Si bien las características en Europa del positivismo son el monismo
epistemológico y ontológico, así como la concepción del progreso asociado al
orden social. En el ambiente Latinoamérica, la influencia de este fenómeno intelectual estuvo orientado más a la segunda característica que a la primera, pues la idea del progreso donde es el futuro mejor, a base del orden y la paz social. Es comprensible esta orientación ya que, la situación no era prometedora después de las luchas para liberarnos del yugo español caímos en un caos político, social y económico; en otras palabras, existía un presente incierto en Latinoamérica; los intelectuales fijaron su vista en una solución hallando como única luz de esperanza el positivismo para adquirir ese ideal soñado buscando asociarlo a los demás sectores. Inspirado principalmente en Estados Unidos, que tenían un alto grado que los demás países debían de imitar, a pesar de ser una nación tan joven había logrado la industrialización y tener el orden deseado. Los autores entienden que la razón propia del “siglo de la luces”, es ese motor necesario por ergo abrazan fuertemente al positivismo aunque sea un hijo tardío de la Ilustración, significaba una revolución intelectual y política a todo lo antes impuesto por España . En Argentina a través de Sarmiento y Juan Bautista Alberdi profesaban su nueva fe; en México se inicia con Gabino Barreda, discípulo del denominado padre del positivismo ,Augusto Comte; por ello era el más adecuado para elaborar y llevarla a cabo la reforma educativa de su país confecciono un Fondo Común de Verdades con el objetivo de acabar con la anarquía política ,la confusión intelectual, veía que mediante la educación era la forma de obtener el orden y desarrollo; alejando así el oscurantismo y la ausencia del pluralismo intelectual .