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MARTIN HEIDEGGER

La Epoca de la Imagen del Mundo

La Epoca de la Imagen del Mundo (“Die Heidegger con las autoridades a causa de la
Zeit des Weltbildes”) es una conferencia pro- conferencia.
nunciada por Heidegger en Friburgo en Veinte años mas tarde no ha perdido, sin
Brisgovia (Alemania) -de cuya Universi- embargo, actualidad la voz de Heidegger: si
dad es profesor ordinario- el 8 de junio de en 1938 señalaba y denunciaba la cosmovi-
1938 bajo el título de “La fundamentación sión y la imagen del mundo nazi, los mis-
de la moderna imagen del mundo por la mos conceptos valen para otras cosmovisio-
Metafísica”. Era ella la disertación final de nes e imágenes del mundo que actualmente
una serie que tenía por tema los presupues- se nos ofrecen con no menos insistencia. Y
tos de la imagen contemporánea del mun- el diagnóstico filosófico de la Edad Moder-
do. Los Complementos, también escritos en na y nuestra situación contemporanea nos
esa ocasión, no fueron publicados hasta que, aparece aún más lacerante y profundo.
con la conferencia, vieron la luz en el tomo La Epoca de la Imagen del Mundo es
Holzwege, en que Heidegger reunió seis una obra marginal en la producción heideg-
opiísculos, aparecido en Francfort del Main geriana, pero tiene una ubicación dentro de
(Editorial Vittorio Klostermann), en 1950. ella que la hace especialmente importante.
Heidegger fué Rector de la Universidad De un lado, es un testimonio sobre el espi-
de Friburgo en Brisgovia, poco después dei ritu de la ciencia moderna, del otro, una in-
ascenso al poder del nacionalsocialismo en terpretación de Descartes que sirve para fun-
Alemania (1933), pero rapidamente se pro- damentar ese testimonio. Pero, precisamen-
dujo un profundo distanciamiento entre el te, esta interpretación de Descartes toca lo
régimen político imperante y el filósofo, más hondo del filosofar de Heidegger, y su-
que abandonó el rectorado. En la conferen- giere la pregunta latente que se nos impone:
cia sobre la Imagen del Mundo, en 1938, ex- ¿Está Heidegger aún dentro de los supues-
pone Heidegger nitidamente su oposición al tos cartesianos o- los ha superado? O dicho
nacismo que, por aquel entonces, se empe- de otro modo: ¿Es la filosofia heideggeria-
ñaba en imponer su cosmovisión y buscaba na adn Metafísica o ya no lo es más? O aún
establecer su propia imagen del mundo. La en otra fórmula: ¿Trata ella, en cuanto pen-
dura crítica que hace del hombre contem- sar, del ser, o so pretexto de llegar a él se
poráneo que asume esta actitud, fué entendi- detiene en el ente?
da por el amplio público en que repercutie- El tono de La Epoca de la Imagen del
ron las ideas expuestas, pero también por los ø

teóricos de la corriente politica que fustigó (*) Primera edición en español, autorizada por
Martín Heidegger y la Casa Editorial Vittorio Klos-
con directas alusiones. Más de un tropiezo termann de Frankfurt. Traducción y prólogo de
--que no es del caso detallar aquí- tuvo Alberto Wagner de Reyna.

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ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
, 7,, _7, ,, 7

mo todas las obras de Heidegger- tiene por


Mundo difiere bastante de la obra funda-
tema central el “ser”, aquello incondicionado
mental de los primeros años (“Sein und Zezt
que condiciona todo lo demás, y que hace
(“Ser y Tiempo”), 1927), aunque -como es
que lo que es sea lo que es. Es el viejo tema
natural- la supone. En cambio, señala cla-
ramente hacia la “Carta sobre el Humanis- que preocupó a los presocráticos y que late
a lo largo de toda la historia de la filosofia,
mo” (hay en ella traducción nuestra en la co-
encubriéndose o vislumbrándose en los di-
lección “Tradición y Tarea”, Santiago de Chi-
ferentes enfoques de los grandes pensadores
le) y a la “Einfuehrung in die Metaphysik”
(Tuebingen, 1953), y a la introducción a -idea, movimiento, trascendencia, sujeto, es-
“¿ Qué es Metafisica?” (1951). piritu- que van reparando cada vez más en
Si una visión miope pudo ver en “Sein und lo que el ser condiciona, en lo que es, en el
Zeit” una intención de antropología filosófica “ente”, que -segán Heidegger- es el tema
y considerar la filosofia existencial de Hei- de la Metafísica (1), que llega a su culmi-
degger como el objeto y meta de su pensa- nación y término en el eterno retorno de
miento, no se puede -con justicia- pronun- la misma voluntad de poder, que postula
ciar juicio tan riguroso respecto de quienes Nietzsche, el último metafisico (2).
vieron en Heidegger a un originalísimo res- La distinción entre ser y ente, entre el
taurador de la Metafísica o en su especula- plano ontológico y el óntico, sigue siendo
ción el esfuerzo del existir de fundar el ser fundamental en el pensador de Friburgo (3),
en la trascendencia por sobre los entes. Las y su recta comprensión sólo puede lograrse
posteriores obras del pensador de Friburgo teniéndola en cuenta con toda precisión.
muestran que esta posición también es equi- La exposición de la situación actual de la
vocada, pero la disipación del error requiere ciencia, que en ultimo término interpreta el
largas explicaciones que en verdad reinter- opásculo como nacida de la Metafísica car-
pretan los análisis de la primera época (“Sein tesiana, la hace Heidegger' colocándose en
und Zeit, Was ist Metaphysik?” “Kant und medio de ella, es decir, sin asumir una acti-
das Problem de Metaphysil(”). Se puede de- tud ponderativa o incriminatoria, pero te-
cir que Heidegger ha realizado un viraje niendo en mente la verdad (descobertura)
(Kehre) o que se ha adentrado aán más en del ser. Y, precisamente, el afán por la desco-
sus propios supuestos. En el fondo es ello lo bertura del ser lo llevó en “Sein und Zeit” a
mismo: el filósofo se ha puesto en una nue- preconizar la necesidad de la destrucción de
va luz, y en ella es menester leer sus escritos la historia de la Ontologia, a fin de volver
antiguos, que no han perdido su vigencia ni al pristino punto de partida, que es el preso-
su extraordinaria fuerza. crático (4
La Epoca de la Imagen -del Mundo está Si uno lo hace suyo, muchos fenómenos
al comienzo de este proceso, y de alli el que posteriores son vistos en una perspectiva dis-
pueda servir a muchos de clave para la poste- tinta de la usual, asi en el fenómeno del “des-
rior producción de Heidegger. Al relacio- diosamiento” quedarán en la misma linea la
nar el tema central del ser con la ciencia mo- desaparición de los dioses mitológicos y la
derna, amplia a nuestra vista el ámbito de apostasia de la Edad Moderna. Pero, como
las proyecciones de aquél y lo conecta con p-1--p--ía

(1) Cf. Einfuehrung in die Metaphysik, Tuebin-


problemas más cercanos a la preocupación gen, 1953, pág. 14.
cotidiana, de suerte que el opásculo resulta (2) CI. Heidegger, Was heisst Denken? Tue-
una excelente via de acceso al imponente jy bingen, 1954, pág. 36.
misterioso edificio que es el pensamiento de (3) Ver mi Ontología Fundamental de Heideg-
Heidegger. _ ger. Ed. Losada, Buenos Aires. '
La Epoca de la Imagen del Mundo -co- (4) Sein und Zeit, pág. 19.

s
LA EPOCA 12; LA IMAGEN DEL MUNDO __ , , , , ,_ , , 271

el pensar de Heidegger supone el de Nietzs- Otro punto supuesto como conocido en el


che (cuya superación total intenta), señala optísculo es el fenómeno del proyecto: la
en este áltimo acontecimiento la participa- existencia humana siempre se es de antema-
ción del Cristianismo, considerándolo -cual no, sólo puede llegar a ser algo, cuando en
lo hizo, en su genial arbitrariedad, el solita- cierto modo ya está en ello gracias a un saber
rio de Sils Maria- como “el fenómeno his- o intuición preconceptual; sobre esta posibi-
tórico, mundanal-politico, de la Iglesia y su lidad se traza el existir humano, se proyecta
pretensión de poderío en la conformación para hacerla suya. El proyecto abre el ámbi-
de la humanidad occidental y su cultura mo- to del trazo, que está asi a disposición del
derna” (5). j comprender, que según sus diferentes modos
Dicho de otro modo: Heidegger se refiere concretos se articula diversamente. Al abrir-
al Cristianismo en cuanto a través de sus fie- se un campo, procede el investigador en un
les ha buscado conformar -bautizándolos- proyecto de esta clase, valiéndose de un pro-
determinados movimientos culturales (hu- cedimiento (es decir de una técnica, de un
manismo, modernidad, etc.), afirmando que, conjunto de dispositivos) concorde con el
como le son heterogéneos, el resultado ha si- proceso.
do negativo, pues ha promovido el “desdio- La interpretación heideggeriana de la in-
samiento”, punto de vista que no implica una vestigación en la ciencia moderna mira asi
censura de la “esencia” del Cristianismo y de hacia dos lados: hacia la realidad del proce-
la Iglesia. Esta misma heterogeneidad entre so, como acontece en los institutos especiali-
Cristianismo -vida en un ordenamiento zados, y hacia la esencia proyectante del
condicionado por Dios y encaminado hacia hombre.
El -y cosmovisión- necesariamente subje- El lenguaje de Heidegger es particularisi-
tiva- hace imposible la existencia de una ver- mo, de alli que su traducción sea siempre
dadera cosmovisión cristiana. empresa de dudoso éxito. Como en otras oca-
De igual modo, la adquisición de conoci- siones, hacemos aquí una versión prevalen-
mientos en la Edad Media es vista como he- temente literal, tratando de traicionar lo me-
cho histórico. Aunque, en teoria, como lo nos posible el texto original y la confianza
dice Boecio, yr lo confirma Santo Tomás de que el autor ha puesto en el traductor al dar-
Aquino (6), el argumento de autoridad es le licencia para la traslación de este opásculo
el menos firme (locus ab auctoritate est in- al castellano. Ello nos lleva a buscar la equi-
firmissimus), cuando tiene por base la razón valencia de estructura sintáctica y morfemas
humana (fundetur super ratione humana) entre la expresión en alemán y estas pági-
en oposición a la revelación divina, en la nas, teniendo presente que en las pequeñas
práctica de la escuela aún en materias huma- singularidades estilisticas de Heidegger suele
nas fué la autoridad lo decis-ivo, siguiendo estar el meollo de su pensamiento. De alli
asi un criterio sólo válido para la ciencia teo- que nos hayamos permitido emplear neolo-
lógica. Pero precisamente por eso, la reac- gismos aventurados (v. g., yoidad), palabras
ción de Rogerio Bacon contra esta práctica desaconsejables (v. g., rango) y giros que, en
surge de la mejor doctrina medieval, y por español, destiemplan el oido o hacen rechi-
lo tanto -como señala Heidegger- no per- nar la pluma. i
tenece a la modernidad. No puedo terminar estas lineas sin agrade-
cer a mi amigo don Fernando Zabala las viti-
(5) Heidegger, Holzwege, opusc., Nietzsche les y meditadas sugestiones -que me ha he-
Won: “Gon ist tot”, pág. 202. ' cho para el mejor logro de esta traducción.
(6) St. Thomas Aq., Summa Th. I, q. I, a. 8. -Alberto Wagner de Reyna.

