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Eugenio María de Hostos y su época:

categorías sociales y fundamentación filosófica


Adriana Arpini

EUGENIO MARÍA DE HOSTOS


Y SU ÉPOCA:
categorías sociales y
fundamentación filosófica

B
LA EDITORIAL
Universidad de Puerto Rico
Primera edición, 2007

© 2007, La Editorial, Universidad de Puerto Rico


Todos los derechos reservados

Catalogación de la Biblioteca del Congreso


Library of Congress Cataloging-in-Publication Data

Arpini, Adriana.
Eugenio María de Hostos y su época: categorías sociales y
fundamentación filosófica/Adriana Arpini.
cm
P- -
Includes bibliographical references.
1. Hostos, Eugenio María de, 1839-1903—Philosophy.
2. Philosophy, Latin American. 3. Antiiles, Greater—History.
4. Antiiles, Greater—Social conditions. 5. Graus, KarL 1874-
1936-Influence. 6. Positivism.
F1973.h6a86 1998
972.9-dc21 98-40354
CIP

ISBN 13: 978-0-8477-0362-3

Portada: Yolanda Pastrana


Diagramación: Salvador Rosario - EDUPR

Impreso en los Estados Unidos de América


Printed in the United States of America

LA EDITORIAL
UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO
Apartado 23322
Río Piedras, Puerto Rico 00931-3322
www.laeditorialupr.com
CONTENIDO

Agradecimiento 8

Prefacio 9

1. Marco teórico y metodológico 13


1.1. U n poco de historia 13
1.2. Los aportes de la Teoría del texto. El texto como
fenómeno lingüístico-social 15
1.3. El texto como productividad en la propuesta
semiótica de Julia Kristeva 19
1.4. Elementos para una lectura alternativa en
historia de las ideas .....24

2. Horizonte histórico 27
2.1. Las Antillas españolas en el siglo XIX. Situación
socio-económica colonial y transición hacia el
neocolonialismo 27

3. Los escritos de Eugenio María de Hostos 37


3.1. Periodización de los escritos hostosianos 37
3.2. Claves para la interpretación 40
3.3. Escritos sistemáticos y ensayísticos de Eugenio
María de Hostos 42
3.4. La metáfora de la Peregrinación 44
3.5. El ensayo gestual 48
3.6. La gestualidad en la retórica hostosiana. Dos
escritos acerca de la esclavitud 58
3.7. Palabras que son acciones. El discurso de la
ruptura 71
6 ADRIANA ARPINI

4. "Barbarie" y "civilización": Categorías de


análisis social 81
4.1. Categorías y mediación discursiva 81
4.2. Las categorías sociales en los escritos hostosianos 88
4.2.1. Significados en busca de significantes 90
4.2.2. Ferrocarril = paz, progreso, unidad =
civilización 94
4.2.3. Significantes y significaciones: "barbarie-
civilización" y "esclavitud-libertad" 102
4.2.4. "Civilización": la categoría y el símbolo del
"porvenir" 108

5. Proyecto civilizatorio y función utópica. Tres


dimensiones de la utopía en el discurso hostosiano 118
5.1. Funciones del discurso utópico. La utopía
como alteridad .119
5.2. El utopismo hostosiano a través de la sobredeter-
minación axiológica del significante "Ayacucho" 129
5.3. La triple dimensión de la "utopía civilizatoria"
de Hostos 135

6. Los escritos sistemáticos 149


6.1. La Moral ..151
6.1.1. Necesidad de organizar la moral como
ciencia. Carácter práctico de las ideas
morales. El orden moral 153
6.1.2. La Moral Natural y la Moral Individual 161
6.1.3. Digresión ....171
6.1.4. La Moral Social 182
6.1.5. Moral Social Objetiva 202
6.1.6. "Civilización" como categoría Social-valorativa....204
6.1.7. Síntesis 214
6.2. La Sociología 217
6.2.1. Constitución y objeto de la Ciencia Social 222
6.2.2. El método de la Sociología 241
6.2.3. La categoría de orden 246
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 7

6.2.4. Las leyes "naturales" de la sociedad 252


6.2.5. El orden social 264
6.2.6. Los estados sociales 266
6.2.7. Los órganos sociales. Sociedad y Estado 271
6.2.8. Internacionalismo ético 291
6.2.9. Síntesis 299

7. Hostos ante la historia de la ideas latinoamericanas 303


7.1. Ubicación del pensamiento hostosiano en
estudios panorámicos 305
7.2. Estudios específicos sobre el pensamiento
hostosiano 310
7.3. Dos posiciones encontradas 328
7.4. Núcleo filosófico del pensamiento hostosiano:
krausismo y krauso-positivismo 337
7.5. La impronta del krausismo español en Hostos 346
7.5.1. La reformulación del ideal de H u m a n i d a d en
el proyecto civilizatorio de Hostos 347
7.5.2. La formulación hostosiana del método a
propósito de la Sociología 350
7.5.3. La relación entre Moral y Derecho 353

8. Ubicación de la labor teórico-práctica de Hostos y la


Historia de las Ideas Antillanas 357
8.1. La trayectoria hostosiana 357
8.2. Hostos y la Historia de las Ideas Antillanas 369

Bibliografía
1. Obras completas .374
2. Antologías. 376
3. Sobre Hostos 377
4. Marco teórico 384
5. Marco histórico-social 390
6. Krausismo y positivismo 393
7. Historia de las Ideas en Puerto Rico y las Antillas 397
8. Revistas 398
AGRADECIMIENTOS

JL/eseo expresar mi agradecimiento a las personas e instituciones


sin cuyo apoyo, aliento y asistencia no hubiera sido posible la
realización de este trabajo. La mayor d e u d a intelectual la tengo
contraída con mi maestro y director Arturo Andrés Roig, a quien
le agradezco sus generosas enseñanzas en materia de filosofía e
historia de las ideas, pero sobre todo le agradezco esa lección que
surge de u n a vida coherente y comprometida. Mi reconocimiento
es también para las compañeras y los compañeros de trabajo, que
me brindaron el estimulo de la amistad. En especial para Liliana
Giorgis, quien materializó su apoyo en las largas horas que requirió
la corrección de los originales.
Q u i e r o mencionar al Instituto de Estudios H o s t o s i a n o s y
agradecer especialmente a Julio César López, - a u n q u e ya no esté
entre nosotros- quien tanto me ayudó mientras dirigió el Instituto.
A todos los amigos de Puerto Rico que desinteresada y cordial-
mente m e facilitaron material bibliográfico y de archivo para hacer
posible mi labor y a La Editorial, Universidad de Puerto Rico que
j u z g ó p e r t i n e n t e su p u b l i c a c i ó n . T a m b i é n a la U n i v e r s i d a d
Nacional de Cuyo y al Centro Regional de Investigaciones Cien-
tíficas y Tecnológicas, ámbitos en los cuales se desarrolló la
investigación.
Con especial afecto quiero manifestar mi gratitud a Miguel,
Pablo y José, también a Riña y Ricardo, con cuya comprensión y
estimulo cuento siempre.

Adriana Arpini
PREFACIO

L / a s Antillas h a n sido, por su situación geográfica y por la historia


allí vivida desde hace 500 años, la puerta de entrada al continente.
Y no exageramos al afirmar que a ú n h o y lo son. Lo dicho p u e d e
ser u n lugar común. Sin embargo, pocas veces se repara en la
profunda v e r d a d que esas palabras encierran. Si nos centramos en
la segunda mitad del siglo XIX, época que nos interesa a los efectos
de la presente investigación y que, vista en perspectiva, forma parte
de n u e s t r a historia reciente, p o d e m o s advertir que todos los
procesos sociales, políticos, económicos, culturales que se desa-
rrollaron en esa parte de nuestra geografía caribeña se hallan
interconectados y repercuten en el resto de nuestra América Latina.
La gesta independentista, aparentemente rezagada en Cuba y
Puerto Rico, hace de esas islas el último bastión colonial de España.
Situación que sólo se modifica cuando el proceso de expansión
neocolonial se muestra ya como irreversible. ¿Cómo interpretaron
los hombres de la época la complejidad de los procesos vividos en
aquella encrucijada histórica?, ¿qué caminos i n t e n t a r o n p a r a
resolver los problemas acuciantes de su realidad?, ¿qué herra-
mientas teóricas esgrimieron p a r a c o m p r e n d e r su situación y
proyectar posibilidades nuevas?, ¿cuál es la concepción del hombre,
del m u n d o y de la vida que da sustento a sus explicaciones acerca
de la realidad y a sus acciones concretas?
H o m b r e s de p e n s a m i e n t o y acción como Ramón Emeterio
Betances, Eugenio María de Hostos, José Martí, Gregorio Luperón
tienen, todavía hoy, mucho que decirnos. Vale la pena asomarse a
su producción, no tanto para juzgar acerca del éxito de las empresas
que llevaron adelante, cuanto para recuperar el sentido profundo
de sus obras teóricas y prácticas. En ellas podemos, seguramente,
hallar alguna clave que nos permita comprender mejor la realidad
10 ADRIANA ARPINI

que vivimos en nuestros días. M o m e n t o en que esa región de


nuestra América nos muestra, con toda crudeza, la complejidad
de unos procesos sociopolíticos y de u n a experiencia histórica en
la que, en última instancia, se juega la dignidad del hombre.
Hemos elegido la figura y obra de Eugenio María de Hostos y
Bonilla, pensador puertorriqueño olvidado en nuestras latitudes,
para introducirnos en la abigarrada y rica realidad antillana deci-
monónica y abrirnos, desde allí, a u n a comprensión que excede
los límites insulares y abraza a toda la América Latina y, a u n más,
alcanza las dimensiones universales de toda reflexión anclada en
lo h u m a n o . Abordamos los escritos hostosianos con los criterios
propios de la Historia de las Ideas latinoamericanas, prestando
especial atención a las ideas filosóficas. En nuestro trabajo perse-
g u i m o s d o s objetivos p r i n c i p a l e s : p o r u n l a d o , a n a l i z a r las
categorías sociales esgrimidas por el autor, tanto en el momento
descriptivo como en el proyectivo, a fin de establecer las sucesivas
semantizaciones y resemantizaciones que esas categorías adquieren
a lo largo de su producción; por otro lado, hemos explorado en la
instancia fundamentadora, estrictamente filosófica, de sus pro-
puestas. Ello nos condujo a contrastar las opiniones existentes
acerca de la ubicación historio gráfica del pensamiento hostosiano
y proponer una, a nuestro juicio, más acertada.
En la introducción del trabajo nos ocupamos de fijar el marco
teórico-metodológico desde el cual encaramos la investigación, sin
perjuicio de aclarar y / o introducir, oportunamente, criterios especí-
ficos pertinentes a cada uno de los temas trabajados. También nos
esforzamos por caracterizar el horizonte histórico de la producción
hostosiana. En el desarrollo nos abocamos al análisis de los escritos
del p u e r t o r r i q u e ñ o , d e t e r m i n a n d o criterios de clasificación y
periodización. El análisis gira en torno a las categorías sociales, a
la función que ellas c u m p l e n c u a n d o se trata de interpretar la
realidad tal como es y cuando se trata de proyectar lo que debe
ser. Al trabajar sobre los escritos sistemáticos tenemos ocasión de
apreciar los fundamentos filosóficos, presentes en toda la obra de
nuestro autor, aunque no siempre son expresamente considerados,
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA...

como sucede con frecuencia en los escritos ensayísticos. Finalmente


examinamos las interpretaciones que, con distinto grado de pro-
fundidad, h a n sido realizadas sobre el pensamiento de Hostos y
p r o p o n e m o s ubicar historiográficamente su p r o d u c c i ó n que,
s i g n a d a en p r i m e r a instancia p o r la i m p r o n t a del k r a u s i s m o
español, evoluciona hasta su formulación definitiva en los términos
del krauso-positivismo. Completa nuestro trabajo u n a bibliografía
que no pretende ser completa, sino sólo lo más completa y actua-
lizada posible.

Mendoza, Argentina
1
M A R C O TEÓRICO
Y METODOLÓGICO

1.1. U n p o c o d e historia

1 \ uestro trabajo se inscribe, en parte, en el ámbito de la Historia


de las Ideas Latinoamericanas, disciplina q u e a partir d e los
Seminarios organizados por el maestro José Gaos en México, en
los a ñ o s 40, se c o n s t i t u y e c o m o u n á r e a d e e s t u d i o s c o n
características peculiares. Esta disciplina se define tanto a partir
de su objeto como de su método. En su obra En torno a la filosofía
mexicana Gaos afirma que historiar las ideas es posible no en el
sentido de las ideas abstractas, sino en el de las efectivas ideas
inmersas en el d i n a m i s m o de las acciones y reacciones de los
hombres y de las comunidades en sus circunstancias. Los hombres
y sus ideas son históricos, van haciéndose cotidianamente su propia
historia. Así, Gaos abandona la perspectiva esencialista acentuando
la historicidad de las ideas y de los sujetos p o r t a d o r e s de las
mismas. 1
Dos elementos de renovación metodológica se desprenden del
historicismo gaosiano: en primer lugar, el hecho de concebir el
análisis de las ideas del pasado como u n dialogo entre dos sujetos
diferentes, autor e historiador, cada u n o a partir de su respectiva
circunstancia; en segundo lugar, el haber señalado el fenómeno
de la mediación como u n proceso por el cual el sujeto histórico

Gaos, José. En torno a la filosofía mexicana. México, Alianza, 1980.


14 ADRIANA ARPINI

objetiva el m u n d o r e e m p l a z a n d o los objetos p o r las p a l a b r a s y, e n


el caso p e c u l i a r d e la filosofía, p o r las c a t e g o r í a s . A m b o s e l e m e n t o s
a b r e n la p o s i b i l i d a d d e u n a a p r o x i m a c i ó n a l o b j e t o d e e s t a
disciplina - e s t o es, las ideas e x p r e s a d a s a través d e los t e x t o s - d e s d e
la p e r s p e c t i v a d e u n a " c o m p r e n s i ó n conjetural", h e r m e n é u t i c a del
t e x t o q u e a d m i t e a m b i g ü e d a d e s y e q u í v o c o s , e n v i r t u d d e las
d i v e r s a s circunstancias, y r e c o n o c e m ú l t i p l e s i n t e r p r e t a c i o n e s ; c o n
lo c u a l q u e d a s u p e r a d a la c l a u s u r a d e l t e x t o i m p u e s t a p o r la
h e r m e n é u t i c a clásica.
Al realizar u n b a l a n c e d e la disciplina, A r t u r o A r d a o , e n u n
artículo d e 1959, " D o s d é c a d a s d e p e n s a m i e n t o A m e r i c a n i s t a " ,
s e ñ a l a s u especificidad. P a r a el p e n s a d o r u r u g u a y o n o se t r a t a
s i m p l e m e n t e d e h i s t o r i a r i d e a s p r o v e n i e n t e s d e l á m b i t o d e la
filosofía a c a d é m i c a , sino q u e t r a s c e n d i é n d o l o , a b a r c a "... t o d o el
v i v i e n t e p r o b l e m a d e A m é r i c a , d e su n a t u r a l e z a y d e s t i n o c o m o
e n t i d a d histórica". La H i s t o r i a d e las I d e a s se c o n s t i t u y e , e n t o n c e s ,
como u n a corriente de pensamiento organizada como historio-
grafía, c o n cierta p r e e m i n e n c i a d e las i d e a s filosóficas, sin d e s c u i d a r
la r e l a c i ó n c o n la r e a l i d a d social, n a c i o n a l y r e g i o n a l e n la q u e
surgen.2
U n a d é c a d a m á s t a r d e se p l a n t e a la n e c e s i d a d d e i n c o r p o r a r a
n u e s t r a disciplina u n a d o b l e p r o b l e m á t i c a : la c u e s t i ó n d e la d e p e n -
dencia, p o r u n l a d o , y la d e lo ideológico, p o r o t r o . Ello c o n d u j o a
a r d u a s p o l é m i c a s , tal es el caso d e la s o s t e n i d a p o r A u g u s t o Salazar
B o n d y y L e o p o l d o Zea, a t r a v é s d e s u s o b r a s : ¿Existe una filosofía
de nuestra América? (1968) y La filosofía americana como filosofía sin
más (1969), r e s p e c t i v a m e n t e . A m b o s p r o b l e m a s c o n d u c e n a
replanteos de orden teórico-metodológico, que quedaron plas-
m a d o s e n las r e c o m e n d a c i o n e s del C o m i t é d e H i s t o r i a d e las I d e a s
r e u n i d o e n 1974. A p a r t i r d e e n t o n c e s , sin d e s c o n o c e r la t r a d i c i ó n
g a o s i a n a , p e r o m e j o r á n d o l a , la i d e a es e n t e n d i d a c o m o e l e m e n t o
significativo q u e r e m i t e a u n a r e d m á s a m p l i a d e c o n e x i o n e s , es

2
Ardao, Arturo. "Dos décadas de pensamiento americanista". En: Filosofía
de lengua española. Montevideo, Alfa, 1963.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 15

decir, se apunta al significado social de las ideas, pues no sólo se


las encara como ya pensadas, sino que se intenta subrayar su papel
transformador, desde cada presente. 3
El desafío actual de la Historia de las Ideas nos coloca frente a
la necesidad de explorar alternativas metodológicas, incorporando,
no sin crítica, los resultados m á s perfilados del conocimiento
universal, según la exigencia de Salazar Bondy.
Si, como sostenía Gaos, el texto es por antonomasia el docu-
mento a partir del cual trabaja la Historia de las Ideas, entonces es
indispensable incursionar en los avances m á s recientes de la
lingüística, la teoría del texto y la semiótica con el objetivo de
seleccionar e incorporar críticamente aquellos elementos q u e
constituyan u n aporte instrumentalmente valido en el sentido de
u n a ampliación metodológica. En esta dirección exploramos en la
Teoría del texto propuesta por Siegfried Schmidt y en la provocación
Semiótica de Julia Kristeva. Ello nos abre a u n a vasta problemática,
de la cual intentamos sintetizar algunos avances. 4
El objetivo inmediato y rector de la exploración metodológica
es abordar más ricamente los escritos del puertorriqueño Eugenio
María de Hostos, que se inscriben en u n m o m e n t o particularmente
interesante de nuestra Historia de las Ideas: la segunda mitad del
siglo antillano.

1.2. Los aportes de la Teoría del texto. El texto como


f e n ó m e n o lingüístico-social

El intento de Schmidt está orientado a explorar las posibilidades


que la lingüística del texto ofrece para la comprensión de la comu-

3
Cfr. Salazar Bondy, Augusto. ¿Existe una filosofía de nuestra América?
México, Siglo XXI, 1968; Zea, Leopoldo. La filosofía americana como
filosofía sin más. México, Siglo XXI, 1969.
4
Schmidt, Siegfried. Teoría del texto. Madrid, Cátedra, 1978; Kristeva, Julia.
Semiótica I y II. Madrid, Fundamentos, 1981.
16 ADRIANA ARPINI

nicación h u m a n a . Para la lingüística, el "texto 7 ' es u n conjunto de


enunciados sometido a análisis, es u n ámbito del comportamiento
lingüístico que p u e d e ser actualizado en el habla o la escritura.
Desafiando el principio de pertinencia y las corrientes lingüísticas
reduccionistas, se propone una teoría para la investigación práctica
del texto, q u e incorpora interdisciplinariamente aportes de la
filosofía, la sociología y la antropología.
Roland Barthes señala en este sentido que "lo interdisciplinario
que hoy es motivo de comentarios, no consiste en confrontar disci-
plinas ya constituidas (ninguna de las cuales, de hecho, consiente
en despreciarse, abandonarse). En el quehacer interdisciplinario
no es suficiente tomar u n 'objeto' (un tema) y citar a su abordaje
dos o tres ciencias. La interdisciplinariedad consiste en crear u n
objeto nuevo que no pertenece a nada. El texto es, creo yo, u n o de
esos objetos". 5
En su Teoría del texto, S c h m i d t ofrece u n a visión de los
problemas y las iniciativas que p o n e n de relieve la necesidad de
elaborar tal teoría, al tiempo que tiende algunas líneas orientadoras
para concretarla. Así como después de Greimas quedó definiti-
v a m e n t e incorporada la semántica a los estudios lingüísticos, 6
S c h m i d t considera que d e igual m o d o "la P r a g m á t i c a h a d e
liberarse hoy de su condición de 'pariente pobre' de la lingüística,
y ha de integrarse en el conjunto de la teoría lingüística". Ello
implica el tránsito desde una lingüística del sistema a una teoría
del texto, es decir, a una lingüística de la comunicación socio-verbal.
Para la lingüística precedente, el texto es u n a u n i d a d pura-
mente verbal, definido en términos exclusivamente lingüísticos.
Schmidt propone una consideración que desborde al texto como
fenómeno p u r o de lenguaje, t o m a n d o como p u n t o de partida la
"textualidad". Esta es entendida como u n a estructura bilateral que

5
Barthes, Roland. "Los jóvenes investigadores". En: El susurro del lenguaje.
Más allá de la palabra y la escritura. Barcelona, Paidós, 1987. p. 107.
6
Cfr. Greimas, A. J. Semántica estructural. Madrid, Gredos. 1971.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 17

p u e d e ser c o n s i d e r a d a t a n t o d e s d e el p u n t o d e vista d e los a s p e c t o s


d e l lenguaje c o m o d e s d e u n p u n t o d e vista social. Es decir, q u e los
textos a c t ú a n c o m o " r e a l i z a c i o n e s v e r b a l e s d e la t e x t u a l i d a d " , se
e n c u e n t r a n s i e m p r e e n la t e x t u a l i d a d y, p o r lo t a n t o , s o n " t e x t o s -
en-función". E n efecto, el texto n o es u n a c a t e g o r í a e x c l u s i v a m e n t e
lingüística, h a d e ser d e f i n i d o p o r criterios s o c i o c o m u n i c a t i v o s .
Los textos parciales se d a n s i e m p r e i n t e g r a d o s e n u n s i s t e m a y
se definen p o r s u f u n c i ó n e n el c o n j u n t o (coherencia d e l sistema).
El c o n j u n t o del texto funciona e n u n c o n t e x t o e x t r a l i n g ü í s t i c o y
recibe p r e c i s a m e n t e su c a r á c t e r d e esta función. L a s r e l a c i o n e s
sintácticas y g r a m a t i c a l e s n o d e s e m p e ñ a n u n p a p e l d o m i n a n t e e n
la f u n c i ó n c o m u n i c a t i v a d e l texto.
A p o y á n d o s e e n la h i p ó t e s i s d e q u e g r a n p a r t e d e las i n t e -
r a c c i o n e s , c o m u n i c a t i v a s o n o , d e u n a s o c i e d a d se e n c u e n t r a n
p r e e l a b o r a d a s , c o n s t i t u y e n t i p o s d e interacción, s o s t i e n e S c h m i d t
q u e la c o m u n i c a c i ó n p o s e e u n d e t e r m i n a d o p o t e n c i a l e l o c u t i v o (v
gr. p r e g u n t a r , s a l u d a r , o r d e n a r , instruir, contestar, r o g a r ) . T o d o s
los m i e m b r o s d e la s o c i e d a d p u e d e n y d e b e n a p r e n d e r l o s , e s t á n
sujetos a r e g l a s , s o n r e c u r r e n t e s y e s p e r a b l e s , se identifican p o r
determinadas marcas y son socialmente necesarios.
Si b i e n la "frase" p a r e c e ser d e s d e el p u n t o d e vista d e l acto d e
c o m u n i c a c i ó n la a c t u a l i z a c i ó n d e la t e x t u a l i d a d , ésta d e b e a n a -
lizarse d e s d e el " t e x t o - e n - f u n c i ó n " y n o el texto d e s d e el nivel d e
la frase. P r o c e s o s tales c o m o la p r e d i c a c i ó n se r e a l i z a n e n el nivel
d e la t e x t u a l i d a d , y a q u e se e n c u e n t r a n s o c i a l m e n t e circunscriptos.
E n u n c i a r a l g o e n f u n c i ó n t e x t u a l i m p l i c a q u e el h a b l a n t e tiene q u e
r e c u r r i r al s i s t e m a d e la l e n g u a n a t u r a l (o a o t r o c ó d i g o c o n capaci-
d a d simbólica) y u s a r s u s e l e m e n t o s y p r o c e d i m i e n t o s s e g ú n r e g l a s
s o c i a l m e n t e r e c u r r e n t e s p a r a u n a " a c t u a c i ó n " textual. "Si la lin-
güística - s o s t i e n e S c h m i d t - q u i e r e ser e n el f u t u r o u n a lingüística
d e l texto tiene q u e r e c o r r e r el c a m i n o d e l texto a la frase." 7

7
Schmidt, Siegfried. Teoría del texto, p. 156.
18 ADRIANA ARPINI

Junto a la noción de texto-en-función cabe señalar una segunda


categoría para definir la textualidad, la de coherencia, que apunta a
la estructura lógico-semántica profunda, incluyendo el contexto
y la intención del hablante. La coherencia es una condición nece-
saria para que una acción verbal sea comunicativamente eficaz.
La relación entre coherencia de superficie (anáfora, catáfora,
conjunción, estructura de moda, tiempo y aspecto de los predi-
cados, orden de las palabras) y coherencia profunda (identidad
de los referentes, estructura lógico-semántica) es exhaustivamente
trabajada por Teun Van Dijk, quien sostiene que: "las relaciones y
restricciones superficiales tales como la repetición de morfemas,
la pronominalización y el uso de determinadas conjunciones y
adverbios entre oraciones, tienen que ser considerados como repre-
sentaciones de las relaciones semánticas profundas". 8
Finalmente, p u e d e resultar provechoso el modelo de elabo-
ración del texto propuesto por Schmidt, como secuencia de decisión
en u n a jerarquía de niveles de decisión. Niveles en los que u n
hablante elige entre elementos y procedimientos de elaboración
del texto que están a su disposición, o bien elige otros nuevos. Los
procesos de decisión se realizan en actividades comunicativas por
individuos concretos en situaciones sociales concretas. Es decir,
q u e u n m o d e l o d e elaboración del texto se p u e d e c o n s t r u i r
únicamente como parte de u n modelo de comunicación. 9
La propuesta de Schmidt y, en general, la de la lingüística del
texto, a u n cuando incorporan decididamente el análisis semántico
y pragmático, no exceden el marco de una descripción fenome-
nológica de la comunicación social. Lo social queda abstraído e
incorporado como u n elemento más de la descripción. Considerado
el texto como hecho de comunicación ya producido, acabado, se
dificulta el acceso a lo propiamente social, a los conflictos y ten-

8
Van Dijk, Teun. Texto y contexto. Semántica y pragmática del discurso.
Madrid, Cátedra, 1984.
9
Cfr. Schmidt, Siegfried. Teoría del texto, Modelo E-T. pp. 165 y ss.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 19

siones históricamente o p e r a n t e s en el m o m e n t o m i s m o d e la
producción del texto. Por otra parte, el hablante es el único que
aparece como protagonista activo en la comunicación, dejando en
penumbras las posibilidades creativas del interlocutor. Con ella
se dificulta la consideración del texto como lugar de encuentro
entre emisor y destinatario, y r e d u n d a en u n empobrecimiento de
las p o s i b i l i d a d e s del texto m i s m o . Esa consideración resulta
particularmente desventajosa c u a n d o emisor y destinatario se
encuentran epocalmente distanciados, como es el caso de la historia
de las ideas. En este ámbito, la interpretación es u n a peculiar forma
de trabajo sobre el texto, que involucra tanto al autor como al
intérprete en u n a "interacción" creadora del texto.
Teniendo en cuenta las limitaciones señaladas, podemos, sin
embargo, recuperar el aporte de la teoría del texto, en cuanto
permite superar la lingüística de la frase y facilita u n abordaje de
los d o c u m e n t o s que c o n t e m p l a n los elementos extratextuales
intervinientes en su elaboración, en el marco de u n a situación
c omunicati va.

1.3. El texto como productividad en la propuesta


semiótica de Julia Kristeva

La búsqueda de herramientas metodológicas capaces de dinamizar


y enriquecer la investigación en historia d e las ideas latino-
americanas encuentra en los aportes de la semiótica alternativas
interesantes. Con esta intención examinamos los planteos de Julia
Kristeva, q u i e n p r o p o n e u n n u e v o á m b i t o d e e s t u d i o q u e ,
s u p e r a n d o la teoría del signo, intenta penetrar en el m o m e n t o
p r e v i o al s e n t i d o c o m o p r o d u c t o a c a b a d o , p a r a a l c a n z a r la
"significancia" como producción, como trabajo en el significante.
Ello implica ir m á s allá de las características de linealidad y
arbitrariedad atribuidas al signo por la lingüística saussuriana, para
acentuar la dimensión de la productividad. Abandona, además, la
concepción del signo como objeto "semejante" a la realidad -seme-
20 ADRIANA ARPINI

janza que oculta las diferencias-, para mostrar la "diversidad" en


la producción del sentido. Considerada la semiología como u n a
parte de la lingüística, según la inversión introducida por Barthes
en la formulación saussuriana, se advierte la necesidad de redefinir
su objeto. Este consiste, según Kristeva, en el estudio de la pro-
ductividad como "texto elaborado en la lengua", pero exterior a la
linealidad simbólica, como actividad "translingüística" redis-
tributiva, q u e p o n e en relación el e n u n c i a d o presente con los
enunciados anteriores o sincrónicos. Así, el texto es u n a inter-
textualidad, en cuyo espacio se cruzan varios enunciados, chocan
y / o se neutralizan. 10
Recuperamos la noción de "relación anafórica" que propone
Kristeva. La anáfora, que etimológicamente significa u n movi-
miento a través del espacio, designa u n a conexión semántica y no
u n a dependencia estructural de causalidad. A u n más, la anáfora
permite recuperar en el texto escrito los textos ausentes, abriendo
en volumen las unidades semánticas de la cadena lingüística y
poniéndolas en relación con las infinitas prácticas translingüísticas.
Prácticas que se juegan en la realidad histórica conflictiva y que
no siempre q u e d a n fijadas en la lengua escrita.
Lo anterior nos remite al controvertido tema de lo ideológico.
Toda producción textual, todo discurso, en fin, todo proceso de
semiotización surge desde u n a determinada posición social y está
axialógicamente marcada. La ideología, lo mismo que el lenguaje
y que las formas de producción y reproducción de la vida cotidiana,
constituyen mediaciones a través de las cuales los sujetos realizan
su propia autoafirmación; o bien juzgan según patrones ajenos,
esto es desrealizarse, enajenarse. Las diversas formas (niveles o
grados) de autoafirmación de los sujetos p u e d e n "ser leídas" en el
discurso, si éste es considerado como u n a producción socialmente
operada.

10
Cfr. Kristeva, Julia. Semiótica. Vol. I, pp. 7 a 33.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 21

En la p r o p u e s t a de Kristeva el t e x t o - p r o d u c t i v i d a d no se
identifica con la obra escrita, no consiste en u n acto simple de
c o m u n i c a c i ó n d e u n sentido entre a u t o r y lector. El hilo del
entramado textual es tejido desde ambos polos (autor-lector) y
reconoce, a su vez, u n a t r a m a previa en cada u n o de ellos. El
encuentro entre sujeto emisor y sujeto receptor no es lineal, pues el
primero n o sólo comunica u n mensaje (texto), sino que al mismo
tiempo, el mismo es receptor de múltiples mensajes, entre los que
selecciona algunos para ser incorporados en su obra (fenotexto), a
la vez que supone, elude o silencia otros. Además, el sujeto receptor
del texto no es pasivo, sino que el elabora el mensaje, y la respuesta
al mismo, i n c o r p o r a n d o otros mensajes, de los cuales ha sido
receptor, o sea que él es doblemente receptor y a la vez emisor de
la respuesta.
Ahora bien, esta dialéctica del encuentro pierde su riqueza
c u a n d o los sujetos son considerados exclusivamente como ele-
mentos de u n a estructura que, vaciada y anónima, es el lugar del
"engendramiento". Si el movimiento se da en y por la estructura,
los sujetos emisores y receptores pierden historicidad. Tanto el
"sujeto cerológico", sujeto ausente de la estructura, como el sujeto
cartesiano, al que se pretende oponer hipercríticamente el primero,
resultan vaciados de historicidad y evidencian la crisis del logo-
centrismo.
De ahí, la necesidad de ejercer u n a cuidadosa crítica en la
selección e incorporación instrumental de los aportes kristevianos.
En la escritura, la palabra no es u n punto, u n sentido fijo, sino u n
cruce de superficies textuales; esto es, u n diálogo entre el escritor,
el destinatario y el contexto cultural anterior y / o actual. Esto
permite u n a dinamización de la noción de estructura, pues ésta
no es vista como algo terminado, resuelto, sino como algo que se
elabora. Las tres dimensiones que operan en el espacio textual
(sujeto de la escritura-destinatario-textos exteriores) permiten
definir el estatuto de la palabra horizontalmente, según el eje
escritor-destinatario, y verticalmente, según el eje texto-contexto.
Ellos c o n s t i t u y e n lo q u e Bajtin h a d e n o m i n a d o dialogismo y
22 ADRIANA ARPINI

ambivalencia respectivamente. El diálogo como intertextualidad no


es sólo el lenguaje asumido por u n sujeto, sino una escritura donde
es posible "'leer" al otro. De esta forma la persona-sujeto de la
escritura cede su lugar a la ambivalencia de la escritura. Es decir,
al hecho de que en el texto son absorbidos y replicados otros textos,
de m o d o que el autor p u e d e usar la "palabra" de otro para poner
en ella u n sentido nuevo, y conservar al mismo tiempo el que tenía.
En la palabra ambivalente se produce u n a polémica interna, así se
revela su carácter de signo ideológico (Voloshinov) que resulta de
la afirmación axiológica d e e l / l o s sujeto/s histórico/s q u e la
sostienen. 11 Al hablar de sujeto histórico nos referimos al sujeto
empírico que se mueve dialécticamente en la realidad y que, lejos
de transitar u n a temporalidad lineal y unívoca, avanza por oposi-
ciones y negaciones en u n constante proceso de autovaloración y
autoafirmación. Ello implica la aceptación de u n ''a priori antro-
pológico" (Arturo Roig), d e s d e el q u e resulta invertido el eje
valorativo de la semiótica kristeviana, al tiempo que es posible
reformular y enriquecer las posibilidades de su instrumentalización
para nuestra historia de las ideas.
Por otra parte, la sugerencia de Kristeva acerca de q u e la
anáfora es más u n gesto que una palabra, nos proporciona una
pista para, profundizando en el estudio de la gestualidad, lograr
una caracterización del ensayo latinoamericano del siglo XIX.
La gestualidad permite avanzar más allá de los límites del
corpus verbal, porque resulta susceptible de ser estudiada como
una actividad, en el sentido de u n gasto (productividad), antes de
quedar fijada en la representación. El gesto engloba en u n mismo
espacio, es decir, en u n mismo texto semiótico, al sujeto, al objeto
y a la práctica. Su función de base es mostrar, señalar, es u n a fun-
ción indicativa más que significante. Ella es en el texto semiótico

11
Cfr. Bajtin, M. La Politique de Dostoiesvki. París, 1970; Voloshinov,
Valentín. El signo ideológico y lafilosofía del lenguaje. Buenos Aires, Nueva
Visión, 1976: Roig, Arturo. Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano.
México, Fondo de Cultura Económica, 1981.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 23

g e n e r a l , la función anafórica, la c u a l c o n s t i t u y e el f o n d o s o b r e el
q u e se d e s a r r o l l a el p r o c e s o d e p r o d u c c i ó n semiótica a p r e h e n s i b l e
e n el h a b l a y la escritura. A p r e h e n s i b l e n o e n t a n t o significación
r e p r e s e n t a d a , sino e n t a n t o g e s t o q u e indica e i n s t a u r a relaciones.
U n a c o n s i d e r a c i ó n d e la g e s t u a l i d a d c o m o p r o d u c c i ó n p e r m i t i r í a
u n abordaje d e t o d a s las p r á c t i c a s sociales, e n p a r t i c u l a r a q u e l l a s
q u e i m p l i q u e n u n alejamiento y / o m o d i f i c a c i ó n d e los c ó d i g o s
vigentes.
Las d i s c u s i o n e s a c t u a l e s y los a v a n c e s r e a l i z a d o s e n t o r n o al
e s t u d i o d e la g e s t u a l i d a d , d e n t r o d e l á m b i t o d e u n a s e m i ó t i c a
g e n e r a l , p e r m i t e n a p r o v e c h a r i m p o r t a n t e s e l e m e n t o s d e análisis.
D e s d e este p u n t o d e vista c o n v i e n e t e n e r e n c u e n t a , p o r u n a p a r t e ,
q u e los c o m p o r t a m i e n t o s i n d i v i d u a l e s y sociales s o n s u s c e p t i b l e s
d e c o n v e r t i r s e e n s i g n o s e n v i r t u d d e u n a decisión t o m a d a - p o r el
e m i s o r o p o r el d e s t i n a t a r i o - p a r a e n t e n d e r d i c h o s c o m p o r t a -
m i e n t o s c o m o tales; y p o r otra p a r t e , q u e la p r o d u c c i ó n d e u n s i g n o
es u n trabajo q u e i m p l i c a realizar la t a r e a d e " e m i t i r l o " , y a sea e n
forma de sonido, o bien en forma de imagen, gesto o cualquier
o t r o m o d o d e p r o d u c c i ó n física d e s t i n a d a a c o m u n i c a r a l g o , lo
c u a l r e q u i e r e d e u n trabajo a d i c i o n a l c o n s i s t e n t e e n i n v e n t a r u n
n u e v o t i p o d e s i g n o . La g e s t u a l i d a d , e n la m e d i d a q u e p u e d e ser
i n c l u i d a e n t r e los asertos tactuales, p r e d o m i n a n t e m e n t e indicativa,
señalativa y que introduce marcas semánticas no siempre codi-
ficadas, tiene la p r o p i e d a d d e h a c e r q u e los c ó d i g o s e n t r e n e n crisis
y se r e e s t r u c t u r e n ; s i t u a c i ó n q u e s u p o n e u n m o m e n t o d e crea-
t i v i d a d c a p a z d e c a m b i a r las r e g l a s s o c i a l m e n t e a c e p t a d a s d e u n
momento determinado.12
E n é p o c a s h i s t ó r i c a s p a r t i c u l a r m e n t e d e n s a s , e n las q u e se
o p e r a n cambios sociales significativos q u e conllevan modifi-
c a c i o n e s s u s t a n c i a l e s d e los p a t r o n e s v a l o r a t i v o s v i g e n t e s , se
p a t e n t i z a la n e c e s i d a d d e i n c o r p o r a r á r e a s e x p r e s i v a s , c o m o la
g e s t u a l i d a d , q u e m o d i f i c a n la j e r a r q u í a d e u n t i p o d e r a c i o n a l i d a d
c o m u n i c a d a p o r la p a l a b r a y q u e t r a s c i e n d e n la lingüística d e l texto.

12
Cfr. Eco, Umberto. Tratado de semiótica general. Barcelona, Lumen, 1911.
24 ADRIANA ARPINI

Nuestro siglo XIX fue u n a de esas épocas de cambios p r o -


fundos, que encontró en el ensayo u n a forma discursiva adecuada
para comunicar mensajes urgidos por la necesidad de introducir
formal axiológicas diferentes. Se dieron en ese m o m e n t o u n a serie
de ensayos particularmente significativos, con los que se intentó,
en forma más o menos sistemática, traducir discursivamente el
gesto y que podrían ser llamados ensayos gestuales,

1.4. Elementos para una lectura alternativa en


historia de las ideas

Ya q u e nuestra disciplina trabaja fundamentalmente sobre los


textos, o sobre las diversas formas de producción simbólica que
p u e d e n ser consideradas como textos, es necesario replantear u n
m o d o de lectura que busque en esos textos no sólo las ideas allí
expresadas, sino también las refracciones, reflejos, distorsiones de
la vida social, es decir, u n m o d o de lectura que atienda a la relación
dialógica entre texto y contexto.
En este sentido, resulta m u y útil la noción de universe discursive
acunada por Arturo Roig, que alude a la totalidad de los discursos
reales y posibles en una época y lugar dados. De m o d o que u n
texto contiene, junto al discurso del autor, una multiplicidad de
discursos referidos -ya sea apelando al criterio de autoridad, ya
disolviéndolo pictóricamente- y a u n otros discursos eludidos o
silenciados.
La noción de universo discursivo reclama, para ser entendida
en forma m á s acabada, la de universo de lo real. Ambas forman u n a
totalidad dialéctica cuyo motor son las contradicciones que agitan
la vida cotidiana. La vida cotidiana y el saber cotidiano constituyen
el suelo d o n d e arraigan las llamadas formas superiores del saber.
La vida cotidiana es el conjunto de actividades por las cuales
los hombres reproducen su vida particular, pero también incluye
aquellas actividades que crean nuevas posibilidades de produc-
ción y reproducción social. De ahí que el tiempo de la cotidianidad
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 25

no sea meramente repetitivo, cíclico. Es posible, entonces, examinar


la vida cotidiana desde el punto de vista de su relativa continuidad.
En este caso constatamos procesos de socialización y adecuación,
por los cuales los hombres se apropian del m u n d o en el que se
encuentran como ya constituido. Pero, en esos mismos procesos
se determinan, además, n u e v a s categorías de aproximación al
m u n d o , que posteriormente se despliegan o se conservan o enve-
jecen. Es decir, que la vida cotidiana también tiene historia. Esta
afirmación es posible, no sólo por el hecho comprobado de que las
revoluciones sociales afectan y modifican radicalmente la vida
cotidiana, sino porque, a m e n u d o , los cambios se manifiestan en
el nivel de lo cotidiano, en sus relaciones, quehaceres y valora-
ciones, antes que en el nivel macrohistórico. En este sentido la vida
cotidiana no sólo tiene historia sino que en muchos aspectos es el
fermento de la historia. 13
Según los modos de valoración de la cotidianidad, emergen
diversas formas discursivas, m á s o menos estructuradas como
textos. Así, si la vida cotidiana es valorada positivamente, en el
sentido de presentarse como una suerte de armonía entre las partes
y el todo, se d a lugar a discursos justificadores del ordenamiento
social. Si la valoración de lo cotidiano resulta, en cambio, más a
menos negativo, se originan discursos críticos que subrayan las
contradicciones y acentúan este o aquel aspecto negativo de la
totalidad. Esto implica el reconocimiento de conflictos multipolares
que coexisten con las contradicciones sociales básicas.
A partir del reconocimiento de la relación dialéctica entre
sociedad y discursividad es posible abordar, en el e n t r a m a d o
textual de las ideas, y apelando a las funciones del lenguaje, el
carácter ideológico de todo texto. Avanzando sobre las funciones
del lenguaje comunicativo señaladas por Jakobson, es posible
distinguir, también, dos funciones específicamente ideológicas.

13
Cfr. Heller, Agnes. Sociología de la vida cotidiana. Barcelona, Península,
1977; Lefebvre, Henri. Crítica de la vida cotidiana. Obras I y II. Buenos
Aires, Peña y Lillo, 1967.
26 ADRIANA ARPINI

Ellas son las funciones de historización-deshistorización y de apoyo.


La primera tiende a ocultar el carácter histórico de los discursos, y
la s e g u n d a , a privilegiar ciertos discursos remitiéndolos a u n
fundamento absoluto. 14
En relación con la acentuación de los distintos momentos de la
temporalidad, se p u e d e n señalar también funciones sociales del
discurso. De m o d o que, si el acento se coloca en el presente, la
función social del discurso será la de integración; si se hace hincapié
en el pasado, su función será apocalíptica; si, finalmente, se subraya
el futuro, se d a r á lugar a la posibilidad de u n discurso otro,
presentado como utopía.

Mapa de la compañía de Virginia (1607)

14
Cfr. Roig, A. Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano. México,
Fondo de Cultura Económica, 1981.
2
HORIZONTE HISTÓRICO

2.1. Las Antillas españolas en el siglo XIX.


Situación socio-económica colonial y
transición hacia el neocolonialismo

1 \ os p r o p o n e m o s abordar u n a de las expresiones de la p r o -


blemática social del siglo XIX latinoamericano a través de los
escritos de Eugenio María de Hostos (1839-1903). Ello impone una
doble limitación, temporal y espacial, que nos ubica en la particular
situación socio-histórica de las Antillas e s p a ñ o l a s d u r a n t e la
segunda mitad del siglo XIX.
A p e l a m o s a la caracterización del siglo XIX como "siglo
cultural", pero d e b e m o s aclarar q u e ésta no coincide necesa-
riamente con los límites cronológicos del mismo. En este sentido
amplio, para el caso de América Latina podemos decir que se inicia
con las primeras manifestaciones de la Ilustración, anteriores al
1800, que incidieron en el pensamiento y la gesta independentista,
y se prolonga hasta la consolidación del Positivismo en distintas
esferas del quehacer científico y cultural, fenómeno que se da entre
fines del siglo XIX y comienzos del XX. Además, dicha caracteriza-
ción se aparta por completo de lo que podría ser una enumeración
y descripción d e p r o d u c t o s culturales, o u n a enunciación de
influencias (científicas, artísticas, literarias) recibidas de otras
épocas o lugares. Por el contrario, tiene que ver con la constitución
de los sujetos sociales, sujetos que se definen por el lugar que
ocupan dentro de las relaciones de producción, pero que también
participan de hábitos, prácticas, creencias, que no necesariamente
derivan en forma directa del proceso productivo. H a de tenerse
28 ADRIANA ARPINI

en cuenta, también, que no presento desarrollos socio-históricos


uniformes en todas las regiones de América Latina, siendo, tal vez,
el caso de las Antillas uno de los más peculiares.
Si nos circunscribimos a los límites espacio-temporales ya
fijados, debemos reconocer que la lucha por la hegemonía ocurre
en u n a sociedad multiforme, con m a r c a d a s fronteras sociales,
culturales, raciales e incluso lingüísticas. Sociedad que carga con
la p e s a d a o r g a n i z a c i ó n jurídico-política española; d o n d e los
esfuerzos por la constitución de los Estados nacionales se hallan
profundamente condicionados por el pasaje de la situación de
colonia hispánica a la de dominio imperial estadounidense. Tal
multiformidad social produce una visión del m u n d o en la que se
mezclan y c o m b i n a n las marcas impresas por el conquistador
ibérico, reformuladas y / o modificadas por los herederos criollos,
con las prefiguraciones de las "burguesías" emergentes y las pautas
introducidas por los partidarios del nuevo imperio. De m o d o que
el proceso de construcción de la hegemonía presenta una plura-
lidad de conexiones a partir de las relaciones económicas, de los
objetivos políticos y sociales y de las posiciones adoptadas frente
a la i n v a s i ó n imperialista. Tal proceso se p l a n t e a en el p l a n
simbólico, por u n lado, como lucha contra la visión cotidiana del
m u n d o , es decir, contra los hábitos y prácticas sociales heredados,
en particular los que provienen de la tradición hispánica; y por
otro lado, como la necesidad de preparar la voluntad y la inteli-
gencia para u n a práctica distinta. En este marco cobran sentido
los esfuerzos realizados desde los sectores sociales emergentes en
favor de lo que se dio en llamar "superación intelectual y moral
de las masas"; esfuerzos que m u c h a s veces chocaron con u n a
actitud poco receptiva por parte de éstas. 15
Sería inútil intentar la comprensión de los sectores populares
sin tener en cuenta la dialéctica de sus relaciones con los sectores

15
Cfr. González Casanova, Pablo. La hegemonía del pueblo y la lucha
centroamericana. Buenos Aires, Contrapunto, 1987.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 29

hegemónicos y con el total/ 6 relaciones en las que aparecen ele-


mentos de ruptura junto a elementos de continuidad. Se impone
entonces considerar la tesis acerca de que en esas relaciones, a u n
cuando el sello específico sea la conflictividad, se desarrollaron
hábitos y prácticas sociales reguladas según pautas impuestas por
el sistema colonial. La determinación de las prácticas sociales
implicaría, por u n a parte, la fijación de límites desde los cuales se
presiona en el sentido de mantener y reproducir la estructura social
vigente, sobre la base del reconocimiento de convenciones más o
menos tácitas, que sostienen parcialmente el vínculo entre los
sectores sociales antagónicos. Pero, por otra parte, la presión se
ejerce también contra los límites, vehiculizando requerimientos
por realizar, los cuales constituyen u n a novedad que viene a figurar
o quebrar dicha estructura. La lucha por el poder tendría lugar
desde u n contexto multideterminado.
Las islas antillanas habían sido la plataforma de lanzamiento
hacia la conquista del continente, objetivo, este último, colocado
en el centro de los intereses peninsulares. Descuidado su valor
estratégico por España, el archipiélago se convirtió rápidamente
en sosegada retaguardia imperial y fue objeto de la codicia de las
nuevas potencias en pleno proceso de expansión: Holanda, Francia,
Inglaterra. Potencias que, junto a la penetración progresiva de las
islas, introducen la economía de plantación. 17 La plantación colo-
nial constituyó u n sistema de explotación agrícola, d e s t i n a d o
principalmente a la producción de azúcar y café, y basado en u n
r é g i m e n d e explotación de m a n o de obra barata como era la
esclavitud. Su eficacia como sistema de producción se extiende en

16
En este sentido Thompson propone una "descripción holística". Thompson,
Edward. Tradición, revuelta y conciencia de clase. Barcelona, Crítica, 1979.
pp. 23 a 24.
17
Halperin Donghi, Tulio. Reforma y disolución de los imperios ibéricos.
1750-1850. Madrid, Alianza América, 1985. Cap. 14 "Las Antillas, un mundo
aparte".
30 ADRIANA ARPINI

l a s A n t i l l a s , a p r o x i m a d a m e n t e , d e s d e 1750 h a s t a 1860. N o s
r e f e r i m o s a lo q u e M a n u e l M o r e n o F r a g i n a l s l l a m a " p l a n t a c i ó n
c o n b a s e d e trabajo esclavo", d o n d e los esclavos trabajan indistinta-
m e n t e e n el c u l t i v o d e la c a n a y e n el sector d e p r o c e s a m i e n t o
( h a b i t u a l m e n t e u n i n g e n i o s e m i m e c a n i z a d o d e tracción a n i m a l ,
q u e p r o d u c e a z ú c a r m a s c a b a d o ) . Sólo a p a r t i r d e 1860 se a c e l e r a n
las t r a n s f o r m a c i o n e s e n la secular e s t r u c t u r a a z u c a r e r a , d e m o d o
q u e h a c i a 1890 se p u e d e n d i f e r e n c i a r , s o b r e t o d o e n C u b a , la
" m o d e r n a p l a n t a c i ó n a z u c a r e r a " d e s t i n a d a a p r o d u c i r la caña, d e
la " c e n t r a l " , e s t a b l e c i m i e n t o i n d u s t r i a l tecnificado, q u e s u p o n e in-
v e r s i ó n d e c a p i t a l y p r o d u c e a z ú c a r c r u d a s t a n d a r d . La t r a n s i c i ó n
o p e r a d a a lo l a r g o d e esos treinta a ñ o s conlleva la d e s i n t e g r a c i ó n
d e l s i s t e m a esclavista. Sistema q u e , p o r otra p a r t e , h a b r í a s i d o u n
o b s t á c u l o i m p o r t a n t e p a r a el i m p u l s o i n d e p e n d e n t i s t a e n la
región. 1 8
El f e n ó m e n o d e la e s c l a v i t u d fue u n a c o n s t a n t e e n el C a r i b e
d u r a n t e t o d a la e t a p a d e la colonia h a s t a b i e n e n t r a d o el siglo XIX
y se e n c u e n t r a e s t r e c h a m e n t e r e l a c i o n a d o c o n la i n d u s t r i a sacarí-
fera.
S e g ú n lo d o c u m e n t a F e r n a n d o O r t i z e n su obra, y a clásica, El
contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, el c u l t i v o d e la c a ñ a fue
i n t r o d u c i d o e n L a E s p a ñ o l a p o r C r i s t ó b a l C o l ó n e n 1493, y p o c o
t i e m p o d e s p u é s , e n 1506, y a se p r o d u c e n los p r i m e r o s a z ú c a r e s
d e s t i n a d o s al c o m e r c i o c o n E s p a ñ a . " H a y q u e r e c o r d a r q u e los
p r i m e r o s ingenios eran i m p u l s a d o s por fuerza de sangre, por
esclavos, caballos o bueyes...", d e m o d o q u e n o es e x a g e r a d o d e s t a -
car la correlación entre la t e m p r a n a i n t r o d u c c i ó n d e esclavos n e g r o s
e n esta r e g i ó n a m e r i c a n a y los n e g o c i o s a z u c a r e r o s . El r é g i m e n

18
Cfr. Moreno Fraginals, Manuel. "Plantaciones en el Caribe: el caso de
Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo (1860-1940)". En:"Lo.Historia como
arma y otros estudios sobre esclavos, ingenios y plantaciones. Barcelona,
Crítica, 1983; cfr. Moreno Fraginals, Manuel. El ingenio, el complejo
económico-social cubano del azúcar. Tomo I: 1760-1860. La Habana,
UNESCO, 1964.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 31

legal d e e s c l a v i t u d n e g r a e n las Antillas d a t a d e 1501 y se p r o l o n g a


" s i n c o n d e n a d e l t r o n o n i d e la Iglesia" h a s t a el siglo XIX. 19
O r t i z utiliza el t é r m i n o " t r a n s c u l t u r a c i ó n " p a r a referirse a la
" c o n t i n u a c h o r r e r a h u m a n d e n e g r o s africanos, d e r a z a s y c u l t u r a s
d i v e r s a s , p r o c e d e n t e s d e t o d a s las c o m a r c a s c o s t e r a s d e África...
T o d o s ellos a r r a n c a d o s d e s u s n ú c l e o s sociales o r i g i n a r i o s y c o n
s u s c u l t u r a s d e s t r o z a d a s , o p r i m i d a s bajo el p e s o d e las c u l t u r a s
a q u í i m p e r a n t e s , c o m o las c a ñ a s d e a z ú c a r s o n m o l i d a s e n t r e las
m a z a s d e los trapiches". 2 0
D i g a m o s , p a r a c o m p l e t a r el p a n o r a m a , q u e t a n t o e n las islas
c o l o n i z a d a s p o r E s p a ñ a c o m o e n las c o l o n i z a d a s p o r p o t e n c i a s
r i v a l e s , el p r e d o m i n i o n u m é r i c o d e e s c l a v o s africanos fue u n a
c o n s e c u e n c i a d e la d e s a p a r i c i ó n casi c o m p l e t a d e la p o b l a c i ó n
autóctona; h e c h o q u e será t a m i z a d o en visiones retrospectivas
idílicas p o r p a r t e d e los a u t o r e s c a r i b e ñ o s del siglo XIX, e n t r e los
c u a l e s H o s t o s n o c o n s t i t u y e u n a excepción.
A p e s a r d e l a b a t i m i e n t o , los n e g r o s e s c l a v o s e n c o n t r a r o n a
m e n u d o o c a s i ó n d e liberarse. L a s p r i m e r a s s u b l e v a c i o n e s e n la
E s p a ñ o l a t u v i e r o n l u g a r y a e n 1522, lo c u a l n o s coloca a n t e u n
h e c h o social p o c a s veces r e c o n o c i d o : la p r e s e n c i a d e u n a p o b l a c i ó n
d e n e g r o s esclavos, i m p o r t a n t e n u m é r i c a m e n t e , q u e n o s i e m p r e
se m o s t r ó s u m i s a frente a los s i s t e m a s d e c o n t r o l v i g e n t e s .
Si t o m a m o s el e j e m p l o d e S a i n t - D o m i n g u e e n las p o s t r i m e r í a s
d e l siglo XVIII, v e r e m o s q u e se e n c u e n t r a p o b l a d a p o r m e d i o
m i l l ó n d e esclavos, la m a y o r í a d e los cuales trabaja e n p l a n t a c i o n e s ;
p o r o t r a p a r t e , e n t r e los h o m b r e s l i b r e s se e n c o n t r a b a n u n o s
c i n c u e n t a m i l affranchis (libertos) d e color, c o n acceso a p o s i c i o n e s
sociales i n t e r m e d i a s y t a m b i é n , a u n q u e e n r e d u c i d o n ú m e r o , a la
g r a n p r o p i e d a d . Tal m o s a i c o étnico y social g e n e r a t e n s i o n e s inter-
n a s , i n c l u s o d e n t r o d e los sectores h e g e m ó n i c o s q u e , sin e m b a r g o ,

19
Ortiz, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. Caracas,
Biblioteca Ayacucho, 1978. pp. 288 a 313.
20
Ibidem. p. 93.
32 ADRIANA ARPINI

coinciden en sostener rígidos controles sociales, convirtiéndose en


u n a minoría abiertamente opresora, que azuza las diferencias
sociales de la mayoría para evitar u n a acción c o m ú n en contra del
o r d e n vigente. N o obstante, e n la última década del siglo, los
alzamientos de esclavos y libres de color son u n hecho irreversible.
Basta recordar los episodios ligados a la figura de Toussaint-
Louverture, cuyo proyecto político mantiene, sin embargo, como
base económica el sistema de plantaciones. Sistema que no en-
cuentra alternativa viable ni a u n después de la independencia de
Haití en 1804. Roto el lazo colonial, se impusieron sistemas de
control que aseguraban la disciplina de trabajo de los cultivateurs
(ex-esclavos) en las plantaciones. Al cabo de unos cincuenta años
de constantes vicisitudes políticas y conflictos sociales, el sistema
se revela ineficaz. Así, al promediar el siglo XIX la economía se
torna irrevocablemente campesina. Cabe destacar que si bien el
caso de Haití constituye u n a excepción, por cuanto el fin de la
esclavitud t u v o lugar t e m p r a n a m e n t e como r e s u l t a d o de u n
proceso de lucha social, ella no significó u n cambio radical en el
sistema de explotación de m a n o de obra. Esta última característica
se repite en las otras Antillas que son de nuestro interés: Puerto
Rico y Cuba.
En Puerto Rico la expansión azucarera, que comienza alrededor
de 1770 y se prolonga hasta m e d i a d o s del siglo siguiente, fue
posible por las crecientes importaciones de esclavos. Sin embargo,
el sistema de plantación acompañó, en este caso, a otros sistemas
económicos tales como los "contratos de agrego 7 ', por los cuales
los agregados, "hombres libres", entraban a trabajar como pastores
de ganado y dividían los frutos de su trabajo con el " p a d r e de
agrego", dueño de la tierra y también del ganado. La relación servil
no es suprimida, se mantiene sobre la base del endeudamiento.
Por otra parte, la expansión del café, que disputó la supremacía
del azúcar, significó una adaptación del sistema de agrego y u n
relativo crecimiento de la población autóctona. La causa aboli-
cionista fue abrazada por u n grupo de jóvenes cultos procedentes
de los sectores medios emergentes de la sociedad puertorriqueña,
entre los cuales se encuentra nuestro autor.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 33

A p a r t i r d e 1870, el s i s t e m a d e p l a n t a c i o n e s d e estilo a n t i g u o
c o m i e n z a u n r á p i d o p r o c e s o d e d e s i n t e g r a c i ó n e n P u e r t o Rico. La
crisis de producción fue a c o m p a ñ a d a p o r u n a crisis d e calidad - d e b i d a
f u n d a m e n t a l m e n t e al a t r a s o d e las t é c n i c a s - lo q u e a c a r r e ó la
negativa, p o r p a r t e d e i m p o r t a d o r e s e s t a d o u n i d e n s e s , d e c o m p r a r
a z ú c a r e s c r u d o s . O t r o factor clave q u e limitó el d e s a r r o l l o d e la
m o d e r n a i n d u s t r i a a z u c a r e r a p u e r t o r r i q u e ñ a fue q u e "la transición
d e la e s c l a v i t u d a la m a n o d e o b r a libre n o salió b i e n " c o m o afirma
M o r e n o F r a g i n a l s . Suele t e n e r s e el a ñ o d e 1873 c o m o fecha d e la
abolición j u r í d i c a d e la e s c l a v i t u d e n P u e r t o Rico, a u n q u e d e h e c h o
la i n s t i t u c i ó n se v e n í a d e r r u m b a n d o d e s d e m u c h o t i e m p o a n t e s ;
y a p a r a la d é c a d a del 70 la isla n o c o n t a b a c o n u n a p o b l a c i ó n activa
c a p a z d e s o m e t e r s e a las e x i g e n c i a s q u e los p r o p i e t a r i o s d e las
p l a n t a c i o n e s c o n s i d e r a b a n necesarias. 2 1
E n c a m b i o , la p l a n t a c i ó n es la p r o t a g o n i s t a d e la e c o n o m í a
c u b a n a . S u e x p a n s i ó n fue p o s i b l e s o b r e la b a s e d e la i n c o r p o r a c i ó n
d e n u e v o s esclavos, los c u a l e s c o n s t i t u y e n a m e d i a d o s d e l siglo
XIX casi la m i t a d d e la p o b l a c i ó n d e la isla, a tal p u n t o q u e el
c o m e r c i o d e e s c l a v o s llega a o c u p a r los p r i m e r o s p l a n o s d e s u
e c o n o m í a . La élite criolla v e r á c o n t e m o r el p e l i g r o d e la "africa-
n i z a c i ó n " , al t i e m p o q u e la e c u a c i ó n colonial - m á s t i e r r a s , m á s
esclavos, m á s a z ú c a r - e m p i e z a a ser c a d a v e z m e n o s r e n t a b l e frente
a la codicia d e los n e g r e r o s y a las p r e s i o n e s b r i t á n i c a s e n c o n t r a
d e la trata.
El siglo XIX fue testigo d e la p r o f u n d i z a c i ó n d e las diferencias
s o c i a l e s y r a c i a l e s c u b a n a s , q u e se m a n i f e s t a r o n a t r a v é s d e
a l z a m i e n t o s y c o n s p i r a c i o n e s e n las q u e i n t e r v i n i e r o n n o sólo los
n e g r o s esclavos, sino t a m b i é n n e g r o s libres, p a r d o s y blancos, sobre
los q u e se d e s c a r g ó t o d a la fuerza d e la r e p r e s i ó n y la sistemática
a p l i c a c i ó n d e legislaciones c a d a v e z m á s d u r a s .

21
Moreno Fraginals, Manuel. "Economías y sociedades de plantaciones en el
Caribe español, 1860—1930". En: Bethell, Leslie (ed.). Historia de América
Latina. Vol. 7. Barcelona, Crítica, 1991. pp. 163 a 201.
34 ADRIANA ARPINI

L a a b o l i c i ó n d e la e s c l a v i t u d e n C u b a d a t a d e 1880, p e r o ,
t a m b i é n e n este caso, la ley fue m e r o r e c o n o c i m i e n t o d e l p r o c e s o
d e d e s i n t e g r a c i ó n d e l s i s t e m a esclavista. Ya d e s d e 1860 el t é r m i n o
"esclavitud" amparaba u n a variada gama de medios de explo-
t a c i ó n d e m a n o d e o b r a . A d e m á s d e los esclavos " p u r o s " existían
esclavos " c o n t r a t a d o s " , " j o r n a l e r o s " , " a s a l a r i a d o s " (éstos r e c i b í a n
e n t r e el 50 y el 70% d e u n salario n o r m a l ) . J u n t o a ellos t r a b a j a b a n
n e g r o s y b l a n c o s libres, c h i n o s y , a v e c e s , p r e s o s . Esta s i t u a c i ó n
a n ó m a l a c o n t r i b u y ó a frenar el d e s a r r o l l o i n d u s t r i a l capitalista.
La ley d e abolición v i n o a r a c i o n a l i z a r el confuso s i s t e m a d e la
m a n o de obra.
F r e n t e a la creciente p é r d i d a d e v i a b i l i d a d d e la e s c l a v i t u d ,
los g r u p o s cafetaleros, m á s " m o d e r n o s " , n o t u v i e r o n i n c o n v e n i e n t e
e n c o n v e r t i r s e a las tesis abolicionistas. U n a p a r t e d e los esclavos
y "colonos asiáticos" f u e r o n liberados p o r el P a c t o del Zanjón (1878)
q u e p u s o fin a la G u e r r a d e los D i e z A ñ o s y r e c i é n e n 1886 los
d i p u t a d o s c u b a n o s o b t i e n e n e n las C o r t e s e s p a ñ o l a s la abolición
total d e la e s c l a v i t u d ; h a b í a c o m e n z a d o a v i s l u m b r a r s e u n a alter-
n a t i v a : la i n m i g r a c i ó n d e c a m p e s i n o s libres ofrecería m a n o d e o b r a
a b u n d a n t e y b a r a t a , al t i e m p o q u e p e r m i t i r í a " b l a n q u e a r " la
p o b l a c i ó n d e la isla.
El p r o b l e m a d e la e s c l a v i t u d y las d i v e r s a s f o r m a s a d o p t a d a s
p o r los p r o c e s o s abolicionistas e n las Antillas e s p a ñ o l a s a b a r c a r o n
la t o t a l i d a d del siglo XIX y ofrecieron t o d o u n a b a n i c o d e p o s i -
b i l i d a d e s diferentes. Sin e m b a r g o , a c e p t a m o s la tesis d e C a r d o s o
y P é r e z Brignoli acerca d e q u e el t e l ó n d e f o n d o está d a d o p o r u n
p r o c e s o d e d i m e n s i o n e s m a c r o h i s t ó r i c a s y m u n d i a l e s : el a d -
venimiento del capitalismo como sistema dominante, que va
p e n e t r a n d o p r o g r e s i v a m e n t e al s i s t e m a s u b o r d i n a d o d e l escla-
v i s m o colonial, e n e t a p a d e franca disolución, d a n d o l u g a r a f o r m a s
q u e i m p l i c a b a n g r a d o s v a r i a b l e s d e d e p e n d e n c i a p e r s o n a l (agrego,
aparcería, arrendamiento).22

22
Cfr. Cardoso, C. y Pérez Brignoli, H. Historia económica de América
Latina. Tomo 2: Economía de exportación y desarrollo capitalista.
Barcelona, Crítica, 1984.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 35

En síntesis, la plantación esclavista colonial no alcanzó u n


desarrollo homogéneo en todas las islas: en Puerto Rico crece a
ritmo m u y m o d e r a d o , mientras que en Cuba llega a producir
transformaciones importantes en corto lapso; Haití se convertirá,
a u n q u e sólo p o r u n t i e m p o y en m e d i o de agitaciones socio-
políticas, en la mayor colonia de plantación del N u e v o M u n d o ,
extendiendo su influencia sobre Santo Domingo. El sistema de
producción agrícola basado en la plantación se halla, sin embargo,
fuertemente marcado por las modalidades de comercialización
impuestas por las metrópolis, que procuran fortalecer el vínculo
colonial dominante.
Desde el p u n t o de vista del comercio internacional, los Estados
Unidos ejercían la hegemonía desde m u c h o antes de la Sugar Act
en 1871. Este fue -así lo constata Moreno Fraginals- el primer
instrumento legislativo de dominación neocolonialista forjado en
los Estados Unidos con la finalidad especifica de dominar econó-
micamente a Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo. En el decenio
1880-90 las tres islas vendían su producción de azúcar a los Estados
Unidos y comercializaban con u n a sola empresa en el mercado, la
American Sugar Refining Co.

Sin invertir directamente en tierras ni ingenios, la anexión


económica de las tres islas estaba en marcha: la anexión
física por la fuerza tendría lugar unos años después. 2 3

La transición de las formas coloniales a las neocoloniales -capita-


lismo periférico- 24 presentó en la región antillana características
m a y peculiares, ya que fue tardía y se encontró profundamente
c o n d i c i o n a d a p o r la o c u p a c i ó n n o r t e a m e r i c a n a . A t í t u l o d e
ejemplo, recordemos que Puerto Rico pasa sin interrupción de u n a
situación colonial a otra, por el Tratado de París (1898), en virtud

Moreno Fraginals, Manuel. "Economías y sociedades.,." p. 180.


Término utilizado por Cardoso y Pérez Brignoli. Historia económica.
36 ADRIANA ARPINI

del cual España cede la isla a Estados Unidos. La exportación de


azúcar alcanzará mayor auge después de la anexión, por la ex-
tensión del monocultivo bajo patrones netamente capitalistas, que
permitieron el control de la mayor parte de las tierras aptas para
el cultivo por parte de unas pocas corporaciones norteamericanas.
La evolución d o m i n i c a n a se encuentra envuelta en múltiples
vicisitudes, entre las cuales no son excepción los intentos de anexión
promovidos en vista de los intereses, aparentemente en pugna, de
distintos grupos dentro de la "clase" terrateniente -Pedro Santana
solicita en 1861 la anexión a España y en 1868 Buenaventura Báez
g e s t i o n a la a n e x i ó n a E s t a d o s U n i d o s - h a s t a la d e f i n i t i v a
implantación del monocultivo d u r a n t e la d i c t a d u r a de Ulises
Heureaux (1879-1899).
Los efectos de la ocupación norteamericana en la zona, que se
prolongan hasta la actualidad, r e d u n d a r o n en la modificación de
la administración y las finanzas públicas, la implementación de
ventajas para las inversiones extranjeras, la formación de cuerpos
militares destinados a mantener el orden interno y a funcionar
como base de sustentación del poder político.

Los hombres no tienen color en el espíritu; hay u n a chispa igual


en todos, que de todo los hace capaces".
La peregrinación de Bayoán, O.C., vol. VIH, p. 53
3
LOS ESCRITOS DE
E U G E N I O M A R Í A E>E H O S T O S

3.1. Periodización de los escritos hostosianos

l_ja figura y los escritos del puertorriqueño Eugenio María de


Hostos (1839-1903) resultan particularmente interesantes como
expresión de la peculiar situación socio-histórica antillana de la
segunda mitad del siglo XIX, ya que se abocó, a través de la teoría
y de la acción, a laborar por la independencia, la dignificación y la
cultura de Puerto Rico, Cuba y Santo Domingo.
Ahora bien, acceder a la problemática socio-histórica de u n
determinado período, a través de la obra de u n autor, requiere
tener en cuenta el carácter mediador de toda producción escritura!
Ello p e r m i t e a d v e r t i r el complejo f e n ó m e n o p o r el cual las
expresiones discursivas manifiestan-ocultan las contradicciones
que atraviesa la realidad social de u n a época. De m o d o que el
discurso no presenta u n desarrollo lineal, sino que se muestra como
u n complejo entretejido de voces, expresamente referidas, refor-
muladas, o a u n silenciadas, que obligan a tomar en consideración
el"universo discursivo" epocal. La producción escrita, considerada
como una de las formas de mediación dentro de la trama social,
posibilita, por u n a parte, penetrar en el m o m e n t o mismo de la
productividad, y por otra, desplazar el foco de interés desde la
idea como portadora de u n sentido, al sujeto social que la refiere,
o la reformula, o la silencia. A través de la multiacentualidad del
lenguaje, que se revela en el discurso, es posible reconstruir las
tensiones ideológicas y sociales del momento en que el texto fue
elaborado y esbozar los discursos alternativos, alcanzando una
38 ADRIANA ARPINI

v i s i ó n m á s c o m p l e t a del s i s t e m a d e c o n e x i o n e s y v a l o r a c i o n e s d e
la época. 2 5
Nuestro autor obtuvo reconocimiento en toda América, princi-
p a l m e n t e p o r s u t a r e a d e e d u c a d o r . Sin e m b a r g o , p o d e m o s afirmar
q u e esta es sólo u n a d e las facetas d e s u e n é r g i c a p e r s o n a l i d a d . Lo
m á s importante de su producción escritural y de su actividad
p ú b l i c a e s t u v o d i r i g i d o a l u c h a r p o r la i n d e p e n d e n c i a d e C u b a y
P u e r t o Rico, p o r la u n i d a d d e las Antillas y c o n t r a la p e n e t r a c i ó n
e s t a d o u n i d e n s e e n la r e g i ó n . S u s e s c r i t o s p e r i o d í s t i c o s , c o n -
ferencias, artículos, e n s a y o s literarios, así c o m o n u m e r o s a s y m u y
v i v i d a s p a g i n a s d e s u Diario, y a ú n s u n o v e l a La Peregrinación de
Bayoán, d a n c u e n t a d e u n p e n s a m i e n t o a t e n t o al acaecer político y
social; r e s p e c t o del cual i n t e n t a n ser u n análisis, p e r o t a m b i é n u n a
r e s p u e s t a , u n a p r o p u e s t a d e acción. N o s o n ajenos a esta p r e o -
c u p a c i ó n s u s escritos m á s e s t r u c t u r a d o s s o b r e ética, sociología,
d i d á c t i c a y d e r e c h o constitucional. 2 6
D e s d e u n a ó p t i c a r e c u p e r a d o r a d e t o d a s las a r i s t a s d e s u
p r o f u s a y d e n s a p r o d u c c i ó n e s c r i t u r a l , p u e d e e f e c t u a r s e la si-
g u i e n t e p e r i o d i z a c i ó n del p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o . U n a p r i m e r a
e t a p a j u v e n i l , d e f o r m a c i ó n y d e i n t e n s a a c t i v i d a d política, se
p r o l o n g a d e s d e el a ñ o 1852, e n q u e inicia s u s e s t u d i o s e n E s p a ñ a
h a s t a 1879. Milita, e n t o n c e s , j u n t o a los j ó v e n e s p r o g r e s i s t a s q u e

25
El universo discursivo es expresión de las contradicciones y de la
conflictividad que son propias de la vida social; comprende la totalidad de
discursos, reales o posibles, que se dan en cierta encrucijada témporo-espacial.
Según esto, es posible afirmar que existe siempre un discurso actual o potencial
antitético respecto de otro, por lo general el vigente. Cfr. Roig, Arturo.
"Narrativa y cotidianidad". Quito, Cuadernos de Chasqui, 1984.
Con respecto a la noción de "multiacentualidad del lenguaje", cfr.
Voloshinov., Valentín. El signo ideológico y la filosofía del lenguaje. Buenos
Aires, Nueva Visión, 1976.
26
Cfr. Hostos, Eugenio María de. Obras Completas. Edición conmemorativa
del Gobierno de Puerto Rico. La Habana, 1939. (ver detalle en Bibliografía,
punto 1).
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 39

protagonizaron la Revolución de 1868. Los Gritos de Lares (23 de


septiembre de 1868, en Puerto Rico) y de Yara (10 de octubre del
mismo año, en Cuba) sorprenden a Hostos en España, desde donde
intensifica su actividad de propagandista a favor de la libertad de
Cuba y Puerto Rico. En su prédica sostiene que la transformación
política es necesaria para la transformación social. Sus objetivos
son la independencia y la abolición de la esclavitud. Objetivos que
defiende en su peregrinaje por Sudamérica, N e w York y Santo
Domingo, a partir de 1869.
Entre 1879 y 1897 ubicamos la segunda etapa del pensamiento
h o s t o s i a n o , c a r a c t e r i z a d a f u n d a m e n t a l m e n t e p o r la tarea de
educador. A título de ejemplo, cabe recordar la intervención de
Hostos a través de sus propuestas educativas que se concretan en
Santo Domingo entre 1879 y 1887, con la fundación de la Escuela
N o r m a l , institución d e s d e la cual c o m b a t i r á el d o g m a t i s m o
escolástico y los prejuicios patriarcales de la época, mediante la
implementación de modernas técnicas pedagógicas, del método
científico de investigación positiva y de la defensa de la educación
integral de la mujer. Labor que retoma en Chile a partir de 1889,
país al que emigra cuando el ascenso al poder del dictador Ulises
Heureaux (Lilis) modificó el panorama político de Santo Domingo.
Es durante este período que prepara las tres obras que forman
parte de su producción sistemática: Tratado de Sociología (1883-1901),
Lecciones de Derecho Constitucional (1887) y Tratado de Moral (1888).
En abril de 1898 sale de Chile con destino a N e w York. Se
inicia allí la tercera y última etapa de su producción. Funda la
Liga de Patriotas Puertorriqueños apenas unos días después de la
invasión norteamericana a Puerto Rico (25 de julio de 1898). Ante
tal hecho, Hostos a d o p t a u n a posición ética antes que política,
cifrando sus esperanzas en la convocatoria a u n plebiscito según
las normas del derecho internacional, por el que el pueblo puer-
torriqueño p u e d a expresar libremente su voluntad; y en la labor
educativa y civilizatoria de la Liga de Patriotas, para despertar y
potenciar las fuerzas positivas de u n pueblo aletargado por el
coloniaje.
40 ADRIANA ARPINI

Sus escritos son expresión de u n ideal de unidad antillana y


l a t i n o a m e r i c a n a q u e se articula en t o r n o a d o s ejes, el de la
"descriptiva" y el de la "proyectiva" sociales. Como densas expre-
siones discursivas, esos escritos manifiestan-ocultan el sistema de
contradicciones sociales de su época. Permiten, así, reconocer la
imagen del sujeto social de cuya voz es portador el autor, al mismo
tiempo que posibilitan reconstruir la imagen del "otro" social al
cual se dirige con intención a veces polémica, a veces paternalista.
La posibilidad de reconstruir el "otro" social nos coloca ante u n
caso de "identidad atribuida", no en el sentido de lo que el "otro"
piensa de "nosotros", sino en el sentido de cómo el "nosotros",
del cual el autor es representante, caracteriza al " o t r o " social,
p o n i e n d o e n juego, m u c h a s veces, prejuicios y deformaciones
propios de la parcialidad del mirar. 27

3.2. Claves para la interpretación

Los escritos hostosianos, como toda producción escrita, constituyen


u n a peculiar forma de trabajar sobre la mediación del lenguaje
con el p r o p ó s i t o de comunicar u n mensaje. Todo mensaje es
comunicado y c o m p r e n d i d o en cuanto quienes son emisores y
receptores del mismo comparten ciertos códigos subyacentes a la
comunicación, es decir que poseen en común u n sistema de signos
que, por convención previa, están destinados a representar y trans-
mitir la información, desde la fuente al punto de destino. El proceso
de semiosis se desarrolla a partir de la emisión de u n signo, de
una forma física, que recuerda algo al destinatario, algo que esa
forma física denota, denomina, indica, y que no es el signo mismo.
Ese tercer elemento, que media entre el signo como estímulo y la
reacción del destinatario, es lo que se ha dado en llamar "interpre-

27
Cfr. Todorov, Tzvetan. Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad
humana. México, Siglo XXI, 1991.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 41

tante" o "significado" y es igualmente convencional. Existen, pues,


"convenciones interpretativas". Dicho en otras palabras, los "signi-
ficados" constituyen u n i d a d e s culturales, q u e no p u e d e n ser
individualizadas más que por m e d i o del contexto, o sea, aten-
diendo a las circunstancias de la comunicación. Circunstancias
conformadas tanto por el entramado social, político y económico,
como por las formas de racionalidad y las valoraciones vigentes.
Estas últimas constituyen u n a suerte de residuo extrasemiótico,
u n a coloración ideológica que tiñe el proceso semiótico de la
comunicación. En este sentido, Umberto Eco sostiene que " u n a
determinada manera de usar el lenguaje se identifica con deter-
minada manera de pensar la sociedad. La ideología bajo el prisma
semiótico, se manifiesta como la connotación final de la cadena de
connotaciones, o como la connotación de todas las connotaciones
de u n término" .2S
Ahora bien, es necesario tener en cuenta que esa forma de
p e n s a r la sociedad, esa visión del m u n d o a la que l l a m a m o s
ideología, lejos de constituir u n a masa homogénea, se encuentra
condividida entre los sujetos que intervienen en la comunicación,
es decir que se muestra como interpretaciones parciales o aspectos
posibles del sistema semántico global. Por otra parte, esas inter-
pretaciones no se sustraen al devenir histórico, de m o d o que es
posible descubrir matices, d e s p l a z a m i e n t o s y a u n quiebras o
violaciones de las convenciones interpretativas a lo largo de cierto
periodo histórico.
Lo que acabamos de exponer reviste particular interés para la
historia de las Ideas Latinoamericanas, pues permite avanzar sobre
las c o n s i d e r a c i o n e s a c a d é m i c a s h a b i t u a l e s q u e t i e n d e n a fijar
- f o s i l i z a r - las ideas en u n sentido único, logrado a partir de la
concatenación de las ideas entre sí, como si éstas tuvieran una
existencia separada. Una interpretación atenta a la relación del texto

28
Eco, Umberto. La estructura ausente. Introducción a la semiótica.
Barcelona, Lumen, 1968. p. 176.
42 ADRIANA ARPINI

con su contexto de producción, que no considere a esta relación


como mero contacto entre exterioridades, permite descubrir a la
obra en las condiciones de novedad en que nació. En la obra misma
están las claves para acceder, a través del mensaje, a los códigos
originales, a los desplazamientos y modificaciones que estos h a n
sufrido, reconstruyendo el proceso de interpretación contextual.
Esto se verifica en el contenido de la obra, pero también, y de
m a n e r a r e l e v a n t e , e n la forma e n q u e esos c o n t e n i d o s s o n
articulados. Así, e n los escritos de Eugenio María de Hostos,
podremos comprobar sucesivas resemantizaciones de los signi-
ficantes "civilización" y "barbarie", considerados como categorías
dicotómicas que articulan la interpretación de la realidad socio-
histórica en el momento descriptivo y en el proyectivo.
Por otra parte, tenemos en cuenta que u n a lectura que aspira a
descubrir en la obra, y a través de ella, el entramado de los códigos
en que se originó, es realizada a su vez desde u n presente histórico,
es decir que es desde nuestra propia circunstancia y con nuestros
propios códigos desde donde nos abrimos para experimentar aquel
mensaje. La interpretación, por tanto, no resulta del ejercicio de
una conciencia transparente, capaz de ponerse en el "lugar d e "
otra conciencia -la del autor en este caso-, sino que se produce en
el encuentro, en el constante movimiento entre los códigos de
partida y los códigos de llegada. Movimiento en el cual el mensaje
abierto es resignificado, al mismo tiempo que enriquece nuestros
propios códigos.

3.3. Escritos sistemáticos y ensayísticos de


Eugenio María de Hostos

Hemos adelantado u n a periodización de los escritos hostosianos.


Nos proponemos, ahora, introducir u n a distinción que facilite u n a
interpretación más acabada de la densidad discursiva que ellos
ofrecen. Diferenciamos los escritos sistemáticos de los escritos
ensayísticos de nuestro autor, atendiendo tanto a los contenidos
como a la forma en que estos se articulan.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 43

Entre los primeros incluimos las siguientes obras: Lecciones de


Derecho Constitucional (O. C. Vol. XV), Tratado de Moral (O. C. Vol.
XVI), Tratado de Sociología (O. C. Vol. XVII) y buena parte de los
trabajos q u e en la edición d e las O b r a s C o m p l e t a s h a n sido
abarcados bajo el titulo de Ensayos Didácticos I y II (O. C. Vol. XVIII
y Vol. XIX). A pesar de ese título, m u c h o s de los asuntos allí
agrupados son abordados por Hostos a la manera de compendios
explicativos sobre u n a d e t e r m i n a d a temática, es decir c o m o
tratados, lo mismo que en el caso de la moral y la sociología.
Llamamos sistemáticas a estas obras, en virtud de que en ellas el
autor se propone desarrollar extensamente, en forma ordenada y
progresiva, u n tema, examinando en orden creciente de dificultad
y abstracción todos los aspectos de la cuestión tratada, relacio-
n a n d o y a r g u m e n t a n d o sobre cada uno de los ítems. Estos escritos
revelan, en casi todos los casos, una intención pedagógica. En ellos
p o d e m o s descubrir el esfuerzo del autor por fundamentar teó-
ricamente los análisis y las p r o p u e s t a s acerca de la realidad.
Constituyen, por tanto, el núcleo filosófico-epistemológico fun-
damentador de su discurso.
Estas características son c o m u n e s a todos los escritos que
llamamos sistemáticos, sin embargo, en ocasiones, encontramos
en ellos cambios abruptos de su tono argumentativo característico,
que introducen la polémica del momento, aluden en forma directa
a la realidad vivida, indican la manera en que el autor se posiciona
frente a ella y señala lo que debe hacerse. Estas expresiones, cuyo
referente no p u e d e determinarse sino con relación a los interlo-
cutores y a la situación concreta, introducen el gesto en u n discurso
cuya forma predominante es la argumentación. 2 9 Desarrollaremos
más extensamente los núcleos temáticos de estos escritos en los
puntos 6.1 y 6.2 al trabajar sobre los tratados de ética y sociología.

29
Jakobson llama shifters o "embragues" a las expresiones deícticas cuyo
referente se determina sólo si se ponen en relación con los interlocutores. Cfr.
Jakobson, Román. Ensayos de lingüística general. Barcelona, Ariel, 1984.
44 ADRIANA ARPINI

El resto de los escritos hostosianos los agrupamos bajo el rótulo


de escritos ensayísticos. En él q u e d a n comprendidos los artículos
periodísticos, los discursos, los ensayos literarios, muchas páginas
de su Diario y de sus Cartas e, incluso, su novela La peregrinación de
Bayoán. Es obvio que utilizaremos el término "ensayo" en u n sen-
tido m u y amplio, que escapa, en muchos aspectos, a la preceptiva
literaria. Ello se hace evidente desde el momento que incluimos
una novela bajo esa denominación. Esto requiere una explicación.

3.4. La metáfora de la peregrinación

N o pretendemos negarle a La peregrinación de Bayoán su carácter


de género narrativo. El texto es efectivamente u n a novela; sin
embargo es posible u n a aproximación desde otro p u n t o de vista.
Nos interesa rescatar de la novela aquellas señales por medio de
las cuales el autor va acotando, anafóricamente, el ámbito sobre el
que se tejerá en lo sucesivo su discurso. Se trata de la primera obra
de Hostos publicada en España en 1863. Podemos considerar que
n o es u n hecho azaroso que su primera obra sea u n a novela. La
única publicada en vida del autor y, también, la única conocida
hasta fecha reciente. Como decimos, en ella se dibujan los trazos
precisos y se fijan los contornos de la compleja problemática que
desarrollara en toda la extensión de su obra.
En esta novela, cuya escritura adopta la forma de diario (el
diario de Bayoán), se articulan, como bien señala Elíseo Colón
Zayas, tres voces, las de Hostos, Bayoán y el editor. De m o d o que
los prólogos, el diario y las notas de la segunda edición -los tres
textos son escritos por H o s t o s - q u e d a n enlazados y completan el
mensaje del autor. Se trata de una peregrinación a través de las
necesidades de su patria: Puerto Rico-las Antillas-América, y al
mismo tiempo, la expresión de una idea: u n proyecto de libertad y
justicia para las Antillas, de afirmación de la propia identidad
nacional. Tres voces articulan el mensaje a través de tres textos,
pero también de tres personajes: Bayoán, Guarionex y Marién; tres
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 45

islas: P u e r t o Rico, S a n t o D o m i n g o y C u b a , r e s p e c t i v a m e n t e ; tres


i d e a s : v i r t u d (o fuerza), r a z ó n y o r d e n ; tres d i c o t o m í a s : E u r o p a /
América, c i u d a d / c a m p o , corrupción/integridad.30 Así q u e d a n
d e l i m i t a d o s , p o r u n a p a r t e , el á m b i t o h i s t ó r i c o - g e o g r á f i c o d e l
d i s c u r s o h o s t o s i a n o ; p o r otra, las i d e a s d e h o m b r e y s o c i e d a d , q u e
t o m a r á n formas más acabadas en otros ensayos y fundamen-
t a l m e n t e e n los escritos sistemáticos; y f i n a l m e n t e , la p r o b l e m á t i c a
a n t i l l a n a , q u e es la m a t e r i a c o n s t a n t e d e los análisis y p r o y e c t o s
del a u t o r . Q u e d a n a n t i c i p a d o s t a m b i é n los c o n t e n i d o s s e m á n t i c o s
d e la d i c o t o m í a " b a r b a r i e / c i v i l i z a c i ó n " , d i c o t o m í a básica e n la q u e
estriba la dialéctica e n t r e ser y d e b e r ser, r e a l i s m o y u t o p í a , d e s -
cripción y p r o y e c t o d e la e s c r i t u r a h o s t o s i a n a .
V e a m o s u n ejemplo, e n s u p á g i n a del día 13 d e febrero B a y o á n
anota:

V e n g o d e la c i u d a d ; c o m o s i e m p r e , d e s c o n t e n t o . . .
E n las c i u d a d e s , m i c o r a z ó n a m a n t e , m i e s p í r i t u q u e b u s c a
la v e r d a d , se asfixian...
C u a n d o e s t o y e n el c a m p o , creo estar e n m i patria: v o y a
las c i u d a d e s y m e falta...
E n d o n d e el carácter n a c i o n a l (1) n o p r e d o m i n a , las cos-
t u m b r e s h a n m u e r t o ; y o n o e n c u e n t r o el carácter n a c i o n a l ;
d o n d e lo e s p e r o ver, e n c u e n t r o u n a m e z c l a d e carácter, d e

30
Cfr. Colón Zayas, Elíseo R. "La escritura ante la formación de la conciencia
nacional: La peregrinación de Bayoán de Eugenio María de Hostos". En:
Revista Iberoamericana. Vol. Lili, N° 140 Instituto Internacional de Literatura
Iberoamericana, Pittsburgh-Pennsylvania, julio-septiembre de 1987. pp. 627
a 634.
El mensaje de La peregrinación se completa en la edición de 1873, en
Chile, cuando Hostos incorpora el segundo prólogo y las notas de la segunda
edición.
Coincidimos plenamente en las trilogías señaladas por Colón Zayas,
excepto en la que se refiere a las dicotomías: Europa/América, campo/ciudad,
espíritu/cuerpo. Preferimos, a esta última, la de corrupción/integridad, por
considerarla más acorde con el pensamiento ético-social de Hostos y con la
extracción, en buena medida krausista, de su ideario filosófico.
46 ADRIANA ARPINI

costumbres extranjeras:... ¡Las virtudes! ¡El comercio de


vicios las ha avergonzado y hecho huir!
En el campo, yo veo compatriotas: en las ciudades, no.

La nota del editor aclara:

(1) Esto es u n a afirmación de la nacionalidad p u e r t o -


rriqueña, y ese carácter nacional de que habla, es el propio
y peculiar del país, ya corrompido por los españoles. (Nota
de la segunda edición). 31

Los opuestos "campo/ciudad' 7 , "virtud/vicio", "carácter nacional/


costumbres extranjeras", "compatriotas/españoles" contienen al-
gunas de las marcas semánticas que d a n contenido a las categorías
"barbarie" y "civilización", frecuentemente utilizadas en el dis-
curso latinoamericano decimonónico. En el caso de este escrito de
Hostos esas marcas se articulan de manera peculiar. La coloración
general que las atraviesa es la aspiración de autonomía para Puerto
Rico. Recordemos que se trata de u n escrito perteneciente a la
primera etapa de la producción hostosiana, en la que la autonomía
de las Antillas era vista como u n a vía adecuada para alcanzar la
justicia y la dignificación de Puerto Rico y Cuba en el marco de la
"Nación Española". Recordemos también que el contexto en el que
surge el texto y presta sentido a la descripción es la situación del
Caribe e n la d é c a d a de 1860-70: el c a ñ a v e r a l y la h a c i e n d a
constituyen el eje de su vida económica y cultural. Debemos aclarar
que en este pasaje el autor n o ofrece u n a descripción ajustada a la
realidad de las relaciones sociales y de producción en la campiña
puertorriqueña. Realidad conflictiva, pues al mismo tiempo que
constituía la base de la riqueza de la isla, incluía relaciones de de-
pendencia, esclavitud y sumisión. Al hablar del campo en estas
páginas, Hostos se instala en la utopía. Su mirada no pretende

31
Hostos, Eugenio María de. La Peregrinación de Bayoán. En: Obras
Completas. Vol. VIII. pp. 164 a 165.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 47

develar el ser,, al contrario, vela por el deber ser. De ahí la visión


armónica q u e nos m u e s t r a de la v i d a c a m p e s t r e y el despla-
zamiento del conflicto a la oposición c a m p o / c i u d a d .
En ese contexto podemos entender por qué Hostos, a diferencia
de otros escritores latinoamericanos contemporáneos que identifi-
can el "campo" con la "barbarie" y la "ciudad" con la "civilización",
reivindica, en cambio, el campo como "mi patria", el lugar donde
"yo veo compatriotas", mientras que la ciudad produce la "asfixia"
de la verdad. La ciudad es el recinto que cobija a la administración
española y, por lo tanto, a las "costumbres extranjeras", al "comer-
cio de vicios", en síntesis, a la "corrupción". Corrupción q u e
contrasta con la "integridad" del hombre que logra conjugar los
sentimientos ("corazón amante") con la razón ("espíritu que busca
la verdad") y la materialidad del propio organismo (en el campo
p u e d e respirar libremente).
Así, pues, la dicotomía barbarie/civilización, a u n cuando esos
significantes no sean utilizados en el texto, queda prefigurada y
organizada según las siguientes y respectivas series semánticas:

ciudad campo
vicio virtud
costumbres extranjeras carácter nacional
españoles compatriotas

Ambas series están recorridas axiológicamente en sentido negativo


la primera y positiva la segunda, de d o n d e resulta una afirmación
de identidad nacional.
La nota del editor constituye u n a expresión r e d u n d a n t e que
tiene por finalidad evitar ambigüedades respecto de la interpre-
tación que el lector debe dar a esa afirmación de nacionalidad.
Debe tenerse en cuenta que la nota es incorporada en 1873, fecha
de la segunda edición. En esa coyuntura, después de haber visto
fracasar todos sus esfuerzos tendientes a que la España republicana
reconociera la autonomía de las Antillas, es importante para el
a u t o r n o dejar l u g a r a d u d a s : n o se trata en a b s o l u t o de la
Nacionalidad Española, se trata de la propia "Nacionalidad Puer-
48 ADRIANA ARPINI

t o r r i q u e ñ a " . Tales r e d u n d a n c i a s funcionan como v e r d a d e r o s


embragues, como gestos indicativos que dirigen la atención del
lector desde el texto hacia el contexto. La densidad del mensaje
p u e d e ser interpretada en la m e d i d a que es posible recorrer la
vertical que liga el discurso al contexto de producción.
Otro ejemplo nos muestra la siguiente reflexión de Bayoán:

Que España nos dirija, no lo siento; pero que por nuestra


debilidad nos prive del derecho de ser hijos, y en vez de,
con nosotros, gobiernen nuestro país esos indiferentes que
vienen y se v a n encogiéndose de hombros! (1).

El editor anota:

(1) Este libro fue el primer clamor, y no podía ser u n a


maldición. N i a ú n h o y m a l d i g o ; p o r q u e e s t a m o s d e -
masiado lejos de 1863, no sólo siento que España nos dirija,
sino que lo he sacrificado todo por conseguir, y lo con-
seguiré, que no siga dirigiéndonos. (Nota de la segunda
edición). 32

Sin necesidad de otras explicaciones, en estos párrafos encontramos


nuevamente el trazo inacabado, la necesidad de rectificar, el fuerte
acento valorativo, en fin, la incorporación del gesto indicativo en
la escritura. Para Hostos la escritura es u n a fuerza, u n poder, pero
de naturaleza diferente al poder que domina por la "fuerza bruta".
Es la fuerza de la denuncia, el poder movilizador del proyecto. El
tema de la incorporación de la gestualidad en la escritura requiere
otra explicación.

3.5. El ensayo gestual

El ensayo es u n género literario, y todo género literario es u n a


convención, n o exenta de arbitrariedad, para clasificar ciertos

Ibidem, pp. 166 a 167.


EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 49

escritos e n v i r t u d d e las características d e s u o r g a n i z a c i ó n formal.


A h o r a b i e n , d e s d e el p u n t o d e v i s t a d e la c o m u n i c a c i ó n , el
f u n c i o n a m i e n t o d e u n a c o n v e n c i ó n s u p o n e el f u n c i o n a m i e n t o d e
u n a r e l a c i ó n social, d a d o q u e la n o r m a t i v a c o n v e n i d a rige t a n t o
p a r a el e m i s o r c o m o p a r a el r e c e p t o r del m e n s a j e . Es decir, s u p o n e
u n c a m p o d e c e r t i d u m b r e s sociales m á s o m e n o s c o m p a r t i d a s y
d e e s t a b i l i d a d v a r i a b l e s e g ú n los c o n d i c i o n a m i e n t o s históricos.
E n t r e las características c o n q u e h a b i t u a l m e n t e se define el
e n s a y o c a b e d e s t a c a r q u e se t r a t a d e u n a c o m p o s i c i ó n e x p o s i t i v a ,
d e e x t e n s i ó n l i m i t a d a , p r e f e r e n t e m e n t e e n p r o s a , r e a l i z a d a c o n el
objetivo d e p r o p o r c i o n a r u n a i n f o r m a c i ó n , u n a i n t e r p r e t a c i ó n o
u n a explicación acerca d e u n tópico. M á s q u e la e x t e n s i ó n , lo q u e
define al e n s a y o es la a c t i t u d : d e b e r e s u l t a r p e r s u a s i v o , p o s e e r
fuerza d e convicción, c a p t a r la a t e n c i ó n y v o l u n t a d d e l lector a
t r a v é s d e u n a f o r m a e x i g e n t e y v i r t u o s a d e utilizar el lenguaje. 3 3

33
Como género el ensayo aparece en el Renacimiento, con el advenimiento
de las interpretaciones científicas de la realidad, en las que se formulan
opiniones provisionales, no definitivas ni verificadas (Montaigne, Bacon), y
alcanzó gran difusión con la amplitud de la producción periodística de los
últimos siglos. Con frecuencia el sujeto de la enunciación está presente en el
texto enunciado y se muestra a través de una lengua expresiva, marcada por
connotaciones y modalizaciones y por el uso reiterado de deícticos. En la
medida que expresa opiniones personales sobre un tema, el ensayo abre un
fecundo campo polémico.
Aunque resulte muy difícil establecer una clasificación aceptable de tipos
de ensayos, suele tomarse como referencia una distinción básica entre ensayos
formales e informales. Los primeros suelen ser más extensos, de tono sobrio,
organización lógica, de forma expositiva o argumentativa. Los segundos,
muchas veces considerados como los "verdaderos" ensayos se caracterizan
por su forma menos estricta, vaga y deshilachada, desarrollan temas novedosos
y poco convencionales, en forma espontánea, libre de rigidez o afectación,
presentan un tratamiento incompleto o tentativo del asunto y por lo común
está presente el elemento personal (autorrevelación). Los ensayos de Hostos
se inscriben completamente en este segundo tipo.
Sobre el ensayo, sus características y clasificación cfr. Rest, Jaime.
Conceptos fundamentales de literatura moderna. Buenos Aires, Centro Editor
de América Latina, 1979; Holman, C. Hugh. A Handbook to Literature.
Indianapolis, The Bobbs-Merrill Co. Inc., 1976; Altamirano, Carlos y Sarlo,
50 ADRIANA ARPINI

Acerca del e n s a y o e n la A m é r i c a h i s p a n a , h a s e ñ a l a d o M e d a r d o
Vitier la c o n s i d e r a b l e f u n c i ó n q u e c u m p l e este " t i p o d e p r o s a e n
q u e se e x p o n e n y d i s c u t e n las c u e s t i o n e s vitales l a t i n o a m e r i c a n a s " ,
c u y o s c o n t e n i d o s son: la c u l t u r a d e n u e s t r o s p a í s e s , los p r o b l e m a s
raciales, políticos y e c o n ó m i c o s , y u n a " e m o c i ó n d e lo h i s t ó r i c o "
q u e a v i v a las m e j o r e s s a v i a s d e l A m e r i c a n i s m o y f o m e n t a los
v í n c u l o s l a t i n o a m e r i c a n o s . " U n pathos d e a n s i e d a d p e n e t r a las
p a g i n a s d e n o p o c o s e n s a y i s t a s y se f o m e n t a la s o l i d a r i d a d d e l
p e n s a m i e n t o p r e o c u p a d o " . 3 4 A u n q u e Vitier se refiere al e n s a y o
h i s p a n o a m e r i c a n o tal c o m o se d e s a r r o l l ó a p a r t i r d e 1900, r e c o n o c e
firmes a n t e c e d e n t e s e n S a r m i e n t o y M o n t a l v o . Sin e m b a r g o , las
características p o r él s e ñ a l a d a s e s t á n p r e s e n t e s e n los escritos d e
a u t o r e s l a t i n o a m e r i c a n o s a lo l a r g o d e t o d o el siglo XIX, d e u n a
m a n e r a m u y v i v i d a y consciente. A t r a v é s d e los e n s a y o s d e c i m o -
n ó n i c o s se h a c e n p a t e n t e s los esfuerzos r e a l i z a d o s p a r a a l c a n z a r
u n a m o d e r n i z a c i ó n q u e t u v o d e s a r r o l l o s d e s p a r e j o s e n las j ó v e n e s
n a c i o n e s l a t i n o a m e r i c a n a s . Esto es lo q u e Julio R a m o s h a l l a m a d o
" d e s e n c u e n t r o s d e la m o d e r n i d a d e n A m é r i c a Latina". 3 5 M u c h o s
escritos d e n u e s t r o a u t o r , s o b r e t o d o los d e la s e g u n d a é p o c a t r a d u -
c e n esta p r e o c u p a c i ó n , s i n t e t i z a d a , c o m o v e r e m o s , e n la c a t e g o r í a
d e "civilización".
T e n i e n d o e n c u e n t a lo anterior, es posible afirmar q u e el e n s a y o
latinoamericano decimonónico posee características peculiares
t a n t o e n lo f o r m a l c o m o e n lo t e m á t i c o , p o r c u a n t o es u n a f o r m a
d e p r o d u c c i ó n d e l d i s c u r s o e n r a i z a d a e n la p r o p i a circunstancia.
Al e n s a y a r , el escritor es c o n s c i e n t e d e l v í n c u l o e s t r e c h o e n t r e
e s c r i t u r a y r e a l i d a d , n o se t r a t a s ó l o d e u n d i s c u r s o , se t r a t a

Beatriz. Conceptos de sociología literaria. Buenos Aires, Centro Editor de


América Latina, 1980.
34
Cfr. Vítier, Medardo. Del ensayo americano. México, Fondo de Cultura
Económica, 1945.
35
Cfr. Ramos, Julio. Desencuentros de la modernidad en América Latina.
Literatura y política en el siglo XIX. México, Fondo de Cultura Económica,
1989.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 51

también, y de manera enérgica, de una actitud realizativa. Dice


Alberdi en su Fragmento preliminar al estudio del derecho:

Hacemos u n ensayo, no u n testamento.


Comenzamos una vida que tenemos tiempo de revelar m á s
completamente por ulteriores datos. 36

Tres elementos surgen con claridad: 1) La relación entre "ensayo"


y "vida" que comienza. Se ensaya en el papel, pero también en la
vida nueva de las naciones latinoamericanas en proceso de cons-
titucionalización. Todo lo contrario de este m o d o de ensayar es el
"testamento" que contiene la idea de cierre o acabamiento. 2) Se
trata de " u n a vida que tendremos tiempo de revelar...", o sea que
es el primer boceto, el trazo incompleto que señala el camino a
seguir, es una propuesta. 3) El acento está puesto en una tempo-
ralidad orientada al futuro: la tarea está por realizarse. Para los
representantes de la s e g u n d a emancipación en las emergentes
sociedades americanas el pasado español es la "barbarie". El futuro,
en cambio, es el lugar de la autorrealización.
Atendiendo a estos elementos podemos desde ya anticipar que
si algo caracteriza como forma discursiva al ensayo es su no-cierre,
su figura abocetada, su m o d o de mostrar, de indicar o proponer
u n camino. El ensayo indica y m u e s t r a p o r q u e es, en última
instancia, la traducción discursiva del gesto.
La l e n g u a hablada, con ser el i n s t r u m e n t o semiótico m á s
potente, no abarca la totalidad del espacio semántico. Su potencia
aumenta en la medida que se vale de otros sistemas semióticos. El
estudio de la gestualidad es, en este sentido, particularmente
interesante, ya que se trata de u n a forma de producción semiótica
que descubre y abarca en su espacio a la práctica. A u n q u e la
gestualidad es u n sistema de c o m p o r t a m i e n t o s y valores q u e
tradicionalmente n o se h a considerado bajo el aspecto comu-

36
Alberdi, Juan Bautista. Fragmento preliminar al estudio del derecho. Buenos
Aires, Hachette, 1955. pp. 84 a 85.
52 ADRIANA ARPINI

nicativo, ha cumplido siempre u n a función en la comunicación.


En nuestros días, la semiótica de la comunicación incorpora a los
gestos como señales convencionales que orientan al destinatario
acerca del código connotativo que debe emplear para decodificar
el mensaje. N a d a hay que i m p i d a sostener que la gestualidad
acompaña también a la palabra escrita. El gesto se inserta en la
escritura, en cierto tipo de escritura que llamamos ensayo gestual.
Escribe Simón Rodríguez: 37

FORMA que se da al DISCURSO

las Ideas elementales = en Paradigma


Pintando i , _ . „. , .
los Pensamientos = en Sinopsis
La LENGUA y la M A N O

son los dotes más preciosos del hombre


(observa Buffon)

Entiéndase aquí con respecto a la


INTENCIÓN DE INSTRUIR

No se trata de la Importancia de la Palabra


porque no hay quien no la conozca

La Importancia de SU PINTURA
la conocen pocos bien
muchos... ni piensan en ella

no obstante

37
Rodríguez, Simón. "Forma del discurso". En: Obras Completas. Caracas,
Universidad Simón Rodríguez, 1975. Tomo II, pp. 151a 153.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 53

Se p u e d e PINTAR sin HABLAR


pero no HABLAR sin PINTAR

los GESTOS son u n BOSQUEJO


de lo que la mano 1 ,, , f de medios
f por taita •<
no p u e d e dibujar j L o de tiempo

GESTICULAR es pintar E N EL AIRE

en el discurso hablado conexión de ideas


> debe haber X y
como conexión de
en el escrito pensamientos

La conexión de Ideas se presenta en PARADIGMA


La de pensamientos en SINOPSIS

PARADIGMA es....

, -. Ideas comparadas
r rpara
u n ejemplar de -<
hacer sentir su conexión

SINOPSIS es....

Ten q u e se ve, de u n golpe,


u n cuadro < la conexión de varias ideas
haciendo u n pensamiento o varios

El sentido de u n Pensamiento se llama Proposición


y la formula con que se expresa Frase

Proposición compuesta
de otras Proposiciones >- es IDEA GENERAL
tomadas por elementos
54 ADRIANA ARPINI

de otras tantas divisiones


llamadas PÁRRAFOS
Su fórmula consta -<;
cuantas Proposiciones elementales
. entran en la Idea general

en Suma

SINOPSIS es u n compuesto de PARADIGMAS

El Paradigma hace SENTIR


La Sinopsis hace PENSAR

haciendo Sentir se PERSUADE


haciendo Pensar se CONVENCE

ítiene u n a gran parte de su fuerza


El discurso persuasivo
i en los sentimientos del que oye

y el Convincente la tiene toda

porque

El trabajo del que a excitar sentimientos


discurre se dirige í y a recordar Ideas

Se persuade al que Siente


Se convence al que Sabe

El texto transcripto contiene toda una teoría y u n a práctica de la


gestualidad incorporada en la escritura: la "lengua'' y la " m a n o "
se complementan, "no se p u e d e hablar sin pintar". Así como "en
el discurso hablado debe haber conexión de ideas, en el discurso
escrito debe haber conexión de pensamientos". Estos se presentan
en "sinopsis", que es " u n compuesto de paradigmas" -lo que hoy
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 55

llamamos texto argumentativo-, y ambos, sinopsis y paradigma,


están dirigidos a convencer y persuadir. Su fuerza radica en el
destinatario pues "se persuade al que siente" y "se convence al que
sabe". En nuestros días, Vignaux ha definido el discurso argu-
mentativo como:

una clase de discurso que tiene por lo menos dos carac-


terísticas. La primera es la de estar estructurado en base a
proposiciones que constituyen u n razonamiento y traducen
directa o indirectamente la posición del hablante por medio
de juicios, aserciones, críticas. La segunda es que remiten
siempre a otro, ya sea individualizado o no individualizado
(un hombre, u n grupo, una opinión, u n estado determinado
de la sociedad)... Es ese otro q u i e n determina las pro-
posiciones del discurso pues a él a p u n t a n las aserciones o
los juicios. 38

Así, en el discurso argumentativo q u e d a n involucrados tanto el


emisor, en cuanto toma posición respecto de u n tema condicionado
siempre por la circunstancia, y el receptor, en cuanto el discurso
pretende persuadirlo y convencerlo.
El mensaje persuasivo -esto lo sabía bien Aristóteles- busca el
asentimiento emotivo y racional, tiende a establecer argumentos
no indiscutibles y a obtener la aprobación del interlocutor en cuanto
concurren factores emotivos, valoraciones históricas, motivaciones
prácticas. Establece u n a dialéctica m o d e r a d a entre información y
redundancia, de m o d o que la novedad que se introduce es regulada
en relación con la información ya disponible, no con el propósito
de poner en crisis lo que ya se sabe, sino de persuadir, es decir, de
r e e s t r u c t u r a r en p a r t e lo q u e ya se sabe. U m b e r t o Eco llama
"retórica nutritiva" justamente a este tipo de mensaje que partiendo
de premisas admitidas, las somete a examen de la razón, con el
apoyo de otras premisas, para reestructurarlo. Se trata, en el sentido
aristotélico, de u n a retórica de la prueba, del silogismo a p r o -

Vignaux, Georges. La argumentación. Buenos Aires, Hachette, 1986.


