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Disolución del Congreso

PERÚ
Artículo 134.- El Presidente de la República está facultado para disolver el
Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de
Ministros.

El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo


Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro los cuatro meses de la fecha de
disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.

No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Disuelto el


Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no
puede ser disuelta.

No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario.

Bajo estado de sitio, el Congreso no puede ser disuelto.

Citaron y aplicaron la Constitución, pero cada uno a su manera.

La severa crisis política en la que se encuentra sumido Perú ha puesto en


jaque la aplicación de su Carta Magna con interpretaciones controvertidas
hechas tanto por el gobierno del presidente Martín Vizcarra como por el
Congreso, controlado por una mayoría opositora conformada por fujimoristas y
aliados.
El pasado lunes, Vizcarra decretó la disolución del Congreso y llamó a
elecciones parlamentarias.
 4 claves para entender la crisis política que atraviesa Perú tras la disolución del Congreso
(y lo que puede pasar ahora)
 Quién es Mercedes Aráoz, nombrada "presidenta en funciones" por el Congreso peruano
para sustituir a Vizcarra

El mandatario basó su decisión en un artículo de la Constitución que le autoriza


a adoptar una medida semejante cuando el Parlamento le niega por segunda
vez una cuestión de confianza.
Por su parte, el Congreso decidió suspender a Vizcarra de sus funciones
ejecutivas durante 12 meses por "incapacidad temporal". Al mismo tiempo
juramentó a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como "presidenta en funciones"
del país, quien apenas 24 horas después anunció su renuncia tanto al cargo de
vicepresidenta como al encargo del Congreso de actuar como presidenta interina.

 Renuncia Mercedes Aráoz, nombrada "presidenta en funciones" por el Congreso de Perú


disuelto por Vizcarra
Derechos de autor de la imagenAFPImage captionLa ahora exvicepresidenta de Perú
Mercedes Aráoz fue nombrada el lunes por el Congreso "presidenta en funciones", pero
renunció a sus cargos el martes.
El resultado de lo sucedido esta semana es una crisis política y constitucional de
grandes proporciones y difícil solución.

¿La razón? Tanto Vizcarra como el Congreso tomaron acciones inéditas


basadas no en la letra de la ley sino en interpretaciones que no tienen
precedentes y sobre las cuales pesan numerosas dudas.

Negación tácita
El lunes, el gobierno de Vizcarra presentó ante el Congreso una cuestión de
confianza para modificar la Ley Orgánica de Elección de los miembros del
Tribunal Constitucional (TC).

Al mismo tiempo, pidió la suspensión de la votación para escoger a nuevos


miembros de ese tribunal, un proceso que ya estaba incorporado en la agenda
del día del la cámara.
La petición fue presentada por la mañana en nombre del gobierno por el
presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar.
Sin embargo, tras su presentación, el Congreso mantuvo su agenda y continuó
con el proceso de elección de magistrados y postergó para la tarde la discusión de
la cuestión de confianza.

Tras el nombramiento de un nuevo magistrado para el TC -uno de los seis que


deben ser reemplazados por el fin de su periodo-, Vizcarra anunció la
disolución de la cámara y la consecuente convocatoria de elecciones
legislativas.

Derechos de autor de la imagenAFPImage captionEl Congreso peruano postergó a la tarde del


lunes la votación de la cuestión de confianza solicitada por el gobierno, lo que
desencadenó que Vizcarra disolviera la cámara.

El presidente daba por hecho que, con la votación del magistrado, la cuestión
de confianza le había sido denegada.
Sin embargo, expertos consultados por BBC Mundo creen que el mandatario se
equivocó al hacerlo.
"La falla de Vizcarra es interpretar tácitamente que habían votado en contra del
pedido de confianza y eso es una cosa muy forzada porque la Constitución es
muy clara. El pedido de confianza se debate y se vota en la misma sesión o en
la siguiente y no había habido una votación", dice Fernando Calle Hayen,
exmagistrado del Tribunal Constitucional de Perú.
"Allí hay una infracción", agrega el experto, aunque rechaza comparar lo
ocurrido con el llamado Fujimorazo, cuando el entonces presidente Alberto
Fujimori disolvió el Congreso en 1992.

