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Con la finalidad de entender de que sufre cada uno de los niños que llegan al consultorio será necesario
recorrer su historia, la historia de sus padres, la historia de sus vínculos tempranos, la historia de los
procesos por los cuales el cachorro humano pudo llegar a devenir sujeto en un contexto histórico- social
que también establecerá sus propias coordenadas.
HISTORIA LIBIDINAL
Cuando se habla de historia desde una aproximación psicoanalítica se hace referencia al concepto de
“historia libidinal” de Freud. La historia de la que nos ocupamos es aquella que nos habla de los vínculos,
de los conflictos derivados y de los diversos modos de atravesarlo.
Si bien cuando trabajamos con niños es muy importante la cronología de los hechos ocurridos y las edades
en que fueron produciéndose las diferentes adquisiciones madurativas, será necesario indagar el cómo,
con quién y de qué forma fueron vividas estas experiencias.
Pensar los procesos de subjetivación como un recorrido pone el acento en el transcurrir y en los múltiples
avatares que pueden ocurrir en el encuentro entre un pequeño que está constituyéndose y los adultos
que deberían cumplir la función de ampararlo, cuidarlo y libidinizarlo.
Se trata de un encuentro entre una subjetividad que se está fundando, qué depende para su supervivencia
física y psíquica de un otro, y un adulto cuyo aparato psíquico tendría que estar operando por la
castración, tiene que haber deseo, falta contar con los diques anímicos (asco, pudor y vergüenza).
La historia libidinal constituye los prerrequisitos psíquicos para la producción simbólica.
Siguiendo los lineamientos de Freud, al comienzo no existe una unidad comparable al yo, advendrá
progresivamente.
Es a partir del narcisismo parental que se constituye el narcisismo del niño. los padres proyectan en su
heredero sus múltiples anhelos, transformándolo en “Su Majestad el bebé” para que un cachorro humano
se transforme en un sujeto deseante, que pueda pensar autónomamente y atender a los requerimientos
escolares, tendrán que producirse una serie de operaciones lógicas a nivel psíquico y de encuentro con
los otros significativos que de marcar a los modos de subjetivación.
Cuando aparece el malestar el pequeño no posee recursos de simbolización y se produce una descarga
motora, ante un displacer que lo invade realiza una manifestación corporal como el llanto o el pataleo.
En los primeros tiempos es la madre o aquella persona que cumpla con la función materna quién debe
sintonizar empáticamente con las necesidades del bebé.
La madre es el primer objeto amparador que responde al grito del niño, significa su llanto y le proporciona
el auxilio. Asimismo, puede transformarse en el primer objeto hostil, cuando no está presente ante la
emergencia de la necesidad.
La madre quien posibilita la constitución de las zonas erógenas, a partir de la libidinización de ese cuerpo,
es quien brinda un plus de placer que no se reduce a los autoconservativo.
Para poder analizar la perspectiva familiar es necesario definir los conceptos de función materna y paterna
entramandolos con los de contención, interdicción y renuncia pulsional.
Estas acciones pueden ser ejercidas por distintos miembros sin que necesariamente puede atribuirse las
a la madre y el padre real, es condición necesaria que se constituyan y se sostengan a través del tiempo
por un otro humano y humanizante.
Por contención se refiere al sostén narcisístico necesario para la constitución subjetiva y sus múltiples
derroteros. La interdicción remite a los cortes que se tendrán que establecer en diferentes momentos
vitales: el destete, el ingreso a la institución escolar, la incorporación de la normativa entre otros. La
renuncia pulsional está relacionada tanto con el insesto como con la violencia verbal, física y/o sexual.
También es necesario mencionar el concepto de “violencia primaria” (Piera Auglanier) como aquella
función que impone al infans desde lo materno su propio deseo y significación, lo cual es imprescindible
para que el niño se constituye como sujeto.
Esta violencia siempre se encuentra cercana al “riesgo de exceso”, la probabilidad de que la madre tenga
un deseo de inmovilidad sobre el niño que nada cambie si esto se sostienen el tiempo dificultará la
posibilidad de construcción de un pensamiento autónomo por parte del niño.
Desde la madre opera una realidad psíquica historizada, que delinea la modalidad de encuentro con el
niño y que codifica los primeros signos a través de su propia historia.
La relación de la madre con su hijo está marcada entonces por su propia historia libidinal infantil, por el
vínculo que establece con el padre del pequeño y por el marco histórico social, todos estos elementos
organizan el tipo y la calidad de investimientos libidinales que se ejercen sobre el niño.
Lo materno se ubica entonces como sostén y contención, articulado al campo de lo paterno, de
interdicción y corte, resultado independiente de la presencia o ausencia, la fortaleza o debilidad del padre
real.
Esta función de corte tiene una doble prohibición al hijo: “no te acostarás con tu madre” y a la madre “
no reintegraras tu producto” lo que aquí está en juego es la posibilidad de poder o no constituir objetos
por fuera de la madre como objeto primordial y trascender el objeto insestuoso.
El padre como función prohíbe el goce incestuoso con la madre y posibilita la constitución del sujeto como
deseante, la madre tiene que habilitar desde su posición al padre para que pueda ejercer su función. Si
esto sucede el pequeño tiene posibilidad a la salida a la exogamia y al mundo de los objetos de
conocimiento.
El padre es el primer representante del discurso del conjunto, así el niño podrá Ingresar a espacios
extrafamiliares, como la institución escolar que lo enfrentará a nuevas exigencias psíquicas.
ACTIVIDAD REPRESENTATIVA
Se plantea que más allá de las diferencias entre las nuevas sintomatologías de la época actual las mismas
se encuentran unidas por un denominador común, la dificultad para representar.
Se toma como referencia el modelo de Piera Auglanier acerca de la génesis de la actividad representativa
en el niño. La autora propone que la actividad psíquica está caracterizada por tres modos de
funcionamiento (pictogramas, fantasía, pensamiento) que suceden temporalmente sin que ninguno anule
a la anterior y que se accede a los mismos a partir de la actividad representativa con la que se expresa.
La complejidad de las marcas que el niño produce cuando dibuja, juega, organiza relatos permite inferir
el nivel representativo que alcanzan sus producciones y establecer las formas preponderantes que
caracterizan su funcionamiento psíquico.
El análisis de las producciones gráficas y verbales que el niño realiza constituyen una vía de acceso para la
investigación de las marcas estructurales inscriptas en el psiquismo del mismo, resultado de los
intercambios con los objetos primarios.
Se denomina “marcas estructurales” a aquellos aspectos de las vivencias que dejan algún trazo en el
aparato psíquico.
Producción simbólica “la actividad psíquica representacional mediante la cual el sujeto interpreta el
mundo en el que se inscribe de acuerdo con sus propias relaciones de sentido, y que manifiesta a través
de los elementos que transforman la trama de significaciones con la que expresa su singularidad psíquica
históricamente constituida”
Los niños con problemas en sus aprendizajes se caracterizan por presentar restricciones en la producción
simbólica, perturbaciones en algunas o todas las áreas de conocimiento escolar, con perdí curiosidad
incorporar. Cuando nos referimos a problemas de aprendizaje no lo hacemos en términos de déficit, sino
que se considera como modalidades particulares en que se construyen los procesos de simbolización
sesgados y parcializados de una forma tal que resulta restrictiva en términos cognitivos y afectivos.
