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Las penas…
1
Para quienes pertenecen a la generación sub 40, debo aclarar que Roberto Galán (1917-
2000) fue un locutor argentino que incurre en televisión en la década del ‘60. En noviembre de
1971 estrena el programa “Yo me quiero casar, ¿y usted?”, y acuña la frase “se ha formado
consideramos que nuestros alumnos carecen de las competencias necesarias
para la lectura y la escritura propias de la educación superior, con unos
alumnos que se ven a sí mismos como “no lectores” y “no escritores”. Amor
seguro por compatibilidad de caracteres. ¡Pero divorcio inminente por
deserción escolar!
“Yo leo muy poco” -dicen los estudiantes. ¿”Y cuando estudiás?” -
pregunta la entrevistadora- “No, cuando estudiás te metés algo en la cabeza, lo
memorizás”.
“Leen muy poco, leen muy poquito y cuando querés corroborar si hubo
una comprensión del texto… hay una brecha muy grande entre mis
expectativas y la producción” –afirma un docente entrevistado.
Las vaquitas…
una pareja” cuando dos de los participantes se elegían mutuamente para “probarse” como
novios.
ruso alude a la distancia entre el nivel de desarrollo actual de un sujeto -y en
consecuencia aquello que es capaz de hacer en forma autónoma- y un nivel de
desarrollo potencial o proximal -definido por aquello que el sujeto podría
realizar en colaboración con un alguien más experimentado. Y leer un “texto
científico” o producir “escritura académica”, para un alumno-novato, es sin
dudas, una tarea compleja. Pero atención, la ZDP, para el caso, exigiría
entonces de cierta “colaboración”, lo que supone una “actividad conjunta
colaborativa” (R. Baquero, 2002)
En este contexto aparecen las vaquitas del texto. Apropiadas actividades
colaborativas para que los docentes de la educación superior pensemos y nos
repensemos con relación a nuestras propuestas de lectura y escritura y con las
formas específicas de enseñar nuestra disciplina a partir de la mediación
ineludible –y tan necesaria- de los usos del lenguaje.
“Las penas y las vaquitas…” concluye con una serie de propuestas
contundentes, ejemplificadas a partir de los corpus de lectura y que pueden
viabilizar algunas respuestas a la pregunta referida a cómo enseñar la lectura
como un proceso estratégico en el cual el alumno lector pueda construir su
propio propósito de lectura (P. Carlino, 2002) y que tanto debiera preocuparnos
a quienes abogamos por la autonomía en las prácticas del aprender.
Bienvenidos los textos de los docentes e investigadores de la educación
superior que nos enfrentan a nuestras propias prácticas desde el lugar de la
reflexión. “Prácticas de lectura y escritura en la formación docente. Las penas y
las vaquitas son de nosotros” es una excelente muestra de ello. Con textos así
dan ganas de bailar junto a los remolinos en los arenales para que el arriero
vaya nomás.
J. Larrosa
Docencia e Investigación
…la noción de prácticas socio-lingüísticas producidas por las “instituciones sociales” deben ser
completadas, cuando se trata de considerar las prácticas del lenguaje de los individuos, con la
noción de relación con el lenguaje, es decir, la concepción y las representaciones que los
sujetos se hacen de aquello para lo que el lenguaje puede ser utilizado. La relación con el
lenguaje se construye en la historia de los sujetos, sus experiencias y puede ser puesta en
relación con sus otras prácticas sociales; en este sentido, trabajar sobre las prácticas sociales
de los sujetos […] conduce a cuestionar las identidades siempre sociales pero sin embargo
siempre singulares. (Bautier, 1997)
3
Si nos encontráramos en el marco de una investigación cuantitativa estaríamos hablando en
este punto de nuestra hipótesis. Sin embargo, en investigación cualitativa en general se evita el
uso de este término, ya que este surge dentro del paradigma positivista, como una proposición
afirmativa que correlaciona dos variables. Por lo tanto, nosotras preferimos hablar de los
supuestos o conjeturas construidas por el grupo de investigación a partir de su experiencia
docente, que tienen por objeto orientar el trabajo de campo, permitir una explicitación de las
ideas previas y emergentes. De esta forma, desestimamos la connotación deductivista del
término hipótesis como afirmación de covariación a verificar a partir de métodos cuantitativos.
Las representaciones en torno a estas prácticas. El marco conceptual
4
Para profundizar el concepto de “representaciones sociales” puede consultarse: Moscovici,
2001; Jodelet, 1986.
5
Baczko (1991) sostiene la tesis de que los imaginarios sociales son referencias específicas
dentro del amplio sistema simbólico que produce toda colectividad, y siguiendo a Mauss, afirma
que a través de ellos la sociedad misma “se percibe, se divide y elabora sus finalidades” (28).
Valiéndose de estos imaginarios sociales, una colectividad dada construye su identidad
representándose a sí misma, designando roles y posiciones, delimitando su territorio al definir
también sus relaciones con los otros. De este modo, el imaginario social “es el lugar de los
conflictos sociales y una de las cuestiones que están en juego de esos conflictos” (29), ya que
en su interior se debaten las representaciones fundadoras de la legitimidad.
gobierna las “formas de pensar y sentir” que troquelan las configuraciones intelectuales
específicas.” (1992: 20).
Todos, entonces, somos tanto producto como productores de estas representaciones y
el hecho mismo de formular nuestro objeto de estudio de la forma en la que lo hicimos
evidencia este entramado de voces y lecturas. Pensar la lectura y la escritura como prácticas,
vinculadas pero distintas, es posible gracias a un largo proceso que ha ido definiendo estos
quehaceres. Tal como señalan Cucuzza y Pineau (2001) se trata de construcciones históricas,
que fueron concebidas de diferentes maneras a lo largo de los siglos y en distintos contextos:
se pensaron unidas, como la cara y cruz de una misma actividad, o totalmente separadas y
destinadas a sujetos diferentes; se las consideró responsabilidad exclusiva de la escuela en
ciertos períodos pero no en otros; su dominio fue un privilegio, una necesidad cívica o un
derecho, de acuerdo con diferentes proyectos políticos, etc.
Sostenemos que vincular la noción de representaciones sociales con estas prácticas del
lenguaje y particularmente con su uso y circulación en el ámbito escolar puede resultar
productivo. Ana María Finocchio, por ejemplo, realiza un interesante recorrido por las
representaciones más extendidas en torno a la escritura en el contexto escolar y señala:
… a partir de las experiencias con la palabra escrita que acumulamos en nuestras biografías y de las
líneas pedagógicas en las que se inscriben esas experiencias, vamos elaborando junto con otros una
representación (compuesta por pensamientos, palabras, emociones y formas de actuar) acerca de qué
implica escribir y, también, enseñar a aprender a escribir. (2009: 58)
Lo mismo podríamos decir en torno a la lectura. Por esto, desde nuestras experiencias
y las de los entrevistados se delimitó un objeto, un marco, unas preguntas, una hipótesis.
6
Bajtin (1982), Kerbrat Orecchioni (1987), Arnoux y otros (2002) y Zamudio y Atorresi (2000).
valiosos aportes que constituyen el estado actual de la cuestión. 7 También se
ha publicado recientemente abundante bibliografía en torno a la alfabetización
académica y al abordaje de textos académicos, que fue consultada y puesta en
diálogo con las palabras de los entrevistados.8
Estos aportes, entonces, nos permitieron delimitar un marco conceptual,
hacer un recorte inicial de nuestro objeto, dieron lugar a preguntas e hipótesis,
nos llevaron a pensar cierta forma de definir nuestra muestra y abordar las
cuestiones acerca de las cuales queríamos indagar. Sin embargo, el objeto en
sí mismo fue redefinido en el diálogo con los entrevistados y especialmente
durante el análisis y la interpretación de los datos obtenidos. Desde este lugar
revisamos el marco conceptual y teórico que nos permitió encarar la
investigación.
El camino de la investigación
7
Baldoni, Barrón, Capristo, Corrado, Eizaguirre, Fernández, Goñi, Izuzquiza, Laxalt, Tomellini
(2006); Balduzzi , Corrado y Egle (2006); Barbarilla, Martínez, Teobaldo y Fanese (2004);
Basualdo, Zamora y Sanséau (2006); Benevegnú, Galaburri, Paquale y Dorronzoro (2001);
Diab, Nothstein y Valente (2007); Diment y Carlino (2006); Stienne y Carlino (2004); Farías y
Quipildor (2006); Fernández, Goñi, Eles, Izuzquiza, Laxalt y Panero (2004); Fernández y
Carlino (2006); Frischknecht (2006); Hermida, Troglia y Buttó (2006); Noguera Calderón,
Andrade Quintero, Uribe Blanco y González Pinzón (2006); Presta (2006); Solá Villazón y De
Pauw (2004); Valente y Moyano (2006); Vázquez, Jacob, Rosales, Pelizza (2006); Vazques y
Miras (2004).