56 ADRIANA ARPINI

ximativo (entimema), a d a p t a d o al sentido c o m ú n , al público.


Existen estímulos más allá del mensaje, pero que inciden en éste,
condicionamientos extrasemióticos que intervienen en la deco-
dificación recortando la selección del código connotativo, y con
los que el emisor cuenta en el m o m e n t o de articular el mensaje en
vistas de los efectos buscados. 3 9
La retórica, tal como la define Aristóteles, "es la facultad de
descubrir especulativamente lo que, en cada caso, p u e d e ser propio
para persuadir". 40 En ella el lenguaje es concebido más como acción
que como forma. Ésta se convierte en ingrediente de u n acto global
de comunicación, cuyo elemento constante es el objetivo propuesto:
persuadir, convencer, instruir, conmover, agradar. Aristóteles com-
para a la retórica con el arte del médico o del estratega que están
completamente orientados al resultado. La retórica está animada
de espíritu pragmático, el habla se consume en su funcionalidad.
Para Aristóteles como para Tácito, la retórica está directamente
vinculada con lo político y lo social. La elocuencia se desarrollaba
en la medida en que servía realmente para algo, es decir que ella
era posible solamente en u n estado d o n d e la palabra poseyera u n
poder, en u n estado democrático. En u n a monarquía el p o d e r
pertenece a las instituciones, no a las asambleas, y la palabra pierde
eficacia, sólo es considerada en cuanto p u e d e juzgarse bella. 41
R e c o r d e m o s q u e p a r a H o s t o s , c o m o p a r a Martí, R o d r í g u e z ,
Sarmiento, la palabra tiene potencia realizatíva, y la escritura, sobre
todo a través del periódico, cumple u n a función programática.

39
Cfr. Eco, Umberto. "El mensaje persuasivo: la retórica". En: La estructura
ausente, pp. 166 a 186; Bartb.es, Roland. "La retórica antigua. Prontuario".
En: La aventura semiológica. Barcelona, Paidós, 1990. pp. 85 a 160.
40
Aristóteles. Retórica. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1985
(1, 2; 1355b).
41
Cfr. Los análisis de Todorov sobre la retórica clásica: Todorov, Tzvetan
"Esplendor de la retórica". En: Teorías del símbolo. Caracas, Monte Ávila
Ed., 1991. pp. 73 a 102.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 57

Todos los elementos, r e c u p e r a d o s y trabajados h o y por la


semiótica y la teoría del discurso, los encontramos ya anticipados
y funcionando en el texto de Simón Rodríguez. Texto en el que no
p u e d e pasar inadvertida la forma original de utilizar el espacio, el
tamaño y tipo de las letras, la disposición del texto. Todos estos
recursos organizan el contenido del mensaje a la manera de u n
gesto que reestructura lo que se dice y orienta la decodificación.
La retórica es una técnica, sostiene Barthes, que articula progre-
sivamente las siguientes partes:

1. Inventio: encontrar qué decir.


2. Dispositio: poner en orden lo que se ha encontrado.
3. Elocutio: agregar el ornamento de las palabras, de las figuras.
4. Actio: recitar el discurso como u n actor: gestos y dicción.
5. Memoria.

Las dos últimas -afirma este autor- fueron sacrificadas m u y pronto,


desde que la retórica dejó de versar solamente sobre los discursos
orales para ocuparse casi exclusivamente de las obras escritas. 42
Sin embargo, podemos, por nuestra parte, afirmar que en cierto
tipo de ensayos - a los que llamamos gestuales- en los que ensayar
supone al mismo tiempo u n a forma de escribir y de vivir como
nos dice Alberdi y nos muestra Simón Rodríguez, el m o m e n t o de
la actio resulta en buena medida asumido en la escritura. Insistimos
en afirmar que el gesto se introduce en el ensayo. Pero ¿qué función
cumple? ¿En qué elementos formales p u e d e advertirse, cuando
no resulta evidente como en el caso excepcional de Rodríguez?
La gestualidad forma parte del mensaje persuasivo, cumple
con la función retórica de conmover y convencer, sometiendo los
recursos lingüísticos a u n fin exterior: movilizar el entendimiento
y la voluntad del destinatario, provocar u n a respuesta orientada
en u n s e n t i d o preciso. Semióticamente c o n s i d e r a d o , el gesto

Barthes, R. "Los jóvenes investigadores", pp. 121 y ss.


58 ADRIANA ARPINI

cumple u n a función indicativa, señala, muestra, comprende, en


u n mismo espacio textual, al sujeto, al objeto y a la práctica; ofrece
la posibilidad de abrir en volumen la superficie textual, poniéndola
en relación con prácticas significativas no lingüísticas. Esto es lo
que Julia Kristeva ha llamado relación anafórica. 43 Considerada
desde el p u n t o de vista lingüístico, la anáfora es u n segmento del
discurso que obliga a remitirse a otro segmento de ese mismo
discurso para poder ser interpretado. Pero en la perspectiva de
Kristeva la anáfora permite atravesar la superficie del entramado
textual p a r a descubrir e n el anverso la actividad m i s m a de la
producción (cfr. 1.3. El texto como productividad...). En este sentido
es más u n gesto que u n a palabra, permite avanzar más allá del
corpus verbal, poniendo al texto en relación con su contexto de
producción. En síntesis, el gesto cumple la función de precisar la
direccionalidad de la interpretación; es, si se quiere, una redun-
dancia que pone al mensaje en relación con los condicionamientos
de su producción y los sujetos de la comunicación.
El gesto deja su huella en la forma, m á s que en el contenido,
como p u d o apreciarse en el texto de Rodríguez. Veamos de qué
manera está presente en los textos hostosianos.

3.6. La gestualidad en la retórica hostosiana.


Dos escritos acerca de la esclavitud

La esclavitud, como todas las monstruosidades sociales,


es una enfermedad que no se cura con música de palabras.
Ni música, ni anodinos. Abolición inmediata,
ése es el medio y es el fin.

E. M. de Mostos.

Cfr. Kristeva, Julia. Semiótica I y II. Madrid, Fundamentos, 1981.


EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 59

1. El problema de la esclavitud es uno de los temas recurrentes en


los escritos hostosianos de la primera etapa de su producción.
O c u p a b u e n a p a r t e de los artículos p u b l i c a d o s e n la p r e n s a
española desde 1863. Fecha desde la que, además, milita en la
Sociedad Abolicionista de la Esclavitud. Este tema aparece siempre
ligado a la defensa de Cuba y Puerto Rico y al análisis de hechos
puntuales de la vida política, social y económica, tanto de las islas
como de la península; escritos estos en los que se reiteran las ideas
de libertad, verdad, justicia, razón, futuro y sus opuestos.
El 6 de abril de 1866 aparece e n LSLIMÚQ^ xliario progresista
de Madrid, u n artículo del puertorriqueño titulado: " U n crimen
sin castigo", del cual transcribimos algunos párrafos:

A las nueve de la m a ñ a n a del 11 de marzo de 1866, a la faz


del m u n d o entero, representado allí p o r los b u q u e s de
todas las naciones, cruzaba por la bahía de La Habana el
vapor de guerra " N e p t u n o " r e m o l c a n d o u n a goleta, a
bordo de la cual, hacinados como cualquiera mercadería,
pálidos, h a m b r i e n t o s y e x t e n u a d o s , yacían 278 negros
bozales; 278 víctimas del Auri Sacra Fames; 278 juguetes
de la más infame de todas las pasiones, de toda esta codicia
a b o m i n a b l e q u e h a d e s p o b l a d o las costas d e África
occidental, y, hambrienta e insaciable, planta cañas y café,
fabrica azúcar y tabacos con sangre de negros, y cuanto
más atesora, más ansia y cuanto más sangre bebe, más
sedienta está.

Es imposible que el siglo XIX legue al XX la infame herencia


de la esclavitud.

Si el Gobierno español sigue siendo indiferente al crimen


que reprueba, no desmayen los hijos de Cuba y Puerto Rico;
entregados a su p r o p i o esfuerzo, d e t e r m i n a n d o enérgi-
camente su voluntad, sin auxilio de dentro ni de fuera, por
sí mismos p u e d e n hacer lo que ya h a n demostrado que
desean, lo que es absolutamente necesario (no lo olviden) para
la posteridad material de su país y para el bienestar político,
para el goce de todos sus derechos de ciudadanos y de
hombres.
60 ADRIANA ARPINI

Abolición, abolición q u e d é al a n t e s esclavo la d i g n i d a d


d e s u n a t u r a l e z a d e h o m b r e ; q u e d e v u e l v a al trabajo su
n o b l e z a ; q u e r e s t i t u y a a la justicia h u m a n a s u i g u a l d a d
e s e n c i a l , y q u e i m p i d a p a r a s i e m p r e los a s e s i n a t o s d e l
h o m b r e p o r la codicia del h o m b r e , el c r i m e n sin castigo,
c o n t r a el c u a l e s t á n c l a m a n d o c o n n o s o t r o s los o c h e n t a
infelices q u e m u r i e r o n d e h a m b r e e n la goleta negrera. 4 4

El p á r r a f o inicial refiere u n a c o n t e c i m i e n t o . Es s a b i d o q u e la legiti-


m i d a d d e u n t e x t o r e f e r e n c i a l d e s c a n s a e n la u t i l i d a d d e la
i n f o r m a c i ó n q u e c o m u n i c a . E n este s e n t i d o s o n i m p o r t a n t e s los
d a t o s : fecha, l u g a r , n o m b r e d e la e m b a r c a c i ó n , n ú m e r o d e víctimas.
Sin e m b a r g o la retórica d e l texto t r a s c i e n d e el n i v e l m e r a m e n t e
i n f o r m a t i v o . A t r a v é s d e la f o r m a e n q u e se e s t r u c t u r a n los d a t o s ,
el texto n o s revela u n g e s t o c o n d e n a t o r i o : m á s q u e la d e n u n c i a d e
u n h e c h o p u n t u a l , se indica la c o n d e n a d e la e s c l a v i t u d c o m o tal.
El c o n t e n i d o d e la i n f o r m a c i ó n p o d r í a r e d u c i r s e a u n a frase:
"'El 11 d e m a r z o c r u z a b a p o r la b a h í a d e La H a b a n a u n a goleta, a
b o r d o d e la c u a l y a c í a n 278 n e g r o s b o z a l e s " ( m á s a d e l a n t e se
i n f o r m a q u e 80 d e ellos h a n m u e r t o d e h a m b r e ) . Sin e m b a r g o ,
d e s d e el p r i n c i p i o se p i n t a la escena e n u n m o v i m i e n t o q u e v a d e
la d e n u n c i a a la c o n d e n a : el h e c h o a c o n t e c e e n p l e n o d í a , a n t e
t e s t i g o s d e t o d o el m u n d o . L a s e r i e a d j e t i v a ( " h a c i n a d a c o m o
cualquiera mercadería, pálida, hambrienta y extenuada"), que
a n t e c e d e al d a t o c u a n t i t a t i v o ("278 n e g r o s b o z a l e s " ) , a c e n t ú a el
t o n o d e c o n d e n a . A s i m i s m o , la r e i t e r a c i ó n d e l d a t o n u m é r i c o y la
utilización d e s i n ó n i m o s ( " n e g r o s b o z a l e s " = " c u a l q u i e r m e r c a -
dería", "víctimas del A u r i Sacra F a m e s " , " j u g u e t e s d e la m á s infame
d e t o d a s las p a s i o n e s " ) h a c e n r e d u n d a n t e el mensaje d e s t i n a d o a
c a p t a r y fijar la a t e n c i ó n del lector y a o r i e n t a r s u d i s p o s i c i ó n e n
u n p r e c i s o s e n t i d o , e v i t a n d o a m b i g ü e d a d e s . La c o n d e n a r e c a e

44
Hostos, Eugenio María de. "Un crimen sin castigo" (publicado enLa Nación,
diario progresista de Madrid, 6-IV-1866). En: Obras Completas. Vol, XXL
París, Ed. Literarias y Artísticas, 1954. pp. 273 a 277.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 61

sobre "esta codicia abominable". Hostos apela al recurso de la


personificación p a r a referirse a las c a u s a s m a t e r i a l e s d e la
esclavitud: es la "codicia" quien " h a despoblado las costas de
África...", " p l a n t a cañas...", "fabrica azúcar...", "...atesora...",
"...ansia... etc. Todo lo consigue la "codicia" p o r m e d i o d e la
esclavitud: "... con sangre de negros...".
¿A d ó n d e señala el gesto hostosiano? ¿Qué encontramos por
el reverso de la superficie discursiva? ¿Cuáles son las condiciones
en que el texto se elabora? Señalemos en primer lugar una con-
vicción personal del autor: la profesión de humanitarismo que
alcanzará formulación más acabada en escritos posteriores. Se trata
del tinte ideológico enraizado en el humanismo krausista, frecuente
entre los intelectuales progresistas de la p e n í n s u l a y del cual
participa Hostos. H u m a n i s m o según el cual la dignidad de u n
hombre, cualquiera sea su raza, no p u e d e quedar sometida a las
ambiciones m a t e r i a l e s de otro h o m b r e . De ahí q u e el sujeto
gramatical no sea "hombre codicioso" sino "codicia abominable".
Con ella se busca resaltar la inversión de la relación medio-fin.
Los hombres, "la sangre" reiterada en las imágenes, son tornados
como medios para u n fin material, la "codicia". Materialidad que
corrompe t o d a dignidad y se agota en sí misma: "cuanto m á s
sangre bebe, nías sedienta está".
Por otra parte, cabe tener en cuenta que en la mayoría de las
naciones latinoamericanas la esclavitud había sido abolida, al
menos formalmente, en los años inmediatamente posteriores a la
emancipación; y que en los Estados Unidos el decreto de abolición
d a t a de 1863, a u n q u e la ideología racista p e r m a n e c e activa,
llegando a u n extremo - e n el mismo año en que Hostos escribe
este artículo- con la aparición del Ku Klux Klan. Todos estos
elementos forman parte del contexto de su escritura, así como el
hecho de que la esclavitud constituía la base de la producción
a z u c a r e r a d e las h a c i e n d a s a n t i l l a n a s t r a d i c i o n a l e s , q u e y a
c o m e n z a b a a mostrar, en Cuba particularmente, los p r i m e r o s
s í n t o m a s d e m o d e r n i z a c i ó n . La trata d e n e g r o s se m a n t e n í a
r e s p o n d i e n d o a intereses de los peninsulares radicados en las
62 ADRIANA ARPINI

Antillas, aun cuando la posición abolicionista -sustentada por los


sectores emergentes en la vida política de las islas- estaba presente
desde 1837 cuando, ante los reclamos de las islas, la administración
peninsular accedió a considerar la posibilidad de dictar "leyes
especiales" para Cuba y Puerto Rico. Para la fecha en que el artículo
es escrito, esas leyes eran todavía inexistentes. De ahí el énfasis
puesto en u n a forma de temporalidad que apunta al porvenir: "es
imposible que el siglo XIX legue al XX la infame herencia de la
esclavitud". De ahí también el contraste, que se evidencia en el
segundo párrafo, entre la indiferencia del gobierno español y el
llamado hostosiano a la autodeterminación. Expresiones como: "no
d e s m a y e n los hijos d e C u b a y P u e r t o R i c o . . / ' , "... p r o p i o
esfuerzo../', "... sin auxilio...", "...por sí mismos ../', reiteran el
a d e m á n que busca provocar la decisión autónoma. Tal decisión es
r e d u n d a n t e m e n t e m a r c a d a con e x p r e s i o n e s como: "lo que es
absolutamente necesario (no lo olviden)". Hostos apela al uso de
bastardillas y de paréntesis, para recalcar y reiterar algo que es
señalado a lo largo de todo el artículo: la propia posibilidad de
intervenir, y decidir u n a ley conforme a la razón y a la dignidad
h u m a n a , a u n cuando las leyes vigentes lo impidan. Una ley que
r e o r d e n e la relación medio-fin de m o d o que la " p r o s p e r i d a d
material" sirva para el "bienestar político", el goce de los "derechos
de ciudadano y de hombre". Ley enérgicamente señalada en el
párrafo final: "Abolición, abolición", en torno a la cual se agrupan
dos series de ideas contradictorias; por u n lado: dignidad h u m a n a ,
nobleza del trabajo, justicia e igualdad; por otro lado: asesinatos,
codicia, crimen sin castigo. El vínculo entre ambas series, " q u e
impida para siempre", define el peso axiológico del enunciado en
su totalidad. Valoración reiterada en la frase final d o n d e es reto-
m a d o el motivo con que se inicia el artículo "infelices que murieron
de hambre en la goleta negrera".
El análisis p o d r í a ser m á s exhaustivo. N o s h a i n t e r e s a d o
mostrar algunos recursos de los que se vale el autor para construir
u n texto en cuya superficie se reúnen: u n objeto, la esclavitud y la
trata de negros en las Antillas; u n sujeto, el autor del escrito, en
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 63

primer lugar, junto a aquellos que se reconocen en esa escritura


(Hostos y el sector social que representa), pero también aquellos a
quienes esta dirigido el mensaje y que intervienen en el texto en la
medida que condicionan la forma del enunciado; u n a práctica, la
denuncia y la condena, la búsqueda de adhesión emotiva y racional
que incite a la acción. Objeto, sujeto y práctica reunidos en la forma
gestual del ensayo.

2. Hostos vuelve sobre el tema de la esclavitud en otro artículo


periodístico titulado La abolición de la esclavitud en Puerto Rico, de
1873, publicado en El Ferrocarril de Santiago de Chile. Su escritura,
en esta ocasión, constituye u n gesto que instala la denuncia política
-denuncia de la hipocresía del gobierno republicano español-, por
una parte; y por otra, designa el sujeto político-social, el "nosotros"
cuyas voces recoge y atestigua auto involucrándose en la narración
de los acontecimientos.
A pocos meses de proclamada, la República declara la abolición
de la esclavitud en Puerto Rico el 22 de marzo de 1873. Ya hemos
señalado que el tratamiento del problema de la esclavitud movi-
lizaba intereses encontrados y la administración peninsular lo venia
postergando desde 1837. A ú n antes de la abdicación de Amadeo
la cuestión había llegado a u n p u n t o de extrema tensión entre
abolicionistas, tanto antillanos como p e n i n s u l a r e s , y antiabo-
licionistas, quienes en Madrid llegaron a conformar u n partido
político. A ella se s u m ó la presión internacional a favor de la
abolición, ejercida por Estados Unidos e Inglaterra.
Cabe señalar que desde 1815, en ocasión del Congreso de Viena,
España había aceptado la abolición de la trata de negros, y en 1817
Fernando VII había suscrito con Inglaterra u n tratado por el que
se comprometía a imponer la abolición parcial de la trata en sus
colonias. En los hechos, España será el último país en suprimir la
trata negrera, porque todavía en 1872 se registran barcos negreros
l l e v a n d o a C u b a esclavos africanos. El abolicionismo d e los
republicanos españoles no sería explicable - s e g ú n la opinión de
Carlos R a m a - sin el apoyo que resulta de su previo desarrollo en
64 ADRIANA ARPINI

l a s A n t i l l a s . E n 1862 el p u e r t o r r i q u e ñ o J u l i o V i z c a r r o n d o s e
establece e n M a d r i d c o n el p r o p ó s i t o d e c o n s a g r a r s e a la c a u s a
a b o l i c i o n i s t a , l o g r a n d o e n 1865 la c o n s t i t u c i ó n d e la S o c i e d a d
Abolicionista de España. Otros intelectuales puertorriqueños
p a r t i c i p a n d e la m i s m a : J o a q u í n M a r í a S a n r o m á , José A c o s t a ,
R o m á n Baldorioty de Castro, Mariano Quiñones y Eugenio María
d e H o s t o s . E n 1868 F e r n a n d o d e C a s t r o e r a p r e s i d e n t e d e la
S o c i e d a d Abolicionista d e M a d r i d . T a m b i é n i n t e g r a b a n la j u n t a
d i r e c t i v a F r a n c i s c o y H e r m e n e g i l d o G i n e r d e los Ríos, N i c o l á s
S a l m e r ó n , E m i l i o Castelar, Rafael L a b r a . P r o p i c i a n la a b o l i c i ó n
i n m e d i a t a , n o g r a d u a l , y d e f i e n d e n los d e r e c h o s d e los esclavos
libres, a l e r t a n d o a la o p i n i ó n p ú b l i c a acerca d e la s i t u a c i ó n q u e se
vivía e n las islas. H a b r í a q u e d i s t i n g u i r e n t r e los abolicionistas
e s p a ñ o l e s y los antillanos, p u e s estos i n c l u y e n esa a c t i v i d a d e n t r e
s u s trabajos d e la S o c i e d a d A b o l i c i o n i s t a d o n d e se c o m i e n z a a
reflexionar, e n E s p a ñ a , sobre la a u t o n o m í a d e las colonias, p r i m e r o ,
y l u e g o s o b r e s u i n d e p e n d e n c i a . E n ella t i e n e n p r o t a g o n i s m o
d i r e c t o los p e n s a d o r e s k r a u s i s t a s . El Ideal de la Humanidad para la
vida ofrecía e l e m e n t o s teóricos s o b r e los c u a l e s f u n d a m e n t a r t a n t o
la p o s i c i ó n abolicionista c o m o la a u t o n o m i s t a :

Cada individuo y cada pueblo debe en su lugar y tiempo


vivir libre y p r o p i o d e sí, y t o d o s d e b e n estar c o n t o d o s y
p o r t o d o s los m o d o s h u m a n o s e n efectiva asociación.
N i n g u n o h a d e m e n g u a r , n i i m p e d i r la l i b e r t a d d e l o t r o n i
de todos, ni estorbar su actividad racional y humana.45

N o o b s t a n t e , la c u e s t i ó n n o se define fácilmente. El p a r t i d o r e p u b l i -
c a n o , q u e h a b í a e x i g i d o a t r a v é s d e Castelar la abolición i n m e d i a t a ,

45
Krause, Karl/Sanz del Río, Julián. El ideal de la humanidad para la vida.
Madrid, Orbis, 1985. p. 139. Cfr. Rama, Carlos. Historia de las relaciones
culturales entre España y la América Latina. Siglo XIX. México, Fondo de
Cultura Económica, 1982. Capítulo V "Cuba y Puerto Rico en el Siglo XIX";
Rodríguez de Lecea, Teresa. "El krausismo y Latinoamérica". En: Elkrausismo
y su influencia en América Latina. Madrid, Fundación Fríedrich Ebert, 1989.
pp. 21 a 46.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 65

mostró, sin embargo, ambigüedad cuando ya victorioso comenzó


a aplazar el tratamiento de la ley. Efectivamente, tal como lo señala
Hostos:

Hablar en favor d e los esclavos era concitar u n peligro en


las Antillas... Concitando u n peligro en las Antillas, los
propagandistas de la democracia española se exponían a
p e r d e r su p o p u l a r i d a d , y n i n g u n o de aquellos grandes
hombres se p u s o a la altura de la Justicia. 46

La ley, finalmente promulgada, establece en su artículo primero:


" q u e d a abolida para siempre la esclavitud en Puerto Rico". Y a
renglón seguido, los artículos segundo y tercero disponen respec-
tivamente que "los libertos q u e d a n obligados a celebrar contratos
con sus actuales poseedores, con otras personas o con el Estado
por u n tiempo que no bajará de tres años..." y que "los poseedores
de esclavos serán indemnizados de su valor en el término de seis
meses...", para lo cual se prevé u n empréstito del Gobierno sobre
la exclusiva garantía de las rentas de la isla de Puerto Rico. 47
El contenido del artículo se presenta dividido en siete partes.
Tras explicitar el propósito del mismo, que consiste en denunciar
la falacia de la ley, Hostos procede al análisis de la población puer-
torriqueña en relación con el desarrollo del trabajo libre, para
demostrar que la isla, por su propio esfuerzo, hubiera terminado
con el régimen esclavista de no haber sido impuestas - p o r parte
del gobierno- medidas que favorecían el tráfico negrero, dificul-
taban el desarrollo del trabajo libre y mantenían la relación servil.
Asimismo, describe y contrasta las actitudes de peninsulares y
puertorriqueños. Estos habían establecido una sociedad secreta con
el fin de comprar y liberar esclavos en Puerto Rico, al mismo tiempo

46
Hostos, Eugenio María de. La abolición de la esclavitud en Puerto Rico
(publicado en El Ferrocarril, Santiago de Chile, 20-VI-1873). En: Obras
Completas. Vol.) CU. p. 293.
47
Cfr. Transcripción de la ley en el texto citado de Hostos.
66 ADRIANA ARPINI

que desarrollaban una intensa p r o p a g a n d a a favor de la abolición


en España. Entre los propagandistas, Hostos menciona a Julio
Vizcarrondo, impulsor de la sociedad abolicionista en la península,
a Segundo Ruiz Belvis, a Acosta y a Quiñones, quienes exigían
ante la Junta de Información "la abolición inmediata, con o sin
indemnización"; alude también a sí mismo, aunque sin nombrarse,
en cuanto redactor de La Nación y director de La Revista -publi-
cación especialmente d e d i c a d a a los asuntos a n t i l l a n o s - . Los
demócratas y liberales peninsulares, por su parte, caían en contra-
dicción e inconsecuencia entre las palabras y los hechos. Sostenían
en sus discursos la abolición, pero eran en la práctica enemigos de
la emancipación de los esclavos, en la m e d i d a que lo eran de la
emancipación de las Antillas. Finalmente, a través del análisis
detenido del texto de la ley y del contexto político en que surge,
Hostos demuestra su iniquidad, su utilización en vistas de objetivos
políticos y su volubilidad respecto de u n a posición abolicionista
autentica. Con ello radicaliza las tesis krausistas acerca de la
libertad y la igualdad de los hombres y los pueblos, afirmando la
autonomía individual y el derecho a la autodeter-minación de las
islas.
Transcribimos in extenso algunos párrafos, particularmente
densos, del escrito hostosiano con el doble propósito de reparar
en la deconstrucción y reconstrucción semántico-performatíva de
la categoría de "civilización", por u n lado; y de observar, por otra,
la decisión valorativa que cimenta la designación del "nosotros"
en el que se inscribe el autor.

En tanto que el m u n d o civilizado a p l a u d e la s u p u e s t a


emancipación otorgada el 22 de m a r z o de 1873 por la
A s a m b l e a N a c i o n a l d e E s p a ñ a a los t r e i n t a y u n mil
esclavos de la isla de Puerto Rico, el Gobierno republicano
se ha burlado de esos esclavos. En tanto que la filantropía
universal se regocija de su triunfo, el triunfo que vitorea
es una falacia.

H a y algo m á s d i g n o de u n a p l u m a justiciera q u e el
c o n d e n a r las a r t e r i a s d e los b u r l a d o r e s d e i d e a s y
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 67

s e n t i m i e n t o s g e n e r o s o s , y es el h a c e r justicia a los q u e
o b e d e c e n sin e s t r u e n d o , sin e g o í s m o y sin falacia a m ó v i l e s
humanos.
La isla d e P u e r t o Rico m e r e c e esa justicia. N o h a b í a e n
1867 u n sólo p u e r t o r r i q u e ñ o q u e n o fuera abolicionista, y
si h u b o m u c h o s h a b i t a n t e s d e la isla q u e c o n d e n a r a n a Ruiz,
a A c o s t a y a Q u i ñ o n e s p o r h a b e r p e d i d o la a b o l i c i ó n
i n m e d i a t a d e la e s c l a v i t u d , n o f u e r o n n a t i v o s d e la isla:
eran peninsulares.

¿Por q u é e r a n e n la práctica e n e m i g o s d e la abolición q u e


e n p r i n c i p i o d e f e n d í a n ? [se refiere a d e m ó c r a t a s y liberales
t r i u n f a n t e s e n la r e v o l u c i ó n d e 1868]. P o r lo m i s m o q u e e n
la p r á c t i c a se m u e s t r a n e n e m i g o s d e la i n d e p e n d e n c i a . . .
p o r q u e n o h a y u n o sólo d e esos políticos q u e t e n g a la alteza
d e carácter n e c e s a r i a p a r a o p o n e r actos categóricos a los
e x p l o t a d o r e s q u e e n las A n t i l l a s v i v e n d e la e s c l a v i t u d
social, política, e c o n ó m i c a , m o r a l e intelectual.

Y se l l a m a ley d e a b o l i c i ó n lo q u e , e n v e z d e a c a t a r la
justicia, la i g u a l d a d y la l i b e r t a d d e l trabajo, c o n s a g r a n la
injusticia, s a n c i o n a la d e s i g u a l d a d , legaliza la e s c l a v i t u d .

El s e n t i d o c o m ú n se fatiga e x a m i n a n d o los a b s u r d o s d e
esa ley. Preciso es q u e el s e n t i d o c o m ú n d e la H u m a n i d a d
y la d i g n i d a d d e los h o m b r e s e s t é n m u y e n f e r m o s p a r a
q u e esa ley, e n v e z d e l a n a t e m a q u e m e r e c e , h a y a r e c i b i d o
los elogios c o n q u e h a l l e g a d o h a s t a nosotros. 4 8

El escrito h o s t o s i a n o , e n su t o t a l i d a d , p u e d e ser i n c l u i d o d e n t r o
d e lo q u e h e m o s c a r a c t e r i z a d o c o m o e n s a y o gestual. La t r a m a del
t e x t o es abierta. El c o n t e x t o e m e r g e a t r a v é s d e s u s h e n d i d u r a s , e n
r e l a c i ó n a n a f ó r i c a . E n el p r i m e r o d e los p á r r a f o s t r a n s c r i p t o s ,
e n u n c i a d o s p r e f o r m a t i v o s e s t a b l e c e n tres h e c h o s :

1. La A s a m b l e a N a c i o n a l d e E s p a ñ a otorga la e m a n c i p a c i ó n a
t r e i n t a y u n m i l esclavos d e P u e r t o Rico.

Ibidem. pp. 290 a 307.


68 ADRIANA ARPINI

2. La filantropía universal se regocija de su triunfo.


3. El m u n d o civilizado aplaude.

Pero ¿se adecúan los hechos a la realidad? U n cuarto enunciado


pone en tela de juicio la " v e r d a d de adecuación" del primero y
conduce a otro nivel de análisis, el de la interpretación:

4. El Gobierno republicano se ha burlado de esos esclavos.

Esta afirmación revela u n a contradicción perf ormativa, u n a incon-


s e c u e n c i a e n t r e la acción e n u n c i a d a y la a c c i ó n r e a l i z a d a .
Efectivamente, si el primer artículo de la ley declara la abolición
para siempre de la esclavitud en Puerto Rico, hemos visto que los
artículos siguientes establecen formas de sujeción que perpetúan
la relación servil y n o condicen con la idea de emancipación.
El autor opera, además, u n desplazamiento desde el sujeto
emisor-agente (que otorga) al sujeto receptor (burlado). Desde este
ángulo p u e d e establecerse otro tipo de certeza, u n a " v e r d a d de
interpretación" que juzga supuesta a la emancipación otorgada y
se revierte directamente sobre los enunciados 2 y 3, pues el triunfo
resulta u n a falacia y el " m u n d o civilizado" que aprueba esos actos,
sujeto en última instancia de los mismos, queda en entredicho. En
efecto, lo que Hostos cuestiona con gesto certero es la "civilización"
del llamado " m u n d o civilizado". 49
También en el segundo párrafo p u e d e n señalarse enunciados
preformativos:

49
Utilizamos libremente la distinción, señalada por Todorov, entre "verdad
adecuación" y "verdad revelación"; relacionada ésta con las interpretaciones,
es decir, con aquellos discursos en los que si bien el umbral inferior está dado
por la adecuación a los hechos, lo que en ellos importa no es el criterio
referencial sino el intersubjetivo, en cuanto enuncia una verdad pragmática
que dependerá de la riqueza y "profundidad" de la interpretación; la cual
tiene el deber de revelar la parte silenciada. Cfr. Todorov, Tzvetan. Las morales
de la historia. Barcelona, Paidós, 1993. (2da. parte).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 69

5. La p l u m a justiciera condena las arterias de los burladores.


6. La pluma justiciera hace justicia a los que obedecen... móviles
humanos.

A través de ellos se confirma, por una parte, la confianza hostosiana


en la capacidad realizativa de la escritura; y se denuncia, por otra
parte, la inversión del contenido axiológico de civilización, pro-
cediendo a u n a reubicación de los sujetos respecto de ella.
Es sabido que en la tradición moderna el término civilización
está referido fundamentalmente a la autonomía del sujeto racional
y a una idea de progreso sostenida en la razón. Son los estados
europeos modernos los que fungen como modelos de civilización.
A ellos, especialmente a los que ostentan organización republicana,
alude Hostos cuando se refiere al " m u n d o civilizado". El término
está asociado, además, a nociones de valor que remiten a ideales
humanitaristas de igualdad, libertad, justicia. Estos, justamente,
son los valores burlados por la ley que, sin embargo, es promulgada
en su nombre por el gobierno republicano español. Sobre este sujeto
burlador, " s u p u e s t o " representante de la civilización, recae la
condena: si la ley es u n a mentira, si defrauda los ideales h u m a -
nitarios, entonces la civilización que la produjo y aplaude es una
pseudo-civilización. Hacer justicia implica señalar el sujeto de la
auténtica civilización. N o los peninsulares, que tanto en la isla como
en España, obraron según sus intereses; sino los puertorriqueños
partidarios todos (sic) de la abolición; pues según señala el autor:
" n o había en 1867 u n solo puertorriqueño que no fuera aboli-
cionista" .
Con esta última afirmación - q u e sin d u d a debiera ser matizada
para que resulte adecuada a los hechos- pretende Hostos producir
u n efecto retórico, que es fácil comprobar en los párrafos tercero y
cuarto. Allí advertimos u n a interesante modificación, producida
p o r el autor, en los opuestos "abolición-esclavitud" integrados
r e s p e c t i v a m e n t e c o m o m a r c a s s e m á n t i c a s e n la d i c o t o m í a
"civilización-barbarie". Esa modificación se verifica, por una parte,
a través de la ampliación de la noción de "esclavitud", que ya no
70 ADRIANA ARPINI

a l u d e solamente a la relación amo-esclavo, sino t a m b i é n a la


relación de explotación "social, política, económica, moral e intelec-
tual'' propia de la situación colonial en que el gobierno republicano
mantiene a la isla. Por otra parte, resultan asimiladas en la práctica
las nociones de "abolición" e "independencia".
Podemos, por tanto, establecer las siguientes series semánticas,
acompañadas de los correspondientes contenidos de valor:

Barbarie: Civilización:
esclavitud abolición
colonia independencia
desigualdad igualdad
legalización de la esclavitud libertad
injusticia justicia

En ellas se advierte la intención hostosiana de llevar el tratamiento


de la problemática social, sintetizada en los opuestos "esclavitud-
abolición", al terreno de lo político que queda expresado en los
contrarios "colonia-independencia". Cada uno de ellos con sus
respectivas m a r c a s valorativas. H o s t o s señala, a d e m á s , a los
p o r t a d o r e s y p o r t a v o c e s d e u n a y otra serie socio-político-
axiológica: ellos son, r e s p e c t i v a m e n t e , p e n i n s u l a r e s y p u e r -
torriqueños. Con lo cual queda definido el "nosotros" que Hostos
mismo representa: "nosotros" puertorriqueños, y a u n antillanos,
pero de ningún m o d o subditos de la Nación Española.
En el último de los párrafos transcriptos anteriormente, el autor
apela al "sentido común de la H u m a n i d a d " - q u e podríamos inter-
pretar como u n a suerte de sabiduría práctica- para insistir en el
anatema que la ley merece. Cabe u n a última reflexión sobre este
p u n t o . El texto de la ley viene sustentado por ciertos valores
oficiales que son humanitarios, y en virtud de los cuales es recibida
con elogios por el " m u n d o civilizado". Estos valores abstraídos
de su c o n t e n i d o son u t i l i z a d o s , sin e m b a r g o , p a r a justificar
intereses precisos, forman parte de las estrategias de legitimación
de la ley. Efectivamente, la ley no habla en términos de interés.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 71

Pero precisamente porque se trata de alegar razones justificatorias


y n o d e e x p o n e r las v e r d a d e r a s causas, se p r o d u c e la falacia
d e n u n c i a d a p o r Hostos. La legitimación es u n constructo: las
" b u e n a s r a z o n e s " son p u e s t a s a posteriori y, obviamente, n o
coinciden con las causas reales, a u n cuando se pretenda que esas
razones responden a principios universales. Las causas, no obs-
tante, asoman en el texto, por detrás del sistema de indemnización
y del empréstito previsto por la misma ley, y hacen patente la
contradicción entre razones y causas.
Sabemos que el puertorriqueño comparte y defiende los prin-
cipios humanitaristas del racionalismo armónico que le provee de
buenas razones en la defensa de su causa: la independencia de las
Antillas. Pero esas mismas razones son a su vez aducidas por otros
para elogiar u n a ley falaz. La apelación hostosiana al "sentido
c o m ú n de la H u m a n i d a d " p u e d e ser interpretada, entonces, no
como la p u r a defensa de principios abstractos; tampoco en el
sentido de atender exclusivamente a los hechos; sino como la puesta
en relación de u n a y otra cosa, razones y causas, mediante el ejer-
cicio de u n a sabiduría práctica -la antigua phrónesis griega-, en
vistas de u n a justa apreciación de los acontecimientos a la luz de
los inquebrantables ideales de igualdad, libertad y justicia.

3.7. Palabras que son acciones.


El discurso de la ruptura

En los escritos que hemos trabajado, pertenecientes a la primera


etapa de producción hostosiana (1852-1879), advertimos u n con-
traste referido a la manera de entablarse, según el autor, la relación
política entre las Antillas -Puerto Rico y C u b a - y España. Dicho
contraste aparece ya en La Peregrinación de Bayoán entre lo dicho
en el texto de la novela, redactado en 1863, y las "notas del editor",
incluidas p o r Hostos en la s e g u n d a edición de 1873. También
aparece en el artículo sobre ha abolición de la esclavitud en Puerto
72 ADRIANA ARPINI

Rico, del mismo año que las notas, a propósito del desplazamiento
que opera el autor en la forma de tratar el tema desde el ámbito de
lo social al de lo político. Cabe señalar la preeminencia del sesgo
político que Hostos imprime a la totalidad de los trabajos de esta
etapa. Hecho que p u e d e explicarse teniendo en cuenta la situación
de las Antillas frente a España en esa coyuntura histórica, y la
percepción que Hostos tiene de sí mismo en tal situación: él es u n
colonizado de las Antillas q u e , e n la metrópoli, b r e g a p o r la
dignificación política d e su tierra. Esa v o l u n t a d política de
autoafirmación, q u e en m u c h o s aspectos n o s r e c u e r d a a los
patriotas ilustrados d e la i n d e p e n d e n c i a en n u e s t r a América
continental, es el p u n t o de partida para la plena dignificación de
las Antillas: social, económica, intelectual y moral.
A u n q u e no p u e d a afirmarse que Hostos es u n ilustrado, sí es
posible verificar en sus escritos que esa voluntad de autoafirmación
política - r a s g o característico d e n u e s t r o s i l u s t r a d o s - , resulta
a s u m i d a e i n t e g r a d a d e n t r o d e u n a c o n c e p c i ó n racionalista,
evolutiva y armónica, inspirada en buena m e d i d a en el ideario
krausista, tal como se difundió y desarrolló en España. En la pers-
pectiva hostosiana, pues, una transformación política conducente
a concretar los ideales de libertad e igualdad, esto es, a colocar a
los hombres y a la sociedad en condiciones de hacer efectiva su
autonomía, constituye el detonante del progreso civilizatorio.
Dentro de este marco conceptual, p o d e m o s interpretar aquel
contraste en el m o d o de darse la relación Antillas/España como
u n a ruptura, cuyo p u n t o de quiebra ubicamos en el año de 1868.
Antes de esa fecha, la dignificación de Cuba y Puerto Rico era
defendida por Hostos desde u n a posición claramente autonomista,
que enlazaba la idea de "federación" con la de "Nación española"
surgida de las Cortes de Cádiz. Después de esa fecha, el discurso
hostosiano evidencia u n a decidida toma de posición a favor de la
tesis independentista. N o abandona la idea de "federación", sin
embargo se trata, ahora, de la Federación Antillana, y a u n de la
Confederación de los pueblos libres de América.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 73

Ahora bien, la posición federalista del antillano resulta en más


de u n aspecto contradictoria con la concepción gaditana de la
"Nación española". Este concepto encontró sustento, hasta cierto
punto, tanto entre peninsulares como entre antillanos, mediante
la apelación a factores idiosincrásicos unificadores -v. gr. la lengua,
la religión, las c o s t u m b r e s - ; sin e m b a r g o , el m i s m o es, e n la
formulación de las Cortes, expresión de esa voluntad política como
voluntad de Estado, propia del pensamiento ilustrado. Bien que,
en este caso, encierra u n a profunda contradicción, p u e s se trata de
u n a estructura estatal colonial, organizada sobre la desigualdad
Metrópoli/ Colonia. 50
Esta contradicción es puesta de manifiesto por Hostos en u n
discurso, particularmente indicativo de lo q u e h e m o s llamado
ensayo gestual, que el autor reproduce en su Diario bajo el título:
¿ Cuál de las dos formas de gobierno, monarquía o república, realiza mejor
el ideal del derecho 1, acompañado de la siguiente leyenda aclaratoria:
"Discurso y rectificación, en la sesión celebrada por el Ateneo de
Madrid en la noche del sábado 20 de diciembre de 1868". 51 Este
discurso constituye, también, el p u n t o de quiebra al que aludimos
anteriormente. Su densidad nos obliga a tener en cuenta ciertos
datos contextúales entretejidos en la superficie textual. Pues en el
entramado del discurso se juega la densidad de lo real-histórico.
¿Qué acontecimientos se sucedieron en el año de 1868? En
España, la revolución septembrina significó la h u i d a de Isabel II y
u n avance en las posiciones de federalistas y republicanos. En ese
mismo año, Ramón Emeterio Betances había constituido en N e w
York el Comité Revolucionario de Puerto Rico, mientras en la isla
se extremaban las represiones. N o obstante, el movimiento revo-

50
Cfr. Roig, Arturo A. Bolivarismo y filosofía latinoamericana. Quito, Hacso,
1984. Cap. III. pp. 51 a 59
51
Hostos, Eugenio María de. Diario Tomo I. En: Obras Completas. Op. cit.
Vol. I. pp. 97 a 108. (Salvo indicación en contrario, las citas que continúan
corresponden todas a este escrito hostosiano).
74 ADRIANA ARPINI

lucionario avanzaba mediante la formación de juntas en varios


pueblos, hasta estallar el Grito de Lares, el 23 de septiembre. A
pesar de la ulterior derrota, dos símbolos de la nacionalidad puerto-
rriqueña quedaron constituidos en aquellos días: la bandera y el
h i m n o nacional "La Borinqueña". También en Cuba estalló el
movimiento revolucionario y se inició la Guerra G r a n d e con el
Grito de Yara, el 10 de octubre. La Europa misma estaba convul-
sionada a propósito del establecimiento de unidades territoriales
en que se ponía en juego la capacidad de alcanzar formas fede-
rativas de organización. Igualmente e n ese año t u v o lugar u n
Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, uno de
cuyos temas giraba en torno a la conveniencia de la forma fede-
rativa o centralizada de organización.
La estructura del texto hostosiano p u e d e ser, naturalmente,
dividida en dos partes: discurso y rectificación. El tema del dis-
curso, que se enuncia en la pregunta del título, queda contestado
en pocos párrafos mediante u n a argumentación sencilla, por la
cual se establece que la forma y el fondo (o esencia) del Derecho
constituyen u n a u n i d a d conjunta, imposible de separar sin de-
formar el ideal; y que, consecuentemente, existe sólo u n a forma
de gobierno que es consustancial al Derecho: la república. Sin
embargo, desde las primeras líneas del texto se hace patente que
no es este el tema que Hostos se p r o p o n e verdaderamente desa-
rrollar.

Señores: yo no necesito deciros lo que soy. Yo soy ame-


ricano: yo tengo la honra de ser puertorriqueño y tengo
que ser federalista.

El deíctico " y o " que introduce la declaración personal de principios


con la que se inicia el discurso, pone inmediatamente en relación
al texto con el sujeto y con la situación. Al mismo tiempo que la
forma imperativa "tengo que ser federalista" singulariza el ver-
dadero tema del discurso: la idea de federación. Es sobre esta idea
que Hostos llama la atención a los españoles y argumenta desde
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... | 75

distintos ángulos. Desde u n p u n t o de vista que podríamos llamar


teórico o de filosofía política, establece el autor la oposición entre
monarquía y federación, señalando las injusticias de la primera
(gobierno unipersonal, absorción de los derechos individuales,
negación de la libertad, irrevocabilidad e irresponsabilidad del
poder) y destacando los derechos que, por el contrario, la segunda
posibilita. Identifica los términos "federación" y "república ab-
soluta'', en oposición no sólo a monarquía, sino también a república
unitaria.

He dicho monarquía y federación (república absoluta)...


N o he hablado de república unitaria, porque no hay
república en d o n d e hay concentración del poder.

Desde otra perspectiva, analiza los problemas territoriales que


c o n m u e v e n a Europa: "la cuestión de Oriente, la cuestión ger-
mánica y la cuestión italiana"; para concluir que mientras España
ha q u e d a d o demasiado ensimismada, el movimiento internacional
de las ideas muestra "o acción fatal hacia la federación o reacción
c o n t r a u n i d a d e s a b s o r b e n t e s " . Esa p r e e m i n e n c i a de la i d e a
federativa que se muestra en cuestiones de política territorial, se
hace también evidente desde el p u n t o de vista socio-político. En
este sentido elude Hostos al "cuarto estado":

a u n mismo tiempo cohibido y desdeñado, se asocia y se


liga - d i c e - se fortalece en alianzas que u n día lo h a r á n
incombatible, y s u r g e n las ligas y se realizan las aso-
ciaciones internacionales de la clase obrera.

Ya sea en la argumentación teórica, como en los ejemplos de política


territorial y socio-políticos que el autor incorpora, la idea de federa-
ción está siempre ligada al respeto de los derechos individuales y
de la autonomía de los territorios. Cabe señalar, por una parte,
que a u n c u a n d o Hostos menciona a la "clase obrera", ello n o
implica que quede incorporada en su discurso la teoría marxista
de la lucha de clases, que desconocía; por otra parte, su concepción
76 ADRIANA ARPINI

sobre la autonomía territorial y sobre la inviolabilidad de los


derechos individuales - q u e , como anticipamos, el puertorriqueño
c o m p a r t e con los liberales k r a u s i s t a s - , tiene sus raíces en el
pensamiento ilustrado. Ambas ideas, embrionarias en cuanto a su
desarrollo en la primera etapa de producción hostosiana, serán
p o s t e r i o r m e n t e a r t i c u l a d a s d e n t r o d e u n a "Sociología" q u e
considera al individuo en cuanto "ciudadano" como la base de
todo organismo social, y a la confederación universal de pueblos
como la culminación de la civilización. Esta última idea enlaza, a
través del krausismo, con el cosmopolitismo y la utopía de la paz
perpetua kantianos.
Así pues, la idea de federación que Hostos defiende no contiene
la contradicción interna que antes hemos señalado a propósito de
la formulación g a d i t a n a de la nación española, en la cual se
mantiene la dicotomía "metrópoli-colonia", vinculada a la idea de
"subdito" antes que a la de "ciudadano".
Si tomamos en cuenta la diferencia señalada, es posible in-
terpretar con toda precisión el reclamo hostosiano y apreciar la
incomprensión que suscita en su auditorio, desencadenante de la
ruptura.

Debo llamar solamente -dice H o s t o s - vuestro patriotismo


y vuestra atención hacia u n m o d o de federación española
que salvará para España dos miembros importantísimos
de su nacionalidad actual.

Si España quiere ser digna de historia: si quiere conservar


los restos de aquella gran familia que le dio la conquista,
que le arrancó su tiranía, piense h o n d a m e n t e en su deber,
repare las injusticias cometidas, sea menos avara de su libertad,
e x t i e n d a h o y la q u e acaba d e c o n q u i s t a r , la q u e h a
prometido, la que so pena de indignidad no p u e d e negar a
aquellos pueblos...

El lazo de libertad que a ú n p u e d e unir a las Antillas con


España, es el lazo federal.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 77

El momento nuclear del discurso hostosiano estriba, pues, en la


idea de libertad, asumida dentro de una percepción optimista de
la historia, según la cual, la h u m a n i d a d evoluciona históricamente
en el sentido de u n a progresiva ampliación de la libertad. Tal
progreso tiene carácter de necesariedad por cuanto es comple-
tamente racional; c u a n d o las estructuras políticas o sociales lo
dificultan, entonces se hace menester u n a ruptura, u n a revolución.
Desde el p u n t o de vista de la comunicación, el discurso de
Hostos, como todo discurso, cuenta entre sus destinatarios natu-
rales al grupo de los que comparten sus ideas y valores, quienes
como él, interpretan que la revolución septembrina constituyó una
"ebullición de la idea liberal". Pero también cuenta con contra
destinatarios, el grupo de quienes n o comparten su posición, antes
bien, interpretan sus palabras como u n agravio a la nacionalidad
española. 52
Los términos "federación" y "libertad" son, p a r a H o s t o s ,
palabras que sintetizan ideales. Constituyen verdaderos a priori
del obrar en cuanto imprimen precisa direccionalidad a las acciones
de los hombres. Si la idea de "federación" es el n u d o temático del
discurso en la primera parte del texto, en la segunda, la idea de
"libertad" constituye el núcleo de la rectificación.
El esfuerzo argumentativo de Hostos en la primera parte está
destinado a construir a través de la noción de federación, u n marco
de universalidad (en el sentido de la mayor universalidad posible)
en el interior del cual p u e d a concretarse u n a forma de relación
entre España y las Antillas que garantice el derecho, el respecto
igualitario, la justicia. Sin embargo, la argumentación no cuaja en
consenso; fracasa, no p o r q u e los argumentos carezcan de fuerza,
sino por la fuerza de los hechos en los que se juegan intereses y
relaciones de poder.

52
Cfr. Verón, Eliseo. "La palabra adversativa. Observaciones sobre la
enunciación política". En: Verón, E. y otros. El discurso político, Buenos
Aires, Hachette, 1987.
78 ADRIANA ARPINI

Ya hemos señalado el grado de interconexión en que se hallan


para el puertorriqueño las ideas de "federación" y "libertad". Esta
última, sin embargo, supone el máximo nivel de universalidad
irrebasable. Además, ella es usada en el texto como palabra con
fuerza preformativa; decir "libertad" es ya practicar la libertad.
Podríamos afirmar que, desde este p u n t o de vista, t o d a incon-
secuencia entre lo dicho y lo hecho es u n a autocontradicción.
Precisamente esta contradicción se muestra en la última parte del
texto hostosiano y hace necesaria la rectificación. Allí, el puer-
torriqueño acomete la tarea de demostrar que cuantas veces hubo
oportunidades de hacer efectiva la "evolución de la idea liberal"
en relación con las colonias - a l u d e a las convocatorias para las
Cortes de 1812, 1837 y 1854-, se verificó, por el contrario, "que
aquí se tenía miedo a la libertad de las colonias".

Llega el año '68... -señala Hostos y enfatiza- cuando todos


esperábamos, cuando todos anhelábamos que la revolución
fuera digna de si misma, que se extendiera a Cuba y a
Puerto Rico, cuando los que sirvieron a la libertad de aquí
por servir a la de allá, esperábamos que así se premiarían
los sacrificios que habíamos hecho,... entonces se nos dice
enseñándonos a Cuba armada contra la odiosa contribución
que a ella como a Puerto Rico la h a n esquilmado, armada
t a m b i é n contra la o p r e s i ó n q u e h e m o s v e n c i d o aquí;
entonces se nos dice: 'o deponéis las armas o no hay liber-
tades' a lo cual contestan 'o nos dais las libertades o no
deponemos las armas'

Se solicita de H o s t o s u n a aclaración acerca de si sus últimas


palabras significan convalidar la situación de Cuba levantada en
armas. El puertorriqueño responde:

Yo voy a complacer a mi elocuente amigo haciendo dos


declaraciones:

Primera: que no creo que el alzamiento de Cuba, producido


por el h a m b r e y por la opresión del régimen antiguo, se
sostenga contra la libertad, en cuyos rápidos efectos, en
cuya influencia para la pacificación espero yo.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 79

Segunda: que si contra lo que espero no se hiciera justicia,


y allí, con el derecho que se ha usado aquí, se peleara en
favor de la libertad, que arraiga en mi patria como en todas
partes al m o d o que la planta en la tierra, no estaría yo en el
ateneo.

Hostos es consecuente con el ideal. Tanto en España como en las


Antillas - " a q u í " y "allá"-, la meta es la libertad. Ella modela
también la forma que ha de tomar la relación entre u n a y otra. La
forma federativa p u e d e unir en libertad a ambas. Mas si los hechos
son contradictorios con la forma, simultáneamente lo son con el
ideal. Entonces es necesario distinguir y optar. Es el momento de
la ruptura. En adelante, la opción del antillano por la libertad se
expresará con el término "independencia".
4
'BARBARIE'' Y 'CIVILIZACIÓN":
CATEGORÍAS E)E ANÁLISIS SOCIAL

4.1. Categorías y mediación discursiva

/ \ n t e s de abordar el tratamiento de las categorías "barbarie" y


"civilización" en los escritos hostosianos, será necesario precisar
el sentido en que usamos aquí la noción de categoría en cuanto
categoría social. Dicha noción tiene su propia historia, de la que
no es posible prescindir sino a riesgo de producir graves con-
fusiones.
Ha de tenerse en cuenta para comenzar que la palabra de origen
griego categoría (Koccjtiyopía, Kac^riyop^éco) no perteneció al
vocabulario filosófico sino hasta que Aristóteles le otorgó
credenciales, imprimiéndole un sentido técnico preciso dentro de
la filosofía. Desde entonces podemos traducirla por "deno-
minación", "predicación", "atribución". Recordemos que la
interpretación aristotélica de las categorías es realizada desde una
óptica a la vez semántica y ontológica. Es decir que en ella se
enlazan los modos cómo el ser se dice y cómo el ser aparece; pues
las categorías permiten hablar del ser como sustancia, cualidad,
cantidad, etc.; cosa que sería imposible si el ser mismo no estuviera
articulado de acuerdo con tales modos de predicación. Ahora bien,
si atendemos a la dimensión semántica advertimos que el acto de
denominar, de atribuir o predicar es ejercido por alguien. De modo
que la pregunta ¿qué son las categorías? nos remite a una cuestión
previa, a la pregunta por el sujeto que ejerce la función de
categorización. Sujeto que, además, bajo la forma de "este hombre",
"algunos hombres", o "todos los hombres" es receptáculo de
82 ADRIANA ARPINI

atribuciones y predicados. Las categorías recaen sobre él en tanto


sujeto gramatical, pero también en tanto sujeto que es. Así, la doble
articulación semántico-ontológica del ejercicio de categorización
se recuesta ineludiblemente sobre u n supuesto antropológico.
Es bien sabido que, entre los modernos, fue Kant quien formuló
u n a doctrina sistemática de las categorías. Estas son "conceptos
puros del entendimiento", o sea que "las categorías son - s e g ú n
nos dice el m i s m o K a n t - las condiciones de posibilidad de la
experiencia, y valen, por consiguiente, a priori para todos los objetos
empíricos". 53 Lejos de toda consideración semántica, la perspectiva
kantiana es estrictamente lógico-formal. Las categorías constituyen
al objeto de conocimiento y permiten alcanzar u n saber acerca de
la n a t u r a l e z a cuya v e r d a d se verifica s e g ú n u n criterio tras-
cendental. Las categorías p e r m i t e n o r d e n a r y c o n c e p t u a r los
fenómenos, es decir, pensar los objetos de la naturaleza y concebir
a ésta como unidad sometida a leyes. El apriorismo de las categorías
queda asegurado en la medida en que se extrema la contraposición
lógica entre forma y contenido. Pero esto condiciona la naturaleza
del sujeto, pues el conocimiento que las categorías posibilitan es, a
su vez, posible porque hay u n sujeto trascendental que opera la
síntesis p u r a (a priori). Esto queda expresado en el terreno de la
filosofía práctica con la absolutización del concepto de deber que
surge d e las exigencias formales del Imperativo Categórico, al
menos en su primera y más conocida formulación de la Critica de
la Razón Práctica: "Obra de tal m o d o que la máxima de tu voluntad
p u e d a valer siempre al mismo tiempo como principio de u n a
legislación universal". El rigorismo formal, según el cual queda
instalada la escisión entre homo phaenomenon y homo noumenon, será
u n foco de crítica para el idealismo romántico.
Hegel distingue, por su parte, entre formas de ser y formas de
pensar. Ambas formas (categorías) son momentos del Absoluto.

53
Kant, Inmanuel. Crítica de la razón pura. Trad. José del Perojo. 5ta. ed.
Buenos Aires, Losada, 1967. Parágrafo 26.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 83

Así, a la filosofía de la historia -"consideración pensante de la


historia"- le son atribuidos, en cuanto Filosofía, "pensamientos
propios, que la especulación produce por sí misma, sin conside-
ración a lo que existe". Con ellos se dirige al material de la historia
"disponiéndola con arreglo al pensamiento y construyendo a priori
una historia".

...el concebir es aquí la actividad misma del concepto y no


la concurrencia de una materia y u n a forma que viene cada
una de su lado. 54

Esa mirada que se eleva por encima de la relación materia-forma


y que Hegel reclama para la Filosofía de la Historia, es la mirada
de la razón, p u e s a q u í t a m b i é n " t o d o lo real es racional". Lo
verdadero no se halla en la superficie visible, "sólo quien mira
racionalmente el m u n d o lo ve racionar'. Y las categorías cons-
tituyen, justamente, ese lente que hace del mirar más que u n simple
ver los sucesos, u n concebir la sustancia racional en su actuación y
producción universales.
La superación de la escisión entre forma y contenido en la pers-
pectiva hegeliana requiere de u n a crítica al formalismo, por cuanto
éste manipula unos contenidos que son puestos sin justificación
científica y unos conceptos y categorías que son, en última instancia,
los del sentido común. En efecto, desde el punto de vista del sujeto
trascendental sólo es posible u n conocimiento cierto pero formal;
la cosa en sí, su verdad, permanece impenetrable. Para Hegel, en
cambio, debía ser posible captar en la espontánea multiplicidad
de los fenómenos aquello que los origina y les da su carácter
unitario. El m é t o d o p a r a alcanzar la v e r d a d de lo real debe,
entonces, fundarse en la realidad misma y ser u n o con ella, ya que
la verdad consiste en la sistemática articulación de los opuestos
dentro del sistema total de las oposiciones. El todo es epistemo-

54
Hegei, G W. F. Lecciones sobre Filosofía de la Historia Universal. Trad.
de José Gaos. Madrid, Alianza, 1986. p. 42 (introducción).
84 ADRIANA ARPINI

l ó g i c a m e n t e a n t e r i o r a las p a r t e s q u e se a r t i c u l a n c o m o p r o c e s o d e
lo real-racional.
P a r a d a r este p a s o , c o n el q u e al m i s m o t i e m p o H e g e l r e c h a z a
el f o r m a l i s m o y se a p r o p i a d e la i d e a d e c a m b i o d e n t r o del s i s t e m a ,
era n e c e s a r i o establecer c o n f i r m e z a la r e a l i d a d d e l E s p í r i t u c o m o
lo v e r d a d e r a m e n t e existente y q u e llena el m u n d o . 5 5 A s í p u e s , p o r
e n c i m a d e l sujeto t r a s c e n d e n t a l y d e la m u l t i p l i c i d a d d e lo feno-
m é n i c o se p o s t u l a la existencia d e u n p r i n c i p i o s u p e r i o r f u n d a n t e :
el Espíritu, la v i d a c o m o Espíritu, q u e se manifiesta e n las figuras
m u l t i f o r m e s d e los p u e b l o s , c u y o s a c o n t e c i m i e n t o s n o e s t á n
l i b r a d o s al acaso, sino q u e e s t á n d o m i n a d o s p o r u n fin ú l t i m o , p o r
u n a razón q u e r i g e el m u n d o . R a z ó n c u y a d e m o s t r a c i ó n es la
historia universal misma.
La r a z ó n se m u e s t r a a c t u a n t e y p r o d u c t o r a e n la historia. El
d e v e n i r , el c a m b i o , se e n c u e n t r a n a la b a s e d e s u m a r c h a dialéctica.
D e m o d o q u e ésta - l a d i a l é c t i c a - n o es sólo u n m é t o d o d e conoci-
m i e n t o d e la r e a l i d a d sino q u e la r e a l i d a d m i s m a es dialéctica e n
la m e d i d a q u e es racional.
Esta c o n s i d e r a c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a y o n t o l ó g i c a d e las c a t e -
gorías q u e a t i e n d e n o sólo a la f o r m a sino, d e m a n e r a especial, al
c o n t e n i d o y a s u realización, se h a c e p o s i b l e , sin e m b a r g o , s o b r e la
b a s e d e u n n u e v o d e s p l a z a m i e n t o del sujeto. N o se t r a t a y a d e
" e s t e h o m b r e " o " a l g u n o s h o m b r e s " c o m o e n Aristóteles, t a m p o c o
d e l sujeto t r a s c e n d e n t a l k a n t i a n o , s i n o d e l E s p í r i t u m i s m o .
A h o r a b i e n , la f u n c i ó n d e c a t e g o r i z a c i ó n , e n c u a n t o p r e d i -
cación, a t r i b u c i ó n o d e n o m i n a c i ó n , se j u e g a e n el d i s c u r s o y se n o s
r e v e l a c o m o ejercicio q u e l l e v a a c a b o el sujeto p o r t a d o r d e l
d i s c u r s o . Así, la c u e s t i ó n del sujeto r e s u l t a crucial e n la definición
d e c u a l q u i e r e s t r a t e g i a c a t e g o r i a l . D e n t r o d e l p a r a d i g m a d e la
subjetividad m o d e r n a , s i g n a d o p o r el ego cogito cartesiano, el sujeto

55
Cfr. Negrón Pavón, Dalmacio. Introducción. En: Hegel, G. W. F. Sobre las
maneras de tratar científicamente el Derecho Natural. Introducción,
traducción y notas de D. Negrón Pavón. Madrid, Aguilar, 1979.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 85

- y a sea bajo la forma del sujeto trascendental kantiano o del


Espíritu hegeliano como principio f u n d a n t e - resulta siempre
anterior al discurso y al m u n d o , y es desde esta anterioridad desde
d o n d e se definen las respectivas estrategias categoriales: como
conceptos a priori del entendimiento o como razón que rige al
mundo.
El descentramiento del sujeto, que en nuestros días es señalado
con énfasis desde diversos ámbitos del saber, p u e d e ser inter-
pretado como u n a crítica - m u c h a s veces hipercrítica- de aquella
pretendida anterioridad y transparencia del sujeto moderno. La
sospecha se e n d e r e z a a desmitificar la p u r e z a de la razón, la
absolutez del Espíritu o la transparencia de la conciencia que reduce
la heterogénea y contradictoria realidad del m u n d o fenoménico a
la unidad del concepto.
Los hombres no p u e d e n vivir sin tratar de describir y explicar
el universo para sí mismos, y anticipar, incluso, el porvenir. Los
modelos que emplean para hacer tal cosa tienen que afectar pro-
fundamente sus vidas, y no menos cuando no están conscientes
de ello. Si bien Kant fue el primero en trazar la distinción entre las
preguntas sobre los hechos y las preguntas acerca de las estructuras
en que tales hechos se presentan -señalando al mismo tiempo que
estas estructuras o categorías son las que d a n u n i d a d al m u n d o y
posibilitan la comunicación-, hay que agregar, sin embargo, que
las categorías, en cuanto formas de la experiencia, están ellas
mismas sometidas al cambio. Las opiniones que los hombres tienen
del m u n d o , de sí mismos y de los demás varían muchísimo de
unos a otros en función de los "lentes-categorías" a través de los
cuales se clasifica la experiencia en las distintas épocas y situa-
ciones. 56 Las categorías, en fin, permiten organizar la percepción
del m u n d o y articular diversas formas del pensar. Es decir que las
formas de racionalidad hallan expresión discursiva a través de
categorías.

56
Cfr. Berlín, Isaiah. Conceptos y categorías. Ensayos filosóficos. México,
Fondo de Cultura Económica, 1983. pp. 27 a 42.
86 ADRIANA ARPINI

A h o r a b i e n , si se a d m i t e q u e t o d a f o r m a d e r a c i o n a l i d a d
f u n c i o n a e n r e l a c i ó n c o n u n r e f e r e n t e , es p o s i b l e e n t o n c e s u n a
c a r a c t e r i z a c i ó n q u e a c e n t ú e la e s t r u c t u r a referencial d e las cate-
gorías, a la v e z q u e evite caer e n lo q u e B a r t h e s h a l l a m a d o " i l u s i ó n
r e f e r e n c i a r ' . Es decir, la i l u s i ó n d e creer q u e es p o s i b l e p a r a la
conciencia a d h e r i r s e , sin m e d i a c i o n e s , al referente. 5 7 I l u s i ó n q u e
d e s c o n o c e el h e c h o m i s m o d e la c o n s t r u c c i ó n d e la objetividad a
p a r t i r d e la subjetividad. Al contrario, el ejercicio categorial p e r m i t e
o r g a n i z a r la sintaxis del m u n d o . El sujeto q u e lo realiza es p a r t e
d e ese m u n d o y se h a l l a t a n d i s o c i a d o y a t r a v e s a d o d e conflictos
c o m o la r e a l i d a d m i s m a q u e i n t e n t a c o m p r e n d e r . Su c o m p r e n s i ó n
será p u e s " u n a " c o m p r e n s i ó n a x i o l ó g i c a m e n t e c a r g a d a y objeti-
v a d a e n categorías.
H a b l a r d e c a t e g o r í a s sociales implica, p o r t a n t o , r e c o n o c e r el
carácter m e d i a d o r de las m i s m a s en cuantos m o d o s de com-
p r e n s i ó n d e la r e a l i d a d , d e u n a d e t e r m i n a d a r e a l i d a d social e n
c u y a t r a m a se h a l l a i n m e r s o el sujeto. Sujeto q u e a p a r t i r d e s u
t r a t o c o t i d i a n o c o n el m u n d o m a t e r i a l , social, histórico lo c o n o c e y
lo t r a n s f o r m a , c o n o c i é n d o s e y t r a n s f o r m á n d o s e . Al m i s m o t i e m p o
c o n s t r u y e las r e p r e s e n t a c i o n e s objetivas del m u n d o y d e sí m i s m o ,
q u e e x p r e s a e n las p a l a b r a s d e u n lenguaje q u e i n t e n t a t r a d u c i r
t o d a su a b i g a r r a d a y conflictiva e x p e r i e n c i a d e l m u n d o . Objetiva-
ciones m e d i a n t e las cuales o r i e n t a s u obrar.
Si a c e p t a m o s q u e el d e v e n i r - c o m o q u e r í a H e g e l - está a la b a s e
d e la m a r c h a dialéctica d e la r a z ó n , d e b e m o s t a m b i é n a c e p t a r q u e
el p e n s a m i e n t o d e la s o s p e c h a y la crítica del sujeto n o s m u e s t r a n
q u e ese d e v e n i r es r a d i c a l h i s t o r i c i d a d , e n la m e d i d a q u e es la
historia d e sujetos q u e se d e b a t e n e n el s e n o d e la conflictividad
social. E n este s e n t i d o , utiliza G a o s el t é r m i n o " c o n c e p t u a c i o n e s "
p a r a referirse a la i n t e r p r e t a c i ó n d e la historia, d e s t a c a n d o la con-
v e n i e n t e d u a l i d a d d e a c e p c i o n e s d e l m i s m o ; lógica p o r u n l a d o y

57
Cfr. Barthes, Roland. "El efecto de realidad". En: Lo verosímil. Buenos
Aires, Tiempo Contemporáneo, 1972.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 87

axiológica por otro. Es decir que comprende a u n tiempo las ope-


raciones intelectuales y las valoraciones que en relación con sus
circunstancias p o n e en juego u n sujeto real, histórico. 5 8 Cabe
entonces hablar de historia social, de sujeto empírico, de objetiva-
ciones categoriales axiológicamente determinadas.
"Sujeto empírico", decimos u s a n d o la expresión acunada por
Roig, y reconocemos que se trata de u n a construcción, más no a la
manera del idealismo. "Aquel sujeto (empírico) se caracteriza por
jugar u n papel no encubierto en su propia construcción:... Será lo
que está 'por detrás 7 , pero, si se quiere, 'por detrás de sí mismo',
con lo que se nos muestra su prioridad-posterioridad respecto del
lenguaje, como asimismo de su 'construcción'/' 5 9 Sujeto que se
"inventa" a si mismo, pero que en su hacerse y gestarse no escapa
a la conflictividad social.
Las categorías, en cuanto compendios de la realidad, nos per-
miten conocerla, comprenderla, expresarla y valorarla. Podemos
hablar de categorías sociales en la m e d i d a que, trascendiendo el
nivel lógico-formal, reconocemos su capacidad de orientación
axiológica. Esto es su capacidad d e informar nuestras valoraciones
y decisiones en relación con situaciones concretas y cotidianas y,
en función de ella, definir cursos de acción. La filosofía se h a
ocupado, desde siempre, de examinar esas maneras de pensar y
actuar, esas "lentes-categorías" - c o m o las llama Isaíah Berlin-; y
en particular, las formas como ellas se relacionan o chocan unas
con otras, d a n d o lugar a nuevos sistemas de categorías.
Podemos, en síntesis, afirmar que las categorías sociales son
formas del pensamiento - e n el sentido de los epitomes o resúmenes
de la realidad de los que habla H e g e l - y a u n condiciones de

58
Cfr. Gaos, José. En torno a la filosofía mexicana. México, Alianza, 1980.
59
Roig, Arturo. El sujeto de las categorías y el discurso: tres cuestiones de
interés para la Historia de las Ideas. (Conferencia expuesta el 26 de agosto
de 1988 en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional
de San Juan).
88 ADRIANA ARPINI

posibilidad del conocimiento, pero no son a priori para u n sujeto


trascendental a la manera kantiana, sino socialmente válidas. Es
decir, las categorías son objetivaciones p r o d u c i d a s d e s d e u n
contexto social e histórico determinado, que se expresan en la
mediación del lenguaje facilitando la comunicación dentro de u n a
cierta estructura referencial -dimensión semántica que Aristóteles
anticipa- y que transmiten valores según los cuales se orienta el
obrar de los hombres -dimensión pragmática- en relación con su
propia realidad epocal.

4.2. Las categorías sociales en los escritos hostosianos

A través del análisis de algunos escritos de la etapa juvenil de


Hostos (Cfr. Capítulo 3), p u d i m o s apreciar que, junto a su interés
por dar u n a solución política a la situación de las Antillas en el
ú l t i m o tercio del siglo aflora t a m b i é n , i n s i s t e n t e m e n t e , la
preocupación por explicar y vehiculizar respuestas en relación con
la problemática social. Esta preocupación queda plasmada en los
escritos hostosianos a través de u n a estrategia categorial orga-
nizada en torno a las conceptuaciones polares de "barbarie" y
"civilización". Ellas son las herramientas con que se aborda la
realidad social, tanto e n el m o m e n t o descriptivo, como en el
proyectivo. No se d a n en forma aislada ni pertenecen de suyo a
u n universo aséptico y formalmente científico. Antes bien, se v a n
a r t i c u l a n d o como u n a compleja y n o s i e m p r e a r m o n i o s a red
categorial, a partir del proceso mismo de producción del discurso;
en cuyo interior revisten formas ideológicas, conllevan posiciones
axiológicas, remiten, en fin, a lo otro que el discurso. Se trata,
efectivamente, de categorías sociales, pues permiten rebasar el nivel
lógico-lingüístico del discurso hacia la dimensión semántica y
pragmática, d o n d e surge - e n el ejercicio mismo de la función de
categorización- el sujeto que las enuncia y sostiene.
La t o n a l i d a d general d a d a p o r la transición - t a r d í a p e r o
abrupta en el caso de las Antillas- del vínculo colonial hacia la
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 89

situación de capitalismo periférico se manifestó, a nivel de las


representaciones simbólicas, a través de formas discursivas capaces
de expresar las tensiones sociales del momento. Tal es el caso del
ensayo, al que ya hemos aludido. A través de la producción ensa-
yística de los autores caribeños -Hostos, Martí, Betances- es posible
acceder a la problemática que caracterizó al siglo XIX: la preo-
cupación puesta en la búsqueda de la identidad socio-cultural, por
u n a parte; y por la otra, los esfuerzos por lograr la constitución
formal de los Estados.
Recordemos que en la América continental se abre, después
de las Guerras de Independencia, u n periodo que ha de prolongarse
hasta 1880, el Interregno, durante el cual se pusieron en evidencia,
a raíz de las Guerras Civiles, profundas diferencias sociales que
mostraron la heterogeneidad de lo nacional. El "pueblo" al que se
hace referencia al h a b l a r de N a c i ó n m u e s t r a u n a e s t r u c t u r a
atravesada de conflictos, polarizada de u n lado, por los sectores
hegemónicos (conservadores y liberales), articulados en torno a
u n proyecto de Estado; y del otro, por los sectores sociales emer-
gentes, cuya presencia se va imponiendo con u n a fuerza que fue
objeto de temores constantes por parte de los grupos partidarios
de la u n i d a d y la estabilidad social. Esta problemática q u e d a
explicitada simbólicamente p o r m e d i o de la dicotomía "civi-
lización-barbarie", tal como surge de las páginas del Facundo de
Sarmiento. Ambas categorías adquieren, en este periodo, pleno
sentido social, señalando el paso de la problemática política a la
social; d e s p l a z a m i e n t o q u e marcó la transición del m o m e n t o
ilustrado al m o m e n t o romántico, característico del Interregno.
Dicha dicotomía articula los discursos políticos y sociales expre-
sados a lo largo del siglo XIX latinoamericano por los intelectuales
de la región continental, ligados, en su mayoría, a los sectores
hegemónicos. Y aparece también en los escritores caribeños.
En el caso particular de los escritos hostosianos la encontramos,
tanto en la producción ensayística como en la sistemática, matizada
en cuanto a su contenido y a su función. A m b o s términos ad-
quieren, a través de las sucesivas etapas en que hemos dividido la
90 ADRIANA ARPINI

obra del puertorriqueño, marcas semánticas que modifican sus


significados, de a c u e r d o con las situaciones y problemáticas
diversas que intentan explicar. En efecto, p o d e m o s hablar de
semantizaciones y resemantizaciones, desplazamientos y matices,
de las categorías de análisis social "barbarie" y "civilización", a lo
largo de la producción hostosiana.
En lo que sigue nos proponemos elucidar, a través de algunos
textos en los que el autor aborda diferentes problemas y temáticas,
el peso semántico, axiológico y preformativo que los significantes
"barbarie" y "civilización", o sus equivalentes, adquieren. Nos
abocamos con preferencia a escritos ensayísticos de la primera y
tercera etapas; es decir, a textos p r o d u c i d o s e n los lapsos d e
1852-1879 y 1898-1903, respectivamente. Aludiremos sólo fragmen-
tariamente a los textos de la segunda etapa, a la que corresponde
la casi totalidad de los escritos sistemáticos, pues estos serán objeto
de estudio en capítulos siguientes (cfr. Capítulo 6).

4.2.1. Significados en busca de significantes

Ya hemos señalado que en la primera etapa el pensamiento social


y político de Hostos está signado por u n a ruptura, la que se produce
la noche del sábado 20 de diciembre de 1868 con el celebre Discurso
y rectificación pronunciado en el Ateneo de Madrid (cfr. parágrafo
3.7. "Palabras que son acciones. El discurso de la ruptura"). Antes
de esa fecha el término "civilización" aparece pocas veces en los
escritos hostosianos, ligado siempre, d e s d e el p u n t o de vista
político, a la idea de libertad. El término "barbarie" se encuentra
aun con menor frecuencia. Sin embargo sus significados, en cuantas
categorías sociales, comienzan ya a configurarse a través de otros
términos que el autor utiliza para encarar temas sociales.
Así por ejemplo, en u n artículo que lleva por título "La ins-
trucción elemental", publicado en El Cascabel de Madrid el 15 de
noviembre de 1866 y firmado con el pseudónimo "Observator",
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 91

podemos advertir u n a prefiguración de la dicotomía "barbarie-


civilización" sin que esos significantes aparezcan como soportes
materiales de los contenidos semánticos y axiológicos anticipados.

La epidemia es u n mal que llega, mata y parte.


Terribles son sus estragos, pero son accidentales.
U n a sociedad bien organizada lucharía victoriosamente
contra el mal; a sus furores o p o n d r í a la serenidad del
bienestar; a su crueldad, el heroísmo; a sus terrores, la
consoladora caridad; a su asechanza, la previsión.
Bienestar doméstico, limpieza, ánimo sereno, bastarían
para ahuyentar a esa muerte voraz.
Lo que más la alimenta es la miseria, y esta compañera de
la muerte yace, ojo avizor, en el oscuro fondo de nuestras
sociedades.
¿Qué corrupción atmosférica, q u e cólera equivale a la
ignorancia? Ella, ella es la que origina la formidable en-
fermedad que postra las fuerzas sociales.

Esa ignorancia lo corrompe todo, puesto que hasta el carác-


ter consigue corromper...
¿Por qué los hijos de esos pueblos truecan en r u d e z a su
voluntad enérgica, en soberbia su dignidad, en egoísmo la
abnegación con que absolutamente se van sacrificado más
de u n a vez en la historia patria? Por la ignorancia.

Pero se m e dice: ¿es necesario, según eso, que todos los


miembros de u n a sociedad sean sabios?
Sí; contestó decididamente. Sabios pero de otra manera que
los que gozan fama de tales en las cortes. Leer, escribir,
contar, conocer su religión, conocer la forma de gobierno
bajo la q u e viven; saber, de otro m o d o que empíricamente
el oficio a q u e se d e d i q u e n ; h e ahí la s a b i d u r í a del
industrial, del letrado. 60

60
Hostos, Eugenio María de. "La instrucción elemental". (Publicado en El
Cascabel de Madrid, 15/XI/1866). En: Obras Completas. Vbl XXI. París,
Ediciones Literarias y Artísticas, 1954. pp. 39 a 44.
92 ADRIANA ARPINI

El tema de la instrucción es trabajado por Hostos, tal como se


evidencia en los párrafos transcriptos, apelando al recurso de la
analogía. La ignorancia es como la epidemia de cólera. Al igual
que la semiótica médica, la semiótica social p u e d e leer los síntomas
d e la e n f e r m e d a d . A m b o s males sociales son p r o d u c t o de la
miseria. La e p i d e m i a , a u n a p e s a r de su fiereza, es pasajera,
superable. La ignorancia, en cambio, es u n a forma imperceptible
de corrupción que pervierte y postra todas las fuerzas sociales.
Se trata, también en este caso, de u n texto notablemente pref or-
mativo. Las valoraciones se organizan dicotómicamente en torno
a dos ejes paralelos: "enfermedad-salud" e "ignorancia-instruc-
ción", en cuyos polos (positivo y negativo) se p u e d e n consignar
las siguientes series axiológicas:

Enfermedad Salud Ignorancia Instrucción

(-) (+) (-) (+)

mal organización social rudeza voluntad


furor bienestar soberbia dignidad
crueldad heroísmo egoísmo abnegación
terrores caridad miseria sabiduría
asechanza previsión
miseria limpieza

Cabe señalar que los contenidos de valor de la primera serie dico-


tómica tienen como referente a la sociedad sobre la que recaen;
mientras que los de la segunda remiten a la subjetividad individual.
El desplazamiento de lo social a lo subjetivo n o es casual. El autor
persigue con ella u n a finalidad precisa: poner en evidencia cuánto
más corrosiva es la ignorancia, ya q u e ella no sólo afecta a la
sociedad n e g a n d o la vida, debilitando por la enfermedad la cor-
poralidad de los individuos que la constituyen; sino que se instala
en la misma médula de la subjetividad - y transitivamente de la
sociedad-, pues "hasta el carácter consigue corromper".
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 93

La relación analógica entre lo social y lo subjetivo, lo corporal


y lo idiosincrásico del individuo, p u e d e ser mejor comprendida si
se toma en cuenta la impronta del krausismo en el pensamiento
hostosiano. En el marco de la doctrina krausista difundida por
Sanz del Río en E s p a ñ a , s o c i e d a d e i n d i v i d u o se h a l l a n e n
indisoluble relación, siendo éste el p u n t o de apoyo y de partida
de la sociedad, así como el sitio en que estriban todos los cono-
cimientos posibles. Esto es, a partir del análisis subjetivo de los
contenidos del yo se alcanza el conocimiento inmediato e irrefutable
de su unidad. Unidad indivisible que enlaza cuerpo, espíritu y
hombre en cuanto concreción de la h u m a n i d a d genérica. Así como
la enfermedad, producto de la miseria social y material, corrompe
el cuerpo y destruye la unidad, así también la ignorancia, resultado
de la miseria social y espiritual, impide la concreción de la h u m a -
nidad en el sujeto como en la sociedad. (Sobre la impronta del
krausismo en el pensamiento de Hostos, se profundizara en los
capítulos siguientes).
Como ya hemos señalado, se trata de u n texto preformativo.
En el se p o n e n en juego criterios prácticos y no lógicos de verifi-
cación. En este sentido se instaura u n a tensión entre lo d a d o
socialmente y la situación ideal, lo que debe darse. Este deber ser
queda sintetizado en la idea de "sabiduría" que Hostos introduce
sobre el final del texto. "Sabiduría" entendida no como la vana
gloria de los cortesanos, más próxima a la soberbia que a la dig-
nidad; valor, este, que todo hombre p u e d e conquistar y defender
por su propio esfuerzo, cualquiera sea su posición social (artesano,
obrero, industrial, letrado), a través de la instrucción.
La dicotomía "ignorancia-instrucción" - m u y próxima en su
formulación a la polaridad "luces-ignorancia" propia del pen-
s a m i e n t o i l u s t r a d o - se m u e s t r a o r g á n i c a m e n t e l i g a d a a los
opuestos "enfermedad-salud" a través de sus contenidos semán-
ticos y valorativos. Tales contenidos constituyen, ciertamente, los
significados anticipados de lo que en escritos posteriores alcanzara
expresión sistemática en los significantes "barbarie" y "civiliza-
cion .
94 ADRIANA ARPINI

4.2.2. Ferrocarril = paz, progreso, unidad = civilización

Después de la ruptura del 68, retoma Hostos la senda del peregrino


q u e lo c o n d u c e , esta vez, al territorio continental d e n u e s t r a
América.
N o s interesa a b o r d a r u n aspecto poco conocido y m e n o s
d i f u n d i d o e n t r e las m ú l t i p l e s a c t i v i d a d e s d e s a r r o l l a d a s p o r
Eugenio María de Hostos como "peregrino de América Latina",
es decir, como h o m b r e que reclama de su Patria G r a n d e " q u e
camine sin inconsecuencias hacia el fin lógico e histórico que le
espera". 6 1 Se trata de su decidida intervención en favor de la
construcción de líneas férreas destinadas a unir a los pueblos del
continente; y en particular, del impulso que con sus escritos dio a
la construcción del Ferrocarril Trasandino, que une a chilenos y
argentinos p o r m e d i o de u n a vía t e n d i d a d e s d e Valparaíso a
Buenos Aires y que atraviesa la cordillera de los Andes por el túnel
transcordillerano Las Cuevas. Cuando en 1910 se concluyó la obra,
siete años después de su muerte, los esfuerzos de Hostos se vieron
premiados. La locomotora que cumplía el trayecto entre Santa Rosa
de los Andes (Chile) y Mendoza (Argentina), r e m o n t a n d o en la
cresta andina el camino que u n e a los dos pueblos, llevaba sim-
bólicamente inscripto el nombre de "Eugenio María de Hostos".
Simbólicamente, decimos, p o r q u e esa locomotora concretaba,
a u n q u e parcialmente, el ideal cimero de nuestro autor, el de la
unidad latinoamericana.
Al detenerse en la Argentina, durante su viaje al sur (1870-
1873), Hostos conoció el proyecto del chileno Juan Clark (nombre
ligado a la historia de nuestros ferrocarriles y figura controvertida,
propulsor del progreso para unos, empresario sin escrúpulos para
otros; cuestión que no es el momento ni el lugar de discutir). En
aquel entonces Clark estaba gestando u n proyecto: la construcción
de u n a línea férrea que uniera a Chile con la Argentina a través

61
Hostos, Eugenio María de. "Río Cuarto" (de "Mi viaje al sur"). En: Obras
Completas. Vol. VI. p. 257.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 95

del coloso andino. La idea n o p u d o menos que entusiasmar al


p u e r t o r r i q u e ñ o , defensor ardiente de t o d o lo q u e significara
progreso y contribuyera a la u n i d a d de América Latina. Se abocó
de i n m e d i a t o a i m p u l s a r aquel proyecto con los m e d i o s a su
alcance: la p l u m a y el papel.
Como ya lo había hecho en el Perú, impulsando la construcción
del Ferrocarril de los Abismos, 62 Hostos dedica u n a serie de artí-
culos periodísticos y otros escritos al tema del Trasandino. 6 3 Ello
nos ofrece la posibilidad de analizar dos categorías constantes en
la producción escrita del puertorriqueño, la de "progreso" y la de
"unidad", puestas en relación con u n problema concreto, el ferro-
carril. Ambas categorías remiten, a su vez, en forma directa a la de
"civilización", y en forma indirecta a la de "barbarie". Dicotomía
que le sirve de marco para el tratamiento de la vasta problemática
social.
Ferrocarril es sinónimo de progreso. El progreso es, para nuestro
autor, u n a ley natural de la vida social, por la cual toda sociedad
evoluciona espontáneamente hacia su perfección, es decir, hacia
el estado óptimo de civilización. La concepción hostosiana del
progreso deja traslucir u n optimismo de raíz ilustrada y racionalista
con matices positivistas, por una parte; y por otra, la idea de origen
krausista sobre la evolución armónica del organismo social en pos
de su grado óptimo de realización.

62
Hostos, Eugenio María de, "De Chimbóte a Huaraz o El Ferrocanil de los
Abismos". En: Obras Completas. Tomo VII, pp. 185 y ss. Se trata de seis
artículos publicados en La Patria entre el 6 y el 12 de octubre de 1871.
63
Hostos, Eugenio María de. "Mi viaje al sur". En: Obras Completas. Tomo
VI, Sección dedicada a la Argentina; párrafos: "Río Cuarto" (I-II), pp. 255 y
ss.; "Río Cuarto a Mercedes" pp. 265 y ss.; "El ferrocarril en el desierto", pp.
312 y ss. También en "Temas Sudamericanos". En: Obras Completas. Tomo
VII, parágrafos: "Cartas abiertas", a La Opinión de Talca y a los diarios de
provincias, Buenos Aires, 1 de noviembre de 1873, pp. 367 y ss.; "El Ferrocarril
Interoceánico" (I-II-III), pp. 433 y ss.; "El Ferrocarril Trasandino", pp. 448 y
ss. Las citas tomadas de estos textos se indican con un número romano
correspondiente al volumen, seguido del número de la página.
96 ADRIANA ARPINI

¿En qué medida el ferrocarril contribuye para hacer efectivo


el progreso? Desde el p u n t o de vista económico, "permite satisfacer
las necesidades que multiplica". El desarrollo de las necesidades
opera efectos positivos en el espíritu de u n país, p r o m o v i e n d o
"cambios en el trabajo, la producción y las ideas" [VI, 256]. De
esta manera podrá lograrse u n a noción más completa de la vida
individual y social

... p o r q u e él h a r á c o m p r e n d e r p r á c t i c a m e n t e cómo se
encadenan los actos individuales y sociales, el trabajo de
todos y el de uno, la acción latente de u n a ley estable de la
n a t u r a l e z a al m o v i m i e n t o i n e s t a b l e de las a r m o n í a s
económicas [VI, 319].

Dicho conocimiento práctico conducirá al abandono progresivo


de las formas incompletas del vivir; es decir, al abandono de la
barbarie y a la conquista de la civilización.
Desde una óptica humanista, sostiene el puertorriqueño que,
a u n dejando de lado las ventajas económicas que reportaría, los
efectos intelectuales y morales por sí mismos justificarían el es-
fuerzo de la construcción del ferrocarril. El intercambio cotidiano
de cartas, periódicos y libros facilitaría el conocimiento m u t u o de
dos pueblos que, a pesar de la cercanía, permanecen lejanos y des-
conocidos. Lograda la unión, "... no es temerario asegurar que en
la vida internacional ambas Repúblicas constituirán una fuerza
internacional" [VII, 437].
Ferrocarril es s i n ó n i m o de unidad. " P r o p u l s o r de fuerzas
útiles", es instrumento de combate "contra el egoísmo y la altanería
que desune". La presencia del ferrocarril cruzando el Ande será
m á s elocuente que las r a z o n e s en favor de la confraternidad
Americana, porque será " u n a necesidad satisfecha", " u n a verdad
experimental" [VI, 313].
D e s d e la p e r s p e c t i v a hostosiana, -forjada a p a r t i r d e los
principios h u m a n i s t a s del k r a u s i s m o y o r i e n t a d a p o r ideales
civilizatorios-, el ferrocarril es n o sólo u n elemento de unión entre
los pueblos, sino también u n medio de paz; ya que es u n mediador
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 97

de intereses económicos complementarios de la producción, del


consumo, de la circulación de riquezas, de la organización del
trabajo, de la locomoción y del desarrollo de industrias embrio-
narias. Razones, todas éstas, tangibles y contrarías al "egoísmo
miope", razón abstracta que sostiene el enfrentamiento entre los
pueblos. Y es, aunque parezca paradójico, un medio revolucionario
para la paz, en la medida que favorece el desarrollo natural y
armónico de las sociedades, estimulando el encadenamiento
necesario entre los intereses económicos y los intereses colectivos
e individuales, en los que radica toda garantía de paz. La revolución
pacífica será el resultado fatal de la presencia del ferrocarril, pues
organizará espontáneamente las fuerzas del progreso social,
avasallando los factores de estancamiento: legislaciones arbitrarias,
egoísmos sectoriales, tradicionalismo.
Si bien el ferrocarril puede ser considerado como símbolo
sobresaliente del progreso a lo largo de todo el siglo XIX, justa-
mente por tratarse de un significante con gran potencialidad
semiótica, dio lugar a muchas y muy variadas interpretaciones.
Traemos a colación un texto de 1857, surgido de la pluma del
Excmo. Sr. Arzobispo de Cuba, lugar donde se instaló el primer
ferrocarril de América Latina:

Necesitando los hombres trasladarse de un punto a otro,


de esta a aquella ciudad, de este a otro y otros reinos,
procuraron siempre tener y conservar caminos abiertos, y,
para verificarlo con mayor comodidad y presteza, el
ingenio humano inventó últimamente los ferrocarriles. Por
su medio y andando cuidadosa y constantemente por los
carriles o líneas se adelanta mucho en poco tiempo y con
toda la comodidad posible. Más, si por este o aquel
accidente las ruedas abandonan las líneas, ¡ay de los
viajeros! que, a no ser por un milagro del cielo, expe-
rimentan entonces las mayores desgracias, como la que
estamos lamentando... He aquí ahora la aplicación: Todos
los hombres estamos llamados a emprender y seguir el
camino de la Jerusalén de la gloria. El mismo Dios nos lo
ha trazado, y ese camino no es otro que el amor. Como los
98 ADRIANA ARPINI

caminos de hierro, tiene éste dos líneas que son: amar a


Dios y amar al prójimo. La locomotora es la caridad, que anda
con celeridad m a y o r o m e n o r en r a z ó n directa de sus
grados de calor, o sea de amor. Cada uno de los coches en
que a n d a n las gentes, lleva el mismo nombre, que es la
voluntad de Dios. Todos y cada uno de ellos tienen cuatro
ruedas: las dos delanteras son la Religión y la Moral; las otras
dos son la Obediencia a la Autoridad eclesiástica y la Obediencia
a la Autoridad civil...
Así es, señores, como se m e figura a mí que cada
pueblo, cada provincia y cada reino van metido en u n coche
de ese ferrocarril. ¡Dichosos ellos si a n d a n s i e m p r e
encarrilados!... Más, ¡ay de la provincia, del reino o imperio
que llega a desencarrilarse! porque entonces en vez de la
armonía tienen la discordia, y con ella la anarquía, y con
esta desgracia sin cuento hasta que caigan precipitados en
el caos de todas las miserias y tinieblas, donde no reina orden
alguno, sino un horror sempiterno!7764

O b v i a m e n t e , el significado atribuido al ferrocarril en el texto


transcripto difiere considerablemente del que Hostos le otorga, ya
que son distintas las posiciones desde las cuales es construido el
símbolo. En este caso se trata de incorporar la novedad que el
ferrocarril representa en el marco de u n ordenamiento establecido.
O r d e n que debe, necesariamente, ser conservado, pues tiene su
fundamentación última en u n principio suprahistórico.
Para Hostos, en cambio, en el marco de u n a sociología que
s u p o n e la existencia de u n a n a t u r a l e z a social armónica, q u e
p r o g r e s a e v o l u t i v a m e n t e d e s d e estadios inferiores, c o m o el
salvajismo y la barbarie, hacia su superación por la civilización, el
ferrocarril constituye uno de los elementos externos que alteran
ese desarrollo natural, pero en este caso para favorecerlo y esti-
mularlo. Embargado de optimismo, Hostos asocia la presencia del

64
Excmo. Arzobispo de Cuba. Elferrocarril o sea medios para conseguir la
felicidad y evitar la infelicidad o desgracia. Barcelona, Librería Religiosa,
1857. pp. 12 a 15.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 99

ferrocarril a los ideales de la unión latinoamericana y de la paz


internacional:

El ferrocarril interoceánico de Buenos Aires a Valparaíso,


como el que llegue a Bolivia y Perú, producirá, acelerará,
asegurará la p a z de estos países, y en ellos como en todos
los que constituyen el gran todo latinoamericano, la p a z
internacional será inconmovible si líneas de hierro, com-
p l e m e n t a d a s p o r líneas de a l a m b r e , ligan territorio a
territorio, población a población, producción a producción,
interés social a interés social, sociedades a sociedades [VII, *
440].

C u a n d o el ferrocarril había llegado a la altura de Río IV, en la


provincia argentina de Córdoba, escribía Hostos:

los dos abolicionistas del espacio, la electricidad y el vapor,


estaban ansiosos por suprimir la p a m p a . Ella... era u n
v a l l a d a r o p u e s t o a la civilización a r g e n t i n a . E s t a b a n
ansiosos por abolir los Andes... obstáculo estupendo a la
comunicación del progreso... [VI, 312].

H e m o s señalado, a propósito de los escritos hostosianos sobre la


abolición de la esclavitud, que ésta es sinónimo de "barbarie".
100 ADRIANA ARPINI

Podemos apreciar, ahora, que el espacio abierto también lo es. La


geografía inhóspita, la tierra inculta ponen frenos a la "civilización"
y es necesaria su abolición. El ferrocarril, vehículo de progresos
no sólo en materia de economía sino también en el orden socio-
cultural, es el medio adecuado para ella. Advertimos que, así como
en el caso de la esclavitud resulta acentuada la "libertad" como
marca semántica de la categoría "civilización", en este caso el
acento, resultante del vínculo semántico entre "ferrocarril" y
"civilización", se desplaza hacia la idea de "progreso".
Las tareas del tendido de la línea férrea se vieron interrumpidas
en varias oportunidades, no sólo por problemas técnicos, surgidos
de la naturaleza del terreno montañoso, sino también por motivos
políticos derivados del conflicto limítrofe entre ambos países por
la Región Patagónica. A propósito del problema limítrofe decía
Hostos en 1898 que:

En la p e l i g r o s a disidencia entre Chile y la r e p ú b l i c a


Argentina, por atender a la justicia parcial se desatiende la
total. Cuando los argentinos adoptaron el principio de "las
más altas cumbres" y los chilenos agregaron el comple-
mento "que dividen aguas", entre todos enunciaron u n a
v e r d a d fundamental, completa, que no p u e d e dividirse en
dos verdades, haciendo servir a la u n a mitad para hacer la
guerra a la otra mitad [Carta a Miguel Tagle. 2 2 / 1 / 1 8 9 8 . IV,
186].

Apela a la naturaleza, como principio, que le permite colocarse


por encima del conflicto; el cual, desde su perspectiva, n o es más
que otro obstáculo, histórico en este caso, que junto con el espacio
y la geografía inhóspita acabarán derrotados por la inexorabilidad
del progreso y la civilización, de la mano del ferrocarril;

La naturaleza tiene demasiado que hacer para entretenerse


en demarcar límites providenciales a los pueblos con los
cuales no contó al trazar los contornos del continente... La
naturaleza ha hecho la tierra para el hombre, el hombre
para la civilización, la civilización para completar la vida
h u m a n a [VI, 196-197].
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 101

La línea del Trasandino, de 175 km. desde M e n d o z a hasta las


Cuevas (límite con Chile), hizo necesaria la construcción de 14
túneles, el primero de ellos a 1.022 m sobre el nivel del mar, y el
último, el Transcordillerano o " d e la cumbre" - c o n 3.164 m de
l o n g i t u d - a 3.188 mts. Sobre el nivel del mar. Su construcción
e s t u v o j a l o n a d a de c o n t r a t i e m p o s , h a s t a q u e finalmente, en
noviembre de 1909, se produjo la perforación y el tendido de las
vías se realizó a tiempo para que el 5 de abril de 1910 -aniversario
de la batalla de M a i p ú - el túnel quedase oficialmente inaugurado
con el paso del primer tren, cuya locomotora, como dijimos, llevaba
el nombre de "Eugenio María de Hostos". La "unión de hierro y
de derecho" con que soñaba Hostos, "el ferrocarril continental"
que había imaginado y que debía "ligar a todos los pueblos de la
América Latina entre sí", parecía factible. H a de tenerse en cuenta
que la resignificación del ferrocarril, como símbolo de la u n i d a d
latinoamericana, revierte el sentido implícito en el p r o g r a m a
ferrocarrilero, tal como se estaba aplicando en nuestros países en
provecho de intereses económicos europeos. Lo revierte, decimos,
poniendo en consonancia las ideas de progreso y de integración,
en función de los intereses de nuestra América.
Nos interesa rescatar de estos textos hostosianos la dimensión
simbólica que el ferrocarril representa. Como símbolo, e l es por-
tador de una significación segunda, resumida en la categoría de
"civilización", que comprendía los ideales de progreso, propios
del discurso modernizador vigente en la época, y las aspiraciones
d e u n i d a d continental, como concreción del ideal bolivariano, que
alentaba el maestro borinqueño impulsando desde Chile la obra
del ferrocarril:

Hoy, c u a n d o se golpee en el suelo d e los A n d e s p a r a


encadenar el riel que los subyuga para siempre, se habrá
d a d o u n martillazo de m u e r t e al necio espíritu que, en
nombre de intereses microscópicos, se agita por dividir lo
que es necesario que esté unido [VII, 451].
102 ADRIANA ARPINI

4.2.3. Significantes y significaciones: "barbarie-civilización'' y


"esclavitud-libertad"

H e m o s visto, a través de escritos que a b o r d a n problemáticas


sociales diferentes -la instrucción elemental y el tendido de la línea
férrea del T r a s a n d i n o - cómo se v a n dibujando los contenidos
semánticos de las categorías "barbarie" y "civilización". Afirmamos,
además, que ambos significantes están sujetos a resemantizaciones
a través de las diferentes etapas de la producción hostosiana, y
alcanzan justificación plena en el marco de los escritos sistemáticos
que constituyen el núcleo filosófico fundante de su pensamiento.
Es, sin embargo, en los escritos en que el autor encara los problemas
socio-políticos antillanos, d o n d e es posible apreciar con mayor
precisión las sucesivas semantizaciones y resemantizaciones, los
m a t i c e s y los d e s p l a z a m i e n t o s a los q u e e s t á n sujetos los
significados de ambas categorías. La plurivocidad resultante no
es producto de la casualidad ni, m u c h o menos, de la confusión.
Antes bien, responde a la necesidad de ajustar el discurso a la
realidad, en la medida que se reconoce la relación dialéctica en
que se hallan. Atravesados ambos por tensiones y antagonismos
que obligan a redefinir constantemente los términos con los que el
discurso refiere descriptiva y proyectivamente la realidad.
Así, en los escritos anteriores a 1879 que aluden a la situación
social de Puerto Rico y Cuba, encontramos afirmaciones como la
siguiente:

El pueblo no es pueblo cuando, por substracciones


caprichosas e interesadas, lo reducen sus explota-
dores y sus enemigos a la porción ineducada que
tiene d e m a s i a d o q u e trabajar p a r a educarse, y
demasiada honradez instintiva para vivir sin tra-
bajar: éste es el pueblo inculto, cuya ignorancia es
responsabilidad de la porción culta del pueblo. 65

65
Hostos, Eugenio María de. "Retrato de Francisco V Aguilera". (Caracas,
1876). En: Obras Completas. Vol. IX, p. 148.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 103

En la oposición aquí expresada es posible distinguir entre "porción


ineducada", "pueblo inculto", "ignorancia" por u n lado y, por otra,
"porción culta del pueblo". Tal dicotomía podría explicarse en
primera instancia, atendiendo al contexto hostosiano, como u n a
denuncia y u n reclamo a la vez. Denuncia de la situación tradi-
cionalmente deprimida y de sumisión de la sociedad antillana, y
particularmente de la puertorriqueña, en la que los gobernantes
españoles se opusieron sistemáticamente a implementar cualquier
forma de educación que fuera más allá de la elemental. Y reclamo
de u n intelectual representativo de los sectores sociales emergentes,
que cifra sus esperanzas en que el progreso de la razón y la cultura
aparejaran el progreso económico, social y político.
Pero Hostos nos dice a ú n más cuando se refiere a u n "pueblo
que no es pueblo", es decir a u n pueblo secularmente alienado en
todas sus manifestaciones, en su trabajo, en su lengua, en su
incapacidad para autorreconocerse y auto valorar se. Es necesario
distinguir matices en la dicotomía "barbarie-civilización" a la que
se alude en el texto con los términos "ignorancia" y "cultura";
pues la "honradez" y el "trabajo" son valores de la civilización
a u n q u e sus portadores pertenezcan a la porción ineducada del
pueblo, y la "explotación" de unos hombres por otros es siempre
una forma de barbarie, a u n q u e la practiquen quienes se ubican
en la porción de los cultos.
"El verdadero pueblo somos todos",, agrega Hostos y señala
los intereses sectoriales que, puestos como universales, reducen la
libertad, encubren y justifican situaciones de explotación:

... La enfermedad constitucional del espíritu de


conservación es en todas partes el olvido de las
funciones de la libertad en el organismo social y la
contusión de los intereses parciales de u n a clase
con los de la sociedad... 66

Ibidem. p. 147.
104 ADRIANA ARPINI

La ignorancia es "barbarie", pero lo es también la actitud conser-


vadora sostenida por los peninsulares de las Antillas. En síntesis,
la "barbarie" es vista como enfermedad social, como patología
social causada por el coloniaje.

... nosotros n o t e n e m o s en c o m ú n con las v e r d a d e r a s


sociedades h u m a n a s , otra cosa que el principio inicial de
la vida: t o d o lo d e m á s es m o n s t r u o s i d a d de bosquejo
condenado a muerte.
¿Qué hemos necesitado, que nos hayan dejado
satisfacer? ¿Qué hemos imaginado, que nos hayan dejado
imaginar? ¿Qué hemos afirmado en la conciencia, que nos
hayan dejado imaginar fuera de ella? ¿Qué forma de vida
conocemos, que no haya sido impuesta?...
Esclavos azotadores de esclavos, todo, absolutamente
t o d o cuanto constituye la d i g n i d a d del ser h u m a n o lo
perdimos en la tarea secular de vengar en la espalda de
n u e s t r o siervo los latigazos con que n u e s t r o a m o n o s
mortificaba el alma...
Esclavos blancos q u e s a b í a n explotar o c a n t a r su
esclavitud; esclavos negros que la sufrían y la lloraban;
dominadores hambrientos que necesitaban de ella p a r a
retirarse ahitos: esa la sociedad de Puerto Rico y Cuba. 67

Sería difícil encontrar entre los autores hispanoamericanos con-


tinentales, contemporáneos de Hostos, u n fragmento semejante.
En él se dibuja con toda crudeza la visión que el autor tiene de la
sociedad esclavista antillana. Las categorías sociales se polarizan
e n t r e la s o c i e d a d esclavista (=barbarie), p o r u n l a d o , y las
" v e r d a d e r a s sociedades h u m a n a s " (=sociedades libres, civili-
zación), por el otro. En los escritos de esta primera etapa, "barbarie"
es sinónimo de "esclavitud" en el doble sentido de sociedad que
mantiene el régimen de explotación esclavista y de la sociedad
esclavizada por el lazo colonial: "esclavos azotadores de esclavos".