Qué sucedería en el psiquismo incipiente de un pequeño si todo lo relatado anteriormente como
condición de la estructuración del psiquismo fallará. Esto produciría un intento fallido de descarga lineal
por vía motora sin posibilidad de regulación, el niño quedará sometido al intento constante de drenar el
malestar que no puede simbolizar. Si bien el sufrimiento forma parte necesariamente de la vida, también
es un riesgo ya que la psiquis, ante el exceso de dolor puede llegar a desinvertir todo aquello que lo
ocasiona, sin posibilidad de investir objetos.
APRENDIZAJE Y SUBJETIVIDAD capítulo 1 (Maria Victoria Rego)
El aprendizaje propiamente dicho no comienza la escuela aquellos balbuceos devenidos luego en palabras
conforman algunas de las primeras experiencias de incorporación de novedades que jalonan el recorrido
del crecimiento, convivencias de intenso placer y satisfacción.
Estas vivencias tenderán a repetirse posteriormente en relación con los objetos sociales de conocimiento,
poder leer hacer sumas restas escribir palabras son acciones que de manera mucho más compleja
reeditan aquellas mismas experiencias placenteras en el contacto con lo novedoso.
A lo largo de la vida aprender constituye una actividad psíquica de máxima complejidad, dinámica,
progresiva que orienta al intercambio que un sujeto establece con los objetos del mundo y la realidad que
lo rodea y en donde de manera única y singular cada quien se verá convocado por aquellos objetos que
por cuestiones que tienen que ver con su biografía y le resulten atractivos o interesantes.
La escuela representa un espacio de despliegue potencial para los recursos psíquicos de un niño, cada vez
que le ofrecen novedades y conocimientos central a sus experiencias psíquicas primarias y promueve
desde allí enlace significativo singulares que vuelvan significativo y gratificante del aprendizaje.
Sin embargo, aquellas primeras vivencias en las que el aprendizaje escolar se asienta, no suelen ser iguales
para todos los niños. En aquellos casos en que la crianza está a cargo de adultos que ofertan garantías de
estabilidad y cuidado existe un compromiso significativo con el mundo social y cultural externo al ámbito
familiar, se favorece mejores oportunidades de intercambio afectivo con los objetos, se estimula la
curiosidad.
Pero en otros casos las modalidades familiares presentan características de mayor desconfianza hacia el
afuera, lo que refuerza tendencias endogámicas que asimilan ciertos mandatos y emblemas a certezas
incuestionables, no se promueven las condiciones necesarias para explorar aspectos desconocidos de la
realidad, empobreciendo significativamente las oportunidades de complejizarían de los procesos de
simbolización.
En estas situaciones las ofertas de circulación del afecto se vuelven limitadas y poco sofisticadas, dando
lugar a modalidades como la descarga o el vacío representacional, que repercuten negativamente en la
calidad del vínculo que un niño puede establecer con los objetos.
Los problemas de aprendizaje aparecen cada vez que los recursos simbólicos disponibles para un sujeto
se presentan insuficientes y restrictivos al responder a las demandas institucionales. En estos casos, lejos
de constituirse en un espacio de transformación la escuela representa un lugar ligado al fracaso y al
sufrimiento en donde se reintegran estas modalidades fallidas de simbolización que limitan los
aprendizajes.
La producción simbólica de un niño, sus modos de narrar, dibujar, leer, escribir dan cuenta de estas formas
de interpretar el mundo, de simbolizarlo. las marcas que un sujeto produce cuando realiza Estas
actividades permiten acceder a sus modalidades subjetivas de aprender y conocer.
La producción simbólica de los niños con problemas de aprendizaje visibiliza estas formas rígidas y
precarias de operar con el mundo. Garabatos rayones en las hojas de su cuaderno, relatos de gran pobreza
imaginativa, dificultades para entender y concentrarse hunden sus raíces en los tempranos de
constitución de la subjetividad.
Piera Auglanier habla de la importancia del legado parental en la organización de los procesos de
simbolización de un niño.
Plantea que las formas en que se brinda sentido al mundo, en que se lo representa, están históricamente
y libidinalmente orientadas en relación a la calidad de los suministros simbólicos y afectivos que cada
entramado familiar construye como herencia para sus miembros.
La intensidad de liberal de estas relaciones iniciales actúa como una fuerza constitutiva del deseo de
conquista de las novedades. Estás modalidades se despliegan a partir de las reservas simbólicas de los
padres y de la calidad de asistencia que éstos afectan al pequeño mediante la transferencia efectiva de
experiencias sociales y culturales.
Es así como desde esta mirada la disposición psíquica para el aprendizaje pareciera estar más ligada a la
dinámica del afecto, que propulsa y empuja hacia la conquista de conocimientos y novedades, que a las
posibilidades intelectuales o cognitivas para concretarlo.
Las distintas modalidades restrictivas que se reflejan en la producción simbólica a un niño con problemas
de aprendizaje guardan estrecha relación con la calidad de las experiencias con los objetos primarios y los
modos que estos acompañaron los distintos momentos de organización del aparato psíquico.
El psiquismo avanza y se complejiza a lo largo de diferentes momentos constitutivos, condicionados por
las oportunidades simbólicas y afectivas que hacen posible su despliegue.
Para cada niño estas relaciones han potenciado o bien fracturado históricamente sus procesos de
simbolización, ya que en la forma que se hayan ejercido las funciones parentales de cuidado y sostén en
cada momento constitutivo, consolida formas de relación con el mundo que son singulares en cada sujeto.
De esta comunicación temprana resultará las primeras formas representativas, aún no figurativa,
denominadas “pictogramas”, sobre las que se plasman aspectos de satisfacción y también de rechazo o
malestar, en respuesta a estas experiencias. de allí nacerá las representaciones.
Se tratara de poco a poco y brindando otras vías de acceso al placer, que sustituyan la descarga directa.
Habrá adultos para quienes esta demanda implica un desafío a la invención de recursos para aliviar la
tensión del bebé, en otros casos la presencia de características de vacío o mayor rigidez en la estrategias
utilizadas no posibiliten el desarrollo de recursos simbólicos.
Con posterioridad, estos modos originarios de sostén deben ir cediendo paulatinamente a movimientos
de presencia/ ausencia que facilita los procesos de separación y discriminación con las relaciones
parentales, para que el psiquismo del niño se despliegue y diversifique en modalidades de satisfacción
que conlleven al encuentro con nuevos objetos.
La incondicionalidad absoluta en los comienzos deberá dar paso a la ausencia para que el pequeño
simplemente distintos tipos de búsquedas tendientes a la repetición del placer habido en dichas
relaciones.
El modo de producción simbólica es el pictograma.
La posibilidad de aprender e interactuar con los objetos del mundo requiere de un largo recorrido donde
el pensamiento organizado por las leyes del discurso y la representación palabra constituye un punto de
llegada que a la vez involucran modalidades representacionales previas como la Fantasía o lo pictograma
tico, que no se abandona una vez constituida, sino que se integran en un funcionamiento escalonado
complejo y heterogéneo que tendrá para cada niño características propias y singulares.
