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Mariella Villasante, investigadora asociada del IDEHPUCP, visitó este espacio poco antes de su

inauguración. Estas son sus impresiones:

El primer Lugar de Memoria del conflicto armado en el Perú fue inaugurado en la ciudad de

Huancayo el lunes 2 de junio, en el distrito de Chilca, donde llegaron desplazados de Ayacucho y

de Huancavelica. Su denominación quechua es: Yalpana Wasi (Casa de memoria), Wiñay

Yalpanapa (Para recordar eternamente). Esta obra monumental, de cinco pisos, ha sido construida

gracias al empeño y al entusiasmo del presidente de la región de Junín, el Dr. Vladimir Cerrón

Rojas y de sus colaboradores. El concepto de la muestra es el « agua que limpia », retomando un

motivo central de la cultura huanca. Por ello, se ha instalado una cortina de agua que cae como

una pequeña catarata al interior, y desde lo alto del último piso, y un espejo de agua situado en

la entrada. La segunda idea conceptual es la presentación de la historia y de la geografía de la

región de Junín siguiendo la línea del tiempo para acentuar la identidad regional en su conjunto,

dentro de la cual se plaza la memoria del conflicto armado de los años 1980-2000. El conflicto

mismo se situa en el marco de las violencias políticas vividas en América Latina.

En cada piso hay ambientes de museografía bien iluminados por una gran claraboya central que

permite aprovechar al máximo la luz solar de la sierra central. El primer piso esta consagrado a la

presentación del territorio y de la historia regional, que se completan con un auditorio (300m2) y

una cafetería. En el segundo piso se expone la historia política del Perú y se expone,

didácticamente, la permanencia de la violencia en la vida familiar y social. El tercer piso se dedica

a la exposición fotográfica de la violencia de la guerra interna peruana, incluyendo testimonios

filmados recogidos entre 2013 y 2014, mostrando también un « laberinto de la violencia

subversiva », y exponiendo una gran vela en signo de duelo permanente. En este mismo nivel se

encuentran el amplio auditorio de 600 m2, vitrinas con objetos asociados a la violencia, una sección

consagrada a la selva central y la lucha de los Ashaninka y Nomatsiguenga, un resumen de las

principales masacres, y extractos del Informe final de la cvr. El cuarto piso presenta una muestra

centrada en la educación y de la influencia de las ideologías en la violencia política, sobre todo en

la Universidad del Centro y en los colegios como Santa Isabel, que han sido centros de militancia

subversiva y blancos de las fuerzas armadas. Notemos que el padre del Dr. Cerrón, profesor de la

Universidad del Centro, ha sido asesinado durante el conflicto armado por el comando Rodrigo

Franco. El quinto piso expone mates burilados de Marcelino Poma, víctima de las fuerzas armadas,

las luchas por las reparaciones, y fotografías y nombres de personas muertas y desaparecidas de

la región de Junín, bajo el lema « Yo soy un ser humano ». El tema de la reconciliación es


presentado a través del concepto de la celebración de « la vida que fluye como el agua. » Las

ideas de la vida que continúa y de la común humanidad de las víctimas son centrales. Considero

que esta dimensión antropológica es sumamente pertinente y paradigmática para comprender la

violencia vivida en el país.

También se han construido bibliotecas, videotecas, áreas de investigación y de documentación,

sin olvidar la Plaza de la reconciliación. También habrán exposiciones temporales y se podrán

aumentar las muestras de manera permanente.

El Dr. Vladimir Cerrón Rojas, refirió que el Lugar de la Memoria contribuirá dinámicamente para

lograr la paz y la reconciliación después del conflicto armado de los años 1980-2000. Y ha

declarado lo siguiente:

«La memoria no solamente es un derecho social, sino también un deber social. En el Lugar de la

Memoria se preservará el material histórico, testimonial, documental y visual sobre las violaciones

de los Derechos Humanos cometidos desde todos los flancos, será sencillamente la encarnación

de la verdad, que la amnesia no puede corroer con la distancia ni el tiempo. Todos los que estamos

aquí, con excepción de los más pequeños sabemos lo que significa vivir tras el asecho, la amenaza,

la persecución, la tortura física y psicológica, que finalmente nos llevó a aprender a convivir con

la muerte de inocentes y culpables, fue una especie de necrofilia social obligada.».

La obra es muy interesante, estéticamente hermosa y muy bien concebida, la hemos visitado el 2

de mayo, en compañía de la dirigenta Luzmila Chiricente [presidenta de la Federación régional de

mujeres ashaninka, nomatsiguenga y kakinte (fremank), y miembro del Consejo de reparaciones],

quien ha aportado documentos fotográficos recogidos durante el conflicto armado interno para la

muestra de la sección consagrada a los « Ashaninka » del Lugar de memoria. Luzmila Chiricente

ha colaborado también traduciendo las leyendas de las muestras sobre su pueblo en lengua

ashaninka (añani). Por mi parte, he llevado fotos amablemente enviadas por Alejandro Balaguer

y Mónica Newton sobre la participación de los Ashaninka en la guerra interna.

Durante esta visita fuimos recibidas gentilmente por la arquitecta Marisol Zumaeta, quien es

responsable —junto con su equipo de ingenieros, antropólogos y técnicos—, de la implementación

del Lugar de memoria, y por el Dr. Cerrón quien nos ha dado muestras del gran interés que él

aporta a esta obra que esta dejando a la región de Junín en aras de la democratización de los

valores de los derechos humanos para todos sus habitantes.


Fotos del Lugar de la Memoria de Junín en el blog de Marisol Zumaeta

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