del partidos dela Montaña con el gobierno.

Religión.
Los democ-soc se declaraban "religiosos" e invocaban a dios y a Cristo en sus discursos.
consideraban a la religión como un sincretismo humanitario que englobaba a todas las
iglesias, y en el cual predominaba la conciencia individual. Para el partido del orden,
"religión" era sinónimo de Iglesia católica, en el sentido más restrictivo del término y en
la acepción más autoritaria de la doctrina. El partido del orden veía en la religión católica
un refuerzo para el poder político del Estado y los poderes establecidos, y un refuerzo
moral inspirador de su propaganda.
En una perspectiva más amplia, laintuición de los conservadores era corecta: las mayores
fuerzas del partido rojo se concentraban en zonas donde la disidencia católica ya les había
preparado el terreno, o sea en las zonas de influencia de la burguesía "azul" radicalizadas
y en las regiones donde la población protestante era numerosa.
Los protestantes y los "azules" parecían en otra época volcados "naturalmente" por el
orleanismo libreral o una república moderada. Pero frente a la república oficial, que se
sentía en la obligación de volver a conducir al poder al partido clerical, hasta los
burgueses protestantes y librepensadores tendieron a aliarse con el único partido fuerte
de oposición, los rojos.

Medios de acción . Propaganda.


Sus contornos y sus estructuras son ciertamente mucho más vagos que los del
'partido" de la República democrática y social.
Los diarios eran numerables, pero su tono no era homogéneo.
Es esencial resaltar que los ? son todo lo opuesto a manipuladores de organizaciones.
Ya sea por el modo de actuar, como por su doctrina y objetivos, la oposición entre
conservadores y democ-soc es evidente. Los Demócratas pertenecían a la Organización
(estructura virtualmente igualitaria, de forma horizontal; los conservadores pertenecían a
la Influencia (estructura de relaciones verticales). los historiadores republicanos de
principios del siglo XX, describían al partido rojo en términos de asociaciones, círculos,
sociedades, "cámaras", gabinetes, cabarets, salones, brasseries, etc. Notaban la
costumbres de sociabilidad heredadas de formas antiquísimas de vida colectiva.
Es curioso observar que entre los conservadores casi no hay elementos de organización
popular independiente.
La prensa de derecha, generalmente legitimista, es tan numerosa en las provincias como
la prensa democrática, pero se empeña menos en promover su divulgación y penetración.

…Folletos...
El partido del orden se empeñaba mucho en la propaganda popular. Mandaban a editar
un gran número de folletos a bajo precio, a fin de acusar al socialismo. Estas obras
resultaron célebres. Pero el hecho de que fueran distribuidas y vendidas no significa que
fuesen leídas; y si así fuera, esto tampoco significa que las personas convencieran de lo
que leían. Los notables de la derecha no eran comparables con los militantes de la
izquierda en el difícil arte de hablar a los humildes, animar pequeños grupos, trabajar en
cada aldea. Era más probable que el conservadurismo campesino se debiera a
preconceptos seculares, y no a las doctrinas divulgadas. Pero también es posible que los
folletos y la prensa hayan ayudado a los habitantes de las ciudades y a los burgueses a
mantener sus convicciones. A través de los folletos, nos ha llegado una imagen de esas
convicciones: los rojos son presentados como monstros desde el punto de vista moral,
intelectual y hasta físico; el socialismo es presentado como un robo a gran escala; el
comunismo, como el "reparto" sumario que haría que la humanidad retroceda hasta su
estado más salvaje y primitivo; y, principalmente, las elecciones de 1852 se consideraban
como la puerta un apocalipsis de avidez y sangre.
A raíz de cierta exageraciones del odio antidemocrático, la propaganda del orden burgués
se arriesgaba a transformarse en propaganda de la dictadura militar, a pesar del
liberalismo y del "legalismo" de los parlamentarios.

... Y sobre todo la presión.


