Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
MUSICOTERAPIA EN LOS
CUIDADOS PALIATIVOS
¿QUÉ ES LA MUSICOTERAPIA?
Muchas de las respuestas que se dan a esta pregunta suelen estar
orientadas a lo que a cada uno le representa el enlace de esas dos
palabras, música y terapia. Aparecen imágenes de una persona tum-
bada, relajada, y otra poniéndole música a través de un reproductor
musical, que seguramente será música clásica, incluso nos viene a la
mente la mítica frase de la música amansa a las fieras… Habrá algu-
no que también pregunte qué tipo de música podría escuchar para
estar más relajado, para una mayor concentración… como si de un
botiquín musical se tratara.
La musicoterapia es mucho más que eso. El musicoterapeuta uti-
liza recursos específicos: silencio, ruido, sonido, música y todas las
formas rítmicas y acústicas vivenciadas o expresadas a través del
cuerpo, la voz, los instrumentos musicales, los objetos y los medios
analógicos y digitales de producción, reproducción, edición y comu-
nicación. La utilización del lenguaje sonoro-musical, permite traba-
jar el nivel no conceptual de la comunicación, el nivel emocional,
resultando los instrumentos musicales, la voz y la música editada
objetos intermediarios que favorecen y facilitan la expresión de sen-
timientos y emociones y la exploración y desarrollo de las relaciones
375
María Rodríguez Castro
376
El papel de la musicoterapia en los cuidados paliativos
377
María Rodríguez Castro
378
El papel de la musicoterapia en los cuidados paliativos
379
María Rodríguez Castro
LA MUSICOTERAPIA EN LA MEDICINA
En el ámbito médico, el terapeuta utiliza las experiencias musi-
cales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas para influen-
ciar el estado emocional, mental o físico del paciente antes, durante
o después del tratamiento médico y para ayudar a los pacientes a que
se ajusten a su enfermedad, tratamiento y/o recuperación.
Objetivos:
– Reducir la pena, el trauma y miedo a la enfermedad, tanto para
los pacientes como para los familiares y seres queridos.
– Trabajar con los sentimientos acerca de la muerte, la incapacidad.
– Resolver conflictos interpersonales entre los pacientes y sus
seres queridos.
– Facilitar la decisión de llevar a cabo opciones de tratamiento.
– Reducir la depresión, la ansiedad, la tensión o el insomnio
debido a una enfermedad, tratamiento o recuperación.
– Facilitar grupos de apoyo entre los pacientes y fomentar acti-
tudes positivas acerca de la salud.
380
El papel de la musicoterapia en los cuidados paliativos
Objetivos generales:
• Abrir canales de comunicación
• Mejorar la calidad de vida del paciente.
• Ayudar a aliviar los síntomas biológicos, psicológicos y socia-
les molestos.
• Fortalecer la autoestima.
• Facilitar la aceptación de la muerte como un fenómeno normal
de la vida.
Objetivos específicos:
• Aliviar los temores y las ansiedades.
• Fortalecer la conciencia de identidad y de autoestima.
• Disminuir la sensación de aislamiento.
381
María Rodríguez Castro
– Ficha musicoterapéutica:
Es el interrogatorio del sujeto y/o los familiares acerca de la his-
toria sonoro musical del sujeto a tratar. La musicoterapia considera
que todo ser humano está inmerso en una realidad sonora, que los
sonidos nos acompañan incluso antes del nacimiento, por lo que
tenemos una historia sonoro-musical. Formamos parte de una cultu-
ra que se expresa musicalmente. Sonidos, ruidos, melodías, ritmos,
canciones que han sido y son significativas para nosotros y que nos
han generado y nos generan afectos y emociones. Podemos afirmar
que tenemos una identidad sonora, que es la suma de nuestras expe-
riencias sonoro-musicales que continuamente se actualizan.
382
El papel de la musicoterapia en los cuidados paliativos
METODOLOGÍA EN MUSICOTERAPIA
Existen dos métodos generales básicos que son los pasivos o
receptivos y los activos o creativos. A grandes rasgos, la denomina-
ción de activo o pasivo responde al hecho de implicar una acción
externa o interna por parte del paciente, por ejemplo, la acción
383
María Rodríguez Castro
384
El papel de la musicoterapia en los cuidados paliativos
385
María Rodríguez Castro
CONCLUSIONES
En los Cuidados Paliativos, los musicoterapeutas proveen una
amplia variedad de experiencias musicales creativas y receptivas que
ayudan frecuentemente a los pacientes con enfermedades degenera-
tivas y terminales y a los que están en su entorno. Los componentes
sónicos de la música pueden aliviar el sufrimiento físico, refuerzan
los sentimientos de la memoria de una vida que ha sido y que es y
que inspiran experiencias transcendentales. Addis propone que la
música tiene tal “poder” en la vida humana debido a que representa
un nivel de conciencia del que no somos conscientes. Quizás ello
explique como la música puede ser una notable ayuda en el último
viaje hacia un lugar donde la conciencia propia desaparece.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
MIQUELARENA, M. “El cuerpo y la música en el tratamiento psiquiátrico”.
Pp. 139-145. Montevideo. Editorial Medina. 1987.
BRUSCIA, K. Definición de la Federación Mundial de Musicoterapia. “Defi-
niendo la musicoterapia”, colección musicaarteyproceso, pág. 43. Sala-
manca. 1997.
BRUSCIA, K. “Definiendo la Musicoterapia.” Amarú Ediciones. Salamanca, 1997.
BENENZON, R. “La Nueva Musicoterapia,” Buenos Aires, Editorial Lumen, 1998.
BENENZON, R. “Musicoterapia: de la teoría a la práctica”. Paidos. Barcelo-
na 2000.
BENENZON, R. “Manual de musicoterapia” Paidós. Barcelona. 1995.
Alicia LORENZO. “Nordoff-Robbins music therapy publications”. Artículo
extraído del material del postgrado de musicoterapia del M.I. C.I.M. de
Bilbao. Año 1999.
O´CALLAHAN, C. The contribution of music therapy to palliative medicine.
Oxford Textbook of Palliative Medicine. Editado por D. Doyle, G.
Hanks, N. Cherny and K. Calman, Oxford Textbook of Palliative Medi-
cine. 3ª Edition. 2005, 1041-1046.
ADDIS, L. Of Mind and Music. Ithaca. N.Y. Cornell University Press, 1999
ASTUDILLO, W., MENDINUETA C. Métodos no farmacológicos para pro-
mover el bienestar del paciente terminal. En Cuidados del enfermo en
fase terminal y atención a su familia. Editado por W. Astudillo y col.
Eunsa, 2002, 4º Edición, 343-354.
386