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ANALES DE LA UNtvaRs11:›AD DE CI-nu-1

LA EPOCA DE LA IMAGEN DEL MUNDO

En la Metafísica se realiza la reflexión so- tá en la esencia de la cultura hacer a este


bre la esencia del ente y una decisión sobre fomento a su vez objeto de fomento, y con-
la esencia de la verdad. La Metafísica fun- vertirse así en política cultural.,
damenta una época, dándole el fundamento Una quinta manifestación de la Edad Mo-
de su figura esencial mediante una determi- derna es el desdiosamiento. Este término no
nada interpretación del ente y una deter- sólo significa que se deja de lado a los dioses,
minada concepción de la verdad. Este fun- esto es el burdo ateísmo. Desdiosamiento es
damento rige todas las manifestaciones que el doble proceso en que, de un lado, la ima-
caracterizan a esa época. Inversamente, tie- gen del mundo se cristianiza en cuanto el
ne que dejarse conocer a través de estas ma- fundamento del mundo e_s postulado como
nifestaciones -y en una reflexión sobre ellas lo Infinito, Incondicionado, Absoluto, y, de
de suficiente fuerza- el fundamento meta- otro, el Cristianismo reinterpreta su cristia-
físico. Reflexión es el coraje de convertir la nidad como una cosmovisión (la cosmovi-
verdad de los propios presupuestos y el ám- sión cristiana) y así se acomoda a la moder-
bito de los propios fines en lo máximamente nidad. El desdiosamiento es el estadode in-
digno de ser preguntado (1). decisión respecto de Dios y los dioses. Al-Cris-
A las esenciales manifestaciones de la Edad tianismo se debe -en su mayor parte- que
Moderna pertenece su ciencia. Una manifes- ello haya acontecido. Pero el desdiosamien-
tación de igual importancia en rango es la to no excluye la religiosidad, tanto másque
técnica maquinista. No se debe, sin embaf- sólo por él se convierte el nexo hacia los dio-
go, interpretarla erróneamente como una me- ses en vivencia religiosa. Cuando se ha lle-
ra aplicación de la ciencia natural matemáti- gHd0 H ¢Sï0› SC han €VHdÍd0 108 CÍÍOSCS- El
ça mgdgfna 3 la práctica, La téçniça maqui- VHCÍO p1'0(lI1C1Cl0 CS CIIÍOIICCS SUIJSÍÍIUÍCIO pOr
nista es, ella misma, una autónoma transfor- la €Xp10raCiÓn histórica y psicológica del
mación de la práctica, de suerte que sólo a mito.
partir de ésta es reclamada la aplicación de ¿Qué concepción del ente y qué interpre-
la ciencia natural matemática. La técnica ma- tación de la verdad están a la base de estas
quinista continúa siendo la hasta ahora más manifestaciones?
visible secuela de la esencia de la técnica Limitamos la pregunta a la primera de
moderna, que es idéntica con la egençia de las manifestaciones nombradas: a la ciencia.
la Metafísica moderna. ¿En qué estriba la esencia de la ciencia
Una tercera manifestación de la Edad Mo- II10d€rI12?
derna -igualmente esencial- estriba en el ¿Qué concepción del ente y de la verdad
proceso de que el arte ingresa al campo vi- fundamentan esta esencia? Si se logra llegar
sual de la Estética. Esto significa: la obra de al fundamento metafísico que fundamenta a
arte se convierte en objeto de vivencias, y en la ciencia en cuanto moderna, entonces se po-
consecuencia se considera el arte como ex- drá desde él conocer la esencia de la Edad
presión de la vida del hombre. Moderna en general.
Una cuarta manifestación moderna se acre- Cuando empleamos hoy la palabra “cien-
dira ¢n que el quehacer humano es çonçebi.- cia”, significa ella algo que difiere esencial-
do y realizado como cultura. Cultura es en- mente de la doctrina y la scientia del Me-
tonces la actualización y realización de los dievo, pero también de la epistéme griega.
supremos valores mediante el fomento solí- La ciencia griega nunca fué exacta y ello
cito de los supremos bienes del hombre. Es- porque en vista de su esencia no podía ser
LA EP9ca_,p1a LamI1y1,AGEN DEL MUNDO , 273
exacta y no necesitaba ser exacta. De alli que dicho. En cuanto la moderna física atómica
carezca de sentido opinar que la ciencia mo- sigue siendo Física, vale para ella también
derna sea más exacta que la de la antigüe- lo esencial, que es lo único que aquí im-
dad. Así tampoco se puede ,decir que la teo- porta.
ría de Galileo de la caída libre de los cuer- La Física moderna se llama matemática
pos sea verdadera, y la de Aristóteles -que porque aplica, en un sentido preferente, una
enseña que los cuerpos livianos tienden ha- matemática muy determinada. Ella puede,
cia arriba- sea falsa, pues la concepción grie- empero, sólo proceder de este modo, mate-
ga de la esencia del cuerpo y del lugar y de máticamente, porque ya es matemática en
la relación entre ambos descansa sobre una un sentido más profundo. Ta mathémata
distinta interpretación del ente y condicio- significa para los griegos aquello que el hom-
na por lo tanto una diferente manera de ver bre, al contemplar el ente y en el trato con
e interrogar los procesos de la naturaleza. las cosas, ya conoce de antemano: de los cuer-
Nadie se atreve a sostener que la poesía de pos, lo corpóreo; de las plantas, lo vegetal;
Shakespeare sea más avanzada que la de Es- de los brutos, lo animal; de los hombres, lo
quilo. Aún más imposible es decir que la humano. A esto ya conocido, esto es, mate-
concepción moderna del ente es más correc- mático, pertenecen -junto a lo ya dicho-
ta que la griega. Si queremos, por ello, en- también los números. Si encontramos sobre
tender la esencia de la ciencia moderna, te- la mesa tres manzanas, entonces conocemos
nemos que liberarnos de la costumbre de ha- que ellas son tres. Pero el número tres, la
cer comparaciones entre la ciencia más nue- tríada, lo conocemos ya. Esto quiere decir:
va y la más antigua a base de una gradua- el número es algo matemático. Sólo porque
ción desde el punto de vista del progreso. los números representan lo que se nos im-
La esencia de lo que hoy se llama ciencia pone con mayor insistencia como lo siempre
es la investigación. ¿En qué consiste la esen- ya-conocido y son por ello lo más conoci-
cia de la investigación? _ do de lo matemático, se reservó pronto la de-
En que el conocimiento se instala a sí pro- nominación “matemático” para lo numéri-
pio como proceder en el ámbito del ente, co. Pero de ningún modo se determina la
de la naturaleza o de la historia. Proceder esencia de lo matemático por lo numérico.
no significa aquí meramente el método, el Física es, en general, el conocimiento de la
procedimiento, pues todo proceder requiere naturaleza; en especial, después, -el conoci-
previamente una región abierta en que se miento de lo corpóreo material en su movi-
mueve. Pero precisamente el abrir una tal miento, pues esto se muestra inmediata y per-
región es el proceso fundamental de la in- manentemente -aunque de diversa mane-
vestigación. Este se realiza gracias a que en ra- en todo lo natural. Si, pues, la Física se
un ámbito del ente, v. g., en la naturaleza, conforma expresamente como matemática,
se proyecta un determinado esquema de los entonces quiere ello decir: por ella Y para
procesos de la naturaleza. El proyecto seña- ella se establece de un modo enfático y de
la de antemano de qué modo el proceder antemano, algo como ya-conocido. Este esta-_
cognoscitivo se ha de vincular a la región blecer atañe nada menos que al proyecto de
que se ha abierto. Esta vinculación es el ri- aquello que, para el buscado conocimiento de
gor de la investigación. Por el proyecto del la naturaleza, será en adelante la naturale-
esquema y la determinación del rigor se ase- za: el conjunto de movimientos -en sí ce-
gura el proceder su región de objetos den- rrado- de puntos de masa espacial tempo-
tro del ámbito del ser. Una mirada sobre la ralmente relacionados. En este esquema, {su} 4

más temprana y a la vez determinante cien- puesto como {sobre} entendido, de la natu-
cia moderna, la Física matemática, aclara lo raleza se insertan, entre otras, las siguientes
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determinaciones: Movimiento significa cam- el proyecto y el afianzamiento de éste en el


bio de lugar. Ningún movimiento o direc- rigor del proceder. Proyecto y rigor se des-
ción de movimiento tiene primacía sobre envuelven, para llegar a ser lo que son, en
otro. Cada lugar es igual a otro. Ningún el procedimiento. Esto determina el segundo
instante (punto del tiempo) tiene preemi- carácter esencial de la investigación. Si debe
nencia sobre otro. Toda fuerza se determina convertirse en objetiva la región proyecta-
-es decir: es solamento eso- por el movi- da, entonces es menester hacerla encontradi-
miento (magnitud del cambio de lugar en la za en toda la multiplicidad de sus capas y
unidad del tiempo) que tiene por consecuen- trabazones. Por eso tiene el proceder que te-
cia. En este esquema de la naturaleza ha de ner la vista libre para la mutabilidad de lo
ser visto todo proceso. Unicamente en el cam- que encuentra. Sólo en el campo visual de
po visual de este esquema se hace visible un lo siempre-distinto de las mutaciones se
proceso natural como tal. Este proyecto de muestra la plétora de lo particular, de los he-
la naturaleza es asegurado por el hecho que chos. Pero los hechos han de hacerse objeti-
la investigación física se vincula a él de an- vos. El proceder debe, por eso, representar
temano en cada uno de sus pasos interroga- lo mutable en su mutación, detenerlo y, sin
torios. Esta vinculación -el rigor de la in- embargo, dejar que el movimiento sea mo-
vestigación- tiene, según el proyecto, cada vimiento. Lo estante de los hechos y la cons-
vez su propio carácter. El rigor de la cien- tancia de su cambio como tal es la regla. Lo
cia natural matemática es la exactitud. To- constante del cambio en la necesidad de su
dos los procesos, si quieren entrar en la re- curso es la ley. Sólo en el campo visual de
presentación como procesos naturales, tienen regla y ley se aclaran los hechos como los
aquí que ser determinados como magnitu- hechos que son. Investigación de hechos en
des de movimiento espacio-temporales. Tal el ámbito de la naturaleza es en sí el esta-
determinación se realiza en la medición gra- blecimiento y verificación de regla y ley. El
cias al número y al cálculo. Pero la investi- procedimiento mediante el cual llega a la re-
gación matemática de la naturaleza no es presentación una región de objetos tiene el
exacta porque calcula con precisión, sino tie- carácter de la aclaración desde lo claro, de
ne que calcular así porque la vinculación a la explicación. Ella siempre tiene dos lados.
su región de objetos tiene el carácter de la Ella fundamenta algo desconocido en algo
exactitud. Por lo contrario, tienen todas las conocido y abona simultáneamente este al-
ciencias del espíritu, aún todas las ciencias go conocido con esotro algo desconocido. La
de lo vivo, precisamente para seguir siendo explicación se realiza en la pesquisa. Esta
rigurosas que ser necesariamente inexactas. acontece en las ciencias naturales, cada vez
Es cierto que se puede concebir también lo según el modo del campo en que ha de rea-
vivo como una magnitud del movimiento lizarse y según la intención de la explicación,
espacio-temporal, pero entonces ya no se cap- en el experimento. Pero la ciencia natural
ta lo vivo. Lo inexacto de las ciencias del es- no se convierte en investigación gracias al
píritu históricas no es un defecto, sino sólo experimento, sino inversamente el experi-
el cumplimiento de un requisito esencial pa- mento sólo se hace posible -y únicamente
ra esta especie de investigación. Empero, no allí- donde el conocimiento de la naturale-
sólo resulta el proyecto y el afianzamiento za se ha convertido en investigación. Porque
de la región de objetos de las ciencias histó- la Física moderna es en lo esencia1-matemá-
ricas de una especie diferente, sino que de tica, sólo por ello puede ser experimental.
logro mucho más difícil que la consecución Porque ni la doctrina medieval ni la episté-
del rigor de las ciencias exactas. me griega son ciencia en el sentido de inves-
La ciencia se convierte en investigación por tigación, por eso no se ha llegado allí al ex-

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111.4.