Pensar, imaginar, crear son actividades psíquicas complejas que requieren tanto de aspectos primarios
propios que aporten elementos subjetivos a las producciones, como de la posibilidad de ordenamiento y
transmisibilidad que sólo es posible por el acceso al proceso secundario.
Podemos pensar que por ejemplo resolver un problema de matemática, implica atenerse a la lógica del
proceso secundario para razonar, deducir, pensar, pero también requiere de la intuición creativa propia
de lo primario, para imaginar alternativas, probar posibilidades etc.
Los niños con problemas de aprendizaje a menudo tienen dificultades en las relaciones con los objetos
primarios, carecen de un entramado de confianza y seguridad necesario para explorar el mundo con
entusiasmo. Estas relaciones muchas veces resultan inestables precarias y no promueven la búsqueda de
novedades.
Cuando los niños no pueden encontrar estrategias elaborativas, novedosas, tienen lugar las fijaciones y
detenimientos.
Conflictos padecidos tempranamente durante la organización del proceso originario dan como resultado
fuertes tendencias a la descarga, a la ausencia de esferas y postergaciones a veces acompañada de un
significativo vacío representacional.
Conflictos padecidos en los momentos de constitución del proceso primario donde el despliegue de la
Fantasía no representa una intencionalidad elaborativa sino el resguardo reflexivo en las propias
representaciones, los cuales empobrece las oportunidades de intercambio con los otros a partir de
significaciones sociales compartidas. En estos casos las producciones simbólicas de los niños muestran
una excesiva preeminencia de aspecto fantasmático, por ejemplo, ciertas deformaciones excesivas de
algunas figuras en los gráficos, o en historias que no logran el ordenamiento necesario de su trama
narrativa, o bien dificultades para la comprensión de textos por predominancia de interpretaciones
subjetivas.
El acceso al proceso secundario exige la organización de estas representaciones en relación a las leyes del
lenguaje y el pensamiento, lo cual dinamiza el intercambio con la realidad externa y los objetos.
Las conflictivas padecidas aquí rigidizan el funcionamiento de este proceso produciendo sobre
investimiento excesivos de la estabilidad y el ordenamiento de sentido, los que en ocasiones aparecen
desligados de componentes subjetivos y referencias singulares.
A su vez la precariedad previa en la constitución de la Fantasía hace que el lenguaje y las representaciones
de palabra no puedan asociarse a representaciones singulares.
Las producciones simbólicas de estos niños muestran adherencia rígida a significaciones consensuadas,
entendibles, estables, dejando al margen los aspectos fantasmáticos y creativos.
Ejemplo de estas modalidades restrictivas se encuentran en narraciones que muestran descripciones
estáticas de hechos sin posibilidad de inventar historias imaginativas, gráficos esquemáticos, copias, la
comprensión llana y literal de un cuento sin posibilidades de desplegar procesos reflexivos a partir de lo
leído.
Los conflictos anteriores se tratan de modalidades restrictivas que no permiten el despliegue de los
procesos de simbolización, detiene y rigidez a la actividad psíquica.
Las restricciones simbólicas caracterizan las producciones de los niños con problemas de aprendizaje, así
como la falta de curiosidad y deseo por el acceso a los conocimientos.
Estos modos no permiten establecer vínculos gratificantes con los objetos que se le presentan al sujeto
en el contexto escolar y social, inhiben la potencialidad creativa de los procesos terciarios requeridos en
cualquier intento de investimiento autónomo, satisfactorio en creativo del campo social donde se
despliega.
En la clínica psicopedagógica tienen como uno de sus objetivos principales la prevención y evitación de la
instalación de estas modalidades precarias de trabajo psíquico y la elaboración de las conflictivas
históricas en las que se sustentan.
Vanotti, S. Lenguaje Patológico
Las alteraciones del lenguaje infantil. Consideraciones teóricas y trastornos específicos del lenguaje
(cap. 22)
Durante la infancia, la adquisición y el desarrollo del lenguaje infantil pueden ser afectados por causas
psicológicas, orgánicas y/o en algunas ocasiones sin una procedencia demostrable.
En todos los casos se produce una desviación o retraso significativo (o ambos a la vez) en el proceso de
desarrollo lingüística, que afecta en forma más o menos severa a algunos de los niveles del lenguaje
(fonológico, sintáctico y semántico) y el funcionamiento de ambas modalidades o de alguna de ellas,
producción y comprensión.
Siempre influenciará en el niño de manera negativa en su integridad y en su desarrollo cognitivo. Ya que
como señala Levin (2002): “El lenguaje no es mero uso del código de la lengua, ni la transmisión de la
información, ni entraña un modelo matemático, ni de traducción, es mucho más. Por lo pronto, en eso
que se “dice” se crea un espacio participativo entre dos escuchas-hablantes, cada uno como protagonista
en su integridad biológica, psíquica, social y unido por un juego verbal dentro de la escena”. Esta
afirmación demuestra la encrucijada en la cual se haya inmerso, y la importancia que puede ocasionar
una alteración del lenguaje.
Ante la extrema complejidad del lenguaje se debe tender hacia el establecimiento de una ordenación en
los fenómenos estudiados y en los métodos de análisis, para construir una descripción coherente
(Benveniste).
Una clasificación satisfactoria es la propuesta por Bishop y Rosemblat (1987) y adaptado por Nabona y
Chevrie-Muller. En la misma, las patologías se dividen en 4 subtipos:
1. Déficits de los instrumentos de base
2. Trastornos específicos del lenguaje oral y escrito
3. Tartamudeo
4. Trastornos del lenguaje en psicopatología y en carencia de entorno
Factor Criterio
Capacidad lingüística Puntuación en los test de lenguaje de –1,25 desviaciones estándar o más
baja; riesgo de devaluación social
En conclusión, hasta el momento, y según los criterios de exclusión, no formarían parte de la población
aquellos niños cuya causa principal es el retraso mental, deficiencia auditiva, disturbios emocionales
severos, anormalidades bucofonatorias, signos neurológicos claros, y cuyos trastornos sean explicados
por deprivación sociocultural o ambiental.
Bajo la premisa de inclusión, forman parte de esta categoría los niños con TEL con un nivel cognitivo
mínimo, aquellos que superen un screnning auditivo en frecuencias conversacionales, los que no
presenten ninguna lesión neurológica o aquellos que no hayan sido diagnosticados dentro del espectro
autista.
Trastornos de la comprensión-expresión
Trastorno Fonológico- Déficit mixto receptivo-expresivo
Sintáctico (disfasia) Fluidez verbal perturbada
Articulación alterada
Sintaxis deficiente (frases cortas, omisión de nexos, etc.)
Mejor comprensión que expresión, pero les cuesta entender cuando los
enunciados son largos, complejos, abstractos, descontextualizado, emitido
con rapidez
Partimos de este modelo para realizar la valoración del lenguaje oral. Valoramos la entrada de
información y la salida/ respuesta, así como los procesos que ocurren entre la recepción y la expresión.
El MNPL está organizado horizontalmente según las dos vertientes: recepción (comprensión) y
producción (expresión), y. Verticalmente teniendo en cuenta los procesos del lenguaje oral y las
estructuras neurales que lo sustentan.