8
Alvarado y Cortés, 1999; Cortés y Bollini, 1994; Cassany, 1993 y 2004; Carlino, 2002,
2003, 2004 a y b, (coord) 2004, 2006; Narvaja de Arnoux, Di Stefano y Pereira, 2002; Larrosa
(2003); Fernández Bravo y Torre, 2003; Brunetti, Stancato y Subtíl (2002); Marín y Hall (2005),
Pipkin Embón y Reynoso (2010), etc.
9
Para afrontar estas cuestiones, recurrimos a la Lic. Ma. Eugenia Hermida, especialista de la
UNMDP, quien nos brindó asesoramiento acerca de las principales tendencias, herramientas y
conceptos involucrados en un proceso de investigación.
y Strauss (1967), citado por Strauss y Corbin (2002), es “un proceso de
recogida de datos para generar teoría a partir del que el analista a un tiempo
recoge, codifica y analiza sus datos y decide qué nuevos datos debe recoger y
dónde debe encontrarlos, en orden a desarrollar una teoría emergente”. El
criterio básico para la selección de los grupos de comparación, según estos
autores, es su relevancia teórica para el posterior desarrollo de las categorías
emergentes. Se escogen casos que brindan nuevos datos en relación con las
hipótesis planteadas y que habilitarán el análisis comparativo. Se detiene
cuando se llega a la saturación teórica, es decir, cuando ya no se encuentran
nuevos datos que permitan enriquecer cada categoría.
En consecuencia, recortamos un grupo de ingresantes del Profesorado
en Educación Inicial y del Profesorado en Educación Primaria, así como un
grupo de docentes de los primeros años de cada carrera. Para definir la
población de estudiantes, tuvimos en cuenta que provinieran de escuelas
secundarias con distintas modalidades (técnicas, artísticas, bachilleratos, etc.)
y de distinta gestión (pública y privada). También nos interesó que hubiera
tanto estudiantes recién egresados del Nivel Medio, como otros que lo hubieran
terminado años atrás. Entre estos últimos, algunos habían transitado por otras
carreras terciarias y otros no. Estas opciones eran deudoras de ciertas
preguntas e interrogantes, incluso a veces de prejuicios, que circulan a menudo
cuando se reflexiona acerca de estas cuestiones. Es frecuente escuchar
argumentaciones que señalan a la escuela media (o mejor dicho a cierto tipo
de escuela secundaria) como la causa de las dificultades que los ingresantes
evidencian al leer y escribir. Este argumento es según Finocchio (2009) un
“presupuesto enraizado en la cultura escolar” y aclara que según ella:
… la escritura es una práctica ‘ya adquirida’ por los alumnos en el nivel anterior a aquel en el
que desarrollamos nuestra tarea. Así es que como en una cinta sin fin, algunos docentes de la
escuela primaria dicen que los alumnos no han aprendido los rudimentos de la escritura en
preescolar, otros colegas de la escuela secundaria aseguran que los chicos no han aprendido a
escribir en la primaria, muchos profesores de la universidad y de los institutos de formación
docente están convencidos de lo / mismo respecto de lo aprendido por los jóvenes en el
secundario y así, sucesivamente de un nivel a otro. (Finocchio, 2009: 56-57)
10
De acuerdo con los Lineamientos Curriculares Nacionales (LCN) recomendados por el
Institutos Nacional de Formación Docente (INFOD), el “Campo de la Formación General”
comprende los campos de Actualización Formativa y de la Fundamentación; el “Campo de la
Formación Específica”, los Campos de la Subjetividad y las Culturas y de los Saberes a
Enseñar, y el “Campo de la Práctica Profesional”, corresponde al Campo de la Práctica
Docente.
percepciones vinculadas con estas prácticas del lenguaje. Tal como señalamos
anteriormente, en los siguientes capítulos podremos ver, lo que nos dijeron
esas entrevistas, los saberes que se construyeron en el diálogo, los sentidos
que surgieron en el intercambio oral y que permitieron un trabajo posterior de
interpretación.
Por otro lado, en el caso de los estudiantes, además de la entrevista –
aunque en el marco de la misma- nos pareció oportuno implementar la técnica
de asociación de palabras, con el propósito de acceder al universo semántico
estudiado y obtener datos relevantes a partir del consenso y el índice de
saliencia de elementos significantes. Nuestro objetivo era determinar los
núcleos centrales de las representaciones colectivas y aproximarnos a la
reconstrucción de la estructura de las representaciones, tal como proponen
Petracci y Kornblit (2007). Esta técnica consiste en ofrecer al entrevistado un
término inductor (en nuestro caso, los términos fueron lectura y escritura) y
solicitarle que, espontáneamente, mencione las palabras que asocia con él,
para luego dialogar acerca del significado atribuido a cada una, la comparación
y la jerarquización de conceptos. La frecuencia de asociación y la conectividad
que se establece nos permitió formular una hipótesis inicial acerca del sistema
central o núcleo estable y del periférico de la representación estudiada. De esta
forma pudimos ajustar el guión inicial de la entrevista para lograr que las
representaciones del entrevistado pudieran plantearse en la forma más
espontánea posible. No hay que olvidar, que como señala Araya Umaña, cada
entrevista está dirigida “hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los
y las informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como
se expresan con sus propias palabras. Con esta técnica, la propia
investigadora o investigador es el instrumento de la investigación y no el
protocolo o guión de la entrevista. El rol implica no sólo obtener respuestas,
sino también aprender qué preguntas hacer y cómo hacerlas.” (2002: 55)
A partir de las respuestas y las palabras de los entrevistados, en los
ecos de lo dicho y lo evocado, en los silencios, en las frases que se dijeron o
quebraron, en las metáforas, en las palabras que se eligieron o que nos
eligieron, se fueron delimitando estas representaciones que queríamos
estudiar. El resultado de nuestro análisis se presenta en las siguientes páginas.
2
en el lenguaje, y no me refiero
Silvia Seoane
No existen lectores sin camino y existen pocas personas que no tengan un camino empezado
aunque no lo sepan. Es importante reconocer la existencia de los textos internos: todo lo que
uno percibió, escuchó, recibió por distintos medios, cantó, copió en cuadernos, garabateó,
etcétera… […] El camino lector personal no es un camino de acumulaciones ni es un camino
recto. Consta de entramados de textos que vamos guardando. Unos van llamando a otros y en
ese diálogo la persona con el texto teje una trama propia, un piso para el viaje que no es difícil
de hacer crecer una vez que se descubre y se valoriza. (Devetach, 2008: 17 y sigs.)
Cuando está muy vinculada con el libro, que lee, tiene un, una historia leída ya bastante. Que
yo no me consideraría lectora por el hecho de que no tengo mucho conocimiento con los
escritores y esas cosas por ejemplo.
Por lo general lo que hago es leer el texto completo y después cuando vuelvo a releer,
subrayar lo principal. Y a veces tratar de cambiar algunas palabras por las mías para después
en el momento de estudiarlo, memorizarlo, que estén también mis palabras.
Les resulta sumamente dificultoso poder expresar una idea. Yo creo que es una carencia real
de conocimiento de los términos que tienen que utilizar para poder describir lo que ellos
piensan, que es una carencia de vocabulario. No hablamos de vocabulario técnico, que es
carente total, excepto… salvo excepciones de chicos o chicas que vienen de escuelas por ahí
públicas o de gestión privada que tienen un trabajo docente muy serio y que tienen desarrollo
específicamente en áreas como psicología. Más allá está que tenemos que explicar claramente
muchas veces términos sencillos que no entienden.
Ah bueno, yo no soy de leer… textos. Ahora empecé a leer en base a lo que tenía que estudiar,
a… para empezar a agarrar los distintos libros, para poder informarme, sobre todo lo que tenía
que ver con el ingreso. Y no, no soy de leer libros, hay conocimientos que no tengo y que, que
sé yo, a través de una persona que lee, que sabe, que tiene… me transmite, pero no porque yo
lea.