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LA EPocn DE LA IMAGEN DEL MUNDQ _¡.,_,___


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perimento. Es cierto que Aristóteles fué el la verdad a la fe, a la sustentación de la vera-


primero en comprender lo que significa em- cidad de la palabra de la Escritura y de la
peiria (experientia): la observación de las enseñanza de la Iglesia. El más alto conoci-
cosas mismas, de sus propiedades y muta- miento y doctrina es la Teología como inter-
ciones bajo condiciones cambiantes y con ello pretación de la palabra divina de la Revela-
el conocimiento de la manera en que se com- ción, que está depositada en la Escritura y
portan regularmente las cosas. Pero una ob- es pre-dicada por la Iglesia. Conocer no es
servación que apunta a tales conocimientos aquí investigar, sino el recto comprender de
-el experimentum- es esencialmente .dis- la palabra decisiva y de las autoridades que
tinta de aquello que pertenece a la ciencia la predican. Por ello obtiene preeminencia
como investigación, del experimento inves- en la adquisición de los conocimientos de la
tigatorio; aun cuando los antiguos y medie- Edad Media la discusión de las palabras y
vales trabajen con número y medida; y tam- opiniones doctrinales de las diversas autori-
bién aun cuando el observar se ayude con de- dades. El componere scripta et sermones, el
terminados dispositivos y herramientas. Pues argumentum ex verbo es decisivo, y también
allí falta, permanentemente, lo decisivo del la causa de que la filosofía platónica y aris-
experimento. Este comienza con la suposi- totélica recibida se haya convertido en dia-
ción de una ley. Emprender un experimen- léctica escolástica. Si Rogerio Bacon reclama
to quiere decir: representar una condición, el experimento -y de hecho lo reclama-,
según la cual un determinado conjunto de entonces no se refiere al experimento de la
movimientos puede ser seguido en la necesi- ciencia como investigación, sino que solici-
dad de su sucesión, esto es, que puede ser ta en vez del argumentum ex verbo el argu-
sometido de antemano al cálculo. La impo- mentum ex re, en vez de la discusión de las
sición de la ley se realiza, empero, en vista opiniones doctrinales la observación de las
del esquema de la región de objetos. Este da cosas mismas, esto es la empeiría aristotélica.
la medida y ata el representar anticipante de El experimento investigatorio moderno no
la condición. Tal representar -en el cual y es sólo un observar más preciso (en cuanto
con el cual comienza el experimento- no al grado y a la amplitud) sino el procedi-
es un imaginarse cualquiera. Por eso decía miento -esencialmente diferente en su es-
Newton: hypotheses non fingo, los supues- pecie- de la verificación de la ley en el
tos no se han colegido arbitrariamente. Ellos marco y al servicio del proyecto exacto de
se han explicitado del esquema de la natura- la naturaleza. Al experimento de la investi-
leza y están incluídos en él. El experimento gación de la naturaleza corresponcle en las
es aquel procedimiento que está sostenido y ciencias del espíritu la crítica de fuentes. Es-
guiado en su trazo y ejecución por la ley que te nombre comprende aquí el conjunto de
le ha sido puesta por base, y que persigue hallazgo de las fuentes, su lectura, control,
ad'-icir hechos que verifiquen la ley o le nie- aprovechamiento, conservación e interpreta-
guen su verificación. Cuanto más exactamen- ción. La explicación histórica fundada en la
te ha sido proyectado el esquema de la na- crítica de fuentes retrotrae, es cierto, los he-
turaleza, tanto más exacta se hace la posibi- chos a reglas y leyes. Pero ella tampoco se
lidad del experimento. El muy mentado es- contenta con un nuevo relato de hechos. En
colástico medieval Rogerio Bacon no puede las ciencias históricas el procedimiento apun-
ser por ello el precursor del moderno inves- ta, tanto como en las ciencias naturales, a
tigador experimentante sino que sigue sien- representar lo constante y a convertir la his-
do simplemente un secuaz de Aristóteles. toria en objeto. Objetiva sólo puede ser la
Pues, mientras tanto, ha trasladado el Cris- historia cuando es pasada. Lo constante en
tianismo la posesión propiamente dicha de lo pasado, aquello a lo cual reduce la expli-
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Se entenderá por lo pronto bajo este nom-


cación histórica lo singular y múltiple de la
historia, es lo que-ya-siemp_re-ha-estado-unan bre, el fenómeno de que una ciencia -sea de
vez-presente, lo comparable. En el constante la naturaleza o del espíritu- adquiere hoy
comparar todo con todo es calculado lo com- la justa prestancia de una ciencia sólo cuando
prensible, y verificado y asegurado como el se ha hecho digna de recibir los honores de
esquema de la historia. Sólo hasta donde al- un instituto. Pero la investigación no es un
canza la explicación histórica alcanza la re- servicio porque sus labores se realicen en ins-
gión de la investigación histórica. Lo único, titutos, sino los institutos son necesarios por-
lo raro, lo simple, en una palabra lo grande que la ciencia como investigación tiene en sí
en la historia, nunca es sobreentendido, y por el carácter de servicio. El procedimiento por
ello continúa siendo inexplicable. La inves- el cual son -conquistadas las diversas regiones
tigación histórica no niega lo grande en la de objetos no acumula simplemente resulta-
historia sino lo explica como excepción. En dos. Se instala él, más bien, a sí mismo -con
esta explicación se mide lo grande en lo co- la ayuda de sus propios resultados-, en cada
rriente y mediocre. Pero tampoco hay otra caso, como un nuevo proceder. En-las insta-
explicación histórica, mientras explicación laciones de maquinarias que necesita la Física
signifique: retrotraer hacia lo comprensible, para llevar a cabo la desintegración del áto-
y mientras la ciencia histórica siga siendo mo está toda la Física precedente. En co-
investigación, esto es, explicación. Porque la rrespondencia con esto, en la investigación
ciencia histórica, en cuanto investigación, histórica, las fuentes de que se dispone sólo
proyecta y objetiva lo pasado en el sentido son utilizadas para la explicación, cuando las
de una correlación de efectos -explicable fuentes mismas están afianzadas a base de
y visible en su conjunto-, por eso reclama explicaciones históricas. En estos procederes
ella, como instrumento de la objetivación, la es cercado el procedimiento de la ciencia por
crítica de fuentes. En la medida que la cien- sus resultados. El procedimiento se acomo-
cia histórica se acerca al periodismo varían da cada vez más a las posibilidades -por él
los patrones de esta crítica. mismo puestas de manifiesto- del proceder.
Toda ciencia, en cuanto que es investiga- Este deber-acomodarse a los propios resulta-
ción, está fundada sobre el proyecto de una dos como caminos y medios del procedimien-
región de objetoscircunscrita, y por ello es to en progreso, constituye la esencia del ca-
necesariamente ciencia particular. Cada cien- rácter de servicio que tiene la investigación.
cia particular tiene que especializarse, en el Y esta es la causa interna de la necesidad de
desenvolvimiento del proyecto, por su pro- su carácter de instituto. _
cedimiento, hacia determinados campos de En el servicio se inserta, por primera vez,
investigación. Esta especialización no es en en el ente, el proyecto de la región de obje-
modo alguno solamente la fatal secuela de la tos. Todas las instalaciones (acomodaticias)
creciente imposibilidad de dominar los resul- que facilitan la conjunción planificada de los
tados de la investigación. No es un mal ne-
modos de procedimiento, promueven el recí-
cesario, sino la necesidad esencial de la cien-
proco control y comunicación de resultados
cia como investigación. La especialización no
y regulan el intercambio de personal; no
es el resultado, sino la causa del progreso de
son -en cuanto medidas- sólo la consecuen-
toda investigación. Esta no se diversifica y
cia externa de que el trabajo investigatorio
pierde, en su procedimiento, en pesquisas ar-
se expanda y ramifique. Son más bien la se-
bitrariamente emprendidas, pues la ciencia
ñal -venida de lejos y en gran parte aún
moderna se determina por un tercer proceso
fundamental: el servicio que implica tra- no entendida- de que la ciencia moderna
jín y empresa) (2). comienza a entrar en el período decisivo de
LA EPOCA DE LA IMAGEN DEL Mgivpo ,_ _ NJ ~\ì -1

su historia. Sólo ahora toma posesión de su da), la diversificación de las ciencias en la


propia y plena esencia. especialización y la especial unidad de los ser-
¿Qué acontece en la difusión y consolida- vicios. Porque las fuerzas esenciales propia-
ción del carácter de instituto de las ciencias? mente dichas de la ciencia moderna logran
Nada menos que el asegurarse la preceden- su efecto, de modo inmediato y unívoco en el
cia del procedimiento sobre el ente (natura- servicio, por eso, solamente, pueden los ser-
leza e historia), que, en cada momento, se vicios autónomos de investigación prefigu-
objetiva en la investigación. A base de su ca- rar y establecer, desde sí mismos, la adecua-
rácter de servicio logran para sí las ciencias da unidad interna con otros.
su cohesión y unidad. Por eso una investiga- El verdadero sistema de la ciencia consiste
ción histórica o arqueológica que funciona en la conjunción -resultante en cada caso
mediante institutos, está más cerca de una de la coordinación de planeamientos- del
investigación física montada en la forma co- proceder con la posición respecto a la objeti-
rrespondiente que de una disciplina en su vación del ente. La ventaja que se espera de
misma Facultad de ciencias del espíritu que este sistema no es una unidad de relaciones
ha quedado rezaga-da aún en la simple eru- de contenidos de los campos de objetos (una
¬;-. dición.1El decisivo desenvolvimiento del ca- unidad cualquiera lucubrada y rígida), sino
rácter de servicio de la ciencia moderna acu- la movilidad -la más libre posible pero con
ña por ello otro tipo de hombres. El sabio sujeción a reglas- de las conversiones e in-
erudito desaparece. Es reemplazado por el clusiones de las investigaciones en las tareas
investigador, que está en empresas investi- en cada caso dominantes. Cuanto más ex-
gatorias. Estas y no el cultivo de la erudición clusivamente la ciencia se individualiza hacia
dan la tónica a su trabajo. El investigador ya el perfecto funcionamiento y dominio de su
no necesita más en su casa de una biblioteca. proceso de trabajo, cuanto más desprovistos
Por lo demás siempre está de viaje. El ne- de ilusión se establecen estos servicios en plan-
gocia en conferencias y -se instruye en con- teles de investigación separados y en escue-
gresos. Se ata a encargos de editores. Estos las especializadas de investigación, tanto más
participan ahora en la determinación acerca inconteniblemente logran las ciencias el per-
de qué libros deben ser escritos (3). feccionamiento de su esencia moderna. Cuan-
El investigador tiende de por sí, necesa- to más incondicionalmente, empero, toman
riamente, al ámbito de la figura del técnico en serio la ciencia y los investigadores la faz
en su sentido esencial. Sólo así sigue siendo moderna de su esencia, tanto más unívoca e
capaz de actuar y, con ello -en el sentir de inmediatamente se pondrán ellos mismos a
su época-, verdaderamente real. A su lado disposición de la utilidad común; tanto más
puede sostenerse, por algún tiempo más y incondicionalmente tendrán también que re-
en algunos lugares, el romanticismo de la tirarse a la discreción propia de toda labor
erudición -que se hace cada vez más ma- de utilidad común.
gra y vacía- y de la Universidad. El carác- La ciencia moderna se funda y diversifica
ter unitario efectivo y, con ello la verdadera simultáneamente, en los proyectos de deter-
realidad de la Universidad, no estriba, sin minadas regiones de objetos. Estos proyectos
embargo, en una fuerza que ella por alimen- se desarrollan en el procedimiento corres-
tarla y conservarla, irradie en una fuerza es- pondiente, asegurado por el rigor. El proce-
piritual de originaria unificación de las cien- dimiento vigente se instala en el servicio.
cias. La Universidad es verdaderamente real Proyecto y rigor, procedimiento y servicio
en cuanto está dispuesta de modo que hace -exigiéndose recíprocamente-, constituyen
posible y visible, en una forma todavía única la esencia de la ciencia moderna, la convier-
(por estar administrativamente en sí cerra- ten en investigación.

