Sie sind auf Seite 1von 5

Ni uno menos: de la pedagogía de la indignación a la verificación de la igualdad.

La
escuela secundaria y la educación popular en el conurbano bonaerense. Cap. 6
Gustavo Galli.

De la posibilidad y el deber de indignarnos :


La pedagogía de la indignación es la pedagogía de la desnaturalización de lo cotidiano. De aquello
injustamente cotidiano, que por repetitivo se vuelve tolerado, o quizás mejor, invisibilizado. La
naturalización es implícita, del orden del inconsciente, no es percibida por los actores, sino que es a
través de un proceso que la devela, la pone de manifiesto, la enuncia y denuncia para su
transformación.
Durante muchos años, la escuela secundaria en Argentina fue sinónimo de elitismo. Si bien su acceso
se ha ido democratizando desde hace varias décadas y, en estos tiempos, la obligatoriedad está
dictada por la ley de Educación nacional, la discriminación del sistema ha estado presente sobre todo
en las trayectorias escolares de los jóvenes de sectores populares.
La repitencia y el abandono escolar son parte de la lógica expulsora y exclusora de la escuela
secundaria pensada para que unos pocos, “los mejores” logren exitosamente concluirla.
Pablo Gentili: “hoy existen más oportunidades de acceso a la escuela que sesenta años atrás pero
también se han hecho más complejas y difusas las formas de exclusión educativa”.
Esta óptica de Gentilli nos ayuda a problematizar las prácticas docentes, por desafiarnos a pensar qué
prácticas escolares provocan desigualdad al interior de las escuelas.
Para Paulo Freire en la construcción de la justicia hay una cualidad que no puede estar ausente, la
indignación, no hay búsqueda de justicia si antes no hay indignación frente a la injusticia. Freire asume
la indignación en oposición a la resignación,como modo de desnaturalizar el sentido común, de
cuestionar la desigualdades, de manera que la denuncia provocada por la indignación devenga en
esperanza transformadora.
La injusticia que nos indigna es que un pibe de catorce años dejé la escuela, la injusticia es que una
piba repita tres veces de año y luego se vaya a trabajar.La indignación es que los pibes no tengan
espacios para desarrollar otros saberes, otras habilidades y sensibilidades más allá de lo que la
escuela común ofrece. etc.
Todo lo que alguna vez hemos recorrido sala de profesores, de diferentes escuelas con culturas
institucionales bien disímiles (...) pareciera que la repitencia no se cuestiona desde la escuela, desde
las prácticas áulicas y desde los dispositivos institucionales. se obtura toda discusión acerca de estas,
poniendo las responsabilidades, la responsabilidad es casi exclusivamente, en la individualidad de los
alumnos, en sus apatías, desinterés o desganos. sentido común fogoneado por el discurso
conservador mediático se empeña en impugnar las intenciones y propuestas de cambios en los
formatos de la escuela secundaria con el falso argumento de la pérdida de la “ exigencia” y la falacia
de una calidad educativa construida sobre perspectivas neoliberales montadas en el paradigma de la
meritocracia y la competencia, haciendo de la educación una tarea meramente instrumental.
Esta concepción instrumental de la educación banaliza y diluye su lugar central en la construcción de
subjetividades, de ciudadanía, de un sujeto colectivo, de sujeto político para dar lugar al triunfo de las
competencias y a la victoria de individualidad. La desigualdad no es el problema de la escuela mientras
la “diversidad edulcorada” de una pedagogía políticamente correcta y tranquilizadora que mantiene el
statu quo ocultando las causas profundas de las desigualdades y disfrazándolas de diversidad.
La escuela no es para unos pocos, entonces si es para todos, tenemos que pensar nuevas
condiciones de enseñanza, nuevos formatos, nuevos dispositivos individuales que hagan posibles que
cada uno de los pibes que pasan por la escuela, aprendan. Pensar la escuela desde la posibilidad de
generar pisos de igualdad, umbrales desde los cuales puedan partir en condiciones más o menos
semejantes respecto a aquellos que, por efecto de la desigualdad,, se despegan con mayor facilidad
de ese piso.
Atender las desigualdades desde la escuela no es únicamente luchar por la justa redistribución social
de los bienes materiales, sino también la lucha por la apropiación de un universo cultural amplio, por
el ofrecimiento de bienes simbólicos plurales y por la participación de todos en la cultura y en la
sociedad con voz propia. Es resistencia y esperanza.

