Mcmillan, J. H & Schumacher, S.

Investigación educativa una introducción conceptual

Pese a la relativa novedad de la investigación científica en el ámbito de la educación, el método

científico es sinónimo de avances ordenados y sistemáticos. El carácter de este proceder obliga a
prestar atención a sus objetivos básicos: predecir y explicar fenómenos. La teoría será el marco
donde estos procedimientos encuentran una dirección y justificación en tanto conocimiento; en
tanto que forma parte de las ciencias sociales, la investigación educativa posee objetivos
específicos que escapan a las generalidades de las ciencias exactas. No obstante lo dicho, toda
teoría es provisional aunque, en definitiva, sujeta a verificación y comprobación. Esto otorga
procedimientos válidos de obtención y revisión del conocimiento; a su vez, construye y delimita
los pasos básicos del método científicos, a saber:

1.Planteamiento de un problema.

2.Formulación de las hipótesis que deben ser comprobadas.

3.Recogida y análisis de los datos.

4.Interpretación de los resultados y extracción de las conclusiones en relación con el problema.

A partir de estos elementos se puede generar una somera definición de investigación, siendo sus
principales componentes aquellos donde el proceso de datos (desde su recopilación, análisis,
experimentos e interpretación final) es sistemático y orientado a conseguir objetivos concretos.
Así pues, toda investigación educativa (sistemática como deja en claro el texto) posee una
complejidad dada la variedad y heterogeneidad de su campo de estudio (el texto hace mención
del caso de los Estados Unidos, pero toda realidad de ése u otro país, queda igualmente
atravesada por una complejidad desbordante). Pero, ¿cuáles son las características de este tipo de
investigación?

Invariablemente hace caso de una objetividad, entendida como una calidad en la recopilación y
ordenación de los datos o información; también ofrece precisión, ésta interpretada como el
proceso de los datos a través de un lenguaje técnico; luego la verificación que no es otra cosa sino
la confirmación o revisión de los datos; después la explicación detallada que se entiende como la
formulación de afirmaciones sencillas; le sigue el empirismo que sería aquel cuerpo de datos
guiados y obtenidos por la experiencia científica (exclusivamente ésta); a continuación sería el
razonamiento lógico, es la formulación de generalidades a partir de la observación (se trata de una
convergencia entre el pensamiento deductivo e inductivo; es decir, de particularidades a
generalidades y viceversa); y finalmente, las conclusiones provisionales, en otras palabras, la
falsabilidad de toda teoría.