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Libro: “Homossexualidad, familia y revindicacion.

De la liberación
sexual al matrimonio igualitario.” de Vespucci
Capítulo 4
Una forma deseable: el discurso “somos familia” como símbolo
hegemónico de las reivindicaciones gay-lésbicas

1- Introducción
El 15 de julio de 2010, el Senado de la Nación aprobó la nueva Ley de
Matrimonio, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en habilitar el
casamiento entre personas del mismo sexo. La obtención de esta ley no sólo se
puede leer en el terreno político-partidario sino también que transcurre un proceso
histórico y cultural más amplio que le otorga sentido.
Este proceso comenzó a advertirse a principios de la década del 2000,
cuando los reclamos del movimiento LGBT por el reconocimiento social-legal de las
relaciones homoconyugales y las familias homoparentales comenzaron a tener
impacto en las agendas mediáticas, políticas y académicas. Así, al sancionarse la
Ley de Unión Civil en la Ciudad de Buenos Aires (2000), encargada de regular las
relaciones de pareja hetero y homosexuales, y la posterior presentación de un
proyecto legislativo de Unión Civil a nivel nacional por parte de la Comunidad
Homosexual Argentina (CHA), incluyendo la herencia y la adopción para las parejas
del mismo sexo, dispararon un debate ideológico y científico sobre el estatuto social-
legal de la familia y la homosexualidad.
Los reclamos sociales y legales LGTB desafiaban las nociones
heteronormativas de familia que dominaban el imaginario social, y encontraron
mayor resistencia en la Iglesia Católica y su círculo de influencia social, política y
estatal. Además, desafiaban premisas del campo de estudios sociales de familia y
sexualidad respecto al carácter no familiar del “estilo de vida homosexual”.
¿Por qué un colectivo que siempre había estado excluído y enemistado con
la institución familiar, pretendía incorporar a sus formas de vida? este interrogante
quedaba absorbido por las ideas políticas, que consideraban absurdo que los
homosexuales desearan una institución supuestamente en crisis, que además,
siempre los había excluído.
Con el tiempo, se notaron más claros que estos reclamos implican un
derecho de ciudadanía para los individuos que no se ajustan al binarismo
heterosexual, logrando mayor consenso en diversos sectores de la sociedad.

2- Sentirse parte de un proceso de diversificación familiar


Entre mediados y fines de los años 90 las reivindicaciones homosexuales, y
las polémicas sobre sus modos de vida que las mismas traían aparejadas,
comenzando a tener una traducción familiarista mucho más intensa que en la etapa
precedente que inaugura la posdictadura.
En este período se muestra una proliferación de organizaciones gays-
lésbicas, cuyo recurso principal de disputa política fue la apuesta por la
visibilización.
En los años 90, la agrupación Gays por los Derechos Civiles realiza un
proyecto de ley de unión civil wir atendiera la realidad de los arreglos domésticos
formados por parejas de gays y lesbianas. Uno de los argumentos de la demanda
se ampara en las consecuencias del VIH-sida en cuanto material y social de esos
núcleos homoconyugales.
Es probable, que el VIH.sida haya generado ciertos cambios en las
relaciones homosexuales del orden de la monogamia y la pareja estable, y de la
evitación de prácticas de sexo anal con personas circunstanciales. Sin embargo,
consideramos que el VIH-sida es un aspecto complementario de un complejo
proceso de formación de sentidos y prácticas familiares en el universo homosexual.
En 1993, la unión civil de GDC y el Frente por la Democracia Avanzada
(FAD), elaboraron un proyecto que reclamaba sancionar una Ley de Contrato de
Unión Civil que permita el reconocimiento de las relaciones de pareja entre dos
personas del mismo sexo: derecho a la herencia; a la seguridad y previsión social;
bienes gananciales; adopción de menores.
El sida terminó convirtiéndose en una vector de reconocimiento de los
derechos de las personas homosexuales, como consecuencia de la visibilidad
forzada de la diversidad sexual que provocó la epidemia.
Al mismo tiempo, este disparador visibilizó aspectos de la vida homosexual,
tales como las relaciones estables y los núcleos de convivencia integrados por
parejas de gays y lesbianas.
Es importante señalar, que esa realidad fue posible de visibilizar por un
discurso activista no sólo del movimiento de diversidad sexual, sino también de
otros movimientos sociales como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, Familiares,
Hijos, Hermanos.
Por consiguiente, la formación de sentido y prácticas familiares en los modos
de vida homosexualesse apoya en dos pilares fundamentales: uno se trata de las
propias mutaciones en las prácticas y nociones de familia que ocurren en distintos
países de Occidente desde las últimas cuatro o cinco décadas; y otro en el plano
local numerosos trabajos que integran un campo plural de estudios sobre
parentesco, familia y sexualidad que muestran la creciente diversificación de
configuraciones familiares e intentado explicar sus razones.

