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Con1pilación de los principales conceptos
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COl\!IPILADORA: Lic. Alicia Zappino


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SOCIOANALISIS - ANALl~l~' lNST!JVCIONAL

COMPILACIÓN DE LOS PIUNCIPALESCONCEPTOS


SEGÚN SUS REFERENTES CENTRALES .
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COMPILADORA: J_,ic. Alicia Zappino

INTRODUCCION

La presN1te compiláción cümple el objetivo ele recuperar los párrafos en que los
principales exponentes de la corriente socioana.litica -- R. Lourau yG. Lappasade - y uno
de sus seguickres - R. Manero Brito ···· expresan a mi entender, 1riás claramente los
conceptos que considero básicos para la comprensten del Socioa.nálisis Análisis
. Institucional.
El texto osta dividido en tres partes:
I. Jnstituc\ón y Análisis:. el concepto de institución tiene múltiples sentidos, es por eso
que este. apartado apunta a a.clarar fundamentalmente cuáles son algunos de ~sos
sentidcs, sus efectos y propone el modo en que entiende el concepto la corriente
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socioan.:\lítk.a; estrechan\ente ligado al modo en que Castoriadis conceptual iza el


Imagi112.rio social También, y relacionado C()t1 lo anterior, se incluye aqui los
antecf}dentes de la fonnacióú de esta corriente y, por. último qué se entiende en este
contex<.o por a,nálisis. Ca.da tina· de estas cuestiones son fundament~les para
comprender los dos sigüientes apartados:-. · ·
U. Conc~:ptos dehtrales: ·cada uno de ellos está íntimamente ligado aJ modo de
con1prender el concepto- de institución.. . .
Uf. Intervención: De acuerdo a todo lo anterior, este modo de pensar singular se ve·
refl~jado etr un roodo de hacer propio ..

Por último y; fundamentalmente esta compilación cumple el objetivo de brindar-una


hetTamienta más de comprensión a los alumnos.

Altcia Znppino

I. INSTITUCION Y ANALISIS

La [!Olisemia del concspto de institución

"Desde la filosofía del d~recho hasta los más recientes desarrollos de la sociología, la ·
polisemia del cqncepto ele institución es evidente. Resu~11amos. La filosofía del derecho, a
partir de Hegel, ·acentúa sobre todo el momento de la universalidad del concepto. Recuenta
las normas universales, las forma de regulación establecidas, ya~ahí en los códigos o en la
costumbre no .e.scrita. CtÍando la inslÍtución posee un aparato jurídico, la filosoffa del
derecho se esf~terza - s\guiendo s!empre R Hegel, pero asimismo en la corriente de la
escuela tradicionalista -· en sa.car a luz Ja' universalidad de las fo'rmas singulares de
jurispruden'cia. y de ·legislación.: Con elio contrib.uye en gran medida a mistificar el

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problerna de fa institución. Ei~, efocto, nada 1ilits relativo ·y contingente que esas fonnas
singuiares de ·r'egulación que son: las leyes y las ~onstituciones; pern como la fünción
ideológica del derecho consiste en. v'ólverevídeni.e, intocable y sagradc lo que' no es sino
contingencia pólitica, el filósofo del dei·écho acepta cm~vertirse en filósofo del Estado 1
legitimándo en' el plano ideológico algo que so'i¡i:ú1ente la fuerza justifica. Por último, el
momento de la particularidad ·dei concep·to de institución es escótoini.zado con frecuencia,
lo' cuál es una consecuencia lógica dé lo antedicho: la participación de Jc.:s 'particulares' en
o
las ins.tiiúcicm~s aparee~ c91}1c1 trn corJ1plemenfo secundario un lujo peLgroso.
Las. diversas tendericias. sociológicas c.¡ue ponen iá institt1ción én el centro de su
pensa1niento presentrln más o menos las mismas ·cáracierísticas que la filcsofia del derecho.
Sin embargo, sociólogos y etn61ogos suelen ater1erse aí momento de la particubridad,
valorizado a veces a tal punto que la iiistitución termina por no ser más q: . . e una modalidad
psicológica: la interiorización de normas. También aquí, y aunque el pr.::icedimiento sea
inverso al operado por el derecho, e.1 momento de la singularidad es descuidado o
confundido con el momento.de la universalidad. La función ideológica de t1l subestimación
salta a la vista: se trata, de aci.lerdo con la ideología psicologista, de apelar;:. una 'naturaleza
humana' (vista a través de la psicología social o del psicoanálisis) para net,ar o descartar la
existencia de lo político. ·
Con la historia en general, y más en espi::cial con t'd marxismo como 'cif!nci:1 de la historia',.
el momento de la un'iversalidad del concepto es someüdo a una sever~. crí!ica. El nivel de
análisis sincrónico que priviíegia los conceptos de estructura y de función es confrontado
con el nivel del análisis histórico. Las mstituciones ya no apareceri corno invariantes
.sociales; receptáculos de la racionalidad y del consenso, sino como for.mas singulares
apri.::hendidas en las relaciones de fuerza, las relaciones de· cla$es, las relaciones de
producción. El mom~nto de ia univ.ersalidad aparece con'lo el momento de lo ideológico: la
'idea' de Hauriou, la 'carta' de f.,i:lalinowski, y la. 'representación colectiva' de Durkheim o
de :rvfauss, el 'sistema de representación'. de Léví-Strauss, etc., permiten captar la función
sírnbólica de las institucic>"nes, pe.ro no la totalidad ·de las flmciones :'ibjetivamente.
cu'mpiidas por aquellas. En cuanto al momento de la particularidad, el maní:isr10 se ernpeña
unas veces en {)one(lo de relieve, otras en· olvidarlo'. Hipostasiados en !.anto agentes
históricos,· construct9res de su propia historia, los individuos arriesgan perder esta
autonomía y esta iniCiativa i'nstituyente en el momento en que el marxismo, dejándose
!levar por las facilidades dogniáticas del economismo y del filosofismo rni.\terialísta, se
vuelye institucional. . .
. El equívoco del concepto de ins.titüción. i·eside en el hecho que de designa alternativa o
simultárieaniente lo instituido o lo !11stituyente ... " . ·
"... ¿No es mejot admitir que la institución: pertenece a lo í~stituido y a lo irBtituyente a la
. vez? Ambas faces del concepto de institución recuerdan en ¡ligo las do's faces del signo de
úcuerdo con Saussure: significante y significado. Ai igual que el signo, la institución no es
ünívoca, salvo en detenninadas ~ircunstancias en las· que .,aparece como únicamente
permisiva o como únicamente ·repi·esiva. Pot: ejemplo: un sinÚicato no es sola.mente una
bui-ocrac1a represi\'.H (salvo en ~1 caso· de sindicatos directamente controlados por el poder,
conio eri algunos regímenes totalitarios), sino también una institución cuya negatividad
respecto de las instituciones ecoriÓinkasy políticas se ejerce, a't menos 'potencialmente, en
forma de reivindicaciones o de movimientos de protesta. A la· inversa, desde el punto de
vista conservador, ei sindicato nunca es (salvo en períodos de huelga prolongada y de crisis
social). un .mero
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instrumento de ;,
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rdvindicacióri 'e inipugnación; también
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es
un otganismo
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regulador delmovimiento·obrero, un medio para controlar indirectamente las iniciativas de


Ja 'base' obrera. Y por esa razón, el derecho sindical terminó siendo institucionalizado en la
mayoría de los paíse:; industriales ... 11
" ... Mientras ·que el ~tnólogo y el sociólogo generalizan una serie de observaciones para
inducir la existencia de tal o cual institución (por ejemplo, Ja prohibición del incesto, o la
kula, o el potlach), el análisis institucional debe cnptar la acción soc.ial en su dinamismo y
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sin prejuzgar acerca del sistema institucional .existente; tral.ar de poner en evidencia dónde
está la institución, es decir, las relaciones entre la racionalidad establecida (reglas, fomms
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. sociales, códigos) y los acontecimientos, desarrollos, movimientos sociales que se apoyan
implícita o explícitamente en .la racionalidad establecida y/o la cuestionan.
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Presente-ausente, e~: decir, .simbólicamente presente en . los grnpos, agrupamientos,
organizaciones, 'instituciones' (en el sentido trivial del término), pocas veces la institución
ofrece en las prácticas que se pretenden analíticas, la faz objetiva que se manifestó sopre
todo durante la prir.1era parte d~ este estudio. Es preciso, por consiguiente, explorar los
dominios donde, t:-as los sistemas de referencia que la expulsan o le asignai1 un lugar
reducido (psicoanálisis, psicosociología, pedagogía), su presencia-ausencia hace surgir la
índole problemátic<i del concepto. .
Propongo denomir,ar intervencionés institucionales las prácticas que acabo de mencionar:
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ya se trate del psicoanálisis individual o de grupo, de la psicosociología de grupo, de la
psicoterapia o ele la pedagogía, todas tielicn como rasgo co1l11'rn no solo des~mollaise e1i un
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marco institucional preciso (aunque a menudo ocultado),sino también trabajar (una. vez más
de mariéra empífica y espontánea, ..salvo en cuanto a· la terapia y .la pedagogía
institucionales) con un material c(ue no es sino la relaci'ó11 que los individuos m911tienen con
las instit~cio:ies. · ·
El tipo el~ ir:tecvención que se da por objeto analizar este material ocultado clesfÍgµrado o
por los deÍná~ tipos de intervención;. se llainará socicianálisis.
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lJournu, R.i"'.'.El ,rnálisis Jnslih1.cion11l", Buenos Ah·rs, Amom:rtu; ¡.9¡¡3: Cnp. Ul. Piíg.141 n 144
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El nwvimien.to anti-instituc.iomll

"Podemos 'preguntarnos sí el esclarecimiento de la institúción como fonna general de las


relaciones sociales 'no ha estado más bien a cargo de las corrientes de la antipsiquiatría y la
antiescuela . Ya hemos visto que cuando.lvan Illich, por ejemplo, pone en tela de juicio la
fomrn general, muhdial, de la Universidad, la adopción en todas.paiies de esta forma de las
relaciones d.e fon~a'ción llamada Escuela; no habla de los establecimientos· escolares y
universitarids, si.no de una noción más fundame·ntal, de una elección general y estructural
que aparece>en la historia en un momento determinado y que luegq se encuentra. por
doquier. Y esto es la institución, este prodúcto de la sociedad instituyeii.te en tal mómento
de su historia. De 'igual modo, con el en<:;,ierro de la locura, que es institucióil de la
enfonnedad mental y de la separación entre los 'loccis' y las 'personas notmales'. No es una
el
separación que hagan todas las· sociedades (así, poseído no es un loco ni Un enfermo
mental en el sentidd en que nosotros lo entendemÓs). Y una vez más es Ja antipsiquiatría
quien realiza el análisis insti.tucional de la ínstitución de la locura, a la que el
establecimiento psiquiátrico instrumentaliza.
1:

