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La
escuela secundaria y la educación popular en el conurbano bonaerense. Cap. 6
Gustavo Galli.
La escuela es el espacio para la dignidad, cuando puede nombrase al pobre, al desharrapado, como
sujeto que es, con nombre y apellido y no con el lugar que ocupa en la escala social. La escuela es
lugar de dignidad cuando se entiende al pobre como sujeto de derecho que vive en condiciones injustas
por los procesos de desigualdad social provocados por decisiones políticas y económicas. Deja de
serlo cuando, al hablar de compasión y no de justicia, se convierte en espacio para la estigmatización
y la humillación.
La desigualdad en la escuela se palpa en los días de ausencia de alumnos por llovió y el barrio de las
calles dificultan la llegado, o en la ausencia de un chico porque le salió una changa con el tío.
la igualdad acerca de las condiciones materiales queda por fuera las posibilidades de la escuela,
Aunque bien puede hacerse la comprobación de igualdad como distribución de conocimiento,
construcción de un diálogo entre semejantes, concepciones de justicia, etc.
También es parte del trabajo de la escuela dar cuenta y denunciar las verificaciones de desigualdad.
Educar para la justicia es la intencionalidad manifiesta y deliberada de asumir en la vida de la escuela
y en la vida de las aulas el conflicto social y sus procesamientos a través de mediaciones pedagógicas
intencionadas. No puedo haber Educación para la justicia sin reflexión crítica sobre la producción de
la desigualdad, sin la problematización de las condiciones de vida de las minorías y los grupos
desfavorecidos. Paulo Freire dice “hasta el momento en que los oprimidos no toman conciencia de las
razones de su estado de opresión aceptan fatalistamente su explotación. Más aún probablemente
asumen posiciones pasivas, alejadas en relación con la necesidad de su propia lucha por la conquista
de la libertad y de su afirmación en el mundo”
La educación para la justicia con el concepto de justicia curricular nos invita a leer el curriculum desde
el “lugar del pobre,” desde sus intereses y la participación de los grupos subalternos en la sociedad y
en su historia, a la vez que indica que el camino de la búsqueda de una educación justa es una
educación que desestima la meritocracia en todas sus formas.
Es profundamente necesario pensar en términos de justicia, recorrer caminos en la escuela que
conduzcan a la desnaturalización de las desigualdades, que provoquen la indignación ante la injusticia.
Ni uno menos
La película china Ni uno menos, del director Zhang Yimou, ha sido parte de muchos escritos
pedagógicos.
La convicción política del ni uno menos, convertida en utopía esperanzadora de esa comunidad
educativa de Catán, produce Un doble juego permanente: denuncia cualquier naturalización a la vez
que incentiva la búsqueda de nuevos inéditos viables.
El título de la película, hace varios años ya, es para la comunidad educativa LS Catán el nombre propio
de la política institucional, (...) van llegando a la escuela los pibes que viven en El Dorado, el barrio
la Salle, las casitas o 25 de mayo. Son barrios de trabajadores pauperizados por el neoliberalismo de
los noventa, aquí en González Catán, uno de los centros urbanos más importantes de la Matanza. Los
vecinos de estos barrios han crecido junto al barro, la contaminación y el arroyo que desborda luego
de las lluvias, pero han dado sobradas muestras de dignidad y resistencia.
Una comunidad formada por docentes de aquí y de allá, muchos de los mismos Barrios, que se
encuentran en la Vereda y en almacén con los pibes con quienes comparten los saberes,y también
por otros profesores, que viajan bastante, quieren ser parte de este colectivo y lo son.
Una escuela de “gestión privada” abierta a todos, una escuela que opta intencionadamente por
aquellos pibes que necesitan de este espacio más que otros, porque se pretende que ninguno de estos
jóvenes deje la escuela y también los que dejaron vuelvan.
Pero cómo se va adelante prácticas que pueden conducirnos a superar aquellas desigualdades?
acaso las desigualdades no son históricas, estructurales, globales, No exceden nuestra tarea?
Sin duda que hay causas fundadas en la historia, en política Macro, globales, los problemas
estructurales que nos dejaron décadas de neoliberalismo desde lo económico y lo político, como
también de de su penetración cultural. Pero, desde la escuela, con nuestras discusiones, también
hicimos consciente que:
- La escuela también es productora de desigualdad y de allí que, al menos esas, se pueden modificar.
-El sistema educativo produce desigualdad que se pueden quizás acortar, si no es posible superarlas
totalmente, encontrando los caminos y las grietas por donde se filtrar algún cambio. Para encontrar
hay que buscar y esa es la tarea.
-El desafío a los problemas implica una gran dosis de creatividad, de estudio. De problematización, de
discusión y de trabajo colectivo.
Encontramos en los inédito viable el camino de búsqueda de soluciones a los problemas. El inédito
viable es “ una creencia en el sueño posible y en la utopía que vendrá”.
