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Bueno, unos me dirán qué quisquilloso como uno le busca la vuelta a las
cosas y sin embargo hay ahí una clave de lo primero que tenemos que
discutir y es cuánto somos capaces de mirar la infancia por lo que es
mientras es y no de mirarla como simplemente un tiempo que ya dejará de
ser. Es decir, aquel que ha matado su infancia, tiene las cejas más
arqueadas, es más oscuro... porque si hay un tiempo en la vida de lo
humano en que se es, es la infancia.
PARTE 2
Y lo otro que decía Benjamin, fantástico es que un niño es, representa,
la imagen anti-burguesa del mundo y a mí esta expresión me gustaba porque
lo que quería decir es que si el niño colecciona objetos no es para
venderlos, si un niño colecciona objetos no es para hacer unas
colecciones como si estuviera acumulando capital sino que un niño
colecciona objetos porque guarda con ellos una relación de intimidad y de
exploración que el adulto ya no tiene.
Si hoy miramos a la infancia estas dos características que eran típicas
de hace 60 años han desaparecido. Si caminan desacompasadamente es porque
todavía no están maduros o porque todavía no los hemos obligados a
caminar de una manera determinada y si coleccionan objetos, esos objetos
están codificados por el mercado, no por el niño. El niño no tiene opción
a pesar de que hay supuestamente más opciones, es decir, esas mayores
opciones del mercado son menos opciones para el individuo.
Y lo que quiero decir con esto es de qué infancia o sobre qué infancia
estamos pensando qué educación. Si es sobre aquella infancia que solía
caminar desacompasadamente y acumular objetos con el solo placer de
guardar una relación de intimidad (eso era el jugar) o si con esta otra
infancia que ya camina buscando un objetivo y acumula objetos en nombre
de colecciones privadas, o sea privatizado el juguete. Más allá de que
sabemos que hay una infancia que está afuera de lo segundo pero que
también ha perdido lo primero, una gran masa infante que ni camina
desacompasadamente tropezándose con lo que quiera ni colecciona y acumula
objetos como un futuro capitalista
Empecé diciendo que lo que primero les planteo es arrancar la infancia
del tiempo de la lógica lineal de la vida humana. Cuando los griegos,
bueno algunos griegos, hablaban del tiempo decían: estamos ante 3 modos
de pensar el tiempo y esos 3 modos son:
- Cronos, por lo tanto cronología: lo que ocurre ahora tiene un antes y
un después; lo que ocurre ahora se explica en una línea de tiempo; lo que
ocurre ahora se justifica por lo que ocurrirá después
- el tiempo Kairos o Kairós que es aquel tiempo de la oportunidad, un
tiempo raro pero sobre todo que tiene que ver con una conjunción de
factores que hace posible que algo ocurra en este momento y no en otro
momento y que no se explica por la línea del tiempo
- y también por último una línea o un nombre dado llamado Aión que era
pensado por los griegos como el tiempo de la intensidad aquel que no
podrá nunca ser medido. Ese tiempo, el Aión, es el tiempo en el que, por
ejemplo ahora, pensamos que ya estuvimos aquí 8, 9 horas de lo pesado que
está la cosa y que no tiene que ver con el tiempo real ni con la
oportunidad tiene que ver con una sensación interna que cada uno de
nosotros posee sobre lo que vive.
Entonces del tiempo el que nos ha ganado a nosotros a nuestras edades es
claramente el Cronos, claramente nos ha ganado y nos ha ganado de tal
manera, salvo gente muy joven que anda por ahí incluso con guardapolvos
blancos todavía pero más allá de eso, gente adulta como nosotros que y no
se da cuenta cuanto el cronos está metido en cada una de las cosas que
hacemos
La pregunta aquí es: ¿Las instituciones educativas, también perdieron la
batalla en nombre del cronos? Es decir, miremos por favor cuando tengamos
tiempo cómo está organizado el sistema educativo y pensemos si no es puro
cronos, cronos, todo el tiempo cronos. Cronos que quiere decir: está toda
la secuencia armada no solo a lo largo de la vida sino al interior de la
vida. Que es si no, y no me tomen por anarquista, pensémoslo un poquito,
porque lo que estoy diciendo es "no está mal que el cronos haya ganado la
batalla pero eso no quiere decir que para la infancia cronos sea algo
importante, lo que quiere decir es que para nosotros el tiempo que se ha
establecido como tiempo con valor es el cronos".
Sin embargo hay que buscarle al cronos algunos elementos que nos permitan
meter el aión y el kairos. Básicamente lo que estoy queriendo decir es
que estamos frente a un conflicto muy serio desde que la pedagogía es
pedagogía para compatibilizar y poder estar juntos realmente adultos y
niños en instituciones educativas simplemente en términos de esta idea de
tiempo.
El lema central, y vuelvo a mi idea original que es arrancar la infancia
de otras edades, es volver a encontrar en la infancia ese aión que
pensábamos ya perdido. Es decir que lo único que nos queda en la infancia
es recuperar la posibilidad de dar o dejar un tiempo de intensidad versus
un tiempo cronológico o de un tiempo de oportunidad.
Lo voy a decir de otra manera para que quede todavía más firme esta
noción: hay quien dice que el cronos es el tiempo del adulto y de la
tercera edad, hay quien diga que el Kairos es el tiempo de la juventud,
porque es el tiempo de la oportunidad de lo que siempre hay que tomar
como venga porque es este el momento y no me importan otros, y está el
tiempo Aión que es el de la infancia.
La educación es más allá de cualquier eufemismo o definición de
especialistas, un encuentro y un desencuentro de tiempos. Por lo tanto la
primera batalla que uno se plantea aquí es ¿de quién es el tiempo en las
instituciones educativas?
Si es tiempo del adulto pues sepamos que estamos contribuyendo
decididamente al fin de la infancia como tiempo de intensidad. Bueno pero
digámoslo, es decir, no le pidamos a la infancia que sea intensa sometida
a un tiempo cronológico que impera en todos lados. Porque ahí puede haber
una hipocresía que hay que desvelar.
Si de lo que se trata al educar es poner al niño en el cronos, bueno
digámoslo de una vez, hagámoslo de una vez y no le demos tanta vuelta a
la subjetividad porque si estamos tan preocupados por la subjetividad de
los niños pues bueno el combate está entre el aión de ellos, su propia
intensidad, y nuestro cronos, nuestra propia pérdida de intensidad. En
esa batalla que nos ganen los niños ¿o no?
Porque si no nos ganan los niños lo que estamos es ante niños muertos,
niños que ya empezaron a morir.
PARTE 3