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Principios
Los principios son los fundamentos y la razón básica sobre los cuales se
desarrolla la propia existencia del DIP para facilitar las relaciones entre los pueblos
y realizar la cooperación internacional.
b) Igualdad soberana;
c) Independencia;
e) Integridad territorial
g) Respeto recíproco
2º) REBUS SIC STANTIBUS: "Un cambio de circunstancias puede dar lugar a la
finalización de un Tratado internacional." Principio recogido en el Art.
6.2 del Convenio de Viena de 1969.
CONVENCIÓN DE VIENA
Los Jefes de misión diplomáticas, para la adopción del texto de un tratado entre el
Estado acreditante y el Estado ante el cual se encuentran acreditados;
Los representantes acreditados por los Estados ante una conferencia internacional
o ante una organización internacional o uno de sus órganos, para la adopción del
texto de un tratado en tal conferencia. Organización u órgano.
b) cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que
la firma tenga ese efecto; o
c) cuando la intención del Estado de dar ese efecto a la firma se desprenda de los
plenos poderes de su representante o se haya manifestado durante la
negociación.
Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena
fe. El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá invocar
las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de
un tratado.
La Paz de Westfalia ha sido la base del “Derecho público europeo”. Fue el punto
de partida de toda una serie de tratados posteriores. Un principio de ordenación de
este mundo de Estados fue el principio de equilibrio de fuerzas, en el que Italia fue
el primer escenario. Ésta se extendería después a la gran política europea, hasta
el reconocimiento expreso del principio como tal en el Tratado de paz entre Gran
Bretaña y España, suscrito en Utrecht. Pero se trataba de un principio que no
podía asegurar por sí solo un orden internacional estable. Su práctica era facilitada
por un sentimiento de intereses comunes frente a los de las restantes partes del
mundo, fundado sobre la realidad de una densa red de relaciones entre los
Estados de Europa.
La preponderancia española cedió el paso a la de Francia. El predominio de
Suecia cedió ante el de Rusia. La ascensión de Prusia la convirtió, a su vez, en
gran potencia.
Aun cuando el sistema de Estados europeo había conocido repúblicas, era
fundamentalmente monárquico. De ahí el papel del principio de legitimidad como
principio básico del sistema. No cabe, sin embargo, sobrestimarlo. No impidió el
reconocimiento de la Commonwealth, ni el de las colonias inglesas de América
sublevadas frente a la metrópoli, ni el desmembramiento de Polonia en tres
repartos sucesivos.
En la práctica internacional, la legitimidad se inclinó oportunamente ante la
efectividad de las situaciones establecidas. La guerra era una institución del
Derecho de gentes, considerado por lo demás como el instrumento por excelencia
de adaptación del Derecho a las cambiantes circunstancias del medio
internacional. El papel de la efectividad permanecerá como una constante en el
Derecho internacional hasta nuestra época.
El Tratado de Versalles que puso fin a la que sería “la última guerra”, trató de
limitar futuras aventuras militares por parte de Alemania. Para evitarlo incluye
una censura moral, bajo la denominación de “Cláusula de Culpa de Guerra”,
que responsabilizaba totalmente a Alemania y rediseña además el mapa de
Europa sobre la base de la disolución del imperio Austro-Húngaro y el
cumplimiento de varias reivindicaciones territoriales de los vencedores, que
dejaron minorías dentro de fronteras de terceros países. Las colonias alemanas
y otomanas fueron asignadas a los países vencedores bajo la figura del
“mandato”.
La maquinaria militar alemana es reducida a 100.000 hombres sin armas
ofensivas, tales como submarinos, aviones, tanques y artillería pesada,
disolviéndose su Estado Mayor.
El Presidente Wilson intenta evitar futuros conflictos para lo cual trata de
constituir una comunidad internacional.
Finalmente, basado en el sentimiento de aislamiento del pueblo
estadounidense, Wilson no logra que el Senado aprobara el Tratado de
Versalles y sus compromisos derivados.
La Gran Guerra o Guerra Europea o I Guerra Mundial se inició con el asesinato
del archiduque Francisco Fernando y de su esposa Sofía, que murieron el 28 de
junio de 1914 de dos tiros de pistola que efectuó el estudiante bosnio, Gavrilo
Princip. Austria hizo responsable a Serbia por el magnicidio y el 28 de Julio de
1914 le declaró la guerra.