1.
4

Se puede, pues, decir que el análisis institucio1ial, si toma al pie de la letra los pedidos de
intervención, que son análisis de establecimiento, 'se conviene en ':un análisis
organizacional, en el.sentido más trivial del término, es decir, en \.111 f.entido que no toma
siqu'iera en cuenta a;la organización como proceso y que sófo la ·cEpta corúo producto,
sistema y disposición instrumental, como conjunto práctico organizac'o para determinados
fines. Para que haya análisis institucional distinto de las demás operaci1 •nes de intervención,
preciso es que la mira del análisis tal sea lo que da un. sentido .¡ la org~nización, a
detenúinado conjunto práctico 'cliente' que se instrumentalice en .un . organización social
determfoada, en un establecimiento cliente.
Apenas· comenzamos a poder orientarnos en este lío de palabras~ m esta polisemia de
términos que ha representado, en parte, el éxito del movimiento institucionalista. Es
necesario un nuevo esfi.1erzo de clarificación; el éxito del renovado ténnino .institución y de
sus derivados obliga a un mayor rigor en el uso del vocabulario, con ti:d· que se convenga en
que no· todos los 'institucionalistas' acuerdan el mismo sentido a las mismas palabras.
En rigor, el término institución sólo puede ser útil con la condición de definir algo que,
como el inconsciente de Freud, no sea al mismo tiempo reconocible · si no, el análisis no
sería necesario~ e inmediatamente problernático. Por otra parte hay qrn hacer un esfuerzo
permanente ·para renunciar a su uso trivial, a no ser que se agregue cad,1. vez la mención 'en
el sentido corriente del término'.
Si en tales condiciones el término institución se ha const)1vado, p~se a todos los enredos
que provoca, no ha sido tan sólo porque connote un movimiento, cosa que sigue siendo aún
muy imprecisa y llena de ambigüedades., sino sobre todo porque consfrva en .;:J uso mismo
el sentido que le da_ la etimología: su. sentido activo de hacer qu~ ·se; n'lante,1ga en pie la
máquina sociaJ y ha$ta de producida, y además con la vertiente dy lo instit::1ido, no para
significar el establ~c~miento, sino· porque la noción de instituido renil.te ·a fonnas
universales de relacion'es sociafes priginariamenie nacidas en una sociedad ins::itLÍyente, qúe ·
nunca son definitivas, sino que, por el cpntrario, se transforman y hasta pued•~!n entrar en el
tiempo de su declinación. .· · ·. . ·
Las corrientes denominadas 'antinstituCionales' son, debido.a ello, institucio . 1ali$tas, como
ya lo he señalado en la medida en que revehin la precariedad 'institucional y m uestrnn 'que Ja
institlición no es naturnl, que lleva en.s( su' dec¡;dencia. La antipsiquiatría no es un análisis
institucional crítico simplemente p.orque proponga el cierre· d~ los asilos, s1; destrucción;
está ligada al movimiento institt;ci;0úal.ista y le otorga su· sentido er. ·1a m~dida,
.
precisamente, en que, en su carácter de antipsiquiatría, inte1Í:oga a la hipótesj 'básica de la
.
psiquiatría, esto es, a cierta cóncepc.ión de las 'alteraciones mentales' qui~· da origen a
'

establecimientos as~stenciales, a prácticas terapéuticas determinadas, a cc(iceptos, una


enseñaúz~. una organización, prácticas .sociales. · '
A la pregunta formulada a menudo a .los antipsiquiatras, Y. qt,1e con;siste en decir: '¿Qué
haréis vosotros, concretanierúe, "por los enfermo's mentales?', no responderr tan sólo las
comunidades terapéuticas de los ünt~psiquiatras: la inscripción de esta . problemática
institucional en el movimiento de la historia y el hecho de que las prácticas'y los escritos
publicados de los anti psiquiatras· hacen nacer entre los j'qveirns psiquiatras interrogaciones
que no son, como lo su'giere Jean Oury, efectos .de la moda y la barbarie, sino, por el
contrario, ~na necesa,ria interrogación sobre la institución de la enfe1111edad y las prácticas
asociadas a ella."

Lnpassnde, G.: "Socionnñl.i!lis y Potencini Humano", Ge<lisa Editodal; 1980. Cap. 2. P1íg. 88 n 90

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."Los tres tr~ .:renos pn}fesionales del anáfüis in~titucionnl

Psicot~1·apia fostitudon~l
Nacida en la inmediata posgm;ma, la Psicoterapia· lnstitucfonal es un mov1m1ento de
...-,.. cuestionamiento y de análisis de la institución psiqui.átrica. Este movimiento pronto se
dividió en fos corrientes: una sociológica, que no dejaba de tener Inserciones políticas
'importantes a. nivel de los partidos políticos franceses y una tendencia psicoanalítica que,
¡··
con la sola uKcepción de Tosquelles, estaba constituida fundamentalmente por los jóvenes
,1 • '

que particip iban en dicho movimiento.


El movimieqto de la Psicoterapia Institucional pasó por tres fases. La primera de ellas,
ayudada por la situación de racionamiento y lns condiciones de vida durante la ocupación,
se constituye a partir del eje de cambiar la relación médico-paciente. Este cambio se veía
promovido P•H la necesidad de dejar los aspectos propiamente terapéuticos en función de
las necesidad r;:-.s de supervivencia de los pacientes. Los médicos más que pensar en los
procesos de .n enfermedad mental, ·tenían que establecer, junto con los pacientes, los·
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mecanismos necesarios para hacerse de los satisfactores básicos. muy escasos en situación
de guerra y oc Jpación.
A esféperíodó s·ucedió la fase de socialización mediante el gmpo: En esta segunda fase, la
erg()terapia) It psicoterapia de gi-t1por les experinientos alrededor del Club Terapéutico,
espacio organ ;:ado por los pacientes, tocias estas modalidades pusieron de manifte~to que,
como los psi e Jterapeutas institúcfoiiafos decían, no ei:a al paCiente, sino a la institución a la
que debían Cl ·ar. ·''sin embargo',. Sll crfüc~ no se dete1i{a allí. El trabajo con los pacientt;s
a
permitió dese' brfr,' eh lo que se refiere los pi·occsos terapéuticos, que era Ja actividad
instifüyente e r:' los pacientes el efornento pro¡':lian'lente terapéutico. Esto descentraba la
posición del r· édi¿o, inserto en un cuestionamiento más o mer~os permanente de su lugar de
poder. La auL g;estión de los pacientes y del hospital tenía lma eficacia terapéutica .. ·
La tercera fr.'.e se constituyó .como una fase propiametite psicoanalítica. La tabla de
actividades ¡ !-rrnaneció prácticamente inalterable, o con enriquecimientos eventuales. Sin
embargo, si ; n el momento anterior era la autogeBtión y las posibilidades' instituyeqtes de
los paciente; el agente terapéutico, el psicoanálisis, introducido por los médicos al hospital,
convertía d ::has actividades en soporte de otro análisis. El agente tera.péutico ya no es Ja
actividad rr u;ma paciente, sino el análisis realizado sobre dichas actividades.
El psicoan: .'isis que se introdujo en el hospital era un psicoanálisis crítico frente a las
prácticas i:':edorninantes en el medio francés: el lacanismo, en nombre del 'retorno a
Freud', se 1·.1antenía crítico frente a la problemática del sujeto individual, relevando el papel
de la 'estn:.;;tura'. Esto permitió un· avance teórico innegable en el seno de la Psicoterapia
institucion:d, pero al mismo tiempo memiaba las bases mismas desde las que ésta.se había
constituid;, La inse1;ción del Psicoanálisis sustituyó con la teoría la experimentación que ~e
realizaba m psicoterapia. .
Tiempo lespués, ·los movimientos de las comunidades terapéuticas en Inglaterra, la
experien1;ia· italiana liderada por Basaglia, permitieron cuestionar la frontera entre salud y
enfennedad. mental..Estas experiencias mostraron menos los problemas relacion~dos con la
complejidad sofisticada del inconscien~e freudiano que el problema del poder. Aunque la
creencia casi religiosa en el Psicoanálisis fuera ganando poco a poco a la pequeña
burguesía, l~,,~volu~ión de la ultra-izquierda y su ·crítica radical de la vida. coti,diana, del

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probleiÍ1a de la homosexualidad ·:ide hi mujer, etcétera, significaron.un diqué importante a
dichk tendencia. Así, los debates actuales sobre la institución psiquiátrica· ni.tan menos
sobre las divergencias de las diforentes escuelas psicoanalíticas, que sobre las políticas
psiquiátricas o la politica ei1 la psiccúerapia. · ·
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l.a ¡mdagogía InsHtucional .


Con un. itinerario más b1:eve y bast~inte diferente, la Pedagogía lnstitucion:J encuentra
ta~bién la problemática de una teoría de la acción política fuera de las or ;anizaciones
. pqliticas b sinclicales. .. , · · .
Este movimierlto tuvo influenci'as, a:·vece·s para}elas y a veces convergentes, p:)r un lado, la
influencia de la Psicoterapia lnstitucional, en sus aplicaciones a niños desadaptados
o 'débiles mentales', tendencia que sería· representada por Fernand Our~1, Deligny y,
posteriormente, · por Maud M.anoni. Por otra parte, la influencia de una corriente
psicosociológica de~viante, rm;rcada por la autogesti6n y la pedagogía liMrtaria, ta.nto
corno por la psicosociologia, creada por Lapassade.
En un principio, todos: los practicantes de la Pedagogía Institucional estár de acuerdo en
tres pu~ltos: a)considerar la institución escolar (y 110 solamente el establecimiento donde se
ejerce) como objeto de análisis; b) establecer las formas de regulacié.n (autogestión,
'instituciones' de cfase, etcétera) sobre la base de 1,1n funcionamiento lo n,ás democrático
posib'le del conjunto maestro-a.llinmos; e) i.::rear las condiciones de este 11.nciooamiento y,
conse'cuentemente, de un análisis· colectivo de 'la institüción escolar ·a pa¡ ~ir de relaciones
no~di1lectivas entre maestros y áluím1os~ · ·;·.
Al pbco tiempo, en un terrenó tan explosivo como el de la enseñar za, ai)arecieron
situaciones ·que orillaron la escisión del movim'iento en dos tendénc~a : psicoanalítica
(Oúry, Delígny ... ) y autogestíva (Loúrau, Lapassade, Lobrot, Fonvieil.e). Si bien las
discirsiones ,giraban· en tomo· a con(~eptos de ofigen psicoanalítico ó psi e~ sociológico, de
fondo• e·xistían. diferencias tai-ito
. de.sensibilidad
. . política como de comportan 1 ientos políticos .
y apreciaciones estratégica::;. · · · ·· ·' .
El d¿bate entonced ,actual en la ·izquierda francesa alrededor de la autog(;Stión permeaba
fuertemente las tend,encias pedagógicas. , ·
Al rni.:m10 tierrtpo, la concepción 'pedagógica estaba, ya de. inicio, abierta hacia lo político, a
través de las tesis del grupo Socialismo o Barbarie sobre la auto.gestió~1 yugoslava y
argelina. El problema de la autogestión r>edagógica desembocaba, necesaríauente, sobre el
.
de Ja'"' áutogestión social. Se ai~alizaron intensamente las relaciones entre el n:.ic.directivismo
' •,
y la autogestión. · · . ·
:Por su parte, otro eleme~Ito írilportante fue la colectivización del análisis. 1Estos análisis
colectivos sobre lo instítuicfo tte·ta fonnación, esas instituciones 'externas' e transversales
al grupo. que determinaban sil (fuehncer y los límites de s4s acciones posibles, sufri0ron
...
difer~ntes suertes de 'acuerdo al grado de aislamiento, ele virulencia, al origen social de los
· alumnos, etcétt:fra.
Pero quizás la aportacióri niás importante de la P'edagogía lt)stitucíonal fue ei análisis de la
dÍnárnica de la institución, por lo pronto centrado en la institución ·escolar: !Desde allí fue
· posible observar cómo las transformaciones de la institución teilían relacióri con diversos
modos de acción, que van desde la apa.tia, la deserción, acciones no-institucionales; el
r~chazo más o menos expresado a los exámenes, a las instrucciones ofic~ales, acciones anti ..
· institucionales; o expe'rirriéntaciones pedagógicas que ponían en cuestión los fundamentos
mismos de la instifücióri.~scolar~ tales ·cort10 las pedagogías aUtogestivas, !fcciones contra-
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institucionales. Estos ·mo9os de a·cción se convertirían pronto en los referentes básicos tanto
de la psicoterapia corno de Ja pedagogía institucionales. ·
La Pedagogía Institucional descu.brió que el lts1s de la.instítución escolar desemboca;
necesariamente, en el análisis gelieralizado <le las mstituciones. Esto mismo descubrieron
los practicantes del Socioanálisis. Intervención hecha baío encomienda de un 'cliente' en
diversas or,ganiz.aciones. · ·

El Socioam'ilisis
El término S.ocioanálisis f\1e enunciado por primera vez por el equipo de Van Bockstaele
(psicosociólogo francés) en los años '60. Se trata de un método de intervención que tiene
orígenes diversos y a veces desconocidos. Sin embargo, podemos decir que este método de
intervención se sitúa en la -prolongación de la Psicoterapia y la Pedagogía Institucional, en
particular
..
en lo que concierne a. .los conceptos. de autogestión, implicación (él cual ~

reemplaza, ampliándolos, los conceptos. de transferencia y contratransferencia


institucional), de transversalicli:i:tt ..Y de a.nalizador, poco elaborado pero enunciado por 1a
Psicoterapia 1nstitucional. .
Se ha confundido nwcho al Sol;)Íoa;1állsis, asodándolo a una fonna más de la práctica
psicosociológica, o tr :ttando de equipararlo como una forma específica de intervención
grupal. Esc.ierlo que, 1:neste sentido, el Socioanálisis heredó de:·l:a-psicología de los grupos,
un 'diSposítivo de an,tlísis í:l1'icro-socfal: una. reunión de grnpo pequeño; en un espacio
cerrado y con un .1 1~mpo pre-'delii11it.ado .. Sin embargo, lo específico del Auálísis
Institucional es.que si~ constituye en .la subversión de dicho dispositivo. ',. · .· · ·•. . .
E11 efecto, es en el ¡ reciso momento en el que.T.,:]p3ssade, con sus primeros."-clientes',
analizan lo instituiclc ele la práctica psicosodológica, es decir, las condiclones.s6bre las
cuales esta.práctica e:_ posible,' la serie de reglas i:;in las'cliales rc;;ultaría ·imposible rnalizar
dicha. practica, es en este mon~ento ei1 el que .se· origina el Análisis Institucional. Así,
resultaría imposible cJmprender .el .Socioanálisis sin !a práctica grupal qué. le· dio origen.
Pero al mismo tiempc . no lo podemos reducir a dichas prácticas .. El Socioanálisis rebasa,
desde u¡1 ·análisis de carácter político, las prácticas psicosociológiGas: Y este análisis
polítido es el análisis <:e lo impensado y lo impensable de díchas prácticas; desde el marco .
conce'pluál de la psico.:ociología misfria. . . .
. Adem,ás de los ori:;enes psicoterapéutic.os, pedagógicos y psícosocioló.gicos del
Socioanálisis,tenernos que reconocer la importancia d~una reflexión decisiva, la Crítica 'de
la Razón Dialéctica de Sartre, así como 'la expenencia del movimiento ·estudiantil de mayo
del 6&.francés entre las raíces fimdamentales de es~e método de intervención."
'•
Mílllt'l'O~ ÍMto, R.: ."Introdu1:dón al Amílisi:I' J.ns(ífud1innl", l'll Tr:mrns, fü~,i~tll de 'Psicologfn, Uni\'('l~kl11d
Aut6110.itt11 Metropolitann, Nro. 1, Méjico, 1990. Pílg: 122 a 127 ·

