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Design Thinking es una metodología de diseño con el fin de idear soluciones a problemas.
Es extremadamente útil para abordar problemas complejos que pueden o no estar bien
definidos. La idea es realizar un planteamiento de la solución centrada en el humano, por lo
tanto la usabilidad y la amigabilidad con el usuario son primordiales. La idea es hacer un
diseño basado en prototipos para poder tener mayor interacción con los usuarios y tener un
feedback más efectivo y eficaz. Las fases de esta metodología son empatizar, definir, idear,
prototipar y testear.
Empatizar se refiere a la capacidad de cada quién de ponerse en los zapatos del otro. En
este contexto se refiere a ponerse en los zapatos de cada uno de los posibles usuarios,
intentar entender qué es lo que desean hacer, cómo lo quieren hacer y por qué.
Si bien no es sencillo obtener toda esta información, hay una serie de técnicas propuestas
por la academia para poder lograrlo, y con base a esta información será mucho más sencillo
poder definir claramente el problema y la solución a resolver.
Una vez las oportunidades se han definido claramente, es posible empezar con la
generación de soluciones novedosas. Esta es una fase clave al intentar resolver un
problema con éxito, puesto que la solución propuesta será la que determine el uso y la
aplicación real de la misma.
Sin embargo, lo más posible es que no se dé con la solución perfecta en las primeras
iteraciones, esta metodología permite refinar la misma con cada interacción posterior con
los usuarios.
En esta fase, la idea es mantener un contacto con el usuario constante para asegurarse que
la implementación de la solución sea muy adecuada para resolver las preocupaciones de
cada uno de ellos, para realizarlos existen también una infinidad de herramientas y técnicas.
Es la manera más fácil de dar a entender lo que se desea realizar y la manera más efectiva
de saber qué es lo que el usuario desea y necesita.