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NOSOTROS

REVISTA MENSUAL DE LETRAS

ARTE • HISTORIA • FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES

FUNDADA EL 1." DE AGOSTO DE 1907

DIRECTORES:

ALFREDO A. BIANCHI • ROBERTO F. GIUSTI

AÑO IX — TOMO XX

BUENOS AIRES

1915

KRAUS REPRINT
Nendeln/Lieditenstein
1968
AÑO IX Diciembre de 1915 NÚM. 80

NOSOTROS

POESÍAS DE CARDUai

Firmado por B. Contreras acaba de aparecer un folleto que


contiene Algunas poesías de Giosité Carducci, traducidas en verso
castellano. Josué Carducci casi no ha sido traducido a nuestro
idioma. Esto también lo decía días pasados, al tratar de él en
carta de Europa publicada en La Nación, el señor Juan José de
Suiza Reilly, que rara vez acierta. ^'^ Ni se le ha traducido ni

(i) El señor Soiza Reilly tiene lanada envidiable aptitud de malograr


y falsear todos losasuntos que toca, por medio de una retórica puerilísi-
ma y del peor gusto. Después de haber reducido, en anteriores correspon-
dencias, la espantosa tragedia de Polonia a las mezquinas proporciones
de sentimentales cuadritos para composiciones escolares, ahora, con la bue-
na voluntad, creámoslo, de inflamar el patriotismo de los italianos aquí
residentes, nos está pintando una Italia que nos negamos a reconocer los
que la conocemos, amamos y admiramos. La citada correspondencia sobre
Carducci, por ejemplo, aparte la falsedad que entraña su concepto central,
resumido en el subtítulo: El sembrador de odio, es un tejido de embustes,
disparates y errores. Un embuste contra el cual hubiese protestado airado
Carducci, es afirmar como el corresponsal lo hace, que al traducir versos
de poetas alemanes, el grande italiano «elogió aquellos que más se burlan
de la propia Alemania». Si habrá hojeado siquiera el señor Soiza Reilly
¡

las versiones que hizo Carducci de las líricas de Klopstock, Goethe,


Uhland, Platen, Heine Si sabrá que Carducci declaró que un medio
! ¡

para comprender sus odas bárbaras era conocer la poesía alemana Otro !

embuste es el cuento
que nos refiere sobre que el poeta escribió sus versos
«en épocas terroristas, cuando por los tratados nadie podía desahogar sus
lirismos (sic)». Y lo peor es que lo redondea con dos tonterías «que la :

Nosotros

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jan luego amargamente de que los hombres que les rodean son
torpes y no les hacen caso. . . El verdadero idealismo está en amar
la vida tal cual es, dolorosa y adorable, en aceptar sonriendo un
puesto en el combate, proponerse ideales concretos en bien propio
y de humanidad, y sobre todo, trabajar sin tregua para realizar-
la

los. .El que tal hace es el verdadero idealista, opuesto al falso


.

romántico, llorón y egoísta, cuya época pasó ya con los Rene y con
los Werther. El suicidio moral de Raúl Serantes admitiendo —
que fuera psicológicamente posible, —
sería una cobardía y una
estolidez que no está de acuerdo con la intención moralizadora y
docente que se atribuye al libro. Quiere decir, que el señor Pater-
son no ha dominado su proj)io asunto para conducir acertada-
mente su desarrollo a un resultado congruente y lógico. Su novela
deja la impresión de algo desagradable y absurdo. No son sus per-

sonajes los llamados a recorrer «La Ruta del Sol», ni a modificar


las condiciones inferiores de nuestra socialidad para que ella cul-

mine en grandeza a que aspiramos.


la Y al exhibirlos
libro, en su
el señor Paterson no ha hecho más que acumular observaciones y

críticas banales, lejos de ayudarnos, mediante la creación artística,


a comprender y a sentir la vida argentina, inspirándonos el deseo
de mejorarla y engrandecerla.

Ensayo sobre Federico Nietszche, por Mariano Antonio Barrenechea.


Edición de Nosotros, 191 5.