4-El discurso científico: “quererse sanamente”


El discurso científico fue protagonista en los reclamos sobre el
reconocimiento social y legal de la homoparentalidad, tuvo gran influencia en la Ley
de Unión Civil que incluía la adopción y a herencia, y lo hizo a partir de lo mediático.
El reclamo de la comunidad CHA sobre la unión en matrimonio y la
homoparentalidad puso en tensión el “imaginario heteronormativo”. Surgió un gran
debate entre lo que la ciencia sostenía y los postulados de la iglesia, la cual fue un
foco de resistencia.
La iglesia sostenía la idea de que “hay que resguardar el bienestar superior
del niño...dos personas del mismo sexo no pueden procrear, es contra la naturaleza,
no pueden criar a un niño”; estas ideas también se sostenían en el imaginario social
ya que en el discurso de se escuchaban frases (y aún se escuchan) como “se se
junten lo acepto, que críen hijos no” “es un mal ejemplo”. Este discurso se sostuvo a
través de los medios de comunicación, a los cuales las organizaciones gays-
lesbicas debieron disputar y tratar de romper el imaginario social, para esto, se
acudió a determinados saberes científicos.
¿Cómo se pusó en crítica ese imaginario heteronormativo? A través de una
serie de comunicados y noticias que se dieron a circular en los medios, los cuales
tenían un sustento científicos para desterrar determinados mitos acerca de la
homoseualidad. Lo primero que se hizo fue resaltar la capacidad de las personas de
orientación homosexual: desterrando el mito de la propensión al abuso de menores ,
un ejemplo fue dar a conocer una investigación realizada en EE.UU, donde
muestra que el 90% del abuso sexual a niños/as lo cometen heterosexuales (APA).
Se trabajó en separar lo sexual de lo parental, así se hizo hincapié en la
importancia de hablar de funciones maternas y paternas que son independientes de
la orientación sexual , y que permiten la adaptación del niño/a a la sociedad, para
esto se acudió al saber psicoanalítico; se le dió importancia a la dimensión de
afecto. También se intentó dejar en claro que la crianza por parte de padres y
madres homesexuales no deja secuelas negativas, que en distintos lugares del
mundo existe este modo de crianza. Una temática que estuvo en debate fue acerca
de la orientación sexual de los niños, mientras quienes estaban en contra sostenían
que niños criados por personas homosexuales serían también homosexuales.Todo
esto muestra que lo que estaba en juego era un diagnóstico de salud sexual y
psicológica sobre esta nueva configuración de familia.
Otro tema que se destaca es respecto al acceso a la paternidad, el ser
padres a partir de la adopción o ser padres biológicos, ante esto cómo dar a conocer
el origen de la familia a ese niño. Y más allá de esto, se hizo hincapié en que lo que
importa es el afecto como afirma Dr. Boggiano “lo que importa es el afecto, la
contención y una mirada que reconozca al niño”.
Todo lo desarrollado muestra cómo fue la lucha para el reconocimiento
social-legal de la familias homoparentales, ante la resistencia del discurso de la
iglesia (la homosexualidad como antinatural y la unión heterosexual como base
natural de la familia). Lo cual fue posible a partir de que la CHA acudió a los medios
de comunicación para visibilizarse.