Este conservadurismo exacerbado corría el riesgo de transformarse en autoritario en el
plano doctrinario, como lo era ya en la práctica. Estaba ligado a la tradición secular del
contexto moral provinciano, dominado por las personas eminentes y ricas, o por la Iglesia,
o por ambas. Votar por los "blancos" era la consecuencia natural de las relaciones
habituales de fuerza e influencia. Por esta razón, el partido del orden luchaba
mucho más por impedir cualquier acción política que le fuera desfavorable en lugar de
promover acciones políticas que justificaran sus posiciones: de allí su horror por la
propaganda masiva y la organización, su fobia por las sociedades y los profesores.Toda
estructura etico-social defensiva genera necesariamente una políticarepresiva. El partido
del Orden, además de estar en el poder, era también, profundamente, el partido del poder
.Sus militantes de primera línea eran los funcionarios públicos y el clero.
Los funcionarios formaban tres amplias redes que cubrían el país; las informaciones
recogidas se acumulaban en las mesas de los ministros, formando una montaña de datos
de incomparable riqueza: las redes iban desde la brigada de policía, tenientes, capitanes,
etc. hasta el Ministro de Guerra; desde los comisarios de policía, jefes y subjefes
departamentales y jefes de policía hasta el Ministerio del interior,; desde los jueces de
paz, procuradores de la República y procuradores generales hasta el ministerio de Justicia.
Todos estos funcionarios trabajaban en conjunto para actuar con severidad, manteniendo
cada uno sus funciones específicas. Con todo, esto no impedía eventuales conflictos.
El clero, reconociendo en los rojos (no sin cierta razón) sus viejos adversarios de
clases y regiones, emprendieron contra ellos una verdadera cruzada,más tarde, como
veremos, el clero asumirá el control de las escuelas.

Diversidades Regionales.
Analisis de la Francia de 1849-1850, cómo se distribuían los partidos y las fuerzas
políticas en el territorio francés. Basándose en dos conjuntos de datos: los
resultados de las elecciones legislativas del 13 de mayo de 1949, y los relatos sobre el
espíritu público, Más tarde se ampliaron nuestros conocimientos sobre cada región.
Mediante análisis locales o regionales más profundos, es posible descubrir vínculos y
procesos plausibles de generalización. Incluso las "generalidades" ya presentadas aquí se
beneficiaron ocasionalmente de estos conocimientos. El conocimiento más detallado de
determinada región perjudica el conocimiento de las regiones vecina, y el conjunto
se torna menos inteligible.

Las provincias de los montañeses.


se tiene la impresión de que la Montaña era ante todo el partido de la clase obrera, una
clase obrera muy extensa, que englobaba los empleados de industrias y los artesanos de
las ciudades y los burgos.
Sin embargo la fuerza de la Montaña se debía sólo a su penetración ocasional en el mundo
rural, por cierto, una penetración poco uniforme.
Existen dos zonas más : al norte y al oeste de esa línea, en muchas regiones la democracia
social prácticamente no tenía adeptos entre los campesinos; al sur y al este, había
importantes núcleos de democracia social en los medios rurales. Estos núcleos, sumados
a las fuerzas urbanas, dieron muchos electores a la Montaña y hasta le permitirían, en
ocasiones, conseguir la mayoría absoluta.
La región sería de Centro y de Centro-Este, designación puramente geométrica, pero que
trasciende la geografía de las regiones naturales y de las provincias históricas, la fuerza
democrática era impresionante.
Apoyándose en los observadores de la época se pudo explicar el comportamiento
contrastante del campesinado francés a partir de dos factores.
Uno de ellos es enteramente material: en las regiones donde predominaban las
propiedades arrendadas o la aparcería, se votaba por los conservadores; se vivía en
dependencia de los propietarios burgueses o nobles. En las regiones donde predominan
las explotaciones por sus propietarios, la independencia permitía que se votase por los
rojos. El otro factor es de orden espiritual: se trataba de la influencia del clero católico,
que corregía o estimulaba los estímulos de origen social, dependiendo de su aceptación o
no por parte de los electores rurales.

Las provincias de los conservadores.


Había grandes diferencias entre las regiones del norte y del oeste de Francia, el partido
del orden era siempre dominante pero el tipo de conservadurismo difería; todavía "feudal"
y clerical, y una especie de transición entre la Francia conservadora y la Francia radical.
Puede ser tentador oponer dos Francias: la de las "aldeas", potencialmente democrática,
y la del "campo", conservadora.