L l
- ».-

Zig _, -. Q. t - _ te ANALES DE LA_:UNI*fERS1DAD DE CHI;-1-:


Reflexionamos sobre la esencia de la cien- ataduras del Medievo, en que se libera hacia
cia moderna para reconocer en ella su fondo sí mismo. Pero esta determinación correcta
metafísico. ¿Qué concepción del ente y qué queda, con todo, en la superficie. Ella tiene
concepto de la verdad fundamentan el que por consecuencia aquellos errores que impi-
la ciencia se haga investigación? den captar el fondo esencial de la Edad Mo-
El conocimiento como investigación pide derna y desde allí medir el alcance de su
cuenta y razón al ente para que diga cómo esencia. Ciertamente que la Edad Moderna
y hasta qué punto puede ser puesto a dispo- ha provocado, como consecuencia de la li-
sición del representar. La_ investigación dis- beración del hombre, un subjetivismo e in-
pone del ente cuando puede precalcular su dividualismo. Pero no menos cierto es que
eurso futuro o recalcularlo como pasado. En ninguna época anterior a ella ha creado un
el precálculo se interpela y, por así decir, se objetivismo comparable, y que en ninguna
pone en su lugar, a la naturaleza; en el re- época precedente se ha hecho presente ni se
cálculo histórico, a la historia. Naturaleza e ha impuesto lo no-individual en figura de
historia se hacen objeto del representar expli- lo colectivo. Lo esencial es aquí el necesario
cativo. Este calcula confiado en la naturaleza juego recíproco entre subjetivismo y objeti-
y contando con la historia. Sólo lo que así se vismo. Pero, precisamente, este recíproco con-
hace objeto es, vale como ente. Sólo se llega dicionarse señala hacia procesos más profun-
a la ciencia como investigación cuando el ser dos.
del ente es buscado en tal objetividad. No es lo decisivo que el hombre se haya li-
Esta objetivación del ente se realiza en un berado hacia sí mismo de anteriores ataduras,
re-presentar, que apunta a traer ante sí a to- sino lo decisivo es que la misma esencia del
do ente, de modo que el hombre calculante hombre se demuda al convertirse el hombre
puede estar seguro, es decir, cierto, del ente. en sujeto. Esta palabra subjectum tenemos
Se llega a la ciencia como investigación cuan- que entenderla -claro está- como traduc-
do -y sólo cuando- la verdad se ha conver- ción del griego hupolçeimenon. Esta palabra
tido en la certeza del representar. Por prime- nombra lo que-yace-ante[-nosotros], que co-
ra vez es determinado el ente como objeti- mo fondo colige todo sobre sí. Tal signifi-
vidad del representar y la verdad como cer- cación metafísica del concepto de sujeto no
teza del representar, en la Metafísica de Des- tiene, por lo pronto, ninguna relación acen-
cartes. El título de su obra principal reza: tuada con el hombre y por ende con el yo.
Meditationes de prima philosophia, conside- Pero cuando el hombre deviene sujeto pri-
raciones sobre la filosofía primera. Próte phi- mero y propiamente dicho, entonces esto sig-
losophia j es la denominación acuñada por nifica: el hombre deviene aquel ente en que
Aristóteles para aquello que después se lla- se funda todo ente en el modo de su ser y
mará Metafísica. Toda la Metafísica moder- de su verdad. El hombre deviene el centro
na, Nietzsche inclusive, se mantiene dentro de referencia del ente como tal. Esto, empe-
de la interpretación del ente y de la verdad ro, sólo es posible si se muda la concepción
encauzada por Descartes (4). del ente en su totalidad. ¿En qué se mues-
1 Ahora bien, si la ciencia como investiga- tra esta mudanza? ¿Qué es -de acuerdo con
ción es una manifestación esencial de la Edad ella- la esencia de la Edad Moderna?
Moderna, entonces lo que constituye el fon- Si reflexionamos sobre la Edad Moderna
do metafísico de la investigación habrá de nos preguntamos por la imagen moderna del
determinar -con gran prelación de anterio- mundo. Nosotros la caracterizamos oponién-
ridad- la esencia de la Edad Moderna en dola a la imagen medieval y a la imagen an-
general. Se puede ver la esencia de la Edad tigua del mundo. Pero, ¿por qué pregunta-
Moderna en que el hombre se libera de las mos al interpretar una época histórica por
LA EPOCA DE LA ÍMAGEN DEL MUNDQ 259
la imagen del mundo? ¿Tiene toda época en su totalidad puesto como aquello frente
de la historia una imagen del mundo, y aca- a lo cual el hombre se las arregla, lo que
so de tal modo que se afane en cada caso por -respectivamente- quiere traer y tener an-
su imagen del mundo? ¿O es ya el pregun- te sí, y con ello establecer en un sentido de-
tar por la imagen del mundo algo propio cisivo ante sí (6). Imagen del mundo, esen-
del modo moderno del representar? cialmente entendido, no significa así una
¿Qué es eso: una imagen del mundo? Evi- imagen del mundo sino el mundo entendido
dentemente, un cuadro del mundo. Pero como imagen. El ente en su totalidad es to-
¿qué significa aquí mundo? ¿Qué significa mado ahora de tal modo que es y está sien-
imagen? Mundo es aquí la denominación do sólo en cuanto es establecido por el hom-
del ente en su totalidad. El nombre no está bre, que re-presenta y pre-senta. Donde se
limitado al cosmos, a la naturaleza. Al mun- llega a la imagen del mundo, allí se realiza
do pertenece también la historia. Pero aun una decisión esencial sobre el ente en su to-
naturaleza e historia, y ambas en su recípro- talidad. El ser del ente es buscado, y encon-
ca compenetración, subordinándose y sobre- trado, en el estar representado del ente.
pujándose, no agotan el mundo. En esta de- En todas partes, empero, donde el ente
nominación se incluye el hontanar del mun- no es interpretado en este sentido, no pue-
do, sin importar cómo sea pensada su rela- de el mundo entrar en la imagen, no puede
ción con el mundo (5). haber imagen del mundo. Que el ente lle-
Ante la palabra imagen pensamos por lo gue a ser ente en el estar representado hace
pronto en la reproducción de algo. Según que la época en que ello sucede sea moder-
ella, sería la imagen del mundo algo así co- na en relación con la anterior. Los giros
mo el retrato del ente en su totalidad. Pero “imagen del mundo en la Edad Moderna”
imagen del mundo significa más. Nosotros e “imagen moderna del mundo” dicen dos
nos referimos con esta palabra al mundo mis- veces lo mismo, y suponen algo que jamás
mo, a él, al ente en su totalidad, así como es pudo haber antes, esto es una imagen medie-
determinante y comprometiente para nos- val o antigua del mundo. La imagen del
otros. Imagen no significa aquí copia, sino mundo no se convierte de medieval en mo-
aquello que -refiriëndonos a la forma que derna, sino esto, que el mundo pueda hacerse
es toda imagen- nos sugiere el giro: estamos imagen, caracteriza la esencia de la Edad
informados de algo. Esto quiere decir: la co- Moderna. Para la Edad Media, en cambio,
sa misma está, en el estado como se halla es el ente el em' creatum, lo creado por el
en vista y a la vista de nosotros, ante nos- Dios personal y creador, como causa supre-
otros. Informarse de algo quiere decir: re- ma. Ser ente quiere decir aquí: pertenecer a
presentar al ente mismo en el estado en que un determinado escalón del orden de lo crea-
está y tenerlo permanentemente presente an- do, y en cuanto así causado corresponder a
te sí como estando en ese estado. Pero aún la causa creadora (analogía enzís) (7). Nun-
falta una determinación decisiva en la esen- ca, empero, consiste aquí el ser del ente en
cia de la imagen: “Estamos informados de que sea traído, en cuanto objetivo, ante el
algo” no significa sólo que el ente, en ge- hombre y que sólo sea [considerado como]
neral, se nos represente, sino que está ante siendo porque es puesto en el ámbito de su
nosotros como sistema, en todo lo que le per- noticia y disposición.
tenece y todo lo que en él se conjuga. “Estar De lo griego queda aún más lejos la in-
informado”: en ello late también el estar en- terpretación moderna del ente. Uno de los
terado, estar apercibido (: preparado) y ha- más antiguos pronunciamientos del pensar
bérselas arreglado en vista de. _. Donde el griego sobre el ser del ente reza: Tò gàr
mundo se convierte en imagen, está el ente autô nofiín eszfín te kai eínai. Esta frase de
280
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ANALES DE LA UN1vBRs1DAD DE C1-nu-1
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Parménides quiere decir: al ser pertenece, mo en el escenario, en el cual en lo sucesivo


