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Diferencias.
1.- Al colegio llegó un niño “problema” le llaman así pues su conducta es agresiva en algunos
momentos, sin embargo, suele ser un niño bastaste participativo, cariñoso, le gusta aprender,
respeta normas, siempre que reciba buen trato, pero cuando es al grito, reacciona muy mal, así
también con sus compañeros. El problema de este niño es que viene de una familia donde la
violencia es parte de su diario vivir, la pobreza lo obliga a trabajar desde muy pequeño. Pero
tengo esperanza que puede desarrollar todo su potencial y que irá aprendiendo a controlar sus
impulsos.
2.- Esta niña de 6 años es la 5ta de 7 hermanos, solo ella y 2 más pequeños viven con su mamá y el
papá de los niños más pequeños, los otros están en hogares de menores. No es una niña muy
apreciada, pues tiene problemas de aprendizaje, además no tiene un buen desarrollo del lenguaje,
prácticamente esta niña se crió sola pues su mamá, luego de nacer sus hermanos más pequeños,
cuando ella tenía casi 3 y 4 años, su mamá la descuidó y dejo de lado, recibiendo además trato
violento en ocasiones. El gran problema de esta niña es que no retiene esfínter mas aún cuando en
la sala, la profesora no logra que aprenda al ritmo de los otros y la reta o grita, trata de aprender,
le cuesta mucho. Pero ha estado superando sus problemas de aprendizaje, bajo el apoyo de una
educadora diferencial y su control de esfínter gracias a la preocupación de una profesora que se
hizo cargo de ella en el colegio.
3.- El director es un hombre muy normativo, severo, ha tenido episodios de agresividad cuando
algún alumno, le contesta, ante sus requerimientos de corte de pelo, no acepta excusas ante
atrasos de los funcionarios o profesores, siempre argumenta que él tenía que viajar desde muy
lejos para llegar a su trabajo y que jamás tuvo un atraso, siempre hace mención que la educación
de antes era mejor, que un golpe no hace daño que el mismo fue criado así y que no está frustrado
o dañado sicológicamente. Pero luego de sufrir un infarto, que lo tuvo fuera un tiempo, llegó con
una mejor disposición, a escuchar, dicho por él mismo debo ser más tolerante, un buen líder debe
estar atento a las necesidades de los demás no solo que cumplan normas.
4.- La señora Lidia una mamá joven de mi escuela, siempre habla de cómo su papá influyo en lo
que es hoy, y que cría a sus hijos como la criaron a ella, con mucha disciplina, normas,
responsabilidades, horarios, por ejemplo, sus hijos no ven televisión de lunes a viernes, pues luego
de la escuela a eso de las 17:30 horas, deben llegar primero a cambiarse de ropa, ordenar su
mochila para el día siguiente y luego estudiar finalmente cerca de las 8:30 de la tarde, toman once,
se bañan y a dormir. Al día siguiente la levantada es a las 06:30, sus hijos uno de 7 y otro de 9
años. En la escuela los niños han mostrado signos de cansancio, a ratos pelean más de lo normal
en una escuela, su rendimiento no ha estado acorde a las horas de estudio que dedican
diariamente. La señora Lidia preocupada acudió a la escuela donde conocimos estos antecedentes
y se le recomendó moderar su forma de educar, al principio no lo recibió bien, pero como
acostumbra, como dice ella, a respetar la autoridad, disminuyó la carga de estudio de sus hijos, los
acuesta más temprano de modo de duerman lo suficiente, les da un tiempo de relajo, sigue
manteniendo su norma de cambiarse ropa apenas llegan de la escuela, y les permite ver un poco
de televisión, y desde ahí sus hijos han tenido mejor disposición en las actividades escolares y
llevan una mejor relación con sus compañeros de curso.
El proceso de aprendizaje se inicia por medio de la percepción mediante el cual un niño o niña
comienza a distinguir hechos, objetos, colores o situaciones, siendo un proceso muy natural que
vemos en nuestros hijos, y que debemos observar e impulsar en el aprendizaje de nuestros
alumnos, pues así se va interesando y va aprendiendo. Una vez captada su atención retendrá
información por un periodo corto o largo y mediante la activación de su inteligencia recuperará la
información adquirida y será capaz de aplicarla.
Para que un niño o niña aplique lo que aprende, es necesario reconocer su tipo de inteligencia,
pues el correcto estímulo permitirá que aplique lo que aprendió o retuvo. Si bien los rasgos
genéticos, de origen, sociales, sus experiencias, la forma en que se le enseñó ayudan al desarrollo
de la inteligencia, podemos concluir que toda persona es educable si se le entregan los estímulos
adecuados para provocar retención y su aprendizaje y que quien enseña haya puesto atención al
tipo de inteligencia de los receptores que los conozca al máximo de sus potencialidades.