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El ajuste de clavijas

Tengo entendido que la conicidad de las clavijas cambioó , ya en los 60’s, de 1:20 a
1:30 por razones teó cnicas. La rima de 1:20 tiene mayor aó ngulo que la de 1:30. Esto
significa que, en la primera, en 20 mm de longitud de la rima, el diaó metro aumenta
1 mm, y en la rima 1:30, en 30 mm de longitud de la rima el diaó metro aumenta 1
mm.
Hoy es la primera vez que me entero de que hay (o puede haber) diferencias de
conicidad por tipo de instrumento. El principio de la conicidad de las clavijas se
basa en dos elementos: presioó n y friccioó n.
Intentareó explicar ambos y, de ser necesario, lo cual no dudo, abundaremos en ello
despueó s. Para ello parto de las siguientes premisas:
 La conicidad de la clavija tiene que ser la misma que la de su(s)
respectivo(s) agujero(s), tomando en cuenta que en el clavijero son dos
paredes para lauó des e instrumentos de cuerda frotada (salvo la lira da
braccio) y de una pared o palma en la lira y la guitarra barroca, vihuela y
jaranas.
 El trayecto de la pared del cono de la clavija y su respectivo agujero es recto
en sentido longitudinal, convergente con el eje o centro de la clavija.

La clavija, al ser introducida en el agujero del clavijero que la recibe, ejerce presioó n
en la pared del agujero respectivo. A mayor presioó n de la clavija en el agujero,
mayor presioó n de la clavija en la pared. La presioó n de la clavija en la pared genera,
al girar la clavija, friccioó n. Esta friccioó n ofrece resistencia al mover o girar la clavija,
y por ello permite que la clavija permanezca en su lugar al ser afinada: para ser
afinada, la fuerza para vencer la resistencia que ofrece la friccioó n tiene que ser
mayor que la fuerza con que la cuerda estaó tensada. Es un problema de palancas
(ver artíóculo de palancas en Wikipedia), en la cual la pasta que se le aplica es
lubricante abrasivo (ver maó s adelante): el hecho de que exista una cabeza en la
clavija, que aumenta el diaó metro de clavija al doble o triple de eó sta, aparte de ser en
esencia plana, es porque otorga mayor fuerza a la clavija para vencer la resistencia
de la friccioó n que la pared del clavijero ofrece a la clavija. Por si hay dudas: ajusten
una clavija maó s larga a un clavijero (incluyendo la pasta) y luego corten la cabeza
de la clavija y traten de mover eó sta: ¿se puede? Ahora perforen la clavija cerca de su
extremo exterior e introduzcan un perno. Traten de girar la clavija con el perno:
¿ayuda?

El cono (como tal): me voy a los extremos, recurso que me ha ayudado a


comprender muchos fenoó menos fíósicos. El cono es un perno redondo y sus lados
no son paralelos: convergen con respecto al eje del perno. Por lo tanto, sus aó ngulos
extremos estaó n: a) en sus lados paralelos al eje (cilindro), con lo cual podemos
ubicar el aó ngulo de convergencia en 0º (con respecto al eje del perno), y b) a
medida que vamos abriendo los lados, llegamos a 90º con respecto al eje del perno,
en el cual el cono ya no existe. Cualquier perno de sección redonda es cónico, si
sus lados son convergentes, es decir, mayores a 0º y menores a 90º con
respecto a su eje.

El cono de la clavija: el perno de la clavija que penetra en el clavijero es un cono


truncado; no termina en punta. Por ello, sus líómites de apertura de aó ngulo estaó n

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entre los aó ngulos de conicidad que la clavija permite, de acuerdo a su longitud, que
en violíón es de maó ximo 35-37 mm, dependiendo del ancho del clavijero y de la
“salida” del perno fuera del clavijero. Su conicidad míónima es 0º con respecto al eje,
siendo sus lados paralelos y, por lo tanto la clavija cilíóndrica. Su conicidad maó xima,
es el aó ngulo que deó la mitad del grosor de la clavija junto a la coronita o anillo, y en
el otro extremo (donde estaó truncado) con un grosor de 0 mm de diaó metro: como
una punta de laó piz. Esto dependeraó de su longitud y del grosor que se estipule en la
salida, que yo aprendíó que debe ser de 6 mm. Variaciones hay un montoó n. Este cono
nos da, al centro del clavijero, un grosor alrededor de 2 mm, poco menos que el
diaó metro del agujero necesario para introducir la cuerda, principalmente la maó s
grave, de tal manera que este cono resulta absurdo, imposible o inuó til.