67
Hostos, Eugenio María de. "El problema de Cuba" (New York, 1874). En:
Obras Completas. Vol. IX, pp. 215 a 216.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 105

La idea de "libertad" será, por el contrario, el contenido de mayor


peso expresado por el término "civilización". Sabemos del com-
promiso expreso y público de Hostos con la causa de la libertad,
puesto de manifiesto en la defensa de la abolición y del movimiento
independentista.
Los términos "barbarie" y "esclavitud" constituyen verdaderos
e p í t o m e s de la r e a l i d a d q u e el b o r i n q u e ñ o intenta describir.
Convertidas las " m a s a s " en "bestia feroz", en virtud de la explo-
tación colonial, la vida sólo se mantiene en función del "instinto
de conservación" y de u n a "imaginación" enfermiza, creadora de
u n "estado artificial de pensamiento", que adormece la razón y la
conciencia figurando u n a realidad superior allí donde sólo existe
u n a miserable situación de servidumbre y explotación.
El adormecimiento de la razón, consecuencia del coloniaje, es
para Hostos el obstáculo más formidable que entorpece la posi-
bilidad de superar el estado de barbarie, porque afecta también a
la parte de la sociedad "que debería estar social, económica, moral
e intelectualmente" comprometida en la tarea de dirigir y consumar
la reconstrucción y reorganización entera de la sociedad; "en la
cabeza, en el centro de la vitalidad, es en d o n d e ha depositado el
régimen colonial su germen corruptor".
Pero el discurso de Hostos n o es pesimista. H a y medios de
transformar la "tiniebla" en "luz". Junto a los "perjuros de la revo-
lución", "apóstatas de la patria-suelo", frente a ellos, están los
hombres luchadores. La lucha del pueblo cubano es aleccionadora
en la perspectiva del autor. No se trata de cualquier lucha, sino de
u n a lucha de liberación que purifica y fortalece a la sociedad, ya
que por anárquica que sea la contienda, llega u n momento en que
la sociedad se ve obligada a proceder conforme al interés de la
"civilización material" -trabajo, producción, comercio-. La lucha
es, desde este p u n t o de vista, u n instrumento de la civilización. El
otro medio civilizador es la educación de la razón. N o se trata de
u n a educación privilegiada, sino de p r o m o v e r una revolución
radical en el sistema educativo.
106 ADRIANA ARPINI

... es h o r a d e d e c i r n o s c o n a n g u s t i a , q u e n a d a h a b r e m o s
h e c h o p a r a c o n s t r u i r u n a s o c i e d a d d i g n a del fin q u e está
l l a m a d a a realizar la s o c i e d a d d e las Antillas, si n o se crea
e n la e d u c a c i ó n d e l p u e b l o (mujer, n i ñ o , n e g r o , p a r d o , rico,
p o b r e , r ú s t i c o ) , u n a r e a c c i ó n u n i v e r s a l c o n t r a los vicios
f o r m i d a b l e s d e s u e d u c a c i ó n anterior. 6 8

Existen m u c h a s s i m i l i t u d e s y p u n t o s d e c o n t a c t o e n t r e el d i s c u r s o
h o s t o s i a n o y el d e otros p e n s a d o r e s n u e s t r o s del siglo XIX. J u a n
Bautista A l b e r d i , p o r t o m a r u n e j e m p l o , n o s dice e n el F r a g m e n t o
p r e l i m i n a r al e s t u d i o d e l D e r e c h o q u e :

La e m a n c i p a c i ó n n o es u n h e c h o simple... T e n e r l i b e r t a d
política, y n o t e n e r l i b e r t a d artística, filosófica, i n d u s t r i a l ,
es t e n e r libres los b r a z o s , y la c a b e z a e n c a d e n a d a . Ser libre
n o es m e r a m e n t e o b r a r s e g ú n la r a z ó n , sino t a m b i é n , p e n s a r
s e g ú n la r a z ó n , creer s e g ú n la r a z ó n , escribir s e g ú n la r a z ó n ,
v e r s e g ú n la r a z ó n . Este e l e m e n t o f u n d a m e n t a l , substratum
d e t o d a s las l i b e r t a d e s es lo q u e n o s falta c o n q u i s t a r p l e n a -
m e n t e : la j u v e n t u d n o tiene otra m i s i ó n .
Nuestros padres nos dieron independencia material: a
n o s o t r o s n o s toca la c o n q u i s t a d e u n a f o r m a d e civilización
p r o p i a , la c o n q u i s t a del g e n i o a m e r i c a n o , 69

El t e x t o a l b e r d i a n o e m e r g e y c o b r a s e n t i d o e n el m a r c o d e la
situación socio-histórica d e las j ó v e n e s n a c i o n e s rioplatenses. A l u d e
a la n e c e s i d a d d e a l c a n z a r la " s e g u n d a i n d e p e n d e n c i a " , la e m a n -
c i p a c i ó n m e n t a l , c a p a z d e c o m p l e t a r la y a o b t e n i d a p o r las a r m a s .
C u a n d o H o s t o s n o s h a b l a d e la e d u c a c i ó n d e la r a z ó n y A l b e r d i
d e conquistar el genio americano e s t á n , a m b o s , t r a z a n d o las líneas
d e u n p r o g r a m a civilizatorio c o n la m i s m a d i r e c c i o n a l i d a d axio-
lógica. Sin e m b a r g o , existe u n a diferencia q u e v i e n e d a d a p o r la

6s
Ibidem.p.223.
69
Alberdi, Juan Bautista. Fragmento preliminar al estudio del Derecho.
Introducción y notas de Ricardo Grimberg. Buenos Aires, Biblos, 1984. pp.
125 a 126.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 107

perspectiva antillana, siempre presente en Hostos. Desde esa pers-


pectiva no es posible plantear una emancipación mental desligada
de la necesaria independencia política, pues en Puerto Rico y Cuba
continuaba la lucha por la emancipación del lazo colonial. De ahí
que ambos momentos, el de la "lucha" y el de la "educación de la
razón", aparezcan condensados y referidos el uno al otro en el
proyecto hostosiano, tal como se p u e d e apreciar en los escritos
correspondientes a las dos primeras etapas d e su producción.
Ambos medios -lucha y educación- son necesarios. No p u e d e
considerarse civilizado a u n pueblo que sólo atiende a sus intereses
materiales. En este sentido, a u n Europa, "en diecinueve siglos no
ha logrado sofocar la ignorancia y la barbarie", sentencia Hostos
aludiendo a los españoles que mantienen la situación colonial de
las Antillas. 70 Con lo cual queda en entredicho el modelo europeo
de civilización.
Podemos sostener que en estos escritos hostosianos la categoría
"barbarie" es utilizada en función de u n a descripción de la sj-,
tuacíón jSCjcial; descripción que presenta con frecuencia los rasgos
del r o m a n t i c i s m o social. M i e n t r a s q u e la categoría o p u e s t a ,
"civilización", es utilizada para designar aquello por alcanzar. Ella &/
sintetiza u n proyecto que no pocas veces es explicado en términos
propios del pensamiento ilustrado. A pesar de esto, no es posible,
evidentemente, afirmar que fuera Hostos u n ilustrado, tampoco
u n romántico en el sentido del romanticismo social que caracterizó
al I n t e r r e g n o l a t i n o a m e r i c a n o en el resto del c o n t i n e n t e . N o
creemos que p u e d a decirse con p r o p i e d a d que el "hecho román-
tico" haya tenido lugar en las Antillas españolas. La preocupación
por lo social que se despertó en los intelectuales caribeños fini-
seculares estuvo enmarcada por los ideales de u n h u m a n i s m o
racional, cuyas raíces p u e d e n encontrarse en el krausismo español
(cfr. Capítulo 7).

70
Cfr. Hostos, Eugenio María de. "La América Latina". En: Obras Completas.
Vol. VIII, pp. 7 a 15.
108 ADRIANA ARPINI

Debemos tener en cuenta que en la segunda mitad del siglo


XIX va tomando cuerpo en el plano ideológico u n racionalismo
espiritualista, que desplaza tanto al movimiento romántico como
al i l u s t r a d o y se enfrenta a las p r i m e r a s manifestaciones del
positivismo. Los representantes de ambas posiciones -racionalismo
espiritualista y positivismo- son los teóricos del " o r d e n " , que
expresan los intereses de los sectores preocupados por crear las
condiciones para el ejercicio de la libertad. En este sentido, p o n e n
en juego en su producción discursiva la "descriptiva" y la "pro-
yectiva" sociales en vista de alcanzar la "organización nacional",
que logra su expresión más acabada en las constituciones nacio-
nales y en los intentos de reforma educativa. Ello implicó u n
desplazamiento ideológico desde posiciones que acentuaban la
"libertad" hacia posiciones que acentuaron el "orden".

4.2.4, "Civilización": la categoría y el símbolo del "porvenir"

Los escritos de Hostos posteriores a 1889 podrían ubicarse dentro


del movimiento del pensamiento finisecular al que hemos aludido.
En ellos advertimos que las categorías "barbarie" y "civilización"
h a n sufrido modificaciones de peso en cuanto a su contenido. Una
comprensión cabal de las mismas es posible si se considera n o sólo
la evolución de sus ideas dentro del contexto intelectual de la época,
sino también, y fundamentalmente, las modificaciones acaecidas
en la situación histórica de la que se intenta dar cuenta a través de
esas categorías.
Recordemos que el 25 de julio de 1898 se consuma la invasión
militar de Estados Unidos a Puerto Rico y en octubre de ese año la
isla es anexada. Hecho que queda ratificado por la paz de París, el
10 de diciembre, por la cual España cede a los Estados Unidos la
isla de de Puerto Rico, entre otros territorios, a cambio de 20,000
dólares. En ese año Hostos renuncia a sus cátedras y a su labor
periodística en Chile y se embarca hacia N e w York con el propósito
de continuar su apostolado por la independencia de las Antillas.
A pocos días de la invasión, funda la Liga de Patriotas Puertorri-
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 109

queños, de la cual será presidente. Acerca de la Liga sostiene Hostos


q u e no es una institución política p o r q u e no lucha por el poder,
sin embargo no deja de tener u n a política, a u n q u e subordinada a
u n propósito social, "que es el formar u n pueblo". 7 1
En u n a carta dirigida al Dr. M a n u e l G u z m á n Rodríguez,
fechada el 13 de junio de 1902, realiza el patriota mayagüezano u n
balance personal, de tinte cuasi-apocalíptico, que exterioriza la
impotencia del h o m b r e frente a la situación.

H a c e c u a r e n t a a ñ o s m e n o s d o s , q u e e m p e c é en La
Peregrinación de Bayoán la triste obra de previsor solitario,
p r e v i e n d o la posibilidad de u n a u n i ó n de los pueblos
ibéricos de ambos m u n d o s y hoy, cuando ya es inútil y es
contraproducente esa unión, es cuando a esos desgraciados
se les ocurre empezar a fabricarla en el vacío. En 1898,
cuando, herido de muerte en mi ideal, vi caída a la patria
en la misma cuna que le había deparado la fatalidad de los
sucesos, m e salvé d e aquella a g o n í a d e a l g u n o s días
concibiendo u n plan de salvación de la patria en u n a liga
d e p a t r i o t a s q u e se u n i e r a n p a r a vencer la legión de
obstáculos que opone la tradición española a la verdadera
civilización, me parecía tan manifiesto el porvenir a que
p o r a q u e l c a m i n o h a b í a m o s d e llegar, q u e hoy, a ñ o s
después de fracasado, y después de u n martirio que ni
siquiera se debe mencionar, todavía no comprendo que
no se haya oído la voz del bien y la verdad. Pero ya usted
verá: v e n d r á n a oírla de a q u í a tal vez cuarenta años,
c u a n d o p u e d a ser u s u f r u c t u a d a p o r a l g ú n gran a p r o -
vechador de ignorancia humana. 7 2

Habíamos señalado que La Peregrinación de Bayoán p u e d e ser con-


siderada como u n a metáfora que prefigura el derrotero hostosiano. f*~
Ya en el símbolo de la peregrinación queda anticipada la tensión

71
Cfr. Hostos, Eugenio María de. "Lo que es la liga de patriotas". En: Obras
Completas. Vol. V, pp. 29 a 33.
72
Hostos, Eugenio María de. "Carta al Dr. Manuel Guzmán Rodríguez" (Santo
Domingo, junio 13 de 1902). En: Obras Completas. Vol. V, p. 316.
110 ADRIANA ARPINI

permanente en el pensamiento hostosiano entre ser y deber ser:


"barbarie y civilización", cuyo contenido expresa la oposición entre
"sujeción" y "esclavitud" por u n a parte, "autonomía" y "libertad"
por otra.
En el marco de u n racionalismo armónico, al que no resulta
ajena la concepción organicista de la evolución de la sociedad, el
tránsito de la "barbarie" a la "civilización" - d e la esclavitud a la
libertad- era vista como necesario y gradualmente realizable a
través de ciertos pasos que iban de lo político a lo social y cultural.
Esto pone en evidencia, también, cierta actitud paternalista que, si
bien considera la "lucha" como uno de los medios necesarios para
la conquista de la "civilización", deja en penumbra la consideración
de los conflictos existentes en el interior de la propia realidad social.
Es decir, la sociedad es vista como u n todo formado por individuos
que, por su propio esfuerzo, son capaces de alcanzar grados cada
vez m á s altos de civilización. Sin embargo esos individuos forman
parte de grupos con intereses, motivaciones, formas culturales
diversas según la posición que ellos ocupan dentro de las relaciones
sociales. Relaciones que expresan las más de las veces situaciones
de contraposición, antes que de continuidad y armonía. Es jus-
tamente a través de la 'educación' que es posible, en la perspectiva
hostosiana, homogeneizar las diferencias entre los individuos. Pero
ello exige u n proceder racional envistas de u n objetivo compartido:
la "civilización", u n a cierta idea de civilización que involucra
nuevos contenidos semánticos. En los escritos de la última etapa
se detectan modificaciones semasiológicas en los significantes
"civilización" y "barbarie", alteraciones en el peso discursivo
relativo de cada uno de ellos, lo cual permite explicar la tonalidad
apocalíptica que tiñe al discurso hostosiano de los últimos años.
En otra carta a G u z m á n Rodríguez, de 1900 asevera que:
La verdadera civilización no es, ni más ni menos, que la
organización normal de las actividades connaturales a la
razón. 73

71
Hostos, Eugenio María de. "Carta al Dr. Manuel Guzmán Rodríguez" (Santo
Domingo, junio 13 de 1900). En: Obras Completas. Vol. V, p. 300.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 111

Y en u n escrito periodístico de 1901 afirma, refiriéndose a Santo


Domingo y Haití, que

su cabeza ha sido puesta a precio: o se organiza para la


civilización, o la civilización los arrojara brutalmente en la
zona de absorción que ya ha empezado.... La orden del
siglo es terminante: Civilización o muerte. 7 4

La organización a la que alude Hostos tiene sus p u n t o s de apoyo


en el ordenamiento de las potencialidades económicas, en la re-
gulación de la vida social y política por medio del Derecho y la
Constitución, y en la revitalización de las potencias racionales por
medio de la educación c o m ú n y universal. Por otra parte, la zona
de absorción a la que se refiere es u n a manifestación de barbarie
llevada adelante por McKinley y los norteamericanos enviados a
Puerto Rico, cuya administración se basa en la fuerza bruta.
Aturdido entre su nordomanía y su decepción, dice Hostos:

No son éstos verdaderos norteamericanos, sino bárbaros


que intentan desde el Ejecutivo de la Federación p o p u -
larizar la conquista y el imperialismo. 7 5

Tal expresión no implica la puesta en d u d a del modelo de orga-


nización jurídico-social estadounidense. Se trata sólo de u n a crítica
severa enderezada contra algunos individuos poco representativos
e indignos de aquella organización.
En estos escritos los significantes "barbarie" y "civilización"
se mantienen; n o obstante, sus significados y el peso relativo que
cada u n o tiene en la producción escritural h a n sido modificados.
Estas modificaciones expresan anafóricamente las transforma-

74
Hostos, Eugenio María de. "Civilización o muerte" (artículo publicado en El
Liberal, Santo Domingo R.D., Año I, N° 170, enero de 1901). En: Obras
Completas. Vol. X, p. 437.
75
Hostos, Eugenio María de. "Carta al Director de La Correspondencia de
Puerto Rico" (Octubre de 1900). En: Obras Completas. Vol. V, p. 301.
112 ADRIANA ARPINI

ciones del contexto e n el m o m e n t o de la producción del texto;


particularmente, la situación de Cuba y Puerto Rico frente a la
expansión estadounidense. Así, Hostos carga las tintas en el polo
de la '"civilización", que ahora es sinónimo no sólo de "educación"
y "cultura", sino también de "organización", "orden", "razón",
"ley". Mientras que "barbarie" designa a las formas "irracionales
de organización", a la "explotación ilegal", al "desorden".
Así pues, las categorías de "barbarie" y "civilización" sufren
entre la primera y la última etapa del pensamiento hostosiano, u n
proceso de resemantización, como consecuencia de u n a modifi-
cación en la valoración del proceso socio-político.
Cabe puntualizar que en el Tratado de Sociología - o b r a que
h e m o s incluido entre los escritos sistemáticos del autor y que
pertenece al segundo periodo de su producción- ambos términos
son u t i l i z a d o s p a r a d e s i g n a r e s t a d o s sociales d e n t r o de u n a
secuencia evolutiva. En dicha secuencia la "barbarie" constituye
el s e g u n d o estado, entre el "salvajismo" y la "semibarbarie";
mientras que la "civilización" representa el estado superior, no
alcanzado a ú n en forma completa por ninguna sociedad histórica;
de m o d o que también aquí, actúa como objetivo, como ideal. El
pasaje de u n estado inferior a otro superior - a u n c u a n d o p u e d a n
presentarse serios obstáculos- es necesario, en función de u n a
visión biologista que sirve de apoyo a toda la concepción socio-
lógica del autor y que podría ser considerada dentro del núcleo
filosófico sobre el que se recuesta todo su pensamiento y su acción
política (cfr. Capítulo 6).
Los escritos sistemáticos de Hostos sobre sociología, moral y
derecho constitucional fueron elaborados durante el periodo que
va desde 1879 a 1897, a u n q u e algunos de ellos fueron publicados
con posterioridad. En esta etapa el autor desarrolla intensivamente
la tarea de educador.
La actitud paternalista de Hostos y la identidad que atribuye
al otro social se p o n e n de manifiesto en los discursos pronunciados
en esta época. En ellos expresa, por ejemplo, que:
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 113

era indispensable formar u n ejercito de maestros que, en


toda la República, militara contra la ignorancia, contra la
superstición, contra el cretinismo, contra la barbarie.

...esa monstruosa educación de la razón h u m a n a que, en


los siglos medios de la Europa y en los siglos coloniales de
la América Latina, vaciaron la razón, dejando como impuro
sedimento las cien generaciones de esclavos voluntarios que
viven encadenados a la cadena del poder humano o ala cadena
del poder divino.,.76

La "barbarie" como categoría social n o es para Hostos, como ya


hemos visto, calificativo exclusivo de los sectores populares, sino
q u e t a m b i é n se aplica al escolasticismo de la colonia, vigente
todavía en ciertos ámbitos socio-políticos en las postrimerías del
siglo XIX, así como al ejercicio de la 'fuerza bruta 7 para imponer
u n a forma de organización no consensuada y que mantiene la
situación de dominación, a u n cuando esta provenga del pueblo
que por su constitución federativa constituye el modelo racional
de organización al que es dable aspirar.
Señalemos, por último, que así como se acentúa la visión pater-
nalista y homogeneizadora de la sociedad, se realza paralelamente
u n a imagen de la civilización que llega a convertirse en verdadero
símbolo -poético incluso- del "porvenir". El texto que reproduci-
mos a continuación condensa todos los significados sobreañadidos
que conforman el símbolo de la "civilización".

Así fue como el visitador de Tamboril fue viéndolo aparecer


por entre los vapores de u n a neblina m u y m á s intangible
que la del vapor de agua, en u n a lejanía m u y más profunda
y en u n a perspectiva m u y más insinuante y sojuzgante;
así aparecieron primero unas campiñas preciosas, pobladas
y hacendadas por u n a población civilizada de todas las

76
Hostos, Eugenio María de. "El propósito de la Normal". (Discurso pro-
nunciado en la investidura de los primeros Maestros Normales de la República
Dominicana en 1884). En: Obras Completas. Vol. XII, pp. 132 a 133.
114 ADRIANA ARPINI

p r o c e d e n c i a s caucásicas, r e u n i d a s e n colonias agrícolas y


fabriles; d e s p u é s , u n a s calles m a g n í f i c a s , d e 40 m e t r o s d e
ancho cada una, encantadoramente vestidas de césped y
d e flores e n el c e n t r o , p a v i m e n t a d a s a los l a d o s e n c a l z a d a s
sólidas y a m p l i a s y r e a l z a d a s a los e x t r e m o s laterales p o r
u n a serie c o n t i n u a d e j a r d i n e s q u e a la v e z a d o r n a b a n las
calles p a r a t o d o s y las v i v i e n d a s p a r a familias, ofreciendo
aire libre, libre l u z , fácil h i g i e n e , fácil s a l u d , a c a d a h o g a r ;
e n s e g u i d a , u n s o b e r a n o T e m p l o a la A r m o n í a , e n q u e los
a r q u i t e c t o s del siglo XX h a b í a n c o n s e r v a d o d e n t r o d e su
gloriosa a r q u i t e c t u r a la h u m i l d í s i m a iglesia d e m a d e r a q u e ,
s e g ú n t r a d i c i ó n , h a b í a s e r v i d o a la p r i m e r feligresía e n los
viejos t i e m p o s del siglo XIX; a e x t r e m o s del T e m p l o a la
A r m o n í a , la casita s o l a r i e g a d e los H e r n á n d e z , los fun-
d a d o r e s d e T a m b o r i l , tal c o m o existía c u a n d o la visitó el
d e s c u b r i d o r d e T a m b o r i l , q u e e n los m o d e s t o s c o m i e n z o s
q u e conoció el lugarejo, d e s c u b r i ó s u p o r v e n i r f a m o s o ; e n
u n cerro dominante, u n observador astronómico, r o d e a d o
d e u n a p o b l a c i ó n d e e s c u e l a s p a r a t o d o s los g r a d o s d e
e n s e ñ a n z a ; e n u n h e r m o s í s i m o p a l m a r , allá a lo lejos, u n
p a r q u e d e recreo provincial, e n d o n d e m e n s u a l m e n t e se
r e u n í a n los p r o d u c t o s a g r í c o l a s , f a b r i l e s , c o m e r c i a l e s ,
i n t e l e c t u a l e s y c u l t u r a l e s d e la p r o v i n c i a ; p o r q u e la ac-
t i v i d a d d e la v i d a era i n t e n s í s i m a ; e n las e x t r e m i d a d e s d e
la a v e n i d a p a l a c i e g a d e l c o m e r c i o , d o s m o n u m e n t a l e s
e s t a c i o n e s a e r o v í a s q u e l l e v a b a n p o r el m a r d e aire a d o s
h o r i z o n t e s diferentes, c o n p a r a d a s e n Moca, e n S a n t i a g o ,
e n La V e g a ...
E n la R e p ú b l i c a D o m i n i c a n a p a s a r o n d e l XIX al siglo
XX a l g u n o s q u e h a b í a n v i a j a d o m u c h o d e T a m b o r i l a
Porvenir. 7 7

H e a q u í el i d e a l d e u n a c o m u n i d a d a r m o n i o s a , es decir civilizada,
d e s c r i p t a c o n detalle: d e s d e la h i g i e n e y s a l u d d e los h o g a r e s h a s t a
las estaciones a e r o v í a s . D o n d e r e i n a la s e n s a t e z e n la p r o d u c c i ó n
agrícola, la fabril, la científica y la c u l t u r a l . D o n d e se e q u i l i b r a n

77
Hostos, Eugenio María de. "De Tamboril a Porvenir". (Santo Domingo,
1901). En: Obras Completas. Vol. X, p. 291 a 292.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 115

e s p o n t á n e a m e n t e la n a t u r a l a z a y el h o m b r e , el trabajo y la e d u -
cación, la a c t i v i d a d del c o m e r c i o y la recreativa. T o d o ello c o r o n a d o
p o r el T e m p l o d e la A r m o n í a ( i m a g e n , ésta, q u e p o d r í a t r a e r n o s la
r e m i n i s c e n c i a d e la r e l a c i ó n d e K r a u s e c o n la m a s o n e r í a ) . Tal
d e s c r i p c i ó n se a p a r t a e n s u s f u n d a m e n t o s del m o d e l o u t ó p i c o d e
c i u d a d a n a r q u i s t a , y a q u e este s u p o n í a " d a r c o n t r a m a r c h a a la
civilización y al p r o g r e s o m o d e r n o s " . 7 8 T a m p o c o se t r a t a d e u n a
c i u d a d i n d u s t r i a l , c o m o l a s p l a n i f i c a d a s p a r a d a r s o l u c i ó n al
p r o b l e m a d e la v i v i e n d a obrera. A n t e s bien, e n este texto escrito
e n 1901, H o s t o s n o s ofrece u n m o d e l o d e c o m u n i d a d o r g a n i z a d o
a p a r t i r d e los p r i n c i p i o s del r a c i o n a l i s m o a r m ó n i c o , q u e t i e n d e a
g a r a n t i z a r , s o b r e t o d o , la r e a l i z a c i ó n c u m p l i d a d e los fines d e la
v i d a . Esto es la r e a l i z a c i ó n d e l ideal d e la H u m a n i d a d , o sea, la
"civilización" c o m o s í m b o l o del " p o r v e n i r " .
H e m o s a f i r m a d o , e n síntesis, q u e e n el p e n s a m i e n t o d e H o s t o s
se j u e g a n la " d e s c r i p t i v a " y la " p r o y e c t i v a " sociales. La p r i m e r a
c o n s t i t u y e u n r e c o n o c i m i e n t o y a h o n d a m i e n t o e n la p r o b l e m á t i c a
social d e la é p o c a , e n b u s c a d e a q u e l l o s e l e m e n t o s c o n f i g u r a d o r e s
d e la i d e n t i d a d n a c i o n a l . Sin e m b a r g o , p a r a la s u p e r a c i ó n d e los
p r o b l e m a s sociales se r e q u i e r e , d e s d e la óptica h o s t o s i a n a , u n a
t r a n s f o r m a c i ó n a n i v e l político. Esa t r a n s f o r m a c i ó n p a s a p o r la
c o n s t r u c c i ó n d e u n p r o y e c t o político, c u y o objetivo es, e n p r i m e r a
instancia, la o r g a n i z a c i ó n del E s t a d o N a c i o n a l ; p e r o a s p i r a t a m b i é n
a la c o n s t i t u c i ó n d e u n E s t a d o I n t e r n a c i o n a l d e la H u m a n i d a d . E n
esto, p r e c i s a m e n t e , consiste lo q u e p o d r í a m o s d e n o m i n a r la " u t o p í a
civilizadora" de Hostos, cuya base de sustentación viene d a d a por
u n a ética social y u n a acción p e d a g ó g i c a ; a m b a s d e s t i n a d a s al l o g r o
d e la a r m o n í a social p o r el i n t i m o c o n v e n c i m i e n t o d e t o d o s d e
q u e es n e c e s a r i o c u m p l i r c o n el d e b e r .

78
Quirole, Pierre. "La ciudad anarquista americana". En: Gómez Tovar y otros.
Utopías literarias americanistas. Madrid, Tuero, 1991, p. 12.
5
PROYECTO CIVILIZATORIO Y
FUNCIÓN UTÓPICA.
T R E S D I M E N S I O N E S E>E LA
U T O P Í A E N EL D I S C U R S O
HOSTOSIANO

z x y a c u c h o significó para la América Latina continental la ruptura


del lazo colonial. En la etapa que se abre con posterioridad a las
guerras de independencia, el consenso, que había alcanzado fuerza
en torno a la afirmación de u n "nosotros" enfrentado al enemigo
común, España, comienza a mostrar su debilidad. Los conflictos y
las contradicciones reemergen en la superficie social de los estados
nacientes. Surge, entonces, la idea de una Segunda Emancipación
enderezada a poner a las nuevas naciones en sintonía con el proceso
de modernización exigido por la expansión m u n d i a l del capi-
talismo. El n u e v o proyecto e m a n c i p a d o r , caracterizado como
Emancipación Mental, se p r o p o n e controlar las contradicciones
sociales internas de las naciones recientemente formadas, superar
el atraso, ordenar el caos, consolidar los estados, cubrir los vacíos
territoriales creando ciudades y extendiendo las vías de comu-
nicación, llenar los "vacíos" de discurso mediante la autoridad de
la ley y la extensión de la educación, en fin, civilizar. Las páginas
del facundo de Sarmiento expresan paradigmáticamente ese sueño
m o d e r n i z a d o r . La u t o p í a civilizatoria iniciada p o r n u e s t r o s
liberales románticos y articulada sobre la dicotomía categorial
"civilización-barbarie", alcanzó m u y v a r i a d a s manifestaciones
discursivas a lo largo del siglo XIX latinoamericano, y se extendió
más allá del "hecho romántico" característico del Interregno.
Nos proponemos explorar los contornos que adquiere la utopía
civilizatoria en los escritos de Eugenio María de Hostos, ciudadano
118 ADRIANA ARPINI

de América, p u e r t o r r i q u e ñ o de origen. N o es p o r azar que se


especifican en este lugar los gentilicios "latinoamericano" y "puer-
torriqueño" referidos a Hostos; a los que deberíamos agregar el
adjetivo " h u m a n o " -impropiamente considerado como gentilicio-
para designar la pertenencia del individuo a la H u m a n i d a d . N o
es azaroso - d e c i m o s - p u e s en esta triple pertenencia q u e d a n
sintetizadas las tres dimensiones de la utopía civilizatoria de
nuestro autor.
Si se toman en cuenta las siguientes situaciones: que la Primera
Emancipación tuvo carácter continental, en la medida que significó
para la América Latina separarse de la metrópoli española; que la
Emancipación Mental se produjo como respuesta delimitada a la
problemática de organización interna de los Estados nacionales; y
que, por otra parte, Puerto Rico y Cuba permanecen bajo el dominio
español hasta fines del siglo XIX; podemos, entonces, sostener que
la utopía civilizatoria de Hostos se recorta en ambas dimensiones,
continental y nacional, a las que se suma u n a tercera dimensión,
universalista y humanista, p r o d u c t o de la peculiar conjunción
krauso-positivista que constituye el fundamento teórico-filosófico
de sus escritos.
Ahora bien, ¿por qué usar el término "utopía" para caracterizar
el proyecto civilizatorio latinoamericano?, y ¿por qué emplearlo
en relación con los escritos de u n autor que ni siquiera lo menciona?
Efectivamente, hablar de la utopía en Hostos ofrece riesgos, sobre
todo si lo que se tiene en cuenta es la utopía narrativa organizada
según el modelo clásico surgido de los grandes utopistas del rena-
cimiento. Sin embargo sostenemos que es posible hallar en sus
escritos -ensayísticos y sistemáticos- u n sentido de lo utópico cuya
forma y contenido será necesario desentrañar. Así pues, antes de
abordar el análisis de la utopía civilizatoria hostosiana en sus tres
dimensiones, habremos de aclarar, por u n a parte, en qué sentido
lo utópico se integra como función en el discurso, y por otra, en
qué consiste el utopismo hostosiano.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 119

5.1. Funciones del discurso utópico.


La utopía como alteridad

Es bien conocido el significado etimológico del termino utopía [u-


topos = sin lugar], que originariamente hace referencia al espacio
pero que es susceptible de desplazamientos, de m o d o que lo que
hoy carece de lugar, p u e d e tenerlo en el futuro, o bien, lo que ahora
n o es, p u e d e llegar a ser. C o n lo cual se a c e n t ú a n las m a r c a s
semánticas de la existencia y la temporalidad en el significante
utopía. Los múltiples significados que se le atribuyen son el origen
de valoraciones encontradas respecto de la utopía. Con frecuencia
se la considera como u n a imagen de futuro más o menos realizable
o absolutamente irrealizable; o como conciencia crítica del presente
y tensión hacia el cambio; también como proyecto o modelo mental
de una sociedad diferente; o incluso como ficción literaria. Estas
caracterizaciones de la utopía atienden al contenido de la cons-
trucción utópica y, a u n cuando se le reconoce cierto valor como
recurso emocional movilizador de la acción, se le reprocha su
inconsistencia científica y su incongruencia racional. De ahí que
los juicios en los cuales u n proyecto socio-político se califica de
utópico, en sentido peyorativo, tengan como base el criterio de
verificabilidad objetiva de los contenidos de la construcción utó-
pica.
La consideración de lo utópico a partir de su contenido abre
u n a serie de interrogantes. Cabe preguntarnos, en primer lugar,
por la relación que se establece entre realismo y utopía. En este
sentido, Franz Hinkelammert ha sostenido que "la ilusión de poder
realizar sociedades perfectas es u n a ilusión trascendental que
distorsiona el realismo político". Realismo sostenido en u n juicio
fáctico según el cual "no se debe hacer lo que no se p u e d e hacer".
De ahí que la política, como arte de lo posible, requiere una "crítica
de la razón utópica". La discusión se ubica entre los polos de lo
posible y lo i m p o s i b l e . A h o r a bien, t o d o s los " p r o y e c t o s de
sociedad por hacer", surgidos a partir de las revoluciones bur-
guesas, son realistas en la medida que permanezcan en el ámbito
120 ADRIANA ARPINI

d e lo p o s i b l e , es decir d e lo realizable. S e g ú n esta p e r s p e c t i v a s o n


p o s i b l e s a q u e l l a s s o c i e d a d e s q u e e n ú l t i m a i n s t a n c i a se a j u s t a n
e s t r u c t u r a l m e n t e a las n e c e s i d a d e s d e la r e p r o d u c c i ó n d e la v i d a
h u m a n a . La v o l u n t a d p u r a a s p i r a , p o r el c o n t r a r i o , a lo i m p o s i b l e
p o r c u a n t o p r e t e n d e a l c a n z a r u n a o r g a n i z a c i ó n social q u e sea " l o
m e j o r p o s i b l e " . Esa a s p i r a c i ó n es c o n c e p t u a l i z a d a m e d i a n t e el
ejercicio d e la i m a g i n a c i ó n . Se i n t r o d u c e , así, u n a diferenciación
e n t r e el r e a l i s m o político, q u e a s p i r a a c o n c r e t a r lo p o s i b l e , y la
c o n c e p t u a l i z a c i ó n d e lo i m p o s i b l e , c o m o a n t i c i p a c i ó n d e u n a
p l e n i t u d i m a g i n a d a . La c o n c e p t u a l i z a c i ó n d e lo i m p o s i b l e o r i e n t a
y r e g u l a lo p o s i b l e ; es el m a r c o e n q u e se r e c o r t a el d e b e r ser, n o a
la m a n e r a d e u n a i n d u c c i ó n a p a r t i r d e l ser, sino c o m o v a l o r a c i o n e s
-juicios d e v a l o r - r e s p e c t o del i m p o s i b l e o r i e n t a d o r .
P o d e m o s i n t e r p r e t a r e s t a d i f e r e n c i a e n el s e n t i d o d e u n a
d i s t i n c i ó n d e niveles. P o r u n a p a r t e , el n i v e l d e lo o b j e t i v a m e n t e
p o s i b l e - r e a l i s m o - ; y p o r otra, el d e la c o n c e p t u a l i z a c i ó n simbólica
d e lo i m p o s i b l e . Es e n el n i v e l s i m b ó l i c o d o n d e lo u t ó p i c o p u e d e
s e r e l a b o r a d o p o s i t i v a m e n t e , n o y a c o m o esta o a q u e l l a c o n s -
t r u c c i ó n u t ó p i c a c o n c o n t e n i d o s específicos, sino c o m o u n a f o r m a
d e t e r m i n a d a del discurso, susceptible d e u n análisis q u e t r a s c i e n d a
lo q u e a p a r e c e c o m o c o n t e n i d o d e la u t o p í a , p a r a a t e n d e r a las
f u n c i o n e s del d i s c u r s o u t ó p i c o . La "crítica d e la r a z ó n u t ó p i c a "
q u e p r o p o n e H i n k e l a m m e r t p u e d e ser c o n s i d e r a d a , entonces, c o m o
el r e c o n o c i m i e n t o d e l v í n c u l o dialéctico e n t r e r e a l i s m o y u t o p í a ,
e n v i r t u d d e la c u a l " t o d o p o s i b l e e x i s t e c o n r e f e r e n c i a a u n a
p l e n i t u d i m p o s i b l e , e n r e l a c i ó n c o n la c u a l es e x p e r i m e n t a d o y
a r g u m e n t a d o el m a r c o d e lo p o s i b l e " 7 9
Esta p l e n i t u d , i m p o s i b l e , q u e s i n e m b a r g o p u e d e ser s i m b ó -
l i c a m e n t e c o n c e p t u a l i z a d a , r e c u e r d a la función c r í t i c o - r e g u l a d o r a

79
Hinkelammert, Franz. Crítica de la razón utópica. Costa Rica, Departamento
Ecuménico de Investigaciones, 1984. pp. 27 a 29; "El realismo en política
como arte de lo posible". En: Lechner, Norbert et alter. ¿Qué es el realismo
en política? Buenos Aires, Catálogos, 1987. pp. 17 a 28.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 121

q u e t i e n e n las i d e a s e n la filosofía práctica d e K a n t . ¿ Q u é otra cosa


es la i d e a d e H u m a n i d a d s i n o la objetivación ideal, a n t i c i p a c i ó n
simbólica d e p l e n i t u d ? La H u m a n i d a d , tal c o m o s u r g e d e u n a d e
las f ó r m u l a s del i m p e r a t i v o categórico, a q u e l l a q u e la p o s t u l a c o m o
fin y n u n c a c o m o m e d i o , c o n s t i t u y e u n a síntesis práctica r e g u l a -
d o r a d e l o b r a r , c u y o c o n t e n i d o es el d e s a r r o l l o p l e n o d e l a s
d i s p o s i c i o n e s o r i g i n a r i a s d e l h o m b r e . Es esa i d e a la q u e d a s e n t i d o
y f u n d a m e n t o al o b r a r f á c t i c a m e n t e p o s i b l e . Lo c o n t r a r i o signi-
ficaría caer e n el b u r d o p r a g m a t i s m o d e i n d u c i r el d e b e r ser del
ser, c o n d i c i o n a r el f u t u r o a las p o s i b i l i d a d e s d e l p r e s e n t e . Recor-
d e m o s q u e t a m b i é n e n la filosofía d e la h i s t o r i a d e K a n t se j u e g a la
i d e a d e H u m a n i d a d c o m o f i n a l i d a d h a c i a la q u e p o r d i v e r s o s
c a m i n o s , n o e x e n t o s d e conflictos, d i s c u r r e la historia; y q u e la
a s p i r a c i ó n a c o n s t i t u i r u n a " c o m u n i d a d pacífica u n i v e r s a l " e n
c u a n t o "fin final" d e la d o c t r i n a d e l D e r e c h o , funciona i g u a l m e n t e
c o m o i d e a l q u e p o s e e la fuerza d e i m p u l s a r las acciones d e los
h o m b r e s y los Estados. 8 0
Si el R e n a c i m i e n t o - c o n t o d o lo q u e este n o m b r e encierra t a n t o
d e s d e el p u n t o d e v i s t a d e los a c o n t e c i m i e n t o s históricos c o m o
d e l p e n s a m i e n t o - p r o p o r c i o n ó la e n c r u c i j a d a p r o p i c i a p a r a el
s u r g i m i e n t o d e u n a s n a r r a c i o n e s (las d e M o r o , C a m p a n e l l a , Bacon),
e n las q u e se o r i g i n a la u t o p í a c o m o g e n e r o literario, es c o n la
Ilustración q u e a d q u i e r e n v o l u m e n las categorías m e n t a l e s a p a r t i r
d e las cuales es posible p e n s a r la t e n s i ó n e n t r e c o n s t r u c c i ó n u t ó p i c a
y r e a l i s m o ; e s t o es, la dialéctica e n q u e se d e s p l i e g a la c o n c e p -
t u a l i z a c i ó n d e lo i m p o s i b l e , p o s i b i l i t a n t e d e l c o n o c i m i e n t o y d e la
práctica. Dialéctica d e la c u a l las i d e a s k a n t i a n a s c o n s t i t u y e n , a
n u e s t r o juicio, u n e j e m p l o a c a b a d o .

80
Cfr. Kant, Immanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres.
Trad. de M. García Morente. Madrid, Espasa Calpe, 1946; Crítica de la razón
práctica. Trad. de R. Annengol. Buenos Aires, Losada, 1961; Ideas para una
historia universal en clave cosmopolita. Trad. de C. Roldan Panadero y R.
Rodríguez Aramayo. Madrid, Tecnos, 1987; Metafísica de las costumbres.
Trad. de A. Cortina Orts y J. Conill Sancho. Madrid, Tecnos, 1989.
122 ADRIANA ARPINI

E n las d é c a d a s p o s t r e r a s del siglo XX a s i s t i m o s al a n u n c i o del


fin d e las u t o p í a s , e n c o n s o n a n c i a c o n la "crisis d e los r e l a t o s " y el
"fin d e la h i s t o r i a " , t e m a t i z a d o s d e n t r o d e cierta línea d e l p e n s a -
m i e n t o p o s t - m o d e r n o . 8 1 Se h a s o s t e n i d o q u e "el siglo XXI n a c e s i n
u n a d e las m a y o r e s h i p o t e c a s q u e h a p e s a d o s o b r e el h o m b r e d e s d e
q u e m e r e c e el calificativo d e h u m a n o : el e s p e j i s m o d e q u e e r a
p o s i b l e c o n s t r u i r el E s t a d o perfecto, la C i u d a d d e D i o s ' , la U t o p í a
e n la T i e r r a " . 8 2 S e g ú n e s t o t e n d r í a m o s , p a r a d ó j i c a m e n t e , q u e
a d m i t i r q u e la e t i m o l o g í a del ' l u g a r q u e n o existe' se h a e n c o n t r a d o
finalmente con su destino semántico - c o m o dice F e r n a n d o A i n s a -
p u e s " 'no hay lugar' para planteos utópicos en u n m u n d o en que
t o d o m o d e l o se h a v u e l t o s o s p e c h o s o d e totalitarismo". 8 3 M á s , e n
t o d o c a s o , d e lo q u e se trata, es d e la crisis d e u n cierto t i p o d e
c o n s t r u c c i ó n u t ó p i c a , a q u e l l a q u e t i e n e q u e v e r c o n la p o s t u l a c i ó n
d e u n o r d e n político ideal; del m i s m o m o d o q u e , e n s u m o m e n t o ,
se p u s o e n tela d e juicio la i d e a d e u n o r d e n d i v i n o .
P o r otra p a r t e , c a b e s e ñ a l a r q u e existe m á s d e u n m o d o d e
p e n s a r el p r e t e n d i d o fin d e la u t o p í a . D e s d e la ó p t i c a d e u n a
c o n s i d e r a c i ó n a b i e r t a m e n t e a n t i u t ó p i c a , q u e a t i e n d e m á s al
c o n t e n i d o q u e a la función, se afirma q u e e s t a m o s a n t e el fin d e las
u t o p í a s p o r q u e s u s c o n t e n i d o s s o n irrealizables. O b v i a m e n t e se
t r a t a d e u n juicio b a s a d o e n criterios d e eficacia y verificabilidad
e m p í r i c a q u e m u y p o c o tiene q u e v e r c o n el juicio práctico, d e l

81
Lyotard, Jean-Francois. La condición postmoderna, Madrid, Cátedra, 1987;
Fukuyama, Francis. Elfin de la historia y el último hombre. Barcelona, Planeta,
1992.
82
Carrascal, José María. Adiós a la utopía. Ya es siglo XXI. Madrid, Espasa-
Calpe, 1991.
83
Ainsa, Fernando. "Necesidad de la utopía". En: Rodríguez Lapuente, Manuel
y Cerutti Guldberg, Horacio (comp.)Arturo Roig. Filósofo e historiador de
las ideas. México, Universidad de Guadalajara, 1989. pp. 15 a 33. En contraste
con los autores antes citados, recupera Ainsa la función utópica para la historia
de América Latina y señala cinco momentos en su desarrollo desde el
descubrimiento hasta nuestros días.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 123

cual encontramos ya u n ejemplo en Kant, cuando afirma categó-


r i c a m e n t e q u e el o b r a r h u m a n o está r e g u l a d o p o r la idea d e
H u m a n i d a d como fin.
Desde otro ángulo, Marcuse ha señalado, también, el fin de la
utopía en la m e d i d a en que ya no es posible pensar el futuro como
continuación de las posibilidades existentes. En las sociedades
altamente desarrolladas, la racionalidad técnico-científica parece
haber agotado las posibilidades de imaginar lo imposible. Según
esto, lo que en última instancia se ha agotado es el camino que va
de la utopía a la ciencia. Surge, entonces la necesidad de tomar la
dirección opuesta, de la ciencia a la utopía. Las posibilidades
futuras sólo p u e d e n ser i m a g i n a d a s a partir de "formas q u e
muestran la ruptura, no la continuidad con la historia anterior, la
negación y no la posición, la diferencia y no el progreso". Ello
permitirá liberar una dimensión h u m a n a oprimida, que dentro de
la concepción marcuseana consiste en la activación de la "dimen-
sión biológica de la existencia h u m a n a " .
A u n prescindiendo de las precisiones contextúales en las que
Marcuse propone su reflexión, su aporte resulta enriquecedor, pues
el h e c h o de i m a g i n a r n e c e s i d a d e s h u m a n a s c u a l i t a t i v a m e n t e
nuevas, implica considerar que esas necesidades tienen carácter
histórico; esto es, que están históricamente determinadas en el
marco de los códigos vigentes para cada situación epocal. Pero
justamente porque son históricas, son, también, susceptibles de
transformación. Lo nuevo surge, entonces, como negación de esos
códigos - s e a n éstos científicos, legales o, en fin, culturales en
sentido a m p l i o - , lo cual conlleva u n a r u p t u r a en la totalidad
objetiva vigente y u n a apertura a "lo otro posible".
Frente a posiciones pretendidamente realistas, que califican
de utópicas, en sentido peyorativo, a las posibilidades que irrum-
p e n como novedad en la historia, se puede rescatar una función
dialéctica positiva del discurso utópico, que consiste en su fuerza
de oposición, de negación respecto de lo histórico-social existente.
"Una oposición -al decir de Marcuse- libre de toda ilusión, pero
t a m b i é n de todo derrotismo, el cual traiciona ya por su mera
124 ADRIANA ARPINI

e x i s t e n c i a l a s p o s i b i l i d a d e s d e la l i b e r t a d e n b e n e f i c i o d e l o
e x i s t e n t e " .84
A s í p u e s , es posible r e c u p e r a r u n s e n t i d o p o s i t i v o d e la u t o p í a
c o m o i m a g e n d e a l t e r i d a d a r t i c u l a d a s o b r e la c o n t i n g e n c i a d e l
p r e s e n t e y la a p e r t u r a h a c i a lo o t r o p o s i b l e . Si e n n o m b r e d e l
r e a l i s m o se a b a n d o n a la b ú s q u e d a d e lo p o s i b l e e n lo i m p o s i b l e
r e l a t i v o del p r e s e n t e , lo q u e e n definitiva se a r r i e s g a es la p é r d i d a
del p r e s e n t e m i s m o , p u e s n o existe u n p r e s e n t e a b s o l u t o , c o m o n o
existen d i m e n s i o n e s t e m p o r a l e s absolutas. C a d a t i e m p o v i v i d o está
c o n d i c i o n a d o p o r el p a s a d o t a n t o c o m o p o r el f u t u r o . La v i d a
m i s m a d e t o d o s los d í a s n o es p o s i b l e s i n o e n f u n c i ó n d e la
constante valoración y reelaboración del p a s a d o en vistas del
porvenir. Y n a d a h a y q u e i m p i d a imaginar u n m a ñ a n a distinto,
c o n s u m a c i ó n d e a q u e l l a i d e a d e H u m a n i d a d , d e s d e la c u a l
r e v a l o r a r a s p e c t o s del p r e s e n t e y del p a s a d o .
La u t o p í a c o m o i m a g e n d e a l t e r i d a d n o es o t r a cosa q u e la
c o n c e p t u a l i z a c i ó n s i m b ó l i c a d e l o i m p o s i b l e a s u m i d a e n el
d i s c u r s o . Ello i m p l i c a r e c o n o c e r la i n e v i t a b l e m e d i a c i ó n d e l
lenguaje e n los p r o c e s o s d e comunicación. 8 5 A h o r a bien, la c o m u -
n i c a c i ó n n o se p r e s e n t a d e h e c h o e n el e s t a d o d e p u r e z a q u e

84
Cfr. Marcuse, Herbert. El final de la utopía. Barcelona, Planeta-Agostini,
1987.
85
Cualquiera sea la forma que adopte —oral, escrita, gestual— el lenguaje es el
medio en el que se realiza la comunicación entre los hombres. La semiótica y
la teoría de la comunicación pueden aportar elementos instrumentalmente
valiosos para el análisis del discurso utópico. Desde el punto de vista semiótico
todas las formas de comunicación funcionan como emisión de mensajes
basados en códigos. Se ha definido al código como "un sistema de símbolos
que por convención previa está destinado a representar y transmitir la
información desde la fuente al punto de destino". Miller, George. Language
and Communication. New York, Basic Books, 1951. Citado por Eco, U. La
estructura ausente, Barcelona, Lumen, 1968. p. 11,
Para las consideraciones sobre semiótica hemos seguido especialmente
a Eco en la obra citada y también: Tratado de semiótica general. Barcelona,
Lumen, 1977.
EUGENIO MARIA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 125

m u e s t r a e n los e s q u e m a s c o n q u e se la r e p r e s e n t a . Entre los m u c h o s


e l e m e n t o s q u e le p r e s t a n a m b i g ü e d a d y o p a c i d a d , cabe s e ñ a l a r el
d e la situación e n q u e se recibe la c o m u n i c a c i ó n , es decir "el contexto
e x t r a s e m i ó t i c o q u e d e t e r m i n a la e l e c c i ó n d e u n c ó d i g o c o n
preferencia a o t r o " e n el m o m e n t o d e la decodificación. E n o t r a s
p a l a b r a s , el significado n o p u e d e i n d i v i d u a l i z a r s e sino p o r m e d i o
d e l c o n t e x t o y c o n el auxilio d e la c i r c u n s t a n c i a d e c o m u n i c a c i ó n .
A d e m á s el m e n s a j e está s i e m p r e a f e c t a d o d e cierta i n d e t e r -
m i n a c i ó n o " a p e r t u r a " , q u e lo c o n v i e r t e e n fuente d e i n f o r m a c i ó n
p o s i b l e . L a s c o n d i c i o n e s e x t r a s e m i ó t i c a s q u e o r i e n t a n la d e c o -
dificación h a c e n referencia e n f o r m a n o e x c l u y e n t e al u n i v e r s o d e
razonamiento, a u n a ideología, a u n a circunstancia de comuni-
cación.
La selección d e l c ó d i g o i n t e r p r e t a t i v o v a a d e p e n d e r d e las
v a l o r a c i o n e s sociales, es decir d e la t o m a d e p o s i c i ó n axiológica
d e los sujetos q u e i n t e r v i e n e n e n la c o m u n i c a c i ó n . D i c h a selección
r e m i t e e n definitiva al sujeto, a las f o r m a s e n q u e se afirma - o se
n i e g a - p o s i c i o n á n d o s e s o c i a l m e n t e f r e n t e a l m e n s a j e y a la
c o m u n i c a c i ó n m i s m a . D e s d e u n a tal t o m a d e posición, los sujetos
p u e d e n i n t e r v e n i r e n la c o m u n i c a c i ó n e m i t i e n d o m e n s a j e s q u e ,
a u n c u a n d o r e s p e t e n las r e g l a s d e l c ó d i g o , lo p o n g a n e n d u d a y
e n r i q u e z c a n s u s p o s i b i l i d a d e s . Ejemplo d e esto s o n los mensajes
estéticos; lo es t a m b i é n - a n u e s t r o j u i c i o - el m e n s a j e u t ó p i c o , e n la
m e d i d a e n q u e u s a n d o el c ó d i g o , d e h e c h o lo c u e s t i o n a y a u n lo
viola, f a v o r e c i e n d o la c r e a t i v i d a d e n la m e d i a c i ó n del lenguaje. 8 6

86
Al hacer estas afirmaciones tomamos en consideración que junto al código
denotativo básico se construyen subcódigos connotativos, opcionales, de modo
que tanto el emisor como el destinatario cuentan, en el patrimonio de su saber,
con un código base y una serie de subcódigos. El mensaje comunicado tendrá
este o aquel sentido en función de valoraciones y selecciones del corres-
pondiente código, condicionadas por circunstancias extrasemióticas. La
significación es, pues, un proceso cultural en el que los signos constituyen
fuerzas sociales. 0 sea que el valor semiótico del significante depende menos
de su adecuación a la realidad (la verdad es un problema de la lógica, no de la
semiótica), que de su valor en cuanto unidad cultural. La connotación es el
126 ADRIANA ARPINI

E n síntesis, t o d a p r o d u c c i ó n simbólica h u n d e s u s raíces e n la


r e a l i d a d c o t i d i a n a m e n t e v i v i d a p o r sujetos históricos concretos,
q u e s o n p o r t a d o r e s y c r e a d o r e s d e s í m b o l o s . El d i s c u r s o u t ó p i c o ,
como u n a forma de producción simbólica, cumple funciones
d i r e c t a m e n t e r e l a c i o n a d a s c o n los m o d o s e n q u e los sujetos sociales
a s u m e n s u p r o p i a h i s t o r i c i d a d . U n a d e esas funciones, caracte-
rística del m e n s a j e u t ó p i c o , es la q u e p o d r í a m o s l l a m a r función de
ruptura-apertura r e s p e c t o d e lo h i s t ó r i c a m e n t e d a d o . D e s d e esta
p e r s p e c t i v a es p o s i b l e s u p e r a r las v i s i o n e s q u e - p r i o r i z a n d o el
a n á l i s i s d e l c o n t e n i d o u t ó p i c o - a d u c e n la i r r e a l i d a d e i r r a c i o -
n a l i d a d d e la p r o p u e s t a u t ó p i c a , r e s t á n d o l e , c o n s e c u e n t e m e n t e ,
t o d o v a l o r cognoscitivo. D e s d e n u e s t r o p u n t o d e vista, es factible
u n abordaje del d i s c u r s o u t ó p i c o q u e , sin r e s t a r i m p o r t a n c i a a los
c o n t e n i d o s , a t i e n d a t a m b i é n a s u s f o r m a s y funciones específicas.
E n este s e n t i d o , d e b e m o s a c l a r a r q u e a p e l a m o s a la semiótica, a la
teoría del d i s c u r s o y d e la c o m u n i c a c i ó n , e n t a n t o n o s i n t e r e s a
r e s c a t a r la u t o p í a c o n i n t e n c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a , p a r a el análisis d e
los escritos - e s c r i t u r a c o m o p r o d u c c i ó n - d e n u e s t r o s p e n s a d o r e s

conjunto de unidades culturales disponibles que el significante puede evocar


en el destinatario, dando lugar a un proceso de semiosis ilimitado. Así pues,
el código, en cuanto convención social y condición de posibilidad de la comuni-
cación, no es único ni estable. La multiplicidad de códigos y subcódigos que
se cruzan en una cultura hace que un mensaje pueda ser decodíficado desde
distintos puntos de vista y recurriendo a distintos sistemas y convenciones.
Por lo tanto, el mensaje se presenta como una "forma vacía", un significante
-podríamos decir- cuyo sentido, función y grado de información cambia, por
una parte, en virtud de las circunstancias que condicionan la selección de
códigos y subcódigos; y por otra parte, en virtud del sistema semántico global
y/o los aspectos parciales de ese sistema que configuran una interpretación
del mundo, esto es una ideología, la cual puede incluso condicionar la
estructura misma del código. El mensaje contiene, entonces, una cierta cantidad
de información física, pero también contiene información semiótica, no
cuantificable, explicada por la serie de significados que puede generar. Ambas
pueden ser definidas como un estado de desorden respecto de un orden
sucesivo; como situación ambigua respecto de una desambiguación ulterior;
como posibilidad de selecciones alternativas, que han de producirse en relación
a un sistema de selecciones efectuadas.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 127

d e c i m o n ó n i c o s ; e n t r e ellos E u g e n i o M a r í a d e H o s t o s . A c l a r a c i ó n
pertinente, p u e s a u n c u a n d o pareciera q u e la narración utópica - l a
utopía como género literario- habría sido escasamente practicada
p o r n u e s t r o s escritores, la u t o p í a c o m o función aflora e n el u n i v e r s o
d e los d i s c u r s o s e n d i s t i n t o s m o m e n t o s d e la H i s t o r i a d e las I d e a s
Latinoamericanas.87
H e m o s c a r a c t e r i z a d o la u t o p í a c o m o u n a f o r m a d e p r o d u c c i ó n
simbólica d e l d i s c u r s o , i n s e r t a e n u n a d e t e r m i n a d a s i t u a c i ó n socio-
h i s t ó r i c a , r e s p e c t o d e la c u a l c u m p l e la f u n c i ó n b á s i c a d e
r u p t u r a - a p e r t u r a , e n la m e d i d a q u e trabaja s o b r e el p r e s e n t e , e n
c o n s t a n t e t e n s i ó n hacia el f u t u r o , e x p l o r a n d o y a n t i c i p a n d o dialéc-
t i c a m e n t e lo " o t r o " p o s i b l e , y p r e s i o n a n d o s o b r e los límites d e lo
i m p o s i b l e r e l a t i v o d e c a d a época. 8 8

87
Que la utopía como género literario haya sido escasamente practicada en
América Latina, es una afirmación frecuente pero que a nuestro juicio no está
suficientemente probada. Una investigación en este sentido es necesaria aunque
excedería ampliamente los límites de nuestro trabajo. Por otra parte, la
consideración epistemológica de la utopía constituye una línea de investigación
de la historia de las ideas latinoamericanas, abierta en la última década, que
cuenta ya con importantes trabajos: Roig, Arturo Andrés. "El discurso utópico
y sus formas en la historia intelectual ecuatoriana". En: La utopía en el Ecuador
Quito, Banco Central y Corporación Editora Nacional, 1987; Cerutti Guldberg,
Horacio. Ensayos de utopía I y II. México, UNAM, 1989. 2 Vol.; De varia
utópica. Ensayos de utopía III. Bogotá, Instituto Colombiano de Estudios
Latinoamericanos y del Caribe, 1989; Ainsa, Fernando, op.cit.; Hinkelammert,
Franz. Op.cit.
88
Esta función básica de ruptura-apertura puede ser desbrozada distinguiendo,
según la propuesta de Arturo Roig, las siguientes funciones del discurso
utópico: la función crítico-reguladora, la función liberadora del determinismo
legal y la de anticipación del futuro. La función "crítico-reguladora" arraiga
en la conflictividad de la vida social cotidianamente experimentada por sujetos
sociales. Sujetos que, a partir de su propia autoafírmación y auto valoración,
ponen en ejercicio la sospecha acerca de los códigos vigentes. En otras
palabras, la función crítico-reguladora consiste en la decodificación de la
racionalidad vigente a partir del reconocimiento de la propia historicidad de
sujetos socialmente constituidos. La función "liberadora del determinismo
legal" permite reconocer aquello que excede las posibilidades de verificación
128 ADRIANA ARPINI

D i s t i n g u i r f u n c i o n e s e n el d i s c u r s o u t ó p i c o i m p l i c a h a b e r r e -
c o n o c i d o y a q u e é s t a s s o n ejercidas p o r p a r t e d e u n sujeto. P u e s , si
es cierto q u e n o h a y d i s c u r s o s i n sujeto, n o es m e n o s cierto q u e
sólo e n la m e d i a c i ó n d e l l e n g u a j e los sujetos se c o n s t i t u y e n c o m o
tales, a l c a n z a n cierto g r a d o d e conciencia p a r a sí y se p o s i c i o n a n
s o c i a l m e n t e e n r e l a c i ó n dialéctica, n o m e c á n i c a , c o n los c o n d i c i o -
n a m i e n t o s e p o c a l e s y l a s f o r m a s v i g e n t e s d e r a c i o n a l i d a d . Es
justamente a partir de esas condiciones y de esas formas de
r a c i o n a l i d a d e n las q u e se h a l l a s u m i d o el sujeto, q u e e m e r g e la
e l a b o r a c i ó n d e lo u t ó p i c o c o m o símbolo. 8 9 La f u n c i ó n s i m b ó l i c a es
u n h e c h o social a n c l a d o e n las f o r m a s d i s p a r e s e n q u e se e s t a b l e c e n
las r e l a c i o n e s sociales, y se m u e s t r a e n las e s t r u c t u r a s d i s c u r s i v a s
a n t a g ó n i c a s q u e c o n s t i t u y e n el u n i v e r s o d i s c u r s i v o e p o c a l . C a b e

tópica del contenido utópico; ese plus no verificable consiste en un diverso


modo de asumir la contingencia en la que está sumido el propio sujeto. La
dialéctica utopía-topía se instala en un nivel de verdad diferente, desde el
cual es posible colocarse constantemente ante la contingencia de los procesos,
recuperando, así, lo "nuevo", lo "otro posible" bajo la forma de un saber de
conjetura. La función "anticipadora del futuro" surge de la experiencia de la
propia historicidad, del modo como los hombres asumen y enfrentan su propia
realidad contingente en el discurso acentuando, no la realidad de la topía,
sino la "posibilidad" de la utopía. Esta posibilidad dialéctica de pensar lo
imposible resulta epistemológicamente valiosa por cuanto enriquece el
horizonte de interpretaciones del presente, abriendo nuevas perspectivas.
Ahora bien, la experiencia de la temporalidad no es uniforme. Pueden
distinguirse, en efecto, dos formas contrastantes: las "utopías del orden", en
que predomina la tendencia a negar el factor contingente en favor de una
comprensión repetitiva y cíclica de la temporalidad, semejante,al mito; y las
"utopías de la libertad" en que se acentúa vigorosamente el futuro, no como
consecuencia necesaria del presente, sino como posibilidad "otra", que agrieta
las totalidades objetivas de la sociedad vigente.
89
El símbolo, semánticamente considerado, es un signo cuya peculiaridad
consiste en trasponer la relación significante-significado hacia una sig-
nificación segunda. Es decir que el símbolo surge, cualquiera sea su soporte
material, de la relación entre un significado primero y otro segundo, el cual se
constituye a partir de una calificación axiológica que especifica su sentido y
dirección semántica.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 129

esbozar u n a tipificación de los símbolos, t o m a n d o en cuenta el


valor direccional q u e ellos e x p r e s a n d e n t r o del a n t a g o n i s m o
discursivo. P u e d e n admitirse dos formas elementales en las que
se expresa ese antagonismo: la del "discurso justificador" de la
polaridad axiológica vigente, y la del "discurso reversivo", el cual
p u e d e a s u m i r , a su v e z , la forma d e s i m p l e i n v e r s i ó n de la
polaridad axiológica (anti-discurso), o bien colocarse - a partir de
u n a crítica d e los s u p u e s t o s v a l o r a t i v o s - e n u n a p o s i c i ó n
superadora y creativa (discurso liberador). Podríamos, entonces,
distinguir según su peso axiológico: símbolos q u e expresan la
tendencia a la conservación y legitimación del presente; símbolos
q u e expresan los valores p o l a r m e n t e opuestos, surgidos de la
negación simple de los existentes; y p o r último, símbolos q u e
muestran nuevos valores nacidos de la oposición dialécticamente
superadora de los vigentes.
Así pues, en la práctica de la función utópica, el sujeto toma
conciencia de sí y de su propia situación socio-histórica en la
m e d i d a que trabaja con y sobre los códigos vigentes -los de la
lengua, el derecho, la moral, la economía-, ejerciendo la sospecha
sobre ellos, sobredeterminándolos y a u n violándolos, para dar
lugar a aquella imagen de lo imposible que abre posibilidades. De
tal manera, la función utópica no se verifica tanto en los contenidos
de la construcción utópica, como en el m o d o en que esos contenidos
se articulan y, sobre todo, en la peculiar direccionalidad que se le
imprime desde las decisiones axiológicas constitutivas del discurso
y del sujeto mismo.

5.2. El utopismo hostosiano a través de la sobre determinación


axiológica del significante "Ayacucho"

En u n artículo reciente, Fernando Ainsa afirma la existencia de


u n a "intención utópica" en la obra de Eugenio María de Hostos.
Intención que se revela en sus textos, escritos en el fragor de la
lucha por la emancipación y la independencia de las Antillas, a u n
130 ADRIANA ARPINI

c u a n d o n i n g u n o de ellos p u e d a ser considerado u n a obra del


género utópico. Se señala como elemento decisivo de la utopía de
Hostos su proyecto sobre la unidad de América Latina, en el marco
de u n a reflexión sobre la circunstancia histórico-política de la
época, que pretende ser u n diagnóstico científicamente riguroso
de la realidad; a partir del cual se orienta la imaginación hacia lo
posible, hacia u n deber ser enunciado en función de los valores
imperantes en la época. 90
Quisiéramos, por nuestra parte, arriesgar la hipótesis de que
lo utópico está presente no sólo como intención en los escritos hos-
tosianos, sino también, y de una manera más radical, como u n a
peculiar forma de saber, que se juega a nivel discursivo entre la
sospecha y la conjetura.
Sospecha ejercida por Hostos, no sólo a partir de sus propias
inquietudes individuales, sino también como portador de las voces
de los sectores sociales e m e r g e n t e s en las Antillas españolas
d u r a n t e la s e g u n d a m i t a d del siglo XIX, los q u e a partir del
reconocimiento de su propia historicidad, impulsaron los proyectos
independentistas en Puerto Rico, Cuba y Santo Domingo. Sospecha
ejercida sobre las formas de sujeción colonial, institucionalizadas
en mayor o menor grado como códigos legales, costumbres, cre-
encias, valores.
Conjetura acerca de la posibilidad de u n a existencia y de u n a
organización social y política diferentes, que a p u n t a en primer
lugar, a la i n d e p e n d e n c i a y libre constitución de los e s t a d o s
antillanos; en s e g u n d o lugar, a la u n i d a d de América Latina
m e d i a n t e la c o n f o r m a c i ó n d e u n a Liga d e N a c i o n e s I n d e -
pendientes; y finalmente, a la concreción de los más altos valores
de la civilización a través de u n Estado Internacional, capaz de
conquistar la paz y armonía de la h u m a n i d a d en su conjunto. La

90
Ainsa, Fernando. "Hostos y la unidad de América Latina: raíces históricas
de una utopía necesaria". En: Cuadernos Americanos. Nueva Época. Na 16,
México, UNAM, julio-agosto de 1989. pp. 67 a 88.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 131

a p e r t u r a d e e s t a s p o s i b i l i d a d e s e n el d i s c u r s o h o s t o s i a n o n o s
p e r m i t i r á h a b l a r d e u n a t r i p l e d i m e n s i ó n d e la " u t o p í a civili-
zatoría" del puertorriqueño.
P o d e m o s afirmar, a d e m á s , q u e en los escritos hostosianos
a s o m a n e l e m e n t o s q u e b i e n p o d r í a n ser i n t e g r a d o s en u n a
t e o r i z a c i ó n s o b r e el d i s c u r s o u t ó p i c o . E f e c t i v a m e n t e , e n s u
c o n m e m o r a c i ó n d e l c u a r e n t a y seis a n i v e r s a r i o d e la Batalla d e
A y a c u c h o , escrita e n 1870, H o s t o s se refiere a ella n o c o m o u n h e c h o
d a d o o b j e t i v a m e n t e , s i n o q u e ese significante ' A y a c u c h o ' , m á s allá
de designar u n hecho histórico concreto, es sobredeterminado
simbólicamente y cargado axiológicamente.

C u a n d o e m p i e c e - d i c e - p a r a la A m é r i c a c o l o m b i a n a la
existencia completa, de total desarrollo de sus fuerzas
físicas, m o r a l e s y m e n t a l e s ; d e a r m ó n i c a c o n s i d e r a c i ó n d e
su p a s a d o , su presente y su futuro; en pocas palabras,
c u a n d o p u e d a h a b e r historia d e A m é r i c a , Ayacucho será más
que una gloria, será un servicio.
Dejará d e ser u n a gloria d e estos p u e b l o s p a r a ser u n
servicio d e la h u m a n i d a d . Dejara d e ser u n h e c h o p a r a ser
u n d e r e c h o . Dejará d e ser u n a p r o m e s a , p a r a ser u n c o m -
promiso.91

"Gloria y servicio", "derecho", " p r o m e s a y c o m p r o m i s o " , sobre-


determinaciones y sobrevaloraciones de "Ayacucho", que ya no
d e n o t a u n m e r o a c o n t e c i m i e n t o histórico, s i n o q u e se h a c o n v e r t i d o
e n r e p r e s e n t a c i ó n simbólica d e u n a r u p t u r a y d e u n a a p e r t u r a al
futuro posible.
La f u n c i ó n d e r u p t u r a a p a r e c e t e m a t i z a d a p o r H o s t o s e n el
t e x t o q u e v e n i m o s c i t a n d o , c u a n d o afirma:

91
Hostos, Eugenio María de. "Ayacucho" (Publicado en: El Nacional. Lima,
9 de diciembre de 1870. Año VI, N° 1,689). En: Obras Completas. Edición
Conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico. La Habana, 1939. Tomo XIV,
pp. 276 y ss.
132 ADRIANA ARPINI

Al ideal cristiano no cabía en la unidad católica, y la rompió.


El ideal social no cabía en la u n i d a d monárquica, y la
r o m p i ó . El ideal d e p r o g r e s o n o cabía e n la u n i d a d
territorial, y la rompió.
Cada u n o de estos rompimientos era u n a necesidad, es
u n a gloria, y será un adelanto del espíritu h u m a n o . A cada
uno de ellos correspondió u n a revolución, u n a evolución y
una conquista.

El ideal al que se refiere Hostos no es más que la representación


anticipada de u n proyecto, a partir del cual se establece la distancia
entre lo hecho y lo por hacer, lo que se muestra como dato en la
situación presente y lo posible. Todo ello responde, desde luego, a
los supuestos analíticos y valorativos a los que apela el autor,
inscriptos en el marco del racionalismo armónico.
Ese ideal implica la negación de u n a determinada "unidad",
es decir, de una totalidad objetiva cerrada, que ha tenido vigencia
hasta el momento. La presencia del ideal pone en entredicho la
necesariedad de esa totalidad y revela su contingencia. Cabe,
entonces, la sospecha acerca de la verdad, bondad y justicia de esa
u n i d a d y, a su vez, la conjetura sobre u n a alternativa vislumbrada
como más justa, buena y verdadera. En este nivel se juega la función
de r u p t u r a - a p e r t u r a del p e n s a m i e n t o utópico. La r u p t u r a es
"necesaria" - d i c e H o s t o s - , pero se trata n o de u n a necesidad
ontológica sino histórica, ella permite u n "adelanto", u n progreso
tanto para los hombres, como para las sociedades y, en última
instancia, p a r a la H u m a n i d a d . Ese p r o g r e s o es fruto d e u n a
"conquista", o de u n a "evolución", o a u n de u n a "revolución".
Dentro del humanismo racional profesado por Hostos la noción
de revolución tiene u n sentido específico; ella implica retomar el
camino progresivo de la razón, cada vez que este es obturado por
circunstancias ajenas a su propia naturaleza. En otras palabras,
cada v e z que la h u m a n i d a d , o u n sector de ella, h a q u e d a d o
encapsulada en virtud de legislaciones injustas, creencias opresivas
y, aun del mantenimiento por la fuerza de condiciones infrahu-
manas de ignorancia y esclavitud, es necesario u n rompimiento. Es
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 133

necesario quebrar esa cápsula y liberar las fuerzas positivas para


retomar el camino que la razón señala: el de la "conquista de la
civilización".
Y bien, ¿qué sentido tiene Ayacucho para la América Latina?,
p r e g u n t a q u e p o d r í a m o s f o r m u l a r , t a m b i é n , de la s i g u i e n t e
manera: ¿por q u é "Ayacucho" es u n símbolo?, ¿cuáles son los
significados sobreañadidos al significante "Ayacucho"? Si tenemos
en cuenta lo antes afirmado respecto d e los símbolos y de la función
d i s c u r s i v a de la u t o p í a , p o d e m o s decir q u e " A y a c u c h o " es
efectivamente u n símbolo p o r q u e a d q u i e r e , en este d i s c u r s o
h o s t o s i a n o , u n a significación s e g u n d a especificada axiológi-
camente en u n a determinada dirección: reversivo-Iiberadora. Así,
el puertorriqueño afirma:

Ayacucho no es el esfuerzo de u n sólo pueblo; es el esfuerzo


de todos los pueblos meridionales del continente; no es el
resultado de u n a lucha parcial, es el resultado de u n a lucha
general;... es la v i c t o r i a d e t o d o s los ejércitos s u d a -
mericanos;... es el triunfo intelectual de todos los grandes
capitanes;... no es la colisión de dos contrarios, es la última
colisión de un porvenir contra otro •porvenir, no es la batalla
de una guerra, es la batalla decisiva de una lucha secular.
... Los v e n c e d o r e s en el c a m p o de batalla e r a n la
civilización contra el quietismo, la justicia contra la fuerza, la
libertad contra la tiranía, la república contra la monarquía;
Ayacucho es un compromiso contraído por toda la América
que dejo de ser española en aquel día.
...todos d e r r a m a r o n su sangre generosa... en n o m b r e
de la independencia de toda la América Latina, y a la voz de
u n sentimiento unánime: la unión perpetua de los pueblos
aliados p o r la desgracia y la victoria.

"Ayacucho" es símbolo p o r q u e imprime una dirección al porvenir:


frente al q u i e t i s m o del r é g i m e n m o n á r q u i c o , t i r á n i c a m e n t e
impuesto y sostenido por la fuerza, representa la civilización, la
república, la justicia y la libertad. Categorías q u e sintetizan el
proyecto político y social detentado por Hostos y por los sectores
sociales emergentes de la sociedad antillana, que aspiraban a la
134 ADRIANA ARPINI

independencia y a la organización republicana de los Estados. Pero,


además, es expresión del ideal de unidad total de la América Latina.
Por eso, con u n sentido de la realidad que n o es ajeno al verdadero
utopismo hostosiano, "Ayacucho" es, antes que nada, u n "com-
promiso":

...el triunfo de aquella batalla n o es completo -afirma-, el


compromiso contraído en el campo de Ayacucho por todos
los pueblos en el representados, no se ha cumplido todavía.
¡Todavía no h a y u n a Confederación Sudamericana! ...
¡Todavía h a y repúblicas d e s g a r r a d a s p o r las discordias
civiles1. ¡Todavía no tienen fuerza internacional las sociedades
y los gobiernos colombianos! ¡Todavía puede un imperio
atentar alevemente contra México! ¡Todavía puede otro
imperio destrozarnos impunemente al Paraguay!
En t a n t o q u e esto suceda... no celebréis la victoria
sacrosanta.
... sólo cuando la política obedezca a la geografía, la
realidad a la necesidad, la consecuencia a la premisa...
Entonces el continente se llamará Colombia... Entonces,
cumplido el compromiso, será un derecho el aniversario de
Ayacucho.

La elocuencia del compromiso es la de u n gesto indicativo. Señala


aquello por hacer y al mismo tiempo señala los obstáculos que
i m p i d e n la realización del proyecto: los conflictos internos, la
debilidad internacional, la amenaza imperialista. El complemento
simbólico de "Ayacucho" es "Colombia", expresión de la unidad
conquistada y cumplimiento del ideal.
Como hemos afirmado, en este discurso el procer mayagüezano
nos adelanta elementos a partir de los cuales es posible intentar
u n a teorización acerca del discurso utópico y su función específica.
Más que de una intención utópica, es posible hablar de una forma
m u y concreta de saber, n o identificable con el conocimiento
científico, pero n o por ella menos susceptible de veracidad, que se
construye a partir de u n a determinada forma de asumir la propia
historicidad. Construcción dialéctica q u e r o m p e con la necesa-
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 135

riedad del presente mediante el ejercicio de la sospecha por parte


de u n sujeto socialmente determinado que - a s u m i e n d o la con-
tingencia de los procesos históricos- se abre a lo otro, al futuro
posible, elaborado como saber de conjetura, cuya representación
simbólica sintetiza H o s t o s en las categorías c o m p l e m e n t a r i a s
Ayacucho-Colombia.

5.3. La triple dimensión de la "utopía civilizatoria" de Hostos

Hemos señalado que la función utópica se presenta a lo largo de la


p r o d u c c i ó n h o s t o s i a n a en tres d i m e n s i o n e s . U n a de ellas, la
dimensión continental, se muestra ya en el escrito antes analizado
a través de los símbolos "Ayacucho-Colombia", que aluden si-
multáneamente a los ideales de independencia y de integración
latinoamericana.
Por otra parte, apelamos a la categoría de "civilización" para
caracterizar a la utopía hostosiana. En este sentido ha de tenerse
en cuenta que esa categoría -al igual que la de "barbarie"- adquiere,
en las d i s t i n t a s e t a p a s del p e n s a m i e n t o del p u e r t o r r i q u e ñ o ,
semantizaciones diversas en estrecha relación con las circunstancias
políticas y socio-históricas por las que atraviesan las Antillas y en
particular su isla natal, como se ha visto en el capítulo anterior.
Son esas mismas circunstancias las que condicionan el utopismo
h o s t o s i a n o d e m o d o q u e en él se c o n j u g a n , p o r u n a p a r t e ,
aspiraciones independentistas y de integración latinoamericana;
por otra, el proyecto de organización nacional, superación del
atraso y generalización de la educación - q u e es el contenido
característico de los proyectos civilizatorios de la emancipación
mental, en la extensión continental d e América Latina- y, por
último, el ideal de concretar el grado más alto de civilización en la
formación de u n Estado Internacional.
Las tres dimensiones señaladas no se prestan a una descripción
cronológica lineal, antes bien se cruzan y se superponen muchas
veces en los textos hostosianos, si bien es dable señalar el peso
136 ADRIANA ARPINI

m a y o r d e u n a u otra, e n las d i s t i n t a s e t a p a s d e s u p e n s a m i e n t o . E n
t o d a s ellas, sin e m b a r g o , es la c a t e g o r í a d e "civilización" la q u e
sintetiza los ideales d e o r g a n i z a c i ó n , justicia y p r o g r e s o , d e
i n d e p e n d e n c i a y u n i d a d , d e i g u a l d a d y f r a t e r n i d a d . Ello n o s
a u t o r i z a a h a b l a r d e la " u t o p í a civilizatoria" d e E u g e n i o M a r í a d e
H o s t o s , c u y a c o m p r e n s i ó n a c a b a d a es p o s i b l e a t e n d i e n d o t a n t o a
los escritos ensayísticos c o m o a los s i s t e m á t i c o s del autor. 9 2
La " u t o p í a civilizatoria" d e H o s t o s se articula s o b r e la b a s e d e
u n a i d e a d e p r o g r e s o , s e g ú n la c u a l t a n t o el i n d i v i d u o c o m o las
s o c i e d a d e s y, e n fin, la h u m a n i d a d e n s u conjunto, e v o l u c i o n a n
d e s d e e s t a d o s inferiores d e salvajismo y b a r b a r i e h a c i a la c o n q u i s t a
p l e n a d e la c i v i l i z a c i ó n . El p u n t o d e p a r t i d a está d a d o p o r la
c i r c u n s t a n c i a histórica, d o l o r o s a m e n t e v i v i d a p o r el a u t o r y p o r
los sectores sociales c u y a s voces recoge: la situación d e d e p e n d e n c i a
colonial d e las Antillas e s p a ñ o l a s . D e ahí q u e la p r i m e r a d i m e n s i ó n
del utopismo hostosiano a p u n t a a constituir u n a Confederación
A n t i l l a n a o C e n t r o a m e r i c a n a , c u y o r e q u i s i t o p r e v i o y n e c e s a r i o es
la c o m p l e t a e m a n c i p a c i ó n d e C u b a , P u e r t o Rico y S a n t o D o m i n g o .
E m a n c i p a c i ó n q u e c o m p r o m e t e , n o sólo a las tres islas e n cuestión,
sino t a m b i é n a t o d a s las n a c i o n e s libres del c o n t i n e n t e , c o n lo cual
q u e d a s e ñ a l a d a , t a m b i é n , la s e g u n d a d i m e n s i ó n u t ó p i c a : la u n i d a d
d e A m é r i c a Latina.
La C o n f e d e r a c i ó n A n t i l l a n a es u n p a s o p r e v i o n e c e s a r i o p a r a
la u n i d a d l a t i n o a m e r i c a n a y a q u e e s t a s islas p o s e e n u n a s i t u a c i ó n
e s t r a t é g i c a p r i v i l e g i a d a d e s d e el p u n t o d e vista e c o n ó m i c o ,
histórico y político. Ellas " d e s e m p e ñ a n e n el p l a n n a t u r a l d e la
geografía d e la civilización el p a p e l d e i n t e r m e d i a r i a s del c o m e r c i o
y d e la i n d u s t r i a " . A c t i v i d a d e s , a m b a s , q u e e n la p e r s p e c t i v a d e l
autor son "conductoras de ideas" y "transmisoras de progresos"
m o r a l e s , intelectuales y m a t e r i a l e s .

92
En lo que respecta a la periodización del pensamiento hostosiano y a la
distinción entre escritos ensayísticos y sistemáticos, remitimos a los capítulos
3 y 4.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 137

... la i n d e p e n d e n c i a d e las Antillas - d i c e e n u n escrito d e


1 8 7 3 - n o es o t r a cosa q u e la e m a n c i p a c i ó n del trabajo, y
por tanto, aumento de población, de producción, de
r e c u r s o s físicos p a r a la civilización Americana; n o es otra cosa
q u e e m a n c i p a c i ó n del c o m e r c i o y d e la i n d u s t r i a , y p o r
t a n t o , e l i m i n a c i ó n d e los o b s t á c u l o s m a t e r i a l e s q u e h a s t a
h o y h a t e n i d o la c o m u n i c a c i ó n e n t r e u n a g r a n p a r t e d e
A m é r i c a y a q u e l l a s islas, q u e s o n m e d i a d o r a s n a t u r a l e s
e n t r e el Viejo y el N u e v o C o n t i n e n t e ; n o es o t r a cosa q u e
c o n t i n u a c i ó n del m o v i m i e n t o histórico d e la i n d e p e n d e n c i a
c o n t i n e n t a l ... (y c o n t r i b u c i ó n ) al p o r v e n i r e s p l e n d o r o s o
d e la nueva civilización q u e e l a b o r a el N u e v o Continente. 9 3

Este texto d e H o s t o s c o n t r a s t a c o n las n a r r a c i o n e s u t ó p i c a s clásicas,


e n las q u e salta a la vista el h e c h o d e la i n s u l a r i d a d . Se t r a t a e n
estos casos d e u n p e d a z o d e tierra d e s p r e n d i d a , s e p a r a d a del
c o n t i n e n t e , q u e carece d e v í n c u l o s c o n el r e s t o d e l m u n d o y d e la
v i d a . Así T o m á s M o r o s i t ú a a U t o p í a e n la p e n í n s u l a d e A b r a x a ,
q u e es t r a n s f o r m a d a e n isla t r a s el trabajoso e m p e ñ o d e e x c a v a r y
e x t r a e r la tierra q u e la u n e al c o n t i n e n t e . La u t o p í a n a c e c o m o
u n i d a d c e r r a d a , c o m o n e g a c i ó n d e lo existente. N o es este el caso
d e H o s t o s , y p o d r í a m o s a f i r m a r q u e t a m p o c o es la f o r m a m á s
f r e c u e n t e e n q u e se articula el d i s c u r s o u t ó p i c o l a t i n o a m e r i c a n o ,
u n o d e c u y o s ejes axiológicos v i g o r o s a m e n t e r e i t e r a d o es el d e la
u n i d a d e i n t e g r a c i ó n . Así, H o s t o s t o m a c o m o p u n t o d e p a r t i d a el
p r e s e n t e d e l a s i s l a s a n t i l l a n a s p a r a a f i r m a r el p o r v e n i r d e l
c o n t i n e n t e . N o t e m o s e n el texto p r e c e d e n t e la p r e s e n c i a i n s i s t e n t e
d e e x p r e s i o n e s q u e a l u d e n a la c o m u n i c a c i ó n : "... e l i m i n a c i ó n d e
obstáculos... q u e h a n t e n i d o la c o m u n i c a c i ó n . . . " , "... m e d i a d o r a s
n a t u r a l e s . . . " , "... c o n t i n u a c i ó n d e l m o v i m i e n t o h i s t ó r i c o . . / ' .
H o s t o s p r o p o n e , e n c o n s e c u e n c i a , q u e la i n d e p e n d e n c i a d e las
A n t i l l a s se c o n v i e r t a e n e l e m e n t o p r o g r a m á t i c o d e los g o b i e r n o s

93
Hostos, Eugenio María de. "Carta al presidente del Perú" (10 de octubre de
1873). Publicado en El Argentino, Buenos Aires, 13 de octubre de 1873 bajo
el título "Cuba y la América Latina". En: Obras Completas. Torno IV, pp. 35
a 42.
138 ADRIANA ARPINI

libres del Continente, vehiculizado a través de la reunión de u n


Congreso Americano. Congreso cuya concreción considera más
factible en ese momento, que cuando Bolívar "anticipándose al
tiempo" lo intento. 94
En otros escritos de la m i s m a época e n c o n t r a m o s detalla-
damente expresado el programa hostosiano. Así en los Estatutos
de la Liga de Independientes q u e d a establecido como su objetivo
inmediato "trabajar ... en favor de la independencia absoluta de
Cuba y Puerto Rico", y como su finalidad, la conquista de la libertad
política, económica, religiosa e intelectual. A ella concurren: el
establecimiento de la República y la democracia representativa; la
c r e a c i ó n d e u n a p o t e n c i a i n t e r n a c i o n a l p o r m e d i o d e la
Confederación de las Antillas; la fraternal unidad de la civilización
latinoamericana a partir de los c o m u n e s intereses materiales,
intelectuales y morales. Entre los principios en que se sustenta el
accionar de la Liga -cuya observancia constituye u n deber moral
para los miembros de la m i s m a - cabe destacar el de "unidad, paz
y n a c i o n a l i d a d en las A n t i l l a s " y el d e " e x p a n s i ó n hacia el
Continente Americano".
La idea de Nación Antillana es vista por Hostos como u n medio
adecuado para enfrentar, por u n a parte, la peligrosa amenaza de
las agresiones externas; y por otra, el obstáculo que significan las
dispares y deficientes formas de organización interna de las mismas
sociedades antillanas. La Nación propuesta constituye u n principio
social, en la m e d i d a en que es una forma de organizar la naturaleza
para completar la fuerza espontánea de la civilización y tiende a
favorecer la u n i d a d a partir de la d i v e r s i d a d de los " e s t a d o s
sociales" de las islas, de la variedad en cuanto a los modos de vida
y progreso económico. Pero también es u n principio político, por
c u a n t o se funda en u n pacto d e r a z ó n y no e n u n a v o l u n t a d
arbitraria. Pacto que está a la base de la organización democrática
de los Estados miembros de la Confederación deseada.

94
Cfr. Hostos, Eugenio María de. "Estatutos de la Liga de Independientes".
Art. 2 o y 3 o . En; Obras Completas. Tomo II, pp. 227 y ss.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 139

En los escritos hostosianos que venimos comentando, pertene-


cientes todos ellos a la primera etapa de su producción (entre 1852
y 1879), comprobamos u n a clara decisión política basada en u n a
voluntad de autoafirmación de u n sujeto social, un "nosotros" q u e
el autor hace extensivo a "los antillanos", en primera instancia,
pero también a ''los latinoamericanos". Autovaloración desde la
que se abre la sospecha acerca de la verdad, la b o n d a d y la justicia
del régimen colonial vigente y se hace posible imaginar la con-
creción de la u n i d a d antillana. Primera dimensión utópica del
discurso hostosiano, que implica, también, romper las ataduras
que mantienen a las islas sometidas a España. Ello permite, además,
proyectar la u n i d a d de los pueblos independientes de América
Latina. Segunda dimensión utópica inscripta en la perspectiva de
u n latino americanismo inspirado en la tradición bolivariana. En
ambos casos se concretaría, desde la perspectiva del autor, u n
progreso de la civilización sobre la barbarie.
En los escritos posteriores a 1890, advertimos marcas dis-
cursivas que aluden a u n a situación diferente: las pretensiones
anexionistas estadounidenses se hacen cada vez más evidentes.
En 1895 escribía Hostos:

Si no m e engaño, ha sonado la hora de u n movimiento


general, y es necesario, o secundarlo, o producirlo, a fin:
primero, de liberar a Santo Domingo (alude a la necesidad
de acabar con la tiranía de Ulises Heureaux) e independizar
a Cuba y Puerto Rico; segundo, de combatir la influencia
anexionista; tercero, de propagar la idea de la Confederación
de las Antillas. 95

Un año más tarde analizaba en los siguientes términos la nueva


situación:

95
Hostos, Eugenio María de. "Carta al General Gregorio Luperón" (Santiago
de Chile, 11 de Junio de 1895). En: Obras Completas. Vol. IV, pp. 160 a 161.
140 ADRIANA ARPINI

La o l i g a r q u í a es t a n f u n e s t a p a r a la a u t o n o m í a d e las
n a c i o n e s n u e v a s o d é b i l e s , e n el g o b i e r n o i n t e r n a c i o n a l ,
c o m o lo es e n el r é g i m e n n a c i o n a l el g o b i e r n o d e familias...
Los Estados Unidos, p o r s u f u e r z a y s u p o t e n c i a , f o r m a n
u n miembro natural de la oligarquía de naciones. Nacer bajo su
égida es nacer bajo su dependencia... A t o d o s . . . c o n v i e n e q u e
el n o b l e a r c h i p i é l a g o , h a c i é n d o s e d i g n o d e s u d e s t i n o , sea
el fiel d e la b a l a n z a : ni norte ni sudamericanos, antillanos: ésa
n u e s t r a divisa... 96

E n estos escritos la a t e n c i ó n se c o n c e n t r a e n la r e a l i d a d a n t i l l a n a ,
y m á s específicamente a ú n , e n la s i t u a c i ó n d e C u b a y P u e r t o Rico
a m e n a z a d a s d e m u e r t e p o r la b a r b a r i e i m p e r i a l i s t a . La p o s i c i ó n
i n d e p e n d e n t i s t a p r e s e n t e e n los escritos h o s t o s i a n o s d e la p r i m e r a
é p o c a h a s i d o r e b a s a d a p o r la r e a l i d a d . L o s t ó p i c o s d e la
" i n d e p e n d e n c i a " y la " u n i d a d l a t i n o a m e r i c a n a " p a s a n a s e g u n d o
p l a n o . Lo q u e a h o r a está e n j u e g o , y afecta v i s c e r a l m e n t e a a m b a s
islas, es s u p r o p i a libertad.
C o n c r e t a d a la i n v a s i ó n a P u e r t o Rico p o r las a r m a s n o r t e a -
m e r i c a n a s c o n el p r o p ó s i t o confeso d e a n e x i o n a r la Isla, el d i s c u r s o
h o s t o s i a n o se d e s p l a z a h a c i a la s i t u a c i ó n i n t e r n a , social y c u l t u r a l ,
descripta desde una perspectiva paternalista con matices, por
m o m e n t o s , a p o c a l í p t i c o s . Es n e c e s a r i o a c l a r a r q u e así c o m o es
p o s i b l e h a b l a r d e u n a f u n c i ó n u t ó p i c a d e l d i s c u r s o , es p o s i b l e
t a m b i é n , c o n s i d e r a r u n a f u n c i ó n apocalíptica. 9 7

96
Hostos, Eugenio María de. "Carta al Sr. Francisco Sellen" (Santiago de
Chile, 12 de julio de 1896). En: Obras Completas. Tomo IV, pp. 171 a 173.
97
Todo discurso, considerado como sistema semántico, contiene o remite a una
interpretación de la realidad. Cuando ésta es poco crítica tiende a nivelar las
diferencias, choques y conflictos que se dan en el orden social y provee una
visión unificada y concorde, incluso idílica de la realidad. La irrupción de hechos
o situaciones históricas no provistas, pone en crisis esa interpretación y los códigos
que la organizan. En tales casos surgen, con frecuencia, respuestas apocalípticas:
su especificidad consiste en señalar los riesgos de la situación límite y presentar
sólo una vía de "salvación" sobre la base de un razonamiento que, sin reconocer
la parcialidad de sus premisas, presenta sus conclusiones como las únicas
verdaderas. Cualquier otra posibilidad es rechazada como caótica.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 141

A u n q u e el d i s c u r s o h o s t o s i a n o n o p u e d a s e r c a l i f i c a d o
p r o p i a m e n t e c o m o u n d i s c u r s o c o n f u n c i ó n a p o c a l í p t i c a (antes
bien, h e m o s a f i r m a d o q u e s u f u n c i ó n d o m i n a n t e es la p r o y e c t i v a
o u t ó p i c a ) , es d a b l e a d v e r t i r e n los escritos d e esta u l t i m a e t a p a ,
sobre t o d o e n los q u e t i e n e n u n carácter m á s í n t i m o c o m o las C a r t a s ,
ciertos e l e m e n t o s d e t o n a l i d a d a p o c a l í p t i c a . Así, p o r e j e m p l o ,
c u a n d o e n el m a r c o d e s a l e n t a d o r d e l "presente sombrío y el porvenir
nublado d e la familia latina e n t o d o el c o n t i n e n t e " , r e a f i r m a H o s t o s
la p r o n t a r e a l i d a d d e la C o n f e d e r a c i ó n d e las Antillas: " h a c i a ella,
p o r d i s t i n t o s c a m i n o s , c a m i n a r a B o r i n q u e n , a u n q u e su generación
actual no comprende q u e es ese el p o r v e n i r p o s i t i v o d e las Antillas" .98
La p r e s e n c i a d e m a t i c e s a p o c a l í p t i c o s es d e b i d a a la i r r u p c i ó n d e
n u e v o s e l e m e n t o s t a c t u a l e s (la i n v a s i ó n a P u e r t o Rico) q u e c o n -
m u e v e n u n a i n t e r p r e t a c i ó n d e la r e a l i d a d social s o b r e la b a s e d e
u n a c o n c e p c i ó n e v o l u t i v a d e la n a t u r a l e z a social.
E n s u s ú l t i m o s escritos H o s t o s se enfrenta p e r m a n e n t e m e n t e
c o n d o s p r o b l e m a s . El p r i m e r o d e ellos es q u e , a p e s a r d e la
a d m i r a c i ó n q u e p r o f e s a a la o r g a n i z a c i ó n j u r í d i c o - e s t a t a l d e la
F e d e r a c i ó n A m e r i c a n a - p o r la c u a l e s e p a í s v i e n e a f u n c i o n a r
m o d é l i c a m e n t e e n la m e d i d a q u e se a p r o x i m a al m á s alto e s t a d o
d e la c i v i l i z a c i ó n - , r e a c c i o n a a n t e la i n v a s i ó n p e r p e t r a d a y la
descalifica d e s d e u n a p o s i c i ó n ética.

...Los n o r t e a m e r i c a n o s e n v i a d o s a P u e r t o R i c o y l o s
n o r t e a m e r i c a n o s del g o b i e r n o q u e los envía, e s t á n
p r o c e d i e n d o e n P u e r t o Rico c o m o f u e r z a b r u t a . ¿En
dirección a qué va e n c a m i n a d a esa fuerza bruta? En
d i r e c c i ó n al e x t e r m i n i o .
... yo no creo digna de admiración la fuerza bruta.
... M c K i n l e y y el s i n d i c a t o político q u e n o v e n m á s allá d e
la c o n t i n u a c i ó n d e l p a r t i d o r e p u b l i c a n o e n el p o d e r , n o

98
Hostos, Eugenio María de. "Carta al presidente de la República Dominicana
don Horacio Vázquez" (19 de septiembre de 1899). Publicado en El Nuevo
Régimen. Santo Domingo, República Dominicana. Año I, N° 7,4/10/1899, bajo
el título "Carta del Maestro". En: Obras Completas. Tomo IV, pp. 228 a 231.
142 ADRIANA ARPINI

vieron otra cosa en Puerto Rico que el campo de explotación


que creían dar a la codicia de sus parciales o a la vanagloria
del vulgo Americano. ¿Es eso bueno?"

La a m b i g ü e d a d v a l o r a t i v a r e s p e c t o d e los E s t a d o s U n i d o s ,
enemigo por una parte, y paradigma de organización social por
otra, n o constituye, sin embargo, u n a contradicción dentro del
p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o , ya q u e se a p o y a en s u p u e s t o s d e
naturaleza diferente. La función modélica estriba en el supuesto
de u n ideal de "civilización" que constituye la culminación de u n
proceso ascendente, natural y armónico a partir de estados m u y
p r i m i t i v o s d e o r g a n i z a c i ó n , c o m o s o n el " s a l v a j i s m o " y la
"barbarie". En dicho proceso, no obstante, p u e d e n ocurrir errores,
distorsiones o enfermedades, de los cuales sólo algunos hombres
son responsables. La invasión a la Isla y la pretensión de anexio-
narla constituye u n o de esos errores históricos.
El otro p r o b l e m a q u e enfrenta H o s t o s se relaciona con la
constitución interna de la sociedad puertorriqueña. A d o p t a n d o
u n a perspectiva paternalista, d e s d e su peculiar posición como
miembro de la élite intelectual de esa sociedad, deja caer sobre el
"pueblo" la sospecha de ignorancia e incapacidad para la organi-
zación jurídica. Ello, como consecuencia de u n a identidad nacional
m u y debilitada a raíz del coloniaje al q u e se vio l a r g a m e n t e
sometido. Tan desalentadora situación sólo p u e d e ser remontada,
según nuestro autor, realizando u n esfuerzo supremo por civi-
lizarse. La "civilización" se convierte, entonces, en u n m a n d a t o
moral cuyo destinatario es el " p u e b l o " puertorriqueño y tiene por
agente a la Liga de Patriotas; y por medios la educación, la difusión
de la Sociología y la organización jurídica de la Nación.

99
Hostos, Eugenio María de. "Carta al director de La Correspondencia de
Puerto Rico" (octubre de 1900). En: Obras Completas. Tomo IV, pp. 300 a
302.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 143

En escritos dirigidos a sus compatriotas de la Liga se advierte


el desplazamiento axiológico que da lugar a la actitud paternalista
y, consecuentemente, a la estimación defectiva del sujeto social en
cuestión, el pueblo puertorriqueño.

Es gente tan entorpecida por el coloniaje, que ni siquiera


ve que el único m o d o de salvarse es ponerse, como quiere
la Liga, a civilizarse de veras.
Si Puerto Rico quiere proceder con dignidad y justicia,
tiene que ser lo que yo h e querido que sea: u n pueblo que
tiene conciencia efectiva d e su estado y q u e se p o n e a
trabajar para utilizar en su propio bien, y en el del m u n d o ,
la situación que su propia debilidad le ha impuesto. 100

Para dar cumplimiento al m a n d a t o ético de la civilización es ne-


cesario lograr dos objetivos, uno social y otro político. El primero
consiste en desarrollar u n a masiva tarea de educación popular en
todos los aspectos y niveles; el segundo, en organizar jurídicamente
el Estado nacional. Ello pondría a Puerto Rico en condiciones de
evitar, por medio del plebiscito, que la situación de "ciudadanos
accidentales d e la Unión A m e r i c a n a " se p r o l o n g u e contra su
voluntad.
Sin embargo, paradójicamente, la concreción de ambos objeti-
vos está orientada por el paradigma socio-político de la Federación
de Estados Americanos. En este sentido "civilizar" es sinónimo de
"Americanizar", esto es "salir del pasado ibérico y entrar en el
porvenir Americano", "cambiar de ideas, de hábitos, de costum-
bres, de vida, aprovechando el ejemplo del pueblo que hemos
t o m a d o por maestro". La Federación Americana, a u n a pesar de
su propia barbarie, constituye u n modelo en la m e d i d a que se
aproxima al ideal de "civilización" utópicamente anticipado por

100
Hostos, Eugenio María de. "Carta al Dr. Manuel Guzmán Rodríguez" (13
de junio de 1900). En: Obras Completas. Tomo V, pp. 298 a 300.
144 ADRIANA ARPINI

Hostos. La "civilización es, en tal sentido, proyectada como idea


orientadora del obrar, tanto de los individuos como de los pueblos
antillanos, a la manera de u n imperativo moral. 101
H e m o s afirmado que u n a mejor comprensión de las diversas
formulaciones de la utopía civilizatoria hostosiana, de sus des-
plazamientos y matices, p u e d e lograrse teniendo en cuenta sus
escritos sistemáticos. En efecto, en ellos encontramos el núcleo
científico-filosófico fundamentador de su discurso. Tanto en la
Sociología como en la Moral Social se hacen explícitos los supuestos
del pensamiento hostosiano, en los que se sustenta también su
proyectiva socio-política. En p r i m e r lugar, la presencia de la
Naturaleza como principio suprahistórico fundante del O r d e n
Social. El evolucionismo biologista es otvn^sypuesto por el cual
queda asimilada la evolución histórica y social a la evolución del
organismo vivo. Ambos supuestos p u e d e n rastrearse en el vasto
movimiento intelectual que fue el krausismo español, por u n lado;
y por otro, en alguna tesis del positivismo, cuya incorporación
configura una peculiar síntesis krauso-positivista. Tema que será
desarrollado en capítulos siguientes.
Esos supuestos conducen a privilegiar ontológicamente u n
orden social natural (ideal), al que toda sociedad- tiende a apro-
ximarse según u n proceso evolutivo progresivo. La distancia entre
la situación histórica concreta de cada sociedad particular y ese
ideal, es la misma distancia que media entre el ser y el deber ser
social. A partir de esto el proyecto hostosiano se e n d e r e z a a
concretar el ideal civüizatorio, p o n i e n d o en juego u n a voluntad
ilustrada por u n a razón capaz de intuir la naturaleza social misma,
y movilizada por u n estricto sentido del deber.
La tercera d i m e n s i ó n utópica de Hostos q u e h e m o s m e n -
cionado, se encuentra esbozada en sus escritos sistemáticos y se
apoya en los supuestos antes citados. Ella consiste en proponer

101
Cfr. Hostos, Eugenio María de. "A los puertorriqueños". En: Obras
Completas. Tomo V, pp. 7 a 9; y "Lo que es la Liga de Patriotas". En: Obras
Completas. Tomo V, pp. 28 a 33.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 145

c o m o r a n g o s u p e r i o r y a b a r c a t i v o d e t o d o s los ó r g a n o s sociales, la
f o r m a c i ó n d e u n E s t a d o Internacional. A d v e r t i m o s e n esto la h u e l l a
d e l I d e a l d e la H u m a n i d a d d e Krause, 1 0 2 c u y o a n t e c e d e n t e se
e n c u e n t r a e n la Ilustración y p a r t i c u l a r m e n t e e n K a n t . R e c o r d e m o s
p o r u n a p a r t e , la p o s t u l a c i ó n k a n t i a n a d e u n a C o n f e d e r a c i ó n d e
E s t a d o s q u e g a r a n t i c e la p a z e n t r e l a s n a c i o n e s ; y p o r o t r a , la
función c r í t i c o - r e g u l a d o r a q u e t i e n e n las I d e a s p a r a el filósofo d e
K o n i g s b e r g , e n especial la i d e a d e h u m a n i d a d . I d e a q u e , c o m o
h e m o s a f i r m a d o , c o n s t i t u y e u n a síntesis práctica, r e g u l a d o r a del
obrar, a p a r t i r d e la c u a l es p o s i b l e p e n s a r la t e n s i ó n e n t r e ser y
d e b e r ser, e n t o r n o a la cual se articula la u t o p í a c o m o f u n c i ó n
discursiva.
El E s t a d o i n t e r n a c i o n a l , dice H o s t o s , " n o h a existido n i existe
t o d a v í a " . Será el r e s u l t a d o d e u n a e v o l u c i ó n n a t u r a l y n e c e s a r i a
d e la s o c i e d a d , a la q u e c o n c u r r e n la i g u a l d a d y la f r a t e r n i d a d , d e
u n l a d o , y d e o t r a , la c o n c i l i a c i ó n d e los i n t e r e s e s p o l í t i c o s y
comerciales. Ello i m p l i c a u n alto d e s a r r o l l o d e la civilización q u e
facilite el f u n c i o n a m i e n t o a r m ó n i c o d e u n E s t a d o c o m p l e t a m e n t e
jurídico. 1 0 3
El i d e a l d e la H u m a n i d a d , e n c u a n t o a s p i r a c i ó n a c o n q u i s t a r
la s o l i d a r i d a d h u m a n a p o r m e d i o d e la v o l u n t a d r a c i o n a l , fue
esgrimido p o r los krausistas españoles (republicanos), c o m o
h e r r a m i e n t a i d e o l ó g i c a q u e d i o c o n t e n i d o y o r i e n t ó el a c c i o n a r
directo s o b r e la r e a l i d a d . P a r a n u e s t r o p u e r t o r r i q u e ñ o , la categoría

102
Aludimos a la obra de Krause, K.C.F. Ideal de la Humanidad para la vida,
traducida e introducida en España por Julián Sanz del Río. Buenos Aires,
Hyspamérica Ediciones Argentinas, 1985.
103
En cuanto a la necesidad de organizar jurídicamente los Estados conviene
tener en cuenta los escritos de Hostos sobre Derecho Constitucional:
"Lecciones de Derecho Constitucional". En: Obras Completas. Tomo XV;
"El proyecto de Constitución y el medio social". En: Obras Completas, Tomo
X.: La tuna de América, pp. 404 a 428; "Nociones de Derecho Constitucional".
En: Obras Completas, Tomo XVIII: Ensayos didácticos I, pp. 349 a 398.
Hostos es partidario de la democracia representativa y los principios
federalistas para la organización de los Estados.
146 ADRIANA ARPINI

d e " H u m a n i d a d " d e s i g n a el t o d o o r g á n i c o d e la s o c i e d a d u n i v e r -
sal, es decir " l a s u m a d e t o d a s las s o c i e d a d e s e n t o d o s los t i e m p o s
d e la h i s t o r i a , p a s a d o s , p r e s e n t e s y f u t u r o s " . T i e n e el v a l o r d e
síntesis final d e la e v o l u c i ó n h u m a n a , p r e f i g u r a d a e n el ó r g a n o
social m á s c o m p r e n s i v o : la sociedad internacional. La c a t e g o r í a d e
" H u m a n i d a d " q u e d a e q u i p a r a d a a la d e civilización e n c u a n t o esta
a l u d e al d e s a r r o l l o m á x i m o d e la r a c i o n a l i d a d i n d i v i d u a l y
colectiva e n t o d o t i e m p o y lugar. 1 0 4
El ideal d e civilización c o m p l e t a es u n a a s p i r a c i ó n a u n n o c o n -
c r e t a d a p o r n i n g u n a s o c i e d a d . El c o n t e n i d o p o s i t i v a m e n t e u t ó p i c o
q u e H o s t o s le d a , r a d i c a e n el h e c h o d e r e v e l a r la c o n t i n g e n c i a d e l
p r e s e n t e insatisfactorio y a c e n t u a r el f u t u r o c o m o territorio d e la
p o s i b l e s u p e r a c i ó n . E n e s t e s e n t i d o la " u t o p í a c i v i l i z a t o r i a "
h o s t o s i a n a e x p r e s a la v o l u n t a d política d e la n a c i e n t e p r e b u r g u e s í a
p u e r t o r r i q u e ñ a , y se orienta, e n p r i m e r a instancia, a la o r g a n i z a c i ó n
jurídica del Estado nacional. Pero, r e b a s a n d o esta dimensión,
a p u n t a t a m b i é n a la conciliación d e i n t e r e s e s q u e h a g a posible la
c o n v i v e n c i a pacífica y c o o p e r a t i v a d e t o d o s los E s t a d o s . La u t o p í a
h u m a n i s t a del Estado Internacional, q u e ni E u r o p a ni Estados
U n i d o s h a n p o d i d o l i d e r a r p o r el p e s o d e s u p r o p i a " b a r b a r i e " ,
tiene p a r a H o s t o s u n l u g a r e n A m é r i c a y las Antillas e s t á n l l a m a d a s
a jugar u n papel fundamental como lazo de u n i ó n entre razas,
i n t e r e s e s e I d e a l e s , "fccis A n t i l l a s ... s e r á n u n d í a la casa d e los
p e r e g r i n o s d e la h u m a n i d a d " . 1 0 5
N o s i n t e r e s a d e s t a c a r el a s p e c t o p o s i t i v o d e la " u t o p í a civi-
lizatoria" d e H o s t o s e n c u a n t o s o s p e c h a y conjetura, c o n t i n g e n c i a
y p o s i b i l i d a d . Sin e m b a r g o , n o p o d e m o s d e j a r d e s e ñ a l a r s u s
limitaciones, p r o c e d e n t e s , a n u e s t r o juicio, d e s u s u s t r a t o teórico,
el krauso-posñivísrrTo d e n t r o d e l q u e se inscribe s u p e n s a m i e n t o .