5- El discurso de la igualdad jurídica y ciudadana: “quererse bajo las


mismas normas que las otras familias
El reclamo por el matrimonio liderado por la FALGBT visualizo aún más la formación
de arreglo domésticos homoconyugales y de hogares homoparentales,
imprimiéndoles definitivamente un sello familiarista.

El reclamo por el matrimonio no puede comprenderse desligado de ese proceso de


formación de prácticas y sentidos familiares en la cultura gay-lésbica, al que
contribuyó al recrear, tampoco se comprende aislado de la orientación estratégica
de reivindicaciones de la homosexualidad que ya venía operando dentro del campo
del activismo.
El matrimonio constituyo un reclamo planificado. La eficacia del cometido se
relaciona entre otros factores con la particular combinatoria entre el tipo de
acciones y el contenido de sus discursos.

El marco de la FALGBT se compuso de acciones impactantes en la escena pública


y un discurso moderado reformista, una combinación que ya había resultado eficaz
en otros movimientos sociales. Una de la acciones fue el intento de contraer
matrimonio que realizaron dos reconocidas integrantes de la FALGBT
presentándose en un registro civil de la ciudad de Buenos Aires, este hecho tuvo un
gran impacto en la agenda mediática. Luego era acompañada de un discurso más
bien moderado y culturalmente accesible en términos generales.

“se trata de que el estado, que debe sostener y garantizar el principio fundamental
de la igualdad, remueva todas las barreras y todos los obstáculos que hay para el
pleno ejercicio y goce de los derechos, incluido por supuesto el de acceso al
matrimonio civil. Eso es igualdad” (Rachid y Paulon, 2010:12)

En primer lugar hay ahí un “discurso de igualdad jurídica”, que apela a la ampliación
de un derecho para incorporar a una minoría que se comprende excluida, intentando
así restituir un estatuto pleno de ciudadanía. Además del “argumento igualitario”, el
otro pie de apoyo de esta reivindicación pasaba, nuevamente, por la dimensión
afectiva o “el argumento del afecto” expresado por la presidenta de la FALGBT “¿a
quién hace daño que dos personas simplemente se amen tanto, que quieran
cuidarse, protegerse y quererse mutuamente para el resto de sus vidas , aunque
quizás luego dure un instante”

El argumento de la igualdad y el argumento del afecto se reforzaron mutuamente en


el discurso de las organizaciones LGBT.

Todo esto no necesariamente implica que las familias homosexuales sean


homogéneas así como tampoco lo son las familias heterosexuales, aun con estos
matices el proceso de articulación simbólica entre homosexualidad, familia y
matrimonio avanza su marcha y se va consolidando como una fórmula deseable
(discurso familiarista y matrimonial) y formula emergente (configuraciones íntimas y
domésticas integradas por homosexuales reivindicandose como familias)
volviéndose prácticamente indistinguible.
6-Breve balance del proceso familiarista

Transcurrió alrededor de una década entre que Elisabeth Roudinesco (2003) lanzó
el puntapié de lo que llamamos “tesis de la normalización” y la sanción del
matrimonio igualitario en 2010, la que imprimió un sello decisivamente familiaristas a
las luchas del activismo LGTB hegemónico.

Las famiias homoosexuales (en su componente homoconyugal y homoparental)


trastocan profundamente las bases de la alianza (heterosexual) y la filiación
(biológica o adoptiva) de nuestro sistema de parentesco.

Cómo y porqué se produjo una fórmula deseable de articular nociones de


homosexualidad y familia, algunas pistas claves son:

● un proceso global de transformación y resignificación de la familia


● un proceso específico de formación de sentidos y prácticas familiares en
buena parte de los modos de vida homosexuales el cual se vio acompañado
y estimulado por el discurso de los derechos humanos, el discurso científico
el discurso de la igualdad jurídica.
● ya no es posible sostener que las familias homosexuales son homogéneas ni
tampoco que formas familiares semejantes tengan un mismo significado para
quienes las conforman.

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