En el plano vertical se diferencian tres niveles:
- Nivel primario o sensoriomotor, desde la periferia hasta las áreas de procesamiento cortical.
- Nivel secundario (hemisferio izquierdo): organización gnósica y práxica.
Nivel terciario (hemisferio izquierdo y derecho): procesos psicolingüísticos que intervienen en la
comprensión y expresión: fonología, léxico, morfosintaxis, semántica y pragmática.
En el plano horizontal (en paralelo) quedan reflejados de la siguiente manera los tres niveles
Recepción:
Nivel primario: audición. En este nivel necesitamos saber si el niño oye o no oye. Aquí es necesaria
intervención del otorrinolaringólogo para valorar la audición del lenguaje, en caso de sospecha de
pérdida auditiva.
Nivel secundario: gnosias auditivas. Se valora si el alumno reconoce los ruidos y las gnosias fonéticas.
Respecto a estas últimas el objetivo es conocer si el niño es capaz de oponer los fonemas.
Nivel terciario:
- 3a procesos psicolingüísticos: Reconocimiento fonológico.
Valoraremos si el niño es capaz de segmentar la cadena hablada en segmentos subsilábicos para
tener la seguridad de que construye unas representaciones fonológica adecuadas de las palabras.
-3b procesos psicolingüísticos: morfosintaxis.
Tendremos que detectar sí las dificultades que presentan afectan a la comprensión de las marcas
morfosintácticas, a las preguntas abiertas, o a la de los enunciados más complejos.
-3c procesos psicolingüísticos: la identificación léxica.
Supone comprensión y denominación, es decir ver el número de palabras diferentes que conoce, y las
clases de palabras.
3d procesos psicolingüísticos-+*: semántica.
Evaluar el significado relacional: modo en que se unen palabras y frases, relaciones existentes
dentro de las frases, entre las frases y con el contexto no lingüístico (difícil separar del análisis de la
sintaxis y de la pragmática).
- Nivel terciario 4 c procesos psicolingüísticos: Programación sintáctica. Una vez seleccionadas las
piezas léxicas para su composición, tiene que organizar esas piezas en una secuencia sujeta a las reglas
de su lengua. Vemos aquí la capacidad de asociación de las palabras en frases y a los diferentes
componentes de la gramática.
- Nivel terciario 4d procesos psicolingüísticos: Programación fonológica.
La programación es la elección de los sonidos que entran en la constitución de una palabra,
así como su colocación en la secuencia correcta.
Ambos aspectos pueden estar alterados. Estas alteraciones son normales en la adquisición del habla,
si persisten más allá de los cinco años pueden ser consideradas patológicas.
DISLEXIA
Trastorno especifico del lenguaje, de tipo neurológico. Se caracteriza por la dificultad en la
descodificación de palabras en forma precisa y fluida y por deficiencias en la habilidad para
deletrear y descifrar.
Patología Congénito Adquirido
Disglosias por malformaciones
Déficit anatómico velopalatinas, labiales, linguales,
laringeas,
maxilodentarias
Déficit Hipoacusias
sensoriales Déficit de transmisión Déficit de transmisión (otitis)
auditivos (malformaciones) Déficit de percepción
Déficit de percepción (genético, tóxico, (infeccioso, tóxico)
infeccioso)
Trastornos del Disartrias y afemias Parálisis labio-gloso- Lesiones neurológicas periféricas
orden y control faríngeas (síndrome pseudobulbar o centrales: traumáticas,
Nivel
de la motricidad aislado, o vasculares.
Primario
faringobucal formando parte de PCI) Enfermedades progresivas
Disartrias cerebelosas (distonías secundarias)
Disartrias graves y afemias
en PCI Atetósica
C- Tartamudez
Tartamudeo (disfemia) Disfluencias (lesiones corticales o
Tartamudeo subcorticales
Esta clasificación en la cual los criterios etiológicos, fuera de carácter congénitos o adquiridos, apenas
intervienen, se propone a modo de compromiso provisional y abierto a futuras modificaciones.
GLOSARIO PATOLOGIAS
DISLALIAS
Es un trastorno en la articulación de los fonemas, por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos
o por la sustitución de estos por otros de forma improcedente. Se trata de la incapacidad para pronunciar
o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. No obedece a ninguna patología del SNC.
Se puede manifestar a través de:
-Sustitución: Al no poder reproducir un fonema determinado, el niño, lo sustituye por otro fonema (cato
por gato) si esto lo realiza antes de los 5 se puede considerar algo “normal”.
-Omisión: Al no poder reproducir el fonema el niño lo omite (vede por verde)
-Inserción: Se agrega otro fonema que pueda servir de apoyo (drosa por rosa)
- Distorsión: Se da un sonido aproximado al del fonema. Por ejemplo, reemplaza la /rr/ por una erre
“afrancesada” (erre glutural)
DISARTRIAS:
Es una afectación del control muscular con compromiso del SNC y periférico. (debilidad, parálisis,
lentitud) Pueden ser:
-Disartria auditiva: Se encuentra afectada la neurona de Corti, es un déficit auditivo, que trae errores
en la articulación.
- Disartria de origen orgánico: Procesos traumáticos, infecciosos, tóxicos, metabólicos, vasculares,
endocrinos)
DISFEMIAS:
Está caracterizado por bloqueos espasmódicos que afectan al ritmo del lenguaje y a la melodía del
discurso. Los comportamientos podrían ser : Temblor muscular, bloqueos, tensión bucal, repeticiones,
taparse la boca, evitación de la comunicación.
La etiología aún no está definida. Se trata de un trastorno del ritmo debido a interferencias en la
retroalimentación auditiva del niño que la padece como consecuencia de disfunciones temporales en la
aceptación de los estímulos provenientes de las distintas vías (aérea, ósea y propioceptiva).
Lev Vigotsky y la formación semiótica de la conciencia: una aproximación socio histórica al sujeto
Oscar Amaya
La Psicologia Sociohistorica constituye una teoría histórico-social del desarrollo, que postula la
constitución social de un sujeto que no solo es activo, sino interactivo.
La figura más destacada de esta psicología es Lev Vigotsky. El modelo vigotskyano enfatiza la actividad del
sujeto en la adquisición del conocimiento y el carácter cualitativo de los cambios en el desarrollo. La
interacción social y el instrumento lingüístico son decisivos para comprender este desarrollo cognoscitivo.
Bruner explica: “para saber cómo alguien interpreta o comprende algo, se requiere tener en cuenta la
historia y el contexto cultural y lingüístico en el que se encuentra, tanto en lo pequeño (una situación
comunicativa particular) como en lo grande (el patrón que se tiene en el sistema cultural)”.
La internalización de la interacción interpsicologica es el principal mecanismo que explica el desarrollo
psicológico humano: ésta no es pensada por Vigotsky como una transmisión sino como una
transformación, es decir una modificación de la comprensión individual de los instrumentos de medición
cultural.
Toda actividad externa debe ser modificada para volverse una actividad interna mediante un proceso de
internalización, que transforma al proceso mismo y cambia su estructura y funciones. Es decir, se trata de
una actividad interpersonal que se convierte en intrapersonal. Este movimiento de lo externo a lo interno
incluye una reorganización individual en oposición a una transmisión automática de los instrumentos
suministrados por una cultura.