por ser reclamada y .determinada por él, la se re-presentará, se presentará, en el cual ten-
intelección del ente. El ente es lo que revien- drá que ser imagen (cuadro vivo). El hom-
ta y se abre, lo que como lo presente (que bre se hace el representante del ente en el
expone su esencia) sobreviene al hombre co- sentido de lo objetivo.
mo presente, esto es a aquel que se abre a lo Pero lo nuevo de este proceso no estriba
presente (lo que expone su esencia) por el en modo alguno en que ahora la posición
hecho de inteligirlo. El ente no deviene [al- del hombre en medio del ente sea simple-
go que está] siendo porque el hombre lo con- mente una otra en comparación con el hom-
temple, acaso en el sentido de representár- bre medieval y antiguo. Lo decisivo es que
selo a modo de la percepción subjetiva. Más el hombre ocupa esta posición en cuanto que
bien es el hombre el contemplado por el en- adrede y propiamente establecida por él, la
te, lo colegido por lo que se abre a la pre- conserva voluntariamente como ocupada por
sencia donde él. Ser contemplado por el ente, él y se la asegura como el terreno de una po-
involucrado en lo abierto del ente, conserva- sible expansión de la humanidad. Sólo aho-
do en él, y así ser sostenido por él, llevado ra hay algo así como una posición del hom-
y traído en sus contraposiciones y marcado bre. El hombre erige -poniéndola sobre sus
por su discordia; esta es la esencia del hom- propios pies-- la manera en que debe poner-
bre en la gran época griega. Por eso tiene el se él' frente al ente como lo objetivo. Co-
hombre, para dar cumplimiento a su esencia, mienza ese modo de humanidad que ocupa
que _colegir (légein) en su apertura lo que el ámbito de las potencias humanas conside-
se abre, y salvarlo (sózein), cogerlo al vuelo rándolo el espacio en que se mide y realiza
y conservarlo y quedar expuesto a toda la la dominación del ente en su totalidad. La
confusión en vías de escindirse (ale:/zezíein). época que se define por este acontecimiento
El hombre griego es en cuanto intelige el no es nueva sólo para la contemplación re-
ente, por lo que en la época griega el mundo trospectiva, frente a las que la antecedieron,
no puede devenir imagen. Pero, contraria- sino se pone a sí misma expresamente como
mente, es verdad que para Platón la entidad nueva. Ser nuevo es propio del mundo deve-
del ente es determinada como cido: (aspec- 'nido imagen.
to, visión), el antecedente lejano, largo tiem- Si con esto ha quedado aclarado el carác-
po mediatamente vigente en la latencia, pa- ter de imagen propio del mundo en cuan-
ra que el mundo tuviera que convertirse en to que es el representamiento del ente,
imagen (8). entonces si queremos captar íntegramente la
Algo completamente distinto significa, a esencia moderna de este hecho: tenemos que
diferencia del inteligir griego, el representar extraer y percibir la originaria fuerza semán-
moderno, cuya significación expresa, mejor tica de los gastados palabra y concepto “re-
que otras, la palabra represefztatio. (Re) pre- presentar”, el poner ante sí y hacia sí. Con
sentar significa aquí: traer -como opuesto- ello se detiene (y tiene en pie) el ente como
ante sí lo presente, referirlo a sí, en cuanto objeto y recibe -y sólo entonces- el sello
uno es el representante (el que realiza la re- del ser. El que el mundo devenga imagen es
presentación) y retrotraerlo en esta referen- uno y el mismo proceso que el que el hom-
cia a sí, considerada como la región deter- bre devenga, dentro del ente, sujeto (9).
minante. Donde tal acontece se informa el Sólo porque y en cuanto el hombre en
hombre sobre el ente. Al informarse el hom- general y esencialmente ha devenido sujeto,
bre, se pone él mismo en escena, esto es, en llegará, después, a la expresa pregunta: ¿Có-
el circulo abierto de lo general y común- mo quiere y tiene que ser sujeto (lo que, en
mente representado. Con ello se pone él mis- cuanto ser moderno, ya es): o a modo del
LA EijocA DE LA IMAGEN DEL MUNDO " asi
“yo” constreñido a su cualquieridad y aban- pologia, que comienza desde fines del siglo
donado a su capricho o a modo del “nosotros” XVIII, se expresa en que la actitud funda-
en la sociedad; o como personalidad en la mental del hombre hacia el ente en su tota-
colectividad o como mero miembro de un lidad se defina como Cosmovisión (Wel-
grupo en la corporación; o como estado, na- mnsc/zauufzg). Desde aquel tiempo entra esa
ción o pueblo, o como la humanidad gene- palabra en el lenguaje usual. Tan pronto co-
ral del hombre moderno? Sólo donde el hom- mo el mundo deviene imagen, se concibe la
bre ya es esencialmente sujeto se da la posi- posición del hombre como Cosmovisión. Es
bilidad de resbalar hacia la des-esencia del cierto que la palabra Cosmovisión favorece
subjetivismo en el sentido de individualismo. la equivocación de que allí se trata de un
Pero también sólo allí donde el hombre si- inactivo contemplar el mundo. Por ello ya
gue siendo sujeto, tiene un sentido la expre- en el siglo XIX se subrayó, y con razón, que
sa lucha contra el individualismo y a favor Cosmovisión significa también, Ay aun ante
de la colectividad como meta de todo rendi- todo, concepción de la vida (Lelve†zsa†z-
miento y utilidad. sc/zauung). Que, sin embargo, la palabra
La trabazón de ambos procesos, decisiva Cosmovisión se haya afianzado como nom-
para la esencia de la Edad Moderna -que bre de la posición del hombre en medio del
el mundo devenga imagen y el hombre su- ente es una prueba de cuán decididamente
jeto-, da luz en el (a primera vista casi el mundo ha devenido imagen, tan pronto
contradictorio) proceso fundamental de la como el hombre elevó su vida como subjec-
historia moderna. Cuanto más amplia y pro- tum al rango preeminente de centro de re-
fundamente está a nuestra disposición el mun- ferencias. Esto significa: el ente vale -en
do en cuanto conquistado, cuanto más obje- cuanto que es siendo- sólo en la medida
tivo aparezca el objeto, tanto más subjetivo en que es incluído en esta vida y referirlo
-esto es: insistente e inoportuno- se alza a ella, es decir, en cuanto que es vivido y es
el sujeto, tanto más inconteniblemente se vivencia. Tan inconmensurable y extraño co-
convierte Ia contemplación del mundo y la mo tuvo que ser todo humanismo a lo griego,
doctrina del mundo en una doctrina del así tan imposible fué una Cosmovisión me-
hombre, en Antropología. No es pues mila- dieval, y tan absurda es una Cosmovisión
gro que sólo entonces, allí donde el mundo católica. Tan necesaria y justamente como
deviene imagen, surja el humanismo. Pero tiene que convertirse todo en vivencia para
así como no era posible en la gran época el hombre moderno cuanto más sin trabas
griega algo así como una imagen del mun- sale fuera de sí en la formación de su esencia,
do, tampoco podía entonces hacerse presente así, tan ciertamente no podían tener viven-
el humanismo. El humanismo, en sentido cias los griegos en las fiestas de Olimpia.
histórico restringido, no es por ello otra cosa El proceso fundamental de la Edad Mo-
sino una Antropología moral y estética. Es- derna es la conquista del mundo como ima-
te nombre no significa aquí una investiga- gen. La palabra imagen significa ahora: la
ción científico-natural cualquiera del hom- obra de imaginería del presentar “re-presen-
bre. Tampoco significa la doctrina, determi- tante. En ésta lucha el hombre por la posi-
nada desde la Teología cristiana, del hombre ción en la cual pueda ser aquel ente que da
creado, caído y redimido. Designa aquella la medida y traza la pauta a todo ente. Por-
interpretación filosófica del hombre que ex- que esta posición se afianza, vertebra y ex-
plica y tasa el ente en su totalidad desde el presa como Cosmovisión, se convierte la mo-
hombre y hacia el hombre (10). derna relación hacia el ente -en su desenvol-
El cada vez más exclusivo enraizamiento vimiento definitivo- en una polémica de
de la interpretación del mundo en la Antro- Cosmovisiones; y no de cualesquiera, sino
_,__-___ __ '___ __' Á __ _ _`__ _ ___ _. _ . ,_ T.-_ ._ _ . I -. ._ . ._ -_-.

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-82 g _, Í g Ñ kg _, ,_ Í _ __ _ “ANALES DE LA UNIVERSLDAD DE CHILE

sólo de aquellas que han asumido ya las po- deza. Tan pronto, empero, como lo gigan-
siciones fundamentales extremas del hombre tesco del planeamiento y del cálculo y de la
con la máxima decisión. Por esta lucha de instalación y del afianzamiento se transfor-
Cosmovisiones, y de acuerdo con el sentido ma de un salto de cuantitativo en una cuali-
de esta lucha, pone el hombre en juego la dad propia, se convierte lo gigantesco y lo
irrestricta fuerza del cálculo, del planeamien- -al parecer- siempre y totalmente calcula-
to y del dominio sobre todas las cosas. La ble, precisamente por eso, en lo incalculable.
ciencia como investigación es una forma im- Esta será siempre la sombra invisible que
prescindible de este instalarse en el mundo, cae sobre todas las cosas cuando el hombre
una de las vías por las cuales corre -a una ha devenido sujeto y el mundo imagen (13).
velocidad desconocida para los participan- A través de esta sombra se vierte el mun-
tes- la Edad Moderna hacia la plenitud de do moderno a sí mismo en un espacio priva-
su esencia. Sólo con esta lucha de Cosmovi- do de representación y confiere así a este in-
siones entra la Edad Moderna en el capítulo calculable la determinación que le es propia
decisivo y presumiblemente más durable de y la singularidad histórica. Esta sombra se-
su historia (11). ñala hacia otra cosa que nos está vedado sa-
Señal de este proceso es que en todas par- ber a nosotros, gente de hogaño (14). Pero
tes, y bajo las formas y disfraces más diver- el hombre no podrá siquiera percibir esto
sos, aparezca lo gigantesco. Con ello se pre- que le está vedado, o pensar en ello, mientras
senta lo gigante simultáneamente en la di- se afane en la simple negación de la época.
rección de lo cada vez más pequeño. Pen- La fuga hacia la tradición -mezcla de hu-
samos en los números de la Física atómica. mildad y orgullo- no puede, en sí misma,
Lo gigantesco se nos impone en una forma nada; a no ser el cerrar los ojos y la ceguera
que precisamente lo hace, al parecer, des- frente al momento histórico.
aparecer: en la supresión de las grandes dis- El hombre sólo podrá saber -esto es: guar-
tancias por el avión, en la re-presentación de dar en su verdad- aquello incalculable en
cualquier mundo extraño y lejano -en su el preguntar creador y en el plasmar a partir
vida cotidiana- presentada por un gesto de de la fuerza de la genuina reflexión. Ella
la mano, en la radio. Pero se piensa superfi- transporta al hombre venidero a aquel “en-
cialmente si se cree que lo gigantesco es me- tre”, en el cual pertenece al ser y sigue sien-
ramente el vacío estirado al infinito de lo do, sin (embargo, un extraño para el ente
sólo cuantitativo. Se piensa con alcances de- (15). Hoelderlin sabía de eso. Su poema ti-
masiado cortos si se considera que lo gigan- tulado A los alemanes termina así:
tesco de lo continuamente nunca-visto nace
de la ciega pasión por la exageración y por Cierto que es estrechamente llnåttado aaestro
el sobrepujar. Y no se piensa del todo cuan- [tiempo de aida,
do se cree que se ha interpretado este fenó- y el número de nuestros años los z/emos y
meno de lo gigantesco con el tópico “ameri- [eo†ztamos,
canismo” (12). pero los años de los pz-telålos '
Lo gigantesco es más bien aquello por lo ¿los han eisto ojos pereeederos?
cual lo cuantitativo deviene una propia cua-
lidad y con ello una especie señalada de lo Aaa si el alma solwre ta propio tiempo
grande. Cada época no sólo es diferentemen- rzos-ta'lgz'ea elote, doliente quedas td
te grande con relación a otras; tiene también, ea la fría rtóera
en cada caso, un propio concepto de la gran- donde los tayos, jr jamás los conoces.
'LA EPocA DE LA IMAGEN DEL MUNDO , D ,D 133
COMPLEMENTOS

(1) Tal reflexión ni es para todos necesaria, ni ción. Cuanto más puro funcionamiento se hace la
investigación -así aumentan sus rendimientos-
realizable, 0 aun soportable, para cada cual.: Por lo
. 'Í con tanto mayor persistencia crece en ella el peli-
contrario: falta de reflexion pertenece ampliamente
gro de la laboriosidad. Por fin surge un estado en
a determinados niveles del consumar y_ trajin-ar. E.
preguntar de la reflexión no recae, sin embargo, que la diferencia entre servicio y trajín no sólo
es incognoscible, sino que también irre-al. Precisa-
en lo infundado o incuestionable, pues de ante-
I
mente este estado de equilibrio entre esencia y des-
mano pregunta por el ser. Este es y sera para ella
lo más digno de ser preguntado. En él encuentra naturalización en el término medio de lo sobre-
entendido hace duradera la investigación como for-
el reflexionar la extrema resistencia, que lo com-
ma de la ciencia y, en general, también a la Edad
pele a tomar en serio el ente que se ha acercado
Moderna. ¿De dónde, empero, tom.a la investiga-
a la luz de su ser. La reflexión sobre la esencia de
la Edad Moderna coloca al pensar y decidir en el ción los contrapesos contra el simple trajín dentro
ámbito de acción de las fuerzas esenciales, propia- de su servicio?
mente dichas, de la época. Estas actúan, como ac- (3) La creciente significación de la actividad
túan, intangibles para toda valoración cotidiana. editorial' no tiene su fundamento sólo en que los
Frente a ellas sólo cabe la disposición a la resolu- editores (por ejemplo, a través del comercio de
ción o de otro modo el desvío hacia lo a-histórico. libros) tengan una sensibilidad más fina para apre-
Al hacer esto no basta, v. g., aceptar la técnica o ciar las necesidades del público o que dominen
postular en forma absoluta la “movilización total”, mejor el negocio que los autores. Más bien tiene
cuando se advierte que estamos ante ella (lo que su propio trabajo la forma de un proceder plani-
nace de una postura incomparablemente más esen- ficante y que se encauza a cómo -por la mejor y
cial). Es menester, ante todo y siempre, concebir más coherente producción de libros y escritos- ha
la esencia de la época desde la verdad del ser que de ser hecha pública la imagen del mundo y conso-
lo rige, porque sólo así se percibe aquello que es lidada en el público. El predominio de las obras
más digno de ser preguntado, que desde la base colectivas, series de libros, publicaciones escalona-
sostiene y vincula un obrar hacia lo futuro, por en- das, ediciones de bolsillo, es ya la consecuencia de
cima del presente, y convierte la transfiguración este trabajo editorial, que a suvez se toca con las
del hombre en una necesidad que nace del propio intenciones de los investigadores ya que éstos, cuan-
ser. Ninguna época se deja eliminar por la sen- do editados en series o colecciones, no sólo se ha-
tencia autoritaria de la negación. Esta sólo saca de cen más fácil y rápidamente conocidos y aprecia-
cauce al que niega. La Edad Moderna, empero, dos, sino que logran, gracias a este frente más am-
exige -para ser en lo futuro soportada en su esen- plio, inmediatamente influencia dentro de la efi-
cia y, precisamente, a causa de ella- una origina- cacia dirigida.
lidad y una amplitud de reflexión, para la cual los (4) La posición metafísica fundamental de Des-
hombres de hoy preparamos tal' vez algo, pero a lo cartes está sustentada en la metafísica platónico-
que no podemos todavía sobreponernos. aristotélica y se mueve, pese al nuevo punto de
(2) La palabra servicio (en alemán sinónima de partida, en la misma pregunta: ¿Qué es el ente?
trajín) no ha de tomarse aquí en sentido peyora- Que esta pregunta no aparezca formulada en la
tivo. Pero como la investigación es en su esencia Meditatíones de Descartes, sólo demuestra cuán
un servicio, despierta la siempre posible laboriosi- esencialmente determina la modificada respuesta a
dad del trajín la apariencia de ser ella la más alta ella la posición fundamental. La interpretación car-
realidad y eficacia, a la zaga de la cual' se realiza tesiana del ente y de la verdad crea -y esto sólo a
la socavación de la labor investigatoria. El servicio partir de ella- los presupuestos para la posibilidad
deviene mero trajín cuando el -procedimiento no de una teoría del conocimiento 0 metafísica del
se mantiene abierto gracias a la siempre nueva rea- conocimiento. Sólo por Descartes es puesto el rea-
lización del proyecto, sino que deja a éste -en lismo en condiciones de demostrar la realidad del
cuanto ya dado- detrás de sí, sin ni siquiera con- mundo exterior y de salvar el ente en sí.
firmarlo, por correr tras los resultados que se amon- Las esenciales mudanzas de la posición funda-
tonan y su calculación. El mero funcionamiento mental' de Descartes -que han sido alcanzadas en
del servicio debe ser siempre combatido precisa- el pensamiento alemán desde Leibniz- no superan
mente porque la investigación es en su esencia en modo alguno esta posición fundamental. Ellas
servicio. Si se busca lo cientifico de la ciencia en desenvuelven sólo ahora su amplitud metafísica y
la silenciosa erudición, entonces está claro que la crean los presupuestos d-el siglo XIX, el aún más
renuncia al trajín significa también la negación oscuro de los siglos que van corridos de la Edad
del carácter esencialmente servicial de la investiga- Moderna. Ellas consolidan niediatamente la posi-
$

