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Dónde están, quiénes son y qué hacen los corruptos.

Transparencia por
Colombia estudió con cuidado estos asuntos.

El informe
Transparencia por Colombia (TpC) presentó su último informe “Así se mueve la
corrupción: Radiografía de los hechos de corrupción en Colombia 2016-2018”.
Este informe fue elaborado a partir del seguimiento de 46 medios de
comunicación nacionales y regionales sobre casos de corrupción, confirmando
la veracidad de los hechos según la información de las entidades de control
respectivas.
A partir de esta radiografía es posible identificar los aspectos más álgidos del
problema.

Por regiones y ciudades


Según este informe, el 69 por ciento de los casos de corrupción tiene lugar en
los municipios, el 25 por ciento en los departamentos y el 6 por ciento en las
entidades del orden nacional.
El 45 por ciento de los hechos de corrupción se concentran en Santander,
Atlántico, Valle del Cauca, Bolívar y Antioquia.
En cuanto a ciudades capitales, el 29 por ciento de los hechos se dieron en
Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena y Medellín.
Puede leer: Corrupción en el Tolima.

La corrupción en el sector público


El 73 por ciento de los casos reportados constituyen corrupción administrativa o
en el sector público. La corrupción en el sector privado representa otro 9 por
ciento, y la corrupción en el sector judicial equivale al 7 por ciento.
Las irregularidades en los procesos de contratación pública siguen siendo la
principal forma de corrupción administrativa, pues representan el 46 por ciento
de los hechos de este tipo. Entre las irregularidades más frecuentes se
identificaron:
Las irregularidades en los procesos de contratación pública siguen siendo la
principal forma de corrupción administrativa.

1. La adjudicación o celebración irregular de contratos (29 por ciento);


2. La violación a los principios de transparencia, idoneidad y
responsabilidad en la contratación estatal (17 por ciento);
3. El abuso de la figura de contratación directa (8 por ciento);
4. El detrimento patrimonial por incumplimiento del objeto contratado (8 por
ciento);
5. La apropiación ilegal de recursos en los contratos (6 por ciento), y
6. Los sobrecostos por irregularidades en celebración de contratos (6 por
ciento).

En cuanto a los sectores de actividad del Estado, más de la mitad de los


hechos de corrupción reportados corresponden a estos sectores: educación (16
por ciento), infraestructura y transporte (15 por ciento), salud (14 por ciento) y
función pública (12 por ciento).
Y aquí debe notarse que la mayor cantidad de recursos públicos se asignan
precisamente a los sectores de educación, salud e infraestructura.
Lea en Razón Pública: ¿Cómo funciona la corrupción política y qué hará Duque
para lidiar con ella?

Quiénes son los corruptos


Según el Monitor Ciudadano, el 39 por ciento de las personas que ejecutan
actos de corrupción son funcionarios públicos, mientras que el 30 por ciento
son autoridades elegidas por voto popular.
El 41 de estos elegidos era concejales y 40 por ciento fueron alcaldes.
En cuanto a los actores colectivos, el 69 por ciento corresponde al sector
privado, donde las empresas son responsables del 70,4 por ciento de los casos
reportados.

Los delitos… y los castigos


El Monitor Ciudadano demostró que los delitos más cometidos por corrupción
fueron:

 peculado (18 por ciento);


 celebración indebida de contratos (13 por ciento);
 falsedad en documentos públicos (12 por ciento), y
 concierto para delinquir (11 por ciento).

Así mismo se registra que en el 71 por ciento de los casos las investigaciones
fueron de tipo penal, 21 por ciento de carácter disciplinario y 8 por ciento de
tipo fiscal.