*Las capacidades y habilidades que poseen -que en algunos casos se enuncian como
condición para el acceso a la lectura y, en otros, como producto o consecuencia de la
lectura;
_No, no sé responderte con exactitud, porque como no soy un lector. Eh…es como un poco
difícil. Me parece que un letrado o un lector es un escritor por ejemplo, que vive de eso eh…el
módulo habla de que lee más que escribe como es normal. Me parece que ése es un lector. Me
parece que un lector también es el lector de un diario, de ahí a eh…que compartan las
opiniones del que lee “La Nación” o el que lee “Página 12”, es distinta, me parece que el lector
es el que tiene el hábito. Y me parece muy valioso el hábito.
Los estudiantes comparten una imagen del lector como persona culta, con
amplio vocabulario y una gran capacidad para expresarse. El desarrollo de la oralidad,
especialmente en relación con la riqueza léxica y la claridad para comunicar ideas y el
acceso al conocimiento, constituyen los principales aportes que los estudiantes le
reconocen a la lectura. Los lectores, de acuerdo con las descripciones, tienen una
mayor capacidad para comprender, analizar y reflexionar; han desarrollado la
creatividad; están informados y actualizados. Por lo tanto, pueden opinar y expresarse
correctamente.
_Tiene un vocabulario rico, eh, tiene conocimiento, tiene cultura, tiene presencia, a través de
sus palabras, de lo que expone, de su postura.
_Tiene información, sabe opinar, sabe sobre temas, no solo se aboca a lo que leyó, sino que
puede opinar.
En varias entrevistas surge como referente lector algún profesor del secundario
o polimodal, quien goza de la admiración del estudiante que lo nombra como ejemplo.
Su actitud lectora difiere de la del estudiante, que se enfrenta con algunos obstáculos
y dificultades en su interacción con el texto y que lleva a cabo el ejercicio de la lectura
a los fines de dar cuenta de su saber, de ser evaluado por ese lector experto que es el
docente.
_Y, yo pienso, que…igual depende de lo que lean ¿no?, porque si te gusta leés un diario es
porque se quiere estar informado, si leés un libro porque te gusta ¿no?, depende del tema a
que se refiera ¿no? Porque uno siempre busca el tema que... digo, si te interesa una novela lo
lee no... lo que pasa es que hay personas que leen más y personas que leen menos. Yo tenía
un profesor que era prácticamente adicto al leer... leer, leer, leer, leer... que sé yo las personas
que leen un libro, tienen un libro, lo leen, les gusta.
Otro indicador para determinar que una persona es lectora es, según algunos
entrevistados, el tiempo que le dedica a la lectura y la frecuencia con la que lo hace.
Algunos entrevistados hablan puntualmente del hábito, la incorporación de la lectura
como práctica cotidiana; mientras que otros se refieren a la compulsión a la lectura-
se pueden relevar frases como “están constantemente leyendo” o “lee
permanentemente” -. También en este caso el estudiante da claras muestras de no
pertenecer al grupo, dado que sus lecturas son discontinuas, no constituyen un hábito
adquirido sino una práctica impuesta que cesa tan pronto como se termina la
escolaridad: “Yo leo muy poco… cuando era más chica sí, en el secundario leía mucho
[…] leía textos obligatorios”,dice una de las entrevistadas.
Por su parte, los profesores del Nivel Superior que reciben a los ingresantes en
las distintas asignaturas, expresan de distintos modos y a partir de diversos
paradigmas, su sistema de representaciones acerca de las prácticas de lectura de los
estudiantes. Por un lado, algunos tienen fuertes expectativas y supuestos acerca de
cómo “puedan utilizar el lenguaje, comprender los textos, hacer una lectura
comprensiva, poder responder, sobre todo poder reflexionar sobre los textos,
encontrar las conexiones, expresarse claramente“ centrados en que los estudiantes
“puedan” con el lenguaje para que “puedan con la materia”, algo absolutamente
aceptable si hablamos del Nivel Superior. Son los docentes que demandan
competencias lingüísticas de los estudiantes como algo que deberían haber adquirido
en los niveles anteriores.11 En estos casos, también consideran que ciertos procesos
de aprendizaje son finitos y se cierran en determinados períodos. Sin embargo, los
aportes teóricos al respecto, desde hace décadas, hablan de la alfabetización
continua, diferencial y procesual (Ferreiro, 1979, 2001). Dice Carlino:
Los modos de leer y escribir - de buscar, adquirir, elaborar y comunicar conocimiento - no son
iguales en todos los ámbitos. [La alfabetización académica] advierte contra la tendencia a
considerar que la alfabetización sea una habilidad básica, que se logra de una vez y para
siempre. Cuestiona la idea de que aprender a producir e interpretar lenguaje escrito es un
asunto concluido al ingresar en la educación superior (2005: 14).
Otros profesores, quizás debido a los años que hace que trabajan en el Nivel y
en la institución, plantean una postura más extrema o antagónica, no llevan
expectativas respecto de los ingresantes a las carreras de Magisterio:
No tengo expectativas yo. Yo cuando empiezo a trabajar no voy con expectativas, voy con
expectativas sobre mí misma, pero no sé con lo que me voy a encontrar. Voy a enfrentarme
con un enigma… y eso es lo que hace que haya estado tantos años en la docencia.
Estos profesores junto con otros que aceptan la diversidad de los sujetos, tanto
como su posibilidad de progresar, son los que reconociendo que los estudiantes
ingresan con variados problemas en las prácticas de lectura académica, dicen que
parten de “aprender a escucharlos”; que “Hay chicas que eso lo traen, lo tienen, lo
adquirieron, es una cuestión socio cultural en gran parte” pero otros no han tenido
suerte. 12 Asociado con el gran número de ingresantes, este planteo es el más fuerte:
cantidad de estudiantes y escaso capital lingüístico y cultural. Inscriptos en una mirada
histórica de los estudiantes como sujetos, ven la heterogeneidad, pero no ocultan que
el capital cultural y las competencias lingüísticas que aportan inicialmente, los
diferencia y les abre puertas o pone barreras. Es decir, este capital funciona como
valla para algunos y como trampolín para otros, en el marco de la diversidad que
11
Tal como señalábamos en el capítulo1, esta problemática está presente en todos los niveles
cuando se responsabiliza al anterior de las carencias de aprendizaje: “En la escuela están los
niños que no tienen que estar, los maestros que no tienen que estar y los directores que no
tienen que estar. En la escuela todos añoran al alumno que no tienen, parece que todos tienen
el alumno que no esperan y parece ser que allí están los docentes, los directivos o los
inspectores que no deben estar- es una cadena que busca culpables-, pero todos ellos
estuvieron y están y forman parte, poseen sus biografías y trayectorias, que a su vez están
atravesadas por cuestiones del sistema”. Encuentro de Capacitadores de la Pcia. de Bs. As.
La Plata, 16 de julio 2009. Conferencia de Sandra Nicastro.
12
Para cada profesor “eso”, este pronombre demostrativo de significación ocasional, se
completaría con diversos contenidos, pero, en general, aluden al capital cultural y lingüístico.
Aluden a la posibilidad de leer y escribir sin grandes dificultades para el Nivel.
algunos descubren como un escollo para trabajar en clase y otros como una pauta
común a cualquier grupo de tareas. Uno de los docentes entrevistados plantea:
Yo creo, que esta cuestión de los recursos lingüísticos tiene que ver con el capital cultural, o
sea, es algo que se va construyendo a lo largo de los años del profesorado y en primer año
particularmente, que es como la bisagra con el secundario, pesa mucho más la historia
personal del alumno que lo que están aprendiendo acá en el profesorado.
Yo esperaría que tuvieran comprensión de textos, que pudieran leer textos de una extensión
variable, no creo que tuvieran un desarrollo verbal, pero que puedan plasmar por escrito
utilizando además palabras específicas del contexto académico, no solo de su vida cotidiana,
incorporándolas también, pero no sólo las de… las pre-nociones o el sentido común de su vida
cotidiana. Eso esperaría al momento de ingresar. Por supuesto que esto también se construye
a lo largo de estos cuatro años que les esperan. 13
Los docentes por su parte, también poseen supuestos en cuanto a las prácticas
de lectura deseables, pero muchas veces no implementan estrategias didácticas para
enseñar a leer en el nivel; o cuando lo hacen, no siempre son las más pertinentes para
el área, el tipo de texto o para ese grupo de estudiantes. Y aunque algunos docentes
diagnostican los obstáculos en la lectura y parecen conformarse, otros pocos
reconocen la posibilidad de que durante la carrera todos los estudiantes descubran,
desarrollen o fortalezcan las competencias de lectura para constituirse en lectores
expertos.