. "L'a Teoría Instituciom1I de. Castoriadis:


·:!
-~· ..
Cardai1 Castóriadis es el primer teórico del ·institucionalismo actual. Su teoría de la
institución ha nacido de la relación poli ti ca enlre la práctica -del movimiento trotskysta, al
principio- y la teoría. El punto de pa1tida es el marxismo, y en seguida el psicoanálisis.
Resulta interesante observar gue esta teoría política de·la sociedad en su conjunto sigue la
misma evolución que las teorías instítucimrnlistas en psicoterapia y psicos9ciología. En
efecto, el punto de partida de Cardan Castoriadis es la crí1ica trotskysta de Ja burocracia y,

··.·o .• 1

::.


.., 8

de tina manera más gene1·al, de lo·rjuc en el movimiento marxista se llama el ¡)rob\ema de la


. orgai'lizaCión. La . critica .de ta burocracia es O·Í-ganizacionai. En el vocabulario de la
sociología norteamericana de las organ(zaciones, influida por Max \Veber, los términos
organización y buro.cracia tienden hacerse :~inónimos. Por lo demás, Casto'riadis ha
sufrido la influencia de Max Weber, de 'qiilen ha. hecho una lecturapolitíca. Por último, la
teoría de fa autogestión constituye en cierto modo una réplica organi~acionai al problema
d.e la burocrntización y de la <nueva ciase dominante>. .
Castoriadis ha construido 'su concepto de la institución en· un momento en que, por una
parte, ciertos sostenedores· de Ja psicoterapia instit~1cional se interesaban en su elaboración
y en que por ta otra, la corriente autogestionaria del institucionalismo participaba, por la
pedagogía institucional, en el grupo Socialismo 6 Barbarie. · ..
Castoriadis desarrolló entonces, en l965, su teoría ele la sociedad instituyente, de lo
imaginario social, del conflicto entre la sociedad instituyente y la soGiedad instituida, de la
<institución del capitalismo> Es una teoría que está en la ba: e de la actual corriente
institucionalista. La resume un pasaje del texto acerca de la histori l del movimiento obrero:
<El hacer de la burguesía engendra una nueva definición de la re~ lid ad, de lo que cuenta y
de lo que no c:uenta, esto es, de lo que no existe (o poco menos: de. o que puede ser contado
y de lo que no puede entrar en los libros de cuenta) ... Nueva defin ción asentada, no en los
libros, sino en el proceder de los hombres, en sus relaciones, er sn organización, en su
percepción de lo. que es, en sus miras de lo que vaie, y tambi !11, por supuesto, en Ja
materialidad de los objetos que producen, utilizan y consumen. ·
. <Ese hacer es, pues,. institución de unrt realidad, de un nuevo mun io y ele un nuevo modo
de existencia sociahhistórica. En esta ins~itucíón -que a su. vez .. e desenvuelve durnnle
v~rios siglos y nófha terminado ·aún- subtiende y únifica. la· in 1·~1111erable im1ltitud de
institúpiol1es secundarias, de instifüciones en ei sentido corrierite dd témüno, en las cuales
y por las cuales se fostnunenta·: desde la em¡)resa ·ca.púalistá hasta el ejército de Lazare
Camot, desde el 'Estado de derecho'. hasta Ja ciencia occidentul, desde el sistema de
educación hasta el drté de los museos ..
Unicamen.te por referencia a ellas se. (iejan captar en su especificidad histórica:. tanto el. ·
modo· de instituir como el contenido de las signíficacio11es. instituidas y la organización
concreta de las.instituciones particuhues de la ern capitalista." · ·
<Esta instituclón es creación: ningún análisis causal podría .predecirla a panif del estado
que la ha precedido; ninguna· serie de operat~iohes lógicas. podría producirla a .partir de
cqnceptos. Surge, evidentemente, en una situación dada, entre las. creaciones de'I pasado
. toclávía VÍVas; reto.ma UtUl ÍJlnUtneraple Cantidad. de· éstas, )' durante mucho tiempo
pennanece esclavizada a algunas de. ellas. Pero a medida qüe el h[icer instituy;:;nte d~ la
burguesía progresa, el sentido "de lo ·qüe ·del pasado se había· conservado al. principio se
transforma. El hacer de la burguesía es
creación imaginada visible como insti1~1ciói1 del
capitalismo>'. 1 . . .

He citado lai:gos extractos de ;texto para rnostrar que nó'sólo nuestrós conceptós básicos,
sino además las hipótesis 'fundarn:entales de la práctica socloanaHtíca ínstitucior1alista se
aiticulan en éL · ·
La idea. central es la de que una sociedad ~nstituye un conjunto organizado de relaciones
sociales mediante un <hac,er i11stltuyente> que se apoya en <una situacióri dada>, en
---------·-"'---7-----7·-··.,.. .
1
Casloriadis, Cardan. L'expe1ie1~ce dn mouvcment ouvricr (Colkctiou l 0/18) Pion, Pnris, 197 4 (nota <lel
atÍtor). ·
.~~ú~:;i'.;~r:~~~~: ·N:¡:·; :·. ,;.t\? :~:
j ::
¡ ,1'." '.
';•P._:',./,,
;~>

· <creaciones Jel pasado todavía vivas>, en el hecho de que ya existe una sociedad instituida
cuando el r.uevo hacer instituyente la tras-fom1a. No todas las instituciones son nuevas
cuando se construye la nueva sociedad: La el EJército, la Familia y el Estado no son
institucione~; que aparezcan con el capitalismo. P~ro la illstitución del capitalismo trastorna
sus articulaciones, su lugar en las nuevas relaciones sociales, su equilibrio y su poder. Lo
que se institt.ye es, a través de esos. reacondicionamieiltos y también de la producción de
institucionm; nuevas, ·<una nueva definición de la realidad, inscripta, no en los libros, sino
en el proced~r de los hon1bres, sus relaciones, su organización>.
La institució11 de capitalismo introduce una nueva división entre los hombres, entre <lo que
cuenta y lo qne no cuenta>, y esta nueva divigión, esta separacióÍ1, atraviesa todo el sistema
nuevo.
Lo instituyente originario, que se halla a la vez en todas partes y que en parte alguna se lo
puede capt::i.r cual si se tratara de una esencia realizada, es a un tiempo <el proceder>, <las
relaciones>, <la organización>, de la vida y de Ja sociedad, y <las instituciones por" las
cuales se im trnmenta>,: la empresa capitalista, un sistema de educación, <el encierro de los
locos> ... Y ahí, en esos gmpos, .en esas relaciones, organizaciones e <instituciones,en el
'· .
sentido con iente del 'término>, se puede analizar la insiitución del capitalismo. Pero la base
:~~. del sistem:l, que es, como lo muestra Marx, la corn;tftución del capital se halla oculta~ Y
debido a es toes necesario, como se dice en Et Capital, tin análisis. Tal es la base de nuestro
téa.ba.io. ' ;..... ·· ,. ·· · -.,.. "· ......... · · ·. :.. ·. ·
' . '

L11prtss11dr, G.: Ob. Cit. <;11p. H. Piig. 96 11 99

· , La Instit1Jción parn el socioalullisis:-

"El concep.to de instih1ción se sitúa en la problerúática de las relaciones entre movinüénto e


institució'.1. . . . '·
El intento de tnostra'r fas estructuras instituci_onales trabajadas y corroídas por el
movimiento de su b~se social, es lo q~1e está en el origen de! concepto d~ institución.
Cuando decimos 'lo-'que la institución dice', ¿a quú nos referimos? Existe aqüí una
identifio1ción de la institución con lo instituido, lo cual deja fuera el movimiento
inslituyertte que permanentemente la trabaja, y sin lo cual la institución no existiría ni un
segundo más. La historia está llena de cadáveres de esas instituciones desertadas.
Ayudado pÓr una simplific~1ción de la lógica hegeliana, Lourau realizó un intento de
mostrar a 1~ institución en su dinámica, a través de momento$ de un proceso en el cual
movimiento. e institución aparecen confundidos, en el sentido más estricto del término, en
una forma social visible: '
Afomenfo u~1h 1 ersal, positivo, instituido o ideológico de la instifrrción, que se constituye
como lo qu~' ya está al [í de la instituciótl, lo ya instituido, d sistema de nonnas y objetivos
universales· que sostiene y que ta sostienen. La· carta de la institución, como ésta· se
presenta, su' ~azón de ser, constituyen este l'nomento.
Momento pai·ticular, negátivo, h1stitnyente o lihidinal de la h1stíftrción que es el momento
de la .institución que nos habla de la negatividad actuante, de cómo toda verdad universal
deja de serlo cuando se particulariza, que expresa la multiplicidad de demandas de la base
social de la ·institución, que .maniftes·ta ·como' ·ésta no se encuentra unida por el consenso,
sino por ut~ ~ multiplícidad'infinita de factores que rebasan la mera ideología. · ·
1
(
!·'.
: -~···
;

.. ·'

J. :1
10 O,

'
A1o.n~e.nto singular, de unidad negcnivá, de i¡1s1itucionalización 11 Dl'lJ_ªniu ciq~al de la
instífución, que nos habla del ·movimiento necesario para absorber,. al ir terior de lfüi
prácti9as dominantes, la. acción de 1·0 t1~gallvo, de los desviantes que mar ifiestan otros
posibles; momento en que la institui.::ión, a de la organización mantiene .~l predominio
de Ul~ proyecto o' de un movimiento sobrr.~ todos los otros pqsibles. . ,;
Es.importante mencionar que desde .este concepto la institucjó1J no puede ccnfuúdirse con
.el ·. establecimiento.: Ejemplo de un . establecimiento: la Univ'ersida.t Autónoma
Metropolitana -Xochimilco (U_1\lvJ-X). o la tienda de. la esq·l.iina. El e~.tablec.imiento (;s el
lugar en donde se éntn;;cru.zan s¡;>;gment{triamemé una. jáfinidad de inst:r.uciones: por
ejemplo, en la tienda se cm~a la institución de la moda qué utiliza la tencL::ra, al mismo
tiempo que las formas instituidas de intercambio que ¡.;e han establecido sc.c:;ialmeme. La
fiesta, la ensefí~nza, el castigo, el encier.ro, son todas instit1Íciones sociales qt:: no debemo::>
confundir con íos establecimientos en dónde resultan instituciones centraL~s. Derivar al
análisis del establecimiento, nos haría caer en fomms como las adoptadas por el Desarrollo .
Organizacional, entre otras· corrientes que intentan, a través del desconocir.tiento de las
dimensiones instituyentes, el trabajo cada vez más eficaz de la institucionaliz1.,ción"
,~ , iL
Mirncro:Srito, R.: Ob. Cit. P1\g. 152 a 154 .,

El afüílisis

"... ¿Qué significa, ante todo, análisis? Comenzaremos por la definición que r. . os propone
Yves Barel: <¿En qué consiste el método analítico? Esencialmente, descansa. ei1 l.a hipótesis
de qüe es posible comprender ); t.~xplicar una realidad completa descomponiéndola en
elementos simples, anaiizando ·cada uno de é:;tos y adicionando o: llevando al tope los
anális]s. El método ánalítico i10 'desútiende. las telaciones v la interacción entre ;~Jementos.
Se basa en la idea de que las relaciones se explican rnejo; por la. acción de los í;lementos,
más álm de lo que ellas explicá'n la acción. Pr~cisemos algo más: la coüducta ;;;!ásica del
método analítico para estudiar el paj)el de un eletnento. dentro de ,un conjunto ccnsistirá en
hace·r variar ·experimental o idealmente al elemento sosteniendo· constantes a Irs otros, o,
por el coi'ltrario, en mantener constante al elemento mientras lós otros varía l. De esta
manera, procediéndo elemento por elemento, o relación por relación, se lhga a una
compreüsión del conjunto> 2 ·
He ahí la definición <'clásica> del anúlisis. Cuando se habla de análisis en cienci:::s humanas
(psicoanálisis, análisis institl!cíonal, socioanálisis), también se tiene éh cuenta la
deséomposición de un todo en sus elementos. '
A ello ·se añade, sin embargo; fa idea de iilterpretación. Interpretar un sueño, un habla de
grupo, es pasar de lo desconocido· a· lo conocido; es una operación de ditscifre. Freud
compara el descubrimiento del inconsciente con el descifre de los jeroglíficos. En este caso
el" análisis pasa a ser una· hermenéutica; procede por descifre sacado a luz de lo que está
O(~ulto y qüe ·sólo se revela .por .ia operación qlle cosiste.en establecer relaciones entre
elementos apáren:temente desunidos. Se trata de reconstruir-una totalidad asti-llada.
Marx emplea corrientemente el mismo término -análisis-. en Et capiíal. Precisa que el
análisis sólo es necesario"cuando hay relaciones sociales que no son inmediatamente
visibles, sobre todo la relación de explotacíón. En efecto,,ila explotación es visible en el

~ . . . " .. '. .· . . . t.
'· Barel, Yves: L'aualyse
. .
des syst(::mes:
'
problemes
' .'
et possibilités, mimeógrafo,
'. . .
1973. (nota del autor)
.