Entonces, la tesis de Vigotsky es que la cultura suministra a los individuos sistemas simbólicos de
representación y sus significaciones, que se convierten en organizadores del pensamiento, es decir en
instrumentos aptos para representar y transformar la realidad. En este proceso resulta fundamental la
denominada actividad reproductora que guarda estrecha relación con la memoria, ya que se trata de
recrear normas de comportamiento ya formadas con anterioridad. La conservación de la experiencia del
sujeto facilita su adaptación al mundo, ya que permite la creación y maximización de hábitos. Vigotsky
explica en qué consisten la actividad reproductora y la memoria: plantea que su base orgánica es la
plasticidad de nuestra sustancia nerviosa, entendiendo por plasticidad la propiedad que tiene cualquier
sustancia de transformarse y conservar huellas de esta transformación.
Vigotsky explica que el cerebro “no solo es el órgano que conserva y reproduce nuestra experiencia
anterior, sino que también combina, transforma y crea a partir de los elementos de esa experiencia
anterior a las nuevas ideas y a la nueva conducta.”
Vigotsky afirma que los procesos psicológicos son únicos, reconoce lo irreductible de la singularidad
cualitativa de la psique. Una de las expresiones de este tipo de actividad es la imitación. Silvestri (2004)
explica que “la imitación es un proceso altamente activo, ya que se articula con el concepto de Zona de
Desarrollo Próximo. La reproducción de las acciones del adulto implica para el niño el esfuerzo intelectual
de trabajar sobre funciones en proceso de aprendizaje e indica un avance en su desarrollo”.
En tanto proceso de apropiación, el desarrollo implica que el sujeto internalice una herramienta social a
partir de dos fases: un momento de transmisión en el que se adopta el instrumento y la acción mediada
en la forma ya existente en la cultura de pertenencia; un momento de transformación en el que se
generan nuevas formas de mediación que transforman a su vez la acción mediada.” (Silvestri)
Los más difundidos métodos psicológicos de investigación del niño anormal se basaron en una
concepción puramente cuantitativa del desarrollo infantil que se complica por el defecto. Se
determina el grado de insuficiencia del intelecto pero no se caracteriza el propio defecto, ni la
estructura interna de la personalidad que él mismo crea.
En cambio, la defectología actual (PENSEMOS QUE ESTO LO ESCRIBE VIGOTSKY AL PRINCIPIO DEL
SIGLO XX) plantea que el niño no es un adulto pequeño. Así como también, que el niño cuyo desarrollo
está complicado por el defecto no es simplemente un niño menos desarrollado que sus compañeros
normales, sino desarrollado de otro modo.
La personalidad del niño débil mental es algo cualitativamente distinto de la simple suma de las
funciones y propiedades poco desarrolladas.
La especificidad de la estructura orgánica y psicológica, el tipo de desarrollo y de personalidad, y no
las proporciones cuantitativas distinguen al niño débil mental del normal. Ya que ninguna teoría es
posible sí parte exclusivamente de premisas negativas, así como no es posible la práctica educativa
alguna construida sobre la base de principios y definiciones puramente negativas.
LA DEFECTOLOGÍA PASA A SER POSIBLE COMO CIENCIA YA QUE ADQUIERE UN OBJETO ESPECÍFICO,
METODOLÓGICAMENTE DELIMITADO DE ESTUDIO Y CONOCIMIENTO. Los procesos de desarrollo
infantil, presentan una enorme diversidad de formas, una cantidad casi ilimitada de tipos diferentes.
La ciencia debe dominar esta PECULIARIDAD y explicarla, establecer los ciclos y las metamorfosis del
desarrollo, sus desproporciones y centros mutables, descubrir las leyes de la diversidad.
Todo defecto crea los estímulos para elaborar una COMPENSACIÓN. Por ello el estudio dinámico del niño
deficiente no puede limitarse a determinar el nivel y gravedad de la insuficiencia, sino que incluye
obligatoriamente la consideración de los procesos compensatorios, es decir, sustitutivos,
sobreestructurados, y niveladores, en el desarrollo y la conducta del niño. EL OBJETO NO LO CONSTITUYE
LA INSUFICIENCIA EN SÍ, SINO EL NIÑO AGOBIADO POR LA INSUFICIENCIA.
LEY DE COMPENSACIÓN:
El DEFECTO se convierte en punto de partida y principal fuerza motriz del desarrollo psíquico de la
personalidad. El defecto crea una elevada tendencia al avance, desarrolla los fenómenos psíquicos de
previsión y presentimiento, así como sus factores activos.
PROCESOS DE COMPENSACIÓN:
El proceso de compensación conduce siempre a la formación del talento a partir del defecto. El desenlace
depende de la correlación entre el grado de la insuficiencia y la riqueza del causal compensatorio.
SIEMPRE Y EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS el desarrollo agravado por un defecto constituye un proceso
(orgánico y psicológico) de creación y recreación de la personalidad del niño, sobre la base de la
reorganización de todas las funciones de adaptación, de la formación de nuevos procesos - sobre
estructurados, sustitutivos, niveladores, que son generados por el defecto, y de la apertura de nuevos
caminos de rodeo para el desarrollo.
Estos crean la peculiaridad de la personalidad, estos están determinados hacia determinados fines. Y éste
condicionamiento social del desarrollo del niño deficiente está integrado por dos factores básicos.
1. LA ACCIÓN DEL DEFECTO RESULTA SECUNDARIA, NO DIRECTA, SINO REFLEJADA. LA
CONSECUENCIA DIRECTA DEL DEFECTO ES EL DESCENSO DE LA POSICIÓN SOCIAL DEL NIÑO. EL
DEFECTO SE REALIZA COMO DESVIACIÓN SOCIAL. Todo lo heredado y orgánico aún debe ser
interpretado psicológicamente para que sea posible tener en cuenta su verdadero papel en el
desarrollo del niño. Se introduce un tercer miembro, intermedio: “defecto - sentimiento de
inferioridad - compensación” (El defecto no provoca la compensación directa, sino
indirectamente, a través del sentimiento de inferioridad que crea.
2. El segundo aspecto refiere a la orientación social de la compensación hacia la ADAPTACIÓN A
LAS CONDICIONES DEL MEDIO, QUE SE HAN CREADO Y SE HAN FORMADO para un tipo humano
normal. Es decir, sí al desarrollo de un niño deficiente no se le plantean exigencias sociales
(objetivos), si estos procesos fueran entregados al dominio de las leyes biológicas, si el niño
anormal no se viera ante la necesidad de convertirse en una unidad social determinada, en un
tipo social de personalidad, entonces su desarrollo conduciría a la creación de una nueva especie
de hombres. Pero como los objetivos le están planteados de antemano al desarrollo (por la
necesidad de adaptarse al medio sociocultural destinado a un tipo de humano normal), tampoco
la compensación fluye libremente, sino por un determinado cauce social.
PSEUDOPSICOPATÍA: Este concepto fue creado en la imaginación de los investigadores porque no podían
explicar los casos donde se observa una profunda inadaptación social del desarrollo infantil.