104
Cfr. Hostos, Eugenio María de. Tratado de Moral. En: Obras Completas.
Tomo XVI, pp. 213 a 219.
105
Cfr. Hostos, Eugenio María de. Diario I. (lunes 28 de marzo, 1870, noche).
En: Obras Completas. Tomo I, pp. 283 a 285.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 147

Efectivamente, el racionalismo armónico y evolutivo supone u n a


"dialéctica de la concordia' 7 en la que las diferencias y los conflictos
sociales e históricos q u e d a n m i n i m i z a d o s como accidentes o
"'enfermedades" dentro de un proceso natural y progresivo. Tal
dialéctica condiciona la lectura hostosiana de la realidad y confiere
cierta linealidad al análisis que deja en p e n u m b r a la densidad real
del proceso histórico de Puerto Rico a fines del siglo XIX, como
nación latinoamericana en búsqueda de su autodeterminación y
como país del Caribe, que comparte con sus vecinos la lucha contra
la penetración neocolonial. Penetración q u e fue vehiculizada
m e d i a n t e m ú l t i p l e s estrategias, d e s d e la intervención militar
directa hasta las políticas manipulatorias y la dominación eco-
nómica.
Cabe señalar que el anhelo de lograr una h u m a n i d a d armónica
constituye u n componente dentro de la estructura funcional de la
utopía civilizatoria, que le imprime u n matiz decididamente moral.
En tal sentido, p o d e m o s afirmar que el u t o p i s m o hostosiano
deviene u n verdadero desafío ético.
Ahora bien, vistas desde nuestro presente, las ideas de Confe-
deración Antillana y de Unión Latinoamericana, y aun el ideal ético
de H u m a n i d a d significan m u c h o más que u n sueño fabuloso de
patriotas liberales y racionalistas, como Eugenio María de Hostos;
e x p r e s a n la conciencia de u n a experiencia c o m ú n antillana y
latinoamericana, y la vigencia del desafío que desde "Ayacucho"
compromete a nuestros pueblos.
6
LOS ESCRITOS SISTEMÁTICOS

-Cintre los escritos sistemáticos de Eugenio María d e H o s t o s


incluimos el Tratado de Moral, el Tratado de Sociología, las Lecciones
de Derecho Constitucional, el Tratado de Lógica y la Gramática General.
Nos ocuparemos en particular de los textos mencionados en primer
lugar, pues consideramos que en ellos q u e d a n condensados los
elementos teóricos fundantes de su pensamiento, tanto en lo que
hace a la forma de aproximarse a la realidad y describirla tal cual
se le presenta, como a la propuesta orientada al deber ser. Las
referencias a los otros textos, también considerados sistemáticos,
serán ineludibles ya que presentan estrechas relaciones de con-
tinuidad y complementariedad.
Caracterizamos como sistemáticas a estas obras en razón de la
forma ordenada, progresiva y exhaustiva con que el autor busca
presentar y argumentar los diversos temas. En la m e d i d a que en
ellas se abordan de la manera m á s completa posible los aspectos
concernientes a u n a determinada materia, constituyen auténticos
t r a t a d o s . Brindan, p o r t a n t o , u n a excelente p o s i b i l i d a d p a r a
desentrañar el núcleo filosófico del pensamiento hostosiano. Una
lectura interna de las mismas penetraría en la interpretación del
h o m b r e , la sociedad y la historia sostenida p o r el autor, p a r a
apreciar la congruencia propia del sistema. Sin embargo, ninguna
tarea hermenéutica es capaz de desprender el contenido filosófico
del texto y presentarlo como producto químicamente p u r o y escin-
dido respecto de su contexto de producción. Por el contrario, la
riqueza y vitalidad de los escritos hostosianos p u e d e ser estimada
atendiendo a la forma peculiar en que son entretejidos, en la trama
del discurso, los hilos de la conflictiva situación socio-histórica
antillana de la segunda mitad del siglo XIX. Efectivamente, toda
150 ADRIANA ARPINI

la p r o d u c c i ó n d i s c u r s i v a d e n u e s t r o a u t o r p u e d e ser c o n s i d e r a d a
c o m o b ú s q u e d a d e r e s p u e s t a s o r i e n t a d o r a s d e l accionar p r á c t i c o
frente a las s i t u a c i o n e s históricas p r o p i a s d e s u é p o c a , al m i s m o
t i e m p o q u e se o r g a n i z a c o m o c u e r p o teórico c o n a s p i r a c i o n e s d e
u n i v e r s a l i d a d . Este a s p e c t o es p a r t i c u l a r m e n t e a c e n t u a d o e n los
e s c r i t o s s i s t e m á t i c o s , l i g a d o i n e s c i n d i b l e m e n t e al c o n t e x t o d e
p r o d u c c i ó n . E n esa r e l a c i ó n es p o s i b l e d e s c u b r i r la o r i g i n a l i d a d
de su propuesta y señalar sus matices y desplazamientos.
P o r o t r a p a r t e , el p e n s a m i e n t o ético-social d e H o s t o s , c o n -
siderado como cuerpo teórico-doctrinario, reconoce múltiples
" i n f l u e n c i a s " . N o u t i l i z a m o s a q u í el t e r m i n o " i n f l u e n c i a " e n el
s e n t i d o d e u n a r e c e p c i ó n m á s o m e n o s p a s i v a d e las p o s i c i o n e s
filosóficas v i g e n t e s p o r esa é p o c a e n E u r o p a , y p a r t i c u l a r m e n t e e n
E s p a ñ a ; a n t e s bien, lo h a c e m o s e n u n s e n t i d o p r ó x i m o al d e las
" i m p o r t a c i o n e s a p o r t a t i v a s " d e las q u e h a b l a G a o s , es d e c i r
"importación desde dentro con espíritu de espontaneidad e
i n d e p e n d e n c i a nacional y patriótica".106 S e g ú n esto p o d e m o s
a f i r m a r q u e el p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o a s i m i l a y r e e l a b o r a
e l e m e n t o s d e l a m b i e n t e filosófico e p o c a l . Se h a s o s t e n i d o la
i n f l u e n c i a d e l p o s i t i v i s m o ( C o m t e y S p e n c e r ) s o b r e t o d o e n el
p e n s a m i e n t o social d e H o s t o s , a u n q u e t a m b i é n se h a d e s t a c a d o la
p r e s e n c i a d e e l e m e n t o s p r o c e d e n t e s del criticismo k a n t i a n o y, e n
especial, d e l k r a u s i s m o e s p a ñ o l e n lo q u e h a c e a s u p e n s a m i e n t o
m o r a l y jurídico. 1 0 7 P o r n u e s t r a p a r t e n o c o n s i d e r a m o s o p o r t u n a

106
Gaos, José. En torno a la filosofía mexicana. México, Alianza, 1980. p. 64.
107
Sobre las distintas vertientes de las cuales se nutre el pensamiento de Eugenio
M. de Hostos: Maldonado Denis, Manuel. Eugenio María de Hostos y el
pensamiento social iberoamericano. México, Fondo de Cultura Económica,
1992; Rojas Osorio, Carlos. Hostos. Apreciación filosófica. Humacao, Colegio
Universitario de Humacao, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1988; Abellán,
José Luis. "La dimensión krauso-positivista en Eugenio María de Hostos".
En: Cuadernos Americanos. Nueva Época, N° 16, México, 1989; Massuh,
Víctor. "Hostos y el positivismo hispanoamericano". En: América como
inteligencia y pasión. México, Tezontle, 1955; Soler, Ricaurte. "Premisas
para una interpretación del pensamiento filosófico de Hostos". En: Estudios
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 151

u n a d i s t i n c i ó n d e las i n f l u e n c i a s s e g ú n las á r e a s t e m á t i c a s d e l
q u e h a c e r teórico-práctico d e l p e n s a d o r b o r i n q u e ñ o . La h i p ó t e s i s
q u e v e n i m o s t r a b a j a n d o r e c o n o c e la t e m p r a n a r e c e p c i ó n d e l
k r a u s i s m o , tal c o m o fue r e e l a b o r a d o y d i f u n d i d o e n E s p a ñ a p o r
J u l i á n S a n z del Río y s u s s e g u i d o r e s a p a r t i r d e 1854. H o s t o s se
f o r m o e n el a m b i e n t e intelectual y político s i g n a d o p o r el k r a u s i s m o
e s p a ñ o l . S u s escritos e n s a y í s t i c o s , s o b r e t o d o los d e la p r i m e r a
é p o c a , m u e s t r a n , c o m o y a se v i o , la f o r m a libre y flexible e n q u e
n u e s t r o a u t o r trabaja los e l e m e n t o s del k r a u s i s m o e n f u n c i ó n d e
p r e o c u p a c i o n e s e i n t e r e s e s específicos. Esa m a t r i z ideológica se
m a n t i e n e a lo l a r g o d e t o d a la p r o d u c c i ó n h o s t o s i a n a sin llegar a
convertirse en u n esquema rígido de interpretación. Al contrario,
su elasticidad p e r m i t e incorporar sin contradicción elementos
procedentes de otras vertientes de pensamiento, especialmente del
p o s i t i v i s m o , d a n d o l u g a r a la c o n f i g u r a c i ó n d e u n a f o r m a a u t ó -
n o m a d e p l a n t e a m i e n t o filosófico: el k r a u s o - p o s i t i v i s m o .
El análisis d e los escritos sistemáticos p o n d r á d e manifiesto la
p r e s e n c i a d e los e l e m e n t o s m e n c i o n a d o s y la m a n e r a e n q u e se
e s t r u c t u r a n c o m o s u s t r a t o teórico f u n d a m e n t a d o r d e la p r o d u c c i ó n
hostosiana.

6.1. La Moral

La Moral Social es, s i n d u d a , u n o d e los escritos m á s c o n o c i d o s d e


E u g e n i o M a r í a d e H o s t o s . F u e p u b l i c a d o p o r p r i m e r a v e z e n 1888
y r e i m p r e s o e n v a r i a s o p o r t u n i d a d e s a p a r t i r d e esa fecha. Sin
e m b a r g o c o n s t i t u y e sólo u n a p a r t e , si b i e n la m á s i n t e r e s a n t e , d e
s u Tratado de Moral. Vasta-otea•conrrfbída c o n mterteién p e d a g ó g i c a ,

sobre historia de las ideas en América. Panamá, Librería Cultural Panameña,


1979; Henríquez Ureña, Pedro. "La Sociología de Hostos". En: Visiones sobre
Hostos. Selección, prólogo y notas de Maldonado Denis, Manuel. Caracas,
Biblioteca Ayacucho, 1988. [Una lista más completa se presenta en el punto 9
de nuestro trabajo: Bibliografía].
152 ADRIANA ARPINI

que sólo en forma postuma fue publicada en su totalidad. Dicho


texto se compone de cuatro libros, en los que se aborda sucesi-
vamente la moral natural, la moral individual, la moral social y la
moral social objetiva.
P o d e m o s advertir e n estos escritos, m á s allá del objetivo
i n m e d i a t o con que fueron concebidos - s e r v i r de a p o y o a las
lecciones de moral dictadas durante el magisterio hostosiano en
Santo Domingo-, u n a finalidad que trasciende los límites de la
disciplina. Lo mismo que los escritos de Sociología, los de Moral
a p u n t a n a movilizar voluntades y acciones ordenadas a concretar
fines políticos y sociales coherentes con el ideal civilizatorio y
humanitario de Hostos.
Refiriéndose a la situación política de nuestra América con-
tinental a fines del siglo XIX afirma Ricaurte Soler que

la formación de los n u e v o s Estados influyó en el p e n -


s a m i e n t o ético h i s p a n o a m e r i c a n o d e t e r m i n a n d o u n a
t e m á t i c a d e c o n t e n i d o f u n d a m e n t a l m e n t e político y
social. 108

Un contenido semejante se muestra en la superficie textual de la


moral hostosiana, que, en profundidad, responde al entramado
histórico d a d o por la peculiar situación de las Antillas españolas,
en las que el lazo colonial se m a n t u v o hasta las últimas décadas
del siglo. Recordemos que en el caso especial de Puerto Rico, la
dependencia colonial sólo se modificó por la intervención de los
Estados Unidos, con lo cual la Isla pasó a u n a nueva situación de
dependencia. En la prédica moral de Hostos subyacen posiciones
independentistas y antianexionistas.
Ahora bien, p a r a que la moral p u e d a servir de sustento y
justificación a una determinada práctica socio-política es necesario
u n momento teórico previo, consistente en otorgar rango científico
al conocimiento moral.

108
Ricaurte, Soler. El Positivismo argentino. México, UNAM, 1979. Cap.
VI: "Ética y doctrinas sociales", p. 210.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 153

6.1.1. Necesidad de organizar la moral como ciencia.


Carácter práctico de las ideas morales.
El orden moral

Hostos procede a convalidar la existencia de u n a "realidad moral",


confrontándola con aquella otra realidad, objeto de las ciencias
físico-naturales, acerca de cuya existencia y cognoscibilidad es
imposible dudar, ya que "resulta de la acción de agentes materiales
y que afectan directa o indirectamente a todos o algunos de los
órganos o sentidos que tenemos...". El modelo es el de las ciencias
físico-naturales; pero se trata de abordar objetos no materiales,
percibidos en forma directa por la razón y la conciencia, que

constituyen u n vasto conjunto de realidades y fenómenos


físicos ... Para denominarlos y calificarlos tienen las lenguas
u n adjetivo, que aplican a cosas y realidades no-físicas,
llamándolas morales.109

Ambas realidades, la material y la moral, responden a u n mismo


plan de la naturaleza, fundamento último de toda realidad, diferen-
ciables sólo por la forma diversa en que se manifiestan e influyen
sobre el ser h u m a n o . Existencia moral y existencia física son
manifestaciones diferentes de u n a misma naturaleza esencial.
El lugar de la Etica dentro de la "división actual de la filosofía"
es señalado por Hostos en el Tratado de Lógica, en relación con el
cambio operado en la noción de filosofía. Cambio que enraiza en
la tradición abierta por el criticismo kantiano y por el cual la
filosofía

109
Hostos, Eugenio María de. Tratado de Moral. En: Obras Completas.
Vol. XVI. Edición conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico, La
Habana, Cultura S.A,, 1939. pp. 6 a 7. (Las citas tomadas de este volumen
serán indicadas en lo sucesivo con M. seguido del número de la página
correspondiente).
154 ADRIANA ARPINI

y a n o e s t u d i a las c a u s a s p r i m e r a s , s i n o las correlaciones


d e las c a u s a s y los efectos. 110

A s í p u e s , e n la d i v i s i ó n y j e r a r q u i z a c i ó n d e las disciplinas filo-


sóficas, el a u t o r u b i c a e n la b a s e a la Psicología q u e , e n c u a n t o
e s t u d i o d e las fuerzas o f e n ó m e n o s m e n t a l e s , n e c e s i t a del s u s t e n t o
q u e le p r o p o r c i o n a el c o n o c i m i e n t o d e l c u e r p o h u m a n o o fisiología.
La m e n t e manifiesta s u a c t i v i d a d p o r m e d i o d e funciones: p e n s a r ,
sentir, q u e r e r . C a d a u n a d e ellas d a l u g a r a u n a ciencia específica:
Lógica, Estética, Ética. Estas s o n "ciencias a p l i c a d a s " p o r c u a n t o
se f u n d a n e n los p r i n c i p i o s g e n e r a l e s establecidos p o r la Psicología.
Esta c o n s i d e r a c i ó n d e la Psicología c o m o ciencia básica c o n t r a s t a
c o n la p o s i c i ó n c o m t i a n a q u e r e c h a z a , p o r ilusoria, la p o s i b i l i d a d
d e l sujeto d e o b s e r v a r s u s p r o p i o s f e n ó m e n o s (introspección), y
t e r m i n a p o r excluir a la Psicología del c o n j u n t o d e las ciencias.
P e r o r e s u l t a c o h e r e n t e c o n la n o c i ó n k r a u s i s t a d e ciencia c o m o
o r g a n i s m o c u y o p u n t o d e p a r t i d a a n a l í t i c o es el " y o " y c u y o
r e s u l t a d o , la s í n t e s i s , e s t á e n p e r f e c t a c o n c o r d a n c i a c o n l o s
p r o d u c t o s del análisis, es decir, d e la o b s e r v a c i ó n e x t e r n a e i n t e r n a
d e la v i d a p s í q u i c a .
A h o r a bien, r e s p e c t o d e la Etica cabe s e ñ a l a r q u e , s i e n d o s u
p r o p ó s i t o " d e s c u b r i r , conocer, realizar y p o s e e r el b i e n " , c o n s t i t u y e
la c u l m i n a c i ó n d e l edificio d e las ciencias filosóficas. Ella r e q u i e r e
n o sólo d e la Psicología c o m o f u n d a m e n t o , sino t a m b i é n d e las
o t r a s d o s ciencias, y p a r t i c u l a r m e n t e d e la Lógica, p u e s ésta le
p r o p o r c i o n a el a n d a m i a j e d e f u n c i o n e s y o p e r a c i o n e s q u e el
e n t e n d i m i e n t o r e c l a m a p a r a d e s c u b r i r y conocer el bien.
Los h e c h o s , actos e i d e a s m o r a l e s d a n p r u e b a d e la r e a l i d a d
del o r d e n m o r a l . Los h o m b r e s d i s p o n e n d e tres ó r g a n o s p a r a c a p t a r
e s a r e a l i d a d n o a s e q u i b l e a la s e n s i b i l i d a d , ellos s o n el s e n t i d o

110
Hostos, Eugenio María de. Tratado de Lógica. En: Obras Completas, Vol.
XIX: Ensayos Didácticos II p. 13. (Las citas tomadas de esta obra serán
indicadas en lo sucesivo con TL. seguido del número de la página
correspondiente).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... | 155

común, la razón y la conciencia. A diferencia de los positivistas,


para quienes la moral se apoya exclusivamente en el estudio de la
c o n d u c t a objetiva, afirma H o s t o s q u e las ideas m o r a l e s son
aprehendidas de manera inmediata por la conciencia, momento
subjetivo q u e consiste en la intuición directa d e u n a realidad
preexistente: la n a t u r a l e z a moral. Sin e m b a r g o , la moral sólo
alcanza estatuto científico si le es dable comprobar experimen-
talmente la existencia de tales ideas. Ello p u e d e lograrse por dos
vías: ya sea por medio del lenguaje, es decir por la existencia de
palabras tales como "derecho", "libertad", "virtud", "justicia", que
son signos de alguna realidad diferente de la material; ya sea por
la c a p a c i d a d d e saber c u á n d o , c ó m o y p o r q u é , se logra la
representación de esa realidad peculiar, esto es p o r mediación del
análisis de la vida psíquica. Lenguaje y vida psíquica testimonian
la existencia d e la realidad moral a u n nivel diferente del subjetivo,
p u e d e n ser objetivamente sometidos al análisis y la experimen-
tación. El paso de lo subjetivo a lo objetivo es posible en virtud de
la concepción organicista de la totalidad, que permite incorporar
la e x p e r i m e n t a c i ó n c o m o u n m o m e n t o e n el p r o c e s o d e
conocimiento. Proceso que culmina con u n retorno a la unidad o
síntesis armónica de la totalidad. En lo que respecta a la existencia
moral, esta síntesis es lograda por la conciencia,

órgano s u p r e m o de la personalidad, en la cual se reúnen,


como órganos subalternos, todos los organismos inma-
teriales de la naturaleza h u m a n a y por cuyo medio se refleja
y representa íntima y continuamente la individualidad (M.
19).

Podemos afirmar que la presencia de u n m o m e n t o subjetivo y otro


objetivo en el proceso de conocimiento de la "realidad moral",
muestra la impronta del krausismo en el desarrollo de la ética
hostosiana. H a de tenerse en cuenta que el sistema de la ciencia,
tanto para Krause como para sus seguidores -Guillermo
Tiberghien, Julián Sanz del Río- se estructura sobre una doble vía
de conocimiento: el análisis, proceso ascendente por el cual el sujeto
156 ADRIANA ARPINI

percibe y observa el objeto, se penetra de él hasta hallar sus de-


terminaciones objetivas; y la síntesis, proceso descendente que
permite deducir las propiedades de los objetos y sus relaciones.
Tal esquema metodológico permite cimentar u n sistema científico
en el que cada disciplina particular se encuentra orgánicamente
vinculada a la ciencia fundamental, Metafísica, en el todo coherente
del saber. 111
En la Lógica Hostos señala las cuatro funciones básicas del
entendimiento: intuición, inducción, deducción y sistematización.
Podría establecerse cierta correspondencia entre las dos primeras
funciones y el momento analítico, subjetivo inductivo, del esquema
metodológico básico del krausismo; mientras que las otras dos
funciones serían compatibles con el m o m e n t o sintético, objetivo
deductivo de ese esquema. Sin embargo, sería forzado pretender
que se trata de u n paralelismo estricto. Recordemos que para
H o s t o s el " e n t e n d i m i e n t o n o está c o n s t i t u i d o p a r a alcanzar
ninguna causa original", con lo cual las ciencias del hombre si bien
se presentan orgánicamente relacionadas entre sí, y con las ciencias
físicas, se hallan d e s v i n c u l a d a s de la metafísica. A d e m á s , la
asimilación de la experimentación como momento decisivo para
justificar la cientificidad del conocimiento moral, corrobora u n a
de las posiciones características del krauso-positivismo, que sin
renunciar a la conciencia como p u n t o de partida y culminación de
todo conocimiento, incorpora el saber experimental como momento
metodológico.
Por otra parte, las ideas morales no son productos formales
de la especulación racional. Ellas son "esencialmente prácticas",
según Hostos, por dos razones: p o r q u e "están basadas en rea-
lidades", es decir porque existe u n a realidad moral a partir de la

111
Téngase en cuenta la caracterización del método realizado por Tiberghien,
Guillermo en Tesis. Trad. y prólogo de H. Giner de los Ríos. Valencia, Sempere
y Cía. editores, s/f; y en "Ensayo teórico e histórico sobre la penetración de
los conocimientos humanos". En: Krause, Ahrens, Tiberghien. Estudios y
selección de textos. Montevideo, Fundación Prudencio Vázquez y Vega, 1988.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 157

cual son inducidas; y porque "trascienden de la razón a la


conciencia", organismo supremo de la personalidad, que subordina
tanto a la razón como a la afectividad y a la voluntad; de modo
que esas ideas no son sólo instrumentos de la verdad, sino también
del bien y la justicia. Por lo tanto, el carácter práctico de las ideas
morales viene dada, por una parte, porque "son el resultado de la
eficacia de los hechos morales" (momento inductivo); por otra
parte, porque su último objetivo consiste en "provocar la práctica
del bien" (momento deductivo), para cumplir adecuadamente con
los fines de la naturaleza humana (originariamente intuidos).
A juzgar por el peso que se otorga a la conciencia como eje de
la moral hostosiana, podría creerse que ésta no escapa a las
posiciones clásicas de la moral subjetiva (Moralitat hegeliana) sin
suponer otra sustancia ética más que la conciencia individual.
Efectivamente, el autor da capital importancia al momento
subjetivo de la moral, y siguiendo los patrones clásicos, hace
intervenir en el acto moral a la inteligencia, en cuanto permite
conocer las relaciones entre los medios y los fines; al libre albedrío,
por el cual los individuos asumen responsablemente sus elecciones;
y la voluntad, constituida en agente eficaz de la vida moral cuando
es movida por la razón.
Sin embargo, al intentar una definición de moralidad, afirma
Hostos que ella

es un estado del alma individual o colectiva, estado en el


cual el individuo o la colectividad social anteponen
sistemáticamente el bien general al bien particular, la
dignidad al interés, la justicia a la pasión, el triunfo de todo
lo que es alto y hermoso en nuestra naturaleza al goce de
todo lo que en ella es animal y pasional... Cuando un indi-
viduo o una sociedad están en este estado resultan
forzosamente de él costumbres que corresponden a ese
estado (M. 37).

Se presenta, aquí, a la "sociedad" como poseedora de una suerte


de "alma colectiva" capaz de producir hechos morales análogos a
158 ADRIANA ARPINI

los que se verifican a nivel de la conciencia individual. ¿Significa


ella que se reconoce u n a sustancia ética diferente del individuo, y
consecuentemente, una relación entre ambas? En efecto, la moral
hostosiana supone la existencia de sustancias éticas colectivas:
familia, municipio, región, nación, sociedad internacional; con-
cebidas como órganos sociales dentro de los cuales se desarrolla
el individuo. ¿Es posible, entonces, hablar de u n a moral objetiva o
eticidad (Sittlichkeit)? En cierto sentido es posible hacerlo, por
c u a n t o las c o s t u m b r e s son concreciones objetivas de aquellas
sustancias. Dichas costumbres permiten, por otra parte, comprobar
experimentalmente el carácter práctico de las ideas morales.
Ahora bien, ¿cómo asegurar que tanto la conducta individual
como las costumbres se orientan al bien general? Para ello es
necesario, según Hostos, que la moral se apoye en u n principio
más seguro, más universal e inalterable, que la personal disposición
de la voluntad a obrar conforme a la razón; principio cuyo enun-
ciado reza:

Todos los fines de la vida racional, así en los individuos


c o m o en las s o c i e d a d e s , c o n c u r r e n a la realización o
ejecución del plan mismo de la vida (M. 39).

Dicho principio remite a la existencia de u n orden moral natural,


de la misma manera que las leyes de la sociedad remiten, en la
Sociología hostosiana, a u n orden social fundado en la Naturaleza
como principio absoluto. N o se trata de la naturaleza como realidad
físico-biológica, d o n d e la causalidad mecánica rige la conducta de
los seres vivos y la moralidad se ajusta a las leyes evolutivas del
aumento de la vida; por el contrario, se trata para nuestro autor,
de u n a noción antológica de Naturaleza, t o m a d a como sustrato
último de toda realidad y de todo orden. De m o d o que el lazo
entre la conducta individual o colectiva y la realización de los fines
de la vida no es ciego, responde a u n a necesidad moral. De ahí
que:
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 159

el o r d e n m o r a l - s e g ú n afirma H o s t o s - , sin ser a r b i t r a r i o ,


es v o l u n t a r i o ... la v o l u n t a d se d o b l e g a al o r d e n m o r a l ,
m e d i a n t e la i n f l u e n c i a q u e s o b r e e l l a e j e r c e el r e c o -
n o c i m i e n t o d e ese o r d e n a d q u i r i d o p o r la r a z ó n (M. 44).

Si b i e n d i c h o o r d e n es o n t o l ó g i c a m e n t e a n t e r i o r a t o d o s los actos
v o l u n t a r i o s i n d i v i d u a l e s c o m o a t o d a s las c o s t u m b r e s c o n s t i t u i d a s
e n n o r m a s sociales, u n o s y o t r a s i n f l u y e n s o b r e el m i s m o conser-
v á n d o l o o m o d i f i c á n d o l o t a n t o e n el s e n t i d o d e l p r o g r e s o c o m o
e n el d e la o b s t r u c c i ó n y el r e t r o c e s o .
H e m o s a f i r m a d o la p r e s e n c i a d e u n a m a t r i z k r a u s i s t a e n el
p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o . D e s d e este p u n t o d e v i s t a r e s u l t a o p o r -
t u n o s e ñ a l a r cierta f a m i l i a r i d a d e n t r e la existencia d e u n " o r d e n
m o r a l n a t u r a l " a f i r m a d o p o r H o s t o s y la i d e a d e u n a " v i d a " o
" h u m a n i d a d armónica" sostenida por Krause y retomada por Sanz
d e l Río. E n el Ideal de la Humanidad p o d e m o s leer:

T o d o s los i n d i v i d u o s y las s o c i e d a d e s p a r t i c u l a r e s s o b r e
ellos d e b e n vivir c o m o u n h o m b r e a r m ó n i c o e n s u g r a d o
r e s p e c t i v o , s u b o r d i n a d o a Dios,... La h u m a n i d a d e n s u
o r g a n i s m o h i s t ó r i c o , c o m o el a u t o r de sus obras, d e b e
m a n i f e s t a r s e e n la tierra c o m o u n a p e r s o n a solidaria, e n
u n i d a d d e i d e a y fin y d e edificación p a r a ese fin... H a c i a
ese fin d e realizar t o d a n u e s t r a n a t u r a l e z a e n la tierra y e n
la h i s t o r i a v o l v e m o s h o y la v i s t a y a p l i c a m o s o t r a v e z
n u e s t r a s fuerzas; e n la c o n t e m p l a c i ó n a n t i c i p a d a d e esta
i d e a se a b r e p a r a n o s o t r o s la e s p e r a n z a d e u n n u e v o
porvenir. 1 1 2

N o es t a n t o e n los c o n t e n i d o s , c u a n t o e n las f u n c i o n e s q u e c u m p l e
la i d e a d e h u m a n i d a d a r m ó n i c a , d o n d e se h a l l a el p a r e n t e s c o c o n
el " o r d e n m o r a l n a t u r a l " . Esa i d e a d e v i d a a r m o n i o s a , q u e vale
t a n t o p a r a los i n d i v i d u o s c o m o p a r a las s o c i e d a d e s , c u m p l e tres
f u n c i o n e s : es al m i s m o t i e m p o u n p r i n c i p i o metafísico ( s u p r a -

112
Krause /J. Sanz del Río. Ideal de la humanidad para la vida. Madrid,
Orbis S.A., 1985. pp. 125 a 126.
160 ADRIANA ARPINI

histórico) fundante; u n a realidad histórica y como tal se presenta


en grados diversos de realización; y una idea reguladora del obrar,
es decir u n principio ético, anticipador de la plenitud que cada
persona, individual o colectiva, p u e d e alcanzar "como autor de
sus obras".
Esas mismas tres funciones están presentes en la afirmación
hostosiana de u n "orden natural" ya sea que esté referido al ámbito
moral o al de la sociedad o el derecho. En cuanto Naturaleza,
funciona como principio suprahistórico fundante, a u n q u e esta
ausente, en el caso de Hostos, la relación de subordinación a la
divinidad. Es también una realidad histórica, realizada en mayor
o menor medida, en virtud del accionar voluntario de los hombres
en forma individual o asociada. Y es, por último, u n principio ético
regulador en cuanto anticipación racional de los fines de la vida.
Por otra parte, cabe destacar el carácter racional del principio
moral. Se trata, según Hostos, de

Una verdadera conquista de la razón en su esfuerzo por


llegar a la verdad... ha de contener... el porqué de nuestra
propensión al bien (lo cual es la razón de la moralidad)
como la noción exacta del bien mismo (M. 40).

En otras palabras, la razón descubre el enlace necesario entre los


fines de la vida y los medios para cumplirlos, de m o d o que el orden
moral no es u n resultado arbitrario de u n a voluntad individual,
sino que "nace de las condiciones inmutables de la naturaleza".
Con el mismo sentido afirma Julián Sanz del Río que

El camino obligado, el sólo digno y seguro, consiste en


e s c u c h a r el d i c t a d o d e la r a z ó n , q u e a l u m b r a y rige
igualmente a todos los hombres y a cada uno... p o r q u e
filosofar n o debería ser, bajo este aspecto práctico, sino
hallar y demostrar en el conocimiento de la naturaleza
h u m a n a , e n sí y en s u s relaciones u n i v e r s a l e s y p e r -
manentes, los motivos semejantes de obrar el individuo
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 161

para con la h u m a n i d a d , y la h u m a n i d a d para con todos


los seres. 113

Así pues, siguiendo el hilo del razonamiento hostosiano, la moral,


al igual que todos los fenómenos exponentes de u n orden natural,
tienen p o r causa u n a o más leyes universales; el estudio de esas
leyes constituye u n a ciencia; por lo tanto, la moral es u n a ciencia.
Pero al mismo tiempo la historia muestra que los hombres h a n
practicado y practican, de manera espontánea, ciertas reglas por
las cuales se distinguen las costumbres buenas de las malas. La
enseñanza de estas prácticas, basada en preceptos y ejemplos,
conforma el arte moral. Ya sea como ciencia o como arte, esto es
como estudio experimental de u n a realidad susceptible de ser
expresada en leyes universales o como ejercicio de reglas decan-
tadas por las costumbres, la moral revela su carácter práctico, en
la medida en que propicia la realización del orden.
Por otra parte, el hombre no es u n ser aislado, se encuentra,
por el contrario, en relación permanente con el m u n d o físico, con
el m u n d o social y con su propio m u n d o interior. La Moral, en
cuanta ciencia, procederá al análisis de cada una de estas relaciones,
con el objetivo de establecer sus leyes y deducir los deberes que
rigen la v i d a moral. El e s t u d i o científico d e la Moral resulta
dividido en tres partes: Moral Natural, Moral Individual y Moral
Social.

6.1.2. La Moral Natural y la Moral Individual

Ya que el orden moral es u n a de las formas en que se manifiesta el


orden de la Naturaleza, la primera parte de la moral esta destinada
a establecer la conexión entre el h o m b r e y la naturaleza, y las

113
Sanz del Río, Julián. "Prólogo a la obra por Julián Sanz del Río". En: Ideal
de la Humanidad para la vida, pp. 38 a 40.
162 ADRIANA ARPINI

obligaciones q u e de ellas se o r i g i n a n , a p a r t i r del s u p u e s t o


evolucionista que considera al ser h u m a n o como "el último término
de una serie de procedimientos naturales" (M. 55).
Los deberes enumerados por Hostos tienden a la conservación
de la vida y a entablar relaciones armónicas con la naturaleza. Y
A ú n más, señalan la necesidad de "contribuir expresamente a la
armonía de esas fuerzas (naturales), no oponiéndoles volunta-
riamente n i n g ú n obstáculo" p u e s en tal caso se estaría causando
una alteración del orden natural del cual forman parte los hombres.
De ahí que uno de los deberes exija:

el conocimiento de las relaciones que hay entre esa armonía


de fuerzas en nosotros mismos y la armonía general de las
fuerzas en el m u n d o físico (M. 57).

La constricción para su cumplimiento surge del conocimiento


científico de la naturaleza, es decir, tiene u n fundamento racional.
Si bien, dicho conocimiento suele movilizar sentimientos religiosos
"que generalmente constituyen el núcleo de las religiones filosó-
ficas" (M. 60), no es posible conocer racionalmente la totalidad de
causas que m u e v e n el universo; de ahí que u n a moral positiva,
como la que pretende el autor, deba conocer sus limitaciones y
abstenerse de juzgar acerca de las causal que caen fuera de las
posibilidades de la razón. Frente a ellas solamente cabe el deber
de pagar tributo de admiración y gratitud. Al mismo tiempo, es
menester ejercitar el deber de tolerancia, ya que siendo los hombres

o r g á n i c a m e n t e incapaces de descubrir el misterio del


origen de los seres y las cosas, yen que podemos fundar la
pretensión de imponer a otros nuestras ideas sobre ese
origen misterioso?" (M. 70).

Los deberes de benevolencia y resistencia se oponen a los daños


causados por los vicios del fanatismo y la superstición. Finalmente
el deber de p r o p a g a n d a obliga a fanáticos y supersticiosos a
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 163

confesarse c o n la v e r d a d d i f u n d i d a a t r a v é s del m a g i s t e r i o y d e
t o d a s las i n s t i t u c i o n e s docentes. 1 1 4
Si b i e n H o s t o s a d m i t e q u e el e s p e c t á c u l o d e las f u e r z a s
u n i v e r s a l e s p u e d e suscitar e n los h o m b r e s afectos, y a u n i d e a s y
actos religiosos; estos n o p u e d e n , d e n i n g u n a m a n e r a a s u m i r el
carácter d e c o n o c i m i e n t o s s i s t e m á t i c o s o científicos.

P o r q u e n o h a y tal ciencia d e lo i n c o g n o s c i b l e (M. 59).


P o r q u e " e l p u n t o d e p a r t i d a d e las r e l i g i o n e s , q u e es el
p r i n c i p i o d e c a u s a l i d a d , es insuficiente p a r a d e r i v a r d e él
las c o n s t r u c c i o n e s del m u n d o y la d i v i n i d a d " (M. 57).
Y p o r q u e "lejos d e existir e s a s r e l a c i o n e s l l a m a d a s
t r a s c e n d e n t a l e s q u e n o s s a c a n d e l s e n o d e la r e a l i d a d e n
q u e n a c e m o s , lo q u e real y v e r d a d e r a m e n t e existe es u n a
serie d e relaciones racionales, afectivas, v o l i t i v a s y c o n s -
cientes q u e r e s u l t a n t a n t o m á s claras c u a n t o m á s d e n t r o
d e la r e a l i d a d n o s m a n t e n e m o s " (M. 58).

E s t a s a f i r m a c i o n e s se c o m p a d e c e n c o n la tesis p o s i t i v i s t a q u e
a s e v e r a la i m p o s i b i l i d a d d e conocer científicamente el o r i g e n y el
fin ú l t i m o d e las cosas, r e n u n c i a n d o a la b ú s q u e d a d e la c a u s a y
esencia í n t i m a d e los f e n ó m e n o s . R a z ó n p o r la c u a l R e l i g i ó n y
M e t a f í s i c a q u e d a n d e s c a l i f i c a d a s d e l á m b i t o d e las c i e n c i a s
p o s i t i v a s (Comte) y se e l i m i n a t o d a i n t r o m i s i ó n o conflicto e n t r e
religión y ciencia (Spencer). 1 1 5 M á s cerca d e S p e n c e r q u e d e C o m t e ,

114
Según la enumeración de Hostos, son deberes del hombre para con la natu-
raleza: 1) de conservación, 2) de limitación y abstención, 3) de gratitud, 4) de
tolerancia, 5) de benevolencia, 6) de resistencia, 7) de propaganda.
115
Carlos Rojas Osorio sostiene acertadamente que de los cuatro criterios
definitorios del positivismo: fenomenalismo, separación completa entre juicios
de valor y juicios descriptivos, negación del carácter cognoscitivo de los juicios
de valor y normativos, y exclusividad del conocimiento científico -señalados
por Kolakowski—; sólo el último es aplicable a Hostos. Cfr. Rojas Osorio,
Carlos. Apreciación filosófica, pp. 10 a 11; Kolakowski, Leszek. La filosofía
positivista. Madrid, Cátedra, 1982.
164 ADRIANA ARPINI

Hostos niega la posibilidad de conocer científicamente lo incog-


noscible, pero no niega su existencia, de la que tanto el hombre
como la naturaleza son manifestaciones. De ahí la formulación de
deberes especiales, derivados del reconocimiento de la limitación
de la razón, tales como los de " n o negar lo q u e no p o d e m o s
conocer", de "tributar reconocimiento y gratitud a la causa des-
conocida" y, sobre todo, el deber de "tolerancia".
Permítasenos conectar esta posición de Hostos con uno de los
conceptos clave de la filosofía de Krause, el "panenteísmo" = "Todo
en D i o s " . C o n esta n o c i ó n se i n t e n t a u n a síntesis e n t r e d o s
tendencias opuestas, el panteísmo y el dualismo, incapaces ambas
de alcanzar la armonía que, según la perspectiva krausista, consiste
en unir sin confundir, y distinguir sin separar.

En u n a p a l a b r a -explica T i b e r g h i e n - , el p a n e n t e í s m o
afirma a la vez la distinción y la unión entre Dios y el
m u n d o , mientras que el panteísmo, y el dualismo afirman,
el uno la confusión, el otro la separación. 116

Así la fórmula sintética del panenteísmo permite sustentar u n a


"dialéctica de la armonía", cuyos momentos son: unidad, distinción
y armonía. Permite, a su vez, enfrentar las formulaciones de los
idealismos panteístas, tal como el que atribuía a Hegel, en que el
individuo perdería su identidad en el absoluto. El racionalismo
a r m ó n i c o , p o r su p a r t e , p r e t e n d e r e s g u a r d a r el ámbito de la
voluntad y la autodeterminación como propiedades sustanciales
del individuo. De m o d o que las formas del obrar h u m a n o : ciencia,
arte, ética, política, a u n q u e "son en Dios", q u e d a n a salvo de la
intromisión de las religiones dogmáticas.

Esta relación (de la h u m a n i d a d con Dios) nace d e la


intimidad de la naturalaza h u m a n a , como hija de Dios y

116
Tiberghien, Guillermo. Logíque. La science de la connaissance. Paris, A.
Lacroix, 1865. Vol II, p. 425.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 165

s e m e j a n t e a Dios;... m á s n o p o r e s t o la m o r a l , n i la ciencia,
n i el arte, n i el E s t a d o s o n fines c o n t e n i d o s e n la religión.
Esta a n t i c i p a d a u n i d a d d e t o d o s los h o m b r e s c o m o
m i e m b r o s d e u n a h u m a n i d a d e n el m u n d o y e n la tierra,
exige: q u e cada i n d i v i d u o p u e d a manifestarse en p r o -
p i e d a d d e v i d a y a c t i v i d a d , esto es, c o n libertad, c o m o u n
sujeto y u n a e n t e r a p e r s o n a h u m a n a . 1 1 7

Las c o n s i d e r a c i o n e s s o b r e la i m p o s i b i l i d a d d e conocer lo i n c o g -
noscible y s o b r e la afirmación d e la a r m o n í a u n i v e r s a l , q u e r e ú n e
h o m b r e , n a t u r a l e z a y D i o s bajo la f ó r m u l a p a n e n t e í s t a , e v i d e n c i a n
c o n t r a s t e s e n m u c h o s a s p e c t o s . Sin e m b a r g o n o r e s u l t a n c o m -
p l e t a m e n t e c o n t r a d i c t o r i a s . Es p o s i b l e p r e s c i n d i r d e l esfuerzo p o r
c o n o c e r la c a u s a originaria sin r e n u n c i a r a la c o n c e p c i ó n a r m ó n i c a
d e la t o t a l i d a d y a d m i t i r , t a m b i é n , la p o s i b i l i d a d d e c o n o c e r
r a c i o n a l m e n t e las leyes q u e r i g e n las relaciones a r m ó n i c a s e n t r e el
h o m b r e y la n a t u r a l e z a , e n c u a n t o es d a b l e acceder al c o n o c i m i e n t o
d e l " o r d e n n a t u r a l " q u e h a c e posible t o d a a r m o n í a .

¿ Q u é i m p o r t a al h o m b r e - d i c e H o s t o s - saber c u á l es la
s u b s t a n c i a , c u á l la f o r m a , c u á l e s las p r o p i e d a d e s efectivas
d e la C a u s a O r i g i n a r i a ?
...Lo q u e i m p o r t a es e n c e r r a r s e e n s u r a z ó n y ser d i g n o d e
esa causa... (M. 68).

Lo q u e i m p o r t a , e n definitiva, es c u m p l i r c o n los d e b e r e s q u e
d e r i v a n del p r i n c i p i o m o r a l d e realizar los fines d e la v i d a ,
e m p e z a n d o p o r el m á s genérico d e ellos, el deber de conservación,

e n c u y a v i r t u d y p o r c u y a influencia m a n t e n e m o s e n t o d a s
c i r c u n s t a n c i a s la i n t e g r i d a d d e n u e s t r a v i d a c o m o u n
d e r e c h o q u e es d e la n a t u r a l e z a , c o m o u n i n s t r u m e n t o q u e
es d e la armonía universal (M. 64).

117
Krause / J. Sanz del Río. Ideal de la humanidad para la vida, pp. 85 y 140.
166 ADRIANA ARPINI

Por otra parte cabe recordar la función que cumple, dentro del
racionalismo armónico, el "ideal de la humanidad". La humanidad,
en cuanto idea es u n a abstracción, pero en cuanto ideal constituye
u n a mediación entre los fines de la vida y las condiciones en que
ésta se desarrolla históricamente, es decir, actúa como principio
práctico orientador del obrar.
Comte, por su parte, instituyó la "religión de la h u m a n i d a d " .
El G r a n Ser, d i g n o de la v e n e r a c i ó n de los i n d i v i d u o s c o m o
culminación de la filosofía positiva, c u m p l e t a m b i é n con u n a
función práctica. Funciona como recurso que suple las insufi-
ciencias del intelecto apelando a las facultades del corazón para
mantener la organización social, favorecer la homogenización de
los individuos y controlar el orden. Funciona, en definitiva, como
expediente de totalización.
Para el krausismo, en cambio, el ideal de h u m a n i d a d armónica
es u n principio que se juega en dos planos, el de lo esencial y el de
lo histórico. La historia es el ámbito de la realidad d o n d e los
hombres v a n realizando, progresivamente y por su propia autode-
terminación personal, los fines de la vida. En la historia se abren
las posibilidades para la libre intervención de la subjetividad.
Creemos posible afirmar que estas ideas están presentes de
u n a manera decisiva en el dialogismo interno del pensamiento
hostosiano, junto a la exigencia de cientif icidad y de contrastación
empírica de los conocimientos. Todo ello da lugar a u n a moral
construida sobre la noción central de libertad. Es decir, de u n a
v o l u n t a d que, i l u m i n a d a p o r la razón, es causa eficiente del
desarrollo armónico del orden moral en todas sus dimensiones,
en cuanto relaciones del hombre con la naturaleza, consigo mismo,
con la sociedad. El edificio de la moral racional así construido
permanece equidistante tanto de las posiciones dogmáticas del
escolatismo tradicional, como de las doctrinas basadas sólo en el
estudio empírico de la conducta.

Toda moral -dice H o s t o s - ya sea metafísico o religioso su


p u n t o de partida..., al cabo se convierte en moral positiva,
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 167

y es moral positiva en cuanto se inspira en la realidad de


la v i d a social e individual. Por consiguiente, la moral
positiva procedería hasta cierto p u n t o contra sí misma si
se pusiera a disputar con la moral teológica o metafísica,
que sólo se diferencia de ella en el principio fundamental
que la inspira y en el método que emplea para observar la
realidad... (M. 63).

¿En qué sentido ha de comprenderse el enunciado hostosiano de


una "moral positiva"? No parece prudente identificarlo con "moral
positivista", antes bien, consideramos m á s a d e c u a d o tomar el
término "positivo", con que se califica a la moral, en el sentido
amplio de aquello que contribuye a la realización de los fines de la
vida sin concesiones de la libertad ni de la heterogeneidad indi-
vidual de los miembros de la h u m a n i d a d .
El carácter prominentemente práctico de la moral sostenida
por Hostos los coloca en posición de enfrentar la tradición esco-
lástica vigente e incorporar las tesis positivistas que resultaban
innovadoras en relación con aquella tradición. Tal posición, que
p u e d e por momentos parecer ambigua, estaba enderezada a lograr
efectos prácticos. Permitió ahorrar conflictos y aunar voluntades
en torno a las aspiraciones libertarias de los sectores sociales
emergentes de la sociedad antillana en el último tercio del siglo
XIX.
La segunda parte de la moral se refiere al orden interior, esto
es, a las relaciones del individuo consigo mismo, considerando al
hombre como u n "todo individual", es decir, como u n organismo
complejo, cuyas partes son el cuerpo, la afectividad, la voluntad y
la razón. El análisis de las relaciones del hombre consigo mismo
constituye "el punto de partida científico del estudio" (M. 77) y
permite derivar los deberes de la moral individual. Así, en relación
con el cuerpo considerado como u n integrante de la personalidad
i n d i v i d u a l , los h o m b r e s están obligados a su conservación y
desarrollo a fin de q u e esté siempre dispuesto a secundar las
resoluciones de la voluntad, la sensibilidad y la razón. El equilibrio
es, en lo que respecta a la afectividad, el deber por el cual se evita
168 ADRIANA ARPINI

que ésta sea víctima de perturbaciones o desarrollos monstruosos.


La voluntad, que como ya se ha visto, es el agente de la vida moral,
presenta carácter doble. Por u n lado d e p e n d e de los instintos,
deseos y apetitos; por otro lado es reflexiva. Ambos aspectos son
imprescindibles, pues si falta el primero no se satisfarían las nece-
sidades de conservación del individuo y la especie, si se omite el
segundo se estaría n e g a n d o la naturaleza racional del hombre. Ya
q u e a m b a s fuerzas f u n c i o n a n s i m u l t á n e a m e n t e , los d e b e r e s
referidos a la v o l u n t a d p r e s e n t a n m a y o r complejidad. Hostos
deriva dos deberes fundamentales, u n o referido a la ejecución
resuelta, esto es la disposición adquirida para responder sin fallas
ante los requerimientos físicos, morales e intelectuales; el otro
referido a la conducta meditada, es decir, a la capacidad para obrar
concienzudamente y a u n para el sacrificio y la abstención, que
configuran los caracteres heroicos. La razón, en cuanto órgano que
subordina al resto, tiene los deberes de dirigir y educar la con-
ciencia individual.
Como ya se adelantó, la conciencia es u n o de los pilares sobre
los que se apoya la moral hostosiana.

El deber de educar la conciencia individual -dice el a u t o r -


es, en definitiva, el deber por excelencia... Sólo desarro-
llando esa fuerza p u e d e el hombre ser hombre verdadero
(M. 91).

Ese "hombre verdadero" al que alude Hostos es sin d u d a u n sujeto


individual. Sin embargo, n o se p u e d e confundir con el individuo
absoluto del liberalismo spenceriano; tampoco se asimila completa-
mente al héroe solitario del romanticismo, si bien se le exigen
actitudes heroicas. Tal sujeto se dibuja en el marco de u n a filosofía
social y política que considera al individuo integrado en órganos
sociales; miembro, en última instancia, de la H u m a n i d a d . Ello
implica trascender el ámbito de la moral subjetiva hacia una moral
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 169

objetiva, dentro de la cual adquiere sentido pleno la Moral Social


del escritor puertorriqueño.
La integración armónica del sujeto en cada una de las instancias
sociales exige por parte del individuo la "educación de la con-
ciencia", esto es

la ciencia de nosotros mismos, "el conocimiento sistemático


y metódico que cada individuo h u m a n o adquiere p o r sí
m i s m o y lleva consigo". Ciencia que se a d q u i e r e y se
desarrolla aplicando "así en los otros como en nosotros
mismos, la misma atención y los mismos métodos que las
ciencias físicas y naturales aplican al conocimiento de la
naturaleza exterior (M. 91),

Esta noción de conciencia, por la cual el sujeto individual deviene


"hombre verdadero" es correlativa a la noción de "fuerza conscia",
por lo cual los organismos sociales devienen "civilizados".
En u n estudio, que podemos considerar clásico, sobre la filosofía
moral de Eugenio María de Hostos, dice Antonio Caso:

La base lógica de la moral de Hostos es el concepto de la


euritmia universal construido sobre la noción de la ley
natural.

Es decir, que el ritmo universal se prolonga en el interior del alma


h u m a n a , de m o d o que moralización y civilización son el producto
más elevado del proceso progresivo de racionalización y "cons-
cifacción". Toda la moral hostosiana es vista como una construcción
racional, sistemática y coherente, sostenida en u n postulado funda-
mental, según el cual la esencia del m u n d o es racional, es decir,
a d e c u a d a a la c o n s t i t u c i ó n intelectual d e la m e n t e h u m a n a .
Postulado que, sin embargo, carece totalmente de demostración
dentro del sistema.

N o -reacciona Caso-, el universo no es tan monstruoso ser


geométrico... N o , la vida h u m a n a n o p u e d e reducirse a las
170 ADRIANA ARPINI

proporciones lógicas del análisis... No, el alma h u m a n a es


más que razón... 118

La crítica del mexicano supone una lectura positivista de la moral


hostosiana, y podría ser matizada si se tiene en cuenta que cuando
Hostos habla de la educación de la conciencia no alude sólo a la
razón, sino al "hombre entero", es decir al hombre en cuanto orga-
nismo en el que se conjugan corporalidad, afectividad, voluntad
y, desde luego, racionalidad. Esto es, en otras palabras: educar al
h o m b r e como sujeto capaz de v i s l u m b r a r u n ideal, a m a r l o y
ordenar sus actos y su vida en pos del mismo.
H a de tenerse en cuenta, además, que el positivismo n o pre-
sentó desarrollos uniformes en las distintas regiones de América
Latina. Así, en México estuvo estrechamente vinculado al gobierno
de Porfirio Díaz como ideología del orden -contexto que motiva
la reacción de Caso-, mientras que en otros espacios sociales no se
dio u n a vinculación equivalente entre el gobierno y los círculos
intelectuales q u e s o s t u v i e r o n la ideología positivista. En la
Argentina, por ejemplo, tuvieron lugar interpretaciones como la
de Alejandro Korn acerca de la existencia de u n "positivismo
autóctono", cuyos inicios se sitúan mucho antes de la recepción
de las ideas de Comte y Spencer. Estas ideas se habrían insertado
n a t u r a l m e n t e dentro del proceso ideológico que a c o m p a ñ ó la
organización nacional. 119
Por otra parte, hemos de tener presente que todo el pensa-
miento hostosiano se inscribe en la línea del racionalismo moderno,
en lo que hoy se ha dado en llamar "paradigma de la razón centrada

118
Caso, Antonio. "La filosofía moral de Eugenio María de Hostos". En:
Maldonado Denis, Manuel (Comp.). Visiones sobre Hostos. Caracas,
Biblioteca Ayacucho, 1988. pp. 427 a 437.
119
Cfr. Zea, Leopoldo. El positivismo en México: nacimiento, apogeo y
decadencia. México, Fondo de Cultura Económica, 1984; Soler, Ricaurte. El
positivismo argentino; Korn, Alejandro. Influencias filosóficas en la evolución
nacional. Buenos Aires, Solar, 1983.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 171

e n el sujeto". S a b e m o s q u e a lo l a r g o del siglo XIX se d e s a r r o l l a ,


v i g o r o s a m e n t e , p o r p a r t e d e los filósofos d e la s o s p e c h a - M a r x ,
N i e t z s c h e - la crítica del p a r a d i g m a d e la r a c i o n a l i d a d , c o m o crítica
i n m a n e n t e a la m o d e r n i d a d . S a b e m o s t a m b i é n q u e n o se
e n c u e n t r a n e n la p r o d u c c i ó n filosófica h o s t o s i a n a los e l e m e n t o s
d e esa crítica. ¿ P o d e m o s , e n v i s t a s d e tal a u s e n c i a , a c h a c a r l e a
H o s t o s el n o e s t a r s u f i c i e n t e m e n t e ' a g g i o r n a d o ' r e s p e c t o d e las
o r i e n t a c i o n e s filosóficas d e s u t i e m p o ? ¿ P o d e m o s r e p r o c h a r l e , p o r
e j e m p l o , la c a r e n c i a d e u n a v i s i ó n m á s vitalista d e la v o l u n t a d
d e n t r o d e s u c o n c e p c i ó n a n t r o p o l ó g i c a y ética, c o m o h u b i e r a
p r e f e r i d o Caso?

6.1.3. D i g r e s i ó n

P o r o t r a p a r t e , d e b e r í a m o s señalar, p a r a evitar p a r c i a l i d a d e s , q u e
t a m b i é n d e n t r o d e la p r o d u c c i ó n h o s t o s i a n a s e e n c u e n t r a n
e s b o z a d a s ciertas t e m á t i c a s q u e s o n objeto d e p r o f u s o s d e s a r r o l l o s
en n u e s t r o s días. En este sentido conviene t o m a r nota d e dos
c u e s t i o n e s p r e s e n t e s e n los escritos s i s t e m á t i c o s d e H o s t o s , e n el
Tratado de Lógica y el d e Gramática r e s p e c t i v a m e n t e , y q u e n o h a n
s i d o s u f i c i e n t e m e n t e t e n i d o s e n c u e n t a a la h o r a d e a n a l i z a r s u
m o r a l y su sociología. A m b o s t e m a s , c u y o s d e s a r r o l l o s justificarían
d e c i r q u e H o s t o s fue u n p e n s a d o r q u e "se a d e l a n t ó a su t i e m p o " ,
e s t á n r e l a c i o n a d o s c o n la p r o b l e m á t i c a d e la c o m u n i c a c i ó n , y
a p u n t a n específicamente a la intersubjetividad d e la a r g u m e n t a c i ó n
y al l u g a r d e la escritura e n la c o n s t r u c c i ó n simbólica d e la r e a l i d a d .
Se i n t e n t a h o y , t r a s la crítica a la filosofía d e la conciencia y la
d e n u n c i a d e l a s c o n s e c u e n c i a s d e s h u m a n i z a n t e d e la r a z ó n
m o d e r n a , r e c u p e r a r f o r m a s d e r a c i o n a l i d a d q u e s u p o n e n la
p o s t u l a c i ó n d e u n n u e v o p a r a d i g m a : d e la i n t e r s u b j e t i v i d a d . Se
habla, entonces, d e acción comunicativa, argumentación, con-
senso. 1 2 0 N o i n t e n t a m o s establecer u n p a r a l e l o e n t r e H o s t o s y la

120
Aludimos a la propuesta de la ética discursiva surgida en los años 60 de la
mano de Kart-Otto Apel y Jurgen Habermas. Cfr. Apel, K-O. La trans-
172 ADRIANA ARPINI

actual ética de la comunicación. Sólo queremos destacar algunas


aseveraciones para n a d a despreciables del puertorriqueño.
En el prólogo al Tratado de Lógica afirma el autor la necesidad
de desentenderse de los contenidos de la "Lógica tradicional y
artificial". Se refiere a la tradición aristotélico-escolástica que era
principal objeto de enseñanza en los estudios filosóficos de la época.

Esta Lógica - d i c e - no sirve para nada, y la otra que sirve


ahora para poco, podría servir para mucho, si enseñara a
usar reflexiva y funcionalmente de la actividad natural de la
r a z ó n y aplicarla p u n t u a l m e n t e . (TL. 8, el resaltado es
nuestro).

El acento puesto en la finalidad práctica de la Lógica, se evidencia,


a lo largo del Tratado, en la constante preocupación por los efectos
que causan las formas de razonamiento. Efectos tales como la
capacidad de u n razonamiento para convencer o para poner de
relieve la certidumbre de u n a proposición. Ello implica que, tanto
el razonamiento como la proposición, son vistos no sólo como
o p e r a c i o n e s m e n t a l e s , sino c o m o actos de comunicación. Al
considerar la proposición como "noción o elemento de verdad que
se p r o p o n e al juicio ajeno", a d v i e r t e H o s t o s q u e u n a m i s m a
realidad p u e d e ser percibida de distintas maneras, y por lo tanto,
da lugar a formulaciones diferentes por parte de sujetos diferentes.

La fórmula será d e b a t i d a u objetada... Entonces ya la


proposición no tiene el simple valor de juicio subjetivo;
sino que se convierte en objeto de deliberación, examen y
discusión. Claro está, p u e s , que d e s d e ese m o m e n t o la
proposición sirve como arma ofensiva de que se valdrán
los juicios contradictorios p a r a imponerse o prevalecer
sobre las otras. Considerada desde este p u n t o de vista, la
proposición adquiere una importancia dialéctica de primer
orden porque sirve de base a los nuevos esfuerzos de razón
que requiera el sostenerla o impugnarla (TL. 61-62).

formación de la filosofía. Madrid, Taurus, 1985. 2 vols.; Habermas, J. Teoría


de la acción comunicativa. Madrid, Taurus, 1987. 2 vols.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 173

Es decir, que la proposición adquiere el carácter de "medio, recurso


o a r m a " para desvanecer los errores del juicio, para resistir los
a t a q u e s ideológicos, p a r a d e m o s t r a r a r g u m e n t a t i v a m e n t e la
v e r d a d sostenida o rechazar el error.
Otras dos afirmaciones corroboran el carácter intersubjetivo
y práctico de la lógica. En oposición a las teorías innatistas, sostiene
H o s t o s q u e las i d e a s s u r g e n e n la r a z ó n a consecuencia del
"choque... con alguna realidad" (TL. 70). Enfatiza, además, que la
parte más importante de la lógica es aquella que se aplica a las
"necesidades activas de la vida real" (TL. 107). N o podemos pasar
p o r alto que, al acentuar la finalidad práctica de la lógica, Hostos
anticipa u n a problemática ricamente trabajada m á s tarde por
Cados Vaz Ferreira en su libro Lógica Viva, aparecido en 1910. El
u r u g u a y o se proponía estudiar el concepto en el acto mismo de
comunicación, lo que le lleva a prestar especial atención a los
"paralogismos de falsa oposición" cuya resolución exige "regresar
a los hechos". Con ello ponía de manifiesto el carácter de repre-
sentación de los conceptos y la necesidad de atender a los procesos
dialécticos de los hechos. 121 Tampoco podemos dejar de señalar
q u e tras las afirmaciones de Hostos subyace u n a apreciación
general acerca de la ciencia, arraigada en el krausismo, a la que
alude el autor afirmando que

la v e r d a d y los conocimientos que la revelan no hacen más


que mostrar en el plan de la naturaleza medios para que el
hombre p u e d a realizar los fines de su vida (TL. 107-108)

Tales apreciaciones respecto de la ciencia y, en particular, de las


formas de argumentación rebasan la intimidad de la conciencia,
haciendo de ésta u n organismo que sólo es tal en relación dialógica
con la realidad del m u n d o y de la vida; es decir, en la m e d i d a que
se hace efectiva la interacción a partir de esa realidad. Es dable
establecer el vínculo entre estas consideraciones acerca de la

1
Vaz Ferreira, Carlos. Lógica Viva. Buenos Aires, Losada, 1945.
174 ADRIANA ARPINI

a r g u m e n t a c i ó n y la m o r a l h o s t o s i a n a , e s p e c i a l m e n t e c o n el l u g a r
e i m p o r t a n c i a q u e d e n t r o d e ella t i e n e la m o r a l social. Se p o d r á ,
e n t o n c e s , a p r e c i a r q u e m o r a l i z a c i ó n y civilización s o n el r e s u l t a d o
del d e s a r r o l l o d e la r a c i o n a l i d a d , o sea d e la interacción a r g u m e n -
tativa, a t r a v é s del d e r e c h o y la e d u c a c i ó n , t o d a v e z q u e se r e c h a z a n
las n o r m a s y p r i n c i p i o s i m p u e s t o s d o g m á t i c a m e n t e o p o r la fuerza.
O t r o a s p e c t o q u e r e m o s d e s t a c a r del p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o ,
r e l a c i o n a d o c o n el l u g a r y la f u n c i ó n social a s i g n a d o s a la escritura.
¿ Q u é es la e s c r i t u r a p a r a H o s t o s ? E n el m a r c o d e u n a c o n -
c e p c i ó n d e l s i g n o c o m o ' ' r e p r e s e n t a c i ó n c o n v e n c i o n a l d e u n objeto
p o r o t r o diferente"... " a r b i t r a d o p o r el h o m b r e p a r a e x p r e s a r la
a c t i v i d a d d e la razón" 1 2 2 , d i s t i n g u e , a d e m á s d e los s i g n o s fónicos
e ideológicos, los s i g n o s gráficos. Estos, e n c u a n t o

r e p r e s e n t a c i ó n d e los objetos, las i d e a s y los s o n i d o s p o r


m e d i o d e : p i n t u r a s , dibujos, incisiones, t r a z a d o s , líneas,
p u n t o s , etc.... (son los q u e ) e n el t r a n s c u r s o d e los t i e m p o s ,
h a n c o n s t i t u i d o las e s c r i t u r a s de las d i v e r s a s e d a d e s
p r e h i s t ó r i c a s (G. G. 172).

C a b e t e n e r p r e s e n t e q u e las c o n s i d e r a c i o n e s acerca d e la e s c r i t u r a
las realiza H o s t o s e n s u Gramática General, texto q u e s u r g e c o n
i n t e n c i o n a l i d a d p e d a g ó g i c a p a r a servir d e m a n u a l e n la f o r m a c i ó n
d e m a e s t r o s . El objeto teórico d e la G r a m á t i c a es el lenguaje c o m o
m e d i o d e c o m u n i c a c i ó n y e n p a r t i c u l a r "el c o n j u n t o d e esfuerzos
e m p l e a d o s p o r u n p u e b l o especial p a r a h a c e r s e e n t e n d e r a s u m o d o
y m a n e r a d e e x p r e s a r s u s i d e a s " . Ello d a l u g a r al d e s a r r o l l o d e lo
q u e h o y p o d r í a m o s l l a m a r u n a teoría d e los s i g n o s , u n a semiótica,
q u e s u r g e , d e n t r o d e los m a r c o s c o n c e p t u a l e s d e la é p o c a c o m o
r e s p u e s t a a la n e c e s i d a d d e s i s t e m a t i z a r u n a " l e c t u r a " p r o p i a d e
la r e a l i d a d socio-histórica.

122
Hostos, Eugenio María de. Gramática General. En: Obras Completas.
Vol. XIX: Ensayos Didácticos II. pp. 161 a 162. (Las citas tomadas de este
escrito serán indicadas en lo sucesivo con G.G. seguido del número de la
página correspondiente).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 175

Los e s t u d i o s d e H o s t o s e n este s e n t i d o a c o m p a ñ a n y c o n t i n ú a n
los e s f u e r z o s d e s a r r o l l a d o s e n la m i s m a d i r e c c i ó n p o r S i m ó n
R o d r í g u e z y A n d r é s Bello, e n t r e o t r o s . Ello p e r m i t e afirmar, c o m o
lo h a h e c h o A r t u r o Roig q u e

la semiótica a p a r e c i ó c o m o u n i n e l u d i b l e c a m p o d e trabajo,
e n í n t i m a r e l a c i ó n c o n la n e c e s i d a d d e a l c a n z a r u n a
r e f o r m u l a c i ó n d e l s a b e r retórico, d e a q u e l l a retórica q u e
t a n t a i m p o r t a n c i a h a b í a y a t e n i d o p a r a los escritores
a m e r i c a n o s p r e i n d e p e n d e n t i s t a s y, a su v e z c o m o u n a d e
las b a s e s s o b r e la q u e se h a b r í a d e o r i e n t a r el a m b i c i o s o
p r o y e c t o d e e d u c a c i ó n p o p u l a r q u e c a r a c t e r i z ó al siglo
XIX 123

S e ñ a l e m o s q u e H o s t o s , a semejanza d e S a u s s u r e p e r o a n t i c i p á n d o l o
e n m u c h o s a s p e c t o s , d e s e s t i m a c o m o " p r o b l e m a o c i o s o " el
o c u p a r s e del e s t u d i o d e los o r í g e n e s d e l lenguaje y d e las p a l a b r a s .
T o m a c o m o p u n t o d e p a r t i d a la c o n s i d e r a c i ó n del lenguaje - y las
p a l a b r a s - c o m o u n h e c h o social y lo define c o m o el " c o n j u n t o d e
e s f u e r z o s o m e d i o s y s i g n o s h e c h o s p o r el h o m b r e p a r a c o m u n i c a r
s u s i d e a s " . P o d r í a m o s , tal v e z , p e n s a r q u e esta definición se acerca,
bajo la f o r m a d e i n t u i c i ó n a n t i c i p a d a , a la c o n c e p c i ó n s a u s s u r i a n a
d e la l e n g u a c o m o s i s t e m a d e s i g n o s , sin q u e ello i m p l i q u e s u g e r i r
u n p a r a l e l i s m o e s t r e c h o e n t r e a m b o s . A diferencia del l i n g ü i s t a
g i n e b r i n o , p a r a H o s t o s , si b i e n los s i g n o s s o n c o n v e n c i o n a l e s , n o
están necesariamente despojados de toda motivación natural.
R e c o r d e m o s q u e p a r a S a u s s u r e la d i s t i n c i ó n e n t r e s i g n o y s í m b o l o
r a d i c a e n el c a r á c t e r i n m o t i v a d o d e l p r i m e r o , m i e n t r a s q u e el
s e g u n d o , justamente por estar n a t u r a l m e n t e m o t i v a d o q u e d a
e x c l u i d o del s i s t e m a d e la l e n g u a . El h e c h o d e n o establecer esta
d i s t i n c i ó n p e r m i t e q u e e n s u clasificación i n c l u y a H o s t o s a los
s i g n o s ideológicos y gráficos j u n t o a los fónicos. N o se o p e r a r í a e n
la c o n c e p c i ó n h o s t ó s i a n a la l i m i t a c i ó n q u e D e r r i d a c r í t i c a m e n t e

123
Roig, Arturo. Andrés Bello y los orígenes de la semiótica en América
Latina. Quito, EDUC, 1982. p. 9.
176 ADRIANA ARPINI

señala respecto de Saussure: la reducción de todo signo a signo


fonológico y la consiguiente consideración de la escritura como
escritura fonética. 124
Se trata en la perspectiva hostosiana, de una noción de escritura
no restringida a la fonética y cuyo surgimiento como hecho h u m a n o
obedeció a la necesidad de "perpetuar lo pensado". Como esta
necesidad es t a n antigua como el p e n s a m i e n t o m i s m o , p u e d e
Hostos afirmar que "los esfuerzos por escribir fueron coetáneos
de los esfuerzos por hablar" y a u n sostener la "hipótesis de la
prioridad de la escritura sobre la palabra hablada", pues el dibujo de
u n m a m u t o el de u n hueso que contiene el contorno de u n a figura
humana

m a n i f i e s t a n el p r o p ó s i t o d e hacer saber; es decir, d e


transmitir ideas precisas y noticias. En otros términos,
indican el propósito deliberado de escribir, porque escribir
es noticia y hacer saber (G.G. 173, el resaltado es nuestro).

Esta amplitud en la base definicional de la escritura junto a la


convicción hostosiana de que se requiere " u n cierto grado de
civilización" para que la conservación de conocimientos y ade-
lantos se convierta en una necesidad, justifica afirmaciones como
las siguientes:

La escritura propiamente tal, es decir, u n sistema de signos


representativos ideado con el sólo objeto de comunicar sus
ideas, probablemente n o ha existido hasta que se imaginó
el procedimiento que los chinos primitivos inventaron y
que otros pueblos, principalmente el peruano de antes de la
Conquista, perfeccionaron.
Escritura ideológica. Escritura que tiene por objeto
representar simbólicamente las ideas... se presenta en dos
países, Egipto en la antigüedad, Méjico en la antehistoria de
América, en los cuales ha ofrecido más perfección (G.G. 174
y 175, el resaltado es nuestro).

Cfr. Derrida, Jacques. De la gramatología. México, Siglo XXI, 1986. pp. 43 a 44.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA. 177

En síntesis, para Hostos la escritura, en cualquiera de sus grados


de desarrollo, es u n o de los esfuerzos m á s dignos de la racionalidad
h u m a n a , cuyo invento cambió por completo el objeto de la vida
colectiva, en la m e d i d a en que ella es el instrumento que permite
cimentar y comunicar a las generaciones sucesivas el progreso del
género h u m a n o . Así la escritura es u n motor de la civilización,
pues "se p u e d e afirmar -dice H o s t o s - que no habría civilización
sin escritura".
Como h e m o s dicho, la preocupación por echar las bases de
una semiótica de la propia cultura estuvo presente en varios de
nuestros pensadores decimonónicos. Con u n criterio m u y cercano
al de Hostos, A n d r é s Bello entiende que el lenguaje es el sistema
de comunicación, sustentado en la potencia objetivadora de la
conciencia. Intenta u n a caracterización de los signos gráficos,
teniendo en cuenta su evolución, desde la "pintura" hasta la "escri-
tura alfabética" contemporánea, y anticipando como culminación
del proceso la constitución de u n "alfabeto perfecto".

La necesidad de fijar las tradiciones orales -dice-, tan fáciles


de alterarse o perderse, hizo apelar a la pintura desde m u y
temprano. Empleada como medio de instrucción y como
arte monumental, era natural que se procurase perfeccionar
y espiritualizar su lenguaje, d a n d o en él menos parte a los
ojos y más al entendimiento. 1 2 5

A u n q u e Bello no llega a sostener la prioridad de los signos gráficos


sobre la palabra hablada, sí les reconoce, al igual q u e Hostos,
funciones sociales: comunicacionales, didácticas y de integración.
Para hablar de la función social de la escritura en Hostos no
p o d e m o s desatender a la relación texto-contexto necesariamente
presente en toda escritura. Relación que no se establece bajo la
forma de u n a conexión de exterioridad entre el texto y la situación

125
Bello, Andrés. Filosofía del entendimiento. México, Fondo de Cultura
Económica, 1948. Capítulo XX, p. 276.
178 ADRIANA ARPINI

epocal, por c u a n t o ésta opera activamente en el m o m e n t o de


producción del texto, de m o d o que es posible apreciar en la página
escrita, además de lo comunicado por el lenguaje, aquello que se
impone como u n "más allá del lenguaje" -al decir de Barthes- que
es la historia, con sus tensiones y conflictos, y la posición que toma
el autor frente a ella.
En los escritos pedagógicos, Hostos asume definitivamente el
p u n t o de vista del "hombre lógico". En polémica reacción contra
la educación tradicional, escolástica, que ha dejado "como impuro
sedimento las cien generaciones de esclavos voluntarios" y, tam-
bién, contra la oquedad del enciclopedismo, abraza el paradigma
d e la educación científica, racional. Ella surge, tanto en la vida
colectiva como individual, de la "necesidad de desarrollo que tiene
la r a z ó n " y es el principal factor de "crecimiento, evolución y
cambio social". Esta forma de entender la educación se inscribe en
el marco de u n a concepción evolutiva del progreso social; según
el cual las sociedades avanzan, por etapas, desde la barbarie hacia
la civilización; siendo la educación su herramienta fundamental y
la escritura su base segura.
En otras palabras, el programa que nos muestran los escritos
hostosianos de la segunda etapa tiene su eje en la educación, la
cual a través del desarrollo de la ciencia y el conocimiento de la
industria, tiende a la configuración de u n a "nueva moralidad".
Moralidad basada en la razón cuyo objetivo es el logro de niveles
superiores de racionalidad en los individuos y en la sociedad. Esto
es, alcanzar los grados más altos de la "civilización". Se trata de
u n p r o g r a m a de modernización y expansión de la educación a
través del Estado, lo que implica por parte de éste haber alcanzado
cierto grado de consolidación y organización -como es el caso de
Chile, d o n d e Hostos pone en práctica buena parte de su proyecto
educativo-. Tal programa modernizador requiere por u n a parte
d e la f o r m a c i ó n p r o f e s i o n a l d e los m a e s t r o s y, p o r otra, la
constitución de u n corpus científico que alcanzará expresión a través
de u n discurso específico: el discurso pedagógico. Es larga la lista
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 179

d e los escritos q u e H o s t o s d e d i c a a este fin. 126 E n s u s p á g i n a s n o


h a y e s p a c i o p a r a la " i m a g i n a c i ó n i n g e n u a " . La ciencia b u s c a la
v e r d a d y la e s c r i t u r a d e b e e x p r e s a r l a , si n o se q u i e r e o b s t a c u l i z a r
la m a r c h a d e l p r o g r e s o c o n v a n a l i t e r a t u r a .

. . . C u a n d o se h a a t r i b u i d o al arte literario el fin d e expresar


la verdad filosófica; c u a n d o se le a t r i b u y e c o m o r e g l a d e
c o m p o s i c i ó n y d e crítica el d e b e r d e c o n f o r m a r las o b r a s
científicas a los h e c h o s d e m o s t r a d o s p o s i t i v a m e n t e p o r la
ciencia, y el d e b e r d e a m o l d a r l a s o b r a s s o c i o l ó g i c a s o
m e r a m e n t e literarias al desarrollo d e la n a t u r a l e z a h u m a n a ,
se ha devuelto al arte de la palabra, escrita o hablada, el fin esencial
al q u e corresponde... 1 2 7

El texto r e v e l a la influencia a m b i e n t a l del p o s i t i v i s m o chileno, sin


e m b a r g o , se inscribe e n u n a t r a d i c i ó n m o d e r n i z a d o r a m á s a m p l i a ,
q u e a r r a i g a e n la i l u s t r a c i ó n y q u e p e r m e a t o d o el p e r i o d o
r o m á n t i c o . N o es e x t r a ñ o hallar e n S i m ó n R o d r í g u e z , q u i e n es u n
r o m á n t i c o social, afirmaciones semejantes a las d e H o s t o s acerca
del v a l o r d e la p a l a b r a , e n c u a n t o e x p r e s i ó n d e la v e r d a d filosófica
y científica. N o o b s t a n t e , e n esa m i s m a t r a d i c i ó n se inscribe la
exigencia d e u n l e n g u a j e más rico q u e el científico, el simbólico.
D e n t r o d e l p r o y e c t o e d u c a t i v o m o d e r n i z a d o r el d i s c u r s o , a u n
el literario, m a t e r i a l i z a d o e n la escritura r e s p o n d e a u n sólo fin, el

126
Entre los escritos pedagógicos de Hostos deben ser señalados: Nociones
de Ciencia de la Pedagogía e Historia de la Pedagogía (incluidos en el Tomo
XVIII de la edición de 1939); Tratado de Lógica, Gramática general, Historia
de la lengua castellana, Historia de la civilización semítica y china (Tomo
XIX); Geografía evolutiva, Geografía intuitiva, Manejo de globos y mapas,
Geografía política universal (Tomo XX). También las Nociones de Sociología
(Tomo XVII); las Lecciones de Derecho Constitucional (Tomo XV); el
Tratado de Moral (Tomo XVI). Y muchos de sus discursos incluidos en
Forjando el porvenir americano (Tomos XII y XIII).
127
Hostos, Eugenio María de. "La educación científica de la mujer". Discurso
leído en la Academia de Bellas Letras de Santiago de Chile (1873). En: Obras
Completas. Tomo XII. p.7 (el subrayado es nuestro).
180 ADRIANA ARPINI

d e establecer o restablecer el o r d e n d e la r a z ó n (= civilización) e n


el caos d e la b a r b a r i e . S e g ú n esta f ó r m u l a , la e d u c a c i ó n , lo m i s m o
q u e la escritura, s o n i n s t r u m e n t o s p a r a la m o d e r n i z a c i ó n social.
D i c h a m o d e r n i z a c i ó n c o n s t i t u y e u n m o m e n t o n e c e s a r i o e n el
p r o y e c t o social d e a u t o a f i r m a c i ó n e i n t e g r a c i ó n .
Si e d u c a r es u n a f o r m a d e escribir ( p e r m í t a s e n o s a p e l a r a q u í a
este símil), e n t o n c e s , la e d u c a c i ó n es p a r a H o s t o s u n p r e t e x t o , u n a
m e d i a c i ó n n e c e s a r i a p a r a o t r o fin.

Al q u e r e r f o r m a r h o m b r e s c o m p l e t o s , n o lo q u e r í a
s o l a m e n t e p o r f o r m a r l o s , n o lo q u e r í a t a n sólo p o r d a r
n u e v o s a g e n t e s a la v e r d a d , ...nuevos p a t r i o t a s a la p a t r i a
d o m i n i c a n a ; lo q u e r í a t a m b i é n p o r d a r n u e v o s auxiliares a
mi idea, nuevos corazones a m i ensueño, nuevas espe-
r a n z a s a m i p r o p ó s i t o d e f o r m a r u n a p a t r i a e n t e r a c o n los
f r a g m e n t o s d e p a t r i a q u e t e n e m o s los hijos d e estos s u e l o s .
... La C o n f e d e r a c i ó n d e las A n t i l l a s q u e conciencia y
r a z ó n , d e b e r y v e r d a d s e ñ a l a n c o m o o b j e t i v o final d e
n u e s t r a s v i d a s e n las Antillas. 1 2 8

E d u c a c i ó n y escritura s o n h e r r a m i e n t a s p a r a la c o n s t r u c c i ó n y p a r a
la l u c h a . P a r a la c o n s t r u c c i ó n d e u n a i d e n t i d a d p r o p i a , d e u n
n o s o t r o s q u e e x c e d e los l i n d e s i n s u l a r e s p a r a i n t e g r a r s e c o m o
n a c i ó n a n t i l l a n a y c o n t r i b u i r a la u n i ó n l a t i n o a m e r i c a n a . Esta es la
" p a t r i a p e n s a d a " , el p r o y e c t o h o s t o s i a n o . P e r o n o es t o d a v í a la
"patria obtenida". Por eso educación y escritura son t a m b i é n
h e r r a m i e n t a s p a r a la l u c h a contra la " b a r b a r i e " , q u e c o m o categoría
p o l a r m e n t e o p u e s t a a la d e "civilización" r e s u l t a t a m b i é n r e s e m a n -
t i z a d a e n f u n c i ó n d e la c o n s t e l a c i ó n d e p o d e r v i g e n t e e n d i s t i n t o s
m o m e n t o s d e la h i s t o r i a antillana: así la b a r b a r i e d e la p r o l o n g a d a
c o l o n i z a c i ó n e s p a ñ o l a s o b r e C u b a y P u e r t o Rico, del d e s p o t i s m o

128
Hostos, Eugenio María de. "El propósito de la Normal". Discurso leído en
el acto de investidura de los primeros maestros normalistas en la Escuela
Normal de Santo Domingo en 1884. En: Obras Completas, Vol XII: Forjando
el porvenir americano I. pp. 141 a 142.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 181

de Ulises H e u r e a u x en Santo Domingo (1898); así, también, la


propia barbarie interna, producto del coloniaje. Obstáculos, todos
ellos, poderosos para la "civilización", entendida como búsqueda
de la autonomía y de la integración antillana.
Hostos, el escritor, el educador, el moralista, esgrime la palabra
con toda la fuerza que adquiere cuando se materializa en la es-
critura, como arma para la lucha por la libertad y como herramienta
para la construcción de la identidad en la dimensión simbólica.
Nos preguntábamos si es procedente enjuiciar a Hostos por lo
que podría considerarse u n insuficiente "aggiornamiento filosó-
fico".
En u n sentido opuesto podríamos preguntarnos si es oportuna
una valoración que tienda a destacar los desarrollos teóricos en
los que, como hemos visto, el puertorriqueño parece "adelantarse
a su tiempo". En ambos casos tendríamos que suponernos pose-
edores de u n instrumento de medición que permita calcular lo que
corresponde y lo que no corresponde, filosóficamente hablando, a
u n determinado tiempo. No poseemos tal medida, ni creemos que
p u e d a ser de utilidad el encontrarla, si es que existe. En todo caso
la vigencia que hoy p u e d a tener la producción teórico-práctica de
Hostos no h a de buscarse tratando de responder las preguntas
sugeridas. De lo que se trata es, más bien, de preguntarnos de qué
manera reactivó nuestro autor el bagaje filosófico del que disponía
para dar respuestas a los problemas que su tiempo planteó; o sea,
descubrir el espesor de su producción en la vertical que une las
elaboraciones teóricas con la realidad histórica desde y en función
de la cual produjo y proyectó su pensamiento. Podremos, entonces,
hablar de la originalidad y de la autenticidad de su discurso
filosófico. Discurso inscripto en las coordenadas del racionalismo
moderno, y que, con el afán de dar respuestas concretas a situacio-
nes concretas, incorpora y al mismo tiempo recrea la problemática
de la comunicación, a través de la argumentación intersubjetiva, y
destaca la función social de la escritura en la construcción simbólica
de la realidad. Todo ello con la intención de aportar a la cons-
trucción de u n " o r d e n moral" más justo.
182 ADRIANA ARPINI

Lo que en el pensamiento hostosiano podría ser calificado de


"adelantado a su tiempo" no surge sino del esfuerzo por responder
a las necesidades emergentes de la época. Por u n lado, la necesidad
de construir una racionalidad dialógica que se oponga a la legi-
timación del monólogo totalitario: de ahí el d e n u e d o por echar las
b a s e s de la a r g u m e n t a c i ó n intersubjetiva. Por otra p a r t e , la
necesidad de afirmar la propia identidad social e histórica: de ahí
el vigor con que sostiene la función social de la escritura como
construcción simbólica de la identidad.

6.1.4. La Moral Social

"Pues entonces no hay que publicar la moral en libros, sino en


obras" responde Hostos a sus discípulos cuando, según su propio
relato, estos le plantean la urgencia de dar a conocer la Moral. Pero,
como sabemos, escribir es u n a forma de actuar. Es u n a acción
racional sobre la sociedad a fin de revertir la barbarie y la injusticia.
Así pues, en 1888 se publica u n a parte del Tratado de Moral, la
referida a la vida social. La Moral Social es la obra más conocida de
nuestro autor. En la densidad de su discurso resultan compen-
diadas sus ideas: su comprensión del hombre y la sociedad, su
filosofía política y de la historia, claramente referidas a la realidad
en que se fraguan.
Ricaurte Soler ha llamado la atención sobre una constante que
se prolonga a todo lo largo del siglo XIX, y que ha rotulado Historia
del Catecismo en Hispanoamérica. Se trata d e la publicación de
manuales didácticos que, bajo la forma tradicional del catecismo,
"plasman la nueva pedagogía y encarnan la nueva ética". Textos
tales como El Evangelio Americano del chileno Francisco Bilbao, el
Catecismo Político de la Federación Mexicana de José María Luis Mora,
el Catecismo Republicano de Alberto Sales en Brasil, o la obra del
p a n a m e ñ o Justo Arosemena, Principios de Moral Política redactados
en un Catecismo, constituyen ejemplos de ese esfuerzo de "funda-
mentación de u n a moral laica al margen de todo ascetismo y de
todo misticismo".
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 183

El objetivo d e estos c a t e c i s m o s fue d a r f o r m a a u n a conciencia


ética c i u d a d a n a , forjada e n los v a l o r e s del trabajo, el c o m e r c i o , la
i n d u s t r i a , c o n s e c u e n t e s c o n los i m p e r a t i v o s d e o r g a n i z a c i ó n social
y c o n s t i t u c i ó n política d e las n u e v a s r e p ú b l i c a s . D e b i e r o n enfrentar
las resistencias d e la t r a d i c i ó n colonial y b u s c a r f u n d a m e n t o e n
u n a c o s m o v i s i ó n i n m a n e n t i s t a q u e p o t e n c i a r a las i d e a s positivistas
y la filosofía política d e l liberalismo. 1 2 9
E n u n s e n t i d o a m p l i o , la Moral Social d e H o s t o s p o d r í a q u e d a r
c o m p r e n d i d a d e n t r o d e las características g e n e r a l e s d e estos " c a t e -
c i s m o s laicos". U n análisis m á s d e t a l l a d o p e r m i t i r á r e c o n o c e r s u s
r a s g o s específicos.
N o p o d e m o s o m i t i r q u e o t r o escrito d e H o s t o s , a n t e r i o r e n m á s
d e d i e z a ñ o s a la Moral Social, h a b í a r e c i b i d o u n a c a r a c t e r i z a c i ó n
s e m e j a n t e p o r p a r t e d e José M a r t í . N o s r e f e r i m o s a la serie d e
a r t í c u l o s q u e bajo el t í t u l o " P r o g r a m a d e los I n d e p e n d i e n t e s "
p u b l i c ó H o s t o s e n La voz de la Patria ( s e m a n a r i o d e los e m i g r a d o s
c u b a n o s e n N e w York), e n t r e el 31 d e o c t u b r e y el 24 d e n o v i e m b r e
d e 1876. D i c h o p r o g r a m a , q u e p u e d e ser c o n s i d e r a d o c o m o u n
v e r d a d e r o p r o y e c t o d e c o n s t i t u c i ó n n a c i o n a l b a s a d o e n la d e m o -
cracia r e p r e s e n t a t i v a y la defensa d e los d e r e c h o s h u m a n o s , p r e v é
la f o r m a c i ó n d e u n a liga c o n el p r o p ó s i t o d e

trabajar m a t e r i a l , intelectual y m o r a l m e n t e e n favor d e la


i n d e p e n d e n c i a a b s o l u t a d e C u b a y P u e r t o Rico, h a s t a
c o n s e g u i r s u total s e p a r a c i ó n d e E s p a ñ a y s u i n d i s c u t i b l e
existencia c o m o n a c i o n e s soberanas. 1 3 0

M a r t í d e d i c a u n b r e v e p e r o significativo c o m e n t a r i o al P r o g r a m a
d e l i n e a d o p o r H o s t o s , q u e a p a r e c i ó e n El Federalista d e México el 5

129
Cfr. Soler, Ricaurte. "La filosofía positivista del liberalismo". En:
Arosemena, Justo. Apuntamientos para la Introducción a las Ciencias Morales
y Políticas. Edición, prólogo e introducción de R. Soler. Panamá, Ediciones
de la Revista Tareas, 1968. pp. 11 a 2 1 .
130
Hostos, Eugenio María de. "Programa de los Independientes". En: Obras
Completas. Vol. II: Diario, pp. 220 a 259.
184 ADRIANA ARPINI

d e d i c i e m b r e d e l m i s m o a ñ o , c o n el título Catecismo Democrático.


Los p r i m e r o s p á r r a f o s d e este escrito e s t á n d e s t i n a d o s a u b i c a r la
p e r s o n a l i d a d d e H o s t o s , su a c t i v i d a d p ú b l i c a y el carácter d e s u s
escritos. Q u e d a e v i d e n c i a d o , así, q u e si b i e n H o s t o s y M a r t í n u n c a
llegaron a conocerse p e r s o n a l m e n t e , éste p o s e í a b u e n c o n o c i m i e n t o
d e la a c t i v i d a d t e ó r i c a y p r á c t i c a d e s a r r o l l a d a p o r el p u e r t o -
rriqueño. 1 3 1 E n u n o d e esos p á r r a f o s dice M a r t í :

A h o r a p u b l i c a el o r a d o r d e P u e r t o Rico, q u e h a h e c h o e n
E s t a d o s U n i d o s causa c o m ú n con los i n d e p e n d i e n t e s
c u b a n o s , u n catecismo de democracia, q u e a los d e C u b a y a
s u isla p r o p i a d e d i c a , e n el q u e d a e j e m p l o s h i s t ó r i c o s
a d u c i d o s h á b i l m e n t e , d e d u c e reglas d e r e p u b l i c a n i s m o q u e
e n s u l e n g u a j e y e s e n c i a nos traen recuerdos de la gran
propaganda de la escuela de Tiberghien y de la Universidad de
Heidelberg.132

El texto t r a s c r i p t o es d o b l e m e n t e valioso p a r a n u e s t r o p r o p ó s i t o .
P o r u n a p a r t e , si se t i e n e e n c u e n t a q u e la Moral Social c o n t i e n e u n
d e s a r r o l l o m i n u c i o s o y sistemático d e e l e m e n t o s básicos q u e y a
e s t a b a n p r e s e n t e s e n el Programa de los Independientes bajo la f o r m a
d e p r o y e c t o o e n s a y o - e n el s e n t i d o q u e h e m o s d e f i n i d o al e n s a y o

131
Muchos son los puntos en que se tocan el pensamiento y el accionar de
Hostos y Martí. Un estudio en paralelo podría ser objeto de una investigación
específica que excede las posibilidades y los objetivos de la presente.
Remitimos a: Maldonado Denis, M. "Martí y Hostos: paralelismos en la lucha
por la independencia"; también "Paralelismos entre Hostos y Martí: un
reexamen". En: Eugenio María de Hostos y el Pensamiento Social
Iberoamericano. México, Fondo de Cultura Económica, 1992. pp. 6 1 a 78;
Ferrer Canales, José. Martí y Hostos. San Juan-Puerto Rico, Centro de Estudios
Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1990; Roig de Leuchsenring, Emilio.
"Hostos y Martí, dos ideologías antillanas concordantes". En: Visiones sobre
Hostos, pp. 533 a 545.
132
Martí, José. "Catecismo democrático". En: Obras Completas. La Habana,
Editora Nacional de Cuba, 1964. Torno VIII, pp. 53 a 54 (el resaltado es
nuestro).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 185

como escritura que incorpora la gestualidad-; entonces, la carac-


terización martiana de este texto como "catecismo de democracia"
contribuye, anticipadamente, a corroborar que el escrito sistemático
es susceptible de recibir la misma caracterización. Por otra parte,
la afirmación de Martí que enlaza el documento hostosiano con la
figura de Tiberghien y la Universidad de Heidelberg, constituye
u n testimonio de época, que permite abonar nuestra tesis acerca
de la matriz krausista del pensamiento hostosiano. Recordemos
q u e es en esa universidad d o n d e Sanz del Río profundiza sus
estudios de la doctrina de Krause, que allí enseñaban los discípulos
de éste: Leonhardi, Roder y Schliephake.
En resumen, p o d e m o s decir que la Moral Social se ajusta a la
caracterización de "catecismo democrático" y, por extensión, a la
de "catecismo laico" de la que habla Ricaurte Soler. Debemos, sin
embargo, dejar planteada una diferencia en cuanto a la descripción
del panameño. Se trata, en el caso de la moral hostosiana, de u n
texto que, efectivamente, enfrenta a la tradición colonial desde una
cosmovisión inmanentita, que echa m a n o a la filosofía política del
liberalismo, en la cual q u e d a n incorporados ciertos elementos de
procedencia positivista; pero estos son modelados desde u n p u n t o
de vista peculiar que les permite cuajar sin contradicción con los
lineamientos generales del krausismo. En la trama del discurso
hostosiano se pone de manifiesto esa peculiaridad ya sea en los
m o m e n t o s de fundamentación teórica de la moral o en los de
aplicación práctica y proyectiva. En otras palabras, la m o r a l
hostosiana y, en particular, la Moral Social testimonia u n rico y
original reordenamiento del saber ético epocal. Originalidad que
estriba no tanto en la intencionalidad del esfuerzo teórico realizado,
sino en que, como Hostos mismo nos lo dice, "las ideas surgen del
c h o q u e con a l g u n a r e a l i d a d " . Esas ideas son e x p r e s a d a s e n
categorías que p u e d e n ser morfológicamente las mismas que la
filosofía clásica ha utilizado, pero que resultan redefinidas, es decir
cargadas de n u e v o s contenidos semánticos d e acuerdo con las
necesidades para las que se busca respuesta, y en relación con las
cuales se postula la configuración de u n a nueva objetividad.
186 ADRIANA ARPINI

De acuerdo con el criterio evolutivo -siempre presente en los


escritos del p u e r t o r r i q u e ñ o - , el hombre, considerado en forma
individual o colectiva, crece hasta alcanzar la adultez

al menos... hasta el p u n t o mismo en que el desarrollo de


la razón c o m ú n ha contribuido al desarrollo de la con-
ciencia colectiva". Sin embargo el crecimiento no es parejo,
ni está exento de tensiones "que denuncian una prepotencia
incontrastable de instintos y pasiones sobre principios y
deberes (M. 93).

El conflicto se presenta con la misma frecuencia con que se eviden-


cian las divergencias entre "progreso material" y "progreso moral",
y esto sucede tanto entre los individuos como entre las comu-
nidades civilizadas. Así, la civilización occidental -afirma Hostos
aludiendo tanto a Europa como a los Estados U n i d o s - ha sido
incapaz de lograr el desarrollo omnilateral de sus fuerzas civi-
lizatorias,

hombres a medias, pueblos a medias, civilizados por u n


lado, salvajes por el otro ... Debajo de cada epidermis social
late una barbarie (M. 98).

En estas expresiones transcriptas de la Moral Social p o d e m o s


advertir los supuestos ontológicos e históricos en los que se apoya
Hostos. Los primeros aluden, por una parte, al progreso del hombre
y de las sociedades en virtud de la índole evolutiva del O r d e n
Moral, en cuanto aspecto constituyente del Orden Natural. Aluden,
por otra parte, a la desigualdad entre progreso material y progreso
moral, referidos, el primero, al crecimiento de la ciencia y la técnica
en función de satisfacer las n e c e s i d a d e s económicas de con-
servación y aumento de la vida y, el segundo, al desarrollo de la
racionalidad, o sea de la conciencia. En este nivel se presenta,
además, otra diferencia: entre el aumento de la conciencia indi-
vidual y el de la conciencia social. Este último radicaría, según el
autor, en el logro de los más altos objetivos de la civilización en
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 187

cuanto a la organización del derecho, la educación y el Estado. Tal


es el caso de los Estados Unidos, ejemplifica Hostos aludiendo,
ahora, a los supuestos históricos. En esa nación se verifica el mayor
despliegue civilizatorio de la h u m a n i d a d y, sin embargo, hay entre
los individuos que la representan muchos que n o vacilan en apelar
a la fuerza bruta, al crimen o la persecución cuando, puestos en
juego intereses egoístas (individuales o nacionales), se trata de
alcanzar objetivos estratégicos:

islas que gobiernen mares, estrechos y canales, y que ase-


g u r e n la primacía comercial, y en caso de querella, la
prepotencia militar del ocupante ... hoy como en los siglos
XV y XVI, se o c u p a n territorios y jurisdicciones con la
misma llaneza con que Colón ocupa las Antillas
... Hoy como entonces... el instrumento de civilización es
el alcohol, y el procedimiento es el engaño y el pavor (M.
99).

Estas p a l a b r a s , q u e con m u y p o c a s modificaciones p o d r í a n


caracterizar situaciones que nos son contemporáneas, d a n cuenta
de la forma en que Hostos asume en el texto de su Moral, el contexto
histórico de sus ideas. Remiten a u n a interpretación de los pro-
blemas morales que trasciende los límites de la mera subjetividad.
Constituyen u n intento de explicar, desde u n p u n t o de vista ético,
la expansión del imperialismo que modificó la geografía política
latinoamericana y, de manera m u y particular, la situación de las
Antillas (Puerto Rico, Cuba y Santo Domingo) marcando el fin de
la etapa colonial y el pasaje, sin transición, a las nuevas formas de
dominación i m p l e m e n t a d a s por el imperialismo emergente de
Estados Unidos.
En escritos anteriores al Tratado de Moral había apelado Hostos
a esa diferencia entre desarrollo de la conciencia individual y la
conciencia social para explicar la actitud de España frente a sus
últimas posesiones e n América: C u b a y P u e r t o Rico. España
republicana había conquistado para sí el más preciado objetivo de
la civilización, la libertad. Libertad que, sin embargo, m u c h o s
188 ADRIANA ARPINI

e s p a ñ o l e s r e p r e s e n t a t i v o s se n e g a r o n a r e c o n o c e r e n s u s colonias,
n o y a p a r a s a l u d a r e n t u s i a s t a s s u i n d e p e n d e n c i a , ni s i q u i e r a p a r a
c o n s i d e r a r l a s p r o v i n c i a s a u t ó n o m a s d e la G r a n N a c i ó n Española. 1 3 3
La i n t e r p r e t a c i ó n h o s t o s i a n a d e los a c o n t e c i m i e n t o s se inscribe
e n el m a r c o d e u n a filosofía d e la historia, d e raíz k r a u s i s t a , s e g ú n
la c u a l , la h u m a n i d a d e n s u c o n j u n t o y c a d a u n a d e las confi-
g u r a c i o n e s sociales existentes, e v o l u c i o n a n p o r e t a p a s d e s d e los
e s t a d i o s p r i m i t i v o s d e salvajismo y b a r b a r i e , h a c i a los s u p e r i o r e s
d e la civilización. Ello s u p o n e el p r o g r e s o d e la conciencia y, p o r
lo t a n t o , la realización c a d a v e z m á s a c a b a d a d e la m o r a l i n d i v i d u a l
y colectiva. D e ahí q u e n i n g ú n acto q u e resulte d e intereses egoístas,
a u n c u a n d o r e v i s t a la f o r m a d e " s e r v i c i o s a la civilización" p u e d a
ser c o n s i d e r a d o u n " t r i b u t o a la m o r a l " . Ellos n o r e s p o n d e n al "fin
m o r a l d e la h i s t o r i a " (M. 100).

P e r o el s o f i s m a - d i c e H o s t o s - n o p r e v a l e c e r á c o n t r a la
m o r a l . Si la ley d e e v o l u c i ó n es u n a ley d e la n a t u r a l e z a
física, t i e n e q u e ser u n a ley d e la n a t u r a l e z a m o r a l , y n o h a
s i d o n i h a p o d i d o s e r i n s t i t u i d a p a r a el m a l ; h a s i d o
instituida, n e c e s a r i a m e n t e h a t e n i d o q u e ser i n s t i t u i d a p a r a
el bien. El m a l q u e d e ella se h a y a d e d u c i d o , c u l p a d e los
h o m b r e s será, o b r a d e la t o r p e z a d e los h o m b r e s h a b r á s i d o
(M. 101).

Q u e u n o s h o m b r e s p r e v a l e z c a n s o b r e o t r o s el u s o d e la fuerza, n o
c o n s t i t u y e u n a verificación d e la " l u c h a biológica", s i n o u n a "tor-
p e z a sociológica", a m o n e s t a H o s t o s b u s c a n d o a p o y o , fuera d e "la
m o r a l r o m á n t i c a " - q u e e m p a p a d a e n d o g m a s religiosos a p a ñ a ,

133
Hostos, Eugenio María de. "¿Cuál de las dos formas de gobierno, monarquía
o república, realiza mejor ideal del derecho?" En: Obras Completas. Vol I,
Diario, pp. 97 a 108; Diario (Madrid, mayo 30, 1869). En: Obras Completas.
Vol. I, pp. 118 a 122; "El problema de Cuba". En: Obras Completas: Vol. IX:
Temas Cubanos, pp. 199 a 225; "En la tumba de Segundo Ruiz Belvis"
(Valparaíso, 1873). En: Obras Completas, Vol. XIV: Hombres e ideas, pp. 7
a 12; "Retrato de Francisco Aguilera" (Caracas, 1876). En: Obras Completas,
Vol. IX: Temas cubanos, pp. 124 a 152.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 189

sin e m b a r g o , el uso innoble de la civilización-, en "la m o r a l


racional" que interpreta la ley de competencia biológica como la
sujeción de las vidas individuales y colectivas a u n a evolución que
va del ser al m á s ser (M. 102). C u a n d o se trata de la sociedad,
"civilización es racionalización" pero también "locura" en cuanto
los progresos de la civilización no son puestos en relación con el
destino esencial de la h u m a n i d a d . De ahí la necesidad de ampliar
la fórmula:

Civilización es más que racionalización: es conscifacción,


porque todo proceder de la razón va de menos a más, es
proceder de menos conciencia a más conciencia,... (porque)
el destino final de los seres de razón consciente es practicar
el bien para armonizar los medios con los fines de su vida
(M. 97).

Habíamos admitido la posibilidad de hablar, en cierto sentido, de


una moral objetiva por cuanto Hostos reconoce la existencia de
sustancias éticas diferentes del individuo, los órganos sociales, en
relación con los cuales es comprendido el sujeto. Sin embargo, el
significado atribuido al neologismo "conscifacción" parecería des-
plazar el acento hacia lo subjetivo.
Empero ha de tenerse en cuenta que moralización y civilización
s o n p r o c e s o s q u e se h a l l a n m u t u a m e n t e frrrbfícados, a m b o s
suponen la posibilidad de progreso racional. De m o d o que ese ir
de menos a más conciencia se verifica tanto en los individuos como
en la sociedad. Ahora bien, la teorización de las relaciones entre la
conciencia individual y la colectiva descansa en la doctrina de los
órganos sociales, que hace posible el ordenamiento de la vida del
sujeto y de la sociedad sin caer en el individualismo ni en el es-
tatismo.
Esa doctrina que, según Hostos, está a la base no sólo de la
Etica sino también de la Sociología y del Derecho, define a la
sociedad como:

reunión espontánea y natural de individuos, con el objeto


de satisfacer todas las necesidades de la vida física, moral
190 ADRIANA ARPINI

e intelectual, que no podrían satisfacerse aisladamente por


ninguno de los seres organizados para esa triple vida (M.
109).

Ello supone considerarla como una "entidad biológica' 7 que con-


siste en u n m e d i o p a r a la consecución de fines. En tanto "ser
viviente colectivo" está compuesto de órganos: 1. el individuo, causa
y efecto d e la s o c i e d a d ; 2. la familia, p r i m e r a e v o l u c i ó n d e l
individuo, constituye la sociedad fundamental enderezada a la
consecución de los fines de la vida; 3. el municipio, sociedad natural
d o n d e el aprovechamiento reflexivo del principio de asociación
orienta el auxilio m u t u o entre individuos y familias; 4. la región,
c u m p l e las mismas funciones que el municipio en forma m á s
extensa y menos intensa; 5. la nación, reunión de hombres y grupos
de hombres en u n territorio geográfico delimitado, es una sociedad
general en relación con los órganos anteriormente enunciados, pero
es una sociedad particular en relación con la familia de naciones;
6. la sociedad internacional, principio de una "evolución superior"
por la que cada grupo nacional aspira a fines menos egoístas y
más h u m a n o s . El conjunto de estos órganos conforma la sociedad
general:

Y la suma de todas las sociedades en todos los tiempos de


la historia, pasados, presentes y futuros, es lo que cons-
tituye la humanidad' (M 111).

Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) en sus Principios de Derecho


Natural, al exponer la "parte orgánica" de la filosofía del derecho
establece u n a serie de

esferas del Derecho... partiendo del elemento más simple,


inmediato y fundamental -el individuo-, y elevándonos
de g r a d o en g r a d o por la familia, el municipio y otros
círculos superiores, la nación, etc., hasta considerar la esfera
más amplia en la vida presente de realización del Derecho
-el Estado h u m a n o terreno-.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 191

Cada u n a de estas esferas son, en relación al Derecho, verdaderas


personas y contribuyen de manera total o parcial a la realización
de

todos los fines h u m a n o s , no difiriendo sino en la amplitud


de la esfera de su actividad. 134

La doctrina de los órganos o esferas sociales, entre las cuales se


advierte u n progresivo a u m e n t o de la extensión, es uno de los
m u c h o s paralelismos q u e p u e d e n establecerse entre Hostos y
Giner, ambos discípulos de Sanz del Río.135 Ella está inspirada en
buena m e d i d a en la Filosofía del Derecho (o Derecho Natural) de
Ahrens. Ciencia que, según este autor,

tiene su origen en la creencia común de la h u m a n i d a d de


que existen principios de justicia independientes de las
leyes y de las instituciones positivas". 136

Cada u n a de las esferas posee sustancialidad propia. En su interior


se ordena la vida h u m a n a , favoreciendo el despliegue de todas las
potencialidades en el marco de u n Estado de Derecho, que al mismo
tiempo evita los riesgos del estatismo (hegeliano) y el individua-
lismo (spenceriano).
Por otra parte, el postulado de la H u m a n i d a d como suma de
las sociedades de todos los tiempos, si bien podría recordarnos
aquel Gran Ser constituido en objeto de veneración de la religión
positiva; nos remite, antes bien, al Ideal de la H u m a n i d a d presente
en Krause, A h r e n s , Tiberghien y en los krausistas españoles.
Ahrens, por ejemplo, sostiene que

134
Giner, Francisco. Obras Completas. Tomo I: Principios de Derecho
Natural. Madrid, Imprenta de Julio Cosano, 1916. pp. 201 a 205.
135 p a r a u n estudio comparativo entre Hostos y Giner remitimos al estudio Ferrer
Canales, José. "Hostos y Giner". En: Visiones sobre Hostos, pp. 455 a 476.
ns Ahrens, Enrique. "Curso de Derecho Natural". En: Krause, Ahrens y
Tiberghien... pp. 176 a 177.
192 ADRIANA ARPINI

la humanidad es el último término del desarrollo de las


p e r s o n a s m o r a l e s q u e a b r a z a n t o d o s los fines de la
naturaleza h u m a n a ; es la persona moral que se extiende a
t o d o el globo, y de la cual t o d a s las r a z a s , t o d a s las
nacionalidades, todas las familias y todos los individuos
son miembros particulares. La h u m a n i d a d tiene derechos
q u e d e b e n ser r e s p e t a d o s en t o d a s las esferas subor-
dinadas... El verdadero progreso se m i d e en todas partes
por el grado en que los derechos de la h u m a n i d a d se ven
reconocidos y rodeados de garantías formales. Una
asociación humanitaria en la que los Estados conservasen
su independencia relativa, y medíante la cual el principio
de nacionalidad se hallase combinado con el cosmopo-
litismo, es ideal del movimiento político de los pueblos. 137

Si bien la presencia de las esferas sociales y la inescindible relación


de pertenencia de los hombres respecto de ellas permite reconocer,
tanto en la moral como en el derecho, formas de objetivación en
u n sentido próximo al de la etícidad hegeliana; es necesario advertir
que dentro de la perspectiva krausista esa eticidad queda expuesta
a perder peso histórico en la m e d i d a en que se la hace derivar, en
última instancia, de los principios inalterables de la naturaleza
h u m a n a y del supuesto de la existencia de valores ya dados. De
ahí la dificultad para reconocer las imperfecciones o las injusticias
de las estructuras mismas, derivándolas al ámbito de la moral
subjetiva, es decir, al ámbito de la conducta privada, al m o d o como
cada individuo se incorpora y actúa dentro de cada esfera social.
De ahí, también, el paternalismo con que se encara la solución de
los p r o b l e m a s sociales, a p e l a n d o a la educación como m e d i o
m o r a l i z a d o r capaz de p o n e r a cada sujeto e n condiciones de
conocer los derechos y obligaciones comunes a todos los hombres.
Asimismo, esa percepción orgánica y armoniosa presenta inconve-
nientes para juzgar acerca de la conf lictividad que cualifica a todas
las sustancias o personas éticas. Juicio que es posible si se tiene en

Ibidem. pp. 217 a 218.


E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 193

cuenta la historicidad de la moralidad subjetiva tanto como de la


objetiva, y su gravitación en los m o d o s como los hombres movi-
lizan, en el quehacer cotidiano, situaciones que vienen a quebrar
las formas de objetividad opresiva vigentes.
Retomemos la exposición hostosiana. Una vez establecida la
inexcusable participación del individuo en las distintas esferas
sociales y el carácter científico de la Moral Social, cuyo objeto es
aplicar d e m o d o concreto las leyes abstractas de ambas ciencias
(Moral y Sociología) a fin de producir y conservar el "bien social",
Hostos procede al análisis de las relaciones del h o m b r e con la
sociedad al interior de cada u n a de esas esferas. La clasificación
de esas relaciones es realizada de a c u e r d o con u n a noción de
"hombre social", entendido simultáneamente como "ser de nece-
sidad", " d e gratitud", " d e utilidad", "de derecho", " d e deber" (M.
120). Cada u n a de estas cualidades de la naturaleza social h u m a n a
está vinculada a u n a ley y a u n deber de esa misma naturaleza,
que tienen como p u n t o de partida c o m ú n y fundamental la "ley
de la sociabilidad".

