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Con1pilación de los principales conceptos
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INTRODUCCION
La presN1te compiláción cümple el objetivo ele recuperar los párrafos en que los
principales exponentes de la corriente socioana.litica -- R. Lourau yG. Lappasade - y uno
de sus seguickres - R. Manero Brito ···· expresan a mi entender, 1riás claramente los
conceptos que considero básicos para la comprensten del Socioa.nálisis Análisis
. Institucional.
El texto osta dividido en tres partes:
I. Jnstituc\ón y Análisis:. el concepto de institución tiene múltiples sentidos, es por eso
que este. apartado apunta a a.clarar fundamentalmente cuáles son algunos de ~sos
sentidcs, sus efectos y propone el modo en que entiende el concepto la corriente
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Altcia Znppino
I. INSTITUCION Y ANALISIS
"Desde la filosofía del d~recho hasta los más recientes desarrollos de la sociología, la ·
polisemia del cqncepto ele institución es evidente. Resu~11amos. La filosofía del derecho, a
partir de Hegel, ·acentúa sobre todo el momento de la universalidad del concepto. Recuenta
las normas universales, las forma de regulación establecidas, ya~ahí en los códigos o en la
costumbre no .e.scrita. CtÍando la inslÍtución posee un aparato jurídico, la filosoffa del
derecho se esf~terza - s\guiendo s!empre R Hegel, pero asimismo en la corriente de la
escuela tradicionalista -· en sa.car a luz Ja' universalidad de las fo'rmas singulares de
jurispruden'cia. y de ·legislación.: Con elio contrib.uye en gran medida a mistificar el
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problerna de fa institución. Ei~, efocto, nada 1ilits relativo ·y contingente que esas fonnas
singuiares de ·r'egulación que son: las leyes y las ~onstituciones; pern como la fünción
ideológica del derecho consiste en. v'ólverevídeni.e, intocable y sagradc lo que' no es sino
contingencia pólitica, el filósofo del dei·écho acepta cm~vertirse en filósofo del Estado 1
legitimándo en' el plano ideológico algo que so'i¡i:ú1ente la fuerza justifica. Por último, el
momento de la particularidad ·dei concep·to de institución es escótoini.zado con frecuencia,
lo' cuál es una consecuencia lógica dé lo antedicho: la participación de Jc.:s 'particulares' en
o
las ins.tiiúcicm~s aparee~ c91}1c1 trn corJ1plemenfo secundario un lujo peLgroso.
Las. diversas tendericias. sociológicas c.¡ue ponen iá institt1ción én el centro de su
pensa1niento presentrln más o menos las mismas ·cáracierísticas que la filcsofia del derecho.
Sin embargo, sociólogos y etn61ogos suelen ater1erse aí momento de la particubridad,
valorizado a veces a tal punto que la iiistitución termina por no ser más q: . . e una modalidad
psicológica: la interiorización de normas. También aquí, y aunque el pr.::icedimiento sea
inverso al operado por el derecho, e.1 momento de la singularidad es descuidado o
confundido con el momento.de la universalidad. La función ideológica de t1l subestimación
salta a la vista: se trata, de aci.lerdo con la ideología psicologista, de apelar;:. una 'naturaleza
humana' (vista a través de la psicología social o del psicoanálisis) para net,ar o descartar la
existencia de lo político. ·
Con la historia en general, y más en espi::cial con t'd marxismo como 'cif!nci:1 de la historia',.
el momento de la un'iversalidad del concepto es someüdo a una sever~. crí!ica. El nivel de
análisis sincrónico que priviíegia los conceptos de estructura y de función es confrontado
con el nivel del análisis histórico. Las mstituciones ya no apareceri corno invariantes
.sociales; receptáculos de la racionalidad y del consenso, sino como for.mas singulares
apri.::hendidas en las relaciones de fuerza, las relaciones de· cla$es, las relaciones de
producción. El mom~nto de ia univ.ersalidad aparece con'lo el momento de lo ideológico: la
'idea' de Hauriou, la 'carta' de f.,i:lalinowski, y la. 'representación colectiva' de Durkheim o
de :rvfauss, el 'sistema de representación'. de Léví-Strauss, etc., permiten captar la función
sírnbólica de las institucic>"nes, pe.ro no la totalidad ·de las flmciones :'ibjetivamente.
cu'mpiidas por aquellas. En cuanto al momento de la particularidad, el maní:isr10 se ernpeña
unas veces en {)one(lo de relieve, otras en· olvidarlo'. Hipostasiados en !.anto agentes
históricos,· construct9res de su propia historia, los individuos arriesgan perder esta
autonomía y esta iniCiativa i'nstituyente en el momento en que el marxismo, dejándose
!levar por las facilidades dogniáticas del economismo y del filosofismo rni.\terialísta, se
vuelye institucional. . .
. El equívoco del concepto de ins.titüción. i·eside en el hecho que de designa alternativa o
simultárieaniente lo instituido o lo !11stituyente ... " . ·
"... ¿No es mejot admitir que la institución: pertenece a lo í~stituido y a lo irBtituyente a la
. vez? Ambas faces del concepto de institución recuerdan en ¡ligo las do's faces del signo de
úcuerdo con Saussure: significante y significado. Ai igual que el signo, la institución no es
ünívoca, salvo en detenninadas ~ircunstancias en las· que .,aparece como únicamente
permisiva o como únicamente ·repi·esiva. Pot: ejemplo: un sinÚicato no es sola.mente una
bui-ocrac1a represi\'.H (salvo en ~1 caso· de sindicatos directamente controlados por el poder,
conio eri algunos regímenes totalitarios), sino también una institución cuya negatividad
respecto de las instituciones ecoriÓinkasy políticas se ejerce, a't menos 'potencialmente, en
forma de reivindicaciones o de movimientos de protesta. A la· inversa, desde el punto de
vista conservador, ei sindicato nunca es (salvo en períodos de huelga prolongada y de crisis
social). un .mero
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instrumento de ;,
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rdvindicacióri 'e inipugnación; también
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lJournu, R.i"'.'.El ,rnálisis Jnslih1.cion11l", Buenos Ah·rs, Amom:rtu; ¡.9¡¡3: Cnp. Ul. Piíg.141 n 144
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El nwvimien.to anti-instituc.iomll
1.