TESIS DE QUE EL RETRASO MOTOR PUEDE SER INDEPENDIENTE DEL DEFECTO INTELECTUAL:
El retraso motor puede no existir habiendo retraso mental, y a la inversa estar presente cuando no existe
defecto intelectual. En los casos de insuficiencia motriz e intelectual, cada forma tiene su propia dinámica.
La personalidad se desarrolla como un todo único, como un todo único reacciona al defecto, a la ruptura
del equilibrio que este crea, y va elaborando un nuevo sistema de adaptación y un nuevo equilibrio en
sustitución del alterado. Pero precisamente a causa de que la personalidad representa una unidad, y actúa
como un todo único, destaca desigualmente en el desarrollo unas u otras funciones, diversas y
relativamente independientes entre sí. ESTAS TESIS, (LA DIVERSIDAD DE FUNCIONES RELATIVAMENTE
INDEPENDIENTES EN EL DESARROLLO, y la unidad de todo el proceso de desarrollo de la personalidad) no
solo se contradicen, sino que se condicionan mutuamente.
El INTELECTO, representa, un TODO ÚNICO, pero no una unidad estructural homogénea y simple, sino
diversa y compleja.
DESARROLLO CULTURAL:
El defecto crea dificultades para el desarrollo orgánico y otras distintas para el cultural. Por eso ambos
planos del desarrollo difieren esencialmente uno del otro, el grado y el carácter de la divergencia estará
determinado y se medirá en cada caso por el diferente significado cuantitativo y cualitativo del defecto
para cada uno de estos dos planos.
Vigotsky plantea que para lograr lo mismo que el niño normal, el débil mental debe manifestar mayor
creatividad. Esto significa fundar la pedagogía en el principio de la COMPENSACIÓN, es decir, de un
desarrollo CREATIVO. En este criterio, se expresa una sobrevaloración de la enfermedad en el tipo general
de desarrollo del niño mentalmente retrasado.
CONCEPTO NIÑO DIFÍCIL: Vigotsky plantea que el siguiente concepto deviene de determinadas formas de
desarrollo infantil, las cuales refiere a las formas de carácter o grados de capacidad de la persona que le
han generado una serie de dificultades y deficiencias en su adaptación social, su actividad y su conducta.
Toda esta compleja sobre estructura psicológica, es decir, este complejo sistema de orientaciones, de
modos de actuar, puede ser entendido por nosotros como la reacción, la respuesta a las dificultades que
encuentra en el proceso de adaptación al medio social.
Podemos señalar tres tipos fundamentales de esa formación reactiva:
FICTICIA En las personas débiles de oído, comienzan a aparecer las formaciones reactivas sobre las que
he hablado. (desconfianza, incredulidad, aprehensión, vigilancia). Y esos modos de conducta
que se han elaborado en nuestro paciente, como respuesta a las dificultades, en realidad no las
vencen. Las mismas dificultades han surgido de ideas que difieren de la realidad. Y el paciente
lucha contra estos fantasmas, con medio ilusorios.
REAL Los niños débiles de oído, va elaborando dentro de sí una sensibilidad, espíritu de observación,
curiosidad, atención, y sagacidad particulares, aprende a conocer por indicios poco claros lo que
los otros niños reconocen mediante la percepción auditiva, no abandonara ningún punto de
vigilancia para no dejar pasar nada, porque su punto de partida es la consideración real de las
dificultades.
TIPO En este caso, el niño realiza una huida hacia la enfermedad, de este modo se excusa en su
INTERMEDIO debilidad. Es real porque el niño va logrando ciertas ventajas, pero también es ficticia porque
no se libra de las dificultades, sino que al contrario, las acentúa más.
El desarrollo del carácter infantil se funda en el mecanismo de la reacción compensatoria, es decir, de la
reacción que procura superar las dificultades que enfrenta el niño.
Refiere al conjunto de acciones que comprenden las causas que provocaron ciertas dificultades, así como
también, al hecho de combatir por la raíz, utilizando las insuficiencias para transformarlas en rasgos
positivos del carácter.
PROBLEMA DE LA CAPACIDAD:
Dificultades que refieren a la insuficiencia de la reserva general del desarrollo psicológico. Lo que impide
al niño estudiar en la escuela y adquirir conocimientos.
La capacidad no representa una función integral, sino una serie de diferentes funciones y factores que
están unidos en un todo general.
INTELECTO PRACTICO:
IMPORTANTE
En este texto Freud realiza un paralelismo entre el poeta y el niño que juega. Sostiene que la ocupación
preferida y más intensa del niño es el juego. Todo niño que juega se comporta como un poeta ya que se
crea un mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada.
Además toma muy en serio ese mundo, su juego, emplea en él grandes montos de afecto. A partir de esto
explica que lo puesto al juego no es la seriedad sino la realidad efectiva. El niño diferencia muy bien de la
realidad su mundo del juego y tiende a apuntalar sus objetos y situaciones imaginados en cosas palpables
y visibles del mundo real. SÓLO ESE APUNTALAMIENTO ES EL QUE DIFERENCIA AÚN SU “JUGAR” DEL
“FANTASEAR”.
El poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo de fantasía al que toma muy en serio y lo
dota de grandes montos de afecto, al tiempo que lo separa tajantemente de la realidad efectiva.
Plantea demorarse un poco más en el analisis de la oposición entre realidad efectiva y juego.
Cuando el niño ha crecido y dejado de jugar, puede caer un día en una predisposición anímica que vuelva
a cancelar la oposición entre juego y realidad. El adulto puede acordarse de la gran seriedad con que
otrora cultivó sus juegos infantiles y poniéndole en un pie de igualdad con sus ocupaciones,arrojar la carga
demasiada pesada que le impone la vida y conquistarse la elevada ganancia de placer que le procura el
humor.
El adulto deja de jugar aparentemente renuncia a la ganancia de placer que extraía del juego. Pero en
realidad no podemos renunciar a nada, sólo permutamos una cosa por otra, lo que parece una renuncia
es una formación sustitutiva o subrogado. Así, el adulto, cuando cesa de jugar, sólo resigna el
apuntalamiento en objetos reales, en vez de jugar ahora fantasea. Crea lo que se llama sueños diurnos.
El fantasear de los hombres es menos fácil de observar que el jugar de m los niños. El niño
juega solo o forma con otros un sistema psíquico cerrado a los fines del juego, pero así como no juega
para los adultos como si fueran su público, tampoco oculta de ellos su jugar. En cambio el adulto se
avergüenza de sus fantasías y se esconde de los otros.
El jugar del niño estaba dirigido por deseos, en verdad por un solo deseo que ayuda a su educación. Juega
siempre a “ser grande”, imita en el juego lo que le ha devenido familiar de la vida de los mayores. Por ello,
no hay razón alguna para esconder este deseo. En el caso del adulto, sabe lo que de él esperan: que ya
no juegue ni fantasee, sino que actúe en el mundo real. Por otro lado, entre los deseos productores de
sus fantasías hay muchos que se ve precisado a esconder, entonces su fantasear lo avergüenza por infantil
y por no permitido.
Además, Freud explica que el dichoso nunca fantasea; solo lo hace el insatisfecho. Entonces aquellos
deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las fantasías y cada fantasía singular es un
cumplimiento de deseo, una rectificación de la insatisfactoria realidad. Estos deseos se pueden agrupar
en ambiciosos o eróticos.