Solicitado, instado, urgido por ella, el individuo satisface


necesidades, paga beneficios con agradecimientos, enlaza
con la suya la utilidad general, combate como héroe por
su derecho y se sacrifica como mártir al deber; pero lo hace
no tanto porque la ley de la naturaleza a eso lo llama, cuanto
p o r q u e su p r o p i a n a t u r a l e z a e n c u e n t r a en los proce-
dimientos de la asociación los medios relativos a sus fines
de existencia. Existencia que trasciende involuntariamente
del individuo a la especie, consta de esos cinco medios,
instrumentos o recursos naturales que, conjunta o sepa-
radamente, constituyen cinco elementos de sociabilidad
(M. 121-122).

Cabe destacar que la existencia social no es, en primera instancia,


el producto de actos voluntarios por parte de los individuos, sino
que arraiga en u n a instancia anterior a la voluntad: la necesidad
que los hombres tienen, unos de otros, para concurrir a la reali-
zación de los fines de la vida. Por la necesidad de asociación los
194 ADRIANA ARPINI

h o m b r e s trascienden d e s d e su p r o p i a i n d i v i d u a l i d a d hacia la
especie. Pero no se trata de u n a ciega necesidad, antes bien implica
el reconocimiento de la dignidad de cada u n o en cuanto miembro
de la h u m a n i d a d . Vale decir que ese reconocimiento del valor
intrínseco de la h u m a n i d a d de cada hombre deviene la necesidad
primera en cuanto principio regulador de todas las relaciones, o
sea de toda otra necesidad y de los modos de satisfacerlas en vistas
d e la p l e n a realización de la h u m a n i d a d q u e habita en cada
"hombre social".
Se trata de u n principio ético que nos recuerda el imperativo
kantiano de no tomar al hombre como medio sino siempre como
fin, o al ideal krausista de la H u m a n i d a d . Más no queda reducido
sólo a u n a cuestión moral, es también asunto del derecho, de la
política, de la economía y, sobre todo, de la sociología, como
tendremos ocasión de ver m á s adelante.
Las relaciones del hombre con la sociedad tal como las presenta
Hostos son: la relación de necesidad de d o n d e surge el deber de
trabajo; la relación de gratitud que da lugar a los deberes de
patriotismo y confraternidad, los cuales no deben confundirse con
los "vicios" del "provincialismo", el "localismo" y el "naciona-
lismo"; la relación de utilidad p a r a el desarrollo de la vida que
compele a sostener y conservar la sociedad; la relación de derecho
en virtud de la cual la justicia es defendida y sostenida; finalmente,
y dependiendo de la anterior, la relación del deber cuya "función
en la economía moral del m u n d o " consiste en refrenar, ordenar y
armonizar las fuerzas espontáneas de la vida individual para
"hacer del orden social u n orden complementario de la naturaleza"
(M. 134).
Todas las relaciones son igualmente importantes y necesarias
para la vida social. De cada u n a de ellas se deducen deberes gené-
ricos y secundarios. 138 Así, por ejemplo, la relación de necesidad,

138
Relaciones y deberes sociales: Relación de Necesidad: implica los deberes
de trabajo, contribución, fomento, patriotismo, confraternidad; Relación de
Gratitud: enciena deberes de obediencia, sumisión, adhesión, acatamiento a
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 195

q u e c o m o h e m o s v i s t o es el p u n t o d e p a r t i d a d e la sociabilidad,, d a
l u g a r al p r i m e r o d e los d e b e r e s sociales, el trabajo:

p o r q u e es el m o d o ú n i c o , a la v e z q u e universal, d e satisfacer
t o d a s y c u a l e s q u i e r a n e c e s i d a d e s , y a físicas, y a m o r a l e s ,
y a i n t e l e c t u a l e s " ! (M. 143).
... si el m e d i o c o m ú n d e satisfacer n e c e s i d a d e s es el trabajo,
es o b v i o q u e el trabajo es u n v e r d a d e r o deber genérico q u e
a b a r c a , e n e s a p r i m e r a r e l a c i ó n , t o d a la a c t i v i d a d d e l
i n d i v i d u o e n c a d a u n o d e los g r u p o s s o c i a l e s e n q u e
f u n c i o n a (M. 151).

L l a m a la a t e n c i ó n e s t a c o n c e p c i ó n d e l t r a b a j o c o m o " d e b e r
g e n é r i c o " . La n o c i ó n d e " h o m b r e g e n é r i c o " e s t á p r e s e n t e e n
F e u e r b a c h p a r a s e ñ a l a r q u e el h o m b r e n o sólo t i e n e conciencia d e
sí c o m o i n d i v i d u o sino, t a m b i é n , c o m o especie h u m a n a o "esencia
h u m a n a " . C o n el m i s m o s e n t i d o está p r e s e n t e e n M a r x , e n conexión
directa c o n s u c o m p r e n s i ó n d e l trabajo. S e g ú n éste, el h o m b r e , e n
cuanto "ser genérico consciente", p r o d u c e umversalmente; pero
c u a n d o el trabajo es e n a j e n a d o , se i n v i e r t e esa r e l a c i ó n y la v i d a
d e la especie se c o n v i e r t e e n u n m e d i o p a r a la v i d a individual." 1 3 9
D e m a n e r a s e m e j a n t e h e m o s v i s t o q u e H o s t o s establece el v í n c u l o
e n t r e i n d i v i d u o y h u m a n i d a d a t r a v é s d e su definición y v a l o r a c i ó n
del " h o m b r e social". Es a p a r t i r d e esta caracterización, a la v e z
s e m á n t i c a y axiológica, q u e h a d e i n t e r p r e t a r s e al trabajo c o m o
" d e b e r g e n é r i c o " y c o m o m e d i o u n i v e r s a l p a r a la satisfacción social
d e t o d a s las n e c e s i d a d e s . Es decir, se p o n e d e relieve el v a l o r d e l

la ley; Relación de Utilidad: contiene los deberes de filantropía, sacrificio,


cooperación, unión, abnegación, cosmopolitismo; Relación de Derecho:
incluye los deberes de educación doméstica, fundamental, profesional y el
deber de civilización.
139
Cfr. Feuerbach, Ludwig. La esencia del cristianismo. Trad. Franz Huber.
Buenos Aires, 2a ed., Claridad, 1963; Marx, Karl. Manuscritos económicos y
filosóficos. México, Fondo de Cultura Económica, 1966.
196 ADRIANA ARPINI

trabajo en la consecución de los fines de la vida. Ello supone u n a


c o r r e s p o n d e n c i a a r m ó n i c a e n t r e los t é r m i n o s de la relación
necesidad-sociabilidad-trabajo. Esta es u n a relación natural; sin
embargo, con demasiada frecuencia sucede -así lo consigna nuestro
a u t o r - q u e de h e c h o los i n t e r e s e s egoístas p r i m a n sobre la
valoración del trabajo como deber genérico. Este queda, entonces,
r e d u c i d o a m e r o m e d i o p a r a saciar esos intereses e g o í s t a s ,
produciendo efectos disolventes sobre la sociedad;

... el estado moral de las sociedades en d o n d e la propiedad


no es del trabajo, y en d o n d e el fruto del trabajo no es
proporcional, para el trabajador, al esfuerzo que hace y al
beneficio que produce, es necesariamente disolvente (M.
216).

La proximidad relativa que p u e d a existir entre, por u n lado, la


concepción marxista de trabajo y de trabajo alienado y, por otra,
la noción hostosiana de trabajo como deber genérico y el efecto
disolvente que causa su incumplimiento, de n i n g u n a m a n e r a
justifica una afirmación en el sentido de reconocer alguna influencia
de Marx sobre Hostos. Antes bien, si alguna huella se registra, es
la del racionalismo armónico. Es claro que para Hostos el trabajo
no es u n proceso de producción que se da bajo d e t e r m i n a d a s
relaciones de producción, sino que es fundamentalmente u n deber
del hombre para con la h u m a n i d a d en función de su naturaleza
racional y consciente.
Más, si es pertinente señalar alguna proximidad, no lo es tanto
porque se p u e d a descubrir esta o aquella influencia específica, sino
por la agudeza con que el puertorriqueño logra u n a interpretación
de los p r o b l e m a s e m e r g e n t e s de su p r o p i a situación epocal,
a p e l a n d o a las h e r r a m i e n t a s teóricas q u e t u v o a su alcance y
disponiéndolas de manera original.
La concepción del deber es, también, u n a cuestión central
dentro de la cosmovisión hostosiana. "Sin deber no hay moral", y
sin moral resulta imposible que la sociedad h u m a n a llegue a
integrarse en el orden Natural.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 197

Si el d e b e r - d i c e H o s t o s - r i g e el m u n d o m o r a l , es p o r q u e
r i g e a la conciencia h u m a n a (M. 137).

Él h a c e d e la c o n c i e n c i a u n a " c o n c i e n c i a b u e n a " . Le o t o r g a el
" p o d e r i n c o n t r a s t a b l e " d e s o b r e p o n e r s e a los i n t e r e s e s y a los
e g o í s m o s , d e s u b o r d i n a r los m e d i o s a los fines d e la v i d a p a r a
lograr formas c u m p l i d a s de existencia h u m a n a individual y
colectiva. La conciencia, definida c o m o el " c o n o c i m i e n t o í n t i m o
d e l ser p o r el ser m i s m o " , n o p u e d e q u e d a r satisfecha c o n n i n g u n a
cosa q u e n o sea " u n a c o n d i c i ó n necesaria del a u m e n t o d e esa noción
d e sí m i s m a " . E n otras p a l a b r a s , n i n g u n a s u m a d e m o t i v o s externos
o a b s t r a c t o s p o d r á j a m á s justificar u n a falta " a l d e b e r d e c o n s e r v a r
y s a l v a r la d i g n i d a d h u m a n a " . Así, p o r e j e m p l o , n o s dice H o s t o s
que:

N i n g ú n pueblo logrará jamás persuadir ni convencer de


q u e el a b a n d o n o d e s u s d e r e c h o s e n u n h o m b r e o e n u n
g r u p o fue u n sacrificio v i r t u o s o d e los pacíficos e n a r a s d e
la p a z , d e los j u s t o s e n a r a s d e lo j u s t o , p o r q u e j a m á s será
u n d e b e r el sacrificio d e l d e r e c h o colectivo (M. 138-139).

P o d e m o s a d v e r t i r q u e H o s t o s c o n t r a p o n e las a c t i t u d e s c o t i d i a n a s
d e h o m b r e s pacíficos y j u s t o s a las n o c i o n e s a b s t r a c t a s d e "la p a z "
y " l o j u s t o " . P o r o t r a p a r t e , el v a l o r i n t r í n s e c o d e la d i g n i d a d
h u m a n a , n o sólo f u n d a m e n t a el d e b e r , s i n o q u e a d e m á s , e n c u a n t o
n e c e s i d a d p r i m e r a , es f u n d a m e n t o del d e r e c h o . El D e r e c h o es, p a r a
n u e s t r o a u t o r , u n e l e m e n t o activo d e la m o r a l i d a d y s u c a p a c i d a d
p a r a ligar al i n d i v i d u o c o n la especie se p a t e n t i z a c u a n d o

A u n e n los t i e m p o s d e crisis m o r a l v e m o s e n los otros, y


experimentamos e n nosotros... impulsos vehementes de
a r m a r n o s p a r a la defensa del d e r e c h o c a d a v e z q u e u n a
p o r c i ó n d e h u m a n i d a d civilizada o b á r b a r a , p r o p u g n a p o r
su i n d e p e n d e n c i a o p o r s u l i b e r t a d o p o r el m e j o r a m i e n t o
d e s u s i n s t i t u c i o n e s j u r í d i c a s (M. 130).

El D e r e c h o c o n c u r r e d e l i b e r a d a m e n t e a la n o c i ó n y a la p r á c t i c a
del bien. M o r a l y D e r e c h o se r e t r o a l i m e n t a n , a u n c u a n d o éste q u e d e
198 ADRIANA ARPINI

fijado en códigos que disten de cumplir acabadamente el ideal.


Surge entonces la necesidad de imbuir al derecho positivo, y a los
responsables de legislarlo, en la idea de su trascendencia y eficacia
en la vida moral de la sociedad. De igual manera que acentúa
Hostos la eficacia de los códigos de la lógica (argumentación) y de
la gramática (escritura) para la vida social, recalca la función del
derecho en cuanto elemento orgánico de la sociedad.

la ú n i c a diferencia - d i c e e n s u s Lecciones de Derecho


Constitucional- q u e h a y e n t r e el r é g i m e n lógico o el
gramatical y el jurídico, es que en este, el verbo, la acción,
la eficacia de la acción, esta representada por el Derecho. 140

Cabe reiterar que el soporte teórico a partir del cual H o s t o s


construye la compleja arquitectura de las relaciones del hombre
con la sociedad en el interior de cada u n a de las esferas concéntricas,
y que d a n lugar a los derechos y deberes constitutivos de la Moral
Social, no es diferente al que p u e d e advertirse a propósito de su
S o c i o l o g í a . S u p o n e la e x i s t e n c i a d e u n a n a t u r a l e z a social
homogénea que se desarrolla progresivamente en función de una
"dialéctica de la armonía", p o r la cual se d e s p l a z a n todas las
imperfecciones y conflictos al terreno de la moralidad subjetiva.
De la conciencia individual d e p e n d e resolver la contienda del
egoísmo contra el altruismo en cada u n a de las relaciones del
hombre con la sociedad. En función de esa dialéctica es posible
afirmar como norte de toda conducta moral -social e individual-
la conquista de la "civilización". Esta categoría resume el ideal de
convivencia armónica y constituye una "ley no escrita" de la hu-
manidad.

Acatar esta ley de la civilización - n o s dice- no es más, en


r e s u m i d a s cuentas, que obedecer al precepto de la na-

140
Hostos, Eugenio María de. Lecciones de Derecho Constitucional. En: Obras
Completas, Vol. XV p. 44.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 199

t u r a l e z a q u e h a d a d o p o r d e s t i n o a c a d a h o m b r e el
cumplimiento de sus fines individuales y que ha hecho
estribar este d e s t i n o i n d i v i d u a l en el m i s m o d e s t i n o
impuesto a la sociedad general y a la especie h u m a n a (M.
156).

El "deber de ser h u m a n o s " , al que los hombres están constreñidos


en v i r t u d de la "ley de la civilización", da lugar a otros tantos
deberes, relacionados todos ellos con el tipo de educación propia
de cada organismo social, motivando la existencia de instituciones
específicas. Así, la educación en la familia origina la escuela
doméstica (Kindergarten); la educación en el municipio da lugar a
la escuela fundamental; en la provincia a las escuelas normales,
de artes y oficios, profesionales, técnicas y politécnicas; la edu-
cación en y por la nación se cumple en la universidad; y finalmente,
la educación en y por la sociedad internacional se realiza merced
al "espectáculo de la civilización universal" (M. 166 a 170).
La educación es vista como medio necesario y óptimo para
"armar el derecho", es decir,

para infundirlo por medio del deber en las raíces de la razón


y la c o n c i e n c i a i n d i v i d u a l y p r e s e n t a r al i n d i v i d u o
viviendo, animando, conquistando a sudor y sangre de sí
mismo su derecho (M. 171).

Así, armado el derecho con el deber, se convierte en la energía pacífica


más eficaz para el despliegue de las potencias civilizatorias. Decir
que es u n medio pacífico no significa que se le reste operatividad
o se reduzca al quietismo. Al contrario, el "deber de cumplir con
el deber", que se verifica "en las circunstancias más comunes de la
vida diaria", instala en toda conciencia la "disposición constante" y
la "fuerza d i n á m i c a " necesarias p a r a conquistar, "a s u d o r y
sangre", y perseverar en aquello que es irrenunciable para el hombre
y anclaje de la moral: el valor de la propia dignidad, constitutiva
de la H u m a n i d a d . La moral exige el c u m p l i m i e n t o del deber
200 ADRIANA ARPINI

no p o r q u e haya adquirido la costumbre de cumplirlo, sino


por concienzudo conocimiento del bien que conlleva y por
esta vigorosa y benévola conciencia de la dignidad h u m a n a
(M. 178).

N o se trata, pues, de u n a conciencia contemplativa y autocom-


placiente. Vigorizada por el deber, se halla en constante tensión
hacia la realización de los fines de la civilización. En sociedades
sujetas a una compleja estructura de dominación, la fuerza conscia,
de la que nos habla Hostos, se muestra en la tarea cotidiana de
luchar por la defensa de los derechos, de criticar, de escribir, de
e d u c a r . Son estos m e d i o s pacíficos p a r a g e n e r a r f o r m a s de
objetivación m á s justas, que posibiliten el libre cumplimiento de
los fines de la vida. Tarea no exenta de conflictos que resultan,
según la interpretación hostosiana, de la inercia que paraliza la
actividad funcional de la conciencia o de la disparidad de la "fuerza
conscia".
Sin embargo, reconoce Hostos situaciones excepcionales en que
no basta ejercitar el deber y es necesario exigir que se cumpla el
derecho, entonces es preciso apelar a las armas de la fuerza. En
este p u n t o alude Hostos a situaciones históricas concretas de la
realidad antillana.
La formalidad de las a r g u m e n t a c i o n e s d e s p l e g a d a s en la
superficie textual del Tratado de Moral resulta q u e b r a d a por la
intromisión de elementos procedentes del "genotexto", esto es, de
elementos originados en el reverso d e la trama textual, en la
realidad histórica a partir de la cual se p r o d u c e el texto. Esta
relación anafórica entre discurso y realidad p e r m i t e que, por
m o m e n t o s , aflore el "gesto" en u n texto escrito con intención
sistemática. 141 Así, alude Hostos al reciente pasado hispánico y a
la presente ocupación de Puerto Rico por Estados Unidos:

141
Con respecto a las nociones de "fenotexto", "genotexto" y "relación
anafórica" cfr. Kristeva, Julia Semiótica I. Madrid, Espiral, 1981. La in-
tromisión de la "gestualidad" en un texto escrito con intención sistemática,
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 201

Si la h u m a n i d a d anterior ... ha faltado sistemáticamente al


deber de ejercitarlo (al Derecho), hasta el p u n t o de que se
haya creado contra el derecho natural, que abarca a todos,
u n derecho artificial que privilegia a pocos, necesario es
entonces matar con armas homicidas el privilegio consue-
tudinario que se ha erigido en derecho positivo; si nuestros
antepasados, c u a n d o se trata de u n a sociedad nacional,
hicieron tal abandono del derecho que p u d o u n usurpador
extranjero, ya en n o m b r e de la conquista, ya en n o m b r e de
la ocupación de hecho, dominarnos sin sujeción a n i n g ú n
pacto e imponiendo a nuestra vida la ley de su interés o su
capricho, lícito es, y a veces importa con urgencia a la civi-
lización, que afirmemos con el arma de la fuerza el derecho
que de n i n g ú n otro m o d o p o d e m o s vivir y realizar (M.
173).

En el marco de la concepción hostosiana, estos son casos singulares


producidos como consecuencia de la inobservancia del "deber de
cumplir con el deber". Ellos muestran la fragilidad de la conciencia
individual y la irregularidad e insuficiencia de la conciencia social,
que s u b y a c e n al p r o g r e s o de la civilización. Esas situaciones
constituyen obstáculos a dicho progreso, " e n f e r m e d a d e s " que
debilitan la salud social. Marcan la distancia entre el "ser" y el
"deber ser" sociales. De ahí, u n a vez más, la afirmación de la
educación como mediación imprescindible para que los individuos
y las sociedades adquieran la costumbre de cumplir con el deber.
Siguiendo el hilo del discurso hostosiano es posible establecer
la siguiente relación: mayor educación = mayor "conscifacción"
(es decir, a u m e n t o de la racionalidad humana) = mayor obser-
vancia de los deberes = desarrollo óptimo de la civilización.
La confianza e n la e d u c a c i ó n como m e d i o m o r a l i z a n t e y
civilizador por excelencia fue motivo reiterado en el discurso
político-cultural del siglo XIX latinoamericano, a b o n a d o con
fundamentaciones diversas desde nuestros ilustrados y román-

aproxima dicho texto a lo que hemos denominado "ensayo gestual". Cfr.


parágrafo 3.5. "El ensayo gestual".
202 ADRIANA ARPINI

ticos, hasta nuestros espiritualistas y positivistas -basta recordar


a u n Simón Rodríguez o a u n Domingo Faustino Sarmiento-. En la
segunda mitad del siglo esa confianza se dio en el marco de una
aspiración común, la de propiciar la segunda independencia: la
emancipación mental. N o escapa Hostos a esa aspiración, for-
m u l a d a desde la óptica del krauso-positivismo, pero asentada en
la angustiosa realidad antillana d o n d e emancipación política y
emancipación mental son tareas simultáneas.

6.1.5. Moral Social Objetiva

Siendo la moral u n a ciencia que se ajusta, según afirma Hostos, al


paradigma de las ciencias naturales y aplica, consecuentemente,
el método inductivo-deductivo y procedimientos de verificación
experimental, en la peculiar conjunción krauso-positivista que
hemos mencionado; siendo, asimismo, la Moral Social una parte
de la ciencia Moral; es lógico que obedezca a los mismos métodos
y procedimientos. En este caso, la experimentación se opera sobre
realidades no físicas:

Las realidades en que ha de fundarse y en que, directa o


indirectamente se funda la ciencia Moral, se manifiestan
en la naturaleza racional consciente del ser h u m a n o (M.
305).

El lenguaje y el análisis de la vida psíquica constituyen, como ya


lo hemos señalado, mediaciones por las cuales se objetiva esa rea-
lidad moral. Tales objetivaciones son susceptibles de observación,
comparación, clasificación e, incluso, p u e d e n ser sometidas a la
prueba del tiempo, de las circunstancias y de los medios.
La Moral Social Objetiva se consagra, entonces, a presentar las
pruebas experimentales de las verdades que integran la doctrina
moral. Ella presenta
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 203

la influencia constructiva del deber c u a n d o construye


individuos y sociedades tanto en su acción negativa como
en su acción positiva (M. 306).

Esas pruebas se ofrecen en la historia, considerada también como


instancia mediatizadora donde se decantan todas las objetivaciones
de la vida h u m a n a y, especialmente, las que resultan del cum-
plimiento de los deberes por parte de la Historia ~de la ciencia
histórica-, y esta, a su vez, constituye u n a fuente permanente de
materia prima para la acción pedagógica moralizante, a través del
conocimiento de la acción ejemplar de los hombres y las sociedades,
de los hechos y las instituciones, en cuanto estos hayan significado
u n aporte positivo al progreso de la civilización.
La última parte del Tratado de Moral contiene una recopilación
de los ejemplos históricos, considerados como experiencias de
individuos o grupos. Estos no son presentados como meros relatos,
sino que están fuertemente cargados de connotaciones valorativas,
de manera que se convierten en verdaderos símbolos del cumpli-
miento de los deberes sociales correspondientes a cada u n a de las
relaciones establecidas por Hostos.
Cabe destacar que en dichos ejemplos se acentúan los polos
positivos de las dicotomías categoriales de análisis social: la
"civilización" frente al "exclusivismo", el "progreso social" frente
al "interés i n d i v i d u a l " ; t o d o ello inscripto en el m a r c o de la
concepción evolutiva del progreso propia del humanismo racional
y a r m ó n i c o p r o f e s a d o p o r H o s t o s . M e n c i o n a r e m o s sólo d o s
ejemplos entre los muchos que se p r o p o n e n en el texto: por u n a
parte, al citar el caso de Bartolomé de las Casas, a propósito del
deber de filantropía (relación de utilidad), se subraya que "prefirió
ser hombre antes que español" (M. 383). Por otra parte, al confron-
tar el modelo de los Estados Unidos de América con "los Estados
Unidos...", es decir, con la situación que se dio entre las naciones
latinoamericanas con posterioridad a 1830 -considerados como
casos contrarios, positivo el primero y negativo el segundo, res-
pecto del deber de u n i ó n - , se lamenta Hostos de la "desunión
204 ADRIANA ARPINI

abominable... (que) h a m a l o g r a d o el p l a n q u e la historia y la


civilización h a b í a n t r a z a d o " p a r a nuestras naciones (M. 402).
Desunión y exclusivismo impiden la civilización, es decir, cons-
tituyen obstáculos para cumplir con el

deber de cooperar a sabiendas con la realización del destino


común de nuestra especie (M. 453).

6.1.6. "Civilización" como categoría social-valorativa

Para r e d o n d e a r nuestra c o m p r e n s i ó n de la moral hostosiana,


quisiéramos retomar algunos de sus motivos centrales teniendo
en cuenta el m o d o en que juegan las categorías de análisis social.
"Civilización", "barbarie", "salvajismo" son categorías sociales uti-
lizadas por Hostos como herramientas teóricas, que expresan la
r e a l i d a d . Estas categorías f u n c i o n a n c o m o r e s ú m e n e s d e la
realidad, señalando relaciones objetivas. En tanto son sociales
presentan, además, u n componente axiológico que se manifiesta
como valoración positiva o negativa, como valor o anti-valor. Así
"salvajismo" y "civilización" constituyen polos valorativos entre
los cuales es posible marcar grados: "barbarie", "semibarbarie" y
"semicivilización".
La categoría de "civilización" apunta, además, a la diferencia
entre el ser y el deber ser. De manera que se p u e d e afirmar de
Estados Unidos que es una nación civilizada, sin embargo n o es lo
que debe ser, ya que civilización significa:

vencimiento de la fatalidad por la libertad,


dominio de la fuerza por la inteligencia,
a p r o p i a c i ó n de los agentes n a t u r a l e s p o r los a g e n t e s
científicos y económicos,
aprovechamiento de todo para mayor bien de todos,
desarrollo de la razón que cada vez haga más dueño de sí
mismo al hombre, lo cual es hacerlo más consciente ... más
moral ... más bueno
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 205

Por lo tanto aquella nación civilizada no realiza todo lo que "puede


y debe ser hoy". Este ejemplo evidencia la despareja adultez de la
vida social en general, esto es el problema central de la moral social:
la distancia entre el bien ya realizado y el bien por desarrollar, la
diferencia entre el ser y el deber ser de la civilización.
¿Cómo resolver el problema moral? La solución aportada por
Hostos radica en

convertir los deberes en costumbres,


probar que ser civilizado y ser moral es ser lo m i s m o " (M.
106),
...obtener que se reconozca el poder constructivo del deber
para hacer de la moral el complemento de la ciencia del
derecho, la última ciencia, la ciencia final, la que podría
llamarse ciencia de todas las finalidades... (M. 108),

La respuesta hostosiana ante la problemática social pasa necesaria-


mente por la ética. La realidad es analizada y reasumida apelando
a los polos valorativos "barbarie-civilización", entre los cuales
media u n proceso evolutivo ascensional. "Civilización" implica
aumento progresivo de la racionalidad, tanto en lo que hace al
individuo como a los órganos sociales más extensos. Pero también
supone aplicar la voluntad, individual o colectiva, a la realización
de fines racionalmente conocidos; en esto consiste el deber. En u n a
"sociedad civilizada" los deberes se objetivan en costumbres, de
m o d o que se identifican el "ser civilizado" y el "ser moral".
La categoría de "civilización" señala utópicamente el deber
ser social, cuyos logros parciales muestra la historia en

vivir la ley de la competencia de la vida q u e , así c o m o


t r a n s f o r m a los o r g a n i s m o s p o r n a t u r a l d e s a r r o l l o y
adaptación ..., así transforma las civilizaciones, en virtud
del desarrollo natural de la razón por el esfuerzo continuo
por ser m á s racional ... (M. 103).

La función de apoyo del discurso hostosiano es cumplida aquí por


instancias tales como la "ley de la competencia de la vida" y el
206 ADRIANA ARPINI

"natural desarrollo de la razón". Ellas son afirmadas como uni-


versales, es decir extrahistóricas y extrasociales, evidencian cierta
ambigüedad en el pensamiento del autor y nos colocan frente al
problema de la "moral objetiva".
¿Se trata, efectivamente, de u n a moral social objetiva en el
sentido de la Síttlichkeit hegeliana; o estamos, en definitiva, frente
a u n a moral natural fundada en la ley universal de la evolución a
la manera de Spencer?
Como es sabido, para Hegel, Derecho, Moralidad y Eticidad
son los momentos en que se despliega el Espíritu Objetivo. Mientras
que en el segundo momento, la Moralidad, la voluntad "reflejada
en sí" se "determina como singularidad subjetiva frente a lo real";
en el m o m e n t o de la Eticidad, " u n i d a d y v e r d a d " de los anteriores,
"las sustancias éticas" son la Familia, la Sociedad Civil y el Estado.
Este último constituye la síntesis de las instancias que lo preceden.

El ser lo ético el sistema de estas determinaciones de la


Idea -dice H e g e l - es lo que constituye su racionalidad. Lo
ético es, de esta manera, la libertad o la voluntad que es en
sí para sí como lo objetivo, u n círculo de la necesidad cuyos
momentos son los poderes éticos que rigen la vida de los
individuos.

Las determinaciones sustanciales representan deberes vinculantes


para la voluntad individual.

(El) uso social, (la) costumbre de lo ético aparece como


u n a S e g u n d a N a t u r a l e z a , y es el a l m a p e n e t r a n t e , la
significación y r e a l i d a d de la existencia d e a q u e l l o s
individuos". 1 4 2

Con lo cual la m o r a l i d a d resulta s u b s u m i d a en la eticidad, el


individuo en el Estado.

142
Hegel, G.W.F. Líneas fundamentales de la Filosofía del Derecho. Trad.
F.E.G. Vincent. Madrid, Revista de Occidente, 1935. Parágrafos 33, 145, 149
y 151.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 207

P o r o t r a p a r t e , r e c o r d e m o s q u e S p e n c e r c o n s i d e r a a la e v o -
l u c i ó n c o m o ley u n i v e r s a l . T o d o s los f e n ó m e n o s e v o l u c i o n a n , y
p o d e m o s conocerlos c u a n d o c o n o c e m o s s u e v o l u c i ó n . Tres s o n s u s
s i g n o s distintivos: e n s u f o r m a m á s s i m p l e es " c o n c e n t r a c i ó n " , esto
es h o m o g e n e i d a d i n d e t e r m i n a d a e i n c o h e r e n t e . A p a r t i r d e la c u a l
p r o c e d e , e n u n g r a d o m á s e l e v a d o , la " d i f e r e n c i a c i ó n " , es decir
h e t e r o g e n e i d a d , especificación del todo y de sus partes. U n
ejemplo d e ello lo p r o p o r c i o n a , e n el caso d e la s o c i e d a d , la d i v i s i ó n
d e l trabajo. La p r e v a l e n c i a u n i l a t e r a l d e la d i f e r e n c i a c i ó n p r o -
v o c a r í a u n a d i s o l u c i ó n , d e m o d o q u e la t e r c e r a característica d e la
e v o l u c i ó n es la " d e t e r m i n a c i ó n " , q u e s u p o n e u n a cierta a r m o n í a
e n t r e las d o s a n t e r i o r e s .
N o es u n a n o v e d a d q u e s e h a y a s u g e r i d o cierta f a m i l i a r i d a d
e n t r e las t r e s c a r a c t e r í s t i c a s d e la e v o l u c i ó n s p e n c e r i a n a y los
m o m e n t o s d e la d i a l é c t i c a h e g e l i a n a ( a f i r m a c i ó n - n e g a c i ó n -
n e g a c i ó n d e la n e g a c i ó n ) . Sin e m b a r g o , p a r a H e g e l , la u n i d a d
s u p e r i o r e r a u n a n e c e s i d a d lógica, m i e n t r a s q u e p a r a el p o s i t i v i s m o
sistemático d e S p e n c e r u n a d e d u c c i ó n c o n c l u s i v a es imposible. 1 4 3
D e s d e el p r i n c i p i o S p e n c e r aplica el c o n c e p t o d e e v o l u c i ó n a
la v i d a social y ética. Así, e n el p r i m e r e s t a d o d e e v o l u c i ó n social
d o m i n a la s u b o r d i n a c i ó n d e l i n d i v i d u o al t o d o ( m i l i t a r i s m o ) .
C u a n d o los i n d i v i d u o s c o m i e n z a n a diferenciarse p u e d e n trabajar
p e r s o n a l m e n t e p a r a s u s p r o p i o s fines, la libre o r g a n i z a c i ó n d e la
e n e r g í a i n d i v i d u a l posibilita la p r o m o c i ó n m u t u a (industrialismo).
E n el tercer e s t a d o , p o d r á n d e d i c a r s e a a c t i v i d a d e s p o r si m i s m a s
valiosas. D e s d e esta óptica, las características h u m a n a s se f o r m a n
e n la l u c h a p o r la e x i s t e n c i a , d e m o d o q u e , a d i f e r e n c i a d e la
p o s i c i ó n h e g e l i a n a , n i n g ú n o r d e n social o i n s t i t u c i ó n del E s t a d o
se i n t e r p o n e e n t r e el i n d i v i d u o s i n g u l a r y la v i d a r e a l . N o se
d e s p r e n d e d e a q u í u n a ética del d e b e r , sino q u e , u t i l i z a n d o u n
p r o c e d i m i e n t o c o n s t r u c t i v o , es p o s i b l e la r e p r e s e n t a c i ó n d e u n a

143
Cfr. Hoffding, Herald. Compedio di storia della Filosofía moderna. Versión
italiana del Dr. L. Limentani. Milano, Fratelli Bocea, 1915. pp. 173 a 184.
208 ADRIANA ARPINI

vida completa: como armonía de concentración y diferenciación,


es decir, como perfecta determinación; d o n d e el desarrollo de u n
individuo es limitado sólo por el igual derecho al desarrollo que
le compete al otro. 144
Podemos decir que la categoría hostosiana de "civilización"
designa u n momento de síntesis moral y social. Mas dicha síntesis,
¿se constituye de la misma manera que el Estado en la eticidad
hegeliana? También p o d e m o s afirmar que en la perspectiva del
antillano "civilización" denota el cumplimiento de u n proceso
evolutivo que se verifica en el individuo. Pero hablar de individuos
civilizados, ¿implica h o m o l o g a r su posición con la del invidua-
lismo absoluto? Ni lo uno ni lo otro. Hostos construye su Moral
con u n sostenido esfuerzo por evidenciar la distancia que la separa
de los dos extremos. De tal m o d o q u e d a n involucradas, a la vez,
su filosofía política y u n a cierta concepción de la historia; una
filosofía de la historia - p o d r í a m o s d e c i r - q u e contiene u n a
c o m p r e n s i ó n del progreso y u n a diferenciación de etapas del
desarrollo histórico. A m b a s posiciones teóricas tenidas por la
apreciación de la situación socio-histórica de América y del Caribe
en particular.
Para comprender adecuadamente los lincamientos de filosofía
política y de la historia presentes en el pensamiento hostosiano
tenemos que remitirnos, u n a vez más, a los desarrollos del krau-
sismo. En primer lugar, debemos recordar que, frente a Hegel,
Krause reivindica lo individual. Pero ello no supone situar su
pensamiento dentro de corrientes individualistas. Hemos visto que
los krausistas españoles -Sanz del Río, Giner- y el mismo Hostos,
defienden u n a concepción organicista de la sociedad, según la cual
el individuo no resulta subsumido en lo absoluto. Los krausistas
veían a Hegel como absolutista y estatista. En la síntesis de la
filosofía política hegeliana el individuo alcanza objetividad sólo
como miembro del Estado. Este representa la voluntad objetiva

Cfr. Spencer, Herbert. El individuo contra el Estado. Madrid, Jucar, 1977.


E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 209

independiente de las determinaciones subjetivas de la voluntad.


Para los krausistas, en cambio, el Estado interviene de manera
limitada en la vida de los individuos. En este sentido sostiene Sanz
del Río:

El Estado, como el órgano del derecho, o de la Justicia, es


la esfera central que debe mantener la u n i d a d y la armonía
e n t r e t o d o s los ó r g a n o s y direcciones d e la d i g n i d a d
h u m a n a , sin intervención en su gobierno interior, impi-
diendo la invasión de los unos en los otros, dejando a cada
u n o la libertad de sus movimientos y prestando a todos,
conforme a sus necesidades distintas y la particularidad
de su fin, las condiciones necesarias para su realización. 145

En la misma línea de pensamiento afirma Hostos en las Lecciones


de Derecho Constitucional:

El gobierno de sí mismo, en el individuo, se consagra con


el reconocimiento de los derechos absolutos o autonomía
individual...

Dada esa necesidad de la existencia previa del individuo,


se comprende la importancia que él tiene en la organización
social, y que ésta, para ser buena, ha de tener en cuenta
tanto el bien del individuo como el de la sociedad. 146

Advertimos, pues, u n rechazo a la eticidad hegeliana por cuanto


se la identifica con una concepción totalitaria del Estado. Desde la
óptica del racionalismo armónico resulta intolerable la disolución
del individuo en el todo social o en sus órganos. Los derechos del
hombre son absolutos e imprescriptibles, derivan de su naturaleza.
Esos derechos son, según la enumeración de Hostos, los de exis-

145
Sanz del Río, Julián. Textos escogidos. Estudio introductorio de Eloy Terrón.
Barcelona, Ediciones de Cultura Popular, 1968. p. 93.
146
Hostos, Eugenio María de. Lecciones de Derecho Constitucional. En: Obras
Completas, Vol. XV pp. 30 y 32.
210 ADRIANA ARPINI

tencia, conciencia, palabra, libertad, reunión y asociación, igualdad,


s e g u r i d a d , trabajo. D e s d e esta p e r s p e c t i v a i u s n a t u r a l i s t a , se
c o n t r a p o n e la n a t u r a l e z a h u m a n a , en t a n t o q u e p r i n c i p i o o
fundamento, a los m o d o s de realización histórica de dicha natu-
raleza. De m o d o que lo absoluto no es visto como resultado - a la
manera de la eticidad hegeliana-, sino como principio, y la historia
como las concreciones h u m a n a s que acortan la brecha entre ser y
deber ser, tanto por parte de los individuos como de los órganos
en que éste se integra sin diluirse. Recordemos el sentido práctico
del "ideal de la h u m a n i d a d " en cuanto potencia dinamizadora
"para la realización en el tiempo de una idea primera".
En cuanto a la comprensión de la historia, sostiene Tiberghien
que la filosofía se o p o n e a la historia ''como el conocimiento
racional al experimental"; pero ambas se u n e n a la filosofía de la
historia "como los conocimientos experimentales se u n e n en el
conocimiento aplicado". Esta es, entonces, la ciencia de la aplicación
de los principios a los hechos de la vida; determina el sentido de la
marcha de la H u m a n i d a d terrestre; muestra cómo ésta ha pasado,
al igual que los individuos que la constituyen, por sucesivas edades:
de la unidad a la variedad, para alcanzar luego la armonía. Los
progresos del siglo XIX constituyen indicios de la entrada de la
h u m a n i d a d en esta última etapa. Tiberghien sigue de cerca las
afirmaciones de su maestro Krause:

Así llega la h u m a n i d a d y el hombre desde la primera edad


simple (inocente), y desde la segunda e d a d apositiva a la
tercera e d a d armónica, ayudados, es verdad, de Dios y del
orden divino... pero sin m e n g u a de la libertad, y dejando
cada vez harto campo para que p u e d a tomarlas o recha-
zarlas temporalmente el hombre, el pueblo, o la h u m a n i d a d
en su cuerpo planetario. 147

T a m b i é n Giner nos habla de los principios q u e g o b i e r n a n la


evolución de "todo ser y vida en el m u n d o " :

147
Krause /J. Sanz del Río. Ideal de la Humanidad para la vida, p. 216. Cfr.
p. 216. Cfr. Tiberghien, Guillermo. Tesis.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 211

Estos p r i n c i p i o s : a) la unidad r a d i c a l y a c t u a l d e la v i d a , d e
la a c t i v i d a d , d e la e n e r g í a , c o n s u s v a r i a s f u n c i o n e s y
p r o c e s o s , c o m o p r o p i e d a d d e t o d o s e r vivo; b) el d e la
d i v i s i ó n d e l trabajo, o sea d e la diferenciación g r a d u a l d e
e s a s funciones, c o n f o r m e v a n c r e c i e n d o y m u l t i p l i c á n d o s e
las n e c e s i d a d e s del ser; c) p o r ú l t i m o la relación entre a m b o s
ó r d e n e s . . . s o n p r i n c i p i o s q u e lo m i s m o a p a r e c e n e n la v i d a
d e la n a t u r a l e z a q u e e n la del espíritu... e n la s o c i e d a d o e n
c u a l q u i e r a d e s u s funciones - e n la i n d u s t r i a , la ciencia o el
derecho. 1 4 8

Tal c o m p r e n s i ó n del d e s a r r o l l o histórico s u p o n e u n a n o c i ó n d e


p r o g r e s o , social e i n d i v i d u a l , c o m o c o n s e c u e n c i a n a t u r a l y
n e c e s a r i a d e l d e s a r r o l l o d e la v i d a . El p r o g r e s o es u n a ley q u e d e b e
c u m p l i r s e a p e s a r d e los o b s t á c u l o s q u e el c a p r i c h o d e los h o m b r e s
p u e d a i n t e r p o n e r . La v i s i ó n o p t i m i s t a del p r o g r e s o , q u e e n l a z a
d i r e c t a m e n t e c o n la ilustración y c o n t o d o el racionalismo m o d e r n o ,
se r e c u e s t a s o b r e la confianza i n c o n m o v i b l e e n la r a z ó n . A s t u c i a
d e la r a z ó n , o d e la n a t u r a l e z a , p o r la q u e se i m p o n e el b i e n y el
p r o g r e s o d e la h u m a n i d a d . P r o c e s o e n q u e l o s i n d i v i d u o s
participan, de m a n e r a m á s o m e n o s inconsciente, interviniendo
e n l u c h a s s e g ú n s u s p r o p i a s p a s i o n e s e intereses. La n e c e s a r i e d a d
del progreso está presente también, a u n q u e con otra funda-
m e n t a c i ó n , e n las d o c t r i n a s positivistas: e n la ley d e los tres e s t a d i o s
d e C o m t e o e n el e v o l u c i o n i s m o s p e n c e r i a n o . P a r a C o m t e , p o r
e j e m p l o , el p r o g r e s o e n t a n t o q u e a v a n c e c o n t i n u o hacia u n a m e t a
d e t e r m i n a d a como finalidad necesaria del orden, constituye u n
d o g m a , c o n s i s t e n t e e n el p e r f e c c i o n a m i e n t o c o n t i n u o d e la
n a t u r a l e z a h u m a n a ; es decir,

e n h a c e r p r e v a l e c e r c a d a v e z m á s los e m i n e n t e s a t r i b u t o s
q u e m e j o r d i s t i n g u e n n u e s t r a h u m a n i d a d d e la s i m p l e

148
Giner de los Ríos, Francisco. "La ciencia como función social". En: Obras
completas. Tomo XI: Filosofía y sociología. Estudios de exposición y crítica.
Madrid, Imprenta de Julio Cosano, 1925. pp. 8 a 10.
212 ADRIANA ARPINI

animalidad, o sea, de una parte la inteligencia, de otra parte


la sociabilidad. 149

N o r e s u l t a n i n c o m p a t i b l e s e n c u a n t o a la i n e v i t a b i l i d a d del
p r o g r e s o las p o s i c i o n e s del e s p l r i t u a l i s m o a r m ó n i c o y del
positivismo, lo cual se explica si se toma en cuenta que ambas
orientaciones del p e n s a m i e n t o e n t r o n c a n con el racionalismo
moderno. La integración de elementos procedentes de u n a y otra
dio lugar a desarrollos autónomos, como p u e d e apreciarse en el
texto transcripto de Giner. Cabe señalar que la filosofía krausista
española presenta dos etapas en su desarrollo. La primera, entre
1854 y 1875, centrada en Krause y Sanz del Río; y la segunda, desde
1875 hasta 1915-17, centrada en Giner de los Ríos y la Institución
Libre de Enseñanza. En esta etapa la base krausista se transforma
influida por las tendencias hegelianas, positivistas y neokantianas.
La comprensión hostosiana de la historia contiene, también,
una división en etapas del desarrollo de la h u m a n i d a d . Esas etapas
son b á s i c a m e n t e tres: salvajismo, barbarie y civilización, cuyas
características elementales serían semejantes a las señaladas por
Giner en su división. Sin embargo él pensador caribeño incluye
dos etapas intermedias, las de semibarbarie y semicivilización. Etapas
de transición con las cuales intenta una mejor apreciación de su
propia situación socio-histórica. Abordamos con más detalle la
descripción de los "estados sociales" al tratar sobre la Sociología
hostosiana en el p u n t o 6.2.
Nos interesa, ahora, destacar que el término "civilización" no
sólo tiene carácter descriptivo en cuanto designa u n a de las etapas
del desarrollo de la h u m a n i d a d , sino que él es, antes que nada, u n
término valorativo en cuanto expresa u n ideal. En este sentido es
u n a categoría práctico-reguladora que anticipa el deber ser social.
Con el término "civilización" nombra Hostos el estado de mayor

149
Comte, Augusto. Discurso sobre el espíritu positivo. Trad. de Consuelo
Borges, prólogo de A. Rodríguez Huesear. Buenos Aires, Aguilar, 1965.
Parágrafos 43, 44 y 45. pp. 109 a 114.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 213

progreso de la humanidad, aún no realizado, en el que se integran


los componentes básicos del progreso, que sólo parcialmente se
han cumplido en diferentes pueblos: industrialismo, intelec-
tualismo y moralidad. El desarrollo omnilateral de la civilización
se identifica con la humanidad plena. En cuanto categoría social-
valorativa es utilizada por el autor para orientar el accionar de los
hombres y de la sociedad en el sentido de una mayor aproximación
al ideal.
Obviamente la idea de progreso subyace a esta consideración
de la civilización. A nuestro juicio esa idea de progreso pivotea
sobre uno de los elementos más dinámicos de la moral hostosiana,
su concepción del deber. Razón por la cual es dable advertir en la
noción de progreso acentuaciones que le prestan originalidad
respecto del positivismo y del racionalismo armónico.
En efecto, dentro de la moral social hostosiana, la idea de
progreso no se circunscribe a los límites de una moral natural cuyo
sujeto, el individuo singular como síntesis de la especie, tiene
derecho al desarrollo de una existencia perfecta, limitada
únicamente por el derecho de otro individuo a un desarrollo
semejante. Antes bien, el progreso de cada individuo sólo es posible
en la medida en que éste participa como miembro de sustancias
éticas colectivas (familia, municipio, nación, humanidad). Los usos
y costumbres, objetivados como reglas y normas morales, quedan
igualmente sometidos a evolución según el estado social alcanzado
por cada sociedad, en cada situación histórica particular. El
concepto de evolución esgrimido por Hostos se aparta, en muchos
aspectos, de la posición spenceriana y se apoya, por el contrario,
en una filosofía de la historia inspirada en el krausismo, que
comparte u n conjunto de rasgos generales con la tradición
romántica: la concepción de la historia de la humanidad como
historia universal en progreso, la reconstrucción de la historia en
etapas de crecimiento, el paralelismo con el proceso de crecimiento
del individuo, la experiencia optimista de estar asistiendo a una
nueva y definitiva etapa, el ideal de una sociedad verdaderamente
humanizada que sólo puede realizarse como sociedad universal.
214 ADRIANA ARPINI

Sin e m b a r g o , e n la p e r s p e c t i v a h o s t o s i a n a , el p r o g r e s o n o se
verifica c o m o p r o c e s o ciego o p r o v i d e n c i a l m e n t e g u i a d o , sino q u e
es c o n s c i e n t e , está e n r e l a c i ó n d i r e c t a c o n el g r a d o d e " c o n s c i -
facción" q u e los h o m b r e s y los g r u p o s sociales p o n e n d e manifiesto
e n el c u m p l i m i e n t o del deber. 1 5 0 N i la c o m p e t e n c i a d e s e n f r e n a d a
n i la astucia d e la r a z ó n g a r a n t i z a n f o r m a s a r m o n i o s a s d e p r o g r e s o .
La h i s t o r i a , á m b i t o d e las objetivaciones h u m a n a s , m u e s t r a las
a s i m e t r í a s c o n q u e el p r o g r e s o se verifica a u n e n el i n t e r i o r d e
a q u e l l a s s o c i e d a d e s q u e h a n c o n q u i s t a d o los p e l d a ñ o s m á s altos
d e la c i v i l i z a c i ó n . P a r a el a n t i l l a n o el p r o g r e s o se s i g u e d e la
a c t i v i d a d consciente d e los h o m b r e s q u e o b s e r v a n el d e b e r e n las
d i s t i n t a s r e l a c i o n e s s o c i a l e s . Es d e c i r , l o s h o m b r e s q u e c o t i -
d i a n a m e n t e l u c h a n p a r a d e f e n d e r s u s d e r e c h o s , p a r a s u p e r a r los
e s t a d o s sociales d e salvajismo y b a r b a r i e , p a r a r e v e r t i r s i t u a c i o n e s
d e e x p l o t a c i ó n y c o l o n i a l i s m o . E s f o r z a d a t a r e a q u e m i r a al f u t u r o ,
c o m o á m b i t o d e r e a l i z a c i ó n objetiva d e u n d e b e r ser, t r a b a j a d o y
c o n q u i s t a d o a diario p o r c a d a h o m b r e d e s d e su concreto ser
histórico.

6.1.7. S í n t e s i s

H e m o s c o n s i d e r a d o al Tratado de Moral d e E u g e n i o M a r í a d e H o s t o s
c o m o u n o d e s u s escritos sistemáticos q u e c o n s t i t u y e n el n ú c l e o
científico-filosófico f u n d a n t e d e u n p e n s a m i e n t o o r i e n t a d o a la

150
Cruz Vergara, Elíseo. "Comentarios generales sobre aspectos metodológicos
de la historia como ciencia sociológica en la obra de E. M. de Hostos y
Bonilla". En: Diálogos, Revista del Departamento de Filosofía de la
Universidad de Puerto Rico. Año XXVIII, N° 62, 1993. pp. 87 a 129. A partir
de un análisis detallado de las relaciones metodológicas entre sociología e
historia en los escritos hostosianos, el autor afirma que Hostos corrige la
noción de progreso tal corno la plantea la historiografía racionalista del siglo
pasado. Compartimos esa apreciación y agregamos que la novedad introducida
por Hostos en la noción de progreso depende en buena medida de radicalizar
la percepción krausista del deber.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 215

acción. El escrito contiene las ideas rectoras de u n a práctica socio-


política concreta que se juega dentro de u n a realidad histórica
compleja, y sintetiza u n proyecto cuyas bases están dadas por las
aspiraciones de independencia y autonomía de las Antillas españo-
las (Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo), de organización nacional
y federativa de los Estados antillanos y de unidad latinoamericana.
La Moral se p r e s e n t a , entonces, como justificación de u n
proyecto sociopolítico coherente con el ideal civilizatorio y h u m a -
nitario dei puertorriqueño. Para ello es necesario u n m o m e n t o
teórico previo consistente en otorgar r a n g o científico al cono-
cimiento moral. Junto a la realidad material, afirma Hostos la
existencia de u n a realidad moral susceptible de ser aprehendida
de manera inmediata por la conciencia (momento subjetivo de la
moral). Sin embargo, el estatuto científico de la Moral se alcanza
sólo cuando es dable comprobar experimentalmente la existencia
de tales ideas (momento objetivo de la moral). El lenguaje, el
análisis de la vida-psíauica y la historia constituyen las mediaciones
a través de las cuales se objetiva la realidad moraE Esta ida y vuelta
de lo subjetivo a lo objetivo es posible en función de u n a concep-
ción organicista de la totalidad, que incorpora la experimentación
como m o m e n t o del proceso de conocimiento sin renunciar a la
conciencia como p u n t o de partida y culminación del mismo.
En el dialogismo interno de la moral hostosiana se conjugan
elementos procedentes del racionalismo armónico y del positi-
vísimo evolucionista, d a n d o lugar a u n a moral construida sobre
u n a "voluntad iluminada por la razón'', que se constituye, como
"deber", en agente del progreso-evolutivo y armónico, en vistas
de u n deber ser, esto es> u n orden "moral identificado, a la sazón,
con la "civilización" c o m e grado máximo de desarrollo h u m a n o .
Esa peculiar conjunción k r a u s o - p o s i t i v i s t a le p e r m i t i ó al
maestro mayagüezano sostener u n p u n t o de vista teórico equi-
d i s t a n t e de las posiciones e x t r e m a s vigentes en su a m b i e n t e
socio-cultural -escolasticismo dogmático y positivismo estrecho.
Tal posición, no exenta de ambigüedades, le permitió eludir con-
flictos y sumar voluntades en torno a los objetivos práctico^
216 ADRIANA ARPINI

libertad, independencia y organización nacional detentados por


los sectores emergentes de la sociedad antillana en el último tercio
del siglo XIX.
Si bien el lugar privilegiado de la conciencia dentro de la moral
hostosiana haría pensar que ésta no escapa a las posiciones clásicas
de la moral subjetiva (Moralitat hegeliana), su afirmación acerca
de la existencia de sustancias sociales colectivas, concebidas como
órganos sociales, por u n a parte; y por otra, el reconocimiento de
costumbres y normas de convivencia en las que se objetiva la moral,
así como las formulaciones del Derecho, permiten hablar de u n a
m o r a l objetiva. En esta perspectiva se inscribe el proyecto de
o r g a n i z a c i ó n d e las n a c i o n e s a n t i l l a n a s , d o n d e la i d e a de
"civilización" funciona como modelo de eticidad por alcanzar y
pone de manifiesto la brecha entre el ser y el deber ser. Es desde el
modelo sintetizado p o r esta categoría social, que se formula la
crítica a las formas de eticidad dadas, recurriendo a la educación
como el medio m á s adecuado para producir las reformas revo-
lucionarias de las costumbres y normas enquistadas en la estructura
social vigente. Sin e m b a r g o , sobre la base de una noción meta-
física de Naturalaza tomada como sustrato último de toda realidad
y de todo orden, se mantiene una distancia entre moral subjetiva
y objetiva por la cual se deslizan al ámbito de la moralidad las
imper-fecciones y defectos del orden moral, m e n g u a n d o el peso
histórico de las estructuras en que esta se objetiva.
La categoría de "civilización", por otra parte, resulta doble-
mente determinada: en la dimensión subjetiva y en la objetiva.
Como hemos visto, la conciencia es al individuo lo que la fuerza
conscia es a los órganos sociales. Ambas producen conscifacción, es
decir, a u m e n t o de la racionalidad, desarrollo de las potencias
civilizatorias. A nivel subjetivo implica el crecimiento integral del
i n d i v i d u o p o r la estricta observancia d e los deberes. En esta
perspectiva la "civilización" es u n deber -el deber de los deberes-
consistente en cooperar a sabiendas en la realización del destino
c o m ú n de la especie. A nivel objetivo, significa el desarrollo omni-
lateral de las sociedades. D e s d e este á n g u l o , la categoría de
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 217

"civilización" sintetiza la u t o p í a ética h o s t o s i a n a : se identifica, p o r


u n a p a r t e , c o n la v i g e n c i a p l e n a del E s t a d o d e D e r e c h o ; y p o r otra
p a r t e , c o n el i d e a l d e la c o n f r a t e r n i d a d u n i v e r s a l , es decir, c o n el
ideal de h u m a n i d a d .

6.2. La s o c i o l o g í a

El p e n s a m i e n t o social a l c a n z a e n A m é r i c a , c o m o e n E u r o p a , u n
i n t e r e s a n t e g r a d o d e d e s a r r o l l o y difusión d u r a n t e el siglo XIX. Se
h a d a d o e n s e ñ a l a r la p r i m e r a d é c a d a d e n u e s t r o siglo XX c o m o el
m o m e n t o d e s u r g i m i e n t o d e la sociología d e n t r o d e l h o r i z o n t e
intelectual a m e r i c a n o . El Tratado de Sociología d e E u g e n i o M a r í a
d e H o s t o s , p u b l i c a d o e n 1904, m a r c a r í a el c o m i e n z o d e la "fase
f u n d a c i o n a l " d e la ciencia social e n H i s p a n o a m é r i c a , s e g ú n lo
s e ñ a l a S a l v a d o r G i n e r . T a m b i é n Alfredo P o v i n a , p r e c u r s o r e n los
e s t u d i o s d e historia d e la Sociología e n A m é r i c a Latina, m a r c a este
h e c h o ; " J u z g a n d o la l a b o r d e H o s t o s , p o d e m o s d e c i r q u e h a
c o n s t r u i d o u n s i s t e m a sociológico c o n c r e t o ; el p r i m e r o existente
e n A m é r i c a ; a d e l a n t á n d o s e m u c h o al e s t a d o d e p e n s a m i e n t o d e
s u t i e m p o ... Se t r a t a - d i c e - d e u n r e a l i s m o n a t u r a l i s t a , d e carácter
p o s i t i v i s t a y d e l i n c a m i e n t o sistemático, q u e p e r m i t e a t r i b u i r a s u
a u t o r el carácter d e f u n d a d o r d e la Sociología e n A m é r i c a Latina". 1 5 1
D e h e c h o , tal c o m o el título lo m u e s t r a , la o b r a d e H o s t o s es p i o n e r a
e n c u a n t o i n t e n t a f u n d a r , s o b r e b a s e s objetivas y sistemáticas, u n a

151
Giner, Salvador. "El pensamiento sociológico de Eugenio María de Hostos".
En: Revista de ciencias sociales de la Universidad de Puerto Rico. Vol. VII,
IST3, 1963. El autor propone tres etapas de la sociología hispanoamericana:
1) La fase presociológica, hasta fines del siglo XIX; 2) La fase fundacional,
desde la aparición de la obra de Hostos hasta 1945 aproximadamente; 3) La
fase de desarrollo, a partir de la postguerra, en que la sociología alcanzaría el
rango académico y la profesionalización, al mismo tiempo que se multiplican
los estudios y trabajos monográficos.
Povina, Alfredo. Nueva Historia de la sociología latinoamericana.
Córdoba R. A., Imprenta de la Universidad de Córdoba, 1959. p. 343.
218 ADRIANA ARPINI

disciplina científica cuyo tema es la sociedad; y que, a semejanza


de las ciencias naturales, posee u n objeto y u n método específicos.
Por otra parte, cabe la pregunta acerca de si u n a reflexión, del
tipo de la que propone Hostos, p u e d e ser considerada, en sentido
estricto, como ciencia sociológica. En efecto, con criterio diferente,
Gino G e r m a n i establece u n a división entre la prehistoria y la
historia de la Sociología. Sólo en esta última, iniciada en los años
'50 de nuestro siglo XX, habrían alcanzado los cientificistas sociales
la m a d u r e z requerida para no caer en posiciones subjetivas y poner
suficiente distancia r e s p e c t o d e la s o c i e d a d c o m o objeto de
trabajo. 152
Ahora bien, sin intención de involucrarnos en u n a discusión
sobre la historia de la Sociología en América, nos interesa señalar
que desde las primeras décadas de nuestro siglo XIX, lo social
aparece vigorosamente tematizado en el marco del pensamiento
ilustrado y romántico, en u n m o m e n t o en que, a tenor de la pro-
blemática dependencia-independencia, América Latina comienza
a descubrir su propia realidad social/ como consecuencia de las
guerras civiles, que se desatan a partir de las guerras de indepen-
dencia. A u n c u a n d o es factible r a s t r e a r otros a n t e c e d e n t e s ,
p o d e m o s decir que a lo largo del siglo XIX se va configurando u n
"saber social" no desvinculado de otras formas de saber, e incluso
incorporado dentro del discurso ético, político, jurídico y peda-
gógico, sin perder por ello su especificidad de saber social. De
suerte que la descripción y elaboración de hipótesis o modelos de
interpretación social se encuentran fuertemente ligados al logro
de objetivos políticos e históricos concretos, plasmados en la litera-
tura ensayístíca y retórica de la época. Dicho "saber social" muestra,
tanto en lo que respecta a su extensión como a su comprensión,
u n a amplitud mucho mayor que la postulada desde los parámetros
de cientificidad y objetividad de la pretendida "sociología cien-
tífica" de Germani.

152
Germani, Gino. "Desarrollo y estado actual de la sociología latinoamericana".
En: Cuadernos del Boletín del Instituto de Sociología, Buenos Aires, N° 17,1964.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 219

P o d e m o s valorar m á s a c e r t a d a m e n t e esa forma de "saber


social" e n el m a r c o d e la H i s t o r i a d e las I d e a s a d o p t a n d o u n criterio
q u e evite la c o n f u s i ó n e n t r e r i g o r m e t o d o l ó g i c o y objetividad, y
p e r m i t a r e c u p e r a r la s u b j e t i v i d a d , d e s d e u n p u n t o d e v i s t a n o
n e c e s a r i a m e n t e i n d i v i d u a l , d e m o d o q u e q u e d e d e s p e j a d a la
p o s i b i l i d a d d e c o m p r e n d e r la i n s e r c i ó n r e c í p r o c a d e lo social e n lo
ético, político, j u r í d i c o y p e d a g ó g i c o , r e s c a t a n d o , al m i s m o t i e m p o ,
el s e n t i d o h i s t ó r i c o d e d i c h o s a b e r social. El s u r g i m i e n t o d e la
ciencia sociológica n o p u e d e , e n t o n c e s , ser e n t e n d i d o c o m o algo
r a d i c a l m e n t e n u e v o , sino c o m o u n a e t a p a e n el d e s a r r o l l o d e l s a b e r
social, e n la q u e éste a l c a n z a u n g r a d o d e a u t o n o m í a tal q u e le
p e r m i t e diferenciarse d e las o t r a s f o r m a s d e saber, al t i e m p o q u e
a l c a n z a a d e c u a d o n i v e l d e r i g o r m e t o d o l ó g i c o , a u n q u e sin p e r d e r
s u característico e s p í r i t u n o r m a t i v o . 1 5 3
Los escritos sociológicos d e H o s t o s se i n s c r i b e n d e n t r o d e los
l i n c a m i e n t o s g e n e r a l e s d e ese s a b e r sociaLfin-búsqueda d e a u t o -
n o m í a . D e a h í s u e x p r e s a v o l u n t a d d e c o n s t i t u i r u n a ciencia d e la
s o c i e d a d a la q u e d e d i c a u n t e x t o específico bajo el r ó t u l o d e
' ' t r a t a d o " . E n el cual, sin e m b a r g o , p o d e m o s s e ñ a l a r la p r e s e n c i a
d e s u p u e s t o s antológícos, s u m a d o s a u n a intención é t i c o - n o r m a t i v a
y a u n a f i n a l i d a d política concreta. Se trata, c i e r t a m e n t e , d e u n
v a l i o s o esfuerzo p o r d o t a r d e s i s t e m a t i c i d a d a a q u e l saber social,
d i a l ó g i c a m e n t e l i g a d o a las t e n s i o n e s p r o p i a s del m o m e n t o
histórico d e s u p r o d u c c i ó n . Esto es lo q u e M a l d o n a d o D e n i s l l a m a
"la o b r a del p e n s a m i e n t o social d e H o s t o s " t e n i e n d o e n c u e n t a
q u e , c o m o t o d o p e n s a m i e n t o , el d e l p u e r t o r r i q u e ñ o es t a m b i é n u n
p r o d u c t o d e la s o c i e d a d y q u e , c o m o tal, s i e m p r e q u e d a e n m a r c a d o
d e n t r o d e los l í m i t e s d e u n a d e t e r m i n a d a s i t u a c i ó n h i s t ó r i c a y
social. D e s u e r t e q u e p a r a e n t e n d e r l o c a b a l m e n t e " e s n e c e s a r i o
u b i c a r l o e n el c o n t e x t o d e l ú l t i m o tercio d e l siglo XIX, n o y a a n i v e l

153
Cfr. Roig, Arturo Andrés. "Estudio introductorio". En: Espinosa Tamayo,
Alfredo. Psicología y sociología del pueblo ecuatoriano. Quito-Ecuador,
Biblioteca básica del pensamiento ecuatoriano, 2° ed.; Banco Central del
Ecuador, 1985. pp. 7 a 127.
220 ADRIANA ARPINI

d e la h i s t o r i a antillana y l a t i n o a m e r i c a n a , s i n o a n i v e l d e la historia
mundial. 1 5 4 N o s a t r e v e m o s a a d e l a n t a r q u e el v a l o r d e l Tratado
p a r a la H i s t o r i a d e las I d e a s r a d i c a , a n t e t o d o , e n su carácter d e
r e s p u e s t a a situaciones socio-históricas concretas. D e s d e esa óptica
es q u e i n t e n t a m o s d i a l o g a r c o n él.
A n t e s d e e n t r a r e n el análisis d e la Sociología h o s t o s i a n a , n o s
interesa d e s t a c a r q u e la p r e o c u p a c i ó n p o r lo social es u n a c o n s t a n t e
d e n t r o d e s u p e n s a m i e n t o . Si b i e n la Moral Social y el Tratado de
Sociología s o n o b r a s m a d u r a s , e n q u e H o s t o s d e s a r r o l l a e n f o r m a
sistemática y m i n u c i o s a la ciencia d e la s o c i e d a d , la p r o b l e m á t i c a
p u e d e ser r a s t r e a d a e n escritos t e m p r a n o s , d e s d e la p r i m e r a e t a p a
d e s u p r o d u c c i ó n . Ya e n La Peregrinación de Bayoán e n c o n t r a m o s
párrafos que contienen verdaderas descripciones y apreciaciones
d e la r e a l i d a d social. U n a i n t e r e s a n t e a p r o x i m a c i ó n teórica a la
c o m p r e n s i ó n d e lo social es p r e s e n t a d a p o r n u e s t r o a u t o r e n los
d i s c u r s o s p r o n u n c i a d o s e n el I n s t i t u t o d e C i e n c i a s Sociales d e
C a r a c a s e n 1877, e n los cuales se s i e n t a n las b a s e s d e la t e m á t i c a
p o s t e r i o r m e n t e a s u m i d a e n el Tratado. E n u n a d e esas conferencias,
t i t u l a d a Las leyes de la sociedad d i c t a d a el 18 d e j u n i o d e 1877 dice
Hostos:

S u b s i s t i e n d o c o m o subsiste, i d é n t i c a a sí m i s m a c o m o es
en todo espacio y e n todo tiempo; correspondiendo en sus
r e s u l t a d o s al h e c h o g e n e r a l d e la v i d a d e t o d o s los i n d i -
v i d u o s q u e la f o r m a n , la s o c i e d a d n o es o t r a cosa q u e la
a g r e g a c i ó n d e i n d i v i d u o s d e u n a m i s m a especie d e seres
racionales, conscientes, r e s p o n s a b l e s y libres. Y c o m o c a d a
u n o d e esos seres q u e la f o r m a n v i v e n p a r a r e a l i z a r los
fines d e s u v i d a , la s o c i e d a d es u n a vida... La s o c i e d a d es
u n o r g a n i s m o c o n ó r g a n o s a d e c u a d o s a las funciones d e la
v i d a colectiva d e los hombres. 1 5 5

154
Maldonado Denis, Manuel. "Hostos y el pensamiento iberoamericano".
En: Eugenio María de Hostos y el pensamiento social iberoamericano.
México, Fondo de Cultura Económica, 1992. pp. 137 a 138.
155
Hostos, Eugenio María de. "Las leyes de la sociedad". Discurso
pronunciado el 18 de junio de 1877 en el Instituto de Ciencias Sociales de
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 221

En este párrafo se condensan los elementos teóricos constitutivos


de la Sociología hostosiana. La concepción de la sociedad como
entidad idéntica a sí misma y regulada por leyes a la manera de
los objetos propios de las ciencias naturales, la idea del individuo
racional y libre considerado como átomo o célula social, la noción
de sociedad como "organismo vivo" que anticipa la doctrina de
los órganos sociales, la relación entre las necesidades del organismo
vivo y la realización de los fines d e la vida son, entre otros, los
núcleos conceptuales del pensamiento social del puertorriqueño.
En el cual se p o n e de manifiesto la "recepción aportativa" de
nociones procedentes del positivismo comtiano, del organicismo
spenceriano, y del krausismo español y belga, como tendremos
ocasión de demostrar.
El discurso citado nos adelanta, además, la convicción hos-
tosiana acerca de la función crítica de la sociología, su sentido
h i s t ó r i c o , e n la m e d i d a en que el conocimiento de lo q u e la
sociedad es tiene como referencia, anticipada racionalmente, de lo
que ella debe ser. Con lo cual q u e d a n imbricadas la ética y la
política, así como la orientación pedagógica característica del
pensamiento hostosiano en toda su trayectoria.
Sabemos que el Tratado de Sociología es u n o de los escritos
sistemáticos de Eugenio María de Hostos. Tal r o m o está editado
corresponde a la versión recogida por sus alumnos del Curso de
Sociología de 1901. Consiste en el desarrollo de u n plan para la
constitución ele la Ciencia Sociológica. Por la fecha en que fue
recopilada esta versión de la sociología hostosiana, podría con-
siderarse que corresponde a la última etapa de su producción. Sin
embargo, la misma edición del Tratado contiene u n Resumen de la
Sociología, que consta de quince lecciones dictadas por Hostos a
sus alumnos de la Escuela Normal de Maestros a partir d e 1880^ es
decir, d u r a n t e sus "nueve años en Quisqueya". Estas lecciones

Caracas. En: Obras Completas. Vol. XXI, París, Ed. Literarias y Artísticas,
1954. p. 350.
222 ADRIANA ARPINI

contienen las nociones básicas de la Sociología elaboradas por el


autor y podrían ser consideradas como el basamento de su pen-
samiento social.
La presencia d e a m b o s textos nos ofrece u n a interesante
posibilidad de analizar desplazamientos y matices, ausencias y
presencias de temáticas diversamente acentuadas en función de
la posición axiológica tomada frente a una realidad cambiante.
Recordemos que el contexto de producción del Resumen está dado
por las luchas de liberación nacional de las Antillas: La República
Dominicana acababa de obtener su segunda independencia de la
metrópoli española (1865); mientras Puerto Rico y Cuba iniciaban
su proceso emancipador. Proceso q u e chocaría primero con el
expansionismo territorial norteamericano, y que hacia los fines del
siglo se transformaría en u n nuevo tipo de absorción imperialista,
para la cual la posesión territorial es relativamente indiferente. La
producción del Tratado se inscribe en los difíciles momentos en
que anticolonialismo y antianexionismo se combinan y suceden
en u n a lucha con profundas imbricaciones sociales, enlazada con
la b ú s q u e d a de formas afirmativas de la identidad nacional.
La sociología hostosiana nos ofrece la posibilidad de conocer
los parámetros teóricos desdecios cuales eljmtor re_aliza su inter-
pretación dg la sociedad, es decir, de lo que la sociedad es, al mismo
tiempo que propone u n proyecto, u n deber ser social. La Sociología
es algo más que u n conocimiento detallado y u n a reflexión acerca
de la posibilidad de las sociedades; para nuestro autor, la sociología
es u n a ciencia. De ahí la preocupación por definirla y ubicarla en
el marco de las ciencias, de caracterizar su objeto y establecer su
método.

6.2.1. Constitución y objeto de la Ciencia Social

Según queda afirmado en las primeras lecciones del Resumen, la ciencia


social -denominada Sociología desde que Augusto Comte le diera
ese n o m b r e - es la ciencia de la sociedad, es decir, que su objeto es
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 223

...el estudio de las leyes de la sociedad, con el fin de facilitar


el conocimiento de las bases naturales de la organización
social, en primer término, y en segundo término, con el fin
de obtener la mayor felicidad social que sea posible. 156

Esta primera definición nos revela la intención hostosiana de lograr


u n conocimiento científico de la organización social y de las leyes
que la rigen; las cuales constituyen el objeto de la ciencia social.
Sin embargo, al hablar de "las bases naturales de la organización
social" queda señalado u n elemento que trasciende a la Sociología
como ciencia, se trata de la naturaleza como principio fundante de
la sociedad. La presencia de dicho principio en la definición misma
de la ciencia muestra u n fuerte matiz metafísico en el desarrollo
de la reflexión hostosiana, que se completa, por otra parte, con
u n a orientación ética al apuntar como fin el logro de "la mayor
felicidad social".
A u n cuando es u n a forma antigua del saber, Hostos ubica a la
sociología en último lugar, tanto cronológica como epistemoló-
gicamente. Señala varias razones para justificar esa ubicación. La
p r i m e r a d e ellas se basa en el h e c h o d e q u e este saber se ha
manifestado como arte sociológico a través de la Política, y "... ha
estado en manos de hombres poco conocedores de la naturaleza
social". C r e e m o s q u e la p r i o r i d a d cronológica de la práctica
(hombres políticos que practican el arte sociológico) sobre la teoría
(conocimiento de la "naturaleza social"), que parece desprenderse
de esta afirmación, debe interpretarse en el marco del juego de
historizaciones y deshistorizaciones p r e s e n t e a lo largo de la
sociología hostosiana - t a n t o en el Resumen como en el Tratado-
que le permite adoptar posiciones axiológicas de descalificación,

156
Hostos, Eugenio María de. Resumen de Sociología. En: Obras Completas.
Vol. XVII, p. 202. En lo sucesivo indicaremos con R. y T. el Resumen de
Sociología y el Tratado de Sociología respectivamente, seguido del número
de la página. Las citas están tomadas del Vol. XVII de las Obras Completas,
Edición Conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico, 1939.
224 ADRIANA ARPÍNI

justificación o preceptuación frente a la realidad social concreta


que pretende analizar.
Otra de las razones para que la Sociología aparezca en último
lugar estriba en que el estudio de los hechos sociales alcanza rango
científico sólo cuando la Historia, como manifestación de la vida
social, es capaz de superar la etapa meramente narrativa y evo-
luciona hasta convertirse en la exposición sistemática de los hechos,
es decir, en u n a Filosofía de la Historia q u e reconoce la existencia
de u n a "naturaleza social'' activa, productora de u n "orden" fun-
dado, en última instancia, en "leyes invariables" (R. 208-209).
Finalmente esgrime Hostos u n a razón de orden lógico-episte-
mológico, que tiende a asimilarjcj^ocial .a__lo_natural: todo lo
cognoscible pertenece a la naturaleza física, moral (individual) y
social; pero lo social es u n derivado de lo físico e individual, de
m o d o q u e su r e c o n o c i m i e n t o c o m o p a r t e c o n s t i t u t i v a de la
naturaleza sólo es posible c u a n d o ésta es sometida a "estudio
experimental" tal como lo proponen las ciencias positivas.
En síntesis, para nuestro autor la Sociología es, desde el p u n t o
de vista "ideológico" u n a ciencia señalada por u n a idea u objeto
de conocimiento, esto es, la sociedad como aspecto integrante de
la naturaleza universal. 157 Se trata de una ciencia abstracta, en tanto
universal, porque abarca todo el orden de la naturaleza; y primaria,
porque a ella s^^uJDor-dinari^oJtrjsjciencias secundarias y concretas,
como la Economía social, la Jurisprudencia, la Etica, la Historia.
Por otra parte, establece u n a diferencia entre Sociología teórica y
Sociología práctica (o Política), ella radica en que la primera estudia
las condiciones en que u n a sociedad se mantiene naturalmente
sometida al orden necesario, y la segunda estudia los medios y

157
Al hablar de punto de vista "ideológico", Hostos no utiliza el término en el
sentido que hoy le dan las ciencias sociales, es decir como representaciones
atravesadas por juicios de valor. Lo torna, más bien, en un sentido próximo al
de los ideólogos franceses, esto es, como representaciones mentales de los
hechos reales. Así que la ciencia traduce discursivamente la simultaneidad de
las representaciones.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 225

modos para adecuar una vida social cualquiera a las condiciones


del orden natural.
N o parecía fácil en el contexto de producción del Resumen
hablar de una ciencia de la sociedad. Las luchas de emancipación
de las Antillas españolas, consideradas por Hostos como auténticas
luchas d e liberación y en c u a n t o tales u n m e d i o civilizador,
provocaron tensiones sociales y políticas que movilizaron, a su
vez, intereses sectoriales diversos: por u n a parte, la defensa de los
ya conquistados por los grupos de filiación hispánica; y por otra
p a r t e , la p o s i b i l i d a d de c o n q u i s t a r p o s i c i o n e s m e d i a n t e la
asociación a los intereses del expansionismo norteamericano. En
tal contexto, la sociedad aparecía a los ojos del observador como
una

masa incoherente de seres que no se ocupan más que de si


mismos, y cuyo egoísmo disociador y disolvente no p u e d e
dar por resultado ningún orden (R. 202).

U n objeto tan escurridizo y multiforme no se deja aprehender


fácilmente como materia de estudio de u n a ciencia positiva. Sin
embargo, si se apela a la observación atenta se p u e d e advertir,
según dice Hostos dejando traslucir las ideas sociales del krausismo
español, que

la sociedad es u n resultado viviente de la vida de todos los


individuos que la componen ... y agrega, ... observando
que esa vida colectiva tiene los mismos caracteres y fines
que la vida individual, nos explicamos cómo y por qué
(aun en las sociedades más desorganizadas) siempre se nos
presenta u n ser colectivo más fuerte que todos los seres
individuales que la componen (R. 203).

El esfuerzo hostosiano por echar las bases de u n pensamiento social


que ostente el rango de ciencia, debe inscribirse en el contexto más
amplio de dar u n a respuesta a la fractura histórica que significó,
para la sociedad antillana de fines del siglo XIX el entrecruzamiento
226 ADRIANA ARPINI

d e d o s frentes d e batalla: la l u c h a c o n t r a el c o l o n i a l i s m o e s p a ñ o l
p o r u n [ado, y c o n t r a las crecientes t e n d e n c i a s a n e x i o n i s t a s p o r
otro, f o m e n t a r í a s p o r los i n t e r e s e s n o r t e a m e r i c a n o s d e s d e d e n t r o
y d e s d e Tuera d e las fronteras n a c i o n a l e s . H e c h o q u e a m e n a z a b a
s e r i a m e n t e ios a v a n c e s l o g r a d o s e n dirección a la c o n f i g u r a c i ó n
d e u n a i d e n t i d a d p u e r t o r r i q u e ñ a o c u b a n a , e n fin, antillana. F r e n t e
a la p r o g r e s i v a desnacionalización d e los sectores sociales q u e h a s t a
el m o m e n t o h a b í a n s i d o los p o r t a d o r e s d e u n p r o y e c t o d e or-
g a n i z a c i ó n h e g e m ó n i c o , s ó l o c a b í a u n a r e s p u e s t a q u e , e n el
p e n s a m i e n t o y e n la acción, significara u n a afirmación d e a q u e l l a
i d e n t i d a d n a c i o n a l . La p e r c e p c i ó n y d e n u n c i a d e tal s i t u a c i ó n fue
a s u m i d a p o r u n g r u p o d e intelectuales p e r t e n e c i e n t e s a los sectores
d e u n a p r e - b u r g u e s í a e n formación, 1 5 8 a l c a n z a n d o e n H o s t o s u n a
d e las m á s l ú c i d a s f o r m u l a c i o n e s ideológicas.
U n a d e las h e r r a m i e n t a s intelectuales d e las q u e se vale n u e s t r o
a u t o r p a r a e s t r u c t u r a r su r e s p u e s t a consiste, p r e c i s a m e n t e , e n d a r
f o r m a a u n a ciencia social q u e t o m a c o m o p u n t o d e p a r t i d a el
r e c o n o c i m i e n t o d e u n a r e a l i d a d social concreta, a q u e l l a q u e H o s t o s
tenía a la vista. Los e l e m e n t o s teóricos q u e e s g r i m e p a r a la for-
m u l a c i ó n y d e s a r r o l l o d e esta ciencia, p r o v i e n e n d e d o s v e r t i e n t e s

158
Hemos usado el término "pre-burguesía" para designar a los sectores
sociales emergentes en la sociedad latinoamericana del siglo XIX. Sin
embargo, ese término no hace más que expresar las dificultades existentes
para caracterizar a dicha sociedad, cuya economía es fundamentalmente
precapitalista, según afirman Caldoso, C. y Pérez Brignolo, H. en su Historia
económica de América Latina (Barcelona, Grijalbo, 1984). Ricaurte Soler
utiliza el término "pequeña burguesía" para referirse a los sectores sociales
en cuestión. Consideramos que este término no contribuye a allanar las
dificultades. Preferimos usar "pre-burguesía" y seguir el consejo de Pierre
Vilar: "no se debe emplear sin precaución la palabra "burguesía" y debe
evitarse el término "capitalismo" mientras no se trate de la sociedad moderna
en la cual la producción masiva de mercancías reposa en la explotación del
trabajo asalariado del no-propietario por los propietarios de los medios de
producción". Cfr. Vilar, P. "La transición del feudalismo al capitalismo". En:
Parain, Ch., Vilar, P y otros El feudalismo. Madrid, Ayuso, 1979.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 227

principales: el positivismo y el krausismo español. Ambos, mode-


lados por aquella realidad dramáticamente vivida, dieron lugar a
u n a reflexión sociológica original y realista. En este sentido cabe
revalorar la afirmación de Salvador Giner, al reconocer en Hostos
a uno de los fundadores de la sociología latinoamericana.
Se ha insistido en que el positivismo es la influencia más im-
portante en la sociología hostosiana. En efecto, dentro del sistema
de referencialidad discursiva que nos muestran tanto el Tratado
como el Resumen, encontramos reiteradas alusiones a esa doctrina
filosófica, a Comte en particular, hechas con criterio de autoridad.
Cabe recordar que el positivismo sostiene u n a concepción de la
sociedad como organismo vivo. Así Comte inscribe la "física social"
en el hemisferio orgánico de la clasificación general de las ciencias,
de m o d o que junto a la biología constituye la doble serie de ciencias
de la vida. El doble movimiento de complejidad creciente y de
generalidad decreciente que rige la clasificación de las ciencias,
remata, para Comte, en la postulación de la última ciencia positiva:
la sociología. Su aparición tardía responde a la ley de los tres
estados, que gobierna la evolución intelectual de la h u m a n i d a d , y
según la cual, la "física social" sólo es posible a partir de la positivi-
d a d de todas las otras ciencias. Criterio que, como hemos visto, es
compartido por Hostos. Dado que según el mentor del positivismo,
el orden social queda integrado al orden natural, el objetivo de la
ciencia social será extraer las leyes implícitas en la naturaleza de
las cosas. En otras palabras, el orden social, como el natural, está
ya impreso. Las sociedades constituyen organismos regidos por
leyes "tan necesarias como las de la gravitación a u n q u e m á s modi-
ficables que ellas". También en esto habría acuerdo por parte de
Hostos. Sin embargo la perspectiva comtiana no admite matices.
Desde tal noción de ley social se descarta a priori toda forma de
derecho positivo y toda posibilidad de dar una constitución a una
determinada sociedad. Por otra parte, d a d o que las leyes deter-
minan las relaciones constantes entre los fenómenos observados,
sean astronómicos o sociales, es posible la previsión racional de
228 ADRIANA ARPINI

los eclipses t a n t o c o m o d e las r e v o l u c i o n e s sociales. 159 La "física


s o c i a l " r e m i t e a u n a filosofía d e la h i s t o r i a y a u n a t e l e o l o g í a
política. Así c o m o e n el u n i v e r s o científico el m o v i m i e n t o es la
s u c e s i ó n d e s i s t e m a s estables, e q u i l i b r a d o s , e n el u n i v e r s o social,
la historia es u n d e s a r r o l l o e v o l u t i v o s e g ú n leyes t a n n e c e s a r i a s
c o m o las d e la n a t u r a l e z a . D e a h í q u e la sociología p r o p o r c i o n a a
la política la f ó r m u l a d e la perfecta coherencia: " o r d e n y p r o g r e s o " .
E s t a a p r e t a d a s í n t e s i s r e p r e s e n t a u n a i n t e r p r e t a c i ó n d e la
d o c t r i n a d e C o m t e , frecuente e n los círculos intelectuales d e c i m o -
n ó n i c o s p a r t i d a r i o s d e p o s i c i o n e s e s p i r i t u a l i s t a s (eclécticos y
krausistas). 1 6 0 E s p l r i t u a l i s m o c u y a s c a r a c t e r í s t i c a s g e n e r a l e s se

159
El espíritu positivo se caracteriza por: 1°) la subordinación constante de la
imaginación a la observación; 2°) su naturaleza relativa; 3°) la previsión
racional; 4°) invariabilidad de las leyes naturales. Cfr. Comte, Augusto.
Discurso sobre el espíritu positivo, trad. de Consuelo Berges, prólogo de
Antonio Rodríguez Huesear. Buenos Aires, 5 ed., Aguilar, 1965.
160
Las consideraciones actuales acerca de la "filosofía positiva" en general, y
en particular, del positivismo comtiano, difieren de las que, en su momento,
formularon sus adversarios. Visto en perspectiva, se reconoce hoy una
"corriente positivista", que se desarrolla durante los siglos XIX y XX,
consistente en una postura filosófica relativa al saber humano. Según
Kolakowski, trata de los contenidos de los enunciados sobre el mundo, y
formula las normas que permiten establecer una distinción entre el objeto de
una cuestión posible y lo que, razonablemente, no se puede presentar como
cuestión. Las reglas que hacen posible esa distinción son: la del fenomenalismo
(inexistencia de diferencia real entre "esencia" y "fenómeno"), la del
nominalismo (todo saber abstracto es un modo de ordenación concisa y
clasificadora de los datos experimentales, no posee ninguna función
cognoscitiva autónoma), la negación de todo valor cognoscitivo a los juicios
de valor y a los enunciados normativos (los atributos que califican acon-
tecimientos, objetos o conductas humanas no son dados en la experiencia), la
fe en la unidad fundamental del método de la ciencia (de modo que las
diferencias cualitativas entre las disciplinas son manifestaciones de un cierto
estadio histórico, y su destino es ser niveladas, según el modelo de las ciencias
de la naturaleza).
La valoración contemporánea del pensamiento comtiano, le reconoce el
haber tenido acción efectiva, no en cuanto a su formulación integral, sino en
ciertas versiones parciales relativas a principios metodológicos de la socio-
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 229

i n s c r i b e n e n la t r a d i c i ó n del r a c i o n a l i s m o m o d e r n o i n a u g u r a d a
p o r D e s c a r t e s , y q u e s o s t i e n e la c o n s t r u c c i ó n d e d u c t i v a del saber
científico, h a l l a n d o e n la a c t i v i d a d d e la conciencia s u p u n t o d e
anclaje. P o r s u f o r m a c i ó n k r a u s i s t a , H o s t o s p a r t i c i p a d e e s t a
o r i e n t a c i ó n general. A u n q u e es necesario t e n e r e n c u e n t a q u e t a n t o
el e s p i r i t u a l i s m o c o m o el p o s i t i v i s m o c o n s t i t u y e n e p i s o d i o s d e la
m o d e r n i d a d y presentan, por tanto, puntos en común. De ahí que
m u c h a s v e c e s r e s u l t e p r á c t i c a m e n t e i m p o s i b l e discernir h a s t a q u é
p u n t o e s t á n i n v o l u c r a d a s u n a u otra o r i e n t a c i ó n d e l p e n s a m i e n t o
c o m o s u s t r a t o d e afirmaciones referidas a la exigencia d e cienti-
ficidad del s a b e r social. Es posible, sin e m b a r g o , s e ñ a l a r a l g u n o s
a s p e c t o s e n q u e el p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o se a p a r t a d e la p r e -
ceptiva comtiana.
Si la s o c i e d a d es u n s i s t e m a estable s o m e t i d o a s u s p r o p i a s
leyes ( o r d e n ) , c u y o d e s a r r o l l o está s o m e t i d o , t a m b i é n , a u n a legis-
lación n e c e s a r i a ( p r o g r e s o ) ; si el p r o g r e s o es, e n ú l t i m a instancia,
u n a d i l a t a c i ó n del o r d e n ; e n t o n c e s , ¿cuál es el e s p a c i o q u e d e n t r o
d e esta r e t í c u l a d e l e y e s n a t u r a l e s q u e d a p a r a las d e c i s i o n e s y
acciones d e los h o m b r e s ? , ¿a q u é q u e d a n r e d u c i d o s los a t r i b u t o s
d e la subjetividad: v o l u n t a d , conciencia, l i b e r t a d ? "El p o s i t i v i s m o
-dice C o m t e - tiende poderosamente por naturaleza a consolidar
el o r d e n p ú b l i c o m e d i a n t e el d e s a r r o l l o d e u n a sabia r e s i g n a c i ó n " ,
q u e se d a c o m o c o n s e c u e n c i a d e l r e c o n o c i m i e n t o d e la i n v a r i a n c i a
d e las leyes q u e r i g e n a t o d o s los f e n ó m e n o s naturales. 1 6 1 El p o s -
t u l a d o d e la r e s i g n a c i ó n es la c o n t r a c a r a d e la r e l i g i ó n d e la

logia, tales como: los hechos sociales considerados como hechos sui generis,
independientemente de su sustancia psíquica; la superación de la teoría del
contrato social; los pensamientos, las ciencias, las creencias y los
comportamientos de los hombres considerados como hechos sociales. Cfr.
Kolakowski, Leszek. La filosofía positivista. Madrid, Cátedra, 1988.
161
Comte, Augusto. "Systeme de politique positive". 4 vols., París, Societé
positive, 1929. Ap. III. Citado por Serres, M., Bensaude, B. y Enthoven, J.R
'Augusto Comte y el positivismo". En: Belaval, Yvon (Dir.) Historia de la filosofía.
Vol, 8: La filosofía del Siglo XIX. México, Siglo XXI, 1979. p. 269.
230 ADRIANA ARPINI

h u m a n i d a d , oscura c u l m i n a c i ó n de u n a doctrina q u e repele


cualquier cosa que se parezca a la libertad de conciencia: "ese
dogma metafísico, tan inútil en política como en astronomía" según
palabras del mismo Comte.
N o podríamos encontrar u n a afirmación como la precedente
hecha de p u ñ o hostosiano. La tesis de la resignación p o n e en
evidencia el marcado anti-liberalismo de Comte. No p u d o menos
que ser rechazada por el pensamiento liberal decimonónico en
América Latina. Incluso por aquellos pensadores que acusan la
impronta del positivismo. Gabino Barreda, en su Oración Cívica
pronunciada en Guanajuato el 16 de septiembre de 1867, corrige
la tesis comtiana anteponiencio la noción de "libertad" a la consigna
"orden y progreso". La divisa por él formulada -"Libertad, orden
y progreso"- 1 6 2 alude, con su primer término, directamente a la
libertad de conciencia, reafirmándola. Tampoco entre los parti-
darios del liberalismo organicista, inspirado en el racionalismo
armónico, podía tener aceptación la tesis de la resignación.
Ya tuvimos ocasión de apreciar, a propósito de la moral hosto-
siana, la importancia que le otorga a la actividad de la conciencia,
tanto a nivel individual como social. Tampoco la resignación es,
p a r a n u e s t r o autor, la actitud característica del i n d i v i d u o en
relación con la s o c i e d a d ; a u n c u a n d o a d m i t e q u e la ciencia
sociológica, siguiendo el modelo de las ciencias naturales persigue
el objetivo de descubrir las leyes invariantes del o r d e n social.
Veamos algunas afirmaciones de Hostos. En el Resumen de la
Sociología p o d e m o s leer:

...la vida colectiva de la sociedad es tan real y efectiva como


la vida individual de cada hombre...
El m á s importante de todos los órganos del organismo
social, es el individuo. El individuo es la base absoluta de
la sociedad. (R. 232-233).

162
Barrera, Gabino. "Oración cívica". En: Latinoamérica. Cuadernos de
Cultura Latinoamericana. N° 72. México, Centro de Estudios Latinoame-
ricanos - UNAM, 1979. p. 19.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 231

Y en el Tratado de Sociología afirma:

E l individuo es el elemento natural de organización; es


como la célula social, de cuya vida personal depende la vida
del todo social (T. 123).

Al hablar de "vida personal" alude Hostos al hombre en cuanto


ser consciente y libre. Por esta razón su vida individual es "real y
efectiva" en el mismo grado que lo es la vida social. La relación de
dependencia entre esa vida personal y la "vida del todo social"
nos recuerda la noción de "hombre social" que quedó explicitada
al tratar la Moral Social (cfr. 6.1.4 La Moral Social).
En el Resumen, al analizar las posiciones de distintas teorías
acerca de la relación entre individuo y sociedad, afirma, respecto
de la que llama "teoría sociocrática":

...la de Augusto Comte... consiste en reconocer a la sociedad


por la doble influencia del individuo sobre la sociedad, y
de la sociedad sobre el individuo, pero concediendo a la
sociedad facultades absorbentes que no se le deben conceder, y
negando al individuo lo que por su misma naturaleza tiene y no
puede perder ni se debe consentir que pierda (R. p . 235; el
resaltado es nuestro).

¿Qué es lo que el individuo tiene por naturaleza? Sabemos que la


antropología hostosiana descansa en u n a concepción del hombre
como ser de "racionalidad consciente" que interviene de manera
libre y eficaz en la vida de la sociedad, pues sólo realiza sus fines
particulares en la medida en que contribuye a la realización de los
fines sociales. De ahí que Hostos no se manifieste partidario de la
"teoría sociocrática", a u n q u e le reconoce algún mérito frente a
posiciones "exclusivistas" (individualismo y socialismo). Frente a
esas tres orientaciones sostiene la s u p e r i o r i d a d de la "teoría
orgánica", pues

...incluye las demás; lo cual quiere decir que incluye la parte


de verdad que todas tienen; h u y e de todo exclusivismo...,
232 ADRIANA ARPINI

y reúne todo a posteriori, y por esto es superior a la tercera


(sociocrática).
Éste, sobre todo, es su mérito: está fundada en u n a obser-
vación exacta de la naturaleza de la sociedad, y en u n
análisis positivo del fin de cada uno de los integrantes de
ella misma (R. 236).

Estas afirmaciones llevan implícita u n a crítica a la inconsecuencia


entre el método preconizado por Comte y su doctrina social; pues,
por u n lado, sostiene que la observación y la experiencia son las
únicas fuentes del conocimiento científico y, por otro lado, cons-
truye una idea de sociedad a priori, en la cual los individuos quedan
completamente sometidos y absorbidos. En sentido semejante
fueron dirigidas contra el positivismo críticas procedentes de
distintas vertientes espiritualistas. En lo concerniente a nuestro
tema, cabe tomar en cuenta las críticas de los krausistas. Entre ellas
la d e T i b e r g h i e n alcanza m a y o r c o n t u n d e n c i a . En efecto, el
pensador belga dedica varios discursos a esta cuestión, que fueron
pronunciados y publicados entre 1867 y 1882, traducidos al español
y publicados por H. Giner de los Ríos en 1883. En ellos se ocupa
de sistematizar las corrientes de su época, en particular la mate-
rialista y la positivista, confrontándolas con el pensamiento de
Krause. Respecto del positivista francés, se detiene en la consi-
deración de sus incongruencias:

Comte es tan ignorante y exclusivista en p u n t o a metodo-


logía, como en p u n t o a doctrina. Preconiza la observación
externa, y conviene en que el estudio del alma no p u e d e
hacerse sino por observación interna; construye u n a socie-
d a d ideal y u n a religión ideal a priori, fuera de los datos de
la experiencia; no ve sino los fenómenos, y proclama por
todas partes principios en sus teorías morales y políticas;
no admite sino lo relativo, y coloca lo absoluto en el Estado.
Comte cae constantemente en todas las contradicciones
inherentes al sensualismo de todos los tiempos. 163

163
Tiberghien, Guillermo. "Krause y Spencer. Crítica filosófica". En: Krause
y Spencer. Trad. de H. Giner de los Ríos. Madrid, Librería de Fernando Fe,
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 233

Nótese que la traducción del texto de Tiberghien es del mismo


año en que Hostos dicta las lecciones recogidas en el Resumen de la
Sociología. Con ello no queremos sugerir que sus críticas estén
basadas en la lectura de la traducción o en el conocimiento previo
de los discursos del belga en lengua francesa. A u n q u e ambos
hechos son probables no se cuenta con evidencia que lo compruebe.
Antes bien, lo que nos interesa destacar es que las coincidencias
observables en las críticas de u n o y otro proceden del marco de
referencia del que ambos participan: la filosofía krausista.
Queremos, por otra parte, insistir en que tanto Hostos como
Tiberghien conceden gran importancia a la observación como
p u n t o de partida del método. En el texto antes transcripto del
Resumen señala el p u e r t o r r i q u e ñ o q u e el mérito de la ''teoría
orgánica" radica justamente en fundarse en la observación de la
naturaleza social, y proceder al análisis del fin que se persigue en
cada caso. También Tiberghien asegura que la observación es "la
primera parte del camino q u e conduce a la verdad". Como p u n t o
de partida del análisis su función consiste en consignar los hechos
o fenómenos, ya sean exteriores y percibidos por los sentidos, ya
sean interiores y notados sólo por la conciencia. 162 Recordemos
que Hostos distingue entre hechos del m u n d o físico y del m u n d o
moral, siendo estos los fenómenos de conciencia, engendrados por
u n a actividad libre, que se evidencian en la vida psíquica, en el
lenguaje y en la historia. Ahora bien, ambos pensadores coinciden
en que el método no se agota en la observación o intuición de los
fenómenos. Para el belga el análisis p r o s i g u e , d e s p u é s de la
observación, mediante la generalización o la dialéctica, según se
trata de hechos externos o internos; para completarse finalmente
en la síntesis. Para nuestro autor el método científico recorre u n
camino que va de la intuición a la inducción y culmina en la
deducción de las leyes naturales, la sistematización permite com-

1883. p. 29. 162 Tiberghien, G. "La observación". En: Krausey Spencer, pp.
117 a 138.
234 ADRIANA ARPINI

pletar la exposición del conocimiento. Más adelante dedicamos


u n apartado especial a la cuestión del método en la sociología
hostosiana. Por el momento nos interesa dejar en claro que frente
a las inconsecuencias del positivismo comtíano, ambos autores
están de acuerdo en sostener que la observación es legítima y
necesaria en el momento inicial del método científico, pero que no
es todo el método ni toda la ciencia. Si así fuera, quedaría inte-
r r u m p i d o el camino de la ciencia, se incurriría en errores y se
obtendrían consecuencias ilógicas.
Por otra parte, si retomamos la noción hostosiana de sujeto
social, es decir la concepción de hombre que, en cuanto ser cons-
ciente y racional, interviene efectivamente en la v i d a social,
advertimos que el m o d o en que se plantea la relación entre el
individuo y la sociedad da lugar a u n a cierta noción de progreso.
La misma no p u e d e ser cabalmente entendida si sólo se toma como
p u n t o de referencia la noción comtiana del progreso como dila-
tación del orden, o como efecto fatal de leyes que rigen tanto en el
m u n d o físico como en el moral. Este es otro de los temas en que,
de acuerdo con nuestra hipótesis, se pone en evidencia la matriz
krausista del pensamiento hostosiano; al mismo tiempo que se
advierte u n distanciamiento respecto del eje del positivismo. Para
confirmar lo que decimos resulta oportuno proseguir con la com-
paración entre las afirmaciones de Hostos y Tiberghien.
Decíamos, a propósito de la moral hostosiana, que el progreso
se sigue de la actividad consciente de los hombres que observan el
deber en las distintas relaciones sociales. Desde el ángulo de la
sociología el progreso es visto como u n a ley social. Su enunciado
está sujeto a u n a dificultad que es común a la formulación de todas
las leyes sociales. Estas leyes están referidas a la actuación de seres
racionales y libres. Ello introduce u n factor de alteración que no se
manifiesta en las leyes de las ciencias naturales. Por lo tanto su
enunciado no puede ser preciso, pero sí p u e d e "ser suficientemente
exacto", es decir que debe referirse "al fenómeno más general de
entre los que abarca la relación que constituye la ley". Así, los
t é r m i n o s q u e i n t e r v i e n e n en la relación de p r o g r e s o son "la
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 235

educación" y "el perfeccionamiento". Éste último indica el p u n t o


de llegada, es contingente e incierto; mientras que la educación, si
bien d e p e n d e de la voluntad, es más precisa y positiva. De ahí que
la enunciación definitiva q u e Hostos p r o p o n e p a r a la ley del
progreso afirma:

El progreso está en relación positiva de la educación y en


relación negativa del menor grado de perfeccionamiento
(T. 48).

Es decir que el progreso, en cuanto perfeccionamiento, requiere la


injerencia activa y el esfuerzo deliberado del sujeto social en el
orden moral, intelectual y material, por medio de la educación.
N o es c o m p a r a b l e al r e s u l t a d o d e u n i m p u l s o mecánico o al
desarrollo de procesos fisiológicos, sino que "procede a manera
de línea ondulatoria, no de línea recta", p u e d e haber avances y
retrocesos, p u e d e eclipsarse y recobrarse. El cumplimiento de esta
ley corre paralelo a la observancia de la ley del Ideal o de Civili-
zación, que consiste en la labor continua para alcanzar el objetivo
de la vida individual y social. En la perspectiva hostosiana, tal
objetivo no es otro que alcanzar el g r a d o m á s alto posible de
racionalidad y conciencia. En esto consiste la "civilización" (cfr.
R. 221-222). Tratándose d e leyes naturales de la sociedad, su
cumplimiento es necesario y contribuye a la consolidación del
orden social, a u n cuando, con frecuencia, la historia demuestra
q u e d e b e n enfrentarse los obstáculos o p u e s t o s p o r el o r d e n
artificial, legislaciones rígidas e irracionales, costumbres arcaicas,
formas opresivas de educación. Hechos que detienen el progreso
de la civilización que, de otra manera, se daría en forma natural y
sin violencia.
Por su parte, Tiberghien, en su intento de contrastar el posi-
tivismo de Comte y Spencer con la doctrina de Krause, señala que
las leyes de la vida social son las mismas que rigen para todo
organismo: unidad, variedad y armonía. De m o d o que:
236 ADRIANA ARPINI

el paso de lo homogéneo a lo heterogéneo que Spencer,


después de otros, descubre como ley del progreso, no es
sino u n caso particular de leyes de la vida...
He aquí - d i c e - el objeto de la evolución social, y tam-
bién la significación del progreso: hay progreso cuando la
realidad se aproxima al ideal; hay decadencia cuando de
él se aleja. El p r o g r e s o n o es sólo la evolución, es el
"mejorar" o la evolución dirigida hacia el ideal. Esta
dirección es voluntaria en los seres racionales reunidos en
sociedad, y además es libre cuando el hombre llega a la
plena conciencia de sí mismo. El progreso n o es fatal para
el h o m b r e , c o m o S p e n c e r p r e t e n d e . P a r a m a r c h a r
s e g u r a m e n t e hacia a d e l a n t e , es preciso de a n t e m a n o
conocer el ideal de la humanidad. 1 6 4
Y (Las sociedades) c u a n d o cesan de avanzar, se co-
r r o m p e n y vienen a ser remora y obstáculo a la marcha de
la civilización. Y es cosa probada que cuando el progreso
no p u e d e seguir las leyes de u n a evolución regular, se abre
camino y busca paso por medio de la violencia. 165

N o es necesario abundar en detalles para advertir el parentesco


entre la comprensión hostosiana y la krausista de Tiberghien acerca
del progreso. En ambos cobra fuerza la presencia del Ideal, la
civilización, c o m o categoría práctico-reguladora y la eficacia
histórica del accionar consciente y voluntario de los sujetos en
forma individual o social.
N o podemos omitir que, respecto de la problemática social,
la formación krausista del puertorriqueño, le permite incorporar
con" matices las ideas de "organismo" y de "organización". Estas
nociones pertenecen también a la filosofía positivista. Mas hemos
de tener presente q u e la c o m p a r a c i ó n entre la estructuración
funcional del todo social y el organismo vivo encuentra sus ante-

164
Tiberghien, G "Krause y Spencer. Crítica filosófica". En: Krausey Spencer,
p. 47 (el resaltado es nuestro).
165
Tiberghien, G. "El ateísmo, el materialismo y el positivismo". En: Krause
y Spencer, p. 79 (el resaltado es nuestro).
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 237

cedentes en la antigüedad clásica, basta recordar la República de


Platón o La Política de Aristóteles. La encontramos reiterada a lo
largo de la tradición del p e n s a m i e n t o occidental en la noción
tomista del Corpus organicum, y en doctrinas como la de Bruno en
el Renacimiento. En el siglo XVIII se acentúa la interpretación
biologista en oposición al mecanicismo. Según esta interpretación
la sociedad se estructura y comporta de manera semejante a u n
o r g a n i s m o biológico. La idea d e funcionalidad orgánica está
asociada a las de "totalidad", "finalidad" o "teleología", "espon-
taneidad", "adaptabilidad", "autonomía de movimiento".
Dentro del positivismo spenceriano la noción de organismo
se halla estrechamente vinculada a la de evolución. Se manifiesta
en todos los dominios de la realidad -biológica, psicológica, ética,
social- como proceso de adaptación de lo interno a lo externo en
la progresiva diferenciación de los seres vivos, Pero adquiere u n
tinte marcadamente mecanicista al descartar toda idea de finalidad
a partir del supuesto de la conservación de la energía. Desde la
perspectiva del krausismo, Spencer habría reducido la noción de
"organismo" a la d e "adaptación", olvidando el valor de la vida
racional; con lo cual ésta queda limitada a su aspecto sensible y
material.
Por el contrario, la noción krausista de "organización" supone
u n i d a d , v a r i e d a d y a r m o n í a ; es decir, q u e a l u d e a u n t o d o
i n t e r n a m e n t e c o m p u e s t o de p a r t e s diversas entre sí, con sus
funciones propias pero encadenadas y solidarias. El "organismo"
no es u n a suma de partes, sino u n a u n i d a d armónica de partes
h e t e r o g é n e a s . Esa u n i d a d a r m ó n i c a es s i e m p r e anterior a la
contradicción y la f u n d a m e n t a . A diferencia de la dialéctica
hegeliana, se podría hablar en este caso de u n a "dialéctica de la
armonía".
El problema de la organización es central tanto para la ciencia
como p a r a la sociedad. Sostiene Sanz del Río que la organización
social consiste en la

d i s t r i b u c i ó n d e t o d a s las fuerzas sociales e n esferas


distintas, independientes u n a s de otras, y cada u n a con
238 ADRIANA ARPINI

propia actividad, con u n a misión especial que cumplir,


a u n q u e l i g a d a s e n t r e sí c o n c u r r e n t e s a u n m i s m o fin
g e n e r a l , c o m o funciones d e u n m i s m o o r g a n i s m o . 1 6 6

Esta c o n c e p c i ó n organicista d e la s o c i e d a d r e p r e s e n t a , c o m o h e m o s
d i c h o , u n a i n s t a n c i a s u p e r a d o r a d e l i n d i v i d u a l i s m o y d e l colec-
t i v i s m o ; i n v o l u c r a u n a n o c i ó n d e E s t a d o c o m o ó r g a n o del d e r e c h o
y la justicia, c u y a función s u p r e m a consiste e n m a n t e n e r la u n i d a d
y la a r m o n í a e n t r e los ó r g a n o s q u e lo c o m p o n e n , sin i n t e r v e n i r e n
s u g o b i e r n o interior n i p e r m i t i r la i n v a s i ó n d e u n o s s o b r e otros,

166
Sanz del Río, J. Textos escogidos. Estudio preliminar de Eloy Terrón.
Barcelona, Ediciones de la Cultura Popular, 1968. p. 92.
La concepción organicista de la sociedad puede rastrearse en Krause,
K.C.F. El ideal de la Humanidad para la vida. Madrid, Orbis, 1985; Ahrens,
E. "Curso de derecho natural". En: Krause, Ahrens, Tiberghien. Estudios y
selección de textos. Montevideo, Editado por Fundación P. Vázquez y Vega,
1988.
Recordemos que las ideas de Krause fueron difundidas por Sanz del Río
en España entre los años que van de 1854 a 1870, dando lugar a una corriente
de pensamiento que se conoce con el nombre de krausismo español. Sin
embargo este movimiento no mantuvo la pureza química de las ideas de su
fundador, por el contrario, éstas fueron objeto de una "gran adecuación" como
sostiene Elias Díaz. El krausismo español fue, más que una filosofía académica,
un ideario de acción que recogió los ideales democráticos y republicanos, y
ios entretejió con elementos seleccionados del pensamiento krausista
originario: razonamiento armónico, liberalismo organicista, y elementos
derivados de las "raíces hispánicas": eticismo, humanismo, sentido mítico-
religioso. Cfr. Díaz, Elias. La filosofía social del krausismo español. Madrid,
Cuadernos para el Diálogo, EDCUSA, 1973.
Recordemos, por otra parte, que Hostos había compartido no sólo los
ideales democráticos de los intelectuales progresistas españoles, sino que
también había protagonizado junto a ellos los episodios de la Revolución
septembrina de 1868, casi simultáneos al Grito de Lares (23 de septiembre de
1868) y al de Yara (10 de octubre de 1868) en Puerto Rico y Cuba, respec-
tivamente. Su compromiso fundamental de luchar por la libertad de las Antillas
lo condujo, rápidamente, a la decepción respecto de aquellos liberales
españoles que anteponían el honor nacional a la auténtica lucha por la libertad
para todos los individuos y los pueblos, según se desprendía del ideario
krausista.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 239

facilitando las condiciones necesarias para la realización de su fin.