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Se puede, pues, decir que el análisis institucio1ial, si toma al pie de la letra los pedidos de
intervención, que son análisis de establecimiento, 'se conviene en ':un análisis
organizacional, en el.sentido más trivial del término, es decir, en \.111 f.entido que no toma
siqu'iera en cuenta a;la organización como proceso y que sófo la ·cEpta corúo producto,
sistema y disposición instrumental, como conjunto práctico organizac'o para determinados
fines. Para que haya análisis institucional distinto de las demás operaci1 •nes de intervención,
preciso es que la mira del análisis tal sea lo que da un. sentido .¡ la org~nización, a
detenúinado conjunto práctico 'cliente' que se instrumentalice en .un . organización social
determfoada, en un establecimiento cliente.
Apenas· comenzamos a poder orientarnos en este lío de palabras~ m esta polisemia de
términos que ha representado, en parte, el éxito del movimiento institucionalista. Es
necesario un nuevo esfi.1erzo de clarificación; el éxito del renovado ténnino .institución y de
sus derivados obliga a un mayor rigor en el uso del vocabulario, con ti:d· que se convenga en
que no· todos los 'institucionalistas' acuerdan el mismo sentido a las mismas palabras.
En rigor, el término institución sólo puede ser útil con la condición de definir algo que,
como el inconsciente de Freud, no sea al mismo tiempo reconocible · si no, el análisis no
sería necesario~ e inmediatamente problernático. Por otra parte hay qrn hacer un esfuerzo
permanente ·para renunciar a su uso trivial, a no ser que se agregue cad,1. vez la mención 'en
el sentido corriente del término'.
Si en tales condiciones el término institución se ha const)1vado, p~se a todos los enredos
que provoca, no ha sido tan sólo porque connote un movimiento, cosa que sigue siendo aún
muy imprecisa y llena de ambigüedades., sino sobre todo porque consfrva en .;:J uso mismo
el sentido que le da_ la etimología: su. sentido activo de hacer qu~ ·se; n'lante,1ga en pie la
máquina sociaJ y ha$ta de producida, y además con la vertiente dy lo instit::1ido, no para
significar el establ~c~miento, sino· porque la noción de instituido renil.te ·a fonnas
universales de relacion'es sociafes priginariamenie nacidas en una sociedad ins::itLÍyente, qúe ·
nunca son definitivas, sino que, por el cpntrario, se transforman y hasta pued•~!n entrar en el
tiempo de su declinación. .· · ·. . ·
Las corrientes denominadas 'antinstituCionales' son, debido.a ello, institucio . 1ali$tas, como
ya lo he señalado en la medida en que revehin la precariedad 'institucional y m uestrnn 'que Ja
institlición no es naturnl, que lleva en.s( su' dec¡;dencia. La antipsiquiatría no es un análisis
institucional crítico simplemente p.orque proponga el cierre· d~ los asilos, s1; destrucción;
está ligada al movimiento institt;ci;0úal.ista y le otorga su· sentido er. ·1a m~dida,
.
precisamente, en que, en su carácter de antipsiquiatría, inte1Í:oga a la hipótesj 'básica de la
.
psiquiatría, esto es, a cierta cóncepc.ión de las 'alteraciones mentales' qui~· da origen a
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Lnpassnde, G.: "Socionnñl.i!lis y Potencini Humano", Ge<lisa Editodal; 1980. Cap. 2. P1íg. 88 n 90
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Psicot~1·apia fostitudon~l
Nacida en la inmediata posgm;ma, la Psicoterapia· lnstitucfonal es un mov1m1ento de
...-,.. cuestionamiento y de análisis de la institución psiqui.átrica. Este movimiento pronto se
dividió en fos corrientes: una sociológica, que no dejaba de tener Inserciones políticas
'importantes a. nivel de los partidos políticos franceses y una tendencia psicoanalítica que,
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con la sola uKcepción de Tosquelles, estaba constituida fundamentalmente por los jóvenes
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probleiÍ1a de la homosexualidad ·:ide hi mujer, etcétera, significaron.un diqué importante a
dichk tendencia. Así, los debates actuales sobre la institución psiquiátrica· ni.tan menos
sobre las divergencias de las diforentes escuelas psicoanalíticas, que sobre las políticas
psiquiátricas o la politica ei1 la psiccúerapia. · ·
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institucionales. Estos ·mo9os de a·cción se convertirían pronto en los referentes básicos tanto
de la psicoterapia corno de Ja pedagogía institucionales. ·
La Pedagogía Institucional descu.brió que el lts1s de la.instítución escolar desemboca;
necesariamente, en el análisis gelieralizado <le las mstituciones. Esto mismo descubrieron
los practicantes del Socioanálisis. Intervención hecha baío encomienda de un 'cliente' en
diversas or,ganiz.aciones. · ·
El Socioam'ilisis
El término S.ocioanálisis f\1e enunciado por primera vez por el equipo de Van Bockstaele
(psicosociólogo francés) en los años '60. Se trata de un método de intervención que tiene
orígenes diversos y a veces desconocidos. Sin embargo, podemos decir que este método de
intervención se sitúa en la -prolongación de la Psicoterapia y la Pedagogía Institucional, en
particular
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en lo que concierne a. .los conceptos. de autogestión, implicación (él cual ~
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He citado lai:gos extractos de ;texto para rnostrar que nó'sólo nuestrós conceptós básicos,
sino además las hipótesis 'fundarn:entales de la práctica socloanaHtíca ínstitucior1alista se
aiticulan en éL · ·
La idea. central es la de que una sociedad ~nstituye un conjunto organizado de relaciones
sociales mediante un <hac,er i11stltuyente> que se apoya en <una situacióri dada>, en
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Casloriadis, Cardan. L'expe1ie1~ce dn mouvcment ouvricr (Colkctiou l 0/18) Pion, Pnris, 197 4 (nota <lel
atÍtor). ·
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· <creaciones Jel pasado todavía vivas>, en el hecho de que ya existe una sociedad instituida
cuando el r.uevo hacer instituyente la tras-fom1a. No todas las instituciones son nuevas
cuando se construye la nueva sociedad: La el EJército, la Familia y el Estado no son
institucione~; que aparezcan con el capitalismo. P~ro la illstitución del capitalismo trastorna
sus articulaciones, su lugar en las nuevas relaciones sociales, su equilibrio y su poder. Lo
que se institt.ye es, a través de esos. reacondicionamieiltos y también de la producción de
institucionm; nuevas, ·<una nueva definición de la realidad, inscripta, no en los libros, sino
en el proced~r de los hon1bres, sus relaciones, su organización>.