Se aliaron:
Rusia Rumania (1916)
Francia Portugal (1917)
Gran Bretaña Bélgica EE.UU (1917)
Bélgica Cuba (1917)
Serbia Brasil (1917)
Montenegro Grecia (1917)
Japón China (1917)
Italia (1915)
Wilson presentó los seis puntos restantes, más explícitos, con la declaración de
que se les “debería” (en lugar de que se les “debía”) alcanzar; puede suponerse
que en su opinión no eran absolutamente indispensables. Por asombroso que
pareciera, la devolución de Alsacia-Lorena a Francia estaba incluida en la
categoría no obligatoria, aun cuando la determinación de recuperar esta región
había sostenido la política francesa durante medio siglo y mediante sacrificios sin
precedentes en la guerra.
Se configuraron tres líneas generales de la paz, los cuales fueron las siguientes:
La conferencia de París.
Como señala Kissinger en la obra citada, la búsqueda de la paz fue tan vana como
la ilusión con que los contendientes se habían lanzado a la conflagración.
Consejo Superior: integrado por los Jefes de Gobierno de Gran Bretaña, Francia,
Italia y Estados Unidos, siendo el más alto nivel de las comisiones que
constituyeron la conferencia.
Consejo de los Cinco: formado por el anterior al cual se le agregó el Jefe de Gobierno de
Japón.
Consejo de los Diez: integrado por el Consejo de los Cinco con sus ministros de relaciones
interiores.
Las pequeñas delegaciones podían participar, comunicando sus problemas a los
grupos más poderosos. Al no existir una agenda previa, los participantes no
sabían el orden en que se tratarían diversos temas, derivando en la constitución
de 58 comisiones, la mayoría de las cuales trataban temas territoriales, creándose
un comité para cada país. Asimismo se crearon comités que entendían la
“culpabilidad de guerra y criminales de guerra, de reparaciones, puertos, vías
acuáticas y ferrocarriles, de mano de obra y, por último, de la Sociedad de
Naciones” Redondo, G. (1984).
Italia fue representada por su primer ministro Vittorio Orlando, quien pretendía
recoger el botín de guerra y no le interesaba un nuevo orden internacional. Los
aliados lograron incorporar a la guerra a Italia con la promesa de agregar a su
territorio el sur del Tirol (austro – germano) y la costa dálmata (eslava), todo lo
cual entró en colisión con el principio de autodeterminación, por lo tanto sólo le fue
entregado el primero.
Alemania: debía entregar a Polonia la Alta Silesia, recibiendo además una salida
al mar Báltico y el sector que rodeaba a Posen, constituyendo el corredor polaco,
que separaba Prusia Oriental del resto de Alemania.
“No puedo concebir mayor causa para una guerra futura que la de que el pueblo
alemán, que ciertamente ha demostrado ser una de las razas más robustas y
poderosas del mundo, se encuentra rodeado por un número de Estados
pequeños, consistentes muchos de ellos en pueblos que nunca habían tenido por
sí solos un gobierno estable, cada uno de los cuales contiene grandes masas de
alemanes que claman por reunirse con su patria.” Renouvin, P. (1982).
Cabe agregar que la paz de Versalles dejó a Francia más vulnerable y a Alemania
con más ventajas estratégicas al tener en el este estados débiles pues habían
desaparecido Austria – Hungría y Rusia de sus fronteras; mientras que en el oeste
Francia sin alianzas estaba debilitada.
La falla mayor del Tratado de Versalles fue de carácter psicológico, concepto que
desarrollaremos a continuación:
- La mayoría de los estados los consideraban injustos por una u otra razón; dado
que el sustento del tratado colisionaban con los alicientes necesarios para
aplicarlos.
- El artículo 231, llamado la Cláusula de Culpa de Guerra, establecía que
Alemania era la única culpable de la Primera Guerra Mundial y significaba una
censura moral, aspecto que en todas las guerras europeas anteriores no había
sido establecido, pues las guerras eran acontecimientos amorales imposibles de
evitar, producidos por choque de intereses opuestos.
Los artífices del Tratado de Versalles lograron lo contrario de lo que buscaban que
era debilitar a Alemania en lo físico, generando un fortalecimiento geopolítico. Esto
último lo posicionó mucho mejor para dominar Europa en cuanto se librara de los
límites de su desarme.
Finalmente pese al esfuerzo de Wilson por imponer sus principios en Versalles, los
Estados Unidos abandonaron el Tratado, el Pacto de garantía prometido a Francia
y no participaron en la Sociedad de Naciones, dado que no fue ratificado por el
Senado, en donde eran necesarios los dos tercios para su aprobación.