Si tengo una clavija con un perno cilíóndrico (0º de convergencia o de conicidad),


voy a poder penetrar la clavija, con una perforacioó n cilíóndrica igual al de la clavija a
praó cticamente cualquier punto que quiera. Si comienzo a dar conicidad, y aumento
la conicidad (clavija y perforacioó n en el clavijero iguales), a medida que aumento la
conicidad, la penetracioó n de la clavija en el agujero va a tener un líómite, que,
dependiendo de la presioó n, va a tener un cierto rango, tomando en cuenta maó s o
menos fuerza para empujar la clavija en su perforacioó n respectiva. A medida que
abrimos el aó ngulo del perno de la clavija, este rango va a ser cada vez menor.

A lo que voy es que, para una clavija, sea del instrumento que sea, las leyes fíósicas
son las mismas. Por lo tanto, una vez logrado un punto de equilibrio entre los
factores que intervienen, el aó ngulo o la proporcioó n del cono se mantiene
praó cticamente el mismo para cualquier tipo de instrumento. Sin embargo, un cono
con mayor abertura de aó ngulo con respecto a su eje no tiene el mismo juego de
presioó n que uno con aó ngulo menor: no puedo calibrar tanto la presioó n para que
penetre maó s (o menos) y la clavija tenga maó s (o menos) presioó n sobre las paredes
del clavijero que uno con menor aó ngulo. Teniendo un aó ngulo menor, la rima de
1:30, por ejemplo, la clavija tiene un juego mayor de penetracioó n y puede servir a
damas con menor fuerza en sus dedos, como a un granuja con una fuerza
mayuó scula que todo lo puede mover.

Si los agujeros de las clavijas se abocardan por la tensioó n de las cuerdas, esta
deformacioó n en realidad es míónima, pues la deformacioó n va casi (en el caso de los
instrumentos de cuerda frotada, maó s en los de pulsada, que es totalmente en este
sentido) en direccioó n de las fibras de la madera, o en direccioó n a su corte
transversal, el cual es el corte en el cual la madera tiene mayor resistencia que
paralelo a la direccioó n de la fibra. La madera, en este caso tanto la clavija como el
clavijero, encoge con el transcurso del tiempo en forma irregular, por los cortes, y
se comprimen por la accioó n de la tensioó n de las cuerdas y la constante friccioó n y
presioó n de la clavija en el agujero. Es por ello que las clavijas, despueó s de varios
anñ os de uso, se vuelven ovaladas y de trayecto no recto en sus paredes, igual que el
agujero que las recibe. Clavijas con anñ os de haber sido ajustadas, al girarlas sin la
tensioó n de las cuerdas y con poca presioó n dentro del agujero del clavijero, se
aprietan y se aflojan por ser ovaladas: en un punto coincide el oó valo y se aflojan, en
el otro el diaó metro mayor de una y de otra estaó n en sentido perpendicular y se
aprietan. Es necesario rectificar las perforaciones del clavijero y ajustar nuevas
clavijas, pues las deó cimas que se retiran de sus materiales, de las clavijas y de la

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perforacioó n que las recibe, es tal cantidad, algunas deó cimas de milíómetro, que las
clavijas penetran tanto que ya no son uó tiles.

A medida que se cambian las clavijas, el rectificado de sus perforaciones va


aumentando su diaó metro. Se pueden poner nuevas clavijas con mayor grosor. Pero
la afinacioó n fina va a ser cada vez maó s difíócil. Un perno maó s delgado tiene un
períómetro menor que uno grueso. Con una vuelta de clavija enrollo menos cuerda
en una clavija delgada que con una gruesa. Mientras maó s delgado es el diaó metro de
la clavija, menos cuerda enrollo por vuelta. Esto hace que la afinacioó n sea maó s fina.
Cuando las perforaciones de las clavijas son tan grandes (a veces hasta 9 mm de
diaó metro de salida o diaó metro menor de la clavija), es pertinente rellenar las
perforaciones del clavijero y perforar de nuevo para ajustar clavijas maó s delgadas.

La pasta es un material que contiene por un lado elementos que permiten que la
clavija resbale, se deslice o gire con mayor facilidad, y por el otro elementos que
permiten que, una vez llegado el punto en que se quiere que la clavija quede (la
cuerda estaó afinada), tambieó n permanezca en esa posicioó n. Los muó sicos han
aprendido que, en situaciones de emergencia, jaboó n sirve como lubricante, y polvo
de gis como abrasivo, elementos que le aplican a clavijas que muchas veces ya ni
siquiera estaó n ajustadas. Bueno seríóa que supieran que el ajuste es parte esencial
en el funcionamiento de las clavijas. Y si supieran que una clavija desajustada
concentra su fuerza en soó lo unos puntos, en vez de distribuirla alrededor de toda la
clavija en sus puntos de contacto con la perforacioó n del clavijero, sabríóan por queó
un clavijero se puede rajar tan faó cilmente con clavijas desajustadas.

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