La institució11 de capitalismo introduce una nueva división entre los hombres, entre <lo que
cuenta y lo qne no cuenta>, y esta nueva divigión, esta separacióÍ1, atraviesa todo el sistema
nuevo.
Lo instituyente originario, que se halla a la vez en todas partes y que en parte alguna se lo
puede capt::i.r cual si se tratara de una esencia realizada, es a un tiempo <el proceder>, <las
relaciones>, <la organización>, de la vida y de Ja sociedad, y <las instituciones por" las
cuales se im trnmenta>,: la empresa capitalista, un sistema de educación, <el encierro de los
locos> ... Y ahí, en esos gmpos, .en esas relaciones, organizaciones e <instituciones,en el
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sentido con iente del 'término>, se puede analizar la insiitución del capitalismo. Pero la base
:~~. del sistem:l, que es, como lo muestra Marx, la corn;tftución del capital se halla oculta~ Y
debido a es toes necesario, como se dice en Et Capital, tin análisis. Tal es la base de nuestro
téa.ba.io. ' ;..... ·· ,. ·· · -.,.. "· ......... · · ·. :.. ·. ·
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A1o.n~e.nto singular, de unidad negcnivá, de i¡1s1itucionalización 11 Dl'lJ_ªniu ciq~al de la
instífución, que nos habla del ·movimiento necesario para absorber,. al ir terior de lfüi
prácti9as dominantes, la. acción de 1·0 t1~gallvo, de los desviantes que mar ifiestan otros
posibles; momento en que la institui.::ión, a de la organización mantiene .~l predominio
de Ul~ proyecto o' de un movimiento sobrr.~ todos los otros pqsibles. . ,;
Es.importante mencionar que desde .este concepto la institucjó1J no puede ccnfuúdirse con
.el ·. establecimiento.: Ejemplo de un . establecimiento: la Univ'ersida.t Autónoma
Metropolitana -Xochimilco (U_1\lvJ-X). o la tienda de. la esq·l.iina. El e~.tablec.imiento (;s el
lugar en donde se éntn;;cru.zan s¡;>;gment{triamemé una. jáfinidad de inst:r.uciones: por
ejemplo, en la tienda se cm~a la institución de la moda qué utiliza la tencL::ra, al mismo
tiempo que las formas instituidas de intercambio que ¡.;e han establecido sc.c:;ialmeme. La
fiesta, la ensefí~nza, el castigo, el encier.ro, son todas instit1Íciones sociales qt:: no debemo::>
confundir con íos establecimientos en dónde resultan instituciones centraL~s. Derivar al
análisis del establecimiento, nos haría caer en fomms como las adoptadas por el Desarrollo .
Organizacional, entre otras· corrientes que intentan, a través del desconocir.tiento de las
dimensiones instituyentes, el trabajo cada vez más eficaz de la institucionaliz1.,ción"
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Mirncro:Srito, R.: Ob. Cit. P1\g. 152 a 154 .,
El afüílisis
"... ¿Qué significa, ante todo, análisis? Comenzaremos por la definición que r. . os propone
Yves Barel: <¿En qué consiste el método analítico? Esencialmente, descansa. ei1 l.a hipótesis
de qüe es posible comprender ); t.~xplicar una realidad completa descomponiéndola en
elementos simples, anaiizando ·cada uno de é:;tos y adicionando o: llevando al tope los
anális]s. El método ánalítico i10 'desútiende. las telaciones v la interacción entre ;~Jementos.
Se basa en la idea de que las relaciones se explican rnejo; por la. acción de los í;lementos,
más álm de lo que ellas explicá'n la acción. Pr~cisemos algo más: la coüducta ;;;!ásica del
método analítico para estudiar el paj)el de un eletnento. dentro de ,un conjunto ccnsistirá en
hace·r variar ·experimental o idealmente al elemento sosteniendo· constantes a Irs otros, o,
por el coi'ltrario, en mantener constante al elemento mientras lós otros varía l. De esta
manera, procediéndo elemento por elemento, o relación por relación, se lhga a una
compreüsión del conjunto> 2 ·
He ahí la definición <'clásica> del anúlisis. Cuando se habla de análisis en cienci:::s humanas
(psicoanálisis, análisis institl!cíonal, socioanálisis), también se tiene éh cuenta la
deséomposición de un todo en sus elementos. '
A ello ·se añade, sin embargo; fa idea de iilterpretación. Interpretar un sueño, un habla de
grupo, es pasar de lo desconocido· a· lo conocido; es una operación de ditscifre. Freud
compara el descubrimiento del inconsciente con el descifre de los jeroglíficos. En este caso
el" análisis pasa a ser una· hermenéutica; procede por descifre sacado a luz de lo que está
O(~ulto y qüe ·sólo se revela .por .ia operación qlle cosiste.en establecer relaciones entre
elementos apáren:temente desunidos. Se trata de reconstruir-una totalidad asti-llada.