Una fantasía oscila en cierto modo entre tres tiempos. El trabajo anímico se anuda a una
impresión actual que fue capaz d despertar los grandes deseos de la persona, desde ahí se remonta auna
vivencia anterior, infantil las m-as de las veces, en la que aquel deseo se cumplía, y entonces crea una
situación referida al futuro, que se figura como cumplimiento de ese deseo.
El hecho de que las fantasías proliferen y se vuelvan hiperpotentes crea las condiciones para
la caída en una neurosis o psicosis., además las fantasías son los estadios previos más inmediatos de los
síntomas patológicos.
Los sueños nocturnos no son otra cosa fantasías que pueden ser interpretadas.
Por otro lado, también realiza un paralelismo entre sueño diurno y la creación poetica. Sostiene que una
intensa vivencia actual despierta en el poeta el recuerdo de una anterior, las más de las veces
pertenecientes a su niñez, desde la cual arranca el deseo que se procura su cumplimiento en la creación
poética, y en esta última se pueden discernir elementos tanto de la ocasión fresca como del recuerdo
antiguo.
El recuerdo infantil en la vida del poeta deriva en última instancia de la premisa según la cual la creación
poética, como el sueño diurno, es continuación y sustituto de los antiguos juegos del niño.
Por último, plantea una diferenciación entre el soñante diurno y el poeta. Según el autor, el primero pone
el mayor cuidado en ocultar sus fantasías de los demás porque registra motivos para avergonzarse. Y,
aunque nos las comunicara no podría despertarnos placer alguno mediante esa revelación. Las mismas
nos encandilarían. En cambio si el poeta juega sus juegos ante nosotros como su público, o nos refiere sus
personales sueños diurnos, sentimos un elevado placer. Aquí se encuentra su más genuino secreto: en la
técnica para superar aquel escándalo.
Si pudiésemos situar el primer lugar del sujeto, lo haríamos en lo que se ha dado en llamar
mito familiar. Es el lugar que preexiste al bebé antes de su nacimiento, lo que llamamos prehistoria
personal. Este antecedente está hecho de deseos y tiene la forma que asume la falta para esos padres.
Este será el material del “baño significante” que lo acunará desde sus inicios. Los padres como seres
deseantes y sexualizados, transmiten a su niño preferencias, expectativas, inclinaciones, carencias,
normas, que constituyen esa otra herencia que opera como pre-texto inaugural. En niño vendrá a un lugar
narcisista en tanto que completa ilusoriamente a los padres. Tiene como antecedente necesario ese mito,
pero deberá advenir en él como “aprendiz de historiador” apropiándose de sus marcas y escribiendo su
propia historia a partir del texto del fundamento.
Freud (1914), en Introducción al narcisismo, acuña la inolvidable expresión “Su majestad el
bebé”, afirmando que al niño se le adjudican todas las virtudes y es llamado a realizar los deseos
incumplidos de ambos padres. En el hijo renace y se reproduce el narcisismo parental.
Si nos detenemos en los tiempos fundamente, cabe aclarar que nacemos sin la maduración adecuada, lo
que nos hace extremadamente dependientes del semejante. En sus inicios, el niño es absolutamente
inmaduro en el plano neuromotriz. Las acciones motrices iniciales no tienen intencionalidad en el recién
nacido. Levin los llama “movimientos anónimos” y el otro es quien los interpreta como si se trataran de
gestos deliberadamente dirigidos.
Es fundamental suponer una subjetividad naciente para que efectivamente, en un segundo
momento, pueda constituirse un gesto, es decir, un movimiento dado a ver a otro. Se genera así un
“diálogo loco”, en tanto es una ficción, donde el Otro materno se ubica en la posición del recién nacido e
interroga allí su posición de madre, siendo ella misma la que responde a su propia demanda, pasando por
el bebé. Supuestos diálogos se entretejen entre madre e hijo, donde uno pregunta y el otro supuesto
responde, armando una subjetividad allí donde todavía falta. Pero en la distribución de las cartas, a
algunos niños no les toca el ancho de espada, y en vez de existir en los sueños de sus padres, están en sus
pesadillas.
La regla fundamental es que sea “de jugando”, lo cual no implica que no sea en serio. Freud explica que
no hay nada más serio en los niños que jugar. Por otro lado, implica que el riesgo queda por fuera del
espacio de juego. Se considera que tanto administrar determinadas técnicas psicopedagógicas de
evaluación diagnóstica como la propuesta de actividades con formato escolar podrían resultar riesgosas
en tanto implican una puesta a prueba del sujeto, de lo que el niño sabe, conoce, puede, en relación a un
supuesto “debería”. Dentro del juego, tanto los conflictos como los modos de resolución no implican
nunca ningún tipo de riesgo para ninguno de los jugadores.
En los recortes en los que el niño lee, escribe, hae matemáticas o juega se imbrican las dimensiones que
hacen a lo subjetivo, a lo biológico, a lo social y contextual.
Apuntes de clase:
En el DSMV desaparece el término TGD y es reemplazado por TEA (Trastorno del Espectro Autista).
Los criterios se reducen a dos:
Déficits sociales y de comunicación
Intereses fijos y comportamientos repetitivos.
El autismo no es una categoría única sino un continuo de diferentes dimensiones, grados y
manifestaciones.
Con estas definiciones lejos estamos de saber etiología y causas. Es muy amplio. En este último concepto
se basan los textos propuestos por la cátedra.
Este es el prólogo de un libro interdisciplinario donde se plantean las posiciones de distintos profesionales
en relación al autismo.
Acá van algunas líneas que plantea el prólogo:
Ni el neurólogo, ni el psicoanalista, ni ningún otro especialista, a menos que se corran de ese lugar,
reparan en categorías como “mente, “cuerpo”, “cognitivo” “afectivo”, etc. Son tan macos copias e
ideológicas, y en suma toscas. El encuentro con el niño autista nos ofrece acercarnos a un abismo donde
esas contradicciones sirven poco. El término “psi” puede revelar entonces su carácter en mascador, ya
que el autismo nos empuja a pensar algo tan decisivo como la Dimensión Subjetiva del cuerpo mismo
(dimensión que entonces deja de oponerse a la genética), en la “carne “misma, en vez de suponer el
fantasma de una estructura psíquica prendida con alfileres.
Por violento contraste, el estereotipo motor de un niño autista nos ayuda a entrever la impregnación
subjetiva puesta en acto en el fenómeno “motor” del bebe sano, cuando, por ejemplo, agita sus manos al
escuchar la voz del otro.
Lo específico del trabajo psicoanalítico con niños autistas no responde a una inespecífica vinculación
afectiva con el terapeuta que “mejoraría” per se al niño; reside en cambio en un trabajo pormenorizado
sobre el cuerpo del pequeño autista para desasirlo de sus estereotipias y dar lugar a que cada una de ellas
sea sustituida por un lazo inscripto en el cuerpo.
El autismo se ha convertido en algo así como un campo de batalla para que las distintas perspectivas
teóricas y clínicas enfrenten sus posiciones y den cuenta de sus respectivas formas de entender la
naturaleza de lo psíquico y tratar correspondientemente sus patologías.