Tal concepción no admite la disolución del individuo en el todo
social, sus derechos son absolutos ya que surgen de la naturaleza
de la persona h u m a n a .
Lo hasta aquí desarrollado nos proporciona materiales su-
ficientes para marcar otras dos diferencias o distanciamientos de
la posición hostosiana respecto del positivismo. Por u n a parte, es
diferente la forma de percibir el sentido de las revoluciones. Para
Comte, por ejemplo, estas representan situaciones que se apartan
de la norma. Siendo el estado positivo la m e d i d a de lo normal,
entonces las revoluciones son perturbaciones que deben ser redu-
cidas a favor del orden. Para Hostos, en cambio, la civilización es
el ideal que orienta el progreso social. El proceso evolutivo p u e d e
resultar desfigurado por alguna "enfermedad social", es decir por
"la alteración de una o todas las funciones de la vida" que proceden
"del desconcierto económico", de "la falta de libertad", del "desor-
d e n jurídico", de la escasa salud intelectual y moral, etc. (T.
176-177). En estos casos las revoluciones son necesarias p a r a
restablecer el sentido racional del progreso. N o constituyen en sí
mismas una enfermedad y, a u n q u e p u e d e n generar situaciones
de desorden, favorecen el progreso en la medida que purifican y
revitalizan las fuerzas positivas de la sociedad: trabajo, asociación,
educación, moralización, industria. En otras palabras, H o s t o s
repone el sentido originario del vocablo "revolución" (re-volutio),
pues se trata de restablecer las condiciones de racionalidad que
hacen posible la evolución progresiva de la vida social en pos del
ideal. La fe en la inexorabilidad del progreso, característica en
Europa de los sectores sociales en etapa de franco ascenso histórico,
representa para el americano u n ideal, que debe ser conquistado
no sin dificultades. Efectivamente, en ocasiones el derecho positivo
impone límites que bloquean la realización de nuevos ideales, de
los cuales la sociedad ha ido t o m a n d o conciencia. En estos casos
excepcionales, la razón exige el uso de la fuerza; la guerra y la
revolución constituyen la única posibilidad para avanzar hacia
formas liberadoras y más orgánicas de la sociedad. Las revolu-
240 ADRIANA ARPINI

ciones se operan, entonces, al servicio del derecho y la razón, y


son una exigencia del desarrollo natural de la vida. Estas afirma-
ciones adquieren completa vigencia para Hostos, particularmente
si se p o n e n en relación con las naciones americanas que a ú n no
h a n conquistado su independencia. Refiriéndose a Cuba y Puerto
Rico, el procer mayagüezano hace suyas las palabras de Betances:

C u a n d o se quiere una tortilla hay que romper los huevos:


tortillas sin huevos rotos o revoluciones sin revolturas n o
se ven. 167

Cabe tener en cuenta que Hostos, lo mismo que los krausistas


españoles y, en particular, Francisco Giner de los Ríos, era parti-
d a r i o d e la no-violencia. A h o r a bien, p a r a n u e s t r o a u t o r , la
violencia se justifica sólo cuando por obra de la voluntad errática
de los hombres se ha distorsionado la finalidad del desarrollo
social.
Por otra parte, el ideal, que Hostos designa con el término de
"civilización" se identifica con la plenitud h u m a n a , o sea con el
mayor grado de realización del h o m b r e y la sociedad. Ya hemos
señalado que en el ideal de la civilización resuenan los ecos del
"Ideal de la H u m a n i d a d " de Krause. "Civilización" y " H u m a -
nidad" son en este contexto categorías prácticas, anticipadoras del
deber ser. Lejos de esto se encuentra la noción de h u m a n i d a d ,
esgrimida por Comte al proponer su religión universal. H u m a -
n i d a d que paradójicamente "cuenta con más muertos que vivos",
y que, en última instancia, funciona como recurso ideológico
totalizador.
Una última discrepancia queremos mencionar. Consiste en que
Hostos, a diferencia de Comte, valora positivamente la constitución
de u n Estado de derecho. Es decir u n Estado regido p o r leyes
positivas, racionalmente organizadas en u n a Constitución. Volve-
remos sobre este p u n t o m á s adelante, c u a n d o recabemos m á s
elementos de juicio al tratar sobre los "órganos sociales".

167
Hostos, Eugenio María de. "Recuerdo de Ramón Emeterio Betances". En:
Obras Completas. Vol. XIV: Hombres e ideas, p. 70.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 241

En síntesis, p o d e m o s afirmar que Hostos utiliza elementos y


terminología positivista en la m e d i d a que necesita elaborar u n
discurso sociológico orientado en sentido contrario al de la tra-
dición escolástica. Se apoya, para ello, en la constitución de la
Sociología como saber científico riguroso. Tal constitución de la
ciencia social debía ser capaz de aprehender en forma realista y
crítica la especificidad de la sociedad antillana, dejando de lado
los dogmatismos teológicos y las especulaciones metafísicas del
escolasticismo a ú n vigente en u n a sociedad que mantenía rela-
ciones esclavistas y serviles. Sin embargo, en el desarrollo de los
temas que configuran ese saber social se trasluce constantemente
la matriz krausista en la que se insertan los elementos del posi-
tivismo, d a n d o lugar a u n a original síntesis krauso-positivista. Ese
ideario, que en el concierto intelectual europeo podía parecer retra-
s a d o , fue e m p u ñ a d o p o r v a r i o s d e n u e s t r o s i n t e l e c t u a l e s
progresistas, Hostos en particular, y puesto al servicio de la causa
de la independencia y la unidad antillana. No incurriremos, sin
embargo, en la ingenuidad de desconocer sus limitaciones, que
señalaremos oportunamente.

6.2.2. El método de la Sociología

Para abordar científicamente el estudio de la sociedad, tal como


Hostos se lo propone, con el objetivo de probar la existencia de u n
orden natural y demostrar que éste deriva de leyes infalibles, es
necesario contar con u n método adecuado. Ya que la sociología es
una ciencia que, por una parte, se ocupa de conocimientos generales
al indagar las leyes de la naturaleza, y por otra parte, estructura
en u n sistema los conocimientos obtenidos a partir de fenómenos
que se presentan seriados; entonces, el método comprende tanto a
la inducción y a la deducción, como a la sistematización. Pero
a d e m á s requiere de p r o c e d i m i e n t o s q u e p e r m i t a n contrastar
continuamente los datos de la historia. Estos procedimientos son
la observación (de los hechos mismos o intuición), la analogía (pues
242 ADRIANA ARPINI

los hechos están referidos a una misma naturaleza) y la experi-


m e n t a c i ó n (pues sólo la repetición c o n g r u e n t e de los hechos
permite declarar que hay u n orden natural de la humanidad) (cfr.
R. Lección 5). La utilización del m é t o d o p e r s i g u e u n a doble
finalidad, teórica, en cuanto busca conocer las leyes naturales en
que se funda el orden; y práctica, en cuanto la aplicación de estos
conocimientos permite alcanzar la m a y o r felicidad colectiva e
individual.
El método es definido en el Tratado como

conjunto de procedimientos que se emplean para llegar al


conocimiento de verdades generales y particulares (T. 7).

Esas operaciones son la intuición de la realidad, la inducción de


relaciones causales que producen u n orden estable, la deducción
de las leyes naturales que fundan el orden, y la sistematización
que permite la exposición efectiva de la ciencia. Todas ellas están
orientadas a probar

en el transcurso de la historia, la existencia de u n orden


superior al desorden tradicional de la sociedad h u m a n a
(...) y la (...) e x i s t e n c i a de d o s factores i n v a r i a b l e s ,
igualmente resistentes a toda violación de su naturaleza,
en t o d o el transcurso de la historia: el i n d i v i d u o y la
sociedad (T. 16-17).

Ya hemos sugerido la posibilidad de establecer u n paralelo entre


las operaciones metodológicas especificadas por Hostos y el doble
proceso metódico que describe Tiberghien.
Hostos utiliza el símil de la escalera de dos hojas para mostrar
la relación que existe entre intuición, inducción y deducción. Estos
tres momentos metódicos, a los que se suma la sistematización,
constituyen el esqueleto sobre el que se monta toda la sociología
hostosiana. Llama la atención encontrar en el escrito sobre La
Observación de Tiberghien una imagen semejante para explicar el
camino que conduce primero a la verdad y luego a la certidumbre.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 243

TIBERGHIEN HOSTOS

Observación Intuición
externa interna del m u n d o del m u n d o
físico moral

Juicio intuitivo

Análisis Inducción
(= inducción)
Verdad Juicio inductivo

Síntesis Deducción
(= deducción y demostración)
Certeza Juicio deductivo o Ley

Sistematización

Camino que debe ser recorrido en su totalidad si se desea que la


ciencia descanse sobre base segura. Nos permitimos transcribir
los párrafos más demostrativos de ambas imágenes para facilitar
al lector la posibilidad de comparar.

Dice Hostos en el Tratado de Sociología:

El hecho es que, para trepar la escalera, hay forzosa nece-


sidad de estar en el suelo que la sustenta, y de conocer lo
mejor posible las circunstancias de ese suelo, para el caso
de u n a posible caída.
...Cuando ya se conoce la realidad de d o n d e intentamos
sacar conocimiento, ya p u e d e afirmarse la razón... C u a n d o
la inducción está basada en la intuición el conocimiento
de las relaciones de efecto a causa es tan natural, que se
p u e d e seguir la serie de las relaciones, al m o d o que se
p u e d e ir subiendo escalón tras escalón...
244 ADRIANA ARPINI

A s í es c o m o se f o r m a el j u i c i o i n d u c t i v o , q u e n e c e s a -
r i a m e n t e t i e n e q u e c o r r e s p o n d e r a la n o c i ó n d e o r d e n
estable, n a t u r a l y c o n n a t u r a l .
. . . c u a n d o h e m o s l l e g a d o a la c i m a d e la i n d u c c i ó n , y a
p o d e m o s , a p o y á n d o n o s e n el juicio i n d u c t i v o q u e h e m o s
f o r m a d o , d e s c e n d e r d e r e l a c i ó n e n relación, e s t a b l e c i e n d o
las d e p e n d e n c i a s q u e v a y a m o s e n c o n t r a n d o entre las
c a u s a s d e las cuales p a r t i m o s y los efectos h a c i a los c u a l e s
descendemos.
Ese f u n c i o n a m i e n t o es lo q u e c o n s t i t u y e la d e d u c c i ó n , q u e
- e n d e f i n i t i v a - n o es m á s q u e el trabajo d e i n d a g a c i ó n d e
las leyes n a t u r a l e s e n q u e se f u n d a u n o r d e n c u a l q u i e r a (T
10-11). 1 6 8

Por su parte, Tiberghien propone:

p a r a h a c e r q u e se c o m p r e n d a mejor, r e p r e s e n t a r é la v e r d a d
e n la c u m b r e d e u n a m o n t a ñ a . . . El c a m i n o d e la ciencia
s u b e r o d e a n d o d u l c e m e n t e las l a d e r a s d e la m o n t a ñ a , y
v u e l v e l u e g o d e s d e la c u m b r e a la l l a n u r a : d e a q u í las d o s
p a r t e s del m é t o d o , l l a m a d a s v u l g a r m e n t e análisis y síntesis.
El análisis se eleva g r a d u a l m e n t e d e s d e el p u n t o d e p a r t i d a
h a s t a el p r i n c i p i o s u p r e m o d e las cosas, e x a m i n a n d o c a d a
objeto e n sí m i s m o tal y c o m o se p r e s e n t a al p e n s a m i e n t o ,
a excepción d e su o r i g e n y d e su causa. La síntesis d e s c i e n d e
d e s d e el p u n t o m á s alto al p u n t o d e p a r t i d a , e x a m i n a n d o
los m i s m o s objetos bajo u n n u e v o a s p e c t o , i l u m i n a d o s c o n
la l u z d e la v e r d a d o tales c o m o d e b e n ser e n v i r t u d d e su
causa. D e este m o d o , la síntesis c o m p r u e b a las p r i m e r a s
i n v e s t i g a c i o n e s o p r u e b a el análisis. L a c e r t e z a d e p e n d e
d e la m u t u a c o r r e s p o n d e n c i a d e los d o s p r o c e d i m i e n t o s . . .
...Todo lo q u e confirma la intuición es objeto d e análisis, y
lo q u e se o b t i e n e p o r d e d u c c i ó n o p o r la d e m o s t r a c i ó n es
objeto d e la síntesis. 1 6 9

168
Al hablar de juicio inductivo pareciera que Hostos supone la posibilidad
de una inducción completa.
169
Tiberghien, G. La Observación, pp. 120 a 121.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 245

Sería, por cierto, forzado no reconocer variaciones entre ambas


concepciones del método; a u n cuando, a nuestro juicio, existe u n
marcado paralelismo. Ambos coinciden en que la observación,
externa e interna, es el primer paso del método. Pero Hostos le
otorga el rango de procedimiento capaz de proporcionar u n primer
nivel de conocimiento expresable en el "juicio intuitivo", mientras
que para el filósofo belga constituye el p u n t o de partida dentro de
u n paso metodológico más complejo, el análisis. Éste es, como la
inducción para Hostos, u n proceso racional ascendente que procura
el conocimiento de las causas.
Según Tiberghien llega "hasta el principio s u p r e m o de las
cosas"; en tanto que para Hostos el conocimiento de tal principio
no lo proporciona el proceder científico. Respecto de la causa
originaria sólo cabe el deber de gratitud y veneración. En la ciencia
social, el conocimiento de la causa, que se expresa en el juicio
inductivo, consiste en descubrir que "hay leyes naturales de la
sociedad, porque hay u n orden social que es necesario" (T. 37). La
deducción, o síntesis según Tiberghien, es la vía descendente que
proporciona u n a verdad completa, ley o certeza, respectivamente.
Ahora bien, el supuesto de la armonía y regularidad de la natu-
raleza, del que ambos autores participan, es expresado por Hostos
a nivel discursivo y se mantiene siempre - e n el Tratado con mayor
énfasis- como el supuesto extra discursivo de todos los enunciados
que estructuran la exposición de la Sociología. También es u n
supuesto extra discursivo, referido en el discurso, el "desorden
tradicional de la sociedad h u m a n a " . Sin embargo, ambos supues-
tos son diferentes y cumplen distintas funciones. La armonía y
regularidad naturales constituyen u n "orden superior" ontológi-
camente, es decir sustancial y, consecuentemente, ahistórico, que
sostiene la a r g u m e n t a c i ó n m á s allá de los a r g u m e n t o s y del
a r g u m e n t a d o r . Mientras q u e el " d e s o r d e n tradicional de las
sociedades" es u n dato objetivo que n o posee jerarquía ontológica,
pertenece al m u n d o real y, por lo tanto, a la historia. La diferencia
de rango ontológico hace que en la primera confluya el ser y el
deber ser, mientras q u e el s e g u n d o representa lo accidental y
246 ADRIANA ARPINI

transitorio, es decir, lo histórico concreto. Es en el procedimiento


de la observación de los hechos mismos d o n d e encontramos lo
más interesante de la propuesta metódica elaborada por Hostos.
Sin embargo, el racionalismo armónico, del que participa, le con-
dujo a la h o r a d e e x p o n e r s i s t e m á t i c a m e n t e la sociología, a
privilegiar el ideal y a considerar como accidente o dificultad
histórica aquella r e a l i d a d t a n p r o f u n d a m e n t e v i v i d a p o r él,
entretejida de conflictos, conquistas y derrotas, p r o d u c t o s del
efectivo obrar cotidiano de los hombres.
La deshistorización del esquema en virtud de la universalidad
del método no lo pone a salvo de la ambigüedad, sobre todo si se
tiene en cuenta la relación entre la elaboración teórica del método
y la práctica q u e está d e s t i n a d o a orientar. Efectivamente, u n
e s q u e m a ahistórico p u e d e resultar útil, en el m o m e n t o de la
emergencia, para conducir la lucha liberadora; pero puede también,
én el m o m e n t o de la consolidación, tornarse en i n s t r u m e n t o
paralizador y a u n retrogrado.

6.2.3. La categoría de o r d e n

Como hemos visto, Hostos expresa en el Resumen serias dificultades


para lograr u n a definición de la Sociología y de su objeto, que se
presenta heterogéneo y polarizado entre intereses opuestos. En el
Tratado, sin embargo, esta dificultad parece totalmente superada.
Define allí a la Sociología como

la ciencia primaria, abstracta, intuitivo-inductivo-deduc-


tiva, que estudia las leyes naturales en que se funda el orden
de la realidad social. (T. 61).

El "orden", que en el Resumen constituye u n objetivo tanto del


conocimiento como de la acción, en el Tratado es u n supuesto meta-
sociológico y, a la vez, la categoría articuladora de todo el discurso
sobre la sociedad. Una prueba de ello es la división de la Sociología
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 247

que propone a renglón seguido de la definición. En esa división


aparecen junto a la Socionomía o Sociología propiamente dicha,
parte general de la ciencia, otras tres partes de aplicación: la
Sociografía, la Sociorganología y la Sociopatía. Esta última dedi-
cada a estudiar las alteraciones de ese orden, consideradas como
enfermedades sociales. Se trata de conocer cuáles son, como se
previenen y cómo se curan. Esta consideración de las patologías
sociales, frecuente entre las concepciones sociológicas de base
organicista, tiene importantes derivaciones éticas. En el caso de
Hostos, el o r d e n social es fruto de la observancia de las leyes
naturales de la sociedad, constituye el deber ser. Las alteraciones
o "enfermedades" sobrevienen cuando u n individuo o u n grupo
de ellos se apartan del cumplimiento del deber. Ante la posibilidad
de tales situaciones s i e m p r e es mejor p r e v e n i r q u e curar. La
educación es el medio m á s eficaz para asegurar la moralización
del individuo y, por lo tanto, la salud de la sociedad.
El d e s p l a z a m i e n t o y la a c e n t u a c i ó n en la v a l o r a c i ó n del
"orden" que se advierte del Resumen al Tratado no son ajenos a la
resemantización de las categorías de "barbarie" y "civilización",
que ya hemos señalado a propósito de los escritos ensayísticos de
la primera y de la última etapa de su pensamiento. Recordemos,
en particular, la categoría de "civilización", q u e pasa d e ser
sinónimo de "libertad" a ser equivalente de "organización" y
"orden" (véase el Cap. 4: "Barbarie" y "Civilización": categorías
de análisis social).
Por lo tanto, la tematización del "orden" es central en el pensa-
miento sociológico de Hostos. Es posible afirmar que también esta
categoría se halla sujeta a r e s e m a n t i z a c i o n e s s e g ú n la inten-
cionalidad con que es usada, dentro de la articulación general de
la Sociología h o s t o s i a n a , e n los d o s m o m e n t o s q u e h e m o s
distinguido, el del Resumen y el del Tratado.
Tanto en u n o como en otro, el p u n t o de partida está d a d o por
la evidencia de u n hecho real, mostrado por la Historia, una vez
arribada a una etapa de m a d u r e z evolutiva, en que se constituye
en exposición sistemática de la razón filosófica del acaecer. Ese
248 ADRIANA ARPINI

hecho es "la existencia normal y regular de u n ser idéntico a sí


mismo, en todos los tiempos y lugares...: "la sociedad humana",
la " h u m a n i d a d " como conjunto congruente que se constituye en
la "sociedad general" (R. 211). La historia muestra que es u n a
misma naturaleza biológica y psicológica la que actúa en todos los
hombres y, por lo tanto, en todos los grupos sociales. Ya hemos
visto que la idea de H u m a n i d a d es el a priort configurador del
h u m a n i s m o racional q u e Sanz del Río i n t r o d u c e en España,
recogiendo las enseñanzas de Krause. Dice el maestro alemán:

C u a n d o esta idea de la h u m a n i d a d es clara para el espíritu,


y lo mueve interiormente a convertirla en hecho, entonces
se determinan direcciones y planes prácticos de obrar, esto
es, se forma u n ideal al tenor de esta cuestión: ¿cómo deben
ordenarse las relaciones h u m a n a s , las tendencias y di-
recciones que la h u m a n i d a d e n v u e l v e e n sí, p a r a q u e
correspondan a su naturaleza y al cumplimiento de su
destino? 170

Este a príori está, también, a la base del intento hostosiano de dar


lugar al nacimiento de u n a ciencia nueva, la Sociología, cuyo juicio
intuitivo básico afirma que

la sociedad es u n a realidad viva, u n ser viviente (T. 26).

A partir del supuesto biologista, que asimila la evolución histórica


y social a la evolución del organismo individual, queda obviamente
condicionado el p u n t o de vista desde el cual se seleccionan los
datos acerca de la vida de ese ser que se manifiesta en la historia.
En u n proceso de intuiciones, deducciones e inducciones, Hostos
llega a enunciar seis verdades absolutas respecto de la sociedad.
Sigamos su r a z o n a m i e n t o : los d a t o s intuidos, q u e la historia
suministra a la Sociología son: la realidad de la vida colectiva; la

170
Kxause/Sanz del Río. El ideal de la humanidad para la vida. Madrid,
Orbis, 1985. p. 61.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 249

identidad de su naturaleza en todo tiempo y lugar; la igualdad de


conducta en las mismas circunstancias. Ellos permiten deducir las
siguientes proposiciones: primero, que todo ser colectivo tiene las
mismas necesidades; segundo, que emplean los mismos medios
en cualquier circunstancia; y tercero, que la sociedad, en particular,
y la especie h u m a n a , en general, posee u n a misma experiencia y
una misma capacidad de desarrollo racional.
De la correspondencia entre aquellos datos y estas p r o p o -
siciones se "inducen 7 ' las siguientes verdades necesarias para la
existencia del ser colectivo e individual:

1) "la a s o c i a c i ó n d e los h o m b r e s p a r a fines i n d i v i d u a l e s y


colectivos",
2) "la conservación de las sociedades",
3) "el trabajo en sus tres fases, física, moral e intelectual",
4) "la libertad del ser colectivo y de los seres individuales",
5) "el desarrollo o progreso de las sociedades h u m a n a s " , resultante
de las conclusiones anteriores,
6) "la civilización o desarrollo máximo de la racionalidad del ser
colectivo, en todos los tiempos y lugares, es una condición ideal
de la vida, que resulta de su propia naturaleza racional y cons-
ciente, y del conjunto de las condiciones anteriores" (R. Lecciones
6 y 7).

Cabe aclarar que se hace aquí u n uso particular de la "inducción",


tanto por los elementos que se toman como p u n t o de partida como
por las verdades a las que se arriba. Tal procedimiento se aproxima
más a u n a intuición de tipo trascendental, que al proceso inductivo
que desde Bacon caracteriza al método de las ciencias naturales.
Una aplicación tan particular de la "inducción" es, sin embargo,
coherente con el propósito de demostrar la existencia de u n orden
natural de la sociedad. Tarea q u e corresponde a la Sociología
Inductiva según queda expresado en el Tratado.
El orden social surge necesariamente de la consideración de la
sociedad como u n organismo, cuyas funciones están en correspon-
250 ADRIANA ARPINI

dencia con las necesidades por resolver. La suma de estas funciones


constituye la "civilización",

porque la experiencia universal y continua de los hombres


les ha probado que la realización de la vida individual y
colectiva es más conforme a las necesidades de su natu-
raleza cuando se efectúa en la ciudad (civitas) que cuando
tratan de efectuarla en la soledad de los campos (T. 29).

Cabe recordar la apreciación de Hostos respecto de la dicotomía


campo-ciudad que hemos comentado a propósito de La Peregri-
nación de Bayoán. Allí afirma Hostos que la ciudad es el lugar d o n d e
las virtudes se truecan en "comercio de vicios", d o n d e el "carácter
nacional" es corrompido por las "costumbres extranjeras" insta-
ladas por la administración española. Descripción que contrasta
con la "integridad" del h o m b r e de campo: " - e n el campo yo veo
compatriotas-" dice Bayoán. En otras palabras, es en la ciudad
d o n d e se aloja la barbarie, mientras que el campo es recinto de la
armonía. (Cfr. p u n t o 3.4. La metáfora de la Peregrinación). El texto
t r a s c r i p t o del Tratado de Sociología p r e s e n t a u n a v a l o r a c i ó n
aparentemente contraria a la que se plasma en la Peregrinación.
Aparentemente, decimos, pues ha de tenerse en cuenta, en primer
lugar, q u e se trata de textos p r o d u c i d o s en distintos m o m e n t o s
de la trayectoria hostosiana y están, p o r lo tanto, insertos en
situaciones socio-históricas donde la conflictividad ofrece registros
diferentes. En el caso de la Peregrinación el conflicto se centra en
torno a la opuesta independencia-colonia, que constituyen marcas
semánticas de la dicotomía civilización-barbarie respectivamente.
En el Tratado, en cambio, el antagonismo se plantea como necesidad
de organización social y nacional, frente a la fragmentación o
anarquía social y administrativa que la colonia sedimentó. Con lo
cual las categorías de civilización y barbarie adquieren nuevas
marcas semánticas. Por otra parte, ha de considerarse también que
se trata de discursos diferentes, uno narrativo y otro expositivo/
discursivo, tal como lo requiere el carácter sistemático de u n
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 251

tratado. En este caso el p u n t o de partida es la sociabilidad propia


de la naturaleza humana, y la ciudad es vista como el ámbito propio
de la vida comunitaria, d o n d e se hace posible el desarrollo de los
medios y funciones adecuados a la satisfacción de las necesidades.
Así como en la novela Hostos nos presenta u n a imagen idealizada
del campo en la que quedan diluidas las diferencias sociales propias
de la economía de plantación, así también la afirmación de la
ciudad como ámbito donde la vida colectiva se realiza conforme a
la naturaleza, es u n a expresión que apunta al deber ser antes que a
la constatación de la realidad inmediata.
El cumplimiento de las funciones sociales -trabajo, gobierno,
educación, religiosidad y seguridad pública- no queda garantizado
necesariamente, pues de hecho existen países que no h a n alcanzado
u n grado suficiente de organización. En ellos prevalece la insegu-
ridad de la vida doméstica tanto en el campo como en las ciudades.
En los países organizados, por el contrario, se arraiga el orden
colectivo, moral y civil. Su legislación descansa en la "fuerza orga-
nizada y no en la "fuerza bruta"; contribuyendo, así, a la "grande
institución de la propia nacionalidad" (T. 28).
En consecuencia, si existe u n a correlación entre las funciones
sociales y las condiciones bióticas de la especie h u m a n a , entonces
"el o r d e n es u n a fatalidad de las sociedades h u m a n a s " por el
carácter mismo de la vida social (T. 33).
En definitiva, el orden social es necesario porque deriva de la
naturaleza h u m a n a misma, y alcanza su grado óptimo de desa-
rrollo armónico en el estadio de la civilización. N o obstante, la
historia muestra alteraciones., paralizaciones y a u n regresiones en
el proceso evolutivo de las sociedades. La causa de estos obstáculos
se halla también en el hombre, en su voluntad interesada que,
mediante legislaciones positivas, estatuye u n orden artificial y
contrario a las leyes naturales de la sociedad.
252 ADRIANA ARPINI

6.2.4. Las leyes "naturales" de la sociedad

Una vez perfilado el método y asegurada la existencia de u n orden


natural de la vida h u m a n a , procede Hostos al análisis de las leyes
"naturales" de la sociedad que se corresponden con las verdades
necesarias para la existencia del individuo y la comunidad. En los
cuadros que siguen presentamos la correspondencia entre verdades
y leyes (Cuadro I) y el enunciado de estas en el Resumen y en el
Tratado (Cuadro II).
La diferencia entre los enunciados de las leyes que aparecen
en el Resumen y los propuestos en el Tratado, no es solamente el
resultado de haber alcanzado u n mayor grado de formalización y
precisión e n el c o n t e n i d o de los m i s m o s . N o s a r r i e s g a m o s a
sostener que el motivo de la diferencia se halla en la adopción de
una posición valorativa diferente respecto de la organización social
y en la acentuación de la noción de orden como elemento semático
privilegiado en la categoría de civilización.
Es dable advertir, en ambas formulaciones, u n a correlación
entre las distintas leyes, cuyo p u n t o de partida está dado p o r las
"necesidades" humanas. Esto es, en primer lugar, la necesidad de
conservar la propia vida y consecuentemente, la necesidad que
cada u n o tiene de los demás para realizar los fines de la vida, que

CUADRO I
N° Verdades Leyes " n a t u r a l e s " de la sociedad
Necesarias
(Inducidas) en el Resumen (1) e n el Tratado (2)

0 Asociación Ley de Sociabilidad Ley de Sociabilidad =


1 Trabajo Ley del Trabajo Ley constitutiva
Ley universal del Trabajo
2 Libertad Ley de Libertad Ley universal de Leyes
Orgánicas
3 Progreso Ley de Progreso Ley universal del Progreso
4 Conservación Ley de Conservación Ley de Conservation
5 Civilización Ley d e Civilización Ley del Ideal
00 Ley de los Medios =
Ley d e procedimiento
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 253

(1) En el Resumen ]as leyes están enunciadas e n el siguiente orden:


1. Sociabilidad; 2. Trabajo; 3. Libertad; 4. Progreso; 5. Conservación;
6. Civilización.
(2) En el T r a t a d o se considera q u e las leyes fundamentales son
cinco: 1. Trabajo; 2. Libertad; 3. Progreso; 4. Ideal; 5. Conservación.
Todas ellas subordinadas a otras dos: 0. Sociabilidad; 00. De los Medios.

C U A D R O II
Enunciado d e las Leyes
N° en el Resumen en el Tratado
0 "sujeción natural del i n d i v i d u o "la sociabilidad está en razón
a la sociedad" (p. 215). positiva de la fuerza del ins-
tinto de conservación y e n
razón negativa de las necesi-
d a d e s colectivas" (p. 46).
1 "correlación entre el trabajo y "El c o n s u m o es proporcional
la subsistencia", (p. 216). a la producción, y la p r o d u c -
ción es proporcional a la
eficacia de los coeficientes del
trabajo (tierra, obreros,
capital)" (p. 47).
2 " m o d o universal de realizar "La libertad está e n relación
la vida... abarca los fines de armonía con el derecho y
individuales y el m e d i o el deber y en relación de
general y n a t u r a l de acción contraste con la fuerza y el
p a r a la realización de fines" p o d e r " (p. 47).
(p. 216-217).
3 Progreso = desarrollo: "nacer, "El progreso está e n relación
crecer y declinar" a lo q u e positiva de la educación y en
"se h a d e agregar la idea de relación negativa del m e n o r
progreso y desarrollo reflexivo, g r a d o de perfeccionamiento"
estimulado y favorecido (p. 48).
e x p r e s a m e n t e " (p. 219).
254 ADRIANA ARPINI

4 "efecto de una causa continua "La conservación corresponde


que está (en la vida), y que es a la fuerza vital, y la fuerza
el instinto de conservación que vital a la energía con que se
le dio la naturaleza"... "se adaptan los medios
refiere en el individuo funcionales a todos y cada
exclusivamente a la fin de una función" (p. 49).
integridad de su vida material,
en la sociedad se refiere a la
integridad de la vida material,
volitiva y afectiva de la
humanidad" (p. 220- 221).
5 Propósito de alcanzar el último "El ideal está en razón directa
grado posible de racionalidad y del desarrollo de la moral, y
conciencia = civilización. en relación inversa de la
"Correlación invariable entre el capacidad colectiva para
desarrollo de la vida colectiva y conocer los fines religiosos
el aumento de racionalidad o morales" (p. 48).
humana" (p. 222).
00 "Toda fuerza social al pasar
de u n medio a otro se
quebranta" (p. 50),

Juicio inductivo: "Hay Leyes naturales de la sociedad porque hay u n


orden social que es necesario" (T. 27).

es el origen de la Sociabilidad. Nótese que el instinto al que se


alude en la ley de Sociabilidad no es otro que el de conservación.
El Trabajo es el medio natural para el logro de la subsistencia que,
según lo establece el enunciado de la ley en el Tratado, consiste en
el equilibrio entre la producción y el consumo. Surge entonces el
"orden económico" que hace posible el bienestar social. Las formas
artificiales de organización del trabajo, que se h a n d a d o histó-
ricamente, h a n sido incapaces de p r o d u c i r la relación n o r m a l
establecida en la ley. H a n generado formas de esclavitud, servi-
d u m b r e y vasallaje, y también

la desigualdad entre las fortunas y las prosperidades, el


hambre para el trabajador y la saciedad para el capitalista,
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 255

las d e s v e n t a j a s comerciales p a r a las n a c i o n e s débiles y las


ventajas a b r u m a d o r a s p a r a las n a c i o n e s fuertes (T. 72).

D e ahí q u e , a d o p t a n d o el p u n t o d e vista d e la s o c i e d a d ideal, insiste


H o s t o s e n la n e c e s i d a d d e restablecer el s e n t i d o o r i g i n a r i o d e la
ley, s o b r e t o d o p a r a el caso d e las s o c i e d a d e s e n formación. 1 7 1
La ley d e la L i b e r t a d e n l a z a c o n las a n t e r i o r e s c o l o c a n d o el
p u n t o d e e q u i l i b r i o p o s i t i v o e n el p l a n o j u r í d i c o . D e r e c h o y d e b e r
s o n a g e n t e s q u e c o a d y u v a n a sostener la a r m o n í a jurídica, m i e n t r a s
q u e f u e r z a y p o d e r a c t ú a n n e g a t i v a m e n t e e n r e l a c i ó n c o n esa
a r m o n í a . El P r o g r e s o p r o c e d e l ó g i c a m e n t e d e l c u m p l i m i e n t o
efectivo d e la sociabilidad, el trabajo y la libertad. C o m o e n los
o r g a n i s m o s v i v o s , el p r o g r e s o social es fatal, i n c o n t e n i b l e e i n c o n -
trastable, p e r o r e q u i e r e d e e s t i m u l a c i ó n c o n s t a n t e y o r i e n t a c i ó n
reflexiva. D e a h í q u e la ley c o n t e m p l a e n s u f ó r m u l a la r e l a c i ó n
e n t r e e d u c a c i ó n y g r a d o d e p e r f e c c i o n a m i e n t o . La Ley d e l Ideal se
instala d e f i n i t i v a m e n t e e n el t e r r e n o d e la ética. M u e s t r a la b r e c h a
e n t r e s e r y d e b e r ser, c o n t r a s t a n d o la c a p a c i d a d i n d i v i d u a l y
colectiva d e c o n o c e r los fines, c o n la a n t i c i p a c i ó n racional del Bien
u O r d e n m o r a l c o m o t é r m i n o r e g u l a d o r d e l obrar.
La ley d e la C o n s e r v a c i ó n , q u e e n el Tratado a p a r e c e c o m o la
ú l t i m a d e las leyes o r g á n i c a s , c o n t i e n e a las a n t e r i o r e s y es, al
m i s m o t i e m p o , el s u p u e s t o d e t o d a s ellas. E n efecto, y a h e m o s
a d v e r t i d o q u e e n la ley d e Sociabilidad o ley c o n s t i t u t i v a d e la

171
Queda planteada la incertidumbre respecto del tipo de sociedad ideal
pensada por el autor, donde sea posible el equilibrio entre producción y
consumo. Podría pensarse en una sociedad arcaica poseedora de un orden
económico armonioso, que permitiera la satisfacción de todas las necesidades,
sin que se generen otras nuevas o que se complejicen los modos de satisfacerlas.
Aun cuando Hostos deja constancia de los antagonismos que generan las
formas artificiales de organización del trabajo, no profundiza en un análisis
del vínculo entre los modos de producción y las relaciones sociales. Un análisis
semejante no es esperable dentro del pensamiento hostosiano, pues supondría
manejar elementos de la crítica a la economía política desarrollada por Marx
que, como ya se vio, no forma parte del bagaje teórico del puertorriqueño.
256 ADRIANA ARPINI

sociedad se alude expresamente al instinto de conservación como


energía posibilitante de la vida social. N o s interesa de m a n e r a
especial detenernos en el análisis de este aserto hostosiano, pues
consideramos que es u n a de las aristas de su pensamiento ético-
social, c u y a r e c u p e r a c i ó n ofrece, a n u e s t r o juicio, f e c u n d a s
posibilidades p a r a u n debate que nos es contemporáneo. N o s
referimos a la defensa de las condiciones bióticas para el desarrollo
planetario.
H e m o s visto la correlación existente entre las distintas leyes
siguiendo la formulación que Hostos proporciona en el Tratado de
Sociología. Correlación q u e p o d e m o s sintetizar de la siguiente
manera: la instancia constitutiva de la sociedad surge de la nece-
sidad natural que los hombres tienen de relacionarse m u t u a m e n t e
para satisfacer los fines de la vida. A partir de este fenómeno, que
enraiza en la naturaleza h u m a n a , se desenvuelve todo el proceso
de organización social que implica el logro de diferentes formas
de equilibrio s e g ú n la esfera de la actividad h u m a n a a la que
corresponde cada ley. Así se configuran distintos órdenes corre-
lativos: el orden económico (ley del Trabajo), el orden jurídico (ley
de la Libertad), la correspondencia entre educación y perfeccio-
n a m i e n t o (ley del Progreso), el o r d e n m o r a l (ley del Ideal) y,
finalmente, la adecuación entre la fuerza vital y la fuerza de
conservación social, en la que r e s u l t a n r e s u m i d a s las formas
anteriores de equilibrio (ley de Conservación).
Si apreciamos en detalle la exposición de esta última ley,
p o d e m o s advertir que la conservación se juega, tanto en el Resumen
como en el Tratado, en dos niveles. Dice Hostos:

El mismo instinto de conservación que tiene cada individuo


h u m a n o , lo tiene la especie entera. Si la h u m a n i d a d no
tuviera ese instinto de conservación, no prevalecería sobre
los c o n t i n u o s o b s t á c u l o s q u e se o p o n e n a su vida...
Podemos, pues, decir que la conservación de la vida es
resultado o efecto de una causa continua que está en ella,
y que esa causa es el instinto de conservación que le dio la
naturaleza.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 257

Ahora bien, como las manifestaciones de la vida colectiva


n o s o n s i m p l e m e n t e m a t e r i a l e s , sino q u e se refieren
también a la naturaleza moral y a la intelectual de nuestra
especie, ella no trata simplemente de conservar su vida
material, sino que aplica todos los instintos de conservación
a la subsistencia de los bienes que u n a vez ha adquirido
(R. 220-222).

Los párrafos transcriptos m u e s t r a n con t o d a claridad los d o s


niveles a que hacíamos referencia, evidenciando u n dinamismo
que va de lo individual a lo colectivo y de lo orgánico/natural a lo
racional/cultural. En efecto, el p u n t o de partida es el instinto de
conservación con que la naturaleza proveyó a los hombres. Ese
instinto básico entraña una afirmación de sí mismo como ente vivo,
m o m e n t o germinal posibilitante de todo el complejo proceso de
humanización. Se trata, a la manera de los estoicos, de u n cono-
cimiento instintivo de sí mismo, o dicho en otras palabras, de u n
acto de autoafirmación que en este primer nivel está directamente
vinculado a lo natural instintivo .
La r e i t e r a d a afirmación h o s t o s i a n a e n q u e se define a la
sociedad como u n organismo vivo, resulta redimensionada si se
tiene en c u e n t a la r i q u e z a potencial de este p r i m e r nivel de
conservación, que también está presente en la ley constitutiva de
la sociedad.
En efecto, la primera formulación de la ley de Sociabilidad, en
el Resumen, hace referencia directamente a u n a "sujeción natural"
en virtud de la cual el individuo obtiene de la sociedad los mayores
beneficios en orden a la subsistencia, la educación, la moral, en
fin, la "civilización" como ideal. La formulación del Tratado, más
compleja, es fruto de u n a consideración previa acerca de las
dificultades para establecer u n a relación constante entre el in-
dividuo y la sociedad, que sea semejante a la cohesión, afinidad o
atracción que se da entre otros seres naturales. Apelando a u n
fenómeno más general, esa relación es establecida para las cosas
h u m a n a s a partir del instinto de conservación. De esta manera la
existencia de las sociedades se funda en u n automatismo natural y
258 ADRIANA ARPINI

extra histórico. Sin embargo, no ha de creerse que se trata de colocar


la problemática de lo social fuera del ámbito de lo histórico. Al
contrario, se trata de no olvidar ese primer nivel orgánico consti-
tutivo de la sociedad, por encima del cual se construye otro nivel
racional, cultural, histórico. En este nivel la conservación está
directamente referida a "la subsistencia de los bienes u n a vez
adquiridos"'. Es posible, entonces, considerar la existencia real de
sociedades diferentes como consecuencia de factores extraños al
dinamismo natural. Uno de esos factores es la voluntad que no
siempre acompaña con sentido positivo el desarrollo social. La
voluntad h u m a n a "caprichosa" suele poner obstáculos al impulso
natural de la sociabilidad.
Cabe destacar que esta valoración negativa de la voluntad
h u m a n a tiene que ver con la mayor o menor importancia que se
otorgue a la misma en cuanto motor de la historia. Ello implica
formas diferentes de establecer la relación entre v o l u n t a d e
inteligencia; es decir, entre querer el fin y conocerlo. Ya en la Edad
Media esta problemática alcanzó amplio desarrollo en los terrenos
de la moral y la teología. Basta recordar al respecto las posiciones
encontradas de Duns Scoto o Guillermo de Occam, por u n lado, y
Santo Tomás, por el otro. La discusión tampoco fue desconocida
p o r los p e n s a d o r e s del R e n a c i m i e n t o y la M o d e r n i d a d , con
importantes derivaciones éticas y políticas. En esta perspectiva la
relación entre conocer, querer y lograr el fin es planteada como eje
temático en el m a r c o d e u n a filosofía de la historia. Filosofía
" m o r a l " de la historia, podríamos decir, que se cuestiona si el
desarrollo histórico del hombre responde a fines, y de ser así, cuál
es la índole de los mismos. No es otro el desafío que Kant propone
desde el párrafo introductorio de sus Ideas para una historia universal
en clave cosmopolita:

Independientemente del tipo de concepto que uno p u e d a


formarse con miras metafísicas acerca de la libertad de la
voluntad, las manifestaciones fenoménicas de ésta, las
acciones h u m a n a s se hallan determinadas conforme a leyes
universales de la Naturaleza...
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 259

A l filósofo n o le q u e d a o t r o r e c u r s o q u e i n t e n t a r
d e s c u b r i r e n este a b s u r d o d e c u r s o d e las cocas h u m a n a s
u n a intención de la Naturaleza, a p a r t i r d e la cual sea p o s i b l e
u n a historia d e criaturas tales que, sin conducirse con
a r r e g l o a u n p l a n p r o p i o , se lo h a g a n c o n f o r m e a u n
d e t e r m i n a d o p l a n d e la naturaleza. 1 7 2

Es b i e n s a b i d o q u e p a r a K a n t la v o l u n t a d es b u e n a e n si m i s m a
c u a n d o tiene a la r a z ó n c o m o directora. O sea c u a n d o , i n d e p e n d i e n -
t e m e n t e d e t o d a inclinación o m o t i v a c i ó n , elige lo q u e la r a z ó n
conoce c o m o necesario y b u e n o . E n tal caso la v o l u n t a d se identifica
c o n la r a z ó n p r á c t i c a . 1 7 3 F r e n t e al f o r m a l i s m o y al r i g o r i s m o
k a n t i a n o , y a la c o n s e c u e n t e escisión e n t r e h o m b r e n o u m é n i c o y
h o m b r e f e n o m é n i c o , el r a c i o n a l i s m o a r m ó n i c o p o s t u l a q u e "el
h o m b r e es u n a u n i d a d y t o t a l i d a d d e v i d a " , y q u e e n t a n t o ser
e s p i r i t u a l " d e l i b e r a y r e s u e l v e la d i r e c c i ó n q u e d e b e d a r a s u s
p o t e n c i a s y f u e r z a s " . Es decir q u e la r a z ó n , c o m o " c a u s a t e m p o r a l "
d e l o b r a r , d e t e r m i n a si d e b e y h a s t a q u e p u n t o c e d e r a l a s
solicitudes del a n i m o y el s e n t i d o ; y h a c i é n d o l o es v o l u n t a d . D e
m o d o q u e , s e g ú n afirma K r a u s e :

La v i r t u d m o r a l n o a d m i t e a q u e l t o r m e n t o voluntario,...
n o a p r u e b a el o l v i d o del c u e r p o y la n a t u r a l e z a y la c u l t u r a
d e a m b o s ; n o p r e s u m e f u n d a r s e e n la d e s n u d a v o l u n t a d
invididual...-
La v i r t u d m o r a l - a g r e g a - n o s m u e v e al r e c t o c o n o -
cimiento del m u n d o contemporáneo y sus relaciones
i n m e d i a t a s , s o b r e las q u e d e b a m o s ejercer a l g ú n influjo, y
n u n c a es i n d i f e r e n t e a los r e s u l t a d o s d e los n o b l e s e s -
fuerzos. 1 7 4

172
Kant, Inmanuel. Ideas para una historia universal en clave cosmopolita y
otros escritos de Filosofía de la Historia. Trad. de C. Roldan Panadero y R.
Rodríguez Aramayo. Madrid, Tecnos, 1987. pp. 3 a 5.
173
Cfr. Kant, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Trad. de
Manuel García Morente. Madrid, 6a ed., Espasa Calpe, 1980. p. 59.
Krause/Sanz del Río. El ideal de la Humanidad para la vida, p. 98.
260 ADRIANA ARPINI

En esta línea se inscribe la m a n e r a en que Hostos entiende la


relación entre r a z ó n y v o l u n t a d . P u e s , si bien asevera q u e la
voluntad, débil y caprichosa, no garantiza por sí sola la consecución
del fin y requiere, por tanto, de la razón iluminadora, ambas son
constitutivas del "hombre completo" u "hombre social".
H e m o s hablado del r e d i m e n s i o n a m i e n t o de la concepción
hostosiana de la sociedad como o r g a n i s m o vivo. Ello s u p o n e
revalorar su concepción organicista. Si se toma en cuenta la matriz
krausista de su pensamiento, se pone en evidencia la distancia que
lo separa del organicismo mecanicista, tanto como del formalismo
racionalista. Como hemos visto la conservación de la vida del
organismo social se plantea en dos niveles. En el primero se trata
de conservar la "fuerza vital". Pero como "la fuerza es de suyo
impulsiva... es necesario organizaría", con lo cual se pasa a otro
nivel de conservación y, también, a otro nivel en la consideración
de lo orgánico, entendido ahora como organización de la fuerza
vital. Ello implica diversos grados de racionalización y diferentes
maneras de darse la correspondencia entre los medios funcionales
y los fines de cada función. De d o n d e surgen, por u n lado, la
doctrina de los estados sociales evolutivos; y por otro lado, la
doctrina de los órganos sociales. En el Tratado esa energía o fuerza
vital es puesta en correspondencia con la adaptación. De m o d o
que resulta valorada como agente del orden y la conservación
social. A r g u m e n t o que encuentra apoyo en los ejemplos de las
ciencias naturales,

...así como en el m u n d o físico la fuerza no es más que la


causa natural del cambio en la composición de la sustancia,
así en el m u n d o social la fuerza no es más que la causa de
modificaciones i n d i s p e n s a b l e s p a r a c o o r d i n a r el libre
albedrío de los hombres con la regularidad de la vida de
las sociedades (T. 58).

Pero d a d o que esta energía puede, c u a n d o se sale de sus límites,


causar daños, es necesario "mantenerla dentro de sus órganos natu-
rales, es necesario organizaría" (T. 75).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 261

La r e g u l a r i d a d d e la fuerza social c o n t e n i e n d o y g o b e r -
n a n d o a la fuerza b r u t a , r e c l a m a la o r g a n i z a c i ó n d e d o n d e
p r o c e d e n los ejércitos, las a r m a d a s , las policías, los
r e s g u a r d o s . . . e s t a o r g a n i z a c i ó n d e la f u e r z a p ú b l i c a ,
c o n f o r m e a su d e s t i n o d e c o n s e r v a c i ó n social... n o se h a
d a d o h a s t a a h o r a m á s q u e e n el p u e b l o s u i z o y e n el federal
d e N o r t e A m é r i c a (T. 121).

N o p o d e m o s dejar d e señalar, c o m o r i e s g o l a t e n t e , q u e u n exceso


e n la v a l o r a c i ó n d e l o r d e n p u e d e c o n d u c i r a c o n s e c u e n c i a s q u e
s o b r e p a s a n los límites d e la r a z o n a b i l i d a d . E n tal caso y a n o se
trata simplemente de u n a fuerza natural, sino de una fuerza
e s p e c i a l m e n t e c o n s t i t u i d a y o r i e n t a d a al m a n t e n i m i e n t o d e l o r d e n
q u e , r e c u r r i e n d o a la n a t u r a l e z a c o m o a p o y o y justificación, t e n d r í a
la facultad d e a p e l a r a t o d a s las f o r m a s d e p e r s u a s i ó n , a u n a las
v i o l e n t a s , p a r a evitar el q u e b r a n t a m i e n t o d e l o r d e n .
El t r á n s i t o d e lo i n d i v i d u a l a lo colectivo y d e lo o r g á n i c o /
n a t u r a l a lo r a c i o n a l / c u l t u r a l , q u e h e m o s a n a l i z a d o r e s p e c t o d e
las leyes d e C o n s e r v a c i ó n y Sociabilidad, se h a c e p a r t i c u l a r m e n t e
e v i d e n t e e n los e n u n c i a d o s d e la ley d e L i b e r t a d .

La l i b e r t a d es el m o d o u n i v e r s a l d e r e a l i z a r la v i d a - d i c e
H o s t o s e n el Resumen-... p u e s t o q u e la n a t u r a l e z a n o s la h a
d a d o c o m o c a u s a i m p u l s i v a d e t o d o s n u e s t r o s actos.
Y a g r e g a q u e ella "... se aplica a c u a n t o p u e d a a b a r c a r
la a c t i v i d a d del h o m b r e , e n c u a n t o s g r u p o s sociales p u e d e
funcionar 7 ' (R 216).

De ahí que p u e d a hablarse de libertad individual, municipal,


p r o v i n c i a l , n a c i o n a l , n e c e s a r i a s t o d a s p a r a a l c a n z a r el g r a d o
m á x i m o de desarrollo económico, jurídico, intelectual y moral.
T a m b i é n e n e s t e c a s o el p u n t o d e p a r t i d a v i e n e d a d o p o r la
c o n s i d e r a c i ó n d e la l i b e r t a d c o m o " c a u s a i m p u l s i v a " o c a p a c i d a d
n a t u r a l p o r la cual c a d a h o m b r e es c o m p e l i d o a c u m p l i r c o n los
fines d e s u p r o p i a n a t u r a l e z a . E s t e p r i m e r n i v e l i m p u l s i v o es
n e c e s a r i o , p e r o n o es suficiente p a r a a l c a n z a r el d e s a r r o l l o p l e n o
del i n d i v i d u o , c u y o c u m p l i m i e n t o es posible sólo en c u a n t o
262 ADRIANA ARPINI

miembro de una comunidad. Se impone, entonces, superar aquel


nivel originario y pasar de lo orgánico individual a la organización
social d o n d e se pone en juego la racionalidad.
En el Tratado se apunta a este segundo nivel de realización de
la libertad. Ante la necesidad de modelar la "causa impulsiva" de
acuerdo al ideal de sociedad organizada, la libertad es entendida
como la relación armónica de la naturaleza h u m a n a con "el derecho
y el deber". Se acentúa, así, el imperativo del orden y del equilibrio
estable y regulado de las relaciones sociales, situación que se opone
al uso irreflexivo de la fuerza bruta y el poder.
En la formulación del Resumen tiene vigencia la ecuación:
mayor conocimiento = mayor felicidad. ¿Qué es y cuáles son los
medios para el logro de la felicidad? En la búsqueda de respuestas
a preguntas radica, precisamente, el conocimiento y ejercicio de la
libertad. Este ejercicio queda condicionado por el derecho y el
deber en la segunda formulación, como consecuencia del desplaza-
miento valorativo que acentúa la necesidad de organización de
acuerdo con el paradigma de sociedad mejor organizada. Lo que
se juega, en el fondo es el problema de la libertad de los medios.
Los cuales resultan, en la formulación definitiva, fuertemente
codificados. N o cualquier m e d i o es lícito p a r a el logro de la
felicidad, sólo aquel que se ajusta al derecho y al deber. De ahí que
una característica sobresaliente de toda sociedad civilizada es la
de regirse por u n código supremo: la constitución.
U n comentario aparte merece la incorporación en el Tratado
de la ley de los Medios. Incorporación que podría ser interpretada
como u n a concesión al positivismo, sin embargo la correspondencia
entre la sociedad y el medio no es interpretada por nuestro autor
bajo la forma del determinismo. Al contrario, es t o m a d a en el
sentido amplio de ambiente natural y cultural, que se aproxima al
criterio con q u e M o n t e s q u i e u incorpora las "causas físicas y
morales" entre las fuerzas que actúan en la producción de las leyes.
El m e d i o p r o p o r c i o n a las c o n d i c i o n e s reales, m á s o m e n o s
favorables, sobre las que los hombres realizan su vida. Como tal,
p u e d e ser causa del quebrantamiento o refracción de la fuerza
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 263

social en sentido positivo y negativo. Lo primero sucede cuando


la fuerza social que se traslada contiene los elementos suficientes
p a r a transformar el m e d i o en u n a influencia favorable, como
sucedió "entre los ingleses de las colonias americanas, australianas
y neerlandesas 7 ' (T. 50). Por el contrario, el quiebre se produce en
sentido negativo cuando el medio posee cierto grado de organiza-
ción vital, incompleto, que provoca resistencias a la incorporación
de influencias que, siendo positivas, no convengan a los intereses
establecidos, a u n q u e desnaturalizados por el abuso o por la falta
d e organización. Ejemplo doloroso de esta situación es, p a r a
Hostos, el que d a n todos los pueblos españoles de América.

A consecuencia del pésimo desarrollo de todas las so-


ciedades, cuando la independencia las p u s o en posibilidad
de adaptar a su medio social las fuerzas naturales de la
civilización, lo hicieron tan deficientemente, que no hay
una sola de esas fuerzas que actúe, normalmente, en una
sola de esas sociedades (T. 51).

En el Tratado, los enunciados y los análisis de cada u n a de las leyes


se encuentran fuertemente sesgados por la presencia -implícita
s i e m p r e , a u n q u e p o c a s veces t e x t u a l i z a d a - del m o d e l o d e
civilización alcanzado por la Federación de Estados Norteame-
ricana. De ahí que se acentúe más que el origen natural de las
m i s m a s , los aspectos o r g a n i z a t i v o s de la sociedad q u e ellas
representan.
El fundamento último es siempre la naturaleza, sin embargo,
las leyes sociales no son sólo naturales. En estas se cumple nece-
sariamente la "voluntad de las causas", en aquellas interviene u n
factor distorsionante, "la voluntad humana, verdadero agente de
p e r t u r b a c i ó n " . Esto conduce a u n a restricción de la finalidad
práctica de la Sociología. Si en el Resumen se perseguía como
objetivo práctico el logro de la mayor felicidad, en el Tratado se
pretende encarrilar la voluntad h u m a n a de acuerdo con u n modelo
de organización social. Refiriéndose a la t u r b u l e n t a v o l u n t a d
h u m a n a dice Hostos:
264 ADRIANA ARPINI

N o obstante, h a y posibilidad de r e d u c i r a la voluntad


h u m a n a al cumplimiento de esas leyes, y ese es u n o de los
resultados generales de la civilización, como es u n o de los
resultados particulares de la educación y será uno de los
mejores r e s u l t a d o s d e la difusión de los conocimientos
sociológicos (T. 69; el resaltado es nuestro).

6,2.5. El Orden social

Una vez establecido el origen natural de las leyes sociales, es


necesario reconocer, según Hostos, que de ellas se deriva el orden
natural de la sociedad. En efecto, si el "orden" es en la naturaleza
"la regularidad infalible con que se manifiestan los efectos, como
resultado de sus causas naturales", en la sociedad el orden "no es
más que u n a parte del orden natural", y debe diferenciarse de "los
esfuerzos artificiales q u e los h o m b r e s p u e d a n hacer p a r a dar
estabilidad y regularidad a las sociedades que establecen" (R.
Lección 9).
Cada u n a de las leyes da lugar a u n orden independiente del
arbitrio h u m a n o :

La ley de Sociabilidad da lugar a la r e g u l a r i d a d en la


asociación.
La ley del Trabajo da lugar al orden económico.
La ley de Libertad da lugar al orden jurídico.
La ley de Progreso da lugar al desarrollo social ordenado.
La ley de Conservación da lugar al vigor, fuerza y salud
social.
La ley del Ideal da lugar a la civilización.

Ya que la sociedad es una parte de la naturaleza general, el orden


social sólo se alcanza cuando la sociedad se somete a las seis leyes
naturales. De m o d o que las leyes positivas están calcadas de la ley
natural, cuya eficacia es constante. Cabe reiterar que el orden social
q u e d a garantizado por u n elemento extrahistórico, la naturaleza.
Sin e m b a r g o , la historia m u e s t r a q u e se p r o d u c e n catástrofes
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 265

sociales. Sus causas son históricas, radican en el desconocimiento


de las leyes naturales, en la falta de desarrollo de las naciones
jóvenes, en el incumplimiento de alguna de las leyes en aquellas
sociedades que no h a n acumulado suficiente fuerza de sociabilidad
como para sortear los desórdenes, en la influencia perturbadora
de errores, pasiones y extravíos de la voluntad.
Para estos casos, como para todos aquellos en que la Sociología
-estudio de las leyes naturales de la sociedad y verificación de su
cumplimiento- muestra desajustes entre el enunciado de la ley y
su realización e n la sociedad, H o s t o s tiene u n p r o g r a m a : la
educación común, tras la cual se revela cierta actitud paternalista.
Si gracias a la educación todos los miembros de u n a sociedad
aprendieran que el orden social está fundado en leyes no escritas,

llegaría u n momento en que u n a generación formada en


ese convencimiento consagraría todo su esfuerzo en favo-
recer el desarrollo social en m o d o que fuera aproximándose
cada día al p u n t o y momento de equilibrio en que se coor-
d i n a n por sí mismos los elementos sociales de quienes
d e p e n d e el equilibro (T. 82).

En la perspectiva hostosiana, toda sociedad tiende naturalmente


a la armonía, esto es, a su propia conservación. En u n régimen
esclavista, es justamente la sujeción de u n o s hombres por otros lo
que viene a garantizar la conservación social. Sin embargo, ésta se
basa en u n a flagrante injusticia. R e c o r d e m o s q u e Hostos fue
ardiente defensor de la causa abolicionista, pero al mismo tiempo
ve con horror la posibilidad de que la liberación de grandes masas,
abandonadas al imperio de su voluntad caprichosa, reproduzca
situaciones semejantes a las vividas en Haití a principios del siglo.
Ahora bien, u n a vez alcanzado el ideal de u n a sociedad de hombres
libres, ¿cuál es el medio adecuado para asegurar que las voluntades
i n d i v i d u a l e s c o n v e r g e r á n hacia u n m i s m o objetivo, el d e la
conservación de la armonía? La educación se convierte en u n
instrumento adecuado, tanto para el progreso y la civilización,
como para el ejercicio del control social, es decir, para la conser-
vación de u n a determinada racionalidad.
266 ADRIANA ARPINI

La infancia -afirma nuestro a u t o r - se educará desde la


escuela materna en el hogar, bajo la disciplina de esta idea:
que la fuerza invisible q u e d e t e r m i n a el orden... es la
obediencia... (T. 146).

La organización de la fuerza según el propósito del orden, la


armonía y la conservación es u n problema no sólo de adminis-
tración pública, sino también de educación común.
El razonamiento hostosiano elude el análisis en profundidad
de las situaciones históricas concretas, en las que la presencia de
intereses antagónicos promueve la sospecha acerca de la justicia
del orden económico, en particular, y en general del pretendido
orden natural de la sociedad. Se m u e v e en u n nivel de abstracción
y generalidad que le permite sostener sin conflicto la imagen del
progreso natural y armónico de las sociedades. Esta imagen sesga
con frecuencia el análisis histórico, y p r o d u c e u n efecto de
deshistorización, que p o n e en evidencia u n o de los límites del
evolucionismo armónico, parte de la herencia krausista de Hostos.

6.2.6. Los estados sociales

Ese m i s m o evolucionismo armónico sirve d e a p o y o a la tesis


hostosiana de los estados sociales, es decir, de "los modos naturales
de vivir que tiene el ser social, según las condiciones de su desa-
rrollo biótico" (T. 90). Toda sociedad, desde su nacimiento, queda
sometida á la ley del desarrollo, sucesivo y progresivo, e m p e z a n d o
necesariamente por la infancia.
El estado infantil de la sociedad es el salvajismo, que resulta de
la adaptación inmediata de los h o m b r e s a las condiciones del
medio. El desplazamiento de las tribus primitivas hacia espacios
geográficos que ofrecen mejores condiciones para la existencia
h u m a n a , marca el tránsito hacia el s e g u n d o estado, la barbarie.

U n cambio en el m o d o de estar equivale a u n cambio en el


m o d o de ser (T. 93), cambio que p r o d u c e u n progreso en
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 267

la organización de la riqueza, del gobierno, de la educación,


del culto y la defensa.

La semibarbarie deriva espontáneamente del estado anterior, por el


aumento cuantitativo y cualitativo de las condiciones que lo cons-
tituyen. En este tercer e s t a d o se equilibran las disposiciones
n a t u r a l e s del i n d i v i d u o con las imposiciones n a t u r a l e s de la
sociedad. Sin embargo, ese equilibrio no es estable.

El predominio alternativo del individuo sobre la sociedad,


o de la sociedad sobre el individuo, determina los periodos
revolucionarios o de inestabilidad orgánica de las socie-
dades (T. 95).

Tales p e r i o d o s s e ñ a l a n el p a s o al e s t a d o s u p e r i o r d e s e m i -
civilización. El desarrollo tumultuoso y simultáneo de todos los
coeficientes de civilización produce cambios sociales que afectan
el ánimo de los individuos, de m o d o que la transición no se produce
sin dolor, como lo prueba la evidencia inmediata de las sociedades
latinoamericanas.
Los c a m b i o s q u e d e n o t a n u n a tentativa de o r g a n i z a c i ó n
definitiva y que indican el paso a la semicivilización son: en el
orden económico, el tránsito de la industria campestre a la urbana,
del esfuerzo muscular al esfuerzo de la razón aplicada a la satis-
facción de las necesidades h u m a n a s , que

va acompañado de crueles desequilibrios entre la p r o d u c -


ción y el consumo general, entre el obrero y el capitalista,
entre el valor de la tierra y la fuerza productiva de ella (T.
98).

En el orden jurídico, las luchas de organización se agudizan por la


ignorancia e inexperiencia respecto de las funciones del Estado.
En cuanto a la educación, el desequilibrio surge como consecuencia
de no haber superado el estado metafísico del pensamiento -recurre
Hostos a u n argumento comtiano para explicar la pervivencia de
"ideas- fantasmas"-, es decir, que la v e r d a d no se busca en la
268 ADRIANA ARPINI

realidad, única fuente de conocimientos científicos, sino en el


entendimiento que sólo p r o d u c e u n saber confuso, "fábrica de
aproximaciones fantásticas, materia metafísica, que en realidad no
sirve para n a d a " (T 99). Situación que obstaculiza también la orga-
nización del o r d e n m o r a l y religioso. La conservación social
tampoco alcanza el equilibrio natural que surge de la vigencia de
la ley, sino que es la consecuencia de la aplicación de la fuerza al
mantenimiento brutal del orden público.
La descripción de este estado social es realizada m u y vivida-
mente por Hostos, p u e s corresponde a la situación de los pueblos
q u e el a u t o r tiene a la vista. De ahí la p r o f u n d i d a d q u e p o r
m o m e n t o s alcanza el análisis, r e c o n o c i e n d o crisis dolorosas,
e n f r e n t a m i e n t o de fuerzas, dificultades y a n t a g o n i s m o s q u e
q u i e b r a n la h o m o g e n e i d a d de la existencia social. P o d r í a m o s
considerar que se trata de una verdadera crítica de la cultura en
u n determinado momento del desarrollo social. Lo que implica
cierta teorización de la cultura inscripta en u n a filosofía de la
historia de tinte ilustrado. Sin embargo, a nivel de teoría prevalece
la concepción armónica. Las dificultades se allanan en la m e d i d a
que confluyen en u n a totalidad congruente, como resultado de la
evolución natural que prepara el estado superior de la civilización.

Todo el proceso de la vida de las sociedades h u m a n a s ,


desde el p u n t o de partida hasta el p u n t o de término, es u n
proceso ascensional en que se elevan desde el bajo nivel
del salvajismo, hasta el alto nivel del industrialismo, del
intelectualismo y del moralismo q u e debían caracterizar
los periodos de civilización completa (T. 100).

Sin embargo, la civilización completa no se ha concretado a u n en


ninguna sociedad histórica, es u n objetivo para la h u m a n i d a d . Los
signos de la civilización, industrialismo, intelectualismo y mora-
lismo, h a n florecido en forma alternativa o sucesiva en algunas
civilizaciones, pero nunca se h a n presentado simultáneamente
como fruto del desarrollo omnilateral y recurrente de todos los
ó r g a n o s y funciones sociales. El industrialismo es el carácter
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 269

prevalente de la sociedad contemporánea, pero la civilización ideal


que proyecta Hostos, no será posible, a menos que

en el transcurso de los tiempos, en el aumento de la razón


común, en el aumento de la voluntad por la moral, en el
p r e d o m i n i o universal de la conciencia, llegue a p o d e r
suceder que el h o m b r e colectivo sea a la vez u n trabajador
completo, u n discurridor correcto y u n realizador puntual
de las virtudes del trabajo y de la razón (T. 102).

Ahora bien, el biologismo y el evolucionismo en los que se apoya


esta concepción de u n "proceso ascensional", destinado a culminar
en el estado perfecto de civilización, se complejizan con la impronta
de una "moralidad" que supone la existencia de valores universales
accesibles a la conciencia. El conocimiento y el ejercicio de dicha
"moralidad" implican u n ordenamiento de la conducta individual
y pública, destinado a modelar virtuosamente al hombre colectivo.
La perfección de la sociedad es vista, entonces, como u n a con-
secuencia natural de la manera en que cada individuo incorpora
los valores y los asume, subjetivamente, como cumplimiento del
deber. Las injusticias y desórdenes surgirán, por el contrario, de la
inadecuada incorporación de valores o del incumplimiento del
deber.
Cabe señalar el parentesco de estas ideas con la concepción
krausista de "carácter moral" en el individuo y en el pueblo. Dice
Krause:

todo sujeto racional forma inmediatamente como hombre


su carácter moral, y expresa en él su virtud individual (su
costumbre en sentido lato);... N o basta que en general sea
hecho el bien que exige nuestra naturaleza, sino que, según
la ley de la vida histórica, el bien pide ser hecho por todos
los buenos modos en cada tiempo, por cada hombre, por
cada pueblo, por n u e s t r a total h u m a n i d a d , con entera
individualidad, esto es, con carácter. 175

Ibidem. p. 166.
270 ADRIANA ARPINI

D e a h í los d o s i m p e r a t i v o s s e ñ a l a d o s p o r el filósofo a l e m á n , e n lo
t o c a n t e al i n d i v i d u o :

O b r a c o n f o r m e a tu b u e n a n a t u r a l e z a e n Dios,

es decir, q u e el carácter m o r a l d e l sujeto consiste e n m a n t e n e r la


p r o p i a n a t u r a l e z a m o r a l a n t e s y d e s p u é s d e c a d a acto. E n lo q u e
r e s p e c t a a la relación del sujeto c o n la s o c i e d a d :

aplícate a m o r a l i z a r el m e d i o social e n q u e v i v e s , d e s d e ti
a la familia, al círculo libre, al p u e b l o ; y a f i r m a r á s e n g r a d o
d e s c e n d e n t e el s e n t i d o m o r a l d e l p u e b l o , d e la familia y el
d e ti mismo. 1 7 6

U n a e s t r u c t u r a s e m e j a n t e e n c o n t r a m o s e n la c o n f i g u r a c i ó n d e la
" m o r a l i d a d " i n d i v i d u a l y social q u e H o s t o s p r o p o n e . Si b i e n evita
d e l i b e r a d a m e n t e la r e f e r e n c i a a D i o s , s o s t i e n e q u e los h e c h o s
sociales d e p e n d e n d e la " n a t u r a l e z a h u m a n a d e l h e c h o r " y n o e s t á n
d e s p r o v i s t o s d e s u b j e t i v i d a d . E n f u n c i ó n d e esto afirma q u e :

El i n d i v i d u o t o m a u n a p a r t e m u y i n f l u y e n t e e n la r e a -
l i z a c i ó n d e los fines sociales, p o r q u e , c o n t r i b u y e n d o a
r e a l i z a r e s o s fines g e n e r a l e s o sociales, es c o m o p u e d e
realizar, y c o m o s a b e q u e es el j u s t o m o d o d e realizar, s u s
fines p r o p i o s y p a r t i c u l a r e s o i n d i v i d u a l e s . D e m o d o q u e ,
v i v i e n d o él c o n m a y o r i n t e n s i d a d la v i d a q u e p u e d e
alcanzar, c o n t r i b u y e a la m a y o r i n t e n s i d a d d e v i d a social
(R. 234).

A d v e r t i m o s q u e se a c e n t ú a f u e r t e m e n t e el p o l o subjetivo d e la
m o r a l i d a d , e l u d i e n d o la p r e s e n c i a d e las c o n t r a d i c c i o n e s y los
conflictos d e la e t i c i d a d . Ésta a p a r e c e c o m o lo d a d o n a t u r a l m e n t e ,
d e a c u e r d o c o n la d o c t r i n a k r a u s i s t a d e las esferas - d e s d e la familia
h a s t a el E s t a d o - , a la q u e H o s t o s se refiere al t r a t a r d e los ó r g a n o s

Ibidem. pp. 169 y 171.


E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 271

sociales. Por otra parte, es inescindible de esta concepción la


confianza en la educación como instrumento capaz de inculcar en
los individuos los valores de la civilización y como medio para
lograr la internalización del deber.

6.2.7. Los órganos sociales. Sociedad y Estado

Ya hemos señalado la proximidad entre la doctrina de los órganos


sociales de Hostos y la de las esferas sociales de Giner, así como la
importancia que a esta doctrina se concedió dentro del krausismo
español. También hemos visto que ella es nuclear n o sólo en la
sociología sino también en la filosofía moral y jurídico-política de
n u e s t r o a u t o r . A u n c u a n d o la d e s c r i p c i ó n m á s c o m p l e t a y
sistemática surge a propósito de la "Sociorganología" o estudio
de los órganos de la sociedad.
Considerada la sociedad como cuerpo viviente, el individuo
constituye el elemento primordial. En su carácter sexuado, el
individuo es a la sociedad como la célula vital al organismo: origen
continuo y componente activo de cada uno de los hechos sociales
y en todos los periodos de la vida. Ahora bien, la organización de
la sociedad no p u e d e quedar librada a la espontánea sabiduría de
la naturaleza. Las sociedades fisiológicamente dispuestas actúan
e n la m e d i d a de sus necesidades a p e l a n d o a la fuerza bruta,
ejercicio irracional de la voluntad. Ella es la causante de una porción
importante de problemas, que no se hubieran presentado si se
hubiera apelado a u n a organización científica, racional y con-
secuente de los deberes, derechos y poderes. Esta es, para Hostos,
la causa de la diferencia apreciable entre el ser y el deber ser
sociales, que se pone al descubierto en el análisis de los órganos
sociales. Estos órganos son: la familia, el municipio, la región y la
Nación. 177

177
Recordemos que en la enumeración que Krause realiza de las sociedades
fundamentales figuran: a) las sociedades de primer género o sociedades
272 ADRIANA ARPINI

El criterio q u e r i g e la d i s t i n c i ó n d e los ó r g a n o s sociales es a la


v e z j u r í d i c o y político, a u n q u e e n c u e n t r a f u n d a m e n t a c i ó n defi-
n i t i v a e n la c o n c e p c i ó n d e l o r d e n social n a t u r a l . El p r i m e r g r u p o
social, la familia, n a c e d e n e c e s i d a d e s fisiológicas, psicológicas y
sociales. E n los p r i m e r o s e s t a d o s sociales n o p r e s e n t a la fuerza d e
c o h e s i ó n q u e t i e n e n los c u e r p o s b i e n c o n s t i t u i d o s . C o n el a d -
v e n i m i e n t o d e la a g r i c u l t u r a y el s e d e n t a r i s m o , c o m i e n z a s u
florecimiento, g e n e r á n d o s e las n o c i o n e s d e d e r e c h o y las funciones
d e g o b i e r n o , j u n t o a l p r o g r e s o p o l í t i c o y m o r a l . El C o n s e j o
D o m é s t i c o es - o debería s e r - la institución o r d e n a d o r a d e la familia.
El m u n i c i p i o e s e l s e g u n d o ó r g a n o s o c i a l , c o n s t i t u y e u n
r e s u m e n d e la s o c i e d a d e n t e r a , al p u n t o q u e p u e d e c o n v e r t i r s e ,
l l e g a d o el caso, e n E s t a d o o c a b e z a d e E s t a d o ; c o m o o c u r r i ó c o n
B u e n o s Aires, Q u i t o , C a r a c a s , Bogotá, S a n t i a g o d e Chile c u a n d o a
la h o r a d e la i n d e p e n d e n c i a a s u m i e r o n la r e p r e s e n t a c i ó n d e la
" N a c i ó n " . El consejo m u n i c i p a l , s u ó r g a n o r e c t o r , d e b e ser el
d e l e g a d o d e l p o d e r social efectivo.
A s í c o m o el m u n i c i p i o s e d e f i n e p r i n c i p a l m e n t e p o r s u s
funciones a d m i n i s t r a t i v a s , legislativas y políticas, el tercer ó r g a n o
social, la r e g i ó n , se caracteriza m e r c e d a los r a s g o s topográficos y

personales; el matrimonio (familia), la amistad, las de libre trato social, el


pueblo, los pueblos unidos, el pueblo terreno. Entre ellas existe una relación
de inclusión según el esquema de esferas concéntricas, b) Las sociedades de
segundo género, relacionadas con las actividades reales de los hombres:
sociedades científicas y artísticas, c) Las de tercer género o sociedades
formales, relacionadas con la moralidad, el derecho, el amor y la religión,
abarcan todas las esferas desde el individuo a la Humanidad. [Cfr. Krause/
Sanz del Río. Ideal de la Humanidad para la vida. Op. cit.].
Por su parte, Francisco Giner distingue esferas sociales partiendo del
elemento más simple, el individuo, y elevándose por grados a la familia, el
municipio, los círculos constituidos con algún fin especial como la Iglesia, la
Universidad (sociedad científica), las sociedades para el arte, la moralidad o
fines económicos, hasta llegar a la nación y, finalmente, al Estado humano
terreno. [Cfr. Giner, Francisco. Principios de Derecho Natural. Madrid,
Imprenta de Julio Cosano, 1916]. Cabe señalar que a diferencia de Krause, la
clasificación de las esferas hecha por Giner responde a un criterio acen-
tuadamente jurídico.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 273

a los hábitos económicos y culturales surgidos de la convivencia y


adaptación al territorio. Esto genera cierta división del trabajo y
cierto grado natural de poder regional. Estas razones económicas
y políticas justifican el derecho a u n gobierno propio de la región,
canalizado a través de consejos regionales.
Finalmente, la Nación surge a partir de la ocupación y posesión
de u n determinado territorio, pero sólo se constituye como Estado
mediante u n pacto. Este pacto es u n hecho jurídico, que da forma
al derecho natural de asociación, por el cual los asociados con-
vienen en integrar u n todo social y territorial. Así la historia positiva
de las naciones, particularmente las del "tipo de las americanas"
comienza con u n pacto de constitución jurídica, que garantiza el
derecho al desarrollo interior de toda Nación.
Una vez más advertimos, en relación con la descripción de los
órganos sociales, la presencia de los supuestos de la sociología
hostosiana: el d e la conservación, la a r m o n í a y la e v o l u c i ó n
naturales de la sociedad. Pero además, es necesario tener en cuenta
que esta forma de saber social, presentada como ciencia sociológica
autónoma, es para el maestro borinqueño u n saber acerca de lo
nacional, que viene a dar razón, en el terreno ideológico, de u n
proyecto de organización de la Nación y que presenta u n fuerte
sentido normativo.
El p r o y e c t o h o s t o s i a n o a p u n t a a establecer u n g o b i e r n o
nacional dentro de los marcos de u n liberalismo que levanta los
ideales de la democracia representativa y del constitucionalismo,
s i g u i e n d o los pasos arquetípicos del derecho público nortea-
mericano, con el fin de alcanzar orden y armonía. Así considerada,
la p r o p u e s t a d e Hostos parecería no s u p e r a r u n a visión de la
sociedad conservadora y estática, en la m e d i d a en que todo su
d i n a m i s m o p e r m a n e c e dentro de los marcos del metabolismo
organicista, en el que se hacen presentes el cambio y el desarrollo,
a u n el q u e b r a n t o , p e r o m a n t e n i e n d o , en definitiva, la m i s m a
estructura funcional. H a y razones de peso para abonar esta tesis,
tal como se vio en el análisis de algunos tópicos fundamentales
del Tratado de Sociología.
274 ADRIANA ARPINI

Cometeríamos, sin embargo, u n error si limitáramos el análisis


del Tratado a la b ú s q u e d a de la congruencia interna de sus afir-
maciones, considerándolo como una obra clausurada en sí misma.
H e m o s afirmado que tanto el Resumen como el Tratado constituyen
respuestas a situaciones concretas. Se construyen como respuestas
a partir del diálogo constante con su contexto de producción. Ahora
bien, si consideramos la relación entre el texto del Tratado y su
contexto como mera relación de exterioridad, advertiríamos u n
desajuste e n t r e la r e a l i d a d c o n o c i d a p o r H o s t o s y su teoría
sociológica. En este sentido Salvador Giner sostiene que

hay en su mente como una escisión entre su conocimiento


real de Hispanoamérica - t a n bien expresado en su eficaz
labor como profesor, periodista, conspirador-, y su teoría
organicista, equilibrada, armoniosa de la sociedad. 178

N o somos partidarios de la tesis de la escisión entre la posición


teórica y la acción desplegada en la práctica por el ilustre puerto-
rriqueño. Desde u n a perspectiva que destaca el carácter de diálogo
y de respuesta de la producción hostosiana, a u n de la q u e se
presenta con pretensiones de sistematicidad -como es en este caso
el Tratado-, es posible encontrar aludidas en el texto las aristas
progresistas de su pensamiento, expresadas como proyecto en la
medida que intenta una síntesis precipitada de lo nacional, frente
a la necesidad de oponerse a la penetración imperialista. Es posible
discutir a posteriori el g r a d o de acierto y los alcances de este
proyecto; pero no es posible desconocer la valoración positiva del
futuro, como categoría temporal abierta y territorio de lo factible.
Afirmamos, en definitiva, que la sociología hostosiana contiene
u n planteo utópico, cumple una función utópica de signo positivo,
que surge como respuesta a u n topos presente n e g a t i v a m e n t e

178
Giner, Salvador. "El pensamiento sociológico de Eugenio María de Hostos."
Op. cit. Compilado por Maldonado Denis, Manuel. Visiones sobre Hostos.
Caracas, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1988. p. 389.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 275

valorado. Dicho planteo es sustentado ideológicamente por u n a


teoría sociológica presentada en forma sistemática, enderezada a
justificar la constitución de los Estados nacionales antillanos, por
una parte, y a promover, por otra, el ideal de unidad e integración
antillana y sudamericana.
En el Tratado Hostos se enfrenta permanentemente con dos
problemas. En primer lugar, reconoce en los yankees, que per-
petraron la invasión a Puerto Rico, al enemigo externo. A pesar de
su a d m i r a c i ó n p o r la racionalidad de la organización estatal
norteamericana, reacciona frente a la invasión, descalificando el
derecho a la guerra de conquista como antinatural, es decir, como
u n anti-derecho (T. 155) Ya hemos señalado que nuestro autor,
siguiendo el ideal pacifista de los krausistas, sólo justifica la
violencia cuando, en nombre de la razón, es necesario corregir las
injusticias provocadas por u n a voluntad errada. Se trata en estos
casos de luchas liberadoras, por cuanto restablecen las condiciones
para el desarrollo natural de la vida social. En este sentido la
invasión es vista como u n obstáculo paralizante para la sociedad
que la padece, y como una enfermedad moral de la sociedad que
la ejecuta, el "imperialismo" o "neurosismo social", que procede
de manera contraría a la razón c o m ú n (T. 191).
El otro problema que enfrenta Hostos no d e p e n d e en forma
directa de condicionamientos externos. Se trata de u n a dificultad
que surge de la constitución misma de la sociedad puertorriqueña
y antillana en general. Desde su peculiar posición como miembro
de la élite intelectual de esa sociedad, Hostos hace recaer sobre el
"pueblo" las sospechas de ignorancia e incapacidad para la orga-
nización jurídica. Ambas son consecuencias de la falta de identidad
de u n conglomerado h u m a n o largamente sometido al coloniaje.
¿De qué m a n e r a proyecta Hostos la solución a ambos pro-
blemas? Se trata de u n a solución ético-política, directamente
relacionada con la construcción de la Nación, el más complejo entre
los órganos vitales de la sociedad.
El concepto de Nación que esgrime nuestro autor involucra la
idea de territorialidad:
276 ADRIANA ARPINI

El origen de todas las Naciones ha sido el resultado de


estos dos hechos: por una parte la ocupación; por otra parte,
la posesión (T. 154).

Este sentido de Nación equivale al de comarca, región, territorio o


"país". Podría afirmarse que se trata de u n concepto social, ya que
el "país" sólo se comprende con sus "paisanos", que Hostos sub-
sume bajo la ambigua noción de "pueblo". Ambigua p o r q u e juega
ideológicamente como u n universal que elude las diferencias y
oculta la conflíctividad propia de la realidad social que designa.
Por otra parte h e m o s visto ya que el concepto de Nación
implica también u n p u n t o de partida jurídico.

La r a z ó n f u n d a m e n t a l d e u n a N a c i ó n - d i c e H o s t o s
refiriéndose a las naciones de "tipo de las americanas"- es
el derecho de asociación, en virtud del cual todos y cada
uno de los asociados, mediante u n pacto de constitución,
h a n convenido en constituir u n todo social y territorial (T.
155).

Este pacto significa la vigencia de u n a misma ley para todos, que


garantice al mismo tiempo la organización del gobierno nacional
en los marcos de u n Estado legítimo y el derecho al desarrollo
interior de la Nación. Desde esta perspectiva podría afirmarse que
se trata de u n concepto político de Nación que resulta equiparado
al de Estado.
El Estado "debe ser", según la definición de Hostos

el conjunto de instituciones que sirven expresamente y en


u n m o d o exclusivo, para hacer posible la administración y
dirección que ía sociedad no podría ejercer por sí misma
(T. 165).
Por el momento, el m á x i m u n de desarrollo a que ha
llegado la sociedad c o n t e m p o r á n e a , es el q u e p e r m i t e
organizar el Estado democrático representativo,... cuyo
principio fundamental es la distribución de los poderes
sociales... entre los ó r g a n o s sociales q u e c o m p o n e n la
Nación" (T. 167).
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 277

Se trata de una visión ilustrada del Estado en tanto se juega como


instancia superadora, cuya vigencia contribuye al ordenamiento
de u n a determinada realidad social. Realidad que por otra parte,
se m o s t r a b a reacia a ajustarse a los m o l d e s de o r g a n i z a c i ó n
previstos. La continuidad de los ideales de la ilustración se pa-
tentiza en esta concepción del Estado en la m e d i d a en que se le
a d j u d i c a u n a función p a t e r n a l i s t a : la de c o n d u c i r al " p u e b l o "
- i g n o r a n t e y con u n a conciencia difusa de la propia identidad-
para ingresar en el nuevo orden de la "civilización". Esa función
paternalista es vehiculizada, en la propuesta hostosiana, a través
de la educación universal y de la institución y difusión de la socio-
logía como ciencia.
La organización del Estado a través de u n pacto de cons-
titución nacional es la solución esgrimida por Hostos. Solución
que involucra la afirmación de una voluntad política, sustentada
por u n a "preburguesía" en formación, sector social en su momento
de ascenso histórico. F o r m a n parte de ese sector intelectuales
progresistas, como nuestro puertorriqueño, defensores de u n a
p r o p u e s t a de organización nacional que abarca en su ideario
posiciones abolicionistas, independentistas y antianexionistas, y
u n proyecto civilizatorio centrado en la constitución del Estado
de Derecho, que mantiene la vigencia de ciertas tesis ilustradas
junto a la concepción krausista del derecho como condición para
la vida.
Frente al problema de la organización nacional Hostos no elige
las respuestas que vienen de la m a n o del positivismo, se aparta
tanto del absolutismo y centralismo comtianos como del indivi-
dualismo spenceriano. En la comprensión orgánica de la sociedad,
así como en la concepción del Estado, se pone de manifiesto la
matriz krausista que orienta su pensamiento. Según esta orien-
tación las ideas acerca del origen y fundamentación del Estado y
de la sociedad a r r a i g a n en el m o d e l o iusnaturalista que, a u n
c u a n d o presenta variaciones según autores distintos, supone u n a
teoría racional del Estado d e d u c i d a de u n a visión general del
h o m b r e y la sociedad. Ahora bien, respecto de la manera en que
278 ADRIANA ARPINI

Hostos a s u m e el iusnaturalismo, será necesario hacer algunas


precisiones: ¿cómo se articula dicho modelo dentro del pensa-
miento socio-político hostosiano?, ¿cuáles son sus alcances?, ¿cómo
se conjuga con la doctrina de los órganos sociales y con la de los
estados evolutivos de la sociedad?, ¿cómo enlaza con la situación
histórica q u e constituye el referente i n m e d i a t o del p r o y e c t o
hostosiano?.
El "modelo iusnaturalista", según la caracterización hecha por
Norberto Bobbio, 179 está construido sobre la dicotomía: "estado (o
sociedad) de naturaleza, estado (o sociedad) civil". Sus notas
distintivas son: el tomar como p u n t o de partida u n estado no-
político y anti-político, el estado de naturaleza, que se halla en
relación de contraposición con el estado político; los elementos
constitutivos del estado de naturaleza son los individuos singu-
lares, aunque n o se excluye que p u e d a n darse sociedades naturales
como la familia; en dicho estado los individuos son libres e iguales,
a u n cuando las diversas acepciones de estos términos introducen
variaciones importantes al modelo; además el paso al estado civil
n o es necesario sino q u e está m e d i a d o p o r u n o o m á s actos
voluntarios y deliberados de los individuos interesados en salir
del estado de naturaleza, de m o d o que el estado civil es concebido
como u n ente artificial, no-natural, cuya legitimación radica en el
consenso.
Aceptada esta caracterización del modelo, es necesario recordar
que si bien Hostos nos habla de u n pacto de constitución para
ingresar a la sociedad política organizada, hecho que presupone

179
Bobbio, Norberto. "El modelo iusnaturalista". En: Bobbio, N. y Bovero,
M. Origen y fundamentos del poder político. México, Grijalbo, 1984. pp. 67
a 93.
Al hablar de "modelo" vale tener en cuenta la aclaración del autor en
cuanto a que dicho vocablo permite "expresar de manera inmediata la idea de
que en la realidad una formación histórico-social como aquella descrita, jamás
ha existido. La imagen de un Estado que nace del recíproco consenso de los
individuos tornados singularmente, en su origen libres e iguales, es una pura
idea del intelecto" (pp. 68 a 69).
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 279

el consenso, también se desprende de su exposición que además


del i n d i v i d u o y la familia, t a m b i é n son d e p o s i t a r i o s de u n a
naturaleza con peso propio el municipio, la región e incluso la
nación en el m o m e n t o previo al pacto de constitución. La doctrina
de los órganos sociales concebida como inclusión sucesiva de
esferas concéntricas parece apartarse del modelo iusnaturalista,
sobre todo si se tiene en cuenta que, además, esta doctrina queda
entrelazada con la concepción evolutiva de los estados sociales.
Bobbio llama "aristotélico" al modelo que, contrastando con
el iusnaturalista, toma como p u n t o de partida para explicar el
origen del Estado a la familia y p r o s i g u e con la c o m u n i d a d
d e r i v a d a de la u n i ó n de familias, la aldea, h a s t a llegar a la
constitución de la " c o m u n i d a d perfecta de m u c h a s aldeas", la
ciudad, d o n d e se d a n "las condiciones de u n a buena existencia". 180
Entre las características que diferencian a este modelo del anterior
cabe destacar que la familia es u n a forma natural de sociedad
h u m a n a que ha tenido una existencia histórica concreta, de m o d o
que en el estado natural original los individuos no viven aislados
sino reunidos en grupos organizados jerárquicamente (padre-hijo,
patrón-sirviente); además, entre la familia y el Estado o "ciudad"
existe u n a relación de continuidad, así que el paso del estado pre-
político al político sobreviene como efecto de causas naturales
(aumento del territorio, incremento de la población, requerimientos
p a r a la subsistencia y la defensa), resulta entonces que el Estado
no es menos natural que la familia y encuentra su principio de
legitimación en la "naturaleza de las cosas".
Es posible señalar profundas diferencias entre la caracteri-
zación del modelo aristotélico y la propuesta hostosiana. Por una
parte Hostos sostiene que el individuo, como ser consciente y libre,
es el átomo o célula social y que como tal se integra en órganos
superiores. Con lo cual queda establecido su oposición respecto

180
Aristóteles. Política. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales. 1983.
I, 1252 a-b, pp. 1 a 3. Cfr. Bobbio, N. "El modelo iusnaturalista", p. 71.
280 ADRIANA ARPINI

de cualquier justificación de las relaciones jerárquicas o de domi-


n a c i ó n p o r vía de la n e c e s i d a d n a t u r a l . Esas relaciones son
históricas y no se contradicen con la condición racional del hombre,
antes bien, c o n s t i t u y e n u n obstáculo p a r a el p r o g r e s o social
racional. Por otra parte la constitución política del Estado no es
fruto de u n proceso natural sino que es el resultado de u n a voluntad
política de constitución y, por lo tanto, requiere del consenso
expresado en u n pacto de constitución.
U n análisis de las dicotomías que, para la filosofía política,
surgen del contraste entre el modelo iusnaturalista y el aristotélico,
acompañado de la revisión de los textos hostosianos, permitirá
arrojar luz sobre la m a n e r a en q u e H o s t o s a s u m e el m o d e l o
iusnaturalista y sobre los alcances y matices que éste presenta
dentro de su pensamiento.
Siguiendo a Bobbio p u e d e n esquematizarse las dicotomías que
h a n marcado el desarrollo de la filosofía política hasta Hegel (Ver
pág. 246).
Señalemos, para empezar, que estas dicotomías estén referidas
al origen y concepción del Estado, al fundamento de su poder y
las formas de legitimación. Es decir, el sujeto en cuestión es el
Estado. En la Sociología hostosiana, en cambio, el sujeto es la
sociedad. (Nos referimos en ambos casos al sujeto gramatical). La
cuestión de la organización del Estado es, para Hostos, u n mo-
mento dentro del desarrollo de la sociedad. El momento en que el
Estado se articula como órgano social. Si se tiene en cuenta su
perspectiva organicista, muchas de las dicotomías señaladas no
aparecen como tales.

Modelo iusnaturalista Modelo aristotélico


• Concepción racionalista del • Concepción natural e
origen del Estado. histórico-sociológica del
origen del Estado.
• Estado como antítesis del * Estado como complemento
estado de naturaleza. del hombre natural.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 281

• Concepción individualista • Concepción social y orgánica


atomizante del Estado. del Estado.
•Visión idealizada del estado • Concepción realista según la
pre-político de donde surgen cual el hombre ha vivido
las teorías de los derechos siempre en relaciones de
humanos. sujeción y desigualdad.
• Teoría contractualista del •Teoría naturalista del
fundamento del poder estatal. fundamento del poder estatal.
• Legitimación a través del • Legitimación a través de la
consenso. fuerza de las cosas.

Recordemos que en el Tratado de Sociología, el puertorriqueño afirma


que la existencia individual y social son hechos que se repiten "en
todas partes y en todo tiempo como cosa normal y natural", con el
propósito de satisfacer los fines de la vida (física, intelectual y
moral). Dice Hostos:

En la vida de este todo [sociedad], como en la vida de esta


parte [individuo], vemos exactamente las mismas nece-
sidades vitales, relacionadas con las mismas satisfacciones
necesarias (T. 20).

De ahí que el primer juicio, intuitivo, sostiene:

La sociedad es una realidad viva y activa (T. 26).

Así como la "salud" del organismo individual se muestra en la


correlación de todas las funciones orgánicas, así también el "orden"
del organismo social d e p e n d e de la natural actividad de cada u n o
de sus órganos, de m o d o que cada u n o se realiza en sí mismo y en
el subsiguiente: el individuo en la familia, está en el municipio, el
cual se integra en la región y todos en la nación.

La sociedad -dice en las Lecciones de Derecho Constitucional-


es u n agregado natural, espontáneo y necesario de indi-
viduos, familial, municipios, regiones y naciones... y si
considerando que cada u n o de los integrantes de la socie-
282 ADRIANA ARPINI

d a d es p o r sí m i s m o u n o r g a n i s m o , p o d e m o s definir:
Sociedad, organismo de organismos. 181

Ahora bien, el "orden" del organismo social queda establecido y


g a r a n t i z a d o m e d i a n t e la o r g a n i z a c i ó n del E s t a d o . S e g ú n la
caracterización más general proporcionada por Hostos, el Estado
es:

el conjunto de medios orgánicos que se aplica a cada u n o


de los organismos de la sociedad p a r a relacionarlos y
articularlos entre sí (L.D.C. 20).

Como ya hemos visto, la sociedad se rige por leyes esenciales de


su propia naturaleza. Cada u n a de las sociedades históricas se
aproxima más o menos a la realización de estas leyes naturales
según su grado de desarrollo y la experiencia acumulada a través
del tiempo. El Estado, en cambio, se rige por relaciones de derecho
y de deber q u e d e t e r m i n a n los m e d i o s de organización o ins-
tituciones. Por su carácter de medio aplicado por el hombre a la
consecución de u n fin, es artificial y carece de la persistencia propia
d e las m a n i f e s t a c i o n e s d e la n a t u r a l e z a . Ello i m p l i c a u n a
discrepancia entre el orden social n a t u r a l y el orden jurídico.
Discrepancia que p u e d e ser tenida como la causa de muchos males
acontecidos en las sociedades históricas, pero que p u e d e y debe
ser superada. El elemento mediador, que opera la concordancia
entre ambos es el Derecho, cuya eficacia permite conciliar

las instituciones con la vida, u n determinado desarrollo


jurídico con u n determinado estado social (cfr. L.D.C. 23-26).

El Derecho posee tal capacidad mediadora porque su fundamento


último estriba en la naturaleza racional y libre del hombre. Dicho

181
Hostos, Eugenio María de. Lecciones de Derecho Constitucional. En: Obras
Completas. Vol. XV, p. 19. En lo sucesivo las citas tomadas de esta obra
serán indicadas con L.D. C. seguido del número de la página.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 283

de otro modo, la garantía del derecho positivo radica en el Derecho


Natural. El orden jurídico, entonces, lejos de ser mecánico, es u n
resultado de la libertad y garantiza al mismo tiempo, la autonomía
y el progreso de los órganos sociales que contribuye a organizar.
El texto que transcribimos seguidamente, perteneciente a la lección
XX de las Lecciones de Derecho Constitucional, sintetiza lo q u e
venimos diciendo:

Ante todo, nótese que hablamos de la Constitución del


Estado, con lo cual queremos decir expresamente estas dos
cosas: Primera, que el Estado no es u n a realidad de derecho
mientras no está constituido; Segunda, que nos referimos
ceñidamente al Estado, y no a la nación o sociedad...
Si entendemos lo segundo... entenderemos también que la
ley constitucional no va a modificar condiciones de u n a
entidad viviente, sino simplemente a ajusfar a la vida de
esa entidad los medios orgánicos que necesita para que el
desarrollo de su vida sea más ordenado (L.D.C. 113- 114).

En este caso el sujeto es el Estado, claramente concebido como


complemento de la vida social natural e integrada dentro de la
concepción orgánica de la sociedad. Ambas características remi-
tirían al modelo "aristotélico". Sin embargo, dada la distinción
que introduce Hostos, entre la sociedad como todo orgánico y el
Estado como u n o de los órganos sociales, y teniendo en cuenta,
también, su concepción del individuo como célula social, resulta
que las afirmaciones anteriores no son del todo incompatibles con
el modelo iusnaturalista. En efecto, la racionalidad juega u n papel
central en la explicación hostosiana del origen del Estado, cuyo
poder, en tanto "Estado de derecho" se fundamenta en u n "pacto
de constitución". Sigamos el razonamiento de nuestro autor en
las Lecciones de Derecho Constitucional, que es, a nuestro juicio, donde
mejor p u e d e apreciarse el m o d o en que "armonizan" individuo,
sociedad y Estado:

Si el derecho constitucional es necesario, es p o r q u e el


derecho natural no ha sido suficiente. De otro modo, la
284 ADRIANA ARPINI

mejor d e las constituciones sería la ley n a t u r a l de la


sociabilidad...
Pero como la naturaleza hizo racional y responsable, y
por lo tanto, libre al ser consciente, no p u d o imponerle las
leyes morales como le impuso las físicas, porque entonces,
en vez de u n ser libre... hubiera hecho u n esclavo de la
fatalidad irreparable... (L.D.C. 121-122).

"Pero la sociedad no es el Estado", y puestos a organizar la socie-


dad, los hombres bien p u e d e n decidirse por el desenfreno y el
capricho en el goce de sus fuerzas individuales, que deriva en la
imposición del "Estado de fuerza" y, consecuentemente, en el a-
tropello, por parte de algunos, de los derechos que por naturaleza
pertenecen a todos. O bien p u e d e n realizar su destino racional a
partir del reconocimiento de la "personalidad jurídica del ciuda-
dano", es decir resguardando los derechos y poderes inalienables
del ser h u m a n o . Cosa q u e sólo el "Estado de derecho" p u e d e
garantizar.

Ese Estado tiene por fundamento u n pacto constitucional,


es decir u n contrato bilateral entre el individuo y la so-
ciedad, expreso en u n a ley primera o fundamental en la
cual constan las facultades y capacidades que se reserva
para su ejercicio directo el individuo, y los que la sociedad
se reserva para ejercerlos por medio del Estado (L.D.C. 123).

En otras palabras, el individuo conserva intactos todos sus derechos


h u m a n o s , sin los cuales no podría realizar sus fines. Al mismo
tiempo delega en el Estado sólo lo necesario para hacer efectivas
las funciones de poder que se le encarga realizar. De m o d o que el
fundamento del poder estatal surge del contrato, y su legitimación
radica en el consenso.
Lo expuesto nos permite apreciar los alcances del iusnatu-
ralismo en la concepción hostosiana del Estado y el m o d o en que
esa concepción enlaza con la apreciación naturalista y organicista
de la sociedad. N o p o d e m o s omitir q u e t o d o este desarrollo
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 285

presenta u n grado mayor de complejidad, sobre todo en el Tratado


de Sociología, al cruzarse con la teoría evolutiva de los estados
sociales. Teoría que supone cambios cualitativos en la forma de
organización social al pasar de u n estado a otro, desde el salvajismo
hasta la civilización. Así por ejemplo, la organización del Estado
se presenta como u n a necesidad ya en el pasaje de la semibarbarie a
la semicivilización, pero sólo alcanza a plasmarse como "Estado de
Derecho" en la civilización }S2
C o n frecuencia se h a p u n t u a l i z a d o q u e el desarrollo del
m o d e l o i u s n a t u r a l i s t a , con sus varios matices, a c o m p a ñ ó el
surgimiento de la sociedad burguesa. En efecto, a partir de la
Revolución Francesa y durante todo el siglo XIX, la constitución
de los estados se inspira directamente en los principios funda-
mentales de la escuela del Derecho Natural. Bobbio señala, entre
otros, los siguientes nexos en la relación del modelo iusnaturalista
con la s o c i e d a d b u r g u e s a : a) el d e s c u b r i m i e n t o de la esfera
económica como distinta de la esfera política, b) tal distinción
representa el m o m e n t o de ascenso económico de la clase social
emergente, c) la constitución del Estado a partir de u n contrato
fundado en el consenso representa la conquista del poder político
"legítimo" por parte de la clase que deviene dominante.
N o obstante, conviene señalar que en ambos modelos el primer
término de las dicotomías apuntadas, familia y estado de natu-
raleza - s e g ú n se trate respectivamente del modelo aristotélico o
iusnaturalista- c o r r e s p o n d e n a la esfera de las relaciones eco-
n ó m i c a s o d e p r o d u c c i ó n . Esfera pre-política d e s t i n a d a a la
consecución de los bienes necesarios para la vida. El agotamiento
del primer modelo en favor del segundo podría interpretarse como
" u n a mirilla a través de la cual se vislumbra la disolución de la
empresa familiar y la aparición de la empresa capitalista, o bien el

182
Cfr. Hostos, Eugenio María de. Tratado de Sociología. Capítulo IV: "Socior-
ganología", especialmente la Sección 1, parágrafo 5 o y la Sección 2, parágrafos
1\ 2°, 3 o y 4 o .
286 ADRIANA ARPINI

p a s o de u n a sociedad esencialmente agrícola... a u n a sociedad


económicamente más compleja". 183
Lo q u e v e n i m o s diciendo n o s p e r m i t e u n a m á s a d e c u a d a
estimación de la p r o p u e s t a h o s t o s i a n a y d e su originalidad.
Originalidad que surge no tanto de la congruencia teórica que
revela, cuanto de la manera peculiar en que establece el enlace
entre la teoría y la situación socio-histórica a la que está referida.
Tal como surge de los escritos sistemáticos de Hostos sobre moral,
sociología y d e r e c h o constitucional, p o d e m o s sugerir q u e la
dicotomía se presenta entre la configuración evolutiva de los
órganos sociales y el pacto de constitución del Estado de derecho.
El Derecho, fuertemente acentuado como instancia moral, es el
elemento mediador que permite relacionar armónicamente ambos
extremos. En esto podemos advertir la impronta de ideas generales
del krausismo sobre el pensamiento hostosiano. En particular, de
la filosofía del derecho de Ahrens, para quien tanto la moral como
el derecho tienen u n mismo objetivo: el ejercicio de la libertad
racional. Éste queda garantizado a nivel subjetivo por la moral,
que asegura el autodominio sobre las pasiones, y jurídicamente
por el derecho que impide las acciones externas contra la libertad.
Dice Ahrens refiriéndose a la doctrina de Krause:

En todas las materias concernientes al derecho reconoce


dos elementos principales, de los que el u n o caracteriza al
h o m b r e en su individualidad personal y el otro en sus
relaciones orgánicas con los diversos g r a d o s de socia-
bilidad, con la familia, con la nación, con la h u m a n i d a d .
Estos dos elementos... d e b e n armonizarse e n todas las
instituciones humanas;... La doctrina de Krause combina
el elementó subjetivo y el elemento objetivo en el derecho
y el Estado.

Y aclara que la doctrina "ético-orgánica" del maestro alemán:

Bobbio, Norberto. "El modelo iusnaturalista", p. 80.


EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 287

...considera al E s t a d o c o m o u n a i n s t i t u c i ó n especial del


d e r e c h o , y n o a b s o r b e e n él al i n d i v i d u o y a la sociedad...
La teoría d e K r a u s e r e s p e t a así la h i s t o r i a y las insti-
t u c i o n e s q u e h a n i d o f o r m á n d o s e s u c e s i v a m e n t e p o r la
e v o l u c i ó n d e l c u e r p o social. 184

Es b i e n s a b i d o q u e H e g e l concibe al E s t a d o c o m o u n a " t o t a l i d a d
ética", d i a l é c t i c a m e n t e s u p e r a d o r a - e n el s e n t i d o d e la Aufhebung-
d e los m o m e n t o s p r e c e d e n t e s , familia y s o c i e d a d civil, c o n lo c u a l
a m b o s p a r a d i g m a s q u e d a n i n c o r p o r a d o s d e n t r o del s i s t e m a d e la
eticidad: la familia c o m o m o m e n t o original d e l d e s a r r o l l o d e la
s o c i e d a d y la s o c i e d a d civil e n c u a n t o " s i s t e m a d e las n e c e s i -
dades".185
La filosofía k r a u s i s t a , p o r su p a r t e , b u s c a a r m o n i z a r a m b o s
m o d e l o s , c o n j u g a n d o la d o c t r i n a d e las esferas sociales c o n u n a
p e r c e p c i ó n del E s t a d o c o m o u n o r d e n p a r t i c u l a r d e n t r o del o r d e n
social. A r t i c u l a c i ó n q u e se h a c e p o s i b l e a p a r t i r d e la c o n s i d e r a c i ó n
ético-orgánica d e l d e r e c h o c o m o c o n d i c i ó n p a r a la v i d a . F r e n t e a
H e g e l , los k r a u s i s t a s p a r t i d a r i o s d e l l i b e r a l i s m o político, r e t o m a n
p o s i c i o n e s i u s n a t u r a l i s t a s , c o n s i d e r a n d o n o sólo al i n d i v i d u o , sino

184
Ahrens, Enrique. Curso de Derecho Natural o Filosofía del Derecho. En:
Krause, Ahrens, Tiberghien. Estudios y selección de textos, p. 187.
185
Como bien señala Bobbio en el texto citado, toda la filosofía política hasta
Hegel marcha sobre dos carriles diferenciados caracterizados, uno, por la
pareja familia-Estado (Aristóteles), y el otro, por la pareja estado de naturaleza-
Estado (Hobbes). Hegel opera la recuperación y superación de ambos modelos
a través de los tres momentos dialécticos del sistema de la eticidad, último
momento del espíritu objetivo. "Hegel recupera de la teoría tradicional el
momento de la familia como momento original del desarrollo de la sociedad
humana, sin eliminar por ello... el momento en el cual los sujetos del tejido
social no son ya los padres de familia sino los individuos (o las clases sociales)
en conflicto que... es el reflejo del nacimiento de la sociedad mercantil
burguesa. En Hegel el paso de la familia al Estado no sobreviene directamente
ni tampoco gradualmente, sino a través de un momento negativo intermedio
que representa, por un lado, la disolución de la familia y, por el otro, el
presupuesto necesario para la recomposición de la unidad social sobre un nivel
más alto (que es el del Estado)." Bobbio, N. "El modelo iusnaturalista", p. 93.
288 ADRIANA ARPINI

también a cada u n o de los órganos sociales como depositarios de


derechos naturales inalienables. Según su interpretación, Hegel
habría otorgado al Estado u n poder absoluto, operando u n a suerte
de "panteísmo político".