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~~~·.r~~?~::,~:n;~:¡:tAt:;'i(:\( ·. .
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.. ·

sistema feudal: el discurso.analítico no es, pues, necesario. Pero en el sistema capitalista se


disimula: para sacarla a luz, para revelarla, es necesario, por lo tanto, un análisis.

Lo ocvHo~ lo inconsciente, loyeyrimido

Las institucio'iiés formán la frarna soda! que vitic~la y tttrnvie:rn.·a los itidividuos, quienes,
gracias a su praxis, son so.stcnedores de la.s .instituciones y creadores o innovadores de
instituciones nuevas (instituyentes). . . ·
Las instituciones no son tan sólo objetos o reglas visibles en la superficie de ias relaciones
sociales. Presentan una faz oéulta, y ésta, que es in que. el análisis institucional se p1 )pone
sacar a luz, se revela enlo no~dicho. Tal ocultación e~ fruto de una represión. En este punto
se puede hablar de represión social, qtie produce al inconsciente social. Lo censuradc es el
habla social, la expresión de la a)ienaqión, la voluntad de cambio. Así corno hay un wgreso
de lo reprimido en el sueño o en el aeto fallido, así también hay un <regreso de lo rep(rnido
social>en las crisis sociales.
El esclarecimiento de lo no-dicho, de lo censurado, es obra de dos grandes <calado;es de
máscaras>: Marx y Freud. Uno irnso en evidencia h lucha de clases como significado de
movimiento de la historia, y la plusvalía capitalista (oculta por la institución del salar ado),
y el otro descubrió el inconsci'ente oi;:.ulto por un orden institucional proveedn de
racionalizaciones. Uno y otro.· invitan a una búsqueda de lo oculto ·a· partii del
enjuiciamiento de las instituciones ocultadoras, así sean del orden de la racionalizaciór o de
la ideología. -Esta búsqueci~ es una hermehé1.1tica que.implica el despeje de la:reprnsió:i del
sentido mediante el análisis de los faqtores de desconociiniento, que. siempre tienen a
instituciones por fundamento.· La ocultación se cumple <a través de las . 111ediacíones

;n.,ti·t.. ,,¡ .... ,,,.,¡,,.., r.11<> P"l,e. tr"'r. ,,,.,,..·;¡",.,..,; .. ,."'"'J.., "'C'Cl·eri..;,~..., · ·
U '-'-'"o,JLVll'"l\_V', '-1\..•V - 1 . u:. l . J J V ! '-lV,... f.\.4-l .....•J. '-•11
· ·
1'-:l • ) ; ':·•\.l(.f-U.....- •.

Las leyes, las reglas, los prejuidos, que· limitan fa ~exualidad ·a su .<función> ·de
procreación, han· ocultado la verdad sobre el deseo ~exual. La lucha instituyente contra las
.reglas imhiruidas se ha manifestado en cierto·s comportamientos o err al'gimas obras
artísticas 1 condenadas: se quemó a·urbaiü Grandier como tiempo después las· obras de
Diderot o'de Sade. Estas manifestaciones, en deséléÚerdo con lo instituido; ;:;on er1 sí ri1ismas
reveladoü1s de la naturaleza de éste. So~1 su analizador. De· igual modo;la Comuna de París
fue el revelador del Estado clasista y su.verdad: gracias ~1 la Comuna descubre Marx qué es
realmente.el Estado.
Marx y. Freud elaboraron sus teorías gracias a lo q.ue revelaban !os dispositivos
analizadores: la práctica revolucionaria y el ceremonial de la cura psicoanalítica."
,_
L11p11$511d~¡· G.: Ob. Cit. Pñg. 99 n 102

... u. CON'CE:PTOS
. ..
. .~· -
FUNDAlVl.ENT ALES

.:. Los Analizadores

"El <m.~evo espíritu ci~ntífico> halla· su origen· en él trns~n.1eque a partír del cui~ es el
analizador quien conduce et análisis ...
.'.. El análisis institucioirnl ya no signíficá hoy, coni.d lo' significaba en· su prime~a fase
psicoterápica (Saint-Alban, Cour-Chevcrny), la técnica' c(ue consiste en man'ipular
·. <instituciones de cuid~dos> pai'a tratar enfermos. Ya no significa un uso 'de las
··· .

.). o
12 o
.. -
instituciones para producir los materiales del análisis. El .análisis institucional es ahora la
in-ü'pción ·en h escena política ··los antiguos <clientes> de los ána!istas. Es la
transfórinación de un habla terapéutica hasta ahora sojuzgada por los analistas en habla
política liberada -y liberndorn- de los· analizadores. . . . .
Es el ataque llevado en el terreno misn10 ·donde se ejercía hasta ahora fa dominación
anaíltica. ·
Así se pasa de la noción de. análisis a la nocióp de analizador. ·
Eii esta· noéión se encuenfra asinlismo la idea esen_cia·l de la descomposfoión de una
totalidad en sus elenientQS cori1ponentes. El analizador quírriiGo ~s 16 que descornpone a un
cuerpo 'en sus eleme!JtOS, con lü q.lte produce, 'de alguna manera, un análisis. Estamos en las
ciericias físicas: no se trata . de inte1vretar, sino can sólo, ~n este prfrúer nivel, de
descomponer un cuerpo. N'o se: trata de construir un discurso e:>- plicativo, sino tan sólo de
sacar a luz los elementos que componen el conjunto.
Cuando llmna <analizadores> a la corteza cerebral y a los órg mos de los sentidos, Jván
Pávlov quiere destacar el.hecho de que el aparato neurológico prl duce un primer <análisis>
del mundo exterior. A partir de ese primer <análisis> se cons mirán teorías. Pero ya el
sistema nervioso lleva a cabo una entresaca: .hace una prime ·a <interpretación> de la
realidad. ·
La recuperación del .concepto de analizador en los trabajos· de )Sicoterapia institucional
.(Torrnbia, Guattari, etc.) se inspira, sin formular una referencia oxpliciia a ello, en esta
definición del analizador. Efectivamente, en la institución de atenc:ones se llama analizador
a los sitios de habla, pero también a cie11os dispositivos que pro· ·ocan la revelación de lo
q·ue estaba oculto:, · · .
René Loüra.u 'escribe: <El objeto del análisis institücional e'n ·s t.uación de intervención
GOnsiste en vaiidar ei concepto de. analizador. Propuesta tal. p 1rece referírse de rnodo
se
inmediato a una mir~ experimental. Si bienes cierto que 1.10 trata ya de ratas ni de monos; .....
no menos cierto es por ello que el aspecto experimental,- o exi)erienciai, está siempre
prfü;eni:e en la intervención socioanalítica. Cuando unos alumnos sometidos a.la pedagogía
institücional le reprochan al formador el hecho de ser sus ~conejillos de Indias'; cuando en
un hospital pf.iquiátrico hay enfermos que advierten que, si Jos cuidaclore's aparecen como
'capitalistas', ellos, los enfermos, son los 'proletarios';. cuando, tras la lectura de los
informes· de intervenciones so.cioan.alítiCas, unos católicos dicen que ellos no tienen nada
que· ver con las 11~uestrns di~ población de Lévi-Stráuss, está claro que la relación de
dominación que existe en la experimentación en general ha salido a luz, piensen lq que
pensaren al respecto el pedagogo, el psiquiatra o el socioaüalista>. · ·
En .los seminarios autoadministrados, la autogestiói1 aparece como un dispositivo mtificial y
carente de eficacia directa sobre el cámbio social. La autógéstión' de un semin.ario de corta
duración, o· de una intervenc1ói1 ·socioanalítica que dure sólo. unos pocos d¡as, no es la
auto gestión de uirn clase a· de un establecimiento escolar. Én el caso del estaplecimiento,
er'ícaramos un .verdadero proyecto social de transfoni1ación. . ..
Todas las situaciones de· ánálisis e intervericíórí se basan en· el manejo de. ·analizadores
constrúidos. y artificiales (la: cura psicoanalítica, el T. G1·oup, ele.), hechos.· para hacer
emerger, como dice Freud, un materí~l imalizable. El <ceremonial de la cura analítica> es, .J.
en rigor, un dispositivo ca:-Ji e~perirnental que prod1.1ce artificialmente una <i1eurosis de
transferencia>. · ·: · ·
./
.»:

,.:
13

. Los analizadores . históricos (<naturales>, no .<art_ificiales>·· huelga, cns1s sociales,


revoluciones- son una fuente casi experimental de conocimientos. Definen el <laboratorio
social>~ para las ciencias sociales son el equivai~nle del laboratorio. .
El cientificismo es, en sentido estricto, In reproducción del laboratorio en el campo de las
ciencias sociales y psicológicas. No es lo que.propónemos con la teoría de los analizadores
náturales y artificiales. En .este caso se trata de equlvalenciá y no de reproducción ni
imitación. El ·concepto de analizador es, por el contrario, el único medio de superar la
oposición y el antagonismo de hecho que existen, hoy por hoy, entre las ciencias humanas
experimentales y las ciencias humanas clínicas."

L11p11ss11clt>,G.: Ob.Cit. Pág. 102 a· 10-1

:'La teoría de los analizadores sociales concierne también a la interventión~consulta. Hemos


mostrado, en efecto, que una técnica central es la institución de los analizadores
construidQs. Que funcionan como provocadores de habla social y <simuladores> d~ la
institución analizada.
·Además, el análisis así construido ap.unta a descubr.ir analizadores institucionale~ ya no
construidos, sino <naturales>, o, mejor aún, sociales~
··Vemos, pues, que la temía de. los ·analizadores <naturales>, o, por el· contrario,
<consttüídos>, es cápüz de ürfif:car el col'ljtínto teórico dela invéstigabiórúlctiva que va del
.análisis <consultante> al análisis <militante>, para rel:qmar una oposición queen la práctica
está aún lejos de haber sido superada...
A partir de allí se podría adelantar tina. clefínici.ón del análisis institucional; con lá
proposición de que apun.ta al esciareci1~1iento, deniro de íos grupos y formas sociales, del
inconscien.Jc polítiCo á partir de los anal.izadores lnsti.tuciqnales. Debido a ello, .el aryálisis
. institucion.~:I es a la vez el análisis de las instituáones sociales y de los analizadores
· sociales que las revelan. . .
. Propondr~mos, luego, la siguiente definfción de! analizador: El analizador es una máquina
de descomponer, ya natural, ya construida. con fin.es de experimentación. o con fines de
intervención."