El sector público fue el más afectado por la corrupción

El Monitor Ciudadano también calculó el promedio de años que tardó la


aplicación de condena, sanción disciplinaria o fiscal para los actores
involucrados en los hechos de corrupción:

 La sanción fiscal tardó en promedio 4,4 años;


 La condena penal en promedio 4,2 años, y
 La sanción disciplinaria un promedio de 3,3 años.
Los derechos humanos
El 59 por ciento de los hechos de corrupción identificados afectó derechos
económicos, sociales y culturales.
Estos derechos se asocian principalmente con el acceso a la educación, a la
salud, a la vivienda digna, al agua potable y servicios públicos de calidad, al
deporte y a la cultura. De todos ellos, los más afectados por causa de la
corrupción fueron los derechos a la educación (28 por ciento) y a la salud (23
por ciento).
Los abusos de los corruptos se conectan con los arreglos para acceder al
poder y con las formas para gestionarlo.
En cuanto a los derechos fundamentales, civiles y políticos, el 39 por ciento de
los casos identificados afectaron el derecho a la vida, a la igualdad, a la
seguridad, a la libertad de expresión, a la libertad de culto, al acceso a la
propiedad privada, a la asociación y movilización, al acceso a la justicia y a la
participación en la vida civil y política del Estado.
Por último, el 2 por ciento corresponde a las afectaciones de los derechos
colectivos y del medio ambiente, y el uso adecuado de los recursos naturales.
Puede leer: El entramado de la corrupción en Colombia.

Corrupción en la política
Los delitos e irregularidades más comunes en la esfera política consisten en la
financiación ilegal de las campañas, el fraude electoral, la compra de votos y
los comportamientos irregulares de los partidos.
TpC analizó el efecto de las irregularidades y la falta de transparencia en el
financiamiento de campañas. El informe concluye que los abusos de los
corruptos se conectan con los arreglos para acceder al poder y con las formas
para gestionarlo.
Esta frase del informe resume la situación: “así como te financias, gobiernas”.
Según el Monitor Ciudadano, en los 21 casos de corrupción política, las
irregularidades que más se detectaron fueron:

1. Nóminas paralelas con fines políticos (25 por ciento);


2. Financiación de campañas con fuentes prohibidas (19 por ciento);
3. Presiones a funcionarios públicos y/o a contratistas para obtener votos a
favor de candidatos (9 por ciento);
4. Obstrucción de procesos de revocatoria del mandato (9 por ciento), e
5. Inscripción de candidatos inhabilitados para ocupar cargos públicos (9
por ciento).

Contratación pública
Ahora bien, el punto más álgido del problema es la corrupción en torno a la
contratación pública, ya sea para proveer bienes o servicios o para contratar
servicios personales.
La contratación pública es la pieza que engrana la corrupción en la política con
la corrupción en la gestión pública.
La corrupción política desvía los recursos de los contratos estatales y por lo
mismo impide la ejecución de los proyectos y la provisión de subsidios, bienes
y servicios a la ciudadanía.

El 39% de los involucrados en actos de corrupción fueron funcionarios públicos.

Los 327 hechos de corrupción pública registrados y analizados indican que se


trata de una práctica que afecta a todos los sectores y está presente en la
gestión nacional y subnacional.
La mayoría de los actores que intervienen representan al Estado, pero también
se ven involucrados representantes del sector privado y miembros de
organizaciones ciudadanas, así como actores del conflicto armado y de las
economías ilegales.
La corrupción va más allá del interés monetario, pues hace parte de las formas
para acceder al poder, ya sea este político o económico.

El punto principal
En definitiva, el Estado, los gobiernos y la vigilancia ciudadana deben
dedicarse a proteger los recursos del erario, en especial la cuantiosísima suma
que se invierte a través de la contratación pública.
Han sido muchas las reformas legales y administrativas al respecto, pero sus
frutos no se ven con suficiente claridad.
Las reformas se han concentrado en hacer un proceso más transparente y
eficaz. Pero esto no es suficiente. Hay que blindar de veras el sistema de
contratación estatal, lo cual va de la mano de robustecer la capacidad de
gestión del Estado, tanto en el nivel central como en el territorial.
*Directora de Gestión de Conocimiento de Transparencia por Colombia.
T A G S : Corrupción, Transparencia por Colombia, Monitor Ciudadano, sector
público, erario, Marcela Restrepo
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