ANALEs DE LA UNIvERsIDAD DE CHILE


234 se EL se :_ es
ción fundamental de Descartes en una forma en (6) A la esencia de la imagen pertenece la com-
virtud de la cual ellas mismas son casi incognos- posición, el sistema. Con ello no se significa el en-
cibles, pero no por ello menos efectivas. En cambio, casillamiento artificial y externo y la conjunción
la mera escolástica cartesiana y su racionalismo de lo dado, sino la unidad de ensamble que se des-
han perdido toda su fuerza para una posterior in- envuelve del proyecto de la objetividad del ente en
fluencia formativa en la Edad Moderna. Con Des- lo re-presentado como tal. En la Edad Media es
imposible un sistema: allí sólo es esencial el orden
cartes comienza la perfección de la Metafísica occi-
de las correspondencias, que es por cierto el orden
dental. Pero como una tal perfección sólo es, a su
del ente en el sentido de lo creado por Dios y pre-
vez, posible como Metafísica, tiene el pensar mo-
visto como su creación. Más extraño aún es el- sis-
derno su propia grandeza.
tema para lo griego, aunque modernamente se ha-
Descartes, con su interpretación del hombre co- ble -con toda impropiedad- del sistema platóni-
mo salijectum, crea el presupuesto metafísico para co o aristotélico. El servicio en la investigación es
la veriidera Antropología, en todas sus especies y una determinada formación e instalación de lo sis-
direcciones. Con el auge de las Antropologías lo- temático, en el cual, éste recíproca y simultánea-
gra Descartes su más alto triunfo. Gracias a las mente determina la instalación. Donde el mundo
Antropologías iníciase la conversión de la Metafísi- deviene imagen domina el sistema, y no sólo en
ca en el proceso del simple terminar y detenerse de el pensar. Empero, donde el sistema es dirigente
toda Filosofía. Que Dilthey negara la Metafísica, existe siempre la posibilidad de la degeneración
que -en el fondo- no comprendiera más su pre- hacia la exterioridad del sistema simplemente fac-
gunta y que se encontrara desamparado ante la ticio y hecho a retazos. A eso se llega cuando es
Lógica metafísica, es la consecuencia interna de su deficiente la originaria fuerza del proyecto. La en
posición fundamental antropológica. Su Filosofia sí diferente singularidad de la sistemática en Leib-
de la Filosofía es la forma distinguida de la elimi- niz, Kant, Fichte, Hegel y Schelling no ha sido
nación antropológica., y no de la superación de la aún comprendida. Su grandeza estriba en que no
Filosofía. Toda Antropología -en que la Filosofía se desarrolla -como en Descartes- del' subject:-tm
precedente es utilizada a voluntad pero declarada como ego y sulistantia firtita, sino o -como en
superflua como Filosofía- tiene la ventaja de ver Leibniz- de la mónada, o -como en Kant- de
claramente lo que se postula con la afirmación de la esencia transcendental de la razón finita enrai-
la Antropología. Con ello se clarifica la situación zada en la imaginación, o -como en Fichte- del
espiritual, mientras que las laboriosas confeccio- yo infinito, o -como en Hegel- del espíritu como
nes de engendros tan llenos de contrasentidos co- saber absoluto, 0 -como en Schelling- de la li-
mo lo son las filosofías nacional-socialistas, sólo bertad en cuanto necesidad de cada ente, que como
causan confusión. La Cosmovisión, sin embargo, tal queda determinado por la diferenciación entre
necesita y emplea la erudición filosófica, pero no fundamento y existencia.
requiere de ninguna Filosofía, pues, en cuanto que Tan esencial como el sistema es para la interpre-
es cosmovisión, ha asumido su propia interpreta- tación moclerna del ente la representación del va-
ción y conformación del ente. Una cosa, desde lue- lor. Donde el ente se ha convertido en objeto del
go, no puede la Antropología. Ella no puede su- representar, pierde el ente en cierto modo su ser.
perar a Descartes o aun 'siquiera levantarse contra Esta pérdida es percibida de modo bastante poco
él, pues, ¿cómo podrá oponerse la consecuencia claro y seguro, y substituída co-n la correspondien-
al fundamento sobre el cual reposa? te celeridad adjudicándosele al objeto -y al ente
Descartes es únicamente superable por la supe- así interpretado- un valor, y en general midien-
ración de aquello que él mismo ha fundado, por la do el ente por valores y convirtiendo -a los valores
superación de la Metafísica moderna, y esto quie- mismos en la meta de todo hacer y trajinar. Como
re decir simultáneamente Metafísica occidental. Su- éste se concibe a sí mismo como cultura, devienen
peración significa aquí preguntar originario de la los valores culturales y éstos -en general- la ex-
pregunta por el sentido, esto es por el ámbito del presión de las más altas metas del obrar, a fin de
proyecto y con ello por la verdad del ser, pregunta que se afiance el hombre a sí propio como subjec-
que se desemboza simultáneamente como pregunta tara. De allí sólo hay un paso a convertir los va-
por el ser de la v-erdad. lores mismos en objetos en sí. El valor es la obje-
(5) El concepto de mundo como es desarrollado tivación de las metas de las necesidades del insta-
en Seia and Zeit (Ser y Tiempo, 1927), sólo debe larse re-presentante en el mundo como imagen. El
valor parece expresar que al referirse a él, y al to-
entenderse desde el ámbito visual de la pregunta
mar' posición frente a él, se ejecuta, precisamente,
por el existir, pregunta que a su vez está incluída
lo máximamente valioso, y se le sirve; cuando es,
en la pregunta fundamental por el sentido del ser
precisamente, el valor el embozo enervado y gasta-
(no del ente) . _
LA Ei>nr:A DELA? IMAGEN DEL MUNDO v _
. 583

do de la objetividad del ente devenido insignifican- y extrañante en él. La frase de Protágoras reza:
te y sin hondura. Nadie muere por simples valo- pdnton clzremáton métron estìii ¿nt/zropos, tôn mèn
res. Obsérvese, para aclarar el siglo XIX, la sin- órzton /:os éstin, tôrz de me órzton /:os ouk éstin
gular posición intermedia de Hermann Lotze, que (ver Platón, T/zeaetet, 152).
al par interpretó las ideas platónicas como valores “De todas las cosas (que el hombre tiene en uso
y bajo el título “Microcosmos” emprendió el Eri- y empleo y por eso siempre alrededor de sí, elzré-
sayo de ima Antropología (1856), que alimentaba mata chrêst/tai) es el hombre (cada cual) la medi-
aún con el espíritu del idealismo alemán lo noble da, de los presentes de que así se presenten como
y sencillo de su modo de pensar, pero que tam- se presentan, de aquellos empero a los que está
bién lo abría al positivismo. Porque el pensar de vedado presentarse, de que no se presenten”. El
Nietzsche quedó preso en la representación del va- ente, cuyo ser está por decidirse, es comprendido
lor, tiene que expresar lo que le es esencial en aquí como lo presente, que rodea al hombre, y
una forma retrospectiva, como transmutación de que desde sí se presenta en este ámbito. Pero ¿quién
todos los valores. Sólo cuando se logra compren- es el hombre? Platón da en ese mismo lugar la
der el pensar de Nietzsche independientemente de información, al hacer decir a Sócrates: Oukoân
la representación de valor, llegamos al punto des- ozítos pos légez', /ios /:oía men /zékasta emoì phai-
de el cual la obra del último pensador de la Meta- netai, toiaúta men éstin emoi, /¡oía de soì toiaâta
física es concebida como una tarea del preguntar y de ati soi. dm:/zropos de sú te kai egó (“¿No en-
la oposición de Nietzsche contra Wagner como la tiende él (Protágoras) en algún modo así: como
necesidad de nuestra historia. en cada caso cada cosa se me presenta, de ese as-
(7) La correspondencia, pensada como rasgo pecto es (también) para mí; y como, empero, a ti,
fundamental del ser del ente, anticipa muy deter- de tal modo es para ti? Hombre eres tú, empero,
minadas posibilidades y modos de poner en obra como yo”.
la verdad de este ser dentro del ente. La obra de El' hombre es aquí -según esto- cada cual (yo
arte de la Edad Media y la falta de imagen del y tú y él y ella) ¿Y este egó (yo) no ha de iden-
mundo en esa época van emparejadas. tificarse con el ego cogito de Descartes? Iamás;
(8) ¿Pero no se atrevió, en época de Sócrates, pues todo lo esencial que con igual necesidad de-
un sofista a decir: el hombre es la medida de to- termina las posiciones fundamentales metafísicas
das las cosas, de las que son, que sean, y de las en Descartes y Protágoras es, en ambas, diferente.
que no son, que no sean? ¿No suena esta frase de Lo esencial de una posición fundamental metafísi-
Protágoras como si fuese de Descartes? ¿No es fi- ca comprende:
nalmente concebido por Platón el ser del ente co- 1. El modo y manera en que el hombre es hom-
mo lo mirado, como idea? ¿No es para Aristóteles bre, es decir, él mismo; el modo esencial de la
la referencia al ente como tal la theoría, el puro “mismidad”, que no se confunde con la “yoidad”,
mirar? Sin embargo, aquella frase sofística de Pro- sino que se determina desde la referencia al ser
tágoras está tan alejada del subjetivismo como de como tal;
Descartes la posibilidad de invertir el pensar grie- 2. La _interpretación esencial del ser del ente;
go. Ciertamente se realiza por el pensar de Platón 3. El proyecto esencial de la verdad;
y por el preguntar de Aristóteles un cambio de- 4. El sentido en que el hombre es, aquí y allá,
cisivo en la interpretación del ente y del hombre, medida.
pero este cambio permanece aún dentro de la ex- Ninguno de los momentos esenciales de la po-
periencia fundamental griega del ente. Esta inter- sición fundamental metafísica se puede entender
pretación es precisamente como lucha contra la segreg-ado de los demás. Cada uno indica ya el
sofística tan decisiva que se hace dependiente de todo de una posición fundamental metafísica. Por
ella y se convierte en el acabamiento de lo griego, qué y en qué medida, precisamente, estos cuatro
acabamiento que, mediatamente, prepara, en par- momentos sostienen y ensamblan, con antelación,
te, la posibilidad de la Edad Moderna. Por ello ha una posición fundamental metafísica, esto -digo-
podido ser considerado más tarde -no sólo en la no es preguntable ni respondible a partir de la Me-
Edad Media sino a través de la Edad Moderna- tafísica ni a través de ella. Esto ya está dicho a
el pensar platónico y aristotélico como el pensar partir de la superación de la Metafísica.
griego por antonomasia, y todo pensar pre-plató- Para Protágoras, es cierto, está el ente referido
nico únicamente como una preparación para Pla- al hombre como egó (yo). ¿De qué especie es esta
tón. Porque se ve, a causa de una larga costum- referencia al yo? El egó (yo) permanece en el ám-
bre, lo griego a través de una interpretación hu- bito de la descobertura que le es adjudicado como
manística, por ello nos está vedado re-pensar el cada cual. De esta suerte intelige todo lo presente
ser, que se abrió a la antigüedad griega, de modo en este ámbito como siendo. El' inteligir de lo pre-
que le dejemos conservar lo que hay de propio sente se funda en el permanecer dentro del ám-
286__ _ _ _ ANALEs DELA UNivEEsiDAD DE CHILE