L11p11ssncle,G.: Oh. Cit. Pág. 128 y 129

"El analizador es un concepto básico dei Análisis Institucional, y su validación es la


validación_ 1nisma del método. Hablar del analizador es hablar del principio mismo del
análisis, que en esta corriente de pensamiento tiene signlficados distintos al significado
común, signifícados que ponen en juego el proyecto mismo del Análisis Institucional.
A grandes. rasgos, podemos decir que el analizador es toda aquella persona, situación,·
acción, que descontrnye lo instituido de la institución. Y en esta definición encontramos ya
una serie de elementos intere~antes.
El primer elemento en el que podríamos situar la atención es precisamente el que nos señala
que lo que realiza el. anáiisis es el analizador. Más allá ele las teorías o conceptualizaciones,
el análisis ·es aquí_·entendido como el efecto analizador, el análisis es una acción de
desconstrncción que tiene efectos mediatos e inmediatos, en función de las relaciones de
poder, de autoridad,' del saber dé los' patii.cipantes de t_oda la. estmctura oculta de la
instituci6i1, re\.'elada de mane!'ª 1úás o menos virulc_nta por !os analizadores ..

..
·
t:.

14

Así, el proyecto de Análisis Ii1:Stituc1onal revela dos cuestiones: tina concej)ción del análisis
que' Critica la concepción tradicioríal' en d'ol1de~ a" través del saber dé los especialistas, es
. posiÚl'c develar dimensiones no percibidas por el sentido común de los participantes.:.; la
segunda cliestión se precisarherite la colectivizai~ión del ari'álisis, puesto q~1e'lá significación
y el efecto de los analizadores no puede existir siflo en relación a las diferentes posiciones y
jerarquías presentes en el grupo cliente. · ·· :
De esta rhanera, el concepto de analizador es un concepto que tiene que ver más con una
acción especifica, una acción de dem1i1clú de develar las situaciones que conforman el no-·
saber de los miembros re~pecto'de·la institucióil a la que pe1tenecen· ·
La acCióri. del analizador sé opone a las lt.ierzas 'instítucion:~les, que i rueden teúer origen en
difeéentes momentos de la institución, que pugnan por mantener u 1 secreto, un no-saber,
incluso· de ellas mismas, que constituye la base del funcíonamie lto y la funcionalidad
institucional; El análisis deja e ser un mero ejercicfo intelectual, coi. posibles aplicaciones
pd1.ctícas, y se constituye como uri trnbajb, Üna acc'ión de desconstrlii ción en la acción de lo
instituido, de las formas de fiincionamiento ya establecidas y na1u1 :tlizadas, ya integradas
en la institueión.
Podemos reconocer tres tipos fundarnentales de analizadores:
El analizador construido, dispositivos de intervención diversos qtie tienden. a poner de
man~fiesto, durante Sll operación, dirnensiones y elementos díverg1)$ que no.f.malmente se
constituyen como· un. no-sabc:r colectivo sobre la institución. · Asl, .po··· ejemplo, el
dispositivo socioanalítico iritentaría constituir una ·crisis en frío de lo instiqióo, de lo ya
~stablecido, para désmoiitar su fünc:ionamiento y estructuración. Otro ~iclnpip seda la
autogestión del pago del staff an.alítico; que intenta poner de manifíestó la base.-ri1aterial de
la institución. . . · ·
El ai{atizad6r ' 1
de
i1alural, que al 'interi6r de los disp¿sitivos intervención
'
constitddos
' . ·" '
irrumpe
generando consigo un saber sobn~ los fundamehtos misnws de la institticióri', La im1pción
' '' ' ' '
c,le lo inesperado, la manifestación de todos aquellos olem.entos que se enconrnban ocultos
'

y.cuya invisibilidad sost<;nía una forma d.e funcionamiento, se con::.tituyen como


analizadores naturales. Estos son los más viru.lentos, revelando todas aqu.~llas alianzas y
relaciones que mantienen una fcmna específica de implicnción del grupo cJ:ente y del staff
analítico con la instÜucíón. . • l

El analizador histórico, situaciones de explosión social- rev:oluciones movinientos sociales


más o menos generalizados.- que. tienden a un Análisis Institucional 1eneralizado al
conjunto de la sociedad (.. las M.adres de la Plaza de 1v1ayo en argentina, l :>s movimientos
del 68, etcétera). : .~ · ·. · . ·
Así por ejemplo, los encuadfos ·de cualquier üpo de dinámica de grupo ·;m instituciones
edúcativas son ana1izadóre:;; consÚuidos t'endie~tes a poner de manifie~.to ias redes de
comuriicacióÍ1, las ansiedad.es p'redoininantes én el grupo, los einergente, lo:: portavoces, las
latencias; !a estructura grupal,. etcétera. Sin embargo, el rnomento de la calificación se
éonstituye como unanalizador de aqúello que el encuadre no contemplaba: su inserción en
la institutióti, cómo ·la · callífoacióli signaba ya, desdé ·un principio, un sistema de
conip~ten:cia que se oponía directame1Üe a las relaciones de eoop'etací6n instauradas desde
elái1álísis de grupo. ' •, ' ' ' ' '
No podemos confundir elco.r1ce¡ii.ode emergente con el de analizador. Las referencias
teóricas y de proyecto son eriornies. ~fo:mtras qt\e el primero nos remite· a la emergencia de
las 'estrncturas latentes de un grup~; el seg\md() nos remite a la transversa ti dad institucional
del g1~upo. El emergente' tiene ~uc· ver con. lás·. estructuras imagina.rías del grupo, y el

. ¡
.¡:·,.. •.
i_'

15

analizador es fundamentalmente un concepto polilíco, que devela lns relaciones de pod~r al


interior del mismo, o entre el grupo y rn medio institucional. Esto no obsta para que un·
en~ergente se pueda copstituir en .anali rndor, lo cual sucede en momentos límite, en los
momentos agonísticos del proi)io grupo: por ejemplo, su disolución.
En 1971, Lapassade elucidaba la relación entre d analizador y el analista.. Esta relación,
que aparentemente se constituye como función del análisis, no resulta tari simple.
Partiendo de diforentes experiencias ~ :stóricas que constituyeron la base del dispositivo
socioanalítico, Lapassade· se da cuenta ce que el analisrn, capaz en un momento de proponer
un analizador construido, obtura, obstaculi:z.n la acción de los mrnlizadores qtie surgen en Ja
,.,.... situación. El analista, que en ~m momento dado puede funcionar como analizador, se opone
i·;
a su misma acción. ·
Así, se constituye una oposición: an.<H.izador-analista. Los efectos y las significaciones de la
acción de los analizadores son m(lltiples y se efectúan en muy diversa,s dimensiones de lo
real. . . . . · "
Sin embargo, es desde el saber e\~! analista (saber sobre el inconsciente, sobre el grupo,
sobre las instituciones, sobre IF. sociedad) donde estas múltiples significaciones quedan
reducidas al significado priv.'.egiado desde eJ· ·sabt~r del analista. El análisis de la
'.'•
implicación sociológica del an; lista se constituye. asi, como condición necesaria para que
exista un Análisis lnstituciona. "

M1mrro Brilo, R.: Ob. Cit. P1íg. 143 ¡1 AS

lCT '..l I . ' • ..l ..l · . ' 1 .


.wa uniuaú positiva ue touo·ag.tupan11ento s.oc1r1t 0e apoya en un consenso o..en u11a reg a
l
exterior al g,rupo, o· en ambos a la vez .. El consenso· pu~de ~er el del sentido común, el de la
solidaridad. <mecánica> u <orgánica>, el de lci creencia común, etc. El° reglamento puede
estar rnás .ó rnenos interiorizado c;i ser vivido corno coerción pura, según se .trate. de un
· regl<'lmentc elab.orado por la colectividad e> aceptado por.ella, o también.irnpuestopor una
parte· de e5á colectividad. En todos los casos; la unicbd positiva del agnipamiento, lo que le
· da su ·~ai;ácter de formación social (es· decir: ·le confiere una forma, determinaciones
morfológicas observables), funciona a la manera de Ja ideología. !)esde ·ese punto de vista,
todo agrupamiento es una comunidad.con mt.erescs convergentes. Tiene algo de sagrado y
de intocable. ·· ·· · ·
En el extremo opuesto a es1a visión ideológica, la <lcentuación de las particularidades de lo~
· individ~tos qve componen el agrupamiehto produce h :1egación, a veces absolúta, ele la idea
misma,de comui1idad .. La unidad posi.tiva del grupo. de la organización, de la colectividad
étnica ó política, es destruida por el peso de la· negatividad cuando esla última toma la
.. individualismo
fom1a .del . .., ctiand('
o del. nihilisn1o; ·'
se r:onsideran irreductibles los intereses o
.

las características individu:ües. ·"


Es posible considerar ur1 sobrepasamie'n.to el.e la primenfconcepción. que sea, a la.vez, una
negación de la primei·a ncgac.i6n. Se considera entonces que la existenci.a de los
agrupamientos és innegable, pero qu~ estos ·posce11 una linidnd negativa. MAs allá de la
unidad .abstracta· de la ideología universalista. y más allá de la extrema división basada en
las particularidades ind·ivich.iales, ."se <1dvicrte qne la unidad de los agmp·amientos
observables es plum.lista y heterogénea. Los individuos yuxtapuestos no constituyen un
agrupamiento: lo que da su unid~d a la formación, y su forma al agru.pamiento es. la acción
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16
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recíproca, y a ·menl~do oculta de 'tina m;!ltítt!d; :le gi11pos fra:gmeii"tariós en el interior del
agrnpamienfo. Los individuos i:io déciden· e11 1.bstracfo ·'vivir o trabajar juntos, pero sus
a
sistemas de pertenencia y sus ref<irencias· ·1úm: erosos 'agrupamiehtos actúan He tal modo,
que "ptleden constituirse riüevos ·~1grnpaá1ieiú:·)s, ag'regándos~~: así a los sistemas de
al
p'erteüencia y de referencia );a-ahí que 1riisi·i1b ~iempo niegari en diversos grados, puesto
. que los sistemas de pertenenc;ia y de referencia ár.teriores entrañan, en general, oposiciones
y criterios ex.Clusivos, los· cuales, sin embargo sr>n obligados a fundirse· en Ja multitud de
diferenciás. Este ca.rácter singular de los agái.p.mlier.tos detectado· por la interven~ión
socioiú1alí1.ica, t6ma:e1 nombre de segi11entaridad~ . · · · . · ·
Notemos que la pluralidad· d.~}. grupos reales más o menos visibles, reconocidos y
decla.rados, que coniponen ün determinado agrupamiento, no se confunde con la pluralidad
de los <s.ubgrupos> que la psicósociología desei1tn:.ña en el aquí ·y ahora del análisis. Sin
emqargo, estos <subgrupos> contingentes no carecen de· vínculos con. los grupos de
pertenencia y de referencia que existen en·el agrupamiento (o füera de él, füncionando así
como gmpos de no· pertenencia, o. como grupos. de F~ferencia exterior). Por ejemplo, un
subgrupo de <.jóvenes> se refiere a una clase de edad qi.:e en la sociedad global es percibida
menos corno una pertenencia universal y natural que a Ll,rnanem de un grupo aegmentario
qu·e establece relaciones de dependencia y relaci.ones '1g0Eístícas con el grupo de los
<;viejos>.

·"'l::a ideología grupista (en los pequeños grupos) o comuni1.:i.ria (en la~i grandes frirmaciones
sdciales como el partido, .la Iglesia, la 1ü1ción, etc.) tiend1~ a constru'ír la in;agen ideal del
gtupo monosegmentario, de la coher~ncia a~soiuta, producida po.r una pertenencia única y
omnipotente, que relega al segundo plai-10 todas las demás. El «grupo~1 - cuaiquiera que sea
sli vólurnen y su historia- se cotitempfa narcisísticameitte en el espejo de ia unidad positiva,
excluyendo a los desviarites, · aterrorjzando a aquellos de sus miembro~; que abrigan
tendencias ceütrifugas, condenando y a veces cornbatiendo a los individuos y grnpos que
evolucionan en sus fronteras. Este típo'de agru¡:iamiento que rechaza toda exte:·iod°¡.:!ad es un
primer caso de grupo-objeto. ·
Un ségundo caso d~1 grupo-objeto 1;;stácónstituido; a la inversa·, pór los agrupamientos que .
no se· reconocen a :si mismos ninguna. existencia efectiva, ftier'a de la que ies confieren
instituciones o agrúpamientos exteriores a los que se asigna la misión de producir las
non~as indispensables para el gi·upo-objeie¡, y de controla!: :y sar~cionar el resr eto. o la falta
es
de respeto hacia esas norrnas exteriores. Si d j)1;imer caso ·~e grupo-objeto el de la banda
o la secta, el segundo es el de 'agrupámíenJos· defí.nidos ·por ~~1 lugar que ocupan e1.1 la·
división del trabajo y, por corísiguiér.te; e11 las Jerarquías de poder. La .estrategia ¡je ia ·secta
o de la banda consiste eÍ1 somerer al adversario, o simpleriwnte al vecino; la dé.un grupo
totalmente, depei1diente consis.te e'n .<\Sf)rrieterse)) ant~; las Ínstaricias superiores (d lo que las
reemp!azü), y en compeilsar este son¡.etimielito· media.Me una rncionalizac·ión de la.
polisegmentaridad absoluuÍ, es decir, d~I individüalisrno. Mieritras que la secta· man.tiene
constantemente abierta la herida: des.u ruptura institucional ~on respecto a la sociedad, y la
banda no ve en lá sociedad:· más qu·e un riesgo de desbandada, el personal· de un
establecüniento 'cte' enseña11zá 'o. de una peqt1eña empresa ocupa' lodo su. tiempo en
desbandarse y en conjurar c\úiiqüier amenaza de separación entre eJ mismo y la imagen de
Ja autoridad instituida. . ·' · · · ·
. t."»·.:·

'":,.