Marx emplea corrientemente el mismo término -análisis-. en Et capiíal. Precisa que el
análisis sólo es necesario"cuando hay relaciones sociales que no son inmediatamente
visibles, sobre todo la relación de explotacíón. En efecto,,ila explotación es visible en el
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'· Barel, Yves: L'aualyse
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1973. (nota del autor)
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Las institucio'iiés formán la frarna soda! que vitic~la y tttrnvie:rn.·a los itidividuos, quienes,
gracias a su praxis, son so.stcnedores de la.s .instituciones y creadores o innovadores de
instituciones nuevas (instituyentes). . . ·
Las instituciones no son tan sólo objetos o reglas visibles en la superficie de ias relaciones
sociales. Presentan una faz oéulta, y ésta, que es in que. el análisis institucional se p1 )pone
sacar a luz, se revela enlo no~dicho. Tal ocultación e~ fruto de una represión. En este punto
se puede hablar de represión social, qtie produce al inconsciente social. Lo censuradc es el
habla social, la expresión de la a)ienaqión, la voluntad de cambio. Así corno hay un wgreso
de lo reprimido en el sueño o en el aeto fallido, así también hay un <regreso de lo rep(rnido
social>en las crisis sociales.
El esclarecimiento de lo no-dicho, de lo censurado, es obra de dos grandes <calado;es de
máscaras>: Marx y Freud. Uno irnso en evidencia h lucha de clases como significado de
movimiento de la historia, y la plusvalía capitalista (oculta por la institución del salar ado),
y el otro descubrió el inconsci'ente oi;:.ulto por un orden institucional proveedn de
racionalizaciones. Uno y otro.· invitan a una búsqueda de lo oculto ·a· partii del
enjuiciamiento de las instituciones ocultadoras, así sean del orden de la racionalizaciór o de
la ideología. -Esta búsqueci~ es una hermehé1.1tica que.implica el despeje de la:reprnsió:i del
sentido mediante el análisis de los faqtores de desconociiniento, que. siempre tienen a
instituciones por fundamento.· La ocultación se cumple <a través de las . 111ediacíones
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;n.,ti·t.. ,,¡ .... ,,,.,¡,,.., r.11<> P"l,e. tr"'r. ,,,.,,..·;¡",.,..,; .. ,."'"'J.., "'C'Cl·eri..;,~..., · ·
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Las leyes, las reglas, los prejuidos, que· limitan fa ~exualidad ·a su .<función> ·de
procreación, han· ocultado la verdad sobre el deseo ~exual. La lucha instituyente contra las
.reglas imhiruidas se ha manifestado en cierto·s comportamientos o err al'gimas obras
artísticas 1 condenadas: se quemó a·urbaiü Grandier como tiempo después las· obras de
Diderot o'de Sade. Estas manifestaciones, en deséléÚerdo con lo instituido; ;:;on er1 sí ri1ismas
reveladoü1s de la naturaleza de éste. So~1 su analizador. De· igual modo;la Comuna de París
fue el revelador del Estado clasista y su.verdad: gracias ~1 la Comuna descubre Marx qué es
realmente.el Estado.
Marx y. Freud elaboraron sus teorías gracias a lo q.ue revelaban !os dispositivos
analizadores: la práctica revolucionaria y el ceremonial de la cura psicoanalítica."
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L11p11$511d~¡· G.: Ob. Cit. Pñg. 99 n 102
... u. CON'CE:PTOS
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FUNDAlVl.ENT ALES
"El <m.~evo espíritu ci~ntífico> halla· su origen· en él trns~n.1eque a partír del cui~ es el
analizador quien conduce et análisis ...
.'.. El análisis institucioirnl ya no signíficá hoy, coni.d lo' significaba en· su prime~a fase
psicoterápica (Saint-Alban, Cour-Chevcrny), la técnica' c(ue consiste en man'ipular
·. <instituciones de cuid~dos> pai'a tratar enfermos. Ya no significa un uso 'de las
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instituciones para producir los materiales del análisis. El .análisis institucional es ahora la
in-ü'pción ·en h escena política ··los antiguos <clientes> de los ána!istas. Es la
transfórinación de un habla terapéutica hasta ahora sojuzgada por los analistas en habla
política liberada -y liberndorn- de los· analizadores. . . . .
Es el ataque llevado en el terreno misn10 ·donde se ejercía hasta ahora fa dominación
anaíltica. ·
Así se pasa de la noción de. análisis a la nocióp de analizador. ·
Eii esta· noéión se encuenfra asinlismo la idea esen_cia·l de la descomposfoión de una
totalidad en sus elenientQS cori1ponentes. El analizador quírriiGo ~s 16 que descornpone a un
cuerpo 'en sus eleme!JtOS, con lü q.lte produce, 'de alguna manera, un análisis. Estamos en las
ciericias físicas: no se trata . de inte1vretar, sino can sólo, ~n este prfrúer nivel, de
descomponer un cuerpo. N'o se: trata de construir un discurso e:>- plicativo, sino tan sólo de
sacar a luz los elementos que componen el conjunto.
Cuando llmna <analizadores> a la corteza cerebral y a los órg mos de los sentidos, Jván
Pávlov quiere destacar el.hecho de que el aparato neurológico prl duce un primer <análisis>
del mundo exterior. A partir de ese primer <análisis> se cons mirán teorías. Pero ya el
sistema nervioso lleva a cabo una entresaca: .hace una prime ·a <interpretación> de la
realidad. ·
La recuperación del .concepto de analizador en los trabajos· de )Sicoterapia institucional
.(Torrnbia, Guattari, etc.) se inspira, sin formular una referencia oxpliciia a ello, en esta
definición del analizador. Efectivamente, en la institución de atenc:ones se llama analizador
a los sitios de habla, pero también a cie11os dispositivos que pro· ·ocan la revelación de lo
q·ue estaba oculto:, · · .