Una cosa es la conservación del en cada caso li-


bito de la descobertura. Por el permanecer donde
mitado ámbito de la descobertura por el inteligir
lo presente es la pertenencia del yo -a lo presente.
de lo presente (el hombre como métron -medi-
Este pertenecer a lo presente abierto delimita a
da-); otra, el proceder en el campo despojado
éste frente a lo ausente. De este límite recibe y
de límites de la posible objetivación a través del
guarda el hombre la medida para lo presente y lo
cálculo de la representación accesible para cual-
ausente. En esta limitación a lo en cad-a caso des-
quiera y para todos obligatoria.
cubierto se da al hombre la medida que limita a
Todo subjetivismo es imposible en la sofística
un “mismo” en cada caso a ser éste o aquél. El
griega porque aquí el hombre no puede ser sab-
hombre no da desde una “yoidad” segregada la
¡ieetum; no puede devenir esto porque aquí el ser
medida a la cual ha de someterse todo ente en su
es presencia, y la verdad descobertura.
ser. El hombre de la relación fundamental griega
al ente y su descobertura es métron (medida) en En la descobertura acontece la p/iantasía, esto es
cuanto se hace cargo de l-a mesura del ámbito de el lograr-la-aparición de lo que se hace presente
la descobertura restringido en vista del yo, y con como tal para el hombre que se hace presente hacia
ello reconoce la cobertura del ente y la indecidibili- lo que aparece. El hombre en cuanto sujeto re-
dad respecto de su presencia 0 ausencia, así como presentante (que tiene representaciones) fantasea,
en cuanto al aspecto de lo que es esencialmente. es decir, se mueve en la imaginatio en cuanto su
Por eso dice Protágoras (Diels, Fragmente del Vor- representar imagina el ente como lo objetivo en
sokatiker; Protagoras B, 4): perì men t/zeôrz ouk el mundo como imagen. _.
éelio eidénai, oút/1'/ios eisin, aútb'/tos oak eisin, (9) ¿Cómo se ha llegado a que el ente se inter-
oz-it//lzopoioi tines idéan. “De saber (esto es en prete de un modo tan acentuado como sabjeetum
griego: tener una visión de. . algo sobre los dio- y por lo tanto haya logrado lo subjetivo el domi-
ses, claro está, no soy capaz, ni que sean, ni que nio? Pues hasta Descartes -y todavía dentro de
no sean, ni cómo son en su aspecto” (idéa). su Metafísica- es el ente, en cuanto que es ente,
Pollà gar ta kolúoata eidénai, bé t' adelótes kai un subjectum (bupo-keimerzorz), algo que yace an-
brae/zas òn /zo bios tod aathrópou. “Mucho empero te uno, que como tal simultáneamente yace como
es lo que impide inteligir el ente como tal: tanto fondo de sus propiedades permanentes y estados
la no-apertura (cobertura) del ente como lo breve cambiantes. La preeminencia de un sujeto privile-
del curso histórico del hombre”. giado porque es, en sentido esencial, incondicio-
¿Podemos entonces admirarnos que Sócrates en nado -como fondo del fundamento--, nace de la
vista de esta prudencia de Protágoras diga de él pretensión del hombre a un ƒzmdamentum abso-
(Platón, T/zeaetet, 152-b): eikôs méntoi sopbòn latam inconcussam veritatis (a un fundamento
:ladra mà lerein. “Es de presumir que él (Protá- -que repose en sí y sea inconmovible- de la ver-
goras) como hombre sabio (a propósito de su frase dad en el sentido de la certeza) ¿Por qué y cómo
sobre el hombre como métron) no charle simple- se satisface en forma decisiva esta pretensión? La
mente”. pretensión nace de aquella liberación del hombre,
La posición fundamental metafísica de Protágo- en la cual se libera de la obligatoriedad de la ver-
ras es sólo una restricción -y esto significa tam- dad de la Revelación cristiana y de la enseñanza
bién una conservación- de la posición fundamen- de la Iglesia hacia la dación de leyes para sí mis-
tal de Heráclito y Parménides. La sofística es sólo mo y que se coloca sobre sí mismo. Por esta libe-
posible sobre la base de la soplzia, esto es de la in- ración es renovada la esencia de la libertad, esto
terpretación griega del ser como -presencia y de es la vinculación a algo obligatorio. Pero como en
la verdad como descobertura, descobertura que a virtud de esta libertad es el hombre mismo quien
su vez continúa siendo una determinación esencial estatuye lo obligatorio, puede ser éste, en adelante,
del ser, por lo cual se determina lo presente a par- determinado de diversa manera. Lo obligatorio
tir de la descobertura y la presencia de lo descu- puede ser la razón humana y su ley o el ente ins-
bierto en sí. ¿Hasta qué punto está alejado Des- talado y ordenado objetivamente según la razón o
cartes del comienzo del pensar griego? ¿En cuánto aquel aún no ordenado caos que debe ser aun do-
es diferente la interpretación del hombre que lo meñado por la objetivización, que exige en una
representa como sujeto? Precisamente porque en época su subyugación.
el concepto del subjectum vibra aún la esencia Esta liberación se libera -sin saberlo- todavía
griega del ser, el /zstpokeist/mi del /zupokeímenon a partir de la vinculación a la verdad de la Revela-
-el subyacer del subyacente-, en forma de la pre- ción, en que al hombre le es asegurada y certifi-
sencia devenida, incognoscible e incuestionable (es- cada la salud de su alma. La liberación de la certe-
to es, lo permanentemente ante nosotros), es po- za de salvación según la Revelación tuvo que ser,
sible ver --gracias a ella- la esencia de la mudan- en sí, una liberación /zacia una certeza en que el
za de la posición fundamental metafísica. hombre se asegura la verdad como lo sabido de su

'I

- -¬_
LA EPocA DE LA IMAGEN DEL MUNDO 287

propio saber. Esto sólo es posible si el hombre que en este sentido esencial y nuevo. El subjectum, la
se liberaba afianzaba en sí mismo la certeza de lo certeza fundamental, es el siempre afianzado es-
sabible. Tal cosa podía, sólo, empero, acontecer en tar-también-representado del hombre re-presentan-
cuanto que el hombre decidiese por sí y para sí te juntamente con el ente humano o no-humano
lo que es sabible para él y lo que debe significar representado, esto es lo objetivo. La certeza funda-
saber y afianzamiento de lo sabido, es decir, certe- mental es el indudable en todo momento represen-
za. La tarea metafísica de Descartes se hizo, pues, table y representado me cogitare :-._ me esse. Esta
ésta: crear el fundamento metafísico a la libera- es- la ecuación fundamental de todo calcular del re-
ción del hombre a la libertad, como autodetermi- presentar que se afianza a sí mismo. En esta cer-
nación cierta de sí misma. Este fundamento no te- te-za fundamental está seguro el hombre de que
nía solamente que ser a su vez cierto sino que él', como el re-presentante de todo re-presentar (y
-porque estaba vedado el recurso a medidas de con ello de todo el ámbito de todo lo que está
otro ámbito- había de ser de tal modo que por representado y así de toda certeza y verdad) está
él fuese estatuída la esencia de la libertad preten- afianzado, lo que significa ahora: es. Sólo porque
dida como -auto-certeza. Pero todo lo que es cierto el hombre está de este modo co-representado en
desde sí mismo tiene que afianzar al mismo tiempo la certeza fundamental (en el ƒzmdamentum abso-
a aquel ente para el cual es cierto tal saber y por latum ineozzcussum del me eogitare : me esse),
el cual ha de ser afianzado todo lo sabible. El ,sólo porque el hombre que se liberta hacia sí pro-
ƒundamentum, el fondo de esta libertad, lo que le pio, pertenece necesariamente al sabjeetum de esta
subyace, el subjectum tiene que ser cierto, un algo libertad, únicamente por eso puede este hombre y
con certeza que satisfaga los requerimientos esen- tiene este hombre que devenir el ente privilegiado,
ciales citados. Un subjectum privilegiado en todos un sztbjeetum, que en vista de ser el ente 'primera-
estos respectos se hace necesario. ¿Cuál es este mente verdadero (esto es: cierto) tiene preceden-
[algo] cierto que forma el fundamento y da fon- cia sobre todos los demás subƒeeta. Que en la ecua-
do? El ego cogito (ergo) sum. Lo cierto es una ción fundamental de la certeza sea nombrado el
frase que dice que simultáneamente con el pensar ego, así como es también después nombrado en el
del hombre él mismo está indudablemente presen- subjectum propiamente dicho, no significa que el
te, lo que quiere decir ahora: es dado también a hombre sea determinado ahora como “yoico” y
sí mismo. Pensar es re-presentar, referencia re- egoísta. Sólo quiere decir esto: el ser sujeto es aho-
presentante a lo representado (idea como pereeptio). ra el distintivo del hombre como ser pensante y re-
Representar significa aquí: desde sí mismo colo- presentante. El yo del hombre no se pone al servi-
car algo delante de sí y poner en [lugar] seguro cio de este subjectum. La certeza que yace en el
lo colocado. Este colocar en [lugar] seguro tiene fondo de éste es -por cierto- subjetiva, esto es
que ser ,un calcular, pues sólo la calculabilidad ga- que rige en la esencia del subƒectum, pero no egoís-
rantiza de antemano y permanentemente el estar ta. La certeza es ob-ligatoria para todo yo como
cierto de lo que ha de representarse. El (re)pre- tal, es decir como sabjectum. De igual modo es
sentar no es más el inteligir (advertir) de lo pre- obligatorio para cada cual todo aquello que quiere
sente, ai cuya descobertura pertenece el inteligir ser comprobado como afianzado por la objetiva-
mismo, siendo -en verdad- una manera de pre- ción re-presentante, y por lo tanto como siendo. A
sentarse a lo presente descubierto. El representar esta objetivación, empero, que al mismo tiempo
no es más el des-cubrirse para.. ., sino el concebir 'sigue siendo lo decisivo respecto de lo que podrá
y apoderarse de. _ . No rige lo presente, sino domi- ser considerado como objeto, no puede sustraerse
na el ataque. El representar es ahora, según la nada. A la esencia de la subjetividad del subjec-
nueva libertad, un proceder por sí en el ámbito tum, y del hombre como sujeto, pertenece la in-
-que todavía ha de afianzarse- de lo afianzado. condicionada ilimitación del ámbito de posible ob-
El ente ya no es más lo presente sino lo o-puesto jetivación y del derecho a decidir sobre ésta.
por la representación, lo ob-jetivo. Re-presentación Ahora se ha aclarado también en qué sentido
es ob-jetivación pro-cedente y dominante. El repre- quiere y tiene que ser el hombre como sujeto me-
sentar junta así todo en la unidad de lo así objeti- dida y centro del ente, es decir, ahora, de los obje-
vo. Representar es coagitatio. tos. El hombre no es más métron en el sentido de
Toda relación a algo, el querer, el tomar posi- la mesura del' inteligir, en cada caso, en el ám-
ción, el sentir, es de plano re-presentatio, es cogi- bito de la descobertura de lo presente, que en cada
rans, aquello que se traduce por "pensar". Por eso caso presencia el hombre. Como subjeetum es el
puede Descartes aplicar el nombre, al comienzo hombre la co-agitatio del ego. El hombre se esta-
extraño, de cogitatio a todos los modos de la vo- tuye a sí mismo como el patrón de todas las me-
limtas y del aƒƒeetus, a todas las actíones y passio- didas, con las cuales se mide y calcula lo que ha
aes. En el ego cogito sum se entiende el eogitare de considerarse como cierto, esto es: verdadero, es-
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ANALES DE LA UN1v1-:Rsimn DE C1-111.12
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bre histórico, ni jamás lo será. Una pasajera som-


