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El líquido amniótico: ¿qué es y para qué sirve en el embarazo?

El líquido amniótico es el fluido que rodea al feto durante el embarazo dentro del saco amniótico, la bolsa
donde el feto crece y se desarrolla hasta su nacimiento.
Durante la gestación, el líquido amniótico tiene funciones muy importantes, pues es lo que sustenta y
protege al feto.
Cualquier alteración en el líquido amniótico supone un riesgo para el embarazo y, por tanto, es algo que
debe controlarse por ecografía, sobre todo en el último trimestre.
Composición
El líquido amniótico empieza a formarse sobre la cuarta semana de embarazo, cuando el embrión ya ha
implantado en el útero y se forma el saco amniótico, también denominado amnios.
La composición del líquido amniótico va variando a lo largo del embarazo. En el primer trimestre, el líquido
amniótico es un ultrafiltrado del plasma sanguíneo materno y está compuesto por proteínas, hidratos de
carbono, glúcidos y electrolitos que ayudarán al desarrollo fetal.
A partir de la semana 12, el feto también interviene en la renovación del líquido amniótico aportando
su orina, que será el componente principal en las próximas semanas.
El líquido amniótico se regenera y está en continua circulación: el feto lo ingiere y lo expulsa varias veces al
día.
La cantidad de líquido amniótico también cambia a lo largo de la gestación. Sobre la semana 14, el volumen
de líquido es de unos 100 ml.
La cantidad máxima se alcanza en la semana 34, donde el volumen del líquido es de unos 800-1000 ml.
A partir de la semana 38 de embarazo, esta cantidad empieza a disminuir hasta los 600 ml aproximadamente.
Funciones
Durante el embarazo, el feto se encuentra flotando dentro del útero suspendido por el líquido amniótico.
Éste es fundamental para el correcto desarrollo del feto y la gestación.
Las funciones principales del líquido amniótico son las siguientes:
Permite que el feto pueda moverse libremente sin que las membranas del saco amniótico se adhieran a su
cuerpo. Esto contribuye al correcto crecimiento óseo.
Protege al feto de los golpes externos o movimientos súbitos. El líquido amortigua los posibles traumatismos
abdominales en la madre y/o el efecto de las contracciones uterinas.
Del mismo modo, también amortigua los movimientos del feto para que la madre no sienta dolor. Además,
el líquido evita los posibles daños a los órganos maternos próximos, así como la compresión del cordón
umbilical.
Mantiene la temperatura adecuada y constante alrededor del feto, evitando la pérdida de calor, además de
proporcionar el ambiente estéril más adecuado para su desarrollo.
Permite el correcto desarrollo de los pulmones del feto.
Por último, ayuda a acomodar al feto al canal del parto cuando la bolsa aún no se ha roto y, cuando ésta se
rompe, el líquido amniótico lubrica el canal del parto.
Se trata de un líquido muy importante durante la evolución fetal, sin el cual el embarazo no podría seguir su
curso.
Valoración del líquido amniótico
La evaluación de la cantidad de líquido amniótico durante el embarazo es un indicador de bienestar fetal.
Puede hacerse por ecografía de ultrasonido, aunque se requiere que el ginecólogo tenga una gran
experiencia.
¿Qué características tiene el líquido amniótico?
El líquido amniótico es un fluido que tiene un color claro, casi transparente y ligeramente amarillo.
Gradualmente, el líquido puede adquirir grumos de la descamación de la piel del feto. Una vez pasada la
fecha de parto, el líquido amniótico se vuelve lechoso.
Por otra parte, si el líquido se oscurece o adquiere un tono verde, significa que el feto ha liberado contenido
intestinal, conocido como meconio. Esto supone un riesgo para el feto, ya que el meconio puede causar daño
a sus pulmones si lo aspira.

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