La igualdad, La escuela y la búsqueda de la justicia :

La escuela es el espacio para la dignidad, cuando puede nombrase al pobre, al desharrapado, como
sujeto que es, con nombre y apellido y no con el lugar que ocupa en la escala social. La escuela es
lugar de dignidad cuando se entiende al pobre como sujeto de derecho que vive en condiciones injustas
por los procesos de desigualdad social provocados por decisiones políticas y económicas. Deja de
serlo cuando, al hablar de compasión y no de justicia, se convierte en espacio para la estigmatización
y la humillación.

La desigualdad en la escuela se palpa en los días de ausencia de alumnos por llovió y el barrio de las
calles dificultan la llegado, o en la ausencia de un chico porque le salió una changa con el tío.
la igualdad acerca de las condiciones materiales queda por fuera las posibilidades de la escuela,
Aunque bien puede hacerse la comprobación de igualdad como distribución de conocimiento,
construcción de un diálogo entre semejantes, concepciones de justicia, etc.
También es parte del trabajo de la escuela dar cuenta y denunciar las verificaciones de desigualdad.
Educar para la justicia es la intencionalidad manifiesta y deliberada de asumir en la vida de la escuela
y en la vida de las aulas el conflicto social y sus procesamientos a través de mediaciones pedagógicas
intencionadas. No puedo haber Educación para la justicia sin reflexión crítica sobre la producción de
la desigualdad, sin la problematización de las condiciones de vida de las minorías y los grupos
desfavorecidos. Paulo Freire dice “hasta el momento en que los oprimidos no toman conciencia de las
razones de su estado de opresión aceptan fatalistamente su explotación. Más aún probablemente
asumen posiciones pasivas, alejadas en relación con la necesidad de su propia lucha por la conquista
de la libertad y de su afirmación en el mundo”

La educación para la justicia con el concepto de justicia curricular nos invita a leer el curriculum desde
el “lugar del pobre,” desde sus intereses y la participación de los grupos subalternos en la sociedad y
en su historia, a la vez que indica que el camino de la búsqueda de una educación justa es una
educación que desestima la meritocracia en todas sus formas.
Es profundamente necesario pensar en términos de justicia, recorrer caminos en la escuela que
conduzcan a la desnaturalización de las desigualdades, que provoquen la indignación ante la injusticia.

Ni uno menos
La película china Ni uno menos, del director Zhang Yimou, ha sido parte de muchos escritos
pedagógicos.
La convicción política del ni uno menos, convertida en utopía esperanzadora de esa comunidad
educativa de Catán, produce Un doble juego permanente: denuncia cualquier naturalización a la vez
que incentiva la búsqueda de nuevos inéditos viables.
El título de la película, hace varios años ya, es para la comunidad educativa LS Catán el nombre propio
de la política institucional, (...) van llegando a la escuela los pibes que viven en El Dorado, el barrio
la Salle, las casitas o 25 de mayo. Son barrios de trabajadores pauperizados por el neoliberalismo de
los noventa, aquí en González Catán, uno de los centros urbanos más importantes de la Matanza. Los
vecinos de estos barrios han crecido junto al barro, la contaminación y el arroyo que desborda luego
de las lluvias, pero han dado sobradas muestras de dignidad y resistencia.
Una comunidad formada por docentes de aquí y de allá, muchos de los mismos Barrios, que se
encuentran en la Vereda y en almacén con los pibes con quienes comparten los saberes,y también
por otros profesores, que viajan bastante, quieren ser parte de este colectivo y lo son.
Una escuela de “gestión privada” abierta a todos, una escuela que opta intencionadamente por
aquellos pibes que necesitan de este espacio más que otros, porque se pretende que ninguno de estos
jóvenes deje la escuela y también los que dejaron vuelvan.