13
Los destacados son nuestros.
texto… hay una brecha muy grande entre mis expectativas y la producción…” Pero,
¿cómo se espera que lea un alumno en este nivel?:
(con) una lectura capaz de dar cuenta de la lógica de un texto y sus condiciones de producción.
Para ello es necesario que perciba la construcción discursiva, que se disponga a encarar la
consulta de distintas fuentes para estudiar un tema, y que despliegue sobre los corpus
operaciones interpretativas de complementación y de confrontación de información y de
posturas ( Arnoux y otros, 2002:19).
Muchas de estas competencias son propias del nivel, por lo tanto, deben
constituirse en objeto de enseñanza y de aprendizaje en el seno del mismo, en cada
una de las disciplinas que describen en su especificidad discursiva rasgos particulares:
el tecnicismo del lenguaje matemático, la retórica de la argumentación filosófica, los
términos de la Psicología, los textos explicativos de la Biología, las relaciones causales
que plantea la Historia, los presupuestos ideológicos de los discursos sobre la
didáctica, etc. Y además, los supuestos discursivos, conceptuales, teóricos,
ideológicos que subyacen en cada uno de estos campos no constituyen
necesariamente saberes construidos en niveles anteriores.
Los estudiantes llegan al Nivel Superior con la experiencia lectora que han
vivenciado tanto en su vida social en general y escolar en particular. A partir de esas
prácticas han desarrollado ciertos conceptos acerca de lo que implica la acción de
leer, quiénes la llevan a cabo, cuándo y por qué, es decir se desarrollado un proceso a
través del cual se fue construyendo una representación social de lo que es leer y ser
lector. Mediante el análisis de las entrevistas hemos podido relevar que la mayor parte
de los ingresantes considera que los lectores pueden frecuentar la lectura por gusto o
por necesidad, en tanto motivaciones internas. Sin embargo, esta distinción no guarda
ninguna relación con el tipo de texto o la situación de lectura concretamente. Quienes
leen por gusto lo hacen por una gratificación personal. Se trata de personas que
encuentran placer en estar informados, actualizados; o que son curiosos y quieren
incrementar sus conocimientos sobre determinados temas; o simplemente, sienten
gusto por el ejercicio de la lectura.
- ¿Alguna cuestión más que se te ocurra a la pregunta para qué sirve la lectura?
- Para qué sirve leer… en sí, bueno, para ampliar el conocimiento, las ideas, para un mejor
léxico a la hora de hablar y de escribir también.
En cambio, otras veces, se lee para cumplir con una función específica, se lee
por cuestiones laborales; por obligación -por ejemplo, en el contexto escolar-; para
resolver algún problema, afrontar una situación personal, buscar consejo o respuestas
a interrogantes –es el caso de la autoayuda o las lecturas religiosas.
Marín explica que el problema radica en que muy pocas veces se enseña en la
escuela que leer para aprender es una forma de lectura particular. Los textos de
estudio de las ciencias ofrecen dificultades semánticas, sintácticas, léxicas y retóricas
que los diferencian de los textos literarios. Por lo tanto, la alfabetización inicial resulta
insuficiente para esta lectura.
Lectura global
Subrayado de ideas
... mi argumento tiene que ver con los recursos que tiene que tener un docente para laburar
sea en el año que sea, en el curso que sea, el grupo que sea. Y que esos recursos como que
tienen que ver con un cierto dominio de la literatura para mí, o de otros lenguajes expresivos,
pero sobre todo tiene que ver con la literatura. Si vos tenés un poquito de idea de literatura, un
poquito de cine, un poquito de…ahí estás nutrido, si yo nunca me voy a quedar callada la boca
en una clase, porque siempre traigo en mi portafolito una novela, algo bonito, un poema, saco,
leo y a ver, a pensar… mi manera de ver la educación y la vida. Uno tiene que divertirse,
pasarlo bien.
Lectura extractiva:
Guías de lectura
Glosario de conceptos
Memorización de conceptos
Buscar la información
Y, en menor medida:
Lectura interactiva:
Operaciones inferenciales
Propuestas dialógicas
Conclusiones y propuesta
Son muchas las acepciones del término mediador, pero en este caso es
interesante el sentido con el que se lo utiliza en el ámbito de la promoción a la lectura,
respecto de los niños, los adultos y los libros para aplicarlo al formador de formadores.
Dice Laura Devetach (2005):
A los adultos nos toca orientar, acompañar, empezando por casa. Es bueno entonces dejar
bien claro lo que entiende cada uno por, promover la lectura, orientar, acompañar. Hay muchas
prácticas e ideas que llevan el mismo nombre y a veces son opuestas entre sí. No creo que el
camino lector de una persona –niño o adulto– sea lineal ni se resuelva sólo cuantitativamente
(...) El camino lector de un niño, de una comunidad, de un país, se va construyendo. Igual que
su cultura.
Estos docentes no responsabilizan a sus alumnos por los problemas para entender lo que leen
sino que entienden que leer es un proceso de resolución de problemas. Esto significa que lo
que un lector obtiene de los textos es la "respuesta" a lo que ha aprendido a buscar en ellos,
siendo las preguntas que se formula dependientes de sus conocimientos previos y de sus
objetivos de lectura (Carlino, 2005: 91).
Más allá de las historias particulares y de las estrategias de lectura que los
estudiantes dicen implementar, que no siempre les permiten desempeñarse como
lectores autónomos y estudiantes de Nivel Superior. Los profesorados
imperativamente deben constituirse en un espacio en el que se enseñen, se
planifiquen y se pongan en acción las prácticas de lectura, para no quedar
entrampados en la lógica de las penas y comprender que las vaquitas, también son de
nosotros. Para eso, parece necesario aceptar que existen modos de leer diversos,
tipologías textuales y discursividades específicas de los distintos campos del
conocimiento que es preciso incorporar como objeto de enseñanza y reflexión. Asumir
el rol de mediador en el Nivel Superior y trabajar para desarrollar con los docentes en
formación la alfabetización académica implica pensar la lectura como un proceso
activo y continuo para producir conocimientos y no solamente para retener información
y reproducirla.
3
Las prácticas de escritura
Imaginarios de escritura
_Y siempre trato de hacerme una idea de lo que voy a escribir en la cabeza y después volcarlo
en la hoja…”
Estas respuestas evidencian que para los estudiantes nóveles del nivel
superior, el contenido del futuro escrito debe estar alojado “en la cabeza”, ya
construido. Como si se tratara de un ejercicio de trasvasamiento, el papel es
solo el nuevo recipiente en el cual se vuelca lo que se había almacenado en
otro lado. En muchas respuestas aparece la “cabeza” como sinécdoque del
lugar que alberga el contenido del texto escrito. Pareciera entonces que en el
cuerpo se junta y se conserva lo que posteriormente se dejará caer en el papel.
De ahí la importancia de llenar el cuerpo, de in-corporar para poder
posteriormente trasvasar. Esta representación de la escritura va de la mano
entonces con la representación de la lectura extractiva analizada en el capítulo
anterior. Dice una de las docentes en formación: “Sí, está muy asociada la
literatura con la escritura en cuanto a lo que leés o lo que incorporás, los
conocimientos que incorporás también los plasmás en un papel.” Si la lectura
es “incorporar”, la escritura es “plasmar”. Ambas representaciones se sustentan
entre sí.
Es así que la escritura, principalmente en el ámbito del estudio, se
representa como una práctica que consiste en volcar las lecturas previas en el
papel. Desde esta concepción, la tarea del estudiante y del profesional consiste
en reunir lecturas, subrayarlas, memorizarlas, para que luego “se caigan” en la
hoja. El único desafío pareciera residir, a partir de estas respuestas, en tener
conocimientos acerca de los temas sobre los que escribirá o experiencias en
cantidad suficiente, para poder volcarlos:
… tiene que nacer de uno el escribir, porque a lo mejor no tiene una buena…o sea, una
buena… lectura, o sea, no, no es ¡guau!, pero es… se inspira en el escribir…
_Porque eh…no encuentro las palabras justas. Por ahí parta de lo que estoy imaginando y por
ahí digo una palabra y digo no, no me estoy refiriendo a eso. Y me pongo a pensar y no se me
ocurre, y no sé cómo escribirlo o, o escribo y me doy cuenta que puedo escribir un enrolle o lo
entiendo yo y le digo “leélo” a la otra persona y por ahí no sé que quise decir acá.