17

En los dos casos de grupo-objeto que se acaba de evocar hay negación de Ia transversalidad
constitutiva de todo, agrupamiento humano. Se puede entonces definir la transversalidad
como el fundamento de la a•:ciói1 instituyente de los ágrupamientos, ~n la medida en que
toda acción colectiva exige un enfoque dialéctico de la autonomía del agrupamiento y de
los límites objetivos de esa autonomía. La transversa!idad reside en el saber y en el no saber
.,.,_. del agrupamiento acerca de su polisegmentaridad. Es la condición indispensable parn pasar
del grupo-objeto al grupo-su_'.eto;" ·

Lminrn, R.: Ob.cit. Cnp. vn. rítg. 2h·I n 267

"Los grupos objeto son aqudlos que caen en cualquiera de estas dos autonomizaciones: el
1 .=
grupo fuertemente burocratirndo, que no se reconoce sino en fünción de la jerarquía que
aparentemente los funda; o la pequefla secta o banda, qu~ no puede reconocer sus
atravesamientos verticales, •::n función de una horizontalidad de sus relaciones que se
constituye como ley.
Guattari dice que el pasaje a: grupo sujeto se da en la elaboración de estas dos formas de
alienación. La elaboración de la ver:ticalídad y" la ho·rizontalidad del grupo lo remite a su
estar en el mundo, a su situación· y, en última instancia, al sin sentido, en ese procest• de
totalización y desmoralización que constituye a toda fonna colectiva. Esta elucidación ~e
la relación enfre \íefticalidad' yhorizonlalidad que atfa\lÍesa algrupo es sti coefiCiente de
transversa 1ida d. · · . ·
La elucidación de la transvernalid~d del grupo es· un.
objeto ftmdamental eli. la intervención
socioa.nalítica.'.Desconstruqcióri de las r~lacíones nrarcadas por el signo de la verticalidad
pura . o fa.. pura horizoritalidad, y . la · elaboración de · las relacioi1es ·transversales.
;.~ .... "",..,..;;.,.,,te" ·1g11orarlas orle· "'~,..,...;,·,._,.;,.1.,., ,,,,., !.,,,¡.,¡,,,, ;;¡ ..,;,.;1¡"1"' rle· '" "'"'~",,,¡,,,,rlC. ~,·d.,¡,,
ll!.\,.HJl1.)V_1Vll. 1;t, [ \,.l(. \..1 '"'} "\..l'Vll\JVIUU •.l , \.JU'-• '- \·v· (lll 'ti;.• (\.•!IU-1 1" •l' U • 1(1. VllVVllJl'-'1\V.(~) · ' v 1"-'•

demanda;~! análisis de la implicación de cada participante y del socioanalista, la alteración


de lo instit1lido por efecto de· la autogestión de Ja base material, sin olvidar Ia acción
· subterrárn~a ü <;ispectacular de los analizadores.
Sin embargo, en'tre la concepción de Guattarí sobre la transversalidad y la concepción
socioanalitica hay un salto, que se refiere a la reforencia teórica, al nivel conceptual del
análisis. Porque la verticalidad en Guattari nos refiere a verticalidades inmediatas, que sólo
en un segundo análisis se ligan con el conjunto de las instituciones sociales. En el
Socioanálisis, esta verticalidad totalizadora es inmediata, en la multiplicidad de
instituciones sociales que atraviesan segmentariamente al grupo cliente. Guattari tiene
enfrente un gmpo en proceso, con cierta historia, busca.ndo, quizás sin mucho desearlo~
porque lo teme, su iugar en el mu1ido, cuestiornindo su propia. activi.dad cotidiana .. El
Socioanálisis tiene enfrente: un colectivo· que presenta, en su propia constitución. Los
atravesamientos dbl sistema social completo, que constituyen, de inic'io; su prnpio objeto de
elucidación. No hay más pr9yecto fuera de esto. ·
Esto tiene repercüsiones a nivel de la concepción de la institución. Tratando de elucidar
,/.
este coeficiente de transversalidad, nos damos cuentn de que no es analizable desde esa
concepéión en lai cual el ·establecimiento es sinónimo de im:títución ... a partfr de la
elucidación de la transversal.idad, ia institución aparece como una práctica social, como un
proceso dinám.ico. que está c,onstituido por ·diversos nwmentos. La institución es una forma
en que aparece la praxis hun~ana. _
El problema de. la:transversa!idad hace aparecer al g.rupo, entonces, como un grupo abierto,
· penmrnentemente atrnvesado por fuerzas cuyo origen e:; muchas veces desconocido,

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18

miiculado por el no-saber de estos 1~1ismo_s. atravesan 1ien.tos. De aqul: la crítica


socioanálítica a .los diversos métodos ·grupales que, err :::u mayoría desc6nocen esta
dimensión. Aparece un grupo dete1·rnini\do por y desde lo social, pero que al mismo tiempo
es ·capaz de dar fórmas específicas y de cll1:var, desde ~u propio proyt:cto, dichas
detennínacioiles. El 'inte1jucgo entre el adentro· y el afüen:; grupal resulta cada vez más
dificil de determinar: no se saben exactamente las froni.eras de dicho grupo. En la
elucidación de la transversalidad 'no buscamos .un "equilibrio" entre la verticalidad y la
horizontalidad, que sería el de la, ausencia de la Historia. sino un¡:¡ confrontación, un
conflicto, una contradicción por resolver o resuelta a nuestw pesar en la acción, primer y
último arta! ízador.,,

Manero lMto, lt: Ob. Cit. Pág.14111 1-13

''La implicación es un nudo de reiaciones. No es ni ''buen:1" (uso voluntarista), 1ú "mala"


(uso jurídico-policial). La sobreímpiicación, ella, es la ideología rormativa del
sobretmbajo, de la necesidad de "implicarse".
Lo que para la ética, para la. investigación, para la étict de la investigt1lc :ón, es útil o
necesarío, r10 es la impiicaciói1, ~iempre presei1te, sino t 1 análisis di;: la implicación ya
presente en nuestras adhesione's y no adhesioúes, nuest.1as referencias Y' 'n.::}· referencias,
nuestras participaciones · y· no ¡)articipaciones, nuestras sobremoHvaciones y
desmotivaciones, nuestras investiduras y no investiduras libidinal~s... ·¡ •
Un ciudada'no que participa de cerea o de lejos en quince a:;ociaciohes y vota·r\~gulari11e'nte,
no· está' más "impiicado" ·ni "se implica" más que aquel que sóio forma ,úane de dos
.asociaciones y no vajamás·a depositar .:;u boleta' en las urnas. Es más participat\v.o, ei:;tá más
· comprometido. Las implicaciones del no participa'cionista no son menos fuerte·s que las del
paft:iciJ)acionista. Ambas deben ser an.aliz.adas. El ausentismo y el abstencion;smo no son
formas de no-implicación. Son actos, comportamientos, tomas de posesión étic:1s, pol.íticas.
La deserción, la defección, son tan significativas (como lo ha señalado Hirsch::nann) como
la torna de palabra participativa, incluida la contestación participativa o la ¡:.articipación
contestataria. Si la participación, el compromiso en cie1i:os sectore8 de la vida :lficial (y no
necesariamente en todos) pueden simbolizar una adhesión, o una integra·:ión, o una
identificación, a 'la inversa ia deserción, la defección, pueden siiúbolizar una d,~safectación
es
. que una fuerza altamente instituyente." .

Lmn·¡w/R. "lrnplicacíóu y Sobl'eitnplicadún"Tra!lucciún Lic. Maifa J. Acrvedu. 1987-1990. Pag.5-6


. . ...

"La implicación quiere poner fin a las ilusiones e imposturas de la <neutralidad> analítica,
heredadas del psicoanálisis y, más generalmente, de un cientificismo superado, que olvida
que ya para el <nuevo espíritu científico> el observador se halla cogido en el campo de la
observación, y que su intervención modifica el objeto de estudio, lo transforma. El analista
es. sierr1pre, por el mero hecho de su presencia y aún cuando lo olvide, un elemento del
.campo."

Lnpnssadl', G.: Ob. Cit. Pág. 1H7

,.,l.

i .

1.·· •1,;'
19

"El modelo de intervención socioam '.itico pone en cuestión el saber y el no saber del
.,
' especialista en la situación misma d;• la intervención. Si bien no es primera vez en la
historia de las ciencias sociales que ene r.:ueslionamiento aparece, lo que sí es cierto es que
la corriente socioanalítica del Análisis lnstit:ucional es la que más ha profundizado esta
perspectiva.
El problema de la Implicación poddamos situarlo desdé diversas perspectivas, pero para
entenderlo podríamos partir del niistr.o Hegel, que decía que en ciencia, el c·oncepto debe
representar no sólo al objeto, sino también al sujeto, así como la relación que los vincula.
·.''.·
"· Por su parte, Sartre ponía de manifi.:!sto que 110 se puede estar fuera de un grnpo, fuern de
·(
un conjunto, sin estar dentro de otro. En relación con este sistema sujeto-objeto desde el
cual se producen los conocimientos, este mismo autor, evocando a Leiris, decía que el
sociólogo y su objeto forman t'.n conjunto, una pareja en la que la cada uno debe ser
interpretado por el otro, y et~~ a relación debe ser entendida como un momento de " la
historia. · '
Como podemos observar~ el cuestionamient.o de la relación desde ia que se. produce el
conocimiento, el análisis rb .las situaciones concretas, es lo que puede detenninar los
límites históricos d~ dicht~ conoCimiento .. El anállsis de la implicación es lo que nos
pem1ite relativizar·'iilstóric,amei)te núestrns "verdades", abriendo, ~n el' 'terreno mismo; la
posibllidad dC. rcflexiü'n sóbr~ ri\lesfro propio critendimie1ito. . 1 . . . .
Est~ cucsti.onami~n.to a¡:i:.treció,. p.or ·pri.m~rn : ez .en ·ei. mov.ímicnto insf!t~1cionalista, en .el
1

penodo ps1coanal1t1co de la Pst.coterapia 111st1tuc10nal. Ante la problematlca tránsfere11cial


de los paCientes, los terape.tilas· se 'vieron obligados a explorar y am¡:ilíar el concepto
psicoanal.ítico de la contratransferencia. En este s·entido, la contratransferenc.ia institucional
.r.Jl'\rirr.a;.:,.,
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10..

posición transferencia! del paciente. La respuesta del médico era una respuesta a la posición
del paciente, a su lugar en el hospital, a su posición en la jerarquía,"a · 1a ideología
hospitalaria. La contratransforencia institucional penúite pensar la respuesta del terapeuta
comq una totalizacióo que involucra toda' su existencia: Esto mismo permitió a Pontalis
ariali:rnr cómo el médico, más que estáh:lecer lln 1::oi1trato con el paciente, pasá contrnto con
la comun.idad, no sólo del hospital, sino en la cual éste se insertn, comunidad geográfica y
comunidad cultural. ·
Podefnos obsérvar, con esto, c¡t.ie· los referentes teóri·cos del concepto de· contratransfütencia
dejan'. de eslar centrados en el psicoanálisis, y empiezan a ampliarse hacia la Sociología.
Desde las experiencias de la Pedagogíá Institucional al Socioanálisis, el concepto de
contratransfercncia. institucional se 311!\plió, y se prefirió, en este sentido, la denominación
de implicación. Implicación, así, cot~tiene y rebasa los límites el concepto de
cont~~ transferencia institucional." . .
.;,

M~ncl~ Ikito, R: Ou. Cit. Pág. 13.3-tJ.r


.. ;

"La sistémati~~ión del concepto de implidaclón trajo corisigo la necesidad de volverlo más
operativo, un poco m~s esquemáti~o para las situació1~es de intervención. Así, en 1983,
Louraü propone un modelo de an~lisis de las implicacioi1es, de la siguiente manera:
Implicaciones Primarias: ·
Implicaciones del investigador-p'racticantc en su objeto de investigación/intervención;
' . '1 ' . .