"Aquí no hay una intervención del gobierno actual sobre el Poder Judicial, la
Fiscalía, los medios de comunicación… un golpe de Estado completo, como
cuando Fujimori. Aunque se ha roto el orden de todas maneras", opina.
Víctor García Toma, expresidente del TC y exministro de Justicia, señala que,
al asumir la negación implícita, Vizcarra se adentró en un terreno que "nunca ha
sido aclarado ni precisado".

"La decisión de Vizcarra contraviene la Constitución", afirma.

García Toma asegura que el decreto de disolución del Congreso no fue firmado
por todos los miembros del gabinete sino solamente por el nuevo presidente
del Consejo de Ministros, algo que considera irregular.

"La pregunta es ¿por qué no aparecen las firmas de los otros ministros?
Porque se negaron a firmarlo para no hacerse corresponsables de actos de
control político e incluso de imputaciones penales", asegura.
Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionPedro Olaechea es el presidente del
Congreso peruano desde el pasado 27 de julio.
Otros expertos constitucionalistas citados por medios peruanos como Gabriela
Oporto Patroni y Luis Castillo Córdova, en cambio, consideran válida la
interpretación hecha por el Ejecutivo peruano.

Para complicar las cosas aún más, mientras Vizcarra anunciaba la disolución
del Congreso, los legisladores discutían y votaban sobre la cuestión de
confianza solicitada que terminó siendo aprobada.

Los medios en Perú difieren en torno a cuándo se produjo la aprobación por


parte del Legislativo. Algunos refieren que ocurrió "minutos" o incluso
"segundos" antes de que Vizcarra hiciera su anuncio.

Suspensión temporal
Pero, si el gobierno de Vizcarra puede haberse adentrado en terrenos
inexplorados, el Congreso no hizo menos.
En respuesta a la decisión del mandatario, el Legislativo peruano aprobó una
moción para suspenderlo de su cargo durante 12 meses y juramentó a la
vicepresidenta Mercedes Aráoz como "presidenta en funciones", aunque esta
renunció a sus cargos apenas 24 horas después.

"Allí hay otra infracción: la suspensión temporal de un presidente de la


República -por interpretación y tradición- se da cuando está mal de salud, pero
aquí deciden suspenderlo sin que el mandatario esté enfermo ni secuestrado
(algo que ha pasado en la historia)", señala Calle Hayen.

Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionTanto las fuerzas armadas como la


policía de Perú expresaron su apoyo al presidente Martín Vizcarra.

El exmagistrado asegura además que la votación para suspender a Vizcarra no


contó con los votos requeridos para ello, equivalentes a dos tercios de la
cámara.

García Toma coincide en valorar como "discutible" aunque "no descabellada" la


decisión del Congreso.
"Lo que ocurre es que cuando ya entramos en una situación de anormalidad
constitucional se hace bastante complejo encuadrar los problemas y las
fricciones políticas en el marco pleno de la Constitución, pues ésta ya ha sido
arrimada por situaciones fácticas", explica.

"Se trata de una interpretación que ha hecho el Congreso sobre la materia y


que efectivamente es debatible y discutible. Caben varias interpretaciones",
agrega.

Difícil solución
Una vez activada esta crisis constitucional, la solución no es del todo evidente.

La OEA destacó la convocatoria a nuevas elecciones hecha por Vizcarra como


un paso "constructivo" para dirimir el conflicto.

Derechos de autor de la imagenAFPImage captionEl país asiste con expectación al desarrollo


de esta última crisis política e institucional.
Sin embargo, Calle Hayen advierte que una convocatoria electoral sin que
medie una reforma de las reglas del juego podría dejar al país en el mismo
punto.

"Si vamos a ir a unas elecciones ahora, vamos con los mismos problemas, con
las mismas reglas y los mismos defectos. Quizá por eso una Constituyente con
el apoyo de la OEA podría ayudar", apunta.

Aunque reconoce que se trata de una opción no prevista en la Constitución y


que ha sido rechazada durante bastante tiempo en Perú, destaca que la Carta
Magna requiere varios ajustes que se han ido postergando.
Según el experto, otra posibilidad sería que se plantee una demanda de
competencia ante el Tribunal Constitucional para que se pronuncie sobre la
interpretación que hizo Vizcarra sobre el rechazo tácito de la cuestión de
confianza.

Esta alternativa, sin embargo, podría tardar demasiado.

"Eso es viable, pero los trámites son lentos y esta situación podría alargarse
unos cuatro meses", señala García Toma.

"Obviamente, una crisis política no puede esperar tanto tiempo", advierte.

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