Esta concepción del escritor que sólo deja que la escritura brote
autónoma se vincula con la famosa representación de la escritura como
descarga, como práctica catártica que alivia al sujeto, porque lo libera de un
peso que lo agobiaba al “volcarse” en el papel. Confiesa una de las docentes
en formación: “Y a veces escribo tipo poesías son, como canciones… y eso,
según lo que…. Lo que…necesite. Por ahí necesito como lo que me pasa,
necesito escribirlo…es como una forma de descargarme.”
Por eso, para muchos de los entrevistados la escritura es una práctica
“innata”, que desarrollan solo algunos, los que tienen qué volcar y en todo
caso, eligen qué dejan caer en el espacio del papel, los que se dejan poseer
por esas voces que terminan por caerse en la hoja, los que saben verter “lo que
sienten en el momento”:
Bueno, por ejemplo, a mí… me encanta escribir todo lo que es cuentos, novelas… pero tengo
un gran problema… no…no puedo, no…sé redactar de la forma en que me gustaría redactar,
por ejemplo, veo compañeras que tienen una buena redacción, o leo redacciones y me
encantan y me encantaría poder llegar a redactar de esa forma… pero me cuesta un montón.
Por ahí redacto y veo varias… me doy cuenta que tengo varios problemas e inconvenientes,
pero no…no los encuentro para que yo pueda modificarlos, que es eso lo que me decían todas
las profesoras…
Mirá, esperaría poder entender lo que escriben. (...) Me gustaría que pudieran expresarse
por escrito con… con riqueza, es decir, yo les digo: yo quiero que ustedes tengan la capacidad
en la palabra de que yo pueda cerrar los ojos y pueda sentirme donde ustedes me dicen que
estoy, y para eso tienen que usar vocabulario. Ustedes van a ser maestros, ustedes tienen que
hacer volar a los pibes con la palabra...
Saberes de la escritura
Para muchos de los estudiantes entrevistados, la escritura se limita a
una serie de saberes superficiales que evidencian una concepción de la
escritura en tanto simple codificación y no como un sistema de representación
particular que encarna desafíos mucho más complejos que las convenciones
ortográficas o la caligrafía. 14 Así, en muchas de las respuestas se ve que saber
escribir es saber escribir bien las letras, tener “linda letra”, ejercitar o practicar
la caligrafía:
_Sí, igual yo creo que ya suplantamos mucho con el tema de las computadoras, la escritura…
_ ¿No se escribe en la computadora?
_Sí, escribís, pero, es una forma, de que tenés una ayuda que te corrige, que no te permite
también crecer, aprender, porque uno cuando escribe a mano tiene la posibilidad de leer lo que
está escribiendo, por ahí cuando escribís en la computadora y vos te equivocás, la máquina
automáticamente te lo cambia, entonces vos no te diste cuenta si te equivocaste cuando lo
escribiste o si no te equivocaste, entonces, Sí, creo que sí…
14
Especialistas de distintas disciplinas han contribuido a destronar la concepción de la
escritura como mera codificación, reducida a transcribir los sonidos de la lengua oral.
Historiadores, lingüistas, antropólogos, filólogos, psicolingüistas y pedagogos coinciden en
definir a la escritura como un “sistema de representación” (Ver por ejemplo: Blanche
Benveniste, 1998 y 2002; Cardona, 1999; Catach, 1996; Chartier, R. 2000; Chartier A. M. Y
Herbrad, 2000; Ferreiro, 1998 y 2001). Pero, más allá de esta definición que circula en el
ámbito académico, veremos cómo la representación de la escritura que construyen los
entrevistados en esta investigación se vincula precisamente con la idea de codificación.
_Entonces, en tu vida, vos escribís más en la máquina, ¿qué pasa?
_ No, a mí me gusta más escribir…
_¿Escribir a mano?
_ Sí…
_¿Y qué lugar ocupó la práctica de la escritura? ¿Es algo que lo recordás, lo hacés?...
_Sí… sí, a mí me costaba mucho la escritura cuando apenas empecé, porque hacía la letra
toda despatarrada, y bueno, siempre tuve que ponerle práctica, práctica, práctica, o sea, que
hice un logro importante…
… porque aparte me gusta escribir hasta que me tiembla ya la mano, que no doy más,
pero…no me gusta por ejemplo, sacar fotocopias y tener todo en fotocopias, prefiero con mi
letra, y siguiendo como acordándome de la escuela y tener todo en folios con dibujos… no te
digo con dibujitos, pero todo con colores, prolijidad, eso.
_Bueno (risas), usa palabras diferentes, eh, no sé… tiene una letra muy clara y no sé…
_Está bien.
_ … Tiene signos de escritura en las manos. Como que… tiene callos y esas cosas…
_Ah…
_Puede ser que porque escribe mucho…
En síntesis, a partir de estas respuestas de los estudiantes se construye
una representación bastante limitada de lo que implica saber escribir: se trata
de “escribir mucho”, practicar hasta que la mano tiemble, saber dibujar la letra
manuscrita en forma clara, ser prolijo y no cometer errores ortográficos.
En este sentido, los procesadores de textos y el uso de las TIC para la
escritura asumen un rol bastante restringido. Si para muchos estudiosos, la
“composición” y la “enseñanza de la composición” se enriquecerían gracias a
los avances tecnológicos (Cassany, 2000 y 2002; Cassany y Ayala, 2008), para
varios de los estudiantes entrevistados, la computadora es un obstáculo. Si se
limita la práctica de escritura al dibujo de un código en un papel, los recursos
informáticos llevan a perder esa destreza motriz. En cambio, si se concibe la
escritura como una forma de representación compleja, cuyo ejercicio exige
resolver numerosos problemas simultáneamente, las TIC aparecen como una
herramienta valiosa, fundamental hoy en día tanto en la enseñanza como en el
aprendizaje. Según Cassany, precisamente, en un entorno analógico, el
escritor debe resolver los desafíos pragmáticos, semánticos, textuales,
sintácticos, normativos y notacionales con sus “recursos mentales ‘naturales’”.
Esto produce en los escritores “aprendices” una sobrecarga cognitiva:
… los errores o las imperfecciones del texto –que el propio autor puede reconocer en otro
momento– se explican así como datos que la memoria no pudo procesar durante la
composición al estar copada con exceso de demandas. En este sentido, la tecnología digital
permite que el autor “descargue” su memoria saturada, asignando a la máquina la parte más
mecánica de la composición, según sus intereses, y que reserve para su propia mente los
aspectos estratégicos. (Cassany, 2000: 8)
Escuela y escritura
Ana María Finocchio (2009) recopila diferentes representaciones que
circulan en las escuelas acerca de lo que es escribir. Así, menciona la
concepción de la escritura como “don”, que por lo tanto no se puede enseñar o
aprender; la idea de que escribir es escribir sobre un tema, es decir “volcar
sobre el papel” lo que se sabe acerca del tópico propuesto, como vimos en el
apartado anterior; otro aspecto de estas representaciones escolares es que se
escribe “siempre para el mismo lector, el docente, y con el mismo propósito,
satisfacer la expectativas de lectura de quien enseña (en algunos casos,
resultar original; en otros, tener buena caligrafía; en la mayoría, respetar la
convenciones gráficas de la ortografía, la puntuación, las mayúsculas, etc.)”
(61)
Es así que en el imaginario escolar se entretejen ciertas imágenes
acerca de lo que es escribir, de quiénes son los escritores y de cuál es el papel
de los docentes en este entramado. Por esto nos interesó plantear a los
entrevistados las relaciones existentes entre ser maestro y ser escritor. En
general, los estudiantes con los que trabajamos sostienen que los docentes
deben saber escribir, porque tienen que usar el pizarrón y completar boletines:
Y el…yo pienso que el maestro está siempre conectado a la lectura y a la escritura, o sea es
como que... con el pizarrón y las tizas... siempre tiene que estar escribiendo...
_ Y también porque el maestro tiene que tener o sea, una buena ortografía. Hay cosas que no
puede pasar por alto.
_¿Se puede tener buena ortografía y no escribir bien?
_… ¿Cómo?
_¿Puede darse el caso de una persona que no tenga errores ortográficos y que aún así no
‘escriba bien’?
_… No.
_ Y por último, ¿te parece que hay relación entre ser maestro y escribir?
_…
_Escribir más allá de lo indispensable, lógico…
_… No.”