Esta aptitud fue apoyada por el cuerpo electoral, dado que en las elecciones
presidenciales de noviembre de 1920, los adversarios del Tratado de Versalles y
de la incorporación a la Sociedad de Naciones, reunieron 19 millones de votos,
frente a poco más de 9 millones, con una mayoría en el Senado de 59 escaños
contra 39.
Además los armenios en el frente de batalla eran separados y eliminados por los
soldados turcos. Al mismo tiempo, el 24 de abril de 1915 comenzó el secuestro de
los intelectuales, periodistas y clérigos de la comunidad armenia en
Constantinopla. Una vez eliminados aquellos que podían organizar y realizar
mínimas formas de resistencia, se llevaría a cabo la erradicación del resto de la
población. El paso siguiente fue la aniquilación de mujeres, niños y ancianos. El
objetivo común a todos los genocidios. Los armenios se encontraban dispersos en
el Imperio Otomano en diferentes ciudades y aldeas, pero el grueso de la
población estaba en las provincias al este del imperio. La metodología por parte
del Estado otomano para llevar a cabo el genocidio contra la población civil fue la
denominada deportación.
Mientras que Ia UNWCC recogía pruebas, las cuatro principales potencias aliadas
debían llegar a una decisión respecto a la acusación y castigo de los criminales de
guerra, particularmente los líderes del régimen nazi, requeridos a través de la
Declaración de Moscú firmada en 1943 por Churchill, Roosevelt y Stalin 46. Gran
Bretaña, inicialmente, favorecido la condena sumaria de los principales criminales
de guerra, tales como Hitler o Himmler, sobre la base de que "su 'culpa era tan
negra' que estaba 'por encima del ámbito de cualquier proceso judicialm 47. En
contraste, desde Ia discusión en el palacio de Saint James en 1942, Stalin abogo
por un tribunal internacional especial para juzgar a Hitler, sus consejeros cercanos
y sus líderes militares más antiguos48. De manera similar, los Estados Unidos y
Francia preferían el establecimiento de un tribunal internacional para juzgar a los
criminales de guerra49. Los norteamericanos y los franceses querían que el
tribunal llevará un informe de Ia historia, educara al mundo y sirviera como una
futura fuerza de disuasión. Gran Bretaña temía que procedimientos justos les
permitieran a los acusados utilizar el tribunal como un foro de propaganda y
justificación de sus actos. Esencialmente, la insistencia de los Estados Unidos, a
través del presidente Truman y del juez Robert Jackson, dio como fruto que se
comenzara a concebir la idea de una corte penal internacional. Los procesos no
estuvieron exentos de defectos. La URSS utiliz6 el tribunal para rescribir Ia
historia: enjuiciaron alemanes acusándolos de crímenes de los cuales Ia Unión
Soviética era responsable, como la desaparición de aproximadamente 15,000
prisioneros polacos, incluyendo entre 8.300 y 8.400 oficiales de esta nacionalidad
Zawodny, J. (1952) pag. 319. Además, el miedo de Gran Bretaña de que los
procesos del IMT otorgaran a los acusados una base para su propia justificaci6n
se hizo realidad cuando Goering superb a Robert Jackson durante su
interrogaci6n y su abogado arengo al tribunal por dos dias 51. Sin embargo, las
pruebas de los actos horrendos que se hablan cometido opacaron cualquier cosa
que los demandados o sus abogados tuvieran que decir. Finalmente,
prevalecieron los valores y metas que pretendían alcanzar Estados Unidos,
Francia y Gran Bretaña. Debido a que las cuatro mayores potencias aliadas tenían
diferentes procedimientos penales nacionales, Ia redacción del documento del IMT
fue particularmente difícil. Tribunal para Yugoslavia (1994). Mientras que los
procedimientos británicos y norteamericanos son por naturaleza contenciosos y se
basan en el common law, Francia tiene un sistema de derecho civil y Ia Unión
Soviética tenía su propia justicia socialista53. Los representantes de los países
Aliados reconciliaron sus diferentes sistemas legales a través de la creación de un
proceso mixto. Murphy, J (1990). El Acuerdo de Londres del 8 de agosto de 1945
estableció el IMT y contenía un anexo con el estatuto del nuevo tribunal 55. La
amalgama de sistemas legales, de acuerdo con el juez Jackson, operaba en
beneficio de los demandados. Estos podían, por ejemplo, pasar al estrado y
testificar bajo juramento en su propia defensa o simplemente presentar al final del
juicio un testimonio no juramentado ante Ia corte, sin someterse a un
interrogatorio. Robert, J. (1949). Los redactores también se enfrentaron con la
ardua tarea de definir los crímenes por los cuales los demandados serán
procesados. Finalmente, Ia Carta de Londres disponía en su artículo 6° la
acusación por los siguientes crímenes: (a) crímenes contra Ia paz; (b) crímenes de
guerra; y (c) crímenes contra Ia humanidad 57. Desde Ia perspectiva del principio
de legalidad, los más fáciles de definir de los tres crímenes eran los crímenes de
guerra. Los crímenes de guerra mencionados en el artículo 6°(b) incluían normas
de derecho consuetudinario reconocidas por las partes, de acuerdo con Ia
Convención de La Haya de 190758 y normas de derecho pactadas en tratados,
como en el caso de en la Convención de Ginebra relativa al tratamiento de los
prisioneros de guerra (Geneva Convención Relative to the Treatment of Prisioners
of War)59.Un asunto legal más complejo era establecer si los "crímenes contra Ia
humanidad" a los que se refería el artículo 6°(c) existían como una combinación
de derecho internacional, particularmente el contenido en los tratados, la
costumbre, y los principios generales del derecho 60. Debido a que los "crímenes
contra Ia humanidad" no formaban parte de un tratado, los Aliados tenían que
evitar una interpretación muy rígida del principio de legalidad en pro de evitar
legislar ex post facto, cuestión que podría ser desafiada con éxito en Ia corte.