¿Espíritu de provincia o espíritu nacional?


indagar si las diferencias de temperamento político de las regiones francesas no se debe
a las profundas diferencias culturales, es decir, en definitiva, a los residuos de las diversas
nacionalidades.
Los demócratas eran más fuertes en los cantones con dialectos germanos, y los
conservadores en las regiones francófonas; observó asimismo que en la Bretaña la región
francesa presentaba un carácter legitimista más acentuado, y la región de tradición y
dialecto bretones era, en términos relativos, la menos inaccesible a la República.
Es posible que los demócratas de la época, exactamente por ser demócratas, se adaptaran
mejor que los conservadores, y consiguieran adaptar su propaganda a las costumbres y el
lenguaje del pueblo.
En las regiones de acentuada originalidad cultural las situaciones tampoco se presentaban
homogéneas.
En Biscaya, en Flandes y en toda Bretaña, el particularismo global fue captado en favor
del orden dado que se vinculaba estrechamente al al tradicionalismo católico.
En la región catalana, la tendencia era ultra roja, en Alsacia se notaba la clásicca división
entre conservadores, republicanos moderados y demócratas, según criterios sociales
influenciados por filiaciones religiosas.
En la medida que osemos interpretar el brote actual de regionalismos como substituto
de una democracia y de un socialismo frustrantes, será preciso concluir, por el contrario,
que durante la II República se pensaba poco en cultivar patrias localizadas, ya que las
esperanzas se volcaban en favor de la joven República francesa.
En el fondo, todo el mundo quería ser francés: las personas del pueblo, todavía incapaces
de un pensamiento político autónomo, votaban en favor de Francia, acompañando a los
notables y a los sacerdotes que penaban por ellos.
Los que comenzaban a despertar para la demoocracia social esperaban con absoluto
fervor que la República les diera una condición mejor, lo que restituiría a todo el pueblo
la Francia de 1789.
En 1849-1850, la gente humilde volvía a recorrer el camino ya recorrido por las élites
burguesas da la primer Revolución. Como esas élites la gente humilde era también
"patriota", en consecuencia transformaba al régimen francés en un bien político
absoluto, y por extensión, transformaba a la propia Francia en un valor absoluto.

La "Francia" argelina.
La anexión de Argelia revelaba la aspiración expansionista de Francia. Ya entonces la
ocupación era definitiva. Por fuerza de la costumbre se decidió mantener con los argelinos
la misma política anterior a 1848. Pero en relación a los colonos la República adoptó
innovaciones: en marzo, el gobierno decidió que los colonos tendrían derecho de voto y
que la organización administrativa debería seguir cada vez más el modelo metropolitano.
Ambas medidas parecían compatibles con el espíritu de la época; era imposible prever
que la democratización de la microsociedad colonizadora sería luego un obstáculo al
pleno ejercicio de la justicia.
Argelia comenzará a tener una vida política intensa; para la mayoría de los colonos, la
simpatía con la República y con la libertad de expresión se vinculaba estrechamente con
una inveterada hostilidad para con los nativos.
El radicalismo argelino se acentuaría por dos circunstancias. Se creía que Francia se
encontraba superpoblada, con un exceso de desempleados urbanos y campesinos sin
tierra; se consideraba que África del Norte -en el fondo mal conocida-, era un lugar
inagotable; los gobernantes represores comenzaron a enviar a Africa no sólo a los
trabajadores rebeldes a los que quería alejar de la metrópoli, sino también a colonizadores
deseosos de poner en práctica los principios socialistas.
En consecuencia, se reforzaba necesariamente la democracia colonial, democracia
de personas simples cuyas condiciones de vida se asemejaban a las de los nativos,
personas tan poco ilustradas que no podían evitar los preconceptos raciales espontáneos.
Y como la república presidencia tendía a volcarse hacia la derecha, se fortalecían también
en Argelia las tendencias totalitarias; además el poder del gobierno general de Argelia era
un poder militar, propenso a recibir los éxitos electorales y la libertad de prensa de los
colonos republicanos. Por esta razón no faltaban en la vida política las polémicas, los
incidentes, los complots y los procesos. Existía entonces una gran similitud entre Argelia
y algunos departamentos rojos de la metrópoli.
A pesar de los ropajes políticos antagónicos, colonos y militares concordaban en
lo que respecta al mantenimiento y la ampliación de la conquista; la cual tenía un único
motivo: el presidente Bonaparte necesitaba justificar, por medio de una campaña,
la elevación del general Saint-Armand al grado superior, a los efectos de hacerlo
regresar a Francia y nombrarlo ministro en vistas del próximo golpe de estado.