René Loüra.u 'escribe: <El objeto del análisis institücional e'n ·s t.uación de intervención
GOnsiste en vaiidar ei concepto de. analizador. Propuesta tal. p 1rece referírse de rnodo
se
inmediato a una mir~ experimental. Si bienes cierto que 1.10 trata ya de ratas ni de monos; .....
no menos cierto es por ello que el aspecto experimental,- o exi)erienciai, está siempre
prfü;eni:e en la intervención socioanalítica. Cuando unos alumnos sometidos a.la pedagogía
institücional le reprochan al formador el hecho de ser sus ~conejillos de Indias'; cuando en
un hospital pf.iquiátrico hay enfermos que advierten que, si Jos cuidaclore's aparecen como
'capitalistas', ellos, los enfermos, son los 'proletarios';. cuando, tras la lectura de los
informes· de intervenciones so.cioan.alítiCas, unos católicos dicen que ellos no tienen nada
que· ver con las 11~uestrns di~ población de Lévi-Stráuss, está claro que la relación de
dominación que existe en la experimentación en general ha salido a luz, piensen lq que
pensaren al respecto el pedagogo, el psiquiatra o el socioaüalista>. · ·
En .los seminarios autoadministrados, la autogestiói1 aparece como un dispositivo mtificial y
carente de eficacia directa sobre el cámbio social. La autógéstión' de un semin.ario de corta
duración, o· de una intervenc1ói1 ·socioanalítica que dure sólo. unos pocos d¡as, no es la
auto gestión de uirn clase a· de un establecimiento escolar. Én el caso del estaplecimiento,
er'ícaramos un .verdadero proyecto social de transfoni1ación. . ..
Todas las situaciones de· ánálisis e intervericíórí se basan en· el manejo de. ·analizadores
constrúidos. y artificiales (la: cura psicoanalítica, el T. G1·oup, ele.), hechos.· para hacer
emerger, como dice Freud, un materí~l imalizable. El <ceremonial de la cura analítica> es, .J.
en rigor, un dispositivo ca:-Ji e~perirnental que prod1.1ce artificialmente una <i1eurosis de
transferencia>. · ·: · ·
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Así, el proyecto de Análisis Ii1:Stituc1onal revela dos cuestiones: tina concej)ción del análisis
que' Critica la concepción tradicioríal' en d'ol1de~ a" través del saber dé los especialistas, es
. posiÚl'c develar dimensiones no percibidas por el sentido común de los participantes.:.; la
segunda cliestión se precisarherite la colectivizai~ión del ari'álisis, puesto q~1e'lá significación
y el efecto de los analizadores no puede existir siflo en relación a las diferentes posiciones y
jerarquías presentes en el grupo cliente. · ·· :
De esta rhanera, el concepto de analizador es un concepto que tiene que ver más con una
acción especifica, una acción de dem1i1clú de develar las situaciones que conforman el no-·
saber de los miembros re~pecto'de·la institucióil a la que pe1tenecen· ·
La acCióri. del analizador sé opone a las lt.ierzas 'instítucion:~les, que i rueden teúer origen en
difeéentes momentos de la institución, que pugnan por mantener u 1 secreto, un no-saber,
incluso· de ellas mismas, que constituye la base del funcíonamie lto y la funcionalidad
institucional; El análisis deja e ser un mero ejercicfo intelectual, coi. posibles aplicaciones
pd1.ctícas, y se constituye como uri trnbajb, Üna acc'ión de desconstrlii ción en la acción de lo
instituido, de las formas de fiincionamiento ya establecidas y na1u1 :tlizadas, ya integradas
en la institueión.
Podemos reconocer tres tipos fundarnentales de analizadores:
El analizador construido, dispositivos de intervención diversos qtie tienden. a poner de
man~fiesto, durante Sll operación, dirnensiones y elementos díverg1)$ que no.f.malmente se
constituyen como· un. no-sabc:r colectivo sobre la institución. · Asl, .po··· ejemplo, el
dispositivo socioanalítico iritentaría constituir una ·crisis en frío de lo instiqióo, de lo ya
~stablecido, para désmoiitar su fünc:ionamiento y estructuración. Otro ~iclnpip seda la
autogestión del pago del staff an.alítico; que intenta poner de manifíestó la base.-ri1aterial de
la institución. . . · ·
El ai{atizad6r ' 1
de
i1alural, que al 'interi6r de los disp¿sitivos intervención
'
constitddos
' . ·" '
irrumpe
generando consigo un saber sobn~ los fundamehtos misnws de la institticióri', La im1pción
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c,le lo inesperado, la manifestación de todos aquellos olem.entos que se enconrnban ocultos
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recíproca, y a ·menl~do oculta de 'tina m;!ltítt!d; :le gi11pos fra:gmeii"tariós en el interior del
agrnpamienfo. Los individuos i:io déciden· e11 1.bstracfo ·'vivir o trabajar juntos, pero sus
a
sistemas de pertenencia y sus ref<irencias· ·1úm: erosos 'agrupamiehtos actúan He tal modo,
que "ptleden constituirse riüevos ·~1grnpaá1ieiú:·)s, ag'regándos~~: así a los sistemas de
al
p'erteüencia y de referencia );a-ahí que 1riisi·i1b ~iempo niegari en diversos grados, puesto
. que los sistemas de pertenenc;ia y de referencia ár.teriores entrañan, en general, oposiciones
y criterios ex.Clusivos, los· cuales, sin embargo sr>n obligados a fundirse· en Ja multitud de
diferenciás. Este ca.rácter singular de los agái.p.mlier.tos detectado· por la interven~ión
socioiú1alí1.ica, t6ma:e1 nombre de segi11entaridad~ . · · · . · ·
Notemos que la pluralidad· d.~}. grupos reales más o menos visibles, reconocidos y
decla.rados, que coniponen ün determinado agrupamiento, no se confunde con la pluralidad
de los <s.ubgrupos> que la psicósociología desei1tn:.ña en el aquí ·y ahora del análisis. Sin
emqargo, estos <subgrupos> contingentes no carecen de· vínculos con. los grupos de
pertenencia y de referencia que existen en·el agrupamiento (o füera de él, füncionando así
como gmpos de no· pertenencia, o. como grupos. de F~ferencia exterior). Por ejemplo, un
subgrupo de <.jóvenes> se refiere a una clase de edad qi.:e en la sociedad global es percibida
menos corno una pertenencia universal y natural que a Ll,rnanem de un grupo aegmentario
qu·e establece relaciones de dependencia y relaci.ones '1g0Eístícas con el grupo de los
<;viejos>.