Entonces, la justificación fundamental de los "crímenes contra la humanidad" se
sustentaba en una teoría de extensión jurisdiccional de los crímenes de guerra.
Dicho acuerdo fue firmado por las cuatro principales potencias aliadas y después
se le sumaron diecinueve estados74. Las cuatro principales potencias aliadas
organizaron equipos individuales de acusación, que también tenían sus propios
investigadores. El equipo norteamericano aport6 Ia mayoría de los documentos
que fueron utilizados como pruebas, así (como soporte logístico y práctico para los
otros equipos75. En esa época, más de un millón de tropas aliadas ocupaban
Alemania con acceso completo a los prisioneros de guerra, testigos civiles y
documentos del gobierno. La recolección de pruebas fue facilitada por lo que
Telford Taylor llama Ia "inclinación teutónica a guardar las cosas
meticulosamente"76. El IMT acus6 24 personas, de las cuales 22 fueron
procesadas. Tres demandados fueron absueltos, 12 fueron sentenciados a muerte
(colgados), tres fueron sentenciados a cadena perpetua, y el resto fueron
sentenciados a condenas de prisión que oscilaban entre 10 y 20 arios 77.Hermann
Goering se suicidó al final del juicio.
Todos los demandados eran alemanes y ningún otro demandado del eje de
potencias europeas fue acusado o juzgado por el IMT. Ningún miembro del
personal militar Aliado fue procesado por crímenes de guerra contra los alemanes.
Estos procesos, pese a que fueron justos para los acusados, iban en una sola
dirección 78.
En primer lugar, la Unión Soviética había entrado en guerra contra el Japón unas
pocas semanas antes de que este último fuera derrotado y Los Estados Unidos
estaban preocupados acerca de las ambiciones de la URSS en el Lejano Oriente.
Además, los Estados Unidos no querían que Ia Unión Soviética ejerciera ninguna
influencia sobre estos procesos93. A los Estados Unidos también les preocupaba la
conducta que tendría Japón después de Ia segunda guerra mundial. Entonces,
todo aquello que Ia FEC y el IMTFE realizaban era guiado por los deseos de
MacArthur, así como también lo era aquello que realizaba la comisión militar de los
Estados Unidos (United States Military Commission) para juzgar al personal militar
japonés en las Filipinas y en otras áreas del escenario de operaciones militares del
Lejano Oriente el cual el mismo estableci6 posteriormente, de conformidad con su
autoridad como SCAP en el escenario Pacifico japonés. Pese a que MacArthur
trat6 de mantener Ia apariencia de imparcialidad frente a los diferentes procesos
legales a los que había dado movimiento, su mano dura fue evidente a través de
ellos. El 13 de abril de 1946, Ia FEC emitió una decisi6n acerca de su política
respecto a Ia "Aprehensión, juicio y castigo de los criminales de guerra en el
Lejano Oriente"94. El artículo 6°(a) de la decisión de Ia FEC autorizaba al SCAP,
el general MacArthur, para establecer una agencia que actuara bajo su mando
para investigar los informes de crímenes de guerra, recoger y analizar pruebas y
organizar la captura de los sospechosos. Ademes, el artículo 6°(a) le daba al
SCAP el poder de decidir que individuos u organizaciones serian acusados y ante
que corte debían presentarse95. Los participantes en Ia FEC y posteriormente en
el IMTFE eran escogidos de manera representativa. Cada persona actuaba como
representante del gobierno de su país y no como individuo96.