Para freire, las situaciones límites nos pueden enfrentar a ver los obstáculos como algo que no se
puede superar , o como algo que sí es posible enfrentar y modificar.
Mientras el sentido común responsabiliza a las familias de muchos males, y las familias hacen lo propio
con las escuelas, entendemos que el trabajo conjunto es posible y necesario si queremos que nuestros
alumnos no abandonen la escuela,si queremos que vuelvan los que se fueron.
Para los estudiantes de sectores populares, hacer o no hacer la tarea no es sólo un problema de
responsabilidad. Esa sola cuestión está intervenida por tantas variables que la escuela no puede
dejarla librada a las posibilidades de iguales de cada uno. Los ambientes fríos o muy calurosos,
hacinamiento,ausencia, son algunos de los problemas que enfrentan los estudiantes al querer estudiar
en sus hogares.La falta de acompañamiento por parte del adulto por diversos motivos.
El entorno de estudio no lo tienen todos los alumnos en su casas en consecuencia, todos los que lo
necesiten tienen espacio en la escuela.
Acompañados por una mamá educadora, que les revisa la carpeta, los ayuda con una tarea o los
cuando no viene, Estas son voluntarias.
Se necesita que los chicos tengan un espacio adecuado, los materiales, y que un adulto garantice que
en ese espacio se estudie, se trabaja y se expliquen y se ayuden entre los mismos alumnos.
Multiplicar lo ofrecido :
Entendemos que la escuela debe ampliar el universo simbólico de los chicos, tiene permitirles recorrer
nuevos mundos, habilitarlos en el desarrollo de nuevas sensibilidades, en la toma de la palabra vedada,
en el acceso a lenguajes censurados por las imposibilidades económicas.
La escuela tiene que ofrecer espacio de expresión, de arte, de lógicas de intercambio donde ya la
gradualidad escolar no segmenta etariamente, donde los pibes se encuentran formando una banda,
pintando un mural o filmando un documental para programa jóvenes y memoria.
El lenguaje que hoy nos pronuncia, nos habla, es múltiple, son lenguajes en plural, es la imagen, lo
audiovisual, lo corporal, lo oral, lo escrito, lo virtual, cada uno con sus particularidades, con sus
características definidas, con sus códigos.
No Desciframos de igual manera esos códigos, los aprehendemos. No todos los lenguajes nos
pronuncian de igual modo, ni nos expresan, o nos permiten pensar de manera similar. Sin embargo,
en variadas ocasiones, la escuela, la clase, restringe, cierra, obtura la posibilidad del plural y prevalece
así lo histórico, lo clásico, lo conocido, lo sabido, el lenguaje en singular.
Cómo ha descripto Foucault (2000) en vigilar y castigar, la escuela como institución disciplinaria
establece lo normal y lo anormal en relación con los cuerpos a través de la homogeneidad y la
individualización de las desviaciones. Pero Quiénes son los desviados en la escuela?. Los hiperactivos
, los apáticos, los que están “siempre volando”, “el que dibuja bien pero no estudia” y tantos otros.
La escuela aplica su poder de coerción sobre los cuerpos, al que vez que delimita sus posibles
movimientos, las proximidades, los lugares habitables, los sectores para cada quien y la posibilidad de
móvil del movimiento para esos lugares.
El arte y todo la cultura estética son uno de estos mecanismos que hace que la economía psíquica del
individuo civilizado no se desmorone y estalle rompiendo los diques que generaciones tras otra se han
ido construyendo para contener nuestra naturaleza interior.
El ni uno menos también se juega en esta posibilidad de ofrecer y de hacer que la escuela sea ese
lugar donde quiero estar, donde aprendo, donde puedo ser feliz.
Concluyendo.. Todos los que trabajamos en escuelas de sectores empobrecidos del conurbano
bonaerense sabemos que el día a día está colmado problemas urgentes, de situaciones inesperadas
e inexplicables que ponen a prueba nuestra creatividad, nuestra profesionalidad y formación constante.
A veces es duro para el cuerpo y para el alma, pero la utopía esperanzadora empuja y sostiene, alienta
y desafía. La búsqueda de mayor dignidad para nuestros pibes más lastimados y la posibilidad de
transmitirles las ganas de soñar nos hace pensar permanentemente en más inéditos viables.
Superar las injusticia de la desigualdad no es posible con la escuela como única herramienta para esta
construcción. Ahora bien, somos consciente que desde la escuela generamos desigualdades, y que
tenemos que aprender a leerlas y transformarlas. También podemos hacer que algunas desigualdades
sean un poco menos desiguales. Si bien el acceso a la escuela está garantizado, el acceso a la
educación Aún es una deuda. Para saldar esa deuda no nos podemos permitir permanecer inmóviles.
De ahí que quizás nuestra manera de pelearle a la desigualdad sea la inquietud permanente de poder
“ verificar la igualdad”.