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Con el acostumbrado respeto por las decisiones de la Corporación, procedo a señalar los
motivos por los cuales, si bien, comparto la decisión adoptada en el proceso con radicado
señalado en la referencia, aclaro mi voto en relación con el aspecto de la parte motiva
referente a la falla del servicio como causal de responsabilidad estatal, que, de
conformidad con la posición mayoritaria, quedó plasmada en la respectiva sentencia.
Pese a que el fundamento del fallo de la sentencia generada en el proceso cuenta con
sustentos fácticos y jurídicos amplios y acordes al ordenamiento jurídico; en mi concepto
la Sentencia en su argumentación jurídica ha omitido referirse a la negligencia del
servicio de escoltas como causa principal de que en el presente caso existiese la falla del
servicio que generó responsabilidad para la Nación colombiana.
II. RAZONES Y FUNDAMENTOS DE LA ACLARACIÓN
Considero que, en la parte motiva de la sentencia, el Tribunal debió haber tratado el
asunto mencionado anteriormente, debido a que esta Corporación terminó condenando
a la demandada y concediendo las pretensiones de los demandantes todo ello bajo la
figura de la falla del servicio, pero sin haber hecho mención de que esta se causó bajo el
título de la negligencia ejercida por la institución de la Policía Nacional.
Así mismo el Consejo de Estado en sentencia con fecha del 10 de mayo de 2017 con
radicado 42796 en caso referente a inoperancia del sistema judicial en caso civil
determinó que el Estado tenía responsabilidad por las actuaciones negligentes de sus
funcionarios.
Atentamente,
En el fallo del 12 de febrero de 2014 de radicado 26013, con ponencia de Jaime Orlando
Santofimio Gamboa, se resuelve recurso de apelación en acción de reparación directa
interpuesta por los familiares de Yaneth Perez García, quien falleciere en medio de los
enfrentamientos en el municipio de Mesetas-Meta, entre los miembros de la estación de
Policía del lugar y miembros de la guerrilla de las FARC. En el caso concreto igualmente
existió una negligencia por parte de la institución en el momento de proteger a los
habitantes del municipio.
En el punto 7.5 del fallo se expone con mayor claridad como el hecho de un tercero en
tratándose del actuar de grupos insurgentes no exime de responsabilidad al Estado, y
cómo en reiterada jurisprudencia, que no puede dejarse de lado, se aborda la
responsabilidad estatal en el marco de las acciones violentas de grupos armados, bajo
los tres criterios de imputación ya conocidos y expuestos con anterioridad.
Sin duda, el tratamiento que se pueda dar la hecho del tercero en la visión propia
a los tiempos que corren, no permite que sigamos anclados en el modelo clásico
causalista, y nos centremos en la vocación que el instituto de la responsabilidad
debe atender: herramienta complementaria para tutela de los derechos de los
administrados, especialmente de los derechos humanos; factor de convivencia y
del logro de la paz, y; instrumento que permita la aplicación de una justicia
redistributiva donde sea el principio de solidaridad el que opere, no la visión
individualista propia a los orígenes del mismo instituto.
Con lo anterior, me permito dejar sentado que cada caso concreto implica un análisis a
fondo de esta causal eximente de la responsabilidad del Estado y sus agentes en pro de
la emisión de fallos suficientemente motivados.
Atentamente,