·"'l::a ideología grupista (en los pequeños grupos) o comuni1.:i.ria (en la~i grandes frirmaciones
sdciales como el partido, .la Iglesia, la 1ü1ción, etc.) tiend1~ a constru'ír la in;agen ideal del
gtupo monosegmentario, de la coher~ncia a~soiuta, producida po.r una pertenencia única y
omnipotente, que relega al segundo plai-10 todas las demás. El «grupo~1 - cuaiquiera que sea
sli vólurnen y su historia- se cotitempfa narcisísticameitte en el espejo de ia unidad positiva,
excluyendo a los desviarites, · aterrorjzando a aquellos de sus miembro~; que abrigan
tendencias ceütrifugas, condenando y a veces cornbatiendo a los individuos y grnpos que
evolucionan en sus fronteras. Este típo'de agru¡:iamiento que rechaza toda exte:·iod°¡.:!ad es un
primer caso de grupo-objeto. ·
Un ségundo caso d~1 grupo-objeto 1;;stácónstituido; a la inversa·, pór los agrupamientos que .
no se· reconocen a :si mismos ninguna. existencia efectiva, ftier'a de la que ies confieren
instituciones o agrúpamientos exteriores a los que se asigna la misión de producir las
non~as indispensables para el gi·upo-objeie¡, y de controla!: :y sar~cionar el resr eto. o la falta
es
de respeto hacia esas norrnas exteriores. Si d j)1;imer caso ·~e grupo-objeto el de la banda
o la secta, el segundo es el de 'agrupámíenJos· defí.nidos ·por ~~1 lugar que ocupan e1.1 la·
división del trabajo y, por corísiguiér.te; e11 las Jerarquías de poder. La .estrategia ¡je ia ·secta
o de la banda consiste eÍ1 somerer al adversario, o simpleriwnte al vecino; la dé.un grupo
totalmente, depei1diente consis.te e'n .<\Sf)rrieterse)) ant~; las Ínstaricias superiores (d lo que las
reemp!azü), y en compeilsar este son¡.etimielito· media.Me una rncionalizac·ión de la.
polisegmentaridad absoluuÍ, es decir, d~I individüalisrno. Mieritras que la secta· man.tiene
constantemente abierta la herida: des.u ruptura institucional ~on respecto a la sociedad, y la
banda no ve en lá sociedad:· más qu·e un riesgo de desbandada, el personal· de un
establecüniento 'cte' enseña11zá 'o. de una peqt1eña empresa ocupa' lodo su. tiempo en
desbandarse y en conjurar c\úiiqüier amenaza de separación entre eJ mismo y la imagen de
Ja autoridad instituida. . ·' · · · ·
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17
En los dos casos de grupo-objeto que se acaba de evocar hay negación de Ia transversalidad
constitutiva de todo, agrupamiento humano. Se puede entonces definir la transversalidad
como el fundamento de la a•:ciói1 instituyente de los ágrupamientos, ~n la medida en que
toda acción colectiva exige un enfoque dialéctico de la autonomía del agrupamiento y de
los límites objetivos de esa autonomía. La transversa!idad reside en el saber y en el no saber
.,.,_. del agrupamiento acerca de su polisegmentaridad. Es la condición indispensable parn pasar
del grupo-objeto al grupo-su_'.eto;" ·
"Los grupos objeto son aqudlos que caen en cualquiera de estas dos autonomizaciones: el
1 .=
grupo fuertemente burocratirndo, que no se reconoce sino en fünción de la jerarquía que
aparentemente los funda; o la pequefla secta o banda, qu~ no puede reconocer sus
atravesamientos verticales, •::n función de una horizontalidad de sus relaciones que se
constituye como ley.
Guattari dice que el pasaje a: grupo sujeto se da en la elaboración de estas dos formas de
alienación. La elaboración de la ver:ticalídad y" la ho·rizontalidad del grupo lo remite a su
estar en el mundo, a su situación· y, en última instancia, al sin sentido, en ese procest• de
totalización y desmoralización que constituye a toda fonna colectiva. Esta elucidación ~e
la relación enfre \íefticalidad' yhorizonlalidad que atfa\lÍesa algrupo es sti coefiCiente de
transversa 1ida d. · · . ·
La elucidación de la transvernalid~d del grupo es· un.
objeto ftmdamental eli. la intervención
socioa.nalítica.'.Desconstruqcióri de las r~lacíones nrarcadas por el signo de la verticalidad
pura . o fa.. pura horizoritalidad, y . la · elaboración de · las relacioi1es ·transversales.
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18
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"La implicación quiere poner fin a las ilusiones e imposturas de la <neutralidad> analítica,
heredadas del psicoanálisis y, más generalmente, de un cientificismo superado, que olvida
que ya para el <nuevo espíritu científico> el observador se halla cogido en el campo de la
observación, y que su intervención modifica el objeto de estudio, lo transforma. El analista
es. sierr1pre, por el mero hecho de su presencia y aún cuando lo olvide, un elemento del
.campo."
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19
"El modelo de intervención socioam '.itico pone en cuestión el saber y el no saber del
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' especialista en la situación misma d;• la intervención. Si bien no es primera vez en la
historia de las ciencias sociales que ene r.:ueslionamiento aparece, lo que sí es cierto es que
la corriente socioanalítica del Análisis lnstit:ucional es la que más ha profundizado esta
perspectiva.
El problema de la Implicación poddamos situarlo desdé diversas perspectivas, pero para
entenderlo podríamos partir del niistr.o Hegel, que decía que en ciencia, el c·oncepto debe
representar no sólo al objeto, sino también al sujeto, así como la relación que los vincula.