El autor de este ensayo ha consagrado un largo afán al examen


de la obra nietszcheana. Este trabajo que aporta un valioso con-
tingente a nuestra literatura de ideas, es pues el fruto de una
consagración apasionada y sincera. Y
aun quienes no compartan
con el señor Barrenechea la admiración entusiasta que demuestra

por la obra del solitario de Weimar, no dejarán de apreciar el

esfuerzo, el talento y la cultura que este libro representa. Tiene


él por propósito darnos, junto con una biografía exterior del
filósofo, una suerte de biografía interna o sea una historia de sus
ideas y de su evolución espiritual. Ea individualidad poderosa de
Nietzsche, resulta aquí bien estudiada, si bien es dado extraer

del mismo estudio, conclusiones no siempre coincidentes con


aquellas a que arriba el autor, al apreciar con simpatía fervo-
rosa, la significación del moralista alemán.
Nietszche no es desde luegro un filósofo sistemático. Su obra
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vasta y multiforme, no presenta la dialéctica rigurosa de un Ile-


por cj.niplo. y hasta airccc de congruencia ostensible. No es
i^c\,

por cierto para señalar una falla fundamental, ni para invalidar


la importancia de sus ideas, que puede hacerse esta observación.

Apenas si ella se enuncia para establecer que la obra fragmen-


taria del autor de «Zaratustra», exije una penetración prolon-
gada, -a fin de desentrañar la dirección fundamental de su pen-
samiento, oculta muchas veces bajo la polifurcación externa. Del
conjunto caótico y poético de su obra, surge entonces aquello que
le define esencialmente
y que permite situarle con acierto dentro
del movimiento universal de las ideas; esto es, su potencia for-
midable de psicólogo y su actitud de eticista revolucionario. En
este sentido la obra de Nietzsche ha representado simjilemente
una reacción del espíritu pagano frente al, para él, fantasma aso-
lador del cristianismo, es decir, que entre dos tendencias que han
existido y existirán siempre en el alma humana la libertad in- :

coercible de los instintos ; vida intensa y peligrosa por una par-


la

te ; y la represión rigurosa de aquellos, sacrificados en aras de una


aspiración extra-terrena, por la otra, ha adherido a lo primero,
aportando a ello la sensibilidad más apasionada, y una de las

voces más elocuentes y sugestivas de que halla memoria entre


los hombres. Ha exaltado así la Voluntad de potencia y ha bus-
cado provocar en la humanidad una revisión de los conceptos
tradicionales de la moral, que diera por resultado la Transmu-
tación de valores (Umwerthung
Werthe). Su capacidad
aller
para determinar los motivos ocultos de la conducta, que hace de
él el psicólogo poderoso a que hemos aludido, brilla en esos ge-

niales aforismos de que están formados casi todos sus libros


contradictorios, tumultuosos. El señor Barrenechea se indigna
contra la «pedantería crítica y erudita» que pretende ver en Nietsz-
che casi exclusivamente a un continuador de todos los filósofos
escépticos e individualistas y censura agriamente a Nordau y
Fouillée, según los cuales Nietzsche no ha hecho más que repetir
ideas que se encuentran en filósofos tan antiguos como Heráclito
como Guyau. Según el autor, «ningún otro escritor
o tan recientes
contemporáneo verificó con más exactitud que él los síntomas de
la descomposición de la cultura cristiana ; ni ningún otro acusó
con más valentía a nuestra época de anárquica, innoble, desleal,
informe, consciente y falsa». «Para comprender bien a Nietszche
y ser justos con él — continúa — es necesario considerarlo con
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simpatía, sino con amor. De ningún otro modo podremos acercar-
nos a él y apreciarlo en todo lo que vale. Un escritor tan excepcio-
nal, un un alma de su temple, no podrá de ningún
espíritu tan libre,
modo comunes pesas y medidas. A cualidades
ser juzgado con las
extraordinarias, medidas extraordinarias. La lógica del genio no
es la lógica común, como su moral no es la moral del vulgo.
Dejaremos, pues, de lado en este bosquejo, el método argumen-
tativo y todas las razones científicas o soporíferas, en virtud de
las cuales, los Fouillée y los Nordau de las cinco partes del mun-
do, demostraron que las obras de nuestro autor no son más que el
marmoteo de un orgullo demoníaco que terminó en la locura.» Y
en otra parte agrega «Bueno es advertir desde ya que no se
:

trata de una cuestión de principios y de doctrinas. La «sabiduría»