El vínculo que el docente tiene con la escritura, en las representaciones
de los estudiantes de carreras docentes, es entonces muy relativo. Se espera
que ésta le sirva para resolver cuestiones formales y que no cometa errores en
el pizarrón o el cuaderno de comunicaciones. Su tarea de enseñar a escribir, a
su vez se limitaría a “transmitir” estas destrezas superficiales. Si bien se
reconoce que la “misión” fundamental de la escuela es otra vez, “volcar en la
hoja”, es decir introducir a los alumnos en la cultura letrada, lo que parece
pedírsele es simplemente que transmita el saber necesario para completar
formularios y no avergonzarse ante los errores ortográficos o la mala caligrafía.
Ahora bien ¿de qué manera se retoma y trabaja la escritura desde las
cátedras en el Nivel Superior? ¿Algo de la práctica docente en relación con la
escritura advierte a estos estudiantes que la relación entre ser docente y
escribir podría ser diferente de como ellos se la representan? Las habilidades
discursivas son, con justicia, reconocidas en el diseño curricular vigente como
parte de los saberes necesarios para iniciar el recorrido de la formación
docente ya que está organizado a partir de cinco campos conceptuales
mediatizados y modelados -como espacios discursivos y retóricos- por el
lenguaje. En otras palabras: la lectura y la producción de textos son prácticas
transversales a las diversas materias, además de formar parte del futuro
quehacer profesional de los docentes, aunque este aspecto, como acabamos
de ver, no siempre está claro en las representaciones que sobre ellas tienen los
ingresantes al nivel.
Este grado de implicación del dominio conceptual de las ciencias y el
dominio discursivo - lectura y escritura constituyen medios ineludibles para
aprender los contenidos disciplinares- explica una gran parte de los “éxitos” y
los “fracasos” que acontecen en la formación de cualquier individuo y la
encrucijada que dicha formación alcanza con el acceso al nivel terciario.
La tarea de los docentes, especialmente de los de primer año, tiene un aspecto vinculado a la
lucha contra la exclusión social, puesto que deben establecer puentes entre la escuela media y
la universidad e introducir a los alumnos en el mundo académico, en una tarea de
acompañamiento que sea útil en la prevención de la deserción y el fracaso estudiantil. (Carlino,
2005).
15
Dirección General de Cultura y Educación/ DES (2007) Diseño Curricular: Formación docente
nivel Inicial y Primario. Resolución 204154, La Plata.
docentes promueve escrituras domiciliarias (fuera de la clase) y sólo un
docente manifestó que, en su clase, se escribe.16
El destinatario privilegiado de esos escritos es el mismo docente porque
la escritura que se demanda es, específicamente, aquella que se utiliza para
dar cuenta del conocimiento construido, durante una situación de evaluación,
reforzando así la representación que sobre esta práctica tienen los estudiantes.
Una escritura para “decir el saber”. Por lo tanto, el contexto predominante de
las prácticas de escritura en el Nivel Superior (y en esto no difiere mucho de las
malas prácticas en los niveles anteriores) está dado por un docente como
destinatario único de una escritura “para aprobar”. Al respecto, confirma uno de
los docentes entrevistados: “...pero por ahí sí, la producción escrita llega
después en las instancias de evaluación que es donde hacen más producción
escrita.”
Del análisis de las prácticas de escritura que los docentes solicitan en el
nivel (atendiendo al tipo de consigna, a la organización de la situación de
escritura, a la finalidad del escrito, al destinatario) se desprende una
concepción funcional de esta práctica: comunicar, socializar el saber, dar
cuenta del conocimiento. No aparece con claridad una representación
epistemológica de la escritura como modeladora del conocimiento que
habilitaría la necesidad de recuperarla al interior de los espacios curriculares e
intervenir sobre esta práctica de los estudiantes para mejorarla. Comenta uno
de los docentes entrevistados:
Esa deficiencia producto de la falta de lectura redunda en falta de comprensión y por ende de
comunicación que son las tres formas que los docentes tenemos para poder evaluar y que
puedan aprobar ellos y pasar de curso.
Por ejemplo, otra cosa: yo lo que les explico también es que una cosa es el lenguaje coloquial,
conversar, aún en clase y otra cosa es un contexto de evaluación y otra cosa es un contexto
donde ellas tienen que contar a las demás desde otro lugar, qué palabras utilizar, por qué…
16
Las entrevistas se realizaron a principios del año 2009. En la actualidad llevamos ya dos
años más de implementación del nuevo diseño curricular y posiblemente la respuesta a esta
pregunta podría ser otra. En el nuevo diseño, la importancia del relato y la construcción de
narrativas asume un rol protagónico y por consiguiente, la producción de este tipo de textos, su
puesta en común, la reflexión sobre lo que construimos a escribir está tomando ciertamente un
papel distinto en las distintas materias.
multiplicidad de códigos que intervienen en la comunicación cuando se habla
de la "competencia del escritor", ya que en sus respuestas mencionan con
exclusividad algunas dimensiones lingüísticas de los escritos y soslayan los
códigos sociocultural, ideológico y retórico (Alvarado; Yennoteguy, 1999). Todo
esto condiciona notablemente las representaciones que estos docentes tienen
sobre la escritura de los ingresantes y, en consecuencia, sus habilidades para
formular consignas de escritura que sean trampolines y no vallas y su
posibilidad de intervenir para ayudarlos a mejorar su escritura y su valoración
de la misma.
_Sí, a veces cuando uno está hablando con cierta persona es como que las cosas salen como
más fluidas, pero cuando uno escribe, se detiene, lo relee, lo revisa, puede no sé si
replantearse ciertos temas… entonces es como que esas ideas uno puede tomarlas de otra
manera, como con más tiempo, más detenimiento.
_ ¿Con qué dificultades te encontrás habitualmente cuando escribís para demostrar que
estudiaste?
_ (Silencio) Que… por ejemplo no podría eh…decir las ideas directamente, volcarla o con tinta
en una hoja, tendría que primero hacer un borrador.
_ Eso es lo que hacés habitualmente, hacés borradores…
_ Sí, o sea, se me vienen muchas ideas a la cabeza y hasta que las logro ordenar es como que
quiero poner todo de golpe y después capaz que me termino olvidando de algo .
_ Y el borrador es la solución a ese problema…
_ Claro, sí.”
_¿Tenés problemas para escribir cuándo tenés que demostrar que estudiaste?
_No, porque soy de esas personas que por ahí escribe algo y por ahí escribo, escribo y escribo
y después no puedo creer las palabras que pongo…
Escribir mucho (“escribo, escribo y escribo”) no es aquí volcar,
explayarse en el papel y lograr superar el párrafo. Es escribir y reescribir y
volver al texto. Si en ciertas respuestas no había novedad ni sorpresa al releer
lo escrito, a lo sumo satisfacción por todo lo que se había primero “incorporado”
y luego “volcado”, en esta respuesta sí hay sorpresa porque se descubrió que
en el transcurso del proceso de escritura se ha transformado el saber y,
especialmente, se ha transformado el sujeto. El escritor cuando termina su
texto es otro. Por eso aquí la entrevistada dice “no puedo creer las palabras
que pongo”. Pero no por esa alienación catártica que habíamos encontrado en
las respuestas anteriores, sino porque en su texto encuentra algo distinto de lo
que “tenía en su cabeza”.
También las palabras de los docentes dan cuenta de otras
representaciones en torno a la escritura y la consiguiente puesta en marcha de
propuestas deudoras de una concepción procesual de esta práctica. A ellas
nos referiremos en el capítulo siguiente.
Conclusiones
Paula Carlino
* realizar anticipaciones,
* buscar indicios,
* reformular enunciados,
* enunciar generalizaciones
* confrontar fuentes,
* elaborar síntesis
* cuestionar el texto,
* completar indeterminaciones,
* confrontar argumentos,
* descubrir posturas, etc.
_ ¿Ves los avances de los estudiantes, ves que se capitalice todo este trabajo?
- Sí, lo veo parcialmente. Bueno, por supuesto, la marca que se advierte al principio en relación
con la heterogeneidad, no es algo que se borre, sino que en algún sentido permanece. Ahora
más allá de eso, creo que el hecho de que tengamos una carga horaria reducida y que en otras
materias no se trabaje con estrategias semejantes, es decir, no se enseñe a comprender y a
escribir, es decir, estrategias de comprensión lectora con otras disciplinas juega en contra,
porque lo que se entiende y se practica en el taller no siempre se aprovecha, se usa en otras
materias, entonces eso va en detrimento del taller. Para cuando retoma a la semana siguiente
muchas veces casi que hay que empezar de nuevo.
