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Reflexión sobre la propia práctica y los procesos

evaluativos

Narrativas pedagógicas

Pastrana Sandra Marianela | sanmariel.13@gmail.com|25. 428. 565

Instituto Superior de Formación Docente “Mercedes”

Extensión Áulica Mocoretá

Profesorado de Educación Primaria

4to año/2o19
No eres lo que logras, sino que superas.
El día lunes 6 mayo del año 2019, ingreso al establecimiento educativo ubicado en zona céntrica, a
las 7 y 30 hrs. Saludo a los directivos y docentes presentes.
Este era un día muy especial, con mucha ansiedad y nerviosismo porque tendría la oportunidad de
probar mi primera práctica docente como residente en este último año de mi carrera. Todas mis
expectativas estaban detrás de la puerta del salón de clases que tendría a mi cargo, así que preparé
el corazón para ese nivel de encuentro aceptando imprevistos que surgieran en la interacción, sin
embargo, me encontré con un mayor desafío, un aula inclusiva.
A las 8: 05 hrs ingresan los alumnos al aula y mientras camino junto a ellos miles de pensamientos
y emociones transitaron en fracciones de segundo por mi cabeza.
Mientras los alumnos se acomodaban en sus pupitres, la docente a cargo del aula, la cual desde
ese momento pasa a hacer mi cooformadora y la persona que me acompañaría en esta primera
etapa de residencia. Docente muy amablemente, predispuesta que me recibe con palabras
motivadoras. Saluda a los alumnos Luego, me presenta a ellos, explicándoles mi presencia y dándole
algunas indicaciones con respecto al comportamiento y el respeto hacia mi persona, porque desde
ese momento pasaba a ser su docente por unos días.
Transcurrido los días de observación, paso a estar al frente del aula y a cargo del grupo de alumnos
que fui conociendo en la semana de observación, como también las formas de trabajar de la
docente, sus adecuaciones o modificaciones curriculares realizadas. Los comportamientos, las
participaciones en clase. Todo esto me ayudo a planificar y a buscar estrategias que promueva la
inclusión y propuestas de trabajo más grupales y no tan individuales como estaban acostumbrados
a trabajar.
El grupo estaba compuesto de 20 alumnos con una diversidad de capacidades de aprendizaje,
entre ellos una alumna con disminución visual, a lo que refería mucha atención, ayuda constante y
personalizada. Sin dejar de lado a los demás alumnos que también necesitaban ayuda.
En todas las secuencias desarrollada de las diferentes áreas, el incidente critico más frecuente que
vivencié fue asistir de manera personalizada a la alumna con disminución visual, la cual me
demandaba mucha atención, tiempo y paciencia. Muchas veces se hacía muy difícil por el solo hecho
que cuando me sentaba con ella a explicar contenidos o a dictarles los conceptos y todo lo que
conlleva realizar eso ej. Remarcar los reglones con colores que pueda ver, dictar palabra por palabra,
darle su tiempo para que escriba, contestar sus interrogantes. A todo esto, los demás alumnos que
iban terminando sus actividades, se ponían inquietos y a molestarse entre ellos. Observe que parte
de la desobediencia de un par alumnos era proveniente de sus celos por la alumna con discapacidad
visual. La aceptación al otro es parte de la integración educativa, muy difícil para algunos alumnos
llevar a cabo esa aceptación cuando no es inculcados en sus hogares, lo cual requiere realizar un
trabajo minucioso con ellos.
Ya pasado los días y reflexionando sobre distintos contratiempos que me sucedieron, comencé a
organizarme mejor en el desarrollo de los contenidos y de las actividades y de esa manera darme el
tiempo para poder asistir con más tranquilidad a la alumna que requería ayuda personalizada, sin
dejar de desatender a los demás alumnos.
Realizaba la indagación de saberes previos antes de presentar el tema, tratado de desarrollar los
contenidos de forma oral realizando varias preguntas hasta que quede bien asimilado y de esa
manera bridarle la oportunidad de participar activamente la alumna con disminución visual ya que
posee una memoria y una capacidad auditiva muy buena.
Antes de pasar escribir los conceptos en la pizarra le trazaba los renglones, leía en vos alta al mismo
tiempo que los escribía para que vaya escuchado y copiado (explicándole con anterioridad a los
demás alumnos porque leía en vos alta). Copio también actividades para mantenerlos ocupado a los
demás alumnos, eso me daba un tiempo para poder dictarle a la alumna los distintos conceptos. Las
actividades siempre se las llevaba impresa en letras grandes y de color. Otros de los cambios que
realicé fue que cuando un alumno terminaba su actividad ayudara a la alumna en cuestión con el
dictado de conceptos. De este modo, los incentivaba a ser solidario y cooperativo, resultado más
efectivo el desarrollo de las clases.

Conclusión
De esta experiencia aprendí que para actuar y potenciar la inclusión en el aula requiere de un gran
compromiso por parte de los docentes y adultos en general, con ellos mismos, con cada alumno en
su singularidad y en lo grupal, y no solo hacia los alumnos con discapacidad, con dificultades de
aprendizaje o altas capacidades sino a todos con características diversas desde lo cognitivas, étnico-
culturales o socioeconómicas, entre otras. Para tal fin, El docente debe implementar estrategias de
enseñanza que favorezca el aprendizaje y la participación de todos, promoviendo la cooperación y
el apoyo mutuo entre los estudiantes.
«La vocación como docente se demuestra cuando se disfruta de los desafíos de enseñar».

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