La falta de acuerdo es producto de carencia o lentitud alguna en materia de investigaciones y aportes
desde diversas perspectivas. El autismo es un fenómeno complejo con todo lo que el termino significa.
El autismo tiene variadas formas de presentación; la notable diferencia entre un autista y otro, más allá
de los rasgos comunes. Es imposible comparar resultados de tratamiento entre uno y otro. Esta
diversidad obliga a considerar, para cada caso, una combinación diferente de series causales.
Las aproximaciones psicológicas, desde la perspectiva del cognitivismo brindan aportes como La Teoría
de la Mente, que se refiere a la imposibilidad que presentan estos sujetos para la interpretación de la
conducta de otros (y aún de si mismos) en términos de estados mentales, lo que les impide entender y
percibir la conducta de los demás y la aleja de la posibilidad de una relación de reciprocidad social.
La idea de la necesidad de una mirada psicoanalítica como camino para acceder a la subjetividad de los
autistas proviene de la clínica y la investigación. En cuanto a esta última, es relevante el ejemplo del
trabajo llevado a cabo durante décadas, en el terreno de la habilitación de la comunicación mediante la
escritura, en sujetos que carecían de toda posibilidad comunicacional, ya fuera oral, escrita o gestual, y
en los que estaban severamente afectado el nivel de procesamiento simbólico.
Muchos autistas severos lograron acceder a la comunicación mediante el recurso de la escritura a través
de una computadora, con la ayuda de soporte físico y emocional provisto por un auxiliar, revelando
entonces, en la mayoría de los casos, la existencia de un pensamiento y una conciencia de sí y de la
realidad que nadie había podido advertir hasta ese momento.
Con esta investigación se observó una dificultad en la capacidad de procesamiento psíquico. Para estos
sujetos resulta dificultoso interpretar los estímulos provenientes tanto del exterior como del interior del
organismo y, por lo tanto, de prever los cambios en función de la comprensión de la realidad, sobre todo
los intercambios sociales, dada su extrema complejidad. Carecen, por lo tanto, de la posibilidad de poner
en marcha el aparente adecuado. Su forma particular de funcionamiento los lleva aferrarse a rutinas en
las que, en ocasiones, logran rendimientos sorprendentemente refinados, lo que determina los “rasgos
de genialidad” observados en varias ocasiones. Por otra parte, los que se refieren al aislamiento,
aparentemente indiferencia, preferencia por ambientes invariables, etc. Corresponden a un sistema
defensivo primitivo cuya finalidad es aminorar el impacto de una masa de estimular difícilmente
procesables.
El sufrimiento toma a menudo la forma de angustias atroces que escapan de toda representación. Donna
Williams en su descripción de niñez autista expresa; se trata de la vivencia de una aterrorizante nada sin
bordes, la presencia de otros y el mundo de los estímulos como una intrusión insoportable, al contacto
corporal solicitado por los demás como una amenaza a la propia integridad, entre otros intentos de dar
imagen a lo que en principio es dolor puro.
Es habitual que el cuadro se detecte en la familia alrededor del año y medio o dos de edad. El momento
clave es el de la diferenciación; en el que el sujeto puede comenzar a aceptar percibirse a si mismo como
alguien separado y progresivamente diferente de su objeto amado. Lo cual amenaza con sumirlo en esa
desesperación. Es la posibilidad de utilización del símbolo lo que le permite al niño corriente enfrentar
esa situación sin sucumbir al trauma. Se trata del funcionamiento del sistema de representaciones, que
había comenzado a sustituirse como inscripción de la cosa, que es a la vez el objeto y el sujeto, que a esta
altura comienza a desdoblarse en la representación palabra, la cual pone al niño en un mundo de
relaciones con los otros, y a la vez permite acceder al niño en un mundo reflexivo y anticipatorio.
“El autismo puede definirse como el fracaso más grave de los procesos de acceso a la intersubjetividad,
es decir, a la diferenciación que le permite reconocer la existencia del otro”
Esto significa que no puede terminar de establecerse y aceptarse la separación del objeto, que subsisten
tremendas dificultades para anticipar las ausencias temporarias y acomodarse a ellas, que las exigencias
adaptativas del ambiente aparecen como violencia incomprensible, que las muestras de amor del otro,
con las que cada uno compensa cómo puede la renuncia al narcisismo primitivo, son vividas como
invasiones avasallantes y destructivas.
Se suele atribuir al autista una radical falta de afectividad o apego, cuando en realidad sus efectos son
intensos, aunque poco discriminados, y la tendencia al aislamiento un intento de defensa ante frustración
inevitable.
Puede advertirse que con la adquisición y el desarrollo de la escritura se producen cambios en la conducta
de los sujetos, visibles tanto en la situación de trabajo terapéutico como a partir del relato familiar. Se
reducen la ansiedad general, los ataques de ira, las dificultades en la alimentación y se aceptan mejor los
hábitos higiénicos, se mejora la capacidad de demora y se facilita una forma de comunicación con lo
miembros de la familia. Estos cambios dan cuenta de modificaciones en la estructura psíquica.
La conclusión es que el aparato psíquico puede incrementar su nivel de organización a partir de la inclusión
de significantes verbales obtenidos mediante la escritura. No se trata de que los sujetos se curen de esta
manera el autismo, pero la oportunidad de expresarse mediante el lenguaje escrito para los niños que
carecen de la posibilidad del habla o gestualidad comunicativa produce importantes modificaciones.
Cambio positivo en vínculo con la familia.
El aporte del psicoanálisis al abordaje del autismo comienza por la posibilidad de una aproximación única
al proceso de constitución y al funcionamiento del aparato psíquico de los sujetos que se encuentran en
esa condición; por la posibilidad de acceso a su subjetividad. A partir de su comprensión del proceso del
aparato psíquico puede hacer al abordaje multidimensional del autismo. Se trata de la atención a la familia
del niño autista; que se encuentra fragilizada por lo que le ocurre al niño, que no logran entenderlo, los
frustra y desconcierta.
P. Clean
La clave del autismo, desde el punto de vista de la subjetividad, no está en el diagnóstico. El desafío está
en trabajar en el intento de rescate de dimensiones de logro y simbolización desde las cuales apostar a
reformular lo que se presenta como un páramo ante quien se vive, muchas veces como un robot o un
espectro, como una programación sin sujeto, una máquina sin alma. Hay un daño severo en la posibilidad
de establecer lazo social.
Las prácticas de TCC como imposición de un hábito, por útil y funcional que sea, por practicado que
resulte, sin entender que se reemplaza o desplaza, sin comprender qué renuncias supone, difícilmente
prospere como algo más que un automatismo sin chispa, vaciado de deseo que podría animarlo. No se
trata de llevar a los autistas a adquirir habilidades que los hagan más normales “normales” sino a inventar
la posibilidad de anudar, enhebrar y desplazar. Así, el interés respecto a un objeto que gira puede
trasladarse a la curiosidad por una rueda, rostro, expresión facial.
Las intervenciones TCC se ocupan de las “conductas” y de las relaciones estímulo-respuesta entre
fenómenos, más no de la subjetividad o de los aspectos más profundos y complejos de cada individuo. Se
proponen paquetes de soluciones homogéneas desconociendo o ignorando las particularidades
personales.