- El sujeto reconoce el papel del texto escrito en los cambios cognitivos y afectivos que pueden
producir en él.
En este nivel se leen y producen textos escritos para provocar cambios cualitativos en los
pensamientos, las acciones y los sentimientos, por lo tanto se fomenta una “relación textual”
basada en la crítica, la creatividad y el desarrollo de la autonomía. (Pipkin Embon y Reinoso,
2010:36)
La intervención docente
La posibilidad de que los estudiantes realicen un procesamiento
inferencial durante su lectura está condicionada por múltiples factores. Entre
ellos, el tiempo lector y la edad. Estos factores no constituyen una variable
homogénea para trabajar ya que los tiempos personales de cada lector, su
posibilidad de inferir durante la lectura o hacerlo en un tiempo diferido,
constituyen aspectos individuales, del mismo modo que la influencia de la edad
y el recorrido lector. Sin embargo, el docente mediador puede retomar estas
diferencias como un insumo valioso para la lectura colectiva. Es preciso
observar y entender estas variables para capitalizarlas en los otros factores que
influyen decisivamente en las prácticas de lectura y las posibilidades de realizar
inferencias: los instrumentos y las tareas. La intervención del docente mediador
en su disciplina no quedaría reducida al tratamiento didáctico del contenido,
con lo cual generaría, en el mejor de los casos, un estudiante reproductor de
conocimiento, sino que debería abocarse a generar las condiciones para que
los estudiantes desarrollen su pensamiento crítico mediante la interacción
efectiva con el corpus textual seleccionado. En este sentido, existen dos pilares
fundamentales para la mediación docente: la selección bibliográfica y las
consignas diseñadas para su tratamiento. Ambos aspectos constituyen
cuestiones en cuyo valor los docentes no siempre reparan.
La selección de textos
17
Mijail Bajtín, en su teoría de los géneros discursivos, afirma que a cada esfera de la actividad
humana le corresponden determinados géneros discursivos. Estos, según el autor, son tipos
relativamente estables de enunciados que tienen en común el tema, la estructura y el estilo. El
dominio de las convenciones de los géneros (dominio discursivo) se adquiere en la medida en
que el hablante se enfrenta con ellos y necesita producirlos (por frecuentación o mediante un
aprendizaje guiado).
escribiendo al interior de esos campos discursivos, para conocerlas, con el fin,
a su vez, de representarse como lectores y escritores.
18
Podría ser una compilación en relación con una problemática de la que emerjan voces y
puntos de vista diversos; un libro que profundice un aspecto o abarque cuestiones variadas del
proyecto. Por ejemplo, para trabajar miradas sobre la infancia, el lenguaje y la literatura infantil:
LÓPEZ, M.E. (comp.)(2007) Artepalabra. Voces para una poética de la infancia. Bs. As.: Lugar
Editorial. Para hacer un recorrido sobre la situación del Nivel Inicial en Latinoamérica en un
corte sincrónico: MALAJOVIVH, A. (comp.) (2006) Experiencias y reflexiones sobre la
educación inicial. Buenos Aires: Siglo XXI. Para revisar el actual Diseño Curricular de la
Educación Primaria ( 2008) e iluminarlo desde las más diversas aristas: TERIGI, C. (comp.)
(2006) Diez miradas sobre la escuela primaria. Buenos Aires: Siglo XXI.
cuáles son los conocimientos necesarios para poder leer un texto. Uno de los
aspectos que los docentes enuncian como limitación en sus clases es la
carencia de determinados saberes que se espera que los estudiantes manejen
antes de ingresar al Nivel Superior. Gerbaudo propone resolver esta limitación
corriendo el eje del problema y determinando qué nuevas lecturas habilitan el
trabajo a partir de un texto en particular, qué recorridos requiere este texto para
que la interacción sea posible, para que la lectura resulte eficaz. La
responsabilidad del mediador consiste en determinar cuáles son esos envíos
que le permitirán al estudiante tomar un rol cooperativo en la construcción de
sentido. Afirma:
19
Propuesta didáctica de la cátedra: "Taller de Definición Institucional" (1º año). El título del
proyecto es: “Problematizando la desfavorabilidad social. Una propuesta de actualización
disciplinar y promoción cultural”.
Imágenes de infancia
El diseño de consignas
La selección del corpus es, entonces, una de las decisiones sobre las
cuales el docente tiene la responsabilidad de realizar una intervención
oportuna, que propicie la construcción del conocimiento que pretende abordar
en sus clases. Pero, como plantea López Casanova, el corpus habilita,
posibilita el establecimiento de relaciones, que deben ser focalizadas,
enfatizadas y mediadas por la orientación del especialista. La propuesta de
trabajo a partir de la selección bibliográfica constituye la siguiente intervención
relevante del docente, ya que un buen corpus es condición necesaria, pero no
suficiente. Nos referimos, específicamente, a las consigna de trabajo, de
lectura, escritura u oralidad, a partir del material seleccionado.
* Comprender el problema, esto es, prever de qué se trata la tarea. Esto implica, además de
comprender la situación comunicativa simulada, comprender cuál es el propósito con el que el
docente solicita esa tarea (contextualización del escrito).
* Evaluar su propio escrito. Si bien un escrito en teoría puede no tener nunca una versión final,
en tareas de este tipo los alumnos deben poder decidir en qué momento el texto que han
escrito es la mejor versión que pueden producir en ese momento con los recursos disponibles.
(Alvarado, 2003:53)
http://www.imaginaria.com.ar/18/
1/literatura-y-valores.htm
Consultado el 14/6/2010
20
Propuesta de la cátedra: EDI “Estética y Poética de la Infancia” (1ºaño)
epígrafes
son clave
para
anticipar la
posición
autoral, el
título y
algunos
subtítulos
son irónicos
o
metafóricos;
por ej. “El
peligro de la
infancia”) la
docente
invita, por
un lado a
relevar los
paratextos
específicos
de las
publicacion
es digitales
y por otro, a
detenerse
en algunos
que son
esenciales.
El análisis
del título es
decisivo
para la
comprensió
n ya que la
tesis autoral
aparece
enunciada
allí y en
este
aspecto, la
diferencia
entre una
coordinació
n disyuntiva
o variativa
(“o”), es
esencial
para la
comprensió
n del título.
También
hay una
detención
en el léxico
que podría
obstaculizar
la
interpretaci
ón, en este
caso,
conocer el
significado
del verbo
“conjurar” y
poder
proponer
sinónimos
adecuados
al contexto.
La pregunta
3 es una
invitación a
recuperar
conocimient
os previos
acerca de
los géneros
argumentati
vos, como
el llevar la
firma del
autor y, en
consecuenc
ia,
recuperar
información
autoral de
un
paratexto
final: un
breve
curriculum.
Que el
lector
aprenda a
preguntarse
¿quién
habla en
este texto?
¿desde
dónde
habla? es
fundamenta
l en el nivel
superior,
toda vez
que se
trabaje con
textos
expositivo
argumentati
vos.
La consigna
4 tiene el
objetivo de
que los
estudiantes
reparen en
la función
argumentati
va de los
epígrafes,
puedan
tejer una
red entre
éstos y el
título y
puedan
anticipar el
tema y el
punto de
vista que se
sostendrá
en el texto,
aunque la
contra
argumentac
ión referida
mediante el
discurso
directo e
indirecto,
sea
abundante.
3y4
procuran
que los
estudiantes
identifiquen
6) Entre los siguientes conceptos, hay uno que no corresponde al los diversos
mismo campo semántico. Establecer cuál es y justificar con una modos de
cita textual: dar la
palabra en
Mensaje apelativo la
argumentac
Intención moral ión
(discurso
Educar en valores directo,
indirecto,
Contenidos políticamente correctos alusión)
convocando
Significado unívoco, legítimo voces de
autoridad,
Interpretación “certera” textos y
publicacion
es que
7) A continuación se menciona una serie de estrategias expresan
argumentativas. Identificar cuáles son utilizadas por la autora y posicionami
brindar un ejemplo de cada una (ejemplificación, definición, cita ento
argumentativa, cita refutativa, relación causa/consecuencia, diverso, en
analogía, narración, enumeración de ideas, pregunta retórica). el
component
8) ¿Cuál es la posición de la autora frente a los “peligros” de la e
literatura? argumentati
vo o
refutativo
del discurso
polémico.