Entre la desigualdad y la verificación de la igualdad: los inéditos viables

Pero cómo se va adelante prácticas que pueden conducirnos a superar aquellas desigualdades?
acaso las desigualdades no son históricas, estructurales, globales, No exceden nuestra tarea?
Sin duda que hay causas fundadas en la historia, en política Macro, globales, los problemas
estructurales que nos dejaron décadas de neoliberalismo desde lo económico y lo político, como
también de de su penetración cultural. Pero, desde la escuela, con nuestras discusiones, también
hicimos consciente que:
- La escuela también es productora de desigualdad y de allí que, al menos esas, se pueden modificar.
-El sistema educativo produce desigualdad que se pueden quizás acortar, si no es posible superarlas
totalmente, encontrando los caminos y las grietas por donde se filtrar algún cambio. Para encontrar
hay que buscar y esa es la tarea.
-El desafío a los problemas implica una gran dosis de creatividad, de estudio. De problematización, de
discusión y de trabajo colectivo.
Encontramos en los inédito viable el camino de búsqueda de soluciones a los problemas. El inédito
viable es “ una creencia en el sueño posible y en la utopía que vendrá”.
Para freire, las situaciones límites nos pueden enfrentar a ver los obstáculos como algo que no se
puede superar , o como algo que sí es posible enfrentar y modificar.

De los inéditos viables a la verificación de la igualdad.


Con las familias, junto, colectivamente…

Mientras el sentido común responsabiliza a las familias de muchos males, y las familias hacen lo propio
con las escuelas, entendemos que el trabajo conjunto es posible y necesario si queremos que nuestros
alumnos no abandonen la escuela,si queremos que vuelvan los que se fueron.
Para los estudiantes de sectores populares, hacer o no hacer la tarea no es sólo un problema de
responsabilidad. Esa sola cuestión está intervenida por tantas variables que la escuela no puede
dejarla librada a las posibilidades de iguales de cada uno. Los ambientes fríos o muy calurosos,
hacinamiento,ausencia, son algunos de los problemas que enfrentan los estudiantes al querer estudiar
en sus hogares.La falta de acompañamiento por parte del adulto por diversos motivos.
El entorno de estudio no lo tienen todos los alumnos en su casas en consecuencia, todos los que lo
necesiten tienen espacio en la escuela.
Acompañados por una mamá educadora, que les revisa la carpeta, los ayuda con una tarea o los
cuando no viene, Estas son voluntarias.
Se necesita que los chicos tengan un espacio adecuado, los materiales, y que un adulto garantice que
en ese espacio se estudie, se trabaja y se expliquen y se ayuden entre los mismos alumnos.

El campo educativo como respuesta al abandono escolar :

La comunidad educativa, se amplía,crece, se enriquece, cuando va comprendiendo que las familias


de los pibes son parte constitutiva de la propuesta de la escuela.
La comunidad educativa, o mejor, la escuela, forman parte en González Catán o en cualquier otro
lugar, de un entramado de instituciones educadoras, aunque por lo que podemos llamar escuela-
centrismo estamos acostumbrados a otorgarle a la escuela el monolítico lugar de ser “la” institución
educadora. Los edukadores estamos acostumbrados a mirarlo local,lo barrial como lo periférico,
aquello que rodea la escuela, el afuera de. La relación entre centro- periferia Se comprende Entonces
como escuela- lo demás.
Sin embargo, los jóvenes, sobre todo en sectores populares, pasan más tiempo en “el afuera” que
dentro de la escuela. La relación texto.- contexto debería tensionarnos de modo de comprender que
para muchos pibes la escuela puede ser sólo parte de su” contexto”, de “ lo demás” junto con muchas
otras instituciones o lugares.
En verdad la escuela sigue pensándose todopoderoso Monopólica de los saberes, sintiendo el único
“texto” que todos desean leer, cuando en realidad debe pensarse en términos de escritura que forman
un entramado de coexistencia de sentidos, unos más otros, para los pibes.
En la comunidad educativa de la Salle de catan año a año se logró reingresar a varios alumnos a la
escuela y esto es un logro inconmensurable. La victoria en esta disputa se logra cuando la escuela
puede demostrarle a los chicos que son importantes para la escuela.

