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NARRATIVA PEDAGÓGICA
“DESAFÍO”
DESAFÍOS DE MI PRÁCTICA PEDAGÓGICA
Mi primer paso lleva ya tres años de recorrido. Esta marcha, a veces firme y segura,
otra tambaleante, me conduce huella a huella al logro de un sueño postergado por
circunstancias de la vida, ser profe en Lengua y Literatura.
Por suerte nos tocó la escuela y el turno que queríamos. En clases se acordaron
normas y pautas de trabajo para la salida a las instituciones.
En un primer momento realicé las observaciones en tres cursos del Ciclo Básico.
Primer año: chicos tranquilos y con las mismas características de los de primaria
que conozco.
Segundo año: ¡Dios mío! ¡Esos chicos no paraban de hablar! En pleno desarrollo de
clases, varios ensimismados con sus celulares o corriendo mesas o sillas, no tenían oídos
para las recomendaciones y reclamos de la profe. Ni hablar de escribir o realizar las
actividades propuestas. Nos mirábamos con mi compañera y creo que así, los elegimos,
en realidad elegíamos el desafío.
LA ELECCIÓN
Llegó el momento de informar a las profes de la cátedra que queríamos dar las
clases en segundo año, y de ponernos en contacto con la conformadora para comunicarle
que la habíamos elegido a ella y a su curso. Con la amabilidad y predisposición de siempre
nos dijo que desarrolláramos el tema mitos que ella había comenzado, pero quería que
profundicemos.
Aunque tengo experiencia como docente de Educación Primaria, los nervios y los
miedos no estuvieron ausentes. Esta elección me generaba adrenalina por el curso mismo;
por el tiempo que nos demandaría planificar las clases en formato taller y que sean
aprobadas, y obviamente la puesta en escena del mismo en el ¡aula de segundo!
PLANIFICANDO
Con mi compañera, casi siempre acordamos en todo, pero esta vez cuando escuchó
dramatización, sí, dramatización su cara me dijo todo. Dale, si te animás yo te acompaño,
escuché al fin.
EL DESAFÍO
Era mi segunda y última clase, pero estaba más nerviosa que la primera. Ese día
se ponía en escena la dramatización.
Comencé la clase retomando el argumento del mito con los alumnos, recordamos
los personajes, el rol de cada uno; el lugar, el tiempo, la historia. Todos participaban,
aseverando lo que algunos compañeros afirmaban o expresando sus desacuerdos. Cerré
este momento despejando dudas, releyendo los párrafos que presentaros confusiones para
algunos.
Les cuento luego, que la actividad de ese día consistía en completar en grupos, un
guion que les había preparado. Debían hacerlo teniendo en cuenta lo que habíamos
recordado, y podían recurrir a la lectura del mito tantas veces como fuera necesario;
también podían consultarnos.
Durante esta actividad de producción escrita, los alumnos no tuvieron dificultades
para renarrar el mito, mediante la producción de un guion, porque tenían esa guía. No
debían enfrentarse al papel en blanco y comenzar de cero.
Bien, entregué las copias con el guion incompleto, y mientras recorríamos y nos
acercábamos a los distintos grupos observé que ellos, no tenían inconvenientes para
completarlo. ¿Por qué lo podían hacer? Sencillamente porque se habían realizado tareas
de conversación, de recuperación de experiencias lectoras anteriores; de lectura y de
comentarios sobre lo leído.
Luego les dije que se iban a convertir en actores y que deseaba verlos en acción,
para mi sorpresa, todos estuvieron dispuestos. En conjunto distribuimos los roles, para las
sirenas, había preparado unas vinchas con flores que les encantó (se las regalé). Improvisé
el barco con una mesa, en fin, la dramatización fue un éxito. Todos participaron, como
protagonistas o espectadores. El más terrible, hizo de fotógrafo. La dramatización fue un
éxito. Mi práctica había llegado a su fin.
REFLEXIÓN