Esta apoteosis del Estado -dice A h r e n s - p u e d e atraerse


las simpatías de los absolutistas políticos, sea cual fuere el
campo en que militen, monárquico o democrático, pero es
profundamente antipática a la libertad humana. 1 8 6

Ha de tenerse en cuenta, p o r otra parte, que el krausismo como


ideario m o d e r n i z a d o r se desarrolló, tanto en España como en
América Latina, en sociedades pre-industriales o agrícolas. La
oposición a todas las formas de centralización del poder político
es radicalizada por Hostos, ante el espectáculo de lo que para
América Latina y para las Antillas significan las distintas formas
de centralización del poder, ya en manos de la metrópoli colonial,
o de u n déspota, o de u n a oligarquía. Apela Hostos a la noción
ilustrada de "autonomía" del individuo, haciéndola extensiva a
cada u n o de los órganos sociales en cuanto capacidad para realizar
el gobierno de sí mismos -self government- en todo lo concerniente
al desarrollo de su propia naturaleza. Y viendo en la constitución
del Estado de derecho la institución capaz de garantizar esas
autonomías, de m o d o que

toda la sociedad nacional reconcentra su vasta actividad


en su propio desarrollo...
C u a n d o , al contrario, el E s t a d o es César o Carlo-
magno... o u n a oligarquía o u n gobierno centralista, todos
los ó r g a n o s sociales están s u s p e n s o s de u n a v o l u n t a d
usurpadora... no hay más autonomía que la del Estado, n o
hay más vida que la del Estado, y el orden que se genera
en el ser de la sociedad es orden de fuerza, y el contingente
que el Estado presta a la vida internacional es de guerra,
de usurpación o de injusticia (L.D.C. 31).

Ahrens, Enrique. Curso de Derecho Natural, p. 186.


E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 289

Mencionaremos, finalmente, u n a de las tesis más interesantes y


positivamente utópicas de la propuesta hostosiana. Ella consiste
en incluir en el q u i n t o y ú l t i m o r a n g o de la Sociorganología
aplicada la posible formación de u n Estado internacional. U n
estudio más profundo de la misma requiere u n análisis de los textos
ensayísticos que el autor le dedica. Tal como aparece incluida en
el Tratado de Sociología, el Estado internacional es u n a institución
q u e " n o ha existido todavía". E u r o p a no lo ha l o g r a d o en la
antigüedad ni lo logrará en lo que va del siglo (XIX), mientras
perviva el obstáculo formidable que representan los regímenes
dinásticos, que entorpecen el desarrollo de la " i g u a l d a d " y la
"fraternidad" entre los pueblos. Los Estados Unidos, por otra parte,
podrían ser los directores de la vida internacional de América; sin
e m b a r g o , cometieron dos errores: menospreciar a los pueblos
ibéricos de América y negarse a secundar la expansión natural de
las democracias jóvenes.

De esos errores, este resultado: hoy, c u a n d o por la fuerza


ciega de las cosas se ha d a d o el primer paso en vía del
E s t a d o internacional, la U n i ó n A m e r i c a n a no está en
aptitud mental de dirigirlo: no sabe lo que conviene hacer,
ni cómo ha de hacer lo que viene (T. 173).

Los estados de origen español, por su parte,

siguen siendo casos d e Sociopatía... todavía n o se h a n


constituido como sociedades sanas (T. 174).

El Estado internacional que Hostos pretende, inspirado en el ideal


de H u m a n i d a d de Krause, debe ser el resultado de u n a evolución
natural y necesaria de la sociedad, fundado, por una parte, en la
igualdad y la fraternidad, y por otra, en la conciliación de los
intereses políticos y comerciales, lo cual implica u n alto grado de
d e s a r r o l l o de la civilización q u e p e r m i t a el f u n c i o n a m i e n t o
armónico de u n Estado completamente jurídico.
290 ADRIANA ARPINI

Así como u n a concepción de la organización social basada en


u n a m o r a l i d a d subjetiva - q u e h e m o s c o n s i d e r a d o u n a de las
limitaciones de su formación krausista-, lleva a Hostos a aceptar
u n modelo de sociedad fundado en relaciones armónicas y en la
atenuación de los conflictos, los cuales son vistos como defectos
de la voluntad y del sentido del deber subjetivos, así también, el
ideal de H u m a n i d a d le lleva a concebir u n Estado internacional
en el que prevalece la conciliación de objetivos y valores, afir-
mándolo como alternativa posible frente a la presencia conf lictiva
de los intereses imperialistas. Así, en fin, proyecta que el liderazgo
del Estado internacional estaría en manos de países fuertes pero
generosos, que no otra cosa podrían ser aquellos Estados nacionales
que h a n desarrollado al máximo su racionalidad y su capacidad
jurídica, es decir, su potencia civilizatoria.
Una vez más, Hostos busca las causas del fracaso, no en el
análisis histórico concreto, sino en las deficiencias morales de los
individuos, hombres o estados, llamados a tan alta misión.
Sin embargo, para nuestro autor, la armonía momentánea-
mente rota por la maldad y el egoísmo h u m a n o s p u e d e ser siempre
reconstruida. En este sentido creemos que su utopía del Estado
internacional, es positiva.

Los países realmente llamados a dar el ejemplo del Estado


internacional son los del N u e v o Continente (T 173).

Acaso sea ésta u n a de las lecciones más importantes del maestro


borinqueño, que vale la pena en nuestros días revalorar crítica-
mente y reformular en términos más ajustados a nuestra realidad
histórica:

... el siglo XX será tiempo bastante para la organización


del Estado Internacional Americano... Tanto más proba-
blemente, cuanto que aquí se trata simplemente de poner
a p r u e b a la d u c t i l i d a d del f e c u n d í s i m o p r i n c i p i o de
federación. Bien sea fabricando la confederación antillana,
y, tras ella, la federación sudamericana, cuyo resultado
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 291

s e r í a la u n i ó n f e d e r a l d e l C o n t i n e n t e e n t e r o ; b i e n s e a
p r o c e d i e n d o p o r vía d i p l o m á t i c a a e s t a b l e c e r r e l a c i o n e s
político-económico-sociales e n t r e los E s t a d o s d e u n a y otra
familia c o n t i n e n t a l . Es p a t e n t e d e s d e a h o r a q u e u n a d e las
t a r e a s d e este siglo (XX) h a d e ser la c o n s t r u c c i ó n d e ese
E s t a d o i n t e r n a c i o n a l a m e r i c a n o (T. 175).

6.2.8. I n t e r n a c i o n a l i s m o ético: A u t o n o m í a y Federación

N o s interesa, e n este ú l t i m o p u n t o , p r o f u n d i z a r e n la p r o p u e s t a
i n t e r n a c i o n a l i s t a d e H o s t o s , p u e s es u n a d e las c o n s t a n t e s d e l
p e n s a m i e n t o l a t i n o a m e r i c a n o q u e , e n el c a s o d e n u e s t r o a u t o r
ofrece, a d e m á s , e l e m e n t o s p a r a u n d e s a r r o l l o f e c u n d o d e l i d e a l
boli v a r i a n o .
A u n c u a n d o p u e d a p a r e c e r u n a s u n t o p o c o r e l a c i o n a d o c o n la
sociología, el t e m a d e l E s t a d o I n t e r n a c i o n a l s u r g e y es d e s a r r o l l a d o
p o r el p u e r t o r r i q u e ñ o e n las p á g i n a s del Tratado de Sociología. H e c h o
q u e n o p u e d e t o m a r n o s p o r s o r p r e s a si se t i e n e e n c u e n t a el
m a r c a d o a c e n t o ético q u e se v i s l u m b r a c o m o s u s t r a t o d e l s a b e r
social d e s a r r o l l a d o p o r el a u t o r o, p a r a d e c i r l o c o n u n t é r m i n o
h e g e l i a n o , s u p r e o c u p a c i ó n p o r la c o n s t r u c c i ó n d e u n a eticidad,
a u n q u e p o r cierto e n u n s e n t i d o diferente al q u e ésta tiene e n H e g e l .
Se trata d e u n t e m a q u e , c o m o o t r o s , es r e c u r r e n t e e n el p e n -
s a m i e n t o h o s t o s i a n o y p u e d e ser r a s t r e a d o d e s d e la p r i m e r a e t a p a
d e su p r o d u c c i ó n e n escritos ensayísticos, c o m o el artículo a " L a
C o n f e d e r a c i ó n Colombiana''', y t a m b i é n e n s u s tres escritos sis-
t e m á t i c o s m á s i m p o r t a n t e s s o b r e ética, sociología y d e r e c h o
constitucional. 1 8 7

187
Hostos, Eugenio María de. "La Confederación colombiana". En: Obras
Completas. Vol. XXI, pp. 329 a 347. El artículo fue publicado en El Heraldo
de Lima, en entregas sucesivas los días 20, 22, 24, 28 y 30 de diciembre de
1870. El término "colombiana" es utilizado por Hostos para referirse a América
Latina.
Los escritos sistemáticos a que aludimos son el Tratado de Moral, el
Tratado de Sociología y las Lecciones de Derecho Constitucional (volúmenes
292 ADRIANA ARPINI

E n el Tratado, el t e m a es d e s a r r o l l a d o a p r o p ó s i t o d e la "Socior-
g a n o l o g í a a p l i c a d a " , esto es, al a b o r d a r las f o r m a s d e o r g a n i z a c i ó n
j u r í d i c o - p o l í t i c a d e los ó r g a n o s s o c i a l e s . E n e s t e m a r c o a f i r m a
H o s t o s q u e el E s t a d o I n t e r n a c i o n a l

...llegará a ser u n a d e las e v o l u c i o n e s n a t u r a l e s d e la civi-


lización j u r í d i c a (T. 168).

A u n q u e a ú n n o existe n i h a existido c o m o h e c h o real, sí existe c o m o


p o s i b i l i d a d . P r u e b a d e ello s o n las Conferencias d e P a z q u e e n el
s i g l o XIX h a n t e r c i a d o e n los conflictos i n t e r n a c i o n a l e s d e los
e s t a d o s e u r o p e o s . I n c l u s o las g u e r r a s , p o r e n c i m a d e los r e s u l t a d o s
militares q u e p u e d a n tener, arrojan u n resultado político con-
sistente e n

el c o n v e n c i m i e n t o d e la u t i l i d a d d e e s a s a l i a n z a s defi-
nitivas, e n f o r m a d e p o d e r e s c o n f e d e r a d o s (T. 172).

Tales c o n s i d e r a c i o n e s n o s r e c u e r d a n p o s i c i o n e s p r o p i a s d e l p e n s a -
m i e n t o i l u s t r a d o , c o m o las e x p r e s a d a s p o r K a n t , e n t o r n o al i d e a l
c o s m o p o l i t a d e la " p a z p e r p e t u a " . El filósofo d e K o n i g s b e r g n o s
h a b l a d e "la insociable s o c i a b i l i d a d d e los h o m b r e s " , es decir d e la
c o m p l e j a r e l a c i ó n e n t r e el a n t a g o n i s m o d e las d i s p o s i c i o n e s n a t u -
rales d e n t r o d e la s o c i e d a d , q u e m u e s t r a n la h u m a n a inclinación a
" i n d i v i d u a l i z a r s e " , y al m i s m o t i e m p o , la p e r s i s t e n t e d i s p o s i c i ó n
a "socializarse" p r o p i a t a m b i é n d e la naturaleza h u m a n a . Así - d i c e -
se d a n los a u t é n t i c o s p r i m e r o s p a s o s d e s d e la b a r b a r i e h a c i a la
c u l t u r a (la c u a l c o n s i s t e p r o p i a m e n t e e n el v a l o r s o c i a l d e l
hombre)", hasta lograr "transformar u n consenso urgido patoló-
g i c a m e n t e e n u n á m b i t o m o r a l " . Si esto s u c e d e e n el interior d e
c a d a s o c i e d a d , e n la d i m e n s i ó n d e las relaciones i n t e r e s t a t a l e s , la
p r o p i a g u e r r a se r e v e l a r á c o m o artificiosa, p e l i g r o s a y d e d u d o s o

XVI, XVII y XV, respectivamente, de la Edición Conmemorativa de las Obras


Completas de 1939).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 293

d e s e n l a c e , p o n i e n d o o b s t á c u l o s a los v í n c u l o s comerciales q u e s o n
u n í n d i c e d e la i n t e r d e p e n d e n c i a d e los E s t a d o s . A s í la g u e r r a
p r e p a r a r á i n d i r e c t a m e n t e , el t e r r e n o p a r a la i n t e g r a c i ó n d e u n
m a c r o c u e r p o político.
" T o d a g u e r r a s u p o n e u n intento... d e p r o m o v e r n u e v a s rela-
ciones e n t r e los E s t a d o s - a f i r m a - . . . h a s t a q u e f i n a l m e n t e (gracias
e n p a r t e a la ó p t i m a o r g a n i z a c i ó n d e la c o n s t i t u c i ó n civil i n t e r n a y
e n p a r t e t a m b i é n a la l e g i s l a c i ó n e x t e r i o r f r u t o d e l c o n s e n s o
colectivo) se a l c a n z a r á u n e s t a d o d e cosas q u e , d e m o d o similar a
u n a c o m u n i d a d civil se c o n s e r v e a sí m i s m o c o m o u n a u t ó m a t a " .
P o d r í a m o s decir q u e la p r o p u e s t a d e Kant, n u t r i d a d e las p r o -
p o s i c i o n e s h e r d e r i a n a s se r e s u e l v e e n u n i n t e r n a c i o n a l i s m o
é t i c a m e n t e a c e n t u a d o p o r c u a n t o t o m a e n c u e n t a el valor intrínseco
d e las n a c i o n e s .
D e m o d o tal q u e , al i n g r e s a r e n la c o n f e d e r a c i ó n d e p u e b l o s ,
c u a l q u i e r E s t a d o p o r p e q u e ñ o q u e sea, " p u d i e r a c o n t a r c o n q u e
t a n t o su s e g u r i d a d c o m o su d e r e c h o n o d e p e n d i e r a d e su p r o p i o
p o d e r í o " , sino " d e u n p o d e r u n i f i c a d o y d e u n a decisión c o n f o r m e
a leyes d e la v o l u n t a d común". 1 8 8
E s t a s i d e a s d e la m o d e r n i d a d i l u s t r a d a s o n r e c o g i d a s p o r
K r a u s e y t i e n e n u n a p r e s e n c i a i m p o r t a n t e e n los d e s a r r o l l o s
j u r í d i c o s del k r a u s i s m o b e l g a y e s p a ñ o l v .g. E n r i q u e A h r e n s y
Francisco G i n e r d e los Ríos. Ya h e m o s s e ñ a l a d o , e n r e l a c i ó n c o n la
t e m á t i c a del i n t e r n a c i o n a l i s m o , la afinidad q u e las e x p o s i c i o n e s
d e H o s t o s m u e s t r a n c o n el ideal k r a u s i a n o d e la h u m a n i d a d . C a b e
s u b r a y a r q u e ese ideal es p r e s e n t a d o p o r K r a u s e c o m o el r e s u l t a d o
d e u n a e v o l u c i ó n a la v e z j u r í d i c a y política, c u y a f u n d a m e n t a c i ó n
d e s c a n s a e n p r i n c i p i o s d e o r d e n m o r a l . Así p o d e m o s leer e n el
Ideal de la Humanidad para la vida:

188
Kant, Inmanuel. Ideas para una historia universal en clave cosmopolita,
pp. 3 a 23. Cfr. Kant, Inmanuel. "Recensiones sobre la obra de Herder Ideas
para una filosofía de la historia de la Humanidad. En: Ideas para una
historia... pp. 25 a 56.
294 ADRIANA ARPINI

A c o m p a ñ a n d o el d e r e c h o y el e s t a d o d o n d e q u i e r a el sujeto
m o r a l , c o m o la f o r m a c o n d i c i o n a l d e s u d e s t i n o , d e b e
f u n d a r s e e n t i e m p o d e b i d o y e n c o r r e s p o n d e n c i a c o n la
h i s t o r i a u n d e r e c h o y E s t a d o definitivo e n r a z ó n d e las
c o n d i c i o n e s totales d e la h u m a n i d a d p a r a t o d o s u d e s t i n o ,
e n f o r m a d e u n a c i u d a d t e r r e n a ( u n E s t a d o Tierra).
... S o l a m e n t e los p u e b l o s r e u n i d o s e n s o c i e d a d humana
r e p r e s e n t a n la s u p r e m a p e r s o n a política, el Pueblo e n el
p l e n o s e n t i d o : s o l a m e n t e la h u m a n i d a d c o n s t i t u i d a e n
E s t a d o público es c o m p e t e n t e p a r a fallar e n definitiva sobre
la c o n s t i t u c i ó n y los e s t a d o s p a r t i c u l a r e s d e s u s p u e b l o s .
... e n t o n c e s se r e a l i z a r á u n E s t a d o v e r d a d e r a m e n t e
p ú b l i c o , y se c u m p l i r á el ideal del d e r e c h o y d e la justicia
e n la h u m a n i d a d ' . 1 8 9

A h r e n s a b o r d a la cuestión d e s d e u n á n g u l o d e f i n i d a m e n t e jurídico.
E n el m a r c o d e u n a c o n c e p c i ó n d e l D e r e c h o c o m o p r i n c i p i o
o r g á n i c o y o r g a n i z a d o r d e la v i d a e n c a d a u n a d e las esferas
sociales, d i s t i n g u e e n t r e d e r e c h o f e d e r a t i v o y d e r e c h o c o s m o p o l i t a .
El p r i m e r o se refiere al d e r e c h o i n t e r n o d e la f e d e r a c i ó n y a s u s
relaciones c o n o t r a s n a c i o n e s y federaciones. Esto ú l t i m o e n vista
d e h a c e r p r e v a l e c e r los " v e r d a d e r o s i n t e r e s e s d e la c u l t u r a sobre
las p a s i o n e s egoístas d e gloria y e n g r a n d e c i m i e n t o " . U n a
" f e d e r a c i ó n c o m p u e s t a " t e n d r í a la f u n c i ó n d e r e g u l a r los intereses
c o m u n e s y j u z g a r c o m o a r b i t r o e n las c o n t i e n d a s . C o n e s t o se
a n t i c i p a p a r c i a l m e n t e el d e r e c h o c o s m o p o l i t a c u y a f u n c i ó n p r e c i s a
consiste e n a v a n z a r e n d i r e c c i ó n a " l o s v e r d a d e r o s p r i n c i p i o s d e
la h u m a n i d a d " , p u e s ésta " t i e n e d e r e c h o s q u e d e b e n ser r e s p e t a d o s
e n t o d a s l a s e s f e r a s s u b o r d i n a d a s " . El i d e a l j u r í d i c o - p o l í t i c o
consiste, e n t o n c e s , e n a r m o n i z a r estos d o s h e c h o s : c o n s e r v a r la
i n d e p e n d e n c i a r e l a t i v a d e los e s t a d o s y g a r a n t i z a r los d e r e c h o s d e
la h u m a n i d a d . La v a r a q u e m i d a el p r o g r e s o d e la h u m a n i d a d
d e b e c o m b i n a r el p r i n c i p i o d e n a c i o n a l i d a d c o n el c o s m o p o -
litismo. 1 9 0

189
Krause/Sanz del Río. Ideal de la Humanidad para la vida, pp, 181 y 187.
190
Ahrens, Enrique. Curso de Derecho Natural o Filosofía del Derecho. En:
Krause, Ahrens, Tiberghien. Estudios y selección de textos, pp. 199y217a218.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 295

El análisis hostosiano, atento a las contingencias históricas de


los pueblos de Europa y América durante el siglo XIX, se inscribe
en la línea de concepciones internacionalistas que acabamos de
esbozar. Podemos designarlo "internacionalismo ético", pues por
u n a p a r t e su f u n d a m e n t a c i ó n estriba en el valor moral de la
h u m a n i d a d , de d o n d e surgen derechos que le son propios, y por
otra parte, insiste en la necesidad de justipreciar la personalidad
propia de cada pueblo.
Distingue Hostos dos tendencias en cuanto a la concepción
del Estado internacional, u n a "jurídica, filosófica y filantrópica",
y otra "práctica, política, de mera oportunidad y conveniencia".
Según la primera, la conquista del Estado internacional es u n fin
de la h u m a n i d a d . La segunda, puesta en marcha por los estados
más ambiciosos y agresivos, ve en la confederación u n medio de
asegurar la p a z entre los estados confederados, a u n a expensas de
la paz en el m u n d o . Para que la idea de confederación sea efectiva,
y no se agote en la interesada búsqueda de ventajas de unos pueblos
sobre otros, es necesario u n paso previo: asegurar la autonomía
de las naciones. Recordemos que la autonomía es definida por
Hostos, sin apartarse de los parámetros del pensamiento moderno,
como

la facilidad de darse su propia ley, o el derecho de reclamar una


ley que asegure la completa libertad de acción (L.D.C. 30).

De acuerdo con la doctrina de los órganos sociales, la autonomía


se realiza en el gobierno de cada u n o de ellos, de m o d o que el
Estado las secunda y refleja. La idea de autonomía supone las de
igualdad y fraternidad, cuya realización, bien sea en relación con
los órganos internos del Estado, bien sea en el trato con otros
Estados, sólo p u e d e quedar garantizada por la constitución de
e s t a d o s r e p u b l i c a n o s m e d i a n t e el s i s t e m a d e la d e m o c r a c i a
representativa.
H e m o s de tener en cuenta, además, la distinción que establece
Hostos al precisar el alcance de los términos "federación" y "con-
296 ADRIANA ARPINI

federación''. La primera es " u n sistema de gobierno interior" y la


segunda " u n medio de poder Internacional". En su artículo de 1870,
titulado La Confederación Colombiana aclara:

La federación es asociación para fines totales; la confe-


deración es u n a liga para fines parciales. Como sistema, la
federación corresponde a m o d o s esenciales de la sociedad;
c o m o m e d i o , la c o n f e d e r a c i ó n c o r r e s p o n d e a m o d o s
accidentales... Aquella completa la libertad, esta completa
la fuerza de los pueblos. 191

Por otra parte, en las Lecciones de Derecho Constitucional afirma:

Federación n o es s u m a de autonomía ni consiste en la


agregación de autonomías: es distribución orgánica de
s o b e r a n í a , y consiste e n la exacta d i s t r i b u c i ó n de la
soberanía social...
Comprendida de este m o d o , la federación es u n com-
plemento necesario de la democracia representativa (L.D.C.
99-100).

Así, p u e s , la organización de los estados de a c u e r d o con los


principios de autonomía y federación es la condición posibilitante
del establecimiento de relaciones interestatales acorde con los fines
de la h u m a n i d a d . Esto queda demostrado no sólo por el desarrollo
lógico de principios doctrinarios, sino que también la experiencia
histórica de Europa y América muestra las ventajas que para la
h u m a n i d a d tienen ambos principios. En efecto, según Hostos, la
persistencia de regímenes dinásticos constituye en Europa el mayor
obstáculo para el logro del Estado internacional; y en América
Latina la organización de las nuevas sociedades quedó, desde los
primeros días, contaminada por el "vicio del centralismo":

...todo está pendiente de la voluntad siempre desconocida


o siempre incierta del que centraliza la actividad econó-
mica, política y social (L.D.C. 95).

Hostos, Eugenio María de. La Confederación colombiana, p. 332.


EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 297

En u n o y otro caso, las formas centralizadas de organización


política constituyen u n valladar para el progreso de la civilización.
Comprobamos que la categoría de "civilización' 7 , en correspon-
dencia con la cuestión del Estado internacional, m u e s t r a u n a
marcada acentuación de componentes semánticos y valorativos
asociados a las ideas de "autonomía", "unidad", "armonía". De
m o d o que en ella q u e d a r e s u m i d a la tradición del internacio-
nalismo m o d e r n o que va de Kant a Krause y el krausismo jurídico,
así como las ideas de organización política federativa vigentes en
la época. Recordemos que estas ideas son examinadas por Hostos
en su discurso del Ateneo de Madrid la noche del 20 de diciembre
de 1868 (Cfr. p u n t o 3.7. Palabras que son acciones. El discurso de la
ruptura). El comentario publicado a propósito de ese discurso tres
días d e s p u é s p o r La Voz del Siglo, testimonia lo q u e v e n i m o s
diciendo.

Las doctrinas del señor Hostos, semejantes en su desarrollo,


si no en sus fundamentos, a las expuestas por P r o u d h o n
en su bien pensado libro: El principio federativo, y de acuerdo
también, en su mayor parte, con el Ideal de la Humanidad,
de Krause, forman, sin d u d a alguna, la m á s generosa
aspiración de la e d a d m o d e r n a , que rechaza la u n i d a d
social por medio de la fuerza; ese ambicioso sueño de todos
los conquistadores, que hacía que Fernando de Acuña,
a d m i r a n d o el inmenso poderío de Carlos V, expresará la
esperanza de que u n día dominase al m u n d o : Un monarca,
un imperio y una espada.
El principio federativo, tal como lo expuso el señor
Hostos, es la ley de la u n i d a d en la variedad que rige en
toda la creación aplicada a la esfera del derecho político y
del derecho internacional; la ley de la unidad en la variedad
que es necesariamente armonía en lo eterno y orden en lo
temporal". 1 9 2

192
Relación hecha por La Voz del Siglo, Madrid, 23 XII-1868, de la sesión del
Ateneo de Madrid del 20 de diciembre de 1868. Recogida por Eugenio Carlos
de Hostos. En: Hostos, Eugenio María de. Obras Completas. Vol. XXI, pp.
394 a 398.
298 ADRIANA ARPINI

H e m o s afirmado que es posible reconocer, como sustrato del


internacionalismo hostosiano, u n saber social encaminado a la
construcción de u n a eticidad, a u n q u e en sentido diverso de la
hegeliana. Efectivamente, si "eticidad" designa, en el sentido más
amplio, a la m o r a l i d a d objetiva, o sea al conjunto de n o r m a s ,
costumbres, leyes que constituyen las maneras de obrar de u n
pueblo, entonces p o d e m o s decir que la propuesta hostosiana está
enderezada a lograr ese grado de objetivación de la vida social.
Pero de manera tal que r e d u n d e en el reconocimiento del carácter
propio de cada uno de los órganos sociales. Esto es efectivizar los
principios de autonomía y federación en pos de evitar cualquier
forma de avasallamiento. Ello implicaría sentar las bases posi-
bilitantes de la unión a nivel internacional. Como ya hemos visto,
todas las formas en que el centralismo se manifiesta: despotismo,
a b s o l u t i s m o , i m p e r i a l i s m o , son c o n t r a d i c t o r i a s con aquellos
principios. Esa es, en la perspectiva hostosiana, la causa que ha
i m p e d i d o a E u r o p a y a los Estados U n i d o s concretar formas
históricas de verdadera unidad mundial.

Si la unidad de acción no p u e d e conseguirse en una fuerza


aislada, se consigue ligando artificialmente las fuerzas
dispersas; este es el ideal. La confederación lo realiza por
medio de la unión.

De ella decía Bolívar en 1824: 'El día e n que nuestros


plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes se fijará
en la historia d i p l o m á t i c a d e A m é r i c a u n a época in-
mortal'. 193

La confederación de poderes constituiría u n logro político que


abriría puertas a la confederación de intereses de la industria y el
comercio, del progreso intelectual y moral, de la conservación y la
defensa m u t u a , en fin, de la civilización. De esta manera anticipa

193
Hostos, Eugenio María de. La Confederación colombiana, p. 333.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 299

Hostos lo que debe ser el proyecto de u n internacionalismo ético,


culminación de su utopía civilizatoria. (Cfr. p u n t o 5.3. La triple
dimensión de la "utopía civilizatoria" de Hostos).
Anticipación del deber ser hecha desde la propia situación
histórica, a partir de la cual se abren posibilidades nuevas. En razón
de ella afirma el pensador boricua que son los países del nuevo
continente los que están llamados a dar el ejemplo del Estado
internacional, pues es posible demostrar "de m o d o experimental,
que dentro del Continente caben dos federaciones y u n a con-
federación", siendo las Antillas "la fuerza de ponderación", el
b a r ó m e t r o , p o d r í a m o s decir, q u e m i d a el nivel de la u n i ó n y
marque, al mismo tiempo, los límites fuera de los cuales esa fuerza
deviene brutal ambición de poder.

6.2.9. Síntesis

P o d e m o s afirmar que los dos escritos sociológicos de Eugenio


María de Hostos son u n hito en la historia de las ideas sociales
latinoamericanas, ya que p u e d e n ser considerados como el primer
intento de configurar u n a "Sociología", ciencia q u e p r e t e n d e
alcanzar u n conocimiento riguroso de la realidad social.
Tanto el Resumen como el Tratado son densas expresiones dis-
cursivas, que en el juego de las alusiones y elusiones nos refieren
la rica problemática social y política de u n momento particular-
mente crítico de la historia antillana: el momento en que se produce
el cambio a b r u p t o de la situación de colonia hispánica p o r la
penetración imperialista estadounidense, lo cual significó nuevas
formas de dominación económica, política y territorial, que a ú n
perviven en la región. Si atendemos al m o m e n t o de su producción,
ambos textos p u e d e n ser considerados como respuestas a situa-
ciones concretas que amenazan la configuración de la identidad
nacional. Desde esta perspectiva, los consideramos, también, como
u n a forma de saber acerca de lo nacional.
300 ADRIANA ARPINI

Por otra parte, cabe destacar la recepción hostosiana del ideario


d e los k r a u s i s t a s e s p a ñ o l e s . Así, las i d e a s d e o r g a n i s m o y
organización, la configuración de u n a dialéctica de la armonía, el
concepto d e ley, las nociones d e evolución y r e v o l u c i ó n son
originalmente seleccionadas y a d a p t a d a s por nuestro autor, y
puestas en consonancia con las causas independentísta y anti-
anexionista. Estas ideas están presentes tanto en las categorías
ordenadoras de su pensamiento social, como en los supuestos
teóricos y metodológicos del mismo.
Las categorías que estructuran el discurso social hostosiano
p u e d e n quedar sintetizadas en la oposición "barbarie-civilización".
Sin embargo, ambas categorías tienen diversa carga semántica en
uno y otro escrito. "Barbarie" y "civilización" no se presentan siem-
pre con la misma tonalidad ni con el mismo acento axiológico.
Así, en el Resumen la "barbarie" está representada por la "igno-
rancia" y el "desorden" de u n a sociedad "esclavizada" por el lazo
colonial; e n oposición a ello, el mejor " c o n o c i m i e n t o " de tal
situación permitirá alcanzar la "mayor felicidad" social, es decir,
permitirá "liberar" las potencias de la "civilización" para el logro
de u n nuevo "orden" social. También en el Tratado la "civilización"
es e q u i p a r a d a al "orden", pero se trata, ahora, de u n " o r d e n "
fuertemente codificado, b a s a d o en la existencia de u n " o r d e n
natural" de la sociedad, a p o y a d o en "leyes naturales de la so-
ciedad", cuya observancia posibilita la "evolución n a t u r a l " , la
" s a l u d " , el "equilibrio", la "armonía", y por lo tanto, la "con-
servación" social. Por su parte, la "barbarie" está representada
p o r el " d e s o r d e n histórico" d e las sociedades, p o r leyes q u e
d e p e n d e n del "arbitrio h u m a n o " o de la "voluntad caprichosa", y
o b s t a c u l i z a n el d e s a r r o l l o n a t u r a l d e la s o c i e d a d , p o r
"enfermedades sociales", por el "conflicto" y la "heterogeneidad",
por las "deficiencias morales" de los individuos. La educación y
la difusión de la sociología se convierten en medios de control social
que permiten conservar el orden.
Las oposiciones " h i s t o r i a - n a t u r a l e z a " , " v o l u n t a d - r a z ó n " ,
" e n f e r m e d a d - s a l u d " , q u e son expresiones, entre otras, de la
dicotomía "barbarie-civilización" cumplen una función ideológica,
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 301

hábilmente esgrimida por Hostos como portavoz de los sectores


emergentes de la sociedad antillana, para demostrar la necesidad
de realizar cambios profundos y liberadores, en la m e d i d a que
favorecen el desarrollo natural de las potencias civilizadoras. Pero
dejan peligrosamente abierta la posibilidad de convertirse, en el
m o m e n t o de la consolidación del nuevo orden, en instrumentos
ideológicos justificadores de nuevas formas de sujeción.
Entre los supuestos de la "sociología" hostosiana destacamos,
en primer lugar, la presencia de la naturaleza como principio supra-
histórico y fundante de la sociedad; cualquier afirmación acerca
de lo que ésta debe ser queda metafísicamente sesgada por aquella
realidad inapelable. El evolucionismo biologista es otro supuesto,
por el cual q u e d a n asimiladas la evolución histórica y social a la
evolución del organismo vivo; el juicio intuitivo de la sociología,
por el cual Hostos establece que la sociedad es u n ser viviente,
condiciona el p u n t o de vista y la selección de los datos para el
estudio de la sociedad. Además, la "inducción" - q u e mejor cabría
llamar intuición trascendental- por la cual es posible descubrir
tras la incoherencia aparente de las sociedades una ley general de
la naturalaza social, es otro supuesto que funciona como condición
de posibilidad de la constitución misma de la ciencia social. Todo
lo anterior lleva, por una parte a privilegiar antológicamente la
existencia de u n O r d e n superior, armónico y regular; y por otra, a
m i n i m i z a r la significación del d e s o r d e n histórico, d o n d e se
patentizan los antagonismos y la diversidad de las sociedades
h u m a n a s . Posición ésta que se evidencia particularmente en el
Tratado, d o n d e la c a t e g o r í a d e " o r d e n " c o m o s i n ó n i m o d e
"organización social" adquiere u n a valoración singular.
Por otra parte, también funciona como supuesto de la pro-
puesta hostosiana, aunque no de carácter metafísico, la presencia
de u n paradigma de organización social, encarnado por el grado
de "civilización" alcanzado por la Unión de Estados Norteameri-
canos. Cabría sospechar acerca de la presencia de u n a ambigüedad
valorativa respecto de los Estados Unidos. Efectivamente, por u n a
parte, ese país es visto como el enemigo que ha p e r p e t r a d o la
invasión a Cuba y Puerto Rico; por otra parte, es considerado como
302 ADRIANA ARPINI

el modelo de organización nacional y de legislación racional a que


toda sociedad debe aspirar. Ahora bien, la sospecha de ambigüe-
dad queda diluida si se tiene en cuenta que ambas consideraciones
están apoyadas en supuestos de naturaleza diferente. La función
modélica de los Estados Unidos supone u n proceso ascensional,
natural y armónico y, consecuentemente, ahistórico, por el cual
toda sociedad progresa desde el estado de "salvajismo" al de
"civilización". Los valores de la civilización están ya dados y son
directamente aprehensibles por la conciencia individual. En ese
proceso ascensional, la Federación Americana es la organización
social que mejor ha desarrollado los valores de la civilización;
mientras q u e las sociedades antillanas, c o m o P u e r t o Rico, se
encuentran a u n en la etapa de la semicivilízación. Por otra parte,
la invasión de las islas es considerada como u n error histórico,
achacable al egoísmo y a la irracionalidad de ciertos hombres;
constituye una enfermedad social, que distorsiona el desarrollo
natural y racional de la sociedad.
Por último, nos interesa poner de relieve la presencia, en estos
escritos hostosianos, de una descriptiva y una proyectiva sociales.
La descripción, hecha desde las categorías ya mencionadas, apunta
tanto al ser como al deber ser. Lo primero es lo que históricamente
h a s u c e d i d o y s u c e d e en la s o c i e d a d ; lo s e g u n d o es lo q u e
naturalmente debe darse. Esta segunda instancia, respaldada en
la naturaleza, conduce a u n a visión de la sociedad q u e elude
muchas veces la presencia de conflictos y supone la convergencia
y la armonía de los intereses. A partir de esto, el proyecto social
hostosiano se endereza a efectivizar la "civilización", mediante la
organización del Estado nacional y la constitución de u n Estado
internacional, poniendo en juego la afirmación de una voluntad
política, ilustrada por u n a razón capaz de intuir la esencia de la
naturaleza social misma y movilizada por u n estricto sentido del
deber. Ese proyecto es también la afirmación del futuro como
territorio de lo históricamente posible. Afirmación que a u n hoy
nos interpela y nos compromete en la construcción de nuestro
propio futuro.
7
HOSTOS
A N T E LA H I S T O R I A D E L A S
IDEAS LATINOAMERICANAS

Nos proponemos dirigir la atención hacia las consideraciones


que, sobre la figura y los escritos del puertorriqueño Eugenio María
de Hostos, se h a n realizado desde el ámbito de la historia de las
ideas latinoamericanas. Tal revisión, que bien podría juzgarse
como u n balance de la cuestión, nos permitirá precisar, mediante
contrastes o afinidades, nuestro aporte en la apreciación del tema.
Ante todo debemos aclarar que se impone la necesidad de
efectuar u n recorte, pues, por u n a parte, reconocemos la impo-
sibilidad de realizar una exposición exhaustiva de todos y cada
uno de los estudios que sobre el autor y su obra se h a n realizado.
Tarea que resultaría reiterativa e infecunda, más a ú n si se tiene en
cuenta que no pocas veces predomina el tono laudatorio sobre el
rigor de los análisis. Por otra parte, h e m o s preferido aquellos
trabajos que ponen el acento en el núcleo filosófico-ideológico de
la producción hostosiana; consecuentemente, hemos postergado
los que se ocupan de aspectos literarios, didácticos o biográficos,
a u n q u e d e h e c h o existen a p o r t a c i o n e s v a l i o s a s s o b r e estos
aspectos. 1 9 4 H a de t e n e r s e e n cuenta, t a m b i é n , q u e el m a y o r

194
Entre los estudios biográficos destacan, entre otros: Bosch, Juan. Hostos,
el sembrador. La Habana, Ediciones Huracán-Colección Norte, 1976; del
mismo autor, Mujeres en la vida de Hostos. San Juan de Puerto Rico,
Asociación de Mujeres Graduadas de la Universidad de Puerto Rico, 3 a ed.,
1989; Hostos, Eugenio Carlos de. Hostos, peregrino de un ideal. Ideario y
trabajos acerca de Eugenio María de Hostos. París, Ed. Literaria y Artística,
1954; Pedreíra, Antonio. Hostos, ciudadano de América. Madrid, Espasa
Calpe, 1932. Entre los estudios sobre el pensamiento jurídico hostosiano:
Delgado Cintrón, Carmelo. "La educación jurídica en Hostos: los escritos de
304 ADRIANA ARPINI

v o l u m e n d e la bibliografía h o s t o s i a n a p r o c e d e d e su p a í s d e origen,
P u e r t o Rico, y e n m e n o r escala d e su p a í s d e a d o p c i ó n , la R e p ú b l i c a
D o m i n i c a n a , a u n q u e , p o r cierto, s u o b r a y s u p e n s a m i e n t o t i e n e n
repercusión a nivel continental y h a d a d o lugar a importantes
e s t u d i o s c o m o los d e l m e x i c a n o A n t o n i o C a s o , el p a n a m e ñ o
R i c a u r t e Soler, el a r g e n t i n o Víctor M a s s u h , p a r a n o m b r a r sólo tres,
q u e p o d e m o s considerar clásicos, entre los m u c h o s trabajos
monográficos.195 P a r t i c u l a r m e n t e i m p o r t a n t e e n c u a n t o a la
difusión y actualización d e los e s t u d i o s h o s t o s i a n o s h a sido la labor
l l e v a d a a d e l a n t e p o r el C o m i t é d e l S e s q u i c e n t e n a r i o d e E u g e n i o
M a r í a d e H o s t o s , c e l e b r a d o el 11 d e e n e r o d e 1989, y la c r e a c i ó n
del I n s t i t u t o d e E s t u d i o s H o s t o s i a n o s q u e h a e n c a r a d o , e n t r e otras,
la t a r e a d e p r e p a r a r y p u b l i c a r la E d i c i ó n Critica d e la Obra Completa
del puertorriqueño.
O r d e n a r e m o s esta r e v i s i ó n s e g ú n u n criterio q u e a v a n z a d e s d e
a p r e c i a c i o n e s g e n e r a l e s h a c i a c o n s i d e r a c i o n e s m á s específicas

la etapa española, 1857-1869". En: Revista Jurídica de la Universidad de


Puerto Rico. Vol. 60, N° 1, 1991. pp. 141a 192. Sobre la obra literaria: Lugo-
Guernelli, Adelaida. Hostos y la literatura. Puerto Rico, Col. Cuadernos
hostosianos. N° 2, Serie I: Conferencias y ensayos. Comité del Ses-
quicentenario. 1988; Reyes Dávila, Marcos. "Hostos: una literatura para la
liberación". En: Exégesis. Colegio Universitario de Humacao, U.P.R., Año 3,
N° 7, 1989. pp. 19 a 26. Sobre temas de educación: Henríquez Ureña, Camila.
Las ideas pedagógicas de Hostos. Santo Domingo, Edición de La Revista
Educación, Talleres Gráficos La Nación, 1932; Santos y Vargas, Leónides.
"La filosofía de la educación de Eugenio María de Hostos". En: Pedagogía.
Revista de la Facultad de Educación, U.P.R., Vol. 26, N° 3, Río Piedras, 1989.
pp. 19 a 36.
195
Caso, Antonio. "La filosofía moral de Hostos", En: Visiones sobre Hostos.
Caracas-Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1988. pp. 427 a 437; Soler, Ricaurte.
"Premisas para una interpretación del pensamiento filosófico de Hostos". En:
Estudios sobre historia de las ideas en América. Panamá, Librería Cultural
Panameña, 1979. pp. 68 a 78; Massuh, Víctor. "Hostos y el positivismo hispa-
noamericano". En: América como inteligencia y pasión. México, Tezontle,
1955. pp. 11 a 36.
Ver una lista más completa en Bibliografía: Sobre Hostos.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 305

acerca del lugar de Hostos en la historia de las ideas. Ello implica


e x a m i n a r posiciones de diverso g r a d o de p r o f u n d i d a d en la
c o m p r e n s i ó n del d i s c u r s o h o s t o s i a n o y de su significación.
A t e n d e m o s e n p r i m e r l u g a r a trabajos p a n o r á m i c o s sobre la
evolución de las ideas en América Latina, en general, en las Antillas,
y en Puerto Rico, en particular / l / . Nos abocamos luego a estudios
realizados sobre a l g ú n aspecto de la vida o la p r o d u c c i ó n de
nuestro autor / 2 / . Dedicamos u n apartado especial para discutir
las posiciones encontradas de Ricaurte Soler y Víctor Massuh sobre
el p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o / 3 / . S e g u i d a m e n t e , c e n t r a m o s la
problemática en torno al krausismo y su influencia en América
Latina, y encaramos la caracterización del krauso-positivismo, con
el propósito de alcanzar una más acertada ubicación de la labor
teórico-práctica de Eugenio María de Hostos en el concierto de
nuestra historia de las ideas / 4 / . Por último, retomamos algunos
aspectos que son, a nuestro juicio, representativos de la impronta
del krausismo español en el pensamiento hostosiano / 5 / .

7.1. Ubicación del pensamiento hostosiano en


estudios panorámicos

Entre los textos hostosianos más conocidos en toda América se


encuentran la Moral Social y el Tratado de Sociología que, como hemos
visto, pertenecen a la etapa de producción en que comienza a tomar
cuerpo la configuración krauso-positivista de su pensamiento. H a n
sido, sin d u d a , esos textos los principales referentes tenidos en
cuenta a la hora de ubicar historio gráficamente la producción
hostosiana. El hecho de que en ellos p u e d a n encontrarse referencias
directas a los principales representantes del positivismo europeo,
ha conducido a u n a caracterización, a nuestro juicio, desacertada
del lugar de Hostos en el marco de nuestra historia de las ideas.
Esto sucede sobre todo en estudios panorámicos que tienen por
objeto historiar las ideas o el pensamiento latinoamericano. Tal es
el caso de Francisco Romero, quien al enunciar las tendencias del
306 ADRIANA ARPINI

p e n s a m i e n t o h i s p a n o a m e r i c a n o c o n t e m p o r á n e o , sostiene q u e : " L a
p r i m e r a g r a n a m p l i a c i ó n del i n t e r é s filosófico - y c o n ella la e n t r a d a
e n lo c o n t e m p o r á n e o - la t r a e el p o s i t i v i s m o . . / ' . E n t r e las figuras
r e p r e s e n t a t i v a s d e esa c o r r i e n t e d e p e n s a m i e n t o o t o r g a p r i o r i d a d
al c u b a n o E n r i q u e José Varona, a u n q u e destaca q u e "el p o s i t i v i s m o
e n c u e n t r a r e p r e s e n t a n t e s e n casi t o d o s los p a í s e s d e A m é r i c a
Latina... E n México (Gabino B a r r e d a e n p r i m e r t é r m i n o ) , e n P u e r t o
Rico (Hostos), e n P e r ú ( G o n z á l e z P r a d a , Cornejo, P r a d o , Villarán,
etc.)../' }96 Esta escueta apreciación d e R o m e r o s o b r e el p o s i t i v i s m o ,
y sobre la figura d e H o s t o s c o m o r e p r e s e n t a n t e del m i s m o , se a p o y a
e n a l g u n o s s u p u e s t o s q u e será n e c e s a r i o c o n s i d e r a r . P o r u n a p a r t e
R o m e r o e x t i e n d e a t o d o el p e n s a m i e n t o h i s p a n o a m e r i c a n o la tesis
del "positivismo autóctono" q u e Korn había sostenido respecto
d e la e v o l u c i ó n del p e n s a m i e n t o a r g e n t i n o . " C i e r t o p o s i t i v i s m o
v i v i d o y d i f u s o - d i c e R o m e r o - , c o n s u s t a n c i a l c o n la s i t u a c i ó n
histórica, p r e p a r a el t e r r e n o y a c o m p a ñ a d e s p u é s c o r r o b o r á n d o l o
al p o s i t i v i s m o teórico i m p o r t a d o d e E u r o p a " . P o r otra p a r t e , esa
c o i n c i d e n c i a h i s t ó r i c a , e s t o es q u e el p o s i t i v i s m o i m p o r t a d o
e n c o n t r a r a el t e r r e n o p r e p a r a d o p a r a su d e s a r r o l l o , h a b r í a p r o -
p i c i a d o la " n o r m a l i z a c i ó n " d e la filosofía e n H i s p a n o a m é r i c a .
A h o r a bien, h a d e t e n e r s e e n c u e n t a q u e al h a b l a r d e " n o r m a l i d a d
filosófica" R o m e r o a l u d e a u n f e n ó m e n o q u e a c o n t e c e p r i n c i -
p a l m e n t e e n los á m b i t o s a c a d é m i c o s (creación d e i n s t i t u c i o n e s ,
c á t e d r a s e i n s t i t u t o s , d e d i c a d a s a los e s t u d i o s filosóficos, difusión
d e los m i s m o s a t r a v é s d e p u b l i c a c i o n e s , t r a d u c c i o n e s , confe-
rencias) c o n lo cual la filosofía a d q u i e r e a u t o n o m í a , es decir se
d e s p r e n d e d e la órbita d e o t r a s disciplinas, c o m o p o r e j e m p l o el
D e r e c h o , r e s p e c t o d e las cuales h a b í a p e r m a n e c i d o s u b o r d i n a d a .
D e e s t a m a n e r a R o m e r o e s b o z a u n criterio q u e c o n t i e n e u n a
d o b l e r e d u c c i ó n , p o r u n l a d o r e d u c e a la órbita a c a d é m i c a t o d a
p o s i b i l i d a d d e d e s a r r o l l o del p e n s a m i e n t o filosófico, p o r o t r o l a d o

196
Romero, Francisco. "Tendencias contemporáneas en el pensamiento
hispanoamericano". En: Filosofía de ayer y hoy. Buenos Aires, Argos, 1947.
y p. 225 a 226.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 307

r e d u c e a la i m p o r t a c i ó n d e l p o s i t i v i s m o la a m p l i a c i ó n y e n t r a d a
e n lo c o n t e m p o r á n e o d e la filosofía. Tal criterio r e s u l t a insuficiente
p a r a j u z g a r acerca d e n u e s t r a h i s t o r i a d e las i d e a s , p u e s el p a r á -
m e t r o d e la n o r m a l i z a c i ó n se rige p o r la e v o l u c i ó n del p e n s a m i e n t o
e u r o p e o y p o r la m a y o r o m e n o r r a p i d e z c o n q u e es i n c o r p o r a d o
e n n u e s t r a s i n s t i t u c i o n e s d e e n s e ñ a n z a y d i f u s i ó n d e la filosofía.
Deja d e l a d o lo q u e y a e n 1842 r e c l a m a b a A l b e r d i d e la filosofía, el
t o m a r c o m o p u n t o d e p a r t i d a 'Tas n e c e s i d a d e s m á s f u n d a m e n t a l e s
y sociales d e n u e s t r o s p a í s e s e n la h o r a q u e v i v i m o s " ,197 Si se m i r a
b i e n , se a d v i e r t e q u e H o s t o s a s u m e e x p r e s a m e n t e , e i n c l u s o
t e m a t i z a , la exigencia d e p a r t i r d e las p r o p i a s n e c e s i d a d e s . P o r
otra parte, h a de tenerse en cuenta que, como h e m o s intentado
m o s t r a r , el g r u e s o d e s u p r o d u c c i ó n n o se ajusta a los c á n o n e s
a c a d é m i c o s y q u e la a p r o p i a c i ó n d e e l e m e n t o s p r o c e d e n t e s del
p o s i t i v i s m o r e s u l t a m u y m a t i z a d a si se c o n s i d e r a el c o n j u n t o d e la
producción hostosiana y su evolución.
A b e l a r d o Villegas, p o r s u p a r t e , p r o p o n e u n a c a r a c t e r i z a c i ó n
m e n o s e s t r e c h a d e ese " p o s i t i v i s m o v i v i d o y d i f u s o " . Sostiene q u e
"fue la e x p r e s i ó n filosófica d e u n g r u p o d e h o m b r e s q u e d e s e a b a
i n c o r p o r a r a n u e s t r a s n a c i o n e s d e n t r o d e la e r a m o d e r n a " ,
l i g á n d o l o al h e c h o d e q u e " l a a p a r i c i ó n d e l l i b e r a l i s m o h a b r í a
t e n i d o i d é n t i c o r e s o r t e " . Sólo q u e , a diferencia d e lo o c u r r i d o e n
Europa y América, ese g r u p o de h o m b r e s "no constituye una
b u r g u e s í a sino q u e a s p i r a b a a constituirla. N o e r a n ellos v o c e r o s
d e u n a clase m e r c a n t i l e i n d u s t r i a l , s i n o d e u n a clase m e d i a e
intelectual". 1 9 8 A h o r a bien, el afán m o d e r n i z a d o r , j u n t o al r e c h a z o
d e la escolástica y la p r e o c u p a c i ó n p o r f u n d a r u n a m o r a l d e b a s e
científica - i n q u i e t u d e s d e las q u e H o s t o s p a r t i c i p a - , s o n r a s g o s

197
Alberdi, Juan Bautista. "Ideas para un curso de filosofía contemporánea".
En: Latinoamérica. Cuadernos de Cultura Latinoamericana. N°9. México,
UNAM, 1979.
198
Villegas, Abelardo. Panorama de la filosofía iberoamericana actual.
Buenos Aires, EUDEBA, 1963. pp. 9 a 19.
308 ADRIANA ARPINI

que bien p u e d e n caracterizar al positivismo, pero no son exclusivos


de esa orientación del pensamiento. Los encontramos también en
otras corrientes filosóficas, que se dieron en Europa y América,
enraizadas en el racionalismo moderno, v.gr. eclécticos y krausis-
tas, y enlazadas de m u y diversa manera y grado con el liberalismo.
No consideramos, por tanto, u n acierto la ubicación de Hostos
como representante del positivismo. Sólo matizando sustancial-
mente esa afirmación podríamos suscribirla. Pero en ese caso ya
estaríamos hablando de otra cosa.
Una p e r s p e c t i v a diferente s u r g e del e x a m e n d e a l g u n o s
estudios de historia de las ideas en el Caribe, particularmente, en
Puerto Rico. Aproximaciones a esta temática, como la de Monelisa
Pérez Marchand, prestan especial atención a los vaivenes de la
cultura puertorriqueña en relación con la situación política de la
isla. Así, nos recuerda la autora que durante la colonia no existió
la imprenta en Puerto Rico sino hasta la primera década del siglo
XIX, y que todavía en 1840 no existía el comercio de libros. De ahí
la importancia que tuvo, para el desarrollo cultural en la segunda
mitad del siglo, la actuación de los jóvenes universitarios que
regresaban de España, quienes fueron los primeros y más eficaces
trabajadores en el campo de las letras, así como los que con más
fervor se entregaron a la actividad cívica y a la lucha política,
desafiaron la a u t o r i d a d p a r a c o m u n i c a r sus ideas liberales;
participaron en conspiraciones separatistas e intentos de rebelión,
llegando a producir u n episodio insólito en los anales del abo-
licionismo al abogar p o r la m a n u m i s i ó n de los esclavos con
indemnización o sin ella. La concurrencia de estos hechos constituye
" u n índice claro de que comenzaba a gestarse una conciencia de
pueblo". La cesión de Puerto Rico a los Estados Unidos por el
Tratado de París, inició a los puertorriqueños "en el círculo de u n a
nueva cultura extraña a su idiosincrasia de pueblo latino... en u n
m o m e n t o avanzado y crucial de su existencia política". 199

199
Pérez Marchand, Monelisa. "Preámbulos para una Historia de las Ideas en
Puerto Rico". En: Revista de Historia de las Ideas. N° 1. Casa de la Cultura
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 309

A u n q u e H o s t o s n o se c u e n t a e n t r e los q u e r e g r e s a r o n p a r a
i n s t a l a r s e e n s u isla n a t a l , p u e d e ser i n c l u i d o e n el g r u p o d e esos
j ó v e n e s f o r m a d o s e n E s p a ñ a , q u e e n s u trayectoria c o m o p e r e g r i n o
d e A m é r i c a a s u m e i d é n t i c o s c o m p r o m i s o s , n o sólo e n r e l a c i ó n c o n
la s i t u a c i ó n social, política y c u l t u r a l d e P u e r t o Rico, s i n o t a m b i é n
e n r e l a c i ó n c o n d i v e r s a s s i t u a c i o n e s q u e e n A m é r i c a Latina sig-
nificaron a t r o p e l l o s a los d e r e c h o s d e la h u m a n i d a d .
M a r r e r o N a v a r r o señala, refiriéndose a las i d e a s e n P u e r t o Rico,
q u e e n u n siglo a n t i m e t a f í s i c o c o m o el XIX, las i d e a s h a y q u e
b u s c a r l a s p o r v í a i n d i r e c t a e n o t r a s esferas d e la c u l t u r a : i d e a s
políticas, j u r í d i c a s , socio-económicas, científicas, estéticas, p e d a -
gógicas y q u e n o se p u e d e prescindir del e s t u d i o d e las instituciones
p u e r t o r r i q u e ñ a s : S o c i e d a d E c o n ó m i c a d e A m i g o s d e l País, A t e n e o
P u e r t o r r i q u e ñ o , p a r t i d o s políticos, p e r i ó d i c o s , etc., p u e s "las i d e a s
se c u l t i v a n p e r o s i e m p r e e n f u n c i ó n a c t i v a d e t r a n s f o r m a r la
patria". En ese contexto señala q u e "interesa anotar c ó m o u n
filósofo d e tercer o c u a r t o o r d e n c o m o K r a u s e influye e n h o m b r e s
c o m o H o s t o s y D e g e t a u " . Su triunfo e n E s p a ñ a y s u influencia e n
p e n s a d o r e s antillanos se d e b e a q u e el s u y o es u n i n t e n t o d e carácter
e n c i c l o p é d i c o , d e s c r i t o e n función del h o m b r e ; i n t e n t o q u e r e s u l t a
adecuado a una cultura fundamentalmente antropocéntrica.
C o m t e , e n c a m b i o , influye m e n o s e n estos p e n s a d o r e s , a diferencia
d e lo q u e o c u r r e e n M é x i c o y C u b a . " L a m i s m a f i g u r a d e H o s t o s
- d i c e el a u t o r - r e s p o n d e m á s a los ideales k r a u s i s t a s , y a los d e
u n a especie d e i d e a l i s m o p e r s o n a l i s t a , q u e a las i d e a s d e C o m t e , a
p e s a r d e q u e a é s t e le d e b e t a n t o e n la f u n d a m e n t a c i ó n d e s u
sociología". 2 0 0

Ecuatoriana, Quito, 1959. [Edición facsimilar del Banco Central del Ecuador,
1984]. pp. 143 a 158.
200
Marrero Navarro, Domingo. "Notas para organizar el estudio de las ideas
en Puerto Rico". En: Revista de historia de las Ideas. N° 1. Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Quito, 1959. [Edición facsimilar del Banco Central del Ecuador,
1984]. pp. 159 a 176. El autor incluye una cita de Robert Blakey, que constituye
un testimonio de la época, confirmatorio de lo dicho: "The philosophic range
310 ADRIANA ARPINI

Ya h e m o s v i s t o q u e , i n c l u s o e n la f u n d a m e n t a c i ó n d e la
sociología, H o s t o s se inclina m á s p o r ía teoría o r g á n i c a q u e p o r la
sociocrática. A u n q u e ésta, d e i n s p i r a c i ó n c o m t i a n a , está p r e s e n t e
e n e l s i s t e m a d e r e f e r e n c i a l i d a d d i s c u r s i v a d e l t e x t o d e la
Sociología. M á s n o es del caso c e n t r a r la d i s c u s i ó n e n t o r n o al p e s o
m a y o r o m e n o r d e u n a u otra v e r t i e n t e d e l p e n s a m i e n t o , y c o n
t o d a r a z ó n si se t o m a e n c u e n t a q u e el p r o d u c t o , s i n t e t i z a d o p o r
H o s t o s , se a p a r t a d e a m b a s , es u n a r e s p u e s t a diferente, p o r q u e
está e n d i á l o g o c o n u n a r e a l i d a d y u n o s conflictos diferentes. E n
este sentido cabe a p u n t a r u n a ú l t i m a afirmación d e M a r r e r o
N a v a r r o : " H o s t o s es u n caso curioso e n P u e r t o Rico. P o d r í a alegarse
q u e él n o es p r o p i a m e n t e . . . u n p e n s a d o r p u e r t o r r i q u e ñ o . Los q u e
así objetaren se o l v i d a n d e q u e e n P u e r t o Rico h a y u n a t r a d i c i ó n
d e p e n s a m i e n t o a b i e r t o hacia A m é r i c a . P a r a H o s t o s P u e r t o Rico
e r a s u tierra, p e r o , a s u v e z , u n p o s i b l e ó r g a n o d e s u i d e a l d e
C o n f e d e r a c i ó n antillana... R e p r e s e n t a H o s t o s j u n t o a R u i z Belvis
y B e t a n c e s la t r a d i c i ó n d e l d e s t i e r r o . V o c e s q u e c l a m a n ¿ e n el
desierto? p a r a suscitar la a t e n c i ó n a m e r i c a n a h a c i a P u e r t o Rico". 2 0 1

7.2. Estudios e s p e c í f i c o s sobre el p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o

M u c h o s s o n los e s t u d i o s d e d i c a d o s a la sociología h o s t o s i a n a . E n
1905, a n t e la p u b l i c a c i ó n p o s t u m a d e l Tratado de Sociología, P e d r o
H e n r í q u e z U r e ñ a h a c e los s i g u i e n t e s c o m e n t a r i o s : d e s t a c a la
f o r m a c i ó n r e c i b i d a p o r H o s t o s e n E s p a ñ a , d o n d e e s t u d i ó ciencias
y filosofía clásica, c o n o c i ó a l o s p e n s a d o r e s a l e m a n e s y a los
positivistas. E n t r e estos, conocía b i e n las o b r a s d e C o m t e y Spencer,

of Krause is extensive, embracing all the phenomeha of the mental or spíritual


life, and all questions connected with the social state of man: religión, civil
rights, moráis, art, science and industry". (Blakey, Robert. History of the
Philosophy ofthe Mind. London, Longman, 1850. Vol. IV, p. 167).
1
Ibidem. p. 173.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 311

y los comentarios de Littre y de Mili; pero debía conocer poco los


trabajos, entonces recientes, de Schaffe y Lillienfeld, Fouillee y
Roberty. 202
¿Qué podría surgir -si cabe la p r e g u n t a - de semejante "suma-
toria de influencias" sino u n resultado híbrido, para n a d a cercano
a los parámetros de rigor metodológico y objetividad exigidos por
la sociología científica?
En su estudio sobre el pensamiento social de Hostos, Salvador
Giner marca, precisamente, esa multiplicidad de influencias: por
u n a parte, el fundador de la Sociología en América Latina es u n
organicista - d i c e - pues concibe a la sociedad como u n organismo
e identifica los disturbios con patologías sociales, a d e m á s , su
obsesión por el orden constituye u n postulado del positivismo
e l e v a d o a ideología conservadora. Siendo el positivismo res-
ponsable principal del pensamiento social hostosiano, éste queda
configurado como u n a "metafísica esencialista de la sociedad",
razón por la cual -concluye S. Giner- no es sociología. Por otra
parte, la presencia de u n ideal, no como modelo teórico sino como
deber ser, revela u n "intenso moralismo laico" que lo hermana a
las figuras del krausismo español en su apostolado. Tal razona-
miento conduce a u n a visión escindida: "Su positivismo no será
nunca catecismo social, p u e s esa parte q u e d a en m a n o s de su
manera de krausista". 203 Es decir, por u n lado la teoría social, que
de todos m o d o s no alcanza el rango de ciencia, por otro lado el
apostolado o actitud práctica. En síntesis, positivismo teórico y
krausismo práctico.
Ya h e m o s manifestado n u e s t r o d e s a c u e r d o respecto de la
dualidad, sugerida por S. Giner, entre la posición teórica y la acción

202
Henríquez Ureña, Pedro. "La Sociología de Hostos" (1905). En: Maldonado
Denis, Manuel (Comp.). Visiones sobre Hostos. Caracas-Venezuela, Ayacucho,
1988. pp. 377 a 382.
203
Giner, Salvador. "El pensamiento sociológico de Eugenio María de Hostos"
(1963). En: Maldonado Denis, Manuel (Comp.). Visiones sobre Hostos, pp.
383 a 396.
312 ADRIANA ARPINI

práctica de Hostos. El error radica, a nuestro juicio, en la pers-


pectiva de análisis adoptada. Esto es, en el intento de juzgar el
pensamiento sociológico hostosiano desde una precomprensión
de la sociología como ciencia positiva que se aplica metódicamente
al estudio de u n objeto, mediante el tratamiento rigurosamente
científico de datos, de m o d o que se garantice la eliminación de lo
subjetivo en el conocimiento obtenido. Es obvio que de la aplicación
de estos criterios a la sociología hostosiana no podría resultar la
aceptación d e H o s t o s en la c o m u n i d a d de d e n t i s t a s sociales
definida por esos mismos criterios. Ni tampoco la inclusión del
Tratado de Sociología entre los productos de esa ciencia social. Por
nuestra parte, consideramos ociosa la discusión acerca de si este
escrito del puertorriqueño es o no es sociología. Coincidimos con
S. Giner en considerar a Hostos como fundador de la sociología en
América Latina por cuanto su Tratado se cuenta entre los primeros
esfuerzos por sistematizar el saber social de la época. En esto reside
precisamente su significación para la historia de las ideas. Más
desde este p u n t o de vista -el de la historia de las i d e a s - accedemos
a u n nivel de análisis que nos permite ampliar y profundizar la
consideración del p e n s a m i e n t o social h o s t o s i a n o , y evitar la
reducción manifiesta en la discusión antes desestimada. El saber
social sintetizado por Hostos en el Tratado, y antes en el Resumen-
a u n q u e s i e m p r e p r e s e n t e e n el c o n j u n t o d e la p r o d u c c i ó n
hostosiana, y de manera particular en la Moral Social- es algo más
q u e u n a teoría social. C o n s t i t u y e u n d e n o d a d o i n t e n t o d e
comprender la propia realidad social, en u n m o m e n t o crítico de la
historia antillana. Intento q u e involucre t a m b i é n el m o m e n t o
teórico de construcción de las categorías de análisis social que
permitan, al mismo tiempo, describir esa realidad y proyectar sus
posibilidades. Es, en este mismo sentido, u n esfuerzo por saber
acerca de lo nacional. De ahí que p o d a m o s considerarlo, a caba-
lidad, como u n discurso emergente, no deslindado del sujeto social
cuyas voces recoge y plasma la escritura hostosiana, en busca de
zanjar la brecha entre lo que la realidad ofrece como dato y lo que
es posible anticipar como deber ser. De ahí, también, que ese
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 313

discurso no muestre u n a textura epistémica uniforme, antes bien,


presenta las rugosidades propias de la inserción de lo social en lo
ético, lo político, lo jurídico, lo pedagógico, y recíprocamente.
Por otra parte, u n a lectura del discurso hostosiano a la luz de
las influencias reconocibles en la superficie textual, conduce, según
creemos, a una apreciación distorsionada. Esto se explica porque
se c o n s i d e r a q u e esas influencias son anteriores y exteriores
respecto del discurso, e incorporadas pasivamente por el autor.
Considerado el texto como productividad es posible apreciar, en
cambio, su dialogismo interno, que no es mero cruzamiento de
textos, sino producción del propio discurso a través del diálogo
con el universo discursivo del momento. Diálogo en el que no están
ausentes las valoraciones, elecciones, intereses y tomas de posición.
La noción gaosiana de "importación aportativa" resulta, en este
sentido, m á s adecuada p u e s evita, entre otras cosas, caer en el error
de u n a visión que escinde entre teoría y práctica. Consideramos,
según esto, acertada la apreciación de Henríquez Ureña cuando
afirma que "siendo Hostos u n pensador que, con todo su grande
amor a la verdad, amó mucho más el bien, y estimó la ciencia como
una virtualidad que tiende a la acción, según la frase de Varona, y que
debe servir al perfeccionamiento h u m a n o , es justo que su Tratado
de Sociología resulte obra de tendencias prácticas al mismo tiempo
que de constitución científica" ,204
La afirmación del dominicano y nuestras propias considera-
ciones acerca de la moral y la sociología hostosiana nos autorizan
a corregir la apreciación de S. Giner: no es el positivismo de Hostos,
sino la forma singular en que elabora su discurso social lo que
permite considerarlo, sin lugar a d u d a s , u n catecismo laico, o u n
"catecismo de democracia" como en su momento justipreció Martí.
Otro reduccionismo suele cometerse al calificar la producción
hostosiana en general o en algunos de sus aspectos. Nos referimos
al hecho frecuente de tomar u n argumento expresado y asumido

Henríquez Ureña, Pedro. "La Sociología de Hostos", p. 381.


314 ADRIANA ARPINI

por el autor en u n momento y lugar determinados, por ejemplo


las tesis positivistas manifiestamente aceptadas por Hostos en el
Tratado, y convertirlo en criterio único, suponiéndolo presente en
la totalidad de su producción, sin reconocer los matices ni los
desplazamientos de sus ideas en las distintas etapas a través de
las cuales se configura su pensamiento. Miguel Pímentel, en su
trabajo sobre Hostos y el positivismo en Santo Domingo, afirma que
el puertorriqueño es u n o de los máximos exponentes del positi-
vismo que se difundió ampliamente en todos los países de América
Latina a fines del siglo XIX. Pero a diferencia de Romero, Pimentel
acompaña esta afirmación con u n análisis de la labor teórica y
práctica de Hostos en Santo Domingo. La divide cronológicamente,
teniendo en cuenta las tres estancias de Hostos en ese país: La
primera, breve, desde m a y o de 1875 hasta abril de 1876. Periodo
en que entabla fraterno lazo con Gregorio L u p e r ó n y Federico
Henríquez y Carvajal, y colabora con el semanario Las Tres Antillas
dedicado a la defensa de Cuba y Puerto Rico. Sus artículos están
d e s t i n a d o s a generar conciencia de la necesidad vital de u n a
Confederación antillana para el logro y resguardo de la m u t u a
libertad de las islas. La segunda estancia se prolonga durante diez
a ñ o s , d e s d e 1879 a 1889, d u r a n t e los q u e d e s a r r o l l a intensa
actividad pedagógica e intelectual, sin dejar de intervenir, como
observador y orientador, en los principales problemas políticos y
sociales del país. La tercera y última estancia se extiende desde
1900 hasta su muerte en 1903, Es u n m o m e n t o crítico, de profunda
d e s o r g a n i z a c i ó n i n t e r n a y de d e s e m b o z a d a e x p a n s i ó n d e l
i m p e r i a l i s m o n o r t e a m e r i c a n o en la región. El autor sostiene,
refiriéndose al p e r i o d o 1875-1876 y a la estrecha a m i s t a d con
Luperón y la ascendencia que sobre éste tuvieron sus ideas, que
" a p e n a s con u n año de residencia en el país, Hostos, el g r a n
p r o p a g a d o r d e ideas revolucionarias, aparece en el escenario
político como u n a fuerza rectora que incidió en forma decisiva en
la vida pública". Y agrega: "Hostos propagaba los ideales puros
de una utopía política forjada a la luz de las ideas de Spencer y
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 315

C o m t e " .205 A u n c u a n d o c o n t r a p e s a esta a f i r m a c i ó n r e c o n o c i e n d o


q u e "el p o s i t i v i s m o d e H o s t o s n o se ajustaba d o g m á t i c a m e n t e al
m o d e l o d e C o m t e o al d e S p e n c e r " , y, al t r a t a r s o b r e la m o r a l
hostosiana señala u n m o m e n t o de " r u p t u r a epistemológica", p u e s
n o llega al " d e s v a r í o d e l C u l t o al G r a n Ser d e la H u m a n i d a d " . 2 0 6
N o obstante estas variaciones, c o n s i d e r a m o s q u e es necesario
m a t i z a r la tesis d e f o n d o s o s t e n i d a p o r el a u t o r e n las p r i m e r a s
afirmaciones.
S e g ú n n u e s t r a p e r s p e c t i v a , h a d e t e n e r s e e n c u e n t a q u e lo
m e d u l a r d e l p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o se c o n f o r m ó , e n p r i m e r a
instancia, al color d e las e n s e ñ a n z a s r e c i b i d a s d e S a n z d e l Río, d e
n e t o corte k r a u s i s t a , y d e la i n t e r a c c i ó n e n el a m b i e n t e intelectual
y político d e E s p a ñ a e n las d é c a d a s d e l '50 y d e l '60 del siglo XIX,
a m b i e n t e p r o f u n d a m e n t e m a r c a d o p o r el k r a u s i s m o . Sin caer e n
el exceso d e c o n s i d e r a r al r a c i o n a l i s m o a r m ó n i c o c o m o la ú n i c a
v e r t i e n t e d e p e n s a m i e n t o r e c e p c i o n a d a p o r H o s t o s , es p o s i b l e
a f i r m a r q u e d u r a n t e e s t e p e r i o d o t o m a c u e r p o lo q u e h e m o s
l l a m a d o la m a t r i z k r a u s i s t a del p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o . L u e g o ,
c u a n d o H o s t o s r o m p e c o n E s p a ñ a y c o n los r e s p o n s a b l e s d e la
política colonial e s p a ñ o l a , al definir s u p o s i c i ó n i n d e p e n d e n t i s t a ,
n o se d e s d i c e d e s u s convicciones, n i d e l s u s t r a t o filosófico q u e les
s e r v í a d e s u s t e n t o ; a n t e s b i e n r a d i c a l i z a las p r i n c i p a l e s t e s i s
v i n c u l a d a s al h u m a n i s m o k r a u s i s t a . L a a s i m i l a c i ó n d e l e v o l u -
c i o n i s m o s p e n c e r i a n o y d e l c o m t i s m o es m o d e l a d a p o r H o s t o s
s o b r e el t o r n o d e e s a m a t r i z , r e c o g i e n d o al m i s m o t i e m p o la
e x p e r i e n c i a d e s u p e r i p l o p o r E s t a d o s U n i d o s y A m é r i c a d e l Sur.
D e m o d o q u e lo q u e se m u e s t r a c o m o n ú c l e o filosófico f u n d a n t e
d e s u h a c e r y s u decir, c o n d e n s a d o e n las p á g i n a s d e s u s o b r a s
s i s t e m á t i c a s , es el fruto d e u n a e v o l u c i ó n h a c i a p o s i c i o n e s k r a u s o -
p o s i t i v i s t a s , q u e d e c a n t a s o b r e el final d e la s e g u n d a e t a p a d e

205
Pimentel, Miguel. Hostos y el positivismo en Santo Domingo (Filosofía y
política). Santo Domingo, Departamento de Filosofía de la UASD, 1981. p. 34.
Ibidem. pp. 35 y 60.
316 ADRIANA ARPINI

p r o d u c c i ó n h o s t o s i a n a (1879-1897). E n los escritos d e la ú l t i m a


e t a p a a d v e r t i m o s u n a p r o f u n d i z a c i ó n e n los c o m p o n e n t e s éticos
d e l p e n s a m i e n t o del p u e r t o r r i q u e ñ o ; u n r e p l i e g u e h a c i a las con-
vicciones éticas, h a c i a el m o d o d e r e l a c i o n a r s e los d e b e r e s c o n los
derechos en los destellos de h u m a n i d a d q u e habita en cada
i n d i v i d u o , r e p l i e g u e - s i se q u i e r e n e c e s a r i o - a n t e el c r u d o e n d u -
r e c i m i e n t o d e las c o n d i c i o n e s e x t e r n a s , históricas, q u e p o n e n freno
a las p o s i b i l i d a d e s d e realizar el ideal. 2 0 7
D e c í a m o s q u e v e m o s la n e c e s i d a d d e m a t i z a r la tesis acerca
d e q u e el a s c e n d e n t e d e H o s t o s s o b r e L u p e r ó n t u v i e r a c o m o eje el
c o n s i d e r a r al p u e r t o r r i q u e ñ o c o m o u n o d e los m á x i m o s e x p o n e n t e s
y d i v u l g a d o r e s del p o s i t i v i s m o e n A m é r i c a . N o es n u e s t r a intención
n e g a r q u e H o s t o s c o n t r i b u y e r a a la d i v u l g a c i ó n del p o s i t i v i s m o
en América, y particularmente en Santo Domingo, pero creemos
c o n v e n i e n t e r e c o r d a r q u e la p r i m e r a estancia d e H o s t o s e n ese p a í s ,
d u r a n t e la q u e t r a b a a m i s t a d c o n L u p e r ó n , tiene l u g a r e n t r e 1875
y 1876, es decir m i e n t r a s t r a n s c u r r e la p r i m e r a e t a p a d e e v o l u c i ó n
del p e n s a m i e n t o h o s t o s i a n o , e n q u e los i d e a l e s i n d e p e n d e n t i s t a s
y d e c o n s t i t u c i ó n d e la C o n f e d e r a c i ó n A n t i l l a n a se r e c o r t a n c o m o
p r o d u c t o s originales a p a r t i r d e la a p r o p i a c i ó n y r a d i c a l i z a c i ó n
h o s t o s i a n a d e l i d e a r i o k r a u s i s t a . R e c o r d e m o s t a m b i é n q u e el
l i b e r a l i s m o político d e H o s t o s se e n c u e n t r a e s t r e c h a m e n t e v i n -
c u l a d o c o n s u c o n c e p c i ó n d e la s o c i e d a d c o m o o r g a n i s m o e n
p e r p e t u a e v o l u c i ó n , c o n s t i t u i d o p o r ó r g a n o s : i n d i v i d u o , familia,
m u n i c i p i o ; q u e s i e n d o el i n d i v i d u o el e l e m e n t o decisivo, r e c l a m a
p a r a él d e r e c h o s inalienables, así c o m o r e c l a m a p a r a c a d a ó r g a n o

207
No compartimos la opinión de Pimentel acerca de que al final de sus días
"Hostos traicionó el ideal por el cual había luchado gran parte de su vida"
(Ibidem, p. 53), es decir, las ideas rectoras de Autonomía y Confederación
Antillana y de Internacionalismo basado en el establecimiento de relaciones
armónicas entre las naciones, incluso con Estados Unidos (con la "parte sana"
de esa nación). El repliegue sobre las convicciones éticas puede ser leído
como búsqueda del fortalecimiento interior, persistencia en la integridad
humana ("hombre completo") de quien se dispone a resistir ante circunstancias
históricas adversas.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 317

derechos que no p u e d e n quedar subsumidos por ninguna forma


centralizadora de los p o d e r e s públicos; de m o d o que tanto el
Derecho como la Ciencia proporcionan los criterios rectores de las
relaciones entre los individuos y la sociedad. Todos estos elementos
configuradores del liberalismo hostosiano - q u e presentan sin d u d a
familiaridad con las concepciones políticas de Spencer, y a u n de
C o m t e - enraizan, según hemos intentado demostrar, en la filosofía
del derecho de Ahrens y en la línea del racionalismo que desemboca
en el krausismo español, de ahí el paralelo que es posible establecer
entre Hostos y Francisco Giner de los Ríos. Por lo tanto si -como
afirma Pimentel- la influencia ejercida por Hostos sobre Luperón
r e d u n d ó en la consolidación de su liberalismo político con cierto
tinte romántico -hecho que no ponemos en d u d a - , p o d e m o s sí,
d u d a r de que esa influencia se debiera principalmente a la divul-
gación del positivismo. Pues el propio liberalismo hostosiano debe
mucho más al racionalismo armónico que a Comte o a Spencer. 208
El hecho de que la historia de la filosofía, en sus versiones
academicistas, desestime el pensamiento krausista o condene a
Krause como pensador de tercer o cuarto orden, ha impedido, en
buena medida, apreciar la importancia que ese movimiento de
ideas, mediado por el fenómeno del krausismo español, tuvo entre
nuestros pensadores de fines del siglo XIX, sobre todo en lo que
respecta a Filosofía del Derecho, Ética y Pedagogía. En el caso de
Eugenio María de Hostos, las lecturas que de su obra se h a n hecho
a través de la lente del positivismo, corren el riesgo de ofrecernos
u n a versión simplificada de la riqueza y originalidad con que el
puertorriqueño trabaja artesanalmente su filosofía de hombre, su
pensamiento social y político, su visión de la historia. Otro tanto
podría suceder si se hace una lectura exclusivamente krausista.
Conviene, por tanto, atender a otros análisis.

208
Los elementos característicos del liberalismo hostosiano que hemos apun-
tado son en esencia los mismos que Pimentel señala respecto del liberalismo
con tinte romántico de Luperón. Ibidem. pp. 34 a 35.
318 ADRIANA ARPINI

En su trabajo Esencia ideológica de Hostos José Fránquiz recupera


u n aspecto filosófico importante que caracteriza como "idealismo
personalista". Toma como p u n t o de partida u n texto no filosófico
sino político del puertorriqueño, d o n d e afirma:

Ejerciendo nuestro derecho natural de hombres, que no


podemos ser tratados como cosas...; que no podemos ser
compelidos contra nuestra voluntad, a ser o no ser lo que
queremos ser, o lo que aspiramos a ser, iremos al plebiscito.209

Es lícito partir de u n texto con clara intencionalidad política para


desbrozar la filosofía que lo sustenta pues, como acertadamente
señala Fránquiz, la posición política no es más que la posición
filosófica respecto de la vida individual, y en Hostos esto no es
otra cosa q u e afirmación de la d i g n i d a d personal. Desde esta
perspectiva el pensamiento hostosiano es visto como u n sistema
de valores, cuya base de sustentación es el valor de la dignidad de
las personas " q u e no p u e d e n ser tratadas como cosas". Ahora bien,
ese "idealismo personalista" no es idealismo trascendental ni
personalismo pragmático, porque " detrás de cada hecho práctico
debe haber u n a filosofía que lo explique, pero detrás de cada
filosofía debe haber u n hecho que la actualice. Eugenio María de
Hostos -dice el a u t o r - nos ha enseñado cómo vincular la práctica
con la teoría". En esto precisamente consiste el sentido que tiene
actualizar, para los días que corren, el pensamiento hostosiano,
según sostiene Fránquiz y coincidimos con él.
H e m o s señalado que es posible establecer u n paralelo entre
Eugenio María de Hostos y Francisco Giner de los Ríos. Mostramos
la proximidad entre ambos en cuanto al planteo de ciertos temas,
v.gr. la doctrina de los órganos sociales (cfr. p u n t o G.1.4. La moral
social y 6.2.6. Los órganos sociales. Sociedad y Estado). Nos eximimos

209
Eugenio María de Hostos, citado por Fránquiz, José A. "Esencia ideológica
de Hostos". En: Visiones sobre Hostos, pp. 438 a 454. (Al transcribir la cita
respetamos el resaltado con que Fránquiz la reconstruye).
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 319

d e a b u n d a r e n d e t a l l e s a c e r c a d e las s e m e j a n z a s e n t r e s e n d a s
p o s i c i o n e s teóricas, p u e s esa t a r e a y a h a s i d o r e a l i z a d a p o r José
F e r r e r C a n a l e s e n s u trabajo Hostos y Giner.210 P a r a los fines d e
n u e s t r a e x p o s i c i ó n b a s t a c o n r e c o r d a r las p r i n c i p a l e s tesis sos-
t e n i d a s e n ese trabajo. Dice Ferrer C a n a l e s q u e " G i n e r y H o s t o s , el
m a e s t r o h i s p á n i c o y el p e n s a d o r i b e r o a m e r i c a n o , n a c i d o e n P u e r t o
Rico, t u v i e r o n d e la ciencia y la conciencia, d e la l i b e r t a d y del
d e r e c h o , d e l d e b e r y d e la justicia, u n o s m i s m o s c o n c e p t o s " . N o s
r e c u e r d a q u e a m b o s n a c i e r o n e n 1839, y q u e G i n e r m u r i ó d o t e
a ñ o s d e s p u é s q u e H o s t o s , e n 1915; q u e a m b o s f u e r o n d i s c í p u l o s
d e J. S a n z d e l Río, y c o n d i s c í p u l o s d e S a l m e r ó n y A z c á r a t e ; q u e
a c o g i e r o n c o n e n t u s i a s m o las ideas liberales de esa época y
a c e p t a r o n el k r a u s i s m o c o m o p o s i c i ó n i n t e l e c t u a l , s i n c o n s i -
d e r a c i o n e s s n o b i s t a s s o b r e la j e r a r q u í a d e los s i s t e m a s filosóficos,
y a q u e les p r o v e í a d e r e s p u e s t a s éticas, religiosas y cívicas.
C o m p a r t i e r o n la m i s m a fe e n la función social d e la e d u c a c i ó n ,
e n c a r a n d o c a d a u n o e n su l u g a r y m o m e n t o , r e f o r m a s educativas. 2 1 1

210 p e r r e r Canales, José. Hostos y Giner, En: Asomante, San Juan, Puerto Rico,
1965. N° XXI, pp. 7 a 28. Compilado en: Visiones sobre Hostos, pp. 455 a 476.
211
La siguiente carta de Giner a Hostos constituye un testimonio del vínculo
entre ambos y nos permite apreciar el paralelo de sus ideas y de sus actuaciones
respecto de la educación:
"Señor D. Eugenio Ma. Hostos
Mi querido y antiguo amigo:
Muy en descubierto estoy con Ud.; pero aguardaba para contestar a su
gratísima de enero a publicar en nuestro pequeño "Boletín" el artículo sobre
su interesantísimo libro, que habíamos encargado a Adolfo Posada, Catedrático
de Derecho Político en la Universidad de Oviedo y uno de los más inteligentes
y competentes entre nuestra juventud universitaria. Por este mismo correo
recibirá Ud. dos ejemplares de este artículo. La impresión que su libro ha
causado aquí, ha sido excelente...
Baste, para terminar lo tocante a su libro, añadir mi parabién al que todo
el mundo aquí le envía. Es un trabajo serio y lleno de profundo interés.
Siento mucho no haya recibido mi carta de hará tal vez dos años,
contestando la suya (que me causó sano placer) y con la cual le enviaba algunos
libros de Azcárate y míos...
320 ADRIANA ARPINI

A t r a v é s d e d o s d i s c u r s o s , El propósito de la Normal d e H o s t o s y el
Discurso inaugural del curso de 1880-1881 e n la I n s t i t u c i ó n Libre d e
E n s e ñ a n z a d e F. G i n e r , m u e s t r a F e r r e r C a n a l e s q u e a m b o s se
c o n s a g r a r o n a " f o r m a r h o m b r e s " : " e n t o d a la e x t e n s i ó n d e la
palabra... e n t o d a la p l e n i t u d d e la conciencia" - d i c e H o s t o s - , " e n
la i n t e g r i d a d d e s u d e s t i n o " - a f i r m a G i n e r - . A m b o s e v o c a n a
Sócrates, P e s t a l o z z i y Froebel. A m b o s d e s c r i b e n el m i s m o t i p o d e
m a e s t r o ideal: "los h e r m a n o s e n la p a t r i a y los h e r m a n o s e n la
H u m a n i d a d " - s e g ú n H o s t o s - , " a l servicio d e la h u m a n i d a d y d e
la p a t r i a " - c o m o dice G i n e r - , c u y o s u s t r a t o está e n las r e s p e c t i v a s
i d e a s d e " h o m b r e c o m p l e t o " y " h o m b r e a r m o n i o s o " . Y si b i e n
a m b o s " s e i g u a l a n e n el esfuerzo p o r la r e v o l u c i ó n m o r a l " y afincan
s u s e s p e r a n z a s e n el p o d e r t r a n s f o r m a d o r d e la e d u c a c i ó n , c o m o

En cuanto a mí, soltero, continúo en mi cátedra de Filosofía del Derecho


con más gusto e interés cada día, y al par, desde 1876, en que (con motivo de
haber sido expulsados de nuestras cátedras, Linares, Salmerón, Azcárate, otros
profesores y yo) fundamos en Madrid una Institución Libre de Enseñanza,
me vengo consagrando con todas mis fuerzas a la instrucción o, más bien
educación primaria, ya enseñando en nuestra escuela —una especie de escuela
modelo, enteramente privada, aunque ajena a todo espíritu industrial— ya
escribiendo en nuestro BOLETÍN, ya procurando influir cerca de los gobiernos
para lograr alguna reforma, especialmente en el sentido de levantar el nivel
del magisterio primario, al cual deseamos llevar gradualmente lo mejor de
nuestra juventud, para que sustituya al antiguo personal tosco, y coopere a la
reforma fundamental de nuestra decaída educación nacional. Para esto,
formamos en la Institución una especie de liga, con una porción de muchachos
de la más alta cultura intelectual y moral, que después de concluir sus estudios
universitarios, y a veces hasta después de ganar en oposiciones cátedras de
enseñanza superior, vienen a dar todos sus esfuerzos a la obra de educación
general y primaria, sin la cual, es vano esperar progresos serios en las demás
esferas, ni en la vida total de la nación.
Esto es, en breves términos, todo, querido amigo. Créame siempre muy
deseoso de renovar y mantener cordiales relaciones de otros tiempos, que es
difícil olvidar y cuente con la viva estimación de su affmo. amigo.
Francisco Giner de los Ríos".
Publicada en Ámbito, Río Piedras, Puerto Rico, 1, 1° de febrero de 1934,
p. 6, con el título Desenterrando diamantes. Reproducida por J. Ferrer Canales
en el trabajo citado.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 321

es dable apreciar en las obras que gestaron: La Escuela Normal de


Santo D o m i n g o y la Institución Libre de Enseñanza, respecti-
vamente; hay que marcar u n a diferencia en cuanto a la realización
de los ideales que compartían, pues Hostos esculpió esos ideales
en la realidad histórica y social iberoamericana asumiendo el sueño
bolivariano y la tradición independentista de nuestra América.
H e m o s señalado distintos momentos a lo largo de la trayectoria
hostosiana. Félix Córdova Iturregui distingue dos etapas en la vida
intelectual y política de H o s t o s , la p r i m e r a c o r r e s p o n d e a su
periodo español entre 1858 y 1869, la segunda, más abarcadora y
accidentada, se prolonga desde 1869 hasta su muerte. El tránsito
de u n m o m e n t o a otro estaría marcado por u n cambio de escenario,
esto es por el paso desde el contexto español y europeo hacia el
m á s amplio contexto americano. Pero, según el autor, no se trata
sólo de u n cambio de ambiente social y geográfico, sino de u n a
r u p t u r a con la metrópoli española, que significa u n a transforma-
ción política con profundas repercusiones en su obra.
Por nuestra parte hemos preferido otro criterio para diferenciar
etapas, atendiendo principalmente a la producción hostosiana,
tanto en su contenido como en su forma. Tomamos en cuenta,
además, el m o d o peculiar de incorporar elementos procedentes
d e las d i s t i n t a s v e r t i e n t e s del p e n s a m i e n t o epocal q u e v a n
configurando el núcleo de su filosofía, cuya expresión q u e d a
sintetizada en el uso de categorías de análisis socio-cultural. Tal es
el caso de la dicotomía civilización-barbarie, las cuales están sujetas
a resemantizaciones y desplazamientos valorativos conformes a
las modificaciones de la situación histórica a la que se aplican. Sin
embargo coincidimos con Córdova Iturregui en afirmar la tesis de
la r u p t u r a que se verifica en 1869. Se trata de u n rompimiento con
la política de España, p e r o n o d e u n a transformación de los
elementos constitutivos del pensamiento hostosiano. De ahí que,
según afirma el autor, esa r u p t u r a "cobra u n significado preciso
p o r estar internamente m o t i v a d a por el curso coherente de la
conciencia democrática de Hostos. Por consiguiente, fue la unidad
interior del complejo pensamiento hostosiano obsesionado
322 ADRIANA ARPINI

d e m o c r a c i a y la m o d e r n i d a d , lo q u e h i z o n e c e s a r i o q u e se a b r i e r a
p a s o s u s e p a r a c i ó n d e f i n i t i v a d e la m e t r ó p o l i e s p a ñ o l a " . 2 1 2
C o i n c i d i m o s t a m b i é n e n afirmar q u e si b i e n s u f o r m a c i ó n se n u t r i ó
d e a v a n z a d a s c o r r i e n t e s del p e n s a m i e n t o e s p a ñ o l y e u r o p e o , s u
p e r s p e c t i v a fue, n o o b s t a n t e , s i e m p r e antillana.
D e n t r o del p e r i o d o e s p a ñ o l t r a b a j a d o p o r C ó r d o v a I t u r r e g u i
se diferencian, a s u v e z , d o s m o m e n t o s , u n o d e " e x u b e r a n c i a d e l
s u b j e t i v i s m o " h o s t o s i a n o , q u e c u l m i n a r í a c o n La Peregrinación de
Bayoán, y o t r o e n q u e , tras h a c e r p l e n a m e n t e consciente s u objetivo
r e v o l u c i o n a r i o , el p u e r t o r r i q u e ñ o p e r c i b e la n e c e s i d a d d e
r e c o n s t r u i r s u c o n c e p t o d e v i d a . "El énfasis p a r t i c u l a r q u e a d q u i e r e
e n s u o b r a la i d e a d e l hombre completo es u n i m p e r a t i v o d e u n
p r o y e c t o político e n el q u e se j u e g a h a s t a la i n t i m i d a d y y a está
p l e n a m e n t e p r e s e n t e e n s u p e r i o d o r e v o l u c i o n a r i o español". 2 1 3
S e ñ a l e m o s , c o m o c o m p l e m e n t o , q u e esta afirmación c o n f i r m a
n u e s t r o r e c h a z o d e las i n t e r p r e t a c i o n e s q u e h a n v i s t o u n a escisión
e n t r e el p e n s a m i e n t o y la acción d e s p l e g a d a p o r H o s t o s .
P o r otra p a r t e , c o m o b i e n señala el a u t o r q u e c o m e n t a m o s , la
p r e s e n c i a d e las A n t i l l a s t a m i z a la p e r s p e c t i v a d e m o c r á t i c a d e
H o s t o s , la complejiza y e n r i q u e c e . D e m o d o q u e su p o s i c i ó n liberal
m u e s t r a diferencias d e s d e las c u a l e s enjuicia a los d e m ó c r a t a s y
liberales e s p a ñ o l e s , y c o m b a t e ciertos r e d u c c i o n i s m o s . Así, p o r
ejemplo, insiste e n diferenciar la s i t u a c i ó n d e P u e r t o Rico d e n t r o
d e la c u e s t i ó n d e las Antillas p a r a evitar q u e ésta sea identificada
sólo c o n el p r o b l e m a d e C u b a . P u e s si b i e n a m b a s islas p a d e c e n la
s i t u a c i ó n colonial, n o s o n i g u a l e s s u s p o s i c i o n e s , ni su c o n t e x t u r a
social, n i la a t e n c i ó n q u e r e c i b e n d e la m e t r ó p o l i .

212
Córdova Iturregui, Félix. "El radicalismo democrático de Eugenio María
de Hostos: su periodo español". En: Anales del Caribe. N° 10, La Habana,
Centro de Estudios del Caribe - Casa de las Américas, 1990. pp. 77 a 94.
2n
lbidem.p. 79.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 323

Nosotros -dice H o s t o s - que siempre nos inclinamos al más


débil, ya m á s d e u n a v e z h e m o s p r o t e s t a d o contra la
injusticia que envuelve ese error 214

Este inclinarse por el más débil reviste particular importancia de


acuerdo con el análisis de Córdova Iturregui, pues "la construcción
de su p u n t o de vista [el de Hostos] desde el ángulo de esta incli-
nación le p e r m i t e ver la necesidad de la trasformación de la
sociedad desde la perspectiva de su fragmento más necesitado,
sin perder de vista la totalidad" 215 N o se trata de reducir el p u n t o
de vista al del más débil, sino de mirar toda la problemática desde
ese lugar. El resultado no es el mismo si analiza la relación colonial
desde la constitución interna de cada u n a de las islas. Otro tanto
sucede si se encara el problema de la esclavitud prestando atención
al desigual desarrollo que presenta en u n a y otra isla. Además el
reclamo d e libertad y a u t o n o m í a p a r a las Antillas r e s u l t a b a
coherente con la exigencia de autonomía de otras regiones de
España. Mas, desde el p u n t o de mira hostosiano, ella implicaba
articular las ideas de federación y democracia de m o d o tal que se
hacía necesaria una transformación completa de la política espa-
ñola.
Podemos decir, sintetizando, que la perspectiva construida por
Hostos desde su peculiar condición de antillano, conlleva u n a
profundización conceptual y política de posiciones relativas a la
libertad (abolicionismo) y a la democracia (autonomía completa o
independencia). Ello supone u n a radicalización de las tesis del
racionalismo armónico, de manera tal que "armonía" es más que
acomodación m u t u a de las partes relacionadas en u n todo, es antes
que nada "igualación social y política". Insistimos en que la ob-
sesión por la democracia y la modernidad, que Córdova Iturregui

214
Hostos, Eugenio María de. España y América. Obras Completas. Vol. XXI.
París, Ed. Literarias y Artísticas, 1954. p. 98.
215
Córdova Iturregui, Félix. "El radicalismo democrático, p. 81.
324 ADRIANA ARPINI

señala acertadamente como marcas de la coherencia interna de


Hostos, son constitutivos de la matriz krausista de su pensamiento.
La r u p t u r a con España, lejos de significar u n a b a n d o n o de las
m i s m a s , favoreció su radicalización como concomitante de la
consolidación del p u n t o de vista antillano. La idea de federación,
p o r ejemplo, no s u p o n e en la filosofía krausista u n a relación
jerárquica respecto de las asociaciones que la integran, hecho que
se vincula con el rechazo de las teorías absolutistas del Estado y
permite establecer cierto parentesco con la anarquía proudhoniana.
El ideal de la H u m a n i d a d está l l a m a d o a c o n c r e t a r s e c o m o
federación de las asociaciones universales (las que p e r s i g u e n
fines universales: familia, nación) sin sacrificio de la peculiaridad.
Esto, precisamente es lo que resulta negado en la práctica por los
"liberales a medias" y determina la ruptura política con España.
Pero esa misma idea de federación es actualizada a la luz del ideal
bolivariano en las tres dimensiones de la utopía civilizatoria de
Hostos (cfr. p u n t o 5.3. La triple dimensión de la "utopía civilizatoria"
de Hostos).216
Pocos son los trabajos dedicados al conjunto del pensamiento
filosófico del pensador boricua. Nos interesa dirigir la atención
sobre una de las más abarcativas y recientes consideraciones sobre
la filosofía hostosiana hecha por Carlos Rojas Osorio en su libro
Hostos, apreciación filosófica. El autor analiza todas las partes de la
filosofía que Hostos considera válidas: lógica y teoría del conoci-
miento, ética, filosofía social y política, valores, psicología y filosofía
educativa. Q u e d a excluida la metafísica p u e s , como es sabido,
según la perspectiva hostosiana, la razón no p u e d e pronunciarse
acerca de las causas primeras. A propósito de esta exclusión y de
la prioridad que Hostos otorga al conocimiento científico, afirma
Rojas Osorio la existencia de " u n núcleo positivista" en su filosofía,

216
Sobre la concepción krausista de federación puede consultarse el análisis
de Rivacoba y Rivacoba, Manuel de. Krausismo y Derecho. Santa Fe-
Argentina, Librería Editorial Castelvi, 1963. Capítulo V 4 Aspectos metafísicos
y ético jurídicos de la concepción de la persona colectiva", pp. 89 a 107.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA. 325

a u n q u e se o c u p a d e d e m o s t r a r q u e o t r a s t e s i s f r a n c a m e n t e
p o s i t i v i s t a s c o m o : la total n e g a c i ó n d e la r a c i o n a l i d a d d e los juicios
d e valor, la s e p a r a c i ó n n e t a e n t r e juicios d e s c r i p t i v o s y v a l o r a t i v o s
y el f e n o m e n a l i s m o , n o se e n c u e n t r a n e n H o s t o s . El p o s i t i v i s m o es
u n a d e las tres c o r r i e n t e s filosóficas q u e m á s i n f l u y e r o n s o b r e s u
p e n s a m i e n t o , las o t r a s d o s s o n el k a n t i s m o y el k r a u s i s m o . " D e
h e c h o - a c l a r a - el k a n t i s m o v i e n e m u c h a s v e c e s m e d i a t i z a d o p o r
el k r a u s i s m o . Y a m b o s m i t i g a n l o s r i g o r e s d e l positivismo". 2 1 7
P o r otra p a r t e , el a u t o r s o s t i e n e q u e la filosofía h o s t o s i a n a r e -
p r e s e n t ó u n a r e a c c i ó n crítica c o n t r a la escolástica, p r o c u r ó r e n o v a r
el p e n s a m i e n t o y m o d e r n i z a r la filosofía l a t i n o a m e r i c a n a ; d e s t a c a
la p r o y e c c i ó n e n el p l a n o s o c i a l y p o l í t i c o d e l p e n s a m i e n t o
h o s t o s i a n o , e n r e l a c i ó n c o n la l u c h a p o r la liberación d e P u e r t o
Rico y la c o n s t i t u c i ó n d e u n a c o m u n i d a d d e p u e b l o s ; d e m o d o
q u e n i s u ética, n i s u sociología, n i s u t r a t a d o d e d e r e c h o e s t á n
e s c r i t o s e n a b s t r a c t o , s i n o " s i e m p r e p e n s a n d o y a p l i c a n d o las
c a t e g o r í a s d e s u filosofar a la r e a l i d a d p u e r t o r r i q u e ñ a y l a t i n o -
a m e r i c a n a " . A f i r m a , e n este s e n t i d o , q u e H o s t o s a s u m e d e m a n e r a
crítica el p o s i t i v i s m o d e C o m t e y S p e n c e r , q u e e n E u r o p a e r a n
p o l í t i c a m e n t e c o n s e r v a d o r e s , y los c o n v i e r t e e n i d e a s d e c a m b i o
social. Esta ú l t i m a tesis h a sido, p o r otra p a r t e , d e f e n d i d a y
extensamente desarrollada por Manuel M a l d o n a d o Denis, sobre
t o d o e n lo referente al p e n s a m i e n t o social hostosiano. 2 1 8
Al a b o r d a r los t e m a s d e la ética h o s t o s i a n a , Rojas O s o r i o
r e c u p e r a la p o s i c i ó n d e F r á n q u i z q u e a p r o x i m a el p e n s a m i e n t o
ético d e H o s t o s al d e K a n t . "Y es n e c e s a r i o s u b r a y a r l o - d i c e - , p u e s

217
Rojas Osorio, Carlos. Hostos. Apreciación filosófica, Humacao, Colegio
Universitario de Humacao — Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1988. p. 2.
218
Cfr. Maldonado Denis, Manuel. "Introducción al pensamiento social de
Eugenio María de Hostos". En: Hostos, Eugenio María de, América: la lucha
por la libertad. México, Siglo XXI, 1980. "Eugenio María de Hostos:
Sociólogo y maestro antillano". En: Hostos, Eugenio María de. Moral Social
— Sociología. Caracas, Venezuela, Ayacucho, 1982; Eugenio María de Hostos
y el pensamiento social iberoamericano. México, Fondo de Cultura
Económica, 1992.
326 ADRIANA ARPINI

la primera lectura de Hostos, aquella con la cual muchos se quedan,


es la de u n pensador puramente positivista... Pero su ética no es
positivista, desborda el marco comtiano y bebe la fuente más
profunda del kantismo". 219 Según esto, se d a n puntos de conver-
gencia entre la ética del puertorriqueño y la de Kant, aunque ello
no implica u n a inspiración directa del s e g u n d o en el primero.
Algunas de esas coincidencias son: haber declarado la mayoría de
edad del hombre, defender la autonomía, sostener el imperativo
del deber, hacer de la responsabilidad u n principio ético, reconocer
la dignidad humana, rehusar el utilitarismo. Pero también existen
divergencias, ya que Hostos rechaza u n a ética a priori pues dice
inspirarse en las ciencias, establece vínculos naturales que sirven
de contenido a la moral, concibe la relación entre deber y felicidad
de manera diferente a Kant.
A c o r d a m o s con Rojas Osorio en reconocer " u n a herencia
kantiana en la ética de Hostos" y en señalar aspectos comunes
e n t r o n c a d o s e n el estoicismo a n t i g u o y en el i u s n a t u r a l i s m o
moderno. No obstante consideramos oportuno ampliar la pers-
pectiva, pues como hemos visto al tratar los temas de la moral
hostosiana (cfr. p u n t o 6.1. La Moral), su pensamiento enlaza, a
través del krausismo, con la tradición del racionalismo m o d e r n o y
de manera particular con la ilustración. Efectivamente, el neologis-
m o "conscifacción" introducido p o r Hostos remite a la necesidad,
ya señalada por Kant, de completar el desarrollo de la "civilización"
mediante la "moralización" o, para decirlo en términos más cer-
canos al krausismo, alude al desarrollo armonioso de la razón
teórica y la razón práctica. Ideal que Hostos reelabora bajo la forma
de una peculiar combinación entre deber y ciencia, entre especu-
lación racional y experimentación empírica, en la m e d i d a que
avanza hacia posiciones krausopositivistas. Sin embargo, más que
dibujar u n m a p a disecado de influencias, nos interesa coincidir
con Rojas Osorio en su apreciación de Hostos al afirmar: " N o

219
Rojas Osorio, Carlos. Hostos. Apreciación filosófica, p. 19.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 327

p o d e m o s juzgar su pensamiento por las ideas que adoptó de tal o


cual filósofo. Lo único decisivo es el carácter estratégico que le da
a u n a y otras ideas. Utilizó el racionalismo contra el dogmatismo
eclesiástico y medieval. Se sirvió de u n a moral laica para insuflar
valores ideales a la reforma educativa. Aceptó la ciencia como arma
contra el religionismo. Se armó de u n a teoría social basada en el
derecho contra el colonialismo impuesto por la fuerza". 220
En otro trabajo suyo, el artículo titulado "Hostos y la identidad
caribeña", Rojas Osorio estudia la trayectoria hostosiana desde
Cartagena de Colombia en 1870, después de la ruptura con España,
hasta Santo Domingo, d o n d e transcurren los últimos años de su
vida. Examina en ese trayecto la forma y los contenidos a través
de los cuales Hostos alcanza una de las más lúcidas formulaciones
de la identidad caribeña. Dice el autor: "... El Caribe no deja de
identificarse en la sujeción y la lucha por la liberación contra los
imperios de turno.... N o debemos pensar en la identidad como
u n a esencia estática a la m a n e r a del principio p a r m e n í d e o de
identidad. La identidad de los pueblos es la de su historia; es más
u n devenir que una esencia, u n devenir que asumiendo el pasado
n o s u n a en el porvenir. La i d e n t i d a d se hace de diferencias.
Nuestras tierras caribeñas forman en realidad u n caleidoscopio,
pues la variedad y la riqueza cualitativa son tan importantes como
la u n i d a d y la semejanza. N u e s t r a identidad es la forja de u n
destino común, destino que es vida, vida que es u n i d a d y dife-
rencia, semejanza y variedad. Hostos sabía todo esto". 221
Si la identidad se construye en la tarea constante de liberación
y búsqueda de u n destino común, sus contenidos surgen de la his-
toria y de sus tensiones, cotidianamente vividas. En la trayectoria
hostosiana desde 1870 p o d e m o s apuntar, según se desprende del

220
lbidem.p. 105.
221
Rojas Osorio, Carlos. "Hostos y la identidad caribeña". En: Caribbean
Studies. Vol. 25, N° 1-2, San Juan de Puerto Rico, Institute of Caribbean Studies,
University of Puerto Rico, enero-julio de 1992. pp. 133 a 145.
328 ADRIANA ARPINI

artículo mencionado, los siguientes: lucha por la abolición de la


esclavitud y la independencia de Puerto Rico y Cuba; confianza
en que la ciencia sociológica no es sólo un dispositivo de cono-
cimiento sino una posibilidad de acción inteligente y racional;
exigencia de constituir una confederación de pueblos del Caribe
que comprendería el Estado de Panamá, las cinco repúblicas
centrales y las tres Grandes Antillas;222 esperanza en la solidaridad
latinoamericana y en la constitución de una Confederación
continental que reúna a los pueblos sudamericanos; fe en la
educación como medio para formar hombres nuevos fundadores
de una sociedad nueva; convicción en la superioridad del derecho
sobre la fuerza bruta, y defensa del antianexionismo.