de Nietszche no se dirige a la inteligencia, como todo hacina-
miento de ideas abstractas, ni está cimentada por razones lógicas
de deducción, inducción u otro cualquiera método arbitrario,
estéril y presuntuoso. Es una cuestión compleja de tendencias y
de sentimientos. Es una nueva y vigorosa manifestación del espí-
ritu del paganismo que se disputa otra vez con el espíritu cristiano,
desde más de cinco siglos, el dominio absoluto del alma humana.
No penetra en nuestro ser por los artificiosos caminos del razona-
miento y de la demostración. Obra sobre nosotros de una manera
vital, agita las potencias esenciales de nuestro ser, etc. ...»
Como Barrenechea no se muestra muy respetuoso
se ve, el señor
con las operaciones de la inteligencia como la deducción o la in-
ducción «u otro cualquiera método arbitrario, estéril y presun-
tuoso». Por más que nuestros medios de conocimiento y de
juicio sean falibles y deficientes, qué le vamos a hacer, señor, si
¡

no tenemos otros El autor no se presenta pues, «modestement


! . . .

courbé», como acostumbraban en sus prefacios, con sencillez filo-


sófica, los autores de otras épocas. . . El afirma con atrevimiento
nietsccheano. Fía todo al sentimiento, desdeñando discutir, y con-
sidera a Nietszche, no precisamente como un filósofo cuyas ideas
puedan ser objeto de análisis y de crítica, sino más bien como un
escritor-tónico que hay que asimilar sin mucho examen previo a
finde sentir la benéfica exaltación que él nos ha de deparar.
Muéstrase en ello verdadero discípulo de quien llevó más lejos
que nadie la afirmación de que «la filosofía es el temperamento
de cada uno» y de que «el conocimiento no puede rendir verdades
inconcusas», consagrando así el nihilismo metafísico, que resulta
al fin, del criticismo de Kant.
LETRAS ARGENTINAS 309

Este Ensayo no es, pues, una obra de critica estrictamente ha-


blando, sino un comentario elocuente, entusiasta y vigoroso, he-
cho por un escritor de talento que ha sentido intensamente el
influjo de la obra nietszcheana y señala con simpatía profunda
las excelencias que ha sorprendido en ella. Al efecto, el señor
Barrenechea sigue al filósofo al través de su evolución y de sus
crisis espirituales. Describe su vida desde la adolescencia, docu-

mentándose abundantemente con confesiones del propio Nietsz-


che o con declaraciones de sus biógrafos. Estudia en capítulo
interesantísimo sus relaciones con Ricardo Wágner; presenta
al filósofo en la madurez, cuando llegado al pináculo de su «sabi-
duría» compone «La Gaya Ciencia» ; y destina un último capítulo
titulado «Nietszche y la Kultur» a destruir la idea de que en las
manifestaciones alemanas de la actualidad pueda haber influjo
alguno de Nietszche, demostrando hasta qué punto era el filósofo

enemigo de la orientación contemporánea de su país. En el capí-


tulo denominado «Algunos textos», examina el señor Barrene-
chea la que ha sido considerada obra maestra del pensador o sea
«Así hablaba Zaratustra», y en la exégesis que teje alrededor
de ella, interpretando los pasajes más obscuros y dudosos, de-
muestra una gran compenetración* y familiaridad con la obra
del autor predilecto, al destacar el significado sin duda singular
de su concepción.
Puede afirmarse, pues, que aparte lo que pueda haber en él de
parti-pris y de adhesión ilimitada a favor del maestro, este ensa-
yo representa un elemento ilustrativo de primer orden para quien
desee conocer la vida del autor de «Humano, demasiado humano»
y tener acerca de sus libros una impresión de conjunto más o
menos exacta.

El himno nacional, por Arturo Giménez Pastor.

folleto la conferencia que diera hace


Acaba de publicarse en
algún tiempo en Consejo Nacional de Mujeres el doctor Arturo
el

Giménez Pastor, estudiando el himno argentino en sus fases poé-


tica y musical.
Nuestro himno había inspirado ya trabajos más o menos exac-
tos en su fondo o hermosos en su expresión. Habíamos tenido
una bella concepción idealista basada en él, con xEl Templo del
Himno», de Leopoldo Lugones, un fervoroso comentario lírico en
2 O *

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