Ello llevó a una politización de Ia FEC y del IMTFE y afectó el trabajo interno de
estos cuerpos, así como Ia calidad de Ia justicia que ellos administraban. Los
procesos en sí mismos eran cargados de irregularidades procedimentales y de
abusos de la discrecionalidad judicial97. Los demandados eran escogidos sobre la
base de un criterio político, y sus juicios eran generalmente injustos98.0tros, tales
como el personal militar aliado, estaban notablemente ausentes de la lista de
demandados. Ninguno de los aliados fue procesado por crímenes de guerra.
Adicionalmente, la aplicación de Ia ley respecto a algunos de los demandados era
por lo menos dudosa, si no errónea. La ejecución de las sentencias también era
inconsistente, controlada por los caprichos políticos del general MacArthur, quien
tenía el poder de otorgar indultos, reducir las sentencias y otorgar la libertad
condicional a criminales de guerra convictos 100.
Esta comisión japonesa actuaba de acuerdo con el artículo II del Tratado de paz,
que disponía Ia repatriación al Japón de criminales de guerra declarados
culpables108. Diferente de lo que sucedía en Alemania, donde aquellos acusados y
declarados culpables de cometer crímenes de guerra se convertían, en su
mayoría, en parias de su sociedad, los japoneses no consideraban a tales
personas criminales sino victimas109. Para los japoneses, los juicios eran la
venganza de los victoriosos expresados en términos de Ia justicia de los
victoriosos110.
Estos informes sentaron las bases para que el Consejo de seguridad creara un
tribunal ad hoc para Ruanda.
Como el ICTFY, el ICTR tiene capacidad para conducir procesos por genocidio160
y "crímenes contra la humanidad"161. Debido a que el conflicto en Ruanda fue una
guerra civil, las violaciones a las leyes y costumbres de la guerra y la convención
de Ginebra de 1949 que cubren todos los conflictos internacionales no serán
procesados162. Sin embargo, las violaciones al artículo 3° común a las
convenciones de Ginebra de 1949 y al Protocolo adicional II si serán
procesadas163.
A pesar de que los estatutos del ICTR y el ICTFY son diferentes, los tribunales
comparten un mismo fiscal y un mismo Tribunal de apelación. Esta es una formula
curiosa para dos tribunales ad hoc creados independientemente por el Consejo de
seguridad a través de dos resoluciones que no tienen relación alguna. Según el
secretario general, sin embargo, "los vínculos institucionales... garantizan una
unidad en el acercamiento legal, al igual que economía y eficiencia en los
recursos"164.
Debido a que Ia mayoría de los acusados y de los testigos tendrían que venir
desde Ruanda, Ia tarea este llene de problemas logísticos y de dificultades
prácticas. Alin mds: Arusha no es el lugar ideal para instalar el tribunal, puesto que
allí también la ONU tuvo que construir una infraestructura de la nada y en
condiciones difíciles.
Debido a que el informe fue criticado tanto por algunos gobiernos como por
acadómicos196, su texto fue revisado y se adoptó en 1996197.
Pero más tarde, la ILC y la Asamblea general separaron los dos proyectos.
Aunque la ILC fue más allá de la cuestión del tráfico de drogas, que era Ia base
del mandato original, Ia Asamblea general no present6 ninguna queja de largo
alcance. Sabiamente, la ILC comenz6 con un informe preliminar en 1992 202 y
cuando ese informe fue recibido favorablemente por la Asamblea general, Ia ILC
produjo un texto global en 1993203, el cual modificó en 1994204. Los cambios
hechos al Proyecto de estatuto para una corte penal internacional de 1994 ten fan
el propósito de responder frente a las preocupaciones políticas formuladas por
algunas de las mayores potencias mundiales205.
Sin embargo, un factor que puede acelerar el proceso podría ser el afán que existe
por establecer una corte penal internacional para 1998. El ICTFY y el ICTR fueron
creados por el Consejo de seguridad de conformidad con las facultades otorgadas
en el capítulo VII de Ia Carta. Para 1997 o 1998 puede resultar muy difícil pare el
Consejo de seguridad mantener estos tribunales ad hoc en funcionamiento 211.
Debido a que no sería políticamente conveniente abolir estos tribunales, o
causarles una muerte prematura, una corte permanente que se encargue de los
procesos restantes o de los que se den en el futuro podría ser una solución muy
útil.
Conclusiones:
Revista de derecho público N°10. Mayo de 1999. Universidad los andes. Facultad
de derecho.