Multiplicar lo ofrecido :

Entendemos que la escuela debe ampliar el universo simbólico de los chicos, tiene permitirles recorrer
nuevos mundos, habilitarlos en el desarrollo de nuevas sensibilidades, en la toma de la palabra vedada,
en el acceso a lenguajes censurados por las imposibilidades económicas.
La escuela tiene que ofrecer espacio de expresión, de arte, de lógicas de intercambio donde ya la
gradualidad escolar no segmenta etariamente, donde los pibes se encuentran formando una banda,
pintando un mural o filmando un documental para programa jóvenes y memoria.
El lenguaje que hoy nos pronuncia, nos habla, es múltiple, son lenguajes en plural, es la imagen, lo
audiovisual, lo corporal, lo oral, lo escrito, lo virtual, cada uno con sus particularidades, con sus
características definidas, con sus códigos.
No Desciframos de igual manera esos códigos, los aprehendemos. No todos los lenguajes nos
pronuncian de igual modo, ni nos expresan, o nos permiten pensar de manera similar. Sin embargo,
en variadas ocasiones, la escuela, la clase, restringe, cierra, obtura la posibilidad del plural y prevalece
así lo histórico, lo clásico, lo conocido, lo sabido, el lenguaje en singular.
Cómo ha descripto Foucault (2000) en vigilar y castigar, la escuela como institución disciplinaria
establece lo normal y lo anormal en relación con los cuerpos a través de la homogeneidad y la
individualización de las desviaciones. Pero Quiénes son los desviados en la escuela?. Los hiperactivos
, los apáticos, los que están “siempre volando”, “el que dibuja bien pero no estudia” y tantos otros.
La escuela aplica su poder de coerción sobre los cuerpos, al que vez que delimita sus posibles
movimientos, las proximidades, los lugares habitables, los sectores para cada quien y la posibilidad de
móvil del movimiento para esos lugares.
El arte y todo la cultura estética son uno de estos mecanismos que hace que la economía psíquica del
individuo civilizado no se desmorone y estalle rompiendo los diques que generaciones tras otra se han
ido construyendo para contener nuestra naturaleza interior.
El ni uno menos también se juega en esta posibilidad de ofrecer y de hacer que la escuela sea ese
lugar donde quiero estar, donde aprendo, donde puedo ser feliz.

La escuela, el mundo del trabajo y los estudios superiores:

El término de desigualdad, la brecha se ensancha en el acceso a estudios superiores cuando se


comparan jóvenes de sectores populares con jóvenes de sectores medios o medios altos. Las
condiciones socioeconómicas de poder sostener estudios superiores en los jóvenes de sectores
populares limitan el acceso y su continuidad.
La posibilidad de ofrecer formación profesional, seria y reconocida oficialmente, implica que como
escuelas queremos que nuestros alumnos que así lo deseen puedan continuar estudiando luego de la
escuela secundaria, y sabiendo de su necesidades materiales, es necesario poner a su alcance otras
alternativas formativas que puedan significar en el corto plazo la obtención de fuentes laborales que
efectivamente permitan la sustentabilidad de las carreras futuras.

Concluyendo.. Todos los que trabajamos en escuelas de sectores empobrecidos del conurbano
bonaerense sabemos que el día a día está colmado problemas urgentes, de situaciones inesperadas
e inexplicables que ponen a prueba nuestra creatividad, nuestra profesionalidad y formación constante.
A veces es duro para el cuerpo y para el alma, pero la utopía esperanzadora empuja y sostiene, alienta
y desafía. La búsqueda de mayor dignidad para nuestros pibes más lastimados y la posibilidad de
transmitirles las ganas de soñar nos hace pensar permanentemente en más inéditos viables.
Superar las injusticia de la desigualdad no es posible con la escuela como única herramienta para esta
construcción. Ahora bien, somos consciente que desde la escuela generamos desigualdades, y que
tenemos que aprender a leerlas y transformarlas. También podemos hacer que algunas desigualdades
sean un poco menos desiguales. Si bien el acceso a la escuela está garantizado, el acceso a la
educación Aún es una deuda. Para saldar esa deuda no nos podemos permitir permanecer inmóviles.
De ahí que quizás nuestra manera de pelearle a la desigualdad sea la inquietud permanente de poder
“ verificar la igualdad”.

Das könnte Ihnen auch gefallen