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Introducción
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grosor, las fibras más afectadas son las de tipo II ya que son las que se pierden con
mayor rapidez debido al aumento de oxidación.
En cuanto a la sarcopenia está se asocia con enfermedades no malignas, edad u
obesidad y es una condición caracterizada por pérdida de masa muscular y fuerza
muscular, está perdida conllevaría a un aumento de la probabilidad de caídas y
perdida de autonomía, en suma disminución en la funcionalidad del paciente.
Además suele ser un factor predictor de mortalidad en pacientes con cáncer como
páncreas, tracto biliar, pulmón, colorrectal e hígado. Para diagnosticar la sarcopenia
se utilizan diferentes métodos entre ellos la antropometría que sería medir el Área
Media del Brazo, entre otros, pero hasta el momento se menciona que el mejor
predictor de sarcopenia está la Técnica de Imagen mediante TC que nos dice el
índice esquelético la cual predice la masa libre de grasa y masa grasa total, se
observa principalmente a la altura de la L3, se correlaciona con composición
corporal para definir sarcopenia.
3. Órganos afectados por la pérdida de masa muscular
En este punto se pudiera explicar por qué el paciente llega a un estado de
malnutrición ya que en cuanto al Sistema Nervioso Central en el cerebro se alteran
determinados mediadores hipotalámicos lo que ocasiona anorexia y si a esto le
agregamos una reducción parcial de percibir olores y sabores, estará comprometida
su situación nutricional, por lo tanto la pérdida de peso será significativa. El corazón
también se ve implicado ya que siendo musculo hay atrofia del mismo en este caso
hay un incremento en el consumo energético y liberación de mediadores
inflamatorios. En cuanto al Aparato digestivo hay pérdida de función y mala
absorción, existe una alteración en la producción de la Ghrelina, que recordando es
una hormona del hambre y además es una proteína y esto conlleva también a
malnutrición. En el hígado disminuye la síntesis de proteínas principalmente la
albumina. En cuanto al tejido adiposo incrementa la lipolisis, y la liberación de ácidos
grasos y mediadores de inflamación. El tejido adiposo marrón se ve implicado en el
incremento de la termogénesis.
4. Tratamiento
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Principalmente creo que debe ser sinérgico ya que la complementariedad de dar un
tratamiento e intervenciones nutricionales radican en el hecho de que la malnutrición
es un indicador pronóstico independiente de mala respuesta al tratamiento y de
disminución de supervivencia y el tratamiento antineoplásico que reduzca la acción
pro inflamatoria de la masa tumoral.
En cuanto a la nutrición estabilizar al paciente con las perdidas proteicas e
incrementar las calorías 1.5Kcal/ml. En la nutrición enteral oral administrarla junto
con ácidos grasos omega 3. De ser necesario ayudar con estimulantes del apetito.
Y junto con su nutrición recomendar actividad física para regular el anabolismo
muscular, el metabolismo energético y sensibilidad a la insulina, el ejercicio deberá
ser de preferencia (y previa valoración del paciente) aeróbico y de resistencia.
Conclusión.
Existen múltiples alteraciones metabólicas que ponen en peligro la vida del
paciente neoplásico. La situación clínica aumenta la incidencia de complicaciones
y contribuye al deterioro de la calidad de vida. La malnutrición es un estado de
nutrición en el cual una deficiencia, proteínas y otros nutrientes causan efectos
adversos sobre tejidos, forma corporal, función y respuesta clínica, la disponibilidad
reducida de nutrientes es pues el componente que juega un papel de la patogénesis
de la caquexia cancerosa, su consecuencia es la pérdida importante de la masa
muscular y del tejido adiposo, un elevado catabolismo proteico y deterioro
nutricional progresivo. Además de un importante impacto en la morbilidad y
mortalidad del paciente, así como en su calidad de vida.
Además del manejo farmacológico debe ser sinergico; creo yo que como el deterioro
nutricional es el que más se impacta en este tipo de pacientes, se requiere enfocar
esfuerzos en intervenciones terapéuticas tempranas guiadas por el estado
nutricional del paciente, la evolución de la enfermedad y los factores condicionantes,
como la orientación dietética, el apoyo nutricio con fórmulas especializadas
administradas por vía enteral o parenteral y la modulación farmacológica.
Bibliografía
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Mlján de la Torre, A. (2016). El músculo, elemento clave para la supervivecia en el
enfermo neoplásico. Nutrición Clínica, Pp. 11-16.