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TRAUMATISMOS ESOFÁGICOS
1. CLASIFICACIÓN DE LOS TRAUMATISMOS ESOFÁGICOS
Los traumatismos esofágicos son lesiones producidas en el esófago y son diferentes según el tipo de
energía que los cause, pueden ser mecánicos o químicos:
1.1 Mecánicos:
Los Mecánicos van a poder separarse según la fuerza que los ocasione sea intrínseca o extrínseca, encontrando
a su vez nuevos subtipos dentro de estos.
▪ FUERZA INTRÍNSECA:
-Síndrome de Mallory-Weiss: Se produce por el mismo mecanismo que el anterior, pero en este
caso, hay una lesión parcial del esófago, causando una hemorragia.
▪ FUERZA EXTRÍNSECA:
Cuando la fuerza es procedente del exterior puede actuar de dos modos, o bien desde dentro de la luz del
esófago (causas más frecuentes de traumatismos esofágicos) o desde fuera. Las más frecuentes con gran
diferencia son las lesiones iatrogénicas o instrumentales producidas durante la realización de una
endoscopia (con fines diagnósticos o con fines terapéuticos, como la dilatación de una estenosis,
extracción de un cuerpo extraño, resecciones…)
-Por acción intraluminal: Son las más frecuentes, y dentro de ellas, encontramos dos tipos:
▪ Cuerpos extraños: pueden originar lesiones, tanto por la acción del propio cuerpo
extraño, como en las maniobras de extracción del mismo.
▪ Iatrogenia: suponen el 70% de las lesiones esofágicas, bien en el contexto de una
endoscopia, generalmente terapéutica, o de una cirugía, pudiendo ser esofágica,
gástrica o de los órganos adyacentes al esófago.
-Por acción extraluminal: Son muy poco frecuentes por la situación anatómica del esófago. El
principal problema en estos casos es la identificación del traumatismo dadas las estructuras vitales que
hay alrededor del esófago. Cuando se produce la lesión, suele ser en un contexto complicado de
hemorragia, problemas respiratorios, etc. por lo que puede pasar inadvertida la lesión del esófago. Es
importante hacer las exploraciones oportunas para descartar estas lesiones, ya que si no se reparan pronto
pueden ser muy graves y tienen una elevadísima mortalidad.
▪ Traumatismos abiertos: por arma blanca, arma de fuego… suelen afectar al esófago
cervical.
1.2 Químicos:
Son las lesiones por sustancias cáusticas, es lo que conocemos como Causticaciones Esofágicas.
2. CARACTERÍSTICAS
▪ Facilidad de producción debido a que es una víscera frágil que no posee serosa como protección, solo
está rodeada de adventicia. No es necesaria una fuerza intensa para lesionarlo.
▪ Gravedad de sus consecuencias sobre todo si la lesión no se identifica y no se trata en las primeras
24h, la morbimortalidad es MUY elevada.
3. PERFORACIÓN ESOFÁGICA
3.1 Clasificación:
Es importante ya que la clínica, las repercusiones de la lesión, la actitud terapéutica, el pronóstico y las vías de
abordaje, serán distintos dependiendo de donde se produzca la lesión:
‐ Roturas cervicales son las más frecuentes y las más fáciles de tratar debido a su baja gravedad. Las causas
más frecuentes son las lesiones instrumentales (endoscópicas, se introduce el endoscopio a ciegas y con
la manipulación puede lesionarse) y los cuerpos extraños (debido a la estenosis anatómica que hay en
EES, es habitual que los cuerpos extraños impacten ahí).
Estas presentan una clínica de infección cervical.
‐ Roturas torácicas son las MÁS GRAVES. Una vez perforada la pared del esófago en el tórax, el tejido graso
areolar que hay alrededor de él, y con la presión negativa del tórax el contenido esofágico sale, haciendo
que la infección difunda a los tejidos mediastínicos y se produce una mediastinitis, que no siendo tratada
rápidamente, evoluciona a sepsis y shock, con posterior rotura de las pleuras y contaminación de la
cavidad pleural.
‐ Roturas abdominales son las menos frecuentes. Dan la clínica de la perforación de una víscera hueca con
peritonismo y tratamiento a través de la vía abdominal.