Las Antillas.
El gran problema era la esclavitud y la II República fue vista como un momento
decisivo. La abolición de la esclavitud debería ser un postulado lógico de la
República, heredado de la Convención; el retroceso impuesto por el consulado
sería apenas una interrupción; se consiguió también que fuera decretada la abolición y
que se formase un grupo de trabajo seriamente empeñado en llevar la reforma a la
práctica, obviamente pagando una indemnización a los colonos por haber perdido su
"propiedad". Los decretos de abril fueron aplicados en un clima de calma y a partir de
agosto de 1948 se les permitió votar.
Los gobernadores jugaban el juego de los hacendados blancos y multiplicaban sus
censuras a la prensa de izquierda. La política fiscal practicada intentaba impedir
que los negros tuviesen acceso a la propiedad, obligándolos a permanecer en la
condición de asalariados. Por lo tanto, la práctica administrativa y
reglamentaria del régimen se oponía a los nuevos ciudadanos, mantenidos en la
categoría de proletarios y "negros". esto dio origen a innumerables incidentes
políticos y casos judiciales.
La abolición de la esclavitud, tema secundario en Argelia, representó en las Antillas una
transformación decisiva; la extensión del sufragio universal -hecho parcial en Argelia-
activó a los sectores más populares de las Antillas, favoreciendo su radicalización e
integración.

Paris como centro mundano. El Elyseo.


Paris. La ciudad no se deja encuadrar en las clasificaciones generales, y por esa razón -
como ya se dijo varias veces- no puede ser considerada representativa del país. En cierto
sentido, la lucha de clases se desarrollaba en la capital, y allí era fácilmente percibida.
Paris era la gran ciudad obrera, escenario de las jornadas de junio. Era la capital de la
burguesía, pero era también, principalmente, centro de la vida intelectual, sede del estado
mayor de políticos y periódicos, lugar donde nacían las diferentes doctrinas, donde podían
encontrarse todas las mezclas y complejidades.
Luis Napoleón era astuto, muy experimentado, y conseguía envolver y atraer para su
círculo, mediante charlas particulares, a quienes se mostraban vacilantes. A los que
miraban desde más lejos, a los parisinos que apreciaban exhibiciones de trajes y luces,
procuraba ofrecer la imagen de un monarca -efímero, quien sabe- digno de la tradición.
Evidentemente no se formó una corte, pero la familia volvía más o menos a reunirse. El
primo Napoleón, representante del pueblo, era miembro de la Montaña, pero el tío
Jerónimo llevaba su prestigio de ex-rey y de único hermano sobreviviente del Emperador.
El duque de Morny, medio-hermano del presidente, en tiempos de Luis Felipe era hombre
de negocios y diputado, sin mantener ninguna relación con los Bonaparte. Ahora, en
cambio, se acordaba del parentezco y se unía al círculo, donde brillaba con su frases
espirituosas y comenzaba, discretamente, a dar algunos consejos.

Paris como centro inteletual. Ambientes políticos.


No todos se dejaban seducir por el Elyseo. No eran seducidos, los miembros de la
burguesía culta de Paris, que continuaban prefiriendo una República más espartana;
tampoco lo eran quienes soñaban con una corte verdadera instalada en las Tullerías.
La gran burguesía contaba de nuevo con todas sus fuerzas, y, como se verá, también con
todas sus divergencias.
La tendencia de la universidad tampoco era muy bonapartista, porque criticaba sobre todo
el apoyo recíproco entre el régimen y la Iglesia.
En las redacciones de los diarios la reflexión era igualmente activa e independiente.
Conviene reiterar que la imprenta parisina, por naturaleza muy diversificada y sutil,
difícilmente pueda dividirse en diarios del orden y diarios socialistas, y difícilmente
otorgaría a uno u otro grupo una postura uniforme.
La política de Paris y del "mundo", bastante más compleja que la lucha en las provincias
y las fuertes pasiones de los faubourgs.

Paris como centro popular. El movimiento obrero sigue con vida.