·.''.·
"· Por su parte, Sartre ponía de manifi.:!sto que 110 se puede estar fuera de un grnpo, fuern de
·(
un conjunto, sin estar dentro de otro. En relación con este sistema sujeto-objeto desde el
cual se producen los conocimientos, este mismo autor, evocando a Leiris, decía que el
sociólogo y su objeto forman t'.n conjunto, una pareja en la que la cada uno debe ser
interpretado por el otro, y et~~ a relación debe ser entendida como un momento de " la
historia. · '
Como podemos observar~ el cuestionamient.o de la relación desde ia que se. produce el
conocimiento, el análisis rb .las situaciones concretas, es lo que puede detenninar los
límites históricos d~ dicht~ conoCimiento .. El anállsis de la implicación es lo que nos
pem1ite relativizar·'iilstóric,amei)te núestrns "verdades", abriendo, ~n el' 'terreno mismo; la
posibllidad dC. rcflexiü'n sóbr~ ri\lesfro propio critendimie1ito. . 1 . . . .
Est~ cucsti.onami~n.to a¡:i:.treció,. p.or ·pri.m~rn : ez .en ·ei. mov.ímicnto insf!t~1cionalista, en .el
1
posición transferencia! del paciente. La respuesta del médico era una respuesta a la posición
del paciente, a su lugar en el hospital, a su posición en la jerarquía,"a · 1a ideología
hospitalaria. La contratransforencia institucional penúite pensar la respuesta del terapeuta
comq una totalizacióo que involucra toda' su existencia: Esto mismo permitió a Pontalis
ariali:rnr cómo el médico, más que estáh:lecer lln 1::oi1trato con el paciente, pasá contrnto con
la comun.idad, no sólo del hospital, sino en la cual éste se insertn, comunidad geográfica y
comunidad cultural. ·
Podefnos obsérvar, con esto, c¡t.ie· los referentes teóri·cos del concepto de· contratransfütencia
dejan'. de eslar centrados en el psicoanálisis, y empiezan a ampliarse hacia la Sociología.
Desde las experiencias de la Pedagogíá Institucional al Socioanálisis, el concepto de
contratransfercncia. institucional se 311!\plió, y se prefirió, en este sentido, la denominación
de implicación. Implicación, así, cot~tiene y rebasa los límites el concepto de
cont~~ transferencia institucional." . .
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"La sistémati~~ión del concepto de implidaclón trajo corisigo la necesidad de volverlo más
operativo, un poco m~s esquemáti~o para las situació1~es de intervención. Así, en 1983,
Louraü propone un modelo de an~lisis de las implicacioi1es, de la siguiente manera:
Implicaciones Primarias: ·
Implicaciones del investigador-p'racticantc en su objeto de investigación/intervención;
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~ . Manrrn füifo, R.: Ob.Cíl. pág. 137 a l39
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III. LA l]\l"TERVENCION SOCIOANALITirJS
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22
El dispositivo d~ intervención. ·
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~Durante algunos afias, es disposihvo ~ie i.ntervención (encuadre) del Socioanálisis fue muy
. similar al de las .intervenciones grupales. No obstante, muy pronto las fronteras del grupo
estallaron -por la introducción de .!a dimensión institución del análisis. Así, por ejemplo,
respe~to de los participantes en el grupo hubi.eron transforárnciones important~s. Mientras
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23 .
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en las difereiltes fonnas de anidi~is gnipal existe un periodo de inscripción de personas en
el grupo, las cuales, después de ciertas deserciones, constituirán una constante del grupo, en
el Sor;ioanálisis las cosas suced~n de manern distmta. rti<~dcn pnrt.icipar en la experiencia
socioanalítica todos aquellos que de cerca o de lejos, tengan que ver con la encomienda ó ·
encargo de intervención. A.Si, tcn'drenios un número siempre fluctuante de participantes y .
una circulación ba~ fantc fuerte de los mismos. Aparece entonces un grnpo abierto
permaáentemente, c;ne no cierra su entrada a aquellos que estén interesados o sean
requeridos para la inH~rvención. En fa medida en qúe la participación tiende a getieralizarse
al conjunto del est:tblecimÍerito donde se efectúa la intervención, el grupo tiende a
constituirse más como una forma de Asambka Genera!.
De Ja misma ·manera los ho.rarios y los lugares en los cuales se realiza la intervención,
pueden ser modiftcaC:os, incluso pue·den verse destruidas las formas .psicosociológicas de
intervención, por .la presión del grüpo cliente o por la voluntad experimental de los
analistas. · "
·El Socioanálisis se tstructurn a partir de tres iJtilos princip;ilcs:
el "staff" analítico. éonstituido por los "expertos'' demandados por la intervención, aunque
eventualmente pur;da ampfo~rse con miembros del ef~tablecimiento donde se efectúa el
socioanálisis; ·
el "stafr' clienh:-, · e.s decir, !a, persona o personas que son portadoras del encargo de
· · . íiúervencion, quiúies réaliia1idifocfaii1eíiié:la dfül1anchfa!Os át1álistas; y ·
el gmpo dient~:. _el conjunto de p~rson·as que pa1i:ícipan en la intervención
Podríamos decir que ·la base del dispositivo soc.ioanalítico consiste en trastornar,
descomponer d recorte espacio-tempor~ll de los intercambios y· del trabajo-instituidos; la
desestrnctura(}Ón provisoria del orgánigrama, la des-institucionalización más o mei1os
profunda, c!e a:uerdo con !as posibilidades del establecimiento y del g"rupo-cliente. Existen
algtmas técnicas que van en ese seritido de des-iristitucionalízación: ·
La socia·! izaci.jn del proceso de contratación de In intervención, es decir, de la forma en que
se efoctt~ó la 1;ncomienda (encargo) y su respues!a, lo cual permiic elaborn.r colectivamcú!e
una reinción que podría leerse como una alianza de poder.
La desapari(;ión de las "cajas negras". Es decir, de !as reuniones exclusivas det "staff'
anaiític.o, dei "staff' cliente o de cualquier otro subg'rupo de presión. ·
La. restitución ele toda información obtenidn fuera de la Asamblea General al interior de
éSta. ."