7.3. Dos posiciones encontradas

¿Cuál es el lugar de Hostos en la historia de las ideas latinoame-


ricanas? Como hemos visto hasta aquí, la tendencia predominante,
aunque no exclusiva, es ubicarlo entre los representantes hispano-
americanos del positivismo. En relación con este tipo de respuestas
nos interesa comentar y discutir dos apreciaciones divergentes en
torno al positivismo de Hostos. Una es la presentada por Víctor
Massuh en su artículo "Hostos y el positivismo hispanoame-
ricano";223 otra es la de Ricaurte Soler, titulada "Premisas para una
interpretación del pensamiento filosófico de Hostos".224 Ambos
estudios pueden contarse entre las interpretaciones clásicas del

222 Qfr fjostos, Eugenio María de. Obras Completas. Tomo VI, pp. 78 a 79.
223
Massuh, Víctor. "Hostos y el positivismo hispanoamericano". En: América
como inteligencia y pasión. México, Fondo de Cultura Económica —Tezontle,
1955. pp. 11 a 36.
224
Soler, Ricaurte. "Premisas para una interpretación del pensamiento
filosófico de Hostos". En: Estudios sobre historia de las ideas en América.
Panamá, Librería Cultural Panameña, 1979. pp. 68 a 78.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 329

pensamiento hostosiano y h a n condicionado el p u n t o de vista de


muchos planteos sobre la temática.
Comparte Massuh la concepción del positivismo autóctono
remontándolo, al igual que Korn, hasta Alberdi. Entre los aciertos
del positivismo hispanoamericano incluye u n o de orden político,
en cuanto habría posibilitado resolver el caos de la Colonia sen-
tando las bases de u n orden racional y moderno, y otro de carácter
educativo, p r o v e y e n d o u n sistema de ideas y costumbres q u e
permitiera el dominio sobre la barbarie de la naturaleza y de la
historia. Debemos aclarar que esta suerte de "prolongación hacia
atrás" del positivismo dificulta, cuando no impide, la comprensión
de u n a importante etapa de nuestra historia y de nuestras ideas,
q u e se extiende d e s d e la finalización de las guerras de inde-
pendencia (1824) hasta la constitución de los Estados Nacionales
en el último tercio del siglo XIX. Etapa que A. Roig ha llamado
Interregno, durante la cual alcanzan expresión acabada las ideas
del romanticismo social, a través de figuras como Sarmiento,
Alberdi, Echeverría. 225
A pesar de ubicarse en una perspectiva panpositivista, Massuh
señala limitaciones de esa corriente d e p e n s a m i e n t o . Así, le
reprocha que al educar al hombre para la sociedad, atendiera sólo
aspectos exteriores, desconociendo el concepto de interioridad y
el hecho de q u e u n a auténtica transformación se realiza con
referencia directa a la interioridad humana. Con lo cual el posi-
tivismo habría perdido u olvidado las zonas de la espiritualidad
humana. Dentro de este panorama Massuh ubica a Hostos como
u n a excepción. "Lo notable - d i c e - es que u n o de los principales
intentos por superar esta limitación vino del campo del positi-
vismo. Y se afirmó, sobre todo, en la conducta y la crisis interior
de u n o de los hombres ejemplares... que efectuó este movimiento

225
Cfr. Roig, Arturo Andrés. "Notas para una lectura filosófica del siglo XII".
En: Revista de Historia de América. N° 98, Instituto Panamericano de
Geografía e Historia, Julio-Diciembre de 1984.
330 ADRIANA ARPINI

de superación a costa de si mismo... Se trata de Eugenio María de


Hostos". Así pues, la figura del puertorriqueño ejemplifica, según
Massuh " u n momento transicional, en el cual se intenta nada menos
que la elaboración de u n a imagen de h o m b r e más integral que la
del positivismo". 226
N o p o d e m o s menos que estar en desacuerdo con Massuh. En
primer lugar porque, según nuestro análisis, Hostos no transita
d e s d e el positivismo hacia otra cosa m á s o m e n o s cercana al
irracionalismo. Antes bien, si tenemos en cuenta las distintas etapas
de su producción, a través de las cuales se muestra el desarrollo
de sus ideas, los desplazamientos y resemantizaciones q u e se
operan en las categorías centrales de su pensamiento, caemos en
la cuenta de que la noción de "hombre completo" esta presente
desde época temprana en sus escritos. Tal vez la formulación m á s
acabada la encontramos en una de las páginas de su Diario fechada
el 31 de diciembre de 1869:

ser armonía viviente en todas nuestras facultades, razón,


sentimiento y voluntad movidos por conciencia, ser capaz
de todos los heroísmos y de todos los sacrificios, de todos
los pensamientos y de todos los grandes juicios, y poner
en todo aquella sinceridad, aquella verdad, aquella rea-
lidad del ser que sólo de ese sentimiento trasciende; ser
finalmente, u n mediador entre el racionalismo excesivo,
n o p o r racionalismo, sino p o r absorber en el todas las
demás actividades independientes y necesarias del espíritu,
y entre el pasionalismo de los que creen que todo lo hace
la pasión, eso es lo que llamo yo ser hombre completo, eso
es lo que practico. 227

Debemos insistir en que esta concepción antropológica arraiga en


el h u m a n i s m o armónico cultivado por los krausistas españoles,

226
Massuh, Víctor, "Hostos y el positivismo latinoamericano", pp. 13 a 14.
227
Hostos, Eugenio María de. Diario I. En: Obras Completas. Tomo I. pp.
194 a 195.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA. 331

que Hostos hace suyo y reformula. De m o d o que si bien la razón


está llamada a equilibrar las fuerzas, el sentimiento, la pasión y la
fantasía n o son n u n c a p a r a H o s t o s " z o n a s p r o s c r i p t a s " d e la
interioridad h u m a n a , como parece creer Massuh que en algún
momento lo fueron. En otra página del Diario, correspondiente al
23 de enero de 1870, confiesa:

siento tanto como pienso y como quiero, la v e r d a d , la


justicia, el bien, la belleza. Sé q u e el sentimiento y la
fantasía, otra fuerza que me i m p u t a b a Giner como u n a
falta, dificultan, por hacerlas más intensas, la realización
de las ideas; pero sé que sólo de ese equilibrio de fuerzas,
de esa c o m ú n acción d e facultades salen los h o m b r e s
completos" ,228

Esa apelación al equilibrio y a la armonía, que tiene expresión


antropológica en el neologismo "coscifacción" y manifiesta su
dimensión socio-histórica en el epítome "civilización", es u n a
constante constitutiva del pensamiento hostosiano. De ahí que en
las últimas páginas del Diario, con fecha 12 de Junio de 1903,
encontramos reiterada la idea:

El [freno] que yo pongo a mis extravíos de pasión... es el


freno de la conciencia mía, que es realmente una conciencia
hecha metódicamente por mi esfuerzo perseverante para
ser hombre completo. 229

En la noción de hombre completo se conjugan tanto la dimensión


íntima como la dimensión social del hombre. De ahí que en el
Tratado de Moral n i n g u n a de ellas r e s u l t a d e s c u i d a d a , p u e s
"moralización" y "civilización" concurren a u n mismo objetivo,
cuyo cumplimiento consiste en la realización del deber en cada
u n a de las relaciones sociales. La noción de "hombre social", que

228
Ibidem. p. 235.
229
Hostos, Eugenio María de. Diario II En: Obras Completas, p, 425.
332 ADRIANA ARPINI

Hostos introduce a propósito de la sociología, tras la que se advierte


buena dosis de inspiración positivista, no hace más que acentuar
las m a r c a s s e m á n t i c a s q u e a l u d e n a la necesaria interacción
h u m a n a , las que no están ausentes en la idea de "hombre com-
pleto".
Decíamos que Hostos no transita desde el positivismo hacia
otra cosa. En efecto, recién en la segunda etapa de su producción
aparecen los temas del positivismo incorporados con toda claridad
en sus escritos. Pero dichos temas, referidos sobre todo a exigencias
de cientificidad, son i n c o r p o r a d o s sin lesionar lo q u e h e m o s
llamado matriz krausista de su pensamiento, dando lugar a u n a
configuración original, inscripta en los lineamíentos del krauso-
positivismo. Hostos no se ve obligado a superar las limitaciones
del positivismo en cuanto a su imagen de hombre íntegro. Esta
imagen está presente a lo largo de toda su producción con diversas
inflexiones, por cierto, según se aboque al tratamiento de cuestiones
éticas, sociológicas, pedagógicas, jurídicas, mostrando siempre la
irrescindible relación entre lo subjetivo y lo social.
Además, la realización del h o m b r e completo está en conso-
nancia con el ideal de la H u m a n i d a d que, como h e m o s visto,
cumple u n a función crítico-reguladora del obrar. Es decir, orienta
las acciones de los hombres en pos de reducir la distancia entre lo
que es y lo que debe ser en el plan socio-histórico. Ello implica
tomar parte en asuntos de índole social, política, jurídica, educativa.
N o sería posible llegar a ser hombre completo sino procurando, al
mismo tiempo, formas más justas de organización social. Sólo a
riesgo de desocializar y deshístorizar el pensamiento de Hostos
p o d r í a afirmarse, como lo hace Massuh, que d e s e n g a ñ a d o del
"periodo de su vida durante el cual no estuvo haciendo otra cosa
que el juego del revolucionario", llegó a la certeza "que la más
importante transformación de América, era una aventura a librarse
en el corazón del hombre, en el núcleo vivo de su intimidad, mucho
más que en la esfera de su contorno exterior, social y político", y
que desplazó el centro de su actividad "desde el núcleo político
de la sociedad, hacia el centro íntimo y p e r s o n a l del individuo
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 333

h u m a n o " . 2 3 0 I n d i v i d u o y sociedad c o n s t i t u y e n u n a t o t a l i d a d
siempre presente en la reflexión hostosiana, revolución interior y
revolución política se convocan mutuamente, pues es necesario
remover los obstáculos, internos y externos, que impiden el desa-
rrollo armonioso y libre de los hombres y las sociedades.
" N o p u e d e aceptarse la interpretación de Massuh -sostiene
con razón Ricaurte Soler-, no obstante lo sugestivo de su ensayo:
u n a investigación historiográfica con base en las experiencias
vitales de u n pensador, estudiado con independencia de las fuerzas
sociales e históricas de su medio, conduce a la más absoluta con-
tingencia d o n d e naufraga todo intento historiográfico, perdido por
u n a parte en la subjetividad del historiador y, lo que es m á s
importante todavía, perdido en los meandros de las motivaciones
psicológicas del pensamiento estudiado". 2 3 1
Por su parte el p a n a m e ñ o establece ciertas premisas a partir
de las cuales sería posible u n a adecuada interpretación del pensa-
miento filosófico, "de raíz positivista", de Hostos. Esas premisas
son: a) acentuado empirismo, cuyo antecedente se encuentra en el
pensamiento ilustrado que irrumpió a fines del XVIII y principios
del XIX en América Latina; b) imposibilidad de conocimiento no
experimental; c) exclusividad de las determinaciones naturales
tanto en el orden físico como moral, así que las ciencias morales se
f u n d a m e n t a n en la m a n e r a peculiar de proyectarse los hechos
morales-naturales en la experiencia cosmológica, individual y
social; d) sólida fundamentación, en la ley spenceriana de la
evolución, de la tentativa de establecer u n orden moral natural.
Reconoce, no obstante, Soler que no tiene cabida en el pensamiento
del puertorriqueño ni el principio utilitario, ni el agnosticismo
comtiano. Reconoce también, que su moral gira en torno a los
conceptos de libertad y conciencia y, correlativamente, los de
responsabilidad, deber y progreso, lo que ha d a d o lugar a interpre-

230 Massuh, Víctor. "Hostos y el positivismo latinoamericano", pp. 14, 15 y 20.


231
Soler, Ricaurte. "Premisas para una interpretación", pp. 74 a 75.
334 ADRIANA ARPINI

taciones divergentes, como las q u e sostienen la "heterodoxia


positivista" de Hostos. Estas se basan, entre otras razones, en que
Hostos acepta el m é t o d o de la introspección, n o rechaza p o r
completo cuestiones religiosas y concibe una conciencia regida por
el deber.
Del balance r e a l i z a d o p o r Soler concluimos q u e n i n g u n a
interpretación del pensamiento hostosiano p u e d e ser adecuada si
se la intenta desde u n sólo p u n t o de vista. Efectivamente esto es
válido no sólo para el caso de Hostos, sino para la gran mayoría
de nuestros pensadores. Y lo es de manera m u y particular para
aquellos que se inscriben en el periodo que abarca las últimas
décadas del siglo XIX y las primeras del XX, En el caso especial
del Caribe, mensajes como el de Martí o el de Hostos p u e d e n ser
mejor comprendidos y actualizados si se los escucha como palabra
surgida en el cruce de otras palabras. Es decir, teniendo en cuenta
la densidad del dialogismo interno q u e sus discursos revelan.
Densidad que recoge no sólo la pluralidad de voces del universo
discursivo epocal, sino también la conflictividad de los procesos
socio-históricos a los que intentaron dar respuesta.
Soler se ocupa de mostrar que no hay incoherencia ni falta de
rigor conceptual al reconocer la legitimidad de la introspección
como método psicológico y postular, a la vez, que el conocimiento
se origina en la experiencia. Pues esta afirmación no implica
rechazar las virtualidades del espíritu. Tanto José Varona en su
p e r i o d o de p o s i t i v i s m o sistemático, como José Ingenieros al
considerar los métodos psicológicos, sostenían la pertinencia de
la introspección. Otro tanto observa Soler respecto de las con-
cepciones hostosianas sobre la conciencia y la libertad, en la medida
que el pensador antillano escapa del fatalismo y del mecanicismo.
Esas concepciones se muestran, según Soler, como '"productos
diferenciados de una evolución que parece seguir la ley spenceriana
del paso de lo homogéneo a lo heterogéneo, o, como diría Hostos,
de lo simple a lo menos simple". A u n q u e su ética se fundamenta
en el postulado de una conciencia libre, hace notar Soler la falta de
una teoría que explique la irrupción de la libertad y de la conciencia
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y su ÉPOCA... 335

e n el p r o c e s o e v o l u t i v o . M a s reconoce q u e las m o d a l i d a d e s p r o p i a s
del p o s i t i v i s m o antillano se explican, t a m b i é n , p o r la existencia d e
i m p e r a t i v o s s o c i o - h i s t ó r i c o s q u e i n c i d e n e n el p e n s a m i e n t o d e
H o s t o s así c o m o e n el d e V a r o n a . E n las c i r c u n s t a n c i a s a n t i l l a n a s ,
n o s dice, el p o s i t i v i s m o "se p r e s e n t ó c o n las características d e u n a
filosofía d e formación c u l t u r a l y c o m o p e n s a m i e n t o d e l u c h a c o n t r a
el o r d e n e s t a b l e c i d o p o r la a d m i n i s t r a c i ó n colonial... La libertad,
la conciencia social libre y creadora, m o r a l y r e s p o n s a b l e , se intrincó
e n t o n c e s e n el p o s i t i v i s m o hostosiano". 2 3 2
P o d e m o s hallar, n o o b s t a n t e , otra explicación p a r a d e m o s t r a r
la c o h e r e n c i a y el r i g o r c o n c e p t u a l d e H o s t o s al afirmar, p o r u n
l a d o , q u e los c o n o c i m i e n t o s se o r i g i n a n e n la e x p e r i e n c i a y q u e
existen d e t e r m i n a c i o n e s n a t u r a l e s del o r d e n físico y m o r a l , y al
r e c o n o c e r , p o r o t r o l a d o , el v a l o r h e u r í s t i c o d e la i n t r o s p e c c i ó n y
el f u n d a m e n t o d e la ética e n el p o s t u l a d o d e la conciencia libre.
Tal e x p l i c a c i ó n es p o s i b l e si se t o m a e n c u e n t a q u e t a m b i é n el
k r a u s i s m o f o r m a p a r t e del d i a l o g i s m o interior d e s u p e n s a m i e n t o .
R e c o r d e m o s , e n p a r t i c u l a r , la c o n c e p c i ó n o r g á n i c a d e l h o m b r e y
d e l u n i v e r s o , c o n la cual el k r a u s i s m o i n t e n t a s u p e r a r los d u a l i s m o s
e n t r e e s p í r i t u y c u e r p o , e n t r e n a t u r a l e z a y r a z ó n , p r o p i o s d e los
e s p i r i t u a l i s m o s d e raíz cartesiana. E n la p e r s p e c t i v a k r a u s i s t a "el
o r g a n i s m o " es u n a u n i d a d llena, n o es u n a s i m p l e colección d e
ó r g a n o s sino u n a d i v e r s i d a d d e p a r t e s h e t e r o g é n e a s , q u e f o r m a n
un todo pleno. Supone unidad, variedad y armonía como
m o m e n t o s d e u n a dialéctica a t r a v é s d e los c u a l e s e v o l u c i o n a la
H u m a n i d a d y el h o m b r e e n t a n t o c o n c r e c i ó n d e la m i s m a . H a y
p u n t o s d e c o n t a c t o e n t r e el " o r g a n i s m o " d e los k r a u s i s t a s y la
" e v o l u c i ó n " s p e n c e r i a n a , q u e e x p l i c a n la c o n f i g u r a c i ó n k r a u s o -
positivista. A m b o s h a b l a n d e o r g a n i s m o social, a u n q u e c o n b a s e
filosófica e n K r a u s e y b i o l ó g i c a e n S p e n c e r . Sin e m b a r g o la
exigencia k r a u s i s t a d e s u p e r a r a r m o n i z a n d o los o p u e s t o s , p e r m i t e

232
Ibidem. pp. 73 y 77. Soler habla del "sentido y la signiñcación de los
temas durkheimianos en la obra de Hostos" aunque no cree lícita una
vinculación unilateral, Hostos-Durkheim, que se agote en sí misma.
336 ADRIANA ARPINI

incorporar sin negar la dimensión físico-biológica en las conside-


raciones éticas, aunque no se reconozca en ella el fundamento de
la obligación moral y de la libertad. Tal fundamento se encuentra
en la naturaleza h u m a n a , mas teniendo en cuenta que espíritu y
materia son sustancias irreductibles y es imposible que u n a tenga
su causa en la otra. Ni idealismo ni materialismo, pues ambos -espíritu
y materia- tienen su razón inmediata y c o m ú n en el yo que los
contiene.
La ''moral positiva", como la llama Hostos, no tiene su base en
el cálculo de goces, ni en el sólo estudio de las manifestaciones
externas de la conducta; tampoco en las exigencias de u n impe-
rativo categórico; sino en el cumplimiento de los fines de la vida,
que la conciencia d e m a n d a al i n d i v i d u o en cuanto organismo
complejo, en relación con la naturaleza, consigo mismo y con el
m u n d o social. R e c o n o c i d a la c o m p l e j i d a d c o n s t i t u t i v a d e l
individuo, es posible, por una parte, sostener la moral sobre el
postulado de la conciencia libre, sin dejar de lado las determina-
ciones naturales compatibles con la realización de los fines de la
vida; y, por otra parte, refrendar tanto los conocimientos originados
en la experiencia externa como los procedentes de la introspección.
Así, se hace efectiva aquella dialéctica de la armonía tan caracte-
rística del krausismo.
Tiene razón Soler al afirmar que "la polémica contra el po-
sitivismo h i s p a n o a m e r i c a n o h a d a d o origen a estimaciones e
interpretaciones equivocadas, no sólo sobre la significación y
sentido de nuestro pensamiento positivista, sino también sobre el
alcance filosófico de los positivistas europeos. Se ha atribuido así
al positivismo, en todos los casos, u n determinismo naturalista
identificado con el fatalismo mecanicista. Las deformaciones de
los positivistas de segundo orden h a n sido proyectadas sobre el
p e n s a m i e n t o de los g r a n d e s maestros del positivismo". 2 3 3 Sin
embargo juzgamos necesario completar esta advertencia, pues

Ibidem, pp. 73 a 74.


EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y su ÉPOCA... 337

igualmente deformante resulta adoptar una perspectiva


panpositivista p a r a la consideración de n u e s t r o p e n s a m i e n t o
decimonónico. Perspectiva desde la cual se desconoce o menos-
precia el valor doctrinario de otras vertientes, como el krausismo,
el krauso-positivismo o el positivismo espiritualista a la manera
d e Fouillée, n e g á n d o l e s p r e s e n c i a histórica c o m o e l e m e n t o s
constitutivos de la cultura finisecular.

7.4. Núcleo filosófico del pensamiento hostosiano:


Krausismo y krauso-positivismo

Escasos son los trabajos en los que se aborda específicamente la


presencia del krausismo en la obra de Hostos. C u a n d o se lo hace,
se atiende especialmente a la etapa juvenil, de formación del
pensamiento hostosiano que transcurre en España. Allí comparte
las aulas y el ambiente cultural y político con los hombres que
p r o t a g o n i z a r o n la ''Gloriosa". Comparte también sus ideas de
carácter ético-social, traídas a la discusión por lo que Aranguren
ha llamado "el moralismo de la Revolución ... aquella ideología,
confusa por d o n d e quiera que se la mire -krausismo, socialismo
utópico, federalismo anarquizante- carente por completo de u n a
firme estructura intelectual... [pero cuya] inspiración innovadora,
generosa e idealista es innegable". 234 Los temas ético-sociales que
preocuparon a los hombres más adelantados de ese periodo, según
el registro de Aranguren, son: el antiesclavismo y el debate en las
Cortes sobre la esclavitud, cuyas primeras expresiones son el texto
de Castelar La redención del esclavo de 1859, la fundación de la
Sociedad Abolicionista en 1865 y la publicación del periódico El
Abolicionista; el debate sobre la pena de muerte y sobre la reforma
penitenciaria; la información sobre el estado de la clase trabajadora

234
Aranguren, José Luis. Moral y Sociedad. La moral española del siglo XIX.
Madrid, Taurus, 1981. pp. 127 a 128.
338 ADRIANA ARPINI

y s u m e j o r a m i e n t o ; el m o v i m i e n t o p a r a la p r o m o c i ó n sociocultural
d e la mujer.
T o d o s e s o s t e m a s e s t á n p r e s e n t e s e n el d i s c u r s o h o s t o s i a n o ,
n o sólo e n el d e la p r i m e r a e t a p a , sino a t o d o lo l a r g o d e s u p r o -
d u c c i ó n , m e n c i o n e m o s sólo el e j e m p l o d e s u s escritos s o b r e la
f o r m a c i ó n científica d e la mujer d u r a n t e s u s m a g i s t e r i o s e n Chile
y Santo Domingo.
C a b e s e ñ a l a r q u e n o f u e el k r a u s i s m o la ú n i c a i d e o l o g í a
i n v o l u c r a d a e n el d e b a t e s o b r e l o s t e m a s s e ñ a l a d o s . Lo m á s
i m p o r t a n t e d e s u a p o r t a c i ó n r a d i c ó , tal v e z , e n h a b e r a b o g a d o p o r
u n a v i s i ó n r a c i o n a l d e l m u n d o y, e n e s t e s e n t i d o , " o r i e n t a r la
c u l t u r a e s p a ñ o l a e n dirección al r a c i o n a l i s m o " c o m o sostiene L ó p e z
Morillas. 2 3 5 "Se t r a t a m e n o s d e i d e a s q u e d e u n a a c t i t u d a n t e la
v i d a - d i c e P i e r r e V i l a r - . P e r o d e a h í s a l i e r o n ese e s p í r i t u laico, esa
r i g i d e z d e p r i n c i p i o s , e s a fe e n la e d u c a c i ó n q u e a n i m a a los
h o m b r e s d e la p r i m e r a República". 2 3 6
A l a n a l i z a r la p r e s e n c i a d e l k r a u s i s m o e n el p e n s a m i e n t o
h o s t o s i a n o , M a n u e l M a l d o n a d o D e n i s a p u n t a q u e esa d o c t r i n a
germina en países, como España, r e z a g a d o s del desarrollo
capitalista, y q u e " c u a n d o H o s t o s lo p r e s e n t a c o m o p a r t e d e su
bagaje intelectual e n tierras a m e r i c a n a s , i n t r o d u c i r á , t a m b i é n , u n a
a c t i t u d crítica frente a las f u e r z a s q u e r e p r o d u c í a n e n A m é r i c a
m u c h o s d e los vicios y lacras q u e a q u e j a b a n a la E s p a ñ a d e l siglo
XIX ... P o r q u e el i m p e r a t i v o d e H o s t o s , c o m o el d e Betances y
Martí,... [es] el d e l u c h a r p o r la i n d e p e n d e n c i a d e u n o s p u e b l o s
a n t i l l a n o s s o m e t i d o s al y u g o colonial e s p a ñ o l q u e e n f r e n t a b a n a
fines del siglo XIX la i n m i n e n c i a d e la i n t e r v e n c i ó n n o r t e a m e r i c a n a
e n el e s p a c i o c a r i b e ñ o e i b e r o a m e r i c a n o " . 2 3 7 O t r o t a n t o s e ñ a l a

235
López Morillas, Juan. El krausismo español. México, Fondo de Cultura
Económica, 1956. p. 123.
236
Vilar, Pierre. Historia de España, Paris, Librairie Espagnole, 1975, p. 100.
237
Maldonado Denis, Manuel. "Eugenio María de Hostos fundador de la
sociología iberoamericana". En: Eugenio María de Hostos y el pensamiento
social iberoamericano. México, Fondo de Cultura Económica, 1992. p. 33.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 339

r e s p e c t o del p o s i t i v i s m o a s u m i d o p o r H o s t o s . Efectivamente, c o m o
y a h e m o s d i c h o , ni u n a ni o t r a v e r t i e n t e filosófica r e s u l t a p a s i v a -
m e n t e r e c e p c i o n a d a p o r n u e s t r o a u t o r , q u i e n lejos d e a d o p t a r la
postura de m e r o reproductor del pensamiento europeo, construye
s u p r o p i a d o c t r i n a s e l e c c i o n a n d o , d e n t r o d e l a m b i e n t e ideológico
finisecular, a q u e l l o s e l e m e n t o s q u e mejor p u d i e r a n r e s p o n d e r a
s u s i n t e r e s e s y n e c e s i d a d e s . Es j u s t a m e n t e el h a b e r p a r t i d o d e las
n e c e s i d a d e s p r o p i a s d e la circunstancia c a r i b e ñ a y l a t i n o a m e r i c a n a
lo q u e d i s t i n g u e y o t o r g a o r i g i n a l i d a d a s u p e n s a m i e n t o . C u y o
análisis n o s p e r m i t e r e c o n o c e r la i m p r o n t a del k r a u s i s m o c o m o
n ú c l e o i d e o l ó g i c o y d o c t r i n a r i o a b i e r t o q u e , c o n la a s i m i l a c i ó n
crítica del p o s i t i v i s m o , llega a la c o n f i g u r a c i ó n característica d e l
krauso-positivismo.
José Luis A b e l l á n h a i n t e n t a d o u n a d e s c r i p c i ó n d e La dimensión
krauso positivista en Eugenio María de Hostos,73*" t o m a n d o c o m o
criterio r e c t o r el h e c h o d e q u e la e x p r e s i ó n k r a u s o - p o s i t i v i s m o
" e s c o n d e u n p l a n t e a m i e n t o filosófico a u t ó n o m o y c o n c a r á c t e r
i d e o l ó g i c o específico". Las n o t a s q u e p e r m i t e n definirlo son: e n
p r i m e r l u g a r el i n t e n t o d e conjugar filosóficamente d o s o p c i o n e s
aparentemente opuestas, idealismo y positivismo, y sus métodos
r e s p e c t i v o s , el e s p e c u l a t i v o y el e x p e r i m e n t a l . C o n j u n c i ó n q u e
l l e v a b a i m p l í c i t a u n a r e a c c i ó n c o n t r a los excesos d e l i d e a l i s m o
filosófico. A esto se s u m a la a t e n c i ó n q u e se p r e s t a a c o r r i e n t e s
p s i c o l ó g i c o - e x p e r i m e n t a l e s y a s u s i m p l i c a c i o n e s filosóficas, c o n
el p r o p ó s i t o d e c o n s t i t u i r u n a metafísica i n d u c t i v a . F i n a l m e n t e , el
i n t e n t o d e s u p e r a r el d u a l i s m o racionalista d e la filosofía m o d e r n a
y la b ú s q u e d a d e u n a c o n c e p c i ó n del m u n d o u n i t a r i a , u n n u e v o
m o n i s m o " p o s i t i v o " o "científico", c u y o objetivo es a l c a n z a r u n a

238
Abellán, José Luis. "La dimensión krauso-positivista en Eugenio María de
Hostos". En: Cuadernos Americanos. Nueva Época. N° 16. México,
Universidad Nacional Autónoma de México, Ano III, Vol. 4, Julio-Agosto de
1989. pp. 58 a 66. Puede verse también la participación de J. L. Abellán en la
Mesa Redonda sobre "El krausismo y su influencia en América Latina",
recogida en el volumen colectivo El krausismo y su influencia en América
Latina. Madrid, Fundación Friedrich Ebert, 1989. pp. 261 a 265.
340 ADRIANA ARPINI

concepción metafísica de la r e a l i d a d , b a s á n d o s e en los d a t o s


inductivos de la ciencia.
Tal caracterización vale, sin lugar a d u d a s , para el caso de
España, d o n d e se dio u n fenómeno krauso-positivista en sentido
estricto, y el término "krauso-positivismo" p u e d e considerarse una
categoría cultural. Para el caso de América Latina, sin embargo, es
necesario realizar ciertas precisiones. El mismo Abellán, citando a
Francisco Larroyo advierte que "durante dos décadas de los sesenta
a los ochenta [siglo XIX], buena parte de la juventud hispanoa-
mericana fue educada en las obras de Sanz del Río [hasta aquí la
cita de Larroyo], sin caer en la cuenta -continua Abellán- de que
precisamente d u r a n t e esos años se produjo el cambio hacia el
krauso-positivismo y que el mismo positivismo latinoamericano
... estuvo m u y marcado por los planteamientos krauso-positivistas;
sólo así se explica el carácter peculiar del mismo, que ha llevado a
algunos historiadores a hablar de u n positivismo autóctono". 239
Con respecto a la última afirmación, es necesario aclarar que
la tesis del positivismo autóctono, tal como la formula Alejandro
Korn, se aplica - e n caso de ser aceptada- a la evolución de las
ideas en el Río de la Plata, y más específicamente en la Argentina.
Sostiene Korn que el proceso del positivismo se inicia, en este país,
alrededor de 1830 y se extiende durante casi u n siglo, desde Alberdi
hasta Ingenieros. Se manifestó, en sus inicios, como una reacción
ante la especulación abstracta, aunque sus primeros representantes
conservan el sello de la época, el romanticismo. Hombres como
Alberdi, Sarmiento, Mitre, entre otros, se consagran a los problemas
políticos y sociales, buscando las soluciones en la naturalaza misma
de los hechos, y "seducidos por el auge de las ciencias naturales,
p u s i e r o n su fe e n el m é t o d o inductivo". Ese "positivismo e n
acción" -al decir de K o r n - era dueño del ambiente mucho antes
de que se introdujeran las doctrinas sistematizadas de Comte,

239
Ibidem. pp. 59 a 60. El texto citado de Francisco Larroyo es La filosofía
iberoamericana. México, Porrúa, 1978.
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 341

Darwin y Spencer. 240 Tal interpretación del proceso no tiene, a


nuestro juicio, n i n g u n a relación con el krauso-positivismo. Ya
h e m o s señalado que se trata de u n a visión panpositivista que
dificulta en m u c h o s aspectos la c o m p r e n s i ó n del d e s a r r o l l o
intelectual rioplatense. Hacerla extensiva al resto del continente
no sería posible sino con muchísimos recaudos, y a u n así, creemos
que contribuye más a oscurecer que a aclarar el panorama de la
historia de las ideas latinoamericanas del siglo XIX.
Hecha esta aclaración, p o d e m o s retomar la sugerencia de
Abellán al tratar de mostrar la fecundidad de u n planteamiento
krauso-positivista para el caso concreto de Hostos. Pues no basta
con señalar influencias krausistas por u n lado, y positivistas por
otro, sin reconocer que constituyen u n todo indiviso, por lo menos
en lo que concierne a sus obras sistemáticas. A u n q u e es necesario
tener en cuenta que "en esa inextricable unión entre krausismo y
positivismo, prima con mucho el primero sobre el segundo, pues
sólo bajo la estructura filosófica e intelectual del primero p u e d e
articularse el fondo científico del segundo". 2 4 1 En este m i s m o
sentido cabe traer a colación u n a apreciación hecha por Adolfo
Posada a propósito de Francisco Giner de los Ríos, que bien podría
adecuarse a nuestro pensador puertorriqueño: "El krausismo, sobre
todo en Giner, que formara u n espíritu abriéndolo a los cuatro
vientos era más que n a d a una actitud mental y ética: aquella, la
mental, de austeridad, de reserva y de calurosa simpatía hacia todo
esfuerzo sincero en los campos de las ciencias, y ésta, la ética, de
austeridad también, de serena estimación de la vida, que debe ser
en todo m o m e n t o expresión práctica de un ideal...".2,12 Sabemos ya de

240
Korn, Alejandro. "El Positivismo". En: Influencias filosóficas en la
evolución nacional. Estudio preliminar de Gregorio Weinberg. Buenos Aires,
Solar, 1983. pp. 199 a 271.
241
Abellán, José Luis. "La dimensión krauso-positivista", p. 62.
242
Posada, Adolfo. España en crisis. Madrid, 1923. pp. 173 a 174. Citado
por Díaz, Elias. La filosofía social del krausismo español. Madrid, Debate,
1989. p. 47.
342 ADRIANA ARPINI

las experiencias y de las ideas que Hostos y Giner comparten. Con


relación a Hostos p o d e m o s también afirmar q u e esa "actitud
m e n t a r ' posibilita la acogida del positivismo sin m e n g u a del ideal
regulador del obrar teórico y práctico.
Teresa Rodríguez de Lecea, quien se ha ocupado de analizar
la influencia del krausismo español en América Latina/ sostiene
q u e " a u n q u e h a y a ejemplos concretos en q u e los p e n s a d o r e s
k r a u s i s t a s e s p a ñ o l e s i n f l u y e r a n e n a l g ú n p e n s a d o r latinoa-
mericano, tal es el caso de Eugenio María de Hostos y José Martí,
lo cierto es q u e visto en p e r s p e c t i v a histórica, e n c o n t r a m o s
influencias de la filosofía de Krause en sus respectivos países,
anterior y distinta a ellos". 243 Esa influencia habría llegado, sobre
todo, a través del libro de Ahrens Curso de Derecho Natural, texto
frecuentado en los centros de estudio del Derecho en diversos
puntos de América Latina. La razón de su popularidad y de la
aceptación y propagación del krausismo - q u e en los ámbitos del
pensamiento germánico y anglosajón apenas tiene repercusión-
podría hallarse, según la autora, atendiendo al especial m o m e n t o
que viven, tanto los países latinoamericanos como España, al
configurarse como sociedades y estados m o d e r n o s . Los países
americanos estaban en la b ú s q u e d a de u n camino apropiado a sus
peculiaridades de países nuevos y España estaba en u n m o m e n t o
de transición interna y a p u n t o de perder los restos de su imperio
colonial. Con poca diferencia de tiempo se producen La Gloriosa
en España, el Grito de Lares en Puerto Rico y la insurrección de
Céspedes en Cuba. La Constitución española de 1869, inspirada
en buena m e d i d a en las enseñanzas de Ahrens y en los consejos de
Francisco Giner, afirmaba la libertad de cada h o m b r e y de cada
pueblo. Sin embargo las contradicciones se harían cada vez más
flagrantes en cuanto a las relaciones de España con las Antillas.
Efectivamente, el contacto con el krausismo se produjo en
nuestros países a través de la obra de Ahrens> y de los krausistas

243
Rodríguez de Lecea, Teresa. "El krausismo en Latinoamérica". En: V.V.A.A.
El krausismo y su influencia en América Latina^ pp. 21a 46.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 343

belgas, con anterioridad a la divulgación del krausismo español.


H a de tenerse en cuenta por u n lado, que el positivismo, como
cuerpo de doctrina sistematizado, hace su aparición tardíamente
en muchos ámbitos intelectuales latinoamericanos, y por otro lado
que el krausismo germano-belga coexistió con otras manifesta-
ciones del racionalismo espiritualista anteriores al positivismo,
como bien lo ha señalado Arturo Ardao, para el caso del Uruguay,
y Arturo Rot para la Argentina. 244 Sin embargo lo dicho debe ser
matizado en algunos casos. Concretamente, en relación con la
situación c u l t u r a l d e P u e r t o Rico, d e b e m o s r e c o r d a r q u e la
renovación en el c a m p o de las letras y la cultura se p r o d u c e
alrededor de los años 60 de la pasada centuria, con el retorno de
los jóvenes que habían hecho sus estudios superiores y univer-
sitarios en España. Recién con esa generación de jóvenes, entre los
q u e figura H o s t o s , comienza a r e m o v e r s e la estructura de la
tradición escolástica todavía vigente. Podemos, entonces, decir
que es m u y poco probable que las obras de Ahrens, Tiberghien, o
del mismo Krause fueran conocidas en Puerto Rico con anterio-
ridad a la fecha señalada. Los elementos del racionalismo armónico,
constitutivos del bagaje intelectual de Hostos, son recogidos en
España y, por lo tanto, la matriz krausista de su pensamiento se
formó a partir de su interacción directa con los krausistas españoles.
Ahora bien, Hostos n u n c a tuvo el propósito de convertirse en
vocero o divulgador de esa orientación del pensamiento. Mas sus
ideas, enraizadas en ella, constituyen u n a novedad, pues no existían
en el lugar antecedentes del tipo de los que p u e d e n ser señalados
para el caso de la Argentina o el Uruguay. N o sólo constituyen
una novedad sino que son, podríamos decir, del todo originales

244
Ardao, Arturo. Racionalismo y liberalismo en el Uruguay. Montevideo,
Publicaciones de la Universidad, 1962; Espiritualismo y positivismo en el
Uruguay. México, Fondo de Cultura Económica, 1950; Bathey Ordoñez y el
positivismo filosófico. Montevideo, 1951; Roig, Arturo Andrés. Los krausistas
argentinos. Puebla-México, Cajica, 1969; El esplritualismo argentino entre
1850 y 1900. Puebla-México, Cajica, 1972.
344 ADRIANA ARPINI

en la m e d i d a que están definitivamente involucradas en la bús-


q u e d a de soluciones a u n a situación socio-histórica concreta.
Momento crucial en que era necesario modificar las estructuras
tradicionales vigentes -culturales, socio-económicas y políticas- y
definir la propia personalidad nacional. Objetivo que marca el
derrotero intelectual y práctico del mayagüezano.
Con referencia al k r a u s i s m o español, Rodríguez de Lecea
distingue u n a segunda etapa, posterior al sexenio. Como sabemos,
el k r a u s i s m o favorecía formas d e gobierno descentralizadas,
p r o p u g n a n d o la formación de u n tejido social participativo, rico
en sociedades intermedias, que facilitaran el desarrollo de los fines
de la vida a nivel individual y social. En esta segunda etapa se
habría puesto en evidencia la debilidad en el funcionamiento de
esos organismos sociales. No tanto porque estos fueran defectuosos,
sino por la escasa maduración, en los individuos, de una conciencia
cívica capaz de crearlos y sostenerlos. Se ve, entonces, la necesidad
de encarar la reforma de las instituciones sociales y, particu-
larmente, de las destinadas a la educación. Francisco Giner lleva
adelante esta tarea a través del Instituto Libre de Enseñanza. Ello
supuso u n a acentuación diversa de ciertas concepciones presentes
en el ideario krausista. Así, respecto de la historia, se insiste ahora
en que no se presenta como etapas de u n proceso lineal espontáneo,
sino que requiere la intervención directa, tanto de los individuos
como de los grupos sociales, para lograr su objetivo. Ello incluye
valoraciones q u e p o n e n de relieve la filosofía del h o m b r e y la
necesidad de atender al entorno social y natural. Con lo cual se
produce u n amplio entronque de los krausistas con los estudios
de las ciencias naturales y sociales, coincidiendo con el auge de la
corriente positivista. El mismo Giner advierte que no hay contra-
posición sino coraplementariedad entre ambas orientaciones del
pensamiento. "El progreso - d i c e - que en los últimos años h a n
realizado la Antropología, la Psicología fisiológica y la novísima
Psicofísica (merced a los trabajos de W u n d t , Fechner, Lotze,
Helmholtz, Spencer y tantos otros como h a n contribuido a en-
sanchar los horizontes de la Psicología propiamente dicha) exigían
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 345

que se completase el punto de vista antropológico expuesto ya en


la primera edición (principalmente inspirado en Krause, Sanz del
Río, Ahrens y Tiberghien) y perfectamente compatible con
aquellos progresos" .245 Sobre el fin del siglo, el krausismo español
habría transitado, sin choques, desde un monismo idealista
especulativo hacia uno científico positivo. Hecho que no sorprende
si se tiene en cuenta la importancia primordial que se otorgó
siempre a la reflexión práctica, dando a la metafísica el estatuto
de ancilla eticae. Ante la crisis finisecular, concluye Rodríguez
de Lecea, los krausistas Azcárate, Costa, González Serrano y el
propio Giner responden con u n pensamiento renovado, que se
ha dado en llamar krauso-positivismo. La reforma social será
encarada a través de la educación y la ciencia. Esto es, en
palabras de Giner "educar al hombre nuevo".
Hemos anticipado ya que si atendemos a la evolución del
pensamiento hostosiano podemos advertir su avance progresivo
hacia una configuración de tipo krauso-positivista, la cual presenta
muchos aspectos paralelos a la descrita respecto de los krausistas
españoles. Acaso pudiéramos decir que Hostos se adelantó a estos
desde el momento que abandona la península e inicia su pere-
grinación por tierras americanas. Aquel modo de mirar "desde la
perspectiva del más débil" le lleva a profundizar un estilo de
reflexión práctica que aspira a la transformación de la sociedad.
La educación y la ciencia son, junto con la lucha, vehículos de
transformación social. Durante su primera estancia en Chile
(1872-73), abogando por la educación científica de la mujer sostenía
la necesidad de conocer los progresos de la ciencia positiva si se
quiere servir a la verdad por medio de la palabra.246 Posición que
se plasma definitivamente en sus escritos sistemáticos.

245
Giner de los Ríos, Francisco. Lecciones sumarias de Psicología. Prólogo
a la segunda edición. Citado por Rodríguez de Lecea, Teresa. "El krausismo
en Latinoamérica", p. 37.
246
Cfr. Hostos, Eugenio María de. La educación científica de la mujer. Discurso
leído en la Academia de Bellas Artes de Santiago de Chile. (1873), En: Obras
Completas. Tomo XII, p. 7.
346 ADRIANA ARPINI

La producción discursiva de nuestro autor, de espíritu enérgi-


camente performativo es organizada como cuerpo teórico con
aspiración de u n i v e r s a l i d a d . En este sentido, reconocemos la
r e p e r c u s i ó n del k r a u s i s m o en el p e n s a m i e n t o ético-social de
H o s t o s , y su p r o g r e s i v a e v o l u c i ó n hacia posiciones k r a u s o -
positivistas.
A partir de Los krausistas argentinos (1969) de Arturo Roig, y de
los estudios recientes sobre el krausismo en Iberoamérica, no se
p u e d e ya discutir si existió o no tal orientación del pensamiento
en nuestras tierras. Coincidimos con José Luis Gómez Martínez al
afirmar que, asumiendo ese pasado, se requiere ahora iniciar otra
etapa. Para ello es necesario, según este autor, investigar y hacer
converger dos líneas complementarias: 1) por qué y qué elementos
del krausismo se adaptaron en cada país y en sus diversas épocas;
2) independientemente de su vigencia académica, qué aspectos
del krausismo pasaron a formar parte del contexto iberoamericano
y su repercusión en el p e n s a m i e n t o posterior. 247 Estamos con-
vencidos de que nuestra valoración del pensamiento hostosiano y
de su significación para la historia de las ideas permite echar luz
sobre a m b o s aspectos y p r o p o n e r , inclusive, u n criterio p a r a
encarar la tarea de revisar la periodización de las ideas antillanas
en la segunda mitad del siglo XIX.

7.5. La impronta del krausismo español en Hostos

N o s interesa insistir sobre a l g u n o s aspectos del p e n s a m i e n t o


hostosiano en los que se patentiza la i m p r o n t a del krausismo
español: 1) La reformulación del Ideal de la H u m a n i d a d en el
proyecto civilizatorio de Hostos. 2) la formulación del método a
propósito de la Sociología. 3) La relación entre Moral y Derecho.

247
Gómez Martínez, José Luis. "El krausismo en Iberoamérica". En: V.V.A.A.
El krausismo y su influencia en América Latina, pp. 47 a 82.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 347

7.5.1. La ref ormulación del Ideal de Humanidad en el


proyecto civilizatorio de Hostos

En la perspectiva de u n h u m a n i s m o racional, Sanz del Río perfiló


u n Ideal de H u m a n i d a d que aspira a realizar la unión fraternal de
los hombres con el fin de alcanzar u n nuevo orden de cosas. La
h u m a n i d a d fue concebida como "persona solidaria, en u n i d a d de
idea y fin y de edificación para este fin".248 Ello implicó u n a nueva
visión del hombre como síntesis del universo y una concepción de
la h u m a n i d a d armónicamente organizada. Dentro de la concepción
krausista, el género h u m a n o progresa en la medida que se hace
cada vez más claro el Ideal (Urbild).
Podríamos afirmar que los krausistas españoles, en razón de
las soluciones exigidas por la problemática concreta que enfren-
taron, atendieron menos al aspecto arquetípico abstracto del Ideal
de la H u m a n i d a d , que al aspecto teleotípico, es decir, aquella
aspiración a conquistar la solidaridad h u m a n a por medio de la
voluntad racional, que daba contenido a la acción directa sobre la
realidad. 249 En este sentido toda argumentación racional tendría
valor en la m e d i d a de su eficacia histórica para producir modifi-
caciones en la trama social.
Así, el h u m a n i s m o racional fue esgrimido como herramienta
ideológica para oponerse tanto a la escolástica (y a sus apologistas
en el terreno político: tradicionalistas y ultramontanos), como a
las posiciones radicalizadas del empirismo (que ponían en tela de
juicio la eficacia de la razón filosófica en el ámbito de las ciencias
naturales y sociales). Sanz del Río, sin ocultar resabios de u n a fe
en la razón próxima a la de los ilustrados, pregonará la necesidad
de volver a u n racionalismo riguroso, como camino seguro y digno,

248
Sanz del Río, Julián. "Discurso pronunciado en la Universidad Central en
la Inauguración del año académico 1857". En: El Ideal de la Humanidad
para la vida. Segunda edición. Madrid, 1871. p. 126.
Cfr. López Morillas, Juan. El krausismo español, pp. 69 y ss.
348 ADRIANA ARPINI

q u e " a l u m b r a y r i g e i g u a l m e n t e a t o d o s los h o m b r e s y a c a d a
uno". 2 5 0 La p o t e s t a d d e la r a z ó n fue e n t e n d i d a c o m o g a r a n t í a d e la
d i g n i d a d h u m a n a ; n e g a r la r a z ó n significaba r e s i g n a r la p r o p i a
d i g n i d a d y q u e d a r v o l u n t a r i a m e n t e s o m e t i d o a la s e r v i d u m b r e
m o r a l , e s t o es d e s a n d a r el c a m i n o h a c i a la c o n c r e c i ó n d e l Ideal.
E n el p e n s a m i e n t o é t i c o - s o c i a l d e H o s t o s , el I d e a l d e la
H u m a n i d a d c u m p l e la d o b l e f u n c i ó n a r q u e t í p i c a y teleotípica q u e
h e m o s s e ñ a l a d o r e s p e c t o d e l k r a u s i s m o e s p a ñ o l . T a m b i é n e n este
caso se a c e n t ú a e s p e c i a l m e n t e la s e g u n d a f u n c i ó n a u n q u e es d a b l e
s e ñ a l a r la p r e s e n c i a d e i m p o r t a n t e s m a t i c e s i n t r o d u c i d o s p o r el
p u e r t o r r i q u e ñ o e n la c o m p r e n s i ó n d e la " H u m a n i d a d " . E s t a
c a t e g o r í a es u t i l i z a d a a r q u e t í p i c a m e n t e , p a r a d e s i g n a r al t o d o
o r g á n i c o d e la s o c i e d a d , así afirma q u e

el c o n j u n t o d e t o d o s l o s ó r g a n o s e s lo q u e l l a m a m o s
s o c i e d a d g e n e r a l o u n i v e r s a l , y la s u m a d e t o d a s l a s
s o c i e d a d e s e n t o d o s los t i e m p o s d e la historia, p a s a d o s ,
p r e s e n t e s y f u t u r o s , es lo q u e c o n s t i t u y e la H u m a n i d a d .
C u a n d o las ciencias sociales, c o m o las m o r a l e s , h a b l a n d e
s o c i e d a d , se s o b r e e n t i e n d e humanidad.

T e l e o t í p i c a m e n t e esta categoría tiene el v a l o r d e síntesis final d e


la e v o l u c i ó n h u m a n a , p r e f i g u r a d a e n el m á s c o m p r e n s i v o d e los
órganos a ú n irrealizado:

L a s o c i e d a d i n t e r n a c i o n a l es, c o n r e s p e c t o a los g r u p o s
anteriores, m u c h o m á s extensa en su actividad que todos
ellos, y es c o m i e n z o d e u n a e v o l u c i ó n s u p e r i o r e n q u e c a d a
g r u p o n a c i o n a l e v o l u c i o n a h a c í a fines c a d a Vez m e n o s
c o n c r e t o s o egoístas, y p o r lo m i s m o m á s h u m a n o s . 2 5 1

250
Sanz del Río, Julián. El ideal... Prefacio, pp. XIII a XIV.
251
Hostos, Eugenio María de. Moral Social. En: Tratado de Moral. Obras
Completas. Vol. XVI, pp. 111 y 113.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 349

Este segundo sentido del ideal de H u m a n i d a d p u e d e ser equi-


p a r a d o con la categoría de "civilización", de la que se vale Hostos
para sintetizar su proyecto social. En este sentido la civilización
a l u d e al d e s a r r o l l o m á x i m o d e la r a c i o n a l i d a d i n d i v i d u a l y
colectiva en todo tiempo y lugar. La factibilidad de tal proyecto
estriba, por u n a parte, en el postulado universal de la naturaleza
racional y consciente de los hombres, y por otra, en la existencia
de leyes naturales de la sociedad, entre las cuales incluye Hostos
la "ley de la Civilización o del Ideal"; formulada como "la correla-
ción invariable entre el desarrollo de la vida colectiva y el aumento
de la racionalidad h u m a n a " [cfr. Punto 6.2.4. Las leyes "naturales"
de la sociedad].
Además, en el esquema evolutivo-organicista de la sociología
hostosiana, la civilización es la culminación del proceso de la vida
social. Es una idea reguladora, que constituye una parte de la utopía
social de Hostos. Lo utópico tiene aquí u n sentido positivo, en
cuanto revela la contingencia del estado presente y acentúa la
posibilidad del futuro. En este sentido, moviliza la voluntad polí-
tica de los sectores emergentes de la sociedad puertorriqueña.
V o l u n t a d q u e , i l u m i n a d a p o r el conocimiento racional de la
naturaleza social, intenta la organización jurídica del Estado, con
el que se identifica el máximo desarrollo social o estado de civili-
zación [cfr. p u n t o 5.3. La triple dimensión de la "utopía civilizatoria"
de Hostos].
Ahora bien, con ella no se ha logrado a ú n el ideal de la máxima
racionalidad h u m a n a señalado por Hostos en la ley de la civili-
zación. Ese ideal apunta, por u n lado, a la igualdad y fraternidad
entre los hombres, y por otro, a la conciliación de los intereses
políticos y económicos de los Estados, en vistas de la cooperación
y la paz universales. La otra parte de la utopía hostosiana radica
precisamente en la construcción del Estado internacional. La utopía
humanista del Estado internacional tiene para Hostos u n lugar,
u n topos: América, y u n centro: las Antillas.
350 ADRIANA ARPINI

Pienso - d i c e - que es necesario que América complete la


civilización, sirviendo a estas dos ideas: u n i d a d de la
libertad por la federación de las naciones; u n i d a d de las
razas p o r la fusión de todas ellas... Las Antillas: ¿qué son
las Antillas? El lazo, el medio de unión entre la fusión de
tipos e ideas europeas de Norteamérica y la fusión de razas
y caracteres dispares que penosamente realiza Colombia
(la América Latina): ... las Antillas son, políticamente, el
fiel de la balanza, el verdadero lazo federal de la gigantesca
federación del porvenir; social, h u m a n a m e n t e , el centro
n a t u r a l d e las fusiones,... serán u n día la casa d e los
peregrinos de la humanidad. 2 5 2

7.5.2. La formulación hostosiana del método a


propósito de la Sociología

La preocupación de los krausistas por el método no es ajena a la


necesidad de justificar la verdad de los conocimientos; no sólo los
de las ciencias físico-naturales, sino también, y fundamentalmente
los de las ciencias h u m a n a s (Psicología, Sociología, Historia,
Derecho, Ética, Pedagogía), porque son estas las que están direc-
tamente conectadas al quehacer práctico. Como hemos visto, su
esquema metodológico legitima u n a doble vía de conocimiento:
el análisis y la síntesis, sobre la cual se estructura el sistema de las
ciencias, d o n d e cada disciplina particular se encuentra orgáni-
camente vinculada a la ciencia fundamental, la Metafísica, en el
todo coherente del saber.
La necesidad de abordar el problema del método surge, para
nuestro autor, por la urgencia de conferir certeza a los conoci-
mientos de la Etica, el Derecho y la Sociología; hemos afirmado
que el intento realizado por el puertorriqueño para otorgar rango
científico al saber social, caracterizando tanto el objeto de esa

252
Hostos, Eugenio María de. Diario I. (Lunes 28 de marzo, 1870, noche).
En: Obras Completas. Vol. I. pp. 284 y 285.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 351

ciencia (conocimiento de las leyes que rigen el orden natural de la


sociedad), como el m é t o d o a d e c u a d o a ese objeto (intuitivo-
inductivo-deductivo), se orienta a la consecución de objetivos
políticos. Efectivamente, conocer el orden natural de la sociedad
p o r u n a parte, y observar, por otra, el estado de la sociedad
p u e r t o r r i q u e ñ a d e s d e su p r e s e n t e , le permitiría establecer la
distancia entre u n a realidad desordenada, conflictiva e insuficiente
para el logro de la felicidad h u m a n a y el ideal de armonía y orden
social, cuya concreción es posible en la m e d i d a que reconoce la
potencialidad evolutiva y revolutiva de todo lo h u m a n o [cf r. p u n t o
6.2.2. El método de la sociología] .
Podemos concluir que la formulación del método, hecha por
Hostos a propósito de la Sociología, no se aparta de los lineamientos
generales de la metodología krausista: pretende en primer lugar
justificar la verdad de los conocimientos relativos al hombre y la
sociedad; propone la doble vía analítico-sintética otorgando valor
heurístico tanto a los sentidos como a la razón; supone, finalmente,
a la naturaleza como principio metafísico fundamental no sólo de
la existencia de las sociedades, sino también de la posibilidad
misma del saber social.
Ahora bien, elementos tales como la preocupación hostosiana
p o r establecer las leyes q u e d e t e r m i n a n la existencia d e las
sociedades, el reconocimiento de la experiencia como vía legítima
de conocimiento, la incorporación de la noción de transformación
en lo que se refiere a los estudios evolutivos de la sociedad y la
permanente actitud crítica respecto de las concepciones estáticas
tradicionales de la sociedad, han conducido, con fundamento, a
sostener que la interpretación sociológica de Hostos se inscribe en
los marcos del positivismo. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta
que Hostos, al igual que los krausistas españoles, no formuló u n
cuerpo de doctrina clausurado. Estos ponían en práctica u n libre
espíritu de síntesis, compatible con su eclecticismo intrínseco. Ello
les permitió incorporar, en el marco de u n a concepción metafísica,
entre otras influencias: la noción darwiniana de evolución enseñada
por las ciencias naturales, el determinismo legal comtiano y la
352 ADRIANA ARPINI

necesidad de apoyarse en la experiencia p a r a obtener conoci-


mientos ciertos. Elementos que permiten hablar de la configuración
de u n krauso-positivismo que n o abandonó las líneas generales
d e la filosofía espiritualista r o m á n t i c a y e s t u v o abierto a la
fundamentación de la metafísica sobre el saber experimental, sin
renunciar a la conciencia como p u n t o de partida. El influjo del
positivismo provocó en los últimos krausistas españoles efectos
semejantes a los q u e en Francia son ilustrados por la obra de
Fouillée, q u i e n en la línea de u n "positivismo espiritualista",
derivado de la antigua escuela ecléctica, p r o p o n e u n a Metafísica
fundada en la experiencia.
Es justamente a propósito del método que p u e d e apreciarse
con claridad el impacto del positivismo en el pensamiento social
de Hostos, a través de los elementos antes mencionados. No obs-
tante, consideramos p r u d e n t e incluirlo dentro de los lineamientos
del k r a u s o - p o s i t i v i s m o . En síntesis, p o d e m o s afirmar que el
pensamiento de Hostos se organiza teóricamente enfrentado, por
una parte, a la necesidad de otorgar legitimación epistemológica
al saber acerca de la sociedad. Para ello debe conformarse según
el paradigma científico de la época proporcionada por el positi-
vismo, i n c o r p o r a n d o tanto la exigencia de legalidad como el
principio de transformación evolutiva y la genuinidad del cono-
cimiento experimental. Elementos estos que son absorbidos sin
contradicción por el racionalismo armónico, por el cual resultan
ligados al p o s t u l a d o metafísico de u n a n a t u r a l e z a social q u e
trasciende la diversidad histórica de las sociedades. Por otra parte,
la legitimación epistemológica de la Sociología, permite a su vez,
justificar u n accionar político orientado por los resultados de aquel
saber. En este sentido, advertimos cierta familiaridad entre las
categorías de "armonía" y "orden" cuyas raíces se encuentran en
el k r a u s i s m o y en el positivismo respectivamente. A u n q u e la
primera ofrece u n a mayor flexibilidad ya que no le es ajena la
noción de "revolución" en el sentido de volver a poner en su cauce
normal el desarrollo social, cuando este ha q u e d a d o trabado o
encapsulado por intereses sectoriales o legislaciones rígidas ajenas,
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 353

u n o s y o t r o s , a la n a t u r a l e z a social. Es d e s d e este m a r c o q u e se
a b r e p a r a H o s t o s la p o s i b i l i d a d d e i n t e r v e n i r e f e c t i v a m e n t e e n la
t r a n s f o r m a c i ó n d e la s o c i e d a d . I n t e r v e n c i ó n m e d i a d a p o r el
c o n o c i m i e n t o d e la Sociología y el i m p e r a t i v o , m o r a l d e f i d e l i d a d
al i d e a l d e la H u m a n i d a d .

7.5.3. La relación entre Moral y D e r e c h o

K r a u s e definía el D e r e c h o c o m o "la serie d e c o n d i c i o n e s t e m p o r a l e s


d e la v i d a d e p e n d i e n t e s d e la l i b e r t a d " , o b i e n c o m o " e l c o n j u n t o
o r g á n i c o d e las c o n d i c i o n e s libres p a r a el c u m p l i m i e n t o a r m ó n i c o
del destino humano".253 Esa condicionalidad m u t u a y ontoló-
g i c a m e n t e c o n s t i t u t i v a e n t r e el D e r e c h o y los fines d e la v i d a , s u r g e
d e la m i s m a c o n c e p c i ó n k r a u s i s t a d e la v i d a . D e m o d o q u e c a d a
e l e m e n t o vital necesita, p a r a s u realización, d e la c o o p e r a c i ó n d e
t o d o s los d e m á s y es, a s u v e z , c o n d i c i ó n p a r a q u e o t r o s l o g r e n la
s u y a . Así, el D e r e c h o se identifica e s e n c i a l m e n t e c o n la ética y se
h a c e e x t e n s i v o a t o d o s los á m b i t o s d e la v i d a . (Bien p o d r í a decirse
q u e a n t i c i p a m u c h a s d e las a c t u a l e s p o s i c i o n e s d e la bioética).
T a m b i é n p a r a los k r a u s i s t a s e s p a ñ o l e s el D e r e c h o a p a r e c e c o m o
el s i s t e m a d e a c t o r o p r e s t a c i o n e s c o n c r e t a s c o n q u e c a d a u n o
c o n t r i b u y e al c u m p l i m i e n t o d e los fines e s e n c i a l e s d e la v i d a .
C o m o señala Elias Díaz, Etica y D e r e c h o c o n s t i t u y e n i n s t r u m e n t o s
p a r a la r e a l i z a c i ó n d e e s o s fines y s o n , c o n f r e c u e n c i a , i n d i f e -
r e n c i a d o s . A m b o s c o i n c i d e n e n s u objeto, p u e s s o n f o r m a s totales
d e la a c t i v i d a d libre. 254 D e a h í el m o n i s m o i u s n a t u r a l i s t a q u e carac-
t e r i z ó la c o n c e p c i ó n del d e r e c h o p o s i t i v o , tal c o m o se manifiesta
e n Francisco G i n e r d e los Ríos. P a r a q u i e n t o d o D e r e c h o N a t u r a l
es p o s i t i v o y se manifiesta e n el g r a d u a l d e s e n v o l v i m i e n t o d e s u

253
Tomamos estas definiciones de Rivacoba y Rivacoba, Manuel de.
Krausismo y Derecho. Santa Fe-Argén tina, Castellví, 1963. p. 58.
Cfr. Díaz, Elias. Lafilosofía social del krausismo español. Madrid, Debate, 1989.
354 ADRIANA ARPINÍ

historia. Incluso "el Contrato -dice Giner- lejos de descansar en la


voluntad, como último fundamento, se halla ligado con la natu-
raleza real de los fines que por su medio h a n de cumplirse". 255
Esta concepción implicaba una crítica al Derecho Natural abstracto
y formal: así como a toda consideración del Derecho en tanto orden
externo, impuesto mediante la legislación y la coacción. El criterio
de los fines de la v i d a exigía u n a dialéctica entre derechos y
obligaciones, conducente a una teoría de la justicia, que apuntaba
a la armonía, no como síntesis de conflictos reales, sino como a
•priori ontológico.
Como sabemos, también para Hostos la existencia social se
funda en u n a instancia anterior a la voluntad, la necesidad de
asociación entre los hombres, en vistas de procurar su realización.
N o se trata de u n a necesidad meramente biológica, sino que está
m e d i a d a por el reconocimiento del valor intrínseco de la persona
h u m a n a . Es, por lo tanto, u n principio ético. A partir de esa
necesidad surgen todas las demás relaciones del individuo con la
sociedad, cada una de las cuales origina su correspondiente deber
[cfr. p u n t o 6.1.4. La moral social]. El deber rige a la conciencia
h u m a n a , haciéndola buena, en la m e d i d a que permite establecer
la relación a d e c u a d a entre los m e d i o s y los fines. Relación de
subordinación de los p r i m e r o s a los s e g u n d o s , p o r la cual se
establece la conexión entre derechos y deberes. Dice Hostos:

El derecho y el deber, inseparables resplandores de la


conciencia, no brillan nunca en la conciencia que no lucha:
brillan con el más puro, con el único p u r o destello de la
personalidad h u m a n a , cuando ésta se exalta en el combate
por el derecho y el deber, y se eleva por la dulce, benévola
y apacible conciencia de sí misma, hasta el grado extremo
y supremo de humanidad. 2 5 6

255
Giner de los Ríos, Francisco. Resumen de Filosofía del Derecho. En: Obras
Completas. Madrid, Imprenta de Julio Cosano, 1926. Vol. XIII, p. 215.
Hostos, Eugenio María de. Moral Social, p. 121.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 355

Moral y Derecho q u e d a n enlazados a través d e la dialéctica entre


los derechos y los deberes, que Hostos sintetiza en la noción de
"derecho a r m a d o " , por lo cual se aparta, lo mismo que Giner, de
la concepción abstracta de la naturaleza h u m a n a , de d o n d e surge
el d e r e c h o formal, y de las m o d a l i d a d e s rígidas del derecho
positivo externo. Dialéctica expresada por el pensador boricua con
palabras y con gestos que conservan toda su vigorosa capacidad
de orientación axiológica:

La lucha perseverante e incruenta en que el arma es el


deber, palenque el tribunal, razón la ley; la lucha ardorosa
y bulliciosa en que el arma es el deber, palestra la opinión
pública, razón el libro, el opúsculo, el periódico o el diario;
la lucha apasionada y tumultuosa en q u e el arma es el
deber, campo de batalla los comicios, razón el voto; la lucha
paciente y apacible en que el arma es siempre el deber,
liza la cátedra, razón la ciencia, esa es la lucha que conviene
al derecho, porque esa es la que se acomoda a su destino
orgánico, la q u e fabrica t o d o s los días u n p e d a z o del
edificio social o lo reforma: cimentando el derecho de todos
en el de cada uno, el público en el privado, el de gentes en
el natural, el de la h u m a n i d a d presente en lo que tuvo de
racional el de la h u m a n i d a d pasada, el del h o m b r e del
porvenir en lo q u e tenga de efectivamente h u m a n o el
derecho del hombre actual. 257

257
íbidem. p. 174.
8
U B I C A C I Ó N D E LA L A B O R
TEÓRICO-PRÁCTICA DE
H O S T O S Y LA H I S T O R I A D E
LAS IDEAS ANTILLANAS

8.1. La trayectoria hostosiana

J. r o p o n e m o s e n este capítulo u n a síntesis de la trayectoria


hostosiana. Al hacerlo perseguimos u n doble propósito. Por u n
lado nos interesa fijar algunas de las conclusiones parciales que ya
h a n q u e d a d o esbozadas en los capítulos anteriores al abordar
diferentes temáticas. Por otro lado, intentamos mostrar la conver-
gencia de las mismas en torno a una problemática que constituye
el objetivo central de nuestra investigación, cual es lograr u n a
adecuada ubicación historiográfica de la labor teórico-práctica de
Eugenio María de Hostos.
Hemos considerado la producción hostosiana como "textos",
es decir, como mediaciones discursivas a través de las cuales u n
sujeto, no necesariamente singular, se objetiva a sí mismo y a su
propia circunstancia socio-histórica. Y al realizarlo moldea u n
discurso en el que a s u m e dialógica y axiológicamente su contexto,
al cual nos es dable acceder a través del complejo sistema de
referencialidad discursiva, directa o indirecta. La realidad epocal,
al calor de la cual se fragua el pensamiento hostosiano, q u e d a
enmarcada en las coordenadas espacio-temporales de la segunda
m i t a d del siglo XIX antillano. Presenta características q u e la
singularizan y la diferencian de los procesos socio-históricos
acaecidos en el continente. En primer lugar, la prolongada situación
de colonias españolas, q u e afecta a Cuba y P u e r t o Rico, y la
358 ADRIANA ARPINI

pervivencia en la región de la plantación, sistema de producción


basado en la explotación de la esclavitud, cuya lenta disolución
dio lugar a una variada gama de relaciones sociales que no llegaron
a suprimir la dependencia personal y el servilismo. En segundo
lugar, la transición de las formas coloniales a las neocoloniales,
precipitada por la penetración y ocupación norteamericana, que
modificó en breve lapso el m a p a político, económico y social de
esas islas, y cuyo efecto se dejaría sentir, a la postre, no sólo en la
región del Caribe sino también en el resto de América Latina (Cfr.
Capítulos 1 y 2).
Considerada en su carácter mediador, la producción escritural
de Hostos nos coloca frente a este conflictivo proceso antillano
finisecular, y ante el complejo entretejido de voces que configuran
el universo discursivo de la época. Tal es el m o m e n t o de p r o -
d u c c i ó n del discurso h o s t o s i a n o . Discurso q u e contiene u n a
interpretación y valoración de la situación socio-histórica y, a la
vez, u n a anticipación del futuro posible, d a n d o lugar a la formu-
lación de pautas orientadoras del obrar. Descripción y proyecto,
tensa relación entre ser y deber ser, cuya fundamentación estriba
en u n conjunto de elementos teóricos que conforman el núcleo
filosófico de su producción. Dicho núcleo se constituye a partir de
u n a sólida - p e r o no rígida- matriz krausista, capaz de asimilar y
moldear elementos procedentes de otras vertientes del pensamien-
to decimonónico, en particular del positivismo y el evolucionismo,
avanzando hacia u n a formulación de tipo krauso-positivista.
En virtud de su densidad discursiva, los escritos del maya-
güezano no p u e d e n ser caracterizados como u n conjunto de partes
homogéneas, ni en cuanto a la forma ni en cuanto al contenido.
N o queremos con esto sugerir que se trata de u n a serie inconexa e
incoherente de piezas sueltas. Al contrario, ellas están firmemente
imbricadas entre sí, de m o d o que no es posible prescindir de su
necesaria interrelación cuando se trata de alcanzar la comprensión
acabada de cada una. Sin embargo, no basta con ella, pues el hilo
de su congruencia se halla entretejido en cada caso con el contexto
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 359

de producción que constituye, por el reverso, la trama del discurso.


(Cfr. Capítulo 2). Tanto la forma como el contenido son deter-
minados por la manera en que el sujeto se afirma y posiciona frente
a la situación, la interpreta y valora en vistas de u n a finalidad y,
p o r cierto, la c o m u n i c a . S e g ú n esto, h e m o s i n t r o d u c i d o u n a
diferenciación entre escritos sistemáticos y ensayísticos, que nos
ha facilitado abordar la obra de nuestro autor. Debemos recordar
que al hablar de escritos ensayísticos lo hacemos en u n sentido
m á s amplio q u e el habitualmente aceptado dentro de algunas
preceptivas literarias, teniendo especialmente en cuenta la actitud
realizativa, que acompaña al enunciado y que se muestra en la
forma misma de la enunciación, haciendo posible caracterizar cierto
tipo de producción escrita como ensayo gestual (cfr. capítulo 3,
e s p e c i a l m e n t e 3.5 y 3.6). T a m b i é n h e m o s d i f e r e n c i a d o tres
m o m e n t o s en el desarrollo del pensamiento hostosiano, cuyos
puntos de inflexión son: Entre 1852 y 1879, periodo correspondiente
a la etapa de formación. Como estudiante de Derecho asiste a las
lecciones impartidas por Julián Sanz del Río y profundiza en la
Filosofía del Derecho de Ahrens, actividades que comparte, entre
otros, con Francisco Giner de los Ríos. En este momento de asimi-
lación y elaboración se conforma lo que hemos d e n o m i n a d o la
m a t r i z krausista del p e n s a m i e n t o hostosiano. N ú c l e o teórico
amasado en inescindible relación con la práctica y la vivencia de
los acontecimientos que culminaron en España con la Revolución
Septembrina (la Gloriosa) y en las Antillas con los Gritos de Lares
y Yara. C o n f o r m a c i ó n de u n ideal q u e lo incita a iniciar su
peregrinaje por América. El año 1868 marca, dentro de esta etapa,
una ruptura, en el ideario político de nuestro autor, que dejará su
huella sobre las dos etapas consecutivas. Ruptura en cuanto a la
forma en que ha de llevarse adelante la conquista de la autonomía
antillana, no ya en el marco de la "Nación Española", sino autono-
mía completa, es decir independencia (Cfr. p u n t o 3.7). Esta ruptura
se sostiene, no obstante, sobre los elementos teóricos constitutivos
del pensamiento del puertorriqueño a que aludimos al hablar de
360 ADRIANA ARPINI

matriz krausista. Puesta, ahora, en función de interpretar y orientar


una realidad distinta, la antillana y latinoamericana. Hecho que
confiere originalidad y novedad a sus planteos.
Entre 1879 y 1897 se extiende el segundo m o m e n t o de la pro-
ducción hostosiana, principalmente caracterizado por la labor de
educador que Hostos lleva adelante en Santo Domingo (1879 a
1887) y en Chile (1889 a 1898). Es entonces cuando pergeña sus
escritos sistemáticos, algunos de los cuales, como el Tratado de
Sociología, fueron p u b l i c a d o s con p o s t e r i o r i d a d . En ellos en-
contramos expresa alusión al positivismo y a sus mentores, sobre
todo cuando abordan temas de Sociología, Moral y Educación. Ello
ha inducido a algún d e s p r e v e n i d o historiador de nuestro
pensamiento a ubicar a Hostos junto a otros patriarcas de nuestra
cultura, de cuya vinculación a las doctrinas de Comte y Spencer
no caben d u d a s , tales como Enrique Varona o Gabino Barreda. De
ninguno de ellos podemos, sin embargo, decir que se limitan a
exponer o practicar el positivismo estricto, m u y por el contrario,
la recepción del positivismo h a sido en cada caso profundamente
signada por reelaboraciones propias que las circunstancias exigían.
M u c h o m e n o s p o d e m o s , a n u e s t r o juicio, decirlo de H o s t o s .
A u n q u e en ocasiones el discurso del positivismo está referido en
sus obras sistemáticas con criterio de autoridad, ello no implica la
ausencia de crítica en la aceptación de sus postulados. A u n más,
p o d e m o s afirmar q u e H o s t o s incorpora del positivismo sólo
aquellos elementos que le permiten trazar u n diseño m o d e r n o y
modernizador, a partir de lo que él juzga como las necesidades de
nuestras sociedades decimonónicas. Esa incorporación es, además,
amalgamada en relación con la índole krausista de su pensamiento,
evolucionando hacia la configuración de u n todo coherente y
original en la línea del krauso-positivismo.
Desde 1898 y hasta su muerte en 1903 se prolonga la última
e t a p a d e la p r o d u c c i ó n h o s t o s i a n a . La e n é r g i c a defensa d e
principios democráticos y federativos, de los derechos h u m a n o s ,
de la e d u c a c i ó n , en fin, de t o d o c u a n t o p u e d a c o n t r i b u i r al
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 361

desarrollo de la civilización; la convicción de que el progreso y la


conquista del Ideal se articulan sobre el deber -"deber de cumplir
con el deber"-. Defensas y convicciones que orientan el accionar
de nuestro autor y q u e d a n plasmadas en los escritos de esta etapa,
permiten corroborar nuestra tesis acerca de que el núcleo teórico
d e la producción hostosiana está d a d a p o r la t e m p r a n a incor-
poración del krausismo español, reelaborado y reformulado sin
perjuicio de incorporar de manera no contradictoria lo mejor del
positivismo y de otras corrientes filosóficas finiseculares, llegando
a configurarse como expresión de lo que Posada atinó en llamar
krauso-positivismo (cfr. capítulo 7, especialmente 7.4. y 7.5.).
Por medio del análisis de escritos, correspondientes a las dis-
tintas etapas de la producción hostosiana, hemos establecido que
la preocupación por explicar y vehiculizar respuestas a la pro-
blemática política y social de las Antillas españolas se plasma, en
el discurso del puertorriqueño, a través de u n a estrategia categorial
organizada en torno a la dicotomía "barbarie-civilización". Ambas
categorías son utilizadas para examinar la realidad socio-histórica,
tanto en el m o m e n t o descriptivo como en el proyectivo. Las carac-
terizamos como categorías sociales por su capacidad de orientación
axiológica; es decir, porque trasponen el nivel formal de la enun-
ciación y remiten a las dimensiones semántica y pragmática del
discurso, d o n d e se juegan contenidos ideológicos y valoraciones
con a r r e g l o a los cuales se i n t e r p r e t a n las situaciones y los
conflictos, y se encaminan las acciones. Dichas categorías sintetizan
u n a compleja y, a veces, contradictoria r e d categorial. Están
presentes en el conjunto de la producción hostosiana, a u n q u e no
siempre m u e s t r a n el m i s m o contenido semántico ni la m i s m a
a c e n t u a c i ó n v a l o r a t i v a ; incluso son r e e m p l a z a d a s p o r otros
términos que las anticipan, las s u p o n e n o complementan. Así,
h e m o s visto q u e en los p r i m e r o s escritos de n u e s t r o autor la
dicotomía "barbarie-civilización" aparece prefigurada en el con-
tenido de los siguientes opuestos:
362 ADRIANA ARPINI

Fecha de barbarie civilización Analizado


los textos en el punto:
1866 "ignorancia" "instrucción"
"enfermedad" "salud" 4.2.1.
1863 "ciudad" "campo"
"vicio" "virtud"
"costumbres "carácter nacional" 3.4.
extranjeras" "compatriotas"
"españoles"
1866 " esclavitud" " abolición/ libertad" 3.6.
1873 "desigualdad" "igualdad" 4.2.3.
1879 "injusticia" "justicia"
"colonia" "independencia"
1868 " monarquía" "federación/república" 3.7.

Cabe señalar que los contenidos e n u m e r a d o s a l u d e n tanto al


ámbito social como al político, y expresan la tensión entre lo que
es y lo que debe ser. La valoración positiva recae sobre el polo de
la civilización, cuyos contenidos aparecen muchas veces conden-
sados simbólicamente. Tal es el caso del ferrocarril, símbolo por
excelencia de la modernización, que comprendía los ideales de
progreso, paz y unidad continental.
Hemos afirmado, además, que las significantes "barbarie" y
"civilización" están sujetas a resemantizaciones y desplazamientos
valorativos en las distintas etapas de la producción de Hostos.
Hecho que resulta plenamente justificado si se tiene en cuenta la
relación dialógica entre discurso y realidad, así como la evolución
de su pensamiento dentro del ambiente intelectual finisecular.
Apreciamos cierta tonalidad apocalíptica y paternalista en los
escritos posteriores a 1898. Los significantes se mantienen, a u n q u e
sus significados y el peso discursivo de cada u n o son modificados.
Tales cambios expresan discursivamente las transformaciones
acaecidas en el contexto socio-histórico antillano como conse-
cuencia de la guerra hispano-norteamericana. Si bien la categoría
de "civilización" mantiene marcas semánticas vinculadas a la
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 363

"educación" y la "cultura", adquiere ahora nuevos componentes


que resultan especialmente acentuados. Otro tanto sucede con la
categoría polarmente opuesta, "barbarie":

Fecha de barbarie civilización Analizado


los textos en el p u n t o :
1898 "ignorancia" "educación y cultura" (se mantienen)
"formas razón 4.2.4.
irracionales " organización"
de organización"
1902 "desorden" "orden" 4.2.4.
"explotación "ley"
ilegal"
"fuerza b r u t a "

También en esta etapa los ideales civilizatorios aparecen con-


densados en forma simbólica, "Tamboril" representa el modelo
de organización social racional y o r d e n a d a , d o n d e es posible
realizar armoniosamente los fines de la civilización.
Podemos concluir que "barbarie" y "civilización" son cate-
gorías sociales utilizadas respectivamente en función descriptiva
y proyectiva. La primera presenta, por momentos, rasgos que la
a p r o x i m a n al r o m a n t i c i s m o social, m i e n t r a s q u e la s e g u n d a
contiene elementos propios del pensamiento político ilustrado.
Ambas caracterizaciones confirman el sentido modernizador del
discurso hostosiano, aunque éste no se inscribe estrictamente en
n i n g u n a de esas vertientes del p e n s a m i e n t o latinoamericano
decimonónico. Antes bien, ha de tenerse en cuenta que en el último
tercio del siglo XIX se afianza en el plano ideológico u n racio-
nalismo espiritualista, que desplaza a los movimientos anteriores,
y se enfrenta con las primeras manifestaciones del positivismo en
la región. Ambas posiciones se alternan y / o se influyen mutua-
mente. Sus representantes elaboraron u n discurso que, a u n con
fundamentaciones diversas, ponía en primer plano las nociones
de "orden" y "organización nacional". Éstas están presentes en
los escritos de nuestro autor, sobre todo d u r a n t e la segunda y
364 ADRIANA ARPINI

tercera etapa de su producción; de manera particular en los escritos


sistemáticos donde aparecen estrechamente vinculadas a la
categoría de "civilización", de la que resultan complementarias.
El carácter proyectivo que encierra la categoría de "civilización",
en cuanto anticipación de un ideal, tras el cual se revela la tensión
entre ser y deber ser, nos permite sostener la recurrencia de la
función utópica en los escritos de Hostos. Hemos hablado de
"utopía civilizatoria", pues justamente en esta categoría queda
sintetizada la conceptualización de lo otro posible asumida en la
mediación discursiva. El discurso utópico es una forma de
producción simbólica que cumple funciones directamente
vinculadas a los modos de vivenciar la propia historicidad. Una
de esas funciones básicas es la de ruptura-apertura, que se verifica
en ciertos escritos hostosianos, en los que el presente es elaborado
en constante tensión hacia el futuro, explorando y anticipando
dialécticamente lo "otro", lo "nuevo", y presionando sobre los
límites de lo imposible relativo de su época. De modo que la función
utópica no se verifica sólo por su contenido, sino fundamen-
talmente por la forma en que estos se articulan, orientando
axiológicamente las decisiones y el obrar del presente. En este
sentido, el significante "Ayacucho" deviene un símbolo, por cuanto
es sobredeterminado valorativamente y permite establecer la
distancia entre lo hecho y lo por hacer (cfr. punto 5.2.). Preci-
samente, el hecho de instalarse en la brecha entre ser y deber ser
imprime a la utopía hostosiana el carácter de verdadero desafío
ético.
Ahora bien, si se tiene en cuenta que la categoría "civilización"
adquiere semantizaciones diversas a lo largo de la trayectoria
escrituraria de Hostos, en función de la dialectización del vínculo
discurso-realidad, entonces ha de reconocerse, también, que la
formulación de la "utopía civilizatoria" reviste distintas formas.
Efectivamente, hemos confirmado que ésta se recorta en tres
dimensiones. Por una parte el proyecto de organización nacional,
superación del atraso y generalización de la educación, que coin-
cide con los bosquejos civilizatorios característicos de la Segunda
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 365

Emancipación en la extensión continental latinoamericana. Por otra


p a r t e , este p r o y e c t o se e n c u e n t r a í n t i m a m e n t e asociado a la
aspiración de independencia antillana, hecho necesario para dar
c u m p l i m i e n t o c o m p l e t o al i d e a l b o l i v a r i a n o d e i n t e g r a c i ó n
latinoamericana, bajo la forma federativa. Por último, la ambición
de alcanzar el grado más alto de civilización mediante la reunión
de todos los pueblos en u n Estado internacional. Ambición tras la
cual reconocemos la impronta krausista del Ideal de la Humanidad,
que recoge, a su vez, la postulación kantiana de una Confederación
de Estados capaz de garantizar la paz y, por tanto, la realización
plena de la H u m a n i d a d (cfr. p u n t o 5.3.).
Podemos percibir con toda claridad la huella del krausismo en
las formulaciones de la utopía hostosiana, particularmente cuando
se refiere a su dimensión universalista, al p u n t o que en muchos
casos, los términos "civilización" y " h u m a n i d a d " p u e d e n ser
tenidos por sinónimos, atendiendo a sus contenidos semánticos.
AI m i s m o tiempo, d e s e m p e ñ a n u n a función ciertamente per-
formativa pues se trata de categorías crítico-reguladoras, es decir
que sintetizan contenidos axiológicos orientadores de la práctica.
Sin embargo, no sólo en este aspecto se revela la matriz krausista,
que hemos señalado como constante en el pensamiento de nuestro
puertorriqueño. A las diferentes expresiones del proyecto civi-
lizatorio así como al juego de semantizaciones y resemantizaciones
d e las c a t e g o r í a s q u e a r t i c u l a n la t o t a l i d a d d e su d i s c u r s o ,
"barbarie" y "civilización", subyacen nociones tales como las de
desarrollo evolutivo, p r o g r e s o , a r m o n í a d i r e c t a m e n t e e m p a -
rentadas con el racionalismo armónico, y con las que se entreteje
el núcleo filosófico que sirve de fundamento a toda la producción
hostosiana. Aunque, por cierto, no se trata de u n tejido hecho con
hilos de u n sólo color. Los escritos sistemáticos ofrecen u n a
excelente oportunidad de esclarecer estas afirmaciones.
En efecto, s a b e m o s q u e H o s t o s recepciona el k r a u s i s m o
durante su estancia en España, a través de la versión reelaborada
y difundida por Julián Sanz del Río. Sin embargo, ya en los escritos
juveniles advertimos q u e esa recepción es flexible, libremente
366 ADRIANA ARPINI

modelada para cumplir objetivos concretos. No es tanto la fidelidad


doctrinaria cuanto la lealtad para con u n ideal lo que caracteriza
la actitud krausista de H o s t o s . Dicho ideal no es otro que la
cumplida realización de la h u m a n i d a d , expresado en el término
"civilización". Lograrlo será imposible mientras existan hombres
y pueblos sometidos, sumidos en la ignorancia y el atraso material,
es decir, mientras subsista la "barbarie". Tal es la situación de las
Antillas y el desafío ético asumido por el caribeño. D u r o trabajo
que exige u n constante ir de la acción a la teoría, y de ésta a aquella,
elaborando y reformulando los instrumentos que mejor permitan
interpretar y obrar sobre la realidad. En este diálogo con la realidad
produce Hostos sus más originales aportaciones en el campo de la
moral y la sociología.
LaMoraí Social, verdadero "catecismo de democracia" -al decir
de Martí-, testimonia u n original reordenamiento del saber ético
epocal enderezado a la configuración de una nueva objetividad.
Los escritos de Sociología, afanosos empeños por dotar de auto-
nomía científica a u n saber social no escindido de contenidos éticos,
políticos y pedagógicos, p o n e n los cimientos de u n a disciplina
hermenéutica y emancipatoria a la vez. En ambas construcciones
teóricas es dable apreciar la "recepción aportativa" del krausismo
español y belga, del evolucionismo spenceriano y del positivismo
comtiano, en el marco de una filosofía de la historia que sostiene
el desarrollo progresivo del ser hacia el ser más, tanto a nivel
individual (moralización) como social (civilización). Progreso que,
lejos de responder a impulsos mecánicos, requiere del esfuerzo
deliberado de los sujetos, a través de la educación y el perfeccio-
namiento. (Cfr. puntos 6.1., 6.1.4., 6.2.).
El "orden moral" y el "orden social" constituyen los objetos
de cada u n a de las disciplinas, cuya finalidad es hallar las leyes
que los regulan, apelando a u n método que toma como p u n t o de
partida la intuición u observación de los hechos, avanza mediante
p r o c e d i m i e n t o s de análisis ( m o m e n t o subjetivo inductivo) y
síntesis (momento objetivo deductivo), hasta la determinación y
exposición sistemática de las leyes. Ello involucra u n a concepción
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 367

organicista d e la totalidad, que incorpora la experiencia como


m o m e n t o e n el p r o c e s o de c o n o c i m i e n t o , sin r e n u n c i a r a la
conciencia como p u n t o de partida y culminación del mismo. (Cfr.
p u n t o s 6.1.1, 6.1.2, 6.2.2). Este p r o c e d e r constituye u n rasgo
característico del krauso-positivismo. De m o d o que las nociones
de o r g a n i s m o y o r g a n i z a c i ó n n o son, e n su c o n s i d e r a c i ó n ,
reducidas sólo al aspecto sensible y material, sino que, enfatizando
el aspecto racional, se concibe al o r g a n i s m o social como u n a
totalidad armónica de partes heterogéneas. Supone una "dialéctica
de la armonía", que a través de sus momentos - u n i d a d , variedad,
armonía- aspira a superar posiciones individualistas y colectivistas.
El s u p u e s t o d e la a r m o n í a u n i v e r s a l , s i n t e t i z a d o en el ideal
civilizatorio, permite prescindir de la discusión estéril acerca de la
cognoscibilidad de la causa primera, de cuya existencia no se duda,
y abordado desde u n a perspectiva ética. Así considerado, el ideal
se juega en dos planos: u n o que podríamos llamar esencial en
cuanto anticipación del deber ser, otro histórico que implica la libre
intervención de la subjetividad. De este m o d o son construidas
formas de saber moral y social, a las que Hostos otorga status
científico en el marco del racionalismo armónico, equidistante tanto
del dogmatismo escolástico como del empirismo, incorporando
sin contradicción aquellas tesis evolucionistas y positivistas que
resultan innovadoras respecto de la tradición escolástica, con el
propósito de lograr efectos teóricos y prácticos que signifiquen
progresos en la conquista de la civilización.
El sujeto de la Moral es el " h o m b r e completo", noción que
involucra corporalidad, afectividad, voluntad y, por cierto, racio-
nalidad. Mas no se agota en la dimensión subjetiva, antes bien, la
"fuerza conscia" -potencia realizativa a nivel de la moral indi-
v i d u a l - tiene sentido sólo en el marco de una moral objetiva (moral
social), d o n d e se realiza c o m o "civilización". Es decir que el
hombre, como ser racional y libre, interviene eficazmente en la
v i d a social, p u e s realiza sus p r o p i o s fines en la m e d i d a q u e
contribuye a la realización de los fines sociales, p a r t i c i p a n d o
activamente en cada u n o de los órganos sociales (familia, muni-
368 ADRIANA ARPINI

cipio, región, nación, estado), pero sin diluirse en ellos. Correla-


tivamente, el sujeto de la Sociología es el "hombre social", definido
como ser de necesidad, gratitud, utilidad, derecho y deber. La
sociabilidad, ley constitutiva de la sociedad, arraiga precisamente
en la necesidad que los hombres tienen, unos de otros, para la
realización de los fines de la vida individual y colectiva. En las
circunstancias más corrientes de la vida diaria, "el derecho armado
del deber" proporciona la energía pacífica capaz de conquistar y
perseverar en el valor de la propia dignidad; capaz, también, de
generar formas más justas de objetivación, es decir de civilización.
La categoría de "civilización" designa, entonces, u n m o m e n t o de
síntesis moral y social. Todas estas consideraciones permiten a
Hostos sostener la superioridad de la teoría orgánica de la sociedad,
sobre la sociocrática (comtismo) y las exclusivistas (individualismo
de tipo spenceriano, "socialismo", centralismo, estatismo) (cfr.
p u n t o 6.2.6).
Ahora bien, de la consideración de la sociedad como organismo
cuyas funciones están en correspondencia con las necesidades por
resolver, surge la noción de " o r d e n " como complementaria de
"civilización", que en los últimos escritos resulta fuertemente
codificada a partir del supuesto extrahistórico de la existencia de
u n " o r d e n natural de la sociedad". Tal asimilación entre ambas
categorías introduce el riesgo de operar u n a reducción por la cual
la Sociología perdería, al menos en parte, su status de ciencia crítica
y se convertiría en u n medio de control social (cfr. p u n t o 6.2.3 y
6.2.5).
Por otra parte, frente al problema de la organización nacional
la p r o p u e s t a h o s t o s i a n a revela, u n a v e z m á s , su inspiración
krausista. Las ideas sobre el origen y fundamentación del Estado
a r r a i g a n en el i u s n a t u r a l i s m o , a u n q u e en u n a peculiar inter-
pretación que tiene por sujeto a la sociedad, como "realidad viva
y activa", y a cada uno de los órganos sociales, como depositarios
de la capacidad de gobernarse a sí mismos. Los derechos propios
del individuo y de cada esfera social no se pierden frente al Estado,
que es visto como conjunto de medios aplicados a mantener la
E U G E N I O M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 369

relación y articulación entre las partes del organismo social. Su


poder, en tanto "Estado de derecho", se funda en u n pacto de
constitución legitimado por el consenso, y su finalidad consiste en
resguardar los derechos que por naturaleza pertenecen a todos
(cfr. p u n t o 6.2.6). Dentro de la línea del racionalismo armónico
avanza Hostos en la postulación de u n Estado internacional basado
en el reconocimiento del valor moral de la H u m a n i d a d , es decir
en el reconocimiento de derechos que le son propios, y al mismo
tiempo, en la estimación de la personalidad propia de cada pueblo.
De suerte que su "internacionalismo ético" se asienta en el cruce
de dos ideas: autonomía y federación, a través de las cuales se
encamina a la construcción de u n a eticidad, esto es a lograr u n
grado de objetivación de la vida -moral, social y política- d o n d e
sea posible realizar, armoniosamente y evitando cualquier forma
de avasallamiento, los ideales de la "civilización" (cfr. p u n t o 6.2.7).

8.2. Hostos y la historia de las Ideas Antillanas

H e m o s c o m p r o b a d o , a través del análisis de los escritos h o s -


tosianos, que no cabe d u d a r de la presencia del krausismo en el
p e n s a m i e n t o p u e r t o r r i q u e ñ o decimonónico. Lo m i s m o p o d r í a
afirmarse, en general, para las Antillas españolas. Cabría, en este
sentido, explorar la hipótesis acerca del vínculo directo entre el
k r a u s i s m o a s u m i d o en la práctica teórica d e los p e n s a d o r e s
antillanos y el que se desarrolló en España durante la segunda
mitad del siglo XIX. Encontramos u n a de las razones para sostener
la existencia de ese vínculo directo en el hecho de que la relación
entre las islas y la península se prolonga, tanto en el plano político-
administrativo como en el cultural, hasta las últimas décadas de
la centuria. Ello permitiría establecer u n a diferencia respecto de la
evolución que las ideas decimonónicas tuvieron en la región con-
tinental de nuestra América, d o n d e la r u p t u r a del lazo cultural
con España se produce inmediatamente después de la quiebra del
colonialismo clásico.
370 ADRIANA ARPINI

Efectivamente, desde la gesta independentista hasta la con-


solidación de los Estados nacionales, se extiende en el continente
u n largo interregno durante el cual tienen lugar las guerras civiles.
Ellas pusieron al descubierto las diferencias y los conflictos sociales
latentes. La situación fue a s u m i d a d e s d e la perspectiva de u n
"romanticismo social", y analizada, p o r los representantes del
mismo, esgrimiendo la dicotomía categorial "civilización-barbarie"
en el marco de la llamada Emancipación Mental. Los proyectos de
organización de los Estados, aunque presentaron rasgos fácilmente
identif icables con la herencia ilustrada, constituyeron, sin embargo,
u n a respuesta romántica en la m e d i d a que estuvieron abiertos a la
comprensión de la diversidad social y cultural de lo nacional,
dentro de los límites del régimen categorial mencionado.
En las Antillas españolas, en cambio, el lazo hispano-colonial
se mantiene hasta fines del XIX. El momento de quiebre con el
r é g i m e n p o l í t i c o - a d m i n i s t r a t i v o d e la p e n í n s u l a se p r o d u j o
tardíamente, cuando ya era evidente la presencia imperialista de
los E s t a d o s U n i d o s . Los i n t e n t o s d e reforma d i e r o n lugar a
enfrentamientos más o menos conflictivos, entre conservadores y
liberales, en el ámbito de las Cortes convocadas por España.
En Puerto Rico, concretamente, los ideales libertarios de Lares,
personificados en la figura de Ramón Emeterio Betances, se unían
a los intereses de los grupos emergentes que se pronunciaban en
contra d e los i m p u e s t o s y del r é g i m e n esclavista; los cuales
sofocaban al incipiente mercantilismo y tornaban cada vez menos
rentable el sistema de plantaciones. Los enfrentamientos entre
conservadores y liberales se sucedieron. En trazos gruesos, po-
demos señalar que, mientras los primeros fueron extremando su
posición de incóndicionalidad respecto de España; los segundos,
fortalecidos por los logros obtenidos en las Cortes del 72-73 (entre
ellos, el triunfo de la tesis abolicionista) y por la incorporación de
jóvenes progresistas defensores de la teoría del self-government,
evolucionaron hasta producir en su propio seno la escisión de los
que sustentaban una tendencia francamente autonomista. Dese-
aban sacar a la isla del retraso económico en que se hallaba respecto
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 371

d e l c o n t i n e n t e e, incluso, d e C u b a , i m p u l s a n d o la a g r i c u l t u r a y el
c o m e r c i o , a p o y a n d o las r e f o r m a s liberales y m o s t r á n d o s e
s o l i d a r i o s c o n el p r o c e s o c u b a n o . Sin e m b a r g o , sólo c o n c e b í a n
p o s i b l e el " p r o g r e s o " d e n t r o d e l " o r d e n " , y éste sólo p o d í a ser
g a r a n t i z a d o p o r las l e y e s g e n e r a l e s d e la " N a c i ó n " , d e a h í el
carácter local, e x c l u s i v a m e n t e a d m i n i s t r a t i v o y e c o n ó m i c o d e la
a u t o n o m í a q u e d e f e n d í a n . D e n t r o d e e s t e sector, u n a m i n o r í a
i n t e l e c t u a l i z a d a y m á s p r o g r e s i s t a , i n s p i r a d a e n el i d e a r i o d e u n
h u m a n i s m o racional de origen krausista radicaliza su posición
a u t o n o m i s t a , r e c l a m a n d o al g o b i e r n o d e la R e p ú b l i c a la l i b e r t a d
c o m p l e t a d e las Antillas. R e c l a m o q u e chocaría c o n los i n t e r e s e s
p e n i n s u l a r e s , d e t e r m i n a n d o la e v o l u c i ó n d e e s t e g r u p o h a c i a
p o s i c i o n e s c l a r a m e n t e s e p a r a t i s t a s . C a b e d e s t a c a r la f i g u r a
r e p r e s e n t a t i v a d e E u g e n i o M a r í a d e H o s t o s , q u i e n v o l v i e n d o la
m i r a d a h a c i a el interior d e la isla y c o n u n a a c t i t u d a t e n t a a la
p r o b l e m á t i c a social, s o s t u v o la n e c e s i d a d d e p o n e r a c a d a h a b i t a n t e
del s u e l o b o r i n q u e ñ o e n c o n d i c i o n e s d e vivir d e m o c r á t i c a m e n t e y
l a b o r a r p o r el p r o p i o p r o g r e s o .
La a p e r t u r a hacia lo social, q u e a d v e r t i m o s e n s u s escritos, si
b i e n m u c h a s v e c e s se e x p r e s ó e n s i g n i f i c a n t e s p r o p i o s d e la
ilustración, " l u c e s " - " i g n o r a n c i a " , y a d q u i r i ó p o r m o m e n t o s cierta
t o n a l i d a d r o m á n t i c a , c a r g a n d o d e c o n n o t a c i o n e s s o c i a l e s la
d i c o t o m í a " c i v i l i z a c i ó n - b a r b a r i e " e s t u v o , sin e m b a r g o , e n m a r c a d a
p o r a q u e l h u m a n i s m o r a c i o n a l al q u e a l u d í a m o s , e n el c u a l se
i n c o r p o r a n , n o sin crítica, ciertos m a t i c e s d e l p o s i t i v i s m o . D e m o d o
q u e n o p u e d e ser c o n s i d e r a d o p r o p i a m e n t e c o m o e x p r e s i ó n d e lo
q u e fue el " h e c h o r o m á n t i c o " , c a r a c t e r í s t i c o d e l i n t e r r e g n o e n
n u e s t r a A m é r i c a c o n t i n e n t a l . E n síntesis, p o d e m o s concluir q u e ,
e n el caso d e P u e r t o Rico n o se d i o p r o p i a m e n t e u n " i n t e r r e g n o " ,
m á s b i e n se p r o l o n g ó la d i s p u t a e n t r e a u t o n o m i s t a s e i n d e p e n -
d e n t i s t a s h a s t a fines d e l siglo XIX, e v o l u c i o n a n d o l u e g o h a c i a
p o s i c i o n e s a n e x i o n i s t a s y a n t i a n e x i o n i s t a s . Lo m i s m o p o d r í a
decirse, e n g e n e r a l , d e las Antillas e s p a ñ o l a s , r e c o n o c i e n d o , claro
está, los m a t i c e s q u e s u r g e n d e las p e c u l i a r i d a d e s d e l d e s a r r o l l o
socio-histórico d e c a d a u n a d e ellas.
372 ADRIANA ARPINI

Si el pensamiento hostosiano p u e d e ser considerado en alto


grado representativo de la historia de las ideas en las Antillas
hispanófonas -creemos que sí lo e s - , y si tomamos en cuenta los
resultados de nuestro análisis en torno a reconocer en ese pensa-
miento la impronta del krausismo español y su posterior evolución
hacia el krauso-positivismo, podríamos, entonces, fijar u n criterio
de periodización atento a la peculiaridad del pensamiento antillano
en la segunda mitad del siglo XIX. Tal criterio, que por ahora sólo
p u e d e ser enunciado como una hipótesis sobre la que es necesario
seguir trabajando, tendría en cuenta los elementos del krausismo
incorporados y adaptados a las necesidades propias de cada una
de las Antillas, produciendo síntesis originales ya sea que tuvieran
o no vigencia académica. A u n teniendo en cuenta las variaciones
de cada caso, no descartamos la fecundidad de abordar, con u n
criterio semejante al que hemos aplicado en el caso de Hostos, la
producción de figuras representativas de la historia antillana,
hombres de pensamiento y acción como Ramón Emeterio Betances,
José Martí, Gregorio Luperón, entre otros.
Quisiéramos, por último, retomar una enseñanza alberdiana
que nos permite valorar la vigencia del pensamiento hostosiano.
En sus Ideas para presidir a la confección del Curso de Filosofía
Contemporánea, de 1842, se pregunta Juan Bautista Alberdi: "¿qué
se hace en todas partes c u a n d o se filosofa?"; y r e s p o n d e : "Se
observa, se concibe, se razona, se induce, se concluye. En este
sentido, pues, n o hay m á s que u n a filosofía". Pero agrega: "La
filosofía se localiza p o r el carácter instantáneo y local de los
problemas que importan especialmente a u n a nación, a los cuales
presta la forma de sus soluciones... Nuestra filosofía será, pues,...
la razón general de nuestros progresos y mejoras, la razón de
nuestra civilización;... porque la civilización n o es sino el desarrollo
de nuestra naturaleza, es decir, el cumplimiento de nuestro fin".
Estas palabras de Alberdi no h a n perdido actualidad en la medida
que señala u n m o d o de hacer filosofía inextricablemente ligado a
la cultura de una época y a sus necesidades. Modo característico,
aunque no exclusivo, del filosofar latinoamericano.
EUGENIO M A R Í A DE H O S T O S Y SU ÉPOCA... 373

Ahora bien, si e n t e n d e m o s la cultura como el conjunto de


bienes, materiales y simbólicos, y de relaciones por medio de los
cuales los hombres se objetivan, entonces es preciso tener en cuenta
que los sujetos p o n e n en juego formas diversas de objetivación a
partir de su inserción en ciertas coordenadas históricas, geográficas
y socio-culturales. Es decir, habremos de atender a los modos en
que los sujetos a s u m e n sus circunstancias, acentuando - s e g ú n el
criterio gaosiano- el sentido histórico de las mismas. Habremos
de atender también al accionar, teórico o práctico, que los hombres
desarrollan en relación con sus circunstancias. Ello exige considerar
las mediaciones a través de las cuales se lleva adelante el ejercicio
de objetivación. El lenguaje es u n a d e esas m e d i a c i o n e s t a n
e s t r e c h a m e n t e v i n c u l a d a s a la a c t i v i d a d d e l h o m b r e q u e ,
p o d r í a m o s decir, casi no existe a c t i v i d a d h u m a n a q u e n o lo
involucre de alguna manera. La filosofía, a u n cuando p u e d a ser
c o n s i d e r a d a como u n a forma m u y específica de objetivación
simbólica, no sería posible sino por la mediación del lenguaje
plasmado en textos.
Los escritos hostosianos constituyen u n a clara muestra de ese
m o d o característico del filosofar latinoamericano, por el cual u n
sujeto asume como valioso ocuparse con las necesidades y los
problemas de su circunstancia; apela a los elementos teóricos del
filosofar epocal, ya sean académicos o no, ya formen parte de las
orientaciones hegemónicas del pensar o no; hace de u n sistema,
cualquiera sea su categoría, u n a h e r r a m i e n t a reformulable en
función de sus propios fines; esgrime esas herramientas en la busca
de soluciones y formula con ellas u n discurso que emerge como
forma legítima de autoafirmación; construye categorías y símbolos
a través de los cuales r e c u p e r a el legado y se abre al futuro,
confiriendo valor programático a su discurso. Tareas todas ellas
exigentes, pues n o aceptan ser resueltas en el nivel superficial de
u n localismo cerrado y necio, sino que horadan los límites epocales
en una constante aspiración de universalidad.
El p e n s a d o r boricua, Eugenio María de Hostos, filósofo de
estirpe, lanza y relanza la cuestión más universal de toda filosofía:
la de tener como valioso el conocerse a sí mismo.
374 ADRIANA ARPÍNI

BIBLIOGRAFÍA

1. OBRAS COMPLETAS

Hostos y Bonilla, Eugenio María de. Obras Completas. 20 Volúmenes.


Edición conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico. La Habana-
Cuba, Cultural S.A., 1939.
Volumen I: Diario. 391 páginas.
Volumen II: Diario. 430 páginas.
Volumen III: Páginas íntimas. 131 páginas.
Volumen IV: Cartas. 287 páginas.
Volumen V: Madre Isla. ( C a m p a ñ a política p o r P u e r t o
Rico), 362 páginas.
Volumen VI: Mi viaje al sur. 437 páginas.
Volumen VII: Temas sudamericanos, 448 páginas.
Volumen VIII: La peregrinación de Bayoán. (Novela) 320 páginas.
Volumen IX: Temas cubanos. 457 páginas.
Volumen X: La cuna de América. 437 páginas.
Volumen XI: Crítica. 307 páginas.
Volumen XII: Forjando el porvenir americano I. 486 páginas.
Volumen XIII: Forjando el porvenir americano II. 386 páginas.
Volumen XIV: Hombres e ideas. 435 páginas.
Volumen XV: Lecciones de Derecho Constitucional. 433 páginas.
Volumen XVI: Tratado de Moral. 456 páginas Libro I: Moral
Natural. Libro II: Moral Individual. Libro III:
Moral Social. Libro IV Moral Social Objetiva.
Volumen XVII: Tratado de Sociología. 240 páginas. Libro I:
Sociología T e ó r i c a . L i b r o II: Sociología
Expositiva. Libro III: Nociones de Sociología.
Volumen XVIII: Ensayos didácticos I. 398 páginas.
Libro I: Nociones de Ciencia e Historia de la
Pedagogía.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 375

L i b r o II: H i s t o r i a d e la P e d a g o g í a . N o c i o n e s
de Derecho Penal. Nociones de Derecho
Constitucional.
V o l u m e n XIX: Ensayos Didácticos II. 402 p á g i n a s .
T r a t a d o d e Lógica. G r a m á t i c a G e n e r a l .
H i s t o r i a d e la l e n g u a castellana.
H i s t o r i a d e la civilización semítica y c h i n a .
V o l u m e n XX: Ensayos didácticos III. 361 p á g i n a s . Geografía
evolutiva. Geografía intuitiva. Manejo de
globos y m a p a s . Geografía política u n i v e r s a l .

H o s t o s , E u g e n i o M a r í a d e . Obras Completas, v o l . XXI: España y


América. P r ó l o g o d e Francisco Elias d e Tejada, r e c o p i l a c i ó n y
arreglo d e E u g e n i o Carlos d e H o s t o s . París, Ediciones Literarias
y Artísticas, 1954. 627 p á g i n a s .
H o s t o s y Bonilla, E u g e n i o M a r í a d e . Obras Completas. 20 Vols.
Edición facsimilar d e la e d i c i ó n c o n m e m o r a t i v a del c e n t e n a r i o .
S a n J u a n , P u e r t o Rico, I n s t i t u t o d e C u l t u r a P u e r t o r r i q u e ñ a .
Editorial C o q u í , 1969.
H o s t o s y Bonilla, E u g e n i o M a r í a d e . Obras Completas. Edición Crítica.
Vol. I, T o m o I: La Peregrinación de Bayoán. P r ó l o g o d e Josemilio
G o n z á l e z , E d i c i ó n r e v i s a d a y a n o t a d a p o r Julio César L ó p e z y
V i v í a n Q u i l e s C a l d e r í n . Río P i e d r a s , P u e r t o Rico, E d i c i ó n d e l
I n s t i t u t o d e C u l t u r a P u e r t o r r i q u e ñ a y d e la U n i v e r s i d a d d e
P u e r t o Rico, 1988.
Vol. I, T o m o II: Cuento. Teatro. Poesía. Ensayo. P r ó l o g o d e M a r c o s
Reyes Dávila. Edición r e v i s a d a y a n o t a d a p o r Julio César L ó p e z
y V i v í a n Q u i l e s C a l d e r í n . Río P i e d r a s , P u e r t o Rico, E d i c i ó n
d e l I n s t i t u t o d e C u l t u r a P u e r t o r r i q u e ñ a y d e la U n i v e r s i d a d
d e P u e r t o Rico, 1992.
Vol. II, T o m o I: Diario 1865-1869. P r ó l o g o d e Gabriela M o r a , Edición
revisada y a n o t a d a p o r Julio César López y Vivían Quiles
C a l d e r í n . Río P i e d r a s , P u e r t o Rico, E d i c i ó n d e l I n s t i t u t o d e
C u l t u r a P u e r t o r r i q u e ñ a y d e la U n i v e r s i d a d d e P u e r t o Rico,
1990.
376 ADRIANA ARPINI

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de Leónides Santos y Vargas. Edición revisada y anotada por
Julio César López y Vivian Quiles Calderín. Río Piedras, Puerto
Rico, Edición del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la
Universidad de Puerto Rico, 1991.
Vol. VIII, Tomo I: Tratado de Sociología. Prólogo de José Luis Méndez.
Edición anotada y revisada por Julio César López y Vivian
Quiles Calderín. Río Piedras, Puerto Rico, Edición del Instituto
de Cultura Puertorriqueña y de la Universidad de Puerto Rico,
1989.

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Puerto Rico, Oficina de Desarrollo Cultural de la Ciudad de
San Juan, N e w York University, Universidad de Puerto Rico,
Río Piedras, 1992.
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México, SEP-UNAM, 1982.
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Sosa. Síntesis biográfica de Loida Figueroa. Río Piedras, Puerto
Rico, Edil, 1987.
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Hostos en Santo Domingo. C o m p i l a d o p o r Emilio R o d r í g u e z
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Imprenta J.R. Vda. García Sucs., 1939-1942.
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Meditando... París, Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas,
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Moral social - Tratado de sociología. Compilación y prólogo de Manuel
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8. REVISTAS

Anales de la Universidad Ínter americana de Puerto Rico.


Anales del Caribe. La Habana, Cuba.
Anuario Bibliográfico Puertorriqueño.
Asomante. San Juan, Puerto Rico.
Bayoán. Río Piedras, Puerto Rico.
Bayoán. Nueva Época. Río Piedras, Puerto Rico.
Boletín de la Academia Puertorriqueña de Historia. San Juan, Puerto Rico.
Cuadernos Americanos. Nueva Época. México.
Diálogos. Universidad de Puerto Rico.
Estudios del Caribe. Puerto Rico.
Exégesis. Humacao, Puerto Rico.
Latinoamérica. Anuario de Estudios Latinoamericanos. México.
La Torre. Río Piedras, Puerto Rico.
Revista Iberoamericana. Universidad de Pittsburgh.
Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan, Puerto Rico.
Revista Dominicana de Filosofía.
Revista Jurídica de la Universidad de Puerto Rico.
Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico.
EUGENIO MARÍA DE HOSTOS Y SU ÉPOCA... 399

Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.


Revista de Historia de las Ideas. México.
Revista de Historia de las Ideas. E c u a d o r .
Revista de Historia de América Latina. México.
Versiones. H a t o Rey, P u e r t o Rico.

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