En raras ocasiones, la infección desde el cuello puede difundir a los tejidos periesofágicos y llegar al
mediastino, provocando una mediastinitis, lo cual aumenta la morbimortalidad y habría que tratar como una
perforación torácica.
En los casos en los que no hay repercusión general en el paciente, en los cuales hay muy poca contaminación
cervical, podemos llevar a cabo este tipo de tratamiento. Dieta absoluta, nutrición parenteral, antibióticos y
esperar.
Se hace en la mayoría de los casos. A través de una cervicotomía oblicua izquierda, siguiendo el borde anterior
del músculo esternocleidomastoideo, se separa el paquete vasculonervioso, el tiroides y la tráquea y se accede
al esófago, que está en el plano posterior entre la tráquea y la columna. Se intenta localizar la perforación,
suturarla, lavar bien y drenar la zona cervical, todo ello acompañado de las otras medidas mencionadas
anteriormente (nutrición parenteral, antibióticos, etc).
Fue descrita en 1724 por Boerhaave cuando un almirante, tras una comida pantagruélica, se provocó el
vómito, después del cual tuvo un dolor torácico intenso y tras un empeoramiento brusco murió en unas 16
horas. Tras realizarle la autopsia, Boerhaave observó que tenía una perforación esofágica.
Los vómitos bruscos, u otro tipo de maniobras (defecación, parto) producen esa hiperpresión que se transmite
al esófago, y, coincidiendo con una contractura del EES, crea como una cámara cerrada que provoca la rotura
del esófago.
La lesión suele ser un desgarro longitudinal de unos 3-6cm generalmente en la parte distal del esófago. Con
mayor frecuencia, se producen en la parte posterolateral izquierda (es el punto de mayor actuación de la
presión). Esto quiere decir que el esófago estará roto hacia el lado izquierdo y el contenido irá hacia la pleura
izquierda. La clínica y el tratamiento son comunes a cualquier tipo de perforación esofágica producida por otra
causa, como un cuerpo extraño.
4.1 Clínica:
Paciente que en contexto de vómitos presenta:
‐ Dolor torácico brusco e intenso. Suele ser retroesternal, pero puede irradiar al lado izquierdo, hacia
el hombro, hacia el cuello, hacia el brazo (semejando un infarto), hacia el abdomen…
‐ Disnea
‐ Shock (si no se trata rápidamente al paciente): es un shock mixto, por un lado hipovolémico y, por
otro, séptico.
4.2 Signos:
‐ Mal estado general
‐ Hipotensión y taquicardia (como consecuencia de la hipovolemia)
‐ Taquipnea y cianosis (hipoventilación asociada)
‐ Enfisema en el cuello, pues el gas desde el mediastino difunde muy fácilmente a través de los tejidos
periesofágicos, hipoventilación del lado pulmonar implicado en la rotura, y peritonismo si la infección
difunde al abdomen.
4.4 Diagnóstico
Lo primero es sospecharlo por el contexto, por la clínica de la que disponemos. Después vamos a valernos de
una serie de pruebas de imagen:
La endoscopia está descartada siempre que haya una sospecha de perforación esofágica. Se debe evitar ya
que la insuflación necesaria para poder realizarla puede agravar la perforación.
4.5 Tratamiento
4.5.1Tratamiento general
‐ Reposición hidroelectrolítica
‐ Antibióticos
‐ Antifúngicos
‐ Asegurar la ventilación: en muchos casos, va a necesitar intubación orotraqueal.
4.5.2Tratamiento perforación
Una vez estabilizado el paciente, debemos decidir el tratamiento de la perforación lo antes posible ya que a
medida que pasa el tiempo, en un paciente que necesita cirugía va a empeorar la situación. A veces, lo más
difícil es decidir entre estas 3 opciones, cuál de ellas escogemos:
• Tratamiento conservador: elegiremos esta opción en caso de pacientes con alto riesgo quirúrgico
elevado, con poca inflamación mediastínica, sin repercusión general o perforaciones pequeñas,
diagnosticadas precozmente.
• Tratamiento endoscópico: en algunos casos, al tratamiento conservador se podría añadir la
colocación de una endoprótesis autoexpandible para intentar sellar la perforación.