Si el otig~n de la d~mancla es poco claro, puede S{;r n~cesario, para el "staff"· anaHtiCo,
trabajar en el ~en ti do de la constitución de un "staff' cliente. que de cualquier manera
existe, aunqpe tenga_ interés en disimularse. · ·
Al coiürario, si el "staff' C'.liente aplasta con su presencia todo intento de socializaCión del
.anális'iS. de e~1ergqncia de. dcmm1das distinlas a las suyas propias, "el· "stalf' analitico
.it:tentará trabajar: e1\ e_l s_enlÍdo de _la, constitt1ción el~ u1; gn1po:,clientc, ?;9teni~ndo, por
eJcrr¡plo, a traves :f].e· diversos medios, la presencia oe los ausentes t.ernbl.emente
"presentes" simbólif.~mente en la sesión. · ·
.
El i;:ampo de nnálisi~ .
.• 1.. . . . . . ' .
El campo de análisis de la inte1vención socioana!ítica no son las personas (no se tnita de un
psicoanálisis en insÚtuciones), ni las interacciones, ni d "grupo" como objeto o instanda.de
conocimiento. La asrnpación que constituye al grupo-client.~ se entiende como la resultante
ó•.· ,., .
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24· fi)
'· .
.. . ·,
El can1nJLQ~ intervendém.
¡'' "·
25
dema:·da.
En el caso de los conceptos de en.comie11da y demanda en Socioanálisis, la referencia es
distir··a. Podríamos decir, de una manera m1.1y simplista, que la encomienda es la demanda
del ":;;aff' cliente, ¿Cómo se constituye ,~.:;ta demanda'1 Suponer que el "staff' cliente es el
porta,·oz de una dernanda del cot1junto de la institución sería caer en una visión romántica
de las estrucLUrns sociales. Al interior de un e~;lablcc:.imiento surgen una serie de demandas
múltiple::: y contradictorias, de acuerdo a lo<; diforentcs lugares que ocupa las base social,
los i1 egrantes de dicho establecimiento. La encomienda de intervenCión, el encargo, surge
en el momento en que una 0 un grupo de demandas e.s privilegiada respecto de las otras,
que son negadas, curvadas, desplazadas o 1e~>ignif1c.adas. ..
1\l "staff' analítico llega,
.,
entm ~es, una demanda procr.:sada ya por diversas fuerzas al interior de la institución. Es
una e 1mumda que recubre otra!) tantas y que aparece privílegiacfa, importante, respecto de
las demás. El proceso analítico será el cafr1ino inver$o de la constitución de la encomienda.
El o :os analisÚ.is intentarán descon:il.ruír el encai-g"o hacia las múltiple:5 demandas
cont.rn~liclorias que le die.rni1 origen.
Sin .e111bargo, la encomie1idá de
intervención. no ~H~ria posible si no existe una oferta
cspecÜic~ d~ ciertos.sei;~icios: Se acude a un es¡)eGíaHsfa C:fe lás institUci0i1es, porque la
creenci1. en este saber especiali,zado pertnite espt_;:rar ía resolución o esclarecimiento de
· ciertas probleJriáticas. La encomie11da de infervenciop juega, entonces, ~on luga.res ~¡ociaies
que re'rnsan con mucho los límites de .un grupo. o establecimiento. El papelsoc1ÚI del
conocimiento, del saber está en el ·orige1j mismo de.toda encomienda .
.,,.
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t:lll'\
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fr]t\ft"\
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ct:tb.i.~f"
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cor1º,1l¡,.,o-nio l1;).n;f-~1't"'l''.lrln 01· C'~'h'-"_·r.t'!n·,
..,. V (.U ll'\,,.l'lJ1V.. •v5\1t.Jlilf...t'--,'\./' ..... , .•.H.Jv""'··
.. ;o·~,1~Hl;,\í'\
'IJVVJ. (..u. UIJ. ,1',.•-v
ttn
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('.)~f¿.
V\Jll,.(.1.
f:\xt::\91'tf'\
, ... '~llt.~ ...
rlo {nt1n
...,{ ...• ,_....,.... V
aquello •1üe Basaglia analizaba respecto del mandato social. Por ello es no sólo enciir_gt\
sino cncJmicncla. ·
Encomienda, porque se espera que el socioanalista actúe en cierto sentido, n-iante.nga la
signiftcr..ción dominante de los vínculos sociales, se sostenga como especialista, que pronto
se lrnnsforma ·un juez. En resumen, esta dimensión de la encomienda supone que ei
socioanalista respondiendo al encargo legitinrn en su totalización al sifitema social vigente.
Pronfo veremos que, en la esencia de todo socioanálisis, est.á el rechazo de e.ste mandato
soc.ia}. A;í, la encomienda inicial debe ser no solo am¡iliada, sino también desviada de sus
objetivos
• .<
originales.
I· . .
·
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· .
· ·
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Decíani'os qu~ el encargo o ehcomienda debe .-::er entendidos como una de las múltiples
denHj.Íl~as que aparecen en al ·base soci~l d~ la institución. El origen de estas demandas
podríamos situarlo en lugares múltiples y contradictorios que ocupan los integrantes de la
instin1ción .. Sin embar$o, no siempre es fücil la emergencia de las diversas dema~1das del
grupq-clicntc. . ... ,
Puede suceder, como .. lo analizó ~n su n1on1ento ·Sartre, que en nombre de la uní.dad.grupal
se sacri.fiquen las deny¡i:idas _particulare_s de.los dif~rc11tes participantes en la intervención.
Existen otras situaciones, en las que el análisis macr<H>oci0lógico y de las detem1inaciones
soci;lles y políticos más . globales permite huir. de l~.s implicaciones más cm?cretas de la
situacióit específica. . . . . .
Li.\ é~~1ergencia de las dema1~d~s del gn.1po"cÚente se cpnstittiye a partir ~le los ·lugares
espe~;ífícos de lós actores del establet~imicnto, es decir. de. la manera. en la que se
encu~ntran 'implicados en la ii1stÍtución. Sin cmb.nrgo . . ia definición más si!11plista, pero a su
26. ,•
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.)
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