to es: siendo. La libertad es nueva como libertad
bra producida por las nubes sobre un país oculto,
del subjeczum. En las Medizationes de prima phi-
esto es el obscurecimiento que aquella verdad co-
Zosophia la liberación del hombre a la nueva liber-
mo certeza de la subjetividad (que fué preparada
tad es colocada sobre su fundamento, el subjec-
por la certeza de salvación del Cristianismo) de-
tum. Ni la liberación del hombre moderno comien-
rrama sobre un acontecimiento que a ella le está
za a partir del ego cogito ergo sum, ni es la Meta-
física de Descartes sólo la Metafísica en el sentido vedado de experimentar.
(10) Antropología es aquella interpretación del
de una ideología posteriormente suministrada a esa
hombre que en el fondo ya sabe lo que es el hom-
libertad (y por lo tanto exteriormente añadida a
bre y por lo tanto nunca puede preguntar quién
ella). En la eo-agz`ze2tz'o reúne el representar todo
lo objetivo en la juntura de la representación. El es. Pues con esta pregunta tendría ella que reco-
nocerse así misma que está conmovid-a y superada.
ego del eogítare encuentra ahora su esencia en la
¿Cómo se podría pedir esto a la Antropología cuan-
conjunción de la representación, que a sí propia
se afanza: en la con-scientia. Esta es la composi- do, precisamente, tiene que afianzar a posteriori
ción representante de lo objetivo con el hombre el auto-afianzamiento del subjectum?
(11) Pues ahora se realiza el' refundirse de la
re-presentante en el campo de la representación
por él guarecida en su verdad. Todo lo presente esencia moderna -que ha llegado a su perfección-
en lo sobreentendido. Sólo cuando esto esté afianza-
recibe de ella el sentido y el' modo de su presencia,
esto es el de la presencia en la re-presentación. La do en, una cosmovisión 1 crece el osible suelo nu-
con-scientia del ego como subjectum de la co-agi- tricio para una originaria cuestionabilidad del ser
mtío determina, como subjetividad del sujeto así que abra el ámbito de la decisión referente a si
señalado y privilegiado, el ser del ente. el ser es de nuevo capaz de un Dios, o de si la
Las Meditationes de prima philosophia adelan- esencia de la verdad del ser requiere, más origina-
tan los caracteres de la Ontología del' subjectum riamente, la esencia del hombre. Sólo allí donde la
plenitud de la Edad Moderna alcanza la desconsi-
desde el punto de vista que mira a la subjetividad
determinada como com-eiemz`a. El hombre ha de- deración en su propia grandeza se prepara la his-
venido el subjeetum. Por eso puede él -según se toria venidera.
conciba y quiera a sí mismo- determinar y cum- (12) El americanismo es algo europeo. Es la va-
plir la esencia de la subjetividad. El hombre como riedad (todavía incomprendida) de lo gigantesco,
ser racional de la época de la Ilustración no es me- aún desvinculado y que todavía no surge de la esen-
nos sujeto que el hombre que se concibe como na- cia plena y recogida de la Edad Moderna. La inter-
ción, se quiere como pueblo, se cultiva como raza pretación americana del americanismo por el prag-
y finalmente se confiere poderes de Señor del globo matismo queda aún fuera del ámbito metafísico.
terráqueo. En todas estas posibilidades fundamen- (13) El opinar cotidiano ve en la sombra única-
tales de la subjetividad -porque el hombre queda mente la falta de luz, si no acaso su negación. En
determinado siempre como yo y tú, como nosotros 'verdad es la sombra la evidente -si bien impene-
y vosotros- es posible un diferente modo de la trable- atestación del oculto iluminar. Según este
“yoidad” y del egoísmo. El egoísmo subjetivo, pa- concepto de la sombra experimentamos nosotros lo
ra el cual -generalmente sin que lo sepa- el yo incalculable como aquello que, sustraído a la re-
está anteladamente determinado como sujeto, pue- presentación, es, sin embargo, evidente en el ente
de ser derribado por el enrolamiento de lo “yoi- y denuncia al ser oculto.
co” en el nosotros. Por ello sólo gana la subjetivi- (14) ¿Y qué acontecería si el rechazo mismo
dad en fuerza. En el imperialismo planetario del tuviera que volverse l`a más alta y dura revelación
hombre técnicamente organizado alcanza el subje- del ser? Entendido desde la Metafísica (esto es
tivismo del hombre su suprema cumbre, de la cual desde la pregunta por el ser en la forma de ¿qué
puede descender al plano de la uniformidad or- es el ente?) se revela primeramente la oculta esen-
ganizada e instalarse en ella. Esta uniformidad de- cia del ser como rechazo, como lo absolutamente
viene el más seguro instrumento del más comple- no siendo, como la Nada. Pero la Nada es -como
to -esto es: técnico- dominio sobre la tierra. La lo nádico del ente- el más decidido contrario de
libertad moderna de la subjetividad se resuelve to- lo simplemente nulo. La Nada nunca es nada, ni
talmente en la objetividad adecuada -a ella. El hom- tampoco un algo en el sentido de un objeto; es el
bre no puede abandonar, por sí, este destino de su ser mismo, cuya verdad será traspasada al hombre
esencia moderna o interrumpirlo por una senten- cuando se haya superado como sujeto, esto es cuan-
cia basada en la fuerza. Pero el hombre puede con- do no represente más como objeto al ente.
siderar -adelantándose con el pensamiento- que (15) Este “entre” abierto es el existir (estar-ahí),
el` ser sujeto de la humanidad no ha sido jamás la entendiéndose la palabra en el sentido del ámbito
única posibilidad de la esencia incipiente del hom- ec-stático -de la descultación y ocultación del ser.

l .-
La EPOCA DE LA IMAGEN DEL MUNDO , ,___ 3 _ s s 289

- APENDICE

Nos es grato presentar -como colaboración del Qué no es y qué debe ser la persona, “Revista Cu-
profesor Manuel Gonzalo Casas, de la Universidad bana de Filosofía”, número 2, La Hab-ana,
de Tucumán- una lista de textos de Heidegger en 1951.
traducción castellana: El origen de la cbra de arre, traducción de Fran-
La esencia del ƒzindamenzo, traducción por A. Go- cisco Soler Grìma, en “Cuadernos Hispano-
ller de `š/Valther, “Sustancia”, número 4, Tucu- americanos”, números 25-27, Madrid, 1952. Pu-
mán, Argentina, 1940; traducción por I. D. blicado junto con una introducción de Fran-
García Bacca, México, Séneca, 1944 (junto con cisco Soler y un vocabulario filosófico de Hei-
Hölderlin y la esencia de la poesía). degger, bajo el título “El origen de la obra de
Que' es la metafísica, traducción X. Zubiri, “Cruz arte y la verdad en Heidegger”, por Ediciones
y Raya”, 6, 1933, Madrid (El Clavo ardiendo, de la Universidad Nacional de Colombia, Bo-
México, 1941); traducción Raimundo Lida, gotá, 1953.
Revista “Sur”, 5, 1932., Buenos Aires. ¿Qué significa pensar?, traducción por Hernán
El retorno al fundamento de la mezafisica. (Intro- Zucchi, en “Sur”, 215-216, Buenos Aires, 1952.
ducción a la quinta edición alemana de Qué Traducción de Francisco Soler, Rev. “Mito”,
es metafísica, aparecida en Alemania en 1949). 3, Bogotá, 1956.
Traducción de Aníbal del Campo, Revista De la experiencia del pensar, traducción por I. M.
“Número”, 13-14, Montevideo, 1951; traduc- Valverde, “Cuadernos Hispanoarnericanos”,
ción de Rafael Gutiérrez Girardot, “Ideas y número 20, Madrid, 1954.
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drid, 1952. ción por Norberto V. Silvetti, “Cuaderno-s de
Hölderlin y la esencia de la poesía, traducción G. Filosofía”, 10-12, Buenos Aires, 1953; traduc-
F., Revista “Escorial”, número 10, Madrid, ción de I. D. García Bacca, Universidad de
1943; traducción de I. D. García Bacca, colec. Chile, 1955.
Arbol, edit. Séneca, México, 1944. (Iunto con La cosa, traducción por Rafael Gutiérrez Girardot,
La esencia del fundamento). en “Ideas y Valores”, 7-8, Bogotá, 1953; la
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de Cultura Económica, México, 1951. (Cono- de Córdoba", Argentina, año XI_.,_número 1,
cemos una publicación de la Introducción, he- 1953.
cha por Gaos en “Filosofía y Letras”, número
Kant y el problema de la metafísica, traducción de
8, México, 1942, con ligeras variantes respecto
Gred Ibschev Roth, que revisó Elsa C. Frost,
de la edición definitiva en el libro).
Fondo de Cultura Económica, México, 1954.
Carta sobre el humanismo, traducción por Alberto
Introducción a la metafísica, Estudio preliminar
Wagner de Reyna, “Realidad”, 7-8, Buenos
y traducción de Emilio Estiú, edit. Nova, Bue-
Aires, 1948; lns. de Invest. Culturales Fac. de
nos Aires, 1956.
Filosofía-, Universidad de Chile, 1955.
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Astrada, “Cuadernos de Filosofía”, número 1, ción del estudio preliminar de Heidegger por
Buenos Aires, 1948. (Esta traducción se hizo Hernán Zucchi y traducción de los poemas de
sobre una versión taquigráfica de la conferen- Trakl por Wolfgang von Harder, Narciso
cia que editó Klostermann, en 1943),|_traduc- Poussa y I. Rémy, Ediciones Carmina, Buenos
ción por Humberto Piñera Llera, en “Revista Aires, 1956.
Cubana de Filosofía”, número 10, 1952 (de la De la experiencia del pensar, traducción de Ramón
segunda edición de Klostermann, 1949). Barce, Indice, números 100-101, Madrid, abril-
La voz del camino,_traducción en “Cuadernos His- mayo de 1957.
panoamericanos”, número 5, Madrid, 1950 (da- ¿Qué es eso, la Filosofía? traducción de Víctor Li
to no controlado, que tomo de Salvador Gó- Carrillo, con introducción especial de Martín
mez Negales, Bibliografía principalmente bis- I-leidëgger. Editorial Universitaria, San Mar-
prínica sobre el exisrencia.lismo, “Pensamiento”, cos, Lima, Perú, 1958.
número 38, Madrid, 1954); traducción en “No- La pregunta por la técnica, traducción de Francisco
tas y Estudios de Filosofía”, número 5, Tu- Soler Grìma, Revista de Filosofía, Santiago de
cumán, 1951. chile, v-;›1.v, N.° 1, 1958.
l9_Anales. _ .

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