Tema: Violación del derecho de identidad y apropiación de
menores
Profesora: Carolina Noguera
Fecha de presentación: 22/05/17
¿Qué es la figura del desaparecido?
La palabra desaparecido tanto en argentina como en el exterior, se
asocia directamente con la dictadura de 1976 , ya que el terror estatal tuvo como mecanismo la desaparición sistemática de personas que fueron secuestradas, torturadas y finalmente asesinadas por razones políticas y cuyos cuerpos nunca fueron entregados a sus deudos y en su mayoría, todavía permanecen ‘’desaparecidos’’. Lo específico del terrorismo argentino residió en que la secuencia sistematizada dicha anteriormente, tenía como finalidad la sustracción de identidad de la víctima, es decir, de aquello que los definía como humanos. Para llevar adelante esta sustracción, implementaban el método de disociar a las personas de sus rasgos identitarios (se las encapuchaban y se les asignaban un numero en lugar de su nombre); mantenerlas incomunicadas; sustraerles a sus hijos bajo la idea de que era necesario interrumpir la transmisión de las identidades y, por último, adueñarse hasta de sus propias muertes.
¿Qué fue la apropiación sistematica de menores?
El ejercicio sistematico del terror desplegó otro mecanismo
siniestro: la apropiación de menores. Los responsables del terrorismo de Estado consideraban que para completar la desaparición de la forma ideologica que pretendían exterminar, era necesario evitar que esta se transmitiera a través del vinculo familiar. Como dicen las Abuelas de Plaza de Mayo el objetivo principal era que los niños ‘’no sintieran ni pensaran como sus padres, sino como sus enemigos’’.
Muchas mujeres dieron a luz en maternidades clandestinas
(Campo de Mayo, Escuela de mecánica de la armada, Pozo de Banfield, etc.) y fueron separadas de sus hijos cuando estos apenas habían nacido. Las declaraciones de testigos de los nacimientos y de los mismos militares demostraban que había un plan sistematico para sustraer la identidad de los niños.
Las victimas robadas como ‘’botin de guerra’’ fueron
vendidos; abandonados en institutos como seres sin nombre; o dados en adopción fraguando la legalidad, con la complicidad de jueces y funcionarios públicos. De esa manera, el anular sus orígenes los hicieron desaparecer, privándolos de vivir con su legitima familia, de todos sus derechos y de su libertad. Solo unos pocos fueron entregados a sus familias. Búsqueda y recuperación
-¿En que consiste la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo?
¿Y con qué fin se creó? La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no gubernamental que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados desaparecidos por la represión política, y crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños, exigiendo castigo a todos los responsables. Con el fin de localizar los niños desaparecidos Abuelas de Plaza de Mayo trabajan en cuatro niveles: denuncias y reclamos ante las autoridades gubernamentales, nacionales e internacionales, presentaciones ante la Justicia, solicitudes de colaboración dirigida al pueblo en general y pesquisas o investigaciones personales
-Testimonios de Abuelas de Plaza de Mayo:
Rosa Tarlovsky de Roisinblit Nacida el 15 de agosto de 1919 en Moises Ville, Provincia de Santa Fe, República Argentina. Nieta e hija de los primeros inmigrantes para la colonización judía en la Argentina. Transitó las aulas universitarias de Rosario, obteniendo el título de Obstétrica otorgado por la entonces Universidad Nacional del Litoral. Ganó por concurso el cargo de Partera Jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de la ciudad de Rosario. Ya en Buenos Aires, se casó con Benjamín Roisinblit en 1951. Tuvieron una única hija a la que llamaron Patricia Julia. Patricia, su hija de 15 meses Mariana Eva y su compañero José Manuel Perez Rojo fueron secuestrados por la dictadura militar el 6 de octubre de 1978. Patricia estaba embarazada de 8 meses. La niña fue devuelta a su familia, no así el niño nacido en cautiverio. Testimonios de personas liberadas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), indicarían luego que Patricia dio a luz en ese campo de concentración un varón al que puso el nombre de Rodolfo Fernando. A partir del secuestro de su hija, Rosa se incorporó a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Fue designada Tesorera de la Comisión Directiva, cargo que ocupó desde 1981 hasta 1989, cuando pasó a ser la Vicepresidenta de la institución. Desde 1981, asiste anualmente a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Ginebra cuando se reúne la Comisión de Derechos Humanos. Es miembro de ISPCAN (Sociedad Internacional para la Prevención del Niño Maltratado y Abandonado) y de ALACMI (Asociación Latinoamericana contra el Maltrato a la Infancia). Rosa logró encontrar a su nieto en el año 2000, gracias a denuncias recibidas en Abuelas de Plaza de Mayo. Había sido apropiado por un agente civil de inteligencia de la Fuerza Aérea y su esposa. Rosa sigue reclamando justicia por la desaparición de su hija y su yerno, y la restitución de su identidad a todos los nietos apropiados.
Marta Ocampo Casco de Vázquez
‘’A mi hija se la llevaron el 14 de mayo de 1976 a las tres de la mañana junto con su marido, César Amadeo Lugones. Fue de los primeros secuestros. Estábamos en México porque mi marido era Ministro Consejero en la embajada argentina. Nos llamaron a las 5 de la mañana para avisarnos. No entendíamos nada. No sabíamos lo que estaba pasando. Me avisó uno de mis hijos: ‘Mamá, se llevaron a María Marta y a César’. Pero yo no sabía qué quería decir ese ‘se llevaron’. Entonces le pasé el te- léfono a mi marido y salí corriendo a despertar al menor y a buscar otro teléfono para escuchar lo que hablaban. Nunca imaginamos lo que pasó. A los chicos se los lle- varon en un inmenso operativo que empezó a las 11 de la noche y terminó a la madrugada. Se llevaron a siete muchachos. En ese grupo también estaba Mónica Mig- none. Ellas eran compañeras de colegio".