Vida triste, en uncontexto urbano restrictivo, superpoblado, insalubre donde el cólera
volvió a irrumpir con crueldad en 1849. Tal era la vida cotidiana. En lo que respecta a la
política, miles de familias lloraban los muertos y los "transportados" de junio; la represión
había encarcelado o exiliado a los dirigentes más conocidos, mientras se mantiene alerta
para impedir cualquier intento de apertura de clubes o manifestaciones callejeras.
Quedan centenares y centenares de obreros y artesanos, instruidos y dedicados, llevados
al socialismo por la Comisión de Luxemburgo, así como por los clubes y las imprentas.
Ante la falta de una abierta propaganda revolucionaria,quedaban también algunos
periódicos para difundir las ideas y propagar la moral y la economía del socialismo.
Quedará como actividad más o menos lícita el socialismo de las asociaciones.
La represión no impedirá el desarrollo del movimiento obrero; impedirá apenas que se
manifieste por medio de barricadas. El movimiento se canalizaba con un vigor tal vez
superior a través de las asociaciones.
Había muchas asociaciones obreras, tanto de inspiración comunista como démoc-soc. En
octubre de 1851, existían en Paris por lo menos 190 asociaciones obreras inspiradas en el
socialismo. Los militantes y redactores de periódicos de izquierda se interesaban por ellas,
la prensa socialista las estimulaba. Las asociaciones contribuían discretamente para
mantener un cierto clima y propiciar contactos, de otra forma no es posible explicar el
poder de la movilización obrera en Paris en ocasión de las elecciones parciales de la
primavera de 1850.
Hacia fines de 1851 la clase obrear parisina contaba con tal dignidad y tal fuerza
potencia que el diario de Girardin, La Presse, lanzó la idea de escoger entre los miembros
de aquella clase al candidato demócrata para las elecciones presidenciales de 1852.
Poco después el golpe de estado acabaría con este proyecto, que contenía todas las
ambivalencias del obrerismo proudhoniano. Lo importante es remarcar que en 1850 Paris
estaba más viva de lo que se piensa, y ya se preanunciaban las agitaciones de los años
sesenta. La verdadera ruptura entre la historia del movimiento obrero y los elementos que
subsistían de la estructura republicana sería realizada por el Imperio autoritario.
En la Francia de 1849 y 1850 la vida política y social estaba todavía bien viva, y
sin tener este dato en la cabeza es imposible entender los meandros que llevarán
de la expedición a Roma al "Golpe del 2 de diciembre".

CONCLUSIONES
La República que prevalecerá finalmente en los años 70 del siglo pasado, nacerá del
fracaso de las experiencias monárquicas, ya sea de la inadaptación de los herederos de los
Borbones al mundo moderno, ya sea por la derrota del último Bonaparte en Sedán. La
República renacerá cuando el segundo Imperio se vuelva imposible, demasiado belicoso
para una Europa inquieta y demasiado autoritario para una sociedad consciente.
El bonapartismo, heredero en este aspecto del partido del orden, saca su fuerza de la
docilidad: docilidad de los soldados a "la obediencia pasiva", docilidad de los "rurales" a
los candidatos oficiales. En su contra, la República encuentra sus partidarios en los
medios independientes, obreros de París y Lyon, intelectuales, incluso, campesinos de
esas provincias rojas cuyas aldeas tienen ya las costumbres de las ciudades.
La República como resultado de la educación, de la conciencia, del civismo universal, ya
lo era también de los que participaron del "cuarenta y ocho".
El primer resultado del balance de la segunda República, la primera lección de este
aprendizaje: la necesidad de una educación completa de las masas que vaya desde la
instrucción elemental, que permite la lectura, hasta la práctica política democrática, que
permite el periódico libre, la reunión libre, la asociación libre. Se deben, en parte,
a esa República que intentó vivir entre febrero y junio de 1848 y de sobrevivir
entre junio de 1848 y enero de 1849. Se debe especialmente a aquella República
ideal tal como era definida y querida, entre 1849 a 1851, por los únicos
verdaderos republicanos de la época, los de la oposición.
La historia deberá, entonces, distinguir bien entre dos contribuciones, la de la República
ideal, del régimen de los verdaderos "hombres del cuarenta y ocho", ideal de los
montañeses; y la de la República real, de la práctica de los conservadores que
efectivamente gobernaron.

La república de los "hombres del cuarenta y ocho"