• Tratamiento quirúrgico: en la mayoría de los casos, con los tratamientos anteriores no es suficiente y
debemos llevar a cabo un abordaje quirúrgico.
Si hay mediastinitis, si hay una contaminación importante, hay que operar al paciente. El acceso será diferente
según la localización de la perforación.
‐ Los últimos cm del esófago, son más accesibles por el lado izquierdo del tórax, por ello, en la rotura
clásica, con contaminación de la pleura izquierda, accederemos a través de una toracotomía
izquierda.
‐ Si la perforación es un poco más alta, en los tercios proximal y medio del esófago, el acceso al mismo
por el lado izquierdo es muy complicado (está cubierto por la Aorta y se accede muy mal), por tanto
el acceso será a través de una toracotomía derecha. Esto lo decidiremos mediante el TAC con
contraste viendo a qué altura esta la lesión y hacia donde drena.
Hay que lavar, limpiar y drenar toda la contaminación que haya y cerrar la
perforación.
Consiste en, excluir al esófago por arriba, hacer un cierre del mismo y hacer una esofagostomía para que la
saliva salga por el cuello y no pase por el esófago.
En la imagen izquierda vemos una estenosis larga de una esofagitis cáustica. En el contexto de una dilatación
se produce esta perforación con una pequeña extravasación de contraste, pero la fibrosis periesogafica
bloquea la salida, la perforación queda contenida y la mayoría de las veces
evolucionan bien con tratamiento conservador simple o con la colocación de una
endoprótesis.
Pueden ser de muchos tipos, desde fragmentos de bolo alimentario, huesos, espinas, objetos metálicos, etc.
Los cuerpos extraños suelen quedarse en las zonas donde hay estrechamientos anatómicos del esófago, lo
más frecuente es en el EES (síntomas de asfixia), el segundo a nivel del cruce con la aorta y la bifurcación
traqueal y menos frecuentemente a nivel del hiato esofágico; o también pueden quedarse en zonas de
estenosis patológicas (cáusticas, pépticas o post-quirúrgicas).
La mayoría de las veces se resuelven mediante la extracción endoscópica, solo un 1% llegan a cirugía y se
sobrepasa el tratamiento conservador, ya sea por las consecuencias de la perforación del cuerpo extraño o
por la perforación producida durante la instrumentación para retirarlo (sobre todo si se trata de objetos
puntiagudos).
7.1 Síntomas:
Dependen del tamaño, características y localización del cuerpo extraño.
-A nivel cervical, síntomas de odinofagia, sialorrea, disfonía, disfagia y dolor torácico (también puede
ser retroesternal, cervical o abdominal).
7.2 Características:
Debemos investigar siempre las características del cuerpo extraño, es importante saber qué tipo de cuerpo
extraño es. Hemos de saber si lo ha ingerido en un descuido, si estaba comiendo pescado y se la ha quedado
clavada una espina por accidente…
Lo más peligroso es la ingestión de pilas de botón, ya que estas,
aunque estén descargadas, producen iones hidróxido en el polo
negativo lo que provoca una causticación esofágica. Esto lleva a una
necrosis local que puede acabar en perforación esofágica en muy poco
tiempo (3h); en estos casos se trata de una urgencia, y por tanto se
pretende retirar el objeto lo antes posible.
Van dirigidas a confirmar la existencia del cuerpo extraño y en segundo lugar a conocer la localización del
mismo, para determinar la opción terapéutica y sobre todo para saber si hay complicaciones.
‐ La endoscopia es diagnóstica y suele ser terapéutica, permitiendo la extracción del cuerpo extraño
en más del 95% de los casos. Afortunadamente, solo un 1% de los cuerpos extraños precisan cirugía.
7.4 Tratamiento:
‐ Garantizar la permeabilidad de la vida aérea que amenaza de forma inmediata la vida, sobre todo los
bolos alimentarios voluminosos atascados en el EES que pueden provocar síntomas respiratorios. Se
lleva a cabo la maniobra de Heimlich.
‐ Extracción endoscópica que es el tratamiento de elección y soluciona la mayoría de los casos.
‐ Cirugía: se recurrirá a esta en el caso de que el cuerpo extraño haya provocado perforación y sepsis.
Es la misma que aplicamos que en las perforaciones por otras etiologías.
