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Ya sabemos que gatear es importante, pero ¿por qué puede relacionarse con el fracaso
escolar?
Por
Susana Mezquida
Todavía hoy en día nos encontramos escenas como la que me ocurrió en un pueblo de la costa,
una mujer paseaba con un niño que no tendría más de 9-10 meses, y cogiéndolo por las
manitas lo ponía de pie, el niño flexionaba las rodillas y se quedaba colgando, esperando a que
lo volvieran a dejar sentadito, la mujer con toda su buena intención le hablaba en voz alta: -
“Venga…vamos….que mira que eres vago ehhh, tu hermano a tu edad corría y tu aún
empeñado en ir por el suelo…¡Con lo mayorcito que eres ya!”-
Y es verdad que cuando se trata de nuestro hijo, nos entra a las madres y padres una especie
de prisa extraña por verles pasar etapas lo antes posible, por ejemplo, que se pueda sentar, y
los sentamos sin que puedan, o camine, y les ponemos a caminar, aunque no puedan… como si
no fueran a hacerlo nunca por sí mismos, y se nos fueran a quedar por el suelo gateando hasta
los 20.
Esto ocurre con más intensidad con el aprendizaje de la lectura, ahí sí que nos entra verdadero
pánico…-“¡A ver si no va a aprender a leer, que todos los demás están ya leyendo y el mío
que no junta una letra con otra!”- Mamas… todos aprenden, unos antes, otros después, pero
si presionas demasiado pronto, probablemente lo odiará.
Pero son miedos lógicos, deseo que nuestros hijos resuelvan, sean uno más, no se queden
atrás… porque cuando somos padres no nos dan un manual donde ponga qué son los Hitos del
Desarrollo Motor y por qué razón hay que dejar que vayan progresivamente sucediéndose a su
debido tiempo, y sobre todo que cada ser vivo lleva un ritmo inherente.
Gatear y el desarrollo intelectual, emocional y motor, van de la mano, porque cuando llega el
gateo, previamente el bebé aprende a darse la vuelta en la cuna, se arrastra y una vez que
todas las conexiones neuronales están maduras para ello, el tono muscular es el apropiado y
su curiosidad de desplazarse acuciante, aprenderá a gatear.
Lo que permite más adelante que un lado y otro del cuerpo funcionen con total fluidez y el
aprendizaje de la lecto-escritura no suponga un problema.
El gateo aumenta el tono muscular del cuello y los brazos, es muy importante para la
estimulación visual, propioceptiva, vestibular, todo ello madura las conexiones con los ganglios
basales, encargados de la inhibición del movimiento y así cuando más adelante le pidamos que
esté sentadito en una clase durante horas, sea capaz de conseguirlo.
El gateo consolida las bases de una lateralización manual, visual, auditiva y podal. Ayuda a
adquirir las destrezas visuales necesarias para el aprendizaje como la focalización,
convergencia, campo visual.
Todo esto nos lleva a concluir que hay que dejar que el bebé vaya a su ritmo, alcanzará los
Hitos del Desarrollo según su propio patrón de movimiento innato, de forma natural, por
supuesto podemos estimularle, pero respetando sus tiempos.
Si tu hijo no ha gateado o lo hizo durante muy poco tiempo y observas que hay aprendizajes
que le cuesta llevar a cabo, podemos ayudarle madurando conexiones cerebrales, que
aumentarán y facilitarán sus habilidades, en lugar de forzarle y presionarle para que haga
cosas para las que muy probablemente en este momento, no está preparado.
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Susana Mezquida
http://www.emocionyaprendizaje.com