., . ..~ 1,

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,.,._
li

20
11

lmplícáción en la institución de invesügación u c;:ra institu~ión de pertenenda, y en primera


instancia en el equipo de investiga:cíérnlii1tervenc;ón~ . · · · .. ..
1
Impli9ación en el mandato o encomienda soc-ial;:. ·en las demandas S()Ciales .
Implicaciones Secµndarias: . . · · '
Implicaciones . sociales, históricas, de los niodelos litilizados '.:(implicaciones
epüitemológicas); .. . . ,
Implicaciones en la escritura o en cualqllíer otro .uedio utilizado para la exposición de la
investigación."

M:1ml.'l'O Brito,'R.: Ob. Cil. Pág. 135-136

"La. autogestión de ·la sesión. El problema de la auto1:estión atraviesa de inicio a fin la


historia del Anális\s Institucíónal. Recordamos que ·:m el segundo momento de ia
Psicoterapia· Institucional, el momento de la socialización mediante la psicoterapia de
grupo, el elemento propiamente terapéutico podría entenderse como una ·autoges1ión en
ciernes del hospital." De la misma manera, la escisión en la .,edagogia Institucional estuvo
fuertemente marcada por I~s experimentaciones de carácter a·1togestivo.
Desde su creación, el Análisis Inst.itucioual estuvo en contact) con.c.orrientes y' momentos·
históricos en lo.s cuales la autog1~stión jugó un p~pel prota~ 1nico. Las experiencias en
Argelia y Yugoslavia .de autogestión genernlizad~i, aunque en e~ erta medida controlada por
ap11rntos ele ·Estado q\1e finalm.eme traicionarían el :proces ), constituían referencias
importantes para sa'car la ret1úión sociopolítica de Jqs -pantano~ creados por el stalinismo
desde el final de la gu'erra. Se e1üpiezan a ré.ca~-tr las experiencüt \ agóniGas de la guerra en
España, con la imp.ortancia de. la organización anafrwista del Frente Popular.· De esta
mane(a, muchas-fuerzas socia.les al iJÚerior de Francia ponen aten ~ió11 a una discusión que
cuestiona de fondo las alternativas de organi:?ación social y polític t. ·
En el origen· d'el Análisis Institucional, se encuentra· precisar.tente una demanda de
fomrnción a la clinámica de grnpos, pero una demanda· c¡ue había s;do velúculizada por un
sindicato estúdiantil (la UNEF, Unión Nationale d'Etucliants de Frnnce";, Es a:iÚ que la
autogestión, siendo un concepto cuya referencia es fündé'\n'lentaimeHte políú:a, se illtegra _en
el mismo origen de la constitución de un Corpus de nociones que constituirían al Análisis
ln;;titucional. En este sentido, en un prinier. mo111ento, la a:utogestión sirvió para a~alizar lo
que "estaba ya allí, ya instituid() por ·et Cli·rso en· dinámica. de grupos. Roles de anin1ador de
la sesión y de participante, los tiempos: !'os espacios, los calendarios, tod<; esto c911stituía
una serie de normas que, justificadas técnicmn'ente, determinaba ya de~.de un inicio el
desmrollO de todo el proceso grupal, y normas que.se corisideraba natural que queqaran en·
rna'nos del coordinador o anímado1: de la sesíón o del curso, noirnas sia las cuales era ..
imposible trabajar. · ·
El proyecto atacó de inicio esa situ.áción. Cori lós'estudiantes de la UNEF, en este caso el
cliente, fue posible organizar coiljuntam~nte . el' curso: una especie de cogesíión, que ·
permitía mostrar las. posibilidades ~e trabajo:. Si era posible trabajar sin que el coordinador
·a animador fijara desde su propia voluntad ·las coüdiciones· del curso. En el origen de la
Pedagogía Institucional al estilo del GPI (Gr.upo de .Pedagogía Institucional) se encuentra
precfaamerite esta díscusióri.

J.
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~:~l:~l6~J~·~~~;:;~·<y~ ·;1;~~r·;,,:· r'l·'~ ·e:'
·,· \' ....
·¡_·::· ·.

21

En el momento de la creación del Socioanálisis c0mo método de intervención, el problema


de la autogestíón se generaliza.
Recordemos también que este momento es muy espccinl en la historia francesa. La primera
intervención socioanalitica se realiza a finales de! n.fio 1967, cuando ya empiezan a
manifestarne algunos elemet;itos de la efervescencia que tendría lugar el siguiente Mayo.
El movirr.iento de Mayo de 1968 estuvo füertemer1te marcado por ideologías de carácter
anarquista y libertario, en las cuales la autogestión tiene un lugar central. Pecía.mos que en
las primeras intervenciones socioanalítica el problema de la aufogestión se generaliza. Si en
el Análisis lnstitucional anterior se lwbía visto que el acting-out se constituía propiailiente
en un analizador y, consecuentemente se c11conirnba en el campo de análisis y de
intervenc.ón, a partir de 1967 será el cm1junto del grupo cliente el que gestione el proceso
de la ini.ervención socioanalítica. Se rompe cornplctamente la condición de setting o
encuadre que se lrn!Jía heredado de la psicosociología. La Asamblea General se da,, sus
tiempos, sus espacios, sus contradicciones que la af.1aviesan y que estallan de una manera
más o m-enos violenta.
En cierto momento, la autogestión de la sesión· comenzó a cuestionar también el pago al
staff ana: :tico. Existe también una autogestión del pago, c¡ue se constitu'irá el1 el analizador
privilegiado de la base material oculta de la institució11. '
Como podernos observar, la autogesti.ón se constituye como un disparador de una serie de
...... ·-·-·''proces'O'!i' ar'inforior def'gtú[frl'·.dierife y, eú geh~ral; 'de fodos ,los particípaútes en la
intervención socioanalític;1. Sin ernbaigo, en. Jos procesos sociales fa su'e.1te' de la
problémÚicá autogesti~acorrió por élist.int.os cai·nínos. L.os planteamientos autógestivos,
qi.1e deaUulla manera eran bandera.de grupos soé.iales .ba.~fanfo radicales, qúe habían tenido
experien1~ias de este tipo en sus prqp'ias organi~aciones, .füeron pronto ab~orbidos por el
Estado .. ~5~ co1·1stitu)1en ·así, "auiosugest'ion.es d_idg.idas" o lo que Lourati denominó "la
autoges:,íón de los gerentes''. Lapassade analiza co1i uná claridad sorpnmdente cóino;· en el
movimi·~11t'o universitario y jmie1ril de l 968, la cogestión e.n instancias colegiadas fue el
arma mfr; eficaz dci Esta.do contra el fantasma de la autoge.stíón.
· En lo qué respecta la intervención socioanalítica, la autogestión es uiia especie de m.ito
movilizador1 la escenificación de una fuerza que trnlrnja a favor de tina des-
.
":
•1.• ·
'·.
institucic.nalización necesaria para el proceso de Análisis Institucional."

'
·,.
~ . Manrrn füifo, R.: Ob.Cíl. pág. 137 a l39

¡. ~ í.
III. LA l]\l"TERVENCION SOCIOANALITirJS
1

"El anális is institucionaLen situación de intervención es el socion.nálisis.


Hay inte1.:~en~ión socioanafüica cuando se reúnen las opernciones·siguientes:.

El análisis d~ la demanda, que comprende el encargó oficial del staff-cliente (dirigentes de


la organización) su demanda implícita desviada con relación al encargo, u ocult:a tras el
encargo, y Ja demanda d€?1 grupo-cliente 'compuest0 de los miembros y usuarios de la
organizació11. El conjunto de.1 staff-client.e y de los grupos que componen el grupo-:Gliente
es el colectivo sobre el que incide la mtervcnción. Es el campo de intervención, a condición
de que se le smnet~ las detenninaciones de lugar y de ti~mpo de la sesión o las sesiones
sodoanaJíticas. ·

t¡ ..
-~J

l
.t
.,,
1''
22

La autogestión de la intervenci6n por el colectivo-cliente: horarios, numero ce: sesiones,


ligazón" entre las sesiones de análisis' y las. demás actividades cotidiaiias, ore in dél día,
programa, distríbució°: en eventua,les subgmpo:; de nnál1sis, demandiis especia,es al staff-
analítico (grupo de socionalistas), ilwdalidades de pí1go del staff-ana!ítico. Se a.rnlizan los
. 0~1stáculos a fa autogestión de la sesión, SUS límites. evidentt;S O no, y ~;e revelan
detenninaciones institucionales ocultas. ·· · ·. . ·
· La regla de «decirlo. todo» o de libre expresión. Se trata de reconstrn ir en las sesiones lo no
dicho «Íns.titucionab>, los rümores, :os secretos de la organización,. las filiaciones sociales.
No fáltan IQs ob.stác:Ulos,Jas imposiüilidades pa~a que se~ lleve a e.abo e~ta.recc.nstrucción
compfeia; se fos analiza en cuanto rweladores de la estructura institucíon~I y d~l no-saber
que gobienlf\ las organizaciones. . .
La eluddación de la transversali.:lad de las filiaciones positivfü y negatiYas, de las
adscripciones positivas o negativas 1:. !os numerosos grupos, categoi ías ideolor ías y otras
particularidades que vienen .a _ne~~ar !a pertenencia común a h organiz< ción. Las
particulftfidades de filiación y de adscripción atraviesan la organiza .::ióu, pues el sistema
-
social !!loba!, la estructura de la sociedad.
dividida en clases,
.
se re·fractan en la unidad
microsocial.de la organización. Si la instimc:íón es lo que reproduce las relncion.is sociales
dominantes e.n el seno de una. organización o de una colectividad; el aqá:isis de .la
lransversalid.ad no puede sino choc.ar c()n resistencias, reveladorás de l_.as reiad~\i~s que los
.·actores nuintíenen con las institpcipnes de su transf:erencia institucióna! .. · . \· ·
La. elaboración de la comratrnnsferencia ins.titucio'nai, o análisis ·ae l4s resplíf tas que el
staff analítico (o el socioanalista: si frabaja solo) clan a la transferencia instiih:.:ional del
diente. colectivo. Al sociólogo, p.sicosociólogo, socl.oanalisw, l1;;s cuesta rec•)nocer sus
. intereses personales en el objeto estudiado (intereses afectivo_s, ideológicos, po'Cticos). Las
resiste116ias a este reconocimiento frmmin parte del objéto de ·conocimiento·:. ¡;;:.)tran en el
c¡~mpo de análisis.· . · · · ' · · · ... ; . ·
o
La constn1cción· elúcida.ción de io~;" analizadores. Se entiende por analizadLr aqüellos
elementos que, debiqo a las contradicciones de diverso ·tipo qúe introduce11 en ·l 1 lógica de
la organización, ex1)resan las det~rminaciónes de la situaéión. Por ejerriplo, ui subgrupo
su
desviado merced a presencia o por ~u razonamiento, o su ac1.:ión, incita a ott'o~ miembros
o stÍbgrupos del colectivo a expresa"rse (o a ocultar algunas cosas}, a ejercer presioí-ies,
verbigracia ima represión reveladora de las relaciones de poder real. Se tn ta aquí de
analizadores «naturales». Por el contrario, los ejemplos de operaciones revela foras de la
estruclllra ins.tituciona l que. _se han mencionado en los parágrafos precedenteq ;onstituyen
. anai"izadores-construidos e·n beneficio del dispositivo s'ocioanalític:o de interve1~·:ión, que es
~l analizador experifnental de ~irne_." ~
1
· · · · •
l.
Lapa5sadc, G- ~ourau,R. "Cfaves de la s:ocio!Íigía''. Claves ~le la Scciologí11 .. Barcclona, Eúituriul Laia, 1973.
Pág. 23111 2JJ. .

El dispositivo d~ intervención. ·
¡

~Durante algunos afias, es disposihvo ~ie i.ntervención (encuadre) del Socioanálisis fue muy
. similar al de las .intervenciones grupales. No obstante, muy pronto las fronteras del grupo
estallaron -por la introducción de .!a dimensión institución del análisis. Así, por ejemplo,
respe~to de los participantes en el grupo hubi.eron transforárnciones important~s. Mientras
r: ,.

23 .