7.5 Complicaciones:
Pueden ser secundarias a la impactación del cuerpo extraño o bien a las maniobras de extracción, sobre todo
si son objetos puntiagudos y voluminosos.
Estas complicaciones pueden ser debidas a la acción del cuerpo extraño o, más frecuentemente, producidas
en el momento de extracción del cuerpo extraño.
8.1 Diagnóstico:
‐ Es endoscópico (en el contexto de una hemorragia digestiva alta).
8.2 Tratamiento
‐ Reposición de la volemia
‐ Dieta absoluta y aspiración por sonda nasogástrica
‐ Antieméticos (se ha producido en el contexto de
vómitos)
‐ Sutura quirúrgica: Muy pocos casos. Pueden seguir sangrando, se produce una hemorragia que no
somos capaces de controlar y hay que operar por el riesgo de exanguinación del paciente.
Se realiza a través de laparotomía, una gastrotomía en la parte proximal del esófago, localizamos la
zona de la herida y realizamos una sutura continua con sutura reabsorbible para después cerrar el
estómago.
‐ Naturaleza de la sustancia, en general son más graves las lesiones producidas por sustancias básicas
por su mecanismo de producción. Ocasionan necrosis por licuefacción, con disolución de las proteínas
y esto hace que haya mayor progresión de la necrosis por la pared esofágica. Los ácidos provocan una
necrosis por coagulación, lo cual crea una escara que “limita” la necrosis.
‐ Cantidad y concentración de la sustancia ingerida. En general, cuando son intentos autolíticos, se hace
una ingesta de mayor cantidad y hay mayores lesiones que en una ingesta accidental.
‐ Estado la sustancia, según sea sólida o líquida. Los sólidos tienden a pegarse a la pared, progresando
en menor medida a tramos distales, mientras que los líquidos tienden a llegar al estómago y puede
producirse una causticación de tramos más distales.
‐ Tiempo de contacto con la mucosa en el que se tarda en neutralizar esa sustancia.
9.2 Diagnóstico:
‐ Rx tórax, en la cual podemos ver si hay consecuencias de perforación como neumotórax o
neumomediastino o enfisema. Es lo primero a realizar.
‐ TAC, puede ayudar a ver el grado de lesión en la mucosa esofágica. Es necesaria en caso de sospecha
de perforación.
‐ Laringoscopia, indicada cuando vemos que puede haber lesión de las vías respiratorias.
9.3 Tratamiento:
‐ Grado I y IIA. Las lesiones en general curan sin secuelas posteriores y el tratamiento consiste en
inhibidores de la bomba de protones y en cuanto cesa la odinofagia, se reinicia la ingesta oral y se
procede al alta hospitalaria.
‐ Grado IIB Y IIIA. Tienen consecuencias importantes ya que casi todos estos pacientes (70-100%)
desarrollarán estenosis esofágica. Son largas e irregulares y requerirá dilataciones repetidas y el
paciente tendrá clínica de disfagia y problemas de impactación frecuente del bolo alimentario.
En estos casos se hospitaliza al paciente, se tienen en dieta absoluta con nutrición parenteral y se
intenta prevenir la estenosis.
Prevención de la estenosis: Esta se realizaba mediante corticoides a altas dosis clásicamente. Hoy en
día, parece claro que la única indicación de darle corticoides a estos pacientes es cuando hay
compromiso de la vía aérea. En los demás casos, ya no se prescriben. En la actualidad, se habla de
otras medidas de prevención de la estenosis como son las inyecciones intralesionales de
triamcinolona o la inyección mucosa de mitomicina C, pero todavía no están muy claras las dosis ni
el periodo de administración.
El grado IIB y IIIA desarrollan casi siempre estenosis largas, fibrosas e irregulares que requieren
dilataciones endoscópicas que se van a empezar a hacer a partir de la 3ª semana cuando se inicia la
cicatrización, entre la 3ª-6ª semana (NUNCA antes de la 3ª).
Las dilataciones se hacen por vía endoscópica y normalmente se requieren al menos 5 dilataciones.
En caso de que las dilataciones no den resultados y se repita la estenosis y obstrucción, la única opción
es la esofaguectomía, que es una intervención con una alta morbimortalidad aun en las mejores
manos.