También, la
actividad 4
busca que
se
reconozcan
las diversas
funciones
de las
comillas en
el texto, no
siempre
vinculadas
a las citas
sino a otros
usos menos
frecuentes,
pero
también
argumentati
vos (ironía,
distanciami
ento de un
término).
Otra
intervención
necesaria
durante la
lectura es el
análisis del
component
e ideológico
del léxico.
La
subjetividad
que se
traduce en
la selección
de
sustantivos,
adjetivos,
verbos y
adverbios
(¿por qué
esta
expresión y
no esta
otra? ¿Qué
ocurre si las
reemplaza
mos? ¿Dice
lo mismo?
¿Cómo se
conecta con
la posición
de la
autora?)
El 6 es una
invitación a
relevar el
campo
semántico
de un tópico
polémico de
un
determinad
o campo
discursivo.
En el 7 se
apunta a la
actualizació
n de los
conocimient
os sobre
argumentac
ión. Se trata
de una
invitación a
pensar el
contexto
retórico en
el que se
instala el
texto y a
reconocer
las
relaciones
lógicas que
lo
estructuran.
Finalmente,
con la
pregunta 8
se está
solicitando
la
formulación
o la
paráfrasis
de la tesis
autoral
presente -
pero
diseminada-
en el texto.
La tarea de
escritura se
contextualiz
a en la
secuencia
explicativo-
argumentati
va y se
explicitan
los criterios
de
evaluación
que se
aplicarán a
los escritos.
Tenemos, entonces, que la selección de textos es un momento crucial
que incluye la toma de decisiones honesta sobre la conformación del corpus,
que no parta de la subestimación del estudiante ni de la especulación sobre
sobre lo que el lector ¨puede” o “no puede”. Más bien se trataría de pensar los
textos por su pertinencia y significatividad al interior de una disciplina, de la
mano del otro componente decisivo: el diseño de las consignas e instrumentos
(orales o escritos) necesarios para acompañar esa lectura. También de la
congruencia entre la selección, el trabajo con el texto en el aula, el propósito
final de dicho trabajo y el horizonte formativo del nivel.
Respecto de la consigna de escritura del ejemplo 2, supone como
condición didáctica el haber realizado prácticas de escritura grupal previas,
supone una dinámica de escritura y lectura de lo escrito ya instalada en el taller
en el cual se la ha solicitado. La escritura con otros y “a libro abierto” que los
estudiantes reciben con entusiasmo, sabemos los docentes que debería
incrementar los desafíos. Por un lado, la construcción colaborativa y
consensuada de los sentidos, la negociación de los mismos y de las formas de
comunicarlos (el ordenamiento del texto, la selección léxica, entre otras
cuestiones). Por otro lado, si la consigna prevé tener toda la bibliografía a la
vista durante el proceso de escritura, es esperable que en su diseño rompa con
la lógica del “volcar” en la hoja lo que se ha “incorporado” -a la que aludimos en
el capítulo 3 de este libro-, descarte la lectura extractiva y se oriente hacia una
función epistémica, como herramienta de aprendizaje que posibilite construir
una nueva mirada, nuevas relaciones entre los textos comprendidos y
revisitados para esta actividad.
MATERIAL BIBLIOGRÁFICO:
21
Espacio curricular: Psicología del desarrollo y el aprendizaje 1 (1º año).
NOVAK, J. (1982): Teoría y práctica de la
educación. Madrid: Alianza Universidad. En esta propuesta se trabaja a partir
(Cap. 3, disponible en el módulo fotocopiado) de un corpus nutrido y variado. La
base del trabajo consiste en poner a
También pueden consultar: dialogar los textos, entre sí y con
conocimientos empíricos, construidos
Carretero, Mario (1998). Constructivismo y en las clases presenciales. Por otra
educación. Bs.As.:Aique parte, el planteo de la clase es virtual.
Estas condiciones, la modalidad
Este material está disponible en la biblioteca misma de trabajo, son las que
del Instituto requieren necesariamente un especial
cuidado de la referencia bibliográfica.
ACTIVIDADES GRUPALES Cuando se trabaja con una única
fuente y la propuesta se limita a una
Les propongo realizar una de las siguientes lectura extractiva de datos, la atención
actividades: a la referencia no parece prioritaria.
Muchas veces los estudiantes aluden a
1- Vincular las experiencias realizadas en “las fotocopias” como fuente de
clase memorizando listas de palabras o un lectura.
fragmento de texto con la teoría del
Otro aspecto destacable en esta
aprendizaje verbal significativo. propuesta es el hecho de remitir a la
biblioteca. Proponer la lectura de libros
2- Describir y analizar una situación de o de capítulos que sean ubicables en
aprendizaje utilizando conceptos de la teoría
libros es un gesto de gran relevancia
del aprendizaje verbal significativo de para la formación profesional,
Ausubel especialmente si se trata de la
profesión docente. En este apartado, la
3- Leer el artículo Bestiarium academicarum
profesora invita a indagar, buscar en la
y analizar los errores mencionados desde el biblioteca, interactuar con los libros y
marco teórico de la teoría del aprendizaje sus paratextos, con los catálogos; a
verbal significativo
encontrarse con otras producciones
del mismo autor y con otros textos que
4- Analizar el video del monje con elementos abordan los mismos tópicos. Todo esto
de esta teoría. ayuda a fortalecer la textoteca interior
de los estudiantes y los ubica en una
posición muy diferente con relación al
campo intelectual que la que se
construye solamente acercándose a la
fotocopiadora y pidiendo un artículo
aislado.
Por otro lado, si bien el rol del profesor como lector experto es ineludible,
es sumamente importante a la hora de exponer sus saberes y con ello
“mostrar” una práctica necesaria de la oralidad, evidenciar sus estrategias
lectoras, relevar los procedimientos que articulan los tipos textuales de cada
disciplina. En este sentido, Paula Carlino (2002, 2004, 2005) ha instalado esta
cuestión y provee múltiples entradas a la problemática innegable que se vive
en las aulas del Nivel Superior, universitario y no universitario. Su idea es
cuestionar el modelo didáctico que consiste en decir a los alumnos lo que
sabemos sobre un tema y reemplazarlo por un modelo en el que el propósito es
transmitir modos de indagar, de aprender, de pensar, el uso de las prácticas de
lectura y escritura como medios para la apropiación del conocimiento y sus
características particulares dentro de la comunidad académica a la que
pertenecemos. Si bien sus investigaciones fueron llevadas a cabo en el ámbito
universitario, donde la carga horaria ante los estudiantes es superior a la del
Nivel Terciario, es posible, de todos modos, implementar muchas de estas
estrategias didácticas. Es necesario construir redes, acuerdos, articulaciones
para que en cada espacio curricular se lleven a cabo algunas acciones que
atraviesen el nivel y permitan fortalecer las prácticas académicas del lenguaje
con el fin no sólo de sostener a los estudiantes en el nivel sino realizar aportes
significativos y genuinos respecto de los horizontes formativos.
Consigna:
22
Propuesta didáctica de la cátedra: "Taller de Definición Institucional", de primero. El título del
proyecto es: “Problematizando la desfavorabilidad social. Una propuesta de actualización
disciplinar y promoción cultural”.
del texto. tome decisiones en la planificación y
escritura de texto.
Contenidos a evaluar
Bibliografía
También delimita con precisión el corpus
Bolton, P. y equipo; Educación y conceptual y textual que el estudiante
vulnerabilidad. Experiencias y prácticas deberá tener en cuenta para el escrito.
de aula en contextos desfavorables.
Buenos Aires. Stella-Celadec-La Crujía.
2006. Cap. 1.
La doble conceptualización
23
Ministerio de Educación, Bs. As. 2009 (1° edición). Pg.61
en: http://www.me.gov.ar/infod/documentos/primaria.pdf
Consultado el 29/9/11
La enseñanza transversal de la lengua requiere que los docentes de las distintas
disciplinas de la formación superior preparen a los futuros docentes, a través del ejemplo
recibido en su etapa de
- sepan cómo seleccionar los textos disciplinares que resulten adecuados a las temáticas
a enseñar;
del mejoramiento de los niveles educativos anteriores, a los que muchas veces
señalamos o responsabilizamos por deficitarios. Estas responsabilidades están
referidas a los dominios didáctico- pedagógico y disciplinares de los docentes
en formación. Y las prácticas de lectura y escritura forman parte de esos
dominios, modelándolos como campos discursivos y posibilitando el habitarlos
productiva y no reproductivamente.