..
en las difereiltes fonnas de anidi~is gnipal existe un periodo de inscripción de personas en
el grupo, las cuales, después de ciertas deserciones, constituirán una constante del grupo, en
el Sor;ioanálisis las cosas suced~n de manern distmta. rti<~dcn pnrt.icipar en la experiencia
socioanalítica todos aquellos que de cerca o de lejos, tengan que ver con la encomienda ó ·
encargo de intervención. A.Si, tcn'drenios un número siempre fluctuante de participantes y .
una circulación ba~ fantc fuerte de los mismos. Aparece entonces un grnpo abierto
permaáentemente, c;ne no cierra su entrada a aquellos que estén interesados o sean
requeridos para la inH~rvención. En fa medida en qúe la participación tiende a getieralizarse
al conjunto del est:tblecimÍerito donde se efectúa la intervención, el grupo tiende a
constituirse más como una forma de Asambka Genera!.
De Ja misma ·manera los ho.rarios y los lugares en los cuales se realiza la intervención,
pueden ser modiftcaC:os, incluso pue·den verse destruidas las formas .psicosociológicas de
intervención, por .la presión del grüpo cliente o por la voluntad experimental de los
analistas. · "
·El Socioanálisis se tstructurn a partir de tres iJtilos princip;ilcs:
el "staff" analítico. éonstituido por los "expertos'' demandados por la intervención, aunque
eventualmente pur;da ampfo~rse con miembros del ef~tablecimiento donde se efectúa el
socioanálisis; ·
el "stafr' clienh:-, · e.s decir, !a, persona o personas que son portadoras del encargo de
· · . íiúervencion, quiúies réaliia1idifocfaii1eíiié:la dfül1anchfa!Os át1álistas; y ·
el gmpo dient~:. _el conjunto de p~rson·as que pa1i:ícipan en la intervención
Podríamos decir que ·la base del dispositivo soc.ioanalítico consiste en trastornar,
descomponer d recorte espacio-tempor~ll de los intercambios y· del trabajo-instituidos; la
desestrnctura(}Ón provisoria del orgánigrama, la des-institucionalización más o mei1os
profunda, c!e a:uerdo con !as posibilidades del establecimiento y del g"rupo-cliente. Existen
algtmas técnicas que van en ese seritido de des-iristitucionalízación: ·
La socia·! izaci.jn del proceso de contratación de In intervención, es decir, de la forma en que
se efoctt~ó la 1;ncomienda (encargo) y su respues!a, lo cual permiic elaborn.r colectivamcú!e
una reinción que podría leerse como una alianza de poder.
La desapari(;ión de las "cajas negras". Es decir, de !as reuniones exclusivas det "staff'
anaiític.o, dei "staff' cliente o de cualquier otro subg'rupo de presión. ·
La. restitución ele toda información obtenidn fuera de la Asamblea General al interior de
éSta. ."
Si el otig~n de la d~mancla es poco claro, puede S{;r n~cesario, para el "staff"· anaHtiCo,
trabajar en el ~en ti do de la constitución de un "staff' cliente. que de cualquier manera
existe, aunqpe tenga_ interés en disimularse. · ·
Al coiürario, si el "staff' C'.liente aplasta con su presencia todo intento de socializaCión del
.anális'iS. de e~1ergqncia de. dcmm1das distinlas a las suyas propias, "el· "stalf' analitico
.it:tentará trabajar: e1\ e_l s_enlÍdo de _la, constitt1ción el~ u1; gn1po:,clientc, ?;9teni~ndo, por
eJcrr¡plo, a traves :f].e· diversos medios, la presencia oe los ausentes t.ernbl.emente
"presentes" simbólif.~mente en la sesión. · ·
.
El i;:ampo de nnálisi~ .
.• 1.. . . . . . ' .
El campo de análisis de la inte1vención socioana!ítica no son las personas (no se tnita de un
psicoanálisis en insÚtuciones), ni las interacciones, ni d "grupo" como objeto o instanda.de
conocimiento. La asrnpación que constituye al grupo-client.~ se entiende como la resultante

ó•.· ,., .
.;
24· fi)
'· .
.. . ·,

de un~ cantidad infinita. de det~nninaciones :sociales· que adqüierrn 'fom1\:1s y. sentidos


;;srieeificns, deterrninaciones políticas· cuyi1 piedi'a 'cie toqne es el Es ado' y c¡ue afruviesan
tmns\lernaltnente al conjunto del grupo-die1üe ... · .· · · · •:
Estas detenninaciones trnnsvo1:sales actú~1n una·s sobre otras, y s'u elui idacióú se constituye
como el objeto propio ~fol socioanálisis: . · :
La elucidqción de estas dete1minaciones 'es i1ecesarfr11T1ente colectiva puesto que n.o puede
existir' un saber espeeializado propio del ''analista" que iluminara. el no-saber social. A lo
más, erespecialista puede darse los ·¡y)edios pafa inyectar o restituir ( n el grupo-clierlte los
o
·datos· ·i11fofrnaciones s~bre 1as características de la población o .a sitúación que va a
enfrentar. EH' otras ocasiones, el analista escucha y· aprende del aff tisis efectuado por el
grupi:J;·cliente~ No es el saber espe"ciaiizado dél interviniente· un sab ::r privilegiado, que le
pe1:rúi.ta situarse por encima .de Ios saberes y no-saberes el grupo-clie ~té.

El can1nJLQ~ intervendém.

Si lo que sucede antes, exteriormente y después de la intervención ct '1Stituye el campo de


análisis de la intervención sodoana~hica, estas dimensiones constituye 1 también elementos
(\el campo de intervención:
Antes, la negociación del contrato de intervención con el "staff' cliente,. que pliedc haberse
realizado mucho tietnpo anles de la primera sesión socioanalítica; es lo. •ue traerá, durante
la inteivención, un análisis de la encomienda diferente al de la dema,:da (cuestión que
profundizaremos después). El Socioanáiisis, a diferencia de muchas con ,entes de análisis
grupal, insiste mucho sobre la restitución de tal negó.ciación durante l8:s. st:siones.
El exterior: personas, grupos, elemenros materiales ext~riores a las frémte1,1s originales del
grupo-diente pueden entrnr en· el. campo de inten:ención. Así p~)i· ·eje1.1plo, t~n ciertas
instituciónes las secretarias; el personal de l'impiez.a, etcétera, pueden jugar un papel
impm1ante en la realización de ciertas tareas de la insiitur,,ión, en la produc:ción de ciertos
conflictos, en la elucidación de algunas problen1áticas. Esto justifica, ademú~t, la teridencia a
hacer esta11ar las fronteras dt:d grupo-cliente hacia la totalidad de la ba .:e social de la
institución.
De:spues: El '·seguimiento" es un principio bastante conocido- ei1 ia . :onsulla o las
intervenciones psicosocialógicas. El dispositivo de intervención está 1· ecesariamente
ck:limitado en el tiempo. Sin embargo, no es raro que el rnismo proceso de a intervenci6n
.haga estallar el Hrnite de tiernpo establecido para l_a intervención. Se trata í 1e tm n1omento
priv;negiadt\ de análisis "cok:ctivo, y tienen tanta importancia corno d coútrnto de
iótervención o los proyectos de un gru¡)o-diente que discute calmad::imente· en. una
.Asamblea General. Las. condicioúes de este desbordamiento del tiempn originalmente
establecido, así como los efectc;is de intervención que se desarroilai1 despué:> de las sesiones
socioanalíticas cons.tituyeÍ1 también al campo de la intervención.
Análisis de la encotnienda y de la demanda. Este análisis .encüentrn, a cada morhento, el
lugar ocupado por el "staff" analítico (la oferta), y el lugar deJ.''staff' cliente. Entre los dos,
una complicidad política, de cualquier orden, se establece, para que exista encomien.da'. La
dífereilcia~ la oposición ·o el .confüetü entré aquéllos que dirigen y aquéllos que son
dirigidos, entre ·tos "responsablei~" y 1~. "base", entn:i líderes. y lidereados, exige una
diferei·1ciación entre encomienda y demanda. Y aquí se hace necesaria una distit1ción. La
diferenéia entre encomienda y. (fomanda de· ninguna manera puede confundirse con el
procedimiento de análisis de la . demanda man'if'iesta y la demanda latente. En las

¡'' "·
25

íntervrnciones· grupales o en psicoanálisis, la lectura de los níveles manifiesto y latente de


la derianda permiten al analista establecer una estrntegia de intervención, que consiste cm
crear Li.s condiciones para el esclarecimic ito de los elementos latentes, inconscientes de la 1

dema:·da.
En el caso de los conceptos de en.comie11da y demanda en Socioanálisis, la referencia es
distir··a. Podríamos decir, de una manera m1.1y simplista, que la encomienda es la demanda
del ":;;aff' cliente, ¿Cómo se constituye ,~.:;ta demanda'1 Suponer que el "staff' cliente es el
porta,·oz de una dernanda del cot1junto de la institución sería caer en una visión romántica
de las estrucLUrns sociales. Al interior de un e~;lablcc:.imiento surgen una serie de demandas
múltiple::: y contradictorias, de acuerdo a lo<; diforentcs lugares que ocupa las base social,
los i1 egrantes de dicho establecimiento. La encomienda de intervenCión, el encargo, surge
en el momento en que una 0 un grupo de demandas e.s privilegiada respecto de las otras,
que son negadas, curvadas, desplazadas o 1e~>ignif1c.adas. ..
1\l "staff' analítico llega,
.,
entm ~es, una demanda procr.:sada ya por diversas fuerzas al interior de la institución. Es
una e 1mumda que recubre otra!) tantas y que aparece privílegiacfa, importante, respecto de
las demás. El proceso analítico será el cafr1ino inver$o de la constitución de la encomienda.
El o :os analisÚ.is intentarán descon:il.ruír el encai-g"o hacia las múltiple:5 demandas
cont.rn~liclorias que le die.rni1 origen.
Sin .e111bargo, la encomie1idá de
intervención. no ~H~ria posible si no existe una oferta
cspecÜic~ d~ ciertos.sei;~icios: Se acude a un es¡)eGíaHsfa C:fe lás institUci0i1es, porque la
creenci1. en este saber especiali,zado pertnite espt_;:rar ía resolución o esclarecimiento de
· ciertas probleJriáticas. La encomie11da de infervenciop juega, entonces, ~on luga.res ~¡ociaies
que re'rnsan con mucho los límites de .un grupo. o establecimiento. El papelsoc1ÚI del
conocimiento, del saber está en el ·orige1j mismo de.toda encomienda .
.,,.
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..,. V (.U ll'\,,.l'lJ1V.. •v5\1t.Jlilf...t'--,'\./' ..... , .•.H.Jv""'··
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f:\xt::\91'tf'\
, ... '~llt.~ ...
rlo {nt1n
...,{ ...• ,_....,.... V

aquello •1üe Basaglia analizaba respecto del mandato social. Por ello es no sólo enciir_gt\
sino cncJmicncla. ·
Encomienda, porque se espera que el socioanalista actúe en cierto sentido, n-iante.nga la
signiftcr..ción dominante de los vínculos sociales, se sostenga como especialista, que pronto
se lrnnsforma ·un juez. En resumen, esta dimensión de la encomienda supone que ei
socioanalista respondiendo al encargo legitinrn en su totalización al sifitema social vigente.
Pronfo veremos que, en la esencia de todo socioanálisis, est.á el rechazo de e.ste mandato
soc.ia}. A;í, la encomienda inicial debe ser no solo am¡iliada, sino también desviada de sus
objetivos
• .<
originales.
I· . .
·
~ .
· .
· ·
.
Decíani'os qu~ el encargo o ehcomienda debe .-::er entendidos como una de las múltiples
denHj.Íl~as que aparecen en al ·base soci~l d~ la institución. El origen de estas demandas
podríamos situarlo en lugares múltiples y contradictorios que ocupan los integrantes de la
instin1ción .. Sin embar$o, no siempre es fücil la emergencia de las diversas dema~1das del
grupq-clicntc. . ... ,
Puede suceder, como .. lo analizó ~n su n1on1ento ·Sartre, que en nombre de la uní.dad.grupal
se sacri.fiquen las deny¡i:idas _particulare_s de.los dif~rc11tes participantes en la intervención.
Existen otras situaciones, en las que el análisis macr<H>oci0lógico y de las detem1inaciones
soci;lles y políticos más . globales permite huir. de l~.s implicaciones más cm?cretas de la
situacióit específica. . . . . .
Li.\ é~~1ergencia de las dema1~d~s del gn.1po"cÚente se cpnstittiye a partir ~le los ·lugares
espe~;ífícos de lós actores del establet~imicnto, es decir. de. la manera. en la que se
encu~ntran 'implicados en la ii1stÍtución. Sin cmb.nrgo . . ia definición más si!11plista, pero a su
26. ,•
;~
, .. ~·.

vez la ilustrativa, aquella en la cual la demanda se refiere a la expresión d ;l deseo


en situación institucional. de :st.a manern la demanda, ei Soci1 análisis
adquiere .:>entído. Este sentido se centra en la ·eación .o estructuración de situacÍ( nes qmi
pennitan la emergencia. de tales deseos. El disp )Sitívo se centra en esta pm;ibilidad "

Mam'1·0 llrito, R.: Ob. Cit. Pág. 127 a 133

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