Es - en principio- una educación, un civismo universal, que sólo puede obtenerse a
partir de la escuela y de la libertad. La República no es "verdadera", no es "buena", si
sólo es ausencia de monarquía o de dictadura. Sólo es verdaderamente "la" República, si
sus reglas de funcionamiento sirven a un fin progresista. Este fin es el bien del pueblo o,
si uno quiere, el socialismo. Por vagas que sean las nociones de bienestar, y de pueblo, e
incluso de socialismo, no deben ser despreciadas; la imprecisión de sus contornos no
impide, la fuerza de su impulso. La República de los hombres del cuarenta y ocho, de
los bien llamados "democ-soc", es una república que desemboca sobre el socialismo.
Pero es necesario repetir que esta República con fines socialistas es una República del
socialismo de derecho. Esa es la constante más sólida desde sus inicios hasta el fin;
desde las jornadas de febrero de 1848, en donde Lamartine obtenía que se repudiara
todo lo que era violencia y opresión de la herencia de 1792. Siendo la República el reino
de la ley, la violencia sólo se justificaba por la defensa de la ley misma y de sus
representantes autorizados.
"La necesidad en primer lugar, la política en segundo, el derecho, en la medida en que
pueda ser respetado, en tercero" L.Bonaparte
El espíritu del Cuarenta y ocho consistía, precisamente, en rebelarse contra esta idea del
derecho, metido en tercer lugar, de ser posible... y en reivindicar, por el contrario, el
primer lugar absoluto para aquello que se llamará más tarde: "respeto de la legalidad
republicana".
Los hombres del cuarenta y ocho han extraído un profundo anticlericalismo; debieron
muy rápidamente ver un enemigo en el catolicismo. Ciertamente, en diferentes grados:
algunos ponían el acento en el rol de la Iglesia como fuerza conservadora política y
social; otros, yendo más lejos, afirmaban que el mismo espíritu de la religión debía
combatirse como incompatible con la nueva educación. Pero todos coincidían en pensar
que hacía falta, por lo menos, sacar a la Iglesia fuera de la esfera de influencia
temporal y social.
El espíritu del Cuarenta y ocho es caluroso, elocuente, sentimental, desordenado
la idea republicana en muchas regiones prendió rápidamente en gentes muy pobres y
muy simples, en sus comportamientos espontáneos, no racionales. la República no
siempre conquistó a las masas a través de una educación positiva de sus espíritus; a
veces, lo hizo súbitamente, como una nueva mística, resultado de una verdadera
conversión. Frecuentemente, la República apareció, especialmente en el campo, como
una Esperanza y un Valor cargado de sacralidad. En síntesis, no era una negación de la
religión sino una religión nueva.
Mistificadora o no, no trajo la muerte de los idealismos políticos; de hecho, generó un
bueno y bello idealismo más.

La República oficial.
Era "realista". Entre enero de 1849 y diciembre de 1851, la República no estuvo en
manos de gobernantes republicanos, sino de personas para quienes el régimen, no
querido pero padecido, representaba una experiencia provisoria, hasta que las
circunstancias permitieran una restauración monárquica. Durante tres años las fuerzas
de la burguesía conservadora habían gobernado Francia sin monarca, y no por ello
perdieron sus bienes o sus cabezas.
La Segunda República francesa está en el común origen de las dos principales
tradiciones políticas de la época contemporánea; es el ancestro más auténtico de toda la
ideología de izquierda, que viene de los hombres del cuarenta y ocho, héroes
malogrados; es también, a través de los burgraves y otros dirigentes conservadores, el
modelo y precedente de todas las centroderechas por venir.

La dictadura bonapartista.
Conocemos la reacción de la izquierda republicana: fue posible derribar a la República
porque las masas (especialmente las rurales) todavía no eran plenamente consientes ni
instruidas.
La tesis bonapartista según la cual Luis Napoleón se acercaba más al pueblo que a
losburgueses de la Asamblea; por ser fruto del sufragio universal, un efecto del
ascenso de las masas, sería difícil conseguir el progreso debido a la alianza entre
conservadores y clericales.
los deseos, necesidades y preconceptos del "pequeño propietario campesino". estos
pequeños propietarios aislados -la masa más numerosa de la población francesa- no
"podían" ser republicanos, "tenían" que expresarse a través del bonapartismo.
Marx atribuía el mandato de Bonaparte no sólo a los campesinos, sino también a la
categoría de los subproletarios. Bonaparte se presenta como el jefe de la Sociedad del
Diez de Diciembre, representante del subproletariado, al cual él mismo pertenece, así
como su círculo, su gobierno y su ejército, cuya preocupación mayor es cuidar sus
propios intereses e imprimir del tesoro público billetes de la lotería californiana.
El bonapartismo representante de esos dos grupos sociales heterogéneos -los pequeños
campesinos propietarios y los parásitos de todo tipo- permaneció ajeno a las dos clases
fundamentales, la burguesía capitalista y el proletariado.
En los tiempos de Luis Felipe gobernaba apenas una parte de la burguesía, especie de
"aristocracia financiera", y que la "burguesía industrial" propiamente dicha se
encontraba en la oposición.
En términos de "necesidades" históricas, es posible decir que el bonapartismo produjo el
impulso que precisaba el sector moderno ("saint-simoniano") de la burguesía a fin de
librarse de la timidez de la coalición de acreedores, de la cual el partido del orden era su
más clara expresión.
El progresismo económico no acompañara al progresismo político... pero eso iniciaría
otra serie de reflexiones.

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