Al igual que la mayoría de las Madres, la noticia de la desapa-
rición de su hija cambió completamente la rutina familiar. En los inicios, el dolor de la búsqueda fue transitado en soledad pero, poco a poco, las Madres fueron acercándose y nucleándose lle- gando a transformarse en un movimiento social de renombre internacional. Estela de Carlotto
Laura, la primera hija de Estela, que fue secuestrada el 26 de noviembre de 1977.
Ella estaba embarazada de dos meses y medio de gestación. Estela comenzó la búsqueda de Laura, sin saber cómo o dónde, solo, con el riesgo de ser secuestrado demasiado. Consecuencia de esa búsqueda, su esposo Guido fue secuestrado y torturado 25 días. Estela comenzó la búsqueda de sus seres queridos, sin saber cómo, ni donde, en soledad, corriendo el riesgo de ser secuestrada, como lo había sido por 25 días su esposo Guido. Laura estuvo detenida-desaparecida en el centro clandestino de detención denominado “La Cacha”, que funcionaba en los alrededores de la ciudad de La Plata. El 26 de junio dio a luz a un niño al cual llamo como su padre, Guido. Tan solo cinco horas pudo estar Laura con Guido, el cual le fue arrebatado cuando volvió a ser trasladada a “La Cacha”. El 25 de agosto de 1978 Laura fue asesinada por el personal militar del área operacional 114. Su cuerpo les fue entregado a sus padres. Su hijo Guido continúa desaparecido. En 1978 Estela se unió a un grupo de mujeres que sufren la misma situación y habían comenzado a luchar juntas hace unos meses para localizar a sus hijos y nietos. Más tarde estas mujeres serían conocidas como Abuelas de Plaza de mayo y Estela se desempeñaría como su Vicepresidenta, hasta 1989 cuando se convierte en el Presidenta de la asociación. Por relatos pudo reconstruir que su hija había llegado a parir y que su nieto fue apropiado y su identidad cambiada. Lo buscó durante casi 36 años.1 El 5 de agosto de 2014, tras una comprobación de ADN hecha voluntariamente por el interesado, su nieto fue identificado, y se convirtió en el número 114 de la lista de nietos recuperados
Delia Cecilia Giovanola
Delia Cecilia Giovanola (La Plata, Argentina, 16 de febrero de 1926) es una activista de derechos humanos en la Argentina, una de las doce fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que busca a los hijos nacidos en cautiverio de los desaparecidos durante la última dictadura militar argentina (1976-1983). Delia Giovanola encontró a su nieto Martín en noviembre de 2015, tras 39 años de búsqueda -¿En que consistio el índice de abuelidad? ¿Que técnicas utilizaban para llegar a la búsqueda y establecer lazos de parentescos? -Apenas iniciada la búsqueda, las Abuelas se enfrentaron al problema de identificar a sus nietos e incitaron a la comunidad científica internacional a desarrollar técnicas para hacerlo. Las Abuelas visitaron academias y universidades y un grupo de investigadores, en los Estados Unidos, asumió el desafío de ayudarlas. Después de un año de intenso trabajo estadístico y matemático, los científicos lograron determinar el “índice de abuelidad” que garantizaba un 99,99 por ciento de eficacia en la determinación de parentesco, y por lo tanto la Justicia debió incorporarlo como prueba. Se utilizó por primera vez en 1984 cuando recuperó su identidad una niña que había sido secuestrada junto a sus padres y, tres años más tarde, la misma técnica fue empleada para identificar a otra nieta que había nacido en cautiverio. Las técnicas que se utilizaban para la búsqueda antes que aparezcan los métodos científicos era ver a los bebes y mirarlos a las caras a ver si encontraban algún parentesco o algún lazo que los pueda unir, al igual que ir a los orfanatos o la casa cuna a ver a los bebes que llegaban a ese lugar con la esperanza de encontrar a sus nietos
-¿El Banco nacional de datos genéticos en que gobierno se lo creo? ¿Y
en qué consiste?
El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) es un organismo
autónomo y autárquico, creado en 1987 durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín por la Ley 23.511. Es un archivo sistemático de material genético y muestras biológicas de familiares de personas que han sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura militar argentina. Su objetivo es garantizar la obtención, almacenamiento y análisis de la información genética que sea necesaria como prueba para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad y cuya ejecución se haya iniciado en el ámbito del Estado Nacional hasta el 10 de diciembre de 1983. El Banco facilita la búsqueda e identificación de hijos y/o hijas de personas desaparecidas, que fueron secuestrados junto a sus padres o nacieron durante el cautiverio de sus madres y auxilia a la justicia y/o a organizaciones gubernamentales y no gubernamentales especializadas en la identificación genética de los restos de personas víctimas de desaparición forzada. Durante 22 años, el BNDG desarrolló una base de datos apoyada en muestras genéticas y realizó miles de análisis en niños/as sospechados de ser hijos de desaparecidos y de haber sido apropiados por represores. Como resultado de ese proceso se identificaron a la fecha 119 nietos.